Introducción Al Ministerio Pastoral LIBRO 2
Introducción Al Ministerio Pastoral LIBRO 2
Introducción Al Ministerio Pastoral LIBRO 2
al ministerio
pastoral
00
340 20
40
320 Llamado
300
60
personal
Carácter
280
80
Vida
260
100
240
120
Responsabilidades 140
220
200 160
180
Formación Pastoral
Iglesia Metodista Libre
Latinoamérica
Introducción
al ministerio
pastoral
…cuiden como pastores el rebaño de Dios que está a su cargo, no por obligación ni por am-
bición de dinero, sino con afán de servir, como Dios quiere.
1 Pedro 5:2 NVI
FORMACIÓN PASTORAL
Iglesia Metodista Libre
Latinoamérica
Equipo Directivo
Directora de área
Dra. Delia Nüesch-Olver
Coordinador de proyecto
John Jairo Leal Rincón
Equipo de Trabajo
Beth Gómez, Jennifer Porras Pabón, Jorge Leonardo Báez Agreda, Luis Fernando Pérez, Rojas
Nichole Roller, Shirley Yomara Cadena Maldonado y Tadeo Roller
Diseñador
Johan Ferney Ríos Arboleda
Ser un pastor es un gran privilegio que implica grandes responsabilidades. Es por ello que la for-
mación sólida y clara a nivel de la salud espiritual (corazón), los conocimientos (cabeza) y las ha-
bilidades prácticas (manos) son clave para el desarrollo de pastores y pastoras saludables, efectivos
y a largo plazo. Este manual presenta los principios básicos para este tipo de ministerio.
El contenido de este manual es el fruto del trabajo de Jorge Leonardo Báez Agreda, John Jairo
Leal Rincón, Luis Fernando Pérez Rojas, Tadeo Roller y Nichole Roller, quienes bajo el asesora-
miento del doctor Paul Olver han escrito íntegramente este material apoyándose en el manual de
Formación Pastoral de la IML Latinoamérica y el Libro de Disciplina 2015. Sin embargo, todo el
material se preparó pensando en las realidades de nuestras iglesias, pastores y pastoras, candidatos
y futuros aspirantes al ministerio en Latinoamérica.
Se sugiere que este módulo se enseñe usando la metodología de aula invertida porque es la que
mejor ayuda a desarrollar los materiales y lograr las metas. En esta, los plantadores, pastores o
pastoras-estudiantes reciben los materiales previamente al encuentro (el tiempo presencial de cla-
se), hacen la lectura comprendiendo el contenido y realizan todas las asignaciones dadas. En el
encuentro se socializan los materiales, se profundiza en los contenidos, se revisan los ejercicios y
se solucionan interrogantes que hayan surgido.
Preferiblemente esta asignatura se debe realizar en grupo y bajo la supervisión de un formador de-
bidamente avalado por la Iglesia Metodista Libre; para una excepción, por condiciones especiales,
debe comunicarse con la persona a cargo en su iglesia, distrito o conferencia. Este material está
dirigido tanto para personas que están en el proceso de Plantación de Iglesias Comunitarias, como
para pastores y pastoras en iglesia ya establecidas que están camino a la ordenación.
El diseño del módulo presupone que cada lección de esta asignatura corresponde a 3 horas de en-
cuentro de grupo (incluyendo un tiempo de descanso por lección); por ello es ideal seguir una de
las siguientes modalidades para completar esta asignatura:
Plan extendido: 12 encuentros semanales de 1 hora y media cada uno. Esta modalidad es ideal
cuando un mismo grupo está realizando 2 o más asignaturas al mismo tiempo. En esta modalidad
recomendamos que en una semana se revise la asimilación del contenido (use las actividades de
evaluación llamadas “preguntas de reflexión” y “lecturas complementarias”), y en la siguiente
revise el desarrollo de los ejercicios de evaluación personal y los planes de acción.
Plan regular: La asignatura se puede completar en 6 encuentros semanales de 3 horas cada uno
(una variante a esto son 2 encuentros semanales de 1 hora y media cada uno). Antes de cada en-
cuentro usted deberá completar todas las actividades indicadas para la lección.
Plan intensivo: La asignatura se puede completar en 1 encuentro de aproximadamente 18 horas.
En esta modalidad se espera que el estudiante sea muy disciplinado de tal forma que, durante cada
uno de las 6 semanas previas al encuentro, lea completamente el contenido del manual, desarro-
lle las actividades de evaluación tocantes al pensamiento (preguntas de reflexión e informes de
lectura) y evaluación personal. En el encuentro el formador indicará cuándo y cómo completar y
reportar las actividades de evaluación llamadas planes de acción.
A lo largo de todos los manuales podrá encontrar algunos de los siguientes íconos. En ocasiones
puede encontrar dos de estos íconos fusionados, esto implica que tiene el significado de los dos. A
continuación se los presentamos con su significado:
CONTENIDO
Sílabo ..................................................................................................................................................... 7
• Introducción ......................................................................................................................................... 12
• Definición de términos ......................................................................................................................... 13
• Perfil del pastor Metodista Libre ......................................................................................................... 14
• Proceso de ordenación ......................................................................................................................... 16
• El ministerio bi-ocupacional ................................................................................................................ 20
• Un ministerio local, regional, nacional y global .................................................................................. 20
• El plan de formación del candidato ..................................................................................................... 21
• Preguntas de reflexión .......................................................................................................................... 23
Sílabo
Asignatura
Introducción al ministerio pastoral
Descripción del curso
En este curso el alumno explorará el ministerio pastoral dentro de la Iglesia Metodista
Libre en sus ámbitos personal, familiar, eclesial, organizacional y social.
Objetivos generales
Al dominar el contenido de este curso el estudiante:
• Será capaz de justificar bíblicamente la identidad, comportamiento y el rol de un
pastor.
• Será capaz de articular su llamado personal y relacionarlo con la confirmación de la
Escritura y de la iglesia.
• Será capaz de describir los roles y actividades entre el mentor y su mentoreado, y la
relación con la IML, el modelo de PIC y el pastorado.
• Entenderá el significado de la ordenación en la IML y será capaz de describir cada
paso del proceso.
• Será capaz de desarrollar un plan sostenible y personal de aprendizaje de por vida.
Evaluación
• El estudiante llevará un diario físico o digital en el que responderá por escrito las
preguntas de reflexión al final de cada lección.
• A partir de todo el contenido del curso (especialmente los 15 atributos del pastor
Metodista Libre), el estudiante deberá elaborar un documento de una página a la que
llamará “Mis Diez Mandamiento de ministerio pastoral”. Este consistirá de mínimo
10 declaraciones de principios que regirán su ministerio. Luego, por
aparte, deberá escribir un documento de entre 2000-2500 palabras
o elaborar un video de 5-8 minutos en el que explique cada uno
de los principios y cómo planea incorporarlos de manera práctica.
8 Sílabo
Criterios de evaluación – Introducción al ministerio pastoral
A partir de todo el contenido del curso (especialmente los 15 atributos del pastor Meto-
dista Libre), el estudiante deberá elaborar un documento de una página a la que llamará
“Mi decálogo de ministerio pastoral”. Este consistirá de mínimo 10 declaraciones de
principios que regirán su ministerio. Luego, por aparte, deberá escribir un documento
de entre 2000-2500 palabras o elaborar un video de 5-8 minutos en el que explique
cada uno de los principios y cómo planea incorporarlos de manera práctica.
Sílabo 9
1 El pastor metodista
libre
Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a comprender el perfil del pastor Metodis-
ta Libre y el proceso para ser ordenado como presbítero.
Resultados de la lección
Al concluir esta lección el estudiante:
• Comprenderá el perfil y cosmovisión del pastor Metodista
Libre.
• Identificará el proceso para ser ordenado como presbítero.
• Comprenderá lo que significa “Corazón”, “Cabeza” y
“Manos”.
Contenido
• Introducción
• Definición de términos
• Perfil del pastor Metodista Libre
• Proceso de ordenación
• El ministerio bi-ocupacional
• Un ministerio local, regional, nacional y global
• El plan de formación del candidato
• Preguntas de reflexión
12 El Pastor Metodista Libre
INTRODUCIÓN
¿A lguna vez lo han convocado para algo? En mi escuela primaria,
cada salón de clases tenía un altavoz sobre la puerta. Sonaba
cada mañana y nos despertaba con la gentileza de un sargento del
ejército. Pero también tenía otro propósito más oscuro. Si el director
quería ver a alguien en su oficina, lo llamaba por nombre a través del
altavoz. Esto sucedía en una época en la que la humillación pública
estaba a la altura de las matemáticas en la educación básica. Cada vez
que sonaba el altavoz, me preguntaba si era mi turno de ir a la oficina
del director. Me imaginaba que los que eran llamados probablemente
quedaban encerrados para siempre. Algún día, volverían a aparecer, como una
sombra de lo que alguna vez habían sido, y sus vidas habrían cambiado para siempre
por la convocatoria de un altavoz.
Sin embargo, cuando crecí, entendí que una convocatoria puede ser algo bueno. Como
cuando el entrenador del deporte que a usted más le gusta lo convoca y le dice: “vea-
mos lo que puedes hacer”. Una convocatoria también puede cambiar su vida.
Crecí asistiendo a la iglesia, así que no sé cuándo me convertí. Un día, el pastor de la
iglesia me preguntó por qué solamente asistía, pero no me hacía miembro. “No soy
bueno para comprometerme” fue mi respuesta. Y lo dije como si fuera un pensamiento
profundo. En verdad, su pregunta me parecía absurda. No me había dado cuenta de que
yo manejaba las cosas de una forma absurda, y lo hacía de forma habitual.
Sin embargo, había otras inquietudes, vagas y ambiguas al principio, pero suficiente-
mente fuertes para generar preguntas en mi mente.
Primero tomaron forma en la iglesia a la que “asistía”. De algún modo, terminé unién-
dome a la iglesia, fui a un campamento y me hice miembro. Y en verdad lo disfrutaba.
No solo empecé a ir a las reuniones de miembros y a expresar mis opiniones, sino que
comencé a relacionarme con los hermanos y a construir una vida de comunión.
Los ancianos empezaron a conocerme y me ayudaron a ver lo que estaba mal en mi
vida y a percibir la gracia en las vidas de otros.
Empecé a crecer como cristiano. Y empecé a servir en la iglesia... en cosas pequeñas,
sin importancia, pues era lo único que me confiaban. Me di cuenta de que no solo im-
portaba lo que yo hiciera, sino que, junto con otros, podíamos construir algo duradero.
Pero, en mi mente, seguía habiendo inquietudes, preguntas ambiguas. Me volvían loco.
Cuando un pastor predicaba la Palabra de Dios podía escuchar cómo los hermanos ho-
jeaban las Biblias y se preparaban para escuchar. Algunos se inclinaban hacia adelante,
en actitud expectante para escuchar las Escrituras. Otros, con temor, abrían sus Biblias
en una búsqueda desesperada de Dios. Algunos se sentaban listos para evaluar la pre-
dicación, disfrutar de una historia o reírse de una buena broma. Pero a mí me sucedía
algo diferente. Al ver cómo se desarrollaba la predicación, yo me preguntaba: “¿Cómo
lo hace?” (Harvey, 2016, pp. 15-21).
Podría pensar que todos se preguntaban eso cuando escuchaban un sermón decente.
Pero esto era diferente. No era teórico. Era personal. Al ver cómo los predicadores usa-
ban sus dones, yo me proyectaba en sus lugares. Soñaba con poder entender la Palabra
El Pastor Metodista Libre 13
de Dios de manera que pudiera parame y enseñarla. “¿Cómo podía saber si Dios me
estaba llamando a ser pastor?” “¿Cuál era el siguiente paso?”.
Bueno, si usted tiene estos interrogantes en su cabeza y cada día se pregunta si Dios le
está llamando al ministerio este manual es para usted. No hay nada extraño que sienta
el llamado de Dios a su vida o que otros hayan identificado en usted dones y virtudes
para el ministerio ordenado. La Iglesia Metodista Libre cree fervientemente que Dios
llama a hombres y mujeres a ejercer el ministerio pastoral. Así que, “es bíblico que la
iglesia ponga aparte a ciertas personas para tareas especiales de liderazgo. Estas per-
sonas dan testimonio de un llamado interno del Espíritu Santo” (Libro de Disciplina
2015, ¶300).
Aquí abordaremos estas dudas y otras que pueden ir surgiendo, dudas que un día cada
uno de nosotros nos hicimos como: ¿estoy llamado al ministerio pastoral ordenado?
¿Cómo puedo tener la certeza? ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Cuál es el proceso? ¿Tengo
el perfil para ministro ordenado? Para dar respuesta a estas preguntas lo primero que
vamos hacer es definir algunos términos que nos ayudará a comprender el ministerio
ordenado y el proceso de ordenación.
DEFINICIóN DE TÉRMINOS
Ahora veamos los términos que nos facilitará a la lectura y comprensión del ministerio
pastoral:
• Juntas de Preparación y Consejo Ministerial (Junta de PCM): una Junta de
PCM es un organismo conformado por 5 o 7 miembros cuyos dones de sabiduría y
discernimiento les permiten asistir a las personas en el descubrimiento, el desarrollo
y la realización del llamado de Dios en sus vidas.
• Candidato Ministerial Local (CML): un candidato ministerial local es una per-
sona que sirve de manera activa en el ministerio de una iglesia local, o fuera de la
iglesia comenzando una Casa de Paz. El líder está considerando seriamente el lla-
mado al ministerio vocacional y ha terminado el proceso de certificación. El estado
de candidato ministerial local da la oportunidad de explorar el llamado percibido al
ministerio con el pastor en el contexto de la iglesia local (Libro de Disciplina 2015,
¶6500).
• Candidato Ministerial Conferencial (CMC): un candidato ministerial conferen-
cial es un miembro de la Iglesia Metodista Libre que ha sido
recibido por un Distrito Misionero o en la organización
de la IML a nivel regional o nacional en preparación
para el ministerio ordenado. El candidato ministe-
rial conferencial deberá ser un candidato ministerial
local; tener un entendimiento bueno de la historia y
política de la Iglesia Metodista Libre.
Después de clarificar los términos es el momento de res-
ponder la pregunta: ¿tengo el perfil para ministro ordenado?
14 El Pastor Metodista Libre
PERFIL DEL PASTOR METODISTA LIBRE
La IML ha desarrollado una lista de 15 atributos que se alinean con el ministerio salu-
dable, efectivo y a plazo largo en la IML. Los candidatos recomendados por la Junta
para la ordenación como presbíteros deberán mostrar los siguientes atributos en el área
del corazón, cabeza y manos. Con el perfil no buscamos descalificar al candidato, al
contrario, lo que deseamos es ayudarle a evaluarse y a desarrollar habilidades para el
ministerio saludable. Observemos las tres áreas del perfil del pastor metodista libre:
Corazón:
1. Se caracterizan por su madurez espiritual y una fuerte convicción de llamado al
ministerio.
a. Demuestran una vida moldeada por los medios de gracia.
b. Basan su identidad y llamado firmemente en Cristo.
c. Son ejemplos de una vida de santidad guiada por el Espíritu.
2. Demuestran un alto nivel de conciencia de sí mismos.
a. Entienden y expresan sus fortalezas y debilidades.
b. Forman equipos para tener respaldo en áreas que no son su especialidad.
c. Saben que su estilo de liderazgo y comunicación pueden impactar a los demás de
manera positiva, pero también negativa.
3. Viven una vida bien equilibrada que puede sobrellevar las demandas del ministerio.
a. Atienden adecuadamente sus necesidades físicas, emocionales y mentales.
b. Programan, con regularidad, tiempo para entretenimiento y recreación.
c. Viven vidas sencillas, libres de adicciones y compulsiones.
4. Su vida se caracteriza por el amor hacia los demás.
a. Dan prioridad a su cónyuge e hijos (si los tiene).
b. Desarrollan y mantienen relaciones sanas y cercanas con las personas dentro y
fuera de la iglesia.
c. Cultivan relaciones de confesión y rendición de cuentas.
5. Son ejemplos de humildad.
a. Permanecen dispuestos a aprender y aceptan la corrección.
b. No mantienen una actitud defensiva hacia los líderes, seguidores y compañeros.
c. Buscan con entusiasmo la perspectiva de otros.
Cabeza:
6. Demuestran entendimiento bíblico.
a. Poseen un entendimiento de la metanarrativa bíblica.
b. Tienen una hermenéutica wesleyana que acepta la autoridad de las Escrituras.
c. Son capaces de fundamentar su cosmovisión wesleyana con argumentos bíblicos.
7. Demuestran una integración teológica wesleyana.
a. Conocen y aceptan la historia, el gobierno, los artículos de re-
ligión y los valores centrales de la IML.
b. Pueden comunicar las características wesleyanas convincente-
mente.
c. Entienden y aceptan la teología relacional wesleyana.
El Pastor Metodista Libre 15
8. Tienen una educación teológica coherente con el ministerio ordenado.
a. Han terminado sus estudios de secundaria.
b. Han terminado satisfactoriamente sus estudios del currículo de Formación Pasto-
ral de la IML Latinoamérica.
c. Promueven el aprendizaje de por vida y lo demuestran con su ejemplo.
9. Poseen una postura hospitalaria hacia todo el cuerpo de Cristo y la sociedad.
a. Buscan activamente crear y mantener vínculos con otros grupos cristianos.
b. Demuestran aprecio por la contribución de otras tradiciones cristianas y a la vez
aceptan las de la IML de todo corazón.
c. Demuestran un creciente aprecio por la humanidad y valoran a todas las personas
sin importar sus sistemas de creencias.
10. Poseen la habilidad de aplicar de manera práctica lo que aprenden.
a. Son capaces de hacer que la teología compleja sea entendible para todos.
b. Demuestran habilidad para identificar la actividad redentora de Dios en la vida
diaria.
c. Son capaces de profundizar la fe por medio de experiencias de la vida real.
Manos:
11. Demuestran fruto en el ministerio.
a. Tienen una trayectoria de predicación, enseñanza y liderazgo
que transforma a otros.
b. Se involucran en el evangelismo personal y comunitario.
c. Tienen la habilidad de desarrollar y mantener comunidades de
fe diversas y saludables.
12. Apoyan de todo corazón el ministerio de justicia y compasión.
a. Cuestionan la injusticia y la discriminación dondequiera que se encuentre.
b. Se involucran en las necesidades locales y globales de los oprimidos y los pobres.
c. Buscan intencionalmente ministrar y participar en la emancipación de los que
están en sistemas esclavizadores.
13. Son líderes-siervos.
a. Promueven el desarrollo de los demás.
b. Sirven a la iglesia local y global, demostrando competencia multicultural al ha-
cerlo.
c. Crean ambientes de ministerio saludables caracterizados por la seguridad y la
ausencia de prejuicios.
14. Empoderan a los demás para que descubran el diseño de Dios para ellos y vivan
según su plan.
a. Son fervientes defensores del liderazgo femenino.
b. Promueven las comunidades y los equipos multiculturales.
c. Ayudan activamente a otros a descubrir su excelencia.
15. Lideran con creatividad y visión.
a. Siguen las mejores prácticas para lograr un ministerio relevante en el contexto y
la cultura.
b. Proponen alternativas y con éxito lideran a otros hacia resultados más creativos
y efectivos.
16 El Pastor Metodista Libre
c. Comunican la visión de manera convincente y desarrollan planes estratégicos
para alcanzarla.
Estos requisitos han sido desarrollados de manera cuidadosa, colaborativa e intencional
para la ordenación de presbíteros. El cumplimiento de estos requisitos capacitará a los
futuros ministros ordenados para que logren ministerios saludables, efectivos, equili-
brados y perdurables. Esto es provechoso para el futuro del ministro, su familia, iglesia
y la denominación.
PROCESO DE ORDENACIÓN
La ordenación es el proceso para afirmar el llamado, equi-
par y transformar a los líderes que servirán para los pro-
pósitos de Dios en la próxima generación. La ordenación
basada en resultados desarrolla los 15 atributos del perfil
del pastor Metodista Libre que se alinean con el ministe-
rio saludable, efectivo y a largo plazo en la IML. Todo el
proceso de ordenación sirve para que el líder forme 15 atri-
butos en: “Corazón”, “Cabeza” y “Manos”. Este proceso le
ayudará a servir mejor a Dios y la iglesia. Este proceso de
ordenación termina en una ceremonia pública donde la iglesia reconoce y confirma el
llamado personal de Dios sobre hombres y mujeres al ministerio ordenado. Las funcio-
nes ministeriales son dirigir la iglesia para cumplir con el gran mandamiento y la gran
comisión. Además, de pastorear la iglesia, administrar los sacramentos de Bautismo, la
Cena del Señor, solemnizar matrimonios, entre otros.
¿Por qué debe realizarse el proceso de ordenación?
Muchos de nosotros alguna vez nos hemos hecho esta misma pregunta: ¿por qué debe
realizarse el proceso de ordenación? Para responder a esta pregunta creemos que hay
varias razones por las cuales un líder, llamado por Dios, debe ser ordenado. La primera
razón es que la ordenación es un acto de autenticación. Es decir, es un acto donde la
iglesia confirma el llamado de Dios a la persona que aspira al ministerio pastoral. La
segunda razón es que la ordenación es un acto de autorización. Es decir, por medio del
proceso de ordenación se autoriza a que el candidato realice diferentes laborales minis-
teriales que como laico no puede desempeñar. Y la tercera razón es que la ordenación
es un acto de confirmación. En otras palabras, el proceso de ordenación le permite a la
iglesia confirmar el llamado personal de Dios en su vida. Al igual que la ordenación es
un proceso de capacitación que le ayuda al candidato a identificar, desarrollar y ejerci-
tar los dones y habilidades. Ya sabemos por qué debemos ser ordenados, ahora veamos
cómo es el proceso.
¿Cómo es el proceso de la ordenación?
El pastor Metodista Libre ha pasado por un proceso de ordenación basado en 15 atri-
butos: “Corazón”, “Cabeza” y “Manos”. Estos atributos son evaluados y desarrollados
durante el proceso de ordenación. En el proceso de ordenación hay cuatro pasos para
ser un ministro ordenado en la Iglesia Metodista Libre:
El Pastor Metodista Libre 17
1. El líder es una persona reconocida por la Iglesia como poseedora del llamado de
Dios al ministerio pastoral. Este líder es llamado como un candidato ministerial
local (CML).
2. Luego, el líder es aceptado como un candidato ministerial conferencial (CMC) por
la Conferencia Anual.
3. Ahora el líder es candidato ministerial conferencial, mediante la recomendación de
la Junta de Preparación y Consejo Ministerial. Así que lo recibimos como miem-
bro de la Conferencia Anual y elegido a la ordenación de presbítero.
4. En la ordenación como presbítero completamos el proceso. Aquí el líder de la ig-
lesia es ordenado y avalado como presbítero y facultado para ejercer el ministerio
(Libro de Disciplina, 2015, pág. 120).
Bueno, aquí está el resumen del proceso de ordenación. Ahora, desarrollaremos más
detalladamente dicho proceso:
Etapa uno: Discernimiento
En esta etapa nuestro enfoque principal es discernir el corazón del
líder. Aquí lo que deseamos explorar es el llamado personal del
líder, su identidad, vocación, y su compromiso con la misión de
Cristo. Además abordamos preguntas profundas de la vida: sus de-
bilidades y fortalezas. Esperamos que las personas tengan patrones de
vida saludables en lo personal, familiar, social y ministerial.
Sin embargo, los líderes no deben preocuparse si tienen alguna falla, lo que buscamos
es ayudarles a crecer y a entender quiénes son y cómo los ha dotado Dios para el ser-
vicio. Explorar estos patrones en los líderes nos ayuda a identificar las áreas que debe
trabajar con la ayuda de un mentor. El mentor puede ser el pastor local o un formador.
Todo este proceso ocurre de manera amigable, fiable y en un entorno informal. La Junta
de PCM solo se involucra al final de esta etapa, antes solo desempeña un papel externo.
Aquí los pastores o pastoras o formadores identificamos a un candidato potencial y ha-
blamos con él sobre un posible llamado a la vocación ministerial. Además, puede darse
que un líder exprese su llamado a ser ministro ordenado. Así que, juntos, el posible
candidato y el pastor local, identifican a una persona apropiada para que acompañe al
candidato potencial durante este proceso de discernimiento. Esta persona se convier-
te en su mentor. El mentor se reunirá una vez al mes con el candidato, con el fin de
brindarle su apoyo y dirección. El candidato potencial necesitará a alguien que pueda
dedicarle tiempo y abrirle puertas para adquirir experiencia en el ministerio.
Cuando el Candidato Ministerial Local ha cumplido adecuadamente las metas del plan
de formación y el mentor cree que el candidato está listo para avanzar en el proceso,
el mentor, en representación del CML, presenta al coordinador de la Junta de PCM una
solicitud de entrevista de evaluación para la ordenación.
18 El Pastor Metodista Libre
Etapa dos: Formación
Nuestro principal enfoque en esta etapa es asistir al candidato para que adquiera el
conocimiento (cabeza) y las habilidades prácticas (manos). Lo que
deseamos es capacitarlo en lo que necesitará para el ministerio sa-
ludable y efectivo.
Aunque creemos que es bíblico que la iglesia ponga aparte a ciertas personas para
tareas especiales de liderazgo no prohibimos la posibilidad de que la persona siga ejer-
ciendo otras funciones extra ministeriales hasta que Dios le indique lo contrario y lo
llame a su servicio a tiempo completo.
• Plan: evalúe y reflexione cómo está su estilo de vida. Ejemplo: no hago ejerci-
cio porque el ministerio y familia no me deja tiempo. El plan de formación sería
sacar media hora, por lo menos cuatro veces a la semana en la mañana para
caminar o hacer deporte. O tal vez está tan ocupado que no dedica tiempo para
descansar o recrearse. Entonces, el plan sería cada mes delegar la enseñanza a
un líder preparado de la iglesia y viajar con la familia a un parque ecológico, un
parque de diversiones, finca, o pueblo para recrearnos. El plan lo debe compar-
tir con el mentor y le rendirá cuentas de la ejecución del plan.
4. Su vida se caracteriza por el amor hacia los demás.
a. Dan prioridad a su cónyuge e hijos (si los tiene).
b. Desarrollan y mantienen relaciones sanas y cercanas con ersonas dentro y fuera
de la iglesia
c. Cultivan
relaciones de confesión y rendición de cuentas.
El Pastor Metodista Libre 23
• Plan: evalúe y reflexione el tiempo con su cónyuge e hijos. Ejemplo: no com-
parto tiempo con mis hijas. Entonces el plan sería prepararles el desayuno a
mis hijas dos veces por mes y quedarme en casa por lo menos tres noches por
semana para dialogar con ellas y estrechar relaciones.
Por otro lado, no tengo una persona a la cual rendirle cuentas. Sin embargo,
deseo fortalecer mi relación de rendir cuentas. Así el plan es seguir reunién-
dome con él, una vez por semana para confesar mis pecados y rendir de cuentas
a mi mentor.
5. Son ejemplos de humildad.
a. Permanecen dispuestos a aprender y aceptan la corrección.
b. No mantienen una actitud defensiva hacia los líderes, seguidores y compañeros.
c. Buscan con entusiasmo la perspectiva de otros.
• Plan: pida una evaluación completa del trabajo en la iglesia; evalúela y reflex-
ione en los puntos que debe mejorar y realice un plan para mejorar. Continúe
trabajando con su mentor para disminuir las reacciones negativas en el minis-
terio. Recuerde que el mentor está para apoyarlo y ayudarlo a mejorar cada día.
Así que preséntele el plan de trabajo en el área del corazón y ríndale cuentas.
La belleza de crear un plan de formación en las tres áreas de “Corazón”, “Cabe-
za” y “Manos” es que nos ayuda a ser conscientes de estar evaluándonos y
nos ayuda a crecer cada día de manera integral. Además al rendir cuentas al
mentor adquirimos un compromiso para no descuidar el plan de formación,
sino que nos ayuda a enfocarnos en lo que deseamos y necesitamos desarrollar
o fortalecer para ejercer el ministerio de forma saludable. Así que sea creativo,
práctico y comprométase con el plan de formación.
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
¿Qué atributos del perfil del pastor Metodista necesitas desarrollar y cómo lo hará?
Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a analizar y comprender el llamado y oficio al mi-
nisterio pastoral entendido desde la Biblia, la historia y las realidades
contemporáneas.
Resultados de la lección
Al concluir esta lección el estudiante:
• Comprenderá el ministerio pastoral en la Biblia y en la historia.
• Identificará los buenos y malos ejemplos en el ministerio pastoral.
• Identificará si tiene llamado al ministerio.
• Tomará conciencia de su llamado y ética pastoral.
Contenido
• Introducción
• El ministerio pastoral en la Biblia
• El ministerio pastoral en la historia de la iglesia
• El llamado al ministerio pastoral
• La ética pastoral
• Preguntas de reflexión
26 El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio
INTRODUCCIÓN
L os ministros Metodistas Libres podrán desempeñar su tarea bajo la asignación
como pastores o pastoras de una congregación determinada. Sin embargo, deben
estar dispuestos a ser movidos en alguna otra asignación. En cualquier caso, ellos son
llamados a proporcionar un liderazgo lleno del Espíritu Santo en la iglesia para cumplir
con el Gran Mandamiento y la Gran Comisión.
Los ministros Metodistas Libres bajo asignación como pastores o pastoras
de iglesias son llamados a ser líderes del pueblo de Dios. El liderazgo
requiere visión, decisión, llevar a las personas a la acción y aprender a
vivir en medio de las dificultades y los retos que los cambios traen.
Sin embargo, el liderazgo pastoral está arraigado en un profun-
do amor a Cristo y compasión por las necesidades humanas. Los
recursos de Dios son abundantes y a disposición de todos los que
abrazan esta tarea en una obediencia decidida y radical.
La responsabilidad y privilegio del ministerio pastoral ha resultado en
el desarrollo del estudio pastoral dentro del amplio marco de la teología práctica. Tam-
bién ha producido un largo desfile de individuos que han llenado las páginas de la
historia de la iglesia en respuesta al llamado de Dios a ser fieles pastores o pastoras,
ministros de la verdad. Tristemente, las tradiciones, han torcido y disfrazado mucho lo
que es el ministerio pastoral. La falta de estudio de la Biblia de forma correcta ha hecho
que muchos tengan una visión distorsionada de lo que es el ministerio.
LA ÉTICA PASTORAL
En los últimos años se ha hablado mucho de la pérdida de la ética en la sociedad. La
corrupción ha permeado todas las estructuras de la sociedad. La falta de ética se refleja
hasta en lo más mínimo. Aún algunos podrían pre-
guntar: ¿ética, y qué es eso? La ética es un conjunto
de costumbres culturales, normas o leyes legales o
morales que dirigen y rigen en una sociedad. En
otras palabras, la ética es una afirmación moral que
define lo que es bueno, malo, obligatorio, y lo que
es permitido en la sociedad en cuanto a una acción
o decisión. La ética estudia y determina cómo de-
ben actuar los miembros de la sociedad dentro de la comunidad. La ética nos ayuda a la
justa aplicación de las normas legales en la sociedad y promueve una autorregulación.
La ética es necesaria para vivir en comunidad.
36 El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio
De ahí que, Dios entregó la Ley a los israelitas para que reflejaran su carácter santo. La
Ley determinaba los principios éticos conforme a la moral divina, y se esperaba que se
practicara en todos los aspectos de la vida. La Ley tenía el propósito de proteger al pue-
blo al indicar cómo acercarse a Dios a través de los sacrificios. Al igual que ayudaba a
mostrar la santidad de Dios como rey, en una sana convivencia con toda la creación: ser
humano, animales y la naturaleza (Lv. 19-27). La Ley le ayudaría al pueblo a vivir bajo
el reinado de Dios en una nueva tierra: Canaán. Dios le dio la Ley al pueblo de Israel
y con esta reclamaba el señorío de la vida de cada israelita. El pueblo debía mostrar el
carácter santo de Dios. Así que la santidad era expresión del señorío de Dios sobre cada
individuo. La santidad no solo daba testimonio del carácter de Dios, sino que también
servía para que otros pudieran llegar a los pies del Rey y rendir su vida.
En el párrafo anterior se aborda la importancia de la ley para el pueblo de Israel. Sin
embargo, estos principios todavía rigen nuestra vida: cómo vivir como pueblo de Dios
en una sociedad que ha perdido los valores. El pastor como miembro de una sociedad
es una de las personas más visibles. No solamente para los feligreses sino para los no
creyentes. Todos están pendientes de él, qué hace, qué piensa, qué dice o deja de hacer.
El pastor debe actuar, pensar, hablar y vivir como para el Señor, pero también para ser
ejemplo de aquellos que lo observan. Así que la ética pastoral es necesaria. A conti-
nuación presentaremos algunos de los puntos más relevantes de la ética pastoral que
presenta el Seminario Reina Valera.
1. El tiempo del pastor
Un pastor debe tener una ética saludable en cuanto a la administración del tiempo.
Debe tener una agenda que le ayude a separar tiempo para cada acti-
vidad que demanda el ministerio. Es decir, tiempo para la oración,
lectura y reflexión de la Palabra, estudio bíblico, preparación y pre-
dicación, consejería, tiempo para visitar y llamar a los feligreses,
etc. Además, de apartar tiempo exclusivamente para su cónyuge
y tiempo para sus hijos. Todas estas tareas requieren una buena
planeación. Por lo anterior, el pastor debe aprender a delegar ciertas
tareas de la iglesia a los líderes sin llegar a cargarlos demasiado. Al
igual que debe remitir a los creyentes que necesitan ayuda especializada hacia aquellos
consejeros con recursos profesionales idóneos. La responsabilidad ética pastoral es
hacer buen uso del tiempo para vigilar que el rebaño esté saludable, bien alimentado, al
igual que su familia. La iglesia y su familia debería ser el único lugar donde nunca de-
biera escucharse: “nadie se preocupa por mí... a nadie le importa mi vida” (Sal. 142:4).
Aquí tanto el pastor como toda la comunidad tienen la responsabilidad de cuidarse los
unos a los otros, eso lo debe enseñar el pastor.
2. La confidencialidad del pastor
La confidencialidad es muy importante en el ministerio del pastor. Una de las fortalezas
que necesita el pastor es la habilidad para guardar confidencias. Los creyentes necesi-
tan intensamente la libertad para confiar en sus pastores y pastoras. Los creyentes de
manera provechosa van a contar con la ayuda pastoral para resolver sus dudas morales
y espirituales. De igual manera, recurren para confesar sus pecados y salir de ellos.
En resumidas cuentas recurren para que les ayuden a crecer en todas las áreas. Por tal
razón, ninguna conversación, confesión o secreto puede ser revelada a la comunidad.
En muchas ocasiones no debe ser revelada ni a su esposa. De revelarlo a su esposa es
porque tiene permiso de la persona involucrada.
El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio 37
Toda consejería o confesión está bajo confidencialidad, todo lo que se habla debe que-
dar ahí. Sin embargo, el pastor debe revelar los casos en que exista riesgo de daño
corporal inminente hacia su propia vida u otra persona. O requiera ser reportadas ante
la ley, como en casos de abuso sexual, especialmente de niños, ancianos o personas con
capacidades especiales. El pastor debe ser muy sincero con el aconsejado y expresarle
que por la gravedad del asunto requiere un trato especial con la ley. El pastor necesita
tomar acción para proteger a las personas vulnerables que estén en peligro.
3. El pastor debe decir la verdad
El pastor siempre debe decir la verdad. Debe aprender a decir
la verdad en el tono adecuado y en el momento indicado. Si
percibe que una persona se aproxima a la muerte, es bueno
que, primero, hable con la familia acerca del asunto. Puede
que los miembros de la familia estén pasando por un tiempo
difícil al lidiar con la muerte. El médico puede pensar que si
el paciente se entera, simplemente se dé por vencido en vez de
alimentar un sentido de esperanza. La mayoría de las veces, el pa-
ciente percibe cuando la muerte está cercana. Confirmar la percepción
del paciente de que la muerte está próxima puede que proveer el tiempo necesario para
arreglar algunos asuntos no resueltos, antes de que el final ocurra. La familia puede
hablar más abiertamente. El conocer la situación real puede ayudar al paciente a tomar
mejores decisiones respecto a tratamientos y medicamentos. Su enfoque puede que sea
de ayuda a la familia y al paciente a lidiar con la realidad de la muerte.
