Medidas Biofisica
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Medidas Biofisica
Las magnitudes físicas, fundamentales y derivadas, las dimensiones de las mismas y los
sistemas de unidades, son básicos en una tarea fundamental: cómo hacer preguntas a la
Naturaleza, y cómo tratar de comprender sus respuestas.
2-1 Introducción
La Física es la ciencia natural por excelencia. Y uno de sus objetivos centrales es medir. Cualquier aplicación
física implica una medición, simple o compleja, manual o sofisticada. Las mediciones nos permiten
aproximarnos a los fenómenos naturales y a las leyes que los gobiernan, aunque ésto no se pueda tomar
siempre al pié de la letra. El Hombre ha inventado magnitudes y mediciones de las mismas en sus intentos de
responder el cómo y el porqué del Universo. Hace esas medidas bien sea con sus sentidos o con extensiones
de ellos, respondiendo en cada caso a la necesidad que lo apremie, o simplemente, a su grado de curiosidad
-esa facultad infantil que caracteriza el desarrollo cerebral- y, con ello, la Humanidad avanza en medio de
fluctuaciones sorprendentes, en su conocimiento del Universo.
Cuando el médico examina su paciente debe realizar varias medidas, algunas mas precisas que otras: mide
talla corporal con una regla de medir distancias, masa con una balanza, pulso cardíaco contando eventos
durante un lapso de tiempo medido con un reló, presiones arteriales con un manómetro y la ayuda adicional
de su sentido de audición, temperatura con un termómetro, y otros signos y síntomas que aprende
clínicamente a evaluar con sus sentidos: características de ruidos en la percusión y la auscultación
fonendoscópica, color , estado y textura de piel y mucosas, dureza de tejidos, y otros. Desde estas sencillas
acciones hasta las complejas imágenes del interior del cuerpo vivo obtenidas mediante Resonancia Magnética
Nuclear, lo que se realiza es un proceso de medición, en un sentido amplio.
Medimos cosas en la Naturaleza que son susceptibles de ser cuantificadas -(en medicina importan a veces
algunas que sólo pueden ser cualificadas, por la complejidad que las caracteriza, y ello nos habrá de conducir
a una discusión acerca de la medicina como ciencia). Los científicos las inventan o las descubren, y convienen
cómo registrar tales medidas para que todo el mundo "hable el mismo idioma", con el fín de hacer mas
sencilla y precisa la comunicación científica y tecnológica. Se definen para ello patrones y sistemas de
unidades, estableciendo simples reglas de uso universal. Las medidas de las magnitudes físicas y sus
dimensiones nos permiten adentrarnos en los secretos de la Naturaleza, y hay casos en los cuales nos ayudan a
predecir su comportamiento.
A lo largo de la Historia, la humanidad ha establecido una estructura -la física-, elaborada sobre mediciones, y
que depende de la reproducibilidad de las mismas. Pero es obvio que antes que dos jugadores puedan siquiera
empezar un juego, deben ponerse de acuerdo sobre las reglas del mismo, o no habrá juego. Pensar en "un abrir
y cerrar de ojos" puede ser poético, mientras que pensar en "una décima de segundo" puede ser algo físico.
Pero en uno u otro caso, todos debemos ponernos de acuerdo en lo que es "un segundo".
Quizás la longitud y el tiempo sean las magnitudes físicas que primero aprendemos a medir, empezando, muy
posiblemente, aún antes de nacer. No existe noción más intuitiva, y, sin embargo, más difícil de describir, que
el tiempo. Sabemos que algo como eso existe porque vemos que las cosas cambian a nuestro alrededor y en
nosotros mismos. Otra noción "indefinible"de la que creemos estar bien seguros es la de "distancia"; sin
embargo, sólo podemos referirnos a ella en términos de una medida, sin poderla definir realmente. Y qué
decir de la "masa"? Muchos alimentos se adquieren en la verdulería midiendo cierta cantidad de ellos en una
balanza: exactamente como se hacía hace cientos de años, antes de convertirse esa forma de medir en un
instrumento de la ciencia. Sin embargo, sólo podremos aproximarnos a la noción de masa cuando
introduzcamos la de fuerza, y aún así tendremos dificultades para definirla.
A pesar de todos esas limitaciones, ha sido útil describir básicamente la Naturaleza en términos de cuatro
magnitudes medibles físicamente, conocidas como magnitudes fundamentales: la longitud, el tiempo, la
masa y la carga eléctrica. No podemos considerar una más importante que las otras, y su número nó está
impuesto por ley alguna. No son mas básicas que cualquiera otra. Son invenciones humanas y, por lo tanto,
arbitrarias. Pero, por extraño que parezca, cualquier otra magnitud física susceptible de ser medida, (excepto
la abertura de un ángulo y la temperatura termodinámica), resulta ser una combinación de las cuatro
fundamentales. Por ello se denominan magnitudes derivadas todas las demás; con todo y lo fundamental
como es para nuestra existencia la energía, es apenas en este esquema una magnitud derivada, en el sentido
que es expresable como una combinación de, por lo menos, el espacio, el tiempo, y la masa.
Al igual que en muchos otros idiomas, en el nuestro existen palabras con diversos significados. Y aquí
tenemos un ejemplo. En el capítulo anterior asociamos dimensión del espacio, en sentido matemático, con
cada uno de los vectores linealmente independientes asociados con él. Geométricamente, esta idea permite
decidir en nuestro espacio el ancho, el alto y el largo del mismo. Pero ahora usaremos otro significado de la
misma palabra, que encierra un profundo sentido en física. Toda magnitud física caracteriza un fenómeno
físico en forma susceptible de especificación numérica. La dimensión de una magnitud física es aquello que
se mide al determinar numéricamente cada magnitud física. Cuando hacemos una medición del espacio
(espoacio es ejemplo de magnitud física), siempre determinamos numéricamente una longitud (al medir una
distancia), o un producto de longitudes, (al medir áreas o volúmenes): la dimensión que se mide al determinar
numéricamente el espacio es la longitud: ésta es la dimensión del espacio, y la representaremos por la letra L.
La dimensión de un área, por ser esta un producto de longitudes, será L2, así como las dimensiones del
volumen deberán ser L3. A la dimensión del tiempo la llamaremos T, y a la de la masa, M. Por último,
llamaremos Q a la dimensión de la carga eléctrica.
Puesto que hay cuatro magnitudes físicas fundamentales, nos encontramos con cuatro dimensiones básicas.
Esto implica que cualquier magnitud física tiene dimensiones que son una combinación de las dimensiones
fundamentales. La velocidad (que es una magnitud física) tiene dimensiones de espacio sobre tiempo, es
decir, L/T. Y así, para todas las demás magnitudes.
(Para un desarrollo mas avanzado sobre la utilidad del ANALISIS DIMENSIONAL, consulte el texto de
McMahon, "Tamaño y Vida", citado en las referencias al final de este capítulo).
Las dimensiones de las magnitudes físicas se operan entre sí, ya que las leyes físicas se expresan
matemáticamente; pero debe tenerse en cuenta siempre la coherencia de éstas expresiones: esto significa
expresiones dimensionalmente correctas:por ejemplo, todos los sumandos de una expresión polinómica han
de expresar la misma dimensión. Y si una magnitud se especifica mediante un cociente que tiene las mismas
dimensiones en el numerador y en el denominador, tal magnitud resultante es adimensional, ya que las
dimensiones en su expresión se cancelarán respectivamente. Ejemplo de ésto es el índice de refracción de un
medio, que se define como la razón de la rapidez de la luz en el vacío a la rapidez de la luz en el medio.
Desde la antiguedad se acostumbró a determinar las grandes distancias por la duración temporal del viaje.
Quizás todavía algún campesino mida la longitud de su camino en "tabacos": el número de tabacos que há de
fumarse entre el inicio y el final de su jornada. Pero ha sido el cuerpo humano la fuente más conveniente de
medidas lineales a lo largo de la Historia: la longitud de un paso o de un pié, el ancho de un dedo o de una
mano -todo servía como referencia directa para las mediciones de longitud en tiempos pasados-. En las épocas
de los grandes reinos de Egipto y Babilonia (unos 2500 años antes de Cristo), el codo, que correspondía a la
longitud del antebrazo de un hombre desde la articulación del codo hasta la punta del dedo índice extendido,
era la medida longitudinal mas usual. Este tipo de concepción aceptada, por la cual cuantificamos cualquier
cosa física, se denomina unidad. La unidad es una muestra de referencia de una magnitud física, que
constituye una escala numérica para la especificación cuantitativa de dicha magnitud.
Con el fín de asegurar algún grado de constancia para una medida ampliamente utilizada -la longitud de los
antebrazos de diferentes hombres es diferente, como tambien es diferente su hábito de fumar- una sociedad
avanzada debe desarrollar una materialización física, lo menos variable posible, de cada unidad que sirva
como referencia primaria o patrón para la medida de las distintas magnitudes físicas.
Resumiremos aquí la definición de las unidades patrón de las cuatro magnitudes fundamentales,
correspondientes al llamado Sistema Internacional de Unidades , abreviado SI. Al hacerlo, no queremos
saltar irrazonablemente sobre tantos siglos de historia durante los cuales se fueron forjando los hechos
actuales en materia de metrología y sistemas de unidades de medición; pero la brevedad nos obliga. Si el
lector está interesado en el tema, puede consultar las referencias citadas al final del capítulo.
A partir de octubre de 1983, la Conferencia General de Pesos y Medidas (CGPM) definió el metro como la
distancia recorrida por la luz en el vacío en 1/299 792 458 segundo. Esta definición implica que la unidad
de medida de la longitud se relaciona con la unidad de medida del tiempo a través de una constante fija,
convencional: el valor de la rapidez de la luz en el vacío; el espacio y el tiempo dejan de ser magnitudes
fundamentales, pues según ésta definición, el uno se deriva del otro. No estamos contradiciendo lo dicho en la
sección 2-2; la aparente contradicción se salva al tener en cuenta que nuestro primer enfoque de las
magnitudes fundamentales es "clásico": espacio y tiempo sin relación alguna entre sí, como los pudo imaginar
Sir Isaac Newton hace mas de trecientos años y que, para muchas situaciones físicas comunes, da buenos
resultados. La nueva definición tiene en cuenta que, realmente, el espacio-tiempo es cuadridimensional (tres
dimensiones de espacio y una de tiempo, relacionadas entre sí como cuatro vectores linealmente
independientes: algo que ya no podemos representar con los dedos de las manos).
Desde 1967, el segundo está definido por la CGPM a partir de la frecuencia (que tiene dimensiones de T -1) de
cierta emisión luminosa proveniente del átomo de cesio 133. Tal definición establece el segundo como el
intervalo de tiempo necesario para que ocurran 9192631770 vibraciones del átomo de cesio 133. Pero, con la
definición anterior del patrón de longitud, podemos definir el segundo como el intervalo de tiempo necesario
para que la luz recorra, en el vacío, una distancia de 299 752 458 metros, exactamente.
Cuando los franceses de finales del "siglo de las luces" empezaron a construir el sistema métrico decimal (ver
la referencia de Hetch, al final del capítulo 1), definieron el peso en función de un volumen fijo de agua. El
peso de un cuerpo, como habremos de estudiarlo posteriormente, es la fuerza con la cual el planeta Tierra
atrae a ese cuerpo. Pero la Tierra no es uniforme ni esférica, y entonces el peso de cualquier objeto varía con
su situación sobre ella, aunque el cuerpo en sí no cambie en absoluto. Masa y peso (como lo determinó
Newton) son proporcionales entre sí, pero la primera es una propiedad del objeto mismo, y el segundo se
origina en la interacción gravitacional. La masa de cualquier objeto puede determinarse usando, simplemente,
una balanza de platillos para compararla con un conjunto de masas patrón.
