Historia General de Espana Desde Los Tiempos Primitivos Hasta La Muerte de Fernando Vii Tomo 6 Libro I Al X Regencia de Maria Cristina de Borbon

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HISTORIA GENERAL

DE E S P A Ñ A
D E S D E L O S T IE M P O S P R IM IT IV O S H A S T A L A M U E R T E D E F E R N A N D O V II

POR

DON MODESTO LAFUENTE


C O N T IN U A D A D E S D E D IC H A É P O C A H A ST A N U E S T R O S D IA S PO R

DON JUAN VALERA


DE LA HEAL ACADEMIA ESPAÑOLA

CON LA COLABORACION DE DON ANDRES BORREGO Y DON ANTONIO PIRALA

TOMO VI

BARCELONA

MONTANER Y SIMON, EDITORES


CALLE DE ARAGON, NÚMS. 309 y 311

1882
ES PROPIEDAD DE EÖS EDITORES
INTRODUCCION

Período histórico quo abrió para Espa.ua el advenimiento de la casa de Borbou.—Decadencia de las instituciones vigentes al en trar á roinav la casa
de A ustria.—Reformas efectuadas en los reinados de Felipe V, Fernando V I y Carlos I II .—Influjo en España do la filosofía del siglo x v m .—
Influencia ejercida por la revolución de 178!).—L a faltado inspiración indígena da errónea dirección al movimiento reformador.—Formación
de los partidos políticos.—Progreso do la decadencia nacional de 1814 á 1S20.—Segunda época del régimen constitucional.—Esterilidad de las
reacciones autoritarias de 1814 y 1824.—Progreso de las ideas reformadoras.—Del influjo en España de los cambios de sistem a y de régimen
en las naciones extranjeras.—Relación entre el espíritu liberal do 1820 y el de las épocas posteriores.—Analogía de intereses que el falleci­
miento de Fernando V II creó entre su descendencia y la causa de las reformas.—Encontrado influjo de la diplomacia con relación á la lucha
entre los partidarios de doña Isabel y de doti Cárlos.—E l doctriuarismo y los partidos reformadores.—Erróneos derroteros seguidos al inau­
gurarse la tercera época del régimen constitucional.

El régimen político y las condiciones sociales de la Nación Pero estaba reservado á España ofrecer al mundo la singu­
española habían experimentado una profunda alteración, un lar anomalía de que habiéndose hallado al despuntar el si­
cambio hasta cierto punto radical, cuando á principios del glo XVI á la cabeza de las naciones civilizadas, pues excepto
siglo xvtiT se abrió la suecsion de Cárlos 11, causa de la los Países Bajos, que también nos pertenecían y algunas de
guerra que condujo á asentar la corona de España sobre las las repúblicas de Italia, aventajaba España á las demás na­
sienes del nieto de Luis XLV, el duque de Anjou. ciones en cultura intelectual, en industria y en instituciones
Grandes habían sido las transformaciones introducidas en tutelares del bienestar común, surgiera de aquella época de
el derecho patrio desdo el reinado del emperador Cárlos V. incontestable superioridad moral al mismo tiempo que mate­
El alzamiento y derrota de las comunidades; la no menos de­ rial el punto de partida de nuestra decadencia.
cisiva que se atrajeron las gemianías del antiguo reino de Semejante singularidad la explican suficientemente las
Valencia; el golpe cíe gracia dado por Felipe II á los fueros de causas de un retroceso imputable á. hechos de diversa índole
Aragon, tenían tan menguado el poderío ele nuestros antiguos entre los quo ocupan principal lugar las crisis preparadas por
municipios y tan en desuso las franquicias y privilegios de el renacimiento científico del siglo xv y por la emancipa­
las clases en l¡is que residían los derechos populares bajo la ción del espíritu religioso. En aquella crisis escogió España e.l
antigua monarquía, que poco tuvo que hacer Felipe V, vence­ papel de defensora, de adalid, do brazo derecho del principio
dor do la minoría que había seguido las bandems del Pre­ de la resistencia á los conatos progresivos de la Edad moder­
tendiente austriaco, para acabar con las escasas preeminen­ na. En Holanda, en Bélgica, un Alemania, en Francia y en
cias que aun se conservaban, principalmente en los territorios Italia resistió España, por su propia cuenta en los dominios
de la antigua Corona do Aragon, al advenimiento del primer de su pertenencia y en los extraños como aliada dol Imperio
monarca de la Casa reinante. y como campeón del Pontificado, combatiendo el nuevo orde­
Nada comprueba tan cumplidamente el decaimiento de las namiento que el espíritu de la reforma invocaba y desarro­
robustas instituciones de que en lo antiguo gozaron en Espa­ llaba en Europa.
ña las entidades sociales del país, como la circunstancia de La reunion de las dos coronas de Castilla y Aragón, el es­
no haberse levantado en él, una sola voz, para protestar con­ píritu militar que á nuestra nobleza y.á los populares Conce­
tra las cláusulas del testamento de Cárlos II, no porque esto jos ó Municipios del siglo xv comunicó la larga lucha con
hubiese llamado á sucederle al descendiente de su tia la los árabes vencidos y expulsos de su último refugio del reino
reina de Francia doña María Teresa, sino porque lo hubiese de Granada; la sucursal que en Italia nos habían llevado á
hecho sin contar con el asentimiento de la Nación, sin haber implantar las seculares conquistas do los reyes de Aragon en
convocado Cortes y curádose de (pie la representación nacio­ Sicilia y en Nápolcs; hacian de la vida marcial de los españo­
nal interviniese en el acto que disponía de la suerte de los les y de la condición de guerreadores y de adalides del prin­
españoles de ambos hemisferios. cipio religioso, avivado por el antagonismo contra los secta­
No puede en efecto ser dudoso que de no haber caído en rios de Mahoma y los do Lutero, una nación dispuesta á
desuso la periódica reunion de las antiguas Cortes de los rei­ dejarse arrastrar á la can-era de aventuras y de gloria á que
nos de Castilla y de Aragon, de no haberse torcido desde el la llevó la grandiosidad de las empresas exteriores que lle­
advenimiento al trono de Cárlos V la inmemorial costumbre nan los reinados de Cárlos V y de su hijo el fundador del Es­
de juntar Cortes para legislar sobre la imposición de tribu­ corial.
tos, el otorgamiento de subsidios y para promulgar nuevas Difícil era en efecto que llamadas la influencia y las 'armas
leyes, el hecho de que hubiesen sido llamados los represen­ de España á intervenir en los negocios dol mundo, despertada
tantes de los pueblos á asociarse ó á disentir de lo dispuesto ; la noble ambición de sus naturales por las maravillosas adqui­
por el testamento de Cárlos II, habría quitado la razón como siciones á que en América y en Asia se abrieron para nuestros
el pretexto para la guerra de suecsion, la que en ningún caso navegantes, dejase el país de asociarse al espíritu guerrero,
habría tomado el carácter que tuvo, y es también mas que ve­ bullidor y absorbente que caracterizó el reinado de los dos
rosímil que se hubiese evitado el desmembramiento de la vas­ primeros príncipes de la Casa (le Austria.
ta monarquia que en cabeza de sus principes llegó á reunir la Mal podia la nación cuya unidad se hallaba todavía en em­
rama de los Habsburgos heredera de la corona de Cárlos V. brión, pues por largo tiempo aun se gobernaron como países
T omo VI 1
11 H I S T O R I A OK k s f a X a

