Eucaristia de Reyes
Eucaristia de Reyes
Eucaristia de Reyes
MONICIÓN INICIAL.
Hoy con alegría estamos celebrando la epifanía del Señor, manifestación redentora de
Cristo al mundo,
Reconozcamos en el Niño que hoy adoran los Magos, al Rey todopoderoso que “ha
entrado” en nuestro mundo y en nuestra historia, para manifestarse como Señor y
Redentor de todo aquel que se confiese pecador, y desea el perdón y la salvación de
Dios.
Con el Señor que nos ama y nos brinda la oportunidad de compartir este encuentro
iniciemos esta eucaristía poniendo nuestras vidas en las manos del Señor, pongámonos
de pie y cantemos.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que en este día manifestaste a tu Unigénito a las naciones, guiándolas por la
estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe, que lleguemos a contemplar la
hermosura de tu excelsa gloria. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Te alabamos, Señor.
SEGUNDA LECTURA
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
EVANGELIO
Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente
llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba
de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo".
Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó
entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía
que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: "En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el
profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las
ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo,
Israel".
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que
se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: "Vayan a averiguar
cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuando lo encuentren, avísenme para que yo
también vaya a adorarlo". Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de
pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo
encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa
alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo
adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.
Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por
otro camino.
PLEGARIA UNIVERSAL
Presentemos, hermanos, nuestras oraciones al Señor en este día en que Dios ha
manifestado su poder a las naciones, la salvación a los pueblos y a nosotros la luz
radiante de su gloria. Digamos después de cada petición:
1. Por la santa Iglesia de Dios, para que ilumine a los hombres con la luz que
resplandece en el rostro de Cristo, disipe las tinieblas de los que viven en el
error y dé ánimo a los fieles, para que, con valentía hagan brillar la luz del
Evangelio ante todas las naciones, roguemos al Señor.
2. Por nuestro pueblo ecuatoriano para que animado por la luz de Cristo sea
fortalecido con justicia, honestidad y paz, roguemos al Señor
3. Por nosotros que hemos sido llamados de las tinieblas a la luz admirable de
Cristo, para que nos afiancemos en la fe verdadera y sigamos con fidelidad las
enseñanzas de Evangelio, roguemos al Señor.
Escucha nuestras oraciones, Dios todo poderoso y eterno, y haz que los que
hemos conocido y adorado a tu Hijo, Rey y Señor de todos los pueblos,
vivamos siempre como hijos de la luz y nos esforcemos para iluminar con la
luz de Cristo a todos los pueblos y naciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
OFRENDAS:
PAN
El pan que traemos Señor ante tu altar, sea para nosotros el Pan de Dios que alimenta
nuestra fe. Bendice a todos los presentes y que el pan material y espiritual nunca falte en
nuestros hogares.
VINO
Te ofrecemos el vino, que será pronto la sangre de Jesús. Queremos que sea para
nosotros símbolo de amor, unidad y alegría valores que necesitamos fortalecer, para que
a ejemplo de los magos podamos encontrarnos con Jesús en este nuevo año.
LUZ
La luz necesita arder e iluminar. Señor hoy te presentamos esta luz como signo de
nuestra vida, que está siempre necesitada de Ti. Ayúdanos con tu presencia a que te
reflejemos en nuestras actitudes y acciones y seamos estrellas que guíen y animen a
otros al encuentro contigo.
Mira con bondad, Señor, los dones de tu iglesia, que no consisten ya en oro,
incienso y mirra, sino en lo que por esos dones se representa, se inmola y se
recibe como alimento, Jesucristo, Señor nuestro. Él, que vive y reina por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN