Introducción Al Ministerio Pastoral LIBRO 2

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introducción

al ministerio
pastoral

00
340 20
40
320 Llamado
300

60
personal

Carácter
280

80
Vida
260

100
240

120

Responsabilidades 140
220
200 160
180

Formación Pastoral
Iglesia Metodista Libre
Latinoamérica
Introducción
al ministerio
pastoral

…cuiden como pastores el rebaño de Dios que está a su cargo, no por obligación ni por am-
bición de dinero, sino con afán de servir, como Dios quiere.
1 Pedro 5:2 NVI

FORMACIÓN PASTORAL
Iglesia Metodista Libre
Latinoamérica
Equipo Directivo

Directora de área
Dra. Delia Nüesch-Olver

Equipo de Formación Pastoral Latinoamérica


Dr. Paul Olver, Dr. Glenn Lorenz y Dr. Ricardo Gómez

Coordinador de proyecto
John Jairo Leal Rincón

Equipo de Trabajo
Beth Gómez, Jennifer Porras Pabón, Jorge Leonardo Báez Agreda, Luis Fernando Pérez, Rojas
Nichole Roller, Shirley Yomara Cadena Maldonado y Tadeo Roller

Diseñador
Johan Ferney Ríos Arboleda

Permitimos a otros distribuir, remezclar, retocar y


crear a partir de esta obra de modo no comercial,
siempre y cuando nos den crédito y licencien sus
nuevas creaciones bajo las mismas condiciones.

Elaborado en Medellín, Colombia


2018
INTRODUCCIÓN

Ser un pastor es un gran privilegio que implica grandes responsabilidades. Es por ello que la for-
mación sólida y clara a nivel de la salud espiritual (corazón), los conocimientos (cabeza) y las ha-
bilidades prácticas (manos) son clave para el desarrollo de pastores y pastoras saludables, efectivos
y a largo plazo. Este manual presenta los principios básicos para este tipo de ministerio.
El contenido de este manual es el fruto del trabajo de Jorge Leonardo Báez Agreda, John Jairo
Leal Rincón, Luis Fernando Pérez Rojas, Tadeo Roller y Nichole Roller, quienes bajo el asesora-
miento del doctor Paul Olver han escrito íntegramente este material apoyándose en el manual de
Formación Pastoral de la IML Latinoamérica y el Libro de Disciplina 2015. Sin embargo, todo el
material se preparó pensando en las realidades de nuestras iglesias, pastores y pastoras, candidatos
y futuros aspirantes al ministerio en Latinoamérica.
Se sugiere que este módulo se enseñe usando la metodología de aula invertida porque es la que
mejor ayuda a desarrollar los materiales y lograr las metas. En esta, los plantadores, pastores o
pastoras-estudiantes reciben los materiales previamente al encuentro (el tiempo presencial de cla-
se), hacen la lectura comprendiendo el contenido y realizan todas las asignaciones dadas. En el
encuentro se socializan los materiales, se profundiza en los contenidos, se revisan los ejercicios y
se solucionan interrogantes que hayan surgido.
Preferiblemente esta asignatura se debe realizar en grupo y bajo la supervisión de un formador de-
bidamente avalado por la Iglesia Metodista Libre; para una excepción, por condiciones especiales,
debe comunicarse con la persona a cargo en su iglesia, distrito o conferencia. Este material está
dirigido tanto para personas que están en el proceso de Plantación de Iglesias Comunitarias, como
para pastores y pastoras en iglesia ya establecidas que están camino a la ordenación.
El diseño del módulo presupone que cada lección de esta asignatura corresponde a 3 horas de en-
cuentro de grupo (incluyendo un tiempo de descanso por lección); por ello es ideal seguir una de
las siguientes modalidades para completar esta asignatura:
Plan extendido: 12 encuentros semanales de 1 hora y media cada uno. Esta modalidad es ideal
cuando un mismo grupo está realizando 2 o más asignaturas al mismo tiempo. En esta modalidad
recomendamos que en una semana se revise la asimilación del contenido (use las actividades de
evaluación llamadas “preguntas de reflexión” y “lecturas complementarias”), y en la siguiente
revise el desarrollo de los ejercicios de evaluación personal y los planes de acción.
Plan regular: La asignatura se puede completar en 6 encuentros semanales de 3 horas cada uno
(una variante a esto son 2 encuentros semanales de 1 hora y media cada uno). Antes de cada en-
cuentro usted deberá completar todas las actividades indicadas para la lección.
Plan intensivo: La asignatura se puede completar en 1 encuentro de aproximadamente 18 horas.
En esta modalidad se espera que el estudiante sea muy disciplinado de tal forma que, durante cada
uno de las 6 semanas previas al encuentro, lea completamente el contenido del manual, desarro-
lle las actividades de evaluación tocantes al pensamiento (preguntas de reflexión e informes de
lectura) y evaluación personal. En el encuentro el formador indicará cuándo y cómo completar y
reportar las actividades de evaluación llamadas planes de acción.
A lo largo de todos los manuales podrá encontrar algunos de los siguientes íconos. En ocasiones
puede encontrar dos de estos íconos fusionados, esto implica que tiene el significado de los dos. A
continuación se los presentamos con su significado:
CONTENIDO

Sílabo ..................................................................................................................................................... 7

1 El Pastor Metodista Libre ................................................................................................................ 11

• Introducción ......................................................................................................................................... 12
• Definición de términos ......................................................................................................................... 13
• Perfil del pastor Metodista Libre ......................................................................................................... 14
• Proceso de ordenación ......................................................................................................................... 16
• El ministerio bi-ocupacional ................................................................................................................ 20
• Un ministerio local, regional, nacional y global .................................................................................. 20
• El plan de formación del candidato ..................................................................................................... 21
• Preguntas de reflexión .......................................................................................................................... 23

2 El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio ...................................................................... 25


...
• Introducción ......................................................................................................................................... 26
• El ministerio pastoral en la Biblia ........................................................................................................ 26
• El ministerio pastoral en la historia de la iglesia ................................................................................. 28
• El llamado al ministerio pastoral ......................................................................................................... 32
• La ética pastoral ................................................................................................................................... 35
• Preguntas de reflexión .......................................................................................................................... 40

3 El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal ................................................................................ 41


..
• Conciencia de sí mismo ....................................................................................................................... 42
• Resolución de conflictos ...................................................................................................................... 47
• El corazón del pastor ............................................................................................................................ 48
• El cuidado del cuerpo del pastor .......................................................................................................... 51
• La vida devocional ............................................................................................................................... 52
• Rendir cuentas ...................................................................................................................................... 53
• Preguntas de reflexión .......................................................................................................................... 55

4 El Pastor Metodista Libre: su Vida Familiar ................................................................................ 57


...
• Introducción ......................................................................................................................................... 58
• La vida conyugal del pastor ................................................................................................................. 58
• La vida sexual del pastor ..................................................................................................................... 62
• El pastor como padre o madre ............................................................................................................. 64
• El pastor como pariente ....................................................................................................................... 67
• Pastores y pastoras, esposos y esposas ................................................................................................ 69
• Preguntas de reflexión .......................................................................................................................... 70
5 El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio .................................................................................. 71

• Libro mío ............................................................................................................................................. 72


• El lugar de la Biblia en el ministerio ................................................................................................... 72
• La interpretación de la Biblia ............................................................................................................... 73
• El Pentálatero Wesleyano .................................................................................................................... 74
• El estudio en una institución formal .................................................................................................... 76
• El estudio como disciplina espiritual ................................................................................................... 77
• La predicación ...................................................................................................................................... 79
• La enseñanza ........................................................................................................................................ 81
• Preguntas de reflexión .......................................................................................................................... 83

6 El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades ....................................................................... 85


..
• Una visión bíblica de la iglesia ............................................................................................................ 86
• Equipar a otros para el ministerio dentro y fuera ................................................................................. 87
• Hacer discípulos que hacen discípulos ............................................................................................... 88
• Liderar .................................................................................................................................................. 89
• La intercesión ....................................................................................................................................... 90
• La evangelización ................................................................................................................................ 91
• El discipulado ...................................................................................................................................... 92
• El ministerio personal .......................................................................................................................... 93
• La administración ................................................................................................................................ 94
• La planificación .................................................................................................................................... 98
• Los medios de comunicación ............................................................................................................... 100
• El ministerio de compasión .................................................................................................................. 102
• Preguntas de reflexión .......................................................................................................................... 103

Bibliografía ........................................................................................................................................... 104


Sílabo 7

Sílabo
Asignatura
Introducción al ministerio pastoral
Descripción del curso
En este curso el alumno explorará el ministerio pastoral dentro de la Iglesia Metodista
Libre en sus ámbitos personal, familiar, eclesial, organizacional y social.
Objetivos generales
Al dominar el contenido de este curso el estudiante:
• Será capaz de justificar bíblicamente la identidad, comportamiento y el rol de un
pastor.
• Será capaz de articular su llamado personal y relacionarlo con la confirmación de la
Escritura y de la iglesia.
• Será capaz de describir los roles y actividades entre el mentor y su mentoreado, y la
relación con la IML, el modelo de PIC y el pastorado.
• Entenderá el significado de la ordenación en la IML y será capaz de describir cada
paso del proceso.
• Será capaz de desarrollar un plan sostenible y personal de aprendizaje de por vida.
Evaluación
• El estudiante llevará un diario físico o digital en el que responderá por escrito las
preguntas de reflexión al final de cada lección.
• A partir de todo el contenido del curso (especialmente los 15 atributos del pastor
Metodista Libre), el estudiante deberá elaborar un documento de una página a la que
llamará “Mis Diez Mandamiento de ministerio pastoral”. Este consistirá de mínimo
10 declaraciones de principios que regirán su ministerio. Luego, por
aparte, deberá escribir un documento de entre 2000-2500 palabras
o elaborar un video de 5-8 minutos en el que explique cada uno
de los principios y cómo planea incorporarlos de manera práctica.
8 Sílabo
Criterios de evaluación – Introducción al ministerio pastoral
A partir de todo el contenido del curso (especialmente los 15 atributos del pastor Meto-
dista Libre), el estudiante deberá elaborar un documento de una página a la que llamará
“Mi decálogo de ministerio pastoral”. Este consistirá de mínimo 10 declaraciones de
principios que regirán su ministerio. Luego, por aparte, deberá escribir un documento
de entre 2000-2500 palabras o elaborar un video de 5-8 minutos en el que explique
cada uno de los principios y cómo planea incorporarlos de manera práctica.
Sílabo 9
1 El pastor metodista
libre

Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a comprender el perfil del pastor Metodis-
ta Libre y el proceso para ser ordenado como presbítero.

Resultados de la lección
Al concluir esta lección el estudiante:
• Comprenderá el perfil y cosmovisión del pastor Metodista
Libre.
• Identificará el proceso para ser ordenado como presbítero.
• Comprenderá lo que significa “Corazón”, “Cabeza” y
“Manos”.

Contenido
• Introducción
• Definición de términos
• Perfil del pastor Metodista Libre
• Proceso de ordenación
• El ministerio bi-ocupacional
• Un ministerio local, regional, nacional y global
• El plan de formación del candidato
• Preguntas de reflexión
12 El Pastor Metodista Libre
INTRODUCIÓN
¿A lguna vez lo han convocado para algo? En mi escuela primaria,
cada salón de clases tenía un altavoz sobre la puerta. Sonaba
cada mañana y nos despertaba con la gentileza de un sargento del
ejército. Pero también tenía otro propósito más oscuro. Si el director
quería ver a alguien en su oficina, lo llamaba por nombre a través del
altavoz. Esto sucedía en una época en la que la humillación pública
estaba a la altura de las matemáticas en la educación básica. Cada vez
que sonaba el altavoz, me preguntaba si era mi turno de ir a la oficina
del director. Me imaginaba que los que eran llamados probablemente
quedaban encerrados para siempre. Algún día, volverían a aparecer, como una
sombra de lo que alguna vez habían sido, y sus vidas habrían cambiado para siempre
por la convocatoria de un altavoz.
Sin embargo, cuando crecí, entendí que una convocatoria puede ser algo bueno. Como
cuando el entrenador del deporte que a usted más le gusta lo convoca y le dice: “vea-
mos lo que puedes hacer”. Una convocatoria también puede cambiar su vida.
Crecí asistiendo a la iglesia, así que no sé cuándo me convertí. Un día, el pastor de la
iglesia me preguntó por qué solamente asistía, pero no me hacía miembro. “No soy
bueno para comprometerme” fue mi respuesta. Y lo dije como si fuera un pensamiento
profundo. En verdad, su pregunta me parecía absurda. No me había dado cuenta de que
yo manejaba las cosas de una forma absurda, y lo hacía de forma habitual.
Sin embargo, había otras inquietudes, vagas y ambiguas al principio, pero suficiente-
mente fuertes para generar preguntas en mi mente.
Primero tomaron forma en la iglesia a la que “asistía”. De algún modo, terminé unién-
dome a la iglesia, fui a un campamento y me hice miembro. Y en verdad lo disfrutaba.
No solo empecé a ir a las reuniones de miembros y a expresar mis opiniones, sino que
comencé a relacionarme con los hermanos y a construir una vida de comunión.
Los ancianos empezaron a conocerme y me ayudaron a ver lo que estaba mal en mi
vida y a percibir la gracia en las vidas de otros.
Empecé a crecer como cristiano. Y empecé a servir en la iglesia... en cosas pequeñas,
sin importancia, pues era lo único que me confiaban. Me di cuenta de que no solo im-
portaba lo que yo hiciera, sino que, junto con otros, podíamos construir algo duradero.
Pero, en mi mente, seguía habiendo inquietudes, preguntas ambiguas. Me volvían loco.
Cuando un pastor predicaba la Palabra de Dios podía escuchar cómo los hermanos ho-
jeaban las Biblias y se preparaban para escuchar. Algunos se inclinaban hacia adelante,
en actitud expectante para escuchar las Escrituras. Otros, con temor, abrían sus Biblias
en una búsqueda desesperada de Dios. Algunos se sentaban listos para evaluar la pre-
dicación, disfrutar de una historia o reírse de una buena broma. Pero a mí me sucedía
algo diferente. Al ver cómo se desarrollaba la predicación, yo me preguntaba: “¿Cómo
lo hace?” (Harvey, 2016, pp. 15-21).
Podría pensar que todos se preguntaban eso cuando escuchaban un sermón decente.
Pero esto era diferente. No era teórico. Era personal. Al ver cómo los predicadores usa-
ban sus dones, yo me proyectaba en sus lugares. Soñaba con poder entender la Palabra
El Pastor Metodista Libre 13
de Dios de manera que pudiera parame y enseñarla. “¿Cómo podía saber si Dios me
estaba llamando a ser pastor?” “¿Cuál era el siguiente paso?”.
Bueno, si usted tiene estos interrogantes en su cabeza y cada día se pregunta si Dios le
está llamando al ministerio este manual es para usted. No hay nada extraño que sienta
el llamado de Dios a su vida o que otros hayan identificado en usted dones y virtudes
para el ministerio ordenado. La Iglesia Metodista Libre cree fervientemente que Dios
llama a hombres y mujeres a ejercer el ministerio pastoral. Así que, “es bíblico que la
iglesia ponga aparte a ciertas personas para tareas especiales de liderazgo. Estas per-
sonas dan testimonio de un llamado interno del Espíritu Santo” (Libro de Disciplina
2015, ¶300).
Aquí abordaremos estas dudas y otras que pueden ir surgiendo, dudas que un día cada
uno de nosotros nos hicimos como: ¿estoy llamado al ministerio pastoral ordenado?
¿Cómo puedo tener la certeza? ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Cuál es el proceso? ¿Tengo
el perfil para ministro ordenado? Para dar respuesta a estas preguntas lo primero que
vamos hacer es definir algunos términos que nos ayudará a comprender el ministerio
ordenado y el proceso de ordenación.

DEFINICIóN DE TÉRMINOS
Ahora veamos los términos que nos facilitará a la lectura y comprensión del ministerio
pastoral:
• Juntas de Preparación y Consejo Ministerial (Junta de PCM): una Junta de
PCM es un organismo conformado por 5 o 7 miembros cuyos dones de sabiduría y
discernimiento les permiten asistir a las personas en el descubrimiento, el desarrollo
y la realización del llamado de Dios en sus vidas.
• Candidato Ministerial Local (CML): un candidato ministerial local es una per-
sona que sirve de manera activa en el ministerio de una iglesia local, o fuera de la
iglesia comenzando una Casa de Paz. El líder está considerando seriamente el lla-
mado al ministerio vocacional y ha terminado el proceso de certificación. El estado
de candidato ministerial local da la oportunidad de explorar el llamado percibido al
ministerio con el pastor en el contexto de la iglesia local (Libro de Disciplina 2015,
¶6500).
• Candidato Ministerial Conferencial (CMC): un candidato ministerial conferen-
cial es un miembro de la Iglesia Metodista Libre que ha sido
recibido por un Distrito Misionero o en la organización
de la IML a nivel regional o nacional en preparación
para el ministerio ordenado. El candidato ministe-
rial conferencial deberá ser un candidato ministerial
local; tener un entendimiento bueno de la historia y
política de la Iglesia Metodista Libre.
Después de clarificar los términos es el momento de res-
ponder la pregunta: ¿tengo el perfil para ministro ordenado?
14 El Pastor Metodista Libre
PERFIL DEL PASTOR METODISTA LIBRE
La IML ha desarrollado una lista de 15 atributos que se alinean con el ministerio salu-
dable, efectivo y a plazo largo en la IML. Los candidatos recomendados por la Junta
para la ordenación como presbíteros deberán mostrar los siguientes atributos en el área
del corazón, cabeza y manos. Con el perfil no buscamos descalificar al candidato, al
contrario, lo que deseamos es ayudarle a evaluarse y a desarrollar habilidades para el
ministerio saludable. Observemos las tres áreas del perfil del pastor metodista libre:
Corazón:
1. Se caracterizan por su madurez espiritual y una fuerte convicción de llamado al
ministerio.
a. Demuestran una vida moldeada por los medios de gracia.
b. Basan su identidad y llamado firmemente en Cristo.
c. Son ejemplos de una vida de santidad guiada por el Espíritu.
2. Demuestran un alto nivel de conciencia de sí mismos.
a. Entienden y expresan sus fortalezas y debilidades.
b. Forman equipos para tener respaldo en áreas que no son su especialidad.
c. Saben que su estilo de liderazgo y comunicación pueden impactar a los demás de
manera positiva, pero también negativa.
3. Viven una vida bien equilibrada que puede sobrellevar las demandas del ministerio.
a. Atienden adecuadamente sus necesidades físicas, emocionales y mentales.
b. Programan, con regularidad, tiempo para entretenimiento y recreación.
c. Viven vidas sencillas, libres de adicciones y compulsiones.
4. Su vida se caracteriza por el amor hacia los demás.
a. Dan prioridad a su cónyuge e hijos (si los tiene).
b. Desarrollan y mantienen relaciones sanas y cercanas con las personas dentro y
fuera de la iglesia.
c. Cultivan relaciones de confesión y rendición de cuentas.
5. Son ejemplos de humildad.
a. Permanecen dispuestos a aprender y aceptan la corrección.
b. No mantienen una actitud defensiva hacia los líderes, seguidores y compañeros.
c. Buscan con entusiasmo la perspectiva de otros.
Cabeza:
6. Demuestran entendimiento bíblico.
a. Poseen un entendimiento de la metanarrativa bíblica.
b. Tienen una hermenéutica wesleyana que acepta la autoridad de las Escrituras.
c. Son capaces de fundamentar su cosmovisión wesleyana con argumentos bíblicos.
7. Demuestran una integración teológica wesleyana.
a. Conocen y aceptan la historia, el gobierno, los artículos de re-
ligión y los valores centrales de la IML.
b. Pueden comunicar las características wesleyanas convincente-
mente.
c. Entienden y aceptan la teología relacional wesleyana.
El Pastor Metodista Libre 15
8. Tienen una educación teológica coherente con el ministerio ordenado.
a. Han terminado sus estudios de secundaria.
b. Han terminado satisfactoriamente sus estudios del currículo de Formación Pasto-
ral de la IML Latinoamérica.
c. Promueven el aprendizaje de por vida y lo demuestran con su ejemplo.
9. Poseen una postura hospitalaria hacia todo el cuerpo de Cristo y la sociedad.
a. Buscan activamente crear y mantener vínculos con otros grupos cristianos.
b. Demuestran aprecio por la contribución de otras tradiciones cristianas y a la vez
aceptan las de la IML de todo corazón.
c. Demuestran un creciente aprecio por la humanidad y valoran a todas las personas
sin importar sus sistemas de creencias.
10. Poseen la habilidad de aplicar de manera práctica lo que aprenden.
a. Son capaces de hacer que la teología compleja sea entendible para todos.
b. Demuestran habilidad para identificar la actividad redentora de Dios en la vida
diaria.
c. Son capaces de profundizar la fe por medio de experiencias de la vida real.
Manos:
11. Demuestran fruto en el ministerio.
a. Tienen una trayectoria de predicación, enseñanza y liderazgo
que transforma a otros.
b. Se involucran en el evangelismo personal y comunitario.
c. Tienen la habilidad de desarrollar y mantener comunidades de
fe diversas y saludables.
12. Apoyan de todo corazón el ministerio de justicia y compasión.
a. Cuestionan la injusticia y la discriminación dondequiera que se encuentre.
b. Se involucran en las necesidades locales y globales de los oprimidos y los pobres.
c. Buscan intencionalmente ministrar y participar en la emancipación de los que
están en sistemas esclavizadores.
13. Son líderes-siervos.
a. Promueven el desarrollo de los demás.
b. Sirven a la iglesia local y global, demostrando competencia multicultural al ha-
cerlo.
c. Crean ambientes de ministerio saludables caracterizados por la seguridad y la
ausencia de prejuicios.
14. Empoderan a los demás para que descubran el diseño de Dios para ellos y vivan
según su plan.
a. Son fervientes defensores del liderazgo femenino.
b. Promueven las comunidades y los equipos multiculturales.
c. Ayudan activamente a otros a descubrir su excelencia.
15. Lideran con creatividad y visión.
a. Siguen las mejores prácticas para lograr un ministerio relevante en el contexto y
la cultura.
b. Proponen alternativas y con éxito lideran a otros hacia resultados más creativos
y efectivos.
16 El Pastor Metodista Libre
c. Comunican la visión de manera convincente y desarrollan planes estratégicos
para alcanzarla.
Estos requisitos han sido desarrollados de manera cuidadosa, colaborativa e intencional
para la ordenación de presbíteros. El cumplimiento de estos requisitos capacitará a los
futuros ministros ordenados para que logren ministerios saludables, efectivos, equili-
brados y perdurables. Esto es provechoso para el futuro del ministro, su familia, iglesia
y la denominación.

PROCESO DE ORDENACIÓN
La ordenación es el proceso para afirmar el llamado, equi-
par y transformar a los líderes que servirán para los pro-
pósitos de Dios en la próxima generación. La ordenación
basada en resultados desarrolla los 15 atributos del perfil
del pastor Metodista Libre que se alinean con el ministe-
rio saludable, efectivo y a largo plazo en la IML. Todo el
proceso de ordenación sirve para que el líder forme 15 atri-
butos en: “Corazón”, “Cabeza” y “Manos”. Este proceso le
ayudará a servir mejor a Dios y la iglesia. Este proceso de
ordenación termina en una ceremonia pública donde la iglesia reconoce y confirma el
llamado personal de Dios sobre hombres y mujeres al ministerio ordenado. Las funcio-
nes ministeriales son dirigir la iglesia para cumplir con el gran mandamiento y la gran
comisión. Además, de pastorear la iglesia, administrar los sacramentos de Bautismo, la
Cena del Señor, solemnizar matrimonios, entre otros.
¿Por qué debe realizarse el proceso de ordenación?
Muchos de nosotros alguna vez nos hemos hecho esta misma pregunta: ¿por qué debe
realizarse el proceso de ordenación? Para responder a esta pregunta creemos que hay
varias razones por las cuales un líder, llamado por Dios, debe ser ordenado. La primera
razón es que la ordenación es un acto de autenticación. Es decir, es un acto donde la
iglesia confirma el llamado de Dios a la persona que aspira al ministerio pastoral. La
segunda razón es que la ordenación es un acto de autorización. Es decir, por medio del
proceso de ordenación se autoriza a que el candidato realice diferentes laborales minis-
teriales que como laico no puede desempeñar. Y la tercera razón es que la ordenación
es un acto de confirmación. En otras palabras, el proceso de ordenación le permite a la
iglesia confirmar el llamado personal de Dios en su vida. Al igual que la ordenación es
un proceso de capacitación que le ayuda al candidato a identificar, desarrollar y ejerci-
tar los dones y habilidades. Ya sabemos por qué debemos ser ordenados, ahora veamos
cómo es el proceso.
¿Cómo es el proceso de la ordenación?
El pastor Metodista Libre ha pasado por un proceso de ordenación basado en 15 atri-
butos: “Corazón”, “Cabeza” y “Manos”. Estos atributos son evaluados y desarrollados
durante el proceso de ordenación. En el proceso de ordenación hay cuatro pasos para
ser un ministro ordenado en la Iglesia Metodista Libre:
El Pastor Metodista Libre 17
1. El líder es una persona reconocida por la Iglesia como poseedora del llamado de
Dios al ministerio pastoral. Este líder es llamado como un candidato ministerial
local (CML).
2. Luego, el líder es aceptado como un candidato ministerial conferencial (CMC) por
la Conferencia Anual.
3. Ahora el líder es candidato ministerial conferencial, mediante la recomendación de
la Junta de Preparación y Consejo Ministerial. Así que lo recibimos como miem-
bro de la Conferencia Anual y elegido a la ordenación de presbítero.
4. En la ordenación como presbítero completamos el proceso. Aquí el líder de la ig-
lesia es ordenado y avalado como presbítero y facultado para ejercer el ministerio
(Libro de Disciplina, 2015, pág. 120).
Bueno, aquí está el resumen del proceso de ordenación. Ahora, desarrollaremos más
detalladamente dicho proceso:
Etapa uno: Discernimiento
En esta etapa nuestro enfoque principal es discernir el corazón del
líder. Aquí lo que deseamos explorar es el llamado personal del
líder, su identidad, vocación, y su compromiso con la misión de
Cristo. Además abordamos preguntas profundas de la vida: sus de-
bilidades y fortalezas. Esperamos que las personas tengan patrones de
vida saludables en lo personal, familiar, social y ministerial.
Sin embargo, los líderes no deben preocuparse si tienen alguna falla, lo que buscamos
es ayudarles a crecer y a entender quiénes son y cómo los ha dotado Dios para el ser-
vicio. Explorar estos patrones en los líderes nos ayuda a identificar las áreas que debe
trabajar con la ayuda de un mentor. El mentor puede ser el pastor local o un formador.
Todo este proceso ocurre de manera amigable, fiable y en un entorno informal. La Junta
de PCM solo se involucra al final de esta etapa, antes solo desempeña un papel externo.
Aquí los pastores o pastoras o formadores identificamos a un candidato potencial y ha-
blamos con él sobre un posible llamado a la vocación ministerial. Además, puede darse
que un líder exprese su llamado a ser ministro ordenado. Así que, juntos, el posible
candidato y el pastor local, identifican a una persona apropiada para que acompañe al
candidato potencial durante este proceso de discernimiento. Esta persona se convier-
te en su mentor. El mentor se reunirá una vez al mes con el candidato, con el fin de
brindarle su apoyo y dirección. El candidato potencial necesitará a alguien que pueda
dedicarle tiempo y abrirle puertas para adquirir experiencia en el ministerio.
Cuando el Candidato Ministerial Local ha cumplido adecuadamente las metas del plan
de formación y el mentor cree que el candidato está listo para avanzar en el proceso,
el mentor, en representación del CML, presenta al coordinador de la Junta de PCM una
solicitud de entrevista de evaluación para la ordenación.
18 El Pastor Metodista Libre
Etapa dos: Formación
Nuestro principal enfoque en esta etapa es asistir al candidato para que adquiera el
conocimiento (cabeza) y las habilidades prácticas (manos). Lo que
deseamos es capacitarlo en lo que necesitará para el ministerio sa-
ludable y efectivo.

Los candidatos debemos prepararnos para el ministerio con una


educación sólida. Así que tenemos en mente que todos los candida-
tos al presbiterado en Latinoamérica tengan, por lo menos, un título
de secundaria y que completen los 19 cursos de Formación Pastoral de
la IML Latinoamérica. Los candidatos pueden tomar los 19 cursos como parte de un
grupo de formación de la Plantación de Iglesias Comunitarias, con un grupo de estudio
con su pastor o un curso intensivo ofrecido por el distrito, o en un instituto o seminario.
Una parte fundamental del plan será completar bajo la instrucción de un formador o
en un seminario o instituto local, los 16 cursos que restan del currículo de Formación
Pastoral. Los 16 cursos son:
• Multiplicación de Discípulos, Grupos e Iglesias I
• Multiplicación de Discípulos, Grupos e Iglesias II
• Panorama del Antiguo Testamento
• Métodos de Estudio Bíblico
• Panorama del Nuevo Testamento
• Teología de la Misión y Misiología
• Liderazgo y Formación de Líderes
• Interpretación Bíblica
• Predicación para la Transformación
• Cuidado y Consejería Pastoral
• Teología I
• Teología II
• Teología Wesleyana
• Historia y Expansión de la Iglesia I
• Historia y Expansión de la Iglesia II
• Historia y Teología de la Iglesia Latinoamericana
Los candidatos que han estudiado previamente en alguna institución no Metodista Li-
bre podrán presentar sus certificados y la Junta de PCM tomará la decisión en virtud
de los contenidos y los énfasis de cuáles cursos homologa y cuáles no. Sin embargo, el
plan no consta solo de los cursos de Formación Pastoral sino que también se toma en
cuenta la mentoría y su experiencia ministerial.
Los candidatos avanzarán en esta etapa formación a ritmos diferentes dependiendo de
factores como su madurez, experiencia en el ministerio, trasfondo educativo y circuns-
tancias de vida. Es posible que los candidatos bi-ocupacionales avancen a un ritmo
diferente que aquellos que trabajan de tiempo completo en un puesto ministerial remu-
nerado. Las personas que tienen hijos pequeños pueden decidir avanzar más despacio
para poder mantener un equilibrio saludable en su vida.
El Pastor Metodista Libre 19
Cuando un candidato ha completado las categorías en el plan de formación, su mentor
pedirá a la Junta de PCM una entrevista para la ordenación.
Entrevista para la ordenación
El propósito de esta entrevista es evaluar si el candidato está listo para ser ordenado.
Esta entrevista la deberá realizar la Junta de PCM. Luego de esta entrevista la Junta
puede determinar cuál es el camino mejor camino a seguir:
• Expedir las recomendaciones para que el director de área misionera tome en cuenta
al candidato para la ordenación como presbítero.
• Revisar el plan de formación del candidato para abordar áreas adicionales no inclu-
idas previamente.
• Sugerir que el candidato siga siendo CMC por un tiempo más para que se enfoque
en áreas del presente plan de formación que no fueron suficientemente abordadas.
Etapa tres: Comisión
Los presbíteros ordenados comúnmente serán asignados como pas-
tores o pastoras en iglesias locales. Sin embargo, pueden ser comi-
sionados para una variedad de oficios más allá de la iglesia local.
Los presbíteros pueden ser asignados al servicio denominacional
en roles como directores de distrito o superintendentes, plantado-
res de iglesias, formadores en proyectos de Plantación de Iglesias
Comunitarias (PIC), profesores en institutos o seminarios, misioneros
y/o personal del distrito o conferencia. La comisión a una de estas actividades no im-
plica necesariamente un empleo remunerado; esto dependerá en gran medida de las
condiciones económicas de las iglesias locales y el distrito o conferencia.
Etapa cuatro: Formación continua
Los pastores o pastoras ordenados nunca debemos dejar de aprender. En todo tiempo
debemos actualizarnos. Así que el trabajo de la Junta de PCM no termina cuando los
candidatos son ordenados. De modo que todos los ministros ordenados que ellos super-
visan, todos los años, cada uno de los presbíteros deberán subir un plan de formación
continua a su portafolio. Esta herramienta permite que la Junta sepa cómo los ministros
ordenados continúan desarrollando sus corazones, cabezas y manos para el servicio
saludable, efectivo y a largo plazo. El primero de estos planes
de formación continua deberá ser subido en un plazo de un mes
a partir de la decisión de la Junta de otorgar la ordenación y de-
berá incluir el informe dado durante la entrevista final para las
credenciales.
La presentación de este plan como un elemento necesario para ser un ministro en la
conferencia ayuda a promover una cultura de formación continua. Este requisito no
debe sorprender a los ministros puesto que muchas profesiones requieren la educación
continua para mantener la licencia o certificado. Los contadores, médicos, abogados,
enfermeros, entre otros, mantienen créditos de educación continua como manera de
asegurar su crecimiento constante. Los ministros no deberían esperar nada menos de
ellos mismos en esta área; las Juntas pueden apoyarlos en el cumplimiento de esta ex-
pectativa de aprendizaje de por vida.
20 El Pastor Metodista Libre
EL MINISTERIO BI-OCUPACIONAL
Creemos que el ministerio bi-ocupacional es una herramienta que ofrece múltiples be-
neficios a los ministros que la practican. El ministerio bi-ocupacional como su nombre
nos indica hace referencia en distribuir el tiempo en dos ocupaciones: la iglesia y en el
trabajo. La Biblia da un claro ejemplo de este tipo de ministerio:
Después de esto, Pablo se marchó de Atenas y se fue a Corinto. Allí se encontró con
un judío llamado Aquila, natural del Ponto, y con su esposa Priscila. Hacía poco
habían llegado de Italia, porque Claudio había mandado que todos los judíos fueran
expulsados de Roma. Pablo fue a verlos y, como hacía tiendas de campaña al igual
que ellos, se quedó para que trabajaran juntos.
Hch. 18:1-3 
Observemos como Pablo usó sus dones y talentos para integrarse a la vida social y cul-
tural de la comunidad de Corinto. Esta labor le ayudó como estrategia de entrada a la
comunidad de Corinto. Pablo al servir allí a través de su labor detectó las necesidades
físicas, emocionales y espirituales de la comunidad (Hch. 18:4). Además, le sirvió para
sostenerse mientras levantaba la iglesia de Corinto. Observe que Pablo inició bi-ocupa-
cionalmente pero que luego se dedicó de tiempo completo al ministerio de la predica-
ción (Hch. 18:5). De esta manera, podemos observar que el ministerio bi-ocupacional,
tiene muchas ventajas para el ministro ordenado.
En pocas palabras el ministerio bi-ocupacional nos ofrece las siguientes ventajas: 1)
nos ayuda a observar y ser conscientes de las necesidades físicas, emocionales y es-
pirituales que muchas veces no se logran observar o se invisibilizan desde adentro
de la iglesia. 2) En algunos lugares nos sirve como estrategia de entrada para generar
contactos en el sector. Al relacionarnos con los nuevos contactos, nos damos a cono-
cer y creamos un lazo de confianza dentro de la comunidad. Luego, las personas de la
comunidad nos ven como personas íntegras y normales que conocen los problemas y
situaciones de su contexto. Al relacionarnos con ellos de manera intencional pueden ser
más abiertos a contarnos sus problemas y dificultades y pedirnos un consejo, una pala-
bra de aliento u oración en las dificultades. 3) El ministerio bi-ocupacional nos ofrece
la oportunidad de poder sostenernos en caso de estar plantando la iglesia o si la iglesia
no tiene suficientes recursos económicos para sostener al ministro.

Aunque creemos que es bíblico que la iglesia ponga aparte a ciertas personas para
tareas especiales de liderazgo no prohibimos la posibilidad de que la persona siga ejer-
ciendo otras funciones extra ministeriales hasta que Dios le indique lo contrario y lo
llame a su servicio a tiempo completo.

UN MINISTERIO LOCAL, REGIONAL,


NACIONAL Y GLOBAL
Las iglesias locales en la IML no deben verse como islas sino como parte de un todo,
parte de una iglesia más grande a nivel regional, nacional y global. Una iglesia de mis-
ión global por medio de plantación de iglesias. Observemos porqué debemos vernos
así:
El Pastor Metodista Libre 21
Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis
testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la
tierra.
Hch 1:8
La misión de Dios inicia a nivel local en Jerusalén, luego se extiende a toda Judea y
Samaria y llega hasta lo último de la tierra. Sin embargo, vemos en el libro de Hechos
que aunque se extiende, siempre hay una relación entre la iglesia local, regional, nacio-
nal y global (Hch. 15:1-4). Existe un grado íntimo e interdependencia entre lo local y
lo global. Por tal motivo, el ministerio pastoral debe ser comprendido como un “todo”
orgánico, dinámico y articulado que actúa de manera coordinada conforme a la misión
de Dios.
De ahí que, el ministro ordenado que desempeñe las labores pertinentes de su cargo o
los candidatos que estén en proceso de ordenación, deben buscar desarrollarse en es-
tas cuatro dimensiones: local, regional, nacional y global. La muestra clara de que los
ministros ordenados caminan hacia esa dirección es que lideran el ministerio que Dios
les ha entregado con acciones y metas que se suman a la visión de la iglesia. La visión
de la IML en Latinoamérica es impulsar y sostener un movimiento bíblico que alcance
Latinoamérica para Cristo. Esto se realizará por medio de desarrollar y empoderar lí-
deres, y plantar iglesias.
Mirar el ministerio de esta manera conlleva implicaciones de orden de formación in-
tegral (cabeza, corazón manos) del ministro, ya que la cosmovisión del candidato que
camina hacia la ordenación debe ajustarse a la visión global y no solo a una visión
local. Aunque su prioridad es ser buen mayordomo de la obra que se le ha entregado,
su visión integral y global debe responder a los diversos factores que afectan la obra de
Dios y la misión de Dios.

EL PLAN DE FORMACIÓN DEL CANDIDATO


El plan de formación del candidato ministerial local es muy importante porque le
ayudará al candidato a desarrollar y fortalecer las áreas del corazón, cabeza y manos.
Por esa razón, el plan de formación es clave durante y después del proceso como min-
istro ordenado. El plan de formación le sirve al candidato continuamente a observar y
reflexionar sobre las habilidades que necesita desarrollar o fortalecer en cada área para
ejercer de una manera saludable el liderazgo de la iglesia. En conformidad con la etapa
de discernimiento, que se centra en el “Corazón”, el mentor y el candidato ministerial
local armarán un plan de formación para lograr fortalecer los cinco atributos del “Cora-
zón”. Observemos estos cinco atributos del área del “Corazón” que debemos tener,
desarrollar o fortalecer a lo largo de toda nuestra vida ministerial.
A continuación mostramos un ejemplo del plan de formación para CML. Aquí inicia-
mos desarrollando el módulo de Formación Espiritual de IML y nos enfocamos en el
desarrollo del corazón:
22 El Pastor Metodista Libre
1. Se caracterizan por su madurez espiritual y una fuerte convicción de
llamado al ministerio.
a. Demuestran una vida moldeada por los medios de gracia.
b. Basan su identidad y llamado firmemente en Cristo.
c. Son ejemplos de una vida de santidad guiada por el Espíritu.

• Plan: haga una evaluación de sus debilidades y fortalezas de su vida


espiritual. Ahora haga un plan de mejoramiento en las disciplinas espir-
ituales. Ejemplo, nunca estudio la Biblia. Mi plan de mejoramiento es
crear un hábito de estudio. Así que cada sábado de 8 a.m. a 10 a.m. estudiaré
un pasaje del evangelio de Marcos. Leeré el pasaje, luego lo interpretaré con el
método inductivo: observar, interpretar y aplicar. Después leeré dos comentar-
ios acerca del pasaje. Y finalizaré escribiendo lo más importante del pasaje y
cómo ha hablado a mi vida, para luego terminar con 10 minutos de oración por
lo que Dios me ha enseñado.
2. Demuestran un alto nivel de conciencia de sí mismos.
a. Entienden y expresan sus fortalezas y debilidades.
b. Forman equipos para tener respaldo en áreas que no son su especialidad.
c. Saben que su estilo de liderazgo y comunicación pueden impactar a los demás de
manera positiva, pero también negativa.

• Plan: evalúe y reflexione cuáles son las fortalezas y debilidades en su ministerio


con el mentor. Luego realice un plan para identificar el tipo de persona con la que
debería trabajar para complementar sus fortalezas. Y cómo va a incluirlas en el
ministerio y que harán. Ejemplo: no sé cantar, no toco un instrumento, necesito
un hermano que tenga el don de cantar y tocar para que me acompañe en el min-
isterio. O necesito una persona que sea más abierta y tenga el don de evangelizar.
3. Viven una vida bien equilibrada que puede sobrellevar las demandas del ministerio.
a. Atienden adecuadamente sus necesidades físicas, emocionales y mentales.
b. Programan, con regularidad, tiempo para entretenimiento y recreación.
c. Viven vidas sencillas, libres de adicciones y compulsiones

• Plan: evalúe y reflexione cómo está su estilo de vida. Ejemplo: no hago ejerci-
cio porque el ministerio y familia no me deja tiempo. El plan de formación sería
sacar media hora, por lo menos cuatro veces a la semana en la mañana para
caminar o hacer deporte. O tal vez está tan ocupado que no dedica tiempo para
descansar o recrearse. Entonces, el plan sería cada mes delegar la enseñanza a
un líder preparado de la iglesia y viajar con la familia a un parque ecológico, un
parque de diversiones, finca, o pueblo para recrearnos. El plan lo debe compar-
tir con el mentor y le rendirá cuentas de la ejecución del plan.
4. Su vida se caracteriza por el amor hacia los demás.
a. Dan prioridad a su cónyuge e hijos (si los tiene).
b. Desarrollan y mantienen relaciones sanas y cercanas con ersonas dentro y fuera
de la iglesia
c. Cultivan
relaciones de confesión y rendición de cuentas.
El Pastor Metodista Libre 23
• Plan: evalúe y reflexione el tiempo con su cónyuge e hijos. Ejemplo: no com-
parto tiempo con mis hijas. Entonces el plan sería prepararles el desayuno a
mis hijas dos veces por mes y quedarme en casa por lo menos tres noches por
semana para dialogar con ellas y estrechar relaciones.
Por otro lado, no tengo una persona a la cual rendirle cuentas. Sin embargo,
deseo fortalecer mi relación de rendir cuentas. Así el plan es seguir reunién-
dome con él, una vez por semana para confesar mis pecados y rendir de cuentas
a mi mentor.
5. Son ejemplos de humildad.
a. Permanecen dispuestos a aprender y aceptan la corrección.
b. No mantienen una actitud defensiva hacia los líderes, seguidores y compañeros.
c. Buscan con entusiasmo la perspectiva de otros.
• Plan: pida una evaluación completa del trabajo en la iglesia; evalúela y reflex-
ione en los puntos que debe mejorar y realice un plan para mejorar. Continúe
trabajando con su mentor para disminuir las reacciones negativas en el minis-
terio. Recuerde que el mentor está para apoyarlo y ayudarlo a mejorar cada día.
Así que preséntele el plan de trabajo en el área del corazón y ríndale cuentas.
La belleza de crear un plan de formación en las tres áreas de “Corazón”, “Cabe-
za” y “Manos” es que nos ayuda a ser conscientes de estar evaluándonos y
nos ayuda a crecer cada día de manera integral. Además al rendir cuentas al
mentor adquirimos un compromiso para no descuidar el plan de formación,
sino que nos ayuda a enfocarnos en lo que deseamos y necesitamos desarrollar
o fortalecer para ejercer el ministerio de forma saludable. Así que sea creativo,
práctico y comprométase con el plan de formación.

PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

¿De qué manera el Señor le ha llamado al ministerio?

¿Qué atributos del perfil del pastor Metodista necesitas desarrollar y cómo lo hará?

¿Cuál es la razón por la que deseas ser ordenado como presbítero?

¿Cómo podría hacer el ministerio de forma bi-ocupacional?

¿Cómo va hacer para que su ministerio este entrelazado entre


global, nacional y regional?
El pastor Metodista
2 Libre: su llamado y su
oficio

Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a analizar y comprender el llamado y oficio al mi-
nisterio pastoral entendido desde la Biblia, la historia y las realidades
contemporáneas.

Resultados de la lección
Al concluir esta lección el estudiante:
• Comprenderá el ministerio pastoral en la Biblia y en la historia.
• Identificará los buenos y malos ejemplos en el ministerio pastoral.
• Identificará si tiene llamado al ministerio.
• Tomará conciencia de su llamado y ética pastoral.

Contenido
• Introducción
• El ministerio pastoral en la Biblia
• El ministerio pastoral en la historia de la iglesia
• El llamado al ministerio pastoral
• La ética pastoral
• Preguntas de reflexión
26 El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio
INTRODUCCIÓN
L os ministros Metodistas Libres podrán desempeñar su tarea bajo la asignación
como pastores o pastoras de una congregación determinada. Sin embargo, deben
estar dispuestos a ser movidos en alguna otra asignación. En cualquier caso, ellos son
llamados a proporcionar un liderazgo lleno del Espíritu Santo en la iglesia para cumplir
con el Gran Mandamiento y la Gran Comisión.
Los ministros Metodistas Libres bajo asignación como pastores o pastoras
de iglesias son llamados a ser líderes del pueblo de Dios. El liderazgo
requiere visión, decisión, llevar a las personas a la acción y aprender a
vivir en medio de las dificultades y los retos que los cambios traen.
Sin embargo, el liderazgo pastoral está arraigado en un profun-
do amor a Cristo y compasión por las necesidades humanas. Los
recursos de Dios son abundantes y a disposición de todos los que
abrazan esta tarea en una obediencia decidida y radical.
La responsabilidad y privilegio del ministerio pastoral ha resultado en
el desarrollo del estudio pastoral dentro del amplio marco de la teología práctica. Tam-
bién ha producido un largo desfile de individuos que han llenado las páginas de la
historia de la iglesia en respuesta al llamado de Dios a ser fieles pastores o pastoras,
ministros de la verdad. Tristemente, las tradiciones, han torcido y disfrazado mucho lo
que es el ministerio pastoral. La falta de estudio de la Biblia de forma correcta ha hecho
que muchos tengan una visión distorsionada de lo que es el ministerio.

EL MINISTERIO PASTORAL EN LA BIBLIA


La Escritura revela ampliamente por medio del Antiguo y Nuevo Testamento el mi-
nisterio pastoral como una realidad visible. La idea del pastor proviene de la cultura
pastoral de Israel. El pueblo de Israel fue ganadero, era un pueblo comprometido en
criar y cuidar sus ovejas. Eran expertos en el proceso de la crianza y mantenimiento de
estos animales. Ellos atendían las necesidades físicas de alimento, agua y arreglaban
los huesos rotos de las ovejas. Además, ponían los rebaños a salvo en los corrales,
sin embargo, cuando estaban afuera llegaban a protegerlas con su propia vida cuando
veían que alguna fiera pretendía devorarlas. De igual manera, aplicaban la corrección
y las guiaban a través de la vara y el cayado. Esta realidad del cuidado pastoral prove-
yó un ejemplo perfecto para el cuidado del pueblo de Dios. Observemos el ministerio
pastoral en el Antiguo Testamento.
Ministerio pastoral en el Antiguo Testamento
En el Antiguo Testamento los pueblos estaban organizados por clanes o tribus, cada
clan tenía un “padre” o jefe como cabeza del clan que funcionaba como protector y
preservador de la tribu. De igual manera, la idea del pastor está asociada con la cultura
del jefe como protector y preservador del clan.
En la historia de Israel encontramos que cuando Moisés huyó de Egipto, se dedicó a
pastorear las ovejas de su suegro Jetro (Ex. 3:1). Moisés después de aprender bien el
oficio de pastorear ovejas y tener el encuentro con Dios en la zarza ardiente fue enviado
El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio 27
para liderar a Israel y sacarlo de la esclavitud (Ex. 3:16). Dios condujo a los israelitas,
como sus ovejas por mano de Moisés (Sal. 77:20). De la misma forma ocurrió con Da-
vid siendo muy joven pastoreó las ovejas de su padre (1S. 16:11, 17:34). Después de
aprender bien el oficio fue ungido como rey (1Sm. 16:13). En los dos casos el oficio de
pastor les ayudó y los capacitó para el oficio de pastorear o liderar al pueblo.
Sin embargo, hubo otros reyes que hicieron mal el trabajo de pastorear o liderar al pue-
blo (Ez. 34:2-10). El pueblo se descarrió porque los pastores hicieron mal el trabajo de
liderar a la nación. El rey como pastor estaba en la obligación de guiar al pueblo por
los estatutos de Dios, era obligación del rey tener una copia de la Ley para meditar y
aprender a temer a Dios (Dt. 17:18-20). Bajo este temor, el rey debía guiar con sabi-
duría y entendimiento al pueblo de Dios. A medida que este proceso ocurría, el pastor
mostraba el carácter de Dios en su labor al practicar el amor, el cuidado, el consejo, la
autoridad, la compasión, la fidelidad y la advertencia. Pero los reyes abandonaron la
Ley, fueron idólatras y oprimieron al pueblo. De ahí que Dios promete un pastor que
reúna a su pueblo esparcido y los pastoree (Ez. 34:23).
El ministerio pastoral en el Nuevo Testamento
En el Nuevo Testamento encontramos la promesa de Dios al pue-
blo de Israel hecha realidad; vino el buen pastor que conoce y da
la vida por sus ovejas (Jn. 10:1-18). Al comparar el Salmo 23
con la persona de Jesús observamos claramente que él era el
pastor del cual el salmista hablaba. Jesús, el pastor de pastores
mostró el camino que se debía seguir (1P. 2:21). En diferentes
ocasiones alimentó a las personas (Mt. 6:1-14), las sanó (Mr. 1:30-
31), consoló a los que sufrían (Jn. 11:25-26; Lc. 7:13). Además, prometió estar con
nosotros siempre (Mt. 28:20).
Este mismo pastor llamó y encargó a un pecador para que pastoreará sus ovejas (Jn.
21:15-17). Así, Pedro actuó como buen pastor al observar la persecución de Nerón a
los cristianos y las diferentes dificultades de los dispersos en Asia. Pedro impulsado
por el Espíritu Santo llamó a hombres y mujeres a pastorear la grey (1P. 5:1-4). Este
llamado es vigente hoy. Así es como el Nuevo Testamento hace más explícita la labor
del ministerio pastoral.
En el Nuevo Testamento encontramos por lo menos cinco términos con los cuales se
hacen referencia al liderazgo de la iglesia local o regional. Lo que hoy le llamamos
“pastor” tiene sus raíces en y debe incluir partes de todos estos conceptos:
• Anciano (presbíteros). Hace referencia a la administración y dirección espiritual
de la iglesia (Hch. 15:6; 1Ti. 5:17; Stg. 5:14). 
• Obispo o supervisor. Enfatiza la guía, el cuidado y el liderazgo en la iglesia (Hch.
20:28; Fil. 1:1; 1Ti. 3:2-5; Tit. 1:7).
• Apóstol, evangelista y profeta. Se enfocan en la misión de Dios en el mundo. Lla-
man la iglesia a cumplir el gran mandamiento (Mr. 12:28-31) y la Gran comisión
(Mt. 28:18-20). Movilizan la iglesia hacia afuera para avanzar en la causa de Cristo.
(Hch. 14:14; Ro. 1:5, 16:7; 1Co. 12:28; Ef. 4:11-12).
28 El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio
• Apacentador o pastor. El término denota liderazgo y autoridad (Hch. 20:28-31; Ef.
4:11), a la vez que proporciona guía y provisión (1P. 2:25, 5:2-3).
• Predicador o maestro. Apunta hacia una proclamación bíblica del evangelio y a la
enseñanza del rebaño (Ro. 10:14; 1Ti. 2:7; 2Ti. 1:11). Es alguien responsable de la
instrucción y exposición de la Escritura, cuya enseñanza es instructiva (1Ti. 2:7) y
correctiva (1Co. 12:28-29).
En todos estos roles u oficios, la idea no es ocupar un puesto sino liderar, equipar, y
movilizar a todo el cuerpo de Cristo.
Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y
a otros, pastores y maestros, a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de
servicio, para edificar el cuerpo de Cristo.
Ef. 4:11-12
Los términos “anciano y obispo” eran sinónimos, no fue sino hasta el surgimiento de
la sucesión apostólica en el siglo II que los obispos tomaron el lugar de los apóstoles.
Sin embargo, la Escritura deja en claro que los sinónimos que describen estos títulos
se relacionan con el mismo oficio pastoral. Hay que notar que tanto los líderes como
los feligreses son una comunidad de necesitados en donde no hay preferencia por parte
del Señor. Al contrario, en el cuerpo de Cristo todos son iguales y pueden ejercer los
mismos oficios en el servicio a Dios según sus dones (1Co. 12:28-31). Hay que resal-
tar que una iglesia saludable necesita de los dones del apóstol, profeta, y evangelista,
no solo de los dones del pastor-maestro (Ef. 4:11). Estos ministerios son esenciales
para cumplir la misión de Dios y mantener una iglesia saludable que se extiende en la
misión de Dios. Así que Dios va a tener líderes, pastores y pastoras con estos 3 dones.
Las responsabilidades y carácter del ministerio pastoral mostradas tanto en el Antiguo
como en el Nuevo Testamento fueron evidentes en la iglesia del primer siglo y ha sido
hasta la actualidad la manera en que Dios sigue llamando a hombre y mujeres para que
lideren de manera sana y equilibrada a su iglesia a través de los ministerios del apóstol,
profeta, evangelista y pastor-maestro.

EL MINISTERIO PASTORAL EN LA HISTORIA


DE LA IGLESIA
A lo largo de la historia de la iglesia podemos observar claramente el ministerio pastoral
en cada época. La idea es mostrar cómo se ha desarrollado y evolucionado el ministerio
pastoral en la historia con el fin de aprender de los buenos modelos y evitar los malos.
La historia de la iglesia la dividiremos en cuatro etapas para hacerla más fácil y clara.
La iglesia primitiva cristiana (100-476 d.C.)
El libro de los Hechos muestra, entre otras cosas, la sencillez y espontaneidad que ca-
racterizaba a la iglesia del primer siglo. Con el transcurrir del tiempo, diversos factores
(económicos, políticos, sociales) hicieron que la iglesia primitiva incorporara una serie
de normas y protocolos. Esto dio como resultado una estructura compleja llena de pro-
gramas que hicieron de la iglesia una institución más que una comunidad que buscaba
El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio 29
el bienestar de sus integrantes. Sin duda alguna, la sencillez y la espontaneidad que
caracterizaba a la iglesia primitiva habían desaparecido.
Muestra de ello es la iglesia del siglo II, la cual desarrolló una estructura organizacional
donde se llegó a catalogar al obispo como el sucesor del apóstol. Esta decisión preva-
leció alrededor de dos siglos más. Sumado a esto, se desarrolló el triple ministerio de
obispos, ancianos y diáconos el cual representaba una seria separación de la sencillez
del ministerio del Nuevo Testamento. Con una marcada posición en contra de esto,
Policarpo de Esmirna, un padre de la Iglesia y obispo escribió:
Los presbíteros también deben ser compasivos, misericordiosos para con los hom-
bres, haciendo volver a las ovejas que se han desviado, visitando a todos los en-
fermos, sin descuidar a las viudas, a los huérfanos o a los pobres; sino proveyendo
siempre para aquello que es honorable ante Dios y los hombres… Por tanto sirva-
mos con temor y toda reverencia, como Él mismo lo mandó y como los apóstoles
que nos predicaron el evangelio, y como los profetas que proclamaron de antema-
no la venida del Señor (Policarpo, 1926, pág. 179).
En este mismo sentido, Clemente de Alejandría (155-220 d.C.) escribió: “los ministros
son aquellos que son escogidos para servir al Señor, que moderan sus pasiones, que
obedecen a sus superiores y que enseñan y se preocupan por las ovejas como pastores”
(MacArthur, 2009, pág. 45).
En el tiempo de Juan Crisóstomo (347-407 d.C.) la vida pastoral se caracterizaba por
el celibato. Aunque algunos tenían en sus casas “hermanas espi-
rituales”, otros, vivían una vida de desenfreno económico y la
tarea pastoral era descuidada. Bajo estas circunstancias y con el
propósito de que la audiencia de su tiempo comprendiera lo que
significaba el ministerio pastoral en la iglesia del primer siglo,
Juan Crisóstomo buscó reformar el ministerio pastoral denun-
ciando y confrontando directamente estas realidades. Su manera
de hacerlo fue a través de comentarios a las Epístolas Pastorales
de Pablo. Estos comentarios fueron tratados, sermones y cartas
personales. Además Juan Crisóstomo los confrontaba con su propia vida, un testimo-
nio público integral. Estos escritos y su testimonio de vida buscaban explicar cuáles
eran las funciones y el rol de los pastores a la vez que exhortaba a tener un comporta-
miento coherente al llamamiento que practicaban.
Otro personaje que nos permite observar el ministerio pastoral en ese tiempo es Agus-
tín de Hipona (354-430 d.C.). Agustín después de terminar sus estudios de teología
consagró su vida al ministerio. Luego de su ordenación por medio de un escrito se
dirigió a su superior de la siguiente manera:
Primero y ante todo, ruego a su sabia santidad que considere que no hay nada en esta
vida, y sobre todo en nuestro tiempo, más fácil, agradable y aceptable para el hombre
como el oficio de obispo, sacerdote o diácono, si sus responsabilidades son realizadas
de un modo mecánico o servil; pero nada más indigno, deplorable y merecedor de
castigo ante los ojos de Dios. Por otro lado, que no hay nada en esta vida, y espe-
cialmente en nuestros días, más difícil, agotador y peligroso que el oficio de obispo,
sacerdote o diácono, cuando se realiza conforme a las órdenes de nuestro Capitán,
pero nada más bendecido a los ojos de Dios (MacArthur, 2009, pág. 46).
30 El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio
A través de este escrito, Agustín de Hipona expresa claramente
las dos realidades a las cuales se enfrentan los candidatos o mi-
nistros ordenados al mismo tiempo que explica los peligros en
que se incurre al realizar esta labor de manera inconsciente e
indigna.
En resumidas cuentas, estas personas con corazón verdadera-
mente pastoral fueron pilares que se valieron de diferentes re-
cursos para corregir las cosmovisiones erradas acerca del oficio
pastoral.
El periodo medieval (476-1500 d.C.)
Este período de la iglesia es catalogado también, como “la era de las tinieblas”. La
estructura de la iglesia estaba enfocada en la autoridad y el celibato de los sacerdotes.
Por tal motivo, muchos líderes escogieron la vida monástica y decidieron retirarse al
desierto como una vía de escape a la mundanidad de los sacerdotes que se vivía en esa
época.
En este contexto fue que surgió el papado de Gregorio el Grande y aunque se carac-
terizó por corrupción y política, al cumplir realmente con sus funciones como obispo
influyó de manera positiva en el ministerio pastoral del clero. Gregorio se ocupó de la
vida de la iglesia, para él la predicación era de gran importancia. De ahí que, dedicó
buena parte de sus esfuerzos a predicar en las diversas iglesias de la ciudad, y a asegu-
rarse que la enseñanza y la predicación recibieran particular atención por parte de todos
los sacerdotes (Gozález, 2009, pág. 337).
Por su parte, Juan Huss y Wycliffe mantuvieron una postura similar al defender la pre-
dicación bíblica y el ministerio bíblico, además, por una iglesia y ministerio puro para
el Señor. Esto a pesar de que la edad media fue una “era de tinieblas” para la iglesia
debido a la institucionalidad y corrupción con la que coexistía la iglesia. Sin embargo,
se levantaron muchas sus voces para redescubrir el verdadero ministerio pastoral.
El período de la reforma (1500-1648)
El enfoque de la reforma se centró en reformar la iglesia existente conforme a los prin-
cipios bíblicos. Lutero expresó que solo las Escrituras tenían autoridad y no el papado.
Además, expresó que la salvación no era por comprar indulgencias o por hacer buenas
obras. Al contrario, descubrió que la salvación era por la fe en Cristo y por gracia. Esta
serie de eventos ayudó a enfatizar que las responsabilidades pastorales eran ineludi-
bles. Hubo un énfasis en que el ministerio de la Palabra era tanto la responsabilidad de
los pastores como la de todos los creyentes. Sin embargo, se declaró que las funciones
de los pastores incluían el ministrar la Palabra en el idioma del pueblo, administrar el
Bautismo y la Cena del Señor.
En esta misma línea siguió Juan Calvino que declaró una verdad que contiene una
gran relevancia para nuestros días: “un pastor necesita dos voces, una para reunir a las
ovejas y la otra para alejar los lobos y ladrones. La Escritura le provee los medios para
realizar ambas cosas” (MacArthur, 2009, pág. 54).
Martín Bucer (1491-1551), discípulo de Martín Lutero y maestro de Juan Calvino tuvo
un importante ministerio en el cual identificó las responsabilidades de un pastor:
El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio 31
• Un maestro diligente de las Sagradas Escrituras.
• Un administrador de los sacramentos.
• Un participante en la disciplina de la iglesia.
En resumidas cuentas estas personas con un corazón verdaderamente pastoral fueron
pilares que se valieron de diferentes recursos para corregir doctrinas y cosmovisiones
erradas acerca del oficio pastoral. Muchos fueron los que pagaron el precio por defen-
der y sostener estas verdades. Sin lugar a dudas la época de la Reforma redirigió a la
iglesia sobre una estructura bíblica y el sano desenvolvimiento del ministerio pastoral.
El período moderno (1649-presente)
El periodo moderno también se caracteriza por sus buenos y malos modelos. Sin em-
bargo, muchos hombres buscando en el ministerio bíblico de los reformadores siguie-
ron esa línea de pensamiento. Al igual que en los periodos anteriores, muchas son las
corrientes filosóficas y cosmovisiones malsanas a las que la iglesia y los pastores han
tenido que enfrentarse. Por mencionar algunas, la época de los dogmas o cosmovisio-
nes religiosas que llevó a violentas guerras. En ese periodo de la historia las personas
defendían sus creencias religiosas hasta con su vida. No aceptaban que alguien pensara
diferente y cuestionara las creencias religiosas en las que habían sido enseñados. En
este contexto se levantó Juan Wesley para decir “piense y deje pensar”. Él distinguió
entre doctrinas esenciales y las opiniones. Ciertas doctrinas son indispensables para la
fe y las otras son misterios que podrían ser ciertos.
Siglos más tarde otro movimiento que se levantó fue la teo-
logía de la liberación. Esta teología interpreta la Escritura
desde el lugar del pobre y oprimido, cuestiona las estructu-
ras económicas que desfavorecen al menos favorecido. Por
otro lado, se levantó la teología de la prosperidad que mez-
cló diferentes pensamientos con principios bíblicos sin te-
ner en cuenta los contextos bíblicos. Esta teología de cierta
manera acerca al pobre a Dios para que Dios le dé riqueza
porque “un hijo de Dios tiene que vivir como hijo del Rey”.
Aquí vemos que algunos pastores han levantado su voz para corregir la teología de la
prosperidad y la forma de entender el tema de las riquezas en la Biblia. En esta misma
línea surge el neo-pentecostalismo con los abusos de los dones espirituales como la
risa, danza o borrachera espiritual. Hay que decir un par de cosas sobre esto. Creemos
en los dones espirituales y que el poder de Dios obra en todo tiempo, pero que todo
tiene que hacerse en orden y respeto a Dios y las personas, sin llegar a manipulaciones
o pedirles dinero para un milagro. Además dando toda la gloria a Dios, no al hombre
(Is. 42:8).
Con la sobre exaltación de los dones y no de Dios apareció el neo-apostolado y neo-pro-
fetismo que hacen énfasis en el ungido de Dios, en el apóstol o profeta. Ellos expresan
que deben restaurar el “mover apostólico” del que disfrutó la iglesia primitiva. Ellos
hacen esquemas jerárquicos donde Jesús está en la cúspide y los nuevos apóstoles están
debajo y sobre los pastores, quienes a su vez están sobre las ovejas, o miembros. Este
movimiento de apóstoles y profetas son los recipientes de las revelaciones de Dios
para su pueblo hoy (cf. 2P. 1:16-2:5). Observando todo este contexto muchos pastores
y estudiosos de la Biblia han levantado su voz para corregir estas corrientes malsanas
dentro de la iglesia de Cristo.
32 El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio
Estas son algunas cosmovisiones o movimientos que han irrumpido en la vida de los
hombres y mujeres que Dios ha llamado para guiar el pueblo de Dios y que tratan
de corromper la esencia bíblica del ministerio pastoral. Sin embargo, los verdaderos
pastores-maestros, apóstoles, profetas y evangelistas se mantienen firmes en lo que ex-
presa la Escritura sobre los falsos maestros, y no son movidos porque aman y temen a
Dios. Además reconocen que cada uno de estos ministerios es necesario para la salud y
misión de la iglesia. Al igual, reconocen que en el cuerpo de Cristo no hay otra cabeza
sino Dios y reconocen que tanto los profetas, apóstoles, pastores-maestros, evange-
listas y creyentes son necesitados de Dios. La iglesia no se divide entre ministros y
necesitados. Allí todos son necesitados.
Por todos estos movimientos y creencias de hombres, Dios dejó a su iglesia su Palabra,
es decir la Escritura. De igual manera le expresa a los líderes de la iglesia: “Tengan
cuidado de sí mismos y de todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha puesto
como obispos para pastorear la iglesia de Dios, que él adquirió con su propia san-
gre” (Hch. 20:28). La historia nos demuestra que Él siempre cuenta con un remanente
para que guíe a su pueblo de la mejor manera posible. Hombres y mujeres como Juan
Wesley, Charles Spurgeon, Pablo Jiménez, Serafín Contreras, Rosina Silva, y muchos
más que no conocemos son parte de ese legado contemporáneo que nos animan a
seguir custodiando y enseñando la importancia del ministerio pastoral.
Sin lugar a dudas el ministerio pastoral sigue es-
cribiendo en una sociedad de cambios inespera-
dos y bruscos. Dios necesita pastores y pastoras
íntegros, en quienes el pecado se convierta en el
enemigo permanente y no en el amante secreto.
Pastores y pastoras que nunca dejen de crecer en
la gracia de Dios. Pastores y pastoras que bus-
quen cada día ser conforme al corazón de Dios. Como expresaría el pastor Richard
Baxter:
Yo ahora, a favor de Cristo, y por el bien de su iglesia y de los seres humanos, rue-
go a todos los ministros fieles de Cristo se comprometan con esta obra... Esta obra
no surgió de nosotros, sino del Señor (Baxter, 1979, pág. 58).

EL LLAMADO AL MINISTERIO PASTORAL


El ministerio pastoral es un llamado especial derramado sobre hombres
y mujeres elegidos por Dios para ministrar su palabra y servir en su
iglesia. Debido a que el llamado al ministerio pastoral está comprendi-
do por diferentes dimensiones (cuidar, guiar, administrar, enseñar, entre
otros) es necesario hacer la distinción que existe entre este y el llamado
de Dios a la salvación el cual es ofrecido a todos los seres humanos.
Aunque aceptar el llamado de salvación implícitamente conlleva a vi-
vir una vida de servicio, el ministerio pastoral supone de otro grado de
responsabilidades.
Por tal razón, antes de servir en el ministerio pastoral debe asegurarse de que realmente
Dios le está llamando. Para confirmar el llamado, más adelante haremos algunas ob-
El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio 33
servaciones para clarificar que realmente sea una invitación especial de Dios y no sus
propios deseos o emociones los que toman la iniciativa.
Un importante aspecto a tener en consideración es que el llamado al ministerio pastoral
está caracterizado por aspectos internos y externos. El llamado interno hace referencia
al resultado obtenido por relación íntima con la persona del Espíritu Santo y que con
el tiempo acerca a la persona al llamado público. Muchas veces este llamado interno
se manifiesta por medio de una sensación de “vacío” e insatisfacción aun cuando tenga
todas las cosas.
El llamado externo ocurre como un acto espontáneo donde el liderazgo de la iglesia
por medio de diversos mecanismo ratifica el llamado interno. Comúnmente, cuando
la persona tiene un liderazgo de servicio visible, la iglesia tiende a mirar cualidades
que apuntan más hacia la personalidad que al carácter. Por esta razón las personas que
ratifiquen el llamado externo del líder deben ser personas maduras y conscientes de las
responsabilidades que conlleva el ministerio pastoral.
Con la intención de ayudarle a discernir y clarificar si el ministerio pastoral es el cami-
no al que Dios le está invitando a caminar, a continuación, se presentan cuatro puntos
que le dan forma y sustento a este llamamiento.
1. Confirmación del llamado
Podemos referirnos a la confirmación del llamado de dos maneras: la confirmación de
otros y la confirmación de Dios. Al mencionar la confirmación de otros nos referimos
la manera en que las personas pueden observar claramente la forma en que Dios acom-
paña el ministerio. Al igual que añade importancia al reconocimiento público cuando
se trata del ministerio pastoral. Un ejemplo claro de este tipo de confirmación es el
siguiente:
Llegó Pablo a Derbe y después a Listra, donde se encontró con un discípulo llama-
do Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego. Los hermanos
en Listra y en Iconio hablaban bien de Timoteo.
Hch.16:1-2
Sin lugar a duda, el liderazgo local notaba cómo Dios usaba y bendecía a Timoteo. La
confirmación pública es un paso necesario más allá de la convicción interna que una
persona tiene con relación a su llamado al ministerio.
Por otro lado, Dios usa su soberanía para proveer el lla-
mado de ciertos hombres y mujeres al liderazgo de su
la iglesia. Esto lo hace proporcionándole dones necesa-
rios para desempeñar las funciones del ministerio y apa-
sionándolos por el servicio al otro. Estos hombres y mu-
jeres ordenados por la iglesia se caracterizan tanto por los
dones como por sus virtudes. Los dones son regalos de
habilidades especiales. Las virtudes son cualidades espe-
ciales del carácter. Ambas tienen su fuente en el Espíritu
Santo que los capacita.
Aparte de preguntar si hay una confirmación de Dios, el hombre o mujer que busca
conocer si tiene el llamado debe hacerse diversas preguntas prácticas: ¿reconocen otras
34 El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio
personas sus dones y habilidades de liderazgo? ¿Le piden que sirva en áreas del lid-
erazgo? ¿Se le pide que comunique las verdades de Dios por medio de la enseñanza
o la predicación? ¿Alguien le ha sugerido que debería considerar el ministerio? Las
respuestas a estas preguntas vienen únicamente a través de una participación activa en
el ministerio local de la iglesia o fuera de ella, en una Casa de Paz.
2. Habilidades
Aunque es cierto que la iglesia está compuesta por un grupo de
personas que necesitan ser lideradas, Dios ha dotado a
cada creyente con dones para la edificación del pueb-
lo de Dios. Por tal razón, el Espíritu Santo dota, a
todos los seres humanos que han aceptado a Jesús
como salvador, de habilidades espirituales para re-
alizar actividades específicas. Estos dones tienen el
firme propósito de servir para el bien común de la
iglesia y la comunidad. La persona que esté evalu-
ando el ministerio pastoral como una opción a se-
guir debe asegurarse que cuenta con algunas de las siguientes habilidades básicas para
el oficio pastoral: liderazgo, predicación, enseñanza, pastoreo, evangelismo, discipu-
lado o consejería.
Creemos que Dios capacita a la persona que llama, a la vez entendemos que poseer
algunos de estos dones facilita el trabajo pastoral. Sin embargo, ningún pastor tiene
todos los dones. Por eso debe contar con los dones de los miembros de la comunidad.
Creemos que los dones son bíblicos y están vigentes hoy para la edificación de la ig-
lesia y como testimonio a los no creyentes. Estos dones nos ayudan a incrementar la
efectividad en la misión de Dios. Por esta razón debemos anhelar los dones para la
extensión del reino de Dios.
El deber de nosotros como pastores y pastoras es hacer un buen uso de esos dones y
enseñarle a la iglesia que usen sus dones de forma adecuada y para edificación de la ig-
lesia y la comunidad. En la forma en la que usamos los dones glorificamos a Dios. Los
dones no deben ser usados para manipular a las personas. El pastor no usa sus dones
para ganar seguidores o hacer que otros lo sirvan. El pastor usa sus dones para equipar
y dirigir todos los santos para el ministerio (Ef. 4:11-12).
Aunque los talentos naturales o aprendidos no son lo mismo que los dones espirituales,
el entrenamiento o el talento pueden ciertamente incrementar la efectividad de un don.
Por lo pronto, si una persona tiene el don de enseñanza, esto significa que Dios quiere
bendecirle a él en tal ministerio. ¡Pero el don no es un sustituto de estudiar para poder
tener algo que decir! Dios está dispuesto a bendecirnos en lo poco. Él también desea
bendecirnos en lo mucho. El tener un don no es una excusa para ser perezoso y no
estudiar o trabajar. Esto aplica para cualquier don. Una vez que descubrimos qué don
tenemos deberíamos hacer todo lo posible por desarrollarlo, para que lleguemos a ser
mejores herramientas para el servicio en la iglesia.
3. Deseo por servir en el ministerio
En la Escritura encontramos que muchos creyentes tenían el deseo de servir en el min-
isterio así que Pablo les escribió: “Si alguno anhela obispado, buena obra desea”
(1Ti. 3:1). La palabra traducida “anhela” en griego es “oregomai”, en su contexto
El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio 35
puede significar “estirarse uno mismo para poder tocar o agarrar algo, buscar o desear
algo”, “codiciando” o “deseo”. La palabra más adecuada para el término en griego es
“deseo”. Se debe destacar que lo que se desea acá no es el oficio, sino más bien la obra.
Uno de los más grandes y frecuentes peligros está relacionado cuando el “deseo” que
tiene la persona que no está basado en el servicio sino en la posición. Esto sucede como
resultado de la manifestación de un deseo de egocentrismo interno o exteriorizado. Por
tanto, el deseo al llamamiento pastoral es bueno siempre y cuando la razón sea la cor-
recta. Este momento en la vida de la persona es oportuno para que de manera sincera
reflexione por qué cree que Dios le está llamando a este ministerio. Si en ello encuentra
algo que no sume a la gloria de Dios, sino por el contrario para su propio beneficio, le
recomendamos que lo hable de manera franca con sus líderes para obtener dirección.
4. Vida íntegra
La Biblia enseña mucho más de lo que el líder debe ser que lo que debe hacer. Por esta
razón, muchas veces las personas cuentan con dones y capacidades extraordinarias. Al
igual que una notable experiencia y visión amplia, pero es en su carácter donde radica
su principal enemigo. No existe una fórmula mágica o un atajo que logre formar el
carácter; los medios de gracia son los únicos instrumentos con los que contamos para
alcanzar tal fin. Esto nos indica que se necesita mucho más que una buena educación o
experiencia ministerial, se necesita integridad. Se necesita que lo que decimos en pú-
blico sea practicado en público y en privado. Se necesita coherencia en el discurso y en
la práctica. Esto será un testimonio vivo que hablará por nosotros y factor fundamen-
tal en el ministerio pastoral. Aceptar el llamado al ministerio pastoral sin el carácter
necesario podría convertirse en una actividad religiosa. Por lo tanto, las personas que
sienten que Dios les está llamando al ministerio pastoral, deben pedir confirmación a
través de los medios de gracia y mantener un modelo de vida que sea de ejemplo para
su iglesia y su comunidad.
La persona que cumple con estos cuatro requisitos puede descansar en la certeza de
que Dios lo ha llamado al liderazgo vocacional cristiano. Puede proceder con gozo,
porque Dios tiene una vida apasionante y compensadora pero también una increíble
demanda que le espera. Y para cumplir con las increíbles demandas tiene la certeza de
poseer la ayuda y la fortaleza de Dios.

LA ÉTICA PASTORAL
En los últimos años se ha hablado mucho de la pérdida de la ética en la sociedad. La
corrupción ha permeado todas las estructuras de la sociedad. La falta de ética se refleja
hasta en lo más mínimo. Aún algunos podrían pre-
guntar: ¿ética, y qué es eso? La ética es un conjunto
de costumbres culturales, normas o leyes legales o
morales que dirigen y rigen en una sociedad. En
otras palabras, la ética es una afirmación moral que
define lo que es bueno, malo, obligatorio, y lo que
es permitido en la sociedad en cuanto a una acción
o decisión. La ética estudia y determina cómo de-
ben actuar los miembros de la sociedad dentro de la comunidad. La ética nos ayuda a la
justa aplicación de las normas legales en la sociedad y promueve una autorregulación.
La ética es necesaria para vivir en comunidad.
36 El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio
De ahí que, Dios entregó la Ley a los israelitas para que reflejaran su carácter santo. La
Ley determinaba los principios éticos conforme a la moral divina, y se esperaba que se
practicara en todos los aspectos de la vida. La Ley tenía el propósito de proteger al pue-
blo al indicar cómo acercarse a Dios a través de los sacrificios. Al igual que ayudaba a
mostrar la santidad de Dios como rey, en una sana convivencia con toda la creación: ser
humano, animales y la naturaleza (Lv. 19-27). La Ley le ayudaría al pueblo a vivir bajo
el reinado de Dios en una nueva tierra: Canaán. Dios le dio la Ley al pueblo de Israel
y con esta reclamaba el señorío de la vida de cada israelita. El pueblo debía mostrar el
carácter santo de Dios. Así que la santidad era expresión del señorío de Dios sobre cada
individuo. La santidad no solo daba testimonio del carácter de Dios, sino que también
servía para que otros pudieran llegar a los pies del Rey y rendir su vida.
En el párrafo anterior se aborda la importancia de la ley para el pueblo de Israel. Sin
embargo, estos principios todavía rigen nuestra vida: cómo vivir como pueblo de Dios
en una sociedad que ha perdido los valores. El pastor como miembro de una sociedad
es una de las personas más visibles. No solamente para los feligreses sino para los no
creyentes. Todos están pendientes de él, qué hace, qué piensa, qué dice o deja de hacer.
El pastor debe actuar, pensar, hablar y vivir como para el Señor, pero también para ser
ejemplo de aquellos que lo observan. Así que la ética pastoral es necesaria. A conti-
nuación presentaremos algunos de los puntos más relevantes de la ética pastoral que
presenta el Seminario Reina Valera.
1. El tiempo del pastor
Un pastor debe tener una ética saludable en cuanto a la administración del tiempo.
Debe tener una agenda que le ayude a separar tiempo para cada acti-
vidad que demanda el ministerio. Es decir, tiempo para la oración,
lectura y reflexión de la Palabra, estudio bíblico, preparación y pre-
dicación, consejería, tiempo para visitar y llamar a los feligreses,
etc. Además, de apartar tiempo exclusivamente para su cónyuge
y tiempo para sus hijos. Todas estas tareas requieren una buena
planeación. Por lo anterior, el pastor debe aprender a delegar ciertas
tareas de la iglesia a los líderes sin llegar a cargarlos demasiado. Al
igual que debe remitir a los creyentes que necesitan ayuda especializada hacia aquellos
consejeros con recursos profesionales idóneos. La responsabilidad ética pastoral es
hacer buen uso del tiempo para vigilar que el rebaño esté saludable, bien alimentado, al
igual que su familia. La iglesia y su familia debería ser el único lugar donde nunca de-
biera escucharse: “nadie se preocupa por mí... a nadie le importa mi vida” (Sal. 142:4).
Aquí tanto el pastor como toda la comunidad tienen la responsabilidad de cuidarse los
unos a los otros, eso lo debe enseñar el pastor.
2. La confidencialidad del pastor
La confidencialidad es muy importante en el ministerio del pastor. Una de las fortalezas
que necesita el pastor es la habilidad para guardar confidencias. Los creyentes necesi-
tan intensamente la libertad para confiar en sus pastores y pastoras. Los creyentes de
manera provechosa van a contar con la ayuda pastoral para resolver sus dudas morales
y espirituales. De igual manera, recurren para confesar sus pecados y salir de ellos.
En resumidas cuentas recurren para que les ayuden a crecer en todas las áreas. Por tal
razón, ninguna conversación, confesión o secreto puede ser revelada a la comunidad.
En muchas ocasiones no debe ser revelada ni a su esposa. De revelarlo a su esposa es
porque tiene permiso de la persona involucrada.
El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio 37
Toda consejería o confesión está bajo confidencialidad, todo lo que se habla debe que-
dar ahí. Sin embargo, el pastor debe revelar los casos en que exista riesgo de daño
corporal inminente hacia su propia vida u otra persona. O requiera ser reportadas ante
la ley, como en casos de abuso sexual, especialmente de niños, ancianos o personas con
capacidades especiales. El pastor debe ser muy sincero con el aconsejado y expresarle
que por la gravedad del asunto requiere un trato especial con la ley. El pastor necesita
tomar acción para proteger a las personas vulnerables que estén en peligro.
3. El pastor debe decir la verdad
El pastor siempre debe decir la verdad. Debe aprender a decir
la verdad en el tono adecuado y en el momento indicado. Si
percibe que una persona se aproxima a la muerte, es bueno
que, primero, hable con la familia acerca del asunto. Puede
que los miembros de la familia estén pasando por un tiempo
difícil al lidiar con la muerte. El médico puede pensar que si
el paciente se entera, simplemente se dé por vencido en vez de
alimentar un sentido de esperanza. La mayoría de las veces, el pa-
ciente percibe cuando la muerte está cercana. Confirmar la percepción
del paciente de que la muerte está próxima puede que proveer el tiempo necesario para
arreglar algunos asuntos no resueltos, antes de que el final ocurra. La familia puede
hablar más abiertamente. El conocer la situación real puede ayudar al paciente a tomar
mejores decisiones respecto a tratamientos y medicamentos. Su enfoque puede que sea
de ayuda a la familia y al paciente a lidiar con la realidad de la muerte.
4. El pastor y los límites en la consejería
La consejería debería realizarse en la iglesia y siempre acompañado de su esposa, o de
un equipo pastoral maduro y preparado. Sin embargo, si no los tiene cuando esté acon-
sejando a una persona del sexo opuesto, debería asegurarse de que alguien más esté
cerca y visible pero sin escuchar la conversación. No vaya a la casa del aconsejado, a
no ser que su cónyuge o alguien más de la iglesia puedan acompañarle. No utilice los
restaurantes porque son lugares que propician la intimidad personal, en vez de ser am-
bientes propicios para enfocar los asuntos de la consejería. Esto puede enviar un men-
saje erróneo de calidez a alguien del sexo opuesto. Así que usted debe poner límites en
la consejería en cuanto a espacios.
Además, debe poner límites físicos. Un abrazo, un beso en la mejilla o un apretón de
manos pueden ser interpretados en varias maneras. En un momento en que se están
compartiendo profundas emociones, un gesto de contacto que busca animar o alentar
puede tornarse rápidamente en una invitación apasionada. Es importante tener cuidado
respecto a quiénes tocamos y cómo o dónde tocamos. Una palmadita en la mano puede
ser preferible a un abrazo hasta que conozcamos mejor a la persona… Recuerde que
las interpretaciones de los contactos varían, no solo por asunto de preferencia personal
sino, también, en función de normas culturales.
De igual forma debe haber límites de las emociones en la consejería. Algunas veces un
aconsejado del sexo opuesto puede que empiece a tener sentimientos románticos por
el consejero. Esto se conoce como transferencia; el aconsejado está transfiriendo senti-
mientos hacia el consejero como sustituto. Puede que, en algún momento posterior, sea
necesario confrontar este sentimiento de manera directa con el aconsejado. Siempre
trate de guardar una apropiada distancia profesional. De igual manera puede suceder
38 El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio
con el consejero. El consejero es quien se siente atraído sexualmente hacia la persona
aconsejada. Puede que el pastor espere con entusiasmo las sesiones, alargue el tiempo
juntos, tenga fantasías entre sesiones o encuentre excusas para tener encuentros extras
con la persona. Gary Collins escribe: “Algunas veces, todos los consejeros ven ciertas
tendencias en sí mismos. Reconocer los peligros es el primer paso para esquivar cual-
quier enredo y vulnerabilidad”. Esta es una buena razón para trasferir al aconsejado a
otro consejero.
5. El respeto del pastor hacia el sexo opuesto
Un pastor es o inocente o tonto en no reconocer los
problemas que pueden surgir al acompañar a una
persona del sexo opuesto. Noyce va aún más lejos al
afirmar: “Hay una dimensión sexual para todas las re-
laciones entre personas de sexo opuesto. No podemos
partir al ser humano en categorías; no hay una línea absoluta de demarcación entre la
atracción espiritual, intelectual y física en las relaciones humanas”.
El acompañamiento implica compartir detalles muy personales y emotivos de la vida.
De ello surge un sentimiento de cercanía e intimidad entre las personas que comparten
la atmósfera de la consejería. Gary Collins dice que la posibilidad de una actitud inmo-
ral es más alta si “el aconsejado es atractivo… si no está satisfaciendo sus necesidades
emocionales y sexuales en algún otro lugar… y si la consejería involucra diálogo por-
menorizado de contenido sexualmente provocador”.
La infidelidad le daña a usted, a su familia, al aconsejado, a la congregación y a la cau-
sa de Cristo. La conducta sexual inmoral es la razón principal por la que los ministros
son removidos de roles pastorales y pierden sus credenciales. También, esto implica
ramificaciones de orden legal. Un pastor puede ser procesado penalmente si las acti-
vidades sexuales ilícitas se han originado en una relación de consejería. La posición
de las autoridades gubernamentales es que el pastor detenta la posición del poder en la
consejería y, por lo tanto, no debería usar esta posición para manipular al aconsejado.
Los pastores y pastoras han sido acusados como reos por aprovecharse sexualmente de
los creyentes.
Debemos aprender a respetar al aconsejado del sexo opuesto con la dignidad apropia-
da. Algunas veces nos ayuda recordar que esta persona es hijo/a o esposo/a de alguien.
Pregúntese a sí mismo: ¿cómo me gustaría que traten a mi hijo/a o esposo/a en una
situación de consejería? Esta persona es, también, alguien por quien Cristo murió y,
entonces, es mi responsabilidad ayudar y no obstruir el desarrollo espiritual personal.
6. La responsabilidad del pastor
¿Cómo resistimos a la tentación y mantenemos una relación apropiada? Fortalezca
su matrimonio. Con frecuencia, la infidelidad empieza con dificultades en el propio
matrimonio del pastor. Si hay problemas en el hogar trabaje para resolver los asuntos
personales antes de tratar de ayudar a alguien más.
Fortalezca su vida espiritual con Dios. La frialdad espiritual es parte de un camino
hacia el desastre moral. Si mantiene su práctica de la lectura bíblica, la oración y las
disciplinas espirituales va a encontrar que los recursos espirituales le permitirán sobre-
ponerse a la tentación de la lascivia y pornografía. Buscar la llenura del Espíritu Santo
nos ayudará a vivir vidas integras, ya sea casado o soltero.
El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio 39
Sea honesto con sus sentimientos. Podemos volvernos expertos en buscar excusas para
justificar nuestras acciones incorrectas. Si admite sus sentimientos consigo mismo, es-
tará más apto para hacer algo constructivo que detenga el proceso de deterioro.
Evalúe las consecuencias. ¿Qué diría su cónyuge o hijo/a si se enteraran acerca de esto?
¿Está dispuesto a tirar a la basura su carrera ministerial por unos momentos de placer?
Imagínese la decepción de algunos miembros de la iglesia y de la sociedad a quienes
usted respeta, cuando se enteren acerca de esto. Poner la situación en una perspectiva
de largo alcance ayuda a captar que tal imprudencia va a costar mucho más caro de lo
que valió.
Establezca un sistema de apoyo. Encuentre un mentor para rendir cuentas. Necesita te-
ner un mentor amigo que le pueda hacer las preguntas más comprometedoras respecto
a su carácter y a sus actividades. Un mentor que le ayude a trabajar esas áreas débiles
y le permita creer en madurez (Seminario Reina Valera).
7. El pastor y el uso del poder
El mal uso del poder ha generado que grandes congregaciones se acaben y que muchas
personas hayan terminado lastimadas. El pastor que abusa del poder ha sido piedra
de tropiezo tanto para creyentes como para los
no creyentes y el nombre del Señor ha sido des-
honrado. Por esta razón el pastor debe ser muy
cuidadoso con la autoridad que Dios y la iglesia
le ha dado. La autoridad es un poder o capaci-
dad que poseemos de influir sobre otras para que
haga lo que Dios quiere. El poder que Dios nos
ha dado es para el beneficio de la comunidad y no para nuestros intereses personales.
Nosotros los pastores y pastoras debemos formar un equipo de trabajo para evitar que
la autoridad de la iglesia recaiga solamente en nosotros.
El uso del poder no debe ser para beneficio propio, sino para el bienestar de la co-
munidad a la que servimos. Jesús mismo nos da ejemplo del uso adecuado del poder.
Cuando el diablo tentó a Jesús en varias ocasiones fue con el uso del poder, pero Jesús
se resistió a usar el poder para beneficio propio. Observemos que la tentación era usar
el poder para su beneficio.
La primera tentación fue convertir las piedras en pan para calmar su hambre después
de haber ayunado cuarenta días. Él se negó rotundamente a usar el poder para saciar su
hambre y defender su estatus de hijo de Dios (Mt. 4:2-4 cf. Mt. 3:17). Más bien usó el
poder para alimentar en varias ocasiones a las multitudes (Mt. 14:13-21 cf. Jn.6:1-14).
De igual manera, Jesús se negó a usar su poder para defenderse cuando lo arrestaban.
Jesús le enseñó a Pedro que él podía orar al Padre para que lo defendiera pero que no lo
haría porque debía morir para beneficio de la humanidad (Mt. 26:53-54 cf. Mt. 26:28).
Debemos usar el poder para la misión y expansión del reino de Dios de una manera
saludable sin poner cargas que las personas no puedan llevar. Así que debemos modelar
el buen uso del poder para los propósitos de Dios: traer salvación a toda criatura.
40 El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

¿Por qué es importante ejercer el ministerio pastoral según la Biblia?

¿Qué atributos puede resaltar sobre el ministerio pastoral en la historia de la iglesia


y cómo los aplicaría a su ministerio?

Escriba cómo es que Dios le ha confirmado el llamado al ministerio

¿Cómo está desarrollando las habilidades que Dios ha dado para la labor de
pastorear?

¿Qué puntos de la ética pastoral le hacen falta y cómo los pondrá en práctica en
su ministerio?
EL PASTOR METODISTA
3 LIBRE: SU VIDA
PERSONAL

Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a conocer y comprender el deber ser de la vida
personal del pastor Metodista Libre.

Resultados de la lección
Al concluir esta lección el estudiante:
• Aprenderá y aplicará un modelo sano para la resolución de conflic-
tos.
• Se autoevaluará frente a los rasgos de carácter del pastor.
• Comprenderá lo que implica el cuidado del pastor.

Contenido
• Conciencia de sí mismo
• Resolución de conflictos
• El corazón del pastor
• El cuidado del cuerpo del pastor
• La vida devocional
• Rendir cuentas
• Preguntas de reflexión
42 El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal
CONCIENCIA DE SÍ MISMO
S er pastor va mucho más allá de cuidar a las demás personas, incluye cuidado perso-
nal y familiar en gran manera. Por tal razón, debe tener sumo cuidado con el estado
de su corazón y el cuidado de su cuerpo. Un corazón sano se ve reflejado en el ministe-
rio y cuidado externo. Si la vida interior se descuida, o peor se ignora, el ministerio ex-
terno pronto se derrumbará. El rey David era un hombre conforme al corazón de Dios
(1S. 13:14). Cuando Dios escogió a David como el siguiente rey de Israel, no lo eligió
por su aspecto físico. En comparación con sus hermanos, David no era tan alto, ni tan
hermoso, ni tan fuerte como ellos (1S. 16). Él todavía era joven, le faltaba crecimiento
y todavía estaba madurando. Sin embargo, ni su estatura ni su posición le preocupaban
a Dios. Lo que Dios vio en él fue un corazón puro con potencial para ser un gran rey.
Dios vio el carácter de David. Pero David, como todo ser humano, debía cuidar el
estado de su vida interior. David, aunque sabía que Dios lo había escogido como el
siguiente rey, continuó honrando al rey Saúl, aún cuando su vida estaba en peligro no
aprovechó la oportunidad de matarlo cuando tuvo la oportunidad. En ese momento,
David pudo haber tomado “legítimamente” su lugar como rey de Israel porque, des-
pués de todo, Dios lo había elegido y ungido. Sin embargo, esperó que Dios cumpliera
sus propias promesas y planes a su tiempo.
David también tuvo que lidiar directamente con su propio pecado. Después de haber
cometido adulterio con Betsabé y saber que ella estaba embarazada debió tratar de
ocultar su pecado. David directamente hace que Urías, el esposo de Betsabé, muera en
la batalla. Luego de esto, el profeta Natán confrontó a David por su pecado. El admitir
y enfrentar su pecado ante el Señor fue un paso para limpiar su vida interior (Sal. 51).
En sintonía con las experiencias de David, tenemos las oportunidades de ser tanto
proactivos como reactivos en el cuidado de nuestra vida interior, y de estas maneras,
cimentar nuestra santidad. El carácter bueno, fuerte, noble y honorable no se obtiene
sin el poder del Espíritu Santo, él nos guía en el proceso de santidad en nuestras vidas.
En este sentido, la “santidad” significa ser santo, como Cristo es santo. Cuando esta-
mos saturados por este tipo de carácter consagrado, el efecto se siente en cada área de
nuestras vidas, incluido el ministerio. A continuación, mencionaremos algunas áreas
específicas donde el pastor debe tener sumo cuidado personal y ministerialmente.
Integridad
La integridad se puede definir como vivir en honestidad y según fuertes principios
morales. La persona íntegra vive una vida integral con un corazón completo. ¿Cómo se
ve esto en la vida de un pastor? Realmente no es diferente de lo que esperaríamos en
la vida de cualquier creyente. A medida que crecemos en Cristo, una porción cada vez
más grande de nuestras vidas se entrega a Dios. Esto es parte del camino hacia la inte-
gridad. Eventualmente ninguna parte de nuestras vidas se esconde de Dios. Lo bueno,
lo malo, lo feo, lo bello; Él lo sabe todo y lo ve todo. A medida que Él nos lo revela,
permitimos que aquellas áreas de nuestras vidas que no han sido impactadas todavía
por su amorosa bondad, perdón, misericordia o corrección, sean tocadas por Él, y como
resultado somos sanados y hechos íntegros; personas caracterizadas por no tener vidas
divididas.
El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal 43
En lo práctico, esto requiere de ser honestos con nosotros mismos, con los demás y con
Dios. Presentamos en el gráfico 3.1 “La ventana de Johari” como una ilustración de
cómo crecer en la integridad. La vida de cada persona puede ser diagramada con cuatro
“ventanas” para conocerse a sí misma:
Gráfico 3.1 La ventana de Johari

El cuadrante I, abierto, es el área del conocimiento compartido entre uno mismo y los
demás. El cuadrante II, es el lado ciego, son las cosas que los otros conocen sobre mí,
pero yo desconozco. El cuadrante III, es lo que está escondido, son las cosas que yo
conozco sobre mí, pero los demás desconocen. El cuadrante IV, desconocido es un
lugar de misterio y algunos dicen que es el inconsciente o subconsciente, no lo conoce
ninguno. Solo Dios sabe de esas cosas acerca de mí.
Dios desea que tengamos un concepto correcto y dinámico de nosotros mismos. El
objetivo es hacer que el cuadrante I sea cada vez más grande pidiendo la opinión de los
demás, lo que a su vez reduce lo comprendido en el cuadrante II. Esto puede hacerse
en un grupo de cuidado pastoral o rindiendo cuentas; el objetivo es lograr un mayor
autoconocimiento. Luego, reducimos el cuadrante III revelando cosas sobre nosotros
mismos. A medida que agrandamos el cuadrante I, nos hacemos más abiertos a lo que
nos revela el Espíritu y más abiertos en lo que le revelamos a Dios. Como resultado
tenemos una mayor apertura hacia los demás, ya que nos sentimos más seguros y va-
liosos en Dios.
Si no podemos evaluar nuestras vidas honestamente y ofrecernos a Dios en nuestra
totalidad, nunca llegaremos a ser verdaderamente personas íntegras. Debemos vivir en
la luz, estar dispuestos a confesar el pecado, cumplir con nuestras promesas y respetar
nuestros compromisos.
En un momento crucial de su vida, el rey David se enfrentó con el profeta Natán y tuvo
que tomar una decisión sobre si iba a vivir una vida íntegra o no. El cometer adulterio
44 El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal
y asesinato lo había descarrilado, pero Dios le estaba dando una segunda oportunidad
(lea el Salmo 51).
Sin embargo, las consecuencias del pecado fueron desastrosas para David y su familia.
En primer lugar, David no murió pero su hijo recién nacido murió porque le había fal-
tado al respeto a Dios (2S. 12:14 cf. Lv. 20:10). Además, había hecho que el nombre
de Dios fuera deshonrado por las otras naciones (2S. 12:14). En segundo lugar, su fa-
milia nunca tendría paz, siempre habría fuertes conflictos que llevarían a la guerra (2S.
12:10,11 cf. 2S. 13:14, 22, 2S. 15:14). En tercer lugar, Dios no dejó que David cons-
truyera el templo porque sus manos estaban llenas de sangre (1Cr. 28:3 cf. 2S. 11:16).
David fue descalificado para esta labor de construir el templo.
Aunque nosotros cometeremos errores no debemos caer en estos pecados que traen
consecuencias graves para nosotros y nuestra familia. Además hace que el nombre de
Dios sea deshonrado por los no creyentes y los que buscan a Dios se sientan defrauda-
dos y desalentados (Sal. 69:6; Mt. 18:6; 1Co. 8:9).
Debemos cuidarnos de todo tipo de pecado y la mejor forma es lle-
nándonos del Espíritu Santo (Ef. 5:18). Al cometer un pecado por
acción u omisión debemos estar dispuestos a enfrentar el pecado
con la ayuda del Espíritu Santo y Dios nos dará segundas opor-
tunidades para elegir vivir una vida honesta y pura, una vida de
integridad ante sus ojos. Dios siempre está dispuesto a perdonarnos
cuando pecamos y nos arrepentimos, solamente debemos confesar el
pecado ante él y los seres humanos que nos ayudan con consejos y en oración (Stg.
5:16). Dios Siempre continúa trabajando en nosotros, transformándonos para ser como
Cristo (Fil. 1:6).
Lealtad
No sería una exageración decir que el enfoque principal del Antiguo Testamento es el
tema de la lealtad, que en su esencia se trata de ser ferozmente fiel a nuestros compro-
misos. En el monte Sinaí, el pueblo de Israel tuvo la oportunidad de hacer un pacto de
lealtad con el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. El mismo Dios que ahora les ofrecía la
oportunidad de ser su Dios y de hacer de ellos su pueblo. Y los términos de este pacto
fueron claros: no debían tener otros dioses, ningún otro compromiso, ninguna lealtad
que pudiera comparar o competir con la lealtad que reservaban para Yahvé. Este térmi-
no viene del verbo hebreo ser, que significa: quien fue, es y será (Ex. 3:14). Este verbo
al traducirlo al español, se trascribe como Yahvé. A Él debían lealtad, así que la lealtad
es el corazón del pacto. El pacto era tan importante que se repetía dos veces al día por
todo el pueblo al orar la Shemá: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es…”
(Dt. 6:4).
La lealtad no es solo un tema del Antiguo Testamento. El mismo enfoque se expresa en
la vida y la enseñanza de Jesús. Él enseñaba que debemos ser leales a Dios por encima
del dinero, de las cosas que la polilla y el óxido destruyen, por encima de la familia,
incluso por encima de nuestras propias vidas. Esta lealtad se expresa en términos del
amor que describe un compromiso primordial con Dios y con su reino (Mt. 10:37).
Para un pastor, esta lealtad motivada por el amor es una característica esencial para un
ministerio efectivo y duradero. Las prioridades, pensamientos y acciones de un pastor
deben fluir de su lealtad para con Dios y su reino. Por supuesto, hay muchos otros
El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal 45
canales virtuosos de lealtad deseables en la vida de un pastor; lealtad hacia una orga-
nización, hacia quienes están por encima y por debajo de su autoridad, incluso hacia la
implementación de una visión o un proyecto.
Es necesario entender que estas lealtades deben permanecer siempre en segundo lugar,
subordinadas a la lealtad primordial para con Dios. Es bueno ser leal a la familia, siem-
pre y cuando esta lealtad fluya de una fidelidad hacia Dios y su reino. Es bueno ser fiel
a una organización mientras esta lealtad fluya de un amor primario para con Dios y su
reino. Pero en caso de que una lealtad secundaria llegue a competir con, o eclipsar a, la
lealtad primordial para con Dios, el resultado no solo es problemático, sino idólatra. Es
por esto que Jesús confrontó a personas como el joven rico (cuya lealtad principal era
su gran riqueza, Mr. 10:17-27), los fariseos (cuya lealtad a la tradición había eclipsado
su lealtad a Dios), e incluso los discípulos (cuya lealtad a su propia posición y reconoci-
miento amenazaba su lealtad a los caminos del reino de Dios). Jesús da tanta prioridad
a la lealtad en nuestros corazones que él menciona el amor a Dios con todo el corazón
como el gran mandamiento (Mt. 22:36-40).
El tener esto en cuenta ayudará a los pastores y pastoras a evitar muchos errores. Lo
contrario implica tener una lealtad desorientada o dividida, factores que pueden tener
consecuencias devastadoras como la adhesión obstinada e insalubre a ciertos progra-
mas, o el encubrir el abuso o el pecado debido a la “lealtad” mal colocada en la persona
involucrada. Uno no tiene que mirar más allá de los encubrimientos que plagan algunas
iglesias contemporáneas para comprender el daño que puede ocurrir cuando las leal-
tades están fuera de lugar. Pero por el contrario, cuando buscamos primero el reino de
Dios todo lo demás se alinea correctamente.
Paciencia
La paciencia no solo es un fruto clave del Espíritu, sino también una
cualidad claramente relacionada con la gracia, y que es profundamente
evidente a lo largo de las Escrituras. Tanto en la postura de Dios hacia
las personas como en el trato compasivo para con el prójimo. No es
casualidad que Pablo comienza su famoso “capítulo del amor” descri-
biendo el amor como: “sufrido, paciente…” (1Co. 13). Pablo entendió
lo que todo buen ministro aprende tarde o temprano: que relacionarse con los demás
en amor, es absolutamente esencial tanto para las relaciones como para los ministerios
saludables a largo plazo. Esta paciencia se expresa de muchas maneras, pero tres ejem-
plos son representativos de esta virtud:
1. Permitir que las personas tengan el tiempo necesario para experimentar crecimien-
to y transformación. Jesús trabajó con los apóstoles durante 3 años, y fue paciente
con el proceso de crecimiento que fue necesario en sus vidas como en las de todos.
Nadie se convierte en el producto terminado de la noche a la mañana, y la pacien-
cia es aceptar este proceso.
2. Permitir segundas, terceras, y más oportunidades. Jesús se negó a poner límites a
esta virtud, enseñando que uno debería estar dispuesto a perdonar a su hermano
70 veces 7 (Mt. 18:21-22). Jesús demostró esta misma paciencia, por ejemplo, en
la vida de Pedro, quien tuvo que ser corregido, reenfocado y perdonado muchas
veces antes de que alcanzara la madurez para tener un gran impacto ministerial.
Pablo hace eco de esta idea, enseñando que el amor es paciente, no guarda rencor
46 El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal
o bien podría decir, no mantiene un registro de errores. Todos tenemos defectos,
pero si Dios ha sido paciente con nosotros, también debemos ser pacientes los unos
con los otros.
3. Permitir las diferencias entre personas. A veces puede ser frustrante cuando las
personas con las que trabajamos y atendemos tienen opiniones e ideas tan diferen-
tes a las de uno. El tener una paciencia compasiva significará tomarse el tiempo
para valorar y explorar las perspectivas de los demás.
Humildad
Ya sea por palabra o hecho, Jesús a menudo alabó a los humildes y censuró a los orgu-
llosos. Él afirmó, por ejemplo, la humildad del pecador que golpeó su pecho, mientras
reprendió al fariseo que se creía sin pecado (Lc. 18: 9-14). Él animó a sus seguidores a
ser como niños pequeños (Mt. 18:3-4), a tomar el asiento de menor honor (Lc. 14:10) y
a poner la otra mejilla cuando sufrían daño injustamente (Mt. 5:38-40). Jesús también
demostró humildad de muchas maneras; sirviendo a sus propios discípulos, lavando
sus pies, y aún más poderosamente, sufriendo el peor tipo de muerte: la culminación de
la “humillación” (Fil. 2:8). Se debe notar que dicha humillación es solo un precursor a
la glorificación que fue en última instancia suya, y que será también nuestra herencia.
Sin embargo, la glorificación es una promesa que nos espera en gloria. Durante esta
vida es evidente tanto por el ejemplo de Jesús como por muchas enseñanzas explícitas
que la humildad es un elemento esencial en la vida de un creyente, y aún más en la vida
de un pastor. Como una persona sabia dijo una vez: “la humildad es el campo de juego
del Espíritu Santo”; cuando este factor está presente en la vida de un pastor se crea el
ambiente para el crecimiento, el fruto y la capacidad de escuchar, responder y reflejar a
Jesús. Por el contrario, la ausencia de humildad es fatal para la vitalidad espiritual (in-
cluso puede permitir una actitud arrogante hacia la gracia y una falta de aprecio por la
salvación) y, con el tiempo, sin fallar este tipo de orgullo hará sabotaje a los esfuerzos
ministeriales.
Sin confundirse con la inseguridad o el autodes-
precio, la humildad es tener una autoconfianza
saludable, sin pensar más bajo, ni más alto de
sí de lo que uno debería (Ro. 12:3). Sin exigir
afirmación o alabanza constante, la humildad es
tener una seguridad saludable en la identidad de
uno como hijo de Dios y estar contento solo con
esto. La humildad se expresa en tener un espíritu enseñable, en aceptar la corrección,
en disponibilidad para escuchar, en practicar la paciencia y bondad hacia los demás.
La humildad pastoral no significa dejarse pisotear pasivamente, pero sí significa en-
tender y soportar las críticas, los malentendidos y la hostilidad que nuestro Señor nos
advirtió que recibiríamos, sin amenazar los cimientos de nuestra seguridad espiritual y
personal. El pastor humilde no tiene que rastrear y corregir todas las afrentas, pero se
considera feliz de sufrir de las mismas maneras en que nuestro Señor y salvador Jesús
también sufrió.
El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal 47
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS
Las Escrituras proporcionan algunas instrucciones claras sobre cómo los creyentes de-
ben manejar los conflictos. Uno de los pasajes más útiles y explícitos se encuentra en
Mateo 18:15-17 del cual extraemos los principios más importantes del manejo de con-
flictos: se debe manejar de una manera personal y directa, solo después de esto, y si es
necesario, pueden participar más testigos. Vemos este tipo de resolución de conflictos
practicado por Jesús, quien habló abiertamente, y directamente con aquellos a quienes
estaba confrontando. Este es un principio que instamos a los pastores y pastoras a en-
señar e implementar: canalizar el conflicto por vías directas y abiertas, y solo recurrir a
terceros si el primer enfoque no tuvo éxito.
La iglesia primitiva proporciona ideas adicionales y complementarias para la resolu-
ción de conflictos. En Hechos 15, por ejemplo, los primeros creyentes sostuvieron un
largo diálogo, compartiendo abierta y apasionadamente sus diferentes puntos de vista
solo para llegar a un acuerdo aceptable para todos; un acuerdo marcado por compro-
misos negociados y respaldado por el Espíritu Santo. En los asuntos que lo permiten
alentamos a los pastores y pastoras a seguir este ejemplo y a ser guiados por el Espíritu,
a dejar de lado la intransigencia para alcanzar el consenso.
De igual manera es útil aprender de la vida de Pablo, quien, también luchó con el
conflicto. Por ejemplo, separándose de Bernabé con respecto a los diferentes puntos
de vista sobre Juan Marcos (Hch. 15:36-41). En otra oportunidad Pablo no estaba en
contra de incorporar usos relevantes de la cultura como la vergüenza para corregir a
los creyentes (2Ts. 3:14). También hizo uso del arte de la sugerencia indirecta (como
en toda la carta de Filemón) e incorporó a terceros, como los creyentes de Filipos, para
ayudar a proporcionar una “presión” positiva para lograr la reconciliación entre Evodia
y Síntique (Fil. 4:2). Estos conflictos ofrecen una perspectiva culturalmente relevante
para resolver conflictos.
Un pastor eficaz debe apoyarse en cada uno de estos principios, haciendo uso de mé-
todos culturalmente aptos para equilibrar la firmeza, el amor y el compromiso para
resolver conflictos. Dos notas prácticas finales:
1. Un pastor hará bien al manejar el conflicto de una vez, antes de que tenga tiempo
de crecer y convertirse en un problema mayor de lo que debe ser. Esto no se puede
enfatizar lo suficiente y será una habilidad crucial para ejercitar.
2. También se requiere discernimiento acerca de cuándo un problema no debe ser
tratado en absoluto. A veces, lo mejor que se puede hacer con un problema es
absolutamente nada más que estar quieto y simplemente saber que Él es Dios. No
todo puede o debe ser corregido. El pastor que no aprende esta lección luchará en
una batalla perpetua y perdedora en la que surgirán dos problemas nuevos en el
tiempo que toma resolver uno. ¿La respuesta? Permita que el Espíritu ayude a sa-
ber qué batallas pelear y descanse en el Señor por todo lo que no pueda o no deba
ser arreglado por sus esfuerzos.
48 El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal
EL CORAZÓN DEL PASTOR
El pastor o la pastora se caracteriza por tener un corazón que se duele por las necesida-
des de los personas. De ahí que, muchas veces dispone hasta de sus horas de descanso
o tiempo familiar, incluso devocional por atender a las personas que lo necesitan con
urgencia. Sin embargo, el pastor debe caracterizarse por tener un corazón también para
Dios, su familia y para las personas. Por tal razón debe establecer prioridades y límites
en el ministerio.
Prioridades
Durante toda su vida pastoral habrán muchas “voces” tratando de convencerle y deter-
minar su vida. Podría ser su voz interior diciéndole: “Yo debería hacer_________”, las
voces de los compañeros, las voces de los creyentes, la voz del mundo, etc. Cada voz
tendrá su propia agenda, ejerciendo presión sobre usted para determinar cómo debe
gastar su tiempo y energía. Aclaramos que no hay problema con recibir consejos, pero
principalmente la voz de Dios es la que debería guiar su vida siempre. Puede ser que
Él hable a través de otra persona, pero le toca al pastor escuchar y velar para discernir
la dirección de Dios para su vida.
Fuera del trabajo relacionado con el ministerio, las prioridades relaciona-
les deben permanecer intactas para permitir una vida sana, completa y
equilibrada que creará una atmósfera sustentable para el bienestar
del individuo y su ministerio. Más actividad del ministerio no
siempre resulta en más frutos ministeriales, por lo menos no
de buena calidad. Si no está bebiendo en profundidad del pozo
del apoyo relacional, pronto se secará y tendrá muy poco que
ofrecerles a las personas cuyas vidas quiere ver transformadas.
Aunque puede ser obvio, ¡su primera prioridad relacional debe ser Dios! Podemos
decir esto con nuestros labios, pero ¿estamos viviéndolo con nuestras acciones? El
tiempo diario e intencional con el Señor en oración, escuchando su voz, leyendo su
palabra y otras prácticas espirituales son esenciales para cada creyente, ¡y cuánto más
un pastor! Jesús dijo: “Te digo la verdad, el Hijo no puede hacer nada por sí mismo.
Él hace solo lo que ve que hace el Padre. Todo lo que hace el Padre, el Hijo también
lo hace” (Jn. 5:19). ¡Qué ejemplo perfecto de cómo Jesús estableció sus prioridades!
Sabía exactamente qué hacer, cuánto tiempo dedicar a los diferentes lugares donde
ministró, qué milagros realizar, qué enseñanzas dar, ¿por qué sabía?, porque veía y
conocía lo que estaba haciendo su Padre.
Jesús a menudo se levantaba temprano y oraba, o incluso oraba durante toda la noche
(Mr. 1:35; Lc. 6:12). ¡Y así es como también podemos saber cómo establecer priorida-
des! Jesús a menudo tenía voces opuestas que le decían lo que debía hacer o no, pero
como sabía la voluntad de su Padre y pasaba tiempo con su Padre, no titubeó en el pro-
pósito para el que había sido llamado. Nosotros también estamos invitados a tener esta
clase de conexión: “Mis ovejas escuchan mi voz; Yo los conozco, y ellos me siguen”
(Jn. 10:27).
Basamos nuestras prioridades sobre lo que Dios ha considerado importante, la misma
estructura de la sociedad que Él creó. Dios vio que no era bueno para el hombre estar
solo, ¡así que creó a Eva y así comenzó la primera familia humana! (Gn. 2:18-24).
El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal 49
Yendo un paso más allá, Dios mismo es familia. Él es tres en uno, la Trinidad, el diseño
perfecto de comunidad. Somos creados a su imagen y la unidad familiar refleja a Dios.
Por lo tanto, en el diseño creativo de Dios, ¡la familia es de suma importancia! En la
próxima lección hablaremos más de la familia y el pastor.
Además de las relaciones familiares, las amistades son otro regalo increíble que Dios
nos ha dado. A medida que nos ocupamos con el ministerio y la familia, podemos des-
cuidar pasar tiempo especial con amigos porque puede ser difícil encontrar el tiempo.
Cada persona tiene necesidades individuales de amistad. A algunas personas les puede
prosperar con solo un par de amigos muy cercanos, mientras que otros pueden disfrutar
tener muchas amistades. A veces, el ministerio y la amistad se superponen de maneras
hermosas. Cualquiera que sea su situación, examine sus amistades y vea si está invir-
tiendo el tiempo y el esfuerzo adecuado para forjar lazos fuertes. Si tiene amigos que
también trabajan con usted lado a lado en los momentos del ministerio, también puede
ser útil estar al tanto de cómo el ministerio puede afectar la amistad de maneras bene-
ficiosas como también perjudiciales. Es clave mantener la honestidad y transparencia
para mantener una relación vital. Aunque estas amistades pueden verse tensas por los
desafíos únicos que surgen del ministerio, también pueden ser una oportunidad mara-
villosa para crecer el uno con el otro a pesar de las dificultades que puedan surgir.
Otras prioridades pueden incluir el trabajo, el aprendizaje y/o educación continua, las
relaciones de mentoría, los compromisos con el distrito o la conferencia y la iglesia, el
cuidado de la creación, la participación en el desarrollo de la comunidad y el autocui-
dado (que abordaremos más adelante). Mientras pasa tiempo a los pies de Jesús y le
escucha el Señor dice:
Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y
velaré por ti.
Sal. 32: 8
Así dice el Señor: Deténganse en los caminos y miren; pregunten por los senderos
antiguos. Pregunten por el buen camino, y no se aparten de él. Así hallarán el
descanso anhelado.
Jer. 6:16
Límites
Escuché una historia no hace mucho, puede ser ficticia, pero de cual-
quier manera tiene un punto poderoso. En el servicio fúnebre de un
pastor amado y conocido, una línea interminable de personas se
levantaron para rendir tributo sobre cómo el difunto había impac-
tado sus vidas. Había orado por unos de sus miembros al pie de la
cama justo antes de entrar en cirugía, se había presentado a las 3 de
la mañana para intervenir en las crisis domésticas, había pasado largas
horas brindando asesoramiento pastoral y había invertido innumerables noches alen-
tando y apoyando los ministerios de su iglesia. Él fue la primera persona en llegar, y el
último en retirarse. Noche o día estaba siempre disponible. Al final del servicio, el hijo
del pastor se escabulló por la puerta de la iglesia murmurando para sí mismo “ahora
entiendo dónde estuvo mi papá todas las veces que él no podía estar conmigo”.
Hay muchas presiones sobre los pastores y pastoras, especialmente en el contexto la-
tinoamericano. Presiones para estar disponible y aparecer en todo. Para hacer perso-
50 El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal
nalmente la llamada telefónica o la visita. Presiones para responder las llamadas o los
mensajes de whatsapp. Y, francamente, es fácil convencerse de que ser un buen pastor
significa satisfacer todas estas expectativas, sin importar el costo, incluso cuando esto
significa interrumpir una comida familiar, pasar un aniversario en una reunión de ora-
ción o perderse el recital de su hija porque alguien se presentó en su oficina y le pidió
una reunión espontánea.
Pero la verdad es que ser un buen pastor significa saber cuáles son sus prioridades y
establecer límites saludables para proteger estas prioridades. Jesús debe ser una gran
inspiración para nosotros en este punto. Incluso cuando “todos lo buscaban” con sus
propias prioridades y expectativas (Mr. 1:37), Jesús no se dejó manipular por sus agen-
das. Él conocía sus propias prioridades, que en este caso implicaba seguir compartien-
do las buenas nuevas con las aldeas circundantes (Mr. 1:38). Por lo tanto, hizo algo
que debemos también poder hacer como pasto-
res y pastoras: dijo “no”. Esto es realmente la
definición de un límite. Es decirle “no” a algo
para poder proteger algo más importante. Y esto
es importante, ¡a veces su límite decepcionará a
las personas! Estoy seguro de que las personas en Capernaúm estaban frustradas
porque Jesús no hacía lo que ellos querían. Pero su prioridad era obedecer al Padre,
no satisfacer a la opinión pública. Estaba dispuesto a decepcionarlos, porque no estaba
dispuesto a desobedecer al Padre.
La pregunta importante para el pastor es ¿cómo identifico a qué debo decir “no”? Bue-
no, ahí es donde necesitará la dirección del Espíritu Santo, junto con una generosa
dosis de buen sentido. Dado que los límites fluyen de la claridad sobre las prioridades,
tendrá que tener un buen sentido de lo que más le importa. Pero aquí hay algunos pen-
samientos generales:
• Los límites deberían proteger su propio bienestar. ¿Está su agenda tan llena que no
está durmiendo lo suficiente? ¿Tiene tiempo para hacer ejercicio? ¿Está acaso sacri-
ficando su propia vida devocional por falta de tiempo?
• Los límites deben proteger a la familia. ¿Recibe llamadas telefónicas durante su
tiempo en familia? ¿Revisa su teléfono en la mesa? ¿su familia sabe que su tiempo
no se sacrifica por cualquier interrupción?
• Los límites deben proteger la integridad. ¿Se está poniendo límites en situaciones
que crean tentación innecesaria? ¿O que provocan dudas sobre su testimonio? ¿Es
realmente una buena idea encontrarse a solas a altas horas de la noche con un miem-
bro emocionalmente vulnerable del sexo opuesto?
• Los límites deben proteger el llamado de Dios en su vida. ¿Hay algo que distrae o
interrumpe las prioridades de Dios para su vida?
• Los límites nos enfocan en la visión. Nuestro llamado es dirigir la iglesia a cumplir
con el gran mandamiento y la gran comisión. Tenemos que dejar a un lado lo que no
produce fruto en vidas transformadas. La meta de la IML Latinoamérica es impulsar
un movimiento bíblico para alcanzar Latinoamérica para Cristo, a través de desarr-
ollar de líderes y multiplicar iglesias.
El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal 51
• El tener límites no le da a un pastor licencia para ignorar oportunidades ministe-
riales no planificadas. El sacerdote y el levita de la parábola del Buen Samarita-
no perdieron la oportunidad de hacer lo correcto precisamente porque sus propios
límites eran demasiado rígidos. Así no es como queremos ser. Queremos ser como
Jesús, apropiadamente interrumpibles. Él no siempre decía “no”. A veces dejaba sus
propios planes en espera para atender a alguien con necesidades.

EL CUIDADO DEL CUERPO DEL PASTOR


Como parte de las prioridades y los límites, el autocuidado es otro elemento importante
para mantener una salud integral como pastor. Sin embargo, los pastores y pastoras a
menudo tienen más dificultades para cuidarse a sí mismos porque tienen un gran co-
razón para la iglesia, las personas y la comunidad. A menudo descuidamos nuestras
necesidades, ya sean físicas, emocionales o mentales, porque siempre hay alguien que
necesita nuestra ayuda o alguna crisis para manejar. Jesús dijo: “Siempre tendrán a los
pobres entre ustedes” (Jn. 12:8), siempre habrá necesidad a su alrededor, pero debe to-
mar medidas prácticas para permanecer consciente, en forma saludable y desbordante.
Hay muchas maneras de hacer que el cuidado personal sea una prioridad en su vida.
También pueden convertirse en formas de controlar el estrés. A veces podemos preo-
cuparnos tanto por los cuidados y las preocupaciones del ministerio que nos agitamos,
nos irritamos fácilmente, nos angustiamos, nos deprimimos, nos abrumamos, etc. En
algunos casos, es posible que necesite hablar con alguien fuera de la situación, como
su mentor, consejero o un confidente. No debe haber vergüenza en compartir sus luchas
con otra persona y recibir sus consejos y apoyo. Un gran ejemplo de esto es cuando
Moisés estaba abrumado por la tarea de juzgar:
No está bien lo que estás haciendo —le respondió su suegro—, pues te cansas tú
y se cansa la gente que te acompaña. La tarea es demasiado pesada para ti; no
la puedes desempeñar tú solo.
Ex. 18:17-18
¡Moisés implementó un plan para delegar y se resolvió el problema! Como pastores y
pastoras estamos seguros de que podríamos beneficiarnos de la delegación, ¡pero ese es
otro tema que veremos en la lección 6! A continuación, mencionaremos algunas formas
de implementar el cuidado personal con regularidad en su ritmo de vida:
• Físicamente: dormir lo suficiente, hacer ejercicio, obtener alimentación saludable,
mantenerse activo y no sedentario.
• Pasatiempos: darse tiempo y espacio para crear, descubrir, ex-
plorar o hacer cosas llamativas es una forma de reflejar la imagen
de Dios en usted. ¡Después de todo, está en su naturaleza ser un
creador! Las actividades incluyen, pero no se limitan a: expresiones
artísticas (pintura, dibujo, escultura, etc.), escritura, fotografía, dis-
frutar de la naturaleza, carpintería, lectura, cocinar por placer no solo
por necesidad, manualidades, juegos de mesa con otros, hacer regalos... ¡la lista
podría seguir y seguir! No necesita muchos recursos para tener un hobby. Puede ser
simple. ¡Es posible que necesite salir a la comunidad y ver qué tiene para ofrecer!
52 El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal
• Días de reposo regulares: como se dijo anteriormente, los pastores y pastoras son
conocidos por trabajar largas horas y, a veces, sin días regulares de descanso. ¡Sin
embargo, la práctica de guardar un día de descanso es un regalo de Dios! El sábado
se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado (Mr. 2:27). Dios descansó de
su labor y debemos seguir su ejemplo. También es una práctica de humildad, enten-
diendo que al final todo el trabajo que hacemos para el reino está bajo la soberanía
de Dios. ¡El trabajo no fallará solo porque nos tomamos un día libre!
• Aprendizaje continuo: los líderes no continuarán liderando bien sin someterse a ex-
periencias para continuar aprendiendo también. Como pastores y pastoras, una parte
de nuestro crecimiento personal es seguir aprendiendo ya sea a través de la lectura,
la capacitación, las relaciones de mentores u otros medios. Debemos pasar tiempo
aprendiendo cosas nuevas y siendo desafiados. Esto puede estar relacionado con el
ministerio, pero también puede ser un área de interés que no está directamente rel-
acionada con él. Quizás quiera aprender a hacer algo nuevo, o le interesa saber más
sobre un cierto período en la historia. Dios disfruta de nuestros intereses y nos dio
el deseo de seguir conociendo más.
El cuidado personal es una herramienta importante para mantener vivas y vibrantes
nuestras pasiones para Dios, con el trabajo al que Dios nos ha llamado y para con las
personas que forman nuestra comunidad. No es egoísta practicar el cuidado personal,
de hecho, es un acto desinteresado de amor hacia los que nos rodean. Si trabajamos
para mantenernos saludables, otros se beneficiarán enormemente. ¡Esto es parte de la
vida abundante que Jesús prometió!

LA VIDA DEVOCIONAL
Con las exigencias del ministerio resulta tentador querer hacer, hacer, y hacer todavía
más, porque siempre hay mucho por hacer y se siente bien lograr
muchas cosas a la vez. En sí, esto no es malo, pero cuando no
se equilibra con el estar en la presencia de Dios diariamente, nos
desequilibramos.
Jesús dijo que debemos permanecer en Él (Jn. 15:5). Permanecer
significa “pasar tiempo con”, “ser parte de”, “ser uno con”. No
podemos permanecer en Él sin pasar tiempo en oración y en la
Palabra. Jesús dio otro ejemplo para ilustrar esta relación: “Yo
soy la vid, ustedes son las ramas...” (Jn. 15:5). ¡Aparte de Él
no podemos hacer nada! Sus esfuerzos ministeriales se atrofiarán
significativamente si no le da prioridad a pasar tiempo con Él.
Nuestra vida devocional allana el camino hacia la intimidad con Dios. Es un lugar
donde escuchamos de él, conocemos su corazón, vemos las cosas desde su perspectiva,
donde somos refinados, purificados, corregidos, alentados, envisionados y sostenidos
para una vida próspera en Jesús. ¿Quién no querría esto? Sin embargo, una relación es
una calle de dos vías.
Cuando simplemente nos acercamos a Jesús durante tiempos a solas con Él, Él se re-
velará con nosotros de maneras asombrosas. Acércate a Dios, y Dios se acercará a ti
(Stg. 4:8).
El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal 53
Las formas obvias de tener una vida devocional incluyen orar y leer la Palabra. Además
de estas prácticas hay muchas otras prácticas espirituales que también nos llevan a la
comunión con Dios. Hay diferentes tipos de oraciones y diferentes formas de interac-
tuar con la Palabra. Estos temas se exploran más en el curso de “Formación Espiritual”.
Hay formas prácticas de entrar en la rutina de la oración diaria y las Escrituras.
• Hora del día: teniendo en cuenta su agenda y el horario de su familia, ¿cuál es el
mejor momento para pasar tiempo con Dios? No tiene que ser una gran cantidad de
tiempo (aunque hay veces que lo será). Incluso entre 30 minutos a una hora diaria se
convierten en momentos dulces e íntimos con el Señor. ¿Necesita despertarse antes
para que esto suceda? ¿Hay un descanso en algún momento del día en que podría
pasar tiempo con el Señor en lugar de llenar ese tiempo con otras cosas? ¿O es el
mejor momento al final del día antes de acostarse? El mejor momento para cada per-
sona será diferente. El factor importante es hacerlo realidad. Esto también establece
un ejemplo para sus hijos (si los tiene y todavía están en casa).
• Espacio: ¿dónde es el mejor lugar para pasar tiempo con el Señor? Para algunas
personas, la rutina de un lugar específico (un sofá, una silla, una mesa, afuera) puede
ser útil. Nuestras mentes y cuerpos se acostumbran a este lugar y podemos entrar
en nuestro tiempo con Dios con facilidad. ¡Pero está bien cambiarlo también! Solo
recomendaríamos que no sea una cama, ya que es posible que se relaje demasiado
en la presencia reconfortante de Dios y termine tomando una siesta.
• Manténgase actualizado: no siempre tiene que orar de la misma manera o leer la
Biblia de la misma manera. A veces, introducir cambios en nuestras prácticas devo-
cionales en realidad nos abre a Dios de maneras nuevas y refrescantes. Dios puede
usar diferentes medios para hablarnos. ¡Explore esto más en su curso de Formación
Espiritual!

RENDIR CUENTAS
¡No fue destinado a vivir la vida por su propia cuenta! ¡No fue llamado como pastor
para hacer el ministerio aisladamente! El don de
la comunidad de Dios no es solo para las personas
bajo su cuidado pastoral, sino también para usted.
Como pastores y pastoras no podemos ser tan or-
gullosos como para no estar en sumisión y para no
rendir cuentas a una comunidad. Eclesiastés 4:12 dice: “Uno solo puede ser venci-
do, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!” En la
unión está la fuerza. Dios siempre quiso que operásemos dentro del contexto de la co-
munidad. ¡Él mismo es comunidad, dentro de su Trinidad! ¿Y cómo se define la rendi-
ción de cuentas? Es ser responsable ante otras personas. Es ser honesto y abierto sobre
el estado de su alma. Una pregunta que los seguidores de Wesley se hacían era: “¿cómo
está tu alma?” No existe una fórmula rígida para practicar la rendición de cuentas, pero
algunas pautas pueden dar una idea general de los tipos de conversaciones que deben
tener con amigos espirituales, con colegas, o con su mentor.
54 El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal
Preguntas de grupos pequeños de Wesley:
1. ¿Estoy creando consciente o inconscientemente la impresión de que soy mejor de
lo que soy? En otras palabras, ¿soy un hipócrita?
2. ¿Soy honesto en todos mis hechos y palabras, o exagero?
3. ¿Paso de manera confidencial a otro lo que me dijeron en confianza?
4. ¿Soy un esclavo de mi forma de vestir para dar una buena impresión a mis amigos,
compañeros del trabajo?
5. ¿Suelo ser autoconsciente, autocompasivo o autojustificado?
6. ¿Permito que la Biblia intervenga en mí día a día? ¿Le doy tiempo para hablar a
mi vida todos los días?
7. ¿Estoy disfrutando la oración?
8. ¿Cuándo fue la última vez que hablé con alguien acerca de mi fe?
9. ¿Oro acerca del dinero que gasto?
10. ¿Me voy a la cama a tiempo y me levanto a tiempo?
11. ¿Desobedezco a Dios en algo?
12. ¿Insisto en hacer algo sobre lo que mi conciencia está inquieta?
13. ¿Estoy derrotado en alguna parte de mi vida?
14. ¿Soy celoso, impuro, crítico, irritable, sensible o desconfiado?
15. ¿Cómo paso mi tiempo libre?
16. ¿Soy orgulloso?
17. ¿Me quejo constantemente?
18. ¿Le agradezco a Dios que no soy como otras personas, especialmente como el
fariseo que despreciaba al publicano?
19. ¿Hay alguien a quien temo, que no me cae bien, a quien ignoro, critico o le tengo
resentimiento? En caso de respuestas positivas, ¿qué voy a hacer al respecto?
20. ¿Es Cristo real para mí?
Preguntas de la reunión de la Banda de Wesley:
1. ¿Qué pecados conocidos ha cometido desde nuestro último encuentro?
2. ¿Con qué tentaciones se ha encontrado?
3. ¿Cómo los superó?
4. ¿Qué ha pensado, dicho o hecho de lo que duda si es pecado o no?
5. ¿Tienes algo que desee mantener en secreto?
Preguntas de responsabilidad pastoral de Chuck Swindoll
En su libro, El Cuerpo, Chuck Colson enumera las preguntas utilizadas por Chuck
Swindoll:
1. ¿Ha estado con una mujer en algún lugar, la semana pasada que podría verse
comprometida? Si es mujer ¿ha estado con un hombre en algún lugar que podría
verse comprometida?
2. ¿Alguno de sus tratos financieros careció de integridad?
3. ¿Se ha expuesto a algún material sexualmente explícito?
4. ¿Has pasado suficiente tiempo en el estudio de la Biblia y en la oración?
5. ¿Le has dado tiempo prioritario a su familia?
6. ¿Ha cumplido los mandatos de su vocación?
7. ¿Me acaba de mentir?
El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal 55
La lista de Neil Cole:
1. ¿Cuál es la condición de su alma?
2. ¿Qué pecado necesita confesar?
3. ¿Qué le ha negado a Dios que le necesita soltar?
4. ¿Hay algo que ha frenado su pasión por Cristo?
5. ¿Con quién ha hablado acerca de Cristo esta semana?
No necesita utilizar todas estas preguntas ni comprometerse con una sola lista. Podría
componer su propia lista y pensar en sus propias preguntas que sean relevantes. El
punto es de establecer un socio o un grupo responsable con quien pueda compartir las
partes más profundas de su caminar con Dios y su vida. La importancia de la rendición
de cuentas es practicar la confesión y la autoconciencia. Estas preguntas nos ayudan
a explorar con otros la parte ciega o escondida mencionada antes en “La Ventana de
Johari.” Si nunca evaluamos cómo estamos creciendo, nuestros pecados, desafíos, de-
bilidades y áreas de victoria, no tendremos una imagen correcta de nuestras vidas y no
seguiremos creciendo hasta alcanzar la plena madurez.

PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

¿Qué tan dispuesto estoy para conocerme a mí mismo y para dejarme


conocer por el mentor?

¿Cómo implantará la resolución de conflictos en el ministerio?

¿Cuáles serán los límites del ministerio y cómo hará realidad esto?

¿Cómo clarificará sus prioridades y cómo las pondrá en práctica?

¿Qué desafíos le ha dejado la lección y cómo logrará alcanzar estos desafíos?


El pastor Metodista
4 Libre: su vida familiar

Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a comprender, analizar y comprometerse con una
vida familiar sana y equilibrada como pastor Metodista Libre.

Resultados de la lección
Al concluir esta lección el estudiante:
• Comprenderá la importancia de una vida equilibrada para el pastor
Metodista Libre.
• Comprenderá el rol del pastor dentro de su familia.
• Tomará conciencia de la importancia del ministerio familiar.
• Evaluará su vida familiar con el fin de poner en práctica los recursos
que necesita.

Contenido
• Introducción
• La vida conyugal del pastor
• La vida sexual del pastor
• El pastor como padre o madre
• El pastor como pariente
• Pastores y pastoras, esposos y esposas
• Preguntas de reflexión
58 El Pastor Metodista Libre: su Vida Familiar
INTRODUCCIÓN
“No somos indispensables en el ministerio, pero sí lo somos en nuestra familia. Otro
pastor puede llegar a la iglesia y al ministerio, pero su esposa y sus hijos solo le tie-
nen a usted. No olvide que, cuando todos se vayan, su familia seguirá ahí” (Moncayo,
2018).
Nuestro ministerio primario es la familia, la Palabra nos lo recuerda por medio del
apóstol Pablo: “pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la
iglesia de Dios?” (1Ti. 3:5). Lamentablemente muchos líderes de iglesias han dado
un mayor grado de importancia a sus congregaciones y a las tareas que ellas conllevan
que a su familia. Esto ha causado un desequilibrio en el buen funcionamiento de los
hogares pastorales, trayendo como consecuencia fracturas que en el peor de los casos
son irreconciliables. Esto ha sido perjudicial tanto para el bienestar espiritual, emocio-
nal y físico de los integrantes del núcleo familiar como para el de la congregación y la
comunidad.
Esta sección está dedicada a resaltar la importancia que tiene la vida familiar dentro
del ministerio y cuáles deben ser la prioridades y actitudes que deben tener los cónyu-
ges para llevar un matrimonio que glorifique a Dios y sea de ejemplo para otros. Esta
lección es un buen material para trabajar en la consejería pastoral prematrimonial. Ade-
más, lo puede usar en el ministerio de parejas.

LA VIDA CONYUGAL DEL PASTOR


La historia de la creación relata cómo Dios creó al hombre y la
mujer a su imagen y semejanza y cómo estos se unieron en un solo
ser (Gn. 2:24). En obediencia al mandato de Dios, ellos gobernaron
sobre los peces, aves y animales de la tierra. Pero cuando el pecado
entró en la humanidad dañó la relación de equilibrio y respeto que
existía entre ellos. Ahora sus corazones estaban llenos de egoísmo
y soberbia, la cual se refleja en querer dominar al otro (Gn. 3:16).
Dios en su búsqueda de una restauración completa se ha propuesto restaurar la relación
del matrimonio. Para esto, es necesario tener en cuenta algunos aspectos que nos ayu-
daran a trabajar para así poder reflejar el carácter de Dios en el matrimonio.
1. Esposos y esposas tienen el mismo valor para Dios
El apóstol Pablo en una de sus cartas nos expresó que ya no hay judío ni griego,
esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos somos uno solo en Cristo (Ga.
3:28). Pablo nos muestra que tanto el hombre como la mujer son iguales. El hom-
bre y la mujer han sido diseñados con el mismo valor. El valor de las personas no
está basado sobre la función, o el rol, sino en un factor determinante: son imagen
de Dios.
2. Esposos y esposas mantienen una relación recíproca
...en el Señor, ni la mujer existe aparte del hombre ni el hombre aparte de la mujer.
Porque, así como la mujer procede del hombre, también el hombre nace de la mu-
El Pastor Metodista Libre: su Vida Familiar 59
jer; pero todo proviene de Dios (1Co. 11:11-12). Dios diseñó la relación conyugal
permitiendo la interdependencia, esto es, que tanto los esposos como las esposas
son dependientes y responsables  de compartir un conjunto común de principios.
Estos principios de reciprocidad han sido afectados por un modelo donde el ego-
centrismo e individualismo son los patrones que rigen los matrimonios actuales.
Solamente con una relación sincera con Dios y de entrega a nuestro cónyuge nos
ayudará a mantener una posición equilibrada y que glorifique a Dios.
3. Existe un orden en las responsabilidades de la familia
Ahora bien, quiero que entiendan que Cristo es cabeza de todo hombre, mientras
que el hombre es cabeza de la mujer y Dios es cabeza de Cristo (1Co. 11:3). Ob-
servemos que en el diseño de Dios tanto el hombre como la mujer son distintos,
por lo tanto, existen una serie de responsabilidades que pudiesen realizar de mane-
ra específica cada uno. Para no ser dogmáticos en este tema, creemos que cada nú-
cleo familiar, observando sus fortalezas, gustos y debilidades tienen la capacidad
de asignarse tareas que quizás en otro grupo familiar no funcionaría. Es decir, en
muchas familias el esposo le encanta cocinar y él es el que cocina. En otras famil-
ias el hombre es un mal administrador entonces la administración de las finanzas
está a cargo de la esposa. Sin embargo, él no deja de ser la cabeza de su casa. Esto
no quiere decir que toma las decisiones sin compartir con su esposa. Sino que al
contrario recurre a ella para tomar una sabía decisión.
El rol del esposo
• Cuidar de las necesidades esenciales de la esposa: consideremos la
amonestación de Pedro: “Esposos, igualmente, vivid con ellas sabia-
mente, dando honor a la mujer como vaso más frágil, y como cohered-
eras de la gracia de la vida” (1P. 3:7). Las esposas necesitan que sus
esposos las comprendan. Esto significa que los esposos deben relacio-
narse con sus esposas inteligentemente, conscientes de que ellas son
diferentes a los hombres. Además de que son obvias las diferencias físi-
cas, hay enormes diferencias psicológicas y emocionales. Los esposos
deberán dar atención a las siguientes tres preocupaciones del corazón
de ellas.
1. Compañerismo: los esposos están en el deber de proveer amistad y compañeris-
mo genuino a sus esposas. Dios diseñó a la mujer para una profunda y continua
relación, y ellas esperan que sus esposos llenen esa necesidad. Ellas desean y
necesitan el compañerismo, disponibilidad e interés de su esposo.
2. Seguridad: una mujer necesita la seguridad de un hombre. Ella necesita saber
que él puede protegerla y proveerle. Ella necesita saber que puede confiar en él.
Bíblicamente, estas cosas son las responsabilidades del esposo (1Ti. 5:8).
3. Significado: esta necesidad es común tanto en la esposa como en el esposo. El
esposo a menudo encuentra significado en su trabajo, su papel en la iglesia, o en
otras actividades fuera de casa. Pero mucho de lo que hace la esposa no se obser-
va. La única persona que puede apreciar realmente sus contribuciones, el único
que puede honrarla es su esposo. Ella es una amiga, una perfecta compañera, en
muchos casos es una nutricionista, etc. Parte del papel de liderazgo es hacerle
sentir honrada. Es decir, afirmarla con palabras de agradecimiento y ánimo en
60 El Pastor Metodista Libre: su Vida Familiar
su labor, pero también con palabras tiernas que exalten la belleza
interna y física.
• Ser un buen padre: en el Antiguo Testamento los pueblos es-
taban organizados por clanes o tribus, cada clan tenía un “padre”
que se desempeñaba como el líder, el protector y preservador de
la tribu. De igual manera, los padres están llamados a ejercer un
rol protector para sus hijos. Ellos necesitan sentirse protegidos,
amados por parte de su padre. Por otro lado, el papel de un padre
también consistía en instruir al hijo. La instrucción en el Antiguo
Testamento empezaba en el seno de la familia, por esto, en Proverbi-
os se encuentran varios ejemplos de la figura de un padre exhortan-
do a su hijo. El padre es visto como autoridad para enseñar e instruir
al hijo basado en el amor: “hijo mío, escucha los avisos de tu padre,
no rechaces las instrucciones de tu madre” (Pr. 1:8). “Hijo mío, si aceptas mis pal-
abras y conservas mis mandatos...” (Pr. 2:1).
• Liderar: observemos lo que Pablo nos dice sobre el liderazgo: “Porque el esposo
es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y Salvador de la iglesia, la cual
es su cuerpo” (Ef. 5:23).
El pasaje no enfatiza un rol jerárquico, enfatiza la idea de responsabilidad y servicio
del hombre ante de Dios por la familia. Dios demostró su amor al enviar a su hijo a
morir en la cruz, y el hijo mostró su amor al hacer la voluntad del Padre y morir en la
cruz. De igual manera, el marido debe tomar el ejemplo de Jesús y liderar su familia
como Cristo lideró a la novia hacia los propósitos de Dios. Esta es la responsabili-
dad más importante. El liderazgo del cual se habla hace referencia a la vocación que
se le ha otorgado al esposo para ayudar al desarrollo de los seres humanos que se
encuentran a su alrededor.
Quizás debido al mismo machismo y egocentrismo que existe en muchos hombres,
este texto ha sido mal interpretado para desfavorecer a la mujer al verla como al-
guien inferior al hombre. Sin embargo, como vimos antes, el hombre y la mujer son
imagen de Dios y son iguales ante él. Entonces cuando Pablo dice que el hombre
es la cabeza de su esposa, así como Cristo es la cabeza de su iglesia, él no está apo-
yando la maldición ¡Él la está cambiando! Él está enseñando que el hombre puede
cambiar el círculo de miseria y la mentalidad de “primero yo” que empezó con la
caída. Entonces ¿Cómo es el liderazgo al estilo de Cristo?
El rol de la esposa
El rol de la esposa se ha desdibujado en nuestra sociedad latinoamericana.
La cultura popular nos ha enseñado que el rol de la esposa está en la casa,
o como dicen algunos “es la reina del hogar”. Pero esto no es verdad.
Entonces, ¿Cuál es el rol verdadero de la esposa? El proverbista nos da
esa respuesta. El escritor nos introduce en el rol de la mujer haciéndonos
una pregunta convincente: “mujer virtuosa, ¿Quién la hallará?” Para una
esposa, ser una mujer “virtuosa” es entender el propósito con el cual fue
creada por Dios (Pr. 31:10).
• Respetar (sumisión): la Biblia dice en Efesios 5:22: “Esposas, sométanse a sus
propios esposos como al Señor”; sin embargo, el contexto nos dice: “Sométanse
El Pastor Metodista Libre: su Vida Familiar 61
unos a otros, por reverencia a Cristo”. Otras versiones de la Biblia usan la palabra
respetar o honrar en Efesios 5:22. La traducción “La Palabra” versión hispanoame-
ricana dice: “Guárdense mutuamente respeto en atención a Cristo. Que las mujeres
respeten a sus esposos, como si se tratara del Señor (Ef. 5:21-22). La versión Reina
Valera Contemporánea dice: “Cultiven entre ustedes la mutua sumisión, en el te-
mor de Dios. Ustedes, las casadas, honren a sus propios esposos, como honran al
Señor”. Así que es claro que tanto la esposa como el esposo tienen responsabilidad
de respetarse y vivir en mutua sumisión, en amor (Ef. 5:22; Col. 3:18; 1P. 3:1). Los
psicólogos dicen que lo que una esposa más necesita de un esposo es seguridad y lo
que un esposo más necesita de una esposa es respeto.
• Ayudar: Dios creó a la mujer para ser ayuda idónea del hombre (Gn. 2:18). Es de-
cir que la pareja es un complemento racional, emocional y físico; juntos se hacen
más aptos para cumplir con el propósito y servicio a Dios. Ella es el complemento
ideal para él. Y él es el complemento ideal para ella. Ella no lo es todo en el sentido
racional, emocional, físico o espiritual porque hay un vacío que solo lo llena Dios.
Sin embargo, la esposa hace al esposo más completo de lo que él sería por sí solo.
Ella le da perspectiva, emociones, provee dones y supera debilidades que él mismo
no posee. Juntos con los dones del Espíritu Santo, el esposo y su esposa, están com-
pletos y son más capacitados para servir al Señor. Esto no quiere decir que el soltero
o soltera no esté completo para servir al Señor porque al que Él llama lo capacita y
respalda en su obra.
La esposa es también un apoyo para él. Ser apoyo de él es parte de su “casta y
respetuosa conducta” hacia el esposo (1P. 3:2). Ella conoce sus puntos fuertes y
débiles, y ella lo fortalece en su trabajo. El proverbista nos muestra que una mujer
puede edificar o derribar su casa (Pr. 14:1). Ella puede edificar la fortaleza emo-
cional de su esposo, o ella puede ayudar a destruirlo, avergonzándolo y ser como
“carcoma en sus huesos” (Pr 12:4b).
La Escritura da el modelo de una esposa ingeniosa que trabaja para beneficio de
su esposo y su familia (Pr. 31:11). A diferencia de las esposas de Samaria que, en
tiempos de Amós, oprimían al pobre y al necesitado y hacían insaciables demandas
a sus esposos (Am. 4:1). La mujer de Proverbios 31 teme al Señor (v. 30), sirve a su
esposo (v. 12), edifica su casa (v. 27). El secreto es que ella es un soporte confiable
que se preocupa y ayuda en la dirección del hogar. De esta manera tanto la esposa
como el esposo hacen del hogar un lugar placentero y provechoso que resulta para
el bien de toda la familia.
• Una buena madre: el rol de una esposa no se limita a amar a su esposo (Tit. 2:4),
continúa con amar a sus hijos. Los hijos necesitan enormes dosis de atención per-
sonal, apoyo y, por supuesto, amor. Los hijos necesitan el poder asombroso de la
presencia de sus padres para un sano y normal desarrollo. Pablo en la carta a Tito
muestra que la madre deberá amar a sus hijos y a su esposo en todo momento. Esto
no quiere decir que la mujer deba realizar el trabajo sola, sino que el hombre como
líder de la familia debe amar, disciplinar, apartar y proveer tiempo de calidad para
sus hijos.
62 El Pastor Metodista Libre: su Vida Familiar
LA VIDA SEXUAL DEL PASTOR
Los pastores y pastoras somos seres humanos como el resto de las personas, tene-
mos necesidades físicas, emocionales y espirituales. Dios creó al hombre y la mujer
con estas necesidades. Dios nos creó seres sexuados
y nos bendijo con la capacidad de procrear al tener
relaciones sexuales (Gn. 1:28 cf. 2:18-25). Así que el
sexo dentro del matrimonio fue creado bueno y puro
(Gn. 1:31), es un regalo de Dios para disfrutarlo (Gn.
1:18). No existe simplemente para propagar la espe-
cie, también Dios creó con el propósito de expresar y
experimentar amor en una relación única, profunda y
duradera. El sexo debe experimentarse sin miedo, vergüenza o arrepentimiento, y es
bueno y hermoso (Gn. 1:31, 2:25; cf. con Cnt; 1Co. 7:3-5).
Los principios presentados en la Escritura son dejar, unirse y fundirse en un solo ser
(Gn. 2:24). La acción de dejar implica alcanzar la madurez suficiente para no depender
de los padres o la familia y estar dispuesto a entrar en una nueva relación o interdepen-
dencia. La acción de unirse hace referencia a entablar un vínculo espiritual y emocio-
nal con la otra persona. También ocurre un vínculo físico, pero solo dentro de ciertos
límites permitidos y acordados. Fundirse en un solo ser alude, por supuesto, a la unión
sexual. No obstante, implica mucho más que la relación sexual y representa una unión
completa a nivel espiritual, emocional y físico.
La intimidad sexual es un don de Dios para la unión marital y es parte integral de la
relación de matrimonio. La intimidad sexual es una gran bendición y una fuente de sa-
tisfacción. La relación sexual santifica a la pareja, pues cada uno se consagra exclusiva-
mente para su cónyuge. Así que tener intimidad sexual santifica a la pareja y evita que
sea tentado por falta de autocontrol del cónyuge (1Co. 7:5). Sin embargo, no podemos
decir, dame más sexo porque la Biblia lo dice o para no caer en tentación. Si el esposo
o esposa cita este verso tratando de convencer a su esposa de tener relaciones sexuales
cuando ella o él no quiere, él o ella se opone a la misma teología que es fundamental
para este pedido. Él o ella está haciendo una demanda de auto cumplimiento, algo que
Pablo eliminó en 1 Corintios 7:4. ¿Cómo? Porque el cuerpo del esposo está bajo la
autoridad de su esposa (Parnell, 2013). No podemos caer en la cultura que cosifica a la
mujer o al hombre para obtener placer sexual.
La relación sexual en el matrimonio debe ser bajo acuerdo mutuo. Pablo no le otorga
a ninguno de los cónyuges el derecho a exigir ciertos actos sexuales de la otra persona
que él o ella no desea dar. Si el cuerpo de la mujer es del hombre y el cuerpo del hombre
es de la mujer y cada uno tiene autoridad sobre el cuerpo del otro, entonces él o ella
tiene la autoridad para pedirle que haga algo que le resulte placentero, y ella tiene la
autoridad sobre el cuerpo del hombre para pedirle que aumente su placer (Piper, 2009).
La santidad del matrimonio entre un hombre y una mujer debe protegerse en contra de
todas las clases de conducta inmoral (Ex. 22:16-17; Dt. 22:23-28; Lv. 20:10-16).
La pornografía
El aumento exponencial de los casos de adulterio y consumo de pornografía por parte
de líderes religiosos en los últimos tiempos ha sacudido a la iglesia trayendo dolor y di-
visiones. Aunque los problemas de inmoralidad sexual están más asociados a los hom-
El Pastor Metodista Libre: su Vida Familiar 63
bres, este pecado también ha salpicado al género femenino. En la actualidad, la inmo-
ralidad sexual ha entrado por medio de la pornografía y las relaciones extramaritales.
El uso de pornografía lo consideramos como una
participación en la cosificación del ser humano. La
pornografía es algo aberrante que daña la imagen
de Dios en el ser humano. Jesús habló de forma cla-
ra que si una persona codicia una mujer ya adulteró
en su corazón (Mt. 5:28 cf. Ex. 20:7). Así que debe-
mos rechazar cualquier tipo de inmoralidad sexual
como ver, escuchar, o imaginar a propósito a otros
involucrándose en actividades sexuales.
La sexualidad humana es un don de Dios que es envilecido y dañado por la pornografía.
Este daño es personal, relacional y cultural. La pornografía trae como consecuencia una
falta de sensibilidad de la conciencia, una perversión del deseo sexual y un decaimiento
de los valores morales. Además, a menudo hace del inocente una víctima, por ejemplo
con la trata de personas. Es una fuerza degenerativa rampante. Así que la iglesia tiene
una responsabilidad corporativa de proveer educación, protección y cuidado redentor
de Dios para aquellos que son susceptibles a caer o ser adictos a la pornografía. Al igual
que, ayudar a las personas explotadas sexualmente. Por tanto, como cristianos nos
abstenemos de la pornografía, nos oponemos a su uso y trabajaremos para remover su
legitimación y disponibilidad (Libro de Disciplina, 2015, págs. 49-50).
En términos generales, hay dos enfoques para combatir la pornografía entre los cris-
tianos que, si se toman por sí mismos, son insuficientes. Algunos cristianos tratan con
lo externo y no con lo interno. Luchan contra el pecado en el exterior, pero descuidan
los afectos más profundos de su corazón. Tal vez incluso tomen medidas drásticas y
decidan tirar su computadora o celular para que su deseo interno de pornografía se
haga pedazos de manera similar. Pero con el tiempo, rápidamente descubren que sus
deseos internos e impulsos sexuales, están condicionados a obtener lo que quieren,
permanecen. De hecho, están aumentados. Dejando entronar a la pornografía como rey
sobre sus corazones, continúa exigiendo su tiempo, lealtad y afectos. Otros cristianos
se ocupan de lo interno y no de lo externo. Luchan por tener mayores afectos por el
Señor Jesucristo que por la pornografía, pero no hacen nada externamente para evitar
que se entreguen al pecado (Briones, 2018).
Le recomendamos que busque a una persona espiritualmente madura para que sea com-
pletamente sincero y le pueda guiar en este proceso. Busque a su mentor, cuéntele y
ríndale cuentas del proceso. Un consejo práctico es instalar una aplicación que le per-
mita bloquear todas las páginas posibles que contengan algún contenido sexual que le
incite a buscar más satisfacción. Somos conscientes de que la pornografía es una de las
industrias más grandes actualmente, lo que indica que su consumo es extremadamente
alto y que requiere atención inmediata. Reconocemos que en Dios solamente podemos
encontrar la satisfacción que hemos estado buscando por mucho tiempo, por ello, más
que enfocarnos en el problema, es necesario enfocarnos en la solución: Dios. Acuda a
Dios, busque en Él la fuente de su gozo, paz y dominio propio. Cuando logramos en-
focar toda nuestra atención, energía y tiempo en Él, nuestros deseos y prioridades son
transformados conforme a los suyos.
64 El Pastor Metodista Libre: su Vida Familiar
El pastor soltero
El libro de Cantar de los Cantares recomienda a las personas solteras no despertar el
amor. Es decir, no estimular el deseo sexual hasta que haya llegado el momento de
despertarlo. Este despertar hace alusión al momento de la unión marital, al despertarse
plenamente como mujer, al sentirse totalmente esposa, o al despertar plenamente como
hombre, al sentirse totalmente esposo a través de la consumación del matrimonio (Cnt.
8:4). De esta manera, el pastor o pastora solteros debe mantenerse en pureza para su
futuro cónyuge esperando el momento de la unión marital en donde los dos se sienten
plenamente esposos y de cierta manera auto realizados (Ec. 4:9-12). Los pastores o
pastoras jóvenes no deben apresurarse a conseguir una esposa o esposo por la presión
que ejerce la sociedad.
Por otro lado, los pastores y pastores que han sido dotado por Dios con el don de absti-
nencia están llamados a preocuparse de las cosas del Señor y de cómo agradarlo (1Co.
7:32). El líder soltero no debe preocuparse por casarse para ejercer el ministerio. El
líder debe preocuparse en vivir una vida de santidad que agrade a Dios.
Todas las personas daremos cuenta a Dios de nuestros pensamientos, palabras y hechos
(Ro. 14:12; 1Co. 6:9,10). Para aquellos que han caído, la gracia de Dios es suficiente y
completamente adecuada para perdonar y liberar (1Jn. 1:9; Heb. 7:25; Lc. 4:18; 1Co.
6:9-11). Dios nos sigue amando a pesar de nuestras debilidades, su poder se perfec-
ciona en nuestra debilidad (2Co. 12:10). Sin embargo, para tener esta y muchas áreas
bajo control debemos pedir la llenura del Espíritu Santo (Ef. 5:18). Además, como el
deseo sexual es tan poderoso recomendamos que el pastor pueda compartir sus luchas
sexuales con su mentor para que puedan estar orando. Ningún cristiano puede caminar
en la vida solo, necesitamos de otros que nos ayuden a crecer y a desarrollar hábitos. La
rendición de cuentas contribuye a desarrollar un estilo de vida balanceado. La iglesia
tiene una responsabilidad compartida de ser el agente de Dios para la transformación
de personas a medida que viven una vida cristiana íntegra y pura. Nosotros nos opone-
mos a tradiciones culturales y leyes que legitiman el adulterio, la intimidad premarital,
extra-marital, pos- marital y homosexual (Libro de Disciplina, 2015, págs. 50-51).

EL PASTOR COMO PADRE O MADRE


Una responsabilidad del pastor es su obligación como padre o madre.
La responsabilidad más importante de un padre es criar a sus hijos en
disciplina y amonestación del Señor sin provocarlos a ira (Ef. 6:4).
Esto incluye enseñarles el camino del Señor (Dt. 6:7) y disciplinarles
en amor cuando es necesario (Pr. 19:18, 22:6, 23:13,14, 29:17). Ade-
más, guiarles a través de buenos consejos para que le vaya bien en la
vida (Pr. 1:8,15; 2:1). Sin embargo, usted tiene responsabilidades de
criar a sus hijos. Usted debe descansar en el Señor sobre el cuidado
de sus hijos puesto que él los traerá con lazos de amor y los cautivará.
Observamos en la Biblia a Dios como Padre que instruye lleno de profunda ternura
y amor (Os. 11:1-8; cf. Jer. 31:20). Él espera que sus hijos respondan con amor, obe-
deciendo sus preceptos. Él ha creado diferentes situaciones para que sus hijos puedan
tomar decisiones y superar dificultades, para que aprendan a ser valientes en la vida y
El Pastor Metodista Libre: su Vida Familiar 65
enfrenten diversas pruebas. Sin embargo, observamos que Israel su hijo,
se desvió. Mientras Dios más lo llamaba, más se alejaba de Él y no quería
reconocer que Dios le cuidaba. Así que fue Dios como Padre, el que le
tomó la mano y le enseñó a caminar, lo atrajo con cuerdas de ternura, con
lazos de amor. Él le quitó el yugo y con ternura se le acercó para alimen-
tarlo. Él mismo se pregunta: ¿cómo voy a dejar a mi hijo? Mi corazón está
trastornado, y a la vez se estremecen mis entrañas.
De lo anterior podemos decir que Dios está preocupado y comprometido
con el bienestar sus hijos. Así como Dios está comprometido y preocupado por sus
hijos, nosotros como padres debemos seguir su ejemplo. Sin embargo, observamos que
Dios instruyó a sus hijos, pero estos fueron rebeldes y se desviaron. Así que, debemos
recordar que la rectitud de los hijos no depende totalmente de la crianza que dan los
padres. Aunque sin duda alguna esto ayuda a desarrollar el carácter del hijo y lo guía
hacia el temor de Dios. Observemos algunos consejos prácticos para esta labor:
• No hay garantías. Dios, en su sabiduría ha delegado toda la responsabilidad de la
formación y crianza de los hijos a sus padres, pero debido a la naturaleza pecamino-
sa de los padres e hijos esto no garantiza de ninguna manera que el comportamiento
de los niños en un futuro será el adecuado delante de Dios. Quizás esta afirmación
pueda causar cierto conflicto al compararla con Proverbios 22:6: “Instruye al niño
en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonara”. Aunque este pasaje
resalta al niño como sujeto principal, una lectura profunda demuestra la importancia
del rol que juegan los padres en la formación y educación a temprana edad en sus
niños. Como se mencionó anteriormente, no existe una fórmula que garantice que
en un futuro el niño lleve una vida conforme al agrado de Dios. Sin embargo, esta
realidad no debe minimizar el rol que Dios ha delegado a los padres en la crianza
de sus hijos. Proverbios 22:6 es una invitación a los padres a que dediquen tanto
tiempo como les sea posible a sus hijos, a la vez que ejemplifiquen con su vida las
enseñanzas impartidas.
• No hay padres perfectos. Sobre los hombros del pastor o la pastora recaen muchas
responsabilidades dentro y fuera de la iglesia, cansados de tantos escándalos, el
grado de exigencia de nuestras comunidades es cada vez mayor. Ante esta realidad,
debemos de reconocer lo imperfectos que somos y que solamente por la gracia de
Dios podemos ser llamados hijos suyos.
Aunque no existen padres perfectos, y no tiene por qué aparentar serlo, la realidad es
que tenemos un Padre perfecto, una relación profunda con Él reflejará los atributos
de su carácter y perfección. Este grado de dependencia y reconocimiento de Dios
en nuestras vidas sin lugar a dudas nos hará descansar en nuestra labor de la crianza
de los hijos. Por tanto, la búsqueda constante de la sabiduría y el consejo de Dios
no le hará perfecto pero sí le convertirá en el padre o la madre que Él desea que sea.
Además es bueno recordar que son justamente las imperfecciones de los padres las
que Dios utiliza para guiarnos a Él. A continuación, señalaremos algunos aspectos
importantes que son necesarios en la crianza de los hijos:
• Muestre en todo tiempo un amor genuino a sus hijos.
• Comience la instrucción de los niños desde la cuna. Los primeros 5 años de vida
tienen mucha más importancia en la formación de la personalidad del niño que lo
66 El Pastor Metodista Libre: su Vida Familiar
que podemos imaginar. Así que dedique tiempo al hogar. El hogar fue la primera
responsabilidad que Dios le dio al hombre.
• Establezca metas para sus hijos respecto al comportamiento, los estudios, las labores
del hogar, y en las actividades espirituales.
• Corrija a sus hijos (Pr. 19:18, 23:13,14, 29:15). La corrección debe hacerse en
privado para alcanzar mayores beneficios. Nunca se le ocurra hacerla delante de
extraños o delante de la iglesia. Hable con su hijo y responsabilícelo por sus hechos.
Si su comportamiento fue malo, analice con ellos los hechos y la manera correcta
de comportarse. Luego, muéstrele al niño las consecuencias de la desobediencia y
muéstrele que él decidió mal. Después muéstrele al niño que los padres son respons-
ables delante de Dios por su corrección y educación. Y finalice con un castigo donde
le quite algo que le guste o si es muy grave la falta dele dos o tres golpecitos con una
vara en la cola, no en otro lugar. No debe llegar a maltratarlo, puesto que la correc-
ción ha de ser sin ira. Así que nunca castigue con ira, pues en nuestra ira no obra la
justicia de Dios (Stg. 1:20). La disciplina es un acto de amor (Dt. 8:5).
• Sea firme, manténgase estable en las normas instruidas.
• De vez en cuando recompense al niño cuando se porta bien. Un elogio o recono-
cimiento actúa favorablemente en su formación.
• Establezca un horario para las diferentes actividades de la familia, tales como levan-
tarse, devocional, comidas, acostarse.
• Ore cada día por cada miembro de la familia (Silva, 1979, pág. 66). Usted también
puede observar los consejos de Susana Wesley sobre cómo criar los hijos, en el
manual de Teología wesleyana, página 23.
Consejos para mejorar la relación con sus hijos
El ministerio pastoral es una labor que necesita coherencia entre lo que se dice y hace.
Nuestra primera audiencia es nuestro hogar. Los puritanos llamaban a los hogares “pe-
queñas iglesias”. Así como el hogar es el lugar más difícil para vivir la vida cristiana,
también es el lugar más difícil en que un pastor puede aplicar el evangelio en la vida
de otros. Por tanto, si va a ministrar el evangelio fielmente en la iglesia tiene que mi-
nistrarlo en su casa. Significa que debe estar dentro de su corazón y de su vida. Ahora
presentamos tres consejos que le ayudarán a mejorar la interacción con sus hijos.
• Modele el amor y la obediencia hacia el Señor. “Ama al Señor tu Dios con todo
tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” (Mt. 22:37). Debido a que está
demostrado que el grado de aprendizaje es mayor cuando se modela la vida de una
persona que cuando solo se escucha sus palabras, menos palabras y más acción
ofrecerá mejores resultados en la relación con los hijos. Para reflejar el amor y la
obediencia a Dios, los padres deben ser ejemplos vivos que desarrollen estilos de
vida equilibrados y acordes con la Palabra de
Dios, muestre en su cotidianidad con actos
prácticos lo que realmente significa amar a
Dios; ame, lidere y perdone tal como Dios lo
ha hecho con usted.
El Pastor Metodista Libre: su Vida Familiar 67
• Dirija a sus hijos para que guarden el camino del Señor. “Yo lo he elegido para
que instruya a sus hijos y a su familia, a fin de que se mantengan en el camino
del Señor y pongan en práctica lo que es justo y recto. Así el Señor cumplirá lo
que le ha prometido” (Gn. 18:19). La Palabra habla claramente de la responsabil-
idad que tienen los padres al momento de dirigir a sus hijos, y esto muchas veces
trae como resultado la disciplina. Hebreos 12:5-11 nos recuerda que la disciplina
es necesaria, su propósito consiste en mostrar el amor del Padre y al momento de
ser aplicada se debe de tener en cuenta que el niño pueda comprender el amor por
medio de ella.
• No provoque a ira a sus hijos. “Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos,
sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor” (Ef. 6:4). En muchas oca-
siones los padres ven a sus hijos como obreros u objetos los cuales deben cumplir su
voluntad a cabalidad. El autoritarismo y las exigencias forzosas más allá de ayudar
a afirmar su identidad cristiana han traído amargura. La intención en este punto no
consiste en no confrontar a sus hijos, sino que al hacerlo ellos puedan ver que le
respeta como persona y que el hecho de que usted ejerza autoridad en el hogar no es
un impedimento para verle como un padre amoroso.

EL PASTOR COMO PARIENTE


Uno de los aspectos más importante con el cual nosotros como ministros ordenados
o candidatos a la ordenación debemos cuidar es nuestra relación con nuestra familia
sanguínea dentro y fuera de la iglesia. Ser el pastor o pertenecer al liderazgo principal
de una iglesia es un gran privilegio que debe ser conducido equilibradamente. Usted es
un modelo dentro y fuera de la iglesia. Por tanto, muchas personas están observando
la manera en que trata a su familia. Tener una conducta permisiva con sus hijos o sus
familiares, pero rígida con los demás provocará un malestar general en la comunidad
que lidera. No obstante, si el pastor es más rígido con su familia crea resentimiento en
sus parientes.
Por otro lado, un aspecto que debe cuidar son las responsabilidades delegadas, otorgar
privilegios a miembros de su familia puede ser visto como favoritismo. Con respecto a
esto, como Iglesia Metodista Libre no creemos en la “herencia ministerial”, afirmamos
que la vocación pastoral es un llamado que Dios realiza de manera especial a las perso-
nas más allá de sus vínculos familiares. Sin embargo, debemos reconocer que muchos
de los hijos de los ministros tienen un llamado a servir dentro de los diferentes minis-
terios de la iglesia. Esto lo debe reconocer la iglesia y cuando la iglesia lo reconoce no
hay ningún problema.
Otra aclaración importante es que ser esposo/a del pastor no le hace pastor/a. En la IML
Latinoamérica tenemos muchos casos de parejas pastorales. En estos casos ambos son
candidatos ministeriales o presbíteros. Esto trae muchos beneficios en la iglesia, pero
requiere unos ajustes en la casa. Por lo cual, las responsabilidades tanto de la iglesia
como de la casa deben ser compartidas sin descuidar, por parte de los dos, ni la familia
ni la iglesia. En aquellos casos donde solo uno de la pareja está en el proceso de ordena-
ción se debe hacer la claridad que llevar el título de “pastor” o “pastora” es un rol u ofi-
cio muy definido. En estos casos, nosotros simplemente esperamos que cada esposa/o
68 El Pastor Metodista Libre: su Vida Familiar
de pastor se involucre en la iglesia como
cualquier otro miembro, usando sus dones
y no aceptando un rol, oficio, o título solo
por estar casada/o con el pastor/a. No le
damos el título de “pastor/a” a menos que
la persona esté en el proceso de formación
pastoral en camino hacia la ordenación.
La evaluación se hace a cada candidato al
ministerio individualmente para ver si tie-
ne un llamado claro independiente de su
cónyuge.
En esta misma línea nosotros como minis-
tros debemos cuidarnos de distinguir a los
miembros de nuestra familia que sirven en
la iglesia con los que no lo hacen o no son creyentes. En muchas ocasiones dedicamos
más tiempo a los que sirven que a los que no son creyentes. Esta realidad ocurre bajo
la premisa de no tener tiempo. Sin embargo, debemos dedicar el mismo tiempo a los
miembros de la familia que no son creyentes y tratar de compartir con ellos para que
vean el carácter de Dios en nuestras vidas.
Imagine este escenario, usted está en un parque o centro comercial de su ciudad com-
partiendo con su núcleo familiar y se encuentra con uno de sus primos y, al saludarse
efusivamente entablan un breve dialogo:
− Usted: primo que alegría verlo.
− Primo: a mí también me alegra mucho verlo. ¿Hace cuánto no nos veíamos?
− Usted: hace mucho, la verdad no recuerdo. Sinceramente, he estado con muchas
responsabilidades en la iglesia y no he tenido tiempo. Pero cuénteme, ¿cómo ha
estado? ¿Cómo está la tía?
− Primo: yo estoy bien, pero mi mamá ha estado muy mal de salud desde hace varios
meses, en la casa estamos preocupados por ella.
Este escenario, aunque es hipotético, representa una realidad que se ha vuelto común.
Las labores ministeriales hacen que nos olvidemos de las personas que Dios ha colo-
cado desde temprana edad a nuestro alrededor y que también necesitan de su gracia en
sus vidas. Una forma de mostrarles que Dios los ama es a través del amor de nosotros
hacia ellos.
Usted puede argumentar que “nadie es profeta en su propia tierra”, pero lo que no de-
bería permitir es que ese argumento haga que se olvide de sus familiares. Recuerde,
usted es un modelo de vida dentro y fuera de la iglesia, y al igual que con sus hijos, las
personas prestan más atención a lo que usted hace que a lo que usted dice. Muestre con
sus actos que Cristo lo ha trasformado, modele el carácter de Dios en su vida para que
ellos puedan tener una experiencia con Jesús a través de nosotros. El pastor debe tener
una vida equilibrada, debe ser fiel mayordomo del ministerio que Dios le ha entregado,
y a la vez debe ser un buen mayordomo de su familia.
El Pastor Metodista Libre: su Vida Familiar 69
PASTORES Y PASTORAS, ESPOSOS Y
ESPOSAS
El Apóstol Pablo nos expresó que ya en Cristo no hay hombre ni mujer porque todos
son uno (Ga. 3:28 cf. Ro. 5:19). Pablo apoyó tanto el ministerio de hombres como el
de mujeres. Observamos a varias mujeres trabajando con él en el ministerio: Febe, la
diaconisa (Ro. 16:1-2), Junias, quien Pablo le llama una apóstol (Ro. 16:7), Priscila,
junto con su esposo Aquila (Ro. 16:3; Hch. 18:18-28). De ahí podemos concluir que
Dios ha llamado a hombres, mujeres y parejas a ejercer el liderazgo. Todo el liderazgo
debe ser saludable, en armonía, respeto y sumisión mutua en amor.
En la Iglesia Metodista Libre creemos que Dios llama a mujeres
tanto como a hombres para usar sus dones y habilidades de lleno
en la causa de Cristo. No hay ningún ministerio en la iglesia que
es exclusivamente para hombres –las personas son asignadas de
acuerdo a sus dones, no su género. Para saber más de la posición
bíblica de la Iglesia Metodista Libre en cuanto al ministerio de la
mujer lea el libro “La Ordenación de la Mujer”; este fue escri-
to por el fundador de la Iglesia Metodista Libre, Benjamin Titus
Roberts en el siglo XIX. En 2018 fue re-publicado por Benjamin
Wayman en español e inglés. La introducción fue escrita por la
Dra. Delia Nüesch-Olver, directora del Área Latinoamericana de Misiones Mundiales
Metodistas Libres.
La ordenación y asignación como pastor tiene implicaciones para el cónyuge. Veamos
algunas posibilidades.
• Uno de los dos es pastor y el otro no. No hay un rol definido o conjunto de expec-
tativas para la esposa del pastor o el esposo de la pastora. Esperamos que apoyen
el ministerio de su cónyuge y que estén involucrados en la iglesia como cualquier
otro miembro, aceptando actividades y responsabilidades de acuerdo a sus dones y
capacidades. En algunas denominaciones a la esposa del pastor le llaman pastora y
el esposo de la pastora es automáticamente llamado pastor. Nosotros intencional-
mente resistimos esa costumbre, reservando el título de pastor o pastora a la persona
que ha sido ordenado o está en el proceso de formación pastoral en camino hacia la
ordenación.
• Compañeros o socios en el ministerio. Hay muchas parejas pastorales que trabajan
juntos en el ministerio, ambos ordenados o no. Celebramos y le damos gracias a
Dios por eso. Pero esa no es la expectativa de la denominación o iglesia; es por elec-
ción de la pareja. Se le da la asignación pastoral a la persona que ha sido recibido
como candidato o ha sido ordenado, no al cónyuge. Evaluamos a cada candidato al
ministerio como individuo y ordenamos a personas, no parejas. Para completar el
proceso de formación pastoral y ser ordenado, uno tiene que demostrar un llamado
claro y especifico de Dios y los dones y fruto –no es simplemente cuestión del nivel
de actividad o compromiso con la iglesia, o de relación matrimonial.
• El esposo y la esposa son candidatos al ministerio u ordenados. En este caso general-
mente sirvan como co-pastores de la misma iglesia con responsabilidades definidas
y divididas entre los dos. Pero si los dos son ordenados implica que ambos tienen
70 El Pastor Metodista Libre: su Vida Familiar
los dones y habilidades para ser asignados a una iglesia independientemente de su
esposa o esposo. Las asignaciones pastorales deben tomar en cuenta las necesidades
de la familia, no pidiendo una asignación ministerial que va a traer daño a los hijos
o al matrimonio.
Actualmente hay varias parejas pastorales sirviendo en la Iglesia Metodista Libre La-
tinoamericana. El esposo es director del distrito y la esposa es pastora titular de una
iglesia; la esposa es pastora de una iglesia y el esposo es formador de PIC, dirigiendo
un Centro de Formación de PIC; o en el sistema de PIC los dos están comenzando di-
ferentes Casas de Paz y entrenando a otros líderes para la multiplicación.

PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

¿Qué tan consciente es de que su cónyuge es imagen de Dios?

¿Cuál es el rol que usted desempeña en su hogar, en su familia y cómo lo


mantendrá?

¿Qué tan consciente es de qué su esposa/o necesita algo de usted?

¿Cómo hará que la intimidad sexual en el matrimonio sea una gran


bendición y fuente de satisfacción?

¿Cómo hará para mantener su pureza sexual matrimonial o soltería?


El pastor Metodista
5 Libre: Biblia y estudio

Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a comprender la centralidad de la Biblia y su estu-
dio en las labores pastorales.

Resultados de la lección
Al concluir esta lección el estudiante:
• Comprenderá la importancia de la Biblia en la labor pastoral.
• Comprenderá que La Escritura es el libro fundamental para la te-
ología.
• Identificará los problemas más comunes en la labor pastoral.
• Tomará conciencia de lo importante que es el estudio de la Biblia
para el ministerio.
• Tomará conciencia de su responsabilidad ante Dios por su enseñan-
za.

Contenido
• Libro mío
• El lugar de la Biblia en el ministerio
• La interpretación de la Biblia
• El pentalátero Wesleyano
• El estudio en una institución formal
• El estudio como disciplina espiritual
• La predicación
• La enseñanza
• Preguntas de reflexión
72 El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio
LIBRO MÍO
Libro mío, libro en cualquier tiempo y en cualquier hora,
bueno y amigo para mi corazón, fuerte, poderoso compañero.
Tú me has enseñado la inmensa belleza y el sencillo candor,
la verdad terrible y sencilla en breves cantos.
Mis mejores amigos no han sido gentes de mis tiempos;
han sido los que tú me diste: David, Rut, Job, Raquel y María.
Con los míos éstos son mis gentes, los que rondan en mi corazón y en mis oraciones,
los que me ayudan a amar y a bien padecer.
¿Cuántas veces me habéis confortado? Tantas como he estado con la cara en la tierra.
¿Cuándo acudí a ti en vano, libro de los hombres, único libro de los hombres?
Por David amé el canto, merecedor de la amargura humana.
En Eclesiastés hallé mi viejo gemido de la vanidad de la vida,
y tan mío ha llegado a ser vuestro acento que ya ni sé cuándo digo mi queja
y cuándo repito solamente la de vuestros dolores.
Nunca me fatigaste, como los poemas de los hombres.
Siempre eres fresco, recién conocido, como la hierba de julio,
y tu sinceridad es la única en que no hallo peligro, mancha disimulada de mentiras.
Tu desnudez asusta a los hipócritas
y tu pureza es odiosa a los libertinos.
Yo te amo todo, desde el nardo de la parábola hasta el adjetivo crudo de los Números.
Gabriela Mistral

El poema que acabamos de leer es el poema de una mujer que ha


entendido el lugar de la Biblia en su vida. Un libro para cualquier
tiempo y hora, bueno y amigo para el corazón, fuerte, poderoso
compañero. Es hermoso leer todo el poema y observar cómo la Pa-
labra ha penetrado tanto en su vida que la Biblia ya tiene un lugar
en su vida. La Biblia le ha enseñado la belleza de Dios y la vida.

EL LUGAR DE LA BIBLIA EN EL MINISTERIO


L a Biblia, primero que todo, debe hallar lugar en la vida del ser humano, debe pene-
trar hasta lo más profundo del corazón y hallar cabida allí en todo tiempo y lugar.
Al hallar cabida en la persona crea una dependencia a la voz de Dios y Él dirige a la
persona. Allí radica la importancia, si el pastor descuida leer, estudiar y meditar en la
Biblia: ¿cómo va a interpretar su Palabra de manera correcta y entender su voluntad?
¿Cómo va a saber qué debe hacer? ¿Qué pasos tomar? ¿Cómo guiará el rebaño de
Dios y hacia dónde? Se dice que el pastor que no ora ni lee la Escritura hace su propia
voluntad, y él es la cabeza de la iglesia, no Dios. Por esta razón la Biblia debe tener un
lugar en nuestro corazón para escuchar su voluntad y más como pastores y pastoras que
apacientan la grey de Dios. Si la Biblia no tiene lugar en la vida del pastor, el pastor
puede ser llevado por cualquier tipo de doctrina que surja.
El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio 73
El salmista reconoció que la Palabra de Dios era su lámpara, su guía
en la noche oscura y en el camino pedregoso. Esta lámpara guiaba
su camino, le permitía ver las piedras y obstáculos en la noche
oscura, evitaba que él cayera o se desviara del camino a casa.
La lámpara lo guiaba por el camino correcto (Sal. 119:105). Por
esta razón encontramos también que Jesús expresó: “Ustedes es-
tudian las Escrituras con mucho cuidado porque piensan que las
Escrituras les darán vida eterna, pues esas mismas Escrituras son
las que dan testimonio de mí” (Jn. 5:39). Esto lo entendía Pablo y por
esa razón la Escritura siempre halló lugar en su corazón y ministerio
(2Ti. 4:13).
Pablo como un hombre lleno del Espíritu Santo y un hombre comprometido con la
Palabra de Dios exhortó a Timoteo a permanecer firme en lo que había aprendido de la
Escritura. Timoteo estaba convencido de la verdad de la Palabra de Dios. Así que Pablo
le expresó al joven pastor que la Escritura le podía dar la sabiduría necesaria para la
salvación mediante la fe en Cristo Jesús (2Ti. 3:14-15).
La misma Escritura es respirada por Dios con el propósito de: 1) enseñar la voluntad de
Dios, lo que es verdad, 2) redargüir de pecado, 3) corregir cuando estamos equivoca-
dos, nos disciplina, y 4) nos enseña a hacer lo correcto, con el fin de que el hombre de
Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra, es decir, restablece
la imagen de Dios en la persona (2Ti. 3:16-17). De ahí que Pablo comisionó y exhortó
a Timoteo a predicar la Palabra de Dios porque venían tiempos malos, pero él debería
mantener la mente clara en lo que ha aprendido. Además, Timoteo debería presentarse
como obrero aprobado que interpreta correctamente la Palabra de verdad y no tendría
que avergonzarse (2Ti. 2:14-26). Por estas razones, la Biblia debe tener un lugar im-
portante en el ministerio del pastor Metodista Libre.
El lugar de la Biblia en las funciones que desempeña debe ser el primer libro en la
formación y guía en el ministerio. Tanto la predicación como la obra pastoral deben
nutrirse abundantemente de la Escritura. La Palabra debe ser no solo la fuente de ins-
piración del ministerio, sino también la esencia misma del mensaje. La Biblia describe
comportamientos específicos que nos guían a crear y mantener una comunidad bíblica
saludable. Instamos a todas las personas a vivir vidas dignas del llamado que hemos
recibido. Nos esforzamos por ser humildes y apacibles, pacientes, soportándonos unos
a otros en amor. En todas nuestras acciones procuramos guardar la unidad del Espíritu
en el vínculo de la paz (Ef. 4:1-3).

LA INTERPRETACIóN DE LA BIBLIA
La Biblia es una guía precisa que Dios nos ha dejado para el camino de salvación (Jn.
5:39); en ella encontramos la voz de Dios por medio de las palabras humanas. Así que
para escuchar la voz de Dios debemos interpretar las palabras humanas en su contexto
e intención. Allí radica la importancia de la interpretación de la Biblia. La correcta
interpretación hace audible su voz hoy, en el pueblo de Dios. Por esta razón la tarea
del pastor es interpretar para escuchar la voz de Dios y guiar al rebaño a su voluntad.
Por esto Pablo exhortó a Timoteo a usar bien la Escritura de modo que no tuviera de
74 El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio
qué avergonzarse (2Ti. 2:15). La buena interpretación requiere tiempo, esfuerzo y
dedicación.
La interpretación bíblica es transferir fielmen-
te el significado del texto bíblico que el autor
humano inspirado por el Espíritu Santo comu-
nicó a la primera audiencia. La interpretación
es también llamada “hermenéutica”. La her-
menéutica se define como la ciencia y el arte de la interpretación bíblica. Por un
lado es una ciencia puesto que tiene una serie de reglas que llevan un sistema ordenado
para lograr la interpretación adecuada. Por otro lado, es arte porque la comunicación
del mensaje es flexible y, si se aplica de manera rígida y mecánica, se puede distorsio-
nar el sentido del texto. Así que, para cumplir el propósito que Pablo le encomendó a
Timoteo es necesario aprender las reglas de interpretación, al igual que usar el arte para
realizarlo correctamente.
Si la Escritura se entendiera correctamente por todos los creyentes de manera automá-
tica, no habría necesidad de maestros divinamente dotados para instruir y edificar la
iglesia (Ef. 4:11-13). Pero como no es así, hay pasajes que no entendemos porque se
escribieron en diferentes idiomas, en otras épocas y culturas. Así que Dios proveyó el
ministerio de la enseñanza en la iglesia. Por esta razón el pastor debe ser una persona
dedicada a estudiar la Biblia como alimento espiritual pero también para entender la
Escritura de manera correcta y poder explicarla de manera fidedigna. Como pastores
y pastoras debemos estar atentos a ser enseñados por la Biblia y cambiar las creencias
que hemos aprendido o malinterpretado. La correcta interpretación nos debe llevar a
cambiar nuestra teología, de manera que sea cada día más bíblica. Juan Wesley expre-
só que si cada 7 años no podía quemar sus escritos y hacerlos más bíblicos no estaba
avanzando en el conocimiento acerca de Dios.
Como pastor debe alimentar la congregación con la Pablara de Dios. Por lo tanto, le
animamos a que la lea y la estudie, busque la interpretación del texto usted mismo
pero también interprete la Escritura en comunidad; es decir, lea buenos comentarios
del pasaje bíblico que está estudiando. Esto le ayudará a evitar presuposiciones erra-
das, la cuales le llevaran a interpretaciones erróneas y, como es de esperarse, una mala
interpretación tendrá como resultado una mala aplicación para su vida y ministerio.
Le animamos que use bien la Palabra de verdad de modo que no tenga de que aver-
gonzarse. El estudio de la Escritura es una herencia Metodista Libre. Por tal motivo,
hemos preparado un módulo de interpretación bíblica que le ayudará con esta labor de
interpretar la Biblia.

EL PENTALÁTERO WESLEYANO
El estudio de la Escritura como herencia Metodista nos capacita como ministros de
Dios para ser fieles a la su Palabra. Como expresamos en la lección dos, Juan Wesley,
el fundador del movimiento Metodista se vio enfrentado a los dogmas. Es decir, se vio
enfrentado a los sistemas de pensamiento que se tenían por ciertos y que no podían
ponerse en duda dentro del sistema doctrinal de su época. Había muchas personas
que creían diferentes dogmas que enseñaban la tradición o cultura pero que no eran
El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio 75
bíblicos. De igual manera, nosotros como pastores y pastoras nos vemos enfrentados
a diferentes vientos de doctrinas (2Ti. 4:1-5). Juan Wesley estudió este fenómeno y lo
llamó “problema del entendimiento”.
El pentalátero wesleyano ofrece las fuentes del conocimiento cristiano que ayudan
a corregir este “problema de entendimiento”. Aunque él nunca lo sistematizó, en los
escritos y enseñanzas de Juan Wesley podemos ver cinco grandes fuentes que nos ayu-
darán a un correcto conocimiento bíblico: 1) la Escritura, 2) la razón, 3) la tradición,
4) la experiencia y 5) la creación. Dios nos habla a través de las cinco fuentes. Pero
la Escritura es la fuente más importante de todas y que evalúa las otras. Pero a la vez
logramos entender la Escritura por medio de las otras cuatro fuentes. Estas fuentes las
usamos en conjunto. Observemos este pentalatero que nos ayuda a tener un conoci-
miento más bíblico:
1. Las Escrituras: son la fuente de instrucción y vida del cristiano. Pues, Toda la
Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y
para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capaci-
tado para toda buena obra (2Ti. 3:16-17). La Biblia es la Palabra de Dios en forma
escrita, y es la única regla a seguir tanto en la fe como en la práctica. La Escritura
provee, confirma y aumenta la verdadera sabiduría, y es la norma a usarse para dis-
tinguir entre el bien y el mal. La lectura de la Biblia es un medio de gracia por el cual
el mismo Espíritu Santo que inspiró a los escritores bíblicos obra en los creyentes
para ayudarles a entender lo que leen. Además, Dios nos dio la razón, con la cual
leemos toda la Escritura.
2. La razón: para Wesley el cristianismo es una “religión verdaderamente racional”,
porque está a tono con la razón eterna o la verdadera naturaleza de las cosas. La
naturaleza de Dios es racional del mismo modo que el universo es racional, tiene su
lógica. Así lo creó Dios y como Dios es racional, el universo tiene una estructura
racional. De igual manera el ser humano es un ser racional como Dios. La razón
nos ayuda a entender mejor la Escritura, y de manera más intencionada al usar la
lógica y la razón a través del estudio de la Escritura nos ayuda a entender los pasajes
difíciles de interpretar. Tener en cuenta esto nos ayudará en la interpretación de la
Escritura. Aquí lo que hacemos es buscar que dice toda la Escritura. Si hay algún
pasaje difícil de interpretar buscamos otro pasaje más claro y que nos ayude a en-
tender el pasaje difícil.
3. La tradición: esta hace referencia a los escritos de los Padres de la iglesia, es decir
los escritos de los líderes cristianos de los primeros tres siglos. Además, Wesley
consultaba con los que tenían experiencia en los asuntos de la Escritura, con sus
contemporáneos. En pocas palabras Juan Wesley investigaba cómo se había inter-
pretado el pasaje a través de los siglos, y cómo interpretaban los ministros contem-
poráneos este pasaje. Este contraste de pensamientos le ayudará a tener una visión
más amplia y equilibrada. Wesley evaluaba qué argumento se acercaba a la verdad
bíblica y por qué. Reflexionaba sobre el pasaje, acudía a la experiencia, a la misma
creación y después decidía. Así era que aprendía para luego enseñarlo.
4. La experiencia: Wesley le daba mucha importancia a la experiencia. El cristianis-
mo es “la religión de la experiencia”. Es la “experiencia fundamental de la persona”,
algo que pasa en su interior antes de que se convierta en un “esquema o sistema de
76 El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio
doctrina”. Lo que la doctrina hace es describir esta experiencia, la realidad de la
transformación de la persona en imagen de Dios. La Escritura describe esta trans-
formación y el verdadero cristiano pasa por la experiencia que la Biblia describe.
La “Experiencia” es el cumplimiento en la interioridad del cristiano de esa santidad
que enseña la Biblia y que está enlazada a las palabras bíblicas a través del poder
del Espíritu Santo.
5. La creación: al igual que otros teólogos de su época, Wesley comprendía que Dios
se revela en su creación; es decir, “las cualidades invisibles de él, su eterno poder
y naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó” (Ro. 1:20).
Sin embargo, comprendía que la enfermedad del pecado trajo la enemistad, un di-
vorcio, entre las personas y su hacedor y entre las personas y su mundo, su entorno,
el cual es el planeta tierra (Snyder, 2016, pág. 20). El plan misericordioso de Dios
de restauración final debería “ablandar nuestros corazones hacia las miserables cria-
turas, recordando que el Señor que se preocupa por ellas debería acrecentar nuestros
corazones hacia esas pobres criaturas que no importa cuán indignas nos parezcan, de
ninguna de ellas se olvida nuestro Padre que está en los cielos”.
En resumidas cuentas Juan Wesley utilizó las Escrituras, la ra-
zón, la tradición, la experiencia cristiana y la creación como
las fuentes para construir su teología. Sin embargo, todas sus
creencias debían estar acordes con la Escritura. Juan Wesley
estaba abierto a correcciones relacionadas con sus enseñanzas
siempre y cuando presentaran pruebas claras provenientes de
la Escritura y estas lo convencieran. Él dijo que era un hombre
de un solo libro: la Biblia. Como vimos antes, eso no quiere
decir que no leía otros libros. Él leyó muchos libros de muchas fuentes. Él creía en la
importancia de estudiar y ejercitar el cerebro y desarrollar el uso de la razón. Pero para
él la Biblia estaba en una categoría diferente, estaba por encima de cualquier otro libro.
Juan Wesley el fundador del Metodismo es un modelo a seguir de una sana interpreta-
ción de la Biblia. Esta es nuestra herencia y deseamos que cada ministro sea compro-
metido con la interpretación Bíblica.

EL ESTUDIO EN UNA INSTITUCIÓN FORMAL


La eficacia en el ministerio depende de la fidelidad a la Palabra de Dios, que es el ins-
trumento del Espíritu Santo. Esta fidelidad no es el celo por ciertos textos o por unas
doctrinas predilectas, que a menudo se sostienen por herencia y no por la convicción
formada en el estudio personal. Tampoco es el uso reiterado de temas, generalmente
expresados en frases hermosas, pero estereotipadas y desgastadas por el abuso. La leal-
tad a las Escrituras nos impone escudriñar profundamente cada vez más en la inmensi-
dad de todo el consejo de Dios.
El mínimo de capacitación bíblica obliga a conocer y discernir los hechos históricos del
Antiguo y Nuevo Testamentos, a observar el progreso de la revelación divina a través
de los siglos hasta culminar en Jesucristo. Por esta razón, nuestro currículo de Forma-
ción Pastoral incluye módulos en Panorama del Antiguo y Nuevo Testamento. Estos
El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio 77
módulos nos dan el conocimiento básico de cada uno de los libros del canon bíblico. El
ministro debe estar familiarizado con lo más básico de la poesía, la profecía y la ética
bíblica y tener una clara comprensión de las doctrinas fundamentales (Dios, el hombre,
el pecado, Jesucristo, la salvación, etc.) (Martínez, s.f.).
Por esta razón, como Iglesia Metodista Libre hemos diseñado 19 cursos que le darán
un conocimiento básico de la Escritura, la teología, la historia y el ministerio pasto-
ral. Los candidatos pueden tomar los 19 cursos como parte de un grupo de formación
de Plantación de Iglesias Comunitarias, con un grupo de estudio con su pastor o un
curso intensivo ofrecido por el distrito o en un instituto o seminario. Es fundamental
completar bajo la instrucción de un formador o en un seminario o instituto local los 16
cursos que restan del currículo de Formación Pastoral. Sin embargo, al ir un seminario
se tomará la decisión en virtud de los contenidos y los énfasis de cuáles cursos se les
homologa y cuáles no.

EL ESTUDIO COMO DISCIPLINA ESPIRITUAL


Juan Wesley en el siglo XVIII daba sólidas razones para romper con la división que
existía entre la fe y el estudio. Así que escribió:
Estudiar más y más, e insistamos en que nuestro pueblo y sus líderes aprendan más
cada día. Pero no lo hagamos para defender el prestigio de nuestro grupo o de nuestro
movimiento, sino para que todo ello sea expresión de que amamos a Dios con toda la
mente, y porque nos estamos capacitando para servir más y mejor (Magallanes, 2005,
pág. 14).
Lamentablemente algunos pastores y pastoras no consideran el estudio como una disci-
plina espiritual que le ayudará en su quehacer ministerial. Algunos piensan que la letra
mata y el Espíritu vivifica (2Co. 3:6). Sin embargo, este pasaje está mal interpretado
(véase el módulo de Interpretación Bíblica, lección 1). Pero es aún más lamentable
cuando personas se acercan a ellos en busca de consejería relacionada con sus estudios
y sus consejos no apuntan a un aprendizaje continuo. Sin lugar a dudas, la herencia de-
jada por otros acerca de la separación entre la fe y la educación creó una fuerte dosis de
anti-estudio que prevalece hasta nuestros días. Con el fin de contrarrestar esta cultura,
hemos preparado un par de módulos en este proceso de Formación Pastoral: “Métodos
de Estudio Bíblico” e “Interpretación Bíblica”, que le incentivarán al estudio, le ayu-
darán a comprender la belleza de estudiar para conocer más a Dios.
Si nosotros como pastores y pastoras no le otorgamos la sufi-
ciente importancia al estudio como una disciplina espiritual
nos expondremos a que nosotros y el rebaño, terminemos
prestando atención a diversas y dudosas doctrinas, filo-
sofías y movimientos. Por lo tanto, es vital que nosotros
como pastores y pastoras seamos diligentes en el estudio
de la Escritura. Al igual que el estudio de otras fuentes
como psicología, consejería, derecho o cualquier otro
estudio que nos ayude a desarrollar los dones y virtu-
des. Toda verdad es de Dios y beneficia a la iglesia.
78 El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio
Así podemos ofrecer respuestas en el área espiritual, consejos apropiados con princi-
pios bíblicos y la guía necesaria que la congregación necesita. En este sentido, el libro
de Proverbios constantemente nos llama a adquirir sabiduría, observemos:
• El corazón entendido va tras el conocimiento; la boca de los necios se nutre de
tonterías” (Pr. 15:14).
• El corazón prudente adquiere conocimiento; los oídos de los sabios procuran hal-
larlo” (Pr. 18:15).
• Los sabios son más poderosos que los fuertes, y los que tienen conocimiento se
hacen cada vez más fuertes (Pr. 24:5).

De la misma manera el profeta Oseas comenta: “...pues por falta de conocimiento mi


pueblo ha sido destruido. Puesto que rechazaste el conocimiento, yo también te recha-
zo como mi sacerdote...” (Os. 4:6).
Ya conocemos algunos de los llamados que las Escrituras nos hacen para mantenernos
estudiando, ahora es lógico que nos preguntemos: ¿qué debo estudiar? Pues, primero
que todo, la Biblia. Al igual que el estudio, esto debe estar compuesto por una variedad
de literatura. Es decir, comentarios bíblicos, libros que estén enfocados en las discipli-
nas espirituales, nuevas perspectivas bíblicas de la iglesia y el ministerio. Un pastor
que desea ser efectivo en su ministerio debe leer libros sobre principios de liderazgo;
esto es fundamental pues mucho del ministerio tiene que ver con cómo dirigimos, or-
ganizamos y movilizamos a los creyentes para la misión de Dios. Un pastor efectivo
tiene que saber cómo hacer, desarrollar y trabajar un plan, cómo manejar las finanzas,
y otros principios de la buena administración (esto lo veremos en la siguiente lección).
Algunos temas que hemos mencionado aparecen en internet en formato de libros, con-
ferencias, podcasts, seminarios, etc. Estos recursos son una excelente herramienta que
nos ayudan a una formación continua para un servicio de excelencia en el ministerio
que Dios nos ha entregado. Sin embargo, debemos resaltar que en internet usted puede
tener acceso a una gran variedad de recursos nuevos que contienen doctrinas malsa-
nas o trivialidades. Así que expresamos lo que el apóstol Pablo expresó: “Examinadlo
todo; retened lo bueno” (1Ts. 5:21).
Por otro lado, debemos estudiar libros que nos ayuden a conocer la cultura, la situación
de la región, país o el mundo. Esto con el fin de hacer una buena aplicación de la Pala-
bra de Dios en un mundo globalizado.
Nosotros como pastores y pastoras debemos leer libros que no solamente llenen nues-
tra cabeza de conocimiento, sino que también fortalezca nuestra relación con el Señor.
Libros que incrementen en nosotros el amor por el Señor y nuestra confianza en la
Escritura. Como toda la vida es un aprendizaje los pastores y pastoras debemos estar
actualizándonos constantemente. Si comprendemos la importancia de seguir estudian-
do probablemente nos preguntemos: ¿cómo he de estudiar? Teniendo en cuenta que
Dios nos habla por medio de su Palabra, la lectura de la Biblia será un aspecto básico
para nuestro crecimiento como pastor. Además de la lectura, la reflexión nos ayudará
a interiorizar los principios de la lectura. Sin embargo, nosotros debemos estudiar la
Escritura. El estudio de la Escritura debe ser con gozo y regocijo en su presencia. El es-
tudio nos debe llevar de rodillas, delante de Dios en oración por descubrir las verdades
El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio 79
bíblicas que confrontan nuestra vida y comunidad. El estudio desarrollará en nosotros
una mente que pueda ser capaz de organizar y comunicar claramente la verdad de cada
pasaje.
Un último aspecto del que debemos cuidarnos son las motivaciones por las cuales
estudiamos. El estudio como disciplina espiritual no debería estar basado por el deseo
de obtener una posición determinada. Más bien, por el anhelo de aprender la verdad y
compartirla con la congregación y comunidad con el propósito de ayudar a otros en sus
ministerios o con áreas especializadas del conocimiento.

LA PREDICACIÓN
El libro de los Hechos muestra que la iglesia crecía, se fortalecía y se multiplicaba
por medio de la predicación. Por tanto, es lógico que nosotros
deseemos este modelo bíblico para la congregación. Debemos
notar que el crecimiento de la iglesia se dio por medio de la
predicación de la Escritura (2Ti. 3:16-17). Observemos que en
el primer sermón de Pedro y el resto de sus sermones, él recu-
rrió continuamente a la Escritura (Hch. 2:17-21, 25-28; 3:13 etc.).
De igual manera, lo hizo Pablo que recurrió a la Escritura cuando les
predicaba a los judíos que esperaban al mesías (Hch. 14:1, 22:1-6). Aunque
Pablo no citó la Escritura cuando le predicaba a los gentiles, no perdió de vis-
ta el mensaje del evangelio (Hch. 17:31). La predicación llevó al crecimiento
numérico y a través de la Escritura la iglesia se fortalecía. Por esta razón, la
Escritura es la fuente de predicación del pastor. Y esta predicación bíblica llevará al
crecimiento numérico y fortalecimiento de la iglesia.
Uno de los problemas que tenemos en la actualidad es que muchas congregaciones han
crecido sin tener un fundamento sólido de la fe bíblica. Muchos con el afán de llenar
las iglesias han cambiado la predicación de la Escritura por métodos de autoayuda y
superación personal, “pasos para el éxito”, “cinco pasos para liberar un endemoniado”,
etc. Otros han adoptado la creencia que cada servicio o escuela dominical debe ser un
show para atraer a más personas al servicio. Como pastor, entre otras cosas, usted está
llamado a predicar la Palabra.
La sana predicación de la Palabra llevará al crecimiento de la iglesia, un crecimiento
verdadero y duradero. Por esta razón, en los sermones que prediquemos no debemos
usar la Biblia simplemente como libro del cual podemos extraer puntos aislados del
texto que sustente nuestras creencias, ideas y pensamientos. Al contrario, nuestros ser-
mones deben mostrar y evidenciar fielmente el mensaje que Dios le quiso comunicar a
su primera audiencia cuando inspiró la Escritura.
Para entender la seriedad que tenemos al predicar, en el proceso de Formación Pasto-
ral hemos desarrollado un módulo que se llama: Predicación para la Transformación,
en donde verá más detalladamente el tema la predicación. Así que aquí presentamos
algunos principios de manera breve que nos ayudan a desarrollar una predicación más
efectiva:
• Seguridad de las Escrituras. Para predicar de manera efectiva la Escritura, no-
sotros como pastores/as y predicadores debemos estar totalmente convencidos de
80 El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio
que la Escritura es la Palabra de Dios y que Él la usa para realizar su obra (Is. 55:11).
Por tanto, esperamos que cada uno de nosotros tenga la fe suficiente para creer en
la infalibilidad de la Biblia, de lo contrario no habrá manera que pueda predicar la
Palabra con eficacia, autoridad y convicción.
• La Palabra habla por sí sola. Muchas veces será complicado ciertos temas de la
Biblia, quizás tengamos inconveniente con respecto a la gracia de Dios, su sober-
anía, las buenas obras y la exclusividad de Cristo como Salvador. Es allí donde
debemos cuidarnos de no predicar lo que nosotros pensamos sino lo que la Biblia
dice.
• Enfoque sus sermones a la obra de Cristo. Al predicar tengamos en cuenta que
nuestro propósito es que todos, tanto creyentes como no creyentes, rindamos nues-
tra vida a Cristo. Obviar esto daría a nuestra prédica otro tipo de connotación, por
tanto, la persona de Jesús siempre debe jugar un papel importante en nuestras predi-
caciones. Para lograr esto, aconsejamos que tengamos en cuenta que cada pasaje de
la Biblia tiene tanto un contexto inmediato como un contexto más amplio. El con-
texto inmediato está conformado por una serie de temas e ideas que podemos elegir
según la ocasión o el público al cual nos dirigimos. Pero el contexto más amplio es
innegociable, es siempre el plan de redención de Dios. Así que, aun cuando nuestras
predicaciones estén basadas en la parte orgánica de la iglesia como la mayordomía,
las relaciones interpersonales o los dones espirituales, siempre debemos abarcarlo
desde la perspectiva de la redención.
• Estudie disciplinadamente. Nunca tendremos el conocimiento suficiente de un
tema, siempre hay algo más que aprender. La predicación de la Palabra de Dios
requiere de un estudio diligente, la lectura, meditación y oración deben ser parte
de nuestro estudio continuo. Otra parte importante del estudio es la aplicación del
mensaje a la congregación. Para esto es clave conocer las necesidades, debilidades
y fortalezas de la congregación. Por tanto debemos estudiarlos, este estudio solo es
posible conviviendo con ellos y sirviéndoles.
• Claridad de la Predicación. Para predicar claro debemos encontrar un tema claro
en la Escritura y respaldado por puntos igualmente claros. Un sermón no es un co-
mentario extendido sobre un pasaje de la Escritura. Se trata más bien de encontrar
el tema principal de un pasaje en particular y mostrar cómo ese pasaje desarrolla el
tema. Para hacerlo correctamente hay algunas preguntas que nos orientan: ¿de qué
está hablando el pasaje? y ¿qué es lo que dice con respecto a este tema del cual está
hablando? La respuesta a la primera pregunta es el tema, y la respuesta a la segunda
pregunta son los puntos y sub-puntos.
• Predicar con sencillez. Sencillez no significa superficial o mediocremente, es nece-
sario que conozcamos el tema a profundidad pero que a la vez lo trasmitamos de
manera sencilla y clara. La predicación con sencillez abarca el lenguaje; por tal
razón, debemos usar palabras que todos puedan entender, desde el niño hasta el
anciano. Si ha de usar una palabra técnica porque es necesaria, debemos explicarla
a la brevedad, pero de manera clara; hacerse
comprender es mejor que sorprender.
• La oración. La oración es el medio de
gracia que oxigena la predicación. La oración no debe ser aislada del tema
El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio 81
enseñado. Nuestra predicación debe estar llena de oración, desde el estudio hasta la
finalización de la predicación. Aun cuando creamos tener todo el mensaje en nuestra
mente, no nos cerremos a la voz de Dios, al momento que escribimos o predicamos,
Dios puede hablarnos y darnos ese toque único que viene directamente de su cora-
zón para su rebaño.
La predicación no es una tarea fácil de realizar debido a la serie de elementos que
debemos tomar en cuenta para construir un mensaje efectivo. La predicación puede
traer mucha presión a nuestra vida. Sin embargo, ante esta posible realidad, lo que
debemos hacer es confiar en el Señor y confiar que el mensaje que estamos preparando
es el mensaje que Dios tiene para su rebaño. No confiamos en nuestras propias fuerzas
y conocimientos, más bien descansamos en Dios y en el propósito por el cual nos ha
llamado.

LA ENSEÑANZA
Tengan cuidado de sí mismos y de todo el rebaño... porque sé que
después de mi partida entrarán en medio de ustedes lobos ra-
paces, que no perdonarán al rebaño (Hch. 20:28-29). En esta
porción de la Biblia el apóstol Pablo hace un llamado de
atención a los líderes de la iglesia. Los líderes deben cuidar
la congregación de factores internos y externos que pueden
dar como resultados doctrinas corruptas. La forma en que
como pastores/as podemos combatir esto y construir defen-
sas sólidas en la congregación es por medio de la enseñanza
bíblica.
Al igual que las personas, las iglesias necesitan de una dieta sana y balanceada para
poder crecer y reproducirse de manera saludable. Así que la enseñanza juega un rol
importante porque es el alimento que nutre al creyente. La enseñanza está compuesta
por dos elementos o categorías, los valores centrales y los valores doctrinales: “Ten
cuidado de tu conducta y de tu enseñanza” (1Ti. 4:16). Con respecto a la enseñanza
debemos tener en cuenta que como pastores/as nuestro objetivo es ser mensajeros de
Cristo para la congregación y la comunidad. Por lo tanto, aun cuando las personas de-
seen escuchar mensajes que satisfagan sus deseos, debemos siempre recordar nuestra
posición como mensajero. No tenemos la autoridad para inventar o tergiversar el men-
saje, por el contario debemos entregarlo fielmente como lo hemos recibido. De ahí que,
Santiago nos dice: “no pretendan muchos de ustedes ser maestros, pues, como saben,
seremos juzgados con más severidad” (Stg. 3:1).
Si realmente deseamos cuidar lo que enseñamos, lo más recomendable es que estudie-
mos la doctrina de la iglesia primitiva en el libro de Hechos. Este libro expresa que: “se
mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento
del pan y en la oración” (Hch. 2:42). Las enseñanzas a la cual se refiere Lucas, el autor
de Hechos, es el conjunto de creencias que se encuentran en la Escritura. Por tanto, las
enseñanzas basadas en la Escrituras siempre serán la brújula para nuestra enseñanza,
para los asuntos ministeriales en general y los relacionados con la vida.
82 El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio
Aunque hemos hablado de factores internos que colocan en riesgo la iglesia que Cristo
compró con su propia sangre, no debemos olvidarnos de los elementos externos que
de igual manera causan daños. En este sentido, existen dos serios contrincantes con los
que debemos batallar: la presión del entorno y el relativismo. Estos factores nos afectan
directamente a nosotros y a la congregación que lideramos. Pero al igual que con el
factor interno, vivir integralmente y dar una sólida enseñanza serán acciones clave para
podernos mantener en pie.
Con respecto al relativismo debemos señalar que es una enseñanza peligrosa, que mu-
chas veces parece ser una virtud. Aunque respetamos la libertad de pensamiento, es de
suma importancia que como pastores/as, nuestros argumentos tengan un sólido susten-
to bíblico. No se trata de ser arrogante, sino de escuchar y argumentar cuando deba-
mos hacerlo. Nuestra región latinoamericana cada vez es más golpeada por corrientes
orientales que tratan con el estrés (yoga, tai-chi, Do-in). Ante esta realidad nosotros
debemos estar preparados para enseñar porque creemos que nuestra verdadera paz vie-
ne y reposa en Cristo.
El entorno social también combatirá directamente con nuestras enseñanzas. Pablo ex-
presó:
Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, lle-
vados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías
que quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos. Tú, por el
contrario, sé prudente en todas las circunstancias, soporta los sufrimientos, dedí-
cate a la evangelización; cumple con los deberes de tu ministerio.
2Ti. 4:3–5
Una vez más debemos recordar que los mensajeros no editan ni adaptan una reve-
lación sino que la proclaman. Así que predica, enseña y exhorta que la iglesia no es
un club, no es un lugar de encuentro para la diversión y tampoco un sitio de interés
común. La iglesia es y siempre será una comunidad que busca el rostro del Dios
viviente. Por tanto, ¡cuide lo que enseña!
El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio 83
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

¿Cuál es el lugar de la Biblia en su vida personal, familiar y ministerial, qué


incrementaría a su vida?

¿Por qué es importante la buena interpretación bíblica y cómo lo hará para


hacer esta labor?

¿Qué aportes le hace el estudio de la Escritura y otros estudios al ministerio?

¿Qué piensa del pentalátero de wesleyano y cómo lo aplicaría a su ministerio?

¿Cómo desarrollará las habilidades para una buena enseñanza y predicación


bíblica?
El pastor metodista
6 libre: sus
responsabilidades

Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a comprender y prepararse para las responsabili-
dades generales del pastor Metodista Libre dentro de la iglesia, con la
comunidad y las leyes de gobierno.

Resultados de la lección
Al concluir esta lección el estudiante:
• Comprenderá de manera general las responsabilidades del ministerio
pastoral.
• Comprenderá la forma de ser una iglesia saludable.
• Tomará conciencia de las diferentes responsabilidades del ministe-
rio.

Contenido
• Una visión bíblica de la iglesia
• Equipar a otros para el ministerio dentro y fuera
• Hacer discípulos que hacen discípulos.
• Liderar
• La intercesión
• La evangelización
• El discipulado
• El ministerio personal
• La administración
• La planificación
• Los medios de comunicación
• El ministerio de compasión
• Preguntas de reflexión
86 El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades
UNA VISIÓN BÍBLICA DE LA IGLESIA
E l concepto de iglesia no es claro para muchos de los creyentes. Muchas personas
tanto creyentes como no creyentes asocian el término iglesia con una estructura, un
lugar o una institución. Este concepto no es bíblico. A nosotros como pastores nos toca
comprender muy bien el concepto bíblico de iglesia y enseñarlo a otros.
El Nuevo Testamento se refiere a personas que han sido “lla-
mados hacia afuera”. Es decir, están en el mundo pero no
pertenecen al mundo (Jn. 15:19). Así que, la iglesia es la
asamblea, reunión o congregación de los creyentes de to-
dos los tiempos que han creído en Cristo como su Señor
y salvador. Observemos que “Cristo amó a la iglesia y se
entregó por ella” (Ef. 5:25). Notemos que el término “igle-
sia” se aplica a personas que han creído, creen y creerán en
Cristo. Los creyentes han entrado en relación con Dios exclusi-
vamente por la obra de Cristo y ahora entran en una nueva relación con el prójimo en
amor (1Co. 11:18, 22).
Los creyentes son la morada del Espíritu Santo sobre la tierra (1Co. 3:16). Estos como
iglesia son la continuación de la encarnación de la obra de Cristo. A través de la iglesia
se hace visible Cristo en el mundo. De ahí que la iglesia es una comunidad en donde
los miembros están unidos en lazos de amor entrañable (Jn. 13:35 cf. 1Co. 13:13). Por
esta razón, la comunidad suple las necesidades físicas, emocionales y espirituales de
sus miembros (Hch. 2:42-47). Así que, la comunidad la componen solamente personas
necesitadas. Es decir, la iglesia no se divide entre necesitados y ministros. Al contrario
es allí en la comunidad de necesitados donde el necesitado pastorea (1Co. 12:29 cf.
2Co. 12:9). De ahí que, la iglesia como es un cuerpo, cuestiona el individualismo y la
autosuficiencia (1Co. 14:26).
Dios le ha dado a la iglesia la tarea de proclamar el presente y futuro reino de Dios en
el mundo por medio de la predicación de la Palabra de Dios (Hch. 20:25-27), y la ad-
ministración de las ordenanzas o sacramentos (Mt. 28:19; 1Co. 10:16,17). Así que, la
iglesia existe para adorar a Dios, para ser edificados mutuamente en la fe y a través de
los dones espirituales y proclamar el evangelio con palabras y obras de amor (1Co. 12).
La iglesia es el agente de Dios en el mundo para llevar a cabo su misión redentora y
recreadora. El mejor método para realizar la misión de Dios es a través de las Personas
y Casas de Paz que facilitan la expansión de las buenas nuevas entre los no creyentes y
hacen que la labor sea productiva y multiplicadora.
La iglesia vive el reino de Dios aquí y ahora (Lc. 17:20-21). Vive la tensión del “ya”
está el reino de Dios, “pero” todavía no. El reino de Dios ha llegado al ser humano res-
taurando las relaciones que se perdieron en la caída, pero que todavía espera el reino de
Dios en su totalidad con la segunda venida de Cristo. Sin embargo, “el reino” siempre
se refiere al señorío de Dios sobre el ser humano. De ahí que, la iglesia no siempre
ha reflejado el señorío de Dios en la vida de los creyentes, es decir, no ha reflejado el
carácter de Dios. Así que, la iglesia es un cuerpo mixto. En otras palabras, en la igle-
sia está presente el trigo: los verdaderos creyentes, y la cizaña: falsos creyentes (Mt.
13:24-30 cf. Hch. 5:1-11).
El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades 87
Aunque la iglesia es un cuerpo mixto, creemos que la iglesia local es el instrumento
principal de Dios para la evangelización mundial. Observemos que la iglesia en el li-
bro de Hechos inició en Jerusalén, luego se extendió en Judea y Samaria, llegó hasta
Roma y ha llegado hasta nosotros. La fundación de iglesias basada en los principios de
multiplicación es el medio más eficaz para trabajar hacia el cumplimiento de la Gran
Comisión (Mt. 28:19). Nuevas iglesias se deben sembrar con la visión de multiplicar-
se. Cuando esto sucede, existe el potencial para un movimiento de iglesias que puede
envolver una nación y transformar las vidas de personas por todo el país y el mundo.

EQUIPAR A OTROS PARA EL MINISTERIO


DENTRO Y FUERA
El desarrollo de liderazgos sólidos es un buen síntoma de salud eclesial. Por tanto, el
pastor debe implementar e impulsar estrategias que impulsen el crecimiento de los po-
tenciales candidatos al liderazgo a través de nuevas Casas de Paz. Los nuevos líderes
dan frescura al desarrollo de la iglesia y su misión. Cuando este proceso de desarrollar
nuevos líderes en Casas de Paz no ocurre, las personas tienden a crear un vínculo de
dependencia malsano con el pastor o líder. Esto traerá como consecuencia un estanca-
miento en la iglesia o Casa de Paz.
Como pastores debemos estar conscientes de que no somos los
dueños de la iglesia o Casa de Paz y que mientras ejerzamos las
funciones de liderazgo estamos llamados a reproducirnos, a de-
sarrollar y delegar las tareas ministeriales a otros nuevos líderes.
De igual manera impulsarlos a abrir nuevas Casas de Paz para
que realicen la misión de Dios y ejerzan el liderazgo. La Biblia
muestra varios ejemplos de grandes líderes (Moisés, Elías, Jesús, Ber-
nabé, Pablo) que ejercieron sus ministerios a la vez que empoderaban a otros para
continuar con la misión encomendada por Dios.
Antes de equipar a otros para que ejerzan el ministerio dentro de la iglesia y en las Ca-
sas de Paz, debemos ser ejemplo en nuestro estilo de vida para los potenciales líderes.
Así que debemos tener en cuenta:
• Motivos adecuados: debemos estar convencidos de que tenemos los motivos ade-
cuados para capacitar, el motivo es la causa de Cristo. Si nuestra respuesta no trae
como resultado la edificación de la iglesia y multiplicación de los líderes para avan-
zar en la causa de Cristo, es muy probable que tengamos deseos de reconocimiento
que se ocultan detrás de esta labor.
• Amor por las personas: debido a que las personas aprenden más de nuestros actos
que de nuestras palabras, es de suma importancia que nosotros amemos a las per-
sonas de manera visible, con obras de misericordia. No tendría sentido capacitar a
hombres y mujeres si realmente no amamos a las personas, y ellas no van amar a las
personas para multiplicarse en más líderes y Casas de Paz. Si no hay amor tampoco
buscarán la Persona de Paz para expandir el evangelio. El principio de la multipli-
cación es el amor a Dios y al prójimo. El amor no se define como un sentimiento
sino por lo que hacemos. Dios nos amó y lo demostró enviando su Hijo a morir en
88 El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades
la cruz por nosotros. Nosotros amamos a Dios y lo demostramos haciendo la gran
comisión, pues es lo que Dios desea que hagamos.
• Visión: las personas no solo esperan que las llenemos de conceptos acerca de la
visión, ellos esperan realmente vivir el proceso desde el principio hasta el fin. Cuán
emocionante es soñar los sueños de Dios, pero aún más emocionante es mirar cómo
se hacen realidad. Podemos utilizar el modelo Plantación de Iglesias Comunitarias
para involucrarlos en la visión y en el proceso de liderazgo a través de las Casas de
Paz y la multiplicación de líderes. Es un buen método para dar visión y para empod-
erarlos directamente en el trabajo práctico.
La iglesia es un organismo vivo que existe para traer esperanza y servir a las comu-
nidades donde se desarrolla a través de las Casas de Paz. Por tanto, los factores antes
mencionados son de vital importancia para desarrollar líderes que trabajen en la causa
de Cristo. Como pastores nuestra responsabilidad es equipar de manera integral y ver-
sátil a las personas que nos rodean, e invitarles a que descubran el propósito que Dios
tiene para ellos y ejerzan su liderazgo y sus dones.

HACER DISCíPULOS QUE HACEN DISCíPULOS


La Biblia nos enseña la necesidad de desarrollar lide-
razgos frescos que oxigene y continúe realizando la
misión de Dios dentro y fuera de la iglesia. Para tener
un liderazgo que oxigene y continúe realizando la mi-
sión de Dios debemos asegurarnos introducir el ADN
de la multiplicación de líderes (2Ti. 2:2). Es decir, los
nuevos líderes deben tener la convicción que deben
entrenar a otros para que busquen Personas de Paz y
lideren nuevas Casas de Paz. Al igual que se deben
asegurar que ellos tengan la convicción de entrenar a
otros para que busquen Personas de Paz y lideren nuevas Casas de Paz y así reprodu-
cirse continuamente.
Así que, la multiplicación: el hacer discípulos que hagan discípulos y busquen Perso-
nas de Paz y multipliquen Casa de Paz, debe estar en las venas del pastor. Aquí pode-
mos expresar que ovejas multiplican ovejas, líderes se multiplican en nuevos líderes,
los pastores se multiplican en nuevos pastores, y las iglesias se multiplican en nuevas
iglesia. Este principio es tan importante que el currículo de Formación Pastoral incluye
dos módulos acerca de la Multiplicación de Discípulos, Grupos, e Iglesias.
Observemos de una manera más detallada lo que expresó Pablo: “lo que me has oído
decir en presencia de muchos testigos, encomiéndalo a creyentes dignos de confian-
za, que a su vez estén capacitados para enseñar a otros” (2Ti. 2:2). Aquí Pablo nos
demuestra que no solo es importante hacer discípulos, sino que cada uno de ellos se
convierta en reproductores de nuevos discípulos y estos en nuevas Casas de Paz.
Sin embargo, debemos entender bien en qué consiste hacer discípulos. Hacer discípu-
los no solamente requiere enseñar un contenido, sino también establecer una relación
personal con cada uno de los discípulos dentro de las Casas de Paz. Es decir, el discipu-
El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades 89
lado no solo va dirigido a un conocimiento (cabeza), sino también lo debemos dirigir
al corazón y las manos. En otras palabras, debemos formar integralmente al discípulo
para que comprenda el concepto de la santidad pero también debemos ayudarle a que
viva en santidad (corazón) y que cada concepto bíblico lo pueda aplicar (manos). Por
ejemplo, ayudarle a hacer la Gran comisión a través de la Casa de Paz y la multiplica-
ción de líderes.
Este discipulado es claramente visible al observar la forma en que Jesús discipuló a los
doce apóstoles. De manera general, observamos que Jesús compartió con ellos en el día
a día. Jesús les enseñaba por medio de parábolas, sermones (cabeza) y la enseñanza era
acompañada con su testimonio de vida y obra, hacer discípulos. Aquí vemos que Jesús
exhortó, edificó, consoló, animó (corazón), y los envió a realizar lo que ellos habían
visto que Él hacía: hacer discípulos (manos) (Lc. 10:7). De ahí que nuestra enseñanza
debe ser integral e intencional.

LIDERAR
El liderazgo es una cualidad clave que debemos tener como
pastores para llevar a acabo los propósitos de Dios a través
de la iglesia. El liderazgo está ligado íntimamente a la visión
de Dios, Él no quiere que nadie se pierda (2P. 3:9). Por esta
razón, la Escritura da gran importancia a la visión debido a que
donde no hay visión, el pueblo se extravía (Pr. 29:18). Por tanto,
la iglesia necesita ser guiada por nosotros los pastores a cumplir
el gran mandamiento y la Gran comisión. Amamos a Dios y al
prójimo cuando realizamos la Gran comisión. La mejor manera de
cumplir el gran mandamiento y realizar la Gran comisión es a través de la visión de
PIC. Si no tenemos visión no podemos conducir a la iglesia a amar a Dios y al prójimo,
ni mucho menos realizar la misión de Dios. Allí radica la importancia de que como
pastores tengamos la visión y la habilidad de inspirar, apasionar a nuevos líderes y a la
congregación en la visión. La visión de Plantación de Iglesias Comunitarias es acorde
a los propósitos de Dios. Así que liderar requiere de la visión de Dios, alistamiento,
delegación y pasión.

Uno de los peligros de nosotros como pastores y líderes es creer que porque estamos
en un lugar de privilegio tenemos un estatus dentro de la congregación o Casa de Paz.
Como pastores debemos recordar que la iglesia o la Casa de Paz no se divide entre
necesitados y el líder o pastor. Sino que es una comunidad de necesitados, es decir, los
líderes servimos unos a otros en amor (Ro. 5:5 cf. 1Co. 13:5).
Observemos el liderazgo que enseña la Palabra del líder-siervo:
Jesús los llamó y les dijo: —Como ustedes saben, los gobernantes de las naciones
oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre uste-
des no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá
ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás; así
como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su
vida en rescate por muchos.
Mt. 20:25-28
90 El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades
Jesús muestra cómo es el liderazgo del mundo, los líderes oprimen, usan y abusan de
las personas. Así que Jesús hace un cambio de los valores del mundo a los valores del
reino de Dios. Los valores del mundo nos enseñan que todos nos deben servir porque
estamos en lugares de privilegio. Pero los valores del reino de Dios nos enseñan que
estar en lugares de privilegio es para servir. Así como Jesús siendo Dios vino al mundo
a servir, el Dios creador del hombre se humilló ante el ser humano cuando se arrodilló
a lavar los pies de sus discípulos (Jn. 13:5 cf. Fil. 2:8). Así que la enseñanza de Jesús
tiene profundas implicaciones de servicio, y estas implicaciones siempre trabajarán en
pro de las toma de decisiones, la comunicación, la motivación, la delegación, la admi-
nistración, en fin, liderar siempre nos llevará a servir otros y nunca a nosotros mismos.

LA INTERCESIÓN
La oración es una herramienta de suma importancia a la cual todo el pueblo de Dios ha
sido llamado a practicarla. Sin embargo, esperamos que esta práctica sea más evidente
y ejercitada por los líderes y pastores. Juan Wesley expresó que la falta de oración es
un obstáculo para la vida en santidad. Así que la oración es una parte imprescindible
del ministerio. La oración es necesaria para la sobrevivencia espiritual de los líderes y
pastores, y es un medio para buscar la dirección de Dios. Además, es necesaria para la
sobrevivencia espiritual de los creyentes. Esta es una responsabilidad de nosotros como
intermediarios entre Dios y las personas. En este sentido se convierte en intercesión.
La Biblia, nuestro manual de vida, ofrece múltiples ejemplos acerca del rol que ejecu-
taban los líderes como intercesores. En el Antiguo Testamento observamos que Samuel
como sacerdote del pueblo estaba convencido de que no orar por ellos le era peca-
do: “en cuanto a mí, que el Señor me libre de pecar contra él dejando de orar por
ustedes…” (1S. 12:23). En esta misma línea de dirigentes del pueblo, el rey David al
pecar contra Dios realizando un censo, intercedió de la siguiente manera:
Señor y Dios mío, ¿acaso no fui yo el que dio la orden de censar al pueblo?
¿Qué culpa tienen estas ovejas? ¡Soy yo el que ha pecado! ¡He actuado muy
mal! ¡Descarga tu mano sobre mí y sobre mi familia, pero no sigas hiriendo a tu
pueblo!
1Cr. 21:17
Observamos una y otra vez en el Antiguo Testamento que los líderes políticos y religio-
sos o personajes importantes oraban por las necesidades y el bienestar del pueblo. De
igual manera, en el Nuevo Testamento, en el Evangelio de Juan nos muestra la persona
de Cristo intercediendo por nosotros y por nuevos creyentes:
A los que me diste del mundo les he revelado quién eres… Ruego por ellos. No rue-
go por el mundo, sino por los que me has dado, porque son tuyos… Padre santo,
protégelos con el poder de tu nombre, el nombre que me diste, para que sean uno,
lo mismo que nosotros… No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas
del maligno... No ruego solamente por ellos sino por los que han de creer en mí por
la palabra de ellos.
Jn. 17:6-10,20
El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades 91
Como pastores una de nuestras labores primarias es de interceder por los discípulos,
por la multiplicación de líderes y las Casas de Paz que servirán en la comunidad. Esto
es algo que los creyentes suponen que nosotros hacemos en favor de ellos y la comu-
nidad. Dios nos llama a ejercer esta función: “orar en todo tiempo con toda oración y
súplica en el Espíritu... por todos los santos” (Ef. 6:18). Notemos que también pide por
la multiplicación, la propagación del evangelio (Ef. 6:19), así que también debemos
interceder por la proclamación del evangelio a través del movimiento PIC.
Tal vez pensemos que nuestra agenda está muy ocupada. Pero debemos considerar que
Jesús se levantaba muy temprano (antes de que saliera el sol) para ir orar (Mr. 1:35), si
Él lo hizo, ¡cuánto más nosotros! Así que nosotros estamos llamados a orar e interceder
por los creyentes, líderes, nuevos líderes, Personas y Casas de Paz. No debemos reali-
zar el trabajo de Dios sin antes orar, no podemos creer que estamos perdiendo tiempo
si oramos más y esperamos en Dios por su poder, no podemos hacer su obra sin unción
y sin poder alguno.
La Biblia nos muestra que cada etapa de la historia ha sido marcada por hombres y
mujeres que oran, Nehemías, Esdras, Ester, David y Jesús son muestra de ello. Por úl-
timo, se debe señalar que aunque tengamos un rol de intercesores, no hay una eficacia
especial en la intercesión de nosotros. Solo Cristo tiene dicha eficacia. El fundamento
de nuestras intercesiones debe ir siempre reconociendo la obra de Cristo y su misión de
redimir a todas las personas.

LA Evangelización
La evangelización es la misión de Dios la cual es salvar a todo los seres humanos (2P.
3:9). Esta es una labor a la cual toda la iglesia ha sido llamada. El evangelismo no es
compartirle a una persona de Cristo, sino el verdadero evangelismo es acompañar,
guiar al no creyente a la fe en Cristo. El proceso de evangelismo termina cuando el
nuevo creyente está firme en la fe, pues ha desarrollado una vida de oración y se au-
to-alimenta de la Escritura.
Aunque Dios llama todos los creyentes a esta misión y como el pastor es parte del
cuerpo de Cristo, con toda seguridad podemos expresar que el pastor está llamado a
esta labor: acompañar a las personas en este proceso de evangelismo. Observemos que
Timoteo tenía un llamado pastoral, sin embargo, Pablo le recomienda“…dedícate a la
evangelización…” (2Ti. 4:5). De la misma manera Pablo ejercía sus diferentes dones
(apóstol, maestro, profeta), pues era parte de su quehacer ministerial.
Un método de evangelismo muy eficaz que Dios ha utilizado y todavía utiliza es PIC,
es decir, las iglesias en casas. Jesús habla de Personas y Casas de Paz (Lc. 9:3-5, 10:1-
21; Mt. 10; Mr. 6:8-11). Una Persona de Paz es alguien que, a pesar de no ser creyente
está dispuesto a escuchar y saber más acerca de Jesús. Son personas que el Espíritu de
Dios ha estado preparando para cumplir un papel estratégico en la expansión del reino
de Dios. Uno ejemplo de ello lo encontramos en la historia de Zaqueo (Lc. 19:1-10).
La enseñanza fundamental es que los discípulos tenían que salir y buscar personas dig-
nas (Mt. 10:11,13), quienes facilitaran la expansión de las buenas nuevas entre los no
creyentes. Observemos otro personaje. Cornelio estaba siendo preparado por Dios, y
92 El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades
cuando llegó el tiempo Dios le dijo a Cornelio que invitara a Pedro a su casa. Este con-
vocó a sus parientes y familiares más cercanos los cuales creyeron y fueron bautizados
por el Espíritu Santo (Hch. 10:24).
Dios siempre está preparando Personas de Paz. Lo que debemos hacer es buscar Per-
sonas de Paz que nos ayuden a expandir el evangelio entre su comunidad. Dios está
usando Personas de Paz para traer muchas personas alrededor del mundo a que crean
en Él. Cuando hablamos de evangelizar no estamos pensando en ir a predicarle a los
inconversos, sino ir a buscar Personas de Paz que Dios ya ha preparado para recibir las
buenas nuevas. Nosotros simplemente implementamos las instrucciones que Jesús les
dio a sus discípulos (Lc. 10; Mt. 10). Este método es eficaz para impulsar y sostener un
movimiento bíblico que alcance Latinoamérica para Cristo. Esto se realizará por medio
de desarrollar y empoderar líderes y plantar iglesias.

EL DISCIPULADO
El discipulado no consiste solamente en recibir clases sobre
doctrinas básicas y fundamentos de la fe. Sino que tam-
bién consiste en conocer profundamente las necesidades
y debilidades del discípulo para ayudarle a caminar en
la fe. Observamos anteriormente cómo Jesús discipuló
con su misma vida y enseñanza a sus discípulos. Por lo
tanto, el discipulado es más que trasmitir un conocimiento,
el discipulado es ayudarle a creer en la fe en Cristo y hacer la
misión de Dios.
Con el fin de realizar esta tarea de forma efectiva Juan Wesley diseñó un sistema muy
funcional a través de pequeños grupos, llamados Clases, Bandas y Sociedades. En las
Clases y Bandas las personas se reunían con el fin de edificarse en la fe, esto iba dirigi-
do a la “cabeza”; saber el estado de sus “corazones” y motivarse a las buenas obras y a
la misión de Dios a través de la multiplicación de líderes y grupos. Aquí desarrollaban
las “manos”. De esta manera el movimiento Metodista se hizo fuerte y avanzó en la
misión de Dios. Esto es algo similar a lo que hacemos hoy en día en las Casas de Paz.
De lo anterior podemos aprender que las Casas de Paz son espacios en donde podemos
modelar la vida del discípulo de Cristo de manera más personal e íntima. Una vez más,
en estas reuniones no se trata de ofrecer solamente un conocimiento, sino que también
fueron diseñadas para que las personas puedan expresar libremente su condición actual
en su caminar con Cristo. (Ver más en el curso Formación Espiritual lección 2).
Por medio de las Casas de Paz podemos crear amistades perdurables a las cuales le
podemos rendir cuentas de nuestro caminar con Dios y las luchas que experimentamos
cada día. Al igual que nos edificamos por medio de la Escritura y cuidamos nuestro
caminar con Cristo unos a otros. Además, nos animamos para hacer la misión de Dios
al multiplicar nuevos líderes y Casas de Paz. Así que, al comenzar una Casa de Paz del
modelo de Plantación de Iglesias Comunitarias usted está haciendo parte de un modelo
diseñado para discipular nuevos creyentes de manera integral, prepararlos para alcan-
zar a su red social, e involucrarlos en la misión de Dios en el mundo.
El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades 93
EL MINISTERIO PERSONAL
El ministerio pastoral va más allá de la oración, la predicación y la organización. Al
mismo tiempo que realizamos estas tareas nosotros también debemos realizar visitas,
aconsejar y cuidar a los creyentes.
Visitación
Una de las formas en que podemos ejercer el cuidado pastoral a los creyentes es por
medio de la visitación. La visitación nos ayuda a conocer las necesidades físicas, emo-
cionales y la salud espiritual de las familias de los miembros. Tengamos en cuenta que
cuando las personas abren las puertas de sus casas es una muestra de confianza y respe-
to que nos están ofreciendo. Por tanto, aprovechemos esa oportunidad para realizar las
preguntas que comúnmente no haría en otros lugares. Sin embargo, lo más importante
es saber el estado espiritual de la familia para estar ayudándoles en oración.
Quizás la visitación puede ser un acto subestimado, pero al estudiar la visitación de ma-
nera más profunda, observamos que esta ofrece diferentes beneficios para las personas
implicadas. Observemos algunos de ellos:
• Es un acto que le enriquece mentalmente. Estudiar los diferentes comportamientos
y conductas de las personas en sus hogares le otorgará una visión más amplia de los
patrones familiares.
• Establece una relación espiritual personal entre los miembros y el pastor.
• Las personas estarán más atentas para ejercer el liderazgo y dispuesta a encontrar
Personas de Paz para establecer una Casa de Paz.
Sin duda alguna, la visitación pastoral es un acto de amor. Por medio de ella nosotros
les mostramos que las amamos, que nos importan y que representan más que un núme-
ro. Visitar a los miembros de las Casas de Paz nos ayudará a cimentar una relación pas-
toral y crearán lazos profundos de hermandad y amor. Así que, busquemos un espacio
en nuestra agenda para visitar y hacer vínculos de amistad genuinos. En la visitación
hacemos un cuidado pastoral personalizado con cada miembro y cada familia.
En resumidas cuentas, la visitación será una gran bendición para nosotros y para el
cuerpo de Cristo. En la Plantación de Iglesias Comunitarias estamos siempre entrenan-
do a otros para que pueden compartir el cuidado pastoral con los nuevos creyentes. El
pastor-plantador va a visitar a los miembros de la Casa de Paz, pero también entrena
a otros para que puedan seguir multiplicando esta labor y expandiendo el número de
personas que pueden ser atendidos.
Consejería
Una de las necesidades más evidentes es la consejería. Muchos miembros se nos acer-
can a decirnos: “pastor, necesito un consejo... nuestro hogar está apunto de....”, “mi
hijo está muy rebelde”, “tengo muchas dudas”, “mi hija no quiere continuar el estudio”.
¿Qué hago?
Aunque existen muchos profesionales que se especializan en estas áreas (psicólogos,
consejeros profesionales, trabajadores sociales etc.), Dios nos ha dado su Espíritu San-
to y la Escritura que nos guía a dar una buena consejería. Sin embargo, debemos leer
94 El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades
y actualizarnos en asuntos de consejería. Los miembros de la Casa de Paz recurrirán a
nosotros debido al vínculo de amistad y hermandad que se ha creado entre ellos y noso-
tros. Continuamente tendremos que tratar temas acerca de la fe, sexualidad, depresión,
ansiedad, preocupación, problemas familiares, consejería prematrimonial y consejería
matrimonial, luto, entre otros temas.
Sin lugar a dudas los temas antes mencionados pueden ser abarcados desde diferentes
maneras. Pero debemos pedirle a Dios que nos ayude a desarrollar los dones que él nos
ha entregado para aconsejar de manera correcta. Nosotros siempre debemos otorgarle
mayor prioridad a la relación de la persona con Dios que a la relación interpersonal
que exista entre nosotros. La idea es ayudar a que las personas establezcan una relación
directa con Dios, y ella misma tome sus propias decisiones. (Ver más en el curso de
Consejería Pastoral).
Cuidado
Como ya hemos visto, el cuidado tiene implicaciones físicas, emocio-
nales y espirituales. Dentro de las implicaciones espirituales están la
exhortación, edificación y disciplina en el amor. Aunque tengamos
líderes en las Casas de Paz que hagan esta labor de cuidado pastoral,
parte de nuestra responsabilidad es proveer a estas necesidades de
los líderes y los miembros, de manera personal, es decir, exhortar, y
disciplinar en el amor. Aunque las capacitaciones y el cuidado pastoral es con el fin de
instruir y pastorear a más miembros para que lleguen a ser líderes.
Otra forma de cuidar a las personas de la iglesia o la Casa de Paz es llevar un alimento
no perecedero para compartir con alguien necesitado. Los líderes y miembros deben
entender que estamos llamados a cuidarnos los unos a otros en amor. Una forma de
hacerlo es con obras de misericordia como proveer alimentos, hospedar, regalar ropa,
visitar a los enfermos (Mt. 25:35-40). Es ver en cada necesitado el rostro de Jesús.
Aunque la tecnología y las redes sociales son medios que nos ayudan a estar comuni-
cados, la obra de cuidado personal necesita de alguien personal. Este tipo de cuidado
nunca podrá ser reemplazado. Una forma de cuidar de las personas es pasando tiempo
individualmente con las personas, Jesús comía, andaba, pescaba, desayunaba con sus
discípulos. Las Casas de Paz nos ayudan a crear un ambiente familiar para hacer la
labor así como Jesús lo hacía.

LA ADMINISTRACIÓN
El libro de Hechos nos muestra que la iglesia de Jerusalén inició en una casa (Hch. 2:2).
Luego, al añadirse más creyentes, se reunían y comían en las casas. Lucas, el escritor
del libro de Hechos, nos cuenta que cada día se añadían más creyentes (Hch. 2:46-47,
4:4). Al darse este continuo crecimiento hubo algunas dificultades, una de ellas fue
la desatención de las viudas en la distribución diaria (Hch. 6:1). Por esta razón, los
apóstoles se organizaron para realizar de manera impecable la tarea que Dios les había
encomendado (Hch. 6:4). Ellos formaron un equipo para la administración en el minis-
terio (Hch. 6:5 cf. 4:37). También se reunieron para buscar un acuerdo en la forma en
que los gentiles convertidos debían vivir (Hch. 15).
El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades 95
Esto nos enseña que cuando la Casa de Paz crece y se multiplica en más Casas de
Paz debemos formar equipos de trabajos (no podemos perder el tiempo organizando
equipos cuando no hay multiplicación). El pastor no está llamado a hacer la obra del
ministerio solo, sino a preparar, equipar y capacitar al pueblo de Dios para que haga el
ministerio. Por lo tanto, un pastor debe desarrollar equipos de trabajo complementarios
y auto dirigidos. Sin embargo, debe tener un equipo de trabajo principal. Notemos que
los apóstoles era el equipo principal, los doce convocaron y crearon otro equipo para
servir a las viudas. De igual manera nosotros debemos tener un equipo de trabajo prin-
cipal, a esto lo llamaremos Junta. Esto con el fin de hacer todo de manera apropiada y
con orden (1Co. 14:40).
La labor del pastor es reclutar, entrenar y movilizar personas lai-
cas para el ministerio tanto dentro y fuera de su congregación. Es
trabajar de cerca con la Junta, y una variedad de equipos y grupos
de trabajo para supervisar y ampliar los ministerios de la iglesia
local. Además debe asegurarse de que las estructuras adminis-
trativas de la iglesia estén cuidadosamente alineados para cum-
plir la misión de Dios. Por tal razón debe evaluar periódicamente
con la Junta si las estructuras administrativas contribuyen a la misión
de Dios o no; y así agilizar las estructuras para asegurar la eficiencia. Conviene subra-
yar que la Junta no está por encima del pastor, no debe convertirse en un obstáculo en
las funciones del pastor, ni el pastor está por encima de la Junta. Más bien, ambos están
para ser guiados en amor y apoyar que la obra de Dios y su misión sigan adelante y no
se estanque. Estos líderes deben ayudarnos en nuestras debilidades de liderazgo. Así
que consolidemos un liderazgo sólido, fuerte y que se multiplique.
Las estructuras organizativas deben ser simples y enfocadas en la misión y visión de
Dios. Las estructuras deben tener las siguientes características:
1. Flexible: la estructura está sujeta a cambios siempre que la misión lo requiera.
2. Eficiente: la administración de los recursos es esencial (siempre valorando a las
personas por encima de las cosa materiales). La mayor “eficiencia” es para equipar
y capacitar a “las personas” para ministrar en amor (a través de regalos pasión y
temperamento). La gracia radical exige gente radical. Invirtiendo radicalmente a sí
mismos y sus recursos para Cristo y su causa.
3. Efectivo: los líderes capacitan, reasignan o reemplazan a los cristianos que prestan
un servicio mediocre a Cristo al confrontar la mediocridad con un coraje compasi-
vo. La causa de Cristo lo exige. La misión reemplaza el derecho de uno a prestar un
servicio de mala calidad.
4. Descentralizado: el ministerio y la autoridad para llevarlo a cabo se distribuyen a
las personas piadosas y competentes más cercanas a la necesidad. La vaca sagrada
de “control” es asesinada, asesinada y asada. La doctrina de que las “vacas sagra-
das” pueden reencarnarse y esta se rechaza como no bíblica. El concepto de equipar
y empoderar a los ministerios orientados al don se nutre y se valoran en todos los
niveles, pero una mentalidad unicelular estorba el crecimiento, la diversidad y el
ministerio en equipo.
96 El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades
5. Simple: los líderes preguntan: “si fuéramos nuevos, ¿haríamos esto?” o “¿esto
ayuda en nuestra misión?” Si no, buscan alinearlo, refinarlo o eliminarlo. Se reco-
mienda a los líderes que ajusten los derechos, optimicen o simplifiquen las estruc-
turas a “elementos esenciales”.
Las iglesias, al ser organizaciones tanto humanas como divinas, tienden a atascarse, a
ralentizarse y a conservar, cuando a veces deberían arriesgarse y avanzar en la misión
de Dios. Las estructuras deben ayudarnos para ser más efectivos en la misión de Dios,
no estancarnos porque la causa de Cristo lo exige.
Si un pastor no está dotado o bien entrenado en la tarea administrativa de las finanzas,
es extremadamente importante que el pastor: 1) admita su condición y así lograr el
desarrollo personal; 2) delegue estas cosas a líderes laicos expertos. La junta puede
delegar partes de esa responsabilidad, por ejemplo finanzas –a equipos o grupos de
trabajo que rinden reportes a la junta.
Finanzas
La mayordomía de José es un ejemplo para nosotros como pas-
tores. Como mayordomo de Potifar tenía acceso total a todas
las áreas del palacio y de los bienes de su amo, excepto
de su esposa (Gn. 39:1-23). Al momento de ser tentado
en la única área sobre la cual no tenía autorización (la
esposa de su amo) José huyó. A través de este acto, José
reconocía que todo le pertenecía a su amo y que había
limitaciones morales que no podía quebrantar (Gn. 39:9). El
primero de ellos es que todo le pertenece a Dios, la iglesia, el mi-
nisterio, familia, la función de nosotros los pastores es administrarlo. Segundo, aun
cuando nosotros como pastores tengamos el principal puesto de liderazgo dentro de la
iglesia existen principios que no podemos romper.
Por otro lado, nosotros como pastores tenemos el compromiso de conducir a la iglesia
a que sea auto sostenible económicamente, lograr este objetivo desarrollará:
• Madurez: la dependencia de dinero externo puede crear un ambiente de falta de es-
fuerzo y compromiso de los creyentes. El ser auto-sostenible hará que los creyentes
se comprometan y se esfuercen para mantener la iglesia o las Casas de Paz, ya que
no dependerá económicamente de dinero externo.
• Responsabilidad: las personas que aportan para las necesidades de la iglesia o Ca-
sas de Paz crean grandes vínculos de corresponsabilidad con los ministerios que
hacen vida en la iglesia o Casas de Paz. Esto les ayuda a crear responsabilidad ante
Dios para llevar a cabo la misión de Dios.
• Fe: la iglesia y las Casas de Paz que aportan económicamente demuestran que su
confianza está en Dios y no el dinero que ellos dan. De igual manera, crecen en la fe
y compromiso con la visión y misión de Dios. Dan porque desean ver más personas
alcanzadas.
Con el fin de alcanzar estos objetivos debemos formar un equipo administrativo que
se encargue de la administración del dinero de la iglesia o de la Casa de Paz. Esto dará
mayor confianza a la comunidad y a los asistentes. Como pastores no debemos encar-
El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades 97
garnos directamente del dinero de la iglesia sino que esto debe hacerlo el tesorero, este
debe tener la responsabilidad directa del manejo del dinero. Esto nos ayudará a cambiar
la creencia de que el pastor se lleva todo el dinero y por eso es rico. La tarea del pastor
es asegurarse de que todos los procedimientos financieros y los registros que se reali-
zan sean bien hechos. Observemos que esto es bíblico, Jesús no manejaba las finanzas
de su ministerio (Jn. 12:4-6). Sin embargo, nosotros como pastores podemos pedir
informes las veces que sea conveniente para conocer el estado financiero de la iglesia.
Edificios
La iglesia primitiva nos muestra muy bien que la misión de Dios comenzó en las casas
(Lc. 10:1-12 cf. Hch. 10:27, 16:34). La iglesia primitiva no tenía edificios sino que
ellos se reunían en las casas (Ro. 16:5; 1Co. 16:19; Col. 4:15; Fil. 1:2). Esto daba un
ambiente familiar y proveía un lugar agradable y familiar para que los no creyentes
llegaran a las casas a escuchar el mensaje de Dios. En las casas eran edificados a través
de la Escritura pero también con las relaciones de amistad. Allí se realizaba un verda-
dero discipulado relacional y se ayudaban a los necesitados, es decir también había un
cuidado pastoral (Hch. 2:43-47). Este movimiento era dinámico e impulsado por el
Espíritu Santo.
Este movimiento impulsado por el Espíritu Santo en las casa de los primeros cristianos
también lo podemos ver hoy a través de la Plantación de Iglesias Comunitarias. Debe-
mos abrirnos a lo que el Espíritu Santo desea hacer. Recordemos que el Espíritu Santo
empoderó a la primera iglesia para esta labor (Hch.1:8). De igual manera, el Espíritu
Santo nos ha empoderado para realizar la misión de Dios en este tiempo. No debemos
permitir que la falta de un edificio nos frene para realizar la misión de Dios, esto no
es fundamental. Observemos que muchas iglesias nacieron en casas: la iglesia de Je-
rusalén (Hch. 2:2), la iglesia de los gentiles (Hch. 10:1-48), la iglesia de los Filipenses
(Hch. 16:16:11-15), etc. A medida que crecemos en número, multiplicamos Casas de
Paz y líderes.
Aunque es posible que llegue un momento en el que todos los miembros de las ocho
o diez Casas de Paz se pongan de acuerdo para reunirse en un solo lugar para adorar
juntos regularmente. Sin embargo, recuerde que el objetivo no es que lleguemos a estas
grandes reuniones, sino que las Casas de Paz sigan multiplicándose y multiplicando
líderes. Si los miembros de las Casas de Paz han decidido reunirse regularmente pode-
mos arrendar un lugar para el día del servicio de adoración. En su momento comprar
o construir un edificio puede ser un paso apropiado. Pero nunca es la meta principal.
Nuestra prioridad es hacer la misión de Dios.
Si como pastor ya tiene un edificio, en muchas ocasiones esto se puede convierte en un
estorbo para hacer la misión de Dios, porque debemos encargarnos de mantener bien
la estructura del edificio. Hay que hacer arreglos, reparaciones y realizar un manteni-
miento preventivo al edificio, pagar impuestos, servicios etc. De igual manera debemos
preocuparnos de las exigencias de la ley de cada país, por ejemplo: tener parqueaderos,
salidas de emergencias, botiquines, camillas, extintores, alarmas contra incendios, etc.
Si ya tenemos el edificio de la iglesia debemos cumplir con todos estos requerimientos
pero esto no debe ser excusa para dejar de hacer la misión de Dios a través de la multi-
plicación de discípulos, pastores e iglesias.
98 El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades
Recursos humanos
Esperamos que las personas que sirven en la congregación sean bi-ocupacionales. Sin
embargo, reconocemos que habrá líderes que multiplicarán Casas de Paz y líderes, que
el mismo trabajo de supervisar, cuidar y pastorear le llevará a estar de tiempo completo
en la obra del Señor. Si hay personas que trabajan de tiempo completo para la iglesia,
es nuestro deber pagarles un sueldo justo según la ley. Para tal fin, debemos buscar ase-
soramiento dentro de la iglesia, de personas idóneas que tengan el carácter y los cono-
cimientos acerca de las leyes de trabajo que rigen en el país. Esto incluye conocimiento
acerca de las tablas salariales y todos los beneficios que por ley les corresponde a los
trabajadores (seguro médico, fondo de jubilación, riesgos profesionales, etc.).
Por otro lado, debemos recordar que cada persona que trabaja con nosotros en el mi-
nisterio merece respeto. Debemos verlas como la imagen de Dios, por esta razón, no
puede ser esclavizada, oprimida o maltratada verbalmente. Ni mucho menos, acosada
sexualmente.

LA PLANIFICACIÓN
La planificación es el proceso consciente por el cual evaluamos el estado actual de la
iglesia o Casa de Paz para llevarlas a posibles condiciones futuras (metas). Luego de-
sarrollamos estrategias y procedimientos para conseguir las metas que nos proponemos
alcanzar en la iglesia o en la Casa de Paz. El principio de la planificación puede ser ob-
servado desde Génesis 1 cuando Dios empieza el proceso de creación y ordenación. Si
deseamos tener un ministerio sano indiscutiblemente debemos planificar en la iglesia o
Casa de Paz. Aunque para muchos esta tarea “encasillaría a Dios”, la palabra muestra
varios ejemplos de los múltiples beneficios que este proceso nos brinda.
Como pastores y líderes principales de la iglesia y Casas de Paz, nosotros debemos
planificar al menos tres áreas clave: el servicio de adoración, el ministerio y la multi-
plicación. Estas áreas se aboradarán por un lado para las Casas de Paz y por otro para
las iglesias.
1. El servicio de adoración: en la Casa de Paz debemos planear la serie o tema a en-
señar, de igual manera que planear cada encuentro. En cada encuentro debemos pla-
near tres momentos. 1) Mira hacia atrás: rendir cuentas de los desafíos que se ha de-
jado. 2) Mira hacia arriba: lección bíblica. 3) Mira hacia adelante: establecer desafíos
y orar. Este servicio no puede exceder más de una hora. Debemos ser puntuales para
iniciar y para terminar. Para mayor información de los tres momentos puede ampliar
esta información en la página de web de la IML Latinoamérica: http://iml-latinoamer-
ica.org/materialpic/ en los Mandamientos de Cristo.
El servicio de adoración en la iglesia es un servicio comunitario donde se honra a
Dios con la adoración, se bendice a la iglesia con la edificación y se testifica al mundo
con la proclamación. Nosotros como pastores estamos a cargo de planificar el servi-
cio de adoración. Esto no quiere decir que nosotros seamos los encargados de todos
los detalles, para eso debemos hacer equipos de alabanza, de oración, de logística,
escuela de niños, etc., que nos ayude. Aquí es clave el arte de delegar a los que tienen
estos dones ministeriales. Nuestra responsabilidad será estar al tanto de la dinámica
del servicio y planear cada servicio de adoración.
El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades 99
En la planeación escogemos los temas o serie que vamos a predicar en el mes, trime-
stral o en el semestre. También, asignamos temas y fechas a las personas que serán
encargadas de predicar.
Además, planeamos el servicio de adoración. El tiempo del servicio de adoración
debe de ser una hora y media máximo. No debemos pasarnos de este tiempo porque
el creyente y el visitante deben saber cuándo el culto comienza y cuándo termina para
que ellos puedan planear su agenda. Debemos ser conscientes de que después de una
hora y media es difícil mantener la concentración de las personas en el servicio de
adoración. Algunas personas se duermen, otras bostezan, otras se paran, en fin el am-
biente se torna difícil e incómodo. De ahí que
muchas personas no van a la iglesia porque
se demora mucho el servicio. Es mejor dejar-
los con ganas de más que dejarlos hastiados
con ganas de no volver. Así que el servicio de
adoración puede ser de la siguiente manera:

El servicio de adoración debe girar basado en el tema de la predicación. Es decir, la


oración inicial, la lectura de la Palabra, la alabanza y la oración final debe de ir de
acuerdo a la tema de la predicación, todo debe reforzar el tema de la predicación. De
igual manera esto aplica para la Casa de Paz.
Por ejemplo: el tema de la predicación es “llamados a ser santos”. La oración inicial
debe guiarnos a orar por la santidad. De la misma forma, la lectura de la Escritura, así
que podemos leer el Salmo 15 que trata el tema de la santidad. En esta misma línea
debe girar la alabanza, así que podemos cantar: “yo quiero ser tu siervo fiel y vivir en
santidad”, “Agnus dei” de Marcos Barrientos, etc. Todas las canciones deben girar en
torno a este tema. El final de la oración debe tomar algunas cosas prácticas del sermón
y orarlo pidiendo la ayuda del Señor.
Todo esto requiere planeación, debemos ser muy intencional con lo que hacemos en
el servicio de adoración en la iglesia y en las Casas de Paz.
2. Multiplicación: de la misma manera en que las personas crecen y se reproducen,
la iglesia y las Casas de Paz, como organismos vivos deben crecer y multiplicarse.
La iglesia primitiva es un claro ejemplo al cual debemos apun-
tar: “Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo
salvos” (Hch. 2:47). Como pastores y líderes debemos realizar
un plan que apunte al crecimiento (y la multiplicación de nuevas
iglesias y Casas de Paz). Esto no quiere decir que nosotros somos
llamados a conformar mega iglesias o a implementar técnicas de
100 El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades
crecimiento que van en contra de los principios bíblicos para aumentar el número de
la congregación.
Al evaluar el estado de la iglesia y las Casas de Paz, debemos proyectarnos a mul-
tiplicarnos. Debemos recurrir tanto a la oración como a las estrategias. Debemos
estudiar el contexto y las necesidades de la comunidad en donde está la iglesia y las
Casas de Paz para escoger las estrategias que mejor respondan a las necesidades del
contexto.
También debemos planear la forma de multiplicar los ministerios de la iglesia y las
Casas de Paz. Es decir, en la iglesia, si tenemos un grupo de alabanza, debemos pla-
near multiplicarnos en otro grupo de alabanza para tener dos. El líder de alabanza de-
sarrollará un plan para enseñar a interpretar un instrumento y cantar a los que desean
aprender. Sin embargo, todo el ministerio de alabanza enseñará el instrumento que
cada uno interpreta. El líder desarrollará un nuevo líder de alabanza encargado del
nuevo grupo. Es de vital importancia multiplicarnos en otros porque Dios nos ha lla-
mado eso. Por ejemplo, si el grupo de alabanza sale a tocar en un retiro, la iglesia se
queda sin músicos para el servicio de adoración. Así que cada ministerio de la iglesia
es importante y debemos multiplicar los ministerios.
De igual manera el líder de la Casa de Paz debe observar los dones ministeriales de
los miembros y comenzar a entrenarlos en el liderazgo y ponerlos a servir según sus
dones.
La planificación debe ser vista como lo que es, una herramienta valiosa y útil que nos
ayuda a organizar, multiplicarnos y a prever el estad de los ministerios. Este concepto
de planificación y multiplicación es bíblico, Dios planificó e hizo cada día de la crea-
ción algo distinto, ¡y lo hizo de forma ordenada! La planificación trae orden y multipli-
cación. Por tal razón, en el proceso de Formación Pastoral tenemos los dos módulos de
Multiplicación de Discípulos, Grupos, e Iglesias, y el Manual de Plantación de Iglesias
Comunitarias que dan más información acerca del proceso de planificación para la
multiplicación.

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN


La llegada del internet revolucionó la forma en que nos comu-
nicamos. Los dispositivos inteligentes que años atrás eran muy
costosos, han pasado a ser, muchas veces, una extensión prima-
ria de nuestras vidas. La gran mayoría de las personas tienen un
acceso instantáneo e inmediato a las redes sociales como: Face-
book, Whatsapp, Instagram, Twitter, entre otros. Para que la iglesia
o Casas de Paz tengan un impacto en las generaciones presentes y futuras
debemos utilizar las herramientas que forman partes de comunicación de la sociedad.
Sin embargo, el uso de redes no debe reemplazar la comunicación personal; además
debemos tener en cuenta que no todas las personas usan redes sociales.
Con el fin de usar de manera efectiva los medios de comunicación y las redes sociales,
podemos analizar el tipo de personas que deseamos alcanzar. Este estudio nos ofrecerá
estrategias de estilos y material que puede utilizar. En este sentido, un ejemplo que
El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades 101
puede utilizar es informar por medios de anuncios los temas de enseñanza, los estudios
y las diferentes actividades que la iglesia o Casa de Paz tiene programada para el mes.
O también puede hacer un sitio web en donde pueda escribir de un tema o subir las
predicaciones de la iglesia.
Otra razón por la cual debemos sumarnos al uso de los medios de comunicación y las
redes sociales es que por medio de ellos podemos ser testigos de lo que Dios está ha-
ciendo en diferentes partes del mundo a través del movimiento PIC prácticamente en
tiempo real. Esto trae gloria al nombre de Dios y renueva las fuerzas de los líderes e
impulsa a nuevos líderes para que sigan desarrollando la visión PIC.
Es de aclarar que la edad no es un factor limitante para la implementación de la tecno-
logía en el ministerio. Aunque no tengamos los conocimientos básicos para el uso de
los medios de comunicación y la administración de las redes sociales, podemos delegar
esta responsabilidad a otra persona de la iglesia o Casa de Paz, la cual estará bajo la
supervisión del líder o pastor.
Por el otro lado, debemos ser conscientes de que como pastores y líderes lo que pone-
mos en las redes sociales ya no es algo personal, sino tiene una influencia más grande.
Las personas pueden asumir que lo que nosotros ponemos en las redes sociales repre-
senta la posición oficial de la iglesia local y de la Iglesia Metodista Libre en general.
Cuando uno es líder o pastor pierde ciertas libertades porque representamos a una igle-
sia y a la causa de Cristo. Así que, por favor, tenga cuidado y siga estas pautas en sus
actividades en las redes sociales:
• NO haga comentarios, ni comunique a los miembros de la iglesia, compañeros
de trabajo, o supervisores de manera vulgar, obscena, amenazadora, intimidante,
acosadora, difamatoria o discriminatoria. Esas comunicaciones son irrespetuosas,
poco profesionales y no serán toleradas. Esto debe ser obvio, pero hay que decirlo.
• NO se involucre en ninguna conducta que refleje desacreditación o escándalo en la
Iglesia o esté en contradicción con la doctrina cristiana o la moral. Recuerde que el
internet es como un cámara de eco; lo que decimos acá se escucha allá lejos.
• SI, tenga en cuenta que los incrédulos que se encuentran fuera de su iglesia y las per-
sonas que se encuentran al margen de su iglesia pueden leer lo que publique. Esas
personas pueden cerrarle las puertas al evangelio o al ministerio por las opiniones
políticas y sociales que usted ponga en Facebook u otros medios. Como iglesia la
IML es apolítica. Por lo tanto, le pedimos que no use medios sociales para esparcir
su opinión política personal. Una persona no tiene que convertirse a su posición
política personal para poder recibir el evangelio. ¡Comunicar el evangelio es más
importante e impactante que comunicar sus opiniones políticas!
• SI, respete las leyes sobre derechos de autor, marcas comerciales, derechos de pub-
licidad y otros derechos de terceros, incluidos los derechos de los estudiantes y los
padres. Para minimizar el riesgo de una violación de derechos de autor, debe propor-
cionar referencias a la(s) fuente(s) de información que utiliza y citar con precisión
las obras con derechos de autor que identifique en sus comunicaciones en línea. No
publique ni fotografíe a menores de edad sin el consentimiento de los padres.
• SI, omita el contenido o los comentarios que considere cuestionables con respecto a
esta política. Cuidado también en lo que permite que otros publiquen en su muro de
102 El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades
Facebook u otros medios sociales. Piensa antes de publicar; en caso de duda, mejor
que no.

EL MINISTERIO DE COMPASIÓN
Como pastores y líderes de la iglesia y Casas de Paz debemos cultivar un corazón
compasivo por las personas, pues son creadas a imagen de Dios. La Biblia nos llama
no solamente a visitar a los pobres, sino más a preocuparnos por los pobres y oprimi-
dos, según la palabra griega que Santiago utilizó (Stg. 1:27). Así que como pastores
y líderes Metodistas Libres es clave para nosotros como iglesia o Casa de Paz formar
corazones compasivos dentro de los miembros para responder a las necesidades del
sector o región. En este sentido, el desafío y la pregunta a la cual nos enfrentamos es:
“¿cómo puedo motivar a los miembros de la iglesia o Casa de Paz para que tenga un
corazón compasivo por los pobres del sector?” La respuesta es sencilla: ¡sea ejemplo
de esto! Los miembros de la iglesia y las Casas de Paz deben vernos como un ser hu-
mano que lleva la comunidad en su corazón. Como John Wesley dijo: “El mundo es mi
parroquia”, usted debe sentir la necesidad y la carga de localidad, región y país en su
corazón y transmitir ese fuego a los miembros de la iglesia o Casa de Paz y animarles
a las obras de misericordia. Lo más importante es que inyectemos la visión de amor y
cuidado que Dios tiene hacia el prójimo.
La causa de Cristo es tan importante que no podemos perder el tiempo en asuntos que
no valen la pena. JuanWesley entendió y entregó toda su vida para la obra de Dios. Él
dijo: “Denme cien personas que no teman más que al pecado y no deseen más que a
Dios y cambiaremos al mundo”. ¿Es usted una de esas cien personas?
El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades 103
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

¿Cómo cambia el concepto bíblico de iglesia la forma de hacer la misión


de Dios?

¿Por qué es importante la multiplicación y qué pasos tomará para la


multiplicación de líderes, iglesias y pastores/as?

¿Cómo hará para que la iglesia comprenda la misión de Dios y marche


hacia esta meta?

¿Qué responsabilidades tomará como pastor y cuáles delegará para hacer ser
el ministerio saludable, efectivo y a largo plazo?

¿Por qué es importante la administración y planificación en el ministerio?


104 Bibliografía
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