Tu Palabra Es Vida - 06 Las Primeras Comunidades PDF
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Tu Palabra Es Vida - 06 Las Primeras Comunidades PDF
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Grupo de Reflexión Bíblica
Conferencia de Religiosos/as del Brasil
Vivir y anunciar
la Palabra:
Las primeras comunidades
Tu Palabra es Vida
- 6-
Ediciones MSC
Santo Domingo, Rep. Dominicana
Título Original:
Vivir y anunciar la Palabra: Las primeras comunidades
Colección: Tu Palabra es Vida. No. 6
G r u p o d e R e r l e x i ó n BíU ica
C o n i e r e n c i a de Religiosos/as del B r a s i l
IMPRIMATUR
Sao Paulo, 16 de abril de 1 9 9 5 , Pascua de Resurrección del Señor.
D o m A n t o n i o Celso de Queiroz
ispo delaRegión Episcopal de Ipiranga, Sao Paulo
Secretario General de la C N B B .
Foto de la Portada:
LOsservatore Romano. Cittá del Vaticano
Servicio fotográfico. Arturo Mari
Diagramación:
En Amigo del Hogar
por Rafael E. Domínguez Gautreaux
Impresión:
Amigo del Hogar
Ediciones
© 1999
Ediciones M S C
Amigo del Hogar
Calle Mi. Ma. Valencia esq. Max Henríquez Ureña
Apartado Postal 1104, Los Prados, Santo Domingo.
H E C H O EN LA REPÚBLICA D O M I N I C A N A
MADE IN T H E D O M I N I C A N REPUBLIC
PRESENTACIÓN
1. Este volumen de la colección "Tu Palabra es Vida" nos presenta la eclesiología del
Nuevo Testamento. Nos narra, en un lenguaje concreto y plástico, la experiencia misionera
del "pequeño resto" que, empujado por la fuerza del Espíritu, partió para anunciar la
Buena Noticia a todos los pueblos de la Tierra, desde Jerusalén hasta la capital del gran
imperio.
En el Bloque lero-, donde todos los textos están tomados de los Hechos de los
Apóstoles, aparece el comienzo de la comunidad fundada sobre los Doce Apóstoles.
Encontramos ahí la descripción ideal de comunidad-modelo. El grupo se va organizando,
van leyendo con ojos y corazón nuevos los hechos vividos, se van superando las tensiones,
se va experimentando el rechazo y la presecución, además de vivir también desavenencias
internas {Bloque2do). Enseguida, aún tímidamente, en la saliente de la evolución vivida,
la necesidad de definir la identidad propiamente cristiana (no-judaica) de la comunidad.
El Bloque 3er0' muestra algo de ese encuentro de la fe cristiana con las culturas, en la
diáspora. Los cristianos van elaborando criterios y prácticas que corresponden más a las
exigencias de la comunión-misión universal y a la libertad de los hijos e hijas de Dios. El
Bloque 4to- enfrenta problemas típicos del mundo griego, que son actuales hasta hoy: el
lugar de las mujeres, el trabajo, los carismas y el uso del poder, las doctrinas novedosas
que inquietan la fe del pueblo de las comunidades. En ese bloque, entran las cartas
paulinas con todo su realismo, densidad teológica y mística. Finalmente, en el Bloque
5'°-, el Evangelio llega a la orgullosa Roma, es decir, a los confines del mundo. Dentro de
las Casas, en el medio social, entre las naciones, brilla Cristo para ser, desde ahí, luz para
todos los pueblos.
2. Quien siguió los volúmenes anteriores de nuestra Colección -que es una mera
ayuda para la lectura de la Biblia- percibió que la Colección tiene una forma de ver que
le es característica. Procuramos leer la Palabra de Dios desde el lugar y con los ojos de los
pobres, amados por Dios. Quizá a alguien le extrañe esa insistencia, juzgándolo hasta
unilateral (lo que puede suceder, en verdad, cuando tenemos la mente y el corazón abiertos).
Con todo, el mismo ejercicio paciente de ir profundizando el Antiguo y el Nuevo Testa-
mento en esa perspectiva., nos mostró que no se trata de un artificio. Es un hilo conduc-
5
tor, una óptica que recorre la Escritura de punta a punta. Esa es la óptica de Dios-Padre,
que se revela en Jesús, Mesías enviado a los pobres para anunciar la llegada del Reino.
3. Como en las otras ocasiones, solamente me queda hacer votos para que esa
historia de los comienzos de h iglesia pueda traer muchos frutos para, h Vida Religiosa,
que cada vez más enfrenta el desafío de ser comunidad de discípulos y discípulas que
practican y viven proféticamente, en la opción preferencial por los pobres, las dimensiones
fundamentales de la vida comunitaria cristiana: el testimonio, la koinonía, la diaconía y
el anuncio.
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ORIENTACIONES PRACTICAS
Cada reunión debe iniciarse compartiendo. Una especie de aperitivo que ayude a
crear el clima. Esta puesta en común inicial debe ser corta. Es importante terminarla con
una oración espontánea y una invocación al Espíritu Santo.
1. PARTIR DE LA REALIDAD
Tomar contacto directo con el texto en estudio; escuchar la lectura de lo que está
escrito (es bueno leer el texto en voz alta y después releerlo en silencio, individualmente);
colocarse en actitud de atención y respeto.
La Lectura podrá hacerse de diferentes maneras. En este punto el grupo debe ser
creativo, a veces los guiones harán sugerencias.
2.1. Observar el texto más de cerca (nivel literario): conocer la cualidad del texto,
su lenguaje, su estilo y género literario, su división interna, su contenido y
detalles.
7
a. Existen varios modos de conseguir ese objetivo. Los guiones ofrecen sugerencias
en cuanto a los caminos para llegar al análisis del texto.
b. También en este punto podrá usar la creatividad. A medida que se avanza en la
comprensión del texto, irán surgiendo pistas interesantes para preguntas y
actividades.
2.2. Ver la situación del pueblo (nivel histórico): conocer la situación histórica en la que
el texto fue creado o para qué finalidad fue escrito; conocer los conflictos existentes
en el origen del texto.
a. Las preguntas que surgen en esta perspectiva de la comprensión del contexto
histórico son variables. Nos interesan especialmente las que nacen de los
siguientes ángulos: cultural, religioso, económico, social, político e ideológico.
b. Siempre que sea posible distinguir entre la época en que sucedió el hecho que
describe el texto y la época en que vive el autor del texto analizado. A veces el
texto no pretende dar informaciones sobre la época en que sucedió el hecho y
sí formar una nueva conciencia en los lectores respecto de ese hecho, conciencia
que es de la época del escritor.
2.3. Escuchar el mensaje del texto (nivel teológico); descubrir el mensaje del texto para
el pueblo de aquel tiempo. Ver cómo el texto toma posición en los conflictos de
aquella época. Así se podrá comprender mejor su mensaje y el sentido actual para
nosotros.
a. Los guiones sirven al grupo para investigar el sentido teológico del texto
mediante preguntas.
b. La actualización del mensaje del texto es el punto de llegada del estudio. Es el
momento en que la "meditación" del texto se transforma más explícitamente
en "oración", para usar los términos empleados en la explicación de la "Lectio
Divina".
Al final de cada guión se ofrece un desarrollo que tiene como objetivo ayudar a los
participantes para una mejor comprensión de determinados aspectos, situaciones o
problemas referidos al texto o tema de cada reunión. Algunas veces son observaciones
útiles para ahondar en nuestra vida, espiritualidad y misión. Esos pequeños subsidios
deben complementarse con la lectura de buenos comentarios e introducciones a cada
libro de la Escritura. Sería mucho mejor si el grupo no se contentase con las notas breves
a pie de página que tienen casi todas las ediciones de la Biblia. Es de gran provecho la
lectura de un comentario o introducción más especializado, sobre todo si los grupos
tienen capacidad de lectura. Es bueno recordar que el subsidio es el telón de fondo del
Guión. Por eso debe ser leído y estudiado individualmente antes de la reunión para que
el Subsidio pueda iluminar el estudio del Guión.
C. Gráfico Comparativo
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GRÁFICO COMPARATIVO
Punto departida
1. Cambio de ideas
u R
u
é
u
2. Invocar al Espíritu Santo o < <
UJ
2 O
/. Partir de la realidad actual
1. Introducción al tema
2. Preguntas para profundizarlo
<
oí
//. Estudiar y meditar el texto 1 LECTURA D
l-
U
1. Lectura del texto
2
2. Estudio del texto O
1. Ver el texto literario u
2. Observar la situación histórica
<
D u
MEDITACIÓN u LU
<
ORACIÓN
O
///. Celebrar la palabra
1. Compartir luces y fuerzas
2. Expresar el compromiso
3. Cantar o rezar un salmo CONTEMPLACIÓN z
U
4. Resumir todo para rumiarlo O
u
<
G¿
< O
Preparar el próximo encuentro Z)
1. Indicar los textos u
2. Distribuir tareas UJ
10
Introducción General
En esta Introducción, desde el lugar en que estamos aquí en América Latina, vamos
a abrir tres ventanas que nos permiten observar de cerca y desde varios ángulos, la vida
y la historia de las primeras comunidades cristianas. Como sucede siempre, cuando existen
varias ventanas, una cerca de la otra, el panorama general que se ve es el mismo. Alguna
cosa se repite, pero el enfoque de cada ventana es diferente.
La primera ventana muestra las etapas de más o menos setenta años, desde el día
de Pentecostés hasta el fin del primer siglo. Revela el proceso de crecimiento que hubo, y
pretende despertar una atención mayor para el proceso histórico de nuestras comunidades
y para la situación concreta que hoy nos envuelve.
El objetivo que nos lleva a través de estas ventanas, es el mismo que anima por
dentro este VI Volumen, a saber, mayor fidelidad en nuestra misión: vivir y anunciar el
Evangelio, especialmente a los pobres, y encarnarlo en la realidad que vivimos hoy en
América Latina.
n
(2 Pe 1,19) y revelar el sentido actual de los Hechos de los Apóstoles y de las Cartas que
vamos a leer en este Volumen.
Al final de esta introducción, abriremos hpuerta para las guías y subsidios, mostrando
cómo está organizado el VI Volumen, cuál es su contenido, y el hilo conductor y su
división en cinco bloques.
i rü
lena. VENTANA
1. DESDE EL AÑO 30 AL 40
EL ANUNCIO DEL EVANGELIO ENTRE LOS JUDÍOS
Son más o menos diez años. ¡Poco tiempo! Todo comienza el día de Pentecostés con
el primer anuncio de la Buena Nueva (Hch 2, 1-36), que se extiende rápidamente por
Palestina (Hch 2,41.47; 4,4: 5,14; 6,7; 9, 31). Es el periodo del así llamado "Movimiento
de Jesús", que termina con la crisis provocada por la política del emperador Calígula (37-
41) y por la persecución de los cristianos por parte del "rey" Herodes Agripa (41-44).
Sobre este comienzo de las comunidades sabemos muy poco, Los Hechos de los
Apóstoles poco informan, casi nada. El interés de sus primeros cinco capítulos no es
describir cómo fue la vida de las comunidades, sino cómo debe ser (cf. Introducción al
ler. Bloque).
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En esta fase inicial, los cristianos eran casi todos judíos convertidos. Tenían la siinpatía
del pueblo (Hch 2, 47). Eran vistos como uno de los muchos movimientos de renovación
y contestatarios en lo interior del judaismo. Formaban pequeñas comunidades alrededor
de las sinagogas, al margen del judaismo oficial. El crecimiento, tanto geográfico como
numérico, los obligó a crear nuevas formas de organización, como por ejemplo, escoger
nuevos animadores y misioneros, llamados diáconos (Hch 6, 2-6).
Las primeras comunidades eran apoyadas y animadas por misioneros ambulantes.
Estos, a diferencia de los misioneros judíos, no llevaban nada en el camino, ni bultos ni
dinero, sino que confiaban en la solidaridad del pueblo. En la primera casa en que eran
recibidos, allí permanecían, viviendo la vida del pueblo. Muchos pasajes de los evangelios
se refieren a estos primeros misioneros (cf. Mt 10, 5-10; Le 10, 2-9).
Al comienzo, la proclamación de la Buena Noticia se concentraba en el anuncio del
Reino (Mt 10, 6) y de la Muerte y Resurrección de Jesús (Hch 2, 23-36; 3,14-15; 4,10-12).
Entonces no existían los escritos del Nuevo Testamento. La Biblia de los primeros cristianos
era la Escritura Sagrada de los judíos. La expresión Antiguo Testamento o Antigua Alianza
viene de Pablo (2 Cor 3,14). Antes de él, se decía simplemente Escrituras (Mt 21, 42; Me
12, 24). El Nuevo Testamento hasta entonces, existía solamente en el corazón, en los
ojos, en las manos y en los pies de los cristianos.
Ellos leían y releían la Biblia con ojos nuevos, nacidos de la nueva práctica y del
nuevo ambiente comunitario de fe en la resurrección, y encontraban en ella los textos
para entender mejor el alcance de la novedad que estaban viviendo en Cristo. Por ejemplo,
los textos de la profecía de Moisés sobre el futuro profeta (Dt 18,15. 19 y Hch 3, 22), los
de Isaías sobre el Siervo de Yavé (Is 53, 7-8 y Hch 8, 32), de Daniel sobre el Hijo del
Hombre (Dn 7,13 y Mt 24, 30), ciertos salmos: Salmo 2 (Hch 4, 23-26), salmo 110 (Hch 2,
34) y otros. Aquí, en esta relectura cristiana de la Escritura de los judíos, está la semilla
de lo que más tarde será llamado el Nuevo Testamento.
Donde las palabras de la Escritura de los judíos no eran suficientes, los cristianos
comenzaban a recordar las palabras y gestos del mismo Jesús, para que sirvieran de
orientación y de animación en el camino (Hch 10, 38; 11,16). Este recuerdo y transmisión
estaban basados en el testimonio de aquellos que habían convivido con Jesús, "desde el
bautismo de Juan hasta que fue arrebatado de entre nosotros" (Hch 1, 22). Aquí está el
comienzo de nuestros evangelios.
En esta primera etapa aparece la semilla de una divergencia que ya existía en el
judaismo, y que, a lo largo de los años, se fue acentuando en las comunidades cristianas.
Por una parte, había un grupo alrededor de Esteban, unido a los judíos de la diáspora,
quienes procuraban una apertura hacia la cultura helénica y que, en vista de eso, hacían
una lectura diferente de la Biblia (Hch 7, 1-53). Por la otra, había un grupo alrededor de
Santiago y los hermanos de Jesús, unido a los judíos de la Palestina, quienes defendían la
14
fidelidad estricta a la Ley de Moisés y a la "Tradición de los Antiguos" (Me 7, 5; Ga 1, 14).
En la primera persecución contra los cristianos fue el grupo de Esteban el que sufrió y
tuvo que huir de Jerusalén. Los otros no eran molestados (Hch 8, 1). A lo largo de la
historia, la coyuntura interna y externa acentuó estas dos tendencias. ¡Hasta hoy!
1) Herodes, llamado el Grande, gobernó sobre toda la Palestina desde el 37 al 4 antes de Cristo.
Aparece en el nacimiento de Jesús. Mató a los niños de Belén (Mt 2,1.16).
2) Herodes, llamado Antipas, gobernó toda la Galilea desde el 4 antes de Cristo hasta el 39 después
de Cristo. Es el que aparece en la muerte de Jesús (Le 23,7). Mató a Juan el Bautista (Me 6,14-
29).
3) Herodes, Llamado Agripa, gobernó toda la Palestina desde el 41 hasta el 44 después de Cristo.
Es el que aparece en los Hechos de los Apóstoles (Hch 12,1.20). Mató al Apóstol Santiago (Hch
12,2)
2. DESDE EL AÑO 40 AL 70
LA EXPANSIÓN MISIONERA EN EL MUNDO GRIEGO
2.1 La transición
Esta transición está marcada por la fuerte tensión entre los cristianos venidos del
judaismo y los nuevos que venían llegando de otras etnias y culturas. Porque no se
trataba solamente de un cambio geográfico y cultural desde Palestina a Grecia e Italia. Se
trataba también de un cambio interior hecho a través de un doloroso proceso de conversión.
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Personajes claves para realizar esta difícil transición fueron Bernabé y Saulo de Tarso. De
hecho, dentro de sus propias vidas, ellos pasaron del mundo de la observancia de la ley
que acusa y condena, al mundo de la gratuidad del amor de Dios que acoge y perdona
(Rm 8, 1-4. 31-32; Hch 4, 36-37). Habían pasado de la conciencia de pertenecer al único
pueblo elegido, privilegiado por Dios entre todos los pueblos, a la certidumbre de que en
Cristo todos los pueblos habían sido fundidos en un pueblo único (multi-racial y pluri-
cultural) delante de Dios (Ef 2, 17-18; 3, 6).
Es en este periodo que las Comunidades comienzan a despertar a su propia identidad.
Los primeros en percibir algo diferente, con todo, no fueron los miembros de las
comunidades, sino otros. Fue el pueblo de Antioquía el que comenzó a percibir la diferencia
entre los judíos y los que creían en Cristo. Para distinguirlos, a estos les dio el nombre de
Cristianos (Hch 11, 26). A partir del nombre que les dio el pueblo, la comunidad comienza
a darse cuenta de su identidad. El despertar de la conciencia se realiza en diálogo con el
pueblo alrededor. Hasta hoy.
Toda conquista de identidad se hace con dolores de parto. El creciente sentimiento
nacionalista anti-romano de los judíos penetraba también en las comunidades y hacía
surgir varias tendencias que se encarnaban en determinadas personas y lugares. Así,
Santiago y la comunidad de Jerusalén, se convirtieron en el símbolo de aquellos que
exigían de los paganos convertidos la observancia de la ley de Moisés (Hch 15, 5. 20-21;
Ga 2, 12). Bernabé, Pablo y la comunidad de Antioquía fueron el símbolo de apertura
para los no judíos. Ellos no exigían la observancia de la Ley ni la circuncisión a los
paganos que querían convertirse (Ga 2, 6; Hch 15, 1-2. 12).
Nuestras informaciones de este segundo período, provienen sobre todo de los Hechos
y de las Cartas de Pablo. Son informaciones buenas, pero limitadas, ya que hablan solamente
de la actividad de Pablo y sobre la expansión de las Comunidades en el Asia Menor y en
Grecia. Poco o nada informan sobre los otros misioneros y misioneras ni sobre las
Comunidades que, en este mismo período, se expandían por el Norte de África, por Italia
y por las otras regiones mencionadas por Lucas como presentes en Jerusalén el día de
Pentecostés (Hch 2, 9-10). Igualmente poco informan sobre las Comunidades de Siria y
Arabia, cuyo centro era Antioquía. La comunidad de Antioquía llegó a competir en autoridad
e influencia con la de Jerusalén.
Con todo, si Lucas, en esta segunda parte de los Hechos (Hch 16 hasta 28), habla
únicamente de Pablo, no es porque para él Pablo fuese el único misionero, sino porque a
Pablo, en cierto modo, se lo mira como símbolo de todos los misioneros que, en este
período, supieron llevar la Buena Noticia por el mundo.
1B
De hecho, Pablo nunca habría hecho lo que hizo, sin la ayuda de los compañeros de
viaje, sin las personas amigas, mujeres y hombres, que lo recibían en sus casas (Hch 16,
15. 34; 18, 3. 7) y contribuían con alguna ayuda a sus necesidades (Flp 4,15-16; 2 Cor 11,
9). Había comunidades que lo apoyaban en la fe, lo animaban con su testimonio (1 Ts 3,
7-9); cuidaban su salud y sus heridas (Hch 16, 33; 14, 19-20; Ga 4, 13-15) y lo defendían
en las persecuciones (Hch 17, 10; 19, 30).
Lucas deja claro que, en muchos lugares, Pablo simplemente continuó el trabajo ya
iniciado por otros misioneros. Por ejemplo, cuando llega a Corinto, encuentra a la pareja
Priscila y Aquila, ambos, expulsados de Roma, habían ido a Corinto donde contribuyeron
a la creación de la comunidad (Hch 18, 1-4). Cuando Pablo llega a Efeso, Apolo ya había
estado allí, venido de Alejandría en Egipto (Hch 18, 24-28). También en Roma ya había
una comunidad bastante importante antes de su llegada (Hch 28, 15; Rm 16, 1-16). El
mismo Pablo, en la Carta a los Romanos, menciona un gran número de mujeres y hombres
que trabajan en el anuncio de la Buena Noticia y en la coordinación de las comunidades
(Rm 16, 1-6).
Además de éstos, había otros apóstoles que, como Pablo, anunciaban la Buena Noticia.
Poco sabemos de la actividad misionera de Pedro (Hch 9, 32; 12, 17). Nada o casi nada
sabemos de las actividades de Mateo, Bartolomé, Andrés, Santiago, Tomás, Tadeo, Simón
el Zelota y otros. Había además siete diáconos (Hch 6, 5). Solamente sabemos un poco de
la actividad de Felipe (Hch 8, 5-8. 26-40) y de Esteban (Hch 6, 8; 8, 2). De los otros,
solamente el nombre (Hch 6, 5). Había aún coordinadores y coordinadoras de muchas
comunidades en todas estas regiones (Hch 14, 23; 16, 15).
Finalmente, conviene recordar a los misioneros anónimos cuyos nombres solo Dios
conoce. Innumerables cristianos y cristianas, jóvenes y viejos, padres y madres de familias,
que anunciaban la Buena Nueva en sus quehaceres diarios, en casa, en la calle, en el
mercado, en la lucha. Exactamente como hoy: la evangelización a través de las Comunidades
Eclesiales de Base.
En este contexto turbulento de cambios, tres acontecimientos causan una crisis muy
grande en la vida de las comunidades cristianas: la persecución de Nerón en Roma (64);
el levantamiento y masacre de los judíos en varias partes del Imperio, especialmente en
Egipto (66) y la revolución judaica en Palestina (68) que llevó a la brutal destrucción de
Jerusalén por los romanos (70). Un cuarto acontecimiento íntimo de las comunidades es
la muerte de los apóstoles y de los testigos de la primera generación, lo cual hizo aumentar
esta crisis y contribuyó a que la vida de las comunidades entrase en una nueva fase.
Debido a todos estos factores de la situación internacional, judíos y cristianos
pierden los privilegios frente al Imperio que los judíos habían conquistado a lo largo de
dos siglos. Por ejemplo, la exención del culto al emperador. Por eso, se convierten en
blanco de las persecuciones por parte del imperio. No son persecuciones generalizadas
decretadas por el poder central de Roma, sino conflictos locales con la sociedad civil.
21
29 a.C. - 1 4 d.C: 1Q Emperador, decreta la Paz Romana y el censo del que se habla en ocasión del
nacimiento de Jesús (Le 2,1).
14-37 Tiberio: envió y destituyó a Pilato (26-36).
37-41 Calígula: quiere su estatua en el Templo de Jerusalén.
41-54 Claudio: expulsa a los judíos de Roma.
54-68 Nerón: persigue a los cristianos en Roma. Muerte de Pedro y Pablo.
68 Vindex I: luchas internas.
Galba I: golpes militares.
Oto I: Revuelta de las Legiones en las Provincias.
Vitelio I: Revuelta de los judíos en Palestina
69-79 Vespasiano: su hijo Tito destruyó Jerusalén en el 70.
Las instituciones del imperio son movilizadas contra los cristianos con una facilidad
cada vez mayor por personas que se sienten perjudicadas en sus intereses por el mensaje
cristiano (Hch 13, 50; 14, 5. 19; 16, 19-24; 17, 5-8; 18, 12; 19, 23-40). Con todo, estas
mismas instituciones casi no consiguen ser movilizadas por los mismos cristianos para
defender la justicia y la verdad. Los cristianos viven la situación de una pequeña minoría
sin ninguna influencia política. No consiguen mover la opinión pública a su favor. Son
gente sin poder.
La creciente resistencia del Imperio contra las Comunidades Cristianas, la destrucción
de Jerusalén y la desaparición de la primera generación de testigos de la resurrección,
ponen en crisis la identidad de muchos, producen una inseguridad muy grande en los
cristianos y hacen que las comunidades se vuelvan sobre sí mismas para sobrevivir.
Comienza la tercera etapa.
3. DESDE EL 70 AL 100:
ORGANIZACIÓN Y CONSOLIDACIÓN DE LAS COMUNIDADES
Este período será tratado más extensamente en el próximo volumen. Aquí hacemos
apenas un resumen, para evitar que la separación en dos volúmenes separe dos períodos
de historia que entre si hacen una unidad.
S3
2da. VENTANA
La inculturación
de la Buena Noticia
Las fuerzas
que interaccionan
en la vida de las comunidades
Dentro de las comunidades, tanto ayer como hoy, existe una interacción de fuerzas
e intereses, que tienen que ver con la cultura, la religión y la fe, y que no siempre
llegan al nivel de conciencia. Por eso mismo, muchas veces, son fuente de tensiones
y de conflictos. Con finalidad didáctica, para organizar mejor los muchos asuntos de
esta segunda ventana, concentramos nuestra atención en tres áreas de donde venían
las fuerzas e intereses que interaccionaban en la vida de las primeras comunidades
cristianas, a saber: 1. la raíz judía; 2. la cultura griega; 3. los intereses del Imperio
Romano.
1. LA RAÍZ JUDÍA
La raíz judía incluye todo aquello que, de una manera u otra, está unido al origen de
la Buena Noticia en Palestina. Incluye el lugar donde nació la Buena Noticia, las regiones
geográficas de la Palestina con sus respectivas poblaciones; Judea, Samaría, Galilea. Incluye
la cultura judía de origen rural y tribal, tan diferente de la cultura helénica. Incluye la
escritura de los judíos con sus varias interpretaciones. Incluye a las personas que fueron
los primeros anunciadores de la Buena Noticia, todas ellas judías. Incluye aún al judaismo
con su organización, sus tradiciones, observancias y costumbres, la así llamada "Tradición
de los Antiguos" (Me 7, 5). Incluye las tensiones y contradicciones entre los sumos sacerdotes
y los saduceos que apoyaban al poder romano. De otro lado, los grupos más nacionalistas
de los fariseos, esenios y zelotes, todos ellos con sus escribas o doctores de la ley, y los
grupos más populares y marginados de los anawim (pobres), hassidim (piadosos),
24
samaritanos, publícanos. Incluye también a la persona de Jesús y a la memoria de todo
aquello que Él hizo y enseñó.
Los cristianos venidos del judaismo sufrieron mucho, ya que tuvieron que redimensionar
todo lo que habían vivido hasta aquel momento. Durante siglos se preparaban. Crearon una
expectativa, elaboraron visiones respecto al Mesías. Y cuando, finalmente, el mesías aparece,
ni siquiera los mismos discípulos consiguieron ver en él al Mesías (Me 8,31-33). La realización
de las promesas fue muy diferente de lo que ellos esperaban. En el origen y en el centro de
este trágico desencuentro estaba la cruz. Era muy difícil para un judío creer que Dios
hubiera aceptado como Mesías a alguien que había sido condenado como blasfemo (Me 14,
64), que quedó colgado de la cruz y, por lo tanto, conforme a la Ley de Moisés, era un
maldito (Dt 21, 22-23). (Cf. Subsidio 2 del volumen 5).
Todo esto ayuda a entender el grave conflicto que desanimó a las primeras
comunidades y trae una luz para los conflictos que hoy vivimos. La fidelidad al origen
judío era una fuerza que apoyaba a unos y apartaba a otros. Hoy, los que luchan por la
renovación, lo hacen porque quieren ser fieles a Dios. Pero muchos de los que están en
contra de la renovación también lo hacen por fidelidad a Dios. En la vida concreta todo
existe mezclado. Ya decía Jesús: "Los matarán pensando que son fieles a Dios" Qn 16, 2).
Por eso es tan difícil discernir las cosas y llegar a la raíz del problema. Porque tiene que
ver con la conciencia de las personas y de los grupos, con la cultura y con la ideología que
en ellas se infiltra.
Una frase de Pablo a los cristianos de Roma hace sentir de cerca cómo era difícil e
hiriente el discernimiento: "Quisiera yo mismo ser anatema, separado de Cristo, en
26
favor de mis hermanos, de mis parientes según la carne, que son los israelitas, a quienes
pertenece la adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación, el culto, las promesas,
a quienes pertenecen los patriarcas, y de los cuales desciende el Cristo según la carne"
(Rm 9, 3-5). Pablo se pregunta: ¿Será que Dios falló? (Rm 9, 6); ¿fue injusto? (Rm 9,14);
¿repudió al pueblo de Israel? (Rm 11,1); ¿hubo o no hubo un cambio por parte de Dios?
Pues lo que Dios da no lo quita (Rm 11, 29). Pero al final, responde: "Qué profundas
son las riquezas de Dios, y su sabiduría y entendimiento. Nadie puede explicar sus
decisiones, ni llegar a comprender sus caminos" (Rm 11, 33). El discernimiento no era
fácil. Continúa difícil hasta hoy. La búsqueda de una solución para este problema es el
telón de fondo del evangelio de Mateo, de las cartas a los Gálatas y a los Romanos, y la
carta de Santiago.
2. LA CULTURA GRIEGA
Por cultura griega entendemos todo aquello que, de una u otra manera, era
portadora de los valores y contra-valores del modo de vivir griego o helenista: su
economía, su organización social, su política, su visión del mundo, del ser humano y de
Dios.
La sociedad griega estaba basada en la explotación del trabajo esclavo. Por eso, puede
producir y alimentar una cultura, cuyo sueño era este: vida tranquila, sólo de estudio y
meditación, sin trabajo manual. Esta manera de vivir entró en choque con el judaismo y
con el Evangelio. "Trabajar con las propias manos" (1CO4, 12; 1TS4, 11), como pretendía
Pablo, era despreciado como inferior e impropio por el ciudadano griego.
La cultura helenista era una cultura urbana. El foco de su irradiación por el mundo
era la polis, la ciudad. La vida en hpolis griega tenía mentalidad, organización e ideales
bien diferentes de la vida rural de Palestina. Así como actualmente la manera de vivir del
sistema capitalista se difunde a través de mil canales, así, en aquel tiempo, la manera
griega de vivir se difundía de muchas maneras. A Través del estilo de vida y de organización,
2S
características de las ciudades griegas con su demo-craáa.. A través del comercio, de los
productos y monedas. A través de la administración eficiente, del desenvolvimiento de la
agricultura en el tiempo de los Ptolomeos. A través de la cobranza de los tributos, tasas e
impuestos. A través de viajantes, soldados mercenarios licenciados que volvían a casa, y
de filósofos itinerantes: estoicos, gnósticos, epicúreos, cínicos. A través de la lengua llamada
koiné, que era la lengua internacional del comercio, como lo es hoy el inglés. A través de
la religión con swpan-theon y su mitología. A través de las armas, de la estrategia militar
y de la truculencia en la represión de los revoltosos. A través de la construcción de
ciudades con su arquitectura característica (había más de treinta ciudades helenistas
alrededor de Palestina). A través de la mentalidad: "Lo que es de Grecia es lo mejor", lo
que llevaba a los gobernantes de otros países a convidar gente de Grecia para ir a ejercer
cargos de confianza. A través del mismo imperio romano, pues la cultura helenista suponía
una estratificación social muy rígida con tres capas inmutables: los libres, los libertos y
los esclavos (y extranjeros). Sólo los libres formaban parte del demos (pueblo). Los esclavos,
los mismos libertos, los extranjeros, las mujeres, niños, enfermos, esto es, la gran mayoría
del pueblo, no tenían ninguna participación. A través de todo esto se propagaba un estilo
de vida, una ideología que sustentaba el sistema del imperio por dentro.
La influencia griega o helenista entre los judíos ya venía de lejos, desde antes de
Alejando Magno (323 a.C). En la cultura griega había algunos elementos distantes y otros
bien próximos a la tradición de los judíos. Por eso, unos estaban en contra y otros a favor.
Los judíos de Alejandría, en Egipto, por ejemplo, siempre tuvieron una apertura muy grande
con relación a la cultura griega, hasta iniciaron un proceso de inculturación cuyo principal
autor fue el célebre Filón de Alejandría. Como fruto de esta inculturación, la Biblia conserva
el libro de la Sabiduría, escrito en griego allá en Egipto (cf IV Volumen, pag 182).
Entre los judíos de Palestina, por tanto, el helenismo llegó a provocar divisiones
internas gravísimas. La clase dirigente de los sacerdotes y saduceos era favorable a la
apertura. En parte, porque veían en él algunos valores coincidentes con la Tradición de
los Antiguos. En parte, porque para ellos el helenismo era una fuente de riqueza. No
dudaron en introducirlo por la fuerza, sin respetar las tradiciones del pueblo (2Mac 4, 7-
17). Por eso, el pueblo del mundo rural palestino reaccionó con fuerza y luchó, durante
más de cien años, para defender su identidad contra la fuerza desintegradora de la
cultura helenista. Esta defensa de la identidad y de la misión como pueblo de Dios está en
el origen de la lucha de los Macabeos (IMac 1, 15-28).
A partir del momento en que griegos sin noción ni contacto con la tradición judía,
comenzaron a entrar en las comunidades cristianas, el enfrentamiento ya antiguo con el
23
helenismo entró dentro de casa. La mentalidad de la ciudad, polis, se convirtió en presencia
familiar. Otros valores, extraños a la cultura judaica, comenzaron a interferir directamente
en el comprotamiento diario y provocaban tensiones y problemas para la convivencia fraterna.
El problema que más dificultó la convivencia fue la de la pureza legal relacionada
con el compartir la mesa. Para un judío observante estaba prohibido entrar en la casa de
un pagano (Hch 10, 28), sentarse en la mesa con alguien que era impuro (Me 2, 16),
comer carne con sangre (Gn 9, 4-5; Hch 15, 20). Porque de la observancia de estas
normas dependía la posibilidad de poder entrar en contacto con Dios y recibir de Él la
bendición prometida a Abraham: pueblo, tierra, descendencia (cf Gn 12, 1-3).
Inicialmente, antes de la entrada de los gentiles, los judíos convertidos continuaban
observando todas estas normas, que tenían que ver sobre todo con el compartir la mesa,
costumbres de alimentación y ritos de purificación, provenientes del Levítico y de la
Tradición de los Antiguos. Ellas formaban parte de su vida como el agua la vida de los
peces. Fue la entrada de los gentiles que, de repente, puso en evidencia el problema.
¡El gentil convertido aparecía en la reunión de la comunidad para participar de la
misma mesa de la Cena del Señor! ¿Podía o no podía? El problema no estaba en que si
un gentil podía ser cristiano sin observar la ley de Moisés y sin practicar la circuncisión.
El problema era: "¿A nosotros, judíos, aún convertidos, nos es permitido convivir con los
de otras razas que también creen en Jesús? ¿Podemos comer con ellos en la misma mesa?"
El problema era de convivencia. Pablo respondía: ¡Puede! Santiago decía: ¡No puede!
(Hch 15, 20-21). La Iglesia estaba dividida. No había acuerdo ni aún en el Concilio de
Jerusalén.
Este choque o conflicto cultural fue el problema más grave que los primeros cristianos
tuvieron que enfrentar. Problema eminentemente práctico, en el que la religión, la fe y la
31
cultura estaban de tal manera mezcladas, que parecían formar una unidad. Fue también
uno de los conflictos más fecundos de toda la historia de la Iglesia. Para resolverlo Jesús
no había pronunciado ni una palabra. Jesús no dejó nada escrito. Enfrentando el problema
creativamente crecía la conciencia y ellos aprendían lo que Dios les estaba pidiendo. Una
verdadera escuela de formación permanente. Y siempre la memoria de Jesús fue lo que
los ayudó en el discernimiento y en la solución de los problemas provocados por este
choque cultural.
