Pascual Duarte Final

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 22

EL DETERMINISMO AMBIENTAL Y FAMILIAR EN

LA FAMILIA DE PASCUAL DUARTE,


DE CAMILO JOSÉ CELA

Profesora: Marisa Sotelo Vázquez


Alumnos: Li Ya, Freddy J. Centeno y Nora Sidera Lapeña
Máster: Estudios Avanzados de Literatura Española e Hispanoamericana
Curso: 2016-2017
Universitat de Barcelona
ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN 1

2. TEMAS PRINCIPALES EN LA FAMILIA DE PASCUAL DUARTE 2

2.1 El tremendismo 3

3. EL DETERMINISMO EN LA FAMILIA DE PASCUAL DUARTE 6

3.1. La influencia del medio ambiente en La familia de Pascual Duarte 7

3.2. La influencia de la herencia en La familia de Pascual Duarte 8

3.3. La relación Pascual- madre 11

4. EL DETERMINISMO VISTO DESDE LA LÓGICA DEL INSTINTO 13

4.1 Estímulo y respuesta condicionada 16

4.2 El determinismo como estadio neurótico 18

5. CONCLUSIONES 19

6. BIBLIOGRAFÍA 20

WEBGRAFÍA 20
1. INTRODUCCIÓN

Después de la guerra civil, en España surgió una nueva tendencia en el campo


literario. Los novelistas comenzaron a prestar la atención primordial a la realidad
presente y concreta, a las circunstancias reales del tiempo y del lugar en que se vive.
Decimos que es un nuevo realismo, porque sobrepasa la observación costumbrista y el
análisis descriptivo del realismo decimonónico mediante una voluntad de testimonio
objetivo. Según los distintos focos, se pueden dividir este neorrealismo en dos tipos:
el realismo existencial y el realismo social. 1

Publicada inicialmente en 1942, La familia de Pascual Duarte marca un hito


decisivo en la literatura española. Su publicación abre el camino brillante de la
narrativa posterior a 1939.

La historia está contada en primera persona. Pascual Duarte desde la cárcel


narra sus desgracias a partir de la infancia hasta la muerte. Está compuesta por varias
entregas de escritos de diferentes autores: la nota del transcriptor, el mismo autor
Camilo José Cela; la carta anunciando el envío del original, que nos ayudan situar un
poco sobre el origen; la Cláusula del testamento; y luego las memorias de Pascual
Duarte que se dividen en 19 capítulos que contienen el relato de toda su vida; otra
nota final del transcriptor; y por último, dos cartas más, una del capellán de la cárcel y
otra de un guardia civil. Podemos sumar que esta obra tiene dos sectores claramente
definidos: un grueso de memorias, más una serie de textos ficcionalmente
documentales acerca de la historia de este texto y otras cuestiones conexas.

La vida de nuestro protagonista se desarrolla entre los años de finales del siglo
XIX o principios del siglo XX hasta 1937, en que la realidad socio-política española
estaba marcada por un clima agitado: la crisis del 1917, la Dictadura de Primo de
Rivera, y la Guerra Civil de 1936 acabada en 1939. Pascual se ve influenciado e
impregnado por el clima social predominante en el momento, un ambiente bárbaro.

1
Denominación consultada en: “La novela española en las tres décadas posteriores”

1
2. TEMAS PRINCIPALES EN LA FAMILIA DE PASCUAL DUARTE

La familia de Pascual Duarte, como el título mismo indica, es una novela de


personaje. Su temática se establece a partir de un ambiente y una acción cuyo eje es
precisamente el protagonista, desde aquí no cabe señalar cuatro temas principales: la
violencia, la educación, la familia y Extremadura. Estos temas se mezclan, se juntan,
pero cada uno tiene su propia significación.

La violencia es un elemento tan importante que transcurre toda la novela. Por


ejemplo, la pelea entre los padres, la comunicación entre padre e hijo, la indiferencia
de madre... Todo el medio ambiente que vive el protagonista está lleno de la violencia.
Bajo la influencia medioambiental, nuestro protagonista Pascual Duarte adoptó este
carácter sin darse cuenta. Se distingue por su odio, rencor y la violencia ruda y
primitiva que considera algo natural e impuesta por el destino. Como lo dijo su
primera mujer Lola. “Es que la sangre parece como el abono de tu vida” 2 (p.135). El
sentido de tal violencia en la obra tiene un correlato externo en la violencia que
realmente estaba sufriendo la población española dividida, empobrecida e inculta.

La falta de educación puede considerarse como la raíz de todas las desgracias


que ocurren durante el resto de su vida. Pascual Duarte tenía la oportunidad de ir a la
escuela. Pero con la oposición de la madre y la inconsciencia infantil, él dejó los
estudios. Incluso la hermana de Pascual, una chica muy lista y capacitada, también
podía ir a clases para recibir una educación formal. Sin embargo, ambos no la tenían.
Lo que recibieron los niños era pura degradación y violencia de la familia. La
educación es el motor del cambio del destino personal y de la sociedad. Con ella,
Rosaría y Pascual pudieran cambiar totalmente su vida humilde de una aldea desolada
y hundida en miseria; no obstante, sin la educación adecuada, ellos perdieron la
oportunidad de elegir la vida, y acabaron convirtiéndose en prostituta y asesino
respectivamente.

