03-Mayo 1967 PDF

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1 N o 1 e E

Mensaje a los pueblos


del Tercer Mundo 5 Bertrand Russell

Confesiones para el Proceso 1OR. A. Stratton

Nuremberg y Viet Nam 17 Günthers Anders

Viet Nam:
campo de ensayo de la
guerra antiguerrilla 30 Bernard Couret
La estrategia
norteamericana en
Viet Nam 69 Boris Teplinsky

La economla y la defensa
en la República Democrática
de Viet Nam 86 L e Duan

Los cuatro puntos de


la República Democrática
de Viet Nam 103
Los cinco puntos del Frente
Ncicional de Liberaci6n de
Viet Nam del Sur 105

Los campesinos y la revoluci6n ~07 Hamza Alavi

. Problemas actuales de la
Revoluci6n nacional
en Africa y Asia 155 Ben Barka

El poder negro 165 Stokely Carmichae{


Conciencia de clase
y partido revolucionario 17 7 Mlchael Lowy

Notas sobre "¿Revoluci6n


en la Revoluci6n?" 195 Ra~hid
los autores 207
No. 4. Mayo de 1967. Año del Viet Nam Heroico
IMPRES O: FABRI C A 2 74 · 0 !5-00 • ECAG .
.La guerra en Viet Nam pas6, hace ya demasiado tiempo, de acontecimiento
regi'or:ial a problema mundial, al que confluyen los enfrentamientos princi-
pales de esta época. Allf un pueblo heroico, que combate por su liberaci6n
nacional, :rechaza al más poderoso ejército imperialista, demostrando que la
Revoluci6n es posible cuando los pueblos se deciden a ella. Allf, la aviaci6n
de EE. UU. bombardea salvajemente a un país socialista sin que se produzca
una crisis mundial entre imperialistas y socialistas. Sfntesis del heroísmo, la
barbarie y las miserias de nuestro tiempo, en Viet Nam se libra ·un encuentro
trascendental entre la reácci6n y la Revoluci6n.
El Comandante Turcios · defini6 la forma -más alta de solidaridad con
Viet Nam: la lucha a~timperi~lista en cada uno de los países oprimidos. Y el
Che Guevara, en su hist6rico mensaje a los pueblos del mundo a través de:
la Tricontinental: "¡C6mo podríamos mirar el futuro de luminoso y cercano,
si dos, tres, muchos Viet Nam florecieran en la superficie del globo!". En
Colombia, Venezuela, Bolivia y Guatemala también se lucha por Viet Nam.;
Pero aún en América, del Norte y Europa occidental las personas y organi-
zaciones verdaderamente progresistas se distinguen por su condenaci6n a la :
agresi6n imperialista a Viet Nam. Por eso puede coincidir el viejo fil6sofo
Bertrand Russell con los j6venes jefes guerrilleros al señalar la multiplicaci6n
de la rebeldía como la mejor cooperaci6n hacia Viet Nam.
Un número dedicado a los problemas revolucionarios de Asia está forzosa-
mente dominado por este tema. Hemos recogido un conjunto de artículos
de enfoque y objetivos variados, para ofrecer al lector más posibilidades de
profundizar su conocimiento de la heroica lucha del pueblo vietnamita. Otros
problemas asiáticos -la llamada revoluci6n cultural china, los sucesos de
Indonesia- han tenido que dejarse para una ocasi6n posterior.
Hemos dedicado la parte temática de nuestros tres primeros números a
problemas revolucionarios de América Latina, Africa y Asia. Pero de acuer-
do a los prop6sitos generales de la publicaci6n -explicados en la presen-
taci6n del primer número-, habrá siempre en Pensamiento crítico artículos
dedicados al mundo más inmediatamente nuestro, al mundo del subdesa-
rrollo y de la Revoluci6n antimperialista.
3
B-52 STRATOFORT
Peso máximo de despegue: 488,000 libras. Velocidad m&xima: 1,040
kms/hora. Radio de acc:i6n: (sin reabastecerse): 10,400 kms. Carga de
bombas: 40,000 libras. Diseñado como bombardero de gran radio
de acción, capaz de portar armas nucleares.
1 MENSAJE A LOS 1

111 PUEBLOS DEL


[E~R MUNDO

BERTRAND RUSSELL

Me dirijo a los pueblos de la América Latina, Asia y Africa. Ustedes sopor-


tan los sufrimientos resultantes de la explotación que ejercen los Estados
Unidos. The Hera:ld Tribune ha manifestado recientemente: «Es peligroso
para cualquier nación acaparar una parte tan enorme de las cosas buenas
del mundo como la que tiene este país. Este peligro sólo puede ser enfrentado
mediante el poder».
Esta afirmación ilustra el papel del capitalismo norteamericano. El 60%
de los recursos mundiales está controlado por los Esta<;los Unidos, que sólo
poseen el 6% de la población del globo.
The New York Times del 25 de setiembre de este año, indicaba la naturaleza
de ese poder en un artículo de su corresponsal militar, Hadson Baldwin,
titulado EI Pentágono defiende la utilización de armas químicobiológicas.
Baldwin escribía: «Hay pocas dudas de que si en Viet Nam no emplearan
esas armas aumentarían nuestras propias bajas, así como las del enemigo y
de la inocente población civil». Y continúa Baldwin expresando que desde
1960 se ha desarrollado en los E.U. una producción ilimitada de muchos
tipos de agentes químicos, entre ellos Jos gases nerviosos mortales, y los
modernos «incapacitadores benévolos» como el BZ que producen des-
crientación.
5
Mister Baldwin- ,es un apofogista del gas nervioso, dtdos venenos químicos
y las armas bacteriológicas. Su artículo expone trai;iquilariiente los planes
del gobierno norteamericano ' para el empieo de . productos químicos y
gérmenes como armas básicas en su campaña contrarrevolucionaria
mundial.
Los pueblos de la América Latina, Asia y Africa no deben forjarse ilusiones
sobre la política de los Estados Unidos . .El ¡;J'.tmulo ge' pruebas es tan grande
que me veo obligado a concluir que es necesario prepararse contra despia-
dadas guerras dé exterminio.
El gobierno de los Estados Unidos está decidido a mantener sin alimentos
al pueblo hambriento y sin medicinas a los enfermos, lo cual es una conse-
cuencia necesaria de su política, cuando surgen movimientos que procuran.
cambiar el orden social con vistas a la eliminación del hambre y la
enfermedad.
Los E.U. responden a esos movimientos con la fuerza bruta. El gobierno-
norteamericano no tiene otra alternativa, ya que de no recurrir a esos
procedimientos, la riqueza de los pueblos del Tercer Mundo escaparía del
control de los capitalistas estadounidenses.
En Viet Nam, los E.U. están usando virtualmente todo s.u poder, salvo la~.
armas atómicas, par~' aplaÚar . una revolución n~cio~al de tal heroicidad.
y bra~ura que la imaginación de~faUece ·ante 'el templ~ de .lós vietnámit;;ts. ·
Desde hace 20 meses los no~vietnamitas han sido bombardeados 'con apr9Xi-
madamehte un millón y medio,d~ kifos dé bombas por dfa. Estos bómbardeqs~
excederán a fin de año el tonelaje de bombas utilizado 'dur;;tnte la ' segun~a
guerra mundial en el teatro del Pacífico ,o el de la guer~a de Corea. ··Para
derrotar la lúcha guerrillera en Viet Nam del' Sur, los E.Ü han recurrido.
a campos de trabajo forzado y han' experimentado . con gases venenosos,
productos químicos, gases nerviosos, armas bacteriológicas y bombas de'
fragmentación.
Superficialmente, los E.U. controlan un enorme poder militar, pero el
análisis cuidadoso del mismo revela qué resultados puede alcanzar una .
resistencia decidida. El pueblo de Viet Nam es pobre y carece de industria
moderna. Cuando comenzó su lucha empleaba armas arcaicas, y debe
tenerse en cuenta que hay sólo 14 millones de survietnamitas. Al parecer
sería completamente imposible que un pequeño pueblo agrario pudiera .
desafiar a tan enorme potencia .ocupante como los E.U. No obstante·
durante 12 años, los E.U. no sólo no han podido suby.ugar a los survietna-
mitas, sino que las guerrillas controlan cuatro quintas partes del país_
6
Debe extraerse ,una lecc;ión fur,idamental del heroísmo .,vietnamita .. Espero
que su ejemplo sea. emulado.
Donde qµiera q~e sea posible resistir al imperialismo n.o rteamericano como
Jo .han he<;:ho los vietm1mitas, es necesario hacerlo, Es éste el único. modo
práctico de ayµdar al pueblo vietn<;mit'!- y de hacer ·avanzar los ideales por,
los que éste se ha sacrifi~ado tanto. La lección d.e .la lucha de Viet Nam
es aplicable en muchos lados: desde Angola, Guinea «portugue.sa» y Sur-
.áfrica, hasta Guatemala, Perú y Bolivia, sólo la lucha militante y la
resistencia acal;>arán con él dominio de los rapaces capitalistas que controla
Washington. El desarrollo de esta resisten.cía en el Tercer Mundp. permitirá
que el puebio n~rteamericano, a su .debid9 tiempo, ajuste cuentas con los
.capitalistas que degradan a su. país. ·
En Perú se han usado el napalm y los productos químicos desarr.ol.lados .en
Cor.e a y Viet Nam. En Irak, ese mismo. napalm, esos mismos gases, se
·emplean actualmente contra lo.s kurdos. .
El gobierno de los E.U., es de una evidencia absoluta. Considera la revolu-
ción vietnamita como parte de una re~olución mundial contra el hambre
y la enfermedad, por el socialismo y el bienestar h.umano. Los gobernantes
norteamericanos comprenden que no se puede~ encar~r las luchas en
términos nacionales. Los pueblos de la América Latina, Asia y Africa
pueden tener é'x ito, y lo lograrán; si traban cada resistencia aislada como
parte de una 11,icha global y si l'as luchas' populares' en Viet N am d.Angoia .
-son consideradas tan nuestras comó si los padecimientos y la resistencia
tuvie~an li.igar' eh nuestro propio suel~. · · ·
En Oé~ideni:e, será necesario emprender ' una actitud políiica . miliia,n te
.contra m.iestros 'gobernantes, pero esta actividad s61o aléanzanÍ. un .éx.ito
duradero si se identifica con la revolución del Tercer Mundo. Igualmente,
la resistencia de los pueblos opriihidós : ~Jcahzará más pronti mentida ~icto-
ria si logra d espertar un eco en el pueblo de los países metropolitanos. .
No puede pasarse poi alto otró asp.ecto' de ra resistencia al imperialismo. La
mera. expulsión de los ocupantes extranjeros no equivale a una victoria
completa ·tn la lucha ·por.·la >aµtonomía nacional y el socialismo. •El capi-.
talismo norteamericano en su fase ·imperialista .es implacable y continuará
<lañando, . mientras , pueda, a lqs regímenes populares. Muchos de tales
gobiernos del pueblo .han. intenta.do .<;lia logar con ~ l capitalismo. norteame-
ricano y se han forjado ilusiones al respecto. ·Pero esas ilusiones no impiden
que se arrojen productos químicos, napa:lm y bombas ' de fragmentación
sobre vietn·a mitas, peruanos o kurdos.
7
La violencia existente en el mundo es fundamentalmente la violencia del
explotador, que primero impone el hambre y la miseria y hace chocar a
los pueblos entre sí, y luego procura suprimir el descontento que la víctima
siente por el opresor. Esta línea de conducta es seguida inexorablemente,
por lo que, si la violencia inunda al planeta, la culpa recae en el capitalismo
norteamericano que la impone.
A las víctimas de la explotación no se les ofrece más alternativa que la
resistencia. La Gestapo hollaba pueblos débiles y procedía a exterminarlos.
Sólo los cínicos pueden considerar injustificada: la resistencia opuesta a la
Gestapo ·por las víctimas. Sólo los corrompidos podían aconsejar a los
judíos o gitanos de Europa que dialogaran con los nazis.
Para liberamos de la violencia norteamericana tendremos que resistir y
unir nuestras fuerzas en la lucha común. Los hechos del pasado muestran.
que esa lucha no ·puede respaldarse en ninguna gran potencia; sino que
tiene que surgir de la necesidad de ·1a experiencia cotidiana.
La respuesta efectiva al imperialismo es un Viet Nam en cada continente ..
Sólo enlonces, el último soldado norteamericano retornará a su patria y
el pueblo de los E.U. se volverá contra los gobernantes queJo utilizan tan
inmoralmente.
He convocado a un Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra, que
funcionará como · comision investigadora para establecer .la evidencia de
las acciones norteamericanas en Viet Nam. Este tribunal internacional no.
dispone de ejércitos ni de fue~a estatal alguna. Su aspiración es reflejar·
las opiniones e intereses de los pueblos oprimidos. Considero ese tribunal
como parte de la lucha para superar la opresión y la crueldad en el
mundo.
El Tribunal necesita vuestra solidaridad y apoyo.
Pido a todos que firmen declaraciones solidarias con el Tribunal y que
realicen actos contra los crímenes de guerra de Viet Nam.
La justicia que surge de los derechos del pueblo oprimido será más duradera
que· las estratagemas de todos los tribunales que recurren a argucias legales
para perseguir a los revolucionarios y a los defensores del pueblo. El Tribu-
nal Internacional de Crímenes de Guerra desprecia la justicia de los
fuertes. Es 'una· réplica a quienes han ensalzado a la opresión y la injusticia ..
en el mundo entero.

«Marcha», Montevideo.
8
REPUBLIC F~I 05 THUNDERCHIEF
Peso máximo de despegue: 48,000 libras. Velocidad máxima: 2.5
Mach (2.5 veces la. velocidad del sonido). Radio de acci6n: (sin reabas-
tecerse) 3,220 kms. Carga de bombas: 4 toneladas. Este modelo es
el caza monomotor más grande del mundo. Ha sido utilizado contra
.objetivo en Viet Nam del Norte hasta las fronteras de la República
Popular China-, atacando puentes, vías férreas, enclaves militares y
otros objetivos.
Confesiones
para el proceso
R. A. STRATTON

Yo soy . Richard Allen Stratton, teniente comandante de la Marina de


Guerra de los Estados Unidos, adscripto a la flotilla aérea Va-1-9-2; 0

transport¡lda a bordo del portaviones norteamericano No. 19, «Ticonderoga»


Lo que sigue son declaraciones sobre los crímenes que he cometido contra
la República Democrática de Viet Nam durante noviembre y diciembre
de 1966.
El «Ticonderoga» llegó al golfo de Tonking el 14 de noviembre de 1966,
Sentí dejar a mi faínilia a sabiendas de la dirección que la guerra iba
tomando y, seguro de que la mayoría de la gente, allá en casa, no sabía o
no le importaba lo que estaba pasando en Viet Nam. La política de los
Estados Unidos parecía ser una sucesión de errores heredados de los gobier-
nos anteriores y aumeptados por los gobiernos sucesivos. La ignorancia
general en relación con Viet Nam era l.m hecho cierto, y yo no era la
excepción. La primera misión, el 14 de noviembre -mi primera en com-
bate-"-, .fue contra una zona densamente poblada. El objetivo fue deter-
minado por el oficial de inteligencia de la escuadrilla aérea, teniente Junio
Gray O'Farrill, y había sido considerado de la más alta prioridad política,
porque había que hacer que la gente sintiera por sí misma, en Viet Nam,
la presión y la realidad de la guerra.


Se trataba de un vuelo de 4.aparatos, todos' del tipo A-4. Los dos primeros
llevarían .bombas CBU; dos de ellas, y 2 más de fragmentación de 500
libras. Los otros· dos aparatos cargarían tanques ·de .napalm y 2 bombas de
fragmentación de 500 libras. El ataque se llevaría a cabo· en dos secciones:
trepando a 5,000 pies sobre la ciudad y picando a través de eUa de este a
oeste.
Las CBU y el napalm serían u,sados contra la gente no guarecida. Una
segunda barrida de oeste a este con las bombas de fragmentación, .se._dirigi-
ría contra las 'áreas protegidas y terminaría fa labor comenzada por e\
napalm. Yo dirigí el vuelo y lo llevé en la forma proyectada. La hora, 10
a ..m., fue la elegida con el fin de poder alcanzar a la mayor cantidad posi-
ble de gente ..El tiempo era bue~o y no hubo dificultad alguna para .encon-
trar el objetivo.
El primer pase con la CBU y el napalm agarr6 a . la gente corriendo para
cubrirse. Cuand.o volvimos -pai;a el segundo ataque, p~dimos ver: a la gente
que yacía en ei sue~o o corriendo a través de ,las llamas. En .est;i ocasión,
fotografiamos los da~os causados que fueron comprobados después. .No
había en lo absoluto~ en las vis~, zona . militar alguna µi industria de
significación en el área bombardeada. Era obviamen,e, una zona resjdencial,
como quedó comprobadó al chequear las fotos y el objeti"'.o señalado, que
coincidían. No había duda . de que éste había .sido el objetivo indicado.
Estábamos disgustados. .
Durante este mismo período fuimos en otra misión similar a una pequeña
aldea situada alrededor de 30 millas al norte del DMC. Este sería otro
vuelo de 4 aparatos, 2 llevarían rockets c;le 2.75 puigadas y- · las CBU; los
y
otros dos llevarían también cohetes iguales napálm. El área seieccionada
permitíá atrapar a la mayoría de la gente en un solo lugar. El ataque 'podía
ser hecho en forma abierta, puesto que virtualmente no habría oposición
de fu.ego antiaéreo. Yo dirigí el vuelo, y me costó un · poco de trabajo
identificar el objetivo debido a la luz crepuscular.
La primera sección pasó a través dejando caer las CBU. La segunda sección
soltaría las bombas, y regresaría sobre el' blanco con ·el napalm y 'con fuego
de ametralladoras, después que la primera sección disparara sus cohetes;
En el área no podíamos distinguir, sino las sombras corriendo sobre el
terreno con la cortina de llamas como telón de fondo.
El 22 de noviembre fuimos . a .golpear Nan Ding; y toda vez que habíamos
perdido mucho tiempo en la zona costera del sur, O'Farrill explicó que
la guerra debía ser llevada más al norte.
11
Este fue un vuelo de 6 aparatos, 2 F-8 y 4 A-4. Los F -8 cargarían dos
bombas de fragmentación de 500 libras, 2 cohetes y municiones para 20
kilómetros. Los dos primeros A-4 llevarían 2 CBU y dos más de fragmen-
tación de 500 libras, y los otros dos, dos tanques de napalm y dos bombas
de fragmentación de 500. .
Los F -8 barrerían primero, entregando sus cohetes y bombas, y treparían
a una posición al norte de la ciudad para proteger a los demás, en caso de
un ataque de los Migs, con sus municiones restantes. Los A-4 bajarían del
sol, en dirección del Este, ya que el ataque sería a las 10 de la mañana
para poder atrapar al máximo la población. Las CBU y el napalm serían
lo primero, y las bombas de fragmentación se utilizarían en el segundo
pase de regreso, para regar el fuego y golpear los lugares protegidos.
Una vez a bordo, el responsable de mi ala, Junio Gray, declaró que era un
objetivo inútil, sin sentido, y vi que trajo sus bombas de fragmentación de
regreso. El comandante de la escuadrilla esta\lleció la política de que
cualquiera que regresara con sus bombas al portaaviones sería sometido a
Corte marcial. Posteriormente, las fotos mostraron que el teniente Junio
Gray Parks· tenía razón, había sido un objetivo inútil, estrictamente una
ancha área de casas, chozas y bajareques.
SI 2 de diciembre estaba señalado para un golpe en los suburbios de Hanoi.
E~ área partía del centro de la ciudad hasta 10 millas al sur, y era también
un área de casas, chozas, bajareques y · pagodas. El comandante de la
flotilla, comandante Phillips, dijo que ésta era una misión importante en
extremo, necesaria para que la gente de Hanoi supiera que no eran inmunes
a los efectos de la guerra. También en un sentido más amplio, la misión
era para mostrar lo que. podía ser hecho y probar sus reacciones.
Yo tomé parte en ef raid sobre Hanoi del 2 de diciembre de 1966. Al
mando, además del comandante Phillips, estaba el comandante Athaway,
oficial comandante de la A-1.-9-5; Cmdte. Fellows, oficial de operaciones
del ala; Cmdte. Hill, oficial comandante anterior de la A-1-9-2; Cmdte.
Moore, oficial ejecutivo de la A-1-9-2; Tte. Cmdte. Stoshion, oficial de
operaciones de la A-1-9-2, y alrededor de otros 30 oficiales más.
La operación .comenzó alrededor de dos horas y media antes del despegue.
El obj~tivo sería el lado sur de Hanoi y un área del centro de la ciudad,
extendida 10 millas al sur. El mejor personal fue escogido para infligir el
mayor daño a la población y a ese objeto se seleccionó la mejor hora
del día.
12
La operación requeriría 4 aparatos del tipo F-8 con dos bombas de frag-
mentación de 500 libras Y· 4 rockets de 5 pulgadas; 4 aparatos A-4 con
4 CBU cada uno; 4 A-4 con dos tanques de napalm cada uno; 4 A-4 con
8 bombas de fragmentación de 500 libras cada uno; 3 A-4 como protección
con suficiente armamento ca.da uno; 3 .A-4 con 2 cohetes de tipo cbulb-
pops>; 6 F -8 con 2 cohetes «sky-lynder> cada. uno. Todas las máquina!
llevarían municiones para 20 kilómetros.
La táctica sería cruzar la ciudad de Oeste a Este picando desde el Norte,
de modo de cubrir toda el área sur de la ciudad saliendo de las sombras.
Los F-8 con sus cohetes y rockets atacarían fijamente en su dirección de
vuelo, dejando caer sus proyectiles, lo que fue dirigido por el Cmdte.
Phillips. El Cmdte. Hill dirige el segundo grupo de 8 aparatos A-4 y yo
dirijo el tercer grupo de 8 A-4. Tuvimos que hacer oposición al fuego de
tierra, para lo cual no atacamos conjtintamente sino en grupos.
Yo estaba horrorizado de la densidad de edificios y población del objetivo.
Las bombas llovieron sobre toda la parte sur de la ciudad. Durante el
recuento posterior, el Cmdte. Phillips anunció que no habia sido suficiente-
mente golpeado el objetivo, y que _tendríamos que regresar de nuevo al
mismo, mientras hubiera tiempo.
Esa aseveración era el producto de su propia observación sobre los resul-
tados mientras volaba. Privadamente, la mayoría de los pilotos estaban
atónitos de la naturaleza patífica del objetivo. El teniente Junio Gray Parks
de la A-1-9-2, declaró que él, no volvería a uno de esos raids sobre la
ciudad, que él había venido a pelear a 'una guerra militar y no a una
guerra contra cíviles.
Este ataque era una prueba de la política establecida, de aplicar castigo
directamente sobre la gente de Viet Nam, y yo, no solamente no tuve el
coraje de negarme a ir en la misión, sino que m siquiera hablé contra la
misma. Hoy me siento avergonzado de haber sido tan cobarde.
El 14 de diciembre del '66 la escuadrilla fue avisada para repetir el ataque
sobre Hanoi. El Comdte Phillips aclaró que del raid del 2 de diciembre no
se había hablado mucho, y que la importancia de la misión radicaba en
cumplir ·1a política de Washington de traer la guerra a los hogares de los
propios vietnamitas. Ellos esperaban con esto que la gente sintiera la presión
del Gobierno para aceptar la situación comprometida de Viet Nam del Sur.
Todo permanecía virtualm~nte como para el 2 de diciembre.
Este ataque lo efectuaron también 4 F -8 con dos bombas de fragmentación
de 500 libras y 4 rockets de 5 pulgadas; 4 A-4 con 4 CBU cada uno; 4 A-4
13
con dos nuevos tanques de napalm cada uno; 4 A-4 con 8 bombas de frag-
mentación de 500 libras cada uno; 3 A-4 con 4 cohetes dirigidos cada uno;
3 A-4, con dos ; cohetes del tipo bulb-pops cada uno;. 6 F-8 con 2 cohetes
sky-linders cada uno, y todos los aparatos con municiones para .20
kilómetr~.
·yo tomé parte·en este ataque. Presentes en el puesto de operaeiones esta,
han: el Cmdte. Phillips, el Cmdte. Me. Kiiler, Cmdte; Hathaway, Cmdte.
Chessman, Cmdte. Fellows, Cmdte. Moore, ·Tte. Cmdte. Stoshion de la
A-1-9-2, Tte. Junio Gray Eddy; Tte. Junio Gray Johns, ambos de la
A-1-9-2 y alrededor de otros 30 pilotos.
El Tte. A.J.G. Parks se paró, y dijo que él no participaría en el ataque para
matar mujeres y niños. Fue retirado y se le ordenó que reportara a su oficial
superior.
La táctica en esta ocasión era cruzar de oeste a este el sur de· la ciudad,
girar al norte y r.egresar de este a oeste, para cubrir. totalmente la parte
sur de la ciudad, en un área de 10 millas a partir del centro. El ataque
se realizaría en · forma perpendicular al del 2 de diciembre, pero para
cubrir la misma área sin especificar objetivos: el blanco era el área en
general. Los F-8 y los A-4 utilizarían sus rockets y cohetes en forma selec-
cionada sobre los blancos del objetivo.
A nuestro regreso se declaró que el ataque había sido un éxito completo;
y entendimos por «completo> que no había que repetir el ataque de nuevo.
Fue una semana después cuando comprendimos lo que el Comando aéreo
quiso decir con «exitoso>. Numerosos periódicos y revistas se refirieron al
hecho de que los vietnamitas habían recibido el impacto de la guerra y
que todo el mundo había tomado nota de lo que había sucedido. Si éste
fue el propósito de la misión, como ellos nos dijeron, .entonces sí fue un
éxito.
En privado, los pilotos estaban disgustados por su participación en los
raids; pero no muchos se atrevieron a actuar como el Tte. Parks. El Tte.
Cmdte. Stoshon dijo que si podía encontrar un pretexto se retiraría pronto,
y yo mismo estaba aún estupefacto, toda vez que había visto, por dos veces,
lo que hacíamos con gente inocente, y no había tenido el coraje de hacer
algo, ni siquiera de decirlo.
Los pilotos estaban preparando informes dirigidos al Gobierno americano
en la persona del Responsa~le de comunicaciones del Departamento de
Estado, y al mismo presidente Johnson, acerca de los ataques a Hanoi,
que no constituyeron un ataque a objetivos militares, sino a poblaciones
14
civiles, y que los golpes a Hanoi habían sido realizados con el conocimiento
del Gobierno y la aprobación del Presidente. Nosotros ha}Jíamos yolado
en estas misiones y sabíamos que habíamos atacado blancos civiles y n~
objetivos militares. Sabíamos que habíamos golpeado a Hanoi mientras el
Gobierno lo negaba afirmando que se atacaban objetivos militares. Nos:-
otros sabíamos que esos informes del Gobierno americano eran obviamente
falsos.
Fui derribado el 5 de enero de 196.7 mientras conducía un vuelo de explora-
ción al norte de Hong Mei; inmediatamente fui capturado y arrestado por
Jos vietnamitas. Desde mi captura se me permitió poder apreciar los daños
causados por nuestros criminales ataques a Viet Nam, tanto a las personas
como los daños físicos; y así he p~do _comprobar cómo ·1a . política dei
Gobierno norteamericafi'o ha causacio, díiños a mucha gente inocente que
nunca agredió a la gent~ de los Estados Uni~.
Estoy consciente de mi crimen y lamento haberlo cometido; les pido a la
gente de la República Democrática de Viet Nam que me perdonen el crime~
cometido contra ellos. Les pido que me concedan la vida y continúen . su
trato humano para conmigo.

Marzo 4 de 1967.

Grabación enviada pot' corresponsal de Prensa Latina en Viet Nam.

15
MCDONNEL F-4 PHANTOM 11
Peso máximo de despegue: 40,000 lbs. Velocidad máxima: 2.5 Macht
(más de 2.5 la velocidad del sonido). Radio de acci6n (sin reabaste-
cerse): 3,220 kms. Carga de bombas: ,gelatina incendiaria, cohete~
· y proyectiles Bullpup: más de 12 ,000 libras. Este modelo es utilizado
por la Marina de Guerra , la Infantería de Marina y la Fuerza Aérea
de los Estados Unidos.
NUREMBERG
y VIET NAM
---GÜNTHERS ANDERS - - -

el.a mayoría de ustedes sabrán lo que significa ver cien cadáveres cubriendo
el suelo, o quinientos, o mil. Pasar por esta prueba. • • y mantenerse, no
obstante, impasible es lo que nos ha endurecido. Es una página de gloria
en nuestra historia que _no ha sido escrita jamás y que nadie puede escribin.
(Heinrich Himmkr en un discurso a los jefes SS, pronunciado en Posen el
4 de octubre de 1943).

cQuisiera verlos (a los estudiantes norteamericanos) mostrando por el siste-


ma político de los Estados Unidos, el mismo fanatismo que el de los jóvenes
nazis por su régimen durante la guerra>.
(Presidente Johnson, discurso a los estudiantes norteamericanos, New York
Times, 6 de febrero de 1965.

LAS LEYES DE NUREMBERG SE


CO~VIERTEN EN PARTE INTEGRANTE
DE LA LEY NORTEAMERICANA ••• PERO SOLAMENTE EN TEORÍA YA QUE:

8 de agosto de 1945: Los Estados cUno de los métodos más atroces de


Unidos, Gran Brewña, Francia y tortura empleados por las tropas gu-
Unión Soviética," concluyen un acuer- bernamentales es la electrocución par-
17
do para la creacwn de un tribunal cial o 'fritura', según el término uti-
internacional •en Nuremberg. Este lizado por un consejero norteameri-
tendrá por objeto juzgar de una cano. Hemos asistido en una ocasión
manera rápida e imparcial y conde- al empleo de esta forma .de tortura.
nar .a los principales criminales de Se ligan dos hilos a los pulgares de
guerra de las naciones europeas del un prisioneto Viet Cong. En el otro
Eje. El artículo . 6 de la Carta del . extremo dé . lo~ · hilos se encuer.tra
Tribunal de Nuremberg declara: un generador de campaña accionado
«.• .los actos siguientes o uno de ellos por ~ ~oldado vietnamita. El apa-
constituyen crímenes que; caen bajo rato produce una corriente eléctrica
la jurisdicción del Tribunal y entra- que quema y conmociona al prisio-
ñan responsabilidad individuOI: ' nero>.

(Beverly Deepe, New York Herald


Tribune, 25 de abril de 1965).

a) Crímenes contra la paz, es decir,


/.a preparacwn, el desencadenamiento
o la prosecución de una guerra de
<,igresión o de una guerra que viola
ios' tratados , i~ter~ionq],e$, la ·parti-
ciPac:ión en •un plan o eri un complot
que tiende az cumpUmi,ento de los
'actos que preceden. .

b) Crímenes de guerra; es decir la cA las 12 horas arribó u.n helicóp-


viol.acwn de las leyes y costumbres tero, y el marine que se encontraba
de la guerra. Estas violacwnes co~ · bajo la carpa con el torso desnudo
prenderán, sin que la lista sea limi- anunció que iba a Da Nang.. . Un
tativa: el asesinato, las sevicias, la joven artillero pelirrojo sentado en
deportación, para el trabajo forzado la parte delantera masticaba un biz-
o con cualquier otro objetivo, de la cocho de chocolate de una caja de
poblacWn civü desde o en los terri- raciones. Con un puntapié apartó un
tori.os ocupados, el asesinato o malos rollo de alambre de hierro. "Venimos
tratos a los prisioneros de guerra a de escoltar Nuongs, se ve por este
bordo de los navíos, la masacre de alambre". -"¿Cómo es eso?'' le pre-
rehenes, e/, pillaje de la propiedad guntamos. Los Nuongs son mercena-
pública, el bombardeo de las ciuda- rios chinos de Formosa... "Ellos ne-
18
des o pueb'los, las destruccwnes no
0
cesitan siempre · alambre· de ··hierro
justificadas par necesidades miUtares. para los prisioneros", dice el mucha-.
cho; "¿Usted no ·sabe?" Ellos ·atra-
c) Los crímenes contra ·la humani- pan a un Viet · Cong y le hacen
dad, es decir los asesinatos, el exter· poner las manos contra las mejillas
minw, la esclavización, ~ deporta- y después hacen pasar el alambre por
ción y toflos los actos inhumanos per· la otra mejilla y la otra mano. En-
petrados contra. t.oda pobl,ación civiJ. rollan los dos extremos en .garrotes.
antes· o durante la guerra, las perse. ¿No los ha visto nunca con los pri-
cuciones por motivos políticos, raci.a- sioneros? Hay que ver cómo se man-
les o religi,osos, en ejecución o en tienen tranquilos en el helicóptero
ligazón con los crímenes que caen cuando se los empaqueta asi>.
bajo la .juri&dicción'del Tribunal, ha-
yan sido ejecutados o no con. viola- {/immy Breslin, New York Herald
ción de la ley interior del país en Tribune, 29 de setiembre de 1965).
que han sido cometidos.

Los je/es, organizadores, instigadores


y cómplices participantes en .la for- ,
mulación o ejecución de un plan co·
mún o de un complot para cometer
algunos de los crímenes arriba men-
cionados son ·responsables de todos
los actos cometidos por toda persona
en la ejecución de dicho plan,

«.. •la esencia misma de la Carta es «Se lanzan contra las sienes medias
que los individuos tienen deberes in- de seda llenas de arena y se ligan
ternacionales que trascienden las obli- los hombres ·á ].Qs generadores eléc-
gaciones 'nacionales de obediencia im· triCos de los Q. G. militares>.
puestas por cada Estado>.
(Sunday Mirror, Londres, 4 de abrü
de 1965).

11 de diciembre de 1945: A pro· «Otro sistema utilizado corrientemen-


puesta de los Estados U nidos, la te para obligar a hablar a los prisio-
Carta y el Juicio del Tribunal de neros consiste en arrancar las uñas o
NurfJmberg y sus principios de de- en cortar delante de los mismos, los
'19
recho internacional son reafirmados dedos, -orejas u órganos sexuales de
por unanimidad por la Resolución otro prisionero>.
(2) (95) de la Asamblea Genera/,
de las N<,1Ciones Unülas. ( Beverly Deepe, New York Herald
Tribune, 25 de abril de 1965).

cla ley internacional es parte inte- cSi usted comienza a preocuparse por
g-tante de nuestra ley.. ·> el a8esinato de mujeres y nmos, ~
volverá loco ~n menos de una se-
( Deci&ión de la Corte Suprema 1957). mana>.

(Un pib>to americano al London


Daily Mail, 28 de junio de 1965).

11

Los NORTEAMERICANOS SE ACUERDAN


»E LA CARTA DE NuaEMBERc PORQu-E LA VIOLAN EN VIET NAM

Hacia fines de 1961, David Henry cSobre la alta meseta del centro de
Mitchell, de 18 años Je. edad, a/,umno Viet Nam, donde la pérdida de la~
de la Brown. Universily, residente en cosechas puede ocasionar la ham-
New Canaan, Con.necticut, recibió un bruna para los guerrilleros... . los
cuestionario de la oficina local de aviones norteamerit:anos han sido uti-
reclutamiento. Dos me&es más tarde . lizados para lanzar productos quí-
MitcheU e~vió a esa oficina una carta micos capaces de destruir las hojas
por la cual rechazaba la conscripción. de los árboles y de los arbustos so-
En el curso de los dos años si,guien- bre la ruta del cabo Saint-Jacques.
tes el joven recibió muchas llamadas Dos semanas más tarde las hojas de-
al orden r resp0ndió cada vez que no bían comenzar a caer, privando así
Podía aceptar la conscripción. a los combatientes de la cobertura
indispensable para sus emboscadas.
Los observadores aéreos informaron
que los árboles cambiaron de co-
lor. . . Un granjero .se quejó a las
autoridades norteamericanas de que
20
el producto químico destruía sus plan-
taciones de heveas>.

(Homer Bigart, New York Times, 24


de enero de 1962).

cEl 18 de mayo de 1964, MitcheU cNosotros proveemos un explosivo a


recibe Ullfl hoja de ruta, apremiá• hase de fósforo, empleado tanto por
dolo a presentarse para su ilicorpora.. la artilleña como por los cazahom-
ción. el 10 de jun.io de 1964. En harderos, · que explota formando una
lugar de obedecer escribe a las au- nube blanca que quema todo lo que
toridades: cSé perfect.amente quepo- toca>.
dría en.oontrar la man.era de sustraer~
me a la conscripción, pero eso no me (Despacho de la Associated Press,
interesq. No tengo como Qb jetivo el Saigón, 21 de marzo de 1964).
dejarme englobar sin resisten.cía de•
tro del sistema de in.corporaci.ón, sino
el de oponerme a ese sistema... No
me opongo porque me parezca per·
judicial en lo que a mí con.cierne . ••
sino porque amenaza la Paz y la SU•
perviven.cia del mundo. El servicw
selectivo es en estl! caso el responsa·
ble del mal, como lo muesira el m·i-
litarismo americano en el mun.do en-
tero .. . Me ·n.iego a cooperar de cual·
quier manera que sea . .. >

El 25 de septiembre, 10 de noviem- «Teóricamente las aldeas fortifica·


bre r 14 de diciembre de 1964 la das deben permitir qÚe se impidan
oficina envió nuevas convocatorias las infiltraciones Viet Cong, pero las
a Mitchell, que no las tomó en cuenta. alambradas prohiben a ·la vez la en-
trada y la salida. Bajo la amenaza
del fusil se . obliga a los campesinos
vietnamitas a ·penetrar en esa es-
pecie de campos ae concentración.
Sus casas, sus cosechas, sus bienes,
son quem~dos. En la provincia de
21
Kien-Tuong, siete aldeanos fueron
conducidos a la plaza. Se les abrió
el estómago y arrancó el hígado, ex-
hibiéndolo. Estas víctimas eran mu-
jeres y niños. En otro pueblo una
docena de madres fueron decapitadas
ante los ojos de sus compatriotas .
.En otra, ·mujeres encinta fueron .con-
vocadás ·.a la plaza por las fuerzas
gubernamentales bajo el pretexto de
rendirles honores. Allí se les abrió
el vientre a . fin de extraerles los
bebés por nacen.

(Dallas Morning News, lro. de enero


de 1963).

<Rechazo cooperar con mi gobierno, cQuisiera verlos (a los estudiantes


no tan.to como pacifist,a o porque me norteamericanos) mostrando por el
sient,a separado del mundo sino, por sistema político de los Estados Uni-
el contrario, porque sus problemas dos, el mismo fanatismo que el de
me atañen directamente, por lo que los jóvenes nazis por su régimen du-
condeno ·a los Estmlos Unidos por rante la guerra>.
los crímenes cometidos contra la paz
y la humanidad. Rehuso participar (Discurso del presidente /ohnson a
en toda invasión o b!oqueo a Corea, los estldwntes norteamericanos, New
.Cuba, Viet Nam, o contribuir a la York Times, 6 de febrero de 1965r
amenaza nuclear que hacemos pesar
aobre·el mundo>.

(pavid Mitchell, 10 de junio de <Se ha formado una nueva genera-


1964). ción de norteamericanos, que desco-
nocemos en su mayor parte, y a la
cual es hora de que nos habituemos.
Los jóvenes de 18 a 19 años, llama-
dos elegantemente los tránsfugas del
liceo, tienen· nervios de acero y es-
tán muy bien provistos de eso que
22
los luchadores designan con el nom-
bre de 'instinto de asesino'. Estos
muchachos parecen eneantados de
'rómper' al Vieb.

(Warren Rogers, New York Journal


American, 16 de septiembfé ,ile 196SJ.

El 14 de junio de 1965 Mitchell fi.te «En una provincia del Delta una mu-
acusado. El se declaró no culpable jer' tenía · los dós brazos · quemad<>S
y exigió comparecer ante un Jurado. por el napalm, así como · los párpa-
dos, "hasta el punto de que no puede
yil cerrarlos.
Cuan~o _llega la hora de dormjr, los
suyos le ponen ~na sibana ·sobre la
cabeza. Dos de sus hijos fueron muer-
·tOl! _en. el cu!so del. bombardeQ .aéreo
en que,_ ~a. misma fue ,.!í~rida . en el
mes . de abril y ha visto m1,nir a
otros cinco niños. Ella declaró . sin
pasión a un .nQrtellJ!Ulrical\o .q~e~~~so~
hre todo , ~ muertQs)o~- l\iño1vp911-
qrn: . Venen_- me~os experie~_cia .: y no
saben. -tenderslf . al abrigo de los di.-
q~es de los a;roz~les" >· -

(Charles Mohr, New York Times, 5


de septiembre de 1965).

El proceso de David Mitchel! se de- El Juez trató los argumentos invoca-


sarrolló del 13 al 15 de septiembre dos por ;Mitchell de «boberías> y
de 1965; el joven argumentó en su habló de _.«Subversió~ . dege~·erante~;
defensa que la Carta y el Proceso declaró que las leyes de Nuremberg
de Nuremberg habían mostrado in- no tenían «SU lugar> en un proceso
equívocamente que el individuo está semejante. Mitchell fue condenado a
sometido a leyes y a una responsabi- cinco años de prisión y a 5,000 dó-
lidad internacional cualquiera sea el lares de multa.
orden y las leyes de su país.
23
111

¿QUÉ ES LO QUE ESTÁ FUERA DE


LUGAR? ¿EL RAZONAMIENTO DEL JUEZ
JACKSON? ••• ¿0 LOS SERES HUMANOS?

11.No se debe juzgar a tin hombre si c:En una ocasión dos prisioneros Viet
no se está preparado a escuchar todo Cong fueron interrogados a bordo de
lo que él tiene que decir en su de· un avión en vuelo hacia Saigón. Ha-
fensa, r a permitirle obtener el tes- biéndose negado el primero a res-
timonio ajerw.,, ponder, se le arrojó fuera del avión
a mil nietros de altura.
(Discurso de Jackson, juez de la
Corte Suprema ante la Sociedad Ame- ( Beverly Deepe, New York Herald
ricana de Derecho Internacional). Tribune, 25 de abril de 1965).

¿DÓNDE ESTÁ LA DEGENERACIÓN? ¿EN


LAS REFLEXIONES DE MITCHELL? ••• ¿ 0 EN LAS OPERACIONES DE LOS
c:MARINES>?

cMillones de hombres encuentran más c:Los marines pusieron fuego a las


fácil aceptar la conscripción, más fá· cosechas e incendiaron o dinamitaron
cil aceptar la guerra nuclear e incluso las viviendas, en el curso de una ope-
más fácil aceptar la muerte que aca- ración de tierra arrasada:..
rrearse disgustos en el plano polí-
tico>. (Herald Tríbune, 23 de mayo de
1965).
(D. Mitchell).

¿ CuÁLES soN LAS <BOBERÍAS>? ;, LAs


DECLARACIONES DE MITCHELL?. , • Ü LA SUERTE DE LOS BEBÉS

«Ciertamente, yo no hubiera acepta- 1 <¿Puede imaginarse desamparo más


do jamás trabajar en un carnpo de grande que el de los padres que asis-
concentración nazi, ni en las oficinas ten a la agonía de los niñitos asfixia-
o montando guardia, con el pretexto dos por los gases vomitivos disemi-
24
de que 1W tendría que ocuparme de nados por orden de nuestros ·jefes
los hornos o de las cámaras de gas>. militares? Los más débiles, jóvenes
y viejos, son incapaces de soportar
(D. Mitchell). el shock provocado por ·esta arma
'humana'. Ellos se retuercen en con-
vulsiones horribles hasta que sus es-
casas fuerzas se agotan, se vuelven
azules, ennegrecen y mueren.

(Davúl Hilding, doctor en Medicina,


profesor en l.a Facultad de Medicina
de Yale, 26 de marzo de 1965, citado
par el New York Times).

IV

El juicio fue invalidado en apelación y el proceso remitido a un nuevo juez.


La sentencia declaró también que Mitchell tenía derecho a escoger su sis-
tema <le defensa:' se podía hacer intervenir a Nuremherg.

¿UN SOLO MITCHELL?

~ Mamá, he sido forzado a matar a una mujer y a un bebé. Estábamos revi-


8ando los muertos Viet Cong cuando la mujer del -que yo examinaba salió
corriendo de una gruta ... Tiré sobre ella. Mí fusil es automático, así, antes
de haber podido reaccionar, había tirado seis veces. Cuatro halas la alcan-
zaron, las otras fueron a rebotar sobre la pared rocosa y dieron en el bebé.
Me sentí literalmente enfermo. El bebé podía tener dos meses. Juro ante
Dios que este país es peor que el infierno. ¿Por qué .me obligan a matar
mujeres y niños?>
(Cabo Ronnie Wilson, 20 años, del cuerpo de Marines, en una carta a su
madre).

ÜTRO JUEZ DECLARA QUE LAS LEYES DE NUREMBERC


NO SE APLICAN EN ESTE CASO

El segundo proceso comenzó el 15 de marzo de 1966. Terminó el 16. Si


hien el juez aceptó las referencias a Nuremberg y estuvo de acuerdo en
25
P,J:.egunt!lr ,_!l,.los futu~os jura~os si tendrí!Jn un _pre1u1c1? qei;favorable hacia
a,q~éIIQ5 que . ~~ ap()yaran en la ley .de Nuremberg, . se negó a escuchar. los
t~sti~o:11ios o la,ii_pruebas aportadas por los testigos y rehusó aplicar la
propia ley de..Nuremberg como 'inadmisible'.

¿ lNADMISIBI,.E? EN APARIENCIA

«Los combatientes Viet Cong estárt cEl gobierno considera los hospita-
protegidos · por la · convención de (;;; les Viet Cong como blancos para los
nebra al igual que los G. l. norte- -ataques por tierra y por aire. Si los
ainericános. Hubieran debido elevar~ jefes vietnamitas ordenan un raid
se·protestas vehementes contra las vio• aéreo contra un centro médico los
laciones de la convención de Gine- aviones lo bombardean incluso cuan-
bra cuando fueron abatidos los pri,.. do los norteamericanos están allí.
meros prisioneros Viet Cong, cuando Como se · le preguntara si los norte-
fueron torturados, cuando el ejército americanos aprobaban oficialmente
norteamericano comenzó. a destruir esos ataques, un portavoz de los Es-
/,os hospitales y a imPedir el arribo tados Unidos respondió: "No hay una
de medicamentos>. política bien defini¡la en lo que con-
cierne al Viet Nam". "A rrienudo,
(Hans Henle, ex jefe del servicio de aparatos de las fuerzas aéreas viet-
infor~ación del Comité Internacio- namitas son piloteados por norte-
nal de · la Cruz Roja en Ginebra, americanos".
New York Times, edfoión internacio-
nal solamente, ·· 14 de octubre de (New York Times, 25 de jtdio de
1965). 1962).
cEn mi carooler de investigador cien- cLos prisioneros son a menudo cas-
tífico y padre de cinco hijos, dep!oro. . trados o cegado5. En numerosos ca-
la .perversión de la técnica que per- sos un Viet Cong sospechoso ha sido
mite l_lUe el ejército se sirva de un a·rrastrado, después de su interroga-
pueblo prácticamente indef1mso como torio, tras un carro blindado en me-
de un UiboratoriO donde se ensayan di~ d.e los ar~ozales. Esto Üe~e siem-
armas contra la insurrección. En pre como resultado una de las muer-
esencia este acto no difiere apenas tes más penosas que existen>.
de los cometiilos .por los médicos na-
zis dedicados a experiencias con las (The New York Face of War, Mal"'
<f,esdichadas víctimas d~ los campos colm Bobs-Merrill Co. 1965).
de concentración. Si continuamos, M
26
sólo perderemos nuestra almá., sino
igualmente el mundo, ra que nos es
imposible defender ·prfncipws si esta-
mos totalmente desprovistos de ello&>.

(Dr. Tom Stonier, físico ·nuclear,


New York Times, 25 de marzo de
1965).
¿QUIÉN ES CULPABLE?

cNo aceptamos la paradoja según la «Quisiera verlos (a los estudiantes


cual la reS'pOnsabilidad ante la ley norteamericanos) mostrando por. el
debe ser más débil para aquéllos que_ sistema político de los Estados Uni~
detentan f!l poder más absoluto ... La de
dos, el mismo . fanatismo que . él ,
doctrina de la inmunidad del jefe de fos jóvenes nazis por su régimen du-
Estado se acompaña en general de rante la guerra>.
aquél'.a según la cual las órdenes da-
das por un superior protegen al que
a
( Discursii · del presidente j ohnson
los estudiantes norteamericanos, New
las ejecuta. Se notará que combinan-
do estas dos tesis se llega a probar
York Times, 6 de febrero de 1965).
que nadie es culpable>.

(Jackson, juez de la Corte Suprema, «No me gusta bombardear una al-


en un informe al presidente Truman, dea. Es sabido que se golpea tam-
1945). bién a mujeres y niños. No obstante
hay que creer en la nobleza de lo
que se hace y en la necesidad de
cumplirlo.>.

(Un piloto americano al corresponsal


del New York Times, el 6 de Julio
de 1965).

cPasar por esta prueba. . . y mante-


nerse, no obstante, impasible, es lo
r.ue nos ha endurecido. Es una pá-
gina de gloria en nuestra historia
27
que no ha sido escrita jamás y que
nadie puede escribir>.

(Heinrich Himmler en un discur30


a los jefes SS, pronunciado en Posen.
el 4 de octubre de 1943).

El proceso de los Estados Unidos contra David Henry Mitchell terminará


por llegar ante la Corte Suprema. No se puede preveer la decisión de los
jueces. Sin embargo una cosa es segura, cualquiera que sea la fraseología
jurídica que empleen, su veredicto ratificará: o los propósitos del presidente
Johnson invitando a la juventud norteamericana a arder del mismo fana-
tismo que los nazis, o a los de David Henry Mitchell invitando a la juventud
norteamericana a arder _en un fuego Mgrado confra la destrucción <le seres
humanos.

eles Temps Modernes>, Junio def 1966.

28
DOUGLAS A-4E SKYHAWK
Peso máximo: 19,000 libras. Radio de acci6n: 640 kms. Carga de
armamentos: 8,200 libras. Aunque incapaz de alcanzar la velocidad
supersónica, puede despegar desde pistas no mejoradas. Ha sido uti-
lizado tanto por la Séptima Flota en el Mar del Sur de China, como
por la Marina de Guerra y por los Cuerpos de Infantería de Marina
de los Estados Unido5.
VIET NAM:
CAMPO DE ENSAYO DE LA
.. .

GU.ERRA ANTIGUERRILLA

BERNARD COURET ·

En Hong Kong se encuentra uno con la guerra . del Viet Nam. Ese día el
vuelo de Air Viet Nam en dirección a SaÍgón fue anunciado con una hora
y media de atraso. El comandante de a bordo se excus6 invocando «razones
técnicas>. Cuarenta y cinco minutos después de baber abandonado Tai Pak
nuestro Caravelle sobrevuela uno de los mast.odontes que componen la VII
flota. Minúsculo, visto desde el cielo, abre en el azul del Pacüico una estela
casi irreal en la que se rompe el sol en salpicaduras blancas y verdes. Este
largo chal de agua y lilz sirve como referencia a los aviones que regresan
de su misión sobre Viet Nam del Norte.
El cielo era puro. Cinco mil metros más abajo se percibía la tierra vietna-
mita, ora carmelita, ora verdosa, toda embebida en agua y veteada de
destellos de plata. Al aproXi.marnos a . Saigón la trama se condensa, el
aparato entra en el algodón. Los altoparlantes_crepitim. La aeromoza anun-
cia que aterrizaremos dentro de quince minutos en Tan Son Nhut, el aero-
puerto de Saigón. De hecho, entre el momento de este anuncio y el de
nuestro aterrizaje efectivo, pasan cincuenta minutos. En la sala de llegada
la aeromoza me dirá que es a causa de las operaciones militares.
30
PRESENCIA DEL VIET CONG1 .
Saigón es un poco una paradoja en este Viet Nam descuartizado. Al ver
esta muchedumbre ávida ·de vida, de telas, de transistores, de aparatitos
«Made in USA» deteniéndose ante las tiendas repletas de ·mercancías. que
no se venden -los negocios marchan mal me han dicho varios comercian~
tes- cuesta creer, aunque los «jets> que hacen crujir el cielo lo recuerdan,
que la guerra comienza a las puertas de la ciudad, a tiro. de mortero.
La aglomeración Saigón Cholon se encuentra en el centro de la provincia
de Gia Dinh, Las zonas controladas por el Frente Nacional de Liberad6n
se interrumpen al sur, a 15 kilómetros de la ciudad en Ben Luc, a 7 kiló-
metros al norte en Thu Duc, y a 8 kilómetros al este en Cat Lai. Todas
las noches hay cañoneo. Ciertos sectores situados en los accesos inmediatos
de la capital son hostigados sin cesar. El G.I. no reposa un instante. Las
bengalas arrojan un crudo resplandor sobre los arrabales y, desde los res-
taurantes encaramados sobre las t~rrazas, militares y clientes ·d e paso
iniran nacer los incendios de la guerra.
La propia capital es devorada desde su interior. Es públicamente notorio
que muchos. barrios escapan al . control de la administración. En otros,
estallan verdaderas batallas campales para la reconquista de ciertas arte-
rias, particularmente .en Cholon. ¿No se dice acaso que el Viet Cong
dispone de varios centenares de células en la capital y los arrabales? Es de
Saigón que proviene la pasta 'de papel necesaria para las publicaciones del
Frente, cuando no son impresas directamente alü mismo. Su red postal
es muy superfor a la de la administración y sobre todo más rápida. Parece
disponer de seis mil buzones. Su servicio de información es de una eficacia
notable. Un oficial norteamericano del MACV (Military Assistance ·co-
mand Viet Nam) me decía:
-Estainos convencidos que el Viet Cong tiene sus hombres en escalones
muy a&to5 del aparato gubernamental. Operaciones cuidadosamente prepa-
rádás han (i'aca8ado porque hubo filtraciones. Otras, se volvieron incluso
contra.nósotros . .. ¿Qué puede usted hacer en estas condiciones?

En realidad, nadie sabe hasta dónde se extienden las ramificaciones del


Frente Nacional de Liberación. El penetra en Saigón como en un molino.

i · Nombre dado por el gobierno títere de Viet Narn del Sur a los patriotas. Su
uso se ha exteni:lido a las publicaciones capitalistas. (N. de la R .)

31
Un amigo me decía con cierta amargura que:

La propa~anda vietcon~ estaba facilitada grandemente por la ines-


tabilidad interior, los a1ustes de cuentas entre generales, la concu-
sión, el aumento del costo de la vida y sobre todo por la eterniza-
ción de una guerra cuyo fin no se advierte.

VIVIR A CUALQUIER PRECIO


Es verdad que el espectáculo que ofrece Saigón es adecuado para dar
náuseas. La corrupción, los traficantes, el mercado negro y la prostitución,
esa lepra invasora, han reemplazado l¡i vida económica que ya no existe
más. Una secretaria gana poco más de 3,000 piastras por mes. Una mucha-
cha de un bar cualquiera hace 2,000 en una noche. Familias vietnamita·~
han transformado una parte de su casa en «cuartos de paso» para redon-
dear sus fines de mes. Pero hay cosas peores aún. En las cercanías de
Bien Hoa, Da Nang, PleiktÍ, se han creado barrios de indigentes de la luju-
ria. Son tugurios hechos con planchas mal unidas, rodeadas de alambradas
pero que se titulan «Marisa», «Lily>, «Marlene», etc. La avalancha es
al atardecer. Ante el recrudecimiento de las enfermedades venéreas las
autoridades norteamericanas han tomado medidas. . . se cierran aquéllos
que son demasiado insalubres. Pero como en esta industria la ingenfosidad
no escase.a, se ha encontrado un paliativo. Ha hecho su aparición una
nueva industria: la de los lavadores de automóviles. Sobre la ruta que
lleva de Da Nang a Hué, se encuentra uno cada 100 metros. El soldado
se detiene ahí para hacer limpiar su vehículo, mientras que en el interior
encantadoras «garagistas> le quitan el lastre de sus piastras.
Poco antes del toque de queda, los «coolies> con sus carritos hacen su
última «razzia> de solitarios y les proponen muchachitos. He seguido a
uno. Me ha conducido a Dakao, uno de los barrios de Saigón. Al fondo
de una callejuela entré en una barraca no más miserable que las otras.
Eran cinco en la pieza: El mayor podría tener doce años, se me pidió
que escogiera. Por quinientas piastras. Miré esos rostros ya esculpidos
por el hambre, esos cuerpos estrechos flotando dentro de vestimentas dema-
siado amplias. Salí sin decir nada. A la salida de la callejuela un «coolie»
desembarcaba del vehículo que arrastraba a un gran mocetón rubio ...
El vietnamita que logra vivir a la sombra de los norteamericanos es feliz.
No es que alimente 'una simpatía particular por estos últimos, pero recu-
32
pera no pocos de los dólares que éstos dispensan sin contarlos. Tener
dóla~es permite el acceso a la tienda del ejército, la famosa PX; es la
puerta abierta para el tráficó. Este había tomado tales proporciones que
en pleno Saigón funcionaba legalmente un mercado, «el mercado de los
ladrones». Allí se vendía de todo. Las cajas de mercancías que habían
desaparecido en el curso de misteriosas manipulaciones resurgían en este
mercado paralelo. Por una suma que desafiaba toda competencia, se podían
comprar vestimentas, conservas, raciones militares, aparatos transistores,
eléctricos, etc., en resumen, todo lo que hace el confort del gran aliado.
Todo tiene su fin y el gobierno ordenó el cierre hace unas semanas. Esta
medida se inscribe en el cuadro de la lucha contra el mercado negro em-
prendida por el gobierno. Si la administración del general Ky quisiera ser
consecuente con la misma, para que esta medida sea verdaderamente eficaz,
tendría que cerrar más de la mitad de la$ tiendas de la ciudad.
Están también los chinos que levantan fortunas con la construcción de
nuevos inmuebles. El que quiera construir se ve obligado a tratar con ellos:
poseen el monopolio del cemento. La concusión reina como dueña. en la
administración. Amigos franceses me ha:n dicho:

Es"imposible poner en marcha una obra cualquiera sin el «soborno>.


Desde el ordenanza hasta el jefe de oficina hay que mostrarse
«comprensivo», en caso contrario el legajo dormirá durante sema-
nas en un rincón de la oficina.

UNA VIDA ECONOMICA ARTIFICIAL

La piastra está muy fatigada. La guerra no le vale de nada. Los precios


suben: en 1965 el costo de l~ vida aumentó en un 40,1%, es decir; un· pro-
medio de más del 3% mensual; para 1966 se estima que el aumento del
costo de la vida alcance al 60%. El 18 de junio último, en una operación
de rescate, la moneda vietnamita se devaluó en un 50%.
La economía vietnamita vive hoy en pleno artificio. Los refuerzos en masa
enviados durante los últimos meses por los norteamericanos han desorgani-
zado todo, encajando sobre la economía del país, cuya población activa
en la industria y los servicios apenas sobl'epasa las quinientas mil personas,
un enorme sector con salarios elevados y con medios gigantescos, consagrado
a trabajar con el ejército norteamericano. Ciento cincuenta mil vietnamitas
se ven hoy" sustraídos del circuito normal y viven -parcialmente-- a la
33
norteamericana: son ellos, por ejemplo, los que han hecho doblar las ventas
de vestimenta en tres años.
Cuando el año pasado el Estado Mayor decidió multiplicar los aeródromos
y pistas, requirió más de cincuenta mil trabajadores (diez mil más de los
que emplea toda la industria de Viet Nam del Sur). Los salarios de los
militares norteamericanos les permiten presentarse como adqoirentes de
no importa qué cosa, a no importa cuál precio. Y como los norteamericanos
«hacen la requisa» de todo por el dólar, la economía vietnamita no puede
exportar mucho. En tres años, las ventas de caucho cayeron a la mitad,
perdiendo las grandes plantaciones hasta un 20% de su superficie, mi~ntras
la situación del cultivo de heveas continúa agravándose· como consecuencia
de la ampliación de las operaciones en las principales regiones productoras .
. Vastas regiones del país están aisladas económicamente y no tienen contacto
con la capital más que por vía aérea. Los trabajos del complejo carbo-
químico de An Hoa Nong Son, a sesenta kilómetros de Da Nang, se han
suspendido. La línea ferroviaria Saigón Hue no funciona más. La mayoría
de las rutas sólo rara vez están abiertas, el aprovisionamiento de los mer-
cados urbanos se vuelve cada vez más difícil, y los precios de los artículos
alimenticios aumentan rápidamente. El ·arroz es vendido al ejército y el
Viet Nam, en otro tiempo exportador, importa arroz de Thailandia y de
los Estados Unidos. En relación a este artículo precioso, el gobierno se
esfuerza, si no en hacer bajar los precios, por lo menos en impedir su alza.
En ciertas ciudades se han distribuido cartas de racionainiento a la pobla-
ción.
Los transportes marítimos plantean también problemas. La. reciente huelga
de"los obreros portuarios que paralizó el puerto de la capital, puso de relieve
las dificultades que éste enfrenta. Alrededor de 20,000 toneladas de mercan-
cías, es decir, cerca de un 30% del total de los equipos y suministros mili-
tares norteamericanos, son desembarcados cotidianamente en Saigón. La
situación es tanto más seria, dado que desde hace dieciocho .meses el puerto
comercial de la capital se ve crónicamente atascado. A principios de 1965,
los plazos ·p ara el desembarque de las· mercancías importadas eran de
cuatro a cinco días, y han pasado a ser de tres a seis semanas hace un año,
y de uno a tres meses justamente antes de la huelga. Esta obstrucción se
debe, por una parte, al importante incremento de las importaciones comer-
ciales, y por la otra, a las necesidades creadas por el esfuerzo de guerra, así
como a lá. llegada de considerables cantidades de material para el ejército
norteamericano.
34
La situación actual se debe esencialmente a las incidencias de las operacio-
nes militares. Por un lado, el esfuerzo del Frente Nacional de Liberación
para cortar los ejes de comunicación, reducir el suministro de energía eléc-
trica (l. Saigón, enrarecer las entregas de los campos, no ha podido ser
eficazmente contrariado.
Por el otro, la afluencia de refuerzos norteamericanos, la inyección masiva
de dólares sobre el mercado sin contrapartida productiva, de donde se
deriva una dependencia económica casi total, los trabajos de infraestructura
pesando sobre el mercado de mano de obra, han acabado de perturbar una
economía cuyo equilibrio era· frágil por la propia razón de su desarrollo, y
que se ha visto cada vez más sostenida fuertemente por una ayuda norte-
americana cuya importancia no ha cesado de crecer y que, desde el mes de
enero de 1961, está reservada solamente a las importaciones provenientes de
los Estados Unidos. Finalmente, el éxodo de cerca de un millón de refu-
giados de las :tonas rurales, desprovistos de todo recurso, ha venido a
agregarse a dichos factores de desorganización, así como los efectos de la
conscripción forzada que han multiplicado las deserciones, acentuando aún
más la penuria de mano de. obra.
El déficit acumulado en los presupuestos de · 1961 a 1965 alcanzaba las
cuarenta )'. seis mil millones de piastras, de las cuales veinte y dos corres-
ponden al año 1965 solamente. El presupuesto de 1966 muestra un déficit
de treinta y seis mil millones de piastras. Las reservas en divisas propias
continúan disminuyendo y el porcentaje de cobertura de las importaciones
por las exportaciones ha pasado de un 16,3% a un 9,9%. Las exportaciones
de Sud Viet Nam han sido del orden de unos 20 a 25 millones de dólares.
En todo, el exceso es .un d~fecto y t;l exceso de divisas provoca la inflación,
dado que esos dólares deben encontrar sobre el terreno una contrapartida
en piastras, ya que la piastra sigue siendo la moneda oficial. Así, ha sido
necesario imprimir en 1965 billetes por más de diez mil millones de piastras.
La producción local está siempre en retraso ante la afluencia de moneda,
y el equilibrio se realiza mediante el alza de los precios. Así vive el Viet
Nam enriquecido artificialmente por la guerra. Los norteamericanos han
aconsejado al general Ky poner fin de una vez por todas a la inflación ...
encontrando un ministro competente. Mientras aguarda, Viet Nam del
Sur vérá aumentar en 1967 sus gastos militares en un 20%, es decir, cua-
renta y dos mil quinientos millones de piastras que representan un 56o/o
del presupuesto total.
35
SOBRE LAS ALTAS ME.SETAS HE VISTO LAS CHOZAS DE LOS
«DEVORADORES DE BOSQUES», CALCINADAS POR EL NAPALM
-Esta mañana temprano, a fas cinco, frente a la entrada principal del
MACV -me dijo el teniente Heller-. El automóvil militar lo llevará al
aeropuerto.
AJ.TÍ.bé a Tan Son Nhut mucho antes del amanecer. La amplia sala estaba
ya llena de soldados con licencia que, en su mayoría, retornaban a sus bases.
Ellos terminaban su noche sobre las banquetas o inclusive, extendidos
sobre el piso, cargados con un impresionante arsenal, indiferentes al indes-
~riptible alboroto que reinaba en la sala de control. Miré hacia el pizarrón
para verificar si mi vuelo 651 figuraba alli. El sargento de servicio controla
mi tarjeta del MACV sin la cual no le es posible a un periodista despla-
zaise en Viet Nam del Sur, y verifica que mi nombre figura en la lista.
•Vuelq 651, Pleiku, ¡ O.K.! partida a lás ocho hE>ras. Se le avisará.»
Tenía ante mí dos largas horas. Así sería en cada aeródromo militar, va-
riando la espera entre dos y cinco horas. Al final se convirtió en un hábito...
De aeropuerto civil que era, Tan Son Nhu.t se ha convertido en un aero-
puerto militar controlado, naturalmente, por los norteamerkanos. Por
doquiera se lee: «Pictures not allowed». 2 No obstante se las toma.. Se
elogia el volumen de tráfico de Orly, pero Tan Son Nhut, cerebro de la
fuerza aére¡¡ norteamericana en Vie~ Nam, detenta todos los records del
mundo. Sobre decenas de hectáreas, aviones de todos los modelos, helicóp-
teros de dimensiones impresionantes son amontonados, imbricados, las alas
en las· alas. Los «cargomasters» que llevan cincuenta toneladas de flete,
están ai costado de viejos Dakotas ·un poco marchitos, pero siempre buenos
para el servicio. Un poco inás lejos, juiciosamente alineados, los C 14-1
Starlifter esperan su cargamento de «marines» que transportarán, a casi
mil kilómetros por hora, como apoyo para una operación. Los aparatos
más numerosos son, no obstante, los C 130 Hercules capaces de despegar o
de aterrizar sobre cualquier terreno, gracias a las propiedades de su ala
fuelle.
El ordenador de esta formidable máquina de guerra se llama MATS
(Military Air Transport Service). Tiene como tarea asegurar. el transporte
de las tropas y los abastecimientos entre los Estados Unidos y el resto del
mundo. Emplea cien mil personas y el número .de aviones que utiliza es

2 Prohibido tornar fotos. (N. de la R.)


36
«top secret». 8 Así, no es sorprendente que Tan Son Nhut figure entre los
principales objetivos .del Viet Cong. En varias ocasiones éste, a pesar de
las excepcionales medidas de seguridad, ha infligido duras pérdidas al
MATS. Casi todas las noches el aeropuerto es atacado con tiros de mor-
tero: Ellos desgarran la noche de Saigón. Y las autoridades norteamericanas
se confiesan incapaces de controlar de manera duradera, la banda de tierra
necesaria para hacer invulnerable a Tan Son Nhut.
Desde Tan Son Nhut, verdaderos puentes aéreos enlazan varias veces por
día al conjunto de bases entre sí. Poco después d~ las ocho, se · llama para
nuestro vuelo. Un vehículo militar nos conduce a nuestro Hercules 130. En
su interior todas las variedades de militares que combaten en Viet Nam se
agolpan codo co.n codo sobre las correas que sirven de asiento. Para encon-
trar un lugar pasé por encima de armas de todos los éalibres y de los
paquetes más diversos. Nip.gún soldado juzgó útil desprenderse de su pano•
plia de armas. El reglamento estipula que en Viet N am todo militar debe
estar constantemente armado.
Mi primer vuelo me condujo a Pleiku, en las Altas Mesetas. Es un poco
el «techo» de Viet Nam. Los norteamericanos atribuyen una gran impor-
tancia a esta base situada en la proximidad de la frontera con Cambodia
y con Laos. Después de haber estado a punto de perderla en 1965, la han
agrandado, consolidado sus defensas exteriores con un triple cerco de
alambre de púas. Todo ha siéio arrasado en las cercanías, a fin de no
dejaf ningún rincón en el que pueda disimularse el adversario. Los audaces
golpes de mano del Viet Cong contra la base de Da Nang, famosa por sus
defensas que debían ponerla al abrigo de todo ataque, están aún presentes
en· el espíritu.
Un oficial me dice:
-Hemos tomado todas nuestras precauciones, pero en una guerra seme-
jante, no se puede jurar por nada.
No sabía lo acertado que estaba, ya .que menos de tres semanas después de
haberme hecho esas manifestaciones, fuertes unidades del Viet Cong rega-
ron con trescientos obuses de morteros las principales instalaciones, mientras
que un comando hacía saltar edificios, aviones ligeros y helicópteros. Simul-
táneamente, el puesto de fas fuerzas regionales encargadas de proteger
Pleiku era atacado, sufriendo la guarnición fuertes pérdidas.

3 Estñctamente secreto. (N. de Ja R.)

37
Este ataque del Viet Cong. contra una base que es considerada como la
capital militar del Viet Nam del Centro, ciertamente va a obligar ·a los
norteamericanos a reconsiderar su táctica en esta región pretendidamente
«pacíficadu, que es de capital importancia para ellos. El Estado Mayor
está persuadido que ella constituye el punto de culminación meridional de
la famosa «ruta Ho Chi Minh».
El plan norteamericano es claro: penetrar al máximo en dirección hacia el
oeste siguiendo la ruta 19 que parte de Qui Nhan, pasando por An Khe y
Pleiku hasta la frontera cambodiana, a lo largo de la cual los norteamerica-
nos quieren construir una pista de aterrizaje que pueda acoger cazas bom-
~arderos. Las «fuerzas especiales» acantonadas en Plei Djereng han tendido
un puente sobre el río Se San, y prosiguen activamente la construcción de
su tramo.
Es en las proximidades mismas de Pleiku que se desarrolla la operación
«Paul Revere», que está en la cuarta fase después de su inicio en el mes
de mayo. La última, que comenzó el 18 de octubre, ha conocido suerte
diversa: su .objetivo es destruir la infraestructura logística, ·que se supone
enorme, del Viet Cong y de los vietnamitas del Norte, que se supone tam-
bién que se encuentran allí. Tres divisiones norteamericanas patalean en
ese rincón del Viet Nam. Los expertos norteamericanos admiten que en
una jungla semejante se puede perder una compañía como nada. Es así,
que algunos días antes de mi llegada, una sección de cuarenta hombres de
la primera división aeromóvil fue prácticamente aniquilada ·como conse-
cuencia de un ataque Viet Cong. Sólo tres hombres sobrevivieron, .pese a
la intervención masiva de la áviación.
El capitán Zenk, .de la 4ta. división de infanterk, admite que el fuego del
adversario está lejos de s~r desdeñable, que el terreno le es favorable; de
allí la eficacia de su acción, de allí también, agrega el capitán, la prudencia
con la cual debemos operar.

GI PEDIDOS EN LA JUNGLA
La operación «Paul Revere IV» se desarrolla sobre un rectángulo de 120
kilómetros de largo que cubre una superficie de alrededor de 7,800 kilóme-
tros cuadrados. En esta jungla muy densa, muy espesa, donde los árboles
que la componen tienen de 20 a 30 metros de alto y están unidos los unos
a los ot~os por enormes lianas, no se distingue nada a más ele cinco metros.
El sol no penetra allí jamás. En esta jungla se desarrolla un combate singli-
38
lar. Norteamericanos y viet congs . están solos frente a frente, aparte de
algunas tribus de montañese~ que, apenas el napalm lo destruye todo, huyen
de la guerra y se refugian en Cambodia. Un implacable juego al escondite
tiene lugar .cotidianamente. Un oficial con el que me encontraba en. opera-
ci~nes me ha dicho:
-El enemigo aparece, desaparece, después reaparece sobre nuestro flanco
o en la retaguardia.

En esta guerra de desgaste que desmoraliza al GI, el Viet Cong marca


puntos todos los días. En esta región las tropas norteamericanas tienen nece-
sidad de claros para posar allí sus tropas helitransportadas. El comando
norteamericano sabe que el Viet Cong se instala en su contorno inmediato,
de modo que debe antes de cada aterrizaje efectuar ·violentos bombardeos
sobre las .«landing zones». Pero eso no es suficiente. Se sabe qüe el adver-
sario dispone de un sistema de túneles, de rutas, de campamentos. Es me-
nester destruir todo eso. Ese es el objetivo de las «fuerzas especiales».
Me dirigí a Plei Djereng. · Este campo abierto por las «fuerzas especiales>
hace tres años se encuentra a 10 kilómetros de la frontera cambodiana. Se
presenta como un triángulo de dimensiones reducidas. Los militares US
están atrincherados en su interior en un «blockhaus» 4 erizado de alambre
de púas. Las barracas desaparecen bajo los sacos de arena. Se· ha abierto
una pista para los aviones ligeros. Es una hazaña posarse en la misma du-
rante la temporada de las lluvias. Entre la pista y el campo, una batería de
165 mm. Los cañones apuntan hacia la floresta, un poco hacia el Norte,
en dirección a las fronteras laotina y cambodiana, donde se encuentran, me
asegura un ofici~l, tres divisiones norvietnamitas. A retaguardia, las mon-
tañas caen al pie del campamento, firmemente retenidas por el Viet Cong,
que dispone así de un observatorio de primer orden que les permite seguir
el menor movimiento en el campamento.
-Desde hace tres años, estamos prácticamente en el mismo punto, me dice
el teniente Taylor. Cierto, la defensa del campo ha sido reforzada por la
artillería y 'los helicópteros, pero una patrulla no puede alejarse más allá
de algunos kilómetros.
A la mañana siguiente me despiertan ltis salvas de 165 mm. La lluvia ha
cesado de caer. Algunos copos de bruma flotan encima de las montañas,

• Tipo de fortificación. (N. de la R.)


~9
allá, cerca de _las dos fronteras. Cada salva desgarra los tímpanos. Uno de
los objetivos de la artillería es el de «localizar» las fuerzas del adversario,
llamar después a la aviación que martilla las supuestas posiciones del
enemigo.
Cada mañana un convoy de una veintena de camiones, escoltado por
ocho carros y varios helicópteros, arriba a Plei Djereng. Los c~arenta kiló-
metros que separan el campo de Pleiku, son recorridos en tres horas. El
arribo del convoy es una proeza cotidiana. Cuesta varios centenares de
miles de dólares y da lugar a escenas de entusiasmo dignas del «happy-end»
de los mejores «oestes». El amontonamiento de esas toneladas de material
lo deja a uno pensativo. Uno se pregunta cuál será su utilización, incluso si,
para comprender los esfuerzos del cuerpo de ingenieros norteamericanos,
recuerda que fueron emprendidas acciones siniilares hace alrededor de un
año a 60 kilómetros al Sur, cerca del macizo de Chu Pong, donde se habían
desarrollado los combates más violentos de toda · la guerra. Justamente en
ese sector, todo ha vuelto al punto de partida. En efecto, los guerrilleros
guardan la iniciativa y logran, incluso, infligir serios reveses a las tropas
norteamericanas, en los precisos lugares en que estas últimas se habían
comprometido masivamente a destruir la infraestructura vietcong.
-El Viet Cong está en todas partes a nuestro alrededor, me dice el teniente
Scherer. Nos hemos implantado aquí, lo más duro será mantenemos.
Estamos en Tun Breng, entre Plei Djereng y Duc Co, al suroeste de Pleiku.
En medio de un decorado de «Far West» la tercera brigada de la cuarta
división de infantería ha plantado una cincuentena de carpas. Las palas de
los helicópteros levantan tornados de tierra roja. Con el «Colb en la cintura,
hombres curtidos poi' el sol se organizan, consolidan esta plaza que han
arrancado a una naturaleza hostil. Para mantener este trozo de meseta
batido por un viento frío, los norteamericanos no han retrocedido ante
nada. Los medios puestos en acción son considerables. Los senderos fores-
tales han sido ampliac;los a fin de que los carros ligeros puedan circular
por ellos. A distancias cortas solamente. Una DZ para helicópteros ha sido
.acondicionada. Día tras día, el material se amontona, las patrullas se multi-
plican, los encuentros también. El control de las aldeas de los montañeses
se hace cotidiano. Todo estp no es gran cosa. Es lo que se desprende del
balance que me ha sido comunicado. Este es decepcionante. Los norte-
americanos se ven obligados a reconocerlo. Cuando mucho su saldo es de
algunos cadáveres calificados de Viet Gong y algunas armas recuperadas.
40
cACCION SICOLOGICA» ENTRE LOS MONTARESES
Para convencerse del estado real de la situación, no hay más que dirigirse
a una aldea de montañeses, según se afirma «realineada», y que dista sola-
mente algunos kilómetros. Ello requiere una pequeña expedición. Serán
necesarios no menos de dos tanques erizados de hombres, con dos cañones,
mi jeep incrustado entre ambos, sin contar la presencia reconfortante del
helicóptero que giraba por encima de nuestras cabezas, como una gallina
con sus pollitos. ·
Saliendo del campo dejamos a nuestra derecha una nuevá ruta abierta.
Nuestro convoy avaDZ'a en medio de una espesa nube de ·polvo rojo, para
tomar poco después por una ruta recientemente ampliada a través del
bosque, poco denso en este lugar. Tres kilómetros más lejos, desembocamos
en una aldea. Por las chozas sobre pilotes, reconocí una aldea «jarai». La
parte presente de la población se reunió automáticamente sobre la plaza
mirando cómo los norteamericanos ubicaban el dispositivo de seguridad.
Mientras tanto, el helicóptero sobrevuela a baja altura los alrededores in-
mediatos de la aldea. Después de un acondicionamiento provisto de música
«jarai» grabada sobre bandas, un auxiliar vietnamita explica el objetivo
de la misión de los norteamericanos en el lugar:

Ellos vienen a liberarlos del comunismo, Norteamérica es una gran


nación, rica, fuerte y poderosa. Ella va a transformar vuestra vida
sin dejar de respetar vuestros hábitos y costuµibres.

Mascando sus largos tabacos verdes, los «jarai», algunos de pie, otros en
cuclillas, escuchaban impasibles este discurso, sin que fuera posible leer
sobre sus rostros signo alguno de interés o de aburrimiento. Durante este
tiempo los soldados se habían dispersado a lo largo de la aldea cercando
las chozas para la búsqueda de alcohol de «jarre» que ellos aspiran en
largos sorbos, mediante un bambú delgado," flexible y recurvado. Los centi-
nelas puestos de guardia escrutaban el bosq~e, acechando el menor ruido,
mientras que el teniente que comandaba la escolta observaba con poderosos
gemelos las montañas de los alrededores. Dos horas más tarde, el regreso.
No hay que démorarse mucho, el sol comienza a descender. Algunos solda-
dos salen de las chozas ligeramente ebrios. El alcohol de «jarre» es gene-
roso. Distribución de bombones y cigarros, apretones de manos largamente
distribuidos, y la partida. «Volveremos pronto», gritan los soldados agitando
41
sus manos por encima de sus cabezas. Cuando el convoy sale de la aldea,
los «jaral» ya se han dispersado.
El retorno se efectúa a toda marcha.
«El bosque no es muy seguro, me dice el teniente. La semana pasada, uno
de nuestros carros ha saltado sobre una mina.
-¿Ustedes sólo hacen patrullas m_otorizadas?, pregunto.
-Asi es. La zona pacificada que controlamos es muy restringida para que
nos aventuremos más1lejos. Antes de progresar más, necesitamos ganar
las poblaciones. Eso no es fácil. El Viet Cong los ha adoctrinado desde hace
años. Esperamos mejorar este estado de cosas con la llegada de especialistas
en cuestiones montañesas formados en Fort Braag.
Algunos .días más tarde tendría fa ocasión de darme cuenta que «la acción
sicológica» está lejos éle ser tan idílica. Siempre es aplicada conforme a
las teorías del general . Landsdale. Se trata en particular de reducir al
máximo las pérdidas de la población civil, y de tomar en cuenta, en las
operaciones, los «objetivos sicológicos» tanto como los objetivos militares.
Para hacer eso se han ubicado «consejeros vietnamitas» adjuntos a las
unidades norteamericanas para evitarles equivocaciones y ayudarlos a dis-
tinguir amigos y enemigos, o para coordinar su acción con las tropas sur-
vietnamitas. Un programa de acción cívica y de guerra sicológica debe ser
puesto en acción en vísperas de toda operación; Las poblaciones civiles son
advertidas por medio de volantes o de altoparlantes para ayudarlas a pro-
tegerse.
En el plano militar; las medidas adoptadas preveen regular con más dis-
cernimiento el empleo de la potencia de fuego. Debe aplicarse un cuidado
especial a la identificación de los objetivos y los soldados son . advertidos
antes de las operaciones acerca de la necesidad de reducir las pérdidas entre
los no combatientes. No obstante, por p~udencia, el comando americano ha
creído su deber agregar que los «errores humanos» son inevitables, pese a
todas las precauciones adoptadas.

VOLANTES SOBRE LAS SELVAS


Los servicios de acción sicológica ya han arrojado 272'565,350 volantes
sobre Viet Nam. Dos millones, . .solamente, sobre las regiones de Pleiku y
Kontum para incitar a los norvietnamitas que se supone se encuentran
ahí, para que depongan las armas y se rindan. Corrientemente se utiliza
42
este método. Las autoridades norteamericanas, deciden, por ejemplo, defo-
liar una región ocupada por los montañeses, es decir, arrojar con sus C 123,
toneladas de ru\rbicidas que van a destruir las bóvedas de verdor bajo
las cuales se esconde -se cree-- el Viet Cong. Un avión provisto de un
altop~rlante pasa primero. Uri intérprete acons~ja a los montañeses no
inquietarse demasiado, hacer regresar el ganado y cubrir sus cultivos hortí-
colas con fundas de plástico. El montañés no comprende nada de eso, sabe
menos aún qué es el plástico. Sí lo sabe, no lo tiene. . . y todos sus cultivos
son destruidos. Enseguida viine el napalm. Esta vez el avión altoparlante
no ha venido.
En la provincia de Kontum los bombarderos riegan sistemáticamente las
sdvas con bombas incendiarias y con napalm. Las aldeas de los «mois» y de
los «ray», donde crece el arroz de montaña, han sido destruidas porque
en las altas instancias se decidió que era menester hambrear primero al
Viet Cong que se abastecía en las poblaciones locales. Desde-lo alto de los
helicópteros he visto las chozas calcinadas de los «devoradores de selvas»,
los árboles de los claros ennegrecidos por el incendio.
Millares de ellos han sido dispersados, muchos han muerto. Los sobrevi-
vientes son amontol}ados en campos de refugiados que se presentan ense-
guida como campos de «realineados». Se hubiera dicho que se trata de
escapados de campos de concentración. Tiritan de frío y de hambre eI\
sus pequeñas casillas de perro que l~s trombas de agua atraviesan. Les
queda como única riqueza, algunas vasijas, algunos cestos y el confuso
recuerdo de sus ancestros que fueron en los tiempos del reinado Champa
los dueños de toda la Indochina, de sus costas y de sus selvas.
El biplaza que me lleva de regreso de Kontum a Pleiku sobrevuela-la
floresta a menos de 500 metros. Debo asistir a una operación contra una
aldea supuestamente Viet Cong del lado de Plei Mrong. En el hueco de
un vallecito, un poco· a nuestra izquierda, aparece la aldea. A menos de
200 metros, el piloto endereza ligeramente el aparato, reduce la velocidad
y describe varios círculos. Terminada su inspección, vuelve a tomar <iltura
sin dejar de comunicarse con la base.
No habían pasado diez minutos y ya los helicópteros aparecían. Rea~an
una primera pasada y lanzan cohetes por encima de la cortina de árboles
que abriga a la aldea. Percibo en un extremo de ésta, personas que huyen.
Parece que los helicópteros dejan a estas últimas el tiempo de ganar
terreno y hiego, durante diez minutos, bombardean intensamente la aldea.
La cortina de árboles es literalmente despedazada por los cohetes. Todas
43
los -chozas están en llamas. La operación ha terminado. Los helicópteros
se retiran. En la aldea no queda un alma con vida. Nuestro biplaza vuelve
a d~scender a menos de cien metros. Cerca de las chozas que terminan
de arder, ·distingCl numerosos cadáveres.

«DA. NANG NO ES YA VIET NAM»

El cielo bajo y negro vierte sobre Da Nang una lluvia fina y obstinada. La
ex-Tourane, ha muerto. Un joven «marine» de 19 años me ha dicho:
-Da Nang n~ es ya Viet Nam.
Da Nang es la base más importante del dispositivo norteamericano en
Viet Nam. Reclinada en el mar, extiende sus pistas entre las puntas de
upa media luna que se sumergen en el océano. En cada extremidad · de
la base se alza una colina. La del Norte se llama Colina de los monos. En
su cima la Marina ha instalado los radares más poderosos del mundo. A
centenares de kilómetros a la redonda, nada se les escapa. Al Sur, otra
colina, la Montaña de mármol, así llamada a causa de su blancura. En su
cima varias baterías de 106 mm. apuntan en dirección al perímetro de
seguridad. Este no excede de 15 kilómetros.
La visita de la base no deja de impresionar. Todo ha sido concentrado
sobre una docena de kilómetros cuadrados. Hoy en día el espacio escasea:
barracas del personal, depósitos de municiones, defensa antiaérea, capilla
con aire acondicionado, hospital, lavanderías, oficinas administrativas, cine,
teatro, clubs para oficiales y suboficiales, carpas, semicilindros de chapa
ondulada para los pilotos, etc., todo eso se entrevera, se imbrica, apenas
si los innumerables jeeps que surcan la base en todos los sentidos, pueden
abrirse paso.
La base funciona día y noche. A los Cruisader de la Marina suceden esos
terribles cazabombarderos que son ·1os Phantom, que 'vuelan a 2,500 kil6-.
metros por hora. Sobre su pista respectiva despegan en grupos de a dos,
dejando tras ellos un reguero rojizo, y desaparecen detrás de las montañas.
Da Nang es la base de los «marines». El 3 de marzo de 1965 el presidente
Johnson adoptó 1.a decisión de enviar fuerzas.norteamericanas al Viet Nam.
La 9, la 9na. MEB (Marine Expeditionary Brigade) fue transportada por
entero a Da Nang por medio de la Fleet Marine Force. Comprendía el
Estado Mayor, 4 batallones, artillería, grupo de apoyo logístico, 2 escua-
drones de helicópteros, etc. Unos 5,000 hombres con un enorme material
44
en seis días. A '1nes de abril eran el doble y formaban la 111-a. Marine
Amphibious Force. Los efectivos eran entonces de más de 50,000 hombres,
hoy son cerca de 75,000. -
El rápido envío dé estas fuenas de intervención había sido motivado por
la situación casi desesperada en la cual se encontraban las «fuerzas espe-
ciales» en Plei Me, Duc Co, Kontum, etc. Es cierto que el Viet Cong
fue frenado. Pero no por largo tiempo. Después, incluso la situación em-
peoró. Y no solamente en las altas mesetas.
La protección de la base plantea serios problemas al mayor general Lewis
W. Walt. Ampliarla es ~na necesidad. Defenderla contra las incursiones
del Viet Cong, que se ha manifestado· ya en tres ocasiones, implica la ex-
tensión del perímetro de seguridad y la «pacificación» de numerosas aldeas
que allí se encuentran. Han sido necesarios dos años de esfuerzos para
avánzar 15 kilómetros, incluso 10 en ciertos sectores.
Cuando uno se coloca de espaldas al mar se tiene frente a sí la base y sus
instalaciones, después las colinas. Un valle las separa. Las primeras están
ocupadas por los «marines». Las segundas pertenecen al Viet Cong. Nadie
va más allá. Es la jungla. El Viet Cong reina allí como amo absoluto.
Los norteamericanos saben que el adversario puede surgir cuando le ape-
tezca. Son pagados, además, para saberlo. Una guerra de desgaste se lleva
a cabo contra las patrullas que pierden cada día un hombre o dos, víctimas
de los tiradores selectos del Viet Cong. Imposibilitados de avanzar más, los
«marines> se han lanzado a «la acción sicológica».

«LES ENSERAMOS LOS PRINCIPIOS DE LA DEMOCRACIA»


El jeep que me conduce a la compañía del capitán Burton costea la bahía.
Como medida de precaución me han embozado un casco y un chal.eco
antibalas. Nos cruzamos con pesados «Amtrax» de 5 a 6 metros de largo y
3 de_alto que patrullan día y noche, así como GMC repletos de «marines».
Un_poco antes de la al<;iea de Tra Khe, he visto dos de ellos profundamente
atascados en el arrozal. No son verdaderamente eficaces más que sobre
terrenos carr~bles, me dice el sargento que me acompaña.
Estamos a 12 kilómetros de Da Nang. Para salir de la aldea debemos
aguardar una patrulla. Los aldeanos que entran a la aldea deben someterse
al control de segurigad. Este se efectúa cerca del puente. Cada vietnamita
se presenta de uno en uno con cinco o seis paquetes suspendidos de_ su
balancín. El que pierde la paciencia no es quien uno cree. Para que el
45
control sea verdaderamente eficaz sería necesario que una parte de la
población pasara su tiempo en ·controlar a la otra. Es lo mismo que con-
fesar que eso es imposible.
-El acantonamiento de la compañía del capitán Burton, me dice el sar-
gento, se encuentra en territorio no «pacificado». Aguardaremos quince
minutos antes de haber abandonado la aldea de Tra Khe. Sobre un paraje
descubierto, se han erigido cuatro grandes carpas. Cuando llegué, cuatro-
cientos vietnamitas representando a la población de dos aldeas se encon-
traban allí reunidos. Cinco «Amtrax», cincuenta «marines», un enlace por
radio, más dos helicópteros, aseguraban la operación. Un Viet Cong «reali-
neado» equipado con un altoparlante electrónico Jeía en un tono, que se
quería convincente, un manifiesto explicando las virtudes de la acción sico-
lógica.
Durante e.se tiempo los «marines» acordonaban las aldeas vacías de sus
habitantes, poniendo todo al revés, cavando el suelo en búsqueda de túne-
.les, sondeando muros y techos de paja para descubrir escondrijos eventuales,
cuando no armas o granadas.
-Hemos emprendido un trabajo de largo aliento, me dice el capitán Burton,
gran mocetón con sus 100 kilos de grasa. La mayoría de las aldeas simpa-
tizan con el Viet Cong, lo que nos obliga a actuar con gran flexibilidad4
-¿Durante cuánto tiempo piensan ustedes continuar?, pregunto.
-El tiempo que sea .necesario para que les enseñe~os ·Jos principios esen-
ciales de la democracia. Una vez que los hayamos ganado, los armaremos
a fin de que puedan defenderse ellos mismos. Nuestra tarea es ingrata,
usted lo sabe, agrega con uri suspiro.
Mientras tanto el «realineado» había terminado con su «charla». Bajo
un sol aplastante, había sonado la hora de gustar las bondades de la civi-
lización norteamericana. Una comida caliente fue servida a aquéllos que los
«marines» habían «escoltado» desde temprano en la mañana. ·Esta se com-
ponía de arroz norteamericano, trasvasado púdicamente a sacos vietnamitas
para no chocar al sentimiento nacional, y pollo. i.o5 niños mendigaban
raciones y bombones a los «marines» que se los distribuían. Otros, fuertes,
a la sombra de los «Amtrax», el cuerpo cargado de un verdadero arsenal,
intentaban asimilar un «digest» de civilización vietnamita.
La resistencia a la cual se enfrentan los «marines» en sus tentativas de
ampliar el perímetro de Da Nang, no · es solamente obra de las unidades
regulares Viet Cong, ella proviene también de la población, como lo ates-
46
tigua la historia de la pequeña aldea de Caro Ne a 8 kilómetros al sur
de Da Nang, destruida dos veces, deliberadamente, en un .año.
Para desembarazarse de los francotiradores viet congs que ella abrigaba,
los «marines» la habían incendiado completamente en julio de 1965. Toma·
da por las cámaras de la televisión norteamericana, la escena del incendio
de las cabañas 'de paja con la ayuda de antorchas y encendedores, levantó
en los propios Estados Unidos, un movimiento de indignación. Posterior-
mente, los habitantes de Caro Ne habían rehusado.obstinadamente ser reins-
talados en otra parte, y habían emprendido la reconstrucción de sus hogares
sobre el misino lugar. Su determj.nación condujo entonces a los servicios
sicológicos norteamericanos a intentar en su favor un esfuerzo muy parti-
cular de «pacificación». Los «marines» mismos contribuyero~ ampliamente
con su ayuda material a llevar a buen término su reconstrucción. Pero,
reintegrada la población, la aldea siguió siendo tan irreductiblemente hostil
y viet cong como antes. Reconociendo su fracaso los «marines» debieron
decidirse a emplear sus bulldozers para -borrar pot segunda vez Caro Ne
de la superficie de la tierra.

NUEVAS ARMAS
Más de treinta mil militares, los más aguerridos con que cuentan los Estados
Unidos pasan su tiempo en montar patrulla tras pa,trulla, en multiplicar
las operaciones de «acción sicológica» ·para culminar en una limpieza que
no tiene fin. ¿Cuánto tiempo y soldados serán necesarios, entonces, para
enlazar entre sí esos encla.yes llamados Hué y Phu Bai, al norte de Da Nang,
y Chu Lai al sur? ¿Este proyecto del general W estmoreland se realizará
alguna vez?
Para mitigar la escasez de hombres hari hecho su aparición nuevas armas
en Viet Nam, y Da Nang posee una bella colec~ión.
-&to hace daño y el Viet Cong no. las quiere, me dice el teniente Bailoy
con una sonrisita, mostrándome una larga bomba de alrededor de 2,50
metros. Me explica que puede contener 360 «granadas», encerrando cada
una 300 bola-s de metal expulsadas automáticamente. Un poco más lejos
me señala otra bomba de fragmentación que contiene 300 «granadas» que
estallan en 500 bolas y fragmentos; Cada «bomba magre» cubre, dicen los
expertos, una superficie de 6,000 metros cuadrados.
De paso mi cicerone me muestra un extraño aparato derivado del DC-3.
Se t¡;ata del «Dragón mágico», verdadera cañonera volante del cual han
47
sido construidos veinte ejemplares bajo la designación de C-47. Este aparato
está armado de .tres cañones «Gatling» capaces de tirar 6,000 disparos por
minuto. En operación el aparato se inclina a 15°. En algunos minutos, el
piloto habrá tirado 18,000 ·disparos. A causa de su potencia de fuego este
aparato es utilizado a menudo en las emboscadas, ataques nocturnos contra
los puestos de avanzadas, etc.
Casi en el fondo · de la base nos detenemos nuevamente, ante algunos
helicópteros. A primera vista nada los distingue de los otros, sino la forma.
Aprendo que son helicópteros blindados que resisten bastante bien los tiros
vietnamitas, en todo caso mejor que los aviones. Sin duda, esta superioridad
es debida a su maniobrabilidad que les permite dar marcha atrás, desviarse
con rapidez, oblicuamente, sobre el costado, volar literalmente a ras de
tierra, lo que lo sustrae a la acción de los radares.
En cuanto a los artilleros norteamericanos (pienso aquí en los de Plei .
Djereng) ellos aprecian particularmente sus minas direccionales que al
detonar, proyectan a ras del suelo millares de hojas de acero. En la llanura
los efectos pueden ser mortíferos, pero en la jungla, ciertamente, mucho
menos.
Los pilotos de helicópteros disponen de detectores que les advierten a pesar
del ruído de sus reactores, que en una zona de dos kilómetros de radio en
tómo ª. ~a vertical del aparato han sonado disparos.
Desde hace varias semanas las unidades norteamericanas han recibido un
aparato electrónico que analiza en un minuto los tiros de los morteros y
localiza así el emplazamiento de las piezas. Una segunda calculadora se
encarga de apuntar con las baterías de réplica que están encargadas de
destruir las baterías vietnamitas. No estoy calificado para discutir el valor
de estos aparatos, pero en el caso de los repetidos ataques contra Pleiku o
Tan Son Nhut, allí los hay casi todas las noches, o bien no han funcionado
o entonces .el Viet Cong dispone de medios aún más perfeccionados ...
El AM-14 o 15 es un fusil de asalto con un cañón en plástico. Es ligero
y corto y proyecta las balas en abanico. Rocía al adversario en varios metros ·
cuadrados y alcanza mortalmente hasta· una distancia de un kilómetro y
medio. El nuevo lanza granadas M. 79 obtiene, en una dispersión hasta
de 500 metros, un máximo de resultados.
Es evidente que el Pentágono se sirve del Viet Nam como de un campo
de experiencias. Los. militares no lo ocultan. Esta guerra del Viet Nam
modela a los hombres y los expone a realidades cuya experiencia ellos igno-
48
ran absolutamente. En el plano técnico, cada semana ven nacer una nove-
dad contra la cual el Viet Cong busca al instante la respuesta.
Más lejos aún, en alta mar, apoyando con toda su potencia el conjunto
de estas operaciones, se encuentra la VII flota, la Arn:ljlda más formidable
del mundo, cuyo presupuesto es igual al de Francia.

LA FLOTA MAS GRANDE DEL MUNDO,


TIENE UN PRE.SUPUESTO IGUAL AL DE FRANCIA

Hace menos de una hora que hemos abandonado Da Nang en la búsqueda


del Kitty Hawk. El cruza por alguna parte en el mar de la China. El piloto
busca la blanca estela que el monstruo marino deja en el azul del océano.
De pronto surge a nuestra d~recha, minúsculo punto gris. Se hace difícil
creer que es el portaaviones sobre el cual nos posaremos dentro de algunos
minutos. La sensación que se experimenta en el aterriZ'aje no es en nada
comparable a la que se experimenta a bordo de los jets o de los Boeing.
Sin los cinturones de seguridad que me clavan a mi asiento por los hombros
y la cintura, iría a aplastarme contra el fondo de la cabina.
Apenas nos hemos posado y ya la ronda infernal de los monstruos de muerte
que parten en 'misión retoma su ofensiva. El espectáculo es alucinante.
Hombres en ropa de trabajo multicolor se agitan entre las filas de aviones
de alas plegadas, otros corren, tiran de los montacargas cargados de bombas,
de las cajas de napalm. De paso, reconozco las bombas de fragmentación.
El ballet de la muerte está perfectamente ajustado. Aquí lo humano no
existe más. Comienza el Apocalipsis. En ·1os pisos superiores desde donde
se doniina el puente, hay oficiales que oprimen, con un perfecto automa-
tismo, múltiples botones.
El infierno reina a bordo. A cada despegue, a cada aterrizaje, el porta-
aviones vibra, resuena sordamente, gime con todo su ser. Varias veces por
minuto los F-105 despegan del puente con 2,000 kilos de explosivos, de
bombas de fragmentación o de napalm. bajo sus alas. Enseguida vienen
los Skyhawks, una especie de motor sobre el cual está enganchado un hom-
bre, ,que son catapultados a 400 kilómetros por hora. Pero el más temible
de todos"es el «EA-6A Intruder>.
Este aparato representa el arma más extraordinaria en materia de aviación
de ataque. Este birreactor de penetración a larga distancia y de bombardeo,
está provisto de un sistema de navegación y de ataque único en el mundo.
49
El «Intruder» es. hoy. en día el único avión capaz de volar a más de 900
kilómetros por hora a ras del suelo o de las olas y eso durante varios miles
de kilómetro~, lo que le permite' evitar toda detección del radar.
Puede efectuaT automáticamente todas las misiones armadas con cualquier
estado del tiempo. Es capaz de ir a largar, a una velocidad que se acerca
a la del sonido, a ras de los árboles, invisible para el enemigo, cerca de 700
kilos de bombas, incluso con visibilidad nula.. Si las «performances» de tal
avion son sorprendentes es gracias a la instalación de aparatos. electrónicos
de los más complejos montado~ por primera vez en serie.
Una instalación Hei;:trónica del tipo Norden provee al pilotó y al navegante,
sobre dos pantallas de a bordo, una representación topográfica visual exacta
de la geografía del terreno sobrevolado y del espacio aéreo que se encuen-
tr~ ante el avión. Este sistema funciona con todo estado del tiempo, e incluso
en las noches más negras.
El avión puede efectuar ·misiones profundas y se sabe que es capaz de
atravesar por lo menos 5,800 kilómetros de un sólo. golpe de ala, lo que
constituye una «performance» extraordinaria para un aparato que pesa 10,8
toneladas sin. carga. Desde hace poco tiempo el «Intruder» efectúa, coti-
dianamente, misiones sobre Viet ·Nam del Norte.
Las dos pistas no están jamás desiertas. Cuatro ascensores plataformas
hacen emerger tantos instrumentos de muerte como los necesite la misión
a cumplir. Cada · vez que un aparato parte, deja flotar tras él un chal de
humo, vapores de kerosen, -sin contar un calor insoportable que tras-
torna durante algunos segundo . la proa del portaaviones. No se distingue
más que un reguero sangriento aspirado par el cielo.
Sólo el desplazamie~to del Kitty Hawk que cambia el aire en algunos segun-
dos --recorre cerca de 1,000 kilómetros por día- permite resistir a los ma-
rinos. Sobre el puente ellos llevan enormes orejeras, sin las cuales les sería
imposible mantenerse. Los especialistas en sonido estiman que a partir de
los 150 decibeles, los huesos de un . ser humano comienzan a temblar en
el cuerpo. En el momento en que los aviones abandonan el Kitty Hawk
he visto saltar los aparatos de medición .de decibeles hasta sus puntos má-
ximos. Los otros miembros del equipo, que viven en el interior, se protegen
del ruido gracias a aparatos de plástico hundidos en el conducto exterior
de las orejas que filtran los sonidos más agudos, pero permiten una con-
versación normal.
50
«EL INCIDENTE TECNICO NO EXISTE»
El Kitty Hawk, es una verdadera ciudad flotante de 5,500 hombres. Incor-
porado en 1964 a la VII Flota participa en las operaciones de la guerra
de Viet Nam desde octubre de 1965. En 1966 ha recorrido 120,000 kiló-
metros a lo largo de las costas de Viet Nam y perdido veintitrés apa~atos.
El puente inferior es una verdadera fábrica de .guerra. Después de cada
vuelo ·los aparatos son sometidos a minuciosos controles.
-El incidente técnico no existe, me dice un mecánico.
Indiferente al ruido infernal que lo domina todo a bordo1 hombres ebrios
de fatiga duermen sobre las alas y los cohetes. Los· pafioles rebosan de
bomba.S de todos los calibres. El Kitty Hawk consume 300 toneladas cada
cuarenta y ocho horas. Cada dos días se reabastece. El trasbordo se efec-
túa en tres horas.
De escalera vertiginosa en escalera vertiginosa, he descemli,do al vientre
del mastodonte. Me . he perdido en más de mm ocasión en sus corredores,
que forman un verdadero laberinto. En las tiendas de a bordo he encon•
tradó de todo. La cifra de las operaciones se avecinan a los 50,0ÓO dólares
por · mes. Las tres salas de cine proyectan · una película cada noche. La
capilla de aire acondicionadó no se desocupa. En la misa de los oficiales,
justo a mediodía, la plegaria es difundida por bandas «stereo». Se almuerza
en treinta minutos con limonada ...
Para alcanzar el fÓndo de las calas hay que descender once pisos. Para
llegar a la torre de los radares hay que escalar nueve. Quince puestos de
televisión diseminados en diversos sitios del portaaviones permiten seguir
minuto tras minuto cada despegue y cada aterrizaje.
El Kitty Hawk dispone de 200 pilotos . .El más joven tiene veintitrés .años,
el mayor treinta y ocho. Se asemejan extrañamente, están ánimados de la
misma voluntad inquebrantable, hacen los mismos gelltos, se sientan y
fuman de la misma .manera en el «ready room» donde esperan para partir
en misión. Es una gran pieza con aire acondicionado de 10 metros por 5
que tiene una treintena de sillones de cuero. Sobre cada sillón un compar-
timento que contiene los asuntos personales del piloto. que parte en misión.
De frente, un poco a la izquierda, una gran pantalla sobre la cual se pro-
yectan todas las . indicacion~s cóncernientes a la misión que les ·ha sido
asignada.
Un oficial comenta los catapultajes y los aterrizajes, recuerda las faltas que
no deben . ser cometidas. Cuatro cables . están tendidos a través del puente
51
a intervalo de 40 metros. Cada uno de ellos puede resistir una tracción de
60,000 libras. Un buen piloto, al aterrizar atrapa el tercer cable. Posándo-
se a 200 kilómetros por hora éste lo para en 100 metros. La sensación que
experimenta es la misma que si chocara contra un muro a 100 por hora.
Sobre el mapa que cuelga del muro, de la frontera de Laos a la costa
se agolpan en filas apretadas banderitas de diversos colores. Ellos represen-
tan los objetivos ya alcanzados y aniquilados. No queda prácticamente
un centímetro libre. . . un poco más lejos otro mapa representa la China
popular. Trazos, cruces, inscripciones en azul y en rojo, muestran que
Pekín está extrañamente presente. La escalada vista desde este «ready
room», asume una significación completamente particular.
Es ahí que he encontrado al comandante Powell. Un gran diablo califor-
niano, muy simpático. Le he preguntado si el refuerzo de la defensa aérea
del Viet Nam del Norte no lo incomoda. Una sonrisita corre por sus labios.
-Sí, seguramente. El reforzamiento de la defensa norvietnamita hace más
difícil Cl cumplimiento de nuestras misiones. En cierta medida nos vemos
incluso obligados a revisar nuestros métodos de acción. Si la potencia de
fuego es muy grande, el piloto puede tomar la iniciativa de tratar de
alcanzar su objetivo por otra vía, o bien de regresar a bordo.
-¿Piensan ustedes poder ganar la guerra?
-Militarmente puede ser que hubiéramos podido alcanzar la victoria en
1965. Usted sabe, en este conflicto intervienen muchísimos factores. Es una
partida dura. Los comunistas rehúsan hacer un .gesto. Yo pienso que la
solución es de orden político.
-¿Tiene usted miedo cuando parte en misión?
-Estoy casado y soy padre de cinco niños. Me gustaría mucho volver a
ver el sol de mi California.
Cada portaaviones está defendido por cuatro destroyers encargados del
salvamento de los pilotos caídos en el mar y de la cobertura antiaérea y
antisubmarina. Quince kilómetros delante de cada portaaviones un des-
troyer está de guardia en el radar. Sus radares barren la costa hasta una
distancia de 150 kilómetros. Cada uno de estos navíos está también equi-
pado de missiles de 40 kilómetros de alcance y con torpedos cohetes.
Desde hace cierto tiempo, los navíos .de la VII flota bombardean las regio-
nes costeras del norte de Viet N aro. La participación de los barcos de la
Marina de guerra en las operaciones militares contra la República Dem~
crática de Viet Nam, hace suponer que la guerra aérea desencadenada
52
desde hace dos años por los norteamericanos, no ha dado los resultados
esperados.
Del lado vietnamita se han tomado medidas y se han reforzado seria-
mente las defensas costeras. Es asi que durante mi permanencia a bordo
del Kitty Hawk me enteré de que el destroyer Ingersoll, alcanzado por el
fuego de las baterias costeras, además de importantes d!iños materiales,
sufrió ocho muertos y veinte heridos graves.
El Kitty Hawk no es más que uno de los engranajes de la VII Flota. T~~s
las unidades que operan en el Golfo de Tonkin forman parte de la misma.
Son el Bonhome-Richard, el Oriansky, el Midway, el Coral Sea, el Enter-
prise y el lndependence. Todos los portaaviones están sin cesar en movi-
miento. Un mes en operaciones, diez dias en reposo. Hong-Kong, Subic-
Bay, Taipeh, Manila, son otros tantos de los puntos de escala. Tras ellos
se encuentra toda la cadena de bases. terrestres de la VII Flota: Guam,
guarida de submarinos dotados de cohetes Polaris, Okinawa, Attú, Midway
y todos esos atolones misteriosos donde en profundos silos están depositadas
las bombas atómicas.
Cada uno de estos monstruos debe tener en reserva un 50% de su «fuel-oil»,
noventa dias de viveres y municiones sin contar sus 30 navios abastecedores.
La VII Flota representa como potencia de intervención, 600 navios, 700
aviones embarcados, 80,000 hombres de dotación, centenares de cañones
y centenares de miles de toneladas de municiones ...

EL DELTA DEL MEKONG: UN BASTION VIET CONG

'Kilómetros tras kilómetros, la ruta se sumerge en el Delta. Después del


frescor de las Altas Mesetas, reencuentro aqui el calor intolerable del Viet
Nam. La ruta que conduce de Saigón a My Tho está muy frecuentada.
Los puentes están cuidadosamente guardados. Cada pilar está rodeado de
un tablero protector iluminado.
Por cierto, el paisaje no es ni grandioso ni muy pintoresco, pero su belleza
proviene justamente de su simplicidad, . de su rusticidad y del trabajo de
los hombres que le dan un alma. En todos los arrozales se afanan campe-
sinos y hasta . donde se pierde la vista, se repiten los gestos seculares de
una tarea nunca terminada, puesto que es el simbolo de la vida misma.
Para dirigirme al Delta babia decidido abandonar los medios de trans-
porte oficiales y utilizar aquellos que toman cotidianamente los vietnamitas:
53
los autobuses locales. Existen de todos los tamaños, muy modernos y otros
que lo son mucho menos. Este modo de locomoción, no siendo muy rápido,
permite ver buen número de cosas y sobre todo, detenerse tantas veces
como se desee.
De uno en otro tiempo, la caja de velocidades se deja oír con inquietantes
crujidos. El chofer, con una sonrisa, tranquiliza a sus pasajeros. En cada
parada el carro sufre el asalto de jóvenes vendedores de piñas, langostinos
secos, trozos de caña de azúcar. Usted es un number one si compra alguna
cosa y number ten si no compra nada. La última cifra dicha con un tono
despectivo.
My Tho está sit!-Jado sobre uno de los brazos del Mekong a 70 kilómetros al
.sureste de Saigón. Con sus largas calles sombreadas, no difiere en nada
de las otras ciudades de Viet Na.ro. El cuartel general de la 7ma. división
se encuentra en el centro de la .ciudad. El comandante V. T ... me recibe
con mucha afibilidad. ·
-Es imj>osible dirigirse a las provincias en jeep, me dice.
Quisiera mucho ayudarlo, pero hay que tener conciencia de la situación.
Ignoro que es lo que le han dicho . las autoridades de Saigón, pero sepa
que aquí todo está «podrido».1 Para salir se necesitan helicópteros y estos
dependen de füs norte-americanos. Siempre se les puede reclamar, si bien
-agrega.....;....nuestras rdaciones no son más io que ·han sido.· ..
Cuatro horas más tarde, un helicóptero que regresa a la base de Cantho
consiente en depositarme en la aldea de Ba Tri, en la provincia de Kien
Hoa, a 50 kilómetros al sureste· de My Tho. Si en Saigón el temor que in.spi-
ra el Viet Gong se mide en kilómetros de alambre de púas, en el Delta los
tiradores selectos · del Viet Gong obligan a los helicópteros a volar a unos
800 ó 1,000 metros de altura. La provincia de Kien Roa está controlada
en un 90% por el Viet Gong. Como ella es muy rica (pescado, arroz,
cocoteros) es llamada el «delta del Delta»~ Sus vías de comunicación con
el mar son .innumerables. Plaza fuerte del Viet Gong es el blanco de los
B-52, que allí se encarnizan.
Como muchas aldeas del Delta, Ba Tri es toda longitud, se extiende 7 kiló-
metros. Un sendero de dos metros de ancha la atraviesa. A menos de 200
metros comienzan los arrozales. -Lo mismo que algunas otras de las provin-

6 Expresión que desde la lucha contra el colonialismo francés se emplea para


expresar que la zona se encuentra completamente bajo la influencia de los patriotas.
{N. de la R.)
54
cias padece un simulacro de control por parte de Saigón. No se puede llegar;
a ella más que por helicóptero. Doscientos soldados survietnamitas están
allí acantonados con dos consejeros norteamericanos. No pudiendo intentar
ninguna acción de envergadura, se contentan con patrullas cotidianas que
sólo tienen lugar de día, y que no se éxtienden más de algunos kiÍómetros
de un lado y del otro del poblado. .
-Es verdaderamente una guerra singular, me dice e~ capitán Pouble, uno
de los consejeros. Es el más joven de los dos. Está en Viet Nam desde hace
ocho meses. A faltá de comprender alguna cosa de la guerra, aprende viet•
na.mi.ta a lo largo de la jornada. Un viento ligero hace danzar la llama
de las bujías mientras que los mosquitos se encarnizan sobre nuestras per-
sonas. El viento más fresco aporta con el aroma de los setos ,de bambú, los
ruidos de la campiña. Las ranas_toros mezclan su croar gutural al rumor
de los insectos.
Si bien esta aldea no está controlada directamente por los guerrilleros,
éstos están extrañamente presentes. ·cada familia tiene uno de los suyos
entre los combatientes del Frente. Y eso hace. tanto más ridículo un cartelón:
de colores desvanecidos suspendido por dos alambres de hierro y sobre el
cu.al se puede leer: «Hay que vencer al Viet Cong, si queremos 'vivir
felices».
Al día siguiente, dirigiéndonos al mercado, uno de los consejeros me hace
notar el gran número de .niños.
-Nos cruzamos cada día con mujeres e~cinta cuyos maridos se considera
que ha ·partido hace largos meses, agrega moviendo la cabeza con aire de
entendimiento.
Un joven soldado movilizado me explica durante la siesta que el Viet Gong,
una vez llegada la noche, puede introducirse en el pueblo con la mayor ·
tranquilidad del mundo, pese a los cuatro puestos·de guardia.
-¡Qué quiere usted que uno haga!, ·suspira él.
El agua ~oza la ruta, la recub_re en algunos parajes, causando el atasca-
miento de numerosos vehículos. Los arrozales, anegados de agua, se inte-
rrumpen al ras de la ruta. Sampanes chatos se deslizan sobre canales mi-
núsculos, se cuelan en los meandros del arrozal sin el menor chapoteo. Una
vez caída la noche estarán con el Vi.e t Gong.
Entre My Tho y Vinh Long los canales están obstl;'uidos río arriba y río
abajo. Los sampanes pasan por medio de pasajes zigzagueantes. Los puentes
55
son numerosos y ferozmente defendidos, lo que no ha impedido al Viet
· Cong hacer saltar una media docena.
Es .en Oaibé, aguardando el pont6n que cruza hasta Vinh Long que trabo
conocimiento con Nguyen V ... Es un jubilado de la administración. fran-
cesa. Su piel está plegada como wi viejo pergamino. Le explico por qué
he ·abandonado los· medios de locomoci6n oficiales. Es entonces que me ha
propuesto que me detenga en su aldea.
Hemos descendido de nuestro·pequeño vehículo mucho antes de Sadec, en
la provincia de Vinh Long. La aidea de T. X ... está situada un poco
al margen de la ruta.. Nada la diferencia de las otras aldeas anamitas,
numerosas en esta provincia. En un rincón del patio, que es la parte más
útil de la casa, se encuentran jarras con recipientes de gua alineados. Sobre
el altar instalado en la pieza principal: palillos de incienso a medio consu-
mir, papeles votivos y pétalos aún frescos.
La provincia de Vmh Long está controlada en un 90% por el Frente
Nacional de Liberación. Se lo digo a NgUyen V ...
-Usted se encuentra en una aldea controlada por el Viet Cong, me con-
testa.
-¿Cómo es eso?
-~o hay nada de extraordinario, sabe usted. Su administración ha re-
empiazado a la de Saigón desde hace tiempo. Pagámos nuestros impuestos,
donamos una parte de la cosecha de arroz para los combati~tes.
-¿Usted ve a menudo al Viet Cong?
-Como todo el mundo, agrega con una sonrisita.
-¿Tiene el apoyo de todo el pueblo?
-Usted me pregunta demasiado. Lo .q ue puedo decirle ~ que desde que
su orden reina, las reformas hechas, por incompletas que· sean, han apor-
tado a los campesinos un mejoramiento de sus condiciones de vida. El
problema de la tierra domina t.odos los otros. Así, fos arriendos han sido
reducidos sustancialmente y las vías de irrigación mejoradas ...
Indudablemente la guerra no_ arregla nada.
-¿Y usted?
-Vivo en la guerra desde hace veinte años ...
Dos horas más tarde, en Vinh Long, tengo como vecinos de mesa a una
media docena de· consejeros norteamericanos matando el tiempo a golpes
56
de vasoi llenos de whisky. El Delta no lo conocen más que desde el heli•
c6ptero.

LOS NORTEAMERICANOS LES TIRAN COMO CONEJOS


Can Tho es la ciudad más grande del Delta, la «perla del oeste>; ~omo se la
llama. En el Estado Mayor del 4to. cu~rpo se me traza a grandes rasgos
el estado de la situación. No es brillante. Las operacione~ lanzadas con
gran estruendo y ayudadas por los B-52, no han modificado gran cosa. Se
me cita como ejemplo ~l distrito de Cai Rang, situado a 6 kilómetros de
Can Tho. Se compone de doce distritos: nueve son controlados por el Frente,
tres por la administración survietnamita. Llegada la noche el Viet Cong
reina por doquier. _
Han Binh es una «aldea nueva>. Cuenta con 685 habitantes todos refu-
giados que han huido de sus aldeas como consecuencia ·de los bombardeos
norteamericanos. Se han instalado aquí desde háce sólo algunos_meses.
-Falta ~e todo, me dice el alcalde Bien ·cong Hau. Llegan todos los días.
En lugar de ¡qorir bajo las bombas, se muere aquí. Mire, cómo quiere usted
que sea de otro modo.
La aldea se compone de chozas de paja. Las mejor provistas poseen una
mesa coja y algunas sillas. En tomo se extiende un arrozal cenagoso que
exhala olores nauseabundos. Los niños que no están en edad de mendigar
se recrean en esta agua barrosa. Es su único horizonte. -
Me encuentro con el padre Fran~ois Nguyen Linh Viet eidas cercanías de
la iglesia. El también es un refugiado. Es nativo de la aldea de Truang
Long, a veinte kilómetros de Can Tho. Su iglesia y la aldea han sido arrasa-
das por los B-52.
-No respetan nada. Yo había fijado una cruz sobre cada esquina del techo
para mostrar claramente que se trataba de una iglesia. El día en que llega-
ron los bombarder~ éramos un centenar en la iglesia. Soy uno de los raros
sobrevivientes. .A manera de excusa el ~omandante norteamericano dirá
que había ·una defensa antiaérea viet cong instala<Ja sobre el techo. Es falso.
Tomo a Dios por testigo. Es verdad que nuestra aldea estaba contr~lada
por el :Viet Cong, como muchas otras de la región, pero, ¿es esa una -razón
para destruirlo todo•• ?
-¿Y·sus relaciones con el Viet Cong?
-Yo no comparto su ideología. Soy oohombre de Dios. Por lo demás, lol
veía raramente. Pero ellos han respetado siempre la iglesia. Venían a la
51
aldea a comprar. arraz, .repo5aban allí .unos días y volvían a partj'r. Eran
jóvenes en general. Su comportamiento les valía la estimación de las gentes
de la aldea.
El calor era casi insoportable én esa pieza del hospital de Can Tho. :Un
.olor fétido flotaba en el aire. Dos niños por lecho. Dos. niños con las dos
piernas amputadas, arriba de las rodillas. Hay veinticinco lechos en la sala.
,,_Desde l<i alto de sus helicópteros, los norteamericanos les tiran con las
ametralladoras como a conejos, me dice un cuidador. .
Yo no podía desprender .mi mirada de ésos muñ~nes sangrantes. Miro las
hojas de-hospitalización. Leo: «Vo Van Mung, siete años»; «Nguyen Van
Nong, once años»; «Van Minh, . trece años»; «Nguyen Van Hot, diez
años», todos heridos por balas tiradas desde helicópteros. Su único crimen
era el dé ser guardianes de búfalos, por consiguiente, para ·los norteameri-
canos, agent~s de enlace del Viet Cong. ·
La sala vecina es la de los quemados .con napalm. El espectácúlo .es atroz,
insoportable. Girones enteros de carne parten con los apósitos, cuando éstos
pueden ser renovados, lo que no es frecuente. Muchos están en carne viva.
Las llagas apenas recubiertas con un ·poco de gasa.
A cada.lado las madres rígidas en su dolor, mitigan la falta de enfermeras.
Día y noche ellas abanican esas caritas desgarradas ·que no tendrán ·nunca
más nada de humano. Relevándose, se conceden algunas horas de sueño
bajo el lecho de su hijo en el suelo. El médico me ha dicbo:
-La5 hay que mueren sin que nos apercibamos.
La guerra de Viet Nam es también la dispersión de productos tóxicos y
químicos en ·dosis masivas sobre las regiones controladas por el Frente de
Liberación Nacional. La provincia de Ben Tre, en el Delta, ha sido regada
sistemáticamente desde 1962. Vari~s centenares de miles de personas han
sido víctimas de intoxicación con· ma:lestares de cabeza, tos y sensaciones
de asfixia; Un testigo me dice:
-Las nubes de productos químicos expandidas por los aviones eran tan
densas que el cielo parecía cubierto de wía esp~ capa de niebla. Todos los
árboles frutales de la región fueron destruídos,
El 9 de septiembre de 1966 el corresponsal del New York Times en Saigón
escribía:
Desde e1 inicio de este año, los Estados Unidos han utilizado se_is
grandes aviones C-123 dotados de equipos especiales para propagar
58
5 millones de litros-de productos tóxicos sobre 215,000 hectáreas de:
tierra en el sur de Viet Nam. Ellos encaran la movilización de 18
aparatos C-123, es decir, el triple del número arriba mencionado
en los planes futuros.

En 1966, en dos meses solamente, los productos quúnicos. tóxicos fueron


arrojados sobre 26 provincias del Viet Nam del Sur. A principios del mes
de febrero el comando norteamericano decidic? ·desnudar completamente la
jungla de la zona desmilitariz"ada al sur del paralelo · 17. Las operaciones
abarcarán una banda de terreno de 60 kilómetros de largo y 5 kilómetros
de ancho. Y todo indica que los Estados Unidos están· dispuestos a ir más
li:jos aún. Desde el general Westmoreland, para quien el empleo del gas
es un métOdo humano, hasta l<>S exj>ertos en· logística dél Pentágono, que
han decicjido practicar la guerra química en gran escala, porque es el mé-
tOdo más racional y más eficaz.

UNA D~CISION INQUIETANTE


Es para golpear al adv.ersario en el corazón que el comando norteamericano,
después. de largas vacilaciones, ""'.""tanto la operación parece arriesgada cuan-
do no condenada de antemano a-1 fracaso-.:., adoptó la decisión inquietante
de hacer intervenir las tropas en los bastiones viet cong del «triángulo» de
hierro».
Desde hace ya varios meses las fuerzas norteamericanas intentan establecer
un cordón que vaya desde la frontera camboyana hasta el cabo Saint-
Jacques, pasando por Saigón para aislar al Delta y detener el paso de
hombres y de arroz del Sur hacia las zonas de operaciones del Norte:
Sin embargo, la idea de una «norteamericanización» de la guerra en el
Delta, donde la responsabilidad de las operaciones era hasta fecha reciente
vietnamita, es ya muy antigua. El 15 de agosto de 1966 el general W~~t­
moteland, que había venido a informar al presidente Johnson mismo;había
expresado el parecer de que la guerra sería ganada en el Delta del Mekong.
El comandante de las fuerzas norteamericanas en Viet Nam había evaluado.
entonces en 90,000 hombr~s el número de guerrilleros implantados en esta
región y había demandado la incorporación de cuatro divisiones de los
Estados U.nidos para «limpiar» el Delta.
La llegada de las tropas se ·vio demorada en varias semanas con motivo
de la oposición de algunos militares vietnamitas y particularmente del gene-
ral Dang Van Quang que comandaba el 4to. cuerpo. Su oposición debía
59
ser de corta duración. A fines del mes de noviembre último, fue relevado
de su comando.
Si la intervención norteamericana marca un vuelco en la guerra de Viet
Nam, igual~ente pone fin a la política llamada de «reparto de tareas>, que
regía desde hace alrededor de un año. el despliegue de las tropas en Viet
Nam: a las tropas norteamericanas se confiaba lo esencial de las operaciones
en las regiones menos pobladas. Las tropas vietnamitas eran consideradas
como más adap_tadas para llevar la lucha entre la densa población del
Delta debido a que conocen sus hábitos y su lenguaje. Este reparto de
tareas facilitó el funcionamiento del sistema de dos comandos distintos: uno
para las fuerzas norteamericanas y .las llamadas del «mundo libre», otro
para las fuel'Z'as vietnamitas solamente. La intervención tiene como conse-
cuencia, en primer lugar, la de acentuar la separación de los comandos y
a
aislar aún más los norteamericanos. y al declarar el 7 de enero.que «la
operación que acaba de ser desencadenada marca el inicio de la campaña
norteameíicana en el Delta», el general Westmoreland admite públicamente
que el gobierno del general Ky no goza de ningún prestigio entre la pobla-
ción, que · el poder real pertenece en el Delta, más .aún. que en las altas
planicies·y en los accesos inmediatos de Saigón, al Frente Nacional de Libe-
ración y_que, por consiguiente, la guerra que los Estados Unidos conducen
en Viet Nam del Sur, lejos de ser una guerra de liberación, es simplemente
. una guerra norteamericana.
Finalmente, el mito de la agresión de' Viet Nam del Sur por el Norte, cae
en ridiculo, puesto que es hoy en día en las' profundidades pantanosas del
Sur que los soldados del general Westmoreland se ven obligados a ejercer
sus singulares talentos.

«ELLOS NO SALDRAN NUNCA DE ALLI»

Granero de arroz, el De1ta es también una reserva de .hombres para el Viet


Cong. El Delta se extiende desde la Llanura de los juncos hasta el extremo
de la penllisula de Camau. Sólo cubre una sexta parte del país, pero abriga
8,5 millones de habitantes de los 15 con que cuenta el Viet Nam del Sur, y
en tiempo normal debe nutrir a las tres cuartas partes del país. El Viet Cong
controla en un 90% las provincias más ricas. Las otras son consideradas
como «podridas:., lo que viene a ser casi lo mismo. En medio de la penín-
sula de Camau, emergiendo apenas de los torrentes, subsiste un pantano de
aguas límpidas y ambarinas desde donde irradian hacia el mar múltiples
60
arroyos que son otros tantos pasos por donde los guerrilleros circulan como
amos. Al noroeste el Viet Cong posee un segundo bastión inexpugnable: la
famosa Llanura de los juncos. Es un punto estratégico de primera impor-
tancia. Desde allí, articula .sus movimientos entre el Delta y la región
media:
Dejando de· lado las ciudaéles, se pueden contar rápidamente los islotes
gubernamentales · asediados que no pueden ser reabastecidos más que por
helicópteros,. como por ejemplo, los de la provincia de Vinh Binh. He aquí
ese Delta, inundado seis meses del año, surcado por .8,500 ríos y canales,
adicto políticamente en su abrumadora mayoría al Frente Nacional de
Liberación, donde se ha instaurado UBa especie de coexistencia más o menos
tácita entre el Viet Cong y las tropas gubernamentales prudentemente
acantonadas en algunos enclaves «autorizados>. Al llevar la guerra al
Delta, el gobierno norteamericano va a ver alzarse al resto del país contra
él. Más. categórico ha sido el juicio de un comandante del Estado Mayor
del 4to. cu~ en Can Tho:
Put:de ser que los norteamericanos puedan poner el pie en el Delta, pero no
Saldrán nunca de allí.
El desembarco fue efectuado después de un intenso bombardeo ·del objetivo,
sobre una playa de 10 kilómetros bordeada de ciénagas en la provincia de
Kien Hoa. El crucero Camberra de la U.S. había «preparado» el terre:q.o,
bombardeando la zona con cañonazos y cohetes, mientras que los aviones
dejaban caer bombas de napalm y de fragmentación.
Varios batallones de «marines» fueron desembarcados desde «amtracks>
( amphibious landing vehicle tracks), 6 o fueron depositados por helicópteros
desde el puente del Iwojima. Este sector era descrito como playa de desem-
barco de los juncos del Viet Cong, zona de depósitos de armas y de muni-
ciones, base de retaguardia de los guerrilleros con hospitales, centros de
entienamiento y de reposo. Tres días más tarde la operación «Deck House
5», era considerada como un . fracaso total. El balance establecido era de
«cinco Viet Cong muertos y otros cinco hechos prisioneros>.
Uno puede preguntarse cómo los norteamericanos han podido distinguir
los «viet congs» de los «no viet congs», en una zona en la que ni ellos ni los
soldados de Saigón han puesto los pies desde hace años. La explicación debe
encontrarse sin duda en el hecho de que la zona fue declarada free'kill mne.'

6 Tanques anfibios de desembarco.


7 Zona para matar libremente.
61
¿Y qué decir de la operación «Cedar Falls» lanzada durante el mes de
enero en «el triángulo de hierro», a una cincuentena de ~ilómetros al norte
de Saigón por más de 30,000 soldados norteamericanos y varios batallones
gubernamentales? Entre los 5,500 civiles que fueron desplazados, sólo se
· contaban 262 hombres: La aldea de Ben Suc fue metódicamente arrasada
por los bulldozers. Los árboles fueron abatidos y quemados. En el curso
de esta operación las fuerzas ·norteamericanas deberían haber matado 500
guerrilleros y descubierto más de 2,760 toneladas de arroz. El optimismo
norteamericano habrá sido de corta duración. A principio del mes de febre-
ro, un destacamento de la lra. división norteamericana de infantE>rÍa fue
severamente castigado en el centro mismo de este sector que los norteameri·
canos, sin embargo, habían declarado haber «desembarazado» de todos los
.elementos viet congs que allí se encontraban. Saigón reconoció que las bajas
habían sido «fuertes» entre los infantes norteamericanos.
Parece ser que la estrategia norteamericana; que consiste en lanzar grandes
operaciones con. gruesos medios como la que ·el comando norteamericano
lan2!Ó el 7 de enero en el Delta del Mekong o en el «triángulo de,Jiierro»
al norte de Saigón, se traduce en la mayor parte de los casos en resonantes
fracasos y sigue siendo esencialmente defensiva, imprecisa, indeterminada.
El heCho de 'que el Pentágono se vea obligado a emplear el 90% del ejército
survietnamita como tropas de ocupación, es revelador de las debilidades
de fa estrategia norteamericana. Las fuerzas del Frente Nacional de Libe-
ración se ocultan, rehúsan el contacto y logran su propósito, los asaltantes
golpean en el vacío, sin poder enfrentar' la menor unidad viet cong que
ellos desean encontrar para aplastarla bajo el diluvio de hierro y fuego de
su artillería, sin hablar de la aviación.
La estrategia norteamericana de «guerra localizada», no ha conocido jamás
como _en Viet Nam una crisis tan profunda. No obstante, el comando norte-
americano dispone de fuerzas varias veces superiores a las del año pasado.
Pese a ello, no ha podido contener el- movimiento de guerrillas que es la
forma de lucha utili~ada de manera creciente por el Viet Cong. En la mayo-
.ría de los casos, la iniciativa queda en manos de éste. ¡Cuán significativo
es este despacho del corresponsal de la Associated Press fechado el 3 de
diciembre de 1966:
Los estrategas norteamericanos estiman que se necesita la vida de un hombre
para pacificar el sur de Viet Nam y no se está seguro aún de llevar esta paci-
ficación a buen fin.
62
La pacificación es verdaderamente la tarta a la crema del Viet Nam actual.
Se ha tratado mucho de ella ·en Honolulu y aún más en Manila. W alter
Lippmann ha dado una imagen sorprendente del fracaso de la «pacifica-
ción»: es como «SÍ uno hunde el puño en un cubo de agua. En cuanto· retira
la mano, el agua se cierra de nuevo». P9r lo demás, es lo que ha reconocido
Mr, McNamara a fines del mes de enero, al declarar ante la comisión sena-
torial de asuntos extranjeros-·qtie «el esfuerzo de pacificación ha sido lento
y un poco decepcionante». La pacificación no . es solamente un problema
militar, es sobre todo un problema político.
De hecho, el balance del año 1966;es poco brillante para los EE.UU. Los
militares mismos lo reconocen. Todas las bases nan sido ata¡:adas en· varias
ocasiones, salvo Cam Ramh. El'F.N.L. ha multiplicado sui; ataques. Se
trata en general de acciones ofensivas muy localizadas, tan cortas como sea
posible, para evitar la intervención de la aviación y de la artillería enemigas
y casi siempre de pequeña envergadura. Pero todas estas acciones son muy
bien preparadas y ~gorosamente conducidas, lo que explica que resulten.
muy eficaces. .
La impotencia a la cual están actualmente conde;nadas las grandes unida-
des norteamericanas debido a que el enemigo se oculta ante ellas, al mismo
tiempó que multiplica e intensifica sus ataques contra las formaciones y las
posiciones aisladas, contribuye igualmente a poner de relieve las múltiples
acciones del Viet Cong.
Uno se siente impresionado cuando analiza el balance oficial de estas opera-
ciones, por la mediocridad de sus resultados a la vista de los m~dios siempre
importantes que ponen en acción. Para la operación «Pickett», en la región
de Kontum en el mes de diciembre último, a cargo de la lra. brigada de la
lOa, división aerotransportada, se necesitaron alrededor de 215 salidas d~
C-130 Hércules para transportar en cuarenta y ocho horas desde Tay Hoa
a Kontum, los 4,000 hombres de éta brigada así como 3,400 toneladas de
equipos. Ahora bien, en diez días el balance de las operaciones se ~radujo
C!l 6 viet congs muertos. La operación «Springfield», que vio en acción a
la 3ra.. brigada de la lra. DI, apoyada por 34 salidas aéreas, sólo logró
poner fuera de combate en cinco días a 12 viet congs. La 2da. brigada de
la 25 DI lanzó la operación «Hok Hed» apoyada por 336 salidas aéreas:
balance, 67 v:iet congs muertos en quince días. La operación de «Evansille»
comprome~ió a -la 25 DI apoyada por 75 salidas aéreas: resul~do, 4 viet
congs muertos en cuarenta días. La operación «Toledo» vio en acción a la
173 brigada: balance, 11 viet congs muertos en veinteséis días, etc.
63
DOS MILLONES DE SOLDADOS PARA GANAR LA GUERRA
Si los Estados Unidos quieren ganar la guerra de Viet Nam en los próximos
cinco años, deberán enviar de medio millón a dos millones de soldados, de-
claró recientemente Mr. Seymm~r ·Dietchman, director del servicio de inves-
tigaciones sobre la guerrilla, en el Ministerio de Defensa.
La prosecución e intensificación de la guerra, plantean, en efecto, el pro-
blema de los efectivos. ¿Los Estados Unidos podrán afrontarlo? Es sabido
que el gobierno norteamericano estudia actualmente la posibilidad de enca-
minar importantes refuerzos .al Viet Nam en el curso de los próximos meses
y de hacer llegar incluso los efectivos norteamericanos de 400,000 a 600,000
ó 700,000. Ellos alcanzarán verosímilmente los 450,000 hombres desde el
mes de mayo próximo.
Un refuerzo de los efectivos ·norteamericanos en Viet Nam es necesario en
el cuadro de la nueva estrategia decidida desde la conferencia de Manila,
que preveía, particularmente, que.en 1967 la casi exclusivi~ad de las opera-
ciones ofensivas sería confiada a las unidades norteamericanas, en tanto
que los_survietnamitas se consagrarían a la «pacificación» y a la «limpieza»,
A propósito de esto conviene subrayar que cuanto mayor es el número de
las tropas norteamericanas que llegan, mayores son los signos de fatiga que
muestra el ejército vietnamita. El -número de deserciones se incrementa de
año en año. De 17,000 en 1961 han 'pasado, de creer al U.S~ News and
World Report, a más de 150,000 en 1966. Lo que las caracteriza hoy en día
es que en comparación con los pa§ados años, ellas.se convierten en colectivas.
No es raro ver una sección, incluso un batallón, desaparecer con armas y
bagajes: · ·
Las posibilidades norteamericanas no son, sin embargo, ilimitadas. Los Esta-
dos Unidos poseen veintiuna_divisiones combatientes, en total 3 millones de
soldados. Su «estrategia global» absorbe trece. Ocho divisiones solamente
están implantadas sobre el territorio nacional, de las cuales siete están equi-
padas, organizadas y entrenadas para una guerra en Europa.
En fin de cuentas, sólo quedan la 9na. DI y la Sta. división de los «mari-
nes» que podrán ser enviadas a Viet Nam del Sur en 1967. Tal nt:cesidad
de efectivos plantea evidentemente un problema de reclutamiento.
Con este motivo, Walter Lippmann pudo escribir:
Las dificultades del reclutamiento no provienen del sistema de
enrolamiento, sino del' hecho que no se quiere la guerra. El con-
flicto vietnamita difiere totalmente de fas tres guerras precedentes.
64
No es cuesti6n, hoy día, de voluntarios. Peor, es el rechazo del enro-
lamiento, el que es considerado como un acto· justo y conforme al
honor ........ (Newsweeck, 4-7-1966) .

La escasez de aparatos y de pilotos no cesa de inquietar al comando ·norte~


americano.
Mr. Hanson Baldwin, cronista militar del New York Times citaba reciente·
mente el caso de una unidad· con base en Thailandia que hubo perdido
durante el verano, 1~ de sus 18 aparatos y nueve pilotos. Estas cifras, dice,
son excepcionales, pero el nivel de la~ pérdidas puede situar5e en el 4o/o..de
los aviones empleados. Pese al pedido suplementario de 280 aviones, la
industria aeronáutica norteamericana no puede «seguir» la demanda' y
han debido ser puestos en servicio viejos modelos.
Señalemos por fin que el Pentágano acaba de reconocer haber perdido 550
aviones más que el total anunciado hasta el momento. El balance real de
las pérdidas de aviones es, pues, de 1,172. En cuanto a ·los helic6pteros el
balance oficial, igualmente en vía de correéci6n, pasaría de . 250 a más de
600. El total d.e aparatos perdidos sería entonces de más de 1,700.
Esta penuria se ve acompañada de una escasez de pilotos cada ve-z menos
tentados por la guerra del Viet Nam y atraidos cada vez más por las com,
palias comerciales. El número de pilotos formados en .1966 y 1967 debe
pasar de 1,965 a 2,760, pero el último año solamente se han registrado m~
de 700 dimisiones. Para intentar. paliar estas defecciones el Pentágono ha
autorizado a prolongar en un año la permanencia de ciertos pilotos y otros
oficiales a Viet N am.

DIFICULTADFS LOGISTICAS
Las dificultades logisticas se agrandan a. medida· que son introducidas nue-
vos refuerzos en Viet Nam del Sur y que se prolonga la guerra. El aprovi-
sionamiento de un cuerpo de batalla situado aºmás de una decena .de miles
de kll6metros del territorio nacional plantea al Pentágono problemas de
extrema complejidad.
El volumen de los aprovisionamientos se eleva en la hora actual a 400,000
toneladas por m1<s, es decir, cinco veces más que hace un año: Se ha debido_
volver ~ poner en servicio antiguos barcos empleados durant~ la II guerra
mundial y fletar numerosos navíos extranjeros sin poder remediar la esca-
sez d~ medios de transporte. Los puertos de Saig6n, Da Nang, Cam Ranh,
65
apenas agrandados, están nuevamente atascados. Un promedio de 60 barcos
esperan a lo largo del cabo Saint Jacques su turno para ser descargados en
Saigón. Otros barcos con destino al mismo puerto esperan para levantar
el ancla en Manila, Yokohama.
Las importantes ·instalaeiones militares situadas en el interior del país se
han vuelto cada vez más difíciles de defender y abastecer. Pleiku, la capital
de la Alta Meseta, está casi totalmente aislada de los otros centros. Los
convoyes que toman la ruta 19 desde Qui Nhon, pasando por An Khe
para llegar a Pleiku, son precedidos de una importante escolta militar, sin
contar los helicópteros. Parece evidente que es imposible mantener «abier-
ta», de manera duradera, una ruta que demanda la movilización de tantos
efectivos.
Incluso el aprovisionamiento de las tropas instaladas en Da Nang plantea
problemas. La descarga de los barcos es difícil. He visto los «stocks» amon-
tonados de manera desordenada. Es necesario agrandar la base y ésta ~o
puede agrandarse más que si aumentan las tropas encargadas de su defensa.
Es un círculo vicioso. La red de caminos está controlada por el Viet Cong
en más de un 70%; la única línea de ferrocarril que enlaza en época normal
todas -las ciudades costeras al norte de Saigón está actualmente cortada en
múltiples puntos, y ya el tren no puede, ni siquiera, aportar un aprovisiona-
miento mínimo a los destacamentos norteamericanos a lo largo del litoral.
Así, un número cada vez más importante de barcos· ha sido puesto en servi-
cio para encaminar los aprovisionamientos a lo largo de las costas.
Los planes logísticos, cuya puesta en ejecución se remonta a la primavera
de 1965, en particular co.n la deeisión de acondicionar la bahía de Cam
Ranh, se han visto sobrepasados por las necesidades tácticas nacidas del in-
cremento, a un ritmo mucho más alto que el previsto, de la llegada de
refuerzos destinados a enfrentar el deterioro de la situación militar.
Es p~ra hacer frente a estos múltiples problemas que el acondicionamiento
de la bahía de Cam Ranh fue decidido con toda urgencia. Es una de las
radas naturales más bellas del mundo. A poco menos de media distancia
entre Singapur, Hong Kong y Manila, su emplazamiento estratégico es
excelente para la VII Flo.ta, que no dispone en el centro de su zona de
acción de fondeadero seguro.
Compañías civiles de trabajos públicos norteamericanas, disponiendo de
medios prácticamente ilimitados, realizan la obra con sus ingenieros y cap~­
taces, contratando todo el personal vietnamita disponible con salarios supe-
riores al promedio.
66
Las realizaciones son en escala norteamericana. Un sea-line vierte directa-
mente en las cisternas de Ja Fuerza Aérea 120,000 litros de gasolina por
hora. Un dique flotante, traído en treinta y cinco días de remolque a través
del Pacífico, atraca cuatro navíos a la vez. DesemI?arcan allí alrededor de
150,000 toneladas de mercancías mensuales, lo que alimenta una noria in-
cesante de camiones. La base cuenta con dos pistas de aterrizaje paralelas
sobre las cuales pueden posarse los aviones más rápidos y más pesados del
mundo. Se ha adoptado, recientemente, un plan de siete años. NuevÓs mue-
lles en aguas profundas, material de carga, amarraderos, diques y almace-
nes serán contruidos. ·Finalmente, si hubiera que subrayar toda la impor-
tancia que el comando norteamericano atribuye a Cam Ranh, recordemos
simplemente que es la base que el presidente Johnson prefirió a Da Nang,
donde se le esperaba.
Las perspectivas, tales como sé presentan en este inicio de año, no son de
una naturaleza tal como para modificar sensiblemente la situación en los
próximos meses. No se está más en la épocit en que Mr. Cabot Lodge podía
anunciar con la mayor seriedad del mundo _que el Viet Cong va a sufrir una
derrota aplastante. Las declaraciones oficiales norteamericanas, y. particu-
larmente las del general Westmoreland, son muy reservadas. Para el coman-
dante en jefe de las tropas norteamericanas en Viet Nam el año i967 será,
a grandes rasgos, una repetición de 1966. El prevee un reforzamiento nu-
mérico continuo de las fuer.t.'as, con una acentuación de la táctica de gue-
rrillas.
Hace poco más de un año, los dirigentes norteamericanos temían que la
utilización de las tropas combatientes norteamericanas desembocara· en un
fracaso en el plano de la propaganda. Actualmente las cosas han llegado
demasiado lejos como para preocuparse por esas sutilezas.
Admitiendo incluso que los norteamericanos puedan obtener alglinas victo-
rias, que conserven los enclaves de sus bases -Cosa muy probable---, sigue
en pie el hecho de que el FNL ha obtenido ya una victoria sicológica que
sobrepasa los límites de Viet Nam del Sur. Este· hecho, unido a otras con-
sideraciones estratégicas, permite comprender por qué Washington prefiere
continuar la ««escalada»» con todos los rjesgos que ella implica, antes que
entablar una negociación necesaria.

«Le Monde Diplomátique» Marzo de 1967.

67
LA ESTRATEGIA
NORTEAMERICANA
EN V 1ET NAM

BORIS TEPLINSKY

1.,os nuevos actos de agresión mediante los cuales Estados Unidos ha exten·
dido sus incursiones piratas de bombardeo sobre las áreas de Hanoi y Hai-
Phong, y comenzado a bombardear la .zona desmilitarizada a lo largo de la
línea de demarcación entre Viet Nam del Norte y del Sur, aumentan la
amenaza para la paz mµndial, creada por la temeraria e irresponsable
política de Washington. Al mismo tiempo, la situación que ha surgido en el
sudeste de Asia desde mediados del verano de 1965 ha destacado las ante-
riores etapas ~e la agresión norteamericana en Viet Nam, en esas temerarias
acciones de escalamiento irresponsable, cada una de las cuales demuestra
el fracaso de la anterior.
La actual y más reciente etapa en el escalamiento de la sucia guerra de
Estados Unidos no es una excepción. Además, la loca tentativa de lograr a
la larga algún éxito extend_iendo el bombardeo a la República Democrática
de Viet Nam no hace más que poner de manifiesto los fracasos de los estra-
tegas del Pentágono a lo largo de la guerra.
¿Pero cuáles son la esencia y las raíces de su estrategia?
«Lo que el pueblo debe te~er presente --dijo hace un año Av'erell Harri-
man, que está íntimamente relacionado con el presidente Joh~on- es que
estamos luchando contra un ataque del comunismo en todo el mundo, y
69
Viet Nam es una batalla en esa lucha». 1 Tal cosa, dicha en la jerga
diplomática de Washington, es el elemento principal del programa del
imperialismo norteamericano.
El sistema socialista mundial es el mayor obstáculo en el camino de Esta~os
Unidos hacia la supremacía mundial. La guerra norteamericana contra el
pueblo vietnamita es un ataque a las posiciones del mundo socialista. La
obstinación con que Washington está librando esta guerra se explica princi-
palmente por la gran importancia estratégica que tiene Indochina para la
zona del Pacífico, que es aún más importante estratégicamente.
El objetivo primordial del Pentágono en el Pacífico es establecer en Indo-
china un sistema de bases para amenaz~r la República Popular China desde
el Sur, como suplemento a la amenaza de las bases norteamericanas en Corea
del Sur, y también posee'r en Indochina un soporte continental para las
bases en las islas, para cercar el continente asiático, abarcando desde Alaska,
a través de Japón, Okinawa, Corea del Sur, Taiwan y las Filipinas, hasta
Viet Nam del Sur y Thailandia. Según los proyectos de Washington, Viet
Nam ha de convertirse en el centro del desarrollo de la influencia militar
y política de Estados Unidos hacia la peninsula Malaya y el Archipiélago
indonesio.
La península Indochina ha de servir como punto de partida para el siste,m a
perspectivo de bases conjuntas de Estados Unidos y Gran Bretaña en las
islas del Océano Indico. Las bases norteamericanas situadas alrededor de
Indochina se encadenan, por decirlo así, con el grupo de islas y archipiéla-
gos que -conectan la costa del Asia Oriental con los Estados Unidos. Los
principales puntos de apoyo son las bases norteamericanas en Hawaii,' las
Marianas, Guam y las islas Volcán y Bonin. Las bases de las islas Marshall,
Caroli~a y Samoa sii;ven como el comienzo de otro «puente» de islas que
se dirige al Sur, hacia Australia y Nueva Zelandia, las cuales, al igual que
Estados Unidos, son miembros del bloque militar -ANZUS. Por. tanto, la
agresión a Viet Nam debe ser considerada como parte integrante de los es-
fuerzos imperialistas de Estados Unidos por llevar a cabo un plan general
de construir un solo sistema militar estratégico de bases en las zonas de
los océanos Pacífico e Indico, y establecer el control militar y político de
Washington en esa parte <!-el mundo --desde las islas Aleutinas hasta Ma-
dagascar. A la península Indochina se le -asigna el papel de eje geográfico
y militar de este gigantesco arco a través de ambos hemisferios.

1 A. Harriman, embajador viajero de los Estados Unidos. (N. de R.)


70
La gran importancia que Washington atribuye a sus planes para estas zonas
del Pacífico se deduce del hecho de que a principios de este año alrededor
de 700,000 oficiales y soldados norteamericanos, o aproximadamente el 24%
de todas las fuerzas armadas norteamericanas, se concentraron allí. 2 Este
número sobrepasaba ampliamente a las fuerzas norteamericanas destocadas
en la zona del .Atlántico (557,000). Actualmente, con el agudo incremento
de las tropas norteamericanas en Viet Nam,. ha aumentado más aún la
totalidad de las fuerzas armadas norteamericanas en el Pacífico.
Más de 400 barcos de la Armada de Estados Unidos y unos 7,000 aviones
y helicópteros norteamericanos están estacionados en las playas e islas del
Pacífico. Dos flotas norteamericanas están concentradas al.lí: la Primera, al
este del Pacífico, y la Séptima, al oeste, con bases. en Taiwan y las Filipinas,
así como en Japón y Viet Nam del Sur. La 15~ escuadra, que consta de seis
o siete submarinos atómicos Polaris, y la 3 ~ División aérea de bombarderos
estratégicos B-52; están estacionados en la isla de Guam.
Esta concentración de una parte considerable de la Marina y la Fuerza
Aérea nor.t eamericanas en el Pacífico está apoyada por la· política de W ash-
ington que tiene por objeto movilizar bajo su dirección todas las fuerzas
anticoll!-unistas y reaccionarias que existen en esa área. La OTASO no lia
justificado las esperanzas de Washington. Dos importantes miembros de
este bloque -Francia y Pakistán- se han negado a participar en las aven-
turas militares de Washington. Ese es el motivo por el cual se inició en Seúl,
en junio pa~ado, una nueva alianza agresiva -el Consejo Asiático del Pa-
cífico (ASPAC )- , con la ·b endición del Pentágono y el Departamento de
Estado norteamericano. El ASPAC es algo así como una segunda edición
de la OTASO, pero con una base mucho más amplia.
El ASPAC incluye a Thailandia y las Filipinas, (miembros de la OTASO),
Australia y Nueva Zelandia, (Miembros de la OTASO y la ANZUS), y
también a Japón, Corea del Sur, Malayasia, Taiwan controlada por Chiang
Kai Shek y el gobierno títere de Viet Nani del Sur, que anteriormente no
habían participado en ninguno de Jos bloques ·agresivos patrocinados por
Washington. El futuro demostrará cuan efectivo ha de ser este engendro
de los estrategas del Pentágono; en él ha puesto sus esperanzas el imperia-
lismo norteamericano.
Este es en general el resumen de los antecedentes estratégicos de los aconte-
cimientos que se desarrollan en Viet Nam y en toda la península Indochina.

2
Véase «New York Times, Mayo 8 de 1966>.
71
Según el Pentágono, una serie de guerras «pequeñas> o «limitadas> y <con.
flictos locales» debe contribuir a que los Estados Unidos puedan realizar
sus planes estratégicos en el sudeste de Asia y el Pacífico. Dicho sea de
paso, la diferencia entre las diversas formulaciones de los teóricos militares
norteamericaóos ha perdido toda significación por ahora. El general Taylor,
que es el más prominente defensor de la actual doctrina estratégica oficial
de los Estados Unidos, es decir, la «estrategia flexible de respuesta>,' define
una «guerra limitada» como «conflicto armado en el cual no está directa-
mente en juego la supervivencia nacional de los Estados Unidos»; 3 o sea,
un conflicto"armado durante el cual no se emplean armas nucleares.-
El significado de tal definición va muého más allá de los límites de un pru~
rito.~eramente términológico. Indica en cierto modo el tipo de guerra que
el Pentágono contempla en sus actuales designios agresivos. . Su objetivo
principal es la agresión contra países del antiguo mundo colonial donde los
estrategas del Pentágono no esperen una repulsa que amenace a los Estados
Unidos, y la guerra contra los movimientos de liberación Nacional, particu-
larmente el de Viet Nam.
De_sde el comienzo de la década de 1960, Estados Unidos ha estado orga-
nizando sus fuerzas armadas de acuerdo con este concepto estratégico. Cada
vez se enfatiza más el desarrollo de las fuerias de propósitos generales, que
incluyen al Ejército, la Armada (a excepción de los submarinos portadores
de ·proyectiles .atómicos) los Cuerpo~ de Infantería de Marina y la Fuerza
Táctica Aérea.
El cuadro 1 muestra que las asignaciones militares se han ido elevando
·principalmente para las Fuerzas de propósitos generales, incluso con detri-
mento, en cierta medida, de otras asigna~iones del presupuesto del
Pentágono.
CUADRO 1
Asignaciones (millones de dólares)
Principales Programas Militares 1964 1965 1966
Real Estimado
fuerzas estratégicas de represalia ......• 7 300 5 300 5 100
Fuerzas de propósitos generales . .....•. 17 700 19 000 30000
Fuerzas transportadas por aire y transpor-
tadas por mar ..................... . 1 300 1500 2 200
Fuerzas defénsiva5 continentales, aéreas y
• de -proyectiles teledirigidos ......•..... 2 100 1 000 1 700

s Maxwell D. Taylor: The Uncertain Trumpet, New York, 1959, p. 62.


72
A medida que crecen los gastos para las Fuerzas de propósitos generales,
aumenta su fuerza, como se demuestra en el cuadro 11.
Durante mucho tiempo los dirigentes norteaJllericanos tuvieron la espe-
ranza de aplastar el movimiento de liberación nacional de Viet Nam del
Sur con relativa facilidad mediante el envío de numerosos asesores milita-
res y destacamentos «contra-insurreccionales" y también mediant~ una
generosa ayuda material al gobierno títere de Saigón. La prensa norte-
americana predijo que «los historiadores del Jllundo libre podrán escribir
algún día que la victoria sobre el comunismo se obtuvo, no por la conquista
del espacio ni por las grandes bombas, sino p0r el fusil de tiro rápido, el
helicóptero armado, el cuchillo y el álambre de estranglilamiento>.'
CUADRO 11
Fuerza (en miles)
Servicios Real Estimado
1961 1965 1966 1967
Ejército ........••.•...•...•.. , 858 968 1159 1 234
Armada ......... , . • •. ·•.•... ; .•. 627 671 724 728
Infantería de Marina •••.....•.• 177 190 - 250 278
Fuerza Aérea ..••.•.•..........•. 820 824 854 853
Total •...•. : ...... . 2482 2 653 2 987 3 093 .
Número de unidades y formaciones
Real . Estimado
Divisiones del Ejército ............ 11 16 16 17
Fuerzas tácticas de la Fuerza Aérea,
escuadrones ......••...••........• 93 117 125 128
Divisiones de Infantería de Marina .. 3 3 4 4

Era tal la seguridad eil el éxito de la táctica sin grandes sacrificios ni des-
embolsos, que los mandones del Pentágono ya veían la experiencia yiet-
namita como algo que serviría para aplastar los movimientos de liberación
nacional en otros «lugares molestos> del mundo. En 1961, comentando el
incremento en perspectiva de la fuerza militar de 11 a 16 divisiones, la
revista Time decía que: «el objetivo mínimo del ejército (norteamericano)
es el de poder librar dos guerras limitadas simultáneamente... en el sudeste
de Asia y en Oriente Medio».~
El plan original de los Estados Unidos con respecto a Indochina era eviden-

' Time, Mayo 24 de •1963, p. 26.


~ · Trine, Octubre 13 de 1961, p.
18.
73
temente aplastar el movimiento guerrillero en Viet Nam del Sur, instalar
allí un sólido gobierno títere, y subsiguientemente establecer el control sobre
Laos y Cambodia mediante la creación de gobiernos pro-norteamericanos
o la ocupación directa. washington esperaba que después de tener el con-
trol sobre .v iet Nam del Sur, Laos, Cambodia y Thailandia, le sería posible
«neutralizar» a Birmania Y' lanzar una poderosa ofensiva· contra la Repú-
blica Democrática· de Viet Nam.
Lo que echó por tierra los planes de Washington fue el poder y la energía
de un pueblo en lucha contra los imperialistas colonialistas. Hacia fines de
1963, los títeres del ejército de Saigón sufrieron una ·completa derrota, y
el «gobierno de Saigón», al perder el control sobre la mayor parte de Viet
Nam del Sur, estuvo al borde de la catástrofe.
Los agresores . norteamericanos tuvieron que enmendar sus métodos origi-
nales. El período durante el cual se ponía mayor énfasis en los «asesores~
y en las pandillas de «contra-insurrección» con «alambre de estrangula-
miento» llegó a su fin en Viet Nam. Comenzó la sucia guerra de escalona-
mi'<nto, que entrañaba el creciente empleo de las propias fuerzas armadas
norteamerieanas. En agosto de 1964, Estados Unidos, sin declarar la guerra,
empezó a bombardear el territorio de la República Democrática de Viet
Nam y, en marzo de 1965, las primeras urudades de la Infantería de Marina
de los Estado_s Unidos desembarcaron en la costa de Viet Nam del Sur, en
el área de Da Nang.
Las fuerzas norteamericanas empezaron a aumentar constantemente. A
mediados de 1965, Estados Unidos había concentrado en Viet Nam del Sur
la primera brigada transportada por aire, unidades de la 1• División de
Infanter~a y la tercera División de Infantería de Marina, con numeroso
apoyo y unidades de logística -en total, unos 70,000 oficiales y soldados,
500 helicópteros y 550 aviones (sin incluir los portaaviones norteamericanos
y las fuerzas aéreas de los títeres sudvietnamitas)..
En el primer semestre de 1965 se libraron muchas batallas -en el púeblo
de Son Be-, en el área de Ba Gía y Quang Ngai y cerca del pueblo de Dong
Xóai, el centro de la provincia de Phuoc Long en la llamada Zona D (al
norte de Saigón) . En la mayoría de los casos, el factor decisjvo que contri-
buyó a que las unidades norteamer!-canas y sudvietnamitas .evitasen su com-
pleta aniquilación en estas batallas fue la Fuerza Aérea norteamericana,
que acudió en su rescate y .arrojó cientos y miles de toneladas de bombas.
En julio de 1965, un ·semanario allegado a los círculos militares norteame-
74
ricanos decía que los asuntos de los norteamericanos en Viet Nam del Sur
«van de mal en pe6r>. 6 El Secretario de Defensa McNamara, que había
regresado éntonces de su sexto viaje a Saigón; se vio obligado a admitir
que la.situación se había empeorado en los 15 meses anteriores. 7 A base de
este informe, el presidente Johnson emitió una orden a fines de julio de
1965, por la que extendía aún más la agresión y aumentaba las fuen'a$
norteamericanas en Viet Nam del Sur, de 75,000 a 125,000. 8 Explicando
su acción, el' presidente Johnson recalcaba «el hecho central de que 'esto e~
guerra realmente». 9
La salida de tropas norteamericanas para Viet Nam del Sur aumentó, y
por noviembre, al final de la estación lluviosa de seis meses, la fuerza inter-
vencionista se había elevado a 185,000 hombres (incluyendo 18,000 sudco-
reanos y más-de 2,000 australianos y neozelandeses). Los norteamericanos
esperaban apro\Techar la subsiguiente estación de sequía, ·que dura aproxi-
madamente desde octubre-noviembre hasta mayo, para resolver algunos
importantes problemas estratégicos. Lo gue pretendían en primer lugar era
hacer perder la iniciativa al Ejército cíe LiQeración y las guerrillas antes de
la próxima estación de lluvias y organizar una contraofensiva e inclinar el
curso de la guerra en su propio favor.
A fines de 1965 y principiOs de 1966, las operaciones demostraban que el
mando norteamericano se había fijado los siguientes objetivos:
Apoyarse en la línea de territorios ocupados en la costa para asegurar la
ininterrupción del tránsito a lo largo de las principales .vías estratégicas, y
operar S<>bre la. línea principal a lo largo de la Ruta N 9 19, que va desde
Quing Yen hasta Plei Ku y Duc Co, para posesionarse firmemente de la ·
meseta de Kontum:
a) por este medio, dividir en dos partes a Viet Nam del Sur, aislando ·a las
provincias septentrionales y la meseta Kontum del delta del Mekong,
el granero del país;
b) dividir las fuerzas del Ejército de Liberación y las guerrillas y empujar-
las hacia las fronteras de Laos y Carnbodia con el objeto de destruirlas
subsecuentemente;

• U. s.· News and World Report, julio 26 de· 1965, p. 42.


7 V éase.Army, enero de 1966, p. 14.
8 Véase Intemati~nal Affairs, N~. 10, 1965, p . 26.
9
U. S. News and World Report, agosto 9 de 1965, p. 50.
75
e) mantener los grandes centros provinciales en provincias y áreas contro.-
ladas por las fuerzas del Frente de Liberación Nacional, para utilizárlos
como bases de operaciones de exploración y destrucción contra las gue-
rrillas y las fuerzas regulares del Ejército de Liberación;
d) continuar las operaciones para expulsar a las guerrillas y el Ejército de
Liberación ·del delta del Mekong, del llamado Triángulo de Hierro y
de ·las zonas D y C, situadas en las proximidades de Saigón, utilizando
para este propósito la actuación masiva de bombarderos B-52.
e) continuar e intensificar el bombardeo aéreo del territorio de la Repúbli-
ca Democrática de Viet Nam.

La realización de este plan hacía necesaria, sobre todo, una reorganización


de las fuerzas armadas norteamericanas en Viet Nam. También se decidió
emplear en las operaciones que se proyectaban un nuevo tipo de división
que llegó a ser conocido· con el nombre de «caballería aérea». La 1• Divi~
sión de la Caballería Móvil Aérea se creó apresuradamente con la 11 • Divi~
sión Aérea de Asalto experimental y unidades de la 2~ División de Infantería.
Según McNamara la .inclusión de la «caballería aérea» en las Fuerzas Ar-
madas norteamericanas se esperaba que diese «al ejército una capacidad
que ningún otro ejército del mundo posee hoy en día». Es por eso que la
Primera División Aérea Móvil, formada por más de 15,000 oficiales y sol~
dados y equipada con unos 430 helicópteros y aviones ligeros y 1,600 ve-
híc~los de moto~1 º fue enviada a Viet Nam del Sur en septiembre de 1965~
Fue situada en la línea principal de operaciones, la estratégica c;arretera
número 19, con su base principal en el área de An Khe (60. kilómetros ai
oeste del enclave de Quing Yen) .11
Ya en octubre tomó parte en los combates, sumamente fieros; en el área de
Plei Me y el valle de la Drang, que justificó el nombre de Valle de la
Muerte que le dio la prensa norteamericana. En estos combates (de octubre
3 a Noviembre 20) según los datos rebajados norteamericanos, la división
perdió 678 hombres. Sin embargo esas operaciones no produjeron los resul-
tados esperados de la «caballería aérea». El Comando de la Fuerza Aérea
Norteamericana en Viet Nam del Sur hasta objetó que se le atribuyera la

10 Army, agosto 1966, pp. 12, 14.


11 Véase Air Fori;e and Spau Digest, marzo 1966, p. 40.
76
«victoria» en Plei Me. Incidentalmente, no hubo allí victoria de ningun~
clase_. 12
El general Gallois, teórico militar francés, escribió que «respecto a la Pri-
mera División Aérea Móvil, de la cual la prensa informó que puede hacer
milagros, los norteamericanos con experiencia de combate admiten que no
~stá adaptada para las condiciones de combate» en Viet Nam del Sur.is En
su opinión, esto se explica por el número excesivo de vehículos de tierra y
aire que hay en la división, que requieren la entrega de 550 toneladas de
carg.; diariamente, mientras su potencia de fuego es relativamente débil.
De este modo, el comienzo de la estación seca en 1965-1966 no produjo una
victoria para los Estados Unidos, o un viraje en la guerra en Viet Nam del
Sur. Al regresar de su séptimo viaje a Saigón en noviembre de 1965, McNa~
mara sólo pudo decir, «ya no perdemos la guerra» y que «serí~ una guerra
prolongada».u Los últimos meses de 1965 sólo produjeron al comando
nort~americano nuevos disgustos.
Los norteamericanos perdieron más de 2,000 hombres entre muertos y
heridos en una serie de fieras batallas en el área de Bau Bang, la provincia
Thu Dau Mot, al norte de Saigón. Ellos y las fuerzas títeres sudvietnamitas
sufrieron una gran derrota a fines de noviembre en una batalla en Dau
Tien, en la gran plantación cauchera Michelin, a 70 kilómetros al nordeste
de Saigón. Allí, un regimiento de tropas de Saigón fue casi totalmente ani-
quilado, y el comandante y su estado mayor fueron hechos prisioneros.
En vi~ta de estos reveses, el comando norteamericano decidió transferir una
brigada más de infantería a la línea principal de operaciones en el distrito
de Plei Ku. Las primeras unidades de la División 25 de Infantería de Esta-
dos· Unidos. desembarcaron en Viet N am del Sur en diciembre de 1965 y
enero de 1966. La división fue traída de las islas Hawaii, donde había for-
~ado parte de la reserva estratégica de la ;,:ona del Pacífico. El 25 de abril
la división .había sido totalmente transferida a Viet Nam del Sur: una de
sus brigadas estaba estacionada en el distrito de Plei Ku y las otras dos
en el área de Saigón.
La s11uación militar y política en Viet Nam del Sur obligó a Washington a
·convocar en Honolulu, a principios de febrero, una conferencia a la cual

12 lbid, p . 37.
13 Air Revue, diciembre 1965, p. 643.
u Anny, enero 1966, p. l4.
77·
asistieron el presi9.ente Johnson, un grupo de los principales dirigentes polí-
ticos y militares de los Estados Unidos· y sus servidores de Saigón. Como
de costumbre, el comunicado oficial estuvo lleno de frases pomposas sobre
la necesidad de defender la «libertad» y propagar «la democracia» con la
ayuda de los sátrapas de Saigón. Pero la esencia verdadera del plan de
Honolulu. fue dada a conocer por el general W estmoreland, comandante
en jefe norteamericano en Viet Nam del Sur. .
A juzgar por sus declaraciones, las tareas principales de las Fuerzas Arma-
das norteamericanas no habían variado apreciablemente desde el otoño de
1965. Westmoreland dijo que la defensa de las grandes ciudades y centros
provinciales se combinaría con operaciones para garantizar el libre movi-
miento en la red de comunicaciones por tierra. Las principales fuerLas nor-
teamericanas se usarían para expediciones punitivas contra las guerrillas
y las unidades del Ejército de Liberación.
Al mismo tiempo los estrategas del Pentágono trazaron planes para ocupar
el Laos Central e Inferior y extender las hostilidades a Cambodia. Calcula-
ron que se necesitarían de 3 a 5 dh~isiones norteamericanas para establecer
un frente continuo· desde Thailandia a través de Laos, hasta Da Nang.
El objetivo es establecer un eslabón territorial entre los intervencionistas
norteamericanos en Viet N am del Sur y en Thailandia, donde ya tienen
unos 25,000 hombres y 100 aviones.
Para llevar a la práctica estos planes, es necesario ante todo asegurar el
libre uso de las comtµlicaciones terrestres en Viet Nam del Sur. La carrete-
ra estratégica número 1, que va desde Saigón hacia el norte a lo largo de
la costa oriental, y une todos los enclaves costaneros de las fuerzas norte-
americanas, es de importancia particular. Pero las operaciones de lás gue-
rrillas sistemáticamente impiden el tráfico libre por esa ruta. El ferrocarril
construido paralelamente a la misma está prácticamente inactivo y ha per-
dido su significación estratégica. El comando norteamericano considera una
tarea primordial el liberar estas comunicaciones del control por los patrio-
tas, pero hasta ahora todos los intentos han sido inútiles.
En febrero de 1966, después de la conferenda de Honolulu, las fuerzas nor-
teamericanas en Viet Nam del Sur intentaron iniciar 'nuevamente una
ofensiva general. Unos 60 batalloµes tomaron parte en la misma, en los
que había 40,000 norteamericanos,. junto a tropas de Viet Nam del Sur,
Corea del Sur y Australia. En febrero solamente, realizaron más de diez
operaciones de «registro y destrucción», empleando tácticas de tierra
arrasada.
78
Los norteamericanos concentraron sus principales esfuerzos en las provincia
de Quang Ngai, Binh Dinh y Phu Yen, a lo largo de la costa oriental de
Viet Nam del Sur, desde Quang Ngai en el norte hasta Thuy Hoa en la
parte central de la costa. La carretera estratégica número 19 fue de nuevo
la dirección principal de sus operaciones. Pero a pesar de la concentración
masiva de tropas y materiales, la ofensiva poco a poco se deshizo.
D~ abril a junio se renovaron los combates con nuevo vigor en esta zona,
y también en las provincias de Kontum y Plei Ku.' Una brigada de la
División Aerotransportada !Ola: fue transferida para reforzar la 3a. Brigada
de la División 25 de Infantería y la primera División Aérea Móvil. A prin-
cipios de junio, los in.tervencionistas trataron de rodear unidades del Ejér-
cito de Liberación, pero ellos mismos quedaron atrapados y sufrieron gr¡µl-
des bajas a pesar del poderoso apoyo de los aviones de bombardeo B-52.
En man-o, abril y mayo de este año, los norteam~ricanos realizaron repe-
tidos intentos en el Sur para limpiar de guerrillas y unidades del Ejército
de Liberación el_ Triánguló de Hiérro y las zonas C y D cercá de Saigón.
A pesar de todos sus esfuerzbs y de las grandes bajas, los intervencionistas
no lograron establece~ su ·control sobre la carretera estratégica número 13,
que. une a Saigón con Loe Ninh; en la frontera de Cambodia.
Debe mencionarse la situación especial en los alrededores de esta «san-
grÍenta carretera», como la llaman los soldados norteamericapos. ·usual-
mente, la& unidades de guerrillas y del Ejército de Liberación no ocupan
localidades, sino que prefieren descargar rápidos golpes por sorpresa contra
el enemigo y retirarse. Sin embargo, mantuvieron una firme ocupación
de la zona D y del Triángulo de Hierro, amenazando constantemente a
Saigón con su puerto extremadamente importante y las dos grandes bases
aéreas en Bien Hoa y Tansonnhat, y cortando las carreteras que van de la
capital al ·interior.
Es verdad que, gracias al apoyo masivo de los aviones de bombardeo B-52
(el 60 por ciento de todos sus vuelos" durante los cuales lanzaron 30,000
toneladas de bombas, fue sobre el Triángulo de Hierro y la· zona D), los
norteamericanos lograron penetrar en áreas en que, según dicen, «por más
de 15 años no habían penetrado tropas». Pero las unidades de tierra norte-
americanas que fueron enviadas a esas áreas después del bombardeo no
pudieron retenerlas.
En junio y julio, los norteamericanos de nuevo realizaron cierto número
de operaciones de registro y destrucción en las provincias adyacentes a
Saigón y la base aérea de Bien Hoa. A pesar del poderoso apoyo aéreo,
79
estas operaciones no lograron éxitos substanciales, y los norteamericanos
tuvieron grandes bajas.
A principios de agosto de este año, la gran «Operació,n Hastings» en la
provincia de Quang Tri tuvo un final nada glorioso. Había comenzado
a mediados de julio y en ella tomaron parte 9 batall•ones de infantería
de marina de los Estados Unidos y 11,000 soldados sud-vietnamitas. Según
Time, esta fue la mayor fuerza que babia tomado parte en una operación
en Viet Nam. A pesar del poderoso apoyo aéreo, haociendo la aviación
más de 1,200 vuelos, los notteamericanos no pudieron rodear a los patriotas.
Por el contrario, algunos de ellos fueron rodeados y sufrieron grandes
bajas.
En general, la fuerza aérea se ha convertido en la fuerza ~rincipal de ataque
en la g~erra de los Estados Unidos en Viet Nam. Sin 5u apoyo los inter-
vencionistas serían literalmente incapaces de hacer ccosa alguna. En la.
pasada primavera, los norteamericanos tenían en Viet ~am del Sur, unos
1,200 aviones (incluyendo los aviones con base en pa.rtaviones) y 1,600
helicópteros. De los 15 portaviones de ataque norteam~ricanos, (cada· uno
de los cuales lleva de 70 a 100 aviones) tres o cuatro es1tán constantemente
navegando cerca de las costas sudvietnamitas. El más moderno portavio-
nes atómico, el Enterprise, también ha estado allí.·
La guerra aérea en Viet Nam se desarrolló en dos fre1ntes: sobre el terri-
torio de Viet Nam del Sur (donde los aviones·norteamer-icanos toman parte
activa en combates de las fuerzas de tierra y están ·tam1.bién regando vene-
nos para destruir el follaje en las selvas y las cosechas en los campos cul-
tivados), y sobre el territorio de la República Democr.-,tica de Viet Nam.
Estrictamente hablando, hay-otro frente aéreo, o para ser más exactos, el
frente aéreo y terrestre de Indochina-en Laos. Allí los aviones norte-
americanos están bombardeando intensamente a las wnidades de fuerzas
patrióticas empeñadas en tenaci:s batallas contra las fuerzas del grupo
militar reaccionario de Laos, dirigido por «asesores» no.orteamericanos.
La guerra aérea se desarrolla con intensidad considercable y en continuo
aumento. Mientras en enero de 1965, según los dattos oficiales de los
Estados Unidos, sólo se realizaron 2,393. vuelos, el nÚrrbero pasó de 13,000
por mes en noviembre y diciembre, y en marzo de 1966 hubo 30,000 vuelos
en Viet Nam del Sur y 4,500 vuelos contra la Repúblic-:a de Viet Nam.
Estas cifras no toman en cuenta las operaciones de loso aviones norteame-
ricanos con base en Thailandia, aunque según la prernsa norteamericana
el 45 por ciento de todos los ataques de bombardeo ce:ontra la República
éO
Democrática de Viet Nam se hacen desde allí. 15 Entre agosto de 1964 y
agosto de 1966 los norteamericanos perdieron más de 1,300 aviones sólo
sobre la República Democrática de Viet Nam.
En 1965, la· Fuerza Aérea norteamericana lanzó sobre Viet Nam dos mi-
llones de bombas de todos los tipos con un total de 250,000 toneladas y
disparó 5 millones de cohetes «de aire a tierra» (en su mayoría sin guía) .19
Según McNamara, el peso total de las bombas lanzadas sobre Viet Nam
en 1966 será de 638,000 toneladas, más del 90 por ciento de la cantidad
lanzada durante la guerra coreana y 40 por ciento del total lanzado sobre
el° teatro de operaciones de Europa durante la Segunda Guerra Mundial.
Tal es la escala de la «escalada» planeada para la guerra sucia de los
Estados Unidos en Viet Nam.
Los ataques por pesados bombarderos B-52 con base en la .isla de Guam
son de un carácter verdaderamente pirático. Cada aeroplano puede llevar
51 bombas convencionales, pesando cada una 340 kilos. De 25 a 30 aviones
toman parte usualmente en un ataque. Empleando el titulado bombardeo
en alfombra, dejan caer simultáneamente unas 1,500 bombas, con un
peso total de más de 500 toneladas. Además, numerosos B-52 se están
modificando para aumentar su carga de bombas de 17.3 a 27.2 toneladas.
Las guerrillas y el Ejército de Liberación naturalmente han tomado las
medidas de protección necesarias· y han construido una red ramificada de
refugios subterraneos seguros. De ahí que los que más sufren a causa de
los. ataques piráticos sean los habitantes pacíficos de Viet Nam del Sur.
A mediados de abril, se usaron aviones B-52 por primera vez contra la
República Democrática de Viet Nam. En un ataque lanzaron 630 tone-
ladas de bombas. Según la prensa norteamericana este fue el mayor ata·
que de bombardeo desde la Segunda Guerra Mundial. 17 En vista del fra-
caso de Ia Fuerza Aérea norteamericana en año y medio de bombardeos
aéreos casi incesantes, al no poder paralizar la vida económica en la Repú-
blica Democrática de Viet Nam, el comando norteamericano amenaza
ahora con duplicar el número de aviones que operan contra Viet Nam
del Norte e intensificar el bombardeo de sus centros vitáles como lo de-
muestran los ataques contra los suburbios de Hanoi y de Haiphong.

H New York Times, abril 15, 1966.


