Ensayo.-El Maestro Ignorante

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UNIVERSIDAD VALLE DEL GRIJALVA

CAMPUS: VILLAHERMOSA, TABASCO

MAESTRÍA EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN CON FORMACIÓN


DOCENCIA E INVESTIGACIÓN

ENSAYO: EL MAESTRO IGNORANTE

NOMBRE LIC. FANNY JANET GARCÍA PÉREZ

MATRICULA:293227

DR. JESÚS HERNANDEZ DEL REAL

Mayo de 2020
En el siguiente ensayo se intenta presentar algunas notas centrales acerca del
abordaje que realizamos sobre la obra de Rancière con el propósito de situar el
interrogante sobre el sistema educativo actual.
Si planteamos estas características de la obra estamos obligados a preguntar
¿Quién se atreve con Rancière? ¿Quién se anima a explorar un mundo y
proposiciones de la que quizás no se pueda salir? O en el mejor de los casos se
lleve a cabo una argumentación que no conducirá a otro camino más que a un
callejón sin salida; si pudiéramos sintetizar la obra en una frase elegiríamos esta
última “un callejón sin salida”. No hay una verdadera salida, esa es la realidad.
Todos somos un ladrillo más en la pared.
Es así que nos detenemos en la afirmación de Rancière “es imposible seguir
construyendo escuelas” porque lo único que lograría es continuar reproduciendo
maestros atontadores.Rancière nos trae las ideas de Joseph Jacotot, un pensador
del siglo XlX que viene a proponernos un planteo tan radical como desabrido,
tanto para sus contemporáneos como para los que lo abordamos en la actualidad.
Rancière narra la experiencia de Joseph Jacotot en lo que él denomina “una
experiencia intelectual”.Jacotot -afirma el autor- se puso a enseñar lo que el
ignoraba y a proclamar la emancipación intelectual; se puede aprender sin
maestro explicador: la instrucción es como la libertad, no se da, se toma.
Y de este modo Jacotot lleva a cabo una experiencia con una grupo de alumno
que querían aprender de él, pero él no explica ni enseña, les ofrece un diccionario.
Y así sus seguidores aprenden, de esa experiencia surge todo el planteo de
Rancière.

El autor en su introducción infiere que la propuesta de Jacotot “se trata de una voz
única” de “una disonancia que hay que olvidar para poder continuar edificando
escuelas”, para seguir viviendo. Rancière plantea que la escuela gestada para
achicar la brecha entre el afuera y el adentro, no hace más que reafirmar y
consolidar esa distancia, es decir contribuye a la desigualdad.
El maestro debe ser ignorante: esta afirmación planteada en este momento de la
historia es contradictoria. Se entiende y se entendía en la época de Jacotot, que el
maestro era el que sabía -a diferencia del ignorante- y por eso debía transmitir a
sus alumnos el conocimiento que poseía. Y este “poseía” puede traernos serios
problemas, precisamente porque allí está la dificultad: ¿qué conocimientos posee
Ud.? ¿Y Ud.? ¿Qué es el conocimiento? Pero no en el sentido gnoseológico del
término. En el sentido socio histórico. ¿El saber cambia? Por supuesto... ¿qué es
saber? y esta es una categoría socio-cultural que prevalece en nuestras
instituciones educativas y por supuesto, en el sentido común.
Podríamos inferir que tenemos varios motivos para fundamentar que la propuesta
de Rancière es una propuesta provocadora desde la filosofía de la educación
¿qué es la filosofía de la educación sino hacernos la pregunta? Sino plantearnos
ante las situaciones que quiebran y desembocan en una nueva realidad, como
dice Kohan “la filosofía de la educación, aunque difícil de definir” tiene que venir a
darnos una mano en las situaciones cotidianas de la pedagogía, nos debe poner
en actitud reflexiva sobre la práctica. A partir de este argumento tomaría la
propuesta de Rancière como un planteo íntimamente ligado a la filosofía de la
educación. Porque él quiebra, hace pensar, nos pone en actitud de desencaje, y
eso es hacer filosofía de la educación según el camino que venimos haciendo con
Kohan.

Hemos dicho: la filosofía de la educación nos debe llevar a tener una actitud
filosófica frente a las situaciones críticas, y creo que Rancière al traernos a Jacotot
tuvo esa capacidad: sintetizar todas esas situaciones críticas de la educación.
Porque resumió la nervadura: la institución, como después veremos hacia el final
del artículo. Tuvo la capacidad de hacer un macro análisis de la realidad
educativa, de los sistemas educativos modernos.
Durante un encuentro académico, a partir del planteo del texto del Maestro
Ignorante observaba como todos nos exasperábamos para encontrar respuestas a
esta situación que se planteaba en sus postulados y la imposibilidad de llevarlos a
cabo. Permitámonos tiempo, dejemos que duela, que carcoma. Si no, vamos a
caer precisamente en lo opuesto a la propuesta de Rancière porque a un Maestro
Explicador bien le correspondería un Filósofo Contestador: apresurado por la
respuesta. Por la respuesta a la pregunta que quizás no la tiene, y si no la tiene,
también es hacer filosofía de la educación: en la medida en que nos provocamos
la reflexión acerca de nuestras prácticas o ante una situación de conflicto. Y como
dice Kohan hacer filosofía de la educación es practicarla.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

LIBRO: “El MAESTRO IGNORANTE” JAQUES RANCIÉRE


http://www.fundacion.uocra.org/documentos/recursos/articulos/El-Maestro-
Ignorante-Ranciere.pdf

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