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Vicente Galli

Este documento resume una charla sobre procesos de diagnóstico en salud mental desde una perspectiva de psicoanálisis. Se discuten tres definiciones de salud mental y se argumenta que la salud debe entenderse como un balance dinámico influenciado por factores individuales y contextuales más que como una ausencia de síntomas. También se analiza cómo los sistemas de salud abordan la salud mental a través de diferentes servicios.
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Vicente Galli

Este documento resume una charla sobre procesos de diagnóstico en salud mental desde una perspectiva de psicoanálisis. Se discuten tres definiciones de salud mental y se argumenta que la salud debe entenderse como un balance dinámico influenciado por factores individuales y contextuales más que como una ausencia de síntomas. También se analiza cómo los sistemas de salud abordan la salud mental a través de diferentes servicios.
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VICENTE GALLI

Se trata de una charla donde se tocarán temas del psicoanálisis y la salud mental, con el objetivo de comenzar un
intercambio de ideas y experiencias en este ámbito (de la Salud Mental). En estas charlas se llegaron a ciertos puntos
de acuerdos como puntos de partida.

El psicoanálisis considera al individuo determinado por lo biológico y por su contexto cultural, social y familiar. Este
tipo de concepción (el psicoanálisis) quiere mostrar el funcionamiento de la mente humana y elabora teorías
específicas.

Por eso, reflexionar sobre la Salud Mental desde el psicoanálisis da una perspectiva posible, sin olvidar ni ignorar las
otras.

El tema elegido en esta charla son Los Procesos Diagnósticos, ya que brinda una aproximación a la compresión de un
fenómeno (ósea, investigar una situación problemática).

Hablar de “proceso” es señalar el carácter dinámico que tiene cualquier Diagnostico, ósea:

- Movilidad
- Desarrollo
- Multiplicidad de formar en las que se puede llevar a cabo (un diagnostico)

También es:

- Conjeturar
- Diseñar caminos posibles
- Escoger alternativas ponderando* recursos (*considerar o examinar con imparcialidad un asunto).

En este marco, se diagramo el encuentro y también representa su forma de trabajo.

El primero que abre los encuentros (charlas) es Vicente Galli: profesor titular de la Salud Mental de la Facultad de
medicina de la universidad de Buenos Aires, fue director Nacional de Salud Mental y esta preocupado por los
problemas humanos y los derechos humanos.

La Primera Reflexión se trata sobre “los encuentros”:

El termino encuentro es una nominación fraterna, horizontal, que deja abierta la incertidumbre sobre lo que a ir
pasando en su desarrollo (Galli ya había hablado sobre esto, avisando que las charlas no iban a tener una
organización coherente). Pero también abre la expectativa de que los que participen en estos encuentros sean algo
distinto cuando se separen.

Esa incertidumbre de la que se habla tiene que ver con lo esencial para que se de un encuentro, mas de que no se
sepa qué dirección va a tomar la charla.

Lo mejor de nuestras vidas parte siempre de un encuentro. Nosotros somos hechos y nos hacemos por medio de
“encuentros” con otro mas grande que nos va humanizando. Este otro determina nuestros deseos y necesidades. Es
por medio de este otro que nos vamos sosteniendo como sujetos de la cultura.

La Segunda Reflexión se trata sobre el problema del “recorte de la realidad”:

A partir de la secularización del conocimiento surgió, lo que se llama actualmente la crisis de conocimiento, ósea, el
recorte de la realidad que es transformada en cosmovisión (o Weltanshaung) por los expertos.

Crear una cosmovisión es poner nuestra manera de representar la realidad como centro de la tierra, poner nuestro
cachito de saber y a partir de este interpretar todo. Todo aquello que no entra en esa cosmovisión no existe, queda
en “silencio”.
Esto último trajo muchas críticas. Se piensa a los expertos/especialistas solo saben mas de menos. Que son incapaces
de reflexionar sobre los conocimientos, ya que saben solo una pequeña parte, y que no saben pensar en general y
que, por lo tanto, tampoco en la sociedad, ni en su ciencia en la sociedad.

Para poder resolver los conflictos sociales debemos reflexionar en conjunto (inter e intra disciplina) ya que las
acciones compartidas, que tiene un objetivo en común son las únicas que pueden crear transformaciones.

La Tercer Reflexión es sobre “el campo de la Salud Mental”:

El campo de salud mental se divide en: usos “técnicos” y “ideológicos”.

En primer lugar cuando se habla de la definición de salud mental se hace referencia a “la cualidad de vida mental”
(en oposición al loco, psicópata o neurótico).

Esta definición es el resultado de la no existencia de una definición positiva de salud en la cultura occidental. Por
esto no se pueden plantear objetivos, pasos , estrategias y comportamientos sociales dedicados a desarrollar y
acrecentar la salud.

Sin una definición positiva, no existe el concepto de salud como tal, solo una noción por descarte de ella: “salud
como todo aquello que no está enfermo o no presenta síntomas”. PRIMER DEFINICION.

Uno de los problemas de la salud en general es la “hipermedicina”, ósea, la fragmentación del objeto cuerpo. Este
objeto es tan grande que nadie (exceptuando algunos que lo intentan) puede sintetizar con criterios clínicos todos
esos datos del cuerpo, generando una definición de salud como un estado transitorio donde no hay enfermedades o
síntomas, pero que seguramente durara muy poco.

En cambio, pensar a la salud como una construcción, donde se lo considere como un proceso de auto reproducción
que tiende a mantenerse y que algunas cuestiones la perturban. SEGUNDA DEFINICION.

Entonces, entender la salud como un estado residual o como una construcción permanente no permite crear un
arsenal social que pueda promover la salud.

Tanto las definiciones positivas como negativas de salud traen problemas, ya que las primeras (las positivas) son
normativas, autoritarias e ideológico-adaptativas. Solo sirven para pautar y clasificar, pero no para comprender.

Una definición positiva puede ser la que entiende a la “salud mental como normalidad”:

La normalidad es una utopía. Entendida como promedio es una falacia estadística, definida por valores culturales
(ósea que es una decisión normativa) y no por explicaciones observacionales.

La caracterización de la normalidad se encuentra en la matriz ideológica de casi todos los objetos de los tratamientos
dentro y fuera del psicoanálisis. Freud decía que “un yo normal es una ficción ideal (como la normalidad en
general)”.

Por eso, es difícil crear una definición positiva de salud mental fuera de estos sellos. Para eso habría que articular
ingredientes de manera compleja: TERCER DEFINICION

(1) balance dinámico, donde este la noción de integración (2), de síntesis (3) (pero relativas a otras variables
como un otro, un contexto social y económico, a la temporalidad) y de crisis (4).

Esta articulación brindara indicadores de salud mental:

1° indicador: la posibilidad de participar activamente de los propios cambios y de los cambios del contexto.

2° indicador: la posibilidad de aceptar el sufrimiento como parte de la vida e intentar hacer de las experiencias de
desarrollo, crecimiento, construcción de nuevos vínculos y/o nuevas opciones de conocimientos.

3° indicador: la aceptación del placer.

Esta nueva definición trae paradojas.


La primera paradoja seria que aquellos que tienen síntomas psiquiátricos pueden tener salud mental.

La segunda paradoja explica que los que siguen la primera definición (salud como ausencia de enfermedad) solo
están interesados en matar la enfermedad y no en la persona. Los que siguen la segunda definición no curan, solo
usan herramientas que les destrabar los mecanismos que están en el otro.

La tercera paradoja dice que esta nueva definición solo puede ser utilizada si se tiene en cuenta el contexto y los
valores de aquellos a los que se le aplicara. No puede haber definición de salud mental sin contextualizarla en
relación a quien se la aplique y al que la aplique y sin aplicar los ejes valorativos. Sin estas dos cosas no se entiende
nada o quedan formulaciones vaciadas de contenido.

