Tesis La Actividad Agrícola Empresarial en El Valle Del Mayo, 1920-1934 PDF
Tesis La Actividad Agrícola Empresarial en El Valle Del Mayo, 1920-1934 PDF
Tesis La Actividad Agrícola Empresarial en El Valle Del Mayo, 1920-1934 PDF
FACULTAD DE HISTORIA
MAESTRÍA EN HISTORIA
Director:
DR. ARTURO CARRILLO ROJAS
ÍNDICE
Página
INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .6
AGRADECIMIENTOS
INTRODUCCIÓN
Realizar un estudio acerca de la actividad agrícola empresarial del valle del Mayo
reviste una gran importancia para entender el proceso histórico que dio lugar a la
conformación de esta región del sur de Sonora, dado el papel dinamizador que
jugó la agricultura comercial como principal actividad económica en este espacio
desde principios del siglo XX.
La historia del desarrollo económico del sur de Sonora se remonta a los
tiempos de la Colonia, cuando Álamos surge gracias a la minería como una de las
principales ciudades coloniales del noroeste de México y se convierte en el centro
económico y político de la región.
El decaimiento de la actividad minera desde fines del siglo XIX condujo a
una modificación de la geografía humana y al desplazamiento del centro comercial
a otro lugar. El espíritu de empresa, la experiencia de los hombres de negocios de
Álamos, así como sus capitales, rindieron sus frutos posteriormente en el valle. La
mayoría de los inversionistas que se dedicaron al negocio agrícola, al comercio y a
otras actividades, son los mismos que habían estado asentados en Álamos y en
los principales centros productores de plata, como Promontorios, La Quintera,
Baroyeca, La Aduana y otros.
Estas nuevas empresas pertenecían a familias de abolengo,
acostumbradas a ramificar sus intereses económicos y a crear fuertes vínculos
con otros hombres de negocios y personajes de la política. Muchos de estos
vínculos constituyeron relaciones mercantiles y redes de intereses que fueron
abriendo mercados a los productores agropecuarios. Ya sea desde Álamos o
avecindados directamente en los municipios del valle, lograron crear un paisaje
agrícola novedoso en la región, sustentando en la agricultura el nuevo patrón de
acumulación que vino a sustituir a la minería. Cabe mencionar que desde el
Porfiriato en Sonora se produce el desarrollo pleno de algunas haciendas como
empresas, empiezan a proliferar los molinos harineros y otras medianas y
pequeñas propiedades, muchas de las cuales surgieron de la apropiación de
tierras de las comunidades.
6
1
Esperanza Fujigaki, “La agricultura, siglos XVI al XX”, en Historia económica de México, Enrique
Semo, (Coord.), México, UNAM-Océano, 2004, p. 46.
2
Juan José Gracida Romo, “La agricultura moderna en Sonora (1882-1910), en Cynthia Radding,
(Coord.), Historia General de Sonora, T.IV, Hermosillo, Gobierno del Estado de Sonora, 1985, p.
96.
7
3
Joseph A. Schumpeter, Ensayos, Barcelona, Ed. Barcelona, 1966, pp., 222-223.
4
Ibid, p. 263.
8
5
Werner, Sombart, El apogeo del capitalismo, México, FCE, 1984, T.I., p. 29.
6
Posteriormente, casi dos décadas después, en 1946 Arthur H. Cole pasó revista a los cambios históricos
experimentados por la historia empresarial en su intervención que realizó en la Economic History
Association. En 1947, apareció la obra de J. Schumpeter, Historia del análisis económico.
9
7
Marcela Hernández Romo, La cultura empresarial en México, México, H. Cámara de Diputados, UAA,
Porrúa, 2004, p. 21
10
8
María del Carmen Collado H., “Los empresarios y la politización de la economía entre 1876 y 1930: un
recuento historiográfico”, en Secuencia, núm. 46, México, Instituto Mora, 2000, p. 53.
12
9
Patricia Safa, Crisis agropecuaria y cambio regional: empresarios agrícolas-ganaderos de Zapotlán El
Grande, México, UAM-Iztapalapa, 1988.
15
10
Hubert Cartón de Grammont, Los empresarios agrícolas y el Estado: Sinaloa 1893-1984, México, UNAM,
1990.
16
11
Ignacio Almada Bay, Historia Regional de Sonora, Perfil socioeconómico, México, Limusa-Conalep-Sep,
2000, p. 19.
18
de misión, y otra sociedad de criollos y mestizos que cuajó sobre todo en los
asentamientos favorecidos por las Reformas Borbónicas y que despuntaron como
núcleos urbanos.
La mayoría de la población indígena sin mezcla estaba en los valles del
Yaqui y Mayo, en donde conservaban su identidad, mientras que en el centro y
el norte los ópatas y los pimas bajos se asimilaban a la sociedad criolla.
Entre 1838 y 1876 los yaquis, mayos, ópatas y pimas bajos intervinieron en
las guerras civiles periódicas bajo la modalidad de alianzas verticales,
subordinados al interés de aliados no indígenas, favoreciendo en la práctica un
estado de cosas que desataba la violencia entre las familias, dificultaba el tendido
del ferrocarril, posponía el fraccionamiento de las tierras de los ríos y desalentaba
su colonización por población blanca.12
La frontera con los indios “bárbaros” –refractarios a las misiones- se había
ido transformando en la frontera con Estados Unidos, que se estaba convirtiendo
en una potencia mundial y en el mayor mercado del mundo.
El Porfiriato aceleró un proceso de centralización del poder político que
aumentó los controles del Gobierno Federal a nivel estatal y del estatal a nivel
municipal, haciendo que algunos cargos de elección se volvieran de designación,
como los prefectos de distrito y los jueces, causando malestar a nivel local. Se
asistió también a una centralización jurídica, al adoptarse nuevos códigos en
consonancia con los federales. Aumentaron las dependencias y los empleados
federales, tornándose más visible la presencia del Gobierno Federal en la entidad,
al tiempo que se alcanzó estabilidad luego de 50 años de desórdenes. La carrera
pública del alamense Ramón Corral (1854-1912), que fue diputado local y federal,
Secretario de Gobierno, Gobernador de Sonora (1895-1899) y del Distrito Federal
(1900-1903), Secretario de Gobernación (1903-1911), atrajo a otros sonorenses
como colaboradores en el Gobierno Federal y mostró un cambio generacional en
el que nativos de la entidad hicieron carrera en el ejército, la judicatura, el servicio
consular y el periodismo oficialista en la Ciudad de México.
Durante el Porfiriato se aceleró el crecimiento de las ciudades y fueron
comunicadas por el telégrafo, urbanizadas y embellecidas con edificios públicos
12
Ibid., p. 29.
20
como plazas con kioscos, palacios municipales con relojes, escuelas, mercados y
rastros, y dotadas en su primer cuadro de servicios como luz eléctrica, alumbrado,
drenaje y agua entubada.
La presencia y el radio de acción del ejército federal aumentó
considerablemente en la entidad para combatir a los yaquis rebeldes y al aplicar
los gobiernos federal y estatal una política de deportación de familias de yaquis al
estado de Yucatán. La envergadura del conflicto se puede apreciar por los
proyectos de expatriación en masa de los yaquis, por la conversión en territorio
federal el distrito de Guaymas y por su completa ocupación militar.
Los grandes negocios, como las concesiones ferrocarrileras, mineras, de
proyectos de irrigación, colonización, venta de tierras públicas y deslinde de
terrenos, se otorgaban en la Ciudad de México. Las inversiones estadounidenses
se dispararon en la entidad, sobre todo en ferrocarriles y en minas de cobre. Los
intermediarios de las compañías extranjeras eran políticos. Así se estableció una
conexión entre la política y los negocios.
La construcción del ferrocarril del Sudpacífico, que en 1907 llegó a Navojoa
y en 1912 se extendió hasta Tepic, fue la obra material más notable del Porfiriato
en la entidad; reforzó el eje comercial Nogales-Hermosillo a expensas del puerto
de Guaymas, favoreció a los productos norteamericanos por encima de los
europeos y enganchó a la economía regional con la norteamericana, además de
que reforzó la pacificación de la entidad al permitir la movilidad de las fuerzas
públicas, aun en temporada de lluvias.
La economía regional se volvió vulnerable a las fluctuaciones de los ciclos
de la economía estadounidense, como quedó de manifiesto con la crisis de 1907-
1908 que trajo la caída internacional del valor de la plata y el cobre, causando el
cierre de las minas, la despoblación de los minerales, un agudo desempleo, la
repatriación de trabajadores mexicanos desde Estados Unidos y la reducción de
los empleos públicos que golpeó a la clase media y lanzó migraciones a los valles,
aunado a varios años de sequía y malas cosechas que habían elevado el precio
del fríjol y otros alimentos básicos.
Es en este marco en el que da inicio la revolución maderista en Sonora. En
el valle del Mayo los Talamante, los Bórquez, los Esquer y Benjamín Hill
21
13
Enrique Semo, “La hacienda mexicana y la transición del feudalismo al capitalismo” en Historia Mexicana.
Economía y lucha de clases, Era, México, 1978, p. 72.
14
Ibid., p. 74.
15
Juan José Gracida Romo, “Sonora moderno, 1880-1929”, en Cynthia Radding (Coord.), Historia General
de Sonora, Hermosillo, Gobierno del Estado de Sonora, 1985, p. 97.
23
en trabajo, la cual era por demás favorable, si se toma en cuenta que se trataba
de una zona en donde la escasez de mano de obra dificultaba las labores en
determinados momentos del ciclo agrícola.
El tercer sector consistía en tierras no explotadas, que se conservaban en
calidad de reserva. De éstas, al igual que de las anteriores, se obtenía el
energético básico que se usaba en Sonora, tanto en los hogares como en las
industrias, por no hablar del ferrocarril: la leña.
En cuanto a la estructura de la hacienda, las regiones del estado imponían,
si puede decirse, la forma; por ejemplo, aquellas haciendas que se encontraban
cerca de la zona de depredación de las tribus indígenas eran levantadas como
verdaderas fortalezas, contando sus instalaciones con una capilla, las
habitaciones del dueño, las oficinas, la troje, los almacenes, los corrales, las
tiendas de raya, el taller, y la maquinaria para los molinos de harina, en cambio,
las que se encontraban fuera del área de conflicto presentaban características
distintas.
Las principales relaciones de trabajo que se establecieron en las haciendas
fueron las de los trabajadores permanentes: dependientes y peones endeudados.
La mayoría eran trabajadores agrícolas, pero había también vaqueros, pastores y
artesanos. Estos vivían permanentemente en la hacienda.
Sus ingresos provenían de manera principal de cuatro fuentes distintas. Había la
pequeña parcela (pegujal) que les cedía el hacendado, una ración de maíz y a
veces otros bienes que les daba anualmente de las haciendas; el derecho de
apacentar animales en tierras de la hacienda, y el salario que se les pagaba por
16
cada día de trabajo en los campos del hacendado.
Otra de las relaciones de trabajo que se establece es la del peón libre, que
era el trabajador ocasional o estacional, llamado así porque su trabajo se utilizaba
en los diferentes momentos del ciclo agrícola, donde se necesita una mayor
cantidad de mano de obra (cultivo, desyerbe y recolección). Dentro de este tipo de
mano de obra siempre destacó la de las comunidades indígenas, como los yaquis
y mayos.
Un tercer grupo de trabajadores vivía permanentemente en la hacienda y
obtenía la parte más considerable de su ingreso de las tierras que la hacienda
16
John Coatsworth, “La producción de alimentos durante el porfiriato”, en Los orígenes del atraso. Nueve
ensayos de historia económica de México en los siglos XVIII y XIX, Alianza Editorial, México, 1990,
p. 178.
25
ponía a su disposición. Sus terrenos eran mayores que los de los peones
residentes y tenía que pagar a la hacienda en efectivo o en productos por el uso
de la tierra. Además estaban obligados a trabajar para la hacienda una parte del
año.
Había también medieros y arrendatarios que no estaban obligados a dar
servicio a la hacienda, pero que pagaban al dueño una suma fija de dinero o una
parte de la cosecha.
Río Colorado como límite septentrional. En esta región se encuentran varios tipos
de zonas ecológicas: hacia el norte se extiende el gran desierto de Sonora, cuya
superficie de 66,940 kilómetros cuadrados representa el 37% de la superficie
estatal y el 18% de las zonas desérticas de México. En el centro hay una zona de
transición que da paso a los valles del Yaqui y Mayo. Otra zona geográfica es la
porción sonorense de la Sierra Madre Occidental, en los límites con Chihuahua.18
En estas tres demarcaciones existen, como parte integrante de ellas, cinco
cuencas hidrológicas: la de los ríos Colorado, Magdalena o Altar, la del río Sonora,
la del Yaqui y Mayo.
Sonora se ubica en una región donde más de la mitad de su territorio es
desértico y semidesértico, su clima es extremoso y las precipitaciones pluviales
son escasas; las lluvias rara vez alcanzan niveles de escurrimiento superiores a
los 400 milímetros (su promedio oscila entre los 200 y 600 mm).19
18
Ibid., p. 478.
19
Ángel Bassols Batalla, El Noroeste de México. Un estudio geográfico-económico, México, UNAM/IIE,
1972, p. 275.
28
20
Diana Balmori, Stuart F. Voss y Miles Wortman, Las alianzas de familia y la formación del país en
América Latina, México, FCE, 1990, pp. 112-121.
21
Francisco R. Almada, Diccionario de historia, geografía y biografía sonorenses, Hermosillo, Instituto
Sonorense de Cultura, 1990, pp. 413 y 566.
30
Las frutas que se producían, entre otras, eran la guayaba, naranja, plátano,
higo, sandía, melón, mango, durazno, lima y papaya; de la sierra del Taymuco
bajaban a Álamos carretas cargadas de duraznos. De las legumbres sobresalían
el repollo, lechuga, rábano, zanahoria, betabel, acelga, chile, tomate, cebolla, ajo,
pepino, camote y calabaza.
En cuanto a los productos comerciales serranos que tenían una difusión
local sobresalía el agave o mezcal. Desde fines de la década de 1870, las
vinaterías se habían establecido en el municipio de Álamos en algunos ranchos y
haciendas ubicados en los lomeríos contiguos a la sierra del mismo nombre, como
Aurora, Mayobampo, La Colorada, Yocojihua, Paredones, Agua Nueva y El
Salitral, entre otros.
Importantes propietarios de Álamos usufructuaban, en la parte alta del valle
del Mayo, haciendas con molinos harineros. Los más altos volúmenes de
producción harinera se daban ahí, en particular Concepción Salido de Roy en la
hacienda Tres Hermanos, establecida en 1867, y Faustina Salido de Goycolea en
su hacienda Santa Bárbara, abierta a la explotación a partir de 1879, ambas en el
municipio de Camoa y en las cercanías del río Mayo.
22
Alfonso Ruiz Velasco, Noticias estadísticas del Estado de Sonora, Hermosillo, Gobierno del Estado de
Sonora, 1850, p. 32-33.
23
Monografía, Mi ciudad. A Navojoa en sus 70 años, Navojoa, Gobierno Municipal, s/f de publicación, pp.
18-19.
24
Raúl Montaño y Octavio Gaxiola, Álbum del Mayo y del Yaqui, Directorio Comercial, 1933, Navojoa,
Edición del autor, 1933, pp. 41-46.
32
1.2.2.1. Navojoa.
Navojoa proviene de la palabra mayo Naabo-jogüa que significa “lugar o
27
casa de tunas”. Territorio que ha estado habitado desde los tiempos
prehispánicos por los indios mayos, cuya historia está íntimamente ligada al valle y
al río del mismo nombre. A partir de 1610 se inicia la evangelización y la
administración de los misioneros jesuitas, siendo los primeros y más destacados
los padres Andrés Pérez de Rivas y Pedro Méndez. Navojoa fue pueblo de misión,
teniendo como lugares de visita a San Ignacio de Cohuirimpo, Masiaca y
Camoyoa. Camoa también fue pueblo de misión con lugar de visita en San Ignacio
de Tesia.
25
Ibid., p. 52
26
Miguel Ángel Siqueiros Murrieta, La reorganización de un espacio regional: Álamos-Navojoa, 1890-1910,
Culiacán, Tesis de Maestría en Historia regional, UAS, 2000, p. 31.
27
Lombardo Ríos Ramírez, Navojoa. Monografía didáctica, Navojoa, Ed. del autor, 1998, p. 60
33
28
Ibid. p. 64.
34
1.2.2.2. Etchojoa.
El nombre del municipio de Etchojoa proviene de la lengua mayo y significa
“lugar de etchos”, cactus o xirofitas de espacios semidesérticos entre las que se
encuentran los sahuaros, pitahayas, choyas, biznagas y otras plantas. Su territorio
actual perteneció a la tribu Mayo que le dio nombre al valle y al río que lo
atraviesa. En acato a la Constitución de 1857, Etchojoa quedó dentro del distrito
de Álamos y perteneció al municipio de Huatabampo hasta el año de 1909,
cuando se erigió en municipalidad.
En la década de 1900 a 1910 los pueblos de Etchojoa se repoblaron a
consecuencia del auge que trajeron consigo la aparición del garbanzo como
cosecha de exportación, la llegada del ferrocarril, y la crisis económica de 1907
que al arruinar la minería provocó la expulsión de mano de obra hacia el valle.
Etchojoa alcanzó la categoría de municipio por el decreto No. 8 del 9 de
octubre de 1909, por mandato del Vice-gobernador Alberto Cubillas. El decreto
establece que “se erige en municipalidad al pueblo de Etchojoa, en el distrito de
Álamos, con jurisdicción en los ejidos de dicho pueblo y los de las comisarías de
San Pedro, en los predios rústicos denominados Sibolibampo, Bayájori,
Bacobampo, El Caurara, Sebampo y Baynorillo.
En Etchojoa florecieron las haciendas de San Pedro, con 6,400 hectáreas,
propiedad de la Compañía Agrícola del Río Mayo, S.A., la Tosalicari de Fermín
Palomares, entre otras.
