Extracto Sentencia T-163-03 Constitución de La Familia MP Eduardo Montealegre

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Sentencia T-163/03

RATIO DECIDENDI-Concepto

La ratio decidendi de una decisión judicial, en términos generales, corresponde al fundamento de la


decisión o, en otras palabras, a la norma que aplica el juez en la solución del caso objeto de
controversia. Tal ratio es el resultado de un ejercicio hermenéutico en el cual el juez justifica tanto la
interpretación del derecho positivo como la aplicación de la norma al caso concreto. En este orden de
ideas, puede sostenerse que prima facie tal interpretación de la disposición positiva está sujeta y sigue
la misma de la ratio de la sentencia. Con todo, ha de admitirse que tales interpretaciones en algunas
ocasiones no necesariamente siguen la suerte de la ratio, es decir, que no se limitan a casos análogos,
sino que puede trasladarse a otras situaciones, cuando quiera que no existan argumentos que
permitan justificar decisiones dentro del mismo ámbito temático.

FAMILIA-Alcance del concepto/PADRES-Alcance de la expresión

La interpretación de la entidad demandada, apoyada por la Superintendencia Nacional de Salud, es


válida en cuanto a las familias constituidas de manera, por así decirlo, ortodoxa. Empero, resulta
restrictiva, frente a otras familias que se construyen a partir del mero respeto mutuo y la creación de
estrechos lazos de solidaridad. La decisión responsable de conformar una familia supone,
precisamente, la creación de tales lazos y sentimientos mutuos. La Constitución, como se ha
analizado, protege este tipo de familias. no existen razones admisibles para acoger una interpretación
restrictiva de la expresión “padres” del artículo 163 de la Ley 100 de 1993. Ante la imprecisión que
resulta de confrontar tal expresión con la Constitución, ha de optarse por la opción hermenéutica
menos restrictiva de los derechos de las personas: la expresión padres incluye a quienes, sin ser
padres biológicos, pasan ante la sociedad como padres de una persona. Se trata de un desarrollo del
principio de solidaridad, como lo manda el artículo 48 de la Constitución.

ACTOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL-Concepto

El hecho de que la relación entre el afiliado y la E.P.S. sea de naturaleza contractual, no implica que
se apliquen de manera automática y extensiva los principios del derecho privado en estas materias. La
materia de la seguridad social se rige por un sistema de normas autónomo: el derecho de la seguridad
social, que tiene sus propias reglas y criterios interpretativos. Los actos jurídicos producidos dentro
de dicho sistema no son privados o públicos, sino actos de la seguridad social, lo cual implica, como
se desprende de la Ley 712 de 2001, que tampoco se está frente a actos administrativos.

DERECHO A LA SEGURIDAD SOCIAL-Quienes prestan servicios asumen calidad de


garantes de derechos constitucionales/DERECHO A LA SEGURIDAD SOCIAL-
Estabilización de situaciones jurídicas consolidadas

Quienes prestan los servicios de la seguridad social, en pensiones, en salud o en riesgos profesionales,
asumen más que la calidad de contrapartes contractuales: adquieren la calidad de garantes de los
derechos constitucionales –fundamentales algunos- de sus afiliados. Bajo tales condiciones están
sujetos a cargas derivadas de su condición de garantes. Entre ellas, y de manera primordial, que no
están autorizadas para modificar su condición respecto de una persona, más que cuando operan las
causales expresamente señaladas en la ley o mediando decisión judicial. La decisión judicial resulta
imperativa en la medida en que en caso de duda, es necesario garantizar la imparcialidad e
independencia de la decisión, lo que no puede lograr, en abstracto, el garante. La autorización
normativa para abandonar la posición de garante (v. gr. desafiliar a una persona del sistema de
seguridad), por lo mismo, únicamente resultará constitucionalmente válida si se restringe a
situaciones en las cuales exista un alto y razonable margen de certeza en la ocurrencia de la conducta
que es sancionable. Cabe señalar que será la E.P.S. quien debe iniciar el proceso judicial dirigido a
resolver la duda, pues la protección de los derechos a la salud y a la seguridad social imponen la
estabilización de las situaciones jurídicas consolidadas a favor de los afiliados al sistema.