En aquel tiempo, no había países o naciones como actualmente. El imperio romano era
un gran mosaico de reinos, ciudades y tribus. Cada piedra del mosaico mantenía su propia
religión, sus propias leyes, y, hasta cierto punto, su propia autonomía de gobierno. Pero
todos juntos debían estar integrados dentro de los intereses comunes del Imperio: pagar el
tributo, los impuestos, las tasas, no hacer guerra entre sí, ofrecer soldados para el ejército
romano, reconocer la autoridad divina del emperador, y dar culto a sus divinidades.
Cuando hablamos de conflicto con el Imperio Romano, no entendemos solamente
los grandes conflictos con el gobierno central de Roma, que en realidad ni fueron muchos,
sino todo tipo de conflicto que los cristianos tuvieron con el sistema mantenido por el
imperio en el mundo entero. Es decir, conflictos con la policía, con la justicia, con la
opinión pública, con la idologíay la religión oficiales, con las autoridades locales, con los
grupos de interés o de presión. A lo largo de los años, todo este conjunto de instituciones
se movilizaba, con una frecuencia y una facilidad cada vez mayores, contra los cristianos,
tanto por los judíos como por los paganos.
4. CONCLUSIÓN
Origen judío, cultura griega e intereses del Imperio romano. Vimos cómo estas tres
fuerzas intervenían en la vida de las comunidades cristianas. Intervenían hasta el punto
de tocar las cosas más íntimas y las relaciones más profundas tanto de la vida como de la
fe. Causa admiración y santa envidia el equilibrio y el coraje con que aquellos primeros
hermanos y hermanas nuestros supieron enfrentar el problema. Muy probablemente,
ellos no eran mejores ni más santos que nossotros. Pero sin duda, supieron ser más
creativos. Nos desafían y nos provocan a tener actualmente, aquí en América Latina, la
misma creatividad, la misma libertad, el mismo coraje, la misma fe en la presencia viva
de Jesucristo en nuestras comunidades, en las que actúan e intervienen las mismas fuerzas.
En efecto, los intereses del Imperio neo-liberal penetran hoy todos los sectores tanto
de la vida como de la fe y encuentran sus defensores dentro de las iglesias, desde los más
altos cargos hasta los fieles más humildes. El conflicto cultural está a la vista y aparece
con fuerza en el VIII Intereclesial (cf Guía 22). Felizmente, fueron los mismos obispos
reunidos en Asamblea en Santo Domingo, quienes llamaron la atención de todos hacia la
necesidad de la inculturación de la Buena Noticia y nos convocaron para el difícil y tan
necesario esfuerzo de encarnar el mensaje de Jesús en las culturas oprimidas. Juntamente
con la atención de las exigencias y las ambivalencias de las culturas, aparece hoy una
atención mayor de la historia, el pasado, los orígenes tanto de los pueblos como de las
35
personas. Porque está escondida en el pasado la llave que abre la puerta del futuro. Que
el testimonio de las primeras comunidades nos provoque, nos ayude y nos oriente en la
Nueva Evanglización y en la búsqueda de nuevos caminos para la Vida Religiosa en este
fin del milenio.
36
3a VENTANA
La variedad en la doctrina
y en la organización
de las comunidades
1. Factores que hacían aparecer diferencias
Después del exilio surgieron diversos proyectos de reconstrucción del pueblo. Unos
querían restablecer la monarquía. Otros, que se aplicase la Ley de Moisés, sin la monarquía.
Otros deseaban una mayor apertura, querían que el pueblo fuese siervo y Luz de las
Naciones. Prevaleció el proyecto de Nehemías y Esdras, que proponían la reorganización
basada en la estricta observancia de la Ley, en el culto centralizado en Jerusalén alrededor
del Templo y la preservación de la pureza de la raza. A pesar de ser hegemónica, esta
tendencia nunca consiguió la adhesión de todos. Las otras tendencias continuaban activas,
aunque medio clandestinas. Además, dentro del propio movimiento de observancia,
surgieron varios grupos, cada uno con la pretensión de ser más observante que el otro;
hassidim, fariseos, esenios, zelotes. Así, ya en el liminar del Nuevo Testamento, existía en
el judaismo una variedad muy grande de grupos y tendencias. Estas mismas tendencias,
de una manera u otra, continúan activas en las comunidades cristianas.
En el mosaico del imperio romano, era grande la variedad de razas, lenguas, costumbres
y religiones. Los Gálatas, por ejemplo, eran inmigrantes. Habían llegado de Europa de la
Galia. Tesalónica era una ciudad de ex-combatientes romanos. Alejandría, una metrópolis
multirracial de cultura egipcia-helenística judía. Antioquía, la capital de la parte oriental del
imperio, tenía una población helenista. Corinto era un centro comercial entre dos puertos,
37
reconstruida por los romanos, con una población heterogénea, en su mayoría de esclavos.
Roma tenía alrededor de un millón de habitantes, llegados de todas las regiones del impe-
rio. Los habitantes de Jerusalén eran judíos, provenientes de casi todas las partes del mundo.
En aquel tiempo las comunicaciones eran diferentes que las actuales. Desde Jerusalén a
Roma son casi tres mil kilómetros. No había asfalto, ni ómnibus. No había teléfono ni radio.
Se viajaba a pie o en navios. Asimismo, a pesar de las dificultades y de las distancias (2 Cor
11, 25-26), había comunicación entre las comunidades (1 Cor 1,11; 1 Ts 3, 6).
Una celebración de la Eucaristía es distinta en una capilla de capo que en una
catedral.
Al comienzo, entre los años 30 a 70, las diferencias creadas por estos y otros factores
aún eran pequeñas. Pero continuaban creciendo como crecen las ramas de un árbol. El
árbol, por su propia naturaleza, desenvuelve un equilibrio de fuerzas que permite sustentar
el peso de las ramas hacia todas las direcciones. La variedad de ramas hace aparecer la
belleza del árbol de la Iglesia. Vamos a ver cómo esta variedad se manifestaba en algunos
puntos bien centrales de la doctrina y de la organización de las primeras comunidades.
Mateo dice que quien escucha y observa las palabras de Jesús "es como el hombre
prudente que construyó su casa sobre la roca" (Mt 7, 24). Lucas escribe diferente. Dice:
"es como el hombre que contruyó su casa, cavó profundamente y colocó los cimientos
sobre la roca (Le 6, 48). Lucas cambió porque el pueblo para el que escribía, no
acostumbraba a construir sus casas sobre roca. Ellos cavaban la tierra y construían
cimientos. Lucas adaptó las palabras de Jesús a la cultura de su pueblo. Hay muchos
ejemplos de este tipo.
En el evangelio de Marcos, a la hora de la muerte de Jesús, el soldado dice: "Realmente,
este hombre era hijo de Dios" (Me 15, 39)- En el evangelio de Lucas, dice: "Realmente este
hombre era un justo" (Le 23, 47). Cada evangelista tiene su propio objetivo, dentro del
cual arregla y adapta sus informaciones sobre Jesús. Marcos tiene por objetivo anunciar
la "Buena Noticia de Jesucristo, hijo de Dios." Lucas presenta a Jesús como modelo del
Justo, tal como lo describe el libro de la Sabiduría (Sab 2, 1-20; 3, 1-6; 4, 13-16). Quien
entrega su vida hasta la muerte se transforma en Justo.
La preocupación de los primeros cristianos no era tanto la fidelidad a la letra, sino la
fidelidad en vivir la Palabra en la situación concreta. Por eso, se tomaban una cierta
libertad en la transmisión de las palabras de Jesús, para que las personas pudiesen
percibir el alcance a su vida. Era unafidelidad creativa.
39
2.2. Variedad en la interpretación del Antiguo Testamento
La figura de Abraham
Pablo enseña que no es por las obras de observancia de la Ley que nos transformamos
en justos delante de Dios, sino por la fe en Jesucristo. Invoca el ejemplo de Abraham y
dice que Abraham fue justificado no por sus obras, sino por la fe, pues tuvo el coraje de
creer en la promesa de Dios contra toda esperanza, encontrando que era posible el
nacimiento de un hijo de él y de Sara (Cf. Rm 4, 1-25).
Santiago, por lo contrario, insiste en decir que "el hombre es justificado por las
obras y no simplemente por la fe" (Stg 2, 24). Y pregunta al lector: "¿Quiere ver cómo la
fe sin obras no tiene valor?" (Stg 2, 20). Y el ejemplo que coloca es el de Abraham (Stgo
2,14-26). "Cuando nuestro padre Abraham ofreció su hijo Isaac sobre el altar, ¿no fue por
las obras que se convirtió en justo? Por ahí ustedes pueden ver que la fe cooperó con las
obras de él y que por las obras esa fe se volvió perfecta" (Stg 2, 21-22). (Cf. Subsidio 10).
La diferencia entre los dos no proviene del texto del Antiguo Testamento, ya que era
el mismo para ambos. La diferencia venía de los pies: cada uno vivía en un ambiente
diferente. Pablo, en las ciudades griegas en contacto directo con los gentiles convertidos.
Santiago, en el ambiente palestino en contacto con los judíos convertidos, fieles a sus
tradiciones. El lugar donde están los pies es lo que más influye sobre el modo de pensar
de alguien. ¡Hasta hoy!
El Nuevo Testamento aplica este texto a Jesús, pero con sentidos diferentes. En el
discurso de Pablo a los judíos en Antioquía de Pisidia, para significar la resurrección de
Jesús (Hch 13, 33). En la carta a los Hebreos, para significar que Jesús es el Hijo de Dios
(Hb 1, 5). En los evangelios, para significar la voluntad de Dios Padre respecto a la misión
de Jesús, manifestada en el Bautismo y en la Transfiguración (Me 1, 11; 9, 7). ¡Filiación
divina, Misión aquí en la tierra, Resurrección! Tres significados diferentes, uno al lado de
otro, dentro del mismo Nuevo Testamento.
Aquí también, la diferencia no viene del texto, sino de los ojos de quienes leen e
interpretan el texto. Viene de la Cristología diferente que ya existía en varias
comunidades. Para unos, Jesús es el Hijo de Dios antes del nacimiento. Para otros, la
filiación divina solamente aparece claramente en la resurrección (Rm 1, 4). Para otros
aún, esta fe pascual influye en la manera de comprender y describir el bautismo y la
transfiguración (2 Pe 1, 17).
40
2.3. Variedad en la interpretación de la muerte de Jesús
En el Subsidio 4 del Volumen V, vimos los títulos que los cristianos daban a Jesús.
Algunos de estos títulos merecen ser destacados debido a la frecuencia con que aparecen
y por causa de la Cristología que representan.
41
Ilijotld IIOIIIIHT
Es el título que Jesús más usaba para si mismo y que nosotros menos usamos respecto
a El. La expresión "Hijo del Hombre" aparece 77 veces en los evangelios, una sola vez en
los Hechos (Hch 7, 56), y ninguna vez en los demás escritos del Nuevo Testamento. Este
título proviene del Antiguo Testamento, donde aparece con dos sentidos aparentemente
opuestos: uno en Ezequiel y otro en Daniel.
En Daniel aparece en una de las visiones apocalípticas, en la que el profeta describe
los imperios de los Babilonios, Medos, Persas y Griegos. Estos cuatro imperios tienen ahí
una apariencia de "animales monstruosos" (Dn 7, 3-8). Son imperios animalescos, brutales,
que persiguen y matan (Dn 7, 21.25). Después de estos reinos inhumanos, aparece el
Reino de Dios que tiene una apariencia no de animal, sino de "un Hijo de Hombre". 0
sea, es un reino con apariencia de gente, reino humano, que promueve la vida (Dn 7,13-
14). Aquí en Daniel la figura de Hijo de Hombre indica al Pueblo de Dios, "el Pueblo de
los Santos del Altísimo" (Dn 7, 18. 27). La misión que el Hijo del Hombre recibe es la
misión de todo el Pueblo de Dios. Consiste en realizar el Reino de Dios que es un reino
humano, reino que no persigue la vida sino que la promueve.
Usando el título Hijo del Hombre, Jesús asume esta misión, y no la asume sólo. Al
presentarse como Hijo del Hombre, está diciendo a sus discípulos y a todos nosotros:
"¡Vengan conmigo! Vamos a realizar la misión que Dios nos dio. Vamos a realizar el Reino
que El soñó. Esta misión no es solamente mía, es de todos nosotros.
En Ezequiel el título Hijo del Hombre aparece más de 90 veces. Es Dios, que, sin parar,
llama "Hijo del Hombre" al profeta. Aquí la expresión indica el aspecto humano del profeta. La
Biblia pastoral lo traduce acertadamente por Criatura humana. Usando este título, Jesús acentúa
su condición humana, igual a nosotros en todo, menos en el pecado (Hb 4,15; Flp 2, 7).
Siervo
Desde el exilio, este título estaba asociado a la figura del Siervo de Yavé, que aparece
en los cuatro cánticos de Isaías (Is 42, 1-9; 49, 1-6; 50, 4-9; 52, 13-53; 12). en él se
manifiesta la nueva conciencia de concebir la misión del pueblo de Dios como un servicio
a la humanidad. El contexto de los capítulos 40 a 55 del libro de Isaías deja bien claro que
el Siervo es el pueblo (Is 41, 8-9; 42,18-20; 43,10; 44,1-2; 44, 21; 45, 4; 48, 20; 54,17).
La figura del siervo era un espejo en el que el pueblo descubría su misión.
Jesús miró este espejo y se orientó por él en la ejecución de su misión. Instruido por
el Padre y por los pobres, recorrió los cuatro pasos de los cuatro cánticos y realizó el ideal
del Siervo (Mt 20, 28). De este modo, El se convirtió en la clave definitiva de interpretación
de los cuatro pasos de los cuatro cánticos de Isaías. Así los entendían y releían los primeros
42
cristianos. Para ellos, Jesús era el Siervo (Hch 3, 13, 26; 4, 27, 30; Me 10, 34). Usando
textos de los mismos cánticos, procuraban explicar el significado de Jesús para sus vidas
y para su misión (Mt 12, 18; Me 9, 35; Le 1, 38, 48).
Cristo
Cristo es una palabra griega que traduce la palabra hebrea Mesías. Ambas significan
Ungido. Al contrario que Hijo del Hombre, es el título menos usado por el mismo Jesús
y el más usado por los cristianos. Tan frecuente, que llegó a ser un nombre propio. El
nombre de Jesús de Nazaret pasó a ser Jesucristo.
En el tiempo de Jesús, todos esperaban la llegada del Reino, la venida del Ungido,
del Mesías (Me 8, 29). Pero no todos lo esperaban de la misma manera. Unos esperaban
un mesías rey, hijo de David (Me 10, 48; 12, 35), que vendría a combatir a los romanos
(Me 13, 22; Mt 4, 9)- Otros, un mesías sacerdote, el "Santo de Dios" (Me 1, 24), o un
mesías doctor de la Ley, que vendría a enseñar lo que faltaba saber sobre la Ley (Jn 4,
25). Otors un mesías juez, para ejercer el juicio (Le 3, 7-9), o un mesías profeta para guiar
al pueblo como un nuevo Moisés 0n 6,14 y Dt 18,15). Nadie esperaba un mesías siervo.
Por eso, el título Cristo, Mesías o Ungido, tenía ambivalencia. Manipulado por la ideología
dominante, era asociado al mesianismo regio y nacionalista. Jesús siempre evitó usarlo
para no ser mal interpretado. Aún en la hora del juicio, interrogado explícitamente por
sus acusadores, no se pronunció claramente (Mt 26, 64).
Con todo, después de la resurrección, pasó a ser el título más usado, sobre todo por
Pablo. Aparece más de 500 veces en los escritos del Nuevo Testamento. Indica que Jesús
recibió la unción para ser aquel en quien Dios realizó todas sus promesas. En Cristo y por
Cristo se da al pueblo el gran don del Espíritu Santo. El título Cristo indica el misterio de
la presencia de Jesús en la vivencia de la fe. En las cartas más tardías llega a dimensiones
cósmicas: todo fue creado en El, por El y para El (Col 1, 16).
Señor
El título Señor, junto con el de Cristo, es el primer nombre que se le da a Jesús después
de su resurrección. En el día de Pentecostés, Pedro declara solemnemente: "Que todo el pueblo
de Israel quede sabiendo con toda certidumbre: a este Jesús que ustedes crucificaron, Dios lo
hizo Señor y Cristo" "Hch 2, 36). Aparece más de 140 veces solo en el Nuevo Testamento. Se
convirtió en el nombre más común de Jesús, pasó a ser llamado Nuestro Señor.
Señor es la traducción del nombre Adonai. En la Biblia hebrea, Adonai es el nombre
más frecuente de Dios. Después del exilio, por causa de una interpretación demasiado
rígida del segundo mandamiento que prohibe usar en vano el nombre de Dios (Ex 20, 7;
43
Dt 5, 11), y por un respeto exagerado, inspirado en las leyes de pureza legal, los judíos
sustituyeron el nombre Yavé por Adonai, que significa Señor. El nombre Yavé aparece
6,000 veces en el Antiguo Testamento. Su sentido es explicado en ocasión de la vocación
de Moisés (Ex 3,11-15). Es el corazón de la Revelación. Sugiere, evoca y afirma la presencia
amiga y liberadora de Dios en medio de su pueblo y en cada uno de sus miembros: "Yo
estaré contigo" (Ex 3,12). En otras palabras, aplicando este nombre a Jesús, los primeros
cristianos expresaban su fe de que Jesús resucitado es la prueba de que Dios continúa
siendo Yavé, esto es, presencia liberadora en medio de su pueblo.
Y no era solamente esto. En aquel tiempo, Señor era un título imperial. Su aplicación
a Jesús traía consigo ciertos riesgos, ya que el único Señor del mundo era el emperador de
Roma. Especialmente después del año 70, en la medida en que crece la hostilidad del
imperio contra los cristianos, crece también el riesgo de persecución para todos los que
pretendían que Jesús era el Señor. El uso de este nombre asume una dimensión aún más
política en el Apocalipsis, que insiste en decir que Jesús es el "Rey de reyes y Señor de
señores" (Ap 19, 16; 17, 14).
Hijo de Dios
Este título, tan importante para nosotros, es muy poco usado en el Nuevo Testa-
mento. Menos de cinco veces. Inicialmente era un título común. Todos somos hijos de
Dios. Recién después del año 100, los cristianos profundizarán todo su significado y
descubrirán de qué manera Jesús era Hijo de Dios.
La figura de Pedro
En el evangelio de Marcos, Pedro aparece como líder del grupo de los doce (Me 1,16;
2, 16; 5, 37; 8, 29; 9, 2. 5; 10, 28). Sin embargo, Marcos no tiene miedo de conservar
críticas fuertes a la persona de Pedro (Me 8, 32; 14, 30. 37. 66-72). En el evangelio de
Lucas se omiten los pasajes más duros de Marcos. Por ejemplo, Pedro no es llamado
Satanás (Le 8, 20-22). Además de eso, Pedro es objeto de oración especial de parte de
Jesús, para que pueda confirmar a sus hermanos en la fe (Le 22, 31), y Jesús fija su mirada
en Pedro en el momento de la traición (Le 22, 61). En el evangelio de Mateo, permanece
la expresión Satanás (Mt 16,23), pero añade el texto en que Jesús establece a Pedro como
piedra y fundamento de su Iglesia (Mt 16,17-19)- Esta diferencia en la presentación de la
figura de Pedro en los evangelios sinópticos refleja la evolución que existió en la Iglesia
con relación al ministerio de Pedro. Conservando textos, en que Jesús llama a Pedro
44
Satanás, las comunidades relativizan el poder ejercido por Pedro. Llaman la atención de
los fieles para no confiar demasiado en los hombres, porque su fe depende ante todo del
mismo Jesús.
No existía una única y misma manera de celebrar la presencia viva de Jesús en las
comunidades. Por ejemplo, las comunidades en las que Mateo recogió el material de su
evangelio rezaban el Padre nuestro de un modo (Mt 6, 9-13), mientras las de Lucas lo
rezaban de otro (Le 11, 2-4). También había diferencias en el modo de celebrar la Cena
del Señor, la eucaristía. Marcos y Mateo conservan las palabras de Jesús de una manera
(Me 14, 22-25; Mt 26, 26-29), mientras Lucas y Pablo las conservan de otra (Le 22, 19-20;
1 Cor 11, 23-25). En la comunidad de Corinto, la celebración de la Cena del Señor se
asemejaba a un encuentro de confraternización, en que cada uno llevaba comida y bebida.
Pablo critica a la comunidad, porque el elemento principal de la cena que era el compartir
como expresión de igualdad entre todos, estaba siendo negado en los hechos. Y conforme
a lo que se trasluce en la crítica que Pablo hace de las comidas sagradas de los paganos,
parece que en la memoria del Señor Jesús la bendición del cáliz venía antes que la
bendición del pan (1 Cor 10, 16-21).
En la carta a los Romanos, Pablo pide que los cristianos obedezcan en todo a las
autoridades constituidas y explica: "Toda autoridad viene de Dios" (Rm 13, 1). En los
Hechos, Lucas trata de mostrar que el imperio no necesita tener miedo de los cristianos.
Al contrario, de ellos solo puede obtener ganancias (Cf. la Introducción a los Hechos de
los Apóstoles, 64 clave de lectura: "La difícil convivencia con el imperio"). Esta actitud
bastante acrítica frente al imperio, comienza a cambiar, cuando, después del año 70, las
persecuciones aumentan y se multiplican. Al final del primer siglo, en el libro del
Apocalipsis, la posición es totalmente contraria. Se mira al imperio como vómito de
Satanás (Ap 12, 15-16).
3. Resumiendo y concluyendo
En estos años, entre 30 y 70, como que naturalmente, cada comunidad expresaba su
fe a su estilo, de acuerdo a su cultura. A pesar de las graves tensiones internas de convivencia
entre judíos y gentiles, los primeros cristianos no tuvieron miedo a las diferencias. Supieron
acogerlas e integrarlas. Supieron encarnar la Buena Noticia en su cultura, y así, hacían
45
aparecer la variedad y la riqueza tanto de la Buena Noticia como de las culturas. Combatían
el error, la doctrina falsa, para que no pervirtiese el sentido del Evangelio y de la vida
(Ga 1, 6-10). Pero no existía la imposición del mismo esquema de pensamiento, de una
única expresión doctrinal de la vivencia del mismo Jesús.
Había una preocupación por la unidad (Jn 17, 1-26). El medio que usaban era el
diálogo y el respeto por la variedad de funciones y de ministerios. El diálogo se
trasluce, por ejemplo, en el cambio de puntos de vista en el Concilio de Jerusalén
(Hch 15,1-29); en las reuniones de Pablo con las "columnas de la Iglesia" para evitar
que hubiese corrido en vano (Ga 2, 2; 1,18); en la división del trabajo que resultó de
allí (Ga 2, 6-9); en la comprensión de personas como Bernabé que supo evaluar y
acoger lo nuevo y lo diferente y así atenuar las divergencias y evitar rupturas (Hch 9,
27; 11, 19-26).
El respeto por la variedad de funciones y de ministerios aparece en las muchas
recomendaciones de Pablo. El insiste en la importancia de la variedad como expresión
de una misma fe, de un mismo bautismo, del mismo Jesús, del mismo Dios (1 Cor 12,
4-30). Se trasluce aún en las palabras y gestos de Jesús que fueron conservadas con
esta finalidad. Muchas palabras de Jesús testimonian su apertura para lo diferente y
estimulan a los cristianos a tener una igual. El evangelio de Marcos, cuya redacción
final se hizo alrededor del año 70, conserva las siguientes palabras de Jesús: "Quien
no está en contra mía está a mi favor" (Me 9, 38-40). Jesús reconoce el bien que existe
en los que son de otro grupo. Le dice a un escriba: "No estás lejos del Reino" (Me 12,
34). Supo acoger el pedido de los gentiles y reconocer que en ellos podía existir más
fe que en los judíos (Mt 8, 10). Le dice a la mujer cananea: "¡Oh mujer! tu hija vive"
(Me 7, 29).
Después del año 70, ante nuevos problemas, comienza a surgir una tendencia para
limitar y restringir la variedad, y así, conseguir una cierta uniformidad. Al final del
siglo primero, había un gran número de doctrinas y religiones, venidas especialmente
de Oriente, que invadían el imperio romano y se infiltraban también en las Comunidades
cristianas (Cf. Subsidio 17). Eran motivo de mucha confusión y exigían una orientación
más segura. Además de eso, después de la destrucción de Jerusalén, sobrevivió una
única tendencia del judaismo, la de los fariseos. Estos, durante los años 70 a 100,
comenzaron la reconstrucción del judaismo dentro de los moldes del fariseísmo. Las
otras formas ya no existían o fueron eliminadas. Paralelamente a este fenómeno del
judaismo, surge dentro de algunas comunidades cristianas una misma tendencia que se
manifiesta en las cartas a Timoteo y a Tito: restringir lo diferente e insistir en la
uniformidad. ¡Hasta hoy!
Resumiendo. Todo esto nos hace mirar con mayor simpatía, gratitud y respeto hacia
los primeros años de la divulgación del mensaje del Evangelio, y admirar, aún más, cómo
46
estos primeros cristianos supieron ser fieles tanto al Evangelio como a las culturas de los
pueblos de la época. El resultado se trasluce en la variedad que constatamos entre las
comunidades. Este modo de vivir la unidad en la pluralidad produjo una riqueza que,
hasta hoy, aparece en el Nuevo Testamento. Aún no era el punto final. El punto final solo
va a aparecer al final de la historia. Era apenas una muestra de cómo se podría hacer.
También hoy.
47
P u e r t a de entrada
1. La Palabra camina
Como los primeros cristianos, somos hoy una pequeña minoría dentro de un inmenso
imperio que domina el mundo. Mientras tanto, lo que más impresiona, tanto ayer como
hoy, es la rapidez con que la Palabra de Dios hace su camino entre los pobres aquí en
América Latina, suscitando comunidades en todo rincón, haciendo crecer la conciencia de
las personas, a pesar del contexto de opresión en que vivimos.
Un primer objetivo de este volumen es obtener informaciones sobre la expansión
de la Buena Nueva al comienzo de la Iglesia. Queremos conocer mejor el proceso de
evangelización que fue suscitando las primeras comunidades, y descubrir cómo se
dio el crecimiento de la conciencia cristiana desde el año 30 al 70. Queremos no sólo
reconocer los principales acontecimientos de este período, sino también comprender
la situación dentro del contexto económico, social, político e ideológico del imperio
romano. Estas informaciones podrán ayudarnos a leer y entender mejor la actual
conyuntura.
4B
2. El libro de las Comunidades
El libro de los Hechos es uno de los libros más leídos en nuestras Comunidades.
Sirve de espejo para lo que hoy vivimos y sufrimos. Además de ser un registro de las
primeras comunidades es también una teología de esta misma historia.
Un segundo objetivo es leer y conocer mejor el libro de los Hechos de los Apóstoles;
profundizarlo, haciendo de él un eje central que entrelaza y une entre si las Guías de los
cinco bloques de este Volumen. El libro de los Hechos nos proporciona la línea del tiempo,
que permite situar a los otros libros dentro de su contexto. Limpiando así el espejo,
esperamos poder entender mejor el alcance de todo lo que Dios está realizando en medio
de nosotros.
3. La inculturación
4. Profundizar lo cotidiano
En este bloque solo se leen trozos sacados de los Hechos de los Apóstoles.
51
Este bloque nos introduce en la carta de Santiago y la carta a los Gálatas.
5a Bloque: "Hasta los confines del mundo", la Iglesia en Roma (Guías 19 a 22)
52
BLOQUE 12
Comunidad-Modelo
(Hechos 1-5)
"Y el Señor aumentaba cada día el número de los que serían sal-
vos" (Hch 2, 47).
A pesar de ser pocas, estas informaciones dejan aparecer algo de mucha importancia.
El comienzo de la Iglesia fue el comienzo de una nueva vida que de repente apareció en
la historia de la humanidad. De acuerdo al evangelio de Juan, el Espíritu Santo fue
comunicado a los discípulos el mismo día de la resurrección de Jesús (Jn 20, 22). Fue una
experiencia profunda del poder de Dios. Experiencia de vida victoriosa con varios
momentos fuertes, varios pentecostés (Cf.. Subsidio 2). Esta vida nueva en el Espíritu se
divulgó especialmente en Galilea, a donde el mismo Jesús había dicho a las discípulos que
volviesen (Me 14, 28; 16, 7). Fue allá, alrededor de la "familia de Jesús", que fueron
surgiendo las primeras comunidades. Es de esta experiencia comunitaria que nació la
Iglesia.
Los cuatro evangelios relatan las apariciones de Jesús Resucitado. Son relatos bastante
tardíos, en los que aparece la perplejidad ante la novedad de la fe en la resurrección. La
gran aparición de Jesús al pueblo, con todo, es la comunidad cristiana, cuyo ideal está
descrito en Hechos 1 a 5. Como Jesús (Le 2, 10), La comunidad es una Buena Nueva de
53
Dios para todo el pueblo (Cf. Subsidio 4). En ella nació una nueva manera de leer la
Biblia y una voluntad grande de rehacer la historia del pueblo de Dios (Cf. Subsidio 1).
Ella se caracteriza por una nueva manera fraterna y solidaria de convivir (Hch 2, 42-47;
4, 32-35), realizando así, el ideal del Antiguo Testamento, a saber, "entre ustedes no
puede haber pobres" (Dt 15, 4) (Cf. Subsidio 3). Esa nueva manera de vivir y de convivir
molestaba a los hombres de poder y por eso mismo, fue perseguida. Con todo, gracias a
la experiencia de la resurrección, en vez de desánimo, las persecuciones suscitaban en
ellas mayor coraje y mayor deseo de anunciar la Buena Nueva (Cf. Subsidio 5).
El interés de Lucas no es describir cómo fue La vida de las comunidades, sino cómo
debe ser. Quiere ofrecer un modelo de cómo las comunidades deben vivir para ser fieles
al ideal que animó a los apóstoles. El hace lo mismo que el autor del libro del Génesis que
proyectó en el pasado, en el Paraíso Terrenal (Gn 2, 8-25), el ideal de humanidad a ser
realizado en el futuro. A través de la descripción idealizada de la comunidad de los
primeros cristianos, el evangelista convida a los lectores y lectoras a participar del caminar
para transformar la nostalgia del comienzo en esperanza para todos. Usa La palabra
caminar (camino) para designar el nuevo modo de ser y de obrar de las comunidades
(Hb 9, 2;l6,17; 18.25.26; 19, 9-23; 22, 4; 24,14.22). (Cf. Introducción a los Hechos de los
Apóstoles).
Este primer bloque, en sus Guías y Subsidios, trata de resaltar los elementos que
para Lucas son básicos en la construcción de una comunidad cristiana: Guía 1: La fidelidad
a la palabra de Dios y de Jesús, expresada en la elección del sustituto de Judas y en la
espera obediente del Espíritu prometido. Guía 2: la apertura a la acción del Espíritu de
Jesús resucitado que conduce la Iglesia en todos sus pasos. Guía 3: La fidelidad a la Ley
de Dios que se expresa en la nueva convivencia fraterna de compartir y de celebración.
Guía 4: La conciencia misionera que se expresa en el servicio y en el anuncio de la Buena
Nueva a los demás. Guía 5: La expansión de la Palabra por el mundo es vista como
consecuencia de La persecución de los cristianos y de su constancia en los conflictos.
54
Hechos de los Apóstoles
INTRODUCCIÓN
En estos últimos años nuestras comunidades están estudiando mucho el libro de los
Hechos de los Apóstoles. Las comunidades viven momentos de tensión y de conflictos,
porque están experimentando algo nuevo en su marcha. Y lo nuevo siempre es generado
en medio de conflictos.
Esto nuevo que surge pide experiencias y maneras nuevas de organización y de
vivencia. Las necesidades y los desafíos que surgen piden nuevas respuestas. Se percibe
hoy una crisis de instituciones, pero la vivencia de la mística continúa fuerte. Se buscan
nuevas maneras de vivir la espiritualidad. La inculturación es un gran desafío. Ante esto
queda más claro para nosotros el porqué de la lectura continua del libro de los Hechos de
los Apóstoles por las comunidades.
¿Qué buscan las comunidades en este libro? Ahora bien, el libro se llama "Hechos"
(del griegopráxeis, práctica) porque narra hechos y la práctica de las primeras comunidades
después de la despedida de Jesús. El libro de los "Hechos" también acentúa las dificultades
de estas comunidades al enfrentar no solamente las amenazas venidas del judaismo y del
paganismo, sino también las amenazas, los desafíos y las crisis internas. Las comunidades
enfrentaban a la sinagoga y al Imperio y también a sus propias divisiones y conflictos (Gf.
Hch 20,29-31). No era nada fácil. Por eso mismo, este libro es como un mapa para la vida
de las comunidades hoy, amenazadas por la violencia económica, social, política, religiosa,
ideológica y cultural.
AUTOR Y FECHA
El libro de los Hechos es la segunda parte de una obra literaria que engloba el
Evangelio de Lucas y los Hechos de los Apóstoles. Ambos se atribuyen a la comunidad
representada por Lucas (Cf. Introducción al Evangelio de Lucas - Volumen 5 de esta
Colección). De este modo el libro de los Hechos es la continuación natural de las narraciones
contenidas en el Evangelio de Lucas.
55
Lo que une a estos dos libros es la Resurrección de Jesús. Para las comunidades, lo
que daba fuerza en el camino era esta afirmación radical: "Jesús resucitó!" (Hch 1, 34). La
comunidad veía en la resurrección de Jesús La realización de todas las promesas hechas
por Dios al pueblo a lo largo de todo el Antiguo Testamento (Le 24, 49-53). Era el mayor
de todos los acontecimientos en la vida de quienes esperaban la realización de estas
promesas liberadoras de Dios. Sin embargo, la Resurrección no significaba que las
esperanzas apocalípticas de una instauración inmediata del Reino estuvieran sucediendo
(Cf. Hch 1, 6) Al contrario. El Reino es construido lentamente, y su crecimiento se dará
por el trabajo y el testimonio de los seguidores y seguidoras de Jesús (Hch 5,42). Gracias
a la Resurrección, el Espíritu Santo obra continuamente en medio de las comunidades (Cf.
Hch 2, 33-38; 4, 31), animando la práctica de los seguidores de Jesús. Por medio de esta
práctica, la Palabra de Dios camina en medio de la Humanidad hasta el día de hoy.
El libro de los Hechos muestra una preocupación ya presente en el Evangelio de
Lucas. El texto evangélico quiere transmitir informaciones sobre todo lo que sucedió con
Jesús (Le 1, 3). En los Hechos, el objetivo es mostrar la realización de las promesas hechas
al pueblo a través de la acción del Espíritu Santo, memoria viva de las comunidades El
Espíritu Santo es una presencia celebrada y vivida diariamente en las comunidades. Los
libros, el Evangelio + los Hechos, quieren mostrar que Jesús continua actuando por medio
del Espíritu. El Espíritu Santo es el mismo Espíritu de Jesús Resucitado (Cf. Subsidio 2).
El libro parece ser un relato histórico de las actividades de los hombres y de las
mujeres empeñados en propagar la Palabra de Jesús. En verdad, se trata de una lectura
teológica de la historia de las primeras comunidades. No podemos considerarlo como una
historiografía de la Iglesia Primitiva. Algunos apóstoles, como Pedro y Pablo, son más
enfocados y sus pasos son contados en detalles. De los demás apóstoles, el libro habla
poco o simplemente calla.
Esta historia teológica engloba los primeros 30 años de la vida de las comunidades.
Se extiende desde la desaparición de Jesús hasta La llegada de Pablo a Roma, quien llega
a la capital del mundo por primera vez, como un prisionero, aunque con alguna libertad
mientras espera ser juzgado. Eso debe haber sucedido alrededor del año 80 d.C. (Cf. Hch
28, 20-31) La razón del porqué el libro paró en este acontecimiento, no la sabemos bien.
El testimonio de Pablo en Roma parece confirmar que la Palabra llegó "a los confines del
mundo" (Cf. Hch 1, 8). De alguna forma, la comunidad de Lucas encontró que estaba bien
guardar la memoria de estos hechos, contando el comienzo de la marcha de la Iglesia.
