Luxaciónes

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La  

luxación es una dislocación completa que se produce cuando un hueso se sale


de su articulación. Cuando uno sufre una luxación, el hueso pierde su posición
normal. Esta lesión separa los dos extremos de dos huesos que están conectados
entre sí. Se produce cuando se aplica una fuerza excesiva sobre un ligamento,
siendo una lesión muy dolorosa.
-> REMEDIOS NATURALES QUE NOS AYUDAN A LIMPIAR LOS RIÑONES
Generalmente, las luxaciones se dan por una caída durante la práctica de algún
deporte o actividad física, aunque también se pueden dar en otras ocasiones. Sin
embargo, lo que se debe tener en cuenta es que cuando uno sufre
una luxación, debe ser atendido de manera inmediata para evitar las principales
complicaciones de esta lesión.
Las principales consecuencias son:
1. La luxación viene acompañada de desgarro en los músculos, ligamentos y
tendones que acompañan a la articulación comprometida.
2. Predisposición a sufrir luxaciones posteriores en la misma articulación.
3. Desarrollo de artritis en la articulación lesionada, especialmente con el paso de
los años.
4.Daño en los vasos sanguíneos o los nervios próximos a la articulación.
En todos los casos de luxación, se trata de una emergencia que debe ser atendida
inmediatamente por un médico. Lo aconsejable es no mover al paciente. Por lo
general, una luxación puede sanar entre 2 y 6 semanas. Si hay más
complicaciones, se puede recurrir a una cirugía para reparar el daño. Lo importante
es tratarse a tiempo.
Una luxación es la separación completa de los 2 huesos que conforman una articulación.
La subluxación es la separación parcial. A menudo, una articulación luxaada permanece
de este modo hasta que es reducida (realineada) por un médico, pero a veces se reduce
espontáneamente.

Además de luxaciones, las lesiones musculo esqueléticas incluyen las siguientes:

 Fracturas
 Esguinces de ligamentos, distensiones musculares y lesiones tendinosas
Estas lesiones musculo esqueléticas son comunes y varían en gran medida en el
mecanismo, la gravedad y el tratamiento. Las extremidades, la columna y la pelvis
pueden estar afectadas.

Las lesiones musculo esqueléticas pueden ocurrir en forma aislada o como parte de un
traumatismo multisistémico (ver Abordaje del paciente traumatizado ). La mayoría de las
lesiones musculo esqueléticas son consecuencia de un traumatismo romo; pero los
traumatismos penetrantes pueden también dañar estructuras musculo esqueléticas.
El traumatismo espinal puede causar luxaciones o subluxación; también puede
ocurrir subluxación espinal no traumática  . La luxación mandibular  puede ocurrir en
forma espontánea.
Las luxaciones pueden ser abiertas (en comunicación con la vía ambiental a una herida en
la piel) o cerradas.

El pronóstico y el tratamiento varían mucho dependiendo de la ubicación y gravedad de la


luxación.

Complicaciones

Las complicaciones graves de las luxaciones son inusuales pero pueden amenazar la vida
o la viabilidad de un miembro o producir una disfunción permanente de éste. El riesgo de
complicaciones es elevado con luxaciones abiertas (que predisponen a la infección) y con
luxaciones que interrumpen los vasos sanguíneos, la perfusión tisular, y/o nervios. Las
luxaciones, particularmente si no se reducen rápidamente, tienden a tener un mayor riesgo
de lesiones vasculares y nerviosas respecto de las fracturas. Las luxaciones cerradas que
no involucran los vasos sanguíneos o los nervios, en particular aquellas que se reducen
rápidamente, tienen menos probabilidades de causar complicaciones graves.

Las complicaciones agudas (asociadas a lesiones) incluyen las siguientes:


 Fracturas: pueden acompañar a una luxación (p. ej., luxación del hombro y
fractura de la tuberosidad mayor).
 Sangrado: El sangrado acompaña todas las lesiones de tejidos blandos
significativas.
 Lesiones vasculares: Algunas luxaciones cerradas, particularmente luxaciones de
rodilla o de cadera, interrumpen el suministro vascular suficiente como para causar
isquemia de la porción distal de la extremidad; esta alteración vascular puede
permanecer clínicamente oculta durante horas después de la lesión.
 Lesiones nerviosas: los nervios pueden lesionarse cuando se estiran por la
luxación de una articulación. Dependiendo de la causa de la luxación, los nervios
pueden estar dañados con hematomas, aplastados o desgarrados. Cuando los
nervios están dañados (llamado neurapraxia), la conducción nerviosa se bloquea,
pero el nervio no se desgarra. La neurapraxia causa déficits motores temporales y/o
sensoriales; la función neurológica retorna completamente en aproximadamente 6 a
8 semanas. Cuando se aplastan los nervios (llamado axonotmesis), se lesiona el
axón, pero no la vaina de mielina. Esta lesión es más grave que la neurapraxia.
Dependiendo de la magnitud de los daños, el nervio puede regenerarse durante
semanas o años. Por lo general, los nervios se desgarran (llamado neurotmesis) solo
en las luxaciones abiertas. Los nervios desgarrados no se regeneran
reespontáneamente y pueden tener que ser reparados quirúrgicamente.
 Infección: Cualquier lesión puede infectarse, pero el riesgo es más alto con las
que están abiertas o las tratadas quirúrgicamente. La infección aguda puede llevar a
la osteomielitis  lo cual puede ser difícil de curar.
Las complicaciones a largo plazo incluyen las siguientes:
 Inestabilidad: Diversas luxaciones pueden producir inestabilidad articular. La
inestabilidad puede ser incapacitante y aumenta el riesgo de artrosis.
 Rigidez y alternación de la amplitud de movimiento:la rigidez es más probable
si una articulación necesita inmovilización prolongada. La rodilla, el codo y el
hombro son particularmente propensos a la rigidez postraumática, especialmente en
los ancianos.
 Osteonecrosis: la osteonecrosis ocurre principalmente cuando el suministro
vascular está dañado. Las luxaciones de una cadera nativa (no protésica) son
propensas a la osteonecrosis. La incidencia de osteonecrosis después de una
luxación de cadera se relaciona con la gravedad de la lesión inicial y es mayor si la
luxación no se reduce rápidamente.
 Artrosis: las luxaciones que alteran las superficies que soportan el peso de las
articulaciones o que resultan en la mala alineación articular y la inestabilidad
predisponen a la degeneración del cartílago articular y la artrosis.
Evaluación

 Evaluación de las lesiones graves

 Anamnesis y examen físico

 Radiografías

A veces, RM O TC

En ocasiones, una luxación es clínicamente obvia, pero en otros casos (p. ej., una
deformidad del hombro en un adolescente), las luxaciones deben distinguirse de las
fracturas y otras lesiones.

En el departamento de urgencias, si el mecanismo de la lesión sugiere una lesión


potencial grave o lesiones múltiples (como en un accidente de vehículo de motor a
velocidad alta o caídas de altura), los pacientes son evaluados primero de la cabeza a los
pies en busca de lesiones graves en todos los aparatos y sistemas de órganos y de ser
necesario son reanimados (ver Abordaje del paciente traumatizado ). Los pacientes, en
especial si se sospecha una luxación de cadera, deben ser evaluados en busca de shock
hemorrágico por una pérdida oculta de sangre. Si un miembro se lesiona, se evalúa de
inmediato en busca de heridas abiertas y síntomas o signos de lesión neurovascular
(entumecimiento, parálisis, mala perfusión) y síndrome compartimental  (p. ej., dolor
desproporcionado en relación con las lesiones, palidez, parestesias, frialdad, ausencia de
pulso).
Los pacientes deben ser revisados en busca de fracturas y otras lesiones
musculoesqueléticas, así como luxaciones; partes de esta evaluación a veces se difieren
hasta que se descarte la fractura.

La articulación por encima y por debajo de la articulación luxada también debe ser
examinada.

Algunas luxaciones se pueden diagnosticar clínicamente, pero igual suelen seguir


obteniéndose radiografías.

Anamnesis
El mecanismo (p. ej., dirección y magnitud de la fuerza) puede sugerir el tipo de lesión.
Sin embargo, muchos pacientes no recuerdan, o no pueden describir, el mecanismo
exacto.

Si un paciente informa una deformidad que resuelve antes de que sea examinado por un
médico, el cuadro debe asumirse como una verdadera deformidad que se redujo
espontáneamente.

Examen físico
El examen incluye

 Evaluación vascular y neurológica

 Inspección en busca de heridas abiertas, deformidad, inflamación, equimosisy


alteración o disminución de la movilidad.

 Palpación en busca de hipersensibilidad, crepitación y defectos macroscópicos en


el hueso o el tendón

 Examen de las articulaciones por encima y por debajo de la zona lesionada

A veces, para las subluxaciones, prueba de estrés de las articulaciones afectadas


por inestabilidad

Si el espasmo muscular y el dolor limitan el examen físico (en particular para la prueba
de estrés), el examen a veces resulta más fácil de realizar después de que el paciente
recibe analgésico o anestesia general o local. O la lesión puede inmovilizarse por unos
días hasta que los espasmos musculares cedan, y luego el paciente puede ser examinado
de nuevo.

Ciertos hallazgos pueden indicar una luxación u otra lesión musculoesquelética.

Si una herida está cerca de una luxación, se asume que esta es abierta o expuesta.


La deformidad puede indicar luxación o subluxación (separación parcial de los huesos en
una articulación), pero también puede indicar fractura.
Por lo general, la inflamación indica una lesión musculoesquelética, pero puede necesitar
varias horas para desarrollarse.
La hipersensibilidad acompaña casi todas las lesiones musculoesqueléticas y en muchos
pacientes la palpación de cualquier lugar alrededor de la lesión puede causarles molestias.
La inestabilidad articular franca sugiere una luxación o una rotura ligamentosa grave.
La prueba de estrés  se puede realizar para evaluar la estabilidad de una articulación
lesionada; sin embargo, si se sospecha de una fractura, la prueba de tensión se posterga
hasta que la radiografía la excluya. Las pruebas de estrés en la habitación del paciente
consisten en mover pasivamente la articulación en una dirección generalmente
perpendicular a la amplitud normal de movimiento (tensionando). Como un espasmo
muscular en una lesión dolorosa aguda puede enmascarar la inestabilidad articular, los
músculos circundantes deben estar lo más relajados posible y deben repetirse las
exploraciones con más fuerza cada vez. Se comparan los hallazgos con el lado opuesto
normal, pero pueden estar limitados por su naturaleza subjetiva. Para todas las luxaciones
de la articulación interfalángica proximal (IFP), la prueba de esfuerzo se realiza después
de que se reduce la luxación.
Si existe un espasmo muscular intenso, a pesar del uso de analgésicos o inyección de
anestésicos, el examen debe repetirse después de algunos días, tras la desaparición del
espasmo.

La atención a ciertas áreas durante el examen puede contribuir a detectar lesiones que
suelen pasar desapercibidas (ver Examen de algunas luxaciones comúnmente olvidadas y
lesiones musculoesqueléticas de los miembros superiores ).
TABLA
Examen de algunas luxaciones comúnmente olvidadas y lesiones musculoesqueléticas de
los miembros superiores

Si el examen físico es normal en una articulación que los pacientes identifican como
dolorosa, la causa puede ser dolor referido. Por ejemplo, los pacientes con la epífisis de la
cabeza femoral desplazada (o con menor frecuencia fractura de cadera) pueden sentir
dolor en su rodilla.
Estudios de diagnóstico por imágenes
No todas las lesiones de los miembros requieren estudios por imagen. Si se necesitan
estudios de diagnóstico por imágenes, primero suele indicarse radiografía.

Las radiografías simples muestran principalmente hueso y por lo tanto son útiles para


diagnosticar luxaciones. Las mismas deben incluir 2 vistas tomadas en diferentes planos
(en general, anteroposterior y lateral).
Se pueden obtener vistas adicionales (p. ej., oblicua) cuando

 La evaluación sugiere fractura y 2 proyecciones son negativas.

 Se obtienen de rutina para ciertas articulaciones (p. ej., una vista de la mortaja
para la evaluación de un tobillo, una vista oblicua para la evaluación de un pie).

 Ciertasanomalías son sospechosas (p. ej., vista en Y del hombro cuando se


sospecha luxación posterior).

Para las vistas laterales de los dedos, el dedo a evaluar debe ser separado de los demás.

Se puede solicitar RM o TC para detectar fracturas sutiles, que pueden acompañar a una


luxación.
Se realizan otras pruebas para descartar lesiones relacionadas:

 Arteriografía o angiografía por TC en busca de probables lesiones arteriales

 Electromiografía y/o estudios de la conducción nerviosa para detectar un probable


daño nervioso

Tratamiento

 Tratamiento de las lesiones asociadas

 Reducción de la forma indicada, entablillado, y analgesia

 RICE (reposo, hielo, compresión y elevación) o PRICE (incluye protección) como


se indique

 Por general, inmovilización

 En ocasiones cirugía
La mayoría de las luxaciones articulares se puede reducir (regresar a la posición
anatómica normal) sin necesidad de cirugía. En ocasiones, las dislocaciones no pueden
reducirse mediante técnicas de manipulación cerrada, y se requiere cirugía abierta. Una
vez que una articulación se reduce, no suele ser necesaria una cirugía adicional. Sin
embargo, la cirugía a veces es necesaria para tratar las fracturas asociadas, los desechos
celulares en la articulación, o la inestabilidad residual.

Tratamiento inicial
Los problemas asociados graves, si están presentes, se tratan en primer lugar.

Las lesiones arteriales se reparan quirúrgicamente a menos que afecten solo a arterias
pequeñas con buena circulación colateral. Se trata el síndrome compartimental .
Los nervios seccionados se reparan quirúrgicamente; el tratamiento inicial de la
neuropraxia y la axonotmesis suele ser observación, medidas sintomáticas y, en
ocasiones, fisioterapia.

Las posibles luxaciones abiertas requieren un vendaje estéril, profilaxis contra el tétanos
y antibióticos de amplio espectro (p. ej., una combinación de cefalosporina de segunda
generación más un aminoglucósido), y cirugía para irrigarlas y desbridarlas (y de este
modo evitar infecciones) .

La mayoría de las luxaciones moderadas y graves, sobre todo las claramente inestables, se
inmovilizan de inmediato con férulas (inmovilización con un dispositivo no rígido ni
circunferencial) para disminuit el dolor y para prevenir más lesiones de partes blandas en
las lesiones inestables.

Debe tratarse el dolor tan pronto como sea posible, típicamente con opioides.
Después del tratamiento inicial, las luxaciones se reducen, inmovilizan, y tratan
sintomáticamente como se indica.

Las luxaciones pueden requerir reparación quirúrgica si , las estructuras que sostienen la
articulación están dañadas. La articulación queda inestable después de la reducción.

Reducción de las luxaciones se da de forma cerrada (por manipulación, sin incisión de la


piel), se realiza cuando es posible; podría ser necesaria sedación. Si no es posible la
reducción cerrada, se realiza una reducción abierta (con incisión cutánea); se requiere
anestesia.
Las luxaciones generalmente requieren un yeso, entablillado, cabestrillo u otro
dispositivo (p. ej., un fijador externo para la rodilla) para mantener la reducción. ssssssssss
Cómo aplicar un inmovilizador de rodilla

En general, se aplica una escayola o yeso en las fracturas o lesiones que requieren


semanas de inmovilización. Es raro que se produzca un edema significativo debajo de
dicha escayola o yeso que pueda contribuir al síndrome compartimental . Si los médicos
sospechan de edema grave debajo del yeso, debe cortarse la escayola o yeso de extremo a
extremo en su parte medial y lateral (bivalvo).
Los pacientes con escayola o yeso deben recibir las instrucciones por escrito, que
incluyen las siguientes:

 Mantener seco el yeso.

 Nunca introducir objetos dentro.

 Controlar los bordes y la piel alrededor de la escayola cada día e informar


cualquier zona roja o inflamada.

 Colocar apósitos en los bordes rugosos con tela adhesiva, una tela u otro material
liviano para evitar que los bordes lesionen la piel.

 Aldescansar, colocar el yeso con cuidado, posiblemente usando una pequeña


almohada o cojín, para evitar que comprima o socave la piel.

 Elevar el yeso siempre que sea posible para controlar la inflamación.

 Buscaratención médica de inmediato si el dolor persiste o el yeso se siente


excesivamente apretado.

 Buscar atención médica inmediata si se nota olor dentro de la escayola o yeso o se


el paciente presenta fiebre, lo cual puede sugerir una infección

 Buscar ayuda inmediata para el dolor que empeora progresivamente o cualquier


nuevo entumecimiento o debilidad (que puede indicar un síndrome
compartimental ).
La buena higiene es importante.

La inmovilización articular como tratamiento agudo: algunas técnicas comunes.


Cómo aplicar férulas de yeso

Un entablillado (ver figura La inmovilización articular como tratamiento agudo: algunas


técnicas comunes. ) se puede usar para inmovilizar algunas luxaciones estables. Una férula
es no circunferencial; por lo tanto, permite a los pacientes aplicar hielo y moverse un
poco. Además, permite cierta inflamación, por lo que no contribuye al síndrome
compartimental. Algunas luxaciones que finalmente requieren de yeso se inmovilizan
inicialmente con una férula hasta que la mayor parte del edema se resuelve.
Cómo aplicar las férulas de fibra de vidrio

El cabestrillo proporciona cierto grado de apoyo y limita la movilidad; puede ser útil


para las luxaciones que se ven afectados negativamente por la inmovilización completa
(p. ej., por luxaciones en el hombro, el cual, si es completamente inmovilizado, puede
producir rápidamente una capsulitis adhesiva [hombro congelado]).
La venda (un trozo de tela o una correa) se puede utilizar con un cabestrillo para evitar
que el brazo se balancee hacia afuera, especialmente por la noche. La venda se envuelve
alrededor de la parte posterior y sobre la parte lesionada.
La inmovilización prolongada (> 3 a 4 semanas para adultos jóvenes) de una articulación
puede causar rigidez, contracturas o retracciones y atrofia muscular. Estas complicaciones
pueden evolucionar rápidamente y terminar siendo permanentes, en particular en
ancianos. Reasumir el movimiento activo dentro de los primeros días o semanas puede
reducir las contracturas y la atrofia muscular, y acelerar así la recuperación funcional. Los
fisioterapeutas pueden aconsejar a los pacientes sobre lo que pueden hacer durante la
inmovilización para mantener la mayor cantidad de funciones posibles (p. ej., ejercicios
de amplitud de movimiento del codo, la muñeca y la mano si el hombro está
inmovilizado). Después de la inmovilización, los fisioterapeutas pueden proporcionar a
los pacientes ejercicios para mejorar el rango de movimiento y la fuerza muscular,
fortalecer y estabilizar la articulación lesionada, y así ayudar a prevenir la recurrencia y el
deterioro a largo plazo

BOLSAS SEROSAS
Las bolsas serosas o bursas La bolsa sinovial viene de la palabra
latina “bursa” que significa “contenedor”. Para mayor comprensión de
lo que son las bolsas serosas se debe entender cuáles son lascomponentes de ellas por lo que se procede a
desglosar cada uno.Una membrana serosa es aquella formada por dos capas y entre ellasuna fina película
de líquido seroso; la capa externa (parietal) tapizauna cavidad por dentro y la interna (visceral) recubre uno
o variosórganos. Son membranas serosas la pleura, el pericardio, el peritoneo.Cada serosa se compone de
una capa epitelial secretora y una capade tejido conectivo subyacente.

 La capa epitelial, denominada mesotelio, consiste en un epitelioplano simple, esto es, una monocapa
avascular de célulasnucleadas aplanadas, fuertemente unidas al tejido subyacente.Producen el fluido seroso
lubricante, que tiene una consistenciacomo de moco fino.

 El tejido conectivo proporciona nutrientes al epitelio a través devasos sanguíneos, así como inervación.
Además, sirve como capade anclaje de la serosa a otros órganos y estructuras corporales.La membrana
sinovial recubre la superficie interna de la cápsulaarticular fibrosa y sólo 4 células profundas.
 
La membrana sinovial se compone de tejido adiposo y fibroso, ellos tienen una superficie lisa no adherente
que permite el fácil desplazamiento entre los tejidos. En esta se encuentran los sino viocitos los cuales están
formados por
Macrófagos (
defensa y respuesta inmunitaria intra articular)
Fibroblastos
(producen la matriz conjuntiva y el líquido sinovial) A diferencia de la membrana serosa,
la sinovial está dotada de vasossanguíneos y linfáticos abundantes, corpúsculos sensoriales y
fibrillasde colágeno los cuales favorecen la elasticidad en el movimiento de la articulación.
El liquido sinovial es claro, incoloro, grueso y fibroso similar a la clarade huevo. Está
compuesto por proteínas, hialuronano, agua y glucosa. El líquido sinovial tiene dos funciones
principales:1. Ayudar en la nutrición del cartílago articular para actuar como un medio de transporte
de las sustancias nutritivas como la glucosa.2. Ayuda en la función mecánica de las articulaciones,
por la lubricación de las superficies de las articulaciones. Teniendo claro la composición
anatómica de las bolsas serosas osinoviales podemos decir que las bursas son estructuras serosas que
actúan como almohadillas situadas entre los tendones y los huesos favoreciendo un funcionamiento
óptimo.
La función de la bursa es la de ayudar con el movimiento y reducir la fricción entre los tendones y los
huesos. Al dañarse esta bolsa se llena excesivamente de líquido yse produce una inflamación La bolsa
sinovial, es una bolsa revestidapor una membrana sinovial que contiene el líquido sinovial. Cuando un
tendón o un ligamento tienden a frotar contra otro tejido ohueso la función de la bursa es precisamente
absorber el impacto y la fricción que se crea. La bursa está presente en las principales articulaciones del
cuerpo

articulaciones de la rodilla.
o
 articulaciones del hombro.
o
 articulaciones del codo.
o
 articulaciones del pie.
o
 articulaciones del tobillo

 
BURSITIS
La bursitis
es la inflamación o irritación de las bursas esta reacción inflamatoria como consecuencia de un
traumatismo, de un depósitode micro cristales o de una colonización por parte de unmicro organismo;
asimismo, las bursitis pueden aparecer en el curso clínico de enfermedades inflamatorias sistémicas como
la artritis reumatoide. El signo clínico más característico es la presencia de una tumefacción esférica, bien
delimitada, fluctuante y por lo general adherida a los planos profundos; la tumefacción es menos aparente
cuando se afectan las bolsas más profundas.
Bursitis  infecciosa  y séptica
Un gran número de microorganismos pueden causar infección en la bursa, incluyendo bacterias, mico
bacterias (tuberculosas y no tuberculosas) y hongos (especialmente Cándidas). Sin embargo el Staphy lo
coccus aureus es el más frecuente que causa infecciones en las bursas. Hay factores individuales que
predisponen a la infección:
diabetes, tratamiento con esteroides, uremia, alcoholismo y traumatismos
. Aproximadamente el 85% de los casos de bursitis séptica superficial ocurre en hombres. Los
pacientes inmuno comprometidos no parecen tener gran riesgo de sufrir una bursitis séptica, no obstante su
presentación puede ser más dramática y el tratamiento durar el triple de tiempo para curarse. La bursitis
séptica es menos frecuente en niños que en adultos; no obstante

Los signos clínicos que favorecen el diagnóstico de bursitis sépticasobre la no séptica son:
 Fiebre
 Calor en la bursa
 Hipersensibilidad (generalmente presente y más severa vsvariable)
 Celulitis peribursal
Causas
 Aunque en mucha ocasiones se desconocen los orígenes de laenfermedad, la causa principal de
la bursitis es el uso excesivo deuna articulación. La repetición diaria del mismo movimiento orealizar un
sobreesfuerzo en las articulaciones puede provocar laaparición de la bursitis. De hecho, en algunas
profesiones como encarpinteros, músicos o jardinero es habitual que se manifieste estapatología.
 Traumatismo,
 Fricción crónica (sobreuso)
 depósitos de cristales (gota y pseudogota),
 Infección,
 Artritis reumatoide,
 Espondilitis anquilopoyética,
 Artritis psoriásica,
 Lupus eritematoso sistémico,
Pancreatitis.
 
Síntomas
La bursitis se caracteriza por el dolor y/o la incapacidad para realizar ciertos ejercicios o
movimientos habituales en la vida diaria. Los síntomas variarán dependiendo de la zona del cuerpo que
esté afectada. Los más comunes son:
 Dolor articular y sensibilidad al presionar la zona que rodeaa la articulación.
 Rigidez y dolor al mover las articulaciones con bursitis.
 Enrojecimiento de la zona afectada, hinchazón y en algunoscasos fiebre.
Diagnostico
 Palpacion
 Extracción de líquido de la bursa
 Cultivo de líquido
 Ultrasonido
 Resonancia magnética
Tratamiento
En la mayoría de los casos la bursitis desaparece sin ningún tratamiento específico. No obstante, el
primer paso que debe dar el profesional se tiene que dirigir a reducir el dolor y la inflamación del
paciente; en estos casos elmédico puede prescribir antiinflamatorios, como el ibuprofeno o el
naproxeno o corticosteroides, como la prednisona. Si se trata de una bursitis aguda no infectada, el paciente
deberá evitar sobreesfuerzos y aplicar frío en la zona afectada para ayudar a reducir la hinchazón. Además,
en estos casos el especialista puede indicar la limitación de los movimientos. El tratamiento de la
bursitis crónica sin infección es similar al de labursitis aguda, pero el reposo no suele tener efecto por lo que
se aplican inyecciones de corticosteroides. Si la bursa está infectada es necesario extraer el líquido
acumulado y seguir un tratamiento con antibióticos
 
Desde el punto de vista
terapéutico
 se trabaja con el participantedurante y después de la bursitis con la aplicación de
criomasaje,compresas húmedas calientes en estadios crónicos, ejercicios demovilización una vez
calmado el dolor, fortalecimiento de los músculosque rodean la articulación o realizar calentamientos antes
de empezarla actividad física, Ultrasonido Tens, microcorrientes y láser. Paraevitar la
aparición de la bursitis se debe aclarar al participante queevite la realizar movimientos
repetitivos.Hay más de 150 bursas en él organismo siendo más común enalgunos segmentos del cuerpo
siendo estas:
Bursitis  subacromial  (subdeltoidea)
La bolsa subacromial es una estructura grande que descansa debajodel acromion y del ligamento
acromio-clavicular y separando elligamento del músculo supraespinoso y el manguito de
los rotadores.No está en comunicación con la articulación del hombro a menos queel tendón del
supraespinoso esté roto. Cuando el brazo está pegado alcuerpo la bursa protuye lateralmente debajo del
acromion, pero sedesliza por debajo del hueso cuando el brazo se abduce.La bursitis primaria se origina de
artritis reumatoide, gota, tuberculosisu otras infecciones, pero rara vez es primaria, y más bien
resultasecundaria a la tendinitis del manguito de los rotadores, concalcificación o sin ella. Puede ser debida
a movimientos repetitivos deelevación del hombro.Los pacientes a menudo se quejan de dolor sordo. El
síntoma másfrecuente de la bursitis es el dolorimiento sobre el tuberculo mayor (ydebajo del músculo
deltoides) que desaparece cuando se abduce elbrazo.
Bursitis  olecraniana
La bursa olecraniana esta situada entre el olécranon y la piel. En estaposición es susceptible de
traumatismo frecuentes, tanto agudos comoprologados (ejemplo los estudiantes cuando estudian).La
bursitis
 
olecraneana esta asociada a hemodiálisis de larga evolución y aenfermedad pulmonar
obstructiva crónica.
 
La inflamación tambiénpuede originarse de la gota,La infección es frecuente y puede proceder de heridas
(inclusomicroscópicas) o vía bacteriemia en infecciones sistémicas, sobre todolas crónicas. El derrame en
el olécranon puede ser aspirado aunque elpaciente tenga poco dolor y poco eritema.Cuando la bolsa este
inflamada hay una tumoración evidente yfluctuante. El dolor y la hipersensibilidad sobre la
bolsa pueden iraumentando con la flexión del codo ya que aumenta la presión. No
haylimitación del rango de movimiento.
Bursitis Iliopsoas (iliopectínea)
 
La bolsa del iliopsoas es la más grande del organismo. Esta situada enla parte anterior de la cadera y del
trocánter menor y debajo del tendóniliopsoas. Asciende hasta la fosa iliaca debajo del músculo iliaco.
Estapresente y bilateral en el 98% de los adultos.
 
 Aproximadamente el 10% de los pacientes tienen un defecto en laparte anterior de la capsula
articular de la cadera, permitiendo unacomunicación con la bursa. Este porcentaje puede ser más alto
sisubyace una enfermedad de la cadera.
 
Esta bursitis se asocia frecuentemente con patología de la cadera(artrosis, artritis reumatoide) y/o lesiones
profesionales o deportivas(corredores).
 
En ocasiones es secundaria a la osteocondromatosis, sinovitisvillonodular pigmentada y bursitis
piógena.
 
El dolor de la bursitis iliopsoas irradia hacia abajo por la parteanteromedial del muslo hasta la rodilla y se
incrementa con laextensión, adducción y rotación interna de la cadera.Hay hipersensibilidad en la
parte anterior y por debajo del ligamentoinguinal y lateralmente a la arteria femoral.
 
 
Puede haber una masa palpable o un edema visible lateralmente a losvasos femorales. La masa
puede ser sólida al tacto o quística perogeneralmente es blanda.
 
En ocasiones trasmite las pulsaciones de la arteria femoral.
 
La extensión retroperitoneal puede causar una masa abdominal opélvica. La masa puede ser lo
suficientemente grande para provocarun síndrome de compresión en la ingle (vena o nervio femoral) o
pelvis(desplazamiento medial de las estructuras pélvicas, desplazamientosuperior de las estructuras
abdominales).
 
El diagnóstico se hace con la resonancia magnética.
Los quistes sinoviales (o “gangliones”) son bultos muy comunes en la mano y la
muñeca que aparecen junto a articulaciones o tendones.  Los lugares más
comunes son la parte de arriba de la muñeca (véase la Figura 1), el lado de la
palma de la muñeca, la base de los dedos del lado de la palma y la parte superior
de la articulación que está más cerca de la punta de los dedos (véase la Figura 2).
El quiste sinovial suele parecerse a un globo de agua en una varita (véase la
Figura 3) y está lleno de líquido transparente o gel.  
 
CAUSAS
La causa de estos quistes se desconoce, aunque es posible que se formen en
presencia de irritación de las articulaciones o los tendones o en casos de cambios
mecánicos.  Se presentan en pacientes de todas las edades. 

Estos quistes pueden cambiar de tamaño e incluso desaparecer por completo y


pueden o no ser dolorosos.  No son cancerosos y no se propagan a otras áreas,
pero a algunas personas se les forman quistes en varios sitios. 
 
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico suele basarse en la ubicación del bulto y en su apariencia.  Suelen
ser ovalados o redondos y pueden ser blandos o firmes.  Los quistes en la base de
los dedos, del lado de la palma, son por lo general nódulos muy duros, del tamaño
de un chícharo, y duelen cuando se les aplica presión, por ejemplo al asir algo con
fuerza.  Por lo general la luz atraviesa estos bultos (transiluminación) y esto puede
ayudar con el diagnóstico.  Su médico podría ordenar radiografías a fin de buscar
pruebas de problemas en las articulaciones adyacentes.  Los quistes en la
articulación más cercana a la punta de los dedos con frecuencia están asociados a
un espolón óseo artrítico; es posible que la piel que recubre la zona se afine y
puede que haya una grieta en sentido vertical en la uña justo después del quiste.
 
TRATAMIENTO
A menudo el tratamiento puede ser no quirúrgico.  En muchos casos, los quistes
simplemente se pueden observar, en especial si no duelen, ya que con frecuencia
desaparecen espontáneamente.  Si el quiste se vuelve doloroso, limita la actividad
o es inaceptable de alguna manera, hay varias opciones de tratamiento
disponibles.  Se puede indicar el uso de entablillados y medicamentos
antiinflamatorios a fin de reducir el dolor asociado con las actividades.  Se puede
realizar una aspiración para sacar el líquido del quiste y descomprimirlo.  Esto
requiere que se coloque una aguja en el quiste, lo que puede hacerse en la
mayoría de los consultorios médicos.  La aspiración es un procedimiento muy
simple, pero la recurrencia del quiste es común.  Si las opciones no quirúrgicas no
logran aliviar o si el quiste reaparece, hay alternativas quirúrgicas disponibles.  La
cirugía implica la extirpación del quiste junto con una parte de la cápsula articular o
vaina del tendón (véase la Figura 3).  En el caso de quistes sinoviales en la
muñeca, tanto la técnica tradicional abierta como la artroscópica producen buenos
resultados.  El tratamiento quirúrgico suele ser exitoso, si bien es posible que
reaparezcan los quistes.  Si hubiera alguna duda respecto al diagnóstico, una
biopsia por escisión con un examen de anatomía patológica definirá mejor qué es
esa masa.  Su cirujano le hablará sobre las mejores opciones de tratamiento para
usted.

Figura 1:  un quiste sinovial (o ganglión) del lado superior (dorso) de la muñeca.
Figura 2:  un quiste sinovial en la articulación de la punta del dedo (quiste
mucoso).
Figura 3:  corte transversal de la muñeca que muestra el tallo (o la raíz) del
ganglión.
Qué es?
Los quistes sinoviales o gangliones son masas (protuberancias) muy comunes,
que algunas veces crecen en la mano y en la muñeca.

Los quistes se encuentran generalmente e la parte superior de la muñeca, lado palmar de la muñeca o en la
última articulación de un dedo, (quiste mucoso), y en la base de un dedo.

Los quistes sinoviales o gangliones usualmente se originan de articulaciones vecinas o vainas tendíneas. No
hay una causa específica. Estos quistes pueden ser dolorosos especialmente cuando recién aparecen o con
el uso constante y demandante de la mano.

Los gangliones frecuentemente cambian de tamaño, también pueden desaparecer por completo. Estos
quistes no son malignos (cancerosos).
 

Diagnóstico
 

El diagnóstico de un quiste sinovial o ganglión usualmente se basa por dónde esté situado y qué aspecto
tiene.

Su cirujano de mano puede recomendarle una radiografía para descartar lesiones e las articulaciones
vecinas.

Tratamiento
El tratamiento de un quiste sinovial o ganglión podría ser simplemente la
observación de cualquier cambio. Sin embargo, si el quiste es doloroso, limita
la actividad, o su apariencia es inaceptable al paciente, se podría recomendar
otro tratamiento.

El tratamiento podría incluir la eliminación del fluido del quiste aspirándolo


con una aguja y/o el uso de una férula o splint para evitar el movimiento. Si
estos tratamientos no quirúrgicos fallan, su cirujano de mano podría
recomendarle una cirugía para eliminar el quiste.

El objetivo de la cirugía es eliminar el origen del quiste. Esto podría requerir


la extracción de un trozo de cápsula articular o de vaina tendínea cercana al
ganglión. Si el ganglión es extraído de la muñeca, es posible recomendar una
férula o splint para el período post operatorio. Algunos pacientes pueden sentir
dolor, molestias e inflamación en el sitio de la cirugía, algún tiempo más
prolongado que otros, pero la actividad completa puede ser reasumida una vez
que ceden las molestias. Aún cuando la cirugía ofrece los mejores resultados
de éxito en la extracción de los gangliones, estos quistes pueden recurrir.

QUÉ ES UN DESGARRO MUSCULAR


Cuando hablamos de desgarro nos referimos a la pérdida de continuidad del
tejido muscular o de fibras musculares y que va desde sólo dolor localizado,
hasta presencia de dolor agudo, acompañado de inflamación, equimosis
(hematoma), impotencia funcional y deformación estructural.
El desgarro muscular lo podemos clasificar según su tamaño y las estructuras
involucradas. Encontramos, por ejemplo, el desgarro miofacial, que sólo
afecta la membrana que cubre el músculo y la fibrilar, que afecta la fibra
muscular.
Esta lesión ocurre con mayor frecuencia en los denominados grandes grupos
musculares (muslo, por ejemplo) pero dependerá de la actividad que lo
desencadene. En el caso del fútbol, se afectan más frecuentemente los
isquiotibiales y los cuadriceps, por el constante trabajo concéntrico y
excéntrico que realiza el jugador, pero es una lesión que se puede presentar en
varios deportes cuando no existe una buena preparación física y no ha existido
un buen trabajo de calentamiento previo.
CÓMO SE PRODUCE EL DESGARRO MUSCULAR
El desgarro muscular se produce por mecanismos de contusión o de
distensión. Habitualmente cuando se produce por contusión, es decir, por un
golpe en la masa muscular, se provoca una rotura irregular en el músculo, el
que puede darse en segmentos distintos y de diferentes tamaños. En este caso,
los desgarros no pueden prevenirse porque se producen por hechos puntuales
durante la práctica de deportes de contacto. Ahora bien, si se produce por
distensión o tensión, que es conocido como el típico ‘tirón’ que da al correr, se
presenta con mayor frecuencia en cuadriceps e isquiotibiales.

CÓMO PREVENIR EL DESGARRO MUSCULAR


La mejor forma de prevenir un desgarro muscular pasa por tener una buena
condición atlética, un buen balance muscular y, por cierto, realizar un buen
calentamiento antes de hacer ejercicio. Al finalizar, se deben dar los minutos
suficientes a un buen trabajo de elongación. A eso se suma, además, una
buena alimentación e hidratación necesaria. Para quienes realizan actividad
física en forma permanente, un buen manejo de las cargas de entrenamiento es
fundamental.

Cómo detectar un desgarro muscular


La mejor manera para determinar si se trata de un desgarro o una fuerte
contractura es a través de una resonancia magnética, que permite distinguir los
distintos grados de lesión del músculo. Aunque, también es muy utilizada la
ecotomografía.
Cabe consignar que cuando se habla de contractura, no incluye rotura de fibras
sino solamente de un acortamiento de éstas. También puede producirse edema,
que es líquido alrededor de la zona dañada del músculo o de roturas fibrilares.

TRATAMIENTO
La recuperación del desgarro muscular dependerá de los plazos fisiológicos,
que van desde una etapa hemorrágica, pasando por una fase inflamatoria,
reparativa y de remodelación. Se comienza con reposo relativo, uso de
analgésicos y relajantes musculares.
En la etapa de kinesiterapia se utilizarán técnicas de fisioterapia para acelerar
la recuperación, además de realizar actividades progresivas que apunten a
recuperar lo antes posible las propiedades físicas y funcionales de la persona
sin comprometer la buena reparación de los tejidos dañados.
RETORNO
Los plazos de retorno a la actividad dependerán, a juicio del profesional, de la
magnitud de la lesión y que pueden ir de 10 días, en el caso de un desgarro
miofacial leve, a 8 semanas producto de un desgarro grave.
La recidiva de los desgarros musculares es probable si no se consiguen las
propiedades elásticas después de generada la cicatriz y si no se logra un buen
balance muscular.

Lesiones musculares

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Redacción CuidatePlus
Domingo, 13 de Enero de 2002 - 23:00
A grandes rasgos, existen diversos tipos de lesiones musculares, cada una de
distinta gravedad:
 Calambre: es una contracción involuntaria de un músculo o de varios
grupos de fibras musculares como consecuencia de haberlo sometido a
un sobreesfuerzo.
 Contractura: es el incremento en la tensión del músculo en estado de
relajación tras un esfuerzo prolongado. La recuperación oscila entre los 5
y los 10 días.
 Elongación: es el sobreestiramiento de todo un músculo sin llegar a
ocasionar un daño anatómico. No produce hematoma y el periodo de
recuperación es corto (entre 5 y 10 días).
 Rotura fibrilar: interrupción en la continuidad de un grupo de fibras
musculares que ocasiona una hemorragia local y la consiguiente
respuesta reparativa. Según el músculo afectado y el número de fibras
rotas el tiempo de recuperación oscila entre los 15 y los 60 días.
 Rotura muscular: es el mismo cuadro anterior, pero afectando a un
número importante de fibras o a todo el músculo. Requiere tratamiento
quirúrgico y el tiempo de recuperación es largo.
 Contusión muscular: ocasionada por la agresión de un agente externo,
que choca contra el músculo y lo comprime contra la estructura ósea.
Aparte de la lesión muscular, el golpe ocasiona un edema inflamatorio.
 
Tratamiento de las lesiones musculares
Las lesiones que no implican una afectación anatómica suelen evolucionar de
forma natural hacia la curación en un espacio de tiempo corto. En las
contusiones y roturas, donde se produce un hematoma y es necesaria una
cicatrización, la evolución es más incierta.
Las lesiones musculares son frecuentes, pero no suelen diagnosticarse ni
tratarse adecuadamente. Si el paciente no recuerda el movimiento que causó la
lesión y puede continuar con su actividad, suele tratarse de una lesión banal
que se curará en un plazo máximo de una semana.
Si por el contrario recuerda el movimiento exacto que provocó la lesión y el
dolor se reproduce al intentar continuar, la lesión puede ser más grave. Si no
se trata adecuadamente, la lesión puede hacerse crónica.
La ausencia de calentamiento antes de comenzar la práctica deportiva o bien la
realización de un calentamiento incorrecto es un factor que favorece la
aparición de este tipo de lesiones.
Contracturas y elongaciones
 Reposo relativo para aquellas actividades que reproduzcan las
molestias.
 Aplicación de calor (seco) durante un periodo de dos a cinco días.
 Se aconseja la aplicación de un masaje suave.
 Pueden administrarse fármacos (relajantes musculares).
 
Contusiones y roturas
El tratamiento se divide en tres fases:
1ª Fase: Se ha formado el hematoma y el objetivo es reducirlo. Si el hematoma
se localiza entre los fascículos musculares, la lesión tiene mejor pronóstico
que si se sitúa dentro de un fascículo (hematoma intramuscular), que tiene
peor pronóstico, precisa mayor periodo de curación y evoluciona con
frecuencia hacia la cronificación. Suele durar entre 48 y 72 horas. Se
recomienda reposo absoluto del miembro o la zona lesionada. Se debe aplicar
frío (crioterapia) durante las primeras 48 horas, de tres a cinco sesiones diarias
de entre 15 y 20 minutos de duración. Es aconsejable interponer un paño
húmedo entre la piel y la bolsa con hielo para evitar lesiones por frío.
 Realizar un vendaje compresivo y elevar el miembro lesionado cuando
la región lo permita. Conviene tomar un antiinflamatorio no esteroideo
(AINE) y un relajante muscular.
 Debe evitarse la práctica indiscriminada de masajes, ya que puede
facilitar las hemorragias y la cronificación de la lesión.

2ª Fase: es la fase de cicatrización. El tratamiento va dirigido a lograr que la
cicatriz sea lo menor y lo más funcional posible. En esta etapa se debe
mantener el vendaje compresivo, aplicar calor mediante paños, bolsa de agua
o manta eléctrica, también entre tres y cinco sesiones diarias de 15 a 20
minutos de duración.
 A partir del tercer o quinto día es conveniente empezar a realizar
contracciones musculares en reposo siempre que no ocasionen dolor.
Han de repetirse varias veces al día con el fin de orientar adecuadamente
el tejido que está cicatrizando.
 
 La fisioterapia permite acortar el tiempo de recuperación. Son
numerosas las técnicas empleadas en la actualidad: termoterapia,
ultrasonidos, electroterapia, laserterapia, cinesiterapia,… Se deben
introducir las contracciones con movimiento y los estiramientos según
vayan siendo soportados con malestar pero sin dolor.
3ª Fase: reanudación progresiva de la actividad deportiva. Deben prevenirse
nuevas lesiones realizando estiramientos de la musculatura afectada antes y
después del ejercicio

Calambre muscular
Los espasmos musculares a menudo se presentan cuando un músculo está
sobrecargado o lesionado. Los factores que podrían causar un espasmo
muscular incluyen: Hacer ejercicio cuando usted no ha tomado suficientes
líquidos (está deshidratado). Tener bajos niveles de minerales, como
potasio o calcio
Es el nombre común de un espasmo muscular. Estos se pueden presentar en
cualquier músculo del cuerpo, pero a menudo se producen en una pierna.
Cuando un músculo está en espasmo, se contrae sin control y no se relaja.
Causas
Los espasmos musculares a menudo se presentan cuando un músculo está
sobrecargado o lesionado. Los factores que podrían causar un espasmo
muscular incluyen:
 Hacer ejercicio cuando usted no ha tomado suficientes líquidos (está
deshidratado).
 Tener bajos niveles de minerales, como potasio o calcio. 
Algunos espasmos ocurren debido a que el nervio que se conecta a un
músculo está irritado. Un ejemplo es una hernia discal que irrita los nervios
raquídeos y causa dolor y espasmo en los músculos de la espalda.
Los espasmos en la pantorrilla ocurren comúnmente al patear durante la
natación o al correr. También se pueden presentar en la noche mientras usted
está en la cama. Los espasmos de la parte superior de la pierna son más
comunes con actividades como correr o saltar. El espasmo en el cuello
(columna cervical) puede ser un signo de estrés.
Una contractura muscular es, tal y como su nombre indica,
una contracción continuada e involuntaria del músculo o algunas
de sus fibras que aparece al realizar un esfuerzo. Se manifiesta
como un abultamiento de la zona, que implica dolor y alteración del
normal funcionamiento del músculo.

Suele aparecer cuando dicho músculo realiza una actividad


inapropiada en intensidad o en función. Así, cuando en el
gimnasio cogemos más peso del debido pueden aparecer
contracturas. O cuando sin coger tanto peso, realizamos un esfuerzo
mantenido en el tiempo, como es el caso de una mala colocación en
la bici de spinning.

Las contraturas pueden aparecer en el momento en el que


estamos realizando el ejercicio o después. Las primeras se
producen porque hay una acumulación de los metabolitos, que
provocan dolor e inflamación, al no haber una suficiente irrigación
sanguínea que depure la zona. Las segundas se deben a la fatiga
excesiva de las fibras, que al acabar el ejercicio ven disminuida su
capacidad de relajación.

Lo primero que hay que hacer para tratar una contractura es


prevenirla, y para ello que mejor que realizar un
buen calentamiento para preparar al músculo antes del esfuerzo.
Una programación progresiva en intensidad de las cargas también
ayudará, de menos a más es el principio de intensidad. Un buen
trabajo de flexibilidad también las evita al mejorar la distensión del
músculo y facilitar la recuperación del músculo tras el
entrenamiento.
Una vez que tenemos una contractura no queda más remedio que
tratarla. No es conveniente tratar una contractura por sí mismo con
masajes inapropiados o fármacos aconsejados, lo mejor es ir al
médico o fisioterapeuta para que vea de qué tipo de contractura se
trata y cuál es el mejor método para su tratamiento, entre los cuales
se encontrarán:

 Miorelajantes y antiinflamatorios: ciertos fármacos logran


relajar la musculatura y reducir la contracción. Se suelen utilizar
sobre todo en los casos en los que el dolor es muy acusado.
Siempre deben de estar prescritos por tú médico
 Calor local: suele ser muy útil al conseguir un efecto relajante y
analgésico.
 Masajes: como hemos dicho antes los masajes deben de darse
por personal cualificado, sino la contractura irá a peor. El masaje
provocará un aumento del flujo sanguíneo que mejora la
recuperación de tejidos y limpieza de metabolitos además de
propiciar una relajación del músculo, reduciendo la tensión y por
tanto el dolor.
 Los estiramientos y la actividad ligera en el agua son
aconsejables trás la fase aguda de la contracción
La contractura muscular se puede presentar en diferentes partes
del cuerpo
 Suele mejorar o desaparecer realizando ejercicios de estiramiento de la
zona afectada, descansando y tomando algún tipo de relajante muscular o
antinflamatorio.
 En el caso de las personas que realizan mucho ejercicio o un ejercicio
continuo es recomendable tomar bebidas isotónicas que contiene los iones
que necesitan los músculos para disminuir la fatiga o para recuperarse.
 Los espasmos producidos en un cuadro de fibromialgía cursan de la
misma forma pero su recuperación es más lenta casi siempre suele dejar
contractura en la zona afectada.
 Calambre, es el nombre común de un espasmo muscular,
particularmente en la pierna.
 Los espasmos musculares se pueden presentar en cualquier músculo del
cuerpo. Con el espasmo, los músculos se contraen involuntariamente y no
se relajan.
 Por si mismo, el espasmo muscular es un signo que se presenta en
varias enfermedades y no una enfermedad; aunque puede indicar una
lesión muscular.
 Cuando se presenta un espasmo muscular, se siente el músculo muy
tenso y algunas veces se describe como un nudo. El dolor puede ser
intenso y debilitante.
 Cuando se presenta en lugares poco comunes como la espalda o los
brazos, se puede incriminar al estrés o al exceso de ejercicio.
Síntomas
Cuando se presenta un espasmo muscular, el músculo se siente muy tenso y
algunas veces se describe como un nudo. El dolor puede ser intenso.
Causas
Los espasmos musculares a menudo se presentan cuando un músculo está
sobrecargado o lesionado. El hecho de hacer ejercicio cuando usted no ha
tomado suficientes líquidos (estando deshidratado) o cuando tiene bajos
niveles de minerales, como potasio o calcio, también puede hacerlo más
propenso a sufrir espasmos musculares. Algunos espasmos ocurren debido a
que el nervio que se conecta a un músculo se irrita. El ejemplo clásico de esto
es una hernia discal que irrita los nervios raquídeos a medida que salen de la
espalda, produciendo dolor y espasmo. Los espasmos en la pantorrilla ocurren
comúnmente al patear durante la natación y también se pueden presentar en la
noche mientras usted está en la cama. Los espasmos de la parte superior de la
pierna son más comunes con actividades como correr o saltar. El espasmo en
el cuello (columna cervical) puede ser un signo de estrés.
Tratamiento
Al primer signo de espasmo muscular, se recomienda suspender la actividad e
intentar estirar y masajear el músculo afectado. En un principio, el calor ayuda
a relajar el músculo, aunque la aplicación de hielo puede servir después de
presentarse el espasmo inicial y cuando el dolor se haya reducido. En caso de
que persista el dolor en el músculo, se pueden utilizar medicamentos
antinflamatorios no esteroides y, en casos más graves, el médico puede
prescribir medicamentos antiespasmódicos. Después del tratamiento inicial, se
debe determinar la causa del espasmo para evitar que recurra y si existe
compromiso de un nervio irritado, es posible que sea necesario recurrir a la
fisioterapia o incluso a una cirugía. La causa más común de calambres
musculares asociados con actividades deportivas es la deshidratación, por lo
que, a menudo, la rehidratación con agua o bebidas para deportistas resuelve
el problema.
Por qué tengo una contractura muscular?
 Una contractura es una contracción involuntaria, duradera o permanente, de uno o más grupos

musculares. 

 Puede aparecer al realizar un esfuerzo y entre los síntomas más frecuentes encontramos el

abultamiento o inflamación de la zona, dolor y alteración del funcionamiento normal del músculo.
Motivos por los que podemos tener una contractura
muscular:
 Si hemos realizado una actividad continuada con una postura inadecuada.

 Realización  forzada de un ejercicio (por ejemplo, cuando cogemos más peso del debido). 

 Deshidratación, falta de magnesio y potasio. Las células musculares necesitan agua, glucosa,

sodio, potasio y magnesio.

 El estrés emocional y psicológico, como la ansiedad y la tensión puede causar una serie de

reacciones en el cuerpo que afectan al sistema nervioso causando rigidez en el cuello y tensión

muscular.

 Exceso de sedentarismo. La falta de tonificación muscular por inactividad también es enemiga

de la buena salud de la espalda.


¿Qué podemos hacer para evitar y tratar las
contracturas?
 Una de las formas de prevenir una contractura es realizar un buen calentamiento antes de un

esfuerzo.

 Trabajar el estiramiento de los músculos, y por lo tanto, un  buen trabajo de flexibilidad facilitar

la recuperación del músculo después del entrenamiento.

 Una vez que tenemos una contractura no es conveniente tratarla uno mismo con masajes y

remedios inapropiados, lo mejor es acudir a un fisioterapeuta de confianza. La fisioterapia (en otras

ocasiones hemos hablado de qué puede hacer un fisio por ti aunque no estés lesionado) te ayudará a

descubrir qué tipo de contractura es y cuál es el mejor método para su tratamiento, además, de

ofrecerte los consejos adecuados para que puedas aliviar el dolor durante los próximos días de

recuperación.
Algunas recomendaciones:
 Antiflamatorios: Ciertos fármacos logran relajar la musculatura y reducir la contracción.

 Aplicar calor en la zona afectada: Ayudas de este modo a relajar el músculo.

 Masajes: El fisioterapeuta gracias a un masaje adecuado provocará un aumento del flujo

sanguíneo que mejora la recuperación de tejidos, además de reducir la tensión de la zona y evitar el

dolor.

 Estiramientos: Ayudan a relajar el músculo o grupo de músculos afectado

RETRACCIONES MUSCULARES
 
Es el acortamiento específico de un músculo o cadena muscular que pueden estar
acompañados de cambios o alteraciones posturales  durante un tiempo variable y
a una velocidad determinada.
 
Técnicas de tratamiento
 Estiramientos:  son ejercicios en los cuales el músculo se ve sometido a
una tensión de elongación
 
Los músculos se componen de fascículos que están formado por grupos de fibras
musculares, las cuales, a su vez, contienen miles de miofibrillas. Las miofibrillas
son estructuras filamentosas que son capaces de contraerse, relajarse y estirarse.
Dentro de cada miofibrilla hay millones de bandas colocadas una al lado de otra,
conocidas como sarcómeros. Los sarcómeros están conformados por
miofilamentos gruesos y delgados. Cuando estos se contraen, los miofilamentos
gruesos y delgados se superponen, causando la contracción muscular. Las
contracciones musculares causan un aumento de superposición de los
miofilamentos.
El relajamiento de un músculo causa una disminución en la superposición de
miofilamentos, lo que permite a las fibras musculares alargarse.
en los estiramientos se genera una activación de:
 
 El huso muscular: Es el principal receptor de estiramiento muscular. Está
compuesto por dos tipos de receptores sensoriales: Sensibles a la longitud
más a la velocidad de estiramiento y Sensibles sólo a la longitud.
 El Reflejo Miotático: Provoca que el músculo estirado se contraiga y
reduzca la tensión de los husos musculares.
 El órgano tendinoso de golgi: Es el receptor sensorial responsable de
detectar la tensión sobre un tendón. El órgano tendinoso de Golgi
desencadena el reflejo miotático inverso
 reflejo miotático inverso o inhibición autógena : Cuando la intensidad de
estiramiento sobre el tendón excede un determinado punto crítico, se
estimulan los receptores tendinosos de Golgi, produciendo un reflejo
inmediato que inhibe la contracción muscular y de esta manera el músculo
libera la tensión al tendón  
 
Tipos de estiramientos
 
estático consiste en una elongación del músculo en reposo en una
posición determinada se realiza a baja velocidad y se
mantiene durante  30 segundos.
Pasivo es un tipo de estiramiento estático, consiste en ejercer una
fuerza externa por un compañero para elongar el músculo
Dinámico:   es similar a estiramientos balísticos utilizando la velocidad
del movimiento, pero no incluye movimientos de rebote sino
movimientos específicos de un patrón de movimiento
Balístico: se caracteriza por realizar una participación muscular y
movimiento donde no se mantiene la posición final realiza
una activación del reflejo de estiramiento lo cual no permite
una relajación muscular
FNP (facilitación es una técnica que combina estiramiento estático e
neuromuscular isométrico. se utilizan tres acciones musculares específicas
propioceptiva: para facilitar el estiramiento .Las acciones isométricas y
concéntricas de los músculos antagonistas para conseguir la
inhibición autogénica. La acción muscular concéntrica de los
músculos agonistas, denominada contracción del agonista
permite la inhibición recíproca de los músculos antagonistas
 
 
ESTIRAMIENTOS
estiramiento de la cadena anterior

     
la cadena anterior está envuelta por la fascia que va desde el pie hasta la mano
del mismo hemicuerpo
Cadena de apertura:
 
1. Tronco: paciente en sedente con  miembros inferiores en extensión .
Pedimos que cruce la pierna contralateral de la cadena que queremos
Elongar sobre la otra. A continuación pedimos que apoye el miembro
superior del mismo hemicuerpo del miembro inferior que cruza, en el lado
externo del contrario. En esta posición que rítmicamente con la respiración
que avance cada vez más hacia exterior con la mano, realizando una
torsión de tronco hacia el lado de la cadena que está hiperprogramada.
Debemos tener en cuenta que la cabeza debe acompañar al tronco.
2. Miembro inferior: paciente en bipedestación. Solicitamos a éste que deje el
miembro inferior a tratar fijo y con el contralateral que de un paso lateral por
delante de aquel. La progresión será llevando el miembro cada vez más
hacia lateral.
3. Miembro superior: paciente con el miembro superior a tratar en rotación
interna sobre la pared (los dedos miran hacia la cara) y solicitamos una
rotación externa contra resistencia.
 
Cadena de extensión:

1. Mitad superior: paciente en posición cuadrúpeda. Cabeza flexionada,


aumentando la flexión y cifosis dorsal acompañando el movimiento con la
respiración, es decir, en la espiración es cuando vamos aumentando la
cifosis global del tronco. Otra forma de realizarlo es: paciente en decúbito
supino con codos y hombros en flexión de 90º. Pedimos que se agarre
ambos codos y que al soltar el aire lleve los codos hacia arriba (hacia el
techo).Tenemos que tener en cuenta que este ejercicio está contraindicado
en las cifosis.
2. Mitad inferior: Paciente en posición cuadrúpeda, con los brazos por debajo
de los hombros. El fisioterapeuta coloca sus manos en charnela dorso
lumbar y sacro en disposición de manos cruzadas y rítmicamente con la
respiración, traccionamos hacia craneal y caudal. De otra manera puede ser
con el paciente en decúbito supino. Le pedimos que flexione las rodillas, de
tal manera que contacte la rodilla con el pecho. El fisioterapeuta se coloca
en la cabecera y en la fase espiratoria “empuja” las rodillas en dirección de
la camilla, esto es, hacia abajo y caudal.
 

Definición de punto gatillo


Una de las definiciones más utilizadas es la que considera al punto
gatillo (trigger point en inglés) como una "zona hiperirritable
localizada en una banda tensa de un músculo esquelético que
genera dolor con la compresión, distensión, sobrecarga o
contracción del tejido, que generalmente responde con un dolor
referido" (Definición de Simons y cols. 1999).

Los puntos gatillo son muy dolorosos, sobre todo cuando se


presionan. Pueden dar dolor referido (es decir, dolor que aparece en
una zona alejada a donde estás presionando el punto gatillo),
hipersensibilidad (dolor ante estímulos de baja intensidad),
disfunción motora (falta de fuerza, aparición de fatiga prematura y
fenómenos como hipersudoración en la zona afectada y alteración
de la sensibilidad en la región afectada.

Janet G. Travell y David G. Simons son dos de los más importantes


investigadores en el tema de los puntos gatillo, y editaron un libro
enorme que contiene gran catidad de información sobre el tema, así
como el "mapa" de los puntos gatillo de todos los músculos, pues
una particularidad de los puntos gatillo es que se producen en unas
zonas del músculo más o menos delimitadas, de tal manera que
podemos buscarlos y localizarlos siguiendo esta información.

¿Punto gatillo o contractura?


Ahí está el tema. Muchas veces es más bien una cuestión de
terminología, pues la "contractura muscular" la utilizamos para
designar el dolor, molestia, rigidez, acúmulo de tensión, sobrecarga...
en una zona concreta de la musculatura. A veces hablamos de
"cuerdas" o "nudos" pues el imaginario colectivo utiliza este tipo de
analogías para denominar este tipo de problemas.

La contractura, como digo, es una entidad que genera molestias a


nivel muscular, pero en muchas ocasiones el problema está en que
no es realmente "solo" una contractura, sino un problema del
punto gatillo, que no cede a tratamientos habituales en las
molestias musculares como masaje, estiramientos, calor... Pueden
aliviar momentáneamente, pero el problema persiste. El punto gatillo
necesita un tratamiento específico, ya sea conservador o invasivo.

Los puntos gatillo pueden ser activos o latentes. La diferencia entre


ambos es que el dolor que el paciente reconoce como propio es el
provocado por el activo, mientras que el latente genera
sintomatología, pero no dolor de forma habitual; eso sí, presionar un
punto gatillo latente generará dolor (local, referido...) y el resto de
síntomas propios.

Tratamiento de los puntos gatillo


Puede ser conservador o invasivo. En cuanto a las
pautas conservadoras, en la Fisioterapia existan técnicas manuales
que se aplican tras explorar y realizar un diagnóstico fisioterápico, en
el cual se determinará si el problema es debido a puntos gatillo. En
ese caso puede tratar mediante presión específica del punto gatillo,
habiendo colocado el músculo en posición de estiramiento. Se
mantiene la presión hasta que aparezca dolor; poco a poco irá
desapareciendo, momento en el que se aumentará la presión. Se
aplica esta presión y después se realiza movimiento activo amplio de
la región tratada. Perdonad si la explicación no es muy clara y hay
imprecisiones, pero la verdad es que la técnica es específica y no es
fácil resumirla.
Existe incluso la posibilidad del autotratamiento, utilizando pelotas
de goma, rodillos y otros sistemas para presionar la zona donde se
encuentra el punto gatillo a la vez que realizamos movimiento
activo. Para que esto sea eficaz es necesario 1) que el diagnóstico
sea el correcto (realmente sea un problema de punto gatillo, y no
otra cosa) y 2) que apliquemos el autotratamiento con buena
técnica, presionando el punto afecto y realizando movilizaciones
para que exista un efecto mecánico sobre la zona que alivie la
sintomatología. Ante la duda, mejor consultar a un profesional.

También existe la posibilidad de realizar el tratamiento invasivo,


que consiste en la punción seca de los puntos gatillo. Para resumir,
diré que consiste, como su nombre indica, en "pinchar" el punto
afecto utilizando una aguja muy similar a las de acupuntura, solo que
se busca un efecto mecánico (nada de energías, ni chi) en el punto
afecto. Hay numerosos estudios que avalan la eficacia del
tratamiento invasivo (también del conservador) de los puntos gatillo.
Lógicamente, esta técnica debe ser aplicada por un fisioterapeuta
entrenado. Si os parece interesante, puedo hablar con más
detenimiento de esta técnica en otra entrada.

¿Conoces los puntos gatillo? ¿Has sufrido sus efectos?

1. Dommerholt, J. y Fernández De las Peñas, C. Punción seca de


los puntos gatillo. Una estrategia clínica basada en la evidencia.
(Editorial Elsevier: 2013)

Atrofia muscular
La atrofia muscular es un término médico que se refiere a la disminución del
tamaño del músculo, perdiendo fuerza éste debido a la relación con su masa.
Afecta a las células nerviosas de los músculos esqueléticos, generando
parálisis. La parálisis puede ser parcial o completa y generalmente comienza
insidiosamente

Es el desgaste o pérdida del tejido muscular.


Causas
Existen tres tipos de atrofia muscular: psiocológica, patológica y neurogénica.
La atrofia psicológica es causada por no usar los músculos lo suficiente. Este
tipo de atrofia a menudo se puede revertir con ejercicio y una mejor nutrición.
Las personas más afectadas son aquellas que:
 Tienen trabajos que requieren que estén sentados, problemas de salud
que limitan el movimiento, o disminución en los niveles de actividad
 Están postradas en cama
 No pueden mover las extremidades debido a un ataque cerebrovascular
u otra enfermedad cerebral
 Se encuentran en lugares donde no hay gravedad, como por ejemplo
durante los viajes al espacio
La atrofia patológica puede ser causada por envejecimiento, inanición y
enfermedades, tales como el síndrome de Cushing (debido al uso elevado de
medicamentos llamados corticosteroides).
La atrofia neurogénica es el tipo más grave de atrofia muscular. Puede
deberse a una lesión, o una enfermedad, en los nervios que se conectan a los
músculos. Este tipo de atrofia muscular tiende a suceder más
repentinamente que la atrofia por desuso.
Algunos ejemplos de enfermedades que afectan los nervios que controlan
los músculos:
 Esclerosis lateral amiotrófica (ELA o enfermedad de Lou Gehrig)
 Daño a un solo nervio, como el síndrome del túnel carpiano
 Síndrome de Guillian-Barre
 Daño a los nervios causado por una lesión, diabetes, toxinas o alcohol
 Polio (poliomielitis)
 Lesión de médula espinal
Aunque algunas personas se pueden adaptar a la atrofia muscular, incluso una
atrofia muscular menor causa algo de pérdida de movimiento o fuerza.
Otras causas de atrofia muscular pueden incluir:
 Quemaduras
 Terapia prolongada con corticosteroides
 Desnutrición
 Distrofia muscular y otras enfermedades de los músculos
 Osteoartritis
 Artritis reumatoidea
IV TEMA

Hipertrofia muscular
La hipertrofia muscular es el nombre científico dado al fenómeno de
crecimiento en el tamaño de las células musculares, lo cual supone un
aumento de tamaño de las fibras musculares y por lo tanto del músculo.
Este fenómeno se suele encontrar los músculos de aquellos atletas que
practican deportes anaeróbicos en los que repiten sucesivamente un mismo
ejercicio, por ejemplo: físico-culturismo, halterofilia y fitness. La hipertrofia
muscular se ha observado igualmente en animales
Hipertrofia muscular.

La hipertrofia muscular es el aumento del tamaño del diámetro transversal de


las fibras debido a un aumento de la cantidad de filamentos contráctiles de
actina y miosina generado por síntesis proteica. Es claro que cuando un ser
humano tiene más masa muscular tiene mayor nivel de fuerza y por ende
mejor nivel de salud.

Este proceso tiene varios pasos:

1)Mecanotransducción.
2)Señalización: modificación hormonal y/o rompimiento de fibras.
3)Síntesis de proteínas.

La síntesis de nuevas proteínas se genera como consecuencia de un aumento


del ambiente anabólico hormonal, por stress metabólico generado en la célula,
por daño muscular como consecuencia del ejercicio, por stress mecánico
(contracción o estiramiento muscular) y por factores inmunológicos.

Mecanotransducción y síntesis de proteínas

El ejercicio con sobrecarga genera una tensión importante en la fibra muscular


y desencadena una serie de reacciones bioquímicas que culminan en el
proceso de hipertrofia muscular. Esta señal llega al interior de la célula por
una alteración de la membrana de la fibra muscular que es censada por unas
proteínas transmembranas que se conocen con el término de adhesiones
focales FAK (integrinas) y que tienen proyecciones a ambos lados del
sarcolema (Burridge 96 - Ingber 03). La deformación por estiramiento y
contracción activan las proteínas de la membrana y estas transmiten las
modificaciones al interior de la célula (al citoesqueleto) y esto traduce las
señales mecánicas a químicas.

Síntesis de proteínas
El proceso de síntesis proteica comprende dos momentos: transcripción y
traducción. En pocas palabras podemos decir que un ARNm (mensajero)
copia un gen (parte activa del ADN). Este proceso se denomina transcripción.
Una vez copiado el ARNm sale del núcleo hacia el citoplasma donde se une al
ARNr (ribosómico). Luego el ARNm se une a ARNt (transportador). El ARNt
transporta un aminoácido específico y cuando el código de ambas moléculas
coincide se unen los aminoácidos. Este proceso se denomina traducción.

Es claro que a una mayor cantidad de núcleos entonces habrá una mayor
posibilidad de sintetizar proteínas. Esto es lo que sucede cuando de entrena
con sobrecarga. Este proceso se logra a través de la proliferación de células
satélite. Las células satélites son mioblastos que no se fusionaron durante el
desarrollo muscular. Estas se encuentran encerradas por la lámina basal
(Mauro 61). Estas se dividen (mitosis) formando dos células (núcleos) y luego
una de ellas ingresa al citoplasma sumando un mionúcleo más a la fibra
muscular.

Como se mencionó previamente parte del proceso de hipertrofia puede


comenzar con un rompimiento de la estructura del sarcomero dentro de la
fibra muscular por la alta tensión durante el entrenamiento con sobrecarga.
Esto se produce por que los filamentos de actina están estructurados en forma
asimétrica en el disco Z como se ha visto en las figuras puestas en la
biblioteca multimedia. Este rompimiento desencadena una serie de reacciones
metabólicas no del todo conocidas pero que aumenta la síntesis de proteínas
contráctiles.

Tumores: síntomas, diagnóstico y


tratamiento
¿Qué es un tumor?
Un tumor es un conjunto de células de cualquier tejido que se han multiplicado
descontroladamente, formando una masa anormal.
Existen básicamente dos clases de tumores:
Benignos: crecen lentamente y por lo general no se extienden a otras zonas del cuerpo.
Malignos (cáncer): crecen rápidamente y muchas veces generan metástasis, es decir,
migran hacia otras partes del cuerpo causando nuevos tumores.
Factores que pueden favorecer la aparición de un tumor
Existen diferentes tipos de tumores, que pueden ser provocados por diferentes factores:

 Tabaquismo.

 Virus.

 Consumo excesivo de alcohol.

 Problemas genéticos.

 Exposición a radiación.

 Debilidad en el sistema inmunológico.

 Exposición excesiva a los rayos UV del sol.

 Benceno y otras sustancias químicas, toxinas.

Síntomas
Los síntomas son variables, y dependen del tipo de tumor y su localización. Por ejemplo, en
el caso de cáncer de pulmón, puede haber tos y dificultad para respirar, mientras que en el
caso de presentarse un tumor de colon, puede haber anemia ferropénica y presencia de
sangre en las heces.
Los siguientes síntomas aparecen con la mayoría de los tumores:

 Fiebre

 Malestar general.

 Inapetencia.

 Escalofríos.

 Fatiga.

 Sudores fríos.

 Pérdida de peso.

¿Cómo puede detectarse un tumor?


Muchos tumores pueden visualizarse mediante técnicas de diagnóstico por la imagen como
pruebas de ultrasonido (ecografías), rayos X, tomografía axial computarizada o resonancia
magnética. Otros pueden detectarse mediante análisis de sangre (cáncer de próstata) o
punciones de médula ósea o ganglios linfáticos (leucemias o linfomas).
Cuando se comprueba la presencia de un tumor, se suele realizar una biopsia para
determinar si es benigno o maligno (canceroso).
Tratamiento
El tratamiento puede variar, dependiendo del tipo de tumor y su
localización. Muchos tumores benignos y malignos pueden extirparse mediante cirugía. En
el caso de los tumores malignos, el tratamiento suele incluir también sesiones
de radioterapia y/o quimioterapia.
Se llama disfunción propioceptiva cuando la habilidad de recibir
la información desde las terminales nerviosas de músculos, tendones y
articulaciones, y poder integrarla en el cerebro está alterada. Cuando existe una
disfunción del sistema propioceptivo se puede: Caminar con mucha tensión o
débilmente

PROPIOCEPCIÓN: hace referencia a la capacidad del cuerpo de


detectar el movimiento y posición de las articulaciones. Es importante en
los movimientos comunes que realizamos diariamente y, especialmente,
en los movimientos deportivos que requieren una coordinación especial.

SISTEMA PROPIOCEPTIVO: compuesto por una serie de receptores


nerviosos que están en los músculos, articulaciones y ligamentos.

Se encargan de detectar:

Grado de tensión muscular

Grado de estiramiento muscular

... y mandan esta información a la médula y al cerebro para que la


procese. Después, el cerebro procesa esta información y la manda a los
músculos para que realicen los ajustes necesarios en cuanto a la tensión
y estiramiento muscular y así conseguir el movimiento deseado.
Podemos decir que los propioceptores forman parte de un mecanismo de
control de la ejecución del movimiento

Es un proceso subconsciente y muy rápido, lo realizamos de forma


refleja.

LOS PROPIOCEPTORES

- EL HUSO MUSCULAR: es un receptor sensorial propioceptor situado


dentro de la estructura  del músculo que se estimula ante estiramientos lo
suficientemente fuertes de éste. Mide la longitud (grado de estiramiento)
del músculo, el grado de estimulación mecánica y la velocidad con que
se aplica el estiramiento y manda la información al SNC. Su “función
clásica” sería la inhibición de la musculatura antagonista al movimiento
producido (relajación del antagonista para que el movimiento se pueda
realizar de forma eficaz). Ante velocidades muy elevadas de incremento
de la longitud muscular, los husos proporcionan una información al SNC
que se traduce en una contracción refleja del músculo denominada
REFLEJO MIOTÁTICO O DE ESTIRAMIENTO, que sería un reflejo de
protección ante un estiramiento brusco o excesivo (ejemplo: tirón brusco
del hombro, el reflejo miotático hace que contraigamos la musculatura de
la cintura escapular). La información que mandan los husos musculares
al SNC también hace que se estimule la musculatura sinergista al
músculo activado, ayudando a una mejor contracción. (En este hecho se
basan algunas técnicas de facilitación neuromuscular empleadas en
rehabilitación, como las técnicas de KABAT, en las que se usa el
principio de que un músculo pre-estirado se contrae con mayor fuerza).
Por tanto, tenemos como resultado de la acción de los husos musculares

o       Facilitación de los agonistas

o       Inhibición de los antagonistas

* “Es funcionalmente económico que cuando un equipo sinérgico de


músculos se activa no se enfrente a la resistencia de sus antagonistas”
(Astrand – Rodahl)

ÓRGANOS TENDINOSOS DE GOLGI: es otro receptor sensorial situado


en los tendones y se encarga de medir la tensión desarrollada por el
músculo. Fundamentalmente, se activan cuando se produce una tensión
peligrosa (extremadamente fuerte) en el complejo músculo-tendinoso,
sobre todo si es de forma “activa” (generada por el sujeto y no por
factores externos). Sería un reflejo de protección ante excesos de tensión
en las fibras músculo-tendinosas que se manifiesta en una relajación de
las fibras musculares. Así pues, sería el REFLEJO MIOTÁTICO
INVERSO. Al contrario que con el huso muscular, cuya respuesta es
inmediata, los órganos de Golgi necesitan un periodo de estimulación de
unos 6-8 segundos para que se produzca la relajación muscular.

RECEPTORES DE LA CÁPSULA ARTICULAR Y LOS LIGAMENTOS


ARTICULARES: parece ser que la carga que soportan estas estructuras
con relación a la tensión muscular ejercida, también activa una serie de
mecanoreceptores capaces de detectar la posición y movimiento de la
articulación implicada. Parece que sean propioceptores relevantes sobre
todo cuando las estructuras descritas se hallan dañadas.

RECEPTORES DE LA PIEL: proporcionan información sobre el estado


tónico muscular y sobre el movimiento, contribuyendo al sentido de la
posición y al movimiento, sobre todo, de las extremidades, donde son
muy numerosos.

La artrosis es una enfermedad crónica que afecta a las articulaciones.

Normalmente, está localizada en las manos, las rodillas, la cadera

o la columna vertebral. La artrosis provoca dolor, inflamación e

impide que se puedan realizar con normalidad algunos

movimientos tan cotidianos como cerrar la mano, subir escaleras

o caminar.
Las articulaciones son los componentes del esqueleto que permiten la
conexión entre dos huesos (como por ejemplo el codo, la rodilla, la cadera,
etc.) y, por lo tanto, el movimiento. El cartílago es el tejido encargado de
recubrir los extremos de estos huesos y es indispensable para el buen
funcionamiento de la articulación puesto que actúa como un amortiguador.
La artrosis provoca el deterioro del cartílago articular provocando que los
huesos se vayan desgastando y aparezca el dolor. A medida que el cartílago
va desapareciendo, el hueso reacciona y crece por los lados (osteofitos)
produciendo la deformación de la articulación.
Incidencia
La artrosis es la enfermedad articular más frecuente en España, según los
datos de la Sociedad Española de Reumatología, que estima que más de 7
millones de españoles mayores de 20 años tienen artrosis de rodilla, mano o
columna. Además, esta enfermedad es más frecuente en mujeres, un 52 por
ciento, frente al 29 por ciento en los hombres.
“Desde el punto de vista radiológico, el segmento de población entre los 50 y
64 años presenta un 70 por ciento de artrosis en las manos, un 40 por ciento
en los pies, un 10 por ciento en las rodillas y un 3 por ciento en las caderas”,
señalan.
Además, según la Organización Mundial de la Salud, cerca del 28 por ciento
de la población mundial mayor de 60 años presenta artrosis y el 80 por
ciento de ésta tiene limitaciones en sus movimientos. El aumento de la
esperanza de vida y el envejecimiento de la población harán que la artrosis
se convierta en la cuarta causa de discapacidad en el año 2020.

Causas
A día de hoy no se conocen con exactitud las causas que producen la
artrosis, pero existen algunos factores de riesgo asociados a su aparición:
 Edad: aumenta de forma exponencial a partir de los 50 años.
 
 Sexo: afecta sobre todo a mujeres mayores de 50-55 años.
 
 Genética: puede ser también una enfermedad hereditaria. En concreto,
la herencia genética en el desarrollo de la artrosis puede llegar a ser hasta de
un 65 por ciento.
 
 Actividad laboral: la repetición de los movimientos articulares puede
llevar, a largo plazo, a la sobrecarga articular. Por eso, determinadas
actividades laborales (peluqueras, albañiles, etc.), pueden provocar la
aparición de artrosis.
 
 Actividad física elevada: los deportistas de élite tienen mayor riesgo de
desarrollar la enfermedad.
 
 Menopausia: la disminución de los niveles de estrógenos que se
produce con la llegada de la menopausia es uno de los factores de riesgo
para su desarrollo.
 
 Obesidad: no parece participar en el desarrollo de artrosis, pero sí que
puede agravarla en determinadas articulaciones como las rodillas.
 
 Traumatismos: fracturas y lesiones pueden ser un factor
desencadenante.

Evalúa tus síntomas

Síntomas
Las manifestaciones de la artrosis son muy variadas, progresivas y aparecen
dilatadas en el tiempo.
Los síntomas más frecuentes son el dolor articular, la limitación de los
movimientos, los crujidos y, en algunas ocasiones, el derrame articular.
Además, algunas personas pueden presentar rigidez y deformidad articular.
El síntoma que más preocupa a las personas con artrosis es el dolor. En un
primer estadio, éste se desencadena cuando se mueve o se realiza un
esfuerzo con la articulación. Este dolor suele cesar con el reposo.
Posteriormente, el agravamiento de la artrosis hará que el dolor aparezca
tanto con el movimiento, como con el reposo.
Uno de los puntos buenos del dolor artrósico es que no siempre es
constante, por lo que los pacientes pueden estar durante largos periodos de
tiempo sin padecer dolor, lo cual no significa que la artrosis no siga su
evolución.

Prevención
La principal medida que tienen que tener en cuenta los grupos de riesgo para
prevenir el desarrollo de la enfermedad es llevar una dieta sana y
equilibrada, como la dieta mediterránea, realizar ejercicio físico de forma
moderada, actividades que sean acordes a la edad y el estado físico actual
de la persona y evitar la obesidad.
También conviene limitar el esfuerzo físico intenso, como cargar objetos
pesados o las actividades laborales que implican sobreesfuerzo.
Por otro lado, los expertos recomiendan que las personas sean cuidadosas
al practicar deportes de contacto, como el fútbol o el rugby, ya que no están
recomendados para los pacientes con artrosis. El motivo es que estos
deportes son uno de los factores que pueden desencadenar la enfermedad.
De hecho, muchos futbolistas padecen artrosis de rodilla debido a las
lesiones que han sufrido en el menisco.
En caso de tener la enfermedad deben evitar los movimientos que producen
dolor, sin llegar a inmovilizar la zona.

Tipos
En la actualidad la artrosis se manifiesta principalmente en cuatro áreas:

Artrosis de rodilla
La artrosis de rodilla es el tipo más frecuente de artrosis. De hecho, en
España la sufren un 10 por ciento de los españoles. Se puede distinguir entre
dos tipos de artrosis de rodilla:
 Artrosis de rodilla primaria: está muy relacionada con el envejecimiento
y con la genética, y va ligada al desgaste de las diferentes partes que forman
la rodilla (los huesos la membrana sinovial y el cartílago).
 
 Artrosis de rodilla secundaria: se suele producir por una lesión previa,
como pueden ser una fractura o una lesión de ligamentos. Suele afectar a
deportistas y a personas obesas, ya que el sobreesfuerzo que exigen a sus
rodillas es elevado.
En este caso la enfermedad afecta a las partes interna y/o frontal de la
rodilla provocando dolor cuando se realiza un esfuerzo. Como consecuencia
de este dolor y por la evolución degenerativa de la enfermedad el paciente
puede tener cojera si la enfermedad avanza a un estadio avanzado. En este
tipo de artrosis el movimiento de la articulación suele causar chasquidos.
Artrosis de manos
La artrosis de manos es el segundo tipo de artrosis más común. En España
la sufren un 6 por ciento de los ciudadanos. Suele estar
estrechamente ligado al sexo femenino y a la herencia genética del paciente.
La artrosis de manos se origina en una articulación y, posteriormente, puede
extenderse al resto de la mano.
Es muy visible, ya que suele deformar los dedos y llega a afectar al día a día
de los pacientes en tareas cotidianas como la escritura. Durante el proceso el
dolor acompaña la evolución de la enfermedad siendo más fuerte al principio
y mitigándose a medida que aparecen los nódulos. Las molestias suelen
disminuir cuando la deformación se completa. La funcionalidad de la mano
puede verse afectada y la articulación puede quedar un poco flexionada o
desviada.
Artrosis de cadera
La artrosis de cadera es aquella que afecta a la parte superior de la pierna.
Este tipo de artrosis es bastante frecuente, aunque no tanto como la artrosis
de rodilla o de mano. En general, es propia de personas mayores, pero
puede aparecer antes de los 50 años, siendo excepcional en jóvenes.
El síntoma fundamental es el dolor, que se localiza en la zona de la ingle y
en la zona interna del muslo. Sin embargo, en ocasiones el dolor se puede
reflejar en la rodilla.
Al principio de la enfermedad, el dolor sólo aparece al caminar y al subir o
bajar escaleras. También se siente dolor tras un período de reposo, hasta
que la articulación entra en calor, y luego vuelve a aparecer tras una larga
caminata o ejercicio prolongado, porque se sobrecarga la articulación. De
forma progresiva, se van haciendo difíciles acciones tan elementales como
cruzar o flexionar las piernas, o caminar. En estadios avanzados el dolor
puede aparecer durante la noche, por la posición de reposo y, con el paso
del tiempo, es normal que aparezca cojera al caminar.
Artrosis de columna
La columna vertebral está formada por muchas articulaciones. Esto provoca
que se pueda desarrollar artrosis en esta zona, frecuentemente en el área
lumbar y cervical.
Este tipo de artrosis puede ser asintomática por lo que en muchas ocasiones
no está diagnosticada y se localiza de forma fortuita al realizar una
radiografía por otro motivo.
El dolor puede aparecer al realizar actividades mecánicas, como
movimientos y sobrecargas en la zona afecta. Además, los cambios de
tiempo y de presión suelen agravar el dolor.

Diagnóstico
Según explican desde la Sociedad Española de Reumatología (SER), el
diagnóstico de la patología se realiza mediante una entrevista clínica.
Existen algunas pruebas que ayudan al especialista a completar el
estudio. Mediante una radiografía el médico puede distinguir los osteofitos, el
pinzamiento del cartílago, las geodas subcondrales y la disminución
asimétrica del espacio articular, síntomas claros de la artrosis.
Otras pruebas que se pueden utilizar en casos excepcionales son la TC y la
resonancia magnética cuando el médico tenga dudas sobre el origen del
proceso o esté estudiando de forma complementaria otros problemas, como
una extrusión discal en una espondiloartrosis o la rotura meniscal en una
gonartrosis.
Por último, la ecografía de alta resolución se ha incorporado como una
herramienta diagnóstica muy eficaz porque revela las partes blandas que
rodean la articulación, así como si hay inflamación o lesión en alguna de ellas
y distinguir si el perfil del hueso se está alterando.

Tratamientos
El principal objetivo del tratamiento en la artrosis es mejorar el dolor
y la incapacidad funcional sin provocar efectos secundarios.
Para conseguirlo, desde la SER insisten en que el primer paso que deben
dar los especialistas es enseñar a los pacientes a evitar todo lo que
contribuye a lesionar las articulaciones como el sobrepeso, los movimientos
repetitivos, actitudes inadecuadas en el trabajo, el calzado, los útiles de
cocina, el mobiliario, etc.
En segundo lugar, se aconseja que cada paciente tenga una tabla de
ejercicios personalizada y adaptada que deberá realizar bajo la supervisión
del fisioterapeuta para mejorar el curso de la enfermedad.
Por último, desde la SER señalan que el reumatólogo decidirá el tratamiento
farmacológico adecuado para cada caso:
Antiinflamatorios y/o analgésicos
En la fase más aguda, el dolor aumenta mucho a causa de la inflamación de
la zona afectada. Llegados a este punto, puede ser necesaria necesaria la
prescripción médica de antiinflamatorios y/o analgésicos para reducir la
hinchazón de la zona y así calmar el dolor.
Medicamentos condroprotectores
Son los únicos medicamentos específicos para tratar la artrosis a largo plazo
porque actúan directamente sobre la articulación afectada. No sólo alivian el
dolor y mejoran la movilidad, sino que se está demostrando que tienen
capacidad para atacar la enfermedad de raíz, ralentizando el deterioro de la
articulación. Entre ellos encontramos fármacos como el condroitín sulfato, el
sulfato de glucosamina y el ácido hialurónico.
En 2015, The Cochrane Library publicó una revisión sobre condroitín sulfato
que confirma la eficacia y seguridad de este fármaco en el tratamiento de la
artrosis. Las conclusiones evidencian que los pacientes tratados con
condroitín sulfato presentaron una mejora del dolor y de la capacidad
funcional estadísticamente significativa y clínicamente relevante frente a
placebo, demostrando además ventajas de seguridad.
Cirugía
Si el paciente se encuentra en un estadio final de la enfermedad los
especialistas recomiendan como opción terapéutica la cirugía protésica.

Otros datos
Pronóstico
Aunque esta enfermedad no es muy grave, sí disminuye significativamente la
calidad de vida de los pacientes. De hecho, su pronóstico difiere bastante
dependiendo de la articulación que esté afectada y la evolución de la
patología.
Además, factores como el diagnóstico temprano y las medidas de
prevención articular pueden contribuir a ralentizar el desarrollo de la artrosis.
En términos generales, la SER explica que la evolución de la patología es
lenta y progresiva.
¿Cómo afecta a la vida del paciente?
El dolor y la falta de movilidad son los principales factores que inciden y
disminuyen la calidad de vida de los pacientes.
Dado que la enfermedad afecta sobre todo a los pacientes que superan los
60 años de edad, la limitación funcional puede hacer que aumente el
sedentarismo en estos grupos de población. Ello puede fomentar la obesidad
, y con ello el riesgo de que aumenten los niveles de colesterol, presencia
de diabetes, hipertensión, u otros factores de riesgo de enfermedades
cardiovasculares.

Osteoartritis
       

La osteoartritis (OA) es el trastorno articular más común. Se debe al


envejecimiento y al desgaste y ruptura en una articulación.
Causas
El cartílago es el tejido firme y elástico que protege los huesos en las
articulaciones. Este permite que los huesos se deslicen uno sobre otro. Cuando
el cartílago se rompe y se desgasta, los huesos se rozan. Esto a menudo
provoca dolor, hinchazón y rigidez de OA.
A medida que la OA empeora, se pueden formar espolones óseos o hueso
adicional alrededor de la articulación. Los ligamentos y músculos alrededor de
la articulación pueden volverse más débiles y más rígidos.

Antes de los 55 años, la enfermedad ocurre por igual en hombres y mujeres. Después de los
55, es más común en las mujeres.
Otros factores también pueden llevar a OA:
 La OA tiende a ser hereditaria.
 Tener sobrepeso aumenta el riesgo OA en las articulaciones de la cadera, la rodilla, el tobillo y
el pie. Esto es debido a que el peso extra causa más desgaste y ruptura.

 Las fracturas u otras lesiones articulares pueden llevar a la OA posteriormente en la vida. Esto
incluye lesiones al cartílago y los ligamentos en las articulaciones.

 Los trabajos que implican arrodillarse o estar en cuclillas durante más de una hora al día o que
implican levantar objetos, subir escaleras o caminar aumentan el riesgo de OA.

 La práctica de deportes que implican un impacto directo sobre la articulación (fútbol


americano), torsión (baloncesto o fútbol soccer) o lanzar también aumentan el riesgo de OA.

Las afecciones que pueden llevar a OA incluyen:


 Trastornos hemorrágicos que causan sangrado en la articulación, como la hemofilia
 Trastornos que bloquean el riego sanguíneo cerca de una articulación y llevan a muerte ósea
(necrosis avascular)
 Otros tipos de artritis, como la gota prolongada (crónica), la seudogota o la artritis reumatoidea

ACERCA DE LA DISCOPATÍA DEGENERATIVA


La discopatía degenerativa no es, en realidad, una enfermedad. Pero eso no hace
que el dolor que causa sea menos real. Independientemente de si es el resultado
del envejecimiento o de una lesión, la discopatía degenerativa puede limitar tu
actividad. Algunas personas incluso necesitan cirugía.
DEFINICIÓN
Los discos pierden altura a medida que pierden su contenido de agua por una
enfermedad o por la edad, lo que hace que las vértebras se acerquen más unas a
otras. Como resultado, las aberturas de los nervios de la columna se estrechan.
Cuando esto ocurre, los discos tampoco amortiguan los impactos, en especial
cuando estás caminando, corriendo o saltando.
El desgaste por el uso, la postura incorrecta y los movimientos incorrectos del
cuerpo también pueden debilitar el disco, lo que causa su degeneración.
 

CAUSAS:
Para algunas personas, la discopatía degenerativa es parte del proceso natural de
envejecimiento. A medida que envejecemos, los discos intervertebrales pierden su
flexibilidad, elasticidad y capacidad de amortiguación de impactos. Para otras
personas, la discopatía degenerativa puede surgir de una lesión en la espalda.
SÍNTOMAS
Los síntomas comunes que indican que una discopatía degenerativa puede ser la
responsable del dolor en el cuello de una persona incluyen, entre otras, dolor en el
cuello, dolor que se propaga hacia la parte posterior de los omóplatos o hacia los
brazos, entumecimiento y hormigueo y, a veces, incluso, dificultades con la
destreza de las manos.
La discopatía degenerativa también puede causar dolor en la espalda o en las
piernas, además de problemas funcionales como hormigueo o entumecimiento en
las piernas o los glúteos, o dificultad para caminar.

DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de la discopatía degenerativa comienza con un examen físico del
cuerpo, con especial atención en el cuello, la espalda y las extremidades.
Tu médico te examinará la espalda para ver la flexibilidad, el rango de movimiento
y la presencia de ciertos signos que indiquen que las raíces nerviosas están
afectadas por cambios degenerativos en la columna. A menudo, esto incluye
revisar la fuerza de los músculos y los reflejos para verificar que todavía funcionan
normalmente.
Te piden, a menudo, que completes un diagrama que pregunta dónde ocurren los
síntomas de dolor, el entumecimiento, el hormigueo y la debilidad. Es posible que
te pidan una radiografía o una resonancia magnética

La discopatía es una enfermedad que aparece con la edad, por lo tanto


degenerativa y que afecta a uno o a varios discos intervertebrales. Se
traduce en dolores en la espalda y es importante tratarla para que no
provoque más complicaciones. 
¿Cómo podríamos definir la discopatía?
La discopatía es una enfermedad que afecta al disco intervertebral, el disco
situado entre dos vértebras de la columna vertebral. Su forma más frecuente
es la discopatía degenerativa, proceso principalmente debido a la artrosis.
Se traduce por rigidez, sequedad, así como un aplastamiento progresivo del
disco, muy a menudo el que está situado en la unión lumbosacro, entre las
vértebras L5 y S1.
La discopatía es la enfermedad más frecuente de la columna vertebral.
Qué causa una discopatía
La discopatía se debe a un deterioro o a un desgaste progresivo de uno o
más discos intervertebrales unido a la artrosis. Esta última es una
enfermedad crónica que se manifiesta por dolores persistentes en las
articulaciones causada por el desgaste anormal del cartílago y del conjunto
de la articulación.
La discopatía puede ocurrir a cualquier edad, aunque el envejecimiento es
uno de los factores que la favorecen. Por lo general, la enfermedad se
produce a causa de microtraumatismos repetidos o un estrés físico pero
también puede deberse a anomalías congénitas. El desgaste del disco
intervertebral puede aparecer a cualquier nivel de la columna vertebral pero
es más frecuente en la parte inferior de la espalda, en las lumbares.  
Los síntomas de la discopatía
La discopatía se traduce en dolores en la nuca o en la espalda, dependiendo
de la parte afectada. Por lo general, las lumbalgias y los dolores en la parte
inferior de la espalda son los síntomas más frecuentes.
La evolución de la discopatía también puede provocar una compresión de las
raíces nerviosas, lo que provoca una disminución de la sensibilidad,
hormigueos, una sensación de debilidad e incluso dolor en las piernas.
También puede producir una rigidez en la columna vertebral, sobre todo
hacia el final del día.
¿Cuál es el tratamiento más eficaz?
El tratamiento consiste en aliviar los dolores con la ayuda
de analgésicos y antiinflamatorios. Con la misma finalidad, también se
pueden prescribir sesiones de rehabilitación por medio de la kinesioterapia.
Estos tratamientos combinados con el reposo permiten en la mayoría de los
casos aliviar progresivamente a los pacientes.
Aunque la discopatía es incurable, el mejor medio para prevenirla es
realizando el suficientedeporte, así como llevando un estilo de vida correcto
para asegurar una buena circulación sanguínea, así como una buena
musculatura de la espalda para garantizar una mejor sujeción. Por  otro lado,
perder peso puede ser necesario con el fin de aligerar la carga que
soportan las vértebras, en especial las de la parte inferior de la espalda.
Se puede considerar una intervención quirúrgicacuando los dolores son
importantes, cuando los tratamientos farmacológicos se vuelven ineficaces y
cuando la enfermedad provoca trastornos neurológicos como un déficit motor
o alteraciones sensoriales.
La diferencia entre una discopatía degenerativa y una hernia
Entre cada una de las vértebras existe una unión o articulación que se
denomina disco y cuando se produce un desgaste progresivo del mismo es a
lo que consideramos una discopatía degenerativa, porque viene dada por el
paso de los años. 
En un primer momento el disco se deshidrata para luego estrechar el espacio
existente entre dos vértebras. Su principal síntoma es el dolor que puede
aparecer de varias maneras, pero siempre alrededor de la zona afectada. Es
a lo que se denomina "dolor mecánico" y aumenta con el ejercicio y
disminuye descansando. 
Por su parte, una hernia (de disco) es cuando el contenido del disco se
desplaza fuera de entre las vértebras. Y a diferencia de las discopatías,
estas son más frecuentes en los jóvenes y si llega a comprimir un nervio
puede producir un fuerte dolor intenso radicular que llega hasta el pie y la
mano. 
De qué hablamos cuando decimos discopatía degenerativa lumbar
La discopatía degenerativa lumbar es una patología que se da con
frecuencia con un cuadro clínico que presenta mucho dolor en la zona de las
lumbares, ya sea con y sin ciática y es motivado por la pérdida de altura de
de uno o algunos discos intervertebrales. Esta, a diferencia de la discopatía
degenerativa, puede aparecer a cualquier edad, sobre todo a partir de los 20
años. 
¿Pero por qué se produce? Es la deshidratación progresiva de uno o varios
discos del segmento lumbar bajo lo que hace que se produzca un
acercamiento entre los cuerpos vertebrales, que se conoce como
“pinzamiento discal”, cuya consecuencia es que las articulaciones
vertebrales no trabajan de manera armónica, lo que lleva a un dolor lumbar o
ciático si hay alguna raíz del nervio atrapada. 
Los síntomas de la discopatía degenerativa lumbar cursa con lumbalgia
crónica y alguna crisis aguda, y el dolor va en aumento debido a la actividad
y al realizar hiperextensión. En determinados casos puede producirse un
dolor ciático. 
Su diagnóstico se realiza con lo que cuenta el paciente en un primer
momento, con radiografías y en algunos casos, con alguna resonancia
magnética, que muestra así el grado de deshidratación discal responsable
del pinzamiento. 
El tratamiento que se utiliza en una discopatía degenerativa lumbar es, sobre
todo, conservador, utilizando la rehabilitación, medicación de apoyo, perder
kilos si hace falta, una faja lumbar y ejercicio físico moderado, entre otras
medidas.
La palabra fibromialgia (FM) significa dolor en los músculos y en el
tejido fibroso (ligamentos y tendones). La fibromialgia se caracteriza por
dolor musculoesquelético generalizado y sensación dolorosa a la presión en
unos puntos específicos (puntos dolorosos). Este dolor se parece al originado
en las articulaciones, pero no es una enfermedad articular.
La fibromialgia es frecuente, la padece entre el 2% al 6% de la población,
sobre todo mujeres. Puede presentarse como única alteración (fibromialgia
primaria) o asociada a otras enfermedades (fibromialgia concomitante).
Síntomas
En términos generales podemos decir que la fibromialgia consiste en una
anomalía en la percepción del dolor, de manera que se perciben como
dolorosos, estímulos que habitualmente no lo son. Además de dolor, la
fibromialgia puede ocasionar rigidez generalizada, sobre todo al levantarse por
las mañanas, y sensación de inflamación mal delimitada en manos y pies.
También pueden notarse hormigueos poco definidos que afectan de forma
difusa sobre todo a las manos.
La persona que busca la ayuda del médico suele decir “me duele todo”, pero
otras veces es referido como quemazón, molestia o desazón. Con frecuencia el
dolor varía en relación con la hora del día, el nivel de actividad, los cambios
climáticos, la falta de sueño o el estrés.
Además del dolor, la fibromialgia ocasiona muchos otros síntomas: el 90% de
los pacientes tienen cansancio, el 70-80% trastornos del sueño y hasta un
25% ansiedad o depresión. También son muy frecuentes síntomas como mala
tolerancia al esfuerzo, sensación de rigidez generalizada (sobre todo al
levantarse por las mañanas), sensación de inflamación mal delimitada en
manos y pies, hormigueos que afectan de forma difusa sobre a las manos,
jaquecas, dolores en la menstruación, colon irritable, sequedad en la boca y los
ojos.
Causas
No se conoce la causa de esta alteración, pero se piensa que hay muchos
factores implicados. Hay personas que desarrollan la enfermedad sin causa
aparente y en otras comienza después de procesos identificables como puede
ser una infección bacteriana o viral, un accidente de automóvil o en otros
casos aparece después de que otra enfermedad conocida limite la calidad de
vida (artritis reumatoide, lupus eritematoso, etc.).
Estos agentes desencadenantes no parecen causar la enfermedad, sino que lo
que probablemente hacen es despertarla en una persona que ya tiene una
anomalía oculta en la regulación de su capacidad de respuesta a determinados
estímulos.
Diagnóstico
La fibromialgia se reconoce como un síndrome, lo que significa que el
reumatólogo la identifica cuando encuentra en una persona determinada unas
alteraciones que concuerdan con las que han sido previamente fijadas por
expertos para su diagnóstico.
Es muy importante establecer un diagnóstico firme porque ahorra una
peregrinación en busca de diagnósticos o tratamientos, mejora la ansiedad que
produce encontrarse mal sin saber por qué y permite fijar objetivos realistas.
Tratamiento
La enfermedad no tiene curación definitiva. El objetivo del tratamiento es
mejorar el dolor y tratar los síntomas acompañantes, para conseguir una gran
mejoría en la calidad de vida de estos pacientes.
Es importante conocer la naturaleza de la enfermedad y cuales son los factores
desencadenantes de brotes, realizar tratamiento de las alteraciones
psicológicas asociadas si las hay (ansiedad y depresión) y ejercicio físico
suave diariamen
te.
Es importante establecer las mejores condiciones para un sueño reparador.
Tener una cama no excesivamente blanda ni excesivamente dura, así como
una almohada baja. Evitar la ingesta de sustancias y bebidas estimulantes, las
temperaturas extremas y los ruidos y luces.
Los analgésicos disminuyen de manera parcial el dolor y sólo los debe tomar
si su médico se lo indica. Otros grupos de medicamentos utilizados son los
relajantes musculares que deben tomarse en tandas cortas y algunos fármacos
antidepresivos que aumentan los niveles de serotonina y que mejoran los
síntomas de la fibromialgia, pero todos ellos deben suministrarse bajo
prescripción médica.
Evolución 
A pesar de tener un carácter benigno porque no produce secuelas físicas (no
destruye las articulaciones, no ocasiona lesiones irreversibles ni
deformidades) ni influye en la supervivencia del paciente, el impacto que
origina en la calidad de vida de quien la padece es muy variable de unas
personas a otras pudiendo ser limitante.

El síndrome miofascial es un cuadro de dolor regional de origen


muscular, localizado en un músculo o grupo muscular, que consta de una
banda tensa, aumentada de consistencia, dolorosa, identificable por
palpación y en cuyo seno se encuentra el punto gatillo (PG) y dolor
referido a distancia, espontáneamente o a la presión digital.
Las causas están relacionadas con factores biomecánicos de sobrecarga o
sobreutilización muscular o microtraumatismos repetitivos. No se conoce
la fisiopatología, pero parece deberse a una disfunción de la placa motora
por liberación excesiva de acetilcolina.
En el diagnóstico es fundamental la historia clínica, la exploración física
y un adecuado aprendizaje del examen muscular de los PG.
El tratamiento requiere un abordaje multidimensional. Eliminar los
factores perpetuadores, educar al paciente y proporcionarle un programa
de ejercicios domiciliarios. La fisioterapia, la farmacoterapia y diversos
tratamientos conductuales se emplean de forma individualizada. En los
casos refractarios, la infiltración de los PG (punción seca, anestésicos
locales, corticoides o toxina botulínica), realizada por un médico
experimentado, es eficaz.
Descripción general

El síndrome de dolor miofascial es un trastorno por dolor crónico. Con esta


afección, la presión ejercida en los puntos sensibles de los músculos (puntos
desencadenantes del dolor) provoca dolor en el músculo y, a veces, en partes del
cuerpo que, aparentemente, no están conectadas. Esto se denomina «dolor
diferido».

Por lo general, este síndrome se produce después de que un músculo se ha


contraído de forma reiterada. Esto puede ser a causa de movimientos repetitivos
en el trabajo o por algún pasatiempo o tensión muscular relativa al estrés.

Aunque casi todo el mundo haya sentido dolor por tensión muscular, la
incomodidad asociada al síndrome de dolor miofascial persiste o empeora. Las
opciones de tratamiento son la fisioterapia y las inyecciones en el punto
desencadenante del dolor. Los analgésicos y las técnicas de relajación también
pueden ayudar.

Síntomas

Los signos y síntomas del síndrome de dolor miofascial comprenden los


siguientes:

 Dolor muscular intenso y profundo

 Dolor que persiste o empeora

 Nudos de contracción en un músculo


 Dificultad para dormir a causa del dolor

Cuándo consultar al médico

Pide una consulta con el médico si tienes dolor muscular persistente.


Prácticamente todas las personas sienten dolor muscular de vez en cuando. Pero
si el dolor muscular persiste a pesar del descanso, los masajes y otras medidas de
cuidado personal, pide una consulta con el médico.

Causas

Después de una lesión o de un uso excesivo, pueden formarse partes sensibles


de tensas fibras musculares. A estas partes sensibles se les da el nombre de
«puntos dolorosos». El punto doloroso en el músculo puede provocar tensión y
dolor en todo el músculo. Cuando este dolor persiste y empeora, los médicos le
dan el nombre de «síndrome de dolor miofascial».

Factores de riesgo

Un estímulo, como la rigidez muscular, que activa los puntos desencadenantes del
dolor en los músculos, provoca el síndrome de dolor miofascial. Los factores que
pueden aumentar el riesgo de tener puntos desencadenantes del dolor en los
músculos comprenden los siguientes:

 Lesiones musculares. Una lesión muscular aguda o la tensión muscular


continua pueden hacer que se formen puntos desencadenantes del dolor. Por
ejemplo, un punto en un músculo tensionado o cerca de este puede
convertirse en un punto desencadenante del dolor. Los movimientos
repetitivos y una mala postura también pueden aumentar el riesgo.

 Estrés o ansiedad. Las personas que presentan estrés y ansiedad


frecuentes pueden tener más probabilidades de que se formen puntos
desencadenantes del dolor en los músculos. Una teoría sostiene que estas
personas pueden tener más posibilidades de apretar sus músculos, una
tensión repetida que deja a los músculos sensibles a los puntos
desencadenantes del dolor.

Complicaciones
Las complicaciones asociadas con el síndrome de dolor miofascial son las
siguientes:

 Problemas de sueño. Los signos y síntomas del síndrome de dolor


miofascial pueden hacer que sea difícil dormir de noche. Es posible que te
resulte complicado encontrar una posición cómoda para dormir. Y si te
mueves de noche, es posible que toques un punto doloroso y te despiertes.

 Fibromialgia. Algunas investigaciones indican que el síndrome de dolor


miofascial puede evolucionar en fibromialgia en algunas personas. La
fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza por el dolor
generalizado. Se cree que el cerebro de las personas que padecen
fibromialgia se vuelve más sensible a las señales de dolor con el paso del
tiempo. Algunos médicos creen que el síndrome de dolor miofascial puede
tener un papel preponderante en el comienzo del proceso

Diagnóstico

Durante la exploración física, el médico puede aplicar presión suave con los dedos
en la zona dolorida, para buscar los puntos de tensión. Ciertas formas de presión
en el punto doloroso pueden provocar determinadas respuestas. Por ejemplo, es
posible que sientas una contracción muscular.

El dolor muscular tiene muchas causas posibles. El médico puede recomendar


que te hagas otros análisis y procedimientos para descartar otras causas del dolor
muscular.

Tratamiento

En los casos típicos, el tratamiento del síndrome de dolor miofascial comprende


medicamentos, inyecciones en el punto desencadenante del dolor o fisioterapia.
No existe evidencia concluyente en sustento del uso de un tratamiento antes que
otro, pero el ejercicio se considera un componente importante de cualquier
programa de tratamiento. Habla con el médico acerca de tus opciones y de tus
preferencias de tratamiento. Puedes necesitar probar más de un enfoque para
encontrar el alivio del dolor.
Medicamentos

Entre los medicamentos que se utilizan para el síndrome de dolor miofascial se


encuentran los siguientes:

Analgésicos. Los analgésicos de venta libre, como ibuprofeno (Advil,


Motrin IB, otros) y naproxeno sódico (Aleve) pueden ser de ayuda en algunos
casos. O bien, el médico puede recetarte analgésicos más fuertes. Algunos
están disponibles en forma de parches que se colocan sobre la piel.

Antidepresivos. Existen numerosos tipos de antidepresivos que pueden


ayudar a aliviar el dolor. En los casos de ciertas personas con el síndrome de
dolor miofascial, la amitriptilina parece aliviar el dolor y mejorar el sueño.

 Sedantes. El clonazepam (Klonopin) ayuda a tratar la ansiedad y el sueño


deficiente que a veces aparecen con el síndrome de dolor miofascial. Debe
utilizarse con precaución, ya que provoca sueño y puede generar
dependencia.

Terapia

El fisioterapeuta puede establecer un plan para ayudar a aliviar el dolor en función


de los signos y síntomas que presentes. La fisioterapia para aliviar el síndrome de
dolor miofascial puede comprender:

Estiramientos. El fisioterapeuta puede recomendarte ejercicios suaves de


estiramiento para ayudar a aliviar el dolor del músculo afectado. Si sientes
dolor en el punto desencadenante al estirar, el fisioterapeuta puede aplicarte
una solución anestésica sobre la piel.

 Entrenamiento postural. Mejorar la postura puede ayudar a aliviar el dolor


miofascial, especialmente, en el cuello. Ejercitar y reforzar los músculos que
rodean el punto desencadenante te ayudará a no exigir en exceso un
determinado músculo.

 Masajes. El fisioterapeuta puede masajear el músculo afectado para ayudar


a reducir el dolor. El fisioterapeuta puede utilizar sus manos para masajear a
lo largo del músculo o aplicar presión sobre zonas específicas del músculo
para aliviar la tensión.
Calor. Aplicar calor por medio de una almohadilla o con una ducha caliente
puede ayudar a aliviar la tensión muscular y a reducir el dolor.

 Ecografía. Este tipo de tratamiento utiliza ondas sonoras para aumentar la


circulación sanguínea y el calor moderado, lo que puede promover la
curación de los músculos afectados por el síndrome de dolor miofascial.

Procedimientos con agujas

Inyectar un anestésico o un esteroide en el punto desencadenante puede ayudar a


aliviar el dolor. En algunos casos, el solo acto de insertar la aguja en el punto
desencadenante ayuda a aflojar la tensión muscular. Esta técnica, que se conoce
con el nombre de «punción seca», supone insertar una aguja en distintos lugares
que rodean al punto desencadenante. La acupuntura también puede ser de ayuda
para algunas personas con el síndrome de dolor miofascial.

El síndrome de dolor regional complejo


Es una afección de dolor crónico. Provoca dolor intenso, por lo general en los
brazos, las manos, las piernas y los pies. Puede ocurrir después de una lesión
en un nervio o en el tejido de un área afectada. Es posible que el reposo y el
tiempo solamente lo empeoren.
Los síntomas en el área afectada son:
 Cambios extremos en la temperatura, textura y color de la piel
 Dolor candente
 Mayor sensibilidad de la piel
 Inflamación y rigidez en las articulaciones afectadas
 Disminución de la capacidad para mover la parte del cuerpo afectada
La causa del síndrome de dolor regional complejo se desconoce. No hay un
examen de diagnóstico específico. Su doctor diagnosticará el síndrome
basándose en sus síntomas.
No existe una cura. Puede empeorar con el tiempo y diseminarse a otras partes
del cuerpo. En ocasiones, los síntomas desaparecen temporal o
definitivamente. El tratamiento se enfoca en el alivio del dolor y puede incluir
medicinas, fisioterapia y bloqueos nerviosos
El síndrome de dolor regional complejo es una forma de dolor crónico
que afecta, por lo general, a un brazo o a una pierna. Este síndrome suele
manifestarse después de una lesión, de una cirugía, de un accidente
cerebrovascular o de un ataque cardíaco. El dolor es desmesurado para la
gravedad de la lesión inicial.
El síndrome de dolor regional complejo es poco frecuente y su causa no es clara.
El tratamiento es más eficaz cuando se inicia en las primeras etapas. En esos
casos, la mejoría e incluso la remisión son posibles.
Productos y servicios
 Libro: Mayo Clinic Guide to Pain Relief (Guía de Mayo Clinic para aliviar el dolor)
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Síntomas
Los signos y síntomas del síndrome de dolor regional complejo comprenden los
siguientes:
 Dolor ardiente o pulsátil continuo, por lo general, en el brazo, la pierna, la mano o
el pie

 Sensibilidad al tacto o al frío

 Inflamación de la zona dolorida

 Cambios en la temperatura de la piel (entre sudorosa y fría)

 Cambios en el color de la piel, que abarca de blanca y moteada a roja o azul

 Cambios en la textura de la piel, que puede volverse sensible, delgada o brillosa


en la zona afectada

 Cambios en el crecimiento del cabello y de las uñas

 Rigidez, inflamación y daño articulares

 Espasmos, temblores, debilidad y disminución musculares (atrofia)

 Limitación para mover la parte del cuerpo afectada

Los síntomas pueden cambiar con el paso del tiempo y variar según la persona.
Primero suele haber dolor, hinchazón, enrojecimiento, cambios notables de la
temperatura e hipersensibilidad (especialmente al frío y al tacto).
Con el transcurso del tiempo, la extremidad afectada puede ponerse fría y pálida.
Esta puede manifestar cambios en la piel y en las uñas, así como espasmos y
endurecimiento musculares. Una vez que suceden estos cambios, la afección a
menudo es irreversible.
En ocasiones, el síndrome de dolor regional complejo puede extenderse desde el
origen a cualquier otra parte del cuerpo, por ejemplo, al miembro opuesto.
En algunas personas, los signos y síntomas del síndrome de dolor regional
complejo desaparecen por sí solos. En otras, los signos y síntomas persisten
durante meses a años. El tratamiento puede ser más eficaz si se inicia al principio
de la enfermedad.
Cuándo consultar al médico
Si experimentas un dolor intenso y constante en un miembro que hace que tocarlo
o moverlo parezca intolerable, consulta con el médico para que determine la
causa. Es importante tratar el síndrome de dolor regional complejo en forma
precoz.
Solicite una Consulta en Mayo Clinic

Causas
La causa del síndrome de dolor regional complejo no es del todo evidente. Se cree
que se debe a una lesión o anomalía en el sistema nervioso central y en el
periférico. El síndrome de dolor regional complejo suele producirse como
consecuencia de un traumatismo o de una lesión.
Existen dos tipos de síndrome de dolor regional complejo, con signos y síntomas
parecidos, pero con diferentes causas:
 Tipo 1. También conocido como «síndrome de distrofia simpática refleja», este tipo
se manifiesta después de una enfermedad o de una lesión que no dañó
directamente los nervios del miembro afectado. Cerca del 90 por ciento de las
personas con síndrome de dolor regional complejo padece el tipo 1.

 Tipo 2. Este tipo, que solía denominarse «causalgia», presenta síntomas similares


al tipo 1. Sin embargo, el síndrome de dolor regional complejo de tipo 2 se produce
después de una lesión nerviosa distinta.

Muchos casos de síndrome de dolor regional complejo suceden después de un


traumatismo violento en un brazo o en una pierna. Esto puede comprender una
lesión por aplastamiento, una fractura o una amputación.
Otros traumatismos importantes y menores, como una cirugía, ataques cardíacos,
infecciones e incluso un esguince de tobillo, también pueden provocar el síndrome
de dolor regional complejo.
No se conoce bien por qué estas lesiones pueden desencadenar el síndrome de
dolor regional complejo. No todas las personas que sufren este tipo de lesiones
padecerán el síndrome de dolor regional complejo. Este podría deberse a una
interacción disfuncional entre el sistema nervioso central y el periférico, y a
respuestas inflamatorias deficientes.
Complicaciones
Si el síndrome de dolor regional complejo no se diagnostica ni se trata a tiempo, la
enfermedad puede evolucionar y provocar signos y síntomas más incapacitantes.
Estos pueden ser los siguientes:
 Desgaste del tejido (atrofia). Si evitas mover un brazo o una pierna a causa del
dolor o si te cuesta mover una extremidad debido a la rigidez, la piel, los huesos y
los músculos pueden comenzar a deteriorarse y debilitarse.

 Endurecimiento muscular (contractura). También puedes experimentar


endurecimiento muscular. Esto puede causar una afección en la que las manos y los
dedos de las manos, o los pies y los dedos de los pies, se contraen en una posición
fija.

Prevención
Los siguientes pasos pueden ayudarte a reducir el riesgo de padecer el síndrome
de dolor regional complejo:
 Tomar vitamina C después de una fractura de muñeca. Los estudios han
demostrado que las personas que tomaron una dosis mínima diaria de
500 miligramos (mg) de vitamina C después de una fractura de muñeca tuvieron un
menor riesgo de síndrome de dolor regional complejo en comparación con las que
no tomaron vitamina C.

 Movilización temprana después de un accidente cerebrovascular. Algunas


investigaciones sugieren que las personas que se levantan de la cama y caminan
poco después de un accidente cerebrovascular (movilización temprana) disminuyen
el riesgo de síndrome de dolor regional complejo

Diagnóstico
El diagnóstico del síndrome de dolor regional complejo se basa en una exploración
física y en tu historia clínica. No hay una sola prueba que pueda diagnosticar
definitivamente el síndrome de dolor regional complejo, pero estos procedimientos
pueden aportar indicios importantes:
 Gammagrafía ósea. Este procedimiento podría ayudar a detectar alteraciones
óseas. Una sustancia radioactiva que se inyecta en una vena permite ver los huesos
con una cámara especial.
 Pruebas del sistema nervioso simpático. Estas pruebas buscan detectar
alteraciones en el sistema nervioso simpático. Por ejemplo, la termografía
mide la temperatura de la piel y el flujo sanguíneo en las extremidades
afectadas y no afectadas.
Otras pruebas pueden medir la cantidad de transpiración en ambas
extremidades. Los resultados desiguales pueden indicar la presencia del
síndrome de dolor regional complejo.
 Radiografías. La pérdida de minerales en los huesos puede verse en una
radiografía en estadios más avanzadas de la enfermedad.

 Imágenes por resonancia magnética (RM). Las imágenes captadas por una


resonancia magnética pueden mostrar diferentes cambios en los tejidos.

 Gammagrafía ósea

 Radiografía

 Resonancia magnética
Tratamiento
Hay evidencia de que un tratamiento temprano, dentro de los primeros meses en
que aparecen los síntomas, podría ayudar a aliviar los síntomas del síndrome de
dolor regional complejo. A menudo, es necesario combinar diferentes tratamientos
adaptados a tu caso específico. Estas son algunas opciones de tratamiento:
Medicamentos
Los médicos utilizan distintos medicamentos para tratar los síntomas del síndrome
de dolor regional complejo.
 Analgésicos. Los analgésicos de venta libre, como aspirina, ibuprofeno
(Advil, Motrin IB u otros) y naproxeno sódico (Aleve), podrían aliviar el dolor y
la inflamación.
El médico puede recetarte analgésicos más fuertes si los medicamentos de
venta libre no son de ayuda. Los medicamentos opioides podrían ser una
opción. Si se toman en dosis adecuadas, pueden ayudar a controlar el dolor.
 Medicamentos antidepresivos y anticonvulsivos. A veces, los antidepresivos —
como amitriptilina— y los anticonvulsivos —como gabapentina (Neurontin)— se
utilizan para tratar el dolor que se origina en un nervio lesionado (dolor neuropático).

 Corticosteroides. Los esteroides, como la prednisona, pueden reducir la


inflamación y mejorar la movilidad en la extremidad afectada.
 Medicamentos contra la disminución de la masa ósea. El médico puede sugerirte
medicamentos para prevenir o detener la disminución de la masa ósea, como el
alendronato (Fosamax) y la calcitonina (Miacalcin).

 Medicamentos contra el bloqueo de los nervios simpáticos. La inyección de un


anestésico para bloquear las fibras de dolor en los nervios afectados puede aliviar el
dolor en algunas personas.

 Ketamina intravenosa. Algunos estudios demuestran que las dosis bajas de


ketamina intravenosa, un anestésico fuerte, pueden aliviar el dolor de manera
considerable. Sin embargo, a pesar del alivio del dolor, no se observó mejoría en la
función.

Terapias
 Terapia de calor. Aplicar calor puede aliviar la hinchazón y la molestia en la piel
que se siente fría.

 Analgésicos tópicos. Existen distintos tratamientos tópicos que pueden reducir la


hipersensibilidad, como la capsaicina en crema de venta libre o la crema, o los
parches, de lidocaína (Lidoderm, LMX 4, LMX 5).

 Fisioterapia. El ejercicio suave y guiado para las extremidades afectadas podría


ayudar a disminuir el dolor y mejorar la amplitud de movimiento y la fuerza. Cuanto
antes se diagnostique la enfermedad, más eficaces podrían ser los ejercicios.

 Terapia con espejo. En este tipo de terapia se usa un espejo para ayudar a
engañar el cerebro. Sentado delante de un espejo o de una caja espejo, mueves la
extremidad sana de modo que el cerebro la perciba como la extremidad con el
síndrome de dolor regional complejo. En las investigaciones se demuestra que este
tipo de terapia podría ayudar a mejorar la función y reducir el dolor en las personas
con síndrome de dolor regional complejo.

 Neuroestimulación eléctrica transcutánea. El dolor crónico, a veces, se puede


aliviar si se aplican impulsos eléctricos a las terminaciones nerviosas.

 Biorretroalimentación. En algunos casos, podría ser útil aprender técnicas de


biorretroalimentación. En la biorretroalimentación, aprendes a tomar mayor
conciencia de tu cuerpo para que puedas relajarte y aliviar el dolor.

 Estimulación de la médula espinal. El médico inserta electrodos diminutos a lo


largo de la médula espinal. Una pequeña corriente eléctrica dirigida a la médula
espinal provoca el alivio del dolor.
 Bombas para infusión intratecal de medicamentos. En esta terapia, los
medicamentos que alivian el dolor se bombean hacia el líquido cefalorraquídeo,
adentro de la médula espinal.

Es posible que reaparezca el síndrome de dolor regional complejo, a veces,


debido a un desencadenante, como la exposición al frío o a un factor de estrés
emocional intenso. Las reapariciones pueden tratarse con pequeñas dosis de
antidepresivos u otro medicamento.
El dolor neuropático aparece por la lesión y/o el
funcionamiento anormal del sistema nervioso que comienza a
interpretar estímulos sensoriales normales (de temperatura, tacto…)
como si fueran sensaciones muy dolorosas. En estos casos el dolor
pierde su sentido protector y de alerta y es el propio sistema
nervioso el que «se engaña» a si mismo…

¿Qué es el dolor neuropático?


El término de «dolor neuropático» se adoptó para dar nombre
al dolor generado en el sistema nervioso central (cerebro y médula
espinal) o en periférico (nervios, plexos y terminaciones nerviosas
microscópicas) que aparece sin necesidad de que exista realmente
una amenaza… No tiene ninguna utilidad: no nos protege. Es una
enfermedad del sistema nervioso…

¿Por qué aparece el dolor


neuropático?
El dolor neuropático aparece como consecuencia
del funcionamiento anómalo del sistema que conduce y analiza los
estímulos externos dolorosos (nociceptivos) que nos alertan,
protegen, defienden de un daño ante un golpe, una quemadura…
En condiciones normales estos estímulos nocivos son solo señal de
alarma…
En la clínica lo que notamos será un dolor que describimos como
eléctrico, quemante, hormigueante, frialdad, pinchitos… o bien
sensación de acorchamiento, pesadez excesiva de la zona…
Si quieres saber más acerca del dolor neuropático acércate a leer el
artículo publicado por la doctora Eugènia Miranda pinchando este
enlace.

¿Cuáles son los síntomas del dolor


neuropático?
Se presenta de muchas maneras; las personas que lo sufren hablan
frecuentemente de sensaciones de quemazón (dolor quemante) o
frío intenso, escozor, hormigueo como de una descarga eléctrica,
adormecimiento, acorchamiento, pesadez excesiva e incluso falta
de sensibilidad de la zona afectada… O por el contrario se produce
una hipersensibilidad que desata la aparición del dolor ante el
menor roce -alodinia- o la llamada «hiperalgesia» cuando sentimos
un dolor brutal con un pinchacito: estímulos que  para otras
personas son normales y no llegan ni a molestar y que para estos
pacientes son insoportables…
Cuando aparecen los síntomas de hiperalgesia los
especialistas sabemos que ya se ha producido una afectación de los
circuitos neuronales de la médula espinal (sensibilización central)
que predicen una mayor dificultad en el tratamiento y control del
dolor.
La radiculopatía por compresión de nervios periféricos a su salida
de la columna vertebral (estenosis de canal lumbar, la ciática o
la cervicobraquialgia), el síndrome de dolor regional complejo (antes
causalgia o distrofia de Sudeck), la poli neuropatía diabética
asociada a la diabetes, la neuralgia post herpética, post
mastectomía o la neuralgia del trigémino son manifestaciones
frecuentes de dolor neuropático.
También tienen origen neuropático la plexopatia por arrancamiento
(accidentes de trafico), el dolor postamputacion (dolor de miembro
fantasma), la neuralgia intercostal postoracotomía, la neuralgia
posthernioplastia, el síndrome postlaminectomía o el atrapamientos
de nervios periféricos (síndrome del túnel del carpo).
En ocasiones el dolor neuropático está asociado a enfermedades
como el cáncer, accidentes cardiovasculares, ictus cerebral (dolor
talámico)… En otras su origen no es tan claro lo que dificulta su
diagnóstico y tratamiento.

Diagnóstico del dolor neuropático


No es fácil su diagnóstico y su control se hace más complejo cuanto
más tiempo se padece… Si tienes la sospecha de estar sufriendo un
dolor neuropático lo más recomendable es te pongas en contacto
con tu médico de atención primaria o especialista y si ellos no
fueran capaces de controlarlo, acude a tu Unidad del Dolor de
referencia.

Tratamientos del dolor neuropático


Aunque no en todos los casos es posible llegar a aliviarlo
eficazmente, en las Unidades del dolor disponemos de tratamientos
avanzados para el control de sus síntomas; como te estarás dando
cuenta solo hablamos de «tratar el dolor»: la causa del dolor
neuropático unas veces es tratable y en otras ocasiones no… Con
los tratamientos buscamos mejorar al menos tu calidad de vida
reduciendo la intensidad del dolor y mejorando tu descanso
nocturno. Esto te permitirá retomar al menos parcialmente tu día a
día.
Desde las Unidades del dolor se suelen ofrecer tratamientos
farmacológicos avanzados que han demostrado una mayor
eficacia frente al dolor neuropático como…
 Los antidepresivos Tricíclicos como la AMITRIPTILINA o la
NORTRIPTILINA
 Antidepresivos Inhibidores de recaptacion de NA y SER:
DULOXETINA, VENLAFAXINA.
 Fármacos Antiepilépticos: GABAPENTINA, PREGABALINA,
TOPIRAMATO, CARBAMACEPINA.
 Opioides Menores: TRAMADOL
 Opioides Mayores: OXICODONA, TAPENTADOL.
 Anestesicos Locales: LIDOCAINA TÓPICA EN PARCHES
TRANSDÉRMICOS.
Otra de las vías de tratamiento en estudio para el dolor neuropático
es la utilización de la capsaicina bien en crema o en parches en
combinación con los tratamientos farmacológicos y
quirúrgicos ofrecidos en las Unidades de dolor.
Los planes de tratamiento farmacológicos están previstos a largo
plazo: no vale con que sigas tu tratamiento solo cuando «te duele
más»…  están pensados para actuar también de manera preventiva
además de para evitar o reducir la intensidad del dolor… Y es
especialmente importante que si aparecen efectos adversos o no
toleras bien tu medicación, busques con tus médicos una terapia
alternativa mejor… es muy mala opción dejar la medicación sin
más…
El dolor neuropático es crónico y puede acompañarte durante
mucho tiempo
Tus médicos también pueden proponerte la realización de algún
procedimiento quirúrgico (técnicas intervencionistas
moduladoras contra el dolor) como los bloqueos nerviosos,
epidurales transforaminales, interlaminares, caudales, epidurolis,
simpatectomías, bloqueos nerviosos por
radiofrecuencia pulsada y convencional …
Es recomendable además que realices ejercicio físico… En general
el dolor neuropático es continuo y está con nosotros hagamos lo
que hagamos… pero suele percibirse con más intensidad cuanto
menos activos estamos… así que dentro de nuestras posibilidades,
es muy recomendable realizar ejercicio físico mejor con supervisión
médica de tu médico rehabilitador o tu fisioterapeuta.
También es recomendable el apoyo psicológico con la ayuda de
un profesional especializado.
Siguiendo este enlace podrás ver el coloquio sobre dolor
neuropático emitido en el programa de Para Todos La 2 de
RTVE en el que participaron el doctor Luis Alfonso Moreno, médico
anestesiólogo de la Unidad del Dolor del Hospital Clínic de
Barcelona; María Victoria Ribera, jefa de la Unidad del Dolor del
Hospital del Vall d’Hebron de Barcelona y coordinadora del grupo de
Dolor Neuropático de la Sociedad Española del Dolor; y Jordi
Montero, neurólogo y neurofisiólogo clínico del Hospital de Bellvitge,
en Hospitales de Llobregat, y miembro del grupo de Dolor
Neuropático de la Sociedad Española de Neurología.
Artritis reumatoidea
       

La artritis reumatoidea (AR) es una enfermedad que lleva a la inflamación de las articulaciones
y tejidos circundantes. Es una enfermedad prolongada. También puede afectar otros órganos.
Causas
La causa de la AR no se conoce. Se trata de una enfermedad autoinmunitaria. Esto significa
que el sistema inmunitario del cuerpo ataca por error al tejido sano.
La AR se puede presentar a cualquier edad, pero es más común en la mediana edad. Las
mujeres tienen AR con mayor frecuencia que los hombres.
La infección, los genes y los cambios hormonales pueden estar vinculados a la enfermedad.
El tabaquismo también puede estar asociado con la AR.
Es mucho menos común que la osteoartritis (OA). La OA es una afección que sucede en
muchas personas debido al desgaste en las articulaciones a medida que se envejece.

Distrofia muscular

Es un grupo de trastornos hereditarios que provocan debilidad muscular y


pérdida del tejido muscular, las cuales empeoran con el tiempo.
Causas
Las distrofias musculares (DM) son un grupo de afecciones hereditarias, lo
cual significa que se transmiten de padres a hijos. Pueden presentarse en la
niñez o en la adultez. Hay muchos tipos diferentes de distrofia muscular que
abarcan:
Distrofia muscular de Becker
 Distrofia muscular de Duchenne
 Distrofia muscular de Emery-Dreifuss
 Distrofia muscular facioescapulohumeral
 Distrofia muscular de la cintura escapulohumeral o pélvica
 Distrofia muscular oculofaríngea
 Distrofia muscular miotónic

Artritis reumatoidea
       

La artritis reumatoidea (AR) es una enfermedad que lleva a la inflamación de las articulaciones
y tejidos circundantes. Es una enfermedad prolongada. También puede afectar otros órganos.
Causas
La causa de la AR no se conoce. Se trata de una enfermedad autoinmunitaria. Esto significa
que el sistema inmunitario del cuerpo ataca por error al tejido sano.
La AR se puede presentar a cualquier edad, pero es más común en la mediana edad. Las
mujeres tienen AR con mayor frecuencia que los hombres.
La infección, los genes y los cambios hormonales pueden estar vinculados a la enfermedad.
El tabaquismo también puede estar asociado con la AR.
Es mucho menos común que la osteoartritis (OA). La OA es una afección que sucede en
muchas personas debido al desgaste en las articulaciones a medida que se envejece.

Distrofia muscular

Es un grupo de trastornos hereditarios que provocan debilidad muscular y


pérdida del tejido muscular, las cuales empeoran con el tiempo.
Causas
Las distrofias musculares (DM) son un grupo de afecciones hereditarias, lo
cual significa que se transmiten de padres a hijos. Pueden presentarse en la
niñez o en la adultez. Hay muchos tipos diferentes de distrofia muscular que
abarcan:
Distrofia muscular de Becker
 Distrofia muscular de Duchenne
 Distrofia muscular de Emery-Dreifuss
 Distrofia muscular facioescapulohumeral
 Distrofia muscular de la cintura escapulohumeral o pélvica
 Distrofia muscular oculofaríngea
 Distrofia muscular miotónic
La espondiloartrosis es un tipo de artrosis que afecta a la columna vertebral, en la que las
vértebras, los discos y el cartílago se deterioran. Al deteriorarse el cartílago, las vertebras y
los discos quedan desprotegidos y pueden rozarse. Esto provoca fuertes dolores de espalda
y rigidez. Ese dolor puede extenderse hasta las articulaciones y provocar hormigueo y
entumecimiento. ¿Las causas? El principal factor desencadenante es la edad, pero también
puede aparecer por una sobrecarga excesiva de la zona (por mala postura laboral o por
obesidad) o por tener una lesión en la espalda (como una alteración del cartílago o una
hernia discal).
Cualquiera de estas causas puede provocar que una persona sufra espondiloartrosis. Y eso
puede desencadenar espolones óseos, que pueden pellizcar la médula y raíces nerviosas,
degeneración de los discos, hernias, artrosis de las articulaciones y rigidez en los
ligamentos. Además puede llevar asociada el padecer esclerosis artrósica o esclerosis
subcondral. Esta dolencia supone un aumento de la densidad ósea en alguna zona de la
columna, que produce roces, inflamación y más dolor. Si no se lleva a cabo un
correcto tratamiento de la espondiloartrosis, la esclerosis artrósica sigue su curso y ese
aumento de la densidad ósea puede bloquear e inmovilizar totalmente la columna.
Por ello es importante detectar la enfermedad a tiempo y aplicar un tratamiento para
la espondiloartrosis dirigido a aliviar el dolor y aumentar la capacidad para funcionar de la
columna vertebral. Fortalecer los músculos de la espalda y el abdomen, minimizar la rigidez y
mejorar la flexibilidad son los tres objetivos básicos del tratamiento. Además es importante
seguir los siguientes consejos:
 Realizar ejercicios de fortalecimiento, aeróbicos y de flexibilidad.
 Perder peso y llevar un estilo de vida saludable.
 No estar mucho tiempo de pie o sentado.
 Utilizar sillas con respaldo y evitar posturas inadecuadas.
 Evitar esfuerzos y no cargar peso.
Además, dentro del tratamiento para la espondiloartrosis el especialista puede recomendarte
el uso de productos ortopédicos para mejorar la postura de la espalda y aliviar los síntomas
de esta dolencia. Las ortesis ayudan a descargar la presión de la columna vertebral al
trasladarla al abdomen, con lo que se evita el dolor de espalda que provoca
la espondioartrosis. Además, al limitar la movilidad se corrigen posturas inadecuadas.
Orliman cuenta con la línea Jewett indicada, entre otras dolencias
para espondiloartrosis asociada o no a una esclerosis artrósica. Jewett cuenta con varios
modelos: el marco de hiper-extensión y el marco de hiper-extensión con apoyo púbico (que
pueden ser articulados). Ambos modelos cuentan con un sistema de regulación de la
inclinación del apoyo pectoral, para mejorar la movilidad del paciente. Además la banda
pélvica puede dejarse fija o basculante, según las distintas posiciones que se quieran
adoptar. Este producto de Orliman es ligero, cómodo y se adapta a las necesidades del
paciente. Se puede utilizar para realizar tareas domésticas o en el trabajo, pero es
conveniente usarla siguiendo los consejos del médico, para evitar atrofias de la musculatura.
La mayoría de los pacientes afectados por la espondiloartrosis responden favorablemente a
el tratamiento de fisioterapia y al uso de órtesis como las de Orliman. Sin embargo, si la
degeneración de los discos de la columna está muy avanzada puede ser necesario recurrir a
la cirugía, sobre todo para aliviar la presión de los nervios afectados, corregir la deformidad o
para reemplazar alguna vértebra.
Quién puede sufrir de espondiloartrosis lumbar?
 
En general, la osteoartritis ocurre a medida que las personas envejecen. Las personas más
jóvenes pueden contraerla por varias causas diferentes:
o Lesión o traumatismo en una articulación.
o Un defecto genético que involucra el cartílago.
Para las personas menores de 45 años, la osteoartritis es más común entre los hombres.
Después de los 45 años, la osteoartritis es más común entre las mujeres. La osteoartritis ocurre
con más frecuencia entre las personas que tienen sobrepeso. También ocurre con más
frecuencia en aquellos que tienen trabajos que ponen tensión repetitiva en ciertas
articulaciones.
 
Sintomas de la espondiloartrosis lumbar:
 
o Dolor. La articulación puede doler durante o después del movimiento.
o Sensibilidad. La articulación se puede sentir sensible cuando se le aplica una ligera
presión.
o Rigidez. La rigidez articular puede ser más notoria cuando usted se despierta en la
mañana o después de un período de inactividad.
o Pérdida de flexibilidad. Es posible que no pueda mover la articulación a través de toda
su amplitud de movimiento.
o Sensación chirrido. Es posible que escuche o sienta una sensación chirriante al usar la
articulación.
o Espolones óseos. Estos pedazos adicionales de hueso, que se sienten como bultos
duros, se pueden formar alrededor de la articulación afectada.
 
Causas de la espondiloartrosis en la espalda:
 
La osteoartritis ocurre cuando el cartílago que amortigua los extremos de los huesos de las
articulaciones se deteriora gradualmente.
El cartílago es un tejido firme y resbaladizo que permite un movimiento articular casi sin
fricción.
En la espondiloartrosis, la superficie resbaladiza del cartílago se vuelve áspera.
Eventualmente, si el cartílago se desgasta completamente, usted puede notar la rozadura del
hueso.
 
Tratamiento de la espondiloartrosis lumbar:
 
No hay cura para la osteoartritis de la columna vertebral.
El objetivo del tratamiento es aliviar el dolor y mejorar la movilidad de la articulación afectada.
 
Espondiloartrosis lumbar sin cirugía
Quién puede sufrir de espondiloartrosis lumbar?
 
En general, la osteoartritis ocurre a medida que las personas envejecen. Las personas más
jóvenes pueden contraerla por varias causas diferentes:
o Lesión o traumatismo en una articulación.
o Un defecto genético que involucra el cartílago.
Para las personas menores de 45 años, la osteoartritis es más común entre los hombres.
Después de los 45 años, la osteoartritis es más común entre las mujeres. La osteoartritis ocurre
con más frecuencia entre las personas que tienen sobrepeso. También ocurre con más
frecuencia en aquellos que tienen trabajos que ponen tensión repetitiva en ciertas
articulaciones.
 
Sintomas de la espondiloartrosis lumbar:
 
o Dolor. La articulación puede doler durante o después del movimiento.
o Sensibilidad. La articulación se puede sentir sensible cuando se le aplica una ligera
presión.
o Rigidez. La rigidez articular puede ser más notoria cuando usted se despierta en la
mañana o después de un período de inactividad.
o Pérdida de flexibilidad. Es posible que no pueda mover la articulación a través de toda
su amplitud de movimiento.
o Sensación chirrido. Es posible que escuche o sienta una sensación chirriante al usar la
articulación.
o Espolones óseos. Estos pedazos adicionales de hueso, que se sienten como bultos
duros, se pueden formar alrededor de la articulación afectada.
 
Causas de la espondiloartrosis en la espalda:
 
La osteoartritis ocurre cuando el cartílago que amortigua los extremos de los huesos de las
articulaciones se deteriora gradualmente.
El cartílago es un tejido firme y resbaladizo que permite un movimiento articular casi sin
fricción.
En la espondiloartrosis, la superficie resbaladiza del cartílago se vuelve áspera.
Eventualmente, si el cartílago se desgasta completamente, usted puede notar la rozadura del
hueso.
 
Su médico puede discutir con usted las posibles opciones de tratamiento. Los casos leves de
osteoartritis de la columna vertebral pueden responder a medicamentos de venta libre como
el acetaminofeno (Tylenol). Tome esta medicación con prevención para evitar daño de hígado.
También puede aliviar el dolor y la inflamación con ibuprofeno (Advil) y naproxeno sódico (EC-
Naprosyn).
Los efectos secundarios de estos medicamentos incluyen malestar estomacal, problemas de sangrado
y daño a los órganos, por lo que es importante tomarlos como se indica.
Si los síntomas no responden a los medicamentos de venta libre, el médico puede sugerir
el uso de antidepresivos para tratar el dolor crónico.
Otra opción es una inyección de corticosteroides directamente en las articulaciones afectadas.
 
Espondiloartrosis lumbar con cirugía
La cirugía no es un tratamiento común (a no ser que sea ya espondiloartrosis generalizada grave) para la
OA de la columna vertebral, pero en casos graves el médico puede recomendar un
procedimiento para reemplazar los discos dañados en la columna vertebral. Se hace cuando
la espondiloartrosis produce incapacidad permanente total.
 
Otras terapias para tratar y hacer frente a la
osteoartritis de la columna vertebral incluyen:
 
o Ejercicios suaves (por ejemplo, tai chi y yoga) para reducir el dolor y mejorar el rango
de movimiento en el cartílago restante.
o Terapia de calor o frío.
o terapia ocupacional y física
 
 
ESPONDILOARTROSIS CERVICAL
Acceso rápido: QUÉ ES | SÍNTOMAS | CAUSAS | TRATAMIENTO

Qué es la a espondiloartrosis cervical?


 
La espondiloartrosis cervical también se denomina osteoartritis cervical o osteoartritis de cuello.
Suele afectar a espondiloartrosis cervical c5 c6, por ello normalmente buscamos la
espondiloartrosis acompañado de cervical c5 c6.
Causas de la espondiloartosis de cuello?
 
Estos cambios son causados por el desgaste normal del envejecimiento. Con la edad, los discos de
la columna cervical se descomponen gradualmente, pierden líquido y se vuelven más rígidos.
La espondilosis cervical generalmente ocurre en personas de mediana edad y de edad avanzada.
Como resultado de la degeneración de los discos y otros cartílagos, se pueden formar
espolones o crecimientos anormales llamados osteofitos en los huesos del cuello. Estos
crecimientos anormales pueden causar estrechamiento del interior de la columna vertebral o
en las aberturas por donde salen los nervios espinales, una afección relacionada llamada
estenosis espinal cervical.
La espondilosis cervical (se le llama espondilosis o espondiloartrosis cervical) con mayor
frecuencia causa dolor y rigidez en el cuello. Aunque la espondilosis cervical rara vez es
progresiva, la cirugía correctiva puede ser útil en casos graves.
 
Sintomas de la espondilosis cervical
 
Los síntomas de la espondilosis cervical incluyen:
o Rigidez y dolor en el cuello
o Dolor de cabeza que puede originarse en el cuello
o Dolor en el hombro o en los brazos
o Incapacidad para girar completamente la cabeza o doblar el cuello, algunas veces
interfiriendo con la conducción
o Ruido o sensación de rechinamiento al girar el cuello
o Los síntomas de la espondilosis cervical tienden a mejorar con el reposo.
o Los síntomas son más severos en la mañana y de nuevo al final del día.
Si la espondilosis cervical produce presión sobre la médula espinal (estenosis cervical), puede
ejercer presión sobre la médula espinal, una afección llamada mielopatía cervical.
Los síntomas de la espondilosis cervical con mielopatía incluyen:
 
o Hormigueo, entumecimiento y/o debilidad en los brazos, manos, piernas o pies
o Falta de coordinación y dificultad para caminar
o Reflejos anormales
o Espasmos musculares
o Pérdida de control sobre la vejiga y el intestino (incontinencia)
Otra posible complicación de la espondilosis cervical es la radiculopatía cervical, cuando los
espolones óseos presionan los nervios al salir de los huesos de la columna vertebral.
El síntoma más común de la radiculopatía cervical es el dolor que baja a uno o ambos brazos.
 
Tratamiento para la espondiloartrosis o
espondilosis cervical
 
Las opciones de tratamiento para la espondiloartrosis cervical suelen depender de la gravedad de
los síntomas y de la frecuencia con que interrumpen tu vida diaria.
Con mucha frecuencia, las opciones de tratamiento sin cirugía son suficientes para controlar la
osteoartritis cervical.
En los casos en que el dolor empeora y varios métodos de tratamiento han demostrado ser
ineficaces durante un período de 6 a 12 semanas, la cirugía puede considerarse como un
último recurso.
 
Tratamientos sin cirugía
Si los síntomas de la osteoartritis cervical son leves, los tratamientos comunes incluirán uno o
más de los siguientes:
Descanse cuando los síntomas aparezcan. Algunas veces, limitar los movimientos del cuello por un
corto tiempo, como por una tarde o un día, es suficiente para dejar que la inflamación
disminuya y el dolor se disipe.
Terapia de frío y/o calor. Algunas personas prefieren una solución fría, especialmente después
de una actividad que produce dolor, para minimizar la inflamación. Otros pacientes prefieren
calor, como una almohadilla o envoltura térmica; o calor húmedo, como una envoltura térmica
húmeda para el cuello o un baño o ducha caliente.
Medicamentos de venta libre. Los antinflamatorios no esteroides (AINES), como el ibuprofeno (p.
ej. Advil), el naproxeno (p. ej. Aleve) o los inhibidores de la COX-2 (p. ej. Celebrex) pueden
ayudar a aliviar el dolor de la inflamación que generalmente acompaña a la artritis.
El acetaminofeno (p. ej. Tylenol) es otro analgésico de venta libre que podría ayudar.
 
Tratamiento más fuerte para la espondiloartrosis de
cuello
Si los síntomas de la osteoartritis cervical son más fuertes / molestos y persistentes, otras
opciones de tratamiento podrían incluir:
Modificación de la actividad. Algunas veces, limitar o eliminar ciertas actividades puede prevenir
el peor de los dolores. Por ejemplo, una persona que suele tener dolores en natación, no
debería ir mientras suceden.
Cada persona es diferente en cuanto a qué actividades podrían ser más problemáticas para
desencadenar los síntomas de la osteoartritis cervical.
Fisioterapia. Un fisioterapeuta u otro profesional médico puede crear un programa de ejercicios y
estiramientos que se dirija a las necesidades específicas del paciente.
Cuando los músculos del cuello se vuelven más fuertes y flexibles, es menos probable que se
espasmódicen y causen dolor.
Medicamentos recetados. Un médico puede recetar opiáceos, también llamados narcóticos,
que bloquean los receptores del dolor en el cerebro.
Otra opción podrían ser los relajantes musculares recetados, que reducen los espasmos
musculares dolorosos en el cuello y los músculos circundantes. Los analgésicos recetados
tienden a ser una solución a corto plazo y no se recomiendan de manera continua.
Radiofrecuencia (RFA). Un procedimiento RFA mínimamente invasivo suministra calor desde la
punta de una aguja para crear lesiones en los nervios pequeños que se alimentan de la
articulación facetaria.
Este procedimiento evita que estos nervios envíen señales de dolor al cerebro. Si bien la RFA es
capaz de proporcionar un alivio más duradero que un bloqueo del nervio de la rama media o la
inyección de la articulación facetaria, sigue siendo una solución temporal porque los nervios
probablemente se regenerarán en un año o dos. RFA por lo general no se intenta hasta que
un bloqueo del nervio de la rama medial y / o la inyección de la articulación facetaria ha tenido
éxito para el paciente y por lo tanto identificó la articulación facetaria como la causa probable
de dolor.
Magnetoterapia. Se dice que son sesiones y tratamientos de magnetoterapia (terapia con
imanes) también se alivia el dolor.
 
Tratamietos que requieren cirugía
 
Disectomía y fusión cervical anterior (DCAF). Un cirujano se acerca a través de la parte frontal
del cuello y quita el disco a nivel vertebral donde los cambios degenerativos están causando síntomas
severos. Luego se reemplaza el disco con un espaciador que mantiene la altura suficiente para
que las raíces del nervio cervical pasen sin obstáculos, y se fusiona el nivel vertebral para que
no haya más movimiento (ni degeneración). Estos tratamientos son a causa de
espondiloartrosis y deriva en incapacidad permanente total.
 
Laminectomía cervical posterior. Un cirujano se acerca a la columna cervical desde la parte
posterior del cuello y extirpa la parte posterior de la vértebra (proceso laminar y espinoso) para dar
más espacio y descomprimir la médula espinal. Si la estabilidad de la columna vertebral es
una preocupación, la laminectomía se puede combinar con una fusión espinal.
 
Esperemos que hayas aprendido todos los secretos, causas, síntomas y tratamientos tanto de
la espondiloartrosis cervical como de la espondiloartrosis dorsal, comparte este valioso
contenido 
 DINOS QUÉ BUSCAS:

 ESPONDILOARTROSIS LUMBAR

 ESPONDILOARTROSIS CUELLO

Osteoartrosis: síntomas y
tratamientos
Es una de las enfermedades articulares más usuales y afecta,
principalmente, a las mujeres. Si bien no tiene cura, poder
detectarla a tiempo es clave para iniciar una terapia que
permita aliviar los dolores
Es un trastorno caracterizado por deficiencia articular progresiva en la que todas
las estructuras de la articulación han experimentado un cambio patológico. La
condición obligatoria patológica de la osteoartrosis es la pérdida del cartílago
articular hialino que se acompaña de un aumento del espesor y esclerosis de la
placa ósea subcondral, proliferación de osteofitos en el borde articular,
estiramiento de la cápsula articular y debilidad de los músculos que unen la
articulación. Hay múltiples vías que llevan a la osteoartrosis, pero el paso inicial
suele ser una lesión articular en el contexto de una falla de los mecanismos
protectores.
EPIDEMIOLOGÍA
La osteoartrosis es el tipo de artritis más frecuente. Su prevalencia guarda una
relación notable con la edad y es mucho más frecuente en mujeres que en
varones. La vulnerabilidad articular y la carga articular son los dos principales
factores de riesgo que contribuyen a la osteoartrosis. Dichos factores están
condicionados a aspectos como edad, género femenino, raza, factores genéticos y
nutricionales, traumatismo articular, lesiones previas, alineación anormal,
deficiencias propioceptivas y obesidad.
PATOGENIA
Los cambios iniciales de la osteoartrosis pueden comenzar en el cartílago. Los dos
principales componentes del cartílago son colágeno de tipo 2, que proporciona
fuerza tensora, y agrecano, un proteoglucano. El cartílago en la osteoartrosis se
caracteriza por un agotamiento gradual de agrecano, desdoblamiento de la matriz
de colágeno y pérdida del colágeno de tipo 2, lo que lleva a una mayor
vulnerabilidad.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La osteoartrosis puede afectar casi a cualquier articulación, pero por lo general se
presenta en articulaciones que sostienen peso y que se utilizan con frecuencia
como la rodilla, la cadera, la columna vertebral y las manos. Las articulaciones de
las manos que se afectan más a menudo son las interfalángicas distales,
interfalángicas proximales o las carpometacarpianas del primer dedo (base del
pulgar); la afectación de la articulación metacarpofalángica es poco común.
Síntomas
 Dolor relacionado con el uso que afecta a una o algunas articulaciones (el
dolor en reposo y nocturno son menos frecuentes).
 Puede ocurrir rigidez después del reposo o por la mañana pero suele ser
breve (30 min).
 Pérdida del movimiento articular o limitación funcional.
 Inestabilidad articular.
 Deformidad articular.
 Crepitación articular.
Exploración física
 Monoartritis crónica u oligoartritis y poliartritis asimétrica.
 Edemas firmes u “óseos” de los bordes de las articulaciones, por ejemplo,
nódulos de Heberden (interfalángicas distales de la mano) o nódulos de
Bouchard (interfalángicas proximales de la mano).
 Puede presentarse sinovitis leve con un derrame sin inflamación pero es
poco común.
 Crepitación: crepitaciones audibles o crepitaciones de la articulación con el
movimiento pasivo o activo.
 Deformidad, por ejemplo, la osteoartrosis de la rodilla puede afectar a los
compartimientos medial, lateral o patelofemoral y ocasionar deformidades
en varo o en valgo.
 Restricción del movimiento, por ejemplo, limitación de ...
Descripción general
La artrosis es la forma más común de artritis y afecta a millones de personas en
todo el mundo. Se produce cuando el cartílago protector que amortigua los
extremos de los huesos se desgasta con el tiempo.
Aunque la artrosis puede dañar cualquier articulación, el trastorno afecta más
comúnmente a las articulaciones de las manos, las rodillas, las caderas y la
columna vertebral.
Los síntomas de la artrosis generalmente se pueden controlar, aunque el daño a
las articulaciones no se puede revertir. Mantenerse activo, mantener un peso
saludable y algunos tratamientos pueden retrasar el avance de la enfermedad y
ayudar a mejorar el dolor y la función de las articulaciones.
Productos y servicios
 Libro: Mayo Clinic on Arthritis (Mayo Clinic sobre la artritis)
Mostrar más productos de Mayo Clinic
Síntomas

Osteoartritis en la columna vertebral



Osteoartritis en la cadera
Los síntomas de la artrosis con frecuencia se desarrollan con lentitud y empeoran
con el tiempo. Los signos y síntomas de la artrosis incluyen los siguientes:
 Dolor. Las articulaciones afectadas pueden doler durante o después del
movimiento.

 Rigidez. La rigidez en las articulaciones puede ser más notoria al despertar o


después de estar inactivo.

 Sensibilidad. Es posible que su articulación esté sensible cuando aplicas un poco


de presión sobre ella o cerca de ella.

 Pérdida de flexibilidad. Es posible que no puedas mover la articulación en todo su


rango de movimiento.

 Sensación chirriante. Es posible que sientas una sensación chirriante al usar la


articulación y que oiga chasquidos.

 Osteofitos. Estos pedazos adicionales de hueso se sienten como bultos duros y


pueden formarse alrededor de la articulación afectada.

 Hinchazón. Esto puede producirse por la inflamación de los tejidos blandos


alrededor de la articulación.

Cuándo debes consultar con un médico


Pide una consulta con el médico si experimentas dolor o rigidez persistente en las
articulaciones.
Solicite una Consulta en Mayo Clinic

Causas
La artrosis se produce cuando el cartílago que amortigua los extremos de los
huesos de las articulaciones se deteriora gradualmente. El cartílago es un tejido
firme y resbaladizo que permite un movimiento articular prácticamente sin fricción.
Eventualmente, si el cartílago se desgasta por completo, el hueso se rozará con el
hueso.
A menudo se habla de la artrosis como una enfermedad de "desgaste". Pero
además de la descomposición del cartílago, la osteoartritis afecta a toda la
articulación. Provoca cambios en el hueso y el deterioro de los tejidos conectivos
que mantienen unida la articulación y que unen el músculo al hueso. También
provoca la inflamación del revestimiento de la articulación.
Factores de riesgo
Los factores que pueden aumentar su riesgo de artrosis incluyen los siguientes:
 Edad avanzada. El riesgo de tener artrosis aumenta con la edad.

 Sexo. Las mujeres son más propensas a padecer artrosis, aunque no está claro
por qué.

 Obesidad. Tener sobrepeso contribuye a la artrosis de varias maneras, y mientras


más peso tengas, mayor será tu riesgo. Un peso mayor agrega estrés a las
articulaciones que soportan peso, como las caderas y las rodillas. Además, el tejido
graso produce proteínas que pueden causar inflamación en las articulaciones y
alrededor de estas.

 Lesiones articulares. Las lesiones, como las que ocurren al practicar deportes o


por un accidente, pueden aumentar el riesgo de artrosis. Incluso las lesiones que
ocurrieron hace muchos años y que aparentemente ya sanaron pueden aumentar el
riesgo de artrosis.

 Tensión repetida en la articulación. Si tu trabajo o un deporte que practicas


someten a una articulación a un esfuerzo repetitivo, esa articulación podría
presentar artrosis con el tiempo.

 La genética. Algunas personas heredan la tendencia a desarrollar artrosis.

 Deformidades óseas. Algunas personas nacen con articulaciones malformadas o


cartílagos defectuosos.

 Ciertas enfermedades metabólicas. Estas incluyen diabetes y una afección en la


cual su cuerpo tiene demasiado hierro (hemocromatosis).

Complicaciones
La artrosis es una enfermedad degenerativa que empeora con el tiempo y que a
menudo produce dolor crónico. El dolor y la rigidez en las articulaciones pueden
llegar a ser lo suficientemente intensos como para dificultar las tareas diarias
Diagnóstico
Durante el examen físico, el médico revisará la articulación afectada para detectar
sensibilidad, inflamación, enrojecimiento y flexibilidad.
Pruebas por imágenes
Para obtener imágenes de la articulación afectada, el médico podría recomendarte
lo siguiente:
 Radiografías. El cartílago no aparece en las radiografías, pero la pérdida de
cartílago se revela por el estrechamiento del espacio entre los huesos de la
articulación. Una radiografía también puede mostrar espolones óseos alrededor de
una articulación.

 Imágenes por resonancia magnética (RM). Una RM utiliza ondas de radio y un


fuerte campo magnético para producir imágenes detalladas de los huesos y los
tejidos blandos, incluido el cartílago. No suele ser necesario realizar una RM para
diagnosticar la artrosis, pero puede ayudar a proporcionar más información en casos
complejos.

Análisis de laboratorio
El análisis de sangre o del líquido articular puede ayudar a confirmar el
diagnóstico.
 Análisis de sangre. Aunque no hay análisis de sangre para la artrosis, ciertos
exámenes pueden ayudar a descartar otras causas de dolor articular, como la artritis
reumatoide.

 Análisis del líquido sinovial. El médico podría usar una aguja para extraer líquido
de una articulación afectada. Luego, se examina el líquido para detectar inflamación
y determinar si el dolor es causado por gota o una infección en lugar de por artrosis.

 Radiografía

 Resonancia magnética
Tratamiento
La artrosis no se puede revertir, pero los tratamientos pueden reducir el dolor y
ayudarte a moverte mejor.
Medicamentos
Algunos de los medicamentos que pueden ayudar a aliviar los síntomas de la
artrosis, principalmente el dolor, son los siguientes:
 Paracetamol. Se ha demostrado que el paracetamol (Tylenol, otros) ayuda a
algunas personas con artrosis que tienen dolor leve a moderado. Si tomas una
cantidad de paracetamol superior a la recomendada, el hígado puede verse
afectado.

 Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE). Los AINE de venta


libre, como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) y el naproxeno sódico
(Aleve, otros), tomados en las dosis recomendadas, suelen aliviar el dolor de
la artrosis. Los AINE más potentes se venden bajo receta médica.
Los AINE pueden causar malestar estomacal, problemas cardiovasculares,
problemas de hemorragia, y daño hepático y renal. Los AINE en forma de
geles, aplicados en la piel sobre la articulación afectada tienen menos efectos
secundarios y pueden aliviar el dolor de la misma manera.
 Duloxetina (Cymbalta). Normalmente usado como antidepresivo, este
medicamento también está aprobado para tratar el dolor crónico, como el dolor de la
artrosis.

Terapia
 Fisioterapia. Un fisioterapeuta puede mostrarte ejercicios para fortalecer los
músculos alrededor de tu articulación, aumentar tu flexibilidad y reducir el dolor. La
actividad física de baja intensidad periódica que haces por tu cuenta, como nadar o
caminar, puede ser igual de efectiva.

 Terapia ocupacional. Un terapeuta ocupacional puede ayudarte a descubrir


maneras de hacer las tareas cotidianas sin poner más estrés en tu articulación
dolorosa. Por ejemplo, un cepillo de dientes con un agarre grande podría facilitar el
cepillado de los dientes si tienes artrosis en las manos. Un banco en la ducha podría
ayudar a aliviar el dolor de estar de pie si tienes artrosis de rodilla

Obtén toda la información que puedas sobre tu afección y sobre cómo controlarla,
especialmente sobre la forma en que los cambios en el estilo de vida pueden
afectar los síntomas. Hacer ejercicio y perder peso si tienes sobrepeso son formas
importantes de disminuir el dolor y la rigidez articular de la artrosis.
 Haz ejercicio. El ejercicio de bajo impacto puede aumentar la resistencia y
fortalecer los músculos alrededor de la articulación para que sea más
estable. Trata de caminar, andar en bicicleta o hacer ejercicios aeróbicos
acuáticos. Si sientes un nuevo dolor articular, detente.
Si sientes un nuevo dolor que dura horas después de hacer ejercicio, es
probable que te hayas esforzado en exceso, no significa que hayas causado
daño o que debas dejar de hacer ejercicio. Inténtalo de nuevo uno o dos días
más tarde con un nivel de intensidad más bajo.
 Baja de peso. Tener sobrepeso aumenta la tensión en las articulaciones que
soportan el peso, como las rodillas y las caderas. Incluso una pérdida de peso
menor puede aliviar un poco la presión y reducir el dolor. Habla con un dietista sobre
las maneras saludables de perder peso.

Estas son otras cosas que puedes probar:


Terapias de movimiento. El taichi y el yoga implican ejercicios suaves y
estiramientos combinados con respiración profunda. Muchas personas usan
estas terapias para reducir el estrés en sus vidas, y la investigación sugiere
que el taichi y el yoga podrían reducir el dolor de la artrosis y mejorar el
movimiento.
Asegúrate de que el yoga que elijas sea una forma suave y que tu instructor
sepa cuáles de sus articulaciones están afectadas. Evita los movimientos que
te causen dolor en las articulaciones.
 Calor y frío. Tanto el calor como el frío pueden aliviar el dolor y la inflamación de la
articulación. El calor, especialmente el calor húmedo, puede ayudar a los músculos
a relajarse y aliviar el dolor. El frío puede aliviar los dolores musculares después del
ejercicio y disminuir los espasmos musculares.

 Capsaicina. Aplicar capsaicina tópica, un extracto de chile, a la piel sobre una


articulación artrítica podría ayudar a algunas personas. Es posible que tengas que
aplicarla tres o cuatro veces al día durante varias semanas antes de ver un
beneficio. Algunas personas no pueden tolerar la irritación. Lávate bien las manos
después de aplicar la crema de capsaicina.

 Aparatos ortopédicos o plantillas de zapatos. Las plantillas u otros dispositivos


pueden ayudar a reducir el dolor al pararse o caminar. Estos dispositivos pueden
servir de apoyo a la articulación para ayudar a eliminar la presión sobre esta.

 Dispositivos de asistencia. Los dispositivos de asistencia pueden ayudar a


aliviar la tensión en las articulaciones. Un bastón quita peso de la rodilla o la
cadera al caminar. Sostén el bastón en la mano opuesta a la pierna que te
duele.
Las herramientas de sujeción y agarre pueden facilitar el trabajo en la cocina
si tienes artrosis en los dedos. Revisa catálogos o tiendas de suministros
médicos, o pregúntales a tu médico o tu terapeuta ocupacional acerca de los
dispositivos de asistencia.
 Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea. Se utiliza una corriente eléctrica de
bajo voltaje para aliviar el dolor. Proporciona alivio a corto plazo para algunas
personas con artrosis de rodilla y cadera.

 Consejos simples para mantenerse activo y dinámico con artrosis

 Glucosamina: ¿Influye en el azúcar en sangre?


Medicina alternativa
Los tratamientos de medicina complementaria y alternativa que se han mostrado
prometedores para la osteoartritis incluyen:
 Acupuntura. Algunos estudios indican que la acupuntura puede aliviar el dolor y
mejorar la función en personas que tienen osteoartritis de rodilla. Durante la
acupuntura, se insertan agujas muy finas en la piel en puntos precisos del cuerpo.

 Glucosamina y condroitina. Los estudios sobre estos suplementos nutricionales


muestran resultados desiguales. Unos pocos han observado beneficios para las
personas con osteoartritis, mientras que la mayoría indica que estos suplementos no
funcionan mejor que un placebo. La glucosamina y la condroitina pueden interactuar
con anticoagulantes como la warfarina y causar problemas de sangrado.

 Insaponificables de aguacate y soja. Este suplemento nutricional (una mezcla de


aceites de aguacate y soja) se utiliza ampliamente en Europa para tratar la
osteoartritis de rodilla y cadera. Actúa como un antiinflamatorio, y algunos estudios
han demostrado que puede reducir el avance del daño articular e incluso prevenirlo.

 Ácidos grasos omega 3. Los omega 3, que se encuentran en los pescados grasos
y en los suplementos de aceite de pescado, podrían ayudar a aliviar el dolor y
mejorar la función.
La osteoporosis es una enfermedad esquelética en la que se produce una disminución
de la densidad de masa ósea. Así, los huesos se vuelven más porosos, aumenta el
número y el tamaño de las cavidades o celdillas que existen en su interior, son más
frágiles, resisten peor los golpes y se rompen con mayor facilidad

A lo largo de la vida, a medida que se destruye el hueso, se va formando


hueso nuevo, manteniendo un equilibrio. Este proceso se
denomina remodelado óseo. A partir de la tercera década, el proceso de
remodelado cambia, y la formación de hueso nuevo se hace más lenta,
por lo que se produce de manera natural una disminución de la masa del
hueso. Cuando esta pérdida de masa ósea se hace más severa se
produce osteoporosis.
Existen varias causas de la osteoporosis, o mejor dicho, varios factores
que favorecen su aparición:
 Envejecimiento: la edad avanzada, por sí misma, produce una
disminución en la cantidad del hueso, por lo que cualquier persona
puede padecerla. El riesgo es mayor a partir de los 50 años.
 Peso: un IMC menor de 19 aumenta el riesgo de osteoporosis,
puesto que tiene una relación directa con la densidad ósea.
 Factores genéticos: existen genes relacionados con el desarrollo
de la masa ósea, por lo que la incidencia de la enfermedad es
mayor en aquellas personas cuyos familiares directos tienen
historia previa de fracturas (padres o abuelos).
 Dieta pobre en calcio: el calcio es un alimento fundamental en la
formación del hueso. Se encuentra sobre todo en la leche y
derivados lácteos como quesos, yogures, etcétera, y también en
otros alimentos como pescado azul y frutos secos.
 Sexo femenino: las mujeres tienen un riesgo cuatro veces mayor
que los hombres de desarrollar osteoporosis, especialmente tras
la menopausia. Esto es debido a la reducción del número de
estrógenos (hormonas femeninas que intervienen en la formación
de masa ósea) en esta etapa, que favorece una disminución en el
remodelado del hueso. Existe más probabilidad de padecer
osteoporosis si la menopausia se produce antes de los 40 años
(menopausia precoz), debido por ejemplo a la extirpación
quirúrgica de ambos ovarios, o cuando falta la menstruación
(llamado amenorrea) en deportistas, o en casos de anorexia
nerviosa por pérdida importante de peso. Además, las mujeres
tienen una mayor esperanza de vida que los hombres y, en
general, su cantidad de masa ósea es menor (especialmente en
mujeres excesivamente delgadas).
 Raza: más frecuente en caucásicos y asiáticos.
 Algunas patologías: hay enfermedades que pueden desencadenar
osteoporosis, como el hipertiroidismo o el Síndrome de Cushing.
 Inmovilización prolongada: ya sea por enfermedad o por un estilo
de vida sedentario. El ejercicio es uno de los estímulos para la
formación del hueso.
 Algunos medicamentos: por ejemplo el uso prolongado de
esteroides, corticoides, antiepilépticos o fármacos para el tiroides.
 El exceso de tabaco, alcohol o café.

Qué es
La osteoporosis es una enfermedad sistémica esquelética que se caracteriza
por una disminución de la masa ósea y un deterioro de la microarquitectura
de los huesos, lo que supone un aumento de la fragilidad de los huesos y del
riesgo de sufrir fracturas.
Esta patología es asintomática y puede pasar desapercibida durante muchos
años hasta que finalmente se manifiesta con una fractura.
Frecuencia
Según los datos de la Sociedad Española de Reumatología (SER), se
estima que la osteoporosis afecta a unos 75 millones de personas en
Europa, Estados Unidos y Japón.
Esta patología es más frecuente en mujeres, aunque también pueden sufrirla
los hombres, especialmente si tienen una edad avanzada.
En el caso de España, se estima que 2 millones de mujeres tienen
osteoporosis. De hecho, la prevalencia en la población postmenopáusica es
del 25 por ciento, es decir, 1 de cada 4 mujeres tiene esta enfermedad que
ocasiona unas 25.000 fracturas al año.
“La repercusión socio-sanitaria de la osteoporosis es enorme y se mide en
términos de incidencia de las fracturas. Aproximadamente 1 de cada 3
mujeres y 1 de cada 5 hombres mayores de 50 años sufrirán al menos una
fractura osteoporótica en su vida restante”, señalan desde la SER.

Causas
El origen de la osteoporosis debe buscarse en los factores que influyen en el
desarrollo y la calidad del hueso. El riesgo de padecer osteoporosis
vendrá determinado por el nivel máximo de masa ósea que se obtenga en la
edad adulta y el descenso producido por la vejez. Además
del envejecimiento, en su aparición intervienen factores genéticos y
hereditarios. Las hijas de madres que tienen osteoporosis, por ejemplo,
adquieren un volumen de masa ósea inferior que el de hijas de madres con
huesos normales, y lo mismo sucede con gemelos univitelinos.
La desnutrición, la mala alimentación, el escaso ejercicio físico y la
administración de algunos fármacos también pueden favorecer la aparición
de la osteoporosis. Sin embargo, la menopausia es uno de los factores que
más influye en su desarrollo en las mujeres, ya que la desaparición de la
función ovárica provoca un aumento de la resorción ósea.

Evalúa tus síntomas

Síntomas
Durante años se ha conocido a la osteoporosis como la epidemia
silenciosa debido a que esta patología no produce síntomas, aunque el
dolor aparece cuando surge la fractura.
Los especialistas señalan que algunas fracturas vertebrales pueden pasar
desapercibidas puesto que no se producen síntomas. En estos casos se
pierde la oportunidad de frenar la pérdida de masa ósea y reducir el riesgo
de nuevas fracturas.
Las fracturas más comunes en la osteoporosis son las del fémur proximal,
humero, vértebras y antebrazo distal (muñeca).
Fractura vertebral
En estos casos el paciente presenta un dolor agudo muy intenso que
aparece cuando hace esfuerzos leves, como la carga moderada de peso, o
un ligero traumatismo.
El paciente tendrá una contractura que le impedirá realizar maniobras de
flexión y/rotación de la columna. La crisis suele durar de dos a tres
semanas y la intensidad del dolor irá disminuyendo de forma progresiva en
los tres meses siguientes; la remisión puede ser total o parcial.
“Ocasionalmente, una fractura vertebral puede aparecer sin que el paciente
perciba ningún síntoma, o bien puede causar una molestia que no se a lo
suficientemente intensa para demandar asistencia”, advierten desde la SER.
“Algunos autores consideran que esta circunstancia se produce hasta en dos
tercios de los casos. Se asume que la ausencia de dolor, o su baja
intensidad es consecuencia de la instauración lenta del proceso”.
Otros síntomas de esta fractura es un dolor sordo, profundo y localizado en
las fosas ilíacas y en los flancos, como consecuencia del roce de la arcada
costal con la pelvis. Esta posibilidad ayuda a descartar las exploraciones
para buscar la existencia de alguna patología intestinal o renal.
Fractura de cadera
En este apartado están incluidas todas las fracturas que van desde la cabeza
del fémur hasta aproximadamente 5 cm del troncanter menor.
Los especialistas consideran que las fracturas de cadera son indicativas de
osteoporosis cuando se producen tras un traumatismo de baja energía,
como una caía cuando la persona está de pie. Las fracturas de alta energía,
como las que se producen tras un accidente de tráfico, no se consideran un
síntoma de la osteoporosis.
Dentro de las fracturas de cadera existen dos tipos que presentan unas
manifestaciones clínicas diferentes.
En el caso de las intracapsulares (fracturas de cuello femoral, cervicales,
trascervicales o mediales) que no están desplazadas, el paciente presenta
un dolor moderado en la región inguinal. Además, presentan movimientos de
cadera algo limitados.
Si la fractura intracapsular está desplazada el paciente tendrá un dolor
intenso e impotencia funcional muy acentuada.
El otro tipo posible de fractura de cadera son las extracapsulares (fracturas
pertrocantéreas, troncantéreas y del macizo troncantéreo). En éstas el
paciente puede sufrir un dolor muy intenso en el área de la cadera, así como
impotencia funcional absoluta en el miembro inferior.
Fractura de antebrazo distal
Abarca las fracturas de la extremidad distal del radio. Este tipo de fracturas
asociadas a la osteoporosis se asocia a una densidad mineral ósea baja y la
presencia de un traumatismo de baja intensidad, como una caída sobre la
mano.
La sospecha de osteoporosis debe aparecer si tras la caída el paciente
siente dolor en la región de la muñeca unido a la impotencia funcional.

Prevención
La prevención de la osteoporosis es fundamental para evitar el avance de la
patología. Estas son algunas recomendaciones para conservar y aumentar la
densidad ósea:
 Mantener un consumo adecuado de calcio.
 Practicar ejercicios físicos en los que el paciente no tenga que soportar
peso corporal. Algunos estudios recientes han demostrado que los ejercicios
en los que es necesario que los músculos muevan los huesos mantienen e
incluso pueden aumentar la densidad ósea. Uno de los más recomendables
en este sentido es el body pump.  
 Seguir un tratamiento farmacológico, si lo prescribe el médico.

Tipos
Existen distintos tipos de osteoporosis:
 Osteoporosis posmenopáusica: la causa principal es la falta de
estrógenos. En general, los síntomas aparecen en mujeres de 51 a 75 años
de edad, aunque pueden empezar antes o después de esas edades.
 Osteoporosis senil: resultado de una deficiencia de calcio relacionada
con la edad y de un desequilibrio entre la velocidad de degradación y de
regeneración ósea. Afecta, por lo general, a mayores de 70 años y es dos
veces más frecuente en las mujeres que en los varones.
 Osteoporosis secundaria: Puede ser consecuencia de ciertas
enfermedades, como la insuficiencia renal crónica y ciertos trastornos
hormonales, o de la administración de ciertos fármacos, como
corticoesteroides, barbitúricos, anticonvulsivantes y cantidades excesivas de
hormona tiroidea.
Diagnóstico
Dado que en la actualidad hay muchas lagunas de conocimiento sobre la
enfermedad, la Sociedad Española de Reumatología señala que es difícil
establecer unos criterios diagnósticos claros y contundentes que abarquen,
además, el riesgo de fractura.
En la actualidad, la densitometría ósea es la mejor técnica que existe para
medir la masa ósea, aunque los especialistas señalan que hay excepciones,
ya que la prueba indica la densidad mineral ósea del paciente, y éste es otro
de los factores de riesgo de la osteoporosis.
“En base a los conocimientos actuales, el abordaje diagnóstico debe
realizarse de manera individual valorando la edad y otros factores de riesgo”,
señalan desde la SER, quienes indican que factores de riesgo como el
consumo de tabaco y alcohol, el bajo peso, los antecedentes familiares de
fracturas osteoporóticas, entre otras, permiten identificar a las personas con
riesgo de desarrollar la patología. Por lo que, la base fundamental del
diagnóstico se basa en la sospecha clínica.

