Breve Historia de La Psicología Jurídica
Breve Historia de La Psicología Jurídica
Breve Historia de La Psicología Jurídica
1. INTRODUCCIÓN
2. ANTECEDENTES
2.1. Los primeros pasos pre-científicos
2.1.1. La frenología
2.1.2. Las doctrinas de Lombroso
2.1.3. La contribución inglesa. Maudsley
2.1.4. Quetelet
2.2. Los nuevos problemas de la etapa científica
3. EL SURGIMIENTO DE LA CRIMINOLOGÍA. GROSS
4. LA DIFUSIÓN DE LA ESCUELA ITALIANA. LA OBRA
DE INGENIEROS
5. EL DESARROLLO DE LA PSICOTECNIA Y LA PSICOLOGÍA FORENSE
6. IMPORTANCIA DE LA PSICOLOGÍA PARA EL MUNDO FORENSE.
MÜNSTERBERG
7. LA PSICOLOGÍA CIENTÍFICA Y LA PERSONALIDAD CRIMINAL
7.1. El psicoanálisis
7.2. Debate sobre el origen hereditario
7.3. Los ambientalismos
8. ESTUDIOS SOBRE TESTIMONIO
9. MARBE
10. LOS TESTS DE VERACIDAD
11. LA JUVENTUD CRIMINAL Y LOS PROBLEMAS
DE LA REHABILITACIÓN. EL JUEZ HEALY
12. LOS PROBLEMAS DE LA PSICOLOGÍA. LOS JUECES
Y LOS JURADOS
13. NOTAS SOBRE ASPECTOS PROFESIONALES
14. EL DESARROLLO CIENTÍFICO Y PROFESIONAL
EN LAS DÉCADAS RECIENTES
15. LA PSICOLOGÍA JURÍDICA EN ESPAÑA
1. INTRODUCCiÓN
16. ASPECTOS APLICADOS
La constitución de la psicología como ciencia natural a finales del siglo XIX tuvo
17. CONCEPTOS CLAVE
consecuencias de todo orden en el campo de las ciencias sociales y humanas.
18. PARA SABER MÁs Hubo quienes entendieron que la aplicación de los métodos experimentales al
18.1. Referencia esencial campo del espíritu carecía de sentido y fundamento, pero, por otro lado, estimuló
18.2. Referencias adicionales muy pronto a otros a aplicar los nuevos métodos al estudio de los distintos aspec-
tos del comportamiento humano. Uno de ellos, el mundo de la ley y de la justicia,
REFERENCIAS
ocupado en regular y juzgar las conductas de los hombres, estrechó muy pronto
lazos con la naciente disciplina. Esta podía contribuir con un conocimiento en
profundidad de las personas que intervienen e interaccionan en este mundo -las
motivaciones, las mentalidades, las personalidades que entran en juego-.
2. ANTECEDENTES
La Revolución francesa de 1789 marca un hito en el proceso general de toma
de conciencia de los derechos humanos, y ejerce una influencia decisiva en los
posteriores ordenamientos jurídicos llevados a cabo dentro de las naciones de
occidente. A lo largo del siglo XIX, se producen sucesivas codificaciones, que re-
únen los cuerpos de leyes en vigor, se formulan y regularizan los procedimientos
de aplicación de justicia, y se especifican las condiciones requeridas en el sujeto
humano para considerarlo sujeto responsable y persona jurídica.
El desarrollo de un pensamiento naturalista en tomo al hombre, fortalecido
por el desarrollo de las teorías materialistas y evolucionistas, forzosamente iba
a tener consecuencias importantes en las teorías jurídicas relativas a la respon-
sabilidad e imputabilidad de los sujetos, y a la condición propia de la personali-
dad criminal. El orden jurídico postrevolucionario vendrá a construir un espacio
determinado por el principio de legalidad de delitos y penas, la legalización del
proceso penal con exclusión de arbitrios, y la consideración de la dignidad de la
persona, que ha de ser tenida por inocente antes de que se pruebe su culpa, y ha
de ser tratada sin infamia ni venganza (García de Enterria, 1995). Ahí surgirán
los análisis que irán precisando la índole de la persona jurídica, en general, y la
del criminal, en particular.
En todo ese proceso intelectual de fundamentación teórica, por fuerza entran
en juego conceptos propios de la antropología y la nueva psicología: el conoci-
miento y la voluntad, las intenciones y las normas, el deber y la libertad. Ambas
ramas del saber positivo cobran especial relieve a los ojos del mundo jurídico.
Así van a surgir la antropología criminal, la criminología, y también la psicología
forense y la psicología criminalista.
