Canon y Otras Cuestiones Cella Susana PDF
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xiste un canon literario? Un canon
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occidental, un canon nacional? Do-
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minios de la literatura, de modo variado y
polemico, despliega un conjunto de pro- m
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La compilacion de los trabajos que se
incluyen en este volumen tiene el sen-
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Susana Celia (comp.)
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Marfa Teresa Gramuglio, Noe Jitrik,
sI 1'i' Jorge Lafforgue, Tomas Eloy Martinez,
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Juan Martini, Ricardo Piglia, Adolfo Prieto,
Nicolas Rosa, Beatriz Sarlo, Susana Zanetti
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CANON Y OTRAS CUESTIONES
Susana Celia
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la edicion: mayo de 1998
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Una primera pregunta podrfa suscitar el conjunto variado de
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textos agrupados aqui bajo el nombre de Dominios de la literatura,
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§• y esta se referirfa a la pertinencia, la necesidad, tal vez, el motivo,
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II de detenerse a examinar una categoria que, vieja como es, ha retor-
& © Editorial Losada S.A. nado y vuelto parte de una doxa compardda, por lo menos, por
14 Moreno 3362, ciertos sectores letrados. Podrfa aducirse que correra seguramente el
Buenos Aires, 1998
destino de tantas otras; de brillo fugaz, uso indiscriminado y discre-
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to abandono ante la seduccion de alguna nueva. Siendo al parecer,
tan previsible la cuestion , tiene que ser necesariamente otra cosa la
II
1 que impulse a ocuparse del as unto. Algo que e s a u n tiempo mas y
m Tapa: Pablo Barragan menos que la palabra canon. Lo primero, porque despues de repa-
m sar su edmologfa y usos en los diccionarios, encontramos que se
prenden a ella, como a un iman, discusiones de amplio alcance in-
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dagando el estado de una cultura; y lo segundoi por lo antedicho,
ills que importa menos el termino que todo lo que pone en movimien-
to, como si los sentidos conexos ocuparan la escena y ya la fueran
mm ISBN: 950-03-6074-8 relegando por el mismo hecho de sobrepasarla.
Queda hecho el deposito que marca la ley 11.723 Podrfa pensarse entonces esta reaparicion de “canon”, objeto
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Marca y caracterfsticas graficas registradas en la I perdido o imaginario de la crftica, como sfntoma determinado
Oficina de Pa rentes y Marcas de la Nacion
Impreso en Argentina 3: I por un entrecruzamiento de series que van desde una idea de la
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j literatura lenguaje, arte, modulacion de imaginarios, testimonio
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DOMINIOS DH LA LITERATURA CANON Y OTRAS CUESTIONES
| de saberes o hechos, via priviiegiada de conocimiento, thesaurus una ni otra son entidades invariables en el tiempo ni en el espa-
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j o biblioteca infinita hasta formas de apropiacion de espacios so-
\ dales, institucionales y politicos. En esta casi absoluta enumera-
cio. Escritos los ensayos de Calvino en el ultimo cuarto del siglo
XX, y hasta 1985, ano en que Frank Kermode publica Forms of
tion caben las manifestaciones que han tenido y tienen lugar en Attention1 (donde utiliza expresamente la palabra canon) , tienen
lo que a polemicas literarias se refiere. Dominios de la literatura ambos de modo implicito el aire de una revision finisecular acer-
involucra la pregunta por una especificidad tanto como por la de- ca de ja propia cuitura, de la zona que de ella les es mas entrafia-
limitacion de un campo y asimismo la conception de este en tan- ble, la literatura, en la que advierten cambios y formas de la cri-
to espacio de tensiones: campo de fuerzas, atracciones y rechazos. sis. De ahi, me parece, provienen dos caracterfsticas con que
La idea de canon es confrontable con terminos proximos en define Calvino a los clasicos: “ Es clasico lo que tiende a relegar la )
relation opositiva o sinommica, entre ellos algunos tales como actualidad a la categorfa de ruido de jfondo, pero al mismo tiem-t
tradicion, clasico, margen y centro. Estas consideraciones equiva- po no puede prescindir de ese ruido de fbndo” y “Es clasico lo )
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len a la intention de no cenir la discusion al que podria denomi- que persiste como ruido de fondo incluso alii donde la actualidad I
narse el efecto Bloom derivado de su hiperbolico titulo El canon mas incompatible se impone”. La oposicion entre clasico y actual/
occidental para, en cambio, indagar en preocupaciones similares expresarfa la tentativa de apresar un fluir que define a cada paso j
y anteriores, en propuestas dispares. Entre los textos que queda- lo que fue y lo que va siendo. !
ron ineditos cuando murio Italo Calvino, se publico en Castella- Casi veinte anos antes, Kermode se habfa ocupado de la idea
no en 1992 una serie de ensayos bajo el titulo Por que leer los cld- de un final como dador de sentido y trazo una divisoria: “Los li- .
sicos. La palabra convoca una vieja polemica: clasicos y bros que ponen limites a las perspectivas de largo plazo, que nos
modernos, defensores de la tradicion versus innovadores. Pero le- apartan de nuestras perdidas, que representan al mundo de la po-
jos de que se quiera homologar una situation que cfclicamente se tencia como el mundo de los actos, estos son los libros que cuan-
repetiria y por la cual la historia de la literatura no serfa mucho do se pasa el efecto de la droga van a parar al vaciadero junto a
mas que una carrera de postas, importa destacar justamente la di- las demas botellas vacfas. Los libros que continuan interesando-
ferencia provista por el lugar de enunciacion, el lugar historico de nos se mueven a traves del tiempo hacia un final, final que debe-
enunciacion y el espesor de la historia, puesto que la obra de los mos intuir aim cuando no podamos conocerlo”.2
siglos modifica sustancialmente los terminos opuestos, de modo
tal que jamas esos “antiguos” y “modernos” de fines del siglo XVII
-como creo lo muestra acabadamente el texto de Johnattan Swift 1 Frank Kermode, Forms of 'Attejition, Illinois, Universidad de Chica-
incluido en el Apendice- podrian ser equiparables a los “apoca- go, 1985.
2 Frank Kermode, The sense of an Ending, Oxford University Press,
lipticos” e “ integrados” de Umberto Eco, por ejemplo. En las 1966-1967. Traduccion al castellano El sentido de un final Barcelona, Ge-
operaciones que tienen que ver con el par tradicion /ruptura, ni disa, 1983.
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DOMINIOS DE LA LITERATURA CANON Y OTRAS CUESTIONES
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Si subrayo esta cuestion es porque me parece que el estableci- Cruz le dio el nombre de Occidente a uno de los personajes alego-
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) miento de un canon, o el interes o el deseo de hacerlo, se relacio- ricos, al que describe como “indio galan, con corona”, esposo de
( na directamente con practicas identitarias o de necesidad de que America,, a la que se llamo tambien Indias Occidentales, nombre
tfel.
exista, en el mundo percibido en desvanecimiento o finalizacion, que por si solo habla de hibridaciones multiples. Sin embargo,
tv \ algo que se parezca a una certeza. Una sensacion de ausencia, de aunque la idea de Occidente sea capaz de convocar cosas muy di-
m similes, se trata de una construccion fuerte y operante, bastante
falta de ley, lleva a suplir imaginariamente el vacio con la inven-
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ns problematica por su abarcatividad y difusividad. Con todo, perci-
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cion o el revival de algo que ya no tenga el caracter entre apacible
y discutido de la tradicion sino que sea mas fuerte y poderoso. La
1 I bido como una centralidad, pasarfa a ser el nombre de una especie
lectura del texto de Bloom -que, a diferencia de lo que dice Ker- l
de instancia dictatorial a ser derribada en nombre de los margenes
mode, si dice conocer el final y profetiza- me remitio de modo in- o las llamadas minorfas. Tema este que hace pensar en la transfor-
ii consciente en principio, a una summa escrita en muy otras condi- macion de la cualidad en cantidad cuando en la lectura del corpus
ciones y sin que el almanaque marcara el fin del siglo; pero en una (occidental, etc.) prevalece el conteo de autores, de obras, de datos
R situacion que llevaba a vislumbrar un final terrible. Me refiero a
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biograficos (entre los cuales “vivo” o “muerto” promueve una in-
Mimesis de Eric Auerbach, escrito durante su permanencia en Es- quietante extraneza) , de sexo, color, edad, nacionalidad o algun
tambul, preso por los nazis. ,;Diriamos que los textos que alii ana- otro; logica de base de datos de la que Bloom , pese a sus exaspera-
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i1 liza y que comienzan con la Odisea hasta llegar al Ulysses de Joyce das criticas, no escapa, por el contrario, intensifica.
- pueden con todo derecho llamarse “el canon occidental”, “el ca- La valoracion de lo marginal aparece en principio enfrentan-
non europeo” , tal vez? Habria que ver en todo caso como se con- dose a lo que, convalidado por alguna entidad dadora de presti-
ciben los textos del Genesis incluidos en el primer capitulo, o la au- gio, poder, etc., coloca en el centro. La operacion que las vanguar-
sencia de americanos del norte y sur, o la explfcita no dias literarias extremaron respecto de la tradicion, en el doble
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consideracion de- autores rusos de cuyas obras Auerbach no dispo- movimiento de rescate y rechazo, parece repetirse en cada gesto
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nia en su cautiverio. Y sin embargo, su vasta empresa, cumplida en rupturista a los que antecedio. De lo cual cabe senalar que una
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condiciones poco favorables, aporta una constelacion de imagenes, tradicion de ruptura, como decfa Emir Rodriguez Monegal,3 se
modos de concebir y escribir la realidad, que responde efectiva- instituye a lo largo del siglo XX y, por tanto el gesto involucra la
mente a la idea mas o menos precisa que nos podamos hacer de lo ;.V.
diferencia inherente a toda repetition. Por otra parte, si el objeto
pm que es el llamado Occidente. Un gran relato, evidentemente, de senalado como marginal es singularizado, exaltado y declarado fo-
te imprecisas fronteras y un repertorio de concepciones que van des- co de atencion pierde precisamente el caracter de marginal para
de su esencializacion a su refutation. <No son productos occiden-
tales acaso el feminismo y los estudios culturales? En la “Loa para zi± x
. vr.sa
3 “Tradicion y renovacion”, en Cesar Fernandez Moreno (comp.)
el auto sacramental de CE1 Divino Narciso’”, Sor Juana Ines de la America Latina en su Literature Mexico, Siglo XXI, 1972.
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tornarse centralidad , convertida la misma nocion de marginalidad De un Iado, entraria en oposicion a formas de modernization o
en centro. Esto hace al permanente descolocamiento de este, me- cambio, pensada como lo que permanece y debe ser conservado. j
.
nos punto fijo o punto de fuga que bianco movil en relacion dia- Estas dos ultimas expresiones se intersectan con una de las formas
lectica con los llamados margenes. En este juego de inversiones o de concebir y establecer lo canonico. Lo canonico, como la piedra j
deslizamientos, emerge la idea de que algo es susceptible de actuar angular de un edificio, seri'a aquello que no puede moverse sin el j
con fuerza de ley, especie de barrera contra la indiferenciacion ab- riesgo de que la estructura se derrumbe. Desde el otro perfil, la
soluta, algo que oponga a un anarquico vale todo y que permita, tradicion, como resultado de la reflexion sobre una procesualidad 1
segun las logicas discursivas contemporaneas -probabilidad, ines- (la de las obras literarias segun su emergencia y consistencia), pue- .
tabilidad, indeterminacion- formular enunciados donde inter- de pensarse como una construccion modificable segun los para- j
vengan juicios, jerarquias o valores con cierto grado de consisten- metros que orienten su construccion.5 La desemejanza con la idea ^
cy. En la constitucion de un canon literario (artistico, en general) de canon parece estar en la tendencia incorporativa de la tradicion
1 estos terminos tienen una presencia activa, se los explicite o no. opuesta a la expulsiva del canon concebido como una sustantivi-
Ademas de senalar la injerencia de factores subjetivos insosla- dad, y no como un con junto de regulaciones que hacen posible la
yables en la formacion de los juicios sobre una determinada cul- atribucion de canonicas a determinadas obras.6
tura, su pasado y su futuro, Freud senala que “ ha de tenerse tam-
bien en cuenta el hecho singular de que los hombres viven , en 5 A proposito quiero recordar unas frases de Walter Benjamin en Elsu-
general, el presente con una cierta ingenuidad; esto es, sin poder rrealismo. La ultima instantdnea de la inteligencia europea: “ La dam a es lo
llegar a valorar exactamente sus. contenidos. Para ello tienen que mas insignificante en el amor esoterico. Y asi tambien en Breton. Esta mas
considerarlo a distancia, lo cual supone que el presente ha de ha- cerca de las cosas de las que esta cerca Nadja que de ella misma. Cuales
berse convertido en preterito para que podamos hallar en el pun-
^
son, pues, esas cosas de las que esta cerca ? Su canon resulta en cuanto al su-
rrealismo enormemente ilustrativo. Por donde empezar? Puede pagarse de
tos de apoyo en que basar un juicio sobre el porvenir”.4 Menos ^
haber hecho un descubrimiento sorprendente. Tropezo por de pronto con
que sostener la imposibilidad de la elaboracion de cualquier ca- las energias revolucionarias que se manifiestan en lo lanticuado\ en las pri-
non, como podrfa inferirse de esta cita, se quiere subrayar lo que meras construcciones de hierro , en los primeros edificios de fabricas, en las
interviene en ella, la situacion dificil entre un apropiado distan- fotos antiguas, en los objetos que comienzan a caer en desuso, [...] La tre-
ta que domina este mundo de cosas (es mas honesto hablar aquf de treta
ciamiento del objeto y la inevitable presencia del deseo tendiente que de metodo) consiste en permutar la mirada historica sobre lo que ya
al mismo; entre el espesor historico y la inminencia del presente. ha sido por la politica”. En Imaginacion y sociedad. Iluminaciones 7, Ma-
La tradicion es susceptible de ser focalizada bifrontalmente. drid, Taurus, 1980, pp. 48-49.
6 Theodor Adorno, refiriendose a la tradicion senala que “ Lo que algu-
na vez fue verdad en una obra de arte y ha sido negado por el curso de la
m
^ Sigmund Freud, Elporvenir de. una Huston, 1927, en Obras, Buenos historia, puede abrirse de nuevo cuando cambien las circunstancias por las
i Aires, Santiago Rueda Editor,
1956 que aquella verdad tuvo que ser cancelada. Tan profundamente estan rela-
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DOMINIOS DE LA LITERATURA CANON Y OTRAS CUESTIONES
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Teniendo en cuenta reglas y procesos constructivos, la idea tienen dichas reglas definidas, establecidas y codificadas a traves
de canon deja de ser sinonimo de lista de “obras importantes” pa- de la autoridad eclesiastica apropiada”. Al final del articulo se se-
ra indagar en esa importancia, en su caracter de producto de eva- riala la “continua adaptacion de la ley del canon a las circunstan-
luaciones sociales, condiciones de legibilidad e ilegibilidad y co- cias temporales asf como a las necesidades personales”. Otros em-
| yunturas historicas que fijan las reglas y los limites del arte. En pleos de la palabra (Kant, John Stuart Mill) la remiten a principio
este sentido me parece importante recordar el subtitulo del ya regulador. Lo que habla de la invariabilidad inherente a este sen-
mencionado Formas de la atencion de Kermode: “Los procesos y tido de canon, mientras que, en un sentido mas amplio, que in-
la naturaleza de las fuerzas historicas que contribuyen a estable-
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!
cluye a las leyes mismas, puede decirse que el canon esta irremisi-
cer los canones por los que algunas obras de arte merecen estas blemente tensado entre la constancia y la alterabilidad. Y
i especiales formas de atencion”. tambien, que la primera fortalece el termino en todos sus sehtidos
•Establecer tal especificacion permite revisar continuamente al producirse en las formulaciones, la reaparicion incesante de
los supuestos sobre los que las leyes se constituyen y los resultados obras que por tanto pasan a ser incuestionablemente canonicas.
de su aplicacion. La coexistencia de varios canones serfa entonces Valga el ejemplo de la Divina Comedia.
consecuencia de las pautas elegidas para los dictamenes sobre las Queda por lo demas, y luego de relativizaciones e hipotesis,
obras. La Enciclopedia Britanica en su entrada “Canon Law” de- algo dificil de nombrar y que creo cifrado en la conocida expre-
talla la formacion y transformacion de los canones cristianos des- sion de Galileo: “ Eppur si muove” (“Sin embargo se mueve”) ,
pues de definirlo como “cuerpo de reglas y regulaciones (canones) frase donde la construccion adversativa alude, en el caso preciso
concernientes a la conducta y acciones de individuos e institucio- de Galileo, a una profusion de teorias y padecimientos. La ratifi-
nes de ciertas iglesias (Catolica Romana, Ortodoxa, iglesias inde- cacion de lo que permanece pese a todo -teorias y padecimientos
pendientes de la cristiandad oriental y la Iglesia Anglicana) que que han alcanzado complejidades y extremos inverosfmiles- alu-
de, en lo que nos ocupa, al micleo irreductible que hace a la obra
cionadas verdad esrecica e historia” ( Estetica, Madrid, Taurus, 1971, p. 61). de arte tal y la dota de perdurabilidad, que no quiere decir con-
Unas paginas antes, bajo el subtfculo de “ Canon de prohibiciones” , hay una
tinua presencia visible en el devenir del tiempo, sino potencia sig-
referenda al modo de operar de esta verdad; “Artistas de una sensibilidad
tan afinada como Stravinsky o Brecht han pulido a contrapelo su propio nificante cuya transhistoricidad nos lleva a pensarla eterna.
gusto precisamente a causa del mismo... Por las cualidades esteticas que ha-
bfa bajo su fachada, obras realistas del siglo XIX se han mostrado a veces con
mas sustancia que aquellas que explicitamente honraban el ideal de pureza
del arte; Baudelaire glorified a Manet y tomo partido por Flaubert. En pu- —
La compilacion de los trabajos que siguen algunos publica-
re peinture, Manet supera incomparablemente a Puvis de Cavannes; compa- dos en revistas o periodicos, otros ineditos- tiene el sentido de
rarlos entre si es casi comico. El error del esteticismo era estetico; confiin- mostrar, a traves de distintas concreciones discursivas, las multi-
dia el concepto rector de un arte con los resultados de este” (op. dt., p. 55). ples facetas que involucra la idea de regulacion artfstica, la valo-
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DOMINIOS DE LA LITERATURA
El devenir de una palabra
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[ plegada por todos estos escritores en los diversos ambitos del
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I ; & campo cultural, y cuyas intervenciones implican sistemas de va-
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loraciones y formas de regulation que han influido e influyen en
lecturas, escrituras, gustos y concepciones de la literatura. Se tra-
ta por tanto de discursos solidos y criticos en el sentido de revi-
life sion de supuestos y discusion, rasgo comiin a los heterogeneos
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im textos aqui incluidos —desde los ensayos de cierta extension has-
IM ta los artfculos periodfsticos, un programa de seminario universi-
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. tario, un minirreportaje y un fragmento de una novela- escritos
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CANONICA, REGULATORIA Y TRANSGRESIVA7
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DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA
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que ciertos componentes de la nocion de canon “se aplican” a la canonico es una actitud ya que las normas o bien no son formu-
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literatura ya sea por presion interdiscursiva ya porque la palabra ladas -son “ericas” o pertenecen a un “sentido comiin”- o suelen
es imprescindible en el universo de quienes estan en condiciones entrariar, contrariamente a lo que ocurre en el campo liturgico,
de leer fenomenos en un campo con los conceptos que manejan contradicciones importances.
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en otro, aunque la materia sea diversa de la musical una forma- Sea como fuere, y a partir de la idea fuerte de “norma”, se po-
—
cion especifica , o de la religiosa -un tipo de comportamiento
que se trata de prever y garantizar—.
drfa decir que la nocion de canon puede tener en la retorica su
momento de concrecion, en primera instancia porque toda reto- #
Quizas, como derivacion de un principio aritmetico, la no- ricajjue se impone en un lugar determinado es canonica pero
cion se abre paso primero en la miisica con un alcance sustanti- 8 tambien podria sostenerse que porque hay “retorica” en todo ac-
vo: designa, poco a poco, una estructura basada en una melodia to verbal y, por lo tanto, literario, no toda retorica se impone; en
m unica retomada, en tiempos regularmente diferidos, por diferen- consecuencia , podria establecerse una primera distincion en el
tes voces; aparecen canones populares a comienzos del primer sentido de que el canon propiamente dicho tiene un caracter con-
; milenio y, por supuesto, su perfeccion maxima se da en el siglo notativo de ciertas retoricas: en realidad proviene de una decision
1
m barroco. Accesoriamente, dichas regularidades configuran un preliminar, en sf misma no retorica, que interpreta una retorica
m modelo que desde la miisica religiosa ha de haber pasado al dis-
m
m para ejercer, con lo que se puede hacer con ella, un dominio, pa-
m curso htiirgico- juridico: aquf es equivalence a norma que debe ser ra imprimir una direccion que se supone adecuada, imprescindi-
seguida, implica un rigor y> desde el punto de vista de quien lo ble y segura.
estatuye, es imprescindible y controlable. Pero cuando se aplica a Si, por lo tanto, canon equiyale a conjunto de normas vincu- &
la literatura o, mejor dicho, al proceso de construccion literaria, lado con una retorica, hay que empezar por reconocer en primer
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s aparece como mas difuso, aunque tributario del caracter adjetivo lugar que no hay un solo canon, que en muchos tramos de la his-
s?
m litiirgico- juridico mas que del sustantivo musical. Metafisico o toria literaria los canones que han sido obedecidos no estaban ni
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no, se da por entendido que se quiere decir cuando se lo recono- siquiera escritos y que, unos u otros, no han permanecido inco-
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ce, asume o aplica, aunque sea sumamente problemarico intentar lumes en el transcurso historico; en segundo lugar, escritos o no,
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M definirlo. \
los canones tienen una fuente que los emite yyigilas u cumpli-
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Ahora bien, en el campo literario este entendido no puede
^
1 miento pero, tambien , hay que admitir que tales fuentes se han
M perdurar demasiado sin traer complicaciones; de hecho, es dificil ido desplazando y quienes asumfan la responsabilidad de procla-
reconocer en procesos que se inician la aplicacion de normas pre- marlos, aplicarlos y proceder luego a la consagracion -la canom-
viamente establecidas como tales; lo mas frecuente es el recono- zacion- de los que podian seguirlos exitosamente, han ido cam-
cimiento a posteriori de que se las ha obedecido, lo que lleva a se- biando.
i nalar que se trata de algo “canonico” pero, aun asi, creo que lo i
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2. Sentados estos principios generales en cuanto al canon, llena de episodios oscuros, de grandes amenazas que, fracasadas,
por marginal puede entenderse, en principio, una manifestation concluyeron ratificando la marginalidad desde la que intentaban
1 que, deliberadamente o no, se situa fuera de las ordenanzas cano- combatir el canon, tal como lo enuncia Manuel Galvez en El mal
r
nicas; en el primer caso, eso puede ocurrir por un rechazo deci- metafisico, siguiendo sin duda el modelo fijado por Zola en
m
ii
dido y consciente de lo canonico vigente en un momento deter- L’ceuvre, en un comentario narrativo a ciertas equivocaciones om-
II
minado, llevado a cabo a sabiendas de lo que eso puede implicar; S nipotentes de los poetas modernistas o simbolistas.
en el segundo, por desconocimiento de la existencia de los cano- 3?
Igualmente, no se puede negar que hay constantes intentos
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I produccion arristica, mas alia de todo saber acerca de los cano- dida, emprendida con lucidez critica, en ocasiones han logrado
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l nes. doblegar la rigidez del aparato canonico llevandolo a modificar-
If En cuanto a la primera situation, el rechazo a veces es funda- se, en parte o en todo, en tiempos rapidos, tal como ha ocurrido
it do y activo, como sucede con los manifiestos de grupos vanguar- con el modernismo, o en tiempos mas lentos, como sucedio con
distas; en otras ocasiones descansa en practicas que simplemente la filtration de las vanguardias en el proceso general del cambio
se apartan de sistemas de produccion coherentes con la logica de discursivo que ha experimentado la literatura contemporanea.
un sistema global. A veces, claro, uno y otro rechazo son aparen- Fuera de la marginalidad espontanea y salvaje, que no se pro- f
s
tes y los respectivos gestos concluyen en una reconciliacion o pone nada en relacion con lo canonico, y considerando tan solo !
§ bien muestran la verdadera intention perseguida, o sea entrar en la programada, podria atribuirse a los proyectos marginalizantes •
el universo canonico: podria decirse, realmente, que la obra de una dimension politica, en la medida en que constituyen una op- •
Dali es marginal ? Podria, incluso, definirse como marginal cion respecto del sistema literario, concebible como sistema en
— ^
aunque haya sido producida en el apartamiento y el silencio la — relacion con el sistema global y sus estrategias de perduracion;
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1 decir” , no lo son en relacion con el “como decir”, o sea de los ciertos textos de Gabriel Garcia Marquez y aun en lo estructural,
principios enunciativos del relato: diferentes de la literatura ofi- como se puede ver en una iectura actual de Rayuela de Julio Cor-
tazar.
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1: cial conformista en el tema , el contenido o el mensaje -por la
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cruda crftica social que llevan a cabo-, no solo no difieren de ella
en las reglas narrativas sino que terminan por renovarlas y conso- 3. Considerando estos preliminares habria, al menos, en re-
I lidarlas. De modo que si en un comienzo la situacion de margi- lacion con la idea de canon estos aspectos a considerar: quien o :
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nalidad aparecia definida por contraste, ahora se puede advertir I quienes producen canones o cual es en cierto momento la pro-
duccion de canon; como se aplica o quienes responden a ellos y, :‘i
que hay campos y pianos en los que opera, diversos y complejos, I
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que habria que estudiar en cada caso o situacion. Veamos una, complementariamente, que implica no seguirlos; cual es la forma i
ii hasta cierto punto contraria a la naturalista, que no deja de pre- de la subsistencia de los canones o su caducidad y, por fin, que )
sentar problemas: es un aceptado lugar comiin en los medios li- relacion se puede establecer entre la obediencia a los canones y la /
II
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.
terarios que un escritor como Jose Lezama Lima, sobre todo en plena realizacion literaria en un lugar determinado. Los tres pri- \
IHI i sus grandes novelas, es un marginal. meros son, quizas, puntos mas teoricos; el cuarto tiene un carac-
ter historico. En relacion con la de marginalidad, habria que de-
Ese serfa, incluso, su mayor interes, en ello residirfa una inu-
WM, —
sual capacidad de provocacion rasgo que, por otra parte, todo jar de lado la producida por imposibilidad de ingresar al canon
\. —
marginalismo suele reivindicar ; sin embargo, se dirfa que de
ninguna manera es marginal por la indole y la sustancia de sus
-algo asf como el cajon de la basura de los fracasos- y sistemati-
zar los intentos o proyectos posidvos, o sea las acciones empren-
enunciados que son, por donde se los mire, una reafirmacion de didas contra el canon desde un proposito o desde una concien- 6
un saber clasico, no revisado ni desbaratado, en suma un saber cia. Por supuesto, habria que considerar tambien las
m canonico. Quizas, si decir que es marginal no es meramente un marginalidades ambiguas o especulativas y aun las aparentes, esos
elogio indirecto, producto de una moda que hace de lo irregular intentos que a poco andar ponen en evidencia que no se trataba
-i
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mg r.
;
; su maxima proclama, Paradiso y Oppiano Licario son textos mar- de apartarse del canon ni de fracturarlo ni de modificarlo sino de
! ;
• •
ii
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j ginales porque el “apartamiento” que proponen y que opera co- & reingresar a el por otra puerta.
/ mo Iectura de extraneza- es irreductible a toda tentativa de reen-
• i
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DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA
Produccion de canon-produccion decir que lo logro con el muralismo que, a su vez, y respecto de
de marginalidad la tradicion clasica del caballete, implied una inversion
f•
puesto
que hizo que esta tradicion se marginalizara durante un tiempo.
Tradition, “ofitialidad” Con “ Los contemporaneos”, antagonistas de ese proyecto, la pa-
i
radoja es todavfa mayor: en medio del proyecto clasicista de Vas-
4. Si el canon es un producto del cruce de codigos previa- concelos recuperan elementos ciertos de esa misma tradicion, el
mente consagrados en varios niveles -retoricas, gramaticas, pre-
. 4
equilibrio, el rigor, la objetividad, pero para oponerse a toda ofi-
* ceptivas, etcetera- es evidente que sus componentes proceden an- cialidad.
te todo de una memoria cultural; este hecho propone el tema de Pero tambien hay que tener en cuenta que existen en toda
F: la tradicion que si bien parece estar inmediatamente anexado a la I America latina muchas tradiciones de origen popular; por sus
idea de canon tambien cubre, en ciertas condiciones, la de la condiciones de produccion algunas de ellas son marginales pero
marginalidad aunque, igualmente, la idea desborda uno y otro f que ocurre cuando el estado, como se ha dado ya en varios pai-
concepto en la medida en que existen tradiciones diversas que se ses, se hace cargo, las apoya y favorece adoptando, inclusive, al-
disputan entre si o se articulan o, al menos, confluyen para expli- !:•
!• gunas de sus formas.
car una peculiaridad literaria, incluso cierta identidad, como lo En cuanto al canon es, por lo tanto, algo menos y algo mas 1
explica Carlos Fuentes en sus indagaciones sobre la narrativa la- que tradicion, que se le subordina en su aspecto ordenador, co-
tmoamencana.8 mo un saber canalizado; en lo marginal la tradicion es mas bien
4 Ademas, la idea de tradicion, que implica una imagen de lar- una estructura de comportamiento que reaparece bajo ciertas
go trayecto, no necesariamente recubre la de “oficialidad”, que es condiciones: los jovenes, por ejemplo, se inician casi inevitable-
?4
IS mas contingente y manifiesta una suerte de respuesta homoge- mente en la marginalidad y eso es una tradicion; la poesia de las
neizadora a una necesidad de orden estructural. Vasconcelos re- decimas en Cuba es parte de una tradicion popular y marginal,
currio a una tradicion clasica directa para instaurar un arte oficial lo mismo que los corridos mexicanos y numerosa poesia cantada
/
contra otro, basado igualmente en una tradicion clasica indirec- que, de cuando en cuando, es objeto de reivindicacion; la denun-
—
ta -el modelo fiances posnapoleonico y efectivamente se puede cia politica en la literatura, que aparece como proyecto de margi-
nalidad, configura igualmente una tradicion que opera dadas
:
8 Por un lado Fuentes ( Valiente mundo 7iuevo, Mexico, FCE, 1990) ciertas condiciones sociales y de crisis literaria.
contrapone ritualmente “tradicion” a “modernidad”; por el otro, de mane- Asi, constituido o producido desde la memoria cultural, se
ra mas comparable, senala que “el pacto de civilizacion consiste en recono-
cer que somos un area policultural, duena de una enorme variedad de tra-
expiica que el canon tenga posibilidades de espontanea perdura-
diciones de donde escoger elementos para un nuevo modelo de desarrollo cion, solo limitadas, a veces, por un gesto critico que disminuye
y sin razones para estar casados con una sola solucion”. su poder de imposicion. Se explica, igualmente, que en el senti-
26 A1
27
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iSis .
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do de un enfrentamiento directo, la marginalidad sea cuestion de to de la cadena productiva, en tanto interpreta el estado del
cir-
estallidos que si bien se producen constantemente duran poco, cuito economico, produce canon y quizas con mas fuerza que
J
aunque, dada la indole de ciertas practicas, la marginalidad es nunca, directamente -en los miticos editores personales, a punto
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rl
if
tambien una constante. En otras palabras, el canon se entreteje
con la tradicion y la alimenta, la marginalidad la constituye de
—
ya de desaparecer ,9 indirectamente -a traves de expertos, 11a-
mense “agentes”, “lectores”, “editores”, encuestadores, etcetera-.
a hecho, en la medida en que no cesan de surgir tentativas margi- Por fin, los “vendedores” mismos producen canon, en la medida
n nales, pero su pretension, cuando se hace programa, es debilitar- en que al ser los vehiculos del punto de vista del “publico”
sugie-
ren, mediante la teenica del rechazo, lo que “debe” ser esento.
- la en sus alcances mayores.
