JBurillogil
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3 de junio 2019
1390457
Dedicatoria
A mis abuelos,
La palabra radical proviene del latín radicalis y significa “relativo a la raíz”. El objeto
de estudio que pertenece a este trabajo es la pornografía. Mi propuesta es examinarla y
reflexionar sobre ella de una manera radical. Y cuando digo radical, me remito a su
etimología: pretendo realizar una lectura desde la misma raíz pornográfica, todo lo que
se presenta y re-presenta en ella misma: su contenido, su ideología, su imaginario y sus
consecuencias. Me interesa el estudio de esta problemática desde una perspectiva
artístico-cinematográfica. El análisis se sustentará a partir de dos vertientes
diferenciadas: una más teórica, sobre todo de la mano del feminismo, sociología e
incluso antropología; y una más práctica, apoyándome en el lenguaje cinematográfico
como herramienta para realizar una crítica reflexiva alrededor de los códigos
pornográficos. Así pues, la visión interdisciplinar será básica y necesaria para la
construcción de un relato crítico y reflexivo.
Esta narración está escrita desde la práctica intelectual feminista, pues toda práctica
intelectual constituye una lucha con aquello que nos desafía. Esta práctica se nutre de un
movimiento introspectivo constante, con su posterior externalización de conocimientos.
De una subjetividad flexible. La subjetividad a la cual hago referencia, se caracteriza
por el trabajo colectivo añadido a un proceso vivencial del conocimiento para construir
una respuesta ética. Bajo estas premisas, bajo esta lente feminista, es desde donde
quiero iniciar este recorrido. Solo desde el feminismo, como movimiento, como
ideología, como necesidad, como respuesta, es posible realizar la lectura pornográfica
transversal que busco, de un modo u otro, nuestra tarea, la tarea feminista, mi tarea
personal, es revelar lo que la pornografía esconde.
1
1. El género. Concepto masculinidad hegemónica. Cómo se manifiesta.
Conexión con la sexualidad y la nueva pornografía. Construcción del
deseo sexual masculino. Violencia de género.
El género y los hombres
En general, el género ha sido algo invisible para los hombres, debido a su posición
hegemónica que precisamente el sistema del género les atribuye. No encontramos a
nivel nacional fuertes grupos críticos de hombres que traten estas cuestiones al respecto,
es interesante la afirmación de Michael Kimmel al respecto:
“El género es invisible para los hombres de igual modo que la raza es invisible para los
blancos, porque los privilegios que se brindan a quienes forman parte de los grupos
hegemónicos desincentivan la revisión crítica de la situación social en que se
encuentran1 .”
Así pues, los estudios alrededor del género y la masculinidad, son más bien recientes,
podríamos datarlos a partir de los noventa del siglo XX. En España, la sociología del
género siempre ha ido más enfocada a desigualdades que afectan a mujeres, y
evidentemente el presente trabajo va dirigido hacia los costes pornográficos sobre la
mujer, si bien es cierto que desviar el foco hacia el varón es igual de importante para
determinar las problemáticas, ya que es el claro consumidor de pornografía.
2
Cuando hablamos de masculinidad debemos hablar de masculinidades: existe toda una
jerarquía de masculinidades regidas por la masculinidad hegemónica que es la que
socializa la estructura social viéndose con el poder en todos sus espacios: medios de
comunicación, familia, estructura social, la justicia etc. El hecho de que exista una
masculinidad hegemónica quiere decir que el resto de masculinidades se ven
devaluadas. El género también oprime y discrimina, y la masculinidad hegemónica es el
vehículo a través del cual se manifiesta3 .
3
La masculinidad hegemónica es algo que se cultiva en los niños desde muy pequeños y
que consiste en construir dicho concepto en oposición a lo generalmente asociado con lo
femenino. El niño, pese a que no reciba una educación totalmente dirigida hacia esta
dirección, convivirá y se relacionará con un entorno patriarcal, por lo que muchas
actitudes las aprenderá en su contexto. Interiorizar estos comportamientos comportará
adquirir una serie de privilegios a cambio de devaluar la feminidad, que será el concepto
opuesto y otorgado a las mujeres. E. Simón analiza este fenómeno en las maneras de
relacionarse entre varones niños, se refiere a ello como el club de los iguales-
superiores6 .
Este concepto hace referencia al modo de relacionarse los varones niños entre ellos,
mostrando igualdad entre compañeros pero superioridad hacia el resto. Esta
superioridad es mostrada también ante niños que no cumplen los requisitos de la
masculinidad hegemónica, y por supuesto, niñas.
Comportamientos que asientan esta masculinidad son los tópicos que establecen una
relación entre feminidad y devaluación, como pueden ser las expresiones “los niños no
lloran, solo las niñas”, “nenaza” o “mariquita”, que refuerzan y activan esta
masculinidad hegemónica y que son comentarios dirigidos a varones que no cumplen
los requisitos de esta masculinidad. La homofobia será el dispositivo de control social
por excelencia que marca los límites del género asociados a los hombres y que sobre
todo, señala a quienes no encajan, utilizando todo tipo de calificativos; como los
mencionados anteriormente con la voluntad de degradarlos al nivel del género femenino
y cuestionar la masculinidad del individuo7 .Es interesante percibir ya de manera tan
prematura un comportamiento clave en el asentamiento de este concepto: el varón niño
necesita de la aprobación de los demás miembros del grupo para formar parte del
mismo. Así pues, masculinidad hegemónica es sinónimo de colectividad, solo así se
explicaría el patriarcado. De este modo puede entenderse también el fenómeno conocido
como manadas, la masculinidad se ve duramente reforzada y validada en grupo, el
sentimiento de poder y de dominación se multiplica y ponen en práctica constante su
superioridad.
6
ALARIO, 2018, Pág. 64.
7 GUASH, 2008, Pág.34.
8
ALARIO, 2018, Pág.65.
4
Conexión entre la masculinidad hegemónica y la sexualidad
9
SIMÓN, 2010, Pág. 34.
10
BEAUVOIR, 2007, Pág. 56.
5
De los demás, la atención etc., que en última instancia lleva a la propia mujer a
anteponer el bienestar de sus allegados antes que el suyo propio; mientras que para el
género masculino se ha nutrido en formar una concepción del “ser para uno mismo”
asociándose a los tópicos de que los hombres suelen ser menos atentos, constantes y
miran siempre por y para su bienestar propio.
Esta concepción tiene un impacto real sobre la gestación de las emociones en niños
varones dando como resultado el rechazo hacia sentimientos sinónimos de
vulnerabilidad, tristeza, ternura, empatía etc. Siendo además características
generalmente asociadas al género femenino. Esto se verá traducido en un deseo sexual
masculino hegemónico con la idea principal de protagonismo y falta de empatía con la
mujer con la que practique relaciones sexuales11 .
“El proceso de socialización de los hombres está construido sobre la certeza de que su
sexo les otorga derecho a disponer de su entorno, del espacio y del tiempo de otros y,
en primer lugar, otras. Este derecho se extiende también al cuerpo y a la sexualidad de
las mujeres. De allí hay sólo un paso a que, tratándose de un derecho, es legítimo
conseguirlo y preservarlo, aunque sea con violencia 13 ”.
