Maziel 1 B
Maziel 1 B
Año: 2020
Asignatura: Literatura y Cultura Argentinas I
Segundo Cuatrimestre
Comisión: Viernes de 18 a 20 horas.
Docente responsable: Dr. Edgardo H. Berg
Clase: Viernes 11 de septiembre de 2020
Hola a todas y a todos. Les doy la bienvenida al curso de Literatura Argentina I que
iniciamos. Espero que estén bien en este contexto difícil que no nos permite el intercambio
áulico, tan real como necesario. Tratemos de sobrellevar esta instancia lo mejor posible. En
principio, vamos a seguir esta modalidad que nos permite el aula virtual sin excluir la
posibilidad de que hagamos más adelante un mix con algunas reuniones virtuales utilizando
algunas de las aplicaciones de videoconferencia instantánea como Zoom o Jitsi Meet (esta
última es la aplicación con que tomamos los exámenes finales de las asignaturas del Área).
Me gustaría que en principio lean el programa de la asignatura. Siempre recomiendo,
incluso cuando más adelante estén preparando el final, que traten de encuadrar lo que van
estudiando teniendo como mapa de lectura las distintas unidades del programa. Funciona
como un marco, un contexto de significación y abre un campo problemático para encuadrar
cada unidad. Si ustedes lo leen con cuidado van a ver que está estructurado a partir de la
categoría de tiempo y que funciona, en primer lugar, como un dispositivo de análisis para
poder ver (mirar, interpretar) el elenco de textos que forman parte del corpus básico de la
asignatura. En primer lugar, se trata de ver y observar el movimiento, el cambio en la serie
cultural y literaria argentinas. ¿Cómo funciona el cambio en la literatura argentina? ¿Cómo
se cruzan las series culturales? ¿Qué relación hay entre política y literatura? Por otro lado,
podemos leer (asignar sentidos o problematizarlos) los contextos de producción cultural y
de sentido. Si se fijan las unidades y el arco temporal que las comprende, podríamos decir:
entre la coyuntura (el testimonio) y la utopía. Y en tercer término, el campo problemático
que se abre a partir de la categoría temporal (pensado como un cronotopo en el decir
bajtiniano) permite pensar una periodización, una cadena y una serialización. Quiero decir
autoriza un armado a partir del vínculo de la serie cultural y literaria y la serie histórica y
política (la literatura y la historia).
¿Es posible vincular la literatura colonial a la literatura argentina? ¿Pertenece a la
literatura argentina las producciones culturales y literarias anteriores a la revolución de
Mayo? ¿Dónde cortar? ¿Cómo establecer una periodización? ¿Está última deber ser
cronológica o se define por la presencia constante de tópicos y problemáticas en su
continuidad? ¿Dónde fijar el punto de inicio? ¿Los hechos históricos y políticos determinan
las manifestaciones culturales? ¿O los textos literarios tienen su evolución específica por
fuera de las determinaciones políticas e históricas?
de la Plata. Carlos III decide crear en 1776 el Virreinato del Río de la Plata y nombra a
Pedro de Cevallos primer virrey, gobernador y capitán general. En ese período, Pedro de
Cevallos encaró una decidida campaña militar contra los portugueses, con los que la
corona española mantenía un antiguo litigio por la Banda Oriental. Tras un año, Cevallos
recuperó la Colonia de Sacramento.
Juan Baltazar Maciel (o Maziel), letrado, sacerdote con una posición expectante en la
jerarquía eclesiástica, escribe algunas composiciones apologéticas y de arte neoclásico
con la figura del militar y político ascendente. Pero también, compone un poema de
cuarenta versos octosílabos romanceados, fechado en 1777, y lo titula “Canta un guaso
en estilo campestre los triunfos del Excelentísimo Señor D Pedro de Ceballos”:
2. El texto
En “Canta un guaso en estilo campestre….” de Juan Baltazar Maciel hay una clara
partición enunciativa y una distancia: el que indica quien canta no es quien canta, sino que
asume la traducción de un proceso que va del canto a la escritura. O permite leer el texto, en
clave imaginaria: la oralidad del canto es asumida por la escritura. Al decir “canta un guaso”,
estamos hablando de una reproducción o ficción mimética y la composición remite a una
voz dicha. La apuesta primordial de Maciel es, a través de una alabanza al general victorioso,
el primer virrey del río de la Plata, colocar como sujeto del acto de habla poética a un cantor
que con una guitarra entona piezas campestres. En el contexto de las poéticas dominantes
en la época, para cantar las hazañas de Ceballos hubiera correspondido según los protocolos
estéticos del neoclasicismo, un soneto o una oda, una forma lírica provista de todo un
arsenal retórico propio para enaltecer la figura del héroe político y militar. Al colocar el
panegírico dedicado al flamante virrey en boca de un guaso, Maciel con su texto viene a
Literatura y Cultura Argentinas I P ágina |4
afirmar una enunciación y un diálogo polémico entre dos hablas sociales existentes y una
voluntad para citarlos. Cuando Ricardo Rojas se pregunta sobre la autoría de un sainete
anónimo que se titula El amor de la estanciera (1780-1795) y que también se lo atribuye a
Maciel, señala la excepcionalidad del contacto entre esas dos hablas (la culta y la popular).
Para Ricardo Rojas, el logro de Maciel es haber construido la imagen de un héroe desde
la voz y la perspectiva plebeya y desde la instrumentalización de una cultura baja y popular.
Es en este sentido que Juan Baltasar Maciel puede pensarse como un precursor involuntario
de la literatura gauchesca, al dejar de lado los moldes y cánones rígidos de la poética
neoclásica y producir con su texto un eslabón y un germen futuro de una literatura nacional
a partir del modelo de un romance de cuarenta líneas. El texto, como decíamos, va a
prefigurar una entonación típica y una serie de motivos y tópicos que vamos a reconocer en
la literatura gauchesca. Es así, teniendo en cuenta la genealogía del género, Ricardo Rojas
enumerará ciertas constantes (con sus variantes). Así por ejemplo menciona el tono, el
vocabulario, cierta utilización de la rima y de las formas métricas; el argumento americano,
la oposición entre ciudad y campo, la atribución del poema a un payador de la pampa, las
notas de color rural, la sugestión de que ha de cantarse al son de una guitarra. Cantar y
contar. Una primera alianza entre lo oral y lo escrito: una voz oída y transcripta por la
palabra letrada. Y, en este sentido, se podría afirmar que el poema de Maciel cifró los
elementos de una postulación genérica futura. Como una forma de reenvío o un re-citado,
un siglo más tarde, Miguel Hernández comenzará el Martín Fierro (1872), de este modo: