Retos de Dios para Los Jóvenes
Retos de Dios para Los Jóvenes
Retos de Dios para Los Jóvenes
Nosotros los jóvenes debemos vivir así para que los que se
oponen al cristianismo sean avergonzados y silenciados
cuando lo critican. Pero que tan diferente es lo que ocurre en
Costa Rica y en el mundo entero? Los hombres critican a los
cristianos y no sienten vergüenza alguna. Y porqué no se
avergüenzan? Por la sencilla razón de que los cristianos se
han hecho iguales al mundo. Predican una cosa, pero sus
vidas revelan su hipocresía. Los enemigos del cristianismo no
se sienten avergonzados porque sus críticas no son mentiras.
Cómo es que Pablo quiere que avergoncemos y humillemos a
los oponentes? Viviendo una vida que está regida por los
principios bíblicos. Una vida bajo sumisión a la palabra de
Dios, llena de buenas obras, incorruptible, seria y con
palabras edificantes. Cuál es el fin de esa humillación? No se
trata de humillarlos así porque así, sino humillarlos para que
se arrepientan. Los jóvenes deben vivir sus vidas de tal
manera que cuando los oponentes del cristianismo lo critican,
sean humillados porque las vidas de esos creyentes están sin
mancha. Viven una vida acorde a lo que predican, sometidos a
Dios y a Sus mandamientos, con el fin de que los incrédulos
vean ese ejemplo y se arrepientan.
Noten algo importante: al final del versículo 8, Pablo dice, «y
no tenga nada malo que decir de vosotros.» Porqué dice
«vosotros»? La idea es que un cristiano es la representación
de la iglesia. Lo que sea que Tito haga, afectará a Pablo. Con
nuestras acciones podemos destruír la credibilidad de nuestra
fe.
Pablo utiliza la palabra phaulos que quiere decir «sin
valor.» Los jóvenes no debemos permitir que los oponentes
de nuestra fe digan que el cristianismo no tiene valor. Cómo
puede ocurrir esto? Viviendo vidas llenas de hipocresía. Si
predicamos que Dios salva, entonces debemos vivir una vida
trasnformada. Eso es lo que haría un verdadero creyente.
Entonces, cuando estemos solos, en el colegio, en la
universidad, en nuestros trabajos, debemos recordar siempre
que estamos representando a todos nuestros hermanos en la
fe. Si fallamos, entonces dejamos mal al resto.
III. Conclusión
Como cristianos estamos llamados a evangelizar. La manera
en la que Pablo le enseña a Tito es por medio del ejemplo de
nuestras vidas, las cuales deben ser vidas controladas, llenas
de buenas obras, incorruptibles, obedientes a la palabra de
Dios, serias, y vidas en las que nuestras bocas sean
irreprochables. El mejor método para evangelizar es
mostrándole al mundo el poder y la misericordia de Dios en
nuestras vidas.
Aplicaciones/Retos
1. Exhórtense unos a otros. Esto es, cada uno de ustedes
debe ayudar a guiar a sus hermanos en la fe. Cuando uno de
ustedes cae, los demás deben venir a su lado y guiarlo hacia la
verdad.
2. Dominen sus cuerpos. La carne es débil. El mundo es
sensual. Su meta es promover el mal y el pecado. Se anuncian
vicios, drogas, sexo, etc. Mi reto a ustedes es a que aprendan a
dominar sus cuerpos débiles. Como le dijo Pablo Timoteo,
«huyan de estas cosas.» La manera de hacerlo es dejándose
llevar por el Espíritu Santo. Es Él quien nos santifica. Es por
medio de la palabra de Dios por el que aprendemos a
combatir el pecado que hay en nosotros. Sometan sus cuerpos
en servidumbre. La Biblia dice que,
2 Timoteo 1:7: «no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de
dominio propio.»
Oren cuando se vean tentados. Dios sabe sus debilidades y Él
los mantendrá firmes. Acostúmbrense a orar constantemente.
Memoricen la Biblia, para que cuando sean tentados, la
palabra de Dios esté siempre cerca de sus corazones.
3. Sirvan de ejemplo al mundo. Que otros jóvenes en la
iglesia vean en ustedes un molde, un héroe espiritual. Que
vean un jóven que anda en los caminos de Dios, que es
obediente y está sometido a la Biblia; incorruptibles.
4. Que vivan sus vidas con seriedad. Debemos comprender
que somos peregrinos en esta tierra, y que vivimos con la
esperanza de la eternidad. Debemos vivir de acuerdo a esa
esperanza. No dejemos que nuestra inmadurez nos haga
desviarnos de uno de los propósitos de Dios para nosotros,
esto es, nuestra santificación. Mostrémole al mundo la
sabiduría que sólo la palabra de Dios nos puede brindar. Sean
jóvenes serios!
5. Cuiden sus bocas. Lo que sale de ella revela lo que hay en
nuestro corazón. Si salen palabras inmundas, mostramos la
inmundicia que hay en nuestro corazón. Nuestras bocas
deben mostrar la transformación que Dios ha logrado en
nosotros. Somos nuevas criaturas, y nuestras bocas deben
demostrarlo. Que el mundo vea en su lenguaje el poder
santificador de Dios.
6. Evangelicen con el ejemplo de una vida transformada.
Protejan la integridad de la iglesia por la que Cristo murió.
Demuestren el amor que Dios ha puesto en sus corazones por
sus hermanos en la fe. Humillen y avergüencen al mundo
para arrepentimiento. Evangelicen con sus vidas.