Sacred Feminine Tarot

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SACRED FEMININE TAROT

... Soy el Principio y el Fin... Soy a quien leen y desprecian ... Soy un silencio inmenso y
soy un recuerdo eterno de la vida ...

Recogemos el mazo y, clasificando las cartas una por una, nos sumergimos en los
secretos de sus personajes. Aquí está la Rueda que tenemos delante: la mujer nos da
vida, nos da de comer, nos lleva de la mano en la vida y finalmente se reencarna en el
útero de la Madre Tierra para que el ciclo de vida se repita. No hay duda de que la
primera deidad adorada por la humanidad en los albores de su existencia fue la Gran
Madre. Puede que esta deidad no tenga una forma pronunciada, pero es obvio que
contenía el concepto de lo femenino, lo Sagrado Femenino, el principio de porte y
procreación. El comienzo opuesto es masculino, simbolizado por la Serpiente del
Mundo. Juntos crean el Huevo Cósmico: el Universo. Esta es una hipóstasis divina
femenina, que se llamaba Eurynome, y su imagen se verá en los personajes de
diferentes Arcanos. Esta es la sumeria Inanna, y la asiria Ishtar, y la egipcia Isis, y la
griega Deméter, y la romana Cibeles, a quienes llamaremos condicionalmente diosas.
En todas sus formas, ella es la Madre que soportó al Hijo, personificación del Sol: la
deidad eternamente moribunda y renacida. Sacrificado, regresará al útero de la Tierra
para impregnarlo y permitirá que el círculo de la vida se repita nuevamente.
Repasamos las cartas una por una y nos reconocemos por los nombres de las diosas
femeninas. Somos nosotros en las diferentes etapas de nuestras vidas. Estas son nuestras
abuelas, nuestras madres, nuestras hijas. Somos quienes somos, y somos un todo único
que lleva e irradia la energía de lo Sagrado Femenino, que impregna todo a su
alrededor, luchando por conectarse con el principio masculino. En cada mujer hay un
hombre, como en cada hombre: una mujer. En cada arcano, como en cada parte del
todo, aparece la Santa Feminidad.
ARCANOS MAYORES

El Loco
Una Ménade griega (sacerdotisa de Dionisio). Fanatismo,
falta de racionalidad.
La protagonista de la ilustración es una ménade griega,
que son seres femeninos de naturaleza divina
estrechamente relacionados con Dionisio, no han de
confundirse con las bacantes, mujeres humanas que se
entregaban al culto del dios. Por el contrario, las
ménades (que literalmente significa "las que desvarían" o
"las locas") están poseídas por la deidad. Según la
mitología ellas lo criaron en los bosques, y al crecer este
las poseyó, dejándolas en un permanente estado de
locura, euforia y frenesí. Vivían en la naturaleza en
estado salvaje, y era imposible razonar con ellas. Se
permitían dosis importantes de violencia, derramamiento
de sangre, sexo, alcohol, drogas y mutilación. Solían llevar
una vara con una piña en la punta.
En la imagen podemos observar la mirada fija y a la vez
perdida de la joven mujer, vive en permanente
inconsciencia, en un estado casi animal en el que sólo
importan las pulsiones del momento. Las ménades no depende del pasado ni del
futuro, son puro impulso y movimiento constante, no existen las consecuencias, ni
tampoco el temor, pues su propio frenesí es lo único que conocen. Las interpretaciones
en una lectura pueden ser variadas, si sale refiriéndonos a una persona, puede darnos
una idea bastante acertada sobre lo perdida que se encuentra la persona en su vida,
puede hablar de abuso de sustancias ilícitas, falta de reflexión, acciones precipitadas,
impulsos primarios, peligros a los que la persona se ve expuesta por sus propias acciones
irreflexivas, o por su falta de autocontrol. En este sentido podría parecerse al arcano
del diablo, que una de sus características es el acabar en problemas debido a conflictos
y cosas internas que nos esclavizan, pero la diferencia fundamental es que mientras
que en el diablo la persona (para bien o para mal) es totalmente consciente de lo que
hace, y de las consecuencias, en este arcano hay inconsciencia e inocencia, pues sus
acciones lejos de seguir un plan o alguna clase de fin, son más bien producto de "lo
primero que se le pasa por la cabeza". La conclusión y efectos de esas acciones, las
aclararán las demás cartas.
Desorden o desorganización, personalidad de "veleta, egoísmo caprichoso o inmadurez
son conceptos que suelen ir unidos a mis lecturas cuando veo este arcano, pues como
bien se aprecia en la imagen nuestra poseída joven solo tiene sus propios objetivos
hedonistas y es lo único que ve delante de sí, siendo incapaz de empatizar con
cualquier que pudiera estar cerca de ella. Hay casos en los que esta carta me ha salido
insistentemente en personas que llevaba esa clase de conductas, y resultó
completamente inútil tratar que cambiaran su comportamiento o siquiera que
entendieran lo dañinas que eran sus decisiones incluso para ellos mismos. O si por fin
acababan admitiendo algo y parecían haber entrado en razón, al poco tiempo era
como si hubieran borrado esa conversación de su cabeza por arte de magia.
Dependiendo de la tirada, podríamos estar hablando de algo más serio, y en vez de
una persona algo "alocada", podría ser alguien con auténticos problemas mentales y
desconexión con la realidad. La espontaneidad, la fuerza irreflexiva de la juventud o el
no someterse a convencionalidades, normas o jerarquías son otros posibles matices de
los que puede hablar.
Existe también un enorme desapego emocional, o bien porque aún no ha habido
tiempo de consolidar sentimientos, o bien porque alguien es demasiado superficial en
sus sentimientos y es incapaz de desarrollarlos profundamente por la razón que sea.
Otra cosa que se puede señalar su ausencia de miedos, aunque no debe de ser
confundida con valentía, ya que proviene de no haber valorado los riesgos, y no de
haber decidido tomarlos. El miedo siempre es algo negativo, pero en este arcano la
falta del mismo puede conducir a temeridad, que es el otro extremo (y los extremos
siempre traen algo desagradable).

El Mago

El comienzo de la vida, el comienzo del Tarot. Unión


armoniosa del alma y el espíritu. Creación, Aleph.

La diosa Eurinome, entrelazada con una serpiente


Ophion, bailando, crea paz.
Otros poetas dicen que en el inmenso Caos vivía, solitaria
y poderosa, la bella diosa Eurinome. Le gustaba mucho
danzar, pero, como no encontraba nada sólido donde
apoyar los pies, separó el mar del cielo. Y empezó a
saltar, feliz, sobre las ondas que formara.
Fue danzando en dirección al sud, agitando con violencia
sus ágiles piernas, cuando súbitamente se levantó, del
lado norte del mundo, un viento muy fuerte.
Como le resultara agradable el aire fresco que le
proporcionaba el viento, decidió empezar con él la obra
de la creación.
Abrazó a su fluido compañero y, con manos nerviosas, lo restregó incansablemente,
hasta que lo tornó sólido.
El viento se transformó en una serpiente de nombre Ofión, que se extendió a los pies de
su creadora. Como hacía frío, la bella diosa volvió a bailar (ahora con redoblada
violencia), para entrar en calor. La serpiente se enamoró de ese cuerpo enérgico y
esbelto cuyas formas se agitaban frente al suyo. Y se unió a Eurinome, haciéndola
engendrar todas las cosas que existen en el mundo. Para que sus hijos nacieran,
Eurinome tuvo que transformarse en paloma, y sentarse en las olas del mar. Llegado el
momento, la paloma puso un huevo que contenía el germen de todos los seres.
Después, Ofión se enroscó siete veces alrededor del huevo, para incubarlo.
Cuando se rompió la cáscara, del huevo salieron el Sol, la Luna, los Planetas, los Astros,
la Tierra (con sus montañas y ríos), los árboles, las plantas, los animales y los hombres.

Orgullosos y cansados ante todo lo creado, Ofión y Eurinome se instalaron en el


Olimpo. Pero Ofión empezó a pelear con su creadora. Quería ser el único rey de la
naturaleza, ya que de su semen había nacido todo. Eurinome se irritó y atacó a Ofión.
Le rompió los dientes y lo obligó a encerrarse para siempre en las profundidades, de la
Tierra. Soberana absoluta, Eurinome continuó su obra. En cada planeta colocó dos
Titanes, para procrear las especies. Tía (Theia) e Hiperión se convirtieron en señores del
Sol; Febe y Atlas, en señores de la Luna, y Dione y Críos, Metis y Voyos, Temis y
Eurimedón, Tetis y Océano, Rea y Cronos reinaron sobre los otros planetas.
Cronos devoraba a sus propios hijos, para que no le usurpasen el poder. Sólo Zeus
escapó a la furia de su padre: lo destronó e instaló en la Tierra el reino de los Olímpicos.
(Así contaban los pelasgos, antiguos habitantes de Grecia, la historia de la creación).
En la carta, Eurínome tiene la mirada perdida, se encuentra en gnosis siendo ella la
misma llama de la creación, el momento en el que la diosa, la serpiente, el cielo y las
aguas son solo uno, un poder, una energía divina, enfocados en una misma dirección.
La Sacerdotisa

Shekhinah a la vista de los cabalistas - Novia celestial,


que conecta el cielo y la tierra y se manifiesta en la novia
terrenal. Shekhinah es la Sagrada Feminidad.

El sustantivo shejiná se deriva del verbo shakán o shaján


(‫)שכן‬, que en el idioma hebreo bíblico significa
literalmente ‘residir’, y es usado con frecuencia en la
Biblia hebrea (el Tanaj, conocido en el cristianismo como
Antiguo Testamento). En hebreo rabínico antiguo, la
palabra se usa con frecuencia para referirse a los nidos y
a la costumbre de las aves de habitar en ellos. De la
misma manera, en el pensamiento judío clásico, la
shejiná se refiere a la morada de la presencia divina,
hasta el punto de que en la proximidad a la shejiná se
percibe con mayor fuerza la comunión con Dios. La
palabra hebrea mishkán (el tabernáculo del templo,
donde mora Dios), se deriva de la mencionada raíz
shakán. También se usaba como la bendición del shabat
(sábado) en el Templo de Jerusalén. Se cree que la palabra griega skene (‘habitar’)
está relacionada con shejiná y shakán.
El concepto shejiná, la presencia divina de Dios, ha cambiado con los siglos. Su origen se
remonta a las tradiciones orales que se transmitían de generación en generación
refiriéndose a la luz del lucero de la mañana (que ahora se conoce como el planeta
Venus. Así como en Egipto la estrella más brillante del firmamento, la estrella Sirio, era
considerada como la presencia del dios Osiris, en varias regiones del Oriente medio la
luz del planeta Venus ―que en Canaán se llamaba Ashera― se consideraba la
presencia de Yahveh. Sin embargo, el nombre shejiná parece haberse utilizado cuando
la luz del planeta Venus estaba en su mayor esplendor, en particular durante el
solsticio de invierno (21 de diciembre).
Los sacerdotes establecían sus oráculos de manera que la luz de Venus, es decir la
shejiná, radiara sobre ellos antes del amanecer. Más tarde los templos se construían de
manera que esta luz penetrara por alguna ventana oriental hecha para tal efecto. La
consagración de los reyes se realizaba durante este evento especial, era quizá única
forma para que un rey fuera considerado como legítimo representante de Dios en la
tierra, pues la luz de Dios debía brillar sobre ellos. Es posible que haya habido el
requisito, o al menos el deseo, de que el candidato a monarca hubiera nacido en el
solsticio de invierno (el 21 de diciembre) y que para tal efecto los reyes trataban de
concebir sus hijos nueve meses antes de este solsticio, es decir en el equinoccio de
primavera (el 21 de marzo). Cuando la shejiná no se hacía presente no se podía
celebrar un evento especial. La shejiná podría estar cubierta por un día nublado,
podría no presentarse en la mañana por estar al occidente del sol, o algunas veces no
se hacía presente como se esperaba cada cuarenta años debido a que la conjunción de
Mercurio y Venus no sucede siempre con la regularidad esperada de 40 años, en tal
caso su "alejamiento" era considerado como consecuencia de un pueblo pecador.

La Emperatriz

Una mujer como fuente de vida, como imagen de tres


caras de luna. Ella es la "copa del mundo", alimenta al
Hijo, la Tierra y todos los seres vivos. Al igual que la luna,
promueve la creación.

El ciclo menstrual era para nuestras ancestros una fuente


de maravillosas energías creativas, espirituales, sexuales,
emocionales, mentales y físicas, un don que impulsaba a
la mujer a renovarse cada mes, a manifestar y crear el
mundo que la rodeaba, a conectar profundamente con
la tierra y su familia, así como a expresar su sabiduría e
inspiración. En realidad el término «Triple Diosa» lo creó
el poeta y escritor británico del siglo XIX, Robert Graves.
Se refería frecuentemente a ella en sus escritos y llegaba
a afirmar que «todo poema verdadero es, en realidad,
una invocación a la diosa blanca» Y es que «La Diosa»
tenía tres facetas: Doncella, Madre y Anciana (Maiden,
Mother and Crone), pero no dejaba de ser la misma,
como la Luna en las diferentes fases de su ciclo, como la vida misma y su incesante
devenir… El imaginario de Graves fue adoptado por el neopaganismo y la wicca y la
Triple Diosa se convirtió en una de sus deidades principales. Sin embargo, encontramos
referentes a la divinidad femenina en las civilizaciones más antiguas… Y es que los
arquetipos de doncella, madre y anciana guardan analogía con infinidad de diosas
ancestrales.

La escritora británica Miranda Gray y su best seller sobre menstruación consciente


«Luna Roja», proponen pasar de la Trinidad Femenina a una visión cuádruple. Lo
hace en un intento de fusionar las cuatro fases lunares (Nueva, Creciente, Llena y
Menguante) con cuatro arquetipos femeninos y explicar su relación con el período
menstrual en la mujer. Y es que Gray añade «La Hechicera», que se corresponde con la
fase de cuarto menguante, a las ya existentes Doncella, Madre y Anciana. Existe una
similitud fuerte entre los arquetipos de Hechicera y Anciana, que sólo difieren en
pequeños matices. Armonizando y reconciliandonos con estas energías, nos enraizamos
al gran útero de Madre Tierra:
• LA DONCELLA / luna creciente / pre ovulación,
• LA MADRE / luna llena / ovulación
• LA ABUELA / luna menguante / premestruación
• LA BRUJA / luna nueva /menstruación

El emperador

La mujer ha creado el mundo, con el fuego le da la vida.


El poder terrenal impulsa y estimula las actividades.
Vínculos con el mundo terrenal.

En la imaginería vemos a una mujer con su creación, su


logro, aquello que ha sido imaginado, comenzado,
diseñado y por fin va a dar vida. La serpiente se enrolla
alrededor de su cuerpo dando a entender que proviene
de ella y que solo está siendo un eslabón de la cadena en
perfecto equilibrio, el móvil perfecto para dirigir el fuego
que insuflara el soplo vital. Ella sostiene con firmeza su
trabajo y la mira supervisando que todo va bien, no le
tiembla el pulso, es capaz de asumir el peso y la
responsabilidad.
En esta carta se introduce el primer elemento masculino
de esta baraja (el fuego) tan centrada en la feminidad
pura. No podía ser de otra forma, pues este arcano es el
"El Emperador" de las barajas tradicionales.
Por primera vez, desde el principio del recorrido nos encontramos con un contacto
directo con el mundo físico tangible. El fuego representa el elemento masculino, la
chispa vital, el impulso primordial del inicio del movimiento en la creación. Es el
momento en el que el acto de creación está llegando a su fin y está dando sus frutos,
con lo que podríamos interpretar al emperador como la carta que indica que un
asunto ya está decidido, que han terminado las construcciones, y que poco podemos
hacer ya (o tal vez la lectura nos indica que somos nosotros quien llevaremos el
objetivo a su próspera/desafortunada resolución). Ya está todo consolidado y
dispuesto, ya existe. Podría representar personas bajo la influencia de este arquetipo,
sin tener que ser hombres físicos, que pueden tener un papel activo y fundamental en
el asunto en cuestión por el que estamos preguntando...
En la carta se representa un acto de triunfo, de dominio, de control, estabilidad,
equilibrio, autodeterminación, pues todo eso es necesario y está presente cuando
hemos llegado hasta este punto, donde alguien ha consolidado su acto, su creación, su
proyecto, su idea, actuando así como líder o protagonista de su propia obra, lo que
puede ser entendido también como líder de un grupo de trabajo, un jefe, en resumen
alguien bien afianzado en su puesto del gran teatro universal o con dones (o falta de
ellos) de mando respecto al tema que estemos tratando, luego ya con otras cartas
quedará claro si lo es de forma amable o no. Puede también hablarnos de la
constancia.

Esta baraja suele comunicarnos más temas centrados en el mundo interno de la


persona, así que podríamos interpretar lecturas sobre la capacidad de autogobierno de
alguien (tal vez sea muy exigente consigo mismo) o tenga un problema por intentar
controlarlo todo (o no poder controlar nada).
Todas las características de alguien en su postura de líder, tanto buenas (autoestima,
seguridad personal, confianza en las propias ideas, estabilidad, poder personal) como
malas (las contrarias), pueden encontrarse en este arcano según las cartas que
acompañen la tirada.
Esa misma firmeza se puede aplicar a cualquier otro aspecto vital (defensa, proyectos
personales, trato con los demás,...).Nos puede aportar datos sobre lo afianzado que
tenemos o no un negocio, un trato,..., y también nos puede hablar sobre el propio
poder personal.
Estos aspectos también pueden mostrarse desequilibrados, y el equilibrio y la fuerza
pueden volverse rigidez militar e inflexibilidad, el pode personal puede usarse para
aplastar el de los demás y los objetivos pueden resultar injustos, abusivos incluso, o es
posible que alguien o algo carezca por completo de este arquetipo, resultando ser
débil, sin voluntad, sin capacidad de esfuerzo, sin ser capaz de concluir nada de lo que
empieza. Puede también mostrarnos una persona inteligente (o no), o hablarnos de la
capacidad de alguien acerca de dejarse llevar, seguir consejos, u obedecer a otros.
La falta de elementos paisajísticos sugieren la falta de imaginación que rodea al
arcano, que tiene los pies bien plantados en la tierra y nos habla sobre asuntos
prácticos, cosas del mundo físico, no del reino de la creación mental, lo cual puede
dirigir al estancamiento y el bloqueo si alguien tiene una actitud demasiado
conservadora. Ahora bien, según qué cartas podría estar comunicándonos una relación
amorosa consolidada, un proyecto artístico ya finalizado, el punto importante es que
nos habla sobre que algo tendrá o no lugar en el mundo físico, pero no sobre los sueños
o sentimientos de una persona, ni de su capacidad creativa. Esta carta nos expondría
más bien nuestra capacidad o falta de ella para llevar los sueños a cabo, pero sin
entrar a valorarlos o explicarnos sobre ellos....a no ser que nuestro sueño sea
precisamente consolidar/dominar algo.
O a un nivel más espiritual, podría transmitirnos el tipo de relación que una persona
tiene con su lado "masculino".
El Hierofante

Sofía señala el símbolo más antiguo de los dioses -


Tetraktis (triángulo). Su sabiduría, como una corriente
sagrada, se derrama sobre las personas. Ella es el espíritu
santo, el aliento de vida, el santo grial.

Sophia o Sofía, significa “sabiduría” en griego, y para los


gnósticos de hace 2000 años, Sophia era el Espíritu Santo
y la tercera persona de la Trinidad. Los gnósticos la
consideraban creadora del universo físico, mientras que la
creación de la Tierra y sus habitantes se le atribuía al Dios
hebreo Yavhé. Ciertos textos gnósticos llaman al Espíritu
Santo “Dios la Madre“. En la tradición gnóstica Sophia, al
igual que la diosa Zoe, arrojó más tarde a Yavhé a la
oscuridad del abismo. En la “Sofía de Jesucristo“, que
forma parte de los códices de Nag Hammadi, el mito
sobre esta diosa relata una “caída desde la unidad y un
retorno a la Luz“. Otras tradiciones describen hechos
parecidos para explicar el proceso de la Creación y la
Evolución. Sophia como la sabiduría de Dios o Chockmah en hebreo, aparece en la
Biblia en los Proverbios, los Salmos, el Libro de la Sabiduría de Salomón y el Nuevo
Testamento. Chockmah lo mismo que la diosa Shekinah, expresa el lado femenino del
Dios del judaísmo.

Los Amantes "Los textos apócrifos dicen que Adam


tenía dos esposas". La primera esposa, Lilith, se rebeló con
su esposo. El eterno dilema: la elección entre el deseo
carnal y el amor puro.

Las dos narraciones que presenta el GÉNESIS, I y II, sobre


la Creación, la primera más ordenada y racional –la
sacerdotal- y la segunda, más antigua y más poética, y
en la que aparece el episodio de la costilla de Adán, es
posible que hayan contribuido a las creencias antiguas
sobre las dos mujeres de Adán.

Parece claro que el personaje de Lilit es una contribución


cananea a la mitología israelita, representación de las
mujeres adoradoras de la diosa Anat, y que practicaban
la prostitución sagrada. El mito de Anat es de origen ugarítico: Anat era la
sanguinaria diosa del Amor, la madre virgen, hermana de Baal.

Lilit y Adán tuvieron dificultades de convivencia relacionadas con sus prácticas


sexuales, en razón de quien tenía la preferencia. Adán quiso obligarla por la fuerza y
Lilit, furiosa, pronunció el nombre mágico de Dios, flotó en el aire y lo abandonó.
Entonces Adán elevó su queja a Dios y éste le escuchó, enviando en su ayuda a tres
ángeles –Senoy, Sensenoy y Semangelof-.