extraños el uno al otro, Castilla, Aragon, Cataluña y Valen­ social do (Jirón y compañía, y vióso mas tarde al magnate
d a , preocuparse ile la detensa do intereses comunes, de los favorito de Carlos IV protegerá los enciclopedistas y rodearse
i|Ui: im tenia concienda, ni dejar de entregarse al grande de sus discípulos y adeptos.
impulsu que en el siglo xvi tuvieron las guerras de conquista Foro aquella elaboración do cultura era del todo somera.
y las empresas trasatlánticas de los españoles. No excedia de la superficie; la enseñanza pública estaba en su
i ,u ci·lelire g'iierrade lostrdntaaños en Alemania, laprolonga- infancia; las universidades en voz de iniciadoras de ideas y do
da rebelión de los l.’aíses Hajos, la parl.idpadon que tornamos adelantos, antes bien eran remora para los progresos de la
en las contiendas civiles de Frauda, nuestra constante inge­ inteligencia. Los libros y las doctrinas preponderantes en las
renda en los listados de Italia, el descubrir y poblar el hemis­ naciones extranjeras, solo eran conocidos del corto número
ferio descubierto por Colon, impusieron á la recien constitui­ do eruditos que guardaban para sí y para el reducido círculo
da nacionalidad española, esfuerzos superiores á los recursos de sus relaciones privadas, la ciencia importada, para solaz
do que podia disponer. de los muy contados que se preocupaban de la cosa pública.
Kl sostener ejércitos en Flandos y en Italia, el equipar es­ Seguíase tie semejante estado que el saber indígena, que la
cuadras para invadir á Inglaterra, el sostenimiento de nume­ cultura patria tan tloreciontes en el siglo xvi y cuya deca­
rosas y distantes guarniciones, el fundar colonias en las mas dencia dejamos señalada á grandes rasgos, privados ahora
apartadas regiones del globo, requerían elementos superiores del alimento hijo do la libertad, esclavizados por el yugo ofi­
ú los que para llevar tan pesada carga podia reunir España, cial. solo pudieron nutrirse déla enseñanza exótica, tan opuesta
siguiéndose forzosamente de ello quo comprimiese su desar­ do suyo á las máximas y preceptos, á- las costumbres creadas
rollo interior, mermando su población y agotando sus medios en el seno de nuestro pueblo por trescientos años de intole­
¡i, loilas luces insulicie.ntes para empresas á las que apeuas rancia teocrática y de gobierno absoluto.
bastarían en nuestros dias los superabundantes recursos de Pero al compás tic nuestra inmovilidad, del estancamiento
que disponen las naciones mas opulentas. Costó España sus en que yacíamos, la Europa y el mundo se conmovían á im­
nacientes fuerzas en contiendas y en guerras que no le per­ pulso del volcan de la gran revolución de 11S!), no pudiendo
mit. iemn desarrollar los gérmenes de vida y de organization dejar de hacerse sentir en España el influjo de las ideas y de
interior á que estuvimos llamados en el reinado de Isabel. I y los sentimientos que bajo el Consulado y el primer Imperio,
de Fernando do Aragon. cambiaban la faz y la manera de ser del continente europeo.
Kn el do Carlos V dejó la grandeza de ser convocada &ocu­ No es dudoso que al comenzar el presente siglo un sordo
par su tradicional puesto en las Cortes, cuyo carácter político pero profundo movimiento de ideas, odiaba raíces del lado
quedó casi del todo anulado despues de disuoltas las célebres acá del Pirineo. .La corte, los literatos que rodeaban al prínci­
de la Coruña, pues las que posteriormente se juntaron bajo pe de la Paz, embriagados con las ilusiones que les inspiraba
la dinastía austríaca carecieron de la independencia de que la alianza do nuestro gobierno con Napoleon, todo lo espera-
estuvieron en posesión las asambleas nacionales en los si­ ban-dcl victorioso conquistador, y como aparte do las influen­
glos xiv y XV. cias cortesanas, las clases ilustradas, los hombres do iniciativa
Sin embargo, conservóse bajo aquella dinastía el nombre y participaban de la levadura innovadora y anticlerical, predo­
la forma de la institución, que reconocía el derecho do la Na­ minaba entre las elevadas clases sociales un espíritu de opo­
ción liara aconsejar al .Rey, dirigirle peticiones y otorgarle sición del que no debia tardar en surgir el advenimiento del
subsidios, si ilion es de observar que no se respetó la costumbre partido liberal.
de convocar las Cortes periódicamente. ¿Cuán eliforcuto era, sin embargo, la situación do nuestra
liste hecho corrobora nuestra precedente observación rela­ escuela reformadora, de la quo cupo en Inglaterra á los puri­
tiva a! cambio experimentado en nuestro régimen político á tanos de Cromwell y en Francia á los discípulos de Diderot y
principios del siglo xviit, toda vez que á posar de no estar de d’Alembert? El fervor religioso de los primeros cundió y
todavía cu completo desuso la reunion de las Cortes, no ele­ penetró hondamente en las entrañas del pueblo inglés, y
varon las ciudades que en ellas tenían representación una voz cuando empezó la lucha entre el parlamento y Carlos 1, los
de protesta contra la monstruosa usurpación que los conse­ adversarios del rey tenían detrás de sí un gran partido, una
jeros y favoritos de Carlos II cometían ai disponer de los ruidosa popularidad y el poderoso auxiliar de una propaganda
territorios y de los súbditos do la Corona do España, cuyas activa.
posesiones se vieron puestas en feria y como subastadas en el La preparación revolucionaria fue todavía mas robusta en
reparto que de ellas se hizo en los tratados concertados entre Francia. Sus filósofos y sus escritores so habían apoderado
los gabinetes extranjeros, completamente del ánimo público. La organización política
De resultas de tales cambios y do la postración á que había que constituía la armazón de lo que so llamó el antiguo régi­
venido á parar la nación que había sido la preponderante en men, se hallaba tan desacreditada, que medio siglo anl.es (.ille­
el mundo durante- el siglo xvi. la herencia recogida por Feli­ se viniera al suelo la vieja monarquía francesa, la propaganda
pe V en nuda se parecía á la vigorosa nacionalidad que llegó revolucionaría partia de los círculos aristocráticos; la impie­
á inspirar el general temor de que abrígase España el desig­ dad tenia secuela en los conventos de frailes, y el clero secu­
nio de erigirse en .Monarquía Universal. lar vivia con la relajación de costumbres que se desprende del
Mas si políticamente considerada ora esta nación un cadá­ hecho significativo de que al estallar la revolución de 1789,
ver cuando entró á regirla la casa do Borbon, no hay que la mayoría de ios obispos do Francia, en vez de residir en sus
desconocer que debió á los tros primeros príncipes de esta diócesis, vivían en París en traje do abates, frecuentando ios
estirpe, importantes mejoras administrativas. Los auxiliares tocadores, en que era moda entonces que las señoras de alto
enviados ¡i. Felipe V por su abuelo Luis XIV, rompieron la copete recibiesen á sus amigos predilectos.
tradición rutinaria que tenia entorpecidas todas las ruedas Las ideas y las costumbres de la Francia se hallaban com­
do la organización interior. La absorbente preponderancia del pletamente rcvolnrioïuulas citandola convocatoria de los No­
cloro lité contenida. I'll gobierno hizo alarde de independen­ tables, la de los Estados generales, y por último, de la Asam­
cia ivspeeto al Rapa, y en las transacciones diplomáticas de blea nacional, vinieron á dar forma y nombre al entierro
dichos tres reinados desplegó España una vitalidad que le solemne de la monarquía tradicional.
valió sor todavía contada entre las potencias de primer orden. ¿En qué se parecía nuestra situación á la de la Francia
Kl espíritu lilosótiou y reformador que á mediados dei siglo de 1789, cuando los sucosos de 180S, el motín de Aranjuez
último so hizo sentir en Austria, en .Francia y en Toscana que destronó á Carlos IV, la ida de Fernando V il y do toda
había también penetrado en las capas superiores de nuestra la familia real á Francia y la orfandad en que quedó la na­
sociedad. La Inquisición cesó de funcionar activamente; entre ción, dieron lugar al grandioso sacudimiento del espíritu na­
la grandeza cundían los preceptos do -Inan .Jacobe Rousseau cional en revindieacion de su violada independencia y de su
l'ara la educación de los hijos; el duque de Osuna queriendo honra ultrajada?
estimular con su ejemplo un impulso favorable á la indus­ Noble, esforzado, conmovedor filó el alzamiento en masa
tria, establecía en .Madrid una casa de comercio bajo la razón del pueblo español, en respuesta á las forzadas abdicaciones
IXTRODUCCIOX III

de: Bayona y á las hecatombes del 2 de mayo, y grandes al par medida que acrecieron las fuerzas del servilismo. La ley de
que fundadas fueron también las esperanzas que los hombros señoríos llevó la alarma al seno de la grandeza y la improvi­
pensadores y de elevados sentimientos en el mundo entero, sada contribución directa, reforma mal entendida por e le c to
concibieron de. que la regeneración de la España de nuestros de falsas aplicaciones económicas, hijas do la inexperiencia
gloriosos antepasados iba á ser tan completa como fecunda en del partido liberal, disgustó á los contribuyentes paia quienes
bienes para nosotros y en noble ejemplo de emulación para era nueva y pareció pesada semejante carga.
las demás naciones. Todas estas causas reunidas contribuyeron poderosamente
A. la historia corresponde consignar las causas de que no á romper, á acabar de deshacer la casi unanimidad del .senti­
llegase á realizarse el lisonjero pronóstico, quo por segunda miento público', estallado en favor del establecimiento de
vez debíamos dejar desmentido, cuando en 1820 asombramos un régimen nacional, al ser convocadas por la .lunfa Central
á Europa, humillada entonces bajo el férreo yugo de la santa las antiguas Cortes del reino.
alianza, alzando una bandera de libertad, que no supimos Dado que fue este gran paso, lo importante habría sido sa­
hacer amar por la nación, ni defender contra el extranjero. ber apreciar la inmensa trascendencia de que quedase conso­
¿V cuál fué el origen del fatal antagonismo que entre las lidada la obra del régimen representativo, habiendo llamado
ideas liberales y el sentimiento popular, estalló al sor promul- .! áparLieipar de sus beneficios á todos los infere ses m>ii el il ni­
gado por las Constituyentes de Cádiz el Código de 1812? dor, existentes en el país. Una vez aceptado que hubiese sido
No hay que olvidar que al arranque de hondo patriotismo el nuevo orden de cosas y teniendo expedito el gran resorte
que so apoderó de la inmensa mayoría de los españoles en la de las elecciones, hallándose en posesión de la valiosa gavaií-
guerra fio la independencia, se asoció el clero y las clases que tía de la libertad do imprenta y habiendo purificado algun
podían llamarse privilegiadas. En todas las juntas de provin­ tanto el régimen municipal que se había viciado bajo el des­
cia instaladas para significar el movimiento de resistencia ° potismo, muy bien pudo haberse procedido con menos impa­
contra ol invasor, figuraban eclesiásticos y señaladamente ciencia á abordar las reformas de carácter mas comprometido.
frailes, á cuya clase pertenecían no pocos de los redactores Dispuesto como se había hallado el clero á las reformas
de periódicos, de folletos, de manifiestos y de hojas sueltas dsntro de la esfera civil, hasta que conoció que Lambien al­
(pie inundaron al país, y de hecho introdujeron la libertad de canzarían á sus inmunidades, no habría probablemente ido á
imprenta antes que existiese ley que la autorizase. buscar en los golillas, cu los palaciegos y en las muchedum­
Sabido es también que el futuro cardenal Ingnanzo, ol fu­ bres los elementos do que á la vuelta del rey pudo ocluir inano
turo arzobispo Cañedo y otros diputados de las Cortes gene­ contra los liberales, y jurada que hubiese sido por Fernan­
rales y extraordinarias de Cádiz, que se señalaron por su do VIL una constitución menos radical que la de 1812, otra
realismo exagerado y su enemiga contra el régimen constitu­ habría sido probablemente la suerte de la nación, pues aun­
cional, se habían manifestado á la apertura de aquellas Cortes, que como era verosímil hubiese surgido mas tarde el antago­
ardientes partidarios del régimen liberal, pues los hubo entre nismo entre los reformadores y los interesados en el sosten