El municipio de Etchojoa se ubica en las coordenadas geográficas al norte
27º 13’; al sur 26º 52’ de latitud norte; al este 109º 30’; al oeste 110º 00’ de
35
1.2.2.3. Huatabampo.
El nombre de Huatabampo proviene de la lengua cahíta: de las raíces
“huata”, sauce; “baam”, plural de “baa”, agua: y “po”, en; por lo que su significado
es “sauce en el agua”. Santa Cruz Río Mayo tuvo su primer Ayuntamiento en
1825. Posteriormente estuvo regido por la Ley Particular del 30 de septiembre de
1828 del Gobierno de los pueblos indígenas, y hacia fines del siglo XIX tuvo la
categoría de municipalidad adscrita al distrito de Álamos.
La actual ciudad de Huatabampo empezó a formarse en la última década
del siglo XIX. Fue erigida en cabecera de municipio por decreto de la Legislatura
local el 1ro. de diciembre de 1898, comprendiendo las comisarías de Moroncárit,
San Pedro y Etchojoa. Estas dos últimas fueron segregadas para constituirse el
municipio de Etchojoa y el 3 de mayo de 1933 se le agregó la comisaría de
Agiabampo.
El municipio de Huatabampo se localiza en el sur del estado y colinda con
los siguientes municipios: al norte con Etchojoa, al sur con Ahome, Sinaloa, al este
con los municipios de Navojoa y Álamos, y al oeste con el Golfo de California. El
municipio cuenta con 1,170 kilómetros cuadrados y se encuentra a una altura
promedio de 10 metros sobre el nivel del mar.
Las coordenadas geográficas del municipio de Huatabampo son: al Norte
26º 54’: al Sur 26º 14’ de latitud Norte; al Este, 109º 53’ de longitud Oeste. Las
localidades más importantes además de la cabecera son: Ejido La Unión, Yavaros,
Sahuaral de Otero, Etchoropo, Huatabampito, Moroncárit, Agiabampo, Estación
Luis, Las Bocas, El Caro, El Citavaro, Pozo Dulce y El Júpare.29
29
Monografía del Municipio de Huatabampo, CEPES Municipal, Huatabampo, 1987, pp. 7-13.
36
30
Alfonso Ruiz Velasco, op. cit., p. 151.
37
31
Miguel Ángel Siqueiros Murrieta, op. cit., p. 45.
38
los funcionarios que integraron la Comisión Local Agraria. Los trabajos a realizar
estaban encauzados para que se dieran tanto la restitución como la dotación de
ejidos a los pueblos.
El modelo de desarrollo rural derivado de la Revolución que fue recogida
por la Constitución de 1917, tal como se planteó no fue aplicado por los gobiernos
pos-revolucionarios de Obregón y Calles. Desde 1915 hasta 1934 predominó la
forma latifundista de la reforma agraria, favoreciéndose al sector privado en
detrimento del ejidal.
Durante el periodo señalado, al reparto agrario se le vio como un paliativo
militar, como un proceso de desmilitarización del campesino y como un método
para convencer a los campesinos indígenas de las bondades de la propiedad
privada. Al arribo de Obregón al poder en 1920, en el caso de la agricultura, el
centro del problema era la tenencia de la tierra, pues se encontraba acaparada por
un pequeño número de propietarios nacionales y extranjeros, muchos de los
cuales utilizaban procedimientos rudimentarios y, por lo mismo, no colaboraban
con la producción necesaria para competir en el mercado internacional y para
satisfacer el mercado interno.
Desde la perspectiva obregonista, la cuestión agraria debía formar parte de
la reconstrucción nacional dentro del marco de conciliación de clases. Según
Obregón, una de las formas de resolver el problema era el fomento de la pequeña
agricultura, es decir, el desarrollo de la pequeña propiedad que, con el apoyo del
gobierno, permitiera el mejoramiento de toda persona con espíritu emprendedor y,
en consecuencia, el desarrollo de la productividad agrícola en México.
Sin embargo, no estaba de acuerdo con fincar la creación de la pequeña
propiedad sobre la base de la fragmentación indiscriminada del latifundio antes de
que se hubiera logrado desarrollar la pequeña propiedad. Se negaba, según él, a
aceptar que se lesionaran los intereses de los demás, porque “si un propietario
trabajaba y mantenía en explotación sus tierras, incluso tratándose de un gran
terrateniente, lo lógico y lo verdaderamente legal era que se le respetase su
propiedad.”32 Estaba de acuerdo en que debían de preservarse los latifundios que
utilizaban procedimientos modernos.
32
Arnaldo Córdova, La ideología de la Revolución Mexicana, México, Ed. Era, 1987, p. 279.
41
33
Gloria M. Delgado de Cantú, Gran Historia de México, T. IV, México, Ediciones Terra, 1996, p. 36.
34
Héctor Aguilar Camín, La frontera nómada y la Revolución Mexicana, México, Siglo XXI, 1986, p. 433.
35
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, México, H. Comisión Editorial de Publicaciones
de la Lotería Nacional, 1975, p. 23-24, 34.
42
36
Alejandro Figueroa Valenzuela, “La Revolución Mexicana y los indios de Sonora” en Cynthia Radding
(Coord.), Historia General de Sonora, T. IV, Hermosillo, Gobierno del Estado de Sonora, 1985, p.359.
37
Michel Gutelman, Capitalismo y Reforma agraria en México, México, Era, 1980, p. 94.
38
Cynthia Radding de Murrieta y Rosa María Ruiz Murrieta, “La reconstrucción del modelo de progreso,
1919-1929”, en Historia General de Sonora, T.IV., Hermosillo, Gobierno del Estado de Sonora, 1985,
p. 324.
44
El gobierno adoptó una posición hasta cierto punto cautelosa frente a las
empresas extranjeras que habían deslindado y repartido terrenos agrícolas,
construyendo extensas redes de irrigación. Esto debido a las garantías ofrecidas a
nacionales y extranjeros para la seguridad de sus propiedades y negocios en el
Plan de Agua Prieta. Desde las presidencias de Obregón y Calles se siguieron
fomentando las inversiones de capital extranjero. El caso más connotado fue el de
la Compañía Richardson que se había establecido en el valle del Yaqui durante la
última década del Porfiriato después de la quiebra de la Sonora&Sinaloa Irrigation
Company. Su dominio sobre las tierras y aguas de este valle fue el motivo
constante no sólo de rebeliones indígenas sino también de protestas elevadas por
los colonos y arrendatarios de la empresa que habían poblado los municipios de
Bácum y Cócorit. El fomento de la irrigación en los valles costeros seguía los
patrones porfiristas de concesiones a particulares, fortaleciendo el sector
agroexportador de la economía. Son ilustrativos los casos de la Compañía de
Irrigación de Aquichopo, S.A. de Huatabampo, y del particular Macario Alatorre, en
Fronteras.
Los conflictos sobre la tenencia de la tierra más frecuentes en los valles
tradicionales de Sonora durante este periodo surgieron a raíz de la ocupación de
propiedades abandonadas o intervenidas durante las luchas revolucionarias.
En marzo de 1919, el Presidente Carranza, con la finalidad de demostrar su
interés por atacar el problema agrario y en ese sentido, cumplir las palabras del
general Calles, con la más grande de las promesas de la Revolución, dictó el
siguiente acuerdo:
La Secretaría de Agricultura y Fomento enviará una comisión de ingenieros para
que practiquen los deslindes y mesuras necesarias de los terrenos pertenecientes
a las colonias de Huíviris, Ráhum, Pótam, Vícam, Tórim, San José, Bácum y
Cócorit en las márgenes del río Yaqui; los de Cohuirimpo, San Pedro, Etchojoa,
Huatabampo y Moroncarit sobre el río Mayo, para determinar los terrenos que no
han sido enajenados en dichas colonias…Tendrán derecho preferentemente los
vecinos establecidos en las poblaciones respectivas que carezcan de tierras,
39
siendo la máxima superficie que puede solicitar cada uno cincuenta hectáreas.
39
Informe que rinde el C. Gobernador del Estado, General Plutarco Elías Calles ante el H. Congreso local,
Hermosillo, Talleres de Artes Gráficas Cruz Gálvez, 1919, p. 17. Cynthia Radding en su trabajo
“Revolucionarios y reformistas sonorenses: las vías tendientes a la acumulación de capital en Sonora, 1913-
45
1919”, nos dice que el Gobierno del Estado expropió una extensión de 2,600 hectáreas de el terreno conocido
como “El Bacame” en el municipio de Etchojoa, para fundar una Colonia Agrícola Cooperativa denominada
“Cruz Gálvez”, p. 38. Tomado de Gustavo Lorenzana Durán, Política agraria y movimientos campesinos en
los valles del Yaqui y Mayo (1915-1934), Hermosillo, El Tejabán, Cuaderno del IIH-Unison No.4, septiembre
de 1991, p. 15.
40
Gustavo Lorenzana Durán, “Política agraria y movimientos campesinos en los valles del Yaqui y Mayo
(1915-1934)”,Ibid.,p. 16.
46
se incrementaron las cifras del reparto. En el primer caso para atraerse a los
campesinos y en el segundo para hacer frente en el terreno político y social a la
rebelión delahuertista. Al finalizar su gobierno, Obregón había ejecutado 650
resoluciones definitivas que beneficiaron a 135 mil individuos, con una superficie
de 1.1 millones de hectáreas.41
Pese a las cifras mencionadas, la política agraria implementada por
Obregón, alteró muy poco la estructura de la tenencia de la tierra en el país y no
alcanzó a satisfacer las demandas de tierra de los pueblos. El 10 de abril de 1922
fue expedido el Reglamento Agrario, que vino a sustituir a la Ley de Ejidos
promulgada a finales de 1920. Esta ley, exigía a los solicitantes de tierras que su
lugar de asentamiento contara con el reconocimiento de categoría política –
pueblo-, así como también comprobar su necesidad de tierras si la solicitud era
por vía de dotación, amén de tener que cubrir una serie de requisitos.
Para 1923 –según Frank Tannenbaum-, citado por Ramón Eduardo Ruiz,
un poco más de 600 mil propiedades de pueblos, que conformaban el 97.9 de los
propietarios, poseía una superficie de 66 millones y medio de hectáreas –el 41.8%
de la superficie del país- mientras que casi 13 mil haciendas –el 12% de los
propietarios- absorbía una superficie mayor de 92 millones y medio de hectáreas,
el 58% de la superficie del territorio nacional, situación que se agravaba en
algunos estados donde la propiedad privada cubría más del 90% de la superficie
total.42
El ascenso de Plutarco Elías Calles a la presidencia de la República
significó –a pesar del incremento en el reparto, en relación al régimen anterior-, un
endurecimiento de la posición oficial respecto del ejido. La propiedad privada
aparece como forma privilegiada de la tenencia y explotación de la tierra. Para
remediar la difícil situación del agro y del país, Calles concibe no sólo una política
agraria orientada al desarrollo económico del campo. El afán desarrollista de
Calles siempre colocó como agente principal del proceso económico y social a la
propiedad privada de la tierra, mientras que al ejido se le otorgó un papel
secundario.
41
Jorge Luis Ibarra Mendívil, Propiedad agraria y sistema político en México, México, El Colegio de Sonora
– Porrúa, 1989, p. 142.
42
Ramón Eduardo Ruiz, México: la gran rebelión. 1905-1924, México, Era, 1984, p. 41.
47
Resoluciones presidenciales
ejecutadas por periodos presidenciales.
(1915-1934)
Presidentes Periodos Distribución Porcentaje de Benef.
(has.) la superficie.
Venustiano Carranza (1915-1920) 167, 935 0.1 46, 398
Álvaro Obregón (1921-1924) 1,133, 813 1.3 134,798
Plutarco E. Calles (1925-1928) 2,972, 876 3.4 297,428
Emilio Portes Gil (1929-1930) 1,707, 757 1.9 171, 577
Pascual Ortiz Rubio (1931-1932) 944,538 1.1 64,573
Abelardo L Rodríguez (1933-1934) 790,694 0.9 68,556
Fuente: José Luis Zaragoza y Ruth Macías, El desarrollo agrario de México y su marco
jurídico, México, Centro Nacional de Investigaciones Agrarias, 1980, p. 456.
Por lo visto, el general Plutarco Elías Calles estaba ya muy distante de la
postura que había externado con respecto al problema agrario durante su gestión
como gobernador de Sonora en el sentido de que era necesario llevar a cabo el
reparto de tierra para beneficio de ciertos campesinos. Para llevar a cabo el
proyecto del Presidente Calles, fue necesaria la creación de instituciones, cuya
tarea sería impulsar el desarrollo de la agricultura en el país. Entre ellas, podemos
ubicar a la Comisión Nacional de Irrigación, el Banco Nacional de Crédito Agrícola
y los Bancos Agrícolas Ejidales.
La actitud poco favorable a un desarrollo amplio de la propiedad ejidal se
expresó también sin las complicaciones impuestas a los procedimientos agrarios y
43
Arnaldo Córdova, La ideología de la Revolución Mexicana, México, Era, 1987, p. 334.
48
44
Gustavo Lorenzana Durán, op. cit., p. 18.
49
callismo, que inicia una ofensiva en contra de la redistribución territorial por la vía
ejidal. El 23 de junio de 1930 apareció una nota en el periódico El Universal de la
Ciudad de México, en la que Calles sostiene que el ejido había sido un fracaso por
lo que no debía ampliarse.49
Ortiz Rubio, a pesar de su posición antiagrarista, no pudo dejar de repartir
tierras y si bien la entrega de ésta a grupos campesinos solicitantes no fue
caracterizada por su amplitud, el régimen no pudo desconocer del todo su
compromiso con las masas campesinas. En sus dos años de gobierno entregó
944 mil hectáreas –de las cantidades más bajas desde Carranza- que beneficiaron
a 64,573 solicitantes.
Después de estar dos años con siete meses despachando como Presidente
de la República, Pascual Ortiz Rubio fue sustituido por el General Abelardo L.
Rodríguez. El nuevo Presidente también participó de la fiebre legislativa,
dedicándose a mejorar la redacción de algunos artículos de la legislación agraria
vigente o en su defecto, a complementarlos. Aquí podemos ubicar las reformas a
la Ley de Dotaciones y Restituciones de Tierras y Aguas del 27 de diciembre de
1932 con respecto a su artículo 19. Se señaló que el ejidatario debería hacer
inversiones de capital o trabajo y se reconocía que la dotación superabundante de
tierras de mala calidad no podía compensar la falta de tierras de cultivo.50
El 13 de diciembre de 1933 se publicó la noticia dada por el Presidente
Abelardo L. Rodríguez de la creación a partir del 1 de enero de 1934 del
Departamento Agrario, dependiente directamente del Poder Ejecutivo Federal, ya
“que responde a un sentimiento unánime y apremiante de nuestra población
campesina, expresado en forma inequívoca, en lo que a este aspecto del
problema se refiere, en la segunda Convención Nacional del Partido Nacional
Revolucionario, celebrada recientemente en Querétaro.”51
Abelardo L. Rodríguez, entre 1933 y 1934 sólo repartió 791 mil hectáreas
que benefician a 68,566 ejidatarios, pero abre de nuevo la puerta a la posibilidad
de atención administrativa a las solicitudes de tierra. Rodríguez, además de
aceptar las reformas constitucionales y el primer Código Agrario –que
49
Ricardo J. Zevada, Calles el presidente, México, Nuestro Tiempo, 1977, pp. 97-98.
50
Manuel Fabila, Cinco Siglos… op. cit., p. 544.
51
Gustavo Lorenzana Durán, op.cit., p. 22.
51
52
Mario Cerutti, Propietarios, empresarios y empresa en el norte de México. Monterrey: de 1848 a la
globalización, México, Siglo XXI, 2000, p. 27.
52
53
Héctor Aguilar Camín, “Los jefes sonorenses de la Revolución Mexicana”, en D.A. Brading, Caudillos y
campesinos en la Revolución Mexicana, México, FCE, 1995, p. 126.
53
54
Sergio Peña Medina, “Diferencias en la estructura y producción agraria. (Sonora 1920-1930)”, en Memoria
del XIII Simposio de Historia y Antropología de Sonora, Vol. 2, Hermosillo, Universidad de Sonora, 1989, p.
120.
54
55
Ignacio Almada Bay, op. cit., p. 143.
57
58
Manuel García Morales y Alfredo Sánchez Mondragón, “La agricultura en la historia del sur de Sonora” en
Memoria del tercer Congreso de Historia Regional, Culiacán, UAS-IIES, 1986, p. 499.
60
59
Lorenzo Meyer, El conflicto social y los gobiernos del Maximato. Historia de la Revolución Mexicana.
Periodo 1928 – 1934., México, El Colegio de México, 1978, pp. 190 -191.
61
diferencias por regiones. Así, la Ley de Tierras Ociosas dividía al estado en dos
grandes regiones, la del norte y la del sur. Y la Ley de Fomento a las Asociaciones
Agrícolas señala las siguientes regiones: Mayo, Yaqui, Hermosillo, Altar,
Magdalena, Arizpe y Moctezuma.60
Sin embargo, el problema agrario en Sonora hizo crisis. Como se señaló
anteriormente, existía un número muy elevado de población sin tierra, muy pocos
ejidatarios y un alto índice de desempleo. La propuesta de Elías Calles para
resolver el problema se inspiraba en el marco de la Constitución de 1917, que
suponía la conciliación del conflicto social por el Estado. Teniendo este marco
como trasfondo y enfrente una crisis que había desarticulado los nudos de la
economía serrana, Elías Calles propuso que el estado, los agricultores y los
grupos de solicitantes superaran sus diferencias y acordaran el reparto de la tierra,
pero teniendo en cuenta que la producción no podía estancarse y que nuevas
tierras y fuerza de trabajo se incorporaran al cultivo.
