Competencia, Agresión Y Pacificación.: Mpetencia. en Ellos También Vemos La Agresión y La Conciliación
Competencia, Agresión Y Pacificación.: Mpetencia. en Ellos También Vemos La Agresión y La Conciliación
Competencia, Agresión Y Pacificación.: Mpetencia. en Ellos También Vemos La Agresión y La Conciliación
PACIFICACIÓN.
Otra causa, que está indirectamente relacionada con la competencia por los recursos, es cuando los animales se
enfrentan por el estatus. El beneficio de tener un estatus elevado permite que el individuo pueda acceder a
recursos como el alimento, el cobijo o a hembras sexualmente receptivas (machos poligínicos).
Los ataques mortales dirigidos contra un miembro de la misma especie implican algunas desventajas como:
podría ser un rival pariente y matarlo reduciría la eficacia biológica indirecta del agresor. De igual manera,
luchar violentamente podría volverse contra el mismo agresor, provocándole heridas graves o, incluso la muerte.
Es por esto que la mayoría de las luchas entre coespecíficos no se suele utilizar las armas más peligrosas del
animal. Por ejemplo, las serpientes de cascabel yerguen la parte anterior del cuerpo e intentan empujarse unas a
otras para no utilizar sus mortales colmillos.
Los animales pueden emitir señales de sumisión que permite que el perdedor se retire sin recibir más ataques por
parte del vencedor por lo que en futuros encuentros ambos se podrán ahorrar el tiempo y la energía que habrían
desperdiciado enfrentándose de nuevo. Esta es una estrategia evolutivamente estable.
La teoría de los juegos predice que, si la
estrategia del halcón (luchar) o de la paloma
(retirarse) están fuertemente influidas por los
factores genéticos, se llegará a un polimorfismo
estable entre ambas estrategias. Un
polimorfismo estable es cuando estrategias
opuestas pueden coexistir en la misma población
de animales.
Jerarquías de dominancia: consiste en emitir señales de apaciguamiento que comunican sumisión. Por
ejemplo, una gallina doméstica dominante típicamente mantiene la cabeza bien erguida cuando se aproxima a
una gallina subordinada, y ésta baja la cabeza o se aleja en señal de sumisión. La repetición de estos rituales
de dominancia-sumisión son importantes para mantener la paz y la estabilidad de la jerarquía. Mientras más
ventajas para ser dominante, más violentamente lucharán los animales por ocupar una posición elevada en la
jerarquía.
Jerarquía de dominancia lineales: los grupos numerosos suelen formar una estructura social en la que un
animal domina a todos los demás, un segundo animal domina a todos los demás exceptuando al primero, y así
sucesivamente.
Jerarquía de dominancia y eficacia biológica: los machos dominantes pueden acceder de forma
preferencial a las hembras por lo que esto ofrece ventajas indudables en términos de éxito reproductor en los
machos poligínicos.
Existen varios factores relacionados con la dominancia, entre los cuales se encuentran: Tamaño y fortaleza:
los animales grandes y fuertes suelen vencer en los enfrentamientos. Sexo: los machos suelen dominar a las
hembras, porque en los sistemas de apareamiento poligínicos suele haber una selección sexual a favor del
tamaño y la fortaleza en dicho sexo. Agresividad: la agresividad tiende a favorecer el éxito competitivo y
reproductor. Experiencia: la experiencia de salir vencedor en un enfrentamiento fomenta la autoconfianza y
las habilidades competitivas. Antigüedad y conocimiento del lugar: ascender en la escala jerárquica suele
requerir tiempo. Vínculos de parentesco: en algunos primates, la capacidad de percibir los vínculos de
parentesco facilita la transmisión del rango de dominancia entre parientes.
Un sistema territorial permite que un
individuo sea dominante en un área
determinada. Estos sistemas pueden
ser sustituidos fácilmente por el otro
dependiendo de las condiciones
ambientales. Algunos de los
beneficios que aporta el tener un
territorio son: garantizar el acceso a
los recursos que contiene sin la
necesidad de tener que buscarlos ni
luchar constantemente por ellos,
permiten mantener las distancias entre
grupos de animales de la misma
especie; reduciéndose, los riesgos de
parasitismo y canibalismo, también
reduce las posibilidades de que los
animales agoten completamente los
recursos alimenticios renovables.
La reconciliación donde se utilizan las siguientes técnicas: contacto ocular, besos, abrazos, colocar la
mano sobre el hombro.
Las respuestas que son incompatibles con la agresión, como comer o practicar el sexo, pueden facilitar la
pacificación. Cuando los chimpancés del zoo de Arnhem empezaban a comer, tenía lugar una reducción
de la agresión. En los bonobos del zoo de San Diego los individuos eran propensos a tener contactos
sexuales después de una explosión agresiva.
En la mediación un tercer individuo interviene facilitando el contacto y el aseo mutuo entre dos
oponentes previos.
El modo de expresar la agresión, limitarla y hacer las paces ha tenido también una evolución humana,
pero esto no significa que no se encuentren similitudes con el reino animal.
La manera en que accedemos a los recursos se puede asociar con la agresión, por ejemplo: cuando el
sentido de la propiedad se ve violado se da paso a propiciar enfrentamientos que suelen acabar en
violencia física. Otro ejemplo lo podemos encontrar en batallas y guerras, las cuales surgen a raíz de
conflictos por fronteras territoriales y los recursos encontrados en las mismas.
Tanto animales humanos como no humanos presentan
agresión cuando intervienen en conflictos ajenos, por
miedo a lo desconocido, por contagio (como ocurre en las
sublevaciones), además algunas muestras de agresiones
pueden considerarse como aberrantes o de carácter
patológico al carecer de sentido (como las cometidas por
asesinos en serie).
Cuando se le pide a una persona que exprese cómo se siente en varios tipos distintos de entornos, suele indicar que se
siente más a gusto y más seguro en su propio dominico que en el de cualquier otra persona. Por ejemplo, las personas
que residen en asilos dicen sentirse más a gusto en los centros que disponen de áreas privadas. Por lo que el factor de
la territorialidad se ve reflejado en las sociedades humanas.
A pesar de presentar actitudes
agresivas, los humanos como otros
animales, poseemos la facultad de
reconciliarnos después de
enfrentamientos agresivos. Algunas
de las técnicas utilizadas más
eficaces son similares a la de los
primates: el contacto físico en
forma de besos, abrazos y
estrechamiento de manos. También
las expresiones verbales como las
disculpas son una forma eficaz de
resolver conflictos. Entre los
humanos, los mediadores pueden
contribuir a que las dos partes
implicadas salven las apariencias y
aunque el conflicto no llegue a
más.
La pacificación también se ve
facilitadas por técnicas terapéuticas
como son las terapias cognitivas,
que disminuyen la tendencia de las
personas a atribuir intenciones
hostiles al comportamiento ajeno,
reducen las reacciones de enfado.
Otra estrategia terapéutica es instar
a la gente a practicar actividades
positivas que generan sentimientos
incompatibles con la agresión, por
ejemplo, ser empático. De igual
manera, en los sistemas
gubernamentales los regímenes
democráticos tienden menos a
iniciar conflictos armados que los
regímenes totalitarios. Por ejemplo,
en un gobierno totalitario el
gobernante no pagará un precio
muy alto si la opinión pública no
acepta una guerra porque puede
conservar el poder mediante
procedimientos coercitivos. Al
contrario, en una democracia el
gobierno tiene que acatar la