DERECHO A LA SEGURIDAD SOCIAL DE PADRASTRO-Obligación de la EPS de


reintegrarlo al sistema

La definición de si el demandante es padre, en los términos de esta sentencia, del afiliado no lo puede
establecer el juez de tutela. Se trata de un debate en el cual ha de probarse que existe una relación de
solidaridad tal que permita reputar al demandante como padre del afiliado. Con todo, resulta claro
que después de 15 años de convivencia entre el demandante y la madre del afiliado, existen fuertes
razones para que tal relación de solidaridad se presente. Lo anterior lleva a que no pueda ordenarse a
la E.P.S. que afilie de manera definitiva al demandante como padre del afiliado. La E.P.S. deberá
reintegrarle en el sistema de seguridad social en salud y, si insiste en considerar que el señor no puede
tener como padre al demandante, deberá iniciar un proceso judicial en el cual se aporten las pruebas
de la existencia de la relación solidaria. Entre tanto, deberá seguir actuando como garante de los
derechos fundamentales del demandante y brindarle el acceso a los servicios de salud que demande.

Referencia: expediente T-660668

Acción de tutela instaurada por José Robin Guerra Hernández


en contra de Salud Total E.P.S.

Magistrado Ponente:
Dr. EDUARDO MONTEALEGRE LYNETT

Bogotá D.C., veintiséis (26) de febrero de dos mil tres (2003).

La Sala Séptima de Revisión de la Corte Constitucional, integrada por los Magistrados Eduardo
Montealegre Lynett, Alvaro Tafur Galvis y Clara Inés Vargas Hernández, en uso de sus facultades
constitucionales y legales ha proferido la siguiente

SENTENCIA

dentro del proceso de revisión de los fallos dictados por el Juzgado Primero Penal Municipal de
Bucaramanga y el Juzgado Cuarto Penal del Circuito de Bucaramanga, en el trámite de la acción de
tutela instaurada por José Robin Guerra Hernández en contra de Salud Total E.P.S
I. ANTECEDENTES.
Hechos

1. Desde el año de 1986, José Robin Guerra Hernández –demandante- y Leonor Cecilia Morales hacen
vida marital, como compañeros permanentes. En noviembre de 2000, el hijo de Leonor Cecilia
Morales, Luis Alejandro Ninco Morales, afilió al señor José Robin Guerra Hernández a la E.P.S. Salud
Total –demandada-, como su beneficiario. En tal momento, el señor Luis Alejandro Ninco adujo que el
demandante era su padre.

Luego de un trámite de tutela, en la cual se ordenó a la demandada que atendiera las dolencias
coronarias del demandante, la E.P.S. Salud Total requirió a Luis Alejandro Ninco para que remitiera la
documentación que acreditaba la calidad de padre del demandante.

Mediante comunicación del día 4 de abril de 2002, la E.P.S. Salud Total informó al señor Luis
Alejandro Ninco Morales que procedería a desafiliar al demandante. En la comunicación expresó que
el decreto 806 de 1998 establece que el grupo familiar del afiliado cotizante estará constituido por “a
falta de cónyuge o de compañera o compañero permanente y de hijos, los padres del afiliado que no
estén pensionados y dependan económicamente de éste” (Art. 34). La E.P.S. señaló que estaba probado
que el demandante no es padre del señor Luis Alejandro Ninco Morales, razón por la cual no hacía
parte de su núcleo familiar y, por lo mismo, no podía ser beneficiario del afiliado cotizante. Con base
en estos criterios, la E.P.S. adoptó la decisión de desafiliar al demandante.

Por su parte, la Superintendencia Nacional de Salud, ante derecho de petición elevado por la señora
Leonor Cecilia Morales Saavedra, preciso que la Ley 100 de 1993 únicamente autoriza afiliar a los
padres del cotizante. Como quiera que el demandante no es padre, el señor Luis Alejandro Ninco
Morales no lo podía afiliar.

2. El demandante interpuso acción de tutela por los anteriores hechos. En su concepto, la E.P.S.
demandada violó sus derechos fundamentales a la seguridad social, a la familia y al debido proceso. En
relación con el primero, indica que de los artículos 48 y 365 de la Carta se desprende el principio de
continuidad del servicio. Aduce que este punto fue resuelto por el Tribunal Superior de Familia en el
proceso tutela que por la negativa de prestar el servicio de salud inició el demandante en contra de
Salud Total E.P.S., cuando señaló que si ésta tenía dudas sobre la filiación, tal asunto debía ser resuelto
por las autoridades competentes.

En relación con el debido proceso, estima que su afiliación implicaba que existía una situación jurídica
consolidada que impedía a la E.P.S. modificar unilateralmente la relación contractual, sin iniciar
previamente una acción de lesividad.

….

Sentencia del juez a-quo.