Tratamientos
La selección del tratamiento dependerá de las características del paciente.
Los expertos recuerdan que para que sea eficaz debe seguirse de forma
constante durante varios años.
Los fármacos que se emplean en la actualidad para combatir la osteoporosis
consiguen detener la resorción ósea y evitar la pérdida del mineral. Son los
llamados inhibidores de la resorción entre los que se encuentran, los
estrógenos, las calcitoninas, los bisfosfonatos (etidronato, alendronato y
risedronato), los moduladores selectivos de los receptores estrogénicos
(raloxifeno) e incluso las estatinas, unos fármacos que inicialmente se
empleaban para combatir el colesterol.
Aunque el tratamiento farmacológico es muy importante existen otras
medidas encaminadas a corregir deficiencias nutricionales y mejorar el estilo
de vida que pueden evitar caídas y minimizar la intensidad del impacto de la
enfermedad.
Deficiencias nutricionales
Según la SER, lo más importante es que el paciente tome las cantidades
necesarias de calcio y vitamina D.
Respecto al calcio, al ser un nutriente, la mejor forma de ingerirlo es con la
comida. La mayor parte del calcio se obtiene con la leche y los derivados
lácteos.
El contenido de vitamina D de los alimentos es muy bajo, a excepción de
algunos pescados grasos, por lo que la mejor forma de adquirir esta vitamina
es a través de tomar el sol de forma prudente.
Los pacientes de edad avanzada no suelen exponerse al sol por lo que en
muchas ocasiones deberán tomar suplementos de vitamina D para
asegurarse de que cumplen los requerimientos diarios.
Otros elementos nutricionales
Además de vigilar la ingesta de calcio y vitamina D, el paciente debe
asegurarse de que ingiera la proporción adecuada de los nutrientes básicos,
vitaminas y oligoelementos, como el magnesio. “Deben evitar los
suplementos de vitamina A, ya que se ha demostrado que aumentan el
riesgo de fractura”, añaden.
Respecto a las dietas hiperproteicas y las ricas en sodio y fósforo, en la
actualidad existe controversia sobre si deben evitarse o no ya que éstas
aumentan la excreción urinaria de calcio por una reabsorción tubular.
Modificación de estilos de vida
Los expertos recomiendan evitar la inmovilidad y seguir pautas fisioterápicas
que limiten la deformidad y el dolor, así como abstenerse de fumar e ingerir
grandes cantidades de alcohol.
Ejercicio físico
Realizar deporte aumenta la masa ósea durante el crecimiento de los niños y
adolescentes y, además, puede ayudar a reducir la pérdida en las personas
de edad avanzada.
También tiene otros beneficios: aumenta la flexibilidad, la coordinación y la
fuerza muscular, lo que ayuda a reducir el riesgo de caídas.
Los especialistas indican que el ejercicio debe adaptarse a las circunstancias
del paciente y recomiendan realizar un paseo diario para preservar los
patrones motores del enfermo.
Riesgo de caída
Existen algunos factores modificables que propician las caídas de los
ancianos y que se pueden modificar para reducir el riesgo, como el consumo
de sedantes. Estas sustancias aumentan la posibilidad de que sucedan las
caídas y aparezcan las fracturas.
Otros fármacos como los antihipertensivos, los barbitúricos y los
hipoglucemiantes también se han asociado al aumento de riesgo de caídas.

Otros datos
¿Quién puede padecer la osteoporosis?
Tal y como señalan desde la SER, la más frecuente es la que afecta a las
mujeres mayores, ya que esta patología está asociada al envejecimiento y a
la menopausia. De hecho, las fracturas osteoporóticas no suelen aparecer
antes de los 65 años.
En mujeres más jóvenes la osteoporosis suele estar asociada a otras
enfermedades o a sus tratamientos, como por ejemplo: hipertiroidismo,
administración de corticoides, enfermedades hepáticas, mala absorción,
antiepilépticos, etcétera.
¿Cómo afecta a la calidad de vida?
La osteoporosis no afecta excesivamente a la calidad de vida del paciente,
ya que muchas de las fracturas, sobre todo las vertebrales, son
asintomáticas. Sin embargo, cuando la fractura es clínica produce dolor e
incapacidad durante los tres meses siguientes y puede llegar a dejar dolores
residuales en el paciente, sobre todo para estar de pie o hacer actividades
que requieran flexiones de columna.
Factores de riesgo
Además de la masa ósea existen otros factores de riesgo independientes
predictores de fractura:
 Tener antecedentes familiares de fractura de cadera.
 Haber tenido fracturas después de los 50 años.
 Poseer un índice de masa corporal menor a 20.
 Presencia de deformidad vertebral morfométrica.
 Consumir tóxicos, como el alcohol o el tabaco.
Estos factores unidos a la edad ayudan a determinar qué personas tienen
más riesgo de desarrollar osteoporosis.
Desde la SER insisten en que esta patología puede afectar a cualquier
persona, incluidos niños y adolescentes, varones de cualquier edad y
mujeres premenopáusicas. “No obstante, en estos casos, son poco
frecuentes y suele asociarse a alguna enfermedad importante.
A

roblemas ortopédicos en
el recién nacido
 

Introducción
Las lesiones ortopédicas en el recién nacido difieren de las lesiones a otras edades infantiles. La patología
neonatal presenta unas características propias, que es necesario conocer, para el manejo correcto del
paciente. Si la anamnesis y la exploración física son fundamentales en el proceso diagnóstico de cualquier
patología ortopédica, lo son más aún en el neonato, en el que raramente nos apoyaremos en pruebas de
imagen.

Aunque existen múltiples patologías sindrómicas, en este capítulo mencionaremos solo las patologías
ortopédicas más comúnmente observadas y aquellas especialmente características. Dentro de ellas,
incluiremos: el metatarso aducto, el pie zambo, la displasia del desarrollo de la cadera, la luxación congénita
de rodilla, la tortícolis muscular congénita, el síndrome del niño moldeado, las lesiones del plexo braquial y las
fracturas de clavícula neonatales(1-3).

Metatarso aducto o varo


El metatarso aducto es la deformidad del pie más frecuente en el recién nacido, con una incidencia que varía
entre 1 y 6,1 casos por cada 1.000 nacidos vivos(4,5).

Se trata de una deformidad en la que se observa una desviación del antepié


hacia la línea media, en aducto, con una curva homogénea y sin presencia
de pliegue dérmico medial profundo. El retropié, así como el tobillo, son
normales (Fig. 1).
 
Figura 1. Esquema de un pie que presenta una deformidad en metatarso varo. Nótese la
angulación del metatarso con respecto al tarso.

Puede ser bilateral hasta en un 50% de los casos. Es más común en la población femenina y el lado que más
se afecta es el izquierdo. Se deben buscar posibles patologías asociadas, en especial la displasia de cadera,
que se puede encontrar hasta en un 10% de los pacientes con metatarso aducto.

La historia natural en la mayoría de los casos es la corrección espontánea, hasta en el 85% de los casos a los
3 meses de edad, aunque esto dependerá del grado y la flexibilidad inicial. Sin embargo, el metatarso
varo consiste en la misma deformidad pero rígida, con presencia de un pliegue medial a la altura de la
articulación tarso-metatarsiana, que indica cierto grado de subluxación medial. Sería una forma más grave de
aducto en la que no hay corrección espontánea y la deformidad es fija(6) (Fig. 2).
 

Figura 2. Imagen clínica de un lactante que presenta la deformidad de un metatarso varo


congénito, donde se puede observar la angulación del medio pie en su zona interna. En esa
localización, la piel sufre un pliegue dérmico muy pronunciado.

Según el grado de flexibilidad de abducción del antepié, podemos clasificarlo en:

• Categoría A: leve o flexible.

• Categoría B: moderado o fijo.

• Categoría C: severo o rígido (Tabla I).

 
En la exploración, encontraremos el antepié desviado a medial. En el pie normal, la línea media de la planta
discurre, desde la mitad del talón hasta el tercer dedo. En caso de metatarso varo, la línea media pasa lateral
al tercer dedo. El borde lateral del pie será convexo y el medial cóncavo. El pie adquiere una forma de
habichuela y la base del quinto metatarsiano se hace ligeramente prominente.

El pronóstico, así como el tratamiento, depende del grado de flexibilidad que presente el paciente. El grupo A
es más propenso a mejorar durante los 3 primeros meses de vida y solo se debe recomendar a los padres
realizar estiramientos abduciendo el antepié, así como, estimulando la eversión del pie por parte del recién
nacido.

Los pacientes de la categoría B requieren evaluación por un traumatólogo pediátrico, pero lo habitual será la
corrección mediante yesos seriados (cada 1 a 2 semanas y hasta 3-4 yesos) o el uso de órtesis en abducción
del antepié, para mantener la corrección.

Los pies más rígidos necesitarán yesos seriados en las primeras semanas de vida, aprovechando la laxitud
ligamentaria de los neonatos. Raramente, será necesario el tratamiento quirúrgico, que habitualmente se
retrasa hasta los 2 años de vida.

Pie zambo
También conocido como pie equinovaro congénito, es una malformación congénita que se presenta entre el
1% y el 2% de los recién nacidos vivos. Puede ser bilateral hasta en un 50% de los casos y algo más
frecuente en el sexo masculino(7).

El pie zambo consiste en una deformidad que incluye: equino, varo, cavo,
aducto (Fig. 3). Su etiopatogenia no está clara y se barajan múltiples teorías,
entre las que se encuentran: el freno en el desarrollo fetal, los factores
hereditarios, factores mecánicos intraúteros e incluso un origen
neurogénico(8).
 
Figura 3. Recién nacido que presenta un pie equino varo congénito bilateral. Véase las
deformidades en equino, varo y supinación de los pies.

Generalmente se asocia a otras patologías, como: la espina bífida, la displasia congénita de cadera, la
distrofia miotónica o la artrogriposis.

Dependiendo del grado de rigidez, se pueden diferenciar 2 tipos:

• Tipo A (leve, forma flexible).

• Tipo B (severa, forma rígida): deformidad con importante rigidez y marcada fibrosis.

El tratamiento debe iniciarse de manera precoz. Actualmente, el método de tratamiento más utilizado, es
el método Ponseti, que busca la corrección progresiva de las diferentes deformidades mediante la colocación
de yesos seriados que se cambian semanalmente. Habitualmente, son necesarios entre 5 y 7 yesos, aunque
esto dependerá del grado de rigidez y de deformidad inicial. El equinismo es la última deformidad que se
corrige, pero exclusivamente quirúrgica, mediante una tenotomía percutánea del tendón de Aquiles.

Una vez completada la corrección, es necesario el mantenimiento de la misma, con unas botas que deberán
utilizarse, inicialmente, de manera continua durante unos meses y, posteriormente, de forma nocturna hasta
los 3 años(9).

Pie talo valgo


Se trata de una deformidad en la que el pie está en eversión completa
(valgo), con flexión dorsal máxima. Los tejidos blandos del dorso del pie y la
porción lateral del mismo muestran retracción (contractura de musculatura
peronea), y limitan la flexión plantar y la inversión.
Radiográficamente, son pies con una estructura ósea normal. No hay luxación o subluxación de los huesos
del tarso. Este tipo de deformidad es la más frecuente en partos de presentación podálica (madres jóvenes y
primíparas).

Las causas pueden ser varias, como, por ejemplo: la posición defectuosa del feto, la compresión del mismo
por útero pequeño o la musculatura abdominal potente.

En los pies flexibles, se inicia el tratamiento con manipulaciones y, en la mayoría de los casos, la musculatura
va adquiriendo tono y el pie se va equilibrando espontáneamente (Fig. 4). Esta deformidad se resuelve,
prácticamente, siempre sin problemas, siendo necesario en contadas ocasiones, la utilización de yesos
seriados(2,6).

 
Figura 4. Deformidad en un recién nacido con pie talo valgo intenso, donde el dorso del pie puede
contactar fácilmente, con la parte anterior de la pierna.

Astrágalo vertical congénito


Esta deformidad, también conocida como pie convexo o en mecedora,
consiste en un pie plano rígido neonatal, como consecuencia de la alteración
en la posición y orientación del astrágalo, que se encuentra en equino.
En algunas ocasiones, puede llegar a diagnosticarse previo al nacimiento, gracias a los estudios
ultrasonográficos, llegando a presentarse en 1 de cada 10.000 nacidos vivos, sin predilección de sexo, y de
forma bilateral en un 50% de los neonatos.

La etiología es desconocida, aunque se ha detectado una influencia hereditaria en algunos pacientes, en los
que hay una asociación familiar marcada (mutación del gen HOXD10). Además, se asocia en muchas
ocasiones, a otras patologías como: artrogriposis, espina bífida y neurofibromatosis.

El tratamiento en la gran mayoría de los casos es quirúrgico, existiendo multitud de técnicas para la reducción
y posterior estabilización del astrágalo en su posición correcta(10,11).

Hay que tener en cuenta que, de no llegar a recibir el tratamiento adecuado, estos pacientes están
predispuestos a presentar deformidades dolorosas, que se traducen en cuadros de discapacidad y limitación
funcional importante.

Displasia del desarrollo de la cadera


Se define como la interrupción del normal crecimiento de los elementos que
forman las estructuras anatómicas de la cadera: cotilo, cabeza de fémur,
cápsula y estructuras músculo-tendinosas.
Comprende tres conceptos que hay que diferenciar: la displasia, la
subluxación y la luxación de cadera.
Se presenta entre 1 a 2 casos por cada 1000 recién nacidos vivos, aunque esto varía según las diferentes
series.

Es fundamental conocer los principales factores de riesgo, para poder sospecharla(2,6):

• Primer hijo.

• Sexo femenino.

• Parto de nalgas.

• Antecedentes familiares de este trastorno.

• Oligohidramnios.

También, existe una serie de patologías asociadas, como: el metatarso aducto, la tortícolis muscular
congénita o el pie zambo, que nos deben hacer pensar en ella.

Al examen físico del recién nacido, se puede observar la presencia de un clic, una disminución de la
flexoabducción de la extremidad afectada y una asimetría de pliegues, así como, la apariencia de tener una
pierna más corta que la contralateral (Tabla II).
 

También, se pueden hacer uso de las maniobras de inestabilidad para detectar una cadera luxable o
subluxable en el neonato:

1. Maniobra de Ortolani: se coloca al recién nacido con ambas caderas en flexión y abducción de 90°,
forzando la abducción a la vez que se realiza una presión suave de los dedos sobre el trocánter, reduciéndose
la luxación.

2. Maniobra de Barlow: implica el movimiento contrario, de manera que se realiza la fuerza hacia posterior,
mientras la cadera se encuentra en aducción.

En caso de duda, se debe solicitar una ecografía, preferiblemente, a partir de la tercera semana, para evitar
falsos positivos.

Desde un punto de vista pediátrico, el manejo del bebé dependerá de lo encontrado en la exploración y su
significado patológico (Tabla III).
 

El tratamiento consiste en la reducción de la cadera mediante un sistema de flexoabducción llamado arnés de


Pavlik (Fig. 5). Este arnés coloca las piernas separadas, ayudando así a mantener en contacto los dos huesos
que forman la cadera, cabeza femoral y cotilo del ilíaco, mientras el niño crece y desarrolla los extremos
óseos.

 
Figura 5. Arnés de Pavlick en un lactante con displasia de cadera. Véase que el arnés está
colocado sobre la piel, para sujetar de forma más eficiente la reducción de la cadera. Los
cuidadores no deben retirar el arnés de ninguna forma.

 
Los niños que no mejoran o los que se diagnostican después de los 6 meses, con frecuencia, necesitan
realizar una reducción bajo anestesia general, porque se precisa la realización de una artrografía que
certifique la reducción correcta.

Luxación congénita de la rodilla


Deformidad neonatal consistente en un genu recurvatum congénito, donde
la hiperextensión de las rodillas puede llegar a ser irreductible en los casos
más rígidos.
Esta alteración presenta una incidencia de 1 por cada 100.000 nacidos vivos. Es aún de etiología
desconocida, pero la presentación de nalgas durante el parto parece ser un importante factor de riesgo, así
como, la agenesia total o parcial de los ligamentos cruzados de la rodilla; aunque también, se pueden
encontrar acortamientos y fibrosis del cuádriceps, entre otras deformidades asociadas a esta patología.

Se ha visto asociada, además, a displasia congénita de cadera (45%), diversas deformidades en los pies
(31%), luxación congénita de codo (10%) y artrogriposis múltiple.

El diagnóstico se hace durante el examen físico, al encontrarse una hiperextensión marcada de la rodilla del
neonato, pudiendo confirmarse con la radiografía simple, que sirve para determinar el grado de severidad. Se
clasifica tres tipos (Fig. 6):

Figura 6. Esquema de los tres grados en los que se clasifica la luxación congénita de rodilla. La
diferencia fundamental está en la relación de las epífisis femoral y tibial. En el tipo B están en
contacto parcial, y en el tipo C hay pérdida total del contacto.

• Grado I: rodilla en 15° a 20° de hiperextensión; puede ser manipulada hasta los 45° a 90° de flexión.

• Grado II: desplazamiento moderado con una hiperextensión de 25° a 45°, en el que todavía se observa
contacto entre las superficies articulares de la tibia y el fémur. Se puede flexionar hasta la posición neutra.

• Grado III: desplazamiento total del tercio proximal de la tibia, pasando por delante de los cóndilos femorales,
sin llegar a encontrarse contacto alguno entre ambas carillas articulares.

El tratamiento debe iniciarse lo más pronto posible, preferiblemente al nacimiento (14). El tipo de tratamiento
variará en función del grado de afectación. En aquellos casos leves o moderados, habitualmente, el
tratamiento se basa en manipulaciones, tratando de colocar la rodilla en flexión e inmovilizándola con yesos
seriados a intervalos de 2 semanas; es posible conseguir buenos resultados, tras 6 a 8 meses de tratamiento.

En los casos severos de entrada o en los descritos previamente, en los que no se lograse la reducción, puede
ser necesaria la utilización de distintos procedimientos quirúrgicos, dependiendo de lo que considere el
cirujano, pasando por cirugías mínimamente invasivas, como: la resección cuadricipital percutánea o una
cuadriceplastia en V-Y.

Tortícolis muscular congénita


La palabra tortícolis proviene del latín, torti (torcido) y collis (cuello), y se
utiliza para describir una condición en la que existe un acortamiento del
músculo esternocleidomastoideo (ECM) del lado afecto, aunque,
generalmente, puede incluir el resto da la musculatura cervical, como
el platisma colli. Presenta una inclinación lateral de la cabeza hacia el lado
afecto y una rotación de la barbilla hacia el lado contralateral (5).
Se puede clasificar de diferentes maneras, pero la más sencilla es aquella que diferencia las
causas musculares de las no musculares. En el neonato, lo más habitual, es que se trate de una tortícolis
muscular congénita, aunque en caso de sospecha deberemos descartar aquellas causas no musculares
(ósea, por malformaciones vertebrales, como por ejemplo, en el síndrome de Klippel-Feil; procesos
inflamatorios (síndrome de Grisel); o causas neurológicas, como los tumores de fosa posterior, siringomielia o
Arnold Chiari)(6).

La tortícolis muscular congénita presenta una incidencia en recién nacidos del 0,3% a 1,9%, considerándose
la tercera patología ortopédica más comúnmente diagnosticada en la infancia. La etiopatogenia sigue sin estar
clara, aunque parece que puede estar en relación con la compresión venosa del cuello y un posible síndrome
compartimental de los músculos cervicales.

El diagnóstico es clínico. La cabeza se encuentra inclinada lateralmente y la oreja llega a contactar con el
hombro. En el recién nacido, esta actitud suele ser flexible. A lo largo de los días, puede ponerse de
manifiesto un engrosamiento situado en el vientre muscular del ECM, denominado “oliva”. Esta se presenta
solo en el 20-30% de los casos. La “oliva” va desapareciendo en pocas semanas, siendo sustituida por
fibrosis, y la inclinación de la cabeza es cada vez más evidente. La plagiocefalia es frecuente que acompañe a
la desviación del cuello(2).

El tratamiento inicial debe ser siempre conservador, aconsejando a los padres cambios posicionales en la
cuna y colocación en decúbito lateral, sobre el lado contrario al que está girado el mentón. Además, se puede
estimular al niño con ruidos, luces…, para que gire la cabeza al lado contrario (15). A estos consejos, se debe
de añadir la fisioterapia, con ejercicios de estiramiento pasivo, inicialmente por parte de los padres y, si no hay
mejoría, por parte de un fisioterapeuta.

Los casos resistentes al tratamiento o aquellos diagnosticados después del primer año de vida deben ser
referidos al especialista, porque puede ser necesaria la elongación quirúrgica del ECM.

Síndrome del niño moldeado


Este síndrome, descrito inicialmente en 1965 por Lloyd Roberts y Pilcher, se
basa en alteraciones posturales, que incluyen las siguientes deformidades:
plaquicefalia, tortícolis, escoliosis, oblicuidad pélvica, cadera contracturada
en adducción y/o malposición de las rodillas o los pies (Fig. 7).
 
Figura 7. Lactante que presenta una deformidad en C, también llamado niño moldeado. Nótese el
tronco curvo, la inclinación de la cabeza y la aducción de la extremidad, que está por encima del
nivel corporal.
 

Los factores que sitúan a un recién nacido en posición de riesgo para padecer este síndrome son: sexo
masculino, gran peso al nacer, ser hijo de madre primípara, oligoamnios, toxemia del embarazo, parto asistido
o presentación de nalgas(16).

El diagnóstico es fundamentalmente clínico, y el tratamiento se basa en la fisioterapia y la observación clínica;


ya que, estos niños tienden a la mejoría. A pesar de la diferencia en la abducción de las caderas, estos niños
no presentan displasia de cadera y, por lo tanto, no deben ser tratados(17).

Parálisis braquial obstétrica


Se trata de una lesión que compromete las estructuras espinales que
conforman el plexo braquial, secundaria generalmente, a un traumatismo
durante el parto y, como consecuencia, produce algún grado de parálisis del
miembro superior.
Se produce al traccionar el cuello o la extremidad superior del neonato, en el momento del parto, sobre todo
en pacientes nulíparas, menores de 20 años o mayores de 30 años, con un producto que presenta
discrepancia céfalo-pélvica, macrosomía, trabajos de parto prolongados, partos instrumentales y aquellos que
nacen en posición podálica.

Su incidencia actual oscila entre 0,38 a 5,1 casos por cada 1.000 nacidos vivos.

En el neonato con lesión del plexo braquial, se deben sospechar otras lesiones concomitantes: fractura de
clavícula, escápula y costillas, desprendimiento epifisario de húmero proximal, lesiones en columna cervical,
parálisis facial y diafragmática, así como tortícolis.

El diagnóstico se basa fundamentalmente en la anamnesis y la exploración física, complementándose con las


pruebas de imagen (RM) y los estudios electromiográficos en aquellos niños que no presenten una buena
evolución clínica.

Dependiendo del nivel donde se produzca la lesión, podremos tener uno de los siguientes tipos de parálisis(18):

1. Parálisis de Erb-Duchene: se afecta el tronco superior del plexo braquial (conformado por las uniones de
las raíces ventrales de C5 y C6). Es la parálisis más común (46%). Al examen físico, el hombro está en
aducción y rotación interna, el codo presenta extensión, y el antebrazo está en pronación, pudiendo existir,
asimismo, flexión de la muñeca y de los dedos de la mano.

2. Parálisis de Klumpke: hay una afectación de las raíces ventrales de C8 y T1, dando como resultado, una
lesión del tronco inferior, afectando fundamentalmente la movilidad de la mano. Se observa en un 36% de
todas las parálisis de plexo braquial en los neonatos, y presentan peor pronóstico que las superiores.
Además, en un tercio de los casos, coexiste una lesión de la cadena simpática cervical, conocida como
síndrome de Claude-Bernard-Horner, que en caso de presentarse, empeora el pronóstico para la
recuperación del paciente.

3. Parálisis total: se afectan todas las raíces nerviosas del plexo, dando como resultado una extremidad
flácida e insensible.

El tratamiento inicial es conservador, y debe esperarse 2-3 semanas para iniciar el tratamiento fisioterápico,
para evitar el dolor secundario a la irritación nerviosa y para permitir la cicatrización de las lesiones.

Después del primer mes, se inicia el tratamiento rehabilitador que, en aquellos casos en los que no se plantee
tratamiento quirúrgico, debe continuar de forma ininterrumpida hasta los 5-6 años de edad. Se deben realizar
movimientos articulares pasivos y suaves, trabajando sobre la estimulación sensorial y de percepción,
avanzando paulatinamente con el crecimiento del niño(19).

El tratamiento quirúrgico se reserva para aquellos casos con mal pronóstico (ausencia de recuperación de la
función del bíceps, antes del 3º mes; ausencia de función del bíceps; deficiente recuperación de extensores
del codo, muñeca y dedos; parálisis frénica; síndrome de Horner; Sind de Brown-Séquard; o ausencia de
recuperación de la mano al 2º-3º mes en parálisis completas). En principio debe realizarse de forma precoz,
entre el 2º-4º mes.

Bibliografía
Los asteriscos reflejan el interés del artículo a juicio del autor.

1. Chotigavanichaya C, Leurmsumran P, Eamsobhana P, Sanpakit S, Kaewpornsawan K. The incidence of


common orthopaedic problems in newborn at Siriraj Hospital. J Med Assoc Thai. 2012; 95 Suppl 9: S54-61.

2.*** Huguet R, Morales L. Ortopedia Pediátrica. En: Cruz M. Tratado de Pediatría 10° ed. Madrid: Ergon,
2012. p. 2151-61.

3.** Sankar W, Weiss J, Skaggs DL. Orthopaedic conditions in the newborn. J Am Acad Orthop Surg. 2009;
17: 112-22.

4. Hosalkar HS, Spiegel DA, Davidson RS. The foot and toes. En: Kliegman RM, Behrman RE, Jenson HB,
Stanton BF, eds. Nelson Textbook of Pediatrics. 19th ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier; 2011: chap 666.

Complicaciones Ortopédicas Durante el Parto, Alteraciones de la Bolsas Serosas, Ruptura


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Retracciones Musculares, El Punto Gatillo, Atrofia, Degeneración Muscular (Distrofia),
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Degenerativa, Discopatía, la Valoración y Diagnostico Deferencial en la Fisioterapia

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