Autoficción y Yo Figurado en Vila-Matas
Autoficción y Yo Figurado en Vila-Matas
Autoficción y Yo Figurado en Vila-Matas
índice autobiografía obra traducciones premios textos la vida de los otros recomendaciones vilnius fotobiografía
«Hoy no tuve ninguna vivencia de identidad, me limité a seguirme», dice Peter Handke
en sus diarios (1981: 13). Como advierte Handke, en pleno siglo XXI y tras la eclosión
del psicoanálisis que hizo trizas la ilusión de un yo unitario, la noción de identidad ha
sido diseminada y ya no está a nuestro alcance recuperarla; ni siquiera a través del
lenguaje, puesto que es el lenguaje quien construye al sujeto, pero este no puede nunca
llegar a alumbrar la totalidad de la realidad. Después de Freud y Lacan, crisis del sujeto
y crisis del lenguaje bailan al unísono: lo real es aquello que no se puede expresar
como lenguaje, lo que no se puede decir ni representar (Lacan, 1953a). El sujeto
moderno se fragua entonces en esta crisis, en la conciencia de su imposibilidad de
representación, de modo que precisamente «lo que me constituye como sujeto es mi
totalmente con ella5, puesto que ni los hechos en su narrativa son claramente
autobiográficos ni se da una identidad nominal entre narrador y autor. Pero veamos la
autoficción en sentido más amplio, siguiendo a Philippe Gasparini: «Texto
autobiográfico y literario que presenta numerosos rasgos de oralidad, innovación
formal, complejidad narrativa, fragmentación, alteridad, heterogeneidad y
autocomentario, cuyo objetivo es problematizar las relaciones entre la escritura y la
experiencia.» (Casas, 2012: 193). Así interpretado, la narrativa de Vila-Matas podría
moverse sistemáticamente en el entorno de lo autoficcional. Sin embargo, ¿qué sucede si
consideramos la injerencia de lo autoficcional no en la narrativa sino en el en el discurso
ensayístico? He querido estudiar la naturaleza de la voz literaria en los artículos Café
Perec que regularmente firma Vila-Matas en el periódico El País. Pues ¿no es una misma
voz la que refleja lo vivido y lo pensado, la que reflexiona e imagina, por más que en el
artículo periodístico se presuponga veracidad, a diferencia de la novela? ¿Y no aparece la
firma de Enrique Vila-Matas por igual, con guión separando ambos apellidos, en los
www.enriquevilamatas.com/escritores/escrverduarnali1.html 1/16
9/9/2020 Isabel Verdú Arnal: Autoficción y yo figurado en 'Café Perec'
Si nos atenemos a las características textuales de Café Perec y las cotejamos con el resto
de su obra, hallaremos una única voz, un único discurso donde lo auto-, lo ensayístico y
lo ficcional se trenzan en un haz indivisible.
En primer lugar, para recordar lo que Vila-Matas entiende por Café Perec, encabezado
bajo el que aparecen los artículos, tenemos que referirnos al texto así titulado que se ha
editado en numerosas ocasiones, como explica Alfredo Guzmán (2013) y también puede
leerse en la página web del autor.7 Aquí se homenajea al oulipiano Georges Perec, cuyo
experimentalismo ha dejado una impronta profunda en Vila-Matas. Desde la misma
plaza parisina de Saint-Sulpice, Vila-Matas hace referencia a la tentativa de Perec de
anotar «lo que generalmente no se anota, lo que se nota, lo que no tiene importancia, lo
que pasa cuando no pasa nada, salvo tiempo, gente, autos y nubes» (2012b:78),
palabras que son cita textualdel inicio del texto perecquiano en la introducción a su
inclasificable libro donde anota minuciosamente toda huella de vida ocurrida durante
tres días de 1974:
www.enriquevilamatas.com/escritores/escrverduarnali1.html 2/16
9/9/2020 Isabel Verdú Arnal: Autoficción y yo figurado en 'Café Perec'
marzo 2011) donde se persigue la estela de Pynchon desde un auditorio del CCCB en
Barcelona o «Lo que Dalí señaló» (11 junio 2013), donde el legado cultural se lee como
«Las conexiones con la alta poesía» se destacan en «Lo moderno» (6 febrero 2012) ,
que nos recuerda la auténtica modernidad, la de Baudelaire, capaz de captar el instante
fugaz y no venderse a la última moda, o en «Poesía para Breaking Bad» donde
«La escritura vista como un reloj que avanza», tercer rasgo señalado, es una expresión
peculiar inspirada en Kafka y sus conversaciones con Janouch, que encontramos en
«La victoria del estilo sobre la trama» o la defensa de una narrativa libérrima, la
aventura del lenguaje en vez del realismo decimonónico, despunta en numerosos
artículos como «Pensar de otro modo» (14 septiembre 2010)17 o «Ser nosotros
mismos» (7 junio 2011).18 En «Un ventanal abierto» (28 septiembre 2010), propone
que entre «el desorden en la continuidad» en la estructuración de la trama.
