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LA PROVINCIA DE CÓRDOBA DE

LA GLORIOSA AL REINADO DE
ALFONSO XII (SEPT. 1868-1885)

MIGUEL JESÚS LÓPEZ SERRANO

DIRECTOR:
DR. D. JOSÉ MANUEL CUENCA TORIBIO

DPTO. DE HISTORIA MODERNA, CONTEMPORÁNEA Y DE AMÉRICA

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS

UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA

CÓRDOBA, 2011

0
TITULO: La provincia de Córdoba de La Gloriosa al reinado de Alfonso XII (sept.
1868-1885)

AUTOR: Miguel Jesús López Serrano

© Edita: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Córdoba. 2012


Campus de Rabanales
Ctra. Nacional IV, Km. 396 A
14071 Córdoba

www.uco.es/publicaciones
[email protected]

ISBN-13: 978-84-695-1276-0
1
La Tesis Doctoral de Don Miguel Jesús López Serrano, constituye un acabado
ejemplo de plausible armonía entre el análisis y la exposición. Alineada en una
trayectoria investigadora que tiene por objeto la reconstrucción de la vida cordobesa en
la etapa contemporánea, ha abordado con meticulosa rebusca de toda suerte de fuentes,
los aspectos sustanciales del transcurrir de la ciudad califal y su provincia, en un
periodo decisivo de la modernización española.

Con la muy destacada movilización de variada y contrastada documentación, ha


podido describir con propiedad las líneas medulares del dicho desenvolvimiento. De
ahí, que quepa congratularnos de los objetivos alcanzados por el joven
contemporaneista, en una tarea sobre la que pueden depositarse toda clase de bien
fundamentadas esperanzas.

Es por ello que me place indicar que dicho trabajo cumple con los criterios y
condiciones exigidos para su posterior defensa.

Córdoba, _29_ de _Julio_ de __2011 _

Firma del/de los director/es

Fdo.: José Manuel Cuenca Toribio

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3
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 8

A- DEMOGRAFÍA 13
1. Consideraciones generales 14
2. Crecimiento demográfico 17
3. Situación demográfica según los partidos judiciales 19
3.1. La Campiña 22
3.2. Los Pedroches / Valle del Guadiato 25
3.3. Córdoba capital 28
3.4. Alto Guadalquivir 32
3.5. Subbética 34
4. Movimientos naturales de la población 36
5. Natalidad 39
6. Mortalidad 41
7. Clasificación de la población por edades 44

B-ECONOMÍA 47
1. AGRICULTURA
1.1.Olivar 47
1.1.1.Tipología 51
1.1.2. Evolución de la superficie olivarera 53
1.2. Cereal 57
1.3. El viñedo 63
1.4. El regadío 68
2. GANADERÍA 69
2.1. Evolución de la ganadería en la provincia de Córdoba 73
2.2 El ganado equino 80
2.2.1.Caballar 80
2.2.2. Mular y asnal 81
2.3. El ganado vacuno 82
2.4. El ganado porcino 83
2.5. El ganado ovicaprino 84
2.6. Otro tipo de recursos 85
3. INDUSTRIA 87
3.1. La industria en la provincia de Córdoba 89
3.2. Exposición de ganados 1878 114
4. MINERÍA 118
4.1. Cuenca carbonífera de Belmez 124
4.2. Mina “La Terrible” 127
4.3. La expansión de Peñarroya 133
4.4. El nacimiento de la SMMP 138
5. APÉNDICES

C- FERROCARRIL 149
1. El ferrocarril en la provincia de Córdoba 155
1.1. Línea Córdoba-Sevilla 156
1.2. Línea Manzanares-Córdoba 159
4
1.3. Línea Córdoba-Málaga 162
1.4. Línea Córdoba-Belmez 165
2. La Estación de Córdoba 167

D- CARRETERAS, VÍAS Y CAMINOS 172


1. Antecedentes legislativos 174
2. Las carreteras de la provincia de Córdoba 178

E- POLÍTICA 185
1. Un periodo convulso 185
2. La Revolución de Septiembre de 1868 205
2.1 La descomposición nacional 205
2.2 La “Septembrina” en Córdoba 210
2.3 La batalla de Alcolea 223

F- URBANISMO 226
1. Las transformaciones acometidas 232
1.1. Alineación, configuración y reforma de calles 232
1.2. Plazas y jardines 244
1.3. Derribo de murallas y puertas 254
2. Espacio urbano intramuros 257
3. Expansión extramuros 259
4. Infraestructuras urbanas 260
4.1. Alumbrado público 261
4.2. Abastecimiento de aguas 268
4.3. Servicios de limpieza, higiene y salubridad 270
5. Transformaciones urbanísticas en la provincia 271

G- EDUCACIÓN 278
1. Ideales educativos del movimiento obrero 280
2. La escuela normal de maestros de Córdoba 284
3. Evolución política en el marco de libertad de enseñanza 290
4. La llegada de la República y el fin de las innovaciones 302
5. La Universidad libre de Córdoba 309
6. Otras corporaciones magisteriales 322
7. Apéndice 327

H- SOCIEDAD 336
1. Visitas reales 339
2. Establecimientos culturales 354
3. Diarios, periódicos y revistas 357

I-SANIDAD 360
1. Introducción al mundo sanitario español a finales del siglo XIX 360
2. Legislación sanitaria a finales del siglo XIX 367
3. La mortalidad en Córdoba afínales del siglo XIX 369
4. Noticias sanitarias en prensa 371
5. El cólera en la ciudad de Córdoba 378
6. Legislación gubernamental ante la epidemia de cólera 387
5
CONCLUSIONES 395
ARCHIVOS CONSULTADOS 401
APENDICES 403
BIBLIOGRAFÍA 448

6
INTRODUCCIÓN

7
INTRODUCCIÓN

Desde el momento en que tuvo lugar, el Sexenio Democrático hasta la llegada de


la Restauración ha venido suscitando un gran interés, a la par que numerosos intentos
más o menos afortunados de llevar a cabo investigaciones e interpretaciones sobre tan
importante fenómeno, punto de partida de la contemporaneidad española. El proceso de
delimitar con precisión los niveles de innovación, de ruptura, de conservación o
regresión en cada una de sus fases ha sido una tarea harto compleja y mayores han sido
las polémicas a la hora de determinar el calado de los diferentes modos políticos, cuya
“efectividad” en su puesta en práctica ha sido muy debatida por los historiadores.

Con la presente tesis doctoral hemos pretendido elaborar un análisis detenido del
período revolucionario-republicano-monárquico en Córdoba y su provincia,
centrándonos en el conocimiento de las características y circunstancias demográficas,
político-administrativas, económico-hacendísticas, sociales y culturales, determinando
los efectos de los distintos sistemas adoptados en un espacio y un tiempo concretos, la
Córdoba de finales del siglo XIX. Pero, no sólo interpretamos las transformaciones y
continuidades existentes en la realidad provincial y local cordobesa, sino que
confrontamos su situación con el contexto de España y Andalucía para distinguir con
una mayor precisión el alcance de unas y de otras.

Sin duda, en este como en otros casos, la investigación a escala regional y local
se constituye en uno de los elementos decisivos a la hora de construir y afianzar nuevas
visiones de conjunto a escala nacional. Entre los ejemplos más inmediatos que pueden
citarse, están los que componen la historiografía contemporaneista andaluza, cuyos
avatares históricos contaron de manera muy importante en la orientación de las
investigaciones y en las circunstancias de quienes las llevaron a cabo. Nada nuevo
respecto a otros lugares. A pesar de los logros conseguidos en el desarrollo de treinta
años de investigaciones en Andalucía, por desgracia, la mayor parte de esfuerzos se han
ido concentrando, especialmente en el último quindenio, hacia un predominio casi
absoluto de las perspectivas y enfoques locales, más que los comarcales y mucho menos
los provinciales, sin que tampoco alcancen el auge que debieran los regionales.

8
No obstante, pese a la innegable importancia histórica del período analizado,
pues fue entonces cuando se colocaron las bases de la contemporaneidad española, se
han realizado escasas aportaciones historiográficas sobre el mismo en relación a otras
épocas de la historia contemporánea de España, en especial, respecto al siglo XX e
incluso a otras etapas del siglo XIX, como la Guerra de la Independencia -sobre esta
última, por cierto, recientemente se han publicado múltiples trabajos en el marco de la
conmemoración de su segundo centenario-.

Por otro lado, cronológicamente nuestra investigación abarca desde el estallido


de la “septembrina” en septiembre de 1.868 hasta la llegada al trono de Alfonso XII en
1.885, esto es, propiamente dicho, cuando se van a producir nuevos experimentos
políticos y sociales como la llegada de la primera República o las incipientes libertades
civiles y de prensa propias de unos principios liberales que tornarían como una carrera
irreversible, una vez superado el absolutismo fernandino e isabelino. Un período muy
poco dilatado, considerando que rozó los 18 años de permanencia. Sin embargo, los
referidos márgenes temporales son flexibles, dado que analizamos situaciones anteriores
y posteriores relacionadas con la mencionada etapa con el fin de señalar sus precedentes
y derivas, y su evolución comparativa con otras épocas.

En cuanto al trabajo de campo, realizamos un estudio exhaustivo de varias


fuentes archivísticas, periódicas y bibliográficas, reuniendo una ingente cantidad de
documentos que sometimos a un proceso de sistematización por temas a través de
fichas. Dado el considerable volumen documental recopilado, en esta tarca resultó
imprescindible la informática, que nos permitió elaborar una amplia base de datos,
fundamental para el posterior análisis interpretativo de la información de las fuentes.

Documentos localizados a través de la consulta meticulosa de diversas series


archivísticas, que nos aportaron una visión general de la situación provincial y local de
la Córdoba decimonónica, como las actas capitulares de distintas poblaciones, cabezas
de partido judicial -Aguilar de la Frontera, Córdoba, Lucena, Montilla y Pozoblanco…-
y los libros de actas de la Diputación y el Consejo Provincial de Córdoba, analizados
año por año y sesión por sesión. Asimismo, examinamos de forma completa los fondos
relativos al periodo de estudio de varios archivos - concretamente, dada su importancia
documental para nuestra investigación, el de la Diputación, y tanto el municipal como el

9
provincial de Córdoba-, así como los ejemplares conservados de dos cabeceras de la
prensa cordobesa con una dilatada trayectoria durante la etapa, el Boletín Oficial de la
Provincia de Córdoba y el Diario de Córdoba.

A pesar de los problemas que plantea la inusual escala asumida, sobre todo por
la multiplicidad de aspectos que tratar y la marea documental que encauzar —aunque en
ocasiones su caudal no sea todo lo abundante y sereno que sería deseable—, interesa
remarcar de nuevo la gran importancia de la proliferación de estudios a escala
provincial que, más que acumular pormenorizadamente datos sobre los distintos
elementos que la compongan, establezcan unas líneas maestras que ayuden a interpretar
de un modo más completo —podría decirse “desde abajo”— los fenómenos, novedades
y pervivencias, generalidades y particularidades, que tuvieron lugar en el tan polémico y
debatido como innegable proceso de tránsito hacia la contemporaneidad.
La importancia de los últimas décadas del siglo XIX en distintas parcelas del
devenir histórico de España resultó axial, sobre todo en relación a la economía, dado
que entre 1.868 y 1.885 se van a asentar las bases del modelo de crecimiento
económico de nuestro país, de hecho según Broder fueron años decisivos ya que durante
esta época se pusieron en marcha los cimientos de la economía contemporánea
española.

Entre los cambios económicos más significativos destacamos la consolidación


de un incipiente modelo de capitalismo y el establecimiento de una auténtica economía
de mercado, el incremento de la producción agrícola con la roturación de nuevas
amplias zonas antes sin cultivar gracias a las desamortizaciones -con la continuidad de
la de Mendizábal y el inicio de la de Madoz-, el impulso de la economía desde el poder
a través de una legislación favorecedora de la industria, la minería, las finanzas y el
comercio, la configuración de un mercado nacional, el fomento de una amplia red de
infraestructuras viarias -con el marcado desarrollo del ferrocarril, pero también con el
significativo empuje otorgado a la construcción de carreteras y caminos-, la
racionalización de los impuestos y, la reforma del urbanismo y de los servicios públicos
para hacerlos más acordes con los nuevos tiempos y con las políticas higienistas. Sin
embargo, la liberalización de la tierra conllevó la proletarización del campesinado, la
configuración de un mercado nacional y competitivo perjudicó a las economías locales
más débiles, persistieron con su anacrónica repetición las seculares crisis de
10
subsistencias, la preeminente mentalidad rentista entre las élites socioeconómicas
continuó influyendo en que las inversiones privadas en sectores clave como la
agricultura o la industria no resultaran todo lo elevadas que se podría esperar, los
cuantiosos e injustos impuestos obstaculizaron el desarrollo económico, y en la mayoría
de las ciudades aún permaneció su urbanismo tradicional y las mejoras en los servicios
públicos urbanos resultaron muy lentas.

Desde luego, la economía española registró un proceso de modernización atípica


y de crecimiento sostenido en las décadas finales del siglo XIX, avanzando respecto a
épocas pretéritas y en relación a los países más prósperos de Europa, pero, también,
sufrió severas limitaciones que ralentizaron su desarrollo e incluso en algunos casos
provocaron un retroceso en los logros alcanzados, por lo que al final de siglo
continuaron primando las actividades agro-ganaderas.

Por otro lado, indicamos que en el estudio hemos recogido una serie de
indicadores de la economía de la provincia de Córdoba, cuyo análisis nos ha permitido
interpretar su situación y determinar el nivel de progreso y de decadencia económica de
la misma, salvedad hecha, de contar en ciertas ocasiones con la precariedad de unas
fuentes proto-estadísticas. Con ello, constatamos el grado de los cambios y las
permanencias del pasado en la economía de la Córdoba de finales del XIX,
comparando, siempre que las fuentes lo han permitido, su realidad económica con la de
España y Andalucía, así como con los períodos anteriores y posteriores para conocer de
una forma más certera su estado y evolución.

En cuanto a su contenido, primeramente, estudiamos la situación de la población


durante el período (la dinámica demográfica, los rasgos biológicos y socio-
profesionales, etc.), pues su comportamiento es considerado como un factor económico
de primer orden. A continuación, nos centramos en el análisis de los sectores
productivos, empezando por el que constituyó la base de la economía cordobesa, el
agrario, y prestando un especial interés al impulso de la industria fabril y la minería, así
como a los servicios, sobre todo, al sistema financiero. Revisamos el auténtico boom
experimentado por los transportes, que registraron una modernización evidente, sobre
todo, el ferrocarril, construyéndose las primeras vías férreas cordobesas precisamente en
este período. Por último, acotamos las reformas urbanísticas y los intentos de mejora de

11
los servicios públicos urbanos, determinando el perfil del urbanismo de las localidades
cordobesas y su estado higiénico-sanitario durante la época.

En línea con nuestra investigación, para un análisis pormenorizado de las


realidades de la provincia de Córdoba en el período referido, estudiamos los distintos
espacios intra-provinciales, la comarca o el partido judicial, y el municipio.

A este respecto, siempre que las fuentes lo han permitido, agrupamos los
municipios que la conformaron entonces en las cuatro comarcas naturales en que se
divide, esto es, la Campiña, los Pedroches, el Valle del Guadiato y la Subbética,
desgajando el término municipal de la ciudad de Córdoba de la comarca a la que
pertenece, la Campiña, debido a que la capitalidad de la provincia le otorga unas
características demográficas, político-administrativas y socioeconómicas específicas.
Dada la superficie de las comarcas cordobesas y el número de las localidades que
engloban cada una, presentan una marcada heterogeneidad. No obstante, cuando la
información reflejada en las fuentes se encuentra organizada por partidos judiciales y no
por municipios, elaboramos los análisis según aquéllos.

12
DEMOGRAFÍA

A la hora de abordar la cuestión relativa a la demografía en la provincia de


Córdoba durante los años 1.868-1.885, hay que tener en consideración diversos factores
que marcarán el ritmo de la misma. En primer lugar, el periodo temporal de muestreo
para el estudio de las variables demográficas es, en demasía, escaso por lo que
recurriremos, tratando de ser los más fidedignos posibles, a datos estadísticos de etapas
tanto posteriores como anteriores a fin de elaborar el epígrafe con la rigurosidad
necesaria que un trabajo de estas características conlleva. Los datos poblacionales –
censos de población1- recogidos para el estudio demográfico son de índole “proto-
estadísticos” a partir de 1.857, fecha en la que se empiezan a sentar las bases de los
estudios científicos actuales con la creación de la Comisión de Estadística General del
Reino -1.856-, futura Junta General de Estadística y la realización de los primeros
censos modernos. Otra fuente de indudable valor que hemos consultado
convenientemente han sido los Registros Civiles, implantados en 1.870 por la ley
provisional de 17 de junio2. No obstante, en ocasiones, hemos recurrido a fuentes “pre-
estadística” menos fiables –libros parroquiales-, pero indiscutiblemente válidas para un
tratamiento de carácter global y general como es el que acontece en estas líneas.

1
Tenemos que aclarar que el Censo de 1.860 fue redactado por la Comisión de Estadística General del
Reino para corregir los defectos que se daban en el de 1.857. Debido a las dificultades que sufría el país
en la década de los 60 y el alto coste que suponía para las arcas estatales la confección de un nuevo censo,
se decretó -1.864- que su elaboración se retrasará hasta 1.870 y en adelante se hicieran cada 10 años por
la Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico. El estallido de la Revolución y la
inestabilidad política retrasaron hasta 1.877 el siguiente censo. El de 1.887 se realizó siguiente las pautas
decenales que dictaban las conclusiones de los congresos internacionales –como el de San Petersburgo,
1.872-. El censo de 1.897 tiene la particularidad de mostrar solamente resultados provisionales debido a
que la ley de 3 de abril de 1.900 dictaminaba la decenalidad de los censos a partir de los años acabados en
cero. GALLEGO, J.A., Revolución y restauración, 1868-1931, Madrid, 1.978, pág. 514.
2
Aunque hay que aclarar que hasta 1.878, cuando se decidió prescindir de los Registros parroquiales por
su poca fuerza legal, su implantación fue desigual.
13
CONSIDERACIONES GENERALES

Hay que tener en cuenta que a partir de la Revolución del 68, se produce un
cambio radical en las directrices políticas relativas a la inmigración debido a que la
nueva Constitución liberal fomentará, frente al poblacionismo de anteriores periodos, la
libertad de emigración, provocando que durante este fin de siglo se produjeran millones
de emigrados preferentemente a países iberoamericanos o hacia destinos africanos3.
Pero no solo esta nueva legislación afectó a la emigración exterior sino que la interior
también configuró un nuevo mapa demográfico unida a la explosión urbana quien será
la receptora de acoger un gran volumen de personas venidas de núcleos rurales;
cambiara de una manera determinante la fisonomía poblacional y física del panorama
nacional. Un dato explicativo del cambio de postulados es que para la década de los 60
del siglo XIX, en España había solamente 4 ciudades que superaran los 100.000
habitantes, al terminar la dictadura el número estaba en torno a las 16. Ciudades que
tienen que alterar su morfología – derribo de murallas, remodelación de cascos antiguos,
trazados de ensanches, etc.- ante los cambios demográficos, económicos e incluso
biológicos fruto de las transformaciones socio- políticas que se están dando en el país.

Hay que tener en cuenta que, en buena parte de los países del mundo occidental,
el aumento demográfico estuvo unido a un proceso previo o paralelo de modernización
económica. La consecuencia inmediata fue el desequilibrio entre recursos y población,
que inevitablemente impulsará la emigración4.

A finales de 1.868 la población española tenía una población absoluta de 16


millones y 60 años más tarde albergaba 24 millones. Este crecimiento de 8 millones no
se produjo de una manera uniforme y constante, de hecho entre 1.868 y 1.897 el
crecimiento anual estaba en un 0.4 por 100, o lo que es lo mismo 2 millones de
habitantes, muy por debajo de la velocidad de crecimiento demográfico de periodos
anteriores: 0.7 por 100.

3
Ibidem, pág. 513.
4
PAREDES ALONSO, F.J. (edt.), Historia contemporánea de España: Siglo XIX, Barcelona, 2.004, pág.
313.
14
En referencia al sur peninsular trataremos de acercamos a las grandes
magnitudes y tendencias de la población andaluza durante la segunda mitad del s. XIX
como marco de referencia imprescindible para abordar el fenómeno poblacional
cordobés, escasamente estudiado hasta hoy, y, al mismo tiempo, auténticamente
definitorio del tránsito de la ciudad de Córdoba hacia un ciclo demográfico
contemporáneo.

No resulta, sin embargo tarea fácil sintetizar la evolución de la población


cordobesa contemporánea, en especial desde una perspectiva temporal tan breve, y
sobre todo, basándonos en fuentes decimonónicas con las carencias inherentes que
conllevan. Los estudios demográficos al uso toman, generalmente, como punto de
partida el año 1900, ignorando o, en el mejor de los casos, valorando escasamente los
datos estadísticos que, más o menos fiables, existen desde 1857. Por su parte, los espe-
cialistas en demografía histórica han preferido centrar su atención sobre la Edad
Moderna abandonando el estudio de la primera mitad de la centuria decimonónica tan
apasionante en su dimensión poblacional por la coincidencia durante la misma de la
Crisis del Antiguo Régimen, las guerras interiores (Independencia y Carlista), las
últimas grandes epidemias, la instauración del liberalismo y los primeros ensayos
industrializadores.

Centrándonos en el sur peninsular, un dato previo que es preciso reseñar ya por


su trascendencia sobre la población es la gran extensión de Andalucía. Con 87.268 Km2,
nuestra región supera, e incluso duplica en superficie a algunos países europeos -
Bélgica, Holanda, Suiza y Dinamarca- y casi se equipara con la vecina Portugal. Con
todo lo anterior, un análisis somero de las cifras de población absoluta de Andalucía, de
su crecimiento intercensal, etc. nos proporcionan una visión nítida de las distintas etapas
por las que ha atravesado su dinámica demográfica sirviéndonos de modelo
comparativo con la realidad cordobesa:

Años P. Total Crecimiento Intercensal


1857 2.927.354 —
1860 2.997.001 69 .647
1877 3.283.436 286.435
1887 3.438.759 148.319
1897 3.455.659 23.904
1900 3.562.606 106.947
15
1910 3.828.911 266.305
1920 4.225.667 396.757
1930 4.609.879 384.212
1940 5.219.278 609.399
Total crecimiento 2.291.925

Población total y crecimiento intercensal en Andalucía:

A tenor de las cifras, resulta evidente el escaso ritmo de crecimiento de la


población andaluza a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX con el agravante de la
aparición en algunos períodos de episodios de estancamiento, especialmente en el
coincidente con la denominada «Crisis finisecular» (1.887-97) donde podemos hablar,
incluso, de auténtica regresión por la coincidencia de todo un conjunto de factores
adversos (epidemia de 1.885, hambruna de 1.887, terremotos en Andalucía Oriental ese
mismo año y el recrudecimiento de la crisis agrícola producida por la extensión de la
Filoxera y una fuerte emigración a América). La siguiente etapa que comprende las dos
primeras décadas del nuevo siglo, presencian una lenta recuperación en el crecimiento
poblacional, no sin leves retrocesos producidos fundamentalmente por los brotes
epidémicos (1904, 1905, 1918). Paralelamente y sin embargo, se vislumbra en este
período la aparición de elementos innovadores que se consolidan en los años veinte y
treinta y que permiten hablar del inicio del «despegue» demográfico andaluz. Así, el
leve descenso de la tasa de natalidad que sigue manteniéndose alta vendrá acompañado,
ya en los años veinte, por una disminución de la tasa de mortalidad general gracias a
una mejora importante de las infraestructuras urbanas y sanitarias. De todas formas y
pese a este avance significativo inmediatamente anterior a la Guerra Civil, el peso
demográfico de Andalucía en el conjunto español perdió importancia. El mayor retraso
económico y social, las arraigadas tradiciones, el mayor analfabetismo y la emigración
son citados por los especialistas como causas determinantes del retraso poblacional
andaluz.

La provincia cordobesa de aquella centuria, no ofrece, por lo demás ningún dato


peculiar que haga destacarse de la realidad andaluza o nacional, encuadrada en un
régimen demográfico todavía antiguo, en el que se observa la equiparidad con el resto
de las provincias andaluzas al experimentar la ciudad califal en el periodo de nuestro
estudio un crecimiento demográfico poco alcista pero sostenido, manteniendo los
16
factores naturales propios que caracterizaban la época: altas tasas de mortalidad5 (con
especial incidencia la infantil) y natalidad, crisis de subsistencias que ralentizaban el
crecimiento poblacional, insuficientes medidas sanitarias… que son paradigma común
dentro de la realidad demográfica andaluza de la que Córdoba como en muchas otras
facetas no destacaba singularmente.

EL CRECIMIENTO DEMOGRAFICO DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA

Si en fechas posteriores el comportamiento demográfico experimentado en la


provincia presentaba un modelo con altibajos y frecuentes descensos provocados por
episodios epidémicos, brote de cólera acaecido en 1.834 o severas crisis agrarias -1.835-
, en nuestro periodo de estudio vamos a comprobar como se consolida una tendencia de
crecimiento más firme y menos irregular que en épocas pasadas: de los 351.536
habitantes en 1.857 la provincia de Córdoba pasará a los 443.582 hab. en 1.897, es
decir, en un periodo de 40 años la provincia cordobesa aumentó en 92.046 hab., un
incremento en base 100 de 126.18. La tasa positiva de crecimiento 0.65% con un
incremento medio anual de 2.301 hab. se mantendrá más o menos regular hasta que en
el cambio de siglo se empiece a producir la transición hacia la modernidad demográfica.
Si comparamos las cifras con las del resto de las provincias andaluzas, observaremos
como Córdoba es la quinta provincia en población en 1.857, por encima de Cádiz,
Almería y Huelva, y mantiene la misma posición 40 años después, sólo superada por
Sevilla, Málaga, Granada y Cádiz.

Estos datos evidencian el lento pero continuado crecimiento demográfico de la


provincia 0.99%, la mitad porcentual del resto de provincias andaluzas 1.96% y más
alejado de la realidad nacional que experimenta un aumento del 2.01%. Es muestra
evidente que el panorama poblacional de nuestra provincia no iba a la par con el resto

5
Un estudio riguroso sobre las causas más comunes de la mortalidad en el siglo XIX, lo encontramos en
PÉREZ MOREDA, V., La crisis de mortalidad en la España interior. Siglos XVI-XIX, Madrid, 1.980.
como bien se nos indica en AGUINAGA, J., La crisis de mortalidad en la España interior. Siglos XVI-
XIX, Revista española de investigaciones sociológicas, 10, pp. 275-279. Para el caso cordobés, A.
ARJONA CASTRO, A., La población de Córdoba en el siglo XIX. Sanidad y crisis demográfica en la
Córdoba decimonónica, Córdoba, 1.979
17
provincial ni nacional y no será hasta entrado el siglo XX cuando la ciudad califal
ofrezca unas tasas de crecimiento natural y vegetativo al unísono con la evolución
nacional.

EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN POR PROVINCIAS

Años Almería Cádiz Córdoba Granada Huelva Jaén Málaga Sevilla

1857 315.661 383.078 351.536 441.917 174.391 345.879 451.406 463.486


1860 315.450 401.700 378.657 441.523 176.626 362.466 446.659 473.920
1867 349.076 429.206 385.482 479.066 210.447 423.025 500.322 506.812
1877 339.452 429.872 420.728 484.638 254.831 437.842 519.577 544.815
1897 344.781 434.197 443.632 479.010 254.911 466.112 485.229 547.787
Fuentes: Censos de población, años 1.857-1.897. Elaboración propia.

Este distanciamiento con el resto de provincias nos explica como en las últimas
décadas del siglo XIX en la población cordobesa perviven con gran influencia
características propias de un modelo demográfico del Antiguo Régimen, especialmente
las relacionadas con el azote de las crisis agrarias, no olvidemos que Córdoba se
caracterizaba por grandes latifundios de monocultivos de olivos o cereal, y la escasez de
medidas higiénicas y sanitarias para hacer frente a las epidemias, caso del cólera sufrida
entre 1.859-85 (en tres oleadas, con una tasa de mortalidad general en la capital del
42,3%), 1.859-60 (40,4%), 1.865 (33,1%) y 1.885 (44,6% en la capital, frente al 38,3%
de 1.884 y 34,4% de 1.886), que no resultaron tan destructivas en comparación con la
de 1.834; así como la de viruela de 1.871-74 (la tasa de mortalidad en la urbe fue del
52,4% frente al 38% de los años precedentes). La variabilidad de la intensidad en cada
caso obedeció a los condicionantes y factores de las propias enfermedades, pues no se
registraron avances significativos en la medicina durante la centuria. Asimismo,
también debemos valorar en su justa medida la presencia de crisis agrarias que afectaron
al agro cordobés, provocando alzas de precios, hambrunas y cifras de mortalidad
extraordinarias en 1.855-56 (por las cuantiosas lluvias que arruinaron las cosechas y la
sequía del año siguiente), 1.866-68 (no tan grave como la precedente, 43,1% el año de
"La Gloriosa"), 1.882-83 (45,3-47,6% a raíz de la sequía, enfermedades y las deficientes
condiciones sanitarias de los más desfavorecidos), 1.894 (42,2%) y 1.899 (39,2%
impacto del "98", viruela y carestía en las subsistencias).

18
De todo ello se deriva una cierta irregularidad en el ritmo de crecimiento, visible
en cada una de las fases delimitadas por las fuentes de población, con desiguales
resultados entre la provincia y su capital. Así, la primera experimentó, en la que va
de1.842a 1.857-60, mayor dinamismo, en gran parte por el auge de la minería y la
metalurgia, una incipiente industria alimentaria transformadora (harina, aceitera…) y
una mejora de las comunicaciones; con un índice en base 100 de 113-116; y 102,2-99,9
la segunda. Se advierte en ello una continuación en el comportamiento de la etapa
anterior y el gran impacto que en la capital tuvieron las crisis de 1.854-56. Por el
contrario, en los decenios siguientes, la ciudad experimentó una recuperación y mayor
aceleración, aunque sin sobrepasar los índices de la provincia (124.6 y 118.5 en 1.877,
136 y 134.2 en 1.887), nuevamente más pujante en la última década del XIX (147.4
frente a 138.8 en 1.900).

SITUACIÓN DEMOGRÁFICA SEGÚN LOS PARTIDOS JUDICIALES DE LA


PROVINCIA DE CÓRDOBA6

Para el análisis de la situación demográfica en toda la provincia de Córdoba nos


centraremos en los datos recogidos en los Censos de Población7 y más concretamente en

6
Hemos de aclarar para evitar errores de comprensión de las cifras la clasificación que hemos seguido, en
base a los partidos judiciales, si el lector precisa en la comparación con otros estudios:
- CAMPIÑA: Aguilar, Cabra, Lucena, Montilla, Posadas, La Rambla.
- LOS PEDROCHES / VALLE DEL GUADIATO: Hinojosa del Duque, Pozoblanco,
Fuenteobejuna.
- ALTO GUADALQUIVIR: Bujalance, Montoro.
- SUBBÉTICAS: Baena, Castro del Río, Priego, Rute.
- CÓRDOBA CAPITAL.
7
Como es bien sabido, los Censos de población se realizaban por Real Decreto. El trabajo se encargaba a
los Gobernadores provinciales disponiéndose para su realización el 31 de Diciembre. La forma en la que
se llevaba a cabo era la siguiente:
“[…] Lo más urgente ahora es la constitución de las Juntas municipales que a de haber en todos
los pueblos y que son las encargadas de dirigir en cada uno de ellos las operaciones censales. Dichas
Juntas, con arreglo al artículo 5º de la citada instrucción deben componerse de las personas siguientes:
1-Alcalde presidente. 2- Concejales que componen el ayuntamiento. 3- Promotor
fiscal del juzgado de 1º instancia en las poblaciones que sean cabezas de partido.
4- Cura, o curas párrocos. 5- Juez o jueces municipales. 6- Médico, farmacéutico,
maestro de instrucción primaria y del perito agrónomo. 7- Tres mayores
contribuyentes por la cuota de territorialidad y subsidio industrial y de comercio,
uno por cada clase. 8- Secretario del ayuntamiento. 9- Demás personas que por sus
conocimientos especiales y aptitud para esta clase de trabajos nombre el
presidente […].
19
los datos que nos proporciona la Reseña geográfica y estadística de España para el año
de 1.888. A nivel local acudiremos, por su importancia a la hora de complementar los
resultados, a los Padrones Domiciliarios, datos ilustrativos que nos sirven de guía para
constatar posibles errores de cálculo significativos propios de las fuentes “pre-
estadísticas” modernas para la capital. Del estudio de las mismas observamos un
comportamiento poblacional que prácticamente se va a mostrar invariable en la segunda
mitad del siglo XIX, salvo excepciones puntuales. Si la tendencia que venía mostrando
la evolución demográfica8 en nuestra provincia nos indicaba que las comarcas donde se
concentraba más población se situaban en las zonas centro y sur –Campiña y
Subbéticas- ahora vemos cómo se va producir un ligerísimo trasvase humano hacia el
norte –Valle de Los Pedroches y Valle del Guadiato- y la capital como consecuencia de
factores eminentemente económicos, derivados del auge de la minería. El resto de
comarcas se mantendrán prácticamente en los mismos parámetros, descendiendo, en
algunos casos concretos, su índice poblacional como seguidamente desarrollaremos.

El estudio de la evolución demográfica de los distintos espacios que conforman


nuestra provincia –en nuestro caso en base a las cifras absolutas de población- nos
presenta un escaso dinamismo variable a lo largo de toda la centuria decimonónica. A la
hora de abordar las cifras de población de una manera global, no obstante, válidas,
matizando la excepción de la Campiña9, podemos apuntar que las principales cabezas de
partido experimentaron una primera fase de evolución positiva hasta bien entrada la
mitad de siglo y que, tras la cual, tuvo lugar un estancamiento e incluso un retraimiento
de dicha tendencia en la que se van a registrar saldos poblacionales negativos que
duraran hasta las primeras décadas del siglo XX. Hay que tener en cuenta que estas
diferencias que se van a producir entre las poblaciones estarán marcadas por el ritmo

Encargo, pues, a los alcaldes que convoquen a éstos y a los vocales […] con el fin de que las Juntas
estén instaladas antes del día 23 del corriente, según lo prescrito en el artículo 6º […] procederán a la
división del distrito municipal en secciones y a nombrar la comisión que ha de haber en cada una de
ellas. Las comisiones de sección […] nombrarán secretario y acordarán el número de personas que
cada sección necesite para el reparto y recolección de cédulas en su día.” BOPSE. de 17 noviembre de
1.877.
8
F.M. ESPINO JIMÉNEZ, Progreso frente a decadencia: parámetros económicos de la Córdoba
isabelina (1843-1868), Madrid 2.009, pp. 29-30.
9
Hemos creído conveniente por su importancia aislar y analizar de una manera independiente la
evolución de la capital
20
evolutivo propio de cada una de ellas, en la intensidad del crecimiento en este periodo y,
por supuesto, en las circunstancias extrademográficas que lo propiciaron10.

Entre 1.857 y 1.897 sólo dos comarcas van a ver incrementados sus índices de
variación poblacional positivamente, Los Pedroches / Valle del Guadiato – cuyo índice
aumentará un 0.8%- y Córdoba capital – 2.9%-, las restantes se van a quedar
prácticamente estancadas o experimentaron una tendencia a la baja.En La Campiña se
advertirá como el ritmo de crecimiento a mediados de siglo -18%- se verá reducido al
15% en 1.897, similar situación va a acaecer en el Alto del Guadalquivir, cuyo ritmo
evolutivo perderá un 0.6% al igual que lo que se experimenta en las Subbéticas, cuyo
saldo negativo será de – 0.9%. Como bien indican estas cifras, el contraste con la
situación demográfica de principios de siglo, nos muestra un inmovilismo evolutivo y
una basculación hacia la capital y el norte comarcal en detrimento del periodo
precedente que marcaba una cifras poblacionales alcistas y un papel destacado de
representación provincial en la zona sur; causas que estarían explicadas por el
reordenamiento agrario que acontece a partir de mediados de siglo–trasvase del cereal al
olivar, nuevos cultivos de regadío, ampliación de los espacios roturables… -. Un
ejemplo claro es la relación existente entre la subida de precios de productos de primera
necesidad, en este caso el grano de trigo, y la emigración de la población. Siguiendo las
cifras que nos proporciona Sánchez Albornoz11 para los años 1.856 y 1.857 sobre el
aumento de precio del grano de trigo en nuestra provincia, vemos como desde julio -
29.27- hasta junio del año siguiente -41.89- se produce un encarecimiento del 69.8%.

Esta subida de precios va a estar íntimamente relacionada con el índice de


defunciones, produciéndose un alza del mismo, mientras que, en los matrimonios y, en
consecuencia, los nacimientos se va a producir la tendencia contraria:

Años Defunciones Matrimonios Nacimientos Saldo Vegeta.

1.856 1.983 296 1.472 -511

10
B. VALLE BUENESTADO, La población cordobesa, en M. GUARINOS, Córdoba y su provincia,
Sevilla 1.985, pp. 153.
11
N. SÁNCHEZ ALBORNOZ, Los precios agrícolas durante la segunda mitad del siglo XIX. Vol. I,
Trigo y cebada, Madrid, servicio de Estudios del Banco de España, 1.975, pp. 77 y ss.
21
1.857 1.531 274 1.261 -270

1.858 1.829 258 1.430 -399

Fuente: C. Martín López, Córdoba en el siglo XIX. Modernización de una trama histórica, Córdoba, Gerencia de
urbanismo, Ayuntamiento de Córdoba, 1.990, p.24.

Otros factores responsables fueron la incidencia de la alta mortalidad, agravada


por episodios epidémicos, el auge de la minería que atrajo a un importante contingente
de inmigrados autóctonos y de otras provincias, la construcción de las líneas ferroviarias
que atravesaban la provincia así como la inestabilidad en la que se encontraba el país
durante estos años: guerra civil, guerra carlistas, cambios de gobierno; en definitiva un
país atrasado, inestable y en el que el sesgo clasista era cada vez más abrupto
provocaron que una ciudad adolecente como Córdoba viera truncada la consecución de
una calidad de vida mínima, siendo este panorama reflejado en la inestabilidad de la
evolución demográfica.
LA CAMPIÑA

Como reflejan las cifras anteexpuestas, la coyuntura crítica de mitad de siglo


causó estragos, en el conjunto provincial mas será en el agro campiñés donde se vean
más y mejor reflejadas las circunstancias que provocaron una tendencia cambiante en la
línea demografía para este periodo. La zona de La Campiña es, con diferencia, la
comarca con más población y a la par la territorialmente más extensa, hecho que no
lastra significativamente su evolución interna que se caracterizará por un gran
inmovilismo seguido de periodos concretos en los que se experimentan crecimientos
vegetativos con saldos negativos. Desde 1.857 hasta 1.897 su crecimiento poblacional
no superó el 9% -el menor de todas las mancomunidades- ganando un total de 6.342
habitantes en contraposición con la capital cuyo crecimiento superó el 57% para este
periodo.

Históricamente está franja territorial situada en el centro de Andalucía, entre


las Sierras Subbéticas y el Valle del Guadalquivir, al suroeste de nuestra provincia se ha
caracterizado desde la antigüedad por sus fértiles tierras cultivadas de cereal y olivar en
grandes latifundios al amparo de grandes núcleos poblacionales que, de manera general,
auspiciados por la oferta de mano de obra para cubrir las exigencias de estas comarcas

22
campiñesas dedicadas casi en exclusiva al sector primario, estaban en un constante
incremento de habitantes12.

Esta directriz demográfica, que, a modo general, hemos calificado como positiva
va a experimentar una transformación durante el siglo XIX y más concretamente en los
años más inmediatos a nuestro periodo de estudio se va a observar un cierto retroceso en
comparación con otras comarcas de nuestra provincia13.

Siguiendo el modelo de clasificación basado en el estudio de las cabezas de


partido, son cinco las poblaciones – Aguilar de la Frontera, Cabra, Lucena, Montilla,
Posadas y La Rambla- que conforman el espacio demográfico de la zona campiñesa, de
las cuales, menos Posadas, son “agro-ciudades” con más de 10.000 habitantesteniendo
como sector económico hegemónico el primario.

Cuadro 1

Campiña
1857 1860 1877 1887 1897
Aguilar 12.212 12.422 11.725 12.447 13.329
Cabra 12.891 13.160 13.741 13.391 12.863
Lucena 17.057 20.982 19.519 21.271 21.087
Montilla 14.654 15.013 13.194 13.791 12.911
La Rambla 6.459 6.335 6.108 6.197 6.606
Posadas 3.464 3.673 4.508 5.328 6.283
Total 66.737 71.585 68.795 72.425 73.079
Fuente: Censos de población. Elaboración propia.

Aparte de las peculiaridades propias de cada localidad, podemos decir,


que la tendencia general es el estancamiento hasta finales del siglo XIX, con periodos

12
Con el objeto de acercar al lector al conocimiento de la campiña cordobesa podemos mencionar los
trabajos de A, LÓPEZ ONTIVEROS, La desamortización de fincas rústicas en los municipios de la
campiña de Córdoba, Córdoba, 1.971; "Rastros treomorfológicos de la Campiña de Córdoba". Estudios
Geográficos, 1.973, 130; Emigración, propiedad y paisaje agrario en la campiña de Córdoba, Barcelona,
1.974; Evolución urbana de Córdoba y de los pueblos campiñeses, Córdoba, 1.981. vid etiamJ. LORING,
La Campiña de Córdoba: Necesidad de un cambio estructural. Colección Estudios Cordobeses,
Diputación Provincial de Córdoba, 1.981, 18. A. BARROSO RODRÍGUEZ, Estudio de las
comarcas Campiña Alta y Penibética de Córdoba: directrices básicas para su ordenación territorial,
Córdoba, Diputación Provincial de Córdoba, 1984.
13
F.M. ESPINO JIMÉNEZ, Progreso frente a…, pp. 29-30. Las causas de este retroceso las achaca el
autor a “…creciente mano de obra de las zonas mineras del noroeste, así como los efectos más mortíferos
de la epidemia de cólera de 1.855-1.856 y de la crisis de subsistencias de 1.855-1.857.”
23
intermedios recesivos en los años de 1.860-1.877 y una ligera recuperación que se hará
efectiva entrado el siglo XX.

Tras el derrumbe del sistema isabelino, la crisis financiera, agraria e industrial de


1.866, el estallido de la guerra civil de 1.868, y el deterioro del sistema político
propiciaron unas pérdidas de 2.790 habitantes, hasta 1.877 siendo esta comarca la única
que va a experimentar una pérdida de población para este periodo. Asimismo, una
muestra comparativa de los índices de las diferentes localidades arroja que los diversos
factores negativos que afectaron al país tuvieron una mayor incidencia en esta zona
campiñesa. Esta pérdida de masa poblacional puede entenderse desde un punto de vista
económico.

Gráfica 1 Evolución número de habitantes (1.857-1897)

Fuente: Censos de población. Elaboración propia.

Como observamos, la población se encontraba repartida con mayor


proporcionalidad en relación a la tierra, agrupándose en grandes zonas latifundistas
dedicadas casi en exclusividad al cultivo del cereal –entre el 50 y 80% de la superficie
agraria- que se encuentran en una fase de reordenación económica debido a la subida de
precios del grano, como consecuencia de las crisis económicas de 1.857 y 1.866, unido
a la escasa competitividad frente a las mercancías que llegan del extranjero a precios
irrisorios, conllevó una pérdida de masa poblacional que tiene que salir en busca de
trabajo14, exceptuando las poblaciones de Cabra y Posadas que, con una agricultura más

14
Estas masas de personas que van a abandonar la campiña van a encontrar destino en el Valle del
Guadiato y Los Pedroches “… consecuencia evidente de las notables y paradójicamente poco estudiadas
24
diversificada, experimentaron un aumento de población -581 hab. la primera y 835 hab.
la segunda-. También hay que tener en cuenta para explicar este saldo negativo en las
cifras demográficas el brote de cólera y fiebre tifoidea –mal endémico de la provincia de
Córdoba a lo largo del siglo XIX- acaecido en los años 1.871-1.875 como consecuencia
de “…las aguas estancadas que dejaba el río Guadalquivir y los arroyos que bajaban
de la Sierra, […] produciendo charcas, que eran un autentico reservorio de
mosquitos15”.
En los siguientes años -1.877 / 1.897-vamos a detectar un leve progreso, lento y
sostenido en el ritmo de crecimiento. En estas dos décadas encontramos un aumento
notablemente inferior al de años precedentes añadiéndose 3.630 habitantes y un índice
de 108.5, respecto al 103 de 1877 y 107.2 de 1860. Como vemos el dato de aumento
tiene una importancia inapreciable por el bajo baremo sustancial de las cifras aunque es
lo suficientemente significativo pues marca el comienzo del despegue demográfico de la
zona. Ello se debió seguramente al asentamiento y puesta en marcha de la producción
de los nuevos cultivos agrarios en un marco favorecido por circunstancias coadyuvantes
de carácter localista.

LOS PEDROCHES / VALLE DEL GUADIATO

Esta zona se encuentra enclavada en el norte de la provincia extendiéndose en


una franja territorial de aproximadamente unos 6.185 km2, de los cuales, 3.685 km los
ocupa la zona de los Pedroches y 2500 km2 el Valle del Guadiato. Su densidad de
población, era pues, muy baja en relación con su amplio territorio y fluctuó entre los
13.5 y 16.2 habitantes por kilómetro cuadrado respectivamente en 1.857 y 1.897, lo que
es lo mismo, la zona con la densidad de población más baja de toda la provincia a pesar
de ser la que más efectivos va a ganar en este periodo.

Siguiendo el esquema de evolución demográfica que hemos contemplado en los


epígrafes precedentes considerando las cifras de las poblaciones que son cabezas de
partido esta zona se compone de tres localidades – Hinojosa del Duque, Pozoblanco y

transformaciones que las explotaciones mineras operaron en aquella zona.”. F. LÓPEZ MORA, Pobreza
y acción social en Córdoba (1.750-1.900), Córdoba, 1.997, p. 100.
15
A. ARJONA CASTRO, La población de Córdoba…, p.124.
25
Fuenteovejuna- que a finales de siglo van a entrar a formar parte de las poblaciones que
albergan más de 10.000 habitantes.

Cuadro 2

Los Pedroches- Valle del Guadiato


1857 1860 1877 1887 1897
Hinojosa del Duque 8.637 8.723 9.421 9.470 10.345
Pozoblanco 8.050 8.158 10.552 11.556 11.682
Fuenteobejuna 5.874 5.859 7.926 8.744 10.268
Total 22.561 22.740 27.899 29.770 32.295
Fuente: Censos de población. Elaboración propia.

En efecto, entre 1.857 y 1.897 la población de estas villas aumentó


significativamente-caso especial el de Fuenteovejuna que vio su población multiplicada
por dos- pasando de los 22.561 a 32.295 habitantes, lo que en términos relativos supone
un crecimiento desde el índice 100 al 143.1. Aunque, como hemos dicho, hay que
destacar que para el mismo periodo de tiempo la población de la localidad enclavada en
el Valle del Guadiato el crecimiento fue de 174.816.

Como apreciamos en el cuadro 1, las cifras nos muestran una evidente


progresión y firme tendencia desde 1.860 que alcanzará su cenit en las primeras décadas
del siglo XX. No sólo las cabezas de partido van a experimentar dicho crecimiento;
localidades próximas a estas también se verán beneficiadas de los cambios que se están
produciendo en el entorno minero, agrario y ganadero; caso de Pozoblanco, Villanueva
de Córdoba, Cardeña, Bélmez, El Guijo, Fuente la Lancha… tal es la tendencia
poblacional ascendente que en 1.920, según Valle Buenestado: “[…] por espacio de
más de veinte años (1.897-1.920) esta comarca albergará el 15% de la población que
habitaba en la provincia17”.

16
Según RIVERA MATEOS, el ascenso poblacional que experimento Fuenteobejuna fue debido al
crecimiento que experimentó a partir de mediados del siglo XIX la ampliación de la superficie cultivada
tras la desamortización de Madoz y en el significativo desarrollo de la minería. “La población del sector
occidental del Alto Guadiato en los inicios de la transición demográfica: Fuente Obejuna (1.860-1.935)”,
Actas del II Congreso sobre Historia de Andalucía, Andalucía Contemporánea, , vol. 10, T. I Córdoba,
1.996, pp. 109-120.
17
B. VALLE BUENESTADO, La población cordobesa…, p. 153.
26
Gráfica 2 Evolución número de habitantes (1.857-1897)

Las causas18 de este crecimiento en conjunto y las particularidades localistas se


pueden atestiguar en la incipiente explotación de las minas19 de la cuenca carbonífera de
la zona. No obstante, a pesar de contar con pocos datos concretos para calibrar el
impacto que tuvo, podemos indicar que estas poblaciones también se vieron
beneficiadas por los cambios agrarios20 sufridos a principios de siglo y asentados en los
últimos decenios del XIX.

18
Varios son los estudios que atestiguan este hecho, para F. LÓPEZ MORA: “Mayor incremento relativo
e incluso absoluto, obtuvo el fuenteobejeño, consecuencia evidente de las notables y paradójicamente
poco estudiadas transformaciones que las explotaciones mineras operaron en aquella zona. En efecto
entre los años 1.842 y 1.910 el partido judicial de Fuenteobejuna sumó una cifra total de crecimiento
poblacional de más de 42.000 habitantes; es decir, algo más del 66% absoluto que la capital de
provincia en idéntico periodo” Pobreza y acción social…, pp. 100-101. “Esta comarca [Valle del
Guadiato] disfrutó de un considerable aumento, consecuencia del iniciode la expansión de la minería en
la cuenca carbonífera de Belmez y Espiel, destacando Adamuz, Belmez, Espiel y Villaviciosa, que
doblaron su población en menos de dos décadas. Estos núcleos de población atrajeron emigración de
otras zonas de la provincia que perdieron población, fomentando las migraciones intraprovinciales, así
como de otras provincias limítrofes.” F.M. ESPINO JIMÉNEZ, Progreso frente a…, p. 31.
19
Una muestra documental que atestigua este hecho la encontramos en el BOPCO para este periodo en el
que hay un gran aumento de peticiones de titularidad, linde y licencias relacionadas con las minas, en la
Sección de Negociado, Negociado 1º, Minas.
20
“La expansión demográfica de Los Pedroches se debió a la reordenación agraria que tuvo lugar con
posterioridad a la desamortización civil. La privatización de los vastísimos bienes del común y de
propios de sus municipios o de los adyacentes dio pie a una fase roturadora en el sector sur-oriental en
virtud de la cual surgieron los actuales paisajes agroganaderos de dehesa. Con ello se resolvió el
problema de la superpoblación que aquejaba a la comarca desde finales del siglo XVIII, al tiempo que la
construcción de cercados en el último tercio del siglo XX fue un factor de ocupación laboral que fomentó
la inmigración” B. VALLE BUENESTADO, La población cordobesa…, p. 153. véase también el
riguroso estoy sobre la localidad, Villanueva de Córdoba: estudio geográfico de un municipio de Los
Pedroches,Publicaciones de la Excma. Diputación Provincial, 1978; J.OCAÑA TORREJÓN, Villanueva
de Córdoba en el siglo XIX: datos históricos, s.n., 1997.
27
CÓRDOBA CAPITAL

Si durante el periodo precedente la demografía de la capital experimentó una


ausencia de crecimiento, en este periodo de estudio se van a sentar las bases para que la
ciudad califal iniciara el tránsito hacia un régimen demográfico moderno. Hasta los años
60 del siglo XIX, la capital tenía un crecimiento vegetativo equiparable a cualquier
cabeza de partido de la provincia, en palabras del ya citado F. LÓPEZ MORA: “Con
todo, el distanciamiento relativo entre los índices capitalinos y los del campo será muy
tardío, ya que sólo aconteció de manera manifiesta a partir de los años ochenta del
siglo XIX. Hasta entonces, la escasa diferenciación socioeconómica de Córdoba, su
profunda «agrarización» —que alcanzó cotas insospechadas en un núcleo de tan
notable poblamiento— y, en fin, lo limitado de sus equipamientos institucionales y de
sus servicios públicos, debieron frenar la por otra parte indiscutible y constante
atracción que la capital provocó entre las poblaciones menesterosas rurales, a lo largo
de todo el período aquí tratado21”. No será hasta comienzos de 1.868 con el estallido de
la crisis de subsistencias, que tuvo más penetración en las zonas rurales, cuando se vea
un incremento poblacional capitalino más reseñable que el resto de la provincia.

Como el conjunto provincial la línea demográfica que resulta del análisis de las
cifras obtenidas nos muestra una irregularidad con acusadas desigualdades de ritmo22.
Las 13 parroquias en la que basa su división interna la ciudad se verán aumentadas por
20.812 vecinos nuevos en 1.897, un 57% más de los 36.501 con los que contaba en
1.857; es decir, supuso un incremento en base 100 de 157 en estos cuarenta años.

Según el gráfico 3 podemos constatar tres periodos intercensales en los que la


movilidad demográfica presenta diferentes ritmos:
1- 1.860 – 1.877: En este periodo observamos un gran dinamismo poblacional
que se va a traducir en el aumento de 7.792 nuevos habitantes, es decir, un
crecimiento medio anual de 458 habitantes.
2- 1.877 – 1887: La trayectoria alcista del periodo precedente va a continuar e
incluso se detecta una ligera aceleración. En estos 10 años la ciudad califal

21
F. LÓPEZ MORA, Pobreza y acción…, Córdoba, 1.997, pp. 93-95.
22
J. M. CUENCA TORIBIO, Historia de Córdoba, Córdoba, 2002, pp. 121-122.
28
va a incrementar sus moradores en 5.859; esto supone el mayor índice de
crecimiento medio anual de toda la etapa abordada, 585 habitantes.
3- 1.887 – 1.897: Periodo de retracción en el que el índice de crecimiento anual
se va a situar muy por debajo de las medias anteriores, esto es, 170
habitantes.
Como antes hemos apuntado, las causas que van a motivar el despegue y, por
tanto, el distanciamiento de la capital con el resto de la provincia serán diversas. Por un
lado, tenemos que tener en cuenta que la mayoría de la población de la provincia vivía
en núcleos de tamaño inferior a los 10.000 habitantes; poblaciones con una gran
vulnerabilidad ante situaciones de carestías –caso de las crisis de subsistencias de 1.866-
1.868- lo que ocasionaba grandes pérdidas de contingentes humanos, ya sea por
mortandad o por emigración. Serán pues estos emigrados los que viren sus perspectivas
en aras de un futuro mejor hacia la capital, como se comprueba para el periodo 1.860 -
1.867 al recoger la ciudad los efectivos de las zonas rurales que menos resisten el envite
de las crisis. Esta captación de nuevos habitantes tendrá consecuencias no sólo en el
perfil demográfico, sino también en el espacio morfológico de la ciudad que tendrá que
someterse a una reestructuración de su entramado23; como es la apertura de grandes
avenidas, el derribo de las murallas de la ciudad, y la construcción de barrios periféricos
extra-muros.

Cuadro 3

Córdoba Capital
1857 1860 1877 1887 1897
Córdoba 36.501 41.963 49.755 55.614 57.313
Fuente: Censos de población. Elaboración propia.

23
De manera general, pues entraremos con más detalle en el capitulo dedicado al mismo, algunas de las
reformas que se realizaron en la ciudad con vistas a acoger a los emigrados y a una población cada vez
más creciente fueron;derribo de algunos lienzos de muralla y puertas, como las del Rincón, Gallegos,
Andújar, Sevilla (en el recinto murado del Alcázar Viejo), Osario, Nueva y Baeza. También se
remodelaron las puertas del Puente y Almodóvar, y se abrieron dos nuevas, la de San Martín, o Gran
Capitán, y la de TrinidadApertura de la calle de Adarve y la del Silencio al exterior en 1868. La abolición
de las murallas de la ciudad en la misma fecha. El derribo de las de Plasencia y Baeza, Tejares ,Colodro y
Malmuerta –afortunadamente está no fue derribada-, Mártires (Martos) y los Donceles (Andújar), etc.

29
Otro factor clave en la recepción de habitantes del resto de la provincia hay que
encontrarlo en la oferta de trabajo que propiciaban las líneas del ferrocarril que
atravesaban la capital y que estaban muchas de ellas en fase de construcción o
mantenimiento.

Gráfica 3 Evolución número de habitantes (1.857-1897)

Las altas tasas de natalidad, cuyos índices se situaban por encima del 35% tenían
gran dependencia de la mortalidad, causante principal de la regresión que va a sufrir el
último periodo de nuestro estudio. Pandemias como la de cólera morbo que asoló
Córdoba en 1.885, con un saldo negativo de 2.454 pérdidas humanas o de viruela en
1.871 – 1.874, atacaban a una población desvalida por las múltiples deficiencias del
sistema higiénico – sanitario.

Cuadro 4

1857 1860 1877 1887 1897

Aguilar 12.212 12.422


Aguilar Monturque 940 1.037
Puente Genil 9.764 10.402
Baena 13.291 13.302
Baena Luque 4.410 4.404
Valenzuela 2.112 2.200
Bujalance 8.917 8.393
Bujalance
Cañete de las 2.592 2.310
30
Torres
Carpio 3.026 2.790
Morente 333 400
Pedro Abad 1.943 1.882
Cabra 12.891 13.160
Doña Mencía 4.337 4.191
Cabra
Nueva Cartella 1.273 1.471
Zuheros 2.075 2.101
Castro del Río 9.538 9.810
Castro del Río
Espejo 5.613 5.377
Córdoba 42.909 41.963
Córdoba
Villaviciosa 2.502 2.822
Bélmez 3.322 3.363
Blázquez 807 821
Espiel 2.121 2.170
Fuenteobejuna 5.871 5.859
Fuenteobejuna Granjuela 592 593
Ovejo 681 712
Valsequillo 970 967
Villaharta 388 409
Villanueva del rey 2.093 2.120
Belalcázar 4.802 6.933
Fuente La Lancha 334 311
Hinojosa del
Hinojosa Duque 8.637 8.723
Santa Eufémia 1.340 1.292
Villaralto 1.813 1.741
Viso 3.166 3.653
Encina Reales 2.129 2.178
Lucena
Lucena 17.057 20.982
Montilla Montilla 14.651 15.013
Adamuz 4.611 5.249
Montoro 12.233 13.183
Montoro Villa del Río 4.010 3.381
Villafranca de las
agujas 3.182 3.210
Almodovar 2.231 2.584
Carlota, La 4.427 4.132
Fuente Palmera 2.090 2.253
Posadas Guadalcázar 788 716
Hornachuelos 1.731 1.818
Palma del Río 6.379 6.456
Posadas 3.461 3.673
Alcaracejos 1.104 1.124
Pozoblanco
Añora 1.115 1.428

31
Conquista 458 412
Dos Torres 3.369 3.821
Guijo 395 452
Pedroche 2.131 2.111
Pozoblanco 8.050 8.158
Torrecampo 2.757 2.334
Villanueva de
Córdoba 5.782 5.112
Villanueva del
Duque 1.829 1.803
Almedinilla 3.084 2.316
Carcabuey 4.085 4.084
Priego
Fuente Tojar 1.492 1.508
Priego 14.152 11.777
FernanNuñéz 6.035 5.903
Montalbán 2.630 2.667
Montemayor 3.182 2.976
Rambla, La Rambla, La 6.459 6.335
San Sebastián de
los Ballesteros 801 837
Santaella 3.025 2.931
Victoria, La 1.074 1.099
Benamejí 5.160 5.108
Iznájar 6.011 6.013
Rute
Palenciana 1.968 2.081
Rute 8.574 7.063

ALTO GUADALQUIVIR

La comarca se puede dividir en tres ámbitos territoriales diferenciados, de Norte


a Sur que engloba los partidos judiciales de Montoro y Bujalance:

- La Sierra (Adamuz y Montoro): Zona abrupta al sur de Sierra Morena con


importantes recursos hídricos (embalses del Guadalmellato, Yeguas y Martín
Gonzalo) y naturales (Parque Natural Sierra de Cardeña Montoro)

- La Vega (Villa del Río, Pedro Abad, El Carpio y Villafranca de Córdoba).


Se sitúa alrededor de la rivera del Guadalquivir junto al trazado dela línea del
ferrocarril Madrid-Cádiz. En ella se concentra el 70% de la población
comarcal.

32
- La Campiña (Bujalance y Cañete de las Torres): Se trata del centro agrícola
de la comarca. Es un amplio territorio muy fértil de pendientes suaves de
margas y arcillas. Predomina el cultivo del olivar, el trigo y el girasol. Se
pueden encontrar ejemplos muy representativos del hábitat rural andaluz, el
cortijo así como restos de las culturas que desde siglos han habitado estas
tierras muy ricas en aguas subterráneas: iberos, romanos, etc.

Ambos partidos judiciales presentan durante este siglo XIX una línea de
crecimiento muy divergente, así pues, mientras que los núcleos poblacionales
dependientes de Montoro se encuentran en plena etapa de crecimiento, los segundos van
a estar menos receptivos a los cambios e incluso podíamos hablar de un estancamiento.
No obstante, en términos demográficos el panorama que se nos presenta es totalmente
opuesto. En nuestro periodo de estudio veremos como las cifras que nos presenta
Bujalance van a experimentar un dinamismo que contrasta con la tendencia a la atonía e
incluso a la regresión en los momentos finales.

Si el auge de Montoro24 podemos datarlo en la fecha de 1.808 con su la


concesión del título de “Ciudad Leal, Noble y Patriótica”, el crecimiento demográfico
corría a la par de su creciente importancia, empero, en los últimos decenios de siglo
observaremos como está tónica cambia.

A pesar de las frecuentes y devastadoras crisis agrarias25, las calamitosas


pandemias, la población de Montoro, desde principios de siglo constataba un aumento
progresivo de su población que verá como a partir de 1.860 se va a producir un
estancamiento -13.183 habs.- y una pérdida de capital humano – 12.734 habs. En 1.897-
que no se recuperará hasta bien entrado el siglo XX. Hechos clave que en el pasado
beneficiaron sobremanera la expansión montoreña como es su privilegiada ubicación
geográfica –próxima a la sierra, lindando con la comarca de los Pedroches- y una vía de
comunicaciones fundamentales serán ahora canales propiciatorios para el trasvase de su

24
AMMO.; SAC.; Caja 161, libro 1, s/f. “…Que habiéndoseles comunicado con la debida anticipación
por el citado señor alcalde Don Juan María de la Torre la agradable noticia de que en fuerza de sus
solicitudes en ocasión oportuna había conseguido de la Suprema Junta de Gobierno de Sevilla, la gracia
de título de Ciudad para esta insinuada villa con los epítetos de noble, leal y patriótica…” 08.08.1.808
25
Véase el completo y riguroso estudio de F. LÓPEZ MORA, “La hambruna de 1.803-1.805 en Montoro
y su respuesta institucional”, en ARANDA DONCEL, J., III Encuentros de Historia Local Alto
Guadalquivir, Córdoba, 1.991, pp. 299-303.
33
población al norte provincial ante la creciente demanda de trabajo de las poblaciones
mineras. Un reflejo es la pérdida en el periodo comprendido entre 1.860 y 1.897 de 449
almas, pasando de 13.183 a 12.734. Si tomamos como base 100 los 12.255 habitantes
que albergaba el núcleo en 1.847 vemos –cuadro 4- como es la quinta población con
menos crecimiento; sólo superada en términos negativos por Montilla, Lucena, Aguilar
y La Rambla, de toda la provincia para el periodo.

Cuadro 4

Índice poblacional en base 100. Montoro- Bujalance

1857 1860 1877 1887 1897


Montoro 100 107 108 102 104
Bujalance 100 94 110 112 126

Diferente es el caso para la otra comarca, Bujalance, cuyo balance demográfico


para el periodo acotado nos arroja valores muy positivos en tanto en cuanto difiere de la
dinámica negativa26 de principios de siglo. Cierto es, que las devastadoras hambrunas
afectaron a las dos comarcas por igual, no obstante, sus consecuencias fueron mejor
paliadas por las autoridades, cuya consecuencia se notó en el ciclo demográfico. Un
hecho también destacable que favoreció la tendencia alcista en las cifras bujalanceñas lo
encontramos en el factor emigratorio montoreño, ante la huida de sus paisanos en busca
de trabajo, la sobreexplotación de las nuevas tierras roturadas rebajó su intensidad,
siendo los pobladores de Bujalance más recelosos al cambio.

LA SUBBÉTICA

En último lugar hemos dejado la comarca de la Subbética por el simple motivo


de que es una de las zonas que tuvo un crecimiento más pausado. La tónica general va a
ser la pérdida de importancia dentro del contexto demográfico de la provincia, ya que si

26
VENTURA ROJAS, J.M., La provincia de Córdoba de la Guerra de la Independencia al reinado de
Isabel II (1808-1833), Tomo I, Córdoba, 2007, pp. 89-94 Vid etiam, F. M. ESPINO JIMÉNEZ, Progreso
frente a…, pp. 23-73.

34
para 1.857 su población sumaba el 25% del total cordobés en tan sólo 40 años perderá 5
puntos porcentuales27.

Paradójicamente, de las cuatro cabezas de partido en las que hemos dividido la


región más meridional de la provincia, las más pobladas serán las que presenten mayor
inmovilismo mientras que las restantes experimentaran un mínimo crecimiento. Tanto
Baena, como Priego de Córdoba perderán efectivos humanos en este periodo, 1.297
habs y 282 hab, respectivamente, en el opuesto nos encontramos con Rute que
incrementa en 2.103 habs y Castro del Río 2.245 habs.

Destaca sobremanera la pérdida de capital humano en los primeros años


acotados, la crisis agrícola y la reestructuración de los cultivos28 afectó sobremanera a
esta comarca, factor también de importancia extrema fue la epidemia de cólera que
produjo elevadas muertes, apenas compensadas con los índices natalicios que aunque
altos, como veremos en el siguiente apartado, no aumentaron el crecimiento vegetativo.

Gráfica 4 Evolución número de habitantes (1.857-1897)

27
B. VALLE BUENESTADO, La población cordobesa…, pp. 153-154.
28
Manuel Horcas Gálvez, Baena en el siglo XIX: la crisis del antiguo régimen, tomo II, Baena, Excmo.
Ayuntamiento de Baena. Diputación Provincial de Córdoba, 1991, pp. 65-98. F. VALVERDE Y
PERALES, Historia de la villa de Baena, Córdoba, 1.982, pp. 215-218. F.LÓPEZ VILLATORO, La villa
de Castro del Río 1.833- 1.923. Aspectos económicos, políticos y sociales, Córdoba, 1.993.

35
Las malas condiciones filo-sanitarias de la época no aplacaron las rápidas
expansiones de los brotes víricos; hay que recordar que muchas de las localidades de
esta comarca estaban regadas por afluentes, manantiales, etc. que en muchas ocasiones
eran núcleo propicio de aguas estancadas convirtiéndose en focos de infección.

Otro factor incidente en la alta mortalidad que se recogen en los libros


parroquiales para esta etapa fue la plaga de la filoxera que se cernió sobre el viñedo a
finales de siglo.

Si analizamos la densidad de población, observamos como la población aparece


muy concentrada. Las mayores densidades las encontramos en Rute con 66 habs/km2,
seguida de Priego con 50 habs/km2 y en último lugar aparece Baena con sólo 37
habs/km2.

MOVIMIENTO NATURAL DE LA POBLACIÓN

Comprende este apartado los principales hechos que influyen en los


movimientos de la población: la natalidad, la mortalidad, el estado civil y los
movimientos migratorios.

Para estudiar el estado civil en la provincia de Córdoba se seguirá el siguiente


esquema: en primer lugar se verá la evolución de la población casada, soltera y viuda en
cifras absolutas a través de los años censales del presente siglo. Finalmente nos
referiremos a la edad de mayor número de contrayentes.

La evolución del estado civil entre 1.868 y 1.885 podemos verlo en la gráfica 5.

La tónica de la curva del total provincial es, en general, de ascenso, pero


pasando por distintas fases. Podemos establecer una primera hasta 1.860 de tendencia
alcista, ya que se pasa de 72.438 matrimonios en 1.857 a 88.493 en 1.877. A partir de
aquí se produce un estancamiento para la década 1.877-1.887, en el que el total de
personas casadas asciende sólo en 2.356 esponsales. El descenso en el ritmo de
matrimonios es debido a la emigración y a que la cifra de 1.877 es más alta de lo
normal, porque acababa de terminarse la guerra civil y, como es lógico, había
aumentado el número de matrimonios.

36
La evolución de la provincia con respecto a la capital, salvo excepciones como
en La Rambla y Montilla, sigue las mismas peculiaridades, aunque haciéndose cada vez
mayor la distancia entre las dos curvas, sobre todo desde 1.877 por el gran crecimiento
de Córdoba.

La curva de la capital presenta la misma tónica general de ascenso y algunos


altibajos similares, pero aquí es todo menos acusado. El mínimo está también en 1.860
con 14.506 personas casadas y el máximo en 1.900 con 19.975.

En el envés nos encontramos la población soltera29 que para 1.877 supera


ampliamente a los casados con un 29% frente al 23% y viudos 4.1%, cifras que a
principios de siglo – 1.900- variaran escasamente, la población casada baja un punto
porcentual, 22% mientras que los solteros aumentan unas décimas 29.4% - 130.573-.
Las personas viudas siguen en el mismo rango con un 4.1%. Estas cifras reflejan
claramente un régimen en transición hacia la modernidad demográfica; nos
encontramos con unas tasas muy altas de población infantil repartida equitativamente
entre ambos sexos, aunque hay cierta preeminencia de la mujer en la capital y de
varones en el resto provincial. En este sentido hay que tener en cuenta la nupcialidad,
las cifras que reflejan los Censos de población para el periodo nos muestran como
Córdoba poseía un índice medio de nupcialidad más elevado que la media andaluza y
nacional. Para 1.868-1.900 la tasa media osciló entre el 7.3% y el 8.4% para la capital,
mientras que en la provincia el número de casamientos era mayor con un 9.6% y un
10.8 para 1.900.

SOLTEROS

Fuente: Censos de población…

29
A. CARRERAS y X. TAFUNELL, Estadísticas históricas de España: siglos XIX – XX, Bilbao,
Fundación BBVA, 2005, pp. 81-83.

37
Gráfica 5 Población casada y soltera (1.857-1897)

CASADOS

Este mayor número de matrimonios que se daban en la provincia en detrimento


de la capital hay que entenderlo bajo las circunstancias económicas del periodo. La base
de la supervivencia familiar era una descendencia abundante30 –varones sobretodo-
para que en edad temprana pudieran ayudar en las faenas agrícolas, soporte casi
exclusivo en a provincia, mientras que en la capital había más diversificación industrial
y una población más diversificada. Otro dato a tener en cuenta es el sedentarismo de la
población: hay que destacar que más del 85% de la misma vivía en núcleos superiores a
los 5.000 habitantes, con unos patrones económicos bien definidos enmarcados en la
subsistencia por lo que la salida más fácil era el casamiento a temprana edad y la
creación de una familia copiosa que ayudase, a diferencia de la capital que albergaba
más pluralidad en cuanto a población –emigrados, estudiantes…- y a modus vivendi31.

En cuanto a la edad32 en la que se contraía matrimonio en Córdoba a fines del


siglo XIX destaca que el periodo más generalizado comprendía entre los 15 y los 25

31
C. MARTÍN LÓPEZ, “La natalidad en Córdoba en el periodo 1.836-1.870”, Axerquía, 5, 1.982, p.50.
32
Un hecho característico en la evolución de las cifras es el cambio de mentalidad con respecto a la mujer,
una toma de conciencia femenina y una adquisición cada vez mayor de un protagonismo que cambiaron
diferentes hábitos“Como en muchas otras poblaciones europeas, los cambios en la fecundidad han
38
años de edad, siendo las mujeres –en mayor porcentaje en la capital -el grupo que más
joven contraía nupcias, debido sobre todo a cuestiones de índole social y económicas33.
Si en la capital había más posibilidades para lograr la autosuficiencia en el mundo rural
la mujer dependía económicamente del hombre por lo que la edad de casamiento era
mucho más temprana que la de los hombres.

El ritmo de celebración de matrimonios en nuestra provincia, no difiere en gran


medida con el del resto de la realidad andaluza o nacional, ya que, nos encontramos en
una sociedad preeminentemente ruralizada en la que los trabajos y faenas agrícolas
marcaran las fechas para contraer matrimonio, es decir, los meses otoñales marcan las
máximas cotas en el número de enlaces celebrados al año.

NATALIDAD

Para el estudio de la natalidad en la provincia de Córdoba se seguirá un esquema


análogo al anterior.

La alta natalidad española presenta desde 1.868 hasta finales del siglo pasado
una evolución regular y elevada en comparación a las tasas que entonces tenían países
del entorno cercano español para estos años. Las cifras de nuestro país estaban entorno a

estado acompañados por cambios también significativos en la nupcialidad. Las generaciones femeninas
nacidas en España entre 1.870 y 1.930 redujeron progresivamente su descendencia, pero también su
nupcialidad, lo que quedó reflejado en un continuo aumento de las proporciones de mujeres solteras por
distintas edades en los censos de finales del siglo XIX y de la primera mitad del XX. En el grupo de 21 a
25 años de edad, la proporción de solteras aumentó desde un 52% en el caso de 1.887 a un 71% en el de
1.950. Estos porcentajes correspondían a las generaciones nacidas en 1.862-1.866 y 1.925-1.929,
respectivamente. En todas las generaciones comprendidas entre aquellas dos (de 1.862 a 1.929) la
proporción de solteros al final de la vida fértil (a los 46-50 años) fue siempre superior al 10%. […] Estas
proporciones indican que la edad media del primer matrimonio de las mujeres se retrasó a finales del
siglo XIX y durante la primera mitad del XX, y que en algunas generaciones este retraso implicó un
aumento también del celibato definitivo”. A. CARRERAS y X. TAFUNELL, Estadísticas históricas…,
p. 84.
33
Según F. ESPINO: “…el bajo porcentaje de matrimonios tardíos respondía a cuestiones sociales y de
mentalidad, sin olvidar la necesidad, en el caso específico de la mujer, de no permanecer sin pareja para
poder sobrevivir, dado que la soltería o la viudez femeninas derivaba en muchos casos en la miseria más
absoluta por el desamparo económico femenino característico de la época” Progreso frente a…, p. 55.
39
los 600.000 nacimientos anuales34. El promedio anual absoluto para los periodos 1.861-
1.870 y 1.871-1.900, sigue las pautas alcistas con un incremento de 23.000 nacimientos
para la segunda etapa -605.000 / 628.000-. Esto refleja que las tasas de natalidad, a nivel
nacional, nos muestran un 37% de descenso desde el primer periodo hasta fines del
último tercio del siglo XIX.

Con respecto a la provincia


de Córdoba, las cifras35 nos Años Córdoba Provincia España
1.868 31,2 36,3 34,8
presentan una doble realidad, por un 1.869 35,2 37,5 36,1
lado nos encontramos la capital con 1.870 37,8 40,2 35,8
1.886 34,2 38,6
tasas natalicias inferiores al resto
1.887 32,5 36,8
provincial y también por debajo de 1.888 33 38,1
las nacionales (exceptuando 1.870). 1.889 30,1 37
1.890 33 36,5
Por el contrario, la provincia refleja
unos índices de nacimientos bastantes superiores a la media capitalina y a su vez a la
nacional.

La casuística para entender este doble comportamiento en las cifras de la capital


y la provincia habría que buscarla en la combinación de factores demográficos, socio-
económicos pero también religiosos y políticos. Hay que recordar, como antes
aludimos, que la fecundidad inicia un descenso en esta etapa, la tasa de fecundidad va a
pasar de 280 a 230 en los últimos cuarenta años del siglo XIX.

El descenso de nacimientos –mucho más agravado en la capital que en la


provincia- que podemos detectar en algunos años -1.868, 1.887, 1.889- se debe en gran
medida a la incidencia que tuvieron diferentes periodos de hambrunas, especialmente
virulento el de 1.868 que a la carestía alimentaria se le unió la inflación de precios de
los alimentos básicos provocando estragos en los sectores poblacionales más
indefensos, con especial incidencia en al capital, pues muchas personas huían del
hambre refugiándose en la capital en busca de las ayudas de unos servicios sociales,
sanitarios y benéficos que estaban muy distantes de poder atender las necesidades de ese

34
Estas cifras que nos proporciona el Anuario Estadístico Español son matizables para los años 1.868,
1.870 y 1.880 pues presentan comportamientos anormalmente bajos por causas que a continuación
comentaremos.
35
F. LÓPEZ MORA, Pobreza y acción…, p. 107.
40
sector de la población36. Sin embargo, las crisis alimentarias de 1.882 y 1.887 no
tuvieron tanto efecto en las tasas de natalidad, aunque es indudable, según reflejan las
cifras, que propiciaron un estancamiento natal, sobretodo porque estuvieron ligadas a
otras episodios negativos como el estallido de la crisis de la fiebre amarilla en 1.885 o
del cólera en diferentes años.

MORTALIDAD

En el caso de la mortalidad acontece lo contrario a las cifras de la natalidad, las


tasas que se muestran en la capital son más altas que las del resto provincial. A nivel
andaluz, Córdoba también es una de las capitales con más promedio anual de
defunciones, con un 38,2% anual en el septenio 1.878-84, sólo por detrás de Málaga,
Jaén y Granada, con 41,9%, 42,3% y 42,2% respectivamente.

Promedio anual de defunciones. Tasas de mortalidad de Córdoba38


Septenio 1878-8437 Años Córdoba Provincia España
1.868 39,7 36,3 32,9
Provincia Capital 1.869 38,3 34 33
Almería 11.257 1.393 1.870 37,9 32,6 30,6
Cádiz 14.430 2.398 1.886 31,4 28
Córdoba 13.620 1.899
1.887 37 33,9
Granada 17.343 3.243
1.888 30,8 30,6
Huelva 6.515 497
Jaén 16.272 1.033 1.889 31,7 32,4
Málaga 17.562 4.855 1.890 33,8 35,6
Sevilla 17.251 4.698

A nivel nacional las cifras de la provincia también destacan el elevado índice de


mortalidad con respecto a otras capitales españolas. Para este periodo la tasa media
nacional era de un 31,6 % por cada 1.000 habitantes mientras que en tanto para la
capital como para la provincia la media cordobesa la supera ampliamente en varios
puntos porcentuales como refleja el gráfico.

36
C. MARTÍN LÓPEZ, “La natalidad en Córdoba…, pp. 89-90.
37
Fuente: Reseña Geográfica y Estadística de 1.885.
38
Fuente: F. LÓPEZ MORA, Pobreza y acción…, p. 107.
41
Con respecto a la provincia cordobesa, las defunciones eran mucho más elevadas
en la ciudad que en las poblaciones rurales. Las graves crisis alimentarias de finales del
siglo XIX tuvieron más incidencia en el número de finados en el campo que en la
ciudad, sin embargo, otra de las causas que más elevan las cifras, las enfermedades se
dieron con más gravedad en la capital cordobesa, especialmente, la tuberculosis y el
cólera. En estos años se produce el despegue demográfico de la capital con respecto a la
provincia provocando que las condiciones de vida de las clases más bajas39 que se
establecen en la ciudad sean propiciatorias para las enfermedades contagiosas; el
hacinamiento, la desnutrición, la insalubridad…

Hay que destacar varios años en los que la mortandad es especialmente elevada:
1.868/ 1.871-74/ 1.885. El enfrentamiento armado entre los partidarios de Isabel II y los
sublevados se dirimió en Alcolea lo que provocó una gran mortandad40 tanto en el
campo de batalla, como meses después en los centros de acogida que se habilitaron en la
ciudad. Cabe recordar, que este año fue especialmente cruento pues al enfrentamiento
armado hay que sumarle una de las crisis agrarias y de subsistencias más graves de la
historia reciente de España.

El trienio 1.871-7441 también arrojó saldos muy negativos en cuanto a victimas


mortales, en tan solo 3 años la población de la ciudad califal descendió en 2.525 almas,
o lo que es lo mismo, aumentó en 18 puntos la tasa de mortalidad situándola en un 56%.

Por último en 1.885, acontece en la ciudad un brote colérico que se extiende por
casi todo los barrios de Córdoba, la insuficiencia de las medidas adoptadas por la

39
En las Actas Capitulares para este periodo (1.868-1.885) se recogen multitud de acuerdos que ponen de
manifiesto las calamitosas condiciones de vida de las clases más bajas de la población cordobesa, así
mismo, trae a colación la ineficacia de las élites políticas para paliar esta situación y en muchos casos
agravándola pues con su ineficacia provocaban la aparición del bandolerismo, robos, e incluso asesinatos,
en muchos casos fruto de la desesperación. Algunos ejemplos:
AMCO, A.C., 1.868, pp. 6-7v / 210v-212 / 273
1.869, pp. 23v /24…
40
El número de cifras de la Batalla varían según las fuentes, por ejemplo, el Diario de Córdoba del día 2
de Octubre nos da una cifra de bajas de más de 400 hombres. L.REDONET, las cifra en unas 700 bajas,
Batalla de Alcolea. Boletín de la Real Academia de la Historia. CLV, 1.964, p.12. El CRONISTA DE
LA REVOLUCIÓN, habla de 509 en el bando nacional y otros cientos en el liberal. Barcelona, 1.869 p.
84.
41
A. ARJONA CASTRO, La población de Córdoba…, p.117.
42
comisión creada al efecto trajo consigo un balance de 2.454 víctimas por esta
enfermedad42.

Un apartado importante dentro del estudio de la mortalidad, es el que se refiere


a la infantil. La mortandad tan elevada que se producía en los primeros años de vida era
la causante de limitar el superávit demográfico por los altos índices natalicios. Esto es
indicativo de que la ciudad de Córdoba estaba anquilosada en un régimen demográfico
primitivo pues hasta bien entrado el siglo XX -1.930- los porcentajes de defunciones
entre los menores de 5 años oscilaba entre el 150-200%43.

Las causas más comunes de mortandad infantil, obviando los años concretos de
pandemias, guerras, hambrunas…, fueron las mismas a lo largo del último tercio de la
centuria pasada. En primer lugar están las enfermedades infecciosas: Fiebres, Viruela,
Pulmonías, Paludismo, Tifus… seguidas de la malnutrición endémica de las clases
populares cuyos organismos estaban en constante debilidad debido a las calamitosas
condiciones higiénico-sanitarias y a la falta de una buena alimentación lo que
ocasionaba que en años de especial dureza por hambrunas (1.868- 1.882 y 1.887)
disparasen la curva de los menores finados.

Gráfica 6 Curva de Mortalidad Infantil en %

42
Ibidem, p.112.
43
B. VALLE BUENESTADO, La población cordobesa…, pp.170-171.
43
CLASIFICACIÓN DE LA POBLACIÓN POR EDADES

A continuación veremos la distribución por edad de la población de nuestra


provincia en el último tercio del siglo XIX. A grandes rasgos, observamos que está
clasificación no difiere de las realidades demográficas de otras provincias andaluzas:
grandes tasas de natalidad y mortalidad con una representación escasa de la población
de mayores de 60 años, siendo, por ende, el grupo adulto el más numeroso de la
sociedad cordobesa por lo que no es de extrañar que la edad media de los habitantes sea
relativamente baja en comparación a las actuales: 26,48 años. Este rejuvenecimiento
continuo de la población se debe a los altos índices de crecimiento vegetativo sobre
todo a raíz de la conclusión de la Revolución Gloriosa que propició un gran incremento
en el número de nacimientos. Como observamos (véase la figura 7), en la pirámide de
población para la capital destaca la homogeneidad en las cifras de sexo masculino y
femenino -24.784 y 24.959- en todos los escalones de edad, con preeminencia de los
varones salvo en los últimos escalafones de población (<56 años) en el que el grupo de
las mujeres es más numeroso.
En la pirámide observamos la amplitud de su base, lo que indica la altísima
natalidad pero a la par la mortalidad reflejada en el descenso de los siguientes escalones
de edad: 6-20 años.

Gráfica 7. Año de 1.877 Córdoba capital

44
El siguiente módulo es el correspondiente a la edad adulta 20-45 años de edad.
Este grupo generacional presenta un gran contingente que en gran medida proviene del
alza natalicia tras la Septembrina. También hay que tener en cuenta que este grupo se
nutre de la inmigración que llega a la provincia a trabajar en la construcción de las
líneas ferroviarias y en las cuencas mineras.
En la cima de ambas
pirámides observamos
como los habitantes en
plena senectud son
mínimos, indicativos de
una sociedad atrasada
demográficamente y en
que el predominio de la
Gráfica 8. Año de 1.877 Provincia
mujer frente al hombre
en las edades más adultas se hace evidente tanto para la capital como para la provincia.

45
ECONOMÍA

46
ECONOMÍA

AGRICULTURA
El Olivar
Características generales

El panorama olivarero durante la segunda mitad del siglo XIX, en la provincia


de Córdoba va a estar marcado por una continua evolución caracterizada por una
expansión de la superficie cultivable, transformaciones en la cadena productiva,
búsquedas de nuevos mercados y la adecuación, por parte de los agricultores, a las
nuevas realidades que imponen las diferentes políticas agrarias de los gabinetes
ministeriales que se van sucediendo en este periodo (1.868-1.885).

Este reajuste del sistema olivícola andaluz y, más concretamente, en el caso


cordobés, se va a extender durante todo el siglo XIX, asistiendo a un incremento
considerable de la superficie de cultivo desde finales de los años treinta hasta los
últimos decenios44. En nuestro ámbito de estudio, desde que estalla la “La Gloriosa”
hasta la regencia de María Cristina de Habsburgo, observamos como la superficie
aumenta desde el 25,5% en 1.868 hasta el 29,6% de 1.885, momento en el que el
sistema atraviesa una de las mayores crisis de la etapa contemporánea-crisis agraria
finisecular- que conllevará un estancamiento expansivo, bajada de precios,
replanteamiento de los usos y métodos de producción…, que no remontará hasta bien
entrado el siglo XX.

Varios son los aspectos que pueden explicar este repunte del olivar. En primer
lugar, los procesos desamortizadores llevados a cabo en el país, medidas conducentes a
la formación de una propiedad coherente con el sistema liberal45, aportaron a nuestra
provincia46 la puesta en valor de numerosos terrenos que hasta ese momento habían sido

44
Según A. LÓPEZ ONTIVEROS, « […] de 1840 a 1872 casi se ha duplicado, ha pasado de un 15,8%
de la superficie cultivada según Casas-Deza a 28.3% según los Planos del Instituto Geográfico».
Evolución de los cultivos en la campiña de Córdoba del siglo XIII al siglo XIX, Murcia 1970, p. 70.
45
Los objetivos más importantes que definen la Reforma Agraria Liberal, son los siguientes: abolición del
régimen señorial, libertad de cerramientos y cultivos, desaparición del Concejo de Mesta, supresión de los
diezmos…
46
Para un análisis más pormenorizado de la cuestión, P. DOMÍNGUEZ BASCÓN, La desamortización
rústica y urbana de José Bonaparte en la Prefectura de Córdoba (provincias de Córdoba y Sevilla),
47
tierras calmas, baldías47 o, simplemente, estaban destinadas a eriales. Con la subasta de
los numerosos terrenos se produce un fenómeno de concentración de la propiedad entre
nuevos propietarios -nuevos ricos- que, atraídos, por la regularidad, seguridad y las
ventajas que aporta este cultivo, requiere pocos cuidados a lo largo del año: poda, riego,
laboreo, quema; y tiene relativamente un bajo coste de producción- agruparán
numerosos predios que se convertirán en un notable impulso para el auge del olivo en la
Campiña. No obstante, hay que recordar someramente que las desamortizaciones no
provocaron el impacto deseado, conducente a un reparto territorial equilibrado entre la
mayor parte de la población, sino que, al contrario, las estructuras preexistentes se
vieron reforzadas –sólo cambiaría la titularidad de los poseedores- y el equilibrio
buscado fue más una utopía que un fin, al estar la compra de tierras “restringida” a las
clases más pudientes, no pudiendo competir económicamente los pequeños campesinos,
cuyas rentas no alcanzaban en muchos extremos ni para el autoconsumo.

Otro factor a tener en cuenta radica en el crecimiento de la demanda interior y


una reorientación en las exportaciones. Desde principios de siglo sólo tres zonas
geográficas – Andalucía, Cataluña y Levante- disponían de una producción lo
suficientemente sólida para atender las necesidades del resto del país y generar
excedentes que pudieran ser exportados48. Los mercados exteriores van a bascular hacia
países europeos, Francia e Inglaterra sobretodo, en contraposición con la primacía que
las colonias españolas tenían en la colocación de las materias primas. Pero la pérdida
irremisible de éstas y el desarrollo de la revolución industrial europea provocaron que la
demanda de aceites españoles se encaminara hacia el sector industrial como lubricante
para maquinaria y combustible para el alumbrado público; situación que perdurará hasta
1.872 con la generalización de los nuevos carburantes y aplicaciones del petróleo que
producirán un descenso pronunciado en el volumen de las exportaciones. Este hecho es
clave en el desarrollo ulterior del olivar. Es fácil, pues, deducir de lo expuesto que la
calidad del aceite hispano era ínfima, poniendo de relieve el atraso endémico que sufría

Boletín de la Real Academia de Córdoba, 134, (1.998), pp. 179-204; P. TORRES MÁRQUEZ,
Transformaciones agrarias y desamortización en Los Pedroches durante el siglo XIX, Córdoba, 1.994.
47
Los datos aportados por LÓPEZ ONTIVEROS reflejan el impacto que el proceso desamortizador, tuvo
en la provincia de Córdoba con la subasta de un 15% y 20% del total de la superficie, y más
concretamente, en relación a la tierra calma, con un 59%. La desamortización de fincas rústicas en los
municipios de la Campiña de Córdoba. Boletín de la Real Academia de Córdoba, 91, (1.971), pp. 50-51.
48
A. M. BERNAL, La España liberal (1.868-1.913), Madrid, 2.001, p. 93.
48
el sector empezando desde las técnicas de cultivo y recogida más primarias hasta la
obsolescencia de las almazaras. Como medida paliativa de esta situación, el tratamiento
del olivo va a experimentar las transformaciones que tanto necesitaba el campo andaluz,
respuesta a la coyuntura exterior, se generarán aceites destinados a usos alimenticios en
detrimento de los industriales necesitando para ello experimentar una profunda
modernización en las bases agrícolas para que, en pocos años, los nuevos productos
pudieran competir en calidad con los europeos.

Pero el principal problema que se encontraba a la hora de la obtener un producto


de primera categoría estribaba en las almazaras. Sin tener en cuenta el escaso número
que existían en Córdoba49 para atender el volumen de recogida, resultaba desastroso
comprobar cómo, una vez recolectado y transportado el fruto, se depositaba en los
almacenes o en el mismo patio donde aguardaba semanas e, incluso meses,
experimentando en el peor de los casos su fermentación, lo que daba lugar a aceites de
alto grado de acidez, poco recomendables para el consumo humano50. La progresiva
implantación de avances tecnológicos en la tarea de la molienda y el prensado redujeron
el tiempo de labor, aumentaron la calidad del producto y la inversión requerida pronto
fue amortizada por efecto de la subida de precios. Se sustituyeron los molinos de muela
cilíndrica por otros de piedras troncocónicas, la fuerza de tracción animal dio paso al
vapor y ya en el siglo XX, se generalizaron los de motor eléctrico. Las prensas que
habitualmente se utilizaron durante el siglo XIX « […] usaban capachos de esparto
planos con un agujero central que permiten ir insertándolos en un eje guía y entre los
cuales se iban colocando las capas de pasta de aceituna molida, denominándose un
cargo o tarea cada vez que se completaba una prensa y se comenzaba a aplicar la

49
Las razones con más peso para esgrimir el número reducido de molinos de aceite era la existencia de
monopolios señoriales –Baena, Priego, Montilla, Monturque, Aguilar…- y las trabas que le suponía a la
iniciativa privada conseguir licencias para la apertura de nuevas almazaras, expedidas, normalmente, en
casos de graves estancamientos.
50
« […] aún, en 1.908, tienen que estar dedicándose a la alimentación caldos de una acidez superior al 5
por 100, tal como pone de manifiesto el real decreto de 22 de diciembre de 1.908, en el que se declara
que los aceites de una acidez superior a un 5 por 100, calculada en ácido oleico, no deberán admitirse
como alimentarios.» R. GARRABOU, J. SANZ, eds., Historia agraria de la España contemporánea,
Barcelona, 1.985, Vol. 2, p. 305.
49
presión51.» eran básicamente de cuatro clases: torre, viga, rincón y columnas52 que,
paulatinamente, cedieron ante la revolución que supusieron las hidráulicas.

Este proceso de adaptación perdura hasta nuestros días, pero será en las primeras
décadas del siglo XX cuando se empiecen a apreciar los resultados de las diferentes
permutas acaecidas.

Cuadro 1

PRENSAS ACEITERAS EXISTENTES EN CÓRDOBA HACIA 1878

PROVINCIA Prensas P. doble presión Prensas Prensas Prensas TOTAL DE


hidráulicas (a vapor) husillo viga rincón PRENSAS

Córdoba 28 22 329 947 370 1.696

Fuente: F.J. Fuentes García…, «La industria aceitera en el siglo XIX. Referencia a Córdoba y al Molino de Alvear»,
Estudios Regionales, 52, (1.998), p. 30.

Por último, debemos resaltar otros elementos que afectaron al sector, en mayor o
menor medida, durante la centuria decimonónica. La llegada del ferrocarril permitió una
mejor y más rápida conexión entre los centros comerciales interiores, y, entre estos y los
puertos mediterráneos. El transporte marítimo a vapor afianza y rentabiliza las rutas
marítimas entre las colonias americanas y los principales puertos exteriores. Una fuerte
depreciación de la peseta a fines del siglo XIX, abarató los precios de los productos
españoles frente a los europeos ocasionando una subida del nivel de exportaciones,
Francia e Italia a la cabeza compran nuestro aceite para refinarlo y, a su vez, exportarlo
con un precio ostensiblemente mayor al pagado. Así mismo, el mercado americano
empieza a reclamar estos nuevos productos de usos alimenticios, por lo que en pocos
años el precio del aceite va a ir remontando.

Básicamente, son estos hechos los que a las puertas del nuevo siglo abren un
periodo favorable para la agricultura española y, en concreto, para el sector olivarero
que inmerso en una crisis finisecular comienza a dar síntomas de recuperación, la cual,
como antes hemos apuntado, se alarga hasta nuestros días.

51
F. J. FUENTES GARCÍA, T. ROMERO ATELA, R. VEROZ HERRADÓN, «La industria aceitera en
el siglo XIX. Referencia a Córdoba y al Molino de Alvear», Estudios Regionales, 52 (1.998), p. 25.
52
Ibídem.
50
TIPOLOGÍA

Hacia 1.870, en la provincia de Córdoba, ayudados por la cartografía,


observamos como las zonas con mayor porcentaje cultivado de olivar en su superficie
agraria están claramente identificadas de las que presentan una proporción
sensiblemente menor. Distinguimos varias demarcaciones:

a- Zona de la Campiña: franja territorial compuesta por los partidos judiciales


con una superficie olivarera oscilante entre el 40,6% y el 35,9% del total
cultivado. La integran las siguientes localidades: Montilla, Aguilar, La
Rambla, Cabra y Lucena.

b- Zona de las Subbéticas y el Alto Guadalquivir: El área cultivable es


sensiblemente menor, representando este cultivo entre el 28% y el 13% del
total. Este periconjunto53 está compuesto por: Bujalance, Rute, Montoro,
Priego de Córdoba, Baena, Castro del Río.

c- Zona de la Vega del Guadalquivir, Valle de los Pedroches y Valle del


Guadiato: Es el espacio menos homogéneo y con un menor rendimiento
oleico, teniendo una superficie destinada a su ejercicio meramente
significativa, con valores que no alcanzan el 4% como en el caso de
Córdoba, 3,8% en Posadas, 0,1% en Hinojosa del Duque y un 0,04%
apreciados en Fuenteovejuna.

Durante todo el siglo XIX, en el total de la provincia de Córdoba, el desarrollo


de la arboleda olivar (ver cuadro 1.1) va a experimentar unos índices de crecimiento
desiguales, ocasionados, sobre todo, por la ocupación de tierras baldías y de un
retroceso de la superficie de sembradura cerealística, fenómeno que se hace patente a
partir de la segunda mitad de la centuria. Así lo confirman los diversos estudios
elaborados tanto a nivel local como nacional.

Pero, cómo cabría esperar, ¿esta tendencia desarrollista que apreciamos en el


global de la provincia se muestra también en las capitales de los partidos judiciales?
53
Queda excluido de este apartado el partido judicial de Pozoblanco al estar situado al Norte de la
Provincia, concretamente en la comarca del Valle de los Pedroches, pero su porcentaje sobre el total de la
superficie destinada al cultivo del olivo se encuentra comprendido entre los márgenes porcentuales -
27.8%- de esta segunda división.
51
Ante nuestra sorpresa, comprobamos como esta evolución no es tan pronunciada, sino
que al contrario, el porcentaje de expansión de la superficie olivar será mucho menor
que a mediados de siglo. Según los datos recogidos en 1.840 por Luis María Ramírez y
de las Casas-Deza, en su Corografía histórico-estadística de la provincia y obispado de
Córdoba54, meticulosamente analizados por el Prof. López Ontiveros, refleja, a pesar
de no recoger los datos para Montoro, Baena, Fuenteovejuna y Pozoblanco, que el
porcentaje de superficie para los partidos judiciales de la provincia alcanza un 17%,
valor, con un grado bajo de fiabilidad, pues, se incrementaría con la inclusión de las dos
primeras poblaciones, en las que el olivar es el cultivo predominante. No ocurre así en
las localidades serranas, donde la relación es mínima y poco significativa55.Hacia 1.876,
este porcentaje se reduce, según los amillaramientos de 1.874 - 1877, al 15% -ya
incluidos todos los partidos judiciales-, y aún más en 1.881, donde los informes de la
Comisión especial de estadística reflejan un 11.7%, una reducción de más de 5.3 puntos
con respecto a los de 1.840.

Para intentar explicar esta regresión, aparentemente incongruente con las


diversas líneas de investigación que plantean un avance del plantío olivar en términos
generales en casi toda la provincia, observaremos el desarrollo histórico que sufren las
superficies en las capitales judiciales. Acotándonos a nuestro periodo de estudio y según
los datos que nos aportan los amillaramientos56, en 1.869las hectáreas destinadas
sumaban 70.331 y en 1.885, 75.407,2, cantidad superior en 5.076,2 has. Por lo que
suponemos que la evolución sufrida no es tan significativa como la que van a
experimentar otros cultivos, en parte, como consecuencia de la expansión superficial
agraria de los municipios durante estos años, la cuál también se muestra favorable,
aumentando en el intervalo de 1.868-1.881 una cantidad cercana a las 55.755,3 has. Esto
nos plantea dos hipótesis:

1- El aumento de hectáreas en las tierras destinadas a usos agrícolas de las


capitales de los partidos judiciales no es equiparable con la evolución de las
consignadas a la plantación olivar, es decir, muchas de estas nuevas tierras
abiertas a la labor son ocupadas por cereales u otro tipo de cultivos.
54
L. M. RAMÍREZ DE LAS CASAS-DEZA, Córdoba, 1.986, 2 vols.
55
A. LÓPEZ ONTIVEROS, Evolución de los cultivos…,p. 55.
56
Otras fuentes como las aportadas por el Instituto Geográfico Español (1.872) y la Comisión Especial de
Estadísticas (1.881) también confirman dicha regresión.
52
2- La expansión olivarera de las cabezas de partido judiciales se produjo en
menor medida que en los pueblos que los conformaban.

Para confirmar estos planteamientos comparamos nuestras estadísticas con las de


otros estudios57sobre la cuestión llegando a la conclusión que éstas fueron las causas
más plausibles por la que se originó dicho retroceso. Más adelante abordaremos las
interrogantes que se nos plantean sobre la tipología de los cultivos que se iban
adoptando conforme se roturaban nuevas tierras.

EVOLUCIÓN DE LA SUPERFICIE OLIVARERA

Al margen de planteamientos infundados que difunden la primacía sureña del


latifundio como eje vertebrador sobre el que descansa el campo andaluz, se presenta
harto complicado desdecir esta clase de estereotipos en el caso cordobés, pues, en
palabras de Mata Olmo: “A comienzos del último tercio del siglo XIX […]. Un primer
aspecto a destacar, que contrasta poderosamente con lo que ocurre en las zonas
relativamente minifundistas, es la escasa movilidad por compraventa de los grandes
cortijos cordobeses en un periodo tan prolongado…”. Así, vamos observar cómo la
mayoría de las plantaciones leñosas se insertan dentro de grandes latifundios, propiedad
de las oligarquías; que perviven a lo largo de los años y la cada vez más notable
presencia de la burguesía en el ámbito patrimonial cordobés.

Este es el panorama característico de los sembradíos olivareros, constituidos en


grandes latifundios, por lo general y, en menor grado, localizados en pequeñas
explotaciones.

Pasemos ahora a analizar las comarcas - Montilla, Aguilar, La Rambla, Cabra y


Lucena-, ajustándonos al bosquejo anteriormente citado, para comprobar las tendencias
que marcarán el futuro de tal aprovechamiento. Cotejando los datos que nos
proporcionan los amillaramientos, en 1.868, Aguilar de la Frontera extendía sus
57
Mª. D. MUÑOZ DUEÑAS, R. MATA OLMO, Materiales para la historia económica de Córdoba del
archivo histórico provincial (siglos XIX-XX), Córdoba, 1.997, pp. 30-32; A. LÓPEZ ONTIVEROS,
Evolución de los cultivos…, pp. 53, 55-56, 64-65, 67, 70.
53
actividades agrícolas sobre 1.689,8 has58, ocupando el olivar 585,5 has, un 34,6%.
Dieciséis años más tarde había ganado 137,9 has nuevas, a costa de tierras pastizales,
conformando un 42% del total. Este incremento del 7% no es comparable con las cifras
de Puente Genil-junto a Monturque completaban el partido judicial- que contaba con un
98,1% de la superficie fértil, repartida entre dos cultivos: preferentemente el olivar y
labor59. Lo que reflejan estas cifras es que Aguilar durante dicho periodo no dependía en
exclusividad del aprovechamiento olivarero; cereales, y, en menor medida, los viñedos
se ofrecían como el auténtico motor económico, complementados con otros cultivos de
carácter residual, como las legumbres y las hortalizas.

Diferente situación se produce en el término de Montilla, instrumentada por las


vastas posesiones que la Casa de Medinaceli poseía, causantes de un inmovilismo
acusado durante 1.868-1.885. El amillaramiento de 1.868 no se ha conservado, por lo
que ha sido prácticamente imposible averiguar el volumen de hectáreas olivareras,
aunque sí sabemos que esa cosecha y la anterior fueron calamitosas teniendo que
interceder, el Ayuntamiento al director de contribuciones indirectas para que se
rebajasen los impuestos ante la pésima situación que presentaba el cupo de consumos60.
A pesar de esta incidencia, prácticamente la superficie no se alteró en este quindecenio,
pasando de las 6.364,9 has de los primeros años, a las 6.349,4 has de mediados de la
década de los ochenta, lo que suponía un 47,1% la mitad de su área agraria teniendo en
cuenta que algunas tierras se ocultaban de las listas de contribución. Una de las causas
que explicarían este estancamiento superficial en una de las poblaciones cordobesas con
más porcentaje de olivar en su territorio, es la falta de sentido empresarial unida a la
indecisión de introducir los adelantos tecnológicos -que en otros países hacía años que
estaban implementados- de las oligarquías terratenientes; estacionadas en los beneficios
que el sistema arrendatario les proporcionaba, situación por ejemplo que en Montilla se
alargaría hasta los años treinta del siglo pasado, con la venta y parcelación de la mayoría
de los predios, detectándose entonces el fenómeno contrario al existente: el
minifundismo.

58
La medida tradicional de superficie en Aguilar de la Frontera era la fanega, equivalente a 8.860 varas
cuadradas castellanas y a 0,6190 hectáreas.
59
P. DOMÍNGUEZ BASCÓN, Agricultura y desarrollo económico desigual en zonas rurales. Puente
Genil y Santaella, siglos XVII – XX, Córdoba, 1.990, p. 158.
60
AMM. Actas capitulares, sección 2, serie 1, libro 165, sesión de 09/07/1.868.
54
El desarrollo olivarero confrontado de La Rambla y Cabra muestra, en líneas
generales, un marcado paralelismo. Ambas poblaciones se encuentran separadas por 29
km, dirección NO-SE, extendiéndose por los fértiles suelos y al pie de la sierra de
Cabra, de morfología pardo caliza. Pocos cambios se revelaron a lo largo del periodo:
en La Rambla se produce un aumento de 92,8 has de las tierras amillaradas, como
consecuencia de la ocupación de tierras sin roturar o destinadas a pastos, a partir de
1.873, momento en el que el término albergaba algo más de 6.455 has, las mismas que
encontraremos en 1.885. A su vez, en Cabra, la superficie repartida en 1.869 -6.455 has-
es la misma que en 1.885, indicativo de que las medidas consistoriales adoptadas en
momentos de crisis, se focalizaron en el desarrollo de otros cultivos que produjeran más
beneficios a corto plazo, como era el caso del cereal -cuya extensión aumentó 132 has-
y las hortalizas.

Cuadro 2

PORCENTAJE DE SUPERFICIE OLIVAR EN LA ZONA DE LA


CAMPIÑA, HACIA 1.876.

Fuente: elaboración propia

El principal foco oleico de la provincia, por tamaño del plantío, lo encontramos


en Lucena, que con sus 11.933 has, en 1.869, pasará a tener 14.050 has en 1.885, una
subida de un 6,2% o, lo que es lo mismo, 2.117 has. Pese a la mala coyuntura que por
esta época atravesaban los cultivos, la reestructuración del campo lucentino comenzará
a finales de los años 70 con la plantación de nuevas cepas y la apertura de gran número
de espacios roturados, propiciando el asentamiento y consolidación del olivar a costa de
terceras siembras –trigo, cebada- en los primeros años del siglo XX, pero, sobre todo,

55
con las medidas proteccionistas impulsadas bajo la dictadura primorriverista, que
terminarán por reorientar toda la producción agrícola hacia el monocultivo olivarero.

La zona de las Subbéticas y el Alto Guadalquivir se caracterizan por la


concentración de fincas mayores de 200 has que acumulan la mayor cantidad de tierras.
La importancia que ejercen los cultivos en estas localidades está compartido –excepción
de Montoro, que, prácticamente, presenta un monopolio oleico- entre el olivar y el
cereal, repartidos entre, más o menos, las mismas hectáreas. Desde el punto de vista
productivo, destaca el elevado índice de tierras yermas en algunos municipios
alcanzando porcentajes superiores al 50%. La tendencia, olivar por cereal que venía
sucediendo durante este periodo en la mayoría del agro cordobés será claramente visible
en estos partidos judiciales, donde el agricultor opta por el primero, de mayor seguridad
en momentos de dificultad coyuntural.

Cuadro 3

EVOLUCIÓN DE LAS SUPERFICIES DE OLIVAR AMILLARADAS

Baena Bujalance Castro Montoro Priego Rute


1868 9835 3312,8
1869 4973 3306,4 3338,2 24366
1870 4478 3305 3338,2 22989 2185 3908
1871 3505 3361,3
1872 3731,9 4018,2
1873 3309,1
1874 3313,1 3731,9
1875 4210,7 4020
1876 3317,1 24715 4016
1877 4973 3313,1 4016
1878 4969 4289 25890 4018
1879 5198 3661 26170 3388,3 4018
1880 4973 3661 26588 3388,3 4018
1881 4973 3661 26659 3388,3 4129,2
1882 3661 28835 3388,3
1883 3661 26875 3366,3 4129,2
1884 3876 26974 4129,2
1885 3825 27426 4129,2
Fuente: Amillaramientos y Apéndices de amillaramientos. AHPCO. Elaboración propia. Datos en fanegas.

Es el caso de Baena, Castro del Río o Montoro que en los inicios del nuevo siglo
reorientarán el cultivo según las pautas de un incipiente capitalismo, auspiciado por los
cambios que se están produciendo en los mercados europeos, hacia unas formas de

56
producción más especificadas, primando la calidad del fruto, aumentando la superficie
cultivable e introduciendo mejoras tecnológicas para obtener productos de primera clase
que compitan tanto en el mercado nacional como en el internacional.