De cualquier manera, cuando surgió el libro, juntamente con el Evangelio de Lucas,
la Iglesia estaba enfrentando serias dificultades. Estamos entre los años 80 a 90 d.C.
Todos los grandes líderes de la era apostólica ya habían muerto. Estaba en ejecución la
trágica separación entre judíos y cristianos. El Imperio comenzaba a perseguir a las
comunidades.
5B
Pero no sólo estos hechos externos amenazaban la vida de las comunidades. También
enfrentaban crisis internas, surgidas por el crecimiento y por la aparición de nuevos
líderes y por los paganos que estaban entrando en la Comunidad. Frente a todo esto, las
comunidades buscaban la memoria de los hechos pasados como navegantes que, ante un
mar desconocido, leen con cuidado las informaciones dejadas per aquellos que ya
enfrentaron el mismo mar
A semejanza del Evangelio de Lucas, el libro de los Hechos se inicia con un Prólogo
dedicado al mismo Teófilo (Hch 1,1-5). En este Prólogo encontramos los objetivos del
libro: La misión de Jesús continúa en el trabajo de sus seguidores y seguidoras. La Palabra
de Dios, impulsada por el Espíritu Santo, se encuentra en un proceso de expansión a
partir de Jerusalén en dirección hacia los confines del mundo.
57
Segunda parte: el apóstol-modelo (Hch 15, 36 hasta 28, 30
El libro acompaña al apóstol Pablo en sus viajes. Con el la Palabra de Dios viaja
llegando "hasta los confines del mundo".
* Los viajes de Pablo por el Asia y Europa (Hch 15, 36 a 21, 17)
* La prisión de Pablo en el Templo de Jerusalén (Hch 21, 18-40)
* El proceso contra Pablo y sus años de prisión (Hch 22,1 a 26,30)
* El viaje marítimo a Roma (Hch 27,1 a 28,16)
* La prisión domiciliar mientras espera el juicio (Hch 28,17-31)
5B
2. Plan literario del libro a partir de las iglesias. Este plan muestra que existen básicamente
dos "iglesias" articuladas: la de La Circuncisión, representada por Pedro, y la de los Gen-
tiles, representada por Pablo. Los capítulos 13 a 15 funcionan como una "bisagra" articulando
a las dos iglesias.
1 15
13 28
3. Plan literario del libro a partir de la marcha de la Palabra. Este esquema muestra la marcha
de la Palabra. Nuevamente el centro de todo está en los capítulos 13 a 15. A partir del problema
de los gentiles surgido en Antioquía, la Palabra, que parte siempre de Jerusalén, llegará a los
confines del mundo simbolizados en la ciudad de Roma.
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CLAVES DE LECTURA
Antes de iniciar las claves de lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles, es
bueno que recordemos las claves de lectura del Evangelio de Lucas que están en el
Volumen V de esta Colección. Y como ya dijimos en la Introducción General, el libro do
los Hechos es el que une todo este Volumen. Por eso mismo, conviene leer las
Introducciones a los diversos bloques, percibiendo las diversas etapas de la marcha de
La Palabra.
1. La marcha de la Palabra
En los Hechos existe una especie de refrán que da unidad al libro: "la Palabra se
expandía..." (Cf. Hch 5, 42; 6, 7; 8, 4. 25; 9, 31; 12, 24; 13,49; 15, 36; 19, 20; 28, 31). Esta
secuencia de pasajes muestra que uno de los objetivos del libro es narrar la evangelización
dentro de un proceso progresivo de expansión. Los Hechos quieren mostrar que la Buena
Nueva de Jesús crecía, se expandía y progresaba. El libro demuestra la preocupación en
transmitir datos numéricos que confirmen este progreso de la Palabra (Hch 2, 42; 2, 47;
4,4:5, 14; 6, 1.7; 11, 21. 24; 16, 5).
Lucas presenta su obra como una inmersión que penetra hondamente en el sentido
do toda la historia del pueblo de Dios. El sentido último y verdadero de la historia del
pueblo es la Resurrección de Jesús. La Resurrección de Jesús es la realización de todas las
promesas hechas por Dios al pueblo, desde el llamado de Abraham, pasando por Moisés
y todos los profetas (Cf. Hch 2, 16. 30. 39; 3, 13. 22-25; 8, 30-35). Para revelar este
sentido último de la historia, el Cristo Resucitado, Lucas va utilizando las Escrituras para
clarificar los hechos aún no comprendidos por la comunidad. Lucas hace con el libro do
los Hechos lo mismo que Jesús hizo con los discípulos de Emaús: "comenzando por Moisés
y por los profetas, les interpretó las Escrituras y lo que decían respecto de Él" (Cf. Le 24,
25-27).
Lucas presenta este sentido pleno de la historia en grandes discursos, como los de
Pedro (Hch 2,14-36; 3,11-26), el de Esteban (Hch 7,2-53) o de Pablo (Hch 13,16-41). Esta
so
interpretación teológica de la historia, hecha para animar a las comunidades dándoles la
visión de fe en que Dios es el Señor de toda la historia, muestra que vivimos el "tiempo
de la Iglesia". La misión de la Iglesia, animada por el Espíritu, es difundir la Palabra par
el mundo entero.
3. La irrupción de lo Nuevo
Toda novedad atrae simpatías (Hch 2, 44) y a la vez muchas antipatías de parte de
aquellos que sienten que están perdiendo el dominio que tenían sobre las personas. Las
autoridades pretenden sofocar esta novedad (Hch 4, 1-23). Pero también, dentro de la
misma comunidad, había gente que no quería vivir la propuesta nueva en su radicalidad.
Así, tratan de engañar a la comunidad, reteniendo las cosas para si mismos (Cf. Hch 5,1-
11), sin darse cuenta que también estaban engañando al mismo Dios y desafiando la
acción del Espíritu (Cf. Hch 5, 4.9).
Estas dos vertientes de amenazas hacen que la comunidad corra graves riesgos. Por
un lado, existía a tentación de huir por miedo a las autoridades, abandonar la fe ante una
persecución. Por otro lado, las disputas internas disminuían la fuerza del mensaje del
Evangelio, ya que los cristianos no traducían en gestos concretos su fe en Jesús, haciendo
trampas a sus exigencias mas radicales, como Ananías y Safira.
5. El desafío de la inculturación
La comunidad había surgido del seno del pueblo judío. Vivía la fe en Jesús dentro del
cuadro cultural del judaismo. Mientras tanto, ya temprano apareció un gran desafío:
evangelizar, ¿significaba transmitir la fe mezclada con determinados valores de la cultura
61
hebraica? ¿Cómo transmitir la fe penetrando culturas e historias diferentes? ¿Cómo ser
fiel al mensaje de Jesús, sin destruir a las otras culturas? El Evangelio era anunciado como
fuerza transformadora, pero no podría destruir o nivelar las culturas. ¿Cómo vencer este
desafío?
Los Hechos muestran que las diferentes barreras culturales fueron siendo vencidas,
no sin muchas resistencias de los grupos más conservadores. La Palabra, en su camino,
rompió barreras culturales enormes. Primero rompió la barrera entre judíos y samaritanos
(Hch 5, 5-8. 25). Enseguida, un negro esclavo, eunuco, al servicio de la reina de Etiopía, es
evangelizado y bautizado (Hch 8, 26-40). Gracias a este esclavo fueron superadas barreras
de pueblos (es etíope), de razas (es negro), de preceptos legales (es eunuco) y de clases
sociales (es esclavo). El evangelio llegó primero al África Negra por medio de a
evangelización de un empleado
Pero el episodio central demostrando haber vencido el desafío de la inculturación
está en la conversión de Cornelio (Hch 10, 1-47). Cornelio es un centurión romano,
simpatizante de la religión judía. Pedro, representando a la Comunidad, acoge a este
pagano no sin antes realizar un trabajo personal, venciendo preconceptos profundamente
arraigados en su manera de ser como judío observante de los preceptos legales (Cf. Hch
10, 15). La conversión de Cornelio ocasionó un gran conflicto dentro de la comunidad,
engendrando el encuentro conocido como Concilio de Jerusalén (Cf. Subsidio 12).
Se nos transmiten otros ejemplos, como el de Pablo en el Areópago de Atenas,
predicando a partir de textos de la cultura griega (Hch 17, 28). Mientras tanto, cuando el
problema es la vida y la libertad humana, el Evangelio no puede dejar de denunciar el
error o la desviación de una cultura. Pablo y Bernabé no permiten que los aclamen como
dioses (Hch 14,11-13). Pablo no deja que la joven esclava sea explotada por sus patrones
(Hch 16, 16) y no acepta las imposiciones de los plateros de Efeso (Hch 19, 23-40).
7. Pablo, el Apóstol-modelo
B3
CONCLUSIÓN: UN LIBRO PARA NOSOTROS HOY
Los Hechos fueron escritos alrededor de los años 80-90 d.C. Estaba surgiendo una
nueva generación de cristianos que no conocía a los antiguos apóstoles. Gente nueva que
podría enfrentar los desafíos de un manera más arriesgada, pero que también podría
desvirtuar el Evangelio de Jesús. Todo esto engendraba grandes problemas y desafíos
para las comunidades de aquella época. Per eso, el libro describe todo con una preocupación:
ser una respuesta para los desafíos impuestos en aquellos tiempos.
Aquí está el gran valor de los Hechos para nosotros hoy. Si Lucas escribió con los ojos
bien abiertos para la realidad de su época, también nosotros debemos leerlo con los ojos
bien abiertos hacia la realidad de nuestra época. ¿Estamos atentos con lo que sucede hoy,
aquí, en nuestras comunidades con la Iglesia en nuestro país y en toda América Latina?
¿Valorizamos a las personas que hoy testimonian la Palabra frente a las mayores dificultades?
¿Buscamos saber cuáles son los hechos o tespráetieas de nuestros apóstoles y apóstolas
de hoy? ¿Qué estamos aprendiendo de la marcha de nuestra Iglesia ante los desafíos
impuestos por una sociedad violenta, injusta, egoísta, materialista, machista, como la que
vivimos hoy?
G4
GUIÓN l Preparar el nacimiento
de La comunidad
PUNTO DE PARTIDA
* Al iniciar esta nueva etapa del Proyecto "Tu Palabra es Vida", conviene hacer una
buena entronización de la Biblia, destacando la parte que se refiere a las Comunidades.
Es bueno también compartir nuestras expectativas en relación a la lectura que vamos
a hacer de los Hechos de los Apóstoles.
1. PARTIR DE LA REALIDAD
65
solamente esto, tampoco basta. El proceso de renovación no se detiene. Estamos siempre
en el comienzo.
3. CELEBRACIÓN DE LA PALASRA
* Al iniciar la reunión, Pedro recordó varias frases de la Biblia que los iluminaban en
aquel momento. A nosotros debe sucedemos lo mismo: varios textos de la Biblia
deben haber pasado por nuestra memoria durante el tiempo de estudio que acabamos
de tener. Hagamos como Pedro. Después de un momento de silencio, comuniquémonos
unos a otros las frases de la Biblia que despertaron nuestra memoria y la luz que
trajeron a nuestra vida.
* Recemos unos por los otros y por la vida comunitaria que se renueva.
67
SUBSIDIO 1 Con María
la madre de Jesús
68
Y ahora, al comienzo de la Iglesia, María aparece como nexo de unión entre dos
grupos: los "hermanos" de Jesús y los Apóstoles (Hch 1, 14). Cuando Lucas escribe, en el
85, la Iglesia vivía grandes problemas de división interna. Existían varias corrientes. La
principal división era con los simpatizantes del judaismo, centrados en torno a los
"hermanos de Jesús", y los cristianos venidos de la gentilidad, centrados en torno a los
apóstoles. Teniendo ante los ojos esta división, Lucas presenta el comienzo de la Iglesia de
tal modo que sea para sus lectores y lectoras un llamado a la unidad. Los "hermanos" de
Jesús y los Apóstoles aparecen unidos. Todos tienen un mismo sentir (unánimes) y
perseveran en la oración (Hch 1, 14). El nexo de unión entre los dos grupos es "María, la
Madre de Jesús" (Hch 1, 14).
María aparece en actitud de oración, para que se realice la promesa y venga el
Espíritu que hace nacer la Iglesia y revela el sentido de las palabras de Jesús para la vida
de las comunidades Qn 14, 26; 16,13). Ella contribuye a que la comunidad realice el ideal
de ser "unánime", "un solo corazón y una sola alma". Al comienzo del Evangelio, ella se
convierte en la Madre de Jesús por la obediencia a la Palabra. Ahora, en el comienzo de
los Hechos, se convierte en madre de la Iglesia por la misma actitud orante ante la
Palabra.
Este encuentro de oración de la comunidad con "María, la Madre de Jesús", es el
telón de fondo del uso de la Biblia, hecho por Pedro en la reunión de los 120 discípulos
y discípulas. Tres cualidades caracterizan al grupo reunido en oración: están en actitud de
espera, tienen los mismos sentimientos y perseveran en la oración (Hch 1, 14).
LA LECTURA ORANTE DE 1 2 0
DISCÍPULOS y DISCÍPULAS (Hch 1, 1 5 2 6 )
1. El desarrollo de la reunión
Pedro comienza con una reflexión sobre los hechos sucedidos recientemente, a sa-
ber La traición de Judas y su muerte (Hch 1, 16-20). Con la ayuda de la Biblia trata de
explicitar su significado. Insiste en afirmar que en ellos se cumplió la Escritura (Hch 1,
16) para así situarlos dentro del plan de Dios. Enseguida saca la conclusión y muestra la
tarea que la Escritura les pide a ellos: elegir alguien que sea testigo de la resurrección
(Hch 1, 21-22). Al final, no es Pedro, sino la Comunidad quien asume la ejecución de la
tarea (Hch 1, 23-26). Y la ejecutan recurriendo a la oración.
Encontramos aquí la misma secuencia adoptada por el Proyecto "Tu Palabra es
Vida"; 1) partir de la realidad, de los problemas; 2) lectura de la Biblia con vistas a la
iluminación de los problemas; 3) oración para que puedan cumplir lo que la Palabra
está pidiendo.
B9
Lucas abre un paréntesis para decir quo el número de participantes de la reunión
era de 120 personas (Hch 1,15). Este número 120 tiene un simbolismo. Evoca las doce
tribus de Israel. Son diez veces doce. Es la representación perfecta y acabada del pueblo
de Dios. En esta reunión comienza la realización del nuevo Israel.
La traición y la muerte de Judas eran conocidas. Tiene quo haber sido una muerte
extraña que provocaba comentarios de parte del pueblo. Con la ayuda de la Biblia los
cristianos tratan de comprender este hecho. No todos usaban los mismos textos. La
comunidad de Mateo (Mt 27, 9), por ejemplo, recurría a un texto de Zacarías (Zac 11,12-
13) y de Jeremías. 0r 32, 6-15). Aquí en la reunión Pedro usa textos del libro de la
Sabiduría (Sab 4, 19) y de los Salmos (Sal 69, 26 y Sal 109, 8). Lo que importa no es si
ellos usaban este o aquel texto, sino el hecho de que recurrían a la Palabra de Dios para
iluminar y entender el significado y el llamado de los hechos. En la oscuridad, podemos
usar una luz amarilla o blanca, no interesa. Se verá siempre lo mismo. Pero el ambiente
quo se crea será un poco diferente. La diferencia de los textos usados por Mateo y por
Lucas, no cambia los hechos.
Leídos a la luz de la Biblia, los hechos revelan el llamado de Dios; "Es necesario que
uno de estos hombres sea testigo de la resurrección". La expresión "es necesario" es usada
también por Jesús en el encuentro con los discípulos de Emaús: "¿No era necesario que el
Cristo sufriera?" (Le 24, 26). Eso indica que el hecho forma parte del plan de Dios. La Biblia
ayudó a percibir que, obedeciendo a la voluntad de Dios, Judas debía ser sustituido por otro.
La Biblia revela la tarea pero no da la receta. En la ejecución, lo que importa es la
experiencia. Es a partir de la experiencia que Pedro saca los criterios para orientar la
elección del sustituto de Judas (Hch 1, 21-22).
Resumiendo
Los siguientes elementos aparecen en la lectura orante hecha por los apóstoles
1. Atención a la realidad. Teniendo bien presente los hechos que los desafían, ellos
alimentan el deseo de percibir en ellos la voluntad de Dios.
2. Respeto al texto bíblico. Conocen la Escritura, Pedro sabe dónde encontrar los textos
y cómo traerlos a la reunión.
71
GUIÓN 2 Pentecostés:
nace La Iglesia
PUNTO DE PARTIDA
* Vamos a iniciar este encuentro recordando las conclusiones del encuentro anterior,
y compartiendo cómo influyeron en nuestra vida.
1. PARTIR DE LA REALIDAD
2. ¿Cuáles son los elementos nuevos con relación a la época del Antiguo
Testamento?
CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
* Que sea un momento en que dejemos al Espíritu de Jesús obrar en medio de nosotros.
Permitir que produzca libertad, aceptación y comunicación sin miedo.
1. En el próximo encuentro vamos a meditar los textos de los Hechos de los Apóstoles
2, 42-47; 4, 32-37; 5, 12-16, que nos presentan la comunidad-modelo.
74
SUBSIDIO 2 LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO
EN EL SURGIMIENTO Y EN LA VIDA
DE LAS COMUNIDADES
El Espíritu Santo es como el viento, como el aire (Jn 3, 8). Llena la amplitud de la
tierra (Sab 8,1). Está en todos como hálito de vida (Gn 2,7). Cuando desaparece, desaparece
la vida (SI 104, 29). Tiene fuerza creadora (SI 104, 30 y consigue revitalizar los huesos
secos por la muerte (Ez 37, 1-14). En el día de la creación, ya flotaba sobre las aguas y
llenaba de fuerza la Palabra creadora (Gn 1, 2).
Desde el comienzo, el Espíritu está presente en la vida y en la historia del Pueblo de
Dios y lo guía por el desierto hacia la tierra prometida (Nm 11, 25-29). Orienta a Moisés
en las decisiones (Nm 17,16; 27,16; Dt 34,9)- Suscita los profetas, los conduce a enfrentar
a los reyes y a denunciar los errores de los poderosos (Mq 3, 8; Ez 2, 2; Is 42, 1). Hace
alegrar al pueblo en las fiestas y lo lleva a producir sus salmos (Mt 22, 43). Es el que
orienta los pasos de los sabios para que encuentren la sabiduría divina distribuida por el
universo (Sab 7, 22 - 8,1). Muchas veces intentaron manipularlo, pero no lo consiguieron
(Dt 18, 19-22; Jr 14, 13-16). ¡El es libre!
Por la acción del Espíritu, la Palabra se hace carne (Le 1, 35). Trae alegría a María e
Isabel (Le 1, 41). Desciende sobre Jesús en la hora del bautismo (Me 1, 10). Lo unge para
la misión de Mesías (Le 4,18). Lo lleva al desierto (Le 1,12). Con la fuerza de este mismo
Espíritu Jesús vuelve a Galilea y comienza la acción evangelizadora (Le 4, 14). Es en El
que Jesús se alegra cuando ve que los pobres aceptan la Palabra de Dios (Le 10, 21). es
este mismo Espíritu el que Jesús promete como gran don mesiánico (Hch 1, 5.8; Le 24,49;
Jn 14, 26; 16, 13). El realiza la profecía de Joel (Hch 2, 1718). "Ojalá todo el pueblo de
Yavé fuese profeta y recibiese el Espíritu de Yavé" (Nm 11, 29).
En el día de Pentecostés, este Espíritu inaugura la nueva humanidad (Hch 2,4. 33; 4,
31). A partir de este momento, es el Espíritu de Jesús el que anima la vida y la historia de
las comunidades. El dirige realmente todos sus pasos.
En el día de Pentecostés fue El quien transformó a los Apóstoles. Antes, eran miedosos
75
On 20, 19). Ahora, abren las puertas y enfrentan a la multitud (Hch 2, 14). Antes, vivían
aceptando la decisión del gobierno que mató a Jesús (Le 24, 20). Ahora, dicen: "Debemos
obedecer más a Dios que a los hombres" (Hch 5, 29). Antes, Pedro había negado a Jesús
delante de una empleada (Le 22, 56). Ahora, da testimonio valiente delante de la multitud
(Hch 2, 32).
Este Espíritu está presente en las comunidades y trae alegría y consolación en medio
de las dificultades (Hch 9, 31; 13, 52). El orienta en los momentos decisivos de la historia:
en la hora en que entran los gentiles (Hch 11,15; 10, 44-45; 15, 8), en la hora de tomar
la iniciativa de la misión y de enviar los misioneros (Hch 13, 2. 4), en la hora de la
persecución, delante de los tribunales (Me 13, 11; Hch 4, 31).
Está presente también en aquellos que coordinan las comunidades (Hch 20, 28); en
los Apóstoles (Hch 5, 32; 15, 28), en los diáconos (Hch 6, 3). Por ejemplo, en Pedro,
cuando lleno de coraje, enfrenta a las autoridades (Hch 4, 8); cuando toma la decisión de
bautizar a los primeros gentiles (Hch 10, 9; H, 12) y de no imponerles la ley de Moisés
(Hch 15, 8). Anima a Pablo cuando enfrenta al mago Elimas (Hch 13, 9), cuando se
levanta para anunciar la Buena Nueva (Hch 13, 9), o cuando vuelve a Jerusalén, después
de su último viaje, donde será preso (20, 22-23).
Está presente en los misioneros que van a anunciar la Buena Nueva (Hch 13, 4). Los
acompaña en los viajes (Hch 16, 6. 7), tanto a la ida como a la vuelta (Hch 20, 22-23). En
los viajes misioneros de Felipe y en su conversación con el etíope (Hch 8, 39)- Obra sobre
Esteban hasta el punto que nadie consigue resistir a sus palabras (Hch 6, 5. 10; 7, 55).
Está presente en tantas otras personas: en Bernabé, enviado para coordinar la primera
comunidad de paganos (Hch 11, 24). En Agabo el profeta, que anuncia hambre para la
región (Hch 11, 18) y prisión para Pablo (Hch 21, 11). En Ananías cuando va a recibir a
Pablo en la comunidad (Hch 9, 17). En las cuatro hijas de Felipe que profetizaban (Hch
21, 9), como estuvo antes en María (Le 1, 35) y en Isabel (Le 1, 41).
El Espíritu es mayor que las instituciones. ¡Es libre! No siempre obedece a las leyes y
a las costumbres de la Iglesia y llega a despertar a los cristianos por medio de acciones de
los que no son cristianos. Por ejemplo, se manifiesta a Cornelio aún antes del bautismo
(Hch 10, 44-48), y a Apolo, cuando apenas tenía el bautismo de Juan Bautista (Hch 18,
25). Y hoy, por medio de tantos socialistas no cristianos, despertó a muchos cristianos a
una dimensión social, política y económica de amor al prójimo. El Espíritu no está solamente
en la Iglesia, obra también fuera de ella. Llena la amplitud de la tierra (Sab 8,1; SI 104,
29). Es como el viento: no sabemos de dónde viene ni para donde va 0n 3, 8). El Espíritu
•obra con libertad.
Uno de los mayores pecados es resistir al Espíritu (Hch 7. 51), tentarlo (Hch 5, 9)-
mentir contra El (Hch 5, 3), querer comprarlo (Hch 8,19)- El Espíritu no se compra, no se
vende (Hch 8, 20), pero se obtiene por la oración (Le 11,13). El se comunica de muchas
76
maneras, por ejemplo, por la imposición de las manos (Hch 8, 17. 18; 19, 6), por la
conversión y por el bautismo (Hch 2, 38), por la oración (Hch 8, 15).
Traduciendo todo esto a la vida de las comunidades, podemos decir que el Espíritu
se manifiesta a través de las iniciativas y el testimonio de las comunidades, a través de las
celebraciones de la Palabra y de los Sacramentos, a través de las personas y sus luchas
por el bien de los otros, a través de los acontecimientos, de las reuniones y encuentros, a
través de los conflictos y las persecuciones, a través de las decisiones tomadas en
comunidad, a través de los animadores, a través de la lectura e interpretación de la
Biblia. Hasta hoy, los siete dones (Is 11, 2-3) orientan a las comunidades y animan a las
personas. Todo lo que sucede en la vida y en la historia del pueblo de Dios es fruto de la
acción invisible del Espíritu.
La Biblia es el diccionario que nos ayuda a leer lo que el Espíritu nos habla a través
de la vida. Pero no cualquier lectura de la Biblia. Solo la lectura que esté unida con la vida
y la historia del pueblo de Dios. La Biblia, sin comunidad, es como la rama cortada del
árbol. ¡Se seca! La lectura de la Biblia separada de la vida de la comunidad hace que la
vida quede seca. Diciendo lo mismo con palabras de Pablo: "La letra mata, el Espíritu
vivifica" (2Co 3, 6).
"La letra mata" ¿que significaba y qué significa? Significaba no querer percibir que la
historia del Antiguo Testamento estaba orientada para desembocar en Jesucristo (2Co 3,
13). Significa cerrarse al mundo, dentro de la ideología dominante, y no querer percibir
que dentro de nuestra historia existe el hilo de oro de la acción de Dios que orienta para
la vida plena.
"El Espíritu vivifica" ¿qué significaba y qué significa? Significaba leer el Antiguo
Testamento a la luz de la resurrección de Jesús, presente en la comunidad y en los «jos del
lector (2Co 3, 14-16). Significa tener conciencia de que la Biblia fue escrita en la misma
comunidad de la que somos parte y en la que, hasta hoy, actúa el mismo Espíritu, cuando
leemos la Biblia, el mismo Espíritu nos mueve y nos ayuda a ver nuestra realidad con los
ojos de la fe. Sin él, no es posible descubrir el sentido que la Biblia tiene para nosotros (Jn
16, 12-13; 14, 26). El nos revela el sentido "espiritual".
La acción del Espíritu que está en el origen de la Biblia, puede ser comparada con la
lluvia; cae desde lo alto, penetra el suelo, y despierta a la semilla que produce la planta
(Is 55, 10-11). La planta es el fruto, al mismo tiempo, de la lluvia y del suelo, deLcielo y
77
de la tierra. La Biblia es fruí», al mismo tiempo, de la acción del Espíritu y de nuestro
esfuerzo sudad», lis Palabra del Dios del Pueblo y palabra del Pueblo de Dios.
La acción del Espíritu en la Biblia es como un metro cúbico de agua dentro de un
gran río. líl niciro cúbico no puede ser analizado independientemente del resto del agua
del río, portille tiene exactamente las mismas cualidades que el río porque forma parte de
él. Así, la acción del Espíritu en la Biblia y a través de la Biblia no puede ser analizada sin
tener en cuenta la presencia del Espíritu en el universo, en la historia, en la Iglesia y en
la vida.
La acción del Espíritu puede ser comparada con el sol: sus rayos invisibles calientan
la tierra y hacen crecer las plantas desde abajo hacia arriba. Puede ser comparado con el
viento que no se ve. La Biblia es fruto del viento invisible de Dios que mueve a los
hombres y a las mujeres a obrar, a hablar o a escribir.
Como dijo alguien en una reunión de comunidad "La acción del Espíritu es como la
basura. Los chicos van y tocan el fuego de la basura que se está quemando. Viene la lluvia
y parece que se apagó. Al día siguiente aparece el humo. El fuego continúa vivo. Llega el
camión recolector, echa la basura dentro. Parece que se apagó. Al día siguiente, el hilo de
humo es prueba de que el fuego continúa escondido dentro de la basura. El Espíritu
Santo es el fuego de Dios en la basura de la humanidad. ¡Nadie consigue apagarlo!
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GUIÓN 3 COMUNIDAD - MODELO
PUNTO DE PARTIDA
1. PARTIR DE LA REALIDAD
Para este encuentro tenemos tres textos cortos, muy usados en las comunidades
para la revisión de vida comunitaria. Antes de leer y meditar los textos, vamos a revisar
nuestra vida comunitaria. Así será más provechosa la comparación con el texto bíblico.
3. CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
SD
PREPARACIÓN DEL PRÓXIMO ENCUENTRO
1. En el próximo encuentro vamos a leer y meditar el texto de Hechos 3,11 hasta 4, 22,
donde vamos a ver cómo anunciaban el evangelio los primeros cristianos.
B1
SUBSIDIO 3 LA COMUNIDAD-MODELO
DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS
¿Cómo debe ser una comunidad para que ella sea signo de vida nueva? El Nuevo
Testamento trae varios modelos. El álbum de Familia de Dios tiene muchas fotografías.
Por ejemplo, el evangelio de Mateo trae una propuesta en el discurso de la comunidad
(Mt 18,1-35) y otra en el Sermón de la Montaña (Mt 5 a 8). Marcos describe un proyecto
de comunidad a través de una serie de episodios que revelan el objetivo de la Buena
Nueva en la vida del pueblo (Me 1,16-45). Lucas a su vez, propone un modelo al describir
la vida de los primeros cristianos. Es un modelo apoyado en cuatro columnas: "Perseveraban
en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las
oraciones" (Hch 2, 41). Vamos a examinarlo de cerca.
V COLUMNA:
LA ENSEÑANZA DE LOS APÓSTOLES
2 S COLUMNA:
LA COMUNIÓN
Indica el nuevo ideal de vida comunitaria. La comunión (koinonía) nace del Padre
(ljn 1, 3), del Hijo (ICo 1-9) y del Espíritu Santo (2Co 13, 13; Flp 2, 1) y se traduce en
comunión fraterna compartiendo los bienes. Los primeros cristianos ponían todo en
B2
común, al punto de no haber más necesitados entre ellos (Hch 2, 44-45; 4, 32. 34-35). Así,
cumplían la Ley de Dios que decía: "Entre ustedes no debe haber pobres" (Dt 15, 4). La
comunión indicaba la actitud de quien no se consideraba dueño de lo que poseía, sino
que tenía el coraje de compartir sus bienes con los demás (Rm 15, 26; 2Co 9, 13; Flm 6,
y 17).
El ideal de la comunión era llegar a compartir no solo los bienes, sino también los
sentimientos y la experiencia de vida, al punto que todos fueran un solo corazón y una
sola alma (Hch 4, 32; 1,14; 2, 46). Llegar a una convivencia sin secretos (Jn 15,15) que
supera las barreras provenientes de religión, clase social, sexo o raza (cf. Ga 3, 28; Col 3,
11; ICo 12, 13).
Esta comunión es sagrada. No puede ser profanada. Quien abusa de ella en su
beneficio, muere para la comunidad. Es la lección del episodio de Ananías y Safira (Hch
2, 1-11).
3 a COLUMNA:
LA FRACCIÓN DEL PAN
4 a COLUMNA:
LAS ORACIONES
Indica el nuevo ambiente de la vida comunitaria. Los apóstoles tenían una tarea
doble: "permanecer asiduos en la Oración y al ministerio de la Palabra'' (Hch 6, 4). A
través de la Oración, los cristianos permanecían unidos entre si y con Dios (Hch 5,12b)
y se fortalecían en la hora de las persecuciones (Hch 4, 23-31). La Palabra, la Biblia, era
S3
el libro de cabecera, el diccionario para poder leer-y entender lo que Dios estaba hablando
por los hechos de vida; la luz que los iluminaba en el camino (cf. Subsidio 1).
A pesar de seguir una doctrina diferente de la tradicional, no rompían con las
costumbres de piedad del pueblo, sino que continuaban frecuentando el templo (Hch 2,
46). Era allí donde el pueblo expresaba y vivía su fe, e iba para rezar. Eran conocidos
como el grupo que se reunía en el pórtico de Salomón (Hch 5, 12). La Biblia era no sólo
luz, sino también fuente de fuerza.
El modelo que Lucas aquí presenta es muy elevado; parece imposible de realizar.
Lucas lo sabe. Basta recordar el episodio de Ananías y Safira (Hch 5,1-11). Entonces, ¿por
qué él presenta un modelo tan difícil? La experiencia enseña lo siguiente. Cuando una
comunidad, que vive separada de las otras, se enfrenta con un modelo elevado, se desanima.
Pero cuando participa con otras comunidades de mismo estilo y cuando se encuentra con
ellas para compartir experiencias, se anima con el modo de ser de las demás. Aún siendo
un modelo elevado, vence el cansancio y crea coraje. Un modelo así funciona como
despertador. Anima a las personas, pues hace ver que dentro de la vida de ellas existen
señales y semillas de este ideal. Es así, por ejemplo, que funciona el ideal de vida presentado
por los fundadores y fundadoras. Es siempre un ideal elevado, pero no crea desánimo,
porque las comunidades de la Congregación se animan mutuamente. Lo mismo vale para
el modelo presentado por Lucas en los Hechos. Debe ser asumido comunitariamente por
todas las comunidades.
S4
GUIÓN 4 EL ANUNCIO
DEL EVANGELIO
PUNTO DE PARTIDA
1. PARTIR DE LA REALIDAD
3. CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
as
PREPARACIÓN DEL PRÓXIMO ENCUENTRO
1. en el próximo encuentro vamos a leer y meditar los textos de Hechos 8,1-3; 11, 19-
21; 4, 23-31; 13,44-46, donde vamos a ver cómo los primeros cristianos enfrentaban
el conflicto.
El anuncio de la Buena Nueva hecho por los apóstoles y descrito por Lucas en los
varios discursos de los Hechos, trae una secuencia o una dinámica que ayuda a entender
lo que viene a ser evangelización y ofrece pistas cómo realizarla hoy. Veamos.
1. Los acontecimientos
Los hechos en que Dios se revela están ahí. Suceden. No dependen de nosotros. Nos
desafían: el barullo del viento (Hch 2, 12), la curación de un paralítico (Hch 3, 10), el
BB
coraje de los apóstoles (Hch 4, 13), la historia del pueblo (Hch 13,17-25), la religiosidad
de los paganos (Hch 17, 22-23). Son hechos que provocan preguntas y suscitan
interpretaciones variadas y hasta erróneas: "Están borrachos" (Hch 2, 13). Su mensaje
no siempre es percibido y necesita ser revelado e interpretado. Hoy también, suceden
muchos hechos en los que Dios está presente, libertando a su pueblo, pero su mensaje no
es percibido o es mal interpretado. Falta uní palabra de autoridad para interpretar los
hechos y revelar, así, su mensaje.
2. Una palabra
3. Un testimonio
4. Un proyecto
Además de eso, los hechos, interpretados por la Palabra y confirmados por el testi-
monio, eran presentados como la respuesta de Dios a la larga espera del pueblo. Los
apóstoles mostraban que todo sucedía conforme al proyecto de Dios, descripto en la
Biblia. Por eso, siempre insistían en decir que las cosas sucedían "conforme a las Escrituras"
B9
(Hch 2, 16. 25. 34; 3, 18, 22.25; 4, 11; 13, 32-39). Las promesas de Dios a los padres
estaban siendo realizadas. Así, por la palabra de los apóstoles, los hechos se transformaban
en Buena Nueva para el pueblo. Con todo, hablando a los gentiles, Pablo no invocaba el
Antiguo Testamento de los judíos, sino el "antiguo testamento" de los gentiles, esto es,
citaba frases significativas de la cultura griega (Hch 17, 28). Lo mismo vale para nosotros.
Los hechos que hoy suceden también forman parte de un proyecto más amplio. 0 sea, se
sitúan dentro de una historia de promesas y de esperanzas del pueblo al que pertenecemos.
¿Nosotros percibimos la presencia de Dios en nuestra historia? ¿Cómo invocar hoy este
nuestro "antiguo testamento"? ¿Cómo inculturar hoy la Buena Nueva de Dios?
5. Un llamado
Finalmente, los apóstoles sacan conclusiones y muestran cómo los hechos interpelan
a las personas. Ellos no tienen miedo de incomodar la conciencia de los oyentes: Dios
resucitó a Jesús "que ustedes mataron" (Hch 2, 23-24; 3,13-15; 4,10; 13, 27). Piden que
cambien de vida, a veces, de manera explícita (Hch 2, 38-40; 3,19-20; 13, 38-41; 17, 30-
31); otras veces, de manera implícita (Hch 4, 11-12.19-20). Así, el llamado de Dios ya no
viene de un discurso bien hecho, sino de un hecho real, observado por todos, cuyo velo
fue quitado por las palabras de los apóstoles. Este llamado es el objetivo del anuncio.