Lilit se refugió cerca del Mar Rojo, región que abundaba en demonios lascivos, de los
cuales tendría hijos –los Lilim-, más de cien por día. Lo citado no fue un simple relato
peregrino sino creencia tenida por el primitivo pueblo hebreo. Lo prueba un rito que se
practicaba en muchas poblaciones judías: era una forma de salvaguarda para los
recién nacidos contra la mujer-demonio, sobre todo a los niños hasta el día de la
circuncisión –ésta les preservaba de su poder-. El mito de cambio de esposa, de Lilit
por Eva, podría ser trasunto de la primitiva invasión de los cananeos labradores por
pastores nómadas. Sean cuales fueren los episodios históricos determinantes, parece
seguro que supuso un cambio social y religioso fundamental.

La segunda Eva, la auténtica, fue creada con más cuidado. Procedía del hombre, de
una de sus costillas –por eso se llamó también varona (GÉNESIS, II 24)- extraída
mientras Adán estaba en profundo sueño.

Como se habrá podido apreciar, estos mitos tienen implicaciones que exceden el
aspecto sexual (concretamente en la postura que debería adoptar la mujer en el acto
sexual de diferentes culturas. Sería pasiva y colocada debajo en aquellas en que la
mujer se la consideraba poco más que un bien mueble –algo a lo que se rebelaron Lilit
y sus seguidoras) y forman parte de la construcción de una sociedad patriarcal en la
que la figura de la mujer está supeditada a la figura del hombre, sus deseos y su
control.
El Carro

Ceres, diosa romana, viaja entre campos arados


dedicados a ella. La fuerza de la tierra nos ayuda a
tomar decisiones en el camino de nuestra vida.

En la mitología romana Ceres (de la raíz


protoindoeuropea ker, «crecer, crear») era la diosa de la
agricultura, las cosechas y la fecundidad. Su equivalente
en la mitología griega era Deméter. De ella reciben su
nombre los cereales. Ceres era hija de Saturno y Ops,
madre de Proserpina, hermana de Juno, Vesta, Neptuno,
Plutón y Júpiter

Enseñó a los hombres el arte de cultivar la tierra, de


sembrar, recoger el trigo y elaborar pan, lo que hizo que
fuese considerada diosa de la agricultura. Su hermano
Júpiter, prendado de su belleza, engendró con ella a
Proserpina (asimilada a Perséfone en la mitología
griega). También Neptuno se enamoró de ella, y para
escapar de éste Ceres se transformó en yegua, pero el dios se dio cuenta y se
transformó a su vez en caballo, siendo así Ceres madre del caballo Arión.

Ceres era también la patrona de Enna (Sicilia). Según la leyenda, rogó a Júpiter que
Sicilia fuese ubicada en los cielos. El resultado, debido a que la isla tiene forma
triangular, fue la constelación Triangulum, uno de cuyos nombre antiguos fue «Sicilia».

Tenía doce dioses menores que la ayudaban y estaban a cargo de los aspectos
específicos de la agricultura: Vervactor, que transforma la tierra en barbecho;
Reparator, que la prepara; Imporcitor (del latín imporcare, ‘hacer surcos’), que la ara
en anchos surcos; Insitor, que siembra; Obarator, que ara la superficie; Occator, que la
escarifica; Sarritor, que la escarda; Subruncinator, que la clarea; Messor, que cosecha;
Conuector, que transporta lo cosechado; Conditor, que lo almacena; y Promitor, que lo
distribuye.
La Fuerza

Artio, la diosa celta de la caza, de la constelación de la


Osa Mayor. El equilibrio entre la fuerza física y el poder
de la mente le permite superar el miedo.

En la mitología celta, Artio era una diosa, que parece


haber sido especialmente venerada por el pueblo celta
de los helvecios, aunque hay datos que indican que fue
igualmente venerada en otros lugares del ámbito
cultural celta, incluyendo la Hispania celta o en Asturias
y País Vasco. Siendo una divinidad titular de la caza (lo
que explicaría que a veces aparezca sustituida por Diana
cazadora) y del bosque su representación física está dada
por la figura de un oso. Artio nos es conocida a través de
algunas inscripciones, así como por una pequeña estatua
en bronce fechada en el siglo II, localizadas en unas
excavaciones arqueológicas que tuvieron lugar en Muri
bei Bern, en el distrito de Berna.
La estatua mide 15,6 cm de altura y 19 cm de anchura.
Representa a un oso (posiblemente una hembra) a cuatro patas, con la cabeza alzada
y las fauces entreabiertas, dejando ver sus dientes caninos. Un arbolillo provisto de dos
ramas, una hoja y unas frutas está plantado tras el oso, a la vez que una mujer
sentada en una silla se encara al animal. Dicha imagen femenina, una representación
de la diosa romana Abundancia, es un añadido posterior.
Artio significa oso en lengua gala, un animal emblemático de la realeza entre los
celtas. Podemos encontrar la misma raíz en otras lenguas celtas: art en irlandés
antiguo, arth en galés, arz en bretón. De esta misma raíz podría proceder el nombre
del rey Arturo.
El Ermita

Deméter busca en vano a su hija y la naturaleza llora


con ella. La búsqueda es el otoño de la vida. Tenemos
que afrontar un análisis interior para poder ayudar a los
demás.

El mito fundamental de Deméter, que constituye el


corazón de los misterios eleusinos, es su relación con
Perséfone, su hija, y ella misma de joven. En el panteón
olímpico, Perséfone era hija de Zeus y consorte de Hades
(Plutón para los romanos, dios de la riqueza del
inframundo). Perséfone se convirtió en diosa del
inframundo cuando Hades la secuestró en la tierra y la
llevó con él. Perséfone había estado jugando con algunas
ninfas (o Leucipe) a quienes Deméter convirtió en sirenas
como castigo por no haber intervenido. La vida se
paralizó mientras la deprimida Deméter (diosa de la
tierra) buscaba a su hija perdida (descansando en la
piedra Agelasta). Finalmente, Zeus no pudo aguantar
más la agonía de la tierra y obligó a Hades a devolver a Perséfone enviando a Hermes
para rescatarla. Pero antes de liberarla, Hades la engañó para que comiese seis
semillas de granada, lo que la obligaba a volver seis meses cada año. Cuando Deméter
y su hija estaban juntas, la tierra florecía de vegetación. Pero durante seis meses al
año, cuando Perséfone volvía al inframundo, la tierra se convertía de nuevo en un
erial estéril.

Estos seis meses son los de verano, pues en Grecia es cuando toda la vegetación muere
por el calor y la falta de lluvia. Por el contrario, el invierno traía abundantes lluvias y
temperaturas suaves, floreciendo la vida vegetal. Fue durante su viaje para rescatar a
Perséfone del inframundo cuando Deméter reveló los misterios eleusinos. En una
versión alternativa, Hécate rescató a Perséfone. En otras versiones Perséfone no era
engañada para comer las semillas de granada sino que decidía comerlas por sí mismas.
Algunas versiones afirman que comió cuatro semillas en lugar de seis. En cualquier
caso, el resultado final es la sucesión del verano, la primavera, el otoño y el invierno.
La Rueda

La rueda de la vida, desde el nacimiento a la muerte en


el seno seguro de la Gran Madre.

En un texto titulado precisamente “Etapas”, el escritor


alemán, luego naturalizado suizo, Hermann Hesse (1877-
1962), cuyas obras, entre las que se cuentan “Siddhartha”,
“Demián” y “El lobo estepario”, marcaron a fuego el
corazón de varias generaciones, lo expresa de una
manera muy bella. Allí escribe Hesse: “Igual que se
marchita toda flor y toda juventud cede a la edad, así
florece en su momento cada etapa de la vida, cada
sabiduría y cada virtud, y no puede durar eterno tiempo.
El corazón, a cada grito de la vida, ha de estar presto a
irse y volver a empezar, para entregarse, valiente y sin
tristeza, a vínculos nuevos y distintos. Y en cada comienzo
habita una magia que nos protege y nos ayuda a vivir”.
El final de un ciclo puede encontrarnos amarrados por la
melancolía, ese pantano emocional que atrapa y hunde,
que impide avanzar, que ata a la pesada ancla del pasado irrecuperable, o puede
descubrirnos, en cambio, en el ejercicio del desapego. Desapego no significa
indiferencia, sino capacidad de distinguir entre lo urgente y lo importante, lo
trascendente y lo superficial, lo que brilla y lo que encandila, lo que nutre y lo que
debilita, lo que es y lo que fue, lo posible y lo imposible, lo que cuesta y lo que vale, la
autonomía y la dependencia. La melancolía imposibilita cerrar ciclos y formas e
impide, por lo tanto, abrir o percibir nuevos horizontes. Lo contrario ocurre con el
desapego.
La médica suiza Elisabeth Kübler-Ross (1926-2004), que dedicó su vida al
acompañamiento de enfermos terminales, a quienes ayudó de manera comprometida
y conmovedora a cerrar con sentido sus trayectorias vitales, describe en su apasionante
autobiografía “La rueda de la vida” los cuatro giros de esa rueda. En nuestra infancia
seremos ratones, animados, traviesos y siempre delante de los demás. En la primera
juventud nos convertiremos en osos, muy cómodos, disfrutando de la hibernación y
recordando con ternura nuestras andanzas de ratones. La madurez nos encontrará
como búfalos, gustosos de recorrer las praderas y dispuestos a despojarnos de nuestras
cargas para convertirnos en águilas. Y en los años finales, habremos llegado a ser,
precisamente, águilas, entusiasmados con la posibilidad de contemplar el mundo desde
las alturas, sobrevolándolo, para animar desde allí a los otros a que se atrevan a mirar
hacia lo alto.
Como se ve, el paso del tiempo y el cumplimiento de las etapas vitales trae siempre
buenas nuevas si es que hemos sabido soltar, cerrar los ciclos, concentrarnos en lo
importante, estar atentos a los que nos trae el parabrisas antes que a lo que se
desvanece en el espejo retrovisor. Para eso sirven los balances y las declaraciones de
propósitos de estos días. Para actualizar nuestra carta de navegación y continuar el
viaje hacia ese punto en el que un día nos encontraremos como águilas.

La Justicia

Atenea. Su severidad queda aplacada por la presencia


del olivo, árbol de paz, don de la diosa los hombres.
Simetría en el mundo, y armonía en el espíritu.

El olivo para los griegos siempre ha representado un


fuerte elemento simbólico, un ejemplo de ello lo
encontramos en la mitología griega, en la leyenda de la
fundación de Atenas, el epicentro intelectual y político de
la civilización griega.

Cuenta la leyenda que los habitantes de Atenas, que


todavía no tenía nombre, encargaron a Cécrope, el
primer rey legendario de la ciudad, el privilegio de darle
un nombre a la ciudad en recuerdo de la divinidad que
más hiciese por la Humanidad. Poseidón y Atenea
discutieron porque ambos querían ser el dios tutelar de la
ciudad y estaban dispuestos a luchar por ello.

Poseidón, dios de los mares y hermano de Zeus, codiciaba


los reinos terrenales, por ello reclamó la posesión de la ciudad clavando su tridente
sobre la Acrópolis ateniense donde brotó un manantial, un bien precioso para los
atenienses, pero cuando probaron el agua, nos les gustó su sabor salado. Más tarde
llegó Atenea, diosa de la justicia y la sabiduría, a la ciudad y la tomó de manera
pacífica. Llamó como testigo a Cécrope, primer rey de Atenas e hizo brotar un olivo
junto al manantial que había generado Poseidón.

Los atenienses en seguida se percataron de que era un recurso vital, el olivo puede vivir
centenares de años, produce frutos comestibles, y además se extrae el mejor jugo
posible, el aceite de oliva. Poseidón enfurecido reto a Atenea, pero Zeus se interpuso y
ordenó la formación de un tribunal divino para decidir a quién de los dos dioses debía
estar consagrada la ciudad. Así pues, el tribunal tras escuchar el testimonio de Cécrope,
decidió posicionarse de lado de Atenea. Determinaron que era ella quien tenía el
derecho a poseer esa tierra porque había otorgado a la ciudad el mejor regalo: el
primer olivo. Desde entonces la ciudad adoptó el nombre de Atenas y en
agradecimiento a su diosa protectora, el olivo plantando por Atenea fue venerado
durante siglos en la Acrópolis simbolizando la victoria.

El Colgado

Aracne ha desafiado a Atenea y paga las consecuencias.


Falsa seguridad de nuestras acciones. El equilibrio del
arcano anterior sufre una involución.

Aracne es hija de Idmón un tintorero y nació en Lidia. La


joven era muy famosa por tener gran habilidad para el
tejido y el bordado. Cuenta la leyenda que hasta las
ninfas del campo acudían para admirar sus hermosos
trabajos en tales artes. Tanto llegó a crecer su prestigio y
popularidad que se creía que era discípula de Átenea
(diosa de la sabiduría y de las hiladoras).

Aracne era muy habilidosa y hermosa, pero tenía un


gran defecto: era demasiado orgullosa. Ella quería que
su arte fuera grande por su propio mérito y no quería
deberle sus habilidades y triunfos a nadie. Por eso, en un
momento de inconciencia, retó a la diosa, quien por
supuesto aceptó el reto. Primero, se le apareció a la
joven en forma de anciana y le advirtió que se
comportará mejor con la diosa y le aconsejó modestia. Aracne, orgullosa e insolente
desoyó los consejos de la anciana y le respondió con insultos. Atenea montó en cólera,
se descubrió ante la atrevida jovencita y la competencia inició. En el tapiz de la diosa,
mágicamente bordado se veían los doce dioses principales del Olimpo en toda su
grandeza y majestad. Además, para advertir a la muchacha, mostró cuatro episodios
ejemplificando las terribles derrotas que sufrían los humanos que desafiaban a los
dioses. Por su parte, Aracne representó los amoríos deshonrosos de los dioses, como el de
Zeus y Europa, Zeus y Dánae, entre muchos más. La obra era perfecta, pero Palas
encolerizada por el insulto hecho a los dioses, tomó su lanza, rompió el maravilloso
tapiz y le dio un golpe a la joven. Ésta sin comprender, se siente totalmente humillada
y deshonrada, por lo que enloquece y termina por ahorcarse. Sin embargo, Palas
Atenea no permitió que muriera sino que la convirtió en una araña, para que
continuara tejiendo por la eternidad.
La Muerte

Hela, diosa germánica del inframundo. La muerte


engloba a todos los hombres sin distinción. Los hace
iguales, los vuelve a plasmar para afrontar una vida
nueva.

Hela fue la menor de los tres hijos que Angrboda tuvo


con Loki, además de Fenrir y Jörmungandr. La mitad
derecha de su cuerpo era realmente hermosa, pero la
mitad izquierda de éste era igual a la de un cadáver en
putrefacción y de ella despedía un olor
nauseabundo. Cuando Odín y los otros dioses vieron por
primera vez a Hela, quedaron tan espantados que la
confinaron al más profundo y oscuro de los mundos:
Helheim. Allí, para poco consuelo de Hela, fue nombrada
soberana de los muertos.

Ante los ojos del hombre moribundo se despliega una


oscura y horrible región de brumas; ve que el sol, el puro
astro del día, se desvanece y desaparece, y oye que los
goznes de la puerta de Helheim, crujen y ésta se abre para recibirlo. Naturalmente su
morada está hecha de sombras, pero tiene la apariencia de la realidad. Los que
morían de enfermedad o de vejez, lo que los vikingos llaman "muerte de paja", porque
las camas de los moribundos están hechas generalmente de ese material, son enviados
a Hela, al Helheim.

A pesar de que los inocentes eran tratados amablemente por Hela, y disfrutaban de
un estado de dicha, no hay que sorprenderse de que los vikingos temblaran de miedo
ante la idea de tener que visitar su morada. En su lugar, algunos preferían atravesarse
con sus propias lanzas, arrojarse por un precipicio o ser quemados vivos, cualquier
muerte heroica que los condujese al Valhalla.
La Templanza

En un mito preislámico, un río del Paraíso, Al Kawthar,


da vida y fecundidad. El agua crea la vida y regula el
flujo de la existencia.

El Paraíso, compendio de todos los placeres a los que el


hombre puede aspirar y máxima promesa de felicidad
para el musulmán honorable y piadoso, se interpreta en
el pensamiento islámico como un lugar idílico situado en
el «Más allá», y se representa tradicionalmente como un
frondoso jardín recorrido por ríos y arroyos de aguas
limpias, plagado de fuentes, en el que crecen flores
aromáticas, así como toda clase de árboles que
proporcionan prolongada y permanente sombra,
rebosantes de deliciosos frutos de toda estación carentes
de espinas, que se inclinan hasta el suelo y pueden ser
siempre alcanzados sin dificultad, asegurando la
subsistencia de sus moradores. Ofrece así una noción
antitética del paisaje desértico predominante en la
Península Arábiga, cuna de la civilización musulmana. Para los habitantes de este
territorio, a menudo privados de alimento y agua, conviviendo con un clima de gran
dureza, la descripción de estos goces ultraterrenos equivaldría al cumplimiento de sus
sueños insatisfechos.

La adquisición y la abundancia de descanso al final de un camino difícil. Recompensa


merecida y consecución de la paz. Encontrar un trabajo tan esperado después de una
larga búsqueda. La resolución exitosa de problemas financieros. La mujer en la unión
hace todo por la abundancia y la prosperidad de su marido.
El Diablo

Falsedad, doblez, felicidad ilusoria. Obsesiones.

Desde tiempos ancestrales, la búsqueda del elixir de la


eterna juventud o la vida eterna, ha llevado a la
perdición a todos/as aquellos/as que se enzarzaron en
una encarnizada lucha contra el envejecimiento y la
muerte, incapaces de aceptar la suprema ley del ciclo
vital. En sus delirios por alcanzar ese status quo, han
cometido auténticas atrocidades. Como las perpetradas
por uno de los mayores terrores que ha pisado el viejo
continente: Elizabeth Bathory, la condesa sangrienta.

Pronto empezaría Elizabeth a aflorar sus verdaderos


instintos sádicos. Como detestaba a su suegra, quien era
muy controladora y mezquina, empezó a desquitarse
con sus sirvientas torturándolas con ayuda de su vieja
enfermera. A la muerte de su marido, en 1600, la
condesa se sintió plenamente libre de poder realizar
impunemente todo aquello que se le cruzara por la cabeza. Envió muy lejos a su
suegra y empezó a obsesionarse con su belleza -que ya de por sí era excepcional-.
Durante diez años, la condesa se aprovisionó de jóvenes muchachas, algunas de ellas
de estrato social muy bajo, para desangrarlas sirviéndose de complejos artefactos
diseñados para tal fin. En las aldeas se le empezó a temer, y los campesinos estaban
convencidos de que ella era una vampiresa. Sin embargo, una de las chicas consiguió
escapar y avisó a las autoridades. Se ordenó una investigación al Conde Cuyorgy
Thurzo, gobernador de la provincia y primo de Elizabeth. Cuando finalmente entraron
a inspeccionar el castillo, el horror que habitaba en él los dejó sin habla. En diferentes
cuartos había mujeres muertas, desangradas, algunas con partes del cuerpo
agujereadas. Otras estaban encerradas en un calabozo esperando su turno para ir al
matadero. Asimismo, exhumaron a más de 50 mujeres. Para algunos esta historia no
es más que una fábula inventada por los enemigos de Elizabeth para apoderarse de
sus tierras. Se celebró un juicio donde el mayordomo y otros participantes de las
atrocidades declararon todo lo que vieron y experimentaron junto a la condesa. A
Elizabeth se la confinó de por vida en el castillo con las ventanas y puertas selladas.
Desterrada y sola, se le pasaba comida por un pequeño agujero. No se le condenó a la
pena de muerte por ser su primo un primer ministro. A los cuatros años de su
confinamiento, un curioso soldado -quería verla en persona- encontró a la «condesa
sangrienta» muerta. Su legado de terror había llegado a su fin.
La Torre

Hécate, divinidad griega, ha atrapado al hombre con su


magia. El laberinto es el perderse entre los meandros de
la locura; una evolución negativa debido al arcano
anterior.

HÉCATE era una diosa lunar, una de las trinidades


originales conectada con las tres fases de la luna que
gobernaba el cielo, la tierra y el submundo. Es
identificada como el aspecto oscuro de Artemis. Así como
Artemis personifica la luna creciente, Selene la luna llena,
Hécate es la cara de la luna negra. A diferencia de
Artemis, que representaba la luz lunar y el esplendor de
la noche, Hécate representaba su oscuridad y sus terrores.
Es la madre de todos los encantamientos y hechiceras, es
la Madre Terrible que actúa desde las profundidades de
la psique (según Jung).

Hécate entre los griegos, llamada durante la Edad Media


la Reina de la Brujas, era una deidad del inframundo y
la Luna, adorada en encrucijadas en las que se le hacían sacrificios durante la luna
llena. En la Antigua Grecia existían unas fiestas llamadas Hecatesias, en honor a
Hécate (Protectora de la familia y los niños). En Atenas, todas los meses por las tardes
del día que entraba el novilunio o luna nueva, las personas acomodadas o pudientes
preparaban en la calle una cena o festín público, destinado especialmente a los pobres;
este festín se creía presidido por la divinidad, por lo que se denominaba la cena de
Hécate, cuya Diosa participaba del convite y en su honor se comían serpientes. Al cierre
de cada mes, platos con comida se colocaban para ella, de este modo se impedía el
mal en los puntos donde los caminos están cruzados entre sí, y este alimento era
consumido por la gente pobre. Los sacrificios ofrecidos a Hécate consistían en perros,
miel, y los corderos hembras negros.

Ofenderle podría tener consecuencias terribles. Es capaz de hacer enloquecer al


causante de su enfado pues puede enviar a los espíritus de los que se pide la
intervención para que aúllen al oído del incauto. Está en su poder enviar el fantasma
nocturno de la angustia o Empusa. Oír voces es un castigo de Hécate. Y es que a veces,
la Anciana se aburre y se entretiene jugando con la estupidez humana.