2.1. Los primeros pasos pre-científicos campañas de divulgación, atrayendo a muchos discípulos, y generando fuertes
polémicas, que criticaron tanto sus criterios de diagnóstico como la orientación
En 1830, el filósofo francés Augusto Comte (1798-1857) inició la publicación de fuertemente materialista y fisiologista de su psicología. Incluso hubo peticiones
su Curso de filosojia positiva, que promueve una esencial reforma de la filosofia. en Inglaterra de que se seleccionara con criterio frenológico a los convictos envia-
Frente al idealismo precedente, de raíz germánica, se inicia ahí el movimiento dos a colonias (Hearnshaw, 1964). En Francia, F. Victor Broussais (1772-1838)
positivista, que hace de la ciencia natural el verdadero conocimiento de la reali- apoyó estas ideas, que encontrarían un refuerzo unos años más tarde en los descu-
dad, y de la filosofia una reflexión sobre la ciencia. Exige atenerse a los datos de brimientos de Paul Broca sobre el centro cerebral del lenguaje hablado, mientras
la experiencia sensible, a los fenómenos, y aspira a formular leyes que expliciten la que se oponían figuras notables como Pierre Flourens (1794-1867), defensor del
regularidad de dichos fenómenos. En su catálogo de las ciencias, excluye la psi- holismo cerebral.
cología introspectiva de su tiempo, como saber que carece de una metodología En la relación de facultades, incluyen algunas como la «destructividad», que
objetiva, y escinde entre la biología y la sociología el conjunto de fenómenos que puede orientarse a la eliminación de dificultades, pero también hacia formas per-
guardan relación con el hombre. versas, como el asesinato, la crueldad, o la ferocidad; la «acometividad», que
Así, la comprensión y explicación de la conducta humana quedó referida a sus puede mostrarse como inclinación a riñas y pendencias, o bien como cobardía y
fundamentos biofisicos, por un lado, y a los de sus elementos sociales, por otro. pereza; y otras como la «benevolentividad», y otras análogas que tienden a es-
Muy pronto, unos cuantos movimientos pioneros iniciaron el cultivo y ordena- tablecer relaciones positivas con otras personas. En general, en el individuo hay
miento de ambos campos de estudio. Uno es la frenología; el otro, la antropología elementos impulsivos, junto a otros que son restrictivos y un tercer grupo, que es
criminal de la escuela italiana (Lombroso), inglesa (Maudsley) y el sociologismo directivo: de este modo, conciben la conducta como resultado de la interacción
cuantitativo (Quetelet y otros). de esos elementos, que tendrían una base anatómica, pero que serían hasta cierto
punto modificables mediante la adquisición de hábitos que fortalecieran los ele-
2.1.1. La frenología
mentos compensatorios.
Es esta una doctrina que afirma la estricta localización de todas las funciones La frenología constituye una primera versión de la psicología naturalista, que
psicológicas en distintos centros cerebrales, y la posibilidad de conocer y diag- acentúa la condición innata y biológica de las cualidades personales. Se la tachó
nosticar su grado de desarrollo a través del examen del cráneo de los individuos de determinista y fatalista, y contraria al reconocimiento de la libertad moral.
sometidos a su estudio. Tuvo una época de esplendor en la primera mitad del siglo En España, entre sus adeptos, más o menos ortodoxos, cabe recordar además,
XIX, y ha sido muchas veces considerada como una auténtica preformación de lo como luego veremos, al frenólogo Magin Pers y Ramona, y al médico Pedro Mata
que sería luego la psicología. Desde el primer momento, admitió la existencia de y Fontanet, así como fueron notables las críticas de Jaime Balmes al conjunto de
una serie de cualidades psicológicas, entre las que se hallaban varias de las que las nuevas ideas.
supuestamente causaban las conductas delictivas y violentas. La frenología guarda estrecha relación con las doctrinas que iba a mantener
El médico alemán Franz Joseph Gall (1758-1828), es el fundador de este movi- con gran éxito popular el médico italiano Cesare Lombroso, en la segunda mitad
miento, que pronto contaría con el apoyo de su discípulo Gaspar Spurzheim (1776- del siglo XIX.
1832), y de numerosos discípulos. Hay aquí una completa «psicología de faculta-
des», combinada con una anatomofisiología cerebral rudimentaria, pero manejada 2.1.2. Las doctrinas de Lombroso
con audacia por Gall y sus discípulos. Estos, en efecto, van a difundir por Europa, Cesare Lombroso, (1835-1909) criminólogo italiano, estuvo inspirado en las
luego por América, la doctrina que, según ellos, hace posible conocer la persona- ideas frenológicas, y en la teoría degenerativa del psiquismo desarrollada por el
lidad de los individuos, sus tendencias más hondas, y por lo mismo, predecir y francés BenedictA. Morel (1809-1873). Este último había sostenido la existencia
explicar sus conductas. Dentro de sus actividades se incluyó en lugar preferente en los organismos de procesos degenerativos que resultaban de la actuación de
el conocimiento y diagnóstico de las personalidades psicopáticas y patológicas, y patologías y sustancias perjudiciales (alcohol, opio, consanguinidad, etc.), dete-
ocuparon mucho tiempo realizando exámenes de cráneos de individuos con biogra- rioraban la masa hereditaria transmitida a los descendientes, y se manifestaban a
fias criminales, condenados a sufrir largas penas en cárceles y presidios. través de signos, o estigmas, y de trastornos fisicos y mentales.
En Inglaterra, George Combe (1788-1858), en España Mariano Cubí (1853) Lombroso creyó hallar un tipo humano particular, el «criminal nato», que
-discípulo del anterior-, en otros lugares varios otros personajes, llevaron a cabo describió en El hombre delincuente (1876) y que daría una explicación cumplida
de la conducta criminal. Era un resultado de ciertos procesos degenerativos, a degenerativa, por lo que ha de ser estudiado no solo por el moralista, sino por
consecuencia de los cuales transgredía la ley, desarrollaba una conducta crimi- el científico natural (p. 39).
nal; era, además, reconocible gracias a ciertos rasgos físicos. De acuerdo con En su obra considera y analiza causas célebres, y presenta diversas formas de
estas ideas, atavismo y enfermedz.d se unían para generar tales individuos, de locura, incluyendo la «locura afectiva» (donde introduce una locura impulsiva,
una enorme peligrosidad social nacida de causas puramente biológicas. En- la neurosis epiléptica, monomanía homicida, locura moral), la que llama «locu-
tre sus rasgos característicos incluiría la microcefalia, las alteraciones en la ra de ideas» (con depresión, manía persecutoria, melancolía con alucinaciones,
estructura cortical, su gran masa corporal, asimetrías craneales y faciales, y etc.) y locura epiléptica con alucinaciones y manías transitorias. Además, presta
una gran insensibilidad al dolor, entre otros (Maristany, 1973). «El delincuen- atención a los aspectos preventivos, de «preservación de la locura», en donde
te es un salvaje ... Es idéntica en ambos la constitución anatómica ... Idéntica considera el papel diverso que cabe a la educación, el control emocional, y la eu-
también la psicología: la misma sed cruenta en ambos; la misma vanidad, el genesia como remedio al progreso hereditario de aspectos degenerativos. Maudsley
mismo afán de tatuaje; el mismo empleo de una particularísima lengua, de ellos propone remediar «la predisposición hereditaria, por medio de la abstención del
solo comprendida ... » (Martínez Ruiz, 1959, pp. 490-491) A partir de ahí, trató matrimonio ... ; la intemperancia, por la sobriedad; las ansiedades del espíritu,
de construir una compleja tipología de personalidades criminales, que alcanzó por una acertada cultura mental y por la costumbre de dominarse y dirigirse»
gran difusión. (Maudsley, s.a., p. 290).
Su explicación nativista de las facultades mentales no se limitó al caso del Sus trabajos impulsaron el estudio psicológico de la personalidad delincuente,
criminal, sino que también lo extendió al del hombre de genio (Lombroso, 1889) y contribuyeron a generalizar la aplicación de la investigación científica al campo
que es autor de grandes obras de arte y de cultura. de los problemas sociales.
Lombroso halló en tomo suyo un grupo de discípulos capaces de desarrollar
sus ideas de una antropología criminal. Entre ellos se encuentran Enrico Ferri y 2.1.4. Quetelet
Raffaele Garofalo (Bemaldo de Quirós, 1908; Ferri, 1908). La índole naturalmente Hay también un interesante antecedente de estos estudios en la obra de Adolphe
peligrosa del delincuente propició una visión estrictamente defensiva del sistema Quetelet (1796-1874), investigador belga, profesor en la Universidad de Gante,
jurídico y de las penas, para proteger la sociedad. Al mismo tiempo, promoverá el dedicado a la sociometría y antropología, atraído por el estudio del hombre moral
estudio de los rasgos y factores que generan tan amenazadora personalidad; de ahí con métodos socioestadísticos. Formuló una teoría del «hombre medio», según
el enorme desarrollo de la criminología en las últimas décadas del siglo. la cual tanto en las cualidades fisicas como en las morales, habría unos ciertos
valores medios de los que se alejarían ciertos casos individuales en función de
2.1.3. La contribución inglesa. Maudsley causas accidentales (Quetelet, 1848, pp. 91 ss).
Henri Maudsley (1835-1918), médico interesado en los problemas de la mente, El método estadístico resulta pues aplicable a la memoria, la imaginación o la
fue durante unos años profesor de Jurisprudencia Médica (Medical Jurispru- prudencia; también a la inteligencia, que evalúa comparando creaciones impor-
dence) en el University College de Londres, y mantuvo una idea organicista de tantes en el teatro francés y el inglés; a la deficiencia mental -donde compara la
la psicología. La compleja estructura mental podía verse afectada por procesos proporción de alienados por número de habitantes, y las diferencias entre sexos,
de degeneración, incluso en la infancia, por efectos de un «temperamento insa- edades, etc.-, y sobre todo, lo que aquí importa, lo aplica también al estudio
no»; dio amplio espacio al papel de los factores sexuales, y también los sociales de tendencias criminales. Considera que hay una cierta «inclinación al crimen»
y educativos, en los desórdenes mentales. Su obra básica, The physiology and (penchant au crime), que se actualiza cuando hay ocasión y medios para su eje-
pathology 01 mind (1867), traducida al castellano como Fisiología del espíritu cución, y que puede medirse en relación con variables como sexo, clima, edad,
(1880) YLa patología de la inteligencia (1880), está acompañada por otros tra- estación del año, nivel intelectual, zona geográfica, etc. (Quetelet, 1835, vol. 2,
bajos más especializados, como El crimen y la locura, donde mantiene la tesis pp. 160 ss). En su conjunto, reconoce la mayor criminalidad de hombres, el peso
de que la vesania o locura es una «confusión funcional... del cerebro» (p. 20) de la edad juvenil, el escaso peso de la educación, la distinta criminalidad que
que distingue de las puramente orgánicas. Con todo, la degeneración termina suele ser propia de hombres o mujeres, y, en resumen, alcanza a concluir que los
por manifestarse mediante estigmas y defectos, y justamente la «clase criminal fenómenos de la criminalidad, aunque parecen regulados por principios morales
constituye una variedad degenerativa y morbosa de la especie humana» (p. 35). El y sociales, tienen la misma regularidad que los fenómenos naturales, de suer-
crimen no es sólo un efecto de una personalidad viciosa, sino de una «neurosis» te que los casos individuales se difuminan ante la solidez y persistencia de los
necesitarían tener para cumplir con eficacia y de modo responsable con sus res-
comportamientos generales definidos por los promedios estadísticos. Impulsa de
pectivos cometidos en el foro. Así fueron surgiendo, en las últimas décadas del
este modo una consideración objetiva y factual de esas conductas, de las que pone
siglo XIX, la antropología criminal, la sociología criminal, la criminología, la
de relieve su regularidad, su tipicidad y su persistencia.
ciencia del testimonio, la peno10gía, que iban a penetrar lentamente en el ámbito
de la justicia, sustituyendo la concepción reparadora del castigo por otra más
*** humana, reeducadora y rehumanizadora del delincuente. Dentro de ese amplio
De este modo, en las últimas décadas del siglo XIX se fue consolidando la idea círculo había de situarse la psicología.
de que la conducta delictiva, que tanto amenaza a la sociedad, era un fenómeno En general, la visión psicológica por fuerza hubo de acentuar los aspectos de-
dotado de caracteres propios, en los que había que contar no solo con las cualida- terministas y los condicionamientos externos e internos que parecían influir sobre
des de los individuos, sino también con las «tendencias» propias de la naturaleza los comportamientos de los delincuentes. Precisamente el esfuerzo por producir
humana, que está dotada de inclinaciones respecto de las cuales el análisis ob- una teoría explicativa del comportamiento desde un marco de causalidad natural
jetivo, cuantitativo, proporciona informaciones válidas, y previsiones de futuro. propiciaba esa visión del delincuente como producto resultante, bien de factores
Se sentaban así las bases de una «antropología criminal», que atrajo el interés y internos como la herencia o la organización somática, bien de la sociedad en que
la atención de gobernantes y científicos, y fomentó la inspiración creadora de había tenido que desarrollarse. Consiguientemente, las nuevas ideas así surgidas
escritores y novelistas que iban a dar cuerpo al retrato realista de la sociedad de dentro de un clima de respeto hacia la ciencia y la objetividad promovieron en
su tiempo. Autores como Fedor Dostoievski (Los hermanos Karamazov, 1880; muchos magistrados y juristas la adopción de una actitud básicamente orientada
Crimen y Castigo, 1886), Emi1e Zola (La bestia humana, 1890), o Robert L. hacia la prevención y la reeducación terapéutica del delincuente, en lugar de la
Stevenson (El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, 1886), descubrieron ge- pura posición sancionadora y vindicativa frente a la quiebra de la legalidad. Se
nialmente el complejo mundo del crimen, y presentaron la naturaleza humana del hacia, pues, necesario el estudio de esas personas que mostraban una conducta
criminal de modo que era forzoso llegar a ella desde una comprensión científica patológica o anormal, a fin de encontrar las claves explicativas que permitieran
y positiva, de acuerdo con las tendencias vigentes en el pensamiento decimonó- fundar una política correccional y preventiva.
nico. Herencia y medio resultaban ser las variables básicas que parecían explicar
las conductas delictivas. Ello ponía en cuestión, lógicamente, las bases de un sis-
tema penal dominado por la idea de la responsabilidad libre y plena del criminal
3. EL SURGIMIENTO DE LA CRIMINOLOGíA. GROSS
infractor. Pero, al mismo tiempo, exigía de la sociedad el estudio primero, y la Uno de los pioneros en este campo resultó serlo el juez austríaco Hans Gross,
adopción de medidas, después, que previnieran y protegieran a sus miembros de (1847-1915) profesor un tiempo en la Universidad de Graz, y autor de una psi-
la agresión proveniente de la franja insociable y degenerada de individuos que en cología criminal (Criminal psychology) que apareció en 1898. Fundó también el
toda colectividad hay. Archiv für Kriminal-Anthropologie und Kriminalistik.
La obra se presentaba como «manual para jueces, abogados y estudiantes»,
organizando su material en dos partes, una relativa a las actividades mentales del
2.2. Los nuevos problemas de la etapa científica juez, la otra dedicada a las del examinado. En la primera, se analizan los modos y
El esfuerzo por comprender la personalidad criminal había atraído a gran número bases del proceso de inferencia que el magistrado ha de hacer para alcanzar una
de intelectuales, atraídos por esa forma de humanidad que se halla más allá de las idea adecuada del caso que está conociendo; la segunda, en cambio, considera
fronteras de la normalidad, y que una sociedad democrática no podría ignorar ni los factores que afectan a la calidad del testimonio. En su opinión, «la psicología
destruir, que procuraría expulsar o alejar, para defenderse de su amenaza y prote- criminal debería ser aquella forma de psicología empleada para tratar del crimen»
ger así a todos los individuos honrados. (Gross, 1898/1911, p. 3) y no solo el estudio de la mente del criminal. Por tanto,
El desarrollo de los sistemas penales, de un lado, y las indagaciones sobre la ha de considerar los testimonios, los gestos de los declarantes, dado que éstos son
mente humana tanto en su forma normal como en su patología, hubo de impulsar la fuente del conocimiento a que puede recurrir el juez. En su análisis toma en
la creación de nuevas disciplinas, relacionadas con la evaluación de los presun- cuenta no solo los requisitos lógicos de las inferencias, sino también los cono-
tos delincuentes, su tipología, las condiciones para un testimonio veraz, los po- cimientos propios de la psicología diferencial sobre géneros y edades, así como
las limitaciones de la percepción. En su libro dedica muchas páginas a describir
sibles modos de reeducación y reinserción, y la formación que jueces y expertos
comportamientos y rasgos femeninos que guardan relación con su participación psíquicos diferenció entre la «deficiencia del sentido moral», sea congénita o
en casos procesales, y que trazan una imagen estereotipada de la mujer europea . aprendida; el «trastorno intelectual», que impide el recto juicio; y «la insuficiente
de principios del siglo xx. resistencia al impulso» (Ingenieros, 1913, p. 93). Por ello, afirmará que «el estu-
dio verdaderamente específico de los delincuentes debe ser el de sus anomalías
psíquicas» (Ingenieros, 1918, p. 149).
4. LA DIFUSiÓN DE LA ESCUELA ITALIANA. Su estudio de la personalidad criminal se complementa con otros. Uno está de-
dicado al «hombre mediocre», aquel individuo carente del impulso de los valores
LA OBRA DE INGENIEROS ideales, que asume mediante imitación los modos y formas de la colectividad en
La obra de Lombroso, y de sus discípulos y continuadores positivistas como E. que se halla (Ingenieros, 1913b). Otro grupo de trabajos gira en tomo al tema de
Ferri o R. Garofalo, se extendió rápidamente por los países occidentales, y tuvo la «simulación en la lucha por la vida». Un caso especial es el de la simulación
un eco importante en Hispanoamérica, donde algunos de sus expositores y crí- de la locura. Como él mismo explica, un proceso ruidoso que motivó peritajes y
ticos tenían raíces biográficas que les ligaban a la cultura italiana. Uno de estos controversias le llevó a preocuparse de este problema. Ve la simulación como un
nuevos criminalistas es José Ingenieros (1877-1925). medio de adaptación del simulador a su medio (Ingenieros, 1918), y en particular,
Este psiquiatra y psicólogo argentino ha sido una de las figuras pioneras más un medio que emplea en múltiples ocasiones el delincuente para evitar las conse-
relevantes de la criminología y la psicología social en Hispanoamérica. Fue pro- cuencias dolorosas de sus actos.
fesor de psicología experimental en la Universidad de Buenos Aires, y en aquella
ciudad dirigió durante años unos Archivos de Psiquiatría y Criminología (1902-
1913) que fueron muy estimados en su tiempo.
5. EL DESARROLLO DE LA PSICOTECNIA
Entre sus obras especializadas destaca una Criminología (Ingenieros, 1913a), Y LA PSICOLOGíA FORENSE
y lo que fue su tesis, Simulación de la locura (Ingenieros, 1918). Educado dentro
de una mentalidad positivista, iba a concebir una psicología de raíz biológica, Desde finales del siglo XIX, los diversos grupos sociales fueron forzando a los
dentro de la cual sitúa sus otros trabajos de tema forense. Admirador crítico de psicólogos a procurar dar respuesta a las necesidades colectivas que parecían li-
Lombroso y la escuela italiana de criminología, se propuso no obstante avanzar gadas a la naturaleza y funcionamiento de la mente humana -la educación, el
en dirección a una más amplia y potente participación de la psicología, potencian- retraso mental, los trastornos emocionales, las habilidades operativas-o Con ello
do una nueva «escuela psicopatológica» (Ingenieros, 1913a, p. 105). fueron desarrollándose modos de prueba y diagnóstico, teorías explicativas, y
Propugnó la necesidad de un estudio de la personalidad del delincuente. «El sobre todo, procedimientos de intervención y cambio comportamental, que iban
estudio de la personalidad fisiopsíquica del delincuente, de sus antecedentes antiso- a formar un amplísimo campo de acción de los psicólogos, concebido en conjunto
ciales, de las causas del delito, de la manera de ejecutarlo, de la actividad consecuti- como el dominio de la psicología aplicada.
va al hecho, y de otras condiciones notorias permitirán --escribe Ingenieros (1913a, Uno de los trabajos pioneros se llevó a cabo en Estados Unidos, precisamente
p. 230)-- clasificar aproximadamente la temibilidad y la posible readaptación de por un psicólogo formado en Leipzig con Wundt, y pionero en el campo del es-
cada delincuente». Habría que atender, caso por caso, a las variables individuales tudio de las pruebas mentales y de las diferencias individuales: James McKeen
antes de tomar una resolución. Una importante medida individualizada a emplear Cattell (1860-1944).
