Canon y Otras Cuestiones Cella Susana PDF

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blemas implicados en estas preguntas. La

valoracion literaria, las formas de legitima-


cion de los textos, la tradicion cultural, la ?•
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Maria Teresa Gramuglio / Noe


importancia de, una literatura nacional o $
§ Jitrik / Jorge Lafforgue / Tomas
continental, la historia de las lecturas y los Eloy Martinez / Juan Martini /
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lugares desde donde se emiten los juicios, •
111 Ricardo Piglia / Adolfo Prieto /
son continuamente aludidos y analizados
por un conjunto relevante de figuras pro-
Sia Nicolas Rosa / Beatriz Sarlo /
tagonicas de la literatura argentina. Subya- HW
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ce en todos los casos, y se manifiesta de m
m Susana Zanetti
modo singular segun cada autor, una con-
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it Susana Celia (comp.)
cepcion acerca de la funcion y alcances de r
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la literatura en el conjunto de los discursos
de la sociedad y en el final del siglo XX. o
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La compilacion de los trabajos que se
incluyen en este volumen tiene el sen-
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facetas que plantea la idea de regula- ^


cion artfstica, la valoracion de obras de
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tradicion cultural (nacional, continen-
tal v universal), y de exponer “un esta-
do de la cuestion a partir de las diver-
sas manifestaciones de un conjunto de
autores cuyas trayectorias los ubican i

como integrantes de un canon de la


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BIBLIOTECA DE ESTUDIOS LITERARIOS V.


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DOMINIOS DE LA LITERATURA
1 ACERCA DEL CANON

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Susana Celia (comp.)
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Marfa Teresa Gramuglio, Noe Jitrik,
sI 1'i' Jorge Lafforgue, Tomas Eloy Martinez,
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Juan Martini, Ricardo Piglia, Adolfo Prieto,
Nicolas Rosa, Beatriz Sarlo, Susana Zanetti
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CANON Y OTRAS CUESTIONES
Susana Celia
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la edicion: mayo de 1998
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Una primera pregunta podrfa suscitar el conjunto variado de
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textos agrupados aqui bajo el nombre de Dominios de la literatura,
1
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§• y esta se referirfa a la pertinencia, la necesidad, tal vez, el motivo,
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II de detenerse a examinar una categoria que, vieja como es, ha retor-
& © Editorial Losada S.A. nado y vuelto parte de una doxa compardda, por lo menos, por
14 Moreno 3362, ciertos sectores letrados. Podrfa aducirse que correra seguramente el
Buenos Aires, 1998
destino de tantas otras; de brillo fugaz, uso indiscriminado y discre-
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to abandono ante la seduccion de alguna nueva. Siendo al parecer,
tan previsible la cuestion , tiene que ser necesariamente otra cosa la
II
1 que impulse a ocuparse del as unto. Algo que e s a u n tiempo mas y
m Tapa: Pablo Barragan menos que la palabra canon. Lo primero, porque despues de repa-
m sar su edmologfa y usos en los diccionarios, encontramos que se
prenden a ella, como a un iman, discusiones de amplio alcance in-
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dagando el estado de una cultura; y lo segundoi por lo antedicho,
ills que importa menos el termino que todo lo que pone en movimien-
to, como si los sentidos conexos ocuparan la escena y ya la fueran
mm ISBN: 950-03-6074-8 relegando por el mismo hecho de sobrepasarla.
Queda hecho el deposito que marca la ley 11.723 Podrfa pensarse entonces esta reaparicion de “canon”, objeto
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Marca y caracterfsticas graficas registradas en la I perdido o imaginario de la crftica, como sfntoma determinado
Oficina de Pa rentes y Marcas de la Nacion
Impreso en Argentina 3: I por un entrecruzamiento de series que van desde una idea de la
3S Printed in Argentina
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j literatura lenguaje, arte, modulacion de imaginarios, testimonio

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DOMINIOS DH LA LITERATURA CANON Y OTRAS CUESTIONES

| de saberes o hechos, via priviiegiada de conocimiento, thesaurus una ni otra son entidades invariables en el tiempo ni en el espa-

j o biblioteca infinita hasta formas de apropiacion de espacios so-
\ dales, institucionales y politicos. En esta casi absoluta enumera-
cio. Escritos los ensayos de Calvino en el ultimo cuarto del siglo
XX, y hasta 1985, ano en que Frank Kermode publica Forms of
tion caben las manifestaciones que han tenido y tienen lugar en Attention1 (donde utiliza expresamente la palabra canon) , tienen
lo que a polemicas literarias se refiere. Dominios de la literatura ambos de modo implicito el aire de una revision finisecular acer-
involucra la pregunta por una especificidad tanto como por la de- ca de ja propia cuitura, de la zona que de ella les es mas entrafia-
limitacion de un campo y asimismo la conception de este en tan- ble, la literatura, en la que advierten cambios y formas de la cri-
to espacio de tensiones: campo de fuerzas, atracciones y rechazos. sis. De ahi, me parece, provienen dos caracterfsticas con que
La idea de canon es confrontable con terminos proximos en define Calvino a los clasicos: “ Es clasico lo que tiende a relegar la )
relation opositiva o sinommica, entre ellos algunos tales como actualidad a la categorfa de ruido de jfondo, pero al mismo tiem-t
tradicion, clasico, margen y centro. Estas consideraciones equiva- po no puede prescindir de ese ruido de fbndo” y “Es clasico lo )
t .
len a la intention de no cenir la discusion al que podria denomi- que persiste como ruido de fondo incluso alii donde la actualidad I
narse el efecto Bloom derivado de su hiperbolico titulo El canon mas incompatible se impone”. La oposicion entre clasico y actual/
occidental para, en cambio, indagar en preocupaciones similares expresarfa la tentativa de apresar un fluir que define a cada paso j
y anteriores, en propuestas dispares. Entre los textos que queda- lo que fue y lo que va siendo. !
ron ineditos cuando murio Italo Calvino, se publico en Castella- Casi veinte anos antes, Kermode se habfa ocupado de la idea
no en 1992 una serie de ensayos bajo el titulo Por que leer los cld- de un final como dador de sentido y trazo una divisoria: “Los li- .
sicos. La palabra convoca una vieja polemica: clasicos y bros que ponen limites a las perspectivas de largo plazo, que nos
modernos, defensores de la tradicion versus innovadores. Pero le- apartan de nuestras perdidas, que representan al mundo de la po-
jos de que se quiera homologar una situation que cfclicamente se tencia como el mundo de los actos, estos son los libros que cuan-
repetiria y por la cual la historia de la literatura no serfa mucho do se pasa el efecto de la droga van a parar al vaciadero junto a
mas que una carrera de postas, importa destacar justamente la di- las demas botellas vacfas. Los libros que continuan interesando-
ferencia provista por el lugar de enunciacion, el lugar historico de nos se mueven a traves del tiempo hacia un final, final que debe-
enunciacion y el espesor de la historia, puesto que la obra de los mos intuir aim cuando no podamos conocerlo”.2
siglos modifica sustancialmente los terminos opuestos, de modo
tal que jamas esos “antiguos” y “modernos” de fines del siglo XVII
-como creo lo muestra acabadamente el texto de Johnattan Swift 1 Frank Kermode, Forms of 'Attejition, Illinois, Universidad de Chica-
incluido en el Apendice- podrian ser equiparables a los “apoca- go, 1985.
2 Frank Kermode, The sense of an Ending, Oxford University Press,
lipticos” e “ integrados” de Umberto Eco, por ejemplo. En las 1966-1967. Traduccion al castellano El sentido de un final Barcelona, Ge-
operaciones que tienen que ver con el par tradicion /ruptura, ni disa, 1983.
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DOMINIOS DE LA LITERATURA CANON Y OTRAS CUESTIONES
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Si subrayo esta cuestion es porque me parece que el estableci- Cruz le dio el nombre de Occidente a uno de los personajes alego-
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) miento de un canon, o el interes o el deseo de hacerlo, se relacio- ricos, al que describe como “indio galan, con corona”, esposo de
( na directamente con practicas identitarias o de necesidad de que America,, a la que se llamo tambien Indias Occidentales, nombre
tfel.
exista, en el mundo percibido en desvanecimiento o finalizacion, que por si solo habla de hibridaciones multiples. Sin embargo,
tv \ algo que se parezca a una certeza. Una sensacion de ausencia, de aunque la idea de Occidente sea capaz de convocar cosas muy di-
m similes, se trata de una construccion fuerte y operante, bastante
falta de ley, lleva a suplir imaginariamente el vacio con la inven-
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ns problematica por su abarcatividad y difusividad. Con todo, perci-
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cion o el revival de algo que ya no tenga el caracter entre apacible
y discutido de la tradicion sino que sea mas fuerte y poderoso. La
1 I bido como una centralidad, pasarfa a ser el nombre de una especie
lectura del texto de Bloom -que, a diferencia de lo que dice Ker- l
de instancia dictatorial a ser derribada en nombre de los margenes
mode, si dice conocer el final y profetiza- me remitio de modo in- o las llamadas minorfas. Tema este que hace pensar en la transfor-
ii consciente en principio, a una summa escrita en muy otras condi- macion de la cualidad en cantidad cuando en la lectura del corpus
ciones y sin que el almanaque marcara el fin del siglo; pero en una (occidental, etc.) prevalece el conteo de autores, de obras, de datos
R situacion que llevaba a vislumbrar un final terrible. Me refiero a

/
biograficos (entre los cuales “vivo” o “muerto” promueve una in-
Mimesis de Eric Auerbach, escrito durante su permanencia en Es- quietante extraneza) , de sexo, color, edad, nacionalidad o algun
tambul, preso por los nazis. ,;Diriamos que los textos que alii ana- otro; logica de base de datos de la que Bloom , pese a sus exaspera-
! :

i1 liza y que comienzan con la Odisea hasta llegar al Ulysses de Joyce das criticas, no escapa, por el contrario, intensifica.
- pueden con todo derecho llamarse “el canon occidental”, “el ca- La valoracion de lo marginal aparece en principio enfrentan-
non europeo” , tal vez? Habria que ver en todo caso como se con- dose a lo que, convalidado por alguna entidad dadora de presti-
ciben los textos del Genesis incluidos en el primer capitulo, o la au- gio, poder, etc., coloca en el centro. La operacion que las vanguar-
sencia de americanos del norte y sur, o la explfcita no dias literarias extremaron respecto de la tradicion, en el doble
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consideracion de- autores rusos de cuyas obras Auerbach no dispo- movimiento de rescate y rechazo, parece repetirse en cada gesto
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nia en su cautiverio. Y sin embargo, su vasta empresa, cumplida en rupturista a los que antecedio. De lo cual cabe senalar que una
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condiciones poco favorables, aporta una constelacion de imagenes, tradicion de ruptura, como decfa Emir Rodriguez Monegal,3 se
modos de concebir y escribir la realidad, que responde efectiva- instituye a lo largo del siglo XX y, por tanto el gesto involucra la
mente a la idea mas o menos precisa que nos podamos hacer de lo ;.V.
diferencia inherente a toda repetition. Por otra parte, si el objeto
pm que es el llamado Occidente. Un gran relato, evidentemente, de senalado como marginal es singularizado, exaltado y declarado fo-
te imprecisas fronteras y un repertorio de concepciones que van des- co de atencion pierde precisamente el caracter de marginal para
de su esencializacion a su refutation. <No son productos occiden-
tales acaso el feminismo y los estudios culturales? En la “Loa para zi± x
. vr.sa
3 “Tradicion y renovacion”, en Cesar Fernandez Moreno (comp.)
el auto sacramental de CE1 Divino Narciso’”, Sor Juana Ines de la America Latina en su Literature Mexico, Siglo XXI, 1972.
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DOMINIOS DE LA L1TERATURA CANON Y OTRAS CUESTIONES

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tornarse centralidad , convertida la misma nocion de marginalidad De un Iado, entraria en oposicion a formas de modernization o
en centro. Esto hace al permanente descolocamiento de este, me- cambio, pensada como lo que permanece y debe ser conservado. j
.
nos punto fijo o punto de fuga que bianco movil en relacion dia- Estas dos ultimas expresiones se intersectan con una de las formas
lectica con los llamados margenes. En este juego de inversiones o de concebir y establecer lo canonico. Lo canonico, como la piedra j
deslizamientos, emerge la idea de que algo es susceptible de actuar angular de un edificio, seri'a aquello que no puede moverse sin el j
con fuerza de ley, especie de barrera contra la indiferenciacion ab- riesgo de que la estructura se derrumbe. Desde el otro perfil, la
soluta, algo que oponga a un anarquico vale todo y que permita, tradicion, como resultado de la reflexion sobre una procesualidad 1
segun las logicas discursivas contemporaneas -probabilidad, ines- (la de las obras literarias segun su emergencia y consistencia), pue- .
tabilidad, indeterminacion- formular enunciados donde inter- de pensarse como una construccion modificable segun los para- j
vengan juicios, jerarquias o valores con cierto grado de consisten- metros que orienten su construccion.5 La desemejanza con la idea ^
cy. En la constitucion de un canon literario (artistico, en general) de canon parece estar en la tendencia incorporativa de la tradicion
1 estos terminos tienen una presencia activa, se los explicite o no. opuesta a la expulsiva del canon concebido como una sustantivi-
Ademas de senalar la injerencia de factores subjetivos insosla- dad, y no como un con junto de regulaciones que hacen posible la
yables en la formacion de los juicios sobre una determinada cul- atribucion de canonicas a determinadas obras.6
tura, su pasado y su futuro, Freud senala que “ ha de tenerse tam-
bien en cuenta el hecho singular de que los hombres viven , en 5 A proposito quiero recordar unas frases de Walter Benjamin en Elsu-
general, el presente con una cierta ingenuidad; esto es, sin poder rrealismo. La ultima instantdnea de la inteligencia europea: “ La dam a es lo
llegar a valorar exactamente sus. contenidos. Para ello tienen que mas insignificante en el amor esoterico. Y asi tambien en Breton. Esta mas
considerarlo a distancia, lo cual supone que el presente ha de ha- cerca de las cosas de las que esta cerca Nadja que de ella misma. Cuales
berse convertido en preterito para que podamos hallar en el pun-
^
son, pues, esas cosas de las que esta cerca ? Su canon resulta en cuanto al su-
rrealismo enormemente ilustrativo. Por donde empezar? Puede pagarse de
tos de apoyo en que basar un juicio sobre el porvenir”.4 Menos ^
haber hecho un descubrimiento sorprendente. Tropezo por de pronto con
que sostener la imposibilidad de la elaboracion de cualquier ca- las energias revolucionarias que se manifiestan en lo lanticuado\ en las pri-
non, como podrfa inferirse de esta cita, se quiere subrayar lo que meras construcciones de hierro , en los primeros edificios de fabricas, en las
interviene en ella, la situacion dificil entre un apropiado distan- fotos antiguas, en los objetos que comienzan a caer en desuso, [...] La tre-
ta que domina este mundo de cosas (es mas honesto hablar aquf de treta
ciamiento del objeto y la inevitable presencia del deseo tendiente que de metodo) consiste en permutar la mirada historica sobre lo que ya
al mismo; entre el espesor historico y la inminencia del presente. ha sido por la politica”. En Imaginacion y sociedad. Iluminaciones 7, Ma-
La tradicion es susceptible de ser focalizada bifrontalmente. drid, Taurus, 1980, pp. 48-49.
6 Theodor Adorno, refiriendose a la tradicion senala que “ Lo que algu-
na vez fue verdad en una obra de arte y ha sido negado por el curso de la
m
^ Sigmund Freud, Elporvenir de. una Huston, 1927, en Obras, Buenos historia, puede abrirse de nuevo cuando cambien las circunstancias por las
i Aires, Santiago Rueda Editor,
1956 que aquella verdad tuvo que ser cancelada. Tan profundamente estan rela-

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DOMINIOS DE LA LITERATURA CANON Y OTRAS CUESTIONES
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Teniendo en cuenta reglas y procesos constructivos, la idea tienen dichas reglas definidas, establecidas y codificadas a traves
de canon deja de ser sinonimo de lista de “obras importantes” pa- de la autoridad eclesiastica apropiada”. Al final del articulo se se-
ra indagar en esa importancia, en su caracter de producto de eva- riala la “continua adaptacion de la ley del canon a las circunstan-
luaciones sociales, condiciones de legibilidad e ilegibilidad y co- cias temporales asf como a las necesidades personales”. Otros em-
| yunturas historicas que fijan las reglas y los limites del arte. En pleos de la palabra (Kant, John Stuart Mill) la remiten a principio
este sentido me parece importante recordar el subtitulo del ya regulador. Lo que habla de la invariabilidad inherente a este sen-
mencionado Formas de la atencion de Kermode: “Los procesos y tido de canon, mientras que, en un sentido mas amplio, que in-
la naturaleza de las fuerzas historicas que contribuyen a estable-
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!
cluye a las leyes mismas, puede decirse que el canon esta irremisi-
cer los canones por los que algunas obras de arte merecen estas blemente tensado entre la constancia y la alterabilidad. Y
i especiales formas de atencion”. tambien, que la primera fortalece el termino en todos sus sehtidos
•Establecer tal especificacion permite revisar continuamente al producirse en las formulaciones, la reaparicion incesante de
los supuestos sobre los que las leyes se constituyen y los resultados obras que por tanto pasan a ser incuestionablemente canonicas.
de su aplicacion. La coexistencia de varios canones serfa entonces Valga el ejemplo de la Divina Comedia.
consecuencia de las pautas elegidas para los dictamenes sobre las Queda por lo demas, y luego de relativizaciones e hipotesis,
obras. La Enciclopedia Britanica en su entrada “Canon Law” de- algo dificil de nombrar y que creo cifrado en la conocida expre-
talla la formacion y transformacion de los canones cristianos des- sion de Galileo: “ Eppur si muove” (“Sin embargo se mueve”) ,
pues de definirlo como “cuerpo de reglas y regulaciones (canones) frase donde la construccion adversativa alude, en el caso preciso
concernientes a la conducta y acciones de individuos e institucio- de Galileo, a una profusion de teorias y padecimientos. La ratifi-
nes de ciertas iglesias (Catolica Romana, Ortodoxa, iglesias inde- cacion de lo que permanece pese a todo -teorias y padecimientos
pendientes de la cristiandad oriental y la Iglesia Anglicana) que que han alcanzado complejidades y extremos inverosfmiles- alu-
de, en lo que nos ocupa, al micleo irreductible que hace a la obra
cionadas verdad esrecica e historia” ( Estetica, Madrid, Taurus, 1971, p. 61). de arte tal y la dota de perdurabilidad, que no quiere decir con-
Unas paginas antes, bajo el subtfculo de “ Canon de prohibiciones” , hay una
tinua presencia visible en el devenir del tiempo, sino potencia sig-
referenda al modo de operar de esta verdad; “Artistas de una sensibilidad
tan afinada como Stravinsky o Brecht han pulido a contrapelo su propio nificante cuya transhistoricidad nos lleva a pensarla eterna.
gusto precisamente a causa del mismo... Por las cualidades esteticas que ha-
bfa bajo su fachada, obras realistas del siglo XIX se han mostrado a veces con
mas sustancia que aquellas que explicitamente honraban el ideal de pureza
del arte; Baudelaire glorified a Manet y tomo partido por Flaubert. En pu- —
La compilacion de los trabajos que siguen algunos publica-
re peinture, Manet supera incomparablemente a Puvis de Cavannes; compa- dos en revistas o periodicos, otros ineditos- tiene el sentido de
rarlos entre si es casi comico. El error del esteticismo era estetico; confiin- mostrar, a traves de distintas concreciones discursivas, las multi-
dia el concepto rector de un arte con los resultados de este” (op. dt., p. 55). ples facetas que involucra la idea de regulacion artfstica, la valo-

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DOMINIOS DE LA LITERATURA
El devenir de una palabra
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IS radon de obras, el concepto de tradidon cultural (nacional, con-


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tinental y universal) , y de exponer “un estado de la cuestion” a
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partir de las diversas manifestaciones de un conjunto de auto res
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cuyas respectivas trayectorias inducen a considerarlos integrantes
de un canon de la critica literaria argentina actual (del que, por
razones obvias, esta excluido Johnattan Swift). Por todo lo ante-
dicho se entiende que no se propone establecer un registro de
nombres, fuera excluyente o exhaustivo, pertenecientes a algun
tipo de parnaso, ni homologar figuras visiblemente singulares, y
menos concebir a la critica literaria como un genero o subgene-
m ) ro. La denomination surge teniendo en cuenta la actividad des-
'

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[ plegada por todos estos escritores en los diversos ambitos del
m
I ; & campo cultural, y cuyas intervenciones implican sistemas de va-
!
loraciones y formas de regulation que han influido e influyen en
lecturas, escrituras, gustos y concepciones de la literatura. Se tra-
ta por tanto de discursos solidos y criticos en el sentido de revi-
life sion de supuestos y discusion, rasgo comiin a los heterogeneos
m
im textos aqui incluidos —desde los ensayos de cierta extension has-
IM ta los artfculos periodfsticos, un programa de seminario universi-
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iff
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. tario, un minirreportaje y un fragmento de una novela- escritos
11: .
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algunos antes o.independientemente de las opiniones resultantes


del libro de Harold Bloom y otros como consecuencia del mis-
mo, confirmando en todos los casos que “canon” es una manifes-
tacion sintomatica de un debate mucho mas amplio y profundo
que es necesario protagonizar mas aca y mas alia de la especifici-
• dad literaria.
i-
;.
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EE Un agradecimiento muy especial a Alberto Diaz por facilitar


la publicacion del texto de Juan Jose Saer y a Juan Martini por el
material completo de la encuesta de la revista Humor.
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CANONICA, REGULATORIA Y TRANSGRESIVA7

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No cabe duda de que la mera mencion de la palabra canon


arrastra de inmediato otra palabra, marginalidad, que parece ser-
im le no solo complementaria sino tambien subordinada; en ese sen-
tido, esta no termina de comprenderse sino en relacion con aque-
m i .
11a. El canon, lo canonico, seria lo regular, lo establecido, lo *
B
mm admitido como garantia de un sistema mientras que la margina-
wm lidad es lo que se aparta voluntariamente o lo que resulta aparta-
m do porque, precisamente, no admite o no entiende la exigencia
mISs
s n? canonica.
II
II
ii 1. Esto implica que para reflexionar sobre esta pareja de ter-
m
:

minos es preciso, ante todo, tener presente el ambito semantico


k
del canon, nocion o concepto a su vez derivado en lo que con-
m cierne a la literatura pues, como se sabe, se emplea por metafora
IB del uso liturgico y musical. Podrfa incluso pensarse que si en mu-
mm sica su concepto es claro, por ser formal y tecnico, y en liturgia se
m emplea con un alcance regulador, interpretative y consagratorio,
m m el traspaso a la literatura ha sido ideologico; quiero decir con ello
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7 Publicado en Orbis Tertiiis, ano 1 mim. 1., La Plata, 1996.
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DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA
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que ciertos componentes de la nocion de canon “se aplican” a la canonico es una actitud ya que las normas o bien no son formu-
’« 1.
literatura ya sea por presion interdiscursiva ya porque la palabra ladas -son “ericas” o pertenecen a un “sentido comiin”- o suelen
es imprescindible en el universo de quienes estan en condiciones entrariar, contrariamente a lo que ocurre en el campo liturgico,
de leer fenomenos en un campo con los conceptos que manejan contradicciones importances.


en otro, aunque la materia sea diversa de la musical una forma- Sea como fuere, y a partir de la idea fuerte de “norma”, se po-

cion especifica , o de la religiosa -un tipo de comportamiento
que se trata de prever y garantizar—.
drfa decir que la nocion de canon puede tener en la retorica su
momento de concrecion, en primera instancia porque toda reto- #

Quizas, como derivacion de un principio aritmetico, la no- ricajjue se impone en un lugar determinado es canonica pero
cion se abre paso primero en la miisica con un alcance sustanti- 8 tambien podria sostenerse que porque hay “retorica” en todo ac-
vo: designa, poco a poco, una estructura basada en una melodia to verbal y, por lo tanto, literario, no toda retorica se impone; en
m unica retomada, en tiempos regularmente diferidos, por diferen- consecuencia , podria establecerse una primera distincion en el
tes voces; aparecen canones populares a comienzos del primer sentido de que el canon propiamente dicho tiene un caracter con-
; milenio y, por supuesto, su perfeccion maxima se da en el siglo notativo de ciertas retoricas: en realidad proviene de una decision
1
m barroco. Accesoriamente, dichas regularidades configuran un preliminar, en sf misma no retorica, que interpreta una retorica
m modelo que desde la miisica religiosa ha de haber pasado al dis-
m
m para ejercer, con lo que se puede hacer con ella, un dominio, pa-
m curso htiirgico- juridico: aquf es equivalence a norma que debe ser ra imprimir una direccion que se supone adecuada, imprescindi-
seguida, implica un rigor y> desde el punto de vista de quien lo ble y segura.
estatuye, es imprescindible y controlable. Pero cuando se aplica a Si, por lo tanto, canon equiyale a conjunto de normas vincu- &

la literatura o, mejor dicho, al proceso de construccion literaria, lado con una retorica, hay que empezar por reconocer en primer
tm
iM .
s aparece como mas difuso, aunque tributario del caracter adjetivo lugar que no hay un solo canon, que en muchos tramos de la his-
s?
m litiirgico- juridico mas que del sustantivo musical. Metafisico o toria literaria los canones que han sido obedecidos no estaban ni
*
no, se da por entendido que se quiere decir cuando se lo recono- siquiera escritos y que, unos u otros, no han permanecido inco-
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ce, asume o aplica, aunque sea sumamente problemarico intentar lumes en el transcurso historico; en segundo lugar, escritos o no,
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M definirlo. \
los canones tienen una fuente que los emite yyigilas u cumpli-
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Ahora bien, en el campo literario este entendido no puede
^

1 miento pero, tambien , hay que admitir que tales fuentes se han
M perdurar demasiado sin traer complicaciones; de hecho, es dificil ido desplazando y quienes asumfan la responsabilidad de procla-
reconocer en procesos que se inician la aplicacion de normas pre- marlos, aplicarlos y proceder luego a la consagracion -la canom-
viamente establecidas como tales; lo mas frecuente es el recono- zacion- de los que podian seguirlos exitosamente, han ido cam-
cimiento a posteriori de que se las ha obedecido, lo que lleva a se- biando.
i nalar que se trata de algo “canonico” pero, aun asi, creo que lo i
20 21
. ’.“T:
I
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I DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA

2. Sentados estos principios generales en cuanto al canon, llena de episodios oscuros, de grandes amenazas que, fracasadas,
por marginal puede entenderse, en principio, una manifestation concluyeron ratificando la marginalidad desde la que intentaban
1 que, deliberadamente o no, se situa fuera de las ordenanzas cano- combatir el canon, tal como lo enuncia Manuel Galvez en El mal
r
nicas; en el primer caso, eso puede ocurrir por un rechazo deci- metafisico, siguiendo sin duda el modelo fijado por Zola en
m
ii
dido y consciente de lo canonico vigente en un momento deter- L’ceuvre, en un comentario narrativo a ciertas equivocaciones om-
II
minado, llevado a cabo a sabiendas de lo que eso puede implicar; S nipotentes de los poetas modernistas o simbolistas.
en el segundo, por desconocimiento de la existencia de los cano- 3?
Igualmente, no se puede negar que hay constantes intentos
'

:.Si5

m nes o por un espontaneo situarse fiiera del universo legal de la .2


que, formulados desde una marginalidad razonada, etica y deci-
'

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.i
'

1
I produccion arristica, mas alia de todo saber acerca de los cano- dida, emprendida con lucidez critica, en ocasiones han logrado
|
l nes. doblegar la rigidez del aparato canonico llevandolo a modificar-
If En cuanto a la primera situation, el rechazo a veces es funda- se, en parte o en todo, en tiempos rapidos, tal como ha ocurrido
it do y activo, como sucede con los manifiestos de grupos vanguar- con el modernismo, o en tiempos mas lentos, como sucedio con
distas; en otras ocasiones descansa en practicas que simplemente la filtration de las vanguardias en el proceso general del cambio
se apartan de sistemas de produccion coherentes con la logica de discursivo que ha experimentado la literatura contemporanea.
un sistema global. A veces, claro, uno y otro rechazo son aparen- Fuera de la marginalidad espontanea y salvaje, que no se pro- f
s
tes y los respectivos gestos concluyen en una reconciliacion o pone nada en relacion con lo canonico, y considerando tan solo !
§ bien muestran la verdadera intention perseguida, o sea entrar en la programada, podria atribuirse a los proyectos marginalizantes •

el universo canonico: podria decirse, realmente, que la obra de una dimension politica, en la medida en que constituyen una op- •

Dali es marginal ? Podria, incluso, definirse como marginal cion respecto del sistema literario, concebible como sistema en
— ^
aunque haya sido producida en el apartamiento y el silencio la — relacion con el sistema global y sus estrategias de perduracion;
i :sI.

curiosa tentativa de Antonio Porchia? i


por esta razon, un punto de partida de consideration del canon
H -.5- De una u otra forma, el canon predominante hace de opera- es que es el fundamento de un arte “oficial”, con toda la ambi-
i c
dor, lo cual se ve con claridad en los mencionados manifiestos
1
! gtiedad de la expresion, es decir de un arte cuyos principios pro-
i
| 1 que no omiten jamas explicar por que se oponen a el. A veces, los ductivos son congruentes con los del sistema de poder.
proyectos gestados desde una marginalidad buscada y cultivada Por lo mismo, los proyectos marginalizantes a veces afectan
prosperan, pronto o mas tarde, y su exito hace tambalear los ca- el caracter politico inmediato de la literatura pero no necesaria-
i nones. En otras ocasiones, seguramente las mas, la marginalidad mente implican un apartamiento o una desviacion respecto de
es la consecuencia de intentos fallidos por doblegar la autoridad un eje literario canonico: asf , los propositos del naturalismo, ma-
iC
o la pretenciosa omnipresencia del canon; se podria decir, a este gistralmente ejecutados por alguien como Federico Gamboa,
I respecto, que la historia de la literatura y del arte en general esta marginales respecto de los canones de lo que la literatura “debe
WM 22 23

y
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!:
i

DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA

1 decir” , no lo son en relacion con el “como decir”, o sea de los ciertos textos de Gabriel Garcia Marquez y aun en lo estructural,
principios enunciativos del relato: diferentes de la literatura ofi- como se puede ver en una iectura actual de Rayuela de Julio Cor-
tazar.
ii '
'
1: cial conformista en el tema , el contenido o el mensaje -por la
!! :
cruda crftica social que llevan a cabo-, no solo no difieren de ella
en las reglas narrativas sino que terminan por renovarlas y conso- 3. Considerando estos preliminares habria, al menos, en re-
I lidarlas. De modo que si en un comienzo la situacion de margi- lacion con la idea de canon estos aspectos a considerar: quien o :
ig

m
nalidad aparecia definida por contraste, ahora se puede advertir I quienes producen canones o cual es en cierto momento la pro-
duccion de canon; como se aplica o quienes responden a ellos y, :‘i
que hay campos y pianos en los que opera, diversos y complejos, I
%
:
que habria que estudiar en cada caso o situacion. Veamos una, complementariamente, que implica no seguirlos; cual es la forma i

ii hasta cierto punto contraria a la naturalista, que no deja de pre- de la subsistencia de los canones o su caducidad y, por fin, que )
sentar problemas: es un aceptado lugar comiin en los medios li- relacion se puede establecer entre la obediencia a los canones y la /
II
:
m
.
terarios que un escritor como Jose Lezama Lima, sobre todo en plena realizacion literaria en un lugar determinado. Los tres pri- \
IHI i sus grandes novelas, es un marginal. meros son, quizas, puntos mas teoricos; el cuarto tiene un carac-
ter historico. En relacion con la de marginalidad, habria que de-
Ese serfa, incluso, su mayor interes, en ello residirfa una inu-
WM, —
sual capacidad de provocacion rasgo que, por otra parte, todo jar de lado la producida por imposibilidad de ingresar al canon
\. —
marginalismo suele reivindicar ; sin embargo, se dirfa que de
ninguna manera es marginal por la indole y la sustancia de sus
-algo asf como el cajon de la basura de los fracasos- y sistemati-
zar los intentos o proyectos posidvos, o sea las acciones empren-
enunciados que son, por donde se los mire, una reafirmacion de didas contra el canon desde un proposito o desde una concien- 6
un saber clasico, no revisado ni desbaratado, en suma un saber cia. Por supuesto, habria que considerar tambien las
m canonico. Quizas, si decir que es marginal no es meramente un marginalidades ambiguas o especulativas y aun las aparentes, esos
elogio indirecto, producto de una moda que hace de lo irregular intentos que a poco andar ponen en evidencia que no se trataba
-i
'

mg r.
;

; su maxima proclama, Paradiso y Oppiano Licario son textos mar- de apartarse del canon ni de fracturarlo ni de modificarlo sino de
! ;
• •
ii

j ginales porque el “apartamiento” que proponen y que opera co- & reingresar a el por otra puerta.
/ mo Iectura de extraneza- es irreductible a toda tentativa de reen-
• i


/

\ cauzamiento; esos textos “no se dejan” como tampoco se deja


.:
Trilce, por mas que Los heraldos negros y Poemas humanos hayan
marcado numerosa poesfa posterior, ni se dejan los fragmentos de - %

— 8
f

I Macedonio Fernandez y en eso consiste su irradiacion, que con-


g:;
! j trasta con la tranquilidad que proponen otros textos, aparente- m
mente transgresores en lo semantico, tal como serfa el caso de
i
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DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA

Produccion de canon-produccion decir que lo logro con el muralismo que, a su vez, y respecto de
de marginalidad la tradicion clasica del caballete, implied una inversion
f•
puesto
que hizo que esta tradicion se marginalizara durante un tiempo.
Tradition, “ofitialidad” Con “ Los contemporaneos”, antagonistas de ese proyecto, la pa-
i
radoja es todavfa mayor: en medio del proyecto clasicista de Vas-
4. Si el canon es un producto del cruce de codigos previa- concelos recuperan elementos ciertos de esa misma tradicion, el
mente consagrados en varios niveles -retoricas, gramaticas, pre-
. 4
equilibrio, el rigor, la objetividad, pero para oponerse a toda ofi-
* ceptivas, etcetera- es evidente que sus componentes proceden an- cialidad.
te todo de una memoria cultural; este hecho propone el tema de Pero tambien hay que tener en cuenta que existen en toda
F: la tradicion que si bien parece estar inmediatamente anexado a la I America latina muchas tradiciones de origen popular; por sus
idea de canon tambien cubre, en ciertas condiciones, la de la condiciones de produccion algunas de ellas son marginales pero
marginalidad aunque, igualmente, la idea desborda uno y otro f que ocurre cuando el estado, como se ha dado ya en varios pai-
concepto en la medida en que existen tradiciones diversas que se ses, se hace cargo, las apoya y favorece adoptando, inclusive, al-
disputan entre si o se articulan o, al menos, confluyen para expli- !:•
!• gunas de sus formas.
car una peculiaridad literaria, incluso cierta identidad, como lo En cuanto al canon es, por lo tanto, algo menos y algo mas 1
explica Carlos Fuentes en sus indagaciones sobre la narrativa la- que tradicion, que se le subordina en su aspecto ordenador, co-
tmoamencana.8 mo un saber canalizado; en lo marginal la tradicion es mas bien
4 Ademas, la idea de tradicion, que implica una imagen de lar- una estructura de comportamiento que reaparece bajo ciertas
go trayecto, no necesariamente recubre la de “oficialidad”, que es condiciones: los jovenes, por ejemplo, se inician casi inevitable-
?4
IS mas contingente y manifiesta una suerte de respuesta homoge- mente en la marginalidad y eso es una tradicion; la poesia de las
neizadora a una necesidad de orden estructural. Vasconcelos re- decimas en Cuba es parte de una tradicion popular y marginal,
currio a una tradicion clasica directa para instaurar un arte oficial lo mismo que los corridos mexicanos y numerosa poesia cantada
/

contra otro, basado igualmente en una tradicion clasica indirec- que, de cuando en cuando, es objeto de reivindicacion; la denun-

ta -el modelo fiances posnapoleonico y efectivamente se puede cia politica en la literatura, que aparece como proyecto de margi-
nalidad, configura igualmente una tradicion que opera dadas
:
8 Por un lado Fuentes ( Valiente mundo 7iuevo, Mexico, FCE, 1990) ciertas condiciones sociales y de crisis literaria.
contrapone ritualmente “tradicion” a “modernidad”; por el otro, de mane- Asi, constituido o producido desde la memoria cultural, se
ra mas comparable, senala que “el pacto de civilizacion consiste en recono-
cer que somos un area policultural, duena de una enorme variedad de tra-
expiica que el canon tenga posibilidades de espontanea perdura-
diciones de donde escoger elementos para un nuevo modelo de desarrollo cion, solo limitadas, a veces, por un gesto critico que disminuye
y sin razones para estar casados con una sola solucion”. su poder de imposicion. Se explica, igualmente, que en el senti-

26 A1
27

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iSis .
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i

DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA

do de un enfrentamiento directo, la marginalidad sea cuestion de to de la cadena productiva, en tanto interpreta el estado del
cir-
estallidos que si bien se producen constantemente duran poco, cuito economico, produce canon y quizas con mas fuerza que
J
aunque, dada la indole de ciertas practicas, la marginalidad es nunca, directamente -en los miticos editores personales, a punto

m
rl
if
tambien una constante. En otras palabras, el canon se entreteje
con la tradicion y la alimenta, la marginalidad la constituye de

ya de desaparecer ,9 indirectamente -a traves de expertos, 11a-
mense “agentes”, “lectores”, “editores”, encuestadores, etcetera-.
a hecho, en la medida en que no cesan de surgir tentativas margi- Por fin, los “vendedores” mismos producen canon, en la medida
n nales, pero su pretension, cuando se hace programa, es debilitar- en que al ser los vehiculos del punto de vista del “publico”
sugie-
ren, mediante la teenica del rechazo, lo que “debe” ser esento.
- la en sus alcances mayores.
Ahora bien , como los codigos componentes del canon son, 4
Paralelamente, no se podria hablar de “produccion de margi-
I en su momento inicial primario, formas racionales de articula- 4
?
nalidad ” sino por metafora; en primer lugar, todo lo que no es ca-
ciori social, su generacion y su control estan en manos de enun- A
nonico no es, por fuerza , marginal sino que es marginalizado en
ciadores de poder; modernamente, el mero nombre de Academia t.
la medida en que, en primera instancia, simplemente no respon-
II
m
wm
ilustra la idea de fuente de produccion canonica asf como previa- de a un canon al que desea responder; en segundo lugar, la cua-
lidad de “marginal ” deberia ser considerada positivamente, es de-
.

mente lo haefa la iglesia o individuos o instituciones a quienes se


les reconocia autoridad. Baste recordar, a modo de metafora, co- cir que todo aquello que escapa a los canones, raramente por
mo y por que compuso su “ Canon real” Johann Sebastian Bach.
En otro campo, el concepto atraviesa, sin decirlo, toda reflexion
.

-
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'
i
I
i:
rechazo, mas bien por decision, deberia producir algun efecto y

de hecho lo hace en el cuerpo global de una literatura e, inclu- —
lexicografica: el diccionario es un lugar esencialmente canonico: so, hacer trastabillar lo canonico; la clasica polemica entre “clasi
5 -
no solo se dice que son las palabras sino como deben usarse o no
S
cos” y “modernos”, como momento de enfrentamiento entre ca
i -
y, para ello, se invocan ciertos usos autorizados y autorizantes. nonicos y marginales, no tendria mayor trascendencia si el
• if
En suma, hasta cierto momento, quizas hasta la revolucion triunfo de los modernos no implicara una modificacion de las re-
romantica, la idea de canon ocupa todo el universo imaginario glas vigentes en el poder literario.
m ' '

“culto” pero, poco a poco, va siendo recortada por un nuevo ti-


t
sm T!: ; '
po de discurso, la “critica”, que file pasando de su papel de vigi-
lante del cumplimiento del canon a productor de canon ella mis- f
m1
m
ma ya sea ocupando lugares sociales de produccion la
universidad-, ya compitiendo con los canones previos y creando

mmI : 9 El editor Lemerre le pide a Mallarme un soneto de ciertas caracteris-
otros nuevos -el periodismo- Modernamente, quiero decir des- l ticas; de ese pedido-indicacion sale el famoso “Sonnet en X”, que
de mediados del siglo XIX hasta ahora, se han producido otros I
! cumple
% con todas las normas pero, al mismo tiempo, propone una transgresion ra-
desplazamientos; el editor que teoricamente es solo un momen- \
dical en lo tematico, nada menos que una tematica de “vaciamiento .
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I1 I DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA

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Aplicacion: reproduccion y cooptation nalidad que responde, sin embargo, a circunstancias canonicas: en
la decada del 20, el general Heriberto Jara, gobernador del Esta
I -
5. La aplicacion del canon responde, en primera instancia, a do de Veracruz, concede un espacio oficial al programa de los es-
un hecho de inercia que constituye una tradition , si asi podemos tridentistas que, como se sabe, se proponfan y ejecutaban un arte
1 denominar a la “reproduccion”, fundamento, como se sabe, del radicalmente antioficial; la operation puede haber sido cooptado-
f- •L sistema pedagogico. Es tal su fuerza que lo que entendemos co- a
ra pero parece reconocer lo que va de semantica a semiotica: el an-
B mo ensenanza literaria es, ante todo, trasmision de un “es asi tioficialismo artistico “ interpreta” el nuevo oficialismo politico de
que “debe ser” del mismo modo en la proyeccion imaginaria. Sin i modo tal que si antes del triunfo revolucionario politica y arte
li
embargo, en virtud de la fuerza con que el universo canonico se eran marginales, la politica triunfante, que ya no es marginal, re
-
inscribe en una comunidad cultural, para muchos fue y sigue conoce en el arte que sigue siendolo un instrumento todavfa en

siendo una causa y un objetivo: la reproduccion inerte deviene

action contra una canonicidad subsistente. En la Argentina del


:s activa; sobre un principio semejante actua cierta crftica literaria primer gobierno peronista, el populismo era doctrina artistica po-
que “sabe” con certeza distinguir entre lo que esta mal o bien he- liticamente “oficial” pero todo el mundo sabia que el arte verda- \ \

cho, entre lo que es pertinente o no en la obediencia a las leyes deramente oficial, en un esquema de mas largo trayecto, era el que j
de los generos, entre lo que genera valor en los textos o lo dege- encarnaban organos como Sur o La Nation, marginalizados desde \
i nera.10 Tambien sucede con quienes otorgan premios y los justi- dicho gobierno. i

ff •-
fican y, por supuesto, con quienes favorecen el conocimiento de I Pero es posible que cuando una formulacion contracanoni-
una obra o ejecutan maniobras de ocultamiento porque, precisa- I —
ca se hace escuchar, apoyada o no por un poder un gobierno (el
mente, esa obra no responde a canones que deberian haberla primer gobierno cubano en relacion con un arte de vanguardia
i m orientado. o un arte popular), una academia, una universidad, un periodi-
im
m m En ciertas ocasiones, hay un trastrueque en favor de la margi- co { El Diarioy de Buenos Aires, en relacion con el modernismo),
w una autoridad (el secretario Estrada apoyando a “Los
i contempo-
raneos”)-, se produzcan intentos de domesticacion de sus efec
:
tos y un reforzamiento de un orden, aunque renovado;
-
• Es cada vez menor la importancia que tiene la llamada crftica litera-
10 ! esto ocu-
;S ria en la observancia de las reglas canonicas; la crftica se limita a grunir dis- rrio por supuesto con el modernismo pero tambien con el
conformidades para justificar las cuales invoca normas o canones; se le ha- llamado “ boom”, que vino a combatir el relato tradicional lati-
ce poco caso , salvo cuando exalta valores que se traducen o traduciran en noamericano y que, luego de su gran triunfo en el campo de la
fenomenos de mercado. Para la crftica universitaria o academica la vigilan- lectura, devino canon, en el sentido de como se debia seguir ha-
j cia del cumplimiento de las normas suele ser un motivo de especulacion ar-
queologizante: determinar, por ejemplo, si tal o cual texto o autor han si- ciendo un relato aceptable; de todos modos, esa experiencia lite
-
do fieles a sus propios canones. raria mostro no solo nuevos productores de canon -editoriales,

30 31
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EL DEVENIR DE UNA PALABRA
DOMINIOS DE LA LITERATURA
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sentada si no como marginal al menos como renovadora respec-
1 revistas11 y periodicos- sino como la “materia” del canon podia
it to del canon clasico, dio lugar a reformulaciones canonicas en la
f reconstituirse incluyendo posiciones de marginalidad. Se supo-
famosa polemica Bello-Sarmiento. La obra de Sarmiento misma
ne que el mismo fenomeno se produjo con la pintura de van-
SE

1- implica una canonicidad posible, en tanto se formula como un


|i
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guardia que, desde una oposicion semantica y contracanonica en “deber ser” y lo mismo podria decirse de la de Vasconcelos, aun-
IfI I
lo formal creo un publico adquirente y devolvio una fiincion a

11 :%
que en ninguno de ambos casos se haya coagulado en una pro-
I
i
los museos, lugares, aparentemente, de residencia de lo canoni- !
:
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I
gramatica, que eso es, al menos en un aspecto, un “arte poetica”.

li
m co.12 1
m ! Sea como fuere, escritos o no, la vigericia de los canones pue-
I de ser limitada y su caducidad, cuando se produce, obedece a que
»i nuevas relaciones sociales engendran nuevos canones que, como
i Canon y c<arte poetica”: la identidad
tales, suelen conservar restos de los desalojados. Aun a riesgo de
IF reiterar, se dirfa que tales nuevos canones se alimentan de mani-
6. Los canones, como se ha dicho, suelen no estar escritos y, i

festaciones provenientes de una marginalidad que ha logrado im-


sin embargo, poseen la fuerza necesaria como para ser seguidos;
poner sus propositos y ha abierto vfas de respiracion en cuerpos •

dicha fuerza nace de una suerte de conciencia cultural, sustenta-


de doctrina asfixiados.
ib f ;!
' da en reconocimientos implicitos vinculados, seguramente, a tra-
|;
:i
diciones pero, sobre todo, me parece, a identidades que garanti-
4II zan una continuidad; en ocasiones, sin embargo, y obedeciendo
El ambito latinoamericano
a lo juridico de su campo semantico, se concretan en proposicio-
nes, denominadas, por ejemplo, “artes poeticas”, que amparan-
i:
dose de la retorica logran cubrir parte, por lo menos, de una ca-
7. El “lugar” es predominante en el interes de esta reflexion;
:
se trata del ambito latinoamericano en el cual lo canonico ocupa
f-
«jiS .•
nonicidad mas amplia. Quizas la literatura latinoamericana ha .8
un espacio productor bien defxnido, ya sea como tendencia a la
llegado tarde a esa instancia estrategica, en cuanto a la decision y :

norma, ya sea como capacidad para enunciarla y promoverla.


I capacidad de formular “artes poeticas”, pero, en ciertos momen-
Ahora bien, para abordar este punto habria que empezar por se-
tos, la necesidad de hacerlo se hizo casi explfcita; ello ocurrio, y
I nalar que una primera manera de construirse una idea acerca de
valga como unico ejemplo, en la situacion romantica que, pre-

la literatura de los primeros siglos debe consistir, seguramente, en


I 11 Habria que estudiar, a proposito del “ boom”, lo que puede haber im- entenderla simultaneamente como prolongacion del proceso eu-
plicado de sosten la revista Primera Pla72a, de Buenos Aires, Mundo Nuevo, ropeo y marginal al mismo.
t: de Paris, o Mexico en la cultura. Seguramente esto ultimo es cierto en la medida en que los
r: 12 Vease Jacques Leenhardt, sobre arte de vanguardia y creacion de pu-

primeros textos que se escriben, ya sea durante lo que se ha con-
blico.

32 33
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,1. :
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1
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1
DOMINIOS DE LA LITERATURA
EL DEVENIR DE UNA PALABRA
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venido en llamar el descubrimiento y la conquista, ya sea inme- regular o regularizada, con instituciones y relaciones sociales, en
diatamente despues, tienen el caracter impresionista del testimo- suma eso que se llama la “colonia”, la escritura se recupera de sus
i nio epistolar -solo indirectamente canonico o, por lo menos, de
I primeras fiebres Qde que otro modo se podrian caracterizar los
'
una convencionalidad laxa que tolera cierta espontaneidad
^o
de la cronica del acontecimiento recien ocurrido. Esto quiere de-
— l
escritos de Colon, de Cortes, del propio Sahagiin, de Bernal?) e
t:
inicia una existencia ordenada, en la que la idea de prolongation
I
cir, ante todo, que la retorica, como gramatica del canon, como J

de la literatura europea es no solo util sino tambien ambigua: el
H
i
m ordenadora en generos de la produccion de escritura, no solo no ambicioso poema de Bernardo de Balbuena, concebido de acuer-
/ operaba sino que carecfa, sobre todo, de sentido. Para algunos es-
Svl
li do con los canones ya anacronicos de la caballeresca, hace caso
m
< s
) to resulta del reclamo que, con fuerza sin igual, hace una realidad
:
£
omiso de tales turbulencias iniciales y su rebeldia ante el canon
I
1 peculiar, novedosa y enigmatica cuya presencia desbarata todas I formal y moral es nula, a lo sumo establece algunos acordes refe-
I \ 1
; las gramaticas operacionales y engendra conductas relativamente
1
V ! renciales interesantes con esta realidad, que escritores como Sor
I imprevisibles; sin llegar a tales generalidades podria decirse que, Juana, Sigiienza y Gongora y otros llevaran un poco mas lejos. Lo
en su urgencia, los hechos impidieron en los comienzos a los le-
i: que importa, sobre todo, es la idea de “relaciones ambiguas”: si
trados cualquier preocupacion por las formas, entendidas como I
: por un lado, a traves de los certamenes y el rigor, incluso, en el
estructuras codificadas, regulares y canonicas y, simultaneamen-
trabajo formal de escritores como los mencionados, los textos co-
te, crearon las condiciones para que los no letrados, al margen de
: loniales estan en diapason con las exigencias de la literatura pe-
j toda canonica, comenzaran a escribir. :
ninsular,14 por el otro se puede advertir en ciertos casos, algunos
:

.
Se presenta, de este modo , un paralelismo entre la confusion
de las primeras miradas y el modo turbulento de la escritura, co- —
mas publicos —como Sor Juana , otros mas secretos —como cier-
tas tendencias parodicas o risuenas-, una cierta inflexion modifi-
mo si en su espacio propio , librada a sus propias fuerzas, la escri-
catoria que ni busca ni llega a la marginalidad, ni siquiera la in- :
:
a
XL
tura hubiera debido responder a lo que estaba sucediendo y care
ciera del distanciamiento necesario como para valorar tanto los
- 1
simia aunque esa brecha de marginalidad podria ser un gesto de
}

m constitution embrionaria de una identidad.