«Empobrecimiento» (24 mayo 2011) denuncia el uso simplista del lenguaje de los tuits
del 11-M, cuando se produjo la ola de indignados en España: «En la Spanishrevolution
se ha visto cómo los tuits son un atentado contra la complejidad del mundo que
pretenden leer.»19
Por último, «la conciencia de un paisaje moral ruinoso», se erige como Leitmotiv
recurrente en numerosos textos que alertan contra la ignorancia reinante y el tedio
descreído ante cierto estadio de la política actual que roza lo animal23, si bien se confía
en que las crisis vengan a ejercer de revulsivo 24, aunque haya que «esperar trescientos
años»25, para acceder a un futuro más digno, de retorno a cierta cultura clásica26 y
donde la ignorancia no anide por doquier y menos precisamente en la clase poderosa, la
que nos gobierna. Como resistencia, siempre nos quedará el bastión de la literatura,27
pero no cualquier clase de literatura, sino la de escritores que trabajan con la verdad,
frente a la inmoralidad de escritores que buscan los efectos especiales. «Por suerte aún
quedan autores, creo, en los que hay una búsqueda ética precisamente en su lucha por
crear nuevas formas.» («Serás mi personaje», 25 junio 2013).
Esta imbricación de los artículos Café Perec respecto a la reflexión literaria se observa
también en la cercanía entre ellos y la obra narrativa del mismo autor. En general, se
dan coincidencias temáticas numerosas en la órbita de lo metaliterario, de modo que
París no se acaba nunca (2003) trata de las cuitas de un joven escritor, tal y como
aparece en el artículo «El joven inédito» (3 abril 2012). Y no pocas novelas, como
Doctor Pasavento (2005) o El Mal de Montano (2002), siguen una estructura similar
a la del artículo, en cuanto el vagar por ciertos lugares lleva a recordar ciertas lecturas
que a la vez conducirán el hilo de los pensamientos y hechos ulteriores. Por otro lado,
en algunos fragmentos se da una clara aproximación textual; así, en «Brod insulta a
Brod» (5 marzo 2013) encontramos el siguiente aserto: «Que haya crisis no significa que
www.enriquevilamatas.com/escritores/escrverduarnali1.html 3/16
9/9/2020 Isabel Verdú Arnal: Autoficción y yo figurado en 'Café Perec'
tengamos que seguir siendo anacrónicos realistas cuando nos dedicamos a la literatura.
O que haya que poner medallas a los que se portan bien, es decir, a los que son serios y
reproducen, copian, imitan a la realidad sin querer ver que esta, en su caótico devenir y
en su monstruosa complejidad, es inasible y, por tanto, literalmente no narrable.» Ello
nos recuerda a la perfección «Chet Baker piensa en su arte», un relato que mientras se
gesta se instituye como teoría de sí mismo: «Nos tranquiliza la simple secuencia, la
ilusoria sucesión de hechos. […] Sin embargo, hay una gran divergencia entre una
confortable narración y la realidad brutal del mundo» (2011a: 245).
También existe una clara coincidencia entre los fragmentos de «Segundo dietario
voluble» (2011b: 311) y Café Perec, de manera que los textos de Café Perec podrían ser
embriones de textos más largos o bien una síntesis de los mismos. Esto sucede en los
artículos «Dirección Brasil» (10 mayo 2011), «Del amor» (25 septiembre 2012),
«Alguien sigue loco en Internet» (13 julio 2010), «Libreros con vocación» (21
diciembre 2010), «Si no fuera por la crisis» (18 enero 2011), «Veinte años de Barton
Fink» (1 febrero 2011), «Ideas para interrumpir» (15 marzo 2011). Asimismo, la
mención a «Lo que pasa cuando no pasa nada» siguiendo la estela perecquiana reincide
tanto en Café Perec (2012b: 778) como en Dietario voluble (2008: 17), entre otros
lugares. También el artículo «Suave es la noche» (12 abril 2011) introduce la mención a
una novela de Fitgerald y su adaptación cinematográfica, cuestión que se desarrolla
ampliamente en la novela Aire de Dylan (2012).
