Arnheim Rudolf - El Pensamiento Visual MEJORADO

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EL PENSAM I ENTO

V I S U A L
R. A R t)I H E I M
PAIDOS f ~T~~ICA

\
1
Paidós E.5rética/ 7 Rudolf Ambeim
EL PENSAMIENTO VISUAL

l. L. Benevolo
la ciudad .v
el arquitecto
2. S. Kraciuer
De Collgarl ti Hitlt!T Historio psicológica del cine alemtin
3 R.M. Rilke
Caru,s sobre Cézam1e
4. R. Banham
Tl,orio )' dfse110en lo primera ,:ra de la mliqulTla
5. A. Barre y A. Flocon ,
La perspeclf,,ll cur, ,ilinea . Del espado visual t1 la Imagen cons1r11ida
6. R. Arnheirn
El cine coma artl!
- R. Arnhc:im
El pe11samiento 111:rual
~ Ediciones Paldós
Barcelona - Buenos Aires · México
Tiaa)o origiml! ViSual Tbfnking INDICE
PubllcadO en inglb por UOlvcrSity ó< C:wfomfa """'- 8crl<clcy y Los Angdcs. 1969

Tadu«lón de Rubtn M>5Cr:I


ilc'wiSióny ~l"ncalindón IJiblk>gdílCl de Ferrm P2tdbda y Juan carlos S2b:uer

Cublem > M>rlo E.,ken221

Pttfacio . 11

.t• ~ld6n <astfflll.na: Edltnrlaf ltnfl'f!m taria ~ Bunros Airrs. 1985 l. MANIFESTACIONES TEMPRANAS 15
1• edk/6n ~ Ea1c,one1 Pnfdds. entuommle rt!f'ISIUÚl. 1986 La percepciónexcluida del pensamiento 15
Dcscoomn.u
hacia los sentidos 18
Platón, el de las dos mentes . 20
Aristóteles: ascensoy dcsc:enso 22

2. LA INTELIGENCIA DE LA PERCEPCION VISUAL (1) . 27

La percepción como coenJcióo 27


Pc=pción ciromscrita . 28
Exploración de lo remoto 30
Lossentidos vuian . 31
La visión es selectiva 33
' La fijación ocular resuelve problemas . 37
• E discrmimicnto en la profundidad 39
Las formas son conccptos 40
La pcro,pción lleva úcmpo . 42
Cómo leen las máquinas la forma . 44
Odccmedldóo. C6mo se completa lo incompleto . 46
Edidonc:s P>Jddslbena., S.A..
Mui.2no Cubf, 92; 0802 J 82rcc:k>n2.

Venia ad- en todos los prucsde tabla hlspzna. J. LA INTELIGENCIA DE LA PERCEPCION VISUAL (II) 51
exttpeo en Is Repúblio Argentina.

tsBN, 84•7509-)n-9 Susuacción del contexto . .51


lkpósilo l<g,J, 8-7.609/1986 La brillantez y la forma como tales .53
lmp,rcso di Hun>pcSa: Tres eairudcs • 56
Rccn-do, Z; 08005 8:ln'don:l

lmpn,,o en E,p,112 • Prin1ed In S¡,aln 7


Conservación clcl contcno 59 Adcxuaci6nde lu imágenes a sus funciones 1.53
La abstracción de la forma 60 Lo que Lis mnrcas de fábricnpueden scñaLir . 157
La distorsión exige Li abstracción . 64 La acción reciproca entte cxperics,ciue ideas ~. 162
Pecmancocu,y cambio 65 Dos CS01lasde abstnacxión 164

4. «DOS Y DOS» COMO CONJUNTO . 67 9. LO QUE LA ABSTRACCION NO ES . 167

Las cclacioocsd~den de la estcucmm . . . 67 Una dicotomía nociva 167


El aparcamiento afcxm • los factores participantes . 72 ¿Se basa la abstrocción en ls generalización? 170
La percepcióndiscrimina . 78 La genemlidad es lo primero . 177
La pcrccpcióctcompara 79 Muesmo contca abstracción . 182
¿Qué cosas resultan iguales? . 82
Mente 11em,r computadora 84 187
10. QUE ES LA ABSTRACCION
5. EL PASADO EN EL PRESENTE 93 Tipos y continentes . 188
Conc,ptos cstilticosy conceptos dimúnicos . 191
Las fuenas que actúan sobre la memoria . 94 Los conceptos como puntos culminantes 195
Contribución de pcrceptoS 97 Acw;a de la gc,ncmli2llción 199
Visión del interior 100
• Huecos visibles . 101
Reconocimiento. 102 u. CON LOS PIES EN LA TIERRA 201

La absttocci6a como separación 201


6. LAS IMAGENES DEL PENSAMIENTO • 109 La obtención del principio . 204
A contrapelo 206
~ ¿Cómo son las im4gcnes mentales? uo El amor por In clnsilicación. f 212
¿Se puede pensar .sin imigc,ncs? . 112 En contacto coa la experiencia 214
Imágcocs p•rtieulares e imágenesgenéricas . 114
• Sugctcncias y destellos visuales . 118
¿&lll qué punto puede ser abstt11ctauna imagen?. 121 12. PENSAR CON FORMAS PURAS 22 1

Los números reflejan In vida . 221


7. WS CONCEPTOS ADQUIEREN FORMA. 127 Lo pcrcepci6n de Li cantidad . 224
Los números como formas visibles 225
AdemanesabslC8ctos. 127 Las lonrus carentes de signilicacióoac,m diJicul19des
. 229
Un ejemplo pictórico 129 234
Experimentos con dibujos GtometrÍA evidente de por sl .
131
El pensamiento en la acción visible 142
13. EL LUGAR QUE LES CABE A LASPALABRAS . 2}9
8. REPRESENTACIONES,SIMBOLOS Y SIGNOS . 149
¿Se puede pensar con palabras? . 240

8
Las tccs funciones dt las inulgcnes 149
t Las palabras como im:igcnts . 242

9
jj
ij

Lu palabras •puntan a pcroeptos . 244 PREFACIO


Cognición intuitiva y c:ognióóo intelectual . • 246
La función de laspalabras respecto de lasimágenes• 251
Las im,genes de los eslabones lógicos . 2.53
Sobn,valoración del lenguaje . 254
El efeao del carácter lineal . • • 2.58
C,on~pros verbtles oams conceptos pictóricos . 263

14. ARTE Y PENSAMIENTO • 267


Este libro es un intcnt0, • partir de anteriores estudios sobre el ane, de
El pensamiento en los dibujos infmtiles 267
273 llegar a una mis cabal comprensión de la ¡,e,,:q,ción visual como actividad
:EJ.boración de problemas personales .
OpcraciOO(:ScognoKitivas- 276 cognitiva; una inversión, si se puede decir as!, del proceso histórico que con-
Lasconfiguraciones abstractas en el arte viroal . 280 dujo en la 6losofú dd siglo xvm desde la 4istheris a la estética, desde la CX•
pcricnca scosoríal en general • Jas anes CD particular .
Mis experiencias anteriores me habfao enseñadoque la a.ctividad nóstica
15. MODELOSPARA LA TEORIA . 287 es uruo forma de razonamiento en la que percibir y pensar son actos que se
cocuentun indivisiblemente entremezclados . Me vi abocadoa afirmar que una
Formas cos-mológicas 287 persona guc pina, escribe,compone o danza, picosa con sus sentidoi Esta
• Cómo se h- visible lo no viroal . 292 unión de ~pción y pens•mirnto resultó no ser algo meramenrc espcdlico
Los llmi ,es de los modelos
• Eguna y fondo y mis allí
294
296 de la visión, =
de las artes . El examen de lo que se sobe de la percepción y, cspccialmen,e,
hiio advertir que los notables mcc:anismospor los cuales
los sentidos comprenden el medio son casi idénticos a las openaciones que
• El infinito y la esfena 299
• La dilatación de la imaginación 302 describe la psicología del pensar. E inversamente , abundaban las pruebas de
que el pensamiento verdaderamente productivo , en oalquicna de las úeas
de la cognición, tiene lugar en el reino de la inugincrla. Esa similitud entre
16. LA VISION EN LA EDUCAOON . 307 el papel que le cabe o la mente CD las artes y el que le cabe en Jos OtrOS do-
minios sugiere la posibilidad de colocarse en una nueva pc~va respecto
¿De qué sirve el me? 307 de la quejo., de tan aoúgua elata, sobre el aislamienco y el abandono a que
Los cuadros como proposióoO(:S. 309 se condenan las arres en la sociedad y la educaóón _ Quizú d verdadero pro-
lmágmes normativas y arte . 311 blema ero más fundamental: la escisión enJre sensación y pcnsamicoro, que
Mirad• y compttruión 314 fue causa de tanta enfermedad empobrecedora en el hombre moderno.
Cómo instruyen las ilustraciones . 317 No h2bla modo de abordru un problema tan vasto sin cmban:arsc, de -
• Problemas de auxilio visual • 320 jando de lado toda precaución , en numerosas ramas de la psicología y la filo-
• Concentración en la función . 325 sofía, .las anes y las ciencias. Era necesario una perspectiva general, una, .con-
• Responsabilidad tow 327 frontación exploradora, que cxigla idealmente competencia profesional 8n co-
dos estos campos dd conocimiento. Pero la espera del ideal signiJicabael
No141 abandono de la urgente tarea. Emprenderla significaba llevarla a cabo de ma•
Bibliogr4/I• ocra incompleta. No podía tener esperanzas de examinar todo d mat:erial
T-1tiÜade nombres
lndi~ t111dlf1ico j pertinente, ni siquiera de cs11r seguro de que dcscubrula las pruebas más
revcladonas en ninguno de los dominios considenados por separado. Aforro-

10 J U
(
por la accióo y el manipuleo entes que por la ron tcmplación, que es, des-
naclamenu,, como el problcnu venúi c:rutivándome oscuramente desde hada
pués de todo, un fenómeno muy poco Erecuente.
varias dc!cadas, tCDÚI• esu, altura acumulada grao cantidad de referencias a
En los 01plrulos que traUID sobre la psicología general de la pcrccpci6n,
panir de las cuales era posible cmp,2ar. Con algo de la suene del ptinci•
sólo me refiero brevemente • los hechosque se exponen con mlis deteni-
piante, podía esperar un planrcamiento bastante acabado de mi punro de
miento en Aru y perc~pci6n uisual. Unos cuantos ensayos am.eriores,reuni-
vista. dos rccicntcmcoteen Hacia una psicología del artt , sirvieronen cierto modo
. Es P_ropio de semejante empresa hallar roncxioncs donde muchos aprecian de fundamento a la presente obra, en especial los que talUID sobre la abst.n1c•
clif~rena.as.Entre los que cultiva.o los sentidos -especialmente entre los ción perccptual, el lenguaje abstracto, los símbolos de interacción y El mito
orus,as- no son pooos los que llegaron a desconfiar del razonamiento como
del cordero que bala.
si se tratara de un enemigo o, en el mejor de los casos un forastero v los Uno subvención procedente del Ares and Humaniúcs Progmm of thé
que cj~~n el ~nso'!'icmo teórico se complacen en ¡,en;..-
que sus o¡,'..,;,,cio- Unitcd Sanes Office o{ f.ducat.ion para Ucvar a cabo un estudio de ]JI influen-
nes ~ SJtuan mas alla de los sentidos. Por tanto, ambos grupos considera.o la cia de los factores visuales en la fonnnáón del ronccpt .o, me penniti6 rcnli-
";um6o ~ sentido y rozón con dcsconfu,nza. No puedo roincidir con la opi- :iar lo inves!Ígación bibliogriilica sobre ctJY• bue surgió el presente esrudio.
nión segun la cual las artes deben mantenerse apartad,,s en un recinto sa• A una colega psicóloga, lo doctora Alice B. Sbeldon, de la Gcorge \Voshington
~do, ~mb:údas de sus propios 6nes, leyes y procedimientos. Estoy oooven- Univcrsity, le estoy nili agradcódo de lo que nadie tendría que estnrlo • un
ctdo mas b•~ de que el ane no puede existir en lugar alguno a no ser que amigo y colega. l.,¡ doctora Sheldon cxamin6 c,tda uno de mis muchas y •
sea una prop1~ad d~ todo lo. pcrecptible ¡ Debo 1ambiéo resignarme a que menudo largas oraciones, comprobó algunos hechos, mejoró la estruClUra y ló-
mu~hos cxper1m':'~ms se SJCOUID incómodos aDle la idea de que el pen- gica y le dio úúmos al autor con so fe en el logro definitivo de lo que cm••
samu,mo prodoc11vo ignore Ja5 lineas divi$0rias entre lo estético y lo cientl- naba de sus esfuerzos. Puede que si el lector tTOpicza, sea porque no fue
6co. Pero esto SctlÍ un supuesto de lo que sigue.
aceptada su sugccencia.
Si afirma uno que el pensamiento productivo en In EilosoE!.o la ciencia Como dije, desearla que las· afumaciones tcóriats de este libro estuvieran
~osistc en Lt elaboración de im&genes, puede que parezca que se adhiere mJÍS plenamente documcnu,da.s• .Lamento más todavi• que el libro quede en
ingenuomcn1e • los primitivos albores del razonamiento humano cuando las un plano tan teórico. Si su tesis es s6lida, tiene consecuencias lllngiblcs, par-
¿
teorfas se d<ñvnban de la forma sensorhtl de Jo que se percibía imaginaba. ticularmente para h, educación artislica y cienúlica. Pero la exposición mlÍS
P ero au~ue puede haber uno diferencia de principio entre esas tempranas completa de estas aplicaciones prácticas hubiera signilicado extender la fin,.
cxplorac1ones de la naturaleza y las técnicas de proc=micnto de datos de liclad del libro más allá de todo proporción . Sólo puedo decir que el ruido
n_uestro ricm~, quizás esra diferencia no sc:i penineme respecto de las au - del nula y el laboratorio y el olor del cswdio , apcna5 pcrcepriblcs en csras
oales opcraoones mcnwcs del dCSClJbrimicntoy la invención. p2ginas, no son ajenos al espíri tu del 11utor ni al tema que inteolll rrata r.
. Al otro lodo de Lt línea divisoria, Lt afumación de que el ane es un
tnsLtUmenl~dd razonamiranto, dilícilmenteconvencerá a guicnes lo uúliccn R. A.
como medio para apanarsc del orden racional y del encaramiento de los Harvard Univeniry
problemas. Por lo tamo diré, desde el punto de partida, que este libro se cen- Carpeoter Centcr for thc Vis\Jal Ans
era en l~s sspccms vcrdadenunente creativos de la mente y apenas tiene mda Cambridge, MasS3chusem
que ~cett ~re m_ros~sos • que se destinan los iostrumcntos del nne y la
denClll, le¡;mms e mev1tablemcntc, en talleres, estndios o labora torios.
Es ncccsnrio considerar el pensamiento pcrccptual en general . No obs-
lllnte, ?'e be limitado. e~ este libro al senti do de la vista, que es el órgano
md.s eficaz de la cogD1oón humana y el que mejor conozco. Exámenes más
completos d<bcnin tratar las potencialidades y debilidades específicas de las
ot.n1s modalidades scosoriales y la Intima cooperación entre todos los senti-
dos. Un _cratam~entosemejante del tema, más cabal, mosttatD también en
qué amplia medida los seres humanos y los onimalcs exploran y comprenden .
13
12
41111•--------
·--------------"5
l. MANlfESTAOONES TEMPRANAS

EL razonamiento, dice Schopenhaucr, es de naturaleza femCDirul:sólo pue-


de dar después de hsbcr recibido. Sin información sobre lo que sucede CDel
tiempo y el espacio, el cerebro no puede actuar. Sin embargo, si los rcBejos
punmcnte sensoriales de las cosas y los acontecimientos del mundo exterior
ocuparon lii meot< CD su estado bruto, la información de poco valdria. El
inteaniruible ,specuículo de deulles siempre rcnov•dos nos estimularla, mas
no nos suminisrrada jnformación alguna. Nada que podamosaprender sobre
algo individual tiene utilidad a no ser que btllemos generalidad en lo par-
ticular.
Es claro que en ese caso li, mente, paro enfrentarse con el mundo, tiene
que llenar dos funciones. Debe recoger información y debe luego procesada.
Las dos funciones se encuentran ncttmente separadas en teotÍll'c)pero. ¿lo
csún también en la práctica? ¿Dividen la secuencia del proceso en dominios
mutwuncote e:xcluycn1cscomo lo lnccn las funciones del lcñodor, en aserra-
dor y arpiotero, o las del gusaoo de seda, en tejedor y sasrrc? Una divisi6n
del rrabajo wi juiciosa pcrmitiña la fácil comprensión de las actividades de
la mente. O as! lo parece al menos.
En realidad, como tendré ocnsi6n de mosrrar, la colaboración corre la
percepción y el pensamiento en la cognición rcsulrarla incomprensible si llll
división e:xisticra. Mosrran! que sólo porque la ¡,crcq,ción capta cipos de ro-
sas, esto es, conceptos, puede el material cooceprual utilizarse para el pensa•
miento; e, inv~rsa.mcntc,. que a no ser que el caudal sensorial pe:ananczcapr~
sen.te, la mente no tiene con qué pensar.

úz percepciónexcluido dd pen,amim10

No obstante, nos embamz.a una filosofíapopular que insiste en esa divi-


sión. No es que nadie niegue la necesidad del material sensorial en bruto.
1 Los fil6sofos sensualistas nos recordaron COD lucidez que nada hay en el intc-
1 1.ao que DO lny• cswlo antes en los sentidos. Sin embargo, inc)U$0 ellos
t 15
tonsidcraron la recolección de datos pattprualcs como un uabajo no CSJ» nión de todo d mundo, son las que verdadcrarnen,c interesan. Cuando llega
tializado, indispensable pero inferior. La tarea de crear cona,ptos, acumular la épocaen que la competencia para lograr un pueslO en la universidad se •gu•
tonocimicnto, relacionar, sej>ffllt e inferir se reservaba para las •más altas• diza, pocas son las escuelas de enseñanza media que insistan en ,cscrvarlcs o
funciones cognosciúvas de la mente, que s6lo podlan desempeñar su labor Lis ortcs el tiempo necesario para que so prácúcn resulte frucúfera en alguna
iliandorumdo toda particularidad pcrccptible. A partir de los filósofos mc- l medida. Mcn05 aún son las instiwcioncs en que el interés por las artes. se
die,'1llcs, como Duns Scoto, los raciwalisus de los siglos XVII y xvm deri- justifique conscientemente advirtícndo que contribuyen de minera indispcn•
~•ron la noción de que los mensajes de los sentidos eran confusos e indis- sable al desarrollo de un ser humano dotado ~ razón e imaginación. Este
tintos y que, para clarificados, era ncccs,tria la intervención del razonamiento. oscurecimiento educaúvo se prolonga en L, ensefumza superior, en ln que se
Alexander Baumgarren, quien le dio a la nueva disciplina de la cs«!úca su considero al esrudiamc de arte empeñado en una carrera separada e inferior
nombre afirmando que la percepción, como el razonamiento , podlll alcanzar intdcctu.almenrc, aunque se alienta a cualquier majar• que ccntts sus cstU·
un csmlo de perfección, siguió no obstante, lo que no deja de ser ironico, la dios en algún domin io ocadémico que goza de ffla)'Ot reputación a que «se
lndicíón según la cual la pcrtcpdón sc considcr_a el inferior entre los dos recree saludablemente» en el tallet de ene durante algunas el.e sus horas li-
poderes cognitivos por carecer supuestamente de la distinción, que s61o pro- bres. Las anes desrinadas al bacbelor,.. y al m,IS/tr .. no romprcndcn si-
1riene de la superior facultad del r1120namienro. quiera la ejercitación cttaúva de ojos y roa.nos como componen te reconocido
Esw co.ncepción no se limitaba a la reoda de la psicologfa. Recibía apo)'O de la educación superior.
y aplicacíóo en la rndicional exclusión de w bellas anes de las Artes Liben- Las ones se descuidan porque se basan en la pcrcrpción, y l• pettq,-
les. Lis Ancs Libcrolcs, as! llamadas porque eran las únicas dignas de la ción se desdeño porque. según se supone, no incluye al pensamiento. De ~
aetividad de un hombre libre, tenl•n por objeto el lenguaje y la matcmá- cho, los educadores y los administradores no pueden justlficar concederles a
úcn. Las artes de Lis palabras eran espcdlicomcnte 1a gramática, la dinléctica las anes una posicióo dc importancia en el currii:ul11m, a no scr que com-
y la rcrórica; la adun~úca, la geometría, la asuononúa y la música, se basa- prendan que son los más poderosos medios para fortalecer el componente
bm en la matemática. La pintura y la escultura se contaban enrrc las t.rtcs pcrccptual sin el cual el pensamiento productivo es imposible en cuJl!quier
mecánicas, que rcqucrfan trabajo y attcs1tllía. La aira estima en que se tenla campo de actividad. El descuido del arte es sólo el síntoma más t1tllgible de la
la música y el desdén por las bellas arres provenlan , por supuesto, de Platón, difuodlda inacción de los sentidos en todo dominio del esrudio ncaMmico.
quien en su ~pública hobfa recomendado In música paro la educación de los Lo que más se necesita no es estética o manuales esotéricos de educación
hhoes porque hada que los seres humanos _participaran del orden matcmá - artisdcat sino una argumentación más convincente en favor del pensamiento
úco y la armonla del cosmos, situados más allá del alcance de los scntidos; visu"1 en general. Una vez que comprendamos en ccono la perrurbadora csci-
mientras que las artes, y en panicular la pintura, se trataban co:n precaución sióo que entorpece el adicsll"lllllicnto del poder de razonamiento, pocldamos
porque intensificaban la dependencia del hombre respcc<0 de las im4gcncs uaur de curada en lo prktica.
ilusorias. Los historiadores pueden decimos cómo se originó esta curiosa di.sún-
Hoy está prcsc:ntc rodavla entre nosouos lo nociva disctirninación entre ción y cómo pc,sistió a uo,-és de laséP.OC"'·En el aspecto hebreo de nuestra
percepción y pensamiento. Hallaremos ejemplos de dio en la 61osoflo y lo rrodición, lo historia de una prolongad• hostilidad contra las imágenes gra•
psicologla. Todo nuesuo sistema educnúvo sigue basado en el estudio de badas comienza con la destrucción de uno pi= escultórica, la ~l bctcrro
Lis palabras y los números. En los jardines de infmcia, es cieno, nucsuos de oro que Moisés hizo arder, reducir o polvo y esparcir por las aguas para
niños aprenden viendo y manipulando formas hermosas e inventan Lis su- que los hijos de Isncl L, bebicrun. Seguir todo el episodio en este libro sig-
yas propias en papel o arcilla pensando a trav& de la pcrecpción. Pero ya nifu:aríareescrilili la mat-or parte de la historia de la filosofía europea. Me
en el primer grado de la escuela primaria los sentídos comienzan • perder limitar~ a unos pocos ejemplos de cómo el problema se rdlej6 en los escritos
status educacional Cada \tez más, las artes se considc:ran un adiestramiento de algunos pensadores griegos.
en arrC$3olas agradables, un entretenimiento y una distensión mental. AJ sub-
rayar mlh cnfíricamente Lu disciplinas dominantes el estudio de las pala- • Estudianteque escoge cs-pcdafuanc en •lgú.n tema aad6nico. a 11 vu que la
bras y los números, su parentesco ron las anes queda más oscurecido y las csp<áalwáóo """!P(la . [T.J
•ncs se reducen a un complemento deseable; cada vez pueden sustraerse me- •• Gradol uni,-.,niurios ..,_;..., que prco:denilun<dimmcn~ :alpbílosopl,y Joao,,
nos horas semanales del cswdio consagrado • las materias que, según la opi- o clocwrado
. [T.J

16 17
,..--------------- \,
Da confúv:lJJhacia los sn:tidos v• c!ón, wlc dccíc, a los sentidos humanos que procuniban la información.

En las primeras etapas de claborac:ión intelectual, Ja mcn,e human• lltll·


Quttá lo que los ojos Lransmitíanno em cie,-to. Después de codo Parménides
el filósofo de Elca, había insistido en que no había cambio ní m'o.,imicruo
el mu~do aunque ~od~ vieran lo contrario. Es,o sígnüiOlba que la experiencia
a:
de a consider::rr los fenómenos psicológicos como cosas o ncon,ccimientos fl.
sicos. De esta forma, los primeros pensadores localwiron la escisión de la que IJ sensonol eta una 1lus1on engañoso. Pormátides eirigfo un.odclinida distinción
bublo, no cn la mente, sino en el mundo exterior. Los pitagóricos crelnn que entre In !>C;CCJXÍÓn y el razo~amiento, pues era al razonamiento al que hub11,
habla una dife,eocia de principio entre el reino de los ciclos y hi existencia que recumr ¡>3m la corrccodn de los sentidos y el establccimientn de la
sobre la Tierra. El curso de las estrclhis era permanente y predecible en la verdad:
rccucrencia -sujeu a leyes- de lo Mismo. Cuerpos de formo simple ro••·
bon a lo largo de senderos gcométcícameme pcsfccros . Era un mundo gober- Po~u~ nunoJ se. probaráque las cosas que oo son .sean; pero caprt ■ tu
nado por razones numéricas Msicas. Sin embargo, el mundo sublun,r, en el ~S4t1Ucnto de este modo de inquisición y oa dejes que la costumbn:, na-
ach de caudalosa experiencia, obligue a ru ojo sin rumbo, • ta oído pleno
que habitan los mortales, ct:1 el desorden.do csccn,rio de cambios imprede-
cibles. ¿Eru I• puttU de las form:15 y h, confiabilidad de los acomecimicn-
de ecos, _Y". tu lengwt.a seguir este ami.Do: pot d contrario. que ru razón
te permna JU281'la prudn que l"<>he ¡,ronuncÍlldo.
tos observados en ascronomla y matemáticas lo que hizo que los pitagóricos,
condbieran una dicoromfa entre el mundo celeste y el mundo tcrrescrc? ¿Es-
cab,m todavÍll inJluidos por la concepción, universal en el pensamiemo pri-
mitivo, según la cual los acontecimientos de la natural= y la cxiscencia hu- •=~-U?•
Pocllan halfo= f,icil~tc ejemplos de cómo la pcrcqxión podfa conducir
vara _sum~•d• en el agua parecía quebrada; un objeto parecía
pequeno vmo • dimocia; las personas afectádas de ictericia veían o.marillas
mana son gobcm•dos por causas indívid,,,ales mis que por leyes gcncrales?
Pero los 6lósofos griegos del siglo v1 no CtflD primitivos y en su astrooomla
13s cosas. Demócrito habí• enseñado que, como la miel les sabía amarga a
los unos y dulce • los otros, no habla cosas tales como lo omargo y lo dule<:
era evidente el concepto de orden sujeto • leyes.
de ~r sl. _lassensnoones de color y &lo o de color cxistian sólo por con-
Tampoco pacdc decirse que el mundo de los scntldos se presente inc-
vcnoón, mtenl!llS que en rcolidad no babia más que átomos y vado . Lo poco
viroblemcnrc como un espectáculo de desorden e irracionalidad. Por ejem-
plo , los pensndoces chinos de la escuelo 111oís111 y del yin-yang, aproximada -
que f>?día confutrse en -los sentidos les sirvió a 105solistas para apoyor su
c...<aeptiasmo6losó6ro, pero sin •ió cicnamcnte al rrúsmo tiempo para escablc-
mente en la misma 4>001 y quizils en u11:1eta!"' c:ulwml similar, velan el
mundo de los scntidos totalmente impregnado por el juego mu,uo de los ccr la conccpaón .de un mundo físico sin división, unido por la ley y el ocden
ruitutales. La vantdad caótica del mundo rcrresm: podla ahora atribuirse a
fue rzas cósmicas, que rcgfan Lis estrellas y las es111cionestanto romo el me-
una lectura rubje1ivamcn1e errada.
nor acontecimiento tcrrestte. ú conducto errado poclú,producir discordia y
lucha, pero el niño nada muy ccn:a de l Tao, y tras los tanteos humanos $C Sin _lu.gar. • dudas, la civilización occidenw ha obtenido grun provecho
hallaba subyoc=tc la ley del Todo . Así, Arthur Wnley escribe en su libro sobre de 1~disu~oon entre el _m~ndo objetivamente cxistc:ate -y la percepción que
de él se nene. Es una d1sunción que escablcci.ó la diferencia enue lo flsico
el Too Te King: Y lo mcn111!-.Era_d comienz? de la psicolo~•- Tal romo acabópor ser prae ti-
cnda. lo ps1colog10nos prcv100 comn una 1dcorilicaci60 inocente del mundo
El ou-n,rcro, d 01rpin1cro,d arquero o el nachdor desempeñan su activi-
dad no por 14 ocumulacióode htchos que coocicrnAna sa anc, ni umporo que pe.rdbimos con el mundo 1al como ~realmcnte• es; pero lo hizo hacien-
por el uso cncrgéúco de sus músculos o 5Cl'lñdosc,ctttiores, sino por 1Au~ do peligrar nu1:51ra ~nlinda fa_milioridad con la realidad sobtc la que e.rigi-
liz:icióa del p:u-entcsooíunchma11al que, por detrú de Ju di,tindon,. y di- m~ nuesua cx1s1cncia. Los pnmcros grandes psicólogos del Occidente, des-
..,,.;cude, ap•rcmcs, une su propia Materia Primordial con Jo Matcru Pri• pues de todo , fueron los solistas .
mordi•I dd m,dlo en el que mib•i•n - _ Los pensadores g~íeg?s cron !º ba~11•?tesutiles como para no condenar
Simplemente la cx¡,c,n~ncia sensonal; d1Sunguíeron en cambio el uso pruden-
Sin embargo, ni siquiern en Occidente prevaleció la división del mundo te de ella de su uso tmprudentc . E! cri,orio para cvaluGt J. pcra,pción, se
íísico en dos reinos cualitatlvnmcnte difc,entes . Pinaln>ente, la diferencia vi- supuso , provcní~ de i. mzón. Her,lc.hto hubfo adveni do que las ulmas bátba-
sible enttc el orden calculable de los cielos y la infinita varicdod de las for- ~• no pueden 1merpre1ar correctamente los sentidos: «Malos testigos son los
mas y los ocontccimientos tcrrcurcs se atribuyó a los instrumentos de obscr- OJOSY los oídos pacalos hombres, sí no tienen éstos almas que comprendan su

18 19
e 4

l<nguaje•. Asl, la escisión superada en la concrpci6n del mundo flsico se intro- dera realidad y se sien1en deslumbrados por ellos, oomo si se cncontrffl!JI
duce abora en la de la mente. Asl como el ttino del orden y la verdad babia ame una lu• in1cnsa. Gntdualmente se acosrnmbran • enfren1ados y atcp-
csrado mds alládel dominio de la vida en la Tierm, igualmente c:s1obaahora 111dos.
más oUd del reino de los sentidos <n la geografía del mundo inrerior. u per- Cuando Platón cuenta esta bismtia de irúciación no esií hablando mera-
cepción sensorial ¡• el raronamiento quedaban esisblecidos como anl#gonistas, men1e en senrido ligurndo. L, caprocióo de la -Udad median1c la visión
mutuamcme oettSilados, pero diferentes entre si en principio. directa se reconoce concrctarncme en Li doctrino de la reministtncia. En
Sin embargo, de ninguna manera ignoraron los filósofos griegos el pro- el Mon6n, S6crates demuestra que cuxlabusca y iodo aprendizaje no son sino
blema que es1a di.slinción creaba. No es1aban dispuestos • exaltar dogmdtica• recuerdo». El alma, como que es inmoruJ y nació muchas veces
mente la l'llÓn al precio de devaluar los sentidos. Oem6cri10 paree<:ser el que
cnfrcnr6 el dilema mis direct111Den1e.Distinguió la cognici6n •=• de Y habiendo visto todas las cosas que existen, ya sea en este mundo o en d
los scn1idos de Ja cognición •clllnl• o genuina del razonamiento, pero hizo mundo inferior, tiene conocimicnmde todu cllu, y oo hay por qué -ason,.
que los sentidos se dirigieran despectivamente • la razón del modo siguicn1e: brarsc de que sea capaz de eooc,,r el recuerdo de iodo Jo que sabe acerca de
cMenn, de<dicbada, IÚ, que obtienes de nosotros todas rus prucbos , ¿preten- la vi~ y acera de todo; porque como toda la narun.leza es alin y el olmo
aprendió todas las cosu, no hay dinculwl en que ob1eoga o, como los hom-
des derribarnos? Naesuo derrumbe scnl tu caídu.
bru dicen, 1pttnda, todo d ICStoa partir de un t1nioa rttucrdo ...

Plat&n, ,1 d, las dos mmus Platón no está hablando aquí de lo que llama babitnalmentc «saber a
pacer de Li experiencia». Habla de «la comemplación de la verdad> csm es
En los di.UOgosde Platón, una ambigua acritud se C.'<JlRSa en dos pers- «el ser mismo que Je concierne a] verdaderoconocimiento: la eseC:Cia~
pectivas diferen1es que coexisten incómodamente . De acuerdo con una de lora, informe, im.angible, sólo visible a la m<nle, el piloto del alma•. Esta es
ellas, se captlln las entidades estables de la existcncfa objetiva mediante lo la _Puriftcada percepción de los objelOS puri6cados, pero peraepción de cual-
que llamarlamos opemciones lógicas. El hombre sabio cnmina y relscion• qwcr manera .. En el F~dán, Sócrates se refiere signifu:aúvamemc a la cegue-
formas (ideas) arnpllilmen1e esparcidas de cosas diversas y discierne inruiti- ra, • I• cpird1da del 010 de la meare» cuando advierte oonua el peligro de
vamen1e el carácn,r genc!rlco que tienen en común. Urui vcx reunidas esw ronfuu en los sentidos. Se tral# de renunciar n una especie de percepción
formas, )115distingue 1ambién enuc sí mediante la de6nición de la nall1nlC%a para salvar otra.
particulru: de cada una de ellas. Observarnos que, de acuerdo coa PLitón, esre ~~enLC se _lo~rari profundizar la comprensión de la posición de pJa.
procedimiento exige algo mds que Li mern habilidad de lllllDÍpular conttp- c6n s, se 1nccnto ehmmarla •conmadiccióoa. cottc sus dos enfoques . .El lcc:-
1os. El carácter común no se descubn: por inducción, esto es, por una bús- ~r moderno _puede.moderar su incomodidad suponiendo que el dilerru,pro-
quedA m<cini01 do los elemen1os romp:irtidos por 1oc!Asl•s especies y lo subsi- viene de la difescnaa entre la perspectiva de Piaron mismo y la de Sócrates
guiente in1egradón de estos elemcmos en una nueva mtalidad. l\iás bien, su pro1agonista; o que las conv:icciones de Platón se modificaron en el rurs~
para descubrirlo, se debe disccmir la toialidad de esa forma gen&ica en ada de su vida; o que bnblaba de la visión directa no en sentido literal sino mc-
it!,a particular , como se descubre una figura en una imagen poco clara . Ade- 1afórico. Semejanres intentos de adaptllr al li!Mo griego a las puk:n,s alter-
más, cstB o¡,cracióo se refiere a las formas genéricas solamente, no • los ca, notivas del pcnsamicmo modc:rno sólo pueden oscurecer nucstTII comprensión
sos parriculores que perciben los sentidos. Sigue en pie el problC1D1tde cómo de esta oompleja figun: un hombre impresionado por los primeros atisbos
se conocen esw formu, puesto que la expcticnci• sensori•I puede eng¡¡• del _Poder de las o~cio?es lógicas e invadido por la sospecha contra ¡015
scnudos, pero, al mismo 11eropo,=no todavía a la experiencia primordial
ñamos.
El intento de P.latóo de llegar a generalidades es1ables a trnvés de oper.i• de conocer a U11vésde la visión.
clones 16gicasdel pensamiento es completado y, quizá , contradicho por su . No es n~o pan, nuestros objetivos decidir ham qué punro I• C5ci.
profunda creencia en In sabidurla de Li visión direct•. Tenemos aquí, puts, s1~ de la vw6n ~el mundo de Pl•~ón sigue siendo pitagórica, esto es, no,o-
un segundo enfoque que se expresa en el mito de la caverna subterrónca. Los lógica, y h1151aque punto era ya J"'Cológica a la manera de Protágoras el so-
prisioneros, primero limi111dos• la visión de sombras pasajeras, son «h'bcru- fista. cSostenín Platón que los objetos individuales accesiblcs a los sentidos
dos y sacados de su error» . Se les bace ron1cmpl2r los objetos de la verda• son en sí cimpcdcctos•, es-to es, inconsuuucs, pasaje.rosy, por tamo, rcspon--

20 1 21
Q

da inmediata. Procura Ju generalizaciones vaciadas que han bccbo posible la


sables de la inferioridad de In imigenes apiadas _porlos sentidos? ¿O crcla
ciencia moderna . Estas generalizaciones se limitan a lo que 1od..s las inston-
que la es1obilidad de los arquetipos objetivamente cristcntes llega hasta esas
cias de una familia de casostienen en común e ignoran uxLaotra cosa. Son
entidades particulares de In que los sentidos obtieocn su iiúom111ciónY qoe
precisamemc lo contrario de los géneros platónicos, que se vuclvi,n más ple,
la deplorable defom111ci6nde la realidad ocurre sólo en el proceso de la pcr•
nos y m:is ricos cuan10 más alto se sitúan en la jcrarqul:\ de los •ideas• .
cepción? Sea cual fuere la respuesta , lo que importa es que la d=n6all%ll
Sin embargo, no ver en Arisióteles nada más que al progenitor de L, abs-
haciD la percepción ordinariD singulariza profundamente la 6losoEla de Pla-
trac:ci?n cicnt!Jica moderna sctla sumomentc engañoso . Su curioso ejemplo de
tón. Llegóinclu so a crcluir las inúgcncs scnsoru,les entcnmcnre de I• jerar-
la retirado durante la batalla es suJicientcmente signilicativo. Describe L, in-
qula que va desde Lis más omplias generolidades basta las particularidades
tangibles . Para él, el árbol de las diferencÜlciones lógicas terminaba en el ni-
ducci6n como Jnttst11u.r:ación de una cformación original,, esto c-s, romo un
vel de las especies. Las imágenes sensoriales eran opacos reflejos fuera del
";000 de obtene~ acceso• una entidad preexistente , con la que los casos par-
11cularc:sse relacionan como los parles con un todo. Es cierto que Ariató tcles
sísierna de realidad . Para obtener provecho de lo que los sentidos ofteccn,
fue el primero en reconocer que la susiancia no esul sino en los obje1os indi-
uno tenla que seguir el ejemplo de los matemáticos, quienes baccn uso de las
vidu.tes. De es1c modo sentó las bases de nuestro conocimien10 según el cual
formas visibles y ra2orum sobre cllas aunque •DO piensan en cllos, sino en
?ad• _existe mis allá de las existencias individuales. Sin embargo , los casos
lu ideas• las que se asemejan». La verdadera visíón se dcscn1>een un pa-
md1V1dualesde modo alguno quedaban abandonados a su panícula, cnnícter
saje en el que se la menciona romo una ilustración de cómo el ahruadebla
único, que s6lo el pcnsaroien10 generalizador podía redimir. lnmediatamen•
comportarse para con el Supremo Bien:
te dc.pués de describí, el procedimiento de inducción, Aris161eles escribe la
notable declaración:
Y el alm• es como el ojo: cuando reposa en algo en que la v,:,dad y el
$CT rcspwidcccn, el alma percibe y comprende y está rtdiante de inteligen-
cia; pero cuando <e welvc lacia el crepúsculo del d..mir y 11decadencia, Cu1ndoun panicularde una serie 16gicamcnteindisaiminab1ese detttt1
sólo tiene opini6n.. y anda vacilante, sustentando u.na opioi6n primero y en el almo se hace presente el universal mis bdsico: penque 11unqucel oct~
luego otrll, y parece no tener inteligencia alguna. de _i. pottpción de lo. >enrido. se a:ntn en lo particular, su con1cnido es
uruvcrsal, es d hombre, por ejemplo, y no un l,omlu " llamado Ca!lw .