¿Cómo hacerlo hoy de modo que no sea un discurso moralista, sino que provoque un
cambio radical de vida y llegue a las motivaciones más profundas de las personas? Porque
la Buena Nueva no es una doctrina ni una moral, ni un catecismo, sino la presencia amiga
de Yavé, Dios liberador, dentro de la historia.
RESUMIENDO
Esta secuencia dinámica puede ser encontrada en casi todos los discursos de los Hechos
de los Apóstoles. Supone que, para poder anunciar la Buena Nueva, la persona debe:
1. Ver la realidad, la situación del pueblo, los hechos que suceden. Porque es allí dentro
que están las semillas del Reino que deben ser reveladas y anunciadas por la palabra.
2. Esta palabra, con todo, no es un discurso ni una clase. Sino una palabra amiga y
confiable que hace que otro crea.
3. Es palabra y autoridad no por causa del poder o de la función que la persona ejerce,
sino por causa del testimonio de su vida, porque ella vive lo que dice, encarna lo que
anuncia.
4. Sin embargo, la fe no nace sólo por causa del testimonio. Nace también, porque el
pueblo siente y percibe que este anuncio viene a atender una larga espera, viene a
responder a un deseo, viene a completar lo que falta en la vida.
90
5. Sólo así, quien anuncia puede pedir la conversión en Nombre de Dios y de
Jesucristo.
Finalmente, no conviene olvidar que, en los Hechos de los Apóstoles, toda esta
dinámica de acción evangelizadora está animada por dentro por la acción del Espíritu
Santo. El está en el comienzo, en el medio y en el final. Sin El no hay evangelización. (cf.
Subsidio 2).
31
GUIÓN 5 LA EXPANSIÓN A TRAVÉS
DE LA PERSECUCIÓN
Y DE LOS CONFLICTOS
"Una gran persecución contra la Iglesia los dispersó por las regiones
de Judea y Samaría" (Hch 8, 1)
PUNTO DE PARTIDA
1. PARTIR DE LA REALIDAD
S2
Prepararse para la lectura de la Biblia con un momento de silencio. Solemnizar el
momento de la lectura colocando una cruz al lado de la Biblia.
1. Lectura del texto: Hch 8, 13; 11, 19-21; 4, 23-31; 13, 44-51
1.1. Leer los textos lenta y atentamente.
1.2. Recordar el texto que más nos llamó la atención.
3. CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
1. En el próximo encuentro vamos a leer y meditar el texto de Hechos 6,1-7, para ver
de cerca la organización de las comunidades.
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SUBSIDIO 5 ESPIRITUALIDAD
EN EL CONFLICTO
* La opción por lospobres y los excluidos. Esta opción marcó la vida y la actividad de
Jesús.
99
2e B L O Q U E
LA PALABRA SE
ABRE CAMINO (Hechos 6,15)
BREVE HISTORIA
DEL COMIENZO DE LA IGLESIA (Hch 8, 40)
El objetivo del libro de los Hechos es relatar a las comunidades cristianas los
acontecimientos de la iglesia primitiva en una perspectiva histórico-teológica. Detrás de
los hechos de sus principales protagonistas es visible la intervención del Espíritu Santo.
Se trata de los hechos que el Espíritu realiza a través de la actuación de los misioneros. La
Palabra se abre camino.
1. De Jerusalén a Antioquía
En esta parte de los Hechos (6, 15) tenemos la extensión progresiva de la Iglesia,
naciendo en el seno del judaismo y estableciéndose inicialmente en Jerusalén (6, 6), se
expande ahora por Judea, Samaría y Galilea (9, 31); va a Damasco y Siria, más precisamente
a Antioquía (11, 9)- Rompe los límites del judaismo y realiza su vocación universal.
El autor de los Hechos, inicialmente, relata la institución de los siete considerados
como diáconos (6,1-7). Enseguida muestra cómo los cristianos se ven perseguidos por los
judíos de Jerusalén (6, 8-15) y salen después a pregonar en otros lugares de Palestina y de
Siria (8, 1-14; 11, 19). Se destaca la larga narración del martirio de Esteban (7, 1-60). La
presencia de Saulo, en lo futuro Pablo, entre los ejecutores de Esteban y aquí evidenciada
(cf. 7, 58; 8,1-3). La actuación de Felipe en el anuncio de la Buena Nueva en Samaría (8,
4-25) y su actuación junto al funcionario etíope (8, 26-39) muestran la expansión progresiva
de la Palabra (cf. 6, 7; 8, 4. 25. 40; 9, 31; 12, 24; 13, 49; 14,7; 15, 35). Sigue la narración
del llamado de Pablo relatado tres veces en los Hechos (9, 3-16; 22, 5, 16; 26, 9-18),
indicando así la importancia que Lucas le atribuye. El episodio de la narración del paralítico
(9, 32-35) y de la resurrección de Tabita (9, 36-43) destaca a Pedro, figura central de la
primera parte del libro, que después dará lugar a Pablo, principal protagonista de los
100
Hechos. El relato del bautismo de Cornelio, centurión romano, es la narración más larga
de los Hechos (10, 1-11, 18). Pedro admite en la Iglesia a un "temeroso de Dios", mejor
dicho, a un gentil. Se trata de una pieza central, dado que de ella el autor elabora la
fundamentación teológica de la universalidad eclesial.
La llegada de la palabra a Antioquía y la consecuente conversión de los griegos (11,
9-26) muestra el camino de la Palabra. La narración de la prisión de Pedro y su libertad
(12, 1-19) cierra el ciclo de Pedro en el libro de los Hechos. Apenas habrá una rápida
referencia en el relato del Concilio (cf. Hch 15).
A renglón seguido se inician los primeros viajes misioneros (13-15) y se narran los
hechos del equipo misionero en el Asia Menor. Se destaca la creciente oposición de los
judíos (cf. 13, 45-50; 14, 19; 15, 1-2) y la adhesión de los paganos al mensaje cristiano
(13, 46-48). Pablo aún realiza hechos que provocan reacciones diversas (13, 8-12; 14, 8-
18). El Concilio de Jerusalén (cf. Hch 15), corazón del libro de los Hechos, cierra este
bloque narrativo.
la. Palabra se abre camino desde "Jerusalén hasta los confines de la tierra". Con los
capítulos 6 y 7 el autor de los Hechos elabora la caída de la "iglesia de Jerusalén" y
preanuncia la misión de los helenistas. Serán ellos los principales protagonistas en la
difusión de la palabra en Samaría, después en Antioquía.
La narración del martirio de Esteban resalta una ruptura en el camino de la palabra:
de un lado la insensibilidad de los jefes religiosos de Israel y la existencia de destinatarios
con mejores disposiciones, por otro, los gentiles. La tarea de realizar el programa misionero
indicado por el resucitado, "serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y
hasta los confines de la tierra" (Hch 1, 8).
Son tres las etapas del camino de la Palabra en esta fase de la Iglesia:
1. Felipe, uno de los helenistas, anuncia la Buena Nueva a los samaritanos, resto del
antiguo Israel (Hch 8, 4-8); después bautiza a un prosélito, es decir, a un pagano que
se había hecho judío (Hch 8, 26-40).
2. Pedro, forzado por el Espíritu, bautiza a un "temeroso de Dios" (Hch 10,1-11,18), o
sea, a un pagano que SE adhiere a la fe judaica pero sin adoptar todas sus prácticas.
Se trata de un "extranjero" respecto al pueblo judío y su contacto lo hace impuro.
Por lo tanto, aún no se dejó el judaismo.
3. Bernabé y Pablo pasan a predicar directamente a los gentiles (Hch 13, 44-52). En
Antioquía, comunidad fundada por los helenistas, el modo de encarar la misión
101
sufre un cambio: ante el rechazo de los judíos, "con toda intrepidez, Pablo y Bernabé
dijeron: era preciso que la Palabra de Dios les fuera dirigida en primer lugar a
ustedes. Una vez que la rechazan y se juzgan ustedes mismos indignos de la vida
eterna, nosotros nos vamos con los gentiles" (Hch 13,46). Y cuando dan cuentas de
su misión, "reunieron la Iglesia y se pusieron a referir todo lo que Dios había hecho
con ellos, especialmente abriendo a los gentiles la puerta de la fe" (Hch 14, 27). La
última etapa del camino de la Palabra, es así cumplida. La Iglesia llega entonces,
teológicamente, a su mayor dimensión.
En los Guiones de este bloque, iremos reflexionando sobre los servicios que la
comunidad va asumiendo a partir de las necesidades (Guión 6). La nueva mirada de
quien sigue a Jesús, hace releer las Escrituras de una forma nueva (Guión 7). Este
seguimiento de Jesús puede incluir el testimonio con derramamiento de sangre
(Guión 8), pero el Espíritu suscita un nuevo ardor misionero en comunidades vivas
y organizadas (Guión 9).
102
GUIÓN 6 ORGANIZACIÓN
DE LAS COMUNIDADES
PUNTO DE PARTIDA
1. PARTIR DE LA REALIDAD
103
2. ESTUDIO Y MEDITACIÓN DEL TEXTO
3. CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
Sugerencias
1. Partiendo de los servicios que cada participante ejerce, tener un momento de perdón,
de alabanza, de compromiso.
3. Asumir juntos un servicio que sea nuevo o conforme a las mayores urgencias.
1D5
SUBSIDIO 6 ORGANIZACIÓN
Y COORDINACIÓN
DE LAS COMUNIDADES
Como signo e instrumento del Reino, las comunidades realizan servicios de unión,
santificación, de paz y fraternidad, de defensa y promoción de la vida, de alabanza y culto
a Dios. Realizan además servicios en favor de los hermanos más necesitados y se unen al
anuncio de la Buena Nueva de Jesús.
Las comunidades eclesiales y las religiosas, a su vez, constituyen una forma ejemplar de ser
señal e instrumento del Reino y están llamadas a ser una vanguardia de humanidad liberada.
Las comunidades cristianas, sin duda, inspiraron sus vidas en la práctica de Jesús.
Pero Jesús no habló ni hizo de todo. El evangelista Juan dice que Jesús hizo muchas cosas
que no fueron escritas Qn 20,30). Ante las diversas nuevas situaciones que iban surgiendo,
las comunidades tuvieron que ser creativas. Otras veces buscaban en la memoria o entre
los "testigos oculares" (Le 1, 2) las posibles orientaciones que Jesús hubiera dado. Jesús
dejó algunos mandatos. Están registrados en los evangelios. Algunos son dirigidos a una
10B
persona determinada, otros a la multitud en general. Ahora vamos a recordar tan solo
algunos de estos mandatos de Jesús. Otros podrán ser buscados en los evangelios.
El más conocido de todos es el mandamiento nuevo (cf. Jn 23, 34; 15, 12. 17). Es
el gran mandato de Jesús: "Esto les mando: ámense unos a otros" (15,17). Jesús dio aún
otros mandatos respecto a diversos comportamientos de la práctica cristiana: el perdón
(Mt 18,15-18; Le 6, 37); el amor a los enemigos (Mt 5, 44; Le 6, 27-35); el ser perfecto (Mt
5, 48); el ser misericordioso (Le 6, 37); la práctica de la justicia (Mt 6,1); la oración (Mt 6,
5-13); la riqueza (Mt 6, 24); el juzgar (Mt 7,1; Le 6, 37); el modo de evangelizar (Mt 10, 5-
23); el mantener viva su memoria (Le 22, 19).
a) "No teman. Vayan y anuncien a mis hermanos que se dirijan a Galilea, allá me verán"
(Mt 28, 10). ¡Y la orden se la da a las mujeres!
b) "Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones y háganlas mis discípulos, bautícenlas
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo
lo que les he mandado a ustedes" (Mt 28, 19-20). Es el mandato dado a los Once
antes de la ascensión.
c) "Anda y dile a mis hermanos que voy a reunirme con el que es mi Padre y Padre de
ustedes" (Jn 20,17). Es lo que Jesús ordena a María Magdalena, haciéndola apóstola
de los apóstoles.
d) "Reciban el Espíritu Santo. A quienes les perdonaren los pecados les serán perdonados;
a quienes no les perdonaren les serán retenidos" 0n 20, 22-23). Es lo que Jesús
ordena a los discípulos.
Son mandatos de Jesús dados tanto a mujeres como a hombres y en ellos se inspiraban
las comunidades cristianas.
* Apóstoles: comprende a los Doce y a otros enviados más tarde, como Bernabé,
Silas, Tito y Timoteo (Hch 14, 4). Pablo se autodenomina "apóstol" (Rm 1,1; ICo 1,
1; Ga 1, 1). Y en Rm 16, 7, Andrónico y Junia son citados como "apóstoles eximios".
* Profetas: Sin citar nombres, son una presencia importante en las iglesias (Hch 13,
1; Rm 12, 6; ICo 12, 28; 14, 29).
* Maestros y doctores: ejercen la función de enseñar (Hch 13, 1; ICo 12, 28).
* Obispos: los encontramos en Efeso (Hch 20, 28; lTm 3, 2); en Filipos (Flp 1,1) y en
Creta (Tit 1, 7).
* Presbíteros: en Jerusalén (Hch 11, 30), en la diáspora (Stg 5, 14) y en Asia Menor
(Hch 14, 23).
IOS
* Diáconos: Además del término que indica el servicio a Dios y a los hermanos (2Co
6, 4; 11, 23; Ef 6, 2), encontramos diáconos en Filipos (Flp 1,1) y Febe es "diaconisa
de la iglesia de Cencrea" (Rm 16, 1).
4. DONES Y CARISMAS
Entre las diversas funciones son indicadas las personas dotadas de carismas o dones
para la edificación de la comunidad, cuerpo de Cristo. Los dones son formas de servir a
la comunidad, según sus necesidades.
Tres listas significativas de dones y servicios pueden ser destacadas en las cartas
paulinas:
c) ICo 12, 28-30: En este texto Pablo establece una jerarquía de dones y servicios: l e
Apóstoles; 2- profetas; 32 doctores; 4- don de milagros; 52 don de curación; 6fi don
de asistencia; 7- don de gobierno; 82 don de lenguas.
El don o carisma por excelencia, con todo, Pablo lo celebra en ICo 13, el famoso
himno a la caridad. Relativiza los diversos dones y servicios y los coloca a todos como
subordinados a la caridad. El ministerio de la caridad es un ministerio universal.
En los Hechos 6, 1-6, tenemos la institución de los servicios para atender a las
necesidades de una determinada comunidad cristiana. La diversidad de dones y servicios
1G9
en los textos del NT revelan que los ministros no eran instituidos de forma universal, a no
ser el don de la caridad. Existe una riqueza de formas de servir.
Hoy hay un renacer de servicios y ministerios en la Iglesia, que buscan atender las
nuevas necesidades de la comunidad cristiana y de la misión. Son centenares de formas
nuevas de servicios que los cristianos encuentran para realizar el proyecto de Dios. En
nuestras parroquias y comunidades, particularmente en las CEBs, hay una diversidad de
formas de servir que hacen a la Iglesia bien próxima a la época de su nacimiento.
Un cambio de los servicios desempeñados en las comunidades hoy, muestra que la
gran creatividad es fruto del Espíritu. En el área de la Liturgia el pueblo ya descubrió más
de 50 formas diferentes de ejercer el ministerio, que va desde encender la vela del altar
hasta promover y organizar la pastoral litúrgica en los diversos niveles de la Iglesia. Lo
mismo se puede constatar en las áreas de la catequesis, de la formación de animadores,
en los grupos de reflexión y tantos otros. Donde más florecen estas nuevas formas de
ministros es en las pastorales específicas como la pastoral del menor, de la mujer marginada,
la pastoral de los niños, de los abandonados en la calle, de los indios, de los negros, etc.
Buscar responder a las necesidades fue el criterio para el surgimiento de los diversos
servicios en las comunidades cristianas primitivas. Este criterio continúa siendo valioso
también hoy.
110
GUIÓN 7 NUEVA LECTURA
DEL MISMO PASADO
PUNTO DE PARTIDA
1. PARTIR DE LA REALIDAD
Sugerencias:
2. Rezar uno de los Salmos que son relectura del pasado (SI 105-107).
11 3
SUBSIDIO 7 LAS COMUNIDADES CRISTIANAS
REINTERPRETAN LA ESCRITURA
Una de las cosas que más llama la atención es la frecuencia y la manera con que los
primeros cristianos usaban e interpretaban la Biblia. Prácticamente no hay página del
Nuevo Testamento que no tenga una o más referencias a la Escritura de los judíos, lo que
nosotros llamamos Antiguo Testamento. Por ejemplo, Felipe aplica a Jesús el texto del
Siervo de Yavé (Is 53, 7-8; Hch 8, 27-38). La comunidad de Jerusalén lee el Salmo 2 y lo
aplica a la persecución que ellos estaban sufriendo (Hch 4, 23-30). En los discursos de los
Hechos, la Biblia es utilizada para evangelizar (cf. Hch 2,14-36; 3,11-26; 4, 8-12; 7,1-54;
13, 16-41). Pablo dice que la usaba para sacar provecho (ICo 10, 6-11). Y así podemos
seguir. Para ellos, interpretar la Escritura era lo mismo que juntar fe con vida. Porque la
Escritura era la expresión de vida de ellos. Era su historia, su memoria, la fuente de su
identidad.
No todos usaban la Biblia del mismo modo. En este Subsidio veremos de cerca como
Esteban interpretó el Antiguo Testamento en el discurso dirigido a quienes lo acusaban
de estar contra el Templo y la Ley de Moisés (Hch 6, 13-14).
114
de nuestro camino". Tanto Esteban como sus adversarios, ambos buscaban la Biblia para
defender sus posiciones.
Este problema es muy actual. Por dos motivos. 1. Ante la Iglesia que se renueva,
muchos prefieren la religión anterior. Apartan lo que incomoda del mensaje del Evangelio
que pide conversión y abandono de posiciones conquistadas, para volver a ser un simple
servidor o servidora de los pobres. 2. Hoy, todos usamos la Biblia, cada uno a su modo.
Unos para defender su posición conservadora, otros para iluminar su posición de apertura
a las exigencias del mundo de hoy. ¿Quién tiene razón?
1. Esteban supone que sus oyentes conocen la Biblia. No necesita explicar primero
quién es Moisés o quién es Abraham o Josué. Ellos conocían la Biblia de memoria.
2. Esteban recuerda solamente una parte de la historia: los patriarcas y el éxodo. Casi
no habla de David. A Salomón apenas lo menciona de paso para criticarlo. Ignora la
115
historia de los Reyes y del exilio. No habla nada del largo período después del exilio.
Hace una lectura selectiva.
3. Esteban tiene mucha libertad y familiaridad frente al texto bíblico. Aquí y allá, hasta
cambia el texto, para que sea un espejo más nítido del presente. Por ejemplo, en Hch
7, 7, en vez de "sobre esta montaña", es decir, el Sinaí, conforme al Ex 3,12, dice "en
este lugar" sugiriendo así el Templo.
4. Esteban cita la Biblia conforme a la traducción de los judíos helenistas, llamada los
Setenta, y añade cosas que vienen de una tradición oral popular extra-bíblica,
transmitida en Samaría, conocida también por Filón y por Flavio Josefo. Por ejemplo,
la división de la vida de Moisés en tres etapas de 40 años (Hch 7, 23. 30. 36) no
proviene del Antiguo Testamento sino de esta tradición samaritana. En los Hechos 7,
16, él dice Siquem (en Samaría) en vez de decir Macpela (en el Sur), conforme decía
el texto bíblico (Gn 50, 13). Esto quiere decir que el contexto de la vida de Esteban
era un contexto más abierto, capaz de reconocer cosas buenas en los samaritanos,
considerados heréticos.
5. Esteban hace una interpretación que incomoda. Llama la atención para cosas que el
pueblo no está acostumbrado a reflexionar ni le gustaba oír. Por ejemplo, basado en
textos bíblicos, presenta a Moisés como un líder discutido y criticado, rechazado por
su propio pueblo (Hch 7, 27-29. 35. 39-43. 47-48. 51-53). Esteban hasta tiene el
coraje de criticar a Salomón por haber construido el Templo (Hch 7, 49-50). De este
modo, convierte al pasado en acusación contra aquellos que no querían aceptar a
Jesús.
6. Esteban habla de Moisés pero piensa en Jesús. Así, como Jesús, Moisés trae la salvación
(Hch 7, 25), es jefe y libertador (Hch 7,35), realiza milagros y prodigios (Hch 7, 36),
es colocado entre Dios y los hombres (Hch 7, 38), tiene palabras de vida (Hch 7, 38),
encuentra oposición en el pueblo (Hch 7, 27) y por él es rechazado (Hch 7, 35. 39).
Moisés es una prefiguración de Jesús. Jesús es el profeta anunciado por Moisés (Hch
7, 37). La Biblia se convirtió en espejo del presente que vivía Esteban.
7. La forma en que Esteban recordaba la Biblia era semejante a la de leer los textos
bíblicos en las sinagogas de la época. Por ejemplo, los versículos 7 a 34 del discurso
siguen casi paso a paso a los capítulos 1 a 3 del libro del Éxodo, haciéndoles un
breve comentario y revelando su unión con la vida de los oyentes. Esta forma de leer
y comentar la Biblia se llamaba Targum.
116
Los oyentes sabían muy bien a dónde Esteban quería llegar con esta forma nueva de
leer la historia del pueblo. Pero no podían decir nada, ya que lo que Esteban decía era la
pura verdad. Procedía directamente de la Biblia. Comenzaron a reaccionar con furia
solamente cuando Esteban dejó la Biblia y pasó a acusarlos directamente (Hch 7, 51-54).
RESUMIENDO
2. Ellos mezclaban la Biblia con la tradición popular, sobre todo con la tradición
samaritana.
6. Hablaban del pasado, pero pensaban en el presente. Usaban la Biblia para clarificar
el presente.
7. Seleccionaban los textos de acuerdo a las necesidades del momento, hacían una lectura
selectiva.
El discurso de Esteban ayuda a entender lo que viene a ser una Visión Global de la
Biblia. Generalmente, entendemos que sea una síntesis completa de todo lo que sucedió
y fue escrito en la Biblia. Si fuese así, todas las visiones generales deberían ser iguales.
Pero la misma Biblia trae muchas síntesis diferentes de la misma historia del pueblo de
Dios. Veamos algunas: el así llamado Credo del Antiguo Testamento (Dt 26,4-9), el discurso
de Josué en la asamblea de Siquén (Jos 24, 2-13), la oración de los levitas en el libro de
Nehemías (Neh 9, 5-37), el discurso de Aquior, el amonita, al general Holofermes (Jdt 5, 5-
21), la reflexión sobre el pasado de Israel con ocasión de la destrucción de Samaria (2Re
17, 7-23), las meditaciones sapienciales sobre los antepasados hechas por Jesús Ben Sirac
(Eclo 44 a 50) y por el libro de la Sabiduría (Sab 10 a 19), varios salmos que meditan o
celebran el pasado (SI 68; 77; 78; 105; 106; 107), el discurso de Pablo en Antioquía de
1 17
Pisidia (Hch 13,16-25), la meditación de la carta a los Hebreos sobre la fe de los antepasados
(Hbll, 1-40).
Ninguna síntesis es igual a otra. Cada libro o autor tiene su versión: acentúa o
selecciona, corta o aumenta, junta o separa, conforme a la necesidad del momento. La
nueva situación en que el pueblo se encontraba le comunicaba una nueva forma de ver
para realizar la relectura de su historia de otra manera. Así hoy despertados por la
situación de opresión en que nos encontramos aquí en América Latina, comenzamos a
descubrir dimensiones en la Biblia que antes no percibíamos. Por ejemplo, ver a Jesús
como Libertador. Lo mismo le sucedió a Esteban. Despertado por la experiencia liberadora
de la resurrección y por la situación de enfrentamiento en que se encontraba, reacciona
contra la presión de sus adversarios que querían encerrar todo y a todos dentro de la
ideología de la Ley y del Templo. Por eso, en su interpretación de la historia, Esteban no
habla de la observancia de la Ley. Casi no habla del Templo. Apenas lo menciona para
criticarlo (Hch 7, 47-48). Omite toda la historia de los Reyes y no dice nada de la reforma
de Nehemías y Esdras, que era el fundamento de la ideología de sus adversarios. Pero sí
habla de la iniciativa gratuita de Dios que hace su obra.
118
GUIÓN 8 EL MARTIRIO:
TESTIMONIAR LA BUENA NOTICIA
PUNTO DE PARTIDA
1. PARTIR DE LA REALIDAD
Crece hoy el número de personas que mueren asesinadas en nuestra América Latina.
Son vidas humanas que caen y que son consideradas mártires. Con todo, sus muertes son
un grito a la sociedad sorda... Constituyen un testimonio... Las razones de las muertes son
las más diversas: secuestros, venganzas, narcotráfico, las llamadas "quemas de archivos",
peleas, etc. Otras muertes son consecuencia de la fidelidad a una opción de vida, al
proyecto de Jesús. Son innumerables los mártires de ayer y de hoy. A partir de la fe en
Jesucristo, apoyados por la Palabra de Dios, estos hermanos y hermanas son fieles hasta
el fin.
113
* Prepararse para escuchar la Palabra, cantando y colocando una cruz junto a los
nombres y fotos de los mártires.
2. ¿Qué nos enseña este texto sobre la muerte de martirio? ¿Y sobre los
linchamientos apoyados por la población?
3. CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
Sugerencias:
* Hacer una lista de los documentos de la Iglesia sobre el mandato misionero a partir
del Vaticano II.
121
SUBSIDIO 8 ROMPER CON EL TEMPLO
DE LA ANTIGUA ALIANZA
Todos los años, con ocasión de las fiestas, los peregrinos subían a Jerusalén. Cuando
llegaban cerca de la ciudad santa, los peregrinos rezaban: "Nuestros pasos ya se detienen
a tus puertas, Jerusalén" (SI 122, 2). Entonces, cuando miraban hacia la ciudad, una
construcción se destacaba en el paisaje, provocando la admiración de todos: "Miren qué
piedras. Vean qué construcción (cf. Me 13, 1). Esta construcción en mármol negro,
blanco y amarillo, con frisos en oro puro y puertas y ventanas revestidas de oro que
brillaban al sol, encantando a los peregrinos que llegaban del interior. ¡Era el templo
de Jerusalén!
En la época de Jesús el Templo estaba pasando por profundas reformas. Las obras
habían sido comenzadas por Herodes el Grande, en el año 20 a.C. Los trabajos estaban
dirigidos a ampliar, ornamentar y embellecer el edificio. Cerca de 18,000 obreros trabajaban
en las obras, que se prolongarían hasta el año 62 d.C. Unos ocho años después de la
terminación de la reforma, lo que restaba del Templo era un montón de ruinas humeantes.
Fue destruido por los romanos, cuando reconquistaron Jerusalén en la guerra con los
judíos (70 d.C). La destrucción del Templo dejó a todas las corrientes del judaismo
sumergidas en profunda crisis. Al final, para todas estas corrientes, el Templo era la
garantía de la presencia de Dios en medio del pueblo. Y dentro de estas corrientes, los
seguidores de Jesús de Nazaret.
Ya vimos la ambigüedad de un templo en una sociedad como la de Jesús (cf. Subsidio
2 del Volumen III de esta Colección). Por un lado, el templo era el centro de la piedad
popular. Hacia allí concurrían en peregrinaciones, porque allí estaba el lugar sagrado de
liturgias penitenciales, de perdón, de expiación, de purificación y de alabanzas. Todo
judío piadoso, aún viviendo en un lugar lejano, debería ir al templo una vez en su vida
(cf. Ex 23, 17). Aún en el lugar más distante, cuando rezaba, el fiel debería orientar su
cuerpo en dirección a Jerusalén y al Templo (Si 138, 2).
El lugar habitado por la divinidad, punto de encuentro entre el cielo y la tierra (Ez
5, 5; 38,12; 43, 7), era un espacio en el centro del Templo, llamado "Santo de los Santos",
o sea, "un lugar santísimo" (cf. Ex 40,12). Allí habitaba Yavé. Una vez por año, el sumo
sacerdote entraba en este espacio y pedía perdón por los pecados del pueblo, aún por los
1 22
que vivían en los lugares mas distantes, en la Diáspora. Este ritual de expiación, hecho en
el Día del Perdón, era la garantía de salvación para el pueblo, que por una serie de
garantías legales de pureza, estaba impedido de entrar en el recinto sagrado y de ofrecer
sacrificios. En este día, todos, purificados por el rito, estaban en contacto con Yavé,
recuperando las fuerzas para continuar su camino, contando con el perdón de Dios para
todas sus faltas.
2. EL OTRO ASPECTO
DEL TEMPLO
* el "tercer diezmo" o "diezmo de los pobres". Se pagaba en el tercer o sexto año. Las
aldeas, después de pagar el primer y segundo diezmo, separaban la décima parte de
lo que sobraba y lo enviaban al templo. Era para ser distribuido a los pobres de
Jerusalén (cf. Dt 14, 28-29).
3. JESÚS EN EL TEMPLO
Nacido en una familia judía, Jesús sigue la práctica religiosa de su gente. Fue presentado
en el templo cuando nació, por ser el primogénito de José y María, y la Ley mandaba
12-4
rescatar el primogénito (Le 2, 22-28). A los doce años, un año antes de lo que prescribía
la Ley, hizo el ritual del paso a la vida adulta, leyendo y comentando un trozo de la Ley
delante de los escribas en el templo (Le 2, 41-45). Con su familia, participaba de las
peregrinaciones anuales a Jerusalén, en ocasión de la fiesta de Pascua o de otras fiestas
(Le 2, 41).
Durante su vida pública, la actitud de Jesús con relación al templo, está dentro de la
más auténtica corriente profética en Israel. Jesús no era de una familia sacerdotal. El
gesto de Jesús al expulsar a los cambistas y a los vendedores de palomas delante la puerta
del santuario es un eco de las palabras de Miqueas (Mi 3, 12), Jeremías (Jr 26, 1-18) e
Isaías (66, 1-4). De la misma forma, los evangelios no dicen que Jesús haya ofrecido un
sacrificio en el templo. Jesús revive las palabras de Oseas, "quiero misericordia y no
sacrificios" (Os 6, 6; Mt 12, 7-8).
La práctica de Jesús muestra gestos de ruptura con el Templo de Jerusalén, no en
cuanto Casa de Dios, sino como centro regulador de la vida común del pueblo. Este gesto
de ruptura se concretaba en la orden dada por Jesús después de hacer una curación: Jesús
no envía al templo, sino que le dice a la persona que vaya a su casa (cf. Me 2, 10; 8, 26).
Este gesto de ruptura se dirigía a liberar al pueblo de las cadenas de la Ley de la pureza
y de la observancia ciega del sábado.
La palabra de Jesús dirigida contra el templo en ocasión de la expulsión de los
cambistas marcó a los discípulos. Fue releída más tarde cuando la comunidad se dividió
ante esta cuestión. Si Jesús no hubiese pronunciado una palabra contra el templo, hubiera
sido muy difícil que las comunidades superaran el santuario como centro religioso, como
Casa de Dios. Esta palabra de Jesús contra el templo le chocó a la clase sacerdotal que
vivía a costa de los sacrificios. Al hablar contra el templo, Jesús no atacaba solamente a
los cambistas y a los vendedores, sino que atacaba todo un sistema de explotación religiosa
mantenida por los sacerdotes. La base de la acusación contra Jesús al ser juzgado, fue su
palabra contra el templo (cf. Me 14, 58; Jn 11, 47-48).
Al comienzo, los seguidores y seguidoras de Jesús eran todos judíos. Y, según parece,
ellos no entendieron enseguida los gestos de Jesús rompiendo con el templo. El libro de
los Hechos muestra que estos cristianos continuaron frecuentando el santuario (cf. Hch 2,
46; 3, 1). Hacían esto dentro de la piedad tradicional, reuniéndose y rezando en la Casa
de Dios. El libro de los Hechos tampoco dice que los cristianos hayan ofrecido sacrificios
en el templo.
El problema surgió cuando los judíos helenistas y los samaritanos se adhirieron a la
comunidad. Estos dos grupos no le daban importancia al templo de Jerusalén. Los helenistas,
125
por ser de la Diáspora, relativizaban mucho el culto sacrificial del templo, ya que la
liturgia sinagogal les era suficiente y más abierta. Para los judíos helenistas el templo era
una dificultad que impedía que los gentiles se convirtiesen al judaismo. En aquella época,
si un gentil se convertía al judaismo, no podía entrar en el templo por el hecho de haber
nacido gentil. Los cristianos venidos del helenismo no querían que la comunidad cristiana
pasase por esta misma dificultad. Para la corriente helenista, hablando por Esteban, el
sacrificio único de Jesús volvía inútiles los continuos sacrificios de animales en el templo
(cf. Hch 6,13-14). Con la muerte de Jesús, el Templo de Jerusalén era un predio suntuoso,
pero obsoleto.
Los samaritanos habían roto con el judaismo oficial desde la reforma de Esdras
(alrededor del 350 a.C). Construyeron un santuario en lo alto del monte Garizim, cerca
de Siquem, y ahí centralizaron sus prácticas religiosas. Ese templo fue destruido por Juan
Hircano en el 128 a.C, cuando los judíos reconquistaron Samaría. Este gesto violento
hizo que judíos y samaritanos se odiasen continuamente (cf. Jn 4,9)- En el 35 d.C. Pilato
masacra muchos samaritanos y nuevamente viola el santuario. Los samaritanos que
entraron en la comunidad cristiana trajeron su doctrina contraria al Templo de Jerusalén.
Conocemos estas posiciones de los samaritanos en el diálogo entre Jesús y la samaritana
en el Evangelio de Juan (Jn 4, 20-24).
Esta división dentro de la comunidad en relación al Templo de Jerusalén debe haber
durado hasta el año 70 d.C, cuando las tropas romanas ocuparon y destruyeron Jerusalén.
Con la destrucción del santuario, las comunidades releyeron las palabras y los gestos de
Jesús con relación al templo y concluyeron: la divinidad ya no habita allí. El templo ya
pasó.
Este proceso no fue repentino ni fácil. La conciencia llegó lentamente. Varios textos
del Nuevo Testamento reflejan esta posición conquistada por la comunidad:
* En Jesús, Palabra de Dios hecha carne, reside la Gloria de Dios (Jn 1, 14).
12B
* Jesús es el verdadero cordero, sin manchas ni dilectos (IIV I, I <)). Y sus seguidores
y seguidoras son como piedras vivas, usadas en la construcción de un Templo
espiritual. Los propios cristianos son como sacerdotes, ofreciendo a Dios por medio
de Jesucristo, el verdadero sacrificio (IPe 2, 5-9)- Todos los que creen en la Palabra
de Jesús de Nazaret forman parte del pueblo de Dios, raza elegida, nación santa,
sacerdocio regio.
1 27
GUIÓN 9 EXPANSIÓN A TRAVÉS DEL CRECIMIENTO
DE LA CONCIENCIA MISIONERA
PUNTO DE PARTIDA
1. PARTIR DE LA REALIDAD
Sugerencias:
130
SUBSIDIO 9 LA EVANGELIZARON
ITINERANTE
El mismo Jesús inauguró un nuevo estilo de vida, a partir del anuncio del Reino,
viviendo El mismo, personalmente, y formando un movimiento itinerante de anuncio de
una nueva y buena noticia. Este grupo de evangelizadores itinerantes habría sido
responsable de la primera difusión del mensaje de Jesús y, después, de los escritos de los
Evangelios.
Innumerables textos, en los evangelios, señalan hacia este estilo de vida. Estas primeras
personas que siguieron a Jesús, vivían a la expectativa de un fin próximo, en el que se
131
implantaría la justicia. Por lo tanto, se caracterizaban como un grupo escatológico,
"milenarista".
Se trata de un grupo alternativo a la sociedad establecida, un grupo marginal, en el
que había mujeres, nombres, pecadores, enfermos, subversivos.
Jesús, por lo tanto, estaba lanzando un estilo de vida independiente de la tierra
natal, sin familia, sin propiedades, sin seguridad. Esto se traduce como un nuevo ethos
(costumbre social), ethos de desapego, abandono de la familia propia, crítica a la riqueza
y a las posesiones.
El llamado discurso de la misión (Mt 10,9-14) ofrece un primer perfil de los misioneros
ambulantes, y revela su desapego total, desapego hasta de la propia tierra natal. Muestra
claramente una vida de andariegos que va de ciudad en ciudad.
Por eso Jesús puede decir: "No lleven oro, ni plata, ni cobre en sus cintos, ni alforjas
para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni cayado, porque el obrero es digno de su
sustento. Cuando entren en una ciudad o en un poblado, traten de saber si hay alguien
que sea digno, y permanezcan allí hasta que dejen el lugar" (Mt 10, 9-11)-
Existen innumerables textos que hacen referencia al desapego familiar, tales como:
"El Hijo del Hombre no tiene dónde reclinar su cabeza" (Mt 8, 22). "Sigúeme y deja que
los muertos entierren a sus muertos" (Mt 8, 22). "No piensen que vine a traer la paz a la
tierra. No vine a traer paz sino la espada. En efecto, vine a contraponer el hijo con su
padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra. En suma, los enemigos del
hombre serán sus propios familiares" (Mt 10, 34-36). "No existe profeta sin honra, sino en
su patria y en su casa" (Mt 13, 57). "Hay eunucos que así nacieron desde el vientre
materno. Hay eunucos que fueron hechos por los hombres. Y hay eunucos que se hicieron
eunucos por causa del Reino de los Cielos" (Mt 19, 12).
Frases como estas, en la boca de Jesús, denotan un radicalismo total, y revelan un
estilo de vida profundamente innovador. Estaba lanzada la propuesta de un nuevo grupo,
alternativo, de predicadores ambulantes.
Para vivir este desafío era necesario ante todo desestabilizarse. Sería imposible, en
los esquemas fijos de una casa propia, seguir tal propuesta.
132
"Nosotros dejamos todo y te seguimos" (Mt 19, 27).
"Miren las aves del cielo., miren los lirios del campo" (Mt 6, 26. 28).
Otros tantos textos nos hablan del desapego de las amarras diarias. Tales textos
se comprenden más claramente dentro de un contexto de vida itinerante. Basta leer, por
ejemplo, las instrucciones referentes a la despreocupación por el comer, por el vestir, por
el mañana (Mt 6, 25-34). Así también las promesas a quien recibe a los misioneros, que
tienen garantizada una recompensa hasta por un vaso de agua ofrecido en nombre de
Jesús (Mt 10, 42).
La hospitalidad es el elemento esencial en esta vida libre y totalmente desapegada.
Otro texto clave dentro de la propuesta de Jesús, presenta las condiciones del
discipulado como renuncia radical (Mt 16, 24-26).
Este trozo puede ser aplicado a la vida de un misionero ambulante, que optó de
manera radical por Cristo, y que experimenta las dificultades que esta opción implica
cada día. De ahí la necesidad de la renuncia total, negarse a sí mismo, cargar la cruz,
perder la vida para seguir fielmente a Jesús.
La vida de Pablo, al igual que la de otros apóstoles, está marcada por sus numerosos
viajes. Fueron estos viajes lo que garantizaron la difusión del mensaje evangélico por el
mundo de la época.
Pablo pasó doce o trece años andando de ciudad en ciudad, haciendo tres grandes
viajes. Algunos de sus acompañantes de viaje fueron Bernabé, Juan Marcos, Silvano,
Timoteo, Lucas, Priscila y Aquila...
Viajar, en aquella época, era difícil y peligroso. Los misioneros andaban grandes
trechos a pie, solos o en caravanas, por tierra o por mar. Leemos un testimonio vivo de
Pablo: "Hice muchos viajes. Sufrí peligros en los ríos, peligros de parte de ladrones,
peligros en las ciudades, peligros en el desierto, peligros en el mar. Tres veces naufragué.
Pasé un día y una noche en alta mar" (2Co 11, 16. 25).
Existía además la dificultad del idioma, teniendo que comunicarse en griego, a veces
en arameo o hebreo, y quién sabe si también no fue en latín, además de los diversos
dialectos regionales.
Había innumerables problemas en relación al sustento, porque el ideal de ser
sustentado por las comunidades no siempre funcionaba. Además de eso, Pablo y su grupo
hacían cuestión de vivir de su propio trabajo. No menos dificultades eran los riesgos de la
salud, lo que le hizo escribir a Pablo: "Muerto de cansancio, muchas noches sin dormir,
con hambre y sed, con muchos ayunos, con frío y sin abrigo" (2Co 11, 27).
¿Esto significa hoy ser itinerante? La disponibilidad de vivir el Evangelio lo responde.
Exige radicalismo. A veces renunciar al silencio personal, viviendo en medio de los ruidos
de un barrio, en la escasez de los suburbios, en las carencias de una choza. El atender a
las personas caracteriza la vida de una persona itinerante, siempre pronta a atender a
quien le busca.
134
BLOQUE 3- LAS IGLESIAS
ENLADIÁSPORA
Contexto histórico
135
66/73 Revuelta de los Zelotes ("Guerra Judaica").
70 Destrucción del Templo.
132/135 Revuelta de Bar Kokhba.
135 Aniquilación total de Jerusalén.
El libro de los Hechos y algunos otros escritos, nos iluminan sobre la relación entre
judaismo y cristianismo en aquellos años entre el 30 y el 70 d.C..
Conforme a Me 16, 7, y copiado por Mt, y conforme ajuan 21,1-13, debemos pensar
que le movimiento cristiano después de la muerte de Jesús se rehizo en Galilea. Lucas, sin
embargo, termina su evangelio e inicia el libro de los Hechos presentando la reconstitución
en Jerusalén, luego de la muerte de Cristo, sin salir de la ciudad (Le 24, 49; Hch 1, 3 ss).
Podemos sospechar que Lucas fuerza la historia para que entre su visión teológica (Jerusalén
como eje entre la actividad de Jesús y la Iglesia; cf. vol. 5 e Introducción a los Hechos de
los Apóstoles en el presente volumen).
De todos modos, la primera comunidad era la de los "galileos" bajo la dirección de
los Doce, sea en Galilea, sea en Jerusalén. Lucas la presenta como reuniéndose en el
Templo (Hch 2, 46). Estaba integrada al judaismo, que antes de la Guerra Judaica estaba
bastante diversificado. En determinado momento, probablemente bien temprano, Santiago,
"hermano del Señor", sin pertenecer a los Doce, se convirtió en uno de los líderes de la
Iglesia de Jerusalén. Se trata probablemente de "Santiago el Menor" o de Me 6, 3; 15, 40;
Hch 12, 17; 15, 13; 21, 18; ICo 15, 7; Ga 1, 19; 2, 9-12; Jd 1, 1 (cf. Introd. AStg. tema a
seguir. Es él, antes que Pedro, quien dirige la Iglesia de Jerusalén en el año 48, cuando el
Concilio de Jerusalén (cf. subsidio 12).
Si la atribución de la carta de Santiago fuera auténtica, tendríamos ahí un
documento oriundo de esta comunidad madre, que es judeocristiana. De hecho,
encontramos en la carta de Santiago muchas semejanzas con las palabras de Jesús
que Mt y Le encontraron en un documento que ellos consultaron para escribir sus
evangelios. Los Logia de Jesús (ver el Vol. 5). Este documento, que se puede reconstituir
por la citas de Mt y de Le, es generalmente considerado como originado en la comunidad
de Jerusalén o la de Galilea. La comunidad que respalda la carta de Santiago tiene las
mismas características y la ausencia de cualquier referencia, sea a la destrucción del
Templo, sea al conflicto con el judaismo, lleva a situarla antes de la Guerra Judaica y
la destrucción del Templo.
1 37
Todavía, la atribución de la carta de Santiago puede ser ficticia (cf. a seguir la
Introducción a Santiago). Si la "sinagoga cristiana" de donde surgió la carta no fuera la
propia comunidad madre de Jerusalén, debe ser una comunidad judeocristiana de Galilea
o de la región fronteriza de la Siria. Según los Hechos, cuando Pablo se encaminaba para
perseguir a los cristianos en Damasco, existía allí una comunidad de judeo-cristianos,
representada de modo ejemplar por la figura de Ananías (Hch 9, 10). Una comunidad
"jacobina" (de Santiago = Jacob) fuera de Jerusalén podría tener rasgos semejantes.
Las comunidades
fundadas por los "Siete"
La "revolución" de Pedro
Según Hechos 10-11, el mismo Pedro, bajo inspiración divina, va a romper el tabú de
la pureza en la alimentación y practicar la comunión de mesa con los no - judíos - soldados
y otros - que eran muy frecuentes en la Palestina de aquel tiempo. Tal comunión de mesa
era una conquista fundamental para que el cristianismo pudiese abrirse a los paganos sin
barreras ni discriminaciones, pues todos los evangelistas, aún Mateo, documentan
abundantemente que Jesús superaba las barreras religiosas y rituales del judaismo farisaico
y rabínico.
Esta práctica de Pedro ofrece probablemente una muestra de lo que sucedía en las
comunidades mixtas. El "Concilio de Jerusalén", en 48/49 d.C, aparentemente provocado
por la práctica semejante de Pablo, girará exactamente sobre eso y establecerá reglas
de convivencia para judeocristianos y gentiles-cristianos en el seno de las comunidades
mixtas.
13B
De la Iglesia de la Circuncisión a la Iglesia de todos
El presente Bloque 32 presenta algunas muestras para iluminar la "ruptura del cordón
umbilical" que ataba la Iglesia al judaismo. Ruptura del cordón umbilical en el sentido de
emancipación en relación a los elementos socio-culturales y religiosos del judaismo, no,
con todo, rechazo de las raíces judías. Hoy más que nunca descubrimos el valor de estas
raíces. Y sería bueno que la herencia judeocristiana de la Iglesia de Jerusalén tuviese
mayor peso entre nosotros. Existen hoy, en Israel, apenas cuatro pequeñas comunidades
hebreas que pertenecen a la Iglesia católica. Los católicos latinos estamos acostumbrados
a entender "católico" o universal, como sociedad mundial, "aldea global", identificada
con la cultura dominante. Sin embargo, las comunidades judeo-cristianas realizan la
catolicidad, la universalidad, de otra manera: como pequeño resto, pueblo testigo, luz de
las naciones, al modo del Siervo del Señor.
En el Guión 10 (y el Subsidio), presentamos un discurso y práctica cristiana dentro
del cuadro mental del judaismo: la carta de Santiago. En el Guión 11 (y Subsidio), mostramos
el tipo de evangelización realizada por Pablo en el mundo no judío - el de los Gálatas - que
ilustra las circunstancias del Concilio de Jerusalén. Este es presentado en el Guión y
Subsidio 12, mientras en el Guión 13 se muestra la salida desinhibida de evangelización
paulina rumbo al "ecumene", al mundo del Imperio romano. El Subsidio 13 llama la
atención sobre el carácter preponderantemente urbano de ese mundo.
1) Santiago el "Mayor", hijo de Zebedeo, que pertenecía a los Doce (Me 3, 17 y par.),
inclusive al núcleo de los tres íntimos de Jesús (Me 5, 37; 9, 2; Hch 1,13; etc.),
martirizado en el 44 d.C. (Hch 12, 2);
No se excluye que Santiago el Menor (3) sea Santiago de Alfeo (2). En este caso,
habría pertenecido a los Doce.
No solo por su rúbrica, sino también por su contenido, la carta de Santiago se revela
de origen judeo-cristiano palestinense y, por eso mismo, de gran valor testimonial de la
más primitiva carnada del movimiento cristiano.
Su cristología es simple, pero fundamental: Jesús es "Señor", título que expresa la
función divina, es "(Señor) de la gloria", término que resume la realidad de la resurrección
y entronización en el poder junto a Dios (1, 1; 2, 1). Por lo tanto, no se puede dudar de
la genuinidad cristiana de la carta.
Además de eso, Jesús es la clave de interpretación de vida práctica, que los judíos
resumen bajo el término de Tora, que acostumbramos a traducir por "ley", pero mejor se
traduciría por "orientación" o "enseñanza". Así, 2, 1 dice que no es posible confesar la fe
en nuestro Señor Jesucristo glorioso" como una acepción de personas. Desarrolla un
raciocinio típicamente judío sobre la práctica de la justicia y de la Tora, práctica esa que
se resume en el "mandamiento regio" de la caridad (2, 8, cf. Lv 19, 18; Me 12, 28-34 y
paralelos; Ga 5, 13-24, etc.). En otros términos, la fe en Jesucristo es la clave de
interpretación de la Tora, del modo de vivir. Esto es bien judaico. Si el espíritu griego se
ocupa con la teoría, la ortodoxia, el espíritu judío se preocupa más de la ética, la ortopraxis,
con tal que sea respetada la unicidad de Dios - en el sentido exactamente de su señorío,
su autoridad práctica exclusiva sobre nuestra vida.
La carta de Santiago es en este sentido un buen ejemplo de cristianismo práctico. No
por casualidad son muy frecuentes las semejanzas con la tradición sinóptica, especialmente
con el Sermón de la Montaña:
División
Advertencias:
a quienes quieren ser maestros (3, 1-14);
contra la rivalidad (3, 14-18);
contra la codicia (4, 1-10);
contra la maledicencia (4,11-12);
contra la ganancia (4,13-17);
contra la injusticia de los ricos (5, 1-6).
Exhortaciones finales, retomando los temas iniciales (5, 7-20).
142
Clave de lectura: la fe práctica
1. La carta de Santiago muestra así que se retoma la enseñanza del Maestro, bien
próxima a los orígenes de la tradición cristiana, y dirigiéndose a las comunidades
judeo-cristianas fuera de Tierra Santa ("las doce tribus en la Diáspora", 1, 1). Como
las palabras de Jesús en los evangelios sinópticos, percibimos que Jesús no habló de
si mismo, sino de la voluntad del Padre y de su Reino, y de la "ley regia" de la
caridad. Santiago llega a identificar prácticamente la religiosidad con la caridad (Stg
1, 27): "la religión pura y sin mancha a los ojos de Dios que es Padre, es: visitar a los
huérfanos y viudas en su aflicción y mantenerse puro de la corrupción del mundo".
3. La_/e de Abraham, tema muy mencionado en las discusiones rabínicas, consiste para
Santiago en el hecho de que Abraham se dispuso a una obediencia práctica extrema,
al punto de ofrecer su único hijo en sacrificio (cf. Subsidio 10).
5. El cuadro general, visible sobre todo en el comienzo y en el final, está formado por
la insistencia en la paciencia, de donde deducimos que ya habían pasado algunas
décadas desde la muerte de Jesús y que la espera de su vuelta se estaba volviendo
problemática (cf. lTs etc.). A esta inquietud, la carta responde con la seguridad de
que la misericordia vence al juicio (2, 23), o sea, que poco importa cuando llegará el
día del juicio ya que quien practica el amor y la misericordia entrará en el Reino del
Cielo.
143
GUIÓN 10 COHERENCIA
ENTRE FE Y VIDA
PUNTO DE PARTIDA
1. Vamos a recordar lo que nos quedó del encuentro anterior y de la lectura del libro
de los Hechos, que hemos visto hasta aquí.
2. Invocar las luces y las fuerzas del Espíritu Santo.
1. PARTIR DE LA REALIDAD
1 44
2. ¿Realizamos, en nuestra comunidad y fuera de ella, coherencia entre
nuestro escuchar, ver, creer, hablar y hacer?
b) ¿Qué mensaje podemos sacar de este texto para nuestra vida en América
Latina hoy?
3. CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
1. Pedir perdón por las incoherencias, agradecer los avances, desde la entrada en la
vida religiosa, con relación a la coherencia práctica ante los tiempos y problemas
actuales.
1. En el próximo encuentro vamos a ver la Carta a los Gálatas. Para aprovechar mejor,
vamos a leer anticipadamente Gálatas 5,1-26 y la introducción que precede al Guión
11.
146
SUBSIDIO 10 IA FE DE ABRAHAM
Al igual que para todas las corrientes dentro del judaismo, para los seguidores y
seguidoras de Jesús en las primeras comunidades, Abraham también era considerado el
"padre de la fe". Al final, para las comunidades, estaban siendo cumplidas las promesas
hechas a Abraham (Ga 3, 16; Rm 4, 13), y todos los que entraban en la comunidad se
transformaban en hermanos en la fe, la misma fe de Abraham (Rm 9,6-8). Las comunidades
consideraban a Abraham como padre de todos los fieles (cf. Mt 8,11; Le 19,9; Rm 4,1.11;
Ga 3, 7. 29). El es el modelo de todos los creyentes (Ga 3, 6-29; Rm 4,1-25; Stg 2, 21-23).
¿Cómo consideraban las comunidades esta fe de Abraham? Fe aquí no tiene el sentido
común de una mera aceptación de doctrinas o enseñanzas. Fe es un sí vital y definitivo al
llamado, a la invitación hecha por Dios. Al escuchar la voz de Dios, Abraham dejó todo,
salió de su tierra y se puso en camino (Gn 12, 4-5), teniendo como única certidumbre la
palabra que Dios le dirigió. Y cuando Dios le promete un descendiente, contra toda
probabilidad, Abraham confía en esta promesa, cree y por eso es considerado justo por
Dios (Gn 15, 6). Este episodio, con todo, no es el colmo de un proceso de crecimiento en
la fe. Conforme a Santiago 2, 21 y Hebreos 11,17, esta fe sólo alcanza su plenitud cuando
Abraham se pone en camino para ofrecer a Isaac, su único e inesperado hijo, la garantía
de la promesa, para cumplir la voluntad de Dios. La Carta a los Hebreos expresa el
fundamento de tal fe con esta frase que solamente puede surgir de un corazón
profundamente cristiano: "Aún a un muerto, Dios puede resucitar" (Hb 11, 19).
Así, recorriendo los escritos del Nuevo Testamento, percibimos que las comunidades
miraban la fe de Abraham dentro de un proceso en el que la misma comunidad leía los
pasos que ella misma tuvo que dar. En este proceso observamos los siguientes pasos: 1)
tener plena confianza en la palabra de Dios; 2) obrar obediente, que ejecuta la orden
recibida. Para las comunidades, la fe de Abraham se retrata en el obrar confiado y
obediente a Dios.
La fe de Abraham es una fe que obra. En la carta de Santiago, la fe se presenta como
el sujeto de las frases, y las obras como el complemento. Eso nos indica que solamente
por medio de las obras se revela lo que tenemos en nuestros corazones y en nuestras
convicciones. Es esto lo que se llama la "práctica de la fe". Es algo mucho mayor que los
147
meros ejercicios de piedad u otras prácticas religiosas que estamos acostumbrados a
observar. Aquí los cristianos beben de una tradición que se origina en la crisis del Exilio.
En el 597 antes de Cristo, sucedió la primera gran deportación para Babilonia. Diez
años después, en el 587, fue la destrucción total de Jerusalén, de la Monarquía, del
Templo. Un mes después de aquel mismo año, sucedió la segunda deportación. El pueblo
estaba de vuelta en el lugar de donde Abraham y Sara, más de mil años antes, habían
salido en busca de la tierra, del pueblo y de la bendición (Gn 12). Ahora, con todo, la
tierra estaba destruida, el pueblo desintegrado, la bendición perdida. Todo aquello que
ellos habían iniciado con tanta esperanza como respuesta a la promesa de Dios, había
fracasado por falla humana.
Durante siglos, los profetas habían luchado por llevar al pueblo a un compromiso
mayor. Le habían colocado delante escoger entre el bien o el mal, entre la vida y la
muerte (Dt 30,15). Observando la Ley, eligieron la vida. No observándola, la muerte (Dt
30,16-20). Poco o nada adelantó. El exilio era la prueba de que habían elegido la muerte.
Porque quien asume la Ley como norma de su vida, y enseguida la traiciona, por ella será
condenado y recibirá el castigo que la Ley establece. Fue lo que sucedió. De acuerdo con
la lógica de la Ley, el exilio significaba el fin. No había otra salida. Así pensaba mucha
gente (Is 40, 27; 49, 14).
Pero al lado de la Ley, estaba el llamado, la promesa. La gratuidad de la promesa
hecha a Abraham ayudó a los profetas del exilio a superar la lógica de la Ley y encontrar
una salida que diese esperanza al pueblo. De vuelta en la tierra de Abraham, descubren
que el llamado ahora se dirige a ellos. Ahora son ellos quienes reciben de Dios la misma
promesa de tierra, de pueblo y de bendición. El pueblo se reconoce en Abraham y encuentra
en él la fuente de su identidad: "Nosotros somos Abraham". Esta experiencia de la gratuidad
del llamado de Dios los desafía y los despierta. Y así, en lo más profundo del pozo del
exilio renace la fe de Abraham. Isaías convoca a los exiliados:
"Óiganme todos los que quieren vivir con rectitud y me busca - dice el Señor -. Miren
la roca de donde fueron cortados, la cantera de donde fueron sacados; miren a Abraham,
su padre, y a Sara, que les dio la vida. Cuando yo lo llamé era uno solo. Pero le bendije y
le di muchos descendientes" (Is 51, 1-2).
Estimulados por este redescubrimiento de su identidad y misión, por este deseo de
revivir la fe de Abraham, desentierran y organizan las tradiciones antiguas sobre Abraham
y Sara, tan poco recordadas por los profetas anteriores al exilio. Como en un gran espejo,
contemplan ahí el modelo que ahora debe animar y orientar sus vidas. En la frase divina
que introduce el conjunto de estas tradiciones, se resume todo un desafío de la fe
148
redescubierta: "Sal de tu tierra, de en medio de tus parientes y de la casa de tu padre y
vete para la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te daré mi bendición y
haré famoso tu nombre. Tu serás una bendición" (Gn 12,1-2). El pueblo exiliado reinicia
el camino y vuelve hacia su tierra apoyado, no en la certidumbre de la observancia, sino
en la promesa de Dios que los atrae.
No fue un caminar fácil. A veces no creían en la posibilidad de la recuperación y,
como Abraham, presentaban otros proyectos: Eliezer de Damasco (Gn 15, 1-6) o Ismael
(Gn 17,15-22). Otras veces, se reían como Sara, porque no eran capaces de creer ni en si
ni en Dios (Gn 18, 1-15). Pero cada vez, nuevamente, el pueblo es llamado a creer en la
promesa y retomar el camino, porque para Dios nada es imposible (Gn 18, 14).
Poco a poco, con todo, en la medida en que prevalece la línea de Nehemías y de
Esdras, reaparece la tendencia a colocar la seguridad, no en aquello que Dios hizo por
nosotros, sino en aquello que nosotros hacemos por Dios, el acento cae nuevamente en la
observancia de la Ley. Más o menos en el año 200 a.C., el Eclesiástico resume el mensaje
de Abraham: "Abraham observó la ley del Altísimo e hizo una alianza con El. Estableció
esa alianza en su carne y fue reconocido en la prueba. Por eso, con juramento, Dios le
prometió bendecir a todas las naciones" (Eclo 44, 20-21). Aquí, se presenta a la promesa
como recompensa de la observancia de la Ley. Estas dos tendencias recorren toda la
Biblia y reaparecen en el Nuevo Testamento. Unos, animados por la gratuidad de la
promesa observan la Ley. Otros, deseosos de garantizar la promesa, insisten en la
observancia de la Ley.
150
INTRODUCCIÓN A LA CARTA A LOS GÁLATAS
Pablo escribió la Carta a los Gálatas durante el tercer viaje misionero, en el que
nuevamente visitó a las Iglesias fundadas durante el segundo viaje al Asia Menor (Turquía)
y Europa (Grecia). Tal vez la haya escrito en el invierno del 57-58, en la época en que
escribió, desde Corinto, la Carta a los Romanos, que parece exponer en forma más
sistemática y menos pasional las mismas ideas que en Gálatas.
Pablo visitó la Galacia, en el interior del Asia Menor, durante el segundo viaje (50-
52; Hch 16, 6) y en el comienzo del tercero (alrededor del 54; Hch 18, 23). La primera
visita se produjo por casualidad. La intensidad de su acogida se expresa en Ga 4, 15:
"hasta se habrían sacado los ojos para dármelos a mi" Muy significativo, sobre todo si
pensamos que la dolencia de Pablo mencionada en 4, 13 fuese de la vista.
LOS GÁLATAS
Los gálatas son un pueblo desubicado del mapa. Su habitat era Europa; Galia (Francia),
Galicia (España/Portu-"gal"), Gales (Gran-Bretaña). En el siglo 3 a.C, parte de ellos
fueron atraídos como mercenarios al Asia Menor, la actual Turquía. Allí se quedaron,
desarraigados, hablando su lengua "bárbara", como decían los griegos que dominaban la
región.
EL PROBLEMA
CONTENIDO Y DIVISIÓN
3,1-5: Introducción: Delante de Cristo crucificado, Pablo censura a los gálatas por
volver a categorías humanas superadas (= carne).
3,15-29: La Ley no es condición para recibir este don, sino instrumento de educación
para mostrar el pecado; adhiriéndose a Jesús se permanece libre e hijo de Dios.
4, 1-7: "En Cristo" se da el paso de la esclavitud del mundo a la libertad de los hijos
de Dios, por el don del Espíritu.
4, 21-31: Ser libre, "hijo de Abraham" no según la carne (circuncisión) sino según el
Espíritu.
6, 11-18: Conclusión.
CLAVE DE LECTURA
154
GUIÓN II IA LIBERTAD EN CRISTO:
LIBRES PARA HACER EL BIEN
PUNTO DE PARTIDA
1. Es la primera Carta de Pablo que vamos a estudiar. ¿Cuáles son nuestras expectativas?
2. Vamos a rezar para invocar la luz del Espíritu de Cristo que Dios puso en nuestro
corazón (cf. Ga 4, 6).
1. PARTIR DE LA REALIDAD
155
2. ESTUDIO Y MEDITACIÓN DEL TEXTO
/. Buscar las frases que expresan mejor las grandes ideas del texto.
2. ¿En quéfrase aparecen estas ideas o están más claramente unidas entre
si?
3. CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
2. Que alguien cite uno por uno, los frutos del Espíritu (versículos 22-23a), mientras los
demás meditativamente asocian a cada "fruto" alguna aplicación práctica.
4. Canto adecuado.
3. Cada uno por si, retome la línea de los Hechos desde el Capítulo 1.
157
i
SUBSIDIO 11 "EN FRUTOS YIIBERTAD
COSECHARE"
FE
LIBERTAD
En la Biblia, libertad es ante todo libertad "para", aunque la libertad "de" sea
necesaria para que exista la libertad "para"... Es una libertad que abre a la comunidad. No
es individualista y solitaria, sino solidaria. Es ser miembro del pueblo, de la casa, y no
esclavo, como fueron los israelitas en Egipto. Liberación significa ser rescatado de la
esclavitud y transformarse en pueblo.
La libertad cristiana es, por lo tanto, para Pablo como para Santiago y Juan, mucho
más que quedar libre de la Ley de Moisés. Ciertamente, para los tres, la Ley de Moisés
tiene un valor relativo, como norma de comportamiento ético. Pablo, con todo, le niega
valor como sistema de salvación, porque deja a quienes la practican tan esclavos como a
los israelitas en Egipto. Un judeo-cristiano practicante, como Santiago, difícilmente diría
tal cosa, aunque critiquen a los que confían en una observancia formalista de la Ley de
Moisés. Ahora bien, lo importante, tanto para Pablo como para Santiago y Juan, es la
libertad positiva, no como individualismo o veleidad arbitraria, sino como ejercicio
responsable de la ciudadanía del Reino de Dios por quien podemos decir: "el Reino es
nuestro"... Y este Reino tiene su ley regia: la caridad (Stg 2, 8).
La plenitud de esta visión se expresa en las palabras de Jesús en su despedida,
cuando El deja a los suyos la misión de fructificar en el amor On 15, 16). Es el fruto del
Espíritu que crece en nuestra libertad cristiana, según Pablo (Ga 5, 22-23). Y esta libertad,
en Juan, tiene el nombre de amistad: "Ya no los llamaré siervos, sino amigos" (Jn 15,15).
1BD
GUIÓN 12 EL CONCILIO DEJERUSALÉN
PUNTO DE PARTIDA
1. PARTIR DE LA REALIDAD
El Concilio Vaticano II, por sus documentos, pero sobre todo por el procedimiento
audaz de Juan XXIII, Pablo VI y los obispos como Helder Cámara y otros, intentó "abrir
las ventanas de la Iglesia al mundo". De modo semejante, muchos capítulos generales
religiosos realizados como consecuencia del Concilio apuntaron en la misma dirección.
La Iglesia latinoamericana tradujo esta apertura en la opción por los pobres como sujeto
eclesial, después de largos siglos en que, en la mejor hipótesis, ellos fueron tan solo
objeto de beneficencia.
Antes del Concilio, muchas cosas dificultaban el camino de la Palabra y la acción del
Espíritu: clero y religiosos separados del pueblo, liturgia inaccesible, derecho anticuado,
estrechez intelectual, elitismo, Iglesia-poder, cristiandad constantiniana, distancia y aún
enemistad con relación a los cristianos no católicos. El que pretendía mover esos obstáculos
era llamado progresista; los otros, conservadores...
El período post conciliar hizo más palpable el Reino de Dios para el pueblo, más
concreto, más próximo. Pero continúa habiendo divisiones, discriminaciones, exclusiones
dentro y fuera de la Iglesia.
-1 6 1
ESTUDIO Y MEDITACIÓN DEL TEXTO
b) ¿Qué enseñanza nos deja para hoy el texto y la práctica del Concilio de
Jerusalén?
3. CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
2. Elevar preces espontáneas sobre la misión de la Iglesia hoy, a la luz del Concilio
Vaticano II y de su actualización en América Latina en Medellín, Puebla y Santo
Domingo.
Y para que el mensaje penetre más profundamente en nuestro ser y produzca fruto
práctico, vamos a escribir una carta a alguna persona o comunidad cuestionada hoy.
163
SUBSIDIO 12 EL PRIMER
CONCILIO ECUMÉNICO
164
EL ENCUENTRO DE JERUSALÉN SEGÚN PABLO (Ga 2)
De acuerdo a Hch 15, la deliberación de los Apóstoles es consecuencia del así llamado
"decreto apostólico", fruto de decisión colegial bajo la influencia del Espíritu (15, 28).
Este decreto promulga cuatro restricciones que, por respeto para con los cristianos
de origen judío, también los cristianos provenientes del paganismo (los gentiles-cristianos)
deben observar: abstenerse 1) de la carne "contaminada por los ídolos" (es decir, la que
sobró de los sacrificios ofrecidos por los responsables paganos en honra a sus dioses); 2)
de las "uniones ilegítimas" (casamiento en grado de parentesco prohibido por el judaismo);
3) de animales estrangulados; y 4) de la sangre.
No se impone, con todo, ni la circuncisión ni la separación de mesa - los puntos
polémicos de Ga 2. Por otro lado, las "restricciones" de Hch 15 no son mencionadas en
Ga, pero textos como Rm 15, 20; ICo 8; etc. muestran que Pablo acostumbraba tener en
consideración las sensibilidades de este tipo y no se opondría a que se respetasen esos
"tabúes" judaicos en comunidades mixtas (esto es, de judíos-cristianos y gentiles-cristianos).
El "decreto apostólico" reproducido en Hch 15, 23-29 refuerza y no disminuye el
respaldo a la práctica de Pablo, pues lo que Pablo defiende en Ga es la comunión de mesa
1B6
con cristianos no circuncidados, y el "decreto apostólico" no la prohibe, sino que la
supone. Si no hubiese incircuncisos en la comunidad, no tendría sentido pedir que en la
convivencia con los circuncisos se respetasen esas reglas. Más aún, el principal protagonista
del decreto, Pedro, jefe de los Doce, bajo la guía del Espíritu Santo, ya había desenvuelto
anteriormente una práctica análoga a la de Pablo (el episodio de Cornelio).
Podemos entonces conceder a Hechos 15 el nombre de "primer concilio ecuménico"
(es decir, universal), en el sentido de que respalda simultáneamente a Pablo y, en la
persona de su jefe, al grupo de los Doce. De allí se sigue la máxima, como en el más
reciente concilio ecuménico (el Vaticano II): "En lo necesario, unidad; en lo dudoso,
libertad; en todo caridad".
NOSOTROS HOY
Hemos recibido del Concilio Vaticano II una importante herencia, que debemos
resguardar contra el olvido y las tendencias de volver a la falsa seguridad de que "todo
está definido". Unos permanecen tentados a ver en el Código de Derecho Canónico o en
el Catecismo Universal, la solución de todos los problemas de la Iglesia y de la
evangelización. Una tentación semejante, con todo, también puede provenir de un
indefinidamente repetido "discurso liberador" o algo semejante. En ambos casos, se
manifiesta la tentación de desear fórmulas definitivas, que nos dispensen de la creatividad
exigida por un evangelio que no se identifica con ningún discurso u organización humana,
con ninguna tradición o cultura, porque pertenece a Cristo y a su Espíritu.
La apertura universal del evangelio exige que la evangelización esté dispuesta a
relativizar todo aquello que no pertenece estrictamente al evangelio, que es la inauguración
del "reinado", o sea, de la voluntad operativa del amor de Dios. Esto no es universal por
la fijación y rigidez de ritos y tabúes, sino por el llamado al débil y al pequeño. No
depende de las más respetables costumbres judías, pero donde los judíos representan un
grupo débil, el apóstol de los gentiles reclama respeto por sus sensibilidades (Rm 14). "El
Reino de Dios no es un problema de comida o bebida; es de justicia, paz y alegría en el
Espíritu Santo" (Rm 14, 17).
167
GUIÓN 13 EXPANSIÓN EN RESPUESTA
A UN LLAMADO
PUNTO DE PARTIDA
1. PARTIR DE LA REALIDAD
3. CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
17Q
SUBSIDIO 13 LA VIDA URBANA
Y SU INFLUENCIA
EN LA VIDA DÉLAS COMUNIDADES
El cristianismo de los orígenes, tenía profundas raíces judías. Por su fe, sus
creencias y sus prácticas religiosas, las primeras comunidades cristianas tienen
rostro judío. Y aunque el interés en un mesías nacionalista haya sido suplantado
por la figura del Crucificado, y las Escrituras sean reflexionadas a la luz de la
"buena nueva" de Jesús, es necesario un notable período de tiempo antes de que el
cristianismo se presente como algo diferente del judaismo. Tal distinción tendrá
importancia solamente a partir de la guerra judía y la caída de Jerusalén (66-73
d.C), y el conflicto con el judaismo reconstituido por el sínodo de Jamnia (a partir
de los años 80).
173
Al mismo tiempo que se afirmaba la identidad propia, las iglesias nacientes
asumían el desafío del anuncio del kerigma a los paganos y gentiles, es decir, a los no
judíos (Rm 12, 1 - 15, 13). El medio urbano se vuelve esencialmente plural, no
solamente en el aspecto religioso, sino también en el aspecto étnico y cultural. En ese
ámbito, la fe en el Resucitado recrea la vida y las relaciones sociales. La manera de
enfrentar ese desafío suscitó muchos conflictos en los primeros años, y eso continúa
hasta hoy.
En cuanto a la estructura social de la esclavitud: por ejemplo, la práctica de las
primeras comunidades revertía por sí misma las normas vigentes que consideraban
normal tal estratificación social (Ga 3, 22; 4, 1).
Las primeras comunidades cristianas que se extienden en el paisaje de la diáspora
judía, son tributarias de la sinagoga, en cuanto a su modelo de comunidad o ekklesia
(traducción de qahal, la asamblea del pueblo de Israel; en realidad, las ekklesias
tenían originalmente la configuración de la sinagoga judaica).
Tanto para los judíos, como para los cristianos, y hasta para los propios romanos
tradicionales, el culto al emperador era una abominación insoportable. En torno a
este culto, la administración romana buscaba el consenso popular. Dentro de este
marco social helenizado, las comunidades autónomas orientales, como por ejemplo
la sinagoga, siempre fueron vistas con sospecha por los romanos.
Las comunidades cristianas, diferenciadas o no de la sinagoga judía, estaban
constituidas con base en la familia (ICo 16, 19), unidas en la fe y la mismo tiempo
autónomas (cf. Subsidio 6). A través de ellas, por la fuerza del Espíritu, la Iglesia
sobrevivió frente al poder imperial y también creció, abriendo a partir de la fe
compartida en Jesús, un nuevo camino de vida (IPe 3, 8-9).
Virtudes que los romanos no valorizaban marcaron la conducta de los cristianos.
La primacía del amor hacía que la fraternidad crease espacios en los que se encontrasen
a nivel de igualdad: ciudadano, liberto y esclavo, hombre y mujer, judío y griego (Ga
3, 27-28), recordando, cada vez que celebraban la Cena del Señor, que Jesús se hizo
servidor de todos.
Por otra parte, debemos reconocer que la ciudad helenística-romana no dejó de
ofrecer al cristianismo elementos para su organización. La entrada de ciudadanos
romanos en la Iglesia, antiguos militares y otros - como el mismo Pablo - influyó
ciertamente en este sentido. La ruptura con el judaismo también debe haber facilitado
la aproximación popular urbana sin distinción de estatuto étnico. La iglesia doméstica
correspondía a la estructura greco-romana de oikos (domus), en cuanto también la
reunión de diversos jefes de familia tenía su estructura, el collegium, y los términos
paroika, dioikesis y episkopos (correspondientes a parroquia, diócesis, obispo)
provienen de la organización de las ciudades helenísticas.
174
En medio de una nueva cultura urbana, proveniente de una raíz judía y buscando
una identidad propia, el cristianismo privilegió la experiencia de Jesús vivo, muerto y
resucitado, y tiene la convicción de que el Espíritu está actuando dentro de la historia
de la humanidad toda, convicción esa que se manifiesta en el discernimiento de aquellos
que son los portadores de la memoria de Jesús. Sin duda, esta experiencia única no
invalida, para ellos, otras expresiones del Reino y de la revelación de Dios en la historia,
como reconoce la carta a los Hebreos: "De modo fragmentario y de muchas maneras,
habló Dios en el pasado a nuestros padres por los profetas" (Hb 1, 1).
175
Aq B L O Q U E
BREVE HISTORIA
DE LAS IGLESIAS EN EL MUNDO HELÉNICO
En los cinco guiones y subsidios del bloque cuarto continuamos examinando con
cercanía cómo la Palabra de Dios se abre camino y se expande por el mundo. Veremos la
expansión geográfica de la Buena Noticia por Europa siguiendo los pasos señalados en los
Hechos de los Apóstoles (cf. 16-25) y su inculturación en el mundo helénico.
LA EXPANSIÓN GEOGRÁFICA
POR EUROPA
Es bueno recordar que Jesús era asiático y no europeo. Europa fue evangelizada a
partir de Asia y África. Del Asia Menor llegaron Pablo y sus compañeros (Hch 16, 6-10) y
muchos otros misioneros y misioneras. Del África vino Apolo, nacido en Alejandría, Egipto
(Hch 18, 24; 19, 1; ICor 1, 12).
La secuencia de los hechos por los que entró el Evangelio en Europa tal como nos la
narra Lucas en los Hechos es la siguiente: una travesía que parte de Tróade y hace escala
en Filipos donde se fundó la primera comunidad, animada por Lidia (Hch 16, 11-40).
Enseguida la fundación de una comunidad en Tesalónica (Hch 17,1-9), una estadía breve
en Berea (Hch 17, 10-14) y Atenas, el centro del mundo helénico (Hch 17, 15. 34) y la
llegada a Corinto donde permanecieron año y medio (Hch 18, 1-18).
El Evangelio no fue bien recibido en Europa. En Filipos Pablo fue preso y flagelado
(Hch 16, 19-28. En Tesalónica y Berea fue amenazado y tuvo que huir (Hch 17, 5-10. 13-
14). En Atenas fue recibido con arrogancia, soberbia e indiferencia (Hch 17, 17-18. 21.
32). En Corinto con mucha oposición (Hch 18, 6. 12-17) y división (ICor 1, 12). Ante
estos acontecimientos, a veces nos vienen ganas de preguntarnos: si en lugar de un
macedonio hubiese sido un africano el que le dijera a Pablo: "Ven aquí a ayudarnos" (Hch
16, 9) ¿cómo hubiera sido la historia de la humanidad? Pregunta inútil. Pero aun así esta
pregunta nos ayuda a relativizar mucho.
176
LA EXPANSIÓN CULTURAL EN EL MUNDO HELÉNICO
En este cuarto bloque veremos las cartas a los Filipenses, a los Tesalonicenses, a los
de Corinto y a los Colosenses. Los guiones tratan respectivamente del "Testimonio de
Pablo" (14), de la cuestión de la venida del Señor o de la Parusía (15), de los cansinas en
las comunidades (16) y de doctrinas extrañas (17). En los subsidios se tratarán asuntos
que ayuden a conocer mejor algunos aspectos de la situación social, económica, política y
religiosa de la época: el lugar de la mujer en la vida de las comunidades (social) (14), del
trabajo del misionero (económico) (15), los carismas y el buen uso del poder (político)
(16), la religiosidad popular y el anuncio de la Buena Noticia (religiosa) (17).
Finalmente, en el guión 18, la expansión de la Palabra de Dios por el mundo es vista
como consecuencia de la defensa de los cristianos por sus derechos. Pablo llega a Roma,
"los confines de la tierra" (Hch 1, 8), porque había apelado al César para defender su
derecho de ser juzgado con objetividad y justicia (Hch 25, 12).
177
INTRODUCCIÓN
A LA CARTA A LOS FILIPENSES
LA CIUDAD DE FILIPOS
Filipos es "la primera ciudad de la provincia de Macedonia" (Hch 16, 12). Recibió
este nombre porque su fundador fue Filipos II, rey de Macedonia. Se destaca, en primer
lugar, por su ubicación geográfica. Por la ciudad de Filipos pasaba la vía egnatia, una de
las más importantes de la época, que unía Occidente con el Oriente. Era la puerta de
entrada para el continente europeo y la salida para Asia y el Oriente.
Filipos era una colonia romana (cf. Hch 16, 12). Sus moradores eran en gran parte
militares retirados del Imperio Romano. Por esto, Filipos gozaba de ciertos privilegios
políticos y económicos comparada con otras ciudades vecinas.
La desigualdad social se hace patente en el contexto donde unos lucran, tienen
privilegios y se enriquecen a costa de la esclavitud y la explotación de los indefensos y
pobres. Ejemplo típico es el caso de la joven esclava explotada en su don de adivinación,
para ganancia de sus dueños (cf. Hch 16,16-18).
El sincretismo religioso era notable en esta región, debido a la coexistencia del
ocultismo, las religiones mistéricas venidas de Oriente, y el culto al emperador romano,
obligatorio en todas las colonias romanas.
Todo lleva a creer que el texto de la carta, tal como la encontramos hoy en la Biblia,
no fue escrito de una vez.
En el capítulo tercero (Flp 3, la) parece que finaliza la carta. Luego Pablo, por lo
mismo, comienza un tema nuevo y lo desarrolla en tono polémico alertando a la comunidad
de algunos peligros que le acechan (cf. Flp 3, 2 ss).
Lo mismo sucede en Flp 4, 8-9 que es una conclusión y saludo final. Debido a esto,
podemos pensar en una colección de cartas escritas en situaciones y lugares distintos.
Tenemos tres posibilidades de fechas y lugares en que fueron escritas partes de la
carta:
En resumen, de acuerdo con la mayoría de los exegetas, podemos decir que la carta
a los filipenses está formada por tres cartitas que fueron integradas en una sola carta por
la comunidad:
LA DIVISIÓN DE LA CARTA
La Carta a los Filipenses es corta. Consta tan sólo de cuatro capítulos. Como
corresponde al estilo epistolar, la carta a los Filipenses no tiene muchas divisiones temáticas.
Podemos leerla como una gran unidad en la cual encontramos los destinatarios y el
1BD
saludo inicial, seguida por el cuerpo de la carta, con sus diversos temas y, al final, los
saludos con los deseos de bendición.
Cuerpo de la carta:
CLAVES DE LECTURA
La carta a los Filipenses puede ser leída y meditada desde diversas claves de lectura.
Aquí proponemos algunas:
1. Alegría
1 B1
2. Opción radical por Jesucristo: mantenerse en el camino
3. Perseverar en la lucha
Seguir a Jesús significa tener los mismos sentimientos y ser militante en la causa de
la fe. La comunidad debe estar "unidos en espíritu y corazón, luchando juntos por la fe en
la Buena Noticia" (Flp 1, 27). Se requiere coraje para no asustarse ante los adversarios
(Flp 1, 28).
Uno de los textos más conocidos de la carta a los Filipenses es el himno cristológico
(Flp 2, 6-11). Algunos lo llaman la "piedra preciosa incrustada en la carta". Ciertamente
es la clave principal para penetrar en la carta y comprender dos interrogantes: ¿quién es
Jesús? ¿cómo es la praxis del seguimiento de Jesús?
Jesús es presentado como el "Hijo de Dios" que no se apegó a su condición divina
(Flp 2, 6), sino que se anonadó y se vació hasta el punto de hacerse "Siervo de Dios" (Flp
2, 7). Por esto justamente, por su actitud de total despojo y aniquilamiento con la que
Jesús llegó a la máxima solidaridad con la persona humana desfigurada, es por lo que
Dios lo exalta constituyéndolo Señor de la Historia.
182
GUIÓN 14 EL TESTIMONIO DE PABLO
PUNTO DE PARTIDA
1. PARTIR DE LA REALIDAD
3. CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
1B4
PREPARAR EL PRÓXIMO ENCUENTRO
2. Organizar la dinámica del próximo encuentro, distribuyendo las tareas entre los
participantes. Programar con creatividad la celebración final para acentuar la
dimensión orante.
185
SUBSIDIO 14 El LUGAR DE LAS MUJERES
EN LA VIDA
DE LAS COMUNIDADES CRISTIANAS
El libro de los Hechos de los Apóstoles y las cartas paulinas mencionan varias veces
la presencia de mujeres en la organización y en la animación de la vida de las primeras
comunidades.
Estos escritos nos presentan a mujeres en diferentes contextos o situaciones. No
existe un lenguaje uniforme y homogéneo sobre ellas, lo cual es un reflejo de la realidad.
Revela la existencia de conflictos sobre la presencia y el ministerio de las mujeres en las
comunidades nacientes.
Los Hechos de los Apóstoles nos narran fragmentos de experiencias que muestran la
presencia decisiva de mujeres, como parte de un mosaico, dentro del cuadro mayor de la
expansión del Evangelio. A través de ellas continuaba vivo el Espíritu de Pentecostés (Hch 1,8).
MUJERES REUNIDAS
PARA CELEBRAR Y ALABAR A YAVE EL DÍA DEL SÁBADO
Tenemos la notificación de que Lidia abrazó la fe cristiana y fue bautizada con toda
su casa (Hch 16,14-15), después de haber oído atentamente la Palabra anunciada por los
1B6
misioneros. El texto calla sobre la reacción de las otras mujeres. Toda la atención se
concentra en Lidia, la mujer que trabajaba con púrpura, natural de Tiatira, del Asia
Menor. Ahora bien, el trabajo con púrpura, sea animal o vegetal, requería el trabajo de un
grupo de personas. Tales empresas se percibían como "casa". Ciertamente las mujeres que
estaban reunidas para la celebración sabática representaban al grupo profesional y religioso
liberado por Lidia: era su "casa". Históricamente no es necesario entender "su casa" por
familia, en el sentido actual. Aquí (Hch 16,15) el término "casa" puede interpretarse con
la significación de un grupo de personas, en nuestro caso, de mujeres trabajadoras en
púrpura, lideradas por Lidia.
"Venid a hospedaros en mi casa" (Hch 16, 15; Cf. Le 24, 28-32). Esta invitación de
Lidia es también una exigencia, porque la narración continúa diciendo: "y les insistía".
No se trata en este texto, de la invitación de una mujer rica que insiste en hospedar
a los misioneros en su casa. Es más bien un gesto de solidaridad cristiana, como
consecuencia de su fe. El motivo de la invitación está explícitamente dicho: "si me tenéis
por creyente en el Señor". Ofrecer hospedaje en cusa es más que dar una posada. Es
asumir el compromiso con los hermanos que están en situación de peligro y amenaza. Es
ofrecer protección y abrigo para quien está sufriendo o va a sufrir persecución y amenazas.
Con esta protección Lidia asume la responsabilidad de los misioneros ante la autoridad
local, como lo hizo también Jasón en Tesalónica (Hch 17, 6 ss).
Si Lucas, narrador, da importancia a este hecho es porque sin la decisión de invitar
a los misioneros con insistencia por parte de Lidia, tal vez no hubiera surgido la comunidad
cristiana de Filipos. La casa de Lidia se convirtió en el centro cristiano de Filipos. En esta
casa, como en la de Tabita (Hch 9, 36 ss) y de María (Hch 12, 12 ss) no encontramos la
figura de un hombre con la función de "padre de familia". Por medio de la información
de Hechos 16, 40 sabemos que también hombres se adhirieron a la fe en Cristo Jesús, lo
que se supone fruto del trabajo misionero de Lidia y su casa.
El libro de los Hechos nos informa sobre mujeres que, como Lidia y su casa (Hch 16,
11 ss), se convirtieron a la fe cristiana:
Hch 1,14: "Todos ellos, con algunas mujeres, la madre de Jesús y sus parientes,
persistían unánimes en la oración..."
187
Hch 5,14: "Se les iba agregando un número creciente de creyentes en el Señor,
hombres y mujeres..."
Hch 9, 36: "En Jafa vivía una discípula, llamada Tabita (que significa gacela);
repartía muchas limosnas y hacía obras de caridad..."
Hch 9, 1-2: "para llevar presos a Jerusalén a cuantos secuaces del Camino
encontrase, hombres y mujeres."
Hch 12,12 ss: "se dirigió a casa de la madre de Juan, por sobrenombre Marcos,
donde estaban unos cuantos reunidos rezando..."
Hch 17, 12: "Algunos de ellos abrazaron la fe, lo mismo que algunas mujeres
nobles..."
Hch 17, 34: "una mujer llamada Dámaris" se destaca en el grupo de hombres
que abrazan la fe.
Hch 18, 1 ss: "Priscila y Aquila, su marido", son mencionados como cristianos
que orientaban a otros hacia el "Camino".
la mujer que lavó los pies de Jesús con sus lágrimas, los enjugó con su cabellera
y los ungió con perfume, es considerada pecadora por los judíos. A los ojos de
Jesús, por el contrario, ella es la "que ha amado mucho" (cf. Le 7, 36-50).
La tarea de las primeras comunidades era traducir en la praxis este principio liberador
puesto por Jesús. Una tarea nada fácil y lejos de estar concluida. Reflejos de este proceso
los encontramos en el Nuevo Testamento. Esta tarea aún continúa, porque la semilla
arrojada por Jesús todavía está por germinar y mostrar toda su fuerza generadora de
vida y liberación en las manos y el corazón de la mujer. Hace bien contemplar a las
mujeres de las primeras comunidades cristianas para encontrar renovado ánimo y coraje.
MUJERES CONSAGRADAS
EN LAS COMUNIDADES ECLESIALES, HOY
Como sucedió en Filipos, en los 50-52 d.C, donde un grupo de mujeres judías se
reúne para la celebración sabática, encontramos también hoy en muchos rincones de
nuestro continente, mujeres consagradas animando a la comunidad y presidiendo las
celebraciones dominicales. Actúan, por lo general, en el anonimato y en la gratuidad total,
en lugares periféricos, con pocos recursos, pero con mucho entusiasmo, ternura y amor.
Así se unen a la corriente de mujeres que. como hilos vivos, van tejiendo la gran red de
comunidades eclesiales de base. Por medio de ellas continúa vivo el Espíritu de Pentecostés,
de acuerdo al programa de los Hechos de los Apóstoles: "Recibiréis la fuerza del Espíritu
Santo que vendrá sobre vosotros y seréis testigos míos en Jerusalén, Judea y Samaría y
hasta el confín del mundo" (Hch 1, 8).
1SO
INTRODUCCIÓN
A 1 Y 2 TESALONICENSES
Sobre la segunda carta a los Tesalonicenses hay muchas controversias. Sin tener en
cuenta estas discusiones vamos a tratar aquí de las dos cartas en conjunto.
TESALÓNICA
Está situada a la orilla del mar, junto a una cadena de colinas. La ciudad siempre fue
blanco de la codicia imperial. Después de la conquista en 146 a.C, los romanos la
convirtieron en capital de Macedonia. La urbanización y los favoritismos impulsaron su
desarrollo. Hasta el nombre de Tesalónica fue puesto en homenaje a Tesalia, hermana de
Alejandro y esposa de Casandro, fundador de la ciudad en el 315 a.C.
Además de tener uno de los mejores puertos naturales del mar Egeo, a Tesalónica la
atravesaba la vía egnatia, una carretera que unía a Oriente con Roma.
Después de la batalla de Filipos en el 42 a.C, Augusto le concedió el título de ciudad
libre, lo que permitió que Tesalónica poseyera su Asamblea popular y sus magistrados,
llamados politarcas (cf. Hch 17, 8). Aunque jurídicamente libre, la ciudad dependía
ideológicamente de Roma. De hecho, en los años de la evangelización en la ciudad, estaba
desarticulada la asamblea popular.
Desde el punto de vista religioso, Tesalónica era una típica ciudad sincretista del
imperio romano. Tenía los antiguos cultos locales, las divinidades del Olimpo griego
(Atis, Cibeles), los divinidades egipcias (Serapis, Isis, Osiris, Anubis) y también los cultos
romanos (a Roma y al emperador).
Una revolución era impensable a pesar de que la mayoría, quizás dos tercios, eran
esclavos. Estos sostenían a la clase superior de la población: funcionarios públicos,
comerciantes, industriales, grandes terratenientes, militares retirados... De esta forma se
comprenden los graves conflictos que se reflejan en las dos cartas.
1S1
LOS COMIENZOS
DE LA COMUNIDAD CRISTIANA
132
DIVISIÓN DE LA PRIMERA CARTA
A LOS TESALONICENSES
Destinatario (1,1).
193
2. La cuestión de la escatología constituye otro núcleo de dificultades. La primera carta
parece apuntar hacia una venida inminente de Jesús (cf. 4, 13 - 5, 11). Pero en la
segunda, cualquier expectativa es alejada con vehemencia: "por la venida del Señor
nuestro Jesucristo y nuestra reunión con El, os pedimos que no perdáis fácilmente la
cabeza..." (2Ts 2, 1-2).
3. El tema ',¿1 trabajo constituye una de las mejores riquezas de las dos cartas. Queda
claro el sentido cristiano del trabajo, del trabajo con las propias manos (cf. lTs 4,
11; 2Ts 3, 6-12). Ya los misioneros habían evangelizado la ciudad por medio del
trabajo e insistían en su propuesta como alternativa, en contra de la mentalidad de
la época para la cual el trabajo era actividad de esclavos. Por eso la carta dignifica el
valor del trabajo manual y rompe con el sistema romano esclavista.
134
GUIÓN 15 LA PARUSÍA:
EL REENCUENTRO CON EL SEÑOR
PUNTO DE PARTIDA
1 PARTIR DE LA REALIDAD
Dicen los historiadores que el año 1000 fue de gran carestía porque el año anterior,
esperando el fin del mundo, muchos no trabajaron. ¡Y el mundo no acabó! Ahora al
acercarnos al fin del segundo milenio reaparecen las mismas ideas sobre la venida de
Jesús. Algunas personas y movimientos se especializan en prever la vuelta de Jesús, sólo
que no aciertan. Los pobres y las personas que sufren fácilmente son enredadas con estas
ideas y viven un proceso de alienación de la realidad.
Unos dejaban de trabajar, otros estaban afligidos por sus hermanos muertos.
3 CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
137
SUBSIDIO 15 EL TRABAJO
Una curiosidad es conocer cuál era la profesión de Jesús durante su vida en Nazaret.
¿Qué hacía este téckton (Me 6, 3) que traducimos por carpintero y Mt dice ser hijo de un
carpintero? En una aldea pobre como Nazaret, ¿qué posibilidades de trabajo habría? En
una región agrícola como Galilea, ¿no sería un labrador? Su lenguaje tan simple y su
vocabulario campestre ¿no probarían también su origen? viviendo en las proximidades
de un lago como Genesaret ¿podría ser pescador?
Fuera de estas conjeturas los Evangelios prácticamente no nos dicen nada sobre
Jesús como trabajador. En otro sentido y en un contexto diferente El afirma: "Mi Padre
trabaja siempre y yo también trabajo" Qn 5, 17).
Al llamar a otros para colaborar con El, el Maestro los saca aun de sus trabajos, de forma
que dejan su fuente de sustento, las redes, y lo siguen (cf. Me 1, 18. 20). El insinúa que su
discipulado dispensa del trabajo porque "el obrero tiene derecho al sustento" (Mt 10,10).
Aún más, en otro contexto Jesús llama la atención sobre las aves del cielo y los lirios
del campo (cf. Mt 6, 26-29), que, además de vivir sin sembrar ni segar, superan a Salomón
en esplendor y gloria.
LA PROPUESTA DE PABLO
Pablo y los otros misioneros inauguran una forma original, viviendo el Evangelio en
el mundo del trabajo. Evangelizar trabajando y trabajar evangelizando es el desafío que
nos plantean.
198
Ante situaciones nuevas, ¿qué respuestas encuentran? La situación cambia. Ante las
grandes ciudades con sus periferias explotadas la propuesta tiene que ser otra. Los tiempos
son otros, otras las comunidades y los evangelizadores emprenden la innovación.
Tanto en su vida como en sus escritos Pablo se presenta como un trabajador incansable.
El gran apóstol puede enorgullecerse, con frecuencia, de sus manos encallecidas y
presentarlas en su predicación como argumento. Cuando se despide en Efeso de los
líderes afirma: "Vosotros sabéis que con mis manos he proveído a las necesidades mías y
de mis compañeros" (Hch 20, 24).
La garantía de la propia subsistencia no era solamente un detalle en la vida de Pablo
y de sus compañeros. Sin horarios, en condiciones precarias, su actividad era incansable.
"Noche y día trabajamos para no seros gravosos mientras os proclamábamos la Buena
Noticia de Dios" (lTs 2, 9; cf. 2Ts 3, 8).
En varios textos paulinos sobre el tema subraya el trabajo manual. En ICor 4, 12,
por ejemplo, se lee: "nos fatigamos trabajando con nuestras manos". La propuesta, por lo
tanto, no se refiere a cualquier trabajo, sino específicamente a trabajar con las manos.
¿Por qué tanta insistencia sobre este modo de trabajar? Porque en aquella época no se
valoraba el trabajo manual. La mentalidad griega de entonces consideraba el trabajo con
las manos como una actividad indigna, de segunda categoría, reservada a los esclavos.
Por esto os predicadores cristianos insistían en valorizar el trabajo manual.
Pablo mismo, según consta, ejercía una profesión difícil, porque exigía tiempo,
paciencia y dedicación manual.
Fabricante de carpas (cf. Hch 18, 3) en realidad debía tejer la cobertura espesa de
las tiendas de campaña. Era un trabajo insalubre que deformaba las costillas y las manos,
además de forzar la vista y ser naturalmente poco higiénico.
En verdad se requerían motivos de peso para que Pablo y demás misioneros, como
Aquila, Priscila, Silvano, Timoteo optasen por una evangelización a partir del mundo del
trabajo.
Ser ejemplo - Antes de mandar a los otros a trabajar, los evangelizadores trabajan.
Por eso dicen: "quisiéramos dar un ejemplo que imitar" (2Ts 3,9)- Se trata de una manera
de vivir, un modo de proceder ya tradicional (cf. 2Ts 3, 6).
No ser gravosos para nadie - Las comunidades no eran ricas y poco se les podía
exigir en su pobreza. Los misioneros cristianos no quieren vivir de donaciones; por el
contrario "no pedimos el pan a nadie y nos fatigamos día y noche para no ser gravosos a
ninguno de vosotros" (2Ts 3, 8; cf. lTs 2, 9; 2Cor 12, 13-14).
Trabajar con comunidades pobres - El trabajo del que se habla en las cartas
paulinas es siempre arduo, penoso, "con fatiga y esfuerzo" (2Ts 3, 8). El trabajo manual,
como ya se ha dicho, es un trabajo duro, de pobres. A eso alude en ICor 4, 11-12; 2Cor
11, 7-12; Hch 20, 33-34, en donde prima el desinterés por enriquecerse.
Compartir - "El que robaba no robe más, antes trabaje con sus manos para ganar
algo y poder socorrer al que tiene necesidad" (Ef 4, 28). El compartir es esencial en el
modo cristiano de vivir, porque ayudando a los débiles (cf. Hch 20, 35) es como se crea
comunión, el estilo de vida fraterno y cristiano.
200
CONCLUSIÓN
Por su modo de vivir y por su doctrina, Pablo y demás colaboradores crearon una
nueva praxis y una nueva mística en relación al trabajo. En la sociedad de su época el
trabajo era considerado como tarea de los esclavos. El filósofo Platón codificó explícitamente
esta ideología. Los primeros evangelizadores invalidaron esta ideología yendo al encuentro
de los trabajadores y convirtiéndose ellos mismos en trabajadores como los demás.
Esta propuesta es actual y desafiante, porque nos estimula a ir al encuentro de la
clase trabajadora, a identificarnos con ese su mundo y, a partir de ahí, vivir y predicar la
doctrina cristiana.
La forma de vida de las primeras comunidades subvierte el orden establecido en el
imperio romano hasta el punto de provocar la persecución violenta. También el actual
orden vigente con su sistema social injusto y explotador, nos invita a tomar posiciones
nuevas para crear relaciones humanas nuevas.
Pablo y los otros misioneros, como Aquila, Priscila, Silvano, Timoteo, Lucas y demás,
nos presentan una nueva espiritualidad, viviendo el evangelio en el mundo del trabajo.
Es allí, junto a los otros artesanos, donde se hace realidad la predicación cristiana. Esta
mística los hace resistentes a las presiones del imperio y crean una fe arraigada y
transformadora. Lo central no es el lucro, ni el capital, sino la persona que con su trabajo
va construyendo un mundo nuevo.
2Q1
INTRODUCCIÓN A LAS CARTAS
DE PABLO A LOS CORINTIOS
LA CIUDAD DE CORINTO
La antigua Corinto fue destruida por los romanos en el año 146 a.C. Cien años
después, en el 44 a.C, fue reconstruida por Julio César y, en el 25 a.C, constituida
capital de la Provincia de Acaya. Situada en el centro de Grecia, Corinto era favorecida
por los mares Adriático y Egeo con dos puertos, el de Cencreya al este y el de Lequya al
oeste. Debido a esta posición geográfica tan favorable se convirtió en un centro comercial
e industrial tan importante que atrajo inmigrantes de todas partes de tal modo que en
poco tiempo fue una ciudad cosmopolita con una gran variedad de lenguas, culturas y
razas. También era un centro intelectual en donde tenían sus escuelas las corrientes
filosóficas y un centro religioso en donde los cultos de Oriente y Egipto tenían sus santuarios
con gran aceptación popular. También había una comunidad judía floreciente con su
sinagoga (Hch 18, 4).
En la época de Pablo, Corinto tenía aproximadamente 500,000 habitantes. Dos tercios
eran esclavos. La pequeña élite de la clase dominante estaba compuesta principalmente
por ciudadanos libres romanos que la colonizaron. La riqueza escandalosa de esta minoría
estaba al lado de la miseria de muchos. Inclusive surgió la expresión "vivir a lo Corinto"
que significaba vivir lujosamente y en orgía.
ORIGEN DE LA COMUNIDAD
Pablo llegó a Corinto durante su segundo viaje misionero. Venía de Atenas donde su
predicación no tuvo éxito (Hch 17, 32-34). Llegó abatido y desanimado (lCor2, 1-3). Se
hospedó en casa de Aquila y Priscila, recién expulsados de Roma (Hch 18, 2-3). Como
acostumbraba, inició su anuncio de la Buena Noticia en la sinagoga, hablando a judíos y
griegos (Hch 18, 4). En el espacio de 18 meses (Hch 18,11) entre los años 50 y 52 ayudó
a plantar y consolidar la comunidad (ICor 3,6-10; Hch 18,1-18) compuesta en su mayoría
por gente pobre, sin mucha instrucción (ICor 1, 26; 7, 21; 11, 21-22). Muy probablemente
esclavos, cargadores del puerto. Pero era una comunidad dinámica, llena de entusiasmo,
con muchos dones y carismas (ICor 14, 1-25). Era también una comunidad «onflictiva,
llena de tensiones y divisiones.
El trabajo evangelizador en Corinto estuvo marcado por muchos conf Liaos, ya con
los judíos, ya con los griegos. El de los judíos trajo mucha oposición contra Pablo, pero no
se desanimó. Sacaba fuerza en la experiencia mística de su fe y en la seguridid siempre
20S
renovada, propia de los profetas, de que Dios estaba con él: "¡No temas, sigue hablando y
no te calles, que yo estoy contigo!" (Hch 18, 9-10; cf. Jr 1, 8; 15, 20). Por fin, siendo
imposible su trabajo en la sinagoga, comenzó a reunirse en casa de Ticio Justo, un pagano
simpatizante del judaismo (Hch 18, 6-7). Los judíos acusaron a Pablo ante el tribunal
romano, presidido por Galión, hermano de Séneca. El proceso no resultó (Hch 18, 15).
El conflicto con los griegos tenía su origen, en parte, en las tensiones internas
provenientes de la composición social de la comunidad (ICor 1, 26; 11, 21); en parte, de
las diversas tendencias que existían entre los cristianos (ICor 1,11-12), y en parte por la
diferencia cultural entre griegos y judíos (cf. Introducción General, 2* ventana), por ejemplo,
en la incompatibilidad entre la cultura griega y la fe en la resurrección (ICor 15,1-58) o
en la decisión de Pablo de vivir de su propio trabajo para anunciar el evangelio
gratuitamente (Hch 20, 33-34; lTs 2, 9; 2Ts 3, 8; ICor 4, 12; 9,18; 2Cor 11, 7) y hacer de
esto "un título de gloria" (ICor 9, 15; 2Cor 11, 10). Esta actitud de Pablo debe haber
chocado con la mentalidad griega de los corintios. Para ellos "trabajar con las manos" era
indigno de un ciudadano libre. ¿Cómo recibir la Buena Noticia de Dios de un hombre
socialmente inferior?
Esta situación conflictiva llevó a una correspondencia intensa entre Pablo y los de
Corinto. ¡Mucho más que dos cartas! Algunos entendidos encuentran en la segunda carta
la globalización de por lo menos cinco cartas escritas en diferentes ocasiones. Sin
adentrarnos en los argumentos de esta cuestión preferimos atenernos a las pocas
informaciones que el mismo Pablo nos ofrece en sus dos cartas.
1) La Carta pre-canónica. En ICor 5,9-13 Pablo habla de una carta escrita para orientar
a los corintios en su relación con las personas viciosas y corruptas. Esta carta se
perdió. Algunos señalan fragmentos en la actual 2Cor 6, 14-7, 1.
2) La Primera Carta a los Corintios. Los motivos que indujeron a Pablo a escribir esta
carta fueron:
4) La Segunda Carta a los Corintios. Fue escrita para refutar las calumnias contra
Pablo y para resolver los conflictos que surgieron relacionados con la comunidad.
En un estilo vivo y apasionado esclarece los malentendidos (2Cor 1, 12 - 2,
11), y defiende su ministerio (2Cor 10-13). Así, en total, serían como mínimo
cuatro cartas.
Conclusión 16,1-24
La primera carta a los Corintios tal vez sea, entre todas las cartas de Pablo, el
ejemplo más claro de la dificultad y de la necesidad de la inculturación del mensaje
cristiano (cf. Introducción General, 2- ventana)i. Leer la carta bajo esta clave puede ser
particularmente esclarecedor para nosotros que vivimos el problema de encarnar la
Buena Noticia en las culturas de nuestros pueblos. Entre otros puntos vale la pensa
examinar con detención la manera cómo Pablo enfrentó el problema de las carnes
sacrificadas a los ídolos (ICor 8-10) y el de la fe en la resurrección (ICor 15), o cómo
intentó impedir que el ambiente pagano de la ciudad se introdujera en el modo de vida
de la comunidad (ICor 5-6).
Otra clave importante que muestra la actualidad de la carta a los Corintios es ver de
cerca cómo Pablo enfrentaba y resolvía los problemas de la convivencia comunitaria: las
divisiones internas (ICor 1, 10 - 4, 21), la ética sexual (ICor 5, 1-13), las riñas ante el
tribunal (ICor 6, 1-11), el respeto por la conciencia de los más débiles (ICor 8, 7 - 9, 27),
el buen orden en las asambleas (ICor 11,1-34), el problema del don de lenguas (ICor 12-
14), etc. (cf. Subsidio 16).
Pablo es hijo de su tiempo. Tiene sus límites. No podemos juzgarlo con los parámetros
del conocimiento que tenemos hoy de la condición humana. Sus límites aparecen, por
ejemplo, en su actitud con respecto a la mujer (ICor 11, 2-16; 14, 34-35). Estos textos
difíciles deben ser interpretados no como enseñanza universal, válida para todos los
tiempos, sino «orno una respuesta a un problema concreto y localizado. Además de esto,
hay que situarlo dentro del contexto más amplio, tanto de la cultura de la época como del
empeño de Pablo para que la mujer pudiera tener una función de líder en las iglesias
domésticas (cf Subsidio 14).
Para los fariseos tenía mucha autoridad la Tradición de los Antiguos (cf. Introducción
aoB
General: 2a ventana). Pablo, judío de la línea de los fariseos (Flp 3, 5) atribuye mucha
autoridad a la Tradición que se transmite en las comunidades. A ella se refiere cuando
habla de la cena del Señor (ICor 11, 23-27), de los testimonios sobre la resurrección
(ICor 15, 3-8) y del comportamiento en las reuniones (ICor 11, 2). La misma autoridad
le atribuye a la Escritura (ICor 10,11). Ambas, la Escritura y la Tradición, tienen autoridad
como Palabra o Precepto del Señor (ICor 7, 10. 25). Sin embargo, reconociendo su
autoridad, ellas no son una camisa de fuerza. Ante problemas nuevos, Pablo se toma la
libertad de dar consejos inéditos que no se fundamentan ni en la Tradición, ni en la
Escritura: "les digo yo, no el Señor" (ICor 7,12. 25). Y la razón de esta libertad valiente
es la seguridad de la acción del Espíritu del Señor: "pienso que también yo poseo el
Espíritu de Dios" (ICor 7, 40). Esta libertad, por lo tanto, no es desenfreno: ¡todo lo
contrario!, es fuente de un compromiso mayor. "Todo me es permitido, pero no todo es
conveniente" (ICor 10, 23).
La mayor parte de las claves de lectura de la Primera Carta a los Corintios abre
también el sentido y el alcance de la Segunda Carta. Por ejemplo, los temas de la "mística
del conflicto", "la locura de la cruz y la sabiduría del mundo", "los problemas de la
2G7
comunidad", "la ardua tarea de la incultur ación", aunque de otra manera, atraviesan
también a la segunda Carta.
2CJB
GUIÓN 16 LOS CARISMAS
PUNTO DE PARTIDA
1. Vamos a compartir lo que más nos ayudó en el estudio orante de la carta a los
Tesalonicenses.