El Mayo sería el caso modelo para resolver el problema agrario en el
estado. Era una de las regiones más conflictivas por la concentración de la tierra y
por las condiciones de vida de la fuerza de trabajo, agravadas en aquel momento
por la presencia de cientos de repatriados y desempleados convertidos en
solicitantes de tierras. De manera que, los propietarios procedieron a organizarse
para prevenir un estallido social de consecuencias desfavorables para ellos.
El resultado de las primeras pláticas fue un convenio de 13 cláusulas,
firmado en junio de 1932, en el que se fijaban los derechos y obligaciones de las
partes contratantes.61 Los agricultores se comprometieron a colaborar en la
formación de un centro de población agrícola en el predio denominado La Unión,
municipio de Huatabampo, con 4,000 hectáreas de superficie, mismas que serían
cedidas al Estado para que las distribuyera entre los grupos solicitantes. Así
mismo convinieron en ceder el 3% del valor de sus cosechas para solventar los
gastos de operación de las 4,000 hectáreas de terreno, la construcción del canal
principal y sus laterales, los desmontes y bordes del mismo.
60
Rocío Guadarrama, “La reorganización de la sociedad”, en Historia General de Sonora, T. V, Hermosillo,
Gobierno del Estado de Sonora, 1985, p. 87.
61
Ignacio Almada Bay, Breve Historia de Sonora, México, El Colegio de México-FCE, 2000, p. 143.
62
62
Pedro N. Ulloa, El Estado de Sonora y su situación económica, Imprenta a cargo A.B. Monteverde,
Hermosillo, 1910, pp. 129-139.
66
63
Ibid., p. 39
68
64
Raúl Montaño y Octavio P. Gaxiola, op. cit., pp. 41-46
69
68
Héctor Aguilar Camín, La frontera nómada, op. cit., p. 495.
71
69
AHGES, Oficialía Mayor de Gobierno, Sección Agricultura, T. XI, Exp. No. 4, 7-02-20.
72
García, Guadalupe García, Manuel Elizondo, José Esquer, Epifanio Zayas, Adolfo
Esquer, Benigno Solís y Refugio Almada; en la hacienda Las Mayas aparece el
nombre de Randolfo Esquer con siete hectáreas.70
En un telegrama enviado el 7 de julio de 1920 por Alejandro C. García al
gobernador Flavio Bórquez participa haber terminado la recolección de garbanzo
en las haciendas intervenidas, habiendo obtenido una cosecha de 852 sacos. La
cosecha parece ser muy baja y no se especifica cuales haciendas eran. Alejandro
García recibía un sueldo de $150.00 pesos mensuales como Comisionado
especial del Gobierno del Estado para la recolección de partidos y arreglos de
contratos respectivos de las haciendas intervenidas.
70
AHGES, Oficialía Mayor de Gobierno, Sección Agricultura, T. II, Exp. No. 24, 19-03-20.
73
71
Juan José Gracida Romo, Los ferrocarriles en el desarrollo agrícola del valle del Mayo. (1902-1931),
Hermosillo, Centro INAH – Sonora, 2004, p. 5.
74
72
Ibid., p. 10.
73
Héctor Aguilar Camín, La frontera nómada… pp. 35-36.
75
Sin embargo, no fue sino hasta la década de los noventa del siglo XIX
cuando la irrigación tuvo un importante desarrollo: entre 1892 y 1902 se habían
construido, o estaban por construirse sobre la margen derecha del Mayo, nueve
canales con una capacidad de conducción global de 35,500 litros; y sobre la
margen izquierda, otros nueve con capacidad de conducción de casi 40 000
litros.74
El fomento de la irrigación en el Mayo y demás valles costeros seguía los
patrones porfiristas de concesiones a particulares, fortaleciendo el sector
agroexportador de la economía. La reglamentación del uso del agua se remonta
al año de 1843, cuando fue dictado originalmente el Reglamento de Aguas, mismo
que fue reformado en 1880, y estuvo en vigor hasta su modificación en el año de
1905. Dicho Reglamento concedió el beneficio de las aguas a los pobladores más
antiguos según sus títulos de propiedad, debiendo estar sus terrenos dentro de los
fundos o ejidos respectivos.
Los ayuntamientos, escudados en ese Reglamento, hacían preferencia
indebida a personalidades influyentes en las comunidades y, para su
funcionamiento, el Gobierno del Estado empezó a celebrar contratos y convenios
con particulares para la perforación de pozos artesianos que permitieran obtener
agua del subsuelo; también se recurrió a los contratos para la construcción de
canales de irrigación.
Durante la Revolución se registraron agudos conflictos relacionados con el
uso del agua. Los ríos de Sonora, afluentes vitales para la producción y el sostén
de sus comunidades, fueron objeto de discusiones en torno a su jurisdicción para
el estado y la federación. El Presidente Venustiano Carranza, fundamentado en el
artículo 27 de la Constitución, declaró en 1918 propiedad de la nación a los ríos
Yaqui, Mayo, Altar, Asunción y Sonora.
En 1920 se otorgó a la Compañía de Aquichopo “el derecho de
aprovechar como riego 3,882 litros por segundo de las aguas broncas del río Mayo
74
Joaquín Mange, “Historia del negocio del garbanzo”… p. 42
76
para beneficio de 4,642 hectáreas colindantes con las haciendas El Naranjo y los
ejidos de los pueblos de Huatabampo y Moroncárit.”75
Durante los gobiernos de Obregón y Calles se dio un gran impulso a las
obras de riego en los valles, de manera que para el año de 1926 la superficie de
riego en el valle del Mayo era de 30,000 hectáreas, distribuidas de la siguiente
manera: Navojoa, 7,500; Etchojoa, 13,500 y Huatabampo, 9,000.76 Más adelante,
en el ciclo 1929-1930 las tierras irrigadas representaban la mayoría de la
superficie de labor del estado (224,524 hectáreas), muy por encima de las zonas
temporaleras que cubrían el 45% de la superficie total.
75
Cynthia Radding y Rosa María Ruiz Murrieta, “La reconstrucción del modelo de progreso 1919-1929.”, en
Cynthia Radding, Historia General de Sonora, T.V., Gobierno del Estado de Sonora, 1985, p. 325.
76
José C. Ramírez y Ricardo León, “El último auge”, en Cynthia Radding, Historia General de Sonora, T.V.,
Hermosillo, Gobierno del Estado de Sonora, 1985, p. 28.
77
Fuente: Cynthia Radding de Murrieta y Rosa María Ruiz Murrieta, “La reconstrucción del
modelo de progreso, 1919-1929”, en Historia General de Sonora, T. IV., Hermosillo, Gobierno del
Estado de Sonora, 1985, p. 330.
Otero, Epifanio Salido y Óscar Ocháran. Seis meses después esta primera
iniciativa se frustró al iniciar la Revolución.
Durante la presidencia de Carranza, los primeros en organizarse fueron los
empresarios a través de las cámaras comerciales que quedaron confederadas en
1917 con la creación de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio
(CONCANACO). Su finalidad era coordinar las actividades del pequeño, mediano
y gran comercio, así como representar los intereses federales, estatales y
municipales. Para 1920 se habían establecido en Sonora cámaras comerciales en
Guaymas, Hermosillo y Nogales. Un año después se fundó, el 19 de junio, la
Cámara Agrícola y Comercial del Río Mayo en la villa de Navojoa.
Esta iniciativa fue encabezada por Manuel Terminel hijo, Salvador Y.
Campoy, José A. Morales, Mauricio García Sepúlveda y Gumersindo López,
quiénes lograron reunir para tal evento alrededor de cincuenta agricultores y
comerciantes de los valles del Mayo y Yaqui.77
Su primera mesa directiva quedó conformada de la siguiente manera:
Presidente, Manuel Terminel hijo, Vicepresidente, Salvador Y. Campoy; como
vocales propietarios fueron elegidos Epifanio Salido, Ignacio Velderráin, Crispín J.
Palomares y como vocales suplentes Jesús Ruy Sánchez, Felizardo Velderráin,
Carlos Obregón, y Comisario, José María Quiróz.
En sus primeros meses de existencia, la Cámara Agrícola recibió el saludo
de cámaras de comercio nacionales y extranjeras como la Cámara de Comercio y
Navegación de Barcelona, la Cámara de Comercio de Brasil y la Cámara Nacional
de Comercio de Tepic. Para ingresar a la Cámara Agrícola era necesario que uno
de los socios propusiera al aspirante, y finalmente correspondía a la mesa
directiva decidir el ingreso de los nuevos socios. Cabe señalar que no era
indispensable ser agricultor o comerciante. La cuota de ingreso se estableció en
diez pesos y la cuota mensual en tres pesos.
En el periodo de 1921 a 1933 se asociaron a la Cámara Agrícola empresas,
compañías, sociedades comerciales y bancos de Navojoa, Guaymas, Cócorit,
Etchojoa, Huatabampo, Álamos, Nogales, Yavaros, y Ciudad Obregón. Entre ellos
77
José C. Ramírez y Ricardo León, “El último auge”, en Gerardo Cornejo Murrieta, Historia General de
Sonora, T. V., Hermosillo, Gobierno del Estado de Sonora, 1985, pp. 28-29.
79
78
Everardo Santillán Domínguez, La Cámara Agrícola y Comercial del Río Mayo, 1921-1932, Tesis de
Licenciatura en Historia, Departamento de Historia y Antropología, Universidad de Sonora, Hermosillo,
1998, p. 10.
79
Ibid., pp. 16-17.
80
del valle del Yaqui reduciéndose los elementos del organismo al 60% según las
estimaciones de la propia cámara.
Al desaparecer las delegaciones establecidas en el Yaqui, la Cámara
Agrícola se mantuvo como entidad representativa de los intereses agrícolas en el
Mayo. Dicha situación cambió radicalmente cuando el entonces presidente de la
República, Pascual Ortiz Rubio decretó en 1932 la Ley Federal de Asociaciones
Agrícolas. Esta ley tuvo la finalidad de organizar a los agricultores en asociaciones
de productores de acuerdo a la especialidad o cultivo.
3.2.1 Antecedentes.
Ya se han considerado algunos elementos que configuran el proceso
histórico y las condiciones que permitieron el origen y conformación del
empresariado agrícola del valle del Mayo. De esta manera, encontramos que este
espacio pasa a formar parte del conjunto de sub-regiones agrícolas modernas que
conforman la franja costera del noroeste mexicano, desde Sinaloa hasta Baja
California. El investigador Mario Cerutti ha conceptualizado a estas regiones como
bolsones geográficos de alta fertilidad empresarial80situados en temporalidades
diferentes en el norte de México, en los que se registran procesos locales en
varias ramas como la industria, la minería, la agricultura y otras actividades
económicas bajo distintos matices, dentro de un amplio proceso histórico de
desarrollo capitalista, en una sociedad periférica. De acuerdo con Cerutti, el norte
de México ocupa el espacio geográfico que se ubicaría desde una línea imaginaria
entre los puertos de Mazatlán y Tampico y la frontera con Estados Unidos. Un
factor común que existió entre los valles costeros del noroeste fue que su
producción agrícola se orientó a la exportación hacia el mercado de los Estados
Unidos, principalmente hacia la región sudoeste. En el caso del garbanzo, su
exportación se dirigió también a mercados como el español y otros.
80
Mario Cerutti, Fertilidad empresarial en Monterrey (1885-1930), Monterrey, UANL, 2003, p. 3
81
81
Registro Público de la Propiedad, (En adelante R.P.P.), Álamos, L. I, Vol. I, Escr. 97, 15-12-05.
82
R.P.P., Álamos, L. I., Vol. I, Escr. 498, 10-08-09
82
83
R.P.P., Álamos, L. I., Vol. I, Escr. 95, 8-11-13
84
R.P.P., Álamos, L. I., Vol. I, Escr. 102, 3-12-13
85
R.P.P., Álamos, L. I., Vol. I, Escr. 79, 2-11-05.
86
R.P.P., Álamos, L. I., Vol. I, Escr. 133, 4-06-06
83
Salido, Leónidas Zayas Vda. de Talamante, José Gil Valenzuela y Jesús Valdéz.
Benjamín Terrazas, del municipio de Guazapares, Chihuahua, adquirió 56 lotes en
Huatabampo y 24.5 lotes en Etchojoa, poseía además 6 acciones en la toma de
agua del Canal de “Tiriscohuasa”.
Entre 1905 y 1913 aparecen 28 contratos de compra venta de terrenos que
suman un total de 8,338 hectáreas, 138 lotes y medio y 12 predios en el valle del
Mayo. En este periodo, de acuerdo con la misma fuente, se otorgan también 40
títulos de propiedad de terrenos nacionales por parte de la presidencia de la
República, la mitad de éstos eran de uno y un lote y medio en promedio
concedidos a indígenas en el municipio de Huatabampo.
Posteriormente, al término del movimiento revolucionario, en los años de
1919 y 1920 aparecen de nuevo registradas algunas inscripciones relativas a
contratos de compra-venta de terrenos y otorgamiento de títulos de propiedad. En
Etchojoa, Tomás Robinson Bours Jr. y María Ramos de Robinson Bours
adquirieron varios terrenos, Ángel Urbina adquirió la labor del fundo “La Galera”
ubicada sobre la margen derecha del río Mayo.87 Se otorgaron títulos de
propiedad sobre 16 lotes cada uno en los ejidos de Etchojoa a Jesús Ruy Sánchez
y Balvanera Zayas de Ruy Sánchez.88
En abril de 1920 se llevó a cabo la división y desmancomunación de la labor
denominada “Las Parras”, ubicada en los terrenos de la hacienda “Jupateco” sobre
la margen derecha del río Mayo, por Guadalupe Otero viuda de Otero y sus hijos
José F., Rodrigo A. y Elodia Trinidad Otero de Terrazas.89
87
R.P.P., Álamos, L. I, Vol. IV, Escr. 19, 25-07-19.
88
R.P.P., Álamos, L. I, Vol. IV, Escr. 132, 11-02-20.
89
R.P.P., Álamos, L. I, Vol. IV, Escr. 147, 05-04-20.
84
90
AHGES, Pedro Bórquez, Caja 127, 29-07-21, 47, 48.
91
AHGES, Pedro Bórquez, Caja 127, 25-08-22, 142, 294-295.
86
92
AHGES, Pedro Bórquez, Caja 127, 5-08-22, 125, 272-281.
93
AHGES, Cenobio Esquer, Caja 127, 14-07-23, 194, 248-250.
94
Boletín Oficial del Gobierno del Estado de Sonora, Tomo XIII, 25-07-23, No. 7
95
Boletín Oficial, Tomo XIII,11-08-23, No. 12
87
metros de ancho para hacer uso de 300 litros por segundo de las aguas del río
Mayo, en la margen derecha, a 50 metros debajo de la bocana de la compuerta
conocida con el nombre de “Campanichaca” para irrigar 300 hectáreas de terreno
en los cuadriláteros 17 y 18 del pueblo de Etchojoa.96
Durante el año de 1924 aparecen un total de 14 operaciones. Se
constituyeron tres sociedades agrícolas, la Sociedad Mercantil y Agrícola “Nicolás
Contreras y Hermano”, constituida el 5 de enero por los hermanos Nicolás y
Antonio Contreras.97 La sociedad conformada por Sebastián Chacón y David J.
Dabdoub el 26 de julio, denominada Sociedad Agrícola “Sebastián Chacón y Cía.”,
en la que Sebastián Chacón introduce a la sociedad 300 hectáreas de terreno en
la hacienda de La Villa en el municipio de Etchojoa.98 Y la sociedad formada por
Tomás Robinson Bours Jr., y David J. Palomares el 31 de diciembre, denominada
“Almacenes de Navojoa, S.A.”99 Uno de los casos de arrendamiento de tierras se
refiere a Margarito Hayakawa, quien en mayo de ese año hizo un contrato de
arrendamiento de 225 hectáreas en El Sahuaral, municipio de Etchojoa, el terreno
era propiedad de Luz T. viuda de Terminel.100
En el año de 1925 aparecen registradas muy pocas operaciones, 3 en
Navojoa y una en Huatabampo. Se encuentra una escritura de cesión de terrenos
de la Compañía Agrícola del Río Mayo, S.A. a favor del Ferrocarril Río Mayo, para
las estaciones Bacobampo, Chucárit y San Pedro.101 En febrero se constituyó la
sociedad en nombre colectivo denominada “Palomares y Retes”, los socios
fundadores fueron Luis R. Palomares y Adolfo E. Retes.102 Se efectúa además una
operación de compra-venta otorgada por David J. Dabdoub a favor de Ignacio
Ruiz de 100 hectáreas en Huatabampo en la cantidad de $3,000.00 pesos.103
El 1 de septiembre de 1925 abrió sus puertas en Navojoa el Banco de
México, S.A., y el 23 de marzo de 1926 se estableció el Banco Refaccionario de
Occidente, S.A. Así tenemos que fue a partir de septiembre de 1926 que se
96
Boletín Oficial, Tomo XII, 7-05-23, No. 5
97
AHGES, Francisco L. Esquer, Caja 126, 5-01-24, 29, 70-72.
98
AHGES, Antonio Maldonado y Osuna, Caja 126, 26-07-24, 78, 192-195.
99
AHGES, Francisco L. Esquer, Caja 126, 31-12-24, 3, 70-72.
100
AHGES, Antonio Maldonado y Osuna, Caja 126, 14-05-24, 57, 191.
101
AHGES, Francisco L. Esquer, Caja, 126, 16-01-25, 9,50-51
102
AHGES, Arturo Ulloa, Caja 126, 14-02-25,28, 107-108.
103
AHGES, Arturo Ulloa, Caja 126, 18-04-25, 33, 87-89
88
realizaron los primeros préstamos de habilitación y avío por parte de éste último
banco. Durante este año, el Banco Refaccionario de Occidente, S.A. concedió
préstamos de habilitación y avío a la Sociedad “Araiza y Rivera”, representada por
Jesús C. Araiza, por la cantidad de $2,500.00 dólares. Ésta sociedad tenía
terrenos en arrendamiento en el valle del Yaqui, en Cócorit y en la hacienda “La
Fortuna”.104 Este banco realizó otro préstamo a Carlos Obregón por la cantidad de
$2,500.00 dólares. Obregón tenía en arrendamiento 250 hectáreas en la hacienda
de Caurara, en Etchojoa.105 Otro préstamo fue otorgado a Inocente Amparán por
la cantidad de $7,500.00 dólares para el cultivo de sus terrenos en la hacienda de
Los Nachuquis, municipio de Navojoa. Además, Amparán tenía en arrendamiento
a la Compañía Richardson el Block No. 45 en el valle del Yaqui, con 400
hectáreas de arroz y 50 de garbanzo.106 En otra operación de compra-venta
Trinidad B. Rosas vendió a Ignacio Ruiz varios lotes de terreno en el municipio de
Huatabampo y 60 acciones de la Compañía de Regadío de Etchojoa y 10
acciones de la Compañía de Regadío de Tiriscohuasa con la cantidad de
$15,000.00 pesos.107
Estos tres casos, de la Sociedad “Araiza y Rivera” y de los agricultores
Carlos Obregón e Inocente Amparán, refleja, un fenómeno que estuvo presente
durante el periodo, el cual tuvo que ver con la presencia de empresarios que
fueron ampliando su radio de acción al adquirir propiedades e invertir en ambos
valles y en diferentes giros. El principal ejemplo de este tipo de empresarios fue el
general Álvaro Obregón, que tenía propiedades y negocios en ambos valles, como
terrenos en los municipios del Mayo, la Sociedad “Obregón y Cía.” con oficina en
Navojoa, y la hacienda “Nainari” en el Yaqui.
Desde 1926, Sonora había venido aumentando su participación nacional en
la producción de trigo, ya que de un 11.4 % pasó a aportar el 15.2% en 1929.
Igualmente en el arroz, Sonora se había convertido junto con Morelos en uno de
los principales productores a nivel nacional de este cereal gracias a la elevada
productividad en el valle del Yaqui, que desde 1925 se vio favorecido por las
104
AHGES, Roberto H. Orellana, Caja 58, 86, 53-60.
105
AHGES, Roberto H. Orellana, Caja 58, 106, 90-96.
106
AHGES, Roberto H. Orellana, Caja 58, 20-10-26, 103, 67-74.
107
AHGES, Roberto H. Orellana, Caja 58, 22-09-26, 83, 259-262.
89
108
José C. Ramírez y Ricardo León, “El último auge”, op. cit., pp. 30.
109
Ibid., p. 30.
110
AHGES, Marcos Gómez, Caja 58,15-08-27, 115,
111
AHGES, Fernando E. Moreno, Caja 57, 8-04-28, 90, 82-90.
90
ambos representados por Luis H. Salazar e Ignacio P. Gaxiola.112 Alejo Bay vendió
al general Benito Bernal la mitad del terreno “El Yópori”, ubicado en el municipio
de Navojoa, en $3, 650.00 plata mexicana.113 Por último, aparece la escritura de
un préstamo que el Banco de Sonora concedió a Jesús María Quijada, por la
cantidad de $8,000.00 pesos.114
A partir de este año empieza a descender el número de operaciones por
año, sólo aparecen cuatro entre Navojoa y Huatabampo. Se encuentra la escritura
de Sociedad Civil Particular otorgada por David Roy y Federico Dow, denominada
Sociedad Agrícola y Ganadera “Dow y Roy” en la hacienda de Santa Rosa o Las
Tablas, ubicada en el municipio de Navojoa.115 Otra sociedad es la formada por
Humberto Ortiz, Bernardino, Esteban y Ángel Ibarrola, denominada “H. Ortiz y
Compañía”. El primero de los socios era mexicano y los otros españoles, mismos
que residían en Nogales y Guamúchil, Sinaloa. La sociedad con domicilio en
Huatabampo, se dedicaba al giro de la agricultura y ganadería con un capital
social de $10,000.00 pesos y con una duración de 5 años, hasta el 31 de
diciembre de 1934.116
En mayo de 1930 comenzó el derrumbe de la producción de cobre
provocando el desplome del comercio, del sistema financiero, la quiebra del Banco
de Sonora, institución que constituía el soporte principal de la actividad financiera
en el estado. Ésta fue otra de las expresiones que transformó la estructura
económica de la entidad. Los efectos de la crisis minera tuvieron un alto costo
para la entidad debido a la ausencia de una sólida estructura económica que fuera
capaz de ofrecer, desde dentro, una respuesta alternativa. Hacia 1930, Sonora no
contaba con una estructura independiente fundada en el mercado interno por la
razón de que sus principales actividades dependían del capital y del mercado
norteamericano. Con excepción de una importante fracción del producto agrícola
(trigo y arroz de los valles del Mayo y del Yaqui) que a la postre resultaba
112
AHGES, Fernando E. Moreno, Caja 57,14-05-28, 114,178-182.
113
AHGES, Fernando E. Moreno, Caja 57,10-07-28, 151,40-52.
114
AHGES, Fernando E. Moreno, Caja 57, 12-11-28, 173, 21-23
115
AHGES, Jesús C. Araiza, Caja 59, 3-07-29, 65, 163-165.
116
AHGES, Jesús C. Araiza, Caja 59, 31-12-29, 169, 222-227.
91
117
José C. Ramírez, Ricardo León y Óscar Conde, “La estrategia económica…”, op.cit., p 69
118
AHGES, Marcos Gómez, Caja 58, 17-07-30, 83, 259, 262.
119
AHGES, Marcos Gómez, Caja 58, 6-11-30, 100, 16-20.
120
AHGES, Marcos Gómez, Caja 58, 12-01-31, 112, 56-58.
121
Abuelo materno del Dr. Rubén Aguilar Valenzuela, Vocero de la Presidencia de Vicente Fox Quesada.
122
AHGES, Delfino O. López, Caja 126, 30-06-32, 37, 110-123.
92
123
AHGES, Jesús C. Araiza, Caja 60, 15-05-33, 512, 78-81.
124
AHGES, Jesús C. Araiza, Caja 60, 11-05-34, 590, 138.
125
AHGES, Jesús C. Araiza, Caja 60, 20-07-34, 605, 252-262.
126
AHGES, Francisco L. Esquer, Caja 126, 16-01-25, 9, 50-51.
127
AHGES, Antonio Maldonado y Osuna, Caja 126, 14-05-24, 97, 191.
128
AHGES, Delfino O. López, Caja 126, 23-06-32, 36, 105-108.
93
Gráfica.
Número de operaciones registradas por año en el valle del Mayo entre 1921 y 1934.
14
13
12
11
10
09
08
07
06
05
04
03
02
01
1921 1922 1923 1924 1925 1926 1927 1928 1929 1930 1931 1932 1933 1934
129
Ernesto Camou Healy y José T. Chávez Ortiz, op. cit., pp. 476-477.
130
Sergio Peña Medina, “Política de Estado y Desarrollo Regional en Sonora …”, op .cit., p. 446.
95
131
La Cámara se fundó en la villa de Navojoa el 19 de junio de 1921.
132
Ignacio Almada Bay, Álvaro Obregón Salido: nuevos datos… op. cit., p. 28.
133
AHGES, Marcos Gómez, Caja 58, 15-08-27, 115.
134
Sergio Peña Medina, “Política de Estado y desarrollo regional en Sonora…”, op. cit., p. 52.
96
135
Ignacio Almada Bay, Breve Historia de Sonora, op. cit., p. 104.
136
Diana Balmori, Stuart F. Voss y Miles Wortman, op. cit., p.
137
Francisco R. Almada, op. cit., p. 622.
138
Ibid., p. 120
97
139
Ignacio Almada, Bay, Álvaro Obregón Salido…, op. cit., p. 14.
98
140
Entrevista a Luis Salido Quirós, Manuel Hernández Salomón, cronista de Navojoa.
141
Joaquín A. Mange, “Historia del negocio del garbanzo”…,op. cit., p. 51.
100
del garbanzo con muy buenos resultados. Su resistencia a los rigores del clima y a
las plagas conocidas lo convirtió en un cultivo exitoso a partir de 1902.
Las relaciones comerciales ya pujantes de la región lo pusieron en contacto
con el puerto de Mazatlán, en donde se habían establecido casas españolas
enteradas de las necesidades y costumbres de aquel país, y ya desde 1900,
“Hernández Mendía y Cía.” Óscar Ocháran, de Álamos, con casa en Santander, y
Carmelo Echavarría, jefe del molino harinero “El Hermosillense”, iniciaron la
exportación de garbanzo mexicano: los primeros, en España, y el último en
Estados Unidos, por cuenta de casas comerciales de San Francisco, California,
teniendo el grano muy buena aceptación por su calidad.
Los buenos resultados de estas operaciones estimularon a los agricultores
locales y propició la inmigración de nuevos inversionistas del propio distrito de
Álamos, tales como la Compañía Agrícola del Río Mayo, S.A, bajo la
administración de Jesús R. Parada, Salvador Y. Campoy, Manuel Terminel, José
María Salido, que se establecieron en Rosales; Leobardo Salido en Bacobampo, y
otros.