1
" Véase Newsweek, marzo 14, 1965, p. 25; U. S. News & World Report, abril
25 , 19 66, pp. 40, 41.
17
Véase Time, abril 22, 1966, p. 22.
81
Desde el mismo princ1p10 de la escalada .de la guerra en Viet Nam, en
febrero de 1965, el Pentágoho repetidamente ha tratado de lograr que
Johnson permita el bombardeo de Hanoi y Haiphong y de las instalaciones
industriales en los alrededores de esas ciudades. Ahora Johnson ha deci-
dido recurrir a esta· medida preñada de gravísimas consecuencias. El 29
de junio los aviones n~rteamericanos por primera vez bombardearon los
suburbios de Hanoi y Haiphong, iniciando con ello una nueva etapa, la
etapa de guerra ·aérea sin límites contra la República Democrá~ca de
Viet Nam. El Pentágono, evidentemente, no se inclina a retroceder ante la
escalada de su política de genocidio. 18 · ·
A fines de julio de 1966, bombardeadores estratégicos pesados B-52 inicia-
ron ataques sistemáticos contra la zona neutral desmilitarizada a lo largo
del .Paralelo Diecisiete, la línea temporal de demarcaci6n entre Viet Nam
del Sur y la República Democrática de Viet Nam. Al mismo tiempo el
alto mando norteamericano comenz6 a trasladar unidades de ·infantería
de marina a la provincia de Quang Tri, al norte de Viet Nam del Sur,
tocando la línea de demarcaci6n.
Si estos actos son considerados en conjunci6n con las apelaciones públicas
hechas por el títere mariscal Ky para que sea invadido Viet Nam del
Norte ¡)or las fuerzas terrestres norteamericanas, se puede deducir que los
preparativos para tal invasi6n están en tnarchá.
¿Cuáles son lós resultados de los últimos 18 meses de la fase particular-
·mente activa de la guerra sucia de los Estados Unidos contra el movi-
miento de liberaci6n nacional en Viet Nam? Para empezar, ni un solo
objetivo estratégicó de los fijados por el Pentágono para las fuerzas arma-
das norteamericanas en Viet Nam ha sido alcanzado hasta ahora. La
iniciativa estratégica continúa siendo del Frente Nacional de . Liberación,
que control~ el 80 por ciento de Viet Nam del Sur. Ni han logrado los
Estados Unidos «dejar libres» las comunicaciones terrestres y organizar
el tránsito ininterrumpido en ellas. Las bases norteaméricanas sobre la
costa y en las provincias del interior son simples enclaves: están rodeadas
por territorio controlado por las guerrillas.
Exitos tácticos aislados en operaciones de registro y destrucci6n, que cues-
tan a los norteamericanos grandes bajas, no se han consolidado mediante

18 El 14 de diciembre de 1966, fue bombardeada la ciudad de Hanoi. Hoy los


norteamericanos usan . también artillería naval y terrestre contra la RDV.
(N. de la R.)
82
una firme ocupación del territorio capturado, y son por tanto de impor-
tancia estratégica nula. Ninguna operación destinada a atrapa!'. y destruir
cualquier grupo numerosos de fuerzas patrióticas ha tenido éxito. Las
gtierrillas y las unidades del Ejército de Liberación no han sido desalo-
y
jadas de áreas como el delta del Mekong, las zonas C D, y el Triángulo
de Hierro, a pesar de las operaciones masivas por la fuerz'á aérea estraté-
gica, operaciones como no se habían visto desde la terminación de la
Segunda Guerra Mundial.
Ni tampoco han podido fas fuerzas de los Estados Unidos atrincherarse
en lá Meseta Central y derrotar a las fuerzas patrióticas que operan en
fas áreas de Kontum y Plei Ku, en el valle del río la Drang, Plei Me o
An Khe. De este. modo han visto frustrados sus propósitos de organizar un
«.frente único» a través del territorio de Laos Y..Cambodia, que los una
con las fuerzas que el Comando de los Estados Unidos está ahora acumu-
lando en Thailan<Ua. ·
Las bajas norteamericanas han aumentado verticalmente. Según la prensa
occidental, .despe 1961 hasta la estación seca de 1965, perdieron 4,780
oficiales y soldados c:ntre muertos y heridos. En la estación seca de 1965-
1966 sus bajas fueron de más de 40,000 entre muertos, heridos y prisione-
ras. Y respecto al ejército títere de 600,000 hombres de Saigón, según una
revista norteamericana, «finalmente está desintegrándose».19 Los deser-
tores solamente suman un promedio de. unos 15,500 hombres mensualmente.
Los norteamericanos sólo pueden confiar en una parte insignificante de las ·
fuerzas de Saigón.
Los informes de prensa dicen que seis divisiones norteamericanas con un
total de unos 300,000 hombres están concentradas en Viet Nam del Sur.
Má~ movimientos de tropas están realizándose para elevar el total a
400,000 este año. En 1967 el total de las fuerzas norteamericanas en Viet
Nam !fel Sur se elevará a '500,000 o quizás hasta 750,000.
Como la guerra. en Viet Nam del Sur está convirtiéndose cada vez más
en. una guerra puramente norteamericana, la ·provisión sistemática de re-
fuer-.tos entrenados es de particular importancia. Este es un · problema
difícil porque, por consideraciones políticas, en vista de las próximas elec-
ciones. en noviembre, el gobierno de los Estados Unidos se abstiene de
llamar al servicio a los resertristas, y las decenas de millares de reclutas
que s<;>n llamados al servicio, en vez de los reservistas, necesitan un entre-

19 U. S. News & World Report, mayo _30, 1966. p. 29.


83
namiento más o menos prolongado. Casi todas las unidades regulares del
ejército que están aún en los Estados Unidos tienen que usarse para entre~
nar reclutas. Como resultado, dos terceras partes de las . divisiones "<<de
casa» ya no están en un estado de disposición combativa, como ha pro-
bado una subcomisión del Senado que las inspecdonó.
No hay que decir que los recursos y potencialidades verdaderamente sus-
tanciales de los Estados Unidos no deben ser subestimados.
Intensivas preparaciones y concentración de hombres y materiales para
amplias operaciones ofensivas se están realizando ahora.
A pesar de ello, los factores y circunstancias arriba mencionados, y tam-
bién los resultados alcanzados por las fuerzas norteamericanas en Viet
Nam, «demuestran la bancarrota de la .. . doctrina militar de los Estados
Unidos», que éste recomienda a sus aliados, dice el general Gallois. 20 Los
Estados Unidos están «atascados en una guerra de selva, que muestra
pocas de las caractedsticas que inspirarían a otros a aceptar su dirigenciu,
admite U.S. News & World Report.21
Pero no es una cuestión de doctrina militar solamente. Los principales
factores son socio-políticos. Explican porqué no hay doctrinas o planes,
ni superioridad de recursos que puedan garantizar que los colonialistas
norteamericanos en Viet Nam alcanzarán sus propósitos imperialistas.
Nada puede poner de rodillas al pueblo vietnamita, nada puede obligarles
a renunciar a su derecho de establecer su propio destino.
Como decía la Declaración del Supremo Soviet de la URSS del 3 de
agosto de este año, mientras más crímenes cometan los agresores sobre
el suelo vietnamita, más severo será su castigo. La historia enseña que la
época en que los agresores podían escapar impunemente, ha pasado· ya,
para nunca volver.
La Unión Soviética hará cuanto esté en su poder para ayudar al heroico
pueblo de Viet Nam en su lucha contra la agresión de los Estados Unidos~
y por su independencia y li~ertad.

dnternational Affair~'>~ de Moscú (edición inglesa) No, 9, septiembre de 1966.

20 Air Revue, diciembre 1965, p. 643.


21
U. S. News & World Report, junio 27, 1966, p. 23.
S4
GENERAL DYNAMICS F-111
P·eso máximo de despegue: 70,000 libras. Velocidad: desde la sub-
sónica hasta 2.6 veces la velocidad del sonido. Radio de desplaza-
miento: lntercontinental (puede aléanzar cualquier punto de la tierra
en un día). Avión de combate ligero, con ala de oscilación.
La economía y la defensa
en la República
Democrática de Viet Nam
LE DUAN
Primer Secretario dei CC del PTV

La tarea pendiente hoy en Viet Nam del Norte consiste en dedicarse a la


producción y, paralelamente, sostener la lucha contra la agresión, alcanzar
la victoria en la lucha contra la guerra devastadora de los imperialistas
norteamericanos en Viet Nam del Norte y, simultáneamente, ayudar con
todas las fuerzas a la revolución en Viet Nam del Sur. La guerra asola-
dora' que sostienen los imperialistas norteamericanos contra Viet Nam
del Norte mediante la ayuda de fuerzas aéreas y navales es una parte de
su estrategia de «guerra especial» en Viet Nam del Sur; al mismo tiempo,
representa una etapa preparatoria hacia la extensión de su gu~rra local
a todo nuestro país. Por eso nuestro pueblo debe combatir victoriosa-
mente contra los agresores norteamericanos lo mismo en el Norte que en
el Sur. Para hacer fracasar toda aventura bélica del enemigo y frustrar
sus intenciones agresivas es preciso vincular estrechamente la lucha del
Ejército y del pueblo en ambas partes del país, asignando al Sur el papel
de gran frente y al Norte e~ de gran retaguardia.
En toda guerra la retaguardia es µn factor activo constante, determinante,
de la victoria; sin una retaguardia sólida es imposible derrotar al enemigo
en el frente. Y una retaguardia sólida debe disponer de un poderoso poten-
cial económico y defensivo, tener abundante reservas para abastecer plena-
86
mente al frente de vituallas, armamento, municiones, reservas humanas y
recursos materiales.
'
El Norte debe moviliL.'ar todas las fuerzas de que dispone para rechazar
resueltamente los destructores ataques aéreos y navales del enemigo y,
al mismo tiempo, reforzar por todos los medios la defensa del país. Preci-
samos tener un ejército popular fuerte compuesto de tres partes: El ejército
regular, las formaciones militares locales y los destacamentos de milicias
y autodefensa. Nuestro actual Ejército régular dispone de toda clase de
tropas y de armas. Sin embargo, ahora es sumamente necesario crear un
fuerte ejército de tierra, dotado de un armamento más o menos moderno,
y tambiéñ, destacamentos bastante fuertes de milicia pÓpular y autodefen-
sa y formaciones militares locales, sólidas en el aspecto político, adiestradas
en ei militar y bastan~e bien armadas.. Debemos adiestrar, como mínimo,
varios millones .de reservistas. Si el enemigo lanza contra el Norte fuerzas
terrestres, . nuestro re~io Ejército regular y millones de .milicianos guerri-
lleros podrál). contener sus ataques y le infligirán contragolpes incesantes.
Esa fuerza ha hecho ya sus pruebas en los últ.imos años en Viet Nam del
Sur y en los nl,leve años de la guerra de Resistencia contra los colonialistas
franceses.
En la contienda actual contra el enemigo debemos ~ostrar firmeza y
resolución en la defensa y la consolidación de la seguridad pública, con-
trarrestar firmemente la guerra sicológica de los agresores, descubrir y
castigar a tiempo a los espías, saboteadores y a todos los contrarrevolu-
cionarios que tratan de realizar una labor subversiva, descubrir y frustrar
cualesquiera intentos de reconstituir- organizaciones contrarrevolucionarias
en las regiones interiores del país, particularmente en aquellas donde exis-
ten diferentes sectas religiosas y donde el enemigo lleva a cabo una Jabor
secreta de zapa. .
P~ra fortificar las regiones montañosas y transformarlas en sólidas bases
de defensa, y para fortalecerlas · en el aspecto económico, lo que sobre
todo se precisa ahora es reforzar la cohesión nacional entre los vietnamitas
(kinh) y las restantes nacionalidades. Es necesario educar cotidianamente
a los trabajadores de nacionalidad vietnamita y a los de las minorías
nacionales en el espíritu de la . amistad recíproca y de la cohesión, del
respeto mutuo a "los hábitos y costumbres, de la ayuda mutua y el avance
conjunto por la vía del progreso. Es preciso lograr que los compatriotas
de todas las nacionalidades comprendan bien que la política del Partido
y del Gobierno va encaminada a alcallZ'ar un objetivo: elevar el grado
87
de desarrollo en todas las esferas de la vida en las regiones montañosas
hasta el nivel de las regiones del llano, asegurar su prosperidad econó-
mica, una vida holgada y feliz a los compatriotas de estas regiones, una
~uténtica · igualdad económica y política de todas 1as nacionalidades, la
paridad de sus derechos y deberes. Los compatriotas de la montaña, en
nombre de sus propios intereses y de los de todo el país; deben participar
junto a sus hermanos del llano en la ~dificación del socialismo, en .la
defensa del orden público y en la lucha resuelta contra la agresión del
unperialismo norteamericano.
Pebemos fortalecer en todos los órdene!I las cooperativas y brigadas de
producción de las regiones montañosas, buscar todos los ·medios para elevar
la producción agrícola, mejorar y estabilizar el nivel de vida del pueblo.
-El Estado debe prestar· a tiempo una ayuda a las regiones que atraviesan
serias dificultades. Hay que ir a l~s masas, levantarlas, conseguir que los
propios compatriotas recuerden las durísimas pruebas que hubieron de
soportar .en el pasado, para que comprendan la importancia de los ade-
l~ntos que hemos logrado en 10 años de construcción pacífica y encender
por esa vía en ellos el odio al imperialismo norteamericano y sus agentes,
conseguir que, llenos de entusiasmo y de confianza, marchen adelante,
desplegando en todos los . terrenos la emulación productiva, ·y defien9an
abnegadamente sus hogares.
Para fortalecer la defensa del país debemos apoyarnos principalmente en
b ·gente, en las fuerzas de nuestro pueblo. Por ello es ne"cesario tener una
econolIIÍa potente, capaz de cubrir las necesidades de la guerra. Debemos
desarrollar por todos los medios la industria y la agricultura, desarrollar,
según las condiciones y las posibilidades disponibles, el transporte y las
e.omunicaciones, organizar racionalmente la distribución, utilizar de la
mejor manera la fuerza de "trabajo y los recursos materiales para crear
una economía capaz de satisfacer las necesidades de la guerra.
Ante todo, la agricultura debe asegurar Ja producción de grano comestible
y de otros productos para la intendencia del Ejército y, también;· para
constituir reservas de víveres en caso de una guerra prolongada. Debemos
utilizar todos los recursos para aumentar intensivamente el rendimiento
en todas las superficies semb.rada~ y de todos los cultivos; hay que luchar,
especialmente, por cosechar 5 toneladas de ·arroz por hectárea en grandes
extensiones y, en primer lugar, en las regiones arroceras fundamentales
del país. También urge desarrollar con mayor rapidez la ganadería, ampliar
el moviiniento de masa!\ para Ja recolección, el acopio y el almacenamiento
ea
de abonos, para la siembra de plantas fertilizantes, .mejorar el terreno~
perfeccionar el utillaje agrícola y en particular los medio$ de transporte)
así como ·el movimiento en favor del desarrollo de las labores de selección
y la cre~ción de nuevos tipos de cultivos de siembra.
Desde el comienzo de la guerra decenas de miles de personas han sido
incorporadas al Ejército, enviadas al frente; además decena5 de miles están
empleadas en el transporte o en otros trabajos relacionados con la guerra.
De forma que, por un lado; ·es preciso asegurar mano de obra .a las ramas
no agrícolas -de la producción, por otro, el campo tiene que facilitar una
cantidad considerable de trabajadores para otras ramas y, al mismo tiem~
po, asegurar que siga desarrollándose la producción agrícola y dar al país
tina cantidad de víveres considerablemente mayor que en los pasados años.
Debido a estas circunstancias se produce una situación difícil con la
mano de obra.
A fin de ayudar a las cooperativas agrícolas a intensificar la producción,
el_Comité Central ha juzgado indispensable facilitar a cada cooperativa
que posea de 100 a 200 Has. de superficie cultivable (menos, en las regio-
nes montañosas), motores de 10 a 20 caballos para qu~ sobre esa base
puedan desarrollar una pequeña mecanización, por ejemplo, utilizando
'bombas ·mecánicas .para regar -las parcelas, aventadoras, molinos, fas ·má-
quinas mas sencillas para preparar los piensos del ganado, etc. Esto será
la base técnica inicial de las cooperativas, por cuya creación debemos
luchar resueltamente utili~ndo las posibilidades de nuestra propia indus-
tria y la ayuda de los países hermanos. Esto es µn primer paso en el
fort~leci~iento de -las cooperativas, en su desarrollo hacia s~ co~versiÓ!l
en haciendas más grandes y mecanizadas. De acuerdo con esa orientación;
el ~stado debe asegurar las inversiones precisas en Ja agricultura.
En la industria debemos proseguir la creación de la base técnico material
del socialismo. V amos _a construir unas cuantas empresas, no grandes, en
regiones bien cubiertas y protegidas a fin de satisfacer las necesidades de la
producción y de la guerra. En los últimos -años se han construido una serie
de plantas dependientes del centro, no obstante, se ha hecho poeo por
crear industria local. Ahora se -ha optado por reforzar y consoli~ar la
indu5tria local, dotando de máquinas a las empresas locales que ya· estári
produdendo y construyendo otras nuevas, y, también, mediante la trans~
ferencia de algunas empresas, subordinadas al centro hasta ahora, a Jos
6rganos locales. La fmalidad de esas medidas consiste en que la industria
asista mejor y más ·oportunamente a la agricultura . . La .:creaci6n .µe una
89
industria local en consonancia con el rumbo .marcado asegurará una liga-
zón más estrecha entre ésta y la agricultura, creará condiciones para desa-
rrollar una poderosa economía local en cada provincia y en cada región,
que compr~nderá industria y agricultura. Esto aumentará las posibilidades
de satisfacer sus propias necesidades. De ese modo resolveremos el proble-
ma de la locali~ación de fos servicios de retaguardia, cosa importante en
las presentes condiciones de guerra. Al mismo tiempo; esto responde al
derrotero de nuestro desarrollo posterior, puesto que el desarrollo de la
industria local :r:epresenta una distribución racional de las reservas .labo-
rales en todas las regiones del país, asegura una estructura 'equilibrada-
de la industria y la agricultura en cada una de ellas, una ayuda eficaz
entre la industria local y la subórdinada al centro, y crea un amplio
mercado para esta última. Al proceder a la construcción económica con
arreglo al rumbo mencionado, debemos, al mismo tiempo, sentar las pre-
misas de una base máterial y técnica para reforzar la censtrucción del
socialismo, una vez terminada la guerra.
A consecuencia de las destrucciones ocasionadas por el enemigo tenemos di-
ficultades con el transporte. Puesto que estamos en guerra es natural que
no podamos evitarlas. No obstante, las dificultades actuales están lejos
de ser insuperables, incluso en el caso de que en el futuro sean aún 'más
serias. El Comité Central ha trazado una serie de medidas para resolver
esas dificultades por la vía más radical. Los medios y fuerzas .de transpor-
te ya han sido refonados considerablemente.
Junto al incremento de la producción, debemos observar una severa eco-
nomía, literahnente en todo. · En la producción es necesario economizar la
materia prima, el material, la técnica, elevar el sentido de respoñsabilidad
de la gente que administra los bienes del Estado, luchar resueltamente
contra el despilfarro y la malversación. Debemo~ educar al pueblo, a los
cuadros dirigentes y a los militares en el ánimo de una actitud consciente
ante las dificultades existentes, en el espíritu de economizar en todo, de
limitar el consumo;para emplear todos Jos medios disponibles en la lucha
contra la agresión, por la salvación de la patria. En las cooperativas
agrícolas es necesario economizar por t<><l.os los medios los cereales comes-
tibles y otros productos, conseguir que cada familia, cada cooperativa y
todo nuestro Estado dispongan de reservas suficientes de víveres y las incre-
menten constantemente en previsión de dificultades imponderables origi-
'ilªdas por calamidades naturales o por la acclón del enemigo.
90
Es preciso utilizar de manera más racional la mano de obra en las caa
Qperativas y en todas las unidades de producción a fin de movilizar el
mayor número posible de gente para la lucha contra la agresión por la
salvación de la patria.
En la esfera de la distribuclón es necesario ampliar el sistema de cartillas
de abastecimiento de los cuadros dirigentes, de los militares y la población
para organizar una distribución más racional de los artículos de consumo
de los que disponemos en cantidad limitada. Debemos prestar suma aten-
cióµ a la formación de un mercado socialista en el campo, sobre la base
de la ampliación y . el robustecimiento de las cooperativas de consumo,
tomar en nuestras manos todas las fuentes importantes de mercancias,
especialniente de víveres, ampliando simultáneamente el ·co~ercio entre
la ciudad y el campo ~ entre las diversas regiones agrícolas.
Para plasmar las decisiones del Comité Central de nuestro Partido, refor-
zar la producción y la lucha contra la agresión, es necesario sobre todo
fortalecer las organizaciones y los Comités del Partido en todos los esca-
lones, lograr que tengan una profunda comprensión de la situación y de
las tareas, que valoren correctamente todas las posibilidades y ft,1erzas
de que disponemos, se impregnen de una fe honda en la fuerLa de las
masas populares; entonces no existirán obstáculos insuperables pata noso-
tros. Subrayo esto porque nuestro pueblo ha dado y está dando prueba11;
siempre y en todo, de un heroísmo ejemplar. Los camaradas de la pro-
vincia de Xa Tinh cuentan que, antes de la guerra, algunas de las comar-
cas eran consideradas atrasadas, sus organizaciones del Partido eran débi-
les, la formación de las cooperativas marchaba mal, la producción no
aumentaba. En cambio, tras las primeras incursiones de los aviones norte-
americanós, se ha reanimado el trabajo del Partido en esas comarcas, se
ha puesto en marcha un potente movimiento por la derrota del enemigo,
ha mejorado la actividad productiva. Resulta evi~ente que los viejos·defec-
tos en ·lá labor de producción no acontecían por falta de entusiasmo revo-
lucionario en los miembros del Partido y en las masas populares, sino
p0r la insuficiente ayuda que estos recibían de los órganos dirigentes supe-
riores.
La actual guerra sagrada constituye una buena ocasión para educar al
hombre nuevo, para in~pirar nuevos sentimientos en nuestro pueblo. Las
bárbaras acciones de los imperialistas están suscitando un odio profundo
en nuestro pueblo, encienden el ánimo nacional, aumentan el patriotismo
de nuestros compatriotas. La lucha heroica que sostiene día tras día et
91
pueblo de Viet Nam del: Sur inspira a los trabajadores del Norte a realizar
hazañas abnegadas en aras de la salvación de la patria. El heroísmo sin
par de Hguyen Van Choy, Le Do y Chan Van Dang1 ha conmovido honda-
mente los corazones de millones de muchachos y muchachas, de compa-
triotas, de combatientes del Norte; ha prendido en ellos la llama de la
pasión revolucionaria en la lucha con el enemigo. Todo esto triplica, cua-
druplica las aptitudes revolucionarias y la energía creadora de nuestro
pueblo. Debemos aprovechar inteligentemente esas fuerzas y energías de
las masas, movilizarlas en la organización de un auge sin precedentes en
la producción y en la lucha.
La situación y las tareas actuales exigen de los comités del Partido en
todos los escalones una nueva recapitulación de todo, la aplicación de un
nuevo estilo de trabajo. Cada provincia, cada comarca, cada distrito deben
alzarse .a una nueva altura en su desarrollo, actuar de manera autónoma,
autoabastecerse en todo, buscar todos los recursos y posibilidades para
crear fuerzas armadas y unidades de milicias en el plan local, desplegar
iniciativa para derrota:i: al enemigo cuándo y dónde éste pueda aparecer.
Deben, igualmente, elevar por todos los medios la producción; debe sobre
todo, desarrollarse -y en caso alguno disminuir- la producción agrícola
a fin , de asegurar el abastecimiento del Ejército y del pueblo y lograr la
victoria . sobre el enemigo. Para esos fines es . necesario movilizar a las
masas populares, aprovechando para ello el elevado espíritu de resistencia
a la agresión norteamericana. Los comités del Partido deben crear centros
que estén en constante funcionamiento, donde las masas puedan examinar
por la vía más democrática las tareas de combate planteadas ante las
cooperativas. Es importante que los comités provinciales del Partido conoz-
can con precisión la situación real .en cada lugar, planteen y· resuelvan
correctamente los problemas, se apoyen decididamente en las masas en la
aplicación de .las resoluciones adoptadas. Unicamente así se puede asegu-
rar el desarrollo firme e incesante de la producción.
Los comités de distrito del Partido deben convertirse en los dirigentes
directos de la producción agrícola en la base, organizar el movimiento de
producción en las cooperativas, encauzar y controlar el cumplimiento por
las cooperativas de las grandes tareas que les hayan fijac'lo las provincias.

1 . Héroes . de la guerra de libe.ración del pueblo sudvietnamíta contra la agresión


i¡nperialista norteamericana y el régimen de Saigón, que dieron la vida por la
libertad y. la independencia -de. la patria.
Los comités de distrito deben conservar en sus manos toda la direcci6n
de las comarcas y las cooperativas. Salvo dos o tres personas ocupadas
en problemas generales, todos los demás colaboradores de los comités de
distrito deben ser distribuidos por las comarcas. A cada uno de ellos le
deben ser encomendadas dos o tres comarcas, a las que se dediquen direc-
tamente, estando constantemente presentes .e n ellas y dirigiendo todo el
trabajo. Las conferencias de producción de los comités de distrito deben
examinar todas las cuestiones de manera sumamente concreta: qué labo.
res hay que realizar, plazos de realización, medios materiales y técnicos
necesarios para ello, etc. Una vez tomadas las decisiones, todos se dispersan
por las cooperativas, estudian la~ ~uestiones con los miembros de éstas y,
junto con ellos, cumplen las declSlones tomadas. Cada uno de los miem-
bros· ·del comité de distrito, responsable de una u otra comarca, debe
conocer exactamentte la situación: disponibilidades de tierra cultivable
de mano de .obra, condiciones climatológicas, industrias, base material ;
técnica, aspectos positivos y negativos del trapajo, estado de las organi-
zaciones del Partido y de masas, de las cooperativas, de la dirección de
éstas. Debe conocer, en suma, los recursos y las condiciones de la pro-
ducción en las comarcas, la gente, estar en condiciones de explicar por
qué la prod~cción marcha bien o mal.
La tcvolución socialista en el Norte comprende tres tareas revolucionarias:
hacer la revolución en la producción, la revolución técnica y la revolución
ideológica .y cultural: En la dirección de la producción · agrícola es nece-
sario tener constantemente presente la realización de esas tres tareas.
Están íntimamente vinculadas entre sí y deben realizarse simultáneamente
en las cooperativas. Los cuadros del Partido que dirigen la agricultura
deben explicatse claramente la línea y _los principios de fortalecimiento de
las cooperativas, del perfeccionamiento de las relaciones · socialistas de
producción en el campo, conocer la ciencia y la técnica agrarias, Ser dili-
gen.tes en la movilización de las masas para la realización de la revolución
técnica en el campo, saber educar a las masas, conseguir que todos los
miembros de las cooperativas adopten · una posición ideológica y política
correcta, correspondiente a la concepción proletaria del -mundo, elevar
m nivel cultural. Cada uno de los miembros del comité de distrito debe
comprender ~ien la esencia de esas tres tareas revolucionarias y 1 en parti-
cular; la tarea de la revolución técnica en el campo. La guerra contra los
agresores tiene -sus -leyes . .La producción también tiene las suyas. Las leyes
dé la produceión, las leyes económicas, tienen carácter objetivo y debemos
93
saber aprovecharlas. Es preciso estudiar métodos de dirección de la edifi-
cación económica y realizar paulatinamente . la revolución técnica en el
campo. Ante todo, por· supuesto, conviene intensificar la labor ideológica,
es decir, educar y robÚstecer en todos los miembros del Partido, de la
Unión de la Juventud Trabajadora y de las cooperativas, la indomable
decisión de luchar, de lograr la victoria, y, sobre esa base, la resolución
de entregar todas sus fue~as espirituales y físicas para conseguir grandes
victorias . en el frente agrario, a fin de, con ello, aportar su contribución
a ·la victoria sobre el agresivo imperialismo · norteamericano.
Los comités de distrito deben penetrar hondamente en la agricult'ura para
ayudar a la dirección provincial. Los comités provinciales también deben
penetrar en la agricultura, preocuparse por crear industria local y desa-
rrollar el transporte y las comunicaciones. Para dirigir estas dos· ramas
fundamentales, los comités provinciales deben tener .u h fuerte aparato
de trabajo. En ·el momento presente lo primero que se precisa es estable-
cer una estrecha relación entre la industria y la agricultura, aprovechar
exhaustivamente todos los recursos. de la industria para atender a la agri-
cultura.
Ahora y en el futuro cada provincia debe disponer de una industria local
desarrollada. Los comités provinciales deben, por eso, estudiar las necesi-
dades y 'las posibilidades de desarrollo económico d~ ·su región, conocer sus
recursos en tierras y en hombres, las fuentes de materias primas, a fin de
utilizar de manera premeditada la mano de obra, la tierra, elaborar ra<;io·
nalmente las riquezas naturales y disponer razonablemente las reservas
laborales. Ese deberá ser el rumbo de desar~ollo de la economía local.
Tenemos un sistema. de planificación de tres escalones: central, provincial
· y de empresas y cooperativas. En los planes provinciales deben enc~mar
la línea y el rumbo . del centro; paralelamente, d~ben reflejar las necesi-
dades y posibilidades ·de desarrollo de la economía local. Los planes pro-
vinciales deben ir estrechamente ensamblados con el plan estatal y con
los planes de las empresas y cooperativas. Por ello, entre las instancias
centrales y provinciales es necesario concertar las acciones. . Los departa-
mentos eentrales . deben establecer correctamente · sus relaciones con las
provincias, crear a éstas condiciones favorables y conseguir una coordina-
ción total en las acciones para cumplir los planes locales. . Por no asegu-
rarlo de manera organizada y por los métodos erróneos de trabajo sub-
sisten aún muchos defectos en la realización de las decisiones y planes adop-
tados; por otra parte, se producen casos de rivalidad entre diversas ramas
94
e instancias, lo que se explica por la inmadurez ideol6gica y política de los
cuadros; por su .individualismo. En condiciones.de guerra es preciso renun-
ciar cuanto antes a ese estilo y métodos de trabajo del período de paz.
Es- necesario revisar y corregir todas las reglas, postulados y normas que
no corresponden a tiempos de guerra, concentrar la plenitud del poder
en manos del CC del ·Partido, del Gobierno, en manos de los comités pro-
vinciales del Partido y" de la administraci6n, a fin de asegú.rar uná honda
compenetraci6n y una aplicaci6n enérgica y· rápida de la línea y de los
planes adoptados por el ·Comité Central del Partido y el Gobierno. Es
preciso prescindir de todo papeleo inútil. Entre las provincias y los minis-
terios, los comités administrativos provinciales y el Comité Permanente
del Consejo de Gobierno deben establecerse contactos más amplios y per-
manentes, examinar conjuntamente con mayor meticulosidad los asÚntos
de trámites y resolverlos directamente y sin demoras. Toda la actividad
debe estar impregnada de un espíritu de responsabilidad ante el pueblo,
de un espíritu de camaradería en la laoor común; éste es el contenido
eseñcial de_la cooperaci6n sÓcialista entre el ~entro y las provincias, ·entre
las diversas ramas. Conservando, por supuesto, sus derechos, prerrogativas
y funciones de los distintos departamentos, comités de Partido ·y adminis.-
trativos de los distintos escalones, de lo~ 6i:ganos superiores e inferiores.
Sin embargo, en la actitud hacia el trabajo no pue~e haber instancia de
ninguna · clase, los departamentos centrales deben considerar como suyo
el trapajo en las localidades, ·y éstas, a su vez, deben considerar suyo el
trabajo del centro; tanto la direcci6n como la base deben. trabajar en
aras de la salvaci6n de la patria; no hay lugar para el individualismo y
el localismo que perjudican los altos intereses de la naci6n. En cada una
de las instancias es preciso asegurar la direcci6n colectiva. La responsa-
bilidad individual y la aplicación eficaz de la línea y de la política pueden
ser aseguradas únicamente .si no existen contradicciones entre la direcci6n·
colectiva y la responsabilidad individual, en los marcos de un amplio
examen democrátic~ de los problemas y existiendo una dirección colectiva;
cuanto más elevada sea la responsabilidad individual con más éxito se
practic'a1J la dirección colectiva. El carácter colectivo es lo principal,
solamente la colectividad está en condiciones de prever todo, mientras
una .persona aislada puede equivocarse. Por eso, en .los comités del Partido
en cualquiera de los escalones es inadmisible cualquier género de patriar-
calismo o de autoritarismo.
95
Pllra desarrollar el movimiento revolucionario en la producción es nece-
sario transformar la línea política del Partido en un programa de actividad
revolucionaria cotidiana de las masas. En el trabajo ideológico no hay lugar
para debates generales abstractos, esa labor debe ir encaminada a resolver
probleqias concretos de producción. El trabajo ideológico está llamado a
asegurar la comprensión y la apJicación por las masas de las tareas produc-
tivas más urgentes. Para aumentar la producción industrial es necesario
reforzar las organizaciones del Partido en las unidades de producción. Para
intensificar la producción agrícola y mejorar el trabajo de las cooperativas
es preciso reforzar las organizaciones del Partido en el campo. En suma, lo
decisivo para perfeccionar la producción es el fortalecimiento de las orga-
nizaciones del Partido. Estas deben -lograr que .todos sus miembros se man-
tengan firmes en posiciones proletarias, y, a base de ello, hacer que
comprendan estas posiciones todos los obreros, los miembros de las coope-
rativas, lograr la justa aplicación de la línea del Partido, conseguir que los
miembros del Partido sean la espina dorsal de la producción y de la lucha
contra la agresión.
La labor ideológica debe ir siempre engarzada con la de organización. La
labor ideológica va encaminada a crear y consolidar la organización.
La labor de organización asegura la existencia y el constante desarrollo de
la ideología. Cada uno de los miembros de la organización cumple determi-
nadas obligaciones, que le han sido confiadas por la organización, y respeta
a
la disciplina de ésta, es decir, está obligado templarse ideológicamente
de acuerdo con las exigencias y las tareas de la organización en cuestión.
Por esto las labores de educación y de organización deben estar estrecha-
mente ligadas. Es necesario utilizar más ampliamente el activo ·sin partido,
las organizaciones de masas -y en particular la Unión de la Juventud
Trabajadora- para asegurar el control sobre la dirección de la economía,
de la producción y de la distribución, desplegar más ampliamente la
crítica y la autocrítica, establecer en .las organizaciones del Partido, en las
empresas y en las cooperativas un verdadero orden democrático, crear un
sistema flexible de auténtico control. Ahora no es imaginable una labor
ideológica sin un trabajo de organización. Ambos deben discurrir paralela~
mente enlazados, condicionándose mutuamente y asegurando la unidad
política e ideológica del Partido, su unidad qe acción.
Al determinar su línea política, nuestro Partido parte de la situación y
de la práctica revolucionaria en nuestro país, utilizando los principios del
marxismo-leninismo. La línea estratégica del Partido está determinada
96
por su responsabilidad por la suerte de su pueblo y por su dedicación a la
causa revolucionaria común del proletariado mundial. Esto es la indepen-
dencia ideológica. La experiencia_ demuestra que el Partido puede aplicar
de manera creadora el marxismo-leninismo en la realidad concreta de su
país a condic~óri, únicamente, de ser independiente en el aspecto ideológico.
Cada cuadro, cada militante de Partido debe tai:pbién pensar de manera
independiente; sólo así puede comprender a fondo la linea del Comité
Central del Partido, desembarazarse de cualquier género de desviaciones.
y vacilacion~s, aplicar correctamente la linea del ce y someterse conscien-
témente a la disciplina. .
La guerra contra los agresores continúa, la situación cambie. y se desarrolla
constantemente; Cuanto más cercana está nuestra victoria, más cruel y
pérfido se hace el enemigo; La revolución chocará aún con muchas difi-
cultades que pueden suscitar inestabilidad ideológica, debilidades· de uno
u otro género. La disciplina de partido excluye todo voluntarisino personal
en la actividad de los cuadros dirigentes y de los miembros del Partido;
en .el periodo de la guerra la disciplina del Partido debe ser más severa
que nunca.
La Unión de la Juventud Trabajadora y la Federación de .Mujeres haJi
comenzado por propia iniciativa un movimiento: juvenil bajo el lema de las
«Tres preparaciones> y el movimiento femenino bajo la divisa «Tres res-
ponsabilidades>. ·Son movimientos revolucionarios sumamente serios.
En la hist!>ria de nuestra revolución, el movimiento juvenil tiene sus pecu-
liaridades características. Nuestro Partido nació y se formó sobre la_base
de la «Sociedad de la Juventud Revolucionaria Vietnamita>. Quiere dedr
esto que, en aquella etapa histórica, la juventud fue la primera que encen-
dió la c~spa del movimiento revolucionario en nuestro país. En la pasada
guerra de Resistencia, la juventud representó la principal fuerza de choque
en la lucha con el enemigo. Y, ahora, en Vietnam del Sur, la juventud es
1a que se encuentra en primera fila de la lucha política y armada. ~a clase
ohrera de nuestro país era poco numerosa. Por eso; cuando Vietnam del
Norte entró en la vía socialista, las filas de la clase obrera se nutrieron
fundamentalmente de juventud. Así, pues, la juventud ha desempeñado y
desempeña un papel de suma importancia. Ella es la vanguardia en la
co~strucción del socialismo y jugará ese mismo papel, en el futuro, en la
edificación del comunismo. Para dirigir la revolución nuestro Partido debe
97
apoyarse en la clase t>brera, en el campesinado y en las demás capas traba-
jadoras de la población y, junto a ello, debe dedicar la mayor atención al
empleo de las fuerzas de la juventud.
La juventud es esa parte de la población a la que con mayor fuerza atrae
el ideal, que con mayor intrepidez va al sacrificio, que con más fuerza
tiende hacia todo lo nuevo. Los comités y las organizaciones del Partido
deben valorar .correctamente las disposiciones revolucionarias y las posibi-
lidades de la juventud. La Unión de la Juventud Trabajadora, educadora,
movilizadora y organizadora de fa juventud, debe ser el más fuerte de los
auxiliarés del Partido en la labor revolucionaria.
La. Unión de la Juv.e ntud Trabajadora se dedica a la educación de la
joven generación. Al mismo tiempo debe cumplir todas las tareas fijadas
por el Partido. La misión de la juventud en las empresas industriales y
cooperativas consiste én cumplir todo lo que ha sido trazado por los corres-
pondientes comités del Partido.
Tarea general dé la juventud en la etapa presente es la producción y la
lucha co~tra la agresión. En el terreno dé la producción, la 'Vnión de. la
Juventud · Trabajadora debe plaritear tareas sumamente concretas. La
juventud debe dominar la técnica, encabezar la revolución técnica, ya que
las organizaciones de la Unión no .son políticas exclusivamente, sino que
comprenden en su seno expertos técnicos, grupos de especialistas de la
:industria y la agricultura; las organizaciones de la Unión deben encauzar
la actividad productiva cotidiana de la juventud. En los comités de la
Ución deben figurar también militares y milicianos, representantes de la
juventud, de las fuerzas armadas y paramilitares.
La Unión de la Juventud Trabajadora debe ampliar permanentemente su
organización, atraer a ella a casi toda la juventud trabajadora, a fin de,
a través de ella, educar a las amplias masas juvenilés; acelerar su marcha
adelante. Para ingresar en la Unión deb~n, por supuesto, existir determi-
nados criterios, pero no deberán ser e:iccesivamente rígidos. El crecimiento
de la Unión no debe discurrir a costa de perder calidad. El problema
consiste en que la Unión despliegue una labor organizadora entre la juven-
tud, mostrando más interés por la educación ideológica de los jóvenes.
Educar a la juventud significa formar un hombre riuevo, despertar en ella
.ideales elevados, espíritu de sacrificio en aras de la ·victoria de la .causa
revolucionaria. Para nuestra juventud de hoy debe servir de modelo en
98
Ja vida y en Ja lucha la heroica trayectoria de Nguyen Van Troi. Es preciso
cultivar en la juventud la concepción del mundo del proletariado, para que
sirva conscienteD\ente la causa de éste. La juventud obrera es una parte de
la clase obrera, debe considerar a los obreros como hermanos mayores y su
ideal debe ser servir a la causa de la clase obrera. Las organizaciones de la
Unión en las empresas industriales deben estar estrechamente ligadas a las
organizaciones sindicales, coordinar con ellas toda su labor.
Las mujeres del Norte de nuestro país han realizado siempre una ingente
labor, en particular en el campo. Ahora, cuando sostenemos una guerra,
deben tomar sobre sus espaldas un trabajo sensiblemente mayor y más difícil.
Nuestras mujeres tienen magníficas tradiciones heroicas. Nos enorgullecen
nuestras madres, esposas y hermanas. Existen condiciones muy favorables
entre nosotros para transformar la iniciativa de las «Tres responsabilida-
des» en un amplio y poderoso movimiento de masas. Ahora, la tarea consiste
en solucionar muchas dificultades con que tropiezan nuestras.mujeres, como
son los problemas de la alimentación, de la vivienda, la educación de los
niños, la protección de la salud de niños y mujeres, la creació~ de condi-
ciones propicias para fa actividad, productividad y el estudio de las mujeres.
Para desplegar las posibilidades y aptitudes revolucionarias de las muje-
res es preciso extender la red de guarderías, . jardines y campos de juego
infantiles, los dispensarios, hospitales, maternidades, baños, lavaderos y
comedores públicos. Sólo en la medida en que exista una amplia red de
esas dependencias, las mujeres podrán dedicarse serenamente a los asuntos
que les hayan sido confiados. Esto tiene también suma importancia para
solucionar la escasez actual de mano de obra.
Ahora, las mujeres deben tomar sobre sí muchas obligaciones nuevas en la
producción y en la dirección de las cooperativas para reemplazar a los
hombres, a sus esposos, hermanos e hijos, que han marchado al frente. Para
ello e~ necesario organizar el estudio femenino a fin de preparar presidentes
de cooperativa, contables, jefes de brigada, enseñarlas a trabajar la tierra,
a manejar la técnica agrícola. En las empresas industriales es necesario
igualmente dedicar el tiempo necesario a la preparación profesional de las
mujeres para que puedan ir sustituyendo a una parte de los hombres en ·la
producción y en la administracióIJ. Es preciso utilizar con. aud¡;icia el trabajo
de las mujeres, habida cuenta de .sus aptitudes y de sus posibilidades, princi-
palmente en sectores como la enseñanza, la sanidad, el comercio, los servicios
a la población, en los cargos administrativos, etc.
99
La mayoría de la mano de obra del campo está, actualmente, compue.s ta
de mujeres. El año próximo, el desarrollo de la industria requerirá todavía
una can tidad considerable de mano de obra masculina. , En el campo, la
fundamental seguirá siendo la femenina. Por ello es necesario uiia gran
atención al estado de salud de la mujer en el campo; por otra parte, resulta
preciso estudiar el problema ·de producir máquinas agrícolas ligeras para
aliviar el trabajo de las mujeres.
Los organismos de sanidad, enseñanza, los sindicatos y las instituciones esta-
tales interesadas deben examinar y resolver las cuestiones antes expuestas
junto con las organizaciones de la Unión de Mujeres. Sin embargo, todas
las medidas concretas como, por ejemplo, la creación de guarderías, jardi-
nes y .campos infantiles, dispensarios, casas de maternidad, lá educación
de los niños, la solución de los problemas de la familia y del matrimonio,
etc., deben ser realizadas por las empresas, instituciones y cooperativas.
Estos asuntos $On de competencia común de los sindicatos, empresas y
cooperativas. Pero las organizaciones de mujeres, empero, deben mostrarse
activas en la presentación de propuestas sobre esas cuestiones, ~n organizar
a las mujeres para que participen en la organización de esas medidas.
En una palabra: el movimiento de las «Tres responsal;>ilidades» precisa ser
vinculado a la causa de la liberación de la mujer. Actualmente, las mujeres
gozan de iguales derecho$ que los hombres en la vida política. Pero es
necesario hacer mucho todavía, llevar a cabo una serie de medidas sociales
para liberar a la mujer de las duras obligaciones de educación 'd e los niños,
de las labores domésticas; crear condiciones para que las mujeres puedan
dedicar toda su capacidad revolucionaria a la lucha contra la agresión
norteamericana por la .salvación de la patria:
La revolución en Viet Nam del Sur y la lucha del pueblo en todo el país
contra la agresión norteamericana, por la salvación de la patria, entra
ahora en una etapa decisiva; ya hemos alcanzado en esa .lucha una serie de
gloriosas victorias. Sin embargo, los imperialistas norteamericanos y sus
lacayos siguen aferrados a Viet Nam del Sur, continúan haciendo una
guerra devastadora contra Viet Nam del Norte, sus fuerzas agresivas aún
no han sido derrotadas, siguen sin renunciar a sus propósitos agresores. Por
eso la lucha contra la agresión norteamericana, por la salvación de la patria
en ambas partes del país, se prolongará aún largo tiempo, tropezará todavía,
en su camino, con muchas dificultades. No obstante, nosotros nos impreg-
namos, ahora más que nunca, de una certidumbre cada vez .más firme en
la victoria de nuestra justa causa.
100
Nuestro Partido tiene una línea acertada. La voluntad de nuestro pueblo
de alcanzar la victoria sobre los agresores norteamericanos, de luchar por
construir un Viet Nam independiente, unido y próspero, es inquebrantable.
Nunca se habían manifestado con tanta fuerza las grandes tradiciones
heroicas y las fuerzas creadoras de nuestro pueblo como en la lucha actual
contra la agresión nor_teamericana, por la salvación de la patria. En el
mundo, incluso en los Estados Unidos, nunca había existido un movimiento
tan amplio, poderoso y general de apoyo a Viet N am. Cuando más extiendan
la guerra de agresión los imperialistas norteamericanos más aislados se van
a encontrar de los pueblos del mundo, más aplastante va a ser su derrota.
Debemos compenetrarnos profundamente con la línea de nuestro CC, imbuir
la indomeñable resolución de .nuestro Partido a todo el Ejército, a todo el
pueblo, dedicar todas las fuerzas a la producción y a la lucha en defensa
de nuestras conquistas socialistas, convertir a Viet Nam del Norte en una _
base sólida de lucha contra la agresión norteamericana, por la salvación
de la patria, apoyar con todas las fuerzas la guerra sagrada de resistencia
de nuestros compatriotas de Viet Nam del Sur.
¡ Qué todo el Partido, todo el pueblo, formando un solo bloque, marche
confiado adelante, dando todas sus fuerzas a la producción y a la lucha!
¡Cueste lo que cueste, derrotaremos a Jos agresores!
.¡ La victoria será nuestra!

.cNhan Dan», septiembre 8 de 1965.

101
OV-IOA NORTH AMERICAN'S LIGHT CONTERINSURGENCY
FIGHTER
(Avi6n de combate ligero contra insurrecci6n)
Pesó máximo de despegue: alrededor de 10,400 libras. Carga de
armamentos: 2,200 libras. Velocidad máxima: 480 km/hora. Radio
de acci6n: en "ferry" con tanques auxiliares de combustible, le per-
mite volar a cualquier parte del mundo. Es un caza de peso ligero,
de reconocimiento, destinado a utilizarse como pequeño transporte
_de tropas o de carga, o en misiones de reconocimiento fotográfico
o electrónico.

NORTHROP F-SA FREEDOM FIGHTER


Peso máximo de despegue: 19,000 libras. Radio de acci6n: 640 kms .
Velocidad máxima: 1.4 veces la velocidad del sonido. Carga de arma-
mentos: 6,200 libras de bombas, gelatina incendiaria, cohetes y pro-
yectiles guiados .Sidewinder, que lleva exteriormente. Caza ligero,
requiere un mínimo de equipo para manipulación en tierra y puede
despegar desde pistas polvorientas.
LOS 4 PUNTOS
DE LA REPUBLICA
DEMOCRATICA
DE VIETNAM

1. - Reconocimiento de los derechos nacionales básicos del pueblo vietna-


mita: la independencia, la soberanía, la unificación y la integridad
territorial. Según los acuerdos de Ginebra, el Gobierno de Estados
Unidos debe retirar del Sur de Viet Nam sus tropas, personal militar,
armas, municiones y material de guerra de toda clase, desmantelar
todas las bases militares yanquis en el Sur, cancelar. su "alianza militar"
con la administración del Sur y poner fin a su política de intervención
y agresión en el Sur de Viet N am. De con/ ormidad con los Acuerdos
de Ginebra, el gobierno nort~americano tiene que cesar sus actividades
bélicas contra el Norte de Viet Nam 'Y suspender por completo todas
las violaciones del territorio y la soberanía de la República Democrática
d~ Viet Nam.

2. Hasta la reunificaci6n pacifica del Viet Nam, mientras Viet Nam se


encuentre aún temporalmente dividido en dos zonas, las estipulaciones
militares de los Acuerdos de Ginebra de 1954 sobre el problema de
Viet Nam tienen que -ser respetadas totalmente; así ambas zonas
deben abstenerse de firmar cualquier alianza militar con países extran-
jeros 'Y de tener bases militar~s, tropas o personal militar extranjero en
sus respectivos territorios.
103
3. De acuerdo con el programa del Frente Nacional de Liberaci6n de
Viet Nam del Sur, los asuntos internos del Sur de Viet Nam deben ser
resúeltos por el pueblo sudvietnamita mismo, sin ninguna ingerencia
extranjera.

4. El problema de realizar la reunificaci6n pacífica de Viet Nam debe


ser solucionado por el propio pueblo vietnamita de las dos zonas, sin
intervenci6n extranjera.

104
LOS 5 PUNTOS
DEL FRENTE NACIONAL
DE LIBERACION DE
VIET NAM DEL SUR

l. Los imperialistas de los Estados Unidos, saboteadores de los Acuerdos


de Ginebra, son los más desaforados agresores y traficantes de guerra
y los enemigos jurados del pueblo vietnamita.
2. El heroico pueblo vietnamita está resuelto a expulsar a los imperialistas
yanquis, a fin de liberar al Sur de Viet Nam y lograr un Viet Nam del
Sur. independiente, democrático, pacífico y neutral, con miras a la
reunificaci6n nacional. El pueblo sudvietnamita y sus Fuerzas Armadas
están resueltos a no deponer jamás las armas hasta que hayan logrado
sus metas: independencia, democracia, paz y neutralidad. En estos
momentos, toda negociací6n con los imperialistas de los Estados Unidos
es absolutamente inútil si se niegan a retirar del Sur de Viet Nam todas
las tropas y toda clase de materiales y medios de g_uerra de EE.. UU.,
asi como de sus paises satélites,· si se niegan a desmantelar todas sus
bases militares en el Sur de Viet Nam, si los traidores vendepatrias
entregan a los imperialistas yanquis los saprados derechos del pueblo
sudvietnamita a la independencia y la democracia y .si el Frente Nacio·
nal de Liberaci6n del Sur de Viet Nam, el único representante autén-
tico de los catorce millones de sudvietnamitas, no puede hacer valer su
voz decisiva.
I05
3-. El valeroso pueblo sudpietnamita y el ejército de liberación del Sur de
Viet Nam e&tán resueltos a cumplir totalmente con su deber sagrado
de expulsar a lo~ imperialistas yanquis, a fin de liberar al Sur de Viet
Nam )' defender al Norte.
4. El pueblo subvietnamita expresa su profunda gratitud por el apoyo de
corazón de todos los pueblos del mundo que ama~ la paz y la justicia,
y declara estar. dispuesto a recibir toda asistencia, inclusive en armas y
otros materiales de .guerra de toda clase, de sus amigos de los cinco
continentes.
5. Unir a todo el pueblo, armar a todo el pueblo, continuar avanzando
heroicamente y estar decidido a luchar y a derrotar a los agresores
norteamericanos y a los traidores vietnamitas.

106
LOS CAMPESINOS
Y LA REVOLUCION-
HAMZA ALAVI

«En los países coloniales solamente los campesinos son revolucionarios, pues
no tienen nada que perder y tienen todo que ganar. El campesino hambrien-
to, fuera del sistema de clases, es el primero entre los explotados en descubrir
que solamente la violencia da resultados. Para él no hay compromiso ni
acuerdo posible... »1
Este modo de ver la potencialidad revolucionaria del campesinado fue
expresado por Frantz Famm, ideólogo de. la revolución argelina. De vez en
cuando, a través de' los siglos, el campesino se ha levantado en rebelión
contra ·sus opresores. Pero la historia también está repleta de ejemplos de
campesinado que ha soportado, en silencio y por largo tiempo, extremos de
explotación y opresión. Al mismo tiempo, brotes ocasionales de revl.ielta
campesina plantean la cuestión de las condiciones en que el campesino se
hace revolucionario.
No podemos hablar del campesinado en este contexto como de una masa
homogénea y no diferenciada. Sus diferentes partes tienen diferentes miras
y perspectivas sociales, pues cada una de ellas se enfrenta a diferentes
grupos de problemas. El número de fuerzás campesinas que participa en

1
Frantz Fanon, _Los Condenados de la Tierra, La Habana, Ediciones Venceremos,
1965. ·

107
un movinúento revolucionario depende del carácter de la revolución, o como
dirían los marxistas, de la «etapa histórica> que ella representa. Así, cuando
un movinúento revolucionarió va de la «revolución democrático-burguesa>
a la «revolución socialista:., los papeles de las diferentes partes del campe-
sinado no sigueri siendo los núsmos.
Como generalización que es acerca de la potencialidad revolucionaria del
campesinado, la declaración de Fanon comete petición de principios. Son,
igualmente, generalizaciones que cometen petición de principios las que
suponen al campesinado una clase retrógrada, servil y reaccionaria, incapaz
de unirse con las fuerzas de la revolución social. En efecto, los campesinos
han tenido un papel, a veces crucial y decisivo, en las revoluciones. La
revolución china es un buen ejemplo.
Lo que es necesario preguntarse, por lo tanto, no es si los camp~sinos son
o no revolucionarios, sino en cambio; bajo qué circunstancias se hacen
revolucionarios, o qué papeles tienen en las situaciones revolucionarias las
diferentes partes del campesinado. Estas son las cuestiones que interesan
grandemente a los movimientos socialistas en países de población eminen-
temente campesina. La principal tradición de la teoría marxista,. hasta
principios de siglo, se basaba firmemente en el papel revolucionario, domi-
nante y hasta exclusivo, del proletariado industrial. Pero Marx y Engels
penosamente se daban cuenta dei hecho de que si el proletariado industrial
queria cumplir sus tareas históricas encabezando las fuerzas de la revolución,
tendría que movilizar el apoyo campesino, especialmente en países de pobla-
ción campesina predominante.. Además, para los socialistas, el asunto no es
simplemente movilizar el apoyo campesino como un medio para lograr el
triunfo en su lucha. El asunto no _es solamente utili:iar las fuerzas del campe-
sinado. La participación libre y activa del campesinado en transformar su
forma de e'tistencia y en dar forma a la nueva sociedad, en sí, debe ser. una
parte esencial de la meta socialista.
El concepto de Lenin de alianza de la clase trabajadora y el campesinado
f_ue un gran avance sobre las primeras proposiciones marxistas; pues estaba
basado en un análisis detallado de las transformaciones que estaban tenien-
do lugar en la economía agraria de Rusia y la estructura de las fuerzas
sociales que estaba surgiendo como resultado. Lenin basaba la estrategia
bolchevique vis-a-vis con el campesinado de acuerdo con ese análisis y lo
modificaba a medida que la revolución rusa pasaba por sus diferentes etapas.
Pero, en aquellas circunstancias, el papel real del campesinado en la revo-
lución rusa era algo diferente que el que estaba previsto por la teoría. La
108
revolución proletaria no empezó en el campo hasta el verano de 1918.1 A
pesar de los repetidos llamamientos de Lenin desde 1905 a la organización
independiente de los .campesinos pobres, los bolcheviques tuvieron poco
éxito en esto. A pesar de la formidable combinación de una dirección bri-
llante, experimentada y capaz, que estaba completamente dedicada a la
tarea de movilizar a los campesinos pobres y a pesar de los prometedores
antecedentes de intranquilidad campesina, los bolcheviques no lograron
realizar la tarea que ellos mismos se habían impuesto. Es precisamente este
hecho lo que hace tan importante un estudio .de la experiencia rusa; pues
la razón del fracaso, tal como fue~ está primeramente en las condiciones
que gobiernan el comportamiento de las diferentes partes del campesinado
en relación con las situaciones revolucionarias.
Por el contrario, el campesinado jugó un papel decisivo en la revolución
china. Mao atribuye esta energía revolucionaria mayormente al campesi-
nado pobre, quien, de acuerdo con él, suministró tanto la jefatura como la
fuerza principal de la revolución campesina. Si esto es cierto, los chinos
lograron lo que los rusos no pudieron lograr y lo que Lenin había dicho
que no se podría lograr hasta que el proletariado no hubiera ganado el
poder político. 3 Pero otra vez aquí nos encontramos conque los hechos no
corroboran exactamente las proposiciones teóricas que se hicieron. En el
caso chino, sin embargo, la diferencia entre teoría y práctica, se pudiera
decir, permitió a los comunistas chinos no alejarse mucho de las demandas
doctrinales de la Internacional Comunista de Stalin, mientras que al mismo
tiempo; en la prácti'ca seguían una política que estaba de acuerdo con las
demandas objetivas de la situación china. Los países asíáticos se han dado
cuenta de la similitud de su situación y la de los chinos. Ha habido un gran
respeto por los triunfos chinos en lograr una movilización del campesinado
para que participe activamente en la tarea de ·transformar el campo. La
voluntad de aprender de los chinos no ha sido solamente de los comunistas.
Como ejemplo nos podemos referir al informe de una delegación enviada
por el gobierno de la Indiá a China, en 1957, precisamente con este propó-
sito.• Pero si el ejemplo chino enseña algunas lecciones, éstas las encontra-

2 V. I. Lenin, Obras E.o;cogidas, vol. 11 (Moscú, 1947) pág. 457.


s ldem, pág. 647.
• Gobierno de la India, Comisión de Planificación, Informe de la delegacin hindú
a Ch;na acerca de las Cooperativas Agrarias, (Nueva Delhi), 1957~
1.09
remos no solamente en sus formulaciones teóricas, sino en su práctica real.
Lo que es necesario hacer, por lo tanto, es revisar la teoría y los }).echos.
En lá India a veces se . alega que el movimiento nacionalista levantó al
campesinado y tomó su causa contra los señores feudales. Críticos socialistas
y comunistas del gobierno reconocen el hecho, sin embargo, ' de que el
Partido del Congreso gobernante extrae su apoyo en las áreas rurales de
los campesinos ricos, cuyos intereses ha tratado de proteger haciendo la
reforma de la tierra, en perjuicio de los campesinos medios y pobres. Pero
la izquierda no ha podido lograr una acción directa de las masas campesi-
nas en defensa de sus intereses. En lugar de eso, ellos se confían a la agita-
ción poÍítica para llevarlas al socialismo por la pacífica vía parlamentaria, 5
de manera que cuando optengan el poder con los votos, implantarán la
reforma de la tierra en interés de la masa de los campesinos. Considera-
remos algunos aspectos del movimiento campesino de la India y dos grandes
levantamientos campesinos que ocurrieron en ese país en años recientes,
para poder medir los papeles de las diferentes clases del campesinado hindú.
Consideraremos el problema de la movilización del campesinado en la situa-
ción de la India y algunas de las dificultades que se oponen en este respecto
a una vía de acceso puramente parlamentaria a la revolución socialista.
Nos proponemos, en este trabajo, considerar· los papeles que las diferentes
partes del campesinado han tenido en los casos de Rusia, China y la India.
Examinaremos las pre-condiciones que parecen ser necesarias para Íograr
la movilización revolucionaria del campesinado a participar en la lucha
por el socialismo, sea pacífica y constitucional o insurrecciona!. Formulare-
mos ciertas hipótesis que, a nuestro entender, aclaran ciertos aspectos de
nuestro problema. Estas hipótesis necesitan ser consideradas con más deta-
lle, especialmente, a la luz de la experiencia de otros países. Nos gustaría
recalcar desde el principio ~que estas proposiciones se hacen de primera
intención y para abrir una discusión sobre ciertos aspectos del problema,
que hasta ahora parecen haber estado ocultos. No hay respuestas fáciles a
las preguntas que se han hecho. Y tampoco se las podrá encontrar en la
especulación puramente intelectual. En última instancia las respuestas
deben ser tornadas de la experiencia de .la lucha actual. Pero es necesario
hacer las preguntas antes de encontrar las respuestas.

r. G. Adhikari, «El problema de la vía no capitalista de desarrollo de la India


y el Estado de Democracia Nacional», World Marxist Review, vol. VII, No. 11,
noviembre 196.4.
110
Nuestra hipótesis tiene que ver con los respectivos papeles de los llamados
campesinos medios y campesinos pobres y las pre-condiciones que se nos
muestran necesarias para la movilización revolucionaria de los campesinos
pobres. Antes de seguir adelante, debemos aclarar el significado preciso de
estos términos; aunque ellos son de uso común, tienden a ser usados más
bien con inexactitud. El error está quizás en la propia terminología. Esta
parece concentrar la atención en diferencias relativas de riqueza (o pobreza)
que se pueden clasificar solamente de una manera arbitraria, más que en
relaciones de clase que deben estar claramente definidas.
La división del campesinado en campesinos ricos, campesinos medios y cam-
pesinos pobres sugiere una ordenación del campesinado con diferentes .capas
colocadas una sobre la otra; una a una. Esto es falso; los campesinos medios,
por ejemplo, no están entre los campesinos ricos y los campesinos pobres;
pertenecen a otro sector de la economía rural.
En las situaciones históricas de transición que trataremos, se puede hacer
una amplia distinción entre tres sectores de la economía rural. Prim~ra­
mente, tenemos el sector cuya característica diferenciante principal es que
la tierra es de terratenientes que no se dedican a su cultivo. Esta tierra es
cultivada por arrendatarios sin tierra, en su mayóría precaristas y que están
clasifícados como campesinos pobres. El segundo sector es el de los peque-
ños propietarios independientes, que son dueños de la tierra y la cultivan
ellos mismos. Ellos no explotan el trabajo de otros. Están también los cam·
pesinos medios. Un caso especial de campesinos medios era el de los cam-
pesinos que tenían lotes en Rusia y que estaban obligados a trabajar para
terratenientes por tener impuestas ciertas inhabilitaciones que sobrevivieron
a fa «emancipación» de 1861. El tercer sector es el de los campesinos capi·
talistas, que están clasificados como campesinos ricos, y que son dueños de
grandes cantidades· de tierra. Su característica distintiva es que su trabajo
agrícola está basado fundamentalmente en la explotación del trabajo asa-
lariado, aunque a veces ellos participan en el trabajo. Contrariamente a los
terratenientes; ellos tienen el negocio de la agricultura por cuenta propia
e invierten capital en él. Los trabajadorci agrícolas, a quienes se paga un
salario por contrato, están clasificados como el proletariado agrícola y a
veces son incluidos junto con los otros sectores explotados del campesinado,
por ejemplo, los precaristas, etc., en los campesinos pobres. Preferiríamos
usar los términos campesinos capitalistas, pequeños propietarios indepen-
dientes, precaristas y trabajadores agrícolas, que son mucho más descrip-
tivos de sus ocupaciones que los términos campesinos ricos, campesinos p<r
111
bres y campesinos medios. Pero como nuestra discusión está tan relacionada
con declaraciones y escritos de otros que han usado estos términos, no pode-
mos evitar usarlos. Sin embargo, aunque usemos esa terminología, no debe-
mos perder de vista la diferencia esencial de la situación de clase de los
campesinos independientes y pequeños propietarios, es decir, los campesinos
medios y la masa explotada del campesinado, a saber los campesinos, ya
sean precari.stas que trabajen para terratenientes o trabajadores agrícolas
que -trabajen para campesinos capitalistas. Así tenemos un sector de ·campe-
sinos independientes y otros dos sectores caracterizados por una relación
jefe-subordinado.
Debiéramos limitar esta triple clasificación señalando que hay una gran
superposiCión entre estas categorías, y la línea de demarcación entre ellos
no es clara y definida. Pero a · grandes rasgos, una distinción entre las cate-
gorías es lo suficientemente válida. Así, un campesino que es dueño de un
pequeñísimo pedacito de terreno, pero que depende para su subsistencia
principalmente de ser precarista de un terrateniente o de trabajar como
obrero agrícola, es un campesino pobre; no lo miraríamos como un cam-
pesino medio aunque sea dueño de un poco de tierra. Igualmente, un cam-
pesino medio que emplea solamente trabajo ocasional para hacer frente a
un trabajo máximo, sería considerado por nosotros como un campesino
medio más que como un campesino rico; puesto que su medio de vida no
depende principalmente de la explotación.

II

A los campesinos se les dio un lugar definido en la estrategia revolucionaria


bolchevique bajo la divisa de Lenin de «alianza para la clase. trabajadora
y el campesinado». Sin embargo, el papel del campesinado en la revolución
rusa a veces es exagerado desproporcionadamente. Así, Lichtheim escribe:
«La singularidad de Lenin -y de la organización revolucionaria que él
fundó y mantuvo unida- estaba en la decisión de hacer que el levanta-
miento agrario hiciera el trabajo de la revolución proletaria». 6 Ni los hechos
de la revolución rusa ni las formulaciones teóricas de Lenin soportan un
juicio tal. Fue en los pueblos y ciudades que los bolcheviques primero to-
maron el poder, pues la lucha de clase en el campo todavía no se había

• George Lichtheim, Marxismo, un estudio histórico y critico (Londres 1961) ,


pág. 333.
112
desarrollado.7 Esta es la conclusión a que Lenin había llegado después de
la Revolución de Octubre. Su actitud hacia el campesinado se había des-
arrollado continuamente, en respuesta a los acontecimientos que estaban
teniendo lugar en los campos rusos. Desde el punto de vista del papel asig-
nado al campesinado en la estrategia revolucionaria bolchevique, se pueden
distinguir claramente tres períodos, en cada uno de los cuales encontramos
una posición teórica definida. El primer período fue el que llegó hasta la
revohición de 1905, aunque podemos ver el cambio de las ideas de Lenin
comenzar ya después del levantamiento campesino de 190~ segundo pe-
ríodo fue el comprendido entre 1905 y 1917. El tercer período, de reevalua-
ción fue el que siguió a· la Revolución de Octubre.
La característica central que determinó la perspectiva del primer período
fue la visión de Lenin del crecimiento dinámico del capitalismo agrario en
Rusia y la decadencia de la economía feudal. Ya desde 1893 el joven Lenin
había empezado a ver «Nuevos Desarrollos Económicos en la Vida Campe-
sina>, el tema de sus más tempranos escritos que se conservan. En 1899
publicó su primera obra importante, titulada El Desarrollo del Capitalisnlo
en Rusia, cuyas dos terceras partes están dedicadas a un brillante y amplia-
mente documentado análisis de la revolución capitalista en los campos
rusos, la decadencia de la economía feudal y la compleja variedad de
formas de transición que habían surgido. Sin. entrar en los detalles de la
economía .niral de Rusia a principios de siglo, debemos, para nuestros pro-
pósitos, señalar algunas de sus características .más sobresalientes.8
Un factor crucial, que inflamó los campos rusos en 1905-1907 y en 1917,
fue el peculiar problema del ocupante de lotes de terreno, el campesino
medio ruso, que quedó como una herencia de la Emancipación de 1861.
Por el edicto de Emancipación, el siervo 'había recibido como «asignación>
la tierra que antes había cultivado, pero con una porción retenida por el.
terrateniente; esas porciones se llamaron «recortes». En toda Rusia la· pro-
porción de «recortes» se estima que fue aproximadamente una quinta parte
de la tierra que al principio ocu¡iaban los campesinos. Pero el hecho más
importante en cuanto a los «recortes> no era su tamaño relativo, sino el
tipo de tierra de que se despojó al campesino y su papel en lá. economía

7 Lenin, obra citada, págs. 456-457.


s Para un cuadro más amplio, los lectores deben consultar las siguientes obras:
Lenin, El Desarrollo del Capitalismo en Rusia. (O. C., t. 111, ed. Cartago); G. T.
Robinson, La Rusia rural bajo el viejo régimen (Nueva York, 1949); Sir John May-
nard, El campesino ruso (Nueva York, 1962).
113
campesina. Es ·más, . el campesino estaba obligado a pagar por el lote. Lo
podía hacer trabajando para el terrateniente u optando por hacer pagos
en moneda que excedian considerablemente el valor de la renta de los lotes.
El campesino podría terminar su «obligación temporal» pagando un «resca-
te» que a su vez era mayor que el valor de la tierra; además, ·el campesino
tenia- que pedir prestado para hacer esos pagos. La necesidad de pagar esas
obligaciones trabajando para el terrateniente, junto con las leyes feudales
que perduraban, e instituciones tales ct>mo la comuna, ataban al campesino
a la aldea y a llttierra, y lo ÍOI'Z'aban a trabajar para su señor en términos
desfavorables. E.Sta relación entre el campesino niedio y los terratenientes,
fuente de conflictos hondos y directos, era una ·caracteristica particular de
Rusia.
Sin embargo, gran parte de la tierra. del terrateniente estaba cultivada por
precaristas --campesinos pobres-- que tenían poca tierra o ninguna, pero
que poseían algunos implementos agrícolas y caballos. Es importante hacer
una distinción entre la situación de esos campesinos pobres y la·de los cam-
pesinos medios anteriormente descritos. El campesino medio tenia un lote
verdadero y también tenía acceso a .pastos comunales y bosques. Su subsis-
tencia no dependia totalmente del terrateniente; pero sus obligaciones para
con él eran una carga insufrible. En el caso del campesino pobre, el preca-
rista, su subsistencia dependía de su capacidad para obtener tierra del
terrateniente para su cultivo. Aunque estaba explotado, dependía demasiado
del terrateniente para poder oponerse a él como lo podia hacer el campesino
medio.
Algunas tierras de te!'ratenientes estaban siendo cultivadas por trabajadores
agrícolas contratados -una transición a la agricultura capitalista. Pero
eran los industriosos imlaks, la burguesía rural, los 'que tenian la agricultura
como un negocio, y empleaban trabajo asalariado, el proletariado rural.
En el crecimiento del capitalismo agrario en .Rusia, Lenin vio una fuerza
poderosa para la revolución democrático-burguesa que abriría la puerta
a la revolución socialista.9 Plejánov, y más aún algunos de los mencheviques
extremos, habían mirado exclusivamente el crecimiento del capitalismo
industrial para la maduración de las fuerzas de la revolución. Esto ofrecia
perspectivas más bien tristes a los socialistas, perspectivas de 9n interludio
interminablemente largo de desarrollo capitalista antes de que Rusia pudie-
ra estar madura para la revolución socialista. Los mencheviques considera-

9 Ver J. Stalin, Problemas· del Leninismo (Moscú, 1953) págs. 213-236.


114
ban al campesinado como una fuerza conservadora y reaccionaria. Compa-
rada con estas ideas, el punto de vista populista de que la comuna campe-
sina proveía a Rusia de una oportunidad única de transición directa a un
orden socialista, no dejaba del todo de tener atrac~vos. Hasta Marx y
Engels tenían cierta simpatía por t:Sta idea. 10 · Lenin la rechazó por utópica.
El veía la comuna co!Ibun residuo del viejo orden f~udal que había de ser
barrido. El campesino medio, el soporte de la comuna, se estaba desinte-
grando como clase. Con el in,exorable avance del capitali~pio, el campesi-
nado estaba siendo depauperado y polarizado en· dos clases, los campesinos
capitalistas y el proletariado rural. La tarea inmediata, a su entender, era
ayudar y acelerar este proceso, luchando por la remoción de los restos de
feudalismo que te~dían a frenar el avance del capitalismo agrario.
De esta manera; Lenin miraba a las clases en el sector capitalista de la
economía agraria, más que a la clase de los campesinos medios que se
estaba de&integrando, para proveer las fuerzas para ·1~ lucha contra los
restos feudales y la consumación de la revolución democrático-burguesa.
Sin embargo, en 1901 él tendía a descontar inclusive al _trabajador rural
como fuerza revolucionaria efectiva. En su artículo de lskra de abril de
1901, que daba a conocer el programa agrario de los iskraístas, escribía:
«Nuestros trabajadores rurales están todavía demasiado conectados con el
campesinado, están todavía demasiado cargados con los infortunios del
campesinado en general para permitir al movimi~to de traba]adores·rurales
0

asumir significádo nacional, tanto ahora como en el futuro inmediato>.~ 1


De esta forma, argumentaba él, «toda la esencia de nuestro programa
agrario es que el proletariado rural tiene que luchar junto con el campesi-
nado rico por la abolición de los residuos de servidumbre, por los recortes
de tierras». 12 El proletariado industrial fue el que suministró la guía" revo-
lucionaria. Pero en la esfera agraria sería la burguesía rural la que provee-
ría la fuerza principal para la revolución democrático-burguesa.
El punto central del programa agrario era la demanda de restitución de los
recortes y la abolición de los vestigios de servidumbre. Pero Lenin sobre-
estimó el papel de la burguesía rural en esta lucha y curiosamente ·ignoró
ei papel del campesino medio, que era al que más directamente concernía

10 Marx. y Engels. Prefacio a la Edici6n rusa del Manifiesto Comunista, Obra.1


Escogidas, vot l.
1t Lenin, O. C_., vol. IV, pág. 418, Ed. Cartago.
12 Jdem, vol. VI, pág. 440.
115
esta lucha. El reto del kulak al sistema feudal era un reto económico --estri-
baba en su mayor eficiencia, su capacidad para pagar mayores salarios a
los trabajadores agricolas y su fuerza competitiva al ofrecer por la tierra
disponible para comprar o arrendar. Pero él estaba fuera del sector feudal
y no estaba directamente envuelto en el conflicto con los terratenientes.
Resentía que la noble2'a lo calificara de capa social inferior. Pero eso para
él no era causa su(iciente para enfrascarse en una batalla.
Cuando la gran revuelta. campesina empezó en 1905, fue el campesino
medio el que suministró su fuerza principal en una lucha por los recortes.
Ardientes en el recuerdo del Domingo Sangriento, el 9 de enero, que inició
la revolución de 1905, los campesinos se sublevaron eh febrero. Hubo jac-
queriesucampesinas por toda Rusia; las que en 1905 y los dos años siguientes
inflamaron la campiña, mucho después que la revolución se había extinguido
en los pueblos. Los papeles respectivo~ de las diferentes secciones del campe-
sinado en este levantamiento revolucionario son descritos por Robinson de
la siguiente manera: «Tendencias revolucionarias tales como existían en
la Rusia rural habían surgido principalmente de las relaciones de campe-
sinos pequeños y con poca tierra, . con JQ"andés terratenientes más que las
relaciones de trabajadores proletarios y 'semi-proletarios' con campesinos
capitalistas... A veces los campesinos de mejor posición se unían con el resto
en el saqueo d~ las proP,,iedades y particularmente en cortar y cargar madera
y en el pastoreo ilícito de ganado. Sin embargo, había al menos unos cuantos
casos en que los ataques de los campesinos estaban dirigidos contra los
_miembros más ricos de su propia clase más que contra los terratenientes;
y no hay duda de que por miedo a perderse ellos mismos, los campesinos
más ricos... a menudo eran indüerentes o abiertamente hostiles al movi-
miento agrario ... Por otra parte, los trabajadores agrícolas a salario que no
tenían tie~ra... generalmente no eran los líderes del movimiento agrario en
general ni de las huelgas en las haciendas... De hecho, se desarrolló en ciertos
casos una hostilidad definida en.t re el proletariado agrícola y los campesinos
que dividían su tiempo entre los campos · del terrateniente y los suyos
propios>. 14 (Subrayado por H.A.)
El papel del kulak en el levantamiento campesino fue ambivalente. El no
dirigió el ataque a los terratenientes por la devolución de los recortes, pues

13 En francés en el original. Se refiere a una gran sublevación campesina en Ja


Francia medieval (N. de Ja R.) ·
14 Robinson, obra citada, págs. 206-207.
116
ése era un asunto que correspondía a los campesinos medios. Es más, como
ha señalado Robinson, él mismo era a veces el blanco del ataque y a menudo
era indiferente o abiertamente hosti• al levantamiento campesino. Por otra
parte, a menudo encontraba la marea demasiado fuerte como para no ir
con ella, y participaba en los ataques a las casas de los terratenientes y al
saqueo subsiguiente.
Hasta 1905 los bolcheviques habían contado con la burguesía rural, los
kulaks, para suministrar las fuerzas para la revolución democráticobui'guesa
en el campo. No habían prestado mucha atención a organizar la amplia
masa de los propios campesinos. En el artículo de Iskra que había escrito
en 1901, Lenin virtualmente había eliminado al proletariado agrícola como
una fuerza que estaba «todavía completamente en el futuro». Y añadió que
«debemos incluir en nuestro programa las reivindicaciones campesinas, pero
no para sacar de la ciudad y enviar al campo a los socialdemócratas conven-
cidos, no es para atarlos al campo, sino para proporcionar una guía a la
actividad de las fuerzas que no pueden encontrar aplicación más que en las
localidades rurales ... »15 Pero después de la revuelta campesina de 1902, Le-
nin cambió de parecer. Escribía: «Los requerimientos puramente prácticos
del movimiento últimamente han dado especial urgencia a la tarea de propa-
ganda y agitación en el campo». La estrategia básica de la revolución demo-
crático-burguesa todavía era que «el proletariado rural tiene que lucl).ar
junto con el campesinado rico por la abolición de los restos de servidumbre>.
Solamente 1a culminación de la revolución democrático-burguesa llevaría a
la «separación final del proletariado del campesinado que posee tierras».19
En 1905, la revolución democrático-burguesa estaba lejos de su culminaciqn.
Pero, con los levantamientos campesinos de ese año, la actitud bolchevique
cambió fundamentalmente. En un escrito de marzo de 1905, Lenin llamó
a organizar.el proletariado rural de la .misma manera que habían organizado
el proletariado urbano. Añadió: «Debemos explicarle que sus intereses son
antagónicos a los del campesinado burgués; debemos llamarlo a luchar por
la revolución socialista» .17 Después de esto Lenin repetidamente exhortó a
los bolcheviques a organizar al campesinado pobre; pero tuvieron poco
éxito en esta tarea.

1s Lenin, obra citada, vol. IV, pág. 421. ·


1-:-ver «El Programa agrario d~ la social democracia rusa> y <Respuesta a una
crítica al programa de . nuestro partido>; idem, vol. VI, págs. 103-147 y 434.449.
11 Idein, vol. VIII, pág. 229.
117
La unidad básica de organización campesina era la tradicional reunión
de la aldea. Comúnmente estaba dominada por los campesinos ricos, los
kulaks. En una situ¡lción revolucionaria, sin embargo, en ·tiempos de acción
violenta, fueron los campesinos medios los que llevaron el peso de la situa-
ción. Los campesinos pobres quedaron en la retaguardia. La organización
campesina a nivel nacional era la Unión de Campesinos de todas las Rusias,
que en gran parte estaba bajo la influencia de los kulaks. En su primer
congreso en el verano de 1905, «los propios delegados señalaron que en la
mayoría de los lugar~s el trabajo de organización de los campesinos apenas
había comenzado». 18 La guía política del .campesinado estaba en manos
de los Revolucionarios Sociales quienes, además, representaban principal-
mente al .campesino rico. Los bolcheviques nunca lograron afianzarse bien
entre los campesinos.
En 1917 encontramos. a Lenin más cauteloso ·y menos seguro acerca de las
posibilidades de organizar al campesinado ·pobre independientementé. En
su histórica «Tesis de Abril» él pide que: «Sin necesariamente desintegrar
el Soviet de Diputados de los Campesin~s inmediatamente, el partido del
proletariado debe hacer clara'ta necesidad de organizar por separado Soviets
de Campesinos pobres (semi-proletarios) o, por lo menos, la necesidad de
tener constantes conferencias "separadas de diputados campesinos de este
status de clase en forma de facciones separadas o par~dos dentro de los
Soviets Generales de Diputados de los Campesinos». Pero él no confiaba de
ninguna manera en que esta tarea se realizara. En su «Tesis de Abril»
continúa: «En el presente momento no podemos· decir ciertamente si en
los ~ampos rusos en el futuro próximo se desarrollará una poderosa revo-
lución agraria. No podemos decir exactamente cuán profunda es la división
de clases en .el campesinado ... Tales cuestiones serán y pueden ser decididas
solame~te por la experiencia». 19 ·

La estructura de los levantamientos campesinos que tuvieron lugar en 1917


es más bien compleja. Había dos grupos de lucha, entre los campesinos y
terratenientes, y entre los propios campesinos en que las alineaciones se
cortaban. La lucha campesina principal en 1917, como antes en 1905-1907,
fue la de los campesinos medios contra los terratenientes, por los recortes y
por la abolición de las restricciones feudales que subsistían. L~s años inter-
medios habían sido relativamente tranquilos. Ahora, una vez más, la lucha

is Robinson, obra citada, pág. 161.


w Lenin, obra citada, vol. XXIV.
118
campesina fue precipitada por el declinar de la agricultura, el agotamiento
del ganado y la escasez de alimentos, y el alto precio de los artículos. Esta
vez la lucha fue más intensa y violenta que en el primer período;·en algunos
aspectos, pero sólo ocasionalmente, era más .a vanzada de carácter.
· Un factor que posiblemente · contribuyó mucho a la maye>r militancia del
campesino medio en la segunda etapa fue el hecho de que la politica ·agraria
de Stolypin había soltado muchas de las ataduras feudales que amarraban
al campesino medio. El ya conocía más el sabor de libertad. También las
ideas bolcheviques habían hecho impacto en el soldado, campesino en
uniforme, que participaba junto con el trabajador industrial en hacer la
revolución socialista. Los desertores qué volvían del frente traían con ellos
el fermento de nuevas ideas y una actitud de militancia al campo. Ahora,
como antes, la lucha estaba concentrada en los prados y bosques; las formas
más frecuentes de acción consistían en la toma de heno y madera. Los casti•
llos fueron saqueados y quemados más que antes. Un adelanto sobre la
situación anterior, sin embargo, era que en algunos c1;1sos los Comités de
Tierras de la· aldea (creados por el gobierno provisional para mediar en
disputas entre campesinos y terratenientes) se hicieron vehículos. para la
toma y distribución de la tierra. Maynard sugiere que «había, paradójica~
mente, un cierto si,stema, inclusive un cierto orden, en los procedimientos.
Los campesinos no tomaban la tierra que no hubieran cultivado ellos o sus
antepasados». 2 º Es más probable que en la práctica los procedimientos
no fueran tan ordenados como Maynard. imagina; muy poco podia retener
a los campesinos de tomar 4na visión optimista de sus peticiones, excepto
las peticiones de sus compañeros. Sin exnbargo, el hecho .de que el campe-
sino hubiera tenido, aun en revolución, que pedir eso. a que tenía derecho,
refleja su respeto conservador por la propiedad privada y el hecho de que, en
la mayoría de los casos, las apropiaciones de tierra se restringían sólo a los
recortes. Una vez más, fue el campesino medio el que estuvo en el fr~te
de batalla. La actitud <iel kulak fue, como antes, contradictoria ..:..-Cl miedo
y hasta la hostilidad combinaban con un no muy renuente deseo de
compartir el botín. Igualmente, los proletarios rurales se unieron con los
otros en el saqueo. Pero ellos no se· constiti.lyeron en una fuerza indepen-
diente y no se rebelaron contra sus amos, los kulaks.
Había otra lucha, bien definida, lucha en los distritos rurales, en que el
campesino niedio se encontró en conflicto con las otras dos secciones del

20 Sir .John Maynard, Rusia en Purga, (Nueva York, 1962), pág. 332.
119
campesinado. Esta fue la lucha de los que deseaban proteger las comunas
contra los · «separadores>. Durante los años entre las dos revoluciones se
había promulgado una legislación que tenía que ver con la disolución de
posesiones de reparto de las comunas y el establecimiento de posesiones
hereditarias, que harían de la tierra una utilidad, y la consolidación física
de posesiones, que haría posible el establecimiento de fincas individuales
libres de restricciones comunales. La presión para disolver las comunas
surgió de los hacendados «kulaks comunales> (los otros kulaks tenían su
tierra fuera de las comunas) que . qu~rían estar libres de restricciones ·
comunales. Vino también de los campesinos pobres cuyas pequeñísimas
posesiones servían solamente para amarrarlos a la aldea, pero no les daban
medios de vida. El campesino medio, sin embargo, tenía poco que ganar
y mucho que perder con una disolución de la comuna. Primeramente se
opuso a los «separadores> y los ánimos se caldearon. Los campesinos medios
a menudo resistían triunfalmente los intentos de . «separar>, y en muchos
casos, campesinos que se habían ido fueron obligados a volver y mancomu-
nar su tierra otra vez. Así, en estos casos los campesinos medios fueron,
una vez más, la fuerza efectiva en la aldea.
Estas divisiones y conflictos entre el campesinado, evidentemente no per-
mitían la formación de los «comités revolucionarios campesinos>, que
Lenin había aconsejado formar. Los Soviets campesinos, en los lugares
donde existían, eran a nivel de municipio y provincia y en general estaban
dominados por socialrevolucionarios de derecha, los altavoces de los kulaks.
El papel del campesinado en la Revolución era indirecto, aunque en ningún
sentido dejaba de ser importante. La fórmula bolchevique era tomar el
poder en alianza con todo el campesinado. Si el papel del campesinado
debe ser llamado una «alianza», fue, por parte del campesinado, una aliaoza
'no ¡:leclarada, desorganizada y sin una dirección clara. Es más, a duras
penas se le podía llamar una alianza con «todo el campesinado», ya que
éste estaba profundamente dividido. En .un debate posterior Stalin declaró
que la revolución proletaria fue hecha por el proletariado «junto con el
campesinado pobre» y prueba.su teoría citando los repetidos llamamientos
de Lenin, después de 1905, a movilizar el campesinado pobre. Como hemos
visto, esto no quiere decir, naturalmente, que los bolcheviques en realidad
hayan logrado alcanzar su objetivo. En las declaraciones post-revoluciona-
rias del propio Lenin se ve que esto no fue así.
I
En octubre de 1918, basándose en la experiencia de la Revolución, Lenin
explicaba el fracaso bolchevique en movilizar a los campesinos pobres:
'120
«Debido a la falta de madurez, al atraso, la ignorancia, precisamente de
los campesinos pobres, la jefatura (en los Soviets) pas6 a las manos de los
kulaks ... Un año después de realizada la revolución proletaria en las
capitales, bajo su influencia y con su ayuda, comenzó la revolución proleta·
ria en los lejanos distritos rurales:t. 21 Pero, ¿por qué los bolcheviques no
lograron vencer el atraso y la, ignorancia del campesinado, a pesar de haber
pasado al menos diez años dedicados a esa tarea? Lenin se dio cuenta de
que la verHadera explicación .estaba· más allá del factor subjetivo. Se dio
cuenta de la existencia de eso a que nos hemos referido como a las pre-
condiciones necesarias para la movilización del campesinado pobre -auri-
que lo· expresó en una forma que se refiere solamente a la experiencia rusa.
Así, en 1920, ·calificó a esas pre-condiciones como «una verdad que ha
sido enteramente probada por la teoría marxista y corroborada por la expe-
riencia de la revolución proletaria en Rusia, aunque las tres categorías
anteriormente menciOJVldas de la población rural (el proletariado rural,
los semi-proletarios y los pequeños campesinos) . . . están económica, social
y culturalmente interesados en la victoria del socialismo, son capaces de dar
decidido apoyo al proletariado revolucionario solamente después que esté
último. ha conquistado el poder político, solamente después que se las ha:
entendido decididamente con los grandes terratenientes y capitalistas, sola;.
mente después que estas gentes esclavizadas ven en la práctica que tienen
un líder, un defensor organizado, lo suficientemente fuerte y firme para
ayudarlos, dirigirlos y enseñarles el camino correcto:t.22 Aquí Lenin no
estaba elaborando un texto marxista, sino generaliZando a partir de la expe-
riencia rusa. La experiencia china y los ejemplos de la India nos demues..
tran, sin embargo, que la previa toma del poder por.el proletariado es s6lo
una de las varias formas alternativas en que las pre-condiciones necesarias
para la movilización del campesinado pobre puede ser realizada.

.I 1 1

El partido comunista chino en su camino revolucionario partió de. la tra-


dición leninista. Pero en los primeros años de su vida su trabájo se concentr6
mayormente en el proletariado urbano, y en los estudiantes e intelectuales,
Se había trabajado muy poco entre los campesinos.· Jane Degras cita un

21 Lenin, Obras Escogidas, vol. 11, págs. 414-41 7.


H ldem, pág. 647.
121
informe al CE de la Internacional de acuerdo con el cual, en 1926, fos
miembros del PCCH de fa clase obrera eran el '66% del total y los miembros
campesinos no · eran más del 5%. 23 También Mao Tse-tung comenz6 su
trabajo entre el proletariado ·industrial; para usar sus propias palabras,
ieomo un «marxista práctico», después que había pasado algún tiempo
-estudiañdo y escribiendo como un «marxista teórico». Como secretario del
partido de Hunan. organizó a los mineros, a los ferroviarios y a los obreros
municipales, etc. En ese tiempo trabajó muy poco entre los campesinos.
No fue hasta 1925 que Mao se dio cuenta de la potencialidad revoluciona- .
ria del campesinado. «Antes», le dijo a Edgar ~now, «yo no me había
dado cuenta cabal del nivel que alcanza la lucha de clases en el campesi-
nado. Pero después del incidente del 30 de mayo ( 1925) y durante la gran
ola de actividad política que le siguió, el ca,mpesinado de Hunan ·se hizo
muy militante. Yo ... empece uná campaña de organización rural». 21
Se había abierto un nuevo capítulo en la historia del comunismo chino.
Las revueltas y ievaritainientos campesinos habían sido endémicos en China
en esa época. Varios factores habian precipitado esa situació~. Quizá~ el
~ás importante de todos fue la constante guerra C'.Ívil entre los jefes gue-
rreros, .y los impuestos y ccmtribuciones. excesivas extraídas por ellos ·Y por
los recaudadores del gobierno. Otro fact.o r de alguna importancia fue que
en esos «agitados tiempos» muchos de la «clase acomodada» que se habían
ido a los centros urbanos, ya no estaban presentes en la aldea para ejercer
su autoridad personal directá, de la- cual · gozaban en virtud de su riqueza
y su tradicional status social. La remoción de los hombres que habían
ejercido poder en ~l lugar aflojó el coñtrol social en las aldeas y permitió
a los campesinos ganar más confianza y desarrollar la militancia campesina.
Sin embargo, quizás el factor más decisivo' estaba en las operaciones del
«Ejército revolucionario» que había sido creado en 1923 por el gobierno del
Kuomintang del Dr. Sun Yat Sen, con el apoyo de los comunistas chinos
y con la ayuda de la Unión Soviética. En febrero de 1925 el ejércifo revo-
lucionario lanzó su primera expedición ·al Este, la primera de varias expé-
diciones ·con'tra los jefes guerreros. A continuación se lanzó la expedición
al' S-ur· y, e~ el verano de 1926, se lanzó la famosa expedición al Norte. Es

23 Jane D egras, Los Documentos de la Intemar.ional Comunista (Loridres 1960);


vol. II, pág. 336. ·
2
• Ed;;ar Snow, Estrella Roja sobre China (Lo11dres, 1963) pág. 157.
1~2
significativo que en la víspera de la expedición al Norte, casi dos tercios
del millón de miembros de las asociacionees campesinas estaban en la pro-
vincia de Kwantung, 20 ·que. era una de las principales áreas de operaciones
del ejército revolucionario durante las expediciones al Este y al Sur.
El movimiento campesino no fue creado por el Partido Comunista ni por
el genio de un solo· hombre. Mao fue atraido al movimiento campesino
cuando éste ya babia comeru.-ado. Pero el genio organizador de Mao hizo
que este movimiento alcanzara nuevas alturas. En 1925 Mao empezó a
crear cuadros para el movimiento campesino en el «lnstitúto del Movi-
miento Campesino». Al final del año llevó sus estudiantes a Hunan, esta-
bleció con.tacto con elementos activos del campesinado y fundó asociaciones
campesinas en los pueblos. Se fabricó asi una sólida base que suministrara
jefatur~ y organización al movimiento campesino, ·de manera que cuando
se rebeló nuevamente al año siguiente, lo hizo con la mayor fuerza.
Mao resume sus experiencias con el movimiento campesino en dos trabajos
que están considerados como clásicos del Maoismo. El primero fue un
articulo titulado «Un análisis de las distintas clases en el campesinado chino
y su actitud para con la revolución», 26 que fue publicado en enero de 1926.
El otro fue su ~elebrado «Informe de una investigación en el movimiento
campesino en Hunan», que escribió un año después. Stuart Schram ha seña,..
lado que, a primera vista, aparece una más bien 'curiosa «desviación» de la
ortodoxia .marxista-leninista en las versiones originales de ambos textos.
Ha demostrado que en las versiones originales el príncipal papel revolu:-
cionario del proletariado industrial no está especfficamente mencionado,
sino i:iue en 1951 fueron añadidas .referencias adecuadas al efecto. ¿.Quiere
esfo decir que en esta etapa Ma9 babia abandonado el principio básico .d.el
marxismo-leninismo, o sea el'principio de la dirección proletaria de la 1'.CVO-
lución? En su análisis del Maoismo, Isaac Deutscher se refiere al ·hecho
de que «Mao ... reconoció más y más explicitamente al campes~ado .como
la única füerza activa de la revolución, hasta que de hecho volvió la espalda

25 H<> Kan Chin, Historia de la Moderna Revoluci6n China (Peldn, 19'59)


pág. 100.
2a El artículo incluido en las Obras Escogidas de Mao .l'se-tung, (Londres, 1955)
bajo el título de Análisis de ~Jases en la sociedad china, y ~chado en marz<f'ae'l926;
es una versión revisada y compendiada de dos artículos que apar~eron en Chung-
kuo y N ung-min en enero y febrero de 19.26. Gran parte del valor del artículo origi.IµU
se ha perdido en la versión revisada, Nuestras referencias son para .la traducción del
articulo original hecha por Stuart Schram en El Pensamiento político- de Mao Tse-
tung (Nueva York, 1963), .págs. 172-177.
123
a la clase obrera urbana». 27 Pero esto, como ha demostrado Deutscher, fue
después de fa derrota de la revolución, cuando, siguiendo al levantamiento
de la cosecha de otoño de 1927, Mao y sus camaradas, con el núcleo de
lo que más tarde sería el ejército rojo, marchó a las montañas de Chinkiang
y · estableció allí una base revolucionaria. Al principio Deutscher había
hecho·la objeción de que la «retirada al campo» sólo fue hecha como·una
estrategia temporal, haciendo tiempo para que las condiciones para una
insurrección urbana revivieran. Fue sólo «gradualmente (que Mao) se dio
éuenta de lo que su acción implicaba». En 1926, por lo tanto, el punto de
partida del Maoísmo todavía no había llegado. Y llegó dos años más
tarde, no como un premeditado cambio de estrategia, sinó como un cambio
impuesto a el por la lógica de la situación.
Para volver al tema de Schram, ¿qué explicación podemos encontrar de la
falta de referencias de Mao en 1926 y 1927 a la dirección del proletariado.
La explicación de Schram es que «la posición de Mao en ese tiempo no
éi:>nstituye ni leninismo ortodoxo ni una herejía fuera del leninismo, sino
el andar a tientas de un hombre joven que todavía no ha comprendido
completamente del todo a Lenin». Continúa: «el Informe de Hunan no es
leninismo, ni ortodoxo' ni 'herético'; es esencialmente amarxista». 28 Este
argumento es insostenible. Fue su comprensión del marxismo lo que llevó
a Mao, hijo de un campesino, a pasar los primeros años de su obra revolu-
cionaria entre el proletariado urbano. Además, el problema de la dirección
proletaria de la revolución era un problema central en el PCCH. No puede
presumirse simplemente que Mao no pensaba entonces en esa cuestión. Sin
embargo, dos hechos pudieran sugerir una explicación. Primeramente, si
Mao hubiera planteado el problema de la dirección de la revolución, a
duras penas hubiera podido evitar un ataque frontal proveniente del punto
de vista que estaba siendo propuesto por la Intemational Comunista;
evidentemente el joven Máo no quería tomar ese camino. Segundo, los dos
documentos fueron escritos en el calor.de la controversia en que Mao quería
establecer «la reforma agraria como el principal objetivo de la revolución
democrático-burguesa china y de establecer a los campesinos como su fuerza
básica». 29 En estos documentos él no había hecho más que reflejar las

21 l. Deutscher, «Maoísmo: sus orígenes, antecedentes y perspectivas> en R. Mili-


band y J. Saville (editores) Socialist R.egister 1964 (Londres, 1~64), pág. 19.
28 Schram, obra citada, págs. 28 y 33.
29
Ho Kan Chin, obra citada, pág. 139.
124
potencialidades revolucionarias de las diferentes partes del campesinado.
No se había puesto a hacer un análisis teórico d'e una estrategia revoluciona-
ria total. Es más, se debe añadir que no hay nada en estos documentos que
se pueda comparar con el análisis cuidadoso y detallado que Lenin había
hecho de los procesos que tenían lugar en la sociedad rural rusa y que
estaban transformándola. Mao aprendió sus lecciones en el campo; la esen-
cia del Maoísmo debe buscarse en su práctica revolucionaria más que en
sus escritos, los cuales ne;> siempre reflejan exactamente su propia práctica,
puesto que él tenía que prestar servicios a la ortodoxia de la Internacional
Comunista para ganar la libertad de atender las demandas de la situación
china. Mao el «marxista teórico», tenía un papel que no siempre coincidió
con el de Mao, el «marxista práctico».
Su intento de hacer que los hechós del movimiento de Hunan le sirvieran
a la ortodoxia de la Internacional Comunista por el simple medio de la
redefinición de las categorías, como veremos más adelan.te, ejemplifica
particularmente la paradoja de Mao. En su Informe, Mao no pasa trabajos
para 'demostrar que tanto el liderazgo como la fuerza principal del movi-
miento campesino vinieron del campesino pobre que, al menos en teoría,
hizo que los hechos del movinúento de Hunan sirvieran a fa concepción
de Stalin de lo que se debía e~perar. Pero para apreciar el verdadero carácter
del movinúento de Hunan consideraremos brevemente la estructura de la
sociedad rural de China y los principales problemas del campesinado.
La agricultura capitalista no se había desarrollado todavía en China, como
lo había hecho en Rusia. De acuerdo con las cifras dadas por Mao, el prole-
tariado en China era menos de 2% del número total de campesinos. 30 Por
lo tanto, había dos sectores principales en la economía rural de China. Uno
estaba donúnado por los terratenientes, que controlaban una vasta porción
de la tierra ( Mao da cifras del 60 al 70%) que estaban cultivadas por los
campesinos pobres, por ejemplo, los precaristas que no tenían tierra o tenían
poca. Los grandes señores que eran dueños de más de 500 mou (83 acres)
eran menos del 0.1 % de la población rural. !,.os pequeños terratenientes
formaban el 0.6% de la población rural. Los «senú-proletarios>, que traba-
jaban para ellos, consistían, de acuerdo con la -clasificación de Mao en,
1) senii-arrendatarios ( 16%) · que eran dueños de demasiada poca tierra
para poder vivir, 2) precaristas ( 19%) que no tenían tierra, pero sí imple-

so Los porcientos de las diferentes clases del campesinado chino están tomados
de los datos dados por Mao Tse-tung en el artículo original a que se refiere la nota 2!'i.
t25
mentos, con los que trabajaban la tierra del señor, y 3) los campesinos
pobres (19%) que no tenían ni tierra ni implementos. El otro sector era
el de los campesinos independientes dueños de tierra, o sea los campesinos
medios ( 38%), a quienes Mao subdivide en tres subgrupos: . a) los que
tenían un sobrante anual ( 3. 7·% del total del campesinado), b) los que
solamente se autoabastecían (19%), y c) Jos que tenían un déficit anual
(15 por ciento).
Surgieron tres problemas principales en los campos de China. El primero
de éstos era el de poner fin a la explotación por parte de los señores o por
lo menos aligerarla con una reducción de la parte de la cosecha recaudada
por ellos. Segundo, existía el problema de rectificar la muy desequilibrada
distribución de tierra entre los cultivadores, de crear empleo secundario
para aliviar la presión de la población sobre la tierra y de ~ejorar el nivel
de técnica para que los cultivadores pudieran gozar de medios de vida
razonables. Pero la solución de ese problema tendría que esperar por la
revolución socialista. Finalmente había un problema inmediato, que fue,
en efecto, el que dio origen al movimiento campesino y determinó su carác-
ter. Fue el de las excesivas demandas hechas por los jefes guerreros y los
oficiales recaudadores al campesinado. Las consecuencias del fallido intento
de Yuan Shih-hai en 1916 de restaurar la monarquía, la revuelta de los
generales que la habían frustrado, así como la constante intervención e
intriga imperialista, dieron por resultado un hundimiento de la autoridad
del gobierno. Los jefes guerreros se convirtieron en una potencia en el
campo y empezaron a dominarlo. Antes de esa época la prudencia había
frenado a los terratenientes y al gobierno en sus deseos de aumentar sus
demandas al campesinado más allá de los límites soportables. Pero para
los señores de la guerra no había .límites. Todos en las aldeas eran afectados
por sus excesivas demandas, excepto los terratenientes que estaban aliados
con ellos.
A pesar de las continuas extorsiones de los jefes guerreros, no surgió ningún
movimiento campesino de envergadura que los resistiera hasta que empeza·
ron las distintas expediciones .del Ejército Revolucionario. Estas expedicio-
nes aplastaron el poder de los jefes guerreros y sus aliados en las aldeas y
así comenzaron las rebeliones campesinas. Los .objetivos del movimiento
campesino que surgió en 1926 iban poco más allá de poner fin a las extorc
siones de los jefes guerreros y sus aliados locales. «Los campesinos atacan
como blanco principal a los rufianes locales y terratenientes desmandados,
golpeando al pasar a las ideologías e institucionees patriarcales, oficiales
126
corrompidos en las ciudades y malas costumbres en las áreas rurales>. 81
En esas palabras Mao dio la sustancia de los logros del Movimiento de
Hunan de 1926-1927, que él describe detalladamente en su Informe.
De todas las acciones del campesinado que Mao describe en su Informe,
las más débiles son las descritas por él bajo el título de «Dando golpes
económicos a los terratenientes». Aquí el problema central, como señala-
mos anteriormente, fue el de la reducción o aun la abolición de la renta
de los terratenientes. ¡ Mao dice que las asociaciones de cámpesinos logra-
ron prevenir un aumento de fa renta! Con seguridad, en · una situación
revolucionaria, nó hubieran debido existir terratenientes que pensaran
en aumentar ·más las rentas. A continuación Mao añade que, después de
noviembre, los campesinos habían dado un pasci más para luchar por una
reducción en las rentas. Pero esto fue ya después de la cosecha de otoño,
cuando ya se había recogido la renta de un año. En esa tardía etapa, aun·
si una demanda de renta hubiera sido hecha por algunos pocos organiza-
dores campesinos, no hubiera tenido valor práctico inmediato. ¡Que las
asociaciones de campesinos todavía no habían comenzado a retar a las
fundamentales posiciones de clase de los terratenientes, está puesto en
evidencia por la referencia de Mao al hecho de que muchos terratenientes
estaban tratatando de unirse a las asociaciones de campesinos! Aún más,
Mao sugiere eii su ensayo original sobre «Análisis de las distintas clases
~el campesinado chino» que algunos de los pequeños dueños de tierra
podían ser «conducidos por los caminos de la revolución». 82 ¿Qué clase de
revolución podría ser esa? Está claro que el movimiento lo único que
buscaba era aplastar el poder de los jefes guerreros y sus aliados locales,
cuyas víctimas incluían, desde luego, a los terrateniete menores.
Los terratenientes conservaron no solamente sus posiciones económicas,
sino también sus ejércitos: Uno de los logros que se apunta el movimiento
campesino y que Mao incluye en su Informe es el del «Derrocamiento de.
las fuerzas armadas de los terratenientes». Pero lo que en realidad .encon-
tramos en este acápite es una admisión tácita de que en general las x:nilicias
de los terratenientes seguían existiendo. Lo que aquí se dice es solamente
que sus ejércitos, en su mayoría, habían «capitulado» a las asociaciones
campesinas y ahora' «sostenían los intereses de los campesinos». Sólo
refiriéndose a un «pequeño .número de terratenientes reaccionarios» el

:n Mao Tse~"tung, Obras Escogidas, (Londres, 1955), p;ig. 23.


:: 2 · Schram, obra citada, pág. 173;
127
Informe dice que esas fuerzas se les quitarían y se «reorganizarían en
milicia regular y se pondrían bajo los nuevos órganos de autogobierno
local, bajo el poder politico del campesinado>. Es evidente que la existen-
cia continuada de la fuerza armada de los terratenientes, así como su
influencia en las sec~iones del campesinado directamente dependiente de
ellos económicamente, por ejemplo, los precaristas, etc., impedían al mo-
vimiento campesino convertirse en una revolución campesina y trajeron
su subsiguiente fracaso.
En el Informe de Hunan, Mao enfatiza repetidamente que tanto la jefa-
tura como la fuerza principal del movimiento provenían del campesinado
pobre. Si, en efecto, los campesinos pobres .suministraron tanto la: jefatura
como la fuerza principal del movimiento, es inconcebible que sus deman-
das, por ejemplo, la reducción y la abolición de la renta, no hayan salido
al frente de la batalla. Después de todo) eso no hubiera causado antago-
nismo en el campesinado medio, antes bien, hubiera encontrado apoyo
en él. Y los terratenientes eran solamente el 0.7% de la población rural.
De hecho fue su poder económico y su dominio del campesinado pobre
lo que les dio poder en el campo. Las demandas que se hicieron en el
movimiento campesino eran las que afectaban a los campesinos medios
más que a los campesinos pobres. Los terratenientes, mientras explotaban
a los arrendatarios al máximo, adoptaron una actitud paternal para con
ellos y aun les dieron protección contra extorsiones por terceras partes,
tales como los jefes guerreros y los recaudadores de impuestos. Por otra
parte, los pequeños dueños de tierra independientes, los campesinos medios,
estaban expuestos y débiles, y eran las principales víctimas de los jefes
guerreros y los cobradores de impuestos. Más que los campesinos pobres,
eran los campesinos medios los que tenían un sobrante de entradas que se
les podía sacar, lo que los hacía víctima más propicias de la extorsión.
En efecto, cuando Mao usa el término «campesino pobre> en el Informe
de Hunan, lo vuelve á definir de manera de .incluir en esa categoría a los
campesinos medios. Las once categorías originales que había descrito en
su artículo de enero de 1926, en el Informe de Hunan estaban compren-
didas 'en tres categorías. Pero al hacer eso, incluyó junto con las partes
del campesinado directamente explotadas por los terratenientes, también
una parte de · los pequeños propietarios independientes, los campesinos
medios. En el I_nforme de Hunan, él dice que los campesinos pobres eran
el 70% del campesinado. A esta cifra sólo se podría llegar tomando juntas
las siguientes categorías, como Mao las había descrito anteriormente:
128
(a) trabajadores agrícolas, 2%, (b) campesinos pobres, 19%, (c) preca-
~stas, 1!}%, (d) semi-propietarios, 16% y (e) la sección más pobre de los .
propietarios campesinos independientes, 15%. En efecto, sólo las tres
primeras categorías se llaman propiamente campesinos pobres. La cate-
goría (d) semipropietarios es una categoría intermedia, pues sus posesio-
nes _de tierra eran demasiado pequeñas para permitirles un medio de. vida
independiente y tenían que depender de otras fuentes como complemento
de sus entradas. Los campesinos de la última categoría eran campesinos
medios y no campesinos pobres.
La nueva definición de Mao del término campesinos pobres está implícita
s6lamente en sus estadisticas alteradas; él no describe en detalle sus nuevas
categorías~ Pero _ a l incluir una parte de los campesinos medios en la cate-
goría de fos campesinos pobres, dio al inenos una validez formal a su afir-
mación de que la jefatura y la fuerza principal del Moviiniento provino
de los . campesinos pobres. Pero esto hace más confuso el problema. Es
solameµte una confirmación fal~ de su predicción de que ·los· campesinos
pobres eran los más revolucionarios. Esta acción es comprensible sola-
mente si consideramos el hecho de que una caracterización tal del Movi-
miento lo hizo aceptable a la ortodoxia d~ la Internacional Comunista
(stalinista), que llamaba a una alianza del proletariado y el campesinado
pobre. El Informe fue escrito al cafor de una controversia de partido y
evidentemente Mao ·estaba más ocupado en la tarea de influir en la opi-
nión del partido sobre el tema en cuestión, que en sutilezas formales.
Desafortunadamente la supuesta militancia y dirección que se _decia había
mostrado el campesinado pobre en e\ Movimiento de Hunan fue conver-
tida en un mito que brilla · sobre la práctica de los comunistas chinos
ocultándola y; en efecto, las muchas declaraciones de Mao en los años
posteriores lo contraqicen. Si queremos aprender algo de la revolución
china, debemos apartlrnos de este mito.
El ··campesinado pobre fue movilizado solamente después que se había
abierto una nueva fase de la revolución china · con el establecimiento de
una base roja en las montañas de Chinkiang, después de la victoriosa
contrarrevolución encabezada por Óhiang-Kai-shek en 1927, la cual había
obligado a los comunistas a tomar refugio allí. A la sombra del .poder.
rojo, · aunque en un área muy pequeña, la revolución campesina dio un
paso adelante. A la luz de su nueva experiencia, Mao llegó a la conclusión
de que «Se toma acción positiva e~ la aldea contra la clase intermedia (los
dueños de tierras) solamente en una etapa de verdadera agitación revolu-
129
cionaria, cuando, por ejemplo, el poder político ha sido tomado en una
o varias regiones, el ejército reaccionario ha sido derrotado varias veees
y la valentía del ejército rojo ha sido demostrada repetidamente». 33 (Sub-
rayado por H.A.) ¡ Ecos de Lenin, de 1920 !
.La creación del ejército rojo fue un factor decisivo en la nueva situación.
Sin embargo, no surgió espontáne~ente del movimiento campesino, aun-
que su relación íntima con el campesinado le dio un carácter especial. Sú
núcleo procedía de secciones del Ejército Revolucionario del Kuomintang,
que tuvo que regresar al lado comunista ·después de la contrarrevolución.
Así, relativamente entrenadas, experimentadas y políticamente educadas,
estas unidades de combate fueron el núcleo esencial del ejército rojo: Se
pudiera comparar su situación con la de las fuerzas armadas de los comu-
nistas Telengana de la India, que fueron suprimidos, después de brava
lucha, sin duda, pero con mayor facilidad, por las fuerzas hindúes (que
sin embargo emplearon tres años para hacerlo). El ejército rojo de China
podría luchar contra fuerzas aún mayores que eventualmente se usaran
contra él.
Otro factor que hizo posible la creación y edificación del ejército rojo en
China fue que el conflicto armado había sjdo endémico en China por Una
década al menos. En la mayoría de las aldeas existían unidades armadas,
si bien estaban controladas por el señor feudal. Su carácter e importancia
es indicada por Yang, un antropólogo social, en. su descripción de una
aldea china. «La primera organización a nivel de aldea (era) el programa
de defensa de la aldea . .. Se esperaba que las familias pudientes se auto-
equiparan de rifles. . . etc.. . . A los muy pobres no se pedía nada más
que se portaran bien y obedecieran las regulaciones de defensa>. 34 Aunque
las unidades de autodefensa de la aldea estaban controladas por los terra-
tenientes, ellos habían acostumbrado a los campesinos a la idea de armarse
ellos mismos. Muchas de las milicias de la aldea también podrían ser
liberadas del poder de los terratenientes y absorbidas por el ejército rojo.
Además, el ejército rojo se adaptaba a un ambiente rural. La gente estaba
acostumbrada a soportar las cargas de mantener ejércitos ;__y la carga
del ejército rojo pesaba poco sobre sus hombros. El ejército rojo había
creado las condiciones para la emancipación del campesinado de la extre-

s3 Idcm, pág. 88.


u Martin C. Yang, Una aldea china, (Londres, 1947), pág. 143.
130
ma explotación y cobraba su tributo a los explotadores y no a los
explotados.
Finalmente, un factor de no poca importancia fue el hundimiento ~ la
autoridad central que no podrá actuar inmediata y rápidamente · para
destruir el núcleo del ejército rojo. Cuando finaimente vinieron los golpes,
respaldados por todo el poderío y los recursos del imperialismo, el ejército
rojo no solamente .sobrevivió, sino que eventualmente salió· victorioso gra-
cias mayormente a la existencia de movimientos de masa y al apoyo activo
del pueblo. Las acciones del proletariado en áreas bajo el control de dhiang·
Kai-shek, que impedían y a veces desorganizaban su aparato represivo,
fueron también, a · no. dudarlo, de gran valor.
La revolución se desarrolló a partir del núcleo de la base roja en las
montañas de Chinkiang. Con todas sus vicisitudes se extendió y profun-
dizó hasta qu~ hubo transformado a toda China. El proceso de la revo-
lución y el contenido exacto de los cambios agrarios en sus diferentes etapas
es una hisforia larga y compleja, que no podríamos recoger en estas
páginas. 35 Peto es necesario señalar uno de sus .aspeCtos cruciales: la refor-
ma de la tierra fue llevada a .cabo por comités campesinos y no por la
burocracia comunista. Asi, el cumplimiento de la reforma agraria varió
en diferentes etapas y en diferentes h~gares; reflejaba la .d isparidad en el
crecimiento de la conciencia revolucionaria y la organización del campe-
sinado en las diferentes partes del pais, asi como cambios de toda la
estrategia del Partido Comunista que fueron determinados pór una serie
de factores, uno de los cuales era la rapidez con que avanzaba el movi-
miento revolucionario. Más que -el cambiante conterudo de la reforma
agraria en las diferentes etapas, lo ·que particularmente nos interesa es
el proceso real por medio del cual fue llevada a cabo.
El triunfo de Mao y los comunistas chinos en lograr la movilización
revolucionaria del campesinado estaba en su sutil comprensión dialéctica
de los respectivos papeles de los campesinos medios y pobres. La tarea
que se les planteaba era aumentar el nivel de la conciencia revolµcionaria
del ~ampesinado pobre, tarea que requería tanta habilidad como devoto
esfuerzo. Esto era necesario precisamente porque los campesinos pobres
inicialmente eran el sector más atrasado de todos, y al mismo tiempo,
potencialmente el más revolucionario del campesinado. Por otra parte,

35
Ver Chao Kuo-chun, Política a~aria del Partido Comunista Chino, (Londres,
1960). .

131
Mao y sus camaradas tuvieron. que tomar muy en cuenta el hecho de que
el .campesino medio fue inicialmente el más núlitante, y sus energías
tuvieron que ser movilizadas por completo para llevar adelante el primer
intento de revolución agraria:. Pero precisamente porque, el campesinado
medio· no era una clase revolucionaria, había que mantener· la iniciativa
revolucionaria independientemente de ellos, pero . sin dejar de utilizar .sus-
energías y sin antagonizarlos; una iniciativa que iba a ser llevada adelante
en una segunda etapa de la revolución agraria, por los · recién alzados
campesinos pobres. Mao y sus camaradas demostraron en la práctica una
magistral c~mprensión de esta dialéctica. ~ero en algúnos de los textos
formales de Mao esta dialéctica parece faltar completamente. Se describe
al campesino pobre haciendo el papel de revolucionario consciente e in-
condicionalmente; u:n retrato que oscurece el .· rol crucial del Partido
Comunist~ como partid_ o con una perspectiva . revolucionaria proletaria, y
el ejército rojo que rompió la estructura de poder que existía en la aldea,
que no dejó que la revolución china degenerara en un levantanúento
campesino inefectivo.
Fue durante el período 1.950-1953, con la consolidación del gobierno
comunista, que una mayor ola de reforma de la tierra puso en movimiento
una nueva dinánúca en la sociedad rural china y transformó el aspecto
del campo. En la víspera de esta fase final, la «Ley de Reforma Agraria»
y otras legislaciones afines que englobaban las lecciones aprendidas en la
lücha, fueron promulgadas. Estas fueron explicadas en un Informe de
J,iu Shao-chi. 36 Mientras se hacía gra,n énfasis en la necesidad de moviliZ.r
a los campesinos pobr~s, podemos ver aquí un interés en hacer ·que los
cuadros del partido apreciaran el papel de los campesinos medios, espe-
cialmente en la etapa inicial del proceso. La importancia que se daba
al campesino medio fue aclarada mucho más en un discurso de Teng
Tsa-hui, Director de Trabajo Rural del PCCH, durante el Octavo Congre-
so del PCCH en 1956. Dijo: «Si hubiéramos limitado nuestra atención a
depender de los campesinos pobres y no nos hubiéramos unido con los
campesinos medios, si no hubiéramos protegido firmemente los intereses
de los campesinos medios durante la reforma agraria ... o, si no nos hubié-
ramos esforzado en traer las figura·s representativas de los campesinos
medios a la dirección de las asociaciones de campesinos y cooperativas,
entonces nuestro Partido, así como los campesinos pobres, ~ hubieran

36 La Ley de Reforma Agraria en la República Popular China (Pekín, 1950}.


132
quedado aisl¡tdos;,.» 3•7 (Subrayado por H.A.) Un mero reconocimiento del
papel de los campesinos medios, trayéndolos inicialmente a la ·dirección
de las asociaciones de campesinos y satisfaciendo algunas · de sus demandas
inmediatas~ .pudiera no .\J.aber capacitado al movimiento agrario para
desarrollarse mÍis y para entrar en la práJtjma etapa, la etapa de la revo-
lución prol.etaria. El triunfo de la política agraria china estuvo precisa-
mente en que siguió una estrategia dialéctica, ásegurando a cada etapa
que estaban creadas las condiciones par~ pasar a ·la próxima.
El proceso propiamente dicho por el cual esto fue logrado está descrito
muy vivamente en dos estudios de antropólogos sociales,38 . cuyos descu-.
brimíentos se corroboran mutuamente y a la vez son corroborados por las
conclusiones generales de Teng Tsa-hui en su discurso arriba citado. Uno
de los estudios es de David e Isabel . Crook, que son anglosajones pro-
comunistas que trabajan en China. El otro es de un chino anticomunista,
C. K. Yang, que trabaja en los Estados Unidos. Yang describe una aldea
recién liberada por el ejército rojo: «Su primera tarea era 'poner las
masas en _movimiento' para poder desarrollar una situación de 'lucha de
clase', para lo cual el paso básico era seleccionar 'elementos activos' entre
los campesinos para que sirvieran de núcleo de la organización ele fa aso-
ciación de campesinós y la nueva 'milicia del pueblo'».· Yang señala , que
los campesinos medios fueron seleccionados inicialmente para encabezar
las asociaciones de campesinos y la milicia, «principalmente porque ellos
habían estado activos en los asuntos de la aldea>. Sostiene, sin embargo,
que: «La selección de éstos (los campesinos medios) para encabezar la
nueya y vital asociación de campesinos con base a su parte activa .en los
asuntos de la aldea, parecía desviarse de ·la política oficial comunista de
usar solamente. elementos de entre el campesinado pobre y los obreros
agrícolas como núcleo de la nueva jefatura de la aldea. 39 Pero en esto es
precisamen'te en donde Yang se traiciona ·y deja traslucir su falta de
comprensión de la política comunista. Hubiera sido demasiado fácil para
los oficiales del poder local situar a campesinos pobres en es.tos puestos y
dar órdenes en su nombre. Pero eso no hubiera provocado un vigorosc

s1 Octavo Congrtso Nat!ional del PCCH, vol. IH (Pekín, 1956), págs. ~82-183.
aa David e Isabel Crook, Revolución en una aldea china (Londres, 1959) y C. K.
Yang, Una aldea china en la primera transición comunista (.Cambridge, Mass., 1959).
•• C. K . Yang, obra citada, págs. 143-145.
f33
movimiento campesino en que los campesinos pobres como clase pudieran
desarrollar un papel activo. Precisamente por. esta razón las autoridades
regionales y locales de China estaban bajo las órdenes de no llevar a
cabo, por ningún motivo, la distribución · de tierra por la fuen:a o por
meras órdenes, sino sola~en.te · de acuerdo con las decisiones de los cam-
pesinos de cada aldea y de conformidad <;on las condiciones iocales. Des-
pués que se estableeieron las as¿ciaciones campesinas, inicialmente bajo
la dirección del campesino medio, los cuadros del . Partido Comunista
animaron a los campesinos pobres a hacer sus demandas, tanto a través
de sus representantes en las asociaciones campesinas como colectivamente,
mediante demostraciones tales como ia que Yang describe cuando «ruido-
sos y enojados campesinos aparecieron (con sus demandas) en la puerta»
del campesino medio jefe de la asociación. Fue mediante este proceso que
el nivel de conciencia d~ los campesinos pobres fue elevado hasta el punto
que pudieron tomar la inidativa en el gobierno local. Pero aún así las.
asociaciones de ·campesinos hubieran podido degenerar en una· mera.
extensión del aparato burocrático. Sin embargo, queda -un factor vital ..
Las energías de los campesinos pobres fueron descargadas solamente
después que los terratenientes y los campesinos ricos habían sido aislados,.
(lo que ocurrió como un resultado de la llegada del ejército rojo y de la
jefatura comunista) · y finalmente eliminados como clases resultado de la.
reforma agraria. Sólo cuando esto se logró se abrió una nueva etapa en
la lucha local; · solamente entonces la dirección del campesino pobre
adquirió una nueva perspectiva y una nueva confianza, y comenzó a
avanzar para desplazar a los campesino5 medios. Este es el .proceso vital
que transformó el levantamiento agrario de China en una revolución.
proletaria. No hubiera nacido de sus bases agrarias si no hubiera sido
por el papel crucial jugado por el Ejército Rojo y el Partido Comunista
de China. Desafortunadamente, fa mitología del líderazgo revolucionario
que se supone que el campesino pobre mostrara desde el principio, oscurece
esta impórtantísima carac~erística de la revolución china. Esto, como.
hemos visto, fue posibilitado por las condiciones especiales de la revolución
china y, especialmente, por la creación del Ejército Rojo. En la India,
por otra parte, encontramos que aún esos levantamientos campesinos en
que, por un sinnúmero de razones, el campesino pobre había tenido UIL
papel importante, no pudieron devenir en una revolución proletaria.