Un ejemplo de esto último es la definición dada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), donde la salud “no
es solo la ausencia de enfermedad sino que también es el completo bienestar físico, mental y social”. Esta fue
fuertemente criticada.

Lo que no se sabe es la historia: después de terminada la Segunda Guerra Mundial, luego de la creación de las
Naciones Unidas, la organización de del sector salud estaba a cargo de médicos que consideraban como:

“completo bienestar físico” a lo que necesitaba el combatiente para estar en condiciones para seguir peleando por la
libertad de su patria.

“completo bienestar mental” a estar convencido de que la lucha daba sentido al arriesgar su vida

“completo bienestar social” a saber de la existencia de vínculos solidarios en los grupos activos. Ósea, que su esposa
e hijos (si el soldado llegaba a morir) iban a ser contenidos por los demás.

Cuando comprendemos todo esto, el contexto en el que fue creada la definición, cobra un poco más de sentido la
definición.

El termino Salud Mental puede estar ligada a varios conceptos:

1° “cuidado de la Salud Mental, desde el punto de vista operacional”

en él se puede entender al cuidado de la salud mental como el conjunto de actividades basadas en conocimientos
científicos y culturales, que tiene como objetivo fomentar, proteger, conservar, reestablecer y rehabilitar la salud
mental de los individuos y los grupos.

2° “Salud Mental desde un punto de vista Epistemológico y Metodológico”

La salud mental se considera como el entrecruzamiento de disciplinas y practicas diversas vinculadas a todos los
campos de la actividad humana y de sus intenciones. Por lo tanto, se pueden pensar políticas de salud mental solo si
hay trabajo simultaneo entre varios campos. El problema de la salud mental es que no hay una disciplina que la
estudie que la estudie como tal, sino que solo hay especialidades que se dedican a una sola parte de ella.

3° “la Salud Mental como sistema de servicios*”

El sistema de servicios en la organización de distintos tipos de servicios que tiene la comunidad o, mejor dicho, los
artefactos institucionales y culturales para asistir la enfermedad y los desórdenes.

Dentro del sistema de salud existe un subsistema llamado sistema de salud mental. Visto de un punto de vista
sistemático, tiene componentes informales y formales, tradicionales y transformadores, hegemónicos y alternativos
pero que todo ellos se mezclan de manera aleatoria que no siguen patrones fijos (ya que no son siempre tradicional
o hegemónicos o etc., cambian).

El sistema de salud en su organización político-económica- social se complica un poco más, ya que presenta tres
sistemas superpuestos y a veces desencontrados (que tiene que ver con los orígenes de la financiación y
estratificación social de las clases):

a. El sistema público: este esta dividido en jurisdicciones provinciales con fueron federales autónomos, y
dentro de estos están los fueros municipales. Ósea, que las políticas de salud, aunque estén planteadas
globalmente, tiene modos de realización y financiación descentralizados (ya que tiene recursos centrales,
provinciales y municipales).
b. El sistema privado: en este se encuentra el sistema de servicios* donde el sistema se organiza para dar
respuesta a las problemáticas del sufrimiento humano. Esas respuestas sociales que fueron innovadoras y
creativas en un momento son introducidas luego a un mecanismo de mercado. En consecuencia, se habla del
mercado de la salud, la cual necesita como materia prima las enfermedades o síntomas que son reguladas
por la oferta de servicio y no por lo que necesita la población en realidad. Por eso, cualquier trabajador de
salud mental estamos insertos en ese mercado de salud, nosotros en la práctica privada como
cuentapropistas de servicios asistenciales. En una obra social, somos empleados que crecen
económicamente a partir del sueldo de los trabajadores. En un hospital público, se nos da un sueldo para
asistir a la población con menos posibilidad de acceso a los servicios asistenciales.
c. El sistema de obras sociales: tiene un sistema totalmente unitario, ya que todas sus finanzas son manejadas
desde la central de buenos aires. Este compra servicios en la práctica privada que generan una alteración en
los sistemas de prestación que tiene que ver con las ofertas en el mercado de determinados servicios. Ósea
que compran del ámbito privado todo lo que vean que el mercado pida.

