Lectura El Laudo Parcial Fernando Cantuarias Salaverry

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FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY (*)

Los laudos parciales en la nueva Ley de Arbitraje: características


y efectos:
SUMARIO: 1. A modo de introducción. 2. Definición de laudo. 3. Clases de laudo según la
Ley de Arbitraje. 4. Supuestos en los que resulta conveniente emitir laudos parciales. 5.
Efectos del laudo. Recursos.

1. A MODO DE INTRODUCCIÓN
Como explica BARRAGÁN ARANGO (1), “[p]or muchos años se ha considerado que el
laudo arbitral es la expresión de los árbitros, en virtud de la cual finaliza la disputa que se
ha puesto en su conocimiento”.

En otras palabras, haciendo un paralelo con el Poder Judicial, tradicionalmente se ha


considerado que el Poder Judicial solo emite una sentencia y el árbitro solo dicta un
laudo.

Sin embargo, imaginemos que en un arbitraje se discute acerca del ámbito de


responsabilidad contractual de una de las partes y, además, que la prueba acerca del
daño causado es costosa y tomará tiempo. ¿No es acaso conveniente, por no decir
lógico, que los árbitros se pronuncien en primer lugar acerca de si existe responsabilidad
y respecto al ámbito de esa responsabilidad; y solo si efectivamente se encuentra
responsable a una de las partes y se conoce el ámbito de esa responsabilidad se invierta
tiempo y dinero en probar con precisión el daño causado? ¿Existe alguna razón de orden
público que pudiera impedir esta posibilidad?

La respuesta es que, en el caso planteado, a todas luces la posibilidad de que los árbitros
puedan emitir una o más decisiones resulta por demás conveniente y eficiente y que,
además, no existe argumento alguno de orden público que pudiera esgrimirse para
impedir este proceder. La única razón existente para negar esta posibilidad es que, como
tradicionalmente el juez solo emite una sentencia, el árbitro solo debe dictar un laudo.

Es más, asumamos que dentro del procedimiento arbitral una de las partes impugna la
competencia del tribunal arbitral y el colegiado procede a resolverla como cuestión previa.
¿Acaso esta decisión acerca de la competencia del tribunal arbitral no resuelve de
manera definitiva (por lo menos en sede arbitral) un extremo de la controversia existente
entre las partes? ¿No es acaso un laudo?

Por último, imaginemos que dentro de las actuaciones arbitrales las partes concilian parte
de la controversia y solicitan a los árbitros que conviertan esa transacción en laudo y que
prosigan conociendo el resto de la controversia. ¿Acaso no es razonable aceptar que en
este escenario los árbitros puedan emitir un laudo por acuerdo de las partes y que, más
adelante, dicten un segundo laudo respecto de las pretensiones aún controvertidas?(2)

Ejemplos como los descritos han llevado desde hace muchos años a la doctrina y luego a
diversas legislaciones arbitrales a aceptar que los árbitros pueden dictar uno o más
laudos arbitrales (3).

Sin embargo, antes de analizar qué dice a este respecto la Ley de Arbitraje peruana,
consideramos necesario definir previamente qué se entiende por laudo.

2. DEFINICIÓN DE LAUDO

REDFERN, HUNTER, BLACKABY y PARTASIDES (4) informan que “[n]o hay una
definición del término ‘laudo’ aceptada internacionalmente, tal como lo demuestra el
hecho que no se la incluya en ninguna de las convenciones internacionales sobre
arbitraje, como los tratados de Ginebra, la Convención de Nueva York o la Ley Modelo”.
Es más, MONTERO MURIEL (5) identifica que “el concepto de laudo arbitral ha sido, y es
objeto todavía, de un debate controvertido. Por esta razón la Ley Modelo, las legislaciones
de derecho comparado, los reglamentos de las principales instituciones arbitrales, así
como los tratados y convenios internacionales han optado por no incluir una definición de
laudo”.

En efecto, cuando se discutió el contenido de lo que hoy es la Ley Modelo de UNCITRAL,


se propuso definir al laudo de la siguiente manera: “El término ‘laudo’ hace referencia a un
laudo final que decide cada uno de los puntos sometidos a consideración del tribunal
arbitral y a cualquier otra decisión del tribunal arbitral que determine una cuestión de
fondo, o por la que se expida sobre su jurisdicción o sobre cualquier otra cuestión
procesal aunque, en este último caso, sólo se tratará de un laudo si el tribunal denomina
de tal manera a la decisión que adopte”.

Sin embargo, al final se optó por no incluir definición alguna(6), debido a que no existió
consenso acerca del concepto “laudo” y del los árbitros(7).
Sobre este particular, nosotros consideramos que una correcta definición de laudo, es la
propuesta por MANTILLA-SERRANO(8):“[P]uede(…) considerarse laudo toda
decisión tomada por los árbitros, después de haber considerado los argumentos de
las partes y analizado minuciosamente los fundamentos invocados por ellas, que
de manera definitiva y motivada(9) ponga fin a una cuestión litigiosa que las partes
les han sometido, relacionada con el fondo del asunto”.

Considerando esta definición, FOUCHARD, GAILLARD y GOLDMAN(10) identifican


hasta cinco tipos de laudos: laudos finales, laudos preliminares, laudos interinos, laudos
interlocutorios y laudos parciales.

No es el momento ni la oportunidad para realizar un análisis teórico de cada uno de estos


posibles tipos de laudos. Bástenos sobre el particular, insistir acerca de que no existe
consenso acerca de cuántos tipos de laudos existe y cuál es el contenido de cada uno de
ellos(11). Sin embargo, lo que sí es posible avanzar, es en el reconocimiento de que los
árbitros dentro de las actuaciones arbitrales tienen la facultad de dictar, salvo acuerdo en
contrario de las partes, uno o más laudos que resuelvan de manera definitiva todo o parte
de la controversia sometida a su conocimiento(12).

3. CLASES DE LAUDO SEGÚN LA LEY DE ARBITRAJE

VÁRADY, BARCELÓ y VON MEHREN(13) explican que en muchas legislaciones


arbitrales (incluido el Perú) se acepta la existencia de dos tipos de laudos: el primero,
denominado “laudo final”, que está referido a aquellos laudos que resuelven “todos los
puntos sometidos a arbitraje, o aquellos que hubiesen quedado pendientes”(14) y que,
además, una vez emitidos, implican la culminación de la misión de los árbitros(15). El
segundo tipo, el denominado “laudo parcial”, está referido a aquellos laudos que
resuelven de manera definitiva parte de la controversia sometida a conocimiento de un
tribunal arbitral, dejando pendiente de resolver (sea en otro laudo parcial o en el laudo
final) el resto del conflicto (16).

El ejemplo típico de “laudo final” es aquel mediante el cual el tribunal arbitral resuelve en
un solo fallo todas las controversias sometidas a su conocimiento. Pero, también puede
ser considerado “laudo final” aquel que culmina la tarea de los árbitros, luego de que se
hayan

dictado uno o más “laudos parciales”(17). En ese sentido, siempre existirá un último (o a
veces un único) laudo con el que los árbitros darán por concluida sus funciones, pero, en
el camino, es decir, durante la secuela de las actuaciones arbitrales, los árbitros tendrán
la facultad (salvo pacto en contrario de las partes) de dictar uno o más laudos parciales.

Sin embargo, al mismo tiempo debe de quedar claro que estos laudos parciales, de
existir, también serán “finales”, pero en el sentido de que resolverán de manera definitiva
una parte de la controversia(18), quedando aún vigente el mandato de los árbitros para
dictar uno o más laudos hasta culminar su tarea. En ese sentido, un “laudo parcial”
siempre tendrá los mismos efectos que un “laudo final”(19), tema que trataremos más
adelante.

Seguidamente analizaremos las clases de laudos que reconoce la Ley de Arbitraje


peruana. Su identificación resulta por demás relevante, no solo porque si una resolución
arbitral es un “laudo” habrá que dar cumplimiento a los requisitos formales que exige la
legislación(20), sino, porque, además, como trataremos en el último numeral de este
trabajo, si una resolución emitida por los árbitros es un “laudo”, ello generará una serie de
importantes efectos.