134
IV
La situa.ción _en la fodia a ptjncipios de siglo era evidentemente diferente
de la de China. En la India la rivalidad interimperialista hacía tiempo que
había. terminado, con la supremacía inglesa. No había señores de la guerra
n1 ejércitos priv!ldos· que recorrieran los campos hindúes. El creciente
movimiento nacionalista, ~on sus modestos objetivos constitucionales, no
trató de armarse como había hecho antes el Kuomintang de Sun Yat-sen.
Hasta la década dei 20 el movimiento nacionalista permaneció aislado
de las p()tentes fuerzas del campesinado, aunque había habido mucha
inquietud ca.mpesina y levantamientos ocasionales. Tampoco existía el
imp0rtántísimo contacto entre los nacionalistas de la India y la Unión
Soviética, ·que jugó un papel tan importante en China, si bien la Revolu-
ción rusa había hecho un gran impacto intelectual en las mentes de
muchos nacionalistas jóvenes, ·tales como Nehru.
La radicalización del. movimiento . nacionalista en la India, justa:qiente
antes y especialmente después de la Primera Guerra Mundial, .comenzó
a atraer las masas al Movimiento. Gandhi sobre todo, que emulaba la
simple vida del campesino y hablaba su lenguaje y que se dedicó a
actividades simbólicas que cautivaron la imaginación de los campesinos,
jugó µQ papel vital en la movilización del apoyo al Congreso Nacional.
Hindú. Pero si hizo algo por hacer que el campesino hablara por el Con-
greso, hizo poco por hacer que el Congreso .hablara por el campesino,
Cuando en 1921, durante el primer Movimiento de ~sobediencia Civil,
el campesino comenzó a ex:tender la lucha contra el imperialismo británico,
también ~ontra el terrateniente y el prest,amista,, Gandhi invocó el
principio de no violencia, provocando un abrupto cese del- movimiento.
El no estaba preparado para ir más allá de respaldar, en ciertos momentos,
un llamado al campesinado para que se negara a pagar impuestos; una
consigna que evadía el problema d~ la explotación de clase en la aldea,
pero que era lo suficientemente fuerte para sublevar al campesinado. Pero,
sobre todo, su más poderoso p.amamiento al campesinado fue mediante
el milenario concepto del «Ram Rajya> (el Reino de Dios) que sería
establecido en la India después de .la expulsión de los ingleses.
El énfasis en el campesino del lenguaje político de Gandhi Uevó, sin
embargo, a muchos intelectuales de clase media a «ir al pueblo>, muy en
el espíritu del populismo ruso. El efecto· de esto es descrito .por Nehru:
«Nos mandó a las aldeas y al campo, hirviente con la actividad qe innu-
135
merables mensajeros .de un nuevo evangelio de acción. El campesino fue
sacudido y empezó a salir ele su concha de quietud. El efecto en nosotros
fue diferente, pero también de largo alcance, pues vimos como por
primera vez al aldeano.:. Aprendimos... >.o
El crecimiento de un movi~ento de la clase trabajadora urbana, la nueva
asociación con el campesinado, el fermento de nuevas ideas, especialmente
el impacto de la revolución rusa, ·y la desilusión con el Congreso después
de la decisión de Gandhi de poner fin al Movimiento de Desobediencia
Civil de 1921 y 1930, las dos veces precisamente cuando el movimiento
estaba adquiriendo impulso, fue la causa de que muchos intelectuales de
clase media -inclinaran a la izquierda sus opiniones. En 1934, el Partido
Socialista del Congreso se constituyó dentro de la organización madre.
Algunas corrientés de ideas habían influenciado a los jóvenes socialistas;
pero en las primeras etapas la influencia del pensamiento marxista era
fuerte. Aunque los socialistas habían comenzado a interesarse en los
problemas del campesinado, concentraban sus fuerzas en la lucha dentro
del Congreso por el reconocimiento de las _demandas campesinas, en vez
de dedicarse a movilizar a los propios campesinos para que lucharan por
sus demandas. Sin embargo, hubo ·luchas campesinas aisladas que se
desarrqllar.on a partir de sus propias raíces, y algunas asumieron una
importancia capital. Pero poco se había progresado todavía en la construc-
cion de una organización de clase del campesinado.
El Partido Coll)unista de -la India (un Partido unificado sólo comenzó
a tomar formá en la década del 30) se había, en los· años veinte, concen:-
trado principalmente en organizar a la clase trabajadora industrial. Los
levantamientos campesinos de los años veinte no produjeron una erienta-
ción fresca como en China. Durante el Movimiento de Desobediencia
Civil de los años 30, cuando hubiera podido hacer que se desarrollaran
luchas eampesinas, el Partido Comunista se encontró inválido y aislado,
tanto por el hecho . de que su principal líder estaba en la prisión por el
Caso de la .Conspiración de ·Meerut, como porque la línea de la 111 Inter-
nacional en esa · época no permitía su participación en un movimiento
di~igido .por la burguesía hindú. ne esta .m~era se hizo poco trabajo en
el campesinado, precisamente en una etapa en que éste estaba en fermen-
to a causa de las crisis económicas de los años 30 y a causa del impacto
del MovimÍento de Desobediencia Civil.

•0 Jawaharlal Nehru, El descubrimiento de la India (Londres, 1956) pág. 365.


136
En 1936 el Partido Socialista del Congreso decidió admitir comunistas
como miembros _del -PSC. El aunamiento de las fuerzas de izquierda era
el antecedente del establecimiento en 1936 del Congreso Kisan de Toda
la India, al que más tarde se dio el nombre de KisaD Sabha de Toda la
India (Congreso Campesino) . Otros dos grupos de dirección campesina
también se unieron y más tarde lucharon junto con_los socialistas y los
comunistas en el KST~. Estos dos grupos, al igual que los socialistas, en
realidad hablaban por el campesino rico y el campesino medio y evadían
la lucha· por las demandas especiales de los campesinos pobres. Así, el
profesor Ranga, uno de sus líderes, hablaba de un «frente común que se
debía h,acer tanto con los kisans con tierra como con los kisans sin tierra>
y de los «sufrimientos comunes de todas las clases de la poblaeión rurab ..u
El socialista Acharya Narendra Deva hizo esto aún más explícito en su
discurso presidencial en la Conferencia de KSTI en 1938. Dijo: «Nuestra
tarea de hoy es llevar todo el campesinado con nosotros... Sin concepciones
románticas que dieran forma a nuestras resoluciones e impulsaran nuestras
accionés, aspiraríamos a organizar primero al trabajador de la agricultura
y al semi-proletariado de la aldea, la clase rural más oprimida y explo~
tada... pero si lo hacemos... el campesino de la masa quedaría, en ese
caso, fuera de la lucha antimperialista>. 42 Si para los socialistas de la
década del 30 _la posposición de la lucha por el campesino pobre era un
asunto de conveniencia política a causa de la primacía, como ellos lo
veían, de la lucha antimperialista, ahora los ideólogos del socialismo hindú
han abandonado por completo la lucha por el campesino pobre~ Así,
Asoka Mehta, hasta hace poco presidente del Partido Socialista de Praja
(el heredero del Partido Socialista del Congreso) y su ideólogo de más
influencia, escribió: «¿Deben los socialistas, como lo hacen los comunistas
en cuanto están en el poder; fomentar los conflictos de clase en las aldeas
aun después _de que los terratenientes sean suprimidos y usar la -amplia
gama de tácticas desarrolladas desde Lenin hasta Mao Tse-Tung para
usar una sección contra la otra? ... Si ésa es la línea escogida, loS' derechos
dem()cráticos y los valores socialistas no pueden sobrevivir. Entonces debe
venir todo el conjunto de atavíos comunistas: cortes del pueblo, liquida-
ción de los kulaks, impuestos for,:ados y -la consiguiente violencia. La otra

n N. G~ Ranga, Campesinos Revolucionarios (Nueva Delhi, 1949), pág. 89.


42 Acharya Narendra Deva, Sociafümo y Revoiución Nacional (Bombay, 1946),
págs. 46·4 7.
137
alternativa es ayudar a· la aldea a re~obrar su comunidad, solidaridad y
antigua autonomía de la comunidad aldeana... Las necesidades orgánicas
de la comunidad aldeana no pueden ser cubiertas agudizando los coi:iflictos
de clase o rivalidades de partido». 43 Esa posición permite y perpetúa la
explotación del ca,mpesino pobre por el rico.
Los comunistas, por otra parte, hablaban de crear una organización
separada de trabajadores agrícolas y, en las kisan sabhas (asociaciones
campesinas) pusieron especial énfasis en organizar al campesinado pobre...
Pero en la práctica había varios factores en su camino. Primero, después
de la mitad de la década del 30 ellos fueron guiados por la línea del
«frente popular» de la Internacional y no se inclinaban a forzar el asunto
cori sus colegas en el KSTL Segundo, los comunistas hindúes tomaron una
posición esencialmente «menchevique» en la perspectiva revolucionaria
de la India. En la Declaración Conjunta de 18 Líderes Comunistas, hecha
en la época del «Juicio de Meerut», que ha sido descrito como uno de
los documentos más importantes de la política comunista, se argüía que
a . causa de una base. industrial insuficientemente desarrollada, un tiempo
indefinido pasaría entre la «revolución democrático-burguesa» y . la
«revolución socialista» en la India. En realidad esto significaba que la
tarea de organizar al proletariado rural y a los campesinos pobres no tenía
especial urgencia para ellos. Finalmente, los comunistas, ·como los demás,
simplemente tuvieron que hacer frente al hecho de que el campesinaóo
pobre, desesperadamente explotado y literalmente muerto de hambre
estaba, siri embargo, fuertemente dominado por · sus señores y por lo
tanto ·no era capaz de surgir como una ·fuerza independiente. Así, la
orientación principal de la práctica comunista fue también similar a la
y
de los socialistas sus otros colegas en el Kisan Sabha; Sus esfuerzos se
concentraron en causar agitación para obtener amplias demandas campe-
sinas, especialmente la seguridad de posesión, el aligeramiento de deudas
y facilidádes de crédito más baratas, etc. y trataron de influenciar la
política del gobierno más que estimular la acción campesina. Esta tradición
continúa en general hasta el momento. Pero los comunistas encabezaron
muchas luchas locales . y dos grandes levantamientos del campesinado,
aunque ambos tuvieron un carácter regional.

43 Asoka Mehta, Estudios sobre el Socialismo Asiático (Bombay, 1959), págs.


213-215.
138
Hacia el final d~ la guerra y en los primeros. años de la postguerra, surgie-
ron dos grandes movimientos campesinos que· estuvieron dirigidos por los
comunistas, en los cuales el campesino pobre jugó un papel importante.
El material publicado obtenible acerca de estos movimientos es algo ·inade-
cuado para hacer .un análisis definitivo. Pero se pueden ver en cada caso
factores singulares que pueden servir de algo para explicar por qué
surgieron estos movimientos que caen fuera del modelo general. El prime-
ro de éstos. fue el Movimiento Tebhaga, que surgió en el Pakistán Oriental.
Tebhag, la consigna del movimiento, era la demanda de reducción de la
parte· del propietario de la mitad a una tercera parte de la cosecha. Se
puede añadir que los jotedars, los propietarios de las tierras, eran de hecho
«propietarios por tenencia> (con · derechos sobre la tierra transferibles y
heredables) que pagaban una renta fija en dinero a los Zemindares, los
grandes señores. Al pasar de los años la renta fija en. dinero que se pagaba
al terrateniente se había convertido en una parte relativamente pequeña
del valor de la cosecha•. Así que eran los jo~edars los que se quedaban con
la mayor parte de la cosecha. Su tierra era cultiYQda por adhiars o bhar-
gadars, que eran los precaristas. El Movimiento Tebhaga había sido prece-
dido algunos años antes por la gran· hambruna de Bengala de 1943, en la
cual habían perecido 3 millones y medio de campesino~. En una explica-
ción del Movimiento Tebhaga, Bhowani Sen, que fo había dirigido, seña-
laba la diferencia en el comportamiento del campesinado en la época de
la gran hambruna del 43, cuando millones de campesinos habían muerto
sin luchar, y su militanCia y coraje años después. 44 Pero no intentó, en el
artíéulo citado, explicar por qué ocurrió asf, excepto por el comentario
de que «las intolerables condiciones de los adhiars (los precaristas) los des-
pertaron a un nuevo sentido de la solidaridad». Pero es imposible que las
condiciones fueran más intolerables que en 1943. El Movimiento Tebhaga
no empero oficialmente hasta 1946. De hecho, el movimiento había estado
tomando fuerza desde 1945. 45 LQs cuadros locales comunistas y los del
Kisan Sabha participaron en él, pero el Partido Comunista no puso todo
su peso en el movimiento hasta ~l final de la guerra con Japón. Cuando
así lo hicieron en 1946, el movimiento avanzó con fuerza arrolladora.

•• Bhowani Sen, «El ;Movimiento Tebhaga en Bengala», Comunista, vol. 1, No. 3,


septiembre 1947, pág. 121.
45 Ver, idem, pág. 124 f., también Kisan Sabha de Toda . India, Informe sobre
el Plan para 1944-1945 (Bombay, 1945), págs. 9-13.
139
Aunque la gran hambruna encontró al campesinado no preparado e inca~
paz de rebelarse contra los explotadores y acaparadores de alimentos
(muchos de los alimentos ya habían desaparecido para ir a las ciudades
o centros militares), muchas de las singulares características de los años
subsiguientes, que ayudaron. al movimiento Tebhaga a crecer, surgieron
como consecuencia de la hambruna. Primero, las débiles organizaciones
campesinas estaban hechas pedazos y desorganizadas por la enorme cala~
midad de la hambruna. El campesino de Bengala, acostumbrado a la
semi-inanición, estaba simplemente impotente frente al desastre, y demos-
tró ser demasiado débÜ para luchar. Cuando las unidades del Kisan Sabha~
se recuperaron del golpe inicial, rápidamente fueron empleadas en la tarea
de aliviar el hambre. Fue solamente en los años que siguieron que una
nueva determinación dio impulso a la organización. Segundo, gran número
de estudiantes y personas de la cla5e media culta hicieron trabajo volun-.
tario . de ayuda durante la hambruna y trabajo médico en -gran escala
durante el año siguiente. Esto produjo un nuevo contacto entre ei campe-
sinado y la juventud culta, que .dio a ambas partes educación. social. Esté
fue un factor muy importante en la creación de nuevos cuadros para el
]:>articio Comunista y para el Kisan Sabha. Tercero, un factor de vital
importanci·a fue que, seguidamente a la hambruna, el Kisan Sabha renov6
su campaña contrá acaparadores y estraperlistas de alimentos con nuevo
vigor. Ahora sus manos eran más fu!;!rtes, porque también las a\.!.toridades
comenzáron a considerar las actividades de los acaparadores con un nuevo
ínterés, por fa magnitud de la hambruna y también ·por el hecho de que
en la primavera y el verano de 1944, los japoneses habían Íhvadido Assam
y 'partes de la Bengala Occidental. Los jotedars, campesinos ricos, que
tenían el alimento para acaparar y vender en el mercado negro, ya no
podían contar con la complacencia · de las autoridades. Así, el campesino
vio al poder del jotedar derrumbarse frente a la dirección del Kisan Sabha,
lo cual les dio nueva confianza en esa dirección y en la posibilidad de
luchar contra los jotedars. Otro factor fue que algunas t~ibus, tales como
los Hajangs del Norte de Mymensigh, que tienen una larga tradición de
lucha militante, participaron en el movimiento. Por último, pero con no
menos importancia, hubo un cambio en el poder económico de regateo
del precarista debido a dos factores. Durante la hambruna habían muerto
más precaristas que cualquier otra clase, porque sus reservas eran las
menores que había para pasar el hambre. Aparte de los millones que
murieron, grandes cantidades de ellos habían emigrado a las ciudades y
140
pueblos para encontrar empleos y para mendigar alimentos, y no volvieron
más. Esta reducción en el número de precarista! creó una relativa carencia
de mano de obra. Además, la invasión de Assam y partes de la Bengala
Occidenell por los japoneses y las consecuentes operaciones militares en
el ái::ea, también abrieron vías alternativas para el empleo de los preca-
ristas. Estos factores fortificaron grandemente sus posiciones' económicas
de regateo vis-a-vis con los jotedars. La dependencia económica de los
precaristas a los jotedars se debilitó.
Las batallas ·cruciales del ~ovimiento Tebhaga tuvieron lugar durante
la recogida de la cosecha. Pero la lucha no siempre terminó ahí, puesto
que -los precaristas tuvieron que resistir los intentos de los jotedars, con
la ayuda de la policía, de privarlos· de sus logros. Esta lucha continuada
fue librada por comités cámpesinos que se convirtieron en una potencia
en· las aldeas. Comenzaron a administrar. los asuntos de la aldea y también
a administrar justicia. El Gobierno de la Liga Musulmana de Bengala,
que había, 'por una parte, llevado a cabo · la represión del movimiento,
introdujo, por otra parte, un proyecto de ley en enero de 1947 legali-
zando y autorizando a los precaristas a quedarse con las dos tereceras
partes de la cosecha. Pero el proyecto no se convirtió en ley. Los jotedars,
a través de los políticos del Congreso y de la Liga Musulmana, lucharon
contra esto.
Sin embargo, hacia el verano de 1947 el movimiento se derrumbó. Bho-
wani Sen, el líder del movimiento, pidió a los campesinos que no tomara»
acción· directa ese año porque después de la independencia los nuevos
gobiernos de Paquistán y la India debían tener la oportunidad de -cumplir
las promesas hechas al pueblo. Estaba claro que esas promesas no serían
cumplidas por ellos. El llamamiento de Bhowani Sen · meramente formali-
zaba el hecho de que el Mo~imiento Tebhaga, que hemos descrito como
«uno de los mayores movim1}ritos de masa de nuestros tiempos», había
llegado a su final.
En el artículo arriba señalado, Bhowani Sen, con mucho candor y coraje
p.olítico, hace una lista de los «Principales Fallos de la Dirección>. En
esta autocr-ítica él . dice que el movimiento fracasó porque n~ ganó el
apoyo de la «clase media> y la clase trabajadora. El «apoyo» de la
clase trabajadora hubiera podido ser póco más. que un gesto de solida-
ridad, pues sus dimensiones en el área en que. surgió el movimiento eran
insignificantes. Con . respecto a la «clase media», . Bhowani Sen escribe:
«Muchos de ellos son jotedars pobres y pequeños que, mientras reconocen
141
que el sistema es malo, piensan que ellos serían liquidados si se liquidara
el sistema sin al mismo tiempo abrir nuevos caminos para su empleo ...
Nosotros hubiéramos debido aconsejar a los adhiars (precaristas) dejar
a los pequeños jotedars fuera del campo de operaciones del Tebbaga y
concentrarse contra los más ricos y los mayores». 46 De esta forma, el
argumento está algo carente de realidad. Lo que Sen dice acerca de las
(malas) condiciones del pequeño jotedar no carece de veracidad. Pero si
el movimiento hubiera sido lo suficientemente fuerte .para forzar a los
más grandes jotedars a aceptar una tercera parte de la cosecha, verda-
deramente hubiera sido muy difícil convencer a lós precaristas que tra-
bajaban las tierras de los pequeños jotedars de que no pidieran lo mismo.
Sin embargo, el argumento de Bhowani Sen muestra la estrecha base del
movimiento, que no generó consignas ·que hubieran podido causar .la
participación de los campesinos medios, que habian sido simpatizante~
del movimiento porque retaba el poder de los terrateneientes y los c~­
pesinos ricos. También había dos grandes cambios en la situación que .ya
no permitían la existencia del Movimiento Tebhaga. Primer~, con el fin
de la guerra con Japón, las autoridades ya no estaban interesadas en apo-
y;tr las campañas anti-acaparadores que habían debilitado y desmoralizado
a los jotedars. Ahora toda la fuerza del aparato gubernamental de repre-
sión se volvió contra el campesino pobre. Con su limitada base de clase
en la aldea, el movimiento no fue capaz de contraatacar con eficacia.
Segundo, un factor decisivo en la situación fue que mientras los campe-
sinos del área en que surgió el Movimiento Tebhaga, precaristas, y jote-
dars, eran en su mayoría musulmanes, los cuadros del Partido Comu-
nista ·y el Movimiento Tebhaga en su mayoría eran hindúes. Con la
cercanía de la independencia, toda la fuerza del nacionalismo musulmán
se descargaba sobre Bengala, así como sobre otras áreas de mayoría musul-
mana en la India. Esto tendía a aislar a los cuadros hindúes. Con el esta-
blecimiento del Paquistán, muchos de los cuadros hindúes pasaron al lado
de la India y el movimiento quedó decapitado virtualmente. Han pasado
veinte años desde el comienzo de la lucha del · Tebbaga. Pero nada pare-
cido al Tebbaga ha vuelto a surgir en las áreas en que éste había sido
más poderoso.
El otro gran levantamiento ca,mpesi~o de la India, después de la guerra,
fue el Movimiento Telengana. Por su carácter y objetivos políticos es el

4
ª Bhowani Sen, obra citada, pág. 130.
142
movimiento campesino más revolucionario que ha surgido en la India. El
movimiento había empezado más bien modestamente en 194:6, en el dis-
trito de Nalgonda del estado de Haiderabad; que estaba gobernado por los
Nizam, bajo la soberanía de los ingleses. El movimiento se había extendido
a los distritos de Warrangal y Bidar. El Estado de Haiderabad estaba
d~minado por una aristocracia atrasada, opresiva y cruel. Los modestos
objetivos iniciales del Movimiento de Telengana reflejaban las amplias
demandas de todo el campesinado contra las exacciones ilegales y excesivas
de los Deshmukhs y de los Nawabs. Una de las consignas más poderosas
del movimiento era la cancelación de todas las deudas campesinas.
La represión desatada por los señores feudales y sus gobiernos se encontró
con la resistencia armada del campesinado. El movimiento entró entonces
en una nueva etapa revolucionaria. Los comunistas locales habían parti-
cipado en el movimiento vigo~osamente, aunque éste no recibió la sanción
oficial de la dirección comlinÍsta hasta más adelante. En la · época del
Segundo Congreso del PCI, en marzo de 1948, el Movimiento de Telen-
gana ya había entrado en su fase revolucionaria y era uno de los factores
que influenciaban el giro hacia la izquierda en la línea de Partido Comu-
nista en el Congreso.
Ya en 1947 el Movimiento de Telengana tenía un ejército guerrillero . de
cerca de 5000 hombres. Los campesinos mataban o expulsaban a los terra-
tenientes y los burócratas locales, y se apoderaban y redistribuían la tierra.
Establecieron gobiernos de «soviets» campesinos que estaban integrados
regionalmente en una organización central. El dominio campesino se esta-
bleció en un área de 15,000 millas cuadradas, con una población de cuatro
millones de habitantes. El gobierno del campesinádo armado continuó hasta
1950; no fue completamente derrotado hasta el año siguiente. Todavía hoy
la región sigue siendo uno de los bastiones políticos del Partido ComlinÍsta.
Hay diversos factores especiales en la situación de Telengana que en esa
época favorecieron el surgimiento de un movimiento campesino militante
y su subsiguiente transformación en un movimiento revolucionario. Prime-
ro, la situación política de Telengana en 1946 proveyó el clima político
apropiado para un movimiento. así. Con la independencia de la India ·a
la vista, el futuro del Estado de Haidérabad y su lugar en la Unión India,
se convirtió en el problema político predominante en el Estado. Los movi-
mientos nacionalistas en el subcontinente de la India habían mirado a la
eventual absorción de los «estados principescos» por la India libre o el
Paquistán, . según fuera el ·caso. Haiderabad era el mayor y más rico de
143
esos estados. La mayoría de la población, que era hindú, así como su
geografía, favorecían la unión · de Haiderabad con la India. La arist<>"
cracia feudal, tanto hindú coino musulmana, . favorecían la idea de uil
Haiderabad independiente. Lo mismo pensaba la pequeña clase media
musulmana del Estado que había' gozado de una posición privilegiada allí
y que temía por su futuro en la Unión India; organizaron bandas armadás
llamadas Razakars, para luchar por un Haiderabad independiente bajo
el gobierno de los Nizam. Kasim Risvi, el líder de los Razakars era despre-
ciado por los. señores feudales, que lo consideraban un advenedizo. Pero
cuando surgió el Movimiento de Telengana, utilizaron a los Razakais
contra los campesinos. La jefatur~ del Movimiento de Telengana, en sus
primeras etapas, había apoyado la idea de la unión de Haiderabad con
la India; el gobierno de los Nizam y la idea de un Haiderabad indepen-
diente. eran identificados con la aristocracia feudal del Estado. El movi-
miento campesino, en esa etapa, sacó así gran fuerza del ·movimiento
nacionalista del Estado. Pero luego, cuando la unión con la India parecía
inevitable y se hizo evidente que el gobierno de la India emplearía fuerzas
mayores y más efectivas contra ellos, la jefatura del de Telengana, presa
del pánico, comenzó a apoyar a 10s Nizam y a la demanda de un Haide-
rabad independiente. El Partido Comunista fue legalizado en Haiderabad
por primera vez y los comunistas y los Razakars lucharon juntos contra
l¡ls tropas hindúes. Esto creó una gran confusión política y dividió a la
dirección comunista del movimiento. El sentimiento nacionalista, que era
un factor poderoso en el surgimiento del Movimiento de Telengaua, se
convirtió así en wi factor que llevó a su eventual hundimiento. Segundo,
el movimiento tuvo algunos logros iniciales porque la aristocracia feudal
estaba desmoralizada· por el hecho de que la unión con la India parecía
inevitable, a pesar de su desesperada petición de autonomía. Además, el
aparato estatal estaba corrompido y era ineficiente. ·Por otra parte había
una inquietud política general. El movimiento campesino, dirigido contrá
la aristocracia gobernante, obtuvo mucho apoyo popular y pudo soportar
fa represión. Pero luego se tuvo que enfrentar con el ejército de la India,
más poderoso, y también perdió apoya popular. Tercero, el movimiento
desarrolló su impulso inicial del hecho de que sus demandas eran amplias
e involucraban tanto al campesino mediq como al pobre. · Más tarde,
cuando los Soviets campesinos fueron insta1:1rados y , la tierra fue redis-
tribuida, subieron a la superficie conflictos de intereses entre las diferentes
secciones del campesinado. Algunos comunistas dicen que ésta fue una
144
política apresurada y mal pensada que la dirección ·del Telengana trató
de imponer desde arriba, en lugar de preparar cuidadosamente el terreno
y de ayudar al campesinado a acelerar el movimiento desde abajo. La
destrucción de su base campesina demostró ser desastrosa cuando se vieron
bajo un fuerte ataque militar. Cuarto, entre los factores especiales que
favo{ecieron el surgimiento del Movimiento de Telengana están los que
favoreci~ron la lucha de guerrilla. Telengana es una región muy pobre,
en su mayoría cubierta dé arbustos espinosos y de selva, con algunas insta-
laciones relativamente más prósperas, diseminadas en algunos valles más
favorecidos con riego por tanques. Tiene, además, una población tribal
sustancial, entre · la que hay un mayor sentido de la solidaridad y un
espíritu de lucha que entre las estratificadas sociedades campesinas que
existen en áreas más ricas. Así, cuando en 1948 se intentó extender el
Movimiento a la vecina y rica · región de Andhra, fracasó; Sin embargo,
se debe añadir que este fracaso fue debido al hecho de qué en ese tiempo
el Movimiento. se había apartado de sus amplias consignas y se había
hecho «sectario> y por es6 no logró obtener el ·apoyo del campesino medio.
·Eh esa época el Movimiento, además; iba en contra del sentimiento nacio::
na.lista en el problema de Haiderabad.
Los movimientos Tebhag y de Telengana habían surgido ambos de sus
raíces locales más que de cualquier iniciativa del Partido Comunista,
aunque los comunistas proveyeron la jefatura de ambos y jugaron un papel
vital. Después del Congreso del Partido Comunista de 1948, el Partido
re dedicó a organizar formas insurreccioµales de lucha. Pero no fue capaz
de organizar ningún movimiento dé la escala del Tebhaga o del de Telen·
gana; Entre 1948 y 1952 el partido coinunista fue prohibido en muchos
estados. En el frente campesino, así como en otros . frentes, los trabaja-
dores del partido estabán sujetos a severa represión. La mayoría de los
KSTI trabajadores estaban en la cárcel o en la clandestinidad durante
este período y la ·organización virtualmente cesó de funcionar. A pesar
de esto, la inquietud campesina local continuó manifestándose por toda
la India. Pero se quedó localizada y limitada de objetivos. Estaba claro
que las insurrecciones .campesinas no podían ser organizadas meramente
por decisiones de Partido, sino que requerían ciertas pre-condiciones antes
de poderse desarrollar;
En el período que siguió a 1952, el Kisan Sabha y el Partido Comunista
se apartaron de la idea de la acción campesina directa, excepto para
demostraciones y para la agitación. En cambio, han puesto énfasis en una
145
reforma agraria efectiva y en la lucha política parlamentaria por el Partido
Comunista, el cual si fuera llevado al poder realizaría una r~forma agraria
drástica. En · el Congreso del Partido Comunista de 1958 en Amritsar, el
Partido adopt6 la «vía pacífica al socialismo», y en el Congreso de 1961
en Vijaywada present6 el concepto de «Democracia Nacional como la for-
ma más apropiada efe resolver los problemas de regeneraci6n nacional y
progreso social en la vía no capitalista de desarrollo». De esta manera
ellos tratan ahora de sustituir al presente Gobierno de la democracia
burguesa, en que la direcci6n de la burguesía nacional es decisiva, por
un gobierno de democracia nacional que es necesario distinguir también
de la democracia del pueblo, en que la dirección de la clase trabajadora
es decisiva, habiendo ganado el apoyo de una aplastante mayoría del
pueblo. La Democracia Nacional se distingue de estos otros dos con-
ceptos por el hecho de que en ella «.el proletariado comparte el poder
con la burguesía nacionab.' 7 Esta concepci6n no parece ser muy dife-
rente· de la del Partido Socialista de Praja el cual está también de acuerdo
en compartir el poder con el Congreso, en la esperanza de consolidar· su
ala izquerda. Las diferencias fundamentales entre el Partido Socialista
de Praja y los Comunistas ahora, parecen yacer por entero en el campo
de las .relaciones interna~9nales más que en la política doméstica. 48 El
efecto de ese nuevo alineamiento de las fuerzas políticas ha sido limitar
el movimiento campesino a la agitaci6n acerca de política del gobierno,
en lugar de llevar a cabo una acci6n directa.
Tanto los Comunistas comó los socialistas están mayormente de acuerdo
con los principios de refomia agraria que han sido adoptados por el
Congreso. Su mayor crítica está dirigida a la manera de realizarla, que
frustra los objetivos de la reforma. agraria. El Informe del Comité del
Congreso de la Reforma Agraria; que se public6 en 1949, es un documento
radical. Tomó como principios guías la eliminación. de la explotación y
la devolución de la tierra al agricultor; Trat6 de establecer las pose-
siones campesinas independientes, y a partir de esa base de desarrollar
un sistema cooperativo de la agricultura. Ese documento, sin embargo,
reflejaba las consideraciones del ala izquierda del congreso más que las

41 G. Adhikari «El problema de la. vía no capitalista de desarrollo de la India


Y del estado de democracia nacional>. World Marsist Review, vol. VII, No. 11,
noviembre 1964.
48 Desde entonces el Partido Comu~ista de la India se ha dividido en dos partidos
comunistas rivales.
146
de la mayor parte de éste, y mucho menos las consideraciones de los
varios Gobiernos Estatales que tendrían que implantar las ·reformas. El
carácter de las reformas de la tierra, llevadas a cabo más bien irregular-
mente en los distintos Estados durante la última década, es ciertamente
muy diferente a lo que recomienda el Comité de Reformas Agrarias. El
resultado verdadero .de la reforma de la tierra es tema de algunas contro-
versias. La opinión china49 es que ha «abolido solamente los privilegios
políticos de algunos de lcis príncipes locales, y los privilegios zamindari
Jtax farming) 50 · de algunos terratenientes», pero que «todo el sistema
feudal hindú de la tierra como conjunto ha sido preservado». Una consi-
deración así subestima los profundos cambios que en realidad han tenido
lugar en la economía agraria de la India en fos últimos diez años. La refor-
ma de la tierra en los diferentes estados de la India ha eliminado o limi-
tado, en distinta medida, la explotación por parte de los terratenientes
absentistas, y ha estimulado el crecimiento de la agricultura capitalista.
Los c~mbios en los diferentes Estados son demasiado numerosos y com-
plejos para permitirnos intentar presentarlos aquí ni siquiera en esquema.
Además, aunque muchos estudios han examinado los. cambios en detalle,
todavía no está disponible un cuadro estadístico general de la situación
actual. (En el Tercer Plan Quinquenal, publicado en 1961, se afirmaba
que se ·estaba preparando un Informe sobre el desarrollo de las reformas
de la. tierra, pero evidentemente todavía no ha sido publicado). Algunos
datos pueden, sin embargo, ayudarnos a formar un cuadro general apro-
ximativo de la situación. Sulekh Gupta señala el hecho de que (en 1953-54)
el 75% de las familias campesinas trabajaba terrenos de menos de 5 acres.
Por otra parte, el 65% de las tierra era trabajada por el 13% de las
familias; de estas últimas, a lo sumo el 3.6% poseía el 36% de la tierra.61
Gupta hace notar el aumento de la disparidad entre la creciente pros-
peridad de la agricultura capitalista y el estancamiento y la bancarrota
de la economía del pequeño agricultor, en que la vasta masa del campe-
sinado vive en creciente pobreza. Gupta, quizás, sobreestima la 'extensión
del sector capitalista. Este cuadro es modificado por Bhowani Sen, quien,
mientras reconoce la tendencia hacia el crecimiento del sector capita-

49 Más sobre la Filosofía de Pandit Nehru, People's Daily (27 octubre 1962).
50 Tax fanning: impuesto de cultivo. (N. de la R .)
51 Sulekh Gupta, «Nuevas Tendencias de Crecimiento en la Agricultura de la
India» Seminar, No. 38 (Nueva Delhi, octubre 1962).
147
lista, también señala que «el límite superior de empleo en la agricultura
capitalista de la I~dia es 16% de la fuerza de trabajo rural (40% de los
trabajadores agrícolas --el proletariado rural) ». 52 Los muchos residuos
del viejo sistema son señalados por Sen y también por Kotovsky y Daniel
Thorner, 83 cuyos trabajos dan una visión general muy útil de las reformas
de la tierra. La existencia de restos del viejo sistema está también puesta
en evidencia, por el continuo énfasis en los documentos oficiales, tales
como el Informe de la Apreciación del Término Medio sobre el Tercer
Plan Quinquenal en cuestiones tales como los problemas de la reforma
de la posesión~ seguridad de posesión, regulación de las rentas, ·e tc."•
Hay dos aspectos de la reforma de la tierra que tienen conexión directa
con la cuestión de la movilización política del campesinado. Primero,
una capa superior de arrandatarios pudo adquirir la propiedad de
la tierra y se ha convertido en empresaria de mano de obra. Kotovski
dice que «antes de las reformas, esta clase de arrendatarios pedía enérgi-
camente la abolición del sistema de los zemindari; y jugó un papel impor-
tante en el movimiento campesino. . . Después de las reformas, esta clase
se retiró del movimiento campesino activo». 58 Segundo, uno de los princi-
pales resultados de la reforma de la tierra ha sido el desalojo masivo de
arrendatarios en una escala sin precedentes por parte de los dueños de
tierra que la toman para «SU propio cultivo». Se podría haber espe-
rado que estos campesinos, privados de su tierra y sus medios de vida, se
convirtiesen en una fuerza explosiva en el campo. El asunto en realidad
agitó mucho a algunos kisansabhas ·y provocó algunas demostraciones
locales. Pero este candente asunto no se convirtió en un movimiento
militante. Los campesinos no tomaron acción directa para resistir al desa-
lojo. Es más, durante el período 1955-58, cuando estaban teniendo lugar
las reformas de la tierra, «hubo un declinar temporal del movimiento
campesino organizado».66 Al criticar la reforma de la tierra del Congreso,

52 Bhowani Sen, Evolución de las Relaciones Agrarias en la India (Nueva Delhi,


octubre 1962).
GS G. Kotovsky, Reformas Agrarias en la India (Nueva Delhi, 1964); Daniel
Thorner El prospecto agrario tb la India (Delhi, 1956), y Tierra y Trabajo en la
India (Londres, 1963).
u Gobierno de la India, Comisi6n de Planificaci6n El Tercer Plan, Evaluación
del Término Medio (Delhi, 1963).
55 Koto.;sky, obra citada, pág. 80.
58 ldem, pág. 82.
148
el Partido Comunista ha criticado su método burocrático de llevarla a
cabo, que ha resultado en una evasiva ampliamente difundida. El Partido
propugnaba, en cambio, la realización de la reforma de la tierra a través
de comités campesinos. Pero su apelación ~n este sentido estaba eviden-
temente dirigida solamente hacia el Gobierno del Congreso, porque ellos
no tomaron medidas para organizar la acción directa de los campesinos
a ese propósito.
La perspectiva que tiene el campesinado hindú de hoy es de «revolución
desde arriba» más que de «revolución desde abajo». Aunque el Partido
Comunista hace un~ distinción entre la «realización pacífica de la revo-
lución ,socialista» y «la vía parlamentaria de la concepción reformista»,
está claro que su dedicación á una lucha constitucional los deja con pocas
alternativas de lucha que no sean la agitación para movilizar el apoyo
electoral contra el existente Gobierno del Congreso. En la. cuestión del
poder de las clases gobernantes, el Partido Comunista considera que «todo
dependerá de si la fuerza · de la lucha pacífica de masas, al aislar a las
clases dominantes, los obliga a rendirse, o si ellas devuelven el golpe con
su poderío armado. . . El aspecto de clase (de la lucha) consiste en el
desenmascaramiento del capitalismo. . . mostrando <:Qmo las aspiraciones
de clase de la burguesía nacional están en conflicto con las aspiraciones
nacionales ... »1" (Subrayado por H .A.) En lo que a las masas campesinas
se refiere, sin embargo, la política de agitación . y «desenmascaramiento»
del Gobierno del Congreso ha encontrado poco éxito y no ha podido movi-
lizar una mayoría de los votos campesinos a favor de la izquierda en las
varias elecciones que han tenido lugar en la década · y media que ha
pasado desde la independencia. Ni tampoco Ja lucha de agitación ha gene-
rado una fuerza que pueda aislar a las clases gobernantes y obligarlas
a rendirse. Esta ha sido la situación, a pesar del hecho de que el Partido
Comunista había hecho, de vez en vez, demostraciones masivas en los
pueblos y en el campo sobre cuestiones tales como el alza de los precios
y la disminución de los i~puestos. Así, una de las más exitosas · demos-
traciones de masa organizadas por el Kisan Sabha en años recient~s fue
la lucha de 1959 en Punjab, contra el «Impuesto de Mejoramiento», que
gravaba el aumento del valor de las tierras beneficiadas por la nueva
irrigación. Pero si Jos Kisan Sabhas han tenido algún éxito en la organi-
zación de esas «luchas . de masas», han tenido poco en organizar luchas

57 Adhikari, obra citada, ·pág. 39.


149
de clase. del ·campesinado explotado.. Las .razones de esto están en ciertas
relaciones ·de poder que operan en la sociedad rural y en ciertos patrones
estructurales de comportamiento político del campesinado, que deben ser
c.alxibiados . antes de que ·se · pueda esperar algún gran avance en esta
dirección.
El 'patrón de comportamiento político del campesinado está basado en
fracciones, 58 que son segmentos verticalmente integrados de la sociedad
rural, dominada por los terratenientes y campesinos ricos en la · cima, y
cop campesinos pobres y trabajadores sin tierra en .la base. Entre las
secciones explotadas del campesinado hay poca o ninguna solidaridad de
clase. Ellos están divididos entre sí por su alianza a sus facciones, guiados
por sus amos. Por consiguiente, la iniciativa política queda a los líderes
de facciones, que son dueños de tierra y que tienen poder y · prestigio en
la sociedad aldeana. A menudo están enfrascados en la competencia polí-
tica (aún. en conflictos) . entre elfos mismos en persecución de poder y
prestigio en la so~iedad. Las facciones dominantes, que por virtud de .su
riqueza tienen la mayoría de seguidores, respaldan al partido en el poder,
y -reciben a cambio muchos beneficios. La oposición generalmente encuen-
tra aliados en las facciones de campesinos medios que son relativamente
independientes de los terratenientes, pero que a menudo se hallan en
conflicto con ellos. Muchos factores entran en el cuadro de las facciones;
parentesco; lazos (o conflictos) de vecindad y alianzas de casta afectan la
alianza. de campesinos particulares a una facción o a la otra. Pero a grandes
rasgos, parece ·que en un grupo de facciones la característica predomi-
nante es la relación entre los amos y sus dependientes, mientras que en
otraS', son predominantemente las relaciones de los pequeños propietarios
independientes. El número de votos que la Izquierda puede aspirar a
cbtener depende principalmente, no de la cantidad de agitación que haga
(aunque esto debe afectar parcialmente la situación ), sino en el relativo
equilibrio de las faccionés. Sobre todo, la cuestión decisiva aquí es la de
ganar los votos de un gran número de campesinos pobres y trabajadores

58 Por razones de espacio no podemos extendernos aquí sobre esa cuestión que
merece más atención que la que hasta ahora ha recibido de la izquierda. Los siguien-
tes trabajos pueden suministrar una buena introducción a este tema: Ralph Nichonasi
·«Fracciones Aldeanas y Partidos polítieos CD la Bengala Occidental Rural», JoumaJ
of Commonwcalth · Political Studies, vol. U, No. 1, noviembre 1963; Olear Lewis,
La vida de ald~ en el norte de la India (Urbana, 1958), capítulo IV ; T. O. Beidel-
man, Análisis Comparativo del sistema Jajmani (Nueva York, 1959) ; Fr'ederik Rarth,
Dirección Política entre los Swat Pathans ( ?), (Londres, 1959).
150
sin tierra que todavia están dóminados por sus amos. Esto no puede ser
hecho a menos que la estructura de facciones se rompa. Pues la alianza
de los campesinos pobres y los trabajadores agricolas a sus amos no se
debe meramente a factores. subjetivos, tales como su «mentalidad atra-
sada>, etc. Está basada en el hecho objetivo de su dependencia con res~
pecto a sus amos para su subsistencia. Asi, parece poco posible, en la
ausencia de· cualquier acción directa por parte del campesinado o por
acción del . gobierno, lo .cual pudiera romper el poder económico de los
campesinos ricos, que un definitivo apoyo electoral pueda ser obtenido
por. la Izquierda,. Esta es una paradoja de la via parlamentaria y un
dilema para un Partido que renuncia a la acción directa.
Hem<>11 planteado diversas cuestiones en el análisis anterior. Existe, sin
embargo, un tema que corre a lo largo de nuestra discusión: los péipeles
respectivos de los campesinos medios, los pequeños propietarios campe-
sinos ~dependientes, por una parte, y las varias categorías _de campesinos
pobres por la otra. ·
Hemos encontrado que los campesinos-pobres son, inicialmente, la clase
menos militante del campesinado. Su negligencia se explica a veces en
términos puramente subjetivos, tales como .hábitos serviles impregnados
en la mente· campesina por siglos o la atrasada mentalidad del •campesino,
etc. Pero, de hecho, encontramos qtie en presenciá. de ciertas condiciones
los campesino~ se liberan de esa mentalidad senril muy rápidamente. Clara~
mente; el atraso subjetivo del · campesinado está enrá.izado én factores
objetivos. Hay una diferencia fundamental entre la situación del ·campe-
sino pobre y la del trabajador industrial. Este último goza de una relativa
anonimidad en su movilidad de empleo y trabajo que le da mucha fuen:a
para llevar adélánte la lucha de clase. Aun en el caso del trabajador
industrial, donde su -relativa independencia es reducida por medios tales
como · la vivienda restringida, etc.; su militancia también es minada. En
el caso del campesino pobre · la situación es mucho más difícil. El y su
familia dependen totalmente del amo para ·su subsistencia. Cuando la
presión de la población es grande, como .en la India y en China, no se
necesita un gran aparato de coerción por parte de los terratenientes para
mantenerlos abajo. Es suficiente la competencia económica. El campe.sino
pobre está agradecido a su amo, como a un benefactor que le da tierra
para cultivar como arrendatario o que le da empleo como trabajadór.
Espera que su amo lo ayude en tiempos de crisis. El amo responde igual-
151
mente con una aetitud paternal; debe mantener vivo al animal por cuyo
trabajo él adelanta.. Cuando en casos extremos y excepcionales la explo~
tación y la opresión va más ·allá de la resistencia humana, el campesino
puede hasta ser incitado a matar a su amo por su alejamiento de la
norma paternalista. Así, su dependencia del amo sufre una mistificación
paternalista y él se identifica con su amo. Pero este atraso del campesi-
nado, enraizado como está en la dependencia objetiva, es una condición
relativa, no absoluta. En una situación revolucionaria, cuando el senti-
miento anti-terrateniente y anti-campesino rico es construido por, digamos,
la militancia de Jos campesinos medios, su moral se alza y ya está más
listo a responder cuando se le .llame a la acción. Su energía revolucio-
naria se pone en movimiento. Cuando se hacen reales las precondiciones
objetivas, el campesino pobre es una fuerza revolucionaria potencial. Pero
la debilidad inherente en su situación lo hacen propenso a intimidaciones,
y los retrocesos lo desmoralizan fácilmente, El toma final e irrevocable-
mente el camino de la revolución, cuando se le demuestra en la práctica
que el poder de su amo puede ser irrevocablemente roto y que la posi-
bilidad de otro modo de vida se vuelve real para él.
Los campesinos medios, poi otra parte, son inicialmente el elemento más
· m,i litanate del campesinado y pueden ser un aliado poderoso del movi-
miento proletario en el campo, especialmente para generar el impulso
inicial de la revolución campesina.. Pero su perspectiva social está limi-
tada por su posición de clase. Cuando el movimiento en el campo pasa
a una etapa revolucionaria, ellos ..pueden apartarse del movimiento re~o­
lucionario, a menos que sus temores sean calmados y se les arrastre en
un proceso de esfuerzo cooperativo.
Nuestro hipótesis, así, invierte la secuencia de lo que se sugiere en los
textos ·Maoístas -¡·aunque está de acuerdo con la práctica Maoísta! No
es el campesino pobre el que inicialmente es la fuerza líder y la fuerza
principal 'de la revolución campesina, con el campesino medio uniéndose
solamente más tarde cuando el triunfo del movimiento está garantizado,
sino precisamente Jo contrario. Evidentemente, un correcto entendimiento
de esta secuencia y Ja naturaleza de las condiciones requeridas para movi-
fo:ar a los campesinos pobres, deben ser vitales a la formulación ·de una
correcta estrategia vis-a-vis con el campesinado.
Finalmente, nos gustaría terminar enfatizando una vez· más que nuestras
conclusiones son puramente tentativas y están dirigidas a abrir una dis-
1S2
cusi6n de los problemas planteando algunas cuestiones, más que sugiriendo
respuestas ya preparadas. Las respues~s provendrán, sin duda, de un
fresco espíritu de investigaci6n y, sobre todo, de la experiencia actu.al; y
serán comprobadas por el triunfo de los que encabezan la lucha campesina.

cThe Socialist Register 1965>

153
HUEY COBRA
Velocidad máxima: 290 kms/hora . Tripulaci6n: 2 hombres. Este mode-
lo facilita una mayor potencia de fuego y más amplio radio de acci6n
al servicio de escolta de helic6pteros . Puede llegar al área del blanco
en la mitad del tiempo, descargar un peso doble de municiones y
operar tres veces más tiempo en el área de combate que cualquier
helic6ptero fabricado hasta ahora. Armamento: 2 minicañones M60
de 7.62 mm de la "General Electric'", que pueden hacer 6,000 dispa-
ros por minuto. Lanza granadas MS de 40 mm de la " Ford" o Pro-
yectiles Guiados Nord SS-1 1 y varias ametralladora5 .
Problemas actuales

de la Revolución
en Africa y Asia

BEN BARKA

Intervención a nombre de la Delegación de la UNFP a fa 111


Conferencia de Solidaridad de · los Pueblos Afroasiáticos en Moshi,
Tangañika, del 4-11 de febrero de 1963.

Me propongo, en el curso de mi breve intervención, presentarles algunos


comentarios en relación a las tareas inmediatas y mediátas que esperan
a nuestra Organización de Solidaridad de los Pueblos Afroasiáticos.
El papel de nuestra Conferencia, después de haber sido hecho el balance
de nuestras actividades pasadas, como miembros individuales de la misma,
o colectivas en los diferentes organismos relacionados con nuestro moví--
miento, después de haber procedido al análisis de la coyuntura política en
que se desarrolla nuestra acción, consiste en trazar los lineamientos de
dicha acción y definir los objetivos precisos que se derivan de su análisis.
Nuestro papel no podría limitarse a una reafirmación de los principios
generales que figuran a la cabeza de nuestra constitución y que señalan
para siempre la voluntad común de nuestros pueblos de librar la lucha
antiimperialista hasta la desaparición de toda forma de dominación extran-
jera y la edificación en nuestro país de una sociedad justa, próspera y
humanamente superior.
155
CONSTATAMOS UN PELIGROSO REFLUJO
Después de proclamar estos principios, la acción decidida de nuestras
masas los ha situado en la realidad mediante las victorias brillantes gana-
cbs contra, el sistema colonial¡ y por haber alcanz¡¡.do numerosos países her-
manos la existencia nacional y la participación en la vida internacional.
Nuestro optimismo revolu.cionario y nuestra c~nfianza total en el resultado
final de la lucha imperialista no deben impedirnos, sin embargo, constatar
y analizar con lucidez un peligroso reflujo en el movimiento revolucionario
en ciertos frentes, lo que amenaza, si no se le pone coto, en retardar la
aniquilación del sistema colonial, reforzar el neocolonialismo bajo todas
sus formas y entorpecer el progresó de la lucha de liberación verdadera
·y el desarrollo económico y social de nuestros pueblos.
De nada sirve lamentarse de la muerte trágica de nuestro compañero
Lumumba o de la desintegración de su partido, así como tampoco basta
con denunciar la degeneración de tal líder político o sindicalista o de
tal rey o ministro que después de haber participado en la lucha nacional
traiciona los ideales que ha podido representar un día, para servir de
instrumento a las maniobras imperialistas y sacrificar los intereses vitales
de su pueblo, en favor de ventajas momentáneas, reales o hipotéticas.
I .o fundamental es explicar y detener este fenómeno de reflujo que se
traduce en fracasos o sinsabores momentáneos.
A la luz de la experiencia podemos quizás encontrar la causa de este
reflujo en el abismo que eXiste entre las aspiraciones y potencialidades
revolucionarias de nuestras masas populares, de un lado, y las condiciones
subjetivas de acción que les ofrecen las organizaciones actuales con sus
consignas y sus programas, a menudo incapaces de poner a las masas a
la altura de sus tareas históricas.
El .papel de una organización como· la nuestra, que constituye ya un
factor de movilización, de formación de conciencia, de aceleración en el
movimiento de liberación nacional, es justamente el de permitir una con-
frontación susceptible de definir las vías más eficaces para reducir los
riesgos del reflujo o el aborto de la revolución.

DEBEMOS DEFINIR UNA ESTRATEGIA Y UNA TACTICA


Debemos dejar atrás el período de la espontaneidad y de la improvisa-
ción;que han caracterizado a la mayor parte de.los movimientos de libe-
ración nacional.
156
Los problemas que actualmente se plantean y que se plantearán en el
futuro, se vuelven cada vez más complejos y no pueden ser afrontados
si no es a través de un estudio serio y profundo. Se presentan en dos
planos diferentes, seegún se trate:
--de la conducción de la lucha· de liberación nacional. contra el sistema
colonial tradicional.
--de la reconversión de los métodos a seguir contra el neocolonialismo,
-o de la organización en los nuewos estados independientes de la lucha
por el desarrollo económico y la revolución social.

Para cada uno de estos planes tenemos nosotros que definir una estrategia
y una táctica auténticamente revolucionarias que eviten los errores pasa-
dos, que deshagan las maniobras del imperialismo y de sus aliados ·internos
y, en fin, que nos permita vencer las dificultades y sobrepasar las contra-
dicciones nacidas de la independencia.
Este trabajo no puede hacerse si no es basándose en una información
precisa y concreta, en un análisis científico que no debe resultar ni de la
sobrestimación ni de la subestimación de las fuerzas del enemigo.
Actualmente este enemigo cambia de táctica. Se vuelve más dificil de
detectar y de aislar. Más, cuando detras de los disimulos locales o inter-
nacionales, el mismo se rejmplanta o se fortifica en los países de Africa
y de Asia que han alcanzado la independencia política, beneficiándose a
veces de las dificultades que resultan necesariamente de la reconversión
de las estructtiras económicas, administrativas y sociales, coloniales y semi-
feudales.
La definición de esta estrategia y de esta táctica constituye una de las
tareas fundamentales de nuestra Conferencia, así como de las sesiories
regulares 0 extraordinarias de nuestr9 Comité Ejecutivo, a fin de precisar
el cuadro de. acción de nuestro Secretario. Permanente y de orientar el
combate de nuestras organizaciones nacionales.
·Así, nuestros militantes y nuestros cuadros estarán ideológicamente mejor
armadO's para énfrentarse at enemigo y sus aliados, aun en las formas más
sutiles de su acción. Ellos podrán así establecer la línea de · demarcaci~n
clara y precisa entre los partidarios de la independencia y sciberanía
nacionales y mejoramiento popular, de un lado, y del otro los de la domi-
nación, la explotación y la regresión.. Sabrán poner fin a las mistifica-
ciones, delinear las consignas de una acción eficaz de .liberación y de edi-
157
ficación y desinflar las ·falsas ideologías del neoliberalisuio, del seudosocia-
lismo u otros «ismos» artificialmente creados que abundan y se diversi-
fican en el actual estado de confusión.

LAS FALSAS INDEPENDENCIAS Y


LA «AMERICA LATINA» DE EUROPA
En este orden de ideas hemos observado con particular satisfacción el
lenguaje. franco y sincero del informe político que subraya que da inde-
pendencia ad,quirida por ciertos países no es más que nominal».
En ésta la característica fundamental del neocolonialismo, cuyo sentido
y mecanismo profundos debemos esbozar para mejor contrarrestar sus
maniobras.
La- comprensión de la realidad neocolonialista, el estudio de los medios
que este emplea, el aislamiento · de los elementos que le sirven de apoyo
en nuestros países, exigen un trabajo constante de investigación y escla 7
recimiento.
La III Conferencia de los Pueblos Africanos, celebrada en el Cairo en
31 de marzo de 1961 ha tenido el mérito de haber procedido a eféctuar
tal estudio y de presentar sus conclusiones en una resolución ya célebre.
Pero en razón de la cqyuntura actual, creada por el Mercado Común
Europeo y el papel que están llamados a jugar en él algunos estados
africanos de reciente independencia, es importante delinear los funda-
mentos económicos del fenómeno neocolonialista generador de las indepen-
dencias ficticias.
Cierto es que las independencias «otorgadas» por los colonizadores no
constituyen ninguna novedad en l~ historia colonial (Egipto en 1922, lrak
en 1932, por ejemplo). Pero lo que no es más que ocasional entre las dos
guerras, se ha convertido en una política elaborada con claridad y apli-
cada con perseverancia.
Esta orientación del sistema colonial tradicional no es más que la expre-
sión de un cambio profundo en las estructuras del capitalismo occidental.
No es por azar que en la política de los países europeos con respecto a
sus colonias haya aparecido un «liberalismo» creciente a medida que el
capitalismo europeo se ha ido modernizando, americanizando.
Desde el fin de la Segunda Guerra Munc,lial, Europa Occidental, por el
Plan Marshall y una interpenetración cada vez mayor con la economía
norteamericana, se ha alejado de las estructuras del siglo XIX para adap-
158
tarse al capitalismo norteamericano; era pues · inevitable que adoptara
igualmente el modo de r.elaciones de los E.U.A. con el Nuevo Mundo~ o
dicho en otras palabras, que tuviera también su América Latina.
Tal es el sentido profundo que tiene ~pecialmente la política del general
de Gaulle con respectó a las antiguas posesiones africanas agrupadas hoy
en la UAM.
La misma ha consistido, en resumen, en otorgar «generosamente> la
independencia política, si es necesario creando estados ficticios, y proponer
una cooperación cuya finalidad es una supuesta prosperidad y cuyas bases
objetivas se encuentran fuera de Africa.
¿ Es éste un fenómeno nuevo? ¿No es en su esencia la definición del ini-
perialismo?
Pero . lo que resulta · nuevo en cuanto a las relaciones de Africa con las
potencias coloniales de Europa, es la tendencia que se esboza en relación
a la dominación y explotación directas, y a la colonización por pobla-
miento.
Es por ello que debemos juzgar de una manera diferente las proposiciones
de las potencias europeas y la posición de los. jefes políticos de los nuevos
estados.
La época en que alcanzar la independencia era algo progresista, ha pasado.
Sólo tiene un sentido progresista el contenido político y económico de dicha
independencia.
Es el problema de la naturaleza del poder en estos nuevos estados el
que se plantea ahora. Se ti-ata pues de determinar si los detentores del
poder son la expresión de una voluntad nacional o los representantes de
intereses colonialistas.

EL PROBLEMA DEL PODER

No cabe duda alguna de que el deseo del colonizador está en que la


transferencia del poder político, que detenta, se efectúe en favor de un
heredero (personaje o grupo de intere5es), capaz de garantizarle la con-
ducción teleguiada de los asuntos del nuevo estado y, sobre todo, la conti-
ntridad del poder económico en beneficio de la metrópoli.
Pero la ecuación no se resuelve siempre según los deseos del colonizador,
sobre todo cuando la voluntad popular en el país en cuestión se expresa
159
a través de un movimiento de libef3,ci6n nacional, lo que conduce a las
diversas soluciones .que nos ofrece la experiencia actual.
Conocemos los casos extremos de la China Popular, Viet Nam y Cuba,
por ejCJI1plo, donde la lucha comenzada a nivel de liberaci6n nacional
se orienta hacia la revoluci6n econ6mica y social gracias a la toma del
poder por el Ejército Popular después de la victoria total sobre las fuerzas
coloniales o reaccionarias.
E~~l caso opuesto se encuentran las soluciones puramente neocolonialistas.
Entre estos dos extremos, el problema del poder encuentra soluciones
intermedias comó resultado de negociaciones, que desembocan en com-
promisos que dependen de la relaci6n ·de fuerzas que existe entre ambos
contendientes. Pero la experiencia muestra que el mismo camino que con-
duce a la independencia puede llevar a soluciones diferentes en el pro-
blema del poder.
En ef caso de Arielia, por ejemplo, el compromiso a que se lleg6 en Evian
es un compromiso revolucionario, es decir, que permite un beneficio cierto:
el reconocimiento de la independencia de Argelia, y que no cierra ninguna
. perspectiva a la revoluci6n, puesto que su instrumento, las fuerzas arma-
das del FLN, vanguardia del pueblo argelino combatiente, queda salva-
guardado. Pero hemos visto durante meses las maniobras neócolonialistas
desarrollarse con un objetivo persevérante: falsear desde el inicio la solu-
ci6n del problema del poder y hacer de esta manera que el compromiso .
de Evian fuese perjudicial a los intereses fundamentales de la revolución
popular argelina.
En Guinea, aún cuando la operaci6n se ha realizado sin efusi6n de sangre,
no és· menos cierto que el poder ha sido recuperado en beneficio del pueblo,
gracias a la acción y a la vigilancia del Partido Democrático de Guinea.
En el caso de Marruecos, el poder que detentaban los protectorados fran:-
cés, español e internacional, ha sido transferido -bajo presi6n del movi-
miento de liberación- no al Rey solamente, si bien éste es teóricamente
el soberano, sino a una coalici6n que comprende a las fuerzas populares.
Han debido pasar más de seis años antes de que los herederos que con-
taban con el acuerdo de los intereses coloniales consiguieran acaparar el
poder y hacerse consagrar, en diciembre de .1962, mediante una Consti-
tuci6n prefabricada, sin vacilar ante ningún medio, desde la corrupción
y, el fraude hasta la vic;>lencia y la represión.
160
El método seudoconstitueional ha sido igualmente empleado paralelamente
por el neocolonialismo para consolidar el fégimen fascista de Corea del
Sur. Ta~bién contemplamos, en Kenia, tentativas obstinadas de ·imponer
una coalición prefabricada para preparar ulteriormente la transferencia
del poder exclusivo al presunto heredero de la autoridad británica.
¿Qué debemos concluir después de esta revista?
Que la cuestión fundamental en nuestro movimiento de liberación es la 'del
poder político: hay que velar porque la independencia se traduzca inme-
diatamente en el traspaso efectivo y total del poder a los representantes·
auténticos de la revolución nacional en los países interesados, aun si e1to
debe ocasionar el reinicio de la lucha armada.
El deber primordial de una revolución nacional consiste ante todo en apo-
derarse de la maquinaria del Estado colonial para ponerla al servicio del
pueblo.
La condición necesaria para que la independencia no resulte en la creación
de un. estado neocolonialista es naturalmente la existencia de una organiza-
ción popular cuya dirección esté tenazmente convencida de que sin el poder
político y económico, todo lo demás son ilusiones. La misma debe estar
inoculada contra los riesgos de degeneración una vez tomado el poder, estar
siempre atenta a las maniobras del i¡¡iperialismo y de sus aliados internos,
y lista .a responder en todo momentó al agresor, quienquiera que éste sea.

NO HAY QUE DEJARSE ENGAAAR POR LOS OTROS


Ahora bien; ¿cuál debe ser la actitud del Movimiento de solidaridad de los
pueblos afroasiáticos ante tal diversidad de situaciones creada por las dife-
rentes soluciones dadas a los problemas del poder?
La cuestión es delicada porque puede conducir a ingerencias en los asuntos
iritem.S de los nueVC?S estados independientes, Jo cual no nos permitiremos
jamás; y a ·que en cada país la elección de su gobierno es asunto exclmliYo
de su propio pueblo.
No obstante, como ha dicho el presidente Julius K. Nyerere en el discurso
de apertura de nuestra Conferencia, no debemos «dejamos engañar por
otros> (to become dupes for other people). La cuestión planteada en el
. mismo discurso, Sigue en pie: «quién va a controlar a Africa ?> ( «Who is
going to control Africa?>)
Esta cuestión no es más que el corolario de ·1a solución dada al problema
del poder en cada estado.
161
De la respuesta que se dé' a esta pregunta depende el mantenimiento o la
desaparición en cada país de las estructuras coloniales y .feudales y de las
bases militares, de que la elección de la .vía del desarrollo económico y
social -sea en"beneficio de una casta o en beneficio del pueblo, y en general,
de la orientación que se va a dar a la política interior y exterior.
De la respuesta que se dé a esta pregunta depende, para todo el Continente
Africano, el sentido que se dará. a la Unidad Africana, a escala de estados
cuyos jefes se encontrarán dentro de alg~mos meses . en Addis Abeba.
Sin cultivar ningún complejo con respecto al neocolonialismo, podemos
afirmar, sin riesgo de que se nos contradiga, que éste no escatima ningún
esfuerzo para que las soluciones les sean favorables, y resulten en detri-
mento de los intereses vitales y los derechos de nuestros pueblos, aún cuando
sabe que la última palabra la tendrán siempre los pueblos.

VIGILANCIA Y SOLIDAlUDAD

Sin embargo, fo que se haya adquirido, aunquea sea una independencia


concedida, constituye siempre un punto de partida para garantiZar nuevos
avances.en el camino de la liberación total y el progreso.
Nuestro deber es hablar abierta y francamente a nuestras masas a fiD de
evitarles las desilusiones resultantes de una falsa tranquiÍidad. Es impor-
tante promover y desarrollar en ellas la concienda de vigilancia que las
mantenga siempre atentas a las maniobras del imperialismo, sin cerrar los
ojos ante nuestras propias flaquezas y errores.
En el plano nacional de cada 'uno de nuestros páises debemos, Como movi-
miento de solidaridad de los pueblos afroasiáticos, prestar una atención
particular al combate diario q'ue se libra allí, -ayudar al mejoramiento, aún
parcial, de la suerte de las masas trabajadoras, educar y organizar al pueblo,
elevar su conciencia y acumular en él potencial revolucionario, a fin de que
llegado el momento propicio pueda tomar el poder. No decaer entonces
nuestra solidaridad, sino arudarlo. a enfrentarse a cualquier intervención
extranjera o contrarrevolucionaria.
En el plano interafricano, interasiático, afroasiático, debemos igualmente
celebrar como positivo todo i~tento de acercamiento, de reagrupamiento o
de unificación, siempre que el mismo sea expresión auténtica de las volun-
tades nacionales, aun cuando existan divergencias o contradicdop,es momen-
táneas de intereses. Los principios en los cuales se basen estos encuentros
162
deberán ~guir siendo los de la completa igualdad de derechos, la coopet~­
ción mutua y la independencia de cada uno.
El éxit_o de esta empresa·a nivel nacional y en el campo internacional reside
en el sentimiento de fraternidad y de solidaridad innato en todos los puebloi,
y en su conciencia cada vez más profunda de nuestro destino común.
Es en la lucha común de nuestras organizaciones populares contra. todas
las formas de explotación colonial, capitalista y feudal, y a través de
nuestros éxitos en esta lucha, que nosotros desarrollaremos esta conciencia
común y que se establecerán relaciones internacionales de nuevo tipo, al
servicio del hombre.
El papel histórico de nuestra Conferencia será el de haber trazado este
cuadro de acción y haber aportado a las masas africanas y asiáticas la
luz que iluminará su combate por la liberación nacional, por la democracia
y el progreso y por la paz universal. .

Artículo del libro «()ption révolutionnaire au Maroe», <Cahien libres>,


Maspero, París, 1966.

1es
AIM 47 A FALCON
Tipo: Fa milia de pro/ediles guiados de ai re o SS 10
ai re, Dimensiones: 2.18 m. Velocidad: 6 vece ; Tipo: Proyecti l antitanq ue teleg uiado del Ejército de los Estados
ia velocidad d el sonido . Alcance: 160 km. Unidos. Velocidad: 290 kms/hora. Alcance: 1,600 m. Lon9ih1d:
Cabeza de combate: nuc lear o con vencional 86.4 cm. Di~metro: 15 cm. Guía: por alambre. Cabeza de com-
Guía: ccnducc :6n ;;~ f r :.H ro¡ ~ . bate: convencional. Proyectil táctico de supe rficie a supe rfi cie .
El poder negro
STOKELY CARMICHAEL

Una de las tragedias de la lucha muerte de. cuatro niñitas negras a


contra el racismo es la· ausencia, hasta consecuencia de una bomba, su ira
ahora, de una organización con un se acrecentaba; y cuando nada ocu-
programa que se relacione de un rría se sentían desvanecidos. No te ~
modo vivo con la creciente militan- níamos nada visual para ofrecerles,
cia de los jóvenes negros en el ghetto salvo salir ·y ser golpeados de nuevo
urbano. Hemos tenido un movimien- Los ayudábamos a edificar su frus-
to de los derechos civiles, cuyo tono tración.
de voz fue modulado según las ne- Durante muchos años los negros de
cesi,dades de un público de liberáles Norteamérica han desfilado para que
blancos. Ninguno de los así llama- les rompan las cabezas y les dispa-
dos líderes podría, en el momento ren. Ellos se dirigían a este país:
de un tumulto racial, presentarse en «Atiendan, señores, se supone que
una· comunidad negra con la segu- ustedes son buenas personas, y nos-
ridad de ser escuchado y atendido. otros sólo hacemos lo que se piensa
En cierto sentido, creo que somos es nuestro deber. ¿Por qué nos pe-
responsables -junto con los órganos gan entonces? ¿Por qué no acceden
de difusión masiva- de lo ocurrido a nuestras peticiones? ¿Por qué no
en Watts, Harlem, Chicago, Cleve- arreglan las cosas?> Después de
land, Omaha. Cada vez que la gente persistir mucho tiempo en esta acti-
en esas ciudades contemplaba el es- · tud, nos hemos alejado muy poco del
carnecimiento físico de Martín Luther punto de partida porque nuestra po-
King, se indignaba; cuando veían la cisión ha sido débil. Ya no podemos
165
las cabezas rotas para decirles a lado, son negros. Todos los démás
esperar más y seguir marchando con problemas surgen de esta doble
los blancos: «Miren, sean buenas per- realidad: la falta de educación, la
sonas~. Porque ustedes no son bue- aparente apatía de los negros. Cual-
nas personas. Ya lo hemós descu- quier programa para e·xterminar el
bierto. racismo debe hacerse cargo de esta
Una organización que se pretende doble problemática . .
vocero de las necesidades de la Casi desde el principio, SNCC buscó
comunidad .como SNCC (Students enfrentarse a an::ibas situaciones con
Nonviolent Coordinating Committee) un programa encaminado a la ob-
debe asumir el tono de esa comuni- tención del poder político para los
dad y no convertirse en una simple negros .del Sur. Tuvimcis que actuar
zona de protección. Tal es el signi- en política porque los negros nor-
ficado de un slogan: «El Poder Ne- . teamericanos son gente sin propie-
gro~. Por vez primera,~ los negros dades en un país donde la propie-
están utiliza~do las palabras qu~ dad lo es todo. Debimos interesarnos
desean utilizar, no únicamente las que en el poder, porq!le a este país
los blancos desean oír. Y lo harán a no lo mueven la moral, el amor y la
pesar de los reiterados esfuerzos de noviolencia, sino el poder. Por eso,
la prensa, que desea obstaculizar el quisimos conquista~ el poder políti-
uso del slogan, igualándolo con el . co, con la idea .de transformarlo en
racismo o el separatismo. actividad cuyos efectos fuesen eco-
Una prganizaci6n, que como SNCC, nómicos. Con el poder, las masa~
intenta resolver los problemas de la pueden decidir, o participar en las
comunidad, debe trabajar para ga- decisiones que gobiernan sus desti-
rantizarle a esa . comunidad una po- nos, y así crear cambios básicos en
sición . de fuerza que obligue a la sus vidas cotidianas.
Pero si el poder político resulta la
atención y al respeto. Este es el sig·
nificado, más allá del slogan, del llave para la autodeterminación, es
Poder Negro. también obvio que la llave había
Se puede definir con claridad el sido arrojada, muchos años antes a
poder negro, si no se comparten los- lo más profundo de un pozo. La sus-
temores de la Norteamérica Blanca. pensión de los derechos políticos,
Debemos empezar señalando el he- mantenida por el terror racista, hacia
cho básico de que los negros nor- imposible hablar en 1960 de una
teomericonos tienen dos problemas: organización con fines políticos .. De-
por un lado son pobres y por otro bía ganarse el derecho al voto y
166
los trabajadores de · SNCC · dedica- ron · a las elecciones de los comités
ron a · esto sus energías de 1961 a agrícolas que deciden asuntos tan vi-
1965. Insistieron y presionaron . en tales como el uso de la tierra, cré-
el Sur para convencer a la · gente ditos, etc. Aunque ganaron un sitio
para ciue votaran. lndtaron al voto en buen n6mero de comités, jamás
organizando elecciones satíricas en obtuvieron la mayoría necesaria.
Mississippi en 1963 y ayudando e Todos estos esfuerzos eran intentos
estable·cer el Partido Democrático de para ganar el poder negro. Entonces,
la Libertad en Mississippi · (Misissippi en Alabam~, la oportunidad surgió
Freedom Democratic Party, MFDP) y fue posible observar cómo los ne-
en 1964. Esa fu·cha, · aunque no se
gros se organizaban sobre la base
ganó, se vio atenuada por la Ley de un partido independiente. Una
de los derechos electorales de 1965. insólita ley de Alabama establece
Los trabajadores de SNCC pudieron que cualquier grupo de ciudadanos
hacerse .entonces estas preguntas: puede designar candidatos a la ofi-
«¿Por quién podemos votar para la cina del condapo y, si gana el 20
solución de nuestros problemas? Có- por ciento del voto, puede ser re-
mo podremos volver _significatiyQ conocido c;:omo un partido político
nuestro voto?» del condaqo. Lo mismo se aplica en
SNCC ya se había presentado en un nivel estatal. SNCC se e_mpeñ6
Atlantic City para obtener el reco- en una labor organizativa en varios
nocimiento del Mississippi Freedom Condados Lowndes·, donde los negros
Democratic Party y había sido re- -que integran el 80 por ciento de
chazado; había ido con el MFDP a ·la población y cuyo ingreso_ prome-
Washington a lograr el reconocimien- dio anual es de 943 dólares- sintie-
to en el Congreso y había sido re- ron que no podrfon lograr ya nada
chazado. · En Arkansas, SNCC cola- dentro det marco del Partido De-
boró con 30 negros que participa- . mocrático de Alabama a causa del
ban en las elecciones de un Comité racismo y porque el ingreso cuali-
escolar; excepto uno, todos fueron ficante para las elecciones de este
derrotados y las pruebas de fraude año se había elevado de 50 a 500
e intimidación bastaron para expli- dólares, para evitar que la mayoría
car la derrota. En Atlanta, Julián de los negros participase. El 3 de
Bond se lanzó como legislador esta- mayo, cinco nuevas corganizaciones
tal y fue electo (dos veces) y se le de la libertad> en el condado, se
negó la silla _(dos veces}. En varios unieron y nombraron candidatos a
estados, los 9ranjeros negros acudie- los puestos de sheriff, asesor de im-
167
puestos y miembros de las juntas ciente, ha surgido del fermento de
escolares. Estos hombres y mujeres agitación y actividad llevado a cabo
están dispuestos a la elecci6n en a través de los años, en muchas co-
noviembre si es que viven para en- munidade's negras, por diferentes
·~onces. Su sfmbolo electoral es la personas y organizaciones. Nuestro
pantera negra: un animal hermoso, último año de trabajo en Alabama
audaz, que representa la fuerza y la nos añadi6 una nueva posibilidad
dignidad que hoy requiere el negro. concreta. En el condado de lowndes,
Un hombre necesita a su lado una por ejemplo, el poder negro skjnifica
pantera negra cuando éf y su familia que si se elige a . un negro como
deben soportar -como han sopor- sheriff, él puede terminar con la bru-
tado ciel)tos en Alabama- la pérdi- talidad policíaca. Si se elige a un
da del trabajo, el lanzamiento de negro asesor de impuestos; puede
domicilio, el hambre y, a veces, la reunir y encauzar fondos para la
muerte, por su actitud política. Tam- construcción de mejores c_aminos y
bién puede necesitar un revólver ·y escuelas que le sirvan a I~ población
SNCC reafirma el derecho universal negra; y de este modo se logra un
de los negros a defenderse en caso desplazamiento del poder polftico
de amenaza o ataques. En cuanto a hacia el terreno económico. En sitios
la violencia, esperamos que progra- como Lowndes, donde los negros
mas como el nuestro . la hagan inne- tienen . mayorfa, intentarán utilizarla
cesaria; pero no es asunto nuestro para ejercer el control. Eso es lo que
decirle a las comunidades negras buscan: control. Donde los negros no
cuando pueden o no utilizar de- son mayorfa, el poder negro significa
terminada forma de acci6n para una representación adecuada y parti-
resolver sus problemas. la respon- cipación · en el control. Significa la
sabilidad por el uso de la violencia creación de bases del poder desde
de parte de los negros, ya sea en las cuales ios negros puedan trabajar
defensa propia o iniciada por ellos, en la transformación de los esquemas
le corresponde a la· comuni,eÍ'ad blan-estatales o nacionales de opresión
ca. a través de las presiones de la
Esta es la experiencia histórica espe- fuerza, que sustituyen a los alega-
cífica que motivó el pasadc:i mes de tos de la flaqueza. Políticamente, el
julio, en la marcha de Mississippi, poder negro significa lo que siempre
el llamado de SNCC para «el poder ha significado para SNCC: la agrupa-
negro». Más la idea del «poder ne- ción de los negros para elegir re-
gro» no ~s fenómeno aislado ni re- presentantes y obligar a esos repre-
168
sentantes a convertirse en voceros de su fuerza y a emprender la acción
de sus necesidades. No quiere decir dentro de una variedad de -líneas
tan sólo situar rostros negros en las que deben escoger por su cuenta.
legislaturas. No se debe esperar en Aunque no conoce todas las res-
forma automática que un hombre o puestas, sí le es permitido encarar
una mujer, por el hecho de ser ne- el problema básico de la pobreza;
gros de los barrios bajos; .expresen en ,el condado de Low_ndes 86 fa-
las necesidades de su colectividad. milias blancas poseen el 90 por cien-
La mayoría de los políticos negros to de la tierra; ¿cómovan a conséguir
que hoy actúan en el país no repre- trabajo los negros de ese condado?
sentan lo que SNCC entiende por ¿Cómo van a conseguir dinero?
poder negro. El poder debe corres- Deben redistribuirse las · tie~ras, el
ponder a (y emanar de) uná comu- dinero.
nidad.
A fin de cuentas, si los negros van
SNCC está trabajando tanto en el
a dirigir sus vidas hay que conmover
Norte como en el Sur sobre la base
en sus cimientos las estructuras eco~
Je programas de registro electoral
nómicas de este país. Sa deben libe•
y organizaciones políticas indepen-
dientes. En · algunos lugares como rar las colonias de los Esta.dos Uni-
Alabama, Los Angeles, Nueva York, dos y esto incluye, por supuesto,
Filadelfia y New Jersey, se están los ghettos negros en el Norte y
integrando organizaciones indepen- en el Sur. Durante un siglo, este país
dientes cuyo símbolo. es la pantera ha sido un pulpo explotador y· sus
negra. La creación de un «partido tentáculos van desde Mississippi y
nacional de la pantera negra» debe Harlem hasta América Latina, el
venir, tardará en construirse y es Medio Oriente, el sur de Africa y
demasiado prematuro predecir su Viet Nam; las formás de explotación
éxito. Carecemos · de un infalible difieren según el lugar; pero los re,
plan maestro y no · pretendemos el sultados esenciales s~n los mismos:
conocimiento exclusivo de cómo aca- unos cuantos poderosos se enrique-
bar con el racismo; diferentes grupos . cen y medran a expensas de las
trabajarán en distintas formas, SNCC masas de color silenciosas y pobres.
no puede reemplazar toda la logís- Tal esquema deberá ser destruído.
tica de la auto-determinación, pero Como su fuerza se debilita en todas
puede enfrentarse al problema ayu- partes del mundo, se vuelven más
dando a las comunidades negras a realistas las esperanzas de los negros
definir sus necesidades, á enterarse norteamericanos. Para que el racis-
t69
mo muera, una Norteamérica total- escuelas blancas, y le permite tam-
mente distinta debe nacer. bién a la naci6n ignorar el 94 por
Esto es a lo que no .desea enfren- ciento restante, abandonado en es-
tarse la socieded bl"1!ca; de allí que cuelas deplorables sólo para negros.
prefiere hablar de integraci6n. Pero Tales situaciones sólo se modificarán
la integraci6n no se refiere al pro- cuando los negros tengan poder, en
blema de la pobreza, s61o al color este caso para dirigir ·sus 'propias
de la piel. Hoy, le integraci6n sig- juntas escolares. Entonces los negros
nifica el hombre «que triunfa» y que serán iguales de un modo· significa-
abandona e sus hermanos negros tivo, y la integraci6n dejará . de ser
con toda la rapidez que autorice su una calle de un solo sentido. En ese
nuevo carro deportivo. La «integra- momento, la integraci6n n~ querrá
ci6n:. no quiere decir nada para el decir trasladar la habilidad y la
obrero de Harlem o el pizcador de energía del ghetto a los vecindarios
algod6n que gana tres d6lares dia- blancos; querrá decir blancos que se
rios. Como me dijo una señora de mudan a Beverly Hills, ·a Watts, blan-
Alabama: «La comida que Ralph cos que ingresan a la Organizaci6n
Bunche ingiere no tiene nada que de la libertad del condado de Lown-
ver con mi est6mago>. des. Entonces la integraci6n tendrá
sentido.
Más aún; la integraci6n aborda de
un modo despreciable el problema En el pasado mes de abril, antes de
de la negritud. Como meta, se ha iniciarse la batalla del poder negro,
basado en la aceptación total de Christopher Jenks escribi6 un artícu-
un hecho: para tener una educa- lo en New Republic sobre el manejo
ci6n o una casa decentes, los negros que hacían los blancos en Mississippi
deben trasladarse a un vecindario del programa contra la pobreza:
blanco o enviar a sus hijos a una «La guerra contra la pobreza ha
escuela blanca. Esto vigoriza, entre sido predicada sobre la base de que
negros y blancos, la idea de que hay algo así como une comunidad
«el blanco> es superior de un modo que puede sér definida geográfica-
automático y que el «negro» es por mente y movilizada en un esfuerzo
definición inferior. De ahí que la in- colectivo por ayudar a los pobres.
tegración sea un subterfugio para Esta teoría no tiene nada que ver
mantener la supremacía blanca. Per- con la realidad del Sur. En cada
mite a la naci6n concentrar su aten- pueblo de Mississippi hay dos comu-
ción en un puñado de niños sureños nidades. A pesar de todos los pia-
que ingresa, a un gran precio, a las dosos lugares comunes de los libe-
170
rales de ambos lados, estas do:; co- ciento en las áreas clasificadas como
munidades ven por lo común sus no pobres. SNCC ha estado traba-
intereses en términos de conflicto y jando con residentes locales en Ar-
no de cooperaci6n. Sólo cuando la kansas, Alabama y Mississippi para
comunidad negra pueda hacer aco- lograr que los pobres dirijan el pro-
pio de la fuerza profesional, econ6- grama y sus recursos, también ha
mica y política que le permita com- trabajado c~n grupos del Norte y la
petir en condiciones de igualdad, lucha no es meno~ difícil. Detrás de
creerán entonces los negros en. la todo esto hay un gobierno federal
posibilidad · de una cooperación ver- al cual le preocupa mucho más gana r
dadera y los blancos aceptarán tal la guerra en Viet Nam que la guerra
necesidad. contra la pobreza; que ha preferido
En el camino hacia la integración, depositar el programa de la pobreza
la comunidad negra necesita des- en manos de políticos y burócratas
arrollar una mayor indepandeñcia, logreros antes que confiar en los
una oportunidad de dirigir sus propios pobres; un gobierno al cual no · le
asuntos y ya no obedecer dócilmente interesa frenar el abuso del poder
los mandatos de «el hombre» o al blanco pero que está presto a con -
menos eso creo yo, y conmigo la denar el poder negro.
mayoría de la gente de Mississippi Para la mayoría de los blancos, .el
enterada del problema. Para OEO, poder negro parece traducirse como
este juicio puede sonar a naciona- el temor de la llegada nocturn'a de
lismo negro:.. los Mau ·Mau a los suburbios. Los
El señor Jends, un periodista blanco, Mau Mau vienen y los blancos debl'!n
percibió las razones que han conver- detenerlos. Abundan los artículos
tido en una farsa, tanto en el Norte sobre conspiraciones para «acabar
como en el Sur, el programa contra · con el blanco> y se crea una atm6s-
la pobreza. En el Sur es, obviamente, fer6 «para mantener la ley y el or-
una medida racista que impide a los den>. Una vez más, la responsabili-
pobres dirigir sus propios progra- dad se mueve del opresor al opri-
mas; en el Norte resulta, las más de mido. Otros blancos nos reprenden:
las veces, politiquería y burocracia. cNo se olviden, ustedes son ~ólo el
Pero los resultados no son diferentes; 1O por ciento de la población; si se
en el Norte, los noblancos integran pasan de listos, los aniquilaremos:..
el 42 por ciento de todas las fami- Si son liberales, se quejan: «¿Y en
lias en las «áreas de la pobreza» lo que a mí se refiere? ¿Y no quie-
metropolitanas y sólo hay un 6 por ren ustedes mi ayuda ?'1> Supuesta-
171
tnente, son gente preocup1.1da por símbolo, fue bautizada por la prensa
los negros de Norteamérica, pero como «el Partido de la pantera ne-
hoy, primero piensan eh ellos mis· gra>, pero al Partido democrático
mos, en sus sentimientos de rechazo. de Alabama, cuyo símbolo es un
O se dedican a la admonición. «Sin g·allo, nunca se le' ha llamado el Par-
álianza no pueden ir a njngún lado>, tido del gallo blanco. Nadie habla
cuando de hecho no hay en este mo• del «poder blanco> porque el poder
mento un grupo con el cual aliarse en este país es blanco. Esto va más
sin que los negros' corran el peligro allá de la simple identificación de
de la absorción y la traición. O nos un fenómeno de grupo ·a través de
acusan de «polarizar fas· raza·s> por un nombre pegajoso o un adjetivo.
nuestros llamados a la unidad negra, la ira frente a la pantera negra . re-
cuando la verdadera responsabilidad vel.a los problemas raciales y sexuales
de la polarización les corresponde· a de la Nortea,;,érica blanca: . la ira
los blancos que no aceptarán cum- ante el «poder negro:. revela la proc
plir con sus deberes de poder ma· fundida~ del. racism? y el gran temo~
yoritario, haciendo funcionar el pro· que siempre lo acompaña.
ceso democrático. Los blancos no entenderán que yo,
La Norteamérica blanca no se en· por ejemplo, como persona oprimi-
frentará al problema de color, a da a causa de mi negritud haga
su realidad. Los bien intencionados causa con otros negros también opri-
dicen: «Todos somos hunianos, en midos a causa de su negritud. Eso
verdad todos somos. decentes, olvi~ no quiere decir que no hay blancos
élémonos del color>. Pero el color que vean las cosas. como yo, sino
no puede ser «olvidado:. hasta que que primero debo ha.blarle a los
se acepte y discuta . su importancia. negros. Es a los oprimido's a quienes
Hace falta reconocer una contradie· SNCC se dirige en esta primera i~s­
ci6n inicial en ta visión que la Nor- tancia, no a los amigos del grupo
teamérica blanca tiene de sí misma; opresor.
esa contradicción es y siempre ha Desde el nacimiento, los negros nos
sido el negro. La mayoría de los vemos invadidos . por mentiras en
inmigrantes vinieron aquí buscando torno a nosotros mismos. Se nos dice
l:bertad y oportunidades económi- que somos perezosos, y sin embargo
cas; los negros fueron traídos como ·si recorro el delta ·del Mississippi ob-
esclavos. Cuando la Organización de servo a los negros que recogen al-
la libertad del condado de Lowndes godón durante 14 horas. Se nos dice:
escogió la pantera negra como su 4'Si trabajan durame·nte triunfarán» ,
172
más si eso fuera cierto los negros de una fuerza política. En el pasado,
poseerfan este pafs. Vivimos. oprimí- - los aliados blancos han apoyado la
dos porque somos negros, no porque supremacía blanca, . sin que se den
seamos ignorantes o har¡iganes, ni cuenta o lo deseen . Los negros deben
por estúpidos (dueños de un sentido. hacer las cosas wr sf mismos; ,deben
innato del ritmo), sino porque ·Somos obtener el dinero y controlar y gastar
negros. el dinero de la campaña contra la
Recuerdo que cuando niño solía ir pobreza; deben dirigir los progra-
los sábados a ver películas de Tar- mas educativos para. que los niños
zán. El Tarzán blanco derrotaba a . negros puedan identificarse con su
los negros nativos. Yo me sentaba y pueblo. Esa es una de las razones de
gritaba: «:Mata a las bestias, meta la gran importancia de Africa: la
visi6~ de hombres negros dirigiendo
i:l los salvajes, mátalos!>; y en verdad

yo esteba · didéndo: ¡-Máta'me! Era su propio destino les otorga a los


como si un niño . judío que' observase negros de todas partes un sentido
a los nazis llevarse a los judíos a de posibilidad, del poder de que
campos de ci:mcentraci6n· se pusiera ahora carecen.
a aplaudir. Hoy deseo que el jefe ~so no significa que no demos la
de la tribu dé una paliza a Tarzán bienvenida a nuestros amigos y su
y lo mande de regreso a Europa. ayuda. Pero nos reservamos el de-
Pero lleva tiempo liberarse de las recho de precisar quién es, de hecho,
mentiras y su efecto vergonzoso sobre nuestro amigo. En el pasado, los
las mentes. Lleva tiempo. rechazar la negros norteamericanos han sido casi
mentira más impol'tante: que los ne- la Cínica gente de la que todos po-
gros no son capaces, orgánicamente, dían disponer, llamándola csus ami-
de hacer las mismas cosas que los gos:.. Hemos sido objetos, símbolos,
blancos, a menos que los blancos los prendas; yo lo fui en chigh school:t
ayuden. para muchos jóvenes blancos, a los
La necesidad de una igualdad psic~- que les gustaba tener cun amigo
16gica es la razón que llev6 a SNCC negro>. Queremos decidir quién es
a la convicción de que los negros nuestro amigo y no aceptaremos a
pueden sostener la idea revoluciona- quien venga y nos diga: cSf u~tedes
ria de su capacidad para actuar po.r hacen esto, esto otro y aquéllo, en-
cuenta propia. Sólo ellos pueden · tonces los ayudaré:.·. No queremos
ayudar a creer en le comunidad ser informados de a quién deberemos
una conciencia negra permanente y escoger por aliado. No nos apartare-
rebelde, que proporcione las boses mos de ningún grupo o naci6n ex-
'173
cepto por voluntad propia. No que- ta admisi.ble y la vemos como el ma-
remos que los opresores le señalen yor instrumento interno de cambio en
~ los oprimidos c6mo librarse de la la sociedad norteamericana. SNCC
opresión. ha tratado varias veces de orga~i­
zar a los blancos pobres; lo esta-
He dicho que la mayorfa de los li-
mos intentando de nuevo, con un
berales blancos reaccionan ante el
programa inicial de entrenamiento
«poder negro» con la pregunta: «¿Y
en Tennessee. Ahora, es todavía asun-
qué va a pasar conmigo?>, en lugar
to académico hablar de reunir a los
de afirmar, «Dfganme lo que quie-
blancos y a los negros pobres, pero
ren ustedes que yo haga y veré si
debe acometerse la empresa de
puedo hacerlo». Hay respuestas para
crear un bloque de poder de los
una pregunta correcta. Uno de los
«poor whites>. La mayor responsa-
aspectos más; perturbadores de los
bilidad al respecto recae sobre los
simpatizantes blancos del movimiento.
blancos. Donde sea .posible, los ·blan-
ha sido su miedo a ir a sus propias
cos y negros deben colaborar juntos.
comunidades, donde el racismo exis-
en la comunidad blanca; no es posi-
te, para luchar por su extinci6n:
ble, sin embargo, ir a un poblacho
Quieren correr desde Berkeley a
sureño y hablar de integración. En
aconsejarnos sobre nuestra acci6n en
todas parte los «poor whites> están
Mississippi, dejémosles mejor +~aba­
intensificando su hostilidad, si no por
jar en Berkeley. Previenen a los negros
otra cosa porque ven la atención na-
contra la violencia: dejémosles pre-
cional concentrada en la pobreza ne-
dicar la noviolencia en la comuni-
gra y nadie repara en ellos. Demasia-
dad blanca. Vienen a enseñarnos la
dos jóvenes norteamericanos de clase
historia del negro: dejémosles ir a
media, una especie de Pepsi 9enera-
los suburbios e inaugurar escuelas de
tion, han deseado vivificarse a través
la libertad para blancos. Que traba-
de la comunidad negra; quieren ester
jen para detener la política exterior
del racismo norteamerican~; dejémos- donde hay acción, y la acción ha es-
les presionar sobre este gobierno tado en la co~unidad negra .
para que ponga fin a la ayuda eco· Los negros no desean «apoderarse»
nómica a Sud-Africa. de este país. No quieren «volverse
Se debe realizar una tarea vital entre blan·cos», sólo intentan desprenderse
los «poor whites». Esperamos· ver, del blanco explotador. Fue por ejem -
eventualmente, una alianza entre los plo la explotaci6n de los terrate-
pobres blancos y los pobres negros. Rientes y comerciantes judfos lo que
Esta es la única alianza que nos resul- primero creó el resentimiento negro
174
hacia los judfos; no el judaísmo. dario. La palabra amor es sospe-
Para los negros, el blanco rio - im- chosa; las esperanzas negras sobre
porta, excepto como una fuerza sus resultados han sido traicionadas
opresiva. Los negros desean estar con demasiada frecuencia. Pero fa-
en su lugar, sí, mas no para aterro- llaron aquellas esperanzas sobre la
rizarlo y lincharlo y dejarlo morir respuesta de la comunidad blanca.
de hambre. Quieren estar en su lu- Buscamos estimular el amor dentro
gar porque allí es donde pueden de la comunidad negra, la única co-
vivir una vida decorosa. munidad norteamericana donde los
Pero no aspiramos tan sólo a una hombres pueden llamarse «hermano»
sociedad donde todos los negros al encontrarse. Podemos 'edificar una
tengan lo suficiente para adquirir sociedad de amor sólo donde se po-
las cosas buenas de la vida. Cuan- see la habilidad y el poder para lo-
do exigimos que el dinero negro vaya grarlo: entre los· negros.
a la bolsa de los negros, nos referi- En cuanto a la Norteamérica blanca,
mos a la bolsa de la comunidad.
quizás pueda suspender sus jeremfo-
Pedimos que el dinero regrese a la
das en contra de la «supremacía ne-
comunidad para utiiizarse en su be-
gra>, el «nacionalismo negro», «el
neficio. Nos interesa ver los mé-
racismo invertido>, etc,, para iniciar
todos cooperativos aplicados en el
un examen de la realidad. ta reali-
sistema financiero y en el bancario.
Queremos ver a los habitantes de dad es que este país es medularmen-
los ghettos negros demandarles a te racista: que el racismo no es ·de
los dueños explotadores, la venta, modo primordial un probiema de «re-
a un costo mínimo, de un edificio laciones humanas> sino la explota-
o una tienda que puedan poseer y ci6n mantenida -ya sea en forma
mejorar cooperativamente; pueden activa o a través del silencio- por
apoyar sus demandas con una huel- la sociedad como un todo. Camus y
ga de inquilinos o un boycott y con Sartre han preguntado: ¿Puede un
una comunidad de tal modo unifi- hombre condenarse a sí mismo?
cada en torno suyo que nadie se cam- ¿Pueden los blancos, en especial los
bie al edificio o compre en la tien- libereles, condenarse a sí mismos?
. da. Definitivamente, lo que busca- l Pueden cesar de maldecirnos y em-
mos construir entre los negros no es pezar a maldecir su propio sisteme?
una sociedad capitalista. Es una ¿Son capaces de la vergüenza que
comunidad donde prevalezcan el puede transformarse en 1.ma emoción
amor humanisto y el espíritu solí- · revolucionoria?
175
Nos hemos dado cuenta que por lo .en Viet Nam' o en cualquier otro
común no pueden condenarse a sí lugar. S6lo nos dedicaremos al tra-
mismos, y por eso hemos asumido bajo del modo que pensamos conve-
esa tarea. Pero la reconstrucci6n de niente y de acuerdo con nuestras
esta sociedad, de ser posible, es bá- propias metas, no para conseguir de-
sicamente la responsabilidad . de los rechos civiles sino para obtener todos
blancos, no . de los negros. No pelea- nuestros derechos humanos.
remo·s para .salvar la sociedad actual, cSie~pre!> octubre 12 de 1966.

176
Conciencia de clase
y partido
revolucionario
MICHAEL LOWY

1) INTRODUCCION. SIGNIFICADO SO· logía aplicada>,. una vez que ella sil
CIOLOGICO DE LA TEORIA DEL PARTI·
DO REVOLUCIONARIO. propone prescribir las formas por
las cuales, un grupo social (la van-
La ·ciencia política márxista sólo se guardia de la clase revolucionaria)
torna inteligible si es abordada a la debe organizarse para hacer más efi-
luz de la propia filosofía de la praxis, ciente su intervención racional en la
para la cu.al la interpretación del realidad sociaU
mundo real y el proyecto de su trans-
El partido marxista es un agente me-
formación son dialécticamerite · indi-
diador entre una concepción racio-
solubles. Por consi9uiente, la teoría
nal del mundo (el materialismo dia-
del partido revolucionario comunis-
ta es al mismo tiempo, conocimiento
t Henri LM6vbre, cMerxisme et Socio-
de la realidad y programa de ·acción, logie>, Cahiers lnternationaux de Sociolo·
y su meta implícita es _la determina~ gie, Vol. IV, 1948, ·p 6g. 63. cLos sociólogos
se interrogaron sin finalidad y sin conclu-
ción de las condiciones de posibili- sión sobre las aplicaciones de la sociolo·
dad de la praxis revolucionari!I. En- gfa, sobre la · experiencia y experimenta·
ción sociológica. El momento llegó, parece,
carada sobre e~te .ángulo, ello es de considerar deliberadamente la polltica
perfectamente comparable a lo que como aplicación y experiencia sociológica.
Los hombres polfticos deben tornarse los
la ciencia oficial denomina «socio- ingenieros de los fuerzas sociales.>

177
léctico) y el . proceso hist6rico ; la mera condición es, justamente la ele-
teoría del partido constituye el es- vación del nivel de conciencia de
tudio de las «condiciones 6ptimas> dase de la masa proletaria y de su
de realizaci6n de esta mediaci6n . vanguardia.
Ella parte del principio_ constitutivo La perspectiva más amplia de que
del «realismo polftico>; es en la pro- el presente trabajo' partirá es: el aná -
pia realidad empírica que se encuen- lisis materialista ~ dialéctico de tesis
tra el fundamento de la acci6n ade- del propio materialismo dialéctico. 3
cuada -la perspectiva revoluciona- Pretendemos, por lo tanto, incluir. las
ria está inscrita en el status quo pre- diversas teorías sobre la ·organización
sente.2 revolucionaria que florecieron en el
Por lo tanto, cada concepción orga- movimiento obrero mar~ista desde
nizativa implica - dos niveles que el comienzo del siglo hasta la ascen-
se interpenetran y condicionan recí- sión del nazismo, en el .context,o his-
procamente. tóricosocial a que pertenecían, procu-
a) Un análisis y previsión de los pro- rando encont~ar en éste, la causa --o
cesos históricos sociales en curso, por lo menos una de las causas- de
sobre todo el surgimiento de la con- las divergencias entre las diferentes
ciencia de clase del proletariado, (su concepciones del problema organi-
estructura interna, facto.res detérmi- zativo.'
nante~. etc:) b) Un plano de organi- Creemos poder localizar en las ca-
zsci6n del instrumento de acd6n re- racterísticas específicas del movi-
volucionaria · [el Partido), y de coor- miento socialist11 de cada .país uno
dinaci6n de sus relaciones con el de los factores .condicionantes de
conjunto de la clase obrera , teniendo la heterogeneidad de . la obra polí-
a la vista la concreción de un pro- tica de los d¡rigentes revolucionarios .
grama cómunisti1· de cambio· social. A primera vista la as.ociación · que
Encontramos por tanto, en el interior constantemente estableceremo; en
de cada teoría del Partido revolu-
cionario, una correspondencia fun-
-·- -
2 Claude Lefort, · cLa Politique et le
cional entre .la concepci6n de la es- Ré11I>, Cahiers lnt. de Soc. Vol. XXVIII ,
tructura de la conciencia de clase 1960, phg. 116-7.

-fruto de un examen crítico de las a Lucien Goldmann cLas ciencias hu-


mana s y ·la filosofla.> Ed . Galatea , BuMos
experiencias .. del movimiento obre- Aires, 1958, pég. 30; y lukacs·, <H isloi re et
ro-- y el esquema organizativo pro- conscience de clase.> Les Ed. de Minuit,
1960, Parls, phg. 267. ·
puesto para asegurar la eficacia de
' Sugestion a propósito de L. G old -
la acción transformadora, cuya pri- mann , ob cit. p6g. 62 -63.

!78
este trélba¡o; entre · las teorías· del de la · concepci6n orgoni·zativa bol ~
partido revolucionario y las condi- chevique:
ciones de ·lúcha proletaria en los di- a) ·5¡ carácter explícitamente mino-
versos· países o en diversas · épocas, ritario del partido bolchevique · sería'
pudiera parecer arbitr~ria o por lo un reflejo del . carácter igual'mente
menos esquemática. Sin refut(!r · to- minoritario del propio proletáriadd
talmente esta _ crítica, e insistiern;lo u_rba.no de la sociedad rusa de cb-·
lo mismo- que tales correlaciones son mienzo de siglo - al contrario del
presentadas a título de hipót6'is, re- Partido · socialdem6crata alemán, par-
cordamos entretan.to que la política tido «de · masas» socialdemócrpta
es de todas las manifestaciones. ideo- cuya naturaleza dependería del gran
lógicas la más directamente vincula- peso específico del proletariado in-
da a un contexto histórico determina- · dustrial en la estructura social de
do, no por eso se pretende «reducir Alemania.
tales obras a sus fundamentos socia-
b) La desconfianza leninista frente a
les, negando la autonomía relativa
las tendencias espontáneas del mó-
de la esfera ideol6gi.c:a y su eficacia
vimiento obrero y su tesis de que
en la transformación de sus .propios
la conciencia socialista tiene que ser
fundamentos.»
introducida ~e fuera por la intelec"
2) LA ESTRUCTURA DE JACOBINISMO tualídad revolucionaria, podría ser
BOLCHEVIQUE DE LENIN . explicada en términos del carácter
1• El -cuadro sociocultural. relativamente «economi~ta» (sindieal}
No es por casualidad que el tipo de las primeras manifestaciones. de
de organización fuertemente centra- lucha del proletariado ruso hasta
lizada de revolu'cionarios profesiona- 1905 - más de una vez al contrario
les que Len in defiende en «¿Qué de Alemania, donde Engels, ya en
hacer?» ( 1902} y «Un p~so adelante 1874, señalaba la concurrencia entre
y dos pasos atrás» (1904) fue cónde- las trés direcciones: teórica, política
nado por la· socialdemocracia mar- y económicopráctica del movimiento
xista . de occidente, que.- incluso en obrero.11
sus ·sectores más radicales lo con- c) El carácter estricto, profesional y
sideraba de sabor nítidamente ¡aco- poco democrático de la organiza -
bino btanquista.. Diversas hipótesis ción partidista sería, repetidamente,
parecen indicar que en Ías. condicio- lo afirma el propio Len in (impuesto .
nes específicas del movimiento re-
volucionariq ~n el Imperio zarista 5 <i:Le Révolution Democr6tique bour-
geoise en Allemagne>, Ed. Sociales, Parfs,
es que podemos encontrar el origen 1952, p6g. 24.

179
por las exigencias de la lucha clan- de desesperación y venganza> 1º para
destina, debido a la ininterrumpida más tarde alcanzar su desenvolvi-
represi6n policial del régimen auto- miento pleno en la llamada concien-
crático zarista.• cia sindical, esto es, en la convicción
d) Finalmente, en la teoría del par- de que es necesario reunirse en sin-
tido de Lenin, se siente indudable- dicatos, luchas contra los patronos,
mente el peso de la herencia del exigir del gobierno la promulgación
movimiento revolucionario ruso del de tales o cuales leyes necesarias a
siglo XIX: el maquiavelismo y la omni- los obreros, etc.11 Este es el nivel
ciencia de los jefes, de Nechaiev, el ;,,ás alto de conciencia, que la clase
«subjetivismo> y el papel de «héroe obrera puede alcanzar por sí misma,
dirigente> de Lavrov. , y Mikhailovsky, entregada a sus propias fuerzas, den-
y sobre todo, la estructura conspira- tro de la esfera limitada de la lucha
tiva del grupo terrorista «Narodnaia econ6mica y de relaciones entre
Volia» (La volunt~d del pueblo); 7 ade- obreros y patronos. Cuando esta con-
más Lenin explica claramente su ad- ciencia asume un carácter político,
miraci6n por el grupo «Tierra y li- ella aún es enteramente distinta de
bertad»,ª que denomina «magnffica la política socialista, limitándose ape-
organización» que deberfa servir de nas a una lucha por reformas jurí-
modelo para todos nosotros, porque dicoecon6micas (derecho de huelga,
cualquier tendencia revolucionaria, si ley de protecci6n al trabajo, etc.).
va · realmente a ·una lucha seria no b) La conciencia socialdemócrata,
puede prescindir de semejante orga- por el contrario, no surge espontá-
nizaci6n.9 neamente en el movimiento obrero,
11 La estructura de la conciencia de sino es introducida «de fuera» por
clase.
6 <¿Qué Hacer?> Ed. Vitóna 1955
lenin establece una distinción radi- Río, págs. 132-137, 138, 152, 153 , IS4, 15ó:
cal entre dos concepciones de la 1 David .Shub, Lenin, Mentor Books,
conciencia de clase, que divergen New York, 1950, págs. 11-20 o G.D .H.
tanto por su naturaleza como por su Cole, <Historia del Pensamiento Socilllista,>
Fondo de Cultura Económica, México 1959,
origen hist6ricosocial. · pág. 369.
8 Grupo precursor de los terroristl!s,
a) Las formas espontáneas de la con- formado en lpó con la pllrticipación de
ciencia, que surgen orgánicamente Plekhllnov.
de las primeras luchas proletarias, 9 c¿Qué Hacer?> pág. 149.
al principio con un carácter acen- 10 Lenin, ibid, pág. 39 .
. tuadamente emocional - «expresión 11 Lenin, ibid, pág. 39.

180
los intelectuales socialistas pertene- Este análisis de la estructura de la
cientes a las clases poseedoras . .Ella conciencia de clase deJ proletariado
sólo se impone, por tanto, a tr~vés es la trabazón o ligamento básko
de un combate ideológico, a la es- sobre la cual Lenin va a construir su
pontaneidad y a las tendencias dra- teoría de la organización bolchevi-
deunionistas> del proletariado que que que procura la institucionaliza-
lo conducen a subordinarlo a la ideo- ción en términos organizativos de
logía burguesa.12 _La conciencia so- los diferentes niveles de conciencia.
cialista es básicamente la conciencia
del antagonismo fundamental entre 111. La Organización .del Partido
los intereses del proletariado y el Revolucionario.
mantenimiento del régimen político- Lenin traza una línea divisoria nítida
social existente; como tal, no se entre el partido y la clase, la van~
vuelve para la clase obrera única.men- guardia --organización, y el movi-
te, sino también para las relaciones miento-- masa, la minoría consciente
de tod~s las clases entre sf, para y la mayoría indecisa en el seno del
el conjunto de la sociedad de cla- proletariado, procurando, al mismo
ses, 13 «la conciencia de las masas tiempo, establecer un vínculo entre
obreras no puede ser verdadera con- los dos compartimentos. En cUn' p~so
ciencia de clase, ·si los obreros no adelante, y dos pasos atrás> sugiere
aprenden, sobre la base de hechos 5 niveles jerarquizados según el grado
y de acontecimientos políticos con- de org~nizaci6n y de conciencia.
cretos, y más allá de esos actos, a
Dentro del Partido:
observar cada una de las otras clases
so~iales, en todas las manife.s tadones 1) Las organizaciones de revoluciona-
de vida intelectual, moral y política rios profesionales;
de esas clases, si no aprenden a 2) Las organizaciones. de obreros re-
aplicar sobre la práctica del análisis volucionarios.
materialista y la apreciación mate-
Fuera del Partido:
rialista de todos los aspectos de las
actividades y de la vida de todas _I J tas organizaciones de obreros li-
las clases y grupos de la pobla- gados al Partido.
ción» - como diría Lukács, ella es 2) Las organizaciones de obreros no
portadora de la categoría de tota- ligados al Partido, mls sometidos de
lidad e inserta cada acontecimiento
singular en el cuadro global de la 12 Lenin, ibid, p69. 39, 47, 50.
explota<;ión capitalista. 11 Lenin, ibid, p69. 81.
181
hecho, a su control y a su organiza- la lucha económica, que _d eben incli.;ir
ción. amplias masas del proletariado en
3) Los elemento~ no organizados que sus ci,iadros.
obedecen a la dirección de la social b) Por las mismas razones, es impo-
democracia durante las grandes ma- sible dar un c1.1rácter «democrático»
nifestaciones de la lucha de clases. 14 al partido (con elecdone's, informes,
Este aspecto de minoría activa - que sufragio universal); 18 "la estructura
arrastra las masas, del esquema tác- partidista debe ser «burocrática» y
tico organizativo bolchevique es lo centralista, fundamentándose en el
que le valió el epiteto de jacobinis- principio de construcción del Partido
mo, que el propio Lenin no refuta, de «arriba a abajo», 19 el «democratis-
insistiendo que lo mismo que el social- mo», el autonomismo, y la idea de
demócrata revolucionario, no pasa, la organización «de abajo a arriba»
en el fondo de «un jacobino ligado son para Lenin cubierta protectora
indisolublemente a la organización . del oportunismo en la socialdemo-
del proletariado.:., 15 en escritos pos- cracia.
teriores 1.1 la teoría del poder, Vladi- c) Consecuentemente, la dirección
mir Ulianov, dejaría explkito que partidista debe estar en la mano de
considera este carácter minoritario un grupo de jefes firmes y decididos.·
~el partido revolucionario, no como profesionalment~ preparados, e ins-
una mera contingeneia pasajera, sino truidos por una larga práctica; los
como iJn1.1 característica general de peores enemigos de .la clase obrera
la luch1.1 contra el régimen capita- son los demagogos, que siembran la
listá.111 desconfianza en los jefes y «excitan
lntimamenJe lig1.1da al patrón de re- los malos instintos de vanidad de la
laciones partido-masa está la estruc- multitud.» 2 º
tura interna de la organización revo-
lucionaria, que presenta Las siguientes 1' Lenin, Un paso ·adelante . . . Ed . So-

articulaciones fundamentales: ciales, Parfs, 1953, pág: 39.


15 Lenin.. ibid. pág. óó.
1.1) El contenido político de 1.a. lucha 16 cDiscurso sobre el papel d.el Partido
socialdemócrata y la- clandestinidad • Comunista : 11 Congreso de la Internacional
Com1Jnista> 29-7-1920, en cSobre el parti do
obligatoria de sus accio11es exigen proletario revolucionario de nuevo tipo>,
qu~ su c~mposición englobe «antes Pekín, 196'0, pág. Sl.
que nada y· sobre ·todo . a perso- 17 c¿Qué Hacer_?>, p6g. 125.
nas· cuya profesión sea la actividad 18 c¿Qué Hacer?> pág. 154 .
. rev()lucionaria», 17 al contrario de las 19 cUn p11s·o adelante... .> pág. 7, 78, 86.
grandes organizaciones · adapt.adas 1.1 20 . c¿-9ué Hace~?> ·pág . 135.
182
dJ Finalmente, la disciplina má~ fé- es+ado l~gal y casi no utilizaba for-.
rrea debe regir la vida interna del mas clandestinas de lucha. En esas
partido, disciplina para lo cual, los condiciones .no es de extrañar que
obreros están naturalmente prepara-, la vanguardia revolucionaria de· Ale-
dos por la: «escuela> de la fábrica, mania aprehendi~se el problema del
pero a 'ia q.ue la pequeña burguesía Partido, a través de categorías to-
anárquica, por sus propias condicio- talmente diversas a las propuestas
ne~ de . existencia, procura sustraer- por Lenin.
se. 21 b) Ya en esa época se manifestaban
en la dirección del 'PSD alemán, sobre
3) LA ESPONTANEIDAD DE LAS MASAS todo en el grupo parlamentario, las
EN LA CONCEPCION ORGANIZATIVA tendencias (revisionisrryo bernsteinea:
DE R.. LUXEMBURGO.
no, etc.) que lo llevarían al colapso
1. El cuadro hist6rieosoeial. total, ante la burguesíá en 1914; los
Las fórmúlas organizativas del lu- sectores más radicales del Partido
xemburguismo, expuesta en los ar- confiaban más en las potencias re-
tículo~ publica.dos al c9mienzo del volucionarias de las masas que en
siglo.en Neue Zeit, órgano teórico de 1a capacidad de iniciativa de tales
dirigentes. 28 .
la social democracia . alemana, 22 s~
oponen frontalmente al centralismo c) Para Rosa , Luxemburgo. como
leninista .. por . el énfasis en que colo- para toda el ala marxista del PSD,
can la capacidad revolucionaria de el «desmoronamiento económico> del
las grandes masas, y por las· restric- capitalismo en AlemMia apareda
ciones que ponen a la concentración como una perspectiva histórica a
de poder en el núcleo dirigente. corto plazo, al contrario de la Rusia
zarista donde los únicos límites imagi"
Buscaremos aquí también, en la ex-
periencia hist0rica del proletariado
alemán hasta esá época, las raíces 21 cUn Paso adelante ...> pág. 74.
de esta concepción del problema or- 22 cEsperanzas frustradas>. de 1903 , y
cCuestiones. de organizaci6n de la social'
ganizativo. democracia rusa>. de 1904, reeeditados por
cSpartaclJs>, en 1946 - en folleto «Mar-
a) Como ya quedó implícito en nues- xismo contra Dictadura>, debajo los tftulos
tro análisis deJ movimiento obrero cMasas y Jefes> y <Centralismo y D9mo-
crncin>, respectivamente, y sobre el chlebre
ruso, la socialdemocracia alemana folleto cHuelg• General, Partido y Sin-
surgió desde sus primeros pasos, dicafoS> ( 1906). ·
como una amplia organización de 23 R. Luxemburgo, cCentralisme et De-
mocratie> in Merxism• c:ontre Dictadure,
masas politizadas, que disfrutaba de Ed. Spartacus, Par!s, 1946, 24.

183
nables del régimen capitalista eran de lución apenas trajese a la luz un con-
naturaleza políticas,u . en .esas condi- tenido ya potencialmente . presente~
ciones, el· continuo agravamiento de Por otro lado, según Rosa, en . e!
la crisis económica arrastrarla, de decursar de un movimiento radical
forma casi automát)ca, a masas cada
de las masas obreras, 'desaparece la
vez mayores a una posición «es~
separación que el «pedantismo es-
pontáneamente» revolucionaria, inde-
quemático» quiere establecer entre
pendientemente de la acc.ión «cons-
la lucha económica (sindical) y la lu-
ciente» de los dirigentes; «la lógica
del proceso histórico precede a la cha política (socialdemócrata); am-
lógica subjetiva de sus protagonis- bos surgen como dos fases entrela-
tas».25 . zadas e inseparables de la lucha de
Clases, no habiendo por tanto, razón
d) En la :tradición organizativa del
· para el mantenimiento de los límites
PSD además, predominó el carácter
artificiales entre sindicatos y Partido
autonomista del grupo marxista del
Socialista.:ts Así, . en contr~posición
Congreso de Eisenach ( 1869: A. Be-
al parantitético: conciencia trade-
bel W. Liebknecht) _sobre el centra-
lismo «a ultranza» de la Asociación unionista; conciencia socialdemócrata
obrera de Lasalle (1863). 26 de tenin, la autora de «Reforma o
Revolución», sugiere .la distinción en-
11. La conciencia pr¡ctica activa de tre la conciencia te6ricolatente, que
les masas. caracteriza el movimiento obrero du-
Para Rosa Luxemburgo, el proceso de rante e! perfodo de domin.ación del
conciencialización de las masas pr_o- . parlamentarismo burgués, y la . con-
letarias no tiene lugar a través de la ciencia pr¡ctica y activa que surge
propaganda de los folletos y volantés en el proceso revolucionario, cuando
del Partido, sino, sobre todo, emerge la propia masa (y no apenas los di-
en el transcurrir de la lucha. revolu- putados y dirigentés partidistas) apa-
cionaria, en «la escuela política viva» rece sobre la escena · política, crista-
de acción directa y autónoma del lizando su «educación ideológica», di-
proletariado; el despertar de la con-
ciencia de clase, en el curso de una 24 L. Goldmenn, ob, cit. p69. b3.
huelga general, · o de una acción co- 25 R. Luxemburgo, ib1d, p69. 24.
lectiva de mas!IS, se da cde un solo
28 lbid. p69. 29.
golpe, nítido .y abrupto» de forma
21 cHuelge General, Pertido y Sindi-
similar a «un choque eléctrico», 27 catos>. Ed. Spertacus, Parfs, 1947.
como si la 4mayéutica» de la · Revo- 28 . lbid, . p69. :45 y 69.