4. El pastor y los límites en la consejería
La consejería debería realizarse en la iglesia y siempre acompañado de su esposa, o de
un equipo pastoral maduro y preparado. Sin embargo, si no los tiene cuando esté acon-
sejando a una persona del sexo opuesto, debería asegurarse de que alguien más esté
cerca y visible pero sin escuchar la conversación. No vaya a la casa del aconsejado, a
no ser que su cónyuge o alguien más de la iglesia puedan acompañarle. No utilice los
restaurantes porque son lugares que propician la intimidad personal, en vez de ser am-
bientes propicios para enfocar los asuntos de la consejería. Esto puede enviar un men-
saje erróneo de calidez a alguien del sexo opuesto. Así que usted debe poner límites en
la consejería en cuanto a espacios.
Además, debe poner límites físicos. Un abrazo, un beso en la mejilla o un apretón de
manos pueden ser interpretados en varias maneras. En un momento en que se están
compartiendo profundas emociones, un gesto de contacto que busca animar o alentar
puede tornarse rápidamente en una invitación apasionada. Es importante tener cuidado
respecto a quiénes tocamos y cómo o dónde tocamos. Una palmadita en la mano puede
ser preferible a un abrazo hasta que conozcamos mejor a la persona… Recuerde que
las interpretaciones de los contactos varían, no solo por asunto de preferencia personal
sino, también, en función de normas culturales.
De igual forma debe haber límites de las emociones en la consejería. Algunas veces un
aconsejado del sexo opuesto puede que empiece a tener sentimientos románticos por
el consejero. Esto se conoce como transferencia; el aconsejado está transfiriendo senti-
mientos hacia el consejero como sustituto. Puede que, en algún momento posterior, sea
necesario confrontar este sentimiento de manera directa con el aconsejado. Siempre
trate de guardar una apropiada distancia profesional. De igual manera puede suceder
38 El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio
con el consejero. El consejero es quien se siente atraído sexualmente hacia la persona
aconsejada. Puede que el pastor espere con entusiasmo las sesiones, alargue el tiempo
juntos, tenga fantasías entre sesiones o encuentre excusas para tener encuentros extras
con la persona. Gary Collins escribe: “Algunas veces, todos los consejeros ven ciertas
tendencias en sí mismos. Reconocer los peligros es el primer paso para esquivar cual-
quier enredo y vulnerabilidad”. Esta es una buena razón para trasferir al aconsejado a
otro consejero.
5. El respeto del pastor hacia el sexo opuesto
Un pastor es o inocente o tonto en no reconocer los
problemas que pueden surgir al acompañar a una
persona del sexo opuesto. Noyce va aún más lejos al
afirmar: “Hay una dimensión sexual para todas las re-
laciones entre personas de sexo opuesto. No podemos
partir al ser humano en categorías; no hay una línea absoluta de demarcación entre la
atracción espiritual, intelectual y física en las relaciones humanas”.
El acompañamiento implica compartir detalles muy personales y emotivos de la vida.
De ello surge un sentimiento de cercanía e intimidad entre las personas que comparten
la atmósfera de la consejería. Gary Collins dice que la posibilidad de una actitud inmo-
ral es más alta si “el aconsejado es atractivo… si no está satisfaciendo sus necesidades
emocionales y sexuales en algún otro lugar… y si la consejería involucra diálogo por-
menorizado de contenido sexualmente provocador”.
La infidelidad le daña a usted, a su familia, al aconsejado, a la congregación y a la cau-
sa de Cristo. La conducta sexual inmoral es la razón principal por la que los ministros
son removidos de roles pastorales y pierden sus credenciales. También, esto implica
ramificaciones de orden legal. Un pastor puede ser procesado penalmente si las acti-
vidades sexuales ilícitas se han originado en una relación de consejería. La posición
de las autoridades gubernamentales es que el pastor detenta la posición del poder en la
consejería y, por lo tanto, no debería usar esta posición para manipular al aconsejado.
Los pastores y pastoras han sido acusados como reos por aprovecharse sexualmente de
los creyentes.
Debemos aprender a respetar al aconsejado del sexo opuesto con la dignidad apropia-
da. Algunas veces nos ayuda recordar que esta persona es hijo/a o esposo/a de alguien.
Pregúntese a sí mismo: ¿cómo me gustaría que traten a mi hijo/a o esposo/a en una
situación de consejería? Esta persona es, también, alguien por quien Cristo murió y,
entonces, es mi responsabilidad ayudar y no obstruir el desarrollo espiritual personal.
6. La responsabilidad del pastor
¿Cómo resistimos a la tentación y mantenemos una relación apropiada? Fortalezca
su matrimonio. Con frecuencia, la infidelidad empieza con dificultades en el propio
matrimonio del pastor. Si hay problemas en el hogar trabaje para resolver los asuntos
personales antes de tratar de ayudar a alguien más.
Fortalezca su vida espiritual con Dios. La frialdad espiritual es parte de un camino
hacia el desastre moral. Si mantiene su práctica de la lectura bíblica, la oración y las
disciplinas espirituales va a encontrar que los recursos espirituales le permitirán sobre-
ponerse a la tentación de la lascivia y pornografía. Buscar la llenura del Espíritu Santo
nos ayudará a vivir vidas integras, ya sea casado o soltero.
El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio 39
Sea honesto con sus sentimientos. Podemos volvernos expertos en buscar excusas para
justificar nuestras acciones incorrectas. Si admite sus sentimientos consigo mismo, es-
tará más apto para hacer algo constructivo que detenga el proceso de deterioro.
Evalúe las consecuencias. ¿Qué diría su cónyuge o hijo/a si se enteraran acerca de esto?
¿Está dispuesto a tirar a la basura su carrera ministerial por unos momentos de placer?
Imagínese la decepción de algunos miembros de la iglesia y de la sociedad a quienes
usted respeta, cuando se enteren acerca de esto. Poner la situación en una perspectiva
de largo alcance ayuda a captar que tal imprudencia va a costar mucho más caro de lo
que valió.
Establezca un sistema de apoyo. Encuentre un mentor para rendir cuentas. Necesita te-
ner un mentor amigo que le pueda hacer las preguntas más comprometedoras respecto
a su carácter y a sus actividades. Un mentor que le ayude a trabajar esas áreas débiles
y le permita creer en madurez (Seminario Reina Valera).
7. El pastor y el uso del poder
El mal uso del poder ha generado que grandes congregaciones se acaben y que muchas
personas hayan terminado lastimadas. El pastor que abusa del poder ha sido piedra
de tropiezo tanto para creyentes como para los
no creyentes y el nombre del Señor ha sido des-
honrado. Por esta razón el pastor debe ser muy
cuidadoso con la autoridad que Dios y la iglesia
le ha dado. La autoridad es un poder o capaci-
dad que poseemos de influir sobre otras para que
haga lo que Dios quiere. El poder que Dios nos
ha dado es para el beneficio de la comunidad y no para nuestros intereses personales.
Nosotros los pastores y pastoras debemos formar un equipo de trabajo para evitar que
la autoridad de la iglesia recaiga solamente en nosotros.
El uso del poder no debe ser para beneficio propio, sino para el bienestar de la co-
munidad a la que servimos. Jesús mismo nos da ejemplo del uso adecuado del poder.
Cuando el diablo tentó a Jesús en varias ocasiones fue con el uso del poder, pero Jesús
se resistió a usar el poder para beneficio propio. Observemos que la tentación era usar
el poder para su beneficio.
La primera tentación fue convertir las piedras en pan para calmar su hambre después
de haber ayunado cuarenta días. Él se negó rotundamente a usar el poder para saciar su
hambre y defender su estatus de hijo de Dios (Mt. 4:2-4 cf. Mt. 3:17). Más bien usó el
poder para alimentar en varias ocasiones a las multitudes (Mt. 14:13-21 cf. Jn.6:1-14).
De igual manera, Jesús se negó a usar su poder para defenderse cuando lo arrestaban.
Jesús le enseñó a Pedro que él podía orar al Padre para que lo defendiera pero que no lo
haría porque debía morir para beneficio de la humanidad (Mt. 26:53-54 cf. Mt. 26:28).
Debemos usar el poder para la misión y expansión del reino de Dios de una manera
saludable sin poner cargas que las personas no puedan llevar. Así que debemos modelar
el buen uso del poder para los propósitos de Dios: traer salvación a toda criatura.
40 El Pastor Metodista Libre: su Llamado y su Oficio
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
¿Cómo está desarrollando las habilidades que Dios ha dado para la labor de
pastorear?
¿Qué puntos de la ética pastoral le hacen falta y cómo los pondrá en práctica en
su ministerio?
EL PASTOR METODISTA
3 LIBRE: SU VIDA
PERSONAL
Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a conocer y comprender el deber ser de la vida
personal del pastor Metodista Libre.
Resultados de la lección
Al concluir esta lección el estudiante:
• Aprenderá y aplicará un modelo sano para la resolución de conflic-
tos.
• Se autoevaluará frente a los rasgos de carácter del pastor.
• Comprenderá lo que implica el cuidado del pastor.
Contenido
• Conciencia de sí mismo
• Resolución de conflictos
• El corazón del pastor
• El cuidado del cuerpo del pastor
• La vida devocional
• Rendir cuentas
• Preguntas de reflexión
42 El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal
CONCIENCIA DE SÍ MISMO
S er pastor va mucho más allá de cuidar a las demás personas, incluye cuidado perso-
nal y familiar en gran manera. Por tal razón, debe tener sumo cuidado con el estado
de su corazón y el cuidado de su cuerpo. Un corazón sano se ve reflejado en el ministe-
rio y cuidado externo. Si la vida interior se descuida, o peor se ignora, el ministerio ex-
terno pronto se derrumbará. El rey David era un hombre conforme al corazón de Dios
(1S. 13:14). Cuando Dios escogió a David como el siguiente rey de Israel, no lo eligió
por su aspecto físico. En comparación con sus hermanos, David no era tan alto, ni tan
hermoso, ni tan fuerte como ellos (1S. 16). Él todavía era joven, le faltaba crecimiento
y todavía estaba madurando. Sin embargo, ni su estatura ni su posición le preocupaban
a Dios. Lo que Dios vio en él fue un corazón puro con potencial para ser un gran rey.
Dios vio el carácter de David. Pero David, como todo ser humano, debía cuidar el
estado de su vida interior. David, aunque sabía que Dios lo había escogido como el
siguiente rey, continuó honrando al rey Saúl, aún cuando su vida estaba en peligro no
aprovechó la oportunidad de matarlo cuando tuvo la oportunidad. En ese momento,
David pudo haber tomado “legítimamente” su lugar como rey de Israel porque, des-
pués de todo, Dios lo había elegido y ungido. Sin embargo, esperó que Dios cumpliera
sus propias promesas y planes a su tiempo.
David también tuvo que lidiar directamente con su propio pecado. Después de haber
cometido adulterio con Betsabé y saber que ella estaba embarazada debió tratar de
ocultar su pecado. David directamente hace que Urías, el esposo de Betsabé, muera en
la batalla. Luego de esto, el profeta Natán confrontó a David por su pecado. El admitir
y enfrentar su pecado ante el Señor fue un paso para limpiar su vida interior (Sal. 51).
En sintonía con las experiencias de David, tenemos las oportunidades de ser tanto
proactivos como reactivos en el cuidado de nuestra vida interior, y de estas maneras,
cimentar nuestra santidad. El carácter bueno, fuerte, noble y honorable no se obtiene
sin el poder del Espíritu Santo, él nos guía en el proceso de santidad en nuestras vidas.
En este sentido, la “santidad” significa ser santo, como Cristo es santo. Cuando esta-
mos saturados por este tipo de carácter consagrado, el efecto se siente en cada área de
nuestras vidas, incluido el ministerio. A continuación, mencionaremos algunas áreas
específicas donde el pastor debe tener sumo cuidado personal y ministerialmente.
Integridad
La integridad se puede definir como vivir en honestidad y según fuertes principios
morales. La persona íntegra vive una vida integral con un corazón completo. ¿Cómo se
ve esto en la vida de un pastor? Realmente no es diferente de lo que esperaríamos en
la vida de cualquier creyente. A medida que crecemos en Cristo, una porción cada vez
más grande de nuestras vidas se entrega a Dios. Esto es parte del camino hacia la inte-
gridad. Eventualmente ninguna parte de nuestras vidas se esconde de Dios. Lo bueno,
lo malo, lo feo, lo bello; Él lo sabe todo y lo ve todo. A medida que Él nos lo revela,
permitimos que aquellas áreas de nuestras vidas que no han sido impactadas todavía
por su amorosa bondad, perdón, misericordia o corrección, sean tocadas por Él, y como
resultado somos sanados y hechos íntegros; personas caracterizadas por no tener vidas
divididas.
El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal 43
En lo práctico, esto requiere de ser honestos con nosotros mismos, con los demás y con
Dios. Presentamos en el gráfico 3.1 “La ventana de Johari” como una ilustración de
cómo crecer en la integridad. La vida de cada persona puede ser diagramada con cuatro
“ventanas” para conocerse a sí misma:
Gráfico 3.1 La ventana de Johari
El cuadrante I, abierto, es el área del conocimiento compartido entre uno mismo y los
demás. El cuadrante II, es el lado ciego, son las cosas que los otros conocen sobre mí,
pero yo desconozco. El cuadrante III, es lo que está escondido, son las cosas que yo
conozco sobre mí, pero los demás desconocen. El cuadrante IV, desconocido es un
lugar de misterio y algunos dicen que es el inconsciente o subconsciente, no lo conoce
ninguno. Solo Dios sabe de esas cosas acerca de mí.
Dios desea que tengamos un concepto correcto y dinámico de nosotros mismos. El
objetivo es hacer que el cuadrante I sea cada vez más grande pidiendo la opinión de los
demás, lo que a su vez reduce lo comprendido en el cuadrante II. Esto puede hacerse
en un grupo de cuidado pastoral o rindiendo cuentas; el objetivo es lograr un mayor
autoconocimiento. Luego, reducimos el cuadrante III revelando cosas sobre nosotros
mismos. A medida que agrandamos el cuadrante I, nos hacemos más abiertos a lo que
nos revela el Espíritu y más abiertos en lo que le revelamos a Dios. Como resultado
tenemos una mayor apertura hacia los demás, ya que nos sentimos más seguros y va-
liosos en Dios.
Si no podemos evaluar nuestras vidas honestamente y ofrecernos a Dios en nuestra
totalidad, nunca llegaremos a ser verdaderamente personas íntegras. Debemos vivir en
la luz, estar dispuestos a confesar el pecado, cumplir con nuestras promesas y respetar
nuestros compromisos.
En un momento crucial de su vida, el rey David se enfrentó con el profeta Natán y tuvo
que tomar una decisión sobre si iba a vivir una vida íntegra o no. El cometer adulterio
44 El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal
y asesinato lo había descarrilado, pero Dios le estaba dando una segunda oportunidad
(lea el Salmo 51).
Sin embargo, las consecuencias del pecado fueron desastrosas para David y su familia.
En primer lugar, David no murió pero su hijo recién nacido murió porque le había fal-
tado al respeto a Dios (2S. 12:14 cf. Lv. 20:10). Además, había hecho que el nombre
de Dios fuera deshonrado por las otras naciones (2S. 12:14). En segundo lugar, su fa-
milia nunca tendría paz, siempre habría fuertes conflictos que llevarían a la guerra (2S.
12:10,11 cf. 2S. 13:14, 22, 2S. 15:14). En tercer lugar, Dios no dejó que David cons-
truyera el templo porque sus manos estaban llenas de sangre (1Cr. 28:3 cf. 2S. 11:16).
David fue descalificado para esta labor de construir el templo.
Aunque nosotros cometeremos errores no debemos caer en estos pecados que traen
consecuencias graves para nosotros y nuestra familia. Además hace que el nombre de
Dios sea deshonrado por los no creyentes y los que buscan a Dios se sientan defrauda-
dos y desalentados (Sal. 69:6; Mt. 18:6; 1Co. 8:9).
Debemos cuidarnos de todo tipo de pecado y la mejor forma es lle-
nándonos del Espíritu Santo (Ef. 5:18). Al cometer un pecado por
acción u omisión debemos estar dispuestos a enfrentar el pecado
con la ayuda del Espíritu Santo y Dios nos dará segundas opor-
tunidades para elegir vivir una vida honesta y pura, una vida de
integridad ante sus ojos. Dios siempre está dispuesto a perdonarnos
cuando pecamos y nos arrepentimos, solamente debemos confesar el
pecado ante él y los seres humanos que nos ayudan con consejos y en oración (Stg.
5:16). Dios Siempre continúa trabajando en nosotros, transformándonos para ser como
Cristo (Fil. 1:6).
Lealtad
No sería una exageración decir que el enfoque principal del Antiguo Testamento es el
tema de la lealtad, que en su esencia se trata de ser ferozmente fiel a nuestros compro-
misos. En el monte Sinaí, el pueblo de Israel tuvo la oportunidad de hacer un pacto de
lealtad con el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. El mismo Dios que ahora les ofrecía la
oportunidad de ser su Dios y de hacer de ellos su pueblo. Y los términos de este pacto
fueron claros: no debían tener otros dioses, ningún otro compromiso, ninguna lealtad
que pudiera comparar o competir con la lealtad que reservaban para Yahvé. Este térmi-
no viene del verbo hebreo ser, que significa: quien fue, es y será (Ex. 3:14). Este verbo
al traducirlo al español, se trascribe como Yahvé. A Él debían lealtad, así que la lealtad
es el corazón del pacto. El pacto era tan importante que se repetía dos veces al día por
todo el pueblo al orar la Shemá: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es…”
(Dt. 6:4).
La lealtad no es solo un tema del Antiguo Testamento. El mismo enfoque se expresa en
la vida y la enseñanza de Jesús. Él enseñaba que debemos ser leales a Dios por encima
del dinero, de las cosas que la polilla y el óxido destruyen, por encima de la familia,
incluso por encima de nuestras propias vidas. Esta lealtad se expresa en términos del
amor que describe un compromiso primordial con Dios y con su reino (Mt. 10:37).
Para un pastor, esta lealtad motivada por el amor es una característica esencial para un
ministerio efectivo y duradero. Las prioridades, pensamientos y acciones de un pastor
deben fluir de su lealtad para con Dios y su reino. Por supuesto, hay muchos otros
El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal 45
canales virtuosos de lealtad deseables en la vida de un pastor; lealtad hacia una orga-
nización, hacia quienes están por encima y por debajo de su autoridad, incluso hacia la
implementación de una visión o un proyecto.
