Shakespeare - Tabare Freire
Shakespeare - Tabare Freire
Shakespeare - Tabare Freire
VIDA. Muy escasos son los datos ciertos que se poseen sobre la vida de
Shakespeare; los más importantes, desde el punto de vista familiar, son los
siguientes:
26 de abril de 1564: es bautizado con el nombre
de William, el tercer hijo de John Shakespeare y de
Mary Arden, nacido, probablemente, el día 23;
27 o 28 de noviembre de 1582: contrae
matrimonio con Anne Hathway;
26 de mayo de 1583 y 2 de febrero de 1585: nacen
respectivamente sus hijos Sussana y los mellizos
Judith y Hamnet (éste morirá en 1596);
23 de abril de 1616: muere el poeta en su ciudad natal
de Strattford-on-Avon, el día de su cumpleaños.
Se ignora qué educación recibió el niño William, aunque no es im probable
su asistencia a la escuela pública (Grammar school) de Stratford. Pero como la
religión de su padre era la católica, también es posible que no haya concurrido
a una escuela de maestros protestantes La posición económica y política de su
padre —llegó a alcanzar la más alta magistra tura municipal, bailío, en 1568—
hacía factible una educación personal. No se excluye, tampoco, la educación
en casa de algún noble católico en la que estuviera como cantante del coro,
paso previo, en muchos casos, a la futura profesión de actor.
Fuera de los tres primeros datos consignados, nada se sabe de la vida de
Shakespeare hasta el año 1592. Se suple este silencio con una serie de
leyendas, entre las que figura la que explica su viaje a Londres en 1582, fecha
incierta, por otra parte. Diez años después de su llegada, su nombre figura en la
lista de actores de la compañía de Ferdinand Stanley, Lord Strange. En qué
compañías actuó antes, qué oficios tuvo antes del de actor, se ignora. Lo
único cierto es que, en el año 1592, su nombre comienza a ser citado
reiteradamente. Este año se da como el del estreno de su primer drama,
creyéndose que el "Enrique VI" representado por la com pañía de Lord Strange
sea la primera parte de la trilogía escrita por Shakespeare. Para completar los
datos reveladores de este año, recordemos un panfleto publicado por el poeta
Robert Greene, en el que se señala SU presencia como autor dramático, se le
acusa de robos literarios y se le muestra como un peligro para los escritores
por su facilidad y sus éxitos:
"Hay un cuervo -presuntuoso, hermoseado con nuestras plumas, que,
con un "corazón de tigre escondido en (a piel de un actor", se cree
capaz de hacer retumbar el verso blanco tan bien como el mejor de
vosotras; siendo un absoluto Johannes Factótum, se cree el único sa~
cude~escenas del país..." <1)
(1) Cuatro peniques de ingenio comprados por un millón de
arrepentimientos, por Robert Greene. Londres, 1592.
quien secundó Cowley, etc. Tienen otra sala propia, "La cortina", que demuelen
en 1598 para construir "El globo" y pueden adquirir en 1596 una casa para otro
teatro en el barrio aristocrático de Blackfriars, etc. En todos los casos, el
poeta figura entre los ocho accionistas de la compañía. Su fortuna ya está
hecha a fines del siglo y podrá comprar casa en Stratford y en Londres.
El comienzo del siglo marca una época dolorosa en la vida del poeta,
que culmina con la rebelión del duque de Essex y su ajusticiamiento, la
prisión de su patrón, el duque de Southampton, y un momentáneo eclipse
con respecto a los favores de la corte. Este episodio de Essex es el
antecedente inmediato de la serie de grandes dramas que se escalonan
entre 1601 y 1604: "Hamlet", "El rey Lear", "Coriolano", "Macbeth", fun-
damentalmente, que significan la madurez del arte dramático de Shakes-
peare y la insistencia en un tema que ha alcanzado plenitud en su pen-
samiento. ,
Cuando en 1603 muere Isabel I, le sucede en el trono Jacobo I y de nuevo
resurge el poeta. La compañía teatral pasa directamente bajo el patronato real,
abandonando su nombre por el de compañía real (King's men). En este
momento, fama y fortuna de Shakespeare son excelentes, pues domina solo la
escena inglesa, Aún mantiene su actividad de actor, profesión que dejará
alrededor del 1608, época en la que su nombre ya no aparece en las listas de
comediantes. Pero asimismo este año marcará su retiro de Londres, radicándose
en su ciudad natal, donde ya posee dos propiedades. Allí viven su esposa y sus
dos hijas, cuyas bodas se celebran por estos años. Privado de descendencia
masculina por la muerte de su único varón, Hamnet, en 1596, Shakespeare
alcanzará a conocer una nieta, Isabel, hija de Sussana, su primogénita; ésta es la
única descendiente directa del poeta, pues los tres hijos que tuvo Judith
fallecieron.
Shakespeare viaja reiteradamente a Londres hasta el año 1611, en el que
estrena su último drama, "La tempestad". Luego el silencio, hasta el 23 de
abril de 1616, que muere.
Aunque actualmente esté completamente superado por la crítica, no debe
dejar de recordarse la existencia de una "cuestión shakes-peareana": si William
Shakespeare fue el autor de los dramas que se estrenaron e imprimieron con su
nombre, o si fue una pantalla para otro personaje que quería permanecer en el
anonimato por motivos particulares. Se citan los nombres do Francis Bacon, el
filósofo, de Roger Manners, V conde de Rutland, de William Stanley, VI
conde de Derby, como candidatos a ser el autor de los dramas. La conclu sión
razonable a que puede llegarse, luego de estudiar las diferentes tesis, es la
siguiente: todo lo que se argumenta en favor de cada candidato puede ser dicho
igualmente del actor William Shakespeare, sin necesidad de recurrir a otra
persona. Si la obra parece estar en desacuerdo con la leyenda, se debe,
precisamente, a que ésta es leyenda y no historia y, por lo tanto, puede ser
falsa.
LA OBRA DE SHAKESPEARE
La ordenación de la obra dramática de Shakespeare puede realizarse teniendo
en cuenta, por ejemplo, los géneros a los que pertenecen los dramas. Así tenemos
tres grupos:
• Comedias
• Tragedias
• Tragicocomedias
CONCEPCIÓN DRAMÁTICA.
Si dijimos antes que el poeta concibe al hombre como la sede de la lucha entre las
fuerzas del mal y del bien, el drama es la expresión artística de esa lucha. En la obra
se enfrentan las fuerzas del mal encarnadas en las pasiones individuales: odio,
ambición, lujuria, etc. y las del bien encarnadas en la razón. En ciertas ocasiones
aquellas se corporizan en algún personaje humano o un ser sobrenatural, que
patentiza así mejor el conflicto.
El drama es concebido, pues, como
la lucha entre el destino y un carácter que pretende destruir el
orden, lucha en la que el individuo es aniquilado por la justicia
eterna que le castiga de este modo y restablece el reino del
orden como reino de la Gracia.
Este mecanismo emparenta el teatro de Shakespeare con toda la tra gedia helénica.
Pero, además, el poeta se encargó de establecer aún más concretamente esta relación,
al expresar cuál es la finalidad del drama, en un conocido pasaje de "Hamlet":
. . . (el) fin del arte dramático, cuyo objeto, tanto en sus orígenes como en
los tiempos que corren, ha sido y es presentar, por decirlo así, un espejo a la
Humanidad; mostrar a la virtud sus propios rasgos, al vicio su verdadera
imagen y a cada edad y generación su fisonomía y sello característico.
Podemos ahora preguntarnos de qué medios se vale Shakespeare para lograr esta
enseñanza. La respuesta es fácil: el horror. Todo el esfuerzo de la imaginación del
poeta, al crear las situaciones, al inventar el lenguaje de sus personajes, al dar el
clima de sus piezas, parece concentrarse en la acumulación de elementos destinados
a provocar en el espectador el horror ante el espectáculo. No se trata solamente de
las muertes violentas, sino más que ellas en sí, las circunstancias en que se
producen, la hora o la personalidad del muerto, el estado de ánimo del asesino y
mil y un detalles íntimos. Agréguese a ello las apariciones espectrales, el ambiente de
encantamiento que preside todas las acciones sangrientas, el clima de terror y de
locura, etc., y se tendrá patentemente cuál ha sido la intención de Shakespeare. Así
como en el teatro trágico griego el terror es el que lleva a la piedad (respecto a
los dioses y a la justicia) y a la compasión por el héroe, en el de Shakespeare el
horror está destinado a provocar en el espectador la saludable advertencia que le
impedirá pecar. Un pasaje de "El rey Lear" puede sintetizar este concepto de la
función pedagógica del teatro shakespeareano;
Albania. — Que traigan aquí los cuerpos, se hallen vivas o muertas.
Este ejemplo de la divina justicia es bueno para inspirar un saludable
temor; pero no puede modernos a compasión.