En primer lugar, tenemos el artículo bajo comento, es decir, el artículo 54 de la Ley de


Arbitraje, que dispone que “[s]alvo acuerdo en contrario de las partes, el tribunal arbitral
decidirá la controversia en un solo laudo o en tantos laudos parciales como estime
necesarios”.

Es decir, este artículo reconoce la existencia de “laudos finales” y “laudos parciales” para
resolver la controversia de fondo sometida por las partes a conocimiento de un tribunal
arbitral.

Seguidamente, el artículo 50 de la Ley de Arbitraje reconoce la posibilidad de que el


tribunal arbitral convierta en laudo una transacción arribada por las partes. Este laudo
podrá ser “final” o “parcial”, dependiendo de si las partes arribaron a un acuerdo total o
parcial de su controversia.

Por último, otro supuesto de laudo, es el contenido en los incisos 4) y 5) del artículo 41 de
la Ley de Arbitraje, referido a la competencia del tribunal arbitral para definir su propia
competencia. Así, si por ejemplo, el tribunal arbitral se declara incompetente, esa decisión
será un “laudo final”. En cambio, si se declara competente, ese será un caso típico de
“laudo parcial”(21).
Por otro lado, el inciso 2 del artículo 47 de la Ley de Arbitraje, referido a la adopción de
medidas cautelares por los árbitros, afirma que “[p]or medida cautelar se entenderá toda
medida temporal, contenida en una decisión (…) tenga o no forma de laudo”.

Verifiquemos que la norma no dice que una decisión cautelar sea un “laudo”, sino que los
árbitros pueden darle a dicha decisión la “forma de laudo”.

Esta posibilidad de darle a una medida cautelar la “forma de laudo” no está pensada para
medidas cautelares que se ejecutarán en nuestro país, ya que en este caso la simple
decisión cautelar emitida por un tribunal arbitral requerirá la inmediata atención de nuestro
Poder Judicial(22), sino para decisiones cautelares que requieran de ejecución fuera de
las fronteras peruanas.

En efecto, lo que se busca con esta disposición es la de posibilitar, en aquellos Estados


que así lo reconozcan, que un “laudo cautelar” pueda ser ejecutado conforme a las
disposiciones de la Convención de Nueva York de 1958, como sucedió en los Estados
Unidos en el caso Publicis Communications y Publicis S.A.C. v. True North
Communications Inc(23).

Sobre este particular, cabe aclarar que en el Perú una decisión cautelar dictada por un
tribunal arbitral con sede en el extranjero será reconocida y ejecutada como si se tratara
de un “laudo extranjero”, pero no al amparo de la Convención de Nueva York, sino de
conformidad con los artículos 75 al 77 de la Ley de Arbitraje, con las particularidades y
condiciones dispuestas en el inciso 4) del artículo 48 de dicho dispositivo legal.

Por último, el artículo 58(1) (c) de la Ley de Arbitraje autoriza a que las partes puedan
solicitar a un tribunal arbitral que integre un laudo cuando se haya omitido resolver algún
extremo controvertido. Si bien es cierto la decisión de integración que emita el tribunal
arbitral será obviamente un laudo, esta decisión conforme al inciso 2) del artículo 58 de la
Ley de Arbitraje “formará parte del laudo” original.

4. SUPUESTOS EN LOS QUE RESULTA CONVENIENTE EMITIR LAUDOS


PARCIALES

Como bien apunta MANTILLA-SERRANO (24), puede ser útil apelar a laudos parciales
“sobre el fondo en controversias de extraordinaria complejidad o en aquellas que afectan
multiplicidad de partes o contratos.
En estos casos, la práctica arbitral demuestra que puede ser útil dictar un laudo sobre
responsabilidad contractual únicamente, dejando para una fase ulterior la determinación
del daño indemnizable, sobre todo cuando la prueba del daño puede conllevar gastos
probatorios importantes que se reducirían (al delimitar el ámbito de la prueba) una vez se
conozca cuál es la parte que debe ser indemnizada y, por ende, probar el daño sufrido
(25). También, demuestra la experiencia que, en el caso de varios contratos o varias
partes, puede ser aconsejable que el árbitro decida primero aquellas cuestiones de fondo
que son comunes a todas las partes o que emanan de todos los contratos, o aún las que
condicionan la ejecución o la responsabilidad de las demás partes”(26).

