El Derecho y La Mentira
El Derecho y La Mentira
El Derecho y La Mentira
I. Introducción
1
Publicado en una noticia de la {desaparecida} agencia alemana de noticias dapd de mayo de 2011.
2
Impreso BT-Drs. 16/3656, p.18 del parlamento alemán Bundestag. Allí, en el curso de la modificación del
artículo 303b del Código Penal alemán StGB sobre sabotaje informático, el gobierno federal, frente a
objeciones de la Cámara Alta, respondió en relación a la “importancia” de una instalación de
procesamiento de datos y su “fallo considerable”, que había “suficiente interpretación sólidamente fundada
en bibliografía y jurisprudencia”; más bien se trataba de lo contrario, lo que se desprendía fácilmente de
aquella “bibliografía y jurisprudencia”.
3
Artículo 257c, inciso 1, frase 3, StPO (Código procesal penal alemán). Allí se afirma que el principio de
investigar de oficio del artículo 244 inciso 2 del StPO (Código procesal penal alemán) permanecía intacto en
esas soluciones negociadas. También en este caso sucede exactamente lo contrario. Quienes conocen los
escritos del homenajeado {Paeffgen, Hans-Ullrich} pueden imaginarse qué tormenta verbal en notas al pie
de página se habría desatado si él mismo hablara aquí (en un tema similar ver su ensayo Paunsdorf – Eines
langen Vorgangs Reise in die Nacht – der Archive- {Paunsdorf - El viaje de un largo expediente hacia la
noche –de los archivos}, escrito en homenaje a Küper, 2007, p. 389 ss).
4
Kant, edición Akademieausgabe der Werke (citada como AA), 1910 ss., el artículo de Kant del título está en
tomo 8, p. 425-430; se lo cita con la sigla VRL; en castellano, con la sigla SDM, seguida del número de
párrafo; Metaphysische Anfangsgründe der Rechtslehre, AA 6, 203 ss. {Principios metafísicos de la doctrina
del derecho} que forman parte de la obra Metafísica de las costumbres, se citarán como MdS, a veces solo
con indicación de §. En castellano, se citarán como MdC, siguiendo la edición de Tecnos de Metafísica de
las costumbres, 1999, Tercera edición, Clásicos del pensamiento 59, Madrid.
5
VRL, AA 8, 427; ver SDM, párrafo 11, en esta edición.
relevarse del esfuerzo de seguir leyendo. 6 Porque en este ensayo7 de “mala fama”
claramente parece confirmarse el prejuicio, y aparentemente convertirse en juicio,
de que la filosofía práctica de Kant es “rigorista”; una prohibición semejante de la
mentira “hoy nos produce una impresión grotesca”. 8 Pero habría que considerar si
tal deber de decir la verdad y una prohibición de mentir, resultante de la anterior 9,
parecen “grotescas” realmente desde cualquier perspectiva: Desde la perspectiva
de quien miente circunstancialmente o con frecuencia, semejará grotesco
seguramente porque Kant parece hacerle imposible cualquier autoabsolución con
referencia a una práctica generalizada. ¿Será grotesco también en la perspectiva
de la otra parte, de una persona que en todo momento debe contar con que se le
mienta, por la motivación que fuera? Además se debería tener en cuenta la
advertencia de Hans Wagner, de ser cauto en relación con Kant, “si no se quiere
correr el riesgo de que tildar a Kant de retraso mental desemboque en desmedro
filosófico de quien lo afirma” 10. A continuación se analizará otra vez11 el texto de
Kant para establecer si su resultado es realmente tan desacertado y poco realista,
como puede parecer a primera vista. De entrada habría que señalar que este
escrito de Kant no era en absoluto exclusivamente de ocasión; el filósofo relaciona
en él, más bien, de modo muy complejo, diversos trazos de ideas de su filosofía
práctica en general. La siguiente contribución está dedicada a mi estimado colega
de Bonn, Hans-Ullrich Paeffgen, con quien en los últimos años hemos discutido de
forma crítica los grandes textos de la tradición filosófica, en el marco del Seminario
de Filosofía del Derecho en Bonn.
6
Se percibe incluso en las obras especializadas. Así Timmermann en Kant und die Lüge aus Pflicht,
Philosophisches Jahrbuch 107, año 2000, p. 267 ss., 277. Allí Timmermann interrumpe sus esfuerzos por
interpretar el texto de Kant, con la frase: “Abandonamos ahora definitivamente el terreno de la pura
exégesis de Kant. Sea como sea.”
7
Timmermann, nota al pie 6, p. 270.