«Haz lo que quieras, mientras no perjudiques a nadie» y «todo lo que hagas, bueno o
malo, vuelve a ti multiplicado por tres» son sus normas éticas.
La Estrella

Heracles ya no mama del pecho de Hera y su leche


forma la Vía Láctea. La magia de las estrellas ilumina
nuestra vida nutriendo la esperanza de alcanzar metas
más elevadas.

Cuenta la leyenda que Zeus siempre tuvo muchas


aventuras amorosas con otras divinidades y con mortales.
Una de sus conquistas engañosas fue Alcmena, hija del
rey Electrión de Micenas y esposa de Anfitrión. Zeus
aprovechó que su esposo estaba ausente para tomar su
forma y así unirse a Alcmena.

Cuando Anfitrión regresó, también pasó la noche con ella


y de esa forma, Alcmena quedó embarazada de ambos.
De su unión con Zeus nació Heracles, y de Anfitrión,
Ificles. Antes de nacer ya el poderoso dios se sentía
orgulloso de su hijo y hasta lo consideró su favorito, lo
que despertó una gran ira y recelo en su esposa Hera,
quien, lógicamente, no soportaba que otra mujer (una simple mortal) fuera a dar a
luz a un hijo de su esposo.

Hera quiso complicar el nacimiento de Heracles, quien permaneció diez meses en el


vientre de su madre. Cuando Heracles era aún un bebé, la enfurecida diosa le envió
dos terribles serpientes para asesinarlo mientras dormía en su cuna, pero el niño, al ser
un semi-dios, estranguló una serpiente con cada mano gracias a su fuerza
sobrenatural. Aun así, Heracles era mortal y sólo lograría la inmortalidad si mamaba
del seno de Hera, lo cual era prácticamente imposible.

Aquí es donde aparecen las dos versiones sobre el origen de la Vía Láctea. La primera
nos dice que el dios Hermes, mensajero de los dioses, llevó al niño a donde Hera
mientras ella dormía y lo puso en su pecho para que se amamantara de su leche
divina, pero al despertar y descubrió a Heracles, la diosa lo retiró bruscamente y la
leche siguió manando, esparciéndose por el universo y dando origen así a la Vía
Láctea.

La segunda versión cuenta que Hera y Atenea paseaban por el campo cuando vieron
a un hermoso niño que descansaba sobre la fresca hierba. Enternecida, Atenea
convenció a Hera de que lo amamantara y ésta accedió, si saber que se trataba de
Heracles. El niño chupó la leche con tanta fuerza que hirió a la diosa y esta lo apartó
vigorosamente, mientras la leche siguió fluyendo hasta formar la Vía Láctea.
La Luna

La mujer es la luna, en sus tres fases, y también la tierra


con sus estaciones, que son las etapas de la vida.

La Triple Diosa es el tema de muchos de los escritos de


Robert Graves y ha sido adoptado por muchos
neopaganos como una de sus deidades principales. El
término Triple Diosa se utiliza con poca frecuencia fuera
del neopaganismo para referirse a tríadas de diosas y
diosas individuales de tres formas o aspectos. En el uso
común neopagano, las tres figuras femeninas son
descritas con frecuencia como la Doncella, la Madre y la
Anciana, cada una de los cuales simboliza una etapa
separada en el ciclo de vida de las mujeres y una fase de
la luna, y muchas veces gobiernan uno de los reinos de la
Tierra, Inframundo y Cielo. Estos pueden o no pueden ser
percibidos como aspectos de una mayor divinidad única.
La parte femenina del sistema teológico duoteoista de la
Wicca, a veces se representa como una diosa triple, su
contraparte masculina es el dios astado.
Las modernas concepciones neopaganas de la Triple Diosa, han sido fuertemente
influenciadas por el poeta, novelista y mitógrafo prominente de principios y mediados
del siglo XX, Robert Graves, que consideraba a la Triple Diosa como la continua musa
de toda verdadera poesía y que especulativamente reconstruyó su antiguo culto,
apoyándose en los estudiosos de su tiempo, en particular, los ritualistas de Cambridge.
Más recientemente, la prominente arqueóloga Marija Gimbutas ha argumentado a
favor de la antigua adoración de una diosa triple en Europa, atrayendo una gran
controversia y sus ideas también influyeron en el moderno neopaganismo.
Muchos sistemas de creencias neopaganos siguen a Graves en su uso de la figura de la
Triple Diosa y continúan siendo una, influenciados por el feminismo, la literatura, la
psicología de Jung y la crítica literaria.
El Sol

Las diosas griegas Nyx, diosa de la noche, y su hija


Hemera, diosa del día. El día necesito de la noche, así
como el sol nace de la luna para ahuyentar las sombras.

En la mitología griega, era la diosa primitiva de la


época. La hija de Erebus, el dios de las tinieblas, y de Nyx,
la diosa de la noche. Residía con su madre en el Tártaro,
pero las dos deidades nunca estuvieron en el mismo
lugar. Hemera (día) dejó el Tártaro justo cuando Nyx
(noche) entró en él, cuando Hemera regresó Nyx se fue.
La noche y el día eran sustancias distintas y bastante
independientes del sol.

Aether y Hemera son lo que se conoce como Protogenoi,


los primeros dioses nacidos del panteón griego, mucho
antes de la época más famosa de los dioses olímpicos,
incluido Zeus. Según Hesíodo, en la Teogonía, Aether y
Hemera eran hijos e hijas de Nyx y Erebus, los dioses
primordiales de la Noche y de las Tinieblas. Esto, por supuesto, significa que Aether y
Hemera eran casi exactamente lo contrario de sus padres. Éter era considerado como
el dios primitivo de la luz, ya que se creía que era el dios del aire superior azul que
rodeaba el planeta, el aire que se encontraba justo debajo de la cúpula del dios del
cielo, Urano. En esa época, los antiguos griegos no necesariamente conectaban el
concepto de luz con el sol.

Padres e hijos trabajarían juntos, Nyx y Erebus saldrían cada noche del Tártaro, y
traerían al mundo la neblina de la oscuridad de la noche. Luego, a la mañana
siguiente, la propia Hemera saldría del Tártaro para despejar la niebla oscura,
permitiendo que la luz de Aether envolviera la tierra una vez más.
El Juicio

Las Erinias juzgan a Orestes por el matricidio cometido.


El juicio de nuestras acciones nos ayuda a encontrar el
sendero perdido.

Las Erinias (Las Furias romanos)


Las Erinias eran diosas de la venganza que tenían una
insaciable necesidad de vengar todo tipo de injusticias
que los dioses y los mortales cometían entre ellos dentro
del seno familiar.

Se dice que surgieron de la sangre de Urano que brotó al


ser castrado por su propio hijo Cronos (ver Cronos). En
cierto sentido, esta es la primera gran injusticia cometida
desde la creación. La sangre de Urano fue a parar a
Gaya, la tierra madre, y allí germinaron las Erinias con su
aspecto terrorífico por sus rostros maliciosos y las
serpientes sobre sus cabezas. En sus manos sostenían
cayados ardiendo y látigos. No queda claro cuántas eran
al principio, pero la tradición más conocida señala que había tres Erinias o Furias:
Alceto («la que nunca se detiene»), Tisífone («la que siembra el crimen») y Megara
(«la envidiosa»).

Las Erinias personificaban la culpa creada por los crímenes que las leyes humanas no
podían castigar. El asesinato de un miembro de la familia era un crimen de tales
dimensiones que Orestes, que había matado a su madre para vengar a su padre, tuvo
que soportar la carga de la culpa y vérselas con las Erinias, qué le persiguieron sin
compasión ignorando las circunstancias atenuantes que rodeaban al caso. Ni siquiera
en el templo de Apolo en Delfos le dejaron en paz. Sólo después del juicio en el
Areópago de Atenas, donde se situaba la corte de justicia instaurada por Atenea,
lograron aplacar sus ánimos las Erinias. Orestes tuvo que hacer penitencia, tras lo cual
las tres hermanas fueron adoradas en Atenas bajo un nuevo nombre, las Euménides,
que quería decir «las de buena predisposición». Esta historia simboliza la transición de
los delitos de sangre a los que se impartía la justicia de la venganza, hasta una
administración racional de la justicia, que ponía fin al círculo vicioso de crimen y
venganza que ha existido en las sociedades más primitivas hasta hoy.
El Mundo

Solsticio de invierno, el sol está en su nadir, arriba la


constelación de Virgo. De la virgen ha nacido su hijo sol.
El mundo ha cumplido su vuelta, comienza un nuevo
año.

Si viajamos hacía el pasado encontramos dioses


mitológicos que comparten muchas de las características
con la historia del Mesías cristiano. Numerosos
académicos han proporcionado mayor solidez a estas
hipótesis presentando estudios comparativos entre Jesús y
otros dioses como Horus, Atis, Dionisio, Mitra, Krisna…

Existen más comparativas entre Jesucristo y otras


deidades como Ulises, Rómulo, Heracles, Glycon o
Zoroastro . Más allá, las preguntas serían: ¿por qué tantas
coincidencias? y ¿qué significan? Tomando el Mito de
Jesús como referencia, sus autores relacionan estas
características comunes con explicaciones astronómicas.
La Estrella de Oriente que anuncia el nacimiento de Jesús, o de tantas otras deidades,
se corresponde con la estrella Sirio. El 24 de diciembre esta estrella se alinea con otras
tres estrellas conocidas en la antigüedad como “Los Tres Reyes” en el cinturón de Orión.
Estas tres estrellas siguen en línea a Sirio, que apunta directamente al emplazamiento
de la salida del sol en la mañana del 25 de diciembre. Este fenómeno explica la famosa
historia de los Tres Reyes Magos que llegaron los últimos al nacimiento de Jesús, el
nacimiento del sol tras el solsticio de invierno.

La Virgen María, por otra parte, representa la constelación de Virgo. Durante el


solsticio de invierno, la constelación de Virgo se eleva sobre el horizonte dando la
sensación de que el sol, Jesús, nace de este signo zodiacal. Virgo, además,
significa virgen en latín y en el zodiaco es representado por la letra “m” (♍). De ahí el
nombre de María, y otras madres vírgenes como la madre de Horus, Meri, o la de
Buda, Maya. Virgo también es llamado astrológicamente “La Casa de Pan”, haciendo
referencia a su iconografía, una mujer portando una espiga de trigo; y a su momento
del año, agosto y septiembre, el periodo de cosecha. La traducción del latín de la
ciudad donde nació Jesús, Belén, es `Beth Lehem´: literalmente “La Casa de Pan”. Así,
Belén no se refiere a un emplazamiento en la tierra, sino en el cielo, en la constelación
de Virgo. La fecha del nacimiento de Jesús simboliza el resurgir del sol, el principio de
una nueva estación. Si nos ubicamos en el hemisferio norte da la sensación de que a
partir del solsticio de verano el sol empieza a moverse hacia el sur, los días se hacen
más cortos y la luz mengua. El 22 de diciembre, el sol llega al punto más bajo en el
cielo y deja de moverse hacia el sur, es el solsticio de invierno. Durante tres días, 22, 23 y
24, el sol parece que se detiene en la Constelación de Sur o de la Cruz, para empezar a
moverse un grado hacia el norte el día 25. Este acontecimiento astronómico explica por
qué Jesús, entre otros dioses mitológicos, fue crucificado, el sol muere en la Constelación
de la Cruz; estuvo muerto tres días, el sol se mantiene quieto tres días; y nace o resucita
para subir a los cielos, el sol se eleva proporcionando días más largos, luz y calor. Sin
embargo, la resurrección de Jesús, o del sol, no se celebra hasta la Pascua o Semana
Santa en el equinoccio de primavera. Este es el momento del año en el que el sol llega
a la mitad del hemisferio y la duración de los días supera al de las noches. Es la
primavera, el resurgir, la elevación del sol en el cielo.

El paso del sol por las diferentes estaciones del año fue ilustrado por nuestros ancestros
paganos con la rueda zodiacal. Dos grandes ejes dividen la circunferencia en las cuatro
estaciones, señalando los puntos cardinales, los solsticios y los equinoccios. Cada
estación, a su vez, se distribuye en tres parcelas que configuran los 12 meses del año y
signos zodiacales. En el centro se sitúa el sol dibujando un círculo menor que rodea la
intersección de los ejes en forma de cruz. Si colocamos la imagen de la cara de Jesús en
el lugar del sol, vemos como el círculo atravesado por la cruz aparece por detrás, tal y
como se muestran en las iconografías del Mesías y en las iglesias. Así pues, la cruz
cristiana es un símbolo pagano que representa el sol. Los 12 signos zodiacales o meses
son los 12 discípulos con los que Jesús, el sol, viajaba.

ARCANOS MENORES

Los arcanos menores están relacionados con las fases lunares y con determinados
pueblos. Las figuras representan:

Sotas= son las diosas con sus aves sagradas.

Caballos= son los animales dedicados a las diosas.

Reinas= son las diosas, a la vez viernes y madres.

Reyes= la diosa con su compañero, sacrificado para ser regenerado.

PALO DE BASTOS

En los bastos se puesto el símbolo de la luna creciente porque estamos en los Alborea
de la historia. Conciernen a los pueblos del área de Mesopotamia, Egipto y Arabia, y
una pequeña referencia al Tíbet. Representan la unión con la naturaleza y el fuego,
que crea y desencadena esa fuerza.

As de bastos

La mano de Fátima, que representa lo divino. Energía


activa.

Fátima, hija del profeta Mahoma, estaba un día en casa


preparando la cena cuando llegó su marido Alí de
manera inesperada.
Al escuchar Fátima que se acercaba salió a recibirlo,
pero se entristeció al verlo, porque venía acompañado
de una joven y hermosa mujer. Fátima se puso muy
celosa, pero se mantuvo en silencio y volvió a la cocina.
Fátima, al sentirse tan triste y al continuar preparando la
cena para su marido, se quedó como en estado de shock
y no era consciente de lo que estaba haciendo: En el
fuego tenía puesta una olla con agua hirviendo y al no
estar atenta, en lugar de coger una cuchara y remover el
agua, metió su propia mano y empezó a remover.

Tan fuerte era la tristeza que tenía Fátima, que no sintió


ningún dolor mientras utilizaba su mano para remover el agua. En ese momento entró
su marido Alí a la cocina y le retiró la mano de la olla gritándole. En ese momento fue
cuando ella se dio cuenta de que se estaba quemando la mano.
Alí cuidó la mano de su esposa Fátima y al siguiente día, él le confesó que había
estado toda la noche con la concubina y Fátima se entristeció más todavía.
Esa misma noche, Fátima observó como su marido Alí se marchaba nuevamente a la
habitación de la joven concubina y lo siguió y lo espió a través de una rendija y pudo
ver como su marido se besaba con ella. A Fátima empezaron a caerle lágrimas por
toda su mejilla y fue en ese momento cuando su marido Alí se dió cuenta de que
estaba haciendo las cosas mal y se sintió muy triste.
Conforme Alí percibió que estaba haciendo daño a Fátima, dejó a la otra joven para
poder dar el 100% de su amor a Fátima.
Desde aquella situación, la mano de Fátima se convirtió en un símbolo musulmán muy
importante y muy usado por las mujeres para poder protegerse y tener mucha más
paciencia y fuerza y encontrar de esta forma la fidelidad de sus parejas.
Dos de bastos

Las dos damas", Nejbet con alas de buitre, y Uadyet,


llevando el caduceo. Madurez, cooperación, iniciativa.

Ambas son las responsables de la protección del Faraón.

Uadyet, la cobra, originalmente, fue una diosa que


vinculada el crecimiento de la vegetación, conectada
también con el agua lo que la llevó a representar la
regeneración. Protectora del faraón y de la corona del
norte, es decir del Bajo Egipto. Su nombre significa “La
Verde”, “La del color del Papiro”, “La Vigorosa”, nombre
por el cual sería diosa de los tejidos teñidos con este color.
Ella se muestra sobre la frente del monarca, actuando
como defensora y escupiendo fuego a los enemigos de
ambos. Incorporada al mito solar, se identificó con el ojo
izquierdo de Ra.

La diosa buitre Nejbet, personifica la corona del sur y es


la deidad tutelar del Alto Egipto. La misión de Nejbet
consiste en asistir al rey cuando viene al mundo, o en el momento de la coronación, en
las fiestas de jubileo y, sobre todo, en el combate al ser una diosa guerrera. Se la
conocía como "La Gran Vaca Blanca de Nejeb" y se la identificó con el ojo derecho de
Ra. Integrada en la leyenda de Osiris, ayudó a Isis cuando escondió al joven Horus en
los pantanos del Delta, alimentándole con su leche.
Tres de bastos

Diosas preislámicas. Al-lat, incensario; Uzza, cigüeña y


Manat, hilo de la vida, representan la vida con la
naturaleza. Dinamismo armonioso, capacidad de crear
alianzas.

Uzza, Al-lat y Manat eran las tres diosas protectoras de


La Meca, hijas de Dios Supremo. Pertenecen a la
mitología árabe pre-islámica de los pueblos de la
península arábiga.

La triple divinidad femenina de Uzza, Al-lat y Manat era


muy popular en el tiempo de La Meca de Mahoma.
Cada una de las tres diosas tenían una capilla separada
cerca de ciudad. Las tres diosas hermanas fueron
admitidas durante un breve momento en el islam como
divinidades menores intercesoras ante Dios, según se
puede leer en unos famosos versículos del Corán.
Pero el monoteísmo exige que no hay más Dios que el
único Dios verdadero, y por razones insondables esta “única y verdadera deidad” es
representado como varón. Mahoma , prosiguió la “inevitable” destrucción de los
santuarios, y el asesinato de los mecanos, fieles de la religión “equivocada”.

Al-Uzza (o Al-Ozza) significa «la más querida» Apodada la guerrera “virgen” (no
casada), ella es la más joven de la tríada de diosas. Era la diosa invernal y del
inframundo, personalizada por un bloque de granito blanco de unos seis metros de
largo. Fue muy popular en todo el Oriente Medio, incluida Jerusalén. Aparentemente
se trataba de una diosa joven y cruel a la cual sólo aplacaba el derramamiento de
sangre, tanto humana como animal. Sin embargo Uzza, diosa del amor y la belleza,
esta asociada a Al-Zuhara (planeta Venus). Az-Zuhara, la estrella de la mañana, por
los árabes era venerada bajo el aspecto de la hermosa diosa.

Al-lat era la divinidad de la primavera y la fertilidad, era la Madre Tierra que trae la
prosperidad. Diosa de la agricultura al igual que otras diosas mediterráneas (por
ejemplo Demeter). A veces también se considera a Atenea y se llama “la Madre de los
Dioses” o “La más grande de todos”.Estaba representada por una piedra cúbica gris
(meteorito o roca volcánica) en torno al cual se construyó el santuario, donde afluían
los árabes para llevar a cabo los ritos de adoración y los sacrificios propiciatorios que
aseguraran la intervención de la diosa a favor del devoto.
Manat (o Manah) El nombre «Manat» deriva de las palabras árabes ma’niyya y
manum, que significan ‘muerte’, ‘destino’ y ‘tiempo’. Su culto generalizado puede
preceder a los de Al-Uzza y Al-Lat. Ella se consideraba la mayor de las tres “hijas de
Dios”. Se la adoraba bajo la forma de una piedra negra que se levantaba en la playa
del Mar Rojo, entre la Meca y Medina.
Patrona de la justicia y de la equidad, también se la consideraba la diosa de la
muerte, el símbolo de la suerte y la parca que elegía el momento de morir de los
hombres. Manat tiene los hilos de la vida de los humanos y es responsable de cortarlos.
La luna menguante en su cabeza es un símbolo de la muerte. Era la diosa de la luna
menguante, la estrella de la tarde y el destino.

Cuatro de bastos

La diosa sumeria Ninhursag da vida a los hombres. La


fertilidad de la tierra.

Era conocida como la diosa madre, una de las siete


deidades de mayor valor en la mitología de Sumeria,
también se relacionaba con la tierra y era hermana de
Enlil y en otros mitos era su esposo. Fue procreada por
Anu (señor de las constelaciones, vivía en lo más alto del
cielo, decían que poseía la autoridad para hacer justicia
a quienes hacían actos ilícitos, creo estrellas como si
fueran soldados para que acabaran con todo lo malo) y
Nammu (diosa identificada como el abismo de las aguas,
pues generaba agua, siendo la primera deidad para que
diera el origen de todo lo que existe, la llamaban
también diosa del nacimiento y le rindieron culto en la
ciudad de Ur).

Su nombre tiene varios significados bastante interesantes,


como “Señora de las Colinas Sagradas”; Nintu como
“Señora del Nacimiento”; Belet-ili “Señora de los dioses”. Otros nombres relacionados
Makh, Ninmah, Mamma, Aruru, Damkina.

Su adoración prevalece por los años 4500 a.C en el periodo protohistórico de


Mesopotamia, es decir antes de la prehistoria en la Baja Mesopotamia, donde fue el
primer establecimiento para los sumerios. Hoy en día es un sitio histórico de
arqueología de la antigua ciudad de Ur. Lo que representa a Ninhursag es el símbolo
de Omega, se decía que este podría ser un órgano reproductor femenino como es el
útero. A su vez en la mitología egipcia, la diosa Hathor también poseía este distintivo.

Cinco de bastos

La diosa egipcia Sejmet, conocida como la leona, ha


cometido una masacre y solo el agua del Nilo la calmará.
El ímpetu del fuego ofusca la voluntad, que ha de ser
guiada por el discernimiento.

Cuentan que un día Ra, el dios sol creador del mundo y


de los dioses, ya anciano, envió a uno de sus ojos a echar
un vistazo por la tierra. Lo que vió el ojo no le gustó
nada al anciano dios, los humanos estaban empezando a
faltarle al respeto y a burlarse de él, así que se enfureció.
Después de haberlos creado de la nada esos estúpidos
humanos se atrevían a desobedecerle, se merecían un
castigo y para proporcionárselo tenía a su hija perfecta,
la diosa Sejmet (o Sekmet).
Sejmet bajó a la tierra y se convirtió en una leona, ávida
de sangre, que empezó a devorar humanos por todas
partes. Humano que se encontraba, humano que se
comía, y cuánta más sangre bebía, más sangre necesitaba. Ra y el resto de sus hijos lo
veían y empezaron a preocuparse, él quería dar un escarmiento a los humanos no
acabar con ellos. Le entró la morriña y se acordó de cuando era joven y les enseñó a
sembrar la tierra, eran tan felices juntos… Había que parar a Sejmet de alguna forma,
pero ésta estaba borracha con tanta sangre y se negó a dejar de devorar gente, por
mucho que Ra se lo pidiera.
Entonces tuvieron una idea, una tarde que la leona dormía la siesta después de una
gran comilona de humanos, vertieron ante ella vino de granadas, que era un vino que
emborracha con mucha facilidad y tiene el color y la consistencia de la sangre. Cuando
Sejmet se despertó con sed y vio el charco, se lo bebió visto y no visto, con el vino se
emborrachó, y con la borrachera le volvió la cordura, convirtiéndose en la hermosa y
mimosa gatita Bastet. De esta manera, Bastet, la diosa gata, era adorada como
patrona de la fertilidad y la prosperidad del hogar, su santuario en Bubastis era uno
de los más visitados, lleno de lindos gatitos. Y su sombra colérica, Sejmet (también los
dioses tienen doble personalidad), representada como una mujer con cabeza de leona,
era adorada como señora de la guerra.
También llaman a Sejmet “la Señora del Oeste” y a Bastet “la Señora del Este” (al
oeste está el mundo de los muertos, porque es donde muere el sol, y el este, dónde nace
la vida).

Seis de bastos

La diosa de la justicia Egipcia Maat, era a punto de


emitir su veredicto. Juicio equilibrado, una justa
recompensa por las acciones cumplidas.

Diosa de la justicia, la verdad y el orden, tanto cósmico


como político y social. Es una diosa fundamental en el
gobernar de los faraones como suprema guardiana del
orden universal. Protectora de los jueces, que eran sus
seguidores, presidía el juicio de los difuntos, y su imagen o
su pluma servía de contrapeso para valorar el corazón
del difunto; la Sala de las Dos Verdades, donde esto
ocurría, fue llamada así por las frecuentes apariciones de
Maat como dos diosas idénticas. En un pasaje de los
Textos de los Sarcófagos, donde el demiurgo cuenta lo
que pasó antes de la creación, el océano primordial le
dijo “Respira a tu hija Maat y acércala a tu nariz para
que tu corazón viva”; en este sentido, Maat es casi
consustancial al aire, es la Norma que regirá la regularidad de los fenómenos cósmicos,
las reglas sociales y el respeto que se les debe. Su último papel era el de servir de guía
del dios solar Ra, de quien es considerada hija, en su camino por el cielo; iba detrás de
su padre en la barca que le llevaba cada noche hasta el mundo subterráneo.

Posteriormente se la hizo esposa de Ra y, a partir de la XVIII Dinastía, la pareja real


pasa a compararse con Ra y Maat, cuya unión es la garantía de un funcionamiento
justo del mundo. Representada como mujer de pie o sentada sobre sus talones, con una
gran pluma de avestruz en la cabeza, el cetro en una mano y el anj en la otra; en
algunas ocasiones aparece con un par de alas junto a sus brazos; o bien con una pluma
de avestruz como cabeza. Deificación abstracta por excelencia, no tiene ningún centro
propio de culto, aunque fue adorada en el templo de Montu en Karnak.
Siete de bastos

La diosa Siria Anat venga la muerte de su marido Baal


matando al demonio Mot. El siete es una carta de
reacción a los dolores de la vida. Nuestro carácter
combativo nos ayuda a vencer los obstáculos.

La diosa Anat personificaba las fuentes que acopian la


humedad recogida en la tierra. Se le llamaba «virgen»,
«la pretendida de los pueblos» y «». Es la diosa del amor,
la fecundidad y de la guerra; los egipcios la
representaban como una mujer desnuda sobre un corcel
al galope, blandiendo escudo y lanza. Fue perdiendo
importancia frente a su doble, Ashtarte, personificación
más delineada del amor y la belleza.

Cuando se reconoció de facto su realeza, Baal convida a


un banquete a los dioses; terminado esto, parte a
recorrer las ciudades de su reino. A su regreso, obtenido el
permiso del dios Supremo para construir un palacio, se le
encomienda tal labor al dios herrero. Baal decide mandar hacer las aberturas para
unas ventanas en su palacio, tal vez para hacer sentir a humanos y divinos su poder
por medio de rayos y truenos. Se encuentra con que el dios del grano y de la muerte,
Mot le ordena a Baal descender a su morada (infierno cananeo, de características
fangosas, en las entrañas de la tierra); este, sumiso acepta someterse a la orden de la
muerte. Extraviado del mundo de los dioses, Anat, su hermana (o esposa, no hay
acuerdo al respecto), encuentra el cadáver de Baal y al asesino de su hermano, Mot, lo
parte en trozos con su espada, lo quema y muele esparciendo sus restos por el suelo.
Pasado este incidente Baal vuelve a la vida, recupera el trono (nadie puede
suplantarlo) y desencadena su furia.
Baal se asocia a los truenos, los rayos y la lluvia; por supuesto siguiendo la línea paleo-
semítica también se asociaba con el toro, en cuanto a signo de supremacía. Es el dios
de la fertilidad agrícola. Sus santuarios eran poco más que altares presididos por el
símbolo de la deidad femenina cananea y hebrea Ashtoret = Ashtarte = Anat situada a
su lado. El nombre de Baal, el dios que se entregó voluntariamente para asegurarles a
los agricultores la vida, da lugar a muchos nombres propios y topónimos hebreos,
caldeos, fenicios y cartagineses, tales como BaalBek, Jezabel, Asdrúbal y Aníbal.
Representa la fogosidad de la juventud y el vigor sexual.
Ocho de bastos

La belleza de la noche es la de la mujer: Láyla. Layl


significa " noche", lo necesario manifiesto. La belleza de la
divina realidad que todo sufí tiene que alcanzar. El
equilibrio cósmico del ocho.

La historia comienza cuando Qays Ibn al-Mulawwah (o


Mulawwih) se enamora de Layla. Pronto comienza a
componer poemas sobre su amor por ella, mencionando
su nombre a menudo. Sus esfuerzos atrevidos por cortejar
a la chica hacen que algunos lugareños lo llamen
"Majnún" (loco). Cuando finalmente pide su mano en
matrimonio, su padre se niega porque sería un escándalo
que Layla se casara con alguien que se consideraba
mentalmente desequilibrado. Poco después, Layla se
casa con otro comerciante noble y rico que pertenecía a
la tribu Thaqif en Taif. Descrito como un hombre apuesto
de tez rojiza, cuyo nombre era Ward Althaqafi, los
árabes lo llamaron Ward, que significa "rosa" en árabe.

Cuando Majnún se entera de su matrimonio, huye del campamento tribal y comienza


a vagar por el desierto circundante. Su familia eventualmente abandona la esperanza
de su regreso y le deja comida en el desierto. A veces se lo veía recitándose poesía o
escribiendo en la arena con un palo.

En general, se representa a Layla siendo trasladada a un lugar del norte de Arabia con
su esposo, donde ella enferma y finalmente muere. En algunas versiones, Layla muere
de angustia por no poder ver a su aspirante a amante. Majnún más tarde fue
encontrado muerto en el desierto en el año 688, cerca de la tumba de Layla. Había
tallado tres versos de poesía en una roca cerca de la tumba, que son los últimos tres
versos que se le atribuyen.

Paso por estas paredes, las paredes de Layla

y beso esta pared y aquella pared.

No es el amor de las paredes lo que ha cautivado mi corazón,

Sino el de aquella que habita en ellos


Nueve de bastos

Isis amamantando a su hijo Horus; tras ella el cedro con


el cadáver de Osiris. El cariño maternal queda
interrumpido por la muerte. El amor nos dará valor para
superar las adversidades.

Osiris era el hijo primogénito del Padre Tierra y de la


Madre Cielo. El joven dios hacía gala de un buen
semblante y era mucho más alto que los seres humanos.
Tomó por esposa a su hermana Isis, diosa de la Luna.
Juntos enseñaron al pueblo de Egipto la fabricación de
utensilios agrícolas y la elaboración de pan, vino y
cerveza. Isis enseñó a las mujeres a moler el maíz, hilar el
lino y tejer el paño. Osiris edificó los primeros templos y
esculpió las primeras imágenes divinas, enseñando de
este modo a los seres humanos lo que eran los dioses. Le
llamaban "El bueno" porque era enemigo de la violencia,
y dio a conocer su voluntad únicamente por medio de la
benevolencia.

Pero no transcurrió mucho tiempo antes de que Osiris fuera víctima de un complot por
parte de su malvado hermano menor, Set, que estaba celoso de su poder. Set era rudo
y salvaje; había provocado su salida prematura del vientre de su madre y estaba
determinado a gobernar el mundo en lugar de Osiris. Invitó a Osiris a un banquete y
después lo asesinó, encerrando el cadáver en un arcón que después arrojó al Nilo.

Cuando Isis oyó la noticia de que Osiris había sido asesinado, quedó abrumada por el
dolor. Se cortó el cabello, rasgó sus vestiduras y, de inmediato, se lanzó a la búsqueda
del cofre. Este había sido llevado mar adentro y arrastrado por las olas hasta Biblos,
yendo a parar bajo las ramas de un tamarisco. El árbol creció tan rápidamente que el
cofre quedó totalmente rodeado por el tronco. Entre tanto, el rey de Biblos había
ordenado que el árbol fuera talado para que sirviera de soporte al techo de su palacio.
Una vez ejecutada la orden, el maravilloso árbol esparció un aroma tan exquisito que
su reputación llegó a oídos de Isis. Esta, de inmediato, comprendió su significado. Sin
demora, se puso en camino de Biblos, sacó el cofre del tronco y lo llevó de regreso a
Egipto. Pero Set, conociendo lo que se estaba tramando, fue en busca del arcón al
pantano donde Isis lo había escondido, lo abrió y descuartizó el cadáver de su hermano
en catorce pedazos, esparciéndolos después por todas partes.
Isis no se sintió desalentada. Buscó los preciados fragmentos de su esposo y los encontró
todos excepto el falo, que se lo había tragado un pez del Nilo.
Como bruja poderosa que era, la diosa reconstruyó entonces el cuerpo de Osiris
uniendo todos los fragmentos y haciendo un nuevo falo de arcilla. Después realizó los
ritos de embalsamamiento para que el dios asesinado pudiera regresar a la vida
eterna. Mientras éste dormía aguardando su renacimiento, Isis se acostó con él y
concibió al divino hijo Horus, quien al nacer fue comparado con un halcón cuyos ojos
brillaban con la luz del Sol y la Luna.

Diez de bastos

La bruja Srinmo (leyenda Tibetana). El diez representa


a una persona ambiciosa que trata de concentrar en si
las energías del mundo.

Una vez, un mono santo se dirigió al Himalaya para


disfrutar a solas del éxtasis de la meditación profunda. La
belleza de su personalidad cautivó a la diablesa de una
roca, Srinmo, cuyos intentos por seducirlo no lograron
debilitar el voto de castidad del mono, y la diablesa
padeció las penas del amor no correspondido.

Pero cuando uno de estos seres está frustrado y enfadado


representa un gran peligro para el mundo, y el mono lo
sabía. Por eso, comprendiendo sus sufrimientos, acabó
por ceder a sus ruegos y al cabo del tiempo, de su unión
nacieron seis hijos y, según se dice, de ellos desciende toda
la población del Tíbet.

Como devotos budistas, los tibetanos creen que sus


antepasados son el santo Avalokiteshvara en la forma de mono y la diosa Srinmo la
ogresa de la roca. Ambos, como deidades protectoras del Tíbet, vigilan a sus
descendientes desde entonces, sobre todo Avalokiteshvara, que se manifiesta
repetidamente como Dalai Lama. Los tibetanos explican la diversidad de los tipos de
personalidad con los seis primeros monos, entre los que había un representante de cada
uno de los seis reinos que existen en la cosmología budista.
Sota de Bastos

Ishtar, diosa Asiria, con el cinturón zodiacal que la


simboliza, al igual que los leones y los búhos. La sota es la
carta de la vitalidad y las acciones

Ishtar es una diosa semítica oriental, la cual, era


reconocida por ser la diosa del amor, la guerra y
la fertilidad no obstante, se asociaba principalmente con
la sexualidad ya que, su culto implicaba la prostitución
sagrada. Era particularmente adorada en el norte de
mesopotamia exactamente en las ciudades de Asirias de
Nínive, Aššur y Erbil. Es la equivalente de la
sumeria Inanna, la diosa aramea Astarté, a la Afrodita
de los griegos y la Venus romana.

Para los dioses de Mesopotamia la vida amorosa


de Isthar fue fatal debido a que en su juventud la diosa
había amado a Tammuz (dios de la cosecha) y según lo
que narra la epopeya de Gilgamesh, este gran amor le
causó la muerte a Tammuz.

Estaba asociada al planeta Venus como estrella de la mañana y en las fronteras de


Babilonia se le representa por una estrella de ocho puntas. Al morir
Tammuz, Isthar desciende a los infiernos a recuperar Tammuz de las manos de la
terrible Ereskigal, quien tenía poder sobre la vida y la muerte. Así es que desciende a
las tierras de las tinieblas donde comenzaría valiente y desafiante su tarea de echar
abajo siete puertas. A medida que Isthar iba pasando cada una de las siete puertas
tenía que quitarse una de sus prendas por lo que iba perdiendo su poder. Tras derribar
la última puerta se encuentra desnuda e indefensa delante de Ereskigal y esta la mata
y cuelga su cuerpo de un clavo. Papusukall decidió ir hasta los dioses y pedirles que
crearan a un ser capaz de entrar en el mundo de los muertos para resucitar
a Isthar con la comida y el agua de la vida. Y así Ishtar resucita y Tammuz permanece
seis meses del año en el inframundo, dando origen al otoño y al invierno durante su
ausencia.
Caballo de bastos

La esfinge está capturando el último aliento del faraón


moribundo. La chispa divina, la que da energía y vida. El
fuego se transforma en aliento divino. Regeneración y
protección.

Esfinge (del griego Σφίγξ) es el nombre helenizado de un


ser fabuloso que se suele representar, generalmente,
como un león recostado con cabeza humana. Las esfinges
fueron ideadas por los antiguos egipcios y forman parte
de su compleja mitología; también tienen relevancia
cultural en la mitología de los antiguos griegos. Las
esfinges eran símbolo de la realeza, ya que
representaban la fuerza y el poder del león, y la vida
después de la muerte, motivo por el que aparecen en
muchas tumbas de reyes en forma de relieve.

Las ponían enfrente del templo (avenida de las esfinges)


pensando que cobraban vida y protegían el templo por
la noche.

Reina de Bastos

La diosa Egipcia Neith dado a luz al sol. Se le conocer por


"padre de padres y madre de madres". "Comenzó a dar a
luz cuando aún no había comenzado el parto". Es el
poder creativo de la naturaleza.

En muchos casos, las diosas de la mitología egipcia


inspiran más temor que las deidades masculinas y envían
la guerra o la destrucción contra quienes las encolerizan.
Entre ellas destaca Neith, la Gran Madre, cuyo principal
centro de culto se encontraba en Sais.
Se le asociaba con la guerra y la caza y su símbolo era un
escudo con dos flecha cruzadas.
También era una deidad creadora, que surgió del Nun
para crear a dioses y hombres, y al escupir en aquel
abismo acuoso, de su saliva nació Apep, la serpiente del caos. Era asimismo madre de
Sobek, el dios-cocodrilo.
En el enfrentamiento entre Horus y Set, los dioses escriben a Neith para pedirle consejo
y la diosa responde con la amenaza de provocar el derrumbamiento del cielo si no se
aceptan sus recomendaciones. La manera de representar a la diosa Neit va a ir
modificándose según pase el tiempo. Las distintas formas de representarla son las
siguientes:
*Una mujer que lleva sobre la cabeza su nombre en jeroglíficos: un escudo con dos
flechas cruzadas.
*Una mujer con la corona roja del Bajo Egipto y un arco y dos flechas en la mano.
Por otro lado, al ser considerada la inventora de los textiles y patrona de los tejedores,
es la que proporciona las vendas necesarias para preparar el cuerpo del difunto.
Además, protege a este con sus flechas de los peligros que acechan durante el viaje por
el inframundo

Rey de bastos

Inanna es la estrella Venus, los siete velos son los círculos


del infierno de los que han logrado huir. El rey da
equilibro. Para regenerar las energías cósmicas habrá
que buscar en su seno la fuerza vital que da luz.

En la mitología sumeria Inanna era la diosa del amor, de


la guerra y protectora de la ciudad de Uruk. Con la
llegada de los acadios Inanna se sincretiza con la diosa
Ishtar. Su representación era un haz de juncos verticales
con la parte superior curvada.
Asociada con el planeta Venus, se la identifica con la
diosa griega Afrodita y con la Astarté fenicia. Entre los
acadios fue conocida como Ishtar.
En la tradición mesopotámica, otoño e invierno son
épocas en las que la tierra recupera su fuerza y su pureza
en contraposición con la primavera y el verano, épocas
de florecimiento y fertilidad. En Sumeria, esta época
(otoño e invierno) se usaba con el mismo fin religioso,
recuperar la fuerza y mejorar internamente. Irkalla (tierra del no retorno) es el lugar al
que van las impurezas, los malos hábitos, los recuerdos que se pierden y los muertos. La
muerte es un estado de purificación y mejora que conduce a una nueva vida.
En ese contexto cuenta la mitología sumeria que Inanna decidió bajar al inframundo
para enfrentarse a su hermana y deidad opuesta, Ereshkigal. En la lucha Inanna se
desprende de sus ropas para poder traspasar las siete puertas que la conducen hasta el
lugar donde se encuentra Dumuzi (Tammuz). En su enfrentamiento con Ereshkigal
muere, tras lo cual ningún ser en la Tierra tenía deseo de aparearse: ni hombres ni
animales. Ante esto, Enki crea a unas criaturas sin género que engañan a Ereshkigal
consiguiendo que les entregue el cadáver de la diosa al que aplican el "agua de la
vida". Así Inanna revive, pero tiene que encontrar un sustituto que ocupe su lugar en el
inframundo. Al volver a la Tierra encuentra que Dumuzi (Tammuz) ha ocupado su
puesto, por lo cual es a él a quien envía al inframundo.
Como consecuencia, Dumuzi reina durante el otoño y el invierno, mientras Inanna,
durante la primavera y el verano.

PALO DE COPAS

Las copas de han se han asociado a símbolo de la luna llena. Los pueblos serán los
hebreos, sus pueblos limítrofes y los cristianos. La luna llena es como el agua que colma
un vaso, es la espiritualidad que se difunde por el mundo.

As de Copas

La copa es símbolo del útero, el comienzo de la vida. El


agua del manantial está llena de magnetismo que
refleja la luna.

El As de Copas una copa o cáliz que rebosa de agua. La


luna representa nuestra energía inconsciente y
sentimientos que simboliza la confianza en tus
sentimientos y tu corazón para liderar el camino. Esta es
tu intuición y fuerza interior hablando.

Este es un símbolo de plenitud, no sólo emocionalmente


sino también espiritualmente. La oportunidad está ahí…
¿la tomaras? Ya sea que decidas tomarla ahora mismo y
aprovechar esta oportunidad, eso dependerá de la
cantidad que necesitas de satisfacción emocional y
espiritual en tu vida ahora mismo.

El agua de la carta refleja el flujo de las emociones y por


lo tanto el As de Copas sugiere que las emociones positivas y la energía se fortalecerán
para así sentirte bien contigo mismo y con la vida en general. Esta carta indica que
tienes que experimentar la sensación de un nuevo amor o de dar y recibir amor
incondicional. Dar y aceptar el amor en un nuevo nivel y abrir tu corazón a lo que está
a su alrededor. Tus ideales amorosos serán como un imán para atraer el amor. El amor
es la esencia de la situación. (Puede o no puede ser amor romántico. No
necesariamente es un amor pasional, sensual)

Dos de copas

El amor del ángel Azazel por la virgen Istahar, que lo


rechazará y se convertirá en la constelación de Virgo. El
amor se eleva mediante el sacrificio.

Shemhazai y Azael (originalmente Azazel, ‘le fortalece


[el dios] El’), dos ángeles que gozaban de la confianza de
Elohim preguntaron: ¿no les advertimos el día de la
creación que el hombre demostraría ser indigno de
vuestro mundo? Elohim replicó: «Pero si destruimos al
hombre, ¿qué será de nuestro mundo?». Los ángeles
contestaron: «Nosotros lo habitaremos». Elohim
pregunto: «Pero si descendéis a la Tierra, ¿no pecaréis
incluso más que el hombre?». Ellos suplicaron: «¡Déjanos
vivir allí durante un tiempo y santificaremos tu
nombre!».
Elohim les permitieron descender, pero enseguida a los
ángeles les venció la lujuria por las hijas de Adán y se
corrompieron mediante el trato sexual.
En aquellos días solo la virgen Ishtahar permaneció casta. Cuando Shemhazai le hizo
proposiciones lascivas, ella se dirigió a los hijos de Elohim: «¡Préstenme sus alas!». Ellos
accedieron y ella voló hasta el Cielo, donde se transformó en la constelación Virgo (o
según otros, las Pléyades). Al perder sus alas, los ángeles caídos quedaron abandonados
en la Tierra durante muchas generaciones.
Shemhazai se arrepintió y se situó en el firmamento meridional, entre el Cielo y la
Tierra —cabeza abajo y con los pies hacia arriba—, donde permanece colgado hasta
nuestros días, formando la constelación llamada Orión por los griegos. (Textos del Mar
Muerto)
Tres de copas

El mito del Grial del ciclo artúrico. La sacralidad del


espíritu nos da paz y serenidad.

La leyenda de Perceval, la primera aparición del Grial.


La primera aparición del Grial se encuentra en la obra
de Chrétien de Troyes del siglo XII que narra la historia de
Perceval y su encuentro con el rey Pescador. Habría que
destacar que es una leyenda que ancla sus raíces en la
mitología celta como todas las historias del ciclo artúrico.
En este caso se encuentran similitudes entre la historia del
caballero Perceval con un texto del siglo VI de un bardo
galés, llamado Taliesín.
Sin embargo, el relato de Chrétien es más conocido y es el
que ha influido más en las historias posteriores. Según la
obra de Chrétien, Perceval llega al castillo del Rey
Pescador buscando albergue y guiado por las
indicaciones de dos pescadores, uno de los cuales resulta
ser el mismísimo Rey Pescador. Mientras les sirven la cena
Perceval ve como aparece una lanza de cuya punta mana una gota de sangre, unos
candelabros de oro, un grial que lleva una joven y que resplandece más que las velas,
y un plato de plata. No obstante este grial no es descripto como una copa, sino como
un plato más ancho que profundo. El grial (graal o gradale) era comúnmente una
pieza de vajilla donde se servían ricos manjares. La representación del grial como un
plato circular y dorado recuerda la adoración del sol por parte de los celtas. Por otro
lado, el grial como fuente se asocia en algunas ocasiones con el caldero celta que
simboliza la renovación, la consagración y la resurrección. El mismo significado que se le
otorga al Santo Grial cristiano. En la historia de Chrétien el caballero Perceval reprime
su curiosidad y no pregunta ni por la lanza sangrante ni por el grial. Pero eran
precisamente esa preguntas las que habría resuelto el misterio y gracias a ellas el Rey
Pescador habría sanado de sus heridas. Perceval decide interrogar al día siguiente a
algún sirviente sobre los dos fabulosos objetos, pero por la mañana se despierta
completamente solo en el castillo. Por ello caballero tendrá que emprender un
peregrinaje durante cinco años. Durante ese tiempo se olvida de pisar una iglesia y de
adorar a Dios hasta que en su camino se cruza con cinco caballeros y diez damas que
iban descalzos en penitencia. Al verlos Perceval se arrepiente y va con ellos al
monasterio a donde se dirigen para confesarse. La obra de Chrétien de Troyes termina
en este punto sin que se resuelva totalmente el misterio del Grial. Tampoco se afirma
explícitamente que este grial sea el Cáliz de Cristo. El escritor francés deja el pasaje en
brumas. Será Robert de Boron quien asimile el Grial de la historia de Perceval al Santo
Grial de la Última Cena.
Cuatro de copas

Solsticio de invierno: la espera ha terminado, la luz


aumenta. La Virgen a dado a luz al niño sol.
El solsticio de invierno es el momento de mayor
inclinación de La Tierra con respecto al Sol y, por tanto, el
día con menos horas de luz del año. En el hemisferio
norte, el solsticio de invierno tiene lugar el próximo 21 de
diciembre, mientras que en el hemisferio sur se celebra el
21 de junio.
El solsticio de invierno supone la reversión de la tendencia
al alargamiento de las noches iniciada con el solsticio de
verano. En virtud de ello, el tiempo de iluminación solar
comienza a prolongarse cada día más, tendencia que se
sostiene durante los siguientes seis meses.
El solsticio invernal también trae aparejado un conjunto
de significados. Se lo asocia con la idea de la renovación y
el renacimiento, y se realiza multitud festejos y rituales a
lo largo del mundo para celebrar su llegada.
Muchas culturas antiguas manifestaban su aprecio por la
significación de este día erigiendo monumentos, como el de Newgrange, en Irlanda, o
el de Stonehenge, en Inglaterra. Mientras que los romanos, por su parte, lo celebraban
con los festejos de Saturnalia.
Actualmente, probablemente la fiesta más popular, extendida y arraigada en
Occidente en relación con el solsticio de invierno sea la Navidad, festividad religiosa
que, antiguamente, antes del cambio del calendario juliano al gregoriano, estaba
concebida para que coincidiera con el día del solsticio de invierno, el 25 de diciembre.
Cinco de copas
Abraham expulsó a la esclava egipcia Agar al desierto
con Ismael, el hijo que tuvo de él. El ángel los salvará.
Abandono, desolación, muerte. Sólo la fe podrá
salvarnos.

Según la Biblia, Ismael nació cuando Abraham tenía 86


años de edad y había pasado diez años en la región de
Canaán. Abraham, ante la promesa de Yahveh de que
iba a tener un hijo, se dejó cegar por las aparentes
imposibilidades, ya que tanto él como su esposa Sara
eran de avanzada edad. Como Sara no le daba hijos y
tenía una sierva egipcia llamada Agar, se la dio por
mujer a Abraham para que tuviera hijos de ella. Así fue
como nació Ismael (que significa Dios me escucha). Pero
trece años más tarde Sara, estéril hasta entonces y siendo
Abraham de 100 años de edad, concibió a Isaac, "el hijo
de la promesa"
Siendo un adolescente Ismael fue expulsado junto a su
madre del hogar de Abraham porque Ismael
supuestamente tomó una actitud burlesca de menosprecio hacia Isaac. Agar e Ismael
vagaron por el desierto de Beerseba, donde estuvieron a punto de morir
deshidratados. Un ángel de Dios le indicó a Agar el camino hacia una fuente de agua,
lo que les salvó la vida a ambos, porque Dios había dicho "también del hijo de la sierva
haré una nación"
Ismael creció y se fortaleció en el desierto de Parán al sur de Canaán. Se casó con una
egipcia, fundó Ismailia y fue padre de doce príncipes. Tuvo además una hija, que vino
a ser esposa de Esaú (hijo de Isaac) Ismael e Isaac sepultaron juntos a su padre
Abraham. Ismael murió a la edad de 137 años. Sus descendientes, los ismaelitas, se
establecieron entre la frontera de Egipto y el golfo Pérsico. El profeta Mahoma registró
que Ismael fue la cabeza de su genealogía. Según el islam, Ismael colaboró en la
construcción de La Meca.
Seis de copas

He vuelto! El ángel anuncia a María que ha sido la


elegida. La mujer es una copa capaz de recibir, es pureza
de sentimientos, felicidad por anunciar la llegada de una
vida nueva.

En la ciudad de Nazaret, en Galilea, vivía una joven


mujer llamada María. María estaba comprometida para
casarse con un carpintero llamado José.

Un día un ángel, Gabriel, visitó a María.--¡Te saludo,* tú


que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo.
Ella se perturbó por que no estaba segura de lo que estas
palabras significaban. El ángel le dijo que no tuviese
miedo porque él había sido enviado por Dios. El ángel
procedió a decirle que Dios la había escogido para que
tuviese un bebé y que su nombre sería Jesús. El ángel le
dijo que el bebé será muy especial. El será un gran
hombre, y su reinado no tendrá fin. "Así que al santo niño
que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios."

María se arrodilló ante el ángel Gabriel y le dijo que ella obedecería a Dios y haría lo
que Dios deseaba. Con esto, el ángel la dejó.

Siete de copas

Raquel, mujer de Jacob, concebirá a José tras haber


comido la raíz de la mandrágora. El deseo estimula la
creatividad utilizando los recursos que se posee.

Desde la Antigüedad, la mandrágora ha sido objeto de


numerosas leyendas, supersticiones y rituales debido a sus
propiedades mágicas figurando en todos los recetarios de
pócimas calmantes y afrodisíacas de la época. Los magos
de la Edad Media tallaban una figura humana
presionando la raíz a cierta altura para darle la forma
de cuello y cortando todas las bifurcaciones hasta dejar
cuatro, que serían las extremidades. Buscaban una
forma humana y la adoraban como si se tratara de un
dios. La mandrágora pertenece a la familia de las solanáceas, como la patata, el
tomate o la berenjena, y como tal, contiene solanina y otros alcaloides, unas moléculas
muy tóxicas incluso en pequeñas cantidades. ¿Podían deberse las propiedades mágicas
que se le atribuían a su composición química? Un relato de la época romana dice:
“El hombre debe guardarse de extraerla él mismo, pues su vida peligraría. Por eso hay
que atar un perro negro a la parte superior de la planta y azuzarlo hasta que la
planta surja de la tierra y se yerga. En ese preciso instante la planta de figura humana
proferirá un horrísono grito y el perro caerá muerto al instante. Para sobrevivir, el
buscador de mandrágora deberá tomar la precaución de taparse bien los oídos con
cera.”

Raquel y Lea eran hermanas y estaban casadas con su primo Jacob. Rubén, el hijo de
Lea y Jacob, volvió a casa con mandrágoras recién recogidas del campo y su tía Raquel
quiso algunas, cosa que no le hizo mucha gracia a Lea, que le tenía celos porque Jacob
amaba más a su hermana. Al final llegó a un trato con su hermana para obtenerlas:
Raquel dejaría que su hermana Lea se acostara con Jacob esa noche a cambio de
alguna mandrágora. Teniendo en cuenta que Lea ya tenía varios hijos de Jacob, y
Raquel no había podido concebir durante años, se piensa que estaba convencida de
que las mandrágoras le ayudarían a poner fin a su esterilidad. Varios años después
concibió dos hijos.

Ocho de copas

Los recuerdos están esperando su tiempo, acumulándose


a lo largo de los años. La vejez es un tiempo de reflexión.
Ecos del pasado. Es hora de detenerse para comprender
la experiencia y restablecer el equilibrio interno.

Aunque los israelitas se guiaban por la Luna como un


indicador del tiempo para determinar sus meses y sus
épocas de fiestas, tenían que abstenerse de adorar la
Luna, práctica muy común en las naciones que los
rodeaban. En Egipto, donde residieron Abrahán y algún
tiempo después el pueblo de Israel, era notorio el culto al
dios-luna Thot, el dios de las medidas. En días de luna
llena los egipcios le sacrificaban un cerdo. Llegó a ser
adorado en Grecia con el título de Hermes Trimegisto
(Hermes Tres Veces Máximo).
Los adoradores de la Luna creían que influía en la fertilidad, por lo que acudían a ella
para que hiciese crecer sus cosechas y animales. En la tierra de Canaán, donde los
israelitas por fin se asentaron, el culto lunar que practicaban los cananeos iba
acompañado de ritos y ceremonias de fertilidad consideradas inmorales por los
hebreos. Otros pueblos vecinos adoraban a la luna bajo el símbolo de la diosa
Astoret- Astarté, deidad que los fenicios decían que era consorte del dios Baal.

Nueve de copas

El chamán llama a las fuerzas de la naturaleza. La


energía del cosmos impregna al ser humano y, a través
de él, afecta al mundo que lo rodea.

La rueda del tiempo nunca cesa de girar y lo eterno no


existe, de esta manera los días empiezan poco a poco a
ser más fríos, y el otoño se asoma para adentrarnos a
todos en la mitad oscura del año.

El otoño es la estación de la chamana interior. ¿Por qué?


Tanto en las correlaciones entre el ciclo menstrual -y
lunar- y las estaciones como en las correlaciones entre el
ciclo vital femenino y las estaciones, el paralelismo queda
claro.

Fase menstrual/arquetipo de la Bruja o Anciana /


climaterio/invierno/luna nueva

Fase preovulatoria/arquetipo de la Virgen o Doncella/


etapa previa al desarrollo/primavera/cuarto creciente

Fase ovulatoria/arquetipo de la Madre/etapa fértil/verano/luna llena

Fase premenstrual/arquetipo de la Chamana o Hechicera/madurez-


menopausia/otoño/cuarto menguante

El otoño con sus energías y símbolos asociados podemos encontrar multitud de


conocimiento para vivirnos de manera consciente y alineadas con los ciclos naturales,
en este momento del año en el que los días son cortos y el frío más intenso cada vez, en
el que la oscuridad de afuera nos trae la oportunidad de mirar la de adentro, en el
que el arquetipo de la mujer premenstrual (el más temido de todos) es el que puede
regir nuestra vida con sus dones tan importantes para todas nosotras: poner límites
sanos, decir “no”, crear desde la catarsis vital, conectar con los reinos más sutiles de la
existencia, mirar el subconsciente. Vivir más conectadas con las estaciones y las lunas
nos ayuda a vivir más conectadas a nuestras mareas internas. Es una etapa para:
Sacar lo que tenemos dentro. Detectar problemas y buscar soluciones creativas. Pasarlo
todo por el “filtro interno”. Ideas intuitivas. Hacer lúcidos los mensajes del inconsciente a
través de oráculos e interpretación de sueños.

Diez de copas

Ruth, (del libro homónimo del antiguo testamento),


trabajó con su suegra Noemí luego de enviudar ambas.
Ruth permanece fiel a Noemí en las dificultades y es
recompensada con un nuevo matrimonio en tierra
extranjera. Felicidad familiar, recompensa por el deber
cumplido y obras. Vida tranquila.

En la Biblia encontrarás un libro llamado Rut. Es una


historia sobre una familia que vivió durante el tiempo en
que Israel tuvo jueces. Rut es una joven del país de Moab;
no pertenece a Israel. Noemí es una señora mayor que
ayudó a Rut a conocer a Jehová.
Noemí es israelita. Ella y su esposo y sus dos hijos se
mudaron a la tierra de Moab cuando había poco
alimento en Israel. Un día, el esposo de Noemí murió.
Después, los hijos de Noemí se casaron con dos moabitas
llamadas Rut y Orpa. Unos 10 años después, los dos hijos
de Noemí murieron. ¡Qué tristeza! ¿Qué haría Noemí ahora?
Un día Noemí decide volver a su propia gente, un viaje largo. Rut y Orpa quieren estar
con ella, y la acompañan también. Pero después de algún tiempo en el camino, Noemí
les dice a las jóvenes: ‘Vuélvanse al lugar de donde vinieron y quédense con sus
madres.’
Noemí se despide de ellas con un beso. Ellas empiezan a llorar, porque aman mucho a
Noemí. Dicen: ‘¡No! Nosotras vamos a ir contigo a tu gente.’ Pero Noemí les responde:
‘Ustedes tienen que regresar, hijas mías. Les irá mejor entre los suyos.’ De manera que
Orpa empieza el viaje de regreso al lugar de donde vino. Pero Rut no se va.
Al fin las dos mujeres llegan a Israel. Se establecen allí. Rut en seguida empieza a
trabajar en los campos, porque es tiempo de recoger la cebada. Un hombre llamado
Booz le deja recoger cebada en sus campos.
Un día Booz le dice a Rut: ‘He oído mucho de ti, y de lo bondadosa que has sido con
Noemí. Sé que dejaste a tu padre y a tu madre y tu propio país y has venido a vivir
entre un pueblo que nunca antes habías conocido.
A Booz le agrada mucho Rut, y poco tiempo después se casan. ¡Qué feliz hace esto a
Noemí! Pero Noemí se siente más feliz todavía cuando Rut y Booz tienen su primer
hijo, llamado Obed. Después Obed llega a ser el abuelo de David.

Paje de copas

Atargatis, diosa siria, lanzando una paloma. Agua,


renacimiento, fidelidad y rectitud.

Atargatis es una diosa de origen sirio, cuyo culto se


extendió a Grecia y Roma (y más). Ella es una gran
madre y diosa de la fertilidad de la tierra y el agua,
considerada como la diosa principal adorada en Siria.
Las palomas y los peces son sagrados para ella: las
palomas como símbolo de la diosa del amor, y el pescado
como símbolo de la fertilidad y la vida de las aguas. Ella
está tan estrechamente identificado con el pescado que a
veces se representa en forma de una sirena - Su mitad
superior de una hembra humana, su menor una cola de
pescado - aunque también podría ser representada en
forma de sencilla mujer. Ella es el gran civilizador, que
enseñó a la gente los procedimientos sociales y religiosas,
y que es responsable de inventar muchas cosas útiles
como su regalo a la humanidad. En su calidad de diosa celestial, ella tiene que ver con
la astrología y la adivinación, y el destino. A pesar de Atargatis es a menudo
identificado con Astarté, esto no es del todo correcto, si bien parecen tener un origen
común, los cultos más tarde se separaron, siendo muy diferentes.
El culto de Atargatis fue diseminado a otras partes del Mediterráneo, en su mayoría
por los esclavos sirios. Los griegos la llamaban Derketo (una forma adaptada de
"Atargatis"), y la consideraba la diosa principal de los sirios. Ella tenía un templo en
Éfeso, donde las sacerdotisas eran tan numerosos que supuestamente dieron origen a
las leyendas de las Amazonas.
El hecho de representarla con medio cuerpo de pez se debe a la leyenda referida por
Diodoro Sículo en la que Derketo (Dérceto) ofendió a Venus y entonces la diosa le
inspiró una pasión ciega hacia uno de los que le ofrecían sacrificios en el templo, el
pastor (Caístro). De esta pasión nació una niña, Semíramis, que llegaría a ser reina de
Babilonia. Después de nacer su hija, también por obra de Venus, acabó el amor que
Caistro sentía por ella, y al que siguió el conocimiento de su falta y la vergüenza de
haberla cometido. Derceto, llena de ira, abandonó a su hija, hizo matar al hombre a
quien había amado y se arrojó al agua dispuesta a darse muerte, lo que los dioses no
permitieron. Así dio origen a su morfología anfibia.
Según otra versión Derketo nació de un huevo que cayó del cielo, que aterrizó en el río
Eufrates, el huevo fue llevado hacia la orilla por los coletazos de los peces. Allí fue
encontrado por una paloma, que lo incuba. Más tarde, para mostrar su gratitud,
Derketo convenció a Zeus para poner una imagen de los peces en las estrellas, dando
origen a la constelación de Piscis. La hija de Derketo era Semiramis, (quien construyó
los Jardines Colgantes)

Caballero de copas

Del Apocalipsis se deduce que el Mal no tiene poder


sobre "Una esposa vestida con el Sol, bajo cuyos pies está
la Luna". Una vida llena de lucha constante con las
fuerzas oscuras.

“Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida


del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de
doce estrellas sobre su cabeza; estaba encinta, y gritaba,
estando de parto y con dolores de alumbramiento.
Entonces apareció otra señal en el cielo: he aquí, un gran
dragón rojo que tenía siete cabezas y diez cuernos, y
sobre sus cabezas había siete diademas. Su cola arrastró
la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre
la tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que
estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo cuando
ella diera a luz. Y ella dio a luz un hijo varón, que ha de
regir a todas las naciones con vara de hierro; y su hijo fue
arrebatado hasta Dios y hasta su trono. Y la mujer huyó al desierto, donde tenía un
lugar preparado por Dios, para ser sustentada allí, por mil doscientos sesenta días.
Entonces hubo guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón. Y
el dragón y sus ángeles lucharon, pero no pudieron vencer, ni se halló ya lugar para
ellos en el cielo. Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama el
diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus
ángeles fueron arrojados con él. Y oí una gran voz en el cielo, que decía:
Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su
Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos, el que los acusa delante de nuestro
Dios día y noche, ha sido arrojado. Ellos lo vencieron por medio de la sangre del
Cordero y por la palabra del testimonio de ellos, y no amaron sus vidas, llegando hasta
sufrir la muerte. Por lo cual regocijaos, cielos y los que moráis en ellos. ¡Ay de la tierra y
del mar!, porque el diablo ha descendido a vosotros con gran furor, sabiendo que tiene
poco tiempo.
Cuando el dragón vio que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que
había dado a luz al hijo varón. Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila
a fin de que volara de la presencia de la serpiente al desierto, a su lugar, donde fue
sustentada por un tiempo, tiempos y medio tiempo. Y la serpiente arrojó de su boca,
tras la mujer, agua como un río, para hacer que fuera arrastrada por la corriente. Pero
la tierra ayudó a la mujer, y la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había
arrojado de su boca. Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y salió para
hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los
mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús.”

Reina de copas

Jesús y su linaje femenino, María la madre, Ana la


abuela. Los frutos de la bondad son una rica cosecha en
la tierra. Prosperidad, abundancia, regalos.