Pero, más allá de lo anecdótico, pasemos a la propia textura del artículo. Si bien Café
Perec pertenece a la sección Opinión del periódico El País, cuyo paratexto nos podría
hacer pensar que se trata de unos enunciados factuales unívocos, por otro lado abundan
tanto las estrategias narrativas como las marcas textuales que señalan cierta
ambigüedad, y que nos dirigen hacia la incertidumbre sobre la veracidad de los hechos
reales, y, por ende, también hacia la indecidibilidad genérica.
Las estrategias narrativas usadas hacen del artículo algo voluble, cercano a la vivencia
autobiográfica; así, la narración suele construirse a sí misma desde el momento de
enunciación, el hic y el nunc, que como indicara Foucault (1969) ya no son fidedignos;
en vez del pasado simple, como es el tiempo propio de la narración clásica, el de la
ficción pura, que con su apariencia de verdad resulta engañoso (Barthes, 1953),
Al mismo tiempo, observamos unas marcas textuales de ambigüedad que nos acercan al
pacto ambiguo propio de la autoficción (Alberca, 2007), puesto que abundan elementos
contradictorios, enunciados susceptibles de «vacilación interpretativa» (Alberca, 2007:
33), entre el aura de lo ficcional y el terreno de lo vivido. Así, en ocasiones nos
sorprende la incertidumbre que el sujeto textual plantea sobre sus coordenadas
www.enriquevilamatas.com/escritores/escrverduarnali1.html 4/16
9/9/2020 Isabel Verdú Arnal: Autoficción y yo figurado en 'Café Perec'
Kassel, en las afueras de la antaño poderosa Alemania? Por desconfiar que no quede.»39
El colmo de esta estrategia sucede en «Viajeros sencillos» (29 mayo 2012) donde en
un principio el yo textual se ubica «En un viejo globo, hacia Königsberg» y poco después
se destaca el tema de escribir sin haber estado en los lugares, por lo cual siembra en
nosotros una vez más el desconcierto.40 Las expresiones hipotéticas, los tal vez, los
quizás, invaden a menudo el texto, subrayando el carácter no factual del mismo («a la
larga quizás solo perduren destellos de lo insustancial»41, «Tal vez hubiera sido mejor
que hoy escribiera de lo que tenía previsto….»42), como también los verbos en
subjuntivo: «Si quisiera construir un artículo virtuoso, hablaría ahora de la cantidad de
conspiraciones […] que caen sobre algunos literatos […] Y si buscara que el artículo
tuviera un matiz más perverso…» Pero lo más perturbador es la abundancia de marcas
que hacen del sujeto una instancia poco fidedigna, alejada del yo auténtico, o del «Moi»
(Lacan, 1954-1955), como el fingimiento explícito, a saber, el artículo «La vanguardia
verdadera y feliz» (5 marzo 2012), en el cual los sentimientos y emociones son vistos
desde el yo narrativo como algo externo e incierto, como si el yo fuera otro y la palabra
no bastara para tener acceso a la realidad psíquica propia: «Finjo que ando todavía
impresionado por lo que acabo de ver […] pero no sé, quizás sea cierto que ando de
verdad impresionado.»; la felicidad aquí no resulta algo indudable sino «irreal,
ciertamente inverosímil». El azar que conduce el tejido textual, otro elemento
un momento porque tengo cita para el almuerzo, he quedado con los Mc Guffin.»44 La
ficcionalidad se introduce de manera subrepticia en el discurso, como si lo literario
contaminara a la realidad de sus cualidades, tal y como sucedía a Kafka: «Nada hay tan
difuso como la vida de Kafka, pues la vida y los sueños le servían al escritor de materia
Algunos de los Café Perec tienen una cualidad más autoreflexiva, pues en ellos se
explicita la poética del mismo artículo, la indeterminación entre la realidad y la ficción,
y con ello la imposibilidad de la representación mimética de la realidad. En «Una
versión no oficial» (23 noviembre 2010) vemos el contraste entre periodismo y
literatura; mientras la narración es tan abierta y hermética como de contenido auténtico,
