La contratación pública se rige principalmente por la Ley 80 de 1993. Esta ley establece los principios de transparencia, eficiencia e interés público que deben guiar los procesos de contratación entre el Estado y particulares. Aunque la ley provee una base sólida, en la práctica los casos de corrupción han sido frecuentes debido a factores externos como vacíos legales y falta de control. Se requieren reformas estructurales que fortalezcan los principios éticos y la participación ciudadana, más allá de simplemente cre
La contratación pública se rige principalmente por la Ley 80 de 1993. Esta ley establece los principios de transparencia, eficiencia e interés público que deben guiar los procesos de contratación entre el Estado y particulares. Aunque la ley provee una base sólida, en la práctica los casos de corrupción han sido frecuentes debido a factores externos como vacíos legales y falta de control. Se requieren reformas estructurales que fortalezcan los principios éticos y la participación ciudadana, más allá de simplemente cre
La contratación pública se rige principalmente por la Ley 80 de 1993. Esta ley establece los principios de transparencia, eficiencia e interés público que deben guiar los procesos de contratación entre el Estado y particulares. Aunque la ley provee una base sólida, en la práctica los casos de corrupción han sido frecuentes debido a factores externos como vacíos legales y falta de control. Se requieren reformas estructurales que fortalezcan los principios éticos y la participación ciudadana, más allá de simplemente cre
La contratación pública se rige principalmente por la Ley 80 de 1993. Esta ley establece los principios de transparencia, eficiencia e interés público que deben guiar los procesos de contratación entre el Estado y particulares. Aunque la ley provee una base sólida, en la práctica los casos de corrupción han sido frecuentes debido a factores externos como vacíos legales y falta de control. Se requieren reformas estructurales que fortalezcan los principios éticos y la participación ciudadana, más allá de simplemente cre
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CONTRATACION ESTATAL
La contratación pública o estatal parte de la base o el concepto de contrato, el
cual se define como un acuerdo de dos o más voluntades con que pretenden tener obligaciones entre las partes y para que se le denomine contratación pública una de las partes es la administración estatal, bien sea que el contrato se realice con la nación, las regiones, departamentos, provincias, distritos etc. El código civil establece que contrato o convención es un acto por el cual una parte se obliga con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa (artículo 1495). Por su parte, la Ley 80 de 1993 establece que son contratos estatales todos los actos jurídicos generadores de obligaciones que celebren las Entidades, previstos en el derecho privado o en disposiciones especiales, o derivados de la autonomía de la voluntad, así como los que a título enunciativo se definen en esta ley. La contratación estatal en un tema de vital y trascendental importancia en el desarrollo profesional de cualquier ciudadano ya que está relacionada de manera directa o indirecta con el ejercicio de cualquier profesión ya sea como empleado del sector público o privado, como contratista, como veedor de la ciudadanía o como un ciudadano común y corriente que en cualquier momento puede ejercer control a un proceso de contratación. Además, representa una parte significativa de las actuaciones donde el estado se relaciona directamente con los particulares para lograr sus objetivos. De esta manera, la contratación estatal es una de las herramientas más eficaces en la consecución de los fines y propósitos del estado; es el medio apropiado para el cumplimiento de los fines estatales, plasmados en nuestra Constitución Política (artículo 209), la cual establece que la función administrativa se desarrolla con fundamento en los principios de igualdad, moralidad, eficacia, economía, celeridad, imparcialidad y publicidad. En tal sentido, la adquisición de bienes y servicios, indispensable para el cumplimiento de los fines del estado, debe realizarse conforme a los principios citados. Estos serán pues, los fundamentos de derecho sobre los cuales deberá desarrollarse la actividad contractual y es la tarea realizada por el estado a través de contratos estatales. Asimismo, fue creada para dar transparencia en la escogencia de los contratistas que requiera el estado para la adquisición de bienes y servicios en cumplimiento de sus fines esenciales, con ello se busca garantizar el derecho a conocer públicamente el contratista, su capacidad financiera, su capacidad técnica, la idoneidad profesional, la experiencia y todo lo necesario que requiera el estado para tener la tranquilidad de quien suministre, provea o preste el servicio cuente con la capacidad y experiencia requerida. La contratación pública se formuló y elaboró partiendo del principio de honestidad y transparencia con el cual se pretendió o se pretende precisamente hacer de los contratos y de los procesos de contratación pública algo claro, transparente, honesto, imparcial y objetivo dentro del cual se pretende realizar labores contractuales con particulares sin preferencias puntuales y buscando siempre quien mejor servicio o labor realice para la entidad estatal, lastimosamente como en muchas actividades realizadas por el estado esto en un alto porcentaje ha perdido la finalidad con la cual se creó ya que la corrupción y la ambición de los funcionarios y particulares a permeado un alto porcentaje de los funcionarios públicos