JJrist6t,/,s : aramo y desc,nso En otras- p.tabras, no hoy rosa tol romo L, perttpeión del objeto psrriaf-
i lar en el sentido moderno. •La percepción corno fru:ultad., dice Aris1ó1eles
En el pensamiento de Aristóteles se advierte un actitud igualmente ~ Otra _parte, •es del •ta1• y no meramente de ..es1c algo"», es10 es, perá-
complej• respec10 de la expericncÜI scmori.t. Por uno p,1ne, él es el que b1mos siempre en los puricuLues, d4sts de cosas, cualidades generales antes
introduce la noción de inducción en el sentido moderno : el conocimiento ob- que el carácter de únioo. Por 1anto, aunque en cier1as rondiciones los acon-
1enido a partir de la recopilación de casos individuales. Hay animales , dice, tecimientos s6lo pueden comprenderse cuando su repetida experiencia lleva a
que pueden recordar lo que sus sen1idos h•n percibido Y, entre esos anima- 1~ generalizacióa por inducción, hay también casos en que un acto de L, vi-
les, hay algunas especies dotadas del •poder de sis,ematiur,, 1..s experiencias sión basta pan Jinafüar nuestra investigación, pues hemos cob1cnido lo uni-
sensoriales cu4ndoéstas se repitm con frecuencia. Esta siscematización. dice, versal a ~rir d~ la visión•. Vemos In rl26n de lo que intcmamos compren-
opera como se detiene una_retirada en el CUISO de un• bat11U..:primero hace der •al mismo uempo en cada instancia, e inruimos que debe ser as{ en to-
al10 un hombre, y luego ouo, basra que la formación original ba quedado das las instaatin•. :Esta es la sabidurlt del 1miuersalt;,, rt, como habtia de
restaurada . A ua,·és de la inducción. pues, que «procede a través de una enu• conoce~ posteriormente, el universal dado en d objeto panicular mismo,
menci ó n de iodos los c,,so.. , llegamos a la concepción de fos más ahos g<!- UllJl sab,durla que nuestra propÜI teorizllC.ión lucbq por recobrar en su inte -

nClOSpor medio de la abSlra~ón. La abstracción elimina los atributos mis rés por la W tltnsschdu , es decir, la percepción diren. de los e.tocios.
paniculares de los casos más especi6cos y, de ese modo, llep a los roncep,os A Aristóteles se le atribuye ron justicia haberle impues,o a la mente oc-
superiores. que son de contenido más pobre, pe.ro de extensión más vasca. cidental la n«esidad de la investigación empfric:2. Pero esta exigencia se
Esto resulta bas(Jlme familiar y moderno., Introduce la noción de abstracción comprende corrccmmen,e sólo si se recuerda al mismo tiempo que Aru1óte-
en el sentido de que impliai una creciente dis1anci• a partir de la expericn- lcs percibió este enfoque «asccnden1e» úniaunente corno una ca"' de la rarea,

22 23
que dchis romple111rseen forma simérrica mediante d enfoque opuesto «des- después de todo una relación tntre prototipo e imllgcn, aun cuando la ima-
c:cndcnte•. La abstra«ióo debe romplc= con ht definición, c¡uc es la dc- gen se considerara imperfecto. Rosta cierto punto, esta relación fue reempLi-
tcmünación de. no roncepto que se obtiene deductivamc:ntc a partir del gé- zado por la conexión geoéúa que Aristóteles posruló entre universales y por-
nero st1perior y se idcnruica con pttcisión a uavés de su •tributo distintivo ticulores, conexión que no oeg6 la función de imagen de la apariencia sen-
(dilf~w,1í11), De hecho, cuando Aristóteles bnblaha del pensar, se rderla ol sorial, pero la hizo méoos cxcl0.1iva. El hijo es cl producto del padre , DO mc-
silog.i,mo,esto es, aJ arre de: enunciaruna oración sobre uo caso parúcular rarncm.e su c6gic.
mediante la consulto con una gencndidad más amplio. Tombi~n en este caso Aristóteles no sólo estableció el univcr:ul como la ronclicióo iodispensa.
se tntto de una deducción. Es significativo que en el siglo XIX se acusara nl ble de la existencia de la COSB individual y el 01rácu,r mismo del objeto per-
silogismo de ser una tamologiB pues presentacomo nuevo conocimientolo ccpúblc; al hacerlo, rechazó y evitó lo elección arbimiria de atúhutos que
puede servir de base de una generalización cuando la inducción se entiende
1

que estaba ya contenido en la premisa mayor. Esto acusación presupoola que.


la generalidad de lo premisa m:iyor se hsbfa obre.nido por inducción, esto e.s, en su ~ná.do csc-rictoy mecánico.En rigor, cualquieratribmo común, pcrti•
lo diligente rttopilacióo de todos los casos individuales entre los que se con- ncnte o no, podria utilizarse oon este propósito si lo genmdización dtpcndie-
taba el de la premisa menor. Podemos confiar en que la aguda mente de ro simplemente de las semejanzas que alguien hubiera descubierto y singula-
Aristótdcs hubiera detectado ella misma semejante folra. Si la dificultad no rizado. En cambio , para Aristóteles la gcncrnlidad en el caso parúcular era un
se le planteó, es probablemente porque ¡,oro él el univ=•I ( clo que tiene hecho nbjetlvamcotc determinado. Las CUJl!idades que un objeto comparúa
unn notumlcza 1nl que se predicu de múltiples sujetos> ) DO ncccsarimnente con otros de su cspttic: oo ron.s-litulanuna semejanzaincide.mal_, sino la esen-
u derivabd de <$OS muchos sujetos por rccopihtci6n. Por ejemplo, utiliundo cia misma del objeto. Lo general en un individuo era la form• que le impñ-
al médico para iluslnlr su argumentación, Aristóteles afirmo que si «poseyera mfa su género. Por tanto, esta generalidad no se dcfiola por lo que el indi-
la 1oorí.asin l.Ltexperienciay reconociered universal, pero no ronocicr1lo viduo comparó a con otros, sino por lo que en él •interesaba-.• La doble sig-
individual incluido en él, • menudo DO logmóa la cura•. Con todo el debido ni6cncióo de b p•labra «matcriH cst& signifiouivamcntc presente en el pen-
respeto por la inducción, el universal cm «lo que es siempre y en codo Ju- samicruode Aristóteles:L:imaceriaes lo que interesa, O, pa:rausar otro tú•
go,. y el término C4lh'holo11 (on6lico ), que Aristóteles usó, se basa e.n un• mino al que con &ecucnciar«UUCD los traduclores_,•susta:ncia•es lo que.es
rabo que significa «todo• y DO ooonocaba de modo alguno sumo de particu- •la sustancia de.. una cosa, su esencia. Ser, pues, no se definía --como se nos
enseña a haccrl~ como una propiedad de , simplemente, todo lo dot1do de
lares.
Esto cm todavfa enteramente plotónico, claro está; pero Añstótclc:s fue susll!ncialidod mare.rial. Oo objeto cxisúa sólo en la medido de su esencia, "'
llW allá que Platón, pues exigió una rcloción más ncrivu entre los íd,as y pues el ser del objeto no era sino lo que babia sido impreso en el amorfo
las rosas scns,1,les, entre los ani,•ersn)es y los paniculares . De acuerda con material en bruro por su gé:ncro dador de forma. Las propiedades acciden-
L, ,crsión plaróni01 de est.1 relación, las entidades inmutables y la ap:trienci• tales dd objeto no eran sino impurezas, la contribución incvitoble del ma-
sensible habíancoexistido de modo más bien cstátioo. Aristóteles sostovo que tl'ñal en bruto. Al en01rnnrsc, la forma perdió algo de su pureza; pero las
para que surgiera cualquier objeto ecrceptlble, un universo) tenfo que impre- impurezas resultantes no pertenecen al ser del objeto. No «interesaban•.
sionar el medio o la marcru que en si cm informe e incnc, salvo por su apc- Esta noble concepción no nos es utili:table en su formulación meiat'lsi-
Cll. Pero la experiencia y h convicción fundamentales que expresa son su-
tencin de ser impresionada. A este proceso gcncmúvo por el cual la forma
posible adquirla cxmencia real, lo !lomó Aristóteles ,n1elequia, palabra que mamente pertinentes. Aristóteles afirma que uo objeto nos es real • tm,-és
implic::tba la aparición de un estado de perfección . Fue un pensamiento que de su naturaleza verdadera y duradero, no • través de sus propiedades acci-
le ororg9 nuevo vitalidad al status ontológico de los ooivcrsalcs. Se convir• den11,lcs y cambiables . Su carácter universal es dicectamente perceptible de
tieron en creadores. El mundo de los ohj<etos sustanciales cm generado romo por sí como S\l esencia, antes qut indirectamente recopilado • través de la
un escultor impone formo a IJ, materia incne , y las cosas perceptibles con- búsqueda de los elementos comunes en los vatios cspcdmcnes de una espe-
tanlan • los universales no sólo por la innüción del observador, sino que los cie o género. Y cuando ha de hacerse un• generalización perceptual , sólo
incorporab,in de hecho por CJtusade la nobleza de su origen. puede hncerse mediante el i:cconocimicmo de la esencia común de los espccl-
Esto no significa que Aristóteles les devolviera simplemente • los sena- mcnes. Los accidentes compartidos no pueden servir de hose a un género.
dos una dignidad que PIJ1tón les había quitado. Lo «rocximncin e$tátíca» de
• M1tunrd~ M1111a.s.i,gnj.6ea
ia la \'a •interesar». «impoctan1,y •mat-mP . (T.1
!u ideos ussa:ndencales y la opaticnda sensible de la doctrina de Platón ero
25
24
Aunque 105filósofos griegos amábicron la díco1omfa de percepción y ra- 2. LA INTI.LIGF.NCIA DE LA PERCEPCION VISUAL (l)
zonamienro, oo puede dcciac que aplicarao cs1a noción con La rigidez que
la doctrina adquirió en los siglos recientes del pensamiento occidental. Los
griegos apICOdieron a dcsoonliar de los sen1idos, pero nunca olvidaron que la
visión dírcc1a es la fuenre primera y última de la sabiduria. Refinaron las téc-
nicas de razooamienro, pero también creyeron que. en palabras de Aris1ó1clcs,
«el alma j:unru; piensa sin una imagen...

Lz ¡,e,c,pci6n conro t:0gnici6n

Puede que el tirulo de este capitulo parezca contener una coou-adiccióo


evidente. ¿Cómo puede bal,er intcligenaa en b pcrccpción? ¿No es la inte-
ligencia algo que concierne al pensamiento? ¿ Y no oomicnza el pcnsamien10
donde termina la obra de los sentidos? Prccisamcnrr esros supuestos se cues•
tionarin en lo que sigue. Por mi pane sostengo que el coojun10 de las opc•
nicionescog¡,oscicivas llamadas pensamien10 DO son un privilegio de los p,o-
cesos mentales siruodos por encima y mru;aU,I de la pc,ccpcióo, sino ingre-
dientes esenciales de la pcrccpción misma. lite refiero • operaciones tales como
la explooo6n activa, L, selección, la capuición de lo esencial, la simplilica-
ción, la absinccióo, el anilisis y la slntesis, el completamienlO, la corrección,
la compa,ación, la solución de problemas , como también la combinación, la
separación -y la puesta CDcon1ex10. EstaSoperaciones no $OD la pre.rtogativa
de ninguna de las funciones mCDmles;son el modo CDd cual tmto L, mena:
del hombre como la del animal rraran el material cognitivo en rualquier ni-
vel. No existe diferencia básica en este respecto entre lo que rucede cuando
una pc,sona coo1empla direcumen1e el mundo y cuando se sien1a con los ojos
cerrados y «piensa•.
Pot «cognitivo.. quiero signilicar rodas las opc,aciones mencales implico-
das en la recepción, almacenaje y procesamien10 de la información: percep-
ción =ial, memoria, pensamien10, aprcndÍ%lljc. Esta utiliz,,ción del 1ér-
mino entra en conflicto con nquclla • la que muchos psicólogos cs1ÚI habi-
tuados y que e..cluyc de b cognición la actlvidad de los órganos de los sen-
tidos. Refleja L, distinción que estoy u-orondo de eliminar; por tanto, debo
cx1endcr la significación de los 1érmioos •~noscitivo• y «cognición,., de
modo que abarquen la pem,pción. De monera semcjome, no veo cómo eliminar
la palabra «pensar• de lo que acaece CDIn pcrccpci6n. No parece existit nin•
gún proceso del pensar que, al meoos en principio, no opere en la percepción.
La p,rcepción v_isual_ cs. pensamiemo vbuaL
1 Existen buenas ra,.oncs para la escisión cntte visión y pensamiento. En

26 ,. 27
ria) pem,prunl. Y, sin embargo, puede que insistieran en que d pensar, que
bcne6cio de un metódico modelo tcor,co, es ruirural que se distinga clarn-
mente enrre la informa.ción que un hombre o un animal r<cibc • traffl de
p,ocesa
el resultado de la pcrccpción, en si mismo no es perceprual. Puede
que dijeran que el pensar consiste en operaciones inrelcctualcs centradas en
sus ojos y el mtamicnto a que se somete esa información. El muodo arroja material c:ognitivo. Este matcrinl se vuelve no peroepwnl desde d momento
su reflejo sobre la mear.e, y este reflejo sirve de material en bruto que debe en que el pensax transformó loo pcrceptos en broto en conceptos. Se supone
ser examinado, probado, reorganizado y almacenado. Se tiene 1n tentación de que la abstrllcción de estos conceptos de algún modo los despoja completa·
decir que el organismo otorga una capacidad pasiva de recepción junto con mente, los 1íbcrad~ 5US caractcósticas visuales y, o.si. 1os vuelve adccu.ados
un poder acrivo scp:u:ado de elaboración. para las operaciones imelcauales. Se concede que percepción y pensamient~,
Tal perspccti11a porece recibir el apoyo de los hechos elementales . Al e~•· aunqye se los csrudie por separado con el propósito de lograr una más fácil
minar el ojo extirpado de un hombre o un animal, se puede ver en la rctlllJi comprensión teórica, interactúan en la práctica: los pensamientos influyen en
una irruig,,n pequeii,¡, pero completa y 6cl, del mundo hacia el que el ojo se lo que vernos, y viceversa. Pero ¿es realmente evidente que tal interacción
vuelve. Eslll imagen resulta no ser el equivalcmc físico de lo que la perccp, puede tener lugar entre dos medios supuestamente tan diversos entre sí?
ción aporta a la cognición. Se sobe, que 1n imagen memal del mundo cxu:rior Una referenóa • un problema que expondremos pronto con mayor deta-
difiere grandemente de la proyección sobre la retina. Por tamo, parca, now- lle puede ilustrar esto. La visión que urui personn tiene del tamaño de un
ral arribuir estas difcren.cias 11 las claboro.cioncs que tienen lugar después de objeto, corrientemente DO corresponde al tamaño rela!ivo de la proyección
que el sentido de la vista h,, cumplido con su rarea. de ese obje_¡osobre la retina; así pues , por ejemplo, un automóvil distante
Sin embargo, aun en la aperien.cia visan! elemental existe uno difcren - cuya proyección óptica sobre la retino es más pequeña qnc la de un bmón
óa entre la recepción pasivu y la percepción activa. Al abrir los ojos, me que csul junto al observador, parece tener el wn•ño norinal de los automó-
encuentro rodeado por un mundo dado, el cielo roo sus nubes, las aguas viles. Esto puede aplicarse di.cicndo, como lo hizo Helmholtz en el siglo XIX,
móviles del lago, las dunas modelad,is por el viento, la ventana, mi estudio, que la imagen emida es corrqida por un i!!Lóo inconsciente basado en hechos
mj escritorio, mi cuerpo. Todo esto se asemeja a lm proy«ción retiniana en
conocidos por el observador. Toda la diferencia estriba en que tal teorla
un aspecto, esto es, en cuanto me es dodo. Existe de por s! sin que yo baya intente sugerir que d pcrc:epm obtenido a p:u:tir de la proyección retiniana
bcd,o nada nmable para producirlo. Pero, ¿es esta advertencia del mundo es tan deformado como h proyección misma y que este engañoso material
todo lo que hay en la percepción? ¿Esincluso su escoda? O., ningún modo. pcrc:eprual en brum se interpreta de modo mis adecuado a los hechos por
Ese mundo dado es sólo el esa,nario en el que tiene lugor el aspecto más medio de inferencias obtcnidns a parór del conocimiento dd observador; o,
camcterístico de la percepción. A trav6 de ese mundo vaga la mirada, dirigi•
por el conttario, que la misma situoción pcraeprual cladAconicnga nspcctos
da por la a1cnóón, centrando el foco de visión más aguda ora sobre cs1e que le asignan a la irruigeo dd automóvil un tamaño rda!ivo diferente del que
lugar, ora sobre aquel ouo, siguie:odo d vuelo de una gaviota distante, el!••
tiene en la proyección retiniana. En este úlrimn caso el hecho rognoscitlvo se
minondo,m árbol para cxplomr su forma. Por pctc:epcióo visual se cntie:ode lleva a cabo dentro de la percepción misma; en el primero se emprende des-
en =lidad esta ejecución eminentemente activo. l'ucde referirse a una parte
pués de que la percepción ha emitido un mensaje bastante ddicicnte.
pequeña del mundo visual o al entero mareo visual del espacio, en el que se La diferencia que aqul se plantea no es ffcilmente clari6cable en pala-
sitúan rodas los objetos prontamente visualizables. El mundo que emerge de
bras porque «percepción• ,igni6ca cosns diferentes pata diferentes personas.
esta exploración pero,ptual no es inmcdia!lllllcntc dado. Algunos de sus as- Paru algunos el t.érmino tiene una signi6caci6n muy cs1recha y describe, so1o
pecios se erigen veloces, otrOS lentos, y todos ellos esbln sometidos a cons-
lo que los sentidos rcooc:n en el mnmcmo en que el medio cx1erior los es-
um1c confirmaci6n, rcaprcciación, cambio, completamiemo, co:crccci6ny pro,. !imula. Esm ddinición es c:xcesivamcme estrecha para las finalidades de este
fundización de entendimiento.
libro, pues c:xcluye las irnfgcncs presentes cuando uno persona con los ojos
ccr:rados o dcsatenm, piensa en lo que es o podría ser. Ottos amplían el tér-
mino para incluir en ~l toda clase de conocimiento obtenible sobre algún ol,.
• Penepci6n circunscrita jet.o del mundo ex1erior. Por ejemplo, la cacofónica frase «percepción de pcr·
sanan [person ~rception] puede entenderse en el sentido que ahorque to-
¿Difiere el enfoque aqul presentado de lo que la mayor parte de la gente f dos los procesos complejos por los cuales una persona llega a conocer a otra,
do por sentado? Pocos ncgadan, o aun se sen!irlan sorprendidos al sabccr, que vale decir, DO sólo lo gue ve, oye, bucle, cu:étwi, sino rambi6i lo que logra
las opcrnciooes cogni!ivas enumeradas hace un momcnm se aplican al mate-