2. Invocar las luces del Espíritu Santo. Podemos cantar "Ven, Espíritu Santo, ven" u
otro para interiorizar el texto que nos habla de los carismas.
1- PARTIR DE LA REALIDAD
S09
2. ESTUDIO Y MEDITACIÓN DEL TEXTO
3. CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
2. Rezar en común, a dos coros, o por versículos el Himno a la caridad (ICor 13,1-13),
agradeciendo a Dios los carismas que hemos compartido al iniciar la celebración.
2. Para aprovechar mejor la lectura orante conviene distribuir las tareas y durante la
semana leer toda la carta a los Colosenses con su introducción y las notas a pie de
página.
21 1
SUBSIDIO 16 CARISMAS:
El BUEN USO DEL PODER
212
EL PODER LIBERADOR
EN LA COMUNIDAD CARISMÁTICA
Pablo usa raramente la palabra exousía, aun cuando la realidad del poder y de la
autoridad sea algo decisivo para él y sus comunidades helenistas. Pablo usa ese término
tan sólo en situaciones de antagonismo de poder. Por esto, en los escritos paulinos la
palabra exousía tiene una finalidad bien determinada: que la comunidad sea libre (2Cor
1, 23; 2, 4. 10).
Para Pablo la autoridad que se hace valer ante los más débiles no es autoridad, sino
autoritarismo (2Cor 10, 1-4). De ahí que trate sobre el "poder" en confrontación con la
ley o ante un hermano más débil. Partiendo de esto, él da normas e instrucciones para el
"buen uso del poder" evitando que para otros sea fatal o tiranía (2Cor 8, 12 ss). Pablo
habla de este "poder" como propio de quien tenga una conciencia recta lúcida y pura
(ICor 10,13-25). Aún más, llega el caso de tener que renunciar a esa libertad si a nuestro
lado hay un hermano de conciencia no tan esclarecida y débil en la fe (ver ICor 8, 9-10;
Gl 5, 13; lTm 1, 5-7). Pablo resume la libertad en el mandamiento del Señor: "Amarás a
tu prójimo como a ti mismo" (Rm 13, 9-10; Gl 5, 14). Para él este es el mayor poder, la
mayor autoridad, el don por excelencia dado al ser humano.
Pablo supone que la comunidad es el lugar ideal donde florecen y actúan los carismas.
No quiere que los de Corinto vivan en la ignorancia acerca de los "dones" del Espíritu (ver
ICor 12, 1). Pero sucede que ciertos "trances" religiosos muy codiciados puedan ser
verdaderos como falsos. Por eso intenta esclarecer cuál es el lugar de los "dones" y cómo
usarlos convenientemente. Por esto Pablo da orientaciones disciplinares y hace
exhortaciones enérgicas de orden moral (ICor 12, 27-31a). Quiere erradicar el fanatismo
de algunos, el orgullo de otros y la ignorancia de muchos: todos factores que pueden
producir la desunión y el desamor. Para él es necesario analizar el contenido del mensaje
y averiguar si el carismático es un auténtico cristiano (ICor 1, 13-14; 12, 10c).
313
CRITERIOS: LIBERTAD Y COMUNIDAD
VARIEDAD DE CARISMAS
AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD
CONCLUSIÓN
Pablo deja establecido con claridad que lo que importa es el AMOR. A pesar de toda
su exposición sobre los "dones", reconoce que los "carismas" son dones relativos y hasta
caducos y pasajeros (ICor 13, 9-10), ante el único carisma que realmente merece ese
nombre: el AMOR (13, 8a). El amor se expresa en gestos concretos de solidaridad, de
servicio (13,46), de acogida, sobre todo de los mas necesitados, los excluidos y crucificados
de la sociedad (2Cor 8, 1-6). Para enaltecer este carisma, Pablo cita las palabras bien
concretas del bellísimo Himno al Amor (ICor 13,1-3; ver Subsidio 14, vol. 4).
215
INTRODUCCIÓN
A LA CARTA A LOS COLOSENSES
1. LA CIUDAD DE COLOSAS
Colosas, hoy en ruinas, era una ciudad de Frigia occidental, situada en la parte
superior del río Lico, un afluente del Meandro, y a lo largo de la carretera que conduce a
la parte oriental de Efeso.
En la época de Pablo, era una insignificante ciudad comercial que contrastaba con
las ciudades vecinas, mas grandes y más desarrolladas de Laodicea y Hierápolis (cf. Cl 4,
13. 15). Desde 129 a.C. Colosas pertenecía a la provincia romana del Asia.
Pablo no desconocía a la Frigia pero es casi seguro que nunca visitó Colosas (cf. Cl 1,
4. 7 ss; 2, 1). En sus viajes por la Frigia (Hch 16, 6; 18, 23) no llegó hasta la región
sudoeste donde se encuentra Colosas.
Por esto, surgen algunas preguntas: ¿a partir de quién se inició en Colosas la comunidad
cristiana? ¿Por qué Pablo escribe a los colosenses? ¿Fue Pablo quien escribió esta carta?
La comunidad de Colosas, como la de Laodicea y Hierápolis, se inició por la predicación
de un colosense, llamado Epafras, discípulo y colaborador de Pablo (cf. Cl 1, 7; 4,12-13).
Pablo, por lo mismo, acompaña con sumo interés el desarrollo de esta comunidad y
manifiesta un cariño especial por su compañero de misión: Epafras: "Lo aprendisteis de
Epafras, mi querido consiervo, fiel ministro de Cristo a vuestro servicio. El me ha informado
del amor que os inspira el Espíritu" (Cl 1, 7). Podemos deducir que el trabajo de Epafras
en Colosas fue orientado directamente por Pablo.
La comunidad estaba formada en su mayoría por cristianos gentiles (Cl 1, 21. 27; 2,
13). En la carta a los Colosenses se mencionan dos residencias que sirven de local para
las oraciones y aun celebraciones (Cl 4,15.17; cf. Fil 2). No hay signos de La presencia, de
judíos-cristianos en la comunidad de Colosas.
3. LA CARTA
Si Pablo nunca visitó Colosas ¿por qué y en qué circunstancia escribió la carta a los
Colosenses?
216
Se ha discutido mucho sobre la autoría de la carta. Algunos afirman que no es
auténtica de Pablo, sino atribuida a él. Para sostener esta postura presentan las razones
siguientes:
3. Hay mucha cercanía entre la carta a los Colosenses y la de los Efesios. Esta última
ciertamente no es de Pablo, sino atribuida a él.
No todos están de acuerdo con esta opinión. Hay quienes rechazan los argumentos
presentados y consideran la carta a los Colosenses como auténtica de Pablo, escrita en el
cautiverio como las cartas a los Filipenses y a Filemón.
En conclusión podemos decir que, aunque esta carta no fuera de Pablo, continúa su
pensamiento. Es probable que un discípulo de Pablo elaborase el texto de la carta para
entablar un diálogo de fe en medio de un creciente sincretismo religioso. De cualquier
forma, la carta fue escrita en nombre de Pablo.
El vínculo con la tradición paulina y la cercanía que tiene con la situación de las
comunidades del Asia Menor, llevan a pensar que la última redacción de la carta fue
escrita en Efeso en torno al año 80 d.C.
La carta, sin embargo, hace referencia a la situación de Pablo en la prisión (cf. Cl 4,
3 ss. 10.18). Si aceptamos que la carta fue escrita usando material de Pablo, éste provendría
de su cautiverio o en Cesárea o en Roma (56-58 o 58-60 d.C).
El contenido de la carta nos revela que el motivo principal que llevó a su redacción
fue la infiltración de doctrinas heréticas y de filosofías extrañas que producían confusión
en la comunidad de Colosas. Para nosotros la cuestión es oscura. Podría tratarse de un
movimiento sincretista de carácter judeo-gnóstico, o de infiltración de ideas de este
origen. Otra posibilidad es que se trate de la influencia del sincretismo helenista en la
región del Asia Menor. Los colosenses "que fueron sacados del paganismo para servir a
217
Cristo" (Cl 3, 24) se dejaban seducir por las ideas provenientes de otras fuentes como las
"vacías y engañadoras especulaciones de la filosofía" (Cl 2, 8), de la religión de los
"elementos del mundo y del culto a los ángeles" (Cl 2, 8; 2, 18. 20).
El objetivo de la carta es contrarrestar las falsas doctrinas y reafirmar la primacía de
la plenitud de Cristo (Cl 1, 19; 2, 10). En El desaparecieron las ventajas atribuidas a
determinada religión, status o cultura, porque en El todo fue reconciliado (Cl 1, 20). Fueron
superadas todas las distinciones discriminatorias: griego y judío, circunciso e incircunciso,
bárbaro, escita, libre, esclavo, porque Cristo es todo en todos (Cl 3, 11; cf. Gl 3, 28 donde
Pablo alude también a la superación de la discriminación entre hombre y mujer).
DIVISIÓN DE LA CARTA
Después del remitente y el saludo, la carta a los Colosenses se divide en tres partes
temáticas y concluye con algunos complementos y saludo final.
Remitente: Cl 1, 12
Primera parte - Doctrina: Riqueza de la fe cristiana
y primado de Cristo (Cl 1, 3 - 2, 5)
- Acción de gracias por las noticias recibidas (Cl 1, 3-8).
- Oración que culmina con el Himno Cristológico (Cl 1, 9-20).
- Esperanza que nace con el anuncio del Evangelio (Cl 1, 21-29).
- El cuidado de Pablo por la comunidad (Cl 2, 1-5).
La carta a los Colosenses puede ser leída desde muchas puertas de entrada. Elegimos
algunas que pueden ayudar a abrir puertas.
1. Vigilancia
Vigilar y saber aprovechar bien el momento presente. Esto es, no dejarse esclavizar.
Es asumir la lucha por la vida, en la seguridad de que desde ahora nuestra vida está
escondida en Dios (Cl 3, 3). La fe en la resurrección no nos debe llevar a la resignación.
Al contrario, es para el cristiano motivo para la lucha y la militancia. Creer en la resurrección
es mantenerse alerta y vigilante en el tiempo presente.
Si Cristo es todo en todos, no hay razón para privilegiar a unos sobre otros (cf. Cl 3,
11). La comunidad eclesial está llamada a dar testimonio de unidad en la diversidad de
culturas y de ritos religiosos.
3. Ascesis falsa
En una comunidad que sigue a Jesús no hay lugar para privilegios personales. Hombres
y mujeres (Cl 3,18-19), empleados y empleadores, todos son servidores del único Señor
(Cl 3, 24). "Quien cometa injusticia lo pagará, pues no hay favoritismos" (C13, 25).
219
GUIÓN 17 DOCTRINAS EXTRAÑAS
Texto de estudio: Cl 2, 6 - 3, 4
Texto de apoyo: Ef 2, 1-22
PUNTO DE PARTIDA
1. PARTIR DE LA REALIDAD
3. CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
1. Celebremos con alegría y gratitud las fuerzas y luces que hoy hemos encontrado
para nuestra vida. Utilizar algún símbolo religioso de los indios antes de la llegada
de Colón a América.
2. Distribuir las tareas entre los participantes. No olvidarse de que alguien se encargue
de preparar la celebración final del encuentro.
222
SUBSIDIO 17 REIIGIOSIDAD POPUIAR,
DOCTRINAS EXTRAÑAS,
ANUNCIO DE LA BUENA NOTICIA
Religiosidad Popular
¿Religión o Secta?
Es necesario discernir
Creemos que la semilla de la Palabra de Dios ya está presente en todas las culturas.
Es necesario reconocer esta semilla y fomentar las condiciones para que crezca y fructifique.
En conclusión podemos decir que ninguna cultura, como también ninguna creencia
religiosa, es tan completa, en sí misma, que en ella se pueda agotar la Buena Noticia, el
evangelio de Jesucristo. Por otra parte, ninguna cultura o religión es tan insignificante
que no contenga ya en sí la semilla de la Palabra de Dios revelada plenamente por Jesús.
225
GUIÓN 18 EXPANSIÓN
POR IA DEFENSA
DE IOS DERECHOS
PUNTO DE PARTIDA
1. PARTIR DE LA REALIDAD
/. ¿Cómo reivindican sus derechos las mujeres, los pobres, los negros, los
sin tierra?
2. Leer el texto
2.1. Ver de cerca el texto
Este texto es la preparación del último viaje de Pablo con destino a Roma. El
apóstol reivindica sus derechos como ciudadano romano y apela al César. La
narración histórica de Lucas es interrumpida por la palabras de Festo y de
Pablo.
3. CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
22B
SUBSIDIO 18 CONVERSIÓN DE PABW
Y SU IMPORTANCIA EN IA VIDA DE FE
EL CAMINO
DE DAMASCO
Pablo tendría unos 28 años de edad cuando viajaba hacia Damasco con las credenciales
del sumo sacerdote, para traer presos a cuantos encontrase perteneciendo al Camino,
tanto hombres como mujeres (cf. Hch 9, 1-2).
Damasco dista de Jerusalén 250 kilómetros. Por su belleza se la llamaba la "perla del
oriente", o el "ojo del desierto". Allí, en la encrucijada de grandes caravanas comerciales,
existía una floreciente colonia judía, con sinagogas propias. El sumo sacerdote, presidente
del Sanedrín de Jerusalén, ejercía la autoridad central sobre las comunidades judías de la
diáspora. El Imperio Romano concedía cierta jurisdicción al Sanedrín sobre los judíos en
lo referente a cuestiones religiosas. El hecho de que Pablo tuviera en sus manos credenciales
del sumo sacerdote significa que no solamente era en nombre propio, sino que la
persecución de los cristianos formaba parte del plan de las autoridades judías en
connivencia con el Imperio Romano.
223
Esta descripción inicial de las circunstancias que llevaban a Pablo a Damasco sirven
para demostrar el contraste y el viraje total que se dio en su vida y en la historia de las
primeras comunidades cristianas.
GRATUIDAD DIVINA...
UNA LUZ, UNA CAÍDA, UNA VOZ...
Súbitamente el camino de Pablo hacia Damasco lo interrumpió una luz venida del
cielo, que lo hace caer en tierra y oír una voz. Esta descripción de elementos y fenómenos
que rodean a Pablo y actúan sobre él muestran que la conversión no fue primariamente
una decisión de Pablo, sino una iniciativa divina.
Tirado en el suelo, Pablo oye una voz: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" (Hch 9,3-
4). Pablo pregunta: "¿Quién eres Señor?" Jesús se auto-presenta: "Yo soy Jesús, a quien tú
persigues" (Hch 9, 5). Jesús aquí se identifica con la comunidad perseguida, con los discípulos
y las discípulas que siguen el mismo Camino que El trilló. Colocándose de parte del perseguido,
Jesús desaprueba al perseguidor. Las credenciales que Pablo había conseguido del Sanedrín
no tienen valor, no le daban ninguna autoridad. Estaba caído en el suelo.
Jesús no deja a Pablo sin perspectivas, sino que lo invita a levantarse y a ir al
encuentro de los hermanos: "Ahora levántate, entra en la ciudad y allí te dirán lo que has
de hacer" (Hch 9, 6).
Pablo se levantó, pero, aun con los ojos abiertos, no veía nada. Fue llevado de la
mano hasta la ciudad de Damasco donde permaneció tres días sin ver, ni comer o beber.
Se invirtieron los papeles. El líder fue conducido de la mano por los liderados (Hch 9, 8).
La conversión de Pablo se inscribe en la misma línea de los profetas. Como Jeremías,
Pablo podía decir: "Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; me forzaste, rae violaste" Qr
20, 7). Caído en tierra se entrega.
Como Ezequiel, Pablo cayó por tierra al ver la luz de la gloria de Yavé (Ez 1, 27-28).
Luz tan fuerte que lo dejó ciego. Su ceguera y los tres días sin comer ni beber (Hch 9, 8-
9) simbolizan los tres días de oscuridad y de muerte anteriores a la resurrección.
Con este relato dramático y simbólico que lo pone a Pablo en total dependencia, el
autor de los Hechos de los Apóstoles subraya la libre y gratuita iniciativa de Dios.
PARTICIPACIÓN HUMANA
Mirando a la conversión de Pablo, vemos una clara línea divisoria en su vida. Hay un
antes y un después del camino a Damasco. La primera impresión que da es de ruptura total.
Todo se quebró: el proyecto de vida, la observancia de la ley judaica, en fin, todo lo que
había aprendido desde niño a los pies de Gamaliel. Se desmoronó el mundo en que vivía.
Pero, es exactamente en el momento de la ruptura, de la caída, cuando aparece Dios.
Este interviene en la historia de Pablo. No lo deja sin perspectivas. Esta experiencia de la
fuerza y la bondad de Dios fue una luz tan poderosa que lo dejó ciego. Esta no entraba en
el cuadro de su comprensión de Dios quien provocó la ruptura. Ahora Pablo no confía en
aquello que él hace por Dios, sino sólo en lo que Dios hace por él. Ya no pone su seguridad
en la observancia de la ley, sino en el amor de Dios por él (Gl 2, 20-21; Rm 3, 21-26).
Lo "nuevo" que provoca este giro radical en la vida de Pablo está marcado por el
encuentro con Jesús. Esta experiencia se convierte en el núcleo central de su fe y de la
evangelización de las comunidades cristianas. A los filipenses les escribe: "Lo que para mi
era ganancia lo tuve por pérdida por amor de Cristo" (Flp 3, 7).
Pablo habla muchas veces de la experiencia de su conversión como un proceso que se
completó de parte de Dios, pero continúa incompleto en él: "No es que lo haya conseguido ya
ni que sea ya consumado; yo continúo para alcanzarlo como Cristo me alcanzó" (Flp 3,12).
"Ser alcanzado por Cristo" queda como la experiencia fundante del amor gratuito de
Dios que va a orientar la vida de Pablo y a sostenerlo en las crisis, dificultades y sufrimientos
que vendrán. Es la fuente nueva de espiritualidad a la que siempre puede volver. De ella
231
brota una "poderosa energía" (Cl 1, 29) que impulsa su vida y su misión. Nadie logra
extinguir este fuego que arde y nunca se consume (cf. Ex 3, 1-12; Jr 20, 9; Le 24, 42).
Dentro de la misma experiencia de ruptura, Pablo tiene la seguridad de que es el
mismo Dios a quien buscaba alcanzar antes por medio de la observancia de la ley y de la
justificación y lo alcanzó de un modo gratuito. Dios, que es mayor que cualquier ruptura,
es garantía de la continuidad. La ruptura se dio para que el proyecto de Dios pudiese
tener continuidad "conforme a las Escrituras" (ICor 15,3; Hch 17,2-3; 18,28). La conversión
a Cristo significó para Pablo un cambio profundo en su vida, pero no un cambio con Dios.
Pablo continuó fiel a su Dios. Continuó fiel también a su pueblo. Haciéndose cristiano no
deja de ser judío. ¡Todo lo contrario! Fue el querer ser fiel a las esperanzas de su pueblo
y a las promesas de su Dios que lo llevó a aceptar a Jesús como el Mesías y Señor.
Reconoció en Jesús el SI de Dios a las promesas hechas a su pueblo en el pasado (2Cor 1,
20). Recupera así las raíces originales del judaismo con la nueva clave de lectura: Jesús el
Cristo es el Señor (Hch 25, 12).
La conversión de Pablo nos enseña muchas cosas. La fidelidad al Evangelio debe
llevarnos a una mayor fidelidad al pueblo. Dios habla en los acontecimientos de la historia
y nos invita a leer sus señales y a permanecer en un proceso continuado de conversión.
Lo nuevo solamente es engendrado en la dinámica de ruptura y continuidad: "Solo es
duradero aquello que se renueva todos los días".
Ser un convertido no quiere decir ser santo. Aun después de la conversión, Pablo
sigue siendo un hombre normal: santo y pecador. Tenía sus fuerzas y flaquezas. El mismo
lo reconocía: "Cuando soy débil entonces soy fuerte" (2Cor 12, 10). Pablo se reconocía
débil cuando reconocía sus límites y condicionamientos humanos. Pero después de la
caída en el camino a Damasco, hace ahí la experiencia de que Dios puede obrar con toda
su fuerza. A partir de esta experiencia, escribe a su comunidad preferida de Filipos: "Todo
lo puedo con el que me da fuerzas" (Flp 4, 13).
Reconocer las debilidades y abrir espacio para la acción de Dios en nosotros es la
gran lección que dejó Pablo, partiendo de su experiencia de conversión, a las comunidades
cristianas de su tiempo y para nosotros hoy.
En fin, podemos preguntarnos: ¿en qué y hasta dónde la conversión de Pablo interpela
a nuestra vida cristiana?
232
La vida cristiana es un permanente estar en camino, en el seguimiento creativo e
inventivo de Jesús. Su lugar no es estable en ninguna estructura. Con su estilo de vida
itinerante es un llamamiento a estar atentos a los signos de los tiempos en fidelidad
dinámica al Espíritu Santo. El sopla donde quiere, no sabemos de dónde viene ni a dónde
va(cf.Jn3,8).
Como la vocación y la misión de Pablo, también nuestra vida cristiana y consagrada
tiene su origen en la total gratuidad de Dios. Nuestra fidelidad sólo será dinámica si nos
encaminamos en un proceso permanente de conversión.
¿Cuál es nuestro camino de Damasco hoy? ¿Qué voz escuchamos hoy? ¿Cuáles son
nuestras cegueras? ¿Quiénes son los hermanos, los "Ananías" que nos ayudan hoy a descubrir
un nuevo sentido comunitario para nuestra misión?
233
5S B L O Q U E
No sabemos con exactitud cuándo llegó a Roma la Buena Noticia de Jesús. La ciudad
era la capital del Imperio que englobaba a todo el mundo conocido; era el centro
administrativo, militar, político y religioso del mundo occidental; era la gran ciudad "que
reina sobre todos los reinos de la tierra" (cf. Ap 17, 18). "¡Todos los caminos llevan a
Roma!", un dicho popular que resalta la importancia de la gran ciudad. También el
cristianismo siguió el camino que llevaba a Roma.
Al comienzo de la era cristiana la ciudad tenía cerca del millón de habitantes
esparcidos en varios barrios. Existía una colonia judaica numerosa con cerca de 40,000
miembros organizados en torno a once sinagogas. Es muy probable que alguno de estos
judíos fueran los que llevaron a Roma el mensaje de Jesús. En Roma, en un comienzo,
se confundían los judíos con los cristianos. Podemos afirmar que próximo a los diez
años después de la resurrección, ya existía en Roma una comunidad cristiana. Esta
comunidad tuvo conflictos con otros judíos de la ciudad y la causa, según un historiador
romano, era "un tal Chresto" (Cristo). Cuando el emperador Claudio, debido a las
peleas, expulsó a los líderes judíos de Roma en el año 49 d.C, también expulsó a los
líderes cristianos como el matrimonio Prisca y Aquila a quien Pablo encontró en Corinto
(cf. Hch 18, 1-3; Rm 16, 3-4).
Al principio, pues, se dio un período en que los cristianos se confundían con los
judíos, inclusive tenían los mismos privilegios en comparación con otros pueblos
conquistados. Por ejemplo, podían enviar donativos a Judea, estaban dispensados de
hacer tareas públicas los sábados, de rendir culto al emperador y servir en el ejército, lo
que incluía un juramento de fidelidad al emperador.
234
Por otra parte, los romanos al confundir judíos con cristianos, juzgaban que sus
peleas internas entre los dos grupos deberían resolverse en las sinagogas (Hch 18,
12-16). Debido a esto, los cristianos no podían apelar a los tribunales y asambleas
populares, y por eso no tenían protección jurídica.
LAS COMUNIDADES
Por la carta de San Pablo a los Romanos, sabemos que los cristianos se reunían
en casas, como en la de Aquila y Prisca (Rm 16, 3-5), en la casa de Aristóbulo (cf.
Rm 16, 10), en la de Narciso (Rm 16, 11), en la de Hermas (Rm 16, 14), en la de
Olimpia (16, 15). También sabemos que los trabajos de la comunidad eran
distribuidos entre hombres y mujeres, ya que Pablo habla de la diaconisa Febe (Rm
16, 1), de la apóstol Junias (Rm 16, 7), de María (Rm 16, 6), de Julia y de la
hermana de Nereo (Rm 16, 15).
No sabemos cuándo los gentiles comenzaron a integrar las comunidades en
igualdad con los otros cristianos oriundos del judaismo. Este hecho hace estremecer
las relaciones al interior de la comunidad. Las tensiones entre los judeocristianos y
los cristianos provenientes del paganismo hicieron que algunos propagasen chismes
con respecto a Pablo y a su trabajo entre los gentiles (cf. Rm 16, 17-18). Este grupo,
argumentando con la carta de Pablo a los Gálatas, acusaba al Apóstol de que revocaba
la Ley de Moisés y que menospreciaba la observancia de la Ley y las costumbres
judaicas. Este hecho fue el que indujo a Pablo a escribir la carta a los Romanos
para corregir las falsas interpretaciones dadas sobre su enseñanza.
La tradición sostiene que Pablo, y luego Pedro, estuvieran en los comienzos de
la Iglesia en Roma, pero sabemos que históricamente no fue así. Pablo escribe a
una comunidad que no fundó, y en la carta a los Romanos manifiesta su voluntad
de ir a Roma. Pero esto recién sucede con su prisión. El estuvo en Roma en prisión
domiciliaria entre los años 58 y 60 d.C. También es probable que Pedro haya
llegado a Roma por esta época. La capital, dada su importancia, atrajo también a
otros misioneros como Marcos y Silas o Silvano (cf. lPd 5, 12).
La comunidad cristiana de Roma, viviendo en el centro del Imperio, sufrió
muchas tribulaciones por conflictos con las autoridades imperiales. Muchas de las
persecuciones de las que oímos hablar tan sólo tocaban a la comunidad cristiana
de Roma. La primera, la promovida por el emperador Nerón (66/67 d.C.) creó la
situación que ya conocemos por el estudio del evangelio de Marcos (Cf. volumen 5,
de esta colección). La persecución desencadenada por el emperador Domiciano, en
el 95/96 d.C, motivó la reflexión de la comunidad contenida en el libro del
Apocalipsis
235
LIBROS ESTUDIADOS
Los libros del Nuevo Testamento que vamos a estudiar en este bloque son: la carta
importante que Pablo envía a los cristianos de Roma y la pequeña carta de Pablo a
Filemón. Aquí se estudia la carta a Filemón porque trata sobre el tema de la esclavitud. La
esclavitud era la base del imperio romano. Cuestionar la esclavitud, era hacer oscilar a la
columna que sostenía a la sociedad romana.
El proyecto de los cristianos era formar comunidades que se reunían en casas,
desparramadas por las ciudades del Imperio. En este bloque intentamos conocer la realidad
de estas "iglesias domésticas".
En la teología del libro de los Hechos de los Apóstoles, la Palabra camina en dirección
a los confines del Mundo. Veremos, pues, en el último guión la propuesta de una apertura
Universal. También es nuestra misión ser testigos de la Palabra hasta los confines del
mundo de hoy: entre los marginados, los sin tierra, los sin techo, los hambrientos, los
despreciados, todos aquellos que fueron puestos en la marginación por las estructuras
imperiales actuales.
33B
Debido a estas acusaciones, Pablo estaría ya sintetizando por escrito su pensamiento
teológico respecto a la acción gratuita de Dios y sobre la observancia de la Ley como
camino de salvación. La parte principal de la carta a los romanos (Rm 1, 18 - 11, 36) no
hace ninguna referencia a Roma ni a otra comunidad. En verdad, es un escrito independiente
que sirve para cualquier comunidad. Lo que debe haber sucedido es que Pablo pensando
ir a Roma, envió varios de sus estudios escritos en una sola carta para las comunidades
de Roma.
Ahora bien, la comunidad de Roma no había sido fundada por Pablo y por lo mismo,
no tenía en ella amigos y conocidos con quienes podría contar. La comunidad de Roma
era muy antigua y ciertamente provenía de la gran comunidad de los judíos de Roma. La
comunidad, por lo tanto, era más de judíos-cristianos que de gentiles-cristianos. Sin duda
alguna un ambiente hostil a Pablo.
Quizá porque sus enseñanzas en la carta a los Gálatas eran la causa de muchos
problemas con los cristianos de procedencia judía, Pablo retoma esas enseñanzas
explicándolas y comentándolas con detalle. En algunos puntos llega hasta a retomarlos
de una manera más atenuada. En resumen, el contenido de la carta a los Romanos es la
doctrina contenida en la carta a los Gálatas de forma más correcta, ampliada y mejorada.
Por ejemplo, se puede comparar Gl 3, 19-22 con Rm 3, 20; 7, 7-13; o Gl 5, 12-21 con Rm
8, 5-13. El pensamiento es el mismo pero en Romanos está más claro y ameno. Pablo no
repite las expresiones duras que escribió a los Gálatas (cf. Gl 5, 12).
Pero la carta no contiene sólo enseñanzas y doctrinas teológicas. En ella encontramos
una serie de exhortaciones para los integrantes de la comunidad, mostrando que Pablo
estaba bien enterado de los problemas de la comunidad de Roma.
DIVISIÓN BE LA CARTA
TEMAS DE LA CARTA
La carta a los Romanos es un texto muy difícil de leer. Los temas tratados nos
parecen fuera de época, sin decirnos nada nuevo. ¿Qué significan para nosotros las
cuestiones sobre el judaismo, la vivencia de la ley y la salvación de Jesucristo? ¿Estos
asuntos no están ya superados?
Sin embargo, la carta no trata tan sólo estas cuestiones, sino otras que influyen
directamente en nuestra vivencia de la fe. La carta a los Romanos ha servido como punto
de apoyo para grandes reformas en la vida del cristianismo. San Agustín después de leer
esta carta cambia radicalmente de vida. Lutero inicia la Reforma a partir de sus reflexiones
sobre la carta a los Romanos.
De modo que tenemos que ver algunos temas que son fundamentales en esta carta
de Pablo. Estos temas o claves de lectura en realidad nos dan un esquema para un estudio
más completo de la carta.
Los judíos y su modo de vida. Ciegos por la ley, no conocen a Dios y también
viven en la injusticia y en el pecado (2, 1-11).
Ante Dios no hay pueblo privilegiado, ya que todos, judíos y gentiles, son
pecadores. Esto significa que, para Pablo, todos vivimos en la injusticia, o sea,
no vivimos de acuerdo al plan de Dios (3, 1-20).
Nuestra esperanza es vivir y morir como Cristo: así resucitaremos con El (5,1
hasta 6, 11).
Este tema será siempre una cuestión fundamental para la lectura de la carta a los
Romanos y para la vivencia del evangelio en cualquier tiempo y lugar. Según Pablo los
judíos se encerraron en una observancia ciega, despreciando la gratuidad del amor de
Dios (cf. 3, 21-31). En la carta recuerda Pablo que la Ley, por sí sola, no tiene ningún
valor. No se le pone a Dios contra la pared diciéndole: "¡He cumplido con todo lo prescrito!
Por lo tanto ¡estoy salvado!". Nadie se salva a sí mismo con el cumplimiento de preceptos
legales (cf. 9,14-24). Pablo combate la idea de que alguien pretenda salvarse a sí mismo.
Nadie se justifica cumpliendo preceptos legales. La justificación no proviene de las obras
prescritas en la Ley.
Para Pablo, Jesús resucitado es la prueba mayor del amor gratuito de Dios. Este amor
gratuito es el que salva a todos. Por ejemplo, a los gentiles. Ellos nada hicieron para Dios
y, sin embargo, Dios les propone la salvación en la persona de su Hijo Jesús. Quien cree en
Jesús, encuentra la salvación de Dios (10,10). ¡No necesita ninguna Ley! Los gentiles que
no merecían nada de parte de Dios encuentran también ahora la salvación. Para Pablo,
este es el Evangelio: una Buena Noticia para gentiles y judíos.
3. ¿Fe u obras?
241
4. Vida en el Espíritu
Pablo ve la vida cristiana como la vida de gente liberada por la acción del Espíritu
Santo (cf. Rm 8,1-4). Quien es bautizado, ya vive "según el Espíritu" (8,4) y no "según la
carne". Pablo opone el espíritu a la carne. Para Pablo "carne" significa vivir de acuerdo a
la mentalidad de la época. La cultura greco-romana, con actitudes opuestas al plan de
Dios, vive en la idolatría, lejos de Dios. Por esto "carne" no significa "cuerpo", sino
pecado y esclavitud.
Vivir en el Espíritu, por lo contrario, es la vida de los que son hijos de Dios. Estos,
adoptados como hijos en Jesucristo (Rm 8, 15), tienen una relación nueva con Dios,
relación nueva que se traduce en actitudes prácticas como la vida en comunidad, en su
actitud ante la sociedad sumergida en la esclavitud, en el pecado y en la muerte. El
cristiano vence todo esto, gracias a aquel que nos amó (Rm 8, 37).
Pablo era judío. Después de una experiencia personal descubre la acción gratuita de
la salvación de Dios en Jesucristo y cambia de vida. Para él, el gran misterio de ver a sus
hermanos en la fe rechazando la propuesta ofrecida por Dios, crucificando a Jesús, era un
interrogante doloroso (9,1-5).
Intenta resolver este problema escribiendo un artículo sobre la relación entre judíos
y cristianos. Este estudio es una unidad independiente dentro de la carta a los Romanos:
Rm 9 hasta el 11.
Pablo perfila al verdadero Israel, los descendientes legítimos de Abrahán: los que
heredan la verdadera fe de Abrahán (9, 6-13). Los que heredan la fe de Abrahán reciben
la misericordia de Dios. Dios, en su plena libertad, es misericordioso a quien le agrada (9,
14-29). Los gentiles reciben también esta misericordia y llegan al conocimiento de Dios.
Sin embargo, la reciben gracias a la fe que viene de los judíos (9, 30 -10, 13).
Si Israel no aceptó el Evangelio, no quiere decir que Dios rechazó a Israel (10,14 hasta
11, 10). Por el contrario, si los gentiles son llamados es para que Israel despierte y pueda
acoger también la acción salvadora de Dios, resucitando también ellos para el Reino (11,11-
15). Los gentiles no deben despreciar a Israel por el momento que pasa. Israel es y será
siempre la raíz histórica. Los gentiles son frutos que se alimentan de esta raíz (11, 16-36).
Nuestra cabeza piensa a partir de donde están nuestros pies. Pablo, a partir de su
conversión, de su vida familiar, de su trabajo y de sus orígenes en una comunidad de la
249
Diáspora, pensaba en forma diferente a los seguidores de Jesús que nunca habían salido
de la Palestina. Esta es la razón por qué Pablo pensaba de manera tan distinta a como
pensaba Santiago, por ejemplo. Basta confrontar las posiciones de uno y otro sobre la
figura de Abrahán (cf. Subsidio n-10).
Pablo era fariseo, por opción y formación (cf. Gl 1,14; Flp 3,6). Estudió en Jerusalén,
a los pies del maestro Gamaliel (Hch 22, 3), aprendiendo las normas y reglas de
interpretación de las escuelas rabínicas. Por eso Pablo lee el Antiguo Testamento de una
manera muy propia. El lee e interpreta la Escritura a partir de su experiencia personal en
medio de las comunidades originadas por su predicación entre los gentiles, a partir de
ciudades y de la cultura greco-romana muy diferentes a las aldeas de la Palestina. Basta
caer en la cuenta en la importancia que da en sus ejemplos a los juegos, propios de las
ciudades griegas (cf. ICor 9, 24-25; Flp 3, 12-14).
Para Pablo la Biblia es el "Antiguo" Testamento (cf. 2Co 3, 14) escrito para nuestra
instrucción y nuestra esperanza (Rm 4,18; 15,4) ayudándonos a percibir la gratuidad de
Dios salvando a todos, judíos y gentiles, en el misterio de Cristo.
Para Pablo la vida comunitaria supone algunos criterios. En primer lugar, vida cristiana
es vida en el Espíritu (cf. Rm 8). Otro criterio es el respeto al cuerpo, porque el cristiano
es templo de Dios (Rm 12, 1). Un tercer criterio es la vida comunitaria como distintos
cuerpos formando un solo cuerpo en Cristo (Rm 12, 4).