La familia de Pascual Duarte no es nada emotiva. Esteban Duarte Diniz poseía

2
Para las citas del libro seguiremos la edición de Seix Barral, Barcelona, 1983.

2
muy mal carácter, ya que cuando se enfurecía les pegaba palizas a su mujer y a su hijo
Pascual. Y la madre es un personaje marcado por el odio y la crueldad, como se verá
en el próximo apartado. Para Pascual Duarte es la fuente de todas sus desgracias, por
eso, la mata al final. En una familia tal, Pascual no recibió el cuidado básico por no
mencionar el cariño y el amor. Él no tenía acceso a aprender cómo expresarse
adecuadamente, cómo liberar la presión y todos los sentimientos negativos. La
violencia como una tradición de la familia se convertía en algo genético, en la sangre
de Pascual, y eso no podía encontrar la salida.

La acción de la novela se sitúa fundamentalmente en Extremadura:

El pueblo estaba a unas dos leguas de Almendralejo, agachado sobre una carretera lisa y
larga como un día sin pan, lisa y larga como los días –de una lisura y una largura como
usted para su bien, no puede ni figurarse – de un condenado a muerte. (p.21-22)

Es un territorio rural, aislado y atraso, donde se mueven los individuos


marginados. La vida allí es agobiante y aburrida. La gente no tiene la esperanza del
futuro, no conoce a lo colorido que es el mundo. Existe una gran ausencia de la
comunicación con lo avanzado y lo nuevo del exterior. Este ambiente de extrema
miseria influye en la mente de sus habitantes, como el caso de la familia de Duarte,
ellos viven como animales sin sentidos.

Las horribles situaciones de la familia y el medioambiente no justifican las


acciones de Pascual, pero sí que nos hace entenderlo. Es verdad que Pascual es el
asesino culpable de varios crímenes horrendos, pero al mismo tiempo también es la
víctima de su familia y del medio ambiente donde se crió. La inexorable fatalidad que
enfrenta él nos incita la simpatía. Es un hombre fascinado por la sangre y la violencia.
Es un hombre condenado a la muerte.

2.1 El tremendismo

A partir de la publicaciónón de La familia de Pascual Duarte se empezó a


hablar de un nuevo género literario que se dio a conocer como tremendismo, el cual se
conexiona con la tradición realista española: la picaresca, el naturalismo del siglo XIX
y la novela social de los años treinta. Es un punto de encuentro de estilos que surgen

3
en la España de posguerra, dentro de los que se puede destacar el existencialismo y el
extremo realismo.

El tremendismo es un movimiento literario que se desarrolla en los años


cuarenta del siglo XX, después de la Guerra Civil.

Se caracteriza por una especial crudeza en la presentación de la trama (recurrencia a


situaciones violentas), el tratamiento de los personajes (habitualmente, los seres
marginados, con defectos físicos o psíquicos, como prostitutas, criminales, etc.) y en el
lenguaje, desgarrado y duro. (Álamo Felices: 1996)

La tendencia de esta técnica narrativa y el contexto social de aquel entonces


están claramente vinculados. La realidad cruda presentada en las novelas tremendistas
se nutre de las experiencias vividas por los autores en la guerra. Los personajes son
seres que viven en un ámbito de marginación. La crueldad, la violencia, el sentimiento
de miseria que sufren ellos les provocan dolor y los llevan a estar angustiados,
desencadenándose desenlaces trágicos.

Esta acumulación de antivalores da como resultado personajes animalizados. En parte,


esta animalización es usada por los autores tremendistas para exagerar aspectos de la
vida real, aunque también es usada para que el lector se preocupe por la situación
marginal de los mismos. (Sobejano: 1968)

Por tanto, podemos considerar el tremendismo como una crítica social, pero no
explícita, teniendo en cuenta la censura estricta del gobierno de aquel entonces. La
historia es un testimonio de los aspectos más brutales y grotescos de la realidad.
Mediante esta exagerada descripción de la realidad, los novelistas tremendistas
intentan llegar más al lector, creando un gran impacto que le hace reflexionar.

Tomando el ejemplo de La familia de Pascual Duarte, podemos ver unas


características más destacadas del tremendismo: la descripción del medio ambiente es
detallada pero sólo insiste en aspectos duros y tétricos; el protagonista Pascual está
condenado por ambientes degenerados y oscuros, no tiene vida social y encuentra en
la violencia la única manera de solucionar los problemas que se le plantean; el retrato
del hermano Mario se detiene en los aspectos antiestéticos e indecentes físicos como
las malformaciones, el mal olor, la suciedad… El mismo autor define su tremendismo
como: “La sanguinaria caricatura de la realidad; no su sangriento relato, que a veces,
4
la misma disparatada realidad se encarga de forzarla a lo monstruoso”.

La práctica de todos estos recursos tremendistas de Camilo José Cela inaugura


una vigorosa forma de realismo existencial, estéticamente matizado por un
expresionismo muy hispánico, que encuentra eco y apoyo en otras plumas como las
de Nada de Carmen Laforet, Los hijos de Máximo Judas de Luis Landínez, Lola,
espejo oscuro de Fernández Flórez.

5
3. EL DETERMINISMO EN LA FAMILIA DE PASCUAL DUARTE

Inevitablemente mencionar el término “determinismo” en literatura supone


revisar el movimiento naturalista aparecido a finales del siglo XIX en Francia, con el
novelista Zola. El Naturalismo se basa en el auge de las ciencias: el método
experimental de Claude Bernard aplicado a la medicina, el evolucionismo de las
especies de Darwin y las leyes de la herencia de Mendel. Según el determinismo, el
hombre no es libre porque actúa impulsado por el medio ambiente en el que vive y
por el peso de la herencia: la herencia biológica le marca al individuo su destino,
determina la línea de su comportamiento. Las circunstancias sociales restringen las
opciones del hombre para orientar su vida, añadiéndose a sus condicionamientos
biológicos.

La filosofía determinista implica un fatalismo materialista. Podemos afirmar


con Cantos Pérez (2000), que la poesía de Cela “tiene un sentido fatalista, de lo
inevitable. Este fatalismo se extiende incluso a la suerte que pueden correr los
animales”, como ya vemos en el capítulo primero, con la muerte de Chispa, la perra
que miraba extrañamente a Pascual y, por lo que decidió dispararla. Además, en el
capítulo segundo hay una mención directa al determinismo tal como acabamos de
perfilar:

La verdad es que la vida en mi familia poco tenía de placentera, pero como no nos es
dado escoger, sino que ya –y aún antes de nacer- estamos destinados unos a un lado y
otros a otro, procuraba conformarme con lo que me había tocado, que era la única
manera de no desesperar. (p. 35)

Para sintetizar lo expuesto hasta aquí escogemos esta cita de Jorge A. Marban
(1973):

La novela naturalista, al tomar sus personajes de los más bajos estratos sociales y al
rendir su voluntad inerme ante el medio y la herencia, significa un paso de evolución
hacia los “anti-héroes” de la novela contemporánea.

Así pasamos del héroe de la novela tradicional al antihéroe de la narrativa


moderna, como será Pascual: un ser desorientado, marginado (de ahí que inaugure la
corriente llamada “tremendismo”) y, también como en la novela del XIX,

6
predispuesto por su lugar de nacimiento y su herencia familiar, que se procederá a
comentar.

3.1 La influencia del medio ambiente en La familia de Pascual Duarte

Por lo que respecta al medio ambiente del protagonista de La familia de


Pascual Duarte, en el primer capítulo se nos aporta la información necesaria y
clarividente. Igual que los narradores decimonónicos, Cela aporta todo lujo de detalles
y procede de manera ordenada, por planos, a explicar cómo es el pueblo de donde el
personaje es oriundo. El pueblo pertenece a la provincia de Badajoz y está a dos
leguas de Almendralejo. No sabemos hasta mitad de la novela el nombre exacto,
Torremejía. Esta imprecisión espacial nos recuerda al comienzo de la famosísima
novela El Quijote (“de cuyo nombre no quiero acordarme”). Pero especialmente Cela
se inspiró para su creación espacial en el documental de Buñuel sobre la paupérrima
vida de unos extremeños, que nunca habían probado el pan tierno, en las Hurdes: Las
Hurdes. Tierra sin pan (1933).

Se dan detalles más precisos sobre la plaza mayor, la iglesia, el campanario y


el reloj, rodeado de las casas principales. El resto de las casas del pueblo estaban
enjalbegadas. Y, al final, se encontraba la casa de Pascual, dato que puede evidenciar
cierta marginación del personaje, dentro del grupo social. Su casa es la típica de
ambiente rural, en la que la cocina se compone de una chimenea, suelo de piedra y es
la única parte de la casa que parece estar limpia, allí se concentraba la vida principal
de la familia. En cambio, el resto de la casa destaca por su frialdad y suciedad, había
dos cuartos en los que dormían Pascual y su mujer en uno, y sus padres, en otro.
Finalmente, estaba el corral y la cuadra, con los animales y su olor característico. De
gran importancia en la novela es el sentido olfativo, que se relacionará con lo
instintivo de Pascual, como veremos en el siguiente punto.

Por lo tanto, observamos que el ambiente de Torremejía es parecido al de la


aldea de la gran novela El Quijote: un lugar típico del centro peninsular, cuyas notas
son la sordidez, el abandono, y el primitivismo. La diferencia está en que don Quijote

7
se rebela, mientras que Pascual acepta y sucumbe a la rudeza de su alrededor.
Asimismo, la novela de Cela nos recuerda a otros autores del XVI y XVII, como
Francisco de Quevedo, que denunciaba la situación decadente que atravesaba
entonces el país. También está la misma intención en La familia de Pascual Duarte,
como cita Cantos Pérez (2000) “la protesta contra una estructura socioeconómica
sacralizada por las veneradas tradiciones, que condujo a España a un nuevo desastre”
y, en la misma línea, cita a Alborg, que le atribuye a la obra un valor “histórico,
circunstancial, consistente en haber puesto en movimiento el barco de nuestra
literatura de postguerra”.

La condición de hombre rústico de Pascual se revela perfectamente, tanto en


sus acciones: su principal ocupación era la pesca, la caza y salir a pasear solo o con la
Chispa (a la que después mata), como también en el lenguaje empleado. Jorge A.
Marban (1973) analiza algunos errores en la dicción de Pascual: cambio de género de
algunos nombres; equivocaciones como “cualquier la cosa”; uso del laísmo; expresión
de gran fuerza y afectividad: “de no habérselo llevado Dios de mis alcances, me lo
hubiera endiñado en cuanto hubiera tenido ocasión para ello”. Es clara la influencia
de Valle-Inclán en Cela por lo que respecta al estilo lingüístico y la caracterización de
los personajes, dado el vínculo entre el esperpento y el tremendismo. Veamos lo que
propone García de Nora en Cantos Pérez (2000) a esta colación:

No es aventurado decir que Cela (como su gran abuelo literario Valle-Inclán) es un


“lírico disfrazado, frecuentemente, de humorista”. Y sobre esta calificación, Cela
responde: “Jamás objeté nada a la crítica; creo, sin embargo, que Nora quizá no vaya
desencaminado en cuanto dice”.

3.2. La influencia de la herencia en La familia de Pascual Duarte

Mayor peso que el medio sobre Pascual ejerce la herencia familiar. Todos los
miembros presentan los rasgos típicos de los personajes naturalistas: son propicios a
la bebida, hay una gran violencia en cada uno y carecen de cultura. Dirá el mismo
Pascual de sus padres que no tenían cultura, ni virtud ni se conformaban. La
descripción de los padres vuelve a ser ordenada e incluye la etopeya y la
prosopografía.
8
Sabemos del padre que era grueso, de origen portugués, el color de piel
moreno y un abundante bigote. En cuanto a su carácter era “áspero y brusco”, pero,
sobre todo, muy violento. Él buscaba la mínima excusa para reñir y pegar a su mujer y
también a Pascual, por eso, él lo evitaba y procuraba no mediar en las peleas de sus
padres. Observamos una semejanza con el personaje más famoso de la picaresca, el
Lazarillo, ya que el padre de ambos es apresado por dedicarse al contrabando,
además, de la semejanza entre ambas novelas por el carácter autobiográfico, la
necesidad de autojustificarse y redactar unas memorias.

Curiosamente, era un hombre que sabía leer y de ello presumía ante su mujer,
aunque la mayoría de veces solo servía para iniciar discusiones con ella por la
diferencia de ambos en este aspecto. Cuando Pascual era pequeño, su padre decide
que vaya a la escuela, pero al aprender lo básico y, apoyado por su madre, se le
permite que deje su formación, que resultará muy escasa, demostrado en el tipo de
lenguaje ya visto. Cabe destacar la escena tan realista y cruda con la que acaba el
capítulo dos, en el que Pascual se detiene en describir a su padre:

Cuando Rosario nació se arrimó hasta la cama de mi madre y sin consideración ninguna
de la circunstancia, la empezó a llamar bribona y zorra y a arrearle tan fuerte hebillazos
que extrañado estoy todavía de que no la haya molido viva. Después se marchó y tardó
dos días enteros en volver; cuando lo hizo venía borracho como una bota. (p.38)

Al final, dos capítulos después leemos cómo muere el padre con gran violencia
y furia hasta el último momento. Le mordió un perro y tuvo un ataque de rabia, su
familia decidió encerrarlo en la habitación y, cuando abrieron la puerta, vieron que
había fallecido, con el reflejo en el rostro de su paso a los infiernos.

La madre de Pascual, físicamente, es diferente al padre, ya que está escuálida,


dato que se repite a lo largo de la novela y que puede reflejar el hambre típica de la
época en que se ambienta la obra. Tiene un color de piel cetrino. Se destaca su poca
higiene, rasgo que hereda Pascual, ya que la casa en la que vive está muy sucia,
excepto la cocina. De la madre sabemos que también era muy violenta, que tenía un
lenguaje muy rudo y no sabía leer. Padre y madre comparten su afición al alcohol,
como la mayoría de personajes del Naturalismo. Más adelante analizaremos la
9
especial relación entre madre-hijo.

En los capítulos tres, cuatro y cinco aparecen los hermanos de Pascual:


Rosario y Mario, que marcados también por el determinismo, correrán una suerte
pareja a la del protagonista.

Veamos la siguiente cita donde se resume el origen y dedicación de la hermana:

Rosario se nos crió siempre debilucha y esmirriada -¡poca vida podía sacar de los vacíos
pechos de mi madre!- y sus primeros tiempos fueron tan difíciles que en más de una
ocasión estuvo a pique de marcharse. […] como Dios se conoce que no quiso que
ninguno de nosotros nos distinguiésemos por las buenas inclinaciones, […] robaba con
igual gracia y donaire que una gitana vieja, se aficionó a la bebida de bien joven, servía
de alcahueta para los devaneos de la vieja, y como nadie se ocupó de enderezarla- y de
aplicar al bien tan claro discurrir- fue de mal en peor hasta que un día, teniendo la
muchacha catorce años arrambló con lo poco de valor que en nuestra choza había y se
marchó a Trujillo (p. 40 y 42).

Al contrario que con su madre, con su hermana siempre mantuvo una buena
relación, la apreciaba y, de hecho, intentaron mantener el contacto y apoyarse. Pero, sí
que a través del marido de Rosario, el “Estirao”, resurgirá un brote violento en
Pascual. En efecto, la primera pelea que mantiene Pascual con alguien y que fragua en
él una insatisfacción y rabia interior será con el “Estirao”.

Mario es el hermano menor y sufre un destino trágico: muere ahogado en un


bidón de aceite. Otra vez aparece el determinismo: Parecía como que hubiera olido el
parentesco que le esperaba (p. 52).