El kilogramo del sistema SI es la única unidad que se basa todavía en un artefacto construido por el Hombre:
un cilindro de platino-iridio, celosamente conservado por la Oficina Internacional de Pesos y Medidas en
Sèvres, en las afueras de París. Aunque un patrón atómico de masa parece inevitable, el cilindro de Pt-Ir
subsiste aún, debido principalmente a que es bastante fácil comparar masas de objetos de tal tamaño con una
axactitud de varias partes en una milmillonésima.
(Lo relacionado con la unidad de medida de la carga eléctrica será tratado posteriormente).
El Sistema Internacional de unidades (SI) mide distancias en metros, áreas en metros cuadrados y volúmenes
en metros cúbicos. Esto nos recuerda inmediatamente su relación con el Sistema Mátrico Decimal.
Cualesquiera múltiplos y submúltiplos de las unidades del SI involucran sólamente potencias de 10, que son
expresadas mediante prefijos abreviados por acuerdo internacional.
Las magnitudes físicas derivadas son todas aquellas medibles diferentes del espacio, el tiempo, la masa y la
carga eléctrica. Sus unidades tambien se llaman derivadas, y pueden expresarse en términos de las siete
unidades básicas de la Tabla 1-1. Se muestran algunas en la Tabla 1-2, y se recomienda consultar el Apéndice
"Unidades de medida", en el Manual de Laboratorio de Física Biológica", editado por el Profesor Jorge
Mahecha G, (Editorial Universidad de Antioquia, Medellín, 1992), para complementar adecuadamente el
tema.
2. Los símbolos se escriben en tipos romanos (escritura vertical). Su forma es la misma tanto en
singular como en plural, y no debe colocarse punto al final de ellas.
3. Cuando una unidad derivada está compuesta por el producto de dos o mas unidades, su símbolo se
compone de los símbolos de las unidades por separado, unidas por un punto (por ejemplo m2.kg.s-2)
No deben usarse guiones.
4. Los prefijos (multiplicadores con potencias de diez, que trataremos seguidamente) se consideran
por separado pero, obviamente, no deben aislarse de la unidad sobre la cual actúan.
5. Cuando una unidad compuesta se forma por el cociente de una unidad por otra, su símbolo
consiste de los símbolos de las unidades individuales, separadas por una barra inclinada (/), o por su
producto, usando potencias negativas.
De gran utilidad para escribir los números muy grandes o muy pequeños, y para simplificar las operaciones
entre ellos, es expresarlos usando multiplicadores construidos con potencias enteras del número diez.
Recordémoslos:
1 100 10 101 Deca D 100 102 Hecto H 1000 103 kilo k 1000000 106 Mega M 1000000000 109 Giga G
1000000000000 1012 Tera T
0.1 10-1 deci d 0.01 10-2 centi c 0.001 10-3 mili m 0.000001 10-6 micro 0.000000001 10-9 nano n
0.000000000001 10-12 pico p 0.000000000000001 10-15femto f 0.000000000000000001 10-18 atto a
Estos prefijos solamente pueden anteceder a las denominacioes simples (metro, gramo, Watio, Amperio,
etc.). No es correcto anteponer, por ejemplo, cualquiera de ellos a la palabra kilogramo, puesto que en ella ya
figura el prefijo kilo.
Para separar cifras decimales se utiliza una coma (no un punto). No deben usarse puntos para separar miles,
millones, etc.(Para mayor información sobre unidades y factores de conversión, consultar el "Manual de
Laboratorio de Física Biológica", editado por Jorge Mahecha G. Ed. Universidad de Antioquia, Medellín,
1992 ).
Volemia litros m3
miliosmoles/litro
Potenciales eléctricos milivoltios, microvoltios Voltio
Ejercicio:
Complete la tabla anterior; averigue diez magnitudes de interés biológico que no aparezcan en ésta; desígnelas
con sus nombres, sus unidades usuales y sus unidades SI.
Los significados de los términos precisión y exactitud suelen confundirse uno con otro y utilizarse como
sinónimos. Pero son dos cosas muy diferentes, y vale la pena dedicarles alguna atención.