era, a su juicio, la libertad condicional, encaminada a potenciar la readaptación del En 1895, Cattell realizó en Columbia College, EE.UU., unos experimentos
delincuente. Al tiempo que se procuraba esta última, había también que proteger y con objeto de obtener un índice de precisión que midiera la precisión del recuerdo
defender a la sociedad. De ahí la necesidad de replantear el sistema carcelario y los de unos sujetos experimentales. Planteó muy variadas preguntas (<<¿qué tiempo
planes de reeducación. Le preocupaba tanto el castigo del inocente como la libera- hizo hoy hace una semana?», o «¿cómo están los caballos en el campo, con la ca-
ción injustificada de las personalidades peligrosas no reformadas. beza o con la cola puesta hacia donde sopla el aire?»), y encontró que había gran
En su explicación de la conducta delictiva recurre tanto a factores propios del variabilidad entre sujetos, pero en general, había también muchos errores. Dedujo
sujeto (su psicopatología, y sus anomalías morfológicas) como a otros propios que ni la observación ni el recuerdo eran completamente fiables, y pensó que este
del medio (sociología criminal, referida al ambiente social, y meteorología cri- hallazgo debía servir para moderar las exigencias de precisión en el mundo de los
minal, ocupada de elementos del ambiente fisico). Entre los más propiamente juzgados (Cattell, 1947).
La recomendación de Cattell de que se realizaran investigaciones en este cam- memoria o atención, y anticipa posteriores investigaciones sobre la tendencia de
po para proporcionar bases sólidas a los magistrados encargados de juzgar con- la memoria a racionalizar y acomodar recuerdos a experiencias habituales o ex-
ductas, valorar intenciones y propósitos, y reconstruir acontecimientos pasados a pectativas (MÜllsterberg, 1908, pp. 157 ss).
través del material sumamente delicado y problemático que son las declaraciones En el libro, MÜllsterberg afirma: «Nadie es criminal de nacimiento» (MÜllS-
de testigos, impulsó a otros investigadores a tomar en cuenta estos nuevos pro- terberg, 1908, p. 232); la sociedad 10 deforma y envilece; de ahí que «la preven-
blemas. Ahí surge la figura de H. Münsterberg, alemán formado en Leipzig y ción del crimen sea más importante que el tratamiento del crimen» (Münsterberg,
reubicado en Harvard con William James, y particularmente interesado en los 1908, p. 233). Así, frente a Lombroso, proclama la importancia de los métodos
problemas de la psicología aplicada. preventivos, y ahí ve un lugar fundamental para el psicólogo. Porque la preven-
ción supone una «lucha de ideas» que pueden equilibrarse u obtener el dominio
de la acción. De este modo, «excluída la mente patológica ... podemos decir que
6. IMPORTANCIA DE LA PSICOLOGíA PARA EL MUNDO nadie nace criminal» (Münsterberg, 1908, p. 247); de ahí que la sociedad debe
FORENSE. ~ÜNSTERBERG esforzarse en prevenir la aparición de tales personalidades.
MÜllsterberg muestra en el libro las múltiples facetas de la vida jurídica en que
Una de las figuras más notables de la temprana psicología forense es la del psi- la psicología debería estar presente aportando rigor y conocimiento técnico. En un
cólogo alemán Hugo Münsterberg (1863-1916), profesor en Harvard (EE.UU.) primer momento, el libro fue acogido con muchas críticas y reservas; sus tesis y
durante muchos años, y uno de los iniciadores del movimiento psicotécnico, tan apreciaciones sobre el funcionamiento de la justicia pusieron en contra del psicólogo
importante en la primera mitad del siglo xx. a numerosos jueces y magistrados americanos (Bartol y Bartol, 1987). No obstante,
Formado con Wundt, e invitado por James para dirigir el laboratorio de Har- al final, la tesis básica que el libro mantenía, acerca de la utilidad que la psicología
vard, estaba convencido de la necesidad de llevar la psicología a la vida cotidiana, tenía para el recto funcionamiento de la justicia, terminó por imponerse.
a fin de resolver innumerables cuestiones en que la inteligencia, las emociones y
los afectos estaban implicados.
Uno de sus aportaciones básicas en este campo fue su libro On the witness 7. LA PSICOLOGÍA CIENTIFICA y LA PERSONALIDAD CRIMINAL
stand, (1908), una auténtica proclama divulgadora a favor de la incorporación de
la psicología a la práctica habitual del foro. El índice de los «cuadros populares» Una de las cuestiones centrales en este campo ha sido la comprensión de la per-
(1908, p. 11) por él trazados recorre el conjunto de problemas que surgen allí sonalidad criminal, y sus bases mentales. ¿Es una disposición heredada, que tiene
continuamente: la memoria del testigo, la detección del crimen, las huellas de las que ver con algún tipo de degeneración biológica? 0, por el contrario, ¿resulta
emociones, confesiones falsas, sugestiones en el tribunal, hipnotismo y crimen, explicable en términos de modelos sociales, de hábitos adquiridos y de procesos
y prevención del crimen. En cada capítulo, el autor hace acopio de casos prác- imitativos? La cuestión que dejara abierta Lombroso, con su idea del «criminal
ticos relacionados con la declaración de los testigos en el estrado, que ponen en nato», aunque reformulada de varios modos, ha estado gravitando sobre los ex-
evidencia la necesidad de emplear la psicología para llegar a resultados sólidos pertos y reapareciendo una y otra vez.
y fiables, dada la insuficiencia del mero sentido común para dirimir complicados En la primera mitad del siglo xx, dos grandes movimientos psicológicos esta-
conflictos. No hay razón para que, junto al avance de la química y la fisiología, blecieron sendas concepciones sobre la personalidad humana, viéndola como una
cuyo testimonio es con frecuencia requerido, no se tenga en cuenta el de la psico- estructura psicológica adquirida. Su oposición en cuanto al modo de lograrla ha
logía (Münsterberg, 1908, p. 45). En la sala de justicia, «el psicólogo todavía es sido casi completa, pero han coincidido en su condición de estructura adquirida,
un extraño» (MÜllsterberg, 1908, p. 46). y de su relevancia para la vida social y moral. Uno es el conductismo, el otro, el
Muestra casos en que se producen ilusiones en la percepción, desatención psicoanálisis.
a movimientos secundarios, percepción de aquello que se espera encontrar.