A través de este personaje se observa también lo que se ha denominado


“tremendismo”, porque vemos las condiciones pésimas de vida por las que pasa el
pobre niño, que causan estremecimiento. Primero le tienen que extraer un hueso de la
boca, de la sangre que tragó se le originó un sarpullido en el trasero, que mezclado
con la orina le creó gran infección. Después un cerdo le mordió las orejas, por lo que
daba fuertes gritos de dolor, no lo atendían ni su madre ni el hombre que venía a la
casa, al que dio un mordisco y este respondió con un duro golpe. La madre, en lugar
de mejorarlo, fijémonos cómo responde de manera grotesca:

Cuando el señor Rafael acabó por marcharse, mi madre recogió a Mario, lo acunó en el

10
regazo y le estuvo lamiendo la herida toda la noche, como una perra parida a los
cachorros (p.56).

Las relaciones entre Pascual y sus hermanos muestran un cierto atisbo de


ternura, pues por su hermana siente tal respeto que le lleva a matar al “Estirao” y por
el cariño a su hermano hace que odie más a su madre.

3.3 La relación Pascual- madre

De todos los miembros de la familia, hay uno con el que Pascual mantiene una
tensión y malestar: la madre. Desde el principio hasta el final se va fraguando una
visión negativa, llegando incluso hasta el odio hacia ella. Por este motivo, entre otros,
se despierta la violencia y, al final de la obra, asesina a su madre.

En el capítulo mencionado antes, se aprecia la crueldad de la mujer que no


atiende al pobre Mario cuando el señor Rafael le da la patada: La criatura se quedó
tirada todo lo larga que era, y mi madre –le aseguro que me asusté en aquel momento
que la vi tan ruin- no lo cogía y se reía haciéndole el coro al señor Rafael (p.55).

Siguiendo con la historia de Mario, tras su muerte, vemos la primera confesión


de Pascual que siente desprecio hacia la figura materna:

Mi madre tampoco lloró la muerte de su hijo; secas debiera tener las entrañas una mujer
con corazón tan duro que unas lágrimas no le quedaran siquiera para señalar la desgracia
de la criatura…De mí puedo decir, y no me avergüenzo de ello, que sí llore, así como mi
hermana Rosario, y que tal odio llegué a cobrar a mi madre, y tan deprisa había de
crecerme, que llegué a tener miedo de mí mismo. […] quería hacer un claro en la
memoria que me dejase ver hacia qué tiempo dejó de ser una madre en mi corazón y
hacia qué tiempo llegó a convertírseme en un enemigo. En un enemigo rabioso, que no
hay peor odio que el de la misma sangre (p.58).

Una vez que Pascual se casa, vive rodeado de su mujer, su hermana y su


madre. Pero se siente solo y desorientado. Ninguna logra aplacar su tristeza por el hijo
muerto. Su mujer Lola y su madre lo increpan, lo insultan y lo comparan con su
hermano medio tonto Mario. Así que en su interior Pascual se va volviendo violento y
va configurando el crimen. Definitivamente, pasa tres años en la cárcel de Chinchilla
y regresa a su casa. Pero, cuando llama a la puerta vemos que entre madre e hijo se
mantiene una fuerte distancia y frialdad: Estoy por asegurar que mi madre hubiera

11
preferido no verme. Los odios de otros tiempos parecían como querer volver a hacer
presa en mí (p. 155).

Pascual se casa por segunda vez, ahora con Esperanza, nombre simbólico. El
matrimonio no tiene buena relación con la madre, por eso, su mujer le propone a
Pascual que se vayan a vivir lejos. Veamos los últimos momentos entre madre e hijo
cómo los vive Pascual:

Mi madre seguía usando de las mismas mañas y de iguales malas artes que antes de que
me tuvieran encerrado. Me quemaba la sangre con su ademán, siempre huraño y como
despegado, con su conversación hiriente y siempre intencionada, con el tonillo de voz
que usaba para hablarme, en falsete y tan fingido como toda ella. […]Mi madre sentía
una insistente satisfacción en tentarme los genios, en los que el mal iba creciendo como
las moscas al olor de los muertos (p. 163).

Se puede comprobar que esta mala relación madre-hijo, así como el carácter
despiadado de la madre son los causantes de la actuación del protagonista, que solo
sabe solucionar sus problemas acudiendo al instinto de la violencia. El conflicto
familiar es una idea importante, por el tema que encarna, que ha servido para crear
mitos como el de Caín y Abel, y porque abarca toda la novela, del primer al último
capítulo. Como consecuencia de ello, se produce el asesinato de la mujer a manos de
Pascual en las últimas páginas. El tema ocupa un lugar estratégico: el cierre de la
obra. Además es el crimen que se describe con mayor detenimiento (ocupa tres
páginas) y que mejor organizó y pensó el protagonista, ya que los anteriores eran fruto
de ataques impulsivos e instantáneos. En cambio, la muerte de la madre es algo que
traspasa todo la novela y que vendría a cumplir, o no, con la premonición de desgracia
que estaba antes del nacimiento de Pascual. En suma, mediante el asesinato de
Pascual a su madre podemos insertar a la novela de Cela en lo mítico (las semejanzas
con el crimen entre los hermanos bíblicos Caín y Abel) y lo simbólico, como apunta
Cantos Pérez (2000)

El único simbolismo más o menos claro lo da el asesinato de la madre: Pascual, en su


madre, mata a la España que lo crió y le repugna. Ahora bien, el asesinato sólo motiva
nuevos asesinatos; resulta, pues, incongruente. Pascual aniquila y no crea, patalea en el
vacío. ¿Quiere significar el autor que en 1942, en el momento en que escribe todo sigue
igual?

