Sentencia Del TC
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° 3311-2005-PA/TC
LIMA
SINDICATO DE TRABAJADORES
MINEROS DE ATACOCHA
ASUNTO
ANTECEDENTES
Manifiesta que 26 de sus afiliados, entre los cuales se encuentran los miembros
de la Junta Directiva para el año 2002-2003, fueron despedidos en forma simultánea y
masiva como consecuencia de la paralización de las labores por 48 horas que se produjo
los días 7 y 8 de febrero de 2003. Agrega que tales días se realizaron actos de violencia
por personas ajenas al Sindicato; y que, sin embargo, la emplazada ha responsabilizado
a sus dirigentes y afiliados como autores de los daños y desmanes realizados durante la
referida paralización, sin tener en cuenta que, al momento del despido, recién se habían
iniciado las investigaciones de la Policía y del Ministerio Público.
De otro lado, refiere que los señores Moisés Malpica Alejandro, Hugo Espinoza
Arias, David Rojas Basualdo, Luis Enrique Bermúdez Sinche y Juan Nolasco Paúcar,
con fecha 7 de marzo de 2003, presentaron cartas de reconsideración de su despido, el
cual
fue modificado por la sanción de suspensión perfecta de sus contratos de trabajo, según
se acredita con el Acta de Reunión Extraproceso, que fue llevada a cabo ante la
Dirección Nacional de Relaciones de Trabajo del Ministerio de Trabajo y Promoción
del Empleo.
FUNDAMENTOS
6. Por tanto, en esta oportunidad y a la luz del caso concreto, debe precisarse que la
libertad sindical en su dimensión plural también protege la autonomía sindical, esto
es, la posibilidad de que el sindicato pueda funcionar libremente sin injerencias o
actos externos que lo afecten. Protege, asimismo, las actividades sindicales que
desarrollan los sindicatos y sus afiliados de manera colectiva, así como la de los
dirigentes sindicales para que puedan desempeñar sus funciones y cumplir con el
mandato para el que fueron elegidos.
7. Sin esta protección no sería posible el ejercicio de una serie de derechos y libertades
tales como el derecho de reunión sindical, el derecho a la protección de los
representantes sindicales para su actuación sindical, la defensa de los intereses de los
trabajadores sindicalizados y la representación de sus afiliados en procedimientos
administrativos y judiciales. Del mismo modo, no sería posible un adecuado
ejercicio de la negociación colectiva y del derecho de huelga (Exp. N.º 206-2005-
PA, Fundamento N.º 12).
10. Por su parte, el abogado de la demandada alega, ante esta instancia, que conforme al
precedente vinculante recaído en el Exp. 206-2005-PA/TC, la demanda de amparo
debería ser declarada improcedente puesto que debe resolverse a través de la vía
ordinaria laboral. Asimismo, añade que la demandada en ningún momento vulneró
el derecho a la libertad sindical del recurrente.
12. En efecto, de fojas 21 a 170 de autos obran las cartas de imputación de cargos y de
despido, las cuales tienen el mismo tenor, las mismas fechas y atribuyen de manera
general las mismas responsabilidades a todos los trabajadores sindicalizados
despedidos, incluyendo a todos los dirigentes sindicales, por los daños ocasionados
durante la mencionada paralización de labores. En efecto, todas ellas indican que
“(...)
la paralización de labores se materializó, realizándose con actos de violencia, en los
que usted participó en forma activa o como incitador (...)”; y, más adelante que: “su
persona se encuentra completamente identificada e individualizada en este acto
vandálico” De ello se concluye, meridanamente, que la demandada, mediante las
cartas mencionadas, no ha podido determinar responsabilidades individuales
vinculadas a hechos concretos sino que atribuye, abstracta y subjetivamente, la
responsabilidad de los mencionados daños a la totalidad de la dirigencia sindical y a
otros trabajadores sindicalizados.
13. Todo ello demuestra que, en rigor, nos encontramos frente a un despido masivo y
simultáneo dirigido contra los dirigentes sindicales y algunos afiliados del
recurrente. Dicho acto lesivo vulnera el derecho de sindicación y de libertad sindical
en su dimensión plural, que protege al Sindicato, a sus dirigentes y a sus afiliados
cuando colectivamente ejercen el mencionado derecho.
14. A mayor abundamiento, debe considerarse que el hecho alegado por la emplazada
para despedir a los afiliados del Sindicato –su supuesta participación en los daños,
desmanes, destrozos y disturbios que se ocasionaron con motivos de las actividades
sindicales (paralización de labores) realizadas los días 7 y 8 de febrero de 2003– no
ha sido comprobado a nivel del Ministerio Público y del Poder Judicial. En efecto,
en el Dictamen N.° 23-2005-MP-FSMP-PASCO, de fecha 3 de febrero de 2005,
emitido por la Fiscalía Superior Mixta Descentralizada de Pasco, fojas 873 a 878, se
indica que “(...) no obra en autos medio probatorio alguno que acredite la
participación directa u indirecta de los inculpados (...)” en los daños y disturbios que
se ocasionaron los días 7 y 8 de febrero de 2003.
15. Esta conclusión ha sido confirmada por la Sala Mixta de la Corte Superior de Cerro
de Pasco que, con fecha 25 de julio de 2005, en la causa seguida por Compañía
Minera Atacocha contra los afiliados del Sindicato despedidos, por los delitos de
daños, disturbios y hurto, declaró el sobreseimiento del proceso por los delitos de
daños, disturbios y perturbación de servicios públicos en agravio del Estado y el
archivo provisional por el delito de hurto (cuadernillo del Tribunal Constitucional).
16. Por tanto, el Tribunal Constitucional estima que en el caso de autos se ha producido
un despido masivo y simultáneo de toda la dirigencia sindical y de algunos
trabajadores afiliados al Sindicato recurrente. No se contó con las pruebas
suficientes que acrediten la responsabilidad individual de cada uno de los
despedidos, vulnerándose de este modo el derecho a la libertad sindical del
Sindicato, de sus dirigentes y de sus afiliados. Esta violación se ha dado en su
dimensión plural, pues se ha impedido la participación de los dirigentes sindicales y
de los afiliados en las actividades sindicales y se ha afectado seriamente el
funcionamiento del Sindicato. En el Exp. N.° 632-2001-AA/TC, Fundamento 7,
mutatis mutandis, este Colegiado precisó que si bien los efectos del despido
repercuten en la esfera individual de cada uno de los trabajadores afectados, también
lo hacen en la propia organización sindical, puesto que es evidente que el despido de
todos los miembros de la Junta Directiva del sindicato también se presenta, ab initio,
como una lesión a la propia institución sindical, es decir, al Sindicato.
HA RESUELTO
1. Declarar que carece de objeto pronunciarse sobre la situación de los señores Moisés
Malpica Alejandro, Hugo Espinoza Arias, David Rojas Basualdo, Luis Enrique
Bermúdez Sinche y Juan Nolasco Paucar, Abidán Alejandro Pucuhuaranga Lázaro,
Lorenzo Reyno Arias Janampa y Edgardo Vicente Fierro Prado, conforme al
fundamento 17, supra.
Publíquese y notifíquese.
SS.
GARCÍA TOMA
GONZALES OJEDA
ALVA ORLANDINI
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO