Ondaatje, Michael. El Arte Del Montaje
Ondaatje, Michael. El Arte Del Montaje
Ondaatje, Michael. El Arte Del Montaje
O ; U na de las cosas que reivindicas es que fueron los dibujos anim ados,
ju n to con películas de anim ación de m uñecos com o King Kong, los que pro
vocaron un repentino salto en la utilización creativa del sonido en la década
de los treinta. ¿C óm o ocu rrió y por qué?
S EGUNDA CONVERSACIÓN
interesado en un sonido realista. Llegó tan lejos en esa dirección que casi dio
la vuelta hasta el otro extrem o. H ay una cita suya maravillosa que dice que el
doblaje — sustituir el sonido original por otra cosa— es un invento del diablo
y que si hubiese sido posible hacerlo en el siglo X III, ¡los practicantes habrían
sido quem ados en la hoguera por predicar la dualidad del alma!
R e n o ir o pinaba q u e la voz de una persona es una expresión del alm a
de esa persona, y que q u ien to n tea con ella cede a la obra del diablo. Al
diablo a m e n u d o se le representa con una voz q ue no co n cu erd a co n lo
q ue se ve. E n E l exorcista [77te Exorcist], la voz co n la q u e habla la chica no
es la suya. Esta idea de lo diabólico, de la dualidad y del doblaje es digna
de ex p lo ració n ...
R e n o ir tam bién fue el prim ero, según él m ism o, que grabó el sonido de un
King Kong marcó una etapa en el gran progreso creativo que experimentó el sonido en la déca
da de 1930.
váter y lo puso en una película cogiendo un m icrófono
y cable del departam ento de sonido, bajando a los ser
vicios de vestíbulo, tirando de la cadena y grabando el
sonido. Era algo que aún no se le había ocurrido a
nadie. Fue para una película titulada On purge bebé, es
decir, «Vamos a ponerle una lavativa al niño», que o ri
ginalm ente era una farsa teatral y que fue el prim er
éxito com ercial de R enoir.
M i H ininm ...
li
nado efecto. La banda sonora no tenía que ser sólo una «grabación». C uando
el agonizante K ane m urm ura «Rosebud» se siente y se presencia cóm o la emo
ción de esa palabra recorre toda la casa.
M: Sí.
SEGUNDA CONVERSACIÓN
personajes— com o em ocionalm ente, dando énfasis a determ inados elem entos
de la historia.
C uanto más te m etes en el aspecto em ocional de las cosas, m ayor será el
recurso al em pleo m etafórico del sonido. La realidad llega sólo hasta un punto,
y luego hay que ir más allá de la realidad, más allá del fotogram a. Siem pre llego
a la conclusión de que subestim o el lím ite de hasta dónde puedo llegar.
R aram ente ocurre que cuando pongo un sonido en una película, ésta diga:
«¡Huy, no, eso es dem asiado atrevido!». N orm alm ente la película dice: «¡No,
más, más!».
O : ¿Has hecho eso con escenas concretas de alguna película? ¿Darles esa
oscuridad?
O : ¿Hicisteis algo para intentar dar la idea de la distancia o del espacio tam
bién? ¿El cencerro de un cam ello en la lejanía? ¿O una voz?
M: Sí.
O : O sea que no había una fase anterior, antes de las mezclas, donde se
pudiera introducir esa característica.
S EGUNDA CONVERSACIÓN
M: N o. Todo ese ajuste fino del espacio acústico tenía lugar durante las
mezclas, porque entonces no sólo lo tienes todo ya reunido, sino que adem ás
estás físicam ente en el espacio de un cine y se p uede ajustar tod o exacta
m ente co m o tú quieres que suene en la sala cuando la película se exhiba al
público.
O : En una película de tus com ienzos com o American Graffiti, cuando tra
bajabas en el sonido, aquel tipo de efecto — la utilización de la música presente
en la escena— fue algo que creasteis G eorge Lucas y tú durante el rodaje, ¿no?
Mi N o.T odo eso se creó después. D espués del rodaje pero antes de las m ez
clas. Produjim os el program a de radio igual que cuando uno sintonizaba la
em isora X E R B en el verano de 1962: tenía aW olfm anJack al m icrófono, tenía
anuncios, tenía canciones, tenía llamadas de gente que pedía música. Y luego
llevábam os una cinta de aquel program a de radio a distintos am bientes sono
ros del m undo real, la reproducíam os y grabábam os lo que oíam os en un
segundo m agnetofón. Era un proceso que yo bauticé, por razones obvias,
«m undanización»."
En las mezclas tenía control por separado tanto del program a de radio o ri
ginal com o de la versión «mundanizada». Subiendo la prim era pista podía
enfatizar la fuerza y la claridad del program a y de la música, si eso era lo que
hacía falta. C uando queríam os llevarnos el sonido al fondo, podíam os despla
zar el equilibrio y dar énfasis a la segunda pista, y, de hecho, hasta a una ter
cera. Toda la «mundanización» se hizo dos veces, lo que hacía que el sonido
fuese aún más aleatorio, de form a que, si queríam os, podíam os hacer que el
sonido fuese casi com o una niebla, com o una neblina lluviosa, al fondo. Casi
no se notaba, y sin em bargo llenaba el espacio en to rn o a los personajes. Es el
equivalente sonoro de la profundidad de cam po fotográfica. Si te hago un
retrato, no quiero que el fondo esté enfocado, porque quiero concentrarm e en
tu cara. Y ajusto la profundidad de cam po del objetivo para conseguir que el
fondo quede desenfocado.
N unca se había hecho en sonido una cosa así de form a tan com pleta. Fue
el hito histórico de American Grajfiti.
En la escena del restaurante de El Padrino, el descorche de una botella de vino era el único soni
do en un m omento tenso.
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m ente no concuerda con lo que estamos viendo. Para un sonido tan fuerte, la
cám ara tendría que estar encim a de las vías del tren.
O : H e vuelto a ver esa escena hace poco, y tam bién m e pareció m aravi
lloso que em piece con el sonido íntim o de un tapón de corcho saliendo de
una botella de vino. Es una refinada celebración de un pequeño detalle en un
m o m ento de tensión, el descorche de una botella al com ienzo del alm uerzo
m ortal... y unos cuatro m inutos después oím os el sonido enloquecido y chi
rriante del tren y un doble asesinato a tiros.
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O : ¿Cuál fue la palabra que utilizaste anoche? N o era afasico, era...
Mi Sí, eso es: afásico. U n o no sabe lo que están diciendo, así que la única
m anera de com prender el sentido de la escena es observar cómo lo dicen, a tra
vés del tono de voz y del lenguaje corporal.
M: Sí, apareció hace un par de años en The New York Times una entrevista
con Salvatore Gravano, que había asesinado a unas cuantas personas para la
«KA-LUNK»
O : M e parece fascinante que creas que con ese «sonido m etafórico» pue
des conseguir un m ayor realismo en la atmósfera de la película. ¿Se te ocurren
otros ejem plos? .
SEGUNDA CONVERSACIÓN
de m etal que utiliza para m arcar la casilla, y se escucha el ruido de sus pies
cuando salta. Ese sonido continúa, pero em pieza a parecer excesivo. Y con el
público en ese ligero estado de confusión m ental, la im agen encadena con la
escena en que los exploradores, en una época anterior, están sentados en torno
al fuego del cam pam ento mientras los guías bereberes están tocando su música,
y percibim os que esos elem entos de percusión se han ido superponiendo al
juego del tejo, y probablem ente eso es lo que ha desencadenado el recuerdo en
la m ente de Almásy. El tam bién está oyendo el ruido que hace H ana jugando
al tejo, y algo que había en ese ritm o le ha transportado al pasado.
M: Es un p equeño pero interesante ejem plo del tipo de cosas que ocurren
de form a rutinaria. U na cosa tan inocente com o una puerta que se cierra. Si
le das un enfoque coherente y serio, te das cuenta que hay m uchos portazos
que no habrían quedado bien en esa escena. En p rim er lugar, porque, aparte
de la m úsica, es el últim o sonido de la película; y en segundo lugar, porque es
el m o m en to decisivo en que M ichael está cerrándole la puerta a su m ujer y
a una gran parte de su vida em ocional, lo que en últim a instancia da lugar a
la tragedia de El Padrino II, donde se ven a gran escala los resultados de esa
decisión.
El portazo, en el sentido en que hablaba Polanski, tiene que ser coherente
con lo que percibim os objetivam ente: la presencia física de la puerta y del
espacio que la rodea. Pero tam bién tiene que ser coherente con el im pacto
m etafórico de ese portazo, que dice: «No pienso hablar de mis asuntos, Kay».
Ese ka-lunk, ese sonido articulado de firm eza, tiene que expresar algo de lo
irrevocable de la decisión.
O : ¿En qué se basa tu decisión de hacer que ese m o m ento sonoro sea sim
bólico o m etafórico además de realista?