Innumerables errores de memoria afectan al recuerdo de sucesos dramáticos e 7.1. El psicoanálisis
inesperados. Por ello advierte que la psicología de los sentidos podría introducir
claridad en todos esos casos (Münsterberg, 1908, p. 33). En ocasiones se refiere Iniciado a partir de los trabajos de Sigmund Freud (1856-1939), su idea de que la
a sencillos experimentos llevados a cabo en sus clases o en su laboratorio, sobre mente individual es un sistema dinámico, regulado desde sus raíces inconscientes,
iba a cuestionar los modelos psicológicos centrados en el estudio de la concien- Aquí se produce, como puede verse, una fortísima apelación a la psicología en
cia. En su sistema maduro, resultado de una larga evolución, Freud admitió en el el seno mismo de la práctica judicial.
hombre la existencia de una base pulsional, instintiva, con dos sistemas básicos: La hegemonía freudiana no fue total, y no pudo impedir la aparición de ver-
el orientado a la conservación del individuo y de la especie, eros, guiado de for- siones alternativas, nacidas de otras escuelas, como sucedió con la doctrina adle-
ma hedonista por el principio del placer, y otro de índole destructiva, instinto de riana.
muerte usualmente llamado luego thanatos en la literatura, que sería fuente de AlfredAdler, que durante un breve tiempo (1902-1911) fue uno de los discípu-
la agresividad, del sadismo y de la violencia, que constituirían los dos motores los más próximos a su maestro Freud, rompió amarras con la sociedad psicoanalí-
fundamentales de la existencia. tica en beneficio de la construcción de su sistema de «psicología individual».
Sobre esa raíz biológica, que formaría una «instancia» o sistema de persona- En general, su sustitución de la libido por el impulso de superioridad arrastra
lidad llamada «Id» o «Ello» Freud colocó otros dos sistemas: el «Yo», adquirido consigo una profunda reforma de la concepción de la dinámica psíquica. Pero
mediante la experiencia y guiado por el principio de «Realidad» o ajuste al entor- coincide en señalar la importancia de la educación en la génesis de la psique de-
no, y un «Super Yo» o sistema de normas y valores, igualmente adquirido, capaz lincuente. Mientras el individuo normal acepta el predominio de un interés social
de orientar la conducta gracias a su función de «Yo ideal». que marca su estilo de vida, el neurótico y el criminal están guiados por motivos
Aunque el propio Freud se abstuvo de conceder al «complejo de Edipo» un de un yo que desconoce sus límites e intenta convertir el mundo en escenario de
valor explicativo definido dentro de una causa concreta por parricidio, el caso su única y omnímoda voluntad. Dejando aparte los casos de demencia y profunda
Halsmann (1931), a partir de los años veinte se fue intensificando la utilización de deficiencia mental, Adler cree que el criminal vive en un mundo privado, con una
los conceptos dinámicos para fundamentar una doctrina criminológica general. lógica y una inteligencia sui generis, carentes de sentido social, resultado de un
Dos psicoanalistas europeos, Franz Alexander y Hugo Staub, publicaron El de- desarrollo espiritual deformado por la educación y la falta de una correcta socia-
lincuente y sus jueces desde el punto de vista psicoanalítico (Alexander y Staub, lización. El delito es el resultado y la prueba, al mismo tiempo, de la inadaptación
1935), tratando de iniciar una «criminología psicoanalítica» (Alexander y social del delincuente. De ahí que al tratarlo, en lugar de juicio requiere diagnósti-
Staub, 1935, p. 5) co, y en vez de pena, tratamiento correctivo (Adler, 1964). Entre los juristas atraí-
Alexander (1891-1964), nacido en Budapest, formado con Freud, terminó dos por estas doctrinas merece recordarse el nombre del español Luis Jiménez de
emigrando a los Estados Unidos en 1930. Colaboró en Boston con el juez Healy Asúa (1889-1970), autor de varios libros relacionados con el psicoanálisis y el
(Roots 01 crime, 1935), y más tarde se estableció en Chicago, donde desarrolló derecho penal (Jiménez de Asúa, 1935, 1947).
importantes investigaciones sobre medicina psicosomática.