Por último, sería oportuno destacar aquellas regiones donde el cultivo oleico
tiene una incidencia marginal con respecto a su área cultivable. Hinojosa y
Fuenteovejuna con una proporción menor al 1% -0,1% y 0,04%, respectivamente- están
a la cola de la provincia condicionadas terminantemente por sus actividades
económicas, encaminabas hacia otros sectores como el regadío o la ganadería. Tales
pequeñas explotaciones de olivar – 62,4 y 23,8 has, en 1.880- estarían destinadas a
cubrir el autoconsumo de la población.

Factores edáficos y climáticos marcan el desarrollo del olivo en Córdoba y


Posadas pues ambas disfrutan de tierras privilegiadas localizadas en la vega del
Guadalquivir, aptas para el cultivo de cereales y productos hortofrutícolas. Ello
explicaría que dispongan de los índices de crecimiento más bajos de la provincia, con
un -0.4% en la capital durante el periodo 1.870-1.881 y un 1,7% en Posadas en el
intervalo 1.869 a 1.885.

El Cereal o “Tierra Calma”

A pesar de las políticas proteccionistas aprobadas desde ámbitos


61
gubernamentales , destinadas a afianzar un mercado interior lo suficientemente sólido
para hacer frente a los periodos de crisis, el empuje de las nuevas potencias agrícolas en
el mercado internacional; el encarecimiento que por el transporte sufrían los productos,
la aparición de los abonos químicos, el progreso de las zonas de regadío y las
fluctuaciones tan acusadas que sufrían los precios del trigo en momentos
coyunturales…, indujeron a una progresiva sustitución del cereal por el olivar, a lo largo
de la centuria decimonónica.

61
Siendo de las más influyentes la imposición de fuertes aranceles que sirvieran para sentar las bases de
un mercado interior estable y salvaguardar la producción frente a la oferta exterior. Por este motivo se
decretaron diversos aranceles, con marcado carácter mercantilista, que prohibían la importación de
cereales extranjeros, como en 1.820, 1834 y el de 1.841 que amplió el veto a 83 productos.
57
Conforme resulta harto sabido, desde el siglo XVIII, el régimen de explotación
dominante en la provincia de Córdoba había sido el latifundio cerealístico. Así, reflejan
los datos recogidos en el Catastro de Ensenada, la “sembraduría de secano” presentaba
porcentajes superiores al 60% de la superficie cultivable en casi todos los municipios,
con predominio del sistema de cultivo al tercio. Exponente máximo del mismo eran los
grandes cortijos señoriales y eclesiásticos, que ocupados en casi su totalidad por
extensas plantaciones de trigo y cebada, no modificaron sus esquemas productivos hasta
verse afectados por las desamortizaciones y la crisis agraria finisecular, momento que
supuso el avance del olivar en detrimento de la tierra calma62.

Hacia 1.840, las referencias de Casas-Deza nos muestran que la superficie que
las capitales de provincia destinaban para el cultivo de la tierra calma
sumaban183.958,3ha, llamando la atención Córdoba y Castro del Río con porcentajes
que oscilaban entre el 94, 1%y 80,9%, muy por encima de las que albergaban en esa
época el olivar -79.041,3 ha63-. A partir de este momento se empezará a notar un
descenso del terreno de labor, detectable en nuestro periodo de estudio, pues en 1.868,
el plantío cerealístico se extendía por 168.632,5 ha, lo que significa que en 28 años la
superficie se había reducido en 15.325,8 ha y aún más para 1.885 situándose en torno a
las 107.997,6 ha. Es decir, desde 1.840 hasta 1.885 el área cultivable había sufrido un
descenso del 51.7%

Como no es difícil suponer, las poblaciones cerealísticas con mayor porcentaje


se localizan en la Campiña cordobesa, a orillas del Guadalquivir y la Campiña sur,
formando una especie de triángulo rectángulo cuyos vértices estarían localizados en
Córdoba, Aguilar y Baena, donde los porcentajes, en 1.877, del secano a labor estaban
comprendidos entre el 50 y el 80% del total superficial.

Empleando una división porcentual del territorio podemos distinguir tres niveles:

62
«No obstante, hasta la crisis en la labranza de los cortijos que comenzó en Córdoba en la segunda
década del siglo XIX, no fueron generales las alteraciones contractuales que implicasen aminorar la
intensidad en el cultivo. […] El trigo fue desplazando a la cebada casi por completo de la hoja de tercio,
y amplió además sus siembras en las superficies autorizadas y sujetas a renta de los rastrojos, lo que
antes había sido excepcional » A., LÓPEZ ESTUDILLO, «La mesa capitular de la catedral de Córdoba y
la gestión de su patrimonio rústico (1.700-1.840)», Simposio Internacional: Gestión de patrimonios
agrarios y reformas agrarias 1.800-1.950, Salamanca, 2.004, p. 13.
63
Faltan los datos de Baena, Fuenteovejuna, Montoro y Pozoblanco.
58
1- Entre el 50 y 80% de la superficie agraria destinada al cereal.
Compuesto por: Castro del Río, Córdoba, Baena. Aguilar y Montilla.

2- Entre 22 y 50% del total: Pozoblanco, La Rambla, Bujalance, Priego,


Lucena, Rute y Posadas.

3- Menos del 20%, es el caso de Fuenteovejuna, Montoro, Cabra e


Hinojosa del Duque.

A grandes rasgos, lo primero que llama la atención es la poca movilidad


superficial que encontramos - exceptuando el caso de Baena que en estos diecisiete años
aumentará el labradío cerealístico en unas 4.975 has - en las poblaciones que fluctuarán
por debajo de este límite. En el primer nivel, según la información que nos
proporcionan los amillaramientos, la pauta común que observamos es el retroceso del
cereal, salvo Baena que aumenta y Córdoba que no ve alterada el número de fanegas:
82.412,7 ha- en beneficio sobre todo del olivar y del viñedo, en el caso de Aguilar.
Como observamos, el término albergaba casi la tercera parte de las tierras calmas de
toda la provincia, a pesar de la pérdida de 4.118,7 ha desde 1.840, estando estructurada
en su mayoría por grandes cortijos latifundistas pertenecientes a las clases pudientes de
la sociedad cordobesa.64Esto nos indica que tanto la capital como Castro del Río
protagonizaron el papel de silos de la provincia y buena parte de Andalucía, ya que un
tanto por ciento de los excedentes de su producción se proyectaban para el comercio,
tanto en los mercados interiores como en los exteriores, vía puertos mediterráneos y, en
especial, el de Sevilla y Málaga.

En el segundo apartado esta tendencia regresiva se hace patente en casi todos los
municipios, no olvidemos que en este periodo la agricultura hispana se halla inmersa en
una profunda crisis; la aparición del ferrocarril y las mejoras en el transporte marítimo
comportaron una entrada masiva de grano extranjero a bajo precio en momentos de
precariedad productiva; exportaciones que no se abandonaron cuando llegaron las
buenas cosechas, provocando una caída de precios y un colapso de materias primas en
los mercadores interiores. La solución del campesinado pasaba por la evaluación
calidad/superficie de sus tierras para introducir nuevos cultivos que no se resintieran tan

64
La estructura de la propiedad era absolutamente latifundista, con el protagonismo político consiguiente
de terratenientes y grandes labradores (arrendatarios de cortijos) en las esferas del poder local.
59
marcadamente en estas coyunturas tan desfavorables, la mayoría de ellos optó por
roturar las tierras con olivos.

En definitiva, es lo que acontece en la mayoría de las localidades ubicadas en las


Subbéticas como Lucena, Priego de Córdoba, Rute y en el Valle de los Pedroches –
Pozoblanco e Hinojosa del Duque- con una agricultura un poco más diversificada.

En el caso de Los Pedroches, su sistema agropecuario está fuertemente


condicionado por factores edafoclimáticos. Se extiende por un valle, recorrido por los
ríos Guadalmez, Cuzna y Guadalmellato, afluentes del Zújar, en la cuenca del
Guadiana, así como por algunas colinas integrantes en el conjunto de Sierra Morena. El
clima es mediterráneo continentalizado, permitiendo un buen desarrollo de cereales,
encinar y monte bajo. En el extremo suroriental de la provincia se alzan las poblaciones
Subbéticas caracterizadas en este periodo, como antes hemos apuntado, por una leve
regresión de la tierra calma:

- Lucena pasará de tener, en 1.869, 11.352 ha destinadas a labor a las


9.820 ha de 1.885, o lo que es lo mismo, una disminución de 1.532 ha
aprovechadas para el cultivo de la vid y del olivo.

- Priego de Córdoba no experimentará ningún tipo de cambio en cuanto al


tamaño de su superficie, las 4.930,3 ha de 1.879 seguirán siendo las
mismas para 1.885.

- Rute, la regresión que sufre la tierra calma no es de consideración, ya que


disminuirá en 96,7 ha, entre 1.872-1.885 –3.356,1 / 3.259,4 ha-. Este
descenso es bastante indicativo teniendo en cuenta la tendencia
alcista que venía mostrando la superficie ruteña desde 1.840 cuando
poseía 2.314,1 ha.

Por último, los municipios con menos del 20% del área para el cultivo del cereal,
donde encontramos tres poblaciones situadas en el entorno de Sierra Morena. Desde
finales del XIX, la morfología espacial de las poblaciones serranas quedaron
definitivamente establecidas, según M. Rivera: “Los ruedos constituían el feudo de los
pequeños propietarios […]. El trasiego de fincas benefició especialmente a los grandes

60
propietarios burgueses. Las grandes extensiones de dehesas y matorral pasaron a
manos de propietarios absentistas que fueron acumulando tierras […]. Se promovieron
numerosas roturaciones de tierras que provocaron una intensa deforestación, al tiempo
que fueron desapareciendo los ganados mesteños.”65. Esta disposición unida a factores
bioclimáticos marcaron el devenir agrario hacia una agricultura de subsistencia, basada
en sistemas de cultivo año y vez, de trigo y cebada fundamentalmente,
complementarizados con una cabaña ganadera que a finales de siglo iba ganando en
importancia.

Con respecto a Fuenteovejuna, Cabra e Hinojosa, resalta que, en contra de la


dinámica general de regresión de la tierra calma, veamos un ligero aumento superficial
tras varias décadas en las que la tónica general es la reducción de los terrenos
cerealísticos.

Fuenteovejuna Cabra Hinojosa

1.868 4.014,7 1.165,4 7.004,3

1.885 4.292,2 1.294,2 7.004,3

Una condición que se va a repetir a lo largo de todo el siglo XIX, en lo que


respecta al plantío, es el predominio tanto en volumen como en superficie del trigo y la
cebada –con primacía del primero a partir de mitad de siglo- sobre otros tipos de
productos a los que están destinadas estas tierras como el centeno, maíz, escaña66,
habas, alverjones, garbanzos…, localizándose éstos en porciones de pocas fanegas.

El sistema de cultivo al tercio era de predominio absoluto tanto en el valle del


Guadalquivir como al sur de la campiña, se buscaba la fertilidad de las tierras a través
del descanso y la fertilización estercolera. Hasta la aparición de los abonos minerales el
estiércol era considerado como el auténtico motor de la agricultura, según la revista “El
Agricultor” de 1.851: «El estiércol es la verdadera riqueza de la agricultura; nada

65
Vid. M. RIVERA MATEOS, Explotación agraria y ocupación del espacio productivo en sierra
morena, Córdoba, 1.992, pp. 25-26.
66
La escaña o escanda es una variedad de trigo resistente a temperaturas bajas y aptas para terrenos
poco fértiles, identificable por tener el tallo de la paja corto y duro.
61
puede reemplazarlo. Por medio de las sustancias que mezclan en la tierra, los terrenos
buenos permanecen constantemente productivos, los malos concluyen poco á poco por
mejorarse y recompensar los trabajos del cultivador. Por esto, una cultura bien
entendida no debe descuidar ningún medio de aumentar, ya sea la cantidad, ó la
potencia fertilizadora.»67. Los abonos más usuales utilizados a mediados de siglo –
materias fecales, la marga, la cal, el yeso e incluso los excrementos humanos reducidos
a polvo- presentaban el grave problema de su escasez y encarecimiento por el
transporte, por lo que la existencia de una cabaña ganadera sólida era imprescindible
para la consecución de abono.

Esta primacía de la rotación trienal está claramente especificada en los


amillaramientos:

Cuadro 4

EVOLUCIÓN DE LA TIERRA CALMA ( AL TERCIO)

Aguilar Baena Castro Córdoba Lucena Posadas Rambla, La


1868 13321 4149
1869 11228,6 9623 21310,9 125096 17630,1 4366,3
1870 11217,9 21310,9 125096 4841 4366,3
1871 11276,5 21310,9 125096 4841 4375,3
1872 11225,6 21028,5 4841 4423,2
1873 4841 4218,7
1874 21028,5 4422,2
1875 21028,5 125096 3841 4423,2
1876 125096 3841 4423,2
1877 11225,6 9623 3841
1878 11225,6 9623 17308,1 3841 4421,2
1879 11225,6 9623 3841 4423,2
1880 9623 16757,9 3841 4423,2
1881 9623 16029,3 3844 4423,2
1882 15793,3 3954 4423,2
1883 10507,7 15664,3 3954 4393,2
1884 10507,7 15382,3 3954 4393,2
1885 15252,2 3954 4323,2
Fuente: Amillaramientos y Apéndices de amillaramientos. AHPCO. Elaboración propia.
Datos en fanegas.

67
C. RAULT Y RAMSAULT, A. FERNANDEZ DE LOS RÍOS, «Modo de aumentar la fecundidad del
estiércol», El Agricultor español, Madrid, 1.851, pp. 202-204.

62
El Viñedo

Tras cotejar los datos amillarados durante el periodo 1.869 – 1.885 y los que
proporcionan la Comisión especial de estadística en 1.881, observamos que la evolución
que descubre el viñedo cordobés es bastante débil en comparación con otras regiones
andaluzas –caso de Málaga, Almería y Jerez- o nacionales –Cataluña, Levante…-. La
dinámica vitivinícola durante el siglo XIX marcaba un notable desarrollo tanto en
superficie como en producción que fue acompañado por una profunda modernización y
capitalización de los usos agrícolas.

Como es harto sabido, en un primer momento, un impulso capital para el sector


vinícola español fue la aparición de la plaga de la filoxera (Daktulosphairavitifoliae) en
Francia, considerada como la plaga más global; devastadora y decisiva de la historia de
la viticultura mundial, la cual se propagó con tal rapidez que impulsó el cambio de los
ejes de producción de uva del planeta68.

Cuadro 5

VALORES ABSOLUTOS Y RELATIVOS DE LAS EXPORTACIONES


VINÍCOLAS
Periodo Vinícolas % sobre
total
1869-1878 1.405.964 30,7
1879-1888 2.868.117 41,7
1889-1898 1.770.013 20,7
Fuente: T. CARNERO ARBAT, Expansión vinícola y atraso agrario,
1.870-1.900, en R. GARRABOU, Historia agraria… p. 293.

A raíz de la llegada en 1.862 de este insecto al país galo procedente de


Norteamérica se produjo el desplome total de la producción vinícola francesa -en 1.878,
la invasión filoxérica alcanzaba ya a 52 departamentos franceses y afectaba a 1.200.000
hectáreas de viñedo, es decir, aproximadamente la mitad de la superficie dedicada al

68
I. PÉREZ MORENO, «La filoxera o el invasor que vino de América», Aracnet 9 - Bol. S.E.A., 30,
(2.002). pp. 218-220.
63
cultivo69- lo que ocasionó una búsqueda de materias primas extranjeras para satisfacer el
mercado interior; esta demanda recayó en mayor medida en España e Italia, lo que se
tradujo en un aumento de las exportaciones y los beneficios, a un ritmo nunca antes
visto.

Conforme se recordará, para hacer frente a la demanda del país vecino, se


ampliaron las hectáreas destinadas a los viñedos, a costa de tierras baldías e incluso de
las fértiles con menor margen de beneficios. Las explotaciones se vieron renovadas por
los influjos de capitales extranjeros –ingleses y franceses- que vieron en España el
campo de operaciones idóneo hasta que los campos franceses retomaran la normalidad;
se introdujeron nuevas cepas, se modernizaron las tareas agrícolas, en definitiva, se dio
el paso hacia una verdadera capitalización del cultivo. Paradójicamente, la misma plaga
que tantos beneficios reportó al mercado español fue también la causante de su caída
cuando a partir de 1.878, se detecta por primera vez en Málaga y un segundo foco en
Gerona pasando unos años después de Portugal a Galicia. Así, vemos como desde estos
tres puntos se extiende por toda la península y baleares (donde llega en 1.891). La
provincia de Córdoba será declarada oficialmente filoxerada el 7 de Abril de 1.89070.

A pesar de que la provincia fuera, oficialmente, infectada en 1.890, bien es cierto


que años antes ya se habían detectado algunos brotes. Las medidas tomadas por el
consistorio demuestran que se estaban preparando para lo inevitable, pues ya, el 26 de
Julio de 1.880, se recoge un expediente de la Junta provincial de Agricultura y
Comercio para la plantación de varias especies de vides americanas indemnes a la
filoxera:

“La Dirección General de Instrucción Pública, Agricultura e Industria ha remitido a


esta Junta semillas de diferentes especies de vides americanas indemnes a la filoxera,
recomendando muy eficazmente se establezca un semillero para estar prontos a remediar
los efectos de una invasión en la Provincia; pero como esta Corporación no dispone de
terreno alguno para cumplir este útil encargo, he de merecer de la fina atención de V.E
se sirva manifestar a esta Junta si en el huerto inmediato a Madre de Dios que se halla

69
Ibídem
70
M. LOMA RUBIO, «La llegada de la filoxera al viñedo cordobés», Axerquía, 5, (1.992), p. 179. Nota
también recogida por J. NARANJO RAMÍREZ, Cultivos, aprovechamientos y sociedad agraria en la
campiña de Córdoba: Fernán Nuñez y Montemayor (siglos XVIII – XX), Córdoba, 1.991, p.171.
64
destinado a vivero de los árboles de los paseos, pueda dedicarse un pequeño espacio
para plantar las vides americanas, en cuyo caso el ingeniero agrónomo secretario de
esta Junta, señalaría el terreno y daría las instrucciones competentes, respecto a la
siembra de semillas y cuidados que exigen al guarda o encargado del estado del
huerto71.”

Propuesta que sería confirmada el 18 de agosto de 1.880. Pero además se


establecieron otro tipo de medidas para evitar en lo posible el contagio. Así, se
recomendaba quemar cualquier cepa que pudiera mostrar síntomas del pulgón y las más
próximas a ésta, asimismo se debería esparcir por el terreno una mezcla de sulfuro de
carbón y sulfuro de potasio o de sodio para acabar con los insectos que hubieran podido
quedar en el suelo72. Otro de los cauces por el que la plaga podía entrar en la provincia
era por medio de las importaciones - en su mayoría procedían de Málaga- de cepas,
frutos, etc., infectados, por lo que la Comisión de defensa contra la filoxera en Córdoba
dispuso la siguiente medida :

“Con el fin de evitar la propagación de la filoxera a los viñedos de esta provincia y de


conformidad con el artículo 5 de la ley de 30 de Julio de 1.878 he dispuesto prohibir la
importación de la uva fresca de la provincia de Málaga embalada con pampanos y
sarmientos de la vid según costumbre, pudiendo sin embargo permitirse la introducción
del fruto si viene acondicionado en cajas de madera u otro embalaje análogo pero
envuelto en serrín. […] se sirva dar las órdenes oportunas a la Guardia municipal y
dependientes de consumos, a fin de que se cumpla rigurosamente esta disposición que
tanto afecta a la riqueza vitícola de la provincia73”.

Hemos ya visto cómo la presentación del parásito en el viejo continente supuso


una reestructuración total del sector vitivinícola, pero ¿en qué grado afectó la aparición
de la filoxera en los partidos judiciales de la provincia? A grandes rasgos, la incidencia
fue pareja a la acaecida en otras localidades, la superficie de viñedos se redujo
ostensiblemente y la producción experimentó un fuerte descenso, pero hay que tener en

71
AMCO., Sec. 6. Sig. 2.675. Doc. 9.
72
P. DOMÍNGUEZ BASCÓN, La modernización de la agricultura en la provincia de Córdoba (1.880 –
1.935), Córdoba, 1.993, p. 69.
73
AMCO., Sec. 6. Sig. 2.675. Doc. 9.
65
cuenta, que las consecuencias no fueron tan dramáticas en Córdoba ya que el nivel de
importancia del viñedo dentro de las estructuras económicas provinciales era residual.

La evolución del viñedo cordobés no supo adaptarse a la favorable coyuntural


internacional que se dio durante el XIX, según Antonio M. Bernal, a principios de siglo
los impulsos que marcaron el progreso del cultivo fueron de naturaleza externa: el
comercio colonial, mientras que a partir de la segunda mitad, la fuerte demanda francesa
de vino y la pérdida de las posesiones ultramarinas marcaron el devenir del sector. Lo
que pudo provocar una fuerte intensificación de la superficie cultivada y un aumento
considerable de los beneficios, al igual que, acaeció con el olivar, sin embargo, no pudo
alcanzar nunca la importancia de éste74.

En 1.868 los partidos judiciales dedicaban una superficie al cultivo de la vid


aproximada a las 8.887 has., pasando a las 9.110 has de 1.881 –según los datos de la
Comisión especial de estadística- nueve años antes de hacer su aparición la filoxera. En
1.900 el área se redujo hasta las 5.500 has para toda la provincia, es decir un 0,9%.
Como observamos, el papel secundario, con respecto al cereal y al olivar, no se alterará
en la segunda mitad de siglo, sino que incluso perderá mayor importancia en los
primeros años del veinte.

Exceptuando algunas localidades sitas en la zona de la Campiña alta y parte de


las Subbéticas – Montilla, Cabra, Rute, Priego, Aguilar, Baena- que cuenta con una
extensión cultivable lo suficientemente productiva para enviar excedentes a otros
mercados, el resto de la provincia cuenta con superficies cultivables mínimas, sin
importancia en la economía local, sólo aptas para el autoconsumo. Destaca el caso de
Bujalance que para consumir productos vinícolas tiene que recurrir en un 100% a la
importación pues en su superficie agraria para estos años no se detecta ningún cultivo de
viñedos, aunque es lógico pensar que algunos campesinos hubieran reservado alguna
porción de terreno destinado a otros cultivos para plantar algunas cepas, las suficientes
para elaborar vinos, aguardientes… para el abastecimiento propio.

74
Apud. A. LUQUE BALLESTEROS, Las instituciones y la divulgación agronómica en Córdoba y
Provincia, 1.780 – 1.860, Córdoba, 2.002, p. 266-267.

66
En Montilla encontramos una tradición vinícola importante que data de siglos
atrás, aunque será en el XVI cuando se empiecen a identificar con claridad las zonas
vitivinícolas andaluzas por excelencia: Jerez, Aljarafe sevillano y Montilla. Hasta la
centuria decimonónica, el cultivo seguirá aumentando en hectáreas motivado por la
demanda provincial y exterior, momento en que se empieza a notar un retroceso a costa
del olivar75. El problema de la devastación filoxérica y su posterior recuperación
definirán la superficie que nos encontramos en la actualidad. Con respecto al periodo
que nos compete, en 1.868 el área cultivable de viñedos se extendía por 1.357,3 ha,
encontrándonos prácticamente la misma superficie en 1.885, 1.366,3 ha. La mayor parte
de la producción de vinos se centraba en la variedad Pedro Ximenez y era consumida en
casi su totalidad por los lugareños, el resto se enviaba principalmente a Córdoba y
Málaga, tras sufrir la plaga de la filoxera. En otras zonas vitivinícolas la situación es
muy semejante a la montillana; la evolución que experimentan apenas variará la
superficie en unas decenas de hectáreas hasta la llegada de la enfermedad, siendo de las
zonas que más sufrieron su acción. En el resto de partidos judiciales el cultivo tiene una
significación meramente residual, con valores relativos comprendidos entre el 3% y el
0.09%, como podemos apreciar en el cuadro 6:

Cuadro 6

EVOLUCIÓN DE LAS SUPERFICIES DE VIÑEDOS AMILLARADAS

Aguilar Baena Bujalance Cabra Castro Córdoba Fuente Hinojosa


1868 1310 2113 0 134
1869 1286,5 1200 0 2454 191,1 177 134 839
1870 1302,8 0 203,1 177 134 839
1871 1302,8 0 203,1 177
1872 1252 0 203,1 143 821
1873 0 2455 205
1874 0 203,1 921
1875 0 2453,4 203,1 177 203 921
1876 0 2453,4 177 921
1877 1252 1200 0 2453 203
1878 1251 1190 0 2453,4 203 921
1879 1251,4 1375 0 2453,4 203 921
1880 1200 0 203 921

75
Vid. El excelente estudio de Mª D. RAMÍREZ PONFERRADA, La industria de la tonelería en
Montilla. Evolución histórica y perspectivas de futuro, Montilla, 2.000, pp. 51-52.
67
1881 1200 0 2453
1882 0 2453 921
1883 1614,2 0 2453 921
1884 1614,2 0 2453 921
1885 0 2453 921

Rambla Lucena Montilla Montoro Posadas Pozoblanco Priego Rute


1868 2108
1869 309 1715,1 2108 179
1870 309 2108 267
1871 309 2113 267 360
1872 300 2113 267 360 1415,1
1873 300 267
1874 300
1875 300 2113 267 1416
1876 300 2113 180 267 1416
1877 2113 267 1416
1878 300 1885,1 2101 180 267 1417
1879 300 2105 180 267 1167,1 1417
1880 300 1922,6 180 267 1167,1 1417
1881 300 1870,9 2105 180 267 1167,1 1417
1882 300 1858,4 2120 188 274 1167,1
1883 300 1843,4 2120 188 277 1167,1 1417
1884 300 1851,6 2122 188 277 1417
1885 300 1851,6 1417 188 277 1417
Fuente: Amillaramientos y Apéndices de amillaramientos. AHPCO. Elaboración propia.
Datos en fanegas.

El Regadío
Características generales

Unos de los rasgos que van a definir el comportamiento de la superficie de


regadío durante este periodo es su inmovilismo. Es uno de los cultivos que menos
variaró a lo largo de todo el siglo XIX, teniendo que esperar hasta bien entrando el
veinte para que experimentase un aumento de hectáreas, como consecuencia de las
innovaciones introducidas en los sistemas de irrigación del suelo.

Es bien entendido que uno de los marcadores indicativos de la modernización


del agro, es el volumen de superficie regada con la que cuenta una provincia,
comunidad o las diferentes agriculturas nacionales. Es por ello, que a la hora de estudiar
los datos, comprendemos el atraso en el que estaba sumido el campo andaluz, adolecido
68
del atraso tecnológico que en otros países ya se estaba experimentando a finales del
XIX.

Comprobamos la falta de cambios superficiales acudiendo nuevamente a los


resúmenes finales del amillaramiento. Éstos nos indican que el área del regadío total
para las capitales de los partidos judiciales sumaban en 1.869, 2.184,7 has y en 1.885,
solamente se había producido un incremento de 26, 6 has, 2.211,3 has. Hectáreas que,
sin embargo, desde 1.840, según la estadística que nos muestra Casa-Deza, se han visto
reducidas, ya que hay que tener en cuenta que en el computo no se reflejan los datos de
varias poblaciones –Baena, Fuenteovejuna, Montoro y Rute-, lo que sin lugar a dudas
aumentaría en varios cientos las 2.079, 5 has de ese año.

Las huertas van a estar ubicadas en pequeñas parcelaciones junto al lecho de los
ríos o arroyos, siendo extraña la presencia de albercas. Los productos que más se van
cultivar son las hortalizas y en menor medida las frutas, que van a encontrar un mercado
siempre demandante por lo que éstos cultivos serán fuente de riqueza para las
poblaciones.

LA GANADERÍA

El discurrir de la ganadería por el último tercio del siglo XIX estará marcado por
un periodo de regresión generalizado en todas las cabañas pero con diferentes grados de
incisión, no obstante, hay que significar que esta recesión no fue pauta común para todo
el siglo XIX, pues se permutaban los momentos en que la ganadería contaba con un
número de cabezas paupérrimo, con otros en los que se alcanzaba el mayor volumen
histórico ganadero de la provincia.

Las causas principales que vamos a señalar para explicar este factor oscilante
están claramente identificadas para todo la etapa finisecular a través de las diversas
fuentes que hemos recogido –Catastro de Ensenada, Dirección General de Agricultura,
Industria y Comercio, Amillaramientos, Comisión Especial de Estadística de 1.881…-,
que, aunque no nos proporcionen datos con una exactitud infalible, si son útiles para
elaborar un estudio general en el que el margen de error es factible de subsanar a través
de un visión global del tema abordado.
69
Como bien nos comenta el G.E.H.R76, la configuración de sector ganadero
español se remonta hasta tiempos medievales con la creación del Honrado Concejo de
la Mesta77,ante los problemas de limitación territorial / económicos que se ocasionaron
tras la reconquista. Las poblaciones, ante el avance demográfico que se experimentaba,
se veían en la necesidad de roturar nuevas tierras para hacer frente a la demanda de
subsistencias. Pero esta expansión chocaba con los privilegios otorgados a los
ganaderos "hermanos de la mesta”, que veían como se iban reduciendo los pastizales,
rastrojeras, realengos…, en las que pastaba su ganado por tierras labradas; y a su vez, el
agricultor tenía que lidiar con la invasión del ganado en sus cosechas y las consecuentes
devastaciones. Lo que obligó a las corporaciones a reglamentar el uso y
aprovechamientos de los suelos vecinales apareciendo los sistemas de cultivo que
estarían vigentes hasta finales del siglo XIX y principios del XX – al tercio, año y vez,
barbecho, etc.-.

Durante época moderna se produjo un periodo de estancamiento demográfico y


crisis agropecuaria que dará lugar al fenómeno de las migraciones, tanto urbanas como
rurales, hacia nuevas tierras fértiles-es el caso de la vega andaluza-, sin que deje de
aumentar la apertura del terrazgo que ya, a partir del siglo XVIII, se convertirá en una
acción imparable. A finales de siglo se produce el remonte poblacional apareciendo de
nuevo una fuerte demanda de subsistencias que no pudo ser satisfecha ante el atraso en
el que se encontraba inmersa la agricultura española, constatándose una gran inflación
en los precios. La solución al problema pasaba por una intensificación de los
rendimientos agrícolas y un aumento de la extensión de las roturaciones, teniendo que
hacer frente a los intereses del estamento nobiliario. Esta coyuntura desfavorable
desembocó en la llamada «Revolución burguesa», institucionalizada en los primeros
años del siglo XIX por las Cortés de Cádiz, en la que, a grosso modo, se pretendió
reestructurar los sistemas de cultivo, el régimen de tenencia de la tierra..., afectando de
forma directa a la ganadería que veía como las tierras pastoriles, rastrojales etc., iban a

76
G.E.H.R, Contribución al análisis histórico de la ganadería española, 1.865-1.929, en Historia agraria
de la España…, pp. 229-235.
77
Otro factor clave en su creación fue la considerable demanda exterior de lana española fina, extraída de
la oveja de raza merina, y, más aún, al constatar que estas exportaciones estaban sustentadas por el clero
monacal y la nobleza.
70
desaparecer, lo que comportaba la ruina de ganaderos y pequeños campesinos que
tenían como único medio de fertilizar las tierras el abono orgánico.

Centrándonos en la provincia de Córdoba78, aparte de los supuestos citados a


nivel nacional, son varios los elementos que van a caracterizar la ganadería durante el
siglo XIX. En un primer lugar, nos encontramos con la propia morfología del terreno;
Córdoba está dividida en cinco regiones naturales –Depresión del Guadalquivir, Sierra
Morena, Subbéticas, Valle de los Pedroches, Valle del Guadiato- con características
edafológicas distintas que matizarán tanto la tipología de los aprovechamientos como el
ganado que se introduzca en el terreno.

En las poblaciones de Sierra Morena, por ejemplo, con un medio físico


desfavorable compuesto de materiales silicios, pizarras y cuarcitas que dibujan un
paisaje agrario de tercer nivel79con predominio de pastos, monte bajo y encinar, la
ganadería preeminente será aquella que mayor adaptabilidad tenga al medio y que más
beneficios económicos, naturalmente, reporten a los ganaderos; en este caso la cabaña
ovina, caprina y porcina.

En la Campiña los fértiles suelos, extendidos sobre llanuras aluviales en terrazas


cuaternarias, marcarán la dedicación al secano-cerealista en grades latifundios roturados

78
Un indicador bastante fiable de la situación ganadera cordobesa a mediados de siglo lo encontramos en
un expediente del Gobierno Civil dirigido a la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de
Córdoba. Un pliego de 21 preguntas con el fin de establecer un estudio de la cuestión territorial. Las
relativas a la ganadería son las siguientes:
« 8ª ¿Qué capital movible, ó sea consistente en enseres, granos y ganado se gradúa q. posee
cada propietario ó arrendatario por medio de tierra cultiva?.A los labradores en grande ó sean todos
aquellos que tengan á su cuidado mas de cien fanegas de tierra, puede calcularse que necesitan en
enseres, ganados, a noventa rs. por fanega de tierra. Los labradores en pequeño, ó tienen un capital en
enseres mucho mayor que el que se ha dicho, ó no tienen ninguno, porque se valen pa las labores de
ganados que alquilan y solo necesitan el grano para la siembra.
11ª Abundan ó escacean los abonos en la Prova?. Como en ella no hacen uso los labradores mas
que de los estiércoles, no es posible abonar todas las tierras con ellos, y por lo tanto escacean.
12a Se gradúa que el ganado empleado en la labor es por lo general suficiente á las necesidades
de la agricultura ó necesita mas?. El ganado q. se emplea en la labor por base establecida es suficiente
para ella.
13a que vias especiales de comunicación interior son las q. mas falta hacen para ensanchar el
mercado de esa Provincia?Las de la Sierra que son las que se hallan casi intrasitables, y no solamente
para los pueblos de la Provincia sino también para a comunicación con Estremadura y principalmente la
conclusión de la carretera de Malaga.». J. del Moral Ruiz, La agricultura española a mediados del s.
XIX (1850-1870): Resultados de una encuesta agraria de la época. MINISTERIO DE AGRICULTURA,
Secretaria General Técnica 1.979, pp. 210-215.
79
M. RIVERA MATEOS, Explotación agraria…, pp. 11-17.
71
en casi su totalidad al tercio, siendo el ganado más útil, a la hora de remozar las grandes
extensiones de terrazgo, el bovino, más concretamente la yuntada de bueyes.

En pleno centro geográfico de Andalucía, se levanta la sierra de la Subbética


cordobesa cuya creación se remonta a las eras mesozoica y terciaria. Dada su estructura
y morfología los aprovechamientos más comunes se repartirán entre el cereal, el olivar
y una gran presencia de monte –encinar, chaparral…- por lo que encontraremos una
tipología ganadera más variada, con preeminencia del equino y de la cabaña porcina.

La comarca del Valle de Los Pedroches, situada en la zona septentrional de la


provincia sobre un batolito con forma de penillanura, de relieves planos y suaves lomas,
con una altitud media que oscila entre los 500 y 800 metros apta para la continuidad de
dehesas, encinares y cultivos cerealísticos, albergaron una ganadería más especializada
hacia la productividad cárnica y láctea que a la labor propiamente dicha, rasgo que se
acentuará a partir del siglo XX.

Otro indicador orientativo a la hora de entender la evolución de la ganadería


cordobesa de las décadas finiseculares, es el proceso desamortizador. La compra de
tierras por parte de nuevos propietarios trajo consigo la eliminación de las anticuadas
formas de régimen de tenencia y de explotación basado en el colonato y en el rentismo,
presentando un nuevo marco espacial-legislativo que sirviera para mejorar las
producciones de los campesinos más allá del autoconsumo. Desaparecieron la mayoría
de las tierras comunales, pastos, terrenos baldíos y ante las perspectivas de una buena
coyuntura los ganaderos aumentaron considerablemente sus explotaciones dando lugar a
un aprovechamiento más directo –más mercantilista-. El sistema al tercio dejaba una
hoja libre de producción recomendándose la plantación de leguminosas, forrajes, etc.,
para que el ganado pudiera alimentarse durante buena parte del año, acompañado de
raciones de pienso en la época de recolección, para compensar el déficit calórico que
conllevaba el esfuerzo del trabajo. Pero en unos sistemas de secano sin ninguna
incidencia del regadío, las tierras no pudieron soportar el ritmo productivo, que bajó en
gran manera, siendo inviable dicho aumento ganadero, por lo que a partir de 1.865,
vamos a asistir a un periodo de crisis que no remontará hasta la primera década del siglo
XX.

72
En tercer lugar, los sistemas de explotación marcaron el devenir pecuario de los
diferentes sectores regionales de la provincia. Los sistemas al tercio, año y vez, los
aprovechamientos olivareros, viñedos… necesitaban del ganado que más se ajustase,
por sus características zoomórficas, a los diferentes terrenos-cultivos para conseguir una
optimización del plantío, como veremos más adelante.

Evolución de la ganadería en la provincia de Córdoba

Una vez más, acudiremos a los amillaramientos para tratar de trazar un pequeño
esbozo del sector ganadero cordobés. Sabemos, como antes hemos indicado, que para el
estudio pormenorizado de cada uno de los partidos judiciales, estos datos en valores
absolutos y relativos presentan poca fiabilidad, mas como ésta no es la pretensión del
presente trabajo, creemos, no obstante, que para apreciar sus características a nivel
general, son una fuente de gran utilidad y punto de partida de futuros estudios de la
misma índole.

Durante el siglo XIX la ganadería actuó como complemento ideal de la


agricultura, a parte de interactuar en las tareas agrícolas, tirando del arado, removiendo
tierras, transportando los útiles, generando abono…, era fuente de alimento para la
economía doméstica. Por ello vamos a advertir, salvo en contadas ocasiones, como los
criadores de ganado eran también labradores80.

Para apreciar la significación que la ganadería tuvo en la provincia, observemos


como en el recorrido de 1.869-1.885 se produce un descenso generalizado en todas las
cabañas. En tan sólo 16 años los partidos judiciales pasaron de tener 164.305 animales a
133.849, o lo que es lo mismo una reducción de 30.456 cabezas. Concretando para cada
especie, vemos como las que más se resienten son las cabañas ovina y porcina, con unas
pérdidas de 16.317 y 6.250, respectivamente, seguidas de la caprina -3.128-, equinos81 -
2.835- y por último el vacuno con un descenso de 1.926 unidades. Se hace patente que

80
M. HORCAS GÁLVEZ, Baena en el siglo XIX. La crisis del Antiguo Régimen, Baena, 1.990, I, p.108.
81
Para poder apreciar con más claridad el volumen de pérdidas en este periodo hemos creído conveniente
integrar en el apartado equinos tanto al ganado caballar, mular como el asnal.
73
nos hallamos inmersos en plena crisis agropecuaria que tuvo su comienzo en 1.865 y se
alargaría hasta 1.905, cuando las diferencias a nivel comarcal se van a pronunciar de
una manera definitiva, configurando, a la postre, el mapa ganadero provincial.

Ajustándonos a las regiones naturales de la provincia tenemos la siguiente


distribución:

1º- La Campiña: Aguilar de la Frontera, Bujalance, Castro del Río, Córdoba,


Montilla, Montoro, Posadas y La Rambla (ver cuadro 8). Hay que destacar la
importancia que obtiene el vacuno pues nos encontramos en una zona latifundista
cerealista, con suelos tocos y muy difíciles de labrar, siendo por ello, el ganado más
apto para el laboreo.

Cuadro 7

EVOLUCIÓN DE LA GANADERÍA CORDOBESA

Fuente: Amillaramientos y Apéndices de amillaramientos. AHPCO. Elaboración propia. Datos: total del número de
cabezas de labor, granjería y a usos industriales.

74
Al margen de las tareas de arado y tiro, existía otro gasto de fuerza animal que se
necesitaba para el transporte de paja o grano que, aunque de vez en cuando, se
utilizaban mulas lo más propicio por la dificultad del terrazgo y los caminos eran las
yuntas de bueyes82.

Cuadro 8

EVOLUCIÓN DE LA GANADERÍA EN LA CAMPIÑA

Fuente: Amillaramientos y Apéndices de amillaramientos. AHPCO. Elaboración propia. Datos: total del número de
cabezas de labor, granjería y a usos industriales.

82
A. LÓPEZ ONTIVEROS, Emigración, propiedad y paisaje agrario en la Campiña de Córdoba,
Barcelona, 1.973, pp. 312-313.
75
El cerdo también era de primordial importancia pues su cometido no era otro
más que la alimentación.

La cabaña ovina se integraba de forma esencial en la explotación agraria, de la


que dependía en totalidad su dieta; se buscaba parte del abono necesario, carne, leche y
sus productos derivados y, en menor cantidad, lana, pues la que se obtenía era de mala
calidad.

En cuanto a la ganadería caballar notamos un descenso muy pronunciado en la


crianza del caballo en beneficio de los mulos y asnos, más idóneos para el trabajo
agrario. La campiña que durante la primera parte del siglo había sido foco de crianza del
caballo español para abastecer las caballerizas militares empezará a perder peso a costa
del mular y el asnal, preferidos para los usos agrícolas83.

2º- En Sierra Morena (cuadro 9) están enclavadas Fuenteovejuna y parte del partido
judicial de Montoro. Las grandes dehesas de encinar y alcornocal propiciaban la
existencia de una ganadería extensiva, sobretodo porcina y ovina, que tenían, en los
suelos poco productivos o de barbechos quinquenales -incluso de periodos más largos-,
una fuente de alimentación sin igual.

Hay que sumarle la existencia de abundantes pastos y terrenos forrajeros


destinados para el aprovechamiento de ovejas y cabrío, que además, se beneficiaban de
la trashumancia estival, gracias a la cañada real soriana que atravesaba el territorio y la
transtermitancia hacia terrenos cerealísticos campiñeses.

Tenemos que subrayar que nos encontramos ante una ganadería con un nivel de
importancia similar al de la agricultura, pero, en ningún caso, podemos hablar de
primacía, debido a la debilidad endémica de las razas que, por falta de conocimientos
zootécnicos, no permitían generar un ganado de alta productiva; asimismo, la nula

83
Este parecer nos lo resume perfectamente el G.E.R.H, «Parece que durante el primer tercio del siglo
XIX, el ganado caballar atravesaba por graves dificultades. A las consecuencias derivadas de la crisis de
utilización de pastos espontáneos, hay que sumar en este caso los efectos depredadores de la guerra de la
Independencia y, luego, de la Carlista; y no conviene perder de vista la creciente demanda de mulas que
necesitaba la expansión de los cultivos.» Contribución al análisis histórico de la ganadería española,
1.865-1.929, en Historia agraria de la España…, p. 243.

76
existencia de terrenos controlados –pastos, forraje…- afectaba, con demasiada
incidencia, la expansión de las cabañas en momentos coyunturales de crisis.

A finales del XIX, el establecimiento de las líneas ferroviarias, que conectaban


la zona con los principales núcleos comerciales del país y la creación de una cabaña
más especializada, como la porcina, permitieron el sostenimiento de un mercado lo
suficientemente sólido para la exportación de productos alimenticios.

Cuadro 9

EVOLUCIÓN DE LA GANADERÍA EN SIERRA MORENA

Fuente: Amillaramientos y Apéndices de amillaramientos. AHPCO. Elaboración propia. Datos: total del
número de cabezas de labor, granjería y a usos industriales.
77
3º- Baena, Cabra, Lucena, Priego de Córdoba, Rute, se localizan en la Subbética
cordobesa y los datos que refleja el cuadro 10 muestran una evolución regresiva de la
ganadería en estos territorios, exceptuando Baena, que pasará de tener en 1.868, 4.632
cabezas de ganado, a 11.300, en 1.881. A lo largo de todo el siglo XVIII, el sistema más
común de aprovechamiento era el cerealista, complementado por hectáreas de olivar,
viñedos y pequeñas huertas, pero que, a partir del estallido de la crisis agraria de mitad
del XIX, derivando hacia una especialización olivarera a costa del trigo, marcó el rumbo
a la distinción de la ganadería hacia este tipo de cultivo.

Un gran protagonista acaparó dicho cambio: la cabaña equina y porcina, que


adaptándose mejor a las necesidades que el campesino demandaba fueron aumentando
en número en detrimento del vacuno y ovino.

Cuadro10

EVOLUCIÓN DE LA GANADERÍA EN LAS SUBBÉTICAS

Fuente: Amillaramientos y Apéndices de amillaramientos. AHPCO. Elaboración propia. Datos: total del número de
cabezas de labor, granjería y a usos industriales.

4º- En el valle de los Pedroches y del Guadiato (cuadro 11) durante este periodo
el pastoreo de cabras y ovejas protagonizan el ejercicio dominante de los ganaderos de
la antigua comarca del condado de Belalcazar, y de Pozoblanco. Las extensiones de
pastos y dehesas, que a partir de 1.855 se acrecentan, como antes apuntábamos, por
causa de las desamortizaciones, acogieron rebaños ingentes que en el caso de Hinojosa

78
llegaron a alcanzar las 21.855 unidades en la década de los sesenta del siglo y las 16.100
cabezas en Pozoblanco. La cerda, que en estos años denota un ligero retroceso en ambas
localidades, se establecerá en Pozoblanco a partir de la centuria pasada un
aprovechamiento selectivo y especializado.

Por lo demás, el vacuno tiene un peso marginal en el conjunto de la ganadería de


los Pedroches pues su crianza estaba destinada al consumo cárnico y lácteo, a nivel
local y no como ganado a labor, función que acometía el mular y asnal en proporciones
cercanas al millar de cabezas para Hinojosa y la mitad en Pozoblanco.

Cuadro 11

EVOLUCIÓN DE LA GANADERÍA EN EL VALLE DE LOS PEDROCHES Y DEL


GUADIATO

Fuente: Amillaramientos y Apéndices de amillaramientos. AHPCO. Elaboración propia. Datos: total del número de
cabezas de labor, granjería y a usos industriales.

79
Destaca también en esta última población, el desarrollo de la apicultura, pues en
comparación con Baena, de tradición apicultora: «Pero no es necesario recurrir a
suposiciones cuando sabemos positivamente que la explotación de las colmenas tenía
un profundo arraigo en Baena. Hay desde antiguo ordenanzas que rigen el
establecimiento de las colmenas…»84, las cifras que se manejaban en Pozoblanco
indican la importancia que tuvieron que poseer dentro de la economía local.

El ganado equino

Ganado caballar

Desde época moderna la crianza del caballo español estaba muy extendida por
Andalucía y Extremadura. En Córdoba, este sector se localizaba en la Campiña pero hay
que apuntar que su uso casi nunca estuvo destinado al laboreo agrícola –se prefería el
ganado vacuno o mular –siendo preferente su uso para el abastecimiento de montura a
las tropas militares. Este caballo, de raza española85, que en la antigüedad era muy
apreciado por sus buena calidad y prestación en las contiendas había desaparecido por
las innumerables mezclas endogámicas en su crianza. Tal era la situación que en los
últimos decenios del siglo XIX se temió por su extinción, teniendo que legislar el
gobierno a tal efecto; la consecuencia fue la creación de unos depósitos que asegurasen
la pureza de la raza española con la salvaguarda de un número mínimo de sementales.
Se establecieron en 1.841 ocho depósitos, ubicados en Córdoba, Jaén, Granada, Sevilla,
Jerez, Badajoz, Toledo y León, ampliándose sucesivamente hasta los treinta ocho de
1.86486. Los máximos interesados en potenciar las cualidades del caballo español eran,
precisamente, los militares que veían con envidia la excelencia de las diferentes paradas

84
M. Horcas Gálvez, Baena en el…, p. 109.
85
« Bajo el epígrafe de Cría caballar, hallamos en el Diario de Córdoba el siguiente artículo:
Nuestros caballos de hoy no son los caballos de la antigüedad. Aquel precioso animal, que conducía á la
batalla al guerrero cargado de pesadas armaduras, que unía la fuerza yresistencia en la fatiga con la
velocidad en la carrera, ha desaparecido. No tenemos en el día, caballos que reunan estas circunstancias
porque los vemos continuamente fatigados y molidos bajo un ginete libre y desembarazado, que no lleva
ni yelmo ni coraza, rendidos y abrumados de cansancio en distancias cortas atravesadas á pequeñas
jornadas, habiendo llegado en fin á tal estado de decadencia y debilidad, que son en su mayor número
inútiles para laguerra, transportes y agricultura». C. RAULT Y RAMSAULT, A. FERNANDEZ DE
LOS RÍOS, «La Ganadería », El Agricultor español…, p. 231.
86
G.E.R.H, Contribución al análisis histórico…, pp.243-244.

80
europeas, y más en concreto la Alemana, que conservaba por estos años una raza de
caballos oriundos de España que mantenían pura su calidad y raza para ensalzar las
cortes de Viena. Mientras que los purasangres nacionales brillaban por su falta de fuerza
en trabajos continuados, su baja velocidad y su poca bravura.

Además de la pérdida de pureza, el estallido de las diferentes guerras acaecidas


durante la centuria pasada, provocaron un esquilmo de la cabaña, en aquellas
poblaciones de tradición caballar, como era el caso de Baena, Castro del Río, Bujalance,
Aguilar…, que diezmaron en grado máximo su número.

Pero tras una leve recuperación del sector se produjo la reestructuración de los
aprovechamientos agrícolas como consecuencia de los procesos desamortizadores. La
sustitución progresiva del cereal y el cambio del sistema al tercio por el de año y vez,
hicieron inviable la sostenibilidad de la crianza, que hoy día, prácticamente, se
encuentra desaparecida en la provincia.

Ganado mular y asnal

A fines del siglo XIX se produce el auge definitivo de este tipo de ganado de
labor, tras vencer innumerables renitencias derivadas de su origen híbrido y, sobre todo,
por su cada vez mayor implementación en el sector primario a costa del estancamiento
de la cabaña caballar.

Era, pues, considerado como el mejor equino agrícola, por su robustez y


alimentación, menos selectiva que la caballar; fue alcanzando la primacía entre el
campesinado cordobés, primero, en zonas de la sierra y subbéticas que por su
morfología, con plantíos de olivar en terrenos uniformes, pendientes cortadas etc., se
decantaron por este tipo de ganado. Más tarde, se fue introduciendo en la Campiña,
postergando a un segundo plano al vacuno –buey- cada vez más. La importancia que fue
adquiriendo durante la segunda mitad del siglo XIX se consolidó durante el XX, hasta la
generalización de la maquinaria agrícola. Hoy día, todavía es fácil recordar como hasta
hace pocos años, el 90 por ciento de las familias campesinas cordobesas tenían al
menos un burro o un asno. En los amillaramientos, por ejemplo, donde se recoge el

81
testimonio patrimonial agrario del campesinado, no es difícil encontrar personas cuya
única posesión declarable sea la tenencia de dicho animal.

Un hecho contradictorio es el referente a la labor legislativa. A pesar de que las


primeras ordenanzas estuvieron encaminadas a lograr su extinción para salvaguardar la
cría caballar, es por todos conocido que el mulo proviene del cruce entre dos especies -
caballo y burro- por tanto de naturaleza estéril, se vio beneficiado de la potenciación en
el desarrollo del caballo que secundariamente repercutía en él.

Mientras el mulo era utilizado para las labores de arado, carga de paja, aceituna,
tiro de carromatos, etc., el burro, además de utilizarse también para las dichas faenas,
tenía un uso más particularizante como era el transporte de los utensilios y de las
propias personas. Lo normal en cortijos que distaban pocos kilómetros de la población
era el trasiego diario de los campesinos desde su domicilio al plantío, para ello el mejor
medio disponible fue el burro. Y aunque los labradores permanecieran el año agrario en
los cortijos siempre existían en las cuadras unos cuantos ejemplares.

Ganado vacuno

Uno de los puntos más importantes que afectaba al campesino para obtener una
buena explotación agraria, es sin duda, la elección de un buen ganado, pues no todos los
animales prosperan por igual en todas partes, por lo tanto, lo idóneo es que haya una
relación directa entre ellos y las localidades, es decir, plantear si la elección va a generar
los resultados previstos, o si van a resultar rentables el desembolso por su compra o cría.

Varias son las atribuciones que desempeña el ganado vacuno, por un lado, la
principal, el trabajo, como fuente de alimentos y por último también para ser lidiado en
la suerte del toreo.

Los grandes latifundios campiñeses de secano cerealista, como antes apuntamos,


de tierras profundas y toscas necesitaban de un ganado esforzado que pudiera soportar
la dureza del terreno, no sólo ya el de los propios plantíos, sino el provocado por el
tránsito en las veredas, tirando de la carga por medio de carromatos, a grandes
distancias.

82
Se buscarán reses de constitución recia, cuyo crecimiento sea rápido y engorden
con facilidad, de piel gruesa, dura y cubierta de pelo, para una mejor resistencia a los
factores climáticos, que aguanten trabajos fuertes y se alimenten con medianas raciones
de paja, hierbas, grano y semillas, que en muchas veces, llegan a ser insuficientes.

A raíz de la regresión del vacuno por el mular, los ganaderos seguirán criando
reses pero ya enfocados no tanto para el trabajo agrícola sino como fuente de alimentos.

Ganado porcino

La cría de cerdos era unos de los complementos más importantes para la


alimentación del campesinado finisecular. En casi todos los cortijos y casas de los
pueblos y en muchas de las ciudades, existían varios puercos destinados para la matanza
y su posterior utilización alimenticia.

Existían dos formas de crianza, por una parte estaban los grandes propietarios
que constituían piaras enteras y el pequeño labrador, de pocas tierras que posee uno o
dos ejemplares para cubrir sus necesidades familiares.

El cerdo español-típico de las dehesas extremeñas- poseía una morfología muy


característica y diferenciada del puerco chino, anglo-chino y de Siam, con cabeza y
hocico cortos pero anchos, vivacidad en los ojos, las orejas gruesas y bastante largas, el
cuello también grueso pero corto, el dorso y el lomo anchos, el vientre algo caído; y en
conjunto una figura alargada y cilíndrica de patas gruesas, cortas y rectas87.

El cebado solía hacerse por lo general en la primavera y en el invierno, aunque


bajo circunstancias climáticas especiales, podía comenzar desde principios de otoño y
durante el invierno. Si el tiempo era o muy frío o muy caluroso el cebado le pudiera ser
perjudicial.

Por su poca delicadeza a la hora de ingerir alimentos, se podían utilizar en su


cebo casi todo tipo de sustancias vegetales y animales, aunque el modo variará de una
población a otra según los aprovechamientos disponibles, por ejemplo, en algunas
87
C. RAULT Y RAMSAULT, A. FERNANDEZ DE LOS RÍOS, «La Ganadería », El Agricultor
español…, pp. 468-469.
83
comarcas se aprovechaban la bellota, los pastos, los olivos etc.,y, simplemente, se les
alimentaba con los desperdicios alimenticios del consumo humano.

Una vez cebados y completado el proceso de desarrollo estaban listos para su


consumo, ante lo cuál, se optaba por su venta en ferias y mercados o se disponía para la
matanza88 y el consiguiente aprovechamiento cárnico del animal.

Ganado ovicaprino

El objetivo principal de esta cabaña, era el aprovechamiento lanar, -de distinta


calidad dependiendo de la raza, la carne- y los productos derivados de su leche.

Su manutención se realizaba a partir de rebaños que salían a pastar, bien en


tierras comunales, bien en la tercera hoja del tercio. Se alimentaba en el propio terreno
y, a su vez, estercolaban los plantíos en régimen de descanso. Se podían realizar una
trashumancia o transtermitancia dependiendo de la fuerza del terreno.

Su decadencia la datamos a finales del siglo XIX, por la progresiva desaparición


de los terrenos comunales y las principales cañadas reales, lo que ocasionó no pocos
enfrentamientos entre ganaderos y agricultores y ganaderos contra las corporaciones
municipales, pues veían como se reducían el número de fanegas de terreno dedicado al
pastoreo.

También en esta cabaña, encontramos hoy día reminiscencias del pasado, pues
según comenta López Ontiveros: «[…] incluso en la actualidad, sigue en gran parte

88
Hasta no hace muchos años seguía vigente en muchos pueblos, a nivel familiar, la tradición matadera
heredada del siglo XIX, aunque, como es de suponer, con las diferencias sanitarias propias de la época
moderna. La matanza se realiza en los meses de Diciembre o principios de Enero y en resumen, el
proceso era el siguiente: A las 5 de la mañana, más o menos, se encendía el fuego, se ponía a hervir agua
y se preparaban todos los condimentos necesarios para los embutidos y demás productos que resultasen.
Unas horas después se transportaban los cochinos al lugar acondicionado para darle muerte; de ésta se
encargaba el matarife, el cuál, de una certera puñalada atravesaba el corazón del animal por el cuello, la
sangra que manaba a borbotones se recogía en un cuenco mientras se iba moviendo para impedir la
coagulación. Una vez muerto y desangrado, se introducía en una especie de contenedor para su
escaldamiento y rapado capilar con cuchillas, tras lo cual se producía el despiece en partes, según los
gustos y preferencias del dueño. A su vez se empezaban a preparar, el embutido de los chorizos,
morcillas, y el sangrado y salado de los jamones.
84
incólume la costumbre de beber leche de cabra y de asegurarse de una forma o de otra
la tenencia de alguno de estos animales».

Otro tipo de recursos: las colmenas, palomares y gallinas

Por último destacar la incidencia de otros recursos ganaderos, que para la


provincia de Córdoba tuvieron poco peso: la apicultura y la colombofilia. En cuanto al
establecimiento de palomares en la provincia sólo tres partidos judiciales – Bujalance,
Castro del Río y Fuenteovejuna- albergaban un número limitado. Su cría tenía como fin
el aprovechar la grasa, plumas y carne, que servían tanto para el consumo humano como
para fabricar piensos para los animales domésticos, sobre todo, cerdos.

Cuadro 12

EVOLUCIÓN DE COLMENAS Y PALOMARES

Fuente: Amillaramientos y Apéndices de amillaramientos. AHPCO. Elaboración propia.

Su carne, frecuentemente consumida, era más barata que la de cualquier otro


animal, pero lo que otrora fue complemento a la economía doméstica, hoy en día no se
práctica en casi ningún lugar de nuestra provincia, salvo excepciones aisladas. Su
85
declive sobrevino con la roturación de nuevas tierras y cultivos provocando enormes
pérdidas en las cosechas por la ingestión del grano lo que llevó a las autoridades a
legislar de una manera tajante y restringente en contra de este animal, un ejemplo claro,
lo encontramos en 1.784 con la publicación de unas ordenanzas que especificaban el
cierre de palomares y la colocación de redes, cerrando los mismos en los meses de julio
a noviembre, impidiendo con ello la salida de las palomas al campo y evitar así que
mermasen el grano.

El tratamiento de la abeja estuvo más desarrollado en este periodo -1.868 /


1.885- que el de los palomares; lo podemos encontrar en 7 capitales judiciales de la
provincia y en número mayor. Montoro, con 2.155 colmenas en 1.855 es el principal
foco productor de miel de la provincia, seguido a bastante distancia por Pozoblanco89
con 1.000 cajas.

Para finalizar, la cría de gallinas se practicaba en todas las explotaciones agrarias


y en la mayoría de las casas familiares. Su aprovechamiento tenía dos vías: el consumo
de carne o de huevos. Esta segunda causa era la más común por razones económicas.

Los huevos podían ser seleccionados para cría o para consumo humano,
dependiendo de las necesidades del agricultor. Los meses de marzo y abril eran los más
propicios para la incubación, eligiéndose cada día los más grandes y largos con
preferencia sobre los redondos, desechando los que después de treinta días no
mostraban ningún resultado.

Para su conservación90, se recomendaba no almacenarlos en tinas pues solían


echarse a perder y tomaban un gusto enrarecido. Había que guardarlos en cestas o
canastos con una fina capa de ceniza, en las que se depositaban los huevos con la punta
hacia arriba, se cubrían con otra capa de ceniza y sobre ella se colocaba otro lecho de
huevos y así sucesivamente. Aunque lo normal es que en cada lugar hubiera una forma
particular de poner a buen recaudo uno de lo soportes alimenticios más importantes de

89
Según datos de la Comisión especial de estadística para 1.881.
90
Otros métodos aconsejados de conservación era la de verter una pasta de yeso sobre un recipiente y
sobre ésta colocarlos. Otro, importado de Escocia, se realizaba mediante la inmersión del huevo en agua
hirviendo para solidificar la parte de la clara que estaba en contacto con la cascara, para crear una película
impermeable y aislante que preservara el huevo de la descomposición. C. RAULT Y RAMSAULT, A.
FERNANDEZ DE LOS RÍOS, El Agricultor español…, pp. 378-379.
86
la familia, sobretodo, en tiempos de sequía donde las malas cosechas eran sinónimos de
periodos con presencia del hambre.

INDUSTRIA

En Andalucía, se distinguen dos visiones sobre su industrialización y


desindustrialización decimonónicas. La clásica, surgida con las primeras
investigaciones sobre esta cuestión en los años setenta del siglo XX, defensora de que
esta región protagonizó un proceso de industrialización similar al de otras zonas de
Europa que, sin embargo, se frustró a fines del siglo XIX, lo cual profundizó aún más el
secular atraso económico andaluz. Y, otra iniciada en la década de los noventa del siglo
pasado, cuando la investigación había experimentado importantes avances, que aporta
una visión consistente en destacar que el proceso industrializador fue siempre débil,
llegándose incluso a mantener la inexistencia del mismo en Andalucía -al considerar
que no emergió un orden social en el que la actividad industrial fuese dominante, a lo
que se añade que el proceso de descomposición y transformación de la sociedad
andaluza hacia la sociedad industrial brilló por su ausencia, al mismo tiempo que se
afianzó el carácter primario de su economía y otros territorios (caso del catalán y el
vasco) se desarrollaron como centros industriales abastecedores de la propia región
andaluza-; asimismo, se plantea que resultaría más apropiado constatar la presencia de
un proceso histórico distinto al que da lugar a la industrialización de otras zonas. De
esta forma, tampoco se puede hablar de falta de desarrollo, aborto o frustración,
debiéndose más bien distinguir las causas por las que se careció de un proceso
industrializador del conjunto regional andaluz, analizando los obstáculos con los que
tropezaron las transformaciones necesarias para preparar las vías de la industrialización,
además de indagar los mecanismos de apropiación, distribución y utilización del
excedente en el Antiguo Régimen y durante su tránsito al nuevo, y determinar cuáles
fueron las relaciones entre la evolución de la estructura económica andaluza y la que de
los territorios que iban a acceder a la industrialización91.

91
A. PAREJO BARRANCO, La producción industrial de Andalucía, 1830-1935, Sevilla, 1997, vid.
etiam "Andalucía en la industrialización de las regiones españolas (finales del siglo XVIII-finales del
87
Estas nuevas interpretaciones toman como base de sus razonamientos la
constatación de la existencia de un sector avanzado que convivía con otro tradicional en
el mismo marco social, económico y político.

Índices de intensidad industrial por Comunidades Autonómicas92

En cuanto al índice de
intensidad industrial, los resultados
son extremadamente interesantes. Se
parte de una situación de escasa
desigualdad, con sólo dos regiones —
Cantabria y Cataluña— netamente por
encima de la media (el doble), y
diversas regiones algo por encima o
algo por debajo. Pocas zonas, y poco
pobladas, eran las que destacaban
como menos industriales. Como observamos, Andalucía, en 1.850, ocupaba así un
noveno puesto en el ranking de industrialización nacional, muy por encima del País
Vasco, Navarra, Valencia, que, a principios del novecientos serán las comunidades
protagonistas del auge industrializador. Según se sabe, ello era consecuencia, en gran
medida, de las iniciativas constructoras ferroviarias en manos de capitales extranjeros,
el auge de la minería, la desamortización y las nuevas leyes de la banca93.

En 1.900 la varianza se ha multiplicado por más de siete, y sólo dos regiones se


sitúan por encima de la media, pero en proporciones muy altas. El País Vasco casi
cinco veces y Cataluña, tres. La industria nueva se ha concentrado, entre 1850 y 1900,

siglo XX)", en M. GONZÁLEZ DE MOLINA y A. PAREJO (Eds.), La historia de Andalucía a debate.


III. Industrialización y desindustrialización de Andalucía, Barcelona, 2004, pp. 46-57 y M. DELGADO
CABEZA "¿Industrialización y desindustrialización? Reflexiones en torno a la historia económica de
Andalucía", en Ibid., pp. 59-76.
92
A. CARRERAS y X. TAFUNELL (Coords.), Industria, en Estadísticas históricas de España: siglos
XIX – XX, Madrid, 2.005, p. 371.
93
En referencia, como es harto sabido, al atraso industrial español con respecto a otros países europeos
es sintomático, la poca presencia de datos sobre esta cuestión -una página- en la Reseña geográfico -
estadística de España, de 1.868 donde simplemente apunta este hecho: “Muy léjos está la industria fabril
española de competir con la de las principales naciones de Europa; mas, limitada hace medio siglo á
Cataluña y algunas ciudades ó comarcas especiales, es un hecho que se va desarrollando y acrecentando
sucesivamente.” F. CABALLERO, Madrid, 1.868, p. 85.
88
en estas dos regiones, que son las que se han industrializado. El resto ha bajado su
intensidad industrial en la mayoría de casos. Resisten Asturias, Comunidad Valenciana,
Madrid y Navarra. La industrialización detectada en el solar español se produjo,
conforme es obvio recordar, particularmente en Cataluña y País Vasco.

Respecto a Andalucía, recordemos que nunca existió en el siglo XIX una


actividad industrial que marcase el camino hacia la modernización, ni el sector
secundario llegó a representar porcentajes significativos en una estructura sectorial que
siguió dominada por una agricultura de baja productividad. Empero, es posible olvidar,
el carácter precursor y modélico de determinadas experiencias fabriles, materializadas a
imitación del modelo británico; pero tampoco su dimensión puntual y localizada, ni su
escasa incardinación en un tejido productivo regional demasiado ajeno a las
transformaciones —agrarias, de distribución de la renta, de capacitación empresarial—
que entonces comenzaban a caracterizar a otros territorios, dentro y fuera de España.
Por tales razones, las industrias líderes que alumbraron la primera revolución
tecnológica en Andalucía, apenas tuvieron que ver —ni en número, sistemas de
organización, ni mucho menos en sus resultados— con las restantes expresiones
fabriles que, contemporáneamente —caso del textil catalán—, o algunas décadas más
tarde —la siderometalúrgica vasca—, se convertirían en actividades claves en cada una
de las regiones citadas94.

LA INDUSTRIA EN LA PROVINCIA DE CÓRDOBA

Tras tan esquemática reseña panorámica, diremos ahora que, para el estudio de
la situación industrial en la provincia, resueltas las dificultades halladas a la hora de
localizar documentación, tanto de carácter general como específica de naturaleza fiscal
que nos proporcionen unos datos mínimos para abordar un análisis cuantitativo de la
cuestión con las menores carencias posibles. Una fuente de frecuente consulta por la
historiografía la encontramos en los Anuarios Estadísticos de España, pero,
lamentablemente, la serie de publicaciones presenta grandes lagunas en los primeros
años de su historia, produciéndose saltos que, en algunos casos, corresponden a

94
A. PAREJO BARRANCO, La producción industrial…, pp.75-79.
89
períodos de más de 20 años, durante los cuales no se publicaron. Así, nos encontramos
con un intervalo de 22 años desde la redacción del de 1.868 hasta el de 1.88895, y 24
años desde este último hasta el siguiente, que se realizó en 1.91296. Sólo los Censos de
población -1.868, 1.887 y 1.900- nos fueron útiles a la hora de abordar la situación
socio-profesional de la provincia. En ambos censos aparecen tablas que recogen la
clasificación de las profesiones, que para esos años, estaban presentes. El ordenamiento
establece la comparación entre hombres y mujeres y comprende tanto la capital como
todos los pueblos del término cordobés.

Tampoco fue de mucha utilidad la cata realizada en los registros fiscales locales
pues a la escasez ya aludida hay que sumarle la intrascendencia de las fuentes
disponibles. De ahí que, hemos estimado oportuno optar por el análisis de otro tipo de
documentación no específicamente de naturaleza fiscal, como son los datos publicados
en memorias, guías o periódicos de la ciudad, que, en gran medida, ayudan a la hora de
esbozar de manera orientativa la situación y desarrollo de la economía, y, más
concretamente, de la industria cordobesa de la segunda mitad del XIX.

Así pues, de las fuentes existentes destacamos: la Memoria sobre el estado


actual de la agricultura, industria rural y ganadería de la provincia de Córdoba97, que,

95
En este año -1.888- no se público el Anuario Estadísticos por problemas económicos. Por ello se
redactó una Reseña geográfica y estadística de España, que, sin embargo, es de poca utilidad debido a la
falta de datos específicos: “En la imposibilidad de formar resúmenes por tarifas y provincias de la
Estadística de la contribución industrial y de comercio del año económico de 1.878-1.879, publicada por
la Dirección general de contribuciones, ha sido preciso limitar las noticias relativas á la expresada
contribución á un resumen general de los correspondientes á la sección 5ª, ó sea á la fabricación […]
se hace también advertencia de haberse prescindido de comparaciones con la Estadística de 1.863, por
las alteraciones […] de algunas industrias y el aumento de otras […] por las razones indicadas se
ha prescindido de insertar los datos relativos á la Industria, Comercio, Profesiones, Artes y Oficios […]”
Madrid, 1.888, p. 704.

96
La información sobre los Anuarios Estadísticos referente a su periodicidad, naturaleza, contenido…, se
halla digitalizada y publicada para su consulta en la base de datos de la web del Instituto Nacional de
Estadística –INE-. http://www.ine.es/inebaseweb/libros.do?tntp=25687
97
J. de D. PUENTE, en Memorias de la Escuela General de Agricultura, Zaragoza, 1.856-1.892. Obra
facticia que contiene: Memoria correspondiente al curso académico de 1886 Á 1887 / Instituto Agrícola
de Alfonso XII, Escuela General de Agricultura, por el director del establecimiento José de Arce,
Madrid, [s.n.], 1.892 (Tip. de Manuel Ginés Hernández), 1.892, 183 p., [1] p. pleg.; Memoria
90
nos proporciona información sobre los costes de la jornada laboral en diferentes
municipios; nos indica el volumen de producción, tipología de cultivos como el olivo,
trigo y la vid, exportaciones de vino, y, un aporte revelador sobre la decadencia de la
industria de la seda en el término de Priego. De importancia es también el
Interrogatorio realizado por la Junta de Agricultura, Industria y Comercio a
personalidades98 del ámbito económico cordobés en el que se detallan, entre otros, el
tipo de salario según el cultivo trabajado, la cantidad de jornaleros y la producción de
aceite. Otras obras que nos han sido de gran utilidad para el esbozo económico de la
ciudad de la Mezquita son las Guías. La primera, publicada, en 1.875, por José Cosano
y Rodríguez, que, a pesar de ser una obra incompleta, detalla por orden alfabético los
pueblos de la provincia hasta la capital. La siguiente publicada en 1.891 por Manuel
Cabronero, está dividida en dos partes99: una primera que traza una descripción de la
provincia incidiendo en datos geográficos y estadísticos, y, hacia la mitad de la obra, se
sigue el esquema de la anterior guía, ordenando, en este caso, los Ayuntamientos
aportando datos sobre las industrias, profesiones, recintos culturales… locales. Pese a
algunas carencias, que el propio autor reconoce, es de indudable utilidad al aportar

correspondiente al curso académico de 1.889-90, Instituto Agrícola de Alfonso XII, Escuela General de
Agricultura, por el director del establecimiento José de Arce, Madrid, [s.n.], 1.892 (Tip. de Manuel
Ginés Hernández), 84 p., [1] p. pleg.; Índice, Real decreto creando la Escuela Central de Agricultura:
reglamentos orgánicos de la misma..., Madrid, Imprenta Nacional, 1.856, 28 p., [1] h. de lám.; Memoria
sobre el estado actual de la agricultura, industria rural y ganadería en la provincia de Córdoba, por Juan
de Dios de la Puente y Rocha…, Córdoba, Imp., lib. y litog. del Diario de Córdoba, 1.875, 58 p.;
Memoria sobre el estado actual de la agricultura, artes é industrias agrícolas y mejoras que pueden
introducirse: provincia de Burgos, escrita por Marcial Prieto Ramos, Burgos, Imp. y estereotipia de Polo,
1.876, 47 p.; Informe sobre el estado actual de la agricultura en la provincia de Burgos, por Marcial
Prieto Ramos, Burgos, Imp. de la Viuda É Hijo de T. Santamaría, 1.878, 81 p.; Memoria sobre la causa
que impide a las provincias centrales crecer en riqueza y población, por Crisanto Herrero Alegre,
Palencia, Imp. de Peralta y Menéndez, 1.876, 34 p.; Reseña de la agricultura en Inglaterra y en varios
países, por Francisco de Reynoso, Madrid, [s.n.], 1.897 (Tip. de Tomás Minuesa de los Ríos), 34 p.
98
Los participantes en el interrogatorio fueron: Pedro López, Antonio Quintana, Juan María Conde y
Juan de Dios de la Puente.
99
En palabras del autor la obra tenía como “[…] principal misión es fomentar la industria y el comercio
facilitando relaciones al productor, al industrial y al comerciante; llevar á todas partes infinidad de
datos necesitados á cada momento en la vida de los negocios, evitando gran pérdida de tiempo y las
molestias que origina su adquisición, y presentar en conjunto noticias conocimientos que fuera de este
libro solo se ven aislados y son por consiguiente menos útiles.[…] con noticias y datos de interés para el
agricultor, el industrial, el comerciante, el hombre de negocios por insignificantes que estos sean, y el
funcionario público […]” Guía de Córdoba y su Provincia para 1.891 y 1.892, Córdoba, 1.891, p. 5.
91
informaciones concretas del número de fábricas, molinos aceiteros y harineros,
negocios de variada índole, etc.100

Asimismo, hemos consultado una Memoria leída en la Asamblea General


Ordinaria celebrada el día 20 de Diciembre de 1.890, de la Cámara de Comercio e
Industria de Córdoba101, en la que se refleja el estado de crisis de la industria platera y
las quejas de los fabricantes aceiteros ante la subida del arancel para los productos
extranjeros. A consecuencia del traslado desde «Gran Capitán» a la sede actual en la
calle Pérez de Castro en 1.955 se perdió gran parte de su archivo histórico, los primeros
Boletines de la Cámara de Comercio de tirada quincenal, entre ellos, sin duda, una gran
pérdida a la hora de estudiar la historia de la Cámara y, cómo no, la historia económica
de la provincia y de sus empresarios.

Así pues, para el presente estudio, dada la documentación localizada,


consideramos las fechas: 1.868, 1.887, 1.891 y 1.900 como el eje en el que vertebrar el
análisis del sector industrial.

Tras este obligado preámbulo, comencemos por recordar que la economía


cordobesa seguía dependiendo casi en exclusividad de la agricultura. A través del
seguimiento de las noticias financieras de la ciudad en el Diario de Córdoba,

100
En 1.872 Arístides Sáenz de Urraca publicó una Guía de Córdoba y su provincia centrada casi
exclusivamente en una reseña histórica de la capital y un apartado final donde incluía los pueblos más
importantes de la provincia. La hemos desechado por su escasa aportación a los temas económicos y por
la gran cantidad de errores que contiene.
101
Fundada por D. Carlos Carbonell y Morand como libre asociación de empresarios el 16 de Septiembre
de 1.886, con 204 socios. Adquirió el carácter de oficial al acogerse a las disposiciones del Real Decreto
de 9 de abril de 1.886 y que, tras los trámites oportunos, quedó constituida como Cámara Oficial de
Comercio e Industria de Córdoba el 29 de octubre de 1.886 tomando, desde entonces, el carácter de
Corporación Pública. Su primera Junta Directiva fue la siguiente:
Presidente: Don Rafael López Amigo.
Vicepresidente: Don Carlos Carbonell y Morand.
Tesorero: Don Antonio Carrasco y Luque.
Contador: Don Rafael González Ripoll.
Vocales: Don José Furriel y Valenzuela; Don Emilio Carreño; Don Félix Castro y Mata; Don José
Sánchez Ocaña; Don José Martínez Sáenz; Don Vicente de Luque Vaquerizo; Don José Alfaya y Soto;
Don Manuel Sidro de la Torre; Don Antonio María Martínez; y Don Evaristo Manuel Velasco y
Villaescusa. CÁMARA DE COMERCIO E INDUSTRIA DE CÓRDOBA, Historia de la Cámara de
comercio e industria de Córdoba [en línea],
http://www.camaracordoba.com/camara.php?cte=1&codigo=62; vid etiam, T. ROMERO ATELA, La
Cámara de comercio de Córdoba: La era Carbonell 1.899-1.917, en ACTAS DEL II CONGRESO DE
HISTORIA DE ANDALUCIA, Andalucía Contemporánea II, Córdoba, 1.991, T. 11, p. 417.
92
observamos como presentaban poca variedad, centrándose en los aspectos agrícolas o
mineros y, en algunos casos, en las noticias de, para muchos, la esperanza que
impulsara los negocios y dinamizara la estancada situación socio-económica de la
ciudad: el ferrocarril102. A su vez, la industria existente era muy arcaica y poco
diversificada, reduciéndose a especialidades que algunos pueblos habían tenido desde
antaño, tales como la construcción de tinajas y belenes en Lucena, la de ollas y carne de
membrillo de Puente Genil, la alfarería de La Rambla, y, a excepción de alguna otra
fábrica como la de sombreros del Sr. Sánchez Peña -23 de agosto de 1.846-, la de paños
del Sr. Aparicio, algunas de fósforos, siendo la mejor la de D. Eduardo Álvarez que a la
vez fabricaba jabones y algunas otras manufacturas de esta misma especie; en la
provincia es digna de mención la fábrica de sombreros de los Sres. Ruiz, de Priego de
Córdoba.

Existían numerosas fábricas de aceite y de vino, pero en las que no se


introducían adelantos algunos; no había estímulos en mejorar los artículos, con lo que
en muchos casos, sucedía que vendían las materias primas a otros puntos donde se
trabajaban, y se importaban, en ocasiones, llegando a producirse pérdidas de hasta mil
por uno; tal caso sucedía con los vinos de Montilla y Moriles, que se exportaban con los
nombres de Jerez, Champaña, etc., o con los aceites, que exportados a treinta o cuarenta
reales la arroba, luego se compraban en jabones o artículos cosméticos a precios
triplicados en el mejor de los casos103.

102
R. CASTEJÓN MONTIJANO, La casa Carbonell de Córdoba 1.866-1.918. Génesis y desarrollo de
una Sociedad Mercantil e Industrial en Andalucía, Córdoba, 1.977, p. 44.
103
“La causa de estos males consiste en que el productor vende al «comerciante y no quiere ser
comerciante al mismo tiempo, que siendo así tendría estimulo, estudiaría y buscaría el medio de que sus
productos fueran los mejores de la plaza; una sola escepcion tenemos quehacer en el estudioso jóven D.
Rafael Ceballos Alvarez, que ha querido honrarse con los dos titulos de productor y comerciante, el cual
con muy pocas operaciones mas de las que comunmente se practican ha logrado presentar los mejores
aceites de la provincia, cabiéndole la satisfacción de que sean buscados con afan de todas partes y que
sean premiados en las esposiciones que los ha espuesto.
En lo demás, el espíritu encojido y desconfiado de esta provincia, hace que los capitales se
encuentren ocultos, y no hay uno solo que esponga lo mas mínimo si no ve una ganancia segura,
palpable, evidente; aquí si hay una gran riqueza es porque el suelo es demasiado fértil y no porque se
adquiera por las vias naturales, cuales son el trabajo y el capital.
Y tan imbuida está esta ignorancia en todos, que nadie espone sus productos con franqueza, nadie
dá publicidad á su comercio, porque la publicación le es costosa y no saben si se resarcirán de estos
gastos.
Por todas estas razones vemos desperdiciarse lastimosamente tantas fuentes de riqueza con que nos
dotara la Providencia, vemos perderse caudalosos ríos, de cuyas arenas solo los Fenicios sacaban
93
Consecuencia del desbarajuste y la primacía del sector primario no se detectará
en esta etapa una evolución social ni laboral que palie los desequilibrios económicos
lastrados desde el Antiguo Régimen. Iniciativas empresariales puntuales, a excepción,
claro está, de la fundación de la Casa Carbonell en 1.866, no cambiaran el panorama
deprimente del sector empresarial cordobés.

Al hablar de la representatividad de la industrial fabril desde 1.868 la capital


presenta un mayor grado de diversificación que en el resto de la provincia, en la que, en
muchos casos, podemos decir que es testimonial o prácticamente inexistente. En 1.868,
en la capital, el 46.11 % de la población activa se concentraba en el sector primario
repartido de la siguiente manera: un 45.79% en la agricultura, un 0.16% en la ganadería
y en la minería el 0.11% restante. Situación que no va a mejorar a principios de siglo,
ya que nos vamos a encontrar con un aumento del 3.77% de la población activa inserta
en el sector primario.

Cuadro 1. ESTRUCTURA SOCIOPROFESIONAL DE CÓRDOBA CAPITAL 1.868 y 1.900

Fuente: J.M. CUENCA TORIBIO, Historia de Córdoba…, pp.125-126.


AMC., Padrón domiciliario de 1.868, caja 196; Padrón domiciliario de 1.900, caja 197.
Elaboración propia.

Pero si los datos para la ocupación de la población en la capital reflejan un


inmovilismo industrial, en la provincia el predominio agrícola es aún más evidente,
albergando más del 57% del total de jornaleros para 1.887104.

riquezas, sin mover una sola máquina, ni regar mas que escasas huertas.” YODOB ASIUL, La
indispensable guía de Córdoba y su provincia para el año de 1.875, Córdoba, 1.875, pp. 4-5.

104
INE, Censos de Población, 1.887, pp. 476-479.
94
Como vemos, las industrias establecidas en la provincia cordobesa se
concentraban en el sector agro-alimentario, destacando la producción y manufacturas
derivadas del olivo con más del 55% - salvo Lucena, Fuenteovejuna, Hinojosa, Posadas
y Córdoba capital- seguidas de las mineras y, a mucha distancia, las químicas. La
presencia industrial va a depender de las condiciones orográficas. Tal es el caso, del
Valle de los Pedroches cuya actividad va a estar encaminada hacia la minería y las
tareas ganaderas.

Siguiendo la división industrial por mancomunidades, las zonas que mostraban


mayor peso fabril eran la Campiña – en base sobre todo a su mayor extensión
territorial- y las Subbéticas, seguida a muy poca distancia por la capital, que en esos
momentos se encontraba sumergida en plena explosión demográfica, con más del 20%
y, con menor actividad se encontraba las áreas del Valle del Guadiato y el Valle de los
Pedroches, con apenas un 8,4%.

En referencia a las cabezas de partido, los municipios con mayor representación


fabril en 1.891eran: Montoro y Lucena, con un 13% del total, Baena y Montilla, con un
10%, Aguilar, Rute y Cabra el 7%, Bujalance, Castro y la Rambla con el 6%, hasta
llegar a Fuenteovejuna e Hinojosa que no superaban el 2%. Dato importante es el que
nos muestra que, aunque testimonial, en todos los municipios cabeza de partido existía
actividad fabril si bien en algunos casos fuera residual, pues hay que señalar que en más
de diez municipios de la provincia no se registró ni una sola fábrica.

Cuadro 2. REPRESENTACIÓN FABRIL EN LAS CABEZAS DE PARTIDO JUDICIAL. 1.891

Fuente: M. CABRONERO, Guía de Córdoba…, Córdoba, 1.891. Elaboración propia.

95
Pasemos ahora, con trazos muy bastos, a pergeñar la tipología industrial. Como
anteriormente dijimos, nos encontramos ante una provincia en la que apenas se
encuentran presentes los sectores secundarios y terciarios, por lo que la actividad fabril
va a girar en torno a las tareas y manufacturas del campo, que estarán vigentes en todas
y cada una de las cabezas de partido con una mayor representatividad que otras.
Subdividiendo la clasificación por zonas geográficas hablamos en primer lugar de:

• La Campiña: Hay un predominio absoluto de la molienda de la aceituna,


como consecuencia de los beneficios que ya están dando los plantíos olivareros que se
empezaron a cultivar intensivamente a finales de 1.830, a costa de reducir los
aprovechamientos cerealísticos. Montilla y Aguilar de la Frontera -con un 29% y 28%
del total- son los municipios que aglutinan mayor cantidad de molinos de aceite105
seguidos de Baena (17%), La Rambla (13%), Castro del Río (8%) y Posadas (5%).
Destacan las dos primeras poblaciones, que suministraban aceites al resto de la
provincia y exportaban al exterior. De ahí, que en sus términos municipales se
establecerían, en el caso de Montilla, 86 molinos aceiteros y 82 en Aguilar. En el otro
extremo se situa Castro del Río, que a pesar de tener un número poco elevado de
molinos (23), constituía su principal actividad industrial, aunque ya para 1.891 la
superficie destinada para el olivar se duplicaría con el aumento demográfico
significativo (73,6 % de la población activa destinada a faenas agrícolas) el número de
fábricas disminuyó en pocos años. Hay que recordar que Castro contaba con 32 molinos
y 6 presas en 1.867 una menos que la encontramos en 1.871106.

La elaboración de bebidas alcohólicas alcanzó un grado significativo en el área


montillense en la que se constatan para este periodo un elevado número de alambiques
con lo podía producir lo suficiente como para su exportación. En los restantes pueblos
campiñeses la aparición de fábricas de aguardientes tienen registros testimoniales, pues
su funcionamiento estaba destinado para el autoabastecimiento local, llegando en

105
“A lo largo de los siglos XVIII y XIX el viñedo como cultivo retrocedió ante el empuje del olivar,
concentrándose en zonas que son hoy muy características de los vinos andaluces en donde se ampliaron
notablemente las superficies cultivadas.” M. D. RAMÍREZ PONFERRADA, La industria de la tonelería
en Montilla. Evolución histórica y perspectivas de futuro, Montilla, 2.000, pp.52-53.
106
F. LÓPEZ VILLATORO, La villa de Castro del Río 1.833-1.923. Aspectos económicos, políticos y
sociales, Córdoba, 1.993, pp. 221-224.
96
muchos casos a recurrir a la importación para satisfacer la demanda. Hay que añadir
también que era frecuente la producción casera del vino o aguardientes, hecho que
unido a la falta de recursos y atrasos restarían iniciativa para nuevos establecimientos.

El establecimiento de molinos harineros aparece prácticamente en todas las


comarcas, aunque destaca Baena con un 46% del total con la existencia de 2 molinos y
15 fábricas, Castro del Río (19%), Montilla (16%) y en el extremo opuesto La Rambla
en la que no se atestiguan ningún establecimiento107.

Con respecto a la minería y la metalurgia deberemos insistir en que tuvo muy


poco peso en el total de la provincia. Se localizaban comarcas con presencia testimonial
de minas y talleres herreros pero en general la importancia de estas industrias se
localizaba en el norte provincial y en la capital108.

La industria textil se encontraba, a mitad de siglo, inmersa en una profunda


decadencia desde etapas anteriores. Su casi inexistente peso dentro del concierto
económico venía marcado por la tendencia al autoconsumo, es decir, a la fabricación
casera de las manufacturas necesarias109. No será hasta finales de la centuria cuando se
empiecen a elevar el número de establecimientos relacionados con esta industria:

107
Es lógico pensar que existiera más de una industria relacionada con la harina en la población pues es
de vital importancia, ya que de ellos depende la fabricación del pan. Por lo tanto asumiremos un error u
omisión de las fuentes consultadas.
108
“Con dificultad se hallará una provincia que como la nuestra encierre mas riqueza én minas: hay
inscritas en las oficinas de Fomento mas de mil, cuyo resúmen puede hacerse del modo siguiente:
Belmez; plomo, hierro, cobre y carbón; Carlota; escorial de plomo: Córdoba; cobre y plomo: Espiel;
carbón: Fuente Obejuna; plomo, escorial de id., cobre y carbón: Hinojosa; fábrica de fundición de
cobre: Hornachuelos; cobre, plomo y escorial de id.: Montoro; plomo: Obejo; cobre y escorial de id:
Posadas; plomo, cobre y escoriales de estos: Pozoblanco; escoriales de plomo: Rute; plomo: Santa
Eufemia; plomo con fábrica de fundición: Villanueva de Córdoba y del Duque; escoriales plomizos: y
Villanueva del Rey, hierro y cobre: teniendo además inmensas canteras de piedra, como es la de Sierra
Gorda, de Puente Genil, que es hermosa de sillería y de la que se han hecho todas las obras de fábrica
del ferrocarril de Córdoba á Málaga, la de jaspes, hermosísimos de Cabra y Rute, las de cal de Adamuz
y las de yeso de Puente Genil, en cuyo término hay una mina de cal hidráulica.” YODOB ASIUL, La
indispensable guía…, p. 6.
109
En Castro del Río, por ejemplo, la situación era la siguiente: “Las Actividades textiles son de escasa
consideración, dado que funcionan muy pocas industrias de este tipo, salvo la práctica comúnmente
desarrollada por un elevado número de mujeres en sus propios domicilios […] A su vez los telares de
jerga son muy escasos, llegando a un máximo de 8 en 1.865, desapareciendo las matrículas industriales
prácticamente en el XX, momento en el que funciona uno.” F. LÓPEZ VILLATORO, La villa de…, pp.
225-226.
97
fábricas de tejidos y paños, sombrererías, sastrerías, lienzos. Las comarcas que
despuntan son Montilla y Posadas, aunque será la capital el verdadero telar con más de
la mitad del porcentaje fabril textil de toda la provincia.

Actividades Textiles en La Campiña110

Sastres Tejidos y paños Sombrererías Lienzos Total


Aguilar 5 7 1 0 13
Baena111 2 4 3 0 9
Castro del Río 6 4 0 0 10
Montilla 7 10 1 2 20
Posadas 2 8 1 0 11
La Rambla 3 5 2 0 10
Total 25 38 8 2 73

Otra industria relacionada con la construcción es la de tejas y ladrillos. Presente


en todas las comarcas de la campiña experimentará un auge significativo a mediados de
la centuria como consecuencia de la expansión demográfica y la necesidad de nuevas
casas. Este aumento de producción beneficiará a otras empresas ligadas al sector como
las yeseras. Se constata también el hecho de potenciar la actividad en periodos de crisis
pues un recurso de las autoridades era la construcción de carreteras, alineación de calles.
El principal escollo con el que se topaba dicha industria radicaba en el abastecimiento
de materias primas, abundantes en el valle de los pedroches pero escasas en el centro
provincial112. Así pues, nos encontramos con 33 fábricas, seguida por la capital con 21 y
la Subbética con 14.

110
M. CABRONERO, Guía de Córdoba…, Córdoba, 1.891. Elaboración propia.
111
La situación de la industria textil baenense a principios de siglo era: “Existían dos fábricas de tejidos,
la una á cargo de Francisco María del Moral, en la que trabajaban unos 100 operarios confeccionando
pafios, bayetas, cobertores, estameñas, cordoncillos y jergas, teniendo también tinte en la misma casa; y
la otra, dirigida por Pedro Tarifa, aplicada á trabajos análogos, aunque de menos importancia. También
había telares particulares, que mi documento de la época que tenemos á la vista, hace subir á 300, para
los tejidos de lienzos de estopa, tiradizos, medianillos, toallas, servilletas, mantelería y lienzos de
cáñamo, de ancho y angosto, con tramados y otros primores. Las mujeres se dedicaban mucho á hilar
con ruecas toda clase de hilazas y á labores auxiliares de las dichas industrias.” F. VALVERDE Y
PERALES, Historia de la villa de Baena, Valladolid, 2.007, pp. 197-198.
112
“En 1.860 funcionaban 7 tejares, 9 en 1.885 y 10 en 1.901, para descender nuevamente hasta 5 en
1.914. Estas industrias tenían problemas para abastecerse de barro, pues con bastante frecuencia son
98
En este ámbito hay que destacar la alfarería rambleña que, desde mediados de
siglo, empieza su auge a consecuencia del desmantelamiento de telares113; aunque será a
partir del cambio de la centuria cuando se produzca una verdadera transformación con
la implementación de nuevas tecnologías (se pasa de los hornos artesanos a los
mecánicos de planta oval), la apertura de nuevos mercados y la creación de un modelo
nuevo de producción que se alejaba del autoabastecimiento. Se va a pasar así de los
tradicionales talleres artesanales a auténticas factorías de producción alfarera114.
Por último destacar en este resumen de la vida material de la provincia otras
actividades. En alimentación nos encontramos en todas las comarcas establecimientos
de comestibles, quincallas y sobretodo tabacos. El número de ellas variaba según la
concentración poblacional de las localidades así observamos como Montilla cuenta con
un 35% del total y Aguilar con el 22%. Expendedurías de Tabaco también se
encontraban en todos los pueblos, al igual que los trabajos en madera.

Tabacos Carpintería Posadas/Tabernas


Aguilar 6 11 15
Baena 7 12 55
Castro del Río 5 6 13
Montilla 8 4 28
Posadas 1 6 31
La Rambla 1 13 7

Fuente: M. CABRONERO, Guía de Córdoba…, Córdoba, 1.891. Elaboración propia.

• Subbética: En esta zona nos vamos a encontrar con la misma tónica


industrial que en el sector de la campiña. La principal actividad económica era la
relacionada con el agro, por lo que se detectan un predominio de la molienda sobre las
otras actividades industriales. En referencia a la molienda de aceitunas, nos

denunciadas por ocasionar destrozos en los caminos, e incluso, propiedades particulares, próximas a su
habitual punto de abastecimiento, radicado en las Barreras.” Ibid, La villa de…, p. 225.
113
F. SERRANO RICO, La alfarería-cerámica- su historia y desarrollo. Alfarería rambleña, Córdoba,
1.990, p.29.
114
J. PEDRAZA SERRANO, La economía del sector alfarero de La Rambla. Apuntes histórico-
geográficos, en ACTAS DEL II CONGRESO DE HISTORIA DE ANDALUCIA, Andalucía
Contemporánea II, Córdoba, 1.991, T. 11, pp. 303-304.
99
encontramos con un repartimiento: Cabra con más del 24%, Lucena115 (30%), Rute
(24%) y Priego de Córdoba con apenas el 7%, en referencia a la cantidad de molinos. La
fabricación de bebidas alcohólicas va a primar en Rute, a la multitud de alambiques
caseros había que sumarle 14 de fabricación industrial116. Muy por detrás se encontraba
el restante de las poblaciones que, si bien, como hemos dicho, no se computabiliza la
fabricación artesanal, no llegaron a alcanzar más de cinco lagares, destilerías... El
tratamiento de la harina tendrá importancia en Rute con 24 molinos (51%), constatando
la ausencia de molino alguno en Priego. La industria textil estuvo muy repartida entre
las comarcas con datos muy parejos, pues oscilaban entre los 19 telares, sombrererías,
fábricas de lienzos, etc., (Lucena y Priego) y los 12 de Cabra.

115
En el siglo XIX, la ciudad contaba con una extraordinaria producción de cereales y aceitunas, y
fábricas de alfarería, muebles, loza vidriada y bronce.
116
“El desarrollo, en cambio, vino de la mano de la diversificación económica, que se plasmó
especialmente en el auge de la industria alcoholera, con un total de dieciocho alambiques registrados a
mitad de siglo. A la postre constituiría una de las señas de identidad del pueblo. […] Los vinos de baja
graduación fueron los primero que se destilaron, añadiéndoles matalahúga y agua, para obtener el
aguardiente, pero la epidemia de filoxera ocurrida a finales del siglo XIX provocó el arranque de
prácticamente la totalidad de las vides. Esto condiciono el cambio de procedimiento en la elaboración; así,
los fabricantes se vieron obligados a utilizar el alcohol de melazas y la matalahúga, surgiendo así las
primeras destilerías con las características actuales.El aguardiente, nombre tradicional que aún se conserva
en Rute y como gusta llamar al anís a los ruteños, comenzó vendiéndose a lomos de mula por las tierras
andaluzas. Era el propio fabricante-artesano el que lo distribuía. En la segunda mitad del siglo pasado
comenzó a venderse con marca. Surgen así marcas como " Anís la Española", la marca más antigua de
España, que data de 1860, "Anís Venus" y "Anís nueva España" entre otras, hoy desaparecidas.” B.
GARCÍA JIMÉNEZ, Nuevos documentos para la historia de Rute: (siglos XVI-XX), Rute, 2.004, pp. 56-
59 y 106-107.
100
Cuadro 3. REPRESENTACIÓN DE LA ESTRUCTURA FABRIL EN CÓRDOBA CAPITAL. 1.891

Fuente: M. CABRONERO, Guía de Córdoba…, Córdoba, 1.891. Elaboración propia.

101
Destaca en Lucena el tratamiento de la madera con gran número de
carpinteros y ebanistas (12) y la fabricación de velas, aunque entrado el nuevo siglo esta
industria entraría en recesión, quedando solamente la venta como producto
decorativo117.

• Valle del Guadiato / Los Pedroches: En 1.875 la descripción que nos


proporciona la Guía para la provincia es sin duda reveladora del pauperismo económico
de esta zona:

“La industria de la sierra es nula, pues cada casa se hace lo que


principalmente necesita, como son alpargatas, lienzos (muy bastos), etc.: hay
varias fábricas de harinas de que las principales son las de vapor de Villanueva
de Córdoba, y la de Pozoblanco que también mueve á un batan y 4 una fábrica
de chocolate: pudieran hacer un gran comercio de la abundante y rica bellota
que en esta parte se coje, y utilizarla bien en aceite ó bien en prepararla en
forma de café, para lo que tienen hoy alguna de manda por los comerciantes
que se ocupan en esta mistificación, si se dieran al cultivo de ella y no la
dejaran abandonada á la naturaleza. Eçsiste, por último, en la parte de la sierra
abundante caza menor y bastantes cotos de reses mayores, como son jaba líes,
ciervos, etc.”118.

Muestra del desolador panorama la encontramos a la hora de revisar la


fabricación del aceite, pues la industria es muy escasa, tan sólo Pozoblanco con 17
molinos (muy por debajo de la media provincial de las poblaciones cabeza de partido)

117
“Es Lucena tierra de velones. El velón, considerado hoy como elemento decorativo, tuvo su
importancia antes de la llegada del primer tendido eléctrico a Lucena, pues entonces figuraba como
elemento imprescindible para el alumbrado doméstico. La fundición es una antigua artesanía de nuestra
localidad. Ya en 1.838, la Real Sociedad Laboriosa de Lucena presenta un informe "sobre el arte de la
velonería", calificando al gremio como el más importante de Lucena, y destacándolo por su notable
adelantamiento. A finales del siglo XIX existen noticias sobre la exportación de velones a lugares tan
distantes como Egipto, Cuba, Bélgica o el Norte de África. Según el cura Ramírez de Luque, testigo del
primer tercio de siglo, existían "ocho fábricas de bronces, con cuyas obras de velones, bujías, almireces,
bailes, etc., trajinan por España los arrieros". V. MANJÓN-CABEZA, Aleluyas de la Historia de
Lucena, Lucena, 2.005, p.29.
118
YODOB ASIUL, La indispensable guía…, p. 6.
102
muestra síntomas de una incipiente infraestructura olivarera119. En Fuenteovejuna (un
molino) e Hinojosa (4) su incidencia en la economía tenía una matiz anecdótico. La
industria de la piedra posee una antiquísima tradición en Hinojosa del Duque. Sus
canteros han cambiado, creando empresas industriales, las viejas artes por técnicas
nuevas en el corte y labrado de granitos y mármoles. La cerámica, heredada de los
árabes tuvo su apogeo en las piezas que realizaban sus artesanos. Muy de antiguo es el
forjado de hierro con sus lámparas de forja artística y otra serie de objetos, preciados
por su valor. También es reseñable de mencionar el peso de la industria textil con 7
fábricas de tejidos y paños120.

• Alto Guadalquivir: Enclavados al este de la campiña –Bujalance y Montoro-


presentan la misma situación general que las comarcas colindantes aún cuando se
aprecian de forma clara elementos que atestiguan las peculiaridades de cada una de ellas
por sus diferencias geográficas y económicas.

La situación en Bujalance, en 1.875, poco varía de la atonía industrial que se


producía en la provincia general. El sistema productivo se basaba en la producción de
aceites (55 molinos), el cultivo de trigo y cebada (1 fábrica para el tratamiento de
harinas), habas, garbanzos, yeros y escaña, ganado caballar, mular, asnal, vacuno y de
cerda, abundante caza de liebres y perdices, y alguna pesca de anguilas, alguna miel y
lana121; su industria estaba destinada a la fabricación de mantas y lienzos, habiendo
adquirido antiguamente gran fama por sus numerosas y excelentes fábricas de paños,
molinos aceiteros y alfarerías. Su comercio se encaminaba a la exportación de trigos y

119
“La economía de Pozoblanco se basó durante estos siglos [XVII-XVIII] en la agricultura y en la
ganadería, sectores que aglutinaban casi al 80 por ciento de la población activa. Los cereales eran el
cultivo por excelencia, mientras que la cabaña ovina y el ganado cabrío y de cerda destacaron entre las
especies ganaderas. Destacó también el sector textil desde el siglo XVII.
En el siglo XVIII Pozoblanco todavía poseía una industria textil capaz de diversificar la dependencia
económica de la agricultura y ganadería. La fábrica de bayetas y paños ocupaba a gran parte del
vecindario. Sin embargo, en el primer tercio del XIX, Pozoblanco se contagió del carácter catastrófico
de esos años. Ciclos epidémicos, hambrunas, inestabilidad política, bandolerismo […]” M. MORENO
VALERO, Historia de la prensa en Pozoblanco, Córdoba, 2.007, pp. 34-35.
120
En el compendio de historia de España de A. GÓMEZ RANERA se nos dice que a mediados de siglo
la industria de Hinojosa se basaba en: “[…] buenos lienzos, paños, bayetas, mantas y colchas de lino y
lana.” Compendio de la historia de España: desde su origen hasta el reinado de doña Isabel II y año de
1862, Madrid 1.863, pp.146-147. vid etiam, J. RUIZ RAMOS, La ilustre y noble villa de Hinojosa del
Duque: apuntes sobre su estado actual, historia, hijos y monumentos, Córdoba, 1.922, p. 68.
121
YODOB ASIUL, La indispensable guía…, p. 70.
103
aceites sobrantes y en la importación de la lana necesaria para su pequeña industria
textil. Al margen de la agricultura, auténtico motor económico de la población desde el
24 al 26 de Setiembre se celebraba una feria, en la que había bastantes transacciones, en
una comarca que veía como su esplendor había pasado y cuya economía para ese daño
arrojaba unos dividendos de 606,303 pesetas de riqueza imponible y paga 9.007 de
contribución industrial y 127,743 con 74 céntimos de territorial122.

En Montoro, las condiciones económicas eran parecidas a las bursabolitanas con


la diferencia de que si bien desde comienzos del XIX la segunda población
experimentaba un decaimiento general, ésta se iba a consolidar como cabeza de partido
y auténtico motor financiero de la zona. Las principales actividades en las que centraba
su economía era la producción de aceite, “en cantidad considerable y de tal finura y
exquisisto gusto, que no tiene rival como no sea el de Adamuz, que se produce en
terrenos contiguos y de igual condición123”; hay que recordar que era la comarca con
más número de molinos de toda la provincia -106- a lo que había que sumarle 18
establecimientos dedicados a los cosecheros y vendedores. A menor escala productiva
estaban el “cultivo de cereales, semillas, frutas, especialmente los riquísimos higos y
granadas; viñedos que dan muy buena uva, pero un vino tan endeble, que casi todo se
dedica á vinagre; miel, seda y en los años húmedos se coje bastante grana. Abunda la
caza mayor y la menor, y en los ríos y arroyos se cojen anguilas, bogas, albures y
barbos124”. También hay que anotar el peso de la industria metalúrgica y textil dentro
del contexto general pues se localizaban 18 centros herreros, 4 latonerías, 13 sastrerías y
6 fábricas destinadas al tratamiento de tejidos y paños.

Una vez analizada la situación de la industria cordobesa en los diferentes


municipios cabeza de partido, señalaremos los niveles de industrialización. Según los
índices de Andalucía (19.06%) y Córdoba (1,96%), resulta que ambos espacios se
situaron por encima de la media nacional (17,65%), e incluso el índice cordobés

122
Ibidem., pp.70-71.
123
Ibidem., p. 474.
124
En 1.891, Montoro era: “[…] una Ciudad cabeza de Ayuntamiento con Juzgado de Instrucción y
cárcel del partido, Registro de la Propiedad, Administración subalterna de Hacienda, Estafeta de
Correos, Estación telegráfica, puesto de la Guardia civil, Administración de Tabacos y residencia del
Cuadro activo del regimiento infantería Reserva de Montoro número 8.” M. CABRONERO, Guía de
Córdoba…, Córdoba, 1.891, p. 474.
104
sobrepasó al español y andaluz en ambas fechas. Todo ello señala el significativo peso
de la industria cordobesa a comienzos del sexenio, fecha a partir de la cual, los
porcentajes empiezan a descender.

No obstante, la importancia de Córdoba se relativiza si se tiene en cuenta que


se debió al considerable peso de las ramas agroalimentarias y no por las típicas de la
Revolución Industrial. Así pues, al analizar la estructura de la industria fabril española,
andaluza y cordobesa, observamos que, a mediados del siglo XIX, la molinería y, por
extensión, la industria agroalimentaria predominaron en los tres espacios -sobre todo, en
Córdoba, donde esta última superó el 86% en 1.857 y el 78% en 1.881 de la
contribución fabril total; en segundo lugar se situó la industria textil en España (en
ambas fechas) y Andalucía, mientras que en Córdoba el segundo puesto lo ocupó la
cerámica y los materiales de construcción (al igual que en Andalucía en 1.873),
situándose en el tercero el textil, es decir, primaron las industrias destinadas a satisfacer
las necesidades más perentorias del ser humano: el alimento y el vestuario, en contraste
con la escasez de industrias modernas como la metalurgia, la química y del papel. Sin
embargo, no se puede olvidar que, pese a su valor estadístico, esta clasificación
industrial son, en parte, equívocas, al resultar del gran número de molinos de aceite y
harineros, pues el fisco español de entonces tenía un concepto excesivo de la
"fabricación", considerando que la molienda de la época -así como la elaboración de
vinos y otras actividades incluidas en el gravamen- solía tener un carácter artesano,
protoindustrial muy alejado de las industrias que caracterizaron la industrialización
decimonónica.

Por otro lado, en comparación con los datos de 1.881, pasada una década, en la
provincia cordobesa la rama agroalimentaria se había incrementado en casi dos puntos,
como consecuencia del aumento de las tierras cultivadas, pues la de alimentos
complementarios se redujo de forma drástica y, en menor medida, la de bebidas
alcohólicas, al igual que la textil que lo hizo en algo más de un punto; y la metalurgia
que se multiplicó por cuatro, todo ello frente al tímido descenso de la química y la
cerámica y de materiales de construcción. Estas significativas transformaciones se
debieron al aumento demográfico que se produjo durante la segunda mitad de siglo, lo
que elevó de manera significativa el número de contribuyentes.

105
Así pues, observamos como en apenas cuarenta años, se produce un destacado
progreso en los sectores alimenticios y de bebidas alcohólicas, de las consideradas
industrias modernas -salvo la química que retrocedió mínimamente-, a costa de las
tradicionales ligadas a la artesanía, como los curtidos. Y, respecto a 1.881, también se
habían experimentado importantes cambios en la industria fabril cordobesa, dado que la
rama alimentaria, aunque continuó predominando, al igual que en el resto de España y
Andalucía perdió peso a favor de otros establecimientos productivos, como es el caso
de la metalurgia y la fabricación de papel, así como del textil y la química.

Estos datos deben barajarse con la necesaria precaución al proceder de una


fuente no exclusivamente fiscales, si bien no se puede afirmar categóricamente que
hubo un considerable incremento de la industrialización de la provincia de Córdoba en
pocos años el índice de intensidad industrial aumentó casi un punto, quedando patente
la clara tendencia al reforzamiento de varias industrias innovadoras a las ya consabidas
agroalimentarias.

Tras este breve resumen general, se nos hace recomendable, una descripción
más detalla de las distintas ramas fabriles, así como de los procesos fabriles y su
comercio, para entender de una manera más completa la situación industrial de la
provincia cordobesa:

• Fabricación del aceite.