Empecemos por afirmar que nada sabemos sobre la


madre de la Virgen María. Nada rigurosamente histórico.
Los cuatro, evangelios canónicos, con su sobriedad
característica, guardan absoluto silencio sobre los padres
de María. Ni siquiera sus nombres nos han transmitido.
Si algo queremos saber acerca de ellos tendremos que
acudir a los evangelios apócrifos, ingenuos relatos urdidos
por la imaginación fervorosa de los primeros cristianos
para completar con ellos los silencios de los evangelios
canónicos.
Vivía en aquellos tiempos en tierras de Israel un hombre
rico y temeroso de Dios llamado Joaquín, perteneciente a
la tribu de Judá. A los veinte años había tomado por
esposa a Ana, de su misma tribu, la cual, al cabo de veinte años de matrimonio, no le
había dado descendencia alguna.
Joaquín era muy generoso en sus ofrendas al Templo. Un día, al adelantarse para
ofrecer su sacrificio, un escriba llamado Rubén le cortó el paso diciéndole: "No eres
digno de presentar tus ofrendas por cuanto no has suscitado vástago alguno en Israel".
Afligido y humillado, Joaquín se retiró al desierto a orar para que Dios le concediera un
hijo. Mientras tanto Ana se vestía de saco y cilicio para pedir a Dios la misma gracia.
No obstante, los sábados se ponía un vestido precioso por no estar bien, en el día del
Señor, vestir de penitencia. Estando así en oración en su jardín suplicaba a Dios con
estas palabras: "¡Oh Dios de nuestros padres! Óyeme y bendíceme a mí a la manera
que bendijiste el seno de Sara, dándole como hijo a Isaac".
Al decir estas palabras dirigió su mirada al árbol que tenía delante y, viendo en él un
pájaro que estaba incubando sus polluelos, exclamó amargamente y con repetidos
suspiros: "¡Ay de mí! ¿A quién me asemejo yo? No a las aves del cielo, puesto que ellas
son fecundas en tu presencia, Señor."
La humilde súplica de Ana obtuvo una respuesta inmediata de lo Alto. Un ángel del
Señor se le apareció anunciándole que iba a concebir y a dar a luz, y que de su prole se
hablaría en todo el mundo. Nada más oír esto prometió Ana ofrecerlo a Dios al
instante. Al mismo tiempo Joaquín recibió idéntico mensaje en el desierto, por lo cual,
lleno de alegría, volvió al punto a reunirse con su esposa.
Y se le cumplió a Ana su tiempo y al mes, noveno alumbró. Cuando supo que había
dado a luz una niña, exclamó: "Mi alma ha sido hoy enaltecida." Y puso a su hija por
nombre Mariam.
Al cumplir su primer año Joaquín dio un gran banquete presentando su hija a los
sacerdotes para que la bendijeran.
Joaquín quiso llevar a la niña al Templo del Señor para cumplir su promesa cuando la
pequeña cumplió dos años. Pero Ana respondió: "Esperemos todavía hasta que
cumpla los tres años, no sea que vaya a tener añoranza de nosotros". Y Joaquín
respondió: "Esperemos".
Por fin a los tres años fue llevada la pequeña María al Templo, donde el sacerdote la
recibió con estas palabras: "El Señor ha engrandecido tu nombre por todas las
generaciones, pues al fin de los tiempos manifestará en ti su redención a los hijos de
Israel". Y la hizo sentar sobre la tercera grada del altar.
Y sus padres regresaron, llenos de admiración, alabando al Señor Dios porque la niña
no se había vuelto atrás.
Con este heroico rasgo de desprendimiento los apócrifos cierran el capítulo dedicado a
los padres de la Virgen María. Después de dejar a su hija en el Templo, Ana se aleja
silenciosamente y se esfuma para siempre. Su misión había terminado.
Rey de copas

Astarte y el Adonis muerto (o Adonai, que significa "mi


Señor" en hebreo). En honor a Adonai, se nombra el mes
del jabalí, del 30 de septiembre al 27 de octubre, cuando
el sol comienza a morir y llega el momento de recolectar
los frutos. Terminación, resultado, consecuencias.

Afrodita protegió a Adonis como un bebé recién nacido y


lo confió a Perséfone, quien también fue cautivado por
la belleza de Adonis y se negó a devolvérselo a Afrodita.
La disputa entre las dos diosas fue resuelta por Zeus (o
por Calliope en nombre de Zeus), quien decidió que
Adonis debía pasar un tercio de cada año con cada diosa
y el último tercio donde quisiera. Eligió pasar dos tercios
del año con Afrodita.
Adonis fue asesinado por un jabalí, que según se dice fue
enviado por Artemisa, celosa de las habilidades de caza
de Adonis o en represalia por Afrodita instigando la
muerte de Hipólito, un favorito de la diosa cazadora; o
por el amante de Afrodita, Ares, que estaba celoso de su amor por Adonis; o por
Apolo, para castigar a Afrodita por cegar a su hijo Erymanthus .
Afrodita se acercó a Adonis cuando escuchó sus gemidos y murió en sus brazos. Ella
roció su sangre con néctar, de la cual surgió la anémona efímera, que toma su nombre
del viento que tan fácilmente hace caer sus pétalos. Y así es la sangre de Adonis que
cada primavera convierte en rojo el río torrencial, el río Adonis (también conocido
como Abraham River o Nahr Ibrahim en árabe) en el Líbano moderno. Afqa es la
fuente sagrada donde las aguas del río emergen de una gran gruta en un acantilado
de 200 metros (660 pies) de altura. Es allí donde nació el mito de Astarté (Venus) y
Adonis.
As de espadas

El hacha doble, o Labrys, es un símbolo del poder


femenino. Este es también un símbolo de guerra y paz,
destrucción y creación. El poder mágico de la energía
lunar femenina.

De todos los símbolos religiosos de la antigua Creta, el


labrys era el más sagrado. Hachas dobles estilizadas
bendecían los santuarios, casas y palacios de Creta.

El Labrys es encontrado en representaciones minoicas


antiguas de la Diosa Madre donde su simbolismo está
directamente relacionado al laberinto. La palabra
laberinto significa Casa del Labrys, invocando la
presencia de la Diosa y su poder regenerador. La palabra
Labrys está relacionada a la misma raíz del latino labus,
que significa labios y conecta el hacha en dos faces
directamente al genital femenino.

La Casa del Labrys, es literalmente el santuario que incluye el icono del poder creativo
de la mujer. El laberinto es el cuerpo de la Diosa, el centro de él es su útero.

En su origen, el laberinto se refiere al Palacio de Cnossos en Creta, un edificio decorado


ricamente con el símbolo del labrys. En él, danzas sagradas eran realizadas por
mujeres, que andaban un largo camino que conducía al centro del palacio y para
fuera de él nuevamente, evocando el tema del nacimiento, vida y muerte.

Basados en esta simbología se puede deducir que el labrys representa la Diosa,


transformando muerte en vida. El hacha también reitera la forma de la mariposa y su
capacidad de transformarse de una lagarta dentro de un capullo en una criatura con
alas, libre. El creciente abierto de la extremidad superior del hacha remite al arco de
los tubos uterinos, que se curvan del útero en dirección a los ovarios. Símbolos
semejantes al labrys aparecen en objetos religiosos escandinavos, africanos y griegos
donde es frecuentemente un símbolo femenino, probablemente lunar en su origen.

El labrys representa la Diosa Madre, asegurando el desarrollo de la humanidad en sus


brazos. Las láminas del hacha pueden ser interpretadas como crecientes lunares y los
brazos de la Diosa, protegiendo y transformando los ciclos de la vida.
El Labrys también está directamente conectado a las Amazonas, una sociedad mítica
de mujeres guerreras que prestaban culto a la Ártemis, que jamás se hubieron
sometido a las ganas masculinas y valores de la cultura patriarcal. De todos los
instrumentos de guerra el Labrys era el suyo preferido. Mitos sobre Amazonas son
encontrados en Grecia antigua, Roma, África, Asia Minor y Creta. La palabra
Amazona ha sido traducida anchamente como "igual a los hombres", evocando en la
mente poderosos simbolismos de reivindicación de igualdad en los derechos entre
hombres y mujeres.

Así, el labrys puede ser interpretado como un símbolo de búsqueda por la verdad
femenina y es frecuentemente usado como un signo de identidad y solidaridad entre el
movimiento feminista.

Dos de espadas

La diosa romana Fortuna, sentada en el centro de la


rueda de los elementos, gobierna los vientos. Equilibrio de
fuerzas naturales.

Fortuna estaba considerada entre los romanos como la


diosa que controlaba el destino de los hombres, y por
tanto también la buena suerte y el infortunio. A pesar de
que su papel en la mitología clásica no es de los más
significativos, era muy honrada por las clases menos
acomodadas, ya que podía determinar el éxito de la
gente en la vida y el sufrimiento de alguna desgracia.
Muchos templos romanos eran sagrados para ella y allí se
la invocaba. En Praeneste, lo que hoy día es Palestrina, a
unos 50 km al este de Roma, había un santuario
dedicado a la diosa construido en el siglo II a.C. La gente
podía consultar el oráculo que había allí para poder
determinar su futuro. Fortuna ha sido casi siempre
representada con una venda en los ojos para simbolizar
su forma de actuar indiscriminada. En muchos cuadros, los objetos que la rodean
señalan esta arbitrariedad, ese carácter caprichoso que tienen, por ejemplo, la bola y
la rueda («La rueda de Fortuna»). La cornucopia o «cuerno de la abundancia» es otro
de sus atributos característicos, ya que podía ofrecer grandes riquezas a aquellos que
eligiese como sus protegidos.
Tres de espadas

La ninfa Daphne, huyendo del amor de Apolo, se


convierte en un árbol de laurel. Pasión loca, amor no
correspondido, los peligros del amor.

Cuenta el mito de Apolo y Dafne que Apolo se burló de


Eros. Eros, molesto por la arrogancia de Apolo, ideó
vengarse de él y para ello le arrojó una flecha de oro, que
causaba un amor inmediato a quien hiriere. Otro disparo
hirió a la ninfa Dafne con una flecha de plomo , que
causaba el rechazo amoroso. Así que cuando Apolo vio un
día a Dafne se sintió herido de amor y se lanzó en su
persecución. Pero Dafne, que sufría el efecto contrario,
huyó de él. Y la ninfa corrió y corrió hasta que agotada
pidió ayuda a su padre, el río Peneo, el cual determinó
convertir a Dafne en laurel. Cuando Apolo alcanzó a
Dafne, ésta iniciaba la transformación: su cuerpo se cubrió
de dura corteza, sus pies fueron raíces que se hincaban en
el suelo y su cabello se llenó de hojas. Apolo se abrazó al árbol y se echó a llorar. Y dijo:
«Puesto que no puedes ser mi mujer, serás mi árbol predilecto y tus hojas, siempre
verdes, coronarán las cabezas de las personas en señal de victoria».

Cuatro de espadas

"Tres Moiras, las diosas del destino, rodearon al joven


dormido". Dormir es una expectativa, una pausa antes del
próximo tramo del viaje. Detente para ganar fuerza,
descansa.
Las Moiras son la personificación del destino que pertenece
a cada ser humano, según el lote de dichas y desdichas
que le haya correspondido al azar. Estas divinidades
suelen ser representadas como tres hermanas que, más
que velar sobre el destino de los hombres, vigilan que este
se cumpla. En su orígen abstracto e impersonal, la Moira
(que significa “la porción asignada””) era tan inflexible
como el Destino y todos, hombres y dioses, estaban
sometidos a ella: nadie podía transgredir su ley sin poner
en peligro el orden del mundo. Cuando llega “la hora” del Destino, el propio Zeus sólo
está autorizado a retrasar su cumplimiento, nunca a impedirlo.
De las epopeyas homéricas se desprende la imagen de una trinidad con doble
genealogía: según una, las tres diosas serían hijas de Zeus y Temis y por tanto hermanas
de las horas; según otra, son hijas de Nicte, la Noche, y pertenecerían por tanto a la
generación preolímpica. Representadas en lo sucesivo como tres ancianas hilanderas
llamadas Cloto “la hilandera”, Láquesis “la suerte” y Átropo “la inflexible”, las tres
miden la vida de cada ser humano desde su nacimiento hasta su muerte con ayuda de
un simbólico hilo de lana que Cloto hila, Láquesis devana y Átropo corta llegada “la
hora”.

Cinco de espadas

Las ninfas se divierten rompiendo las alas de las arpías. De


las historias del escritor griego Elijah Herodian. De ahí la
expresión "palabras aladas".
Inestabilidad, el surgimiento del conflicto masivo.

Una arpía es un desagradable y horrible ser, en


parte mujer y en parte buitre. La parte inferior de su
cuerpo y las alas son de buitre, y el torso y la cara de
mujer, en concreto de una bruja. Su pelo es grueso, duro y
enmarañado, como un estropajo, y tiene los dientes
podridos. No suelen llevar ropas y siempre están envueltas
en un fétido olor. Son seres tan sucios que infectan a otros
seres al atacarles con sus garras. Su lenguaje se basa en
una especie de gritos y cacareos muy desagradables. Sin
embargo, las arpías pueden entonar, con bastante gracia,
un canto mágico capaz de hechizar a quien lo escuche,
sobre todo a humanos y semi-humanos. Esta canción la
usan cuando se ven atrapadas o cuando quieren atraer a viajeros ocasionales hasta su
guarida. Se deleitan molestando a otros seres y animales, sin embargo, son bastante
cobardes, sobre todo si se encuentran solas, por lo que suelen huir con frecuencia. A
pesar de ello, son muy vengativas y pueden seguir a un enemigo durante kilómetros.
Sus guaridas están situadas en la línea de la costa y son, frecuentemente, cuevas un
poco profundas y tan sucias que ningún animal se atreve a acercarse. En ellas guardan
algunos tesoros que se mezclan con toda la suciedad. Estas guaridas albergan a unas
diez o doce arpías.
Las ninfas son seres mágicos procedentes de las fuerzas de la naturaleza. Su creación es
simple; la esencia natural de ninfa crea un cuerpo y lo “habita”. Este cuerpo es siempre
el de una mujer de enorme atractivo y encanto. Además, conservan el aspecto de
mujer joven durante el paso de los años. La ninfa es un ser muy inteligente, de mente
rápida e ingeniosa. Aumentan su encanto hablando en su propio lenguaje musical.
Cualquier animal que esté cerca de una ninfa se acercará para ser acariciado por ella,
sin importarle tener cerca incluso a su peor enemigo. Las ninfas sólo habitan en los
lugares más hermosos; palacios de hielo, grutas oceánicas, lagos y arroyos cristalinos, y
los más maravillosos bosques. Estos encantadores seres no son agresivos, al contrario,
intentarán huir siempre que noten el peligro cerca. Tienen la capacidad de escapar
creando una puerta dimensional. A pesar su carácter pacífico, son pocos los que se
atreven a enfrentarse a una ninfa ya que el simple hecho de contemplarla produce, en
la mayoría de los casos, una ceguera irreversible. Si alguien contempla a una ninfa
desnuda puede morir en el acto. A pesar de ser unas criaturas muy tranquilas y de
vida ordenada, en ocasiones, suelen verse seducidas por la música del caramillo de los
sátiros y los acompañan en sus ruidosas y estridentes fiestas del vino. Las ninfas odian la
fealdad y el mal. Su condición de seres mágicos de la naturaleza las convierte en
defensoras de bosques, lagos, ríos y océanos. Curan animales heridos, reparan flores y
árboles rotos. Una ninfa puede vivir durante varias generaciones, por lo que suelen
conocer bien su entorno y donde se encuentran la mayoría de lugares secretos y
entradas ocultas.

Seis de espadas

Carmenta, la diosa romana, que enseñó la lectura del


alfabeto a su hijo Evandra y a otros mortales. Busca la
verdad y el propósito en la vida. Todo, eso está conectado
con la escritura y la lectura.

En la mitología romana, Carmenta era la diosa del parto


y la profecía, asociada con la innovación tecnológica y con
la protección de las madres y los niños, y patrona de las
matronas. Se decía también de ella que había inventado
el alfabeto latino.
Nicostrata era su verdadero nombre y fue la madre de
Evandro, uno de los fundadores de Pallantium que estaría
en el origen de la posterior ciudad de Roma.
Carmenta, cuyo nombre se le fue asignado por los
romanos, viene de carmen, que significa oráculo o
profecía. Y es que Carmenta también estaba considerada como una diosa profética y
amante del saber y la innovación. En este sentido, Carmenta está considerada como la
creadora del primer alfabeto latino que habría ingeniado a partir de una adaptación
del alfabeto griego.
Carmenta dio nombre a las fiestas de las Carmentalias y una de las puertas de Roma,
la puerta Carmentale, cerca del Capitolio.
Que fuera un personaje histórico o una diosa de las creencias romanas no es tan
importante como el hecho de que la tradición asigne a un personaje femenino la
creación de tan importante invención lingüística.

Siete de espadas

La bruja Circe transforma a los hombres en cerdos. La


capacidad de prever y dominar da sus resultados.

En la mitología griega, Circe (en griego Κίρκη) era una


diosa y hechicera que vivió en la isla de Eea.
Circe transformaba en animales a sus enemigos y a los que
la ofendían mediante el empleo de pociones mágicas y
era famosa por sus conocimientos de brujería, herborística
y medicina.
En la Odisea de Homero, el palacio de Circe es descrito
como una mansión de piedra que se alzaba en el centro
de la isla de Eea, en medio de un valle y un claro en un
denso bosque. Alrededor del referido palacio, rondaban
leones y lobos, que en realidad no eran más que las
víctimas de su magia: no eran peligrosos y lisonjeaban a
todos los extraños. Circe dedicaba su tiempo a trabajar en
un gran telar.
Cuando llegó a la isla de Eea, Ulises mandó desembarcar a la mitad de la tripulación,
y él se quedó en las naves con el resto. Circe invitó a los marinos a un banquete,
hechizó la comida con una de sus pociones y luego, cuando se hubieron atiborrado,
empleó su vara mágica o cayado mágico para transformarlos en cerdos. Sólo logró
escapar el ebrio Euríloco, que desde el principio sospechaba una traición. Avisó a Ulises
y a los otros que habían permanecido en el barco.
Ocho de espadas

Perséfone se convirtió en prisionera en el reino de Hades, y


solo un rayo de luz le da esperanza. Situación desesperada
y obstáculos invisibles que no se pueden superar sin ayuda
externa. Dependencia y presión externa.

Una de las mujeres más representativo de la antigua


Grecia es Perséfone, hija del Dios del rayo Zeus y
de Deméter quien es Diosa de la fecundidad y la fertilidad
de la tierra, es considerada entre los dioses griegos, como
la reina del inframundo.

Creció en un bosque rodeado de otras ninfas con quienes


jugaba entre risas y bailes, bajo el cuidado de su madre.
Hades, el señor del inframundo, caminaba los límites de
sus tierras y se acercó al bosque donde vivía Perséfone.
Hades cuando la vio se enamoró perdidamente e insistió
inmediatamente en casarse con ella. En este punto la
historia se divide en dos versiones, una más conocida que la otra. La teoría más
conocida es que Hades raptó a Perséfone, llevándola al inframundo donde la convirtió
en su reina. Las ninfas al no intervenir en el secuestro fueron convertidas en sirenas.

Pero si indagamos en los vestigios de la antigua historia sagrada de Deméter y


Perséfone, previos a la versión olímpica y romana del mito, no hay mención de rapto o
violación: esto fue añadido después del tránsito de las sociedades matrifocales a las
patriarcales. Si reconstruimos el mito pre-patriarcal, nos encontramos con una niña
intensamente curiosa, que recoge flores con sus amigas doncellas en el campo bajo la
mirada protectora de su madre Deméter y se pregunta: ¿Qué habrá debajo de la
tierra? ¿De dónde provienen estas flores? En vez de ser abducida por Hades en su carro
de oro, descubrimos que nace en ella el impulso de bajar al submundo: un día, se
atreve a entrar en una cavidad profunda en la tierra para conocer el mundo de los
muertos Mientras pasaba el tiempo, la madre de Perséfone seguía en su búsqueda,
lamentablemente sin éxito y al mismo tiempo, La Tierra iba padeciendo y volviéndose
estéril poco a poco.

En algunas versiones, la diosa de la agricultura prohibía a la tierra dar frutos, en otras


se dice que simplemente estaba tan ocupada buscando a Perséfone que no se
ocupaba de ella, y en algunas otras la profundidad de su desesperación hacía que
nada creciera. Zeus envía a Hermes a rescatarla pero al haber comido Kore unas
granadas del Tátaro no podía regresar. Así vemos como Perséfone deja un mundo
cómodo cuidado y armonioso para aceptar ese lado oscuro que la hace convertirse en
la reina del inframundo. Pero el desequilibrio para la tierra era demasiado fuerte
entonces Zeus propone un trato a Hades. Perséfone repartirá su presencia seis meses
con Hades y seis con Demeter. Desde entonces, cada vez que madre e hija estaban
juntas, la tierra florecía de vegetación (meses de primavera y verano), pero durante
seis meses al año, cuando Perséfone volvía a los infiernos, la tierra se convertía de
nuevo en un territorio frío, desolado y estéril (invierno y otoño).

Nueve de espadas

Los guerreros no entienden que Medusa Gorgona puede


ser derrotada solo por astucia. Las decisiones irracionales y
los actos imprudentes no conducen al bien. Derrota,
tristeza.

En la mitología griega, Medusa (en griego antiguo


Μέδουσα Médousa, ‘guardiana’, ‘protectora’) era un
monstruo ctónico femenino, que convertía en piedra a
aquellos que la miraban fijamente a los ojos. Fue
decapitada por Perseo, quien después usó su cabeza como
arma hasta que se la dio a la diosa Atenea para que la
pusiera en su escudo, la égida. Desde la antigüedad
clásica, la imagen de la cabeza de Medusa aparece
representada en el artilugio que aleja el mal conocido
como Gorgoneion.
Diez de espadas

Las sacerdotisas de Atenea corrieron por el acantilado, no


queriendo renunciar al paganismo por el bien de una
nueva religión. La fe en sus ideas da coraje. Decisiones
difíciles Dolor y pérdida.

