Dia Del Señor 22 T.O
Dia Del Señor 22 T.O
Dia Del Señor 22 T.O
Querida comunidad: Hoy, en el Evangelio Jesús quiere poner los puntos sobre las íes y
les dice a sus discípulos: el Hijo del hombre tiene que subir a Jerusalén, morir y resucitar.
Jesús habla a sus discípulos de sufrimiento y muerte. ¿Por qué habla de sufrimiento y
muerte? Ahora que lo estamos pasando bien nos anuncias tristeza. Pedro que ya veía
brillar las llaves del poder le dice: Jesús no te pongas dramático, nada de desgracias, no
te pasará nada, al menos mientras yo esté contigo. Pedro quería la gloria pero no la cruz,
quería el triunfo pero no el sacrificio, quería la salvación pero no la sangre, quería a Jesús
a su manera humana pero no la voluntad de Dios Padre, quería un Jesús superestrella
pero no un Jesús humillado. El querer humano siempre tiene una mezcla de egoísmo, de
vanidad, de carne y sangre, de placer y de odio a todo lo que nos lleva la contraria y nos
hace sufrir. Por eso Jesús le dice: Pedro, tú quieres como quieren los hombres, no como
quiere Dios. Tú piensas como piensan los hombres, no como piensan los hijos de Dios,
Ponte detrás de mí. Jesús pone precio a sus discípulos. “El que quiera seguirme que se
niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga”. Jesús viene a poner unas prioridades en la
vida de sus seguidores: la renuncia, la cruz, el seguimiento, el compromiso, el sufrimiento,
el amor… Frente a las prioridades del mundo: el placer, la frivolidad, el egoísmo, la
comodidad, a mí que me dejen tranquilo, me basta mi grupo… La vida de Jesús tuvo un
precio y no fue precisamente 30 monedas de plata. El precio fue: aprender a obedecer
sufriendo, revestirse de carne, amar sin límites a todos, dar su sangre por todos, cargar
con la cruz hasta el Calvario… Y el premio, la resurrección. La vida del cristiano tiene
también un precio. Sólo lo pagan los que como el profeta Jeremías se dejan seducir por
Dios, y se atreven a ser diferentes “no os ajustéis a este mundo”. Esto exige: sufrimiento,
oración y lucha. Premio: encontrar la vida en Cristo.
NUESTRA EUCARISTÍA ciclo A
DOMINGO 22º DEL TIEMPO ORDINARIO.
1. MONICIÓN INICIAL
Queridos hermanos, nos encontramos reunidos en la casa de Dios porque nuestra
alma tiene sed del Dios vivo. La Palabra de Dios nos instruye cada domingo, y hoy
nos exhorta a seguir al Señor, cargando con nuestra propia cruz.
SE DICE GLORIA
3. PRIMERA LECTURA
Lectura del Profeta Jeremías 20, 7-9
Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; has sido más
fuerte que yo y me has podido. He sido a diario el
hazmerreír, todo el mundo se burlaba de mí. Cuando
hablo, tengo que gritar, proclamar violencia y destrucción.
La palabra del Señor me ha servido de oprobio y
desprecio a diario. Pensé en olvidarme del asunto y dije:
«No lo recordaré; no volveré a hablar en su nombre»; pero
había en mis entrañas como fuego, algo ardiente
encerrado en mis huesos. Yo intentaba sofocarlo, y no podía. PALABRA DE
DIOS.
- Oh Dios, tu eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne
tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.
5. SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 12, 1-2
Hermanos: Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia
de Dios, a que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio
vivo, santo, agradable a Dios; este es vuestro culto espiritual.
Y no os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la
renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la
voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que le agrada, lo
perfecto. PALABRA DE DIOS.
6. EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 16, 21-27
En aquel tiempo, comenzó Jesús a manifestar a
sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y
padecer allí mucho por parte de los ancianos,
sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser
ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo
llevó aparte y se puso a increparlo: «¡Lejos de ti
tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte». Jesús
se volvió y dijo a Pedro: «¡Ponte detrás de mí,
Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque
tú piensas como los hombres, no como Dios». Entonces dijo a los discípulos: «Si
alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me
siga. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí,
la encontrará. ¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si
pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre
vendrá, con la gloria de su Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada
uno según su conducta. PALABRA DEL SEÑOR.