El método que se empleaba para extraer el aceite era el llamado de presión, que
consistía en moler la aceituna y colocar la pasta en una serie de capachos circulares,
sometiéndola a una fuerte presión, y echándole de vez en cuando agua hirviendo para
uniformar el calor de la prensada. La trituración de la aceituna se verificaba en molinos
con rulos de piedra, siendo muy contados los cosecheros que hubieran adoptado
artefactos mas perfeccionados. La presión tenía lugar por medio de las antiguas prensas
de viga, que era lo más general, y también por las de tornillo e hidráulicas: en este punto
era donde se habían observado algún movimiento de progreso, así es que en Córdoba,
Hornachuelos, Almodovar, Almedinilla y otros pueblos, se usaban las prensas
hidráulicas; en Montoro, a pesar de su gran número de molinos, no se aplicaban de

106
manera general aún, pero en cambio había ochenta y cuatro de las llamadas de husillo y
torre, entre las doscientas setenta y una que podían computarse de todas clases. Este
pueblo con los de Puente Genil, La Carlota, Montemayor, Espejo, Aguilar y Almodovar
eran los que mayor número de prensas de hierro contaban. No dejaremos de anotar aquí
que un pueblo como Almedinilla de tan escasa importancia para el cultivo del olivo,
tenía siete prensas, y de estas son una hidráulica, dos de hierro y cuatro de viga común.
Hornachuelos que reunía catorce prensas, cuatro eran hidráulicas, seis de hierro y
cuatro de viga común. En la capital si podíamos encontrar ya una preeminencia de las
prensas hidráulicas, llegándose a detectar a finales de la centuria la incorporación de
algunas eléctricas125.

El aceite que se elaboraba por el procedimiento que acabamos de bosquejar era


de buena calidad en la mayoría de los casos, y prueba de ello, era la gran exportación
que de él se hacía a los principales mercados; sin embargo la falta de inversión en la
mejora de las instalaciones, maquinaría y de los procesos productivos impidieron
colocar los aceites cordobeses entre los primeros escalafones del mundo, a la altura de
los renombrados de Lucca, Niza y Marsella. Para llegar a este resultado, se hacía
necesario un poco de cuidado y esmero en las operaciones, y, sobre todo en el aseo y
limpieza tan necesaria en estos casos, y que por pauta general se descuidaba en demasía.

La molienda, tal y como se trabajaba en las últimas décadas del XIX, llevaba
implícitas dos actuaciones que viciaban la calidad del producto final y que fácilmente
podían corregirse: el primero procedía de la recolección de la aceituna mediante el
vareo, el cual, dañaba la aceituna por los golpes de vara primero, y después por los que
en el suelo recibía. Estas dos acciones causaban la pérdida de los jugos vegetales, que
en contacto con el aire atmosférico, determinaban en el fruto un principio de
fermentación perjudicial para el aceite. El segundo, como anteriormente vimos,
consistía en hacinar en grandes montones la aceituna antes de llevarla al molino,
práctica que era altamente perjudicial, pues se producía un aumento de la temperatura,
lo que conllevaba que sobreviniera una fermentación mas ó menos activa, que alteraba

125
F.J. FUENTES GARCÍA, T. ROMERO ATELA y R. VEROZ HERRADÓN, La industria aceitera…
pp.25-26; T. ROMERO ATELA, El factor empresarial en el marco de la economía cordobesa 1.843,
1.919. Los primeros logros, Madrid, 1.990, tesis doctoral inédita, p.92.
107
las propiedades naturales de la pulpa, que en la mayoría de los casos era el principal
motivo de los casos del mal sabor y color que en aquellos se observaba. Ambos
principios perjudiciales podían remediarse fácilmente; el primero verificando la
recolección a ordeño, y el segundo aumentando el número de molinos, con lo que se
evitaba que gran número de productores tuvieran que conducir el fruto a una misma
fábrica o molino, donde hacinado en grandes montones tenía que esperar vez para la
molienda, y de este modo, entre esta operación y la recolección pasara el menos tiempo
posible, y el aceite obtenido hubiera sido de mejor calidad.

No existía tampoco el mayor cuidado en limpiar la aceituna, sino que iba


directamente a los trojes, y lo que era peor al molino, con todas las hojas y fragmentos
de ramas que con el vareo se desprendían, y dichas inmundicias perjudicaban
notablemente el aceite. Asimismo, no se observaba una mínima limpieza en las tinas o
depósitos destinados para el aceite. Los depósitos necesitaban de unos cuidados
higiénicos frecuentes, y a la vez un depurado minucioso que separase los desperdicios,
para evitaran su posible fermentación puesto que podían corromper el aceite126.

La molienda empezaba a primeros de Diciembre, y se hacía con un maestro de


molino que ganaba de siete a ocho reales, y dos oficiales a cinco o seis, ocupábanse
también dos o tres caballerías cuya manutención venía a costar aproximadamente entre
cuatro y cinco reales. Los capachos que se necesitaban para las prensadas tenían un
precio de cuarenta o cincuenta reales la docena.

Como hemos observado, a pesar de las deficiencias que llevaba en sí la


fabricación del aceite, constituía este producto una de sus riquezas más activas, y todos
los pueblos productores exportaban durante el año cantidades considerables127.

No nos ha sido posible reunir datos exactos y en detalle de cada uno de los
pueblos de la provincia, pero sí de las estaciones de las líneas de Madrid, Sevilla y
Málaga, que eran desde donde se embarcaban los productos, con la intención de que

126
F.M ESPINO JIMÉNEZ y Mª. D. RAMÍREZ PONFERRADA, Maquinaria empleada en la agricultura
y en la industria aceitera de la Córdoba decimonónica, Ámbitos, 1 (1.999), p. 78-79.
127
J. DE D. DE LA PUENTE Y ROCHA, Memoria sobre el estado actual de la agricultura, Industria
rural y ganadería en la provincia de Córdoba, Córdoba, 1.875, p. 36-37.
108
estos porcentajes nos muestren una idea aproximada de la exportación a la que ascendía
tan importante artículo de la vida económica cordobesa. La exportación que anotamos
se refiere al primer semestre del año de 1.875128:

ESTACIONES Kilogramos

Villa del Río 437,546


Montoro 1.137,088
Línea de Madrid Pedro Abad 66,264,
El Carpio 50,519
Villafranca 8,412

Córdoba 959,771
Torres-Cabrera 10,980
Fernán-Núñez 32,960
Línea de Málaga Aguilar 2.573,58
Montilla 776,130
Puente Genil 335,150

Almodóvar 138,538
Línea de Sevilla Posadas 182,031
Palma del Río 66,461
Total 6,775,408

• Fabricación del vino y del aguardiente.

La fabricación del vino y del aguardiente constituía en los pueblos de Montilla,


Aguilar de la Frontera, Lucena, Villaviciosa, Rute, Doña Mencía, etc., una industria que
proporcionaba grandes volúmenes de riqueza. Los ya acreditados, por esta época, vinos
de Montilla, notables por su fuerza alcohólica, y los de los Moriles de Aguilar, eran
demandados en los principales mercados, y su exportación aumentaba
paulatinamente129.

128
Ibíd., p.38.
129
Mª D. RAMÍREZ PONFERRADA, La industria de la… pp.50-51.
109
El problema latente que se presentaba en esta industria provenía del atraso
tecnológico a la hora de su elaboración, factor que, al igual que ocurría con el aceite,
lastraba su consideración como de los mejores del mundo; lo que impedía rivalizar
dignamente con los mejores vinos de España y del extranjero130. Los vinos de
Villaviciosa y los procedentes de la parte de la sierra, aunque de menor consistencia
alcohólica, eran apreciables bajo el punto de vista de vinos de pasto. Los aguardientes
de Rute, Cabra y Doña Mencía eran de extrema calidad y en algunos mercados
nacionales eran preferencia a los renombrados de Constantina y Chinchón y otros
pueblos productores.
Como es lógico de suponer, no existía el mayor esmero en la operación de pisa,
bonificación del mosto, trasiego y cuantas acciones comprendía su elaboración; sin
embargo, desde 1.870 aunque con mucha lentitud y poca incidencia, se fueron
introduciendo algunas medidas de mejora por parte de los viticultores en los procesos de
la elaboración del vino, lentitud que se debía a que en esta industria, más que en
ninguna otra, era necesario la implementación de las nuevas técnicas derivadas de los
adelantos en el campo de la química. Por esta razón dicha industria no pudo prosperar
de una manera conveniente a su potencialidad hasta las primeras décadas del siglo
pasado, en las que se establecieron nuevas estaciones enológicas que fomentaban los
nuevos métodos productivos elaborados en las escuelas prácticas de Agricultura,
conforme a los adelantos científicos131.

Para intentar hacernos una idea del potencial productivo vitivinícola de la


provincia analizaremos la producción media de vino por hectárea de las principales
localidades productoras132:

PUEBLOS Vino/ Hectárea


Rute 20,16
Puente-Genil 17,58
Montilla 17,58

130
J. MALDONADO ROSSO, El sector vinícola en Andalucía: otros enfoques interpretativos, en M.
GONZÁLEZ DE MOLINA Y A. PAREJO (Eds.), La Historia de Andalucía a debate. III.
Industrialización y desindustrialización de Andalucía. Una revisión historiográfica, Barcelona, 2.004, pp.
193-197.
131
J. DE D. DE LA PUENTE Y ROCHA, Memoria sobre el…pp. 39-40.
132
Ibíd., p.39.
110
Lucena 20,16
Cabra 20,16
Nueva Carteya 20,16
Villaviciosa 17,58
Monturque 15
Belméz 15
Baena 15
Espiel 15
Villanueva del Rey 15

En referencia a las exportaciones de este producto en los pueblos vitícolas por


excelencia, durante un año es la siguiente133:
PUEBLOS Vinos exporta./ Hectárea
Cabra 17.739,84
Doña Mencía 10.970,444
Lucena 9.679,80
Villaviciosa 4.889,99
Puente-Genil 645,32
Nueva Carteya 322,66

Respecto a la fabricación del aguardiente hemos podido localizar los siguientes


datos, que pueden servir de base, como término medio aproximado, en los pueblos que
se citan a continuación134:

PUEBLOS Vino quemado/Hectolitros Aguardiente producido

Cabra 14.358'37 3.549,96


Rute 4.839'90 1.290,64
Doña Mencía 4.517'24 1.229,31
Villaviciosa 3.226'60 645,32
Lucena 2.419'95 433,99
Nueva Carteya 1.451,97 387,19
Datos en Hectolitros

Exportaciones135:
PUEBLOS Expota. Aguard.

133
Ibíd., p.40.
134
Ibíd., p.41.
135
Ibíd., p.41.
111
Cabra 2.750,67
Doña Mencía 238,79
Villaviciosa 1.290,64
Puente-Genil 645,32
Nueva Carteya 580,78

• Industria Textil:
Lana.

Era la industria textil predomínate, tanto en número de máquinas como de


establecimientos. Es, pues, deducible que, a finales del XIX, Córdoba aún no había
introducido los nuevos tejidos fabricados con algodón, ni por supuesto los nuevos
procesos técnicos derivados del mismo. A pesar de este atraso es indudable el avance en
cuanto a la sustitución de los antiguos telares manuales por los mecánicos; pero este
hecho no hizo que destacasen los tejidos de la ciudad de la Mezquita, bastos y con una
producción muy escasa. En la década de los sesenta tan sólo existían en la capital ocho
fábricas, de las cuales cuatro eran a vapor. Pasados treinta años su número aumentó de
forma testimonial, ya que en 1.891 se localizaban diecinueve136.

Lino y cáñamo.

Esta industria, que tan escasa importancia tenía en la provincia, no ofrece en sus
datos novedad alguna digna de tenerse en cuenta, pues seguía inmersa en sistemas
primitivos, desconociéndose en absoluto los nuevos métodos que estaban en uso en
algunos países para acelerar la descomposición de la fibra, y obtenerla lo mas blanca
posible, a fin de conseguir la hilaza de superior calidad. La práctica que para los
enriados se seguía en Castro, Espejo y demás pueblos donde se cultivaba el lino y el
cáñamo, era la siguiente: arrancadas las plantas y hechas haces, se sacudían para separar
la simiente, tras lo cual, se enriaban por espacio de tres o mas días, según la
temperatura, y concluida que esta operación, se sacaban los haces, en cuyo estado
comercializaban en el mercado para las industrias lineras y cañameras existentes en la
provincia. Castro del Rio, que era el pueblo donde más extendido estaba este cultivo,
obtenía al año aproximadamente 9.589,15 kilogramos, que tasaba al precio de 15,50

136
F.M. ESPINO JIMÉNEZ, Progreso frente a…pp. 180-184; J. NADAL, La Industria fabril española en
1.900. Una aproximación. en C. SUDRIÀ I TRIAY (comp.), La economía española en el siglo XX : una
perspectiva histórica, Barcelona. 1.987, pp. 41-43.
112
pesetas, importa una cantidad de 12.787'50 arrobas y exporta 557 arrobas que a dicho
precio suponían un valor de 8.633,50 pesetas137.

Seda

La industria de la seda en la provincia de Córdoba, que adquirió en el siglo XVII


y principios del XVIII tanta relevancia, llegando a constituir uno de los principales
ramos de su riqueza, se hallaba en profunda decadencia y abandono. Sólo en los pueblos
de Priego, Castro del Rio, Luque, Pedro Abad, Villafranca, Palma del Rio, Alcaracejos,
Torrecampo, Villanueva del Duque, Almedinilla, Fernan-Nuñez y Córdoba, se
dedicaban a la cría del gusano de seda en pequeñas cantidades, simplemente, destinada
al autoconsumo. En Priego, que es donde se sostenía con mas importancia el cultivo
serícola, estuvo hasta el año de 1.780 en un estado floreciente, dedicándose todo su
vecindario a la fabricación de tafetanes, terciopelos, felpas, sargas y cintería, tejiéndose
hasta ocho mil varas diarias de los primeros, que se exportaban a los mercados de
Lisboa y América. En la capital también alcanzó esta industria bastante apogeo,
habiendo un elevado número de telares que llegaron a 1.974, existiendo además 200
tornos. Todos estos telares se proveían de la seda que se criaba en el país y quedaba un
considerable sobrante que se exportaba a Valencia. Los tejidos que no se consumían en
la provincia, encontraban fácil salida en los mercados de Ronda, Sevilla y otros138.

Hacía 1.875, se producían en esta provincia, por termino medio, 12 kilogramos


de semilla de gusano de seda que importaba, por lo general, de Valencia. Los pueblos de
Córdoba, Palma del Rio, Villafranca y Priego, eran los que cultivaban mayor cantidad
de semilla, aunque cada vez iría a menos por las grandes pérdidas que se produjeron en
el sector. De los datos analizados deducimos, que por cada 28 gramos, se obtenían unos
28.500 gusanos que consumían, por término medio, 1800 kilogramos de hoja de morera.
Este volumen de cría producía unos 9 kilogramos de capullos, que equivalían a unos
700 gramos de seda. El costo de los jornales que estaba establecido, hasta terminada la
cosecha, se calculaba en 25 pesetas por cada 28 gramos de simiente139.

137
J. DE D. DE LA PUENTE Y ROCHA, Memoria sobre el…pp. 45.
138
YODOB ASIUL, La indispensable guía de…, pp. 68-70.
139
J. DE D. DE LA PUENTE Y ROCHA, Memoria sobre el…pp. 42.
113
Para abastecer esta industria existían en la provincia más de 10.000 moreras,
localizándose 4.000 en la capital y 3.000 en Priego, calculándose aproximadamente que
se recolectaban unos 280.000 kilogramos de hoja al precio de 75 céntimos de peseta el
kilogramo140.

• Apicultura.

En la provincia existían aproximadamente 18.000 colmenas. Generalmente raro


era el pueblo que no se dedicara a esta industria, pero los mas importantes, tanto por el
número de colmenas que tenían, como por la buena calidad del producto, eran:
Villaviciosa con 2.794 colmenas, Villanueva de Córdoba -2.606-, Montoro -2.055-,
Espiel -1.291-, Villafranca -1.062-, Fuente Obejuna -1.028- y Pozoblanco que reunía
1.000. Para su cultivo y cuidado existían en al provincia en 1.875, 905 jornaleros,
distribuidos de la siguiente manera141:

En el mantenimiento de las colmenas. . . 512


En la extracción del producto. . . . 393

Estos trabajadores percibían un salario de 2 pesetas en 1.875. A cada colmena se


le calculaba un producto anual en cera de 0,441 kilogramos al precio de 2 pesetas; y en
miel de 1,092, con un costo de 2,25 pesetas. En toda la provincia se producían
8.334,470 kilogramos de cera, que tenían un valor de 19.840 pesetas; y en miel,
20.631'260 kilogramos valorados en 41.732 pesetas apróximadamente.

EXPOSICIÓN DE GANADOS DE 1.878.

El día 8 de Junio de 1.878 tenía lugar en la ciudad de la Mezquita una


Exposición de Ganados a instancias de la Junta de Agricultura, Industria y Comercio

140
Ibíd., p. 43.
141
AHPCO, Amillaramientos y Apéndices de amillaramientos. Años 1.875 y 1.876. y J. DE D. DE LA
PUENTE Y ROCHA, Memoria sobre el…pp. 42.
114
cuyo fin principal era dinamizar el sector ganadero, que por aquellos años atravesaba un
periodo de grave crisis, como hemos visto en el apartado relativo a la ganadería.

Para la organización del evento se creó el 16 de Mayo142, con el acuerdo de la


Diputación Provincial, una Junta Directiva que estableciera las bases del certamen y que
se encargara de preparara todo lo referente al concurso con la intención de hacerlo en la
víspera de la feria de Nuestra Señora de la Salud. Así pues, en sesión ordinaria se erigió
el comité encargado del festejo bajo la presidencia del Excmo. Sr. D. Juan R. Módenes
(Comisario Presidente de la Junta de Agricultura). Como vocales se nombraron a D.
Mariano L. Mogrovejo, D. Leopoldo Calderón, Diputados provinciales; Manuel Villa-
Zeballos y D. Manuel Roldan. Vocales de la Junta de Agricultura. Y, por último, el
cargo de secretario lo ostentó D. Juan de Dios de la Puente, Secretario de la Junta de
Agricultura. La sesión se cerró con una alocución del presidente exponiendo las virtudes
de la ciudad:

“La provincia de Córdoba está llamada á ser una de las mas importantes de
España el dia en que su agricultura alcance todo el desarrollo de que es
susceptible. Cortada de un estremo á otro por el Guadalquivir, caudaloso rio
que la divide en dos grandes secciones, de las cuales la una, por la fragosidad
del terreno, por su riqueza forestal, sus buenos montes de fácil aprovechamiento
y su especial topografía, se denomina la Sierra', y ala otra por estar casi
desmontada, por la fecundidad de su suelo, la superioridad de sus tierras,
destinadas en su mayor parte al cultivo cereal y los plantíos de olivar y viñedo,
se le llama la Campiña, existiendo en una y en otra grandes y ricas poblaciones
agrícolas, no puede menos de estar llamada á mejorar y acrecer sus
producciones y fomentar la ganadería, poderosísimo auxiliar de la
agricultura143.”

El día ya indicado se distribuyeron los programas entre los ganaderos de la


provincia, acordándose abrir el plazo de inscripción desde el día 1 de junio, en la
Secretaría de la Junta de Agricultura, el registro o matrícula de los ganados destinados

142
“La Diputación Provincial tiene definitivamente acordado que para la próxima feria de Ntra. Sra. De
la Salud se celebre en esta capital una esposición de ganados de toda la provincia, cuya esposición se
dividirá en cinco secciones y en la que se adjudicarán veinte y seis premios. Muy en breve publicaremos
el programa, que ha sido formado por la Junta de Agricultura y que circulará profusamente por todos los
pueblos con objeto de que el acto esté muy concurrido y tenga toda la solemnidad que su importancia
requiere.” DIARIO DE CÓRDOBA, 17/05/1.878.
143
JUNTA DE AGRICULTURA, INDUSTRIA Y COMERCIO, DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA,
Exposición de ganados. 8 de junio 1.878, Córdoba, 1.878, p.4.
115
al Concurso144. El día 6 salía publicado en la prensa local el anuncio para elegir, entre
los ganaderos que se presentaron al certamen, cuatro
que actuarían como jurado145. Dos días más tarde tuvo
lugar a las diez de la mañana en la sala de sesiones de
la Junta de Agricultura y bajo la Presidencia de la
Directiva de la Exposición, la reunión de expositores
para proceder al nombramiento de los ganaderos que
en representación de aquellos debían formar parte del
Jurado calificador, conforme a las bases propuestas por
la Junta de Agricultura que fueron aprobadas por la Diputación provincial. Resultaron
elegidos146: D. Carlos Barcia. D. Jaime Aparicio.
D. Domingo Sánchez. D. Miguel Riobóo.
A las cuatro de la tarde, del citado día 8, se inauguraba el concurso, el cual tuvo
lugar en la Plaza de Toros, cedida altruistamente por la Sociedad propietaria, ocupando,
según el orden establecido en el Programa, el redondel o anillo, el ganado caballar y
vacuno, y los patios y corrales el ganado lanar, cabrío y de cerda. Concurrieron 241
cabezas de ganado de toda especie:
N.° de cabezas.
SECCIÓN 1.a

Caballos sementales de raza española 2


Id. id. de cruza árabe 1
id. id. de pura raza inglesa (sin opción a premio) l
Yeguas de pura raza española 23
Id. de cruza árabe 6
Potros de pura raza española 5
Potras de pura raza española 7

SECCIÓN 2.a

Toros sementales de razas mansas (del país.) 6


Vacas de cría (del país.) 14
id. suizas, nacidas y criadas en la provincia. 3
Bueyes de labor y tiro 4

144
“Desde el día de hoy queda abierto en las oficinas de la Junta de agricultura el registro ó matrícula
para los ganados que han de presentarse en la Exposición del día ocho, donde se facilitará á los
expositores ó sus representantes las cédulas de inscripción y cuantas noticias desean adquirir acerca del
futuro certamen” DIARIO DE CÓRDOBA, 1/06/1.878.
145
Ibidem., 6/06/1.878.
146
Ibidem., 8/06/1.878.
116
Vacas de labor y tiro 8

SECCIÓN 3.a

Moruecos merinos 6
Ovejas merinas 12
Moruecos entrefinos 12
Ovejas entrefinas 42
Moruecos estambreros 8
Ovejas estambreras 20

SECCIÓN 4.a

Machos cabríos del país 8


Cabras del país 16
Cabras granadinas 16

SECCIÓN 5.a

Verracos del país 3


Cerdas de vientre 18

Total general 241147


La concurrencia de gente y de concursales presentados fue todo un éxito148, lo
que sirvió para estimular el desarrollo de la ganadería y sus industrias derivadas. Pero el
impacto positivo de eventos esporádicos como estos no era acicate suficiente para el
desarrollo y, en definitiva, la apuesta por invertir capitales que modernizaran dicha rama
económica. Si bien, este atonía fabril no se achacaba a la iniciativa popular sino, en gran

147
JUNTA DE AGRICULTURA…, pp. 23-24.
148
“— Exposición de Ganados —Sin perjuicio de ocuparnos con más detención del importante acto que
tuvo lugar ayer tarde en la plaza de toros, podemos hoy decir que el premio de doscientas cincuenta
pesetas designado para caballos de pura raza española le ha sido adjudicado al criador Sr. Marqués de
Valdeflores; el de la misma cantidad, para caballos de cruza árabe, al Sr. Marqués de los Castellones;
el señalado al lote de yeguas de pura raza española, de la misma cantidad, á Don Gregorio García; el
correspondiente al lote d e yeguas de cruza árabe, también de doscientas cincuenta pesetas al señor D.
Carlos Barcia; el de ciento cincuenta para potros y potras para raza española, á Doña Josefa
Fernández: el de id. por toros de razas mansas, á D. Gregorio García; el de vacas de cría y lecheras
raza española, á doña Josefa Fernández; el de id. por vacas de leche de razas extranjeras, á don Rafael
Sancha; el de cien pesetas por vacas de labor y tiro; á D. Fernando Barrionuevo; el de ídem por
moruecos de raza merina, á D. Segundo Bartolomé García; el ídem de ovejas ídem al mismo señor; el de
ovejas charras á D. Gregorio García; el de machos cabríos sementales del país, á D. Rafael Aroca; el de
cabras del país á D. Gregorio García, el de ídem granadinas á D. Mariano Zaragoza, y el de hembras de
ganado de cerda á D. Segunda Bartolomé García. Quedaron sin adjudicar el de potros y potras de cruza
árabe, burros padres y garañones, bueyes de labor y tiro, moruecos churros y de raza de la campiña;
ovejas ídem, machos granadinos, y machos de ganado de cerda.” DIARIO DE CÓRDOBA, 09/06/1.878.
117
medida, a la escasa protección del municipio en apoyar las propuestas populares;
incidiendo en las trabas y disputas que la corporación ponía, por lo general, a las escasas
empresas existentes149.
Si a este factor unimos que cuatro años más tarde se produciría uno de los
periodos de sequía más graves de la historia reciente de la ciudad, es fácil deducir que
los pocos recursos de las administraciones se destinaban a proyectos para intentar paliar
la difícil situación por la que atravesaban los jornaleros150 quedando en un segundo
lugar el fomento e introducción de nuevas empresas.

MINERIA

Como anteriormente hemos aludido las zonas donde se encuentra localizado este
sector industrial serán las norteñas –comarcas del Alto Guadalquivir-. La explotación
del carbón y la llegada del ferrocarril servirán como punto de inflexión para que a
finales de siglo se produzca una autentica revolución demográfica, industrial…

A principios de los años sesenta de la centuria pasada existían en toda la


provincia 52 títulos de propiedad para la extracción de minerales siendo los más
numerosos los de carbón y plomo. Según un extracto sobre la situación y el estado de
las minas escoriales e investigaciones para el año de 1.858, la minería presentaba un
“brillante porvenir, merced a la organización que ya ha recibido la sociedad Fusión
Carbonífera de Belmez y Espiel, a quien pertenecen la mayor parte de las minas y que
hará afluyan grandes capitales”. Precisamente, 10 minas y 1.004 títulos de propiedad
en trámites de registro (de un total de 1.312) hacían de la sociedad minera de Belmez la
principal propietaria de toda la provincia con más del 74% de las minas existentes. En
segundo lugar se hallaba la sociedad de Los Santos con 6 minas (más del 11%). Los
restantes se repartían entre 24 propietarios151.

149
Ibídem.
150
Ese mismo año de 1.882 el Cabildo tuvo que elaborar un padrón donde constaban los nombres de las
personas que necesitaban socorro, para poder efectuar de una manera organizada un reparto de rancho
diario. vid. D. CASTRO ALFIN, Hambre en Andalucía. Antecedentes y circunstancias de la Mano
Negra, Córdoba, 1.986, p. 120.
151
DIARIO DE CÓRDOBA, 23/01/1.859.
118
Sin embargo, a diferencia del buen porvenir que pronosticaba el Ministerio de
Fomento, la realidad ponía de manifiesto que solamente menos del 4% de las minas
poseían título de propiedad mientras que las restantes eran simples trámites que podían
ser rechazados o aplazados por litigios de titularidad por la administración. Al mismo
tiempo, había que poner en relieve que, a consecuencia de las características orográficas
de la zona, existían unas pésimas infraestructuras viarias lo que ocasionaba que en la
temporada invernal la exportación del carbón se paralizara por la imposibilidad de su
transporte por los caminos impracticables152. Otro factor que no reflejaba el informe de
1.859 era la escasa planificación en la explotación minera pues en muchas minas la
extracción se realiza manualmente y sin ninguna profesionalización; lo que implicaba
que las cantidades obtenidas fueran irrisorias en comparación con la potencialidad del
yacimiento153. Por tanto, el panorama era en gran medida desolador –teniendo en cuenta
la riqueza mineral de la zona- ya que muchas minas no se encontraban en
funcionamiento debido a que estaban pendientes de su legalización, lo que significaba
que los niveles de producción eran en extremo bajos. Si a esto unimos que el atraso
tecnológico y planificador a la hora de organizar el trabajo minero implicaba un
aumento de precios de la materia prima, restaba competitividad con los carbones
ingleses mucho más baratos por lo que, como anteriormente dijimos, el expediente no
reflejaba la realidad de la situación en la minería cordobesa154.

En referencia a la tipología de los minerales por zonas destacaba el predominio


de los yacimientos carboníferos -38%-, emplazados principalmente en la cuenca de
Belmez y Espiel donde se localizaban 207 minas de las 490 existentes -42.2%-. En
segundo lugar de importancia se encontraban los depósitos de plomo y cobre -con 342 y
341 minas totales- de Fuente Obejuna con 57 yacimientos y la capital con 137 de cobre.
El resto de porcentajes se encuentran bastante repartidos –ver cuadro 1- quedando el
mapa minero de la provincia repartido de la siguiente manera: Valle del Guadiato con

152
“Es evidente, por tanto, que –a mediados del siglo XIX- la actividad minero-industrial era poco más
que insignificante por aquellos pagos del norte de la provincia de Córdoba.” R. HERNANDO LUNA y
J.L. HERNANDO FERNÁNDEZ, “La sociedad minera y metalúrgica de Peñarroya. Su nacimiento,
desarrollo y ocaso en Sierra Morena central. Andalucía.”, Actas del III Congreso de Historia de
Andalucía. Andalucía Contemporánea, T. II, vol. 12, Córdoba 2.003. p. 160.
153
PARLIAMENTARY PAPERS. SPAIN. CÁDIZ, vol. LXX, s.l., 1.866, pp. 320-22.
154
F.M. ESPINO JIMÉNEZ, Progreso frente a…pp. 225-227.
119
el 58.4% del total, Córdoba (14.1%), seguida de otras zonas mineras como el Valle de
los Pedroches (9.6%) y el Alto Guadalquivir (6.5%).

Cuadro 1. RESUMEN DE LAS MINAS QUE SE HALLAN EN LA PROVINCIA DE CÓRDOBA

Poblaciones Carbón Plata Cobre Plomo Hierro Arsénico Antimonio Investigación


Fuente Obejuna 43 8 12 57 8 0 1 7
Espiel 167 0 1 8 7 0 0 5
Belmez 115 0 22 11 9 0 0 2
Villanueva del Rey 47 0 9 8 9 0 0 0
Adamuz 10 0 15 4 1 0 0 6
Villaharta 37 0 1 1 1 0 0 5
Valsequillo 2 0 5 0 0 0 0 0
Montoro 0 1 18 25 2 5 0 0
Villaviciosa 0 2 20 24 0 0 0 0
Iznajar 1 0 0 0 0 0 0 0
Blázquez 0 0 0 4 0 0 0 0
Carpio 0 0 1 0 0 0 0 0
Almodóvar 4 0 2 3 0 0 0 0
Montilla 1 0 0 0 0 0 0 0
Luque 1 0 0 0 0 0 0 0
Villafranca 1 0 4 0 14 0 0 0
Palma del Río 0 0 2 1 0 0 0 0
Granjuela 0 0 0 0 2 0 0 0
Guadalcazar 0 0 1 0 0 0 0 0
Rambla 0 0 0 1 1 0 0 0
Posadas 1 5 4 47 0 0 0 1
Obejo 41 2 15 10 0 0 0 7
Villanueva de 1 0 3 25 0 0 0 0
Cord.
Conquista 0 0 5 4 2 0 0 0
Pedroche 1 0 7 0 0 0 0 0
Torre Campo 0 0 10 3 0 0 0 0
Santa Eufemia 0 3 0 10 0 0 0 0
Pozoblanco 13 0 0 7 5 0 0 0
Alcaracejos 0 0 1 0 1 0 0 0
Villanueva del 0 0 3 6 0 0 0 0
Duque
Dos Torres 0 0 1 0 0 0 0 0
Viso 0 0 0 2 0 0 0 0
Belalcazar 0 0 3 3 0 0 0 0
Hinojosa 0 1 7 2 0 0 0 0
Córdoba 5 3 137 29 12 0 0 0

120
Hornachuelos 2 1 32 47 0 0 0 0
Total 493 26 341 342 74 5 1 33

Fuente: DIARIO DE CÓRDOBA, 14/01/1.859. Elaboración propia.

No obstante, a finales del periodo isabelino aunque el problema de las trabas


burocráticas seguía lastrando el buen rendimiento del sector se va a ir verificando como
los niveles de producción –sobre todo del carbón- aumentaron significativamente, así
como, las superficie explotadas, el número de trabajadores mineros y la mecanización
de los yacimientos155.

Con el giro político acaecido en España en septiembre de 1.868, la minería se


convertirá en uno de los sectores más dinámicos de la economía española pues al
margen de los rendimientos derivados de su productividad, facilitará la introducción de
capitales extranjeros, fomentará el desarrollo de industrias de otros sectores y
modificará las estructuras hasta entonces existentes del comercio exterior156.
Consecuencia de este creciente dinamismo se dispuso un reordenamiento legislativo con
el que intentar mitigar las deficiencias legales y establecer las bases para racionalizar las
explotaciones con el fin de aprovechar su máximo rendimiento. Hasta la fecha los
decretos promulgados en esta materia propiciaron un marco legislativo que podríamos
definir como calamitoso157.

La ley de 4 de julio de 1.825 y la ley de minas de 1.859 no tuvieron los efectos


esperados para dinamizar el sector, a pesar, de los notorios avances técnicos y
productivos. En 1.868 se promulgó la Ley de bases de 4 de marzo158 y, unos meses más
tarde, el decreto de 29 de diciembre los cuales beneficiaban la entrada de activos
internacionales –bajo la figura jurídica de la concesión- y a las grandes compañías ya

155
Estadística minera correspondiente al año de 1.868, Madrid, 1.870, pp. 16-25.
156
A. SOTO CARMONA, El trabajo industrial en la España Contemporánea (1.874-1.936), Barcelona,
1.989, p. 73.
157
F. PENCO VALENZUELA, Historia de la minería en Córdoba: Cerro Muriano sitio histórico,
Córdoba, 2.010, pp. 102-103.
158
En un principio la promulgación de la ley fue acogida con gran aceptación pues se creía que el modelo
más idóneo para fomentar el sector minero:“Con la aparición del decreto bases de 29 de Diciembre de
1868, trastornóse completamente el antiguo procedimiento para la adquisición de concesiones mineras,
haciendo más fácil su obtención á los particulares, dando más condiciones de seguridad á este género de
propiedad, y señalando un régimen más amplio y más en armonía con el progreso de los tiempos y el
resultado de una dolorosa esperiencia, á tan importante industria.” J. BALERIOLA, Minería de Murcia,
Revista Minera, nº 60, (1.876), p. 181.
121
establecidas159, además dotaba de carácter perpetuo a muchas licencias con sólo pagar
un irrisorio canon y otorgaba al gobernador civil plenos poderes para establecer las
concesiones160. La reacción ante la proclama de la última ley fue la entrada en el
negocio minero de gran cantidad de inversores de intereses un tanto oscuros cuya única
pretensión fue la de hacer dinero fácil a costa de la desata fiebre minera española. Si
bien esta tendencia duraría poco años pues el grueso de las concesiones para
explotación y el volumen de capitales a invertir en maquinaria, trabajadores.., sólo
estaba al alcance de las grandes compañías, destacando sobremanera, las inglesas y
francesas161.

Este predominio de inversiones extranjeras en las zonas mineras cordobesas se


plasmaba en la realidad con el ejercicio de grandes presiones político-económicas tanto

159
Las grandes compañías mineras de la segunda mitad del S. XIX en España eran: Real Compañía
Asturiana de Minas, creada en 1.853; Compañía de Rio Tinto, en 1.873; Sociedad Minero-Metalúrgica de
Peñarroya, 6 de octubre de 1.881; Sociedad Hullera Española, en 1.892; Compañía Minera de Sierra
Morena, en 1.900…, A. SOTO CARMONA, El trabajo industrial…, p. 73. y M. A. GARCÍA PARODY,
El germinal del sur. Conflictos mineros en el Alto Guadalquivir (1.881-1.936), Sevilla, 2.009, p. 26.
160
“De las concesiones, explotación y caducidad de las minas:
Art. 15. Para obtener la propiedad de cuatro ó más pertenencias mineras, ya de la segunda, ya de
la tercera sección, se acudirá al Gobernador por medio de una solicitud en que se expresen con claridad
todas las circunstancias de la concesión que se solicita.
El Gobernador, instruido el oportuno expediente según en el reglamento se determine y demostrada la
existencia de terreno franco, deberá, precisamente en todos los casos, previa la publicidad necesaria para
oír las reclamaciones que pudieran intentarse, disponer que se demarque la concesión, y otorgar ésta en un
plazo que no exceda de cuatro meses, á contar de la fecha de, presentación del escrito.
Art. 19. Las concesiones para la explotación de sustancias minerales son á perpetuidad, mediante
un canon anual por hectárea que se fijará en la siguiente forma:
Para las sustancias de la segunda sección, 2 escudos; para las metalíferas, exceptuando el hierro,
y para las piedras preciosas, 15 escudos; para las sustancias combustibles, el hierro y todas las demás de
la tercera sección, 5 escudos. El canon deberá pagarse desde la fecha en que la concesión se haga;
mientras el dueño de la mina satisfaga puntualmente dicha cantidad, la Administración no podrá privarle
del terreno concedido, sea cual fuere el grado en que lo explote.
Art. 30. Los actuales dueños de minas podrán optar libremente entre la ley que hoy rige y este
decreto, con tal que ningún denuncio contra dichas minas se halle en tramitación. Desde el día en que se
acojan al presente decreto y comiencen á pagar el canon correspondiente adquieren la mina á perpetuidad.
Art. 31. En el mismo caso se encuentran todos aquellos que tengan expedientes de registro en
tramitación.
Art. 32. Se derogan todas las prescripciones de la legislación actual contrarias á lo que se dispone
en este decreto. Las disposiciones restantes, tanto de la ley como del reglamento, se declaran subsistentes
sin perjuicio de lo que en su día se determine.” Ley de 4 de marzo de 1.868, Madrid, 1.875, pp. 96-98.
161
Para RAFAEL CASTEJÓN MONTIJANO, el entramado empresarial británico supo crear los
mecanismos económicos necesarios para conseguir que los propietarios de las minas, algunos en situación
prácticamente de quiebra, se desprendieran de ellas a precios irrisorios para caer finalmente en manos
británicas. Aspectos históricos de algunas explotaciones mineras andaluzas (1.897-1.919), Cuadernos de
Ciencias Económicas y Empresariales, I, (1.977), pp. 105-128.
122
a los gobernadores civiles, a través de la figura del vicecónsul para conseguir las
concesiones de la titularidad de las explotaciones, o bien, directamente, sobre los
pequeños propietarios de minas a quienes condicionaban mediante coacciones
económicas que encaminaban a su ruina con el fin de conseguir un contrato para la
explotación o concesión de la zona minera interesada162. Un ejemplo esclarecedor lo
encontramos en las negociaciones ejercidas por Richard Eshott Carr y Rayne ante el
Gobernador, en nombre de Manuel Ortigosa de los Ríos, para la concesión de la mina
“Cerro Muriano” situada en la dehesa del Ronquillo y Cercadilla en el término de
Obejo, propiedad hasta el momento de Joaquín Gallardo Ramírez, quien no tuvo más
oportunidad que firmar un contrato de arrendamiento a favor de la Compañía Inglesa
The Cordoba Exploration Company Limited, en cuya representación actuó Richard
Eshott Carr y Rayne, con fecha 23 Octubre de 1.897, y en el que se estipulaban las
siguientes condiciones:

1. La duración del contrato será de 10 años a partir del 1 de Enero de 1.898,


prorrogable por todo el tiempo que necesite la Compañía y rescindible a
instancia de la Sociedad, en cualquier momento.
2. La renta anual estipulada es de 1.250 pts., que el Sr. Gallardo cobrara por
semestres anticipados, girando a cargo de la Sociedad arrendataria, cuyos
giros serán aceptados a su presentación y pagados a su vencimiento.
3. Las obras realizadas por la Compañía, con entera libertad, de edificar,
demoler y reedificar las construcciones y obras que haya hecho, sin tocar

162
“Esas apreciaciones se referían a los Informes consulares y las dos fechas cruciales serían 1.849 y
1.893: los personajes, el propio Richard E. Carr, vicecónsul entre 1.893 y 1.910 y, Duncan Shaw, que
ejercería tal cargo unos años antes, probablemente desde mediados de la década de los 70 hasta 1.884.
Entre ambos sería vicecónsul Guillermo Poole, pariente de Shaw, vinculado también a los negocios
mineros y quien redactó los Informes consulares entre 1.885 y 1.890.
El escocés Duncan Shaw, sin duda un personaje esencial en la historia de la minería y
metalurgia en el siglo XIX en la provincia de Córdoba, se estableció en la ciudad hacia 1.849, dos años
antes de que E. Fourdinier trazara el plano de la escoriera de Nuestro Padre de Jesús del Paño, en
Campo Bajo, primer documento de las minas de Cerro Mariano en época reciente. Según A. Simoni,
biógrafo y benefactor de Shaw, este controvertido personaje en 1.847 ya ejercía de agente de minas en
Guadalcanal (Sevilla). Al parecer, llegó a Córdoba en 1.848 donde se hizo de varias concesiones
mineras en Belmez y Fuente Obejuna (Espinosa, F. 2.009). Un año después compraría la finca de
Chínales, a las afueras de Córdoba, y allí establecería una importante fundición de plomo. Tanto Shaw
como luego Poole fueron los directores de estos hornos que estuvieron en funcionamiento entre 1.861 y
1.909, cuando la fundición era definitivamente abandonada. Los hornos, de capital británico, además del
metal cordobés, trataban el 20% de la producción de los yacimientos linarenses de Pozo Ancho y
Alamillos (Romero, T., 1.994).” F. PENCO VALENZUELA, Historia de la minería…, pp. 104-105.
123
las que en la actualidad tiene la propiedad, quedarán al finalizar el
contrato en beneficio del propietario sin que tenga que dar compensación
alguna a la Compañía.
4. Los pozos abandonados o en trabajo estarán convenientemente cercados
para evitar perjuicio a la ganadería.
5. Se faculta a la Compañía arrendataria para el desagüe y tala del monte
que estorbe, construir caminos y vías tanto en el terreno objeto del
arrendamiento como en las servidumbres que se hayan de abrir.
6. Para evitar el temor que el Sr. Gallardo tiene que la explotación minera
pueda perjudicar los abrevaderos existentes, la Sociedad arrendataria se
obliga a construir en la finca y sitios que el propietario indique dos
depósitos de agua con destino a abrevaderos de ganado con una
extensión de 12 varas de largo, 4 de ancha y 2 de fondo.
7. Los productos de la dehesa como pastos, monte y caza son del exclusivo
aprovechamiento del Sr. Gallardo.
8. La Sociedad arrendataria podrá traspasar o ceder en cualquier tiempo
todos sus derechos y obligaciones con solo notificarlo por escrito al
propietario.
9. Serán de cuenta de la Compañía los gastos de esta escritura y los
derechos de inscripción en el registro de Córdoba.163

CUENCA CARBONÍFERA DE BELMEZ

El depósito carbonífero de Belmez y Espiel se hallaba situado en las regiones


altas de Sierra Morena a unos 65 kilómetros al NO. de Córdoba. Numerosos criaderos
de hierro carbonatado cruzaban la formación hullera y las sierras que la rodeaban,
encerrando multitud de filones metálicos de plomo, cobre, hierro, etc.

La cuenca estaba circunscripta en el valle del rio Guadiato formado por los
estribos que bajo los nombres de Peña García, Peñarroya, Los Ladrones, etc.
163
Escritura otorgada el 23 de Octubre de 1.897 ante el notario de Córdoba Pedro Aguilar y Pérez. R.
CASTEJÓN MONTIJANO, Aspectos históricos de…, pp. 107-108.
124
flanqueaban Sierra Morena al Norte, y Sierra de los Santos al Sur que se desprendía del
eje principal de la gran Cordillera en el Cerro de Caleras en el límite oriental de la
provincia de Badajoz.

El desnivel general era de unos 520 metros sobre el nivel del mar, o sea 420
metros sobre la altitud de Córdoba y 200 metros más bajo que el de las llanuras de la
Mancha en la parte de Ciudad Real.

La cuenca de Belmez tenía una longitud de unos 40 kilómetros y una anchura


media de 3 kilómetros; extendiéndose por los términos de Espiel, Villanueva del Rey,
Belmez, Peñarroya y Fuente Obejuna en forma de una elipse prolongada que estrechaba
por sus extremos.

Bajo el punto de vista de su valor industrial la cuenca de Belmez podía dividirse en tres
regiones diferentes:
1. Región. Se hallaba situada al este, entre los términos de Espiel y
Villanueva del Rey; en ella se encontraban explotaciones superficiales y
una serie de labores concentradas particularmente en los grupos que se
levantaban entre los arroyos de los Maderos y Madroñal. Los carbones
que aquí se localizaban eran de llama larga y bastante puros.

2. Región. Comprendía el macizo de la Sierra de Palacios. En esta zona se


hallaban establecidas dos explotaciones, la de Santa Rosalía que
pertenecía a la Sociedad Hullera y Metalúrgica de Belmez (Parent y
Schaken) y la de la Cabeza de Vaca propiedad de la Sociedad Fusión
Carbonífera y Metalífera de Belmez y Espiel. Producían carbones que
ardían con facilidad, muy limpios, que se utilizaban principalmente para
la fabricación de gas.

3. Región. Se extendía desde Belmez hasta más allá del arroyo de la


Parrilla, que bajaba de la Sierra de Peñarroya al rio Guadiato. Esta era la
primera en importancia por la riqueza de sus criaderos y la clase de sus
carbones. Se hallaba caracterizada por las labores de la mina Terrible, la
más importante de la cuenca, por el espesor de sus criaderos y sus

125
recursos. En ella eran también notables, aunque de menor importancia,
las minas Esperanza, San Rafael, San Juan, Santa Elisa y Morena.

Un rasgo característico de la zona es que los yacimientos localizados se


encontraban, casi en su totalidad, cubiertos con concesiones y registros;
figurando en primer lugar los pertenecientes a la Sociedad Hullera y Metalúrgica
de Belmez (Parent y Schaken) constituida en Agosto de 1.865 y cuya sede estaba
establecida en Paris164. Las propiedades mineras que la compañía poseía en el
año de 1.869, se distribuían de la siguiente manera:

Minas de carbón.

Con reales títulos de propiedad. . . . 285


hectáreas.

Pedida la demarcación…………..... 240

Minas de hierro.

Con reales títulos de propiedad…… 300

Pedida la demarcación………….…. 60

Minas de cobre. Mina El Terrible

Con reales títulos de propiedad...... 180

Minas de plomo argentífero.

Con reales títulos de propiedad……….. 60

164
Según MANUEL ÁNGEL GARCÍA PARODY, la fundación de dicha sociedad se produjo en 1.861 y
no en 1.865 con el objetivo de explotar las minas con mayor potencialidad: “Compagnie Houillère et
Métallurgique de Belmez (CHMB), constituida en Paris en 1861 para explotar la mina El Terrible y otras
en Posadillo y El Hoyo. Sus orígenes se encuentran en la adquisición de la mina Rosalía por unos
capitalistas belgas cuando se construía el ferrocarril de Ciudad Real a Badajoz. En 1.880 la CHMB era
la que extraía más carbón de la cuenca. Por su iniciativa empezaron a crearse las primeras instalaciones
fabriles en los alrededores de la mina El Terrible: hornos de cock, fábricas de briquetas y talleres
mecánicos para el lavado. A su alrededor surgieron barracas para los trabajadores y residencias de
mejor nivel para los directivos franceses en lo que fue el origen del núcleo de población de
Pueblonuevo.” El germinal del sur…, p. 24.

126
Vista de las instalaciones de la Mina Santa Isabel - Antonio Jiménez Balsera

La compañía poseía además en las cercanías de la estación de Peñarroya, 410


metros de terreno en régimen de propiedad.

Estas minas suministraban todas las clases de carbón que demandaba tanto el
comercio nacional como internacional. De todos los yacimientos que pertenecían a la
sociedad, sin lugar a dudas, los más importantes por su potencialidad y rendimientos
eran: la Terrible que proporcionaba carbones grasos; el de la Esperanza a la cual
pertenecen las minas San Juan y San Rafael que suministraban hullas secas, hullas de
llama larga y hullas semigrasas a menos de 40 metros de profundidad. Pero del conjunto
expuesto, sería la Terrible la que más beneficiosos proporcionó como consecuencia de
las ingentes cantidades de carbón que se extrajeron, que, convirtieron a la cuenca de
Belmez y Peñarroya en pocos años en la más importante del país, por encima de las
asturianas y en los primeros puestos europeos165.

MINA LA TERRIBLE

En 1.869, siguiendo los diferentes estudios realizados a pie de campo, se


aseguraba que si el ritmo de extracción –para ese año era de 300,000 toneladas-
continuaba, la sociedad tenía asegurados 60 años de trabajos.

Los carbones de la Terrible rivalizaban con los mejores carbones de la época;


eran grasos, muy limpios y daban un coke excelente. Su calidad no tenía comparación
de seguro con los ingleses; numerosos informes de distintos ingenieros y los ensayos

165
El ingeniero M. Petitgand, estudió concienzudamente los aspectos relativos de la riqueza de esta mina,
asegurando que por cima de los niveles superficiales de las labores había en números absolutos de 6 a 7
millones de toneladas. Quedando el campo de explotación en profundidad, tomando en cuenta las
eventualidades de semejantes cálculos, en unos 16 millones de toneladas.

127
elaborados por los hombres más competentes no dejaban duda alguna sobre este
particular.

A pesar de la riqueza hacía mucho tiempo reconocida de la Terrible, las


compañías que habían precedido en la posesión de esta mina a la Sociedad Hullera y
Metalúrgica de Belmez no habían sabido organizar una explotación de una forma
medianamente coherente, a causa de la completa falta de vías de comunicación –
ferrocarril- para enlazar esta cuenca con los principales centros de consumo. Pero con la
terminación del ramal férreo que unía la cuenca de Belmez con el camino de hierro de
Ciudad Real a Badajoz y Lisboa empezó una nueva era.

Pozos, galerías, motores, etc. La mina se encontraba organizada mediante la


apertura de pozos: San Miguel, Terrible, San Antonio, Centinela, Gargan, Francés,
Emilio y Santo Domingo, unidos todos entre sí por medio de galerías establecidas a
diferentes niveles. Además se abrieron otras tres galerías maestros para el servicio de la
verdadera explotación. Uno de estos túneles conocido por el número 2, servía para la
descubierta del lado este de la mina y tenía una maquinaría de 40 caballos. En los otros
dos pozos se tardaría más en mecanizar los trabajos.

Pero tal era la el volumen de extracción que la compañía no reparó a la hora de


conseguir una nueva maquinaria con mucha más potencia -100 caballos- para utilizarla
en los trabajos a mayor profundidad.

La mina constaba de 6 pisos. El primero estaba abierto a 506'38 metros; el


segundo se localizaba a una profundidad de 492'87; el tercero a 489'20; el cuarto a
482'37 metros; el quinto a 476'51 metros y el último a 470'60 metros.

Explotación a cielo abierto. La explotación del grupo de yacimientos de la


Terrible se comenzó por la mina del mismo nombre; los demás fueron entrando en
producción más adelante, conforme a lo que dictaban las necesidades del mercado. No
hay que olvidar que en estos primeros años la Sociedad Hullera prefería desarrollar las
explotaciones situadas más al este bajo el método denominado a cielo abierto. Para ello
se organizaron dos ubicaciones destinadas para la acumulación del carbón extraído166.

166
Para acondicionar los terrenos se necesitó extraer más de 150.000 m3 de escombros haciendo uso de
varios locomóviles.
128
Explotación subterránea. Además de los trabajos a cielo abierto de la
cantera del Este, se estableció cerca de ella una explotación subterránea con relleno
total, en el pozo Emilio, el cual tenía una máquina de extracción movida por una
locomóvil de 15 caballos.

Dependencias diversas. Existía un camino de hierro de servicio, de una


longitud total de 2,500 metros aproximadamente que enlazaba los diversos puntos de
extracción con la estación de Peñarroya. Los hornos de coke, lavaderos de carbón y la
fábrica de ladrillos (que estaba en construcción), se localizaban próximos a la estación
ferroviaria.

Por último se estableció en la localidad un punto de alimentación servido por


una máquina elevadora que permitía distribuir el agua del rio Guadiato a todas las zonas
en que era necesaria, con lo cual, se encontraba asegurado el abastecimiento de la
maquinaria y de las diversas dependencias.

Material. Todo el material de la Sociedad Hullera, máquinas de vapor,


bastidores de poleas, cajas, cubas, volquetes, cribas, cajas para agua, carritos para el
interior, etc., era de primera mano, exportado de Francia o Bélgica y los ingenieros de la
Compañía trataron de introducir todas las mejoras posibles para el funcionamiento más
óptimo posible.

Obreros/Jornales. La búsqueda de mano de obra no fue problema para la


compañía pues al calor de los puestos de trabajo que se ofertaban llegaron grandes
masas de trabajadores del sur provincial y de otras capitales andaluzas. Las provincias
que suministraban mayor número de mineros emigrantes eran las de Murcia, Granada,
Galicia e incluso se llegaron a contratar a personas llegadas de Portugal.

Un entivador ganaba generalmente 16 reales y un minero 14 reales. Los obreros


más especializados por lo general no eran del país; los carpinteros, por ejemplo, venían
de las provincias vascongadas y ganaban alrededor de los 17 reales. Los alarifes
proceden generalmente de la provincia de Minho en Portugal y se les pagaba 15 reales.

Precios de venta - Medios y costos de transporte - Principales mercados. A pie


de mina los precios de venta de los carbones destinados a Madrid o sus cercanías, eran
los siguientes:

129
Grueso, 100 rs. la tonelada métrica.
Cribado, 85 reales.
Todo uno, 77 rs.
Menudo, 53 reales.

La compañía del camino de hierro de Ciudad Real a Badajoz y la MZA firmaron


un acuerdo con la Sociedad Minera para reducir las tarifas por el traslado de las
materias primas para favorecer la puesta en circulación de los carbones de la cuenca,
cuya finalidad no era otra que la de potenciar económicamente la zona minera167. En
este sentido, los precios que se estipularon para el trasporte de una tonelada de hulla
hasta Madrid se fijó en los 120,14 reales y siendo el recorrido de 480 kilómetros, así
pues, el precio medio por tonelada y kilómetro salía por término medio a 25 céntimos
de real. Con estos precios los costos finales que tenían que pagar los consumidores de
Madrid eran:

Grueso, 220´80 reales.


Cribado, 205'60 rs.
Todo uno, 198 rs.
Menudo, 175´20 reales.

167
Con independencia a los costos del transporte había que sumarle el impuesto sobre el
derecho de carga, lo que ocasionaba un encarecimiento de las materias primas que las hacían
prácticamente vulnerables ante la competencia de las inglesas. Es por ello que en 1.878 se elevará
diferentes escritos al congreso para tratar de eliminar dicho impuesto que lastraba sobremanera el
mercado hullero nacional: “Con el celo y patriotismo de que hace alarde en todos los asuntos, y con el
debido respeto, la Liga de Contribuyentes de Gijón, secundando las justas aspiraciones de la industria
hullera, acude al seno de la Representación Nacional, y expone:
Que por Decreto del 26 de Junio de 1.874 quedó gravada en dos reales la tonelada de
carbón, al ser trasportada en los buques mercantes, y este impuesto, llamado de carga, y que se
estableció como transitorio, continúa aún agobiando la penosa existencia de u n a industria naciente y
paralizando el movimiento de la marina mercante. Estos dos reales entonelada, que tan poco significan
para el Tesoro público, representan acaso la pequeña ganancia a que por ahora pueden aspirar
cuantos tienen comprometidos sus capitales en las cuencas hulleras de España.
Terminadas felizmente las dos guerras, y entrando de lleno á gozar de las ventajas de la paz,
parece n a t u r a l que nuestras esperanzas se funden en la prosperidad de todas las clases sociales, y
principalmente en el acrecentamiento y desarrollo de la industria. Y siendo el carbón mineral su
principal elemento, la Liga de Contribuyentes
A S. A. confiadamente suplica, se sirva disponer la supresión de ese impuesto transitorio, cuya
medida ha de redundar en beneficio de todos.
—Serenísimo S e ñ o r . — El Presidente, Vicente de Jove y Hevia.”. Exposición que la Liga
de Contribuyentes de Gijón dirige a las Cortes, pidiendo la supresión del derecho de carga establecido
sobre los carbones nacionales, el 29 de Marzo de 1.878.

130
En vez de los 285 rs. la tonelada, que era el precio medio que se pagaba por los
carbones ingleses.

Los productos de la cuenca de Belmez y Espiel tenían como mercado natural el


centro de España, es decir, las provincias de Badajoz y Cáceres, la Mancha, Castilla la
Nueva, Andalucía, etc.

Todas estas perspectivas de gran rendimiento se hicieron efectivas en tan sólo


unos años. Las esperanzas de productividad, a pesar de las deficiencias en la
mecanización, condiciones laborales y especialización de los trabajadores se vieron
reflejadas conforme se explotaban los yacimientos sobremanera, como hemos
comentado, en las minas de La Terrible y Santa Elisa. Así pues en el año de 1.883 los
rendimientos que daban los carbones estaban muy por encima que los analizados a
comienzo de la década de los sesenta:

Metros cúbicos de gas obtenidos con168:


100 kilógramos .................. 32m5,000
Potencia de la luz .................. 179,60
Cok ............... . ...................... 74,00
Los ejemplos siguientes permiten comparar el carbón de Santa Elisa con los de
Barruelo y Puertollano.
Barruelo, metros cúbicos por 100 kilógramos…… 28m5, 940
Potencia de la luz .................. 195,29
Cok ................. ...................... 74,58
(Ensayo el 1 Octubre de 1.879 en la fábrica del gas de Madrid)
Puertollano. (Resultado de los diez ensayos de Febrero de 1.881 en dicha fábrica).
Metros cúbicos por 100 kilógramos. . 30m3,780
Potencia de la luz ............... 128,22
Cok (malo) ......................... 65,60
Cenizas de ....................8,50 a 12,50 por 100

168
Estos datos provienen de los ensayos hechos por el Sr. Bremond el día 29 de Octubre de 1.880 en la
fábrica de gas de Madrid con carbones del yacimiento de Santa, Elisa, carbones que según los informes
eran muy propios para la fabricación de gas.

131
Estos resultados estaban directamente ligados al ritmo de inversiones –en
muchas ocasiones bastante escaso- y, sobretodo, al fomento de una buena red de
infraestructuras que pudiera absorber todos los procesos por los que tenían que
someterse las materias primas antes de su puesta en el mercado. Por lo tanto, las
transformación que sufrieron las dependencias mineras a los largo de estos 17 años en
los que basamos nuestro estudio fueron significativas; podemos observar bastantes
cambios en comparación a la primitiva estructura que la compañía estableció tras
adquirir su concesión. Las dos grandes instalaciones eran las de la Compañía Hullera y
Metalúrgica de Belmez y las de la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces. Los
medios de esta última se encontraban bastante diseminados: uno se hallaba dentro de la
concesión de Santa Elisa, próxima a la de la Compañía Hullera, y la otra en Cabeza de
Vaca.

En Santa Elisa, el pozo contaba con 140 metros de profundidad y 3,50m de


diámetro, revestido de mampostería con un espesor de 0,30m. La máquina de extracción
era de un solo cilindro, con cable metálico plano, castillete de madera, cribas fijas. Los
carbones menudos se entregaban sin lavar a los hornos de cok del sistema Coppée169. El
mismo año de 1.883 se empezó la construcción de una nueva instalación en la mina con
el objetivo de poder atender el volumen de pedidos170. La nueva máquina de extracción
constaba de dos cilindros, lo que aseguraba una marcha media de 8 metros por segundo.
Las nuevas cribas que se incorporaron de trepidación, estaban movidas por locomóvil.
La Compañía esperaba que con esta nueva instalación se pudiera aumentar
considerablemente la venta de sus productos, como así sucedió. Igualmente se destinó

169
El sobrante se entregaba a una fábrica de aglomerados, situada en Belmez, al comercio y a la
Compañía de los Ferrocarriles Andaluces.
170
Los trabajadores con los que contaba la mina y las dependencias adyacentes se distribuían de la
siguiente manera
Santa Elisa.
En el interior...................................... 190
En el exterior ..................................... 65
Hornos de cok ................................... 12
Cabeza de Vaca.
En el interior……………….. …. 145
En el exterior……………….. 120 Total : 655 trabajadores
Vega del Fresno.
Aglomerados y lavaderos .................. 70
Talleres y almacenes ......................... 23
Personal y varios ............................... 30
132
una partida presupuestaria para la construcción de 36 nuevos hornos para la fabricación
de cok.

Los compradores principales de los carbones de la cuenca eran: la Compañía


Minera y Metalúrgica del Horcajo, la fundición de Valsequillo, las minas y las
fundiciones de Linares y de Córdoba, la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces, las
fábricas de gas de Ciudad Real y de Córdoba.

El jornal medio en el interior era de 3 pesetas 75 céntimos, y en el exterior 3


pesetas, en Mayo de 1.883171.

LA EXPANSIÓN DE PEÑARROYA

El nacimiento en 1.881 de lo que luego sería el emporio del plomo Peñarroya


fue fruto de la combinación de ciertas maniobras estratégicas de varios grupos
comerciales, bancarios y ferroviarios que confluyeron en el entorno originario de esta
empresa, en el norte de la provincia de Córdoba. Los principales actores de este
acontecimiento fueron, por una parte, los socios de la Cía Ferroviaria de Badajoz y, por
la otra, la rama francesa de la Casa Rothschild, cuyos intereses económicos pasaron, en
un momento dado, de la competencia a una colaboración que desencadenaría la
gestación de esta empresa.

Las relaciones de los Rothschild con el plomo español se remontan a inicios de


los años cuarenta del siglo XIX, cuando comenzaron a firmar una serie de contratos de
exportación de los plomos del sudeste de la península que les llevaron a movilizar unas
respetables 11.641 Tm. de plomo en 1.860172, lo que venía a suponer en torno al 22% de
las exportaciones españolas de este metal. No obstante, esta cifra marcó el cenit de un
ciclo que se tornó depresivo merced a la guerra de precios que plantearon los
productores británicos. La respuesta de los Rothschild fue una profunda reforma de sus
actividades. La fábrica de refino que poseían en El Havre se modernizó a conciencia y
se optó por acuerdos de abastecimiento a largo plazo, para poder hacer frente a una

171
BRARD, F. Apuntes sobre las minas de Belmez y Espiel, Revista Minera y Metalúrgica, 1.883, nº
989, p. 698.
172
Otazu, A., Los Rothschild y sus socios en España (1.820–1.850), Madrid, 1.987, pp. 145-146.
133
producción a mayor escala173. En esa línea se firmaron, en 1.877, sendos contratos con
la casa Jorquera & Walker y la sociedad Escombreras- Bleyberg, de Hilarion Roux,
que se comprometían en los siguientes cinco años a entregarles no menos de 500 Tm. al
mes de plomo fundido, con considerables contenidos en plata, que se completaron con
algunas compras a los Bonaplata174 y las que se consiguieron a partir de un contrato
hipotecario con el malagueño Carlos Huelin5. De esta manera, a inicios de los años
ochenta, con Huelin, Roux y Jorquera en manos de los Rothschild y Heredia en retirada
del negocio, la familia de banqueros rivalizaba casi en exclusiva con los Figueroa para
hacerse con las exportaciones españolas de plomo a Francia.

Lejos del área de influencia de los banqueros, la Cía. de Ferrocarriles de Ciudad


Real a Badajoz, fundada en 1.861, intentaba rentabilizar el tráfico directo de Portugal
con Extremadura y la Meseta, sin entrar en competencia con la Cía. de los
Ferrocarriles Madrid-Zaragoza-Alicante (MZA), controlada, precisamente, por los
Rothschild. Entre sus promotores iniciales se encontraban algunos políticos y
empresarios españoles junto a representantes de la constructora Parent & Schaken, que
tomó el papel preponderante en la sociedad con el apoyo financiero del Credit
Industriel et Commercial (CIC)175. La Badajoz había podido ampliar sus líneas en 1864
con la compra de los derechos del ramal Almorchón-Bélmez, lo que posibilitó a sus
socios acceder a los negocios mineros y crear el año siguiente la Compagnie Houillère
et Métallurgique de Bélmez (CHMB). Esta sociedad, que no constituía filial de la
Badajoz, a pesar de estar patrocinada por Parent & Schaken y el CIC176, suponía un
proyecto a medio plazo para conseguir carbón barato del yacimiento El Terrible, en

173
Mckay, J., La Casa Rothschild de París como una empresa industrial multinacional, 1.875-1.914,
TEICHOVA, A., LEVY-LEVOYER, M. y NUSSBAUM, H. (comps.), Empresas multinacionales:
finanzas, mercados y gobiernos en el Siglo XX, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, (1.989), pp.
109-110.
174
El contrato con Jorquera se amplió a posteriori hasta 1.883 y el de Roux hasta 1.885. Archivos
Rothschild París (en adelante ARP) 132AQ116 y Cartas de Weil (agente Rothschild en Madrid) de
2/1/1.879 y 14/11/1.879, ARP 132AQ6208.
175
TEDDE DE LORCA, P., Las compañías ferroviarias en España (1.855-1.935), en ARTOLA, M. (dir.),
Los Ferrocarriles en España 1844-1943. Vol. 2, (1978), p. 62, TORTELLA CASARES, T., Una guía de
fuentes sobre las inversiones extranjeras en España. (1780-1914), Madrid, 2.000, pp. 113-114 y
BRODER, A., Le role des interets étrangers dans la croissance économique de l`Espagne: 1.815 -1.913.
Etat, entreprise et histoire, Paris, 1.979, pp. 990-991.
176
Esta sociedad se funda el 16-6-1865 como una comanditaria de 3.500.000 francos de capital en base a
varias concesiones mineras de la zona de Belmez-Peñarroya, Archivos Metaleurop (ARMETALEUROP
en adelante), PYA- Titres divers. N° 94.
134
plena cuenca de Bélmez, con el que alimentar los tráficos de la compañía ferroviaria y
generar un comercio de excedentes con Madrid, además de la posible explotación de los
yacimientos plumbíferos de Córdoba y Badajoz.

Sin embargo, en los años posteriores a su fundación, los planes de ambas


sociedades sufrieron importantes cambios como consecuencia de la crisis económica.
La firma Parent & Schaken desapareció como tal entre 1.865 y 1.868, al reconvertirse
en la sociedad Fives et Lille, y los apuros financieros forzaron la entrada en la Badajoz
de la Société Genérale, que le concedió una serie de créditos en garantía de sus
obligaciones177. La CHMB, por su parte, se reconstituyó en sociedad anónima en 1.869,
con un capital de 5 millones de francos, y un consejo de administración participado en
4/7 por Parent & Schaken (Fives et Lille) y en 3/7 por la Société Général178. Aunque a
posteriori se incorporarían a su accio- nariado el CIC, la banca Mirabaud & Puerari y
la casa Cahen d'Anvers, que tomaron conjuntamente 1,5 millones del capital en
acciones179.

En agosto de 1880 Huelin recibió un préstamo de 2 millones de ptas. de los


Rothschild, con hipoteca de algunas propiedades rústicas, 70 minas y concesiones del
interior y el compromiso de entregar la totalidad de los plomos que produjeran sus
minas y compañías.

Salvada la crisis las dificultades financieras tendieron a desaparecer, pero la


necesidad de rentabilizar las líneas y los proyectos expansivos de las compañías
ferroviarias en liza generaron nuevas incertidumbres, que tendieron a complicar
extraordinariamente el panorama de las comunicaciones en el sur de la península.

El problema surgió en el momento en el que los planes de la Badajoz se entre-


cruzaron con los de Jorge Loring Oyarzabal, que se había embarcado en 1.874 en un
ambicioso proyecto para crear una red ferroviaria andaluza con la colaboración de
Joaquín de la Gándara y el apoyo incondicional de Tomás Heredia y Manuel Larios. La
177
GILLE, B., Histoire de la Maison Rothschild. Ginebra – París, París, 1.968, pp. 58-59, BRODER, A.,
Le role des interets étrangers dans la croissance économique de l`Espagne: 1815 -1913. Etat, entreprise
et histoire. Paris, 1.979, pp. 992-993 y 997-999 y TEDDE DE LORCA, P., Las compañías
ferroviarias, p. 62.
178
ARMETALEUROP, PYA- Titres divers. N° 94.
179
CHASTAGNARET , G., L’Espagne, puissance minière dans l’Europe du XIXe siècle, Madrid, 2.001,
p. 515.
135
situación era ciertamente comprometida para la sociedad de los Rothschild, puesto que
Loring y sus socios amenazaban con la unión de sus líneas y las de la Badajoz que,
vinculadas por el enlace Córdoba-Belmez- Almorchón, lograrían formar un nuevo eje
que conectaría Madrid con el sur, en detrimento de sus líneas.

Los temores de los Rothschild se confirmarían en diciembre de 1.876, cuando la


Badajoz consiguió la autorización legal de su empalme con Madrid, así como el ramal
Aljucén-Cáceres, que le concedían dos nuevos accesos al norte, independientes de los
de MZA180. Loring y Gándara, por su parte, aceleraron la creación de la Compañía de
los Ferrocarriles Andaluces, escriturada el 30-51877, a la que se incorporaron toda sus
líneas y, virtualmente, la Córdoba- Belmez181, conformando una red de más de 700 km.,
a la que se unió enseguida la concesión de la línea Linares a Puente Genil.

En los meses siguientes, en contestación a sus rivales, MZA se hizo con la


concesión Sevilla-Huelva y entró en contacto con H. Roux, dueño de un yacimiento de
carbón descubierto en Puertollano, al que se planteó un acuerdo de alquiler o compra de
la mina o una cesión de la producción. El objetivo último de la operación era abortar la
rentabilidad de la CHMB y de los tráficos de carbón de la Badajoz, que no podría
aspirar a ninguna competencia sobre Linares ni Madrid si se confirmaban los informes
sobre Puertollano. Por lo tanto, la Agencia de los Rothschild en Madrid se mostraba
partidaria de solicitar la concesión de una línea que uniera Puertollano con la línea de
Córdoba, en Santa Cruz, que constituían de 40 a 50 km. de fácil ejecución182.

La tensión de los acontecimientos llegó a su extremo en 1.878, cuando nuevos


elementos tendieron complicar aún más la situación: en primer lugar, Schaken
garantizados con obligaciones de la Badajoz, por lo que cabe la posibilidad de que le
devolvieran la deuda en acciones de la CHMB. Algo similar debió ocurrir en el caso de
la Société Genérale y la Casa Mirabaud. Gándara decidió asociarse con Moret para
potenciar el proyecto del ferrocarril de la frontera portuguesa a Cáceres y las minas de

180
Cartas de Bauer 13/1/1.876, 5/2/1.876 y 1/12/1.876, Archivos Rothschild Londres (ARL en adelante)
XI/109/121 y 123.
181
TEDDE DE LORCA, P., Las compañías ferroviarias, p.75. La Sociedad del Ferrocarril
Córdoba-Espiel- Belmez suspendió pagos el 18-5-1875, dejando como acreedor mayoritario a los
constructores, Heredia, Larios y Loring. La línea se subastó el 10/1/1.880, momento en el que los
Andaluces la adquiere definitivamente.
182
Carta de Bauer 8/5/1.877 y 29/6/1.877, ARL XI/109/124.
136
fostatos de esa provincia, lo que les ponía en franca competencia con la Badajoz, cuyo
mayor activo era la exclusividad de su entronque con Portugal; por otro lado, Manuel
Pastor, dueño la concesión Mérida-Sevilla, hizo una propuesta a MZA para traspasarle
su línea en construcción. Así las cosas, las opciones se multiplicaban: cabía la
posibilidad de que la Badajoz, los Andaluces y la Cía. de Cáceres limasen sus
diferencias en cualquier momento y decidiesen vincular todas sus líneas; MZA podía
aliarse con la Badajoz y entroncar sus redes hacia el sur con una línea de Belmez a
Sevilla, sin depender de los Andaluces, o bien aguantar temporalmente con su red; y,
por último, a MZA le quedaba la opción más extrema, que consistiría en comprar la
totalidad de las redes de Andaluces y la Badajoz, que sumaban más de 1.500 Km. de
tendido ferroviario, lo que podía poner en serio peligro la rentabilidad de todo el
proyecto ferroviario de los Rothschild en España183.

No obstante, el inicio de la nueva década trajo un giro radical a la situación. En


diciembre de 1.879, los socios de la Cía. de Badajoz decidieron tirar la toalla y vender
la línea a MZA. Sus directivos habían apostado por llevarse la línea de Mérida y habían
creído estar negociando con Pastor en exclusiva, cuando éste lo había estado haciendo a
la vez con todos sus interlocutores. Al verse fuera de cualquier acuerdo, al consejo de la
Badajoz no debió quedar muy convencido de poder alcanzar un nivel de tráfico
suficiente como para rentabilizar la línea y competir con MZA, por lo que acordó la
integración con sus competidores, en mayo de 1.880184. Por otra parte, en el verano de
1.881, Huelin había incumplido los plazos de entregas del mineral acordados con los
Rothschild y tuvo que firmar dos nuevos contratos, renegociando su situación. Por ellos,
y en compensación por su retraso, cedió a los banqueros los derechos de uso de los
grupos Consecuencia y San Antonio hasta 1.910, lo que venía a suponer la práctica
totalidad de sus intereses mineros en La Mancha y en los yacimientos de plomo de
Berlanga y Peñarroya185, lindando justamente con los terrenos de la CHMB.

183
Cartas de Bauer de 2/11/1.877, 2, 9 y 20/6/1.878 y 18/10/1.878, ARLXI/109/125 y XI/110/9 y
BRODER, A., Le role des interets…, p.1.286.
184
Cartas de Bauer 8 y 12/6/1.878 y 27/12/1.878, ARLXI/110/9 y 10 y Memoria MZA, 1880, pp. 14-21.
185
Incluían sus concesiones en La Mancha (La Victoria, San Serafin y el grupo Collado (luego San
Quintín)) y Extremadura (La Carolina y las de Azuaga). De su deuda se hacía cargo la Compañía
d'Aguilas, a la que Huelin cedió el contrato de entregas de mineral. ARP, 132AQ354 .
137
El nacimiento de la SMMP

En apenas dos años los Rothschild se encontraban con un patrimonio que había
que rentabilizar y por ello se prestaron a iniciar conversaciones con sus viejos rivales de
la Badajoz, fuera de la órbita de influencia de Loring y su grupo, para vincular sus
intereses mineros. A los socios de la CHMB, tras perder el control de su línea
ferroviaria, no les quedaba otra alternativa que atenerse a un acuerdo amistoso, a riesgo
de quedar aislados por el norte o ponerse en manos de los Andaluces. Ante las dos
opciones, la dirección decidió unirse al más poderoso de sus contendientes.

En la negociación se decidió mantener la identidad de la CHMB como empresa


carbonífera y crear una sociedad gemela que se dedicara exclusivamente al plomo, bajo
las siglas SMMP (Société Minière et Metallurgique Peñarroya). La Hullera le cedió sus
intereses en la minería del plomo, incluidas sus minas alquiladas o en propiedad y la
fundición de plomo que tenía en Peñarroya186. Los Rothschild, por su parte, no ponían
más que sus contratos con Huelin y, además, exigían un porcentaje del 37% de los
beneficios netos de estas concesiones y la exclusividad en las ventas. La primera
asamblea de accionistas de la nueva sociedad, de 12-10-1.881, reconoció como
accionistas mayoritarios a los Rothschild y la banca Mirabaud-Puerari, aprobó sus
estatutos y aceptó el capital social de 5 millones de francos, con los que se pagarían los
primeros plazos del alquiler de los activos de Huelin y los aportes de la CHMB187.

Es importante indicar a este respecto que la maniobra de los Rothschild no puede


entenderse aisladamente, ya que se enmarca en una nueva estrategia de la familia de
banqueros, que tendió en esos años a tomar iniciativas industriales más comprometidas.
Se trataba de aprovechar la experiencia de la Casa en los mercados de materias primas,
pero también de crear nuevas vías de negocio en España, ahora que la competencia en
las finanzas públicas se hacía más fuerte y que comenzaba a agotarse el negocio de los
ferrocarriles. Como fruto de esta nueva inquietud se abordaron otros negocios mineros,
también de la mano de los Mirabaud, como la Cía. de Boleo y Le Nickel, y pocos años

186
ARMETALEUROP, PYA, PYA-Juridique. N° 257. Procès-Verbaux des Séances du Conseil
d'Administration (P.V.S.C.A. en adelante), Libro 1, sesión de 19-10-1.881 y Memoria SMMP 1.882.
187
Actas de la primera y segunda asamblea general de constitución de la sociedad, y Estatutos de la
sociedad de 6/10/1.881 y contrato de 17/6/1.881, ARMETALEUROP, PYATitres divers, n° 94 y
contratos de 23/11/1.881 y 7/3/1.882, ARP, 132AQ 354. Las minas metálicas y la fundición se tasaron en
3.070.422 francos, Memoria SMMP 1.882.
138
más tarde se produjo su entrada en la Riotinto Co, que les concedería el control de la
otra gran empresa minera en España y, por extensión, un protagonismo aún mayor en el
mercado internacional de metales no ferrosos.

La consolidación del proyecto

La SMMP no fue al nacer ni la primera ni la más importante empresa minera del


plomo en el sur de España. No obstante, como bien dice Nadal, el primer éxito de
Peñarroya vino dado por la unión de tres elementos fundamentales para rentabilizar sus
activos frente a la competencia: disponibilidad de carbón, buenas comunicaciones y una
decidida vocación industrial; a lo que podríamos sumar el conocimiento y control de los
mercados de sus fundadores188.

Peñarroya tuvo en todo momento resuelto el problema energético por su alianza


implícita con la CHMB, que dotó a su fábrica del carbón necesario para alcanzar un
nivel de fundiciones muy aceptable con los minerales que llegaban de sus yacimientos
de Extremadura y Ciudad Real. Sus hornos estaban capacitados en 1.882 para tratar
3.000 Tm. de mineral de primera, de un tenor del 72% de plomo y 500 gr./Tm. de plata,
y 500 toneladas de mineral de 2a, con una pureza del 45% de plomo y 480 gr./Tm. de
plata189. No obstante, en 1.885 la sociedad intentó ampliar su capacidad de refino y
extender su influencia al Mediterráneo a través de una serie de contratos con la Cía.
d'Aguilas y la Cía. Metalúrgica del Levante para compartir sus fundiciones en
Cartagena, Garrucha y Almería190. Estos acuerdos llevaron al primer fracaso de la
sociedad, que no fue capaz de superar con éxito las dificultades de maniobrar entre los
pequeños abastecedores del sudeste, y fueron abandonados en 1.886 y 1.887. No ocurrió
lo mismo en la fundición de Peñarroya, que pudo incrementar espectacularmente sus
rendimientos gracias a sucesivas mejoras técnicas, que incluyeron las recomendaciones
para la obtención de plata ofrecidas por el personal de la fábrica de El Havre de los

188
La producción se colocaba, por lo tanto, en torno a la 1.500 Tm. de plomo de primera fusión, con unos
1.500 kg. de plata, y 615 Tm. de plomo de segunda fusión, con un contenido de 240 kg. de plata.
ARMETALEUROP PYA-Juridique. N° 257. P.V.S.C.A. Libro 1. sesión de 22-031882.
189
Estos contratos, o al menos el segundo de ellos, fueron propiciados probablemente por los Rothschild.
190
ARMETALEUROP, PYA-Juridique. N° 257. P.V.S.C.A. Libro 2 sesión de 12/10/1.887.
139
Rothschild, que visitó la instalación en 1.887191. Merced a ello, su producción de plomo
se triplicó entre 1.885 y 1.889, de tal manera que, en ese último año, la fábrica ya no
daba abasto con los minerales que recibía, por lo que se decidió aumentar el taller de
fusión, con el fin de tratar más minerales de su área de influencia192.

A continuación, con el objeto de intentar optimizar el abastecimiento y ponerlo a


la altura de la nueva capacidad de refino, la dirección optó por construir una línea de
ferrocarril propia, que uniera Peñarroya con Fuente del Arco, pasando por las minas de
Azuaga y Fuenteovejuna para conectar con el puerto de Sevilla, donde los clientes de
los Rothschild podrían recoger los plomos que remitiera Peñarroya. El anteproyecto se
encomendó, lógicamente, a la Compagnie Fives- Lille y se iniciaron contactos con MZA
para la ejecución y explotación de la línea proyectada. MZA llegaría a unirse en un
primer momento al proyecto pero, finalmente, se echó para atrás, por lo que la sociedad
tomó sola las obras de los 69 km. de vía, que se fueron concluyendo por fases193.

Una vez que se pusieron en marcha todos estos proyectos los propios directivos
de la sociedad, procedentes o no de la Hullera, comenzaron a plantearse lo
inconveniente que suponía mantener dos entidades separadas con tantos intereses
comunes, aunque con trayectorias divergentes194. La CHMB dedicaba una porción cada
vez mayor de su producción a Peñarroya y tenía que competir con las minas de
Andaluces por el resto del mercado, por lo que su crecimiento estaba estancado, en tanto
que Peñarroya había visto crecer su producción y sus expectativas. El propio mercado
financiero se había hecho eco de las posibilidades que estaba alcanzando Peñarroya,
que en 1.892 fundía 20.000 Tm. de plomo y repartía un considerable dividendo del
14%, por lo que sus acciones duplicaban su nominal, hasta rozar los 1.200 francos,

191
Mientras se terminaban las obras de Peñarroya, la dirección decidió alquilar a la casa Viuda de
Villanova e Hijos su fundición de Puertollano, ARMETALEUROP, PYA-Juridique, N° 257. P.V.S.C.A.
Libro 2, sesiones de 17/4/1.889 y 18/02/1.891.
192
El primer tramo, entre Peñarroya y la mina Triunfo, se pudo cerrar el 23-6-1895 y, el resto,
progresivamente entre 1.896 y 1.897. ARMETALEUROP PYA-Juridique. N° 257. P.V.S.C.A. Libro 2,
sesiones de 18-3-1891, 19-10-1.892 y 23-11-1.892 y memorias SMMP de 1.891 a 1.897.
193
ARMETALEUROP PYA-Juridique. N° 257. P.V.S.C.A. Libro 2, sesión de 21/12/1.891.
194
GARCÍA GARCÍA, L., Propiedad minera y compañías en la cuenca del Guadiato, Actas del 1er
Congreso de Historia de Andalucía, Córdoba, 1.979 Vol. 1., p. 555.
140
después de haber cotizado seis años por debajo de la par195. La conclusión era clara y,
tras breves conversaciones, ambas sociedades decidieron fusionarse en 1893 para
aprovechar mejor las sinergias y potenciar la faceta metalúrgica196.

Tras la absorción, la SMMP se pudo volcar en multiplicar su capacidad de refi-


no, con una ambiciosa política de expansión basada en la compra de yacimientos y la
firma de nuevos contratos de abastecimiento: en 1.894 cerró uno con la Cía del Horcajo
para fundir sus galenas, al que siguieron otros con las minas Demetrio, San Rafael y
Terreras, que sumaron unas 18.000 Tm. anuales; y en 1.896 Peñarroya se hizo con la
mina Llerense, colindante con otras propiedades suyas en Azuaya, y negoció la compra
de las explotaciones que tenía en Ciudad Real en régimen de alquiler o propiedad
compartida197, entre las que se incluyó la adquisición a los Rothschild de sus derechos
sobre las concesiones Consecuencia y S. Antonio198.

La consolidación de su patrimonio en La Mancha animó a la dirección de


Peñarroya a construir un segundo ramal ferroviario en el norte, desde Puertollano a las
minas del Grupo San Quintín. Una línea de 25 km. que sería operativa en 1899. De
manera que, a principios de siglo, Peñarroya tenía todos sus yacimientos e instalaciones
conectadas por ferrocarril199. Paralelamente, la sociedad negoció con MZA contratos
especiales para dar salida a sus plomos por Sevilla. MZA le cedió parte del material
necesario para los traslados e, incluso, un ingeniero para organizar los tráficos200. Por su
parte, Peñarroya ofreció contratos preferenciales de carbón a MZA, a precios inferiores

195
La unión se concretó en forma de una absorción, en la que se reconocía la superioridad de los activos
de Peñarroya sobre los de la Hullera a razón de 2/3 sobre 1/3, en el nuevo capital de 10 millones de
francos. ARMETALEUROP PYA-Juridique. N° 257. P.V.S.C.A. Libro 2, sesión de 22/6/1.893.
196
De la Sociedad Victoria, que le alquilaba las minas S. Froilán y La Victoria, se consiguió el traspaso
del dominio de los yacimientos. ARMETALEUROP PYA-Juridique N° 257. P.V.S.C.A. Libro 2,
sesiones de 23/04/1.896, 22/10/1.896, 29/12/1.898, 11 y 12/11/1.899, 24/12/1.896, 28/01/1.897 y
11/02/1.897.
197
Acuerdo de 16/3/1.897, confirmado el 29 de marzo (ARP 132AQ354), al que se sumó otro acuerdo
con un consorcio inglés que poseía el resto de los derechos mineros de Huelin. Con relación a
Consecuencia y San Antonio debe indicarse que estas concesiones eran un auténtico laberinto de
derechos de propiedad que Peñarroya fue adquiriendo progresivamente desde su fundación hasta 1900,
cuando se decidió comprar a los sucesores de Huelin el resto de las minas que provenían de la
testamentaría del comerciante por 625.000 ptas. ARMETAEUROP PYA-Juridique, n° 257. P.V.S.C.A.
Libro 4, sesiones de 27/9/1.900 y 16/10/1.900 y PYA-Titres divers, n° 117.
198
Memorias SMMP de 1.898 a 1.900.
199
AFFE, MZA, Secretaría del Consejo, legajo 016-03 y ARMETALEUROP PYA-Juridique.
200
N° 257. P.V.S.C.A. Libro 3, sesión de 24/10/1.895.
141
al que ofrecía a sus propias filiales. En 1.898 Peñarroya llegaría al punto de respetar el
contrato con MZA cuando decidió subir los precios del carbón un 50% a todos sus
clientes201. De manera que se reforzaba aún más la ventaja de la sociedad frente a todas
las fundiciones del interior en cuanto a abastecimientos y distribución de sus productos.

La primera fase expansiva de Peñarroya

La SMMP era ya, a la altura de 1900, una empresa de singular importancia en el


panorama minero-industrial del sur de España. Desde su fusión con la Hullera había
vuelto a duplicar su capacidad de refino, colocándose en el primer lugar entre los
productores de mineral de plomo de Badajoz y el segundo en Ciudad Real 202. El
crecimiento de la sociedad tiene incluso más valor en tanto que se produce en un
contexto continuado de bajada de precios y frente a una competencia cada vez más
amenazadora de los productores norteamericanos en el mercado internacional del
plomo. Sin embargo, el gran crecimiento de esta sociedad estaba aún por llegar.

El primer paso de gigante lo dio Peñarroya al conseguir hacerse en 1900, en un


intervalo de meses, con los principales yacimientos de carbón rivales de Bélmez. En
enero llegó a un acuerdo con Cristino Martos para comprarle ocho minas colindantes a
su yacimiento de El Terrible, por 2,7 millones de pesetas. La adquisición incluía el pozo
Antolín, que pronto descollaría como uno de los más importantes de la zona, pero
apenas puede compararse con la incorporación de las minas Sta. Elisa, Ana y Pequeña,
que los Andaluces controlaban a través de la Sociedad Carbonera Española. Según
Nadal, los Ferrocarriles Andaluces decidieron desprenderse de su patrimonio minero a
consecuencia de un incremento en los costes de su red, de tal manera que, tras
asegurarle Peñarroya el abastecimiento futuro de su parque de tracción, se acordó el
pago de 12 millones de pesetas por todo el activo203. Para financiar la operación la
dirección acordó un arreglo de sus acciones, consistente en el desdoblamiento de sus
títulos de 500 francos en dos de 250 y la emisión de 16.000 acciones nuevas, a 1.150
francos. Se recaudaron, por tanto, 18.400.000 francos, aunque el capital social nominal
de la sociedad apenas remontara cuatro millones, hasta alcanzar los quince. Tras estas

201
ARMETALEUROP PYA-Juridique, N° 257. P.V.S.C.A. Libro n°3 , sesión de 26/5/1.898.
202
PÉREZ DE PERCEVAL, M.A. y SÁNCHEZ PICÓN, A., El plomo en la minería española del siglo
XIX. Evolución del sector y panorama empresarial, Documento de trabajo nº 2001, Madrid.
203
NADAL, J., Moler, tejer y fundir: estudios de historia industrial. Barcelona, 1.992, p. 245.
142
operaciones Peñarroya procedería a incorporar progresivamente el resto de las
concesiones del Guadiato, justificándose siempre en la conveniencia de reducir costes a
través de economías de escala204.

Con este importantísimo salto adelante en la capacidad energética la dirección de


Peñarroya se lanzó con decisión a una nueva ampliación de los abastecimientos, que se
adecuara mejor a su capacidad creciente de transformación. La vía que se eligió esta vez
fue la de combinar la adquisición de nuevas minas con el establecimiento de filiales con
sus abastecedores tradicionales. Sociedades que, singularmente, coincidían en la
carencia de capital y medios técnicos, de los que Peñarroya hacía ostentación.

La primera de ellas surgió en 1.902 de un nuevo acuerdo con la Cía. del


Horcajo. Esta empresa solicitó colaboración financiera de Peñarroya para explotar la
última concesión que le quedaba: La Salvadora. Peñarroya estuvo de acuerdo en crear
una compañía al efecto, con un capital de 1.300.000 ptas., en la que la El Horcajo
pondría la concesión, inmuebles y material, valorado todo ello en 600.000 ptas. y la
SMMP tomaría el resto en acciones. La sociedad resultante, que se llamaría Nueva
Sociedad de Minas del Horcajo, rendiría considerables beneficios hasta 1911. Al año
siguiente le seguiría un acuerdo con la Sociedad Escombreras Bleyberg para crear la
Sociedad Minera de Villanueva del Duque, con un capital de 1.600.000 Ptas., que
explotaría conjuntamente La Pepita; concesión que en los años venideros se haría
famosa por explotar el filón El Soldado, el más rentable que tuvo nunca la sociedad en
España. Con total solución de continuidad, se compró a los Figueroa el Coto Bonaplata,
en Bailén, que incluía a la mina El Correo. Con estos activos se constituyó en 1907 la
Cía. Industrial Minera de Linares, de 4 millones de ptas. de capital, al 50% con la
Sociedad de Antiguos.

Establecimientos Sopwith, que aportó la mina La Tortilla. Un acuerdo similar


llevó a la creación de la Cía. Minera de Villagutiérrez, tras un pacto con La Mancha
Syndicated Ltd. Esta sociedad tomaría un capital de 2.400.000 ptas. y, como en el caso

204
En 1.903 absorbió la sociedad El Porvenir de la Industria, que pertenecía a la Sociedad Hullera
Antracita; en 1911 se compran a Segunda Berazaluce y Dolores Muguera otras 18 concesiones, por
150.000 ptas; en 1912 a los hermanos Bedel Sharpe 30 minas más, por otras 500.000 ptas; y en 1914
todas las concesiones de MZA en la cuenca, por 390.000 Ptas., hasta totalizar 84 yacimientos. García
(1979), pp. 544-547, Nadal (1992), pp. 240-245, ARMETALEUROP, PYA-Juridique. N° 257,
P.V.S.C.A. Libro 4, sesiones de 27/9/1.900 y 16/10/1.900 y Memoria SMMP de 2/6/1.903.
143
anterior, ambos socios aportarían propiedades mineras en activo: la empresa británica la
mina Villagutiérrez y Peñarroya su mina La Victoria205.

Todas estas ampliaciones se vieron acompañadas de la consabida extensión de la


línea del ferrocarril hacia el este, siguiendo la estela de las nuevas adquisiciones206. De
tal manera que, una vez concluida esta etapa de expansión, la SMMP era capaz de hacer
llegar a sus instalaciones industriales y tratar una cantidad muy superior de galenas de
las que producían sus propias minas, en una estrategia en la que se ha primado la
actividad metalúrgica y el aprovechamiento de sus yacimientos carboníferos. Como
prueba de su marcada vocación industrial, Peñarroya era capaz de producir 57.950 Tm.
de plomo dulce en 1908 (el 30,8% del total nacional), consolidándose como el número
uno de la producción española de ese metal.

Por añadidura, los ingenieros de la SMMP supieron optimizar los aspectos


técnicos, diversificando la producción tradicional de plomo y plata hacia otros
productos derivados que incrementasen el valor añadido de la fábrica de Peñarroya.

Desde 1.908 se pudo empezar a recuperar el cinc de los minerales que procedían
de la mina de S. Froilán, hasta el punto de que la dirección se animó a crear un apartado
específico para obtener este metal en la fundición. Fue a raíz de este proyecto cuando
los ingenieros de la fábrica propusieron obtener ácido sulfúrico empleando el ácido
sulfuroso que desprendía la tostación de las blendas. El taller de tostación de zinc daría
una producción de ácido sulfúrico superior al consumo interno (unas 1.500 Tm./año),
por lo que podría dedicarse el resto para fabricar superfosfatos, de gran demanda entre
los agricultores de la zona. En 1.909 se terminaron los estudios para construir una
fábrica con capacidad para producir anualmente 7.500 Tm. de ácido y 10-12.000 Tm. de

205
Memoria SMMP de 1.906 y Anuario de Minería, Metalurgia, Electricidad e Industrias Químicas de
1.912, pág. 202.
206
Salvo la de Linares, claro está, que ya estaba conectada por ferrocarril. El primer tramo, de 7 Km.,
conectó en 1901 las minas de Sta. Elisa con el Grupo Cabeza de Vaca; los siguientes, entre Peñarroya y
Pozoblanco (de 53 Km.) y Pozoblanco y Conquista (40 km.), se concluyeron en 1905 y 1907, así como el
tramo hasta el Horcajo, a falta tan solo del trecho hasta Puertollano, que se finalizó a inicios de los años
veinte. Memorias SMMP 1.901-1.920.
144
superfosfatos, pero fue tal la demanda de sus productos que, antes de su inauguración,
en 1.911, ya estaba ampliándose para alcanzar las 40.000 Tm.207.

Las buenas perspectivas y los resultados de estas actividades dieron lugar a la


creación de otras dos filiales: la Sociedad de Piritas de Sevilla y la Sociedad Española
de Tejidos Industriales. La primera se generó como un medio para asegurarse el
abastecimiento del azufre para los superfosfatos, ahora que sus expectativas superaban
con creces las posibilidades de los gases de las blendas208. En el segundo de los casos la
compañía se las volvió a ingeniar para obtener un beneficio comercial de una parte de
su producción, al llegar a un acuerdo con la Cie International de Brevets Textilose, para
crear una filial para fabricar «textilose». Este material, a base de papel y algodón, era
muy apto para fabricar los sacos para expedir los productos cada vez más variados de
las plantas de Peñarroya y su bajo coste dejaba margen de beneficio. La fábrica se ins-
taló en Peñarroya y se escrituró con un capital de 2.800.000 ptas. La iniciativa sería un
éxito y un año más tarde la planta había tomado también funciones de papelera, por lo
que la dirección técnica solicitó una ampliación de su capital de 2.100.000 francos.

Tras el impulso obtenido por los nuevos acuerdos, Peñarroya inicia un tercer
ciclo de expansión absorbiendo, en 1912, a la Sociedad Escombreras Bleyberg209. Por
esta operación, Peñarroya se hacía de una tacada con una fundición en Cartagena, la
fábrica de cinc de Bleyberg, en Bélgica, 42 minas en Cartagena y Mazarrón (10 en
explotación) y 62 participaciones en otras minas, entre las que estaban numerosas
acciones de Charbonnages de Puertollano; el yacimiento al que había renunciado MZA
tras absorber el Ciudad Real-Badajoz y que producía el resto de los carbones del sur de
la Península que aún no controlaba Peñarroya210. La sociedad había dado un
importantísimo paso adelante en su capacidad industrial, sin embargo, al año siguiente,

207
ARMETALEUROP, PYA-Juridique, N° 258. P.V.S.C.A. Libros 5 y 6, sesiones de 18/6/1.908,
28/1/1.909, 27/7/1.911, 30/11/1.911, 7/5/1.912 y 28/11/1.912. También se prepararon los hor nos de coke
para recuperar los gases de sulfato amónico y se construyó un pequeño taller para transformar en sulfato
de cobre numerosos subproductos de la fundición y otro para tratar el sulfato de zinc.
208
Peñarroya constituyó una filial de la Sociedad de Piritas, con un nuevo capital de 1.300.000 pesetas,
que aseguró hasta 30.000 Tm./año de piritas, al precio vigente en el mercado. ARMETALEUROP, PYA-
Juridique. N° 258. P.V.S.C.A., libro 5, Sesión de 26-9-1912.
209
ARMETALEUROP, PYA-Juridique N° 258. P.V.S.C.A. Libros 5 y 6, sesiones de 31/10/.1912 y 2 y
6/11/1.914.
210
ARMETALEUROP, PYA-Juridique. N° 258. P.V.S.C.A. Libro 5, sesión de 20/2/1.912.
145
se supera a sí misma adquiriendo la Sté. des Produits Chimiques de Marseille
l'Estaque211, que poseía una fábrica de productos químicos y una fundición de plomo en
Marsella, y todos los activos industriales de la familia Figueroa, consistentes en la
fábrica de San Luis, en Linares, preparada para producir 20.000 Tm. de plomo dulce, la
de S. Ignacio, en el barrio cartagenero de Santa Lucía, lista para producir 10.000 Tm. de
plomo y desplatar 5.000 Tm., otras tres de transformados de plomo en Marsella,
Barcelona y Lisboa, y otro gran paquete de acciones de Charbonnages212.
Todas estas absorciones se cerraron con sendas ampliaciones de capital de
Peñarroya, que entregó acciones propias a los propietarios de las sociedades ane-
xionadas en compensación por sus aportaciones: a los de Escombreras Bleyberg

El origen de esta importante ampliación de activos fue una entrevista entre el


Consejero Delegado de Peñarroya, Charles Ledoux, y Pernolet, presidente de
Escombreras. Éste pretendía llegar a un acuerdo para de potenciar los trabajos
conjuntos, que exigía la participación del personal de la SMMP en pozos de
Escombreras. Ledoux aprovechó la ocasión para comentarle que esos trabajos en común
debieran generalizarse y ofreció una fusión, que Pernolet acepta,

La iniciativa se debió esta vez a Frederick Ledoux, cuando se encontraba en


Marsella para comprar unos terrenos para una fundición. El Director General de
Peñarroya trabó allí contacto con los directores de la Sté. des Produits Chimiques de
Marseille l'Estaque, cuyos terrenos lindaban con los que tenía apalabrados Peñarroya.
Juntos convinieron en mantener una relación más estrecha, por las ventajas que
supondría la conexión de la metalurgia del plomo con la producción de productos
químicos, en la que estaba especializada l'Estaque. Como en el caso anterior, se
entendió que una absorción sería el mejor medio para facilitar esa vinculación.

La incorporación de estos activos fue voluntaria, esta vez a iniciativa de los


Figueroa, Alvaro y Gonzalo, Conde de Romanones y Marqués de Villamejor,
respectivamente, que pasaron a formar parte del Consejo de Peñarroya, se le entregaron
15.000 acciones, a los Figueroa 4.250, a los del ¡'Estaque 2.500 acciones y otras 3.500

211
«Informe sobre Peñarroya, 1.913», Archivo Ministerio Francés de Economía y Finanzas. B-31193 y
ARMETALEUROP, PYA-Juridique, N° 258. P.V.S.C.A. Libro 5, 20/02/1.912.
212
ARMETALEUROP, PYA-Juridique. N° 258 P.V.S.C.A. Libro 6, sesión de 24/01/1.913 y Memorias
SMMP 1.913 y 1.914.
146
para los restantes accionistas de Charbonnages de Puertollano, que se fusionó con
Peñarroya en vísperas de la Primera Guerra Mundial48. El capital social de la compañía
quedó, después de intercambiar acciones y de alguna pequeña emisión extraordinaria,
para recabar fondos, en 24.375.000 francos49.

Por qué todas estas empresas aceptaron fusionarse con el nuevo gigante del
plomo es algo que solo puede explicarse en base a su propio agotamiento interno y a las
nuevas necesidades del sector, que progresivamente ha ido exigiendo una mayor escala
de producción para poder competir a nivel internacional. Para Peñarroya, en cambio, el
objetivo ha sido muy claro: a través de una base industrial amplia y consolidada y una
extensa red de abastecedores, se ha convertido en el mayor productor mundial de plomo
dulce en vísperas de la Primera Guerra Mundial (118.017 Tm. en 1914), con amplias
posibilidades de iniciar otros proyectos que distarán mucho de las pretensiones que
podían ofrecer las pequeñas concesiones que dieron lugar al nacimiento de esta
empresa.

147
FERROCARRIL

148
FERROCARRIL

A principios del siglo XIX el panorama que presentaba el país en el mapa de las
comunicaciones terrestres contrastaba sobremanera con el de otros países europeos. Si
tanto el trazado como la conservación de los caminos y carreteras españoles mostraban
una situación precaria, al hablar del ferrocarril tendremos que esperar hasta mediados de
siglo hasta que aparezcan las primeras líneas, a pesar de que como es harto sabido, el
primer proyecto de construcción de una línea ferroviaria española data de los años 20213.

Las causas para explicar el retardo que tuvo la implementación del ferrocarril en
España son variadas; F. Comín señala que la consecuencia principal fue la debilidad del
capitalismo español, en la inoperancia del gobierno y en el hecho de que los países más
desarrollados estaban inmersos en la construcción de sus líneas y no fue hasta 1.855
cuando empezaron a desaparecer estos obstáculos214.

La ineficacia gubernamental se vio pronto reflejada en la insuficiencia de dotar


de un marco legislativo beneficioso tanto para las empresas constructoras como para el
país, lo que propició una serie de leyes y reales órdenes que no eran otra cosa sino
rectificaciones de los errores que ocasionaban las anteriores. Previamente a la puesta en
escena del primer ferrocarril se había proyectado una regulación de las bases necesarias
para la construcción del tendido ferroviario por parte de las empresas peticionarias,
siendo la primera la R.O. de 31 de Diciembre de 1.844 que reglamentaba las
concesiones para producir un ferrocarril y en la cual el Estado velaba por salvaguardar
el interés general e instar a las empresas a cumplir los plazos y condiciones especulados
de antemano, dejándola entreabierta a la modificación del trazado de las líneas 215. El
inconveniente de esta disposición era que el Estado concebía al ferrocarril como un
servicio público albergando su titularidad pero dejando en manos de la iniciativa
privada su construcción lo que provocó una gran especulación puesto que las compañías
aspirantes sólo tenían la obligación de presentar en un periodo de diez a dieciocho

213
Línea ferroviaria que unía Barcelona y Mataró, con una longitud de 29 kilómetros; finalmente
inaugurada el 28 de octubre de 1.848.
214
F. COMÍN COMÍN, Hacienda y economía en la España Contemporánea (1.800-1.936), Madrid
1.988. vol.: I p. 352.
215
M. ARTOLA (Dir.), Los Ferrocarriles en España 1844/1943, Madrid 1.978. 2 Vols.: I. El Estado y
los ferrocarriles, pp. 40-45.
149
meses las propuestas, preservándole la exclusividad, así como, depositar un pequeño
aval como garante de la concesión el cual le sería devuelto si caducara la concesión. De
los más de 7.500 Km. autorizados sólo se habían concluido hacia 1.850 unos 50 km y
un centenar estaba en construcción.

Seis años más tarde el retraso del país con respecto a otras potencias europeas –
Inglaterra, Alemania y Francia- era cada vez más evidente, por ello se promulgó la ley
de 20 de Febrero de 1.850, de inspiración francesa, tras el fracaso de los dos proyectos
de ley anteriores el de Bravo Murillo en octubre de 1.847 y el del ministro de Comercio,
Instrucción y Obras Públicas Seijas Lozano en enero de 1.850, ambos bajo el gobierno
de Narváez. Esta nueva ley se centró en varios de los aspectos más fundamentales para
el desarrollo del ferrocarril, como eran: definir el trazado y el articulado de la red, el
sistema de explotación y la titularidad de las líneas. Sin embargo no será hasta la llegada
al poder de los progresistas cuando realmente se pueda hablar de un avance notable en
el ferrocarril español. La Ley General de Ferrocarriles, sancionada el 3 de junio de
1.855, supuso que el Parlamento adquiriera mayores competencias en la política
ferroviaria para encauzar los dos problemas que más preocupaban a los legisladores: la
reducción del tiempo de construcción y el de las subvenciones estatales. Las medidas
adoptadas más reseñables fueron las relativas a las concesiones de las líneas, tras
acalorados debates parlamentarios se llegó al acuerdo de que los ferrocarriles serían
propiedad del Estado, pues se tenía claro que debían ser un servicio público que a su vez
era el mayor garante para la generación de riqueza y estarían gestionados por la
iniciativa privada –para ello el poder público facilitaba la expropiación de terrenos y la
supresión de las tasas aduaneras para todo el material ferroviario necesario en su
construcción-. Las concesiones, reguladas por ley, tendrían un periodo máximo de
vigencia de 99 años, que al cumplirse restituían al Estado. El Gobierno además de
asegurarse la titularidad asumía otros cometidos; ayudando en la ejecución de las obras,
reintegrando parte del dinero invertido por las compañías o asegurando unos intereses
mínimos a las empresas216.

El siguiente paso que iba a dar la Administración era, por necesidad perentoria,
la formación de un plan general de ferrocarriles que encauzara de una forma racional el
sistema ferroviario español y que lo encumbrara, por fin, al status que poseían los

216
F. COMÍN COMÍN [et al], 150 años de historia de los ferrocarriles, Madrid 1998. Vol.I, pp. 56-60.
150
sistemas de algunos países europeos. Así pues, en el año 1.864 se va a aprobar una
partida presupuestaria para la creación de una comisión de ingenieros cuya acción
principal será la preparación de un estudio e informes que determinasen el orden de
preferencia de las líneas, los plazos de construcción y las subvenciones estatales, pues
muchos parlamentarios estaban preocupados por la posible crisis en la que entraría el
negocio del ferrocarril, el cual no daba beneficios y cuyas empresas estaban cada vez
más endeudadas, hasta el punto de ir pagando los intereses con cargo al capital. El 14 de
abril de 1.864 el gobierno redacta una R.O. para la formación de un primer anteproyecto
de ley. Los ingenieros consultados clasificaron el conjunto de las líneas existentes en
seis grandes grupos, su idea consistía en ampliar las comunicaciones entre las capitales
de provincias y Madrid a través de una red radial y configurar una red transversal que
pusiera en contacto otros núcleos de población y riqueza que en ese momento por falta
de comunicaciones no estaban siendo bien canalizadas. La idea era aprovechar los
beneficios del ferrocarril para conectar los centros agrícolas, mineros, etc. para ponerlos
en circulación en el mercado nacional e internacional a través de la conexión con las
fronteras y puertos marítimos217. Redactado el proyecto fue pasado para su aprobación a
la Junta de Caminos, Canales y Puertos en julio de 1.864 que tras muchas
deliberaciones lo rechazó, las razones esgrimidas fueron la de priorizar la construcción
de la red en sentido transversal para mejorar la comunicación interprovincial y reforzar
el comercio con las materias primas puestas en circulación con el nuevo entramado
ferroviario218.

El proyecto definitivo que acabaría convirtiéndose en plan general de los


ferrocarriles219 sería aprobado en 1.867 y seguía la clasificación anteriormente expuesta
de dividir las líneas existentes en seis grandes grupos220, englobando en ellos los
trazados radiales y transversales en diversas categorías para conformar la estructura de
la nueva red ferroviaria. También se hizo especial hincapié en el apartado de las

217
El anteproyecto redactado suponía que una vez terminada la red cubriera un total de 10.618 km, hasta
ese momento la construcción comprendía 3.800 km. Véase cuadro 13.
218
Esta revisión del proyecto suponía la puesta en marcha de 5.188 km de vía, lo que suponía un total de
12.248 km.
219
El plan general proyectaba la construcción de 3.402 km. de vía para alcanzar un desarrollo de 10.683
con lo que se ajustaba al primer proyecto de la Comisión de Ingenieros presentado en el año 1.864.
220
Estos grupos dividían el trazado en: Red del norte, del nordeste, este y su enlace con la del nordeste,
mediodía y su enlace con la del este, oeste y su enlace con las del mediodía y norte, noroeste y su enlace
con las del norte y oeste.
151
competencias estatales con el fin de agudizar la construcción, rentabilidad e intereses
tanto de las empresas como de los ciudadanos:

a) Impulso del estado con auxilios inmediatos y efectivos del mismo, en


la cuantía y de la manera que en cada caso se estimen suficientes y
posibles a las líneas que consideren de primera importancia.
b) Impulso del Estado para la formación de proyectos y auxilios pero
que en su día podrán otorgarse de igual modo que en el caso
precedente a las líneas de segunda importancia.
c) Protección a toda línea comprendida en la red y que los empresarios
quieran ejecutar, con o sin el auxilio de las provincias y pueblos
interesados221.

Cuadro 13

CARTA DEL ANTEPROYECTO DEL PLAN GENERAL DE


FERROCARRILES

221
Revista de Obras públicas, 1.867, Tomo II. pp. 251.
152
La llegada del Sexenio Revolucionario provocó un cambio en los planteamientos
económicos gubernamentales en materia de obras públicas, por lo que, el ferrocarril,
experimentó profundas transformaciones222. Una de las más importantes fue el cese de
competencias a Diputaciones y Ayuntamientos, con ello se buscaba descargar el déficit
presupuestario estatal que veía en la financiación del ferrocarril una autentica losa, más
aún, con los nefastos resultados consecuencia del periodo de crisis223 de 1.864-1.868, no
obstante esta medida no desligaba el sistema ferroviario del control del gobierno pues el
ministro Echegaray promulgó en 1.870 unas leyes que, a pesar de confirmar el no
intervencionismo estatal, si recogía una partida presupuestaria para salvaguardar el
sostenimiento ferroviario español.

Esta nueva fuente de financiación no quedó exenta de acusaciones y de


partidismos pues como es de preveer fueron las grandes compañías – MZA, Norte,
Zaragoza, Pamplona y Barcelona- las que captaron el 53,5% de los fondos de auxilio.

Como vemos a pesar de que el alegato doctrinal de los liberales del Sexenio iba
en contra del sufrago económico por medio de subvenciones a las empresas de iniciativa
privada hay que recalcar que en todo el periodo no faltaron las ayudas reguladas por ley,
como es el caso de la de 2 de julio de 1.870 que establecía la ayuda en metálico o en
obligaciones de ferrocarriles224. Durante la I República española las leyes en materia
ferroviaria no experimentaron grandes avances, sino al contrario, volvieron la vista atrás
y establecieron las medidas adoptadas por el primer gobierno revolucionario –Bases
Generales de 14 de diciembre de 1868- que establecían el cese de ayuda económica y un
mayor plazo de tiempo en las concesiones de las líneas, con la contrapartida que durante
los primeros años del sexenio se proyectaron multitud de obras públicas que por
motivos diversos – crisis y desconfianza en el sector- no pudieron llevarse a cabo y será
durante el periodo republicano cuando empiecen a materializarse, proyectos que
dejaban, una vez más, a la iniciativa privada a su libre ejecución. Pero no será hasta los

222
En 1.868 el gobierno regente dispuso la total suspensión del sistema de subvenciones a las compañías
ferroviarias aunque se creó un fondo de auxilio de bonos del Tesoro que se mantendría para el
sostenimiento de los caminos de hierro.
223
Véase al respecto G. TORTELLA CASARES, Los orígenes del capitalismo en España, Madrid 1972.
pp.183-200.
224
F. COMÍN COMÍN [et al], 150 años de historia de los ferrocarriles, Madrid 1998. Vol.I, p. 240.
153
años de la Restauración cuando podamos empezar a hablar de una recuperación y
expansión del ferrocarril.

Como hemos observado, la situación del ferrocarril era una máxima que
preocupaba a los diferentes gobiernos que se iban sucediendo; cómo no, la
reorganización del sector ferroviario sería de nuevo uno de los puntos más importantes
dentro del programa político y legislativo de las principales personalidades de la
Restauración. Tras la consecución de un periodo de calma político por parte de Antonio
Cánovas del Castillo, se emprendió la tarea de dinamizar este sector clave tanto en
intereses empresariales, políticos y sociales, para ello se siguió el camino emprendido
en agosto de 1.873 que establecía una subida de las tarifas que hasta ese momento
estaban comprando las empresas, precios estipulados por la ley de 1.855 y que hasta el
presente momento – 1.876- no se habían revisado en un intento de reorientar los
intereses de las compañías ferroviarias y los empresarios. Estas disposiciones tomadas
en base a la creación de una comisión que estipulase las nuevas tarifas, entre otros
asuntos, serán el germen para que el 23 de noviembre de 1.877 se aprobara una nueva
Ley General de Ferrocarriles y Tranvías, que para F. Comín “… fue continuista, pues no
implicó cambios sustanciales en cuanto a las modalidades de financiación de la
construcción ferroviaria, ya que el Estado seguiría auxiliando con fondos públicos la
construcción y exonerando a las compañías del pago de derechos arancelarios por el
material importado”. Las novedades que se recogían iban en la dirección de sus
predecesoras, estimular a la iniciativa privada estipulándoles que líneas eran las
preferenciales para construir intentado completar el trazado de hierro en zonas con
escasa infraestructura o completar los proyectos de las vías más importantes.

Otras de las innovaciones de la ley, como recoge el título, es que aborda la


construcción de tranvías y ferrocarriles de vía estrecha, mucho más económicos que los
de vía ancha. El gobierno de la Restauración quería a toda costa incentivar al sector y
paliar los efectos –todavía se hacían notar sensiblemente- de la crisis de los años
sesenta. Esta ley sería mejorada a comienzos del siglo XX pues mostraba carencias en
cuanto la financiación gubernamental y a la exclusión de algunos proyectos de
ferrocarriles de vía ancha que habían quedado postergados por dar preferencia a los de
vía estrecha.

154
El ferrocarril en la provincia de Córdoba

Durante nuestro periodo de estudio vamos a observar cómo se van a desarrollar


y culminar las diferentes obras y líneas existentes, pues fue durante el reinado isabelino
cuando comenzaron los primeros movimientos del ferrocarril en nuestra provincia.
Varias son las líneas que se proyectaron durante las décadas del 40 y 50 de hace dos
siglos al amparo de las noticias que procedían del exterior de cómo este nuevo invento
suponía una revolución en todos los sentidos en los lugares por donde pasase, así pues,
bajo el manto de diferentes proyectos, algunos desechados, tanto la Diputación como el
Ayuntamiento cordobés dispusieron todos los esfuerzos oficiales para que la ciudad
disfrutara de los beneficiosos efectos del nuevo medio de transporte.

Varios eran los puntos por los que el camino de hierro atravesaba la provincia,
aprovechando la situación geo-estratégica de Córdoba, pronto se vio beneficiada por el
trazado de vías nacionales que, por necesidad, tenían que circular por nuestra capital:

a) Línea de Córdoba - Sevilla. Línea Madrid – Cádiz.


b) Línea de Manzanares – Córdoba.

Otras sin embargo se construyeron al amparo de establecer una mejor conexión


entre distintas poblaciones andaluzas que sirviera para mejorar el comercio interior y
exterior, quedando configuradas desde un punto de vista gráfico en forma de cruz,
atravesando la provincia de Córdoba: de Norte (Valle del Guadiato) a Sur (Subbética) y
de Este (Alto Guadalquivir) a Oeste (Vega del Guadalquivir):

c) Línea Córdoba – Belmez.


d) Línea Málaga – Córdoba.
e) Línea Belmez – Castillo de Almorchón. Línea Ciudad Real – Badajoz.

El total de kilómetros proyectados que cubrían las líneas que unían Córdoba con
las diferentes ciudades ascendía a 981 kilómetros con 66 metros, de los que solamente
449 kilómetros y 459 metros discurrían por el término de nuestra provincia, lo que
suponía el 6.19 % del total de los kilómetros que para 1.884 estaban en explotación en
el país.

155
A continuación veamos con más minuciosidad como se desarrollaron las líneas
anteriormente descritas que pasan por nuestra provincia:

Línea de Córdoba - Sevilla

El trayecto que enlazaba las dos ciudades andaluzas por vía férrea fue
inaugurado al público el 2 de junio de 1.859 con una longitud definitiva de 130,016
kilómetros, tardándose en cubrir el trayecto 5 horas y 17 minutos a lo largo de las 13
paradas225 de las que constaba el itinerario.

Los primeros proyectos redactados para la unión de ambas capitales se remontan


a la década de los cuarenta pero no será hasta 1.853 cuando se apruebe la concesión por
la R.O de 25 de enero de 1.853226, a favor de José Joaquín Figueras, como representante
de una sociedad en la que también participaban como socios Juan Novés, Ramón
Figueras, Francisco Romá y José Prats. Cuatro años más tarde la sociedad de Figueras
traspasó el contrato a un grupo con gran participación extranjera: Juan Easthope, Carlos
P. Laffitte, Basilio Parent, Pedro Schaken; quiénes junto a miembros del Crédito
Mobiliario Francés y Español (Emilio e Isaac Péreire), constituyeron el 7 de junio de
1.857, en Madrid, ante el notario Manuel de la Fuente, la Compañía de Ferrocarriles de
Córdoba a Sevilla.

Las instituciones locales, Ayuntamiento y Diputación –cordobeses y sevillanos-


firmaron un convenio con la Compañía de Figueras en el que se establecía la
subvención de 5.000 duros anuales por cada legua de la provincia atravesada por el
trayecto durante veinte años […] empezando el pago cuando estuvieran terminadas el
tercio de la totalidad de las obras que debían empezar en Córdoba227. Por el contrario,
la Compañía del Ferrocarril, debía proyectar el trazado siguiendo los márgenes del río
Guadalquivir y asegurar el inicio de las obras no más allá de los cuatro meses una vez
aprobados por el estado los planos. No obstante, acuciado por problemas financieros
Figueras traspasa la concesión de la línea a la Compañía de Ferrocarriles de Córdoba a

225
Las trece paradas en cuestión que componían el trayecto Córdoba Sevilla, eran: Córdoba, Almodóvar,
Posadas, Hornachuelos, Palma del Río, Peñaflor, Lora del Río, Carmona, Tocina, Brenes, La Rinconada y
Sevilla.
226
En realidad el proyecto concesionario aprobado era Sevilla Andújar, dividido en dos secciones, la
primera unía Sevilla y Córdoba y, finalmente, esta última con Andújar.
227
A.H.DP.CO, C-3783, sesión diaria de 8 de enero de 1853.
156
Sevilla, en varios años solamente se construyeron una veintena de kilómetros, la cual,
recibió una sustanciosa subvención estatal – de la misma índole que la firmada años
atrás con las instituciones locales- al ser catalogada línea de primer orden por el
gobierno, lo que supuso un considerable impulso constructivo que culminó el 11 de
mayo de 1.856 con la inauguración del trayecto228. El material que dispuso la empresa
para cubrir las necesidades de los usuarios y de las empresas para el traslado de

228
A.H.P.CO., C 805/2. Copia autorizada del acta de inauguración del camino de hierro de
Córdoba y Sevilla, “En la Ciudad de Córdoba a ónce de Mayo de mil ochocientos cincuenta y seis […]
tubo lugar la inauguracion de los trabajos de esplanacion del Camino ó via ferrea que partiendo de esta
espresada Ciudad ha de concluir en la de Sevilla con arreglo a la Real orden que S.M. la Reina Doña
Ysabel Segunda […] se sirvió espedir con fecha veinte y siete de Abril procsimo pasado, […] El acto de
la inauguracion que fué precedido de un repique general de Campanas principio en la Santa Yglesia
Catedral donde tubo efecto una Misa solemne oficiando de Pontifical el Ecsmo é Yltmo Sr Obispo de esta
Diocesis, pronunciando en ella un elocuente discurso el Beneficiado D. José Fernandez Javier,
cantándose un Te Deum con la asistencia del antes referido Sr. Gobernador de esta Provincia; de la
Ecsma Diputación Provincial; del Ecsmo Ayuntamiento constitucional de esta Capital; de los Señores
Jueces de primera instancia D. José Genaro Gutiérrez de Caviedes y Miguel Aparicio; de otras varias
dependencias del Estado, Militares, corporaciones científicas, literarias é industriales; la comisión
nombrada para representar la empresa, compuesta del Ecsmo Sr D. Esteban Leon y Medina, Diputado á
Cortes por esta Provincia y Director General de Estancadas; y de los Señores D. Carlos Calderón,
Admor del Crédito moviliario Español, D. Pedro Gil […] y de un numeroso concurso de personas de
todas las clases de la Población; hallandose a los al rededores de la Santa Yglesia Caterdal los dos
Batallones y Escuadras de la Milicia Nacional, la fuerza de la guarnición y la Gua Civil á las ordenes y
bajo el mándo del Brigadier de Ynfanteria el Sr D. Martín de Colmenares como Gobernador Militar de
esta Provincia y Subinspector de la Milicia Nacional. Terminada la fiesta religiosa como á las doce de la
mañana partió toda la comitiva por las calles del Baño, Pedregosa, Santa Ana, Jesus María, Tendillas,
Gondomar, Plaza del Gran Capitán, Concepcion, á la puerta de Gallegos, con dirección al sitio en donde
devia tener lugar la inauguración que lo era la hara de tierra calma que con el nombre de Parada se
distingue en el termino y ruedo de esta Ciudad pago de la Victoria, […], en cuyo punto y para la
Ceremonia se había construido por la empresa una magnifica y elegante tienda de Campáña sobre la que
se veia ondear primorosos gallardetes y pabellones correspondientes á las tres naciones de que son los
Señores empresarios, España, Ynglaterra y Francia. Llegada la espresada comitiva entre una y dos de la
tarde en medio de un estraordinario concurso de gentes al lugar destinado al intento y ocupado que fue
por el Ecsmo é Ylustrisimo Sr Obispo y demás Sres. del alto clero que le acompañaban, el […] altar que
al efecto se tenia erigido con el mayor lujo y esmerada magnificencia empesó la referida ceremonia,
tomando el sr Gobernador Civil una pala de plata con la cual cojio una porción de tierra que colocó
sobre un carrillo de mano construido de madera de Caoba, presentandolo al Ecsmo é Ylmo Sr Obispo
quien lo bendijo, tomando y retirándolo otra vez aquella primera autoridad lo vació en el terreno
marcado para la via ferrea pronunciando al tiempo de egecutar aquella operación las siguientes
palabras “En nombre de S.M. la Reina y con arreglo a su mandato de veinte y siete de Abril procimo
pasado quedan inauguradas las obras de esplanacion del Ferro-Carrril de esta Ciudad á la de Sevilla.
Todo verificado y asi y una vez que los operarios y dependientes empezaron sus faenas, la comisión toda
se retiró á la Ciudad, verificándolo la fuerza Ciudadana, el Ejercito y la Gua Civil entrando por la
Puerta de Gallegos con dirección á sus Cuarteles respectivos. […]. Córdoba 7 de Junio de 1856”.
157
mercancías fue de 14 locomotoras (de fabricación británica y francesa) y 482
carruajes229 divididos en:

- 1 Coche Real - 30 tercera


- 12 furgones - 5 vagones de primera clase
- 400 vagones de mercancías - 10 mixtos
- 4 vagones para cuadras - 20 de segunda

ascendiendo el montante final del proyecto a 25.5 millones de pesetas.

Unos años después -1.861- el tramo inicial de esta vía se uniría con el trazado
Sevilla-Jerez-Cádiz, a pesar de las malas relaciones y diversos encontronazos entre
ambas empresas se consiguió establecer el objetivo principal que no era otro más que la
línea Madrid- Cádiz quedando finalmente concluida en 1.866 cuando se anexionaron al
trayecto el ramal Manzanares – Córdoba.

En 1.875 la Compañía de Ferrocarriles Córdoba – Sevilla decide fusionarse con


la M.Z.A., caso extraño, pues lo lógico hubiera sido su anexión a la Compañía del Norte
que albergaba algún consejero en común con la Córdoba – Sevilla y los contactos
hubieran sido más cercanos. Algunas causas que nos puedan hacer entender el porqué
de la fusión con M.Z.A. son de índole económico: la subvención estatal concedida en
1.859 caducaba a los veinte años -5 de mayo para el tramo Sevilla – Lora, 2 de junio
para el Córdoba – Lora- y la situación financiera por la que atravesaba la Compañía no
se podía definir como solvente, aunque hacia frente a sus pagos la amenaza de la
supresión de las ayudas acuciaba en la débil contabilidad de empresa. Una segunda
causa la encontramos a la hora de mejorar el rendimiento de la productividad para ello
se hacía necesario dotar el trayecto con unas infraestructuras mínimas pues el grueso de
los dividendos se generaban en las estaciones de Sevilla y Córdoba, mientras que las
paradas absorbían un volumen de tráfico insuficiente, debido a las malas condiciones de
las estaciones y caminos tanto las carreteras que la unían como su interconexión con
otras vías férreas, todo ello a pesar de asumir la Compañía diferentes obras de mejoras y
anexión a otros caminos de hierro. La tercera causa para la anexión con M.Z.A. la
podemos hallar en las malas relaciones que sostenía con la vecina Compañía del Sevilla
229
C. SANTIGOSA Y GASPAR, Álbum del viajero por el ferro-carril de Sevilla a Córdoba. Sevilla:
Litografía de Carlos Santigosa, 1861. Diputación de Sevilla, 2001. pp. 13-14
158
– Jerez – Cádiz, con la que ya desde su mismo nacimiento mantuvo encontronazos en
cuanto a la utilización y alquiler de la estaciones de Sevilla, paso primordial para la
anexión de ambas líneas.

Con este pliego de condicionantes el grupo inversor del Córdoba – Sevilla vio
con buenos ojos su adhesión M.Z.A. para recuperar parte del capital invertido y poder
sacar un margen considerable de beneficios con la venta de las acciones y bonos. Paso
que se realizó definitivamente el 5 de octubre de 1.875 cuando representantes de ambas
compañías – Ignacio Baüer y Leopoldo Letton por M.Z.A. y Laffitte y Bailleux por
Córdoba – Sevilla- firmaron en París la venta y ampliación de capital230.

¿Qué supuso para los inversores la venta de la Compañía Córdoba – Sevilla si


cómo antes dijimos el panorama ferroviario no cumplió los objetivos que se esperaban
en cuanto a rendimiento y beneficios? Según Tedde de Lorca el beneficio neto que
lograrían los inversores tras la venta de la compañía estaría en torno al 15-20% del
capital desembolsado. La oferta de M.Z.A, alcanzaba los 20.4 millones de pesetas,
divididos en 900.000 en efectivo y el resto en un paquete de 38.000 acciones y 34.000
obligaciones de la compañía, mientras que la Córdoba – Sevilla tenía un valor capital de
17 millones de pesetas.

La anexión por parte de M.Z.A. respondía a su estrategia de afianzar el


monopolio de los ferrocarriles en el sur de España conectándolo con la parte central a
través de su línea Manzanares – Córdoba, viendo los inversores los posibles beneficios
que podían resultar con la explotación de los principales puertos andaluces: Cádiz y
Sevilla.

Línea de Manzanares – Córdoba

La Ley de 18 de junio de 1.856 establecía la concesión para la construcción de


un ferrocarril que uniera el sur peninsular con el resto de España. El contrato fue a favor
de la empresa del conde de Morny, Chatelus, La Haute y Le Hon, constituida en ese

230
F. WAIS, Historia de los Ferrocarriles españoles. Editorial Nacional, Madrid 1.974. 2ª ed. pp. 193-
195. M. Artola (Dir.), Los Ferrocarriles en España 1844/1943, Madrid 1.978. 2 Vols.: II. Economía y
ferrocarriles, pp. 50-54.

159
mismo año bajo el nombre de M.Z.A. con un capital de 114 millones de pesetas
representadas en un paquete de 240.000 acciones.

En un primer momento la línea fue planteada para tener su cabeza de unión en


Villarobledo y de ahí conectar con el Madrid – Almansa por el norte y por el sur,
atravesar Despeñaperros, y seguir por la provincia de Jaén para unirse con Córdoba
terminando en la capital malagueña. Las esperanzas económicas que emanaban del
trazado llevó a M.Z.A a una dura puja con importantes compañías y empresas que
también ansiaban la titularidad de la explotación: José Campo, Jorge Loring, Compañía
General de Crédito, Martín Larios, M. Retortillo, Compañía de Ferrocarriles Córdoba –
Sevilla, etc pero finalmente M.Z.A. con una puja de 7.3 millones de francos se hizo con
su titularidad. Este hecho unido a que años más tarde se anexionara el Córdoba – Sevilla
y Sevilla – Huelva hace ver las pretensiones hegemónicas que pretendía adquirir en el
sur peninsular. En 1.859 la línea quedó dividida en dos tramos: Manzanares – Andújar y
de esta última a Córdoba.

Se estipuló un periodo de duración de las obras no superior a los 6 años (1.859-


1.865) para concluir los 243.7 km previstos, insuflados por la consecución de la subasta
y por una ficticia seguridad económica –pronto se vería el error cuando en 1.866 estalló
una crisis en el sector ferroviario que puso en graves apuros la estabilidad de la
compañía- un consejero de M.Z.A. dijo: “ la situación central de nuestra red, formando
el tronco desde el cual arrancan en todas direcciones los ramales hacia los extremos de
la Península, nos asegura tales ventajas que donde quiera se abran nuevos caminos
han de ser nuevos auxiliares que fomenten nuestra prosperidad en vez de temibles
rivales que amenacen nuestro porvenir231”.

El 14 de septiembre de 1.866 se procedió a una fastuosa inauguración –antes ya


se habían inaugurado varios tramos del ramal- a la que asistieron el Sr. Ministro de
Fomento, Sr. Director de Obras Públicas y otros altos funcionarios del Estado; desde el
Ayuntamiento cordobés se dispuso para que el acto fuera todo lo ceremonioso como la
ocasión requería para dar comienzo el servicio público de la línea232, el cual, no pudo

231
M. ARTOLA (Dir.), Los Ferrocarriles en España 1844/1943, Madrid 1.978. 2 Vols.: II. Economía y
ferrocarriles, p. 115.
232
El señor García Lovera, redactó con motivo de la inminente inauguración del trazado, la siguiente
circular: “ […] El Presidente usó la palabra para anunciar que el día 14 del mes actual debe abrirse
160
empezar de la peor manera posible pues a los pocos días de su puesta en funcionamiento
comenzaron a producirse los primeros impedimentos, lluvias, desprendimientos de
tierra, etc.

Se establecieron dos trenes diarios el primero con salida en Córdoba a las 14:30
y llegada a Madrid a las 6:55, conduciendo el correo. De Madrid salía a las 20:20 con
llegada a córdoba a las 12:06, este tren incluía coches de primera clase sólo entre
Madrid y Andújar y de primera y segunda entre Andújar y Córdoba. El siguiente
transporte salía de Córdoba a las 5:45 con llegada a la capital a las 23:35, llevando
vagones de las tres clases. De Madrid salía a las 7:00 y llegaba a Córdoba a la 1:30. En
general tardaba en recorrer los 243.5 kilómetros del recorrido en 17 horas, teniendo
unos precios de 194.50 reales para los coches de primera clase, 150.75 para los de
segunda y 92.50 para los viajeros de tercera clase. Vemos que los precios en esta época
no eran excesivamente caros, no así para el transporte de las mercancías, las cuales, si el
trayecto no resultaba excesivamente largo, resultaban muy costosas con las
consiguientes dificultades para empresarios y comerciantes que debían optar por otros
medios de transporte, terrestre o fluvial para abaratar costes. Un ejemplo lo tenemos en
la prensa local que recoge en primera plana el descontento que hay por el abusivo precio
del traslado de las materias primas presentando el caso del transporte de un vagón

solemnemente al servicio público en toda su extensión la línea férrea de Manzanares a esta capital, con
asistencia del Sr. Ministro de Fomento, Sr. Director de Obras Públicas y otros altos funcionarios del
Estado que vienen a compartir con los pueblos de la línea la satisfacción que les ofrece un suceso que ha
de unirles en estrecho lazo con las fértiles provincias andaluzas por un lado y por el otro con la capital
de la Monarquía y demás poblaciones importantes así Españolas como Estrangeras. Dijo su S.S. que una
circunstancia tales no era dable que Córdoba presenciase silenciosamente este acontecimiento tan
lisonjorio sin tomar parte en la satisfacción general, ni dejar de tributar sus respetos y obsequiosas
manifestaciones a los ilustres personajes que han de hospedarse aunque por corto tiempo, en la
población siquiera sea una muestra digna y elocuente de su cultura y de los sentimientos nobles del
vecindario […]” A.H.P.CO. C805. AH.08.03.03.03. Doc. 4. El consistorio, a pesar del momento de crisis
por el que atravesaba la población, no escatimó en gastos a la hora de agasajar a tan ilustres invitados,
celebrando un buffet servido por la Fonda de Rizzi que costó a la maltrecha economía cordobesa 10.414
reales, como curiosidad resaltar que la comida consistía en : Pures de la Reina, Rabioli a la Genobesa,
Pescados a la holandesa, Pechugas de abe, Bolvan de Liebre, guisantes a la Parisiene, Perdizes
escaldadas, Pavo trufado y ternera asada, Ensalada rusa, Dulces de Vainilla, de tiempo abundantes,
Vinos de Oporto, de Burdeos y Helados. Al buffet asistieron personalidades de la Administración local,
militar, Grandes del Reino, Diputados provinciales, consejeros provinciales, Diputados a Cortes,
Ingenieros, órdenes militares, senadores… A.H.P.CO. C805. AH.08.03.03.03. Doc. 5. Por otro lado la
Diputación Provincial también dispensó a sus invitados con una comida en el salón principal de sesiones
de la diputación.
161
cargado de carbón233, ejemplo, muy acertado por el peso que tenía en la economía de la
provincia cordobesa el comercio de minerales procedentes de las minas de Belmez y
Peñarroya – PuebloNuevo.

Línea Málaga – Córdoba.

Desde los primeros proyectos que aspiraban unir ambas poblaciones, allá por los
años 40 del siglo XIX, hasta que las obras estuvieron acabadas el 15 de agosto de 1.865,
el deseo pudo más que los múltiples impedimentos que a lo largo de 20 años retrasaron
su explotación. Al hilo del empuje empresarial de grandes familias malagueñas, Larios,
Loring… las corporaciones locales malagueñas vieron con buenos ojos la construcción
de la línea férrea, por la posible repercusión que en la economía malacitana iba a tener.
Los primeros planteamientos escudriñaban insertar la capital malagueña dentro del
circuito ferroviario andaluz, cuyo bloque principal eran las líneas Sevilla – Córdoba y
Córdoba – Madrid.

En los primeros contactos entre ambas corporaciones para que cristalizase el


proyecto, se resolvió pronto que fuera en la capital cordobesa donde se ubicara el nexo
de unión entre los diferentes ramales que discurrían por las tierras andaluzas. Esta
elección estuvo marcada por cuestiones económicas, no en vano, Málaga poseía una de
las grandes salidas a los mercados europeos, su puerto, y la idea de poder canalizar los
productos, sobretodo los aceites cordobeses y jiennenses y el carbón procedente de las
ricas minas de Belmez y Espiel, fueron de gran acicate para dicha elección. Pero no sólo
este factor fue el que declinó la balanza, hay que tener en cuenta que por esos años las
noticias del plan ferroviario español están muy presentes y los habitantes de Málaga
empiezan a tomar conciencia de la necesidad de que su ciudad estuviera conectada con
el resto de España por el temor que producía que esta nueva red del transporte de
mercancías dejara a Málaga y su puerto fuera del panorama comercial, nacional y
europeo234.

233
DIARIO DE CÓRDOBA. 1-IX-1.869
234
F. WAIS, Historia de los… pp. 147-148 y 349-352. J. MORILLA CRITZ, Gran capital y
estancamiento económico en Andalucía. Inst. de Historia de Andalucía, Córdoba 1978. pp. 117-119.
162
Así en 1.852 la Diputación malagueña decide elevar instancias a la reina para
iniciar la aprobación del proyecto, a esta petición se le suma su homóloga cordobesa. Se
crea una comisión especial para dicho asunto en la cual estaba representado Martín
Larios, quien por iniciativa propia presenta un proyecto personal al margen del oficial
para que se le concediese la titularidad de la obra, para ello, garantizaba depositar el 3%
total del costo final de la obra antes de tres meses después de la concesión de la obra,
por su parte, el empresario recibiría 4.8 millones de reales por legua en acciones al 6%
de interés anual. Pero en el trascurso de las negociaciones interfiere José de Salamanca,
empresario especializado en asuntos ferroviarios y presenta un pliego de condiciones
que mejoraban las que presentaba Larios. Al cabo de un año de negociaciones entres
ambas partes con el Gobierno se decide dar la concesión a Martín Larios. Pero tras los
avatares políticos de 1.854 Larios decide renunciar a la concesión que pasa a manos de
Salamanca quien tras el cambio político huye de España y el Gobierno no tiene más
opción que redactar la Ley de 13 de mayo de 1.855 cancelado cualquier proyecto
Córdoba – Málaga.

La tercera tentativa será la que por fin se apruebe. La encabezan grandes


personalidades malagueñas por medio de una sociedad que aglutina a: empresarios
como Larios, Heredia y Loring, Ayuntamiento de Málaga y Córdoba, capital francés por
medio de la Sociedad Vitali, Picard y Cía. Con un capital de 202.9 millones de reales, a
lo que hay que sumarle la subvención estatal que ascendía a 71637897.66 millones de
reales que recibió por R.O. de 19 de diciembre de 1.859. La construcción comenzaría en
1.863 con el tramo Málaga -Alora y concluyeron el 15 de agosto de 1.865 con el tramo
Córdoba Alora, con un coste total que finalmente sumó los 297.8 millones de reales y
una longitud de 192.370 kilómetros y un material móvil de 30 locomotoras y 520
carruajes. Se dispuso dos trenes diarios que cubrían la distancia en 7 horas y 55
minutos.

Sólo unos años más tarde -1.869- de su puesta en explotación la Compañía tiene
que declarar la suspensión de pagos por falta de liquidez, a pesar de que un año antes
recibieran ayudadas estatales de 3981481 de reales, no fueron suficientes para
compensar las deudas adquiridas por la compañía con sus obligacionistas. El Consejo de
administración sólo veía factible dos soluciones, invertir más dinero en la mejora de la
infraestructuras y lograr así un aumento del producto y llegar a un acuerdo con sus
163
acreedores, lo que supondría endeudarse aún más y no poder hacer frente a los pagos.
La segunda pasaba por la paralización de las obras del otro ramal – Loja – Granada- del
cual la empresa era concesionaria y declarar una suspensión de pagos, como finalmente
ocurrió, como hemos dicho, en 1.869. Este hecho fue bastante propicio para la empresa,
pues al no tener que pagar de inmediato a sus acreedores, consiguió acabar el ramal de
la línea de Granada con los resultados conseguidos de la explotación del Córdoba –
Málaga. En Agosto de 1.870 la Junta General logró un convenio con sus accionistas
acreedores para satisfacer sus deudas por medio del pago anual del producto líquido de
la explotación, que en aquel periodo estaba valorado en 5.5 millones de reales. Así pues
el convenio pudo satisfacerse en 1.877, como nos cuenta Morilla Critz: “El
cumplimiento pudo hacerse de forma rápida, comenzando a llamar en el mismo año a
los obligacionistas para el pago del cupón vencido y para el canje de los títulos
antiguos por otros nuevos, que comenzarían a amortizarse por sorteo a partir del
mismo momento en que se hubiesen canjeado todos los títulos235.” Superado este
escollo financiero el futuro se presentaba rentable para los accionistas de la compañía,
pero los beneficios seguían sin ser los esperados y las dudas para recuperar el capital
invertido empezaron a aflorar.

La ocasión para terminar de una vez por todas con aquellas circunstancias se dio
en 1.877 cuando la nueva Compañía de los Ferrocarriles Andaluces planteó la opción de
absorber las líneas de Córdoba – Málaga, Córdoba – Belmez y Málaga – Granada, con
una oferta de 113.000 francos por kilómetro, o lo que es lo mismo, un precio total de
142.260.220 reales y la seguridad de asumir las obligaciones deudoras de la compañía
los señores Heredia, Loring y Larios que sumaban un total de 88.896 obligaciones
hipotecarias. En sesión extraordinaria de 20 de noviembre de 1.878 se aprobó la venta
de las líneas236, en un ambiente crispado que no refleja la contundencia de los votos, - 6
votos en contra y 348 a favor237-, en el que se criticó la forma en la que la dirección
había manejado los préstamos y los recursos financieros de la compañía que habían
conducido a la quiebra y total desaparición de la misma.

235
J. MORILLA CRITZ, Gran capital…, p. 170.
236
El convenio fue aprobado por la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces en sesión de 17 de mayo de
1.879, siendo administrador de la misma, Jorge Loring. El acuerdo final fue firmado en escritura pública
en Madrid el 27 de mayo de 1.879, representando a la compañía vendedora los señores Juan Francisco
Luciano Villars y Marcelo Rosella y Cizalette.
237
En la votación participó como accionista el Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera.
164
Línea Córdoba – Belmez.

A primera instancia, nos resulta difícil de entender como un ferrocarril con un


trazado tan corto -apenas 73.18 kilómetros- y con tantas partes interesadas en su
construcción, se retrasara en hacerse realidad más de 21 años. Las respuestas las
hallamos, principalmente en factores naturales, pues el trayecto discurre entre Sierra
Morena y el valle del Guadiato zonas en las que las complicaciones orográficas eran
bastantes significativas lo que ocasionaba multitud de cambios en el proyecto, al igual
que en el presupuesto, cuyas cifras primigenias quedaron altamente superadas.

Las primeras iniciativas serias datan del año 1.854 cuando Hipólito García y
Ladrón de Guevara, conde de Santa Olalla, recoge a modo de concesión las
pretensiones, por un lado, de las autoridades cordobesas cuyos estudios advertían de la
vital importancia de la construcción del camino de hierro para canalizar las riquezas
mineras de Belmez y Espiel pues gracias al comercio con los diferentes mercados
nacionales y con la conexión con los puertos andaluces de Cádiz, Sevilla y Málaga,
puerta de salida para colocar los minerales en el extranjero serviría para el desarrollo
económico y social de la zona, hasta ahora desaprovechado a consecuencia de las
pésimas comunicaciones con las que contaba, o mejor dicho, no contaban los
yacimientos. Por otro lado, las pretensiones capitalistas de un grupo de empresarios
malagueños abanderados por Heria, Loring y Larios que veían en la cuenca carbonífera
cordobesa una fuente de energía barata para abastecer sus industrias y ya de paso abrirse
paso en el mercado de las materias primas con el monopolio de su transporte para hacer
frente a las que exportaban Inglaterra. La concesión hecha a Santa Olalla establecía la
unión de la línea con la general de Córdoba a Sevilla por el pueblo de Trassierra, un
trayecto de 65.3 kilómetros, a pagar íntegramente por el concesionario con una clausula
que le obligaba a depositar al cabo de los seis meses tras su titularidad una fianza de 1.5
millones de reales. Las condiciones también pactaban el uso de locomotoras pues en el
primer proyecto aprobado la tracción de los vagones se hacía mediante fuerza animal.
Pasado el plazo para abonar el depósito la concesión le fue anulada238 .

238
F. WAIS, Historia de los…, pp. 354-355. J. SOLER DE MENA, “Ferrocarril de Andalucía. 4ª
sección”, Revista de Obras Públicas, 18-21 (1.854), pp. 223-245.
165
En 1.861 por escritura pública en Madrid el 6 de marzo queda establecida la
Sociedad Anónima del Ferrocarril de Córdoba a Belmez, bajo presidencia de don
Francisco Romá, cuyo objetivo se basaba en la búsqueda de capitales para lograr la
construcción del ferrocarril y crear un sistema de explotación de las minas bajo control
de la sociedad. En un primer momento el proyecto es aprobado mucho después de que
comenzarán las obras el 20 de noviembre de 1.857, pero la desconfianza de los
inversores ante nuevas propuestas ofertadas al gobierno hicieron que retiraran el apoyo
financiero a Romá, paralizándose las obras y perdiendo la concesión. A este le siguieron
muchos otros proyectos que iban quedándose en el olvido, hasta que en 1.868 Jorge
Loring emprende las negociaciones oportunas para apropiarse de la construcción del
Córdoba – Belmez; el empresario contacta con un colaborador suyo, Joaquín de La
Gandara, marqués de La Gandara para encomendarle los aspectos técnicos del trayecto
que tantos retrasos y problemas estaban dando. El proyecto presentaba un nuevo trazado
de 71 kilómetros y un coste final de 14.25 millones de reales. La primera mitad de las
obras concluyen el 28 de noviembre de 1.870 abriéndose al servicio público el tramo
Alhondiguilla – Belmez y finalmente el 5 de septiembre de 1.873 se concluyen las obras
con el tramo Obejo - Córdoba239.

Victoriosos en su lucha contra la orografía, los gestores de la compañía tenían


que hacer frente a nuevos retos pero estos ya de otra índole: económicos. Sólo dos años
más tarde, el 18 de mayo de 1.875 se declara la banca rota de la empresa, solicitando
una suspensión de pagos. Se llega a un acuerdo con los acreedores para poner en venta
la línea y poder hacer frente a las deudas, el consejo de administración, presidido por

239
Había un tren diario que conectaba la Venta de la Alhondiguilla y Belmez en combinación con las
líneas de Belmez a Almorchón y de Ciudad real a Badajoz, con salida de Belmez a las 18:45 y su regreso
a las 6:40. Se dispuso un servicio de diligencias para trasladar a los viajeros desde Córdoba hasta la
estación del ferrocarril de la Alhondiguilla, con unos precios que oscilaban entre los 35 reales de la
berlina, 28 rs. en el interior y 21rs. en Cupé. Diario de Córdoba, 3-III-1871. A la conclusión del último
tramo las autoridades locales no dispusieron ningún tipo de celebración, como bien recoge la prensa local:
“Sin inauguración oficial se ha abierto al servicio público la línea férrea de esta capital a Belmez,
circulando los trenes con sugección al cuadro que desde hoy incluiremos en la sección comercial. Desde
luego nuestros lectores encontraran como nosotros muy incómoda la hora de salida de esta capital del
tren mismo, lo que significa que mejorará mucho en la nueva marcha de invierno.”. “Habrá dos trenes
diarios: uno mixto y otro de mercancías. El mixto saldrá de Córdoba a las 3:45 y llegará a Belmez a las
8:37. De velmez saldrá a las 17:26 y llegará a las 22:18. El de mercancías tendrá su salida de la capital
a las 5:30 con llegada a Belmez a las 11:29. De Belmez saldrá a las 13:30 entrando en la ciudad a las
19:29. Por esta línea puede seguirse hasta Almorchón donde empalma con la línea de Extremadura”.
Diario de Córdoba, 6-IX-1.873.
166
Larios saca a pública subasta, pero no encuentran compradores, hasta el año 1.877 en
que se forma la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces. El Sindicato Larios, Loring,
Heredia establecen las gestiones oportunas logrando un principio de acuerdo de venta en
1.879 que no llega a buen puerto. Finalmente se adjudica la línea a don Francisco Reyna
que, a su vez, la cede a Loring y veinte días más tarde la traspasa a la Compañía de los
Ferrocarriles Andaluces, el 30 de enero de 1.880. Cómo hemos visto, muchos cambios
se produjeron en la administración de la compañía, las causas las encontramos en el
buen olfato para los negocios de los tres empresarios malagueños, quienes construyeron
la obra con un coste casi idéntico a la subvención gubernamental recibida. Tras su
puesta en funcionamiento, y ver que los índices de los beneficios derivados de su
explotación no eran los previstos deciden instaurar una suspensión de pagos para
deshacerse de los acreedores y ponerla en venta, vendiéndola a la Compañía de los
Ferrocarriles Andaluces, con participación de los tres malagueños, para finalmente
hacerse con su propiedad con una inversión de la sexta parte del valor total de la
propiedad240. Es lógico este plan especulativo en unos momentos en los que el
ferrocarril estaba inmerso en plena crisis y más observando los buenos resultados
obtenidos con la venta y posterior adquisición de la línea Córdoba – Málaga.

La Estación de Córdoba

Desde la aprobación para su construcción por R.O. de 2 de marzo de 1.859 hasta


nuestros días la estación de ferrocarriles de Córdoba ha experimentado multitud de
modificaciones, desde los primeros tinglados de madera propuestos por M. Lionnet en
1.859 hasta las modernas instalaciones de hoy día preparadas para albergar la alta
velocidad ferroviaria española.
El primer complejo destinado a la estación y el depósito de locomotoras estará
ubicado entre el paseo de la Agricultura y las Huertas de la Reina compuesto por cuatro
edificios independientes para satisfacer las necesidades del nuevo medio de transporte:
1- Edificio de Viajeros: Formado por un tinglado de madera de 45
metros de largo por 15 de ancho.

240
J. MORILLA CRITZ, “El negocio de construcción del ferrocarril carbonero de Belmez y Espiel y la
economía andaluza (1.850-1.880)”, Actas del III Coloquios de Historia de Andalucía, vol. III, Córdoba
1.985. pp. 107-19.
167
2- Depósito de Locomotoras: Edificio de madera de 30 m. de longitud
por 15 m. de ancho.
3- Estación de Mercancías: Ubicada en las Huertas de la Reina,
próxima al Pretorio por su cercanía a la confluencia de los caminos de
la sierra, Madrid y de algunos pueblos de la provincia. Tendrá unas
medidas de 30 m. de lado.
4- Cochera: Estará construida entre la estación de viajeros y la de
mercancías. También en madera, siendo un edificio totalmente
cuadrado con 15 m. por cada lado.
Los planos presentados por la Compañía de Ferrocarriles de Córdoba a Sevilla,
propietaria de la estación, al mes siguiente de su aprobación por R.O. planteaban un
edificio, aunque de carácter provisional, sensiblemente mejorado al del primer plano:
“Edificio neoclasicista alargado, de una sola planta, de carácter horizontal,
rompiéndose su uniformidad por medio de pabellones extremos que avanzan hacia
adelante, con sus muros horadados por cuatro ventanas arqueadas, de tamaño inferior
al resto de los vanos, todos los cuales se encuentran unidos por la línea de imposta que
recorre todo el edificio241”. Como legítima constructora y propietaria de la estación, la
Junta Administrativa de la compañía no tuvo en cuenta las otras tres líneas que partían
de la ciudad y por tanto las condiciones físicas del edificio y las clausulas para poder
utilizarlas impuestas a sus compañeras fueron abusivas hasta el punto que a pesar de la
oposición de las élites políticas de la ciudad, tuvo que ser el gobierno quien dictaminara
por R.O. de 30 de abril de 1.865 a realizar un proyecto de estación apropiado para el
servicio común de las líneas de Málaga, Manzanares y Sevilla. El proyecto fue evaluado
por la dirección de Obras Públicas quien lo devuelve el 24 de noviembre conminándolo
a unas modificaciones prescriptivas porque el propósito no cubría las necesidades que
ocasionaría el uso simultáneo de la estación por tres compañías. Estas disposiciones
fueron:

1- Se disponía que se independizara lo más posible el servicio de viajeros del de


mercancías.

241
M. LÓPEZ GARCÍA, MZA: historia de sus estaciones, Madrid: Colegio de Ingenieros de Caminos,
Canales y Puertos [etc.], 1986. p. 125.
168
2- Cubrir las tres vías de viajeros con andenes a lo largo de 75 metros del
edificio de viajeros.
3- Aumento del vestíbulo y del local de devolución de equipajes; hacer un salón
de espera para viajeros, de sus equipajes; mejorar la decoración de la fachada
que da a la población, ampliar las cocheras y edificar las de las locomotoras
de forma circular.
Un año más tarde estaban instaladas en la estación de Córdoba las dos primeras
líneas, la Córdoba – Sevilla y la Manzanares – Córdoba, al alquilarla a la segunda hasta
1.875 año en que M.Z.A se anexiona la Córdoba – Sevilla y por tanto la estación pasa a
su propiedad.
En 1.873 queda concluida la última red ferroviaria de la provincia la línea
Córdoba – Belmez, en un principio -1.865- la empresa concesionaria descartó la idea de
alojarse en la estación cordobesa y construir una nueva en las inmediaciones de la
Puerta de Plasencia, a pesar del costo que podría ocasionarle no sólo el nuevo edificio
sino también el desmonte que habría que realizar en los terrenos del Marrubial, para ello
pidió al Ayuntamiento242 les cediera las 8,2 ha necesarias, petición aprobada, con la

242
“Don Francisco Romá individuo de la Junta de gobierno de la Sociedad del camino de hierro de esta
Ciudad a Espiel y Belmez. Constructor general de la vía y encargado de la modificación de los estudios,
para dar cumplimiento á la Real orden de 12 de Enero de 1863, según traslado de ella remitido á la
Sociedad por el Yngeniero Gefe de la Ynspección de Sevilla con fecha 22 del mismo mes y año, a V.E.
con el debido respeto expone: Que en atención a que el trayecto aprobado, quedó á otro lado de la
estación del camino de esta a Sevilla; pero bastante inmediato á ella, resultando que todos los caminos
tienen como punto forzado de partida la citada estación, lo que á mi entender no puede convenir á esta
Ciudad por la concentración á un solo puerto de todas las vías, dejando sin vida el todo de la población;
en consideración á esto y deseando por mi parte darle cuanto impulso y desarrollo sea posible he
ecsaminado en unión del Sr. Yngeniero de la construcción todos los alrededores de esta Ciudad, dando
por resultado el estudio que la estación de nuestra via férrea podría colocarse en el terreno de la
propiedad de este Municipio situado en las afueras de la puerta llamada de Plasencia terreno que si bien
tiene que ocasionar estraordinarios gastos a la ciudad por el gran desmonte que hay que hacer; sin
embargo de ello lo sufraga con gusto, calculando los inmensos beneficios; porvenir y vida que deben
resultar a la población y en especial á el populoso barrio de San Lorenzo por ser la via directa de le
estación y el sitio donde indudablemente deberán establecerse los depósitos de carbones y minerales que
se transporten en en la línea, convirtiéndose en un centro de vida lo que hoy está muerto, en virtud del
movimiento y transacciones á que dará lugar el establecimiento de la Estación: en su atención
Suplico a V.E. se sirva tomar en consideración las razones espuestas, y si según acuerdo de esa Excma
Corporación puede darme seguridad de que se cederán como unas ocho hectáreas del terreno
mencionado, que es lo que cálculo puede necesitarse, dispondré que el Yngeniero Gefe de la construcción
que está practicando los estudios para la variación del trazado, los efectúe sirviéndole de partida dicho
punto, para elevarlos á la aprobación del Gobierno de S. M. y aprobados que sean los planos tendré el
honor de pasar a V.E. uno detallado, marcando la cantidad fija del terreno que se necesita, con sus
linderos y cuantos requisitos se ecsigen en el formulario aprobado por el gobierno.” A.M.CO., C805/3.
169
única condición de poner las agujas para el cambio de vía dentro del recinto a fin de
evitar entorpecimientos y retrasos al público en su tránsito por los caminos que cruzan
ese punto, en sesión de 28 de septiembre porque el consistorio veía una buena
oportunidad de revitalizar el distrito de San Lorenzo a pesar de poder entrar en conflicto
con la Diputación pues planeaba la construcción de un correccional, cuyos planos ya
estaban trazados por el arquitecto Pedro Nolarco Meléndez, en dichos terrenos,
finalmente la opción de construir una nueva estación fue desechada, por la empresa a
través de una circular expedida en Madrid el 27 de agosto de 1.866 alegando razones
facultativas, pasando a utilizar la común desde el mismo día de su inauguración243.

243
Ibidem.
170
CARRETERAS, VÍAS Y CAMINOS

171
CARRETERAS, VÍAS Y CAMINOS

En la España decimonónica al hablar de las infraestructuras con las que estaba


dotado el país en materia de comunicaciones, tanto terrestres como fluviales, siempre
que se oían voces críticas, los responsables estatales y técnicos achacaban el retraso con
respecto a otros países a cuestiones de índole orográfica “Esta circunstancia, que
forzosamente tiene que originar mayores dificultades que en otros países para la
realización de las obras públicas destinadas á comunicar unos pueblos con otros, no
impide, sin embargo, que España pueda ostentar una red bastante completa de
carreteras y otra de ferrocarriles244 […]”. La realidad sobre esta afirmación difiere
mucho de ser verdad, no obstante hay que reseñar que si bien el entramado
comunicativo no era tan completo como en otros países europeos era lo suficientemente
amplio para que estuvieran conectadas la mayoría de capitales de provincia y pueblos
por medio de unos caminos que en ocasiones estaban más cercanos a épocas pasadas –
bandolerismo, señalizaciones, mantenimiento, construcción, trazado- que a las vías
propias del cambio de siglo.

Observamos pues como en plena restauración borbónica sólo existían en


explotación el 49.40% del total de kilómetros que comprendían las carreteras incluidas
hasta el 1 de enero de 1.885 en el Plan General que recogía un total de 47.719, 735
kilómetros de los cuales estaban en:
- Explotación…………………………… 23.574, 336 km
- Construcción………………………….. 4.728, 220 km
- Construcción paralizada………………. 140, 542 km
- Proyecto aprobado…………………….. 2.361, 214 km
- Estudio………………………………… 10.855, 597 km
- Sin estudiar……………………………. 5.791, 741 km
- Abandonados…………………………. 268, 085 km
Total……………….. 47.719, 735 km

244
Anuario Estadístico Español, 1.888, p. 403.
172
Hay que señalar que según consta en el Anuario Estadístico Español245 se
consideraban en construcción las obras que se hallaban en curso de ejecución en la
expresada fecha; en construcción paralizada, las que estaban suspendidas por haberse
rescindido las contratas o haberse agotado el crédito concedido para ellas; en proyecto
aprobado, las que tenían estudios definitivamente aprobados, y , por tanto, estaban en
disposición de ser construidas inmediatamente que se diera la orden para ello; en
estudio, las mandadas estudiar, cuyos proyectos, por tanto, se hallaban sin aprobar; y sin
estudiar todas aquellas líneas para las cuales no había proyecto redactado ni orden de
formarlo.

En el intervalo de 1.868 a 1.885 el impulso gubernativo para la construcción y


mejora de las vías de comunicación fue tal que en apenas 17 años se construyeron y
proyectaron en España 8.506,919 km gracias a un nuevo marco legislativo conformado
tras el Sexenio Revolucionario.

Cuadro 14

MAPAS DE CARRETERAS DE ESPAÑA

245
Ibídem, p. 405
173
Antecedentes legislativos

Tras los azarosos primeros decenios del siglo XIX la situación del país
necesitaba de un paréntesis para la reorganización de todos los sistemas estatales; en el
caso que nos ocupa, fue a raíz del ascenso al poder de los liberales cuando comienza a
plantearse y regularse las normativas en materia de comunicaciones creándose por R.D.
de 30 de abril de 1.835 el cuerpo de Ingenieros Civiles, la ley que autorizaba la
Expropiación Forzosa el 17 de julio de 1.842, la creación de las Ordenanzas para la
regulación de la Policía de carreteras en septiembre de 1.842 y la división de la
península en 10 distritos, pero hasta la publicación en 1.845 de la Instrucción para
promover y ejecutar obras públicas en España no se podía hablar de un plan legislativo
homogéneo.
Cosa importante que recoge la Instrucción y que, a la postre, era causante de la
mayoría de los problemas era la cuestión de la financiación de las obras, para ello se
distingue una clasificación y dependiendo de ella la costearían los organismos
pertinentes, Estado, Diputaciones, Ayuntamientos, Iniciativa Privada246, finalmente
plasmada en la Ley Arteta de 1.851, seguidora de los planteamientos borbónicos
divisorios pero innovadora en la cuestión económica. La Ley de 1.851 estipula quien
debía costear las obras dependiendo de la tipología de los caminos:

Estado Diputación Otros


Carreteras Generales 100% ------------- -------------

Carreteras Transversales 30 y un máximo del 50% 50 y máximo 70% -------------

Carreteras Provinciales máximo 30% 70 y el 100% ------------

Caminos Vecinales -------------- ---------------- 100%

FUENTES: Gómez Mendoza (1991), p. 181 y Cuéllar Villar (2003), p. 91.

Tan sólo cinco meses después entrará en vigor la Ley Moyano de 1.857, la cual
establece ya una división lógica en el entramado viario, catalogando las vías como de
246
D. CUÉLLAR VILLAR, Los Transportes en el Sureste Andaluz (1850-1950): Economía, empresa y
territorio. Fundación historia de los ferrocarriles, Madrid 2003. pp. 89 y ss. y del mismo autor “Las
carreteras en el sureste andaluz (1850-1950): organización del territorio y formación del capital”, Actas
del III Congreso de Historia de Andalucía. Andalucía Contemporánea, T. II, vol. 12, Córdoba 2003. pp.
91-96. A. GÓMEZ MENDOZA, “Las obras públicas, 1850-1935”, en F. Comín Comín y P. Martín
Aceña (dir.), Historia de la Empresa Pública en España. Madrid, 1991, pp. 179-184.
174
servicio público, entre ellas, las de primer, segundo y tercer orden247, y las de servicio
particular, eran aquellas referidas a cualquier utilidad industrial. Así pues con esta ley se
pretendía fomentar la iniciativa estatal en la construcción del mapa viario parcelando
previamente todo el coste según la clasificación e importancia de las vías. Pero esta
medida no estuvo exenta de polémica, muchas voces se alzaron en contra de ella por lo
perjudicial que iba a ser para el país; se creía que tras la clasificación de las carreteras
transversales que se costearían a medias con las provincias para estimular la
construcción se produciría el efecto contrario, ya que las provincias dirigirían todas sus
iniciativas a conseguir que el Gobierno declarase transversales todas las líneas para que
así fueran costeadas en parte por el Estado. Obtenida la categoría, con un poco más de
esfuerzo no sería difícil convertirla en general, para que estuvieran a cargo de la
Administración248. Tal era su pretensión que recogía la absorción completa en lo que a
las vías de comunicación se refiere por parte del estado, en consonancia, con las
tendencias centralizadoras en administración.

En 1.860, se aprueba por R.D. de 7 de septiembre el Plan General de Carreteras


para la Península e Islas adyacentes, que intentaba solucionar la desconfianza que había
en los intereses locales de poder demostrar la verdadera necesidad e importancia de una
carretera, o sus pretensiones de elevar la línea de comunicación a un orden que por sus
condiciones no le correspondía. Para lograr la construcción de una carretera o un ramal
necesario solamente a una comarca o provincia con una categoría superior a la que le
correspondía, se le suponía formando parte de grandes líneas entre dos puntos para todo
género de relaciones, faltando así a la base de la ley de carreteras. Como vemos con la
aprobación del plan general se pretendía garantizar la seguridad de construir las líneas
más importantes, el medio de evitar el empleo de los fondos públicos en la ejecución de
obras que no sean de verdadero interés general, la facilidad de adoptar un plan seguro y
justo para el desarrollo del sistema de comunicaciones y como consecuencia el poder
acelerar la realización completa de la red. El plan aprobado en 1.860 comprendía 77

247
Las carreteras de primer orden unían Madrid con el resto de las capitales de provincia, los
departamentos de Marina y Aduanas marítimas habilitadas para el comercio, etc. Las de segundo orden
comunicaban dos capitales de provincia, las que comuniquen poblaciones con más de 10.000 habitantes
con una carretera de primer orden o un ferrocarril, etc., las de tercer orden, serían aquellas no clasificadas
entre los dos primeros grupos.
248
Revista de Obras Públicas, Sobre el proyecto de Ley presentado a las Cortes por el Gobierno,
clasificando los caminos ordinarios o carreteras, 1857, 5, tomo I (11): 121-124.
175
carreteras de primer orden, 179 de segundo y 299 de tercero; con una longitud total de
34.353 kilómetros, distribuidos de la siguiente manera249:

1er orden………………. 13.608 Km.


Carreteras de 2º orden……………….. 10.563 “ 2.000 mill.
er
3 orden………………. 10.182 “
Total…………………… 34.353 “

Con el triunfo de “La Gloriosa” se abre un periodo nuevo en materia legislativa


en la que se cuestiona el intervencionismo estatal, se pretende erradicar en la medida de
lo posible el sistema de construcción y subvenciones del periodo anterior y fomentar la
descentralización y la iniciativa empresarial privada. El punto de partida que recoge
estas ideas del Sexenio Revolucionario están plasmadas en el D.L. de 14 de noviembre
de 1.868 que catalogaba el monopolio estatal como un mal endémico para el país. La
Ley establecía que las carreteras de servicio público pudieran ser construidas con
capitales particulares, mediante un sistema de concesiones sin subvención. Muestra
clara del nuevo pragmatismo revolucionario es la multitud de proyectos de obras
desechados al considerarlos inútiles, en parte por los errores de los planes anteriores y
por la creencia de que una vez establecido el ferrocarril, muchas carreteras carecían de
sentido y utilidad.

Hay que destacar que en materia legislativa pocas fueron las modificaciones que
se plantearon durante la Restauración; entre ellas podemos destacar, una nueva Ley de
Carreteras sancionada el 4 de mayo de 1.877 por Alfonso XII. Esta ley tiene un marcado
carácter económico, establece en su artículo 2º que las carreteras podrán ser costeadas
por el estado, las provincias, municipios, particulares y con fondos mixtos; en cuanto a
la clasificación de las vías sigue manteniendo vigente el esquema del Plan de 1.860,
pero con algunos pequeños matices250 en cuanto a los requerimientos necesarios que se

249
Ibídem, 1860, 8, tomo I (19): 227-230; y 1860, 8, tomo I (20): 233-236.
250
A la hora de establecer las categorías de las carreteras se establecen una serie de criterios a cumplir:
“Art. 4º. De las Carreteras costeadas por el Estado:
-1er Orden: Las que desde Madrid se dirijan a las capitales de provincia y a los puntos
más importantes del litoral y de las fronteras. Las que partiendo de algún ferrocarril o carretera de
primer orden conduzcan a alguno de los puntos designados en el párrafo anterior. Las que enlacen dos o
más ferrocarriles pasando por un pueblo cuyo vecindario no baje de las 15.000 almas. Las que unan dos
176
deben cumplir para catalogar las vías. Las novedades más importantes radican en la
financiación introduciendo la posibilidad de la construcción por iniciativas particulares,
siempre y cuando las carreteras sean de servicio público y se construyan mediante
concesiones –otorgadas por el Ministerio de Fomento, cuyo titular era F. Queipo de
Llano- para reintegro de los capitales invertidos y sin ninguna subvención por parte del
Estado. También la ley abre la posibilidad de costear la ejecución de las obras a través
de fondos mixtos, siempre y cuando la subvención procedente del Estado no exceda la
cuarta parte del presupuesto y si es en el caso de las Diputaciones, la cuantía
subvencionada no puede ser más de la tercera parte del presupuesto aprobado.

Esta ley y su marcado carácter aperturista dio posibilidad a que se recogieran a


su amparo, un poco difuso, multitud de leyes que con frecuencia atrasaban los proyectos
y concesiones aprobadas, por ello, el Ministro de Fomento, Eugenio Montero Ríos,
mandó redactar por R.D. de 16 de septiembre de 1.886, un Decreto sobre la redacción
de un nuevo plan de carreteras en España que pretendía racionalizar los proyectos que
aún estaban sin ejecutar ordenando a los Ingenieros Jefes de las provincias que
procedieran con toda la urgencia que sea compatible con el ordinario servicio a la
redacción del plan de carreteras generales, dentro de los límites de sus provincias
respectivas que prudencialmente calculen que podrán construirse en un periodo de
veinte años. Lo que se pretendía era crear una carta general de España para poder
estudiar las necesidades de la carretera, los centros de toda clase de producción y de
consumo, los ferrocarriles existentes y los proyectados, las canteras construidas y en
construcción251.

o más carreteras de primer orden pasando por alguna capital de provincia o centro de población de más
de 20.000 almas.
-2º Orden: Las que pongan en comunicación dos capitales de provincia. Las que enlacen un
ferrocarril con una carretera de primer orden. Las que partiendo de un ferrocarril o de una carretera de
primer orden, terminen en un pueblo que sea cabeza de partido o que tenga más de 10.000 almas. Las
que en las Islas Baleares pongan en comunicación a la capital con otros puntos marítimos.
-3er Orden: Las que sin tener ninguno de los caracteres expresados en los artículos anteriores
interesen a uno o más pueblos, aún cuando no pertenezcan a la misma provincia. Las incluidas en el
párrafo tercero del art. 5º siempre que así se juzgue conveniente como resultado de las informaciones
que se hagan con arreglo a las prescripciones de la presente ley”. Gaceta de Madrid, 6/V/1.877.
251
Revista de Obras Públicas, Decreto sobre la redacción de un nuevo plan de carreteras en España.
1.886, 34, tomo IV, boletín, (18): 150-152.
177
Las carreteras en la provincia de Córdoba

La situación viaria que nos encontramos, tras el golpe revolucionario y el


reinado de Alfonso XII, no alterará en extremo el mapa de las comunicaciones en la
provincia; si hasta el momento, y a pesar de la aplicación de los diversos planes
generales de carreteras las condiciones de las comunicaciones eran en extremo
lamentables y no sólo nos referimos a los caminos rurales sino que como atestiguan
diversos viajeros de la época incluso las vías de primer orden destacan por su pésimo
estado, en poco variará el escenario252.

A la altura de 1.868 el sistema viario español había sido construido siguiendo los
esquemas tradicionales borbónicos, una red de carreteras radial focalizada a la conexión
de la capital con las urbes más importantes del reino fomentadas en demasía por los
intereses comerciales e industriales y por medio de un proceso de construcción rápido y
precario en las preparaciones técnicas imprescindibles para su conservación, lo que, al
tiempo, provocaría que las carreteras construidas se vieran en época de lluvias
intransitables y que los focos rurales estuvieran alejados del entramado comercial
debido a la falta de caminos por los que colocar sus mercancías.

La nueva perspectiva que se abría en el país a raíz de los cambios acaecidos por
la septembrina estaría marcada por un nuevo enfoque más práctico que sirviera de
trasfondo pacificador a la par que impulsara el desarrollo en ámbitos más locales
mediante la construcción prioritaria de vías secundarías, terciarias y caminos rurales
para garantizar e impulsar el progreso de los núcleos más aislados a través de un nuevo
entramado comunicativo más arborescente que radial construido por grandes masas de
trabajadores que lograban un sustento con los que mantener a sus familias y así el
estamento político desviaba su atención ante los caóticos tiempos que se estaban
viviendo tras la expulsión de la reina.

El nuevo consistorio resultante tras los hechos de septiembre, encabezado por el


Conde de Robledo de Cardeña, ve en la realización de obras públicas la solución más

252
véase, A. LÓPEZ ONTIVEROS, Caracterización geográfica de Andalucía según la literatura viajera
de los siglos XVIII y XIX, Córdoba 2.001.
178
inmediata y factible para dar un modus vivendi a los campesinos y ciudadanos que no
tenían ningún tipo de recursos, propiciando como hemos dicho la construcción de obras
públicas, entre ellas algunos proyectos de carreteras y caminos, financiados si fuera
necesario, como finalmente ocurrió, por los mayores contribuidores de la ciudad. Esta
solución de emergencia emanaba de la Ley Arteta de 1.851 que daba la independencia
económica a los municipios para sufragar incluso hasta el 100% la construcción de los
caminos.

Así vamos a ver como la red viaria cordobesa va a transformar su imagen


sobretodo a través de dos impulsos: la carestía de trabajo de grandes masas de jornaleros
y los nuevos planes de carreteras dictaminados por el gobierno central. En 1.868
observamos como los proyectos de construcción de nuevas carreteras son escasos y
centrados en las vías que no eran de primer orden, tendencia que se inició en 1.855, y
que se fomentaría en el futuro por las nuevas élites gubernativas nacionales y locales,
por lo que las medidas que encontramos en los diversos documentos consultados, nos
muestran un claro favoritismo a la Campiña Este
construcción de caminos de tercer orden Campiña Sur 53,80%
y vías comarcales en la provincia Subbéticas
Vega del Guadalquivir 12,80%
cordobesa. Durante nuestro periodo de
Alto Guadiato 12,80%
estudio -1.868-1.885- las trabajos en la
Sierra Morena
red viaria impulsados por las diversos Valle de los Pedroches 20,50%
gobiernos y corporaciones se centraban Valle del Guadiato
sobre todo en fomentar la red de comunicaciones del sur provincial - zonas de la
subbética, campiña sur y campiña este- quienes del computo total de las obras
desarrolladas, estas regiones consiguieron un 53% de los proyectos en contraposición
con la zona meridional que apenas sin alcanzaban el 12.8%.

Cómo observamos, más de la mitad de los recursos gubernamentales se destinan


a la mejora de las comunicaciones entre las poblaciones del sur provincial, quienes
suman 21 concesiones de los 39 presupuestadas en estos 17 años, siendo todas ellas de
segundo y tercer orden, respectivamente, seguida por la zona norte con 8 proyectos. Los

179
datos expuestos son totalmente comprensibles y coherentes con las nuevas perspectivas
que durante estos años se estaban redireccionando, pues no hay que olvidar que estas
zonas –sur y norte provincial- son las que presentan la orografía más compleja y
problemática lo que a su vez ocasionaba que las necesidades fueran mayores por las
carencias que por este respecto sufrían. Muchos son los testimonios que recogen que en
épocas invernales o simplemente con temporales lluviosos, estas carreteras montesas se
hacían prácticamente intransitables, sin olvidar que en muchos casos, ni existían los
caminos que conectaban diversas poblaciones.

Como vemos, la pauta principal de acción de las fuerzas políticas locales


cordobesas fue la de dotar de una red básica de caminos en aquellas zonas que hasta la
fecha no tenían con el fin de insertar dichas poblaciones en la red comercial para lograr
un desarrollo tanto local como provincial, dando prioridad absoluta a las comunidades
poblacionales más aisladas. En su mayoría las construcciones eran trozos no
demasiados extensos cuya elección estaba fijada en base al presupuesto y la utilidad.

Cuadro 15

CARRETERAS PROYECTADAS EN LA PROVINCIA DE CÓRDOBA DURANTE


EL PERIODO 1.868-1.885

Año Nombre del camino Clase Presupuesto Kilómetros


Carretera de los Arenales hasta la huerta de la Aduana
1868
Carretera Córdoba a Trassierra
er
Cabra de Cabra, de Monturque a Alcala la Real 3 Orden
Trozos 9 y 10 de la carretera Córdoba a Baena 2º Orden
er
3 primeros trozos de Cabra a Castro del Río 3 Orden
Trozo de Monturque a Belarcazar de la carretera de Villanueva
er
del Duque a Castuera 3 Orden 231246,113
1869 er
Cabra a Montón al confín de la provincia 3 Orden
er
Trozos 4, 5 y 6 de Cabra a Castro 3 Orden
er
Trozos 10, 11 y 12 de Bujalance a Montilla 3 Orden
Puente mixto de fábrica y hierro en la carretera del ferrocarril de
Córdoba a Sevilla 309557,913
Suprimir carretera de Aguilar al límite de Sevilla, entre aquel
er
punto y Puente Genil 3 Orden
1870 er
Villanueva del Duque a Pozoblanco 3 Orden 117125,25
Trozos 8, 11 y 12 Jaén a Córdoba 2º Orden
er
1871 De Puente Genil al río Genil (Puente Genil al límite de Sevilla) 3 Orden
Ventas de Cárdenas al río Yeguas (Andújar a Villanueva del
er
1872 Duque) 3 Orden 765078,89 29,708
Villanueva de Córdoba a Ventas de Cárdenas (Andújar a
er
1873 Villanueva del Duque) 3 Orden 484405 26,977
1875 Montoro al confín de la provincia (Lucena a Rute) 2º Orden 6,994
180
er
Trozo 1º de Lucena a Rute 3 Orden
1885 Trozo 2º Bujalance a Villa del Río 86547,23 7,872
er
Cabra a Nueva Carteya 3 Orden
er
1877 Andújar a Villanueva de Córdoba y las Ventas de Cardeñas 3 Orden
Carretera de los Arenales
1885 Trozo 2º Bujalance a Villa del Río 86547,23 7,872
Fuente: Actas Capitulares, Diario de Córdoba, BOPCO, Revista de Obras Públicas… periodo 1.868-1.885.
Elaboración propia.
Estos tramos salían a subasta y el contratista final recibía ayudas de la diputación
y en algunos casos concretos del gobierno nacional, una muestra de cómo se realizaban
los proyectos y su ejecución lo exponemos en el análisis de un ramal proyectado en la
carretera de Bujalance a Villa del Río de 2ª categoría:

El presupuesto total para la construcción de los 7.872 metros era de 86.247, 23


pesetas de los cuales la diputación provincial sufragaba el 49,9 % o lo que es lo mismo
43.123,61 pesetas. El contratista estaba sujeto a concluir las obras en un periodo
máximo de dos años teniendo que pagar un depósito provisional de 4.400 pesetas y
empezar las obras en un periodo máximo de 60 días al formalizar el depósito.

Los materiales a utilizar, hay que tener en cuenta que las carreteras que hoy día
conocemos –basadas en un lecho de alquitrán- empezaron a fabricarse a principios del
siglo XX, eran arenisca roja (procedente del Castillo de la Aragonesa, a orillas del
Guadalquivir), piedra para firme y hormigón (extraídas de los olivares del Estacar y de
la Heredad, la arena se obtiene de los márgenes del Guadalquivir y la cal se obtendrá de
la población de Villa del Río. Como observamos la adquisición de los materiales se
hacían en localidades o ubicaciones cercanas con el fin de abaratar el presupuesto por
cuestiones de transporte, lo cual supondría, a pesar del incipiente establecimiento del
ferrocarril una subida en los gastos presupuestarios bastante considerable.

Las labores de construcción se dividían en diferentes acciones como la


explanación del terreno, las diferentes obras de fábrica necesarias, el afirmado del
terreno, obras accesorias y finalmente la conservación y el acopio, tanto de la calzada
como de los materiales.

Los trabajadores en su mayoría se buscaban entre sectores de la población de


alto riesgo, como los parados y personas sin ningún tipo de recursos253, los presos y el
ejército que suponían una mano de obra barata y abundante para rebajar costos y

253
A.C. del día 8 de enero de 1.868.
181
finalmente mano de obra cualificada. Los sueldos variaban entre los 3.2 reales por día
que cobraba un peón hasta los 14 reales/día que recibían los trabajadores especializados.

Cuadro 16

CARRETERA DE BUJALANCE A VILLA DEL RÍO.- 2º TROZO.

Revista de Obras Públicas, tomo 15, 1.885. p. 261.

Pasemos ahora a analizar la realidad de la situación de la provincia de Córdoba


en comparación con una muestra a nivel nacional y andaluz, entre las década de los
sesenta hasta los ochenta del siglo XIX (véase cuadro 17), en la que podemos
contemplar el crecimiento que durante este periodo sufrió Córdoba con respecto a las
realidades de otras provincias, pudiendo observar objetivamente que posición e
importancia albergaba en el panorama nacional. Lo primero que destacamos al observar
los resultados es como en apenas 21 años, la superficie viaria de la provincia
prácticamente se dobla, pasando de los 355,309 km de 1.867 a los 554,379 km de 1.888,
no obstante tenemos que reseñar que estos datos a pesar de ser totalmente objetivos,
pueden inducir a errores de apreciación ya que en 1.867 y en años anteriores no se
recogían el kilometraje de las carreteras provinciales en uso por el que el crecimiento
deducimos que fue sensiblemente menor, aunque bastante relevante, si observamos los
kilómetros de las vías de segundo y tercer orden, cuyo crecimiento aumenta entre un
1.4% y un 1.5%, a diferencia del caso de las de primer orden cuya aumento es
prácticamente nulo en 20 años.

En relación a la situación de nuestra provincia con respecto a las diversas


ciudades andaluzas, hay que destacar que Córdoba pasó de la cuarta posición en
longitud de kilómetros de carreteras de primer orden por detrás de Jaén con 263.50km,
Sevilla 257.50km y Granada con 178.50km a ocupar la tercera en 1.888 con 88.710km
por detrás de Jaén con 241.546 y Sevilla 208.355km.
182
Cuadro 17

EVOLUCIÓN DE LOS KILÓMETROS EN LA PROVINCIA DE CÓRDOBA 1.861-1.888

Carreteras 1 Carreteras 2 Carreteras 3 Carreteras Total


orden orden orden Provinciales
1861 152,500 20 38 - 210,500
1862 154,500 45,500 40 - 240
1863 163,800 45,720 40 - 249,520
1864 88,212 132,415 40,127 - 260,754
1867 87,585 188,139 79,585 - 355,309
1888 88,71 273,408 115,347 76.914 554,379

En el apartado de las carreteras de segundo orden, el auge constructivo supuso


que la ciudad se alzará con el mayor porcentaje de kilómetros construidos en 1.888, con
273.408km cuando en 1.864 ocupaba la segunda posición por detrás de Jaén con 132km
en 1.864.

Por último, por falta de datos en algunas ciudades andaluzas no podemos ofrecer
la evolución del kilometraje construido, salvo para el año de 1.888 en el que el Anuario
Estadístico Español si recoge dicha muestra, por lo que sólo podremos analizar que
Córdoba estaba emplazada en el séptimo puesto de las ciudades andaluzas con más vías
de tercer orden con 115,347km siendo Cádiz la que más tendido ofrecía con
222,150km.

Por lo que hemos visto la ciudad de Córdoba presentaba un esquema viario


bastante aceptable dentro de las posibilidades propias del periodo al que nos referimos,
destacando que en estos años la situación geográfica privilegiada de la ciudad se vio
reflejada por los diversos gobiernos que dotaron a la provincia de un trazado viario de
vital importancia en relación a otras provincias andaluzas que tuvieron que esperar
épocas venideras para satisfacer sus necesidades de interconexión. Otro factor reseñable
y al que ya hemos aludido, es el referente a la preeminencia por parte de las élites
gubernamentales de primar los centros neurálgicos de comercio y ciudades con una
situación geo-estratégica que estimulase este fin por medio de un sistema de
comunicaciones poco equitativo con respecto al global de la realidad nacional, pues

183
muchas ciudades de la geografía española tuvieron que subsistir con caminos
medievales hasta bien entrado el siglo XX.

POLÍTICA

184
POLÍTICA
UN PERIODO CONVULSO

La Revolución de Septiembre en Córdoba, va a realizarse, no de forma


espontánea e improvisada, sino que va a apoyarse en una bien urdida trama que data de
mucho tiempo atrás, en la que tuvo un papel preponderante el partido demócrata.

Fundado en 1.847 por el cirujano Francisco Leiva Muñoz, ya se había


significado en todos los movimientos habidos contra la monarquía de Isabel II, si bien
se encontraba dividido, existiendo dos facciones que se agrupaban, en torno a Leiva; la
más radicalizada y, alrededor del abogado D. Ángel de Torres, el grupo compuesto por
catedráticos y hombres de leyes, fundamentalmente, que tenían un criterio más legalista
de la revolución a realizar. “Era necesario acercar las distancias que los separaban,
matar las rencillas personales que todo lo esterilizan y verificar, en cuanto fuera
posible, el pensamiento y la acción...254”.

Esta unión se materializó en 1.867, constituyéndose una Junta Revolucionaria


interina presidida por D. Ángel de Torres, con el objetivo de coordinar los preparativos
para la inminente revolución. "La Junta Revolucionaria procuraba armas, compraba
pólvora y balas, construía cartuchos, estudiaba los puntos estratégicos, levantaba
planos, vigilaba a los enemigos, imprimía alocuciones, trabajaba en el Ejército y hacía,
en suma, cuanto le era posible para llegar al logro de sus patrióticos fines...255".

A su vez, la Unión Liberal cordobesa, dirigida por el Conde de Hornachuelos,


empezó a adoptar una actitud más beligerante por lo que los progresistas se tuvieron
que organizar en pretextadas reuniones culturales, que solo tenían una finalidad política.

Pronto los tres partidos se coaligan en pro de la consecución de los mismos


fines. La Junta Revolucionaria cordobesa ya existía de hecho, aún antes de producirse
el pronunciamiento gaditano y, siempre de la mano del partido demócrata, con Leiva al
frente, tomaron contactos con otras Juntas Revolucionarias andaluzas, sobre todo con la
de Sevilla, de la que era líder indiscutible el reputado médico D. Federico Rubio. Entre

254
LEIVA MUÑOZ, F.- La Batalla de Alcolea T.I., Impr. del Diario de Córdoba, 1.879, p. 321.
255
Ibid., T. II p. 115.

185
éste y Leiva, fijan las directrices últimas con vistas a la formación definitiva de las
respectivas Juntas. Refiriéndose a la de Córdoba, Leiva propone como Presidente a D.
Ángel de Torres, "porque además de que ésto le agradara mucho, tiene otras
cualidades de carácter y de parentesco que le recomiendan, sobre todo en aquel
pueblo, donde ciertas clases superiores son, con raras y honrosas excepciones,
demasiado ignorantes y timoratas...256".

La Junta Revolucionaria cordobesa estaba compuesta por representantes de los


tres partidos aliados: Por los unionistas, están el Conde de Hornachuelos, Francisco de
Sales Morillo y Francisco Portocarrero, Rafael M.a Gorrindo, Manuel de Luna y Rafael
Barroso, representan a los progresistas. Y Ángel de Torres, Santiago Barba y Francisco
Leiva, a los demócratas. Todos, excepto este último, son personas relevantes de la vida
social de la ciudad, si bien Leiva posee el título profesional de cirujano, "humilde pero
honroso", según él mismo escribe, siendo además hombre distinguido en la política
local, a pesar de su demagogia y de su talante republicano intransigente. Creemos que a
Francisco Leiva no se le ha hecho justicia en cuanto al papel preponderante que
desempeñó en la Revolución de Septiembre, mientras que otros políticos más
acomodaticios sí que han pasado a la historia, al menos a nivel local.

El día 20 de Septiembre de 1.868, Córdoba se solidariza con el pronunciamiento


de Cádiz. La Junta Revolucionaria lanza una proclama a la población redactada en los
siguientes términos:

"Cordobeses: Tiempo era ya de que acabaseis con vuestro sufrimiento. Un


Gobierno inmoral, despótico y de condiciones altamente repugnantes, ha cometido con
el pueblo todo género de iniquidades, de atropellos y de vilezas a la sombra de un
trono caduco, perverso y corrompido.

Vuestra hacienda ha sido soezmente arrebatada; vuestros derechos legítimos se


han conculcado a cada paso; el hogar doméstico se ha violado de una manera inicua
sin fe y sin sentimiento alguno de nobleza. Todo lo grande, todo lo bueno, todo lo
decente ha sido objeto del más punible atropello. Vosotros os habéis poseído de la

256
Ibid., T. II p. 254.
186
dignidad de vuestra propia honra y con vuestro potente empuje habéis reconquistado
lo que de rigor os pertenece: vuestros derechos, vuestra absoluta libertad.

Ya sois depositarios de tan preciosa garantía. Usad de ella como lo hace todo
pueblo culto, honrado y decente. No os asemejéis en nada a esos verdugos que para
vosotros han desaparecido ya. Vuestra obra es grande. Es la hora de vuestra
regeneración política. Vosotros sois los arquitectos. Edificad un soberbio edificio.
Para ello echad mano de estos poderosos elementos:
Libertad absoluta en todas sus emanaciones legítimas.
Trono vacante.
Soberanía nacional.
Cortes constituyentes elegidas por sufragio universal.

En vuestras manos radica en este momento toda la plenitud de vuestra


soberanía. Ejecutadla en toda la nobleza de un pueblo grande y presentaros a la faz
del mundo como una raza digna de ser libre. Vosotros seréis los responsables de
vuestros actos. Vosotros responderéis del ejercicio que hagáis de vuestros
inapreciables derechos. Obrad con energía y para todo sentimiento de honradez y
libertad, contad con el apoyo franco, desinteresado y leal de vuestros cariñosos
amigos. La Junta257“.

Aranda Doncel, en su libro La Universidad Libre de Córdoba (1.870-74), dice,


comentando esta proclama que "adolece de una falta de contenido por lo que se refiere
a programa político". Su autor, el abogado Ángel de Torres "conoce bien el horror de
las clases acomodadas al credo demócrata de ahí que disfrace, mediante una
ampulosidad barroca la enumeración exhaustiva de principios con el fin de asegurar el
apoyo de unionistas y progresistas258". Bien es verdad que la Junta Revolucionaria
sevillana, por ejemplo, enumera una a una, todas las libertades que se exigen: de
imprenta, de enseñanza, de cultos, de tráfico, de industria..., que creemos, se resumen
en el primer punto de la proclama cordobesa que reza "libertad absoluta en todas sus
emanaciones legítimas". Por otra parte, el apoyo de unionistas y progresistas ya estaba
asegurado desde tiempo atrás y sería injusto quizá, pensar en que la proclama escrita
por Ángel de Torres, pudiera llamar a engaño a los miembros de los citados partidos,
muchos de ellos figuras destacadas en el mundo socio-cultural de la ciudad y por tanto,
257
DIARIO DE CÓRDOBA, 25/9/1.868.
258
ARANDA DONCEL, J., La Universidad Libre de…, Córdoba, 1.974, pp. 10-11.
187
hombres que saben lo que quieren. Hay otro dato a tener en cuenta en este aspecto y es,
precisamente, el segundo punto de la proclama: "¡Trono vacante!", frase definitiva que
configura el comienzo de una revolución que sólo nació como pronunciamiento, punto
en el que están de acuerdo, asimismo, unionistas y progresistas con los demócratas, lo
que, según nuestro parecer, resta valor al aserto de Aranda Doncel. Sin embargo, sí que
estamos de acuerdo con él, al considerar la postura ulterior de progresistas y unionistas
en Córdoba, postura que restará valor y vigor a la revolución a escala local, ya que
antepondrán a todo, sus particulares intereses y sus posiciones de privilegio. Pero al
comienzo de la Revolución todavía no se ha producido el cisma.

Serán las dos ciudades andaluzas –Córdoba y Sevilla- las que protagonizaran el
inicio de los movimientos revolucionarios. Existe una pequeña polémica sobre cuál fue
la primera en encauzar las acciones259.

259
Hay dos posturas acerca de este “encontronazo”. JOAQUIN GUICHOT Y PARODY se
refiere a la ciudad hispalense como la primera en enarbolar los nuevos aires de cambio al grito de ¡Abajo
la Dinastía, Historia general de Andalucía, desde los tiempos más remotos hasta 1.870, Sevilla, 1.870, T.
VII, p. 137. El documento que nos proporciona GUICHOT es la proclama expedida por la Junta
Revolucionaria de Sevilla el día 20 de septiembre de 1.868: “La Junta revolucionaria de Sevilla faltarla
al primero de sus deberes, si no comenzara por dirigir su voz á los habitantes todos de esta Provincia y á
la Nación entera, manifestándoles los principios que se propone sustentar y defender como base de la
regeneración de este desgraciado país, cuyo entusiasmo no han podido entibiar tantos siglos de tiranía, y
cuya virilidad no han podido debilitar tantos años de degradación.

1. La consagración del sufragio universal y libre, como base y fundamento de la legitimi-


dad de todos los poderes y única y verdadera expresión de la voluntad nacional.
2. La libertad absoluta de imprenta, sin . depósito, fianza, ni editor responsable, y solo
con sujeción á las penas que marca el Código por los delitos de injuria y calumnia.
3. La consagración práctica é inmediata de todas las libertades, la de enseñanza, la de
cultos, la de tráfico é industria, y la reforma prudente y liberal de las leyes arancelarias hasta
que el estado del país permita establecer de lleno la libertad de comercio.
4. La abolición de la pena de muerte y el planteamiento del sistema penitenciario.
5. La seguridad individual eficazmente garantida, asi como la absoluta inviolabilidad del
domicilio y de la correspondencia.
6. La abolicion de la Constitución bastarda que nos venía rijiendo y de todas las leyes
orgánicas que de ella se derivan, y su sustitución provisional por la que decretaron las Córtes
Constituyentes de 1856, con supresión del artículo concerniente á 1a religión del Estado, del
título relativo á la dinastía y reglas de sucesión á la Corona, y de cuanto en la una ó en las otras
no esté conforme con la base del sufragio universal y las demás que en este manifiesto se
contienen.
7. La abolicion de las quintas y las matrículas de mar, y la organización del Ejército y de
la Armada bajo las bases del alistamiento voluntario y con las convenientes garantías, y como
honrosísimas profesiones.
8. Igualdad en la repartición de las cargas públicas.
188
Sin embargo, las dos ciudades hermanas, al unísono, comparten el honor de ser
el núcleo de la revolución. El mismo Leiva afirma: “La Revolución triunfante en Cádiz
carecía de verdadero programa político y era necesario dárselo; pero este grande y
eminente servicio sólo estaba reservado a las ciudades de Córdoba y Sevilla260”.

Y así es en efecto, ya que la intención de los generales pronunciados en Cádiz no


iban tan lejos como el mismo General Serrano dice a los miembros de las Juntas de
Sevilla y Córdoba, tras conocer sus deseos de derrocamiento de la monarquía: “Señores,
ustedes van más lejos de lo que yo creía; pero marchemos unidos y después del triunfo
que decida la voluntad nacional261”.

Muchas son las ciudades y poblaciones que en los comienzos se vieron


involucradas en el movimiento revolucionario pero no por ello podemos pecar de un
andalucismo de tópico simplista. No es justificación ninguna el dar crédito a la imagen
estereotipada del andaluz gandul como bien nos expresaba el escritor D. Adelardo
López de Ayala, pluma principal del manifiesto de Cádiz, cuando, para justificar la
importante participación del partido unionista en la preparación del cambio político que
había de efectuarse, escribe: "... Mientras los pueblos andaluces, insensibles a los
dolores de la Patria se divertían en las plazas de toros, hombres como los Generales
Dulce y Serrano Domínguez, que nada personalmente esperaban para sí, marchaban al
destierro conducidos por la Guardia Civil, a causa de que ellos eran los que pretendían
hundir en el polvo el trono de Isabel II...262".

Como observamos muchas de las cuestiones que nos plantea el autor servirían
para correr ríos de tinta pero no es nuestra pretensión la de ahondar en justificaciones ni

9. Desestanco de la sal y el tabaco y abolicion de los derechos de Puertas y Consumos.


10. Unidad de fueros y abolicion de todos los especiales incluso el eclesiástico, y salvo los
disciplinarios.
11. Córtes Constituyentes por sufragio universal directo para que decreten una Constitu-
ción en armonía con las necesidades de la época, garantizando una estricta observancia por
medio de una comision permanente en los interregnos parlamentarios, que promueva y asegure
la responsabilidad de los ministros y de cualquiera autoridades que la infrinjan.
¡¡Viva la Libertad!! ¡¡Abajo la dinastía! ¡¡¡Viva la Soberanía Nacional!!!
Este importantísimo documento, apareció en la mañana del dia 20.” Por su parte, Francisco de Leiva,
nos dice en su Libro La Batalla de Alcolea que fue la Junta cordobesa la que por medio de su Boletín
Oficial fue la primera que publicitó los ideales revolucionarios.
260
LEIVA MUÑOZ, F.- T. II Op. cit., p. 222.
261
Ibid., T. I, p. 13.
262
Ibid., T. I pp. 8-9.
189
parapetos sobre el modus vivendi andaluz; tan sólo prestar importancia al papel
principal que encarnó el partido unionista como gestor de la Revolución. Pero sí hemos
de anotar una breve reflexión sobre la empatía del pueblo andaluz ante la gravedad de la
situación por la que pasaba el país, puntualizando sobremanera, que a las vicisitudes del
más que seguro alzamiento había que sumarle el retraso endémico, las altas tasas de
analfabetismo y, sobretodo, las elevadas cuotas de desempleo por las que atravesaba la
región, por lo que, es fácil reflexionar que gran problema es generalizar la actitud de un
pueblo que participó como cualquier otro y quizá con una de las situaciones más
acuciantes del país.

Siguiendo con los acontecimientos, en la ciudad de la mezquita, la Junta


Revolucionaria, pronto se pone al frente del movimiento para encauzar y dirigir todas
las actuaciones. El día 20 de septiembre se hace pública la destitución del mando del
gobierno militar de la provincia que estaba al mando del Brigadier, reemplazándolo por
el Coronel del regimiento de Lanceros de Villaviciosa. Se destituye también al
Gobernador Civil, la Diputación provincial y el Ayuntamiento pasando a gobernar la
ciudad la junta interina con plenitud de poderes. Se produce, igualmente, la disolución
de la guardia rural y se acuerda la organización de un batallón movilizado a las órdenes
del capitán comandante Juan Bellido. Una de las medidas que nos mostraba el cariz con
el que la Junta quería enfocar el posible control de la ciudad y futura participación en el
alzamiento fue la del armamento del pueblo, decisión polémica que no tuvo muchos
partidarios a pesar de que fue aprobada finalmente263. Se ordenó realizar un aumento
del personal de seguridad para evitar posibles conatos de violencia en la cárcel y la
tesorería municipal. Por último, se decidió enviar un despacho telegráfico a Madrid,
Sevilla y Málaga para informar del pronunciamiento de la capital264.

263
“Esta Junta revolucionaria, celosa de proveer por todos los medios que están á su alcance al
sostén del órden público y á la defensa de los principios de libertad proclamados; y con el fin también
de organizar el mejor servicio de la fuerza ciudadana de la capital, ha acordado y manda que toda
persona que tenga en su poder armas de fuego de cualquiera clase se presente con ellas, entre cinco y
seis de la larde del dia de hoy, en el patio del Galápago, del edificio del Gobierno, y que los que tengan
mus de una se presenten con todas ellas sin escasa de ningún género; en el supuesto de que el que no
cumpla esta disposición, será considerado y tratado como traidor á la Patria”. DIARIO DE
CORDOBA, 23/09/1.868, vid etiam, BOPCO, 20/09/1.868.
264
DIARIO DE CÓRDOBA, 23/9/1.868. vid etiam, BOPCO, Bando extraordinario, 20/09/1.868. La
proclama estaba firmada por El Conde de Hornachuelos, Ángel Torres, Francisco de Leiva, Santiago
190
Ante las posibles críticas que podían atribuírseles a los miembros de la Junta por
su autoproclamamiento ese mismo día dio a conocer otra proclama en el que justificaba
su acción y las que emprendería en el futuro, pidiendo la ayuda y colaboración del
pueblo en los momentos tan delicados por los que atravesaba la capital265.

Finalmente, se anuncia que el nuevo Gobernador Civil sería el Conde de


Hornachuelos, quién nombrado por el General Serrano, acepta el cargo habiendo
renunciado antes al sueldo correspondiente. Sus primeras palabras estuvieron marcadas
en un todo cordial, pidiendo a los ciudadanos que se alejaran de ideologías políticas y
prevaleciera el respeto en las diferencias como camino para salvaguardar la paz,
manteniendo guardadas las armas.

Al día siguiente se recibía en las Casas Consistoriales un telegrama anunciando


la sublevación de Málaga, los ánimos enaltecieron aún más a la junta tras recibir un
boletín de la de Madrid en la que se aseguraba el triunfo de la revolución, se relataban
las ciudades que se habían amotinado y se pedía al moribundo gobierno que desistiera
de seguir en el poder pues se quería impedir el derramamiento de sangre. Para ello,
consideraría traidor a la patria a toda persona militar o civil que disparase contra el
pueblo sublevado. Asimismo, se hace eco de la negativa a aceptar cualquier solución
que no fuera la caída de la reina Isabel II, tal y como pretendía el partido moderado que
buscaba la abdicación de la monarca en su hijo para evitar un desastre mayor266.

Ante el temor que la situación se desbordara, la Junta da órdenes para que el


orden público se mantuviera a toda costa, quedando totalmente prohibido so pena de
cárcel a quiénes dañen las vías férreas o postes telegráficos, archivos, templos e infrinja
daño a cualquier persona267. El día 27, ante la inminencia de la llegada de los tropas
sublevadas el Gobernador Civil, el Conde de Hornachuelos se dirige a los cordobeses

Barba, Francisco Portocarrero, Francisco Sales Morillo, Rafael Barroso, Manuel de Luna y Rafael
Gorrindo.
265
“Llamados á constituir el Municipio provisional de esta capital por la Junta Superior revolucionaria
de la misma, hemos aceptado un cargo de suyo difícil y superior é nuestras fuerzas, alentándonos la idea
de que nuestra falta de aptitud para desempeñarlo la suplirá do hecho el celo y el patriotismo de que nos
hallamos animados en favor de los intereses de este vecindario. Para cumplir con nuestra delicada
misión contamos desde luego con la cordura y sensatez de un pueblo, que en las arduas circunstancias
porque hemos atravesado ha dado siempre pruebas evidentes de so amor á la libertad y de ejemplo a los
más cultos y civilizados de nuestra época”. Ibídem.
266
DIARIO DE CORDOBA, 24/09/1.868.
267
Ibídem.
191
pidiéndoles que cooperen con las tropas que en breve estarían apostadas en las
inmediaciones del puente de Alcolea para librar batalla con el ejército nacional.

Pasados los primeros momentos, Córdoba va a imitar los mismos mecanismos


de conformación para la elección del nuevo Consistorio. La Junta integrada en mayoría
por unionistas y los progresistas van a perpetuarse con la elección del nuevo gabinete en
el que ambos partidos se repartirán todos los cargos públicos. Era lógica esta operación
pues, independientemente, de la ocupación del poder municipal, ambas agrupaciones
tenían un ideario ideológico muy cercano. Estaban de acuerdo en que la mejor forma de
gobierno que el país necesitaba era la monarquía constitucional. Por supuesto, otro
elemento de acercamiento era el relativo al status social, en general ambas formaciones
estaban integradas por altas personalidades y por representantes de la alta burguesía que
serán las que, en general, marquen la tónica política local durante todo el tiempo que
dura el Período Revolucionario268.

Los demócratas están capitaneados por un abogado, Ángel de Torres, un médico,


Rafael Anchelerga, un catedrático de Veterinaria, Manuel Ruiz Herrero y por el
esforzado revolucionario Francisco de Leiva. No cuentan en sus filas más que pequeños
propietarios y artesanos, ya que la gran fuerza potencial en que pretenden apoyarse, que
es el campesinado se encuentra por ahora al margen de las luchas políticas, más
preocupados sus hombres por la lucha del pan diario que les falta, al escasear de forma
alarmante los puestos de trabajo y al percibir, los que tienen la suerte de estar
empleados, jornales de miseria.

Tras el éxito de la “Gloriosa” la Junta Revolucionaria sigue tomando decisiones


para que el orden se mantuviera inalterado dentro de las posibilidades que el ambiente
post-revolucionario presentaba. No obstante, los días siguientes a la finalización de la
contienda, las primeras decisiones van a dirigirse a paliar la delicada situación de los
ciudadanos, se van a destinar recursos públicos para dar trabajo a jornaleros
desocupados por medio de el adecentamiento de carreteras y, sobretodo, el control
riguroso de los precios de los alimentos básicos, con especial vigilancia, del pan.
Entrado el mes de octubre, siguen sus comunicados y disposiciones, destacando las
relativas a las obras públicas y privadas con el fin de dinamizar la economía; se expiden

268
DIARIO DE CORDOBA, 27/09/1.868.
192
permisos para el derrumbe de lienzos de murallas, permitiendo al vecindario abrir
comunicaciones y edificar fachadas, y, sobre todo, los acuerdos de demoler la iglesia de
San Nicolás de la Villa excepto la torre, trasladando la parroquia a San Hipólito,
destruir también la iglesia parroquial de San Nicolás de la Ajerquía y derribar asimismo
las torres de la Malmuerta y de los Donceles269.

En definitiva, lo que veladamente pretendía los principales actores del juego


político municipal era aclarar el panorama con vistas a la celebración de las próximas
elecciones. No se entiende pues como aprobaron concesiones para el derribo o traslado
de edificios emblemáticos de la ciudad que, en cierta medida, atacaban la protección del
patrimonio histórico si como tiempo después se demostraría no se llegaron a cumplir en
su totalidad. Es por tanto lógico pensar que la razón principal fue la de contentar a la
población más necesitada con decisiones que pretendían favorecer el estímulo
económico por encima de otras cosas, para ganarse su favor –voto- mas luego no llegar
a cabo tales proyectos.

Trascurrido el primer mes tras en el gobierno municipal, los partidos principales


se preparaban para acometer el las disposiciones que saldrían de las urnas en el nuevo
sistema electoral instaurado con La Gloriosa: el “sufragio universal”. Los nuevos
censos electorales se elaboraron el día 9 de ese mismo mes con la finalidad de ser útiles
para las elecciones a Diputados a Cortes y de provincia270. Con motivo de estimular la
participación ciudadana el Duque de Hornachuelos hizo pública una proclama
manifestando que: “El Ayuntamiento, la Diputación y los Diputados a Cortes van a ser
investidos esta vez con el carácter que tras si el mayor número […] Que bajo algún
concepto se desmienta la noble actitud del pueblo ante las urnas, y que los partidos
todos ejerzan libremente el sagrado derecho que la ley les concede. Procuremos
esforzarnos todos a imprimir al solemne acto de la elección toda la confianza, toda la
pureza y aquella respetabilidad que como dogma de nuestras creencias debemos
santillear y como principio fundamental de nuestra soberanía debemos acatar271.” Los
dos partidos principales, el Partido Monárquico Liberal Democrático y el Democrático
Republicano, aun cuando tenían objetivos comunes van a ir evolucionando hasta
269
Ibíd. 8/10/1.868.
Ibíd. 16/10/1.868.
270
BOPCO, 25/11/1.868.
271
BOPCO, 26/11/1.868. vid etiam, DIARIO DE CORDOBA, 27/11/1.868.
193
posicionarse en dos posturas que se radicalizan: a un lado los centristas de la Unión
Liberal e incluso los izquierdistas moderados progresistas y al otro, los demócratas de
antaño.

Desde Noviembre hasta la celebración de las elecciones, la vida pública


cordobesa va a estar centralizada por las reuniones de ambos partidos. Tanto el Círculo
de Amistad, como los cafés más representativos de la ciudad van a acoger disertaciones
políticas y sociales, aleccionando a la gente sobre los parabienes de los nuevos derechos
conquistados por las armas.

Finalmente, las elecciones quedan fijadas para los días 16, 17 y 18 de Enero de
1.869. “En Córdoba capital acude a las urnas el 74'64% del electorado, saliendo
elegidos Félix García González, Esteban León Medina, Pedro Muñoz Sepúlveda y el
Marqués de la Vega de Armijo, todos pertenecientes al Partido Monárquico Liberal
Demócrata, siendo los grandes derrotados los tres candidatos del partido de la
oposición, Ángel de Torres, Nicolás Laborde y Ramón Ochoa, quienes no obstante son
los indiscutibles ganadores en las barriadas populares. Una vez más, las clases altas
de la ciudad se erigen en dueñas de la situación aunque para ello sea necesario
recurrir a presiones y violencias, cuando no a auténticos "pucherazos" electorales272”.

Como observamos el papel de los republicanos tras las elecciones fue muy
reducido, tan sólo Manuel Ruiz Herrero por el distrito de la izquierda de la capital y
José Pérez Camacho por Montilla, consiguen ganar. Esto, sin embargo demuestra como
poco a poco el juego político se va abriendo a la pluralidad de ideologías. El
movimiento republicano va a ir adquiriendo fuerza y aganado adeptos muy
rápidamente, gran parte de ello es ocasionado por las penurias por las que atraviesa la
población, que no ve en las partidos políticos solución de garantías para solventar su
endémica situación de pobreza. A ello, no ayudo el hecho de que tanto en la política
nacional como municipal el caos definitorio del sistema de estado provocara un
desgaste de consecuencias tales como las que traerían consigo el advenimiento de la I
República.

272
NAVAS LUQUE, J., La revolución de 1.868 en Córdoba capital, Córdoba, 2001, pp. 145-148.
194
Donde los republicanos ganan su primera batalla es en las elecciones
municipales de la capital. El Ayuntamiento, rotundamente republicano, se estrena
pidiendo a la Asamblea Nacional el armamento de las fuerzas ciudadanas que
componen el Batallón de Voluntarios de la Libertad "Cazadores de Alcolea"; en este
sentido se escribe al supremo organismo de la nación273.

"... Córdoba, una de las primeras capitales que se lanzaron en aras de su patriotismo,
a derrocar el yugo de la tiranía y cuyos hechos gloriosos en época no remota ocuparon
una página brillantísima en la historia del país, requiere y necesita para el completo
afianzamiento de sus órdenes y libertades, tener en completo estado de organización y
de armamento esas respetables fuerzas que le sirven de baluarte inexpugnable en
situaciones difíciles, procurando que a su sombra no se marchiten jamás los gloriosos
laureles adquiridos en los campos de Alcolea...274".

También el Ayuntamiento republicano cordobés oyendo la voz del pueblo


popular pide la supresión de quintas, el estanco del tabaco y de la sal. Para ello, se suma
a una manifestación en el Paseo de La Victoria, primero Francisco de Leiva a la cabeza
y más tarde, desde el balcón del Ayuntamiento el Alcalde Ángel de Torres quien
exhorta a la masa pidiendo el cese inmediato de las quintas275. Estas aspiraciones
estaban influencias por el espíritu revolucionario de “La Gloriosa” así no es de extrañar
que durante estos primeros meses se hagan alusiones en la mayoría de los bandos
oficiales a la cancelación de impuestos, derechos, etc., bajo el manto del ideario
septembrino.

Francisco Leiva, en nombre de la Corporación se manifiesta contra el


Gobernador Civil, Duque de Hornachuelos, al considerar que su proceder no está de
acuerdo con lo prometido por la Revolución de Septiembre.

Distinto patrón se da en las elecciones municipales de los pueblos, en donde las


campañas electorales de la oposición van a estar marcadas por la influencia negativa de
los caciques, quienes ejecutan manipulaciones sobre los electores y “remiendan a su

273
DIARIO DE CÓRDOBA, 9/3/1.869.
274
FERNANDEZ DUEÑAS, A., La Facultad de medicina de la Universidad libre de Córdoba y su época
(1.870-1.874), Córdoba, 1.983, p. 76.
275
AMCO.AC, sesión del 27/2/1.869 y DIARIO DE CÓRDOBA, 23/3/1.869.
195
gusto” los resultados electorales impidiendo el anhelado libre ejercicio del sufragio
universal.

Ante las irregularidades en diversas localidades se puso en marcha el Pacto


Federal de Andalucía, Extremadura y Murcia el día 11 de junio. La intención
primordial de estos municipios es la de alcanzar el Gobierno republicano como una vía
factible para solventar los problemas del país, por lo tanto, a él aspiran, para cuyo logro
harán uso de todas las medidas legítimas que estén a su alcance. Proclaman los
derechos individuales como "absolutos, inalienables e imprescriptibles" y afirman "que
no pueden establecerse poderes inamovibles ni irresponsables y, mucho menos, vincu-
larse su ejercicio a ninguna familia...". Termina el comunicado marcando la
organización futura del partido republicano y recomendando a sus afiliados la constante
propagación de sus doctrinas276.

Por entonces ya late el federalismo en


toda España, como resultado de la incesante
labor que vienen desarrollando los
republicanos; de Pi y Margall que se
consideran traicionados por todos.

Ese federalismo defendido por parte


de las altas esferas políticas nacionales calará
pronto en Córdoba. El 10 de Junio se
celebraba en la plaza de la Constitución una
reunión de republicanos a la que asistieron
gentes de Sevilla, Cádiz y Málaga277".

La firma de este Pacto enardece a los


republicanos federales cordobeses, que
provocan conflictos, sobre todo en los
pueblos de la provincia. El incansable Leiva,
verdadero apóstol del federalismo cordobés, que ya había comenzado su proselitismo
en diciembre de 1.868 en Montoro, capitanea la rebelión federal de Montilla que sigue a

276
Ibid., 19/6/1.869.
277
DIARIO DE CÓRDOBA, 11/6/1.869.
196
la de Aguilar de la Frontera; Iznájar también se subleva y llega a ser tan importante el
brote federal —aunque nunca en el grado de otras provincias andaluzas— que se
originan numerosos enfrentamientos entre fuerza.: de la Guardia Civil y los federales
que, finalmente son dispersados y vencidos278.

Comienza el año de 1.870 con las elecciones municipales que en Córdoba se


celebran los días 3 al 6 de enero; votaciones en las que como tantas otras veces, las
manipulaciones están a la orden del día. El resultado absolutamente amasado y
preparado por los progresistas que ocupan los puestos claves de la política local, es
claramente satisfactorio para ellos. Copan los puestos municipales a pesar de las
protestas de los republicanos que, con Leiva a su frente como siempre, airea las
irregularidades habidas en las elecciones sin conseguir otra cosa que una citación
judicial279.

A pesar de todo, el partido gubernamental, Monárquico Liberal Demócrata,


constituido por progresistas y unionistas, monopolizan el poder en Córdoba, plegándose
por supuesto siempre a las directrices de Madrid. En este sentido, la Tertulia
Progresista-Democrática, escribe así a Prim en noviembre de este año de 1.870:

"El Comité Provincial y Tertulia del partido progresista- democrático de


Córdoba, en reunión que acaba de verificarse, ha acordado dirigirse a V.E. para
significarle el entusiasmo con que se ha recibido la candidatura del Duque de Aosta, y
al propio tiempo, le ofrece al Gobierno todo el apoyo moral y material del partido que
representan, a fin de que sea cada día más simpática y popular la solución propuesta
como término de la interinidad y el coronamiento nacional de nuestra constitución
democrática. El Comité y la Tertulia felicitan también a V.E. por el acierto con que ha
sabido buscar candidato en la Casa de Saboya, la más liberal sin duda de las reinantes
en Europa280".

278
“Como consecuencia de este levantamiento, la acción represiva del Gobierno llega en Córdoba, hasta
la destitución en bloque del Ayuntamiento republicano que nació de una votación popular mayoritaria;
golpe de fuerza absolutamente ilegal pero comprensivo en Córdoba donde los gubernamentales son la
élite social y económica de la ciudad. El Ayuntamiento cordobés pasa así a manos de los progresistas y
es nombrado Alcalde, Rafael Barroso, uno de sus más cualificados representantes.” FERNANDEZ
DUEÑAS, A., La Facultad de medicina…, p. 79.
279
AHMCOR, AC, sesión del 11/1/1.870.
280
DIARIO DE CÓRDOBA, 12/11/1.870.
197
El advenimiento de la Monarquía en la persona de Amadeo de Saboya, es
celebrado en Córdoba por los partidos en el poder. Gorrindo, al felicitar al Monarca en
Madrid en nombre de la Diputación Provincial, dice entre otras cosas: "... Pues siendo
Córdoba la primera que dio el grito "¡Abajo los Borbones!", deber suyo es ser de las
primeras en saludar al ilustre vástago de la Casa de Saboya, encarnación viva de la
libertad en todas sus legítimas manifestaciones...281". El Conde de Robledo, en nombre
del partido progresista, no se queda atrás en los elogios al "hijo del rey-ciudadano, al
hijo del regenerador de Italia, al hijo del liberal y noble Victor-Manuel...282". Dos años
después estos mismos plácemes le serán brindados por los mismos señores al Gobierno
republicano.

Durante todo el reinado de Amadeo, obviamente, progresistas y unionistas


detentan el poder en Córdoba. En las elecciones a diputados provinciales de febrero de
1.871, van al copo los partidos gubernamentales que totalizan 30 puestos de diputados,
siendo sólo 12 republicanos y un carlista, los elegidos de la oposición. En Córdoba
capital solo un republicano, Amadeo Rodríguez, consigue acta de diputado por el 5º
distrito283.

Los republicanos obtienen en este periodo algunos éxitos aislados: tal sucede en
las elecciones a diputados a Cortes de Marzo de 1.871 en las que es elegido D. Enrique
Pérez de Guzmán, Marqués de Santa Marta, sobre el unionista Marqués de la Vega de
Armijo, contribuyendo a la elección de aquel, 2.129 republicanos, 1.500 carlistas, 600
moderados y 100 progresistas284.

También en las elecciones municipales de diciembre de 1.871, triunfan en


Córdoba capital los republicanos, si bien no sucede otro tanto en los pueblos de la
provincia donde el ominoso caciquismo consigue hacer triunfar como siempre, a la
coalición gubernamental en casi todos los municipios, excepto en Fernán-Núñez,
Morente, Puente Genil y Villafranca en que vencen los republicanos y Monte- mayor y
Castro del Rio, donde ganan los carlistas285.

281
DIARIO DE CÓRDOBA. 19/1/1.871.
282
Ibid., 22/1/1.871.
283
Ibid., 5/2/1.871.
284
Ibid., 10/3/1.871. Ibid..15-3-1871.
285
Ibid., 9/12/1.871. Ibid., 9/12/1.871.
198
En este periodo, los republicanos no provocan conflictos, quizá debido a un
ablandamiento de la postura de algunos de sus dirigentes, que da por resultado incluso,
la expulsión de Francisco Leiva del partido republicano federal al que "habéis
defendido siempre y en todos los terrenos con visible perjuicio de vuestros intereses, de
vuestra libertad y de vuestra vida...", según le escriben algunos de sus partidarios al
propio Leiva, que contesta: "... Para los que, inspirados por sentimientos que no quiero
calificar, se ocupan en injuriarme y calumniarme por la espalda y siempre con una
injusticia, una acritud y una alevosía, impropias de pechos que sienten latir corazones
eminentemente republicanos federales...286".