Otro supuesto típico, que ya se adelantó, es cuando las partes arriban a una transacción
parcial de sus controversias y solicitan al tribunal arbitral que hagan constar dicho acuerdo
en la forma de un laudo parcial (artículo 50.1 de la Ley de Arbitraje)(27).

La conveniencia de apelar a los laudos parciales dependerá del caso en concreto y la


decisión de su utilización deberá considerar, entre otros, los costos, el tiempo y, además,
las consecuencias que significará la posibilidad de que se tramiten ante el Poder Judicial
varios recursos de anulación contra uno o más laudos parciales(28).

5. EFECTOS DEL LAUDO. RECURSOS

Los incisos 1) y 2) del artículo 59 de la Ley de Arbitraje establecen que “[t]odo laudo es
definitivo, inapelable y de obligatorio cumplimiento” y “produce efectos de cosa juzgada”.

En consecuencia, emitido un laudo sea éste parcial o final, la parte interesada podrá
solicitar al tribunal arbitral la rectificación, inter- pretación, integración o exclusión del
laudo(29) y, además, su anulación(30) ante el Poder Judicial(31).

Ahora bien, en materia de anulación hay autores peruanos que afirman que la ley peruana
se aleja de la legislación española (que como sabemos ha sido una de las principales
fuentes de inspiración de la Ley de Arbitraje peruana), ya que esta última dispone en su
artículo 40 lo siguiente: “Contra un laudo definitivo podrá ejercitarse la acción de anulación
en los términos previstos en este título”.

Sin embargo, como bien identifica MANTILLA-SERRANO(32), uno de los cuatro autores
de la ley española, no existe diferencia alguna entre las legislaciones española y peruana,
ya que “laudo definitivo debe entenderse no como ‘laudo final’ –sentido que tiene en el
artículo 38.1 de la Ley de Arbitraje–, es decir, aquel que pone fin al trámite arbitral, sino
como aquel laudo que decide de manera definitiva –y no meramente provisional o
interina– la cuestión sobre la que versa.

La utilización de la expresión laudo definitivo no puede, en consecuencia, llamar a


engaños respecto de la posibilidad que existe de interponer una acción de anulación
también contra los laudos parciales (…) pues la intención del legislador español se
traduce en la exposición de motivos, que al respecto reza: ‘el laudo parcial tiene el mismo
valor que el laudo definitivo y, respecto de la cuestión que resuelve, su contenido es
invariable’”.

En consecuencia, tanto en España como en el Perú, contra un laudo parcial (reconocido


así en cada legislación), procede, sin duda alguna, el recurso de anulación.

Las únicas excepciones al recurso inmediato de la anulación contra un laudo en el Perú


se encuentran dispuestas en los incisos 4) y 5) del artículo 41 de la Ley de Arbitraje. En
efecto, el inciso 4) establece que si el tribunal arbitral desestima una impugnación a su
competencia como cuestión previa; es decir, emite un laudo parcial, esta decisión sólo
podrá ser impugnada mediante recurso de anulación cuando se resuelva definitivamente
el fondo de la controversia. Por su parte, el inciso 5) dispone que si el tribunal arbitral
como cuestión previa ampara solo parcialmente la excepción de incompetencia (es decir,
dicta un laudo parcial), dicha decisión sólo podrá ser impugnada en anulación luego de
que se emita el laudo por el que se resuelve definitivamente la controversia.
(*) Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas

(UPC). Árbitro nacional e internacional. Miembro del Comité Editor de la REVISTA PERUANA DE ARBITRAJE.

(1) BARRAGÁN ARANGO, Luis Alfredo, “El laudo arbitral”, en: El contrato de arbitraje,

Eduardo SILVA ROMERO y Fabricio MANTILLA ESPINOSA (coordinadores), Lexis, Bogotá, 2005, p. 663.

(2) VIDAL RAMÍREZ, Fernando, Manual de Derecho Arbitral, Gaceta Jurídica,Lima, 2003, p. 125.

(3) Ver, por ejemplo, Ley inglesa de Arbitraje (artículo 47.1), Ley de Derecho Internacional Privado de Suiza (artículo 188),
Código Judicial belga (artículo 1699), Ley española de Arbitraje (artículo 37.1), Código Procesal Civil holandés (artículo
1049), Ley de Arbitraje de Suecia (artículo 29). En Francia aún cuando su legislación arbitral no lo menciona, se reconoce
esta facultad en los árbitros.

Arbitration, A/CN.9/264, 1985, p. 72. “After commencing consideration of a proposed


definition, the Working Group decided, for lack of time, not to include a definition in the
model law to be adopted by it and to invite de Commission to consider the matter”.
(4) REDFERN, Alan, Martín HUNTER, Nigel BLACKABY y Constantine PARTASIDES, Teoría y Práctica del Arbitraje
Comercial Internacional, 4ta. edición; La Ley, Buenos Aires, 2007, pp. 497 y 498.

(5) MONTERO MURIEL, Félix J., “Artículo 37. Plazo, forma, contenido y notificación del laudo”, en: Comentarios a la Ley de
Arbitraje de 2003, ARIAS LOZANO, David (Coordinador), Thomson-Aranzadi, Navarra, 2005, p. 351.

(6) UNITED STATES COMMISSION ON INTERNATIONAL TRADE LAW; en: Analytical Commentary on Draft Text of a
Model Law on International Commercial

contenido exacto de los diferentes tipos de laudos que pueden dictar

(7) Aún así, definir qué se entiende por “laudo” resulta ser una tarea importante, como lo

demuestra GAMBOA MORALES, Nicolás, “La inmunidad soberana de jurisdicción en el

arbitraje comercial internacional. Evolución y actualidad”, en: Colección Textos de Jurisprudencia,

Universidad del Rosario, Bogotá, 2007, p. 53. “En un ejemplo contrario a

la interpretación amplia de la Convención de Nueva York, la Corte Suprema de Justicia

colombiana; Sala de Casación Civil y Agraria, confirmó en marzo 1 de 1999 (Expediente

E-7474) la decisión adoptada en enero 26 del mismo año cuando se rechazó una

demanda de exequatur encaminada a obtener el reconocimiento y la ejecución de un

laudo –en el sentido del artículo 2 (iii) del Reglamento CCI– donde se afirmaba la
competencia de un tribunal arbitral y se ordenaba a una parte abstenerse de adelantar

trámites arbitrales diferentes del ventilado ante el tribunal emisor del laudo en referencia.

Dijo esa alta Corporación:

(…) conforme a la Convención de Nueva York las ‘sentencias arbitrales’ son las que

materialmente ponen fin al proceso arbitral, definiendo las diferencias sometidas en

la respectiva demanda a composición judicial, pero no las que surgen del mismo procedimiento,

interpretación esta que también coincide, en subsidio de lo anterior, con

el alcance que de acuerdo a la legislación colombiana se le debe dar a la acepción

‘laudo arbitral’ (…)”.

(8) MANTILLA-SERRANO, Fernando, Ley de Arbitraje, Iustel, Madrid, 2005, p. 210.

(9) Siempre y cuando las partes no renuncien expresamente a la motivación, lo que está

permitido conforme a lo dispuesto por el artículo 56 de la L.A.

(10) FOUCHARD, GAILLARD, GOLDMAN, On International Commercial Arbitration, Emmanuel

GAILLARD y John SAVAGE (editors), Kluwer Law International, 1999, p. 736.

REVISTA PERUANA DE ARBITRAJE N° 9 73

LOS LAUDOS PARCIALES EN LA NUEVA LEY DE ARBITRAJE: CARACTERÍSTICAS Y EFECTOS

(11) UNITED NATIONS CONFERENCE ON TRADE AND DEVELOPMENT, Course on Dispute Settlement

-International Commercial Arbitration, 5.6. Making the Award and Termination

of Proceedings, Nueva York y Ginebra, 2003, p. 7. “The terminology in regard to the

categories of awards is not used consistently”.