El éxito del garbanzo a principios del siglo XX significó la formación de un
grupo numeroso de agricultores de la región. Al final del Porfiriato se contaban
alrededor de 164 agricultores dedicados a la producción garbancera. Los centros
productores estaban en Etchojoa, Navojoa, San Pedro, Huatabampo y Quiriego.
La importancia de estos centros opacaba considerablemente la competencia de
otros centros productores sonorenses ubicados en los distritos de Altar, Arizpe,
Magdalena, Moctezuma, Sahuaripa, Hermosillo y Ures, los cuales no tenían
capacidad para cubrir sus propias necesidades.
Durante la Revolución, el garbanzo continuó produciéndose, pero en una
menor cantidad, el grano se siguió exportando con la autorización del gobierno
estatal siempre que los agricultores demostraran su simpatía hacia el movimiento
revolucionario.
El Gobernador José María Maytorena, en beneficio de la causa
revolucionaria impuso el cobro de un peso por saco de garbanzo exportado. Al
término de la revolución, se incrementó la producción en sacos de 100 kilogramos.
En 1917 se produjeron 80,000 sacos, en 1918 la producción subió a 150,000, en
101
142
La plaga comenzó a contaminar los cultivos de garbanzo a mediados del periodo 1902 -1916, no obstante,
fue hasta 1922, cuando comenzó a resentirse en la producción.
102
Fuente: Raúl Montaño y Octavio Gaxiola, Álbum del Mayo y del Yaqui, Directorio
Comercial, 1933, Navojoa, Edición del autor, 1933, p.56.
143
José C. Ramírez, Ricardo León, et. al., “La estrategia económica de los callistas”, op cit., p. 71
144
Ibid., p. 71
104
como también fue normal lograr la comercialización de sus productos sin el peso
oneroso que significaban los intermediarios.
105
CONCLUSIONES
ANEXOS
ANEXO 1.
1921
01-05-21 Escritura constitución de sociedad mercantil y agrícola Navojoa
29-07-21 Contrato de compra-venta de acciones de toma de agua Navojoa
12-08-21 Escritura de disolución de sociedad anónima Navojoa
23-08-21 Escritura de constitución de sociedad en nombre colectivo. Navojoa
1922
29-05-22 Escritura de disolución de sociedad anónima Navojoa
18-07-22 Contrato de compra-venta de terreno Huatabampo
18-07-22 Escritura de adjudicación de terreno Huatabampo
05-08-22 Contrato de hipoteca Huatabampo
07-08-22 Contrato de hipoteca Etchojoa
25-08-22 Contrato de préstamo Etchojoa
11-09-22 Rescisión de contrato de compra-venta de terreno Navojoa
11-09-22 Contrato de compra-venta de terreno Etchojoa
23-09-22 Contrato de hipoteca Huatabampo
1923
15-03-23 Contrato de compra-venta de terreno Navojoa
22-03-23 Escritura de subrogación convencional de derechos Etchojoa
29-03-23 Rescisión de contrato de compra-venta de terreno Navojoa
06-04-23 Contrato de hipoteca Etchojoa
18-04-23 Protocolización de diligencia s/información ad perpetuam Navojoa
11-05-23 Contrato de compra-venta de terreno Navojoa
17-08-23 Contrato de traspaso de terreno Etchojoa
31-08-23 Contrato de compra-venta de terreno Navojoa
1924
09-01-24 Contrato de hipoteca Navojoa
02-02-24 Contrato de hipoteca Navojoa
07-04-24 Contrato de compra-venta de terreno Etchojoa
14-05-24 Contrato de arrendamiento de terreno Etchojoa
18-05-24 Contrato de arrendamiento de terreno y promesa de venta Navojoa
26-05-24 Contrato de hipoteca Navojoa
06-06-24 Contrato de compra-venta de terreno Navojoa
24-07-24 Contrato de compra-venta de terreno Huatabampo
26-07-24 Constitución de sociedad anónima Etchojoa
26-07-24 Constitución de sociedad anónima Navojoa
01-08-24 Contrato de compra-venta de terreno Etchojoa
26-08-24 Escritura de promesa de venta de terreno Navojoa
30-12-24 Constitución de sociedad anónima Navojoa
31-12-24 Constitución de sociedad anónima Navojoa
109
1925
21-02-25 Contrato de compra-venta de terreno Huatabampo
14-02-25 Constitución de sociedad en nombre colectivo Navojoa
28-02-25 Escritura de información ad perpetuam Navojoa
17-07-25 Contrato de compra-venta de terreno Navojoa
1926
09-09-26 Contrato de préstamo de habilitación y avío Navojoa
22-09-26 Contrato de compra-venta de acciones de toma de agua Etchojoa
22-09-26 Contrato de compra-venta de acciones de toma de agua Etchojoa
20-10-26 Contrato de préstamo de habilitación y avío Navojoa
27-11-26 Contrato de préstamo de habilitación y avío Navojoa
1927
15-08-27 Protocolización de escritura de sociedad civil Navojoa
1928
17-01-28 Contrato de compra-venta de terreno Navojoa
31-01-28 Protocolización de escritura de sociedad anónima Navojoa
06-03-28 Contrato de aparcería Etchojoa
08-05-28 Contrato de compra-venta de terreno Huatabampo
14-05-28 Contrato de compra-venta de terreno Huatabampo
10-07-28 Contrato de compra-venta de terreno Etchojoa
12-11-28 Contrato de préstamo Huatabampo
1929
09-02-29 Contrato de dación de pago Navojoa
03-07-29 Constitución de sociedad civil particular Navojoa
30-07-29 Contrato de compra-venta de terreno y acciones de t/agua Huatabampo
18-10-29 Escritura de rescisión de contrato de compra-venta de terreno Huatabampo
1930
13-04-30 Contrato de compra-venta de terreno Navojoa
27-06-30 Escritura de disolución de sociedad Navojoa
17-07-30 Contrato de compra-venta de terreno Navojoa
06-11-30 Escritura de constitución de sociedad Navojoa
1931
12-01- Contrato de compra-venta de terreno Huatabampo
31
1932
30-06-32 Escritura de protocolización de sociedad civil Navojoa
05-08-32 Escritura que modifica razón social de sociedad anónima Navojoa
26-10-32 Contrato de compra-venta de terreno Navojoa
15-11-32 Escritura de finiquito o liquidación judicial de sociedad anónima Navojoa
1934
10-07-34 Constitución de sociedad en nombre colectivo Navojoa
20-07-34 Contrato de compra-venta de terreno Huatabampo
110
ANEXO 2.
Etchojoa
01 Contrato de compra-venta de terreno
02 Contrato de compra-venta de terreno
03 Contrato de compra-venta de terreno
04 Contrato de compra-venta de terreno
05 Contrato de hipoteca
06 Contrato de hipoteca
07 Contrato de compra-venta de acciones de toma de agua
08 Contrato de compra-venta de acciones de toma de agua
09 Constitución de sociedad anónima
10 Contrato de arrendamiento de terreno
11 Contrato de préstamo
12 Contrato de aparcería
13 Escritura de subrogación convencional de derechos
14 Contrato de traspaso de terreno
Huatabampo
01 Contrato de compra-venta de terreno
02 Contrato de compra-venta de terreno
03 Contrato de compra-venta de terreno
04 Contrato de compra-venta de terreno
05 Contrato de compra-venta de terreno
06 Contrato de compra-venta de terreno
07 Contrato de compra-venta de terreno
08 Contrato de hipoteca
09 Contrato de hipoteca
10 Contrato de compra-venta de terreno y toma acción de toma de agua
11 Escritura de rescisión de compra-venta de terreno
12 Contrato de préstamo
13 Escritura de adjudicación de terreno
112
ANEXO 3.
BIBLIOGRAFÍA.
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Aguilar Zínser, María del Carmen, “La primera campaña política del General
Álvaro Obregón a través de su correspondencia, 1919-1920”, en Memoria del XV
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Sonora, 1991.
Balmori, D., Voss Stuart F.,y Miles Wortman, Las alianzas de familia y la formación
del país en América Latina, México, FCE, 1990.
Camou Healy, Ernesto y José Trinidad Chávez Ortiz, “Sonora y sus regiones:
dialéctica de su desarrollo” en Memoria del XIII Simposio de Historia y
Antropología, Vol. II, Universidad de Sonora, enero de 1989.
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1931), Hermosillo, Centro INAH-Sonora, 2004.
Montaño E. Raúl y Octavio P. Gaxiola, Álbum del Mayo y del Yaqui. Directorio
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Estado de Sonora, 1985.
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T. V., en Historia General de Sonora, Hermosillo, Gobierno del Estado de Sonora,
1985.
__________, “La estrategia económica de los callistas” T.V., Historia General de
Sonora, Hermosillo, Gobierno del Estado de Sonora, 1985.
117
Ruiz, Ramón Eduardo, México: la gran rebelión. 1905-1924, México, Era, 1984.