lo que nos llega a través del periodismo y la política está en la esfera de «la gran
www.enriquevilamatas.com/escritores/escrverduarnali1.html 5/16
9/9/2020 Isabel Verdú Arnal: Autoficción y yo figurado en 'Café Perec'
De hecho, otra sección de artículos publicada el pasado verano de 2013 lleva el epígrafe
«semi-ficciones» en referencia al crítico James Wood y a su estrategia de mezclar ficción
con autobiografía, y Vila-Matas, en «Salir como la marquesa» (20 agosto 2013), hace
explícita esta adherencia. Ahora bien, importa poco discernir qué parte tienen los textos
de ficción y qué parte de realidad. Atengámonos a los elementos epitextuales: Como nos
advierte en las entrevistas con André Gabastou recogidas en Fuera de aquí (2013),
Dietario Voluble, obra colindante a Café Perec «puede ser leído como una novela», «es
la creación de una personalidad ficticia, parecida en algunos aspectos a mí» (2013: 183)
y aparece la siguiente confesión: antes de realizar un viaje, lo imagina y escribe la
experiencia imaginada para los artículos de El País:
«Es cierto que es una costumbre mía narrar viajes antes de hacerlos. En bastantes
ocasiones, me adelanto a lo que pueda pasar y lo cuento en artículos que publico en El
País, donde colaboro regularmente. Miro, por ejemplo en Google en qué hotel me
hospedaré e imagino cosas que pueden sucederme allí. Luego, cuando llego a ese hotel,
trato de que me ocurra lo que ya anteriormente he escrito. […] Es también una forma de
controlar los estados de ánimo.» (2013: 183-185)
Deslindar ficción de realidad nunca es necesario pues para el goce del texto48, puesto
que es precisamente este carácter híbrido el que garantiza que vida y literatura se
fusionen en una moral y una poética única. No resulta ciertamente fortuito que el relato
Chet Baker piensa en su arte (2011a) fuera presentado en su momento como «ficción
crítica»; ni que se haya calificado a Vila-Matas de «un singular crítico creativo […] un
ensayista enrolado, casi a veces diríamos aislado, en la ficción» (Aranda, 2013, 202).49
En realidad, la defensa de una literatura donde queden abolidas las fronteras genéricas
ya ha sido expresada por él en numerosas ocasiones, como en «El discurso de Caracas»
(Vila-Matas, 2004b: 201): «Hay que ir hacia una literatura acorde con el espíritu del
tiempo, una literatura mixta, mestiza, donde los límites se confundan y la realidad
pueda bailar en la frontera con lo ficticio y el ritmo borre esa frontera.»50 El texto ha
de ser también «un tapiz que se dispara en múltiples direcciones» (2004b: 61), entre el
ensayo y la narración. En Doctor Pasavento (2005) se dice: «Me fascinaba Sterne, con
esa novela que apenas parecía una novela sino un ensayo sobre la vida.» (2005: 45); al
mismo tiempo, en «Una novela no elefante» (9 julio 2012), a propósito de una lectura,
sostiene: «Empezaba a darme cuenta de que no estaba leyendo un ensayo, sino algo bien
distinto». ¿De qué clase de texto estamos hablando entonces? A fin de cuentas, a lo que
se aspira es a una literatura total, indistinguible, como ha afirmado en diversas
ocasiones: «En el futuro se llamará literatura a la escritura sin géneros, porque creo que
esa literatura en estado puro es aquella a la que aspira todo escritor genuino. Me reservo
una futura etapa de mi creación literaria para la literatura pura que espero alcanzar.»51
www.enriquevilamatas.com/escritores/escrverduarnali1.html 6/16
9/9/2020 Isabel Verdú Arnal: Autoficción y yo figurado en 'Café Perec'
que vida, lectura y escritura se entretejen y cristalizan en lo que hago. […] El libro tiene
una estructura de sucesivos comentarios, un esqueleto de comentario infinito. Es lo que
pasa cuando uno decide comentar el mundo. O lo que es lo mismo: comentar lo que pasa
cuando no pasa nada.» (2013: 191)
Huelga precisar que esa conexión con el continuum literario libre de fronteras se
produce gracias a una voz que es autoficticia pero a la vez lindante con un yo literario
más allá del personal. Para los teóricos de la deconstrucción como Paul de Man, la
distinción entre autobiografía y ficción es «indecidible» de manera que «el yo es
reemplazado por su (des)figura y el cuerpo del texto es una máscara que sustituye como
la prosopopeya a la persona convocada.» (Casas, 2012: 15). La autoría es ahora una
función textual que se configura y/o desaparece al filo del discurso, y que no tiene una
relación directa con el Moi, como señalaran ya Lacan (1953b) y Foucault (1969)52. Tal y
como nos advierte Philippe Forest, el Yo «no se deja confundir con ninguna de las
máscaras que multiplica el relato» (Casas, 2012: 233). Es decir, el texto poblado de
máscaras ahuyenta la posibilidad del acceso al yo auténtico. Efectivamente, cuanto más
multiplica sus manifestaciones el yo vilamatiano, más se adelgaza en lo que concierne a
seña de identidad. «En realidad, no escribo para conocerme a mí mismo sino para
esconderme cada vez más. […] no hay mejor pseudónimo o forma de ocultarse que
otros54; la literatura es ese doble, esa «impostura»55 que nos acerca y aleja del yo.56
En los textos de Café Perec, el yo aparece impersonalizado: «Conozco a más de uno –soy
tenaz relector- que primero creyó en la muerte del autor [….] pero con el tiempo acabó
creando un mundo tan radical como propio, fundado paradójicamente sobre las raíces
Sobre la segunda edición de sus fecundos días de humilde imitador». (Barthes contra Nabokov, 1 noviembre
[con notas y prólogo añadidos] 2011) Y también el yo resulta figurado de esta suerte, no sin ironía: «En la mañana del
de IMPÓN TU SUERTE. Día del Libro, me levanté con cierta energía lancé una mirada furtiva al espejo. Una vez
más, me vi igual de bestia que nuestros antepasados de las cavernas, pero con notables
Isabel Verdú grados de neurosis contemporánea.» («El día de todo el mundo», 30 abril 2013).
Ese yo literario, ese yo máscara, al haber perdido los rasgos más personales, es un
espacio vacío que se llena de referencias literarias perpetuas y actúa como llave de paso
hacia la conciencia del lector.57 De todos modos, a diferencia de las novelas, el artículo
supone un lector inmediato y actual, al que Vila-Matas se dirige especialmente. «La
literatura no es más que un pacto entre el lector y el escritor para crear un espacio de
imaginación común», leemos en «Una novela no elefante» (9 julio 2012). Vila-Matas
ejerce también de agitador de conciencias; siguiendo el dictado de Roland Barthes, al
que menciona reiteradamente, como en «Barthes contra Nabokov» (1 noviembre
2011), «el nacimiento del lector se paga con la muerte del lector»58; esto es, en el
espacio textual semi despersonalizado se deja espacio para el crecimiento del lector, y el
texto trenzado como tejido de citas inspira al «lector activo creativas nuevas lecturas del
www.enriquevilamatas.com/escritores/escrverduarnali1.html 7/16
9/9/2020 Isabel Verdú Arnal: Autoficción y yo figurado en 'Café Perec'
ahora?»65; «¿tan exasperante es vivir en época del balbuceo? ¿tan urgente es salir de la
siesta mecánica?»66
Pero dicha voz que protagoniza el texto vilamatiano no puede considerarse propiamente
el autor, sino una figuración67; una proyección, un lugar discursivo, que se configura
y/o desaparece al filo del discurso, como ha explicado Pozuelo Yvancos (2010); una
conciencia literaria a cuya gestación asistimos.68 Así, el sujeto que aparece en Café
Perec, al igual que en la narrativa vila-matiana, es una entidad proteica, «un
fingimiento, una representación, algo que sin serlo, o sin serlo de una manera
determinada, lo suplanta o figura, esto es, representa imaginariamente como tal».