La Cuarta Reflexión se trata sobre la crisis:

Una de las cuestiones que se incluye en la definición de salud mental era que la crisis era parte constitutiva de esa
definición y del equilibrio relativo y en movimiento.

La elaboración de las experiencias de ruptura y de desilusión son las experiencias principales y constitutivas del ser
humano, ya que las experiencias que va creando a través de su historia se dan por esas rupturas y creaciones.

Para que se de la crisis, tiene que existir una ruptura profunda en el sentimiento de continuidad en el vinculo con
uno mismo. Aparece como algo que nos sorprende, que ya no podemos negar más. Pero, a partir de esa irrupción es
la crisis la que va perfilado la situación como una historia pasada, los recuerdos reaparecen revelando causas,
orígenes y a veces posibles soluciones.

Es la crisis individual la que nos recuerda las grandes fracturas que marcaron el mundo. Vivimos en un ambiente de
muerte de la civilización, de dios, de las instituciones, de la familia etc. Estamos en un duelo permanente y por eso se
entiende la crisis no es solo constitutiva del sujeto individual sino, que también lo es la organización social de los
hombres.

La crisis es fundamental para entender la mayor parte de nuestra función como trabajadores de la salud mental,
porque ¿cómo salimos de la crisis? ¿Como nos mantenemos en continuidad? Recurriendo a la experimentación
creadora de nuevos estilos de relación y expresión, a la búsqueda de antagonismos, a los desórdenes, a la invención
de nuevos equilibrios, a vivir sin despecho y sin renegar sino, entiendo la muerte parcial o total como posibilidad.

De lo ultimo que hablara Galli es sobre a que se llamaba procesos diagnostico- proyectos a futuro.

Primero criticara a los psiquiatras, hablando sobre que el modelo del manicomio es un modelo alejado de las
prácticas habituales, porque no tiene nada que ver con nosotros. En el manicomio se arrojan aquellos que sobran y
molestan en la sociedad ya que no hay otra respuesta a esto, donde ocurre una ajenacion de aquellos que perturban
el orden social. Sobre estos lugares se creó una división de conocimientos que inicio a perfilar un campo propio de la
medicina vinculado a los trastornos metales .

Pero lo que hay dentro de los manicomios no son enfermos mentales (aunque hay síntomas psiquiátricos o
enfermedades mentales ), lo que hay es una reproducción de las condiciones de desocializacion, hospitalización,
aislamiento y desidentificación que genera el hospitalismo manicomial que busca una manera de sacar de la
sociedad problemáticas.

Para que la desinstitucionalización de manicomios debe haber una base de creación e investigación de nuevas
instituciones, también se debe repensar y recrear todo el concepto de enfermedad mental.
El modelo de manicomio es un lugar de aislamiento y que sirve para que un grupo de técnicos aprenda de la gente
que se encuentra allí. Ya que a partir del conocimiento obtenido podrán detectar los síntomas en las personas que
están en el exterior(sociedad) y asi llevarlos inmediatamente dentro de los manicomios. Muchas instituciones
funcionan en este modelo.

Aunque el modelo psicoanalítico este muy alejado del manicomial, son tiene cosas en común: como por ejemplo
organizar y registrar el devenir humano y la vida humana en relación a las causas por las cuales las personas
funcionan como funcionan, olvidando todas las cosas que le pasan a las personas y que no están dentro del develar
psicoanalítico.

Es esto lo que quiere plantear Galli, que trabajando desde una institución nos falta la compresión espesa de todas las
variables que están en juego, nos falta elasticidad que nos permitiría prestar servicios distintos según las necesidades
de la gente y según las posibilidades instrumentales que haya crear o inventar. Pero como generalmente no se hace
eso se funciona con mala conciencia y se hace de mala manera, porque no se puede hacer como nosotros
queríamos.

Lo ultimo ultimo, es sobre que es hacer un diagnóstico.