11
ALARIO, 2018, Pág. 67.
12
ALARIO, 2018, Pág. 67.
13 SZIL, 2004, Pág.7.
6
Violencia de género: ¿qué tiene que ver con todo esto?
La violencia de género hace referencia a ese tipo de violencia que los hombres ejercen
sobre las mujeres, por el simple hecho de serlo. El sistema que legitima esta violencia es
el patriarcado:
Los hombres que practican este tipo de violencia tienen una ideología machista, esta
ideología se confiere como la posición de privilegio del hombre como grupo
manifestada a través de su masculinidad y dominio sobre la mujer. Este privilegio deja
en un segundo plano a la mujer en cualquier aspecto de ésta como ser social: en la
familia, en el trabajo, en la sociedad y, por supuesto, en la pornografía 15 .
Los roles de género tienen mucho que ver en todo este asunto. En el rol de género
masculino adscribimos esta masculinidad hegemónica ya analizada. Se tratan de una
construcción social sobre los rasgos que culturalmente se han atribuido a hombres y
mujeres, en función de su sexo biológico. Sobrevaloración de lo masculino y
devaluación de lo femenino vendría a ser la configuración de estos roles de género.
Estos, generan un rechazo hacia los aspectos más típicos del sexo opuesto al suyo, este
fenómeno es el llamado patriarcado psicológico.
7
Generalizado, pasando la mujer a un segundo plano de sumisión y pasividad. Esto tiene
unas consecuencias reales sobre las relaciones sexuales entre hombres y mujeres,
muchas mujeres explican como su pareja sentimental muestra una actitud de
indiferencia ante las necesidades emocionales de ésta.
Otro concepto que podemos introducir en toda esta red de conexiones sería la palabra
maltrato. En cuanto a maltrato, podemos definirlo como el conjunto de actitudes,
comportamientos que tienen como objetivo denigrar a su compañero, para
desestabilizarle emocionalmente ejerciendo un dominio y control sobre éste. Si
hablamos de maltrato, podemos también a su vez realizar toda una categorización de
diferentes tipologías: maltrato psicológico, maltrato físico… La que nos atañe en
nuestro caso, es la violencia sexual; un tipo de maltrato que consiste principalmente en
obligar a la mujer a mantener relaciones sexuales no deseadas, mediante una coacción
psicológica o amenazas. Es un tipo de violencia que puede manifestarse de manera
aislada o junto a otras tipologías de maltrato. Es importante aclarar que cuando
hablamos de violencia sexual, no necesariamente hablamos de violaciones explícitas,
sino de un conjunto de actitudes y situaciones que se generan entre parejas, ya sean
éstas estables o no, que son la consecuencia de toda una ideología patriarcal machista
fruto de un sistema de dominación-sumisión donde la pornografía actúa aquí como uno
de los focos principales de este sistema mismo, esto es, teniendo repercusiones reales
sobre las relaciones sexuales entre hombres y mujeres.
Esta violencia sexual se asienta sobre una serie de creencias que en la pornografía
encontramos. Una de las más arraigadas es la de que la mujer tiene la obligación de
mantener relaciones sexuales con su pareja aunque a ésta no le apetezca. Esto va muy
ligado con la idea de que el hombre es un ser sexualmente activo, tal y como hemos
analizado previamente en el apartado El deseo sexual masculino, y la mujer pese a que
explícitamente e implícitamente se niegue a mantenerlas, debe satisfacerle. Otra
creencia es la respectiva al consentimiento de la mujer: cuando la mujer dice que no, en
realidad quiere decir sí. Es un mito dañino y peligroso que fuera de entornos “seguros”
como en principio debería serlo una pareja, son capaces de llegar a justificar una
violación; pero es que en ámbitos estables también se desarrollan estas situaciones, solo
que por el simple hecho de existir un vínculo más o menos arraigado entre las dos
personas, se normaliza. Existe la creencia de que una vez en pareja, ésta tiene total
derecho sobre a ti a exigir la satisfacción de todas sus necesidades, incluida la sexual; y
esto no es así. En todas estas situaciones que se generan en un ámbito emocional-sexual
estable generalmente la mujer acaba accediendo a mantener relaciones aún sin su
consentimiento para contentar al hombre, por lo que éste acabará encontrando un modo
recurrente de satisfacer siempre que quiera sus deseos. Las mujeres sufren todo tipo de
coacciones y chantajes emocionales para realizar actividades sexuales que ellas no
desean, este tipo de coacciones y situaciones, son reproducidas y normalizadas en la
pornografía17 .
8
El modelo piramidal patriarcal: sus componentes
El tercer eslabón se ve configurado por las expectativas de control. Con esto nos
referimos a las posibilidades de conseguir algo o de que algo suceda, a modo de
suposición. Vendría a ser poner en práctica los modelos de masculinidad y feminidad,
esto es, la visión del hombre como alguien racional, resolutivo, exitoso, ausencia de
sensibilidad etc. Frente a la visión de la mujer como cuidadora, responsable del
bienestar ajeno, predisposición al amor etc. Los varones que asumen este mandato, este
rol de género, esperan mantener el control sobre las mujeres con las cuales se
relacionan, pues esperan una sumisión por su parte, legitimado por todo un sistema.
9
Finalmente llegamos al estallido de la violencia, una vez el varón con tal de no perder o
recuperar su dominio sobre la mujer, él mismo legitima el despliegue de toda una serie
de maniobras incluyendo en estas todo tipo de violencia: física, psicológica, económica
y sexual19 . La pornografía funciona en este modelo piramidal como engranaje de todo
un mecanismo que genera desigualdad entre hombres y mujeres.
2. La pornografía
La pornografía actúa sobre la sociedad como una especie de “eco”, no es necesario estar
directamente en el foco, en su epicentro; basta con habitar un espacio frecuentado para
escucharla. La pornografía pues, se manifiesta como efecto y se transmite y magnifica
hasta formar una masa generalizada donde su comportamiento sexual y su objeto no
recae sobre cuerpos individuales sino sobre las mujeres en general.
Etimológicamente pornografía proviene del griego porne, que significa esclava sexual o
prostituta, y graphos, que quiere decir representación, escritura o descripción de. En su
conjunto, vendría a significar la representación de la esclavitud sexual y prostitución. Se
incluyó en el diccionario por primera vez en 1857 y la figura de la prostituta sigue
respondiendo a la de una persona que realiza relaciones sexuales como trabajo
desvinculándose de vínculos emocionales y reproductivos 20 .
10
Esta concepción no deja de ser vaga y contextualmente neutra. Tenemos muchos
ejemplos de arbitrariedad en torno a las definiciones legales de la pornografía, una
definición histórica se basa en la afirmación de Potter Stewart en 1964:
Para Stewart, no era necesario definir el porno, ya que es algo sentido, que se reconoce
y sucede más allá de nuestra voluntad. Si pasamos a ir desengranando la pornografía,
ésta puede ser presentada o representada, aunque por lo general se desarrollan ambos
conceptos a la vez. En el discurso pornográfico se utilizan los dos para referirse a los
comportamientos sexuales, la razón de no hacer distinción entre uno y otro es debido a
que la finalidad de la pornografía es una: la excitación sexual. En resumidas, la
pornografía podemos entenderla como una re-presentación de ciertos comportamientos
sexuales que tiene como único fin excitar sexualmente 22 .
