Las Parabolas Del Corazon. Juan Carlos Lopez Rodriguez PDF
Las Parabolas Del Corazon. Juan Carlos Lopez Rodriguez PDF
Las Parabolas Del Corazon. Juan Carlos Lopez Rodriguez PDF
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El misterio del corazón…
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Al hablar del corazón y de la libertad, podemos
pensar en el corazón como en una especie de
“órgano” de la conciencia y la voluntad humana.
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En nuestra era hemos redescubierto el papel del
corazón en la integración del conocimiento y el
saber: La sabiduría recibe tal nombre porque el
saber le sabe sabroso al corazón.
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por saber como extraer del corazón de sus
aprendices, todo el “oro” que son capaces de dar.
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El corazón resucita a las palabras, les da vida. En
gran medida las palabras son sus hijas.
Particularmente bellas y eficaces son las que
construyen la paz, las que tienden puentes; tales
palabras son obras finas del corazón.
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amar y a trascender; en suma aspira a la paz y a
ser feliz.
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La sociedad es, por tanto, una construcción del
corazón; por medio del corazón concordamos,
acordamos y dialogamos; por él podemos ser
cordiales u odiosos; podemos ser misericordiosos.
La comunicación hace posible la comunidad; esta
es tal, cuando se comparte el corazón.
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Corazón de carne
1.- Corazón
La felicidad del hombre se parece a la salud de un
corazón que, semejante al de carne, recibe, guarda
y entrega sangre en forma de obras palabras;
cuando el corazón está sano, aliado con los
pulmones, extrae de las palabras y de las obras
todo el significado gozo posibles, para
transformarlos en obras buenas y en palabras de
vida: en amor luz.
2.- Dualidad
El corazón espiritual es una unidad dual, como el
corazón de carne, pero no como partes que se
oponen sino como elementos que se
complementan: de la misma forma que hay un
“corazón izquierdo derecho” que sana y envía
“sangre” a todo el organismo, así nuestro interior,
inteligencia voluntad, saca de sí, obras y
mensajes de bien vida. Es dual, porque es, al
mismo tiempo, “oreja vientre”; oreja, como la
aurícula, que “ve escucha” y vientre –ventrículo-
que “obra comunica” , “ama ilumlna”. Es doble
también su ritmo que, al latir, jala empuja la
sangre a todo el cuerpo. Los antiguos mexicanos
quizá por eso, llamaban a Dios con el nombre de
Ometeotl, el Dios que re-liga en el espíritu la
dualidad que vemos en el cosmos.
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3.- Sangre
La sangre es un tejido vivo y flexible que lleva
alimento y oxígeno a todo el cuerpo; de la misma
manera la sangre espiritual es un vehículo humano
en el que viaja el “significado gozo” propio de la
vida interior, formado por “pensamientos
deseos” que unen y dan vida a la persona o a una
comunidad a través de sus relaciones humanas
sociales. El corazón es el motor de la vida humana,
interna y de su proyección externa o social.
4.- Sabiduría
El saber del corazón es la sabiduría. El corazón,
como una aurícula, ve escucha, pero no refleja la
realidad de una forma fría, sino más bien, sabrosa.
Por eso “conoce vibra” con la realidad al contacto
de la verdad belleza que el cosmos posee, la
verdad es “alimento sabor”.
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Este significado real es la mezcla de lo que es lo
que puede ser; del acto la potencia del ser; por
eso, simultáneamente el corazón abraza las
necesidades y las posibilidades; siente la sed y
anticipa el manantial. El corazón ve con esperanza
lo que la mente – el raciocinio - solo alcanza a ver
como abstracción; por eso sabe de la actualidad
presente que va unida al futuro que intuye y goza.
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verdad, la belleza y la unidad, mismos que son la
fuente del gozo y del significado..
8.- Latidos...
La fuerza de voluntad es la fuerza que el corazón
moviliza. El corazón obtiene su fuerza de la verdad
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bien, que es simultáneamente “gozo
significado”. La verdad anima a la voluntad que se
mueve y mueve a toda la persona, como una
energía poderosa que empuja jala.
9.- Inspiración
La vida humana debe renovarse…Se hace nueva
por la gracia de la “inspiración”, es decir, de la
respiración del espíritu. La persona que se inspira
goza y se alimenta, de la misma forma que se goza
al respirar del aire puro del mar; el aire cotidiano
nos recuerda al Espíritu que da vida y que renueva
la conciencia; cuando el corazón está unido al
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Espíritu, se mueve y goza con el esplendor de la
verdad. El corazón toma y comunica al espíritu:
inspira comunica lo que tiene en abundancia, La
persona comunica lo que saca de su corazón.