4. Mediante sentencia del 6 de agosto de 2002, la Juez Primero Penal Municipal de Bucaramanga
concedió la tutela. En su concepto, la E.P.S. estaba frente a una situación jurídica consolidada y que si
consideraba errada tal situación, debía intentar una acción de lesividad, tal como lo indicó la Corte
Constitucional en sentencia T-618 de 2000.
Sentencia del juez ad quem.

5. Impugnada la decisión, el Juez Cuarto Penal del Circuito de Bucaramanga revocó la decisión del a-
quo y negó la tutela. En su concepto el demandante busca que, mediante tutela, se revoque un acto
administrativo. Para ello podía acudir a las acciones contenciosas administrativas. Considera, por otra
parte, que, tal como lo indicó la Superintendencia Nacional de Salud en la comunicación dirigida a la
compañera permanente del demandante, si éste no era padre (biológico o adoptante) del afiliado
cotizante, no puede obligarse a la E.P.S demandada a que lo afilie. En todo caso, precisa, el
demandante puede acudir al sistema de seguridad en salud subsidiado, a fin de ser vinculado al régimen
de salud subsidiado.

….

La familia en la Constitución

9. La conclusión a la que se llegaba antes parte del supuesto de que todo lo relativo a la definición del
concepto de familia, corresponde al régimen civil. Lo anterior por cuanto la demandada y la
Superintendencia Nacional de Salud se apoyan en las normas civiles para definir los elementos
imprecisos y ambiguos (en realidad, estas entidades asumen que se trata de expresiones con un sentido
técnico-jurídico, determinado en la ley civil) de la Ley 100 que incluyen dentro del núcleo familiar –
que es objeto de protección mediante el sistema de seguridad en salud- a los padres, siempre y cuando
exista dependencia económica
10. El mandato constitucional en relación con la familia se aparta de tal postura. El inciso primero del
artículo 42 de la Constitución establece varias reglas en relación con la formación de la familia, que no
están libres de problemas hermenéuticos. En esta oportunidad la Corte no entrará a analizar si la
familia puede estar o no conformada por parejas homosexuales, asunto que no guarda relación alguna
con el problema jurídico que se está analizando. A partir de esta restricción, del apartado “Se la
familia constituye por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer
de contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla” del artículo 42, es posible
establecer las siguientes normas:

a) La familia se constituye por tres tipos de vínculos (i) naturales, (ii) jurídicos, (iii) matrimonio o
decisión responsable de conformarla.

b) La familia se constituye por cuatro tipos de vínculos (i) naturales, (ii) jurídicos, (iii) matrimonio y,
(iv) decisión responsable de conformarla.

c) La familia se constituye (i) por vínculos naturales o (ii) por vínculos jurídicos, que son el
matrimonio o la voluntad responsable de conformarla.

d) La familia se constituye por vínculos naturales –i.e. voluntad responsable de conformarla- o por
vínculos jurídicos –i.e. matrimonio-.

La Corte analizará cada una de estas hipótesis hermenéuticas, pues resulta indispensable establecer las
formas de conformación de la familia que la Constitución ha contemplado. Ello por cuanto resulta
decisivo comprender que constituye el “núcleo fundamental de la sociedad” y es merecedora de
“protección integral”, en los términos del artículo 42 de la Carta.

10.1. En sentencias C-533 de 2000 y C-814 de 2001, la Corte indicó que, en los términos del artículo
42 de la Carta, la familia se constituía por vínculos jurídicos, lo que corresponde a la constitución a
partir del matrimonio, o por vínculos naturales –mediante la decisión responsable de constituir
familia-. Ello daría pie para pensar que la interpretación que acoge la Corte del artículo constitucional
en cuestión es la opción d) antes indicada. Empero, una lectura atenta de las sentencias mencionadas,
permite concluir que tal interpretación está vinculada directamente al problema jurídico analizado:
vicios en el consentimiento del matrimonio (C-533 de 2000) y adopción (C-814 de 2001). En este
orden de ideas, tal interpretación del artículo 42 de la Carta se limita a soportar las ratione decidendii
de las sentencias en cuestión1.