12
4. EL DETERMINISMO VISTO DESDE LA LÓGICA DEL INSTINTO

Para entender el condicionamiento al cual está sometido Pascual Duarte, se debe


introducir la noción de espacio condicionante. Factor que transforma el carácter del
personaje y lo somete a los alcances propios del espacio. Duarte está comprometido al
espacio, siendo éste un sugestivo para su conducta, y por ende un determinante para la
consecución de actos reprochables, que desembocarán en homicidios no premeditados
y premeditados como en el caso del matricidio.

Pascual Duarte vive en un espacio salvaje, desprovisto de la calidez del hogar,


se siente una bestia porque el espacio lo orilla a sentir esa animalización del ser. Lo
humano no es una virtud del espacio donde habita.

Teníamos otras dos habitaciones, si habitaciones hemos de llamarlas por eso de estar
habitadas, ya que no por otra cosa alguna, y la cuadra que en muchas ocasiones pienso
ahora que no sé por qué la llamábamos así, de vacía y desamparada como la teníamos
(…) la verdad que las habitaciones no estaban muy limpias ni muy construidas (…) la
cuadra era lo peor; era lóbrega y oscura, y en sus paredes estaba empapado el mismo olor
a bestia muerta que desprendía el despeñadero (…) (p. 25-26)

Duarte es obligado a transformarse en una bestia y a tener por cómodo los


olores de la orfandad de humanidad, que habita en su casa. No puede vivir sin ellos.
Siente la necesidad de estar ligado a ese mundo salvaje, corruptible y solo en ese
medio, halla un poco de tranquilidad.

Es extraño pero, de mozo, si me privaban de aquel olor me entraban unas angustias como
de muerte (…) Cuando me fui acostar en la posada, olí mi pantalón de pana. La sangre
me calentaba el cuerpo. Quité a un lado la almohada y apoyé la cabeza para dormir sobre
mi pantalón, doblado. Dormí como una piedra aquella noche. (p. 26)

En el anterior pasaje, Duarte habla sobre la necesidad de sentir consigo, el olor a


muerte, a podredumbre, que emana de las paredes de la cuadra de su casa. No puede
encontrar calma, si lo privan de ese olor nauseabundo, que se desprende de los
cadáveres de animales putrefactos que yacen en el despeñadero. Se observa un estado
condicionante. Su conducta se ve alterada por la ausencia del factor muerte (Tanatos),
factor que se pasea por toda la obra como una borrasca perniciosa, y a la vez es un

13
condicionante para el personaje principal.

La ausencia de la pulsión de muerte hace que Duarte exteriorice la ansiedad, lo


cual lo subyuga y lo impulsa a buscar un lugar de confort, ligado a lo animal. No
logra encontrar quietud en la ciudad, desprovista de la animalidad a la cual está
acostumbrado. Se muestra vacío y convulso. Lo primitivo lo supera. La deriva es el
camino más frecuente a su paso.

Pascual busca el espacio, del Ello, para sentirse a gusto y por ende de su Yo
primitivo, porque solo así, puede acariciar la tranquilidad. De cierta forma la ausencia
de Tanatos hace que entre en una etapa de tipo castración, porque es en esa ausencia,
donde él se siente impedido, incómodo, imposibilitado de seguir con el curso normal
de su vida, a tal punto que se orienta bajo ese impulso de muerte, y ya no puede
prescindir de él.

Dentro del espacio de contacto de Duarte, (Proxémica), se manifiesta una


alteración respecto al vínculo afectivo paterno-materno. El lugar impide que Pascual
se comunique de una forma asertiva. Duarte se hunde en el espejo de violencia
reflejado en las figuras familiares. Su parte primitiva se ve obligada a identificarse y a
reconocerse a través de la violencia. Principalmente causa mella en él, la figura del
padre, Esteban Duarte Diniz, quien causa un impacto profundo en su conducta, y lo
llevará a la no creación de vínculo con la madre, así lo afirman Quaglia y Castro
(2007), puesto que para ellos: “El padre es parte integrante de la relación primitiva del
niño, mejor dicho, es quien suscita la relación del niño con la madre; es la sombra que
permite individuar y orientar al niño, metafóricamente, hacia la luz” Pascual vive
dentro de un estadio primitivo. No logra relacionarse de forma afectiva con el padre.
Esa primigenia condición le impide crear un vínculo materno. Su madre pasa a ser el
rapaz enemigo, la esencial fuente de odio. La ausencia afectiva de las dos figuras
claves, hacen de él una presa fácil y débil. La pulsión de muerte lo somete, lo
encarcela en un callejón sin salida, lo limita y lo condiciona a la oscuridad. La
fragilidad de Pascual lo invita a sucumbir ante el estímulo de muerte. Él no se
encuentra atraído por la luz, más bien la latencia hacia la oscuridad y hacia el mal
14
presagio lo superan. Los estímulos condicionados le acercarán cada vez más hacia la
pulsión de muerte y lo alejarán más de la pulsión de vida, Eros.

El lugar en que habita Pascual se ve trastocado por la falta de comunicación. No


existe un espacio de diálogo, tampoco buscan un entendimiento entre los habitantes.
En ese lugar persiste una lucha de iguales, puesto que todos los personajes están
manchados por la violencia. En realidad la obra es un constate choque de fuerzas
destructivas.