Ahora bien , como los codigos componentes del canon son, 4
Paralelamente, no se podria hablar de “produccion de margi-
I en su momento inicial primario, formas racionales de articula- 4
?
nalidad ” sino por metafora; en primer lugar, todo lo que no es ca-
ciori social, su generacion y su control estan en manos de enun- A
nonico no es, por fuerza , marginal sino que es marginalizado en
ciadores de poder; modernamente, el mero nombre de Academia t.
la medida en que, en primera instancia, simplemente no respon-
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ilustra la idea de fuente de produccion canonica asf como previa- de a un canon al que desea responder; en segundo lugar, la cua-
lidad de “marginal ” deberia ser considerada positivamente, es de-
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i:
rechazo, mas bien por decision, deberia producir algun efecto y
—
de hecho lo hace en el cuerpo global de una literatura e, inclu- —
lexicografica: el diccionario es un lugar esencialmente canonico: so, hacer trastabillar lo canonico; la clasica polemica entre “clasi
5 -
no solo se dice que son las palabras sino como deben usarse o no
S
cos” y “modernos”, como momento de enfrentamiento entre ca
i -
y, para ello, se invocan ciertos usos autorizados y autorizantes. nonicos y marginales, no tendria mayor trascendencia si el
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En suma, hasta cierto momento, quizas hasta la revolucion triunfo de los modernos no implicara una modificacion de las re-
romantica, la idea de canon ocupa todo el universo imaginario glas vigentes en el poder literario.
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Aplicacion: reproduccion y cooptation nalidad que responde, sin embargo, a circunstancias canonicas: en
la decada del 20, el general Heriberto Jara, gobernador del Esta
I -
5. La aplicacion del canon responde, en primera instancia, a do de Veracruz, concede un espacio oficial al programa de los es-
un hecho de inercia que constituye una tradition , si asi podemos tridentistas que, como se sabe, se proponfan y ejecutaban un arte
1 denominar a la “reproduccion”, fundamento, como se sabe, del radicalmente antioficial; la operation puede haber sido cooptado-
f- •L sistema pedagogico. Es tal su fuerza que lo que entendemos co- a
ra pero parece reconocer lo que va de semantica a semiotica: el an-
B mo ensenanza literaria es, ante todo, trasmision de un “es asi tioficialismo artistico “ interpreta” el nuevo oficialismo politico de
que “debe ser” del mismo modo en la proyeccion imaginaria. Sin i modo tal que si antes del triunfo revolucionario politica y arte
li
embargo, en virtud de la fuerza con que el universo canonico se eran marginales, la politica triunfante, que ya no es marginal, re
-
inscribe en una comunidad cultural, para muchos fue y sigue conoce en el arte que sigue siendolo un instrumento todavfa en
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siendo una causa y un objetivo: la reproduccion inerte deviene
•
cho, entre lo que es pertinente o no en la obediencia a las leyes deramente oficial, en un esquema de mas largo trayecto, era el que j
de los generos, entre lo que genera valor en los textos o lo dege- encarnaban organos como Sur o La Nation, marginalizados desde \
i nera.10 Tambien sucede con quienes otorgan premios y los justi- dicho gobierno. i
ff •-
fican y, por supuesto, con quienes favorecen el conocimiento de I Pero es posible que cuando una formulacion contracanoni-
una obra o ejecutan maniobras de ocultamiento porque, precisa- I —
ca se hace escuchar, apoyada o no por un poder un gobierno (el
mente, esa obra no responde a canones que deberian haberla primer gobierno cubano en relacion con un arte de vanguardia
i m orientado. o un arte popular), una academia, una universidad, un periodi-
im
m m En ciertas ocasiones, hay un trastrueque en favor de la margi- co { El Diarioy de Buenos Aires, en relacion con el modernismo),
w una autoridad (el secretario Estrada apoyando a “Los
i contempo-
raneos”)-, se produzcan intentos de domesticacion de sus efec
:
tos y un reforzamiento de un orden, aunque renovado;
-
• Es cada vez menor la importancia que tiene la llamada crftica litera-
10 ! esto ocu-
;S ria en la observancia de las reglas canonicas; la crftica se limita a grunir dis- rrio por supuesto con el modernismo pero tambien con el
conformidades para justificar las cuales invoca normas o canones; se le ha- llamado “ boom”, que vino a combatir el relato tradicional lati-
ce poco caso , salvo cuando exalta valores que se traducen o traduciran en noamericano y que, luego de su gran triunfo en el campo de la
fenomenos de mercado. Para la crftica universitaria o academica la vigilan- lectura, devino canon, en el sentido de como se debia seguir ha-
j cia del cumplimiento de las normas suele ser un motivo de especulacion ar-
queologizante: determinar, por ejemplo, si tal o cual texto o autor han si- ciendo un relato aceptable; de todos modos, esa experiencia lite
-
do fieles a sus propios canones. raria mostro no solo nuevos productores de canon -editoriales,
30 31
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EL DEVENIR DE UNA PALABRA
DOMINIOS DE LA LITERATURA
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sentada si no como marginal al menos como renovadora respec-
1 revistas11 y periodicos- sino como la “materia” del canon podia
it to del canon clasico, dio lugar a reformulaciones canonicas en la
f reconstituirse incluyendo posiciones de marginalidad. Se supo-
famosa polemica Bello-Sarmiento. La obra de Sarmiento misma
ne que el mismo fenomeno se produjo con la pintura de van-
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que en ninguno de ambos casos se haya coagulado en una pro-
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los museos, lugares, aparentemente, de residencia de lo canoni- !
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gramatica, que eso es, al menos en un aspecto, un “arte poetica”.
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m co.12 1
m ! Sea como fuere, escritos o no, la vigericia de los canones pue-
I de ser limitada y su caducidad, cuando se produce, obedece a que
»i nuevas relaciones sociales engendran nuevos canones que, como
i Canon y c<arte poetica”: la identidad
tales, suelen conservar restos de los desalojados. Aun a riesgo de
IF reiterar, se dirfa que tales nuevos canones se alimentan de mani-
6. Los canones, como se ha dicho, suelen no estar escritos y, i
32 33
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DOMINIOS DE LA LITERATURA
EL DEVENIR DE UNA PALABRA
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venido en llamar el descubrimiento y la conquista, ya sea inme- regular o regularizada, con instituciones y relaciones sociales, en
diatamente despues, tienen el caracter impresionista del testimo- suma eso que se llama la “colonia”, la escritura se recupera de sus
i nio epistolar -solo indirectamente canonico o, por lo menos, de
I primeras fiebres Qde que otro modo se podrian caracterizar los
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una convencionalidad laxa que tolera cierta espontaneidad
^o
de la cronica del acontecimiento recien ocurrido. Esto quiere de-
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escritos de Colon, de Cortes, del propio Sahagiin, de Bernal?) e
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inicia una existencia ordenada, en la que la idea de prolongation
I
cir, ante todo, que la retorica, como gramatica del canon, como J
•
de la literatura europea es no solo util sino tambien ambigua: el
H
i
m ordenadora en generos de la produccion de escritura, no solo no ambicioso poema de Bernardo de Balbuena, concebido de acuer-
/ operaba sino que carecfa, sobre todo, de sentido. Para algunos es-
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li do con los canones ya anacronicos de la caballeresca, hace caso
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) to resulta del reclamo que, con fuerza sin igual, hace una realidad
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omiso de tales turbulencias iniciales y su rebeldia ante el canon
I
1 peculiar, novedosa y enigmatica cuya presencia desbarata todas I formal y moral es nula, a lo sumo establece algunos acordes refe-
I \ 1
; las gramaticas operacionales y engendra conductas relativamente
1
V ! renciales interesantes con esta realidad, que escritores como Sor
I imprevisibles; sin llegar a tales generalidades podria decirse que, Juana, Sigiienza y Gongora y otros llevaran un poco mas lejos. Lo
en su urgencia, los hechos impidieron en los comienzos a los le-
i: que importa, sobre todo, es la idea de “relaciones ambiguas”: si
trados cualquier preocupacion por las formas, entendidas como I
: por un lado, a traves de los certamenes y el rigor, incluso, en el
estructuras codificadas, regulares y canonicas y, simultaneamen-
trabajo formal de escritores como los mencionados, los textos co-
te, crearon las condiciones para que los no letrados, al margen de
: loniales estan en diapason con las exigencias de la literatura pe-
j toda canonica, comenzaran a escribir. :
ninsular,14 por el otro se puede advertir en ciertos casos, algunos
:
.
Se presenta, de este modo , un paralelismo entre la confusion
de las primeras miradas y el modo turbulento de la escritura, co- —
mas publicos —como Sor Juana , otros mas secretos —como cier-
tas tendencias parodicas o risuenas-, una cierta inflexion modifi-
mo si en su espacio propio , librada a sus propias fuerzas, la escri-
catoria que ni busca ni llega a la marginalidad, ni siquiera la in- :
:
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XL
tura hubiera debido responder a lo que estaba sucediendo y care
ciera del distanciamiento necesario como para valorar tanto los
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simia aunque esa brecha de marginalidad podria ser un gesto de
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DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA
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matices, algunas modificaciones que la lectura actual puede per- J
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bra no es un simple instrumento de tales relaciones pero, aunque
cibir, en la obediencia a canones que se pretendla seguir con un : ft
no se supiera en estos terminos, tanto en Europa como en este
1!
ii rigor equiparable al rigor con que se regulaba la vida institucio- E apenas descubierto continente asi se hacian las cosas despues que 1 f
i p
sincretismo que va mas alia de las intenciones, en la arquitectu-
ra, en la pintura, en los gustemas, en la lengua y, en menor me-
i
I
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dices ahorrare la exaltacion de esos documentos que no solo
narran o explican o ponderan sino que indican que existia una
j
j
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S' dida, en la literatura. i
plena conciencia de literaturidad, para usar una palabra que pa- ;
•l:
El modo mas sencillo de comprender los comienzos de la li- rece exponer claramente un rico campo semantico. Traducidos
;;
teratura latinoamericana es afirmar que los espanoles y portugue- tales codices a nuestra lengua ponen en evidencia estructuras dis-
J
ses introdujeron el concepto mismo de literatura, junto con todo cursivas que tambien eran, en general, propias de la cultura eu-
i ‘
lo demas que introdujeron: instituciones, estructuras, comporta- ropea o que la cultura europea estaba empezando a reclamar co-
mientos y, por supuesto, lengua. Esto quiere decir, ante todo, que mo su gloria mas alta. Hay, ademas , otra instancia: el jeroglifo o
I- nada habria existido previamente a esa llegada; esa creencia es in- el petroglifo indican quizas un estadio mas primitivo, desde la
Vr -
%; i
discutible si se piensa en terminos europeos, es decir en las conse- perspectiva de la escritura fonetica, pero ello no quiere decir que
1
cuencias de un proceso de formacion de estructuras literarias y no no hayan dado su sustento o fundamento a una dimension lite-
i- - T
:)
en los terminos fundantes de tal proceso; en otras palabras, es se- raria que podia llegar a desarrollarse y encontrarse con la otra o
guro que no existian, ni siquiera en Tenochtitlan -no digamos en bien incluso dominarla e infundirle relieves y espesores de que
el Orinoco- poemas Ifricos, epopeyas, autos sacramentales, cuen- carecio. Pero no se trata de profetizar “ in retro”, ni de volver a la-
tos y novelas, que no existian endecasilabos, tetrastrofos monorri- mentar lo que historicamente no paso; establecer este juicio de
I
mos, coplas de pie quebrado ni epigramas, pero tambien es segu- existencia sirve, tan solo, para entender que la lectura que hicie-
s
m rojue existian modos narrativos, modos liricos, modos ron los europeos de esas extranas manifestaciones fue de “texto
m
mm dramaticos y, seguramente, otros modos mas. Baste mencionar la arrasado”, lo que los llevo a imaginar que se trataba literariamen-
f j; SI obra conocida de Nezahualcoyod para ilustrar esta idea. te de “tierra de nadie” en la que, como en otros aspectos, se tra-
Para entendernos diremos que tales modos son esencialmen- taba de iniciar implantaciones.
I te discursivos y, en consecuencia, mantienen determinadas rela- Se hicieron estas implantaciones y, con los Borbones, hasta se
il 1 ciones con la palabra: es posible que ahora sepamos que la pala- implantaron academias, que siguieron a las universidades. A par-
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i: DOMINIOS DE LA LITERATURA !i EL DEVENIR DE UNA PALABRA
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tir de ese momento se limita la espontaneidad sincretica y co-
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Carpentier satiriza muy bien esta emergencia en EL reino de este
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/ mienza a reinar el canon, respecto del cual la unica marginalidad ?: mundo: el monarca negro se viste con traje de rey fiances y en su
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pensable es geografica: lo que se escribe aqui, por mas que se es- i: corte se cantan languidas arias de Lully. Sin embargo, en la expre-
11
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\ ;•
\ fuerce en “pertenecer” a un orden, no cuenta demasiado para ese sion misma la marginalidad hierve y sale a la superficie: es la gau-
'
4
| orden, padece el aislamiento, no basta pretender esa pertenencia, chesca rioplatense, es una obra de observation localista como la
existe una separacion. Creo que, convirtiendo el texto en meta- de Fernandez de Lizardi y, en general, eso hace tradicion o des-
I
I . fora, eso es lo que describe y consigna la hermosa novela Zama cribe la aspiracion del arte popular latinoamericano. Buenos
i
;
de Antonio di Benedetto: por mas que se quiera no es lo mismo ejemplos de marginalidad preexistente a una reformulacion ca-
este mundo que el otro, que, en la figuracion, es el recinto de una nonica, suelen obtener como triunfo el reconocimiento de su si-
if
verdad buscada pero que desde aqui no se puede hallar. I tuacion marginal pero no la derrota de lo canonico que, al pare-
S ;.?:
''
Sin embargo, en ese momento mismo hay otra clase de mar- I cer, respecto de tal tipo de manifestaciones, solo llega a admitirlas
1i
ginalidad, podemos llamarla “en segundo grado”: se refiere al uso en su enunciado o en su sustancia, como ocurrio en este siglo con
del latin, por ejemplo, o de lenguas no espanolas empleadas por la poesfa negrista portorriquena o cubana, nunca en su regia. Lo /
religiosos o jesuitas, cuyo caracter encapsulado respecto del espa- canonico, sin embargo, en su aspecto de arte “culto” corta proce- \
nol no impide que lo que se produce en ellas no siga canones si- sos nacidos en lo marginal o bien los absorbe en sus aspectosjte-
tuados en otra parte, el discurso de la orden o de las respectivas maticos tal como ocurrio, ejemplarmente, con el teatro en la Ar-
lenguas. Sea como fuere, el efecto de esa marginalidad fue, como gentina: si, como parece, de acuerdo con lo que queda, a fines del
:
4 lo sugirio en su momento Mariano Picon Salas, altamente tras- siglo XVIII habia cierta produccion local (EL amor de La estanciera),
cendente en la constitucion de un pensamiento independentista , de lenguaje rudimentario en ambos sentidos, y eso, de alguna
nutrido de marginalidades de todo tipo. manera testimonia como el universo rustico se estaba preparan-
kM.
m La independencia pone en evidencia estos conflictos: la vo- do para la gauchesca, la llamada “Sociedad TeatraT define expli-
luntad de autonomia polftica, que implica que lo marginal -los citamente, hacia 1870, el teatro nacional como sometido a reglas,
m : ~i2i
—
criollos o los negros o los curas comience a traves del poder a
h criollista tematicamente pero europeo en cuanto a la forma.
dictar las reglas (leyes, constituciones, instituciones, etcetera) y, Se trata, tambien, de una discusion entre sustancia y forma,
por lo tanto, a convertir en canon, en el mejor de los casos, la sus- al menos tal como aparece en la polemica Bello-Sarmiento; el
5Sf . tancia de lo que defima el hecho marginal -la libertad de comer- primero es partidario de una fidelidad a las mas elevadas retori-
cio frente al monopolio, la libertad de vientres frente a la esclavi- cas conocidas, el segundo cree que hay una naturaleza americana
H tud, la libertad individual frente al despotismo, etcetera- solo
. Hi propia que debe engendrar una expresion que le sea congruente;
m concibe como canal posible de su expresion la forma canonica
m es lo que intenta en Facundo que, en su desafio a los generos, im-
i preexistente: el neoclasicismo borbonico en todas sus vertientes. plica como proposicion la perspectiva de engendrar una literatu-
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I! EL DEVENIR DE UNA PALABRA
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1 ra propia. Yo creo que America latina no se desprende mas de es- !
1 cidental de la palabra pero, en ese campo, pareciera querer rom-
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ta idea que, por otro lado, recupera de hecho lo que ocurrio con
I per ciertos canones o extraer de ellos una riqueza que, en si mis-
i la escritura de los cronistas del descubrimiento: ese es el sentido I mos, enfrentados a la turbulencia de la marginalidad, los canones
1
1
de las invocaciones de Hostos o, posteriormente, de Vasconcelos !
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EL CANON DEL CRITICO FUERTED
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guien que, como Bloom , admite haber llegado a ser una autori-
dad en escandalos academicos: son bastante conocidas sus
batallas con las sucesivas escuelas criticas dominantes en las uni-
versidades norteamericanas, desde la New Criticism que reinaba
en su juventud hasta las actuates corrientes desconstruccionistas,
foucaultianas, feministas y multiculturalistas. Lo en verdad sor-
prendente fue la repercusion extraacademica que adquirio una
obra referida al canon literario, asunto de un debate aparente-
mente condenado a no traspasar los Emites del campo de los es-
pecialistas, donde desde hace anos se halla instalado. Y como
consecuencia de eso, el exito de ventas que alcanzo un libro acer-
ca del cual se han alzado tantas opiniones contradictorias, pero
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16
Punto de vista, num. 55, Buenos Aires, agosto de 1996.
La primera edicion en ingles es de Harcourt Brace & Co., Nueva
York. La espanola, de Anagrama, en traduccion de Damian Alou.
43
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DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA
44 45
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ser obra de un solo hombre.” 17 Quisiera retomar la cuestion all! cursor fuerte, efebo, traslacion (o trasposicion, o metalepsis) , lec-
mismo donde Catelli la deja. Y empezarfa por sefialar que para tura erronea, inaprehension (mis-prision), chispa, pneumay mu-
*
Bloom la defensa de la tradicion literaria no se plantea en termi- chas otras que hacen la desesperacion de sus lectores y traducto-
nos de posibilidad, sino de necesidad, lo cual me va a llevar, ha- res, entre las que descuella la que da ritulo a su obra capital: La
cia el final de estas notas, a agregar un tercer nombre a los de angnstia de las influencias.18
i
. Goethe y Hugo: el de Shelley. Esa necesidad, la de “defender a los De modo que de la lista de Bloom, como de cualquier otra
i clasicos , no tiene nada que ver con la lista de obras que aparece
55
lista, antologia o seleccion, incluidas las de respuesta a la vieja
m al final del libro. A Bloom le interesa bien poco esa lista, solicita- pregunta sobre los libros que uno se llevaria a una isla desierta, se
da por los editores, pensada para lectores norteamericanos y su- puede discutir todo, pero en realidad, por eso mismo, no cabe
jeta por lo tanto, entre otras cosas, a que hubiera buenas traduc- discutir nada. La verdadera discusion deberia pasar por los ensa-
\
ciones de las obras seleccionadas al ingles. Menos aiin le interesan yos sobre los veintiseis autores que forman el cuerpo central del
SI ; - * las discusiones que esa lista desato. Lo que a Bloom le interesa es libro (que, dicho sea entre parentesis, muestran que la literatura
m
&
m el proceso de canonizacion que ni las instituciones, ni las fuerzas latinoamericana no es el fuerte de Bloom ) , y por las logicas que
que dirimen sus posiciones en el campo literario (agentes y no- ngerTlaseleccion y su organization. La primera de esas logicas es
ciones que para Bloom carecen de relevancia), ni ningiin critico, la mas previsible: la que intenta responder a las demandas multi-
m por fiierte que sea , pueden realizar. Un proceso que se lleva a ca- ples de representatividad de epocas, de naciones y de generos li-
m
mj bo en el interior de la literatura misma, en una perpetua lucha terarios que plantea un txtulo, El canon occidental que, como de-
@6
vr:
•
entre los textos del pasado y los textos del presente; un proceso da Borges de su Historia universal de la infamia, aturde en la
que el ha perseguido con el trabajo critico de toda su vida, y pa- tapa. Para resolver esas demandas, Bloom acude en primer lugar
ra el cual fue construyendo un paradigma articulado sobre una a la idea de las edades de Vico, que reformula suprimiendo aqui
i red de nociones-imagenes (quiero decir: mas figurales que con- ( pero no en los apendices) la Edad Teocratica, esto es, la de los
Tt ceptuales) tomadas principalmente, aunque no exclusivamente, clasicos de la Antigiiedad (aunque Homero y Virgilio sobrevue-
del psicoanalisis y de las tradiciones cabalisticas, gnosticas y mis- lan varios ensayos); rebautizando las otras dos como Edad Aris- 3
tm1 f tericas. Esas nociones son las de novela familiar, defensa, agon, tocraticay Edad Democratica, respectivamente, yanadiendopa-
N i •
:
cocientes revisionistas ( revisionary ratios, con sus seis modos: cli- ra nuestro tiempo una Edad Caotica de su invencion. Los
mv
namen, tesera, kenosis, demonizacion, ascesis y apofrades), pre- ensayos cubren asi tres edades de desigual extension. La primera
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se inicia en los albores mas lejanos de la modernidad, todavia en
17 El articulo de Catelli es de marzo de 1995, y su ritulo, “ El viejo vol-
can solitario”, una cita de la resena de Frank Kermode a El canon occiden - 18 La primera edicion en ingles es de
1973. La traduccion al Castellano,
tal publicada en The London Review of Books. hecha por Francisco Rivera, de 1976 (Caracas).