11
Este nuevo tipo de pornografía, se caracteriza por el medio a través del cual se consume:
internet. Esta es la principal diferencia respecto a la anterior pornografía física que ha
quedado sustituida paulatinamente por el auge de internet. La pornografía convencional
se caracteriza por desarrollarse a través de imágenes impresas o filmaciones distribuidas
ya bien por canales ilegales o por distribuidoras de revistas; con un punto de venta físico
conocido como sex-shop. Su impacto era menor debido a que su acceso era más
limitado, por motivos económicos y sociales: suponía un coste y además te exponía
como consumidor públicamente. No podemos comparar la pornografía convencional
con esta nueva pornografía, que se caracterizará por la inmediatez, la simplificación y la
reducción de las relaciones interpersonales, la descontextualización de la sexualidad y la
cercanía y posterior normalidad con prácticas de riesgo y; sobre todo, el factor
económico: totalmente gratuito, totalmente anónimo.
Para las feministas anti-porno, la violencia recurrente directa e indirecta que aparece en
la pornografía es el mecanismo que refuerza este mandato basado en la dominación-
violencia por parte de los hombres hacia las mujeres y que tiene consecuencias reales en
las relaciones sexuales entre hombres heterosexuales y mujeres. Además, a esta
situación no podemos obviar la carga económica que supone la pornografía, igual que la
masculinidad hegemónica se asienta en un sistema patriarcal, la pornografía se nutre del
capitalismo y se establece como la tercera fuente de ingresos directa después del tráfico
de armas y de la droga. Es por este motivo por el cual numerosas activistas feministas
todavía con mayor ímpetu reivindican la abolición de la pornografía: el capitalismo
actúa sobre el cuerpo de la mujer utilizándolo únicamente para fines económicos,
convirtiéndolos en productos de usar y tirar sin importar la personalización de la
individua en cuestión27 . Mackinnon y Dworkin definen la pornografía según las
siguientes premisas:
26
DEL BARRIO, 2015, Pág. 109.
27
DEL BARRIO, 2015, Pág. 110.
12
Objetos sexuales que experimentan placer sexual en la violación; 4) como objetos
sexuales amarradas, cortadas, mutiladas, golpeadas o físicamente heridas; 5) en
posturas de sumisión sexual, servilismo o en exhibición; 6) se exhiben partes del cuerpo
femenino de manera tal que las mujeres quedan reducidas a esas partes; 7) las mujeres
se presentan como prostitutas por naturaleza; 8) se presentan medio penetradas por
objetos o animales; 9) se presentan en situaciones de degradación, daño, tortura,
mostradas como sucias o inferiores, sangrando, golpeadas o heridas en un contexto que
convierte estas condiciones en sexuales. La pornografía también incluye el uso de
hombres, niños o transexuales en el lugar de las mujeres28 ”.
Así pues, para estas autoras la pornografía es sinónimo de daño físico y psicológico del
estatus de la mujer, mostradas únicamente como objetos de placer sexual y llevando al
terreno sexual contextos denigrantes para ellas como el dolor, la tortura...Estos
discursos de las feministas antipornografía expresan su posición ideológica entendiendo
la pornografía como algo más material que representativo, es decir algo más real que
ficticio29 .
- Claro. Aún faltan mujeres detrás de las cámaras en todos los puestos, desde la
dirección hasta la fotografía pasando por el sonido. Pero el porno puede ser feminista
si llevas los valores feministas a la pantalla, si muestras el importante papel de la
mujer32 .”
28
A. MACKINNON, POSNER, 1997, Pág.19.
29 EGAÑA, 2017, Pág.27.
30 DEL BARRIO, GARROSA, 2015, Pág.30.
31
DEL BARRIO, 2015, Pág. 109.
32 MARTÍNEZ, 2017-2018, Pág.1.
13
3. Caso de estudio
Objetivo
Realizar una lectura crítica sobre los roles de género, estereotipos y patrones
transmitidos en la pornografía a través de la visualización de vídeos procedentes de la
primera página pornográfica más consumida del mundo, y segunda en España,
Pornhub. Analizaremos a través del lenguaje cinematográfico contenido y contenedor
de estos vídeos, tanto iconológicamente como iconográficamente.
Método
Resultados
Análisis del vídeo: Fóllame duro hasta que te corras conmigo (Creampie)
(Consultado 12/5/19
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5c49fb0da872b )
Hemos analizado el vídeo Fóllame duro hasta que te corras conmigo (Creampie) con
27.217.218 visualizaciones y un 70% de likes. El vídeo tiene una duración de 20:46
minutos y está grabado mediante primeros planos y planos medios cortos. El montaje
del vídeo se sustenta en 7 cambios de planos acompañados con transiciones que
desvanecen una escena y presentan la siguiente. Hemos realizado un análisis exhaustivo
a partir de la fragmentación de estos 7 cambios de planos o escenas:
14
1ª escena 00:00 – 02:51 (Ilustración 4)
El vídeo da comienzo con un plano medio donde aparece una joven de entre 20-30 años,
blanca y morena en ropa interior, con lencería roja. En el plano que observamos, apenas
aporta información sobre el espacio, solamente vemos la superficie sobre la cual se
desarrolla la práctica sexual, una cama, y detalles sin importancia como los calcetines
de la joven. El plano está grabado desde el punto de vista del varón, del cual
desconocemos totalmente su identidad y durante todo el vídeo solo será visible su pene
y parte de sus caderas. Esto refuerza la idea de que el espectador al visualizarlo, se
siente protagonista, se siente activo durante la práctica sexual; perfectamente podría ser
él.
En cuanto al audio del vídeo en general, hay un patrón muy marcado: además de
escuchar música de fondo a modo de acompañamiento, durante los 20:46 de duración,
solo escuchamos gemidos y expresiones por parte de la mujer.
Del minuto 00:00-02:51 el vídeo se dedica a una exhibición de la mujer con planos
medios y zooms por todo su cuerpo mientras la mano del varón va tocando zonas
erógenas de su cuerpo y la masturba vaginalmente con penetración. Exactamente el
placer dedicado hacia la joven traducido en su masturbación tiene una duración de 1:29
minutos (01:22-02:51). Toda esta escena sucede en un mismo plano sin cortes, grabado
por el varón que protagoniza el vídeo; por lo que la cámara va moviéndose de manera
voluntaria e involuntaria además de desenfocarse constantemente e incluso quemarse la
imagen por completo debido al exceso de luz. La mujer mira de manera lasciva y
recurrente a cámara.