Con el objetivo de embellecer Constantinopla, Constantino


no dudó en expoliar Atenas y otras muchas ciudades. La
presencia de los filósofos neoplatónicos en Atenas será un
importante estímulo para la llegada de importantes
personajes como el emperador Juliano. Pero el paganismo
de los neoplatónicos iba restando enteros respecto al
cristianismo, que iba ampliando adeptos amparándose en
la protección de las autoridades imperiales, llegando éstas
incluso a la represión del paganismo. Concretamente en el
año 354, durante el reinado de Constancio, se ordenó el
cierre de todos los templos paganos, provocando su
transformación en todo tipo de establecimientos, desde
establos hasta burdeles. Valente no dudó en decretar la persecución de los paganos,
incluyendo la ejecución de algunos destacados intelectuales y la quema de libros. A
pesar de estos sucesos, el paganismo estaba fuertemente arraigado entre las elites
urbanas y algunas zonas rurales, por lo que en numerosas ocasiones se impuso una
política de tolerancia por parte de los emperadores, conviviendo en Atenas paganismo
y cristianismo de manera pacífica a lo largo del siglo IV. La situación sufrió un brusco
giro en las últimas décadas de esta centuria, cuando Teodosio proclamó en el año 380
el catolicismo como religión oficial del Imperio. Los cultos paganos fueron perseguidos y
considerados a sus practicantes reos de alta traición, al tiempo que se ordenaba la
destrucción de sus templos. Atenas no dejó de sufrir las persecuciones y en el año 429 el
Partenón era saqueado. Durante el siglo V la intolerancia continuó y la destrucción
llegó a todas las ciudades griegas, destruyéndose numerosos monumentos capitales de
la cultura griega clásica, como algunas obras maestras de Fidias. Su Atenea Partenos,
que con 12 metros de altura decoraba la cella del Partenón, posiblemente fue
trasladada a Constantinopla por Teodosio II. La Atenea Prómacos, situada también en
la Acrópolis, sufrió el mismo destino por orden de Justiniano. Esta política represiva
culminará con la orden de cierre de la Academia de Filosofía por parte de Justiniano
en el año 529, siendo todos sus bienes confiscados. La Atenas greco-romana y todo lo
que ello simbolizaba llegaba a su fin. En estos complicados tiempos del Bajo Imperio,
Atenas no sólo sufrió la represión desde el punto de vista religioso. En el año 395, a la
muerte de Teodosio, el Imperio era dividido entre sus dos hijos: Oriente quedaba en
manos de Arcadio mientras que Occidente pasaba a Honorio. La región de Grecia
quedaba enmarcada dentro del Imperio Oriental y desde ese momento su destino
estaría unido al del Imperio Bizantino. Al igual que el resto del Imperio, las oleadas de
bárbaros atacaron el territorio griego. Alarico y sus visigodos devastaron la región
heládica y sus principales ciudades, entre ellas Atenas (396 y 397). Para evitar nuevos
saqueos e invasiones, Justiniano reparó las murallas atenienses, dentro del programa de
construcciones militares que afecto a todo el territorio imperial. Pero estas
fortificaciones no sirvieron ante el ataque de los eslavos, que arrasaron la ciudad en
580, excepto la Acrópolis, donde se refugió la cada vez más menguada población
ateniense, muy seriamente afectada tras la epidemia de peste que asoló el Imperio
Bizantino en 541. Sin embargo, a pesar de los saqueos, represiones y ataques diversos, la
fiebre constructiva volvía a apoderarse de Atenas, levantándose nuevos edificios, en
ocasiones aprovechando los restos de los destruidos anteriormente. Buena parte de los
antiguos templos que salpicaban la ciudad fueron convertidos en iglesias cristianas. El
templo de Hefesto fue convertido en iglesia de San Jorge, la Torre de los Vientos se
transformó en baptisterio, el Partenón fue desde el siglo V una iglesia dedicada a santa
Sofía, etc. El templo de Zeus Olímpico no tuvo tanta suerte y sirvió de cantera para
nuevas construcciones.

Paje de espadas

Afrodita sostiene las mitades de una manzana, los surcos


de semillas en los que se forma una estrella de cinco
puntas. Aire, astucia, ingenio, lógica.

El juicio de Paris es una historia de la mitología griega en


la cual se encuentra el origen mítico de la guerra de
Troya. Paris es el príncipe troyano que raptó a Helena.
Es uno de los episodios más conocidos del relato según el
cual, Eris, la diosa de la discordia, molesta por no haber
sido invitada, se presenta en la boda de Peleo, y deja una
manzana dorada con la frase para la más bella. Tres de
las diosas presentes, Hera, Atenea y Afrodita se pelean por
la manzana, por lo que Zeus escoge como juez para
dirimir la disputa al príncipe pastor de Troya, Paris ( de
aqui el origen de la frase "la manzana de la discordia")
Las tres diosas intentan sobornarlo ofreciéndole distintos
dones, pero al final elige a Afrodita, que le había
prometido el amor de la mujer más bella del mundo. Esta mujer es la esposa del rey
Menelao, Helena, que se enamora de Paris, quien la rapta llevándosela a Troya, lo que
provoca la venganza de Menelao, desencadenando la guerra de Troya.

Caballero de espadas

Gaia o Gea (Tellus), la antigua diosa de la Tierra,


gobernante del tiempo y los elementos, con serpientes. El
poder de la mente, ayuda a superar todas las
adversidades de la vida.

Gea, literalmente «Tierra», es la diosa primigenia que


personifica la Tierra en la mitología griega. Es una
deidad primordial y ctónica en el antiguo panteón griego,
considerada la Tierra Madre.

Tras el Caos, surgió Gea la de anchos pechos; de su propio


ser, «sin la dulce unión del amor, trajo a Urano, el cielo
estrellado, su igual, para cubrirla a ella, darle forma a su
cuerpo y a las colinas, y también a Ponto, la infructuosa
profundidad del mar.
Pero tras esto, cuenta Hesíodo, yació con su hijo Urano y
engendró a los Titanes Oceánicos, Ceo, Crío, Hiperión,
Jápeto y a las Titánides Tea, Rea, Temis, Mnemósine, Febe la de la dorada corona y la
hermosa Tetis. «Tras ellos nació Cronos, el astuto, el más joven y terrible de sus hijos, y
éste odió a su lujurioso padre.»

Urano, temeroso y descontento con sus hijos gigantes y cíclopes, los encierra en la
oscuridad del vientre de la diosa, aunque existe otra versión que cuenta que los
contiene en el Tártaro, la parte más profunda y tenebrosa del Erebo, morada de las
sombras. Los cíclopes fueron condenados a vivir en el interior del volcán Etna. Gea,
consternada, incitó a los titanes a que se rebelaran contra su padre.
La diosa pidió entonces ayuda a sus hijos, titanes, para vengarse de Urano, pero sólo
Cronos, el menor, acudió y le castró con una hoz que le había dado Gea. Cronos arrojó
al mar la hoz y los testículos de Urano, que produjeron una espuma de la que nació
Afrodita, la hermosa diosa del Amor.
Cronos enclaustró entonces a Urano en el Tártaro junto con los cíclopes y hecatónquiros.
Se instala Cronos en el poder hasta que los Olimpicos liderados por Zeus derrocan a los
Titánides.

Reina de espadas

Artemisa, la diosa virgen identificada con la luna, tira de


la cuerda y apunta su flecha. Actividad, discernimiento,
coraje.

A instancias de la Mitología Griega, tal como se denomina


al conjunto de mitos y leyendas que giran en torno a los
dioses y los héroes de los antiguos griegos, Artemisa, fue
una de las deidades más antiguas y veneradas durante
aquella cultura, incluso hay muchos que la señalan como
pre-griega
Así como ha sucedido con la mayoría de las figuras
endiosadas por los griegos, Artemisa, también tenía
disposiciones especiales por las cuales era reconocida y se la
honraba: la caza, el terreno virgen, los animales, los
nacimientos, las mujeres jóvenes, la virginidad y el alivio
de las enfermedades femeninas, entre otras cuestiones,
supo representar.
Esta vinculación con la mujer nacería tiempo después al considerado como tiempo
clásico en Grecia y entonces, comenzaría a ser considerada también como diosa de los
partos y de las comadronas. Orígenes: hija extramarital de Zeus que desata la ira de
Hera. En la mayoría de las ocasiones en las que se la mencionó en aquellos tiempos se
la vinculó directamente con Zeus y Leto, de quienes se decía eran sus padres, y con
Apolo, de quien se decía era su hermano mellizo.
Como ocurría con cualquiera de los hijos que Zeus concebía con otras diosas o mujeres
que no fuesen su esposa Hera, generaban en esta última una ira y unos celos
incontrolables que la llevaban a desarrollar los planes más maléficos y perjudiciales
para los mismos. Así es que la leyenda cuenta que cuando Hera descubre que Leto
estaba embarazada de Zeus le prohibió que diese a luz en lugares en donde el sol
brillase, y hasta mandó a la serpiente Pitón a perseguirla.
Afortunadamente, Zeus, intercedió en esta locura y envió al viento Aquilón para que
llevase a Leto junto con Poseidón y éste se encargase de protegerla trasladándola a la
isla de Ortigia y cubriéndola con sus olas. Finalmente con todo ese cuidado Leto pudo
dar a luz a Artemisa.
Rey de espadas

La diosa Cibeles y su amado Attis.


Los frutos del granado simbolizan la muerte y la
resurrección. Idea: renacimiento y recuperación

Cibeles la gran diosa anatolia, creadora de todos los reinos


de la naturaleza, tuvo un hijo a quién puso por nombre
Atis. Desde el momento en que este nació, se quedó
prendada de su belleza y gracia, y no había nada que no
hiciera para lograr su felicidad. A medida que él iba
creciendo, pasando de la niñez a la juventud, su amor se
iba haciendo más profundo, y, cuando llegó a la virilidad,
se lo apropio para convertirse en su amante. Además, lo
nombro sacerdote de sus misterios y le obligo hacer un
voto de fidelidad absoluta.
En consecuencia, ambos vivieron encerrados en un mundo
paradisíaco y sellado, en el que nada podía estropear la
perfección del vínculo. Pero Atis no podía permanecer
para siempre alejado del mundo exterior, y uno de sus principales placeres era
deambular por las colinas. Cierto día, mientras descansaba bajo las ramas de un
enorme pino, levantó la vista y vio a una bella ninfa; se enamoró de ella
instantáneamente y la poseyó.
Pero nada podía quedar oculto a su madre Cibeles y, cuando se entero de la
infidelidad de su hijo-amante, se sintió presa de unos celos terribles. Golpeó a Atis con
delirio frenético, y este, en medio de un arrebato de locura, se castró para asegurarse
de que nunca volvería a quebrantar su voto de fidelidad. Cuando se recuperó de su
delirio estaba mortalmente herido y fue desangrándose hasta morir en los brazos de
Cibeles bajo el pino donde había estado acostado con su amada ninfa. Pero, debido a
que Atis era dios, su muerte no fue definitiva. Cada primavera, el joven renace para su
madre y pasa la rica y fructífera estación del verano con ella. Al llegar el invierno,
cuando el sol alcanza su menor fuerza, muere una vez más y la diosa de la tierra le
llora, hasta que al fin llega la primavera siguiente.
Dos de oros

Interpretacion: Materialización de deseos, emociones


positivas, diversión.

El "Mabinogion" es un compendio de relatos de la


mitología celta. En el aparece la historia de Blodeuwedd,
una mujer creada a partir de flores para ser la esposa del
héroe Lleu Llaw Gyffes.
Éste había sufrido una maldición por la cual no podría
tener una esposa humana pero para contrarrestar este
conjuro, los hechiceros Math y Gwydion crearon a la que
había de ser su esposa de la siguiente forma:
‘’De las flores del roble y las flores del enebro y las flores de
la ulmaria, y de ellos, conjuraron la más justa doncella y
más hermosa que jamás vista. Y la bautizaron según la
habían creado y la nombraron Blodeuwedd ‘’.

Tres de oros

Tres Nornas riegan el Árbol del Mundo, ceniza Yggdrasil,


agua de manantial y fertilizan con tierra limpia.
Participación en un gran negocio. Trabaja para el
beneficio de muchos.

Las nornas viven bajo las raíces del fresno Yggdrasil, el


árbol del mundo en el centro del cosmos, donde tejen los
tapices de los destinos y riegan el fresno con las aguas y la
arcilla provenientes del pozo de Urd para que éste no
pierda su verdor ni se pudra. La vida de cada persona es
un hilo en su telar, y la longitud de cada cuerda es la
duración de la vida de dicha persona.
De esta manera, todo está preordenado en la religión
nórdica: incluso los dioses tienen sus propios tapices,
aunque las nornas no se los dejan ver. Este claro
sometimiento de los dioses a un poder fuera de su control y
la implicación de que ellos, también, tendrán un final algún día, son temas
trascendentes en la literatura que rodea la mitología nórdica.
Las tres nornas que controlan el destino existen en un viejo y profundo nivel mítico,
aunque probablemente no tan viejo como el arte de hilar y tejer en sí. La contraparte
de las nornas entre los griegos eran las moiras, conocidas por los romanos como parcas.
Para los nórdicos, el mundo de los humanos era nada más una rama del gran
Yggdrasil, el fresno del mundo. Nueve mundos posee Yggdrasil, y por ellos pasó Odín
antes de obtener el secreto de las runas.
El árbol se divide en tres partes: Niflheim (raíz), Midgard (tronco) y Asgard (copa). Se
puede notar en esto la representación del ciclo de nacimiento, vida y muerte que ya se
siente en las nornas.
Las raíces son tres. La primera se dirige hacia la Fuente de Hvergelmir. La segunda a la
fuente de Mímir. La última a la Casa de las Nornas, el Destino. Los mundos son los
siguientes por orden ascendente:
Helheim, el hogar de los muertos.
Svartálfaheim, el hogar de los elfos oscuros
Niflheim, el hogar de las nieblas y el terror.
Jötunheim, el hogar de los gigantes.
Midgard, el hogar de los humanos (también conocido como Mannaheim). Los dioses
cruzaban el puente Bifröst para llegar a Midgard.
Vanaheim, el hogar de los vanir (la tribu de los dioses de la naturaleza y de la
fertilidad).
Alfheim, el hogar de los elfos de la luz (también conocido como Ljusalfheim).
Asgard, el reino de los dioses (Aesir).
Muspelheim, el mundo primordial de fuego, allí se encuentra el Ginnungagap.
Cuatro de oros

La codicia y la lujuria por el poder llevan a la


transformación.
Corrupción, engaño, caída.

Para los Celtas que fueron los primeros pueblos que se


instalaron en la Europa centro-meridional en torno al siglo
V a.C., y para los eslavos, las hadas descienden de los
ángeles rebeldes que, cuando fueron arrojadas del cielo, se
refugiaron en el mar, en el aire, en los montes y ríos.
Los irlandeses sostienen que Dios expulsó a estos ángeles
caídos debido a su orgullo (el de los Ángeles)

Cinco de oros

Wanderer Persh, la heroína de la leyenda alemana, lidera


a los niños. Pobreza, pérdida de riqueza material,
opresión.

BERTHA O LA DAMA BLANCA


En otras partes de Alemania, Frigg, Holde o bien Ostara,
es conocida también por el nombre de Brechta, Bertha o
la Dama Blanca. Se la conoce mejor bajo este calificativo
en Turingia, donde se supone que vivía ella en una
montaña ahuecada, velando por los Heimchen, las almas
de los niños aún no nacidos y de aquellos que habían
muerto sin ser bautizados. Allí, Bertha velaba por la
agricultura, cuidando de las plantas, que su escuadrón de
infantes regaban cuidadosamente, pues se suponía que
cada bebé transportaba una pequeña jarra para tal
propósito. Mientras la diosa fuera debidamente respetada
y su refugio no molestado, permanecería donde estaba. Pero la tradición relata que
ella abandonó en una ocasión su país, junto a su séquito de niños arrastrando su arado,
para asentarse en algún otro lugar y continuar con sus bondadosos servicios.
Ella es la antepasada legendaria de varias familias nobles y se supone que es la misma
que la diligente reina del mismo nombre, la mítica madre de Carlomagno, cuya época
se ha convertido algo proverbial, pues cuando en Francia y en Alemania se habla de la
Edad de Oro, es costumbre decir “en los días en los que Bertha tejía”. Como se supone
que esta Bertha había desarrollado un pie muy grande y liso, de presionar
continuamente sobre el pedal de su rueca, se la representa a menudo en el arte
medieval como una mujer con un pie plano y de ahí que se la conozca como la “reine
pédauque”.
Como antepasada de la casa imperial de Alemania, se supone que la Dama Blanca se
aparece en palacio antes de que suceda una muerte o una desgracia en la familia.
Esta superstición es aún tan común en Alemania, que los periódicos en 1884 relataron el
informe oficial de un centinela, que declaró que la había visto pasar rápidamente en
uno de los pasillos del palacio.
Ya que Bertha era célebre como hilvanadora, fue naturalmente referida como la
patrona especial de tales trabajadoras femeninas y se decía que pasaba corriendo a
través de las calles de cada pueblo, durante las doce noches que mediaban entre el día
de Navidad y el seis de enero, mirando de cerca por cada ventana para supervisar el
hilvanado de cada familia.
Las doncellas cuyo trabajo había sido realizado con esmero eran recompensadas con
un regalo consistente en una de sus propias hebras de oro, o una rueca llena de lino de
la más alta calidad. Pero dondequiera que se encontrase una hilvanadora descuidada,
su era rota, su lino ensuciado y si había olvidado honrar a la diosa comiendo una gran
cantidad de pasteles horneados durante aquella época del año, era cruelmente
castigada.
Seis de oros

La Diosa sostiene una canasta con tres huevos, que, como


Triskel, simbolizan la renovación y el renacimiento bajo la
influencia de la energía femenina.
Curación, restauración, optimismo.

OSTARA FIESTA DE LA PASCUA ¿QUÉ SIGNIFICA?


Eostre u Ostara es una diosa celta, cuyo nombre es el
mismo nombre de la fiesta de la Pascua. Ostara era el
nombre que los celtas daban al mes de abril, pero como
siempre, dependiendo de las lunas, podía caer a finales de
marzo, o incluso en mayo. Se celebra el equinoccio de
primavera.Ostara fue sincretizada por el cristianismo,
como todas las fiestas celtas, y se asoció a la pascua de
semana santa, con la resurrección de Cristo.
Ostara se es una celebración a la resurrección, al amanecer
y es un primer indicio de la fertilidad de los campos. Se
asocia a muchas deidades paganas tanto celtas como del
resto de Europa.Las hogueras se encendían en la Pascua y de acuerdo a la creencia
popular en el momento en que el sol se levanta en la mañana de Pascua éste sol da
tres saltos alegres, baila de alegría…
El agua de la mañana de Pascua es, al igual que en Navidad, es santa y da la
curación. En Ostara, las doncellas se visten de blanco, en honor de la antigua diosa.
Ostara es la renovación y muerte del invierno.
Los paganos celebraban Ostara como el despertar de la fertilidad (adorando a las
Diosas que correspondieran con el perfil más maternal de sus respectivos panteones) la
Madre Tierra se vuelve fértil. Se iniciaban los cultos a la fertilidad de la tierra, que ya
venían del neolítico. Los cultos a la diosa madre, que según la época iba adoptando
diferentes nombres.
Liebres y conejos aluden al culto a Eostre. Y es que es muy popular la costumbre
ancestral de implicar a la liebre en todo el período de Pascua en el norte de Europa.
El carácter sagrado de este animal se remonta a una era todavía más remotas.
Las liebres se asocian a Eostre y también a la diosa nórdica Freyja como diosas de la
aurora y el amanecer. Las liebres eran sus mascotas que las representaban, y
representan la fecundidad de la primavera, y el amor y el placer carnal que lleva a la
fecundidad
Para explicar la tradición de los huevos de pascua y su relación con el culto a la
fertilidad que representa Ostara ¿qué mayor símbolo de fertilidad que el huevo? Una
gran célula llena de vida por hacer. El huevo se convirtió en el símbolo de la vida, el
renacimiento y por eso se asoció a la primavera. Es por ello que Ostara fiesta celta
tomó como símbolo al huevo, por ser el huevo de la vida.

Siete de oros

Coacción, obligaciones impuestas, falta de libertad.

EL MOLINO MÁGICO
Frodi reinaba en Dinamarca cuando había paz en el
mundo. Este rey había recibido de Hengi-kiaptr un par de
piedras de molina magicas, llamadas Grótti, que podían
producir cualquier cosa que su dueño deseara. Sin
embargo las piedras eras demasiado grandes para poder
levantarlas, Un día, Frodi visitó al rey Fjölnir, soberano de
Suecia, y allí encontró a dos gigantas de montaña,
llamadas Menja y Fenja, que estaban siendo vendidas
como esclavas. Las gigantas eran altas y fuertes, tanto que
fácilmente podrían poner a funcionar el molino. Frodi las
compró y las llevó consigo a Dinamarca.
Una vez de regreso, las gigantas instalaron las piedras en
el molino y, a una orden de Frodi, éste empezó a producir
oro, paz y prosperidad. El rey estaba encantado con el regalo. Ahora podría acumular
tanto oro como la imaginación pudiera concebir y, al mismo tiempo, su pueblo viviría
en paz durante largos años. Las gigantas trabajaban al mismo tiempo que cantaban
esta canción:
"Pongámonos a moler riquezas para Frodi,
pongámonos a moler en él, felices,
lleno de substancia,
en nuestro regocijante molino".
Alegremente, las mujeres trabajaron hora tras hora, hasta que los cofres del rey
estuvieron rebosantes de oro. Menja y Fenja necesitaban descansar pero el rey les
ordenó continuar moliendo. A pesar de sus súplicas, Frodi las hizo trabajar sin parar,
permitiéndoles descansar sólo el tiempo que duraba la canción. Las gigantas,
exasperadas por la crueldad del rey, decidieron entonces cobrar venganza. Una noche,
mientras Frodi dormía, cambiaron la canción y en lugar de oro, paz y prosperidad, el
molino empezó a producir un ejército al mando de Mysinger, un sangriento vikingo. La
nueva canción decía así:
"Un ejército debe venir,
hacia adelante avanzar,
y quemar la ciudad
para el príncipe".
Mientras la magia del molino producía su perdición, los daneses continuaron
durmiendo, y antes de que despertaran, el ejército de Mysinger arrasó con todo el
reino. Frodi, junto a todos los pobladores de Dinamarca, fueron asesinados.
Mysinger tomó las piedras mágicas y a las dos esclavas, poniéndolas a bordo de su
barco para llevarlas a Noruega. Mientras estaban en el mar, el vikingo les ordenó que
pusieran a trabajar el molino de inmediato, produciendo sal, una valiosa materia
prima en aquel entonces. Menja y Fenja obedecieron. Las piedras de molino
empezaron a girar, produciendo sal en abundancia.
Pero Mysinger, igual de cruel que Frodi, no les permitió descansar ni por un momento.
Entonces las gigantas, enfurecidas, empezaron a moler como nunca antes. Se produjo
tal cantidad de sal como nunca nadie había visto y, bajo su peso, el barco se hundió
con todos sus ocupantes. Las piedras se hundieron en el mar al noroeste de la costa de
Noruega, creando un profundo agujero en el lecho marino. Las aguas entraron por él a
gran velocidad, produciéndose así el temible remolino que hoy conocemos como
Maelstrom. En cuanto a la sal, toda ella se disolvió en el agua del mar, la que desde
entonces se volvió salada.