M significantes como los instrumentos formales disponibles para De modo que, reuniendo la dos/instancias, se podria decir
hacerlo y, por consecuencia, podia dejar de lado la investigation
que todo ordenamiento sintactico exige.
^
^
que o bien el canon estuvo ausente, sin que por ello la margina-
lidad fuera mas que salvaje, no deliberada, o bien hubo ligeros
y

Pero, aplacados los primeros furores, iniciada una existencia

m 14 Parece oportuno citar, al respecto, los casos de escritores


como el In-
^ aEl Diario de Viaje de Colon sigue la tradicion de las bitacoras, pero, ca Garcilaso o Juan Ruiz de Alarcon , que corren la suerte de las letras pe-
poco poco pasa a otro campo, se convierte en un espacio de preguntas
,
: ninsulares aunque conserven, sobre todo el primero, reminiscencias se-
m y respuestas que las bitacoras regulares seguramente no habrian admitido.
IIS! manticas de una experiencia americana original.
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DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA
1F
l.
matices, algunas modificaciones que la lectura actual puede per- J
!
bra no es un simple instrumento de tales relaciones pero, aunque
cibir, en la obediencia a canones que se pretendla seguir con un : ft
no se supiera en estos terminos, tanto en Europa como en este
1!
ii rigor equiparable al rigor con que se regulaba la vida institucio- E apenas descubierto continente asi se hacian las cosas despues que 1 f

nal; la profundidad de tales modificaciones es variable pero, en :


;
este mundo ingresara al mundo: pero, si los europeos creian que j
| !
:!
todo caso, no neutraliza su concepto. r las palabras eran instrumentales e indispensables para dar cuenta !
Simultaneamente, si se piensa en ese juego de seguimiento y : de la discursividad llamada literaria, en estas tierras las imagenes !
j j
* /
variacion se podria concluir que la obediencia esrelativamente j podian hacerlo puesto que, en algunos casos, la nocion misma de [
te
i
fructuosa y solo las modificaciones dan resultados gracias a un grafema no existia o diferia de la europea: hay un universo de co- \
?

i p
sincretismo que va mas alia de las intenciones, en la arquitectu-
ra, en la pintura, en los gustemas, en la lengua y, en menor me-
i
I
— —
dices ahorrare la exaltacion de esos documentos que no solo
narran o explican o ponderan sino que indican que existia una
j
j
i
%
S' dida, en la literatura. i
plena conciencia de literaturidad, para usar una palabra que pa- ;

•l:
El modo mas sencillo de comprender los comienzos de la li- rece exponer claramente un rico campo semantico. Traducidos
;;

teratura latinoamericana es afirmar que los espanoles y portugue- tales codices a nuestra lengua ponen en evidencia estructuras dis-
J
ses introdujeron el concepto mismo de literatura, junto con todo cursivas que tambien eran, en general, propias de la cultura eu-
i ‘

lo demas que introdujeron: instituciones, estructuras, comporta- ropea o que la cultura europea estaba empezando a reclamar co-
mientos y, por supuesto, lengua. Esto quiere decir, ante todo, que mo su gloria mas alta. Hay, ademas , otra instancia: el jeroglifo o
I- nada habria existido previamente a esa llegada; esa creencia es in- el petroglifo indican quizas un estadio mas primitivo, desde la
Vr -
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discutible si se piensa en terminos europeos, es decir en las conse- perspectiva de la escritura fonetica, pero ello no quiere decir que
1
cuencias de un proceso de formacion de estructuras literarias y no no hayan dado su sustento o fundamento a una dimension lite-
i- - T
:)
en los terminos fundantes de tal proceso; en otras palabras, es se- raria que podia llegar a desarrollarse y encontrarse con la otra o
guro que no existian, ni siquiera en Tenochtitlan -no digamos en bien incluso dominarla e infundirle relieves y espesores de que
el Orinoco- poemas Ifricos, epopeyas, autos sacramentales, cuen- carecio. Pero no se trata de profetizar “ in retro”, ni de volver a la-
tos y novelas, que no existian endecasilabos, tetrastrofos monorri- mentar lo que historicamente no paso; establecer este juicio de
I
mos, coplas de pie quebrado ni epigramas, pero tambien es segu- existencia sirve, tan solo, para entender que la lectura que hicie-
s
m rojue existian modos narrativos, modos liricos, modos ron los europeos de esas extranas manifestaciones fue de “texto
m
mm dramaticos y, seguramente, otros modos mas. Baste mencionar la arrasado”, lo que los llevo a imaginar que se trataba literariamen-
f j; SI obra conocida de Nezahualcoyod para ilustrar esta idea. te de “tierra de nadie” en la que, como en otros aspectos, se tra-
Para entendernos diremos que tales modos son esencialmen- taba de iniciar implantaciones.
I te discursivos y, en consecuencia, mantienen determinadas rela- Se hicieron estas implantaciones y, con los Borbones, hasta se
il 1 ciones con la palabra: es posible que ahora sepamos que la pala- implantaron academias, que siguieron a las universidades. A par-

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i: DOMINIOS DE LA LITERATURA !i EL DEVENIR DE UNA PALABRA
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tir de ese momento se limita la espontaneidad sincretica y co-
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Carpentier satiriza muy bien esta emergencia en EL reino de este
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/ mienza a reinar el canon, respecto del cual la unica marginalidad ?: mundo: el monarca negro se viste con traje de rey fiances y en su
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pensable es geografica: lo que se escribe aqui, por mas que se es- i: corte se cantan languidas arias de Lully. Sin embargo, en la expre-
11
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\ fuerce en “pertenecer” a un orden, no cuenta demasiado para ese sion misma la marginalidad hierve y sale a la superficie: es la gau-
'

4
| orden, padece el aislamiento, no basta pretender esa pertenencia, chesca rioplatense, es una obra de observation localista como la
existe una separacion. Creo que, convirtiendo el texto en meta- de Fernandez de Lizardi y, en general, eso hace tradicion o des-
I
I . fora, eso es lo que describe y consigna la hermosa novela Zama cribe la aspiracion del arte popular latinoamericano. Buenos
i
;
de Antonio di Benedetto: por mas que se quiera no es lo mismo ejemplos de marginalidad preexistente a una reformulacion ca-
este mundo que el otro, que, en la figuracion, es el recinto de una nonica, suelen obtener como triunfo el reconocimiento de su si-
if
verdad buscada pero que desde aqui no se puede hallar. I tuacion marginal pero no la derrota de lo canonico que, al pare-
S ;.?:
''

Sin embargo, en ese momento mismo hay otra clase de mar- I cer, respecto de tal tipo de manifestaciones, solo llega a admitirlas
1i
ginalidad, podemos llamarla “en segundo grado”: se refiere al uso en su enunciado o en su sustancia, como ocurrio en este siglo con
del latin, por ejemplo, o de lenguas no espanolas empleadas por la poesfa negrista portorriquena o cubana, nunca en su regia. Lo /
religiosos o jesuitas, cuyo caracter encapsulado respecto del espa- canonico, sin embargo, en su aspecto de arte “culto” corta proce- \
nol no impide que lo que se produce en ellas no siga canones si- sos nacidos en lo marginal o bien los absorbe en sus aspectosjte-
tuados en otra parte, el discurso de la orden o de las respectivas maticos tal como ocurrio, ejemplarmente, con el teatro en la Ar-
lenguas. Sea como fuere, el efecto de esa marginalidad fue, como gentina: si, como parece, de acuerdo con lo que queda, a fines del
:

4 lo sugirio en su momento Mariano Picon Salas, altamente tras- siglo XVIII habia cierta produccion local (EL amor de La estanciera),
cendente en la constitucion de un pensamiento independentista , de lenguaje rudimentario en ambos sentidos, y eso, de alguna
nutrido de marginalidades de todo tipo. manera testimonia como el universo rustico se estaba preparan-
kM.
m La independencia pone en evidencia estos conflictos: la vo- do para la gauchesca, la llamada “Sociedad TeatraT define expli-
luntad de autonomia polftica, que implica que lo marginal -los citamente, hacia 1870, el teatro nacional como sometido a reglas,
m : ~i2i


criollos o los negros o los curas comience a traves del poder a
h criollista tematicamente pero europeo en cuanto a la forma.
dictar las reglas (leyes, constituciones, instituciones, etcetera) y, Se trata, tambien, de una discusion entre sustancia y forma,
por lo tanto, a convertir en canon, en el mejor de los casos, la sus- al menos tal como aparece en la polemica Bello-Sarmiento; el
5Sf . tancia de lo que defima el hecho marginal -la libertad de comer- primero es partidario de una fidelidad a las mas elevadas retori-
cio frente al monopolio, la libertad de vientres frente a la esclavi- cas conocidas, el segundo cree que hay una naturaleza americana
H tud, la libertad individual frente al despotismo, etcetera- solo
. Hi propia que debe engendrar una expresion que le sea congruente;
m concibe como canal posible de su expresion la forma canonica
m es lo que intenta en Facundo que, en su desafio a los generos, im-
i preexistente: el neoclasicismo borbonico en todas sus vertientes. plica como proposicion la perspectiva de engendrar una literatu-
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I DOMINIOS DE LA LITERATURA P
I! EL DEVENIR DE UNA PALABRA
iiIi! I
1 ra propia. Yo creo que America latina no se desprende mas de es- !
1 cidental de la palabra pero, en ese campo, pareciera querer rom-
'

ta idea que, por otro lado, recupera de hecho lo que ocurrio con
I per ciertos canones o extraer de ellos una riqueza que, en si mis-
i la escritura de los cronistas del descubrimiento: ese es el sentido I mos, enfrentados a la turbulencia de la marginalidad, los canones
1
1
de las invocaciones de Hostos o, posteriormente, de Vasconcelos !
;

aa vigentes, posmodernistas, no podfan exhibir.


o antes de Juan Montalvo; lo propio, reprimido, serfa lo margi- !

nal y el programa el modo de llevarlo a la jerarquia de canon. En


Sarmiento, sin embargo, no hay una idealizacion de la sustancia:
i
el mundo barbaro, que es lo propio, puede y debe generar una li- i
s -\
teratura pero no barbara sino elevada a partir de una critica for-
mulada con los elementos mas elevados, a su turno, del pensa-
H
m miento europeo y tendiente a hallar una posicion en el universo
m
5s
europeo mas elevado.
1 Que la formulacion continiia lo indican movimientos muy
P
m i'
posteriores, mas radicales todavia en la relacion con una sustan-
i
m: cia reprimida, por ejemplo el arte negrista, sobre todo portorri-
if

queno mas que cubano, que en la obra de Guillen aparece, por la


yla de una apologetica representacion, muy mediatizado por el
^

; { idioma; se advierte en la obra de Pales Matos: empieza por repro-


INi
. i
duce los sonidos naturales de su pais, en una propuesta onoma-
Vs topeyica elemental, y luego pasa a una suerte de sensibilidad fol-
I
I klorica clasica; es como si quisiera al comienzo forjar un idioma
I que saliera de lo propio pero posteriormente hiciera una conci-
u liation con un aspecto, por lo menos, del canon, la lengua. La
:
sustancia americana, por consecuencia, se repliega a sus lfmites,
fijados por una historia y el juego entre marginalidad y canon se
establece de otro modo, en el orden de la palabra, dentro inclu-
i
so de la retorica establecida, como serfa el caso de los intentos de
i; l Lezama Lima o, mas claramente todavia, de Borges quien, des-
m pues de una decidida experiencia de incorporation de lo cotidia-
no, regresa paularinamente a la “literatura”, en el sentido mas oc-
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EL CANON DEL CRITICO FUERTED
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Maria Teresa Gramuglio


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La primera edicion norteamericana de El canon occidental de


Harold Bloom se publico en 1994. Le siguieron de inmediato
otras ediciones en ingles, y a fines de 1995 aparecio la traduccion
espanola.16 Le siguieron tambien las polemicas y las criticas. Es-
1 to ultimo no resulto demasiado sorprendente tratandose de al-
e
:

guien que, como Bloom , admite haber llegado a ser una autori-
dad en escandalos academicos: son bastante conocidas sus
batallas con las sucesivas escuelas criticas dominantes en las uni-
versidades norteamericanas, desde la New Criticism que reinaba
en su juventud hasta las actuates corrientes desconstruccionistas,
foucaultianas, feministas y multiculturalistas. Lo en verdad sor-
prendente fue la repercusion extraacademica que adquirio una
obra referida al canon literario, asunto de un debate aparente-
mente condenado a no traspasar los Emites del campo de los es-
pecialistas, donde desde hace anos se halla instalado. Y como
consecuencia de eso, el exito de ventas que alcanzo un libro acer-
ca del cual se han alzado tantas opiniones contradictorias, pero
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rs ^
16
Punto de vista, num. 55, Buenos Aires, agosto de 1996.
La primera edicion en ingles es de Harcourt Brace & Co., Nueva
York. La espanola, de Anagrama, en traduccion de Damian Alou.

43

m
DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA

I bro”. A lo que cabria agregar, como ya se ha hecho, parafrasean-


del que sin duda nadie habra afirmado que sea de lectura accesi-
do a Walt Whitman: un norteamericano, uno de los duros, un
ble para un publico amplio. Si evitamos caer en la facilidad de ce-
rrar la cuestion atribuyendo todo a un astuto operativo de pren-
i anglosajon.
Es que, ademas de provocador, El canon occidental es un li-
sa con vistas a la ganancia comercial (cosa que en parte tambien
bro arbitrario. Porque en el, Harold Bloom desplaza en realidad
ha sido), vale la pena volver sobre algunas caracteristicas de este
el proceso institucional y secular de la formacion del canon, tan
libro tan controvertido e interrogarse por su relacion con la larga
anunciado en el titulo y en el subtitulo (“ los libros y la escuela de
obra critica del autor, aun cuando esto contribuya poco y nada a
explicar de un modo satisfactorio los fenomenos de esa repercu-
m todos los tiempos”, una frase cuyo origen se aclara en el libro), y
lo reemplaza con su propio sistema de lecturas, reafirmando con
sion y de ese exito.
ello, una vez mas, ese famoso gusto por las “yuxtaposiciones lu-
j naticas” que le atribuyen sus criticos, y que, bien mirado, no es
canon? sino el ejercicio, tal como el lo entiende, de su propia condicion
^Es esto un de “critico fuerte”. Y es tambien un libro apresurado: dado que
politicamente era imposible, explica en varios lugares, alcanzar a escribir sobre
“Canon” y “occidental”: en el contexto de lo
aproximadamente tres mil autores, o sobre cuatrocientos, o si-
correcto y de las tendencias hegemonicas de la critica literaria
quiera sobre cuarenta, finalmente hubo de reducirse a veintiseis.
universitaria norteamericana esas dos palabras proclaman , desde
Tenemos entonces, precedidos por un prefacio, enmarcados por
el titulo, la provocation deliberada. Algo tan evidente no requie-
m11 re mayores comentanos, y no es necesario remontarse a la etimo-
dos capftulos “elegi'acos” -habra que ver las razones de esta adje-
tivacion- y seguidos por cuatro apendices finales (las famosas lis-
:

i.; logia de la palabra ni a las diversas teorias sobre la formacion de


tas), veintiseis ensayos de primer nivel, alg unos de ellos magnifi-
i
m::: los canones, el religioso primero y los literarios despues, para re-
cos, sobre algo mas que veintiseis textos y autores centrales de la
gistrarlo. Simplemente, los actuales detractores del canon litera
.
II
rio no podran aceptar que se proponga uno que incurre, ademas
, literatura occidental. No es poco.
Un libro provocador, arbitrario y apresurado. Personal, pero
en la soberbia de afirmar la autosuficiencia de Occidente. Pero
II /
l?
, no caprichoso. Veamoslo brevemente. El reconocimiento mas in-
\ para los defensores del canon, sean tradicionalistas o renovadores
cosas, teligente que he leido sobre el caracter personal de la empresa de
tampoco sera facil aceptar ni la seleccion -que, entre otras
Bloom es el que hizo Nora Catelli en el suplemento de cultura
hirio algunas susceptibilidades nacionales-, ni los fundamentos
i del diario espanol La Vanguardia, donde definio a Bloom como
en que se asienta una propuesta tan poco canonica, tan personal
de “un heredero singular de Goethe y de Victor Hugo”, animado
i i ! * en todas las acepciones de la palabra, esto es, tan idiosincrasica
academico , por dos convicciones: “Se puede defender la tradicion literaria
quien se autorretrato como “un gnostico judfo un ,
pero que pertenece a un partido o a una secta de un solo miem-
haciendo una lista de los clasicos de Occidente, y esa lista debe

44 45

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DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA


!
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ser obra de un solo hombre.” 17 Quisiera retomar la cuestion all! cursor fuerte, efebo, traslacion (o trasposicion, o metalepsis) , lec-
mismo donde Catelli la deja. Y empezarfa por sefialar que para tura erronea, inaprehension (mis-prision), chispa, pneumay mu-
*
Bloom la defensa de la tradicion literaria no se plantea en termi- chas otras que hacen la desesperacion de sus lectores y traducto-
nos de posibilidad, sino de necesidad, lo cual me va a llevar, ha- res, entre las que descuella la que da ritulo a su obra capital: La
cia el final de estas notas, a agregar un tercer nombre a los de angnstia de las influencias.18
i
. Goethe y Hugo: el de Shelley. Esa necesidad, la de “defender a los De modo que de la lista de Bloom, como de cualquier otra
i clasicos , no tiene nada que ver con la lista de obras que aparece
55
lista, antologia o seleccion, incluidas las de respuesta a la vieja
m al final del libro. A Bloom le interesa bien poco esa lista, solicita- pregunta sobre los libros que uno se llevaria a una isla desierta, se
da por los editores, pensada para lectores norteamericanos y su- puede discutir todo, pero en realidad, por eso mismo, no cabe
jeta por lo tanto, entre otras cosas, a que hubiera buenas traduc- discutir nada. La verdadera discusion deberia pasar por los ensa-
\
ciones de las obras seleccionadas al ingles. Menos aiin le interesan yos sobre los veintiseis autores que forman el cuerpo central del
SI ; - * las discusiones que esa lista desato. Lo que a Bloom le interesa es libro (que, dicho sea entre parentesis, muestran que la literatura
m
&
m el proceso de canonizacion que ni las instituciones, ni las fuerzas latinoamericana no es el fuerte de Bloom ) , y por las logicas que
que dirimen sus posiciones en el campo literario (agentes y no- ngerTlaseleccion y su organization. La primera de esas logicas es
ciones que para Bloom carecen de relevancia), ni ningiin critico, la mas previsible: la que intenta responder a las demandas multi-
m por fiierte que sea , pueden realizar. Un proceso que se lleva a ca- ples de representatividad de epocas, de naciones y de generos li-
m
mj bo en el interior de la literatura misma, en una perpetua lucha terarios que plantea un txtulo, El canon occidental que, como de-
@6

vr:

entre los textos del pasado y los textos del presente; un proceso da Borges de su Historia universal de la infamia, aturde en la
que el ha perseguido con el trabajo critico de toda su vida, y pa- tapa. Para resolver esas demandas, Bloom acude en primer lugar
ra el cual fue construyendo un paradigma articulado sobre una a la idea de las edades de Vico, que reformula suprimiendo aqui
i red de nociones-imagenes (quiero decir: mas figurales que con- ( pero no en los apendices) la Edad Teocratica, esto es, la de los
Tt ceptuales) tomadas principalmente, aunque no exclusivamente, clasicos de la Antigiiedad (aunque Homero y Virgilio sobrevue-
del psicoanalisis y de las tradiciones cabalisticas, gnosticas y mis- lan varios ensayos); rebautizando las otras dos como Edad Aris- 3
tm1 f tericas. Esas nociones son las de novela familiar, defensa, agon, tocraticay Edad Democratica, respectivamente, yanadiendopa-
N i •
:

cocientes revisionistas ( revisionary ratios, con sus seis modos: cli- ra nuestro tiempo una Edad Caotica de su invencion. Los
mv
namen, tesera, kenosis, demonizacion, ascesis y apofrades), pre- ensayos cubren asi tres edades de desigual extension. La primera
m
m
se inicia en los albores mas lejanos de la modernidad, todavia en
17 El articulo de Catelli es de marzo de 1995, y su ritulo, “ El viejo vol-
can solitario”, una cita de la resena de Frank Kermode a El canon occiden - 18 La primera edicion en ingles es de
1973. La traduccion al Castellano,
tal publicada en The London Review of Books. hecha por Francisco Rivera, de 1976 (Caracas).
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1 DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA
|
1
j el seno de la Edad Media. La segunda y la tercera corresponden producira ningun sobresalto encontrarlo incluido
respectivamente a los periodos del siglo XDC y el siglo XX, decisi- res representatives del canon literario
entre los
auto
occidental.19 Y aunque la-
-
vos por varias razones para la literatura occidental. Cronologica- tinoamericanos y portugueses respiremos aliviados
por esa ines-
mente, el primer autor es Dante. Pero el primer ensayo del libro perada entrada final que nos concede el
capitulo 21, nadie dejara
estai dedicado a Shakespeare, a quien Bloom no solo coloca en el de discutir, desde angulos diversos, la
lectura poco convincente
centro del canon, sino que, con una expresion que para el no es de los textos de esa trfada estrafalaria Borges,
una mera hiperbole, considera como informando el solo la tota-
-
colocada bajo el influjo de Whitman. Hasta
Neruda, Pessoa-
los feministas, por
lidad del canon occidental y hasta universal. ultimo, podrian quedar contentos, pues entre los
veintiseis auto-
I
Por mas arbitrarias que parezean estas disposiciones, hay en res hay cuatro mujeres, por supuesto
que solo a partir de la Era
la primera etapa, o Edad Aristocratica, un elenco de nombres que Democratica, todas pertenecientes, eso si, al
universo literario
no se puede discutir, pues no solo son representatives de esa ex- anglosajon: Jane Austen, Emily Dickinson, George
Eliot y Virgi-
trana grandeza tan dificil de describir que es para Bloom lo que nia Woolf.
hace canonicos a un autor y a sus obras, sino tambien de lo que En realidad, desde esta primera logica, los
reparos mayores se
seran las grandes literaturas nacionales del occidente europeo: suscitan justamente en la Era Democratica,
donde fuera de Ibsen
Dante, Cervantes, Shakespeare, Goethe. No es culpa de Bloom y de Tolstoi todos los auto res son tambien
de lengua inglesa:
!
m que no haya para la literatura francesa un nombre de igual enver- Wordsworth, Austen , Whitman, Dickinson,
'

Dickens, George
gadura en ese periodo, aunque cuando uno recuerda que en al- Eliot. No se si es natural que para un
norteamericano toda la li-
V gun lado se ha dicho que la desgracia de la literatura francesa es- teratura del mundo tienda a estar
contenida en el ambito anglo-
tuvo en que entre Rabelais y Ronsard eligieron a Ronsard, no sajon , pero lo menos que puede decirse es
que a cualquier lector
puede dejar de pensar que hubiera sido Undo que pusiera a Ra- occidental le resulta rarisimo un siglo XIX sin
ningun autor fian-
belais en lugar del extrano compuesto que arma con Montaigne ces. Mas raro todavia si ese lector sabe
que Harold Bloom es un
y Moliere. Lo que si se le debe atribuir es la sobrecarga anglosa- firme admirador de Oscar Wilde, muchas de
cuyas ideas sobre es-
jona del conjunto: Chaucer, Milton y el Dr. Johnson , este ultimo
h! '

r i = !:
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tetica y poetica aprueba hasta el punto de


:
sostener que tenia ra-
para cubrir un genero, la critica literaria, que de otro modo esta- zon acerca de casi todo: pues fue Oscar
Wilde quien, en uno de
ria ausente. sus dialogos esteticos, hizo que uno de
sus personajes, ademas de
m! Tambien se aceptaran como inobjetables, para nuestra Edad

Caotica , los nombres de Proust, Joyce, Kafka y Beckett. A quie- 19


nes conozcan las evaluaciones de Bloom sobre Freud como el mas
Paraeste aspecto se puede ver “Sigmundo
el luchador: tres paradig-
fa*.
mas de la originalidad poetica” , en Los
alto mitologo de nuestra epoca o el mas fuerte de los poetas mo- vasos rotos ( 1982) , FCE, 1986, pp.
12
;
I -
75 76. De paso, senalo que este libro es una
defensa combatiente de la teo-
dernos, gracias al poder de su inventiva y de su lenguaje, no les ria de la angustia de las influencias.

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DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA


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l mas (o textos, palabra que Bloom usa menos) entre si. El hallaz-
! confesar que habia llorado toda la vida la muerte de Lucien de
Rubempre, afirmara que el siglo XDC, tal como lo conocemos, es go mayor gira en torno de la nocion de “ lectura erronea”, una es-
una invention de Balzac. Pero si lo importante para Bloom, co- pecie de escena originaria e imaginaria en que un poeta (o poe-
mo creo, no es la lista de las obras del canon, ni ninguna otra lis- ma) hace una “mala interpretacion” de un poeta (o poema)
ta posible que pudiera corregirla, sino ese peculiar trabajo de ca-
anterior. Esa escena es la que hace posible el acto de “correction
m creadora” que es en realidad el nuevo poema. Se trataria de una
nomzacion que se realiza en la historia intraliteraria de la
• /

si
literatura, lo que necesitariamos ahora, para interrogar estos re- relation entre sujetos (o entre poemas, o textos) fuertes, pues lo
il paros, es preguntarnos por la otra logica, menos previsible que la que se entabla no es un tierno lazo filial entre los que Bloom lla-
n ;:-! : •

ma el “precursor” y el “efebo”, sino una lucha agonica, y muy cos-


iti \ primera, que organiza la selection de estos textos. Y es en este
:
tosa, por la supervivencia. Podriamos decir aqui: por una forma
I
M\
/ punto cuando volvemos a recordar que para Bloom, como dije
de inmortalidad que los textos, mas que darse, se ganan luchan-
\ mas arriba, ese trabajo de canonizacion es lo que el critico debe
m descubrir con su propio trabajo. Esta logica nos conduce, por lo do entre si, y que seria para Bloom la unica autentica y valedera
%
\ tanto, al trabajo critico de Harold Bloom. O en otras palabras:
canonizacion.
;
i esa logica es el sistema de lectura (y de lecturas) de Bloom. Esta idea de la historia literaria desdena olimpicamente, co-
mo se ve, las problematicas y las nociones que los estudios cultu
: ;
-
:! ' rales y la teoria critica han construido para dar cuenta de las cues-
Y si no es un canon, , jque es? tiones institucionales, sociales y politicas que el ejercicio de la
il ' literatura pone en juego. Pero no es ajena a la historia, pues reco-
i:
A lo largo de muchos anos, Harold Bloom ha venido escri- noce a su vez un origen historico. Se habria hecho manifiesta en
biendo y reescribiendo, en innumerables libros y arriculos, alre- un periodo de la modernidad que Bloom situa a veces con ima-
dedor de una idea poderosa y original: la de una teoria de la crea- genes (“despues del diluvio”, por ejemplo, o “ llego la Sombra”) y
\ •: cion poetica como angustia de las influencias. A esta altura, esta a veces con directa precision: “pos-Ilustracion”, u “otro producto
teoria ya ha sido suficientemente expuesta y tambien ampliamen- de la Ilustracion”. Tiene ademas su propia historia en la obra de
ii
te criticada.20 Nos bastara por lo tanto recordar que con ella
Bloom, ya que La angnstia de las influencias es por su parte un
apunta a construir una historia de la poesfa como historia de las
producto de sus libros anteriores sobre el romanticismo ingles, y
""

i relaciones “intrapoeticas”, es decir, de las relaciones de los poe- quiza sea necesario conocer aquellos primeros trabajos para al-
il canzar una mejor comprension de unos argumentos expuestos de
modo tan brillante como hermetico. Porque fue alii, en esos pri- °
20 Por ejemplo , por Paul de Man en una resena originalmente publica- meros libros, donde Bloom fue organizando Qo seria mas justo
m
m :1 da en Comparative Literature y recogida luego en la segunda edicion de
m Blindness and Insight, Minneapolis, 1983. decir que descubrio?) la secuencia de autores que propuso como
i
i
j 50 51
1

1 DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA


I
:
l
;
modelo initial de su teoria de la literatura, la que sera despues la dria ofrecernos una lista fiable y estructurada, porque seria impo-
serie de los grandes poetas romanticos ingleses y norteamericanos sible conocer no solo una cantidad cada vez mas abrumadora de
sobre la cual vuelve una y otra vez en sus libros centrales: Blake, libros, sino las relaciones cada vez mas intrincadas que entre esos
PI
Wordsworth, Coleridge, Byron, Shelley, Keats, Tennyson, Brow- libros se entablan. Si esta lectura mi'a no es erronea (pues no es-
ii
P
ning, Yeats, Emerson, Whitman, Stevens... Detras de todos ellos toy tratando de alcanzar ninguna correction creativa), se podra
encuentra un precursor fuerte: Milton. Y detras de Milton, Sha- entender al cabo de este recorrido por que supongo que este li-
0
1
m kespeare; y Homero; y la Biblia... bro es personal y arbitrario, pero no caprichoso ni carente de fun-
Debido a todo esto, la angustia de las influencias es tambien damento. Porque lo que Bloom ofrece en el no es “el canon oc-v
una reflexion sobre la prioridad y sobre la originalidad, aspectos
I

t
t:
' •
* .
indisociables de una cierta conciencia melancolica del retardo,
del gran cansancio de llegar tarde, del temor del poeta de que ya
no quede ninguna obra digna de realizar. Pero en lugar de inter-
^ ^
cidental” sino una emon ( en las dos principales acepciones de {
la palabra), la memoria personal de sus lecturas. O, si se prefiere
un diagrama espacial, un sistema no sistematico, el sistema de re-
laciones que ordena las lecturas de toda su vida. Por eso Shakes-
Hi
U narnos en esta linea (que nos deberia llevar a captar como Bloom
i i!
peare es principio y centro de este “canon”; por eso, en lugar de
lee esto a traves de un Nietzsche corregido con Vico y de un una lectura freudiana de Shakespeare, Bloom nos propone, con
-
III
;l •

% ;\mi Freud al que corrige el mismo), registremos simplemente que de una de sus modalidades de inversion, una lectura shakespereana
l! r
I-
lo que se trata en esta teoria, sobre todo, es de pensar relaciones. de Freud. Y por eso Whitman aparece en la angustia de influen-
No quiero decir que nos encontremos con una exposition de re- cias de los poetas sudamericanos y del portugues. Dario, Lugo-
I :: laciones sistematicas. Quiero decir que para Bloom no es posible nes y Borges algo supieron de eso.
I . - leer un poema (o texto ) como una entidad en si mismo, sino en Finalmente, aunque siga resultando abusivo, y aunque cues-
S! la red de relaciones que se derivaria de las “lecturas erroneas” que te no ceder a la tentacion de discutir ese capftulo, hasta se puede
cada poema realiza del poema o los poemas precursores. Por eso, llegar a entender por que la novela canonica del siglo XIX esta re-
dice Bloom, la .tarea de la critica deberia consistir en ensenar no presentada aquf por Dickens y George Eliot, mas alia de la abso-
TT II la lengua de la critica, sino la lengua en que esta escrita la poesia, luta supremada que Bloom otorga al primero sobre la segunda,
1! que es la lengua de la influencia que rige las relaciones entre los sobre todos los novelistas occidentals, incluido Cervantes, y aun
\\ poemas. En una frase suya: “ La critica )es el arte de conocer los sobre casi todos los escritores existentes, con exception de Sha-
8 1r .
!yi camrnos secretos que van de poema a poema .
i »
in kespeare. El principio de las relaciones le permite a Bloom anu-
Pensar relaciones, entonces. Esa es la otra logica que rige la dar, gracias a esta election ciertamente lunatica, varias cuestiones
as i
i

-

.i
selection de los veintiseis ensayos. Nadie podria hoy, segiin este recurrentes en su sistema de lecturas: en primer lugar, seguir, o
principio de Bloom, ni dominar el canon ni tener la autoridad mas bien trazar, unas Eneas que vinculan las dos novelas que ana-
'

necesaria para decirnos que es. Nadie, y tampoco el, afirma, po- liza entre si, y al mismo tiempo con textos fiiertes de la tradition

52 53
I
%!
\
Tj:

DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA

literaria occidental, como el Progreso delperegrino, la Divina co-


en el corazon de la cultura universitaria norteamericana es deci-
, siva para comprenderlo) , Bloom reescribe asi a Shelley: “ No creo
media,. los poemas de Wordsworth o las novelas de Henry James
de Lawrence, de Virginia Woolf; y a partir de esa trama , conti- que los estudios literarios como tales tengan futuro, pero esto no
nuar sus polemicas crfticas, discutiendo algunas lecturas feminis- .
significa que mueran.( ..) El estudio de la literatura occidental
tas actuates y otras no tan actuates sobre las fiinciones
estructura- tambien continuara, pero en la escala mucho mas modesta de
1
nuestros actuates departamentos de lenguas clasicas. Los que hoy
i
les y las significaciones cognitivas y morales de los periplos de
i
: 1
formacion de Esther Summerson y Dorothea Brooke, las celebres llamamos ‘departamentos de ingles pasaran a llamarse departa-
1.
'
'

protagonistas de Casa desolada y de Middlemarch. Pero esta y mentos de estudios culturales’, y en ellos las historietas de Bat-
i
otras discusiones deberan quedar afuera de esta ya no breve
apro- man, los parques tematicos mormones, la television, las pelicu-
ft

ximacion
/
. las y el rock reemplazaran a Chaucer, a Shakespeare, a Milton, a
Wordsworth y a Wallace Stevens. Las grandes universidades y
s colegios otrora elitistas seguiran ofreciendo unos pocos cursos
A modo de corolario paradojico: sobre Shakespeare, Milton y sus pares, pero en departamentos de
r tres o cuatro especialistas, equivalentes a los de griego y latin an-
la defensa del canon es la defensa de la poesia
tiguos”.
% Llegamos ahora, por fin, al tercer nombre que anuncie que Pero a diferencia de Shelley, Harold Bloom es un apasionado
agregaria. Hace ya mas de ciento cincuenta
ahos, en el momen- sostenedor de la autonomia absoluta de lo estetico, y niega por lo
~ ~
if to heroico del romanticismo ingles, Shelley escribio
su celebre tantd a laliferatura cualquier funcion de mejoramiento, sea so-
utilitaria , afirma- cial, moral o de cualquier otra indole. La fuerza cognitiva, inven-
° Defensa de la poesia. En pleno auge de la marea el concebir lo tiva y verbal que sostiene y anima las obras canonicas es a su jui-
i ba con pasion: “ Pero excede a toda imaginacion
que hubiera side la condicion moral del mundo si nunca hubie-
h|
l cio esencialmente estetica, y no recibe su sancion de ninguna
ran existido ni Dante, ni Petrarca, ni Bocaccio, ni Chaucer ni
, instancia heteronoma. En consecuencia, considera que la litera-
m Shakespeare, ni Calderon, ni lord Bacon, ni Milton (...); si la tura es forzosamente elitista, que la verdadera lectura es una acti-
; si nunca hubiese vidad solitaria, y que ni la soledad puede ensenarse ni ella ensen
poesia hebrea no se hubiese traducido jamas
tenido lugar un renacimiento en el estudio de la literatura grie- a nadie a convertirse en una persona mejor. De modo que no se -
ga.. etc. Si no lo hubieran iluminado estos y otros monumen-
s j ria ilicito ver en su “defensa del canon” una heroica revision ac-

dm
J
hzsi&i
tos del arte, proseguia Shelley, el espfritu humano no hubiera
cedido jamas ni siquiera a las mas groseras de las ciencias ni a los
ac-
^
tual de aquell defensa de la poesia, concebida en el talante de es-
^
tos tiempos tardios, tan poco heroicos y quiza finales. Por eso sus
capitulos “elegfacos”: pues en lo que hace al porvenir de los estu-
u
U
razonamientos que en su tiempo se pretendian superiores a las
facultades de la imaginacion. Hoy, desde Yale (y esta localizacion dios literarios, Harold Bloom no parece vislumbrar ningiin ricor-
i.