10.- Soplo
El corazón oye. La aurícula es como el oído ojo
del corazón. Si está abierta al Espíritu que sopla
siempre, escucha a la conciencia. Contempla lo
que es significativo; admira todo aquello que es
bello; es sensible a todo lo que brilla, lo que es
pleno; así ha sido siempre: el que oye y ve con
claridad y pureza, ve y vibra con el amor;
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sueños, en las intuiciones, en esos momentos en
que la piel se eriza y la conciencia se aclara.
11.- El nudo
En el cuerpo humano todo está referido al corazón.
En la persona todo converge en el corazón y este
en el espíritu: así se anudan todos los aspectos
físicos, sensibles, biológicos, afectivos, lingüísticos,
lógicos, intelectuales, técnicos, artísticos, morales,
culturales y espirituales.
12.- Redes…
La comunidad es semejante a un cuerpo vivo que
está conectado por una red formada por kilómetros
de arterias y de vasos; los capilares se parecen a
las relaciones humanas que, como lazos invisibles,
llegan a todas partes con su entrega de significado
gozo.
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las que circula la sangre de obras palabras de la
sociedad llenas de cierto significado gozo.
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Palabras
13.- La palabra.
La felicidad la encuentra quien cultiva el amor a
partir de la “palabra” de Dios, esta se halla en toda
“palabra semilla” de amor que eleva al ser
humano en colaboración con el Espíritu. Cuando la
palabra penetra el corazón humano se parece a una
semilla que hundida en la tierra se convierte en el
sostén de una planta nueva; la semilla se abre para
formar raíces que le dan estabilidad y alimento; al
mismo tiempo crecen sus tallos y sus hojas y se
transforma en flor para, finalmente, dar frutos
abundantes.
14.- Sembrar.
El acto de amor es una “palabra semilla” que
creció. La semilla buena la siembran las personas
con sus obras y palabras de bien. El corazón que
ama, la recibe siempre con una actitud de búsqueda
y aceptación, oye al Espíritu y lo interioriza; el
corazón que se cierra se parece a aquella semilla
que cae a lo largo del camino, vienen los pájaros y
se la comen.
15.- Arraigar.
El amor necesita de la verdad, como la planta de las
raíces. Amar supone un esfuerzo de comprensión y
de congruencia; el amor aprende profundiza;
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encuentra sentido gozo; esto no ocurre cuando el
que oye y recibe las palabras de vida con alegría
pero no se arraiga, es como aquella semilla que cae
en terreno pedregoso, solo dura una temporada y
se seca.
16.- Florear.
El amor construye a la persona. Una persona plena
es como una semilla transformada en flor. Está
conectada al mundo de forma fecunda. Se abre con
belleza creativa. Aman y son amadas. El ser
humano que ama se parece a la flor que se hace
amable y da fruto. La persona que ama tiene rostro,
tiene carácter, tiene identidad y está abierta a la
vida.
17.- Fructificar.
Los frutos germinan con la colaboración de la
naturaleza. El que ama, obra el bien. Lo que no
sucede con quienes escuchan la palabra de vida,
pero luego las preocupaciones de esta vida y los
encantos de las riquezas ahogan esta palabra y al
final no producen fruto, son como la semilla que cae
entre cardos.
Los frutos junto con el alimento y el sabor,
nuevamente dan semillas.
18.- La persona
La persona es tierra fértil en relación. Es
esencialmente una tierra corazón que aprende:
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que saborea y atrapa palabras. Uno es Per-sona,
por eso re-suena con las palabras que dan vida. En
el corazón humano caen y nacen palabras que se
pueden transformar en hechos de amor. Nada, sino
la libertad íntima, asegura la apertura de un corazón
hacia al otro; nada sino la búsqueda sincera de la
verdad asegura la permanencia; nada, sino el amor
paciente asegura el desarrollo de la flor y la
aparición de frutos…
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gozo profundo que explica nuestro ser personal; es
como el verbo o logos de nuestra persona entera; el
significado que nos mueve a la perfección de una
manera singular; la fuente del gozo vital, la
motivación de nuestras motivaciones; La vocación
se parece a un código genético profundo; es
también semejante a la frecuencia de resonancia a
la que nuestra cuerda humana –corazón- vibra y se
emociona;
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21.- Misión
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La Misión y vocación personal forman el eco del
“Ven y sígueme” que el Espíritu de Amor infinito
nos formuló desde nuestro nacimiento y que
resuena, hoy…
22.- Audacia
La audacia es la forma de respuesta natural del
corazón humano de acuerdo a su propia vocación.