Ocho de oros

Los cuatro enanos, Alfrigg, Dvalinn, Berling y Grerr. Loki,


forjando el Brisingamen
Premio por el trabajo, perseverancia, determinación.

Brisingamen, el collar de Freyja.

La posesión más preciada de Freyja es su collar. Esta es


una pieza increíblemente valiosa de joyería, pero qué tipo
de joyería es no está claro a partir de las historias
sobrevivientes, oro y ámbar son algunos de los materiales
mencionados. El consenso es que es un collar. La historia de
cómo adquirió el collar de Freyja existe sólo en forma
fragmentaria hoy.
Freyja abandonó Asgard temprano una mañana antes
del amanecer. Casi en trance, ella soñaba con el oro. Loki
se fijó en ella y la siguió mientras cruzaba Bifröst (arcoíris) y viajó a través de Midgard.
Al final del día, Freyja llegó a una caverna. Ella entró en un oscuro pasillo y se dirigió
hacia abajo por las rocas. Loki la siguió. Pasando a través de una abertura estrecha
entre dos rocas, Freyja entró en la herrería de los cuatro enanos, Alfrigg, Dvalinn,
Berling y Grerr. Loki, sin ser detectado, observó a través de la abertura.
Freyja quedó deslumbrada por el brillo del horno. Pero entonces vio el trabajo
impresionante de los enanos: un collar de oro, la torsión y el tejido y la incisión con los
patrones. Nunca había visto nada más bello, ni nunca había deseado nada tanto.
Ella trató de comprar el collar de los enanos. Ellos le dijeron que no tenían necesidad
de más oro o plata. Freyja preguntó qué precio que aceptarían.
Los enanos dijeron que le iban a dar a Freyja el collar si estaba de acuerdo en pasar
una noche con cada uno de ellos. Y ella aceptó.
Freyja pasó cuatro días y cuatro noches con los enanos. Al final del tiempo acordado,
los enanos abrocharon el collar alrededor de su cuello.
Freyja regresó a Asgard, pero Loki volvió más rápido y se dirigió directamente a la sala
de Odin y le contó de la prostitución de Freyja. El engreimiento de Loki se volvió miedo
cuando Odín le ordenó a Loki obtener el collar y regresar con este.
Más tarde esa noche, Loki audazmente se dirigió a la sala de Freyja. En primer lugar,
él intentó abrir la puerta, pero estaba cerrada. Usando sus habilidades cambio de
forma, Loki se transformó en una mosca. Pero no pudo encontrar ninguna grieta lo
bastante grande como para poder entrar a la sala. Finalmente, encontró una abertura
en el techo. Volando a la cama de Freyja, Loki encontró el collar abrochado alrededor
de su cuello, con el broche bajo su cuello y fuera de su alcance. Transformándose a sí
mismo en una pulga, Loki se arrastró por la figura dormida de Freyja hasta la mejilla.
Él le picó. Freyja gimió y rodó hacia un lado, dejando al descubierto el broche del
collar. De regreso a su propia forma, Loki soltó el broche y deslizó el collar del cuello de
Freyja. Desempernardo la puerta principal de la sala, audazmente caminó de regreso
en la noche.
Cuando Freyja despertó, se encontró con que el collar estaba desaparecido, y vio la
puerta abierta, ella sabía que sólo Loki podría haber sido el ladrón, y asi le pidie a
Heimdal que le ayude a buscarlo. Finalmente, encontraron al ladrón, Loki,
transformado en foca. Por ello, Heimdal se convirtió igualmente en foca y luchó con
Loki. Tras un largo combate, Heimdal venció y devolvió el Brisingamen a Freyja.
Nueve de oros

La Diosa irlandesa de la naturaleza Brigitte cubriendose


con una capa, protegiéndose de los rayos del sol.
Seguridad, tranquilidad, eficiencia.

BRIGA o Brigid, la señora del fuego, es una divinidad


femenina, antigua y poderosa dentro del mundo celta. Era
la hija de Dagda “el buen dios” y Morrigan, una Tuatha
Dé Danann, (irlandés antiguo: “de la tribu de Danu”) los
seres mágicos que habitaron Irlanda antes que los
irlandeses actuales.
Briga era la diosa de la sanación, de los artes y la poesía.
La protectora del trabajo de granja, del ganado, y
preservadora del hogar al cual protege contra el fuego y
otras calamidades.
Briga se considera la última descendiente de la Gran
Diosa, Danu o Dana también llamada Anu o Ana, la
madre de Dagda, y como tal, en ella renace la Diosa Madre en una forma renovada,
rozando el arquetipo de la Diosa Virgen. Brigid, Brigantia, es transformada
esquemáticamente como la madre, esposa, hermana e hija de los otros dioses. Su
nombre se encuentra en diversas grafías, y se manifiesta en forma de innumerables
avatares. Este renacimiento de Dana en Brigit tiene paralelismos con el de Démeter,
que renace en Perséfone o como tantos otros dioses resurgen actualizados en la forma
de sus hijos.
A Brigid se la considera una clásica diosa triple céltica, parecida a la Triple Diosa de
origen lunar de la mitología griega donde se representa las tres etapas cronológicas de
la vida de una mujer (la doncella, la matrona y la anciana).
La diosa Cailleach es la anciana que según diversas tradiciones celtas forma la triada
celta junto con Dana, y Brigit. Las tres juntas tienen un simbolismo que representa la
sucesión de las estaciones, la fertilidad de la tierra y el ciclo de la vida y la muerte.
Además Briga tiene tres aspectos diferentes que son todos partes de la misma diosa sin
edad. Los aspectos separados de su triple naturaleza es una ordenada división del
trabajo para esta diosa de la luz, de origen solar, que tiene múltiples facetas:
Un aspecto de Brigid es el de “Llama de la Sabiduría”:Una divinidad a quienes los
bardos y poetas adoran como el origén de la inspiración creativa. Honrada como diosa
de la lengua celta, inventó el alfabeto Ogham. Patrona de la poesía, la historia y la
canción. Protectora de todo el aprendizaje cultural. Brigid fue vista como la fuente de
los oráculos de la adivinación y la profecía. Maestra de la magía blanca, el
conocimiento oculto y druídico. Su animal iconográfico es un hermoso cisne blanco, tan
evasivo como la inspiración misma.
Otra figura era el “Fuego del Hogar”. Es la diosa de la familia, la fertilidad, la
medicina, la salud, la curación y los partos. Cuidadora de los nacimientos y de la
infancia. Posee un famoso caldero para este propósito. Brigid tiene muchas
asociaciones con la chimenea y la casa, y se invocaba cuándo a menudo se atascaba la
chimenea o cuando el umbral necesitaba protección o limpieza. Protectora de los
suyos, se preocupa por la justicia, la ley y el orden. La vaca es su símbolo de la
abundancia y la fertilidad., es una legendaria fuente de riqueza y alimentos. Símbolo
de sus derechos y soberanía, ya que representa tanto a la tierra como al cielo. Al nacer,
la Diosa Brigit es lavada y alimentada con la leche de una vaca sagrada. La vaca de
la Diosa representa la generosidad de espíritu. Las vacas y sus terneros recién nacidos
estaban bajo la protección de Brigit.
La tercera personalidad es el” Fuego de la Transformación”. Diosa de las artes y la
artesanía, ella enseña a los hombres la herrería y otras artes, relacionadas con el fuego
como la orfebrería y la producción de armas para mejorar la habilidad en la guerra.
La gente se reunió para aprender de Brigid el secreto de la utilización del fuego para
ablandar el hierro y doblar a la forma de sus deseos. Ademas es descrita como la
patrona de otras artes vitales de la temprana sociedad celta: el tejido y la elaboración
de la cerveza. Fue ella quien hizo el silbato para llamar a través de la niebla y en los
viajes nocturnos. La serpiente, una sierpe alba con orejas rojas, la unen a la idea de la
transformación, el renacimiento y la conexión con los dioses ctónicos. En su origen, la
serpiente era considerado un animal benévolo, y por mudar de piel cada cierto
tiempo, representaba la fertilidad, la regeneración de la naturaleza.

Diez de oros

La diosa Arianrhod da cobijo a las almas de los reyes


muertos como recompensa por la vida justa fuera de los
muros de su castillo en la constelación de la Corona del
Norte.
Honrada paz y prosperidad, el equilibrio de la rueda de la
vida.

Arianrhod es una diosa celta y lunar.


Es la guardiana del velo que separa la vida de la muerte,
llamado por los celtas la rueda de plata.
Se la considera una diosa de la muerte por poder tener
acceso a ese mundo.
Es la diosa del renacimiento ya que la rueda de la vida es la rueda de la muerte y
renacimiento continuo. No hay separación.
Su día se celebra en Hallowen o Víspera de Todos los Santos.
La muerte simbólica es la que permite todos los cambios.
En el “Libro Blanco de Rydderch”, incluido en el “Mabinogion”, un manuscrito galés del
siglo XIII, Arianrohod aparece como una divinidad celta, cuyo nombre significa “Circulo
de Plata”. Por este motivo, se la conoce también como “Rueda de plata que desciende
a las profundidades del mar”. Sin embargo, otros autores hablan de ella como de una
poderosa hada marina que habita en un castillo en medio de un lago, o situado sobre
una inmensa roca sumergida. Este castillo se encuentra en la costa oeste de Arvon, a la
que el Mabinogion menciona con el nombre de Caer Arianrhod (en la actualidad,
Caranthreg). La leyenda cuenta que Arianrhod era hija de la diosa galesa Don y
hermana de Gwydion. Éste a su vez, era consejero del rey Math, de quien se cuenta
una curiosa historia: se dice que Math mantenía sus pies permanentemente en el
regazo de una joven virgen, que un día fue violada y el rey la despidió. Entonces
Gwydion propuso a su hermana para sustituirla. El rey Math sometió a Arianrhod a
unas pruebas para certificar su estado virginal; al superarlas la joven pasó al servicio
del soberano, como soporte de sus pies. Al cabo de un tiempo, Arianrhod, por arte de
magia, dio a luz a dos gemelos: Llew y Dylan… Sigue contando el “Marbinogion” que,
ante semejante afrenta, Math rechazó a Arianrhod y Gwydion se hizo cargo de los
pequeños. Sin embargo, a los gemelos les persiguió un destino trágico, Llew
desapareció en una batalla y Dylan, según la leyenda, cayó al mar, convirtiendose en
un pez. La madre, desconsolada, se refugió para siempre en el castillo de Caer
Arianrhod, del que se cuenta que es un lugar maldito, en el que tienen lugar extraños
fenómenos. Arianrhod simboliza el tiempo cósmico, y a veces, se la representa como un
barco gigantesco arrastrado por la muerte. Arianrhod, considerada también diosa de
la Luna, provocaba los cambios en la naturaleza y se le rendía culto en un bosque
sagrado, llamado el “Ombligo de Gales”. A veces, a Arianrhod se la representa sentada
en un trono, alimentando a sus hijos recién nacidos. Una leyenda cuenta que Dylan fue
asesinado por su tío Gobhan, que lo arrojó al mar, siendo conocido desde entonces
como “Hijo de las olas”.
"Soy la belleza de la verde Tierra y la blanca Luna entre las estrellas y los misterios de
las aguas, llamo a tu alma para que se levante y venga a mí. Porque soy el alma de la
naturaleza que da vida al universo. De mí proceden todas las cosas y a mí deben de
regresar. Permite que mi adoración esté en el corazón de todo el corazón que se
regocija, porque todo acto de amor y placer son mis rituales. Permite que haya belleza
y fuerza, poder y compasión, honor y humildad, gozo y reverencia dentro de ti.
Y aquellos que buscan conocerme, aprende que tu búsqueda y deseos no serán
alcanzados, a menos que sepas el Misterio: si aquello que buscas no lo encuentras
dentro de ti, no lo encontrarás afuera.
Porque he estado dentro de ti desde el principio, y me encontrarás al fin del deseo"
Sota de oros

Morrigan, la triple diosa de la muerte, vaga entre los


cadáveres con un cuervo en el hombro. Tierra,
autosuficiencia, búsqueda de los propios objetivos.

Morrigan, es nada más y nada menos que la dama oscura


de la muerte y la destrucción. Una mujer guerrera de gran
belleza representada normalmente con armadura. Ella
habita en todo conflicto bélico, en toda guerra o
enfrentamiento. Adopta la forma de un cuervo y
sobrevuela entre el humo de la batalla y el fragor de la
lucha. Su papel, es infundir valor a los soldados, y no solo
eso… les otorga fuerza, ira y rabia.
El nombre de Morrigan significa Reina espectral, y pervive
en muchos paises anglosajones en la forma de “Carrie o
Carrigan”. Si bien se la asocia a la muerte y la guerra,
también está vinculada a la renovación, al amor y al
deseo sexual. Esta mujer guerrera viene a simbolizar tanto el final como el inicio, el
placer y la violencia. Un sugestivo entramado del universo celta impreso en la
sugerente figura de la diosa Morrigan, una diosa dual capaz de destruir y de dar la
vida.
Esta diosa pertenece a los llamados Tuatha dé Danann, los principales seres mágicos
que habitaron Irlanda. Es una divinidad esencial asociada a su vez con Anu, la
llamada “nutridora de dioses”, y se dice que se halla encarnada en Munster, en el
condado de Kerry, en la forma de dos montañas que representan sus pechos.
Morrigan fue amante de reyes, y amó en especial a un guerrero que no pudo tener:
Cuchulainn. Alguien que jamás quiso vincularse con Morrigan, la rechazó y lucho a
menudo contra ella en varios campos de batalla, venciéndola incluso en cualquiera de
sus formas: lobo, águila, toro… hasta que al final, Morrigan, consigue tenerlo para sí
cuando él está a punto de fallecer. Cuchulainn está agonizando atado a un árbol
cuando ella desciende en forma de cuervo, para atenderlo, para aliviar su sufrimiento
dándole la muerte y llevándoselo por siempre a su lado.
Otro aspecto impactante sobre esta diosa, era el pánico que los soldados celtas le
tenían a Morrigan. Sabían que cuando la intuían, cuando oían sus pasos y su voz en el
campo de batalla, había llegado el momento de morir. ¿Cómo reaccionaban entonces
los valientes guerreros? Dando lo mejor de sí, luchando con más brío y valor.
Despreciando a la propia Morrigan y la muerte que les traía
Para los celtas la muerte no era el final, sino un nuevo ciclo. Pero a pesar de ello, los
guerreros y los soldados temían esa oscuridad que les traía Morrigan, ese instante de
frialdad momentánea que sufrían al ser arrancados de sus tierras, y de esos bellos
parajes de brumas, pastos y llanuras, donde el mar había arrullado sus vidas de
soldados.

Caballero de oros

Diosa Epona, a menudo retratada bajo la apariencia de


un caballo. Movimiento con propósito, trabajo duro.

EPONA o Hipona, significa yegua divina, la diosa celta


protectora de los jinetes y los viajeros, de los equinos y de
los animales de carga: los caballos, los burros y las mulas.
Era venerada en toda la Céltica europea, principalmente
en Galia. Epona equivale a Rhiannon entre los celtas de
Gales y en Irlanda se le conoce como Edain y Macha A
Epona también se le llama Rosette, o” the great mare” (la
gran yegua) y en algunos sitios la llaman también “la
pelirroja”.
Los celtas se identifican con el caballo hasta el punto de
fusionarse con él, como lo demuestra su mitología y la
prevalencía de la diosa Epona. El caballo destaca como un
emblema de fortaleza, perseverancia y rapidez, tres
ingredientes básicos de la fórmula para el éxito y expansión del pueblo celta
Epona está también vinculada al culto de las fuentes. En las leyendas, las fuentes
pueden surgir de patear la tierra los animales divinos. Epona podía hacer nacer un
manantial con un galope de casco en tierra. También se la puede encontrar en los
saltos de agua, los rápidos de los ríos que suenan como relinchos de una manada
salvaje. Se la asocia con las grandes olas del mar que llegan a la orilla, rodeadas de
espuma, aguas refrescantes con el don de la curación.
En su aspecto negativo los caballos se consideran una kratofania de la muerte, una
manifestación de la muerte como lo serían la guadaña o el esqueleto. Epona como la
erinia Demeter de Arcadia representada también con cabeza de caballo, era ejecutora
de la justicia infernal. En el libro de los sueños de Artemidoro si un enfermo sueña con
un caballo es presagio de muerte. Así en la vieja Inglaterra y Alemania se pensaba de
la misma manera.
Epona no sería exactamente una diosa de la muerte como tal, sino más bien una diosa
que ampara y guia el camino a las almas para acceder el Otro Mundo
Como diosa de la abundancia o la prosperidad presenta una cesta o la Cornucopia
(cuerno de la abundancia) entre las manos, posiblemente un añadido romano a su
iconografía. Se la representa en la estatuaria vinculada a los caballos y, en
consecuencia, era muy popular en las cercanías de los campamentos militares de las
fronteras del imperio romano. De hecho se conocen monedas en las que se muestra a
la diosa con cabeza de caballo e imágenes suyas que adornaban las caballerizas y los
establos. Se integra en el culto imperial por los emperadores romanos como Epona
Augusta o Epona Regina. Un lugar de culto fue dedicado a ella en la misma Roma
donde llegó a tener su propia festividad en el calendario romano, el día 18 de
diciembre.

Reina de oros

Luonathar, el personaje de "Kalevala", la doncella del mar,


del huevo del cual salieron el Sol, la Luna y las estrellas.
Espiritualidad, creatividad, riqueza del alma.

El Kalevala es la epopeya nacional finlandesa, consiste en


una compilación de cantos de campesinos realizada por
Elias Lönrot en el siglo XIX.
La primera publicación apareció en 1835, y la reproducción
final fue en 1849. Lönrot recogió información proveniente
de diferentes fuentes y el conjunto obtenido lo relaciono
para dotar a la obra de una mejor estructura narrativa,
disminuyendo el número de personajes y concentrando los
lugares donde sucedieron las historias.
El Kalevala es considerado como una de las obras cumbres
de Finlandia, donde se hace referencia a la mitología y
folclore de este país. Esta obra hizo surgir del anonimato a
un pequeño pueblo desconocido, además, ha hecho surgir a Finlandia en el mapa de
Europa.
La obra narra un espacio mítico de Finlandia, donde desfilan dioses, héroes, fuerzas de
la naturaleza y hechizos mágicos. Los héroes son: el bardo y mago Väinämöinen, el
apuesto Lemmikäinen, el herrero Ilmarinen y el héroe trágico Kullervo. Todos ellos
acompañados de otra gran protagonista de los relatos: la naturaleza.
El relato inicia con Luonnotar, virgen e hija del aire, quién se lanzó al mar durante
siete siglos nadando sin cesar. Pasado este tiempo pidió ayuda al dios Ukko para que
la ayudase a parir tras el embarazo del aire. Un águila vino a posarse sobre sus piernas
y en ellas puso su nido, seis huevos de oro y uno de hierro, empollándolos durante tres
días. Una vez Luonnotar sintió el calor abrasador procedente de los huevos, se
sumergió en el agua donde cayeron éstos. De ellos nacieron la Tierra, el cielo, la Luna y
el Sol.

Rey de oros

Keridwen con ciervo, que será asesinado tan pronto como


se convierta en un venado adulto. El ciervo es Beltane, el
dios que muere y renace nuevamente para fertilizar a la
diosa: la Tierra. Protección, mecenazgo, soporte material.

La Diosa que se corresponde con la dirección Noroeste de


la rueda del año es Keridwen, conocida como la Diosa de
la muerte, la Diosa oscura, Diosa del otro mundo o la
Abuela sabia. Es el periodo intermedio entre el otoño y el
invierno, cuando los bosques y los animales están
adentrándose en el adormecimiento del invierno. La Diosa
Bruja recoge la vara blanca que ha sostenido la Diosa
Brigit desde Imbolc durante la primavera y el verano y
con sólo tocarla se convierte en la vara negra del invierno.
Con ella trae el frío y la oscuridad a lo que la Naturaleza
responde con el cambio de color en las hojas y la caída de
las mismas, anunciando la inminente llegada del invierno. Así mismo los animales se
preparan para hibernar mientras la naturaleza se adentra en una muerte temporal
hasta su renacimiento con la llegada de la primavera.
Es la Diosa guardiana del caldero de la sabiduría donde todas las almas volverán para
la regeneración y la inspiración. Es también la Diosa de la sabiduría, la abuela sabia.
En muchas tradiciones indígenas la figura de la abuela era muy respetada ya que eran
las guardianas de la sabiduría de la tribu.
Samhain se celebra la noche del 31 de Octubre, es el cuarto festival de fuego y último
aspecto de la Diosa como Anciana sabia o Bruja. Es la actual noche de los muertos.
Para los cristianos es la "víspera de Todos los Santos” o "All Hallows eve", de ahí la
palabra "Halloween". Para los celtas era la fiesta que marcaba el final del año y el
inicio del siguiente. Samhain es una época en que la puerta que comunica nuestro
mundo con la dimensión de los espíritus está abierta. En Avalon, la tradicional
calabaza iluminada lleva grabada la cara de la Diosa y se utiliza para espantar todo
aquello que sea negativo.

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