Exposición Del Caso
Exposición Del Caso
Exposición Del Caso
En las declaraciones del momento en que el niño fue sustraído, rendidas por
parte de los hermanos, se hace constar que los sujetos que tomaron cautivo al chico
eran tipos de tez clara, con acento de Veracruz.
Este mismo policía que –tiempo después- contó de modo clandestino el perfecto
suceder de los hechos, una vez integrada la averiguación y teniendo orden de
aprehensión por ejecutar, advirtió a Oscar de la misma, sugiriéndole marcharse, huir,
sustraerse de la acción penal; sugerencia a la cual Oscar siempre se opuso tajantemente
porque (iluso) confiaba en el sistema y decía que él era inocente, que un hombre
inocente no tiene por qué escapar, ya que no ha hecho nada malo.
Aun habiéndosele avisado –de modo extra oficial- en repetidas ocasiones que
había una orden de aprehensión viva en su contra, Oscar no huyó. De este modo, no
quedó más opción que dar cumplimiento a la orden y aprehender a Oscar.
Gracias a esa nueva luz, se pudieron desahogar careos con el sujeto que señaló a
Oscar como responsable del delito, sujeto que en dichos careos declaró que no conoce a
Oscar, que si dijo lo que dijo fue sólo porque los policías lo quemaron y lo torturaron de
muchas maneras hasta que hizo el señalamiento, pero que en realidad Oscar no es su
socio delictivo.
Por desgracia, aun con el desahogo de las pruebas, y en el estado procesal que
guardan los autos, las autoridades encargadas de dictar la sentencia de Oscar, han
manifestado, evidentemente de modo extra oficial, que la orden que ellos tienen del
Tribunal Superior de Justicia del Estado, es que toda persona que sea procesada por
secuestro, debe ser condenada, independientemente de si es o no culpable. Teniendo
esto en consideración, el mismo Oscar es consciente de que si el Tribunal dio esa orden,
es muy probable que la sala de dicho tribunal que conozca de su recurso de apelación
confirme la sentencia del Juez Natural. Teniendo que ser puesto en libertad por el juicio
de amparo, el cual, haciendo un cálculo optimista del tiempo en que eso suceda, es muy
probable que Oscar permanezca otro año o un poco más recluido hasta que el juicio de
garantías lo ponga en libertad.
TIPO DE VÍCTIMA
Ahora bien, si percibimos la postura de Hans von Hentig, podemos referir una
víctima aislada, no fue seleccionado como víctima del sistema por proximidad ni nada
por el estilo, fue simplemente el sujeto que estaba ahí cuando pasaron los policías, pudo
haberle pasado a cualquiera que cumpliera con los requisitos de ser hombre, estatura
promedio, con apariencia fuerte. Básicamente casi cualquiera.
CORRIENTES DE ESTUDIO:
Partiendo de ello, es de notarse que todas las denuncias o querellas que llegan a las
Agencias del Ministerio Público, terminan en consignación, porque los órganos superiores
les exigen a los agentes una “cuota” de consignaciones mensuales. Avanzando en el
sistema, todos los procesos penales por delitos como secuestro, homicidio, violación…,
tienen que terminar en sentencia condenatoria, porque el Tribunal Superior de Justicia
exige de los jueces cifras que se vean políticamente correctas. Cabe hacer mención de
que dicho tribunal es el que dirime la segunda instancia, es decir, una catástrofe en el
mismo sentido que la resolución del Juzgado Natural.
Volviendo a Oscar, ya quedó asentado que resulta ser una persona de recursos
bajos, y carecía –de hecho sigue careciendo- de los medios para pagarse una defensa
legal, razón por la cual acabó siendo “defendido”, si es que el término se adecua, por el
defensor de oficio, quien se dedicó a presentar escritos “de formato”, sin preocuparse
nunca por ofrecer los medios probatorios idóneos que estuvieran encaminados a probar
la inocencia de su defenso. A esto agreguemos el desinterés de las autoridades por hacer
oficiosamente la labor que les correspondía, puesto que los careos son una garantía
constitucional, pero nadie se interesó por su desahogo ni en la primera ni en la segunda
instancia. Fue el Tribunal de Amparo el que se interesó en semejante violación y ordenó
al Juez de conocimiento que practicara el desahogo.