Los conflictos que se originan por estas fechas, van a deberse a alzamientos
carlistas, minoritarios desde luego y sin refrendo popular en absoluto. El primero de
ellos ocurre el 27 de marzo de 1.871 siendo sofocado rápidamente el levantamiento del
Brigadier Ramos y su hijo287. El segundo, de alguna importancia más, se verifica el 26
de mayo de 1.872 cuando la partida de López Caracuel se lanza a la sierra, siendo
derrotada días después por la Guardia Civil, en Bocarroyo del Valle lugar del término
municipal de Adamuz288.

El partido carlista no encuentra efectivamente, arraigo en Córdoba, pero es


curioso observar como el pueblo entero clama por el indulto de los conjurados en
interminables listas que se publican en los diarios locales289. Y más curiosa es aún la
actitud de la Comisión Permanente de la Diputación Provincial, escribiendo al Rey
pidiendo, asimismo, el indulto:

"... Creado el Trono de V.M. por el sufragio de la nación en que se apoya,


basado en los sólidos fundamentos de la libertad y la justicia, no debe nunca temer los
débiles embates de los partidarios de caducas instituciones que perdieron ya la razón
de su existencia y quedará así aún más fortalecido cuando le circunde una vez más, la
aureola de la clemencia...290" .

286
Ibid., 17/1/1.872.
287
Ibid., 28/3/1.872.
288
Ibid., 30/5/1872, y Ibid.1/6/1.872.
289
Ibid., 5/6/1.872.
290
Ibid., 11/6/1.872.

199
Y es que ese "cadáver político" "que se llama partido carlista", como lo motejara
el Gobernador Alau, tiene entre los cordobeses, al menos las simpatías que le confieren
la Tradición y el espíritu sano del su "Dios, Patria y Rey"; no es un partido para
gobernar, pero sí agradable de ver en las polvorientas vitrinas de nuestra Historia.
Cadáver político que se toca airosamente con su roja boina hasta nuestros días, en los
que sigue viviendo, anclado ya e inmerso en mediatizaciones políticas que sonrojarían a
D. Carlos M. ª Isidro, su fundador.

La institución de la I República, va a significar un relevo absoluto en los cargos


políticos cordobeses.

Los republicanos, la mayoría federales, van a reemplazar a los progresistas en la


Diputación Provincial y en el Ayuntamiento. Esta Corporación enseguida se dirige a los
cordobeses en estos términos:

"... De entusiasmo henchidos para saludaros hermanos, rotas ya, como están
para siempre las cadenas que arrastrábamos de la esclavitud, que se deslizaban
formando el escabel de hierro del trono tradicional de nuestro país, y el escabel de
cieno de la monarquía extranjera y democrática, burla constante la última etapa del
monarca infeliz de la Casa de Saboya... De entusiasmo henchido porque ya vemos la
luz clara de la libertad, el aura santa de la justicia, la caridad sublime de la igualdad y
la paternidad, suspiros sublimísimos de la brillante esencia increada... De entusiasmos
henchidos porque no tenemos necesidad de aconsejaros la prudencia y la cariñosa
solicitud y paternidad para todos los demás pobres ciegos que militan en diversos
partidos... Hoy la República grita con su potente voz; hoy la República tiende su manto
espléndido de justicia para todos los cordobeses, para todos los españoles, y dentro de
poco, para el regenerado mundo.

Paz y fraternidad, virtud y justicia e igualdad común grito de júbilo de nuestra


alma será lo que se desprenda de todos vosotros... La alborada de este gran día
formará la página más brillante de nuestra Historia contemporánea...291".

291
Ibid., 14/2/1.873.
200
Enseguida vuelan a Madrid las adhesiones de hombres y partidos que ya
hicieron lo mismo en la llegada del Duque de Aosta. Con Monarquía o con República,
los oligarcas cordobeses toman sus posiciones, en un intento de no quedar, al menos
absolutamente, al margen de la cosa pública.

En muchos sitios, sin embargo, el nombre de República significa que ha llegado


la hora de la venganza. Así se dan los sucesos de Montilla, solo un día después de
proclamada aquella. El populacho, entre repique de campanas, asalta la casa del alcalde,
quema el registro de la propiedad —hecho de por sí muy significativo— lincha a un
guarda rural y asesina al primer contribuyente, Francisco Solano Rioboó292. Es
necesaria la presencia del Ejército para que el orden quede restablecido. Pero aquí en
Montilla se ha producido "la primera quiebra entre los cuadros de mando republicanos,
burgueses de acción, y el obrerismo dotado ya de una conciencia de clase vindicatoria...
Los obreros no confiarán ya más en la burguesía de agitación y de aquí en adelante se
enrolarán en las filas internacionales pretendiendo la emancipación del trabajador por el
trabajo mismo293".

El Ayuntamiento popular cordobés, consciente de la situación deplorable de gran


parte del pueblo, intenta, promoviendo obras294 y efectuando ayudas en dinero y
alimento295 captarse la voluntad de esas masas, que ya están divorciadas de todo lo que
signifique Gobierno; masas que siguen el movimiento, todavía subterráneo que ha de
eclosionar en el cantonalismo primero y más tarde en el anarquismo.

La atonía política del pueblo cordobés se manifiesta cumplidamente en el 53%


de abstenciones que se producen en las elecciones de Diputados a Cortes, de mayo, que
dan el triunfo al federal Ángel de Torres296.

A pesar de los esfuerzos del Ayuntamiento por justificar al pueblo su


advenimiento, como prometía en la sesión de 28 de abril, Córdoba en este tiempo
ofrece el siguiente panorama según el periódico República Federal:

292
Ibidem.
293
FERRANDO, BADIA, J.- Op. cit.
294
AHMCO, AC., sesión del 28/4/1.873.
295
DIARIO DE CÓRDOBA, 16/2/1.873.
296
Ibid., 14/5/1.873.
201
"... Las calles muy sucias y sembradas de elevadas cordilleras y profundos
valles; las farolas a media luz; los letreros inmorales en las esquinas; los asnos de los
arrieros atropellando a todo bicho viviente; la calle Juan de Mena convertida en un
museo de heterogéneas suciedades; los serenos durmiendo tranquilamente en las gradi-
llas...297".

Con este panorama local, en junio, tras ser proclamada la República Federal
como forma de gobierno en España, comienza el movimiento cantonalista.

En Córdoba el cantonalismo no pasa de ser un esbozo.

Por las mismas fechas de la constitución del Cantón bajo-andaluz en Sevilla,


corren rumores por la ciudad de la constitución de un cantón local, rumores de los que
se hacen eco, incluso, algún sector de la prensa de Madrid. El mismo día 22 se dan cita
en Córdoba voluntarios de muchos pueblos de la provincia atraídos por esos rumores,
pero cuarenta y ocho horas después, la llegada del General Pavía en camino de Sevilla,
Granada y Málaga, donde el cantonalismo sí que ha arraigado, termina con el intento
cordobés, que solo en Fuenteobejuna tiene durante pocos días, su representación298.

De la misma forma que en España en general, transcurren los once meses de


gobierno republicano en Córdoba; quizá en ésta su típica idiosincrasia le da un aspecto
diferente; los vencidos en esta hora, son los ricos, las gentes "bien", que se acomodan
aún a regañadientes; Sin embargo es verídica la apreciación de un periodista malagueño
respecto a las relaciones de los diferentes grupos políticos:

"Aquí (en Córdoba), en suma, republicanos y carlistas, moderados y unionistas,


monárquicos y socialistas se juntan y saludan; se respetan y hablan con sinceridad y
afecto y profesan el envidiable principio de que la diferencia de opiniones que les
separa y divide en la esfera de la política, no ha de ser parte para divorciarlos en el
trato y el comercio, de la familia de la sociedad y de la vida...299".

El golpe de estado del General Pavía significa el final para los republicanos
cordobeses, que son separados de sus cargos. El 5 de enero de 1.874, el Gobernador

297
Ibid. 22/7/1.873.
298
Ibid., 30/7/1.873. Ibid., 23/7/1.873. Ibid.,24/7/1.873. Ibid., 28/7/1.873.
299
Ibid., 6/6/1.873.
202
Militar destituye a los diputados provinciales Juan-Felipe Salcedo, Rafael Anchelerga,
Francisco Rivas, Francisco Cubero y Francisco de Sales Muñoz y hace tabla rasa en el
Ayuntamiento popular300. Diputación y Ayuntamiento que vuelven a ofrecer sus
poltronas a los antiguos progresistas y unionistas que con los nuevos ropajes de
radicales y conservadores, son los mismos oligarcas que durante el sexenio, a excepción
del periodo republicano, han modelado una libertad a su capricho, comprimiéndola en
unos límites que no afectará a lo más importante para ellos; sus propiedades y su
posición social.

Gigantesca patraña, es en Córdoba el intento revolucionario que con tanto


bombo y platillo se aireaba a los vientos de España en septiembre del 68. En Córdoba la
revolución es frenada por los burgueses que sólo pretenden sus libertades para seguir
mandando y para seguir manteniendo una hegemonía económica sobre la masa de
desheredados que llena nuestros campos.

300
Ibid., 7013, 6-1-1.874.

203
ALCALDES DE CÓRDOBA
(1.868-1.885)

MARIANO CABEZAS SARAVIA…………………………….. 22-MAYO-1868

EL CONDE DE ROBLEDO DE CARDEÑA……………20-SEPTIEMBRE-1868

ÁNGEL TORRES GÓMEZ…………………………………...15-FEBRERO-1869

RAFAEL BARROSO LORA………………………………….6-OCTUBRE-1869

AGUSTÍN FUENTES HORCAS………………………………..16-ENERO-1870

CARLOS BARRENA BREÑOSA……………………………… 10-JULIO-1872

JOSÉ CARRILLO MEBRONI……………………………4-SEPTIEMBRE-1873

JUAN RODRÍGUEZ SÁNCHEZ………………………………. 4-ENERO-1874

TOMÁS CONDE LUQUE…………………………………… 2-ENERO-1875

EXCMO. SR. MARQUÉS DE GELO…………………………… 13-ABRIL-1877

EXCMO.SR. BARTOLOMÉ BELMONTE CÁRDENAS……… 20-MAYO-1878

JUAN RODRÍGUEZ SÁNCHEZ……………………………… 14-MARZO-1881

EXCMO. SR. MARQUÉS DE BOÍL…………………………… 1-JULIO-1881

EXCMO.SR. BARTOLOMÉ BELMONTE CÁRDENAS……6-FEBRERO-1884

JUAN RODRÍGUEZ SÁNCHEZ……………………………15-FEBRERO-1886

204
LA REVOLUCIÓN DE SEPTIEMBRE DE 1.868 EN CÓRDOBA

LA DESCOMPOSICIÓN NACIONAL: POLÍTICA Y CRISIS AGRARIA

Poco o nada se podían esperar los cordobeses que 6 años después del espléndido
recibimiento dispensado a la reina Isabel II se decidiera por las armas el destino
nacional en nuestra provincia en los días últimos de septiembre de 1.868. Ese mismo
mes Córdoba amanecía absorta en sus quehaceres cotidianos, propios de una ciudad
adormecida y en decadencia como era la de mezquita por esta época.

Las causas que originaron esta fractura en la historia del siglo XIX español,
como muchos autores consideran, son múltiples a la vez que cambiantes en cuanto a su
grado de profundidad y coyunturalidad por lo que a la hora de abordar su análisis el
panorama mismo se presenta difuso en el acontecer de los hechos. Todos los estamentos
sociales participarán en el cambio: desde los políticos, enarbolando su rechazo al orden
monárquico; las clases altas, temerosas de perder su estatus de privilegios sociales,
económicos… hasta las revueltas campesinas, entremezcladas en muchas ciudades al
unísono con el ejército para que sus reivindicaciones fueran lo más incisivas posibles.
Muchos fueron los imperantes que actuaban a favor del cambio lo que provocó que los
sucesos acaecidos a posteriori no tuvieran un guión sólido como demuestra el hecho de
las diferentes fórmulas políticas adoptadas por los políticos españoles301.

A la hora de entender este fenómeno que produjo el resquebrajamiento de la


España decimonónica tenemos que prestar supina importancia a los factores económicos
y políticos de la época que, como ya sabemos, culminarían dirimiéndose por las armas
en el puente de Alcolea (Córdoba) y la inmediata expulsión de la monarca Isabel II.

Es harto conocido que el asalto al poder corrió a cargo de una coalición


revolucionaria formada por los partidos de la Unión Liberal, Progresista y Demócrata,
en contra de la monarquía y del partido moderado que durante todo el reinado de Isabel
II, exceptuando un breve ciclo de dos años, monopolizaron el poder de una manera
directa e indirecta a través de la mezcolanza con la Unión Liberal302.

301
A. JUTGLAR, De la Revolución de septiembre a la Restauración, Barcelona 1.976, p. 8. vid etiam,
M.V., LÓPEZ-CORDÓN, La Revolución de 1.868 y la I República, Madrid 1.976, pp. 2-4.
302
M. ARTOLA, La burguesía revolucionaria, Madrid 1.973. pp. 232 y ss. véase también del mismo
autor, Partidos y programas políticos, 1.808-1.936, Madrid 1.974. pp. 271-273.
205
El Partido Progresista se había formado en los años treinta como el ala más
avanzada de los liberales. A pesar de ser monárquicos convencidos los acontecimientos
más recientes le hacían desconfiar de la dinastía Borbón. Bajo el liderazgo del General
Prim consiguieron un papel principal y decisivo en la conformación de las juntas
revolucionarias y en el primer gobierno post-revolucionario, en el que Prim ocupó el
ministerio de la Guerra. Sus ideales de unificación peninsular les llevó a proponer como
candidato al trono español primero a Luis I de Portugal y después su padre Don
Fernando; al no fructificar las negociaciones optaron por la dinastía de los Saboya y los
Hohenzollern.

La Unión Liberal se forjó durante el Bienio Progresista (1.854-1.856) bajo la


jefatura del General O´Donnell y durante el reinado isabelino disfrutó de alternancia en
el gobierno con el Partido Moderado hasta su expulsión definitiva en 1.866. Los
progresistas representaban a las clases sociales más arraigadas en mantener las
particularidades del antiguo régimen –grandes propietarios agrarios, terratenientes
coloniales, militares…- cuyos intereses políticos estaban bien dirigidos a consolidar sus
intereses económicos a través del acceso al poder. Tras el éxito revolucionario
propusieron en un principio la inviable candidatura de la duquesa de Montpensier.

El Partido Demócrata fue fundado en 1.849, estaba compuesto en su mayoría por


civiles e intelectuales, salvo una parte minúscula del ala derecha del partido que
defendía el sistema monárquico, se identificaban con la República Federal como sistema
de gobierno para defender unos principios como la descentralización, la secularización,
la abolición de las quintas, el sufragio universal… Entre las figuras más sobresalientes
de los demócratas figuraban Pi y Margall, Emilio Castelar, Salvochea, entre otros303.

Los representantes del Partido Moderado estaban plenamente identificados con


el régimen de Isabel II quienes monopolizaron de tal forma el poder que lo ejercían para

303
Sobre la cuestión de los partidos políticos: A. JUTGLAR, Federalismo y revolución. Las ideas sociales
de Pi y Margall, Barcelona, 1.996. C. PÉREZ ROLDÁN, El Partido Republicano federal, 1.868-1.874,
Madrid 2.001; G. DE LA FUENTE MONGE, Los revolucionarios de 1.868. elites y poder en la España
liberal, Madrid 2.000; J.M. JOVER ZAMORA, Situación social y poder político en la España de Isabel
II, en Historia social de España, Madrid 1.972; A. EIRAS ROEL, El partido Demócrata español (1.849-
1.868), Madrid 1.961; J. FERNÁNDEZ SEBASTIÁN Y J. F., FUENTES (dirs), Diccionario político y
social del siglo XIX español, Madrid 2.002; J. VILCHES GARCÍA, Progreso y libertad. El partido
progresista en la revolución liberal española, Madrid 2.001. J.M., JOVER ZAMORA, El Partido
Moderado, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid 1.982.
206
servir a sus intereses, según M. Artola: “[…] no sólo lo ejercen, sino que lo identifican
de tal manera con sus intereses que su existencia como partido, sus ideas, sus objetivos,
aparecen borrosos, ya que casi siempre actúan a través de la administración o
confundidos con ella304.” Durante su existencia tuvo el apoyo de parte del ejército
(los espadones moderados, como el general Narváez), los terratenientes (conformados
en una oligarquía proveniente tanto de la aristocracia tradicional como de la alta
burguesía, y espacialmente situados en las zonas latifundistas de Andalucía y la
Meseta), y parte de las clases medias (la llamada gente de orden), como bien indica
Carlos Marichal, «mientras duró el régimen moderado —1.844-1.868— se mantuvo una
alianza relativamente estable entre los terratenientes (andaluces, castellanos y
aragoneses) y los grupos de capitalistas más importantes de Madrid y Barcelona. En
conjunto ejercieron la hegemonía política en base a la exclusión de todas las otras
fuerzas sociopolíticas existente305s». Económicamente, los moderados tendían a
defender el librecambismo que permitieran la exportación de los excedentes agrícolas,
lo que se adecuaba a los intereses de sus bases sociales. Electoralmente defendían
el sufragio restringido o sufragio censitario (que limitaba el censo electoral a los más
ricos, exigiendo para obtener la condición de elector demostrar un determinado nivel de
propiedad o el pago de una cierta cantidad de impuestos) por la misma razón.

El partido moderado se organizó en 1.834, como continuación de los doceañistas


del Trienio Liberal, en torno a la presidencia gubernamental de Francisco Martínez de la
Rosa. Tras unos años de predominio progresista, ocupó el poder de forma continuada
durante la denominada Década moderada (1.843-1.854) bajo el liderazgo del general
Narváez, y tras el bienio progresista (1.853-1.855) volvió al poder aliado con la Unión
Liberal. Tras la revolución de 1.868, y la constitución de 1.869 no obtuvo
representación en las nuevas cortes, y perdió todo su poder. Terminado el sexenio
democrático y restaurada la monarquía en 1.874, se unió con la Unión Liberal para
formar el Partido Liberal-Conservador, bajo la dirección de Cánovas del Castillo.

Siendo estos cuatro grandes partidos los actores principales de la escena política
española veremos como a comienzos de la década de los sesenta del siglo XIX el

304
M. ARTOLA, o.c.; pp. 232.
305
C. MARICHAL, La revolución liberal y los primeros partidos políticos en España, 1834-44, Madrid,
1.980. pp. 56.
207
régimen político isabelino arrastraba un agotamiento intrínseco proveniente, en gran
medida, por las rivalidades e intrigas de los prohombres que gobernaban España y, en
menor medida, por los partidos excluidos de toda participación política, como el partido
carlista. La descomposición política era evidente, el retroceso de los progresistas ante el
monopolio moderado y unionista precipitó lo inevitable, este exclusivismo se volvió
contra ellos porque por un lado condenaban a una indefensa oposición a los demás
partidos, por otro les liberaba de todo tipo de responsabilidades en las equivocaciones
de un reinado que tocaba a su fin. En un periodo de deterioro económico los errores de
la política expansionista reforzaban que toda la atención pública se centrara en los
asuntos internos del país, cada vez más se hacían evidentes los intentos de
conspiraciones y los contactos entre los diversos grupos parlamentarios con los
objetivos cada vez más clarificados, poniendo en el disparadero a la monarca quien en
un intento de sofocar la inseguridad reinante traspasó las riendas del poder al General
Narváez. Esta decisión obligó al General a actuar con mano de hierro (sobre todo tras
los acontecimientos como los de la noche de San Daniel o la sublevación del cuartel de
San Gil) estableciendo un régimen represivo tras la suspensión de las garantías
constitucionales y la persecución de los rivales políticos, llegando incluso a producirse
detenciones y deportaciones. Pronto las consecuencias para Narváez se mostraron en
forma de rechazo incluso por parte de sus displicentes acólitos quienes veían las
acciones del viejo general como un obstáculo para el desarrollo de la nación. Muerto en
la primavera de 1.868, unos meses después de la desaparición de otro de los pilares del
gobierno isabelino, Leopoldo O´Donnell, la Corona no encontró unos herederos con el
carisma y poder suficientes, en cambio, el poder recayó en manos de Juan Bravo
Murillo lo que profundizó aún más la brecha entre el Gobierno -Monarquía y las
restantes fuerzas políticas306.

Cómo hemos observado, la escena política española se presentaba inmejorable


para que se presentaran los acontecimientos que unos meses más tarde acaecieron, pero
al unísono de la crisis política un factor que, como muchos autores defienden, es el
principal elemento para el estallido de la “septembrina” fue la crisis económica en la
que se vio inmerso el país el año de autos.

306
M.V., LÓPEZ-CORDÓN,… pp. 6-9.
208
La España de mediados del siglo XIX presentaba una economía anquilosaba en
estructuras del Antiguo Régimen, propias de una nación que empezar a despertar de su
letargo dominada por una economía mayoritariamente tradicional pero en la que se
empiezan a vislumbrar retazos y características de un nuevo sistema de tipo capitalista.

Uno de los mayores temores con los que se encontraban los dirigentes españoles
a la hora de impedir el estallido de brotes revolucionarios en el país era la llegada de
una crisis de subsistencias. Ese mismo año de 1.868 España sufrió varias crisis
alimenticias Las causas de este atraso en una de las actividades económicas más
importantes son consecuencia de un complejo de factores físicos, sociales, políticos y
tecnológicos que en contraposición con otros países europeos en nuestro país se ponen
de manifiesto a partir del siglo XVIII307 La nula consecuencia de las medidas adoptadas
años atrás –en especial, las desamortizaciones- pusieron de relieve el inmovilismo del
campo español, nada preparado para hacer frente a periodos concretos de carestías, a
pesar, de que la tendencia que se veía desde comienzos de siglo era la del aumento de la
producción y de las zonas de cultivo, hecho que propició que a mediados de siglo la
producción agrícola española pudiera exportar sus excedentes en condiciones bastantes
favorables308. Este elemento que a priori podemos interpretar como dinamizador
económico provocó que el país no tuviera las reservas necesarias para hacer frente a las
malas cosechas de 1.867 y 1.868, puesto que, como hemos apuntado, las exportaciones
a Cuba, Francia e Inglaterra habían vaciado los graneros y aumentado
considerablemente el precio de los alimentos.

Las consecuencias más palpables eran la escasez, inflación de precios, carestía y


aparición de hambrunas, germen aglutinador de estados anímicos conducentes al
estallido del desorden social que ponían de manifiesto la incapacidad y falta de
previsión de un gobierno que no sabía adelantarse a los acontecimientos. Para Sánchez
Albornoz309 este problema no hizo más que profundizar una brecha existente en la
nación, las diferencias estructurales entre el norte y el sur peninsular. Paro y hambre
sólo venían a agravar el problema social, en Andalucía veremos como tras la crisis de

307
M. TUÑÓN DE LARA (dir.), Historia de España. Revolución burguesa oligarquía y
constitucionalismo (1.834-1.923), Barcelona, 1.981, Vol. VIII, pp.14-15.
308
G. ANES, La Agricultura española desde comienzos del siglo XIX hasta 1.868, en Ensayos sobre la
economía española del siglo XIX, Madrid, 1.970, pp. 257-59.
309
N. SÁNCHEZ ALBORNOZ, España hace un siglo, una economía dual, Barcelona, 1.968, pp.46-47.
209
subsistencias el bandolerismo y la agitación política fueran las respuestas para remediar
una situación que en poco se diferencia a las crisis de subsistencias de finales del
Antiguo Régimen. Las medidas que las autoridades tomaban eran del todo insuficientes
e ineficaces, en el caso de Córdoba, al igual que en muchas otras capitales andaluzas,
pues no iban más allá del reparto de comida, la colación de un número determinado de
jornaleros entre las clases más pudientes y sobretodo el ejercicio de la caridad, medidas,
como adivinamos, inútiles para paliar los efectos del hambre. Es por tanto de fácil
entendimiento el observar que los estallidos revolucionarios que se producían a raíz de
épocas de carestía eran, sino iguales, muy parecidos a los que 100 años atrás afectaban
al país en el Antiguo Régimen puesto que España, país con una economía de
subsistencia, estrechamente sujetada a los cambios climáticos que influían en las
condiciones sociales, económicas y en la coyuntura política, el caso excepcional para la
acaecida en 1.868 fueron algunos factores que transformaron las revueltas, en muchos
casos aisladas, en un auténtico estallido revolucionario a nivel nacional cuyo ápice fue
la Revolución de Septiembre.

LA “SEPTEMBRINA” EN CÓRDOBA

En el presente apartado se ha pretendido hacer una reconstrucción de algunas


cuestiones fundamentales para intentar realizar una aproximación al marco de la época
en la ciudad cordobesa. La amplitud de sucesos a tratar aquí y en las otras secciones del
presente trabajo ha conllevado una labor de selección de algunas de las que se han
estimado como fundamentales para un periodo histórico de tan breve espacio temporal.

La labor de las instituciones, en general, comenzaron a experimentar algunos


cambios fundamentales, aunque su consolidación definitiva no tendría lugar hasta
después de 1.869, habida cuenta de los vaivenes políticos del tramo cronológico
estudiado. Se contemplará, por tanto, una realidad institucional heredera del Antiguo
Régimen en cuya base se añadieron algunas modificaciones y novedades que pretendían
reformar la vida municipal, mejorar la administración y el control de los asuntos
provinciales desde el poder central e introducir mayores dosis de contenidos políticos en
unos ayuntamientos que, por lo general, atendían casi en exclusiva a la mera gestión de

210
un reducido número de asuntos, estructura arcaica que no podrá impedir el estallido
revolucionario ni la expulsión de la monarquía.

Como ya ha podido comprobarse a través de los diferentes estudios y análisis del


periodo referido hasta ahora llevados a cabo, la provincia de Córdoba llevaba un ritmo
de aletargada rutina consolidada secularmente, que se vio alterado a lo largo del siglo
XIX por varios acontecimientos que sirvieron de revulsivo, como la invasión francesa
en 1.808 y los acontecimientos de 1.868. Una imagen que, no por haber sido ya muy
utilizada y extrapolada en reiteradas ocasiones, deja de ajustarse en líneas generales a la
realidad histórica, tanto local como del resto de la nación. Además de ser un elemento
importante en la conformación de la mentalidad y las vivencias de los ciudadanos
cordobeses a la hora de poder definir una identidad localista.

A la hora de trazar un bosquejo de los sucesos de 1.868, Córdoba se nos presenta


como un caso particular en comparación con otras poblaciones pronunciadas, en donde
el pueblo tuvo una participación secundaria, meros espectadores de los sucesos; no así,
en el caso de la ciudad de la Mezquita en el que el pueblo fue actor principal en el
triunfo revolucionario310.

Uno de los elementos más importantes que acontecerá es el papel de las Juntas
Revolucionarias; hay que tener en cuenta que antes del estallido no existían ningún tipo
de Juntas clandestinas que conformasen un poder en paralelo y subversivo sino
grupúsculos conformados por personajes de los partidos involucrados en el alzamiento
elegidos mediante la aspiración de unos objetivos comunes prescindiendo de las
diferencias personales. No fue hasta la proclama de Cádiz311 cuando los partidos vieron
la necesidad de crear dichos organismos para coordinar la toma del poder.

310
G. DE LA FUENTE MONGE, o.c., p. 59.
311
Por su alto valor histórico la reproducimos íntegramente: “Españoles: La ciudad de Cádiz puesta en
armas con toda su provincia, con la armada anclada en su puerto y todo el departamento de La Carraca,
declara solemnemente que niega su obediencia al Gobierno que reside en Madrid, segura de que es leal
intérprete de todos los ciudadanos que en el dilatado ejercicio de la paciencia no hayan perdido el
sentimiento de la dignidad, y resuelta a no deponer las armas hasta que la Nación recobre su soberanía,
manifieste su voluntad y se cumpla. ¿Habrá algún español tan ajeno a las desventuras de su país que nos
pregunte las causas de tan grave acontecimiento? Si hiciéramos un examen prolijo de nuestros agravios,
más difícil sería justificar a los ojos del mundo y de la historia la mansedumbre con que lo hemos
sufrido, que la extrema resolución con que procuramos evitarlos. Hollada la ley fundamental; convertida
211
En la ciudad el ambiente subversivo estaba dirigido por los representantes del
partido de la Unión Liberal, Demócrata y Progresista, con el Duque de Hornachuelos,
Ángel Torres y Francisco de Leiva a la cabeza, quienes en las reuniones periódicas que
celebraban los acólitos inconformistas de los partidos cordobeses se trazaban las pautas
de acción para la toma del poder municipal, pues las noticias de las diferentes

siempre antes en celada que en defensa del ciudadano, corrompido por la amenaza y el soborno;
dependiente la seguridad individual, no del derecho propio, sino de la irresponsable voluntad de
cualquiera de las autoridades; muerto el Municipio; pasto la Administración y la Hacienda de la
inmoralidad del agio; tiranizada la enseñanza, muerta la prensa y sólo interrumpido el universal silencio
por las frecuentes noticias de las nuevas fortunas improvisadas; del nuevo negocio; de la nueva real
orden encaminada a defraudar el tesoro público; de títulos de Castilla vilmente prodigados al alto
precio, en fin, a que logran su venta la deshonra y el vicio. Tal es la España de hoy: Españoles, ¿quién la
aborrece tanto que se atreva a exclamar: así ha de ser siempre?
No; no será. Ya basta de escándalos. Desde estas murallas, siempre fieles a nuestra voluntad, libertad e
independencia; depuesto todo interés de partido, atentos sólo al bien general, os llamamos a todos a que
seáis partícipes de la gloria de realizarlo. Nuestra heroica Marina, que siempre ha permanecido extraña
a nuestras diferencias interiores, al lanzar la primera el grito de protesta, bien claramente demuestra
que no es partido el que se queja, sino que los clamores salen de las entrañas mismas de la patria. No
tratamos de deslindar los campos políticos. Nuestra empresa es más alta y más sencilla. Peleamos por la
existencia y el decoro. Queremos que una legalidad común por todos creada tenga implícito y constante
el respeto de todos. Queremos que el encargado de observar y hacer observar la Constitución no sea su
enemigo irreconciliable. Queremos que las cosas que influyan en las supremas resoluciones las podamos
decir en voz alta, delante de nuestras madres, de nuestras esposas y de nuestras hijas; queremos vivir la
vida de la honra y la libertad. Queremos que un Gobierno provisional que represente todas las fuerzas
vivas del país asegure el orden, en tanto que el sufragio universal echa los cimientos de nuestra
regeneración social y política. Contamos para realizar nuestro inquebrantable propósito con el concurso
de todos los liberales, unánimes y compactos ante el común peligro; con el apoyo de las clases
acomodadas, que no querrán que el fruto de sus sudores siga enriqueciendo la interminable serie de
agiotistas y favoritos; con los amantes del orden, si quieren ver lo establecido sobre las firmísimas bases
de la moralidad y del derecho; con los ardientes partidarios de las libertades individuales, cuyas
aspiraciones pondremos bajo el amparo de la ley; con el apoyo de los ministros del altar, interesados
antes que nadie en cegar en su origen las fuentes del vicio y del ejemplo; con el pueblo todo y con la
aprobación, en fin, de la Europa entera, pues no es posible que en el consejo de las naciones se haya
decretado ni decrete que España ha de vivir envilecida. Rechazamos el nombre que nos dan nuestros
enemigos: rebeldes son, cualquiera que sea el puesto en que se encuentren, los constantes violadores de
las leyes, y fieles servidores de su patria los que a despecho de todo linaje de inconvenientes le devuelven
su respeto perdido. Españoles: acudid todos a las armas, único medio de economizar la efusión de
sangre; y no olvidéis que en estas circunstancias en que las poblaciones van sucesivamente ejerciendo el
gobierno de sí mismas, dejan escritos en la historia todos sus instintos y cualidades con caracteres
indelebles. Sed, como siempre, valientes y generosos. La única esperanza de nuestros enemigos consiste
ya en los excesos a que desean vernos entregados. Desesperémosles desde el primer momento,
manifestando con nuestra conducta que siempre fuimos dignos de la libertad que tan inicuamente nos
han arrebatado. Acudid a las armas, no con el impulso del encono; siempre funesto, no con la furia de la
ira, sino con la solemne y poderosa serenidad con que la justicia empuña su espada.
! Viva España con honra!
Cádiz, 19 de septiembre de 1.868.
Duque de la Torre, Juan Prim, Domingo Dulce, Francisco Serrano Bedoya, Ramón Nouvilas, Rafael
Primo de Rivera, Antonio Caballero de Rodas, Juan B. Topete.”
212
insurrecciones que se daban por distintos municipios de la nación espoleaban los
ánimos de los insurrectos. La prensa clandestina insuflaba a la población a contagiarse
del espíritu de la Armada surta en Cádiz por medio de folletos y proclamas que
distribuían por las calles. El principal factor a conseguir por las élites políticas
cordobesas fue la adhesión de la única guarnición militar acuartelada en la ciudad: el
regimiento de Villaviciosa al mando de Francisco Álvarez Ferrer e Ignacio Chacón. La
coordinación entre los mandos civiles y militares era de extrema importancia para el
triunfo. Los tres partidos empezaron a tomar contacto con la comandancia militar pero
fue finalmente el unionista Duque de Hornachuelos quien negoció satisfactoriamente,
de mutuo acuerdo con los presidentes de los otros partidos, el que, llegado el momento
de las revueltas la guarnición se pondría en el lado de los insurrectos.

El día 28 de agosto el libro de actas capitulares recogía la sesión celebrada, en


ella se trataron asuntos sobre agricultura, economía y la creación de una comisión para
organizar los preparativos de la próxima feria de la Fuensanta. Dicha acta no fue
firmada y fue la última bajo gobierno de Isabel II; habrá que esperar hasta el 21 de
septiembre hasta que se vuelvan a recoger por escrito las reuniones de la corporación
local.

Hasta el día 18 la normalidad oficial se mantenía inalterada, la familia real salía


del puerto de Lequeitio a las 13:00 horas dirección San Sebastián312 despedidos por las
autoridades, corporaciones y toda la población con entusiastas y repetidos vivas sin
conocer todavía que la autoridad civil de Andalucía resignó el mando al Capitán
General, Francisco de Paula Vassallo y Moriano declarando el estado de guerra en la
capitanía general. A partir de ese momento los contactos y reuniones entre la elite
política cordobesa se intensifican, el Conde de Hornachuelos hace pública una
declaración de intenciones, imbuido del espíritu enaltecedor del momento en la que
expresa su conformidad en el uso de las armas como solución factible para la resolución
del conflicto. Al día siguiente Córdoba también se declaraba en estado de guerra313 por
medio de un bando público redactado por el Gobernador Militar y Brigadier de
Infantería, Juan Nepomuceno Servet quien asume el mando de la provincia tras la

312
GACETA DE MADRID, nº 262, 18/IX/1.868. vid. etiam DIARIO DE CÓRDOBA, 20/IX/1.868.
313
B.O.P.CO, 19/IX/1.868 (publicación extraordinaria).
213
cesión de las atribuciones del Gobernador Civil, Bernardo Lozano314 tras recibir un
telegrama por la tarde del capitán General de Sevilla en el que se le informaba que la
Marina surta en Cádiz se había sublevado pero que la guarnición se mantenía fiel al
Gobierno. Lozano mandó llamar a Servet para evaluar las consecuencias de una
situación que empezaba a desbordársele de las manos a las autoridades oficiales.

Mientras la Junta de opositores, constituida un año antes por iniciativa de


Francisco de Leiva y Muñoz, al conocer la noticia de la sublevación de la Junta de
Sevilla se reunía en casa del presidente Ángel Torres para planificar las siguientes
acciones, una vez decidido el recurso de la desobediencia armada como mejor medida
de presión; en la reunión se acordó fijar el día y la hora en la que Leiva, con sus
trescientos correligionarios315 reclutados desde la primavera, llevarían a cabo la
estrategia insurreccional y se trató de constituir de una manera definitiva, sin éxito
alguno, las autoridades revolucionarias que asumirían el poder después del triunfo.

El 19, Lozano declinó su autoridad en Servet316, quien un año antes tan enérgico
antirrevolucionario, permanecía ahora en hosco silencio, pues no tenía ningún
compromiso con la revolución, pero ante la situación de hecho, declaró el estado de
guerra317: "...el orden se ha de conservar inalterable". El Gobernador civil mandó
concentrar en Córdoba a toda la Guardia Civil y rural, y mandó reforzar su guardia318.

Los revolucionarios cordobeses abandonaron sus cotidianas ocupaciones, y sin


cuidarse de las autoridades ni del estado de excepción, discurrían por las calles en
pequeños grupos armados y en ademán hostil. No había poder suficiente para sofocar

314
Ibídem.
315
Esta cifra de 300 hombres que nos da Leiva difiere mucho de las que nos proporciona DÍAZ DEL
MORAL: “[…] las fuerzas paisanas sublevadas, a las órdenes de Francisco de Leiva, ascendían, a las
siete de la mañana, a 25 hombres. Los paisanos que hicieron fuego contra el jefe de los rurales en la
Compañía eran unos treinta hombres, y el jefe de la Junta superior interina de Córdoba, Ángel de
Torres, tenía a su disposición esa mañana en una taberna del Realejo hasta 8 hombres armados […]”.
Historia de las agitaciones campesinas andaluzas, Córdoba : (antecedentes para una reforma agraria),
Madrid, 1.995, p. 82
316
BOPCO extraordinario del 19 por la tarde; establece "resignar en el Excmo. Sr. Gobernador militar de
esta provincia mis atribuciones, en cuanto se refieren al orden público...".
317
BOPCO del mismo día, vid. ut supra.
318
Todo esto en el mismo día. (Cfr. F. LE1VA. o.c., t. II, p. 265).
214
el voraz fuego de la insurrección, pero la ignorancia, el egoísmo y el miedo impidió a
los revolucionarios secundar la insurrección de Sevilla esa misma noche319.

Al anochecer de ese día, se tuvo noticias del alzamiento de la ciudad de Sevilla.


En Córdoba al saberse la noticia se conformaron dos poderes, el establecido y uno
nuevo revolucionario. Los insurrectos pretendían primeramente, llegar al consenso
entre todos los todos los partidos para configurar la acción conjunta con garantías de
éxito320. Al amanecer el día 20, los revolucionarios se lanzaron contra las autoridades,
y sin más desgracias que lamentar que la de un muerto y dos heridos, se constituye la
Junta Soberana que publicó una proclama en la que se establecía el Trono vacante, la
Soberanía nacional y las Cortes Constituyentes por sufragio universal321. Esta
proclama sirvió de bandera al Duque de la Torre, y con arreglo a ella se formularon las
bases de la capitulación de los ejércitos enfrentados en Alcolea322.

Las fuerzas que deberían oponerse a los revolucionarios eran la policía, los
municipales, los serenos, el resguardo, los peones camineros, los empleados, la
remonta, la reserva, la Guardia Civil, la rural, una compañía de cazadores de
Simancas, el regimiento de caballería de Villaviciosa, las fuerzas mandadas
concentrar, los jefes y oficiales retirados y en situación de reemplazo y el batallón de
cazadores de Madrid próximo a llegar para establecer en Córdoba el cuartel general de
las tropas al mando del marqués de Novaliches. Si al amanecer no se iniciaba la
revolución con un golpe atrevido, antes de la una de la tarde estarían a disposición de
las autoridades más de tres mil hombres, con lo cual se hubiera hecho imposible en
Córdoba la iniciativa del pueblo.

Los revolucionarios civiles eran pocos pero decididos y dispuestos a la muerte.


Tenían pocas armas y municiones pero, apelando a la violencia, conseguirían hacerse

319
Ibíd., p. 268.
320
Entre los demócratas también existían distinciones: "Llegó a haber en Córdoba dos partidos
democráticos: el de Ángel Torres, Santiago Burbu. Ángel Ferrer, etc., y el del profesor Manuel Ruiz
Herrero, Abelardo Abdí, Francisco Leiva, Rafael Vázquez y otros, seguido cada grupo por unos cuan tos
pueblos de la provincia". (Cfr. DÍAZ DEL MORAL, J., .en Historia de las agitaciones campesinas
andaluzas. Córdoba. Madrid. Revista de Derecho Privado. Pozas, 12. 1.929).
321
Firman: Ángel de Torres, Francisco Leiva, Santiago Barba, el Conde de Hornachuelos, Francisco
Portocarrero, Francisco Sales Morillo, Rafael Barroso, Rafael Gorrindo y Manuel Luna.
322
F. LEIVA. o.e., t. II, pp. 271-2 y 268.

215
con las unas y las otras; y así, antes de que se enfriara el entusiasmo que había
encendido el alzamiento de Sevilla, se concentrarían en un punto céntrico, la plaza de la
Compañía; ocuparían los dos portillos que dividían la ciudad en alta y baja, y con ello
dividirían también la sede del Gobierno civil, la Diputación Provincial, y los cuarteles
de los civiles y rurales, que ocupaban el distrito de la derecha, del distrito de la
izquierda donde residían el Gobierno militar y los cuarteles de infantería y caballería,
quedando incomunicados entre sí; de esta manera, Villaviciosa, comprometida con
Sevilla y los revolucionarios, tendría que secundar el alzamiento. Las autoridades
quedarían sitiadas en sus mismas casas y se cortarían las comunicaciones con Madrid y
Málaga. Las fuerzas que, desprevenidas, fueran llegando a la ciudad, serían sometidas y
las armas pasarían al poder del pueblo323.

Los objetivos revolucionarios sociales, además de los poli ticos (supresión del
trono y de la dinastía), eran implantar las libertades y derechos individuales, abolir la
pena de muerte, las quintas, las matrículas de la mar, implantar reformas en las leyes
arancelarias, el desestanco de la sal y del tabaco, la supresión de puertas y consumos y
establecer la unidad de legislación de fueros324.

Estos planes se los contó Leiva al comandante Bellido quien propuso someterlo
a la Junta, pero aquél le hizo desistir ante la inminencia de los hechos y consiguió que
se pusiera en contacto con el ya unionista Duque de Hornachuelos, mientras Leiva se
entrevistaba con el Capitán ayudante del Regimiento de Villaviciosa, Francisco Álvarez
Ferrer. Leiva consiguió de éste lo que ya tenía ofrecido, que al iniciar los paisanos la
revolución, la caballería se saldría al campo sin hostigarles, y que, si resistían tres o
cuatro horas a las fuerzas del Gobierno, entrarían a secundarles en la capital.

Así se sucedían los acontecimientos, cuando surgió un grave imprevisto, pues


Ángel Torres, "sin oír ningún consejo, abrogándose la dictadura revolucionaria, y
faltando a lo de antemano convenido, por sí y por medio de los suyos, dio contraorden
para que todos se retirasen a descansar, hasta las doce de la mañana" en que deberían
concentrarse, armas en mano, en el campo de la Victoria y otros puntos. Muchos de los
revolucionarios se habían retirado a sus casas, afirma Leiva en sus memorias.
323
Ibíd., pp. 275, 276 y 279.
324
Ibíd., p. 273.

216
La causa de tan insólita determinación era que habían resuelto no moverse hasta
que en el tren de las doce llegasen a Sevilla las instrucciones y auxilios que se habían
solicitado a sus correligionarios. La necesidad de ganar tiempo era apremiante y los
cabecillas estaban en desacuerdo sobre la necesidad de actuar en Córdoba sin esperar
que la revolución la hicieran los que llegaran de Sevilla.

Las armas necesarias para la revolución fueron obtenidas a punta de revólver del
almacén que custodiaba Fidel Usano. Aquí mismo se empezaron a dar los primeros
gritos a la libertad. El ejército revolucionario no ascendía más que a unos veinticinco
hombres armados a las siete de la mañana en la plaza de la Compañía. Poco después
cundía la agitación y se fueron sumando los revolucionarios mientras el escuadrón de
Villaviciosa, al mando de Bonet, ocupaba el parador a la expectativa.

Los revolucionarios del distrito del Espíritu Santo habían entrado sin armas por
el puente, y los armados por los bancos del Guadalquivir o por los alrededores de la
muralla. Después de haberse armado algunos paisanos, se concentraron los revo-
lucionarios en la plaza de la Compañía. Era necesario asegurarse de que el Regimiento
de Caballería de Villaviciosa cumpliría lo acordado. El Alcalde corregidor, que acababa
de llegar a Córdoba, y el teniente de alcalde Tomás Conde y Luque se pusieron de
acuerdo para dirigirse a las Casas Capitulares para hacer valer su autoridad en pro de la
revolución. El alférez de la guardia rural se introdujo en el Gobierno civil, trataba de
atraerse y captar sus fuerzas para abortar el intento, pero el Gobernador adoptó una
actitud defensiva.

El Comandante de los rurales fue muerto a tiros; era la lucha a muerte. Hubo
deserciones entre los cabecillas revolucionarios. Los sublevados se dirigieron al
Gobierno civil; los rurales cerraron las puertas apostados y se refugiaron en el interior,
atemorizados por las falsas noticias propaladas sobre el alcance de la revolución,
cuando en realidad era que por los barrios céntricos, y sobre todo por los extremos, los
hombres del pueblo, provistos de armas, navajas, palos y piedras, perseguían y
desarmaban por las calles o en sus propias casas a los adictos al Gobierno, sin encontrar
resistencia. La autoridad mi litar fue apresada -Servet-, quien propuso una reunión con
la asistencia de las personas más destacables de los partidos demócrata, progresista y
unionista en el Gobierno militar par« decidir la marcha de los acontecimientos.

217
De esta reunión salió la Junta Soberana, compuesta por los progresistas, tres
unionistas y tres republicanos325. Se imprimió y repartió la correspondiente proclama:
"Esta Junta revolucionaria, celosa de proveer por todos los medios que
están a su alcance al sostén del orden público y a la defensa de los principios de
la libertad proclamados; y con el fin también de organizar el mejor servicio de
la fuerza ciudadanas de la capital, ha acordado y manda que toda persona que
tenga en su poder armas de fuego de cualquiera clase, se presente con ellas,
entre cinco y seis de la tarde del día de hoy, en el patio del Galápago, del
edificio del Gobierno, y que los tengan más de una se presenten con todas ellas
sin excusa de ningún género; en el supuesto de que el que no cumpla esta
disposición será considerado y tratado como traidor a la P a t r i a 326"

Al comenzar el día 21, los retenes, las avanzadas y los ciudadanos armados y sin
armar, empezaron a concentrarse en las inmediaciones del Ayuntamiento para
organizarse en batallones movilizados, que debían ponerse a las órdenes de Bellido,
hasta más de cuatro mil hombres. Para organizar la movilización, se reunió la Junta
donde se propuso ofrecer un sueldo a los que se presentaran con armas y otro a los que
se presentaran sin ellas; esta medida hubiera dado resultado "en un año como lo era
aquél de falta de trabajo", pero algunos se opusieron a distraer los fondos públicos y
otros alegaban que antes había que conocer el resultado de las gestiones de los enviados
a Sevilla; no se admitió la propuesta y el resultado fue la publicación de un bando con
fecha del día en la que se conminaba a los poseedores de armas de fuego a presentarse
inmediatamente327.

Al alzamiento de la capital cordobesa siguió de una manera instantánea el de la


mayoría de los pueblos y ciudades de su provincia, y la benevolencia con los vencidos
fue la norma de los vencedores328.

325
DIARIO DE CORDOBA, 23/9/1.868. y. LEIVA, F., o.c., t. II, pp. 280, 286 ss.
326
BOPCO del 21 de septiembre; DIARIO DE CORDOBA 23/9/1.868. el 22 no se publicó el Diario por
"un percance ocurrido en una de las formas " Sin duda la causa de la publicación de esta proclama fue la
venida Caballero de Rodas, quien llegó el 22 a las 7,30 y publicó entonces el bando de la Junta que lleva
fecha del día 21.
327
LE1VA, F., o.c., t. II, p. 337. Se refiere al bando anterior.
328
Ibíd., p. 383.
218
A tenor del cambio operado en nuestra ciudad, los miembros de la Junta
soberana se reunieron en las Casas Capitulares para celebrar una sesión; participaban
por igual los partidarios de los tres partidos que intervinieron en la revolución. Leiva se
reservaba el papel de predicar al pueblo, vigilar a sus enemigos, sofocar los efluvios
reaccionarios, y sostener la revolución en el sentido de sus ideas radicales y extremas.
En votación secreta, correspondió la presidencia al Duque de Hornachuelos seguido de
Ángel Torres, Barba y Gorrindo de secretarios. Se nombró una comisión municipal de
la Junta entre demócratas y progresistas a partes iguales, y en menor cuantía,
unionistas329. El mando de la Guardia Civil y rural recayó sobre Bellido, y Abdé se
encargaría del primer batallón movilizado. Fue armado el pueblo.

En la proclama subsiguiente, la Junta hizo pública una declaración "deseosa de


que sus actos sean públicos para que podáis apreciar si cumplió o no con el lema que
habéis proclamado en el glorioso alzamiento (...) y en medio de la mayor fraternidad
acabáis de realizar, os participa que en el día de hm ha adoptado las siguientes
resoluciones…330".

Se estableció la sustitución del Gobernador militar por el Coronel del


Regimiento de Lanceros de Villaviciosa, la sustitución del Gobernador civil por el
Conde de Hornachuelos, la destitución de la Diputación Provincial y del Ayuntamiento
reemplazados por la Junta; se decretó la disolución y desarme de la guardia rural; la
organización de un batallón movilizado, el armamento del pueblo y participar a Madrid,
Sevilla y Málaga del pronunciamiento de la capital cordobesa. Se acordó acudir a
Sevilla para informar de lo ocurrido e invitar al Duque de la Torre para que trasladase
su cuartel general a Córdoba.

La mayoría de los componentes de la Junta interina municipal, dependiente y


sometida a la Junta Superior, que según la última proclama, debía reemplazar al
Municipio, se presentaron para ponerse en el ejercicio de sus funciones -no se presen-

329
DIARIO DE CORDOBA 23/9/1.868 y LEIVA, F., o.c., t. II. p. 237.
La Junta quedó constituida así: Alcaldes, el Conde de Robledo, Juan Rodríguez Sánchez, Nicolás
Laborde y Antonio Muñoz. Manuel Ruiz Herrero; Vocales, Francisco Rodríguez, Cristóbal Arenas,
Manuel Matilla, Juan Velasco, José Barrera, Ángel Osuna, Mariano Montilla, Antonio López Zapata,
Andrés de la Oliva, José Herrera. Era la llamada Comisión municipal o Junta municipal.
330
DIARIO DE CORDOBA 23/9/.1.868.
219
taron más que trece- de manos de la Junta revolucionaria, ante la que juraron defender
los acuerdos de las futuras Cortes Constituyentes331. Hicieron públicas las proclamas de
rigor332, en las que se acordaba, como primera medida urgente, reducir el precio de la
carne en los mercados públicos, para ganarse a la causa al vecindario, y suprimió el
derecho de consumos que percibía el tesoro público, para compensar el precio de la
carne333.

La remonta y la Guardia Civil, entre tanto, se sometió al poder establecido; los


jefes y oficiales de la reserva se presentaron al mismo tiempo como cuerpo a la Junta
ofreciendo su obediencia y apoyo y varios curas párrocos y canónigos. No se sabía aún
de manera oficial nada de Cádiz ni de Sevilla.

La expedición compuesta por Ángel Torres y el Duque de Hornachuelos partió


en tren para, avisar en Sevilla al Duque de la Torre de la victoria, pero éste hizo lo
mismo sin tener antes la precaución de telegrafiar a Córdoba diciendo que venían con
un general y un batallón de cazadores a reforzar a los revolucionarios; este error grave
fue el "origen de otras taitas graves, gravísimas" que desencadenaron "escenas de es-
cándalo, de deshonor y de sangre"334.

En efecto, al conocerse la proximidad de las tropas del Marqués de Novaliches,


el comandante Bellido y el brigadier Chacón desertaron con el regimiento,
repartiéndose antes los "fondos del cuerpo"; la Guardia Civil y los Cazadores de
Simancas se habían vuelto a encerrar en sus cuarteles; molestos muchos hombres del
pueblo porque la cicatera Junta les dejaba morir de hambre, no acudían; la lluvia
tempestuosa diseminaba o retenía a los fogosos; la energía física y moral se hallaban
profundamente quebrantadas y ni el Duque de Hornachuelos, ni Ángel Torres, ni
Caballero de Rodas habían dicho nada desde Sevilla. Los miembros de las Juntas
revolucionaria y municipal huían en tren a Sevilla; se produjeron deserciones en el
camino; se insultaba y ultrajaba a los componentes de la Junta que huían; finalmente se
resolvió telegrafiar a los pueblos de la línea hasta Madrid anunciándoles la llegada a
Córdoba de las tropas sublevadas en Cádiz, Sevilla, Ceuta y Gibraltar y pedir refuerzos

331
LEIVA, F., o.c. p. 340.
332
AHMCO, AC, 21/9/1.868, f. 2. Se inicia una nueva numeración en las actas.
333
LEIVA, F, o.c. t. II, p. 342.
334
Ibíd., p. 336.
220
a Sevilla. "La verdad es que pretendieron dar una sorpresa a nuestros paisanos, y lo
consiguieron335".

"Con (las) noticias -dice el Diario de Córdoba- que se tuvieron de la


aproximación del general Marqués de Novaliches con tropas no pronunciadas, las
escasas fuerzas que había en esta capital se replegaron sobre Sevilla, para donde
salieron también algunos de los señores que componían la Junta336".

Ante la huida de la Junta revolucionaria y la municipal, en Córdoba se convocó


una reunión compuesta por moderados, progresistas, unionistas, demócratas y carlistas
para constituir una Junta de Paz y velar por la seguridad de las personas, pero sin
carácter político; para ello se presentó el jefe de la Guardia Civil con las fuerzas de su
mando y varios curas, canónigos y prohombres de la ciudad. Fueron nombradas tres
comisiones, la primera para que se encargara de apaciguar el ánimo de los
revolucionarios, por si se revelaban contra las autoridades; la segunda para que
estuviera dispuesta a recibir las fuerzas sublevadas de Sevilla, y la tercera para recibir a
las tropas del Marqués de Novaliches.

El Teniente de la remonta Gutiérrez Cámara se presentó en las Casas Capitulares


con el brigadier Servet, a los que se sumó después el ex-Gobernador civil Bernardo
Lozano, quienes, a la sombra de la improvisada Junta de Paz, empezaron a tomar
medidas de guerra. Los telégrafos y un mensajero conectaron con el cuartel general de
la Reina. El resultado fue que al día siguiente se leía en las capitales españolas este
Boletín extraordinario:

"Córdoba pronunciada y despronunciada. Las autoridades revolucionarias se han


fugado a Sevilla con todos los comprometidos. Han vuelto al ejercicio de sus funciones
las autoridades legítimamente constituidas.

Las tropas leales entre Montoro y Córdoba. El orden será muy en breve
restablecido y la criminal insurrección aniquilada337".

335
Ibíd., p. 344.
336
DIARIO DE CORDOBA 23/09/1.868.
337
LEIVA. F. o.c., t. II, pp. 361.
221
Nuevamente la causa parecía irremediablemente perdida, pero los
acontecimientos posteriores, como veremos, demostrarían lo contrario.

En Lora del Río se cruzaron los trenes, el que huía de Córdoba llevando a los
miembros de las Juntas y el que provenía de Sevilla con el Batallón de los Cazadores de
Simancas con Caballero de Rodas338. El tumulto fue considerable.

338
CABALLERO DE RODAS era uno de los jefes de la sublevación y firma, por tanto, el tercer
manifiesto de Cádiz.
222
LA BATALLA DE ALCOLEA

“No había aun amanecido este dia, cuando el general Caballero avisó que el
enemigo en son de guerra marchaba de frente. El ejército liberal se ponia en marcha, y
no eran las once de la mañana cuando todo él estaba ya en línea de combate con sus
reservas convenientes. El duque montó á caballo á las seis de la mañana , acompañado
de su estado mayor, y á las siete estaba en el campo de batalla.

Ocupadas las posiciones avanzadas de la extrema izquierda de nuestra linea por


los batallones de Simancas, cuatro compañías de Tarifa y Se- gorbe al mando del
brigadier jefe de su brigada D. José Salazar, y á las del general de división mariscal de
campo D. Antonio Caballero de Rodas, se vió con sorpresa que el brigadier Lacy,
perteneciente al ejercito enemigo, sin la menor de las precauciones que se tomaban en
campaña, y seguido de sus tres batallones de cazadores, fué á colocarse en una
situación de la cual le era imposible salir, puesto que estaban envueltos por todas
partes. En tan crítica situación, el brigadier Lacy recibió orden del general Caballero
para que no se moviese ínterin el duque de la Torre ordénaselo que tuviese por
conveniente. El duque se presentó en el momento en los puntos avanzados, y con una
abnegación sin ejemplo, permitió que Lacy saliese del mal paso en que se había metido,
y (ye sin condiciones volviese á incorporarse al ejército á que pertenecía. El ejército
liberal, que no esperaba mas que la órden de su caudillo para atacar, supo, no sin
sorpresa, pero con alegría al mismo, tiempo, el acto verdaderamente sublime de ge-
nerosidad y abnegación del caudillo que lo dirigía.

Tres horas iban pasadas desde este, por lodo extremo, raro acontecimiento,
cuando el enemigo se presentó de nuevo , y al querer desplegar sus fuerzas é iniciar
una carga á la bayoneta, fueron cargados instantáneamente por los batallones de
Simancas, cuatro compañías de Tarifa y Segorbe que, apoyados por el regimiento de
Aragón y Bailen , al mando de sus jefes naturales brigadier D. Juan Alminos y coronel
Taboade y Enrile, no dieron tiempo al enemigo sino para hacer una débil defensa y
declararse en retirada. El ilustre duque de la Torre, que todo lo roan-r daba y que en
todas parles estaba, no quiso que continuase el ataque; de habérselo propuesto, todas
las fuerzas enemigas que pasaron el rio , hubieran sido hechas prisioneras.

223
Amaneció el 29, y el enemigo no parecía; su retirada era completa ; el caudillo
que los dirigió fué gravemente herido: el ejército liberal sintió esta desgracia, así como
las de los demás jefes, oficiales y tropa que quedaron fuera de combate. Nuestras
pérdidas consistieron en 89 muertos , 408 heridos, 82 contusos y 11 estraviados, que
forman un total de 590 bajas, las del enemigo han debido de ser grandes, pues pasan
de 200 los heridos recogidos por el ejército liberal. Quiera el cielo que esta sea la
última vez que hayan de esgrimar sus armas hermanos contra hermanos.

El 29, á las seis de la mañana, el duque ordenó al general Izquierdo que con
toda la caballería practicase un reconocimiento sobre el camino seguido por las
fuerzas del general Novaliches. Dicho general partió del puente de Alcolea con las
fuerzas indicadas, y solo se alejó una legua , pues todos los paisanos que encontraba
en el camino, estaban contestes en que el ejército batido no se hallaba en disposición
de emprender operación de ninguna clase; así lo manifestó á su regreso al ilustre
duque, el que en vista de que el tiempo se metia en agua y que el ejército llevaba dos
dias de campamento, ordenó que éste regresase á Córdoba, quedando una brigada
para guardar el puente y posiciones, esceso de precaución digno de alabanzas en el
hombre que sabia que su enemigo no podia volver á prasentarse en línea,

Por la mañana del 29, las fuerzas enemigas que habian quedado vencidas sobre
el Guadalquivir, mandaron un parlamento en súplica de que no se les hostigase. y que
sus heridos fueseu socorridos; el ilustre vencedor concedió cuanto se le pidió, y sobre
las cinco de la tarde, seguido de su estado mayor y los generales á la cabeza de sus
divisiones, regresaron á Córdoba para desde allí continuar la marcha sin interrupción
á Madrid339.”

339
M.M. DE LARA, El cronista de la revolución española de 1.868, Barcelona, 1.869, pp.82-84.
224
URBANISMO

225
URBANISMO

Los casi 7 años que transcurren entre la caída de Isabel II y la proclamación de


Alfonso XII son un lapso de inestabilidad, y tan sólo la inercia de algunos lentos
procesos urbanos y territoriales impide considerar dicha fase, a efectos de historia,
como verdadero tiempo muerto en nuestra provincia, así como, en el resto del país340.

Como es harto sabido en España, el retraso industrial durante el siglo XIX, evitó
el nacimiento de las ciudades carbón, desarrolladas en la Europa industrial y en los
Estados Unidos. La cada vez mayor concentración de la población en las urbes dio lugar
a una escasez de viviendas y al descenso de las condiciones de vida, ya que, en ausencia
de grandes concentraciones de obreros industriales, estrictamente hablando se trataba
más bien de una población artesana, la propia vivienda servía a la vez de taller para sus
trabajos341.

Después de las guerras napoleónicas, la población española inició un proceso de


crecimiento ininterrumpido que le hizo llegar hasta los 20 millones de habitantes en tan
sólo siglo y medio, reflejándose tal fenómeno especialmente en las ciudades. La
población conservaba una estructura preindustrial y en un primer momento se produjo
la degradación de las condiciones de vida de la población urbana. La ciudad surgida de
este proceso presentaba una grave situación de hacinamiento y de crisis en los servicios.

La aglomeración de los habitantes en las ciudades fue consecuencia de un


crecimiento demográfico constante unido a una falta de aumento paralelo del número de
viviendas. Desde finales del siglo XVIII, el crecimiento poblacional de las grandes
núcleos se realizó a costa del número de personas por vivienda y de la aparición de
realquilados. La subdivisión de las antiguas residencias unifamiliares, la elevación de
pisos, la ocupación para hogares de la superficie de la parcela anteriormente sin edificar,
la utilización de una parte del espacio de las calles mediante la proliferación de
voladizos contribuyen a densificar gravemente el caótico casco urbano de unas ciudades

340
M. MONTERO VALLEJO, F. DE TERÁN, Historia del Urbanismo en España: Siglos XIX y XX,
Madrid, 1.999, pp. 91-92.
341
J. HERNANDO, Arquitectura en España 1770-1900, Madrid, 1.989, pp.45- 48.
226
que mantienen la trama viaria heredada de tiempos anteriores y en las que la pauta
común era la existencia de las calles de menos de cuatro metros de anchura.

Conforme es de sobre conocido, no será hasta la segunda mitad del siglo XIX
cuando aparezcan los primeros planes de ensanche y de reforma interior con un mínimo
de organización, pudiéndose hablar desde ese momento del comienzo del urbanismo
nuevo peninsular. En la centuria decimonónica se distinguen tres generaciones 342: la
fernandina, la isabelina y la de la Restauración. Esta última se prolonga a lo largo del
primer tercio del siglo XX, es el periodo en el que realmente empieza la actividad
urbanística entendida como actualmente. De esta fase datan las primeras Ordenanzas
Municipales de edificación y la aparición de los Planes de Ensanche343. Las actuaciones
urbanísticas en esta etapa son más de carácter expansionista que de saneamiento,
reforma interior o eliminación de barrios insalubres. Sólo a finales de siglo se impondrá
una visión sanitaria del urbanismo.

Los problemas derivados de la superpoblación de las ciudades generan la


necesidad de ofrecer una respuesta específica, surgiendo entonces técnicas urbanísticas
personalizadas a los posibles problemas. No obstante, conviene hacer constar que en
España la llegada tardía de la revolución industrial, a finales del primer tercio del siglo
XIX, y la existencia de grandes espacios urbanos libres en el interior de las ciudades
(huertos, patios) introduce ciertos matices en relación con las circunstancias que
concurren en otros países como Gran Bretaña o Francia, con el nacimiento casi

342
La generación fernandina es una continuación del siglo XVIII, su trazado responde a una cuadrícula de
dimensiones muy reducidas, cruzada por algunas diagonales que unían las plazas. Las avenidas ofrecen
perspectivas largas, lo que demuestra la influencia barroca.
En la etapa isabelina se experimenta una auténtica fiebre por la construcción de mercados cubiertos, se
derribaban conventos para construir mercados como signo de progreso popular urbanístico. Tanto en la
época de Fernando VII como en la de Isabel II se produce una importante obra de reconstrucción,
apareciendo construcciones modernas de 4 y 5 pisos en las ciudades más importantes.
343
“La idea del «Ensanche de Poblaciones», concebida a mediados de siglo y respaldada por sucesivas
leyes (1864, 1876 y 1892), proporcionó un instrumento tan innovador como eficaz para organizar el
crecimiento de las ciudades españolas, desde la perspectiva del pensamiento liberal y en sintonía con el
resto de Europa. Los ensanches representaron el mayor esfuerzo de modernización en época con-
temporánea y una reflexión global sobre todas las dimensiones del hecho urbano, especialmente en los
proyectos más tardíos, que encierran mucho de lección aplicable a la realidad actual. Al ser llevados a
la práctica, aunque fuera muy lentamente y con desfiguraciones importantes, en ciudades cuya escala
salta desde Madrid o Barcelona hasta León, Alcoy o Laredo, protagonizarían el proceso urbano durante
más de medio siglo, resultando la principal concreción formal del nuevo orden capitalista.” M. DE
TERÁN, LL. SOLÉ I SABARÍS, Geografía general de España, Barcelona, 2009, vol. I. p. 258.
227
instantáneo de las capitales industriales. En un principio, la actuación de los organismos
públicos se centró esencialmente en la puesta en práctica de los llamados poderes de
policía urbana, los cuales a su vez, actuaban mediante la regulación en ordenanzas
locales de las condiciones de las nuevas construcciones.

EL URBANISMO EN LA PROVINCIA DE CÓRDOBA

La planimetría existente a mediados del siglo XIX en la ciudad de Córdoba


responderá al modelo heredado del urbanismo bajomedieval cristiano, configurador del
entramado de uno de los cascos históricos más grandes de toda España, con 220 has344,
que, desde tiempos de la Reconquista, se mantendría casi en exclusividad, exceptuando
algunas intervenciones mínimas que no llegaron a transformar su morfología, hasta la
desaparición del recinto amurallado.

Hasta entonces las modificaciones de la trama urbana cordobesa estuvieron


ocasionadas por los alineamientos345 realizados en algunas de sus calles, y,
fundamentalmente, por los cambios que se produjeron en diversas plazas que la
transformaron bien macizándolas o bien abriéndolas como consecuencia de la
desaparición/apertura de algunas de ellas. También contribuyó a modelar la imagen de

344
F. R., GARCÍA VERDUGO, La intervención urbanística en el casco histórico de Córdoba: la
manzana de Orive, en II Jornadas de Geografía urbana: Recuperación de centros históricos, utopía,
negocio o necesidad social; La Geografía de la Percepción como instrumento de planeamiento urbano y
ordenación; Las fachadas urbanas, marítimas y fluviales, 1.995, p.129.
345
“Nada más bello ni que más hermosee una población manifestando su mayor o menor grado de
cultura que un acertado sistema de alineaciones; por este motivo se consigue mayor salubridad en su
reciento porque se facilita la ventilación y el que en una población se respire una atmósfera saludable es
el principal objetivo a que debe atender toda corporación municipal. No es esta sola la utilidad que
reporta un buen entendido sistema de alineaciones y aunque no de tanta importancia sin embargo no son
de menos notar las siguientes: Da seguridad en la vía pública, objeto que no debe descuidar una
diligente administración a quien particularmente está encargado de velar por la seguridad individual.
Destierra las irregularidades y defectos de que por lo general están recargadas las calles de la mayor
parte de las poblaciones, particularmente las que son de antigua fundación. Aumenta en gran manera el
valor de los solares que siempre está en relación con la importancia y buena disposición de la vía
pública. Presta facilidades en las comunicaciones internas de la población y, finalmente, la
administración encuentra en ello una gran ventaja y es que una vez aprobado el plano general de
alineaciones se evade de la infinitud de pretensiones de interés privado de que generalmente se ve
acosada. La construcción de edificios de nueva planta y la reedificación de los antiguos puede dar
pábulo a pretensiones abusivas, ya queriendo ocupar terrenos que pertenecen a la vía pública, ya
queriendo evadirse porque así lo juzga convenientemente, y no pocas veces da lugar a conflictos de
consideración por las arbitrarias determinaciones de la autoridad municipal[…]” AMCO. Sección 8ª,
serie 5ª, leg. 29, Alineaciones de calles, agosto de 1.868.
228
la ciudad en este siglo la construcción de múltiples casas nobiliarias, edificios religiosos
y benéfico-asistenciales, conventos y hospitales que ayudarían a cambiar la fisonomía
estética de la urbe. Junto a estas transformaciones también es significativa la
urbanización del barrio del Alcázar Viejo, acaecida a finales del siglo XIV, que tiene
lugar en el ángulo suroccidental de la villa y que sigue parámetros propios del
urbanismo cristiano.

Será en la segunda mitad del siglo XIX cuando el casco antiguo de la capital sufra
una mayor alteración en su tradicional trazado urbano. Las desamortizaciones y los
caprichos de la burguesía fueron los dos elementos fundamentales que posibilitaron
estas transformaciones; las primeras al liberar dentro de la ciudad grandes predios
(edificios, huertos, etc.) que anteriormente habían integrado las propiedades
desamortizadas. De cariz totalmente diferente nos encontramos con el nuevo status
económico adquirido por las clases dominantes, quienes para reflejar dicho poder
proponen una ciudad más dinámica, abierta y racional que la vieja ciudad heredada del
pasado, y en la que esta nueva clase social emergente pudiera exhibir convenientemente
su prestigio económico.

La intervención burguesa en la ciudad se tradujo fundamentalmente en la


realización de una serie de operaciones de ensanche que se plasmaron principalmente
en el ángulo noroeste de la Villa, ya que la llegada del ferrocarril, que bordeaba a la
ciudad por el norte, hizo bascular hacia esta zona la vida de la urbe propiciando la
creación en ella de un centro económico, comercial y financiero. Con esta operación, la
antigua trama de esta parte de la ciudad se transformó con la apertura de calles como la
de Claudio Marcelo, Cruz Conde, Avenida del Gran Capitán o la plaza de las Tendillas.

Por otro lado, con la demolición de la muralla346 en la segunda mitad del XIX, la
ciudad inicia su definitiva expansión extramuros, superando progresivamente el antiguo
recinto histórico347.

346
Según C. MARTÍN LÓPEZ, las causas del derribo del lienzo de muralla en nuestra ciudad no fueron
las mismas que en otras ciudades, caso de Madrid o Barcelona que se debió a un fenómeno expansivo,
sino que se debieron a una serie de factores más localistas: “1- Prevenciones higiénicas, 2- La llegada del
Ferrocarril. 3- Periodos de carestía en los que los trabajos de derribo servían para dar trabajo a los más
229
Como podemos observar, este espíritu regeneracionista del urbanismo proviene en
gran medida de la etapa anterior en la que se impuso la tarea de ampliar, regularizar y
mejorar el aspecto de las calles y plazas del viejo casco urbano cordobés modificando el
trazado de muchas de ellas o, en muchos casos, sometiéndolo a uno completamente
nuevo. Empero debido al estancamiento económico y la casi inexistencia de un tejido
industrial en consonancia con el de otras ciudades españolas, Córdoba no podrá contar
con una verdadera normativa urbanística hasta el año 1.884 en que se redacten y
aprueben las ordenanzas municipales, actuándose hasta ese momento por medio de
bandos de policía urbana que resultaban siempre imprecisos y fáciles de burlar por los
particulares.

No hay que perder la perspectiva de que todo este conjunto de reformas que se van
a acometer en nuestra ciudad no son, en gran medida, equiparables a las realizadas en
las grandes urbes españolas debido a la escasa potencialidad económica de las arcas
municipales y al débil ritmo demográfico cordobés; obstáculos graves pero no
insalvables para una ciudad adormecida que aspira a asimilar las nuevas necesidades del
incipiente modelo capitalista y demográfico. Para ello, el modelo de expansión que
seguirán las autoridades locales en este periodo -1.868-1.885- no será extramuros -
aunque se seguirán derribando lienzos de muralla- sino intramuros, lo que provocará el
hacimiento de los, cada vez más, numerosos habitantes de la ciudad y a su vez una
segregación clasista materializada en la diferenciación espacial348.

Será a finales de siglo cuando Córdoba empiece a propagarse extramuros


derribándose, salvo algunos lienzos, la totalidad de la muralla. Según C. MARTÍN
LÓPEZ, su finalidad no fue estrictamente por necesidad, sino más bien fruto de la
aplicación de criterios artísticos y técnicos equivocados a la hora de valorar su
monumentalidad y a la falta de alternativas acertadas.349

necesitados. 4- Inutilidad como cerco fiscal para el cobro de impuestos.” La desaparición de las
murallas, El Pregonero, diciembre de 1.989, p.13.
347
F. Valverde Fernández, Las plazas del casco histórico de Córdoba, Córdoba, 2.007, pp.20-21. Véase
también J. M.CUENCA TORIBIO, Historia de Córdoba…, pp.143-144.
348
P. SICA, Historia del urbanismo. El siglo XIX., Madrid, 1.981, vol. I, pp. 39-40.
349
Córdoba en el siglo XIX: Modernización de una trama histórica, Córdoba, 1.990, p. 235.
230
Desde luego el panorama urbanístico que se abría ante los ciudadanos que la
visitaban era desolador, más aún cuando la historia contaba los parabienes del esplendor
que en otros tiempos había gozado la urbe califal. No es de extrañar que multitud de
viajeros350 románticos dejarán en sus escritos para la posteridad la constatación de su
decadencia; el inglés Jardine escribió:
“Córdoba no presenta ahora más que un aspecto pobre y melancólico, y
parece sumida en la indolencia, la suciedad, las ruinas, la miseria y los
conventos. El palacio de Almanzor se ha convertido en el de la inquisición, es
decir, la parte que no está en ruinas”.
Con el mismo desencanto se expresaba Ponz cuando describía la Córdoba de
1.792:

"Esta ciudad, pues, docta, opulenta y rica desde su primer cuna, como
podemos colegir, se ve ahora sin aquella opulencia, despoblada, y pobre
quanto puede serlo qualquiera otra que carezca de tantas ventajas como el
Autor de la naturaleza ha derramado en su ameno territorio. No hay fábri-
cas, ni otro género de industria. Los catorce mil vecinos que tenía en tiempo
de Rodrigo Méndez de Silva, como él asegura en su Población de España,
esto es, a mediados del siglo pasado, se han reducido a los ocho mil escasos
que he dicho a V. ¿En dónde están las brillantes telas de seda que aquí se
labraban en el tiempo referido, los finísimos paños que se texían, los curiosos
guadamecíes que se transportaban a otras partes?
¿Ni de qué sirven las minas de plata, y de otros metales en la inmediata
sierra morena, quando la Ciudad está llena de gente pobre y sin ocupación?
Este es un mal muy grande que irá a peor, si no se pone un pronto y rápido
remedio, y sería lástima que con el tiempo viniese a reducirse la famosa
Córdoba a un Villorrio desdichado... No debe sufrir tanta nobleza
distinguida, como hay en Córdoba, los ricos mayorazgos, y Eclesiásticos que
muy bien pueden coadyuvar con sus rentas que se diga y se publique en
libros como lo hemos visto no hace mucho, ser su ciudad una de las más

350
Todos estos testimonios y algunos más de viajeros románticos están recogidos por A. LÓPEZ
ONTIVEROS en La imagen geográfica de Córdoba y su provincia en la literatura viajera de los siglos
XVIII y XIX, Córdoba, 1.991; La ciudad de Córdoba: origen, consolidación e imagen, Servicio de
Publicaciones Universidad de Córdoba, Córdoba, 2.009, pp. 133-201.
231
pobres y atrasadas de España, a pesar de tantas excelencias con que la ha
favorecido la naturaleza, sin más ingeniatura, que la de algunas bayetas que
se labran ni otro tráfico que el enviar fuera aceitunas embarriladas”

Por último expondremos el testimonio del francés Poitou que a finales de siglo
seguía recalcando la contraposición entre el esplendor árabe y la decadencia actual
decimonónica:

“De esta gloria, de estos esplendores, de estos de esta vida política y culta de
otros tiempos –que precedentemente ha evocado- apenas quedan vestigios.
Córdoba es hoy una ciudad muerta. Ella tenía antiguamente doscientos mil
habitantes, hoy le quedan cuarenta mil. La hierba brota en las calles
silenciosas; la mitad de las casas parecen desiertas.”

LAS TRANSFORMACIONES ACOMETIDAS 1.868-1.885

Como anteriormente aludimos, hasta 1.884 no hubo una normativa urbanística


municipal que regulara de manera conjunta las diferentes transformaciones a realizar en
el damero urbano y, por supuesto, que racionalizara el espacio previendo las
necesidades futuras. Hasta ese momento la pauta de actuación municipal en el
planímetro cordobés la marcaba las carestías más inmediatas: derribos, paro elevado,
derrumbamientos, epidemias… en definitiva, hechos concretos sin ningún tipo de
programación futura que, hasta bien entrado el siglo XX ocasionaran más de un
problema en la construcción de nuevas parcelas extramuros por la falta de previsión de
la municipalidad en este periodo.

Muchas son las obras que se llevaron a cabo en estos 17 años. A continuación
estudiaremos las que, a priori, fueron más relevantes para el desarrollo urbanístico de la
urbe califal:

A- Alineación, configuración y reforma de calles:

1- Paseo de la Ribera: Es uno de los lugares más antiguos para el recreo y


esparcimiento de la ciudad. Era una de las zonas más frecuentadas por los cordobeses
232
para sus jornadas de festejo351. En sus inmediaciones, existía una incipiente
infraestructura del ocio con tabernas donde poder degustar bebidas y viandas, un paseo
plantado de álamos que acogían largos paseos a la sombra y zonas destinadas para el
baño. No es de extrañar que este enclave fuera de especial relevancia para las
autoridades locales352 que preocupados por las demandas del público que lo frecuentaba
emprendía constantes obras de remodelación y mejora.

No obstante, según describe LÓPEZ ONTIVEROS353, las reformas del paseo de


la Ribera no sólo se debieron a cuestiones ociosas sino que en gran medida eran de
imperiosa necesidad a causa de la grave amenaza que suponían las periódicas crecidas
del río Guadalquivir que ocasionaban violentas inundaciones en los barrios intramuros
limítrofes a la orilla derecha y en el Campo de la Verdad al margen contrario.

Es por ello que desde finales del siglo XVIII se emprendió la tarea de construir
un murallón que contuviera dichas crecidas, finalizando las obras a mediados del XIX
con la construcción de un trozo coronado de 64 varas lineales en la muralla354 que
supusiese, a su vez, una ampliación del paseo y dotar a Córdoba de un nuevo eje
principal de tráfico que acogería la desviación de la carretera Madrid-Cádiz.

En 1.868, con motivo de la petición de un vecino del paseo, empezaron las obras
de alineación, aumentando la anchura (20 metros) en el tramo que iba desde la Iglesia
de la Ajarquía hasta la Cruz del Rastro. A la altura de 1.882 los trabajos de construcción

351
“Los cordobeses de la época tenían por costumbre, los domingos de sol, dar un paseo e ir hacia los
Arenales parándose a tomar un refresco en las ventas del camino. Así lo recoge la prensa local: «El
remedio se impone: Esta tarde, siguiendo las corrientes más modernas, será la carretera de los Arenales
el obligatorio paseo de millares de personas que aprovechan […]” A. SÁNCHEZ DE MIGUEL,
Córdoba 1898: generación e historia: pérdida de las islas de Cuba, Filipinas, Puerto Rico, Marianas y
Carolinas, Córdoba, 1.998, p. 17.
352
“Reclamando el deseo público de que el paseo de la Ribera se habilite con las conveniencias de otros
años en alumbrado y riego, para que este centro de recreo pueda frecuentarse recomendándolo más el
establecimiento de baños, se acordó pasar las órdenes a D. Antonio Moñino respecto al riego, peones
camineros, sobre el arreglo del pavimento y empresario del gas sobre el alumbrado, auxiliándolo en lo
que tuviera necesidad para la colocación de los postes o faroles” AMCO. , A.C., sesión del 6/08/1.873,
pp. 261 vª -262.
353
Evolución urbana de Córdoba y de los pueblos campiñeses, Córdoba, 1.973, pp. 61-63.
354
AMCO., Memoria presentada por el Alcalde Corregidor conde de Hornachuelos el 24 de marzo de
1.852 a los señores de la Comisión especial del Murallón, Sec. 4, Leg. 3, Exp. 17.
233
y alineación continuaban con la demolición, previa expropiación de casas particulares355
con el objetivo de ganar desahogo espacial con el derribo de los 277,8 m2 que suponían
un corral y una casilla que obstaculizaban el tránsito.

2- Ronda de los Tejares: En la actualidad es una de las arterias principales de la


capital cordobesa. Su importancia sobrevino a raíz de la apertura de la estación
ferroviaria y el basculamiento de la ciudad hacia el norte como consecuencia de las
transformaciones que el nuevo medio de transporte proporcionaba a la ciudad.

En torno a 1.880, debido a los problemas que ocasionaba restaurar el lienzo de


muralla a los propietarios de las fincas colindantes a la Ronda, el Ayuntamiento aprobó
un proyecto de alineación356 -15 de noviembre de 1.880- como respuesta a la multitud
de solicitudes ciudadanas para el derribo del tramo con vistas a poder tener una entrada
a sus casas por la Ronda.

El plan de alineación tenía como objetivo marcar las pautas de la calzada ante
las nuevas y futuras construcciones pues la importancia que iba adquiriendo era cada
vez mayor. El proyecto fijaba una anchura uniforme de 28 metros desde la intersección
con el Paseo de la Victoria hasta el Campo de la Merced.

A través de la prensa podemos considerar como las obras de remodelación, a


parte de la función práctica y de mejora, respondían al prestigio que iba adquiriendo la
calle: “Con el derribo de gran parte de la muralla, la población tiene que recibir un
natural ensanche especialmente por el lado de los Tejares. Convenientemente será pues
que en esta parte se hagan alineaciones con toda escrupulosidad a fin de que no sea
necesario después hacer innovaciones con perjuicio de los propietarios y del
público357”. A este respecto hay que añadir que las nuevas edificaciones albergaban
fachadas muy ornamentadas cuyo fin era el de embellecer el paisaje por lo que el
derrumbe de la muralla no fue un proceso traumático, como bien deja claro la
municipalidad al acordar en sesión del 26 de febrero de 1.883 dar autorización a D.

355
AMCO., A.C., sesión del 9/10/1.882, s.f.
356
AMCO., A.C., sesión del 15/11/1.880,f. 540 y vª.
357
DIARIO DE CÓRDOBA, 21/12/1.880; véase también las tiradas de los días 2/06/1.881; 3/05/1.882.
234
Manuel García Lovera para la demolición de un antiguo torreón lindante con su
propiedad358.

3- Calle Diego León: La Corporación estimó necesario aumentar la anchura de una


de las calles más céntricas y concurridas tanto en peatones como en carruajes. Su
localización entre dos grandes vías: la calle Duque de Hornachuelos y Alfonso XIII, su
proximidad al centro urbano, el beneficio a la hora de aliviar el tráfico y, por supuesto,
el embellecimiento de los edificios allí ubicados como el Instituto General y Técnico y
la fonda Suiza359; fueron directrices más que suficientes para que se presentara un
proyecto de alineación y ensanche de la calle en 1.891.

4- Calle Letrados: Era una de las vías más concurridas de la capital cordobesa a
finales del siglo XIX por su naturaleza comercial y ser nexo entre el centro de la ciudad
y varias parroquias. Uno de los graves inconvenientes, como en casi todas las calles del
entramado urbano, era su angostura, ocasionando frecuentes accidentes de carruajes,
sobre todo, los de mayores dimensiones acarreados por bueyes, y colapsando el tráfico
de la vía, con las consiguientes molestias para los comercios allí ubicados360.

Fuente: C. MARTÍN LÓPEZ, Córdoba en el siglo XIX…, p. 395.


El mayor problema con el que se encontró el Consistorio a la hora de llevar a
cabo el proyecto fue el económico. Una de las premisas que se le concertó -22 de

358
AMCO., A.C., s.f.
359
DIARIO DE CÓRDOBA, 21/06/1.879.
360
“[…] Bien comprendemos que nuestro pueblo agrícola necesita hacer esos transportes y que no debe
ponerse a los labradores, clase respetabilísima obstáculos de ninguna clase; pero en las fachadas de la
calle Letrados están las muestras de los destrozos causados, no sólo ayer sino otros días, y todos ven muy
a menudo obstruido el tráfico, durante algunas horas, de aquella importante vía […] creemos muy
oportuno que cuando el Ayuntamiento que tanto á mejoras públicas se dedica, tenga la posibilidad de
ello, no olvide la conveniencia del ensanche de la calle de Letrados”. DIARIO DE CÓRDOBA,
20/02/1.879 y 09/06/1.880.
235
septiembre de 1.879- al arquitecto Felipe Sainz fue la de reducir al máximo los costos
en las expropiaciones de fincas, pues en un primer momento el estudio preveía la
destrucción de la línea de fachada de al menos 17 fincas.

5- Calle Claudio Marcelo: “El Ayuntamiento de esta capital ha tomado en


consideración el proyecto de abrir una nueva calle que, partiendo de la del
Ayuntamiento frente a la Espartería, desemboque frente al café del Recreo, cuyo
proyecto está enlazado con el de levantar una gran fachada a las Casas Consistoriales
en esa calle nueva. Para conseguir este objeto se acordó en la última sesión incoar el
oportuno espediente, y se sacará a concurso la formación de planos de dependencias y
demás necesario para este importante objeto361.” Cómo bien refleja la cita del diario
local el proyecto pretendía abrir una nueva vía que uniera la calle del Ayuntamiento y
Arco del Real aprovechando las obras que se estaban realizando en el nuevo edificio
capitular. La nueva sede de 4.330,77 m2 –casa palacio del Duque de Hornachuelos- fue
comprada por 225.000 ptas. el 6 de enero de 1.877 e inmediatamente se mandó celebrar
pública subasta para la elaboración del proyecto de remodelación y adecuación de las
nuevas instalaciones. El arquitecto encargado fue D. Francisco Sainz de Varanda que
presentó los planos de la calzada el 11 de febrero de 1.878.

La ciudad acogió de buen grado el inicio de las obras –junio de 1.878- para la
creación de esta nueva travesía pues a parte de dotar a la ciudad con nuevos elementos
ornamentales facilitaba la comunicación entre la población de la villa Alta y Baja362.

En un principio el tramo estaba proyectado con unas medias que iban desde los 8
metros de anchura por 80 metros de longitud pero ante la magnitud del proyecto –el
presupuesto superaba el millón de pesetas- las obras se paralizaron363 y se procedió a
sacar a subasta las fincas expropiadas, con el fin de que la iniciativa privada364 acabase

361
DIARIO DE CÓRDOBA, 19/12/1.877.
362
“Ayer fue entregada al Sr. Alcalde de esta capital una manifestación, cubiertas de numerosas firmas,
hechas por los propietarios, comerciantes é industriales de la Espartería y sus alrededores al
Ayuntamiento, facilitándole por el utilísimo proyecto indicado en el Diario y referente a la apertura de
una nueva vía que ponga en comunicación la calle del Ayuntamiento con la del Arco del Real.” DIARIO
DE CÓRDOBA, 22/12/1.879 y véase también la tirada del 26/01/1.879.
363
Ibídem, 29/04/1.882.
364
Ibídem, 24/08/1.882.
236
las obras, como así sucedería al comprar D. Francisco Montoro Ordoñez y D. Antonio
Carrasco los solares ofertados para la edificación de cinco edificios “cuya planta baja se
dedicará al comercio con gran ventaja para este y para la población en general365.”

6- Calle Madera Alta: El primer plan de alineación que data de 1.861 - iba desde la
calle Concepción hasta Pérez de Castro- quedó plasmado solamente en papel tras el
estallido de la “Septembrina”. Los vecinos de la vía ante la ausencia de obras fueron
reedificando sin seguir ningún tipo de directriz municipal, por lo que, al retomar el
proyecto -1 de septiembre de 1.897- el arquitecto municipal Pedro Alonso tuvo que
redefinir sobre el antiguo plano de 1.861 la nueva realidad de la vía.

7- Calle de la Pastora: Al igual que ocurre en muchas otras calles de Córdoba el


tiempo transcurrido entre la aprobación del plan urbanístico y su realización es en
demasía extenso y, el resultado final, poco o nada tiene que ver con los planos
originales. Uno de estos casos lo protagoniza la artería de la Pastora. En un primer
momento la actuación municipal sobrevino tras la petición –febrero de 1.882- de dos
propietarios de una licencia para acometer la reedificación de sus viviendas.
Aprovechando la solicitud, la municipalidad encargó al arquitecto municipal D.
Amadeo Rodríguez el proyecto366 para llevar a cabo la alineación – 10 de noviembre de
1.883-. Aunque no será hasta principios del siglo XX – noviembre de 1.908- cuando
realmente se acometan las obras tras la aprobación de un nuevo proyecto.

8- Paseo del Gran Capitán367: Inicialmente fue concebido como un bulevar con
una franja central terriza de carácter peatonal delimitada por árboles, dos calles laterales
por las que discurrir el escaso tráfico de la época, y amplias aceras. Constaba de dos
tramos. El comprendido entre San Nicolás de la Villa y la actual Ronda de los Tejares
se abrió en 1866; su prolongación hasta la actual Avenida de América tuvo lugar a partir

365
Ibídem, 19/09/1.882., en este artículo se hace referencia a que el nombre de la calle nueva podría ser
Claudio Marcelo, como finalmente se acordó en sesión capitular de 9/06/1.884, pp. 385-388.
366
GABINETE DE ORDENACIÓN URBANA, Leg. 3, expediente nº 15, 1.882. s.f.
367
Vid. los rigurosos estudios realizados por F.R. GARCÍA VERDUGO, Producción y propiedad del
suelo urbano en Córdoba. El sector del Gran Capitán (1.859-1936), 1.985 y Las propuestas de ensanche
en la ciudad de Córdoba, Estudios Geográficos, 182-183, 1.986, pp. 149-172.
237
de 1904, con el fin de completar la unión del casco histórico con la Estación que había
sido inaugurada en 1859.

En el primer ramal, entre San Nicolás y San Hipólito, se alzó el convento de


monjas Benitas y Bernardas de San Martín, fundado en 1635 sobre las casas de los
Marqueses de Comares que fue suprimido en 1836, para la realización del paseo que
conservó el nombre del precedente convento y se terminó en 1843. Diecisiete años más
tarde se abrió la calle del Gran Capitán hasta los Tejares.

El 28 de abril de 1.882 se aprueba el ensanche del Paseo368 por unanimidad con


las consiguientes expectativas para la población y la prensa369 que veían como poco a
poco el sector noroccidental de la ciudad se abría con ornamentadas avenidas y
ensanches a semejanza de las grandes capitales españolas. Pero una vez más, la falta de
presupuestos y el desinterés de las clases más pudientes por el interés público en
beneficio de los particulares aletargaron el proyecto, reduciendo las actuaciones en
dicha vía a meras obras menores de embaldosado de aceras, plantación de árboles y
subsanación de elementos estropeados370.

368
AMCO, A.C., sesión del 28/04/1.882, s.f.; DIARIO DE CÓRDOBA, 30/04/1.882.
369
“La prolongación de la calle del Gran Capitán quedó acordada antenoche por el municipio. No
podemos menos que congratularnos por ver en vías de realización unas obras que con más insistencia ha
pedido la opinión pública y la prensa.” DIARIO DE CÓRDOBA, 30/04/1.882.
370
AMCO, A.C., sesión del 30/07/1.868, pp. 209v-210v.
238
La continuación de la avenida se abrió, finalmente, entre 1.904 y 1.908 sobre
terrenos del antiguo barrio de los Tejares y la zona meridional de la Huerta de la Reina.
Varios edificios destacan en la zona, el palacete modernista esquina a Reyes Católicos,
construido en 1.907 y rehabilitado en 1.984 para sede del Colegio de Arquitectos.
También sobrevive en la misma acera, la casa número 22 que data de 1910. En 1.917, se
levantó el edificio del Banco Hispano. Otra casa interesante es la número 26 con fecha
de 1.925.

9- Calle Gondomar y Concepción: “Existe en el centro de nuestra localidad


precisamente frente a estas Casas Consistoriales, un grupo de edificaciones de tal
extensión, que constituye quizá la mayor manzana de casas reunidas en el punto de más
concurrencia y vida del vecindario. Circundado por las calles denominadas del
Ayuntamiento, Espartería, Carreteras, Almonas o Gutiérrez de los Ríos, Huerto de San
Andrés, calle de San Pablo y plaza del Salvador, reclama este gran perímetro una
reforma beneficiosa que muy ventajosamente puede conseguirse con sólo dividirlo en
cuatro secciones por dos amplias vías que lo crucen en su centro. Parece que las
indiscutibles ventajas de esta útil mejora están favorecidas por el destino poco
provechoso en verdad que tienen los terrenos existentes en el corazón de este
perímetro, la mayor parte aplicado al cultivo, y cuyos propietarios cederán sin duda en
muy reducido precio la extensión necesaria […]371” Lo que aquí recoge las Actas
Capitulares del Consistorio cordobés es la profunda preocupación ante las nuevas
realidades urbanísticas que se abrían a la urbe. Estamos ante un plan que pretendía unir
de manera fluida dos grandes zonas: Villa Alta y la Baja por medio de dos grandes vías
capaces de absorber tanto las nuevas necesidades comerciales del vecindario como la
fluidez del tránsito rodado. Un nuevo gran eje sería el que conectaría la puerta de
Gallegos con la zona de la plaza de las Tendillas, y el siguiente ramal iría desde esta
última hasta la plaza de la Constitución (cuyo nombre actual es de la Corredera),
ampliando la construcción de la calle Claudio Marcelo hasta la intersección con
Rodríguez Marín.

La calle de Gondomar es una de las calles comerciales principales de la ciudad


de Córdoba. Antaño más tranquila, se convirtió en uno de los viales más importantes de

371
AMCO, A.C., sesión del 20/04/1.882, s.f.
239
la urbe tras la creación del Paseo de San Martín que comunicaba el centro de la ciudad
con la Estación. Esta calle llegó a convertirse en una de las más transitadas,
especialmente en el mes de mayo con la celebración de la Feria de Nuestra Señora de la
Salud en el Paseo de la Victoria, por lo que permitía la afluencia de la toda la zona este
de la ciudad (Centro y Axerquía).

Como una de las arterias principales del centro cordobés su mantenimiento y


mejora fue clave para el desarrollo comercial de la zona por lo que la Corporación
centró sus esfuerzos en la posibilidad de su ensanche. En 1.871 se designó una
Comisión que supervisara las tareas de expropiaciones de las casas afectadas por las
obras. Las negociaciones con los propietarios no fueron más problemáticas de las que en
un principio se preveían pues hasta cinco años más tarde no se consiguieron firmar las
últimas escrituras de venta372.

Nueve años de tardanza -el proyecto de ensanche data del 18 de mayo de 1.867-
para concluir los trabajos que dotaran al centro cordobés de una vía amplía que pronto
se benefició del empuje comercial dada su ubicación privilegiada. El progresivo
crecimiento de la ciudad por el norte, gracias al empuje que supuso la construcción de la
estación de FF.CC, hizo que la zonas comerciales también se desplazaran en el mismo
sentido siendo la calle Gondomar una de las preferidas para el establecimiento de
nuevos negocios.

La segunda fase para lograr un eje vertebrador era el saneamiento de la calle


Concepción para unir la plaza de las Tendillas con la zona de los Jardines de la Victoria.
Con tal motivo el 14 de octubre de 1.879 el Ayuntamiento mandó rectificar los planos
aprobados en 1.867 ajustando la línea de ensanche a la nueva planimetría quedando
expropiadas las casas 40, 45 y 47, y los trabajos de ampliación terminados en 1.882.

Con la apertura del primer tramo de la calle, en 1.887 se empiezan a realizar


nuevas actuaciones con el derribo del convento de la Concepción para la construcción
de 11 viviendas y la apertura de un nuevo ramal que enlazara con esta. El propietario
del inmenso solar que ocupaba el convento donó a la ciudadanía la titularidad de la calle

372
Está información la podemos encontrar documentada con minuciosidad en C. MARTÍN LÓPEZ,
Córdoba en el siglo..., p. 438.
240
con la única condición de sufragar con el erario público los gastos de empedrado y
alumbrado propuesta que el Ayuntamiento acepto de muy buen grado.

Gabinete de ordenación urbana. Leg 1 Exp. nº 31. 1.882.

10- Calle del Cuerno: Estrecha calle peatonal que une la plaza de San Juan con la de
Ramón y Cajal. Con su alineamiento se pretendía cerrar otro eje vertebrador de la
ciudad por su unión al Paseo del Gran Capitán y su salida a la estación del ferrocarril.
La prioridad máxima que el Consistorio transmitió a la Comisión de Fomento era la de
ensanchar la vía para facilitar el paso libre de carruajes en ambas direcciones para
obtener además un beneficio económico rebajando el precio de los edificios a expropiar.

Desde este planteamiento se recomendaba la formación de un nuevo proyecto,


que partiendo de la plazuela de San Felipe comprendiera la alineación de las calles de
Argote (nombre actual de la vía) y de la Pierna hasta su salida a la calle Pedregosa,
ampliándose así, en parte, el antiguo plan de 1.863.

Sin lugar a dudas, los objetivos perseguidos son los mismos que los anteriores.
Lo que sí era novedad era la intención que se manifiesta de conjugar el esquema de
alineación y ensanche con un mayor respeto a la estructura preexistente a fin de
minimizar las expropiaciones.
241
Como vamos constatando, los escasos recursos del Municipio, le obligan, en este
último período del siglo, a ir claudicando en sus antiguos esbozos, suavizándose así su
obsesión por la línea absolutamente recta y conformándose sólo con dar a las calles la
anchura que permitiese un tránsito holgado. Así pues, aunque de forma en gran medida
forzada, fue madurando con el tiempo su política de regulaciones públicas.

Además, para poder reducir al mínimo el coste del proyecto proponía dos líneas
alternativas, la primera, marcada en el plano con trazo grueso y continuo era en opinión
del arquitecto, desde el punto de vista económico la más ventajosa, al ocupar menor
cantidad de terreno de propiedad particular, pero en contrapartida dejaba en el extremo
Norte de la calle un ángulo muy pronunciado; la segunda solución que presentaba
únicamente variaba, con respecto a la primera, en el tramo expresado, para el cual
proponía una alineación recta, señalada con trazos gruesos discontinuos, aunque su
realización aumentaría notablemente el coste de las expropiaciones.

242
Examinado el plano por la Comisión de Fomento se decidió en función de "la
gran importancia de la vía principalmente para el tránsito de carruajes desde la parte
baja a la alta de la población" por la segunda opción, que proporcionaba a la calle una
mayor rectitud y evitaba la formación de ángulos pronunciados. Aceptado pues, el dicta-
men por el pleno municipal quedó aprobado el proyecto el día 3 de mayo del referido
año.

Cabe señalar, sin embargo, que tampoco en esta ocasión tuvo aplicación práctica
el proyecto y, prueba de ello es que en 1.903 vuelve a plantearse la idea formándose un
nuevo plan de alineación para la calle de la Pierna por considerarse en palabras del
arquitecto, la alineación aprobada en el año 1.879, "ilusoria e irrealizable en la
práctica", reduciéndose el ancho de esta calle a sólo 6 metros, para armonizar los
intereses del Municipio con los de los propietarios. Con el mismo fin, en el año 1.915,
se optó por la alineación quebrada propuesta en 1.879 para la calle Argote reduciéndose
igualmente su anchura a 6 metros.

11- Calle Campanas: Tras la remodelación de la calle Pastora en 1.897 se acometió


el proyecto para ensanchar la actual vía de Sánchez de Feria para mejorar el paso de
carruajes con dirección a la Puerta de Almodóvar y aprovechar la situación ruinosa del
Cuartel militar de la Trinidad373 para facilitar los trámites de las expropiaciones
necesarias. El 25 de agosto de 1.897 el Arquitecto municipal D. Pedro Alonso,
presentaba el proyecto que resumía en las siguientes actuaciones.
Descartar el trazado recto de la alineación para evitar el costo total de las
expropiaciones, sanear el trozo de Cuartel que linda con la Iglesia pues es foco de
infecciones. Actualmente la calle se extiende hasta las mismas puertas de la Judería, y
desemboca en la calle Fernández Ruano. A mitad de la calle se ensancha una placita
conocida con el nombre de plaza del Profesor López Neyra, donde encontramos el
antiguo palacio de los Guzmanes, reconvertido hoy en Archivo municipal.

373
AMCO, A.C., sesión del 2/04/1.891, s.f.
243
B- Plazas y Jardines:

1- Plaza de las Tendillas: En la actual plaza de las Tendillas374, en torno al siglo


XIV se encontraban las casas de la Orden de Calatrava (Convento de los Comendadores
de la Orden de Calatrava), así como diferentes pequeñas tiendas, que derivó
prontamente en las Tendillas de Calatrava. Los siglos XVII y XVIII asistieron al florecieron
este tipo de establecimientos.

El primer proyecto para la reforma de la plaza proviene de un decreto de la


alcaldía de 3 de diciembre de 1895, para la alineación de la plaza debido a ser uno de
los sitios más céntricos de la ciudad, realizado por Patricio de Bolomburu. Sin embargo
debido a los problemas económicos del Ayuntamiento, este tema no volvió a

374
“La plaza de las Tendillas, corazón provinciano del centro comercial, merece figurar en los espacios
con encanto desde que su reciente reforma la transformó en peatonal, convirtiéndose así en el salón
principal de la ciudad. Contar su historia y significado requiere un libro, así que estas letras no pasarán
de somera semblanza. Hay que empezar diciendo que la plaza actual surgió en el cuatrienio 1924-
1928 por iniciativa del alcalde José Cruz Conde, tras la demolición del entrañable hotel Suizo –así
bautizado por ser de aquella nacionalidad sus constructores en 1870, los hermanos Puzzini–, que era
“una de las mejores (fondas) de España”, a juicio de don Teodomiro Ramírez de Arellano.
Quedó así despejado el espacio rectangular sobre el que se irían desplegando edificios representativos
de la arquitectura señorial de los años veinte. Así, en 1926 surgen, entre Gondomar y la naciente Cruz
Conde, las casas de Marín Fernández, obra de Enrique Tienda, y de Casana Diéguez, firmada por Félix
Hernández; en 1927 los dos edificios de la vertiente septentrional, La Unión y el Fénix, de Benjamín
Gutiérrez, y Telefónica, de Ramón Aníbal Álvarez; y a 1928 corresponden los del lado sur: la casa de los
condes de Colomera, igualmente de Félix Hernández, y la de Enríquez Barrios, proyectada por Aníbal
González, tan ligado a la Exposición Iberoamericana de Sevilla. Para el catedrático de Historia del Arte
Alberto Villar estos edificios constituyen “el mejor muestrario posible de arquitectura historicista” , y
reafirman “el poder visual” de la ciudad moderna.
Testigo impasible de toda aquella renovación arquitectónica fue el edificio del viejo Instituto Provincial
de Segunda Enseñanza –creado en 1847 a partir del prestigioso Colegio de la Asunción, que fundara
en 1574 el médico de reyes Pedro López de Alba–, cuya noble fachada fue proyectada en 1868 por el
arquitecto Pedro Nolasco Menéndez.
Pero la plaza no sería lo que es sin su icono más característico, la estatua ecuestre del militar
montillano Gonzalo Fernández de Córdoba, alias El Gran Capitán, el señor de las Tendillas, trasladado
aquí en 1927 desde su primitivo emplazamiento en la avenida del mismo nombre. Esta obra proporcionó
a su autor, Mateo Inurria, la medalla de honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1920, lo que
sin duda le compensó de las dificultades que encontró para cobrar su trabajo, encargado en 1908. Dicen
los cordobeses que la cabeza corresponde al torero Lagartijo, pero no es cierto; no hay más que
compararla con la verdadera cabeza del torero esculpida por Inurria que conserva el Museo de Bellas
Artes. “Lo mejor en la excelente estatua ecuestre del Gran Capitán es que el caballo es de verdad”,
elogió Gaya Nuño.” F.S. MÁRQUEZ, Rincones de Córdoba con encanto. Córdoba, 2003, pp. 35-37.

244
replantearse hasta el año 1902, postergándose de nuevo, hasta el 15 de
mayo de 1907 donde se plantea un nuevo proyecto realizado por el mismo arquitecto.

El proyecto inicial de remodelación contemplaba la organización de la plaza


mediante una serie de terrazas, y el traslado de monumento al Gran Capitán a su
emplazamiento original, en el bulevar que lleva su nombre. Ante la polémica suscitada
por este plan, se optó por situar frente a Pañerías Modernas el monumento, solución que
tampoco convenció.

Finalmente, se optó por en proyecto plano, dejando la plaza como espacio


diáfano sólo interrumpido por el citado monumento. A modo de cierre, se crearon una
serie de parterres, sobre elevados con respecto al nivel de suelo, con naranjos.

Por lo demás, recordemos que las fuentes a nivel de suelo que flanquean el
monumento a Este-Oeste no estaban incluidas en el proyecto original: fue una
modificación por petición expresa del entonces concejal de Infraestructuras, Rafael
Rivas, al arquitecto del proyecto, Gerardo Olivares James. El resultado del proyecto de
1.895 configuraba el espacio primigenio de 519 m2 en una plaza con forma rectangular
de 55 metros de largo por 43 metros de ancho y una superficie de 5.817 m2. Aunque las
obras, como era de esperar, sufrieron varios años de retrasos por falta de presupuesto
municipal.

Tiempo adelante, en agosto de 1.907 se aprueba el proyecto para una primera


ampliación, que consistió en agregar a la plaza parte del solar de la antigua encomienda
245
de Calatrava y, en abrir una calle de doce metros de ancho para comunicar con la calle
Diego de León, justo en las cercanías del Instituto de Segunda Enseñanza375.

2- Plaza de las Dueñas: Se forma tras la desamortización del Convento de Santa


María de las Dueñas en 1.868, cuyo destino original era la construcción de un jardín.
Sin embargo, debido a las malas condiciones en que se encontraba el edificio y a causa
del estado del barrio, se decidió en 1.869 su transformación en plaza376.

Con todo, no será hasta 1.895 cuando el arquitecto municipal Patricio de


Bolomburu proceda a la urbanización de la misma. A su vez, en 1.945 Víctor Escribano
Ucelay diseña la fuente que ocupa la actual plaza. Posteriormente, como curiosidad,
indicaremos que, en los años 90 vuelve a remodelarse la plaza.

Se ubica en un espacio triangular de 933 m2 inclinada por un leve pendiente. El


11 de octubre de 1.869 el Cabildo aprobó la propuesta del arquitecto municipal de
demoler el ángulo del convento que quedaba entre las calles del Cister y de la
Panadería. Con el terreno liberado de esta manera se creó una nueva plaza que serviría
para desahogo y embellecimiento de esta zona de la ciudad y para dar luz al cuartel que
se proyectaba instalar en el edificio eclesiástico, que permanecía casi íntegro ya que el
terreno enajenado para formar la plaza fue el de los corrales377.

En 1.883 se elaboró un proyecto para ajardinarla, que no llegó a realizarse, ya que


el Ayuntamiento decidió aplazar la reforma durante un tiempo con la esperanza de que
su irregular forma y escasas dimensiones podrían variar y aumentarse tras la demolición

375
F. VALVERDE FERNÁNDEZ y otros, Las Plazas del casco…, pp. 214-217.
376
PROPUESTA DE APERTURA DE LA PLAZA DE LAS DUEÑAS: “Sería una mejora de
muchísima importancia para la población el demoler los muros ruinosos del convento de las Dueñas y
con los corrales que han quedado al demoler los dos chiribitiles que se estaban hundiendo formar una
plazoleta que proporcionará luz, ventilación y salubridad a aquel barrio cuyas estrechísimas calles,
vendrían a tener con este motivo el desahogo conveniente, se podrían plantar árboles que hermosearían
aquel sitio y sacando a la fachada que sería preciso construir la fuente del convento, podrían ser de
mucha utilidad a aquel vecindario. Pero para llevar a cabo esta mejora que la simple inspección del
plano que a su tiempo remití a esa alcaldía, hará comprender se hace preciso en ler lugar, solicitar de
quien corresponda, transformar dicho terreno en vía pública; 2o construir una fachada que cerrase el
convento por este lado terminando con una crujía lateral del patio principal que se correspondiese con
lo que hoy existe, proporcionando otras habitaciones capaces de albergar tropas o para el uso que se
destinara, lo cual originaria un gasto que se expresa al margen.Si Vs. tomara en consideración esta
observación se puede proceder a un estudio más detallado; teniendo presente que hay materiales
aprovechables para casi la mitad de la obra, y que resultaría una hermosa fachada aunque sencilla por
tener 48 metros de longitud” AMCO..Sec. 8, serie 5, doc. 115.
377
AMCO. Sección 8, serie 5, caja 758, Leg. 115.
246
del resto del ex-convento que se encontraba en un avanzado estado de ruina. Sin
embargo tal esperanza se vio frustrada, pues el citado edificio, entregado por el
Gobierno al Obispado de Córdoba en 1.881, fue sacado a subasta pública en la elevada
suma de 42.967 Ptas., por lo cual el municipio hubo de renunciar a tomar parte en ella,
siendo adquirido el edificio por D. Juan Reyes, quien rápidamente pensó en derribarlo,
no pudiendo por tanto la Corporación llevar a cabo la ampliación proyectada.

En 1.895 el arquitecto municipal, don Patricio de Bolumburu, elaboró un nuevo


proyecto de ajardinamiento que fue aprobado por la corporación municipal el 22 de
enero de 1.896, concluyéndose la obra en abril del citado año. Para realizar dicho
proyecto se niveló la plaza y se plantó en su zona central un pequeño jardín alrededor
de una fuente.
Actualmente esta plaza lleva el nombre del Cardenal Toledo, pero,
popularmente, es conocida como la plaza de las Dueñas, en alusión al convento sobre
cuyo solar se labró. Cuando Ramírez de Arellano escribía sus Paseos por Córdoba la plaza
aún no había recibido un nombre definitivo, ya que, según él, "unos le dan el de la
expresada calleja [de la Panadería] y otros el de Nueva de las Dueñas"

3- Plaza Campo Santo de los Mártires: El Campo Santo de los Mártires se


encuentra ubicado en el entorno de la judería. El Licenciado Casas Deza, en su libro
Indicador cordobés, nos indica que toma su nombre porque fue la zona de la ciudad en
la cual se sacrificaron y enterraron los mártires cordobeses en tiempo de la dominación
romana.

Ajardinamiento de la Plaza Campo Santo de los Martires

247
A lo largo de la historia su funcionalidad ha ido variando. Será a partir de 1.876
cuando el Ayuntamiento se plantee la necesidad de urbanizar el amplio espacio que
ocupaba mediante su ajardinamiento. Se comenzó por expropiar dos cocheras para
ampliar la plaza en 141,36 m2 con vistas a su posible ajardinamiento.

En 1.896 la Corporación decidió instruir expediente para dotar de jardines este


enclave. El proyecto se encargó al arquitecto municipal Patricio de Bolomburu, pero
nuevamente, por problemas en su financiación y de escasez de agua para poder regar
este espacio ajardinado, supuso posponer el proyecto hasta 1.903378, cuando el Cabildo
Catedralicio cedió el agua necesaria para el riego. Una vez comenzadas las obras a
finales de marzo, trajeron consigo el descubrimiento de los Baños del Alcázar de los
Califas, también conocidos como Baños Califales, dotando a la zona de una belleza
notable:

“La plaza está de suerte. No sólo ha recuperado este noble edificio, que las
Siervas de María abandonaron húmedo y ruinoso, sino que también ha visto
renacer de su largo abandono los baños califales, ahora restaurados y
protegidos por una cubierta, que sirve también como plaza aterrazada. Los
baños califales propiamente dichos constan de salas templada y caliente, a las
que hay que añadir la sala fría de otro baño almohade posterior. El milagro de
una olvidada ruina puesta en valor permite a los viajeros imaginar que
regresan a la Córdoba musulmana379.”

4- Jardines del Duque de Rivas: Ante la nueva realidad urbanística que se


estaba configurando en la zona Norte de la ciudad con la construcción de grandes
paseos como el del Gran Capitán, la remodelación de fachadas de las casas
señoriales de la burguesía más pudiente y, en definitiva al unísono con los aires
renovadores que preconizaban el derribo de murallas, grandes avenidas, zonas
ajardinadas y el predominio de la línea recta en el trazado de las calles; partió la idea
de D. Juan Tejón y Marín, efímero Alcalde (1.891-1.893), de construir unos jardines

378
El proyecto definitivo finalmente será redactado por el Arquitecto municipal Pedro Alonso.
379
F.S. MÁRQUEZ, Rincones de Córdoba con…
248
en honor a D. Ángel de Saavedra a causa de las quejas del vecindario380 ante el
deplorable estado en el que se encontraban los de la Agricultura.

D. Pedro de Alonso fue el encargado acometer la realización del proyecto,


dividiendo la superficie en tres áreas fácilmente identificables381:

1- Una primera zona destinada ha albergar una alameda.

2- El espacio central estaría destinado a la creación de unos jardines de


inspiración inglesa.

3- Por último, un pequeño salón, en el que se colocaría una estatua al insigne


poeta cordobés.

El proyecto fue aprobado el 21 de octubre de 1.891 tras intensas deliberaciones


en sesión capitular: “[…] Dióse cuenta del expediente relativo al proyecto de
construcción del nuevo paseo y jardines en el Campo de la Victoria, cuyo presupuesto
ascienda á 28.375,75 pts. El Sr. Valenzuela se ocupa de los fines morales y materiales
del proyecto, que acepta en principio, pero, añade, entiende más práctico el
alcantarillado, el adoquinado, el alumbrado y establecimiento de escuelas, exponiendo
su voto en contra del proyecto. El Sr. Larriva, de la Comisión, dice que todo es preciso,
y que en este concepto tiene el proyecto objeto de la discusión, añadiendo que el
presupuesto tiene consignación bastante para que puedan llevarse a cabo estos
trabajos. […] Después de rectificar nuevamente al Sr. Valenzuela, que sostiene la tesis
de que el expediente adolece de un vicio de nulidad, por no haber sido legal el curso
seguido, fue aprobado el informe de la comisión de Fomento382.”

5- Jardines de la Victoria: Los Jardines o Campo de la Victoria tienen su origen


en 1776 cuando el corregidor Francisco Carvajal y Mendoza concibe el proyecto de
crear unos espaciosos jardines a las afueras del casco histórico, en línea con los
alineamientos y proyectos urbanísticos que se estaban llevando en otras muchas
ciudades españolas y por supuesto europeas. Para crear los Jardines o Alameda del
Campo de la Victoria, mandó allanar los montículos de terreno existentes junto al
Convento de Nuestra Señora de la Victoria

380
DIARIO DE CÓRDOBA, 06/06/1.891.
381
AMCO.: Sección 7, Caja 6-3, 1.891.
382
AMCO. , A.C., sesión del 21/10/1.891, s.f, y DIARIO DE CÓRDOBA, 23/10/1.891.
249
Corregidores sucesivos fueron modificando los jardines de la Victoria,
destacando la reforma llevada a cabo en 1.854 por parte del alcalde Francisco de Paula
Portocarrero, haciendo en el centro un espacioso salón, con asientos de piedra negra y
respaldos de hierro.

En el año 1.865 y con la necesidad por parte del ayuntamiento de la ciudad de


incrementar el espacio destinado a la Feria de Nuestra Señora de la Salud, el consistorio
compró el Convento Nuestra Señora de la Victoria para su demolición.

Los jardines fueron adecentados con nuevas plantaciones, cuya parte norte está
dedicada al escritor cordobés Duque de Rivas, y una pérgola de estilo neoclásico obra
del arquitecto Carlos Sáenz de Santamaría, terminada en 1.929.

La Caseta Victoria, anteriormente conocida como la Caseta del Círculo de la


Amistad, es una estructurada de forjado cubierta de zinc que se levantó en el Paseo de la
Victoria como caseta de feria para los socios del Círculo de la Amistad, siendo una
concesión del Ayuntamiento de la ciudad. El forjado fue realizado por la fundición
sevillana La Catalana. Creada en 1.877 carece de paredes las cuales eran creadas a
través de lonas tal y como ocurría con otras casetas de la época y sigue ocurriendo en la
actualidad. En el año 1.918, se añade un cuerpo de obra de fábrica de una planta
diseñado por el arquitecto Adolfo Castiñeyra, con un estilo pseudomudéjar.

6- Plaza de la Magdalena: Con el derribo en 1.868 de la Puerta de Andújar y en


1.879 de la Torre de los Donceles por su estado ruinoso se termina por configurar la
superficie de este enclave cordobés. Tras el acuerdo adoptado en sesión capitular383 de
remodelar el amplio espacio que ocupaba la plazuela se cumplía con las numerosas
peticiones de los vecinos reivindicando una actuación que embelleciera y saneara uno
de los rincones típicos del esparcimiento decimonónico.

Como el presupuesto para tal fin no era demasiado abultado la Corporación


tomó en consideración el proceso de alineación de las calles colindantes con la muralla
y la plaza, proyecto que vería la luz en 1.892.

383
AMCO. , A.C., sesión del 10/07/1.882, s.f.
250
7- Plaza de San Bartolomé: En 1.861 el Ayuntamiento compra el antiguo hospital
de San Bartolomé por su estado ruinoso con el objetivo384 de edificar una plaza que
estaría localizada en la intersección de la calle de Alfonso XII y Tomillar. El proyecto
es encargado al arquitecto Pedro Nolasco, quien en primera instancia se mostró
contrario a la creación de la plazuela, proponiendo en su lugar la apertura de una calle
por los beneficios que, en referencia a la fluidez del tráfico por su cercanía con la Puerta
Nueva , otorgaba a la urbe.

Consciente el Consistorio de lo acertado de las razones expuestas por el


arquitecto no tuvo más remedio que seguir con los planes de construcción de la plazuela
por la inviabilidad financiera y material para trazar una nueva calle. En 1.901, con un
presupuesto total de 888,71pts., se autoriza el ajardinamiento y la construcción de una
fuente de 350 m. de diámetro y 0,80 de profundidad en la parte central de la misma.

8- Plaza de Pineda: Hay mucha controversia en cuanto a su catalogación como


plaza, ya que, desde su primer trazado fue considerada también como un simple
ensanche de la calle Vadallares en su intersección con Leopoldo de Austria. A la vista
de esta pequeña particularidad este singular emplazamiento ha sufrido diversas
modificaciones durante el siglo XIX. En 1.865, el Duque de Fernán Núñez, propietario
de una amplia residencia sita en este lugar, decide ponerla en venta; ocasión que
aprovecha el municipio para comprarla con el fin de que su derribo pueda dotar de un
espacio amplio que pudiera descongestionar la angostura del entramado callejero,
sobretodo, en las fechas de celebración de la Feria de la Salud y por su cercanía a la
Puerta de la Trinidad385.

384
“[…] tomando el Ayuntamiento en consideración las razones de utilidad pública que aconsejan la
adquisición de este local por cuenta de los fondos municipales para convertir su área en una extensa
plazuela que facilite el conveniente desahogo al vecindario de aquellas inmediaciones y el planteamiento
de otras reformas que mejoren el aspecto de las casas circunvecinas, acordó en sesión del primero del
actual, pedir la correspondiente licencia al señor Gobernador Civil de la provincia para tomar parte en
la referida subasta[…]”AMCO. Sec. 8, serie 5, doc. 93.
385
AMCO. Sec. 8, serie 5, Doc. 107.
251
Plaza de Pineda

El proceso de expropiación de algunas casas colindantes, como ya hemos visto,


se alargó hasta 1.870 ante las exigencias de los propietarios por obtener los precios más
altos posibles por su inmuebles y las presiones consistoriales para desembolsar el
mínimo posible.

Hay que destacar que esta actuación sobre la plazuela no estaba prevista dentro
de ninguna planificación urbana por lo que en los siguientes años veremos distintos
reordenamientos.

9- Jardines del Campo de la Merced: El proyecto fallido de creación de un espacio


verde en las inmediaciones del antiguo Convento de la Merced datan del año 1.835 a
iniciativa del Alcalde Conde de Torres Cabrera. En 1.869 tenemos constancia del interés
por recuperar el antiguo proyecto en un oficio386 que el Alcalde Rafael Barroso Lora
remite el 5 de diciembre a su homólogo malagueño para que publicitara la subasta de
edificios para empezar las obras de remodelación.

El proyecto tenía como objetivos el poder dar trabajo a las ingentes hordas de obreros
parados que por estos años padecía la ciudad y embellecer la parte norte de la ciudad a
sabiendas de la importancia que estaba adquiriendo a raíz del establecimiento cercano
de la estación de ferrocarriles.

386
AMCO. Sec. 8, serie 8, leg. 33, diversos expedientes.
252
Plaza de Colón

La prensa local veía con buenos ojos el proyecto y no dudó en ensalzar los
parabienes que éste podía ofrecer a la ciudad: “Hace algún tiempo se habló de formar
una magnífica plazuela en el Campo de la Merced que a la vez que hermoseara aquel
sitio proporcionaría gran número de habitaciones con las casas que se edificaran en
los grandes terrenos sobrantes. Hoy que el Municipio busca medios de proporcionar
ocupación a la clase jornalera creemos podría hacer mucho estudiando este proyecto y
cediendo aunque fuera gratuitamente el terreno con la obligación de edificar
inmediatamente dando así un gran paso en el embellecimiento de aquel sitio y
ocupación a un buen número de braceros387” El proyecto estaba destinado a albergar
una plaza rectangular con una gran fuente en el centro y la construcción de tres nuevas
vías debido al espacio que se abría con el nuevo solar y el derribo de gran parte del
lienzo de muralla comprendido entre la Puerta de Osario y del Rincón.

387
DIARIO DE CÓRDOBA, 27/02/1.869. Nota también recogida por C. MARTÍN LÓPEZ, Córdoba
en..., pp. 123-124.
253
C- Derribo de Muralla y Puertas:

A partir de mediados del siglo XIX comienzan a derribarse la mayor parte de las
puertas y del recinto amurallado, salvándose tan sólo algunos tramos del mismo y dos
puertas, gracias a la actuación de la Comisión Provincial de Monumentos.
Aunque en los primeros años de la segunda mitad de la centuria decimonónica
se llevan a cabo derribos en algunos lugares concretos de la ciudad, como es el caso en
1.852 de la puerta del Rincón, que no volverá a ser reedificada a pesar de los varios
proyectos existentes, lo paradójico es que durante los años 1.861-1.865 se impone una
corriente partidaria a la conservación y reparación de la muralla. Opiniones que incluso
conllevaron la creación de dos nuevas puertas: la del Gran Capitán – 1.862- y la de la
Trinidad, también ese mismo año. Otro hecho significativo de esta línea de pensamiento
era la de ensanchar o en su defecto derribar las puertas de entrada al casco histórico,
como pasaría con los proyectos elaborados para la Puerta de Gallegos -1.865-: primero
de ensanche y finalmente de derribo, o el derribo directo de la de Sevilla por su
lamentable estado de conservación.
Pero será durante el Sexenio Democrático cuando más metros de muralla y
torreones desaparezcan, como los lienzos de muro aledaños al Campo de la Verdad, los
situados en frente al callejón del adarve junto a la torre Malmuerta y puerta de Gallegos.
La misma suerte correrían las puertas aún existentes en la urbe y que no habían sido
derruidas pues irán desapareciendo en esta segunda mitad del siglo XIX 388:
- Baeza -1.869- - Andújar – 1.870-
- Plasencia – 1.879- - Misericordia -1.882-
- Puerta Nueva -1.895- - Osario -1.902-

Quedando solamente en pie la Puerta del Puente y la de Almodóvar que serán


objeto de sucesivas remodelaciones que llegan hasta nuestros días.

Con la demolición de una gran parte del recinto amurallado que se llevó a acabo
de una manera anárquica, mediante impulsos y necesidades de los propietarios de los
edificios colindantes –muchos de los cuales asimilaron parte de lienzo de muralla a sus
casas ante la pasividad municipal- se va a ir perdiendo la imagen que durante varios

388
C. MARTÍN LÓPEZ, Córdoba en..., pp. 43-78.
254
siglos se había tenido de Córdoba, como una urbe cerrada, desolada y decadente. Pero
hay que destacar que esta desaparición del cerco defensivo no se llevo a cabo por
motivos de crecimiento industrial, ni por motivos demográficos que necesitasen de
arrabales extramuros, sino porque, el recinto amurallado se ve como una herencia del
Antiguo Régimen que había que desterrar como elemento urbano anacrónico389.

D- Reformas menores: En este breve apartado resumiremos otras actuaciones


urbanísticas realizadas por la municipalidad pero que no tuvieron gran importancia en la
transformación de la urbe. En primer lugar nos encontramos con el empedrado de las
calles de peor estado. En las Actas Capitulares, durante estos diecisiete años, se
contabilizan más de un centenar de peticiones y órdenes de ejecución para el
saneamiento del pavimento. Podemos identificar de una manera global a través de los
acuerdos consistoriales cuales eran los asuntos que más se trataban y, por consiguiente,
los que más problemas ocasionan a la ciudadanía: Noticias sobre el mal estado del firme
viario aparecen recogidas en un 48% del total de las referencias urbanísticas. Obras en
calles, un 23%. Acopio de escombro y posterior venta para mampostería, 12%.
Reparaciones del mobiliario público, 8%. Ayudas peticionadas por el vecindario para
el arreglo de destrozos, 5%. Subastas de útiles, 4%. Otros, 1%. Como observamos en
los porcentajes, una de las mayores preocupaciones relativas al urbanismo de la época
era la concerniente al buen mantenimiento del callejero y su financiación por medio de
la venta –a través de subastas- y reutilización de los materiales sobrantes de otras obras.
Hay que destacar también que gran parte de los gastos para el embaldosado eran
cubiertos por iniciativa privada cuyas fachadas estuvieran orientadas a las calles a
reparar390.

389
J.M. ESCOBAR CAMACHO, El casco histórico de Córdoba en el siglo XIX, en Córdoba
contemporánea. Historia, espacio urbano y economía, Córdoba, 2.009, pp.75-76.
390
F. M. ESPINO JIMÉNEZ, Progreso frente a…, p. 400.
255
Actuaciones urbanísticas acometidas en el periodo 1.868-1.885

Plano de Córdoba en 1.884 realizado por D. Dionisio Casañal y Zapatero

256
ESPACIO URBANO INTRAMUROS

A finales de la centuria decimonónica el planímetro de la villa califal mantiene


la misma división interna que durante la época moderna: doce parroquias más otra fuera
de las murallas391. Estructura que estará vigente hasta 1.884 en que se redactan unas
nuevas ordenanzas reorganizando muchas parcelas del organigrama municipal –
administración, higiene, seguridad…- y quedando la distribución de las colaciones
divididas en ocho distritos o parroquias:

• 1er Distrito: Parroquia del Sagrario de la Santa Iglesia Catedral. (67 calles)
• 2º Distrito: Parroquia del Espíritu Santo y barrio del Alcázar Viejo. (31 “ )
• 3er Distrito: Parroquia de San Juan y San Nicolás de la Villa. (66 “ )
• 4º Distrito: Parroquia del Salvador y San Miguel. (60 “ )
• 5º Distrito: Parroquia de San Pedro y San Nicolás de la Axerquía. (59 “ )
• 6º Distrito: Parroquia de la Magdalena y Santiago. (33 “ )
• 7º Distrito: Parroquia de San Lorenzo y San Andrés. (71 “ )
• 8º Distrito: Parroquia de Santa Marina y Campo de la Merced. (52 “ )

Los barrios están configurados en base a un entramado callejero herencia directa


de la dominación árabe –de ahí su apelativo de ciudad oriental- dispuestos siguiendo un
entramado laberíntico de calles angostas, sinuosas392, sin grandes avenidas, con casas
blancas de ventanas enrejadas con muy poca altura y sin apenas localizaciones para el
esparcimiento –los grandes solares sin construcciones estaban destinados a huertas-,
aunque pese a todo, es innegable la aparición de ciertos elementos innovadores como la
desaparición de focos de insalubridad, el alumbrado eléctrico –reverberos de gas 1.831;
eléctricos 1.883- y, por supuesto, la apertura de amplias vías y paseos –en la parte

391
San Nicolás de la Villa, San Juan, Catedral, San Miguel, El Salvador, San Nicolás de la Ajarquía, San
Lorenzo, San Pedro, Santa Marina, San Andrés, La Magdalena, Santiago y la del Espíritu Santo en el
Campo de la Verdad.
392
A finales de siglo, Andersen, viajero que pasó por Córdoba expresó su parecer sobre el urbanismo
cordobés de la siguiente manera: “Paseamos por este interminable dédalo de callejuelas angostas y
retorcidas sin encontrar un alma a pesar de que la ciudad cuenta con más de cincuenta mil habitantes.
Avanzamos en fila india por el centro de la calle y llegamos sin problema a rozar ambas filas de casas
con las yemas de los dedos.[…] Esa es la anchura de toda la calle, pero hasta una vara por encima del
suelo, las casas están provistas de un acusado entrante para dejar paso al cubo de las ruedas. Este
entrante está algunas veces hecho de ladrillo y otras veces parece formado por los propios carros “A.
LÓPEZ ONTIVEROS, La ciudad de…, pp.167-168.
257
norte-, el embaldosado / alineamiento de calles, mientras las nuevas construcciones van
ganando altura en detrimento de la superficie393.

Prueba sintomática de los lentos pero firmes avances modernizadores, en


referencia al urbanismo, los encontramos al analizar las diferencias existentes en los
planos la villa realizados por José Mª de Montis y Fernández -1.851- y Dionisio
Casañal y Zapatero. A finales de siglo, la villa cordobesa albergaba unos 6.007
edificios para un total de población de 57.313 hab., lo que suponía un índice de
ocupación de 8.77% de habitantes por edificio; un 1.02% más que treinta tres años
antes, en los que la urbe tenía una demografía que no sobrepasaba las cuarenta mil
almas -37.793- que se alojaban en 4.722 fincas394. Indicar también que en el número de
calles igualmente podemos observar un ligero aumento: de las 512 vías y plazuelas de
mediados de siglo se pasa a las casi 600 a finales del XIX.

Cabe reseñar, que más del 80% de los ciudadanos residían dentro del recinto
amurallado y el resto se repartían entre el barrio del Campo de la Verdad -5%- y otras
collaciones extramuros: Ollerías, Tejares…395 Ramírez de Arellano nos proporciona las
cifras para entender como se distribuían los habitantes por distritos:

393
J.M. CUENCA TORIBIO, Historia de Córdoba…, pp.144-145.
394
Íbidem, p. 145.
395
F.R. GARCÍA VERDUGO, “La formación de la ciudad contemporánea. El desarrollo urbanístico
cordobés en los siglos XIX y XX”, Córdoba en la historia. La construcción de una urbe, Córdoba, 1.999,
pp. 375-376.
258
En cuanto a la estructura socioprofesional de la villa, hay que destacar que era
mayoritariamente agraria, con una fuerte implementación artesanal, una débil industria
moderna, escaso comercio y un alto porcentaje de sirvientes. El centro de la actividad
económica se localizaba fundamentalmente en los barrios de San Pedro, San Andrés, El
Salvador y San Nicolás de la Ajerquía, con unos porcentajes del 59% de jornaleros e
industriales artesanales –pues será en estas zonas donde se localicen la mayoría de
fábricas y pequeños talleres-. Sin embargo, aunque no se abandona totalmente el centro
comercial de épocas anteriores existente en las inmediaciones de la Iglesia Catedral, va
a ir desplazándose junto al nuevo eje que; con motivo de las nuevas transformaciones
urbanísticas –calle de la Feria, Claudio Marcelo, Espartería, Letrados, Concepción…- y
el emplazamiento de la estación de ferrocarriles empezó a configurarse más al norte.

A la vez que la ciudad viraba su eje económico se empezaba a vislumbrar un


hecho que no se había dado en anteriores etapas al no existir una diferenciación social
del espacio, como nos puntualiza J.M. CUENCA TORIBIO: “[…] la Córdoba de
comienzos de la Restauración, instante en el que la ciudad moderna va a desplegar
algunas de sus manifestaciones esenciales. La configuración social de estos barrios, en
la que todavía prima su viejo carácter derivado especialmente de sus actividades
productivas o su arquitectura y tipo de edificación396…”

LA EXPANSIÓN EXTRAMUROS

La organización espacial intramuros trascendía las murallas de la ciudad,


extendiendo los barrios sus jurisdicciones por los diversos arrabales –nueve en total-
que se fueron formando desde época bajomedieval en los alrededores, próximos a
algunas puertas del recinto amurallado. El estancamiento demográfico de principios de
siglo, redujo a cinco el número de collaciones externas, como así refleja el plano de
1.851397. La progresiva desaparición del lienzo defensivo en la segunda mitad de la
centuria dejará paso a la aparición de las rondas perimetrales, que se iniciaron como
paseos, destacando los Jardines de la Victoria, de la Agricultura o los del Duque de
Rivas.

396
Historia de Córdoba, p. 149.
397
Los cinco arrabales que están reflejados en el plano de Córdoba realizado por José Mª de Montis y
Fernández se localizaban en: Matadero, Ollerías, Ronda de los Tejares, San Antón y Campo de la
Verdad.
259
A su vez, el aumento poblacional motivará la profusión de propuestas para
planificar la expansión de la urbe más allá de las murallas, situación que realmente se
consolidará ya entrado el siglo XX. Pero que Córdoba fuera una ciudad intramuros no
quería decir que no existieran unos barrios primitivamente estructurados. Destacando la
collación en el Campo de la Merced y terrenos adyacentes a la estación, justamente en
frente de la Puerta de Osario, vinculados a la burguesía, caracterizados por ser edificios
de nueva planta con fachadas muy ornamentadas y el gusto por amplias avenidas y
jardines. En 1.870 el viajero inglés Wylie nos describía de la siguiente forma la entrada
norte de la villa:

“El acceso a Córdoba desde la estación es por un paseo nuevo y espacioso


que ahora empieza a adornarse con edificios que en mucho sobrepasan a sus
compañeros del interior de la ciudad en sus fachadas ostentosas, pero que le
van a la zaga en solidez y perdurabilidad398”

De textura obrera, en la parte sur, se encontraba el Campo de la Verdad,


inmediatamente al final del puente romano, que, salvo dar cobijo a las clases menos
pudientes, no tenía significación especial.

Al este de la ciudad nos encontramos el arrabal de Campo Madre de Dios que se


extendía a lo largo de la carrera de la Fuensanta y estructurado en torno al asilo de
Madre de Dios, la escuela de veterinaria y más tardíamente se expandió con la
construcción de viviendas para alojar a los trabajadores de la fábrica del Gas.

INFRAESTRUCTURAS URBANAS

Se denomina infraestructura urbana a aquella realización humana diseñada y


dirigida por profesionales de la Arquitectura, Ingeniería Civil, Urbanistas, etc., que
sirven de soporte para el desarrollo de otras actividades y su funcionamiento, necesario
en la organización estructural de las ciudades y empresas.

El vocablo, es utilizado habitualmente como sinónimo de obra pública por haber


sido el Estado el encargado de la construcción y mantenimiento, en razón de la utilidad
pública y de los costos de ejecución, generalmente elevados.

398
A. LÓPEZ ONTIVEROS, La ciudad de Córdoba…, p. 190.
260
Como cualquier gran urbe, uno de sus cometidos más importantes es el de prestar a
la sociedad una serie de servicios mínimos que contribuyan a mejorar la calidad humana
de los habitantes. El buen estado del pavimento viario, la eliminación de pozos negros,
alcantarillado, abastecimiento de agua, limpieza, iluminación, en definitiva, actuaciones
municipales que saneen y posibiliten el buen desarrollo de la actividad industrial, la
vida pública y privada en las mejores condiciones posibles. Si bien, en teoría, la
corporación municipal mostraba preocupación redactando ordenanzas municipales, en
la práctica, los testimonios de los viajeros decimonónicos nos presentan una imagen
totalmente negativa, ya sea por el desinterés ciudadano o por la endémica falta de
recursos del cabildo.

A- El alumbrado público:
a.1- Por Gas: La llegada de la iluminación a la ciudad de la Mezquita fue
relativamente tarde en comparación a otras urbes nacionales: Madrid, Barcelona,
Sevilla, Málaga… lo que no hace más que confirmar el bajo status de nuestra capital si
tomamos en consideración este servicio público como índice de desarrollo.
Las primeras iniciativas para dotar al viario cordobés de alumbrado datan de una
Real Orden de 6 de agosto de 1.831 en las que se establecía la colocación de un centenar
de reverberos alimentados con aceite399. A partir de julio de 1.864 el cabildo va a
conceder licencia para que se incorporase la iluminación por petróleo. El 25 de abril de
1.868, el cabildo presenta un proyecto de subasta para la contratación del servicio del
alumbrado público por 3 años400 que se concederá a D. Antonio Monino por el que se
instalaran 947 luces con petróleo y 198 con aceite, a razón de 12 y 6 céntimos de real
por luz/hora401.
Pero será a partir de 1.870 cuando Córdoba se vaya incorporando a la
modernidad industrial con la instalación de un sistema público de alumbrado por gas. El

399
R. RAMIREZ RUIZ, Córdoba y su provincia, 1.902 – 1.931, Tesis de doctorado, Universidad de
Córdoba, 2.007, p. 1.018, [on-line], disponible en:
http://medina.uco.es/search~S6*spi?/aramirez+ruiz/aramirez+ruiz/1,2,11,B/l856~b1391730&FF=aramire
z+ruiz+raul&4,,7,1,0.
400
AMCO, A.C., sesión del 25/04/1.868, pp. 109v-110.
401
AMCO, Caja 804, s.f.
261
18 de julio de 1.867 se firmó el contrato402 en el que se regulaba diferentes aspectos de
la actividad:
1- El contrato tendría una duración de cincuenta años, que empezaría a

NÚMERO DE FAROLES POR GAS DE CÓRDOBA (1870-1891)

1870 1871 1872 1873 1874 1875 1877 1886 1887 1888 1889 1890 1891

440 807 920 1336 1369 1378 1436 1541 1525 1553 1554 1554 1554

contarse desde el 1 de julio de 1.869 con la imposibilidad por parte del Ayuntamiento
de contratar otro gas que no fuera de la fábrica del empresario.

AMCO., Caja 804.

2- Se colocarían 1.070 luces en el interior repartidos de la siguiente manera:


130 en el Campo Madre de Dios y San Antón en las Ollerías, barrio del Matadero,
Tejares, Campo de la Victoria y vía que conduce a la estación del FFCC y barrio Campo
de la Verdad; 100 en paseos durante los meses de verano.
3- El horario se estableció desde el toque de oraciones hasta las una de la
madrugada. En los barrios extramuros hasta las diez de la noche.
4- La fábrica se construirá fuera de la población en pasaje ventilado. Se optó
por ubicarla en Campo Madre de Dios al norte de la carretera de la Fuensanta.
5- Se trabajarán con gasómetros capaces de atender al consumo diario del
gas suministrado.
6- Los depósitos deberán ser impermeables, de ladrillo o piedra con mortero
hidráulico. Si los nuevos se elevasen del suelo, deberán tener un espesor igual a la mitad
de su altura.
7- Los talleres deberán construirse y cubrirse con materiales
incombustibles.
8- La municipalidad otorga al empresario el derecho de establecer cañerías
para la conducción y la venta del gas para los faroles públicos, para el alumbrado y

402
Escritura otorgada por Don Ricardo Martel y Fernández de Córdoba, Alcalde de Córdoba, y Víctor
de Cardaillac y Bruolz y Estanislao Navarro y Soler, el 18 de julio de 1.867, para la contratación del
alumbrado y calefacción por gas en la ciudad de Córdoba. AHPCO, Notaría de Pedro Aguilar y Pérez,
18 de julio de 1.867, leg. 15.345, folios 826-829v. nota también recogida por E. SARMIENTO
MARTÏN, La industria del gas en Córdoba (1.870-2007), Barcelona, 2009, pp.155-165.
262
calefacción de las casas particulares en todas las calles, plazas y paseos públicos
existentes y que se creen en la ciudad.
9- Si se descubriera otro sistema de alumbrado más económico que no sea
por gas hidrógeno bicarbonatado, la empresa se obliga a ponerlo en ejecución (con tal
que ya esté en uso en otras ciudades españolas), luego trascurran los veinte primeros
años de este contrato.
10- El pago de la cantidad que devenga el contratista por el servicio que haga
cada mes, se ejecutará inmediatamente con presencia de la factura documentada, luego
que haya sido examinada y merecida por aprobación del Ayuntamiento. La factura
estará compuesta por las luces que haya alimentado y los restantes gastos que tenga
suplidos por cuenta del municipio. Al total se le restarán el importe del servicio que
haya dejado de prestar, bajo las siguientes bases: por cada treinta minutos que se atrase
en encender cada luz tras el toque de la oración, un real; por cada farol que se apague
veinte minutos antes de la hora fijada, un real por cada luz que no tenga las condiciones
estipuladas (intensidad / olor). Un real por cada farol o aparato que no esté limpio y dos
reales por cada farol, pescante o candelabro que no esté pintado en la fecha marcada.
11- Al terminar el contrato tendrá derecho el Ayuntamiento a quedarse con la
fábrica y sus dependencias, útiles, aparatos para elaborar el gas, faroles, repisas y
cuantos accesorios existan entonces por debajo de la vía pública, por la tasación que
haga un perito nombrado por ambas partes.
Tres años más tarde de aceptar y firmar las condiciones contractuales del
contrato para la instalación del gas, se inauguraba403 el 6 de febrero de 1.870 el
alumbrado público, no sin solventar inconvenientes de última hora, como la sustitución
de los antiguos reverberos del paseo del Gran Capitán por unos faroles de cristales
cilíndricos404. Poco después, el 19 de marzo de ese mismo año, comenzaba el servicio
para particulares. La red de tuberías a finales de año se extendía, aproximadamente, por
el 90% del plano llegando a todos los barrios.

403
Para solemnizar aún más los actos de inauguración, el propietario de la fábrica D. José Gil puso a
disposición del cabildo “la suma de 200 escudos destinados a cubrir en parte las graves atenciones del
Asilo de Mendicidad, […] acordándose que el ayuntamiento le diera las gracias más efusivas por su
desprendimiento significándole el doble aprecio que merece por las circunstancias aflictivas del
establecimiento a que consagra su donativo”. AMCO. A.C., sesión del 05/02/1.870, p. 49v.
404
AMCO. A.C., sesión del 05/02/1.870, p. 49-49v.
263
Los distintos tipos de contrato se ofertaron por la empresa, a través de unos
pasquines repartidos por la ciudad, los cuales recogían las siguientes modalidades:
- El abono para el suministro de particulares, sería a tanto por luz y hora,
esto es, a hora fija; y a tanto por m3, según contador.
- No se admitirían cambios para hacer uso del gas por medio del contador
en verano, y por luz en invierno sin la debida compensación.
- El de hora fija tendría un año de duración mínima, con un total de 1.632
horas anuales, a una media de 136 horas al mes y 4.5 horas al día. Sus tarifas dependían
del modelo de mecheros –seis diferentes- de diferente consumo y tres horas de cese del
servicio.

- Por contador, HORARIOS (Precio mensual del abono a hora fija. ptas.)
HASTA LAS HASTA LAS HASTA LAS
para particulares, el coste era
21:00 22:00 23:00
de 0,375 ptas. por m3, es MECHERO 2,25 3 3,75
nº 2
decir, 0,5 ptas. menos que lo MECHERO 3,5 4,25 5
nº 3
estipulado en el contrato de MECHERO 4,5 5,75 7
nº 4
1.867. El precio de la
MECHERO 5,5 7,25 9
iluminación pública, seguiría nº 5
MECHERO 6,75 8,5 10,25
siendo el mismo: 0,0325ptas, nº 6
MECHERO 5,5 7,25 9
luz/hora. CIRCULAR
- La factura se abonaría por mensualidades anticipadas, al presentarse el
recibo. Si no se hubiese satisfecho pasados diez días, se podría interrumpir el servicio,
separando de la cañería principal la ramificación correspondiente, y reclamar la deuda
mediante proceso judicial.

Dimensión y capacidad del contador para cada número de mecheros


Contadores de 5 5 10 20 30 50 60 80 100 150
Mechero
Capacidad (L) 3,51 7,14 14,28 28,56 41,66 55,55 88,33 111 142 200

Los siguientes años tras la puesta en funcionamiento de la Empresa de Gas de


Córdoba están marcados por los problemas derivados de la calidad del mismo, lo que

264
conllevó graves conflictos entre la municipalidad y el empresario. El 4 de agosto de
1.880, D. Bartolomé Belmonte Cárdenas envió sendos oficios es los que requería a Gas
Córdoba, la instalación de un gasómetro, fotómetros de llama fija y variable y un
contador ordinario. En la siguiente misiva, destinada al inspector de la fábrica –Eusebio
Cerdá y Deparés- se le requería la pronta corrección de las deficiencias que se notasen
en las calles y el análisis del gas.

Tras varias negativas por parte del administrador, se propuso como solución que
los inspectores reparasen los instrumentos a costa del cabildo, asimismo, que las
pruebas pertinentes se ajustasen a lo establecido en el contrato de 1.867. A pesar de
todo, la empresa tuvo que financiar un verificador del contador del fotómetro Dumas,
un fotómetro de llama variable de sistema Sugg y una campana de cristal para calcular
la pureza del gas. También se acordó nombrar inspectores por ambas partes; la empresa
del gas a D. Marcial Gibert y el Ayuntamiento a D. Gustavo Codes405.

Las tiranteces entre ambas partes se dieron desde el mismo momento de la


inauguración de la red. Los motivos fueron esencialmente dos: la falta de liquidez del
Consistorio para hacer frente a los gastos del alumbrado406 y la llegada de la
electricidad.

Hecho, pues, que denota la ruindad en las que se hallaban las arcas municipales
lo encontramos al comparar el precio de la iluminación con el de otras ciudades;
resultando que era bastante competitivo. Córdoba se hallaba por debajo del precio
medio por ciudad -0,03 ptas. luz/hora- tanto para los servicios públicos -0,04 ptas.
luz/hora- como para particulares; 0,37 ptas. m3 frente a la media que se situaba en 0,41
ptas. m3.

405
AMCO, A.C., sesión del 19/02/1.883, s.f.
406
A pesar de los acuerdos firmados en el contrato de 1.867, la empresa del Gas de Córdoba ya tenía
conocimiento de los problemas del cabildo a la hora de pagar puntualmente los servicios contratados por
la experiencia de otros contratistas, en este caso del alumbrado por aceite: “Manifiesta D. Antonio
Moñino como contratista del alumbrado y limpieza pública que en su atención a tener apurados todos
sus recursos y a que por el Ayuntamiento no se le facilita ningunos fondos por cuenta de las crecidas
sumas que se le adeudan procedentes del mismo contrato le es forzoso aunque con pesar suspender para
el 25 del mismo presente mes la ejecución de aquellos servicios[…]” AMCO., A.C., sesión del
21/01/1.869, pp. 13-13v. y sesión del 23/01/1.869, pp. 15v-18.
265
En 1.877 el consistorio presionó a la compañía con el fin de rebajar el precio de
la factura. Para ello propuso reducir una hora diaria la iluminación de cada farol. Gas
Córdoba respondió con la oferta de dejar de encender el equivalente al precio de la
disminución de las horas del servicio: 247 faroles, además de exigirle el cobro puntual
para no tener que cortar el servicio407.

La polémica continuó en 1.880 al ver que la municipalidad seguía retrasándose


en el pago. La amenaza de no iluminar el recinto ferial para ese año hizo que se abrieran
diligencias para la incautación de la fábrica. Finalmente el asunto no llego a mayores.

La aparición de la iluminación eléctrica fue otra causa más para avivar los
problemas. En marzo de 1.883, ante el temor por la apertura de un expediente para el
establecimiento de la electricidad en la ciudad, la sociedad exigió el cobro de los
intereses adeudados del presupuesto de 1.879, una suma que ascendía a 88.000 ptas. Las
actas capitulares recogen el contencioso abierto entre ambas partes al negarse Gas
Córdoba a iluminar la Feria de la Salud y la respuesta furiosa de los concejales
ordenando su iluminación forzosa además de castigarla con una multa de 169 ptas.
acogiéndose a incumplimiento de las bases del contrato408.

a.2- Por electricidad: El nuevo sistema de iluminación empezó a sustituir, desde


su llegada a tierras andaluzas en los años ochenta del siglo XIX, a los alumbrados
tradicionales por aceite y petróleo. La electricidad llegó de la mano de las grandes
fábricas a las urbes de tamaño pequeño y mediano (entre 5.000 y 40.000 habitantes).
Los núcleos de población más grandes contaban con alumbrado de gas, lo que dificultó
la introducción de la iluminación por luz. Las áreas urbanas de tipo medio que primero
se electrificaron en Andalucía son aquellas que tenían una tradición fabril relacionada
con el empleo de motores hidráulicos. Además, disponían de aprovechamiento
energético y de línea de ferrocarril. Las elevadas pérdidas producidas durante el
transporte de la electricidad, realizado a bajo voltaje y corriente continua, obligaban a
situar los centros de producción cerca de los núcleos de consumidores409.

407
AMCO, caja 2.902.
408
Ibídem.
409
M. FERNÁNDEZ PARADAS, El alumbrado público en la Andalucía del primer tercio del siglo xx:
una lucha desigual entre gas y la electricidad, Revista de Historia Contemporánea, 31, 2005, pp. 602-603.
266
La primera noticia de iluminación con esta energía de un recinto público en la
urbe califal data de 1.883 cuando se contrató a la Sociedad Sevillana de Electricidad
para que prestara sus servicios en la Feria de la Salud410. Ante los excelentes resultados
y la buena acogida por parte de la población se firmó en el mes de junio un contrato
para: “[…] la colocación de una locomóvil y una dinamo en los Jardines de
Agricultura, para abastecer 5 lámparas de arco voltaico en el paseo de Gran Capitán,
a razón de 36,50 ptas. diarias desde el 14 de junio hasta el 19 de septiembre411”.

Será ya, en la última década del siglo XIX, cuando el alumbrado por electricidad
sea una realidad de forma continuada, como hemos apuntado, en la zona de Gran
Capitán durante los días de feria. A la vista de las virtudes que presentaba esta nueva
alternativa lumínica, en 1.892 varios comercios de la villa solicitaron la autorización
pertinente para el establecimiento de lámparas eléctricas. En julio de 1.895, la Cámara
de Comercio –organismo de la Diputación Provincial- concede la autorización para la
construcción en el molino de casillas, de la Empresa de Electricidad de Casillas412. Unos
meses más tarde por mayoría unánime los ediles aprobaron el reemplazo del alumbrado
público por petróleo durante tres años, a 78 ptas. anuales por lámpara413.

En definitiva, estos son los primeros pasos que se dieron en nuestra ciudad para
la sustitución de cualquier sistema de alumbrado por el de electricidad, hecho que se
hará efectivo durante las primeras décadas del siglo XX.

Volumen de ingresos por alumbrado. (ptas.)

1903 1912 1918

Electricidad de Casillas 144006,4 155312,6 300838,5

Gas Córdoba 273936,7 409155,8 331156,4

Fuente: M. FERNANDEZ PARADAS, La industria del gas…, p.93.

410
Al estar en vigor el contrato con la empresa del Gas de Córdoba el Consistorio se acogió para la
contratación del servicio eléctrico a la nueva Ley sobre contratación de servicios públicos, de 5 de enero
de 1.883.
411
AMCO., A.C., sesión del 28/03/1.883. s.f.
412
R. CASTEJON MONTIJANO, La casa Carbonell de Córdoba, 1.866-1.918. Génesis y desarrollo de
una sociedad mercantil e industrial en Andalucía, Córdoba, 1.977, pp. 155-156.
413
AMCO., caja 2902.
267
B- Abastecimiento de aguas: Pocas diferencias significativas se van a producir en
este servicio con el de los prestados en época isabelina414. Salvo la desaparición de
varios focos de insalubridad, la mejora del sistema de alcantarillado –las cloacas
existentes en las colaciones estaban en pésimo estado de manteniendo debido a la
antigüedad que tenían, ya que muchas de ellas databan, incluso, de época medieval- y la
sustitución de tuberías –las antiguas de barro por nuevas de hierro- en poco o nada va a
tornar la situación a mejor, hasta la regulación municipal de este servicio en 1.884.

Cómo en otras etapas, el abastecimiento se concede mediante subasta pública


por un periodo de tres años en la que el contratista se comprometía a surtir de agua las
fuentes públicas y casas particulares mediante la conducción del agua de los veneros
cercanos a la ciudad por una suma que en los 17 años del periodo abarcado no superó
los 7.000 reales415.

B.1- Fuentes públicas416: Como consecuencia de las incipientes mejoras que se


producen en el entramado de las cañerías públicas, el trasporte de las aguas desde los

414
véase, F.M.ESPINO JIMÉNEZ, Progreso frente a…, pp. 406-407.
415
AMCO, A.C, sesión del 26/10/1.868; 12/ 02/ 1.874.
416
En 1.875 existían en Córdoba las siguientes fuentes: “Hay cuarenta públicas labradas en su mayor
parte por el corregidor D. Francisco Zapata de Cisneros en 1.574, que eran de jaspes y de un gran
mérito; pero en 1.821 otro regidor no de tanto gusto las sustituyó por el ordinario pilón queriendo
hacerlas mas cómodas: la mayor parte de ellas no corren en verano y algunas en todo tiempo, y aun en
el estío hay siempre suma escasez de agua en todas, no porque falte á la población agua abundante ni
tenga veneras de donde surtirse; sino por la mala construcción de los acueductos que dejan derramar
mucho líquido y porque no recojen todo el que pudieran recojer, pues muy pocos pueblos habrá que
tengan en su término mayor abundancia de aguas y mejores que Córdoba.
Dentro del pueblo hay 28, que son: 1ª Caño gordo, situada en el muro de la Catedral, y arroja
un copioso caudal de agua; 2.a la de Santa Catalina, que no corre y está situada junto á la puerta de la
Catedral de su nombre; 3 a la del Potro que está en la plaza de su nombre y no tiene agua; 4.a la de la
plazuela de las Canas; 5.a la de S. Pedro que está seca la mayor parte del tiempo; 6.a la de la plaza del
Salvador : 7 a la de la plaza de S. Andrés que estuvo antes en la plaza del Salvador y es una de las
construidas por el corregidor Zapata; 8 ª la Fuen-Seca, que tiene cuatro gruesos caños de metal, es muy
rica en agua aunque el verano último ha estado seca y está situada en la mitad de la calle de Juan
Rufo en la plazuela de su nombre; 9.a la d S Miguel; 10 la de Puerta de Gallegos donde estuvo al
principio; hoy se encuentra en la plazuela prócsima; 11 la Piedra Escrita, llamada así por tener una
inscripción que éspresa fué construida por el corregidor D. Juan de Vera y Zuñiga en 1.721 y sale el
agua por la boca de dos leones; 12 la de S Lorenzo, construida en 1.734 y situada delante de la
parroquia de su nombre; 13 la de S. Rafael situada en la plaza de su nombre; 14 la de S. Nicolás en el
muro de esta parroquia; 15 la de la Magdalena que está en medio de la plaza de su nombre; 16 la de los
Padres de Gracia en la plaza donde está el que fué convento de su nombre; 17 l a d e S. Agustín
colocada en 1.854 en el compás de éste nombre; 18 la de la calle del Montero; 19 la del Socorro cerca á
la ermita de este nombre; 20 la de la cárcel situada en el muro y frente á la p u e r t a de la cárcel; 21 la
de S.. Basilio construida en 1.794 junto al monasterio de su nombre; 22 la de la calle de S. Fernando
268
manantiales o veneros cercanos se hace con más eficacia e higiene. El resultado es que
se va a pasar de las cuarenta y cuatro fuentes públicas existentes en 1.858417 a las
sesenta y una de 1.884. Ese mismo año se disponen una serie de ordenanzas418 con el
objetivo de mejorar el funcionamiento y mantenimiento del servicio de las aguas
potables para conseguir la mayor comodidad posible para la ciudadanía:

- Se regula el turno y forma de llenar los cantaros dependiendo del tipo de fuente
y el número de caños.

- Los que introduzcan palos, piedras o inmundicias que obstruyan o estropeen las
cañerías, serán multados en una primera instancia y llevados al Tribunal de Justicia en
el caso de reincidir.

- Se prohibía lavar ropa, perros, verdura ni otros objetos que puedan ensuciar el
agua potable.

- El contratista deberá guardarse de cumplir con el mantenimiento y


sostenimiento de las fuentes y cañerías, así como, la de denunciar ante la Autoridad
cualquier falta que advierta.

construida en 1.796 y tiene dos caños m u y abundantes; 23 la de la plaza de las Tendillas; 24 la de la


Corredera; 25 la de la plazuela de las Capuchinas; 26 la de Santa Victoria; 27 la de la calle Almonas y
28 la de la plaza de Pineda.
Fuera de la población hay las siguientes: 1.a la del campo de la Verdad situada frente á la
parroquia del Espíritu Santo y construida en 1.874; 2.ª el pilar de la Victoria construido en el real de la
feria de la Salud en 1.862 para abrevadero de los animales y cuyo costo ascendió á 13. 200 rs.; 3.a la de
los Tejares; 4ª la del paseo de la Agricultura construida en 1.776 y trasladada del centro al punto donde
se halla en 1.851; 5ª la de la Puerta del Osario que arroja dos abundantes caños y fué construida en
1.664; 6.a la Fuensanta vieja, situada en el campo de Madre de Dios, que ya existía en 1.493 tal como se
halla; llamóse Santa por decirse que los santos Acisclo y Victoria cuando eran pequeñitos iban por agua
á la fuente; 7ª la de la Puerta de Alfonso XII, antigua Nueva, construida en 1.746; 8 a la de la Puerta de
Paeza construida en 1.748 dé mármol azul muy bien labrado; 9.a la de la Puerta del Puente traída del
triunfo al sitio que ocupa el 1.853, y que hoy no ecsiste; 10 la de la Puerta de Sevilla situada entre esta
puerta y la ermita de Ntra. Sra. de la Salud, que fué construida en 1.791; 11 la de la huerta de la Reina
situada en la cerca de esta y fué construida en 1.791; 12 la alcubilla de la Puerta de Almodóvar, á la que
se baja por una escalera de once escalones, creyéndose que ecsistiera ya en tiempo de los árabes: su
cauce es muy abundante y el agua que sobra sirve, para regar la huerta del Rey.” La indispensable. Guía
de Córdoba y su provincia para el año de 1.875, Córdoba, 1.875, pp. 245-246.
417
F. R. GARCIA VERDUGO, Córdoba, burguesía y urbanismo. Producción y Propiedad del Suelo
Urbano: El Sector de Gran Capitán 1859 – 1936, Córdoba, 1.992, pp. 55-56.
418
Ordenanzas municipales de Córdoba. Promulgadas el 1º de Marzo de 1.884, Sevilla, pp. 89-90.
269
B.2– Baños Públicos: Como anteriormente habíamos aludido, una de las
ofertas de ocio más atractivas para los cordobeses de la época eran los baños a la orilla
del río. La autorización para los baños se concedía todos los años desde el 16 de Julio al
15 de Septiembre abriéndose zonas en cada margen del río. Existían dos hileras de
casetas agrupadas según el sexo de los bañistas, quedando totalmente prohibido el
bañarse juntos aún siendo matrimonios y subdivididas en categorías preferentes
habilitándose, además un departamento para pobres. Precios del Baño Temp. 1.884419

Para garantizar la seguridad de los


ciudadanos, la empresa disponía de dos
buzos y un par de barcazas para socorrer
ante cualquier percance a las personas.

También se disponía limitar las


prácticas de juegos, tanto peligrosos como ofensivos; la entrada de menores de doce
años sin acompañamiento de un adulto y, la entrada a la zona de baños de las
caballerías.

C- Servicios de Limpieza, Higiene y Salubridad: Si partimos de la base que las


infraestructuras con las que contaba la urbe a finales del XIX eran del todo deficientes,
no es de extrañar que, a pesar de las repetidas advertencias e indicaciones
gubernamentales, poco o nada cambiaron la mentalidad en esta materia, aunque, hay
que constatar que los sucesivos reglamentos supusieron un avance significativo en
cuanto a las condiciones de higiene pública.
C.1- Limpieza y Riego de las calles: La limpieza tanto de calles, plazas,
jardines, mercados y basuras de particulares se realizaban a diario en toda la ciudad
como en los arrabales periféricos, por un contratista elegido mediante subasta pública.
Era obligatorio que el servicio empezara en las primeras horas de la mañana y
concluyera antes del mediodía. El contratista disponía de una flotilla de 8 carros tirados
por bestias que recogían la basura en vasijas, anunciando su paso a la población por
medio de campanas. Tras el recorrido las inmundicias eran depositas en vertederos
establecidos a las afueras de la villa.

419
DIARIO DE CÓRDOBA, 16/07/1.884.
270
Por su parte, era obligación ciudadana la limpieza de las aceras que correspondía
a sus casas, quedando totalmente prohibido arrojar las basuras a la vía pública, colocar
los depósitos procedentes del consumo doméstico en el acerado o lugar público. Se
estableció penas de multa para quienes no cumplieran la obligación de hacer aguas
menores en los urinarios públicos dispuestos en las calles, y por supuesto, el vertido de
aguas fecales por los balcones.
La tenencia de animales también fue regulada, en vista de las infecciones que
producían no se podía tener a los animales sueltos por las vías, las cochiqueras deberían
situarse en las afueras de la ciudad a no menos de trescientos metros de lugar poblado.

Desde 1.870 el sistema de alcantarillado empieza a mejorar como consecuencia


de las obras que se emprenden en multitud de calles, disponiendo en las partidas
presupuestarias un fondo para que la red llegue a todos los distritos. Los pozos negros
son restaurados o eliminados en base a nueva normativa municipal420 -1.884- que
especifica la manera en que ha de construirse los nuevos.

TRANSFORMACIONES URBANÍSTICAS EN LA PROVINCIA

Las actuaciones efectuadas en los distintos puntos de la provincia cordobesa van


a tener como pauta común la reforma de las infraestructuras que permitan dotar de
mejores condiciones y en mayor número el sistema de comunicaciones. Hecho principal
para el posterior despegue urbano de las comarcas, sobretodo, las más aisladas

Sin duda, esta preocupación por las comunicaciones irá acompañada por los
nuevos planteamientos de mejora de los servicios y obras públicas, pero que durante
este periodo, se verán lastrados por la falta de liquidez de las arcas hasta principios del
siglo XX, cuando se empiecen a vislumbrar los verdaderos cambios morfológicos del
planímetro urbano provincial.

Las actuaciones en las diversas comarcas de la provincia cordobesa se podían


englobar en: la mejora de la red viaria –empedrado, adoquinado…- la construcción de
420
Ordenanzas municipales de…, Sevilla, pp. 87-88.
271
algún paseo o plaza y los saneamientos sanitarios en referencia al traslado del agua a la
población. Una muestra de las actuaciones más importantes que se observan en algunas
poblaciones:

Cabra: La ciudad se configuraba en torno a un casco urbano de forma casi


circular compuesto de 57 calles anchas, rectas, caracterizadas por el tono blanco de las
fachadas de las casas y sus hermosas rejerías, las cuales, en su mayoría, albergan un
pequeño jardín en el patio. Existían en 1.875, 2.029 edificios, cinco plazas y cuatro
Iglesias. Todo el recinto urbano se hallaba situado al pie de la sierra, rodeado de
hermosos huertos – 770 - conectados entre sí por una multitud de caminos y veredas421.

Las modificaciones urbanas más significativas que se van a producir en esta


población serán las del traslado del cementerio municipal que desde 1.865 se hallaba
ubicado en los corralones de la Villa Vieja. Ante el aumento de habitantes y, por
consiguiente, la expansión del casco urbano, se hizo necesario por motivos de
salubridad el traslado del campo santo a una nueva ubicación, más alejada de la
población. En septiembre de 1.884, el Alcalde Francisco Moreno Blancas instruye una
Comisión que estudiara los posibles emplazamientos sin que se pudiera alcanzar un
acuerdo definitivo422. Un año más tarde, se decide que se enclave en una porción de
tierra propiedad del Marqués de Cabra; pero por falta de liquidez se suspende
indefinidamente el proyecto423.

Otra obra de importante significado urbano fue la acometida en el Paseo Público,


construido en 1.848. A parte de su funcionalidad lúdica, desde 1.872, se le sumara una
vertiente económica pues será el lugar donde se tasen los productos agrícolas. Así pues,
debido a su importancia y concurrencia de gente, el 19 de diciembre de 1.885 se reúne
el Consistorio para remodelar y embellecer el paseo. Se pretendía podar y cortar los
árboles en peor estado por el peligro que suponían tanto para la población como para los
edificios colindantes. Finalmente se trasladó el expediente de acción a la comisión de la

421
Cfr. La indispensable. Guía de Córdoba.. . pp. 85-87.
422
La falta de una decisión se debió a que los terrenos elegidos no satisfacían al ingeniero, ya que uno se
situaba cerca del manantial de la Fuente de las Piedras y otro radicaba en una porción demasiado húmeda.
AMCA, A.C., sesión del 27/09/1.884, s.f.
423
AMCA, A.C., sesión del 17/10/1.885, s.f.
272
policía rural quien presupuestó las obras en 1.750 pts. a las que había que restarle el
precio de venta de la madera cortada424.

En la zona centro de la urbe se va a verificar una de las actuaciones que más


peso tendrá a la hora de modificar el trazado urbano egabrense. Tras la decisión en
1.861 de trasladar el Ayuntamiento a otro edificio, se hizo necesario, a consecuencia de
su estado ruinoso, sacar a subasta las antiguas Casas Consistoriales para su derribo. Una
primera licitación las valoró, en 1.875, en dos mil reales que se incrementaron en dos
mil ochocientos noventa y uno más, en la subasta celebrada el 26 de diciembre de
1.876425.

El último gran proyecto de finales de siglo fue la edificación de la estación de


ferrocarril. El interés del Consistorio por establecer en la población una estación que se
uniera a la línea Puente Genil – Jaén, data de 1.880426. Para ello, se le concedieron unos
terrenos y el costo del abastecimiento de agua a la Compañía de Ferrocarriles
Andaluces, quien en principio, no estuvo demasiado interesada en asumir el montante
de la construcción, como así hemos constatado, al no verificarse la instalación definitiva
hasta principios del siglo XX.

Bujalance: Las actuaciones más significativas acaecidas en la vida para este


periodo son:

- En 1.872, ante las noticias del nuevo alumbrado por electricidad, la


municipalidad se muestra muy interesada en introducirlo en la población por el menor
coste que le iba a suponer a las arcas municipales. Por ello, se decide conceder licencia
para la apertura de una Fábrica de luz eléctrica en terrenos cercanos a la ermita de la
Consolación427.
- El 15 de noviembre de 1.877 por acuerdo de la Diputación de Córdoba, la
anexión del antiguo término de Morente al de Bujalance por lo que “la antigua línea
límite Morente-Bujalance pasa a ser solamente límite entre las Zonas Norte y Sur de
Bujalance428”. Esto supuso la remodelación del tramo de vía que unía ambas

424
AMCA, A.C., sesión del 19/12/1.885, s.f.
425
Ibíd., sesión del 27/12/1.876, s.f.
426
Ibíd., sesión del 09/12/1.880, s.f.
427
AMBUJ, sesión del 16/03/1.872, s.f.
428
ADPCO, Actas de la Comisión provincial del 15/11/1.877.
273
poblaciones, tarea que se encargó a los topógrafos Gregorio Oliva, Rafael Marín, Luis
Alcón y Manuel Orriols. La falta de recursos hizo posponer las obras de remodelación
de la vía hasta 1.895 cuando se propuso nuevamente emprender los trabajos de
nivelación del terreno429.
- Un primer proyecto de construcción de una red de agua potable para
Bujalance, que hasta entonces se abastecía directamente de sus pozos concejiles y de los
pozos particulares de las casas, data de agosto de 1.907. D. José Gallo y García de
Linares, un industrial jienense y Comandante de Artillería, solicita al Ayuntamiento de
Bujalance autorización para acometer un proyecto de elevación de aguas (de hasta 200
m3 diarios) con destino al abasto público. Solicita también que se declaren las obras de
interés público, a cambio de que el Ayuntamiento fije los puntos de suministro y el
precio máximo del metro cúbico de agua, siempre que éste quede por encima del
mínimo de dos pesetas. El proyecto consistía en la excavación de una galería drenante,
de unos 100 metros de longitud, que alimentaría un depósito de acopio, con una sala de
máquinas para las motobombas eléctricas, y la casa-vivienda del guarda. Todo el
conjunto se ubicaría en las proximidades del arroyo de los Caballeros. Desde aquí se
trazaría una conducción de fundición hasta el cerro de San Benito, el punto de máxima
cota de la ciudad, donde se ubicarían los depósitos de regulación que aún hoy continúan
en servicio. El trazado de la conducción discurría por la Fuemblanquilla, Desde estos
depósitos de regulación el agua bajaría, ya por gravedad, hasta las seis fuentes que se
instalaron en un principio430.

Castro del Río: Una de las mayores preocupaciones de los diferentes gabinetes
municipales será el empedrado de las calles. En 1.879 ante el pésimo estado en el que se
hallaban algunas de las vías más transitadas de la villa se prepara un plan de
conservación y remodelación ante el constante volumen de paso de carruajes y
caballerías431. El proyecto recogía para el año siguiente medidas para el acerado,

429
Instituto de Cartografía de Andalucía de la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio de la
Junta de Andalucía, Cartografía Histórica, sig. 89-0023647, 1.872, 2 hojas. [con anotaciones
posteriores].
430
AMBUJ, A.C, sesión del 11 de febrero de 1.908.
431
AMCR, A.C, sesión del 20/09/1.879, s.f.
274
mediante baldosas, y el adoquinado de diversas calles en el tramo que iba desde la Plaza
hasta el Llano de Almagro432.

Las vías y puertas de acceso a la población también fueron asunto de interés


durante los últimos años del siglo XIX. En este periodo se va a abrir un tramo de
carretera entre el callejón del Lobo y el Puente Nuevo para evitar el rodeo que había que
realizar para enlazar con la carretera a Bujalance433. En 1.883 se emprenden las obras
para el saneamiento del camino que iba desde el Convento de Jesús hasta el Puente,
debido a la imposibilidad del tránsito peatonal y de carromatos en temporada de
lluvias434.

El estado ruinoso de algunos lienzos de la muralla que rodeaba el recinto urbano


lleva a la Corporación municipal a publicar un bando en el que especifica que: “todos
los vecinos que tengan casas colindantes con la muralla empiedren contra la muralla
en toda la longitud de su propiedad cinco metros de ancho en la forma que disponga el
maestro de obras para que las aguas tengan salida a la parte inferior435 […]”

Montoro: Bajo mandato del Alcalde Antonio Enrique Gómez y Medina se


realizaron en la ciudad importantes obras de ornato y de utilidad. En 1.868 empezaron
las obras para la construcción del paseo de la plaza de la Constitución y el de la Virgen
de Gracia. Se proyectan obras para el empedrado y alineamiento de las calles San
Francisco, General Castaños, Corredera, Salazar, Ribera y Alta. Se establece la
necesidad de construir un nuevo cementerio; se reconducen las aguas de las fuentes del
Madroñal y de la Onza y se destinan 8.000 escudos para la creación de un nuevo
depósito de aguas potables436.

En la década de los años setenta del siglo XIX, a consecuencia del aumento
poblacional y la escasez de viviendas se programa la construcción de numerosas casas

432
Ibíd., 20/11/1.880, s.f.
433
Ibíd., 27/11/1.880, s.f.
434
Ibíd., 01/02/1.883, s.f.
435
Ibíd., 05/02/1.881, s.f. Nota también recogida por F. LÓPEZ VILLATORO, La villa de Castro del Río
1.833-1.923. Aspectos económicos, políticos y sociales, Córdoba, 1.998, p. 371.
436
M.CRIADO HOYO, Apuntes para la historia de Montoro, Córdoba, 1.983, pp.221.222.
275
en la zona cercana a la fábrica de Francés y en la Silera, pero sobre todo, en el barrio del
Retama437.

Como consecuencia del aumento demográfico, como anteriormente hemos


aludido, la demanda de agua también se acrecentó por lo que el Cabildo mandó
construir una serie de fuentes públicas en distintas calles de la urbe a fines del siglo
XIX: en la calle Silera, Marín, Duques, Llana, Colón y Cantones438.

La preocupación por la higiene y salubridad de la población se hizo patente en


las autoridades al descubrirse un manantial de aguas medicinales situado junto a las
aceñas del Cascajar y su rápida respuesta para ponerlo a disposición de la villa. El 31 de
Marzo de 1.883, el Gobernador Civil de Córdoba hizo llegar al Ayuntamiento una
resolución, por la cual hacia saber a los propietarios de los terrenos donde se
encontraban las fuentes medicinales, un comunicado en su contra439. Al año siguiente se
efectuaron las obras440.

437
AMMO, A.C., años 1.870-1.872.
438
Ibíd., A.C., tomo 122, año 1.913.
439
Ibíd., sesión del 31/03/1.883, tomo 92, s.f.
440
Ibíd., sesión del 12/07/1.884, tomo 93, s.f.
276
EDUCACIÓN

277
EDUCACIÓN

Uno de los mayores éxitos alcanzados por los gobiernos liberales fue el relativo
a la libertad de enseñanza y pensamiento. Si bien esta aspiración era largamente
codiciada por la clase intelectual del país a consecuencia del férreo control centralista
de los diferentes planes de estudios, destacando sobremanera el impuesto el 17 de
septiembre de 1.845 por el Ministro de la Gobernación Pedro José Pidal, por el cual, se
asumía por parte del Estado la función docente como la única solución al caos reinante.
"La enseñanza de la juventud no es una mercancía que pueda dejarse entregada a la
codicia de los especuladores, ni debe equipararse a las demás industrias en que domine
sólo el interés privado441".

Diez días después de ser publicado el plan Pidal, una real orden cesaba a todos
los Rectores en ejercicio, cuya función pasaría a ser asumida por los Jefes Políticos,
quienes, en calidad de Visitadores y Comisionados regios, quedaban encargados de la
reorganización de los centros conforme al nuevo Plan, que se pronunciaba abiertamente
por la centralización.

Los medios para conseguir la centralización y el control gubernamental, además


de la inclusión en los presupuestos, serían la unificación de los fondos, la integración de
los catedráticos en un Cuerpo único, la configuración del Distrito universitario y la
uniformidad de textos y programas. Por otra parte, todas las oposiciones a cátedra, así
como la obtención del grado de Doctor, se celebrarían en Madrid (Universidad Central),
cabeza de las diez universidades que permanecieron en pie a partir de esta reforma.

En cuanto a la enseñanza, el plan de 1.845 condenaba la libertad de textos, que


deberían ser aprobados cada tres años por el Consejo de Instrucción Pública. Este
control y la dependencia administrativa de las autoridades académicas aseguraban el
dominio estatal en la instrucción pública. Como pieza clave de esta reforma se creó, por
decreto de 1.846, la Dirección General de Instrucción Pública, que se encomendó al
inspirador de todo el proyecto, el liberal Antonio Gil de Zárate. Había triunfado, al fin,
la idea propuesta en Sevilla hacía más de setenta años por Olavide: la enseñanza como
servicio público. Sistematizando toda la legislación publicada desde las Cortes de Cádiz
441
GIL DE ZÁRATE, A., De la Instrucción pública en España, Oviedo, 1.995, p. 156.
278
y reuniéndola en un solo texto legal, se emancipaba la Universidad de la vieja tutela
eclesiástica, pero no para quedar más libre sino para someterse a otro amo no menos
severo, el Estado, que sigue siendo confesional, pero muy celoso de sus
derechos. Desde este año toda la normativa procedía de Madrid.

Pero el plan de 1.845 nació herido de muerte: no logró convencer ni a liberales


ni a conservadores. A los liberales y los radicales de izquierda el plan supone un control
excesivo del Estado y una limitación de la libertad de pensamiento; para los clericales,
estas medidas favorecían la secularización de la enseñanza442.

Tras un breve período de secularización, la firma del Concordato con la Santa


Sede en 1.851 devuelve la enseñanza al dominio eclesiástico. La Iglesia asume la
función de vigilante de la ortodoxia en todos los niveles de la educación, como pone de
manifiesto el artículo 31 del Concordato:

"...Su Majestad y su real gobierno dispensarán asimismo su poderoso


patrocinio y apoyo a los obispos en los casos que lo pidan, principalmente
cuando hayan de oponerse a la malignidad de los hombres que intenten
pervertir los ánimos de los fieles y corromper sus costumbres, o cuando
hubiera de impedirse la publicación, introducción o circulación de libros
malos o prohibidos."

El Reglamento publicado el 10 de septiembre de 1.852 supone la inutilización


del plan de estudios de 1.845. Uno de sus inspiradores, José de la Revilla, publica en
1.854 un folleto titulado, cuya lectura proporciona un panorama estremecedor de la
situación intelectual de España a mediados del siglo:

"Era tan extremado el abandono que reinaba todavía en la mayor parte de


nuestras universidades al publicarse el plan de estudios de 1845, que en muy
pocas se conocían los aparatos y máquinas para el estudio de la física
experimental, mucho menos para el de las ciencias naturales. Basta decir, que
habiéndose pedido a todas ellas los inventarios de los gabinetes existentes,
resultó que una de dichas escuelas contaba por único objeto un barómetro,
que por cierto no era de su propiedad; en otra existe todavía guardada una
máquina eléctrica de madera, ejecutada por el Catedrático de la asignatura

442
BARREIRO FERNÁNDEZ, X. R., Historia de la Universidad de Santiago de Compostela, Santiago
de Compostela, 2.003, vol.II. pp. 231-233.
279
para que sus discípulos formasen alguna idea del movimiento y funciones de
otra verdadera443".

Tras lo cual, se llega a la publicación el 8 de septiembre de 1.868 de la Declaración


de Derechos por parte del Gobierno Provisional, en donde se pretende desmantelar todo
el sistema educativo español vigente hasta el momento por las graves consecuencias que
había provocado por haber estado al servicio de los distintos gobiernos moderados, los
cuales, no elaboraban los planes en base a la ciencia y las letras sino bajo imperativos
partidistas y sectarios444.

Ideales educativos del movimiento obrero

Los gobiernos liberales del siglo XIX consideraron a la enseñanza uno de sus
objetivos prioritarios. Las clases dirigentes estaban convencidas que resultaba
imprescindible una reestructuración del enmarañado en que se había convertido la
dificultosa tarea de la educación de los párvulos e instrucción de la juventud para que la
nación pudiera avanzar y equipararse al resto de potencias europeas. Para ello, entre
otras medidas, era imprescindible elevar el nivel formativo de los maestros y
maestras445. El camino, no obstante, mantendrá una fuerte carga demagógica durante
algún tiempo a consecuencia de la endémica situación financiera de las arcas
gubernamentales. No es extraño, por tanto, que la mayor parte de los proyectos
derivasen en fracasos; al menos, tal juicio es el que hacen los historiadores del mundo
educativo446.

Uno de los mayores problemas que impedía el buen funcionamiento de las


labores docentes era, como antes dijimos, el referente al económico. Los profesores que
ejercieron en la enseñanza pública estuvieron bajo el control económico de los
443
Breve reseña del estado presente de la Instrucción pública en España con especial atención a los
estudios de filosofía, Madrid, 1.854, p. 10.
444
GOMEZ CRESPO, J., La libertad de enseñanza en la revolución española de 1.868, en ANALES del
INEM, Córdoba, (1.971), p. 34.
445
AYMES, J. R., L´éducation populaire en Espagne au tours de la première moitié du XIX siècle;
problèmes idéologiques et réalisations, en GUEREÑA y A. TIANA, J. L., Clases populares, cultura,
educación. Siglos XIX y XX. Madrid, 1.989, pp. 47-75.
446
Rodríguez de Gracia, H., Vicisitudes de un maestro rural (1.857-1.900)( 150 aniversario de la Ley
Moyano), Docencia e Investigación: revista de la Escuela Universitaria de Magisterio de Toledo,
(2.007), p. 212.
280
ayuntamientos. Las corporaciones locales fueron las encargadas de pagarles el sueldo,
surtirlos del material necesario… Muchas poblaciones, al ser localidades de con un bajo
vecindario de habitantes, no disponían de los ingresos suficientes para abonar el
estipendio convenido con los docentes al finalizar el mes, hasta el punto de demorar su
obligación y escatimasen al máximo las cifras destinadas a recursos didácticos. De ello
fueron conscientes los gobiernos, hasta el punto de hacer numerosas promesas para
efectuar mayores esfuerzos económicos en el mundo de la educación; ahora bien,
aquellas promesas no parece que tuvieran la entidad suficiente, como bien se demuestra
acudiendo a la estadística, donde podemos comprobar las altas tasa de analfabetismo
que imperaba en el país. La consecuencia más directa fue la ralentización del progreso y

INDICE DE ANALFABETISMO447

447
ARANDA DONCEL, J. A., La Universidad Libre de Córdoba (1.870-1.874), Córdoba, 1.974, pp. 137-139.

281
Del crecimiento económico al no haber una base de trabajadores lo
suficientemente cualificados. Precisamente, a raíz de la escasa preparación y malas
condiciones de vida del proletariado español, va a nacer una tendencia que pugne por
una nueva forma de enseñanza integral entre las clases menos afortunadas.

La sección española de la Internacional constituye entre 1.868 y 1.881 la única


organización específicamente obrera de ámbito nacional, desarrollándose por medio de
su acción el proceso de toma de conciencia antes aludido448. El resultado del mismo se
concreta en la primera propuesta pedagógica específicamente obrera, esto es, hecha por
y para los trabajadores, que aparece en nuestro país. Posteriormente, las distintas
organizaciones obreras —socialistas, anarquistas o de otra filiación— elaborarán
programas, informes o proyectos más amplios y documentados. Pero todos ellos parten
—más o menos directamente— de las ideas lanzadas por la naciente Federación
Regional Española449 durante el último tercio del siglo XIX.

El tema educativo había sido debatido en los Congresos de la AIT de Ginebra


(1.866), Lausana (1.867) y Bruselas (1.868). En ninguno de ellos ocupó un lugar
central, lógicamente reservado a los aspectos organizativos y tácticos de la acción
obrera, pero el hecho mismo de su tratamiento es ya de por sí significativo.

“La instrucción es concebida como un instrumento fundamental para que la


clase obrera acabe con el estado de injusticia en que se halla sumida: la ignorancia es
considerada un elemento de dominación. Así pues, se mantiene que la clase obrera
debe procurarse una instrucción completa, cultivando en cada individuo «el espíritu
que piensa y la mano que ejecuta» como único medio para acabar definitivamente con
la desigualdad social450”.

448
SECO SERRANO, C., Estudio preliminar a la colección de documentos de la AIT: Actas de los
Consejos y Comisión Federal de la Región Española (1.870-1.874), Barcelona, Publicaciones de la
Cátedra de Historia General de España, 1.969, p. XXXIII.
449
La Federación Regional Española fue una organización obrera que se constituyó como la
sección española de la Primera Internacional en1.870 y en la que convivían dos tendencias, la marxista y
la bakunista. Subsistiendo en la clandestinidad, acabó por disolverse formándose más adelante y en la
legalidad la Federación de Trabajadores de la Región Española de influencia bakunista.
450
TIANA FERRER, A., La idea de enseñanza integral en el movimiento obrero internacionalista
español (1.868-1.881), en Las Innovaciones educativas en la España del Siglo XIX, Madrid, 1.983, p.
110.
282
La formación necesaria será simultáneamente general y especializada, científica
y práctica, intelectual y manual, artística y tecnológica, e irá asociada con un trabajo
productivo que podrá colaborar a su financiación. Así concebida, la enseñanza integral
es algo más que una idea o un programa educativo: es una táctica, un instrumento al
servicio de la lucha de la clase obrera por su emancipación, tanto ideológica como so-
cial”.

En los años 1.869-1.870 estaba plenamente vigente en la organización obrera


española la concepción anarquista de la enseñanza integral, esta, ofrecía tres atractivos
al movimiento obrero nacional:

—Concepción de la enseñanza como instrumento de emancipación social.


—Compaginación del trabajo manual e intelectual.
—Enseñanza politécnica y polivalente.
—Confianza en la ciencia positiva como base de la enseñanza.
—Importancia concedida al estudio de la evolución social.
—Organización de la enseñanza por la propia organización obrera, al margen
del Estado.

El tema de la enseñanza integral —que deja de ser objeto de discusión en los


Congresos de la AIT a partir de 1.870, cuando estalla abiertamente la polémica entre
Marx y Bakunin— aparece tratado en muchos documentos de la Federación Regional
Española.

A partir del Congreso de Córdoba -1.872- el interés se va desplazando de las


declaraciones teóricas a las realizaciones prácticas, como lo demuestra el dictamen
sobre los «Medios de establecer escuelas puramente internacionales en el mayor
número posible de aglomeraciones», presentado por Farga, Montoro y Albarracín, éste
último maestro de primera enseñanza451. El paso de las declaraciones a su concreción

451
El Congreso Anarquista Internacional, se celebró en el edificio que ahora es el Gran Teatro. Se
condenaron las resoluciones del Congreso de la Haya y se ratificaron los acuerdos del Congreso de Saint
Imier que incidían en el apoliticismo y anti partidismo de La Federación. Aunque la escisión de la
Internacional supuso un hándicap en todo el movimiento obrero, el único lugar en que La Federación se
acrecentó y desarrolló una mayor actividad política y social sería en España. En este Congreso se
apreciaban las dos corrientes predominantes: la colectivista, hasta entonces mayoritaria, y la comunista,
que comenzaba a tomar auge sobre todo fuera de España. Finalmente, se acabaría imponiendo la corriente
anarco comunista influenciada por la personalidad de Kropotkin en detrimento de la anarco colectivista
de inspiración bakuninista.
283
institucional no resultaba ciertamente fácil para una clase obrera fustigada económica y
políticamente.

Las condiciones impuestas por las duras circunstancias en que tuvo que
desenvolverse la Federación Regional Española en el período comprendido entre 1.874
y 1.881 circunscribieron el tema educativo a los círculos obreros más reformistas,
alejándole de los más revolucionarios. En realidad, hasta 1.881-1.882 son escasas las
noticias de constitución de escuelas internacionalistas. Aunque siempre se encuentra
alguna referencia a escuelas mantenidas por sociedades obreras, no es éste uno de los
períodos de florecimiento de sus experiencias educativas, como lo serían por ejemplo
los de 1.900-1.910 y 1.931-1.936.

A partir de 1.881 —fecha de autodisolución de la FRE y su sustitución por la


Federación de Trabajadores de la Región Española— se mantienen algunas escuelas
internacionalistas, animadas por la idea de la enseñanza integral, junto a un número
creciente de escuelas laicas mantenidas por grupos librepensadores, republicanos y
masones. Ambas corrientes inspirarían el proyecto ferrerista, el más conocido dentro del
panorama de la educación obrera española. En él se sustituiría el término «integral» por
el de «racionalista», mucho más difundido que aquél.

Sólo desde una perspectiva de ideología política se puede comprenders


correctamente el papel asignado a la educación en el proyecto revolucionario de la
Internacional. El concepto de enseñanza integral se nos aparece así como un elemento
ideológico constitutivo de la «conciencia obrera» en el momento en que se produce su
afianzamiento, más que como un programa estrictamente educativo. Y ésta es la
justificación del interés que encierra su conocimiento y análisis para el historiador de la
educación de la España contemporánea.

La Escuela Normal de Maestros de Córdoba

El de 9 de septiembre 1.857 fue aprobada la Ley General de Instrucción Pública,


dictada por el Ministro Claudio Moyano y Samaniego, conocida como la “ley Moyano”

284
que cambiaría la educación en nuestro país y se mantendrían en vigor durante más de
100 años, hasta la Ley General de 1.970. Su aprobación tuvo una importancia crucial ya
que daría paso a la construcción de toda la estructura del Sistema Educativo Español,
incluyendo la regulación profesional del magisterio para lo que dispuso la creación en
todas las provincias de las Escuelas Normales.

Pero hay que recordar, que en el caso de la provincia de Córdoba, el proyecto


para la creación de la Escuela Normal de Maestros se remontaba unos años atrás. A
mediados de 1.842, se reunían en sesión ordinaria la Diputación cordobesa para dar luz
al proyecto de instalación de la Escuela452. El edificio elegido para albergar la
institución sería el Hospital de San Bartolomé, tras descartar el Convento de
Capuchinos, pues en él ya estaban destinadas otras escuelas453.

En la década siguiente, con el partido moderado en el poder, se va a intentar por


medio de decretos legislativos erradicar de los distintos niveles educativos las ideas
krausitas imperantes en la clase intelectual de la época. El krausismo importado de
Alemania por Julián Sanz del Río se extenderá por la cultura española a través de la
Cátedra de Historia de la Filosofía por medio de la publicación de diferentes artículos
en los que se da a conocer el ideario de esta nueva doctrina germana454.

Ante la cada vez más presente influencia del


krausismo, preconizado ya por mentes brillantes españolas
como Giner de los Ríos, Salmerón, Federico de Castro…
Narváez decide suspender de sus cátedras a los seguidores
y se decreta la Real Orden de Instrucción Pública de 20 de
julio de 1.866 por parte del Ministro Orovio, en las que se
imponía la vigilancia sobre las nuevas doctrinas e ideas
dentro del ámbito educativo, así como, la realización y
seguimiento obligatorio de ejercicios religiosos por parte
del profesorado y alumnado.

452
ADPC. Sección Órganos de Gobierno, C-3769. 26 de junio de 1.842.
453
RAMÍREZ GARCÍA, A, Las escuelas normales de Córdoba. Dos Instituciones al servicio de la
formación de maestros y maestras (1.842-1.936), Córdoba, p.41.
454
FERNÁNDEZ DUEÑAS, A., La Facultad de Medicina de la Universidad Libre de Córdoba y su
época (1.870-1.874), Córdoba, 1.983. pp. 46-49.
285
“En la época actual, y por lo que respecta á España, no hay para qué
negar que el espíritu demagógico y enemigo de todo lo que en ella
existe de grande y tradicional, ha pretendido penetrar en las regiones
de la enseñanza, ya sutilmente difundiéndose en los vaporosos
conceptos de una filosofía y de una crítica extrañas al genio español;
ya halagando á la incauta juventud con mentidas promesas para lo
porvenir; ya, por último, deslizándose en la modesta escuela de la
aldea para inspirar falsas ideas de la riqueza y de la pobreza, de la
autoridad, de la justicia y del destino de los hombres. Un Gobierno
que profesa principios de órden, que anhela ver restablecida en su
natural asiento esta sociedad agitada y convulsa por tan larga série
de vicisitudes, no puede ménos de fijarse en la Instrucción pública,
considerándola como la raíz de un árbol que, según fuere bien ó mal
cultivado, puede dar frutos de gloria y de grandeza ó frutos de
perdición455

La nueva reglamentación trajo consigo el férreo control disciplinario y religioso


de la vida de las escuelas normales en la provincia. Lo que se pretendía desde el
gobierno central era recuperar el papel de los religiosos dentro de la educación, pues tan
sólo unos años más tarde, se promulgaba la Ley de Instrucción Primaria del 2 de junio
de 1.868, en la que se obligaba a la presencia de religiosos en las escuelas primarias de
pequeñas poblaciones y su participación en las Juntas de enseñanza. Todo este sin
sentido disciplinario trajo consigo el cierre de la Escuelas Normales de Córdoba por su
posible mala influencia dentro de la sociedad española456.

El triunfo de los sectores progresistas en 1868 trajo como resultado en el ámbito


de la educación la adopción de una serie de medidas. En primer lugar, la derogación de
las disposiciones dadas por Orovio y por su sucesor Severo Catalina. Y, en segundo
lugar, la promulgación de una nueva normativa en la que se manifestase la filosofía
progresista en el campo de la enseñanza secundaria: los decretos de 21 y 25 de octubre
de Manuel Ruiz Zorrilla; el decreto de 3 de junio de 1.873 de Eduardo Chao y la

455
MINISTERIO DE FOMENTO, Instrucción pública: colección de circulares, reales decretos y
órdenes para su ejecución, Madrid, 1.866, p. 7.
456
RAMÍREZ GARCÍA, A, Las escuelas normales de…, p. 55.
286
discusión en las Cortes de un proyecto de ley —que no llegó a aprobarse— sobre la
reforma de la segunda enseñanza y de las facultades de Filosofía y Letras y de Ciencias,
presentado el 18 de agosto de 1.873 por José Fernando González457.

El decreto de 21 de octubre de 1.868, que determina la legislación que ha de


regir en la segunda enseñanza, y el que da una nueva organización a la misma (plan de
estudios de 25 de octubre de 1.868 fueron promulgados por el ministro de Fomento D.
Manuel Ruiz Zorrilla, reflejando las ideas revolucionarias de la época en la enseñanza.

El preámbulo del decreto de 21 de octubre de 1.868 comienza criticando la base


ideológica en la que se apoyaba la normativa anterior, que era necesario derogar:

“[…] es indispensable: derogar los decretos publicádos én 1.866 y


1.867 sobre el profesorado, la segunda enseñanza y las facultades. Las
humillaciones y amarguras que esa legislación reaccionaria ha hecho
sufrirá los Profesores, las trabas con que limita la libertad de los
alumnos, la preferencia injusta que da á unos estudios y el desdén con
que menosprecia otros, sus tendencias al retroceso, su oposicion á lo
que no se conforma con determinadas doctrinas, y, sobre todo, la
enérgica y general censura de que ha sido objeto, no consienten qué
siga influyendo en la educación de la juventud.458”

El segundo rasgo importante de este preámbulo es la apología que se hace de las


doctrinas liberales en el área educativa. La defensa a ultranza de la iniciativa privada se
justifica señalando las consecuencias negativas que se derivan del monopolio estatal en
la enseñanza, pues cuanto mayor sea el número de los que enseñen, mayor será también
el de las verdades que se propaguen.

La confianza ciega en los revolucionarios de 1.868, en las consecuencias


positivas que para la educación tendría la ausencia de trabas a la iniciativa privada en la
enseñanza, les lleva a exponer claramente que el objetivo que persiguen es la supresión

457
LUIS GÓMEZ, A., La geografía en el bachillerato español: (1.836-1.970), Barcelona, 1.985, pp. 57-
58.

458
GACETA DE MADRID, Decreto de 21 de octubre de 1.868, pp. 15-17.
287
de la enseñanza estatal, como consecuencia de la puesta en práctica en este área de
actividad de lo sucedido en la industria.

Mientras llega el día en que el estado pueda cerrar sus centros de enseñanza, no
queda más remedio que seguir manteniendo la enseñanza pública en armonía con la
enseñanza privada. La consecuencia de estas ideas es la promulgación de una
normativa legal muy flexible en lo que se refiere a una serie de cuestiones: materias
que componen la segunda enseñanza, duración de este tipo de estudios, orden en el que
han de cursarse las distintas asignaturas, libros de texto, programas, libertad de cátedra,
etc.

Una vez expuestos los principios que regirán la actividad legislativa educacional
de los progresistas, no extraña en absoluto que se pretenda dar un giro importante a la
orientación de los estudios de segunda enseñanza que habían realizado los
conservadores. Esto es así porque, para el legislador del plan de 1.868459.

Todas estas aspiraciones libertarias quedarían refrendadas en la Constitución de


1.869, si bien la libertad de culto fue plenamente aceptada, en materia educativa se
resolvió que el estado debía de mantener el culto y a sus ministros. A pesar de ello, el
profesorado religioso ante la nueva realidad se posicionó contraria a jurar dicha
Constitución460 en la apertura del nuevo curso escolar, como sucedió en el caso de la
Normal de Córdoba. Otro punto importante que se regulaba fue el del establecimiento
de nuevos centros educativos, en el artículo 24 se recoge: “Todo español podrá fundar
y mantener establecimientos de instrucción o de educación, sin previa licencia, salva
la inspección de la Autoridad competente por razones de higiene y moralidad”.

Con la llegada de la Restauración, la España de 1.875 de nuevo invoca la


defensa del orden desde el poder. Alfonso XII, recién llegado, tras un interregno en que
algunos españoles soñaron nuevos modos de vida, representa la continuidad de la
Monarquía que, en ciertos ministerios, vuelve a contar con los hombres de Isabel II. Y
eso ocurre cuando el marqués de Orovio es nombrado ministro de Fomento. Y aunque
parecía que el ideal canovista no era precisamente retroceder a los años anteriores a la
revolución del 68, la realidad, en los primeros momentos de la Restauración, supuso la

459
LUIS GÓMEZ, A., La geografía en el…, pp. 58-59.
460
RAMÍREZ GARCÍA, A, Las escuelas normales de…, p. 56.
288
preeminencia de los hombres más conservadores; y entre ellos estaba, sin duda, el
nuevo y antiguo ministro encargado de los asuntos de la educación.

Por ello, cuando, devuelto a su ministerio en 1.875, firmó el Real Decreto de


febrero, no hacía otra cosa que continuar una política que se remontaba más allá de
1.865, y que significaba una lucha decidida contra los que propugnaban libertad de
enseñanza y libertad de cátedra461. Junto al Decreto se acompañó una circular dirigida a
los Rectores de las universidades en la que es una muestra clara del cariz político y
religioso con el que se pretendía impregnar el sistema educativo Alfonsino462.

REAL DECRETO
Tomando en consideración las razones que me han sido
expuestas por mi Ministro de Fomento. He venido en decretar lo
siguiente:
Artículo 1 º Quedan derogados los artículos 16 y 17 del decreto
de 21 de Octubre de 1.868. Volverán a regir respecto de textos y
programas, las prescripciones de la ley de 9 de Septiembre de
1.857 y del reglamento general de 20 de Julio de 1.859.
Artículo 2.° En el presente curso servirán los actuales textos,
donde se hubieren señalado, sin otro requisito más que el de
obtener la aprobación del Rector de distrito universitario.
Artículo 3.° El Gobierno cuidará de remitir inmediatamente al
Consejo de Instrucción Pública los textos que sean presentados
para que, adicionando a la lista publicada en la Gaceta del 9 de
Agosto de 1.868 los que juzgue que reúnan las circunstancias
precisas, formule otra nueva antes de comenzar el curso de 1.875
a 1.876
Artículo 4.° Los catedráticos de segunda enseñanza y los de la
superior y profesional remitirán al Gobierno por conducto de los
Rectores los programas que hayan formado o adoptado para sus
respectivas asignaturas. Los que no lo tuvieren lo formarán y
presentarán antes del 30 de Abril venidero. El Rector, al remitir
los programas al Gobierno, los acompañará con sus obser-
vaciones si juzgare haber lugar a ellas.
Artículo 5.° El Consejo de Instrucción Pública se ocupará desde
luego en la formación de los programas generales de estudios
para el curso próximo, extensivos a todos los grados y órdenes de
la pública enseñanza.

461
GÓMEZ GARCÍA, Mª. N., El real decreto y la circular del Marqués de Orovio de 1.875,
repercusiones en el claustro universitario y la prensa de Sevilla, Historia de la educación: Revista
interuniversitaria, (1.983), pp. 325-326.
462
Jiménez-Landi, A., La institución libre de enseñanza y su ambiente: Los orígenes de la Institución,
Madrid, 1.996, pp. 476-479.
289
Artículo 6.° Todas las disposiciones contenidas en este decreto
serán solamente aplicables a los establecimientos oficiales de
enseñanza.
Dado en el Real Sitio del Pardo, a 26 de Febrero de 1.875.
Alfonso.—El Ministro de Fomento, Manuel de Orovio.

Evolución política en el marco de libertad de enseñanza

Podemos decir que la trayectoria de la política de libertad de enseñanza durante


el Sexenio Revolucionario, comenzó con el Decreto de 21 de Octubre de 1.868, sentó
las bases sobre las que ha de reorganizarse la enseñanza pública, y consignar los
principios fundamentales de libertad en que ha de inspirarse el Profesorado.

El Decreto junto al nuevo plan de estudios de 25 de octubre de 1.868 fue


promulgado por el ministro de Fomento Manuel Ruiz Zorrilla, reflejando las ideas
revolucionarias de la época en la enseñanza. En su preámbulo, comienza criticando las
bases ideológicas sobre las que se apoyaba la normativa anterior que era necesaria
derogar pues, como bien explicita: “[…] es indispensable derogar los decretos
publicados en 1.866 y 1.867 sobre el profesorado, la segunda enseñanza y las
facultades. Las humillaciones y amarguras que esa legislación reaccionaria ha hecho
sufrir a los profesores, las trabas con que limita la libertad de los alumnos, la
preferencia injusta que dá a unos estudios y el desdén con que menosprecia a oíros, sus
tendencias al retroceso, su oposición a lo que no se conforma con determinadas
doctrinas, y, sobre todo, la enérgica y general censura de que ha sido objeto, no
consiente que siga influyendo en la educación de la juventud463”.

Esta transición ofrece ciertamente algunas dificultades: no es posible pasar


sencilla y suavemente de la más absoluta y tiránica centralización a una perfecta
libertad; ni tampoco realizar en breves días una variación radical en el modo de ser de la
enseñanza, debiendo conservar por necesidad mucho de la organización antigua,
estando hecha en gran parte la matrícula. En realidad, las disposiciones que se dan en
este decreto servirán solamente para el curso próximo, y mientras las Cortes, en uso de
sus omnímodas facultades, legislan sobre instrucción pública, estableciendo con la

463
GACETA DE MADRID, 22/10/1.868.

290
sanción nacional una nueva ley que permita el majestuoso desarrollo de los principios
proclamados por la revolución y consignados en el citado decreto de 21 del corriente.

Mas a pesar del carácter interino y transitorio que llevan consigo, por las
circunstancias del momento, estas disposiciones, el Ministro que suscribe ha creído
conveniente y aun necesario no demorar la introducción en la enseñanza de ciertas
reformas en que nos han precedido las Naciones más ilustradas. Estas reformas se
refieren principalmente a la segunda enseñanza.

Esta enseñanza viene desde hace algún tiempo desnaturalizada y cohibida,


perdiendo su necesario carácter, y viviendo sometida a ideas antiguas y prácticas
tradicionales, que no se avienen de ningún modo con el actual orden de cosas. En la
última organización dada a los estudios necesarios para aspirar al grado de Bachiller en
artes, habíamos retrocedido más de dos siglos, volviendo a lo que se llamaba
impropiamente estudios menores o de latinidad; preparando a los jóvenes sólo para
estudiar teología o entender algún autor escolástico alejando de la educación
universitaria las ciencias y las artes con sus aplicaciones; pretendiendo cortar el vuelo
del libre pensamiento y detener el progreso, aspirando, por fin a crear solamente
retóricos inútiles, latinos rutinarios y argumentadores estériles, como lo fueron los que
dieron nombre y carácter a la época que se resucitó en el plan de estudios que derogan
estas disposiciones.

Fácil es comprender que, desde el momento en que triunfó la revolución, era


imposible sostener, ni por un momento, semejante organización, que habría muerto por
sí sola, por la fuerza de las cosas, por el impulso que la idea liberal comunica a la
corriente de los hechos. Por estas razones, el Ministro de Fomento, cree interpretar el
sentimiento público adelantándose a presentar esta reforma.

Pero no sólo es necesario destruir lo antiguo, sino variar la significación íntima,


el espíritu y las tendencias de la segunda enseñanza, oponiéndose abiertamente al
empeño de considerarla como una serie de estudios preparatorios, y tal vez, según lo ha

291
hecho alguno, como un medio de entretener a los jóvenes en una edad intermedia entre
la escuela y la Universidad, entre la instrucción primaria y la enseñanza facultativa464.

La segunda enseñanza, protegida por todos los Gobiernos liberales, ampliada


hasta ocho y nueve años en los países más cultos, y modificada en todas partes
progresivamente, según lo exigen los adelantamientos de las ciencias y las artes, es el
complemento, la ampliación de la instrucción primera, es la educación necesaria a los
ciudadanos que viven en una época de ilustración y de cultura, es el conjunto de
conocimientos que debe poseer el hombre que no quiera vivir aislado y fuera de una
sociedad en que los principios y las aplicaciones de la ciencia intervienen de un modo
importante hasta en los menores actos de la vida pública y doméstica.

Estas razones, cuya exposición y defensa no cabe en un reducido preámbulo,


pero que están en la mente de todos los hombres ilustrados, han aconsejado al Ministro
que suscribe permitir a las Diputaciones provinciales que organicen la segunda
enseñanza, introduciendo en ella ciertos estudios sobre materias que en España han sido
frecuentemente olvidadas y aun despreciadas en la educación pública pero no
imponiendo esta reforma, sino dejando en libertad a aquellas corporaciones para
aceptarla o continuar el sistema antiguo sobre la base del latín.

El estudio profundo de la lengua patria que hoy se olvida por el de la gramática


latina; la ampliación de los estudios históricos, reducidos hoy a una cronología
aprendida de memoria; el conocimiento físico y moral del hombre, convertido en la
actual enseñanza en unas cuantas definiciones de psicología; el estudio de los principios
del arte y de su historia en España; el conocimiento de los principios fundamentales del
Derecho en general y de las leyes patrias; las primeras nociones de higiene; los
elementos de agricultura y comercio, que hoy desconocen la mayoría de los jóvenes, y
que pueden servir de base a los estudios agrícolas, que con gran extensión han de hacer
en escuelas especiales los que se dediquen a esta importantísima ciencia: tales son los
fundamentos de la reforma que se intenta, y con la cual se propone el Ministro de
Fomento elevar la segunda enseñanza a la altura a que está en otras Naciones, y

464
OBRADOR, M., Prologo en BALLESTER, R., Estudio sobre la enseñanza de la Geografía, Palma,
1.901, p.IV.

292
contribuir a formar ciudadanos aptos para el ejercicio de los derechos políticos que han
conquistado en nuestra gran revolución.

Tiempo es ya que la enseñanza pública satisfaga las necesidades de la vida


moderna, y tenga por principal objeto no formar sólo latinos y retóricos, sino
ciudadanos ilustrados, que conozcan su patria en las diversas manifestaciones de la vida
nacional, y puedan enaltecerla y honrarla aplicando ingeniosa y libremente su actividad
individual al progreso científico, artístico y literario. El joven que seguía antes la
segunda enseñanza y recibía el grado de Bachiller en artes, no tenía idea alguna de la
legislación de su país, ni de su organización política o social, ni de los elementos de
riqueza que posee, ni mucho menos de aquellos estudios artísticos, tan importantes
como amenos, que distinguen a los pueblos civilizados y forman las costumbres,
influyendo poderosamente en la moralidad y proporcionando gratas ocupaciones, como
descanso de áridas tareas y consuelo de dolorosos contratiempos.

Esta educación ilustrada, amplia, libre y con carácter práctico, es en todas partes
el más sólido fundamento de la verdadera libertad. A ella se aspira con la reforma de la
segunda enseñanza.

Respecto de las Facultades, si bien están indicadas por la experiencia y por la


opinión de los hombres ilustrados algunas reformas, el Ministro que suscribe se ha
limitado a derogar la legislación de 1866 restableciendo la de 1857, porque cree que
esas reformas no son tan urgentes como las de la segunda enseñanza.

También este decreto trata de la libertad de la que ha de gozar el alumno, en


cuanto al tiempo de permanencia académica, lo que da como resultado la imposibilidad
de fijar previamente la duración de los estudios, que no puede ni debe ser igual para
capacidades intelectuales diferentes, pues el Estado no ha de obligar "a un joven rápido
en sus concepciones, seguro de sus juicios y perseverante en el trabajo, a seguir el paso
perezoso del que es más tardo en concebir, como ligero en juzgar y no siente amor a la
investigación de la verdad".

Finalmente, igual que reconoce para todos el derecho de la libertad de


enseñanza, lo extiende también a los profesores que "deben ser libres en la elección de

293
métodos y libros de texto y en la formación de sus programas, porque la enseñanza no
es un trabajo aritmético, ni el maestro, eco de pensamientos ajenos".

DECRETO:

Artículo 1: La solemne apertura del curso académico de 1.868 a 1.869, se celebrará el


día 1 de Noviembre en las Universidades y establecimientos públicos de enseñanza en
que no se hubiese verificado.

Artículo 2: En los Institutos y demás establecimientos abiertos antes de la revolución,


en que se hubiesen suspendido las lecciones, se continuarán en el primer día hábil del
mismo mes.
Artículo 3: Se derogan los decretos publicados en 9 de Octubre de1.866 sobre la
organización de la segunda enseñanza, de la Facultad de Filosofía y Letras y de la de
Derecho; el de 24 de Octubre que organizó la Facultad de Ciencias y fijó los estudios
necesarios para el ingreso en las escuelas industriales y en las de Ingenieros de
Caminos, Canales y Puertos, de Minas y de Montes; los de 7 de Noviembre de 1.866
sóbrelas Facultades de Medicina y de Farmacia; el de 22 de Enero de 1.867 sobre el
Profesorado, y el de 10 de Julio del mismo año sobre el Personal facultativo de las Uni-
versidades.

Artículo 4: Se establece la legislación que regía al publicarse estos decretos en lo que


no se oponga a las disposiciones contenidas en el presente y a los que se publiquen para
su ejecución.

Artículo 5: La enseñanza es libre en todos sus grados y cualquiera que sea su clase.

Artículo 6: Todos los españoles están autorizados para fundar establecimientos de


enseñanza.

Artículo 7: La inscripción en la matrícula de los establecimientos públicos, no es


obligatoria más que para los alumnos que quieran recibir enseñanza de ellos. No
tendrán, sin embargo, obligación de asistir a las lecciones del establecimiento para ser
admitidos al examen de las asignaturas en que se hubieren matriculado.

294
Artículo 8: Los alumnos procedentes de establecimientos particulares que desean
probar en los públicos las asignaturas estudiadas en aquellos, se examinarán en éstos, en
la forma que prescriben las leyes, satisfaciendo los derechos de matrícula
correspondientes.

Artículo 9: Los Profesores de los establecimientos públicos cuidarán de que haya rigor
en los exámenes, para que sean una garantía de la instrucción y capacidad de los
alumnos.

Artículo 10: Los Profesores particulares que tengan los títulos académicos que se
exigen a los de los establecimientos públicos, podrán hacer parte de los Tribunales que
examine a sus alumnos.

Artículo 11: Para obtener grados académicos no se necesitará estudiar un número


determinado de años, sino las asignaturas que fijen las leyes, sufriendo el alumno un
examen rigoroso sobre cada una y el general que corresponda al grado.

Artículo 12: Las Diputaciones provinciales y los Ayuntamientos podrán fundar y


sostener establecimientos de enseñanza, aquellas con fondos de las provincias y estos
con las del municipio.

Artículo 18: Se les releva igualmente de la de usar el traje académico en la cátedra,


exámenes y demás actos literarios.

Artículo 19: Se suprime la facultad de Teología en las Universidades: los Diocesanos


organizarán los estudios teológicos en los Seminarios, del modo y en la forma que
tengan por más convenientes.

Artículo 20: El cargo de Rector se ejercerá por un Catedrático de la Universidad


respectiva, nombrado por el Gobierno.

Artículo 21: Se suprime la investidura de los grados de Bachiller y de Licenciado.

Artículo 22: Los ejercicios del Doctorado podrán verificarse en todas las
Universidades, y la investidura se hará en la forma establecida actualmente para los
grados de Licenciado, pero en nombre de la Nación y sin exigir juramento a los
candidatos.
295
Artículo 23: El Gobierno presentará a las Cortes un proyecto de ley sobre la enseñanza
pública y privada.

La confianza ciega en los revolucionarios de 1868 en las consecuencias


positivas que para la educación tendría la ausencia de trabas a la iniciativa privada en la
enseñanza, les lleva a exponer claramente que el objetivo que persiguen es la supresión
de la enseñanza estatal, como consecuencia —nos dicen— de la puesta en práctica en
este área de actividad de lo sucedido en la industria

Mientras llega el día en que el estado pueda cerrar sus centros de enseñanza, no
queda más remedio que seguir manteniendo la enseñanza pública en armonía con la
enseñanza privada. La consecuencia de estas ideas es la promulgación de una
normativa legal muy flexible en lo que se refiere a una serie de cuestiones: materias que
componen la segunda enseñanza, duración de este tipo de estudios, orden en el que han
de cursarse las distintas asignaturas, libros de texto, programas, libertad de cátedra, etc.

Una vez expuestos los principios que regirán la actividad legislativa educacional
de los progresistas, no extraña en absoluto que se pretenda dar un giro importante a la
orientación de los estudios de segunda enseñanza que habían realizado los
conservadores. Esto es así porque, para el legislador del plan de 1.868,

“[...] en la última organización dada a los estudios necesarios para as-


pirar al grado de Bachiller en Artes, habíamos retrocedido más de dos
siglos...; preparando a los jóvenes sólo para estudiar teología o entender
algún autor escolástico; alejando de la educación universitaria las
ciencias y las artes con sus implicaciones: pretendiendo cortar el vuelo
del libre pensamiento y detener el progreso; aspirando, por fin a crear
solamente retóricos inútiles, latinos rutinarios y argumentadores
estériles, como lo fueron los que dieron nombre "v carácter a la época en
la que se resucitó el plan de estudios que derogan estas disposiciones465.”

La consecuencia de esta crítica es la concepción de la segunda enseñanza no


como una mera preparación para el estudio de las carreras superiores, sino como un

465
Plan de estudios de 25 de octubre de 1.868. MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL.

296
estudio que ha de tener una finalidad en sí mismo y que proporciona al ciudadano los
conocimientos culturales y técnicos que le sirven para desenvolverse en su vida
cotidiana

Decreto. Segunda Enseñanza

Artículo 1: Los estudios generales de segunda enseñanza comprenden las asignaturas


siguientes:

Gramática latina y castellana: dos cursos; lección diaria.


Elementos de Retórica y Poética; lección diaria.
Nociones de Geografía; un curso de tres lecciones semanales.
Historia de España; un curso de tres lecciones semanales.
Aritmética y Algebra; lección diaria.
Elementos de Física y Química; lección diaria.
Nociones de Historia natural; tres lecciones semanales.
Psicología, Lógica y Filosofía moral; lección diaria.
Fisiología e Higiene; tres lecciones semanales.

Artículo 2: Probadas estas asignaturas, el alumno podrá solicitar el grado de Bachiller


en Artes.

Artículo 3: Podrá estudiarse también la segunda enseñanza con supresión del latín, y en
este caso las asignaturas que debe probar el alumno para recibir el grado de Bachiller,
son:

Gramática castellana; lección diaria.


Geografía; lección alterna.
Aritmética y Algebra; lección diaria.
Historia antigua; lección alterna.
Geometría y Trigonometría; lección diaria.
Nociones de Fisiología e higiene; lección alterna.
Historia media y moderna, debiéndose dar con extensión la de España; lección
diaria.
Física; lección diaria.
Antropología; lección alterna.
Química; lección alterna.
Cosmología: lección alterna.
Lógica; lección alterna.
Principios generales de arte y de su historia en España, con aplicaciones a la
composición técnica de las artes bellas e industriales; lección alterna.
297
Biología y Ética: lección alterna.
Principios de literatura con un breve resumen de la historia de la literatura
española; lección diaria.
Principios de Derecho y nociones de Derecho civil español; lección alterna.
Nociones elementales de Derecho español político-administrativo y penal;
lección alterna.
Elementos de Agricultura, Industria fabril y Comercio; lección alterna.

Artículo 4: Esta enseñanza se dará en uno de los Institutos de Madrid, que será
designado por la Diputación provincial. Las Diputaciones provinciales podrán adoptar
libremente en los Institutos el método de enseñanza que quieran de los dos que se
exponen en los artículos anteriores, o bien dar la enseñanza completa en uno y otro,
dejando a los alumnos la elección.

Artículo 5: Los alumnos podrán estudiar por el método que les parezca más
conveniente y se presentarán a examen en un Instituto en que se haya dado la enseñanza
por el plan que hubiesen estudiado.

Artículo 6: Los alumnos que habiendo cursado algún año por la legislación anterior
quieran proseguir sus estudios conforme al nuevo plan de enseñanza que se determina
en el artículo 3º, deberán haber probado ó probar para recibir el grado de Bachiller, las
asignaturas de Matemáticas, Física, Química, Cosmología, Fisiología e higiene,
Antropología (Psicología), Lógica, Ética, Literatura y principios de Derecho y nociones
de Derecho español.

Artículo 7: No se exigirá el estudio del latín para ingresar en las Facultades de


Ciencias, de Farmacia y de Medicina; pero los que no le hubieren estudiado en la
segunda enseñanza le probarán antes de matricularse en las Facultades de Filosofía y
Letras y de Derecho. Oportunamente se dictarán las disposiciones necesarias para este
examen.

El 31 de Octubre siguiente, en una Circular dirigida a los Gobernadores Civiles


de las provincias, se les hace depositarios de la vigilancia a ejercer para que la libertad
de enseñanza de su más apetecidos frutos.

En dicha Circular se ataca al centralismo, diciendo que éste "enerva toda fuerza
individual; hace del profesor y del discípulo rutinarios ecos de una misma voz; aleja a
298
las corporaciones populares a toda actividad, permitiéndolas descansar en un
Gobierno que cuida de todo e impone hasta la creencia, mata la iniciativa, somete a
todas las inteligencias a un mismo nivel... De todas las diversas fases de la
centralización no hay ninguna más absurda que la intelectual, aquella que pretende
hacer marchar la más vulgar medianía al mismo paso y por los mismos grados que el
inspirado genio".