Es estar abierto a preguntas sobre los proyectos de futuro posibles para es apersona. Es un momento de encuentro
humano, que si no se esta en un ambiente de consultorio, nunca se sabe con que se va a encontrar y que es lo que
va a poder sugerir.

Galli postula que las bocas de entrada están en los sistemas asistenciales de las instituciones, lugares que son de
mayor importancia, donde está la gente más idónea, donde la persona tenga una posibilidad de encuentro con un
técnico capacitado. Este técnico capacitado debe ser capas de formular preguntas que le permitan al paciente
destrabar algo de su proyecto a futuro.

Pero ocurre que el 50% de las personas que asisten a consultas en instituciones publicas o semiprivadas en salud
mental no vuelven después de la primer consulta, esto se debe a la mentalidad de agencia y ventanilla: están los
expertos que se dedican a una cosa y otros a otras y asi, y no tienen en cuenta que la gente no esta interesada en
que si tipo de especialidad tiene sino, que piensan en su problema y necesitan una respuesta humanamente y
técnicamente valida, que este adecuada a su problema.

Esto nunca se podrá lograr con una mentalidad de agencia, donde la persona entra y sale, para ver si encaja en
alguna casilla.

Esta reflexión no es un reproche moral, sino que sirve para pensar sobre las instituciones y el papel que nosotros
jugamos en ellas y que podemos hacer dentro de esta situación.
LOMBARDI

“La clínica psicoanalítica”

Lombardi decide hablar sobre la clínica como materia.

Explica que la clínica y la psicología no se llevan bien por problemas históricos y de “estructura”. Por un lado, la
psicología siempre tuve problemas para definir una psicología clínica o definirse como una psicología clínica.

Esto ocurre porque la Psicología estuvo unida a la Filosofía en un principio, ya que ambos estudiaban el alma. En
cambo la Clínica nace recientemente (200 años) por medio del discurso médico. A pesar de que la medicina
terapéutica, nació hace miles de años y que utilizo determinados procedimientos, fórmulas, palabras con finalidad
sugestiva para ayudar a curar los padecimientos.

Pero debe entenderse que la disciplina clínica es muy diferente a la terapéutica, ya que ambas tiene diferencia tanto
ética y científica.

“De la terapéutica a la clínica”

La clínica surge cuando las personas deciden unirse al discurso de Syderhan que decía que “para curar
adecuadamente se necesita determinar científicamente en que consiste primero la enfermedad”. Básicamente, es
saber la causa, ya que antes se daba sangría a cualquiera que cargara con una enfermedad, no importaba si de
verdad esta calmaría el problema del paciente o no. Se aplicaba la misma sangría para todo tipo de síntomas.

Actualmente ocurre algo parecido con los fármacos, ya que utilizan uno para cualquier afección que pueda presentar
el enfermo, sin tener en cuenta si este debe puede ayudar o no. Su uso masivo es el que genera una involución de la
Clínica. Los laboratorios generan la inespecificidad.

La Clínica no quiere esto, ella busca la apertura de la ciencia a lo singular del padecimiento.

Cuando nace la Clínica (siglo XVIII) en el seno de la medicina aun no existía la Psicología como la conocemos
actualmente, aun menos el psicoanálisis. Solo a medida que surgen las corrientes que definan de su campo a partir
de la experimentación, la psicología comienza a elaborarse con aplicaciones prácticas relacionadas con los síntomas.
Ósea, surge la psicología experimental; que realiza ciertas “experiencias” directamente con el ser humano. Pero
ninguna de las psicologías llamadas humanistas pudo desarrollar propiamente una clínica.

El problema con que no haya una Psicología Clínica se puede llegar a suplir de tres formas:

1. Tomando prestada la clínica que deriva del psicoanálisis.


2. No enseñar la clínica.
3. Llamar clínica a algo que no lo es.

En lugares donde el prestigio de los psicofármacos no es tan grande, la clínica psicoanalítica parece valida.