que son quienes desarrollan los procesos para lograr las actividades contractuales con el estado. Igualmente, en nuestro país en los últimos años, el tema de la contratación estatal ha tendido grandes tropiezos, debido a los diferentes casos de corrupción que se en presentado. Esto como resultado de los manejos irregulares por parte de algunas entidades, en cuanto a la estructuración y publicidad de sus procesos de contratación y de otra parte, por los contratistas particulares encargados de ejecutarlos, quienes en ocasiones aprovechando las deficiencias o vacíos técnicos o jurídicos de estos procesos, terminan tomando provechos económicos, dilatando las ejecuciones y en el peor de los casos abandonando sus obligaciones, perjudicando finalmente a la población. Por todo lo anterior; ha generado sin lugar a dudas un sinnúmero de modificaciones y replanteamientos, al interior de las normatividades en este aspecto, como también la creación de nuevas leyes y organismos de control que contemplen obligaciones más detalladas, tanto para las entidades estatales como para los contratistas, estableciendo sanciones mucho más rigurosas, involucrando y responsabilizando cada vez más a todos los actores relacionados en los procesos de contratación. La ley 80 de 1993 o también conocida como Estatuto General de Contratación de la Administración Pública. Su objeto, disponer las reglas y principios que rigen los contratos de las entidades estatales, siendo uno de los mayores avances normativos, planteo de forma concreta las herramientas necesarias para la adecuada gestión contractual pública, su principal base son los objetivos en eficiencia y transparencia, circunstancias que a raíz de la tramitología del proceso de adjudicación, hizo menos transparente y menos eficiente dicho proceso. La ley 80 de 1993, acercó la administración pública a los administrados, y unificó las dispersas normas relativas a la contratación y sentó las bases de los principios vigentes de la contratación estatal; convirtiendo al contrato estatal en un instrumento puesto al servicio del interés público, por ello, el sistema de contratación contenido en esta norma, refleja los principios del estado social de derecho, enmarcados en el interés general al servicio a los ciudadanos. De esta forma se debe reconocer que esta Ley, presentó debilidades y vacíos en materia de lucha contra la corrupción y pactos indebidos. Los fines de la contratación estatal se encuentran consagrados en el art 3 de la Ley 80, el cual establece que cuando los servidores públicos participen en la celebración y ejecución de los contratos deben considerar que las entidades estatales buscan el cumplimiento de los fines estatales; la continua y eficiente prestación de los servicios públicos, y la efectividad de los derechos e intereses de los contratistas que colaboran con ella en la consecución de dichos fines. Respecto de los particulares que obran como contratistas del estado, el mismo artículo señala que estos tendrán en cuenta que al celebrar y ejecutar contratos con las entidades estatales, además de la obtención de utilidades cuya protección garantiza el Estado son colaboradores de las entidades estatales para el logro de sus fines y por ello cumplen una función social que implica obligaciones. Como se mencionó anteriormente, a pesar de que en Colombia existe una legislación en materia de contratación estatal, se puede decir que esta puede sufrir las modificaciones y ajustes que se hagan, el funcionario o servidor público siempre encontrará la manera de hacer fraude, debido a otros factores externos a la misma, que tienen que ver con el marco legal que la rige y la controla, ya que la legislación es insuficiente, esto porque no se liga con otros ordenamientos de control, deja vacíos, sobretodo en control posterior, y se deja muchas conductas sin sanción clara. En conclusión, es importante en primera instancia tener claro cual es el fundamento jurídico de la normatividad con que fue creada la contratación estatal y todo lo que ella pertenece, es preciso manifestar que dicha normatividad fue pensada y creada como mecanismo de control, vigilancia y desarrollo de las relaciones surgidas entre el estado y los particulares y cuya finalidad es propender por el bienestar de los ciudadanos. No se puede desmentir que la existencia de leyes es necesaria para el correcto funcionamiento y organización de las entidades del estado, pues ellas aseguran y dan soporte a la ejecución de las mismas. Como podemos ver la contratación estatal es guiada por ley 80 de 1993 que aunque tal vez tenga falencias como muchas y que aunque en nuestro país se hayan encontrado tantos casos de corrupción e incumplimiento frente a esta, nos indica los pasos a seguir, los cuales requieren de responsabilidad, dedicación, disciplina y muchos principios que debemos formar como personas; esto nos ayudara ser competitivos. De otro lado, parte de la creencia de que no todos los problemas que rodean la contratación pueden ser resueltos mediante la creación de normas, pues todo indica que independientemente del tipo de reforma que se realice, se requiere un cambio estructural basado no solo en los principios rectores que hoy gobiernan la contratación, sino un volver a los principios éticos y morales preexistentes. La participación activa de la comunidad, la vinculación de las universidades no solo como cuerpos consultivos , la asesoría de los gremios de profesionales al momento de proyectar, contratar y ejecutar un contrato estatal, salvarían notablemente el proceso de la voracidad malintencionada de aquellos que pretenden no el bien general sino el beneficio propio.