Evolucion de La Aviacion (Materiales)

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Haga un breve recuento de la evolución en los materiales utilizados para

fabricar aviones, desde su invención.

Conforme la industria ha evoluciono, en lo que a materiales se refiere, dos de los focos


de investigación han sido el aumento de resistencia específica de los mismos y la
mejora en la fabricación de las aeronaves y sus componentes.

La aviación dio sus primeros pasos con modelos construidos en madera y material
textil. La madera era la que cumplía con la función estructural mientras que la tela
proporcionaba el medio sustentador. A pesar de su baja densidad, existen maderas
bastante resistentes; sin embargo, este material se ve afectado por la acción biológica,
además de reaccionar de manera negativa ante la humedad.

Rápidamente se dio paso al uso de metal para la estructura de la aeronave,


concretamente de aceros. Sin embargo, su elevada densidad, su baja resistencia a la
corrosión y el par galvánico que forma con el aluminio lo descartaron como un buen
material para la aviación. En la actualidad, su uso en aeronáutica ha quedado relegado
a partes muy concretas, como el tren de aterrizaje y ciertos herrajes.

Se llega así al aluminio. Lo cierto es que en estado puro no presenta buenas


propiedades mecánicas. Además, hasta hace unas décadas era un metal muy caro. No
obstante, los avances en su proceso de obtención y el uso de sus aleaciones
supusieron su auge como material aeronáutico.

Actualmente las aleaciones predominantes en la industria son conocidas como


duraluminios. Este tipo de aleaciones ofrecen una resistencia específica mayor que la
del acero y mejoran otras propiedades. Algunas de estas aleaciones de uso
aeronáutico pertenecen a las series 2XXX, de aluminio-cobre, y a la 7XXX, de aluminio-
zinc. Hoy en día se abren paso nuevas aleaciones, como las de aluminio-litio.

Otra ventaja del aluminio es su comportamiento ante la corrosión gracias a su óxido, la


alúmina, que al formarse cubre por completo al metal base dejando su superficie
protegida en un proceso llamado pasivación.
En ciertas partes de la aeronave, como el motor, es necesario utilizar aleaciones que
tengan una buena resistencia térmica, por lo que se recurre al uso de aleaciones de
titanio. Su densidad sigue estando por debajo de la de los aceros, aunque es mayor
que la del aluminio. Tiene una alta resistencia a la corrosión (también se pasiva) y
mantiene unas buenas propiedades mecánicas. Los principales inconvenientes son su
elevado coste y la dificultad que presenta su mecanizado. Por ello solo se aplica a
algunas partes del motor o a recubrimientos de aviones hipersónicos, en los que la
interacción con las ondas de choque genera altas temperaturas. La aleación más
utilizada es la Ti-6Al-4V.

Durante los últimos años, los materiales no metálicos han ido cobrando mayor
importancia en la construcción aeronáutica, en especial los materiales compuestos.

Estos materiales surgen de la unión de dos o más materiales distintos, insolubles y


separables por acción mecánica. De ellos, uno actúa como matriz y otro como refuerzo.
El primero se encarga de dar forma y cohesión al material compuesto además de
transmitir las fuerzas compresivas, mientras que el refuerzo mejora su comportamiento
ante el resto de las cargas mecánicas. Los de uso mayoritario en aeronáutica son los
que usan fibra de carbono o de vidrio como refuerzo.

Los materiales compuestos han aumentado su presencia considerablemente hasta


integrar el 50 % de los dos últimos modelos de los grandes fabricantes de aeronaves:
el A350 XWB de Airbus y el B787 Dreamliner de Boeing.

Además, estos materiales permiten una mejor integración de piezas desde su


conformado. Un ejemplo de ello es la construcción a partir de una sola pieza del cono
de cola del A350 XWB. Con esta estrategia se consigue disminuir el coste al reducir el
número de transportes, el de montajes posteriores y el peso añadido debido a las
uniones.

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