La Interfaz Dinámica de La Bioarqueología y Antropología Forense - Ubelaker

La interfaz dinámica de la bioarqueología y antropología forense - Ubelaker
Las disciplinas de la bioarqueología y la antropología forense, tienen objetivos algo diferentes,

pero comparten metodología e información científica básica.
Dentro de la bioarqueología, la información de la práctica forense es vital para la correcta

interpretación de las alteraciones traumáticas y de otro tipo, especialmente en la evaluación del
momento (antemortem, perimortem, postmortem) del evento que produce la alteración. Dentro
de la antropología forense, los datos obtenidos de la práctica de la bioarqueología aumentan las
técnicas de detección, recuperación y evaluación del intervalo post mórtem y los factores
tafonómicos que pueden estar involucrados. Actualmente, ambos campos están experimentando
un aumento en la actividad profesional y el interés de los estudiantes, así como un rápido
aumento en la investigación publicada, el trabajo de casos y Tecnología.
En el trabajo de casos forenses, la metodología empleada en la búsqueda y recuperación de restos

humanos se deriva en gran medida de la bioarqueología y el campo más general de la arqueología.
En el análisis, el antropólogo forense debe utilizar el conocimiento adquirido a través de la
investigación bioarqueológica para distinguir los restos de interés médico-legal de los derivados de
contextos más antiguos. Un componente clave de la interpretación del trauma implica el
reconocimiento de alteraciones tafonómicas post mórtem. La habilidad en el reconocimiento de
factores tafonómicos se deriva de la exposición de la investigación a restos arqueológicamente
recuperados de múltiples períodos de tiempo y contextos ambientales.
Detección
La mayoría de los métodos modernos para la búsqueda y detección de restos humanos tienen sus
raíces en enfoques arqueológicos tradicionales. La topografía del terreno, los patrones de
vegetación, las características de la superficie y los contornos de los pozos son factores
importantes en ambas disciplinas. Los métodos de búsqueda de fotografía aérea, examen de
superficie, radar de penetración en el suelo, aproximaciones electromagnéticas, resistividad del
suelo, sondeo, extracción de muestras y excavación sistemática también caracterizan ambos
esfuerzos.
Arqueólogos forenses y antropólogos forenses con formación en técnicas arqueológicas han

demostrado estar excepcionalmente calificado para realizar o participar en misiones de
recuperación con restos humanos. Cada vez con mayor frecuencia, las personas con formación en
arqueología participan en misiones de recuperación en casos penales, desastres masivos y busca
víctimas de abusos contra los derechos humanos.
Reconocimiento de especies
Los trabajadores tanto de la bioarqueología como de la antropología forense con frecuencia

necesitan identificar el estado humano de los materiales recuperados. Cuando los huesos y los
dientes están generalmente intactos, esta tarea es relativamente fácil. A través de la evaluación
morfológica directa o con el uso de colecciones esqueléticas comparativas cuando necesario. Tal
identificación se vuelve difícil cuando la evidencia es fragmentaria y / o alterada por el calor o
factores ambientales.
Con una frecuencia creciente, la identificación de partículas pequeñas se ha convertido en un

problema en la antropología forense. En muchos casos y escenas, puede ser extremadamente
importante demostrar la presencia o ausencia de fragmentos humanos cuando no se recuperan
esqueletos relativamente intactos. Estos problemas surgen en casos penales en los que
aparentemente se ha intentado sacar a la víctima de la escena del crimen, quizás dejando
fragmentos.
Una de las técnicas para detectar huesos y dientes es la microscopía electrónica de barrido /
espectroscopía de dispersión de energía (SEM / EDS). Una pequeña muestra del fragmento
recuperado puede revelar una imagen microscópica de diagnóstico de huesos o dientes. La técnica
no determinará el estado humano, pero reconocerá la estructura de calcio y fósforo de los huesos
o dientes y los distinguirá de otros materiales que se encuentran comúnmente en las escenas.
Otra forma para el diagnóstico humano de partículas pequeñas, se puede lograr mediante análisis
molecular o radioinmunoensayo de proteínas (pRIA). El último enfoque implica una prueba de
reacción de anticuerpos de doble fase que utiliza anticuerpos específicos de la especie formulados
en el laboratorio.
Antigüedad
En el trabajo de casos forenses, es fundamental saber si los restos recuperados datan de los
períodos recientes de interés medicolegal. Si es así, las estimaciones precisas de la fecha de la
muerte pueden mejorar enormemente los esfuerzos de investigación. La experiencia de
investigación y trabajo de casos ha documentado la desafortunada dificultad de estimar el
intervalo post mórtem a partir de la evidencia morfológica únicamente. Muchas variables como la
temperatura, la lluvia, la estacionalidad, la química del suelo, la constitución individual, la
profundidad del entierro, el tratamiento mortuorio y el tipo de contenedor, ropa o envoltura
pueden influir en la extensión y el tipo de alteraciones post mortem.
La humedad y las condiciones anaeróbicas pueden conducir a la formación de adipoceros,

mientras que la aridez extrema puede promover la momificación y la preservación inusual de los
tejidos blandos. La exposición superficial a artrópodos, aves y mamíferos puede conducir a una
esqueletización muy rápida.
En bioarqueología, durante muchos años la datación por radiocarbono ha proporcionado un