8
Schwemmer en Vernunft und Moral {Razón y moral}, en: Prauss (comp.), Kant - zur Deutung seiner Theorie
von Erkennen und Handeln, 1973, p. 255 ss.
9
El nexo entre ambas se explicará más adelante en el curso del texto.
10
Hans Wagner, Kant-Studien 69 , 1978. (Geismann/Oberer [comp.], Kant und das Recht der Lüge) {Kant y el
derecho de mentir}, [citado como compilación],1986, p. 95)
11
Desde su publicación el artículo de Kant provocó un sinnúmero de tomas de posición, de las que citamos
algunas; como panorama general ver la compilación de nota al pie nº 10; este tomo no contiene el análisis
exhaustivo y la defensa del texto de Geismann sobre la prohibición de mentir, Das rechtliche Verbot der
Lüge, en: Kant und kein Ende, tomo 2, Studien zur Rechtsphilosophie, 2010, p. 229 ss (= versión revisada de
Geismann, Versuch über Kants rechtliches Verbot der Lüge en: Oberer/Seel [comp.] Kant, Analysen –
Probleme - Kritik, 1988, p. 293 ss.). Además el artículo de Kant se inserta en una larga tradición de
discusiones en torno al problema ético de la mentira; ver panorama general en compilación de nota 10, p. 7-
22; rico en material Gregor Müller, Wahrhaftigkeitspflicht und die Problematik der Lüge {Deber de veracidad
y la problemática de la mentira}, 1962. Sobre el problema de la mentira en su aspecto jurídico, buen aporte
de Saliger, Kann und soll das Recht die Lüge verbieten? {¿Puede y debe el derecho prohibir la mentira?} en
Depenheuer [comp], Recht und Lüge, 2005, p. 93 ss. con más citas; como ampliación de “la justicia divina”,
también Wyrwich, Kants Aufsatz über das Lügenverbot und das Problem der Verquickung von juridischer
und göttlicher Gerechtigkeit, Freiburger Zeitschrift für Philosophie und Theologie 60 (2013), 128 ss.
II El motivo tras el artículo de Kant
12
Ver AA 8, 517; ver también carta del editor Biester, AA 12, p. 202 s.
13
Con el título “Frankreich im Jahr 1797. Aus den Briefen deutscher Männer in Paris” {Francia en el año
1797. De las cartas de alemanes en París}”, segundo tomo, parte 6, p. 123 ss., Altona, 1797. El editor K. Fr.
Cramer señala que Constant mismo le había dicho que “el filósofo alemán” era Kant. En su artículo, Kant
admite haber dicho alguna vez la frase mencionada en el título, pero ya no recuerda dónde. El estudio
filológico de su obra aun no logró encontrar el pasaje, si es que existe. No puede ser correcta la suposición
de Vuillemin (On Lying: Kant and Benjamin Constant en: Compilación [Nota 10] p. 103 ss. según la cual
Constant había reaccionado a lo expuesto en § 9 de la Doctrina de la virtud en Metafísica de las costumbres;
esta obra se publicó en el verano/otoño europeo de 1797 y Constant no la pudo haber conocido cuando
redactó su texto (a principios de 1797). En cuanto a las fechas, ver AA 12, 187 y Ludwig en su edición de
Principios metafísicos de la doctrina del derecho, 1986, p. XXII. – El texto que sigue se basa en la traducción
con la que contó Kant; la traducción publicada en Constant, Obras en 4 tomos, editadas por Gall, 1972,
tomo III, p. 176 ss., no difiere sustancialmente de la primera.
14
VRL, AA 8, 425 {SDM, párrafo 4}. Kant cita aquí puntualmente la traducción al alemán del texto de
Constant {que a su vez aquí se tradujo al castellano}.
el texto de Constant. Una porción importante de la argumentación está
emparentada con “La paz perpetua”, escrito aparecido en 1795, que también fue
producido cuando trabajaba en la Metafísica de las Costumbres. Para contradecir
a Constant, Kant utiliza argumentos de todos estos escritos. Resulta claro que el
telón de fondo en el ensayo sobre la prohibición de mentir está dado por la base
de la filosofía práctica de Kant, o dicho de forma comprimida: está dado por el
imperativo categórico. Sin embargo, todas las interpretaciones de este texto
quedarán incompletas si no toman en cuenta la ampliación del principio moral
hacia el principio jurídico (Rechtsprinzip). En una nota al pie, Kant refiere
explícitamente que en la prohibición de la mentira, en el sentido por él aludido, no
se trata de un principio ético sino de un deber jurídico (Rechtspflicht) y su
fundamento.15
1) “si el ser humano, en casos en los que no puede eludir responder con sí o con
no, tendría la facultad (el derecho) de no ser veraz”;
Fuente del derecho es para Kant, por una parte, la razón jurídico-práctica del
individuo, que siempre fue pensada en relación al otro como igualdad jurídica. 30
26
VRL, AA 8, 426 {SDM, }; MdS, AA 6, 237 s. {MdC, p. 47 }
27
Ver MdS, AA 6, 239; {MdC, p. 50 }.
28
Acerca de las consecuencias para el concepto de derecho ligadas a esto, véase de este autor, Selbstsein
und Recht, 2014 {Subjetividad y derecho}.
29
VRL, AA 8, 426. {SDM, párrafo 9}
30
MdS, Einleitung in die Rechtslehre, §§ B, C, (AA 6, 229 ss). {MdC, Introducción a la doctrina del derecho, B
¿Qué es el derecho?, C Principio universal del derecho}. No es cierto que el derecho en Kant haya sido
Debido a que de esta posición jurídica de los individuos, determinada
recíprocamente, resulta la necesidad de una comunidad de hombres libres en
general para que a cada uno le corresponda su derecho, 31 pero esta comunidad a
su vez es consecuencia de la idea de un contrato, 32 un derecho a la mentira es en
sí contradictorio: La constitución misma de la comunidad estaría bajo la reserva de
que este contrato no esté afectado por mentiras oportunistas. 33 Es por este motivo
que Kant dice que la exclusión de este supuesto derecho de mentir no cobra
sentido solo por la norma jurídica de que debe producir a otro un daño concreto
(“nocere”).34 En un sentido fundamental se lesiona a toda la humanidad (laedere)
(como orientada a relaciones de libertad) cuando se postula un tal derecho y se le
miente a otra persona. La Metafísica de las Costumbres deja en claro de dónde se
alimenta el derecho de la humanidad: allí se lo deriva de modo directo del único
derecho innato, el de la libertad del ser humano, 35 que le es propio por naturaleza
(como dice Kant). Sobre este derecho se basa el deber jurídico de ser un hombre
recto (honeste vive = vive honestamente). 36 Este derecho se lesiona cuando
simplemente se equipara la mentira con la verdad (veracidad).
Cuando en este contexto Kant manifiesta que este deber fundamental del hombre
de decir la verdad es un deber formal, no se refiere a un deber abstracto,
extraterreno. Se trata de un deber que emana de un derecho y que constituye una
condición de posibilidad de todo derecho y está contenido como fundamento en
toda norma jurídica individual; le da sustancia formadora a un derecho de la razón.
Esta relación fundamental no admite ninguna excepción; el deber de la veracidad
no hace “ninguna distinción entre personas (…), con las que se tenga este deber o
con las que uno también se pueda librar de este deber”; “un deber incondicional
(…) que rige en todas las circunstancias”.37
concebido sin la reflexividad de los sujetos y que se trate de la conducta al pie de la letra. Ver Zaczyk, R.,
Einheit des Grundes, Grund der Differenz von Moralität und Legalität. Jahrbuch für Recht und Ethik 14
(2006), p.311 ss.
31
MdS, AA 6, § 41. {MdC, Primera parte de la doctrina del derecho, Cap. Tercero, D § 41}.
32
MdS, AA 6, § 52. {MdC, Segunda parte de la doctrina del derecho, § 52}
33
Ver Wagner, Kant-Studien 69 (1978), 90 ss., 93 s.
34
VRL, AA 8, p. 426. {SDM, párrafo 9}.
35
MdS, AA 6, 237 s. {MdC, División de la doctrina del derecho, B, p. 48}.
36
Ebbinghaus, Kant’s Ableitung des Verbotes der Lüge aus dem Rechte der Menschheit {Deducción, por
parte de Kant, de la prohibición de mentir del derecho de la humanidad}, en: Sammelband, compilación
según nota al pie nº 10, p. 75 ss. Oberer, escrito en homenaje a Manfred Baum, 2004, p. 203 ss.
37
VRL, AA 8, 429; {SDM, párrafo 13 final}.
38
*) Otros posibles significados: ‘individuo ávido por matar‘.
principio debería contar con que B miente. Si se supusiera entonces un derecho a
mentir por amor al otro, uno le estaría haciendo lugar, de modo consecuente en
este caso, a lo opuesto al derecho, a la violencia. No se intercambian palabras,
por ser superfluas; el dueño de casa B es empujado a un lado o bien ultimado
también ahí mismo.39 Pero si a la respuesta mentirosa de B respondiera A tan solo
“¡Qué lástima!” y desapareciera, entonces su confianza estaría lesionada.
aa) Para comenzar, hay que poner de relieve que Kant no basa o justifica su
resultado fundamental (prohibición de mentir) a partir de los efectos. Más bien solo
extrae las consecuencias del principio planteado y del hecho de que los
resultados de una acción son en principio imprevisibles. Este rechazo del
utilitarismo40 que ya cobró fuerza en la Crítica de la razón práctica, aquí no se
abandona. Para juzgar una acción, hace falta un principio que esté más allá de
las contingencias empíricas del curso del mundo; ese es el imperativo categórico,
que aquí se desarrolló hasta ser un imperativo jurídico.
bb) Las que aparecen como problemáticas, son las consecuencias jurídicas que
Kant extrae de cada conducta de B. Si B miente, debe poder ser punible según
“las leyes civiles” (o sea, en una comunidad de derecho), porque todas las
consecuencias, incluso las no previsibles, le son imputables. Kant no fundamenta
esto más en detalle. Después de todo, para el resultado puede apoyarse en la
doctrina del “versari in re illicita” 41 que procede del derecho canónico y que aún
Ver también Gillespie, Exceptions to the Categorical Imperative, en: Sammelband (ver aquí nota al pie
nº10), 85 ss.; Grünewald, en: Akten des X. Internationalen Kant-Kongresses {Actas del 10º Congreso
Internacional sobre Kant}, tomo 3, 2008, p. 149 ss. (ambos textos con un enfoque distinto al de este
trabajo).
39
“Sea como sea”, podría decirse aquí, siguiendo a Timmermann (ver nota al pie nº 6)
40
Kritik der praktischen Vernunft, AA 5, § 3, p. 22 ss. {Crítica de la razón práctica, § 3}
41
* CCC Constitutio Criminalis Carolina o simplemente Carolina. Lleva este nombre por Carlos V, porque
entró en vigencia en 1532, durante su reinado. Es el primer cuerpo de derecho penal alemán. Se basaba en
las disposiciones penales de Bamberg, que tomaban en cuenta el pensamiento humanista de las escuelas
italianas del derecho y contenía muchos elementos del derecho romano. El objetivo era la unificación del
asoma en el artículo 146 del CCC*. Según este artículo, el juicio de culpabilidad
por homicidio culposo se basa primariamente en la calidad (i-)lícita de la conducta
causante. Antes de que se dé por terminada la cuestión con el comentario de que
esta doctrina hoy ya no se defiende 42, al menos hay que señalar que una doctrina
moderna del ilícito que quiere renunciar al resultado, 43 en el fondo llegaría a la
misma conclusión, si uno acompaña tan solo el primer paso, según el cual no
mentir es un deber jurídico (“deber de conducta”). Por cierto que hoy se rechazaría
imputar el resultado al dolo o incluso a la imprudencia. Este resultado (de hoy),
hay que decirlo, es uno que surge de un análisis detallado de la responsabilidad
jurídica de la persona, que fue llevado a cabo en el curso de la Ilustración.
Pero el texto kantiano contiene otra línea de argumentos, que rara vez se incluye
en las interpretaciones, aunque de ningún modo está oculta (abarca casi la mitad
del texto); con la mirada puesta en el arsenal de argumentos mencionado al
comienzo, puede describirse con más precisión. Se trata de la significación de la
sistema legal del imperio.
En relación con este instituto ver Kollmann, ZStW 35 (1914), 46 ss; Löffler, die Schuldformen des
Strafrechts, tomo 1, parte 1, 1895, p. 139 ss. {La formas de culpabilidad del derecho penal}.
42
Paton pregunta casi desesperado qué tribunal justificaría una punibilidad semejante.(Nota al pie 15), p.
195.
43
Ver con pruebas, del autor, GA2014, 273 ss.
44
VRL, AA 8, 428; {SDM, párrafo 13}
45
VRL, AA 8, 427, 430 {SDM, párrafos 10, 16, 17}.
46
Paton, (nota al pie 15), p 201 s.
47
Wagner, (nota al pie 10), p. 93
política en el artículo de Kant. Se suele citar de él la frase: “El derecho nunca debe
ser adaptado a la política, sino siempre la política al derecho” 48 Pero con eso no se
determina nada sobre el contenido de lo que aquí se espera que la política aporte.
Tendremos que elaborarlo ahora con cierta interpretación. Implica un difícil
equilibrio, ya que la interpretación no debe obviar el veredicto de Kant contra las
excepciones al principio del deber de veracidad.
48
VRL, AA 8, 429 {SDM, párrafo 14}.
49
VRL, AA 8, 427 {SDM, párrafo 12}.
50
VRL, AA 8, 427 {SDM, párrafo 12}.