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1 DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA
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j el seno de la Edad Media. La segunda y la tercera corresponden producira ningun sobresalto encontrarlo incluido
respectivamente a los periodos del siglo XDC y el siglo XX, decisi- res representatives del canon literario
entre los
auto
occidental.19 Y aunque la-
-
vos por varias razones para la literatura occidental. Cronologica- tinoamericanos y portugueses respiremos aliviados
por esa ines-
mente, el primer autor es Dante. Pero el primer ensayo del libro perada entrada final que nos concede el
capitulo 21, nadie dejara
estai dedicado a Shakespeare, a quien Bloom no solo coloca en el de discutir, desde angulos diversos, la
lectura poco convincente
centro del canon, sino que, con una expresion que para el no es de los textos de esa trfada estrafalaria Borges,
una mera hiperbole, considera como informando el solo la tota-
-
colocada bajo el influjo de Whitman. Hasta
Neruda, Pessoa-
los feministas, por
lidad del canon occidental y hasta universal. ultimo, podrian quedar contentos, pues entre los
veintiseis auto-
I
Por mas arbitrarias que parezean estas disposiciones, hay en res hay cuatro mujeres, por supuesto
que solo a partir de la Era
la primera etapa, o Edad Aristocratica, un elenco de nombres que Democratica, todas pertenecientes, eso si, al
universo literario
no se puede discutir, pues no solo son representatives de esa ex- anglosajon: Jane Austen, Emily Dickinson, George
Eliot y Virgi-
trana grandeza tan dificil de describir que es para Bloom lo que nia Woolf.
hace canonicos a un autor y a sus obras, sino tambien de lo que En realidad, desde esta primera logica, los
reparos mayores se
seran las grandes literaturas nacionales del occidente europeo: suscitan justamente en la Era Democratica,
donde fuera de Ibsen
Dante, Cervantes, Shakespeare, Goethe. No es culpa de Bloom y de Tolstoi todos los auto res son tambien
de lengua inglesa:
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m que no haya para la literatura francesa un nombre de igual enver- Wordsworth, Austen , Whitman, Dickinson,
'
Dickens, George
gadura en ese periodo, aunque cuando uno recuerda que en al- Eliot. No se si es natural que para un
norteamericano toda la li-
V gun lado se ha dicho que la desgracia de la literatura francesa es- teratura del mundo tienda a estar
contenida en el ambito anglo-
tuvo en que entre Rabelais y Ronsard eligieron a Ronsard, no sajon , pero lo menos que puede decirse es
que a cualquier lector
puede dejar de pensar que hubiera sido Undo que pusiera a Ra- occidental le resulta rarisimo un siglo XIX sin
ningun autor fian-
belais en lugar del extrano compuesto que arma con Montaigne ces. Mas raro todavia si ese lector sabe
que Harold Bloom es un
y Moliere. Lo que si se le debe atribuir es la sobrecarga anglosa- firme admirador de Oscar Wilde, muchas de
cuyas ideas sobre es-
jona del conjunto: Chaucer, Milton y el Dr. Johnson , este ultimo
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literatura, lo que necesitariamos ahora, para interrogar estos re- relation entre sujetos (o entre poemas, o textos) fuertes, pues lo
il paros, es preguntarnos por la otra logica, menos previsible que la que se entabla no es un tierno lazo filial entre los que Bloom lla-
n ;:-! : •
i relaciones “intrapoeticas”, es decir, de las relaciones de los poe- quiza sea necesario conocer aquellos primeros trabajos para al-
il canzar una mejor comprension de unos argumentos expuestos de
modo tan brillante como hermetico. Porque fue alii, en esos pri- °
20 Por ejemplo , por Paul de Man en una resena originalmente publica- meros libros, donde Bloom fue organizando Qo seria mas justo
m
m :1 da en Comparative Literature y recogida luego en la segunda edicion de
m Blindness and Insight, Minneapolis, 1983. decir que descubrio?) la secuencia de autores que propuso como
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indisociables de una cierta conciencia melancolica del retardo,
del gran cansancio de llegar tarde, del temor del poeta de que ya
no quede ninguna obra digna de realizar. Pero en lugar de inter-
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cidental” sino una emon ( en las dos principales acepciones de {
la palabra), la memoria personal de sus lecturas. O, si se prefiere
un diagrama espacial, un sistema no sistematico, el sistema de re-
laciones que ordena las lecturas de toda su vida. Por eso Shakes-
Hi
U narnos en esta linea (que nos deberia llevar a captar como Bloom
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peare es principio y centro de este “canon”; por eso, en lugar de
lee esto a traves de un Nietzsche corregido con Vico y de un una lectura freudiana de Shakespeare, Bloom nos propone, con
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III
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% ;\mi Freud al que corrige el mismo), registremos simplemente que de una de sus modalidades de inversion, una lectura shakespereana
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I-
lo que se trata en esta teoria, sobre todo, es de pensar relaciones. de Freud. Y por eso Whitman aparece en la angustia de influen-
No quiero decir que nos encontremos con una exposition de re- cias de los poetas sudamericanos y del portugues. Dario, Lugo-
I :: laciones sistematicas. Quiero decir que para Bloom no es posible nes y Borges algo supieron de eso.
I . - leer un poema (o texto ) como una entidad en si mismo, sino en Finalmente, aunque siga resultando abusivo, y aunque cues-
S! la red de relaciones que se derivaria de las “lecturas erroneas” que te no ceder a la tentacion de discutir ese capftulo, hasta se puede
cada poema realiza del poema o los poemas precursores. Por eso, llegar a entender por que la novela canonica del siglo XIX esta re-
dice Bloom, la .tarea de la critica deberia consistir en ensenar no presentada aquf por Dickens y George Eliot, mas alia de la abso-
TT II la lengua de la critica, sino la lengua en que esta escrita la poesia, luta supremada que Bloom otorga al primero sobre la segunda,
1! que es la lengua de la influencia que rige las relaciones entre los sobre todos los novelistas occidentals, incluido Cervantes, y aun
\\ poemas. En una frase suya: “ La critica )es el arte de conocer los sobre casi todos los escritores existentes, con exception de Sha-
8 1r .
!yi camrnos secretos que van de poema a poema .
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in kespeare. El principio de las relaciones le permite a Bloom anu-
Pensar relaciones, entonces. Esa es la otra logica que rige la dar, gracias a esta election ciertamente lunatica, varias cuestiones
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selection de los veintiseis ensayos. Nadie podria hoy, segiin este recurrentes en su sistema de lecturas: en primer lugar, seguir, o
principio de Bloom, ni dominar el canon ni tener la autoridad mas bien trazar, unas Eneas que vinculan las dos novelas que ana-
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necesaria para decirnos que es. Nadie, y tampoco el, afirma, po- liza entre si, y al mismo tiempo con textos fiiertes de la tradition
52 53
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protagonistas de Casa desolada y de Middlemarch. Pero esta y mentos de estudios culturales’, y en ellos las historietas de Bat-
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otras discusiones deberan quedar afuera de esta ya no breve
apro- man, los parques tematicos mormones, la television, las pelicu-
ft
•
ximacion
/
. las y el rock reemplazaran a Chaucer, a Shakespeare, a Milton, a
Wordsworth y a Wallace Stevens. Las grandes universidades y
s colegios otrora elitistas seguiran ofreciendo unos pocos cursos
A modo de corolario paradojico: sobre Shakespeare, Milton y sus pares, pero en departamentos de
r tres o cuatro especialistas, equivalentes a los de griego y latin an-
la defensa del canon es la defensa de la poesia
tiguos”.
% Llegamos ahora, por fin, al tercer nombre que anuncie que Pero a diferencia de Shelley, Harold Bloom es un apasionado
agregaria. Hace ya mas de ciento cincuenta
ahos, en el momen- sostenedor de la autonomia absoluta de lo estetico, y niega por lo
~ ~
if to heroico del romanticismo ingles, Shelley escribio
su celebre tantd a laliferatura cualquier funcion de mejoramiento, sea so-
utilitaria , afirma- cial, moral o de cualquier otra indole. La fuerza cognitiva, inven-
° Defensa de la poesia. En pleno auge de la marea el concebir lo tiva y verbal que sostiene y anima las obras canonicas es a su jui-
i ba con pasion: “ Pero excede a toda imaginacion
que hubiera side la condicion moral del mundo si nunca hubie-
h|
l cio esencialmente estetica, y no recibe su sancion de ninguna
ran existido ni Dante, ni Petrarca, ni Bocaccio, ni Chaucer ni
, instancia heteronoma. En consecuencia, considera que la litera-
m Shakespeare, ni Calderon, ni lord Bacon, ni Milton (...); si la tura es forzosamente elitista, que la verdadera lectura es una acti-
; si nunca hubiese vidad solitaria, y que ni la soledad puede ensenarse ni ella ensen
poesia hebrea no se hubiese traducido jamas
tenido lugar un renacimiento en el estudio de la literatura grie- a nadie a convertirse en una persona mejor. De modo que no se -
ga.. etc. Si no lo hubieran iluminado estos y otros monumen-
s j ria ilicito ver en su “defensa del canon” una heroica revision ac-
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tos del arte, proseguia Shelley, el espfritu humano no hubiera
cedido jamas ni siquiera a las mas groseras de las ciencias ni a los
ac-
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tual de aquell defensa de la poesia, concebida en el talante de es-
^
tos tiempos tardios, tan poco heroicos y quiza finales. Por eso sus
capitulos “elegfacos”: pues en lo que hace al porvenir de los estu-
u
U
razonamientos que en su tiempo se pretendian superiores a las
facultades de la imaginacion. Hoy, desde Yale (y esta localizacion dios literarios, Harold Bloom no parece vislumbrar ningiin ricor-
i.
54 55
m
EL DEVENIR DE UNA PALABRA
DOMINIOS DE LA LITERATURA
del acerca del deseo de la voluntad de quebrantar los limites. Ese de-
so despues de esa Edad Caotica que invento para la literatura seo, que la voluntad a secas nunca podria realizar, lo realizaria la
siglo XX en El canon occidental. voluntad poetica, unica capaz de construir esos artefactos (el poe-
Si nos detuvieramos aqui, esta posicion pareceria poco mas ma, el texto) que son en realidad mentiras contra el tiempo, o
1 que una resentida queja corporativa contra lo que Bloom llama “nuevas refutaciones del tiempo”.21
,
la “Escuela del Resentimiento” (las corrientes criticas feministas Contra el tiempo y contra la muerte. En uno de sus libros,
desconstruccionistas, neohistoricistas, multiculturalistas, etc. . Y
)
Bloom acudio, para exponer esta idea, a una cita de Milton. Tal
M
y habria bastante para comentar, tanto sobre estas corrientes y su vez lo haya hecho para brindar una muestra ejemplar de su pos-
1 voluntad hegemonica de poder en los claustros, como sobre las tulado de que la critica fuerte debe ensenar el lenguaje de la poe
ill diversas facetas de la polemica que Bloom y otros criticos como sia. Si asi fuera, es indudable que encontro el modo mas
bello e
! Stanley Fish sostienen con ellas, facetas que en algunos casos tal intenso de decirla que nos es dado alcanzar:
-
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- vez sean francamente regresivas, en el marco de las presiones que
ft se ejercen sobre los sectores progresistas en las universidades nor- “ataviados con estrellas, permaneceremos para siempre
teamericanas desde los espacios del poder politico y
economico.
f .
trascienden los de- vencedores de la Muerte, y de la Suerte, y de ti, joh, Tiempo!”
sr .-
Pero si se esta atento a otras perspectivas que
bates academicos de Bloom, se encontrara que esta “defensa de la
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poesia” adquiere alcances mucho mas vastos, casi prodigiosos: la
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batalla del poema fuerte para triunfar sobre el olvido (la lucha
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1 LITURGIAS Y PROFANACIONES
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La regulation historica entre psicoanalisis y religion no es
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1 la perspectiva someta-
; tica remite a la constitucion de formas
, de modelos o de reglas es- mos el canon a los deseos y particularidades de
nuestras predi-
tablecidas, desde la perspectiva erica son formas o modelos pres - lecciones, ajustandolos a nuestro deseo... de lectura. Si es nues
-
exigen una tro deseo el que opera recordemos a
; criptivos, rigen un comportamiento o una actitud
,
Barthes y si es una
{ conducta a seguir y establecerian las reglas penitenciales que gra- secuencia historica de procedimientos citemos
ejemplarmente
de una a Curtius o a Auerbach y si es la puesta en
j van la literatura. Como categorfa estetica es la propuesta escena de nuestra
, mimesis colegiacion estadfstica, senalemos a Bloom. La
forma de lo bello literario para ser imitado o copiado ^ — constitucion /
, remedo del facsi- del canon siempre estara sometida a incompatibilidades
o mimetismo? Es verdad que la copia absoluta
•**
nume-!)
clinico: ncas.
mil, es imposible en el nivel real o incluso en el nivel , un
siempre habra un pequerio detalle, un desliz del sinonimo Como todos sabemos, esa sutil y alocada excentrica que fue
enganche de la imagen, o un crecimiento de las volutas de la los-
f me Virginia Woolf, escribio cientos de paginas bajo la tutela
de “common reader”, de ese improbable del
tafora, que pueda percibirse. Sin embargo la masificacion lector comun, pero el so-
detalles, la cuantificacion de las imagenes y precision
la flauber - cialismo estadistico de Virginia no era tan democratico como
tiana de los adjetivos vuelven a la obra un ejemplo
de la reperi- pretendia: el grupo de Bloomsbury era nada mas ma que una coa
de lo mis- iicion aristocratica -la aristocracia del “ buen gusto” que -
cion. Es lo que opera en el mundo de la representacion
mo en todas las formas de la literatura mediatica
: son una
a la es-
—
cunscribfa una zona de lectura sobre un campo de escritura. De
la misma manera, la constitucion de un canon e
cir-
62 63
Mi
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tramos en los teoricos norteamericanos e ingleses, pienso en das religiosas de la pequena burguesia acaban generalmente en es
-
Bloom , en Frye, en el verdadero orientador de estas formulacio- catologias cientistas como las de Teilhard de Chardin o en la fu
nes, Frank Kermode, nos permite pensar que el libro fundador, turologia de los planificadores perspectivistas como lo ha senala
-
la biblia de las Biblias puede ser interpretado: do Reinhold Niebuhr con un termino ampliamente descriptivo-
:
1! 1) como literatura sapiencial, 2) como thesaurus de imagenes “el milenarismo evolucionista”.23
:
y metaforas fundamentales de toda la literatura occidental y 3) Si en la contemporaneidad, la extension de lo iiterario
en
III como texto fundador de la literatura occidental y por ende como oposicion a la literatura entendida como institucion social, hacia
la construccion del gran codigo como lo entiende Frye, o del ca- el campo del cine, de la telenovela o del videoclip, pareciera im
non , como dice Bloom. En el nivel historico, se ha producido un pedir la constitucion de una regia y por ende de una organiza
-
tenue desplazamiento de las civilizaciones creto-micenicas, las ci- cion canonica, es necesario recordar que la disolucion de
-
una
vilizaciones proto-griegas, para trasladarnos de la cuenca medite- forma siempre va acompanada por la sustitucion de otras nue
rranea hacia el oriente cercano. Es que la situacion poli'tica ac- vas. El hecho concreto y actual es que estas nuevas formas
-
^
tual, disolucion de la Union Sovietica , el conflicto entre judi'os y formas ya establecidas y por cierto canonizadas, si entendemos
son
palestinos, la guerra de la ex Yugoslavia entre musuimanes y ser- por canon la consistencia de una fosilizacion diacronica o mejor,
bios, los desplazamientos de la cultura arabe y las formas actua- de una cristalizacion temporal que produce un modelo a recrear
les de la geografia islamica, nos permiten pensar que influyen di- o a imitar. Desde el punto de vista historico, la reposicion
de an-
rectamente en la exposition de una geopolitica de las sucesiones tiguas formas y codigos es lo que permitio establecer una nueva
y herencias textuales y por ende literarias? El relato de Casandra nomenclatura como la posmodernidad, algo tan dificil de defi
-
:
I
—
-en su lamentation agonica y profetica no es biblico , o la furia
protestativa contra las leyes de la ciudad de Antfgona no estan re-
nir como de precisar. Este hecho se produjo a partir de las
sivas vanguardias, pero entendemos que la reposicion
suce-
de viejas
gistradas en el Pentateucoy y basicamente, y por lo tanto ni en el formulas inscrip tas en el movimiento mismo de la repeticion, en
Genesis, Exodo o Numeros, o mejor la prosapia incestuosa de Edi- el sentido que le da Kierkegaard o Freud, no es la repeticion
de
po se hunde en el Tigris y en el Eufrates. Y esto no solo por la lo mismo sino una repeticion que engendra algo nuevo, solo
que
disparidad de orden historico sino porque registran culturas an- nos fascina precisamente por creer, imaginariamente,
que este
tagonicas tanto como se oponen en la promocion contempora- retorno, como el retorno de lo reprimido es un retorno
a lo an-
nea del Apocalipsis y la resistencia a las utopias, tanto como se ticOy que engendra sorpresa pero tambien
angustia. Como nos
oponen las culturas migratorias a las culturas sedentarias y ente-
* rratorias. Esto no implica la negacion de lo Iiterario sino su ex- 23 Vease Jacques Derrida: Sohre el tono apocaliptico adoptado reciente
tension que puede llegar a su disolucion , a su propio Apocalipsis, mente enfilosofta, Mexico-Madrid , Siglo XXI, 1994. R. Niebuhr, Moral-
hecho que aterra a Bloom. Si en la contemporaneidad las deman- Man and Inmoral Society Nueva York, Charles ScribnerSons,
1932.
64 65
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1 DOMINIOS DE LA LITERATURA
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EL DEVENIR DE UNA PALABRA
I
movemos, por momentos, con categories que provienen de la fi-
samente en el momento en que lo bello literario esta sujeto a una
losofia o del psicoanalisis, me gustaria pensar que este efecto de
1 degradacion formal que es visible en los discursos de la contem-
i pasado que vuelve, es el soporte de una metafisica de la causa, poraneidad. La teoria de lo sublime se convierte en el sublimi-
|i metafisica que puede pensarse fenomenologicamente como mi-
1 rungde los procesos quimicos para sostener la sublimacion freu-
1 to de origen donde se sostiene el mito de fiituro, ya sea utopico
1: •
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diana de las pulsiones sexuales como el elemento productor del
o devastador. Hegel propuso una forma tan bella como pertur
I
1!;
- trabajo de creacion.25 Simultaneamente, a partir del comienzo
1 2 badora, el caracter intrinsecamente pasado que tiene todo arte, del siglo, el registro cada vez mas marcado del feismo en linea di-
I
? !; este axioma tan dificil de aprehender esta ligado a la clausula
recta con nuevas concepciones de la “monstruosidad ” y la dislo-
mmm :
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fundamental de la estetica hegeliana: la apariencia sensible de la
im ' :
.
cation de los criterios de normatividad estetica, que parecerian
idea. Pero si me he permitido traer al ruedo a Hegel es porque
I
I en la contemporaneidad su representante mas claro es Gadamer
permitir una libertad y por momentos un libertinaje formal tan-
; to en la creacion como en eso tan impreciso que es el “gusto” y
m|ls y todos aquellos que hacen refluir las propuestas del romanticis- su experimentation democratica. Como es posible que este
*
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DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVEN1R DE UNA PALABRA
68 69
DOMINIOS DE LA LITERATURA
EL DEVENIR DE UNA PALABRA
y como leen los es nada mas que la duplication de una angustia neurotica que
autores que escriben? En la contemporaneida Il
d, tanto la
angustia
de las influencias como el concepto de intertext
ualidad y todas
l\ proviene de la alienation con el Otro y de la. angustia deja sepa-
^
70 71
i;
DOMINiOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA
rio de protection contra el dolor y el olvido. La solucion, y aho- en el sentido deleuziano del termino. Bloom en su irritante pre-
ra propongo una solucion para que no nos sintamos tan angus- lacion de autores, el superficial Rene Jughes (La cultura de la que-
tiados, es buscar el Padre lo mas lejos posible, en Homero o en la ja) que coincide con los “resentidos” de Bloom, o los neoconser-
Biblia, o muy cerca para hacer creer que mas que Padre es un vadores Allan Bloom, W. Bennett o R. Kimbal (The Closing of
Hermano (como es el caso de Cesar Aira en relacion a Osvaldo American Mind), el trabajo de Jose Pozuelo Ivancos (El canon en
Lamborghini). Las fratrfas textuales tienden generalmente a la la teoria literaria contempordnea) que nos permite desplazar el
traicion, como la paternidad a un asesinato. La horda primitiva concepto de canon de autores a un canon de criticos, o Raros y
de los escritores elige su victima propiciatoria en el ara de los sa- canonigos de Wilfrido Corral o de Noe Jitrik, “Canonica, regula-
crificios: Homero para Borges, Tomas para Joyce, Virgilio para '
leguleyos, como antes lo fue en los ambitos universitarios esta- adelgazamiento de la presencia de la poesfa. Juan L. Ortiz, Ricar-
dounidenses y ahora lo es en Espana. Para ser explicitos apelemos do Molinari, Enrique Molina, Olga Orozco, Alfonsina Storni,
a la crestomaria: Nothorp Frye (El gran codigo) y aquf la palabra
Juan Gelman, Alejandra Pizarnik, Juana Bignozzi, Arturo Carre-
codigo da idea exacta de lo que intentamos decir en tanto que to- ra, Tamara Kamenzsain, Negroni, Helder y tantos otros no perte-
da canonizacion tiene dos procedimientos fundamentales: la in- necen a ningun canon. Y es probable que asi sea, pues los poetas
vencion, a veces brillante, de una nomenclatura de autores como no establecen canones, no participan de las regulaciones ni de las
la del repertorio de santos medievales y la gestacion de un proce- reglas, en general las violan, establecen sectas, son siempre hetero-
so estableciendo las relaciones entre autores y entre clases de lite- doxos, verdaderos separadores de la cofradia literaria, verdaderos
ratura: sucesion de padres a hijos, de do a sobrino, como es el ca- diablos, si nos atenemos a la etimologia: dla-bolein. Las regulacio-
so de Tinianov,27 literatura baja o literatura alta, literatura menor nes canonicas nos muestran sutilmente la aparicion de una nueva
ortodoxia de las similitudes y las diferencias. La diferencia en el
27 Jury Tinianov, Avanguardia e tradizione, Bari, Dedalo Libri, 1968. sentido derridiano del termino, es una magnitud aritmetica, cre-
72 73
i
ce y decrece en funcion de un punto que aparece como ideal\ ma- I bles para desmentir la confiabilidad de la lengua. Que hacer con
tematicamente ideal, cuando en realidad lo que habria que pro- estos escritores, mas ^
alia del fervor de jovenes criticos que quie-
fesar es el distinto, el otro absolutamente otro que no tiene pro-
genie ni descendientes, no crea jerarqufas sino una distincion
—
ren asentarlos en la institution y sobre la universitaria y recuer-
do que la discusion sobre el canon es una discusion basicamente
absoluta. En la literatura latinoamericana, el distinto es Cesar Va- —
universitaria . Hay escritores latinoamericanos y argentinos que
llejo y solo en una de sus obras que todos conocemos pero que son escritores de una sola obra: pongamos por caso, Guimaraes
o todavia nos fascina por su extranamiento, Trilce, verdadera obra Rosa, Cesar Vallejo, o Juan Rulfo. O escritores que escriben en
sin codigo y por ende sin diccionario, fuera de las escrituras lega- lenguas neologicas como Girondo o mixturas de lenguas como el
lizadas y por lo tanto sin canon, no son digeribles para la histo- polaco argentino o argentino polaco Gombrowicz. El concepto j
ria de la literatura y son incomodas para la critica. Pero tambien de obra, que desde el punto de vista de la ideologia de los cano-
lo podemos pensar de Arguedas y otras escrituras americanas y nes ciendficos de la literatura, se opone al concepto de escritura j
argentinas que no pueden ser reconocidas en las clasifkaciones y e incluso al de discurso, puede ser reivindicado no en el sentido /
que se excluyen de las categorizaciones canonicas. Si todo pasa de la creation de una obra, sino en el sentido matematico: una j
por la estetica, como es el caso de Bloom, o por las elecciones mi- obra es un punto indivisible en la llamjdacontinuidad de una se- \
noritarias, como es el caso del multiculturalismo, es dificil defen- riedeobras, pongamos por caso, esencialmente y masalla de. k /
der a estas escrituras y la posicion de estos escritores, digamos es- critica, que relation real pued establecerse entre Los heraldos ne-\
critores barbaros, no en el sentido de Jameson, sino escritores que
^
grosy Trilce. Hay obras unicas dentro de una serie de obras de un
no conocen la lengua con la que escriben, escritores defectuosos, mismo autor: son contragenericas, son anticanonicas. La canoni-
que no conocen el diccionario o que intentan destruirlo: doy dos zation esun elemento exterior a las escrituras, depende de la Ins-
ejemplos en secuencias distintas: Elias Castelnuoyo y Osvaldo titucion y son la manifestation no inmediata pero si necesaria de
^
Lamborghini. Hay escritores que escriben en lengua statuidas y
se apoyan en la lengua del estado como un estado de lengua, co-
mo es el caso de Mujica Lainez, hay escritores que escriben en
la constitution de una Biblioteca de los Grandes Autores, libros
para ser mostrados pero no leidos. Leer implica siempre reponer
el desarrollo simbolico-diacronico del texto,28 sus evoluciones,
/ lenguas nacionales que intentan nacionalizar su
escritura apoyan- sus circunvoluciones, sus torsiones y recorridos que intentan se-
:
dose en un imposible codigo comun como lengua comunitaria y guir el decurso de la lectura para simular que siguen el camino
de lenguajes de facil traductibilidad, pretendiendo lo propio de -
previsto por el escritor. El tiempo de la cita' no existe en el cami-
lo nacional: ser entendidos por todos, una verdadera lengua cons- no de lectura, citar es interrumpir el texto y trasladarlo a otro ni-
titucional, y hay escritores que escriben en lenguas in-formes,
dialectos inventados, construccion y destruccion de lenguas no 28 Nicolas Rosa, “ Lecturas impropias”, en Revista de Letras num. 4, Fa-
idiosincrasicas, en babies descomedidos, en dialectos irreconoci- culcad de Humanidades y Artes, UNR , 1996.
74 75
DOMINIOS DE LA LITERATURA EL DEVENIR DE UNA PALABRA
vel del discurso. La cita hace autoridad en el texto y lo lleva ha- soporte necesario para que se produzca el pensamiento, la cosa
ck la legalidad de la Institucion. Todo intento de clasificar y or- antecede y direcciona el itinerario del objeto y del discurso sobre
ganizar un canon es una mterrupcion en el devenir de las lectu-
• /
ese objeto. Es bien sabido que los fenomenos de la escritura no
ras historicas, aquellas que hacen historia. Un clasico siempre es 3
son objetos materialmente consistentes sino objetos epistemica-
un retazo de citas y la clasificacion de los clasicos nutre el canon. * mente flou. Como pensar esos objetos en una perspectiva que re-
El canon de la literatura argentina es un Panteon Nacional y — 3
^
negaria tanto de la alienacion al objeto como de la fusion al mis-
muchos crfticos muy responsables se han encargado de erigirlo-
presidido por Borges, sostenido por la columna dorica de Mace-
—
mo, tratando de eliminar la trasmutacion la critica esencialista—
o la perfusion entre el objeto y el sujeto critico -digamos en par-
donio Fernandez y coronado por la cariatide de Don Adolfo Bioy te Maurice Blanchot o Anatole France, aquel que deck en el mo-
Casares. El resto, por el momento, son cadaveres sepultados ano- mento de enfrentar un libro: “Voy a leerme” ? Del impresionismo
nimamente en el osario comiin. hemos pasado a la trascendentalidad. El sujeto critico debe cui-
La critica literaria, incluso la critica a secas, se vio exigida por darse fundamentalmente de toda trascendentalidad ya sea feno-
un nivel de especificidad y por un rigor que algunos entendieron menologica o hermeneutica. ,;Que camino tomar sino el de la
como cientifico. El pensamiento critico cualquiera fiiese, es ideo- dialectica ? El pensamiento critico debe ser necesariamente dialec-
logic, puede aventurarse en un discurso abiertamente ideologi- tico para que sea critico y transgresivo, para que sea polemico. a
co o intentar desideologizarse para acercarse al objeto que lo con- Instaurar una lucha de discursos para generar un objeto transfun-
voca: la literatura. Ha sido siempre dificil definir la literatura, dido de interdiscursividad. El canon es un pensamiento hagio-
pero en la contemporaneidad la pretension se ha desplazado ha- grafico y solo puede operar con continuidad -esa seria su Eisto-
ck la teoria y hacia la critica. La teoria literaria es siempre subsi- ria o su manerEcIe hacer historia- y por seleccion, ese seria su
diary de otras teorias mas compactas: la teoria sociologica, la an- diccionario. No dudamos que este pensamiento dialectic gene-
tropologica, el psicoanalisis, la historia. La critica se apoya en la rara su propia ideologia pero es una ideologia que puede ser con-
organizacion y descripcion y no lo decimos en sentido peyora-
— trolada en su propia produccion. Esto permitiria obviar tanto el
tivo pues la descripcion de un texto es tarea harto compleja de — esquematismo como el eclecticismo. Si hay que optar entre Marx
— —
los contenidos jvaya palabreja! de la organizacion de la forma
-otro termino que puede asustarnos a partir de las elaboraciones
-digo la teoria de la produccion economica y su resultado sim-
bolico- y Hannah Arendt, elegimos la economia simbolica de
de la estetica fenomenologica, digamos una mezcla de Merleau- Bourdieu, y si no podemos prescindir de Max Weber, lo leeremos
—
Ponty y de Hayden White con que pretendemos operar en la ac-
tualidad. Pero nos interesa ahora puntualizar sin atrevernos a de-
conjuntamente con Walter Benjamin sobre la sombra inquietan-
te de Freud. Y digamos fuertemente, la teoria literaria no puede
finir lo que presuntamente entendemos por pensar, digamos el r.:rr
prescindir de Lacan y de su antagonista Derrida. El riesgo del
pensar los objetos, puesto que la realidad de la cosa es siempre el eclecticismo parece evidente, pero si pensamos bien, si leemos
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1
EL DEVENIR DE UNA PALABRA
DOMINIOS DE LA LITERATURA
versidades, es basicamente, un multinacismo, en el sentido am- personajes que la abordan, sus intereses e ideologfas y los nuevos
objetos que la determinan: casos y series nuevas como la poesfa
plio del termino, con todos los peligros que encierra- y no son
—
los que senala Bloom la nueva invencion de la etnicidad.29
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las sucesiones: el canon es, desde el punto de vista narratologico, fronteras y tambien senala la lucha por la posesion de esos terri- r t
una peregrinatio en la busqueda de un origen, y desde el punto de torios y por el derecho de marcar estas fronteras, lo que nos lle- ! *
vista politico, una estrategia propia de los claustros universitarios. varia al canon de la critica literaria argentina. La literatura gau-
\
El clinamen, el desvio, es curiosamente otra variante de la diferen- i chesca es un parasistema intermediary entre lo politico y lo
cia de su odiado desconstruccionismo. Asistimos a una lucha sor- historico, entre lo nacional y lo argentino.
da entre institutionalization y desvalorizacion de los objetos lite- 1
;ELcanon es o no es una antologfa ? Podnamos responder a
rarios a partir de la creation de nuevos territories. La identidad esa pregunta diciendo que el canon es simultaneamente una me-
diluida por la diseminacion y por la diferencia es ahora atacada, i ta-antologia como caracterizacion de la alteration de los procedi-
por lo menos en el campo de la literatura argentina, por los dis- mientos retoricos y de las poeticas literarias y una mega-antologla
tintos: Perlongher, Lamborghini, Zelarayan, Luis Thonis, o la lu- como una reunion universal de los Grandes Escritores sin tener
cha entre “objetivistas” y “neobarrocos”. Pizarnik, una extrema, apoyo en ninguna rundamentacion teorica ni estetica (la palabra
esta siendo salvada por los fervores de sus compafieras de genero. cuantitativamente mas importante en el libro de Bloom es la pa-
Estos escritores no establecen canones y resisten a ser integrados labra ‘estetica ’, pero no la define). Creemos que esta propuesta
•
\
en formulas canonicas. Digamos que en la literatura argentina, esta basada en una interpretacion personal del “gusto literario” y *•/
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° tal vez en la latinoamericana, el canon esta enfermo. Si necesaria- en una organization fimdamentalista de universales esteticos y
mente debemos apelar a la nomenclatura para poder entender- antropologicos, y por ende presupone basicamente una contra-
nos, diria que laliteratura argentina se oponea la literatura nacio- diction entre la universalidad de lo estetico y una excepcionali-
nal como el estado se opone al pueblo. La literatura nacional es dad de los efectos. Bloom ha generado un mito de origen y al
una politica de acuerdqs literarios y engendra sistemas y no cano- mismo tiempo un mito de renovation, pero si leemos bien a
nes y formas de politicas de escritura y de politicas de lectura, so- Freud nos gustaria pensar que lo novedoso no es mas que una
bre politicas de lenguajes. La literatura argentina es local y seja- • :•* manera de aparecer lo pasado. Es imposible suprimir la perspec-
mifica en diversas formas de espacio: locus, templus, pagus (la I tiva historica para evaluar una obra y la relation de la misma con
gauchesca) , tumulos, criptas (toda la literatura sobre Eva Peron), Tv;’:’
el genero, la especie o las formas de escritura. Solo la Historia
carceles (toda la literatura de las diversas dictaduras) , verdaderos puede dar su veredicto.
espacios de la extension que se oponen a los espacios de la expul-
sion (indios, inmigrantes, migraciones internas, marginados y
desclasados) literaturas que generan lenguas argentinas que van
de la acracia lingmstica ( Nestor Perlongher) al imperialismo lin-
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