15
4ª escena 10:02-13:45 (Ilustración 7)
Este cambio de plano continúa con la penetración, esta vez desconocemos de qué tipo
porque la cámara está colocada en un punto fijo donde la mujer en posición sobre sus 4
extremidades mira directamente a cámara mientras el varón queda detrás de ella,
seguimos sin conocer la identidad de éste. Él le retira la lencería y durante toda esta
secuencia mientras se produce la penetración de manera reiterada, el varón le da
cachetes y la agarra con fuerza del cuello, además de estirarle del pelo. Durante unos 8
segundos aprox. (16:28-16:36) el varón estimula a la mujer clitorialmente. Lo
destacamos porque es el único signo del varón hacia la mujer, más allá del coito.
De nuevo, con la misma tónica de montaje; encontramos un cambio de plano pero muy
similar al anterior: no aporta nada nuevo, seguimos con la penetración, la chica sigue en
primer plano mirando a cámara y de él solo percibimos sus caderas, mientras él repite
las mismas acciones anteriores: cachetadas y agarres reiterados.
16
Conclusiones
Las conclusiones que extraemos de este audiovisual son las siguientes: en primer lugar,
este tipo de vídeos, se caracterizan por girar alrededor de la penetración y de la felación
masculina; en total, el vídeo ha estado configurado por un 50% penetración, 40%
felación y un 10% restante del inicio. Este 10% es sumamente interesante, ha sido el
tiempo destinado al deseo sexual femenino de la joven, fraccionado entre planos medios
alrededor de su cuerpo y la masturbación y penetración vaginal por parte del varón a
ésta. Los pocos minutos donde la mujer ha aparecido sola, han sido dedicados a su
exhibición más que satisfacción, con el fin de limitarla a mero objeto sexual. Exhibir de
manera reiterada partes de su cuerpo, genera que acabe siendo reducida a eso. Es
interesante comparar como la masturbación se aplica a cada sujeto: en el caso del varón,
la mujer adquiere un falso protagonismo donde mira en reiteradas ocasiones a cámara,
simbólicamente busca la aprobación de su consumidor, es una forma de preguntarle:
¿Te está gustando? Cuando encontramos la situación invertida, la mujer aparece siendo
masturbada y este falso protagonismo no se desplaza hacia el varón, ella sigue mirando
a cámara, dejando claro que le está gustando.
Estos vídeos están diseñados bajo un patrón mercantil claro: primero se nos enseña el
producto, la joven con lencería roja se contonea alrededor de la cámara; luego se prueba
el producto, se demuestra que es de calidad, se masturba a la mujer en cuestión; en otros
vídeos este tiempo suele ser más amplio donde el varón puede aparecer realizando un
cunnilungus a la mujer, a veces también, esta parte es inexistente, no hay estimulación
hacia la mujer. A continuación, una vez el producto es correcto, pasa a quedar en manos
del varón: suele haber de manera general una felación mucho más detallada y de mayor
duración que la masturbación femenina. A no ser que la categoría del vídeo sea
explícitamente solo felaciones, siempre encontramos una penetración, que junto a la
felación suelen ocupar la mayor parte de duración del vídeo. Todos los vídeos finalizan
con la eyaculación del varón sobre o dentro de la mujer o mujeres en cuestión. La
ausencia del uso del preservativo o de cualquier tipo de anticonceptivo es un hecho muy
normalizado en la práctica pornográfica. Como también es el largo intervalo de la
erección masculina, que de principio a fin, aparece erecto.
Encontramos motivos de dominación y sumisión por parte del varón a la mujer, también
normalizados: el gesto de agarre durante la felación y durante la penetración son
tendencias más que habituales en los vídeos pornográficos, añadidos a las posturas de
sumisión sexual, de servilismo. Esto vendría a configurarse como sutiles matices, sería
el simbolismo pornográfico intrínseco en éste, que muchos consumidores ya tienen
normalizado. Iconológicamente, es totalmente claro: hay una percepción continuada de
que el varón es el sujeto activo durante todo el vídeo, ella se limita a una posición de
segundo plano; a una especie de contenedor listo para recibir lo que en este vídeo
determinado exige el varón. Hay toda una idea no explícita de que es el varón el que
debe enseñar a la mujer como llevar a cabo la práctica sexual y que la mujer debe
aceptar cualquier demanda de éste.
17
Finalmente, en cuanto al tema expresivo, observamos un patrón claro: al mínimo
contacto del varón hacia la mujer sobre sus zonas erógenas, ya sea con sus manos o con
su pene, la mujer gime de manera intensa y reiterada. En cambio, el hombre durante
todo el vídeo no hemos percibido ningún gemido y durante su eyaculación tampoco.
Hay un mensaje en la pornografía respecto al deseo sexual femenino muy claro: éste no
es importante, porque tan solo analizando el montaje de los vídeos claramente están
diseñados para consumidores varones, pero todas las mujeres, aparezcan vejadas,
humilladas, sometidas, dominadas, insatisfechas… expresan una satisfacción por las
prácticas a las cuales están siendo sometidas, alterando la percepción del deseo sexual
femenino. Además, técnicamente estos vídeos son de baja calidad. Existen categorías o
etiquetas de pornografía en hd, donde no encontramos una mejora de la técnica del
montaje sino un aumento de la calidad. Suelen ser vídeos o bien grabados desde la
perspectiva del varón, que esto acentúa el protagonismo del consumidor; o bien
grabados con una cámara fija mientras se desarrolla la escena. A menudo pues, aparecen
desenfocados, con una luz pobre o en exceso. En cuanto a la narrativa, a como se
desencadenan los hechos, hay una ausencia total; el hecho es la práctica sexual en sí,
puede haber un inicio previo más erotizado o más enfocado a la excitación, pero esto se
ha convertido en algo opcional; la penetración es la hegemonía del vídeo; en general, se
han simplificado y genitalizado al máximo el vídeo pornográfico.
Análisis de clips
En este apartado, siguiendo la tónica del análisis anterior, hemos cogido clips aleatorios
que podemos relacionar directamente con patrones claros.
Hemos realizado pequeñas agrupaciones de vídeos con patrones similares para extraer
conclusiones más generalizadas. Para empezar, tenemos un conjunto de vídeos que
ejemplifican como la pornografía percibe el consentimiento de la mujer. En Papá folla a
hija cuando la mamá no está cerca, con más de 23 millones de visualizaciones
(23.086.177) y un 61% de me gustas (Consultado 15/05/2019
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5915597d3f6ce), durante los seis
primeros minutos de vídeo (00:00-06:15) el hipotético “padre” se dedica a realizar todo
tipo de tocamientos sobre el cuerpo de su “hija” mientras ésta constantemente se
muestra reticente y explícitamente le pide que pare (Ilustración 11). Llegados al minuto
seis, éste la penetra vaginalmente sin previo aviso. A lo largo de todo el video, se van
sucediendo diversas escenas donde se repite este mismo patrón: ella aparece estudiando,
durmiendo… en todas esas situaciones, el hombre la fuerza a mantener relaciones
sexuales. En este vídeo, además de normalizar el incesto y la ausencia del uso del
preservativo, se normaliza el hecho de no necesitar el consentimiento de la mujer para
llevar a cabo prácticas sexuales. No nos planteamos si el vídeo es preparado o no, es
ficción; pero es una ficción con unas consecuencias reales: pese a que la mujer en
reiteradas ocasiones, tanto físico como verbalmente, le haga explícito su no
consentimiento, el hombre satisface igualmente su deseo, es una violación (Ilustración
12). La misma tónica de vídeo encontramos en “Said no to Anal” Extreme punishment
fuck con más de 1 millón de visualizaciones (1.268.254) y un 53% de me gustas
18
(Consultado 15/05/2019
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5b0b2f047f9b3) la mujer no quiere
ser penetrada analmente y lo comunica de manera clara, pero el hombre la penetra
igualmente (Ilustración 13). Incluso explícitamente encontramos un gran abanico de
oferta si buscamos palabras como violación, ella dice que no, ella no quiere follar etc.