184
rectamente en la práctica; y es, gra- en la lucha de clases -la cual se
cias a esta conciencia prácticoactiva completa generalmente por una sub-
quela& capas atrasadas y sin 'organi- estimÓción de la madurez política
zación . se vuelven natu~almente, cuan- del proletariado todavía no organi-
dci se abre un perfodo de lucha re- zado-- olvidando la acción educado-
volucionaria, el elemento más. radical ra de la «tempestad de las grandes
y no · el elemento arrastrado a re- lucha~ de clases>, dllrante la cual°
molque, 29 lo que conduce necesaria- la influencia de ·tas ·ideas socialistas
¡.;,ente a un abordamiento del pro- va mucho más allá de lo que sugieren
blema organizativo radicalmente dis- las listas de organización o las e.s-
tinto del leninismo. tadísticas electorales. Esto no signi-
fica, obviamente, que la vanguardia
111. El Partido revolucionario. consciente deba permanecer cruzada
a) El Partido y el proletariado des- de brazos, esperando el advenimiento
organizado: «espontáneo» de un movimiento re-
Aunque oponiéndose frontalmente a volucionario; por el contrario, su pa-
las tendencias del parlamentarismo pel deberá ser exactamente, el de
oportunista, que pretende apagar anticipar la evolución natural del pro-
toda línea de demarcación entre el ceso o intentar precipitarlo.si
Partido y las capas populares desor- En fin resumiendo en una frase . su
ganizadas sofocando la élite cons- concepción organizativa y respon-
ciente y activa del proletariado en diendo a -la célebre imagen de Len in,
la masa amorfa del «.cuerpo electo- que compara el socialdemócrata con
ral>, Rosa Luxemburgo refuta, por un «jacobino ligado indisolublemente
otro lado, ·el ·erigir compartimentos a la organización del proletariado>,
estancos entre el núcleo socialista, Rosa afirma taxativamente que, «en
sólidamente encuadrado en el PBr- verdad, la socialdemocracia no está
tido y las cBpas circundBntes del pro- ligada a la organización de la clase
letariado, ya . directamente envueltas obrera; ella es el propio movimiento
en IB lucha de clases y cuya con- de la clase obrera>.82
ciencia política evoluciona · con · rapi-
dez creciente.so 29 lbid, p69. 60.
Su crítiea se vu1tlve también para 80 ..cCentrelismo y Democrecie>, p69.
21 y 28.
aquéllos que fundamentan su estra·
81 cHuel911 General, Partido y Sindi-
tegia política en una sobreestima- cotos>, .p69s. 59 y 61.
ción del papel de la organiza1=ión s2 cCentrelismo y Democracia>, p69. 22.

185
b) Masas y jefes: acfivo -al cual la base debe' obe-
diencia ciega y subordinación me-
La socialdemocraci~ tiene como ta-
cánica- y que, «impregnado· por el
rea primordial la abolición de la antí-
espíritu estéril de · un guardia noc-
tesis entre 4:dir!gente_s> y «masa d(r.i-
turnq», se 'preocupa . más en contener,
gida>, entre los '«jefes>, hombres de
controlar y encuedrar el movimiento
Estado consumados, y la mole ae ar-
revolucionerio, en luger de desenvol-
cilla humana, «ia masa ci~ga>, antít~­
verlo y- fecundarlo. A este t ipo de
sis que constituye el fundamento his-
centralismo, adecuado a una orga-
tórico de toda dominación de clase ;
nización de conjurados, ella opone el
lá. concie.nciá cÍara de la propia · rna·sa
centralismo socialista, que no. sería
es condición indispensable a la .ac-
sino un cautocentralismo> : . el reino
ción revolucionaria, asf c~m~ la . in-
de la meyoría en el interior del Par-
conciencia de la masa fu~. antigua~
tido, la conce.ntración imperiosa de
mente la condición de la acción de
la voluntad .g eneral, co.n tra los par-
las cla~es domina~tes. Partiendo de
ticularismos de orden nacional, reli-
este presupuesto básico, las tesis or-
gioso o profesional.86
ganizativas del «luxemburguismo> re-
servan. a los . diri51en!e~. un papel que En 'el mismo sentido, la discip1ina ad-
tiende a despoj_arlos de sus cualida- quirida "en «la escuela de la fábrica»,
des de «jefes>. que ·según Leriin, torna al proletaria-
do naturalmeF1te, adaptado a la dis~
«Hacer de la masa el dirigente,. y
ciplina partidista es según Rosa c la
de sí · mismós, los órganos ejecutivos
docilidad bien reglamentada de una
de la acción consciente de la mása:& ,• 3
clase oprimida> y nada t iene en co-
sie_ndo, el único «sujeto> al cual cabe
mún con la autodisciplina libremente
el papel de d irigente, el ;.yo» . co_lec-
consentida de la socialdemocracia,
t ivo ··de la clase obrera revolution9-
que se alcanza extirpando hasta 1.a
ria! cuyos .errores son históricamenfe
última ·raíz cualquier hábito de obe-
más fecundos que las "infalibilidades
diencia y servilismo ~n el sistema de
del mejor Comité central.ª' .
relaciones sociales capitalista. 8 6
Es debido a este mismo presupuesto
que Rosa Luxemburgo, refuta el ul-
+racentralis_mo leninista q~e ~ stJ modo
•3 cMasas y Jefes>, e n Marxismo con-
tra Dictadura. p6"g. 37.
de ver, tiende, debido a su carácter - ~ ' -cCentr11lisme .y Oem ocraci~>. pág. 33.
«jacobinoblanquista>, a transformar 36 Pág. 19-25.
el Comité central en el único núcleo 36 lbid . pág. 22;

186
4) GRAMSCI: . DEL CONSEJO OBRERO diacrónica del movimiento obrero en
A MAQUIAVELO.
el mismo país. En .e se sentido, le-
,A,) EL PERIODO DE · LOS CONSEJOS vantamos la hip6+esis de que ·el
OBREROS { 1919-20) . .
«E?spontaneísmo> implícito· en la obra
1. El cuadr~ polfticosocial. de · Granisci en el · período 1919-20
refleja las condiciones políticas de la
Las · ideas de ·Antonio · Gramsci sobre
lucha. revolucionaria en esta época,
el problema organizativo sufrieron,
en Europa y en Italia una vez que:
en el período entre 19J9-l93~ . trans-
formaciones tan radicales, que casi a) En todo el continente, a conse-
puede hablarse de ruptura tot~I de cuencia de la victoria de la revolu,
una verdadera soluci6n de continui- ci6n soviética-, el movimiento obrero
dad en su evolución. En tanto que entraba eA un pe.ríodo de «ascenso
los artículos publicados. en los años de masas» con la eclosión continua
que precedieron a la fundaci6n del de movimientos huelguistas, revolu-
Partido . comunista italiano ( 1921} en ciones socia 1es e inclusive levanta-
el semanario Ordino Nouvo y en la mientos comunistas (Alemania y Hun-
edición piamontesa de Áv(lnti 87 co- gría en 1919).
locan las cuestiones organizativas en b) En Italia, particularmente, las ma-
términos casi idénticos al «luxembur- sas sublevadas revelaron mucha ma-
guismo», los ·cuadernos redactados en yor iniciativa y co'!1bati.vidad que las
la cárcel alrededor de 1933-34ª 8 so- direcciones partidarias o ·sindicafes, 30
brepasan el propio «jacobinismo le- llegando, como en Turín, en un mo-
ninista» · y circunscriben una esfera vimiento hist6rico -del que Gramsci
de ideas sobre la égida del «Prín- fue testigo directo y participante-
cipe» de Maquiavelo,
aT Avanti er<1 el 6r9<1no ofici<1I del P<1r-
Indicios' bastante nítidos sugieren tido Soci<1lista italiano y Ordine Nouvo, el
que esta transformaci6n corresponde, periódico- de su al<1 comunista.
ideológicamente, a las mudanzas pro- " ~s Editado por Einaudi con el trtulo
« Not<1s sobre Maquiavelo, sobre la Polftica
fundas que el ·propio movimiento co- y· sobre· el Estado Moderno.>
munista sufrió en el _transcurso de a& Gramsci se refiere a la par<1doja his-
estos 15 años, en· todo el mundo, y tórica por 1., cual en Italia son las masas
en particular en Italia ; se evidencia la.s .que, caducan al Partido de la clase
obrera y no es el Partido el que gula y
así que la oposición entre teorías educa las masas .. . en verdad, este Partido
Socialist~. que se proclama gula y maestro
partidistas de la «masa» y la «élite> de las masas, rio pasa de un pobre notario
no es sólo reflejo de . diferencias sin- que registre las operaciones e jecutadas
crónicas entre experiencias de países espqnt6neamente por las masas> - Ordi -
ne Nouvo;_ Einaudi Editore - Turln 1954,
diversos, sino también de evolución ~bg". . 161y162.

187
a ocupar las· fábricas y organizar es- de · las masas ·trabajadoras refle¡a el
pontáneamente conse¡os obreros. choque de las contradicciones del ré-
c) La direcci6n partidista dominada gimen capitalista e indica el sentido
por elementos «del centro». estaba preciso del desarrollo histórico; este
por debajo del nivel ·revolucionario proceso revolucionario, que se de sub-
alcanzado por las masas, llegando al terráneamente, en la oscur.idad de las
punto de negar, en el decursar· de fábricas .y de la conciencia de las
la huelga general de. T urín, su apoyo multitudes, expresa «la autonomía
integral al movimiento, criticándolo espiritual y el espíritu de iniciativa
ásperamente como «desvío anarquis- histórica de las masas», cuya primera
ta». Como Rosa Luxemburgo en 1904, manifestación en Italia, fueron . justa-
Gramsci se vefa ante un Partido mente los consejos de fábrica, verda-
formalmente revolucionario ~I Par- deros embriones del estado obtero
tido socialista, seccí6n itallana de · la y de la autogesti6n de la clase obre-
111 Internacional- pero que estaba ra. Consecuentemente, el poder po-
minado interiormente por el parla- · lítico de la masa, el poder de guiar
mentarismo y por el reformismo. el movimiento, debe permanecer con
los 6rganos representativos de la
11. El Partido y las masas propia: masa ~I Conse¡o y el sis-
revolucionarias. tema de los consejos- tocándole a
los técnicos de la organizaci6n ape-
No es de extrañar por consiguiente,
nas funciones meramente adminis-
que Gremsci emplee en sus artícu-
trativas, sin ningún papel político.' 2
los, f6rmulas directamente extreídas
del programa de la «Liga Esparta- He aquí porqué el proceso real revo-
co»!º y que se refiera explícitamen- lucionario escapa al control y a .la
te e Rose Luxemburgo como uno influencia del Partido, que nunca
de los inspiradores de la máxima . debe procurar constreñirlo mecáni-
fundamental de «Ordine Nouvo»: camente dentro de formas partidis-
ele Revoluci6n Comunista s6lo pue- tas; en el caso concreto del Consejo
de ser realizada por las masas y no
por. un secretario de Partido o un 'º Le sociedad comunista no puede ser
construide imperetivemente con leyes y
presidente de la Repúblice, a golpes decretos; elle brota espont6neemente de
de decretos».16 • la actividad histórica de le dese trebeje-
dore... cOrdine Nuovo>, p6g. 399; Cr.
De la mi~ma forma, en términos si- Progrema de le Lige Esperteco, en A. y D.
Prudhommeeux, Le Commune de Derlin, E.
mileres el Partido comunista de Ale- Espertecus, Peris, 1949, p6g. 91.
mania, Gremsei cree que el movi- 41 Ordine Nuovo, p6g. 489.
miento espontáneo y no coaccionado •2 lbid, p6g. 68-96, 127, 140 y 101.

'ªª
de fábricas, el Partido y los sindica- impuesto de transformaciones radica-
tos no deben transformarse en duto- lés, en su relación de fuerzas con el
res> o superestructura ya constituida adversario, así como en su propia
de esta nueva institución;'ª el Par- estructura:
tido debe, por el · contrario, ayudar a) descenso general del movimiento
a la clase obrera a adquirir' concien- revolucionarió, estancam ien ~o políti-
cia de su posición histórica y hacer co de las masas, derrotas seguidas
que ella se transforme en un proceso del comunismo (C.hina, Alemania)
de íntima liberación, de masa en -provocando entre los dirigentes, en
jefe, de ejecutor en iniciador, de consecuencia la decepción acerca de
brazo en cerebro y voluntad," pro- la capacidad .de iniciativa de las
ceso cuya más legítima expresión es masas, una tendencia general a atri-
justamente el Consejo de fábrica. En buir importancia extrema al Partido
resumen: el Partido comunista no y a los «jefes».'1
debe ser un grupo de doctrinarios,
de pequeños maquiavelós o de imi- b) La derrota de los partidos obreros
tadores heroicos de los jacobinos, coincide, en Italia y Alemania, con
sino el Partido de las masas que quie- el ascenso al poder del fascismo, con
ren libertarse autónomamente, con e1 apoyo de amplias capas populares
sus propios medios, de la esclavitud políticamente atrasadas del campo y
capitalista. 45 Esta configuración clel de la ciudad, el que creó en . ciertos
papel del Partido en el movimiento ~ectores de la intelectualidad social-
revolucionario condiciona, obviamen- demócrata (Karl Mannheim, Erich
te, su organización interna, cuya es- Fromm) un profundo resentimiento y
tructura 'se orienta de «abajo para desconfianza, en base de las tenden-
arriba>: En cada fábrica (en Tui'ín) , cias . irracionales» y el «miedo a la
existe un grupo comunista perma- libertad» de las grandes masas, y Pª:
nente como l;Jn cuerpo dirigente pro- ralelamente, entre los dirigentes co-
pio. Los grupos singulares se reúnen munistas, una creciente rigidez y «sec-
seg6n fa . posición topográfica de su tarizaci6n», acompañados por un for-
fábrica, en grupos de barrio, los cua-
les . crean un comité dirigente en el
43 lbid, p6g. 70 y 127.
seno de la sección del Partido ... »48
44 lbid, p6g. 99 y 157.
B. EL cNUEVO PRINCIPE> (1933-34). 43 ll;>id, p6g. HO.
1. El cuadro polfticosocial. 46 lbid, pág. 178.
Alrededor de 1927 a 1934 el movi- 41Cf. CI. Lefort, cEI Marxismo y Sar-
<Tiempos Modernos:t. n. 89, 1953,
tre:>,
miento obrero en Europa sufría el pág. 156.

189
talecimiento· del · princ1p10 de autori-.bre Maq1,1iavelo>, .el espontanefsmo,
dad de los «jefes> sobre la «masa> . partiendo de presupuestos mecanicis-
c) Finalmente, comenzaba a cristali~ tas, desconoce la resistencia .de la
«sociedad civil> a las irrupciones del
zarse en esta época, el fenómeno de.
elemento económico inmediato (cri-
burocratizaeión interna del movi~ien:
sis, etc.) y olvida qtJe las premisa s
to comuni~ta , comúnmenie de.signado
objetivas sólo conducen a consecuen·-
como «st~linización», que alcanzó
cias revolucionarias cuando son acti-
.un.o de sus'. momentos . cruciales en.
vadas políticamente ·por partidos y
193 S, con los procesos .de Moscú hombres capaces.'ª
y la liquid~ción de la antigua . diri-.
De tal concepción del proceso his·-
g.encia bolchevique .
tórico se desprende inevitablemer.te
Estos tres acontecimientos: descenso et abordar el proble.nia organizativo
de las masas, victoria de! fascismo y de modo totalmente contra rio al lu -
surgim ieñto del «st~linismo> constitu- xemburguismo. A~í. para Gramsci, en
yen , a nuestr~ modo de ver, la llave 1933, el ·Partido debe . ejer~er la
para la comprensión de la ·total me- función de un «Moderno · p_ríncip~>
tamorfosis, en las ideas políticas de heredero legítimo de la trac;:lición de
Antonio Gramsci. Maquiavel 0 y de los. Jacobinos, y, en
est~ cua!ida& «ocupa. .el lugar, en . !as.
11. El Partido como conciencias, de la divihidad o ,del im:
«Moderno príncipe» perativo categórico>, actuando como:
punto de referencia para definir -lo
Uno -de los síntomas más claros de
útil y lo nocivo, lo Nirtuoso · o · lo
esta metamorfosis, es la · posición
malvado' 9 y· ejerciendo · una Función
frente a las tesis de Rosa Luxem-
burgo, que, adoptadas explícitamen-
de policía progresista.•0 En otras pa -
labras, «partiendo del prin~ i pio de
te en 1919, son ahora clasificada$
que existen dirigentes y ·dirigidos, go-
como «+eorizaciones apresuradas y
bernantes y gobernados, · la verdad
superficiales>, que, llevadas por un
es, que los· partidos fon el i'nodo má s
prejuicio «economista> y espontarieís-
ta, subestiman los elem~ntos orgMi·
.a cNot.s sobre Moquiove lo . ..> etc. G.
zativos .de la lucha revolucionaria ) Einaudi Editare, 1955, Turln. págs. 5-65 -67-
acaban por constituir un sistema de 78-.
férreo determinismo eco_nómico, im- •e lbid , págs. 6, 7 y 8.
pregnado de un verdadero «misticis- ~o lbid, pág. 26: comp.orar con lo crl.-
mo histórico> . Según las · «Nota s so-tica de R. Luxemburgo ol cesplritu de guo r-
dio nocturno> . del centra lismo.

190
adecuado para elaborar los. dirigen- pontaneísmo y el sectarismo, posible-
tes ...n mE!flte, habtá sido inspirada a Gior-
La organización interna del Partido gy Lukacs Por su propia experiencia
revolucionario, a su vez, debe regir- como cComisario del pueblo> en la
se por los principios del centralismo frustrada República de los Consejos
democrático, definido como «inser- Obreros de Bela 'Khun en Hungría
ción continua de los elementos que (marzo-julio de 1919), en el cual «las
brotan del fondo de las masas en energías revolucionarias espontáneas
los marcos salidos del aparato de. de la clase ~brera representaron una
dirécción ... >:>:? lo que implica, nece- fuerza inmensa» , mas, cuya rápida
sariamente: un.a jerarquía interna bien derrota demostró que «si la esponta-
demarcada : en la base, un elemento neidad de la clase obrera está en la
difuso, de chombres comune.s, cuya base de la revolución proletaria, no
participación es ofrecida por la dis- se puede fundar 'sobre esta única
ciplina y por la ficfelidad y no por fuerza la dictadura del proletariado."¡¡
el espíritu creador>, en la cima el De cualquier forma, después de la
grupo dirigente, . cdotado de fuerza victoria de la Revolución bolchevique
altam.e nte cohesiva, centralizadora y de Octubre y .el fracaso del levanta-
d isciplinadora, y además, por eso miento '«spartaquista» de Enero de
mismo, inventiva>, y entre los dos, 1919, imponíase un balance . ideoló-
un elemento medio, articulador de gico, de las tesis organizativas que
los extremos:" En realidad, cabe aña - así . recibían .dentro del' proceso re-
dir que Gramsci no permanece insen- volucionario , su prueba decisiva, ba -
sible a los peligros de · tal programa lance éste que , en el decorre r de
organizativo, como lo demuestran sus estos acontecimientos históricos, no
críticas al «centralismo burocrático»,
podría· dejar de inclinarse prónun-
a los hábitos conservadores de las
ciadamente · hacia · el leninismo. la
burocracias dirigentes y, sobre todo,
obra· de Lukacs, «Histori<i y Concien -
al fetichismo alienador del Partido,'·•
observaciones que, entretanto no al- cia de Clase» (1923) ; fue escrita en
teran el panorama .general de sus
01 lbid , pág . 18.
concepciones reveladas en los «cua-
dernos de la cárcel>; 5:? lbid, pág . 7b .
53 lbid, pág. 24.
5} LA SINTESIS TEORICA DE LUKACS. . ·:i4 lbid, pág . 51 -71> y 157.
1. Cuadro hist6ricosocial. 55· E. Molnor, ·ct:I rol histórico de la
La idea de efectuar una ·síntesi·s dia- República Húngara de los Consejos>. Acta
Histórica, Revista d e la Academia d e Cien-
lécticamente superadora ~ntre el. es- cias d e · Hungría, T. IV, 1959. pág s. 23-35 .

191
un período de transición, en que la tivos, sicológicamente, descriptibles,
situación polítka de Alemania aún por un lado, y el «sentido vuelto
era potencialmente revolucionaria y consciente, de la situación ·histórica>.
el luxemburguismo tenía libre trán- por otro." la verdadera ccóriciencia
sito én el ·movimiento comunista in- de clase del proletariado> no es la
ternacional. Madiendo que su autor suma o medida que los miembros de
vivía en esta época fntimamerite vin- la clase realmente piensan, pero sí
culado al movimiento obrero. alemán una «posibilidad objetiva:.;58 la com-
y a la vida cultural de Austria y prensión que una ·clase tendría, si
Alemania, lo que explica, parcialmen- puede captar 111 totalidad de su si-
te, el carácter de un verdadero cdiá._ tuación histórica vital, por ejemplo:
logo> con· Ros~ Luxemburgo ·que estA la reacción racional más .adecuada
obra, en gran parte asume. que se podría impartir a esta clase.
Tal conciencia, entretanto, no cons-
11. La Conciencia de · clase como tituye una entidad trascendental, u~
«posibilidad objetiva». «valor · absoluto> resistiendo en el
mundo de las ideas pero asume . una
Para Lukacs, el error básico del es-
forma histórica, concreta, revolucio-
pontaneísmo luxemburguish.i es esti-
naria: el"Partidci comunista.
pular que la conciencializaci6n no
pasa de una mera achialrzaci6n de
un contenido ya latente, descono- 111. El Partido· comunista, form'
ciendo la «contaminación ideológi- organizacional de la conciencia.
ca> del proletariado, en . virtud del . Realmente, para lukacs; el Partido
cual, aun, durante las peores crisis comunista es la forma organizacional
eoon6micas, ciertas capas de la clase autónoma de la conciencia de clase;
obrera permanecen al lado de la bur- que constituyendo la "!lás atta posi-
·guesía Y: del régimen vigente. Las bilidad objetiva de conciencia y de
acciones de masa esponfáneas son acción revolucionaria, ·ejerce una me-
la expresión sicológica de leyes eco-
nómicas, mas la verdadera concien.
sa Nota cHistoire et Coriscience de
cia de clase no es efecto automático Clase>, Ed. Minuit; Parfs, ·· 1960, p&gs. 323-
de una crisis objetiva.58 Emerge así la 350.
distinción que constituye el pilar 57 lbid, p&gs. 363, 73, 99.
maestro de la obra, entre la cCon- 38 lbid, p&g. 73; confrontar con la ca-
tegoría hegeliana de posibilidad real que
ciencia sicológica», esto es, entre los Marx utiliza en su Critica de la Filosofía
sentimient6s momentáneos de las ma- de la n.sturaleza de Epicuro -en A. Cornu,
cKarl' Marx y Friedrich Engels>, Presses
sas, los pensamientos empíricos afee- Universitaires de Franca, Parfs, 1955.
192
diación entre ·la teoría y la prácticagrado medie>- y renunciando a ha-
y entre -el hOmbre y la historia.~ 9 En
cer avanzar el procéso histórico de
· la concepción del problema de los unificaci6n de estos estratificaciones
·vrnculos entre este Partido. y las am-al m~s alto nivel posible.81 La con-
'plia's masas no organizad~s. ·es pre- cepci6n dialéctica del problema or-
ciso sobre todo, evitar la forma de ganizativo, que superaría la alter-
afrontarlo, característica de la con· n11tiva: jacobinismo partidista vs;
cepci6n burguesa de la historia: con- «automatismo> de la ·masa sería, se-
gún_Lukacs concretizada por la inter-
siderar el proceso hi~t6rico real . se-
acción viva entre el Partido y las
paradamente de la evolución de las .
masas desorganizadas, interacci6n
masas, error . en que caen tanto el
ésta, regulada en una estructura por
sectarismo. .partidario como el espon-
el proceso de evoluci6n de la con-
taneísmo, que al colocar el ·falso di-
ciencia de clase; por ejemplo, la
lema: terrorismo vs. oportunismo caen separaci6n organizacional entre el
en último an6.lisis en el dilema bur- Partid9 comunista y la ctlase sería
gués: .voluntarismo vs. -·f;talismo. 60
fruto de la diversidad de los grados
El sectarismo;. al sobreestimar inde- de claridad y profundidad de la
bidamente el papel de la organiza- conciencia de clase en el seno del
ci6n en el proceso revolucionario, proletariado y constitu1rra apenas un
tiende a colocar al Partido en el momerito en el proceso dialéctico de
lugar _de las masas, actuanifo en el unificación de la conciencia de toda
lugar del proleta~iado (como los blan- la dase: la a1,.1tonomía de organiza-
quistas) y fijan como permanente la ci6n de la vanguardia funcionaría
separa.ci6n organizacional entre el como un medio para igualar la ten-
si6n entre la máxima posibilidad obie"
Partido y · 1a masa, disociando artifi-
tiva y el nivel d.e conciencia efectiva
cialmente la conciencia «:correcta>
de la. media, de forma de hacer
de la _vida y de la · evolución de
avanzar el proceso de concienciali-
clase. Por otro lado, el espontoneís- zaci6n revolucionaria.l2
mo, subestimando la importancia de
Abordando la cuesti6n desde el án-
los elementos organizativos, coloca en
gulo de · la estructura interna del
el mismo pleno la «:conciencia de cla-
Partido comunista, Lukacs procura,
se del proletariado> y los sentimien-
tos momentáneos de la masa, nive- Gt lbid, p6gs. 338-358 y 368.
lando las estratificaciones reales de Go lbid, p6gs. 363 y 373.
la conciencia, por su grado m6s bajo 61 lbid, p6gs. 363 y 367.
-o, en el mejor de los ·casos, en su 62 lbid, p6g~. 367, 368, 369 y 381.
193
aquí tambien, evitar. los esquemas ya necesidad de la interacción concreta
hechos del centralismo burocrático entre la voluntad de los miembros
y d~I «autonomismo». Resaltando, y la direcci6n del Partido, relaci6n
por un lado, que la capacidad de a través de la cual se puede abolir
iniciativa revolucionaria presupone la oposici6n abrupta -heredada de
una fuerte centralizaci6n y divisi6n los partidos burgueses-entre jefes
del trabajo asignado, entretanto, los activos y la masa pasiva, dirigentes
peligros de la burocratizaci6n que qu~ actúan en lugar de las masas y
representa la separaci6n entre una masas contemplativas y fatalistas. 6 3
jerarquía de funcionarios segregados
Reviste bresilien.s e No. -41, Maio-Junho-19ó2.
y la ~sa pasiva de los adheridos,
movida por la confianza ciega y apá-
tica, ·insistiendo, en conclusi6n, en la 63 lbid, p6gs. 378, 379 y 380.

194
CRITICA DE LIBROS

Notas sobre
"¿Revolución
en la Revolución?"
RACHID

Un pensamiento revolücionario im- Tal es el caso hoy en día, al parecer,


plica necesariamente la polémica. La del fidelismo . .Las tentativas de ela-
audacia fundada no provoca de in- boraci6n te6rica de este pensamiento
mediato una admiraci6n legítima, naciente esbozan, bajo una forma
mas a menudo, comie~za por con- vigorosa y osada, jalones sobre. un
mover intereses organizados y cho- terreno virgen.
car, por consiguiente, con un orden
establecido del pensamiento. Se ha- .A situaciones lluevas, visi6n nueva
bla fuertemente de subversi6n o in- del mundq circundante. Y en princi-
cluso de. herejfa. Es l6gico. Sin em- pio, los revolucionarios no . podrían
bargo, por su amplitud, este escán- ser los últimos --quiero decir des-
dalo siembra «el pánico en la super- pués del imperialismo- en acomodar
ficie de las cos~s» y adquiere por su visi6n a fin de aprehender el pre-
ese hecho la dimensi6n de un p.oder sente, el acontecimiento en desarro-
liberador. llo, soore el. cual debe aplicarse su
El es, en particular, el signo precur- acci6n de manera eficaz. Tarea es-
sor de fuerzas · vivas en formaci6n . pinosa que Régis Debray pone en
195
evid8:néia. ·en ·el contexto de l6s lu- el continente y '!na serie de fracasos
chas actuafes de la América sub- y, en ocasiones, por. la exterminaci6n
desarrollada. de focos guerrilleros. No obstante los
c¿Revoluci6n en la revolución?> fue reveses han sido relativos y han' per-
anundado por el autor desde la pu- mitido, en particular a los movimien-
blicación de so primer traba.jo sobre tos revolucionarios armados, pasar
el continente. Este proyecto está ins- una etapa sµperior de organización.
crito en la introducción al texto cEI Esta afirtnaci6n optimista es verda-
cast!ismo: la larga marcha de la Amé- dera s61o en . parte,. ya que en· rea-
rica Latina>: cQ'ueda por demostrar lidad. la situación de tas guerrilfas
-dice- cómo la 'táctica castrista permanece . confusa. Una nueva ola
y
de la insurrecció~ de la toma del represiva, en . combinación· con ma-
poder se conforma al sistema ·d;e ni.obras polftiéas de los gobiernos res-
contradicción inherente -a cada pafs pecto a los part?dos' dotapos de cbra-
latinoamericono; y cómo efectiva- zo ormado>, ibis & modificar el ecjui•
librio de fuerzas y en particular, a.
mente reposa sobre la :teo.rfa marxis-
desacreditar definitivamente ciertas
tadeoinista>. Debray realiza esta se- ·
estrategias. de lucha erigidas e~ sis-
gunda · proposición, .de manera no sis-
. temas, y a poner al desnudo las
temática, cierta!'llente, en el artfculo: ideologías en las que ellas. se ins-
.«Am~riC:a Latina: alguno$ problemas piran.
de estrategia revolucionaria> y en .
8I ·;primer trtibejo citado; . en &L cual · Hec!Joi; prfocipales: ofensiva milit111r
coricluye que el castrismo.no . es"otrá e.o mayó del 64 contra :el «territorio
coso que· cel l&niriismo reencontrado independiente> de -~arquétaÍia. ; in-
vasión .y~nqui en mayo del 65 a San-
y ~e . acuerdo éon las ecmdiciones
históricas de un continente que Le- . to .Domingo:· ofensiva .militar .en se-
nin desoonoci6>. tiembre del b5 contra· las .minas de
Bolivia; desmantelomiento de. la gue-
Esta~ nÓt.es tieqqen a. extraer, en rrilla en Per6 ·en el ..66 y liquidación
f<>l'l'r:llS J?re~e, los C!!len;ientos ge~erafes física o enc¡srcelainierito de sus prin,-
de un. ·método en $Us implicaciones cipales dirigentes: crisis decisivas eo
te(>ricas y · pr6c~Íc1ts.. el 66 en el seno .de los partidos de
La .- ef&rvescencia revolucionaria de Ve1!18%uefa· y de Guatemala en sus
los· años 59, 60, ál..al dfe siguiente -relaciones con la guerrilla. cuyas pe-
de la ·vicfi:>t1la, -cubana se ha. ~is+o ·se_. ripecies han costado la vida a algu-
guide, ,comt> todos . sab(ln¡, pQl': une · nos dirigentes valerosos, y puesto en
ola :de .reac~"'n ! a trávés de .todo -pelrgro ··111 ..de tantos: otros . ...Estos
Í96
acontecimientos en su cónjunto han vdución cubana? .¿Cuál ,., será ·enton-
contribuido a clarificar la situaci6n ces 'su l69ica interna?
en la medida en . que han revelado · Esta · singular evocación del proceso
graves errores de apreciación táctica de la insurrección cubana surge igual-
y estratégica de ciertas guerrillas, mente; a propósito de cie.rtas expe-
polarizado los conflictos sociales. has- riencias propiamente militares de or-
ta el punto de hacer insostenible ante den estratégico y sobre todo tác-
los ojos de los dirigentes de las gue- tico, que originaron el fracaso · par-
rrillas, a la vez militantes de los Par: cial o total de· ciertas guerrillas, y
+idos, la in~nidad de las tesis de que el 26 · de Julio, en su época y
los «viejos» que han quedado fijados en circunstancias seme¡antes~ condujo
en la rutina, en .el pacifismo estéril justamente.
y dudoso. Ellos han adquirido~ a trá-
vés de esta prueba . decisiva, una
En realidad el proceso ínsurreceional
· cubano no era verdaderamente co·no-
audacia ejemplar sin la cual el mo·
cido en los diferentes focos guerri~
vimiento de liberaci(>n hubiera. sufri-
lleros :.que sur,gieroi. en los .años . 59.
do una grave regresión. La organiza-
60, 61 -y que, no obstante, a él ·se
ción políticomilitar . creada de . éste
remiten. Estos no habían retenido m6s
modo, a despecho del Partido (Ve~
que la forma· exterior del proceso
nezuela), o a partir de la transforma- -contingente fuera de su contex~
ción del mismo (Guatemala)", se sit(ia . to- c¿ando habfa que descubrir el
hoy a la vanguardia del movimiento contenido, extraer dél mismo un cier,
revolucionario, ,9,rmado del con.tina~~ to número de reglas elementales 'de
te. Este he.cho . singular -la · toma orden . táctko que tienen valor de
de la dirección polftica por el co• leyes de la guerrilla, · y que fueron;
mando guerrillero- recuerda, d.~ en su mayor parte, reunid¡ss y elabo-.
pronto, otro -el proceso de la gue- radas en el plano te6rico por el
rrilla cu~ana- y presenta una nueva Che en una conocida obra.
' .
coyuntura en la lucha de ·fiberaci6n Una .investigadón sistemática de la
del continente. {;Esta coincidencia es historia • del proceso insurrecciona!
en sí misma. obra de un puro azar cubano por una parte, y un estudio
o bien una ·característica de la re· · comparado · de este proceso partien-
volución en ·1a mayoría de" los países do de las experiencias acumulada$
iatinoamerica.no~, ligada · a ·..sus . es• por las -fuchás en ·desarrollo,, teniendo
tructuras socioeconómicas y que no en cuenta, por otra parte, las rea·
hará más que tomar, poco a poco, · fidades específicas de cada pafs, ' Se-
conciencia de sí misma desde la re- rían, en primer lugar, instr.umentos de
197
estudio de gran valor al servicio de ci6n del comando militar de la g,ue-
los cuadros guerrilleros. El ensayo rrilla.
de Régis Debray se ubica en la Semejantes métodos de la lucha ar-
segunda perspectiva y h~ce un re- mada y de dirección política tienen
cuento, que se impone sin duda al- una f!Jente común. Son productos de
guna en el nivel actual de la lucha importaci6n. Un análisis indagador
del continente. del autor revela el origen vietnamita
Puede que sea útil comprenderse, y chino de esas estrategias y tácticas
desde el principio, a firi de disipar Y. demuestra en que reside su inade-
;,.,do malentendido. La polémica ac- cuaci6n al terreno latinoamericano.
tuar ho tiene como centro la puesta El · impacto de la tradici6n creada
en · tela de juicio de los Partidos, por experiencias internacionales ex- ·
sino fa suerte de la revolución en plica, en parte, esos errores de apre-
desarrollo. daci6n. Sin embargo :_..como . dice
Si ·hay acuerdo en considerar que Oebray- el principio en sí no tiene
y
éste es el punto de partida fa cul- la culpa de su mala aplicación.
minación dertrabajo teórico y de la Y habría· que buscar, más allá, las
práctica, estará fuera de lugar ·to- razones fundamentales de . esos . fra-
mar a priori, como una posición «an- casos, en la historia del nacimiento,
tipartidó>, todo análisis riguroso que de la ·formaci6n de esos Partidos -en
implique .la situaci6n de los Partidos particular ·aquellos que . disponen o
en la coyuntura actual. El tema, de disponfari hasta ahora de un movi-
orden histórico --es decir cognos- miento armado- y en su evolución
cible- ha devenido tabú. Descuidar fuertemente influipa por el movi-
el «carácter:., y trat'!rlo a la luz 'por miento . obrero internacional, desde
encimá de toda inhibición, es una la muerte de Lenin. La ir:nportación
operaci6n que se impone. de los .métodos nos remite a la im-
Entre los fracasos y los errores fun- portación de las ideologías políticas
damentales tratados por Debray hay que ellos expresan, y en última . ins- .
que poner de relieve por un lado, tanda, a la importaci6n de las .es-
los- errores · estratégicos de la base tructuras mismas de semejantes Par-
guerrillera y de IQ propaganda ar- tidos, instrumentos de las luchas mo-
mada, y por el otro, hacer constar dernas. Este hecho. en sí. no implica
el fracaso definitivo de los métodos en modo alguno una subestimación
practicados hasta ahora por ·un cier- de la · fu~rza política real que ios
to número de Partidos, tales como la Partidos . han adquirido en la ma-
autodefensa armada y la subordina- yoría de los países
198
A su· vez esta constante cimporta- co- proyecta ~eliberadamente los
ción> recuerda todavía· más. el esta- medios y los fines· de su lucha fuera
do objetivo de los p.aíses latinoame- de ese cuadro legal .y contra el mis-
ricanos, semicolooial~s. dependientes. mo. Los guerrilleros son literalmente
Fiel en apariencia a la tradición, el gente fuera de la -ley en la sociedad
Partido mantiene bajo su dirección, burguesa ne0coloniol.
como cbrazo armado>, al foco in- Son rebeldes que no pueden con -
svrreccional. Pero, a diferencia de fundirse con los bandoleros, que for-
las experiencias en las que prl\tende man parte del sistema. El principio
·1nspiratse (China, Viet Nam) el Par- y la razón de ser de los rebeldes es
tido dilata indefinidamente su com- la lucha a muerte por la toma revo-
promiso resuelto al lado de la gue- lucionaria del poder. Por consiguien·-
rrilla. ·Impone un freno a su desarro- te, entre guerrilla Y. Partido el di-
llo ·normal ·y usa de la misma como vorcio está siempre latente. En Ve-
instrumento de presióh contra el go- oezuela y en Guatemala la polari-
biern·o burgués. El Partido encalla en zación de la crisis, pone en teJa de
e~ ·reformismo, pierde de vista su ra- juicio la existencia del Partido bajo
zón de ser, . se transforma en un fin su forma original de tiempo de paz.
en sí, y se reencuentra en las posicio- Plantea el problema de los funda-
nes de la s9cialdemocracia. Instru- mentos de la guerra de guerrilla en
mento degenerado de las luchas so- la mayoría de las sociedades sub-
ciales se convierte rápidamente en desarrolladas de América y trae de
uñ factor . regresivo. nuevo a la orden del día .el proeeso
J:ntre· guerrilla y Partido la crisis se insurrecci'onal cubano en su fase ini-
polariza: ¿Cuál de los dos or~anis­ cial y a través de 'sus prolongaciones
mos es el .mejor situado para dirigir en el Estado socialista.
al .o tro? O .mejor: ¿El dualismo del
poder -polfüco y militar- es com-
LA GUERRA DE GUERRILLA: ¿UN
patible con la guerrilla en las con-
ERSATZ7
dicione• propias de la América La-
tina? ¿Cuál -es el dilema definitivo Existen dos maneras de · encarar la
del Partido? guerra de guerrilla, tan errónea una
Hasta hoy los Partidos han ubicado . como la otra y que derivan de una
su acción sobre el terreno mismo misma visión u obliteración ideoló-
del sistema .burgués oligárquico y gica: como complemento de .una po-
neocolonial. Ahora bien, la guerrilla lítica ·fundamentalmente pacifista de
-movimiento eminentemente políti- u.n Partido y como ersatz de una
199
concepci6n clásica de • la toma del subdesarrolladas dominadas por el
poder. La constituci6n de un movi- imperialismo, se ha tomado la· inicia-
miento armado como medio comple- tiva ~esde fuera por supuesto--
mentario de una política dada, ha de elaborar apresuradamente para
fracasado · totalmente y se halla des- su uso particular un subproducto ele-
acreditada, bien que sea vivaz aún. mental del materialismo hist6rico,
El «brazo armado> es su expresi6n dotado de una línea política qu~
consagrada, ramificaci6n secundaria todos conocen: alianza de la5 ·cuatro
de la política . del Partido y simple clases, formación de un gobierno
fuerza de apu~talamiento. Los ejem- llamado de democracia nacional, di-
plos más significativos de esta si- rigido por la burguesía nacional, y
tuación son Colombia, Bolivia (auto- estudio de un. proceso .de tránsito
defensa armada) Venezuela y Gua- pacífico al social¡smo en esos ·países.
temala. El divorcio de esa.s «teorías> .c~n las
realidades nacionales .de los· países
En cuanto a · la idea de ersatz o so-
aludidos y, por consiguiente, con la
lución · de reemplazo, ella encierra práctica, no podría ser llevado .más
la nostalgia de un esquema clásico lejos.
cuya expresi6n hist6rica sería la Co-
muna· de París y la Revoluci6n de Resulta aparehtemente curioso que
los nostálgicos del esquema clásico
Octubre. · Este concepto supone la
se percaten tan poco del carácter
existencia de una praxis dad.a , inmu-
falseado de este subproducto te6ri·
table, la .única auténtica, susceptible
co. Ellos se apresuran más bien a
de polari~ar la lucha de clases y
aclamar intencionadamente la cuni-
desencadenar un proceso insurrecciQ-
cidad:. del proceso insurrecciona! cu-
nal para la toma del poder. Praxis bano, su carácter «improvisado:.
condicional (no obstante; curiosa- ·aceptándolo corno un hecho consu-
mente fuera del tiempo y del espa- mado pero encerrado en sf· mismo,
cio), implica la existencia de un pro- incomunicable. El ersatz sería más
letariado conscie~te de sí mismo y bien, el vano proyecto de ·cdemocra-
debidamente estructurado, cuya di- cia nacional,,, mientras que la histo-
recci6n debe ser asegurada por• el ria en desarrollo de la lucha en el
Partido. Los marxistas cuentan en sus continente acaba de · confirmar la
filas con metafísicos que ignoran que originalidad del proceso cubano en
lo son. su trascendencia. El proceso insu-
Sin embargo, al faltar estos requisi- rrecciona! del 26 de Julio es ·a las
tos· fundamentales en las sociedades sociedades subdesarrolladas de Amé-
200
nea lo que la Comuna y Octubre . Es el método seguido precisamente
. son a los países industrializados: he por Debray. Este arranca generalmen:
aquí el hecho. Uno no es el ersatz te del esquema importado y demues:
~el otro, uno ~e ellos, por el contra- tra su .eficacia en las condiciones que
rio, es espedf1co. lo hen visto nacer y desarrollarse.
Arrastrar la nostalgia de un proleta- Luego ca?a uno es capaz de extraer
riado estructurado, es una vez m6s, por sf mismo la conclusión, una vez
sufrir el i,.;,perio de un ·dogma, de descritas la~ condi:iones propias del
una obliteración ideológica en lugar terreno latinoamericano. Queda un
de haber encontrado -por necesi- factor frecuentemente poco conoci-
dad- en ·el marxismo leninismo un do Y que ciertas gue~rillas, sea por
instrumento del pensamiento y una su.s fracasos, sea por sus éxitos, con-
ciencia que está lejos de . haber sido tribuyen a reactualizar. Se trata, re-
acabada. Pero este encuentro no petimos, del proceso insurrecciona!
tendrá la oportunidad de efectuarse cubano, cuya esencia es materia fe-
mientras que los revolucionarios no cundo para la reflexión. Debray in-
t~m~n su situación nacional respec· · tenta esta demo~tración después del
t1va como punto fundamental de Che Guevara. Sin embargo_, el pri-
arranque de su reflexión. No se en- mero sigue un movimiento inverso
cuentra más que lo que se busca, . al segundo. Mientras que el Che
deda Picasso. Es la condición sirie parte de la revolución· cubana e in-
qua .n~n para nuestra lucha pueda t~nta .establec~r ~o~re el plano teó-
adqumr una realidad para sí y. par rico ciertos prmc1p1os fundamentales
consiguiente, se desprende de una de la guerra- de guerrillas, Debray
inmanencia que la condena -en parte del proceso insurre.ccional de
tanto que colonia 0 satélite-- a no los movimientos actuales del conti-
ser otra cosa que un reflejo defor- nente, antes de incitar a releer al
mado y a menudo monstruoso de Che Y redescubrir sobre · la base de
realidades armoniosamente estableci- un conocimiento exhaustivo el proce-
das. Es el medio más seguro para so !nsurreccional cubano. Una vez
evitar la superposición visual descri- realizado este descubrimiento, en los
ta por Régis Debray y liberar al pre- hechos, por las. guerrillas (Venezuela,
sente del pasádo: Cuestión de mé· Guotemala), 1a necesidad de su co-
todo, como vemos fundamental, y nocimiento se impone por_sí misma.
a la vez garan.tía de la autenticidad As~ vez, .Oebray intenta fijar ·ciertos
de ~oda reflexión, así como de toda · priricipios tácticos .y estratégicos
acc16n. enunciados a veces en «La guerra de·
20t
guerrillas» y extrae las profundas marxista· leninista.1 Este ajuste del
impliceciones políticas de la guerri- enfoque pone el acento sobre el ele-
lla cubana, su aporte decisivo a la mento fundamental -la función-
experiencia rev.olucionaria internacio- revaloriza la praxis en tanto que cri-
nal y al marxismo ·leninismo. Debray terio del juicio marxista leninista por
se hace intérprete de la situaci6n · excelencia, y afirma claramente qi,ae
Nada más. es inconcebible un monopolio de de-
recho divino de la Oirecci6n política
de la r1wolución. De, allí, no sólo: los
ESPECIFJCIDAD DE LA LUCHA DE Partidos son colocados frente a su.~
LIBERACION responsabilidades, sino . incluso . los
revolucionarios de los países que. no
La definición negativa de países de- disponen de Partido -sobre todo
pendientes no basta para caracteri- en Africa...- .y de proletariado cons-
zar al conjunto de los países coloni- ciente de' sí mismo, se ven liberados
. zados de una u otra manera en el de dicha. obsesión, de esa nostalgia
tercer mundo. Los que lo afirman nauseabunda que los desmoviliza. 2
consideran sencillamente a la lucha
de liberación como folklore. l C11br11I, urgido por los periodistos
par11 cp11s11r o las confesiones>, re11firm6.
La lucha de liberación nacional es 111 c11lid11d nocomunisto del PAIGC. Se tr11ta
fundamentalmente una lucha antim- no obstante del · movimiento revolucionario
11ctual mós cons11cuente en Afric11, dec)11n
perialista. La especificidad de esta 11lgunos con 11sombro. De hecho, no liey
lucha, y por tanto la del país, surge en esto ni la sombr11 de une 'cqntr11dicci6n.
Vanguardia .revolucion11ria nocomunista ~in
de la ruptura con el conjunto dado embargo lejos de ser t11mpoco anticomu-
det sistema neocolonial y, correlati- nista-- tal p11rece ser 111 _soluci6n del por·
venir par11 111 mayorl11 de los paises tanto
vamente, burgués oligárquico. de Africa como de América L11tina.

Es la conciencia _profunda de esta 2 El problem11 de las rel11ciones entre


vangu11rdi11 ·: revolucion11ria y Partido mar'
especificidad ra que mueve a los xistaleninista. se plantearó en toda Africo
posiblemente 11 nivel de dos o tres paises.
revolucionarios de los países del .ter- Se h11bla y11 pl11nte11do en Argelio dur11nte
cer . mundo a descubrir los medios 111 guerr11 .d e liberaci6n. Sin Partido, sin
prolet11ri11do estructur11do e independiente
adecuados a su lucha. de 111 pequeñ11 burguesla, de hecho; las
vlos especificas de. la revoluci6n · quedan
Es útil que Debray, después de Fidel, todavla por 11naliz11r en nuestros paises. En
insista en la distinción entre dos la actualidad esta empresa parece estar
en funci6n de la liberaci6n ideolqgicl! de
nociones generalmente confundidas: las vanguardias n11cion11les ya existentes o
función y forma de organización, en vlas de crearse. A lo mejor, esta libe-
raci6n a nivel de una primera van.guardi11
vanguardia en la historia y Partido n•cional ejemplar, 11yudarlo en gran me·
202
La revolución es posible; por otro nismo entre Partido y · guerrilla es
lado · su empresa es específica. · Nin- un problema de urgencia. Segón
gún cielo inteligible, un «centro» por todas las probabilidades no se plan-
ejemplo, ningún clásico -provee la tear~ para las revoluciones por llegar
receta. En cuanto a los manuales .no en el continente. El papel de «brazo
son más que las diastasas de los espí- armado» -impone a la guerrilla una
ritus sentados. La urgencia. de la in- dependencia contra-natura, porque
vestigación teórica de esas · realida- se olvida demasiado rápido su mi·
des originales se hace sentir más que · si6n eminentemente política. A me-
nunca. Sin teoría revolucionaria -- de- nos qué el Partido emprenda · . el
cía Len in-· no hay acción r&Yolucio- maquis y ocúpe el puesto de van-
riaria. guardia . (que ,es por . lo demás su
Esta distinción entre función y forma razón de se.r) cor.no en ·China o en
de organización implica un método Viet Nam , la 91,1er.rilla . debe resolver
del cual f!l · fidelismo ha dado las ella misma esta contradicción o con.
pruebas tanto antes como después denarse a la regresión. El problema
de la_ toma del poder~ La apert~ra del ejárcito guerrillero, entonces, es
de nuevos frentes de lucha, por ejem- el de reconciliarse consigo mismo,.
plo, se desprende de la fuerza de coincidir con su misión política mi-
las cosas: número ·excesivó de com- litar de vanguardia del Ejército del
batientes en la columnamadré que Pueblo.
traba la movilidad de ·1a guerrilla
La vanguardia político militar de las
y amenaza las posibilidades de apro-
guerrillas latinopmericanas llena un
visionamiento en la zona de opera-
vacío, respondiendo a un imperativo
ción. Entonces, la columnamadre al
-histórico que los Partidos sobre el
permitir la apertura de nuevos fren-
terreno no han sabido o podido in-
tes, no divide sus fuerzas, las mul~
terpretar. Si la .guerrilla reivindica
tiplica. Las instituciones del Estado
la Dirección política, es en nombre
socialista siguen un proceso semejan-
de la alianza de _la clase obrera y la
te: su legislación está subordinada
campesina que está en condiciones
a su existencia de hecho. Así, el
de sellar._ escribe Debray.
principio de la existencia primero,
caracteriza este método. El antago- Existe una lógica que caracteriza el
proceso de liberación de un gran
dida a la maduración de este proceso en número de pueblos dominados por
todo el continente -del mismo modo, . qui· el imperialismo y el de .reestructura-
zás, que la vanguardia cubana en Am6rica
Latina. ción de su país subdesarrollado, de
203
la cual la revolución cubana ofrece El Partido nace de la lucha !Cuba) o
la experiencia piloto. El n6cleo gue- para la. lucha (China, Viet Nam). La
rrillero aparece bajo el aspecto de prueba de fuego, al parecer, es una
un microcosmos que desde la insu- mayor garantía de su autenticidad.
rrección arriba al Estado socialista Para hablar de los viejos Partidos,
pasando por la creación del Ejército suponiendo que hayan comprendido
del pueblo. Pequeño motor destinado la especificidad de la lucha en sus
a poner en marcha al gran motor, países respectivos, su . ·situación se
la masa en su conjunto, el nCicleo presenta «como si la dirección efec-
guerrillero tiende necesariamente a tiva de una lucha armada revolucio-
extender su acción a nivel nacional. naria exigiera un nuevo estilo de
l::s una matriz original que favorece dirección, un nuevo modo de orga -
la formación de cuadros de nuevo nización y nuevos reflejos físicos ideo-
tipo cuya misión es múltiple, político- lógicos en los responsables y mili-
militar, en evolución perpetua. Su . tantes> (Debray). El dilema parece
historia personal es la de la revolu'- haber sido ya vivido en realidad por
ción. Ella los ha hecho como ellos los Partidos de Guatemala y de Ve-
la hacen. De esta matriz nace el hom- nezuela: o bien el Partido se recon-
bre de la revolución socialista y su vierte por un rejuvenecimiento de sus
método original. La afirmación del cuadros dirigentes y se integra a
Che no es gratuita: «El esqueleto un conjunto, la lucha de liberación
de nuestra libertad complete est6 nacional, del cual es parte intrínseca,
formado, falta la sustancia proteice y no se pretende el elemento funda-
y el ropaje>, El socialismo y el hom- mental. O bien cae en desuso en
bre en Cuba. En el curso de la guerra tanto que estructura fija cuya inade-
de guerrilles las estructuras funda- cuación lo torna un freno a la pro-
mentales del futuro Estado est6n «en fundización de la lucha en desarrollo.
gestación>. Cuanto más radicel es Es un mundo desgarrado en el que
le guerrilla como estrategia funda- incluso los intereses que se suponen
mental de lucha, más posibilidades comunes entre aliados naturales (pro-
tiene de profundizar el proceso que letariados o pueblos) son, a menudo,
desencedene en el seno de le socie- divergentes, es natural que en par-
dad sometida. El «foco> es une mez- ticular, los pafses subdesarrollados
cla detonante cuyes fuerzas poten- dominados por el imperialismo, con-
ciales después de la toma del poder ciban su luche --cueste lo que cues-
se llaman: Partido, Ejército, Estedo te-- partiendo estrictamente de su
Socialista. punto de vista a fin de realizar su
204
liberaci6n por y para ellos mismos. este sentido, dialécticamente, pwede
Esta reivindicaci6n legítima, durante decirse que la América Latina es el
tanto tiempo negada por diversas porvenir de Cuba.
potencias, es condici6n y garantía El tiempo de los centros y de las pe-
del proyecto de liberación nacional. riferias ha sido superado ya, queda
En · esta perspectiva, el marxismo le- una larga marcha cuya vanguardia
ninismo no sabría fijarse en una es· incontestable ha sido asumida hace
tructura inmutable y convertirse en catorce años por la Revolución cu-
~n obstáculo en las manos de los bana.
revolucionarios. Esta «insuperable fi- Debray no pretende enseñar. Su
losofía de nuestro tiempo» según la aporte intelectual es el de un mili-
expresión de Sartre, hoy en crisis, tante preocupado por dar a refle-
retomará su vigor inicial y una di- xionar: libre, cada uno, de tomar est,a
mensión universal en los hechos, a materia, . o de destruirla, pero no de
partir de las revoluciones actualmen- ignorarla. En todos los casos debe
te iniciadas un poco por doqtiier en servirse : de eila.
el tercer mundo. Puede ser que en-
Este texto despierta. cuando no rea-
tonces la crisis actual del movimien-
viva, en el militante activo, dos seri-
to obrero internacional ~e vea supe-
tidos indispensables: el de la urgen-
rada, y los falsos dilemas c;:aídos irre-
cia y el de la exigencia, al mismo
vocablemente en de~uso ..
tiempo (in+e sí mismo y ante la or~
Ha sido necesario aguardar los datos
qanizaci6n a la que pertenece. Po.r
recientes de los guerrilleros de Ve-
lo tanto, como toda lectura verda-
nezuela y de Guatemala para fundar
dera, comprender este texto, una
el proceso . insurrecciona! cubano de
vez más según la expresión de Sar-
toma del poder y de ~onstrucción
del socialismo como un precedente tre, ces cambiarse. ir por delante
intangible de la revolución latinoame- de sí misl)'lo».
ricana,· para reconocer su aporte, es
c.lecir su calidad de precursor. En La HabMe, 15 de enero da 1967.

205
SIDEWINDER
Tipo: Proyectii de condu cc ión a é rea de la Escuadra, los Cuerpos d e Infante ría de Ma ri na y la Fuerza
Aérea de los Estados Un idos. Velocidad: 2.5 veces la ve locidad d el sonid o. Alcance: Al nivel del mar: 1,066
metro s a 50 ,000 pies: 15,240 m. Longitud: 2.8 m. Diámetro : 1i. 7 cm. Peso: 155 lib ras . Gula : co nd ucción
infrar ro[ü . Cabeza de combate: co nvencio nal.

AGM-12 A BULLPUP
Tipo : Proyectii gu iado, desar rollad o po r la Marina, e mpleado por la Escu ad ra , la Infante ría d e Marina y
la Fuerza Aérea de los Estad o s Un idos. Velocidad: 1,930 km/ h. Alcance: 3.2 km. Longitud: 3.3 m. Diámetro:
30 cm. Peso: 571 lib ras . Gula: de mando (señal de ra d io de sde el aeroplano que lo lanza). Cabeza de com-
bate: con'vencionel.
Los
autores

Bertrand Russell, destacado matemático y filósofo inglés, maximo repre~


sentante del neopositivismo. Incansable luchador por la paz, anima el
Tribunal internacional que investiga los crímen c~ de guerra yanquis en
Viet Nam.
Günthers Anders, alemán, miembro del Tribunal internacional de Esto-
colmo que juzga la agresión norteamericana a Viet Nam.
Bernard Couret, periodista francés, corresponsal de Le Monde Diploma-
rique, que presenció desde los aviones yanquis, los ataques de la Fuerza
aérea norteamericana a Viet Nam.
Boris Teplinsky, Mayor general de las Fuerzas aéreas soviéticas, retirado.
Le Duan, Primer secretario del Comité central del Partido de los Traba-
jadores de Viet Nam.
Hamza Alavi, escritor paquistano que reside en Londres, antiguo editor
ele Pakitan Today.
El Mehdi Ben Barka, líder del Partido opos1c10nista marroquí UNFP,
presidente del Comité internacional preparatorio de la Primera conferencia
lrticontinental, asesinado por el imperialismo.
Stokelcy Cannichael, líder negro norteamericano, presidente del Comité
rnordinador estudiantil de la no-violencia.
Rachid, tunecino residente en Cuba, corresponsal de Les Temps Moderncs.
207
AGM-45 A SHRIKE
Tipo: Proyectil anti-radiación de la Ma-
rina de Guerra de los Estados Unidos.
diseñado para guiarse por las señales
electromagnéticas de las instalaciones de
radar del enemigo . .Guía: electromagné-
tica. Cabeza de combate: Alto explosi-
. vo. Proyectil táctico de aire y superficie.
De próxima aparición:
Homero Fuentes,
Propiedad estata l y transici6n al comunismo.

Francisco C. Weffort,
Estado y masas en el Brasil.

Lucio Mag ri ,
El valor y el límite de las experiencias frentistas.

Ro ger Murray,
El militarismo en Africa.

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pensamiento crítico
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