Es necesario entender que estas lealtades deben permanecer siempre en segundo lugar,
subordinadas a la lealtad primordial para con Dios. Es bueno ser leal a la familia, siem-
pre y cuando esta lealtad fluya de una fidelidad hacia Dios y su reino. Es bueno ser fiel
a una organización mientras esta lealtad fluya de un amor primario para con Dios y su
reino. Pero en caso de que una lealtad secundaria llegue a competir con, o eclipsar a, la
lealtad primordial para con Dios, el resultado no solo es problemático, sino idólatra. Es
por esto que Jesús confrontó a personas como el joven rico (cuya lealtad principal era
su gran riqueza, Mr. 10:17-27), los fariseos (cuya lealtad a la tradición había eclipsado
su lealtad a Dios), e incluso los discípulos (cuya lealtad a su propia posición y reconoci-
miento amenazaba su lealtad a los caminos del reino de Dios). Jesús da tanta prioridad
a la lealtad en nuestros corazones que él menciona el amor a Dios con todo el corazón
como el gran mandamiento (Mt. 22:36-40).
El tener esto en cuenta ayudará a los pastores y pastoras a evitar muchos errores. Lo
contrario implica tener una lealtad desorientada o dividida, factores que pueden tener
consecuencias devastadoras como la adhesión obstinada e insalubre a ciertos progra-
mas, o el encubrir el abuso o el pecado debido a la “lealtad” mal colocada en la persona
involucrada. Uno no tiene que mirar más allá de los encubrimientos que plagan algunas
iglesias contemporáneas para comprender el daño que puede ocurrir cuando las leal-
tades están fuera de lugar. Pero por el contrario, cuando buscamos primero el reino de
Dios todo lo demás se alinea correctamente.
Paciencia
La paciencia no solo es un fruto clave del Espíritu, sino también una
cualidad claramente relacionada con la gracia, y que es profundamente
evidente a lo largo de las Escrituras. Tanto en la postura de Dios hacia
las personas como en el trato compasivo para con el prójimo. No es
casualidad que Pablo comienza su famoso “capítulo del amor” descri-
biendo el amor como: “sufrido, paciente…” (1Co. 13). Pablo entendió
lo que todo buen ministro aprende tarde o temprano: que relacionarse con los demás
en amor, es absolutamente esencial tanto para las relaciones como para los ministerios
saludables a largo plazo. Esta paciencia se expresa de muchas maneras, pero tres ejem-
plos son representativos de esta virtud:
1. Permitir que las personas tengan el tiempo necesario para experimentar crecimien-
to y transformación. Jesús trabajó con los apóstoles durante 3 años, y fue paciente
con el proceso de crecimiento que fue necesario en sus vidas como en las de todos.
Nadie se convierte en el producto terminado de la noche a la mañana, y la pacien-
cia es aceptar este proceso.
2. Permitir segundas, terceras, y más oportunidades. Jesús se negó a poner límites a
esta virtud, enseñando que uno debería estar dispuesto a perdonar a su hermano
70 veces 7 (Mt. 18:21-22). Jesús demostró esta misma paciencia, por ejemplo, en
la vida de Pedro, quien tuvo que ser corregido, reenfocado y perdonado muchas
veces antes de que alcanzara la madurez para tener un gran impacto ministerial.
Pablo hace eco de esta idea, enseñando que el amor es paciente, no guarda rencor
46 El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal
o bien podría decir, no mantiene un registro de errores. Todos tenemos defectos,
pero si Dios ha sido paciente con nosotros, también debemos ser pacientes los unos
con los otros.
3. Permitir las diferencias entre personas. A veces puede ser frustrante cuando las
personas con las que trabajamos y atendemos tienen opiniones e ideas tan diferen-
tes a las de uno. El tener una paciencia compasiva significará tomarse el tiempo
para valorar y explorar las perspectivas de los demás.
Humildad
Ya sea por palabra o hecho, Jesús a menudo alabó a los humildes y censuró a los orgu-
llosos. Él afirmó, por ejemplo, la humildad del pecador que golpeó su pecho, mientras
reprendió al fariseo que se creía sin pecado (Lc. 18: 9-14). Él animó a sus seguidores a
ser como niños pequeños (Mt. 18:3-4), a tomar el asiento de menor honor (Lc. 14:10) y
a poner la otra mejilla cuando sufrían daño injustamente (Mt. 5:38-40). Jesús también
demostró humildad de muchas maneras; sirviendo a sus propios discípulos, lavando
sus pies, y aún más poderosamente, sufriendo el peor tipo de muerte: la culminación de
la “humillación” (Fil. 2:8). Se debe notar que dicha humillación es solo un precursor a
la glorificación que fue en última instancia suya, y que será también nuestra herencia.
Sin embargo, la glorificación es una promesa que nos espera en gloria. Durante esta
vida es evidente tanto por el ejemplo de Jesús como por muchas enseñanzas explícitas
que la humildad es un elemento esencial en la vida de un creyente, y aún más en la vida
de un pastor. Como una persona sabia dijo una vez: “la humildad es el campo de juego
del Espíritu Santo”; cuando este factor está presente en la vida de un pastor se crea el
ambiente para el crecimiento, el fruto y la capacidad de escuchar, responder y reflejar a
Jesús. Por el contrario, la ausencia de humildad es fatal para la vitalidad espiritual (in-
cluso puede permitir una actitud arrogante hacia la gracia y una falta de aprecio por la
salvación) y, con el tiempo, sin fallar este tipo de orgullo hará sabotaje a los esfuerzos
ministeriales.
Sin confundirse con la inseguridad o el autodes-
precio, la humildad es tener una autoconfianza
saludable, sin pensar más bajo, ni más alto de
sí de lo que uno debería (Ro. 12:3). Sin exigir
afirmación o alabanza constante, la humildad es
tener una seguridad saludable en la identidad de
uno como hijo de Dios y estar contento solo con
esto. La humildad se expresa en tener un espíritu enseñable, en aceptar la corrección,
en disponibilidad para escuchar, en practicar la paciencia y bondad hacia los demás.
La humildad pastoral no significa dejarse pisotear pasivamente, pero sí significa en-
tender y soportar las críticas, los malentendidos y la hostilidad que nuestro Señor nos
advirtió que recibiríamos, sin amenazar los cimientos de nuestra seguridad espiritual y
personal. El pastor humilde no tiene que rastrear y corregir todas las afrentas, pero se
considera feliz de sufrir de las mismas maneras en que nuestro Señor y salvador Jesús
también sufrió.
El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal 47
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS
Las Escrituras proporcionan algunas instrucciones claras sobre cómo los creyentes de-
ben manejar los conflictos. Uno de los pasajes más útiles y explícitos se encuentra en
Mateo 18:15-17 del cual extraemos los principios más importantes del manejo de con-
flictos: se debe manejar de una manera personal y directa, solo después de esto, y si es
necesario, pueden participar más testigos. Vemos este tipo de resolución de conflictos
practicado por Jesús, quien habló abiertamente, y directamente con aquellos a quienes
estaba confrontando. Este es un principio que instamos a los pastores y pastoras a en-
señar e implementar: canalizar el conflicto por vías directas y abiertas, y solo recurrir a
terceros si el primer enfoque no tuvo éxito.
La iglesia primitiva proporciona ideas adicionales y complementarias para la resolu-
ción de conflictos. En Hechos 15, por ejemplo, los primeros creyentes sostuvieron un
largo diálogo, compartiendo abierta y apasionadamente sus diferentes puntos de vista
solo para llegar a un acuerdo aceptable para todos; un acuerdo marcado por compro-
misos negociados y respaldado por el Espíritu Santo. En los asuntos que lo permiten
alentamos a los pastores y pastoras a seguir este ejemplo y a ser guiados por el Espíritu,
a dejar de lado la intransigencia para alcanzar el consenso.
De igual manera es útil aprender de la vida de Pablo, quien, también luchó con el
conflicto. Por ejemplo, separándose de Bernabé con respecto a los diferentes puntos
de vista sobre Juan Marcos (Hch. 15:36-41). En otra oportunidad Pablo no estaba en
contra de incorporar usos relevantes de la cultura como la vergüenza para corregir a
los creyentes (2Ts. 3:14). También hizo uso del arte de la sugerencia indirecta (como
en toda la carta de Filemón) e incorporó a terceros, como los creyentes de Filipos, para
ayudar a proporcionar una “presión” positiva para lograr la reconciliación entre Evodia
y Síntique (Fil. 4:2). Estos conflictos ofrecen una perspectiva culturalmente relevante
para resolver conflictos.
Un pastor eficaz debe apoyarse en cada uno de estos principios, haciendo uso de mé-
todos culturalmente aptos para equilibrar la firmeza, el amor y el compromiso para
resolver conflictos. Dos notas prácticas finales:
1. Un pastor hará bien al manejar el conflicto de una vez, antes de que tenga tiempo
de crecer y convertirse en un problema mayor de lo que debe ser. Esto no se puede
enfatizar lo suficiente y será una habilidad crucial para ejercitar.
2. También se requiere discernimiento acerca de cuándo un problema no debe ser
tratado en absoluto. A veces, lo mejor que se puede hacer con un problema es
absolutamente nada más que estar quieto y simplemente saber que Él es Dios. No
todo puede o debe ser corregido. El pastor que no aprende esta lección luchará en
una batalla perpetua y perdedora en la que surgirán dos problemas nuevos en el
tiempo que toma resolver uno. ¿La respuesta? Permita que el Espíritu ayude a sa-
ber qué batallas pelear y descanse en el Señor por todo lo que no pueda o no deba
ser arreglado por sus esfuerzos.
48 El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal
EL CORAZÓN DEL PASTOR
El pastor o la pastora se caracteriza por tener un corazón que se duele por las necesida-
des de los personas. De ahí que, muchas veces dispone hasta de sus horas de descanso
o tiempo familiar, incluso devocional por atender a las personas que lo necesitan con
urgencia. Sin embargo, el pastor debe caracterizarse por tener un corazón también para
Dios, su familia y para las personas. Por tal razón debe establecer prioridades y límites
en el ministerio.
Prioridades
Durante toda su vida pastoral habrán muchas “voces” tratando de convencerle y deter-
minar su vida. Podría ser su voz interior diciéndole: “Yo debería hacer_________”, las
voces de los compañeros, las voces de los creyentes, la voz del mundo, etc. Cada voz
tendrá su propia agenda, ejerciendo presión sobre usted para determinar cómo debe
gastar su tiempo y energía. Aclaramos que no hay problema con recibir consejos, pero
principalmente la voz de Dios es la que debería guiar su vida siempre. Puede ser que
Él hable a través de otra persona, pero le toca al pastor escuchar y velar para discernir
la dirección de Dios para su vida.
Fuera del trabajo relacionado con el ministerio, las prioridades relaciona-
les deben permanecer intactas para permitir una vida sana, completa y
equilibrada que creará una atmósfera sustentable para el bienestar
del individuo y su ministerio. Más actividad del ministerio no
siempre resulta en más frutos ministeriales, por lo menos no
de buena calidad. Si no está bebiendo en profundidad del pozo
del apoyo relacional, pronto se secará y tendrá muy poco que
ofrecerles a las personas cuyas vidas quiere ver transformadas.
Aunque puede ser obvio, ¡su primera prioridad relacional debe ser Dios! Podemos
decir esto con nuestros labios, pero ¿estamos viviéndolo con nuestras acciones? El
tiempo diario e intencional con el Señor en oración, escuchando su voz, leyendo su
palabra y otras prácticas espirituales son esenciales para cada creyente, ¡y cuánto más
un pastor! Jesús dijo: “Te digo la verdad, el Hijo no puede hacer nada por sí mismo.
Él hace solo lo que ve que hace el Padre. Todo lo que hace el Padre, el Hijo también
lo hace” (Jn. 5:19). ¡Qué ejemplo perfecto de cómo Jesús estableció sus prioridades!
Sabía exactamente qué hacer, cuánto tiempo dedicar a los diferentes lugares donde
ministró, qué milagros realizar, qué enseñanzas dar, ¿por qué sabía?, porque veía y
conocía lo que estaba haciendo su Padre.
Jesús a menudo se levantaba temprano y oraba, o incluso oraba durante toda la noche
(Mr. 1:35; Lc. 6:12). ¡Y así es como también podemos saber cómo establecer priorida-
des! Jesús a menudo tenía voces opuestas que le decían lo que debía hacer o no, pero
como sabía la voluntad de su Padre y pasaba tiempo con su Padre, no titubeó en el pro-
pósito para el que había sido llamado. Nosotros también estamos invitados a tener esta
clase de conexión: “Mis ovejas escuchan mi voz; Yo los conozco, y ellos me siguen”
(Jn. 10:27).
Basamos nuestras prioridades sobre lo que Dios ha considerado importante, la misma
estructura de la sociedad que Él creó. Dios vio que no era bueno para el hombre estar
solo, ¡así que creó a Eva y así comenzó la primera familia humana! (Gn. 2:18-24).
El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal 49
Yendo un paso más allá, Dios mismo es familia. Él es tres en uno, la Trinidad, el diseño
perfecto de comunidad. Somos creados a su imagen y la unidad familiar refleja a Dios.
Por lo tanto, en el diseño creativo de Dios, ¡la familia es de suma importancia! En la
próxima lección hablaremos más de la familia y el pastor.
Además de las relaciones familiares, las amistades son otro regalo increíble que Dios
nos ha dado. A medida que nos ocupamos con el ministerio y la familia, podemos des-
cuidar pasar tiempo especial con amigos porque puede ser difícil encontrar el tiempo.
Cada persona tiene necesidades individuales de amistad. A algunas personas les puede
prosperar con solo un par de amigos muy cercanos, mientras que otros pueden disfrutar
tener muchas amistades. A veces, el ministerio y la amistad se superponen de maneras
hermosas. Cualquiera que sea su situación, examine sus amistades y vea si está invir-
tiendo el tiempo y el esfuerzo adecuado para forjar lazos fuertes. Si tiene amigos que
también trabajan con usted lado a lado en los momentos del ministerio, también puede
ser útil estar al tanto de cómo el ministerio puede afectar la amistad de maneras bene-
ficiosas como también perjudiciales. Es clave mantener la honestidad y transparencia
para mantener una relación vital. Aunque estas amistades pueden verse tensas por los
desafíos únicos que surgen del ministerio, también pueden ser una oportunidad mara-
villosa para crecer el uno con el otro a pesar de las dificultades que puedan surgir.
Otras prioridades pueden incluir el trabajo, el aprendizaje y/o educación continua, las
relaciones de mentoría, los compromisos con el distrito o la conferencia y la iglesia, el
cuidado de la creación, la participación en el desarrollo de la comunidad y el autocui-
dado (que abordaremos más adelante). Mientras pasa tiempo a los pies de Jesús y le
escucha el Señor dice:
Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y
velaré por ti.
Sal. 32: 8
Así dice el Señor: Deténganse en los caminos y miren; pregunten por los senderos
antiguos. Pregunten por el buen camino, y no se aparten de él. Así hallarán el
descanso anhelado.
Jer. 6:16
Límites
Escuché una historia no hace mucho, puede ser ficticia, pero de cual-
quier manera tiene un punto poderoso. En el servicio fúnebre de un
pastor amado y conocido, una línea interminable de personas se
levantaron para rendir tributo sobre cómo el difunto había impac-
tado sus vidas. Había orado por unos de sus miembros al pie de la
cama justo antes de entrar en cirugía, se había presentado a las 3 de
la mañana para intervenir en las crisis domésticas, había pasado largas
horas brindando asesoramiento pastoral y había invertido innumerables noches alen-
tando y apoyando los ministerios de su iglesia. Él fue la primera persona en llegar, y el
último en retirarse. Noche o día estaba siempre disponible. Al final del servicio, el hijo
del pastor se escabulló por la puerta de la iglesia murmurando para sí mismo “ahora
entiendo dónde estuvo mi papá todas las veces que él no podía estar conmigo”.
Hay muchas presiones sobre los pastores y pastoras, especialmente en el contexto la-
tinoamericano. Presiones para estar disponible y aparecer en todo. Para hacer perso-
50 El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal
nalmente la llamada telefónica o la visita. Presiones para responder las llamadas o los
mensajes de whatsapp. Y, francamente, es fácil convencerse de que ser un buen pastor
significa satisfacer todas estas expectativas, sin importar el costo, incluso cuando esto
significa interrumpir una comida familiar, pasar un aniversario en una reunión de ora-
ción o perderse el recital de su hija porque alguien se presentó en su oficina y le pidió
una reunión espontánea.
Pero la verdad es que ser un buen pastor significa saber cuáles son sus prioridades y
establecer límites saludables para proteger estas prioridades. Jesús debe ser una gran
inspiración para nosotros en este punto. Incluso cuando “todos lo buscaban” con sus
propias prioridades y expectativas (Mr. 1:37), Jesús no se dejó manipular por sus agen-
das. Él conocía sus propias prioridades, que en este caso implicaba seguir compartien-
do las buenas nuevas con las aldeas circundantes (Mr. 1:38). Por lo tanto, hizo algo
que debemos también poder hacer como pasto-
res y pastoras: dijo “no”. Esto es realmente la
definición de un límite. Es decirle “no” a algo
para poder proteger algo más importante. Y esto
es importante, ¡a veces su límite decepcionará a
las personas! Estoy seguro de que las personas en Capernaúm estaban frustradas
porque Jesús no hacía lo que ellos querían. Pero su prioridad era obedecer al Padre,
no satisfacer a la opinión pública. Estaba dispuesto a decepcionarlos, porque no estaba
dispuesto a desobedecer al Padre.
La pregunta importante para el pastor es ¿cómo identifico a qué debo decir “no”? Bue-
no, ahí es donde necesitará la dirección del Espíritu Santo, junto con una generosa
dosis de buen sentido. Dado que los límites fluyen de la claridad sobre las prioridades,
tendrá que tener un buen sentido de lo que más le importa. Pero aquí hay algunos pen-
samientos generales:
• Los límites deberían proteger su propio bienestar. ¿Está su agenda tan llena que no
está durmiendo lo suficiente? ¿Tiene tiempo para hacer ejercicio? ¿Está acaso sacri-
ficando su propia vida devocional por falta de tiempo?
• Los límites deben proteger a la familia. ¿Recibe llamadas telefónicas durante su
tiempo en familia? ¿Revisa su teléfono en la mesa? ¿su familia sabe que su tiempo
no se sacrifica por cualquier interrupción?