10.1.1 La Corte debe analizar, primeramente, si es libremente trasladable a otras situaciones jurídicas
la interpretación que hizo la misma Corte en las sentencias mencionadas. La respuesta a esta inquietud
ha de ser en principio negativa. La ratio decidendi de una decisión judicial, en términos generales,
corresponde al fundamento de la decisión o, en otras palabras, a la norma que aplica el juez en la
solución del caso objeto de controversia2. Tal ratio es el resultado de un ejercicio hermenéutico en el
cual el juez justifica tanto la interpretación del derecho positivo como la aplicación de la norma al caso
concreto. En este orden de ideas, puede sostenerse que prima facie tal interpretación de la disposición
positiva está sujeta y sigue la misma de la ratio de la sentencia. Con todo, ha de admitirse que tales
interpretaciones en algunas ocasiones no necesariamente siguen la suerte de la ratio, es decir, que no se
limitan a casos análogos, sino que puede trasladarse a otras situaciones, cuando quiera que no existan
argumentos que permitan justificar decisiones dentro del mismo ámbito temático.

A partir de las consideraciones precedentes, la Corte estima que, para el caso concreto y el problema
que enfrenta la Corporación, la interpretación que se acogió en las sentencias mencionadas no es
trasladable a la situación objeto de estudio.

10.1.2. En las dos sentencias mencionadas, la interpretación de la forma en que se conforma la familia
parte de una creación, por así decirlo, de arriba hacia abajo, de la familia. Esto es, la conformación de
una familia a partir de una decisión de una pareja de establecerse (sea en matrimonio o en unión
marital de hecho) y luego vendría la progenitura. Esta forma de conformación de la familia no agota
las posibilidades de su constitución. Así, por ejemplo, en situaciones como las madres solteras –
volutaria o involuntariamente- o la inseminación artificial de mujeres solteras, se constituye familia, no
a partir de la estabilización de una pareja, sino como consecuencia de la decisión personal o como
consecuencia de un embarazo forzado. Ninguna de estas opciones está prohibida por el ordenamiento
jurídico y, antes bien, en algunos casos es consecuencia obligada de otras prohibiciones3.

Como quiera que no está prohibido, por ejemplo, tener hijos sin tener pareja ¿puede entenderse que en
términos jurídicos únicamente es familia si existe pareja? De manera más precisa, ¿supone familia la
existencia de una pareja? Como se ha visto, la interpretación que hizo la Corte en las sentencias
1
En la sentencia C-659 de 1997 se hizo la misma interpretación, al analizarse el tipo penal bigamia, que estaba
contemplado en el Decreto 100 de 1980.
2
Ver sentencia SU-047 de 1999, entre otras.
3
Considérese las consecuencias de la prohibición de abortar. Se podría argumentar que siempre existe la
posibilidad de dar en adopción al menor. Sin embargo, durante el embarazo el nasciturus
aludidas daría lugar a pensar que sólo se está en presencia de una familia si existe la pareja o, al menos,
existió un matrimonio o una unión marital de hecho. Empero, ello contradice la realidad, en la cual
resulta claro que la sociedad entiende que es familia el grupo conformado por pareja y ciertas personas,
usualmente hijos, así como grupos conformados por personas (sean hombres o mujeres) y otras
personas (usualmente hijos).

Podría argumentarse que resulta irrelevante que la sociedad tenga un concepto más amplio de familia
que el propuesto por la Corte, pues el concepto de familia, relevante para el derecho, está definido por
el derecho mismo. La Corte no rechaza este argumento, sin embargo no resulta suficiente para soportar
una imperiosa restricción del concepto de familia a aquellos eventos en los cuales se está en presencia
de pareja o ella existió. Un ejemplo basta para ilustrar el equívoco punto de partida: ¿existe familia
frente a una mujer y su hija producto de un acceso carnal violento? Claramente en esta hipótesis, por
desgracia muy real, no existe una pareja previa. Por definición, nunca existió. Nuevamente, ¿puede
legítimamente asumirse que en tal caso no existe familia?

El artículo 44 de la Constitución establece que los niños tienen derecho “a tener una familia”.
Siguiendo con la interpretación que se analiza, ello implicaría que el padre biológico y la madre
biológica, estarían en la obligación a constituir una pareja entre ellos, para que se formara una familia.
Tal unión podría ser jurídica –matrimonio- o natural –unión marital de hecho-, pero en todo caso
exigible a favor del menor. Resulta evidente el resultado absurdo al cual se llega, pues, por definición,
tanto el matrimonio como la unión marital de hecho parten de una decisión autónoma y libre por parte
de quienes las conforman y, en este caso, sería demandado, para proteger los derechos del menor 4.

Lo anterior muestra que, si bien la interpretación que hace la Corte resulta razonable y, en este orden
de ideas, constituye una restricción al concepto de familia, no resulta suficiente para determinar la
familia, como concepto jurídico, de manera coherente con el sistema jurídico mismo. Resulta en
extremo limitada. Por lo mismo, no resulta legítimo extender esta interpretación a toda situación en la
cual el problema jurídico pueda involucrar el concepto de familia.

10.2. La segunda opción hermenéutica que analizará la Corte es la planteada en el caso c): la familia se
constituye (i) por vínculos naturales o (ii) por vínculos jurídicos, que son el matrimonio o la voluntad
responsable de conformarla. Esta opción presenta varios problemas al asimilar “la decisión responsable
de conformarla” a un vínculo jurídico.

10.2.1 La existencia de un vínculo jurídico necesariamente supone un sistema normativo que regule la
conformación de la familia. Tratándose de la “decisión responsable de conformarla”, se podría
considerar las normas relativas a la unión marital de hecho -Ley 54 de 1990-. Sin embargo, tal ley no
regula aspectos propios de la familia, sino lo atinente a la sociedad patrimonial de hecho. Las
disposiciones contenidas en dicha ley se limitan a establecer reglas relativas a la prueba de existencia
de una convivencia que permita presumir la sociedad patrimonial de hecho. Por lo tanto, no puede
hablarse de un vínculo familiar, sino de un mero problema patrimonial.

Con todo, se podría aducir que lo anterior no es óbice para considerar que la Ley 54 de 1990 regula la
conformación de la familia por la “decisión responsable de conformarla”, en la figura de la unión
marital de hecho, pues el régimen de la sociedad patrimonial de hecho es, en realidad, un problema
4
Lo anterior sin considerar, además, la violación de derechos humanos, en particular el de casarse libremente.
Artículo 23 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
propio de las familias. Esto lleva a otro problema derivado de la literalidad de la Constitución:
“decisión responsable de formarla”.

10.2.2 El régimen fijado en la Ley 54 de 1990 exige dos años de convivencia para que se presuma la
existencia de una “sociedad patrimonial entre compañeros permanentes”. Sin embargo, la Constitución
únicamente exige la “decisión responsable”. No es necesario que exista tal convivencia para que se
presente el vínculo familiar. Un ejemplo ilustra el tema: ¿se podría negar la existencia de una familia
cuando una pareja de compañeros permanentes ha convivido menos de un año, tienen al menos un hijo
y uno de los compañeros muere? La respuesta debe ser negativa, salvo que se ofrezcan argumentos
contundentes en sentido contrario.

Se podría argumentar que en tal caso se está en presencia de una familia nacida de vínculos naturales.
Si se admitiera esa tesis, ¿cómo se conformó la familia, por vínculos naturales o por la “decisión
responsable de conformarla”? Si se modificara el ejemplo y se excluyera la existencia de hijos, ¿no
habría una familia? Evidentemente, no existiría vínculo jurídico (no hubo convivencia igual o mayor a
dos años), pero sí una decisión responsable de conformarla.

Lo expuesto pone de presente que no es posible asimilar plenamente el mandato constitucional “la
familia se conformará por decisión responsable en tal sentido” a un vínculo jurídico.

10.3 Restan las opciones hermenéuticas a) y b). De acuerdo con la primera, existirían 3 formas de
conformar familia: por vínculos naturales, jurídicos y “matrimonio y decisión responsable de
conformarla”. En este caso, se elimina la equiparación de matrimonio y decisión responsable de
conformar familia, como vínculos jurídicos. Sin embargo, se mantiene una unión conceptual entre
matrimonio y la decisión responsable de conformar una familia. Esto último –unión conceptual-, en la
medida en que las dos formas de constituir familia se unen en una misma categoría que los diferencia
de los vínculos naturales y jurídicos.

El artículo 91 del Código del Menor establece 3 reglas distintas. Según la primera, que no interesa para
el caso, el adoptante puede tener o llegar a tener hijos dentro del matrimonio, fuera de éste o adoptivos.
Conforme a la segunda, que tampoco interesa para el presente caso, el guardador puede adoptar al
pupilo si se aprueban las cuentas de la administración. De acuerdo con la tercera, el cónyuge puede
adoptar los hijos del otro.