Se dan nuevas disposiciones el 25 de Noviembre que afectan a casi todas, a la


segunda enseñanza. Sin embargo, hay una relativa a los exámenes, tanto de asignaturas
como de grados, en las Facultades universitarias. Por ella, se autoriza a los Rectores y
Claustros respectivos para la formación de jurados de examen que han de estar com-
puestos de tres personas de reconocida aptitud, pertenezcan o no al profesorado. Esta
disposición será objeto más adelante, de una matización mucho más precisa, al
reglamentarse por decreto, la composición legal de los referidos jurados examinadores.

El 21 de Diciembre se produce otro Decreto por el que se reglamenta el desglose


de la Administración Central, de ciertas atribuciones que pasarán a ser inherentes a los
Rectores y Claustros, atribuciones "que en una exagerada centralización les arrancó y es
preciso devolverles". Su autoridad queda ampliada hasta el punto de "encomendarles
también la expedición de títulos académicos y profesionales a que pueden aspirar los
alumnos que siguen sus estudios en las mismas escuelas, desde el título de Bachiller en
Artes que hoy expiden, basta el de Doctor en las Facultades como lo verificaban antes
de que se conociese en España la absurda centralización...466.

Con esta disposición se consiguen dos cosas: Que los Rectores sean
efectivamente los jefes absolutos del Distrito respectivo, aun manteniendo la lógica
supervisión de los organismos centrales y que la expedición de títulos, que hasta ahora
se realizaba de forma lenta y con atrasos lamentables que perjudicaban a los
interesados, se agilizaría notablemente, cuando cada Universidad los expidiera por sí
misma, sin tener que depender de Madrid para una cuestión, al fin y al cabo
burocrática.

A esta introducción, sigue el articulado que dice:

466
BOPCO, 30/12/1.868.
299
Artículo 1º: Todos los títulos académicos que se expidan en virtud de ejercicios
practicados desde el le de enero de 1.869, serán autorizados por los jefes de los
establecimientos donde los aspirantes hayan comprobado su aptitud. También lo serán
aquellos que han de expedirse a consecuencia de ejercicios practicados anteriormente,
si los expedientes no hubieran sido remitidos todavía en la citada fecha al Ministerio,
por no hallarse cumplidas todas las prescripciones reglamentarias respecto al pago de
derechos, justificación de edad u otro cualquier requisito.

Artículo 13º: La instrucción de los expedientes para aspirar a grados y reválidas de fin
de carrera y su tramitación hasta haber sufrido el alumno los ejercicios, se hará en la
forma actualmente establecida. Aprobado el graduado en el ejercicio o ejercicios a que
debe sujetarse, el Presidente del tribunal devolverá el expediente al Rector o jefe del
Establecimiento para la expedición del título que proceda, con arreglo a lo
anteriormente dispuesto.

Artículo 14e: El Rector, los Decanos de las Facultades y los Jefes de los
Establecimientos, así como los Secretarios de los mismos, son los responsables de la
legalidad de los títulos expedidos.

Artículo 15e: En cada establecimiento se llevarán los libros de registro convenientes,


donde se asentará un extracto de los títulos expedidos, a fin de evacuar las consultas
que las autoridades administrativas o judiciales tengan por conveniente promover.

Un complemento a todo lo legislado, con dedicación casi expresa a los


establecimientos libres de enseñanza, lo constituye el Decreto de 14 de Enero de
1.869467.

En la parte expositiva comienza refiriéndose a las enormes ventajas que entraña


la actual y recientísima legislación docente sobre la antigua porque "el tradicional
monopolio de la enseñanza pública ha producido en España los tristísimos efectos que
todos deploramos, el atraso de nuestra nación respecto de otras que tienen menos
medios de vida y menos recursos y, sobre todo, el grave y más profundo mal que hoy
nos aqueja, la falta de base científica en nuestra revolución y que proviene de su gran
desnivel entre el progreso político y el progreso intelectual..."

467
GACETA DE MADRID, 15/01/1.869.
300
Para terminar con este monopolio, el Gobierno preconiza y apoya la libertad
docente para lo que llevará a remover cuantos obstáculos se opongan a la
popularización de toda enseñanza y dejará solamente al Estado la alta inspección que le
corresponde en nombre del bien general, confiando en las instituciones libres que,
como en Bélgica, por sí mismas bastan para satisfacer la enseñanza del país. Y articula:

Artículo 1º: Las Diputaciones Provinciales y los Ayuntamientos podrán fundar


libremente toda clase de establecimientos de enseñanza, sostenidos con fondos propios.

Artículo 2º: Las Diputaciones de las provincias en que haya Universidad podrán
costear en ellas las enseñanzas de Facultades o asignaturas no comprendidas en su
actual organización.

Artículo 3º: El derecho que se concede en los artículos anteriores no se opone de modo
alguno a la obligación que tienen las Diputaciones provinciales y los Ayuntamientos de
sostener las escuelas y enseñanzas que dispone la ley general de Instrucción Pública.

Artículo 4º: Los claustros de las actuales universidades conferirán, con arreglo a las
prescripciones vigentes los grados y expedirán los títulos académicos correspondientes
a las enseñanzas que en ellos funden las corporaciones populares.

Artículo 5º: En los establecimientos de enseñanza costeados exclusivamente por las


provincias o los pueblos^ se podrán celebrar exámenes de asignaturas y conferir grados
y expedir títulos académicos.

Artículo 6º: Los ejercicios se verificarán en la misma forma que en las Universidades y
establecimientos públicos de enseñanza sostenidos por el Estado.

Artículo 7º: Los Jurados de exámen y grados serán nombrados por el Rector de la
Universidad, lo mismo que para la enseñanza oficial.

Artículo 8º: Las certificaciones de estos exámenes serán las mismas que en la
enseñanza oficial.

Artículo 9º: Las matrículas y derechos de grados y títulos, así como los sueldos y
derechos de los profesores se fijarán por las corporaciones populares.

301
Artículo 10º: Para que estos establecimientos puedan conferir grados académicos, es
preciso que la enseñanza que en ellos se dé, abrace todas las asignaturas de la
enseñanza oficial correspondientes a los grados que en ellos se confiera.

Artículo 11º: En estos títulos se consignará la circunstancia de ser expedidos por un


centro de enseñanza libre.

Artículo 12º: En todo establecimiento de este género, se anunciará en la puerta o en


otro lugar visible del edificio, el cuadro de la enseñanza que en él se dé, como los
nombres de los profesores.

Artículo 13º: Del mismo modo se anunciarán todos los actos académicos que serán
públicos.

Artículo 14º: Los firmantes de los títulos y certificaciones serán responsables de su


exactitud con arreglo a las leyes.

Artículo 15º: Los requisitos, libros y demás documentos de secretaría se llevarán con
las mismas formalidades que en la Universidad y establecimientos del Estado.

Artículo 16º: No se exigirá al conferir los grados juramento alguno.

Artículo 17º: Al abrirse y cerrarse el curso, los secretarios remitirán a la Dirección


General de Instrucción Pública un cuadro estadístico de la enseñanza.

Artículo 18º: La autoridad superior civil de la provincia, así como los delegados del
Gobierno, podrán visitar e inspeccionar estos establecimientos cuando fuera
conveniente.

La llegada de la República y el fin de las innovaciones

Las siguientes disposiciones legislativas que afectarán al campo de la segunda


enseñanza se dictan ya en el período de la I República. En el gabinete presidido por
Figueras, y siendo el ministro del Fomento Eduardo Chao, aparecen diversos decretos
que presentan interés: el dos de junio de 1.873 se promulga el primero de ellos

302
reorganizando la enseñanza en las diversas facultades universitarias; y el 3 de junio
entra en rigor otro relativo a la enseñanza secundaria.

El plan de estudios de 3 de junio de 1.873, no presenta en su concepción


grandes diferencias con el plan anterior de 1.868. El carácter propedéutico y cultural de
la segunda enseñanza, a la que se la quiere otorgar un fuerte énfasis enciclopédico, se
conserva, pues, en la misma, habría de estar representada cualquier materia que ayude a
conseguir la finalidad de la segunda enseñanza.

Esta doble consideración de la segunda enseñanza, en lo que respecta a los dos


objetivos que debe cumplir, llevó al legislador a incluir en la misma materias que se
estudiaban en los cursos preparatorios de las Facultades de Derecho, Medicina y
Farmacia. Junto a estas asignaturas se introdujeron también disciplinas de tipo práctico.

La consecuencia de esta aspiración del legislador hacia un tipo de


“...instrucción integral...” fue la de elevar considerablemente el número de materias
que componían la segunda enseñanza, pues de las doce que eran las existentes en el
plan de 1.868 se pasó a veintitrés468.

En lo que se refiere a la estructuración de las asignaturas, el artículo 3. ° indica


que los estudios de segunda enseñanza no están jerarquizados por cursos en los que se
deben estudiar ciertas materias obligatoriamente. El plan de estudios presenta cinco
grupos de materias cada uno de los cuales tiene un número ordinal. Las asignaturas que
tienen un mismo número ordinal, pese a que, como se ha dicho, están en distintos
grupos, pueden estudiarse simultáneamente y aprobarse una antes que otra según la
libre elección del alumno. Lo único que ha de tener presente éste, si quiere examinarse
de una materia que en un grupo cualquiera ocupe el tercer lugar, es que habrá de tener
aprobadas las dos que la precedan en este grupo. Los grupos no están sujetos a ningún
orden, es decir, no existe obligación de estudiar primero las materias incluidas en un
grupo y después las del otro, siendo compatibles para su estudio asignaturas que se
encuentran en diferentes grupos, La inestabilidad política del momento hará que los
decretos de Eduardo Chao no puedan llevarse a la práctica, pues desencadenaron estos
decretos, el referido a la enseñanza universitaria y el relativo a la enseñanza media,

468
VALLE, M. La Geografía en sus relaciones con el comercio y con los problemas económicos, Boletín
de la Sociedad Geográfica de Madrid, t., VI, Madrid, septiembre, 1.879, pp. 181-192.
303
pueden verse reflejadas en una moción presentada a las Cortes por una serie de
diputados con el fin de que se dejasen sin efecto . En primer lugar se planteó la cuestión
de fondo sobre la validez de tales decretos, pues en periodos constituyentes, los
ministros sólo son delegados de las Cortes y, sin su anuencia, no pueden modificar la
legislación anterior vigente. En segundo lugar, y en el nivel universitario, se criticó la
centralización de todos los estudios de Filosofía y Letras y de Ciencias en Madrid. Por
último, los diputados expresaron sus reservas ante el excesivo número de materias de la
segunda enseñanza y su carácter teoreticista unos días más tarde de su publicación -el
11 de julio'- cesaba su autor como ministro de Fomento. Las protestas que

El fracaso de este proyecto de ley y dado lo próximo del nuevo curso hizo que,
un nuevo ministro de Fomento, D. Joaquín Bergés, publicase un decreto que dejaba en
suspenso lo establecido por Eduardo Chao para la segunda enseñanza y declaraba
vigente para el curso 1.872-1.873 la legislación de octubre de 1.868469.

La caída de la I República va a significar el fin de la libertad de enseñanza. En el


Gabinete formado en mayo de 1.874 ocupa el Ministerio de Fomento D. Eduardo
Alonso Colmenares, cuyo primer decreto del 12 de Junio siguiente, consiste en la
creación del Consejo de Instrucción Pública. El día 29 de Julio sale a la luz otro decreto
que, si bien, según afirma Alonso solo pretende regularizar la libertad de enseñanza, va
a significar el fin de los establecimientos libres creados por Diputaciones y
Ayuntamientos.

El Decreto de 29 de Julio de 1.874 en su primera parte, dirigida al Presidente del


Poder Ejecutivo, dice lo siguiente:

"Sr. Presidente: Definir con claridad la forma en que ha de ejercerse la libertad de


enseñanza; amparar con igual solicitud los santos fueros de la autoridad paterna, el
derecho que por la ley de su naturaleza tiene el hombre a elegir maestro y guía de su
inteligencia, y el que a la sociedad asiste para cuidar de que las nuevas generaciones
sean educadas en el culto a la verdad y el bien; dictar reglas mediante cuya
observancia puedan existir sin estorbarse y consagrándose a porfía a fomentar la

469
LUIS GOMEZ, A., La geografía del bachillerato español (1.836-1.970): Historia de una crisis, vol. I,
Santander, 1.983. pp. 138-140.

304
general cultura, las Escuelas sostenidas por el Estado y las creadas por la fecunda
iniciativa individual y la más poderosa aún de las asociaciones voluntarias; renunciar
a todo monopolio en la situación de la juventud, velar al propio tiempo porque las
profesiones científicas sean ejercidas por personas de bien probada pericia; tales son
los fines a los que se encamina el decreto que el Ministro que suscribe tiene la honra
de someter a la aprobación de V.E.470".

La intención de terminar con los establecimientos libres se colige en el siguiente


párrafo, perteneciente a la parte expositiva de este decreto:

"Aunque por no reunir las condiciones que ahora se les imponen, haya que ordenar
la clausura de algunos de los establecimientos creados en estos últimos años, nada
perderá la ciencia, y es probable que en ello gane la enseñanza, verdaderamente
libre...".

El articulado comienza asegurando que, en lo sucesivo los estudios podrán


hacerse en establecimientos públicos, o privados, e incluso en el hogar doméstico (Art.
12). El Artículo 2º define a los establecimientos públicos como aquellos "que están a
cargo del presupuesto general provincial o municipal, o reciben auxilios o
subvenciones de fondos públicos"; dichos establecimientos han de ser dirigidos por el
Gobierno, que dictaminará sus planes de estudio, programas y reglamentos, e incluso
tendrá a su cargo el nombramiento de sus jefes y profesores. (Art. 3º).

Faculta y aún recomienda a Diputaciones y Ayuntamientos para la creación de


enseñanzas populares "de Bellas Artes, agricultura, industria y comercio" y de
establecimientos de segunda enseñanza, siempre a cargo de sus presupuestos y bajo el
control e inspección del Gobierno. (Arts. 4º y 5º).

En lo concerniente a las Facultades y Escuelas sostenidas por dichas


corporaciones, afirma que deberán ser autorizadas previamente, "autorización que se le
conceda previo expediente en el que se justifiquen los siguientes extremos" (Art. 5º).

470
Ibid., 1.874.
305
Que estén cumplidamente atendidas las obligaciones de instrucción pública, que
la Diputación o el Ayuntamiento debe incluir en sus presupuestos con arreglo a las
leyes.

Que el número y dotación de los catedráticos y cargos facultativos del


establecimiento que se trata de crear, son los mismos, por lo menos, que los de las
Escuelas de la misma índole sostenidos por el Estado.

Que el edificio tiene las condiciones propias para el objeto a que le destine.

Que se cuentan con medios bastantes para adquirir el material necesario para la
enseñanza.

Que en caso de suprimirse el establecimiento se satisfará a los catedráticos


propietarios el haber que les corresponda como excedentes, mientras no obtengan otra
colocación".

En el Artículo 6º califica a los centros privados de enseñanza como "los creados


y sostenidos exclusivamente con fondos particulares". A estos, piensa el legislador que
el presente decreto va a beneficiar, pues antes la iniciativa privada no tenía campos
donde desenvolverse ya que estaba copado por el Estado por un lado y por Diputaciones
y Ayuntamientos por otro y, sin embargo "en adelante, renunciando a semejantes
propósitos estas corporaciones, darán lugar a que conciba y realice el proyecto de
fundar un establecimiento privado alguna empresa particular. ¡Y quién sabe si el nuevo
estudio florecerá hasta el punto de competir con las oficiales y aún vencerlas en
generosa lucha.. Solo cuando esto suceda podrá darse por bien arraigada en nuestra
patria la libertad de enseñanza...".

Consecuencia práctica de todo esto, en lo que atañe a los centros de enseñanza


sostenidos por Diputaciones y Ayuntamientos, es que aquellos que lo soliciten, con
arreglo a las restrictivas leyes impuestas en este Decreto, su transformación en públicos,
han de cerrar en forma definitiva, mientras que los que lo hayan hecho, han de esperar
la resolución que proceda, sin admitir en tanto, ninguna nueva matricula.

El 6 de Agosto, el Ministro de Fomento, dicta las siguientes disposiciones para


llevar a cabo el decreto anterior.
306
1a) Las Diputaciones Provinciales y Ayuntamientos que establezcan enseñanzas
populares en uso de las facultades que les concede el artículo 4e del mencionado
decreto (el anterior), lo pondrán en conocimiento del Gobierno por conducto de los
Rectores.

2a) Las Diputaciones y Ayuntamientos que deseen establecer o que continúen


establecidas enseñanzas de las comprendidas en el artículo 5º del mismo decreto,
instruirán y dirigirán al Rector del distrito universitario correspondiente, en el preciso
término de 20 días, a contar desde la fecha, un expediente en el que se justifiquen todos
los extremos que expresa el mismo artículo, con los presupuestos pertenecientes al
personal y material del establecimiento que tratan de sostener y nota detallada de los
objetos que contengan los gabinetes y laboratorios si las enseñanzas lo exigen.

3a) Los Rectores, si lo consideran necesario, podrán comisionar a un catedrático


propietario de la Universidad para que gire una visita, con objeto de cerciorarse de las
condiciones del edificio y estado del material de enseñanza.

4a) Las Diputaciones y Ayuntamientos que sostengan dentro de los establecimientos


oficiales, enseñanzas, a tenor de lo que prevenía el artículo 2° del decreto de 14 de
enero de 1.869, acreditarán en el mismo plazo señalado en la disposición 2a que tienen
consignada en sus presupuestos la cantidad necesaria para el sostenimiento de aquellas,
con arreglo a lo prescrito en el citado artículo 5Q del decreto de 29 de Julio. Las
Corporaciones que se hallen en este caso percibirán en metálico los derechos de
matrícula de la asignatura que sostengan.

5a) Transcurrido el plazo marcado para la instrucción de los expedientes, los Rectores
remitirán informados, a esa Dirección General, los que se hayan dirigido para que,
previa consulta del Consejo de Instrucción Pública, se dicte en ellos la resolución que
proceda.

6a) Las Corporaciones populares que no remitan en el plazo prefijado en la


disposición 2a, el expediente del que va hecho mérito, se entenderá que renuncian por el
próximo año académico a la facultad que el decreto de 29 de julio les concede471".

471
Ibíd., 225, 1.874
307
Ya está desmantelado absolutamente el edificio de la libertad de enseñanza, que
se construyó en las arenas movedizas del Periodo Revolucionario. Los excesos de unos,
la imprevisión de otros y, en general, las cambiantes circunstancias socio-políticas de la
época, que no dejan madurar ninguno de los Gobiernos, son los verdugos de una
institución que nace desde el aura de "La Gloriosa" queriendo ser la redentora de la
enseñanza en nombre de la libertad.

De aquí en adelante, todos los decretos publicados, tienden a apretar más el nudo
corredizo que ahoga, en presión paulatina e incesante, el esfuerzo de una generación de
teóricos bienintencionados que supieron concebir pero no realizar.

El Decreto de 29 de Septiembre de 1.874, obra del nuevo Ministro de Fomento,


D. Carlos Navarro Rodrigo, comenta la inmoderada libertad de enseñanza, que ha
significado "el desconcierto y la anarquía y una marcada decadencia en los estudios que
ya venían deplorando cuantos se interesan en el porvenir de la ciencia española" culpa
debida a todos, incluso a los padres de familia "más cuidadosos de ordinario de que
acaben sus hijos sus carreras y ganen el título profesional, que no de que adquieran un
saber sólido y verdadero472".

La restricción de la libertad de enseñanza, por fin, alcanzará su punto culminante


tras la Restauración, cuando el Marqués de Orovio vuelve a ocupar la cartera de
Fomento, de la que había sido desposeído con la revolución septembrina del 68.
Espoleado quizá tanto por su vuelta al candelera político, como por haber sido el autor
de todas las reformas de enseñanza, habidas en los últimos tiempos del reinado de
Isabel II, derogadas por obra y gracia del nuevo momento político que ahora acaba de
finalizar, lanza su Circular de 26 de Febrero de 1.875 a los Rectores de las
Universidades, en las que les exige vigilancia y uso de su autoridad para impedir que en
sus respectivos distritos se enseñe "nada contrario al dogma católico ni a la santa
moral" y que se expongan doctrinas que ataquen "directa o indirectamente a la
monarquía constitucional ni al régimen político casi unánimemente proclamado por el
país..."

472
GOMEZ CRESPO, J., Op. cit.
308
LA UNIVERSIDAD LIBRE DE CORDOBA

En el presente apartado vamos a tratar de la creación de la Universidad Libre de


Córdoba. Pasaremos revista pues a los prolegómenos de su puesta en marcha, a los
motivos de su fundación y a los hombres que la hicieron posible, recordando de entrada
que su proyecto nace en el seno de la Excma. Diputación Provincial.

Esta Corporación, aunque siempre mediatizada por su estrechez económica —


que no es más que un reflejo de la situación general de Córdoba y su provincia, anclada
en un estatismo de desarrollo y sumida en la pobreza desde mucho tiempo atrás—,
emprende a partir de la mitad del siglo XIX, una serie de intentos para elevar el nivel
cultural de sus administrados. Hemos visto más atrás, cómo surgen de este intento una
Escuela de Agricultura y una Escuela de Bellas Artes; y cómo, tras la Revolución de
septiembre de 1.868, el Organismo provincial aún crea la Escuela de Artes y Oficios y
consigue una ampliación de las enseñanzas impartidas en el Instituto de Segunda
Enseñanza, a nivel de Filosofía y Letras y Derecho: sus intentos de extensión cultural
son balbuceos, aún incoordinados que apuntan a la gran realización que los políticos
cordobeses tienen en su mente: la creación de un centro universitario que, aupando a
Córdoba en el terreno intelectual, la catapulte incluso, en pos de ese desarrollo en todos
los frentes que va siendo patrimonio de otras regiones y que a la nuestra se muestra
esquivo. Pero la penuria de medios paraliza esta ilusión que aunque latente desde el
mismo momento de ser promulgada la libertad de enseñanza, no puede ser llevada a
efecto con la prontitud que Córdoba y los cordobeses desearían. Y estos deseos van a
verse cumplidos en los últimos meses de 1.870.

Creación

Hay que recordar previamente la situación social de Córdoba de la que ya hemos


tratado más atrás: una población de braceros analfabetos, entre los que abundan los
parados, sin opción al juego político y, por tanto, sin representatividad y sin fuerza; y
sobre ellos, las clases sociales que, como ya vimos, dirigen la política de la ciudad y
detentan la autoridad preocupándose tan solo de su propio beneficio. Esta burguesía
constituida en su fracción más alta por los terratenientes y en su más bajo estamento por
comerciantes, industriales y profesionales, será la que canalizará toda su fuerza en pro

309
del desarrollo que directamente les beneficia: el agrícola, para los primeros y el
comercial e industrial para los últimos.

Y, es precisamente el escalón social representado por la baja burguesía, el más


interesado en la creación de un centro universitario por cuanto que su existencia
significará un revulsivo para la economía de la ciudad por dos motivos: por la población
de estudiantes que, procedentes de los pueblos y ciudades vecinas, vendrán a Córdoba y
porque los propios estudiantes cordobeses no habrán de emigrar a otras ciudades en
busca de enseñanzas superiores.

Tenemos por tanto ya, un primer fundamento para la creación de una


Universidad; un fundamento puramente económico que sólo ha de beneficiar a
comerciantes e industriales.

Por otro lado, esta misma burguesía baja que comienza a jugar a
convencionalismos sociales, que quiere auparse para el futuro en el escalón social
superior, ha de verse beneficiada con la creación de la Universidad ya que así se les
facilitarán a sus hijos posibilidades de seguir estudios superiores que de otro modo, al
tener que arrostrar los gastos que lleva inherente la estancia fuera de los domicilios
propios, no les sería posible. Cierran filas tras este punto, todos los profesionales de la
Medicina, del Derecho, de la Farmacia y Veterinaria, individuos con formación
universitaria, con ascendencia entre sus convecinos y muy directamente interesados en
que sus hijos sigan sus pasos con un mínimo costo.

Este es el segundo fundamento que argumentamos en pro de la creación de la


Universidad Libre de Córdoba: la conveniencia de la baja burguesía, punto en el que
están de acuerdo terratenientes y nobles que, de paso, se aprovechan de esta situación
privilegiada para sus propios vástagos.

Si a los dos puntos anteriores unimos el papel predominante del partido


progresista en el ámbito local por esas fechas, cuando ocupan casi al copo los puestos
de la Corporación Provincial, tendremos una más cumplida explicación del porqué de la
creación de la Universidad Libre, ya que el progresismo representa, como muy bien

310
apunta Aranda Doncel "el portavoz de los intereses de la pequeña burguesía473"
escalón social casi unánimemente encuadrado en sus filas; y es progresista, en fin, la
totalidad de la intelectualidad cordobesa sobre todo médicos, abogados y farmacéuticos
que unen, a sus simples apetencias de padres de familia, interesados en dar estudios
baratos a sus hijos, la inquietud puramente espiritual perenne siempre en el
universitario; ellos ven, al lado de las ventajas de índole económica, la aún mayor de
dar a Córdoba el adecuado auge cultural, de elevarla intelectualmente, de hacerla
ciudad universitaria.

Tercer fundamento a esgrimir para la consecución de la Universidad;


fundamentos todos, basados como vemos, en la conveniencia de la clase social que
ordena y manda.

Es obvio que la creación de un centro universitario en Córdoba no repercute


favorablemente en absoluto, sobre la masa de trabajadores con o sin empleo, ya que
dichos estudios sólo pueden beneficiar a los que, como mínimo, tengan el grado de
Bachiller, título por estas fechas, aún muy por encima del alcance de los pobres. Es este
el motivo de las discrepancias que se oyen, ya desde el principio, en parte del sector
republicano, representante hasta cierto punto de las clases sociales bajas, con respecto
al nacimiento de la Universidad; discrepancias que seguirán sonando, aumentadas,
durante su existencia y que, en ocasiones pondrán en verdadero peligro su continuidad.

Benefactores

Si bien hay que considerar al partido progresista cordobés como el impulsor de


la fundación de la Universidad Libre, hay un hombre en su seno, que es el verdadero
catalizador del proceso; un hombre que aunque no es universitario, es el auténtico
artífice de esta conquista. Este hombre es D. Rafael M.a de Gorrindo y Castro.

Perteneciente a una familia de comerciantes de tejidos, de muy saneada


economía, comienza su labor política en el seno del partido progresista, donde pronto
alcanza gran representatividad, hasta el punto de ser nombrado presidente de su Comité

473
ARANDA DONCEL, J. La Universidad Libre de Córdoba (1870 1874) Serv. de Puhlic. de la
Universidad de Córdoba, 1.974, p.76.

311
local. Representando a su partido, forma parte como Secretario, de la Junta
Revolucionaria cordobesa que, como ya vimos, tan activamente interviene en el
derrocamiento de Isabel II.

Elegido concejal en las elecciones municipales de enero de 1.869, meses más


tarde deja el Ayuntamiento al ocupar un puesto de diputado en la Corporación
Provincial, en la que permanecerá hasta 1.874, alcanzando incluso la Vicepresidencia
de su Comisión Permanente.

Su actividad y apasionada entrega en su quehacer, le lleva además, a la


Presidencia del Círculo de la Amistad en cuyo Ateneo da impulso a las manifestaciones
culturales de la ciudad.

Su posición en Córdoba, sólida económicamente, se ve reforzada por las


relaciones familiares adquiridas por el casamiento de una hermana suya con D. José M.ª
Rey Heredia, famoso filósofo cordobés v perteneciente a lo más selecto de la
intelectualidad local.

Todas estas circunstancias personales de Gorrindo, van a influir, de una forma u


otra, en su mejor realización como político: en la creación de un centro universitario.
Efectivamente, su posición política a la sazón, ocupando la Vicepresidencia de la
Comisión Permanente de la Diputación Provincial, le faculta de una manera definitiva
para poner los cimientos al acariciado proyecto; su posición social en Córdoba,
relacionado con las clases superiores por su condición de Presidente del Círculo de la
Amistad y por su entorno familiar, es un motivo más de influencia para hacer prosperar
su intento; y, por fin, su preeminencia en el partido progresista, en el que militan tantos
profesionales universitarios algunos de ellos tan cualificados como D. Rafael Barroso y
Lora, abogado y futuro Rector de la Universidad y D. Manuel de Luna, médico y
próximo Decano de la Facultad de Medicina, confiere a Gorrindo el ascendiente
necesario sobre la élite cultural cordobesa para que apoye su proyecto de fundación.

Pero, aún tan ayudado por las circunstancias, es él, el auténtico fundador de la
Universidad Libre; un comerciante sin estudios universitarios, es el hombre que logra
para Córdoba la mayor conquista de todo el Período Revolucionario; el que realiza un
sueño largamente acariciado por la intelectualidad cordobesa; el que justifica más,

312
según nuestro modesto criterio, su condición de hombre dedicado a la cosa pública. Es
posible que si la Diputación cordobesa hubiese contado en su seno con unos cuantos
"Gorrindos", su Universidad Libre se hubiese perpetuado y no hubiese sido echada a
pique en las postrimerías de 1.874.

El proyecto de fundación de un centro universitario en Córdoba comienza a


germinar, en políticos e intelectuales desde el momento mismo de la venida de "La
Gloriosa", quizá influidos por la rápida instauración de otros de esta índole en otras
ciudades, de entre las que hay que citar, por ejemplo, la Escuela de Medicina de Sevilla
que I). Federico Rubio se apresura a fundar, días después de promulgarse la libertad de
enseñanza. Pero la coyuntura económica provincia] cordobesa no permite tal
realización por el momento; sólo un año más tarde, hasta cierto punto despejadas las
nubes negras de la penuria, es cuando va tomando cuerpo la idea en Córdoba en general
y, particularmente en la conciencia de D. Rafael M." de Gorrindo.

Después de consultar con los profesionales e intelectuales de la ciudad que le


auxilian con ideas y anteproyectos; después de contar con los locales adecuados y con
el personal que ha de responsabilizarse de las enseñanzas; después, en definitiva, de
medir pros y contras, Gorrindo presenta en el Pleno de la Diputación Provincial, el día
15 de octubre de 1.870, su moción en pro de la fundación de la Universidad
cordobesa474.

Comienza Gorrindo comentando la promulgación de la libertad de enseñanza,


como uno de los mayores logros de la Revolución de Septiembre. Dice: "Si no se
hubieran roto las trabas que sujetaban a las jóvenes inteligencias en la investigación de
la verdad; si los profesores hubieran continuado exponiendo la ciencia según las
órdenes y métodos impuestos por el Gobierno; si hubiera seguido circunscrito a
determinadas localidades el privilegio de dar enseñanza, tendríamos una vana libertad
exterior..."

Se ocupa seguidamente de la obligación que las Diputaciones Provinciales


tienen "por su origen y por su fin, eminentemente populares" de tomar sobre sí la

474
ADPCOR, ACP: sesión del 15- 10- 1870.

313
responsabilidad y la obligación de ayudar a la mejora intelectual de sus representados,
recogiendo en este caso la invitación que el Gobierno ofrece a dichas corporaciones
para la creación de establecimientos libres de enseñanza.

Y, por fin, expone las razones que él cree que justifican su moción. Estas
razones, cuatro a nuestro juicio son: beneficiar a la burguesía, revitalizar la economía de
la ciudad, acrecentar la idea de lo social poniendo coto a la incultura de la masa y por
supuesto, reverdecer los mustios laureles de la cultura y de la ciencia de Córdoba.
Vamos a pasar revista, comentándolas, a cada una de estas razones aducidas por
Gorrindo.

Cuando escribe que "centenares de jóvenes salen todos los años de nuestra
capital y de toda la provincia a consumir a otros puntos donde hay Universidad parte
del caudal de sus padres, con todos los inconvenientes que lleva consigo la separación
de la vigilancia tutelar de la familia...", efectivamente se ha de referir a los "centenares
de jóvenes" que, por sus circunstancias económicas pueden seguir estudios
universitarios y para los cuales significará una importante ayuda, por su indiscutible
abaratamiento, un centro universitario en Córdoba; es decir, este párrafo
intrínsecamente está dirigido a esa pequeña burguesía que el mismo Gorrindo
representa, para la que, aún siendo necesario hacerlo, resulta gravoso el sostenimiento
de los estudios de sus hijos fuera del propio hogar.

Al referirse a la especial situación geográfica de Córdoba "que cuenta con cuatro


líneas férreas", lo que repercutiría en la afluencia de estudiantes de los pueblos de la
provincia e incluso de provincias vecinas, se aprecia la mentalidad de comerciante del
Vicepresidente Gorrindo, en las siguientes palabras: "... lo cual daría por resultado
mayor consumo y por tanto, mayor riqueza a nuestra localidad...", si bien se adorna en
el resto de la frase con un "... así como más estrechas y fraternales relaciones con las
comarcas vecinas...".

La idea de lo social también está presente en la moción, aunque a nuestro juicio,


un tanto desfigurada. Por una parte piensa y en ello con razón, que la existencia de una
Universidad en Córdoba facilitará los estudios superiores a jóvenes de humilde
condición que, de lo contrario, nunca podrían soñar con ello; y si bien podríamos argüir
que dichos jóvenes humildes raramente podrían estar en disposición de ser
314
universitarios al tener que ser previamente bachilleres, la realidad es que, como veremos
en el capítulo correspondiente al alumnado, la política de dispensar los derechos de
matrícula, se seguirá de una forma absolutamente ancha y justa lo que, de algún modo,
refuerza la tesis presentada por Gorrindo en este aspecto.

Pero, aún dentro de esta idea de lo social, en lo que no podemos estar de acuerdo
con él, es en lo que quiere exponer en el siguiente párrafo: "Además, la excesiva
pobreza de la multitud de braceros que abunda en este suelo eminentemente agrícola, es
causa de una corriente de ideas antisociales... a las que es necesario poner dique,
extendiendo cuanto sea posible la idea del derecho y de la justicia".

O sea que Gorrindo cree que el hecho de existir una Universidad en una Córdoba
latifundista y socialmente injusta, en una época en la que el analfabetismo alcanza cotas
inimaginables, cuando la necesidad de cultura, con ser muy importante, está en segundo
lugar detrás de la necesidad del pan diario para la mayoría de los cordobeses. Gorrindo
piensa, repetimos, que la Universidad va a ser la panacea que remedie la tensión de
clases que existe, cuando lo que en realidad se va a conseguir es un mayor
distanciamiento. Y no es que pretendamos de ningún modo condenar el proyecto de
creación de aquella, pero sí el hecho de esgrimir razones sociopolíticas falsas. Seamos
sinceros: la Universidad va a ser, en general, para los pudientes; la Universidad va a ser
clasista, porque al lado de la liberalización de la enseñanza tendría que haber ido
aparejado un esbozo al menos de justicia distributiva. Pero abandonemos este terreno
de proyectos que fueron insolubles y que aún hoy siguen siéndolo...

La última razón aducida por Gorrindo, y que para un universitario ha de ser la


primera, es la perspectiva de alcanzar un mayor florecimiento cultural y científico para
Córdoba. Y en este sentido es curioso observar cómo un párrafo de su moción se refiere
exclusivamente a la Medicina. Dice así:

"Y es también de una importancia notoria el estimular la ciencia que


tiene por objeto formar generaciones robustas aliviando los males físicos tan
variados y en que tanto abunda, por desgracia, la naturaleza".

Tras exponer las razones de su proyecto, Gorrindo se refiere a la ayuda recibida


de parte de muchos profesionales de la Medicina y del Derecho, que además se hayan

315
dispuestos a hacerse cargo de las enseñanzas de las distintas asignaturas que
comprenden ambas carreras, únicas que, en principio, comprenderá la Universidad
Libre de Córdoba. Da las gracias a dichos señores por su generoso desinterés que les
lleva a no pedir a cambio remuneración alguna, si bien la Diputación "como muestra de
gratitud más que de recompensa" acordará una gratificación para ellos.

Termina Gorrindo su moción exponiendo los trámites a realizar cerca del Rector
de la Universidad de Sevilla para que las enseñanzas impartidas en el centro cordobés,
así como los títulos que pueda conferir en el futuro, tengan absoluta validez académica
según lo dispuesto en los artículos 5º y 10º del Decreto de 14 de enero de 1.869 y 27° y
28º del 6 de mayo de 1.870 y disposición 3.a de la circular de 14 de septiembre de
1.869.

La moción de Gorrindo es aceptada en su totalidad en la misma sesión del pleno.


El 15 de octubre de 1.870 pues, marca un hito importante en la historia de la ciudad, ya
que a partir de dicha fecha, contará con las facultades de Medicina y Derecho, dentro de
la recién fundada Universidad Libre de Córdoba.

En la misma histórica sesión se acuerda también el inmediato comienzo de los


estudios para el que se fija la fecha del día 2 del mes siguiente.

Parece todo muy precipitado pero hay que tener en cuenta que la moción de
Gorrindo se da a conocer al pleno después de haber organizado todo el proceso: Ya se
cuenta con locales adecuados, sitos en el Instituto de Segunda Enseñanza, que su
director D. Victoriano Rivera pone a disposición de la Universidad naciente y con el
Hospital de Agudos y Casa de Parturientas, donde se realizarán las enseñanzas prácticas
de la Facultad de Medicina. Se cuenta también con una cifra global de 32.500 pesetas,
desglosada en dos partes, 25.000 para gratificación de los profesores y 7.500 para
gastos de material, cifra evidentemente corta, aunque suplementada en esta hora con la
buena voluntad y deseos de todos. Y, sobre todo, cuenta Gorrindo con un cuadro de
profesores, alguno de los cuales han intervenido además, activamente, en la preparación
del proyecto, animados todos de un gran espíritu de servicio y de una gran vocación
docente. En esta hora, la intelectualidad cordobesa, superando idearios políticos o
intereses sectarios, se aglutina en bloque, bajo la dirección de D. Rafael Mª de
Gorrindo, para dar a luz la realización soñada de su Universidad, que significa "el
316
producto del esfuerzo de unos hombres en los que es fácilmente perceptible una
semejanza generacional basada en su credo liberal y progresista475".

Fundamentada así la creación de la Universidad Libre de Córdoba, con fecha 19


de octubre el mismo Gorrindo comunica al Rector de Sevilla D. Federico de Castro, la
certificación del acuerdo por el que dispone la Diputación Provincial costear de fondos
propios su mantenimiento, acompañando además el cuadro de profesores y las auto-
ridades académicas que han de regir el centro476. El Rector hispalense, ya hermanado
desde tiempo atrás con los sectores más demócratas cordobeses en la preparación de la
caída de Isabel II y krausista convencido, acoge favorablemente esta petición,
comunicando su asentimiento dos días más tarde477.

De todos estos hechos, la Diputación Provincial cordobesa da cuenta a los


habitantes de la provincia con la alocución siguiente:

"Solicita la Diputación Provincial de Córdoba en procurar por cuantos medios


están a su alcance, el desarrollo intelectual y moral de sus administrados, a pesar de la
crisis en que la coloca la notoria falta de recursos para llenar sus más urgentes
necesidades, e inspirada en el más levantado patriotismo ha acordado la creación de
una Universidad Libre que comprenderá por ahora, los estudios de las Facultades de
Derecho y Medicina hasta la Licenciatura inclusive.

Las simpatías que ha hallado este pensamiento en personas competentes han


sido de gran apoyo para que la Diputación pueda realizarlo, ayudada por los que de
manera más generosa y fina, se han prestado al desempeño de las asignaturas que
constituyen aquellas facultades.

[...] La juventud pues, de la provincia de Córdoba, cuenta ya en su suelo con una


Universidad donde puede recibir enseñanza y obtener títulos académicos tan válidos y
eficaces como los que hoy se confieren en los centros oficiales...478".

475
GOMEZ CRESPO, J.- "Los hombres de la Universidad Libre de Córdoba", Córdoba, Omeya, 18,
1971.
476
AHU-SE. Libro 646: oficio de D. Rafael M.:1 de Gorrindo al Rector de la Universidad de Sevilla, de
fecha 19-10-1870.
477
Ibíd., Libro 646: Oficio de D. Federico de Castro a D. Rafael Barroso, de fecha 21/10/1.870.
478
DIARIO DE CÓRDOBA, 18/10/1.870.
317
Así comienza su efímera existencia, la Universidad Libre de Córdoba.

Autoridades Académicas

El nombramiento de las autoridades académicas como ya hemos visto, se efectúa


en el mismo pleno de la Diputación Provincial del 15 de octubre. Es nombrado Rector
D. Rafael Barroso y Lora, Vice- Rector D. Victoriano Rivera y Decanos de las
Facultades de Medicina y Derecho D. Manuel de Luna y García y D. Ángel de Torres y
Gómez, respectivamente. Estos nombramientos son ratificados, un año después, por el
Claustro de la Universidad, una vez aprobado el Reglamento por el que ésta ha de
regirse479.

La figura de D. Rafael Barroso es digna de considerar, por cuanto constituye


parte principalísima en el funcionamiento de la Universidad Libre.

Nace en Córdoba en 1.825, hijo de un escribano público de número. Después de


estudiar Bachiller en la ciudad, cursa la Licenciatura de Derecho en Madrid,
terminándola el 15 de febrero de 1.848, tras lo cual vuelve a Córdoba donde comienza a
ejercer su profesión480. Sus éxitos como jurista y su matrimonio con D.ª María Pastora
Castillo, hija de un Comisario de Guerra destinado a Córdoba, le catapultan a una
sólida posición socio-económica en la ciudad, que se va a ver mejorada en breve,
cuando tras la Revolución de 1.854, es nombrado Alcalde 2Q y aumenta su patrimonio
con la compra, a bajo precio, de tierras comunales desamortizadas.

Militante del partido progresista desde su juventud, su ideología no le impide


ocupar puestos en el Ayuntamiento cordobés en los años del gobierno de O'Donnell,
cooperando así con la Unión Liberal, de la que éste es el líder481 . No obstante, siempre
permanecerá en las filas del progresismo al que habrá de representar en la Junta
Revolucionaria de Córdoba de septiembre de 1.868, fechas por las que ocupa un puesto
social envidiable y una posición económica más que desahogada.

7
AHU-SE. Libro 646: Oficio del Rector Barroso al Rector hispalense, comunicándole el nombramiento
de las autoridades académicas de la Universidad Libre de Córdoba de fecha 19-9-1871.
480
Ibíd., Leg. 1186, exp. 111.
481
ARANDA DONCEL, J., oc.., pp. 86-87.
318
Durante el Período Revolucionario, su actuación política, las más de las veces
entre bastidores, representa a los intereses de su partido que juega con su nombre e
influencia contra el enemigo común republicano. No obstante, ocupa la Alcaldía de la
ciudad en otoño del 69, tras el levantamiento federal, puesto que abandona cuando la
situación se regulariza y, posteriormente en 1.870 y 1.871, forma parte de la Diputación
Provincial.

Tras el obligado paréntesis de silencio político en el periodo republicano, vuelve


a formar parte del Ayuntamiento cordobés en enero de 1.874, después del golpe de
estado del general Pavía.

En todos sus años de vida pública, hay un problema que apasiona a D. Rafael
Barroso: el estado deplorable de la educación del pueblo, como lo prueba el alto
porcentaje de analfabetismo existente. Barroso, desde la presidencia de la Junta
Provincial de Instrucción Primaria, se preocupa de este aspecto consignando fondos
para la enseñanza, nombrando maestros, preocupándose de sus remuneraciones siempre
escasas y atrasadas, dotando escuelas y, en definitiva, impulsando la enseñanza en su
nivel elemental482.

También coopera en las enseñanzas que se instituyen en el Instituto de Segunda


Enseñanza en enero de 1.869, basados en la ampliación de los estudios, a las carreras de
Filosofía y Letras y Derecho, explicando "Historia y Elementos de Derecho Civil,
Común y Foral", asignatura correspondiente a la última facultad citada.

Lógicamente D. Rafael Barroso posee todas las condiciones indispensables para


ocupar el Rectorado de la naciente Universidad Libre: a su sólida formación de jurista
une su magnífica posición social y económica, representando además dentro del partido
progresista un papel preeminente conquistado en los muchos años de servicio a aquel.
Todos estos aspectos junto al de su decidida vocación docente, mueven a la Diputación
a poner la máxima dignidad académica en sus manos.

Hace compatible su cargo de Rector con el de profesor de la Facultad de


Derecho en su asignatura "Práctica forense" que impartirá durante los cuatro cursos de
vigencia de aquella.

482
Ibíd., p. 88.
319
Existe un punto, por demás significativo y casi grotesco en el hecho de que en el
curso 1.871-72, cuando se amplían los estudios universitarios de Córdoba hasta el
Doctorado, casi todos los profesores de ambas Facultades, van a aprovecharse de esta
coyuntura, entre ellos el mismísimo Rector, hasta entonces sólo Licenciado, que
alcanza el grado de Doctor con la memoria titulada Idea filosófica de la propiedad, su
extensión y modos de adquirirla, grado de Doctor que le otorga la Universidad de la
que él mismo es Rector; ¡peregrina situación académica de la que nos hemos de ocupar
más adelante483.

Sin embargo a nuestro juicio, D. Rafael Barroso cubre con absoluta dignidad su
puesto y en muchas ocasiones, es el paladín esforzado del centro universitario a su
cargo.

Recién nombrado Rector, el 22 de octubre escribe al Rector hispalense 1).


Federico de Castro, al que se dirige, dice, "para ofrecerle mi condición y asegurarle a la
vez, que en el desempeño de este honroso cargo, no omitiré medios que puedan
contribuir al desarrollo de tan fecundo y patriótico pensamiento"...484, ofrecimiento al
cual el sevillano responde que..., "al manifestarle mi gratitud por su leal ofrecí1 miento,
le felicito cordialmente por tan honroso cargo en cuyo desempeño acreditará V.I. su
celo e inteligencia y patriotismo para difundir la pública instrucción en beneficio de la
juventud estudiosa y en cuya ardua y meritoria tarea le ofrezco mis servicios, así como
mi más distinguida consideración personal...485".

Con esta magnífica inteligencia entre ambos Rectores comenzaba el


funcionamiento de la Universidad Libre; tendremos ocasión de ver en los capítulos
siguientes las relaciones que D. Rafael Barroso tiene con los sucesivos personajes que
desfilan por el Rectorado sevillano, no todos tan propicios como D. Federico de Castro.
Veremos también la lucha titánica del Rector cordobés por lograr la supervivencia de la
Universidad cordobesa, ya herida de muerte...

483
AHU.SE. Leg. 1186, exp.111.
484
DIARIO DE CÓRDOBA, 6063, 25-10-1870.
485
Ibíd., Libro 646: Oficio de I). Rafael Barroso a D. Federico de Castro de fecha 22-10-1870.
320
Inauguración

En apretada sucesión de fechas, todo se dispone de tal forma que el domingo, día
23 de octubre de 1.870, tiene lugar el acto de inauguración de la Universidad Libre que
significa además, la apertura del curso 1.870-71486.

Al acto, rodeado de todo el protocolo que el momento exige, asisten las


autoridades provinciales y municipales, así como el recién nacido Claustro en pleno. Es
un momento histórico de un día histórico en la vida cultural de Córdoba.

El discurso inaugural es pronunciado por D. Ricardo Illescas Giménez,


catedrático de la Facultad de Derecho en la asignatura de "Economía Política y
Estadística" y perteneciente a una familia cordobesa destacada en el ambiente socio-
cultural.

En su discurso, D. Ricardo Illescas comienza justificando la creación de la


Universidad Libre, hecho que según él "... responde a uno de esos pensamientos
gigantescos propios de las nobilísimas aspiraciones de un siglo entusiasta y regenerador
que, marchando rápidamente hacia el bello ideal del perfeccionamiento humano,
pretende reconstruir el edificio social sobre la sólida e imperecedera base de la
ciencia..."

Se refiere después a la organización docente anterior a la Revolución de


Septiembre, en la cual "... ni el reconocido celo de los ilustra dos profesores, ni sus
perseverantes trabajos, ni sus anhelantes propósitos bastaban a neutralizar el mefítico
influjo de la reglamentación...", haciendo hincapié en la concepción clasista de la
Universidad oficial tradicional, ya que sus beneficios "... sólo podían obtenerse por las
privilegiadas clases a quienes la fortuna les había sonreído, prodigándoles a manos
llenas, los dones de la riqueza...", injusticia que, según él afirma, la libertad de
enseñanza ha venido a solventar.

"Ya podemos pregonar en muy alta voz que ha llegado una época feliz para la
ciencia. El pobre y el rico, el artesano y el hacendado, el industrial y el obrero; todos
los que se sienten inspirados por ese suave aroma que la ilustración exhala, podrán
486
Ibíd., Libro 646: Oficio de Castro a Barroso, de fecha 25-10-1870.

321
venir a estos centros a enseñar y a saber, a instruirse y a transmitir sus conocimientos,
a perfeccionarse y a perfeccionar con su ejemplo, con sus virtudes y con los arranques
de su inteligencia; porque, al hacerlo, se encuentran poderosamente auxiliados por
unas leyes bienhechoras y sabias, que no distinguen de condiciones, ni de clases, ni de
jerarquías, ni de nacimientos, ni de nada absolutamente que sea aborrecible por desi-
gual y por monstruoso...".

Trata por último de la creación de la Universidad Libre de Córdoba, felicitando a


la Excma. Diputación Provincial por su iniciativa, al Ministro de Fomento, D. Manuel
Ruiz Zorrilla por hacer posible la libertad de enseñanza y al Rector hispalense, D.
Federico de Castro "uno de los más grandes hombres con que cuenta nuestra enseñanza
oficial...", que tanto ha apoyado el nacimiento de la Universidad cordobesa487.

Unos días después, el lunes 2 de noviembre de 1.870, comienzan las clases en


las dos Facultades creadas, bajo un clima de optimismo y de esperanza que alcanzará
cuatro cortos años. La Universidad Libre de Córdoba va a representar por tanto, sólo
una estrella fugaz, un fuego fatuo que surca el cielo del Período Revolucionario.

Otras corporaciones magisteriales

Vamos a revisar de forma sucinta en este apartado los establecimientos


dedicados a la enseñanza, que existen en Córdoba en el período que estamos
considerando, deteniéndonos no obstante, en el estudio histórico del Colegio de la
Asunción e Instituto de Segunda Enseñanza y ello por dos razones: en primer lugar por
ser "el primer establecimiento literario y científico con que cuenta Córdoba", como
recuerda D. Teodomiro Ramírez de Arellano en su libro Paseos por Córdoba; la
segunda razón de esta preferencia estriba en que en su edificio tendrán lugar las clases
de algunas asignatura de la Facultad de Medicina que nos ocupará ya a partir de la
Tercera parte de este trabajo.

487
ILLESCAS GIMENEZ, R, Discurso leído en la inauguración de la Universidad Libre de Córdoba,
Impr. del Diario de Córdoba, 1.870.

322
Los orígenes del Real Colegio de Nuestra Señora de la Asunción se remontan a
mediados del siglo XVI, cuando D. Pedro López de Alba, médico de Carlos I y de
Felipe II, decide, al carecer de descendencia, emplear su capital en alguna obra
benéfica. Aconsejado por el P. Juan de Ávila, patrocina una fundación que había de
servir de ayuda a los jóvenes pobres con vocación sacerdotal, teniendo en cuenta la
falta de Seminarios que hay a la sazón en Córdoba y aún en Andalucía, ya que el actual
de San Pelagio no será fundado hasta unos años más tarde.

Así, el 6 de diciembre de 1.569, bajo el pontificado de Gregorio XIII, reinando


en España Felipe II y siendo Obispo de Córdoba D. Bernardo de Fresneda, son
adquiridas las casas que Alfonso Fernández de Argote y su esposa D.ª Juana de Angulo
poseen en el lugar elegido. Construye allí el Colegio bajo la advocación de Nuestra
Señora de la Asunción, para lo que hubo de obtener bula pontificia, en fecha 9 de
diciembre de 1.574.

López de Alba nombra Rector vitalicio de la institución, siguiendo siempre los


consejos del P. Avila, al P. Pedro de Bujeda, de la Compañía de Jesús, el cual actúa
además, como administrador de los bienes de aquel, cortijos de Viafornilla y Toril y las
hozas de Manes que pasarían a engrosar el patrimonio de la fundación tras la muerte del
ilustre procer, acaecida en 1.588.

A la muerte de Bujeda, ocurrida en septiembre de 1.595, sus herederos, los


Jesuítas, nombran Patrono del Colegio al Deán D. Luis Fernández de Córdoba, futuro
Obispo de Málaga y Salamanca y Rector, al Licenciado Pedro de Ávila; en adelante se
suceden rectores y patronos hasta el 7 de septiembre de 1.725, en que se hacen cargo
del Colegio, en todos sus aspectos, los PP. Jesuitas. Bajo su dirección y aprovechando
unas casas próximas al Colegio, se amplía el edificio en 1.771 complementando así las
obras realizadas entre 1.605 y 1.613. Su hermosa capilla barroca también existía ya
desde 1.708, construida bajo el Rectorado de D. Gaspar Pineda y Ponce de León.

Cuando en la primera mitad del siglo XVIII queda extinguida la Compañía de


Jesús, el Colegio de la Asunción pasa a ser Colegio Real, bajo el patronato de la Corona
que delega su mando en una junta formada por personas cualificadas culturalmente y
por profesionales de la enseñanza de la ciudad.

323
A finales del siglo XVIII comienzan a establecerse sucesivamente enseñanzas;
en 1.798 comienzan los estudios de Ciencias; en 1.810 se crea una academia de Dibujo
que perdura muchas décadas; el mismo año se funda una cátedra de Latín y en 1.826 es
declarado Colegio de Humanidades, suprimiéndose los estudios de Teología que venían
impartiéndose desde su fundación488.

Muchas son las donaciones legadas y agregaciones de bienes que, durante la


larga vida de este Establecimiento han venido a enriquecerle; pero la más valiosa fue
sin duda la agregación del Colegio de Ciencias que bajo la advocación de Nuestra
Señora de Gracia había fundado en 1.506 el Capitán General de los Reyes Católicos, D.
Antonio Fernández de Córdoba, señor de la villa de Belmonte, y que hasta la
exclaustración de las órdenes regulares existió en el convento de San Pablo de esta
capital. La agregación se hizo por escrituras de concordia otorgadas en 1.839 y 1.848
entre los señores Marqueses de Villaseca, sucesores del Capitán Fernández de Córdoba
y el Director del Colegio y del Instituto Provincial489.

Este se imbrica en el Real Colegio de Nuestra Señora de la Asunción por Real


Orden de 29 de abril de 1.847, resultando de ello una suerte para el nuevo Instituto que
"a diferencia de esos centros que fueron instalados en edificios pertenecientes a
conventos desamortizados en los que hubo que improvisarlo todo490", se encontró con
un amplio local remozado y mejorado considerablemente.

La ubicación del Instituto de Segunda Enseñanza en el recinto del Colegio de la


Asunción, hizo que éste adquiriera un profesorado nuevo y prestigioso que escribió
muchas páginas de gloria en la historia de la benemérita institución. Las ampliaciones
de enseñanzas continuaron, construyéndose sucesivamente los Gabinetes de Historia
Natural y de Física, ejemplos entre los de su género.

Posteriormente, en 1.866, gracias a las gestiones de sus sucesivos directores,


Marqués de la Corte, I). Manuel Gadeo y, sobre todo, D. José Muntada y Andrade y al
apoyo prestado por la Diputación Provincial, se acomete la ampliación del edificio,

488
RAMIREZ DE ARELLANO, T., Paseos por Córdoba, Libr. Luque, 2. ed. Córdoba, 1.973, p. 425.
489
DIARIO DE CÓRDOBA, , 4/11/1.885.
490
GOMEZ CRESPO, J.- "El edificio del Instituto de Segunda Enseñanza de Córdoba", Anales del
I.N.E.M. "Luis de Góngora", Córdoba 1.972.
324
dotándolo de un amplio pabellón que corresponde a la fachada que hoy existe a la calle
Diego de León, edificación a la que se dio mayor altura para que no desmereciera del
edificio próximo dedicado al Hotel Suizo, que más tarde se demolería en beneficio del
ensanche de la actual Plaza de las Tendillas491.

En este edificio del Instituto de Segunda enseñanza, tendrán lugar las clases del
curso preparatorio de la Facultad de Medicina de la Universidad Libre de Córdoba.

Orden de 19 de Agosto de 1.847 comenzando en julio del año siguiente a


impartir sus enseñanzas que abarcan en un principio, sólo los estudios de Veterinario de
segunda clase seguidos de dos cursos. Son los pioneros de esta enseñanza en nuestra
ciudad D. Enrique Martín y D. Agustín Villar, que se reparten no sólo las asignaturas,
sino también la dirección y secretaría del centro. A partir de 1.857, los estudios se
amplían a cuatro cursos y por fin, el reglamento aprobado en 2 de junio de 1.871, ya en
plena euforia de la política de la libertad de enseñanza, la carrera de Veterinaria,
seguida en la Escuela cordobesa se equipara en todo, tanto en estudios como en validez
y amplitud del título alcanzado, a la de Madrid492. Esta Escuela de Veterinaria persistirá
a pesar de todo, constituyendo por muchos años, la única representación de la
enseñanza universitaria en la ciudad a la que dará prestigio nacional e
internacionalmente, hasta llegar a nuestros días en que ha constituido el germen de
algunos de los estudios universitarios instaurados —entre ellos los de Medicina— éstos
nacidos al menos, bajo el amparo y protección de esta Facultad de Veterinaria
cordobesa, decana y notoriamente famosa.

La Escuela de Bellas Artes es fundada por Real Orden de 20 de febrero de 1.866,


a propuesta de la Diputación Provincial, cuya Vice- presidencia ostenta D. Rafael de
Lara y Pineda; la Corporación, dice D. Teodomiro Ramírez de Arellano en su citada
obra, "penetrada de la urgente necesidad de facilitar medios conducentes a hallar el
renacimiento de las artes y del buen gusto, por tanto tiempo decaídos, a la altura que el
buen nombre y la importancia cada vez más creciente de la ciudad reclamaban, no solo
en sus manifestaciones respectivas a las Bellas Artes sino a sus infinitas aplicaciones a

491
GOMEZ CRESPO, J.- "El edificio del Instituto de Segunda Enseñanza de Córdoba", Anales del
I.N.E.M. "Luis de Góngora", Córdoba 1.972.
492
GOMEZ CRESPO, J - "Antecedentes sobre la implantación de la Universidad en Córdoba y política
cultural de la Diputación Provincial del siglo XIX" Córdoba Omeya 18, 1.971.
325
las artes mecánicas e industriales, concibió este patriótico proyecto y pidió al Gobierno
superior la autorización competente...493" .

Otros establecimientos docentes que existen por entonces en Córdoba y que,


prácticamente todos se perpetúan hasta nuestro tiempo, son la Escuela Normal de
Maestros, cuyo profesorado se distingue en la vida cultural de la ciudad y que, en
muchos casos forma parte también del estamento docente del Instituto de Segunda
Enseñanza; la Escuela de Agricultura, fundada en 1.857 y la Escuela Industrial de
Artes y Oficios, en 1.869, ambas creadas por la Diputación Provincial, dentro de la
política de extensión cultural que acomete en la segunda mitad del siglo XIX.

Por último, cabe citar el Seminario Conciliar de San Pelagio.

493
RAMIREZ DE ARELLANO, T. Op. cit p 201.
326
ESTATUTOS DE LA UNIVERSIDAD LIBRE DE CÓRDOBA494

CAPÍTULO I.
Del sostenimiento de la Universidad.

Artículo 1. ° La Universidad libre de Córdoba, creada por acuerdo de la Excma.


Diputación provincial en sesión de 15 de Octubre de 1870, está sostenida con fondos de esta
Corporacion.
Art. 2. ° Ademas de las cantidades que dicha Corporacion provincial consigne para
sostenimiento de la Universidad en su presupuesto, se considerarán como ingresos propios
aplicables al mismo objeto los productos de las matrículas, los de los grados que se
confieran y títulos académicos que se expidan.

CAPÍTULO II.

De la validez académica y extensión de los estudios.

Art, 3. ° Declarado por el Sr. Rector de la Universidad de Sevilla comprendido este Centro
literario en el decreto de 14 de Enero de 1869, todos los actos académicos que en él se
verifiquen tendrán tanta validez académica como si se practicara n en los Centros oficiales
sostenidos con fondos del Estado.

Art. 4. ° La Universidad cumplirá con todos los requisitos que exija la legislación
vigente á los efectos del artículo anterior.
Art. 5. ° La Universidad libre de Córdoba comprenderá, por ahora, las enseñanzas
correspondientes á las facultades de Derecho, sección de Derecho civil y canónico, y de
Medicina, hasta el Doctorado inclusive en ambas» El cuadro de asignaturas en cada
facultad se formará incluyendo en él, por lo menos, todas las que se manden explicar en los
Centros oficiales.

CAPÍTULO III.

Del gobierno de la Universidad

Art. 6.° La Excma. Diputación provincial es la Autoridad superior de la Universidad


libre, y como á tal corresponden: la facultad de formar y modificar el Reglamento, de
proveer las Cátedras vacantes, la de revisar y aprobar las cuentas del Establecimiento y
presidir en la solemnidad de la apertura del curso.

494
REGLAMENTO DE LA UNIVERSIDAD LIBRE DE CÓRDOBA, imprenta del Diario Córdoba,
1.873.
327
Para los efectos de validez académica en los exámenes y demás actos académicos que tengan
lugar en la Universidad libre de Córdoba, este Centro so encuentra relacionado con la
Universidad literaria de Sevilla.

Del Claustro.

Art. 7. a Constituyen el Claustro deja Universidad el Rector, el Vice-Rector, los Decanos,


los Secretarios de Facultad y todos los demás Catedráticos
Art. 8. ° El Claustro será convocado y presidido por el Rector ó por quien haga sus veces.
Art. 9. ° Corresponde al Claustro:
1 ° La elección del Rector, del Vice-Rector, Decanos y Secretarios de facultad y el
nombramiento de auxiliares.
• ° Formar los presupuestos de gastos é ingresos.
• ° Acordar la suspension de los Catedráticos y proponer su destitución, cuando
la juzguen necesaria, á la Excma. Diputación provincial.
• ° Proponer á la Excma. Diputación provincial las modificaciones que deban
introducirse en este reglamento.
Art. 10. El Claustro deberá reunirse:
° Para la apertura del curso.
° Para dar posesion á los Catedráticos.
° Cuando se hayan de conferir los grados de Doctor.
° Para todos los extremos queso mencionan en el artículo noveno.
° Cuando lo soliciten de oficio tres ó mas Catedráticos.
° Cuando el Jefe del Establecimiento lo juzgue conveniente.

Art, 11. Para que pueda actuar y constituirse el Claustro será precisa la asistencia de la
mitad mas uno de los que lo componen.
Art. 12. Todos los acuerdos se tomarán por mayoría de votos. En caso de empate decidirá el
voto del presidente.
Art. 13. Todas las votaciones del Claustro serán públicas, excepto en el caso de que se
refieran á personas, ó cuando tres ó mas Catedráticos soliciten que sean secretas. No podrá
abstenerse de votar ninguno ele los presentes que tenga derecho á ello; pero sí salvar su voto
en el acto y razonarlo.
Art. 14. Los Catedráticos podrán usar de la palabra siempre que lo estimen conveniente,
previa la vénia de la presidencia.
Art. 15. A petición de cualquiera individuo del Claustro podrá el presidente declarar un
punto bastantemente discutido y proponer que se proceda á la votación.
Art. 16. El Secretario general de la Universidad redactará las actas del Claustro,
firmándolas con el Rector, después de aprobadas en la sesión siguiente.
Art. 17 Cuando el Secretario general no sea Catedrático de la Universidad, concurrirá á las
sesiones del Claustro con voz para informar, pero sin voto.

CAPÍTULO IV.

Rector.

Art. 18. El Rector es el jefe inmediato de la Universidad.


En el desempeño de su cargo le corresponde:

328
• ° Cumplir y hacer que se cumplan los acuerdos del Claustro y las órdenes que
emanen de la superioridad.
• ° Adoptar las disposiciones convenientes para la conservación del orden y
disciplina escolástica.
• ° Visitar las clases cuando lo crea necesario,
• ° Vigilar cuanto á la enseñanza concierne, á fin de que se dé con el esmero
debido.
• ° Amonestar reservadamente á los Catedráticos, cuando incurran en faltas que
lo requieran.
• ° Reprender á los Profesores ante el consejo de Decanos., si hubiere sido
ineficaz la amonestación de que habla la regla anterior.
• ° Dar cuenta al Claustro de las reincidencias de los Profesores en faltas que no
se hubiesen corregido, despues de haber empleado las reprensiones de que hacen mérito las
reglas precedentes,
• ° Convocar y presidir el Claustro y los consejos de Decanos.
• o Conferir el grado de Doctor.

Art. 19. • El Rector presidirá con voto los consejos de disciplina á que asista, y en todo
caso ejecutará sus acuerdos.
Podrá así mismo:
1.° Representar á la Universidad en los actos oficiales, acompasado del número de
Profesores que estimare conveniente.

2.° Nombrar los Profesores que han de representar á la Universidad, cuando juzgue
oportuno acceder á las invitaciones que se hagan á la Corporación.
Art. 20. Es obligación del Rector autorizar con su firma los acuerdos y documentos que
emanen del Claustro y de la Secretaría general.
Art. 21. Firmar y dirigir la correspondencia oficial.
Art. 22. Dar posesion y suspender de ejercicio á los empleados que nombre la Excma.
Diputación provincial para el servicio de la Universidad.
Art. 23. Distribuir los empleados y dependientes entre las facultades y oficinas como
mejor convenga al servicio.
Art. 24. Dirigir la administración económica de la Universidad.
Art. 25. El Rector percibirá,á mas de lo que como Catedrático le pertenece, parte doble
en los derechos de exámenes y grados.

CAPÍTULO V.

Del V ic e- Rec to r

Art. 26. El Vice-Rector desempeñará el Rectorado en caso de vacante, en las ausencias y


enfermedades del Rector, y por delegación de éste.
Art. 27. Sustituirán al Vice-Rector los Decanos
por orden de antigüedad en el ejercicio de su cargo; y en igualdad de fochas en el
nombramiento, se atenderá á la del título académico.

329
CAPÍTULO VI.

De lo s d eca no s.

Art. 28. Los Decanos serán nombrados, como los Rectores, por el Claustro de
Catedráticos, dándose cuenta de ello á la Excma. Diputación provincial.
Art. 29. Los Decanos son jefes inmediatos en sus respectivas facultades.
Les corresponde, por tanto:
Cuidar de que se cumpla este reglamento, así como las demás disposiciones
superiores relativas al órden de los estudios y régimen interior de la facultad.
• ° Vigilar por que la enseñanza se dé cumplidamente, pudiendo para ello visitar
las Cátedras cuando lo crean necesario.
• ° Convocar, poniéndolo en conocimiento del Rector, y presidir el consejo de
disciplina.
• ° Imponer á los alumnos las penas para que se les faculta en este reglamento.
• ° Designar los dias y horas en que han de verificarse los exámenes y grados.
6.° Convocar y presidir las juntas de Profesores.
7.° Ordenar la formación del presupuesto de la - 10 — fa cu lta d con arreglo á los
particulares remitidos por los Catedráticos.

• ° Firmar los títulos académicos en la forma que previenen las disposiciones


superiores.
• ° Suspender de ejercicio á los dependientes de la facultad, poniéndolo en
conocimiento del Rector, cuando faltasen al cumplimiento de sus deberes.
Art. 30. Los Decanos de las facultades establecidas en distinto edificio de aquel donde el
Rector tenga su despacho, serán jefes locales de él, estando á su cargo el régimen interior
del mismo.
Art. 31. Los Decanos percibirán, á mas de lo que en concepto de Catedráticos les
corresponde, parte doble en los derechos de exámenes y grados.
Art. 32. Los Decanos autorizaran con su firma los acuerdos y documentos que emanen de
las juntas de Profesores.
Art. 33. Sustituirá al Decano de la facultad el Catedrático mas antiguo de la misma..

CAPÍTULO VII.

Organización del profesorado; sus deberes y obligaciones.

Art. 34. La Excma. Diputación provincial determinará la forma de ingresar en el


Profesorado.
Art. 35. Cada Catedrático deberá proponer al Claustro, antes de la apertura del curso, el
auxiliar que haya de sustituirle en ausencias y enfermedades, Los auxiliares deberán reunir
los mismos títulos y circunstancias que se exigen á los Catedráticos, pudiendo recaer dicha
sustitución en cualquiera de estos.

Art. 36. Es obligatorio para los Catedráticos y auxiliares:

330
• ° Obedecer y respetar á sus jefes, ayudándoles en el mantenimiento del orden y
disciplina escolástica.
• ° Asistir puntualmente á Cátedra, así como á los exámenes, ejercicios, juntas y
demás actos oficiales á que sean convocados por el Rector ó Decanos.
• ° Cumplir las obligaciones que se prescriben en el capítulo XIII.
Art. 37. Los catedráticos no podrán desobedecer las órdenes de sus superiores; pero les
será lícito exponerles, á solas y con el debido respeto, los inconvenientes que á su juicio
ofrezca el cumplimiento de lo mandado. En el caso en que el jefe insista, obedecerá el
Catedrático, quedándole salvo el derecho de recurrir en queja al/Claustro universitario.
Art. 38. Cuando un Catedrático se negase á obedecer al Rector ó al Decano, quedará
sujeto á las prescripciones de que hablan las reglas 5. a , 6ª y 7. a del artículo 17.
Art. 39. Si el Catedrático penado quisiese pedir gracia, deberá hacerlo por conducto del
Rector, quien informará la instancia, remitiéndola al Claustro de Profesores.
Art. 40. Cuando un Catedrático no pueda asistir á clase, por ausencia, enfermedad ú otra
ocupación urgente, dará aviso al Decano de su facultad y al auxiliar que haya de sustituirle
en el desempeño de su cargo.

Art. 41. Si por algunas de las indicadas causas dejase de asistir á cualquiera á que se le
invite, deberá ponerlo en conocimiento del jefe que le haya convocado, para que éste nombre
quien le sustituya.
Art. 42. En los ejercicios de exámenes y grados corresponde la presidencia al juez que
sea Catedrático mas antiguo, á no ser que forme parte del jura- do el Rector, Vice-Rector ó
el Decano, que presidirán los actos literarios á que asistieren. Será Secretario el juez mas
moderno, ó el sustituto si lo hubiere.
Art. 43. - Los Catedráticos no podrán enseñar fuera de la Universidad asignatura alguna
propia de la facultad de que sean Profesores.
Art. 44. Los sustitutos podrán enseñar privadamente con autorización del Rector.
Art. 45. Tienen derecho los Catedráticos á elegir el método que juzguen mas conveniente
en la enseñanza de su asignatura, y á que se les dispense la asistencia á clase en caso de
enfermedad, ausencia ú ocupacion grave á juicio del Rector.
Art. 46. Los Catedráticos distribuirán entre sí por partes iguales los ingresos de
exámenes y grados. Las personas extrañas y auxiliares que formen parte do los jurados so
considerarán como Catedráticos á los efectos de este artículo.
CAPÍTULO VIII.

Del Secretario general.

Artículo 47. Desempeñará el cargo de Secretario general un Catedrático, ú otra persona


competente á juicio del Rector. Si fuese Catedrático será nombrado por el jefe del
Establecimiento y á propuesta del Claustro; en caso contrario, lo será á propuesta del mismo
y por la Excma. Diputación provincial.
Art. 48. Son obligaciones del Secretario:
• ° Dar cuenta al Rector de lo concerniente al gobierno y administración de la
Universidad.
• ° Instruir los expedientes y extender las consultas y comunicaciones que el
Rector le encomiende.
• ° Redactar y firmar las actas del Claustro.

331
• ° Llevar ordenadamente y según las prescripciones oficiales los libros de
matrícula, exámenes y grados y formar los espedientes de los alumnos.
• ° Pedir y despachar las acordadas necesarias para la comprobacion de los
documentos presentados por los alumnos.
Fijarlas cédulas de aviso para los actos acordados por el Rector.
7.° Expedid previa la autorización del mismo, y con arreglo á los antecedentes que obren
en Secretaría, las certificaciones que reclamen los interesados.
8.° Recaudar los ingresos y hacer efectivos los libramientos que el Rector expida.
9/ Llevar un libro en que anotará por fechas las partidas de ingresos y salidas, con
arreglo á las formalidades y prácticas de la contabilidad provincial.
• Presentar en los quince primeros dias del curso á la aprobación del Claustro el
presupuesto de gastos de la Secretaría en el año entrante y la cuenta justificada de los
mismos en el vencido.
• Formar la nómina para el pago de los Profesores, empleados y dependientes de
la Universidad.
• Cuidar con esmero del archivo, clasificando metódicamente los documentos que.
en él existan.
Art. 49. Percibirá el Secretario por su cargo el dos por ciento de los ingresos, mas los
derechos de
!as certificaciones que expida.
Art. 50. Sustituirá al Secretario en ausencia,
enfermedad ú ocupacion justificada el Vice-Secretario con las mismas atribuciones que
aquel, mientras desempeñe su cargo.

CAPÍTULO IX.

Del Secretario de facultad.

Artículo 51. Será Secretario en cada facultad el Catedrático que elija la junta de
Profesores.
Art. 52. Si un Secretario elegido tuviese que exponer razones-para no aceptarlo recurrirá
al Claustro universitario.
Art. 53. Es obligación del Secretario de facultad:
• ° Dar cuenta al Decano de los expedientes de grados y demás asuntos en que
haya de entender.
• ° Extender y firmar las comunicaciones y consultas que se ofrezcan con arreglo
á las indicaciones del Decano.
• ° Redactar las actas del consejo de disciplina y las diligencias de investidura
del grado de Doctor.
• ° Cuidar de la metódica clasificación de los documentos de la Secretaría.
Art. 54. El cargo de Secretario de facultad será gratuito y obligatorio.
Art. 55. Sustituirá al Secretario de facultad un Vico-Secretario nombrado por el Decano.
Art. 56. El cargo de Secretario de facultad durará tres años; pero el saliente puede ser
reelegido.

CAPÍTULO X.
332
De las juntas de Profesores.

Artículo 57. Las juntas de Profesores las componen los Catedráticos de cada facultad,
Art. 58. Los Decanos convocarán las juntas de Profesores dos veces á lo menos durante
el curso para tratar del régimen literario do la facultad.
Art. 59. Se reunirá también:
1° Para la formación del cuadro de asignaturas.
° Para ia redacción de los presupuestos anuales de la facultad.
° Para tratar de cualquiera otro asunto, ya facultativo, ya de gobierno, en que
el Decano crea oportuno consultarle.
° Cuando dentro de la facultad se celebre algún acto que merezca á juicio del
Decano la presencia de todos los Profesores.
Art. 60. En cuanto al orden de las discusiones, votaciones y redacción de actas» se estará
á lo dispuesto en el Capítulo III; artículos 10, 11, 12, 13, 14 y 15.

C AP IT UL O X I.

De lo s co n s ejo s d e d i sc i p li na .

Artículo 61. Compondrán el consejo de disciplina de cada facultad los Catedráticos de la


misma presididos por el Decano, salvo el caso previsto en el artículo 19.
Art. 62. El Secretario dé la facultad lo será del consejo de disciplina.
Art. 63. El Decano convocará al consejo de disciplina para todos los asuntos de que deba
conocer. Constituido el consejo en Tribunal dictará su fallo en el mismo dia, prévio un juicio
verbal y sumario en averiguación del hecho ó hechos que hubieren motivado su reunión.
Art 61. Se citará oportunamente al acusado para oírle en consejo; sí dejase de
comparecer por
su voluntad, resolverá no obstante el consejo de disciplina.
Art. 65. El Secretario extenderá y firmará el acta que será rubricada por todos los
vocales.
Art. 60. No podrá el consejo imponer mas penas que las enumeradas en los capítulos XIII
y XVII.
Art. 67. El Decano dará inmediatamente cuenta al Rector de lo acordado por el consejo,
publicando el fallo en el tiempo y forma acordada por este.
Art. 68. El Rector dará aviso á cada alumno penado del castigo impuesto por el consejo,
y procurará asi mismo ponerlo en conocimiento de los padres ó encargados.

CAPITULO XII.

De la e ns eña n za .

Artículo 69. La apertura y duración del curso, los exámenes ordinarios y


extraordinarios, los ejercicios de grados y oposiciones á premios, se ajustarán en un todo á
la ley de instrucción pública, vigente para los establecimientos oficiales.
El Rector es el encargado de dar cumplimiento á estas disposiciones.
333
Art. 70. Al verificarse la apertura de los estudios, terminada la lectura del discurso
inaugural y hecha la distribución de premios, el presidente pronunciará la siguiente
fórmula: «En nombre de la Excma. Diputación provincial de Córdoba declaro
abierto el curso académico de 18... á 18...»
CAPITULO XIII. del orden de las clases.
Artículo 71. Para el sostenimiento da éste se atendrán los Profesores y alumnos á las
siguientes disposiciones:
Art. 72. Para los efectos de este capítulo se considerarán los concurrentes á una clase
como matriculados ú oyentes.
Los primeros pueden ser: Matriculados inscritos, ó simplemente matriculados.
Los oyentes pueden ser: escolares que asistan á una enseñanza que no sea de su
matrícula, ó simplemente oyentes.
Art. 73. Las clases serán públicas; pero en ellas todo alumno matriculado tendrá
derecho á ocupar en la clase un asiento de numero fijo, y á tomar parte en las conferencias,
repasos ó ejercicios prácticos que el Profesor estableciere para mayor instrucción de sus
discípulos. Este derecho, sin embargo, supone por parte del alumno la presentación al
Profesor dentro del primer mes del curso, de su documento de matrícula, para tener el ca-
rácter de inscrito de que habla el artículo anterior.
Queda, sin embargo, facultado el Profesor para prorrogar hasta que lo estime
conveniente este plazo de admisión en su clase.
Art. 74. Los alumnos simplemente matricula - dos, que serán los que no cumplan con este re-
quisito, se entiende que renuncian al derecho que dá la inscripción.

Art. 75. Los alumnos inscritos, se entenderá también que renuncian su derecho quedando
igualmente con el carácter de simplemente matriculados, en los casos siguientes:
° Si no asistieren continuamente á las lecciones.
° Si se excusasen repetidas veces d e tomar parte en las conferencias, repasos ó
ejercicios prácticos que les encomendare el Profesor.
Art. 70. Los Profesores pasarán lista cuando lo creyeren conveniente, para asegurarse
de la asistencia de los inscritos en ella; y para informarse de su aplicación y progreso, les
harán asimismo preguntas frecuentes, excepto en las asignaturas del doctorado.
Art. 77. Si S 3 matriculasen tantos alumnos en una asignatura, que haya motivo para
temer que el número perjudique al aprovechamiento, se dividirá la clase en dos secciones,
estableciéndose un curso doble de la asignatura, en la forma que determine el Decano de la
facultad respectiva.
Art. 78. Ningún alumno podrá tomar la palabra sin licencia del Profesor; pero podrá
consultarle, despues de terminada la clase, las dudas que se le ofrezcan.
Art. 79. El alumno inscrito ó matriculado que faltare gravemente en la clase al respeto
debido al Profesor, será expulsado de ella en el acto y juzgado por el consejo de disciplina.
Art. 80. En el caso de que los simplemente.

334
SOCIEDAD

335
SOCIEDAD

La Córdoba de comienzos del último tercio del siglo XIX, se desenvuelve en un


ambiente cultural que es fiel reflejo de la estratificación social de su población, rasgo
que puede hacerse extensivo a toda la región andaluza... Al lado de minorías
intelectuales, constituidas por gentes procedentes de la nobleza y de la media y alta
burguesía, sobresale la gran masa de analfabetos, cuya redención, al menos en teoría, es
una de las intenciones enunciadas por el nuevo status político.

Bien es verdad que la libertad de enseñanza y el talante político avanzado de casi


toda la intelectualidad cordobesa, va a constituir caldo de cultivo idóneo para que
proliferen toda suerte de instituciones culturales, asociaciones científicas y
manifestaciones en fin, de ese deseo de superación en la educación y en la enseñanza,
que la Revolución lleva implícito. Pero no es menos cierto que en esta superación
cultural, no todas las clases sociales van a participar del mismo modo, pues en las
citadas instituciones y asociaciones en las que se intenta hacer volver a nuestra ciudad a
sus pasadas grandezas, se repiten los mismos nombres, los mismos rostros y las mismas
actitudes; la cultura sigue siendo patrimonio de las clases acomodadas que aprovechan
el analfabetismo del pueblo llano para seguir manteniendo su preeminencia
sociopolítica.

Dejando a un lado los convulsos avatares de la política decimonónica, la herencia


del "siglo del progreso" en el ensamblaje social y en la propia imagen urbana de la
milenaria Córdoba fue, naturalmente, mucho más endeble que en otras poblaciones
españolas cuyas fuerzas vivas supieron amoldar sus estructuras económicas y sociales a
las nuevas realidades de la civilización contemporánea.

Así pues, en correspondencia con su tradicional inmovilismo, la Córdoba del XIX


se ofrecía aún al visitante como una ciudad capaz de impresionar por la fisonomía
oriental de su casco intramuros -482 calles la mayor parte angostas y entrecruzadas en
una trama laberíntica, 18 plazas y alrededor de 5.000 casas, un 10% de ellas en minas-
y donde se hacía evidente las grandes carencias de infraestructuras y servicios públicos.
Teófilo Gautier destacaba mediado el siglo su "aspecto africa no"; "parece que los
moros la han abandonado ayer" escribía Blackburn en 1866 y el mismo Baroja todavía

336
a comienzos del s. XX incidía en la misma idea en La Feria de los Discretos novela
cuya acción se situó en la Ciudad de los Califas.

Pero a pesar de esa evocadora imagen oriental reforzada por la estampa que de
ella dejaron los viajeros románticos, Córdoba no permaneció totalmente inmóvil y sobre
todo a partir de la segunda mitad del XIX terminó abriéndose, si bien muy lentamente, a
los modelos de organización espacial y de servicios acuñados por el urbanismo burgués.
En consecuencia, fenómenos como la desamortización (1.835 y 1.855), la llegada del
ferrocarril (1.859), y en, cierta medida, un incipiente desarrollo económico y
demográfico -Córdoba pasó de 42.09 habitantes en 1.857 a 56.097 en 1.900-,
contribuyeron de manera irreversible a modelar una imagen mucho más cercana a la
ciudad que hoy conocemos.

Es el momento en que los terrenos liberados de los conventos de San Martín, de


los Mártires y de la Victoria se emplearon para construir zonas de esparcimiento y
recreo como el paseo de Gran Capitán (1.838, 1.865), la ronda de los Mártires (1.858) y
el Paseo de la Victoria (1.868), lo que hizo posible ampliar el espacio dedicado a la
popular Feria de la Salud cordobesa. Otros inmuebles sirvieron para abrir plazas y
calles - Cardenal Toledo, calle del Duque de Fernán Núñez...etc- o fueron dedicados a
funciones de distinta naturaleza -médico-asistenciales, militares, administración...-.

La fiebre destructora que arrasó en el XIX las murallas medievales de la mayoría


de ciudades españolas, también dejó su huella en la ciudad que entre 1.852, en que se
derribó la puerta del Rincón, y 1.905, en que se hizo lo propio con la de Osario, vio
desaparecer gran parte de su recinto amurallado y once de sus trece puertas algunas de
hermosa traza. El secular recinto urbano cordobés se abría así a un tráfico rodado cada
vez más intenso, a la vez que se ponía en manos de las fuerzas vivas amplios espacios
abiertos donde instalar sus nuevas residencias o negocios en los aledaños de las nuevas
rondas y paseos.

El proceso de modernización urbana que acabamos de apuntar y la paulatina


mejora de infraestructura y servicios públicos como el empedrado y acerado de viales
(1.842), la limpieza de calles y recogida de basuras permanente (1.846), alumbrado
público (1.831 aceite y 1.882 electricidad), construcción de mercados (Sánchez Peña y
Santa Clara 1.880)... etc., constituían sólo síntomas de cierto desarrollo y progreso para
337
una sociedad poco dispuesta a tomar definitivamente la senda del futuro, una sociedad
en la que las fuerzas del Antiguo Régimen mostraban su pujanza y su vigor aun
habiendo perdido sus privilegios legales ante el huracán de la revolución liberal.

Y en efecto, esa es la imagen que se percibe al observar la realidad socio-


económica de Córdoba hasta bien entrado el siglo XX. Las abundantes y variadas
fuentes de información de la época son suficientemente esclarecedoras; entre un 45 y un
50% de los cordobeses en edad de trabajar dependían de la agricultura para sobrevivir -
los jornaleros- o para vivir en la opulencia -los terratenientes-. Como lógico reflejo, las
estructuras sociales y las relaciones de poder a lo largo del XIX estuvieron bajo el
control de una gran burguesía de corte rural cuyos principales nombres ya conocemos y
en la que se fueron integrando individuos provenientes de sectores mercantiles,
banqueros, antiguos administradores de fortunas nobiliarias elevados a la categoría de
terratenientes por compras a sus propios patronos, altos funcionarios y algún elemento
surgido de otros sectores económicos cuyo número e influencia nunca limitó la
raigambre agraria y aristocratizante de esa "buena sociedad cordobesa".

En el extremo opuesto, las clases populares, en un proceso de proletarización


creciente ante la inevitable ruina del sistema artesanal y el empuje del capitalismo
moderno, sobrevivían a expensas en su mayor parte de actividades económicas
vinculadas al sector primario donde el paro estacional y los bajos niveles salariales eran
una dura realidad cotidiana. Un recorrido por los barrios de Santa Marina, la
Magdalena, San Lorenzo, Espíritu Santo..., bastaba para ponerse en contacto con lo que
ya empezaba a denominarse "la cuestión social", una situación de deterioro progresivo
en las condiciones de vida y de trabajo de las clases populares, minadas por la pobreza,
por el embrutecimiento y la ignorancia ante el analfabetismo creciente, y cuando la
crisis les golpeaba, por la propia marginación social a que sus miembros se veían
empujados.

Ante este estado de cosas no resulta, pues, extraño que en el último tercio del XIX
Córdoba fuera terreno abonado para la difusión de movimientos y doctrinas de
liberación social y que fuera escenario en 1872 de un importante congreso de las
secciones españolas de la I Internacional donde el anarquismo salió fortalecido y
triunfante. Junto al relativo auge del movimiento obrero de inspiración anarquista y, en

338
menor medida socialista siempre sometido a riguroso control y en algunos momentos a
su total represión por parte del poder constituido, la antigua sede de Osio también dio
cobijo a la interesante iniciativa del Obispo fray Zeferino González (1.875-1.883)
fundador y principal impulsor de los Círculos Católicos de Obreros (22-IV-1.877)
instrumentos asociativos con los que este activo dominico pretendía detener el avance
del socialismo entre la clase obrera cordobesa proporcionándole trabajo, educación y
cajas de socorro en los momentos difíciles.

Pero volviendo a la caracterización social y económica de la Córdoba del XIX,


al margen de la abrumadora presencia del sector primario, poco se puede decir de las
demás actividades productivas y de su incidencia en la conformación de una clase
media urbana capaz de amortiguar la progresiva polarización y radicalismo de la
sociedad cordobesa. La debilidad del que fuera sector puntero de la economía
contemporánea -la industria- y de los servicios era un hecho incontestable a tenor de los
porcentajes de población activa que le atribuyen los padrones y censos de riqueza -en
torno a un 22 y 28% respectivamente hacia 1900-. No faltaron, eso sí, algunas
iniciativas como la de Sánchez Peña, comerciante y principal promotor en 1846 de una
moderna fábrica de sombreros con tecnología y métodos de producción traídos de París.

A pesar de todo ello, hay que afirmar que en esta época Córdoba comienza a
despertar de la modorra que le produjo la intensa actividad de sus lejanos días de gloria,
cuando ahíta de grandezas romanas y moras, se durmió en su lecho del Guadalquivir
bajo los susurros de sus aguas eternas...; sueño de siglos apenas interrumpido por
momentáneos destellos de conciencia...

Visitas Reales

Uno de los mayores eventos con los que podía ser agraciada una ciudad en las
postrimerías del siglo XIX era la visita de algún miembro de la Casa Real. Por el
significado y repercusión que ello conllevaba las Corporaciones Municipales no
dudaban en agasajar al ilustre visitante con todos los parabienes que la maltrecha
economía local permitía. No obstante, independientemente de cuestiones de índole
económico, la estadía significaba un marco inmejorable de notoriedad en al ámbito
nacional, por lo que, tanto los cargos públicos como las élites provincial se procuraban

339
asistir y colaborar en todo lo posible con miras a un reconocimiento social y a una
posible mejora de contactos y relaciones con la Corte.

En nuestro periodo de estudio son varias las visitas que personajes reales hacen a
la ciudad de la Mezquita: Isabel II, Alfonso XII, duques de Montpensier…, veamos,
sucintamente algunas de ello, y toda la repercusión que conllevo para una pequeña
ciudad adormecida andaluza.

VISITA DE ISABEL II

El 17 de octubre de 1.876, después de su exilio en París, vuelve a pisar tierra


cordobesa. Habían pasado 14 años desde que estuviera por última vez en la ciudad,
concretamente, el domingo 14 de septiembre de 1.862. Eran las 15:25 horas cuando las
autoridades locales las recibieron en una lujosa tienda cercana a “La Choza del
Cojo495”.

Para preparar las festividades con las que agasajar a la reina madre, el
Ayuntamiento, bajo mandato de Tomás Conde Luque, en sesión ordinaria, el 16 de
septiembre de 1.876 dispuso encargar a los señores Mariano Lohez, Eduardo Álvarez,
Andrés Lasso de la Vega, Agustín Gallegos y Gerónimo Sanz la creación de una
comisión que evaluara los medios con los que podía contribuir el Ayuntamiento, que
junto con la Diputación provincial eran los encargados del recibimiento496.

Una de las primeras medidas adoptadas por la Comisión fue la de encargarse de


la decoración de las habitaciones de la estación de ferrocarriles. La misma, estaba
compuesta por dos arcos florales que se colocarían a la entrada de la dirección de
Madrid y otro en la de Sevilla. Otro arco más en la entrada del recinto y un pequeño
templete ubicado justo en el sitio donde realizaría la parada el tren de la madre del
monarca. Además, los andenes irían engalanados con gallardetes497 y banderas y a los
lados se colocarían dos estrados con asientos para las autoridades. Por último, se

495
CRUZ GUTIÉRREZ, J., La casa real española y el círculo de la amistad de córdoba, Córdoba, 1.995,
pp. 3-4.
496
A.H.M.CO, Expediente relativo a las festividades preparadas con motivo de la recepción de la Reina
Madre Dª Isabel II, Sección 1- Fueros Privilegios, acontecimientos reales, Caja 5, Expediente 37, pp. 3-
4.
497
Las coronas de flores fueron encargadas al convento de Santa Ana con un coste final para las arcas
municipales de 160 reales. Ibid., p. 36.
340
colocaría un lienzo con inscripciones dedicatorias a Isabel II. Toda esta infraestructura
decorativa se puso bajo la dirección del arquitecto municipal Rafael de Luque498.

El Gobernador civil –Agustín Salido- mientras tanto visitaba los pueblos por
donde pasaría el real vagón en su viaje hacia Sevilla para examinar personalmente los
preparativos que se estaban llevando a cabo a fin de recibir con toda la “solemnidad
debida” a la Reina y sus hijas499.

El día 14, se publica en el Boletín Oficial de la Provincia de Córdoba un


bando oficial por el que se hacía pública la visita, encomiando a los cordobeses a
comportarse a la altura del evento. Para ello, se informa que se hará un repique de
campanas, habrá un almuerzo en la estación y la Gobernación esperaba que el clima de
júbilo se extendiera por toda la ciudad500. Con tal fin se dieron a conocer una serie de
disposiciones para el buen discurrir:

1- Los andenes de la estación de ferrocarriles sólo podrían ser ocupados por


la Corporación municipal y los personajes invitados debido al poco
espacio existente.

2- Los invitados deberán presentar su billete para el acceso a la estación.

3- Se prohibía la circulación de carruajes por la explanada del paseo de la


estación; actuando la guardia civil con las medidas oportunas en el caso de
desobediencia o aparcamientos indebidos.

4- Las personas que estimaran oportuno asistir al recibimiento se colocarían


en las explanadas que hay a derecha e izquierda de la estación, frente a la
huerta alta de la Reina y frente a Cercadillas.

5- Quedaba terminantemente prohibido el lanzamiento de cohetes ni otra


clase de fuegos artificiales.

6- Se suspendía toda actividad mercantil en la estación una hora antes de la


llegada de la Reina y media hora después de su marcha.

498
Ibíd., pp. 9-10.
499
DIARIO DE CÓRDOBA, 14/10/1.876.
500
BOPCO, 14/10/1.876.
341
7- Se ordenaba el adorno de los balcones de la ciudad y en los edificios
públicos se decidió que ondeara el Pabellón Nacional.

8- Las autoridades de la Diputación se unirían a la comitiva real a su entrada


en la provincia de Córdoba. Los cohetes servirían de aviso para hacer
saber a la población que los pasajeros se encontraban dentro del término.
Se haría un primer repique de campanas; un segundo al llegar el tren al
Carpio y el tercero cuando llegue a su destino.

9- Se encargaba a las fuerzas de seguridad una vigilancia extrema de los


andenes hasta la provincia de Sevilla con el fin de evitar desgracias
propias de las aglomeraciones501.

Estas indicaciones también se hicieron extensivas a los cuerpos militares


existentes en la capital. El Gobernador militar de la provincia publicaba un bando por el
que convocaba a todos los cuerpos militares a formar en el paseo del Gran Capitán a las
9 de la mañana, convenientemente uniformados con el traje de gala y dispuestas a
marchar. Todas las tropas estarían mandadas por el Coronel José González Clós. Por su
parte los jefes y oficiales que no tuvieran puesto fijo en la formación tenían que
presentarse a la misma hora en el Gobierno Militar para acompañar a la comitiva. A las
10 de la mañana todas las tropas y altos cargos pasarían revista por el Gobernador
militar.

El día 17 de Octubre a la hora estipulada hacia su entrada el tren real en la


estación de Villa del Río. Allí esperaban para unirse a los viajeros el Capitán General de
Andalucía, el Regente y varios magistrados de la Audiencia, el Gobernador Civil de la
Provincia, los señores Provisor y Secretario de Cámara de este Obispado y el Marqués
de Cabra. Se pusieron en marcha con destino a Montoro; a cada lado de la vía se habían
levantado dos edificios: uno con un extenso salón con trono y el siguiente con varias
estancias en las que se disfrutaría de un buffet. En esta localidad se unieron los
miembros más relevantes de la Diputación Provincial, el Alcalde de Montoro y el Sr.
Arcipreste con el clero y algunas otras personas más de gran relevancia secular. La
impresionante acogida sólo se vio turbada por cuestiones climatológicas pues un

501
BOPCO, 15/10/1.876.
342
impresionante aguacero impidió que los viajeros pudieran ser agasajados por el pueblo,
reanudando la marcha a los pocos minutos de su llegada.

En la estación de Pedro Abad también hubo muchos adornos y numerosos


ciudadanos que se agolpaban en las vías férreas profiriendo grandes ovaciones. Pasado
ya Villafranca, a las 12 del día se pudo escuchar un gran repique de campanas,
continuos disparos de cohetes y gran número de personas a cada lado de los andenes lo
que indicaba la cercanía de la “Colonia Patricia”.

La estación de Córdoba esperaba la llegada fabulosamente engalanada para la


ocasión. En los estrados que se acomodaron esperaban señoras de todas las clases
sociales que en cuanto hicieron acto de presencia los miembros de la comitiva,
aclamaron y arrojaron flores en su paso desde los coches hacia el salón del trono. En esa
calle se encontraban esperando las autoridades del Ayuntamiento, al que presentó a
S.M. Isabel II el Alcalde que a su vez había sido presentado por el Marqués de Cabra.

Mientras la banda municipal tocaba la marcha real, la madre y las hermanas del
Rey, atravesaron entre vivas y una lluvia de flores la alfombrada galería para penetrar
en el gran salón, que por su tamaño y rica decoración, sorprendió a propios y extraños.
Tras la conveniente recepción y besamanos de las autoridades locales se procedió a
degustar un almuerzo en otra estancia aledaña. Isabel II compartió mesa con las
Infantas María del Pilar, Paz y Eulalia; el Capitán General de Andalucía, Regente de la
Audiencia, Marqués de Cabra, el Sr. Alcalde, Provisor, Senadores, Diputados, Grandes
de España y el Presidente de la Diputación Provincial.

Terminado el banquete, la Reina ofreció realizar una nueva visita a la ciudad y


se dirigió a reanudar la marcha con destino a Sevilla, siendo acompañada hasta Palma
del Río por el Gobernador civil y el Presidente de la Diputación502.

LLEGADA DE ALFONSO XII

El rey Alfonso XII visitó oficialmente la ciudad de Córdoba en Abril de 1.877.


Fueron innumerables los festejos, visitas y agasajos que recibió. Una visita triunfal

502
DIARIO DE CÓRDOBA, 18/10/1.876.
343
caracterizada por el clamor popular. Durante los días que estuvo el rey en Córdoba nada
turbó la tranquilidad del vecindario, que se encontraba muy contento de la estancia del
rey en la ciudad503.

Un bando publicado el viernes 30 de marzo, ponía en conocimiento de los


cordobeses la visita de S.M. Alfonso XII a la ciudad. En él, el Presidente de Consejo de
Ministro hace saber al Gobernador Civil de la provincia que el monarca emprenderá
camino de Córdoba el lunes 1 hasta el miércoles. También comunica para que acaten
sus órdenes que en la estación de Palma del Río no habría inconveniente para que la
comitiva parase a saludar pero que desde este punto quedaba totalmente prohibido abrir
las estaciones al público, que se presentaran las Autoridades y que se le recibiera con
música y otros actos de regocijo504.

Los planes dispuestos para la comitiva según los cauces oficiales disponían que
los visitantes llegarían a la capital el lunes por la noche, pernoctando hasta el miércoles.
La noche anterior y debido al horario nocturno de la llegada, los visitantes pasaron por
la estación con dirección a Granada sin recibir ningún género de manifestaciones
oficiales ni particulares. Las Autoridades y la Diputación provincial se unieron a las
reales personas en Palma del Río para expresar su agradecimiento por tan insigne honor.

El 1 de Abril el Gobernador civil comunicó a los cordobeses que la llegada de


Alfonso XII y su hermana, la Princesa de Asturias, Isabel de Borbón se anunciaría por
medio del repique de campanas, música y cohetes. Encomendaba a los ciudadanos a
compartir con alegría y respeto la visita real sin que nada ni nadie perturbase el orden505.
Ese mismo día las Autoridades locales también hicieron público el plan de festejos que
se tenía programado para agasajar a tan ilustres personajes que visitaban la ciudad. La
noche del dos de Abril, S.M., sería recibida en la estación de Puente Genil por la
Corporación municipal y la Diputación provincial. La proximidad del tren real se haría
saber por medio de voladores (cohetes) y un repique general de campanas al entrar en la
provincia, otro seguido al salir de Fernán Nuñez y el tercero al llegar a la capital. En la
estación, una hora antes, estarían esperando todas las autoridades municipales en medio
de los acordes de la marcha real, el repique de campanas y el estampido de los cohetes.

503
CRUZ GUTIÉRREZ, J., La casa real…,p. 4.
504
BOPCO, Bando extraordinario, 29/03/1.877. vid etiam, DIARIO DE CORDOBA, 01/04/1.877.
505
BOPCO, Bando extraordinario, 01/04/1.877. vid etiam, DIARIO DE CORDOBA, 03/04/1.877.
344
Tras realizar el besamanos a las RR.PP. se emprendería la marcha en carruajes por el
paseo de la Agricultura, Tejares, Gran Capitán, Gondomar, Tendillas, Paraíso, Letrados,
Azonaicas, Liceo, Capuchinos, Torres-Cabrera y Palacio.

El día siguiente la comitiva se dirigiría a la Santa Iglesia Catedral para escuchar


un Te Deum junto a la Corporación y personalidades invitadas. Los carruajes recogerían
a los personajes a las siete y media de la mañana en la Diputación y en el
Ayuntamiento506. Puesta en marcha la comitiva, se dirigirían desde el Ayuntamiento
hacia Palacio para salir al Campo de la Merced y estacionar frente a la estancia Real.
Una vez recogido el Rey, los carruajes marcharían hasta la Catedral donde entrarían por
la Puerta del Perdón, en la que serían recibidos por el Obispo y el Cabildo catedralicio,
quiénes después de las exequias los conducirían bajo palio al trono sito en el altar mayor
donde sus majestades escucharían el Te Deum.

Tras la visita a la Iglesia se dirigirían hacia el Ayuntamiento para presenciar


desde el balcón principal el desfile de tropas, terminado se dispondrían de nuevo a
marchar hacia Palacio para almorzar. Concluida comida, el Rey se dispondría a pasar
recepción oficial a todas las autoridades, corporaciones y personalidades.

506
El orden y disposición del cortejo que acompañaría a l Rey, era el siguiente:
1- Batidores de la Guardia Civil.
2- Banda Municipal de Música
3- Coche de los Ujieres de la Diputación.
4- Maceros del Ayuntamiento
5- Tenientes de Alcalde, Concejales y Secretario.
6- Gobernador Civil y Generales ayudantes de S.M.
7- Alta servidumbre del Rey y de la Princesa.
8- Ministros, Directores Generales y Secretarios.
9- Batidores del Rey.
10- Gobernador Militar.
11- Alfonso XII e Isabel de Borbón.
12- Capitán General.
13- Escoltas de S.M.
14- Caballo y coche de respeto.
15- Banda de música militar.
16- Guarda de honor del Rey.
DIARIO DE CÓRDOBA, 03/04/1.877.
345
Por expreso deseo de Alfonso XII, su siguiente destino sería la visita a la Iglesia
de S. Hipólito para visitar los restos mortales de sus antepasados Alfonso XI y Fernando
IV507.

A las tres de la tarde, la comitiva asistiría a la toma de posesión de Hermano


Mayor de la hermandad de San Álvaro, donde su Majestad firmaría el acta
correspondiente de toma de posesión. La siguiente parada se localizaría en los Cuarteles
de Caballería en donde Alfonso XII pondría la primera piedra del Depósito que mandó
construir la Diputación. Concluido este acto, la corte se dirigiría hacia el Palacio de la
Diputación, en donde la Academia de Bellas Artes y la Sociedad Económica de Amigos
del País tenían preparada una exhibición de las artes e industrias más notables que se
fabricaban en Córdoba508. La siguiente parada sería en el Instituto de Segunda
Enseñanza en donde el Rey entregaría unos diplomas de reconocimiento a los alumnos
más sobresalientes509. Más tarde, marcharía hacia la fábrica de Sombreros de José
Sánchez para comprobar el funcionamiento de la misma. Por último, el Rey, se dirigiría
a las nueve y media a asistir a una velada literaria en su honor en el Círculo de la
Amistad. Se leerían poesías alusivas a la visita don Ignacio García Lovera y el Sr.
Fernández Ruano, además del Barón de Fuente Quinto y el Gobernador Civil. El tema

507
“Después del Te-Deum han ido los regios viajeros á San Hipólito, donde se conservan los restos de
Alfonso X I y Fernando IV. Triste visita, por cierto, como todas las que se hacen á aquellos seres eme, á
pesar de vivar siempre en la Historia, son en realidad una serie de huesos peor ó mejor colocados en el
estrecho recinto de una caja mortuoria.” BRUNA, J. C., Impresiones de un viaje a Andalucía con S. M.
el rey don Alfonso XII, Madrid, 1.877, p. 260.
508
“El tiempo no habia permitido que la colección de cuadros fuese muy numerosa. Recuerdo, sin
embargo, con gusto, varios del Sr. Director D. Rafael Romero, un lindísimo trabajo á pluma de D.
Antonio Martínez Rojo, representando la batalla del Guadalete, y algunos al óleo, debidos á los
aventajados pinceles de los Sres. Serrano, Perez, Lobato, Montis, Barrios y Muñoz. En filigranas,
admírelas del Sr. Castejon, distinguiéndose, entre otros trabajos de platería, los pertenecientes á los
Sres. Pineda, Molina, Ruiz Martinez y Castellano. […] S. M. y A., que han visto hoy cuanto encierra esta
Exposición , han salido de ella con la satisfacción de todos los que se interesan por la prosperidad de las
artes y de la industria, cuya filoxera son las perturbaciones políticas con sus funestísimas consecuencias,
y se han dignado recibir : de la Sociedad, el Reglamento, lujosamente encuadernado en terciopelo ; de
los Sres. Luna y Guijarro, unos botines para el Rey y unas botinas imperiales para S. A., trabajo de
Exposición; del Sr. Castejon, un aderezo ; de los Sres. Losada, Muñoz y Serrano, tres lindos cuadros;
una preciosa manta y no sé si algun otro objeto.”ibíd., pp. 267-268.
509
“S. M. habia aceptado repartir los premios á los alumnos, y fiel á su palabra colocóse de pié tras la
mesa presidencial y empezó la ceremonia. Lo grave, sin embargo, era terminarla, á causa de la
intransitibilidad en el salon. Cuando vencida la corriente, podían llegar á la mesa los pequeños
agraciados…” ibíd., p. 268.
346
musical sería cosa del piano del Sr. Anchoerena, un magnífico intérprete y solista de
este instrumento510.

Al día siguiente -4 de Abril- emprenderían, a las nueve de la mañana, camino de


las ermitas en donde el Obispo oficiará culto y los presentes podrán escuchar un Salve
en honor de Alfonso XII. Tras lo cual, aceptarían la invitación de tomar un almuerzo en
las posesiones del Marqués de la Vega y Armijo511. A las dos del mediodía el Rey
visitaría la Casa de Expositos, el Cuartel de Caballería, las Caballerizas reales y más
tarde la Plaza de Toros512, en donde permanecería hasta las seis de la tarde para visitar
el Hospicio. Al término, regresaría a Palacio para cenar, descansar y asistir al Gran
Teatro513.

El día 5, la jornada empezaría a las cinco de la madrugada tocando la diana todas


las músicas de la capital para ir preparando la despedida del monarca que saldría a las
seis para la Estación con dirección Madrid514.

Tal eran el programa que tenía previsto realizar el monarca en los dos días que
estuviera en la población. Las autoridades oficiales no escatimaron en aleccionar a los

510
En aquella velada en el Círculo de la Amistad el Rey y su hermana: “tuvo que recordar aquel viaje
que hicieron a Córdoba con su augusta madre, en 1.862. Eran unos niños de 5 y 11 años
respectivamente. Obviamente tuvieron que venirles a la memoria cuando los vistieron con los trajes
típicos de la tierra, igual que a los niños del Circulo de la Amistad. Como tampoco olvidarían el agasajo
de esta Sociedad el lunes 15 de septiembre de 1.862.” CRUZ GUTIÉRREZ, J., La casa real…,p. 4.
511
El almuerzo se celebró en la huerta de los Arcos decorada increíblemente para tal ocasión. Dice el
Diario que a pesar de los estragos sufridos en la hacienda a consecuencia del temporal de lluvias de la
noche anterior, los comensales quedaron fascinados por la belleza del enclave y el exquisito gusto
decorativo. DIARIO DE CORDOBA, 05/04/1.877.
512
“Serian las cuatro y media cuando con S. M., egregia hermana y distinguida comitiva, entré en la
Plaza. Lidiábase á la sazón el segundo toro, que se preparaba á mal morir mientras el diestro Lagartijo
disponíase á bien matar. La Princesa vestía un traje color de perla y mantilla blanca, formando el solo
adorno de su tocado dos albas rosas y una encarnada. Ésta última, al lado izquierdo de la cabeza,
recogía la mantilla con encantadora gracia y majestuosa sencillez.” BRUNA, J. C., Impresiones de un…,
p. 286.
513
“El Gran Teatro de Córdoba merece verdaderamente ese nombre.—Verdad es que aún me parece
más radiante de hermosura por la transición que acabo ele experimentar.— Pero no; aparte todo punto
de comparación, nada puede pedírsele que no tenga. Escogidísima y elegante concurrencia, fuerza ele
luz y bello decorado.— El supremo Jefe de la Nación y la Princesa de Asturias son, como es de suponer,
el respetuoso objeto de todas las miradas.—La obra Chorizos y Polacos pasa tan desapercibida ante el
público como las tocatas de un organillo. El palco regio es el todo. Al lado de él he visto la terminación
del primer acto de la zarzuela, y á juzgar por la satisfecha expresión de D. Alfonso y de su augusta
hermana, creo que no han de retirarse hasta concluida la producción.” BRUNA, J. C., Impresiones de
un…, p. 294.
514
BOPCO, Bando extraordinario, 01/04/1.877. vid etiam, DIARIO DE CÓRDOBA, 03/04/1.877.
347
ciudadanos para que el recibimiento fuera impecable: “Confio en la sensatez y lealtad
de esta población, y no dudo que durante la permanencia en ella de los régios viajeros
adornará con colgaduras el exterior de los edificios, iluminándolos por las noches, y
con especialidad en la de su llegada los comprendidos en las calles de la carrera; é
interesados todos en evitar cualquier motivo que deprimir pudiese el buen nombre de la
misma, queda prohibido disparar cohetes ó petardos en esos días, así como el tránsito
de carruajes por las vías públicas que han de recorrer la comitiva, las cuales se
hallarán en perfecto estado de limpieza…515”.