28 29
1
avcrigUAr sobre los pcincipios, los hábitos, las posesiones y las acciones de !. distancfagraduaJmcotccreciente de. los int.erambios,es.to es, del cquilibno
persona por medio de las inferencias que le permiten las pruebas cumnstan- entre la asimilación de m,lid•dts ada ver más remo!ll para el logro de una
ciales. Puede que algunos de csws modos de obtener conocimiento oo se IICCÍÓnpcrñoem:e y una 1COmocbó6nde CStll acción e esas realidades.
consideren operaciones que tienen Jugar en el reino de lo perceprual, pero
se los incorpora a él de contro .baodo. Una persona que utilice el «!nnino No resulta rebuscado relaóooar la habilidad para percibir a través de
en su mils amplia acepción puede afumar que, por supuesto, incluye el peo· las distaoóas con lo que llamamos la aroplirud de visi6n de una persona in,.,_
samiento en la percepción, pero de ese modo oscuttce el entero problcm'1 ligente.
del pensamiento visual patll si y para los dermis. Los sentidos que captan a lo dismncÍllno s6lo procuran un amplio mar-
Como un detalle más de mi esuategi,, genenl, diré que en el siguiente gen a lo que se conoce, r:ambién alejan al percipiente del ÍJOpaC'IOdirecto del
wlisis de los procrsos cognosciúvos no ruiy diferencia, en principio, si ñe• 1COnlfflmicn10 caplorado. Poclcr ir más allá del cfcc10 inmediato de lo que
nen lugar consciente o inronscicrutmcmc,voluntariao 1:utomíciamentc,me- actúa sobn, el percipicote y de sus propias acciones lo capacita para CllJilllÍnar
dianir los c:cruros cerebrales superiores o mediante meros reflejos. Pueden ser el comportamiento de las rosas cxisrco,es con mayor objetividad. Le permite
acciones descncaclcnadas por una criamra p:trticular o inbcrcntcs a !. estructu- interesarse por lo que es, másbien que por lo que se le hace o lo que él está
ra de un órgano y, como tales, un aC'lode evolución biológica más qoe un indi- haciendo. La visi6n, en particular, como scñsló Hans Jonas, es el prototipo
viduo en p:trticular. Me intcrcsan aqul !.s capacidades que no son el p~ y quizás el origen de la teoria, en d sentido de mirada desapegada, contero.
dUCto rardio de i. refinada mcn1e humona, sino on rasgo constanre del ar• pl2Ci6n.
ganismo co su inrcnto de obrener información sobre el mundo exterior e in-
rerior, presente en los bajos comienzos de la vida animal y de ninguna ma-
ner a dependienic de L, conciencia o de L, presencia de cerebro siquiera. Lo, sentidos varían
Hablar de «inicligcnáa• respecto de las respuestas biológicasdementa•
les es, no cabe duda, arri.esgado, especialmente cua.ndo no se ofrece ninguna La cooducu iotcligcnte en una z.ona sensorial pnrricolar depende de cu,ln
dcúnición precisa de la in1.eligcnc:ia. Aun así, es posible admitir, por ejem- inteligibles sean los datos en ese medio. Es ncccsario pero no st.dicicote que
plo, L, afirmación que la utilización de información sobre el medio procuta los datos ofre%can uoa ricu variedad de cualidades. Puede dcórsc que todos
uot conducta m"5 inteligen.,, que la insensibilidad total. En éste, el mássim- los sentidos lo hacen, pero si es1as cualidades no pueden organiz.a= en sis-
ple de los sentidos, el rropismo innato por el CUBl un insttto bwca o evita !. temas ddinidos de forma, procuran escasa ventaja a la inteligencia. Aunque
luz, tiene algo en común coa la persona que observa vigilante los ac:ontcci- los sentidos del olfato y el gusto, por ejeroplo, son ricos en matiocs, tods esta
micntos dd mundo que lo rodcsn. El esr:ado vigiLuue de una mente humana abundancia - '11menos para la mente bumana- s6lo produce un orden muy
activa es Ir, última manifesr:aci6n de i. lucha por la supervivencia que hizo a primitivo. Por tanto, puede uno regalarse con olores y gustos, pero difícil.
los organismo, prímidvos sensibles a los cambios del medio. mc:nre puede pensarse en ellos. En el caso de la vista y cl oído, las formas,
los colores, los movimientos y los sonidos son susc:epr:iblesde organizarse con
suma p.recisión y complejid1d c:n el espacio y el tiempo. Estos dos sentidos
Exploraci6n ,ú lo nmoto son, por tanto, los medios par exce/1,mcep:tra el ejercicio de la intcügcncia.
La vis,a recibe la ayuda del i,,cto y el senñclo muscular, pero el solo taC'lo no
Por ranto, puede decirse que !. ~ sensorial como tal es inteligen- puede romperir con la visi6n , sobn, todo porque no es un sentido que capte
te. Rasgos mis particulares discingt,cn la iotcligenc:ia de los varios scnridos. a distancia. Como que depende del contacto inmcdia10, debe explorar las for -
Uno de cJ!os es la capacidad de obtener informaci6n sobre lo que acaece a mas millmetro • millmetro )' paso a paso; tiene que construir laboriosamen-
• óerr:a distancio. El o!do, Ir, visut y el olfato se cuentan cnue los scnridos sen- te alguna noción de ese espacio total de ttes dimensiones que cl ojo com-
sibles a distancia . JcanPiaget ha dicho que pn,ode de una sola ve%;y debe renunciar para siempre a esos múltiples cam-
bios de tamaño y aspecto y a esas conexiones de sobreposióones y perspec-
.. • el entero clesarmllo de la actividad mental, desde la puttpd6n y el tivas que 1an10 enriquecen d mundo de la visión y que sólo son accesibles
hibiro basto la rcprcscnUlcióoy 1• memoria, como tombiéo las lllM elevadas porque las imigcnes visuales caplao objetos distantes por medio de la pr~
opceradonesdel nuoruunicnto y el pensamiento ftmnal, es una func:i6ode l• yccc:ión 6pñca.

I
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I
En el universo de los sonidos audibles, se le puede dar a a,da 1000 un La visi6n ,s stltctiva
lugar y función ddmidos con respecto • varias dimensiones del siStema totaJ.
La mwiai, por t'1DIO,es uno de los resultados más p01enres de la in1cligen- Para interpretar el funcionamicn10 de los seotidos de manera adecuada,
cill humana. Pero aunque en la música se da un pensamiento del más alto ni- es neces1100tener en cuenta que no surgieron como instrumentos de la rog-
vel, se rralll de pensamiento sobre -y dcouo de- el unive.rso masiaú. Sólo nición por la cognición misma, sino que evolucionaron como auxiliares bioló-
iodirenamente puede referirse al mundo f!sico de la exiStenáa humana, y gicos para Ja supcrvivcnciJl. Desde su origen apuntaron • esos rasgos del
no sin la casi obligada ayuda de los otros sentidos. La a,usa de es10 consiste medio que señalaban la diferencia enre la f•cilitaci6n y el impedimento de
co que la informaci6n audible sobre el mundo es sumamenre limimda. De un lo vida, y se conocntraron en ellos. Es10 signiJica que la percepción 1ieoc
pájaro apenas aos da más que su canto. S. limita a los ruidos emitidos por lincs y es selectiva. [ndiqué ya que la visión se experimento como un• ocupa-
las rosas. Entre ellos se cuentan los sonidos del lenguaje, pera éstos odquie, ción sumamente activa. Para citar una formulación que ofrcd en otro lugar:
ren su slgnüicación sólo por refercaCÍIIo ouos datos sensoriales. As! pues, la
música de por sl consiste escasamente en pensar sobre el mando. La gran . Con un dedoinvisible, r~
AJ mirarun objeto_,lTiltamosde lllca.nza.rlo
virtud de la visión coosis1e no sólo ea que se rrara de un medio almmcntc rremos el cspocio que nos rodea, DOS dirigimos a los lugares distantes donde
se cncu~lflln las cosu, las tocamos, las mmos. examinamosSUJ supttfidcs,
sofisticado, sino en que su universo o&cce una ínformaci.ón inagotablemente
seguimos sus lxirdes. exploramos su tC"Xl\l.tL Esm es una tarea cminctuc--
dca sobre los objeros y los acontecimientos del mundo exterior. Por tanto, I• mentc acti\'11.Imprcsiornadospor esta experiencia, los pri.mttos~res
visi6n es el medio primordial del pensamieoto. describieron el p~ f&icode lo visión dc ocuerdo000 ella. 1'or ejemplo,
Lasfacilidades que procura el sentido de la vista no sólo le son accesibles Platón, en el T,m,o, afuma que el fuq¡o Nill que alico111el CUttpO humano
a la mente; son indispensables para su fancionamiento. Si la percepción no BUYC• mm!s de los ojos en una .suave y densa cmtierue de luz. De este
fuera sino una pasiva recepción de información, sería de esperar que la mente modo .., tiende un puenrc tangible entre el obsem,dor y la cosa observada,
ao se alterara por quedar an tiempo sin el aporte de mi alimco10 y que, en y por ese puente los impulsos dc la htt que emolWI del objeto llegan • los
verdad, podría kncliciarsc con tal reposo. No obs1aa1c, los experimentos lle- ojos y, desde alll, al alma.
vados a cabo sobre la supresión de estimulo sensoriil dcmosrrarnn que no
es así. Cuando los sentidos visual, auditivo, uktll y cincstésico se reducen • Esta concepción dcrivsba de la experiencia esponnlnca. Pero •I bacttSC
una estímuliu:ión poco estructurada -sólo una luz difusa pata los ojos y un evidente que el registro óptico en el ojo es en gran medidaun proceso pasivo,
zumbido constante para los oídos--, el entero funcionanúeoto mental de la por extensión se supuso que lo mismo co, aplicable ol entero proceso psico-
persona se ahern. La adaptabilidad social, la serenidad y la capacidad de físico de la visión. Este cambio de perspectiva fue lento y vacilante. Alrededor
pensar quedan profundamente perjudicados. Dll[antc los monótonas horas del 500 d.C., el filósofo romano Boccio escribi6: «porque In visra es común
de la experiencia, el 51Jjcto,que se dc.;cubre incapaz de pensar, reemplaza_la p= todos los momtles, pero si result11de imágenes que llegan al ojo o de
cstlmulaci6n exterior de los sentidos por las renúniscencias y lo evocación royos cnvilldos al objeto de visión le es dudoso 1ll sabio, aunque el vulgo
de imilgcnes, que proDIO se vuelven insistentes e incontrolables, indepen- ignore In exisi<:nciade esta duda•. Y mil años más tarde, Leonardo da Vind
dientes de la_ voluntad de la persona, como si fueran algo venido del exterior. escribióuna refutación cootrn
Esw imágenes pueden convertirse en verdaderas alucinaciones (así, se com-
... osos mruemátirosque afirmon que el ojo no tiene poder espirirulll algu·
probó que ea los hoopitalcs mentales los pacicotcs alucinan con mt1s fre- no que lo extienda a dis-tanciade sf mismo, pues, si así fuera, no $Cn:asin
cuencill en los ambientes vados que ofrec:cn escasa csñmulación). Tan reales un2 gran disminución en el u,o del poder de la visión, y que aunque el ojo
son esra.s visiones, que después del cxpcrimenro algunos sujetos admiten que tuvicr.ael uttru.ñodel cuerpo de U1Ticm. se consumida occcsañamcntc ti
a partir de ese momento están más dispuestos a ercer en las apariciones contemplar Jas csucllu; po.rcsua ruón sostienen que el ojo recibe,pe-ro no
sobrenaturales. Enos desesperados intentos de la menre por reemplazar la envla nada de sf.
estlmulación ausente indican que, lejos de ser una meta facilidad para la re-
cepción, la acúvidod dé los sentidos es una condición indispensable pan el Las pruebas de lo contrario abundab:in:
funcionanúemo de la mente en general La continua respuesta al medio cons--
tituye la b:ue pon el fancionanúroro del sistema nervioso. . .. Jos campesinos \'CD d.iariamerucaímo la serpicn'tc llamadalamia ame
bada ${ coD su 6j■ mirad.1,como cJ im'-nal hicao, al ruiseñor, que con phi•

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ñidcrocanto se apraura al cncuco.tro de la muerte... se dice que el avesauz d pensador o d cientllico tiene que considerar agentes que están más allá
y la III.ÍÍll ioouban sus huevos con Ja mirada. de los que exhiben un cambio observable . En d dominio Elsico, como tam-
him en d psicólogo o d social, los aspectos conStantes ·de una situación son
Pan no mencionar a las donc:cllas. quienes, «según se dice, tienen en los que más fácilmente se descuidan y los que se compreoden ooo mayor
sus ojos d poder de an-aer hacia si el amor de los hombres•. dificultad- Las cara.cmísúc .. de la pc,cepcióo no sólo coou-ibuyen a la sabi•
La selectividad activa constituye un r11Sgobilsico de la visión , como lo durl.1, también la reslringcn .
es rambién de iodo otro imerés inrcligente; y la preferencia más dementa! Los ojos se mueven dentro de sus órbitas y su exploración selectiva se
que se advierte es la que despiertan los cambios dd medio. El organismo, a amplifica mediante los movimientos de la cabeza y, en verdad, de todo d
cuyas nc=idades se ajusta la visión, naturalmente se in1eresa más por los cuerpo del observador . Incluso los procesos de registro que se producen den-
cambios que por la inmovilidiid. Cuando algo aparece o @parece, se rras- tro dd globo ocular son al1amcnte selectivos . Por ejemplo, desde los pñ•
lada de un lugar • otro, cambia de forma, ramaño, color o brillo , la persona meros años dd siglo pasado hubo bu enas razones para suponer que la reúna,
o d llllÍmal que observa puede ballar alterada su propia condición: un ene- al dar informaciones de color al cerebro , no registra cada uno de los infi-
migo que se acen:a, una oportunidad que se escapa, una exigencia con Ja nitos tintes medianic una especie particular de mensaje, sino que se limilll
que debe cumplirse, una señal que hay que obcdecu . El órgano visual más a unos pocos colores fundamentales o gamas de color , a partir de los cuales
pcimitivo, la fibra nerviosa sensible a la luz de una almeja o una lapa , limi- se derivan todos los demú. Esta $Uposición, oonlinnada hoy expcrimcnral y
tará su información a los cambios de brillaotez y, por tanto, permitirá que ana1ómicame01e, significa para nosotros que la fotoquúnica dd ojo procede
d animal se retire a su concha tan pronto como una sombra inrerrumpa mediante una especie de abstracción similar por la cual, a nivel de la petttp-
la luz solar. La contemplación de las ¡,a,:us inmóviles del medio se aproxima ción consciente., vemos los colores como variaciones y combinaciones de unos
más • un lujo, útil a lo sumo para lootlwu- d sitio de posibles futuros cambios pocos colores primarios . A ttav~ de esta ingeniosa simplificación, la visión
o examinar el contexto en el que tienen lugar los acontecimientos. lleva a cabo, con unos Cl.lllltos ñpos c:lc transmisores, u:m.la!'C9 gue, de otro
El eamb.io está ausente en Ju cosas inmóviles, pero también en las que modo, requerirla un número de ellos tllD devado, que su manejo resultw
repiten la misma acción una y otra vez o perseveran en elL, conswuemente. imposible. Podtla decirse que, incluso faiológiameot e, la visión le impone
Los psicólogos que estudian la satisfacción y la adap1ación señalan que los al marerial que regisrn, un orden rooceprual.
animales, aun los muy primitivos, dejan de reaccionar cuando un mismo esti- Puede que lo que se sabe dd color resulte también válido en el caso de
mulo los alCIJIU una y otra vez. Los factores constantes de un escenario la forma. Esui comenzando a parecer como si la vertiginosa rapidez con que
viswtl, por ejemplo, d color particular de la luz solar siempre presente, se los animales y los seres humanos reaccionan ante el movimiento, por pequeño
desvanecerán de la conciencia, de igual forma que lo harán un ruido o un que sea y alejado dd centro de atención que esté, fuera posibilitada por un
olor constante . Cuando se obliga • una persona a mirar lijamen1e una 6gun atajo que distingue el movimiento de la inmovilidad iocluso • nivel de la
dada,aprovechar, cualquier oportunidad de cnmbio variándola: puede que retina. Estábamos acostumbrados a creer que los recepto .res de la retina no
reorganice d agrupamiento de sus partes o que una ligum reversible se mude tenían conocimiento alguno de tal distinción . Todo lo que supuestamcnrc
de una pcnpccriva a otn. Un color que se mira 6jamente tienck a empa- podían hacer era registrar vestigios de color e intensidad luminosa , de modo
lid«erse, y si se observa de continuo una configuración sin que entren en que el cerebro era d que debía inferir la presencia de movimiento medianrc
juego los pcqucnos movimientos de ajusic siempre presentes , al cabo de una computación de los cambios que acu rdan en múltiples puntos mfoúsculos.
un breve tiempo la oonligumcióo desaparecerá. EslllS reacciones ante 11 Se sabe ahora que la reúna dd ojo de la tallll posee por lo menos cuatro
monotonla abarom desde la defensa consciente basta la fatiga puramente tipos de recept.ores, cada uno de los cuales responde a -w,a clase especial de
fisiológica de los impulsos generada en d cerebro por una situación estática. esómul o y DO es afectado por rodas los demás . Enne dios se cuentan los
Constituyen una forma demcnllli de desprecio inteligente por la atcnci6o cdercctorcs de insectos• , que reaccionan inmediata y cxclu$ivam.ente 11ntc
indiSáÍminada. Advertir y atender es todo lo que imporr1.El aburrimiemo pequeñas cñaruras móviles que ofrecen, oawralmen1c, un especial interés
se rccbau . para las ranas. Otros responden sólo al movímiento de -o encuenuo con-
. Aunqu~ csra_ atención selectiva resulta úlil desde el punto de vista prik - bord~ o al oomiemo o fin de una iluminación. Para que se cumplan estas
lJCO,tambu!n nene sus de$vemaj.. . Hacc düícil cobrar conciencia de los rcacctODes, grandes grupo, de recqnores deben cooperar romo un equipo,
&ctores OO!ISlantcsque operan cn la vida. Esta ckbilidadse manifiesta cuando pues sólo de esa manera_pueden capWRe las formas o los movimientos de

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de su forma y 1icnen que distinguirse lo bastantc de todo lo que sea común-
estímulos de acción simultánea. Esto signifioa que incluso a nivel de la retina
mente visible en el medio circuodiuue.
no h•y registro mecánico de elemenros . El ll<tículo que da cucar• dl! una
investigación de Lerrvin, Mar=•• McCuUocb y Pirts, WhaJ the Frog's Bye
Lt percepción de estos animales debe adecwtrsc a sus respuestas alta-
mente selectivas. Es probable que sus campos visuales sean jerárquicos más
T,Jls the Frog's Brain,concluye: que homogéneos, en el sentido de que cienos msgos pcrceptuales se destacan
por a,usa de las necesidades con que se macionan. El animal no podría
Si la distinción tiene tc)cbvfahoy algún signiñado, las opcnióooes saben responder anu, ellos si no fuecan perceptua!mente distinguibles . .Este es un
mucho más • percepción que • scas•d6n. Es decir, que el lcn¡¡uojcque más ejemplo tcmprono de abstmcción, en el sentido de qoe el animal se adecua •
se adecua a su descripción es d de las absrn,,cioocs complejosde la im,,gco un tipo o catcgor[a de señales esenciales-por ejemplo, rodos los casos en
vi>ual. . que una =eh• roja se desasrolla en el lugar justo-, pero es fa especie
la que realiza fa Gbsrracci6n y no el individuo. La absttocción es innam.
Sin emb:argo, es cierro que éste, como todo parcelomicnro, acelera el
proeesomicnto del material , pero uimbién limilJI los opemciones de lo que
pennanecc asequible después del parcelamiemo. Cuando uo• mua desfallece La fiiaci611ocular resr,t/~• problemas
de hombre en presencia de moscas muerras e inmóviles que le servirian perfec-
tamente de :ilimemo, nos recuerda. la ceguera de un hombre cuyo. cmemc En la medida en que tales mecanismos son incorpomdos por la herencia,
rondicioMda» le impide responder :tille oportunidades imprevistas . Esas son se oplican rigidamenre • la especie como totalidad . A niveles hiol6gicamcnre
IAsexigencias de la cronomia. más eJC\,.dos, el individuo controla cado vez con mayor Erccuencia la elcc•
Esta inherente selectividad es útil no sólo porque evita el desperdicio del ción de los estúnulos y las reacciones ame ellos. Los movimientos del ojo que
esfoct20, sino además porque, al restr ingir la elección, hace que las reacciones conttibuyen a seleccionar los objetivos de la visión se sitúan entre el auto-
resulten más veloces y seguras. Por tanto, en criaturas rclotivaraen te sim, motismo y la respuesta voluomrla . Deben didgir los ojos de manera mi, que
ples, que tienen necesidades estables y hsbi ton en medios igualmente esta• la zona del campo visual por e,mminar quede dentro del estrecho margen
bles, las funciones vitales de subsistencia, procrc:uci6o y defen$1! tienden • en el que la visión es mis agudo. La agudCZ4disminu¡·e tan de prisa que uoa
limir•rse • reacciones noi:mali:todas que se adaptan • señolcs fijas. Los estu- dCSVÍlici6nde diez gnidos del eje de fijación, donde la agudeza es rrulxima,
di osos de la conducta animal, en especial Konrad Lorcnz y N. Tinbergen, han queda reducida ya • una quinta parte . Dado que la sensibilidad de la retina
descrito sorprendentes ejemplos de componamiemos ran ahameare selectivos. es 1J1D restringida, el ojo puede, y debe, singulariznr algún punto particular
Puesto que los animales DO pueden decimos qu~ ven, no podemos estar que se vuelve aislado, domirumte y central. Esto signifiat la consideración
seguros hasro qué punto la selección tiene lugar en su percepción mis!Dllo, de una cosa por vez y la distind6o del objetivo primordial de sus inmedia-
más bien,. en sus respuestas ame lo que pe.rcibc.n. De: cualquier mane.ro, no ciones. Un objeto puede ser moávo de atención porque se desmca del resto
se puede reaccionar ante un estimulo, a no ser que éste sea distinguido por del mundo visual y/o porque responde a bs necesidades del propio obser-
b percepción. Lo lll!Ís probable es que esm distinción no sea una cuestión de vador. En los primeros niveles orgánicos, el estimulo e,cige la reacción.
catcgoáas espedlicamcntc dispuestas de los receptores de la retina, como los Cuando una luz intensa _penetra el cnmpo visu•l, el niño se vuelve hacia ella
que permiten que la rana reaccione ante los i.nscctos en movimiento_, sino como si lo dirigiera uo poder ooncrol•dor exterio r, del mismo modo que uno
urui rc:ucciónselectiva del sistcma nervioso ante msgos p,miculares del cnmpo planta va b:,,cia la luz o un gato hacia el menor movimiento de su ámbito.
visual ll'llnsmitidos por los ojos. Las respuestas • esw señales, o cdcsen- Este es el prototipo de respuesta cognitiva incondicionalmenre dada al ol,.
cadenantes», correspond4'o ._ las especies de !Dllnera innam. El pico amarillo je.10 de atenci6o. El esr!mulo es el que rige la respuesta antes que la inicia-
de denn especie de gaviota ha desarrollado una manchs roja en el extremo tiva del observador.
de 13 mandlhula inferior. Es e.ra mancha roja lo que hace que el polluelo tCómo se lleva • cabo esut fijación ocular? Un acto de 6jeción puede
recién incubado pique el pico de sus padres . Cwmdo fa mmchu está ausente, describirse como un movimiento que vo desde un estado de tensión a un
el polluelo DO pie,; cu•ndo el polluelo oo pica, los padres nn ofrecen ali- esmlo en que la tensión queda reducida. El estimulo pcactm en el campo
menro. Las scñnles de esto clase deben cumplir dos requisitos esenciales: visual desde su periferia y, por 111010, al propio centro del campo opone un
deben ser elaramome definibles por la pureza de su oolor y la simplicidad centro nnevo y extraño. Este conflicto entre el mundo exterior que se cn-