Recordemos algunas de las mediciones que hace el médico a su paciente adulto durante una consulta
ordinaria. Por ejemplo, le coloca sobre una balanza, y escribe el resultado de su observación: 47 kg.
Difícilmente escribe 47.3 kg, o 46.8 kg. Porqué ?. Veamos: para el propósito que el médico registra "el peso"
del paciente -decidir, de acuerdo con su experiencia clínica, si el paciente está o no bajo de peso- no tiene
ninguna importancia la fracción decimal. Lee 46 kg, o 47 kg, o 48 kg; y eso le es suficiente. Tal medición, de
hecho, no es exacta, pues es muy posible que la masa real del paciente en ese instante sea diferente de los 47
kg justos. Tampoco es precisa, pues no especifica ni la forma como fué hecha la medida, ni la clase de aparato
que fué usado. Sin embargo, el resultado de la medida es utilizado por el médico , junto con la medida de la
talla y la edad del paciente para tomar una decisión importante para éste.
Tomemos otro ejemplo: ahora el médico mide la presion arterial; escribe su resultado como, por ejemplo,
120/80. Faltan las unidades; pero lo justifica porque cualquier colega suyo leerá "presión sistólica media: 120
mm de Hg / presión diastólica media: 80 mm de Hg". Sin embargo, esta medida es mucho menos precisa que
la de la masa en el ejemplo anterior, ya que se suma el hecho de estar midiendo una magnitud que cambia con
el tiempo, rítmicamente con el funcionamiento del corazón, pero no necesariamente periódica por diversas
razones, y esto no se refleja en manera alguna en la expresión 120/80. Pero hay algo más: en el momento en
que el médico determinó el valor alto de la presión arterial, la aguja en el medidor de su tensiómetro estaba en
movimiento, y tambien lo estaba cuando leyó el segundo valor. El médico decidió hacer las lecturas cuando él
sintió que empezaron y terminaron ciertos ruidos que capta con el fonendoscopio, a partir del flujo de sangre
en una arteria del brazo del paciente; son muchos los factores que inciden en esta medición, que dependen del
médico (de su experiencia y pericia, por ejemplo) y la hacen más y más inexacta.
Puede perfectamente medirse la presión arterial del paciente con un sistema de medida algo mas sofisticado:
un sensor de presión (o transductor de presión) conectado a un amplificador electrónico que envía una señal a
un osciloscopio de rayos catódicos, en cuya pantalla observamos el valor instantáneo de la presión arterial
del paciente; ademas en una ventana digital, en el momento que lo requiera el médico, leerá los valores
sistólico y diastólico medios, con mucha más precisión que cuando lo hacía manualmente. La diferencia entre
los dos casos nos refiere al grado de precisión de las medidas en medicina: generalmente, en las medidas
médicas cotidianas, el grado de imprecisión que coduzca a resultados no lesivos suele ser amplio. No ocurre
lo mismo con el paciente en la unidad de cuidados intensivos. Una pequeña equivocación en la precisión del
rastreo de los signos vitales puede conducir a una decisión de consecuencias fatales.
Cuando las decisiones a tomar son importantes y están basadas sobre mediciones, usted debe recurrir al
instrumento de medida más adecuado. Al sospechar que la fiebre de su paciente es muy alta, y si quiere
determinar la temperatura con mejor precisión, usa un termómetro oral o rectal con divisiones de décimas de
grado centígrado, y no los sensores térmicos de la palma de su mano. Pero si necesita un mapa térmico que le
ayude en el diagnóstico de un cáncer de seno, tendrá que recurrir a un sistema sofisticado de medición basado
en las propiedades térmoeléctricas de algunos cristales especiales.
Por otra parte, el médico no sólo hace medidas en actividades asistenciales; puede tambien ser un
investigador; entonces deberá tener una mejor información al respecto del proceso de medición, registro y
tratamiento de datos. Estos temas son mucho mas complejos de los que podemos abordar aquí, pero
esperamos que estas simples reflexiones sirvan como despertadores de su interés en el campo de la medición.