(12) BARRAGÁN ARANGO, Luis Alfredo, El laudo arbitral, op. cit.; p. 663. “Legislaciones como

las de Inglaterra, Gales, Irlanda del Norte y España establecen que, salvo que las partes

pacten lo contrario, la controversia podrá ser resuelta mediante uno o varios laudos

separados”. FOUCHARD, GAILLARD, GOLDMAN, en: International Commercial Arbitration,

op. cit.; p. 741. “In the absence of an agreement between the parties on this matter,

the arbitrators are responsible for deciding whether it is appropriate to decide by way

of partial awards”.

(13) VÁRADY, Tibor; John J. BARCELÓ III y Arthur T. VON MEHREN; International Commercial

Arbitration, op. cit.; p. 508.

(14) REDFERN, Alan, Martín HUNTER, Nigel BLACKABY y Constantine PARTASIDES, Teoría y

Práctica del Arbitraje Comercial Internacional, op. cit.; p. 496.

(15) Ibídem; p. 521. “(…) se acostumbra reservar el término ‘laudo final’ para hacer referencia

a los laudos que ponen fin a la misión del tribunal arbitral”.

74 REVISTA PERUANA DE ARBITRAJE N° 9

FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY

(16) Ibídem; p. 508.


(17) FOUCHARD, GAILLARD, GOLDMAN, en: International Commercial Arbitration, op. cit.; p. 739.

(18) UNITED NATIONS CONFERENCE ON TRADE AND DEVELOPMENT, Course on Dispute Settlement

-International Commercial Arbitration, 5.6. Making the Award and Termination

of Proceedings, op. cit.; p. 7.

(19) Ibídem; p. 7.

(20) Ver artículos 52, 53, 55 y 56 de la L.A.

REVISTA PERUANA DE ARBITRAJE N° 9 75

LOS LAUDOS PARCIALES EN LA NUEVA LEY DE ARBITRAJE: CARACTERÍSTICAS Y EFECTOS

(21) UNITED NATIONS CONFERENCE ON TRADE AND DEVELOPMENT, Course on Dispute Settlement

-International Commercial Arbitration, 5.6. Making the Award and Termination

of Proceedings, op. cit.; p. 5.

(22) Ver artículo 48 de la L.A.

76 REVISTA PERUANA DE ARBITRAJE N° 9

FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY

(23) El fallo del Tribunal de Apelaciones del Séptimo Circuito Federal se ubica en XXV

Yearbook Commercial Arbitration, p. 1152. En cambio, en el caso Resort Condominiums

International Inc. (USA) v. Ray Bolwell and Resort Condominiums (Australasia)

Pty. Ltd. (Australia); la Corte Suprema de Queensland, Australia, se negó a aplicar

la Convención de Nueva York a un “laudo cautelar” dictado por un tribunal arbitral

con sede en los Estados Unidos, afirmando que dicha decisión no era en realidad un

laudo. Esta decisión se ubica en XX Yearbook Commercial Arbitration, p. 628.

(24) MANTILLA-SERRANO, Fernando, Ley de Arbitraje, op. cit.; p. 209.

REVISTA PERUANA DE ARBITRAJE N° 9 77

LOS LAUDOS PARCIALES EN LA NUEVA LEY DE ARBITRAJE: CARACTERÍSTICAS Y EFECTOS

(25) Leer también a: REDFERN, Alan, Martín HUNTER, Nigel BLACKABY y Constantine PARTASIDES,

Teoría y Práctica del Arbitraje Comercial Internacional, op. cit.; p. 523.

(26) Leer también a: UNITED NATIONS CONFERENCE ON TRADE AND DEVELOPMENT, Course

on Dispute Settlement -International Commercial Arbitration, 5.6. Making the Award

and Termination of Proceedings, op. cit.; p. 8.

(27) Ibídem; p. 10.

(28) Ibídem; p. 8

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