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tromete y el orden del mWldo interior, crea w,a tensión que se elimina observador, es caractecínico de la ps-icologla de la a1ención. Al escn"bir sobre
cuando un movínúcnto m,l globo oculu hace que los dos centros coincidan, la otenci6n, William James sugiere lo contrario cuando afuma que, sin interés
adaptando así el orden interior al exterior. El detalle pertinente del orden selectivo, b experiencia scrfu un completo caos. Pero Lis situaciones verdadc-
exterior se coloo, ahora ccatralmente en el interior. mmcnt.e aóticas o de algw,a otra forma carentes de csttuctuca no soo ápicas
Tenemos aquí un ejemplo elcmenllll de Wl nuevo y difettnte aspecto de y, cuando prevalcren, ha= casi imposible que el interés selectivo se propon-
b conduc1a cognitiva, • sabre, la resolución de problemas . Toda resolución ga una meta. Culllldo el campo es bomog6ico , como en a oscuddad toral, o
de problemas requiere una rccsttuctucación de urui siruación problem&tia cuando nada puede verse sal,'0 una pauta rcpeticiva, de Wla superficie cuadri-
dada . En la 6jación oculu, la r<C$ttucruración necesaria es de las más sim- culada poc ejemplo, a mirada vaga sin rumbo, tratando de imponer algw,a
ples; no es sino Wl cambio del centro de orien1ación, que no requiere nin• forma • !o que no la tiene. Este tipo de siruación no es característica de los
guna rt'O,vnización de la conJiguración pcrccprual misma. procesos cognicivos.
Prorun daré ejemplos de resolución de problemas mcdian1e rccsttuctura• He momado que en la cognición cxis1e la necesidad y Li oporrunidad de
ciooes mucho mlÍ$ complejas. Pero incluso eS1e ejemplo sencillu demuestra seleccionar Wla meta incluso a nivel de Li reúna. Dado que la visión aguda
por q~é no debe sul:'°nerse_que la solución de problemas sea el nivel cog- se limita a un área estrceha , en el marco total del campo dado dcl,c,selec-
D05Cim •o en el que_ aene lugar el encuentro enire pcrccpci6n y pensamiento. cionarse un objetivo. Esm limimción, lejos de rc¡,rescntac una desven1aja,
Tal distinción, basada cn ·Wl criterio preciso, le sería agradable al teórico. Es- pro1ege a la mcn1e de anegarse en mis información de la que puede, o nece-
tarla uno remado de decir que la percepción es la exploración directa de lo sita, manejar en un tiempo dado. Facilita la prócúca inrcligcn1e de roncen-
que est& prcseme en el cxrerior. El pens.mimro , por el contrario, comicma
con_la tacca, dílermu, ~ principio, de modmcarun orden dado con el pro-
= en algún tem• interesante y prescindir de lo que queda fuera del foco
de atención.
pósno de haccc que se a¡usie a las exigencias de la solución de Wl problema
?•~- Kohler dc6nc de este modoLi conducta inteligente, pero no parece
inclinado • reconocer ejemplos de ella en los mecanismos elcmmrales de la El dúumimiento en la profundidad •
percepción. Afirma que no hablamos de conducta in1cligeme cuando los
seres humanos o los animales logran su objetivo mediante una ruta directa La sclcaividad se •plica tambi6l en la dimcnsi6n de profundidad. Uni-
dcrivoda naruralmeme de su propia organización pc,ttprunl. Pero rendemos camcnte una estrechabanda permanece enfocada en cualquier momento. Si
a hablar de «in1eligcncia» cu11ndo, por hal,c,r bloquado Liscircunstllllcias el la perspectiva de primer plano es ncu, el fondo tcsulta bo= , y viceversa.
camino obvio, el ser humtno o el animal hace un rodeo para salir al encuen- Lu lentes cristalinas de los ojos conm"buyc_n11 cs1a selectividad, y la oogni-
tro de la siruación. El mcc,nismo de la fijación, por supuesto, surge naru- ción vism.l se beneficiade cJ.L,de b misma mancr• en que una fotografía o
ralmenrc de la organiución del ser humaoo o el animal. Y, sin embargo, el una pintura puede guiar la arención del observador, siruando en n{tido foco
u:aslado del centro d~ visión al cen1ro de interés me parece que incluye. a un cimas parcelas limitadas de profundidad. La acomodación de las lemes del
ruvd elemcmal, la muma especie de reestructuración que revela en los ejem- ojo constiruye un a.spcoo elemental de la atcndón selectiva . 01orga dgor vi•
plos de Kol,ler que puede llegarse 11 la meta deseada por un dcsvlo. En am- sual a Li concen,roci6n de un obscrwdor sobre lo que soccde a una dis,aocia
bos C'lSOs,las conexiones esttucturales de la pauta percc¡,rual dada cambiaron particular.
de modo tal que se logró la solución del problema. La dimmsión de profundidad, además, conttibuye a fact0res cognos-
El simple ejemplo de la fijación ocuLu- sirve también para ilustrar otro citivos de naturaleza 1otalmcnre diversa. Hace vlltiable el tamaño de los ob-
aspec10 de mú general pertinencia . Muestra que la stcnción del observador jetos, y, por tamo , adaptable e las necesidades del observador. Esto sucede
intent~ ballar su obje1ivo en un campo perccpruaJ que tiene su orden propio. porque el objeto de la percepción no penetra corporalmcn1e en el ojo, aun-
El esnmulo de la luz que penetn1 en el campo de visión del niño, otorga a ese que esto es lo que se creía en etapas tempranas de Li 1cotfa de la visión. ])c.
Ctmpo Wla esirucrura dc6nida y objetiva . El campo time un centro respecto mócrito, por ejemplo, sos1cnla que en la percepción, una especie de calco
al cual.el foco de lo atención del niño se encuentra excéntricunente orientado. de la superficie atcrior del objeto penetraba c_n el ojo a crav~ de I•
~•• discrepancia produce la tensión ame la cual el niño rcaociona 6jando !o aperruna de la pupila; esto, a su vez, planteaba el problema de cómo un
Ducada sobre la estruetura de la siruad6n ex1crior. Es1e juego rccfproco entre objeto de grandes dimensiones podla encogerse lo bastante como p,u-a llevar
la cstrucrura del ampo dado y las e><igenciasde Lis occcsidades e inu,rcscs del a cabo acto semtjan1e . Sabrmos ahora que lo que el ojo recibe no es Wll
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pano del objeto misroo, sino un equivalente de él. El lllmaño de Jo i.mngcn observador las compara ron La.redonde2, sino que renlmen1e ve redondez en
proycctadll dcpen,k 'de la disto.ocia a que se encuentra el objeto Eísico del ellas. La percepción consiste cn imponer al nuitcrial csrimulruuc ¡:,:mones de
ojo. Por tanto, meclio.oteIn elección de la distancio apropiada, el observador forma relativamente simple, c¡uc llamo conc:c:ptosvisuales o catcgorias visua-
puede baccr la imagen tan grande o pcqucful como su propósito lo requiera. les. La simplicidod de estos conc:c:p tos visuoles es relativa, pues una cun6-
Para c¡ue resulte cómodamente visible, la porció.n pertinente del campo vi• guraci6n estimulante compleja contemplada por una visión relinadt puede
su•I debe ser lo baswuc grande como pmt que sus detalles sean suJicien1e- producir una forma bastame intrincada, que es lo más simple posible dndas
meme discernibles, y lo bastante pequeño como pa.ra que encajc cn el campo. las circunstancias. Lo quc interesa es que sólo se puede decir que un objeto
Además, el umoño del área crítico de,crmina también qué proporción de Jo contemplado por alguien es rcalmeme percibido cn la medida cn que se lo
que 1:, circunda estará contenida co el campo vi.sual al mismo ricmpo. Cuanto adecue a alguna fonna organizada. Adcmás, hay generalmcn1c un cierto
mcnor es el irea, u,n10 mayor scrá 1:, proporción del medio circundante que grado de ruido visual que a,:ompaña y modilica la fonno percibido medúuue
11par~ esto es, tan.to más se mostrará d objeto en su a>ntexco. ln\!c.rsa- detallcs y matices más o menos vagos, pero esto contribuye poco a la com-
men,e, con el acrecenu,mien10del ,amaño del objeto su ronn,.no se trasladará prensión visual_
fuera del alCllDcede J. vista. La elección •propiada depende de fo nan,raleza No es mi intención sugerir que la mcnte y, por codc, el ccrcbm con1cnga
de J. tarea roS!losciriva..¿Cuán1.os detalles son pcrtínco1es? ¿Qué cliSU1ncia
se un juego de formas prccstablccidlls mmsmiúdo bc,edi10riamen1c en cspcra
requiere pa.a lograr que se dcsmquen los rasgos estructurales más amplios del maicrial estimulante. Se sabe quc existen respuestas inn1ms a ciertas for-
que, de otro modo,que<brfan ocultos por la abundancia de derallcs? ¿Qut mas, colores o movimientos, por ejemplo los llamados desencadenantesvisu••
porte del contexto es pertinente para la comprensión del asumo que se exa- les, que regulan gran parte del compom1mien10 animal instintivo. Pc,o es,~
minn? Tambíén cn este caso la con-ec1a sclccci6n al nivel pcrceptual elcmcn• mcconismos, más que explicar la percepción de L, fotJDa,la presuponen. Ames
tal es parte imponan1c y reflejo de la estrategin cognoscitiva más omplia. Ha- de que se pucd• rcacciooar o.ote la mond,o roja en la mandíbula de la go•
llar el marco apropiado de un problcma equi,•ale casi a hallar su so1ución. violD, es necesario captarla. Lo mismo vale para los •arqueripos• de Jung,
Es,o cstra1egfo del pensamiento puede venc perturbado desde sus cimien1os supuestamente ajustados a cicnas formas geométricas. E. cierto que los des-
mismos cuando se escoge inrorrecmmeme el marro visw,l de la siruadón que cubrimientos mcncionados arriba sobre el sentido de la •ista de la runa im-
debe rontcmplarsc. En lo pcócúa, esto significa, por ejemplo, que la ayuda plican que incluso a ni•el de la retina e,,cis1e cier .. organización en unidades
visual que ofrece un• ilustración o una imogen 1clevinda puede .resultar más amplios. Si el menor excitante de la csrimulación no es un pumo sino
gravcmcn1e doñada simplemente porque cl mmaño y el morco de los obje1os un objeto, como un insecto que se arrll.Strao un borde móvil, todo un am-
exhibidos sean inadccundos. O.do que d r02.0nomiemosobre un objeto co- plio panel de receptores debe cooperar en la idcoüJicacióa del estimulo y mo-
mi= ron el modo en el CUDIel objeto se percibe, un percepto inadecuado vilizar todas la• 6bras nerviosos singulares que resulten pcrtincmcs. Un pun-
pncdc altena.r iodo el subsiguiente curso de los pensamientos. to no puede ofreccr infonnación sobre un objeto extenso. En otras p:ilabras,
aun en el ojo, mucho ames de que los impulsos lleguen al cerebro, paru-e
haber respuestos o la formo más que un mero registro de elcmcntos. Pero
1 l.aJ formas sor. conceptoJ las respuesUls a la fonna no implican ncccsariameme que se la perciba ele
lllllllcra ronscientc: y aun en los vertebrados superiores es probable que me·
En la pcrc:c:pci6nde lo forma reside el inicio de u fortrutcióo de concep- canismos scmejan,es sean dcmasiado dgidos como para que lleguen • cons-

'
tos. Micntrll.Sa imagen óptÍCll pro~111do sobre la rctin• constíruye UD re- riruir algo m.ís que una especie de abreviación roquigrá6ca del registro sen-
gisu-o mcc1Íniamcn1c completo de su con1n1parte fisica, el pcrcepto visual sorial. Para dar cuenta de la romplejidod y ílexibüiclad de 1:, percepción de
,.com:spondiente no lo cs. L, percepción de la forma es J. captación de los lo forma, parece preferible suponer que las operaciones dccw•as se cumplen
• rasgos esrrucmrales que se encuentrnn co el m,ncrial csrimulame, o que se mediante procesos de campo desarrollados en el cerebro, que, al recibirlo, or-
Jmponen a él. Sólo.rara ,•cz coincide este muer:iaJa-ammcnte: con las formas ga~ cl material esúmulontc de scucrdo con la configuración mils simple
que adquiere eo la percepción. Lo luna lleno es en ~-crdtd redondo, de ncurr- compotible con él.
do con lo que lo mejor de nueotra capacidad vi,uol n05 permite juzgar. Pero Las pautas de forma pcrabidas de este modo tienen dos propiedades que
I• 1114yorpanc de l:ts cosas que vcmos redondas no incorporan la redondez las capacitllll paro desempeñar el papel de conccpt05 visuales: posccn gcne•
literalmente, sino que son mcras apro:rimaciones. No obstante, no sólo el ralidad y son fácilmente idcntilicubles. Riblando con rigor, ningún pct(CJ>IO

40 41
..
se refiere nu.na • una forma únit11e individua l, sino más bien • la clase de
pauta en la que d pc=pto roosiste. Puede que baya un solo objeto que se
1 ciad inicial debida a UDS falta de experiencia similar con la cual pueda c:om-
pmu:$" d presente estlmulo? ¿O se trata del anc de captar la csttucrura de
adecoe a ..., pauta o puede haberlos innumCtllbles. lnduso la umgen de una una configuración viroal cuyo perlcccionamicnto lleva tiempo? Lo adquisi-
ción pero:ptual en d último sentido fue el tema de los esrudios llevados a
pcISOna determinada es una perspectiva de urui pauta panicuhu: de a.rac:tc•
_rlstlC11S que roucsponden a esa clase de petSOns. Por l&DtO,no oxis1e dife. cabo por algunos ¡,sicólogos alemanes sobre lo que llamaron Aktualgenese.
rcncia en principio entre concepto y pcrccpm, lo que coincide pctlccwncn1e Uno de sus mé1odos consistió en rec:onsuuir d huidizo y a menudo caccsiva-
menre veloz proceso, moscrando una configuración de manera insuliciente,
con Ja función biológica de la percepción. Para que resalte útil, la percep-
ción debe insttuir sobre las clases de las cosas, de otro modo los organismos por ejemplo, durante un• micción de segundo, de modo que los observado-
no podrlan saar provecho de la experiencia. res sólo gradualmeme llegaban a una completa captación a través de expo-
Si UDS pauta pcsc:cptual es de organización simple y diJiere claramente de siciones repcádas. en tales condiciones, la percepción tiende a iniciacsc con
UDS totalidad difusa e indiferenciada, que progresivamente va modiliclndose
su medio, tiene, por lo mismo, gtandes posibilidades de ser filcilmente rcro-
noc:ida. Tambi61 en este caso los dcscneadenantes bio16gic:os pueden servir y clabor,indose. Pan mostrar qoé poco se asemejan estos procesos a un re-
de ilustración. Tíendcn a ser colores, formas o movimientos sirnples y difercn• gistro mecánico de estímulos, traduciré la conclusión de uno de estos invesú•
ciados, que se desarrollan en la evolución como signos sobre cuya neta iden- gadores, Go1úricd fuusmann:
ádad pueden edifiCllSClas respuestas instintivas de los animales. La identifi.
La i:iruaciónapcrhnt:ru.a.1
tnnm1iti6 a los obscn..dorcs la clara c:oovk-
a.ción, pues, presupone una pauta identificable. No se puede rec:onocrr algo
ción de que lo que llamamos populaancntc cognicióo pcro:ptu1l no puede
como conocido, esperado u objeto de reottión a no ser que se lo discrimine dcsaibínc como una simple., inmedfatll y pura a¡nad6n especular. Por el
por su cariktcr netamente definido. rontnlrio, se origina en un proceso de soccsh·os GCtOS de fommci6n c:.om-
,-- Estoy describiendo la pcrcepción de la forma como la cnptaci6n de ras- plcjos, rnutuamenie cnucluados, sclc<tlvos, absuaycnu:s e incluso creadores.
gos estrucrurales genbic:os. Este enfoque deñva de 1t psicología de la Ges- El curso seguido por till proceso puede Stt orgánicamente ronsecucntc o
1alr. E,ciSten ocras u,o.ñas, en especial la cono:pci6n tradicional según la cual ín1rincado,ambiguo o iortnoso. Algww veces la fantaSia dcíaaiw los datos
d sentido de la vista registra mealnia.mente Jos elementos de la estirnufa• dados, ¡xro mando el pioceso "' desarrolla or¡¡ilruamcnue, avanu • traVés
ción, que se agrupan luego adecuadarncme para constituir formas sobre la de UDll sccucnda de fmcs y cuslicbclcs que derivan las unss de los otras,
basede la experiencia pasada del percipiente. No es necesario volver a expli- pero, 11 mismo úcmpo, cspeáJicas y organizadas dentro de <i, hacia lll meta
car aqul por qué esta reor!a es inadecuada, pero una de sus coosccuencias re- exigida por 11tafOI.
sullll pertux11te. Si la teOila esru,•icra en lo cieno, Lapcrccpci6n de la forma
sedJi muy inferior desde el punto de vista cognoscitivo. Se limitam al acopio De modo semejante, en la primero dccloración de la psicología de la Gcs-
aucomíúc:o dd material que se fuera presentando. Por otra parce, si el enf~ 1:1k,Von Ehrenfels insiste en el «esfucrw• que exige lograr Li confisuración
que que estoy proponiendo es cocrecro, la percepción de la forma opera al de unn Gcs1al1. Los psicólo80S de la Gcs11l1, aunque señalan que I• capacidad
dcvado nivel cognoscitivo de la formación de conccptOS. de ver formas no es d mero resultado de una repetid• t'Xposición • los es-
• tímulos, no tienen razón olgun.• para :tfumar que una Gcstalt se muesua con
cspontancidnd automática.
Úl pncepd6n fina tiempo Lo que es cieno de la forma, vale tambii!n para d color. Mencion6 antes
que, lisiol6gicamcn1c, las muclw longitudes de onda que corresponden a los
Gran parre del de.ba1e reciente sobre la percepción de la forma le baria difercn1es tiOles son captadas por unos poros ápos de reo:p1or, cada uno de
a uno creer que lo que mis atañe a su explicación es si ricoe Jugar espontá- éstos sensible a un color o gama de colores a partir de los cuales, por com-
neam.cnte, sin preparación, o si es posibilitada por un proo:so de •prendizajc binación, se ob1icncn los maiio:s particulares. En d terreno psicológico, la
gradual. En realidad, el problema no wlica en esto en absoluto, pues tiene visión del color se basa en unos pocos nsgos puros y elementales, de ningún
poca imporl&Dcia para la naturaleza dd proceso cognitivo que aqul describi- modoncccs:,rit o simplemente rdacionados con los tipos de rco:p1or fisioló-
mos si ocurre de prua o lentamente. La mayor parre de los acomccimicn,os gicos. Así romo las formos percibidas son elaboraciones más o menos comple-
otgtlnicos atraviesa una fase de aprendizaje y m.aduración biológicn. Lo que jas de formas simples, iguolmcnte las pamas de color se perciben como elabo-
imparta es de qué especie de aprendizaje se trata. ¿Se trata de una incapaci• rncioncs de las dcmentales y puras cualidades de amarillo, rojo, azul De vez