SE DICE EL CREDO
Hay veces que nos alejamos del camino marcado, por comodidad o
cansancio. Es momento, hoy, de revisar nuestra vida y pedir al Señor que no
nos apartemos de su camino. Hoy repetimos:
2. –Te pedimos por todos los pueblos de la tierra, para que se conviertan al Señor
buscando la paz y la justicia que nacen de la verdad. OREMOS
3. – Te pedimos por todos aquellos que han desviado su rumbo, cumpliendo tus
mandatos a su manera, para que reconozcan el error, se conviertan y perseveren
en la Verdad. OREMOS
4. – Te pedimos por los más necesitados, para que la sociedad comprenda que sin
justicia andamos muy lejos de la verdad de Cristo. OREMOS
ORACIÓN CONCLUSIVA:
Haznos, Señor, misioneros y testigos de nuestra fe en Jesús, Hijo de Dios y
hombre como nosotros, Él que vive y reina contigo Amén.
8. NOTICIA DE LA SEMANA
Papa Francisco: Ante la pandemia no se puede ser individualista, calculador
y dominador. El Papa Francisco lamentó que la humanidad padece una
enfermedad social revelada por la
pandemia de coronavirus que ha llevado al
hombre a convertirse en un ser
“individualista, calculador y dominador”.
Durante la Audiencia General celebrada
este miércoles 26 de agosto en el Palacio
Apostólico del Vaticano, el Santo Padre
lamentó que los frutos de la tierra no llegan a todos y, en cambio, “es nuestro
deber hacer que sus frutos lleguen a todos, no solo a algunos”. En cambio, la tierra
está sometida a una presión medioambiental cerca de ser irreversible fruto de un
sistema económico injusto. Explicó que “Dios nos ha pedido dominar la tierra en su
nombre. Pero cuidado con no interpretar esto como carta blanca para hacer de la
tierra lo que uno quiere”.
“La desigualdad social y el degrado ambiental van de la mano y tienen la misma
raíz: la del pecado de querer poseer y dominar a los hermanos y las hermanas, la
naturaleza y al mismo Dios”, aseguró.
Señaló que “este modelo económico es indiferente a los daños infligidos a la casa
común. Estamos cerca de superar muchos de los límites de nuestro maravilloso
planeta, con consecuencias graves e irreversibles: de la pérdida de biodiversidad y
del cambio climático hasta el aumento del nivel de los mares y a la destrucción de
los bosques tropicales”. Insistió en que “las propiedades y el dinero son
instrumentos que pueden servir a la misión”, pueden emplearse de forma correcta
para el servicio al bien común. Pero, en cambio, “los transformamos fácilmente en
fines, individuales o colectivos. Y cuando esto sucede, se socavan los valores
humanos esenciales. El ‘homo sapiens’ se deforma y se convierte en una especie
de ‘homo œconomicus’ –en un sentido peor– individualista, calculador y
dominador”.
El Papa Francisco afirmó en su catequesis que “la pandemia ha puesto de relieve,
y agravado, problemas sociales, sobre todo la desigualdad. Algunos pueden
trabajar desde casa, mientras que para muchos otros esto es imposible”.
“Ciertos niños, a pesar de las dificultades, pueden seguir recibiendo una educación
escolar, mientras que para muchísimos otros esta se ha interrumpido
bruscamente”.
Asimismo, “algunas naciones poderosas pueden emitir moneda para afrontar la
emergencia, mientras que para otras esto significaría hipotecar el futuro”.
Si nos ha quedado claro en esta Misa, que Jesús es el Mesías, el Hijo del Dios vivo,
lo menos que podemos hacer es ir a comunicarlo a los demás. Vayamos a ejercer
esa tarea al mundo.
2020 AÑO DEL BAUTISMO.