Las relaciones no son afectivas, por el contrario son relaciones perversas, de


odio, de escarnio y diatribas. Padre y madre riñen a cada momento, no se soportan. Se
unen solo bajo la lógica de la procreación, tal cual lo hacen las bestias. El concepto de
amor no existe, es un estadio inalcanzable para los padres. Cela no muestra ningún
afecto entre ellos, tampoco explica cómo llegaron a vivir juntos. Los construye como
entes primitivos, escasos de emociones. Esos factores son el detonante para ver al
hogar como un No lugar, así lo explica Marc Auge (1992) “El espacio del no lugar no
crea ni identidad singular ni relación, sino soledad y similitud”. Auge entiende que el
no lugar hace del sujeto, un solitario contumaz, puesto que no prevalece la
comunicación como una forma de entendimiento. No hay una relación afectiva, ni de
escucha. El espacio es un limitante que no crea una identidad diferente, sino lo sume
al individuo a la semejanza, al estereotipo de lo observado. Duarte no puede entablar
un diálogo con sus padres, es su hermana Rosario quien hace su vida más llevadera.
Pero un sujeto siempre ha de necesitar una figura para poder identificarse. Así fue
como Pascual, empezó a ver a Don Manuel, cura del pueblo, como una figura de
respeto a quien seguir y confiarle sus secretos.

Desafortunadamente la vida de Duarte no fue fácil y lo único que le quedó es


escabullirse, para pasar inadvertido en su casa y así no salir golpeado, por algún
objeto que fuera lanzado con violencia por las varias discusiones de sus padres.

Yo, al principio, apañaba algún cintarazo que otro, pero cuando tuve más experiencia y
aprendí que la única forma de no mojarse es no estando en la lluvia, lo que hacía cuando
las cosas tomaban mal cariz, era dejarlos solos y marcharme. Allá ellos. (p. 35)

15
El espacio desprovisto de comunicación, lo sume en la soledad, se aleja del
vínculo paterno y materno. El encuentro para el diálogo no es posible. El no lugar
prima en la casa y lo aliena.

Pascual huye de su casa, que debería ser un lugar de encuentro, donde él logre
reafirmarse como sujeto y reconocerse dentro de un ámbito ético-moral. Pero él no
logra diferenciar el bien del mal. Se deja llevar por los instintos, por las pulsiones que
son producto del condicionamiento de los factores paterno-materno y del espacio
habitable. Vive en un constante sometimiento de su Yo, por consiguiente no logrará
fraguar un Superyó que se apegue a las normas éticas generales.

4.1 Estímulo y respuesta condicionada

Pascual Duarte, sabe que no es malo por naturaleza, sus desaciertos fueron el
resultado de un procedimiento de educación mal dirigida y de factores ajenos a la
realidad de sus virtudes. Intuye no tener otro camino, puesto que había aprendido las
vilezas de su propio hogar, que bien se sabe es el mundo de un sujeto en sus primeros
años de vida. Entiende la precariedad de su instrucción e increpa al lector a
reconocerlo como una víctima de las malas decisiones de sus padres y de la mala
fortuna que lo persigue. Él comprende no tener otra salida. Todo el mal que ha hecho
es el fruto de los estímulos vividos, sus respuestas son condicionadas por factores
ajenos a él desde su niñez. Entre las más importantes están: la violencia, la falta de
diálogo, el escarnio, la desolación y el miedo. Factores que sirven de estímulo y
alimento, quienes nutren a su conducta, haciendo de él un sujeto primitivo, carente de
ética y moral.

La confesión de Pascual Duarte inicia con una frase arrolladora, que lo justifica
como una víctima de los factores circundantes que lo aquejan. “Yo, señor, no soy
malo, aunque no me faltarían motivos para serlo” (p.21) hace hincapié en los motivos
externos y ajenos a su condición, sabe de sus limitaciones y de su infortunio por nacer
en una familia cegada por la violencia.

16
Pero en su incapacidad de desligarse de ese mal que le aqueja y le supera, busca
alguna solución para dar un nuevo rumbo y sentido a su vida, intenta hacer
conexiones con gente a quien él considera más noble, como es el caso de Don
Manuel, el cura de la iglesia, a quien le rinde sus más sinceras muestras de afecto. Su
fin es integrarse a una nueva masa, para no alienarse, pero al intentar unirse a esa
masa, se niega, configurándose en él una supuesta originalidad, pero que es una
evidencia más del condicionamiento al que le sometieron.

Sucumbe ante el poder de la masa deforme que es su familia, el pueblo, la


sociedad y hasta el matrimonio que contrajo con Lola, puesto que en él no mora una
esperanza de porvenir, siempre está quejado por una mala estrella que lo persigue. Es
decir el condicionamiento cumple la función y la masa es quien lo encierra y le
muestra una forma contraria a la ética, lo envenena, lo hace presa y lo sume en un
desconocimiento de su propio Yo. En consecuencia su ser se parece a la masa, y se ve
capaz de nadar contra corriente. Es un sujeto inmóvil que solo actúa por el valor
pulsional que está supeditado al trabajo de la masa.

Cada individuo forma parte de varias masas, se halla ligado, por identificación, en muy
diversos sentidos, y ha construido su ideal del Yo conforme a los más diferentes modelos.
Participa así, de muchas almas colectivas, las de su raza, su clase social, su comunidad
confesional, su estado, etcétera, y puede, además, elevarse hasta un cierto grado de
originalidad e independencia. (Freud 1921)

Por lo tanto Pascual Duarte, construye su Yo a través de la visión de la masa,


que en su caso es su familia y el pueblo. Así lo analizó Watson con el experimento del
“Pequeño Albert” supuso la posibilidad de conducir a un sujeto hacia miedos que
antes no tenía, por ende nace la figura de la conducta como un estadio en el cual se
puede realizar cambios considerables. El sujeto es visto como una masa de orfebrería
a la cual se puede dar forma a través de estímulos que provocarán una respuesta, pero
esa respuesta será condicionada bajo los factores que le rodean. En el caso de Duarte
los estímulos son varios y por ende, él no logra entender por qué actúa de ciertas
maneras a lo largo de su vida, por qué mira el asesinato como un acto sin importancia.

17
4.2 El determinismo como estadio neurótico

Duarte está condicionado a su ambiente familiar, factor determinante que lo


llevará a un estadio de neurosis. Su situación es intolerable, trata de luchar contra el
determinismo, pero esa lucha lo orilla a reprimir sus emociones. Al reprimir los
impulsos se torna más violento cuando se deja llevar por ellos. Freud explica que “Lo
reprimido es para nosotros el modelo de lo inconsciente. Vemos, pues, que tenemos
dos clases de inconsciente: lo latente, aunque susceptible de conciencia, y lo
reprimido, que en sí y sin más es insusceptible de conciencia.” (Freud: 1923). Por esa
razón Pascual no se ve afectado en su conciencia al asesinar. Su Yo es insusceptible de
conciencia, en él no nace la culpa, puesto que se rige por un impulso reprimido que lo
ciega, lo confunde y lo limita. La pulsión de muerte es parte de sí mismo, puesto que
no logra reconocer el asesinato como un atentado a la moral. Veamos lo que sucede
con Chispa, su fiel perra de caza.

La perra volvió a echarse frente a mí y volvió mirarme; ahora me doy cuenta que tenía la
mirada de los confesores, escrutadora y fría (…) (…) y su mirada me calentaba la sangre
de las venas de tal manera que se veía llegar el momento en que tuviese que entregarme
(…) (p. 29)

Duarte se deja llevar por el determinismo, que lo lleva a ser presa de lo


instintivo. Su comportamiento es primitivo hasta en el acto sexual. Él prácticamente
abusa de Lola en la siguiente escena del texto.

Fue una lucha feroz. Derribada en tierra, sujeta, estaba más hermosa que nunca… Sus
pechos subían y bajaban al respirar cada vez más deprisa. Yo la agarré del pelo y la tenía
bien sujeta a la tierra.
Ella forcejeaba, se escurría…
La mordí hasta la sangre, hasta que estuvo rendida y dócil como una yegua joven. (p.64)

Pascual es un animal instintivo, su enamoramiento es como lo explica Freud


cuando piensa en el amor visto a través del acto sexual.

En un cierto número de casos, el enamoramiento no es sino un revestimiento de objeto


por parte de los instintos sexuales, revestimiento encaminado a lograr una satisfacción
sexual directa y que desaparece con la consecución de este fin. (Freud: 1923)

18
5. CONCLUSIONES

En definitiva Pascual Duarte es un hombre instintivo, limitado por el


determinismo que se encamina hacia una vida violenta, tal cual la llevaron sus padres.
Él es una incubadora de la vileza. La neurosis y el determinismo hacen de él una
víctima de sus propios actos corrompidos por la carga ambiental, social y familiar.

Cela como tremendista enlaza con agudeza las palabras que crean situaciones
complejas y los pensamientos primitivos y anti éticos del protagonista. Dada la
riqueza de matices que alberga Pascual dentro de su entorno, no se puede identificar a
Cela con una etiqueta, ya que reúne una mezcla de tremendismo, realismo,
costumbrismo y humorismo que lo sitúa entre uno de los mejores escritores del siglo
XX.

19
6. BIBLIOGRAFÍA

• Augé, Marc. Los No Lugares. Espacios del anonimato: Seúl, Sedisa, 1992
• Bravo, Carmen. Vida y obra de Emilia Pardo Bazán: Madrid, Novelas y
cuentos, 1973
• Cantos, Antonio. Camilo José Cela. Evocación de un escritor: Malaga,
Analecta Malacitana, 2000
• Cela, Camilo José. La familia de Pascual Duarte: Barcelona, Seix Barral,
1983
• Freud, Sigmund. Psicoanálisis de las masas y análisis del yo: Barcelona,
Alianza, 1921
• Freud, Sigmund. Yo y Ello: Argentina,Amorrortu, 1923
• Marbán, Jorge. Camus y Cela. EL drama del antihéroe trágico: Barcelona,
Picazo, 1973

WEBGRAFÍA

• Álamo Felices, Francisco (1996), La novela social española: conformación


ideológica, teoría y crítica. Universidad de Almería. ISBN 9788482400570
(5/12/2016)
• Quaglia y Castro (2007), El papel del padre en el desarrollo del niño.
http://infad.eu/RevistaINFAD/2007/n2/volumen1/0214-9877_2007_2_1_167-
182.pdf (09/01/2017)

• Sobejano, Gonzalo (1968), Reaflicciones sobre La Familia de Pascual Duarte,


Madrid. URL: http://www.xtec.es/~rsalvo/cela/dossier/1.htm (5/12/2016)

• Valverde Ferrer, Concha. Análisis de La familia de Pascual Duarte, I.E.S.


Juan de Mairena. URL: http://studylib.es/doc/5324460/an%C3%A1lisis-de-la-
familia-de-pascual-duarte (5/12/2016)

20

También podría gustarte