(2010: 23). Pues no se trata ya únicamente de una ficción en torno a una vida, sino de
una constante imbricación de la realidad y la ficción en el universo literario, donde no
importa discernir dónde empieza o acaba uno y otro, ni verificar lo sucedido. En
realidad, si la figura que aparece en Vila-Matas no es la del autor habrá que ajustar un
www.enriquevilamatas.com/escritores/escrverduarnali1.html 8/16
9/9/2020 Isabel Verdú Arnal: Autoficción y yo figurado en 'Café Perec'
nada pero donde vida y literatura se fusionan bajo el aire fresco de la cultura clásica y el
bálsamo de la ironía y la volubilidad.
BIBLIOGRAFÍA
VILA-MATAS, Enrique.
___(1992): El viajero más lento. Barcelona. Seix Barral, 2011.
www.enriquevilamatas.com/escritores/escrverduarnali1.html 9/16
9/9/2020 Isabel Verdú Arnal: Autoficción y yo figurado en 'Café Perec'
OTROS ARTÍCULOS
______«El código Saint-Sulpice«. Letras Libres, may. 2005, p. 52.
______«Autoficción» Quimera 263-264, Noviembre 2005, p. 141.
______«El factor francés». El País, 8 enero 2006.
______«Café Perec». El País, 24 mayo 2008.
______«Amar lo difícil», El País, 31 de octubre de 2010.
______«Georges Perec en su laberinto». El País, 20 noviembre 2010.
______«Entrevista con Scott Esposito, «Enrique Vila-Matas on ‘Never any end to
Paris’», en The Paris Review, June 6, 2011, disponible en https://
www.theparisreview.org/blog/2011/06/06/enrique-vila-matas-on-never-any-
end-to-paris/ [14 septiembre 2013]
1 Como explican Christa y Peter Bürger al trazar un mapa de la crisis del sujeto, el sujeto
www.enriquevilamatas.com/escritores/escrverduarnali1.html 10/16
9/9/2020 Isabel Verdú Arnal: Autoficción y yo figurado en 'Café Perec'
4 Jacques Lecarme define en 1994 una autoficción como «un relato donde autor,
6 Manuel Alberca explica que según Jorge Herralde, antiguo editor de Vila-Matas, en
realidad se llama Enrique Vila Matas, e introdujo un guión entre sus apellidos paterno y
materno al empezar a firmar sus libros, de manera que «convirtió su verdadero nombre
en una eficaz máscara, en la que se funden simbólicamente la genealogía del padre y de
la madre, dando como resultado una nominación nueva». (2007: 206).
agotar la plaza Rovira» (2004a: 132-134), «El código Saint-Sulpice» (Letras Libres,,
mayo 2005), «El factor francés» (El País, 8 enero 2006), «Dietario voluble» (2008) o
«George Perec en su laberinto» (El País, 20 noviembre 2010).
11 Por más que al final de Perder teorías estos mismos rasgos sean desacreditados y
relativizados, con el lema «viajar y perder teorías, perderlas todas» (2010: 44), puesto
que «si no sabemos qué es la vida, ¿por qué habríamos de tener tan claro qué es una
novela? » (2010:64).
13 Y desde ahí se conecta la incultura de nuestro país con la falta de una auténtica
festival Kosmópolis del CCCB de 2011 defendía una «literatura de la dificultad», esto
es, «llevar la literatura hasta donde parezca que no se pueda más, y luego seguir.»
www.enriquevilamatas.com/escritores/escrverduarnali1.html 11/16
9/9/2020 Isabel Verdú Arnal: Autoficción y yo figurado en 'Café Perec'
joven amigo Gustav Janouch en una conversación ocasional: “El arte es un espejo que
‘adelanta’ como un reloj… a veces.” O estas otras, de parecido cariz: “La misión del
escritor es convertir la aislada mortalidad en vida eterna, conducir lo casual a lo forzoso.
El escritor tiene una misión profética.” (Gustav Janouch, Conversaciones con Kafka,
Barcelona, Destino, 1997, p. 247).» (2005:17)
16 En el propio artículo recuerda: «Si algo no fue nunca Kafka fue profeta, pero sí tenía
algo de espejo; él mismo le dijo a Gustav Janouch que se veía a veces como un espejo
que se avanzaba: un espejo que tenía la capacidad, como algunos relojes, de adelantarse.
