Los Pobres y La DSI
Los Pobres y La DSI
Los Pobres y La DSI
INTRODUCCION
La comprensión de la opción por los pobres suscita muchas interrogantes que se relacionan entre sí: ¿Quiénes son los pobres?
¿Por qué hay pobres? ¿Cuál es su significado y potencialidad? ¿Cuál es el lugar de los pobres en el mensaje cristiano?
El peligro radica en acostumbrarnos a esta realidad de
injusticia, explotación, y exclusión y finalmente
considerar la pobreza como una cuestión “natural”. De
ahí que, como discípulos misioneros de Cristo, no
podemos acostumbrarnos a los pobres y a la pobreza,
lo contrario conlleva el peligro de olvidar la tarea
evangelizadora, perder el talante profético de la Buena
Nueva.
América Latina es un continente mayoritariamente pobre, pero y aquí está la gran paradoja, también es un continente
mayoritariamente cristiano. Optar por los pobres implica luchar contra la pobreza y esto ya trae problemas.
La opción preferencial por los pobres (OPP) es de suma importancia en la vida de la Iglesia. No se puede entender un cristiano
que no se preocupe por los que sufren. En realidad, esta opción es más consecuencia lógica del seguimiento de Cristo.
Detrás de esta opción está en juego: la vida de los pobres, la coherencia entre la fe y las obras, y en expresión de Juan Pablo II
la fidelidad en el seguimiento a Cristo (L.E .8).
Por eso, es ilustrativo recordar la frase: “No te olvides de los pobres”, que el
cardenal brasileño Claudio Hummes le dijo al cardenal Jorge Bergoglio, en el
momento de su elección como Papa.
Esta paradigmática frase lleva consigo una tremenda carga de significado para los
cristianos y para la Iglesia. Una de las preocupaciones más constantes del pontificado
del Papa Francisco, precisamente tiene que ver con los pobres, porque son ellos la
primera preocupación del Dios bíblico.
Por eso, el documento de Aparecida expresa: “La opción preferencial por los pobres es uno de los rasgos
que marca la fisonomía de la Iglesia latinoamericana y caribeña” (A, n. 391)
Los rostros de la pobreza en nuestro mundo globalizado:
“La globalización hace emerger, en nuestros pueblos, nuevos rostros de pobres. Con especial atención…
fijamos nuestra mirada en los rostros de los nuevos excluidos: los inmigrantes, las víctimas de la violencia,
desplazados y refugiados, víctimas del tráfico de personas y secuestros, desaparecidos, enfermos de VIH y de enfermedades
endémicas, tóxico dependientes, adultos mayores, niños y niñas que son víctimas de la prostitución, pornografía y violencia o
del trabajo infantil, mujeres maltratadas, víctimas de la exclusión y del tráfico para la explotación sexual, personas con
capacidades diferentes, grandes grupos de desempleados/as, los excluidos por el analfabetismo tecnológico, las personas que
viven en la calle de las grandes urbes, los indígenas y afroamericanos, campesinos sin tierra y los mineros. La Iglesia con su
pastoral Social, debe dar acogida y acompañar a estas personas excluidas en los ámbitos que correspondan” (A.402)
1. SITUACIÓN ACTUAL
https://youtu.be/AuXbnQjPsBQ
- Algunos Datos
La realidad de pobreza y miseria que se vive en el mundo está alcanzando ribetes de escándalo. Según el Informe Oxfam,
sobre la riqueza y desigualdad en el mundo, el 1% de la población mundial tiene el 50% de la riqueza, en consecuencia el 99%
se reparte el otro 50%[1].
[1] https://www.oxfamamerica.org/explore/stories/richest-1-percent-captured-82-percent-of-wealth-created-last-year-while-
poorest-half-of-the-world-got-nothing-1/
https://youtu.be/ObiEsqIBySU
- Rostros de la pobreza
- Nuevos excluidos
La Real Academia Española define el término pobre como: “necesitado, que no tiene lo necesario para vivir”.
Sin embargo, la voz “pobre” o “pobreza” no es unívoca. Por eso, cuando nos acercamos a esta primera definición surgen
interrogante como: ¿Qué significa no tener lo necesario para vivir? ¿Es sólo en referencia a la escasez de bienes materiales?
¿No es “pobre” también quien carece de respeto a su dignidad como persona humana, o quien está privado de libertad, o
quien no tiene participación en el devenir de su comunidad socio-política?
Como es evidente acercarse a una definición de pobreza hoy no es uniforme, algunos
dicen que se puede calificar con tres adjetivos: colectivo, conflictivo y alternativo. Los
pobres, en efecto, constituyen un fenómeno colectivo, son resultado de un proceso
conflictivo y exigen un proyecto histórico diferente.
El desarrollo de las ciencias sociales ha colaborado en la mayor conciencia actual sobre las diversas formas de pobreza, yendo
más allá de la tradicional categorización socioeconómica, así se habla de:
- Pobreza es hambre.
- Pobreza es falta de techo.
- Pobreza es estar enfermo y no poder ver un doctor.
- Pobreza es no tener acceso a la escuela y no saber cómo leer.
- Pobreza es no tener un trabajo, es miedo al futuro, es vivir un día a la vez.
- Pobreza es perder un hijo por la enfermedad contraída por beber agua no potable.
- Pobreza es no tener poder alguno, ni representatividad, ni libertad.
Pero como la situación de pobreza hoy no es uniforme, algunos dicen que se puede calificar con
tres adjetivos: colectivo, conflictivo y alternativo. Los pobres, en efecto, constituyen un fenómeno
colectivo, son resultado de un proceso conflictivo y exigen un proyecto histórico diferente.
“La pobreza como carencia de los bienes de este mundo es, en cuanto tal, un
mal. Los profetas la denuncian como contraria a la voluntad del Señor y las
más de las veces como el fruto de la injusticia y el pecado de los hombres”
(M.14,4)
Teológicamente, no es querida por Dios y representa un "pecado social"
(Puebla, 28, passim) por ser sinónimo de injusticia. Ya los pobres son "socialmente inocentes", víctimas de la injusticia. Por eso
"merecen una atención preferencial, cualquiera que sea la situación moral o personal en que se encuentren" (Puebla, 1142).
Por los pobres, contra la pobreza: tal es el lema de la opción por los pobres.
b. Pobreza Espiritual
“La pobreza espiritual, es el tema de los pobres de Yavé (258). La pobreza espiritual es la actitud de apertura a Dios, la
disponibilidad de quien todo lo espera del Señor (259). Aunque valoriza los bienes de este mundo no se apega a ellos y
reconoce el valor superior de los bienes del Reino” (M.14,4)
Situada en otra esfera, esta pobreza, acompañada del apelativo "espiritual", revela su sentido traslaticio o metafórico.
Pobreza espiritual es la inherente a todo ser creado, en cuanto dependiente absoluto de Dios, y por ello ontológicamente
pobre. Aquí pobreza es conciencia de la propia condición humana, engendrando un sentido religioso de apertura a Dios, de
confianza, humildad y entrega al misterio.
Pobreza material y pobreza espiritual, si bien distintas, pueden caminar juntas, e incluso tienden a coincidir. La pobreza
espiritual representa una entidad relativamente autónoma y comprensible en sí misma. Por eso el publicano de la parábola (Lc
18,9-14) y el publicano de la historia (Zaqueo: Lc 19,110) son realmente pobres de espíritu.
c. Pobreza como compromiso
“La pobreza como compromiso, que asume, voluntariamente y por amor, la condición de los necesitados de este mundo para
testimoniar el mal que ella representa y la libertad espiritual frente a los bienes, sigue en esto el ejemplo de Cristo que hizo
suyas todas las consecuencias de la condición pecadora de los hombres y que "siendo rico se hizo pobre" para salvarnos. (M.
14, 4)
El ideal evangélico de la pobreza, vivido y propuesto por Cristo a sus seguidores (Lc 13,33-34;14,33;18,1830; 19,1-10, etc.), es
la síntesis concreta de los dos tipos de pobreza descritos anteriormente. En efecto, la pobreza evangélica, ideal de todo
cristiano, posee una faceta interna y otra externa.
Es espiritual y material al mismo tiempo. Se trata, efectivamente de una actitud interior originaria, que se expresa
coherentemente en un estilo de vida exterior. Importa aquí articular las dos dimensiones: el polo decisivo es ciertamente el
interior, mientras que el exterior, a la vez que es determinado, reacciona sobre el interior a partir de su autonomía específica.
La pobreza cristiana o evangélica implica, un desapego afectivo, una actitud de compartir y una sobriedad (estilo de vida
austero). Es también el ideal de la pobreza evangélica el que debe inspirar, a los ojos cristianos, el proyecto socio-económico
de una nueva sociedad humana y fraterna, en la que el desarrollo material sea únicamente la condición necesaria (y siempre
insuficiente) del desarrollo humano integral. Ésa fue la gran lección de Pablo VI en la Populorum progressio: no busca tener,
sino ser, y busca tener solamente en función del ser.
VI. APOROFOBIA ¿QUÉ ES?
https://youtu.be/uEBq2lGCSqQ
VIi. LOS NADIES
https://youtu.be/EHx4N6q9zN0