42 43
que no se someten a un ejemplo individual, sino que son comunes a un am- trás sc vea completamente. En muchos casos semejantes, la visión, en lugar
plio conjunto de instancias posibles. Tales casgos esrruetunles pueden refe- contentru:sc con la sección visible, completa el objeto . Una caja, oculta I
rirse • características generales, por ejemplo la simerría o la asimetda de una cialmente por una maceta, se ve como un rubo completo cubierto p,uc
conligutación, que distinguitiln letras romo la A, la H o la W, de lo B, J. mente. Esto significa que la organización visual no se, limita al material
G o lo R, o en lo 6guro de una persona o un animal, la cara &onral del pcdiJ. rcctamenrc dado, sino que incorpora tx1cnsioncs invisibles como partes
Cuando la rarea no exige más que una identilicación por un medio cual- nuinas de lo visible. De modo similar, los objetos se percibena menudo
quiera, una máquina o un organismo, ciegos para el verdadero carácter del dirnensionalmcnte completos aunque sólo esté presen te unn p,lrte frontal
objeto, pueden llevarla a cabo. Podemos idenrilic:ar a una persona simple- su supedicie . Lo qac ogul sucede no es que el observador comple« el E
mente por e l 11nillo que usa o por su nombre. Las rntu parecen identilicar memo que ve realmente por un conocimicnro no visual. No, u.naolla ci
algunas pautas al descubrir sencillttmente cierto rincón en un lugar particu- dtica s,, ve como algo completo y perfcctameou, redondeado; un cilindro
lar. Una móquina de cotejo puede deslizar una hendidura a «avés de una for- completo dcoe un aspec10 10talmente disdnto. También en este caso las pa,
ma negna e identificarla de ese modo a m, •és de una secueocia de lonjas de di- invisibles del objeto complcmcnran las visibles para producir una forma ce
ferente longitud , sin advertir de manero alguna que la _pautafigura la silueta cn pi« •- La distinción entre forma complcta y forma incompleta, como wn~
pedil de una cabeza humana. Ona persona con lesión cerebral nf<rtada de el efecto de redondeo pertinente, tiencn lugu: en la _pctcepcióo misma.
•snosiapuede idenúíicar un remlngulo conrondo el número de sus ángulos.
Sin embargo, en L, mayor parie de hs tan:as es necesario comprender la cs-
tructuna visual gencnal del objeto que debe manejarse, y In captación del ea-
ráctcr visual del objeto es esencial para los 6ncsdel cicnúJic-oo el nrdsta.
En principio, el reconocimiento de la pauta puede aplicarse a las formas
más complejas y extravagantes, pero , cuanto más simple es la pauta, más
sencilla resulta In tarea. Los ideogramas chinos constituyen una empresa más
ardua que el alfabeto latino. En la prácdca, no obstante , las figuras que de-
ben leerse tienden a sc,r simples. Lss cifras y las lctm, por ejemplo, cvolu-
donaron hisr6rieamenrc como resultado de la búsqueda de conjuntos de for-
mas lo bastante simples como para ser trazadas, percibidas y recordadas liícil-
B
R
lll<nte, pero tan claramente diversas entrc sí como sen posible. La naturale:ta
adapta esta necesidad de formas simples de dos maneras. Surgen en la ev0-
lución como señales destlnodu • organismos pro.ñstos del sc,ntido de la vista.
Del todo independiememente de la vista, la tendencia a la redacción de ltt
tensión en el mundo ílsico produánl las formas más simples de que puede
disponeae en las circunstancias vigentes y, de ese modo, incidentalmente sc
asistc a la visión. Aun os(, la mayor parte de las formas y las combinaei~oes
de formas qae ]a nntunale:ta presenta ante la .ñsta son mucho más complica-
das que las le<Tat, los números u otros signos inventados por h, visión humana El hecho cognoscitivo comprendido en un proceso sc,mcjanu, consiste
psm sf misma.
el rccb,izo del canlctcr cabal de una forma que sc hace presente Y en
rcintcrprctaci6o, en cambio, como paric de una 1orolidad mJls amplia Y cst
turalmen,e mú adecuada. No es dif!ciJ evocar ejemplos de procedimict
C6mo u rompl,111lo incompleto sc,mcjaotes en la solución de problemas cicnú6cos y en el t'1200amk
cotidiano.
Una de las complicaciones que surgen en rondiciones naturales es la su- En el fcnómcno de la tt11nsparcncia se da un ejemplo particulann<
perposición, por la cual un objeto impide que otro que se enruentTa por de- sorprendente de saga,: reestructuración median,c la totalización que se da

46
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que no se someten a un ejemplo individu.al, sino que son comunes a un a.m. rrás se ,ca romple1amente. En muchos ctSOS scmeí~mes, lo visi~, en lugar tk
plio conjunto de insr.ncias posibles. Tales rasgos ettrucrumles pueden rcfe. contentarse con la sección visible, compleco el ob1eto. Una ca1•, oc:ulta par•
rirsc a cnntctedsti01s generales, por ejemplo Li simetrfa o L, asimetría de una cialmcnte por una maceta, se ve ~ un_ cubo compl~t~ cubierto p~•
con6guraci6n, que distinguinin leltllS como la A, la H o L, \Y/, de la B, la menee. Esto significa que la orgon1zaa6n visual no se limita al material di·
Gola R, o en la figura de una pe= o un aniaw, Li 01ra &omal dd pee@. rectamente dado, sino que inrorpora extensiones iovisib1~ como panes g~•
Cuando la !Arca no exige más que una identificnción por un medio cual. nuims de lo visible. De modo similar, los objeros se pcrobcn a menudo In ·
quiera, una máquina o un organismo, ciegas para d verdadero carácter del dimcnsionalmente completos aunque sólo esté presente una parte frontal de
objero, pueden llcvarLi a cabo.Podemos identificar a una persona simple- su superfwie. Lo que aqul sucede no es que el obser\oador complete el fng.
mente por el anillo que usa o por su nombre. Las raras parcttn identificar memo que ve realmente por un ronocimienro no visual No, una ,o,lla cil!"-
.Jgunas psutas al descubrir scncillamenie cieno rincón en un lugar paniru• drica se uc como algo completo y perfectamente rcdontkado; un cilindro LD•
lar. Una máquina de cotejo puede deslizar una hendidura a través tk una for. cample1o tiene un aspecto totalmente distinto. También en este caso las partes
ma n,gra e identificarla de ese modo a trav.!s de una secuencia de lonjas de di· invisibles dd objeto complementan bs visibles para producir ana forma com-
fercnte longitud, sin advenir de manera algu09 que la psura figura Li silueta en pleta. La dis1inción entre forma completa y forma incompl~ta, co~ también
perfil de ana cabe2a humana. Uns persona con lesión cerebral afectada de el efecto de redondeo peráru:nte, tienen lugar en h. pc,ccpc1ón rrusma.
agnosio puede identificar un rectángulo contando el número de sus ángulos.
Sin embargo, en la mayor p:1rte de las tareas es necesario comprender lo es,
tructura visual general del objeto que debe manejarse, y la captación del e,,.
rácrer visual del objeto es esencial para las 6nes del científico o el artista.
En principio, el reconocimiento de la pauta puede aplicarse a las fortn,s
más. compkjas y cxuavagames, pero, cuanto más simple es la pauta, mis
senalla resulta la tarea . Los ideogramas chioos rons1ituyen un• empresa más
ardua que el alfabeto loñno. En lo prócáca, no obstan1e, las 6guras que de-

B
ben lee...., tienden a ser simples. Las ci&as y las letras , por ejemplo, c,•oh,.
ciomron históriClUllentc romo resultado de I• búsqueda de conjuntos de fo,.
ml!S lo ba.stan1e simples romo para ser trazadas, percibidas y recordadas fácil-

R
mente, pero l8D claramcn1e diversas entre sí romo sea posible. La natucalcza
adapta es10 necesidad de formas •imples de dos maneras. Surgen en la cv0-
lución romo señales dcsánadas • organismos proviscos del sentido de la vista.
Del todo indepeodientemenre de lo visto, la tendencia a la reducción de la
tensión en el mundo físico producirá li!S formas más simples de que puede
dispom,rsc en las circunsL&nciasvigen1es y, de ese modo, incidcnralmcn1e se
amre • la visión. Aun así, lo mayor parte de las fol'tll,s y las combinnci~nes
de formas que la naturaleza_ presenta 2n1e lo visra son mucho más complica,
das que los letras, las números u otros signos inventados por la visión humana El hecho cognoscitivo comprendido en un proceso semejante consiste en
para of misma. el rechazo del carácter cabal de uru forma que se hace presente y en su
reinrcrptctación, en cambio, oomo parte de una totalidad más tmplia y estruc-
ruralmenre más ademada. No es dillcil evocar ejemplos de proccdimientOl
C6m,, se completa lo incompleto semejantes en la soloción tk problemas ciendficos y en el razonll!Oiento
cotidiano.
Urui de las complicaciones que surgen en condiciones naturales es la su- En el fenómeno de la transparencia se da un ejemplo particulnm,entc
perposición , por Li Cllll!un objct0 impide que otro que se encuentra por dc- sorprendente de sagaz reestructuración mediante la totalización que se da en.

46 47
la percepción. Supónguc una pauta que consiste en tn:s fomw, una roja, Más clarameme que ninguno de los otros usos del ojo, la lucha con una
una nzul y, entre ombas, una púrpum (Fig. 1 ). Si las formas son 1alcs que
ohm de orte visual revela cwin activa cs la tarea de constrocció n de formas
se obtlenc una pauta general mlÍs simple cuando se ven dos formas que se
que .se conoce con nombres simples como «ven- o cmirar». 1..aexperiencia
superponen muruameme -un óvalo y un cuadnulo- que cuando se ven tres de buscar, bas tante desvalidamcme, uno úmgen dada, y hallar luego la cla-
adyaremcs, se presenta el siguien1e problema en la situación perc,eptual. ve de lo que pareda al principio sólo una acumulación de formas, es corrien te
Lo distribución de los colores sugiere un orden basado en eres unidades sepa- en lu buena apreciacióa de la obra de anc. Tal expcricnci,, es el más pw:o e
radas y con1iguas. El carácter de las form:ts sugiere dos unidades super- incenso ejemplo de esa exploración activa de la forma y el orden visual que
pucs1as. ¿Cómo puede solucionarse satisfactoriamente este conflic10 intrfn• tiene lugar coda ve-, que alguien mira algo.
seco? Si d color de la unidad cenual puede acomodarse de mancrn razonable,
esto es, como m=la aproximada de los otros dos colores, la sensoción unitaria
de púrpuni se escindirá en sus dos colorcs componentes, el rojo l' el azul.
Se vcní como dos colotts , el uno dea,is del otro: un efecto de trnnsparencia.
Médiantc J. señ4loción y la utilización de la relación particular entre los tres
=
colores, a saber, P A + R, la mcme rccsrruccura d color central uniuuio
de modo tal que se ve una superposición de dos colores donde, de otro modo,
se verla un solo color. Esta ingeniosa solución adap1n el orden de los colores
ni orden de las formas. En este OISo, la solución pctn:prual del problema
tiende • prcscnrai:se con suma inmediatez, y no puede haber dado de que el
rc,ordcnamien10 inteligente de una org,,nizaci6n insatisfuctoria del estimulo
se p roduce en el propio ocio de percepción y no en alguna elaboración secan•
daría del produc 10 perccptual
En condiciones na1uralcs, la visión tiene que cnfren1arse con más de uno
o dos objeros a la vez. Lo m:ls frecuente es que el campo visual cs1é a1es1ado
Y no se some1n • una organización integrada del conjunto. En una siruación
vital úpicn, una persona se concentra en algunas zonas o detalles escogidos
o en algunos rasgos gener ales, mientras que h, cstiucturo del resto resulta
esbozada y borrosa. De es1e modo, la pern,pción de la forma opera parrialmentc .
Domk puede observarse cómo la visión utiliza al máximo su poder de
organización es en la, obras de ane, por ejemplo en la pintura. Cuondo un
artisr~ escoge un lu¡¡•r dado pam ejecutar alguno de sus paisajes, no s6Jo
sel'7"1ona y reordena lo que encuentra en la nacuralcza, sino que debe rcor -
garuzar todo el material visible pam que se adecue o un orden que él descu-
bre, i_nvcntoy purilio,. Y así como la invención y elaboración de tal imagen
const1ra_yeun prolongado y a menudo fatigoso proceso, del mismo modo la
pem,pc 1ón de una obm de arte no se logra súbitamcn1e. Lo más frecuente
es que el ob.crvodor comience desde alguno sección, trote de orien1nrsc res-
pecto del csqucleto príocipol de la obra, busque los accmos, inten1e un marco
de referencia • modo de cxplot11ción para ver si se adecua aJ conienido
total. e1cétera. Cuando lo cxplornci6o cicoe éxi10. se adviene que la obro
rcposu cómodomeote en una esrrncrura afio, que ilumina la significación de
la obra paro el observador.

49
3. LA INIELIGE.\'CIA DE LA PERCEPCION VISUAL (U)

Triné de mostrar que la pcn:rpci6n visual no ts un regis1.ro pasivo dd


material estimulante, sino un interés activo - de la mente. El sentido de la
vista open de m.ancrasdcc:tiva. La percepción de la forma consiste en la apli-
cación de .las ca1egoóas de la fo=, que pueden llamarse conccp1os visuales
por su simplicidad y gcncralidad. La percepción impliCll la resolución de
problemas. Expondré • continuación una operación pcrccprual algo mis sutil.
El tamaño de la proyección $Obre L, rerina varia, como lo observéan1etinr•
mente, de acuerdo con la distancia a que se eni:uentra el estímulo físico dd
observador. Por tanto, en lo que al obje10 de por si concierne, la dimensión
de la distancia distomon• lo información. Por ejemplo, un objeto que en
realidad conserva su tamaño puede ser transmitido al ojo como si su tamaño
se alterara con el movimiento. Lo mismo vale para la forma. La proyecci6n
sobre la tetina de un objeto varía de acuerdo con su ubicación re.lotiva CC$-
pccto a.l observador. Existen omis modificaciones pcrccpruales semejanu,s.
La brillomcz y el color de UD objeto dependen en parte de la brillantez y
el color de la fuente que lo ilumina y de la ubicación csp2cial del obje10
relativo • la fuente lwni00$a y al observador.

Sustr4cd6n d,:/ contexto

La mcate se 10.p, aqul, a uo nivd demen1al, con un primer a.so del


problema cognoscitivo gcnc:mlque se planrea porque todo ea este mundo se
presenta en UD contexto y es modulado por ese contexto. Cuando la imagen
de un objeto cambia, el observador debe saber si el cambio es un producto
dd objeto mismo, o dd contexto, o de ambos; de otro modo, no entendería
ni el objeio ni sus inmediaciones. Aunque los dos se muestran imdnscco-
men1e unidos, puede intentarse separarlos, cspecialmeme observando d mismo
objeto en difcrcmcs contexios y la influencia dd mismo contexto sobre dife-
rentes objetos.
El objeto en observación debe, pues, abstraerse de su con1e,<10. Esto pue-

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de hacerse de dos maneras fundamentlll mente diferentes. Puede que el obser- desde la dist20áa que ofrece una imagen de tamaño conveniente, ni dema,
vador desee eliminar el contexto para obtcoet el objeto tal romo es y tal siado grande, ru demasiado pequeña.
como se comporta por sí mismo, como si cx:isric.ra
en compJeroaislamienr
.o. El tamaño perábido se relaciona, más bien, con la distancia percibida.
Este puede parecer el único modo posible de Uevar a cabouna abm,cci6n. Independientemente de lo grande o pequeña que sea la proyección ílsica sobre
Sin etnbargo, el observado r puede también desear el examen del objeto consi- la retina, un objeto se perábirá relativamente grande cuando se lo ve lejos
derando todos los cambios por los que éste arraviesa y los que induce po r co el espacio visual, y pequeño, cuando se lo ve tctea. Sin embargo, c:wu,do
su ubicaá6o y funá6o dentro del conrexto. En este caso, la absr.racci6n, uno examina 1os objc1osen sus inmediaciones no tiene coocicncia de estar
aunque singulariu •I objeto, no renuncia a los efectos del contexto, sino que cjccurondo tal adecuación del ramsño proyectado a la distancia y, por tan to,
depende de ellos para obtener una parte indispensable de la informaáón. los procesos que establecen la llamada ronstanáa de tamaño deben infe-
Los dos p~imientos sirven a distintos liocs, pero para ambos es n,cc. rirse. Helmholtt sostenln que el efecto era resultado de lo que llamó un
sario distinguir crun, objeto y comeno. «juicio incOnscicntc•.El perccpt0 primario,suponía,condene rodas las distar•
La opinión generalmen te aceptada en la psicología de la pe=pá6o es siones de la proyección, pero interviene el juicio y las coróge. La te0rí1 ba
que la meare apunta a la abstracción - y la logra- en Ja primeta de estlls sido atacada en ucs frentes. En primer lugar, Helmboll% supoofa que estas
dos signilicaáoncs. Pretende eliminar rodas las influencias del contexto y CO[rttciones se basanprincipalmente e.o el conocimie.oto _previamente adqui-
lo logra. A pesar de iodas las vari•ciooes que se dan en la retina y las influco- rido por el observador, que éste impone luego a la situación percq,tual.
cins del medio, la imagen mental del objeto es constante, al meno5 de modo fulll suposiáón me parece insostenible, pero no es necesario discutirla aqul.
aproximado: el objeto mantiene sus p.ropios - y únicos- tamaño, foana, En segundo lugar, se le criticó a Helmboll% que postular,, la cxistcnciJ de
brillanrcz y color. Parece haber un amplio acuerdo sobre esto, aunque exis- perceptos «primarios», que jamás nadie experimentó. Este argumcmo perdió
rco _¡¡Jgunascoouove<sias sobre el modoen que el hecho se produce. No obs- su fuerza, pues llcgaDlOSa advertir cuántas son las perccpáoncs que ocurten
tan te, esta perspectiva es muy resuingida y unila,crol. por debajo del nivel de la roociencÍJI. El tipo de registro y corrección reac-
Debe admitirse que es de la mayor importancia pnlctica que las rosas tivos, qu<"son ncccs.arios para cnd~r las distorsiones sobre la retina, se
constantes se vean como ronsraotcs y que los cambios sólo se les atribuyan incluye perfccuunente en la apacidad del sistema nervioso y se asemeja más
cuando ellas mismas camb ian. Esto es evidenretnente ácrro en el caso del biai a muchos orros mecanismos que manuencn el organismo en funciona -
tomaño de los objetos. Dmlo qoe la orient2á60 biológica requiere un mundo miento sin intervención consciente.
estoble ca el CUJlllos objetos p.reserven su identidad, el organismo se bcne- En teteer lugar, el hecho de que Hclmboltt recurriera a un «juiáo•
6áa graodetnenre logrando abstrae,un tamaño verdadero o constante a partir pareáó obje,able. ¿Ern permisible suponer que los más altos procesos men-
de la desconcertante variedad de los tamaños proyectados. Sin embargo, hioy tales se incluían en la perccpáón elemental? En realidad, Hclmhohz no tenia
más de una manera de satisfacer esta necesidad. imenci6n de intelccrualizar la pcrcepáóo. Creía en cambio, muy en lo línea
La mayor parte de los análisis psicológicos rotocDZlltOD• partir de la de lo que 1ra10 de dcmosuar aqul, que la clase de proceso que se observ a
noción de lo que, también ¡·o, acabo de llamar «lo desconcertante variedad co el pensamiento lógico ocurre tambi6' a nivel perceprual. «En realidad,
de los tamaños proyectado ... Pero és1e es un enfoque fragmentario. De acuer- me parece que s6lo hay una diferencio super6áal entre las •conclusiones•
do con él, todo objeto físico aparece en el mundo visuol como una multiplíá- del lógico y esas conclusiones inductivas cuyos resultados reconocernos en
dod de ÍmJÍgenes separadas estáticas, t.odas de diferente tamaño. Si se supone las ronccpáoncs que ob,cocmos a partir del mundo exter ior a través de In
que la percepción comienza ron este cúmulo de particularidades, ¿cómo se abs- scns11cioMS.•
tne • panir de él el «tamaño constante•? ¿Quii.ri la men1e recoge ,odas las
proreccioncs estadlsricamemc y se decide por el tamaño medio? 1ndudable-
mentc no, pues en ese caso un cuaderno de papel de carra se vcríJl aproxi- L,, bri/11t111n.
y la forma como taler
madamente del mismo tamaño que un edificio, dado que el promedio de las
prO)'\.fflones de ambas cl~scs de objetos ocupan la mism• cantidad de espacio La asombrosa complejidad de los procesos cognitivos que deben desarro-
en el campo visual. De becho, iodos los objetos convergerían haáa un tam._ño llarse para que sea posible la percepáón adecuada, es muy digna de ,enersc
ca cuenta. Las propiedades de una parte cualquiera del campo visual deben
promedio_,pues, romo mencioné anrcñonncotc, uno trata de mirarlo todo
verse en rclaáón conslllllte con las propiedades correspondíeotes del 01mpo
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co"?° totalidad. La brillamcz percibida de UD trazo de papel, por ejemplo, En la proyccci6n sobre la retina, pues, la imagen de UD objeto deriva
deriw del lugar que ocupa en la escala de brillantez, que abarca desde el tanto de las contribuciones del objeto fúico como de las del contexto del
valor más brillante visib.le en el campo basta el más oscuro. Lo que se recibe objcro, de las cuales el observador consñtuye una parte imponantc:. Los dos
no es UD valor absoluto, sino un valor relativo. Debo repetir aquí lo que componenres , unidos en la imagen, pueden scparal'SCen la pcrc:epdón porque
~je al 2nalizar la percepción de la foroui: oo me parea, importante en qué me- -J en la medida en que- el contexto , como el objeto, son ames totalidades
dida puede Jle= a Cllbo espontáneamente y en las etapas iniciales de la organi.indas que meros conglomccados. Sólo porque los valores de brillantez
•!da,_ sobre la base de mecanismos innatos, esta actividad compleja de orga- o color de un coorexro dado se perciben como una esc:,,la organizada, puede
ninción. Muy probablemente, lleva tiempo aprender a ver las cosas en rela- 11Sign6rsclesen ella un lugar al brillo o al color de nn objeto; y lo mismo
ción rcdproca. Lo que interesa es que el proceso cognoscitivo que produce resulta "álido en el aso de los grndientcS esp,aciales. De modo semejante,
lasllamadas constancias pcncnccc • un orden superior de inteligencia, puesto sólo porque UD objero tiene una forma captable de por sí, J)llcde csra formo
que debe evaluar cualquier entidad particular en relación con un contexto distlnguirsc de las deformaciones que un sisrema de perspectiva igualmente
intrinoulo, Y que el proceso se cjccuts como parte intcgnuuc de la pcrcel)- bien organizado le impone. Cuanto menos claramente organizados están el
ción que está teniendo lugar. contexto y el objeto de por si, menos claramente pueden separarse desde
El logro es bastsnte espectacular cuando una gama dada de brillantez el punto de vista pctttprual . En Ol1'11S palabnis, Li pctttpción sólo puede
se adecua al campo total y determina la aparición de un objeto cmlqnicra, abstrucr objeros de su contexto porque. capta L, focma como cstrucrura orga•
sea cual fuere el lugar del a,mpo en que se ubique. Sin embargo, muy a nizada y no la registca como un mosaico de element os.
men~do, esta gama llllría a lo largo de una pendiente espacial, de modo que Dije :unes que existen dos manera, de describir el resultado de una
el mismo monto de luz reflejada se pctcibc oomo un objeto relarillllmentc absrrncción pctttptual . Hasta aquí, tcatE de las llamadas constancias como
brillaatc en UD rincón oscuro del c:,,mpo, y como rclatlvamcnte oscuro en si la pcrc,pción despojara al objeto de las «conwniruicioncs• a !ns que cml
un nnc6n iluminodo. Este tipo de situación es producto de una iluminación sometido por sus inmMiacioncs, y lo mostr~ ais!Ado. De acuerdo con tal
irrcguLu-, por ejemplo, la que se da ca un cuano brill:111tcmentc iluminado dcsctipción, el obje10 queda reducido a sus invariantes , el contcno y sus
por una ventana o una lámpara situada ~n un extremo, que se vuelve más efectos se pierden de vista, y constancia signi6a, inv11riabilidad de apariencia.
osruro a medida que crece la distancia desde la fuente luminosa. Podrla d ... L, gran variccbd de valores de fonna, tamaño, brillantez y color y demás que
cirsc que la pcrcepción tiene que vérselas en este caso con una relatividad exhibe la imagen de la proyección sobre la retina , par,ccría rccmplaz= por
de segundo grado. algo helado e inmutable.
Tambii!n el wnaño percibido depende del lugar que ocupa ca una escala, Toda teoría, sin duda, debe admitir que originalmente el organismo ..,.
en este caso, una escala de distsncia. Cuan10 más alejado se ve el objeto, más cibe una cabo! infonnación sobre las llllriacioncs contextuales del estímulo,
cuenta su tamaño. Al mismo tiempo, el marco del gradiente de distanciit como pues lo que no se recibe no -puede ser procesado; pero de 11cuerdo con los
totalidad dereaninuá el valor de tamaño de cada ubicación. Este marco no texros de psicología, esta ria infoannción es denegada e ignorada por In
"?incide necesariamente con el muro objeñw y físico; se ha demostrado, por cxpc.ricncio conscicme Lantocomo sea posible, pues se úenc interés en contar
e¡cmplo, que los observadores jmgan el romaño como si el hori2onte se roo un mundo estable poblado por objetos cstoblcs . Sugiero que tal estobilidad
encontrara sólo • una distancia que va desde los veinre a los cien mctroS. es compatible con una experiencia pcrceprual mucho más tiCll que la que
Pero que el resultado sea cocrccto o no lo sea no IÍecta a la inteligencia del conrempla la rígida «constancia• . Por el momento utilizaré el Ullrulño como
acto pcrceptual Obsérvese aqul tsmbi6> que as! como la distancia determina ejemplo de lo que también resulta válido en el caso de los otras aspectos de
el tamaño, el wnaño dctetmfoa la distancia. L, distancia en profundida,I Li pcrccpción.
no '.ienc cquiv~ente en la proyección bidimensional de la imagen retiniana. En primer lugar, la variedad de tamaño de los objetos no es una colec-
La 1ma~cn registra solamente un gradiente de tllmaños en disminución, y ción sin ley alguna de particulru-idades diversas, esparcidas al azar por el
el tamano es uno de los foctorcs que dctenninan la percepción de la ptafun. espaci.o y el tiempo. Por el coniratio , mientras objc10 y observador se cras-
d1~d . Lo ~•ci6n por medios indirectos constituye un ingenioso recurso, ladan en el espacio, la proyección sobre la rcrina modiliát su ramaño de ma•
urilwdo 1amb1én más ronscientcmcnle paca medir lo inaa:esiblc a l1'11Vés de ncra gmdual y perfectamente organizada , y la continuidad de este procao
algu~• variable roaclatlva, por ejemplo en flsica, cuando la temperatura preserva la identidad del objeto a pesar de los cambios de wnaño. James
se m,de por la loagicud de una columna de mercurio. J. Gibson subrayó decididamente este bccbo, y William H. Inclson , siguiendo
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a Koflka, señaló que en lo experiencia roacreta •b ronúnuidad es la regla, truneme difercmes. Parece hiibct ues sctitudcs. Un tipo de observado r percibe
y la constancia:, como tradicionalmcnu~se investigó. representa mc~ntc l.,,_contribución del CODlcxto romo un atributo del objeto misIDO. Ve, más
un cnso, escogido pon el estudio, de 12 rootinuidad mis genmtlmeo1e expe- o menos, lo que regi.sm, una cámara fo,ográ6ca, ya sea porque mira de
timemada». En otras !"'labras, los hecbos físicos primordiales, de los cuales manen, restringida y poco imeligcnte un blanco particulu o porque hace
pene el sentido de la vista, no son un desc:oncenan1e conjunto de muestrns un esfucrw deliberado por ignoru el contex10 y concentrarse en el cfccio
al azar, sino procesos de cambio sumamente cohereotcs~Más aún, las varia- loen!. Un ejemplo es el adiesuamiento necesario pata la pintura realista.
ciones de 1runaño de cada objc10 no sólo están organizados co si mismas, Requiere que el estudiante aprenda a pncticar lo «reducción», esto es, a
sino que además se relacionan de modo ordenado ron otras variaciones simi- ver un valor de color dado romo se vcria a través de un ati.sbadcro estrecho,
lares que se producen al mismo tiempo en el campo. Por ejemplo, cuando el o el ,amaño y Is fonna de un objeto como si esruvicra proycciado sobre un
observador se tr11Sladapor el medio ambicnie, el ,amaño proyccrndo de iodo plano bidimensional. Las dificultades con que se topo un adiestramiento de
lo que lo ronstimyc c:runbia de acuerdo ron el movimiemo. El csccnnrio en este ripo mucstcan lo poco natural que es ver fuera de contexto. Sin em-
su conjun10 está sometido• una modi6cación de tamaño unüicoda y robcrcnu,. bargo , si se logra, tal actitud reductiva muesua que el objeto cambia de
Ls identidad, pues, no tiene que deducirse de un c:onjun10 de apariencias cuácter ruando el contexto cambia. Los impresionis t as trataron de rccm-
esparcidas al 112:lr.Por el conu·Atio, puede cs1ablecerse el carácier permanco1e pl=tr el color local por el color nacido del co.ntcno, de IDOdo que el miSID0
de un objeto cu•ndo - y porqu.- el escenario se hiilla ocupado por gn,. objeto , por ejemplo la catedral de Rcims, ofrCCÍJIun aspecto muy diferente
dientes pcttq,tualcs ordenados con los que el objeto concuerdo. Ahorabien, según fuera la dirección, la imeosidad y el color de la luz solar. En ciertas
es pcr{ccismcme cierto que en Lu condiciones de la vida corriente, L,s condiciones, tal reducción a la apariencia puede dificulm la identificación.
modi6cnciones contextuales del objeto permanecen en gran medida ignoradas: Pcrmitasemc utilizar un ejemplo de un campo cognoscitivo completamente
su tamaño, form~ y color son coosrames. Esta dpicn 1alra de conciencia, difcreme , unn persona que observa a un individao en varias situaciones $0<
sin embareo,no dchc considemrsc un l'l!S&Ouniversal inhcremc o lo natu- ciales puede no ser capaz de caplllJ' su caráetcr por caus• del continuo cambio
raleza de la percepción. Según creo, es en camb io un cnso especial de uDJ1 de su conduc1a. No puede abs11acr el «color local» de la persona de !ns
regla de rognición más amplia, de acuerdo con la cual la gcnemliclad del iníluencias que sobre ello se ejcrren.
roncepro no se difcrcocia más de lo ncccsuio, es10 es, los conceptos resultan Esro incapacidad o indisponibilidad pera ver el cacletcr del objeto par-
tan genéricos corno su aplicación lo permite. Percibir un objeto COIDOinmu- ticular romo el produeto de dos ronttibuciones separadas, debe distinguirse
table es nbsrracrlo al más aho ohcel de gcacralidod, y ese nivel es apropiodo de otras dos actirudes, que ttcoaoccn amb:u L, separación. Una de ellas, )'ll
pata IOdas esas muchas si1uacioacs en las que la visión se utiliza ron el propó- mencionada, in1enta eliminar L, influencio del con1uto para obtener el obje10
sito de manejor obje1os físicamente. En el mundo físico, las modiJicacioncs con- local en su_ estado puro e inalterado. El objeto rcsoltame es constante, S:1lvo
u,xwales obscrv•das en lo percepción no existen o no inreresan. Pero uno per - por los cnmbios que inicie por sí mismo. El observador percibe In ubicoci6n
$0Dll a la cual la roncienci, de las difercnciu de taml1ño le es necesario -un espacial, la iluminación, e1cétera, del objeto y utiliza esta informoci6n para
pintor, por c,jcmplo- abondonará de buen grado el nivel de llllixima genern- sustraer el dccto del rootexto, del caráeter dd objeco como tal. Es1a es la
üdod y procederá al rcliruuniento ncccsaóo de la percepción. ac1itud •practica» de la vida cotidiana. La únicn razón que tiene el ama de
casa para in1crcsarse por la luz verde que aviva una exhibición de verduras
es que nccesi1a S:lbcr que las lechugas y los repollos «coIDO tales» lucen mis
Tus actitud~s bien desc:oloridos. Tambi6, el cientl6co intenta es1ablccer lo namrale7.a que
Cl\da fenómeno tiene por si mismo para disúnguirlo en cada caso particular
Los descubrimientos experimentales sobre L,s ccorut11ncios• no bao sido de !ns condiciones que Jo rodean .
llln netos como el tratamiemo psirol6gico usual del 1cma lo exigirla. El ,c. Obsérvese, por cierto , que en cs1os casos ninguna vcrjficndón práctica
sultado promedio parn un crecido número de observadores indica un grado pw,dc teprcscntar la obsuacción del objeto cea cunmo tal•. Nmgún obj~
de constancia b:utaotc elevado; pero las reacciones individuales vadan grnn- to puede exhibir su color local •in que alguna fuente luminoso, que tiene su
dcmente, desde una constancia complcra o más que romplcta, basta casi nin• color prop io, lo llwnine. Físicamente, el peso de un objeto en cuanto tal
guna constancia en absolu10. Además, c:wmdose le pide a una persona que nunca existe sin la presencia de alguna condición gravitacional. Sólo en el
cambíc su actitud tcspecro de lo que ve, tiende a producir resultados complc- mundo de 6cci6n hecho por el hombre. concebido de manera tal que la
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intcr11cci6nqueda eliminada -por ejemplo, la ilusrraci6n de un libro de texto, de6nidón, la clasi6caci6n, el aprendizaje y la utilización del apr,,od.izaje. Cada
un• fóo:nula, un texto descriptivo-, puede el cicntl6co mostrar las fuerzas vez que uno se topa con el objeto, lsre parece el mismo. Sin embargo, fo que
que eJD9Jlandel medio tmbienre como si estuvieran separtdas de las que son no deja de ser irónico, esta actitud ernlnen1emen1e pnícñca priVll a la persona
inherentes al objeto. Y en lA pintutll de un niño, los &tboles pueden set de del apoyo de la cxpcricnci11tangible, pues el tamaño, la forma y el color
un verde espléndido Jndependicntcmentc de la ín8uencia del sol amarillo que cverdaderos• de lo que percibe nunca reciben el estricto apoyo de lo que
brilla en algún otro lugar de la pintura. La visión de la constancia consu• sus ojos le muestran. Además, la rigidez de tal ronstancia puede volver ciego
mada que ere,, la ausencia de interacción es caractedstica de citttos estilos al observador para las revelaciones que le ofrece un oontcxto particulnr e
a.nlSricos, tempranos a1gunos, ouos recientes, que se interesan por d objeto impedirle ttaccionar de modoadecuado an1< la ocasión particular . Una forma
lnwriablc en cuunto tlll. Es característica tumbién dd enfoque absolutista de muy común de comporramiento falto de inteligencia consiste p.recisamente
la ciencia. La interacción se representa como el encuentro de entidades sepa· en d uso errado de la constancia, esto es, en la suposición de que lo qnc
radas e inllltcradas. fue cierto antes, debe seguir siéndolo esta vez.
Pero hay otra manera de reconocer la daünci6n cnu-c comc.'ttO y objeto,
que no tiende u la climirutci6n de la infiucncia del medio circundante sobre
el objeto. Por d contrario, este tercer enfoque aprecia y goza plenamente los Cons,rva,:i6n dd contexto
infinitos y • menudo profundos y desconctttantcs cambios que padece el
objeto 111tn1Sladarse de situación a situación. En la percepción, el mejor La clase de concepto que crea la tercera actitud es lo que más se adecua
ejemplo se da en la actitud estética . La apariencia cambiante de en paisaje al pcn5'1micnro productivo. Tal concepto no suprime las diferencias entre
o uo edificio por la mañana, la ,arde, bajo la luz el&:ttica, durante las dife. las varias especies sobre las qne preside como género , sino que las mantiene
re.mes estaciones o en situaciones climd:ticasdi.stiorns o&ece:dos ventajas. presentes en una compttnsi6n que todo lo abarca . Completamente apone de
Prcsenra una extraordinaria riqueza visual y pone a prueba lá naturaleza dd la ~• riqueza que tal concepción le otorga a la vida, asegura además al
objeto mediante su exposición a condiciones variables . Una persona que se amsta, como tambiénaJ cimtí6co, uo cootaao continuo ron las meo..iíesta-
percibe como la 6gura dominante en su hogar, rodeada por los muebles que ci.oncs concretas de los fenómenos por los que ambos se Interesan . Un pcrci-
preside su figuro, ofrece un aspecto de lu humuna especie muy diferente del pien_t~Y pensador cuy?• conc,,ptos se limiten a lá clase previs111por la lógica
de las pcquc:fuis criaturas que se agitan en los conlincs de la calle de una rradiooual, corre el nesgo de actuar en un mundo de construcciones para-
gron ciudad. En una pcllculn cinernatognllio, puede verse un automóvil o un lizadu.
conjonro de pasonas que atravieun un diluvio de luces a.mbiantcs, ilumi- Sin duda, serla imposible rnan1ener una gran variedad de manifesta-
nadas btiUantemcnn, durann, un momento, y sumidas en la oscuridad al ciones bajo un único rubro , a no ser que fueran mantenidas juntas mediante
rnoment.o siguiente:. El csdarecim.ientoque .se adquitte mediante um variada •!~na especi~ de orden. Debe recordarse aquf que en el caso de la percq,-
exposición va más allá de la csn!tica . Asl como las mon12ñas de la Luna sólo cion, como d11eantes, las varias aparienciasde un objeto no consdcuyen una
pueden verse ruando la 102solar las ilumina de lado y arroja sombras , de «dcscoacertante wñcdnd», sino que SC- presentan en secuencias ronrinuas.
igual modo cl cienúnco se mantiene cot1Stantcmen1c a1en10 a las nuevas Se prcscn1an como transformociones gradullles y no como una multitud de
situaciones no porque exista múito en la recoJccc:ión de datos en cuanto tales, instmciAs diferentes esparcidas sin con ai son.
sino porque ~tos pueden rtevelar informnciones oovedos.as. .T enanos aqui_ un ~en modelo de la cspecie de orden que org,u,iza la
¿Qué distingue esta actitud de la descrita en primer término? De acuerdo vaaedad de manifestaoooes posibles en cono,ptos tlpiros de todo campo
ron cl primer enfoque, los efectos del mMio ocul1un la identidad del objeto del pensamiento productivo. Para utilizar un ejemplo de la literatura: el
en una alegre 01rrera de transformociooes; según d tercero , el objeto revela ""."t?~º de Shakes¡,ear_e exhibe la conducta contradictoria de un guerrero
sil identidad en uoa multitud de apariencias. El observador dd tercer tipo dtsCJplinado y un rendido amante. Sin embargo, las contradicciones existen
ad,,ierte, can no menor certeza que el del segundo , la permnnencia del objeto, sólo en la supcrlicie en 1an10 contexto y «objeto• no se separan. Shllkes-
su idenñdad inviolada, pero su enfoque crea cooccp1os muy diferentes de los peare ofrccr la presencia continua de una 6gura cuya identidad no daña,
que considera la lógica tradicional. Un concepto del que todo se ru, stistraldo, sino que revela, una secuencia ordenada de circunstancias. Mien1ras Amonio
salvo lo que se mantiene invariable, nos deja con urui noción inlllCta de ele- se mueve a través de las fu= que encaman César y Ocopatra sus reac·
vada generalidad. Un conapto semejante es sumamente útil, pues facilita la clones van revelándole gradualmente, de manera que el momento d~ su muer-