54 55
m
EL DEVENIR DE UNA PALABRA
DOMINIOS DE LA LITERATURA

del acerca del deseo de la voluntad de quebrantar los limites. Ese de-
so despues de esa Edad Caotica que invento para la literatura seo, que la voluntad a secas nunca podria realizar, lo realizaria la
siglo XX en El canon occidental. voluntad poetica, unica capaz de construir esos artefactos (el poe-
Si nos detuvieramos aqui, esta posicion pareceria poco mas ma, el texto) que son en realidad mentiras contra el tiempo, o
1 que una resentida queja corporativa contra lo que Bloom llama “nuevas refutaciones del tiempo”.21
,
la “Escuela del Resentimiento” (las corrientes criticas feministas Contra el tiempo y contra la muerte. En uno de sus libros,
desconstruccionistas, neohistoricistas, multiculturalistas, etc. . Y
)
Bloom acudio, para exponer esta idea, a una cita de Milton. Tal
M
y habria bastante para comentar, tanto sobre estas corrientes y su vez lo haya hecho para brindar una muestra ejemplar de su pos-
1 voluntad hegemonica de poder en los claustros, como sobre las tulado de que la critica fuerte debe ensenar el lenguaje de la poe
ill diversas facetas de la polemica que Bloom y otros criticos como sia. Si asi fuera, es indudable que encontro el modo mas
bello e
! Stanley Fish sostienen con ellas, facetas que en algunos casos tal intenso de decirla que nos es dado alcanzar:
-
izp
- vez sean francamente regresivas, en el marco de las presiones que
ft se ejercen sobre los sectores progresistas en las universidades nor- “ataviados con estrellas, permaneceremos para siempre
teamericanas desde los espacios del poder politico y
economico.
f .
trascienden los de- vencedores de la Muerte, y de la Suerte, y de ti, joh, Tiempo!”
sr .-
Pero si se esta atento a otras perspectivas que
bates academicos de Bloom, se encontrara que esta “defensa de la
' ;

1
poesia” adquiere alcances mucho mas vastos, casi prodigiosos: la
'

batalla del poema fuerte para triunfar sobre el olvido (la lucha
;
' H!
m\ '•

agonica por la canonizacion) es elevada a modelo de una pulsion


m defensiva capital, y la poesia pasa a ser concebida ella misma co-
W ::
:
mo una defensa contra la mortalidad. La fuerza y el poder de la
irffl
mi
jy

poesia terminail asi traspasando las fronteras


de una concepcion
cerradamente estetizante, y alcanzan, contra toda postura instru-
m h mental, debilitadora o ironizante, las dimensiones psiquicas y
! flint! aun metafisicas mas profundas y amplias de la humanidad. La
wm
tJ> vV.'• • • idea no es nueva, se dira; por cierto, ya la hemos visto en aquel 21 Para este punto, vease encre otros: el primer capitulo de Poetry and
lit
m.. brevisimo capitulo de Curtius, que el mismo Bloom se encarga Repression (1976), traducido por Mirta Rosemberg y Daniel Samoilovich
m
de recordarnos: “ La poesia como inmortalizacion”. Pero lo nue- en Diario de poesia^ num. 22, otono de 1992; y “Los conceptos freudianos
S V,
v
>

vo esta en la forma como Bloom la desarrolla conceptualmente


, de defensa y la voluntad poetica”, en Tres al cuarto, num. 2, otono de 1993,
de traducido por Nora Catelli, y con una excelente presentacion de Jorge Be-
SON :
i
apelando a una recolocacion y una reelaboracion del concepto i
1
linsky.
defensa de Freud, y a una reflexion sobre la idea nietzscheana
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:

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56
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1 LITURGIAS Y PROFANACIONES
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1 Nicolas Rosa
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Si
La regulation historica entre psicoanalisis y religion no es
ill Si
f :3 : ? • •
'

asintotica ni quiasmdtica, es sencillamente de simetria


!i1 ; Vf :
1 mvertida: cuando el psicoanalisis fracasa triunfa la religion.
\i U
it Existe un canon literario latinoamericano, argentino o espa-
. ^
m r:.
nol, como se debe, en nuestras lenguas? A pesar de que la pregun-

imi •
*

ta, como se debe, esta formulada con signos de interrogacion, pa-


!
!1 i? lii reciera que por el valor semantico de la palabra canon es quiza
i --
I
:

una interpelacion, por lo que me siento obligado a preguntarme


:
:itf a mi vez, si el canon como entidad cuantificadora del fenomeno
;v

literario debe estar sujeto a sucesivas variaciones de significado,


no solo por las derivaciones sinommicas mas o menos conocidas,
itfi sino por aquellas que estan fiiera de nuestro contexto. Por ejem-
II plo, la obligacion pecuniaria que debe pagarse por ciertos servi-
if :
Ipfii cios o por ciertas concesiones. No estarfa incluida aqui la rela-
mi
m.liiii %
^
cion distributiva pero tambien impositiva de un pago simbolico

:
por la prestacion de los servicios de imitacion, copia o analogia?
I: .
; :
Cuando Bloom, presidido por Freud, habla de canon literario
nos esta diciendo las relaciones de continuidad y de desafectacion
!
ii ill!i de los textos pero simultaneamente el precio que hay que pagar
para saldar la deuda imaginaria que tenemos con nuestros ante-
;!
\:v i
cesores textuales. Si bien es cierto que esa deuda se paga con di-
5
i'
5
7
nero simbolico, duele en la carne de los escritores. Toda la teoria,
m :i
1 o la seudoteoria, de la canonizacion literaria no es mas que una
i:
••
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59
|
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UT.

DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA


j !i
ella entra- Podemos sostener la imposibilidad de la existencia simulta
ficcion de la paternidad literal y de los conflictos que -
ha. Si intentamos preguntarnos por la probable
existencia de un nea de dos canones, en principio porque repugna
a una ratio
y sentimental, puesto que si yo organizo mis preferencias y las
canon latinoamericano no podemos menos que preguntarnos
m% seria - propongo como canonicas es llevar a mis preferencias una do-
responder sobre la real existencia del canon. Es interesante
lar el hecho de una levisima transicion en las preguntas
que nos minante quasi-totalitaria y exigir que mis criterios de seleccion
I;!
!
Its
1 acosan, tanto como reflexion teorica o como preocupaciones
una
— eso que hace a la historia de la literatura se
- confunda con una
regia preceptiva. Si nos inclinamos a la estetica no puedo
% pragmaticas, entre las formulas de la utopia que es siempre - per-
en el pre mitir o por lo menos derogar las preferencias del Otro.
pregunta por el futuro aunque ese futuro lo ubiquemos Y si ape-
1
sente, hacia una pregunta por el canon que
, es siempre una pre- lamos a razones logicas, asf como en fisica una parricula no
ft pue-
canon que pueden de tener dos velocidades, as! nuestro “gusto”
u
Ssiii! gunta por el pasado. Las formas religiosas del no puede
, subyacen en permitirse dos integralidades. El canon es un
ser descartadas en el piano puramente operativo integro y no pue -
3? hacer de ser subdividido ni ajustado reductivamente a un
1!) formas puntuales en las organizaciones que pretendemos dos y por
este-
de la literatura desde este protocolo. Si desde ende no puede tener dos integralidades, a menos que
1

1 la perspectiva someta-
; tica remite a la constitucion de formas
, de modelos o de reglas es- mos el canon a los deseos y particularidades de
nuestras predi-
tablecidas, desde la perspectiva erica son formas o modelos pres - lecciones, ajustandolos a nuestro deseo... de lectura. Si es nues
-
exigen una tro deseo el que opera recordemos a
; criptivos, rigen un comportamiento o una actitud
,
Barthes y si es una
{ conducta a seguir y establecerian las reglas penitenciales que gra- secuencia historica de procedimientos citemos
ejemplarmente
de una a Curtius o a Auerbach y si es la puesta en
j van la literatura. Como categorfa estetica es la propuesta escena de nuestra
, mimesis colegiacion estadfstica, senalemos a Bloom. La
forma de lo bello literario para ser imitado o copiado ^ — constitucion /
, remedo del facsi- del canon siempre estara sometida a incompatibilidades
o mimetismo? Es verdad que la copia absoluta
•**

nume-!)
clinico: ncas.
mil, es imposible en el nivel real o incluso en el nivel , un
siempre habra un pequerio detalle, un desliz del sinonimo Como todos sabemos, esa sutil y alocada excentrica que fue
enganche de la imagen, o un crecimiento de las volutas de la los-
f me Virginia Woolf, escribio cientos de paginas bajo la tutela
de “common reader”, de ese improbable del
tafora, que pueda percibirse. Sin embargo la masificacion lector comun, pero el so-
detalles, la cuantificacion de las imagenes y precision
la flauber - cialismo estadistico de Virginia no era tan democratico como
tiana de los adjetivos vuelven a la obra un ejemplo
de la reperi- pretendia: el grupo de Bloomsbury era nada mas ma que una coa
de lo mis- iicion aristocratica -la aristocracia del “ buen gusto” que -
cion. Es lo que opera en el mundo de la representacion
mo en todas las formas de la literatura mediatica
: son una
a la es-

cunscribfa una zona de lectura sobre un campo de escritura. De
la misma manera, la constitucion de un canon e
cir-

apoteosis de lo mismo y una profunda herida narcisistica - insistire en -»


copia.
tetica romantica de la originalidad. Todo original es ya
una esto de constitucion no tanto por la pesarosa
palabra, sino por
i
60 61
i
1

DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA


i
la idea de conformacion constitucional y leguleya que presupo- -
dienne 22 “los canonigos” y los “desconstructivistas” se
y
empare-
ne y por las exigencias de clasificacion y de medida. Si la idea jan sin decidirse a establecer un acuerdo. Todos estos datos
perfi-
de canon se vuelve a reponer en la critica americana, mas alia lan que el pensamiento filosofico que nutre el judaismo en todas
de la interpretacion sociologica de Bourdieu como sistema de sus variantes, ejerce una presion sobre lo que se entiende
por li-
codificacion , es porque en el espiritu norreamericano y mas alia teratura, donde se pretende originarla y por lo tanto en
la crea-
de las discusiones entre multiculturalismo y legislacion canoni- cion de una linea sucesoria en las nuevas genealogias. El
pasado,
ca, hay siempre un aire religioso: el canon solo se constituye en como se debe, no es mas que una creacion del
presente. .
forma teocratica con la mision hagiografica de proponer los au- Es probable que Bloom no acepte este intento de fundar una
tores santiflcados por las universidades. Y aqui recordamos la precesion, pero el caracter hieratico de todo canon, que
implica
I hostilidad de Bloom hacia el mestizaje de las “culturas diversas” rigurosamente una cainizacion -llamamos cainizacion a la acti
-
y a la negacion, disolucion o descuido de lo que el llama la “es- tud de aceptar la autoridad paterna; digamos Shakespeare
/ •
tetica . negar y asesinar a los hermanos textuales -Marlowe o
- para
1 El intento de Bloom estriba en una nueva fundacion de la li- o reconozcamos nuestra deuda sucesoria con Ruben
John Ford,
Dario para
teratura occidental, intento que tiene variantes en el orden este- oscurecer nuestro lazo contradictorio, lleno de amor-odio, con
is
tico, social y politico: la religion estadounidense y recordemos to- Alfonsina Storni o Delmira Agustini- nos permite pensar que la
dos los trabajos insolitos de Bloom, lo que el llama la “pequena modificacion que se establece a partir de esta perspectiva le per
-
profecia”, el surgimiento de la nacion poscristiana o el Libro de J. mite refrendar su hipotesis basica: la literatura occidental
no tie-
y en el orden politico, la lucha interna de las academias universi- ne su pro-padre en Homero y en los ciclos homericos
sino en la
tarias amencanas. Creo fundamentalmente que el espiritu de Blbfia. Esto significa trasladar en una geografia imaginaria
los
Bloom es la substanciacion de una antropologia literaria cuyo re- asentamientos de la cultura occidental y en el registro simbolico
sorte basico es su judaismo, aunque el lo niegue o lo soslaye. En organizar la cultura como analogon de la religion. No se trata de
la actualidad, la potencia que tiene el pensamiento judio con negar el valor fundamental de la religion en la formacion de la
ra-
fuentes de la filosofia es muy nitida. Si bien es cierto que pro- tio occidental en la lucha constante del logos y el mito,
o entre
puestas de Bloom no tienen ni tendran la consistencia de un Le- neuma y razon, entre el espiritu y el cuerpo, entre racionalida
dy
vinas o de Jabes, o incluso de un Derrida, en su lectura se reunen sentimiento, entre cerebro y corazon, entre el soma y los afectos,
los enemigos irreconciliables: entre el Pentateuco, los registros de sino que responden al fenomeno en el registro imaginario
para
la Torah y la reposicion de la “erudicion alejandrina” -que en darnos cuenta de la constitucion de eso que llamamos hombre,
America latina puede equivaler a las formas del “neobarroco” y
las lecturas de Freud -la de Harold Bloom en La angustia de las
— humano, sujeto, sujeto social, etc. La interpretacion que encon
-
influencias y la de Derrida en Mai d’archive. Une impression freu- 22 Paris, Galilee, 1995. ( Hay traduccion al Castellano.)

62 63

Mi
r

DOMINIOS DE LA L1TERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA

tramos en los teoricos norteamericanos e ingleses, pienso en das religiosas de la pequena burguesia acaban generalmente en es
-
Bloom , en Frye, en el verdadero orientador de estas formulacio- catologias cientistas como las de Teilhard de Chardin o en la fu
nes, Frank Kermode, nos permite pensar que el libro fundador, turologia de los planificadores perspectivistas como lo ha senala
-
la biblia de las Biblias puede ser interpretado: do Reinhold Niebuhr con un termino ampliamente descriptivo-
:
1! 1) como literatura sapiencial, 2) como thesaurus de imagenes “el milenarismo evolucionista”.23
:
y metaforas fundamentales de toda la literatura occidental y 3) Si en la contemporaneidad, la extension de lo iiterario
en
III como texto fundador de la literatura occidental y por ende como oposicion a la literatura entendida como institucion social, hacia
la construccion del gran codigo como lo entiende Frye, o del ca- el campo del cine, de la telenovela o del videoclip, pareciera im
non , como dice Bloom. En el nivel historico, se ha producido un pedir la constitucion de una regia y por ende de una organiza
-
tenue desplazamiento de las civilizaciones creto-micenicas, las ci- cion canonica, es necesario recordar que la disolucion de
-
una
vilizaciones proto-griegas, para trasladarnos de la cuenca medite- forma siempre va acompanada por la sustitucion de otras nue
rranea hacia el oriente cercano. Es que la situacion poli'tica ac- vas. El hecho concreto y actual es que estas nuevas formas
-
^
tual, disolucion de la Union Sovietica , el conflicto entre judi'os y formas ya establecidas y por cierto canonizadas, si entendemos
son
palestinos, la guerra de la ex Yugoslavia entre musuimanes y ser- por canon la consistencia de una fosilizacion diacronica o mejor,
bios, los desplazamientos de la cultura arabe y las formas actua- de una cristalizacion temporal que produce un modelo a recrear
les de la geografia islamica, nos permiten pensar que influyen di- o a imitar. Desde el punto de vista historico, la reposicion
de an-
rectamente en la exposition de una geopolitica de las sucesiones tiguas formas y codigos es lo que permitio establecer una nueva
y herencias textuales y por ende literarias? El relato de Casandra nomenclatura como la posmodernidad, algo tan dificil de defi
-
:

I

-en su lamentation agonica y profetica no es biblico , o la furia
protestativa contra las leyes de la ciudad de Antfgona no estan re-
nir como de precisar. Este hecho se produjo a partir de las
sivas vanguardias, pero entendemos que la reposicion
suce-
de viejas
gistradas en el Pentateucoy y basicamente, y por lo tanto ni en el formulas inscrip tas en el movimiento mismo de la repeticion, en
Genesis, Exodo o Numeros, o mejor la prosapia incestuosa de Edi- el sentido que le da Kierkegaard o Freud, no es la repeticion
de
po se hunde en el Tigris y en el Eufrates. Y esto no solo por la lo mismo sino una repeticion que engendra algo nuevo, solo
que
disparidad de orden historico sino porque registran culturas an- nos fascina precisamente por creer, imaginariamente,
que este
tagonicas tanto como se oponen en la promocion contempora- retorno, como el retorno de lo reprimido es un retorno
a lo an-
nea del Apocalipsis y la resistencia a las utopias, tanto como se ticOy que engendra sorpresa pero tambien
angustia. Como nos
oponen las culturas migratorias a las culturas sedentarias y ente-
* rratorias. Esto no implica la negacion de lo Iiterario sino su ex- 23 Vease Jacques Derrida: Sohre el tono apocaliptico adoptado reciente
tension que puede llegar a su disolucion , a su propio Apocalipsis, mente enfilosofta, Mexico-Madrid , Siglo XXI, 1994. R. Niebuhr, Moral-
hecho que aterra a Bloom. Si en la contemporaneidad las deman- Man and Inmoral Society Nueva York, Charles ScribnerSons,
1932.
64 65