Y si bien es cierto que no fue victimización criminal, sino que la victimización fue hecha
por el sistema, también resulta real y queda claro, que el sujeto fue victimizado.
II.- La víctima.
En el caso que se aborda, los policías refieren que la elección del sujeto fue
hecha al azar, pero ¿qué tan real es esto?, pareciera que lo es, y no cuestiono el dicho
del policía que colaboró con la referencia, pero lo que resulta cierto es que por el
horario en que hicieron la búsqueda y la zona, fueron excluidas ciertas clases sociales.
Aquí caemos en factores como la vulnerabilidad que proviene de la estigmatización
social, en la cual, la imagen de alguien con –coloquialmente hablando- “cara de pocos
amigos” lo hace vulnerable a que la sociedad y los órganos de justicia “legitimen” de
modo subjetivo el proceder del sistema como victimario.
Pensemos, una vez más, en Oscar. Ilusamente creyó que el sistema lo protegería
al ser inocente. Bueno, primero atendamos a que nunca debió ser arrestado. Pero una
vez ahí, creyó que las investigaciones incompletas del Ministerio Público y las labores
oficiosas del Juzgado Natural y del Tribunal de alzada serían la vía para que saliera
libre. Sumemos a eso el fracaso del sistema a través del defensor social, en síntesis, una
catástrofe por donde se mire.
Tanto el Juzgado como el personal del CERESO lo trataron como el criminal que no es.
Fue golpeado y torturado como “bienvenida” en la cárcel, al Juzgador lo único que le
interesó fue condenarlo, jamás dilucidar la verdad, sólo condenarlo. A pesar de siempre
haber manifestado su inocencia y de que nunca hubo señalamiento directo de la víctima,
a nadie le importó saber si era o no verdad lo que decía.
PROCESOS DE VICTIMIZACIÓN
Victimización primaria.
En este caso, tenemos a Oscar, que se encuentra sufriendo un daño, es decir la privación
de su libertad, por parte de la negligencia del estado a través de sus órganos de
Procuración e impartición de justicia.
Victimización secundaria.
En este caso, el victimario original es el sistema, sí, porque el Ministerio Público dio la
orden de obtener un sujeto cualquiera que representara el papel de secuestrador,
independientemente de serlo o no. Así, Oscar fue el sujeto que estaba en el lugar y
momento equivocados. Estamos todos de acuerdo en que ahí se originó la primera
transgresión.
Lo peor fue que al llegar al órgano encargado de (siguiendo lo versado por los clásicos)
dar a cada quien lo que le corresponde, éste se limitó a dar curso al problema como una
cifra más por anotar, sin importarles que estaban tratando con un ser humano, sin dar
cabida ni la menor importancia a que dicho ser humano siempre se dijo inocente, sin
tomar en consideración que no obraba en su contra material probatorio alguno más allá
de una declaración ministerial mal realizada.
Perfecto, ya sabemos que al Juez natural poco le importó que Oscar fuera inocente y lo
sentenció a cincuenta años tomando la sombra en una prisión, eso ya lo sabemos.
Recayó un abuso todavía peor y una victimización mayor cuando el Tribunal de alzada,
que resulta ser un órgano supuestamente más estudioso y completo en cuanto a las
disposiciones de impartición de justicia confirmó la sentencia de primera instancia,
soportando las anticonstitucionales actuaciones del Juez de origen.
Victimización terciaria.
Ha quedado claro que el hombre es marido y padre de cuatro hijos, ¿cierto? Bueno, pues
es justo de rememorarse aquí, porque son ellos quienes sufren las consecuencias del
burdo funcionamiento del sistema, porque la esposa ahora se dedica al servicio
doméstico aparte de vender tamales, el hijo mayor, de apenas 14 años, se ve forzado a
trabajar para solventar sus gastos escolares y los de su casa. En fin, que a ellos el
sistema les debe una disculpa enorme, además de una compensación monetaria que –
evidentemente- requerirá años de litigio para ser obtenida.
PROCESO DE DESVICTIMIZACIÓN