Este último evento implica que puede haber familia sin que uno de los cónyuges (o la pareja de hecho)
adopte los hijos del otro cónyuge. No está prohibida la convivencia de la pareja, los hijos comunes y
los hijos de uno y otro integrante de la pareja. Antes bien, resulta claro que estaría prohibido impedir
tal convivencia, pues en este caso se presenta una “decisión responsable” de conformar una familia.
Obsérvese que por efecto del matrimonio se conforma una familia entre la pareja, pero será la decisión
responsable la que permita conformar una familia con los hijos extramatrimoniales o previos de los
integrantes de la pareja. Ello conduce a un error: equiparar, en términos hermenéuticos matrimonio y
“decisión responsable de conformarla”. Tal equiparación (en la medida en que se ubican en la misma
categoría), lleva a centrar, de una u otra forma, a la familia en torno a la pareja, cuando tal
interpretación conduce a forzar una familia en contra de la decisión de los integrantes de la pareja.

La madre o el padre biológico de los hijos nunca dejarán de ser parte de la familia de éstos, a pesar de
la negativa del cónyuge o compañero de permitir la convivencia con los hijos previos o
extramatrimoniales. Tampoco, por otro lado, se puede forzar la convivencia, pues la Constitución
expresamente protege la posibilidad de decidir si se conforma familia bajo estas condiciones.

10.4 Lo anterior obliga a aceptar como única hipótesis admisible la b), según la cual la familia se
conforma de 4 modos: vínculos naturales, vínculos jurídicos, por matrimonio y, además, por la
decisión responsable de conformar familia.

A la fecha, el legislador no ha agotado ni desarrollado plenamente los efectos de las distintas formas de
conformar a la familia, previstas en la Constitución. Tal falta de desarrollo normativo no implica que el
mandato constitucional, que obliga a reconocer diversas formas de familia, no tenga efectos jurídicos.

10.5 Se podría alegar, en todo caso, que esta línea de argumentación no tiene en cuenta las
obligaciones y relaciones de consanguinidad y afinidad, derivadas de las relaciones familiares
resultantes del matrimonio o de las parejas de compañeros permanentes. Sobre el particular, la Corte
precisa que la familia no se estructura en torno a tales relaciones de consanguinidad, afinidad y
existencia de obligaciones, como los alimentos. La familia se organiza en torno a la solidaridad. Cosa
distinta es que en determinadas circunstancias fenómenos biológicos tengan consecuencias jurídicas.
Así, el padre biológico está obligado a dar alimentos a sus hijos, y los hijos tienen deber de respeto
hacia los padres biológicos. Pero ello no agota la temática de la familia. Asumir lo contrario, implica
entender que la familia, en el sentido constitucional, se agota y se define a partir de su regulación legal.
Así, resulta imposible ejercer un control constitucional y queda en entre dicho la supremacía de la
Constitución.

Dicha supremacía, por su propia naturaleza, supone independencia entre el ámbito constitucional y el
legal. La Corte ya ha abordado esta cuestión –imposibilidad de definir los conceptos constitucionales a
partir de sus meros desarrollos legales- al tratar el tema de juez natural en sentencia SU-1184 de 2001.
En dicha oportunidad, la Corte destacó las dificultades que existían para concebir de manera
independiente del desarrollo legal el derecho al juez natural, pero no por ello se tornaba en una tarea
imposible. Lo mismo puede predicarse del concepto de familia. Este, claramente está directamente
ligado a desarrollos legales, pero su esencia es de raigambre constitucional. De ahí que la falta de
desarrollo normativo no despoja de contenido normativo al precepto constitucional y que la aplicación
analógica de los preceptos desarrollados a circunstancias no reguladas se supedite a su compatibilidad
de tal aplicación con los mandatos constitucionales.

……

RESUELVE

Primero. CONFIRMAR, por las razones expuestas en esta sentencia, la decisión del Juzgado Primero
Penal Municipal de Bucaramanga y revocar la providencia dictada por el Juzgado Cuarto Penal del
Circuito de Bucaramanga. En consecuencia se tutelan los derechos fundamentales a la seguridad social
y al debido proceso del señor José Robin Guerra Hernández.

Segundo. Ordenar a Salud Total E.P.S. que, en el término de 48 horas, proceda a afiliar, con todos los
privilegios derivados de la antigüedad, al señor José Robin Guerra Hernández como beneficiario de
Luis Alejandro Ninco.
Tercero. Por Secretaría, líbrese la comunicación prevista en el artículo 36 del Decreto 2591 de 1991.

Cópiese, notifíquese, comuníquese, publíquese en la Gaceta de la Corte Constitucional y cúmplase.

EDUARDO MONTEALEGRE LYNETT


Magistrado

ALVARO TAFUR GALVIS


Magistrado

CLARA INÉS VARGAS HERNANDEZ


Magistrado

MARTHA VICTORIA SACHICA MENDEZ


Secretaria General

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