El Gran Inquisidor Fiodor Dostoyevski

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Notas

César Herrero Hernansanz


El gran inquisidor
Fiodor Dostoievski
Editorial Taurus 2013, 132 páginas

Notas
César Herrero Hernansanz

INTRODUCCIÓN

Pongo a su disposición mis notas de la lectura de El gran inquisidor, de Fiodor Dostoievski. Su


autor tiene el acierto de situarnos, a través de la figura del gran Inquisidor, ante la segunda venida de
Cristo, dejando al descubierto nuestras vergüenzas. En el gran Inquisidor, figura del Anticristo, nos
reflejamos los cristianos, cómo responderíamos ante la venida de Jesús. Claro, que Dostoievski, en aras
de su argumento, condena al ostracismo literario a las legiones de ciento cuarenta y cuatro mil
marcados con el sello de nuestro Dios, Ap 7, 3, los cuales a través de dos mil años de historia, vienen de
la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero, Ap 7, 14, y
llevado la semilla de la evangelización a los confines del mundo.

Dostoievski es muy profundo. El quid pro quo, no hay nada gratis en las tentaciones, siempre
hay un intercambio, un a cambio de, que describe en profundidad. Como luminosas son sus
descripciones de presidio y alma de presos.

No olviden que les ofrezco síntesis y notas, en las que he procurado seleccionar lo mejor de
cuanto nos ofrece, evitar repeticiones y ser lo más claro posible, saliéndome en ocasiones de los textos
traducidos, redactándolos a mi manera, incluso introduciendo algunos de mi cosecha, señalados en rojo
para resaltar y completar el sentido.

Si después de leer mis notas desean profundar en algún asunto, les recomiendo recurrir al texto
del libro impreso.

Asimismo, les adjunto un índice de mis notas, sincronizado con el del texto original, para que
puedan percibir a vista de pájaro una panorámica de los temas tratados y su paginación. Índice y
paginación, que les facilitarán la búsqueda fácil de temas de su interés y ubicación.

Murcia, mayo 2015

ÍNDICE

Nota ………………………………………….. 3
El gran inquisidor ……………………….. 4
La casa muerta …………………… 7
Primeras impresiones (1) …… 8
Primeras impresiones (2) …… 9
Primeras impresiones (3) …… 10

2
Nota

- El gran inquisidor es un poema o argumento narrativo contenido en el Libro V


de los hermanos Karamazov, que se centra en la idea de la libertad. Pag 6.

3
El gran inquisidor

- Se le adjudica al gran inquisidor la frase quid pro quo, clave para entender el
mecanismo de las tres tentaciones a Jesús en el desierto. Pag 14.

- Porque ahora es posible, por primera vez, pensar en la felicidad de las


gentes. El hombre fue creado rebelde. ¿Es que los rebeldes pueden ser
felices? Tú rechazaste el único camino por el que era posible hacer felices a las
gentes. Pero, por fortuna, al morir nos dejaste el asunto. Prometiste, afirmaste
bajo tu palabra, nos conferiste el derecho de atar y desatar y ahora es
indudable que no puedes pensar en quitarnos ese derecho. ¿Por qué has
venido a estorbarnos? Pag 15-16.

- Hubo una vez en la tierra un milagro verdaderamente grande, el día de las


tres tentaciones. El milagro se cifra en el planteamiento e esas tres cuestiones.
Tres preguntas que están a la altura del acontecimiento y expresan en tres
palabras, en tres frases humanas, toda la futura historia del mundo y de la
Humanidad. Tres preguntas, que formuló a Jesús el poderoso e inteligente
espíritu del mal en el desierto.

- Las tres tentaciones:


Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió
hambre. Y acercándose el tentador, le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas
piedras se conviertan en panes.» Mas él respondió: «Está escrito: No sólo de
pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.»
Entonces el diablo le lleva consigo a la Ciudad Santa, le pone sobre el alero del
Templo, y le dice: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: A sus
ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán, para que no tropiece tu
pie en piedra alguna.» Jesús le dijo: «También está escrito: No tentarás al
Señor tu Dios.»
Todavía le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los
reinos del mundo y su gloria, y le dice: «Todo esto te daré si postrándote me
adoras.» Dícele entonces Jesús: «Apártate, Satanás, porque está escrito: Al
Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto.»
Entonces el diablo le deja, Mt 4, 2-11.

- En esas tres preguntas parece compendiada en un todo y pronosticada la


ulterior historia humana y manifestadas las tres imágenes, en que se funden
todas las antítesis históricas de la humana naturaleza en la tierra. Todo está
hasta tal punto intuido y predicho, y hasta tal extremo ha resultado justificado,
que es imposible añadirle y quitarle nada. Pag 16-17.

- En la primera pregunta, Jesús, no quisiste privar al hombre de su libertad y


rechazaste la proposición porque ¿qué libertad es esa, pensaste, que se
compra con pan? Pag 18.