No estoy hablando pues de virtudes proféticas, sino de un agudo sentido de la
percepción.» Asimismo, en «Esperar trescientos años» (21 junio 2011) destaca los
siguientes pasajes anticipatorios de Razones y osadías, aforismos de Flaubert recogidos
por Jordi Llovet: «Lo que más me asombra es la feroz estupidez de los hombres […]
estamos entrando en una época repugnante […] la gente será utilitarista y militar,
ahorradora, mezquina, pusilánime, abyecta.»
18 Según el cual el narrador debe intentar expresar «su visión del mundo»,
ahuyentando verdades ajenas, «una experiencia paradójicamente próxima a la verdad y
nunca muy hogareña» «y no perder de vista que el lenguaje puede conmover cuando es
testimonio de una conciencia única.»
19 En «Rigor y risa» (14 de mayo 2013) defiende la estética del desatino frente al
realismo lukacsiano. La importancia del estilo también predomina en «El joven
inédito» (3 abril 2012) y «O’Brien sigue vivo» (19 febrero 2013).
22 Ídem.
24 Como se dice en «Si no fuera por la crisis» (18 enero 2011), se presume que sin ellas
el ser humano nunca hubiera evolucionado.
25 21 junio 2011.
28 «Ahora, mientras todo el mundo duerme, en mitad del viaje y de la noche» ( «Un
29 «Cuando el ahogo este verano de la gran ola de calor […] me hallaba en Dublín […]
sin apenas noticias del ruedo ibérico» («Esperando a Roussel», 20 septiembre 2011).
www.enriquevilamatas.com/escritores/escrverduarnali1.html 12/16
9/9/2020 Isabel Verdú Arnal: Autoficción y yo figurado en 'Café Perec'
36 Así ocurre con la figura de «un amigo» que le envía aforismos «supongo que para que
salga disparado hacia mi librería habitual» –como acaba haciendo al final. («Ceronetti
en persona», 23 febrero 2010).
40 Menciona a Kant como ejemplo de aquel que escribe sobre un lugar al que no ha ido,
y luego completa la idea: «simpatizo con los que se van sin irse, con lo que dicen haber
estado en un lugar y luego descubrimos que no han pisado ese sitio en su vida.»
Después, en un oxímoron permanente, hace alusión al libro “Comment parler des lieux
où l’on n’a pas été?” y comenta que le ha gustado «aunque debo precisar que no lo he
leído». Poco después, cuando ya estábamos convencidos de la irrealidad del viaje en
globo, continúa sumergiéndonos en la incertidumbre al afirmar: «Sigo de pie en mi
globo.»
44 «Los McGuffin», 9 octubre 2012. En «El banquero en jefe aguardiente» (15 mayo
2012) se da una coincidencia entre lo que sucede y lo leído en Kafka. En «Lo
imposible» (9 noviembre 2010) se trenzan lazos entre la historia cultural y la
experiencia personal, a través de su amigo Raúl Escari. «El autor de aquel famoso
eslogan del Mayo francés que decía ‘Sed realistas, pedid lo imposible’ fue Raúl Escari.»,
afirma sin fundamento alguno al abrir el artículo.
www.enriquevilamatas.com/escritores/escrverduarnali1.html 13/16
9/9/2020 Isabel Verdú Arnal: Autoficción y yo figurado en 'Café Perec'
45 En «Día del libro incompleto» (20 abril 2010). En el mismo artículo, después de
darnos la clave interpretativa a través de Kafka, trata sobre lo no leído, lo no terminado,
y explica que en su casa guarda un espacio de la biblioteca para libros incompletos,
aquellos con páginas arrancadas aquellos «a los que nada les quité, pero en los que,
observando pesaroso su vuelo raso, echo en falta páginas que, de haber sido escritas,
habrían podido acoger al menos un significado oculto.» También en «Relatos
adhesivos» el relato literario parece adherirse a la realidad (6 abril 2010). «El loco
Salinas» (29 octubre 2012) compara un relato Simenon con la vida de Salinas
47 En «La mosca de Breaking Bad» (11 septiembre 2012) se dice: «Acabo de ver en el
noticiario de TV3 un reportaje sobre la vida y muerte del mosquito tigre en Cataluña y
me ha parecido […] que estaba viendo una pieza de ficción, como tantas del inefable
informativo gubernamental, mientras que el episodio de La mosca, en cambio, no sólo
se ajustaba a la verdad sobre la condición humana, sino que era de un realismo
sobrecogedor.»
48 Mientras que el texto del placer, el que propicia la cultura de masas, «contenta,
colma, da euforia, proviene de la cultura, no rompe con ella y está ligado a una práctica
confortable de la lectura», el texto del gozo (que correspondería al vilamatiano)
problematiza la relación del lector con el texto y puede desautomatizar las percepciones
habituales y contagiar una mirada perpleja sobre la contemporaneidad. (Barthes, 1973:
11)
49 Para Alfredo Aranda los artículos constituirían «una mezcla de autoficción –más o
www.enriquevilamatas.com/escritores/escrverduarnali1.html 14/16
9/9/2020 Isabel Verdú Arnal: Autoficción y yo figurado en 'Café Perec'
56 En «Dirección Brasil» (10 mayo 2011) aparece el tema del doble de manera
humorística, en cuanto la ausencia anunciada de Sergio Pitol se contrapone con la
llegada del mismo al aeropuerto, por lo que se fragua la duda sobre su identidad.
57 Como dice Blanchot, «Escribirse es dejar de ser para confiarse a un anfitrión –el
prójimo, el lector- que en adelante no tendrá otra ocupación más que tu propia
inexistencia» (1980: 105).
59 «Un mal lector era un consumidor, mientras que el lector ideal era un productor.»,
dice Vila-Matas.
60 También en «Gil de Biedma» (23 de marzo de 2010) hallamos: «Hoy en día, algunos
parecen preocupados por si el libro electrónico sustituirá al tradicional y zarandajas por
el estilo cuando lo único que debería inquietarles es la desaparición del lenguaje y del
pensamiento y de los lectores activos y de los no muchos verdaderos escritores que aún
quedan.»
62 «Melville y su chimenea» (16 abril 2012), y también «Todo pasó ya» (2 abril
2013): «Creemos que lo que nos sucede no ha ocurrido nunca y que por primera vez
llega un mundo nuevo que será muy extraño.»
64 8 enero 2013
66 «Esas voces agoreras» (21 enero 2013); también hay que destacar el artículo
«¿Qué es lo que te importa?», 23 julio 2012, construido en base a la interrogación
retórica, en torno a una novela de Powell caracterizada por el mismo motivo: «¿Se puede
escribir una novela que sólo contenga preguntas? […] ¿Es interrogativo el sentido de la
vida? ¿Por qué no lees el libro de Powell como quien sale a dar un paseo sin un destino
prefijado? ¿A qué esperas? ¿Te gustaría decir algo?»
67 «La figuración sería el modo de aparición del cuerpo erótico (no importa la forma o
grado) en el perfil del texto. Por ejemplo: el autor puede aparecer en su texto […] pero
no bajo las especies de la biografía directa […]- Todos estos movimientos dan testimonio
de una figura del texto necesaria para el gozo de lectura.» (Barthes, 1973: 40)
68 «La voz conseguida no es novelesca, pero no deja de ser narrativa, si bien proyecta
sobre su materia una mirada típicamente reflexiva que provendría del ensayo.» (2010:
151).
www.enriquevilamatas.com/escritores/escrverduarnali1.html 15/16
9/9/2020 Isabel Verdú Arnal: Autoficción y yo figurado en 'Café Perec'
69 Como han estudiado Schmitt y luego Gasparini. «La autonarración del siglo XXI se
inscribe […] en esta aspiración a una palabra singular, libre, desconectada de los
circuitos político-económicos, autónoma. Frente a la conducta formateada que exige el
mercado, opone una búsqueda individual, obstinada, sinuosa, insegura, interminable.
En la cacofonía del falso debate público, abre espacios interiores de retrospección,
reflexión, comunicación e incluso silencio.” (Casas, 2012: 209).
71 «I relieve that fiction is the only thing that brings me closer to the truth that reality
obscures», «Enrique Vila-Matas on ‘Never any end to Paris’», en The Paris review,
June 6, 2011.
72 Demostrando que «la fiction n’est pas simple mimésis, mais dialogue avec le réel.»
(Audet, 2010)
índice autobiografía obra traducciones premios textos la vida de los otros recomendaciones vilnius fotobiografía
www.enriquevilamatas.com
www.enriquevilamatas.com/escritores/escrverduarnali1.html 16/16