El audaz oye a Dios en su corazón y le responde
pronto, firme y gozosamente. Es como la hoja que
pierde peso con tal de seguir a la luz. El audaz es
el personaje que puso todos sus talentos a producir;
23.- Resonancia
El corazón de la persona es el que resuena como el
personaje detrás de la máscara –per sonare-. Con
su inteligencia el actor lee el significado gozo de
su reparto, lo lee en las cosas; Dios se aseguró de
poner en el interior humano un instructivo adecuado
para cada corazón; el actor con su inteligencia lo
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lee; con su voluntad es capaz de aceptar y realizar
la obra buena bella.
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la imagen de un espejo- solo abraza y se acerca a
la verdad. Por eso el avance del pensamiento es
parabólico – basado en analogías, en semejanzas
comparaciones o parábolas-. En parte se aproxima
y en parte sigue lejos. Se acerca uno a la verdad,
pero no en forma lineal o recta, sino más bien como
en escaleras o en espiral. Para ello utilizamos vasos
que se llenan, que cambiamos por vasos mejores.
La verdad tiene sentido para el hombre de hace
siglos como para el hombre de ahora.
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simultáneamente por la inteligencia y la voluntad.
Por eso la palabra atada expresa juntos una verdad
y un bien; al mismo tiempo es bella y una.
Las palabras atadas son una forma de transmitir la
verdad; de comunicar la misión en las palabras; es
decir, de preparar aprendizajes que resuenen.
Las palabras atadas son como raíces con nódulos;
como los nudos de una red. Así como la raíz abraza
a la tierra, así se abraza la verdad. Los nodos son
palabras atadas, una suerte de palabras aliadas
para dar vida; como signos que transforman. Las
palabras atadas si se divorcian, pierden el
significado gozo.
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roja, aquellas con la que pintaron personas en las
piedras desde tiempos inmemoriales.
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Aprendizaje
25.- Aprender
La persona puede transformarse, puede aprender.
Aprender es modificar las relaciones del corazón.
Es “guardar” cosas sabrosas en el corazón. Cuando
se aprende se transforma la conducta humana: se
posee el conocimiento hecho vida.
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desde el corazón, a dialogar con Dios, a buscar la
verdad de nuestra propia relación trascendente; a
atreverse a responder al llamado de la propia
vocación con audacia, a atreverse a servir al
prójimo. Aprende así, el que desecha lo que de
mágico, supersticioso, fanático y falso tienen sus
propias creencias. Al que en el silencio y la paz
desecha, o mejor aún, resignifica, lo que por
imposición y sin fundamento recibió de su cultura.
Al que trata con sinceridad descubrir el Amor del
Padre-Dios. Aprende a ser quien goza su vida,
quien encuentra sentido entre las contradicciones
del mundo, quien bebe paz en su corazón.
Aprender a ser es aprender a ser feliz. Solo
aprende a ser feliz aquel que se sabe pequeño, el
que necesita aliarse a Dios.
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Aprende a hacer las obras buenas, verdaderas y
bellas, todo aquel que ama. Aprender a Amar es la
manifestación del que es feliz.
26.- Encarnar
De las necesidades humanas, la necesidad del
sentido o significado es – quizás- la mayor. Las
personas y las instituciones mueren cuando pierden
su sentido. Necesitamos sujetarnos al mundo real
mediante las respuestas a los paraqués, es decir,
de los significados que actúan como raíces que
sostienen un árbol.
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De igual manera que la Visión le da orden y sentido
a una institución vinculando las acciones cotidianas
a las respuestas del "para que, que, a quien y
como", así sucede también en una persona.
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Una visión se realiza como un hecho cultural vivo y
vinculante. Al mismo tiempo que anima a la persona
y a la comunidad, les da dirección y se convierte en
un referente que les sirve para comparar los actos
cotidianos para virar el timón. En este sentido, la
construcción de tal vision, contará junta a la mente
con el timón.
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Con buena intención se ve la realidad más
claramente; se ve lo que es y lo que puede ser; se
ve la carencia pero se ve con esperanza. El corazón
limpio tiene mejores posibilidades de ser sagaz.
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29.- Contemplar el horizonte
El corazón une todo. En cierto sentido el corazón es
el órgano de la unidad y la comunión; el corazón
busca y goza con los horizontes amplios,
coherentes, incluyentes. Esos, donde nada sobra;
donde nada está fuera de su lugar. El corazón
conecta bajo la perspectiva de lo infinito. Así nos lo
recuerda su palpitar y la red inmensa de metros y
metros de vasos sanguíneos; la sangre que une
todas y cada una de los órganos internos. El
horizonte nos recuerda el misterio de lo que no se
distingue, de lo que está lejos, de lo que es
brumoso, de lo que está escondido. El corazón une
en la paz lo sublime y lo pequeño. En la vida diaria
lo hace con obras y palabras de aliento y de amor;
por medio del lenguaje verbal y natural, con
actitudes y con actos. La persona se entrelaza con
toda la comunidad, pero especialmente con los más
necesitados.
30.- La estrella
Un sueño debe apuntar a la verdad; como lo hace
el corazón que sigue al intelecto y al Espíritu; como
lo hace un marino al fijar su ruta mirando hacia la
estrella del norte; no para aprender la verdad de
forma aislada o fría, sino la verdad plena: la que
sabe, la que señala el camino y da vida.
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El corazón no hace nada sin dirección: Por eso
sigue a la verdad que la inteligencia le presenta,
ésta es la única fuente que le proporciona dirección
y fuerza continua. Los buenos sueños tienen raíces
sólidas. El corazón tiene los pies en la tierra y la
cabeza en el cielo, nunca deja de soñar. La verdad
da contenido esperanza, por eso sana y alimenta.
31.- Orientarse
La buena visión, además de amplia y verdadera es
armónica…es bella. El corazón se orienta con la
belleza; con aquella luz que vemos cuando el sol
se levanta; aquella que logra hacer que el corazón
vibre: la que es señal de armonía y de lo sublime y
que conecta al hombre con el Espíritu.
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32.- Caminar con el sol…
El corazón como nuestro mundo, se mueve siempre
hacia el occidente, que es el bien que lo mueve; el
bien es el motor del amor: del trabajo y de las
obras. El bien es como un río que nace de la verdad
y se orienta al prójimo; por ello el corazón se aplica
a realizar la obra buena; goza con la obra que se
construye y con la esperanza del bien que se
avecina; al empujar con fuerza, nos acordamos que
el bien es lo único que puede llenarlo, como lo
hacen los pulmones que se expanden para recibir al
espíritu.
El ocaso corona luminoso la jornada y el esfuerzo
humano. En cierto sentido el bien es lo único que se
lleva la persona durante su camino el ocaso
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cierta forma es una muerte donde muere la letra,
pero el espíritu –el alma- de la palabra no muere.
35.- La oración
Para amar y ser felices hay que estar abierto a
Dios. Hay que escucharle, hay que buscarlo, hay
que hablar con Él. Escucharlo en los otros, en los
pobres y ricos; en los letrados y no letrados, entre
quienes, no pocas veces hay más sabios.
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36.- Liberación
Las ideas son aprehensiones simples, son
expresión de vida psíquica; hay ideas que se
escurren del alma, que cobran vida y se vuelven
palabra. Sin lastres, sin peso, corren como si
tuvieran alas. Son aquellas que penetran en las
mentes, en los corazones y se vuelven proyectos.
Pueden ser criticadas y aceptadas hasta que
encarnan y cambian las realidades viejas. Hay
otras ideas que no se encarnan y mueren como
tantas ideas vanas, aquellas ideas secas, de esas
muchas que yacen muertas.
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Amor
37.- Relación
El corazón es el órgano de las relaciones. El
corazón vive para dar vida y crear armonía. La vida
es un asunto de relaciones. La relación puede
definirse como la unidad y el orden de un ser
respecto de otro; La persona tiene un par de
relaciones dobles, es decir, cuatro grandes
relaciones, según el término al que se refieren y a
su naturaleza, así la persona se relaciona con uno
mismo, con los demás, con el cosmos y con Dios
38.- La
El corazón corporal es semejante a una cruz en
forma de X, donde se relacionan las aurículas y
ventrículos a través de los pulmones y el cuerpo
todo,. El corazón humano es una doble relación de
inspiración y comunicación; de vida y amor; por las
que circula gozo y significado.