Como el vídeo 19 Lizzy gets violated by men old enoguh to be her father con más de 2
millones de visualizaciones (2. 012. 903) y con un 56% de me gustas. (Consultado
15/05/2019 https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5a45c6658c8a7),
explícitamente en la propuesta que nos aparece en el título se nos anuncia la
representación de una violación entre una joven y un conjunto de hombres que duplican
su edad (Ilustración 14). Reiteramos que no nos interesa si estos vídeos son reales o no,
son preparados o no, sino que nos interesa la representación erotizada que aquí se nos
muestra: la violación, erotizada en la pornografía, y por lo tanto, normalizada. El
abanico de posibilidades respecto al no consentimiento es muy amplio (Ilustración 15).
Para acabar, el último patrón recurrente que nos gustaría mostrar es la erotización de la
violencia. Este tipo de prácticas están llenas de matices: en primer lugar ya encontramos
en los títulos las palabras “duro” “fuck hard” o “follada duro” (Ilustración 19). Una vez
más, no entramos en los patrones de realidad y ficción, los desconocemos y partimos de
la base de que todo ha sido previamente consensuado.
19
Pese a esto, ciertas actitudes y acciones llevadas a cabo por el hombre hacia la mujer, de
manera directa e indirecta suponen una degradación, como observamos en Caliente
hermanastra folla dura y traga semen caliente con más de 22 millones de
visualizaciones (22.094.357) y un total de 69% de me gustas (Consultado 17/05/2019
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5a69ea08aeddb), encontramos una
cantidad ilimitada de vídeos de este tipo, todos ellos muestran una sumisión femenina
versus la dominación masculina. En todos ellos, el hombre es quien dirige la narración
del vídeo, la narración de la relación sexual, la mujer pasa a configurarse como un
sujeto pasivo con la función de ser penetrada, eyaculada o agarrada (Ilustración 20). Se
repite este patrón en Chica castigada es amarrada y recibe dura follada, con más de 15
millones de visitas (15.569.195) y 68% de me gustas (Consultado 17/05/2019
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph571ae9f054447) o también en
Flaquita de 18 años cogiendo duro con 13 millones de visualizaciones (13.458.113) y
un 80% de me gustas (Consultado 17/07/2019
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=152108643). En definitiva, en este
conjunto de vídeos, lo que nos interesa analizar es el mensaje que proyectan, un mensaje
con unas consecuencias reales donde las mujeres aparecen sumisas y conformes con las
situaciones a las que son expuestas: hay una distorsión del deseo sexual femenino,
aparecen satisfechas con la violencia, esto modifica la concepción del varón.
Evidentemente a muchas mujeres les gustará recibir este tipo de placer de manera
totalmente consensuada, pero en la pornografía este tipo de placer resulta ser el
hegemónico, por lo que se generaliza respecto al tipo de placer que le gusta recibir a la
mujer. Todo esto es reforzado con el lenguaje cinematográfico, son vídeos grabados
entre planos medios con unos fines narrativos, se nos muestra en detalle el cuerpo de la
mujer, la posición que adoptan, los gestos etc. En los primeros planos encontramos una
finalidad expresiva: para captar de cerca una emoción y que ésta llegue directa al
espectador. Generalmente suele estar grabado desde el punto de vista del hombre
(Ilustración 21), la identidad del varón es irrelevante mientras que la mujer es
genitalizada y cosificada. Todos los mecanismos funcionan enfocados hacia el consumo
del varón y la mujer toma aquí un papel secundario, es reducida a producto.
Cifras
Durante la parte práctica, también hemos realizado diversas listas que aportan
perspectivas interesantes sobre las demandas más habituales del consumidor. La
primera lista hace referencia a las 15 categorías pornográficas más visualizadas y con
mayor oferta (Ilustración 22). Es interesante observar como la gran parte de las
categorías más populares son sobre partes del cuerpo de la mujer o características de
esta misma, cosificando a la mujer y destacando partes de su cuerpo (los pechos,
trasero…) o rasgos en su fisionomía (morenas, rubias…). La sexualización del
lesbianismo es otra de las problemáticas que encontramos en la pornografía: si una
mujer es percibida como objeto de consumo, si duplicamos el producto mayor
satisfacción. En general, las prácticas sexuales que encontramos en esta categoría, pese
a prescindir de la presencia del varón, aunque en muchos éste aparece para acabar
formando un trío; el gran consumidor sigue siendo éste.
20
No es menos importante la gran demanda por parte de los consumidores por una
pornografía donde las mujeres que aparecen desconocemos su edad, pero aparentan ser
jóvenes, en muchos casos; demasiado jóvenes (adolescentes, babe). La erotización e
hipersexualización de las mujeres cada vez se da de manera más prematura, hay un gran
abanico de chicas prototipo Lolita que atraen a los varones. Esto es altamente peligroso
y en múltiples ocasiones se acerca a la pedofilia.
Estos resultados se ven mezclados con prácticas de riesgo que pueden ser interpretadas
como poco convencionales e incluso denigrantes para quien las recibe, como puede ser
la categoría de orinadas o bukkake, con mucha más oferta y popularidad que las
categorías mencionadas con anterioridad.
Estos resultados se complementan con los oficiales publicados cada año por Pornhub.
Por ejemplo, es interesante ver cómo cambian las preferencias si obtenemos los datos de
los términos más buscados directamente (Ilustración 24), la categoría de Lesbianas es la
palabra más buscada durante este 2018. Lo recordamos de nuevo, las lesbianas en la
pornografía están totalmente sexualizadas.
21
4. Consecuencias, tabúes y discriminación en la pornografía
Cuando entramos a consumir nueva pornografía, lo primero que llama nuestra atención
es que nos encontramos ante una oferta aparentemente ilimitada, miles y miles de
vídeos, contenido actualizado casi al segundo (Ilustración 25). Evidentemente, junto a
la infinidad de vídeos se suman la infinidad de categorías, de variables temáticas que
podemos encontrar en estas páginas, las prácticas sexuales que se pueden observar van
de lo más convencional hasta lo más arriesgado y en numerosas ocasiones rozan o
penetran la ilegalidad. Además, mencionar la gran variedad de interactividad que se
generan en estas páginas: puedes intervenir únicamente como consumidor de
pornografía o en casos extremos, entrar en contacto a distancia, es decir, consumir a
través de un nuevo contexto virtual, prostitución. Actualmente este tipo de pornografía
se ha normalizado en la población, y su consumo no ha dejado de aumentar año tras
año33 .Ésta, actúa aquí como imaginario sexual común que determinará el deseo sexual
masculino. Pornografía y prostitución son dos ámbitos que fomentan la creación de un
sustrato de ideas en lo que al deseo sexual masculino se refiere 34 . Ambas forman parte
de la industria del sexo y podríamos afirmar que “la pornografía es el marketing de la
prostitución35 ”. El deseo sexual masculino a partir del consumo de la pornografía
hegemónica se verá puesto en práctica en la prostitución.
33
BALLESTER, ORTE, POZO, 2014, Pág.166.
34
ALARIO, 2010, Pág. 68.
35
SZIL, 2004, Pág.2.
22
La mirada pornográfica
Hemos extrapolado una pulsión constante en todas las relaciones: el deseo sexual
masculino es el que siempre queda satisfecho, toda la filmación comienza y finaliza con
la erección masculina y, finalmente, las prácticas sexuales representadas giran en torno
a los deseos y fantasías sexuales masculinas. El varón se reivindica como el consumidor
habitual por lo que la finalidad pornográfica irá totalmente dirigida a él, tal y como
podemos apreciar en los datos publicados por Pornhub en 2018 sobre consumo de
pornografía (Ilustración 26).
Estas representaciones de los modelos de género serán incorporadas por los jóvenes y
buscarán la aceptación de sus demandas y particularidades en posibles experiencias
sexuales futuras36 . Estas relaciones sexuales se sustentan en la mirada pornográfica.
Entendemos por mirada pornográfica esa serie de ideas y actitudes que el porno nos
normaliza o enseña, como la extensa idea de que la dominación sobre la mujer es algo
placentero y positivo en el deseo femenino. Es interesante percibir como esta mirada
pornográfica omite totalmente la expresión del deseo femenino, no tiene lugar ni cabida,
no existe. Todo el mundo pornográfico está habitado por hombres sexualmente activos
frente a mujeres siempre pasivas porque no llevan a cabo su propia sexualidad sino la
dictaminada por las fantasías masculinas37 . De este modo, las mujeres son
extremadamente vulnerables en cuerpo y mente y serán los hombres los que configuren
su deseo. Mackinnon define muy bien este asunto:
“La pornografía despoja a las mujeres del poder que, en ese mismo acto, confiere a los
hombres: el poder de definir lo sexual y, por lo tanto, de definir el género. Tal vez un
ser humano, para los propósitos de género, sea alguien que puede controlar la
definición social de sexualidad38 .”
El consumidor de pornografía sabe lo que quiere antes de contactar con las imágenes,
con los vídeos, busca una erección y determina con anterioridad el tipo de imágenes que
podrían provocársela. Por lo que la mirada pornográfica es más una actitud permanente
que un acto aislado. En esta mirada reside la connotación del cuerpo femenino que más
adelante ahondaremos. La mirada tiene la potencialidad de cambiar de perspectiva, si
aceptamos la pornografía como un modelo que establece formas discriminatorias de
percibir el cuerpo femenino y en general de tratar a la mujer, es válido que si
cambiamos nuestra perspectiva, nuestra mirada cambie. La mirada es tremendamente
poderosa, en función de las creencias y el imaginario común y colectivo, el espectador
atribuirá un significado u otro a las imágenes o vídeos que consume. Estas creencias
configuran la concepción de significados y le dicen al espectador que definición atribuir
estéticamente, culturalmente y políticamente. Esta mirada puede ser transformada en
una manera distinta de percibir tanto la sexualidad como el cuerpo femenino 39 .
36
BALLESTER, ORTE, POZO, 2014, Pág.173.
37 SZIL, 2004, Pág.7.
38
A. MACKINNON, POSNER, 1997, Pág.29.
39
A. MACKINNON, POSNER, 1997, Pág.30.
23
El cuerpo femenino bajo la mirada pornográfica
La mirada patriarcal configura y reproduce la imagen de lo que debe ser una mujer a
través de la pornografía. Las consecuencias de este rol, de este modelo sobre como es
una mujer tiene unas consecuencias nocivas para ésta: cuando actúa como ser social,
implica estar atada a su cuerpo constantemente. La mujer, ante esta situación puede
acabar conviviendo y asumiendo esta validación a través de su cuerpo, o puede
rebelarse y vivir su propio cuerpo como un espacio subjetivo pero pagar el precio de la
exclusión. Es tan poderosa esta mirada patriarcal que las propias mujeres suelen tener
de su propio cuerpo una mirada afín con este sistema.
Uno de los motivos por los cuales se cree que la pornografía tiene tan éxito es por la
relación que establece con el cuerpo femenino. La pornografía se manifiesta como el
dominio del control político del cuerpo, el sistema capitalista demanda control sobre los
cuerpos como medio para controlar este cuerpo político. Por lo que la pornografía a
nivel de industria, creará este espacio o contexto donde los deseos más excesivos podrán
ser satisfechos. Aparece como un desfogue de la tensión social de la cual el consumidor
se cree preso y proyectará y focalizará precisamente sobre el cuerpo femenino toda esta
agresión.
Los matices también serán necesarios: dentro de las prácticas sexuales mostradas, no
solo es interesante analizar la conducta de los individuos sino la actitud, y con actitud
me refiero a la posición pasiva del consumidor ante el consumo de las prácticas de
riesgo. Entendemos prácticas de riesgo y les atribuimos esta categoría a todas aquellas
prácticas que pueden tener un impacto negativo sobre la salud e integridad en aquellas
40
A. MACKINNON, POSNER, 1997, Pág.27.
24
Personas que las realizan, y sobre todo, que las reciben. Las prácticas de alto riesgo son
muy habituales en el imaginario pornográfico y todos los jóvenes tienen fácil acceso a
ellas: la realización de sexo vaginal sin preservativo en grupo, cambiando de pareja etc.,
sexo anal sin ningún tipo de protección con diversas parejas, eyaculación bucal tras
realizar sexo anal sin preservativo etc. Todas estas prácticas son consideradas de riesgo
por su evidente peligrosidad.
Encontramos que los consumidores establecen una familiaridad con dichas prácticas,
esto tiene unas consecuencias peligrosas: altera la aceptabilidad, los límites del
consentimiento y del riesgo quedan difusos, teniendo consecuencias graves para las
personas que las reciben. La adhesión de dichas prácticas suponen su normalización en
sus consumidores, teniendo como consecuencia una posterior demanda a sus parejas
sexuales o recurriendo a la prostitución para poner en práctica dichas prácticas.
Las relaciones de seducción también se verán alteradas: se caracterizan por ser un tipo
de relación no pautado, pero que generalmente asociamos a la relación sexual, la
seducción es necesaria para el fomento de una buena experiencia, tanto física como
emocionalmente. Se observa cómo a partir del consumo de pornografía, una
incapacidad por estimular y seducir a la pareja, encontramos una grieta entre lo que
cada parte de la relación busca o necesita. Esto es debido a la expectativa distorsionada
en las relaciones sexuales. La masculinidad hegemónica actúa como base a través de la
cual la pornografía se nutre y expande la noción de masculinidad y feminidad según el
género al que pertenezcas. Los jóvenes reproducirán en sus relaciones los patrones
referidos a la sexualización de los cuerpos y a la ritualización de las relaciones. La
ritualización de las relaciones se basa en la simplificación de éstas, creando una forma
ritual rígida. Esta nueva manera de relacionarse irá regida por el hábito modificado por
la pornografía41 .