El psicoanálisis no es derivado de la psicología sino, de la neurología, ya que él era médico. En un estudio de 1893,
Freud realiza un estudio comparativo de las parálisis motrices orgánicas e histéricas. En este, llega a la conclusión de
que la histéricas padecen de representaciones y no de algo que tiene que ver con el sistema nervioso central.

Este podríamos decir, que es el condicionante del nacimiento del psicoanálisis. Aunque también esta el
descubrimiento de que los síntomas histéricos tienen como elemento constitutivo la sustitución de una
representación por otra. Hasta ese entonces, la histeria y la neurosis no estaban relacionadas, ya que la primera se
presentaba como una enfermedad especialmente corporal y la segunda no tenia nada que ver con lo corporal.

El psicoanálisis nace por que Freud rompe con el discurso de la neurología sobre la histeria. Este cambio de discurso
se ve reflejado en el cambio de la Clínica, ya que la histeria se representa de manera mas sutil actualmente.

Foucault destaca que en la época en la que se sitúa el nacimiento del psicoanálisis el medico deja de interrogar a su
paciente con un “¿Qué tiene usted?” para pasar a inaugurar el discurso de la clínica: “¿A dónde le duele usted?”.

La investigación científica ahora se encargaba de la investigación de “la enfermedad del enfermo”.


[Básicamente, el discurso de la Clínica surge mientras que Freud descubre que el problema con las histéricas es la
sustitución de representaciones. Ósea, en un contexto en el que había un cambio radical en el que ahora el interés
estaba puesto en la enfermedad específica del enfermo, ya no se buscaba usar la misma respuesta a muchas
afecciones distintas. Esa es la apertura científica a la singularidad de la enfermedad.]

Los psicoanalistas son los que heredan la preocupación por el padecimiento singular del enfermo. Este en vez de
reprimirlo se ocupa específicamente de él, incluso puede diseñar algún dispositivo para que ese padecimiento se
exprese subjetivamente mas abiertamente. Se deja de observar al sujeto (objetivarlo) para pasar a escucharlo. El
psicoanálisis es el primer discurso que deja que se exprese la histérica.

El dejar que el otro se exprese tienen un efecto terapéutico que no solo usa el psicoanalista, sino que también el
medico de barrio (ya que muchas veces en la consulta deja que el paciente o vecino hable de lo que le hace sentir
mal mas que de la enfermedad en sí). El síntoma pasa del cuerpo a la demanda (se lo habla).

El psicoanálisis genera una nueva Clínica, una clínica de la histeria, donde el síntoma es el que el sujeto reconoce
como tal: La enfermedad que cuenta es la que tiene el enfermo y no la que el medico dice que tiene el sujeto.

Promover al sujeto de esta manera, cuya única especificación es que habla, requiere que hay que dejar de lado todo
lo que se sabe (contenidos, motivaciones, intenciones) para poder escuchar lo que dice el otro.

El sujeto tiene que verse vaciado de saber inconsciente que padece (ya que este posee represiones) para que
después el psicoanalista lo pueda liberar (esta parte no está muy clara=).

La eficacia que puede tener el psicoanálisis pasa por que pueda modificar, transformar la relación del sujeto con
algunas cosas de las cuales el es una especie de relación del sujeto con la pulsión. Se necesita liberar al sujeto de su
carga yoica, de su personalidad, de su identidad incluso. Estas identificaciones le proporcionan al sujeto una
identidad que no tiene y pueden perturbarlo, matizarlo, hacerlo sufrir.

El análisis conduce al sujeto a las destrucciones de cada una de sus identificaciones falsas, y por esa via lo vuelve
apto para la realización de su deseo. Eso supone una ética que no es de concordancia o de adaptación a los ideales, a
los emblemas, a las creencias del sistema del Otro de la religión. La ética del psicoanálisis va en el sentido de la
promoción de un deseo que se alcanza a partir de una perdida de identidad, que suele costar por lo tanto el precio
de la angustia.

“El síntoma y el acto”

En un contexto donde, la democracia nos ha otorgado una Facultad de Psicología donde se enseña y aprende en paz,
existe un pequeño problema: el de la dimensión terapéutica propia del psicoanálisis.