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l
te es rambi6, d momen10 de su completa revdación. No obst.ame, en ningún piedades comunes a partir de un conjunto de caso. particulares. T arnpoco el
mome:ncovemos a Antonio «eo cuanto tal,. ,rvcrdadcro» wruuio o la ,rvcrdadcru brillan,cz o color de un objeto percibido
Como dije antes, d impresionismo ofrece en pinwra un ejemplo exm,no se da nunca en ningun• de sus apariciones concrctu. La pcrcq,c:i6n apun,a a
de abandono de la coostaneia. Muestra d color local y la brillantez Jacal una noción difc~te de abstr:acción, a Wll1 opcn,ción cognitiva mucho mú
modulados por la inJlucncia de los factores de color y brillanrez que domiruu, rdinada.La percepción de L, forma en el csp•cio tridimensional ilustra esto de
en la siroación. Sin cmlnrgo, esto no significa que el pintor adopte la actitud, modo más •so!!!,b,as&-'OOD\i1a.
antes mencionada, de ignorar el contc,no y obligar a la menee a limitar cada Micntn.S no se altere sino la distancia a que se encuentra un objeto de un
fragmento a su valor de color aislado. Un piowr no podóa lograr una ima- observador , el cambio sólo afecta al tamoño dd objeto: se reduce o crece, pero,
gen significativa median~ la adopción del procedimiento mecánico de la por lo demás, permanece d mismo. No sucede lo mismo cuando cambia el
fo10grafía en color. Los imprcsionisras, cs.. cierto, tenían que liberarse del ángulo desde d que se percibe el objeto. En ese caso, la forma es afcc,ada
efecto coDStancia de la ,,isióo cprictica,-, pero no para reproducir el color por tIDDSÍormaciones que son generalmente más complejas que las tenidas CD
de cada fragmento con fulelidad mecánica. Por el cootrario, esta libertad le cuenta por la goometría euclidiana, a saber, la tras lación, la rotación o la IC·
permitió a un pintor como Cé>anoe presentar la identidad de una moomña flexíón en el esp,cio. El cambio de ángulo nos introduce en la goometria pro-
o un úbol como una modulación de valores de color, sujem • leyes aunque yectiva. Afecta el ramoño de los ángulos dcl objeto y las razones de longitud;
rica· en posibilidades, que era el resultado de la imcracción encre el objeto y ahera rodas las proporciones. La deformación que resalla es bastante intensa
su mundo. Tal presentación est& UUJ lejos de ignorar el efecto del contexto, cuando el objeto es bidimensional, como un cuadro plano rolgodo en la p:¡rcd.
como Jo eSt&de eliminA<lo en favor de una imagen uniforme y quiuis este• Es mucho peor cuando las proyecciones cambiantes de un objeto tridimen-
rcotipada. sional, por ejemplo, un cubo, exhiben un número variable de: caras laterales.
La diferencia a la que me esmy rdiricndo es ilustrada por el historiador El CUlldropLino sobre L, ¡nred preserva aJ menos su =drila,eralidad como
de arte Kun Bndt, que confronta d naruralismo de los impresionisw ron invariable a ttavés de las tranSfrumaciones proycctivll.5. En el caso del cubo,
el ,calismo de los simbo .listas. tales como Gauguin o Maurice Dcnis: un objeto tridimensional de ochoángulos se rcpmenta sobre la retina como un
obje,o bidimensional de: CUlltro o seis ángulos. A pesar de esta tntDSfor:m..
Los simboli$ms derivaron su rq,rcscooo6n del mundo de los obje1os ción, se percibe un sólido de forma constante en muchas de sus proyecciones
individuales: la comuuyc,on en tomo a figuras singulares, la compusieron individuales y también cuando el cubo gin, en el espacio o cw,ndo d obse, .
~ cosas. co latín res, Su intención era la propiade los realistas,sa cual fuere~ vador se mueve a su alrededor. He aquí, pues, un ejemplo, todavla mú radical
el significado que le amouycran a los objetos. Los imprcsioniuu proce-
de una abstracción en la cual los componcn1cs abstnldos no están contenidos
dieron a partir de imprcsiooes del conjunto, a pan-ir de cont"Xi.oncs entre
las cosas, en las que tales COS3S hab.lan ettddo y que hablan creado por en los objetos parocularcs de los que se han ob,cnido . Ninguna proyección
su nttural cnc:imicruo... De acuerdo con su concc:pci6ndd mundo y Ja dd ~bo rs el cubo o lo contiene como parte de sus propiedades. (Las pro-
intención de su arte, que tcoía por con,ígna la =·claci6n de esa concepción, yeoaone~ del cubo preservan al menos la rectitud de sus lados como elemento
los imprttiotustts:eran naruralis-tas(cmpJeaodo ha palsbro ntJ/ura en su inw .riable; en sólidos menos simples, incluso la forma de los lados se altera.)
scntido origiml do nasci: nacer, necesidad de llcvr • ,cr. crecer). Esto slg- Es difícil imaginar a primera vista cómo es posible la abstracxión en tales
nilio, que habl! de hecho una profund• diferencio entre la, dos tendencias oondiciones. Pero la diJiculrad disminuye cuando se recuerda que tombién CD
artútica,. Pero no lllly difettDCÍI de rango o valor cntn: la, dos oancc¡r este caso las variAs proyecciones del sólido no se dispc=n al a2ar en el es-
áoncs de Is realidad. Son dos upcctos igualmente buenos de lo mismo. pacio y el tiempo, sino que aparecen como secuencias legales de cambio gra-
Porque, sq¡ún la conccpci6n dcl hombre, esta realidad del mundo existe dual . Gurwi1sch sosruvo que la «axmonía y la concordancia,. de los vatios as-
como cancxi6n, pero 1J1mbibi como ~60, porquo las dos pueden
pcaos que se dan en la secuencia bast4D pna dar cuenta de la consrancia de
pcnsar:scy ttprcscru.trSC:s61o en mutua tcltd6n.
forma percibida . Menciona el principio de la Gcstalt de la «buena continua-
ción•, según el cual los clememos se fusionan en un todo unificado. Va mú
J.,, abstra«i6" dt la form11 alJ,i todavía Y aventura la imporunte observación de que un aspecto particular
de un objeto conúenert!nvoir, cs,o es, referencias,que a.puntan m.ás.Ilá del
La abstracción pcrccptual puede diforir de la que se describe en la lógica aspecto dodo hacia otros aspectos adyaccmes y subsiguicotes. Esto equivale
tradicional de varias maneras. Es caractcñnico que no se trate de cxtr3er pro--

l
• a.6rmar que el cax:íctcr incompltto ronstiruyc una caractcrlstica inbcrcntc a

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todo aspecto o ap:tti.encia porriculu de un obje10 •fumación que, de hecho
Puede hacerse cuando cienos aspectos de las panicularidades se perciben
resulta válida en el cnso de algunos aspectos, ~ no en el de otros. Un ~
como desviaciones -o deformaciones-- de una escrucrura subyacente que es
ruanos de perlil apunt0 cierwnente a la continuación de la forma mis allá
visible en cll0$. En la pcrccpci6o del espacio, no toda proyección satisface de
de sus bordes visibles, pero un perfil complero o una coca frontal lo hacen mu-
por sí esta condici6n. El cuadrado que se ve cuando el plano pcrpendicuLir a
cho meno~. Cienos estilos ~•óricos se apoyan mucho en unvois pan po- la mirada es paralelo a una de las cnras del rubo , oo se percibe como dcfw-.
"': de relieve la redondez conunuada; véase, por ejemplo, la observación de
Migu':' Angel •~ún la cual uru, 6gun debe ser siempre serpentina, esto es,
maci6n del cubo; no contiene renoois. Pero cuando ral perspectiva se integn
en una secuencia de arras perspectivas, adquirirá el canlcter de una dcforma-
ruoroda en csptral. Pero otros estilos, cspecialmeme los arcaicos, insisrcn en
ci6n por su relación con sus vecinas en la secuencia. Del mismo modo, la con-
componer la figura a partir de perspccúvas irulependiemes cada una de cllas
duaa de una persona en llDll situación particular puede no aparecer de por
comple1a en sf mismo. En la pinwro existe una diferencia similar, por tjcrn-
sl como una deformación de una cscrucwm subyacente mlÍS simpl.e; también
P!"• enrrc el mural egipcio, limitado • pc,spccrivas de perlil y frontales, y los
en este caso el contexto de ou-as sítuacioncs puede ser necesario para que
gtrOS de un Tintorcao.
Sin crnh:u-go,rales referencias a la perspectiva se. limitan a hacer más diná- surja el carácter de la particular.
Este tipo de abstracción, por supuesto, constituye una actividad cognos-
mica la aporicncia de un objeto dado mediante la tendencia a una conrinaaci6n
citiva de suma complejidad. Requiere una mente que, al percibir una cosa, no
más allá de la perspectiva dada. Promueven una secuencia de aspectos cohe-
se limite al aspecto que recibe en un momento dado , sino que sea capaz de
rente, pero no bastan para obtener a partir de esta secuencia la forma cridi-
ver lo momentáneo como parte integrante de llD todo mis amplio, que se
mcnsional invariabl e del objeto físico. Los aspccros que se siguen entre sí en
desarrolla en una secuencia. William Hogllrth observó que «según el modo
~ ~cncia se fusi_onan de modo tal que aparecen romo los estados de una
corriente de percibir un objeto op•co, es posible que la parte de su superficie
u.rucacosa que pc.ms-te,pero el pcrccpto no mantieneneces:triamentesu forma
que cnl:rcnra •I ojo sea la única que ocupe a la mente , y la opuesta, más aún,
invariable, ni tampoco tiene por qué cotttS¡>Onder a J. forma del objero físico.
todas Lis orras, no ocupan de modo olguno el pensami ento en el mismo mo-
~to puede advertirse en los experimentos llevados a cabo por Wallach y
menro; y el menor movimiento que hagamos para reconocer cualquier otro
~ Conncll sobre el llamado cfec10 de profundidad cinético. La forma de un ob-
aspecto del objeto, confunde nuestra pñmera idea por no babct concxi6n en-
JC-10 rowue proyecta~ sobre una pantalla se percibe en algunos casos «co-
tre las dos ideas que nos hubiera procurado naturalmente el conocimiento
r~tamcntc,, como la trnagcn de un objeto rígido en movimiento. Pero, por
<ompleto de la totalidad, si la hubiéramos considerado antes• . En realidad,
e¡cmplo, cuando se hace rotar un bloque n,aangular en tomo a un eje para-
esta desventaja no se descubre tanto en el «modocorriente» como en pinto-
lelo • un conjunto de sus lados, IO$ sujet0$ ven sobre la pantalla una figura
res que se han adiestrado para restringir so a1ención a lo que sus ojos ven
oscura, plana Y rccrangulat que se expande y se contrae pcri6dicamentc. En
desde un punto de vista panicular. Pero aunque d hechode advertir que una
este caso la secucnru legal de los aspec~os preserva la idcnridad del pcrccpto,
el cual, no obstante, sufre tl'llnsformaaoncs proteicas. No existe constancia
cosa tiene much0$ aspectos y percibir cada aspecto parcial como una apañción
de la ,oralidad es muy corricme , no debe uno ignorar cuánta inteligencia im-
porque no se preserva la forma del objeto flsíco proyectado.
plica : llDll inteligencia a menudo no igualada a niveles más olios del funcio-
Cull!ldo los vari0$ aspecr0$ de un objeto pueden verse como dcsvútcio-
namiento m~ral.
ncs -o dcform•~oOCS-:- de una forma más simple, ${ se obtiene como rcsuJ.
tado la constancia de la forma. Las varias proyecciones bidimensionales de
La persistencia de la forma, como la del tamaño, el color, etcétera, puede
percibirse en cualquiera de los dos modos descritos más arriba. El tablero
un cubo se ven como un cubo porque ese sólido tridimensional es la forma
de una mesa se percibe como un recuíngulo , pero una persona común no
más simple, ~rrica y tce:""gular a que todas clJas pueden referirse. El
nene conciencia de las desviaciones de la perspectiva que utiliza la abscrac•
efecto ~~Ita aun mis convmcente por la sccucnci• de tiempo, que exhibe
ción . La causa dc es10 es que la generalidad inicial de un rotKCpto visual se
~ vanaa~n g~dual de _laf~rma invariable subyacente. Hablar de la varia-
difercnrurá s61o en la medida en que _la finalidad del observador lo exija. En
ªº°. de lo mvaaable no unplica en este caso par.adoja alguna. La forma so- la pnktia de la vida cmidiana resulta útil ver la mesa como entidad inde-
menda a la dcformaci6n se mantiene invanablCIDente perceptible aunque su
pendiente y usar IO$ aspectos de la perspectiva de la imagen s6Jo como in-
deformación puede variar.
dices de la situación relativa del objeto respecto al observador. Esta ptktica
¿Cómo es, pues, posible llcvu a cabo una abstraoción sin CXU'1ICt los ele-
se reflejo en las etapas tempranas del arte, que re-producen la fonnt objetiva
mentos comnncs, idénricamcntc contenidos en iodos los casos particulares?
Y permanente de JO$objet0$ tan 6clmente como el medio lo peanite; un cubo
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puede dibuja.tsc como un cwulnido o con los lados oblicuos, pero panaldos, licarivas. La desviación de la simerrfo en la forma de un 4rbol puede no verse
de la perspectiva i~trica. Una percepción más rica observa y goza de la simplemente como imperfección azarosa, sino como un efecto intdigible del
bechizantc y csda,ec:edorn varie<lad de la forma proycctivamente cambiante. medio ambiente dd árbol. El impedimento de la simeuía se lec visualmente
El concepto visual .de un cubo abara la muldplicidsd de sus apariencias, los como la obra de una extraño fuerza invasora, y la evidente conformidad 3 ley
c:scorzos, las desviaciones, las simetrlas y asimctrlas, los ocultamicntos parcia. de la imposición facilita su separación de la igualmente legal simetría, que
les y las revchiciones, el carácter plano de algunos aspectos y los pronun - se percibe como la forma potencial «a la que tiende.o la forma del árbol. De
ciados volúmenes. También esta a,mpleja experiencia se refleja en d ,me, modo semejante, una persona depravada puede parecer inhumana. Para com,
yo sen en las representaciones básicamente lides de los efectos de la perspec- prender a tal persono se requiere, ante todo, habilidad para veda no como un
tiva o en las miis libteS interpretaciones de la forma de mesas, sillas o edilicios monsttuo ajeno a nosouost sino como una distorsiónde la aaruraleia humana.
de la pinrum cubista. En este caso, d retrato del objeto sirve para describir La absttacción implícilll en el acro de detccrnr a la naturolezn bumana bojo
aspectos tales de lo éXperiencio humano como las variaciones de carácter que este disfraz se ve facilitado, y la comprensión se acrecienta, cuando la disror-
revela d CODléXto , los encantos del momento fugaz o las obligadas distor - sión se ve positivamente como el efecto de intedereocias definibles, tales
siones. como las fucrz,,s sociales de privación y humillación . Tampoco en casos ta·
les abstraer significa simplemente detectar y aislar la entidad invariable, 1a
•naruralcza humana•, en el espécimen depravado. Todos los as¡,ccros de esa na-
La distorri6n exige (4 abstracción turaleza -amor, piedad, esperanza, devoción- pueden esrar pervertidos, y
puede que, por tanto, no sea posible sencillament e desentrañarlos. En lugar
Otras dos observaciones pueden contribuir o ilustrar algunas carnctcrís- de ello, la conducta de la persona debe Ucgara ser perceptible romo distor-
ticas de la obstr.1cción de manera más general. En primer lugar, las distor- sión de la norma llamada cconductn humana normal,,. Y llltnpoco en es1e
siones proyectivas no sólo pu111iun el descubrimiento dd prototipo que les caso la percepción de la distorsión es esútia1. La exigencia de ccctilicación,
es inbcrcnte , sino que lo exige,: de modo activo. La proyección no produce csro es, de hacer alg0 acerca de la siruación, constlruye un componente in-
um desviación estiitica. sino um distorsión diniimica que se percibe como trlnscco de la apariencia misma de la distorsión .
animods por una tensión dirigida hacia la forma más simple de lo mal CODS·
tituyé uDll desvioción. La proyección se presenta como algo «fuera de forma».
Más generalmente, esto significo que una abstracción no se obtiene simple- y cam.bio
P~rma11tnt:ia
mente a partir de un objero quiú recalcitrante, sino que ese encuenu .. en
el objeto, que exige la abstnacción. Un paralelogramo en forma de diamante Espero haber logrado mostror que distinguir un objeto de las aflicciones
se percibe como un rectángulo indinado. Abstraer • pa"ir de ~ d rectingulo de sus apariencias constiruye una bazaña cognoscitiva digna de inspiror asom-
significa satisfucer los requerimientos del objero, que desea ser endetc2lldo; bro. Y, sin cmbarg0, los tjcraplos que di son sólo del tipo mlÍ$ simple. Cuo.nto
sin embargo, dejor el rectingulo bajo su precarill presión puede satisfacer una más compleja la forma del obje to, 1an10 mis difícil es lo tarea pcreeprual de
necesidad de tensión, distorsión y dmm,tismo. dilucidarlo, y lo mismo resulta v4lido cuando las influencias de los factores
En segundo lugar, los aspectos distorsionamcs no sólo se perciben nega• ambientales son menos simples que las de aquellos a los que me he referido.
tivwnente como una impurezn que entorpece la verdadero forma del objeto Es necesario mencionar por lo menos tma complicación s\Jmamentc podctOSB.
invnriab.1e, sino que se vea también posiriv1.mcnte como el efecto de una con• Losobjetos de la percepción no •e muestran necesariamente rígidos: se muc-
dición que anubla la verdadero forma del objero. El efecto se comprende v~, se inclinan, se ttlUcrcat , se ~,cpandcn , se encoge9, se iluminan o aun--
como una consecuencia lógica de la posición del obje10 en el espacio respecto bt0n de color. De este modo, la toreo de la percepción se acrecienta en md•
:uobservado, . 1.4 distorsión que produce la perspectiva en el cubo se perci- de una manem. En primer Jugor, es a menudo necesario vct los cambios Eísi•
be como una desviación o convergencia gcométticamente simple de su forma cos del objeto como desviaciones a P""ir de una forma normativa, por ejem-
in,•nrioblc, y el c,,ráctcr de esros modilicw:ioncs impuestas, que es conforme a plo, cuando los varios movimientos de la mono humana y sus móviles dedos
ley, hace posible quc L, mente distingo corre lo que perrcnccc • la forma del se comprenden pereeprualmcnrc como variaciones de ese órgono de forma
objeto p,!r st y lo que se debe a la distorsión proyectiva. De igual modo, '7trcllada que los ojos conocen como la mano. Puede ser igualmente ncccsa•
las distorsiones inherentes a un objeto físico se perc:ibcn • veces como signi- no ver un objeto como un acont.ccimiauo o proc:csocoherente , por-ejemplo.

6-l
cuando se observ• el crecimiento de un• plonu, en un• pdJcu14 cincmatogDI• 4. «00S Y DOS» COMO CON]rn\'TO
1ica de movimiento ,c,,lerado o cunado una burbuja crece y explota.
Naturalmente..es-roscambios objetivos ~ inuínsc.cos de tamaño, forma,
eto!tera, complican enormemente lo tarco de distinguirlos visu.Jmcnte de los
cambios que soa el resultado de L, situoción del observador u otros efectos
del roatcxto. Aunque en lo vida cotidiana se llevan a cabo con Ulnto facilidnd,
las abm11ccioncsperceptuolcs necesarias para el desempeño de csras tareas re.
'vclaa una asombrosa complejidad cu11ndose analizan sus romponcn1cs.
Los ttabajos de In visión crólll la noción de un mundo en el que pcrma•
ncncia y cambio actúan como an1agonisias eternos. Los cambios son percibi-
dos como meros accidentes de una identidad subyncente que persiste; pero fa
percepción iambién revela la consiancia como el aspecto 10rpe del cambio. Ver un objeto en el espacio signi6ai verlo en con1exto. El capitulo pre-
Windelb:10d dice en su introducción al análisis del pensamicn10 griego: •Li ~ente señaló In complejidad de la rarea que se lleva o cabo 01da vez que el
observación de que las cosas de la experiencia se convier1en las unas en las SCDlidode la visu es111blcceel ,amaño, lo forma, la ubiaici6n, el color, la
orras fue lo que alentó Jas pñmeras consideraciones filosó6cas». Lo percep- brillan,e2 y el movimiento de un objeto. Ver el objc10 significa disringuir sus
ción visual dio o los filósofos en pos de L, permanencia la prueba del arjl, propias propiedades de las que le imponen el medio y el observador.
sustancio del mundo por debajo de la variabilidad de !J>scosas materiolcs,
«que ¡,3dece los cambios y es el origen desde el que surgen todas las cosas
pacriculucs y el lugar al que vuelven luego•. La percepción, igualmenrc. ofre- Lz1 re/adones dependen de ltt estructura
ció la prueba visible de que todas las cosas se encuentran en un flujo de cons-
tante modi6caci6n. No se _hubiera llegado • ninguna de csw concepciones si Más gcncrru=nte, ver signi6ai ver en relación; y las relaciones que de
los sentidos no fueran lo suficicn1cmcn1e int.eligcn1cscomo pata obtener Jo hecho se encuentran en los perccptos no son .imples. Es10 puede tesulrar
duradero de lo cambiante: y percibir lo inmóvil como una fase de lo moví- sorprendente, pues los mccani.smos de relación descritos por lo rcorfo psico-
lidiod. lógica son a menudo muy elcn,entalcs. Recuérdense fas viejas leyes de la IUO-
ciación: las diversas piezas se COottUIR cuando aparecco coa frecuencia jun•
ras, o cuando se asemejan enm, si. Estas leyes suponen que l•s relaciones
conectffl elemento por elerncmo, y que es1os elementos no sufren cambio al
vincularse entre si.
Nada ton convcnicn1cmentc simple ocurre cn la especie de ejemplos que
be dado. Se mostró que la oparición de coalquier elcmcnto en el campo vi-
sual dependía del lugar que ocupaba en L, estructura total y de In función
que en ella desempeñaba, y que eso influenciJ! lo modi6caba de mJ>nerafunda-
mental. Si un elemento visual es l!Xr:rafdode su comeno, se ronvicrrc en un
objeto diferente. Si<Wlciones igu.Jmcnrc complejas se presentan en otras
áreas de la percepción siempre que «dos y dos• se colocan juntos, esto es,
cuando un conjunto de elementos es concebido como unn confígurnci6n uni-
1aria.
¿De qué ÍOtmJJ componen un objeto visual los elcmcn1os que proporciona
la proyección sobre lo retino? ¿Cómo.. compone una imagen a parcir de sus
componcnies? Lo mJls sencilla entre las reglas que gobieroao estas ,elacio-
nes es la de semeja~, que:cfccri\1nmcntcconfum.aunAde las más viejas afir..
macioncs de Li tcoáo de la asociaci6n: las cosas qoe se asemejan entre sl se
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