Tal vez hoy estos criterios nos sugieran algún moralismo con respecto a
comportamiento o actitudes (cf. Rm 13, 2). Lo que debemos entender es que en aquella
época ser cristiano era un riesgo, podía terminar en la cárcel o la muerte. Pablo pide a los
seguidores y seguidoras de Jesús que tengan un proceder digno, de acuerdo a la situación
de quien debe estar pronto para encontrarse súbitamente con Dios en un contexto de
persecución. Para Pablo enfrentar al imperio no significa solamente enfrentarse a las
autoridades, sino también al sistema de vida, a la ideología, a la religión de las ciudades,
a las instituciones.
Pablo señala que en toda comunidad hay "fuertes y débiles". Para Pablo los "débiles"
son quienes no están abiertos a la radicalidad de la acción de Dios y todavía están atrapados
por las prácticas religiosas superadas del judaismo (Rm 14, 1) hasta 15, 13). Los fuertes
han de aguantar la flaqueza de los débiles (15,1), pero la debilidad de algunos dentro de
la comunidad no puede ser un obstáculo a la evangelización: ¡es necesario vivir, no para
sí, sino pira el Señor!" (cf. 14, 6-8).
243
GUIÓN 19 LOS DOLORES DE PARTO
DE LA NUEVA HUMANIDAD
PUNTO DE PARTIDA
1. PARTIR DE LA REALIDAD
2. Destaque otras palabras claves que definen mejor las ideas de Pablo.
/. Intente por medio del texto descubrir las angustias presentes en las
comunidades de Roma.
3. CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
246
SUBSIDIO 19 "¿QUIEN NOS SEPARARA?
EL AMOR DE DIOS
EN LA COTIDIANIDAD DE LA VIDA
En los parachoques de los camiones se lee con frecuencia esta frase: "Si Dios está con
nosotros ¿quién estará en contra?". La frase es antigua. Proviene de la carta a los Romanos
(Rm 8, 31). Todavía es más antiguo el tema de la frase. Viene de la fe del pueblo del
Antiguo Testamento: "¡Dios está con nosotros!". La expresión más linda de esta fe es el
nombre de Dios: Yavé, Emmanuel, Dios con nosotros (Ex 3,15). El nombre expresa lo que
el pueblo sentía y vivía: Yavé era una presencia amiga y gratuita, asumida y garantizada
por El en solemne promesa: "¡Yo estaré con Vds.!" (Ex 3, 11). Esta presencia se convirtió
en el centro generador y la certidumbre más profunda de la fe del pueblo de Dios. El
Nombre aparece unas 6,000 veces en el Antiguo Testamento.
El redescubrimiento de esta fe antigua y siempre nueva fue lo que revolucionó la
vida de Pablo. Antes, él buscaba aproximarse a Dios y sentir su presencia apoyándose en
el esfuerzo que el mismo hacía por observar en todo la Ley de Moisés. Pero tuvo que
confesar que no era capaz (Rm 7, 14-23). Angustiado se pregunta: "¡Infeliz de mi! ¿Quién
me librará de esta condición mortal?" (Rm 7, 24). Fue la experiencia del amor de Dios la
que lo liberó de su angustia. Por eso el mismo se responde: "¡Gracias a Dios, por Jesucristo
Señor nuestro!" (Rm 7, 24). Ahora liberado de su angustia puede acercarse a Dios y
experimentar su presencia, no por haber observado la Ley, sino porque Dios, en su bondad,
lo aproximó y lo atrajo. "Porque el amor de Dios se infunde en nuestro corazón por el
don del Espíritu Santo" (Rm 5, 5). Pablo experimentó lo que había anunciado Oseas: "Con
correas de amor los atraía, con cuerdas de cariño" (Os 11, 4).
Esta experiencia invadió la vida de Pablo en todos sus niveles: cabeza, corazón,
voluntad, espíritu, mente, manos, pies. ¡Lo invadió todo! Y comenzó a mirar todas las
cosas a partir de esta nueva experiencia: la vida, la historia, la Ley, las personas, el
trabajo, la gran lucha, el día a día del camino, la misión, al mismo Dios. La experiencia del
amor de Dios está en la raíz de todo. "Si Dios está de nuestra parte ¿quién estará en
contra?" (Rm 8, 31).
247
EL CAPITULO 8 DE LA CARTA A LOS ROMANOS
8, 1-4: Ley del Espíritu o Ley del pecado. Antes, la Ley condenaba a Pablo como
transgresor y pecador, porque era incapaz de observarla. Ahora, sin mérito de
su parte, se ha liberado del pecado y de la Ley, porque por medio del Espíritu
de Jesús, Dios entró en su vida dándole la convicción de estar en paz con Dios,
acogido por El.
8, 5-13: Vida según el Espíritu y vida según la carne. Antes, Pablo vivía en la
muerte, no era capaz de agradar a Dios. Ahora, por el Espíritu de Jesús
que le fue dado, resucita y pasa a vivir una vida nueva. ¡Pasó de la muerte
a la vida!
1. vv. 14-17: La nueva relación con Dios confiere nueva conciencia de hijo de
Dios. Dios no es un juez distante que amenaza con la Ley en la mano, sino
un Padre que acoge y abraza.
3. vv. 26-27: El Espíritu de Jesús da vida a una nueva oración, a una nueva
espiritualidad. El reza en nosotros, nos sostiene y nos hace pedir lo que
conviene para nosotros y para el proyecto de Dios.
4. vv. 28-30: Nos abre a un nuevo futuro que ya está asegurado y para el cual
todo contribuye, aún las contradicciones de la vida: "Todo concurre al bien
de los que aman a Dios" (Rm 8, 28).
24S
8, 31-39: La supremacía del Amor. En un final de singular belleza Pablo saca las
conclusiones: "Teniendo esto en cuenta ¿qué podemos decir? Si Dios está de
nuestra parte, ¿quién estará en contra?"
En esta conclusión del capítulo aflora la convicción más profunda de Pablo. ¡Está
convencido de que nada en este mundo es capaz de separarlo del amor de Dios! Pablo
enumera todo lo que hace sufrir y que podría ser visito como expresión de la condenación
por parte de Dios: "tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, espada"
(Rm 8, 35). Sin embargo, nada de esto tiene fuerza. Continúa con la enumeración: "ni
muerte ni vida, ni ángeles ni potestades, ni presente ni futuro, ni poderes ni altura ni
hondura". Y para que no quede ninguna duda añade: "ni creatura alguna". Realmente
nada, nada "nos podrá separar del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús Señor
nuestro" (Rm 8, 31-39).
Aquí tenemos la raíz de la libertad. Libre ante cualquier poder de este mundo. Libre
para servir y donarse. Libre para pensar con libertad y ver todo con mirada nueva,
sabiéndose semilla y constructor de la Nueva Humanidad. Esta convicción de fe lo penetra
todo: la oración (Rm 8, 26), la conciencia (Rm 8, 16), la visión de la historia (Rm 8, 18-
25), la vida comunitaria (Rm 13, 8-10), lo cotidiano (Rm 14, 1-15), ¡todo!. Hasta las
contrariedades de la vida que dificultan el caminar y parecen contradecir el plan de Dios,
consiguen ser integradas dentro de la nueva visión (Rm 8, 28. 35).
El amor se desparrama en todo lo que Pablo vive y hace. Por eso, en la extensa
reflexión que sigue en los capítulos 9 al 11, se trasluce cómo este amor se revela en la
relación de Pablo con sus hermanos de raza, los judíos. Llega a decir que está dispuesto a
que "yo por mis hermanos, los de mi linaje, querría estar excluido de la compañía del
Mesías" (Rm 9, 3).
En los capítulos del 12 al 15 describe cómo la experiencia del amor de Dios puede
renovar por dentro la vida comunitaria y la relación entre las personas. Citamos algunas
frases de estos capítulos. Nos sirven de ventanas. Permiten mirar hacia adentro de lo
cotidiano de la vida de Pablo y de los primeros cristianos y adivinar algo de la experiencia
de amor que intentan vivir en el día a día. Vale la pena confrontar con lo que nosotros
vivimos y experimentamos en lo cotidiano.
1. "El amor sea sin fingir: detestando el mal y adheridos al bien. El amor fraterno sea
afectuoso, estimando en más a los otros. Con celo incansable y fervor de espíritu
servid al Señor. Alegraos con la esperanza, sed pacientes en el sufrimiento, persistentes
249
en la oración; solidarios de los consagrados en sus necesidades, practicando la
hospitalidad" (Rm 12, 9-13).
2. "No tengáis deuda con nadie, si no es la del amor mutuo. De hecho, el no cometerás
adulterio, no matarás, no robarás, no codiciarás y cualquier otro precepto, se resumen
en este: Amarás al prójimo como a ti mismo. Quien ama no hace mal al prójimo, por
eso el amor es el cumplimiento cabal de la Ley" (Rm 13, 8-10).
3. "Acoged al que f laquea en la fe sin discutir sus razonamientos. Y tu ¿quién eres para
criticar a un empleado ajeno? Que esté en pie o caído es asunto de su amo. Ninguno
vive para sí, ninguno muere para sí. Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos,
morimos para el Señor; en la vida y en la muerte somos del Señor" (Rm 14,1. 4. 7-
8).
Estos pocos ejemplos nos muestran cómo la experiencia del amor de Dios era algo
bien concreto en la vida de Pablo. Ella no corría por los cables de alta tensión, distantes
de las casas del pueblo, sino en los cables de la red doméstica, metidos en la pared de las
experiencias humanas: ayuda, lucha, conflicto, sufrimiento, tensiones, amistad, amor.
Por ejemplo, la experiencia que Pablo tuvo del amor de Dios se fortalecía por medio
de la mediación de personas amigas bien concretas: Esteban (Hch 7, 55-60), Ananías (Hch
9, 17), Bernabé (Hch 9, 27; 11, 25; 13, 2; ICor 9, 6), Eunice y Loide (2Tim 1, 5), Timoteo
(Rm 16, 21; lTs 3, 2. 6; ICor 16,10; lTm 1, 2), Pedro, Santiago y Juan (Gl 12, 9), Febe, la
diaconisa (Rm 16,1), el matrimonio Priscila y Aquila (Hch 18, 2.18; Rm 16,3), Lidia (Hch
16,14-50), y tantos amigos y amigas...
La espiritualidad de Pablo no consiste en un conjunto de ideas lindas para la
meditación, sino en la experiencia concreta del amor de Dios en la comunidad y en la
lucha por el pueblo. Por ejemplo, cuando dice: "cuando nos bautizamos consagrándonos
al Mesías, Jesús nos sumergió en su muerte" (Rm 6, 3), el debía pensar en concreto
cuando en Listra casi lo mataron a pedradas (Hch 14, 19), cuando sufrió prisión "peor
que la muerte" en Efeso (2Cor 1, 8-9), en la flagelación recibida en Filipos (Hch 16, 22-
23)...
En todo esto la fuerza que lo mantiene es la seguridad del amor: "me amó y se
entregó por mi" (Gl 2, 20). Pablo considera a Jesús como el pariente más cercano que, de
acuerdo con la Ley (Lv 25, 25-55) pagó el rescate para liberarlo de la esclavitud y
restablecerlo en sus derechos. Por causa de Cristo, Pablo "rompió con el mundo", con la
ideología dominante y se considera como que "el mundo está crucificado para mi y yo
para el mundo" (Gl 6, 14). "¡Ya no vivo yo, sino que vive Cristo en mi!" (Gl 2, 20).Pablo
ya no se pertenece. Desocupó el rancho de su vida y dejó que Cristo se instalase en él.
250
¿QUÉ ES EL AMOR DE DIOS?
Para Pablo, la experiencia del amor de Dios es el pozo más profundo de donde saca
el agua para saciar su sed y animar su lucha. ¿Qué es el amor para Pablo? ¡Aquí la cabeza
no logra expresar lo que siente y vive el corazón! El intenta decirlo de la siguiente
manera:
1. "Puedo hablar todas las lenguas" (ICor 13, 1), es decir, puedo tener un gran poder
de comunicación y anunciar correctamente la Buena Noticia; pero sin amor ¡nada
soy!
2. "Puedo tener el don de profecía" (ICor 13,2), es decir, puedo hacer grandes denuncias
y animar al pueblo; pero sin amor ¡nada soy!
3. "Puedo conocer los misterios todos y la ciencia entera" (ICor 13, 2), es decir, puedo
ser un gran teólogo y un científico eximio; pero sin amor ¡nada soy!
4. "Puedo tener una fe como para mover montañas" (ICor 13,2), es decir, puedo estar
seguro doctrinalmente y tener una fe milagrosa; pero sin amor ¡nada soy!
5. "Puedo entregar todos mis bienes" (ICor 13, 3), es decir, puedo hacer la opción por
los pobres y darles todo; pero sin amor ¡nada soy!
6. "Puedo entregar mi cuerpo a las llamas" (ICor 13,3), es decir, puedo ir a la cárcel y
ser torturado; pero sin amor ¡nada soy!
Todas estas cosas tan importantes en la vida de una persona o de una comunidad
expresan y revelan el amor, pero no lo agotan ni consiguen definirlo. El amor es un don
que está en la raíz de todo esto y lo supera. Entonces ¿qué es el amor? Pablo no responde,
pero cita la letra de un canto de la comunidad que describe cómo se ama en lo cotidiano
de la vida. En esta lectura nos ofrece una clave para que evaluemos si en nuestra vida
existe o no este amor. He aquí la letra, cuya luz nos ayuda a caminar en la oscuridad y
cuya melodía hace sonoro el silencio de Dios:
252
GUIÓN 20 RETRATO
DE UNA COMUNIDAD
1. PARTIR DE LA REALIDAD
/. ¿Qué características tiene y qué temas trata cada una de estas divisiones!1
3. CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
Algunas sugerencias:
254
PREPARACIÓN DEL PRÓXIMO ENCUENTRO
255
SUBSIDIO 20 IGLESIAS DOMESTICAS
Es muy común hablar de la crisis familiar actual. Grandes campañas por restablecer
los valores familiares no obtienen sus objetivos y las estadísticas, en forma alarmante, se
inclinan cada vez más hacia resultados negativos.
También es común comprobar que la parroquia está en crisis y que grandes
instituciones eclesiásticas ya no responden a los anhelos del pueblo. Estos grandes graneros
del pasado ya no sacian el hambre espiritual de quienes desean vivir el Evangelio con
mayor profundidad.
En nuestro continente e islas una nueva forma de ser Iglesia suscitó la participación
de millones de pobres y llamó la atención de todo el mundo por la forma de realizar el
Reinado de Dios, como Comunidades Eclesiales de Base.
El Vaticano II no menciona a estas Iglesias y el Código de Derecho Canónico no cae
en la cuenta de su existencia. Pero el Nuevo Testamento y más en particular los escritos
paulinos proporcionan abundante fundamento para una eclesiología de base,
principalmente para las iglesias domésticas, o iglesias en casas, o casas-iglesias.
Queremos observar que no se trata aquí de concepto de iglesia doméstica comprendido
como familia con padre, madre e hijos. Este concepto es el normal y bastante conocido en
los documentos de la Iglesia.
LA EXPERIENCIA DE JESÚS
Aunque no es posible saber con precisión cómo vivió Jesús su predicación, las
investigaciones últimas nos proporcionan algunos datos.
Los años de predicación, Jesús los vivió como misionero itinerante, viajando de
aldea en aldea. Lo acompañaban varias personas, hombres y mujeres. En este andar
misionero las casas cumplieron una función esencial.
Jesús creció en una casa y en sus andanzas se hospedaba, noches y días, en casas de
amigos. Hasta el nuevo concepto del Reino se expresa como una familia, la familia de
Dios (cf. Me 10, 29-30). En fin, Jesús se esfuerza por rehacer la casa o el clan familiar. Por
eso El nos revela a Dios en su proyecto, no como rey, sino como padre. Y en el cuarto
evangelio dirá: "en casa de mi Padre hay muchas habitaciones" (Jn 14, 2).
LA CASA DE MARCOS
LA CASA EN LUCAS
LA IGLESIA-CASA
EN LOS ESCRITOS PAULINOS
259
LA CARTA A FILEMÓN INTRODUCCIÓN
Entre las cartas paulinas, la dirigida a Filemón es la más breve y particular. Se trata
de un asunto personal de Pablo por el que devuelve a un esclavo fugitivo, Onésimo, a su
dueño Filemón. La carta es un testimonio impresionante de cómo Pablo responde y
enfrenta a las relaciones de dominio de la esclavitud.
En la carta a Filemón escribe Pablo: "apelo a ti a favor de un hijo mío, que engendré en
la prisión" (v. 10). Onésimo se encontró con Pablo en la prisión, probablemente en Efeso,
hacia el año 55 d.C. Terminó convirtiéndose y fue bautizado y se transformó así en "hijo "
de Pablo (v. 9)- En favor de este hijo, Pablo escribe una carta a su otro "hijo" de bautismo,
Filemón (v. 19), quien era un dirigente importante de la Iglesia en Colosas (v. 2). Le pide a
éste la gracia para Onésimo de que lo reciba como "hermano": "no como esclavo, sino mejor
que esclavo: como hermano muy querido para mi y más aún para ti..." (v. 16).
Aunque la carta fuera dirigida a una sola persona, ella llega y compromete a toda la
comunidad (v. 2). ¿Cómo la comunidad cristiana responde al hecho de la esclavitud? ¿Qué
hay que hacer? Pablo en la carta implícitamente declara ilegítima la institución vigente.
Demuestra que la solidaridad (ágape) practicada por la comunidad (koinonia) cristiana
es capaz de superar las estructuras de dominación y establecer una nueva forma de
relacionarse entre iguales y libres.
260
En el centro está el pedido de Pablo sobre el establecimiento de nuevas relaciones de
solidaridad cristiana. En su entorno se destruye la esclavitud y la relación de canje por la
práctica del ágape y la caridad cristiana. Esta estructura que Pablo invoca se debe al
poder del ágape, que es el eje del Evangelio cristiano, para crear una nueva sociedad
solidaria.
3 CLAVES DE LECTURA
La lectura de la carta a Filemón nos ayuda a responder y a tener una postura ante la
esclavitud en que se encuentra la mayoría del pueblo hoy. El Imperio Romano era una
sociedad esclavizadora y la mayoría de su población era esclava, produciendo riqueza
para una minoría: los señores. Los esclavos no eran considerados personas, sino simples
medios de producción, patrimonio de su señor. No tenían derechos, vivían en una miseria
total y podían ser vendidos como objetos. Es una situación semejante a la que sufre
mucha gente hoy. En este contexto la carta a Filemón nos ofrece importantes claves de
lectura.
1. El ágape cristiano, que se traduce por la "solidaridad" es más que una actitud
subjetiva de amor. Ella expresa una dinámica de relaciones sociales entre iguales
y de servicios voluntarios y mutuos (cf. Gl 5, 13-15).
Con estas claves de lectura podemos leer e interpretar la carta a Filemón como
proyecto para crear hoy una nueva sociedad de libertad y solidaridad.
£61
GUIÓN 21 UNA NUEVA RELACIÓN
CON CRISTO
PUNTO DE PARTIDA
1. PARTIR DE LA REALIDAD
2B2
2. ESTUDIO Y MEDITACIÓN DEL TEXTO
/. ¿Cuáles son los versículos claves donde la práctica del ágape se clarifica
más?
/. Esta práctica de Pablo ¿qué desafíos y qué mensaje trae para nosotros
cristianos insertos en la realidad Latino-Americana?
263
3. CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
De esta forma, Pablo resume bien el ágape cristiano. Compartamos las luces y
novedades de este encuentro.
2. Dios, nuestro Padre, nos acompaña en nuestro caminar para superar oposiciones
sociales y deshacer las situaciones esclavizantes. Vamos a cantar el "Magníficat" con
el que el pueblo de Dios manifiesta su sueño de sociedad nueva igualitaria y solidaria.
264
SUBSIDIO 21 IA CIASE SOCIAL
DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS
EN LA ÉPOCA DE PABLO
Hemos visto que los misioneros, en especial Pablo, creaban comunidades cristianas
en los lugares por donde pasaban. En ellas participaban los variados segmentos de la
sociedad, como Filemón, el dueño del esclavo, y Onésimo, el esclavo fugitivo. Las
comunidades congregaban personas de distintos niveles sociales. Vamos a detenernos en
este tema.
No es fácil describir detalladamente el nivel social de los cristianos en la época de
Pablo. De buena parte de ellos, mencionados nominalmente en las cartas de Pablo y en
los Hechos de los Apóstoles, no poseemos informaciones sobre su posición social, con
excepción de algunos líderes o personas importantes en las comunidades. Siguiendo la
lista de estos hombres y mujeres, podemos señalar algunas características sobre el nivel
social de los primeros cristianos.
Organizamos la lista de los nombres de las personas de acuerdo a la posición social,
a la renta o riqueza y a la ocupación.
1. Bernabé (Hch 4,36-37; ICor 9,6): era propietario de un campo y luego adoptó
la vida de artesano itinerante para mantener su misión.
3. Filemón (Fm): es dueño de esclavos y poseía una casa grande como para
acomodar la reunión de la comunidad y tener huéspedes.
4. Gayo (Rm 16, 23; ICor 1, 14): poseía una casa bastante grande como para
hospedar a toda la comunidad de Corinto.
1. Lidia (Hch 16, 14): Comerciante de púrpura en Filipos. Ella fundó el primer
núcleo de la comunidad con reuniones en su casa.
2. Priscila y Aquila (Hch 18,1-3; Rm 16,3-5; ICor 16,19; 2Tm 4,19): son fabricantes
de carpas y poseen una casa amplia donde se reúne la comunidad de Roma.
4. Secretario:
1. Tercio: era secretario de Pablo y escribe la carta a los Romanos (Rm 16, 22).
1. Lucas (Fm 24; Cl 4, 14): tendría que ser médico esclavo de alguna familia
romana.
2. Onésimo (Fm).
Esta lista es sólo una muestra. Enumera tan sólo a aquellos sobre quienes los textos
nos ofrecen alguna indicación clara sobre su posición social. Sabemos también que muchos
hombres y mujeres anónimos están presentes en la historia de las primeras comunidades
(ICor 6, 9-11)- Es posible, sin embargo, que la lista ayude a quien quiera esbozar la
fisonomía de los primeros cristianos. Siguen a continuación algunas características de su
nivel social.
2. La lista nos atestigua la presencia significativa de la clase media que poseía casas,
esclavos y recursos para viajes. Era muy posible que sus empleados o esclavos formaran
parte de la misma comunidad. Esta característica, que incluye tanto propietarios de
esclavos como esclavos, se ve reforzada por varios de los consejos de las cartas de
Pablo, dirigidos a ambos grupos: "Esclavos, obedeced a vuestros amos corporales,
escrupulosa y sinceramente, como a Cristo... Amos, tratadlos del mismo modo,
dejándoos de amenazas, conscientes de que está en el cielo el amo de ellos y vuestro.
Y no cede a favoritismos" (Ef 6, 5. 9)- Es muy probable que tal recomendación
exprese el desafío que tenían las comunidades "pluriclasistas", en las que convivían
ricos y pobres.
4. Hay que destacar que encontramos varias mujeres ricas e independientes que
desempeñan el papel de líderes en las comunidades. Se hace transparente un ambiente
de fraternidad e igualdad: "Ya no se distingue judío o griego, esclavo y libre, hombre
y mujer, pues con Cristo Jesús todos sois uno" (Gl 3, 28).
Todo esto nos permite reafirmar que en las primeras comunidades cristianas
encontramos representantes de distintos niveles sociales. Pues bien, ¿podríamos tener la
2B"7
posibilidad de evidenciar el nivel social de la mayoría de los integrantes de las comunidades?
La lista responde poco a esta pregunta. Como dijimos antes, las personas puestas en la
lista se distinguen como líderes y figuras importantes en las comunidades que podrían
representar a la minoría. Una de las pocas pistas para una respuesta seria la que
encontramos en las palabras de Pablo en su carta a los de Corinto: "Observad, hermanos,
quiénes habéis sido llamados: no muchos sabios en lo humano, no muchos poderosos, no
muchos nobles; antes bien, Dios ha elegido los necios del mundo par humillar a los
sabios, Dios ha elegido a los débiles del mundo para humillar a los fuertes, a los plebeyos
y despreciados del mundo ha elegido Dios, a los que nada son, para anular a los que son
algo" (ICor 1, 26-28).
La mayoría de la comunidad de Corinto, por tanto, estaba formada por personas de
las capas más modestas de la sociedad. En las otras comunidades, ¿la situación era simi-
lar? Sabiendo que las comunidades del Asia Menor y de Grecia tuvieron que ayudar a los
hermanos de Palestina (cf. Hch 11, 29; 2Cor 8-9; Gl 2,10) llegamos a la conclusión de que
las primeras comunidades de la Palestina estaban formadas, en su mayoría, por pobres y
necesitados. ¿Y en las otras comunidades? No sabemos con exactitud.
Todo lo que hemos dicho sólo nos muestra la variedad del nivel social de los primeros
cristianos. Al mismo tiempo, nos muestra las dificultades y la riqueza de una experiencia
vivida en sus comunidades. Esto es debido a que no podemos olvidarnos nunca de que la
comunidad cristiana (koinonia) se realiza en la solidaridad (ágape) y en la igualdad de
sus integrantes. Por eso, cuando nosotros participamos y formamos la koinonia de Jesús
surge la pregunta: ¿estamos aceptando libremente vivir en la solidaridad e igualdad entre
nosotros y con el pueblo, especialmente con los excluidos?
2BS
GUIÓN 22 EXPANSIÓN UNIVERSAI
HASTA IOS CONFINES DE LA TIERRA
"Pues sabe que esta salvación de Dios se envía a los paganos y ellos
escucharán" (Hch 28, 28)
PUNTO DE PARTIDA
1. PARTIR DE LA REALIDAD
Pedro quiso negar el bautismo a Cornelio que no era judío. Pero el Espíritu Santo se
anticipó y le dijo tres veces: "Pedro, no llames impuro lo que Dios declaró puro" (Hch 10,
15-16). Los hechos obligaron a Pedro a recibir a un gentil en la comunidad (Hch 10, 44).
En la VIII Intereclesial, Albérico, Pai de Santo y Católico, miembro de la Irmandade de
Nossa Senhora do Rosario, declaró en público ante tres mil personas: "¡Soy de candomble
y soy católico! ¿Soy bautizado! Los negros del candomble pedimos el derecho de ocupar el
lugar que nos compete. ¡Somos cristianos y queremos serlo como Uds.!" Esta declaración
provocó mucha discusión. Unos a favor, otros en contra. Unos decían: "¡Es un llamado del
Espíritu!" Otros respondían: "¡Sincretismo!".
No se trata de un acontecimiento trivial cualquiera. Se trata, sí, de millones de
negros y negras que hacen cuestión de ser católicos y que, al mismo tiempo, quieren
continuar en la práctica religiosa recibida de sus padres. Durante siglos esta práctica fue
la fuerza que los sostuvo para no perder su identidad.
2. ¿Qué alcance tiene para nosotros, hoy, este mensaje y cómo puede
ayudarnos en la solución del problema que discutíamos d comienzo?
270
3. CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
1. Rezamos la oración de los indios que hicieron antes de la llegada de Cristóbal Colón.
1. En el próximo encuentro vamos a leer y meditar el guión l 2 del VII volumen del
Proyecto "Tu Palabra es Vida" que reflexionará sobre el Apocalipsis.
27-1
SUBSIDIO 22 SER LUZ DE LAS NACIONES.
EL EVANGELIO Y SU INCULTURACIÓN
EN LA HISTORIA DE LOS PUEBLOS
2. En el siglo XVI, el cristianismo consiguió entrar en América Latina, porque los europeos
cristianos que vinieron destruyeron las culturas y las religiones indígenas. En ese
mismo siglo el cristianismo intentó entrar en Asia, pero no lo logró. Las religiones
asiáticas se mostraron más resistentes. Y hoy, algunas de ellas se presentan más humanas
que naciones de "cultura occidental cristiana". Este pasado constituye una acusación
contra los métodos usados en la evangelización y es un desafío para el futuro.
3. Durante más de 400 años, los negros de América Latina resistieron contra la
dominación. Supieron conservar su identidad, porque, oculta en una aceptación de
valores cristianos, supieron conservar la religión recibida de sus padres, traída del
África. ¿Se realizó la evangelización? ¿O fue una conversión del cristianismo a la
cultura de los negros?
8. En la praxis pastoral tenemos por una parte a los movimientos carismáticos; por
otra a los movimientos de liberación. No están unidos. Los carismáticos se dedican
a rezar, pero muchas veces carecen de visión crítica. Los movimientos de liberación
tienen mucha conciencia crítica, pero, a veces, carecen de perseverancia y de fe,
cuando se trata de enfrentar situaciones humanas que, dentro del análisis de la
realidad, en nada contribuyen a la transformación de la sociedad. ¿Cómo unir, en la
práctica, estas dos fases inseparables de la Palabra de Dios: energía que anima y da
calor, y luz que orienta y hace discernir?
9. La ciencia progresa y penetra en el secreto más íntimo tanto del átomo como del
universo. Crece la posibilidad de que el hombre altere el curso de su propia naturaleza
y de realizar cosas hasta hace poco inimaginables. Los descubrimientos de la psicología
modifican los conceptos tradicionales sobre el comportamiento y la responsabilidad
humanas. ¿Cómo evangelizar estos nuevos campos que se abren?
10. Judíos, Cristianos, Musulmanes. Tres grandes religiones. De las tres la que crece más
es la musulmana. Las tres adoran al mismo Dios de Abrahán. ¡Son las tres que más
pugnan entre sí por motivos religiosos! ¿Cómo anunciar la Buena Noticia del Dios de
Abrahán, revelada por Jesús?
1. Una reflexión de San Pablo: "El es imagen del Dios invisible, primogénito de toda la
creación pues por El fue creado todo, en el cielo y en la tierra: 1© visible y lo
invisible, majestades, señoríos, autoridades y potestades. Todo fue creado por El y
para El. El es anterior a todo y todo tiene en El su consistencia. El es la Cabeza del
273
cuerpo de la Iglesia. Es el principio, primogénito de los muertos, para ser el primero
de todos. En El decidió Dios que residiera la plenitud: que por medio de El todo
fuera reconciliado consigo, haciendo las paces por la sangre de la cruz entre las
criaturas de la tierra y las del cielo" (Cl 1,15-20).
2. Una reflexión de San Agustín: "Actualmente esta gran fábrica del mundo quedó casi
enteramente opaca. Sólo revela su sentido con mucha dificultad y trabajo de nuestra
mente. Tenemos necesidad de otro libro, más legible, para comentar al primero. Por
eso, el Espíritu Santo que ya había modelado a la creación, puso manos a la obra
para componer este nuevo libro. Extendió así sobre nosotros el cielo de las Escrituras.
Es como un segundo firmamento, el cual, como el primero, narra el poder de Dios y
su misericordia. Gracias a ellas se nos devolvió el mirar de la contemplación y así
toda creatura se transformó en una revelación de Dios (teofanía)" (H. de Lubac,
Esegesi Medievale.Ed. Paoline, Roma, 1962, p. 220-221).
3. Una conclusión: la Biblia es la gramática, dada por Dios para ayudarnos a leer la
vida. Pablo y Agustín usaron la gramática e hicieron un descubrimiento importante.
La acción de Dios, descrita en la Biblia, no fue la única acción de Dios en la historia
de la humanidad, quizá ni la más grandiosa. Porque Dios obra en todo y en todos, a
fin de encaminar todo y a todos a la plenitud de la vida revelada en Cristo. El
desafío fundamental de cada ser humano y de cada pueblo, es saber cómo su vida
está siendo orientada por el Creador hacia esa vida plena. Es descubrir cómo Dios
está recapitulando todo en Cristo. Clemente de Alejandría formuló la misma intuición
de la siguiente manera: "Dios salvó a los judíos judaicamente, a los griegos griegamente,
a los bárbaros bárbaramente". Y podemos ir completando:"... a los negros, negramente,
a los indios, indiamente..."
4. Formulándolo de otra manera podemos decir, como los hebreos, cada persona, cada
pueblo
tiene en su propia vida el lugar donde Dios se le revela y le dirige su Palabra;
tiene en su historia la historia de su salvación;
tiene su antiguo testamento, lleno de promesas que suscitan en él una esperanza
de vida;
tiene en su Ley, a su pedagogo, que lo conduce hacia la vida plena revelada en
Cristo;
debe pasar de su Antiguo al Nuevo Testamento y descubrir la realización de la
promesa;
274
tiene en la Biblia una norma, una experiencia modelo, un canon, para orientarlo
en su búsqueda.
5. En cierta ocasión Juan dijo a Jesús: "Maestro, vimos a uno que echaba demonios en
tu nombre, y se lo impedimos, porque no va con nosotros. Jesús respondió: No se
lo impidáis. Uno que haga un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de
mi. Quien no está contra nosotros, está a nuestro favor" (Me 9, 38-40). En nombre
de la comunidad, ¡Juan quiso impedir una buena acción! Jesús piensa al revés.
Para El lo que importa no es si la persona pertenece o no a la comunidad, sino si
ella hace el bien o no, el bien que la comunidad debe realizar. Los discípulos
querían una comunidad encerrada sobre sí misma. Pensaban que eran dueños de
Jesús y querían prohibir que otros usasen el nombre de El para hacer el bien. Para
Jesús lo que importa es la misión del Reino. Jesús era más abierto que los apóstoles.
Lo importante es buscar lo que une y no lo que separa. Para que Cristo sea todo en
todos (ICor 5, 28).
a 75
Bibliografía
PT7R
LÍNEA DEL TIEMPO DESDE EL 6 3 ANTES DE CRISTO
HASTA EL 1 3 5 DESPUÉS DE CRISTO
47 H e r o d e s , c o m a n d a n t e en
44 Muerte de Julio César Galilea
44 a 33 Guerras civiles-Anarquía
37 a 4 Herodes el Grande, rey de toda
Palestina
30 Comienza el Imperio
17 Construcción de Tiberíades
34 Martirio de Esteban
37 a 41 Calígula Conversión de Pablo
38 Persigue a l o s j u d í o s de Expansión por Samaría y Siria 35 Pi lato masacra a los sa mari tan o s
Alejandría Pablo huye a Damasco
277
El Imperio Romana Jesús y las Judea, Samaría, Galilea
comunidades (Palestina)
81 a 96 Domiclano 1 a Pedro
Se i n t e n s i f i c a el culto al
emperador
Hebreos 85-99S(nodo de Jamnla: Se establece
Mateo - Lucas - Hechos el canon judio
90 Decreto contra los cristianos: 1 1 Pedro (?)
"Religión ilícita" Efesios
1» y 2a Timoteo, Tito
27B
ÍNDICE
Presentación 5
Orientaciones Prácticas 7
Introducción General 13
Puerta de Entrada: Una clave de lectura para las Guías y Subsidios 48
Primer Bloque
COMUNIDAD MODELO (Hechos 1-5)
Segundo Bloque
LA PALABRA SE ABRE CAMINO (Hechos 6-15)
Tercer Bloque
LAS IGLESIAS EN LA DIÁSPORA
279
GUIÓN 10-Coherencia entre Fe y Vida (Santiago 2,14-26) 144
SUBSIDI010: La fe de Abraham "PADRE DE LA FE" de las comunidades 147
GUIÓN 11 - La Libertad en Cristo: libres para hacer el bien (Ga 5,1-26) 155
SUBSIDI011: "En frutosy libertad cosecharé" 158
GUIÓN 12 - El Concilio de Jerusalén (Hechos 15,1-35) 161
SUBSIDI012: El primer concilio ecuménico 164
GUIÓN 13-Expansión en respuesta a un llamado 168
SUBSIDI013: La vida urbana y su influencia en la vida de las comunidades 171
Cuarto Bloque
LAS IGLESIAS EN EUROPA
Quinto Bloque
"HASTA LOS CONFINES DEL MUNDO"
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