La última frase, evidentemente, elimina de la concepción el aspecto humano
de la compasión. Pero no debe olvidarse que el pasaje se refiere a dos
personajes, Kegania y Gonerila, en las que Shakespeare acumuló tal suma de
maldad sin virtudes que las compensen, como en el caso de otros héroes, que
realmente no pueden despertar compasión por su muer te. Pero ésta se produce
en otros casos, como lo veremos con el propio Macbeth.
ESTRUCTURA DRAMATICA.
Nos referiremos, en primer lugar, a la forma de los dra- mas, recordando que
la división en cinco actos en que actualmente los leemos o son representados,
no es la original, sino que responde a los prejuicios clasicistas de los editores
del siglo XVIII. Por el contrario,
CREACIÓN DE PERSONAJES.
Así tenemos el p r ó l o g o :
Este personaje aparece en varias tragedias (Romeo y Julieta, Troilo y
Cressida, los Enrique IV y VIII). Su finalidad es la de determinar los
lineamientos generales del drama, no sólo al principio de la pieza, como
verdaderos "prólogos", sino incluso en pleno desarrollo. En "Enrique IV", por
ejemplo, se le confía un extenso parlamento destinado a señalar el cambio de
lugar más importante: Francia por Inglaterra.
Del teatro helénico procede el empleo del
coro:
Que si bien no aparece como una unidad efectiva, como verdadero
personaje a la manera de Esquilo, es una especie de espectador activo del
drama, como ocurre en las piezas romanas, especialmente en "Julio César". En
dos dramas llena la misma función del prólogo (Enrique V y Pericles).
Otro personaje proveniente del drama clásico griego, y en especial de la
tragedia de Eurípides, que pasa por ser su inventor, es el
confidente:
Que generalmente está encarnado en un servidor. Aparece en los dos sexos
y tanto en las tragedias como en las comedias. La versión mejor lograda es la
nodriza de Julieta. Creado para réplica terrenal y munda na de la heroína,
especialmente por su dosis de sentido práctico, su len guaje desenvuelto y
desprejuiciado han hecho de ella un personaje siem pre recordado. La versión
trágica del confidente la tenemos en Lady Mac beth o en el Horacio do
"Hamlet". Desde el punto de vista dramático, es una solución para
permitirle al héroe dialogar como si lo hiciera con sigo mismo, evitando los
monólogos o los apartes, antiteatrales y fati gosos si deben repetirse.
Igualmente del teatro helénico proviene el
men s a j e r o :
Si bien es cierto que el poeta no tiene dificultades en realizar los
cambios de lugar que se le ocurren o que necesite, en muchos casos ha
confiado a algún personaje del drama el papel de mensajero, a los efec tos de
informar a los otros, ausentes, de una acción simultánea con su ausencia. Tal
el caso de Ross en "Macbeth".
Del teatro contemporáneo incorporó Shakespeare el
clown:
del que dio dos versiones: el "dry" (chocarrero y obsceno) y el "sly"
(socarrón). Este último es la versión intelectualizada del primero, del que
conserva su descaro y libertad de lenguaje; pero bajo su lenguaje libre esconde
una amarga filosofía de la vida, un pesimismo incurable y una extraña
claridad para ver la verdad, tal como ocurre con el bufón de "El rey Lear",
prototipo del clown "sly". Por tener dos actores cómicos en su compañía,
muchas veces aparece en pareja, como los sepultureros de "Hamlet". El
clown más típico de Shakespeare lo constituyó el caba llero Falstaff, de tanto
éxito que, muerto en "Enrique IV", debió resuci tarlo —literariamente— en
una nueva comedia, "Las alegres comadres de Windsor", según se cuenta, a
expreso pedido de la reina. La función dramática del personaje es la de aliviar
la tensión emotiva del espectador en el curso de una tragedia, por ejemplo,
como ocurre con el Portero en "Macbeth" (acto II, esc. III).
LO MARAVILLOSO.
O como el espectro del difunto rey Hamlet, que puede ser interpre tado
como el desdoblamiento de la conciencia de su hijo —incluso llevan ambos el
mismo sintomático nombre— para hacer más claro el juego. Así, cuando el
espectro concluye de revelar a su hijo que ha sido muerto por su propio
hermano, el héroe exclama: "¡Oh alma profética la mía! ¡Mi tío!"; la
sombra no ha hecho sino dar un nombre a las sospechas de su hijo. Y así se
ha evitado Shakespeare una engorrosa escena monoló gica en la que Hamlet
expusiera los pro y los contra de sus sospechas.