• Los límites deben proteger la integridad. ¿Se está poniendo límites en situaciones
que crean tentación innecesaria? ¿O que provocan dudas sobre su testimonio? ¿Es
realmente una buena idea encontrarse a solas a altas horas de la noche con un miem-
bro emocionalmente vulnerable del sexo opuesto?
• Los límites deben proteger el llamado de Dios en su vida. ¿Hay algo que distrae o
interrumpe las prioridades de Dios para su vida?
• Los límites nos enfocan en la visión. Nuestro llamado es dirigir la iglesia a cumplir
con el gran mandamiento y la gran comisión. Tenemos que dejar a un lado lo que no
produce fruto en vidas transformadas. La meta de la IML Latinoamérica es impulsar
un movimiento bíblico para alcanzar Latinoamérica para Cristo, a través de desarr-
ollar de líderes y multiplicar iglesias.
El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal 51
• El tener límites no le da a un pastor licencia para ignorar oportunidades ministe-
riales no planificadas. El sacerdote y el levita de la parábola del Buen Samarita-
no perdieron la oportunidad de hacer lo correcto precisamente porque sus propios
límites eran demasiado rígidos. Así no es como queremos ser. Queremos ser como
Jesús, apropiadamente interrumpibles. Él no siempre decía “no”. A veces dejaba sus
propios planes en espera para atender a alguien con necesidades.
LA VIDA DEVOCIONAL
Con las exigencias del ministerio resulta tentador querer hacer, hacer, y hacer todavía
más, porque siempre hay mucho por hacer y se siente bien lograr
muchas cosas a la vez. En sí, esto no es malo, pero cuando no
se equilibra con el estar en la presencia de Dios diariamente, nos
desequilibramos.
Jesús dijo que debemos permanecer en Él (Jn. 15:5). Permanecer
significa “pasar tiempo con”, “ser parte de”, “ser uno con”. No
podemos permanecer en Él sin pasar tiempo en oración y en la
Palabra. Jesús dio otro ejemplo para ilustrar esta relación: “Yo
soy la vid, ustedes son las ramas...” (Jn. 15:5). ¡Aparte de Él
no podemos hacer nada! Sus esfuerzos ministeriales se atrofiarán
significativamente si no le da prioridad a pasar tiempo con Él.
Nuestra vida devocional allana el camino hacia la intimidad con Dios. Es un lugar
donde escuchamos de él, conocemos su corazón, vemos las cosas desde su perspectiva,
donde somos refinados, purificados, corregidos, alentados, envisionados y sostenidos
para una vida próspera en Jesús. ¿Quién no querría esto? Sin embargo, una relación es
una calle de dos vías.
Cuando simplemente nos acercamos a Jesús durante tiempos a solas con Él, Él se re-
velará con nosotros de maneras asombrosas. Acércate a Dios, y Dios se acercará a ti
(Stg. 4:8).
El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal 53
Las formas obvias de tener una vida devocional incluyen orar y leer la Palabra. Además
de estas prácticas hay muchas otras prácticas espirituales que también nos llevan a la
comunión con Dios. Hay diferentes tipos de oraciones y diferentes formas de interac-
tuar con la Palabra. Estos temas se exploran más en el curso de “Formación Espiritual”.
Hay formas prácticas de entrar en la rutina de la oración diaria y las Escrituras.
• Hora del día: teniendo en cuenta su agenda y el horario de su familia, ¿cuál es el
mejor momento para pasar tiempo con Dios? No tiene que ser una gran cantidad de
tiempo (aunque hay veces que lo será). Incluso entre 30 minutos a una hora diaria se
convierten en momentos dulces e íntimos con el Señor. ¿Necesita despertarse antes
para que esto suceda? ¿Hay un descanso en algún momento del día en que podría
pasar tiempo con el Señor en lugar de llenar ese tiempo con otras cosas? ¿O es el
mejor momento al final del día antes de acostarse? El mejor momento para cada per-
sona será diferente. El factor importante es hacerlo realidad. Esto también establece
un ejemplo para sus hijos (si los tiene y todavía están en casa).
• Espacio: ¿dónde es el mejor lugar para pasar tiempo con el Señor? Para algunas
personas, la rutina de un lugar específico (un sofá, una silla, una mesa, afuera) puede
ser útil. Nuestras mentes y cuerpos se acostumbran a este lugar y podemos entrar
en nuestro tiempo con Dios con facilidad. ¡Pero está bien cambiarlo también! Solo
recomendaríamos que no sea una cama, ya que es posible que se relaje demasiado
en la presencia reconfortante de Dios y termine tomando una siesta.
• Manténgase actualizado: no siempre tiene que orar de la misma manera o leer la
Biblia de la misma manera. A veces, introducir cambios en nuestras prácticas devo-
cionales en realidad nos abre a Dios de maneras nuevas y refrescantes. Dios puede
usar diferentes medios para hablarnos. ¡Explore esto más en su curso de Formación
Espiritual!
RENDIR CUENTAS
¡No fue destinado a vivir la vida por su propia cuenta! ¡No fue llamado como pastor
para hacer el ministerio aisladamente! El don de
la comunidad de Dios no es solo para las personas
bajo su cuidado pastoral, sino también para usted.
Como pastores y pastoras no podemos ser tan or-
gullosos como para no estar en sumisión y para no
rendir cuentas a una comunidad. Eclesiastés 4:12 dice: “Uno solo puede ser venci-
do, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!” En la
unión está la fuerza. Dios siempre quiso que operásemos dentro del contexto de la co-
munidad. ¡Él mismo es comunidad, dentro de su Trinidad! ¿Y cómo se define la rendi-
ción de cuentas? Es ser responsable ante otras personas. Es ser honesto y abierto sobre
el estado de su alma. Una pregunta que los seguidores de Wesley se hacían era: “¿cómo
está tu alma?” No existe una fórmula rígida para practicar la rendición de cuentas, pero
algunas pautas pueden dar una idea general de los tipos de conversaciones que deben
tener con amigos espirituales, con colegas, o con su mentor.
54 El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal
Preguntas de grupos pequeños de Wesley:
1. ¿Estoy creando consciente o inconscientemente la impresión de que soy mejor de
lo que soy? En otras palabras, ¿soy un hipócrita?
2. ¿Soy honesto en todos mis hechos y palabras, o exagero?
3. ¿Paso de manera confidencial a otro lo que me dijeron en confianza?
4. ¿Soy un esclavo de mi forma de vestir para dar una buena impresión a mis amigos,
compañeros del trabajo?
5. ¿Suelo ser autoconsciente, autocompasivo o autojustificado?
6. ¿Permito que la Biblia intervenga en mí día a día? ¿Le doy tiempo para hablar a
mi vida todos los días?
7. ¿Estoy disfrutando la oración?
8. ¿Cuándo fue la última vez que hablé con alguien acerca de mi fe?
9. ¿Oro acerca del dinero que gasto?
10. ¿Me voy a la cama a tiempo y me levanto a tiempo?
11. ¿Desobedezco a Dios en algo?
12. ¿Insisto en hacer algo sobre lo que mi conciencia está inquieta?
13. ¿Estoy derrotado en alguna parte de mi vida?
14. ¿Soy celoso, impuro, crítico, irritable, sensible o desconfiado?
15. ¿Cómo paso mi tiempo libre?
16. ¿Soy orgulloso?
17. ¿Me quejo constantemente?
18. ¿Le agradezco a Dios que no soy como otras personas, especialmente como el
fariseo que despreciaba al publicano?
19. ¿Hay alguien a quien temo, que no me cae bien, a quien ignoro, critico o le tengo
resentimiento? En caso de respuestas positivas, ¿qué voy a hacer al respecto?
20. ¿Es Cristo real para mí?
Preguntas de la reunión de la Banda de Wesley:
1. ¿Qué pecados conocidos ha cometido desde nuestro último encuentro?
2. ¿Con qué tentaciones se ha encontrado?
3. ¿Cómo los superó?
4. ¿Qué ha pensado, dicho o hecho de lo que duda si es pecado o no?
5. ¿Tienes algo que desee mantener en secreto?
Preguntas de responsabilidad pastoral de Chuck Swindoll
En su libro, El Cuerpo, Chuck Colson enumera las preguntas utilizadas por Chuck
Swindoll:
1. ¿Ha estado con una mujer en algún lugar, la semana pasada que podría verse
comprometida? Si es mujer ¿ha estado con un hombre en algún lugar que podría
verse comprometida?
2. ¿Alguno de sus tratos financieros careció de integridad?
3. ¿Se ha expuesto a algún material sexualmente explícito?
4. ¿Has pasado suficiente tiempo en el estudio de la Biblia y en la oración?
5. ¿Le has dado tiempo prioritario a su familia?
6. ¿Ha cumplido los mandatos de su vocación?
7. ¿Me acaba de mentir?
El Pastor Metodista Libre: su Vida Personal 55
La lista de Neil Cole:
1. ¿Cuál es la condición de su alma?
2. ¿Qué pecado necesita confesar?
3. ¿Qué le ha negado a Dios que le necesita soltar?
4. ¿Hay algo que ha frenado su pasión por Cristo?
5. ¿Con quién ha hablado acerca de Cristo esta semana?
No necesita utilizar todas estas preguntas ni comprometerse con una sola lista. Podría
componer su propia lista y pensar en sus propias preguntas que sean relevantes. El
punto es de establecer un socio o un grupo responsable con quien pueda compartir las
partes más profundas de su caminar con Dios y su vida. La importancia de la rendición
de cuentas es practicar la confesión y la autoconciencia. Estas preguntas nos ayudan
a explorar con otros la parte ciega o escondida mencionada antes en “La Ventana de
Johari.” Si nunca evaluamos cómo estamos creciendo, nuestros pecados, desafíos, de-
bilidades y áreas de victoria, no tendremos una imagen correcta de nuestras vidas y no
seguiremos creciendo hasta alcanzar la plena madurez.
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
¿Cuáles serán los límites del ministerio y cómo hará realidad esto?
Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a comprender, analizar y comprometerse con una
vida familiar sana y equilibrada como pastor Metodista Libre.
Resultados de la lección
Al concluir esta lección el estudiante:
• Comprenderá la importancia de una vida equilibrada para el pastor
Metodista Libre.
• Comprenderá el rol del pastor dentro de su familia.
• Tomará conciencia de la importancia del ministerio familiar.
• Evaluará su vida familiar con el fin de poner en práctica los recursos
que necesita.
Contenido
• Introducción
• La vida conyugal del pastor
• La vida sexual del pastor
• El pastor como padre o madre
• El pastor como pariente
• Pastores y pastoras, esposos y esposas
• Preguntas de reflexión
58 El Pastor Metodista Libre: su Vida Familiar
INTRODUCCIÓN
“No somos indispensables en el ministerio, pero sí lo somos en nuestra familia. Otro
pastor puede llegar a la iglesia y al ministerio, pero su esposa y sus hijos solo le tie-
nen a usted. No olvide que, cuando todos se vayan, su familia seguirá ahí” (Moncayo,
2018).
Nuestro ministerio primario es la familia, la Palabra nos lo recuerda por medio del
apóstol Pablo: “pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la
iglesia de Dios?” (1Ti. 3:5). Lamentablemente muchos líderes de iglesias han dado
un mayor grado de importancia a sus congregaciones y a las tareas que ellas conllevan
que a su familia. Esto ha causado un desequilibrio en el buen funcionamiento de los
hogares pastorales, trayendo como consecuencia fracturas que en el peor de los casos
son irreconciliables. Esto ha sido perjudicial tanto para el bienestar espiritual, emocio-
nal y físico de los integrantes del núcleo familiar como para el de la congregación y la
comunidad.
Esta sección está dedicada a resaltar la importancia que tiene la vida familiar dentro
del ministerio y cuáles deben ser la prioridades y actitudes que deben tener los cónyu-
ges para llevar un matrimonio que glorifique a Dios y sea de ejemplo para otros. Esta
lección es un buen material para trabajar en la consejería pastoral prematrimonial. Ade-
más, lo puede usar en el ministerio de parejas.
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a comprender la centralidad de la Biblia y su estu-
dio en las labores pastorales.
Resultados de la lección
Al concluir esta lección el estudiante:
• Comprenderá la importancia de la Biblia en la labor pastoral.
• Comprenderá que La Escritura es el libro fundamental para la te-
ología.
• Identificará los problemas más comunes en la labor pastoral.
• Tomará conciencia de lo importante que es el estudio de la Biblia
para el ministerio.
• Tomará conciencia de su responsabilidad ante Dios por su enseñan-
za.
Contenido
• Libro mío
• El lugar de la Biblia en el ministerio
• La interpretación de la Biblia
• El pentalátero Wesleyano
• El estudio en una institución formal
• El estudio como disciplina espiritual
• La predicación
• La enseñanza
• Preguntas de reflexión
72 El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio
LIBRO MÍO
Libro mío, libro en cualquier tiempo y en cualquier hora,
bueno y amigo para mi corazón, fuerte, poderoso compañero.
Tú me has enseñado la inmensa belleza y el sencillo candor,
la verdad terrible y sencilla en breves cantos.
Mis mejores amigos no han sido gentes de mis tiempos;
han sido los que tú me diste: David, Rut, Job, Raquel y María.
Con los míos éstos son mis gentes, los que rondan en mi corazón y en mis oraciones,
los que me ayudan a amar y a bien padecer.
¿Cuántas veces me habéis confortado? Tantas como he estado con la cara en la tierra.
¿Cuándo acudí a ti en vano, libro de los hombres, único libro de los hombres?
Por David amé el canto, merecedor de la amargura humana.
En Eclesiastés hallé mi viejo gemido de la vanidad de la vida,
y tan mío ha llegado a ser vuestro acento que ya ni sé cuándo digo mi queja
y cuándo repito solamente la de vuestros dolores.
Nunca me fatigaste, como los poemas de los hombres.
Siempre eres fresco, recién conocido, como la hierba de julio,
y tu sinceridad es la única en que no hallo peligro, mancha disimulada de mentiras.
Tu desnudez asusta a los hipócritas
y tu pureza es odiosa a los libertinos.
Yo te amo todo, desde el nardo de la parábola hasta el adjetivo crudo de los Números.
Gabriela Mistral
LA INTERPRETACIóN DE LA BIBLIA
La Biblia es una guía precisa que Dios nos ha dejado para el camino de salvación (Jn.
5:39); en ella encontramos la voz de Dios por medio de las palabras humanas. Así que
para escuchar la voz de Dios debemos interpretar las palabras humanas en su contexto
e intención. Allí radica la importancia de la interpretación de la Biblia. La correcta
interpretación hace audible su voz hoy, en el pueblo de Dios. Por esta razón la tarea
del pastor es interpretar para escuchar la voz de Dios y guiar al rebaño a su voluntad.
Por esto Pablo exhortó a Timoteo a usar bien la Escritura de modo que no tuviera de
74 El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio
qué avergonzarse (2Ti. 2:15). La buena interpretación requiere tiempo, esfuerzo y
dedicación.
La interpretación bíblica es transferir fielmen-
te el significado del texto bíblico que el autor
humano inspirado por el Espíritu Santo comu-
nicó a la primera audiencia. La interpretación
es también llamada “hermenéutica”. La her-
menéutica se define como la ciencia y el arte de la interpretación bíblica. Por un
lado es una ciencia puesto que tiene una serie de reglas que llevan un sistema ordenado
para lograr la interpretación adecuada. Por otro lado, es arte porque la comunicación
del mensaje es flexible y, si se aplica de manera rígida y mecánica, se puede distorsio-
nar el sentido del texto. Así que, para cumplir el propósito que Pablo le encomendó a
Timoteo es necesario aprender las reglas de interpretación, al igual que usar el arte para
realizarlo correctamente.
Si la Escritura se entendiera correctamente por todos los creyentes de manera automá-
tica, no habría necesidad de maestros divinamente dotados para instruir y edificar la
iglesia (Ef. 4:11-13). Pero como no es así, hay pasajes que no entendemos porque se
escribieron en diferentes idiomas, en otras épocas y culturas. Así que Dios proveyó el
ministerio de la enseñanza en la iglesia. Por esta razón el pastor debe ser una persona
dedicada a estudiar la Biblia como alimento espiritual pero también para entender la
Escritura de manera correcta y poder explicarla de manera fidedigna. Como pastores
y pastoras debemos estar atentos a ser enseñados por la Biblia y cambiar las creencias
que hemos aprendido o malinterpretado. La correcta interpretación nos debe llevar a
cambiar nuestra teología, de manera que sea cada día más bíblica. Juan Wesley expre-
só que si cada 7 años no podía quemar sus escritos y hacerlos más bíblicos no estaba
avanzando en el conocimiento acerca de Dios.
Como pastor debe alimentar la congregación con la Pablara de Dios. Por lo tanto, le
animamos a que la lea y la estudie, busque la interpretación del texto usted mismo
pero también interprete la Escritura en comunidad; es decir, lea buenos comentarios
del pasaje bíblico que está estudiando. Esto le ayudará a evitar presuposiciones erra-
das, la cuales le llevaran a interpretaciones erróneas y, como es de esperarse, una mala
interpretación tendrá como resultado una mala aplicación para su vida y ministerio.
Le animamos que use bien la Palabra de verdad de modo que no tenga de que aver-
gonzarse. El estudio de la Escritura es una herencia Metodista Libre. Por tal motivo,
hemos preparado un módulo de interpretación bíblica que le ayudará con esta labor de
interpretar la Biblia.
EL PENTALÁTERO WESLEYANO
El estudio de la Escritura como herencia Metodista nos capacita como ministros de
Dios para ser fieles a la su Palabra. Como expresamos en la lección dos, Juan Wesley,
el fundador del movimiento Metodista se vio enfrentado a los dogmas. Es decir, se vio
enfrentado a los sistemas de pensamiento que se tenían por ciertos y que no podían
ponerse en duda dentro del sistema doctrinal de su época. Había muchas personas
que creían diferentes dogmas que enseñaban la tradición o cultura pero que no eran
El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio 75
bíblicos. De igual manera, nosotros como pastores y pastoras nos vemos enfrentados
a diferentes vientos de doctrinas (2Ti. 4:1-5). Juan Wesley estudió este fenómeno y lo
llamó “problema del entendimiento”.