método confiable para la datación absoluta de restos humanos. Mediante el análisis directo de los
propios esqueletos o de los materiales orgánicos asociados, la datación por radiocarbono
proporciona el marco temporal que permite una investigación sofisticada en bioarqueología.
Perfil biológico
La edad al morir, el sexo, la estatura viviente y la ascendencia componen el perfil biológico de los
análisis antropológicos tanto bioarqueológicos como forenses. En antropología forense, estas
mismas características se utilizan en comparaciones con información conocida sobre personas
desaparecidas y para buscar perspectivas de identificación.
Los objetivos de la información de ascendencia son algo diferentes en las dos disciplinas. En
bioarqueología, la evaluación de la ascendencia se relaciona con estudios de distancia biológica,
patrones de migración y relaciones de población. En antropología forense, la ascendencia también
puede proporcionar evidencia de la migración / origen individual, pero generalmente se necesita
para vincularla con la identificación personal.
Tafonomia
En los contextos de la bioarqueología y la antropología forense, la palabra tafonomía es casi

sinónimo de los procesos de cambio post mortem y comprensión de los complejos factores de
influencia.
En antropología forense, la evaluación de las condiciones tafonómicas ayuda a evaluar el tiempo

transcurrido desde la muerte. Además, estas alteraciones a menudo proporcionan pistas sobre la
historia post mórtem de los restos recuperados. La Reconstrucción de aspectos de la historia post
mortem puede resultar vital para evaluar la actividad delictiva o determinar eventos relacionados
con el medio ambiente que ocurrió entre la muerte y el descubrimiento.
Identificación
En antropología forense, gran parte de la información obtenida y discutida anteriormente tiene

como objetivo la identificación personal. El análisis produce información sobre el individuo
recuperado que limita la búsqueda de personas desaparecidas y produce candidatos para su
identificación.
El perfil biológico discutido anteriormente es casi universalmente útil en el proceso de

identificación porque el sexo, la edad al momento de la muerte, la estatura aproximada y la
ascendencia son características conocidas y documentadas de las personas desaparecidas.
Cuando los antropólogos forenses realizan una identificación, la evidencia suele ser radiográfica,
complementado con información del perfil biológico y otras observaciones. Las radiografías
tomadas con fines médicos revelan con frecuencia características únicas de huesos y dientes que
pueden compararse con las de los restos recuperados. La identificación resulta cuando las
características se comparten entre los restos y los registros ante mortem de una persona
desaparecida y cuando se puede demostrar la singularidad de esas características.
La aproximación facial representa una herramienta disponible con respecto a los esfuerzos de
identificación. Esta técnica consiste en estimar los valores de los tejidos blandos que recubren los
huesos del cráneo y tratar de producir una semejanza con la apariencia facial del individuo
representado. En el contexto forense, no se utiliza para la identificación directa, sino para llegar
visualmente al público en busca de pistas. Si los restos recuperados son recientes y no se ha
logrado la identificación mediante el análisis tradicional, la técnica puede emplearse para recordar
al público que se han encontrado restos de alguien con esta apariencia general.
Trauma
La interpretación adecuada del trauma representa un componente importante tanto de la

bioarqueología como de la antropología forense. En bioarqueología, proporciona evidencia de
violencia, muerte accidental, morbilidad y mortalidad y puede vincularse con características del
perfil biológico e información arqueológica para revelar aspectos clave de la sociedad
representada. En antropología forense, la interpretación del trauma revela evidencia de lesiones
pasadas útiles para la identificación, así como alteraciones perimortem que pueden estar
vinculadas a las determinaciones de causa y forma de muerte.
En todos los análisis de trauma, el momento de la lesión debe establecerse utilizando información
científica sólida. El traumatismo perimortem se refiere a las lesiones sufridas en el momento de la
muerte o alrededor de esa fecha. El trauma antemortem se refiere a una lesión sufrida durante la
vida del individuo con evidencia de curación. Ambas categorías deben distinguirse del daño y las
alteraciones post mortem.
El daño post mórtem puede evaluarse por la naturaleza de la rotura ósea, los patrones de
coloración o los patrones de alteraciones característicos de los agentes post mórtem conocidos. La
exposición al sol, la masticación de los animales, el crecimiento de las raíces y otros factores post
mortem producen patrones reconocidos de daño.
Comentario: ¿Un enfoque en los puntos en común oculta las diferencias críticas?
En su artículo, "La interfaz dinámica de la bioarqueología y la antropología forense", Ubelaker se

esfuerza por enfatizar la relación simbiótica entre dos campos estrechamente relacionados. La
pieza se centra en varias áreas de práctica y análisis, en las que la superposición entre campos ha
creado una relación mutuamente beneficiosa que ha dado como resultado el intercambio de
metodologías (por ejemplo, técnicas de recuperación) o el avance de la investigación y el análisis
(por ejemplo, análisis de trauma).
Para ser efectivos en el campo, los antropólogos forenses deben estar capacitados en técnicas de
campo arqueológico por arqueólogos calificados, al tiempo que comprenden los requisitos únicos
de la excavación antropológica forense, incluido el tiempo y las limitaciones legales en la
investigación de la escena del crimen.
Comentario: Integración de la bioarqueología y la antropología forense
Ubelaker señala que, los antropólogos forenses a menudo se centran en los difuntos individuales,
mientras que los bioarqueólogos suelen trabajar con muestras de población, aunque hay
excepciones, como los bioarqueólogos que estudian a los ocupantes de tumbas de élite o los
restos de individuos que parecen ser "valores atípicos" de algún tipo, ), y antropólogos forenses
que se especializan en eventos de fatalidad masiva y violaciones de derechos. A pesar de las
diferencias en el enfoque y las preguntas de investigación específicas, los métodos utilizados para
identificar y caracterizar restos humanos son similares en todos estos casos.

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Arqueólogos forenses y antropólogos forenses con formación en técnicas arqueológicas han

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