Quintanilla, M. Á. - Teoría Del Conocimiento (Diccionario)
Quintanilla, M. Á. - Teoría Del Conocimiento (Diccionario)
Quintanilla, M. Á. - Teoría Del Conocimiento (Diccionario)
Desde una perspectiva racionalista, sin embargo, el modelo de cualquier forma de conocimiento
es el conocimiento científico. Si esta posición se lleva hasta su extremo puede llegarse incluso a
negar que haya otra forma real de conocimiento que no sea el científico.
Nos parece que la postura más adecuada es la racionalista (que algunos denominarán
cientificista) (cientificismo), pero siempre y cuando se mantenga respecto a la ciencia una postura
suficientemente crítica (El mito de la ciencia). De acuerdo con esto no parece que tenga mucho
sentido hablar de conocimiento religioso o artístico, y mucho menos considerar a estas «formas de
conocimiento» como más «perfectas» que el conocimiento científico. La misma idea de perfección
no tiene mucho sentido aplicada al conocimiento, salvo para declarar que es perfectible. Y esto
cuadra bien ante todo con el conocimiento científico. Otra cuestión es que los aspectos afectivos,
emotivos, &c., que figuran en el arte o la religión cumplan también un determinado papel en la
ciencia y que, por consiguiente, la separación de ésta con respecto a esas otras formas de
pensamiento o de conciencia históricamente dadas sea más bien relativa.
En una teoría general del conocimiento, la teoría crítica de la ciencia ocupará por lo tanto un
papel central; y paralelamente la problemática sobre las «diferentes formas de conocimiento»
quedaría mejor tratada en una teoría previa sobre las «formas de pensamiento» en la que se
distinguieran los aspectos histórico-sociológicos o institucionales de éstas (el arte, la religión, la
ciencia) como partes de la cultura, de las cuestiones valorativas (su valor cognoscitivo en este caso).
2. Teoría del conocimiento: ¿ciencia o filosofía?
De hecho, las investigaciones sobre el conocimiento (de cualquier forma que se entiendan éstas:
científica y filosófica) tienen que enfrentarse desde el principio con opciones de carácter
estrictamente filosófico. Tal es el caso, fundamentalmente, de la opción necesaria a favor de una de
las dos interpretaciones extremas: realismo o subjetivismo idealista. La concepción realista parte del
supuesto de que el mundo conocido es exterior al sujeto y de que constituye un ideal de nuestro
conocimiento el adecuarse con una realidad previamente dada. La actitud realista más consecuente
es la que viene acompañada del calificativo «crítico». El realismo crítico añade al realismo la idea de
que nuestro conocimiento nunca agota de forma definitiva, ni se adapta (o mejor, no sabemos si se
adapta) de forma exacta a esa realidad previamente dada. Frente a esta posición, las diferentes
formas de subjetivismo idealista, implican en diversa medida la idea de que el conocimiento es un
asunto fundamentalmente subjetivo, sin que sea posible entender la conexión entre nuestro
conocimiento y la realidad que pretendemos conocer. Algunas concepciones actuales como el
fenomenalismo, el operacionalismo, el instrumentalismo, representan en el fondo diversas variantes
del idealismo subjetivo.
Respecto a los supuestos ontológicos que pueden acompañar a las diversas concepciones sobre
el conocimiento, está claro que aunque no hay una reacción de implicación lógica, las posturas más
coherentes con el realismo por una parte y con el subjetivismo por otra son, respectivamente, el
materialismo y el espiritualismo o idealismo objetivo.
Miguel A. Quintanilla