Qué Es La Hepatitis C

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¿Qué es la hepatitis C?

La hepatitis es la inflamación del hígado. Se le llama Inflamación a la hinchazón de


órganos que ocurren cuando los órganos se lesionan o infectan. La inflamación puede
dañar los órganos.
Existen diferentes tipos de hepatitis. Un tipo, la hepatitis C, es causado por el virus de la
hepatitis C (VHC). La hepatitis C puede variar desde una enfermedad leve que dura
unas pocas semanas hasta una grave de por vida.

La hepatitis C puede ser aguda o crónica:

 La hepatitis C aguda: Es una infección de corta duración. Los


síntomas pueden durar hasta 6 meses. A veces, su cuerpo es capaz de
combatir la infección y el virus desaparece. Pero para la mayoría de
las personas, una infección aguda conduce a una infección crónica
 La hepatitis C crónica: Es una infección de larga duración. Si no se
trata, puede durar toda la vida y causar graves problemas de salud,
como daño al hígado, cirrosis), cáncer de hígado e incluso la muerte
¿Cómo se propaga la hepatitis C?

La hepatitis C se propaga a través del contacto con la sangre de alguien que tiene el
virus de la hepatitis C (VHC). Este contacto puede ser a través de:

 Compartir agujas u otros materiales de drogas con alguien que tiene


VHC.
 Sufrir un pinchazo accidental con una aguja que se usó en alguien que
tiene VHC. Esto puede suceder en entornos de atención médica
 Ser tatuado o perforado con herramientas o tintas que no fueron
esterilizadas después de haber sido utilizadas en alguien que tiene el
VHC
 Tener contacto con la sangre o heridas abiertas de alguien que tiene VHC
 Compartir artículos de cuidado personal que puedan haber estado en
contacto con la sangre de otra persona, como máquinas de afeitar o
cepillos de dientes
 Nacer de una madre con VHC
 Tener relaciones sexuales sin protección con alguien que tiene VHC

¿Cuáles son los síntomas de la hepatitis C?

La mayoría de las personas con hepatitis C no tienen síntomas. Algunas personas con
hepatitis C aguda tienen síntomas entre 1 y 3 meses después de haber estado expuestos
al virus. Estos síntomas pueden incluir:
 Orina de color amarillo oscuro
 Fatiga
 Fiebre
 Heces grises o color de arcilla
 Dolor en las articulaciones
 Pérdida de apetito
 Náusea y / o vómitos
 Dolor abdominal
 Ictericia (ojos y piel amarillentos)

Si tiene hepatitis C crónica, es probable que no tenga síntomas hasta que cause
complicaciones. Esto puede suceder décadas después de su infección. Por esta razón,
hacerse la prueba de detección de la hepatitis C es importante, incluso si no tiene
síntomas.

¿Qué otros problemas puede causar la hepatitis C?

Sin tratamiento, la hepatitis C puede provocar cirrosis, insuficiencia hepática y cáncer


de hígado. El diagnóstico precoz y el tratamiento de la hepatitis C pueden prevenirlas.

METODO DE DIAGNOSTICO PARA LAS HEPATITIS C (VHC)

Tras la transmisión del virus de la hepatitis C y producirse la infección aguda durante


los seis primeros meses, las personas infectadas –en su gran mayoría- no notan
síntomas, por lo que su detección precoz suele ser bastante reducida. De hecho, en
algunos pacientes se produce el diagnóstico cuando ya se ha producido un daño
hepático.
La infección por el virus de la hepatitis C se diagnostica en dos etapas:
1. Detección de anticuerpos anti-VHC (virus de la hepatitis C) mediante un
examen serológico.
El cuerpo produce estos anticuerpos con el fin de destruir las moléculas que identifica
como ajenas. Para el virus de la hepatitis C fabrica unos anticuerpos específicos. Por
tanto, si estos anticuerpos están en la sangre, significa que la persona ha estado en
contacto con el virus de la hepatitis C.
Estos anticuerpos tardan casi dos meses en ser producidos por el cuerpo tras ocurrir la
transmisión. Esto significa que si la prueba se realiza en ese periodo de tiempo, puede
que no detecte su presencia, recomendándose repetir la prueba en un plazo de seis
meses.
Si la prueba sale positiva, se necesita realizar la prueba de reacción en cadena de la
polimerasa (PCR).
2. Prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR).

La presencia de anticuerpos no debe de llevar a pensar que inevitablemente se padece el


virus de la hepatitis C. Porque se puede haber tenido el virus, pero haberse superado la
infección.
Para ello, la prueba definitiva es la que mide la cantidad de material genético, el ARN
del virus de la hepatitis C, que hay en la sangre. Si la prueba sale positiva, se confirma
que la persona está infectada por el virus de la hepatitis C.
Esta prueba sirve también para saber:
a) El genotipo del virus con el que se está infectado.
b) La cantidad de virus presente en la sangre (carga viral).
Otra prueba que el médico puede solicitar es un análisis de las transaminasas en
sangre. Las transaminasas (ALT, AST) son enzimas que el cuerpo fabrica cuando el
hígado está inflamado, por lo que sirven como indicio de una posible infección.
El médico también puede decidir practicar una biopsia de hígado, una vez que se sabe
que se está infectado y por cuál genotipo. Esta prueba sirve para saber el grado de lesión
hepática, en base a la inflamación y la cicatrización existente.

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