En su libro pretenden formar a jueces y posibles jurados, en una comprensión
psicológica-psicoanalítica del delito. Creían que la psicología necesita del psi- 7.2. Debate sobre el origen hereditario
coanálisis (Alexandery Staub, 1935, p. 41). Así, admiten la fuerza de los motivos Nuevas aportaciones llegaron de la mano de otro médico y psiquiatra, Johannes
inconscientes, la contradicción entre impulsos, y, sobre todo, piensan que «el cri- Lange, profesor en Munich, autor de un libro sobre Krime und Schiksal (Crime
minal transforma en acciones sus instintos inadaptados a la sociedad» (Alexan- and Destiny), donde analizó individuos criminales mediante el análisis de gemelos
der y Staub, 1935, p. 44), y que lo que le diferenciaría del sujeto normal es «un (13 pares de idénticos, y 17 de fraternos). Entre idénticos, había 10 pares con los
defecto de la educación» (p. 45). En su tipología de delincuentes incluyen tres ca- 2 hermanos condenados por delinquir (10 de 13, esto es, un 77 por ciento de coin-
tegorías definidas: la del criminal neurótico, movido por conflictos psíquicos; el cidencia), mientras que entre fraternos, solo había 2 de 17, un 11 por ciento). Eso
criminal normal, cuya etiología sería de índole social, y el criminal de base orgá- le llevó a admitir una base hereditaria en el surgimiento de la criminalidad. Estudió
nica (Alexander y Staub, 1935, pp. 61-2). A la hora de valorar su responsabilidad, una serie de historias de vida, y vino a pensar que, dada una cierta constitución,
hay que admitir que nadie será plenamente responsable de unos actos donde su en una serie de circunstancias terminaría por darse la comisión de un delito. Si un
inconsciente sin duda participa; pero se tratará siempre de establecer el grado de miembro de una pareja de gemelos es criminal, la probabilidad de que el otro lo
esa participación; de ahí la necesidad de que jueces y jurados tengan una forma- sea resultaría, según lo anterior, doble en el caso de gemelos idénticos que en el de
ción psicoanalítica. El «juez venidero» debería tener como principal misión, no el fraternos. La criminalidad estaría inscrita en la herencia (Eysenck, 1970, cap. 3).
«encasillar al delincuente en el precepto legal infringido, sino el clasificarlo en la En Inglaterra, Sir Cyril Burt, figura notable de la psicología factorialista de
categoría psicológica correspondiente» (Alexander y Staub, 1935, p. 151). las facultades mentales, se inclinó a concebir la criminología como una rama
de la psicología social (Burt, 1955), Yla delincuencia como «una reacción psicoló- Esta posición compleja, que reúne herencia y medio, también se reencuentra
gica natural» (Burt, 1955, p. 162). Todo comportamiento es resultado de la coopera- en la obra de Hans J. Eysenck (1916-1997), discípulo un tiempo de Burt, luego
ción de una serie de factores, y esto también sucede en el caso del comportamiento creador de un amplio sistema psicológico de orientación factorialista centrado en la
criminal: este nace de la «situación total» (Burt, 1955, p. 175). Su principal objeto estrecha interacción entre biología y psicología. Convencido de que las estructuras
de estudio fue el delincuente juvenil. En él, la herencia aporta, en su caso, ciertas biológicas-S.N., sistema endocrino-- que regulan el comportamiento son suscepti-
predisposiciones, que necesitan interactuar con el medio para activarse en un sentido bles en grado diverso de incorporar por condicionamiento reglas sociales de acción
u otro. Por lo pronto, puede influir a través de una baja inteligencia o una. cierta de- que usan refuerzos y castigos, admite que ese aprendizaje de reglas y valores cons-
ficiencia temperamental. También el medio importa: la pobreza, y una deficiente tituye la conciencia, y consecuentemente, que la ausencia de tal condicionamiento
disciplina en el hogar, así como el mundo de compañeros y diversiones. Pero Burt des- en algunos individuos los convierte en psicópatas y sujetos con muy alto riesgo
carta, en general, una influencia importante del cine como modelo que promueva de llevar a cabo actos delictivos y crimenes. Ello vendría facilitado por una per-
conductas delictivas, aunque admite su influjo a través de los valores e imagen de la sonalidad muy extravertida e impulsiva, al tiempo que muy neurótica --o con poco
vida que puede divulgar. En cuanto a las facultades mentales, admite el amplio peso control emocional-o De ahí su fórmula para un programa de reforma: «Tratar a los
de un cierto retraso intelectual (dullness), aunque no excluye los casos de gran inteli- muchachos con un grado suficiente de severidad como para que se logre el condi-
gencia perversamente orientada; por lo que hace a factores temperamentales, admi- cionamiento que la sociedad requiere, pero no tratarlos tan severamente que sean
te el peso de actitudes emocionales, y en especial el valor explicativo de la «agre- presa de desórdenes neuróticos» (Eysenck, 1970, pp. 168).
sividad», especialmente en varones, y de la «sexualidad» entre delincuentes feme- Este modo de ver el problema tiende a recoger elementos procedentes de las
ninas. Su interés se extiende, sobre todo, al diseño de programas que reeduquen y teorías constitucionalistas, atentas al peso de la herencia y del tipo somático,
rehabiliten, algo que estima posible por encima del 70 por ciento para los casos de junto con otros procedentes de la teoría del aprendizaje -influencia de la ley del
menores de 9 años, y sólo de un 32 por ciento entre adultos (Burt, 1955, p. 191). efecto y el condicionamiento operante (premios y castigos), valor del condicio-
namiento clásico, etc.