51
Admito de entrada que la frase de VRL, AA 8, 428, renglones 12 a 16, {SDM, párrafo 12 final} parece
contradecir mi interpretación. Cito a Kant: “Y sin embargo el buen hombre (Constant) había abandonado él
mismo el principio incondicional de la veracidad por el peligro que conllevaba para la sociedad: porque no
podía encontrar ningún principio intermedio que sirviera para prevenir ese peligro y aquí tampoco hay que
intercalar ninguno.” (El destacado en cursiva es mío. RZ). En este sentido véase la conclusión final del
trabajo.
* aufrichtig = sincero, franco, leal.
c) aa) Comienza con un señalamiento en apariencia superfluo de la situación de
partida del artículo sobre la prohibición de mentir, que se describe en el título y en
las primeras líneas. Se trata de un derecho de mentir por amor al prójimo, y a un
tiempo, de la evaluación de un caso individual (la pregunta del individuo ávido por
matar y la respuesta de B). En su prólogo a la Metafísica de las costumbres Kant
había observado que allí, en la Doctrina del derecho, solo podía tratarse de
nociones elementales metafísicas del derecho. Porque, si bien el concepto de
derecho es un concepto puro, sin embargo depende de la praxis (aplicación a los
casos que se presentan en la experiencia). Un sistema metafísico debería “tener
consideración por la multiplicidad empírica de esos casos”, pero que una
determinación sistemática de esos casos sería imposible. 52 Los derechos que se
refieren a casos particulares de la experiencia deberían “aportarse con
comentarios extensos”. En el artículo sobre la prohibición de mentir se deriva el
deber de verdad del derecho de la humanidad en cada uno, que a su vez está
contenido en el único derecho humano innato: la libertad. Precisamente en este
lugar de la Metafísica de las costumbres se llega en efecto a una observación
acerca del hablar sincero*(aufrichtig) y se llega a hacer diferenciaciones teniendo
en vista la mentira: a continuación entraremos en detalles.
Las reglas de la sagacidad no son parte de la metafísica del derecho, pero abren
mentalmente el espacio que hace aplicables los principios; así podría formularse
este entramado después de lo dicho. Lo que esto significa en cada caso puede
verse en detalle en el texto “La paz perpetua”. Ahí Kant antepone seis artículos
preliminares a los denominados artículos definitivos, constitutivos de una paz
jurídica. En los artículos preliminares se trata de quitar del camino, mediante
preceptos y prohibiciones, los obstáculos a la paz, como ser: no incluir cláusulas
secretas en los tratados de paz56 o el precepto de que los ejércitos regulares sean
disueltos totalmente con el tiempo (tercer artículo preliminar). Precisamente este
artículo mencionado en último término muestra cómo las reglas de sagacidad en la
implementación intervienen en los principios del derecho: aunque no representen
excepciones a la regla jurídica, tienen efecto “porque teniendo en cuenta la
ejecución de esa regla por las circunstancias, {admiten} que se amplíe
54
VRL, AA 8, 429 {SDM, párrafo 14}.
*klug = prudente, sensato, juicioso, astuto, sagaz, perspicaz
** ohne Falsch = También sincero, leal, íntegro, franco, recto.
55
San Mateo 10, 16, ver AA 8, 370.
56
Este (primer) artículo preliminar se extiende al tema del artículo sobre la prohibición de mentir; ver
Geismann (nota al pie 11), p. 242, nota al pie 51.
subjetivamente la competencia {…} pero sin perder de vista la finalidad.” 57 La
relación también se hace clara en la famosa cita según la cual la política es
doctrina del derecho en ejercicio.58 De ningún modo debe entenderse que el
político solo ejecuta mecánicamente los principios del derecho. El les agrega su
aporte, trasponiéndolos a la realidad, pero sin perder de vista nunca los principios
de un orden jurídico de la libertad. En una acción política así entendida se unen
los principios del derecho con los “conocimientos de la experiencia”.
IV Epílogo
El artículo que tratamos fue escrito por Kant a los 73 años. A algunos intérpretes
los llevó a pensar que “había sido redactado en un momento de mal humor en su
vejez”.66 Este aporte se propuso señalar, entre otras cosas, que sería deseable
que todos “en su juventud o en su vejez, tuvieran un poco de la energía mental y
del rigor que no habían abandonado a Kant en este tardío artículo ocasional.” 67
Fue este anhelo el que inspiró el deseo de “ad multos annos”, al final de mi aporte
al libro en homenaje a Hans-Ullrich Paeffgen.
66
“written in a bad temper in his old age”. Así lo formula Paton, p. 201.
67
Geismann, p. 248.