El pentalátero wesleyano ofrece las fuentes del conocimiento cristiano que ayudan
a corregir este “problema de entendimiento”. Aunque él nunca lo sistematizó, en los
escritos y enseñanzas de Juan Wesley podemos ver cinco grandes fuentes que nos ayu-
darán a un correcto conocimiento bíblico: 1) la Escritura, 2) la razón, 3) la tradición,
4) la experiencia y 5) la creación. Dios nos habla a través de las cinco fuentes. Pero
la Escritura es la fuente más importante de todas y que evalúa las otras. Pero a la vez
logramos entender la Escritura por medio de las otras cuatro fuentes. Estas fuentes las
usamos en conjunto. Observemos este pentalatero que nos ayuda a tener un conoci-
miento más bíblico:
1. Las Escrituras: son la fuente de instrucción y vida del cristiano. Pues, Toda la
Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y
para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capaci-
tado para toda buena obra (2Ti. 3:16-17). La Biblia es la Palabra de Dios en forma
escrita, y es la única regla a seguir tanto en la fe como en la práctica. La Escritura
provee, confirma y aumenta la verdadera sabiduría, y es la norma a usarse para dis-
tinguir entre el bien y el mal. La lectura de la Biblia es un medio de gracia por el cual
el mismo Espíritu Santo que inspiró a los escritores bíblicos obra en los creyentes
para ayudarles a entender lo que leen. Además, Dios nos dio la razón, con la cual
leemos toda la Escritura.
2. La razón: para Wesley el cristianismo es una “religión verdaderamente racional”,
porque está a tono con la razón eterna o la verdadera naturaleza de las cosas. La
naturaleza de Dios es racional del mismo modo que el universo es racional, tiene su
lógica. Así lo creó Dios y como Dios es racional, el universo tiene una estructura
racional. De igual manera el ser humano es un ser racional como Dios. La razón
nos ayuda a entender mejor la Escritura, y de manera más intencionada al usar la
lógica y la razón a través del estudio de la Escritura nos ayuda a entender los pasajes
difíciles de interpretar. Tener en cuenta esto nos ayudará en la interpretación de la
Escritura. Aquí lo que hacemos es buscar que dice toda la Escritura. Si hay algún
pasaje difícil de interpretar buscamos otro pasaje más claro y que nos ayude a en-
tender el pasaje difícil.
3. La tradición: esta hace referencia a los escritos de los Padres de la iglesia, es decir
los escritos de los líderes cristianos de los primeros tres siglos. Además, Wesley
consultaba con los que tenían experiencia en los asuntos de la Escritura, con sus
contemporáneos. En pocas palabras Juan Wesley investigaba cómo se había inter-
pretado el pasaje a través de los siglos, y cómo interpretaban los ministros contem-
poráneos este pasaje. Este contraste de pensamientos le ayudará a tener una visión
más amplia y equilibrada. Wesley evaluaba qué argumento se acercaba a la verdad
bíblica y por qué. Reflexionaba sobre el pasaje, acudía a la experiencia, a la misma
creación y después decidía. Así era que aprendía para luego enseñarlo.
4. La experiencia: Wesley le daba mucha importancia a la experiencia. El cristianis-
mo es “la religión de la experiencia”. Es la “experiencia fundamental de la persona”,
algo que pasa en su interior antes de que se convierta en un “esquema o sistema de
76 El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio
doctrina”. Lo que la doctrina hace es describir esta experiencia, la realidad de la
transformación de la persona en imagen de Dios. La Escritura describe esta trans-
formación y el verdadero cristiano pasa por la experiencia que la Biblia describe.
La “Experiencia” es el cumplimiento en la interioridad del cristiano de esa santidad
que enseña la Biblia y que está enlazada a las palabras bíblicas a través del poder
del Espíritu Santo.
5. La creación: al igual que otros teólogos de su época, Wesley comprendía que Dios
se revela en su creación; es decir, “las cualidades invisibles de él, su eterno poder
y naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó” (Ro. 1:20).
Sin embargo, comprendía que la enfermedad del pecado trajo la enemistad, un di-
vorcio, entre las personas y su hacedor y entre las personas y su mundo, su entorno,
el cual es el planeta tierra (Snyder, 2016, pág. 20). El plan misericordioso de Dios
de restauración final debería “ablandar nuestros corazones hacia las miserables cria-
turas, recordando que el Señor que se preocupa por ellas debería acrecentar nuestros
corazones hacia esas pobres criaturas que no importa cuán indignas nos parezcan, de
ninguna de ellas se olvida nuestro Padre que está en los cielos”.
En resumidas cuentas Juan Wesley utilizó las Escrituras, la ra-
zón, la tradición, la experiencia cristiana y la creación como
las fuentes para construir su teología. Sin embargo, todas sus
creencias debían estar acordes con la Escritura. Juan Wesley
estaba abierto a correcciones relacionadas con sus enseñanzas
siempre y cuando presentaran pruebas claras provenientes de
la Escritura y estas lo convencieran. Él dijo que era un hombre
de un solo libro: la Biblia. Como vimos antes, eso no quiere
decir que no leía otros libros. Él leyó muchos libros de muchas fuentes. Él creía en la
importancia de estudiar y ejercitar el cerebro y desarrollar el uso de la razón. Pero para
él la Biblia estaba en una categoría diferente, estaba por encima de cualquier otro libro.
Juan Wesley el fundador del Metodismo es un modelo a seguir de una sana interpreta-
ción de la Biblia. Esta es nuestra herencia y deseamos que cada ministro sea compro-
metido con la interpretación Bíblica.
LA PREDICACIÓN
El libro de los Hechos muestra que la iglesia crecía, se fortalecía y se multiplicaba
por medio de la predicación. Por tanto, es lógico que nosotros
deseemos este modelo bíblico para la congregación. Debemos
notar que el crecimiento de la iglesia se dio por medio de la
predicación de la Escritura (2Ti. 3:16-17). Observemos que en
el primer sermón de Pedro y el resto de sus sermones, él recu-
rrió continuamente a la Escritura (Hch. 2:17-21, 25-28; 3:13 etc.).
De igual manera, lo hizo Pablo que recurrió a la Escritura cuando les
predicaba a los judíos que esperaban al mesías (Hch. 14:1, 22:1-6). Aunque
Pablo no citó la Escritura cuando le predicaba a los gentiles, no perdió de vis-
ta el mensaje del evangelio (Hch. 17:31). La predicación llevó al crecimiento
numérico y a través de la Escritura la iglesia se fortalecía. Por esta razón, la
Escritura es la fuente de predicación del pastor. Y esta predicación bíblica llevará al
crecimiento numérico y fortalecimiento de la iglesia.
Uno de los problemas que tenemos en la actualidad es que muchas congregaciones han
crecido sin tener un fundamento sólido de la fe bíblica. Muchos con el afán de llenar
las iglesias han cambiado la predicación de la Escritura por métodos de autoayuda y
superación personal, “pasos para el éxito”, “cinco pasos para liberar un endemoniado”,
etc. Otros han adoptado la creencia que cada servicio o escuela dominical debe ser un
show para atraer a más personas al servicio. Como pastor, entre otras cosas, usted está
llamado a predicar la Palabra.
La sana predicación de la Palabra llevará al crecimiento de la iglesia, un crecimiento
verdadero y duradero. Por esta razón, en los sermones que prediquemos no debemos
usar la Biblia simplemente como libro del cual podemos extraer puntos aislados del
texto que sustente nuestras creencias, ideas y pensamientos. Al contrario, nuestros ser-
mones deben mostrar y evidenciar fielmente el mensaje que Dios le quiso comunicar a
su primera audiencia cuando inspiró la Escritura.
Para entender la seriedad que tenemos al predicar, en el proceso de Formación Pasto-
ral hemos desarrollado un módulo que se llama: Predicación para la Transformación,
en donde verá más detalladamente el tema la predicación. Así que aquí presentamos
algunos principios de manera breve que nos ayudan a desarrollar una predicación más
efectiva:
• Seguridad de las Escrituras. Para predicar de manera efectiva la Escritura, no-
sotros como pastores/as y predicadores debemos estar totalmente convencidos de
80 El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio
que la Escritura es la Palabra de Dios y que Él la usa para realizar su obra (Is. 55:11).
Por tanto, esperamos que cada uno de nosotros tenga la fe suficiente para creer en
la infalibilidad de la Biblia, de lo contrario no habrá manera que pueda predicar la
Palabra con eficacia, autoridad y convicción.
• La Palabra habla por sí sola. Muchas veces será complicado ciertos temas de la
Biblia, quizás tengamos inconveniente con respecto a la gracia de Dios, su sober-
anía, las buenas obras y la exclusividad de Cristo como Salvador. Es allí donde
debemos cuidarnos de no predicar lo que nosotros pensamos sino lo que la Biblia
dice.
• Enfoque sus sermones a la obra de Cristo. Al predicar tengamos en cuenta que
nuestro propósito es que todos, tanto creyentes como no creyentes, rindamos nues-
tra vida a Cristo. Obviar esto daría a nuestra prédica otro tipo de connotación, por
tanto, la persona de Jesús siempre debe jugar un papel importante en nuestras predi-
caciones. Para lograr esto, aconsejamos que tengamos en cuenta que cada pasaje de
la Biblia tiene tanto un contexto inmediato como un contexto más amplio. El con-
texto inmediato está conformado por una serie de temas e ideas que podemos elegir
según la ocasión o el público al cual nos dirigimos. Pero el contexto más amplio es
innegociable, es siempre el plan de redención de Dios. Así que, aun cuando nuestras
predicaciones estén basadas en la parte orgánica de la iglesia como la mayordomía,
las relaciones interpersonales o los dones espirituales, siempre debemos abarcarlo
desde la perspectiva de la redención.
• Estudie disciplinadamente. Nunca tendremos el conocimiento suficiente de un
tema, siempre hay algo más que aprender. La predicación de la Palabra de Dios
requiere de un estudio diligente, la lectura, meditación y oración deben ser parte
de nuestro estudio continuo. Otra parte importante del estudio es la aplicación del
mensaje a la congregación. Para esto es clave conocer las necesidades, debilidades
y fortalezas de la congregación. Por tanto debemos estudiarlos, este estudio solo es
posible conviviendo con ellos y sirviéndoles.
• Claridad de la Predicación. Para predicar claro debemos encontrar un tema claro
en la Escritura y respaldado por puntos igualmente claros. Un sermón no es un co-
mentario extendido sobre un pasaje de la Escritura. Se trata más bien de encontrar
el tema principal de un pasaje en particular y mostrar cómo ese pasaje desarrolla el
tema. Para hacerlo correctamente hay algunas preguntas que nos orientan: ¿de qué
está hablando el pasaje? y ¿qué es lo que dice con respecto a este tema del cual está
hablando? La respuesta a la primera pregunta es el tema, y la respuesta a la segunda
pregunta son los puntos y sub-puntos.
• Predicar con sencillez. Sencillez no significa superficial o mediocremente, es nece-
sario que conozcamos el tema a profundidad pero que a la vez lo trasmitamos de
manera sencilla y clara. La predicación con sencillez abarca el lenguaje; por tal
razón, debemos usar palabras que todos puedan entender, desde el niño hasta el
anciano. Si ha de usar una palabra técnica porque es necesaria, debemos explicarla
a la brevedad, pero de manera clara; hacerse
comprender es mejor que sorprender.
• La oración. La oración es el medio de
gracia que oxigena la predicación. La oración no debe ser aislada del tema
El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio 81
enseñado. Nuestra predicación debe estar llena de oración, desde el estudio hasta la
finalización de la predicación. Aun cuando creamos tener todo el mensaje en nuestra
mente, no nos cerremos a la voz de Dios, al momento que escribimos o predicamos,
Dios puede hablarnos y darnos ese toque único que viene directamente de su cora-
zón para su rebaño.
La predicación no es una tarea fácil de realizar debido a la serie de elementos que
debemos tomar en cuenta para construir un mensaje efectivo. La predicación puede
traer mucha presión a nuestra vida. Sin embargo, ante esta posible realidad, lo que
debemos hacer es confiar en el Señor y confiar que el mensaje que estamos preparando
es el mensaje que Dios tiene para su rebaño. No confiamos en nuestras propias fuerzas
y conocimientos, más bien descansamos en Dios y en el propósito por el cual nos ha
llamado.
LA ENSEÑANZA
Tengan cuidado de sí mismos y de todo el rebaño... porque sé que
después de mi partida entrarán en medio de ustedes lobos ra-
paces, que no perdonarán al rebaño (Hch. 20:28-29). En esta
porción de la Biblia el apóstol Pablo hace un llamado de
atención a los líderes de la iglesia. Los líderes deben cuidar
la congregación de factores internos y externos que pueden
dar como resultados doctrinas corruptas. La forma en que
como pastores/as podemos combatir esto y construir defen-
sas sólidas en la congregación es por medio de la enseñanza
bíblica.
Al igual que las personas, las iglesias necesitan de una dieta sana y balanceada para
poder crecer y reproducirse de manera saludable. Así que la enseñanza juega un rol
importante porque es el alimento que nutre al creyente. La enseñanza está compuesta
por dos elementos o categorías, los valores centrales y los valores doctrinales: “Ten
cuidado de tu conducta y de tu enseñanza” (1Ti. 4:16). Con respecto a la enseñanza
debemos tener en cuenta que como pastores/as nuestro objetivo es ser mensajeros de
Cristo para la congregación y la comunidad. Por lo tanto, aun cuando las personas de-
seen escuchar mensajes que satisfagan sus deseos, debemos siempre recordar nuestra
posición como mensajero. No tenemos la autoridad para inventar o tergiversar el men-
saje, por el contario debemos entregarlo fielmente como lo hemos recibido. De ahí que,
Santiago nos dice: “no pretendan muchos de ustedes ser maestros, pues, como saben,
seremos juzgados con más severidad” (Stg. 3:1).
Si realmente deseamos cuidar lo que enseñamos, lo más recomendable es que estudie-
mos la doctrina de la iglesia primitiva en el libro de Hechos. Este libro expresa que: “se
mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento
del pan y en la oración” (Hch. 2:42). Las enseñanzas a la cual se refiere Lucas, el autor
de Hechos, es el conjunto de creencias que se encuentran en la Escritura. Por tanto, las
enseñanzas basadas en la Escrituras siempre serán la brújula para nuestra enseñanza,
para los asuntos ministeriales en general y los relacionados con la vida.
82 El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio
Aunque hemos hablado de factores internos que colocan en riesgo la iglesia que Cristo
compró con su propia sangre, no debemos olvidarnos de los elementos externos que
de igual manera causan daños. En este sentido, existen dos serios contrincantes con los
que debemos batallar: la presión del entorno y el relativismo. Estos factores nos afectan
directamente a nosotros y a la congregación que lideramos. Pero al igual que con el
factor interno, vivir integralmente y dar una sólida enseñanza serán acciones clave para
podernos mantener en pie.
Con respecto al relativismo debemos señalar que es una enseñanza peligrosa, que mu-
chas veces parece ser una virtud. Aunque respetamos la libertad de pensamiento, es de
suma importancia que como pastores/as, nuestros argumentos tengan un sólido susten-
to bíblico. No se trata de ser arrogante, sino de escuchar y argumentar cuando deba-
mos hacerlo. Nuestra región latinoamericana cada vez es más golpeada por corrientes
orientales que tratan con el estrés (yoga, tai-chi, Do-in). Ante esta realidad nosotros
debemos estar preparados para enseñar porque creemos que nuestra verdadera paz vie-
ne y reposa en Cristo.
El entorno social también combatirá directamente con nuestras enseñanzas. Pablo ex-
presó:
Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, lle-
vados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías
que quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos. Tú, por el
contrario, sé prudente en todas las circunstancias, soporta los sufrimientos, dedí-
cate a la evangelización; cumple con los deberes de tu ministerio.
2Ti. 4:3–5
Una vez más debemos recordar que los mensajeros no editan ni adaptan una reve-
lación sino que la proclaman. Así que predica, enseña y exhorta que la iglesia no es
un club, no es un lugar de encuentro para la diversión y tampoco un sitio de interés
común. La iglesia es y siempre será una comunidad que busca el rostro del Dios
viviente. Por tanto, ¡cuide lo que enseña!
El Pastor Metodista Libre: Biblia y Estudio 83
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a comprender y prepararse para las responsabili-
dades generales del pastor Metodista Libre dentro de la iglesia, con la
comunidad y las leyes de gobierno.
Resultados de la lección
Al concluir esta lección el estudiante:
• Comprenderá de manera general las responsabilidades del ministerio
pastoral.
• Comprenderá la forma de ser una iglesia saludable.
• Tomará conciencia de las diferentes responsabilidades del ministe-
rio.
Contenido
• Una visión bíblica de la iglesia
• Equipar a otros para el ministerio dentro y fuera
• Hacer discípulos que hacen discípulos.
• Liderar
• La intercesión
• La evangelización
• El discipulado
• El ministerio personal
• La administración
• La planificación
• Los medios de comunicación
• El ministerio de compasión
• Preguntas de reflexión
86 El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades
UNA VISIÓN BÍBLICA DE LA IGLESIA
E l concepto de iglesia no es claro para muchos de los creyentes. Muchas personas
tanto creyentes como no creyentes asocian el término iglesia con una estructura, un
lugar o una institución. Este concepto no es bíblico. A nosotros como pastores nos toca
comprender muy bien el concepto bíblico de iglesia y enseñarlo a otros.
El Nuevo Testamento se refiere a personas que han sido “lla-
mados hacia afuera”. Es decir, están en el mundo pero no
pertenecen al mundo (Jn. 15:19). Así que, la iglesia es la
asamblea, reunión o congregación de los creyentes de to-
dos los tiempos que han creído en Cristo como su Señor
y salvador. Observemos que “Cristo amó a la iglesia y se
entregó por ella” (Ef. 5:25). Notemos que el término “igle-
sia” se aplica a personas que han creído, creen y creerán en
Cristo. Los creyentes han entrado en relación con Dios exclusi-
vamente por la obra de Cristo y ahora entran en una nueva relación con el prójimo en
amor (1Co. 11:18, 22).
Los creyentes son la morada del Espíritu Santo sobre la tierra (1Co. 3:16). Estos como
iglesia son la continuación de la encarnación de la obra de Cristo. A través de la iglesia
se hace visible Cristo en el mundo. De ahí que la iglesia es una comunidad en donde
los miembros están unidos en lazos de amor entrañable (Jn. 13:35 cf. 1Co. 13:13). Por
esta razón, la comunidad suple las necesidades físicas, emocionales y espirituales de
sus miembros (Hch. 2:42-47). Así que, la comunidad la componen solamente personas
necesitadas. Es decir, la iglesia no se divide entre necesitados y ministros. Al contrario
es allí en la comunidad de necesitados donde el necesitado pastorea (1Co. 12:29 cf.