TERMINA EN LA OTRA PAGINA DE LOMBARDI.


AJURIAGUERRA

Aunque la cuestión “normal-patológico” no le corresponde al medico (sino más bien al filósofo), ya que el piensa
antes en que podemos hacer con la enfermedad del niño, los Psiquiatras no pueden decir lo mismo.

El Psiquiatra debe tener dos aspectos en cuenta (esta interpelado por):

a. El desarrollo propio del niño


b. El contexto social y familiar del niño

De hecho, cuando se le pide que explore a un pequeño paciente, es porque un familiar, vecino, asistente social le
ruega que haga desaparecer algo que consideran “incorrecto” en la conducta del niño.

Ajuriaguerra explica que los criterios de normalidad no se pueden limitar a la evaluación de la conducta y resumirse
en una simple enumeración de síntomas.

“Lo normal y lo Patologico : problemas generales”

Según Canguilhem, lo normal y lo patologico no pueden definirse uno sin el otro. El problema aumente cuanod se
confunden términos como anr¿ormal y anomalia. La relación entre los términos anomalia, anormal y patologico,
debe ser precisadas.

Las diferentes definiciones sobre normalidad se dividen en 4 ountos de vista:

1. Lo normal referido a la salud, opuesto a la enfermedad. }


2. Lo normal como media estadística
3. Lo normal como ideal u utopia a realizar o la cual dirigirse.
4. Lo normal como proceso dinamico, capaz de retornar a un determinado equilibrio.

1. Confundirse estos dos términos constu¿ituye una posición estatica, ya que no corresponde a la dimensión
dinámica de las enfermedades. Las enfermedades no pueden redcirse a signos lesionarios. Debe
considerarse la posibilidad de revertir la salud, y asi acercarnos a la normalidad como proceso.
2. Confundir lo normal con lo promedio es confundir lo normal y la anomalia; ósea, decir que lo patologico es
aquello que no esta en la curva de Gauss. Debemos tener en cuenta que el psquiatra esta presionado
culturalmente, haciendolo pensar que lo anormal es aquella conducta que se deesvie de la promedio.
3. Pensar lo norlmal como utopia es instaurar un sistema de valores, una normalidad ideal. Si tal ideal esta
definido por el grupo social, esta se tiene a confundir con las normas estadísticas.
4. Considera como normal al proceso de adaptación ,ósea, la capacidad de reaccionar con onjeto de recuperar
el equilibrio perdido, representa introducir una valoración dinámica. El problema esta en que para la
psicología social, esta definición entendiende a la normalidad como un estado de aceptación, sumision o
conformismo con las exigencias sociales. Por lotanto, la capacidad de adpatacion es mejor criterio que la
adapatacion misma.

Como se puede ver no existe una definición simple y satisfactoria de lo “normal” , siempre tiene excepciones.

El Psiquiatra se encuentra frente un problema practico (no teórico): no sabe si intervenir o no. Es la paidopsiquiatria
(psiquiatría infantil)la que se ve más enfrentada a este problema, ya que la sintomatología actual del niño no nos va
a decir como va a ser como adulto. Por eso, esta rama debe encontrar un sistema de evaluación, mas allá de la
sintomatología.
“El problema de lo normal y lo patologico en la psicopatología del niño”

La flexibilización de la practica de la psiquitria infantil y sus aplicación en la higiene menta de la salud ha dado
buenos resultados, aunque con altos costes sociales, que por eso deben ser cambiadas las estrategias.

Antes se utilizaba el psicoanálisis profiláctico, pero esto tenía una grave error sobre la función misma del análisis del
niño. En nuestra época, la higiene mental debe estar preocupada por el rendimiento comercial y también por su
eficacia. ¿Seran estos niños nuestros futuros clientes o serán algo totalmente diferente?. Los epistemólogo se
tiraban por la segunda opción e intentaban justificarlo.

Los paidopsiquiatras

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