- Rechazaste el pan en nombre de la libertad, a la que pusiste por encima de


todo. De haber optado por el pan, habrías respondido al general y sempiterno
pesar humano, como individuo y Humanidad, de a quién adorar. No hay
desvelo más continuo y doloroso para el hombre que, luego que deja la

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libertad, buscar a toda prisa a quién adorar, buscar aquello en que todos crean
y se prosternan, e irremediablemente todos juntos.
Rechazaste la única bandera absoluta, que te propusieron para obligar a todos
a prosternarse ante Ti sin discusión … la bandera del pan de la tierra y la
rechazaste en nombre de la libertad y del pan de los cielos.
Pero sólo se apodera de la libertad de las gentes el que tranquiliza su
conciencia. Con el pan te daban una divisa indiscutible. Da pan y el hombre se
prosternará, porque no hay nada más indiscutible que el pan. Pero si al mismo
tiempo alguien se apodera de tu conciencia a espaldas tuyas … entonces
dejará tu Pan y correrá detrás de aquel que halaga su conciencia. En esto
tenías razón, porque el misterio de la vida del hombre estriba en vivir y en vivir
para algo. Pag 20-21.

- La tranquilidad y hasta la muerte son más estimables para el hombre que la


libre elección con el conocimiento del bien y del mal. No hay nada más
seductor, ni más doloroso para el hombre que la libertad de su conciencia. Pag
21.

- Quien vino a dar su vida por los hombres, en vez de incautarse de la libertad,
la aumentó, cargando con sus sufrimientos el imperio espiritual del hombre
para siempre. Tú querías el libre amor del hombre. Pag 21-22.

- Sólo existen tres fuerzas en la tierra capaces siempre de dominar y cautivar la


conciencia de esos débiles rebeldes para su felicidad: milagro, misterio y
autoridad. Pag 22.

- Tú no bajaste de la cruz cuando te gritaron: «Tú que destruyes el Santuario y


en tres días lo levantas, ¡sálvate a ti mismo, si eres Hijo de Dios, y baja de la
cruz!, Mt 27, 40, porque rehusaste subyugar al hombre por el milagro y
estabas ansioso de fe libre. No ansiabas el amor por el milagro, ni los
amedrentabas de una vez para siempre por el fervor servil, involuntario,
obtenido mediante la fuerza. Pag 23-24.

- Hemos justificado tu proeza y la hemos basado en el milagro, el secreto y la


autoridad.
Pag 25.

- Lograremos nuestro fin, seremos césares y entonces pensaremos en la


felicidad de los hombres. Ya entonces podrías habernos evitado aceptar la
espada del César. ¿Por qué desairaste ese último don? Si hubieras seguido
ese consejo del poderoso espíritu, la tercera tentación, habrías realizado
cuanto el hombre busca en la tierra: a quién adorar, a quién confiar su
conciencia y el modo de unirse todos, finalmente, en un común y cómodo
hormiguero, porque el ansia de la unión universal es el tercero y último
tormento del hombre. La Humanidad en su conjunto siempre se afanó por
estructurarse de un modo universal. El corazón de los grandes conquistadores
de la Humanidad expresaba este anhelo de fusión universal y común. Porque,
¿quién ha de dominar a las gentes, sino quienes dominan sus conciencias y
tienen en sus manos el pan? Pag 26-27.

5
- Les convenceremos de que sólo serán libres cuando deleguen en nosotros su
libertad y se nos sometan. Al recibir de nosotros el pan, verán muy claro que
les damos el mismo pan, que ellos amasaron con sus manos, que se lo
repartimos sin milagros, que no convertimos las piedras en pan. Pero en
realidad estimarán, más que el pan, el recibirlo de nuestras manos. Porque
tendrán muy presente que antes, sin nosotros, ese mismo pan ganado por ellos
se convertía en sus manos en piedras. Pag 28.

- Entonces nosotros les proporcionaremos la felicidad mansa y apacible de los


seres apocados como ellos. Les diremos que todo pecado será redimido, si lo
cometieron con nuestra venia; les permitiremos pecar, porque los amamos;
cargaremos con el castigo de sus pecados; cargaremos con el pecado y ellos
nos idolatrarán como bienhechores, que respondemos de sus pecados delante
de Dios. Y no tendrán secretos con nosotros.
Creerán en nuestra absolución con alegría porque los librará de las grandes
preocupaciones y de las terribles torturas actuales de la decisión personal y
libre. Pag 28-30.

- Has de saber que yo también estuve en el desierto y me sustenté de


saltamontes y raíces. Que también bendije la libertad, que habías conseguido a
los hombres y me apercibí a ser de tus elegidos, del número de los fuertes y
poderosos, ávidos de completar el número. Pero recapacité y no quise servir a
un absurdo. Me volví atrás y me incorporé a la muchedumbre de los que han
corregido tu obra. Me aparté de los orgullosos y me volví con los humildes para
la felicidad de estos mortales. Pag 30-31.

6
La casa muerta

- El hombre es un ser que a todo se acostumbra y ésta es, a mi juicio, la mejor


de sus cualidades. Pag 44.

- En el delincuente, el presidio y los trabajos forzados no hacen sino fomentar


encono, sed de placeres vedados y terrible ligereza de espíritu. Ese sistema
extrae al hombre el jugo vital, le enerva, debilita e intimida el alma,
presentándonos después una momia moralmente seca, un medio loco, como la
obra de la corrección y arrepentimiento. Pag 53.

- Casi todos los presos hablan y deliran por la noche. Insultos, palabras
entrecortadas, cuchillos y hachas es lo más frecuente que les viene a la boca
en sus delirios. Pag 55.

- El hombre no puede vivir sin trabajo, cualidades legales y normales, porque


se degenera y convierte en una fiera. Pag 56.

- El dinero es libertad amonedada. Pag 57.

- A no ser por el trabajo, los presos se habrían comido unos a otros como
arañas en un bote. Pag 57.

- El dinero tenía en presidio un valor muy distinto del que tiene en libertad. Pag
58.

- Para el contrabandista dinero y lucro sólo representan algo secundario,


porque trabaja por placer, por vocación. Hasta cierto punto es un poeta. Se
expone a todos los peligros, se coloca en trance de terrible inquietud, tiembla,
se devana los sesos y sale como puede del apuro. A veces hasta tiene
inspiraciones. Esta afición es tan fuerte como el juego de cartas. Pag 59-60.

7
Primeras impresiones (1)

- Para acabar de aniquilar a un hombre, castigarlo con el más horrible castigo,


tal que metiese miedo e hiciera temblar por anticipado al criminal más
empedernido, bastaría con dar a su trabajo carácter de inutilidad y carencia de
sentido total y absoluto. Pag 63.

- En la vida carcelaria, aparte de la privación de libertad, existe una paradoja


quizá más fuerte que todas las demás: la forzosa convivencia general. Pag 64.

- Hacían las sopas en una caldera común. Me asustaba la enorme cantidad de


cucarachas que se encontraba uno en ellas. Pag 65.

- En presidio somos verdaderamente forzados, no nos queda más que el


nombre. Pag 70.

- Al día siguiente de llegar a presidio me robaron mi ropa interior y se la


bebieron. Pag 72.

- En presidio es habitual contemplar compadecido los sufrimientos de los otros


y ocultar los propios. Pag 73.

- Es habitual en el preso llevar a cabo acciones criminales, no por odio a nadie,


sino únicamente por sufrir. Pag 79.

- Una mujer de fealdad superior a toda hipérbole. Pag 81.

8
Primeras impresiones (2)

- Por la manera de reírse se puede conocer a los hombres. Pag 88-89.

- El preso, por naturaleza, es un ser hasta tal punto ávido de libertad y hasta tal
extremo aturdido y desordenado por su cambio social, que le seduce la idea de
atracarse de todo, gastar de una vez sus caudales con bulla y música, con el
fin de olvidar su suerte, aunque sólo sea por un minuto. Pag 90.

- Es habitual que el preso demuestre al resto de presos que se ha desbordado,


emborrachado, para granjearse el respeto general. Pag 91.

- Dos veces al año se emborrachaba, quedando completamente descubierta su


bestial condición. Pag 102-103.

9
Primeras impresiones (3)

- En el penado, la finalidad de la agresión es aplazar su destino. Pag 110.

- En Rusia se llama al delito desgracia y al delincuente desgraciado. Pag 112.

- Aquel preso era completamente una fiera. Al verse delante, aunque ignoraseis
su nombre, habríais presentido por instinto que os hallabais en presencia de un
ser terrible. Pero me aterró en él su carencia de alma. Hasta tal punto
predominaba la sensualidad sobre sus potencias espirituales que con sólo verle
la cara comprenderíais al punto que allí sólo quedaba una salvaje ansia de
placeres, satisfacciones y regodeos carnales. Pag 115.

- Una partida de gandules se sienta en un rincón a la turca, y sobre un tapiz


hecho girones se ponen a jugar a las cartas. Sólo un preso tiene un tapiz
estropeadísimo de una vara de largo, una vela y una baraja grasienta y manida
hasta lo inverosímil. A todo esto junto lo llaman maidan, infierno. El dueño de
las prendas cobra a cada jugador quince copeicas por noche, es su ganancia.
Todos juegan a juegos de azar. Cada jugador pone delante un montoncito con
la calderilla, que tiene en el bolsillo y no se levanta de su postura de cuclillas
hasta que se ha jugado hasta los pelos o ha dejado a sus compañeros sin
blanca. Pag 118.

- Las privaciones morales son más difíciles de sobrellevar que los tormentos
físicos. Quien las padece se ve obligado a renunciar a sus exigencias,
costumbres, a moverse en un medio insuficiente, a aprender a respirar otros
aires … Viene a ser un pez, al que sacan del agua. Y con frecuencia, el castigo
impuesto a todos, igual por ley, le resulta diez veces más duro. Pag 129-130.

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