2Co. 12:9). De ahí que, la iglesia como es un cuerpo, cuestiona el individualismo y la
autosuficiencia (1Co. 14:26).
Dios le ha dado a la iglesia la tarea de proclamar el presente y futuro reino de Dios en
el mundo por medio de la predicación de la Palabra de Dios (Hch. 20:25-27), y la ad-
ministración de las ordenanzas o sacramentos (Mt. 28:19; 1Co. 10:16,17). Así que, la
iglesia existe para adorar a Dios, para ser edificados mutuamente en la fe y a través de
los dones espirituales y proclamar el evangelio con palabras y obras de amor (1Co. 12).
La iglesia es el agente de Dios en el mundo para llevar a cabo su misión redentora y
recreadora. El mejor método para realizar la misión de Dios es a través de las Personas
y Casas de Paz que facilitan la expansión de las buenas nuevas entre los no creyentes y
hacen que la labor sea productiva y multiplicadora.
La iglesia vive el reino de Dios aquí y ahora (Lc. 17:20-21). Vive la tensión del “ya”
está el reino de Dios, “pero” todavía no. El reino de Dios ha llegado al ser humano res-
taurando las relaciones que se perdieron en la caída, pero que todavía espera el reino de
Dios en su totalidad con la segunda venida de Cristo. Sin embargo, “el reino” siempre
se refiere al señorío de Dios sobre el ser humano. De ahí que, la iglesia no siempre
ha reflejado el señorío de Dios en la vida de los creyentes, es decir, no ha reflejado el
carácter de Dios. Así que, la iglesia es un cuerpo mixto. En otras palabras, en la igle-
sia está presente el trigo: los verdaderos creyentes, y la cizaña: falsos creyentes (Mt.
13:24-30 cf. Hch. 5:1-11).
El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades 87
Aunque la iglesia es un cuerpo mixto, creemos que la iglesia local es el instrumento
principal de Dios para la evangelización mundial. Observemos que la iglesia en el li-
bro de Hechos inició en Jerusalén, luego se extendió en Judea y Samaria, llegó hasta
Roma y ha llegado hasta nosotros. La fundación de iglesias basada en los principios de
multiplicación es el medio más eficaz para trabajar hacia el cumplimiento de la Gran
Comisión (Mt. 28:19). Nuevas iglesias se deben sembrar con la visión de multiplicar-
se. Cuando esto sucede, existe el potencial para un movimiento de iglesias que puede
envolver una nación y transformar las vidas de personas por todo el país y el mundo.
LIDERAR
El liderazgo es una cualidad clave que debemos tener como
pastores para llevar a acabo los propósitos de Dios a través
de la iglesia. El liderazgo está ligado íntimamente a la visión
de Dios, Él no quiere que nadie se pierda (2P. 3:9). Por esta
razón, la Escritura da gran importancia a la visión debido a que
donde no hay visión, el pueblo se extravía (Pr. 29:18). Por tanto,
la iglesia necesita ser guiada por nosotros los pastores a cumplir
el gran mandamiento y la Gran comisión. Amamos a Dios y al
prójimo cuando realizamos la Gran comisión. La mejor manera de
cumplir el gran mandamiento y realizar la Gran comisión es a través de la visión de
PIC. Si no tenemos visión no podemos conducir a la iglesia a amar a Dios y al prójimo,
ni mucho menos realizar la misión de Dios. Allí radica la importancia de que como
pastores tengamos la visión y la habilidad de inspirar, apasionar a nuevos líderes y a la
congregación en la visión. La visión de Plantación de Iglesias Comunitarias es acorde
a los propósitos de Dios. Así que liderar requiere de la visión de Dios, alistamiento,
delegación y pasión.
Uno de los peligros de nosotros como pastores y líderes es creer que porque estamos
en un lugar de privilegio tenemos un estatus dentro de la congregación o Casa de Paz.
Como pastores debemos recordar que la iglesia o la Casa de Paz no se divide entre
necesitados y el líder o pastor. Sino que es una comunidad de necesitados, es decir, los
líderes servimos unos a otros en amor (Ro. 5:5 cf. 1Co. 13:5).
Observemos el liderazgo que enseña la Palabra del líder-siervo:
Jesús los llamó y les dijo: —Como ustedes saben, los gobernantes de las naciones
oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre uste-
des no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá
ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás; así
como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su
vida en rescate por muchos.
Mt. 20:25-28
90 El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades
Jesús muestra cómo es el liderazgo del mundo, los líderes oprimen, usan y abusan de
las personas. Así que Jesús hace un cambio de los valores del mundo a los valores del
reino de Dios. Los valores del mundo nos enseñan que todos nos deben servir porque
estamos en lugares de privilegio. Pero los valores del reino de Dios nos enseñan que
estar en lugares de privilegio es para servir. Así como Jesús siendo Dios vino al mundo
a servir, el Dios creador del hombre se humilló ante el ser humano cuando se arrodilló
a lavar los pies de sus discípulos (Jn. 13:5 cf. Fil. 2:8). Así que la enseñanza de Jesús
tiene profundas implicaciones de servicio, y estas implicaciones siempre trabajarán en
pro de las toma de decisiones, la comunicación, la motivación, la delegación, la admi-
nistración, en fin, liderar siempre nos llevará a servir otros y nunca a nosotros mismos.
LA INTERCESIÓN
La oración es una herramienta de suma importancia a la cual todo el pueblo de Dios ha
sido llamado a practicarla. Sin embargo, esperamos que esta práctica sea más evidente
y ejercitada por los líderes y pastores. Juan Wesley expresó que la falta de oración es
un obstáculo para la vida en santidad. Así que la oración es una parte imprescindible
del ministerio. La oración es necesaria para la sobrevivencia espiritual de los líderes y
pastores, y es un medio para buscar la dirección de Dios. Además, es necesaria para la
sobrevivencia espiritual de los creyentes. Esta es una responsabilidad de nosotros como
intermediarios entre Dios y las personas. En este sentido se convierte en intercesión.
La Biblia, nuestro manual de vida, ofrece múltiples ejemplos acerca del rol que ejecu-
taban los líderes como intercesores. En el Antiguo Testamento observamos que Samuel
como sacerdote del pueblo estaba convencido de que no orar por ellos le era peca-
do: “en cuanto a mí, que el Señor me libre de pecar contra él dejando de orar por
ustedes…” (1S. 12:23). En esta misma línea de dirigentes del pueblo, el rey David al
pecar contra Dios realizando un censo, intercedió de la siguiente manera:
Señor y Dios mío, ¿acaso no fui yo el que dio la orden de censar al pueblo?
¿Qué culpa tienen estas ovejas? ¡Soy yo el que ha pecado! ¡He actuado muy
mal! ¡Descarga tu mano sobre mí y sobre mi familia, pero no sigas hiriendo a tu
pueblo!
1Cr. 21:17
Observamos una y otra vez en el Antiguo Testamento que los líderes políticos y religio-
sos o personajes importantes oraban por las necesidades y el bienestar del pueblo. De
igual manera, en el Nuevo Testamento, en el Evangelio de Juan nos muestra la persona
de Cristo intercediendo por nosotros y por nuevos creyentes:
A los que me diste del mundo les he revelado quién eres… Ruego por ellos. No rue-
go por el mundo, sino por los que me has dado, porque son tuyos… Padre santo,
protégelos con el poder de tu nombre, el nombre que me diste, para que sean uno,
lo mismo que nosotros… No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas
del maligno... No ruego solamente por ellos sino por los que han de creer en mí por
la palabra de ellos.
Jn. 17:6-10,20
El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades 91
Como pastores una de nuestras labores primarias es de interceder por los discípulos,
por la multiplicación de líderes y las Casas de Paz que servirán en la comunidad. Esto
es algo que los creyentes suponen que nosotros hacemos en favor de ellos y la comu-
nidad. Dios nos llama a ejercer esta función: “orar en todo tiempo con toda oración y
súplica en el Espíritu... por todos los santos” (Ef. 6:18). Notemos que también pide por
la multiplicación, la propagación del evangelio (Ef. 6:19), así que también debemos
interceder por la proclamación del evangelio a través del movimiento PIC.
Tal vez pensemos que nuestra agenda está muy ocupada. Pero debemos considerar que
Jesús se levantaba muy temprano (antes de que saliera el sol) para ir orar (Mr. 1:35), si
Él lo hizo, ¡cuánto más nosotros! Así que nosotros estamos llamados a orar e interceder
por los creyentes, líderes, nuevos líderes, Personas y Casas de Paz. No debemos reali-
zar el trabajo de Dios sin antes orar, no podemos creer que estamos perdiendo tiempo
si oramos más y esperamos en Dios por su poder, no podemos hacer su obra sin unción
y sin poder alguno.
La Biblia nos muestra que cada etapa de la historia ha sido marcada por hombres y
mujeres que oran, Nehemías, Esdras, Ester, David y Jesús son muestra de ello. Por úl-
timo, se debe señalar que aunque tengamos un rol de intercesores, no hay una eficacia
especial en la intercesión de nosotros. Solo Cristo tiene dicha eficacia. El fundamento
de nuestras intercesiones debe ir siempre reconociendo la obra de Cristo y su misión de
redimir a todas las personas.
LA Evangelización
La evangelización es la misión de Dios la cual es salvar a todo los seres humanos (2P.
3:9). Esta es una labor a la cual toda la iglesia ha sido llamada. El evangelismo no es
compartirle a una persona de Cristo, sino el verdadero evangelismo es acompañar,
guiar al no creyente a la fe en Cristo. El proceso de evangelismo termina cuando el
nuevo creyente está firme en la fe, pues ha desarrollado una vida de oración y se au-
to-alimenta de la Escritura.
Aunque Dios llama todos los creyentes a esta misión y como el pastor es parte del
cuerpo de Cristo, con toda seguridad podemos expresar que el pastor está llamado a
esta labor: acompañar a las personas en este proceso de evangelismo. Observemos que
Timoteo tenía un llamado pastoral, sin embargo, Pablo le recomienda“…dedícate a la
evangelización…” (2Ti. 4:5). De la misma manera Pablo ejercía sus diferentes dones
(apóstol, maestro, profeta), pues era parte de su quehacer ministerial.
Un método de evangelismo muy eficaz que Dios ha utilizado y todavía utiliza es PIC,
es decir, las iglesias en casas. Jesús habla de Personas y Casas de Paz (Lc. 9:3-5, 10:1-
21; Mt. 10; Mr. 6:8-11). Una Persona de Paz es alguien que, a pesar de no ser creyente
está dispuesto a escuchar y saber más acerca de Jesús. Son personas que el Espíritu de
Dios ha estado preparando para cumplir un papel estratégico en la expansión del reino
de Dios. Uno ejemplo de ello lo encontramos en la historia de Zaqueo (Lc. 19:1-10).
La enseñanza fundamental es que los discípulos tenían que salir y buscar personas dig-
nas (Mt. 10:11,13), quienes facilitaran la expansión de las buenas nuevas entre los no
creyentes. Observemos otro personaje. Cornelio estaba siendo preparado por Dios, y
92 El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades
cuando llegó el tiempo Dios le dijo a Cornelio que invitara a Pedro a su casa. Este con-
vocó a sus parientes y familiares más cercanos los cuales creyeron y fueron bautizados
por el Espíritu Santo (Hch. 10:24).
Dios siempre está preparando Personas de Paz. Lo que debemos hacer es buscar Per-
sonas de Paz que nos ayuden a expandir el evangelio entre su comunidad. Dios está
usando Personas de Paz para traer muchas personas alrededor del mundo a que crean
en Él. Cuando hablamos de evangelizar no estamos pensando en ir a predicarle a los
inconversos, sino ir a buscar Personas de Paz que Dios ya ha preparado para recibir las
buenas nuevas. Nosotros simplemente implementamos las instrucciones que Jesús les
dio a sus discípulos (Lc. 10; Mt. 10). Este método es eficaz para impulsar y sostener un
movimiento bíblico que alcance Latinoamérica para Cristo. Esto se realizará por medio
de desarrollar y empoderar líderes y plantar iglesias.
EL DISCIPULADO
El discipulado no consiste solamente en recibir clases sobre
doctrinas básicas y fundamentos de la fe. Sino que tam-
bién consiste en conocer profundamente las necesidades
y debilidades del discípulo para ayudarle a caminar en
la fe. Observamos anteriormente cómo Jesús discipuló
con su misma vida y enseñanza a sus discípulos. Por lo
tanto, el discipulado es más que trasmitir un conocimiento,
el discipulado es ayudarle a creer en la fe en Cristo y hacer la
misión de Dios.
Con el fin de realizar esta tarea de forma efectiva Juan Wesley diseñó un sistema muy
funcional a través de pequeños grupos, llamados Clases, Bandas y Sociedades. En las
Clases y Bandas las personas se reunían con el fin de edificarse en la fe, esto iba dirigi-
do a la “cabeza”; saber el estado de sus “corazones” y motivarse a las buenas obras y a
la misión de Dios a través de la multiplicación de líderes y grupos. Aquí desarrollaban
las “manos”. De esta manera el movimiento Metodista se hizo fuerte y avanzó en la
misión de Dios. Esto es algo similar a lo que hacemos hoy en día en las Casas de Paz.
De lo anterior podemos aprender que las Casas de Paz son espacios en donde podemos
modelar la vida del discípulo de Cristo de manera más personal e íntima. Una vez más,
en estas reuniones no se trata de ofrecer solamente un conocimiento, sino que también
fueron diseñadas para que las personas puedan expresar libremente su condición actual
en su caminar con Cristo. (Ver más en el curso Formación Espiritual lección 2).
Por medio de las Casas de Paz podemos crear amistades perdurables a las cuales le
podemos rendir cuentas de nuestro caminar con Dios y las luchas que experimentamos
cada día. Al igual que nos edificamos por medio de la Escritura y cuidamos nuestro
caminar con Cristo unos a otros. Además, nos animamos para hacer la misión de Dios
al multiplicar nuevos líderes y Casas de Paz. Así que, al comenzar una Casa de Paz del
modelo de Plantación de Iglesias Comunitarias usted está haciendo parte de un modelo
diseñado para discipular nuevos creyentes de manera integral, prepararlos para alcan-
zar a su red social, e involucrarlos en la misión de Dios en el mundo.
El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades 93
EL MINISTERIO PERSONAL
El ministerio pastoral va más allá de la oración, la predicación y la organización. Al
mismo tiempo que realizamos estas tareas nosotros también debemos realizar visitas,
aconsejar y cuidar a los creyentes.
Visitación
Una de las formas en que podemos ejercer el cuidado pastoral a los creyentes es por
medio de la visitación. La visitación nos ayuda a conocer las necesidades físicas, emo-
cionales y la salud espiritual de las familias de los miembros. Tengamos en cuenta que
cuando las personas abren las puertas de sus casas es una muestra de confianza y respe-
to que nos están ofreciendo. Por tanto, aprovechemos esa oportunidad para realizar las
preguntas que comúnmente no haría en otros lugares. Sin embargo, lo más importante
es saber el estado espiritual de la familia para estar ayudándoles en oración.
Quizás la visitación puede ser un acto subestimado, pero al estudiar la visitación de ma-
nera más profunda, observamos que esta ofrece diferentes beneficios para las personas
implicadas. Observemos algunos de ellos:
• Es un acto que le enriquece mentalmente. Estudiar los diferentes comportamientos
y conductas de las personas en sus hogares le otorgará una visión más amplia de los
patrones familiares.
• Establece una relación espiritual personal entre los miembros y el pastor.
• Las personas estarán más atentas para ejercer el liderazgo y dispuesta a encontrar
Personas de Paz para establecer una Casa de Paz.
Sin duda alguna, la visitación pastoral es un acto de amor. Por medio de ella nosotros
les mostramos que las amamos, que nos importan y que representan más que un núme-
ro. Visitar a los miembros de las Casas de Paz nos ayudará a cimentar una relación pas-
toral y crearán lazos profundos de hermandad y amor. Así que, busquemos un espacio
en nuestra agenda para visitar y hacer vínculos de amistad genuinos. En la visitación
hacemos un cuidado pastoral personalizado con cada miembro y cada familia.
En resumidas cuentas, la visitación será una gran bendición para nosotros y para el
cuerpo de Cristo. En la Plantación de Iglesias Comunitarias estamos siempre entrenan-
do a otros para que pueden compartir el cuidado pastoral con los nuevos creyentes. El
pastor-plantador va a visitar a los miembros de la Casa de Paz, pero también entrena
a otros para que puedan seguir multiplicando esta labor y expandiendo el número de
personas que pueden ser atendidos.
Consejería
Una de las necesidades más evidentes es la consejería. Muchos miembros se nos acer-
can a decirnos: “pastor, necesito un consejo... nuestro hogar está apunto de....”, “mi
hijo está muy rebelde”, “tengo muchas dudas”, “mi hija no quiere continuar el estudio”.
¿Qué hago?
Aunque existen muchos profesionales que se especializan en estas áreas (psicólogos,
consejeros profesionales, trabajadores sociales etc.), Dios nos ha dado su Espíritu San-
to y la Escritura que nos guía a dar una buena consejería. Sin embargo, debemos leer
94 El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades
y actualizarnos en asuntos de consejería. Los miembros de la Casa de Paz recurrirán a
nosotros debido al vínculo de amistad y hermandad que se ha creado entre ellos y noso-
tros. Continuamente tendremos que tratar temas acerca de la fe, sexualidad, depresión,
ansiedad, preocupación, problemas familiares, consejería prematrimonial y consejería
matrimonial, luto, entre otros temas.
Sin lugar a dudas los temas antes mencionados pueden ser abarcados desde diferentes
maneras. Pero debemos pedirle a Dios que nos ayude a desarrollar los dones que él nos
ha entregado para aconsejar de manera correcta. Nosotros siempre debemos otorgarle
mayor prioridad a la relación de la persona con Dios que a la relación interpersonal
que exista entre nosotros. La idea es ayudar a que las personas establezcan una relación
directa con Dios, y ella misma tome sus propias decisiones. (Ver más en el curso de
Consejería Pastoral).