Erotización de la violencia
41
BALLESTER, ORTE, POZO, 2014, Pág.175.
42
A.MACKINNON, POSNER, 1997, Pág.53.
25
Tabúes (menstruación, vello femenino y el pene flácido)
Otro de los grandes tabúes es el vello femenino. En general todas las actrices aparecen
depiladas, axilas, cara, piernas etc. Si bien es cierto que el vello púbico no siempre
aparece depilado en su totalidad, éste fenómeno se ha convertido en una categoría en sí,
siendo por lo tanto una excepción y no una regla. A menudo el hilo narrativo de estos
vídeos pornográficos representan escenas de sexo esporádicas no planeadas, como por
ejemplo el vídeo She is pantyless and gets fucked hard, (Consultado 15/05/2019
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5cbec43eb4c0f) donde
aparentemente la chica que posteriormente mantiene relaciones sexuales, ha sido
escogida al azar; si estas escenas no han sido planeadas, ¿cómo puede ser que la mujer
siempre aparezca perfectamente depilada? (Ilustración 27). Sabemos de sobras que la
pornografía es ficción y que reproduce un imaginario que tiene efectos reales sobre sus
consumidores, y de nuevo somos conscientes de que la gran mayoría de vídeos han sido
previamente acordados; donde queremos ahondar es en que se vende el producto como
si fuera algo imprevisto y se genera la idea de que las mujeres no tienen vello en la zona
vaginal. La alteración de este vello femenino, no deja de utilizarse como una
herramienta más para reforzar la feminidad, en el caso de las mujeres que aparecen sin
vello, y la masculinidad; en el caso de hombres donde la aparición de vello sí es válida.
La pornografía evita a toda costa la similitud física entre hombres y mujeres 44 .
43
DEL BARRIO, 2015, P ág.110.
44
DEL BARRIO, 2015, P ág.111.
26
En el ámbito pornográfico no solo se refuerza la feminidad asociada a las mujeres sino
que también se legitima y toma forma ante los ojos de sus consumidores. El porno está
escrito en un lenguaje simbólico, posee una iconografía propia. Su símbolo por
antonomasia es el falo, pero este falo se caracteriza por su erección, estableciendo una
relación muy estrecha entre pene y poder; esta erección es el icono representativo de la
masculinidad. Por lo que mostrar un pene flácido es algo que la pornografía omite. En
las diversas situaciones en las que aparece, siempre es en un contexto previo al acto
sexual, es decir; el pene flácido suele ser representado en los inicios de los vídeos o bien
cuando un hombre interviene en el acto sexual. Comienzan con este pene flácido que
por autoestimulación o estimulación ajena, se tornará erecto o bien ya aparecerá erecto
desde el principio. Es interesante apreciar como los vídeos finalizan generalmente con
la eyaculación del hombre, por lo que prácticamente el pene del hombre siempre o casi
siempre se percibe erecto en pantalla. Nos cuestionamos por lo tanto este tabú alrededor
del pene flácido, que no tiene por qué tener un significado negativo sino que podría ser
perfectamente naturalizado representando una vez al varón, que ya ha eyaculado,
continua practicando el acto sexual con su pareja o parejas en cuestión, simplemente por
el disfrute sexual de éstas. Evidentemente esta es una situación que no se genera porque
tambalearía la percepción de masculinidad y feminidad arraigada en la pornografía.
Además, visualmente, la carga simbólica que emana el pene erecto refleja la percepción
incontrolable del hombre por satisfacer su necesidad; en ningún vídeo pornográfico
donde el hombre aparece con su miembro erecto, éste se queda sin ver su deseo sexual
satisfecho, cuando perfectamente podría crearse la situación de proporcionar placer a su
compañera siendo esto el causante de la excitación y posterior erección de él, pero sin
ser su deseo sexual el protagonista de tal situación.
Este pensamiento ha sido uno de los más recurrentes y que más debate han suscitado
alrededor de la pornografía y sus consecuencias sociales. Pornografía y violación son
dos términos que comparten más similitudes de las que creemos y que suelen
interpelarse la una a la otra. Muchos defensores de la pornografía, la justifican
afirmando que si no fuera de la existencia de ésta y de la prostitución, los hombres
violarían más. Esta idea es tremendamente problemática: en primer lugar, justifica la
existencia de la prostitución y ya deja en un segundo plano todas las desigualdades, toda
la red y tráfico de personas, toda la situación y problemática sobre la prostitución
quedan en un plano pasivo porque si no fuera por ésta, los hombres violarían más.
45
DEL BARRIO, 2015, Pág.111.
27
En esta idea vemos arraigada una concepción del deseo sexual masculino como
necesidad y por lo tanto, como derecho; en lugar de ser algo opcional. Los hombres se
ven con el derecho de exigir la satisfacción de sus deseos, por lo que encuentran en
estos ámbitos, pornografía y prostitución; un espacio que lo confiere.
28
Otro coste social de la pornografía es su insensibilización. Encontramos una pérdida de
la sensibilidad provocada por el bombardeo de imágenes que se consumen. Escenas o
categorías que inicialmente disgustan al espectador, con el tiempo se normalizan;
llegando a normalizar por ejemplo, la violación. Es interesante también el concepto de
Szil sobre uno de los costes sociales del porno, él habla de cómo la pornografía separa
la sexualidad de los hombres de sus propios sentimientos y de sus relaciones cotidianas,
define la disociación como rasgo dominante en esta masculinidad hegemónica y esto va
anclado a otras consecuencias como la irresponsabilidad reproductiva de los hombres
que se fomenta en la pornografía, donde el uso del preservativo como tónica general, es
inexistente49 .
5. Conclusiones finales
¿Por qué es la pornografía una amenaza para la igualdad de género?
Está claro que este título ya refleja una clara toma de posición, que la pornografía tiene
efectos reales e incide en las mujeres y en sus relaciones de género. De qué manera
sucede es lo que a continuación tratamos de analizar. Partimos de la premisa clara de
que la pornografía no puede asumir totalmente ser la causa directa de la desigualdad de
género, sino que más bien funciona como una de las bases sobre las cuales se sustenta el
sistema patriarcal. Esto es, la pornografía, o más bien la actitud pornográfica en sí, es la
que promueve y reproduce esta desigualdad ya establecida por el patriarcado. Que no
sea un agente directo no la hace menos extensa y dañina, no debemos olvidar que es la
tercera fuente de ingresos mundial, su poder ideológico es masivo. La pornografía
mezclada con el sistema patriarcal que la refuerza, es lo que la hace tan hostil y
perjudicial51 .
Entre los resultados y conclusiones destacamos que hay una evidente influencia del
consumo de pornografía en internet sobre las actitudes sexuales, morales y actividad
sexual de sus consumidores, siendo el colectivo masculino su consumidor por
excelencia; además de toda la problemática existente alrededor del fácil acceso a la
pornografía, fruto de un entorno altamente sexualizado 52 . Interesantes son también las
conclusiones que encontramos alrededor de los estudios sobre Nueva pornografía 53 .
29
De acuerdo con la literatura científica alrededor de ésta, la gran masa consumidora de
porno es el hombre en cuanto a consumidor preponderante y a tiempo consumiendo, y
se esperará en un futuro, que los grupos de edad preponderantes sean aquellos que usen
con mayor frecuencia los servicios de internet, siendo cada vez más prematuro el
consumo de pornografía. Si bien es cierto que la mujer también consume pornografía,
su hábito es mucho más ocasional, puntual, no premeditado; por lo que podemos
establecer una relación clara entre hombre y consumo frecuente de pornografía. Este
consumo genera un impacto real sobre los hábitos de los grandes consumidores
modificando así las prácticas sexuales en dos direcciones diferenciadas: o bien la
demanda a sus parejas sexuales de dichas prácticas nuevas, aunque estas sean de riesgo;
o bien recurriendo a la prostitución para realizarlas. Este cambio de hábito generará una
ritualización de las relaciones sexuales ya que el espacio que nos brinda internet
resultará crucial para el desarrollo del proceso de vinculación entre cada joven y su
sexualidad.
Este nuevo hábito se caracterizará por el consumo de experiencias observadas más que
vividas y este nuevo ejercicio de la sexualidad distará enormemente de las generaciones
previas no formadas con el apoyo de Internet. Este nuevo hábito, apoyado de diferentes
agentes externos a él, como puede ser el factor mediático, el factor social etc. son los
que fomentarán y modificarán el entorno de aprendizaje del joven respecto a su
sexualidad. La manera de generar relaciones sexuales y el modo en el que éstas se
desarrollan variará, se simplifica la relación, por ejemplo se caracterizarán por la
disminución o ausencia de cuidados emocionales en lo que afirmaríamos relaciones
interpersonales y girara toda la práctica entorno a la penetración. Estos nuevos ritos
pueden generar altas expectativas en el varón consumidor de pornografía, el criterio
para valorar si una experiencia sexual ha sido positiva o no también será diferente, los
códigos, las prácticas, la manera de relacionarse etc. todos estos factores se ajustarán a
unos nuevos criterios dictaminados por el consumo de pornografía, ésta actuará como
un referente formativo, creando un efecto modelado sobre los jóvenes. Hemos
establecido aproximadamente un patrón desarrollado en el proceso de ritualización a
consecuencia del consumo pornográfico:
30
etc. se han convertido en el medio por el cual establecer relaciones
interpersonales54 .
También hemos observado que las respuestas de los jóvenes sobre sus demandas
sexuales, se limitarán a una serie de opciones particularmente similares; si bien el
consumo pornográfico se realiza mayormente de manera individual, las prácticas más
deseables serán comunes. Entendemos esta situación debido a que la pornografía ejerce
este papel formativo modificando hábito y deseo 55 .
Así pues, concluimos que la pornografía extiende la idea de que el cuerpo de las
mujeres es un objeto disponible para ser configurado según los deseos masculinos de
dominio y domesticación. La pornografía, además; muestra como este dominio y
superioridad es algo precisamente deseado por las mujeres56 . El tipo de comportamiento
social que plasma la pornografía es aprobado como respuesta al deseo sexual femenino.
La sociedad está permeada por un modelo pornográfico que se pone en práctica en las
relaciones. La sociedad celebra este consumo de pornografía y la pornografía se
manifiesta como práctica pública. Ésta tiene un carácter performativo, su discurso y sus
imágenes no solo forman una unidad con sentido, sino que conforman un espacio donde
usando la expresión se realiza una acción. Por lo que cumplir con el fin de la
pornografía, ser excitado sexualmente por su contenido, aun siendo éste de violencia y
dominación contra las mujeres, es repetir su ideología, es tomar parte en la violencia
misma57 .
54
BALLESTER, ORTE, POZO, 2014, Pág.176.
55
BALLESTER, ORTE, POZO, 2014, P ág.173.
56
A.MACKINNON, POSNER, 1997, Pág.21.
57
A. MACKINNON, POSNER, 1997, Pág.32.
58 SZIL, 2004, Pág.7.
31
6. Bibliografía
32
GUASH ANDREU, Óscar. 2008. “Los varones en perspectiva de género. Teorías y
experiencias de discriminación”. Asparkía vol. (19): 29-38.
MARTÍNEZ, Laura. 2017-2018. Trendencias: Erika Lust nos cuenta qué hace diferente
al porno indie para que te guste más que el convencional. Webedia.
https://www.trendencias.com/ocio/porno-indie-hablamos-con-erika-lust-la-directora-
emblematica-de-este-genero-pensado-para-que-guste-a-las-mujeres (Consultada
17/04/2019).
SOLNIT, Rebecca. Men explain things to me. Barcelona: Angle Editorial, 2016.
33
7. Anexo
34
Ilustración 3
(Consultado 20/05/2019:
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5b82a0b41e19b )
Ilustración 4
(Consultado 12/5/19
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5c49fb0da872b )
35
Ilustración 5
(Consultado 12/5/19
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5c49fb0da872b )
Ilustración 6
(Consultado 12/5/19
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5c49fb0da872b )
36
Ilustración 7
(Consultado 12/5/19
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5c49fb0da872b )
Ilustración 8
(Consultado 12/5/19
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5c49fb0da872b )
37
Ilustración 9
(Consultado 12/5/19
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5c49fb0da872b )
Ilustración 10
(Consultado 12/5/19
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5c49fb0da872b )
38
Ilustración 11
(Consultado 15/05/2019
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5915597d3f6ce)
Ilustración 12
(Consultado 15/05/2019
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5915597d3f6ce)
39
Ilustración 13
(Consultado 15/05/2019
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5b0b2f047f9b3)
Ilustración 14
(Consultado 15/05/2019
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5a45c6658c8a7)
40
Ilustración 15
Ilustración 16
(Consultado 15/05/2019
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5a7f1ba584481)
41
Ilustración 17
(Consultado 15/05/2019
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5774af847f652)
Ilustración 18
(Consultado 15/05/2019
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph580935f29c7d6),
42
Ilustración 19
Ilustración 20
(Consultado 17/05/2019
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph571ae9f054447)
43
Ilustración 21
(Consultado 17/05/2019
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph571ae9f054447)
44
Ilustración 22
59 Término inglés que traducido significa “Madres que les gusta follar”. Se caracterizan por ser mujeres
que superan los 30-40 años y aparecen como deseables y sexualmente activas.
60 Término inglés que traducido significa “Punto de vista”. Se caracterizan por ser vídeos grabados desde
el punto de vista de uno de los protagonistas del vídeo, generalmente el del varón.
45
Ilustración 23
4. Niñeras (1.651)
5. Cornudos (3.289)
9. Orinadas (8.141)
46
Ilustración 24
47
Ilustración 25
Categorías de Pornhub
48
Ilustración 26
49
Ilustración 27
(Consultado 15/05/2019
https://es.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5cbec43eb4c0f)
50