I.
i
1
if
m
m
1 DOMINIOS DE LA LITERATURA
if
EL DEVENIR DE UNA PALABRA

I
movemos, por momentos, con categories que provienen de la fi-
samente en el momento en que lo bello literario esta sujeto a una
losofia o del psicoanalisis, me gustaria pensar que este efecto de
1 degradacion formal que es visible en los discursos de la contem-
i pasado que vuelve, es el soporte de una metafisica de la causa, poraneidad. La teoria de lo sublime se convierte en el sublimi-
|i metafisica que puede pensarse fenomenologicamente como mi-
1 rungde los procesos quimicos para sostener la sublimacion freu-
1 to de origen donde se sostiene el mito de fiituro, ya sea utopico
1: •

itA
diana de las pulsiones sexuales como el elemento productor del
o devastador. Hegel propuso una forma tan bella como pertur
I
1!;
- trabajo de creacion.25 Simultaneamente, a partir del comienzo
1 2 badora, el caracter intrinsecamente pasado que tiene todo arte, del siglo, el registro cada vez mas marcado del feismo en linea di-
I
? !; este axioma tan dificil de aprehender esta ligado a la clausula
recta con nuevas concepciones de la “monstruosidad ” y la dislo-
mmm :
i
fundamental de la estetica hegeliana: la apariencia sensible de la
im ' :
.
cation de los criterios de normatividad estetica, que parecerian
idea. Pero si me he permitido traer al ruedo a Hegel es porque
I
I en la contemporaneidad su representante mas claro es Gadamer
permitir una libertad y por momentos un libertinaje formal tan-
; to en la creacion como en eso tan impreciso que es el “gusto” y
m|ls y todos aquellos que hacen refluir las propuestas del romanticis- su experimentation democratica. Como es posible que este
*

i mo de Jena en las consideraciones de las formas artfsticas actua- ^


efecto sea contemporaneo de los procesos de canonization ? En
c i les.24 Las previsiones de Hegel, como las de Nietszche e incluso
principio, podriamos decir que la fragmentation y segmentation
in las de Heidegger pueden ser tomadas como profecias, ya que la de nuestras sociedades en donde luchan lo local con lo global
Mi
profecia es una retorica propia de nuestra epoca finisecular. El permite la coexistencia inestable de diversas formas antagonicas,
Mi
caracter pasado del arte es lo que llamamos tradition. La pregun-
nM ) ta es ;c6mo establecer una tradicion, si no la vinculamos con la
pero en un nivel mas profundo es probable que la restitution de
formas canonicas sea un elemento defensivo de preservation de
mi
\s corporacion de un codigo, de un paradigma o de un canon ? Es lo ya perdido. Si el arte es siempre una forma de pasado, es porA
1
cierto que estas nociones no son sinonimas, pero en el relato de
i que el registro imaginario replica el registro de lo real como for-1
in ; la crltica literaria parecen serlo. Si pensamos tambien que, mas ma de nostalgia. Esto es lo que se ha llamado ficcion, tan to la no- )
f alia de su proveniencia de la musica religiosa (las tesis estableci-
i- velfstica como la teorica. La ficcion como invencion: la inventio
!: I '

; das por la Paleographie Musicale) , el canon de la belleza estatua-


li contemporanea no se deduce de la retorica aristotelica, sino que
ria (el canon de Policleto), o de los diversos y multiples canones
proviene de una catexis historica puramente reproductiva. Los
I
1
|
j
de la escritura biblica (catolica, protestante, ortodoxa, griega,
mitos contemporaneos, y son muchos, son la invencion en su
etc.), es un modelo a imitar y asi se constituyo el canon de Ale
Ii - forma des-carada, es decir, sin rostro, a partir del si'mil de la ca-
m
£ jandria, la modernizacion de las teorias de la creacion artlstica en reta. ,;La inventio es agente de cambio ? Si la entendemos como
I
el sentido estricto del termino, no poseen ningun senddo preci-
I
24 Hans George Gadamer, Poetnay didlogo, Barcelona, Gedisa, 1993. ^
2 Nicolas Rosa, “La lengua
del Ausente”, en revista Orbis Tertius ntim.
-
2 3, La Plata, 1997.

! 66
T 67
l
A

f | ;
DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVEN1R DE UNA PALABRA

ficcion, en el sentido en que la aplica Bentham en su


Tratado de ordenes sociales, 26 apuesta a nuevos discursos a nuevas
escrituras,
las Ficciones, podriamos decir que si. Los agentes de estabilidad a nuevos textos. Esta reivindicacion es vindicar,
seri'an los mitos, en tanto que las utopias
alimentadas por las ^ como diria Bor-
ges, nuevas y antiguas formas de las categorias literarias, o
en el
ucronias, serian la proyeccion de lo humano en la historia
. Pero ejemplo de Harold Bloom, son contradictorias y luchan
entre si?
las ficciones estan siempre sujetas a pruebas, cuando pierden
su Las nuevas categorias con las que trabajamos son la
reformu-

nivel de operatividad y en el registro latinoamericano
mas contundente fue la Revolucion- se las descarta.
la ficcion
Las ficcio-
lacion de antiguas formas tratadas, en principio, por la
luego por la Preceptiva y actualmente por el estudio de los
Retorica,
me-
nes teoricas, las ficciones politicas, las ficciones paradigmaticas dios masivos: codigo, tradicion, genero, estilo, clasico,
clasicismo
( utopias y apocalipsis) , ficciones legates, las del Derecho las
, -
fic y por lo tanto canon. Decimos por lo tanto: esto implica
una afir-
ciones matematicas como las del caso-cero o las semioticas -
o lin macion fuerte, la resolucion no sinonimica pero paralela
de la
en el ciasicidad y del canon. Y tambien el concepto
giiisticas (como la del Signo) o la ficcion de la causalidad dtCtradiciori que
campo de la Historia, lo que Bergson Ilamaba la funcion
fabula- solo puede sostenerse en la oposicion vanguardia/
tradicion que
,
dora de la historia. Pero la validez de una ficcion solo puede se subsume los conceptos de Tynianov arcaistas e innovadores.
Pero
probar por el exito que pueda tener en el mundo: de esta forma debemos recordar que un critico, dejado de la mano de la
teoria
\ no sabemos si existe el “aparato psiquico” -verdadero aparato actual, nos precavia -y me refiero al aristotelico-
en lo real es in-
marxista Galva -

j
no Della Volpe- que estos terminos son
j teorico pero que ha ejercido una modificacion militares. Toda vanguar-
dia presupone una retaguardia pero quiero recordar
dudable, de la misma manera que, demencialmente, la opinion tambien que
antisemitica solo se puede probar cuantitativamente: seis millo- estar en la retarguardia no es sino una
estrategia para atacar.
de los
nes de cadaveres. Hannah Arendt sostenia que los filosofos Quees un clasico? pregunta que la vanguardia no se
^ hace
hombres de cien- pero si la posmodernidad. Que es un clasico? Lo
nazis no eran genericamente diferentes de los -
ia, incluso de todos los hombres en general en el momento
en ^ menos que po
demos decir es que este atribulado concepto solo puede
aclararse
nues-
que el hombre se enctientra a solas consigo mismo. Quiza
-no definirse- a partir de la lectura, no la lectura estadistica
sino
. los fenomenos contemporaneos de la lectura.
tra contradictoria Arendt penso asi a Heidegger Como se tee y co -
;Es ajena la disputa sobre el canon a la aparicion de los nue- mo se teen los clasicos? que nos lleva a ^
considerarlos clasicos?
<
vos sujetos sociales? La Valencia social del feminismo y
de la cri - El clasico nacional -y no es una muestra de hipismo
- entra en
tica anexa, la ginocritica, en todas sus variantes, las reivindicacio - conflicto con el clasico internacional o con el clasico
occidental,
, los de la misma manera que las naciones siempre
nes genericas de nuevos sujetos de ley como las lesbianas entran en conflic -
homosexuales, la literatura “gay” , las nuevas luchas de negros, in- to con las pretensiones anexionistas e
imperialistas de otras nacio-
nue-
dios, inmigrantes en el marco tan labil de la etnicidad las
vas corrientes migratorias y las formas tercermundistas
de nuevos 26 Michel Serres, El contrato natural Valencia, Pretextos,
1991.

68 69
DOMINIOS DE LA LITERATURA
EL DEVENIR DE UNA PALABRA

nes. En este sentido, la pretension de


Bloom -pretension plena- das como mecanismos de defensa, denegacion, negation, forclu-
mente justificada por la forma en que Shakespeare
trabajo los sion , llevadas al campo de la lectura como un entrelazado de es-
afectos y pasiones humanas, desde la celotipia
hasta la morbosi- critura-lectura. La diferencia fundamental con Bloom consiste en
dad de las pasiones criminales-, es una pretensio
invade tanto el terreno del gusto personal (para
n imperialista, que la “angustia” deviene en mi caso un polemos, o enfrenta-
mi El corazon de miento, una verdadera guerra que se produce entre los autores;
las tinieblas es el clasico contemporaneo) y
para el territorio pe- los autores no se “angustian” frente a los otros autores ya sean
^
riferico de la literatura argentina Martin Fierro es
un clasico? En ellos contemporaneos o verdaderos ancestros, sino que intentan
la interpretation desubstancializadora de Borges,
Martin Fierro asesinarlos, un asesinato textual y un asesinato legal del que dan
es un avatar de la literatura argentina,
pero ese avatar es constitu- cuenta tanto la teorfa de los padres textuales como el derecho (la
tive y por lo tanto todo texto argentino
es siempre sometido a ley de propiedad intelectual) tanto como las pulsiones homicidas
una prueba evaluativa que relaciones
^ mantiene con el texto fun-
dador? Actualmente, la resurrection y transform
ation del genero
que intentan sacarse de encima a un padre. Para decirlo de otra
manera, el Nombre de Autor es siempre un atentado contra el
gauchesco en las figuras de Leonidas y Osvaldo
Lamborghini Nombre del Padre como emergentetiel urvater fundamental. En
muestra una itineration nueva y dibuja
grados distintos. La suti- el registro de la autoridad literaria, Homero o la Biblia son regis-
leza y la burla contenidas de Italo Calvino nos
dice de un clasi- tros temporales de la certification de un origen, de donde veni-
co: “es aquella obra que suscita un incesante
polvillo de discursos mos, pregunta darwiniana que se retraduce en lengua literaria:
crfticos”. Me interesa mas el termino polvillo
por esa levedad que que leemos para saber como escribimos. Lo que nos lleva a pen-
mas que sugerir, insinua en la lectura. De
lecturas sar que la lectura de un texto es la lectura de los antecesores,
podrfamos senalar algunas, pero es de este caso transgresoras
argiiir sobre la cuando leemos a Edith Warton estamos pensando en Henry Ja-
lectura que los autores hacen de los autores, engendra
ndo textos mes para que nos Ueve de la mano por el sendero sinuoso traza-
incestuosos, por la sencilla razon que como toda it
razon sencilla ! do por Proust hacia Combray. La angustia de las influencias no
produce una variedadde dificultades. ,;Que leen 5

y como leen los es nada mas que la duplication de una angustia neurotica que
autores que escriben? En la contemporaneida Il
d, tanto la
angustia
de las influencias como el concepto de intertext
ualidad y todas
l\ proviene de la alienation con el Otro y de la. angustia deja sepa-
^

racion con la subsecuente perdida pero tambien con el beneficio


sus variantes que van desde Kristeva a
Riffaterre, son formas de de la autonomfa precaria del yo del escritor reflejada en la angus-
decirnos precisamente eso: que leen los autores
y que hacen con tia narcisista, con el menoscabo de una autonomfa que se presu-
esas lecturas. En mi caso particular, elabore
una teorfa de los an- :.rz
pone privada. Las filiaciones organizadas metaforicamente en la
cestros textuales no tanto siguiendo a
Freud, que es el caso de lfnea de la sucesividad elaboran genealogfas sobre el repertorio de
Bloom, sino amparandome en Lacan y en categoria
s como iden- antecesores y de sucesores. La deuda literaria, aquella que subya-
tification primordial y secundaria y formas del rechazo
entendi- 2 ce en la “angustia de las influencias” se sobreimprime a un deli-

70 71
i;
DOMINiOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA

rio de protection contra el dolor y el olvido. La solucion, y aho- en el sentido deleuziano del termino. Bloom en su irritante pre-
ra propongo una solucion para que no nos sintamos tan angus- lacion de autores, el superficial Rene Jughes (La cultura de la que-
tiados, es buscar el Padre lo mas lejos posible, en Homero o en la ja) que coincide con los “resentidos” de Bloom, o los neoconser-
Biblia, o muy cerca para hacer creer que mas que Padre es un vadores Allan Bloom, W. Bennett o R. Kimbal (The Closing of
Hermano (como es el caso de Cesar Aira en relacion a Osvaldo American Mind), el trabajo de Jose Pozuelo Ivancos (El canon en
Lamborghini). Las fratrfas textuales tienden generalmente a la la teoria literaria contempordnea) que nos permite desplazar el
traicion, como la paternidad a un asesinato. La horda primitiva concepto de canon de autores a un canon de criticos, o Raros y
de los escritores elige su victima propiciatoria en el ara de los sa- canonigos de Wilfrido Corral o de Noe Jitrik, “Canonica, regula-
crificios: Homero para Borges, Tomas para Joyce, Virgilio para '

toria y transgresora”, y en nuestros pagos, y sin aparato crftico,


Eliot, Jane Austen para Virginia Woolf, Whitman para Neruda y los escritores que opinan en diversos medios: Abel Posse “Canon
los que buscan padres en la filosofia, en la antropologia fantasti- y condena de Borges”, Tomas Eloy Mardnez, “ El canon argenti-
ca, verdaderos padres ciberneticos, como Alejo Carpender en no”, o Juan Martini en “Otras generaciones”. Curiosamente la es-
Descartes, como H. G. Wells en Luciano de Samosata, o Tolkien
en las praderas del infierno. Hay escritores que escriben contra
— —
tructura de estos canones a diferencia del de Bloom nos per-
mite observar dos cosas: en el nivel teorico la presencia de un (
j sus padres y otros contra sus hermanos. Rencor y envidia son canon solicita la efectividad de otro, deciamos que la debil mul- \
I motores potentes de la llamada creacion literaria. tiplicidad de dos nos permite pensar en la probable multiplica- i
Asistimos a una decorosa exposicion y a una elegante discu- cion de los canones perpetuada sobre el deseo de lectura de cada j
sion sobre el canon literario en las letras argentinas, con perfiles uno de los lectores, y en un nivel mas pragmatico, la ausencia y >

leguleyos, como antes lo fue en los ambitos universitarios esta- adelgazamiento de la presencia de la poesfa. Juan L. Ortiz, Ricar-
dounidenses y ahora lo es en Espana. Para ser explicitos apelemos do Molinari, Enrique Molina, Olga Orozco, Alfonsina Storni,
a la crestomaria: Nothorp Frye (El gran codigo) y aquf la palabra
Juan Gelman, Alejandra Pizarnik, Juana Bignozzi, Arturo Carre-
codigo da idea exacta de lo que intentamos decir en tanto que to- ra, Tamara Kamenzsain, Negroni, Helder y tantos otros no perte-
da canonizacion tiene dos procedimientos fundamentales: la in- necen a ningun canon. Y es probable que asi sea, pues los poetas
vencion, a veces brillante, de una nomenclatura de autores como no establecen canones, no participan de las regulaciones ni de las
la del repertorio de santos medievales y la gestacion de un proce- reglas, en general las violan, establecen sectas, son siempre hetero-
so estableciendo las relaciones entre autores y entre clases de lite- doxos, verdaderos separadores de la cofradia literaria, verdaderos
ratura: sucesion de padres a hijos, de do a sobrino, como es el ca- diablos, si nos atenemos a la etimologia: dla-bolein. Las regulacio-
so de Tinianov,27 literatura baja o literatura alta, literatura menor nes canonicas nos muestran sutilmente la aparicion de una nueva
ortodoxia de las similitudes y las diferencias. La diferencia en el
27 Jury Tinianov, Avanguardia e tradizione, Bari, Dedalo Libri, 1968. sentido derridiano del termino, es una magnitud aritmetica, cre-
72 73
i

DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA

ce y decrece en funcion de un punto que aparece como ideal\ ma- I bles para desmentir la confiabilidad de la lengua. Que hacer con
tematicamente ideal, cuando en realidad lo que habria que pro- estos escritores, mas ^
alia del fervor de jovenes criticos que quie-
fesar es el distinto, el otro absolutamente otro que no tiene pro-
genie ni descendientes, no crea jerarqufas sino una distincion

ren asentarlos en la institution y sobre la universitaria y recuer-
do que la discusion sobre el canon es una discusion basicamente
absoluta. En la literatura latinoamericana, el distinto es Cesar Va- —
universitaria . Hay escritores latinoamericanos y argentinos que
llejo y solo en una de sus obras que todos conocemos pero que son escritores de una sola obra: pongamos por caso, Guimaraes
o todavia nos fascina por su extranamiento, Trilce, verdadera obra Rosa, Cesar Vallejo, o Juan Rulfo. O escritores que escriben en
sin codigo y por ende sin diccionario, fuera de las escrituras lega- lenguas neologicas como Girondo o mixturas de lenguas como el
lizadas y por lo tanto sin canon, no son digeribles para la histo- polaco argentino o argentino polaco Gombrowicz. El concepto j
ria de la literatura y son incomodas para la critica. Pero tambien de obra, que desde el punto de vista de la ideologia de los cano-
lo podemos pensar de Arguedas y otras escrituras americanas y nes ciendficos de la literatura, se opone al concepto de escritura j
argentinas que no pueden ser reconocidas en las clasifkaciones y e incluso al de discurso, puede ser reivindicado no en el sentido /
que se excluyen de las categorizaciones canonicas. Si todo pasa de la creation de una obra, sino en el sentido matematico: una j
por la estetica, como es el caso de Bloom, o por las elecciones mi- obra es un punto indivisible en la llamjdacontinuidad de una se- \
noritarias, como es el caso del multiculturalismo, es dificil defen- riedeobras, pongamos por caso, esencialmente y masalla de. k /
der a estas escrituras y la posicion de estos escritores, digamos es- critica, que relation real pued establecerse entre Los heraldos ne-\
critores barbaros, no en el sentido de Jameson, sino escritores que
^
grosy Trilce. Hay obras unicas dentro de una serie de obras de un
no conocen la lengua con la que escriben, escritores defectuosos, mismo autor: son contragenericas, son anticanonicas. La canoni-
que no conocen el diccionario o que intentan destruirlo: doy dos zation esun elemento exterior a las escrituras, depende de la Ins-
ejemplos en secuencias distintas: Elias Castelnuoyo y Osvaldo titucion y son la manifestation no inmediata pero si necesaria de

^
Lamborghini. Hay escritores que escriben en lengua statuidas y
se apoyan en la lengua del estado como un estado de lengua, co-
mo es el caso de Mujica Lainez, hay escritores que escriben en
la constitution de una Biblioteca de los Grandes Autores, libros
para ser mostrados pero no leidos. Leer implica siempre reponer
el desarrollo simbolico-diacronico del texto,28 sus evoluciones,
/ lenguas nacionales que intentan nacionalizar su
escritura apoyan- sus circunvoluciones, sus torsiones y recorridos que intentan se-
:
dose en un imposible codigo comun como lengua comunitaria y guir el decurso de la lectura para simular que siguen el camino
de lenguajes de facil traductibilidad, pretendiendo lo propio de -
previsto por el escritor. El tiempo de la cita' no existe en el cami-
lo nacional: ser entendidos por todos, una verdadera lengua cons- no de lectura, citar es interrumpir el texto y trasladarlo a otro ni-
titucional, y hay escritores que escriben en lenguas in-formes,
dialectos inventados, construccion y destruccion de lenguas no 28 Nicolas Rosa, “ Lecturas impropias”, en Revista de Letras num. 4, Fa-
idiosincrasicas, en babies descomedidos, en dialectos irreconoci- culcad de Humanidades y Artes, UNR , 1996.

74 75
DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA

vel del discurso. La cita hace autoridad en el texto y lo lleva ha- soporte necesario para que se produzca el pensamiento, la cosa
ck la legalidad de la Institucion. Todo intento de clasificar y or- antecede y direcciona el itinerario del objeto y del discurso sobre
ganizar un canon es una mterrupcion en el devenir de las lectu-
• /
ese objeto. Es bien sabido que los fenomenos de la escritura no
ras historicas, aquellas que hacen historia. Un clasico siempre es 3
son objetos materialmente consistentes sino objetos epistemica-
un retazo de citas y la clasificacion de los clasicos nutre el canon. * mente flou. Como pensar esos objetos en una perspectiva que re-
El canon de la literatura argentina es un Panteon Nacional y — 3
^
negaria tanto de la alienacion al objeto como de la fusion al mis-
muchos crfticos muy responsables se han encargado de erigirlo-
presidido por Borges, sostenido por la columna dorica de Mace-

mo, tratando de eliminar la trasmutacion la critica esencialista—
o la perfusion entre el objeto y el sujeto critico -digamos en par-
donio Fernandez y coronado por la cariatide de Don Adolfo Bioy te Maurice Blanchot o Anatole France, aquel que deck en el mo-
Casares. El resto, por el momento, son cadaveres sepultados ano- mento de enfrentar un libro: “Voy a leerme” ? Del impresionismo
nimamente en el osario comiin. hemos pasado a la trascendentalidad. El sujeto critico debe cui-
La critica literaria, incluso la critica a secas, se vio exigida por darse fundamentalmente de toda trascendentalidad ya sea feno-
un nivel de especificidad y por un rigor que algunos entendieron menologica o hermeneutica. ,;Que camino tomar sino el de la
como cientifico. El pensamiento critico cualquiera fiiese, es ideo- dialectica ? El pensamiento critico debe ser necesariamente dialec-
logic, puede aventurarse en un discurso abiertamente ideologi- tico para que sea critico y transgresivo, para que sea polemico. a
co o intentar desideologizarse para acercarse al objeto que lo con- Instaurar una lucha de discursos para generar un objeto transfun-
voca: la literatura. Ha sido siempre dificil definir la literatura, dido de interdiscursividad. El canon es un pensamiento hagio-
pero en la contemporaneidad la pretension se ha desplazado ha- grafico y solo puede operar con continuidad -esa seria su Eisto-
ck la teoria y hacia la critica. La teoria literaria es siempre subsi- ria o su manerEcIe hacer historia- y por seleccion, ese seria su
diary de otras teorias mas compactas: la teoria sociologica, la an- diccionario. No dudamos que este pensamiento dialectic gene-
tropologica, el psicoanalisis, la historia. La critica se apoya en la rara su propia ideologia pero es una ideologia que puede ser con-
organizacion y descripcion y no lo decimos en sentido peyora-
— trolada en su propia produccion. Esto permitiria obviar tanto el
tivo pues la descripcion de un texto es tarea harto compleja de — esquematismo como el eclecticismo. Si hay que optar entre Marx
— —
los contenidos jvaya palabreja! de la organizacion de la forma
-otro termino que puede asustarnos a partir de las elaboraciones
-digo la teoria de la produccion economica y su resultado sim-
bolico- y Hannah Arendt, elegimos la economia simbolica de
de la estetica fenomenologica, digamos una mezcla de Merleau- Bourdieu, y si no podemos prescindir de Max Weber, lo leeremos

Ponty y de Hayden White con que pretendemos operar en la ac-
tualidad. Pero nos interesa ahora puntualizar sin atrevernos a de-
conjuntamente con Walter Benjamin sobre la sombra inquietan-
te de Freud. Y digamos fuertemente, la teoria literaria no puede
finir lo que presuntamente entendemos por pensar, digamos el r.:rr
prescindir de Lacan y de su antagonista Derrida. El riesgo del
pensar los objetos, puesto que la realidad de la cosa es siempre el eclecticismo parece evidente, pero si pensamos bien, si leemos

76 77

1
EL DEVENIR DE UNA PALABRA
DOMINIOS DE LA LITERATURA

- ra. Estos grupos, numerosos cuantitativamente, son un preciado


bien, si escuchamos bien , hemos senalado los mojones de un re
botfn para los politicos americanos (Clinton, en particular) y una
corrido que tiene como meta alcanzar, si es posible la forma
, en
presa visible para las fuerzas neoconservadoras, facistas y nazis de
que la escritura se produce ante nuestros ojos. Acompanados por
la clase dirigente americana y una figura “rara” para la “mayorfa
Barthes y por Bajtfn y Maria Rosa Lida, Ruben Dario, Alfonso
Reyes, Pedro Henriquez Urena, Ezequiel Martinez Estrada Jor-
, silenciosa” integrada por “amas de casa”, union trade y yuppies
fenomeno tan basicamente conservadores. Los nuevos actores sociales ejercen su
ge Luis Borges, podemos intentar penetrar en ese
^^
banal pero tan misterioso que es ^cri / prescindiendo de rece- —
actividad y su fuerza recordemos la extravagante novela de Phi-
lUphe Sollers Femmes- en los centros universitarios y- particular -
tas academicas.
En la contemporaneidad, el termino multicultiiralismo -el ul-
mente en Berkeley, Boston, Yale, Nueva York, y presionan y a ve -
- ces comandan las polfticas educativas de las universidades como
timo cfrculo del infiemo para Bloom y lo cito: “ La originalidad
se convierte en el equivalente literario de terminos como empre-
los sistemas de admision, las becas, los consejos. Debemos notar
no que su aislamiento no les permite ejercer real influencia sobre los
sa individual, confianza en uno mismo y competencia , que
, , neo - grupos mayoritarios. Que lejos estamos de la polftica de masas
alegran los corazones feministas, afrocentristas marxistas
propia de la Argentina del pasado o de la misma Francia, Espa-
historicistas inspirados por Foucault o desconstructivistas; de to-
dos aquellos, en suma, que he descripto como miembros de la
na, Mexico y Brasil. Este multiculturalismo va engendrando nue - c

vas formas de entender la crftica cultural y reposiciona la litera-


Escuela del Resentimiento”. Esta “escuela” tiene su centro de irra
-

diacion en Estados Unidos y mas particularmente en ciertas uni-


tura y su crftica desde otras perspectivas en funcion de los

versidades, es basicamente, un multinacismo, en el sentido am- personajes que la abordan, sus intereses e ideologfas y los nuevos
objetos que la determinan: casos y series nuevas como la poesfa
plio del termino, con todos los peligros que encierra- y no son

los que senala Bloom la nueva invencion de la etnicidad.29

mero los negros, la negritud (Franz Fanon) , los escritores negros


Pri-
,
amerindia, la poesfa en lengua inglesa hecha por hispanos o por
la tematica costarricense o las nuevas concepciones del feminis-
mo contrarias a lo que, sin mucho fundamento, se llamo el hi-
pongamos por caso Leroy Jones o Langston Hughes, y luego el 5
, perfalicismo freudiano-lacaniano. Me atrevo a afirmar que la li-
predominio de los llamados “sumergidos”, mujeres, indigenas
- teratura hecha por judfos, la literatura con tematica judaica, con
inmigrantes, lesbianas, homosexuales, que pretenden historica
mente salir de sus ghettos intelectuales para abrirse un camino 1 lenguas hfbridas de idish y hebreo no forman parte de estas mi-
escritu- norfas por la sencilla razon de que atraviesan y fundan la gran li-
mas ampiio dentro de un pretendido nacionalismo de la vSS

I teratura americana contemporanea. La literatura americana ac- *


tual es una variante de la literatura judfa.
Nadia Khouri, ( Directora) , Discours et mythes de I ethnicite\ Mon
29 ' -
des sciences, Lo que Bloom teme egja destruccionjdel canon delitera-
treal , Association canadienne-fran aise pour 1'avancement
^
^

tura occidental formado por una territorializacion tan extrema


1992.
.... . ;
== :
79
'
78
EL DEVENIR DE UNA PALABRA
DOMINIOS DE LA LITERATURA

para todas las naciones y sea el “farmakon” de todas las traduc-


como la que propone. Toda territorializacion es siempre una for-
ciones. Pero esto no es nuevo. Virgilio, aquel poeta imperial re-
ma de imperialismo y tarde o temprano generara invasiones y
cordado por el antisemita Eliot, era un poeta viajero remedando
nuevas colonizaciones linguisticas y escriturarias. En nuestra epo-
ca, y es evidente en mi discurso, el intento de evitar el termino -
a Homero y anticipando a Dante. Las tierras extranas de la lite N
ratura no pueden constituir ningun territorio, salvo en el regis-
posmodernidad, el mercado textual en los Estados Unidos y en
mercados tan monopolicos como el de Inglaterra, estan siendo -
tro imaginario de los criticos, y si las academias, llamese univer f
sidad, asamblea de notables, corpus, codigo o canon existen es
invadidos por hispanoamericanos, asiaticos, y por japoneses y
arabes. Una escritura multilinglie es un espacio multisectorial. para recordarnos que el estilo, aquello que percibimos en nues /-
tras lecturas, es una unidad que no puede ser contenida en nin- \
Es que el temor, mas alia de lo politico, es un temor ancestral a
^
la dispersion de lenguas y a los efectos negativos de la traduccion
guna configuration. Es verdad, lo dificil es saber quienes son los /
escritores con estilo.
de universos culturales y lingiiisticos? Temor a lo babelico, a lo
^
indistinto ? Entendemos, si somos fieles a nuestra reflexion, que -
Esta claro para nosotros, pero no para todos, que la critica li
teraria se ha vuelto, con un remedo de anterioridad que puede
el resentimiento puede ser un buen motor para incorporate a
una literatura nacional. En la literatura argentina, a partir de po-
confundirnos, axiomatica, taxommica, necesita clasificar y para
, ello recurre a nomenclaturas, a reglas, a preceptos, en suma, a la
derosos sentimientos de desclasamiento, de descategorizacion
nombres como Leonidas Lamborghini, Osvaldo Lamborghini , ejemplarizacion. En otro nivel, que es lo que nos interesa, podria
, Zelara- decir que todo escritor, toda escritura, es un esfuerzo tenido de
muerto en Barcelona, algunos textos de Luis Gusman de
yan , son realmente, y para decirlo con un argentinismo, los gua-
“ -
nostalgia para descubrir el fantasma de la escritura del Padre, pe
ro tambien de los predecesores mas arcaicos; esto puede confun-
chos” de la literatura nacional. El designio de estos escritores,
dirse con una problematica historica, pero no lo es en tanto no
quieren destruir el canon o quieren pertenecer al mismo ?, es
^inescrutable. se analizan los condicionamientos economicos y sociopoliticos
f
La desintegracion actual de los estudios literarios es produc- de su emergencia. La busqueda del antepasado, del fantasma ar-
, visible y definible. La deste- contico, es una manera de legitimation basada en la comparacion
\ to de la perdida de un objeto claro
termino del comparatismo y de los estudios culturales y estas aproxima-
( rritorializacion que sufre la literatura la lleva en primer
: al cine y luego a la telenovela -como antes estuvo en el —
folletm ciones deben tener un soporte teorico en la adhesion (alienacion )
y en el rechazo (desprendimiento). En la clasificacion de las “an-
j al video clip, a las letras del rock y del rock nacional o incluso a
las formas apocalfpticas de los graffiti. Frente a las formas cano- gustias de las influencias”, en lo que Bloom llama los cocientes,
en el mejor de sUs libros, establece una “politica” revisionista de
nicas, tenemos textos viajeros, letras migrantes e inmigrantes que
desaciertan los codigos nacionales sin llegar a constituir ninguna la historia literaria, que no hace mas que confirmar las historias
anteriores, sean cronologicas o genealogicas, y una “filosofla” de
lengua universal, utopia de una lengua fundamental que valga I
80 81
|
; •

I
[;
f

DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA

t
las sucesiones: el canon es, desde el punto de vista narratologico, fronteras y tambien senala la lucha por la posesion de esos terri- r t

una peregrinatio en la busqueda de un origen, y desde el punto de torios y por el derecho de marcar estas fronteras, lo que nos lle- ! *
vista politico, una estrategia propia de los claustros universitarios. varia al canon de la critica literaria argentina. La literatura gau-
\
El clinamen, el desvio, es curiosamente otra variante de la diferen- i chesca es un parasistema intermediary entre lo politico y lo
cia de su odiado desconstruccionismo. Asistimos a una lucha sor- historico, entre lo nacional y lo argentino.
da entre institutionalization y desvalorizacion de los objetos lite- 1
;ELcanon es o no es una antologfa ? Podnamos responder a
rarios a partir de la creation de nuevos territories. La identidad esa pregunta diciendo que el canon es simultaneamente una me-
diluida por la diseminacion y por la diferencia es ahora atacada, i ta-antologia como caracterizacion de la alteration de los procedi-
por lo menos en el campo de la literatura argentina, por los dis- mientos retoricos y de las poeticas literarias y una mega-antologla
tintos: Perlongher, Lamborghini, Zelarayan, Luis Thonis, o la lu- como una reunion universal de los Grandes Escritores sin tener
cha entre “objetivistas” y “neobarrocos”. Pizarnik, una extrema, apoyo en ninguna rundamentacion teorica ni estetica (la palabra
esta siendo salvada por los fervores de sus compafieras de genero. cuantitativamente mas importante en el libro de Bloom es la pa-
Estos escritores no establecen canones y resisten a ser integrados labra ‘estetica ’, pero no la define). Creemos que esta propuesta

\
en formulas canonicas. Digamos que en la literatura argentina, esta basada en una interpretacion personal del “gusto literario” y *•/
i
° tal vez en la latinoamericana, el canon esta enfermo. Si necesaria- en una organization fimdamentalista de universales esteticos y
mente debemos apelar a la nomenclatura para poder entender- antropologicos, y por ende presupone basicamente una contra-
nos, diria que laliteratura argentina se oponea la literatura nacio- diction entre la universalidad de lo estetico y una excepcionali-
nal como el estado se opone al pueblo. La literatura nacional es dad de los efectos. Bloom ha generado un mito de origen y al
una politica de acuerdqs literarios y engendra sistemas y no cano- mismo tiempo un mito de renovation, pero si leemos bien a
nes y formas de politicas de escritura y de politicas de lectura, so- Freud nos gustaria pensar que lo novedoso no es mas que una
bre politicas de lenguajes. La literatura argentina es local y seja- • :•* manera de aparecer lo pasado. Es imposible suprimir la perspec-
mifica en diversas formas de espacio: locus, templus, pagus (la I tiva historica para evaluar una obra y la relation de la misma con
gauchesca) , tumulos, criptas (toda la literatura sobre Eva Peron), Tv;’:’
el genero, la especie o las formas de escritura. Solo la Historia
carceles (toda la literatura de las diversas dictaduras) , verdaderos puede dar su veredicto.
espacios de la extension que se oponen a los espacios de la expul-
sion (indios, inmigrantes, migraciones internas, marginados y
desclasados) literaturas que generan lenguas argentinas que van
de la acracia lingmstica ( Nestor Perlongher) al imperialismo lin-
‘‘
Ml

giiistico (Osvaldo Lamborghini). La literatura argentina es un


-zzz .
m
; sistema historico pero no estadual y firnda territorios, zonas y

CARMEN C. GUADALUPE MELO


82
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