SEGUNDA VISITA DE ALFONSO XII

La segunda visita oficial del monarca a la ciudad de córdoba se produjo el 9 de


marzo de 1.882, sólo duraría un día pero fue lo suficientemente notoria como para que
la corporación municipal tomara decisiones que alterarían el discurrir diario de los
ciudadanos.

En sesión ordinaria celebrada en las Casas consistoriales le día 22 de febrero de


1.882 se acordaron las siguientes disposiciones para preparar la tan insigne visita del
monarca, su esposa María Cristina de Austria y su hermana la infanta Eulalia de
Borbón. En primer lugar se crearía una comisión para que atendiese a todo lo relativo a
los carruajes y caballos516, se acordó, asimismo, que la comisión de ornato adornara con
banderas la salida de la estación. El día de la llegada se distribuirían 200 kilogramos de
pan por medio de bonos que se repartirían entre los concejales y que se diese una
comida extraordinaria a los presos pobres de la cárcel pública. En referencia a la música
se estableció contar con la participación de la banda municipal y de la banda particular
“Unión cordobesa”. Y por último se acordó con el Obispo el repique general de
campanas por tres veces.

Otra de las medidas adoptadas concernía al arreglo del pavimentado de las calles
por donde la comitiva tendría que pasar: Gondomar, Tendillas, Paraíso, Compañía,
Carrera del Puente y San Fernando. También se dispuso el adecentamiento del camino

515
AMCO, Acta capitular, sesión del 01/04/1.877.
516
Compuesta por los Sres.: José Higuera, Francisco de P. Álvaro, Francisco R. del Portal, Manuel R. del
Portolo y Bartolomé Belmonte. A.H.M.CO, Antecedentes relativos a la venida de SS.MM. y el R. a esta
Ciudad el día 9 de Marzo de 1.882, Sección 1- Fueros Privilegios, acontecimientos reales, Caja 5,
Expediente 39, pp. 14.
348
del desierto que conduce a las ermitas, trabajo para lo cual el Gobernador civil pidió que
se contrataran a jornaleros que estuvieran sin ocupación517.

En lo concerniente a la decoración, el ayuntamiento dispuso que se hiciera cargo


de la interior, en la estación, el Circulo de la Amistad; la fachada exterior y la
iluminación518 correrían a cargo de los presupuestos municipales

Bocetos de la decoración exterior de la fachada de la estación de ferrocarriles

517
Otra de las medidas tomadas fueron la de levantar todos los candelabros existentes en el centro del
Gran Capitán con el fin de facilitar el tránsito de los monarcas. A.H.M.CO, Antecedentes relativos a la
venida de SS.MM. y el R. a esta Ciudad el día 9 de Marzo de 1.882, Sección 1- Fueros Privilegios,
acontecimientos reales, Caja 5, Expediente 39, pp. 16, 41, 43-44.
518
El presupuesto aproximado del coste que tuvo la instalación del alumbrado por gas en la fachada
interior y exterior de la estación de ferrocarriles ascendió a 683, 07 pts. ibíd., pp. 95-97.
349
Diferentes edificios públicos también fueron debidamente objetos de
remodelaciones, tal es el caso de los que serían visitados por el rey. La fachada exterior
del convento de Santa María de Gracia, en la
parte que correspondía a la calle del mismo
nombre, con el fin de que mejorara su aspecto
exterior, se resolvió que se blanquera y
retocara. El mismo método de actuación se
produjo en la portada de las Casas
Consistoriales519.

La comisión estableció que para hacer


saber a los cordobeses la llegada de los viajeros
se establecería unos repiques de campanas, uno
a la llegada del tren real a la estación de Palma
del Río y otro acompañado de cohetes a su
entrada en la de Córdoba. El obispo no opuso
ningún problema a la petición oficial.

El último tema a debatir en la sesión fue el relativo al orden del cortejo que
acompañaría a Alfonso XII desde la estación hasta la Catedral520. Hecho lo cual, se
presentaron los presupuestos de gastos de todos los eventos y se dio por terminada la
sesión521.

519
Ibídem, pp. 71, 79.
520
Ibid., p.73.
521
El posición de los carruajes de la comitiva sería el siguiente:
1- Batidores
2- Monarcas
3- Gobernador militar
4- Capitán Provincial, Generales y Brigadieres.
5- Escoltas de los reyes.
6- Ministros del reino.
7- Tenientes Generales.
8- Gobernador Civil, Coronel Díaz.
9- Maceros de la Corporación Municipal.
10- Tenientes de alcalde y concejales.
11- Ujieres de la Diputación.
12- Diputados de la provincia.
Ibíd., pp. 70-71.

350
A las 11:25 del día 9 sonaba en Córdoba el repique de campanas anunciando que
los monarcas estaban en la ciudad de los califas. La estación se había adornado con una
línea de gallardetes y banderas desde la entrada hasta el andén. Colgaduras bordaban el
edificio y en el interior esperaban todas las autoridades. A la llegada del tren, la banda
de música empezó a tocar la marcha real, la cual se entremezclaba con los vítores de la
muchedumbre allí dispuesta. Tras los pertinentes saludos, el Rey que vestía de Capitán
General y casco prusiano, se encaminó a los carruajes acompañado de la reina María
Cristina que vestía un traje azul marino con blondas negras y mantilla, para marchar a
la Catedral. A su llegada al templo entraron bajo palio por la puerta del perdón
acompañado del Prelado hasta llegar al presbiterio para escuchar un Te-Deum. Al
término, se interesaron en visitar la capilla denominada del Zancarrón y la de
Villaviciosa. A la salida pusieron dirección al Gobierno Civil. En el edificio ricamente
decorado, se había levantado un trono, en el que dispuestos los reyes, flanqueados por
los damas, ministros y altos cargos, saludaron a cuantas personas habían sido
convocadas. Finalizado el acto, Alfonso XII quiso examinar las obras del Cuartel que
años antes inaugura él mismo colocando la primera piedra.

A las siete de la tarde, el ruido de


cohetes anunciaba la proximidad de la
marcha de los reales viajeros, quienes se
encaminaron a la estación y subieron al tren
tras saludar al Obispo, Conde de Torres-
Cabrera, Duque de Hornachuelos, Conde de
Casillas de Velasco, entre otras
personalidades allí presentes para la
despedida. A las siete y cuarto el tren real
ponía rumbo a Madrid y terminaba la última
visita que el Rey D. Alfonso XII hacia a
nuestra población522.

522
DIARIO DE CORDOBA, 10/03/1.882.
351
Presupuestos y gastos ocasionados por la recepción del Monarca Alfonso XII

352
353
Establecimientos culturales

El siglo XIX, sobre todo su segunda mitad, va a significar un nuevo despertar a


la cultura, que va a ser impelido aún más, por las corrientes de europeización en boga y,
sobre todo, por las ansias de libertad, en cuyo contexto la enseñanza y la cultura
ocuparán lugar preeminente.

En Córdoba donde la cultura es un arcano imperecedero y consustancial, este


nuevo amanecer también se detecta en las últimas décadas del siglo. Sus hombres,
herederos de aquellos que la hicieron inmortal cara a la Historia, comprenden su
responsabilidad en esta hora de renovación espiritual. Y como consecuencia, empiezan
a proliferar instituciones culturales que enriquecen la vida de la ciudad y que van a ser
el punto de arranque, quizá, del nuevo florecimiento al que hoy asistimos. De estas
instituciones que ven la luz en el controvertido siglo XIX, citaremos sólo, por su

354
importancia, la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes, el Círculo de la
Amistad y el Ateneo Científico y Literario del Casino Industrial, Agrícola y Comercial.

La Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes, nace el 11 de noviembre


de 1.810, como sección literaria de la antigua Sociedad de Amigos del País, gracias a la
iniciativa de D. Manuel M.ª de Arjona, Canónigo Penitenciario de la Santa Iglesia
Catedral y literato insigne. Su mismo fundador es el que impulsa esta institución al
captar en sus filas a todas las personalidades de la literatura, de las artes y de las
ciencias de Córdoba. Desde su fundación, ha sido la Academia cordobesa, reducto de
investigadores, tribuna de conferenciantes, catapulta de escritores, cuna de poetas y
galería de pintores y escritores...: institución insigne donde “ha tenido menos entrada la
ignorancia que medra a la sombra y al amparo del favoritismo y sí el verdadero mérito
repetidamente probado a la faz de los pueblos cultos523", y a pesar de su tradicional
penuria económica ha persistido hasta nuestros días, más por la energía espiritual de sus
hombres, que por la protección que haya podido recibir. Hoy, más firme y vivificada
que nunca, también más apoyada, sigue siendo el firme bastión de la cultura de
Córdoba, el mástil vigoroso donde la eterna vela del saber cordobés se hincha con los
favorables vientos de la ayuda y de la comprensión de las autoridades.

El Liceo Artístico y Literario del Círculo de la Amistad, comienza el 6 de mayo


de 1.862 en el edificio que a mediados del siglo XV fundara el Jurado Juan Ruiz para
hospital y que, sucesivamente fuera convento de monjas Agustinas y casa de vecinos. A
raíz de 1.832, comienzan a reunirse jóvenes que efectúan representaciones teatrales en
los restos de la capilla del convento, afición que, poco a poco, va contagiándose a otras
personas más pudientes y responsables, dando lugar a la formación del Liceo que
funcionará con una triple proyección dramática, lírica y literaria, en la última de las
cuales llegará a destacar más con la publicación de un semanario llamado "El Liceo de
Córdoba" donde se darán cita las mejores plumas de la ciudad.

En 1.850, se forma una sociedad que con el nombre de Círculo de la Amistad, se


ubica en el local que otrora ocupara el Liceo, sociedad que enseguida experimenta
extraordinario auge y que tomará el relevo cultural de aquel, al fusionarse ambas

523
GIL, R. Córdoba contemporánea, Córdoba, 1.892. T. I., pp. 47-18.
355
instituciones524. Desde entonces el Círculo de la Amistad representa en Córdoba la
reunión de su élite social y una parte importante en el impulso cultural de la ciudad.

En Mayo de 1.869, es inaugurado el Ateneo Científico y Literario del Casino


Industrial, Agrícola y Comercial, sociedad fundada en 1.860, que pronto toma parte en
todas las manifestaciones culturales cordobesas, polarizándose a todos los saberes con
sus secciones de Literatura, de Minerales, de Ciencias exactas, físicas y naturales, de
Arquitectura, organizando exposiciones y certámenes y ofreciendo su tribuna a los más
ilustres conferenciantes locales525.

Como ya hemos apuntado más atrás, casi todas estas asociaciones culturales o de
simple corte social que nacen, son formadas e integradas por las clases representativas
de la ciudad. Solo la Sociedad de Orífices y Plateros y el Círculo Católico de obreros,
se apartan de esta línea expuesta ya que ambas engloban a profesionales y a obreros
manuales que, al abrigo de las corrientes en boga en cuanto a la nueva toma de
conciencia del proletariado, ya comienzan a reunirse, a tomar cuerpo y, en definitiva, a
formar clase.

Las otras asociaciones que existen en Córdoba por entonces son, algunas, de
estilo deportivo como la Sociedad de Carreras de Caballos y la Sociedad de
Monteadores\ otra tiene su base en fines patrióticos, como sucede con la Asociación
hispano-ultramarina, que nace para refrendar el espíritu de imperio del pueblo español
muy en decadencia por cierto, en la época que consideramos; y existen otras de
tendencias socializantes como la Liga del contribuyente que nace con el deseo e
intención de conciliar los intereses del capital y del obrerismo, e incluso la Sociedad de
fomento de la enseñanza, creada para facilitar los estudios superiores a jóvenes de
estrato social inferior que tengan facultades para aquellos.

Vemos pues que en la Córdoba decimonónica bulle la inquietud cultural, además


de la política y social. Todo es demostrativo de esta alborada que el siglo XIX
representa en el más extenso de los polifacetismos... Córdoba..., España, se aprestan,
cambiadas de forma aunque no de fondo, a recibir al siglo XX cuya idiosincrasia no es

524
RAMÍREZ DE ARELLANO, T.- Op. cit., pp. 420-421.
525
Ibid., pp. 424-425.

356
de nuestros días sino que rememora un germen sembrado y madurado en los
borrascosos pero fecundos años del Novecientos.

Diarios, periódicos y revistas

Si existe algún momento en la Historia de España en que se puede hablar de


auténtica libertad de prensa, ese corresponde a los años del Periodo Revolucionario.
Escribe Juan-Carlos González Menéndez en Revista de Estudios Sociales:

"Sólo en Madrid, desde Octubre de 1.868 a fines de 1.870, aparecieron casi


cuatrocientos periódicos de los cuales un centenar aproximadamente corresponden a los
tres últimos meses de 1.868". Se refiere también a aquella prensa, fundamentalmente de
partido, "fogosa en sus ataques que para defender sus ideales, vengar agravios,
satisfacer sus enconos y combatir a los adversarios, empleaba todas las armas...". En
definitiva, una prensa sin censura que ponía en manos de los lectores un cúmulo de
opiniones encontradas para que cada cual, según su leal saber y entender, discrepara o
asintiera con unos o con otros. Una libertad efectivamente llevada a sus últimos grados
aunque no se consiguiera con ella otra cosa que el mare- mágnum y la confusión.

En Córdoba también existe una gran proliferación de publicaciones diarias y


periódicas de las que la mayor parte tienen el común denominador de su efímera
existencia. Es una proliferación multitudinaria, anárquica, sin objeto...

Vamos a pasar revista a un pintoresco carrusel de títulos casi sin comentarios,


porque aquellos mismos, en muchos casos se definen.

Hay que citar en primer lugar por su antigüedad, por su supervivencia y sobre
todo, por su estilo, al Diario de Córdoba, pudiéramos decir que independientemente,
no mediatizado por ningún partido político en concreto y abierto a todas las ideas
basadas en un criterio normal y equilibrado. Fundado por D. Fausto García Tena en
1.849, desaparecerá casi noventa años más tarde, en julio de 1.936. Sus páginas son una
palpitante historia de Córdoba en una época tan controvertida como es la segunda mitad
del siglo XIX y los años que preceden a nuestra última guerra civil.

357
Al haber sido este diario unas de las principales fuentes con que hemos contado
para la realización de este trabajo, su enjuiciamiento no tiene por menos que estar
influenciado por la gratitud que le debemos.

Al lado de este diario apolítico, aparece una avalancha de periódicos y revistas


completamente politizados y como tales, tendenciosos y parciales. Los hay de todas las
ideologías y para todos los gustos...

Antes de 1.868, ya se publican en Córdoba, además del referido Diario, El


Guadalquivir, La Alborada y La Crónica. A raíz de la revolución septembrina,
Córdoba se suma al derroche de papel con El Boletín de la Junta Revolucionaria, El
Sufragio Universal, La VOZ del pueblo, El Betis republicano y Los Campos de Alcolea,
nacidos todos al calor de las nuevas doctrinas de la libertad. Algunos pueblos de la
provincia también tienen su periódico, como Montilla, La Juventud, y Cabra, su Eco de
Cabra. Posteriormente en Córdoba capital se suman a los ya citados, Las noticias, La
voluntad nacional, eco del partido progresista democrático de la provincia, y el
semanario regionalista La Federación andaluza-extremeña. No faltan en este primer
año de libertad de prensa, nombres tan pintorescos como Juan Palomo, El Murciélago,
La Víbora, El can cán y El Cencerro, semanario satírico muy bien aceptado.

En el periodo de 1.870 a 1.872, Lucena lanza El independiente lucentino y


Córdoba nutre su lista con La Juventud republicana, El eco republicano democrático-
federal de la provincia de Córdoba, La Democracia, La República federal y El Federal
cordobés, a los que se opone ideológicamente La Monarquía democrática; la Tertulia
progresista-democrática de Córdoba edita su segundo periódico con el nombre de El
Progreso; los masones dan a la luz La Unión Masónica y el partido republicano, El
Alerta; surgen también El Estudiante y El Ramillete, dirigido este último por Julio
Burell; nace además junto a El Extemporáneo y al semanal El Conservador, un libelo,
con el nombre de El Pendón italiano, que no tiene más norte que zaherir, ridiculizar y
fulminar a Amadeo de Saboya.

A pesar de la vida fugaz y casi intrascendente de la mayoría de los periódicos


citados, surgen otros nuevos, ya tras la Restauración: La Lealtad, órgano del partido
monárquico-constitucional de Cánovas, El Aludid, conservador, El Liberal y El Eco del

358
país. Aparece por entonces la revista Córdoba de matiz regionalista que más tarde
cambiará de denominación llamándose Andalucía.

Mucho más tarde, ya casi en los albores del siglo XX, nace un periódico de más
quilates que toda la pléyade citada, Lo Unión de Córdoba, que en su corta existencia,
demostró su valía y en el que figuraron firmas ilustres, entre otras, la de Blanco
Belmonte.

Pero en toda esta montaña de papel impreso no solo son los periódicos políticos
los que proliferan sino que, además, se editan otros de matiz religioso, fada cual
defendiendo su prisma de opinión en estas épocas de libertad de cultos; así aparecen La
Tradición, revista católica dirigida por D. Rafael Conde y Luque y D. Manuel González
Francés y La Reforma, revista quincenal protestante, contra la que entra en liza la
católica El Antídoto. Posteriormente pasada ya la efervescencia revolucionaria, como
una vuelta a las antiguas costumbres y al nunca olvidado catolicismo español, ven la luz
los semanarios El amigo católico y La juventud católica.

Periódicos culturales, profesionales, incluso de tendencia científica también


surgen en esta época de "destape" de letra impresa; entre ellos tenemos la Revista
cordobesa de ciencias, literatura, artes e industria, que dirige el Conde de Torres
Cabrera, El Boletín del Magisterio de primera enseñanza de la provincia de Córdoba,
la revista trimensual El genio industrial; la quincenal La Moralidad, de temas jurídicos,
El Comercio de Córdoba, El boletín de la Sociedad Económica y la revista ilustrada El
Parnaso, que se ocupa de temas literarios526.

526
R. GIL, o.c. T.I.pp, 29-31.
359
SANIDAD

360
SANIDAD

Breve introducción del mundo sanitario español a finales del siglo XIX

La historia de España en el siglo XIX se configura a partir de una serie de


vicisitudes políticas y económicas difíciles de entremezclar tanto por su heterogeneidad
como por la complejidad de su desarrollo. Los discursos rupturistas del pensamiento
liberal fueron clamando en una sociedad dominada por las estructuras arcaicas del
Antiguo Régimen. En España no será hasta la muerte del “Deseado” cuando se
empiecen a vislumbrar los pequeños avances filo-sanitarios que serían los primeros
brotes de una auténtica revolución durante finales el XIX y sobre todo en el siglo XX527.

Las altas tasas de mortalidad que, por diversas enfermedades y epidemias,


afectaban a un gran sector de la población conformado por las grandes bolsas de
pobreza, por causas añadidas a la propia enfermedad como el hacinamiento y la
desnutrición y el contacto que día a día mantenían los médicos con la población
afectada, posibilitó los primeros estudios sobre la mortalidad ocasionada por estas
causas, así como la frecuente denuncia de las miserables condiciones de vida de dicha
población528.

Durante el período, comprendido entre la revolución democrática de 1.868 y el


final de la centuria, durante el cual se recuperó las ciencias médicas en la España del
siglo XIX notablemente el nivel científico medio e incluso reaparecieron algunas líneas
de investigación original, aunque no llegó realmente a superarse la marginación de la
actividad científica en la sociedad española.

En 1.871 se establece una de las primeras bases fiables a la hora de analizar los
movimientos naturales de la población, con la creación del Registro Civil. Hasta ese
año, en España se realizaban unas irregulares listas en las que se recogía los

527
ALCAILDE GONZALEZ, R., La introducción y el desarrollo del higienismo en España durante el
siglo XIX. precursores, continuadores y marco legal de un proyecto científico y social, Scripta Nova,
Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. Barcelona, 1.999, Nª 50,
http://www.ub.edu/geocrit/sn-50.htm.
528
LÓPEZ PIÑEIRO, J.M., Las ciencias médicas en la España del siglo XIX, Revista Española de salud
pública, Madrid 1.996, pp. 200-201.
361
nacimientos, defunciones y matrimonios, pero como se puede entender, unos datos sin
ninguna riguridad científica típicos de una época proto-estadística.

Pero no será hasta el siglo XX, cuando los organismos oficiales dictaminen que
dichas estadísticas tendrían que ser publicadas anualmente bajo su tutela, dejando de
lado los datos recabados por los estamentos eclesiásticos como fue pauta común en la
centuria pasada.

A finales del siglo XIX, la mortalidad en Andalucía experimenta una serie de


oscilaciones propias de un periodo de transición hacia el moderno régimen demográfico.
Si atendemos a los datos publicados, Andalucía pasó de una tasa bruta de mortalidad de
29,7 en 1.860, a una de 32,9 % en 1.887, que se redujo hasta situarse en 31,5 %c en
1.900. Se trata, pues, de una evolución que no sigue un proceso lineal sino que se
registra un cierto empeoramiento de las condiciones, para volver a retomar, de manera
definitiva, la tendencia hacia el descenso de la mortalidad a finales de siglo. En éste
ámbito se suele atribuir el aumento de la mortalidad al impacto de la industrialización,
mientras que en el caso andaluz tendría más relevancia el deterioro de las condiciones
de vida y otros factores como la incidencia de las actividades relacionadas con la
minería, que era el sector más dinámico de la economía de la época.

Es debido a las altas tasas de mortalidad que se producían que los principales
objetivos que se marcaban en la medicina e higienismo de la época pasaban por dotar de
un cuerpo doctrinario propio que la situara en primera línea de la lucha por la
erradicación de enfermedades como el la fiebre amarilla o el cólera-morbo, afecciones
que se desarrollaban con más frecuencia en el medio urbano y que afectaban a la mayor
parte de la población, especialmente aquella conformada por las clases más bajas,
trabajadores, obreros y sus familias, cuyas insalubres condiciones de vida y de trabajo
se convertían en focos de enfermedad permanentes529.

Pero las medidas sanitarias, así como los estudios paliativos de las
enfermedades, no tenían un carácter de continuidad, sino que los avances se producían
cuando se producían episodios epistemológicos que acarreaban grandes oleadas de

529
ALCAILDE GONZALEZ, R., La introducción y el…, p. 158.

362
muertes. En cierta medida, una de las causas más factibles que explicaran este defecto
habría que encontrarla en que la sanidad no estaba regulada ni en su cuerpo teórico ni
práctico, siendo el Estado el regulador por lo que las competencias se dejaban en manos
en muchos casos de gente sin preparación ni conocimientos mínimos como los jefes
políticos y alcaldes, quienes toman medidas según las necesidades acuciaban sin
ninguna planificación530.

La falta de estudios reglamentados y la ineficacia propia derivada de la


multiplicidad de los profesionales de la sanidad completan el panorama deplorable en el
que se hallaba sumergida la medicina española. No ayudaba tampoco el aislacionismo
en el que se encontraba España con respecto a Europa puesto que desde tiempos de
Felipe II estaba prohibido que los futuros profesionales se formaran en universidades.

El movimiento reformista, muy ligado al krausismo y a la institución libre de la


enseñanza, tuvo una gran influencia en la regularización y modernización de la vida
sanitaria española y repercutió en el sistema educativo, dinamizado el proceso por la
revolución industrial y el auge del movimiento obrero.

La enfermería española, por ejemplo, durante el reformismo denunció la


necesidad de suplir las carencias existentes en cuanto al personal y los servicios de, que
hasta ese momento eran desempeñados por criadas con escasos recursos económicos y
limitados conocimientos culturales, sirvientas sin conocimientos técnicos, y en la
mayoría de los casos sin saber leer ni escribir.

La primera regulación de las profesiones sanitarias en España se produce


mediado el siglo XIX, pues ya el Reglamento para las Subdelegaciones de Sanidad
Interior del Reino, de 24 de julio de 1.848, determinaba que el ejercicio de las
profesiones de Medicina, Farmacia y Veterinaria estaba comprendido dentro del ramo
de la Sanidad.

Por la Ley de 28 de noviembre de 1.855, sobre el Servicio General de Sanidad,


se instituyeron los Jurados Médicos Provinciales de Calificación, que tenían por objeto
prevenir, amonestar y calificar las faltas que cometieran los profesionales en el ejercicio

530
VIÑES, J., La sanidad española en el siglo XIX a través de la Junta Provincial de Sanidad de Navarra
(1870-1902), Navarra, 2.006, p. 26.
363
de sus facultades, así como regularizar sus honorarios, reprimir los abusos y establecer
una severa moral médica.

Tanto la Ley de 1.855 como la Instrucción General de 12 de enero de 1.904, se


preocuparon de reglamentar, siquiera embrionariamente, el ejercicio profesional de lo
que denominaron el arte de curar con el establecimiento de un registro de profesionales
que pusieron a cargo de los Subdelegados de Sanidad.

Las condiciones de salubridad de nuestras ciudades dejaban mucho que desear.


En Madrid, en 1.902, se calculaba que, pese a la extensión del alcantarillado acometido
desde 1.856, existían más de 3.000 pozos negros y se señalaba que en los barrios
extremos y en buena parte del caso antiguo, los sumideros carecían de sifones, tras más
de 4,000 casas carecían de suministro directo de aguas. Barcelona, que acometió entre
1.885y 1.893un proyecto global de saneamiento, se veía obligada, en 1.913, a construir
numerosos depósitos de descarga de agua para mantener la circulación de las
alcantarillas, por la ausencia de suficientes conexiones a los domicilios. En Sevilla, en
1.901, se produjo un gran conflicto entre la Liga de Propietarios y el Ayuntamiento que
estuvo a punto de impedir la construcción del nuevo alcantarillado en el casco antiguo
de la ciudad531

Uno de los primeros documentos acerca de las medidas contra las enfermedades
de los trabajadores mediante preceptos de carácter higienista en nuestro país, datan de
mediados del siglo XVIII. En concreto, tres médicos españoles: Francisco López de
Arévalo, Jose Masdevall y Ambrosio María Ximénez de Lorite se ocupan, en sendos
informes redactados a lo largo de la última mitad del siglo XVIII, de la problemática del
proletariado industrial532 influenciados, sobremanera por los trabajos de J.P. Frank en el
terreno de la medicina social, destacando su Tratado de medicina práctica: La política
médica, en consecuencia, como ciencia de la política en general, es un arte de la
prevención, una doctrina mediante la cual los seres humanos y sus animales auxiliares
pueden ser protegidos de !as dañosas consecuencias de! hacinamiento; es, en especial,
un arte que alienta el bienestar corporal para que, sin sufrir un exceso de males físicos,

531
RODRIGUEZ OCAÑA, E., La salud pública en España en el contexto europeo, 1.890-1.925, Revista
de Sanidad e Higiene Pública, Madrid, 1.994, p. 12.
532
LÓPEZ PIÑERO, J. Mª, et al. Medicina y sociedad en la España del siglo XIX. Madrid: Sociedad de
Estudios y Publicaciones, 1964. p. 115.
364
los seres humanos puedan demorar lo más posible el momento fatal en que, por fin,
deben morir, es inaudito que esta ciencia, la cual se hace cada ata más esencialmente
necesaria para nuestra especie, deba ser todavía cultivada un tanto más, pues sólo en
mínimo grado, en algunos sitios, se le ha prestado atención y nunca, que yo sepa, ha
comenzado a ser cultivada en forma sistemática, esto puede deberse al hecho de que las
gentes han comenzado hace muy poco a comprender el valor de! ser humano, y a
perseguir el beneficio de !a población; como también al hecho de que estas
preocupaciones han tenido el efecto inicial de originar la contemplación filantrópica de
las causas que, para muchos, provocan la supuesta decadencia de nuestro género533”.

Muchos personajes tienen importancia vital para el desarrollo de las medidas


higienista en España pero destaca, en primer lugar, el médico vasco Ignacio María Ruíz
de Luzuriaga. Desde su puesto, primero como secretario y después como presidente en
la Real Academia Médica Matritense, institucionalizó la preocupación del Estado por la
salud de los súbditos. Este gran objetivo se puede particularizar en tres ejes de acción.
Por un lado, la promoción de modos de vida encaminados hacia el cuidado de la salud y
la calidad de vida. Por otro lado, la prevención de las enfermedades epidémicas
previsibles. Por otro lado, el establecimiento de servicios e instituciones dedicadas al
restablecimiento de la salud534. La obra investigadora de Luzuriaga conoció dos fases
bastante bien diferenciadas: mientras residió en el extranjero y pudo valerse del
instrumental de laboratorio de los grandes centros de estudio que frecuentó, realizó
trabajos de extraordinario interés; pero, una vez vuelto a la península y reducido al
deprimente ambiente científico español de su época, no pudo ya hacer otra cosa que
continuar, por poco tiempo, los trabajos experimentales y de laboratorio iniciados en el
extranjero y orientar en adelante sus esfuerzos a la labor de higienista y a la medicina
social.

En segundo lugar, Pedro Felipe Monlau. Estudió Medicina en el Colegio de


Barcelona, donde obtuvo el título de licenciado en 1.831 y el de doctor dos años

533
SIGERIST, H., Johann Peter Frank: Un pionero de la medicina social, Revista Salud colectiva, Buenos
Aires, 2.006, p. 276.
534
Sobre la vida y la obra de Ignacio María Ruiz de Luzuriaga pueden consultarse las siguientes obras:
LÓPEZ PIÑERO, J. Mª, et al. Diccionario histórico de la Ciencia Moderna en España, Barcelona, 1.983
(2 Vols) Vol. II p. 275-278.
365
después. Con anterioridad, había cursado, entre otros estudios, los cursos de física,
química y botánica que impartía la Junta de Comercio de Cataluña. Monlau ejerció la
medicina como médico militar, entre 1.835 y 1.840 fue el encargado de la cátedra de
Geografía y Cronología de la Academia de Ciencias Naturales y Artes de la ciudad
condal, en 1.840 fue catedrático de Literatura en la Universidad de Barcelona, en 1.848
obtuvo la cátedra de Psicología y Lógica en el Instituto emblemático de la capital de
España: el de San Isidro; en 1.857 ejerció la docencia de “Latín de los tiempos medios y
castellano, lemosín y gallego antiguos” en la Escuela Diplomática y fue también
encargado de la cátedra de Higiene en la Universidad de Madrid. A partir de 1.847
estuvo asociado de distintas formas al Consejo de Sanidad del Reino; en la práctica se
convirtió en un discípulo de Mateo Seoane. Perteneció a diversas comisiones, hasta que
en 1.855 fue nombrado consejero de número. Por otra parte, fue el delegado médico
español en la primera Conferencia Sanitaria Internacional, celebrada en París en 1.851,
así como en la segunda, que tuvo lugar ocho años más tarde535.

Por último tenemos que destacar a Francisco Méndez Álvaro. En 1.853


denunció la necesidad de organizar el Registro Civil, organizar los cementerios, mejoras
las condiciones de vida de los obreros… con claro matiz higienista en su libro
Consideraciones sobre la higiene pública y mejoras que reclama en España la higiene
municipal. . En 1.859 fue nombrado médico de la Junta Consultiva de Policía Urbana,
creada en 1.857, que informaba sobre la reforma de las poblaciones. La Ley de 1.864
sobre ensanche de las poblaciones, creó unas juntas locales para su vigilancia, pero sólo
dieron cabida en su composición a un licenciado en Medicina, ni siquiera doctor (por
tanto, sin haber cursado higiene pública). La legislación posterior sobre ensanches
urbanos, de 1.876 y 1.892, suprimió definitivamente el vocal médico de las juntas
municipales encargadas de los planes de reforma urbana, que quedaron formadas por el
alcalde, cinco concejales y cinco propietarios de fincas urbanas536.

535
RIERA, P., Elementos de higiene privada, Barcelona, 1.846, pp. 154-158.
536
RODRIGUEZ OCAÑA, E. y MARTINEZ NAVARRO, F., Salud pública en España. De la Edad
Media al siglo XXI, Granada, 2.008. pp. 33-34.
366
Legislación sanitaria a finales del siglo XIX

La primera ley de sanidad española, Ley del Servicio General de Sanidad, fue
aprobada en 1.855, en el contexto político del bienio progresista y el epidémico de la
segunda acometida histórica del cólera asiático en la Península Ibérica, y estuvo casi
exclusivamente enfocada hacia la protección frente a las «enfermedades exóticas»,
respetando las líneas maestras de la administración liberal ya instaurada. Por ello
estipuló con minuciosidad todo lo referido a las relaciones exteriores desde la
perspectiva de la precaución geográfica y la defensa cuarentenaria. La
profesionalización sanitaria avanzó con la creación de las direcciones de sanidad de los
puertos, lo que dio lugar a la creación de la rama administrativa de Sanidad Exterior. El
puesto de Subdelegado de Partido, de los que habría uno para cada uno de los tres
ramos: Medicina y Cirugía, Farmacia y Veterinaria, respectivamente, continuó, no
obstante, siendo honorífico y regido por su Reglamento de 1.848, sin apenas
competencias.

La línea ejecutiva quedó firmemente asentada en la jerarquía gubernativa, desde


el Ministro al Director General, Gobernador Civil y Alcalde, mientras que los
organismos colegiados, comenzando por el Real Consejo de Sanidad, tenían carácter
consultivo. En momentos críticos, al sufrirse una epidemia, las juntas de sanidad se
convertían, no obstante, en órganos de dirección de las administraciones periféricas,
incorporando de hecho labores ejecutivas.

Más allá de la amenaza epidémica, la ley ordenó las direcciones de los


establecimientos de aguas minerales, con la creación de un cuerpo médico ad hoc. Si
bien en sus artículos 64 y 65 invitaba a los municipios a prestar asistencia médico-
farmacéutica a las familias pobres del lugar (ya estipulada por la Ley de Beneficencia de
1.849 y otros textos anteriores) y atender los asuntos de higiene pública, a través de la
contratación de médicos titulares —proceso regulado minuciosamente en los 12
artículos siguientes—, dejó sin recoger la figura del inspector higiénico o de salud
pública, establecida también en 1.849 a sugerencia de Seoane. Este, desde el puesto de
presidente de sección del Consejo de Sanidad (1.847-1.853 y 1.855-60), se aplicó a
dirigir la organización de la sanidad civil sobre bases técnicas. Por R.O. de 18 enero
1.849 se crearon las juntas municipales de sanidad permanentes en toda España, y
367
dentro de ellas una Comisión permanente de Salubridad, con el encargo de vigilar y
proponer medidas para evitar los males a la salud pública. Inmediatamente se intentó su
profesionalización y en agosto de 1.849, por iniciativa del Consejo de Sanidad, acordó
el gobierno la creación de Inspectores Municipales de salud pública en las ciudades
mayores de 20.000 habitantes; su reglamento le fue encomendado a una comisión
especial del Consejo presidida por Mateo Seoane e integrada por Francisco Méndez
Álvaro y Pedro F. Monlau, entre otros. Esta iniciativa, que por primera vez preveía
plazas de trabajo públicas con contenidos higiénicos, no se llevó finalmente a efecto
más que en muy contados lugares, como Valencia (1.849) o Zaragoza (1.857). Por la
Ley Municipal de 1.877 estipuló la creación de laboratorios municipales para agua,
alimentos y productos patológicos, lo que se cumplió solo en casos puntuales antes de
que acabara el siglo como Barcelona en 1.867, Madrid desde 1.878 y Valencia desde
1.880. Su implantación obligatoria se reiteró en 1.889537.

El liderazgo decisivo en la actuación sanitaria en España, tanto preventiva como


asistencial, correspondió a los poderes locales, al crearse y desarrollarse la beneficencia
pública. Desde los años 1.840-1.850 existían en algunas ciudades reglamentos de
prostitución que obligaban a las mujeres que atendían tal negocio a pasar visitas
médicas periódicas, lo cual, a partir de 1.875, se convirtió en competencia de los
gobiernos civiles, salvo el lapso entre 1.889 y 1.892, y dio lugar al nacimiento de un
cuerpo de «médicos higienistas». En 1.889 se solicitó por la Sociedad Española de
Higiene al gobierno de España que dispusiera la organización de servicios municipales
de desinfección que ya existían en algunas grandes capitales, como mostró la epidemia
colérica de 1.885.El crecimiento de los servicios municipales permitió la aparición de
Institutos de Higiene o de Salubridad Municipal en algunas grandes ciudades,
comprendiendo la suma de laboratorios, servicios de desinfección, servicios de
inspección sanitaria de prostitutas y servicios médicos de beneficencia. Estas fueron las
primeras organizaciones permanentes de vigilancia higiénica completamente
profesionalizadas y remuneradas. La Instrucción General de Sanidad (IGS) de 1.904
elevó este modelo a norma universal en todas las ciudades538.

537
RODRIGUEZ OCAÑA, E. y MARTINEZ NAVARRO, F., Salud pública en…, pp. 46-47.
538
Ibídem, p. 47.
368
La mortalidad en Córdoba a finales del siglo XIX

Desde la década de los años 60 de la centuria decimonónica hasta el


comienzo del siglo XX, la tasa de mortalidad de la ciudad de Córdoba se vio
incrementada en unos puntos – del 29.7% al 30,83%-. Como anteriormente apuntamos,
estos es debido a las características propias de un periodo transitorio hacia un régimen
demográfico moderno y, sobre todo, a la virulencia del episodio epistemológico de
1.885, que provocó grandes tasas de mortandad a lo largo de todo el país.

Hay que destacar que al analizar la tasa bruta de mortalidad Córdoba se


encuentra entre las provincias con menos rango de mortandad:

SANCHEZ AGUILERA, D., Las diferencias territoriales de la mortalidad en Andalucía a fines del siglo XIX,
Boletín de la Asociación de demografía histórica, XIV, II, 1.996, p. 160.

Estas diferenciaciones habría que apuntarlas desde el punto de vista de la mayor


mortalidad en áreas urbanas. Estas tasas tienen su reflejo en el poco aumento de la
esperanza de vida que en 1.860 era de 30.6 años a comienzos de siglo aumenta
imperceptiblemente hasta situarse en 31.8 años539.

539
SANCHEZ AGUILERA, D., Las diferencias territoriales…, p. 162.

369
La baja esperanza de vida y la alta mortalidad estaba en relación con las
deficiencias higiénico-sanitarias que afectaban sobremanera a los sectores más
desamparados: los niños.

El hecho por el cual Córdoba fuera una de las capitales conde la tasa de
mortalidad más baja de Andalucía –sólo por detrás de Huelva- tenía relación directa
con el número de establecimientos dedicados a la beneficencia y a la sanidad. La capital
tenía una proporción de establecimientos sanitarios por habitantes en 1.866 de 1 por
cada 13284, sólo superada por la onubense que poseía 1 por cada 11775. Esta
proporción va a continuar hasta finales de siglo, lo que nos deja entrever que la calidad
asistencial que poseía Córdoba, a pesar de sus deficiencias endémicas, era de las
mejores de Andalucía, aunque sólo fuera por el número de establecimientos, y muy por
encima de capitales provinciales como Almería, Málaga o Granada cuya ratio nos
dejaba unos márgenes dramáticos.

Provinciales Municipales Particulares Total Establecimientos por


habitantes
Córdoba 2 15 10 27 13284
Almería 1 1 315450
Cádiz 3 15 8 26 15450
Granada 4 11 2 17 26148
Huelva 1 13 1 15 11775
Jaén 2 18 20 18123
Málaga 1 6 1 8 55832
Sevilla 2 11 13 26 18228

Fuente: Instituto Nacional de Estadístico. Anuario Estadístico de 1.866-1.867.

En el cuadro, podemos observar la existencia de dos Andalucías, la occidental y


la oriental. Mientras que en la parte oriental tanto el nivel de centros asistenciales como
la ratio de hospitales por habitantes, en la parte occidental los niveles son equiparables
al del resto de la media nacional. Tanto por población como por el número de los
habitantes el caso de Córdoba es ejemplar puesto que para 1.866, en las estadísticas
consultadas se encontraba entre los primeros puestos nacionales, sólo superadas por
grandes urbes, mucho más desarrolladas en cuanto a economía e infraestructuras como

370
Zaragoza, Logroño, Barcelona, Valencia y, por encima, de ciudades como Madrid,
Guipúzcoa, Oviedo…540.

Esta tendencia va a continuar hasta finales de siglo. En 1.886 Hospitales


1.886 nos encontramos con una situación asistencial parecida Córdoba 33
a la de cuarenta años atrás. Córdoba disponía en ese periodo Almeria
Cádiz 3
con unas infraestructuras sanitarias muy por encima que las
Granada 2
de otras capitales andaluzas, con 33 centros hospitalarios.
Huelva
Estos datos hay que manejarlos con extremada cautela pues la Jaén
diferencia en el número es tan abultada que posiblemente sea Málaga 4
por falta de rigor o carencias a la hora de confeccionar el Sevilla 4

Anuario.

Noticias sanitarias en el Diario de Córdoba

De todos los periódicos y revistas, sin embargo, la que más nos ha de interesar es
La Andalucía Médica, revista profesional que si bien no ve la luz hasta el año 1.876 —
fuera ya, por tanto, del periodo base de este trabajo—, su realización se fundamenta sin
duda en el ambiente médico que queda en Córdoba tras el fin de su Universidad Libre.

Número a número, en sus gacetillas, en su sección de anuncios, incluso en


artículos de primera página, El Diario de Córdoba ofrece todo tipo de noticias
médicas... Los nombres de los profesionales cordobeses se repiten hasta la saciedad,
unidos las más de las veces, a las intervenciones realizadas, o a las curaciones
obtenidas, cuando no a los puestos sanitarios, o culturales, o incluso políticos consegui-
dos; con relativa frecuencia las firmas de muchos de ellos cierran artículos médicos, o
literarios, o culturales.

Un aspecto del que el Diario se ocupa insistentemente es el referente a las Casas


de Socorro, cuya fundación pide en forma reiterada, sobre todo cuando comunica tal
accidente desgraciado o tal urgencia vital, que no tienen la adecuada y rápida asistencia
por falta de dichos centros sanitarios. Se congratula con la inauguración del primer
Gabinete de consultas médico quirúrgicas en agosto de 1.872 y con la primera Casa de

540
Instituto Nacional de Estadístico. Anuario Estadístico de 1.866-1.867.

371
Socorro municipal que ve la luz en noviembre siguiente. Sigue la trayectoria de éste, así
como de las dos más que pronto son creadas, ofreciendo mensualmente las relaciones
de enfermos asistidos con expresión de diagnósticos e incluso de la posterior evolución.

Las epidemias sufridas por la población cordobesa también quedan reflejadas en


las páginas del Diario cordobés. Dentro de la época estudiada, se ocupa especialmente
de la epidemia de viruela de 1.871 y de la de cólera de 1.885.

En la primera citada no se limita a dar las noticias de su existencia e


importancia, sino que ofrece cifras de morbilidad y mortalidad, e incluso publica
artículos divulgando la necesidad y conveniencia de la vacunación. Firmado por el Dr.
Cambas, aparece un artículo titulado Viruela y vacuna en cuyo texto aparecen una serie
de consideraciones útiles para la población en relación con el tema; habla el autor de la
"vulgaridad peligrosa" que es creer que la vacuna "llama a la viruela", como la gente
cree y como ejemplo demostrativo dice que "ésto es tan absurdo como decir que una
fragata acorazada esté más expuesta a ser echada a pique a cañonazos que otra de
madera"... Considera no obstante, el remoto peligro que puede existir cuando la
vacuna se hace brazo a brazo como "la transmisión de ciertos males hereditarios",
para terminar asegurando que "la vacuna buena no da más que vacuna, nunca viruela,
como el grano de trigo arrojado a la tierra no da nunca espigas de cebada ni de avena,
sino de trigo siempre541".

Nos da la impresión que estas noticias divulgadas habrían de calar hondo en la


población por cuanto un médico cordobés, concretamente D. Antonio Giménez Serrano,
director de la 1.a Casa de Socorro se desplaza a Madrid "con objeto de instruirse
convenientemente en todo lo necesario para injertar el pus original vacuno542".

Posteriormente, una vez remitida la epidemia con mucha frecuencia aparecen


noticias de convocatorias de vacunación, expresando días y horas y lugar donde se
verifica. Para 1.874, en Córdoba existe ya el Instituto de vacunación animal que se
dedica a la obtención de vacuna en pro de lo cual, puede leerse en el Diario el siguiente
anuncio:

541
DIARIO DE CÓRDOBA, 27/5/1.871.
542
Ibíd., 9/4/1.874.
372
"Los dueños o criadores de ganado vacuno que quieran facilitar las crías para la
reproducción de vacuna animal, podrán acudir a tratar de su ajuste a la 1.a Casa de
Socorro, situada en la Plaza de la Almagra en la inteligencia que no se perjudica al
animal y se cuida y sostiene convenientemente los pocos días que se invierte en esta
operación543".

Lo mismo podríamos decir en lo referente a la difusión de noticias, en la


epidemia de cólera de 1.885, en la que el Diario se ocupa de las bajas habidas, de las
medidas profilácticas a tener en cuenta, de los lazaretos constituidos para el ingreso de
los afectados, dando relación de los lugares donde se hallan emplazados, de los médicos
que los regentan y en general, sirviendo sus páginas de partes médicos diarios
relacionados con la temible epidemia.

El Hospital de Agudos, primerísima institución sanitaria de la ciudad es objeto


de especial atención del Diario de Córdoba. Se ocupa de sus ingresos, de sus
"operaciones notables", algunas de ellas consideradas como primicias en la ciudad, del
instrumental utilizado, estando al día en las novedades introducidas en este aspecto, de
su dotación económica, de los nombramientos, ceses y jubilaciones de sus médicos y
practicantes; en definitiva, de la vida íntima de este centro que significa, desde su
fundación, el máximo exponente de la vida médica cordobesa.

Los artículos médicos, que muchas veces merecen los honores de la primera
página, son abundantes: citemos algunos solamente, pues de muchos de ellos nos hemos
de ocupar más extensamente en próximas páginas. Son notables los escritos del Dr.
Valenzuela referidos en su mayoría al balneario de Lanjarón, del que es director,
exponiendo la composición de sus aguas, sus indicaciones, e incluso ofreciendo
estadísticas de enfermos tratados y resultados obtenidos... En este sentido también
escribe otro de los profesores de la Facultad de Medicina cordobesa, D. José Illescas,
sobre las aguas del balneario de Villaharta.

D. Antonio Giménez Morales y D. Norberto González Aurioles, ambos antiguos


alumnos de dicha Facultad, escriben sendos artículos, muy parecidos en el fondo: tratan
de unas intervenciones realizadas por D. Mariano Vázquez y D. León Torrellas,

543
Ibid., 10/4/1.874.
373
respectivamente (también catedráticos de Medicina, cordobeses), publicando no sólo el
éxito obtenido sino además la habilidad y mérito de los cirujanos, nunca
suficientemente reconocidos dada la humildad y sencillo carácter de éstos.

Las páginas del Diario en ocasiones, son pública palestra donde dirimen sus
diferencias médicas algunos profesionales cordobeses: así tendremos ocasión de ver
más adelante el asunto del "Ecrasseur" instrumento quirúrgico cuya primera utilización
se disputan dos grupos distintos de cirujanos locales y, sobre todo, la, a veces violenta
discusión que dirimen a lo largo de varios números sucesivos D. Juan Velasco y D.
Vicente Ortí sobre el tratamiento de un caso de croup laríngeo.

De vez en cuando podemos leer noticias relativas a los adelantos de la Medicina;


una muy curiosa leída en un número de junio de 1.874 dice lo siguiente:

"En el Hospital nacional de Madrid se ha practicado con éxito feliz hasta ahora, la
difícil operación de la transfusión de sangre. El doctor Ustariz que la llevó a efecto, lo
hizo con su propia sangre abriéndose una vena de su mano y vertiéndola en una copa
dentro del baño de María a 40 grados. Después descubrió la vena mediana cefálica de
la enferma, la incidió y con una simple jeringa de cristal fue inyectando, poco a poco,
hasta unos 30 gramos de sangre544".

Como es natural, el Diario se ocupa largamente de la Facultad de Medicina


cordobesa a lo largo de sus cuatro años de existencia transcribiendo sus convocatorias
de ingreso, publicando los tribunales de exámen, refiriéndose a los resultados obtenidos
tras aquellos, recogiendo en fin, día a día, todos los datos interesantes o simplemente
curiosos en los que no entramos ya que habremos de ocuparnos de ellos en el
correspondiente capítulo.

Hemos recordado al Dr. Marañón cuando asegura que la historia no sólo se lee
en los tratados y ni siquiera en las primeras páginas de los periódicos centenarios, sino
que "... la vida desnuda, florida, palpitante... está en el suceso ínfimo, en el rumor
callejero..., e incluso en los anuncios...545“Y efectivamente, en los anuncios del Diario

544
Ibíd., 10/6/1.874.
545
MARAÑON, G. Todavía Amiel, Obras Completas, T. I., Madrid. 1.966. Prologo al diario íntimo de
Henri Frederic Amiel.
374
de Córdoba hemos encontrado aquí y allá, todo un tratado de Farmacología clínica al
uso, que no resistimos la tentación de transcribir aunque solo sea en parte.

La redacción de estos anuncios llama la atención por la seriedad de las


indicaciones que sostienen y por la seguridad de los resultados que prometen; así
leemos por ejemplo, la indicación de la "Panacea anticrónica, o remedio fácil, eficaz y
económico para curar en breve tiempo la sífilis y toda clase de enfermedades humorales
por muy antiguas que sean..."

Contra las fiebres intermitentes muy frecuentes por entonces y sin embargo,
socorrido diagnóstico muchas veces ante cualquier síndrome febril, se utilizan los
Polvos antiintermitentes La Hortelana, o el Agua de San Roque.

Los medicamentos extraídos de plantas ocupan un extenso capítulo de


terapéutica de la época, pudiendo citar entre aquellos, el Mile- folio alcalino, "remedio
utilísimo contra el mal de piedra y la retención de orina" y los polvos de Almezo,
necesarios contra la hidrofobia y mordeduras ponzoñozas", o el Eucaliptus globulus,
empleado para el uso externo o en el estado de alcoholato, preparado con la esencia y
alcohol, al alcoholaturo, obtenido con las hojas en infusión en el alcohol o con el polvo
de hojas secas, al que se le atribuyen propiedades desinfectantes, antisépticas,
astringentes, hemostáticas y estimulantes, empleándose con éxito "contra las tercianas
y, sobre todo en las afecciones crónicas de vías respiratorias". En este apartado también
figuran el Jarabe del rábano yodado, útil en Pediatría "contra las infartaciones de las
glándulas del cuello, la palidez y flaccidez de las carnes, contra el usagre y el costra
láctea...", la Inga de la India "contra las jaquecas, dolores de cabeza y neuralgias", el
jarabe y pasta de pino de Lassage en los casos de "tos, constipados, catarros, gripe,
bronquitis, irritaciones del pecho, etc", el jarabe de quina ferruginoso, "que prescriben
los médicos de París a las señoras y jóvenes delicadas que padecen dolores de estómago
y que tienen color pálido", la infusión vegetal del Perú, "contra las purgaciones" y el
jarabe sedativo de naranjas amargas con bromuro de potasio.

Aparecen también específicos preparados por distintos farmacéuticos, como la


célebre Hofblondina, pildoras del Dr. Hofblond "para las enfermedades nerviosas,
debilidad de los órganos sexuales, decaimientos e impotencia", el fosfato de hierro del
Dr. Leras "para los niños débiles con desarrollo y dentinción deficientes, las Pastillas
375
Dethan, "el mejor remedio contra los padecimientos de garganta" la mistura
Browniann, "contra el cólera y toda clase de cólicos" y el específico Cussac, inventado
por la española Antonia Cussac y García, al que se le atribuye "un efecto sorprendente
que cura del modo más radical y en el término de seis meses, el cáncer, padecimiento
que también es vencido por el Cundurango, un arbusto del Ecuador, del que, según el
anuncio, ya se han beneficiado la madre política del Vicepresidente de los E.E.U.U.,
Mr. Colfax y la esposa del Secretario del Senado americano, Mr. Gorbam.

Finalmente citaremos un específico la Revalenta Arábiga, profusa y


continuamente anunciada como una especie de panacea contra todo tipo de
padecimientos digestivos, cardíacos, respiratorios, urológicos, hematológicos, histéricos
e infecciosos... "... y falta de frescura y energía..."

Este es, muy compendiado, el ambiente médico de una época de epidemias aún
insolubles, de falta de centros asistenciales, de indudable avance de la Cirugía, de
Medicina interna absolutamente clínica, casi meramente hipocrática, del despertar de
las especialidades, de existencia de una auténtica polifarmacia la mayor parte de las
veces inoperante o, a lo más, medianamente eficaz... Y, en medio de estas semitinieblas
del conocimiento médico, ya se inicia en esta hora el aura de la Medicina moderna con
sus descubrimientos, con sus avances y, sobre todo, con el esfuerzo y fe inquebrantables
de sus hombres.

Efectivamente, tanto su director D. Rodolfo del Castillo y Quartiellerz como


muchos de sus redactores, pertenecen de una forma u otra a la fenecida Facultad de
Medicina y la revista para ellos es la continuidad de esta vocación docente que se ha
truncado por avatares políticos y económicos.

Estamos de acuerdo que un estudio crítico de esta gran revista médica, sería
motivo de un trabajo a fondo que no cabe en la temática que tratamos. Solamente
queremos hacer un esbozo de lo que esta revista fue, dejando una invitación implícita
para alguien que quiera profundizar en el tema, enjundioso e interesante desde el punto
de vista histórico por referirse a un periodo relativamente próximo en el tiempo y, sin
embargo, tan lejano en la evolución de la Medicina.

376
Nace La Andalucía Médica merced al impulso y tesonero afán de D. Rodolfo del
Castillo, médico gaditano, oftalmólogo ilustre y pariente del famoso D. Cayetano del
Toro, que se afinca en Córdoba en 1.873. Pese a su juventud, su sólida formación
médica que le hace dominar, no solo su especialidad preferente, sino todas las ramas
médico-quirúrgicas conocidas, le catapultan muy pronto al pináculo de la élite
profesional cordobesa.

En enero de 1.876 sale a la luz el primer número de esta revista que dura, al
menos, por lo que se deduce de nuestras investigaciones, hasta 1.882546. El impacto de
este primer número es muy favorable en la prensa profesional; en este sentido, la revista
profesional madrileña La Independencia Médica, después de aplaudir la iniciativa de D.
Rodolfo del Castillo, comenta:

"Son notables, bajo todos los conceptos, los trabajos que vienen, publicados en
el primer número de dicha revista y, entre ellos, la historia de un encefaloide de cara,
acompañado de la fotografía del afecto. Con este proceder da el Sr. Castillo público
testimonio de aceptar debidamente la gran ventaja que proporciona la fotografía en la
exposición clínica y bajo este concepto, promete emplearla en todos los casos notables
de medicina como de cirugía que publique en su revista...547".

El contenido de ésta se ajusta, a lo largo de toda su existencia a un sumario


prácticamente constante: Un apartado fijo es la "Revista médica extranjera", a cargo de
D. Genaro Lacalle Cantero (antiguo alumno de la Facultad de Medicina de Córdoba), en
la que publica y comenta selecciones de artículos interesantes de la prensa médica
mundial. Figura una "Sección bibliográfica" que trata de todas las novedades en cuanto
a libros publicados, tanto dentro como fuera de España. La "Sección Oficial" versa
sobre todo lo relativo a nombramientos, vacantes, oposiciones, congresos, legislación,
etc., en relación con la Medicina. Otro apartado, denominado "Hechos diversos", se
ocupa de noticias a nivel profesional e incluso de algunos temas no médicos que por su
interés, merecen ser publicados. Desde el primer número figura asimismo, una
fotografía relativa a algún caso clínico importante que, como hemos visto más atrás,
causa sensación en los círculos profesionales, como recoge el Diario de Córdoba que

546
DIARIO DE CÓRDOBA, 23/1/1.876.
547
Ibid., 5/3/1.876.
377
califica a esta publicación como "novedad de que éste es el primer ejemplo en España y
sólo se conoce otro en Francia".

Pero lo que confiere más valor al contenido científico de la revista, son los
artículos originales que abarcan prácticamente todas las ramas de la Medicina y de los
que opina así la prensa médica:

"Esta ilustrada revista que ya cuenta un año de existencia y que en este espacio
de tiempo ha visto reproducidos sus artículos en periódicos nacionales y extranjeros,
extendiendo su provechosa enseñanza lo mismo en España que en América548".

De dichos artículos aparecen como firmantes, además del propio director D.


Rodolfo del Castillo, otros médicos cordobeses como D. León Torrellas y Gallegos,
antiguo catedrático de Clínica Quirúrgica de la Facultad de Medicina cordobesa, D.
Vicente Orti, D. Pedro- Angel Osuna, famoso escritor-médico local y otros, antiguos
alumnos de aquella como son D. Genaro Lacalle, D. Ricardo Guijo, D. Norberto
González Aurioles, D. Luis González Martínez y D. Pedro Mohedano Escalona.
También firman algunos artículos, el célebre I). Cayetano del Toro, aceptándose
asimismo la colaboración de médicos de otras capitales entre los que destacan por su
frecuencia, los pertenecientes a las Facultades de Medicina de Cádiz y Barcelona.

Escogidos al azar algunos de los títulos publicados podemos apreciar que


obviamente, los temas oftalmológicos abundan, firmados casi siempre por el propio D.
Rodolfo del Castillo; así figuran por ejemplo De la hemeralopia y Empleo combinado
de las lentes y del anteojo estenopéico en ciertos casos de anomalía de la refracción
con disminución de la agudeza visual. En esta especialidad, D. Pedro Ángel Osuna,
escribe Influencia de la imaginación en la percepción de los objetos. Alucinaciones
ópticas.

Los temas quirúrgicos también se prodigan, constituyendo además el grupo de


los temas fotográficos publicados; entre estos artículos podemos ver De la osteo
periostitis del ángulo mayor de la órbita, de D. Rodolfo del Castillo o Encondroma de
la región témporo-parotidea operado, del mismo autor, o Carcinoma del maxilar
superior; resección de este hueso, de D. Cayetano del Toro.

548
Ibid., 15/12/1.876.
378
Temas de química y fisiología también aparecen como Estudio fisiopatolàgico
de la glucosa en el organismo, de D. Ricardo Guijo, o Química biológica: la glicemia o
La ciencia química.

De Medicina Interna entresacamos Pneumonía y tisis pulmonar consecutiva de


las fiebres exantemáticas: teorías de la formación y medios de prevenirla.

De Terapeútica leemos El jugo de caña agria contra la diabetes sacarina o


Tratamiento de la psoriaris por el ácido crisofánico o Tratamiento de la coqueluche
por la tintura de mirra.

La epidemia de cólera de 1.885

En el año 1.885 la epidemia del cólera afligió gran parte del territorio español.
Las manchas negras del mapa, muestran las zonas invadidas entre los meses de agosto y
setiembre de aquel año, por aquella enfermedad diarreica infecciosa aguda, de
transmisión epidémica, que se podía adquirir por beber agua o comer alimentos
contaminados con la bacteria del cólera, que se transmitía por la vía fecal - oral.

Se manifestaba con vómitos y diarreas, por lo que el enfermo, al perder gran


cantidad de agua y debido a la deshidratación, la piel se le arrugaba, la nariz se le
afilaba, los globos oculares se le retraían y la temperatura del cuerpo descendía
considerablemente. La acción cardíaca se debilitaba hasta el punto de que a veces no se
percibía el pulso. Seguía la supresión de orina, afonía... el fatal desenlace.

El cólera en la ciudad de Córdoba

La virulencia con la que azotó la epidemia de Cólera de 1.885 al país, no cogió


de improvisto a las autoridades sanitarias locales ya que esta epidemia había brotado
varias veces durante el siglo. Otro factor por el que la alerta higiénica ante un nuevo
posible brote estaba en niveles de cuasi alarma provenía por los casos ocurridos el año
anterior en localidades como Novelda y Alicante que pusieron en guardia a las
autoridades españolas, provocando que durante 1.884, a fin de evitar la propagación, se
379
publicaran numerosos tratados higiénico- sanitarios para la prevención de la
epidemia549.

“ Apenas llegado a conocimiento de S.M. el Rey el hecho sensible de la


presentación del cólera en Novelda y en Alicante, y otros casos sospechosos en
algunos pueblos de aquella provincia, he resuelto suspender su proyectado viage,
regresando á Madrid á seguir a seguir de cerca si curso del mal si por desgracia no
pudiera ser detenido en su marcha. Este nobilísimo impulso del ánimo de S.M.,
siempre presuroso á acudir donde la posibilidad de la calamidad ó del peligro se
presenta, para compartir los sentimientos de la Nación, le obligará á desistir de su
proyectada visita á las provincias de Guipúzcoa y Vizcaya550”

Para tal fin, las autoridades cordobesas impondrán una serie de medidas
sanitarias seguidas de otras de carácter preventivo, y, finalmente, cuando la enfermedad
se propagó por la ciudad se adoptaron un paquete de normativas para evitar el contagio
y paliar el hambre entre la población. Desde los estamentos eclesiásticos también se
hace un llamamiento a la oración para evitar el azote de la enfermedad. El Obispo
dispone:

1- Los sacerdotes dirán en la misa la oración provitanda mortalitate som


tempore prestilentio.

2- Todas las noche al toque de la oración, se rezará en todas las


parroquias el Santo Rosario, con asistencia de todo el clero adscrito a
cada parroquia.

3- Puestos de acuerdo los señores curas párrocos, dispongan la


celebración de trece misas cautadas, una por cada parroquia, en la
Iglesia del Arcángel San Rafael. Para dar solemnidad al acto se
realizará una procesión

549
GÓMEZ DÍAZ, D., Bajo el signo del cólera y otros temas sobre morbilidad, higiene y salubridad de
la vida económica almeriense, 1348-1910, Almería, 1.993, p. 46.
550
DIARIO DE CORDOBA, 2/09/1.884. vid etiam, BOPCO, 2/09/1.884.
380
En la prensa local comenzó una dura campaña para ejercer presión para mejorar
el estado de la población con la publicación en portada de noticias referentes al cólera.

“Se necesita que los dependientes de la autoridad redoblen su vigilancia bajo el


punto de vista higiénico, y que tan pronto como observen un foco que pueda inficionar
la atmósfera, den inmediatamente aviso a sus gejes, a fin de que estos tomen las
medidas que son aplicables en casos análogos. Los sitios que deben de estar mas
vigilados, son los recipientes urinarios y sus inmediaciones, puesto que frecuentemente
se hallan en condiciones nada convenientes. Nos referimos hoy principalmente a este
asunto, porque ayer se encontraban completamente llenas las cubetas de la calle del
Portillo y plazuela del Conde de Gavia. La vigilancia para que el más esmerado aseo
reine por todas partes, asunto es que a todos nos interese y que debemos procurar en
pro de la salud pública551”

La junta municipal de sanidad se vio en la tesitura de proyectar una serie de


medidas cuyo fin principal se centraba en la prevención. Una de las primeras fue la
suspensión de la Feria de La Fuensanta552 para evitar que con las aglomeraciones se
pudiese expandir el cólera entre los asistentes. Se acuerda que las centros educativos
permanecerán cerrados hasta el 14 de septiembre para evitar el peligro de contagio entre
la población infantil553 y se adecenta un nuevo Hospital para coléricos en el Santuario
de Nuestra Señora de la Fuensanta y otro en la casa de socorro hospicio. Las entradas y
salidas de la ciudad son tomadas por las fuerzas públicas para impedir el acceso de los
viajeros.

El Consistorio publicó un Bando en el que expresaba criterios para la


conservación de la salubridad local, presentándose como garante de la higiene de la
ciudad a la vez que establecía normativas esenciales para la conservación de la salud
pública; se exigía un perfecto estado de limpieza de las viviendas, los retretes,
sumideros, corrales, etc., y, en el caso de que algún vecino no pudiera disponer de una

551
DIARIO DE CORDOBA, 5/09/1.884
552
“!Maldito el terrible cólera! – esa enfermedad asiática que ha impedido se celebre la feria de la
Fuensanta, esa feria deliciosa que a la Virgen se consagra, que del Betis en la oriulla tiene su histórica
casa […]”DIARIO DE CORDOBA, 10/09/1.884
553
Los centros de educativos que permanecerán cerrados durante la primera quincena de septiembre
fueron: Seminario Conciliar de San Pelagio, Instituto Provincial, Escuela de Veterinaria, Escuela de
Bellas Artes, Escuela Normal de Maestros. ARJONA CASTRO, A., La población de Córdoba…, p. 109.
381
higiene adecuada la oficialidad de cada parroquia le pondría los medios necesarios para
la labor554. Así mismo, la Diputación provincial también mostró su preocupación ante
las noticias del avance de la enfermedad en el país y en sesión extraordinaria del 3 de
septiembre se reúnen de urgencia para tratar el asunto de las medidas a adoptar en el
caso de que se detectara un contagio, estas fueron:

1- Procurar a la Junta municipal de sanidad, con cargo a las oficinas de


farmacia de los establecimientos de beneficencia hasta 5.000 pts. De valor,
por ahora, en desinfectante para las localidades invadidas y medicinas
específicas y medio terapéuticos para el socorro de los enfermos pobres.

2- Solicitar al Gobierno de la S.M. una ampliación extraordinaria del crédito de


calamidades públicas consignado en el presupuesto vigente hasta 100.000
pts.

3- Solicitar al cuerpo médico de la Beneficencia provincial para que se sirva


manifestar por conducto de sus decanos, si en el caso de que la invasión
epidémica se verificase y sin desatender la asistencia facultativa de los
hospitales y demás establecimientos benéficos de la diputación y la
extraordinaria que pudiera reclamar la presencia de la epidemia podrían
contase con el auxilio de algunos profesores del cuerpo para las necesidades
públicas555.

554
Ibídem. Con fecha 4 de septiembre, se recomendaba al consistorio:
No variar el régimen habitual de vida, si es ordenado evitar las causas de debilidad, así como la
embriaguez, por ser excesivamente peligrosos.
Desinfectar todos los días los lugares infectados, no arrojando las letrinas, ninguna deposición
diarreica, sin desinfectar previamente.
Al sentir alguna indisposición, guardar cama, procurando sudar y tomando para conseguirla
una taza de Manzanilla, Ínterin que prescriben por el facultativo la medicación necesaria.
Las ropas, y cuanto rodee al enfermo serán quemadas, sea cualquiera la terminación del caso,
desinfectando a la vez la habitación que haya ocupado.
Se dispondrá de un local fuera de la población, para alojar algunos enfermos cuyas casas carezcan de
las condiciones necesarias.
El cadáver del colérico permanecerá el menor tiempo posible en la casa mortuoria, debiéndose
envolver en un lienzo impregnado de una solución antiséptica, antes de meterlo en la caja y trasladarlo
al depósito del cementerio hasta que se comprueba la muerte por señales inequívocas de putrefacción.
El Excmo. Ayuntamiento atenderá en cuanto le sea posible a la alimentación y medicina de los
pobres que desgraciadamente, invadiera la epidemia, en tanto se traslada al Hospital respectivo.
BOPCO, 4/09/1.884.
555
AHDPCO, Comisión provincial, sesión de 3/09/1.884 y 6/09/1.884
382
4- Aumento del personal del Hospital de Agudos.

A pesar de las medidas adoptadas, durante el mes de septiembre se van a


localizar varios enfermos -9- en la capital que son rápidamente trasladados al hospital
de crónicos. El tratamiento que se le práctica está basado en baños artificiales con sales
y preparaciones químicas556.

Para la época estaba fuera de duda que la epidemia colérica se transmitía sólo
por contagio directo, era una enfermedad que se llevaba como de la mano. La única
medida preventiva pues para atajar la infección era colocar cordones sanitarios557 que la
impidieran, y lazaretos a los que enviar aquéllos que llegaban a la ciudad con algún tipo
de síntoma

En julio del año siguiente, se vuelven a adoptar las mismas medidas de


prevención pero cambiando de ubicación el lazareto de la Arruzafa con el fin de evitar
el peligro de contagio que puede ofrecer la circulación de viajeros procedentes de las
provincias infectadas. Por lo tanto, se acuerda instalar dos lazaretos, uno en Villa del río
y otro en la localidad de Belmez558.

El 23 de julio, se recibe despacho del Alcalde de Iznajar pidiendo con la mayor


urgencia posible la llegada de un médico, un farmacéutico, una barrica de cloruro de sal,
dos kilogramos de ácido férrico, cincuenta de azufre y seis de sulfato de cobre. Se
habían detectado varios casos de cólera asiático en la población y se creía que la causa

556
Ibídem, 27/09/1.884.
557
“La Guardia Civil vigilará la carretera del Brillante, Arrecife y Estación de Ferrocarril, para que los
viajeros sin identificar o provenientes de zona de contagio sean conducidos al Lazareto de la Arruzafa.
El Destacamento de Caballería de Córdoba la Vieja, vigilará los cuatro caminos que se dirigen a esta
capital desde Almodóvar, Posadas y otros pueblos que cruzan los llanos de aquel predio, deteniendo a
todos los individuos que se dirijan a esta capital y no vengan provistos de documentos por los que
acrediten su procedencia limpia, expedido por su alcalde. Los individuos que carezcan de estos
requisitos serán conducidos diariamente al Fielato de Pretorio, adonde se harán cargo de ellos
individuos de la Guardia Civil, que los llevarán al lazareto de la Arruzafa. El destacamento establecido
en Alcolea vigilará la Carretera de Madrid y el camino de Villafranca, que pasa por la Dehesa de la
Rivera, con las mismas órdenes y misiones. El destacamento establecido en la Hacienda del Majano,
vigilará la carretera de Almadén y el camino de Linares. Se dieron órdenes para el alojamiento de estos
destacamentos de tropas en la Venta de Alcolea, Casa de Labor de Córdoba la Vieja y la hacienda
denominada El Brillante. También se alojaron en la Casa de Postas del Aguadillo y en la casa del
maestro escuela de la Barriada del Espíritu Santo”. ARJONA CASTRO, A., La población de
Córdoba…, p. 111.
558
AHDPCO, Comisión provincial, sesión de 13/07/1.885
383
para dicho contagio provenía de las cercanas aguas estancadas del río Genil559. A los
pocos días, los contagios se disparan y se tienen noticias de enfermos en varias
localidades de la provincia y algunos esporádicos en el Hospital de Agudos. La
smedidas anteriormente dispuestas no surten los efectos esperados y se muestran
ineficaces para parar el contagio; además las noticias procedentes de otros lugares de la
nación llevan a la Diputación provincial a adoptar nuevas medidas sanitarias:

1- Aislamiento total de las dependencias para la asistencia de los coléricos del


Hospital de Agudos, habilitando una única entrada por el campo y a disposición
de la junta local de sanidad.

2- Las demás dependencias deberían funcionar con la misma normalidad.

3- Cualquier enfermo que se halle en los hospitales de la provincia, casa de socorro


hospicio o de la central de expósitos sea trasladado inmediatamente al hospital
de agudos. Una vez hecho el traslado se pondrán en cuarentena las ropas,
enseres y personas del círculo cercano del enfermo.

4- Que a pesar de la orden de traslado, en cada establecimiento benéfico se prepare


una zona convenientemente aislada del resto para la asistencia de los atacados
por la epidemia que por su grave estado no pudieran ser trasladados al hospital
de agudos.

5- Que los niños en edad de lactancia sean atendidos dentro del establecimiento en
que se hallan y bajo ningún precepto sean trasladados al de agudos.

559
AHDPCO, Comisión provincial, sesión de 24/07/1.885.

384
6- Solicitar la ayuda de los maestros de la facultad de medicina para la consulta
asistencial a los pacientes.

El 9 de agosto las malas noticias llegaban desde Benamejí. Su Alcalde pedía


socorro ante la virulencia con la que estaba actuando la epidemia entre los ciudadanos.
En pocos días se agotaron los recursos asistenciales de la localidad y se contaba hasta la
fecha con más de cien victimas y centenares de enfermos. El pueblo al no poder contar
con la mayoría de sus trabajadores se quedaba sin alimentos, los enfermos sin cuidados
y sin posibilidad de controlar la propagación560. La Diputación provincial decide, ya que
todavía la capital no ha sido invadida por la epidemia, enviar facultativos y provisiones
para aliviar las penurias de Benamejí. A los pocos días era Puente Genil quien
demandaba socorro.

La epidemia se propagó por los pueblos del sur provincial, obligando a la Junta
de Sanidad a establecer un cordón sanitario que prohibiese la entrada en Córdoba
capital.

Durante el mes de Septiembre empiezan a aparecer casos en el Barrio de San


Basilio, extendiéndose posteriormente a toda la ciudad. Son en gran número los casos
que se producen en el Hospital de Agudos, Casa Central de Expósitos y Cárcel
Nacional.

La situación en el hospital de agudos se tornará dramática durante todo el mes a


consecuencia de los miles de enfermos computabilizados en la capital, la falta de
personal y la carestía de medios para hacer frente al contagio. No obstante, el estado de
alarma se empieza a estabilizar a finales de mes cuando se recibe en la Diputación un
oficio del decano del colegio de médicos en el que comenta que se ha conseguido
extinguir los focos epidémicos que se localizaban en el hospital de agudos y que por
tanto pedía volver a las medidas de precaución anteriores al 12 de agosto pasado561.

En comparación con otras provincias podemos decir que la epidemia tuvo poca
intensidad en Córdoba, hubo 1.318 muertos de cólera, lo que da una mortalidad de 3,29

560
AHDPCO, Comisión provincial, sesión de 09/08/1.885.
561
AHDPCO, Comisión provincial, sesión de 29/09/1.885.

385
por mil, muy por debajo, por ejemplo que las sufridas en el brote de 1.855 que dejó un
balance de 31,6 por mil.

Grado de Intensidad y Malignidad del brote colérico de 1.855562


Grado no de Provincias Invadido Grado no de Provincias Muertos
orden por orden por
1000 1000
habitantes habitantes
1 Pontevedra 0,8 1 Lérida 110
2 Gerona 2 1o (2) 2 Soria 199
3 Orense 4 3 Huelva 202
1o (5) 4 Barcelona 4 4 Palencia 206
5 Coruña 6 5 Tarragona 207
6 León 8 2o (8) 6 Segovia 220
7 Lugo 9 7 Teruel 223
8 Ávila 15 8 Logroño 223
9 Oviedo 21 9 Cuenca 229
10 Zamora 22 10 Guadalajara 232
11 Murcia 27 11 Barcelona 236
2o (15) 12 Valladolid 29 12 Cádiz 247
13 Cáceres 29 13 Salamanca 252
14 Alicante 29 14 Vizcaya 257
15 Lérida 30 15 Castellón 261
16 Tarragona 31 16 Huesca 262
17 Burgos 33 17 Cáceres 262
18 Cádiz 36 3o (22) 18 León 263
o
3 (23) 19 Madrid 36 19 Ciudad Real 267
20 Málaga 39 20 Valladolid 268
21 Almería 41 21 Valencia 269
22 Córdoba 54 22 Zaragoza 271
23 Segovia 56 23 Alicante 275
4o (29) 24 Santander 56 24 Burgos 277
25 Badajoz 62 25 Badajoz 280
26 Salamanca 63 26 Lugo 281
27 Jaén 67 4o (34) 27 Oviedo 285
28 Sevilla 70 28 Álava 288
5o (36) 29 Huelva 72 29 Albacete 290
30 Huesca 74 30 Sevilla 299
31 Valencia 77 31 Pontevedra 304
32 Toledo 78 32 Coruña 308
6o (42) 33 Ciudad Real 78 5o (41) 33 Córdoba 316
34 Cuenca 81 34 Almería 322
35 Guipúzcoa 88 6o (44) 35 Santander 323
o
7 (46) 36 Granada 88 36 Jaén 329
37 Castellón 92 7o (47) 37 Guipúzcoa 334
38 Soria 95 38 Navarra 335
39 Zaragoza 120 39 Gerona 359
40 Albacete 125 40 Murcia 361
41 Álava 125 41 Granada 382
42 Palencia 134 42 Orense 389
43 Vizcaya 137 43 Zamora 394
44 Navarra 137 44 Toledo 415
45 Teruel 173 45 Málaga 426
46 Guadalajara 179 46 Madrid 453

562
VIÑES, J.J., El Dr. D. Nicasio Landa, médico oficial de epidemias en la de cólera de 1.854-1.855,
Anales del sistema sanitario de Navarra (2.000), p. 56.

386
47 Logroño 235 47 Ávila 498

Legislación gubernamental ante la epidemia de cólera

MINISTERIO DE LA GOBERNACION
REAL ORDEN

La insistencia con que se presentan los casos sospechosos de cólera morbo en


algunas localidades de las provincias de Valencia, Castellón y Murcia obliga á la
Administración á ejercer, con la mayor actividad, la necesaria vigilancia, para que en
387
todas partes y con todo rigor se cumplan los preceptos de la higiene pública y las
disposiciones dictadas en el año último con objeto de evitar la difusión de los gérmenes
morbosos y de conseguir su extinción en los focos existentes. N o han sido, por
desgracia, hasta ahora todo lo eficaces que era de esperar las enérgicas disposiciones
que desde los primeros momentos de la aparición de la epidemia dictó este Ministerio y
secundaron con celo las autoridades para estrechar ó destruir todo foco ó causa de
salubridad que con mayor ó menor fundamento pudieran ser considerados como
originarios del mal; y para que el cuidado por la salud se ejerza en todas las provincias
de manera uniforme y eficaz, recuerdo á V. S. la exacta aplicación de 10 prevenido en
Real orden de 24 de junio de r884, publicada en la Gaceta del 25; las órdenes de 2, 6, 7
Y r 7 de julio siguientes, insertas en las Gacelas de 3, 7, 8 Y r8 del referido mes de
julio, y la circular de 28 de agosto posterior. Como medio más seguro aconsejado por la
higiene, se mantiene en principio el acordonamiento y la instalación de lazaretos en los
pueblos ó zonas invadidas, á cargo de los Municipios, y con los agentes y fuerzas de
que dispongan las autoridades civiles. Para obtener d debido aislamiento contra la
epidemia, dada la imposibilidad por falta de elementas de acordonar todos los lugares
infesta dos, los Ayuntamientos y Diputaciones limítrofes á las provincias invadidas
deberán establecer lazaretos con destino á la estancia y tratamiento de los viajeros que
ofrezcan síntomas del contagio, y á la desinfección de mercancías contumaces
procedentes de dichas provincias. Serán considerados géneros contumaces: Las ropas de
uso y efectos de los pasajeros. Los cueros al pelo y de empaque. y las pieles, plumas,
pelos de animales, lana, seda, algodón, lino, cáñamo y papel que no procedan
directamente de fábrica. Se prohíbe la exportación y circulación de trapos en las
provincias infestadas, como asimismo su importación en España de puntos sucios ó
sospechosos del extranjero y de los que en el año anterior sufrieron la epidemia del
cólera morbo. Para el tráfico de esta mercancía, así de la parte que proceda de puntos
limpios del extranjero como de la que se verifique entre provincias limpias de la
Península, será requisito preciso el embalaje en lonas embreadas. Las empresas de
ferrocarriles, diligencias, buques y de toda clase de trasportes cuidarán de no admitir
esta mercancía sin el referido embalaje. Todo fardo que no se encuentre en estas
condiciones será detenido por los agentes de la autoridad y destruido por el fuego. Las
demás mercancías no mencionadas en los anteriores párrafos circularán libremente.
Serán igualmente sometidos á medidas higiénicas de saneamiento los animales vivos ó
388
muertos que procedan de zonas invadidas; para lo cual se tendrán preparados en los
lazaretos corrales á propósito. El personal facultativo y administrativo y el material
necesario para el servicio de estos lazaretos municipales y provinciales serán costeados
por los respectivos Ayuntamientos y Diputaciones. Los viajeros por las líneas férreas y
carreteras sufrirán una inspección facultativa en los puntos que las circunstancias exijan,
según el punto de la epidemia. El cuidado incesante para la observación de las reglas de
higiene pública y la rapidez en la ejecución, superando cualquier obstáculo después de
reconocida la necesidad, y teniendo siempre presente las facultades que concede á V. S.
el arto 23 de la vigente ley provincial, es lo que particularmente recomiendo á su
inflexible voluntad, y sobre todo el aislamiento absoluto, fuera de la población si es
posible, en local á propósito, y si no en la propia casa de todo enfermo sospechoso y de
las personas que con él hubieran comunicado desde los primeros síntomas de la
enfermedad. Hay que tener especialísimo cuidado en evitar la formación del foco
epidémico, ateniéndose á las medidas dispuestas en la Real orden referida de 6 de julio.
Las prácticas del aislamiento de los focos dentro de las poblaciones epidemiadas, el
establecimiento de hospitales provisionales en las afueras, en puntos opuestos á los
vientos reinantes, la desinfección rigurosa y constante de las casas de los invadidos, y el
más escrupuloso cuidado de la higiene de las calles, mercados, establecimientos
bromatológicos, lugares insalubres y de la población en general y cuantas medidas
aconseja la ciencia, que serán propuestas por las academias de medicina, juntas
sanitarias .y médicos de las localidades, son los recursos que tiene la Administración,
auxiliada en tales circunstancias por juntas de distrito y de barrio, por sociedades
benéficas y por todos los facultativos especiales de sanidad y los del
ramo de Beneficencia, para aminorar los estragos de la epidemia, dominarla y
extinguirla en breve plazo. Las autoridades, por cuantos medios estén á su alcance,
procurarán la mayor diseminación posible de la masa de la población, dentro del círculo
ó zona infestada, especialmente de las clases menesterosas, para lo cual puede hacerse
buen uso de caseríos extramuros, barracones y tiendas de campaña Las facilidades
necesarias para el servicio de
aprovisionamiento de víveres y los auxilios á las clases trabajadoras, como igualmente
la solución de cuantos conflictos necesariamente origina el estado normal sanitario, es
cuidado de que preferentemente ha de ocuparse V. S. Creo oportuno llamar su atención
sobre el carácter y responsabilidad de las juntas provinciales y municipales sanitarias;
389
siendo corporaciones consultivas de la autoridad de V. S. y dela del alcalde
respectivamente, con derecho de propuesta sobre cuanto estimen necesario para la
salud, su misión se limita al consejo, y su acción alcanza sólo al deber de celebrar las
sesiones y emitir su dictamen. La responsabilidad de sus acuerdos corresponde toda á
V_ S., ó al alcalde en su caso, que tienen facultad de obrar de conformidad ó en contra
de lo que los cuerpos consultivos les propongan. Encarezco á V. S. el exacto
cumplimiento del servicio dispuesto sobre partes sanitarios. Ha de exigirlos V. S.
diariamente de los alcaldes, imponiéndoles el debido correctivo por toda falta, y debe V.
S. del mismo modo resumir estos datos todos los días y comunicarlos por telégrafo á la
Dirección general del ramo. Para el mejor fin de los propósitos del Gobierno, á
continuación se insertan las instrucciones de higiene particular, redactadas de
conformidad con los dictámenes de la Academia de Medicina ele Madrid y Real
Consejo de Sanidad. Con las precedentes reglas ~ instrucciones procure V_ S. llevar la
tranquilidad al ánimo del público, y á todos el concepto de sus derechos y deberes con
relación á las leyes de higiene pública. De Real orden lo digo á V. S para su
conocimiento y demás efectos. Dios guarde á V. S. muchos años. Madrid 12 de junio de
1885.Romero y Robledo.

Instrucciones de higiene privada, redactadas de conformidad con los dictámenes de la


Academia de medicina de Madrid y Real Consejo de Sanidad.

La Nunca es más peligroso que en tiempo de epidemias el influjo de las pasiones. Debe,
por tanto, procurarse que el espíritu se halle tranquilo, teniendo en cuenta que el miedo
predispone mucho á la enfermedad, produciendo inapetencia, malas digestiones, tristeza
y abatimiento. No hay motivo para un temor exagerado al cólera, porque cuando se
observa un buen régimen de vida y se acude con tiempo á los auxilios de la Medicina, la
ciencia triunfa en el mayor número de casos. 2. Debe advertirse, para conocimiento de
las personas que se determinen á abandonar la población atacada de la epidemia, que lo
verifiquen en cuanto tengan conocimiento de los primeros casos de invasión, y que no
intenten regresar hasta veinte días después de haber desaparecido la enfermedad. El
ausentarse cuando la epidemia está en el período del desarrollo expone al peligro de
llevar incubado el mal, que no dejará de aparecer á su debido tiempo, y el volver antes
de la completa purificación de la localidad apestada ofrece el riesgo de contraerlo.
390
3. Aunque el aislamiento es la medida más eficaz de preservación, no debe en absoluto
confiarse en él, descuidando la higiene privada. En las epidemias, especialmente la del
cólera, conviene desplegar una higiene personal rigurosa, evitando los enfriamientos,
los excesos en la alimentación, las impresiones morales, bruscas, etc. El sistema
ordinario de vida, si es racional, no debe alterarse. Sólo por precaución se suprimirán
los alimentos indigestos y las sustancias que por su calidad ó cantidad producen diarrea.
4. Por punto general, debe pedirse al médico de la familia el conveniente consejo sobre
el régimen higiénico más adecuado á las condiciones de cada individuo. Es de suma
conveniencia durante la epidemia de cólera, y sobre ello debe insistirse mucho, el
cuidado del individuo en estado de diarrea, por benigna que aparezca. El agua
procedente de río, pozo ó aljibe debe hervirse, enfriarse y airearse antes de su uso; y en
general, toda clase de alimentos deben sufrir la acción de una temperatura elevada. 5. El
saneamiento de las habitaciones se verificará después de las ordinarias prácticas de
aseo, favorecidas siempre por la ventilación, lavando los suelos con disoluciones
cloruradas. Se recomienda el blanqueo y estucado de las habitaciones, evitándose en lo
posible el empapelado y haciendo diariamente aspersiones con líquidos desinfectantes,
empleando además el gas ácido sulfuroso producido por la combustión del azufre; los
vapores hiponítricos obtenidos por la acción del ácido nítrico (agua fuerte) sobre una
moneda de cobre, ó el gas cloro que se desprende espontáneamente del cloruro de cal,
ya solo, ya en solución en agua, regando las habitaciones. El desprendimiento de los
gases desinfectantes se practicará con las ventanas abiertas, para evitar su acción
peligrosa en los órganos de la respiración, especialmente cuando se emplee la acción
resultante del ácido nítrico sobre el cobre. Si se hicieren con las ventanas y
comunicaciones cerradas, en cuyo caso la eficacia es mayor, se cuidará de poder entrar
en la habitación hasta después de ventilada.6. Los excusados y letrinas deben ser en
cada casa objeto de un cuidado especial, particularmente durante la epidemia colérica.
Para su desinfección se empleará una disolución en agua de sulfato ferroso (caparrosa
verde), vertiendo en los conductos grandes cantidades, ó bien una disolución de 250
gramos de dicha sal ferrosa por tres litros de agua para cada retrete. Además, donde no
hay inodoros, conviene, como medio de incomunicación con la alcantarilla, colocar una
vasija que se adapte al interior del tazón, en la que se echará cloruro de cal. También
deberá colocarse otra vasija con la misma sustancia en el local del retrete, rociándose
además los pisos con una disolución en agua de sulfato ferroso de cobre ó de cinc. Para
391
la desinfección de las vasijas con materias escrementicias, se emplearán soluciones en
agua de los sulfatos de zinc, de cobre ó de hierro, como queda dicho, para los excusados
y letrinas. También se recomienda el ácido fénico en disolución al 5 por roo· para
mezclar con las heces, en cantidad de 60 gramos para cada vasija. Para los urinarios se
empleará ácido clorhídrico mezclado con agua, en igual peso, ó el cloruro de cal. Estas
precauciones serán más rigurosamente observadas en los excusados de los cafés, fondas,
casas de huéspedes y demás establecimientos públicos. 7. En las escuelas, talleres,
fábricas y donde quiera que muchos individuos hagan vida común, conviene ejercer
constante vigilancia acerca del estado de la salud, para atender inmediatamente á la
debida separación, aislamiento y tratamiento de los enfermos. Las mesas y efectos de
los mercados así como todos los objetos que contengan materias orgánicas que
fácilmente entran en descomposición, se lavarán diariamente con soluciones en agua de
cloruro de cal, y después con agua abundante para separar el cloruro. 9. Las
disoluciones más ó menos concentradas de permanganato potásico, sólo son
recomendables para mezclar con líquidos infestados. 10. Las ropas procedentes de
coléricos serán sometidas á una rigurosa colada, y cuando las circunstancias lo hicieran
necesario, se destruirán por el fuego. Los cadáveres y sus ropas deberán ser objeto de
aspersiones desinfectantes con disoluciones de cloruro de cal, fenicadas, trasladando en
seguida dichos cadáveres al depósito de los cementerios, y desinfectando las
habitaciones que hayan ocupado, las cuales no se utilizarán hasta que trascurra un plazo
prudente, repitiéndose cada día las operaciones de desinfección, en las que puede
también emplearse el ácido fénico en disolución al 5 por 100 para el riego de las
habitaciones. 12. El sulfato de hierro (caparrosa ó vitriolo verde) conviene como medio
económico y de fácil uso para mezclar con los vómitos y deyecciones coléricas y verter
por las letrinas. Su proporción ha de ser de un kilogramo por 10 litros de agua. En igual
sentido, y con la misma eficacia, se recomiendan las disoluciones de cloruro de cal en 5
por 100, y los sulfatos de zinc y cobre al 1 5 por 100. El uso de los citados
desinfectantes exige el cuidado necesario para evitar todo contacto con las sustancias
alimenticias.
Madrid 12 de junio de 1885.-Romero.

392
CIRCULAR
Para regularizar el sistema preventivo y de desinfección, respecto de las procedencias
marítimas de puertos sospechosos ó epidemiados, S. M. el Rey (q. D. g.) ha tenido á
bien disponer lo siguiente: 1º Se declaran procedencias sospechosas las de los puertos
en que no habiendo ocurrido, ni en ellos ni en su término municipal, caso alguno de
cólera morbo, pertenezcan á provincias epidemiadas. 2.° Serán consideradas como
procedencias sucias las de puertos en cuyo término municipal se hayan presentado casos
de cólera morbo. 3º La apreciación de los puntos sospechosos ó sucios se hará con vista
de los partes oficiales de salud pública que diariamente se insertan en la Gaceta de
Madrid. 4.° Las procedencias sospechosas serán sometidas á tres días de observación,
con aplicación de las medidas higiénicas dispuestas en la regla 2. de la Real orden de 5
de junio de 1872 (Gaceta del 1O),y con desembarque y desinfección en punto
conveniente, elegido de acuerdo con la Junta de Sanidad, de la parte de carga contumaz
y de los equipajes destinados al puerto de arribo. En los demás puerto de escala,
mientras conserve la embarcación géneros contumaces del origen sospechoso, serán
éstos desinfectados en el lugar del puerto designado para tal operación, según queda
dicho. Los géneros que puedan deteriorarse por la acción de los gases serán tan sólo
expuestos al aire libre durante algún tiempo, á juicio del director del puerto. 5º Los
gastos que se produzcan para la instalación de almacenes de espurgo y fumigación y los
de ventileo deberán costearse por las Diputaciones provinciales, Ayuntamientos y
comercio interesados. Donde no hubiese medios de establecer estos locales con carácter
permanente por falte de punto adecuado ó por no prestar su auxilio las corporaciones y
comercio citados, será de cuenta de las casas consignatarias el pago de un local
cualquiera, donde según las instrucciones del director del puerto hayan de desinfectarse
las mercancías de su consignación. 6.° Las procedencias sucias serán despedidas á
lazaretos de esta clase, de conformidad con el art. 35 de la ley y para los fines del
capítulo 9.° de la misma. De Real orden 10 digo á V. SS. para su más exacto
cumplimiento. Dios guarde á V. SS. Muchos años. Madrid 22 de julio de 1.885.-
Villaverde.- Sres. Gobernadores de las provincias marítimas, delegados del Gobierno en
Mahón, Las Palmas y Comandante general de Ceuta.

393
CONCLUSIONES

394
CONCLUSIONES

Una vez examinados en profundidad cada uno de los apartados sobre las
diversas facetas de la Córdoba de 1868-1885, conviene establecer una serie de
conclusiones que sintetizan las líneas fundamentales del análisis desplegado en la
presente tesis doctoral.

En el plano demográfico, el territorio abordado sigue la pauta general española


de crecimiento, ligeramente superior a la media nacional y en una posición intermedia,
aunque tendiendo a la baja, con respecto a las restantes provincias andaluzas. El saldo
de población es de un pequeño aumento con respecto a los valores iniciales, con un
mayor aumento, especialmente entre la primera fecha y los comienzos de los años
ochenta del siglo XIX. Lo cual indica que, a pesar de las importantes crisis que azotaron
la Península Ibérica, la capacidad de recuperación ante ellas fue más importante y
respondió con mayor prontitud que en otros lugares de la España interior. Así, las
calamidades agrarias y epidémicas de 1868 tuvieron un impacto bastante negativo,
como en otros lugares de la periferia, sin que llegaran a ser superadas en Córdoba por la
elevada mortandad. Ello no significa que el entorno estudiado muestre un perfil muy
dinámico, puesto que, como han demostrado otros testimonios de índole numérica y
narrativa, la atonía y el estancamiento estuvieron muy presentes en las distintas
manifestaciones de la vida provincial. En este sentido, el cólera y las ruinosas cosechas
de 1872 y 1885 volvieron a sacudir al territorio cuando empezaba a recuperarse y
despuntar nuevamente, de forma que ralentizó el ritmo de crecimiento hasta los
comienzos de la década de los noventa. Sería en los veinte años siguientes cuando,
gracias a la estabilización de los diferentes planos de la realidad cordobesa —política y,
por tanto, también en la sociedad y la economía—, se produjera el mayor crecimiento,
en términos cualitativos, registrado en la provincia durante el siglo XX.

Como era de esperar, el perfil socio-profesional mostraba, a finales del siglo, un


claro predominio de las actividades agrarias, que ocupaban a un poco más de las tres
cuartas partes de la población activa. La porción restante se repartía, casi a partes
iguales —un 12% cada uno— entre los artesanos y fabricantes por un lado y el sector
servicios por otro. Entre estos últimos sobresalían los criados y el personal doméstico.
Por supuesto, la gran mayoría de los vecinos que se dedicaban al primario eran
395
jornaleros y sólo un 10% eran catalogados como labradores, esto es, poseedores de
tierras con un mayor o menor estatus social. Aunque había grandes propietarios en todo
el antiguo reino de Córdoba, las cifras corroboran el tradicional supuesto —de
manifiesto en los testimonios cualitativos y otras fuentes— de un mayor índice de
labradores en la zona de Sierra Morena, aparte de las Nuevas Poblaciones, de nuevo
excepcionales en este caso por las circunstancias y los fines de su fundación. Dicha
categoría se reducía casi al mínimo en el Alto Guadalquivir y, sobre todo, en la antigua
urbe califal, mientras que en la Campiña y la Subbética se situaba en torno a la media
provincial. Los jornaleros la superaban en las dos últimas, representando en torno a los
tres cuartos del total de la población activa. Y, si bien en la Subbética se alcanzaba el
12% de artesanos y fabricantes, rebasando a las demás comarcas, había casi el doble en
la zona de Montoro y Bujalance —sobre todo en esas dos, pero también en otras
localidades de menor tamaño— y sobrepasaban allí en proporción incluso a los de la
capital de la provincia. Era en el sector servicios en el cual esta última hacía valer un
poco más su condición, con un predominio cualitativo de alrededor del 17%,
caracterizado por la mayor presencia de juristas y funcionarios reales —eso sí, no más
allá de un 1%—, el importante número de criados, el mayor porcentaje de comerciantes
y una porción no desdeñable en la categoría de “otros”. El gran predominio de esa
miscelánea en los Pedroches hace cuestionarse la conveniencia de encuadrarlos a todos
en el sector servicios —es probable que una parte se dedicara a la explotación forestal u
otras actividades que no se relacionarían tan directamente con el terciario—, aunque
sigue llamando la atención el alto porcentaje de criados: un 9% frente a la media de 5%.
A su vez, los militares sobresalían, con un 2%, en la mitad sur provincial, a excepción
de las Nuevas Poblaciones y por encima de la capital. La población activa en relación con
la total oscilaba entre el 35% del Guadiato y el 25% del Alto Guadalquivir, pasando por el
30% de la capital y el 26% de la Campiña.

Las cifras de finales del XIX corroboran en lo esencial esta panorámica con
algunas matizaciones, insistiendo en una importante situación de predominio de la
población vinculada al sector primario, muy superior al de otras ciudades como
Granada, indicando con ello su carácter más provinciano y ruralizado. En efecto, el
secundario y terciario parecían encaminados más bien a garantizar el autoconsumo y las
necesidades internas.

396
En cuanto al cultivo de tierras, la amplia selección provincial contemplada no
muestra demasiadas variaciones entre el volumen recogido por los amillaramientos y el
de las fuentes del Instituto Geográfico. El secano se mantuvo en algo más de la mitad
del total de bienes territoriales, tanto en los valores generales como, más concretamente,
en la Campiña. En el Alto Guadalquivir y la capital cordobesa también se mantuvo la
situación entre los dos siglos, en este caso en los dos tercios y tres cuartos de sus
respectivos totales; mientras que en la Subbética se redujo en cinco puntos de una
centuria a otra, hasta un tercio de su conjunto. Lo más llamativo es el desarrollo del
olivar y, de forma menos llamativa, el viñedo, especialmente en la comarca del extremo
sur, así como, en menor medida, en el centro-este de Córdoba. Se anunciaba con ello
una tendencia que habría de acentuarse en las décadas subsiguientes de la centuria,
como consecuencia del alza de precios que experimentarían dichos productos, así como
las mayores posibilidades que habían de darse para su exportación. Por su parte, dada su
reducida extensión, el regadío destacaba menos en el reparto y su presencia se redujo —
sólo en muy contadas zonas hubo algún aumento, poco importante—, mientras que el
encinar y pastos mostraron un leve aumento. La situación se hace más difícil de analizar
en las comarcas de la sierra norte, debido a las divergencias de los guarismos
registrados en las fuentes, pero parecen apuntar hacia un cierto aumento en el porcentaje
de las explotaciones de cereal frente a los pastos y montes, mientras que el viñedo
presentaba algunas irregularidades y los restantes cultivos —regadío y olivar— estaban
representados de forma escasa y muy localizada.

La evolución en las coyunturas agrarias se pone de manifiesto en algunos


indicadores, como el de los precios. El de las tierras, como ya se ha dicho, se mantuvo
en alza. Los sistemas de arrendamientos llevados por la Iglesia —especialmente el
poderoso Cabildo catedralicio cordobés— y la nobleza para explotar sus bienes —con
períodos no demasiado largos para la revisión y su renovación, evitando así la pérdida
de beneficios ante la escalada de precios— muestran el gran cuidado que tenían ambos
estamentos por obtener un margen de beneficios con el fin de mantener su nivel de
rentas y su estatus social. Todavía no había una mentalidad capitalista o una actitud
burguesa plenamente vigente en aquellos procedimientos para la explotación agraria y
las inversiones económicas, lo cual no quiere decir que las antiguas clases privilegiadas

397
fueran malos gestores, sino todo lo contrario. Con respecto a los productos agrarios, el
trigo y el aceite son los productos fundamentales que sirven como indicadores
referencia para estudiar, tanto las coyunturas agrarias y las del mercado, como los
ritmos en el abastecimiento de la población con dichos productos de primera necesidad,
cuya merma provocaba la alarma de las autoridades políticas y entre la sociedad.

Menor dinamismo en el crecimiento secular registraba la ganadería. Sus


cifras, menos abundantes y fiables, apuntan hacia un importante descenso desde el
dieciocho al diecinueve. El mayor número de efectivos y de alza en los precios |se
encontraba, como resulta lógico esperar, en la Campiña. Por lo general, la actividad 110
solía presentarse de forma autónoma, sino asociada a las labores agrícolas, aunque
conviene recordar la importancia del lanar y cabrío, sobre todo en los Pedroches y.
también en cierta medida, en el Guadiato y otros parajes montañosos y adehesados.

Por otro lado, la industria cordobesa avanzó en relación a épocas pretéritas y a


otras zonas de España, pese a presentar aún una notoria impronta artesanal y
agroindustrial, aunque los niveles de la artesanía en el secundario de Córdoba fueran
menores en comparación con el resto del país y Andalucía, mientras que los de la
industria agroalimentaria sobrepasaron a los índices nacionales y regionales. Pese a
ello, la industria fabril de Córdoba creció e incluso presentó una mejor situación
respecto a los inicios y al cierre del siglo XIX -por ejemplo, en 1869 se situó en el
séptimo lugar de las provincias españolas que abonaron una mayor contribución por
industria fabril, adelantada únicamente en el caso de Andalucía por Sevilla y Málaga-;
también, aumentó la variedad de las industrias que se crearon, incrementándose en
especial las consideradas punteras de la era industrial, el textil y la metalurgia, como
consecuencia de la iniciativa de algunos emprendedores -predominantemente foráneos,
dada la apatía generalizada de las oligarquías cordobesas hacia las aventuras inversoras
en todo lo que no fuera la compra de inmuebles-, impulsores de meritorios proyectos
empresariales, aunque la mayoría quedasen frustrados en las décadas siguientes. De
hecho, la fabricación cordobesa sobresalió en el marco nacional debido al significativo
peso de la rama agroalimentaria, quedando muy rezagada en relación a las industrias
típicas de la Revolución Industrial; además, salvo contadas excepciones, su maquinaria
se encontraba anticuada. Un clarificador ejemplo de esta situación lo encontramos en el
estado de la industria de la capital, con una diversificación de sus ramas más amplia
398
que en el contexto provincial, aunque obsoleta, principalmente agroalimentaria,
dirigida al autoabastecimiento y con fábricas en general muy antiguas y que empleaban
en su gran mayoría como fuerza motriz la energía muscular. En resumen, el sector
secundario cordobés creció con fuerza durante el período 1868-85, aunque se
posicionara por debajo de los niveles alcanzados en otras provincias andaluzas y
españolas, dado el ya mencionado considerable peso de la mentalidad rentista entre las
élites económicas cordobesas, que prácticamente no invirtieron en el despegue
industrial de la provincia.

La minería en Córdoba se caracterizó por una evolución muy diferente en


comparación con el resto de las actividades del sector secundario cordobés. A
mediados del siglo XIX aconteció en esta provincia una auténtica fiebre minera -sobre
todo, en el noroeste de la misma-, con multitud de solicitudes de explotación de los
yacimientos minerales, en especial los carboníferos, del Valle del Guadiato; peticiones
de propiedad firmadas en su mayoría por personajes llegados de fuera -tanto europeos
como españoles-, aunque, también, varios conocidos cordobeses, caso del conde viudo
de Torres Cabrera, el marqués de Cabriñana, Pedro López o Ramón de Torres,
invirtieron en este incipiente negocio. Sin embargo, el subsector minero debió superar
importantes obstáculos, como la falta de seguridad en la propiedad y la especulación
empresarial, los pésimos transportes -mejorados en parte al final del período con el
ferrocarril y la construcción de varias carreteras-, la marcada presión fiscal, las
carencias técnicas, el elevado precio y la baja calidad del carbón en relación al de otras
zonas, la ausencia de una demanda abundante y la competencia desleal entre las
mismas empresas explotadoras de los yacimientos. Problemas de la minería cordobesa
que, aunque algunos de ellos se fueron solucionando a lo largo de la etapa, lastraron su
desarrollo. Pese a todo, esta actividad se consolidó, poniéndose las bases para el
posterior apogeo minero de la cuenca carbonífera de Belmez y Espiel.

Finalmente, la Cultura se presenta en una serie de manifestaciones ligadas a los


aspectos sociales, empezando por los productos suntuarios consumidos por las élites. El
panorama en este sentido se hallaba todavía muy alejado del consumo de masas, que no
comenzaría a gestarse hasta finales del XIX y principios del XX —y más tarde aún en
ciudades de provincias—. Es de destacar la platería, junto a la música y, en menor
medida, la pintura. Por su parte, los espectáculos iban, desde los tradicionales festejos y
399
sus componentes sociopolíticos a la novedad del teatro, con sus admiradores y
detractores, pasando por los más populares eventos como eran las corridas de toros, en
cuya celebración intervienen, además del componente lúdico, la explotación económica
—para la financiación de obras públicas y de beneficencia— y hasta, en algunas
ocasiones, el componente ideológico y el protagonismo político. El elemento religioso
estaba presente prácticamente en todas las festividades. Por lo que se refiere a las
estrictamente confesionales, destacó por encima de todas el Corpus, como venía siendo
tradicional, y la Semana Santa. Con respecto a la cultura escrita, las bibliotecas más
notables pertenecían, en su mayoría, a los estamentos privilegiados, que eran quienes
podían pagarlas, aunque su lectura es ya otra cuestión, puesto que los libros eran tenidos
frecuentemente como un símbolo de estatus más que por su contenido en sí. La
imprenta, con un pasado más floreciente en Córdoba, se mantenía para abastecer a la
administración y algunos trabajos de edición popular de folletos, pasquines, etcétera. No
es extraño que ello fuera así, dado el atraso en la difusión de la educación, máxime con
la disminución de las posibilidades de los religiosos de ocuparse de ellas materialmente,
pues eran ellos quienes tradicionalmente se hacían cargo de dichos establecimientos.

400
ARCHIVOS CONSULTADOS

AMCO Archivo Municipal de Córdoba


APCO Archivo Histórico Provincial de Córdoba
ADPCO Archivo de la Diputación Provincial de Córdoba
AMB Archivo Municipal de Baena
AMBU Archivo Municipal de Bujalance
AMCA Archivo Municipal de Cabra
AMCR Archivo Municipal de Castro del Río
AMFN Archivo Municipal de Fernán Núñez
AML Archivo Municipal de Lucena
AMMO Archivo Municipal de Montilla
AMMT Archivo Municipal de Montoro
AMPC Archivo Municipal de Priego de Córdoba
AMPG Archivo Municipal de Puente Genil
AMPZ Archivo Municipal de Pozoblanco
APPZ Archivo de Protocolos de Pozoblanco
AGOCO Archivo General del Obispado de Córdoba
BMCO Biblioteca Municipal de Córdoba
BPCO Biblioteca Pública Provincial de Córdoba

401
APÉNDICES

402
TABLA 1: AGUILAR DE LA FRONTERA

TABLA 2: BAENA

403
TABLA 3: BUJALANCE

TABLA 4: CABRA

404
TABLA 5: CASTRO DEL RÍO

TABLA 6: CÓRDOBA

405
TABLA 7: FUENTEOVEJUNA

TABLA 8: HINOJOSA DEL DUQUE

406
TABLA 9: LUCENA

TABLA 10: MONTILLA

407
TABLA 11: MONTORO

TABLA 12: POSADAS

408
TABLA 13: POZOBLANCO

TABLA 14: PRIEGO DE CÓRDOBA

409
TABLA 15: LA RAMBLA

TABLA 16: RUTE

410
AMILLARAMIENTOS DE GANADERIA

TABLA 17: AGUILAR DE LA FRONTERA

TABLA 18: BAENA

411
TABLA 19: BUJALANCE

TABLA 20: CABRA

412
TABLA 21: CASTRO DEL RÍO

TABLA 22: CÓRDOBA

413
TABLA 23: FUENTEOVEJUNA

TABLA 24: HINOJOSA DEL DUQUE

414
TABLA 25: LUCENA

TABLA 26: MONTILLA

415
TABLA 27: MONTORO

TABLA 28: POSADAS

416
TABLA 29: POZOBLANCO

TABLA 30: PRIEGO DE CÓRDOBA

417
TABLA 31: LA RAMBLA

TABLA 32: RUTE

418
COMISIÓN ESPECIAL DE ESTADÍSTICA DE LA RIQUEZA TERRITORIAL. EVALUACIONES, ALZADAS Y OTROS DATOS

1.881

AGUILAR DE LA FRONTERA

419
BAENA

420
BUJALANCE

421
CABRA

422
CASTRO DEL RÍO

423
CÓRDOBA

424
FUENTEOVEJUNA

425
HINOJOSA DEL DUQUE

426
LUCENA

427
MONTILLA

428
MONTORO

429
POSADAS

430
POZOBLANCO

431
PRIEGO DE CÓRDOBA

432
LA RAMBLA

433
RUTE

434
CARTILLAS EVALUATORIAS

435
436
437
438
Administración de contribuciones y renta de Córdoba

439
440
441
442
443
444
445
446
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