Asignacion de Prioridades

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2.

2 Asignación de prioridades

Existen varios métodos para


asignar prioridades al trabajo que se realiza en un centro de trabajo.
Las reglas que comentaremos a continuación son válidas tanto para las
operaciones de servicio como para las de manufactura. A pesar de que se han
desarrollado reglas más complejas para aplicaciones específicas (máquinas
múltiples, por ejemplo), su análisis excede los objetivos de este capítulo.
Entre las reglas básicas están:
• Fecha de vencimiento (conocida también como fecha de vencimiento
más próxima).
Como indica su nombre, esta regla selecciona la tarea cuya fecha de
vencimiento sea más próxima, a fin de ejecutarla primero. En caso de
empate, se puede utilizar una regla secundaria (de esta lista) para determinar
el orden de prioridad. Esta regla suele utilizarse en operaciones cuya
planificación se basa en el sistema MRP, ya que la fecha de vencimiento es
inherente a dicho método, y el sistema la genera de manera natural.
• Tiempo de procesamiento más corto (TPC).
Nuevamente el nombre de la regla resulta bastante descriptivo. Las tareas se
organizan en orden de prioridad de acuerdo con el tiempo de procesamiento
estimado para realizarlas (la tarea con el tiempo de procesamiento más corto
se coloca en primer lugar de la lista).
Una de las ventajas de este método radica en que muchas tareas se
completarán rápidamente. Por desgracia, la regla no cuenta con parámetros
que indiquen cuándo requiere el cliente su pedido. Por otro lado, utilizar esta
regla en ocasiones provoca que las tareas más complejas se dejen al final de
la lista, dando lugar a retrasos en su realización; esta condición es poco
recomendable en entornos donde las tareas complejas suelen estar
relacionadas con pedidos de clientes valiosos y de gran tamaño.
• Holgura total.
De acuerdo con esta regla, se elige una tarea específica, luego se calcula el
tiempo total necesario para realizar todas las operaciones restantes del
trabajo en cuestión, y después el tiempo total que transcurrirá hasta que la
tarea se venza. Al restar el tiempo de procesamiento total del tiempo total
hasta el vencimiento se obtiene un valor denominado holgura.
En realidad, la holgura es un tiempo en almacenamiento temporal o un
tiempo que puede transcurrir sin peligro
de retrasar la tarea. La regla consiste en
seleccionar aquellas tareas que permiten
el menor tiempo de holgura y realizarlas
primero, dado que son las que se
encuentran en más peligro de retraso si
no se les atiende.

• Holgura por operación.


Se trata de una variante de la holgura total. De acuerdo con esta regla, la
holgura total se divide entre el número de operaciones restantes. La tarea
con menor holgura total por operación se programa primero. Esto ofrece
más información que la regla de holgura total, por ejemplo, la holgura
promedio de cada operación en lugar de la holgura total de la tarea
completa.
• Primero en llegar, primero en ser atendido .
Ésta es la regla que más utilizan las organizaciones de servicios, como bancos
y tiendas minoristas, aunque muchas veces se debe a que no tienen
alternativa. El supuesto inherente es que la primera tarea también se
requiere primero. Además, esta regla suele ser percibida como justa, ya que
la tarea que ingresa primero a la operación tendrá prioridad de ejecución.
• Proporción crítica.
En el caso de esta regla se calcula una proporción sin unidades de medición,
dividiendo el tiempo restante hasta el vencimiento entre el trabajo
remanente. El trabajo remanente es el tiempo total de procesamiento,
mientras que el tiempo restante es aquel que transcurre hasta que vence la
ejecución de la tarea. Si la proporción crítica es mayor que 1, significa que
hay holgura; si es igual a 1, no existe holgura y el trabajo debe llevarse a cabo
sin retraso; si es menor que 1, la tarea ya se encuentra retrasada.
Evidentemente, esta regla indica que la tarea con menor proporción crítica
debe programarse primero. Muchas personas consideran que ésta es la
mejor regla, ya que toma en cuenta tanto la fecha de vencimiento como el
tiempo de holgura.
Uno de los problemas a plantearse a
la hora de gestionar adecuadamente
las órdenes de trabajo correctivas es
asignar prioridades a las diferentes
órdenes que se generan. Las plantillas
de mantenimiento son cada vez más
reducidas, buscando un lógico ahorro
en costes. Por ello, no es posible tener
personal esperando en el taller de
mantenimiento a que llegue una orden de trabajo para intervenir. Cuando se
produce una avería, el personal generalmente está trabajando en otras, y
tiene una cierta carga de trabajo acumulada. Se hace pues necesario crear un
sistema que permita identificar qué averías son más urgentes y deben ser
atendidas de forma prioritaria.
Los niveles de prioridad pueden ser muchos y muy variados, pero en casi
todas petroquimica2 las empresas que poseen un sistema de asignación de
prioridades se establecen al menos estos tres niveles:
- Averías urgentes:
son aquellas que deben resolverse inmediatamente, sin esperas, pues
causan un grave perjuicio a las empresas.
- Averías importantes:
Que aunque causan un trastorno al normal funcionamiento de la
planta pueden esperar a que todas las averías urgentes estén resueltas
- Averías cuya solución puede programarse.
Puede que sea conveniente esperar a una parada del equipo, o
simplemente que el trastorno que causan es pequeño, y es más
interesante acumular otras órdenes sobre el mismo equipo.

Estos niveles se suelen subdividir en tantos como pueda ser más aconsejable
para una buena gestión del mantenimiento correctivo.
Una vez definidos los niveles de prioridad, es necesario definir un sistema
para asignar prioridades a cada avería. Muchas empresas no definen con
claridad este sistema, dejándolo al juicio subjetivo de alguien (programador,
jefe de mantenimiento, encargado, etc.). La consecuencia en muchos casos
es que la mayor parte de las averías que se comunican tienen la prioridad
máxima[1].
El sistema de asignación de prioridades debe ser diseñado al establecer los
niveles, pero al menos debería tener en cuenta los siguientes puntos:
- Una avería que afecte a la seguridad de las personas y/o al medio
ambiente debe ser considerada urgente. Así, si se detecta que una seta
de emergencia ha dejado de funcionar, o el soporte de un elemento
que puede caer ofrece dudas sobre su resistencia, su prioridad debería
ser máxima
- Las averías que suponen la parada de
equipos críticos por producción
deben ser consideradas urgentes. En
aquellos equipos que sean cuellos de
botella o de los que dependa la
cantidad producida total, una parada
debe ser atendida de forma
preferente.
- En aquellos equipos críticos por producción en los que se detecte un
problema cuya resolución implique la parada del equipo, pero que
puedan seguir funcionando correctamente, la reparación del problema
debe esperar a una parada del equipo por otra razón.
- En equipos redundantes, en caso de sufrir una avería el equipo
duplicado se pasa a una situación de criticidad temporal del equipo
que presta servicio. Es el caso de las bombas de alimentación de una
caldera. Normalmente, estas bombas están duplicadas,
manteniéndose una de ellas en servicio y la otra parada por si se
produce un fallo de la bomba en servicio. En estos casos, la bomba que
queda en funcionamiento pasa a ser crítica. La reparación de la bomba
averiada no tiene la máxima criticidad, pero debe ser reparada en
cuanto se acabe con las averías urgentes

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