Cuidado
Como ya hemos visto, el cuidado tiene implicaciones físicas, emocio-
nales y espirituales. Dentro de las implicaciones espirituales están la
exhortación, edificación y disciplina en el amor. Aunque tengamos
líderes en las Casas de Paz que hagan esta labor de cuidado pastoral,
parte de nuestra responsabilidad es proveer a estas necesidades de
los líderes y los miembros, de manera personal, es decir, exhortar, y
disciplinar en el amor. Aunque las capacitaciones y el cuidado pastoral es con el fin de
instruir y pastorear a más miembros para que lleguen a ser líderes.
Otra forma de cuidar a las personas de la iglesia o la Casa de Paz es llevar un alimento
no perecedero para compartir con alguien necesitado. Los líderes y miembros deben
entender que estamos llamados a cuidarnos los unos a otros en amor. Una forma de
hacerlo es con obras de misericordia como proveer alimentos, hospedar, regalar ropa,
visitar a los enfermos (Mt. 25:35-40). Es ver en cada necesitado el rostro de Jesús.
Aunque la tecnología y las redes sociales son medios que nos ayudan a estar comuni-
cados, la obra de cuidado personal necesita de alguien personal. Este tipo de cuidado
nunca podrá ser reemplazado. Una forma de cuidar de las personas es pasando tiempo
individualmente con las personas, Jesús comía, andaba, pescaba, desayunaba con sus
discípulos. Las Casas de Paz nos ayudan a crear un ambiente familiar para hacer la
labor así como Jesús lo hacía.
LA ADMINISTRACIÓN
El libro de Hechos nos muestra que la iglesia de Jerusalén inició en una casa (Hch. 2:2).
Luego, al añadirse más creyentes, se reunían y comían en las casas. Lucas, el escritor
del libro de Hechos, nos cuenta que cada día se añadían más creyentes (Hch. 2:46-47,
4:4). Al darse este continuo crecimiento hubo algunas dificultades, una de ellas fue
la desatención de las viudas en la distribución diaria (Hch. 6:1). Por esta razón, los
apóstoles se organizaron para realizar de manera impecable la tarea que Dios les había
encomendado (Hch. 6:4). Ellos formaron un equipo para la administración en el minis-
terio (Hch. 6:5 cf. 4:37). También se reunieron para buscar un acuerdo en la forma en
que los gentiles convertidos debían vivir (Hch. 15).
El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades 95
Esto nos enseña que cuando la Casa de Paz crece y se multiplica en más Casas de
Paz debemos formar equipos de trabajos (no podemos perder el tiempo organizando
equipos cuando no hay multiplicación). El pastor no está llamado a hacer la obra del
ministerio solo, sino a preparar, equipar y capacitar al pueblo de Dios para que haga el
ministerio. Por lo tanto, un pastor debe desarrollar equipos de trabajo complementarios
y auto dirigidos. Sin embargo, debe tener un equipo de trabajo principal. Notemos que
los apóstoles era el equipo principal, los doce convocaron y crearon otro equipo para
servir a las viudas. De igual manera nosotros debemos tener un equipo de trabajo prin-
cipal, a esto lo llamaremos Junta. Esto con el fin de hacer todo de manera apropiada y
con orden (1Co. 14:40).
La labor del pastor es reclutar, entrenar y movilizar personas lai-
cas para el ministerio tanto dentro y fuera de su congregación. Es
trabajar de cerca con la Junta, y una variedad de equipos y grupos
de trabajo para supervisar y ampliar los ministerios de la iglesia
local. Además debe asegurarse de que las estructuras adminis-
trativas de la iglesia estén cuidadosamente alineados para cum-
plir la misión de Dios. Por tal razón debe evaluar periódicamente
con la Junta si las estructuras administrativas contribuyen a la misión
de Dios o no; y así agilizar las estructuras para asegurar la eficiencia. Conviene subra-
yar que la Junta no está por encima del pastor, no debe convertirse en un obstáculo en
las funciones del pastor, ni el pastor está por encima de la Junta. Más bien, ambos están
para ser guiados en amor y apoyar que la obra de Dios y su misión sigan adelante y no
se estanque. Estos líderes deben ayudarnos en nuestras debilidades de liderazgo. Así
que consolidemos un liderazgo sólido, fuerte y que se multiplique.
Las estructuras organizativas deben ser simples y enfocadas en la misión y visión de
Dios. Las estructuras deben tener las siguientes características:
1. Flexible: la estructura está sujeta a cambios siempre que la misión lo requiera.
2. Eficiente: la administración de los recursos es esencial (siempre valorando a las
personas por encima de las cosa materiales). La mayor “eficiencia” es para equipar
y capacitar a “las personas” para ministrar en amor (a través de regalos pasión y
temperamento). La gracia radical exige gente radical. Invirtiendo radicalmente a sí
mismos y sus recursos para Cristo y su causa.
3. Efectivo: los líderes capacitan, reasignan o reemplazan a los cristianos que prestan
un servicio mediocre a Cristo al confrontar la mediocridad con un coraje compasi-
vo. La causa de Cristo lo exige. La misión reemplaza el derecho de uno a prestar un
servicio de mala calidad.
4. Descentralizado: el ministerio y la autoridad para llevarlo a cabo se distribuyen a
las personas piadosas y competentes más cercanas a la necesidad. La vaca sagrada
de “control” es asesinada, asesinada y asada. La doctrina de que las “vacas sagra-
das” pueden reencarnarse y esta se rechaza como no bíblica. El concepto de equipar
y empoderar a los ministerios orientados al don se nutre y se valoran en todos los
niveles, pero una mentalidad unicelular estorba el crecimiento, la diversidad y el
ministerio en equipo.
96 El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades
5. Simple: los líderes preguntan: “si fuéramos nuevos, ¿haríamos esto?” o “¿esto
ayuda en nuestra misión?” Si no, buscan alinearlo, refinarlo o eliminarlo. Se reco-
mienda a los líderes que ajusten los derechos, optimicen o simplifiquen las estruc-
turas a “elementos esenciales”.
Las iglesias, al ser organizaciones tanto humanas como divinas, tienden a atascarse, a
ralentizarse y a conservar, cuando a veces deberían arriesgarse y avanzar en la misión
de Dios. Las estructuras deben ayudarnos para ser más efectivos en la misión de Dios,
no estancarnos porque la causa de Cristo lo exige.
Si un pastor no está dotado o bien entrenado en la tarea administrativa de las finanzas,
es extremadamente importante que el pastor: 1) admita su condición y así lograr el
desarrollo personal; 2) delegue estas cosas a líderes laicos expertos. La junta puede
delegar partes de esa responsabilidad, por ejemplo finanzas –a equipos o grupos de
trabajo que rinden reportes a la junta.
Finanzas
La mayordomía de José es un ejemplo para nosotros como pas-
tores. Como mayordomo de Potifar tenía acceso total a todas
las áreas del palacio y de los bienes de su amo, excepto
de su esposa (Gn. 39:1-23). Al momento de ser tentado
en la única área sobre la cual no tenía autorización (la
esposa de su amo) José huyó. A través de este acto, José
reconocía que todo le pertenecía a su amo y que había
limitaciones morales que no podía quebrantar (Gn. 39:9). El
primero de ellos es que todo le pertenece a Dios, la iglesia, el mi-
nisterio, familia, la función de nosotros los pastores es administrarlo. Segundo, aun
cuando nosotros como pastores tengamos el principal puesto de liderazgo dentro de la
iglesia existen principios que no podemos romper.
Por otro lado, nosotros como pastores tenemos el compromiso de conducir a la iglesia
a que sea auto sostenible económicamente, lograr este objetivo desarrollará:
• Madurez: la dependencia de dinero externo puede crear un ambiente de falta de es-
fuerzo y compromiso de los creyentes. El ser auto-sostenible hará que los creyentes
se comprometan y se esfuercen para mantener la iglesia o las Casas de Paz, ya que
no dependerá económicamente de dinero externo.
• Responsabilidad: las personas que aportan para las necesidades de la iglesia o Ca-
sas de Paz crean grandes vínculos de corresponsabilidad con los ministerios que
hacen vida en la iglesia o Casas de Paz. Esto les ayuda a crear responsabilidad ante
Dios para llevar a cabo la misión de Dios.
• Fe: la iglesia y las Casas de Paz que aportan económicamente demuestran que su
confianza está en Dios y no el dinero que ellos dan. De igual manera, crecen en la fe
y compromiso con la visión y misión de Dios. Dan porque desean ver más personas
alcanzadas.
Con el fin de alcanzar estos objetivos debemos formar un equipo administrativo que
se encargue de la administración del dinero de la iglesia o de la Casa de Paz. Esto dará
mayor confianza a la comunidad y a los asistentes. Como pastores no debemos encar-
El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades 97
garnos directamente del dinero de la iglesia sino que esto debe hacerlo el tesorero, este
debe tener la responsabilidad directa del manejo del dinero. Esto nos ayudará a cambiar
la creencia de que el pastor se lleva todo el dinero y por eso es rico. La tarea del pastor
es asegurarse de que todos los procedimientos financieros y los registros que se reali-
zan sean bien hechos. Observemos que esto es bíblico, Jesús no manejaba las finanzas
de su ministerio (Jn. 12:4-6). Sin embargo, nosotros como pastores podemos pedir
informes las veces que sea conveniente para conocer el estado financiero de la iglesia.
Edificios
La iglesia primitiva nos muestra muy bien que la misión de Dios comenzó en las casas
(Lc. 10:1-12 cf. Hch. 10:27, 16:34). La iglesia primitiva no tenía edificios sino que
ellos se reunían en las casas (Ro. 16:5; 1Co. 16:19; Col. 4:15; Fil. 1:2). Esto daba un
ambiente familiar y proveía un lugar agradable y familiar para que los no creyentes
llegaran a las casas a escuchar el mensaje de Dios. En las casas eran edificados a través
de la Escritura pero también con las relaciones de amistad. Allí se realizaba un verda-
dero discipulado relacional y se ayudaban a los necesitados, es decir también había un
cuidado pastoral (Hch. 2:43-47). Este movimiento era dinámico e impulsado por el
Espíritu Santo.
Este movimiento impulsado por el Espíritu Santo en las casa de los primeros cristianos
también lo podemos ver hoy a través de la Plantación de Iglesias Comunitarias. Debe-
mos abrirnos a lo que el Espíritu Santo desea hacer. Recordemos que el Espíritu Santo
empoderó a la primera iglesia para esta labor (Hch.1:8). De igual manera, el Espíritu
Santo nos ha empoderado para realizar la misión de Dios en este tiempo. No debemos
permitir que la falta de un edificio nos frene para realizar la misión de Dios, esto no
es fundamental. Observemos que muchas iglesias nacieron en casas: la iglesia de Je-
rusalén (Hch. 2:2), la iglesia de los gentiles (Hch. 10:1-48), la iglesia de los Filipenses
(Hch. 16:16:11-15), etc. A medida que crecemos en número, multiplicamos Casas de
Paz y líderes.
Aunque es posible que llegue un momento en el que todos los miembros de las ocho
o diez Casas de Paz se pongan de acuerdo para reunirse en un solo lugar para adorar
juntos regularmente. Sin embargo, recuerde que el objetivo no es que lleguemos a estas
grandes reuniones, sino que las Casas de Paz sigan multiplicándose y multiplicando
líderes. Si los miembros de las Casas de Paz han decidido reunirse regularmente pode-
mos arrendar un lugar para el día del servicio de adoración. En su momento comprar
o construir un edificio puede ser un paso apropiado. Pero nunca es la meta principal.
Nuestra prioridad es hacer la misión de Dios.
Si como pastor ya tiene un edificio, en muchas ocasiones esto se puede convierte en un
estorbo para hacer la misión de Dios, porque debemos encargarnos de mantener bien
la estructura del edificio. Hay que hacer arreglos, reparaciones y realizar un manteni-
miento preventivo al edificio, pagar impuestos, servicios etc. De igual manera debemos
preocuparnos de las exigencias de la ley de cada país, por ejemplo: tener parqueaderos,
salidas de emergencias, botiquines, camillas, extintores, alarmas contra incendios, etc.
Si ya tenemos el edificio de la iglesia debemos cumplir con todos estos requerimientos
pero esto no debe ser excusa para dejar de hacer la misión de Dios a través de la multi-
plicación de discípulos, pastores e iglesias.
98 El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades
Recursos humanos
Esperamos que las personas que sirven en la congregación sean bi-ocupacionales. Sin
embargo, reconocemos que habrá líderes que multiplicarán Casas de Paz y líderes, que
el mismo trabajo de supervisar, cuidar y pastorear le llevará a estar de tiempo completo
en la obra del Señor. Si hay personas que trabajan de tiempo completo para la iglesia,
es nuestro deber pagarles un sueldo justo según la ley. Para tal fin, debemos buscar ase-
soramiento dentro de la iglesia, de personas idóneas que tengan el carácter y los cono-
cimientos acerca de las leyes de trabajo que rigen en el país. Esto incluye conocimiento
acerca de las tablas salariales y todos los beneficios que por ley les corresponde a los
trabajadores (seguro médico, fondo de jubilación, riesgos profesionales, etc.).
Por otro lado, debemos recordar que cada persona que trabaja con nosotros en el mi-
nisterio merece respeto. Debemos verlas como la imagen de Dios, por esta razón, no
puede ser esclavizada, oprimida o maltratada verbalmente. Ni mucho menos, acosada
sexualmente.
LA PLANIFICACIÓN
La planificación es el proceso consciente por el cual evaluamos el estado actual de la
iglesia o Casa de Paz para llevarlas a posibles condiciones futuras (metas). Luego de-
sarrollamos estrategias y procedimientos para conseguir las metas que nos proponemos
alcanzar en la iglesia o en la Casa de Paz. El principio de la planificación puede ser ob-
servado desde Génesis 1 cuando Dios empieza el proceso de creación y ordenación. Si
deseamos tener un ministerio sano indiscutiblemente debemos planificar en la iglesia o
Casa de Paz. Aunque para muchos esta tarea “encasillaría a Dios”, la palabra muestra
varios ejemplos de los múltiples beneficios que este proceso nos brinda.
Como pastores y líderes principales de la iglesia y Casas de Paz, nosotros debemos
planificar al menos tres áreas clave: el servicio de adoración, el ministerio y la multi-
plicación. Estas áreas se aboradarán por un lado para las Casas de Paz y por otro para
las iglesias.
1. El servicio de adoración: en la Casa de Paz debemos planear la serie o tema a en-
señar, de igual manera que planear cada encuentro. En cada encuentro debemos pla-
near tres momentos. 1) Mira hacia atrás: rendir cuentas de los desafíos que se ha de-
jado. 2) Mira hacia arriba: lección bíblica. 3) Mira hacia adelante: establecer desafíos
y orar. Este servicio no puede exceder más de una hora. Debemos ser puntuales para
iniciar y para terminar. Para mayor información de los tres momentos puede ampliar
esta información en la página de web de la IML Latinoamérica: http://iml-latinoamer-
ica.org/materialpic/ en los Mandamientos de Cristo.
El servicio de adoración en la iglesia es un servicio comunitario donde se honra a
Dios con la adoración, se bendice a la iglesia con la edificación y se testifica al mundo
con la proclamación. Nosotros como pastores estamos a cargo de planificar el servi-
cio de adoración. Esto no quiere decir que nosotros seamos los encargados de todos
los detalles, para eso debemos hacer equipos de alabanza, de oración, de logística,
escuela de niños, etc., que nos ayude. Aquí es clave el arte de delegar a los que tienen
estos dones ministeriales. Nuestra responsabilidad será estar al tanto de la dinámica
del servicio y planear cada servicio de adoración.
El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades 99
En la planeación escogemos los temas o serie que vamos a predicar en el mes, trime-
stral o en el semestre. También, asignamos temas y fechas a las personas que serán
encargadas de predicar.
Además, planeamos el servicio de adoración. El tiempo del servicio de adoración
debe de ser una hora y media máximo. No debemos pasarnos de este tiempo porque
el creyente y el visitante deben saber cuándo el culto comienza y cuándo termina para
que ellos puedan planear su agenda. Debemos ser conscientes de que después de una
hora y media es difícil mantener la concentración de las personas en el servicio de
adoración. Algunas personas se duermen, otras bostezan, otras se paran, en fin el am-
biente se torna difícil e incómodo. De ahí que
muchas personas no van a la iglesia porque
se demora mucho el servicio. Es mejor dejar-
los con ganas de más que dejarlos hastiados
con ganas de no volver. Así que el servicio de
adoración puede ser de la siguiente manera:
EL MINISTERIO DE COMPASIÓN
Como pastores y líderes de la iglesia y Casas de Paz debemos cultivar un corazón
compasivo por las personas, pues son creadas a imagen de Dios. La Biblia nos llama
no solamente a visitar a los pobres, sino más a preocuparnos por los pobres y oprimi-
dos, según la palabra griega que Santiago utilizó (Stg. 1:27). Así que como pastores
y líderes Metodistas Libres es clave para nosotros como iglesia o Casa de Paz formar
corazones compasivos dentro de los miembros para responder a las necesidades del
sector o región. En este sentido, el desafío y la pregunta a la cual nos enfrentamos es:
“¿cómo puedo motivar a los miembros de la iglesia o Casa de Paz para que tenga un
corazón compasivo por los pobres del sector?” La respuesta es sencilla: ¡sea ejemplo
de esto! Los miembros de la iglesia y las Casas de Paz deben vernos como un ser hu-
mano que lleva la comunidad en su corazón. Como John Wesley dijo: “El mundo es mi
parroquia”, usted debe sentir la necesidad y la carga de localidad, región y país en su
corazón y transmitir ese fuego a los miembros de la iglesia o Casa de Paz y animarles
a las obras de misericordia. Lo más importante es que inyectemos la visión de amor y
cuidado que Dios tiene hacia el prójimo.
La causa de Cristo es tan importante que no podemos perder el tiempo en asuntos que
no valen la pena. JuanWesley entendió y entregó toda su vida para la obra de Dios. Él
dijo: “Denme cien personas que no teman más que al pecado y no deseen más que a
Dios y cambiaremos al mundo”. ¿Es usted una de esas cien personas?
El Pastor Metodista Libre: sus Responsabilidades 103
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
¿Qué responsabilidades tomará como pastor y cuáles delegará para hacer ser
el ministerio saludable, efectivo y a largo plazo?