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La cruz también nos recuerda la necesidad –que
tiene la postmodernidad- de contar con un elemento
de orientación para conducirse en los mapas
actuales cada día más complejos.
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transformar al cosmos y transformarse mediante el
trabajo y el amor. Es capaz de la vitalidad: la
relación con el Cosmos. Como individuo la persona
es única, es irrepetible, posee una conciencia y un
alma espiritual capaz del amor y de la belleza, sabe
de su destino mortal y es consciente de su suerte;
ante esta es capaz de la paz y de la relación con
Dios.
40.- Surcos
Para recibir la palabra hay que abrirse como lo
hacen los surcos, de la misma manera en que la
semilla buena se siembra en surcos aptos, no
puede haber fecundidad si la tierra es dura o está
llena de piedras, así no habrá amor ni felicidad sin
apertura al otro y sin empatía en la relación social.
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La persona, también, ha quedado expuesta a la
siembra de buenas y malas semillas; de
conocimientos y obras llenas de significados e
intencionalidades diversas.
41.- Desarrollo.
La vida se abre paso. La semilla en terreno fértil se
des-enrolla, despliega lo que su vocación e
identidad reclaman. Ni todo crecimiento es
desarrollo, ni todo crecimiento da vida. La célula
con cáncer no desarrolla al cuerpo aunque crezca.
El desarrollo es un crecimiento cuantitativo
cualitativo del ser. No se trata de un ser que crece
aislado, sino de un ser vivo, en relación.
El desarrollo humano se parece a la vida de una
semilla de mostaza que creció hasta hacerse un
árbol que da sombra y cobijo.
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porque existieron mis padres; en cierta forma
somos fruto de la palabra de nuestros padres que
se volvió amor y vida
42.- Comunión.
La persona y la sociedad desfallecen cuando no
encuentran sentido. Así pasa con los fundamentos
sociales cuando se pretende hablar del amor sin la
vida o de la vida sin el amor; de la dirección sin
fuerza o de la fuerza sin dirección; cuando se
distancian lenguaje significados, contenidos
continentes, se divorcian el mensaje de la
comunicación; el alimento del sabor o el sabor del
alimento.
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tanto escucha uno al espìritu?; ¿Qué tanto acepta el
llamado? ¿Qué tanto permanece fiel? L a relación
tiene carácter, confiere una personalidad y un rostro
43.- Reconciliación.
El espíritu es como el aire que reconcilia el oxígeno
con la sangre; es la visión que vuelve a contemplar
juntos al pasado y al futuro; como la acción que no
violenta la naturaleza sino que la imita para
expandirla; la conducta que no altera la ley o el
código, sino que la ilumina y la sublima; la que no
se detiene en la letra, sino la explica y la trasciende.
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Por eso viven aún ente nosotros el eco de la 9ª
sinfonía de aquel sordo que oyó con el corazón lo
que muchos no alcanzaron a imaginar; vive y nos
mueve la emoción congelada de un retablo o la
vibración de una catedral que la maestría del
gremio constructor hizo resonar y cantar como
respuesta ante las voces de los cantos sacros;
también vive entre nosotros el Hospital de Jesús
fundado por Cortés y operante en México desde
hace siglos; la Universidad antigua donde aún hoy
se dictan cátedras.
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44.- Diálogo
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45.- Rosas
46.- Rostro
Cada persona es un rostro…
Es la imagen de del Rostro Universal de Dios
Es una nota de una sinfonía estelar.
Son unas letras de todo un gran poema.
Son unas piedras de una estructura. Aunque sea
solo eso. De cada uno puede decirse que tiene
rumbo, que tiene idea, que tiene Espíritu.
Es un anuncio de algo único…una buena noticia:
Podemos gozar la gran tarea a la que estamos
invitados todos juntos… en equipo, para descubrir
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la misión y apoyar el desarrollo de una persona
singular…
47.- Templo
Comunicar es construir la comunidad de la misma
manera como se construye un templo. El templo, es
un espacio tiempo donde Dios atrae hacia sí a los
hombres para unirlos entre sí y llenarlos de su
Espíritu. El templo es un nudo que ata lo visible e
invisible.
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48.- Amor
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El amor es como un buen perro: atento, siempre
aguarda, presente y cercano, hospitalario, festivo,
cariñoso y fiel.
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El amor es el mejor trabajo, porque la felicidad es la
mayor riqueza
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