ellos quienes calificaron de herejía política poner en duda que de los abusos, las disidencias habrían tenido otro carácter
la soberanía no residiese en la nación. Desde 1808 á 1812 el y adquirido la opinion un influjo difícil do descartar, una
movimiento patriótico y regenerador contra los franceses, la vez establecido y aceptado por el rey el régimen constitu­
repulsion a. las corruptelas palaciegas y al favoritismo fueron cional.
unánimes en todas las clases y mas particularmente entre los Pero nuevamente hay que reconocerlo; la conducta que hu­
individuos del clero. biese bastado para mantener unida á la mayoría reformadora,
Alcanzó empero al partido reformador la desgracia do care­ cuya existencia se 1íabia hecho patento en los primeros años
cer de escuela indígena, cuya enseñanza pudiera servirle de de la guerra do la independencia, exigia un lleno do educa­
norte. Los principios que profesaba la minoría ilustrada no 1 ción política de la que carecían los españoles; pero una vez
solo no eran simpáticos pero ni aun siquiera conocidos por la despertadas las pasiones y heridos los intereses, no podia
generalidad de los españoles, situación que debilitaba á los ser dudoso el resultado de una lucha entre la minoría liberal,
liberales contra la resistencia que debía encontrar su obra. expresión de un idealismo exótico, y la secular organización
Era muy difícil, y aun puede afirmarse casi imposible, que del régimen absolutista y teocrático, con el que estábamos
hombres imbuidos en la filosofía en boga en los países cultos, !: destinados á contender durante el medio siglo trascurrido
que discípulos y admiradores de Voltaire, do Kousseau y de­ desde 1812 hasta el dia, contienda apenas terminada y de cu­
más apóstoles de la fe política enemiga del ídolo, de la tradi­ yos sacudimientos tendremos todavía probablemente que re­
ción, que los adversarios de la intolerancia refrenasen su sentimos.
irresistible deseo de dirigir los primeros golpes del gobierno A la vuelta de Fernando VII do su cautiverio de Valencey
constitucional contra los abusos de lo pasado. Por mas que el régimen liberal se vino al suelo como un castillo de naipes,
un artículo de la nueva constitución hubiese proclamado la derribado al impulso de un realismo exaltado y de la impre­
religion católica, apostólica, romana, como única verdadera y visión y falta de prudencia de los constitucionales.
como debiendo ser la exclusivamente admitida en los domi­ La versión de nuestro predecesor el Sr. Lafuente expositiva
nios españoles, el sagaz instinto eclesiástico no tardó en vis­ de la contrarcvolucion que inició el célebre decreto fechado
lumbrar la nube que so le venia encima y preparóse el cloro en Valencia el 4 de mayo de 1814, por el que Fernando Vi l
no solo para la defensa sino para el ataque contra las nuevas abolió el código de Cádiz y proscribió á sus autores, da sufi­
instituciones. Fácil fue á los corifeos eclesiásticos hacer causa cientemente á conocer la índole y pormenores de la feroz
común con los camaristas, con los golillas, con toda la nume­ reacción que en un solo dia de obcecación, de odio y do ven­
rosa cohorte de allegados del antiguo régimen, usufructuarios ganza, hizo descender á España de la consideración y del
de los abusos y corruptelas de la vieja monarquía. rango, que en la estimación del mundo y señaladamente en la
Do aque.lla amalgama do levitas y do privilegiados so formó de los gabinetes extranjeros, nos había colocado la gallardía
el partido servil en fronte del naciente liberalismo, coalición ; del alzamiento nacional y el espectáculo do nuestra desespera­
la de los primeros que apoyándose en las costumbres de un da resistencia á las armas de Napoleon.
pueblo que había vivido bajo el influjo do aquellas clases, es­ Aras no tardaron en hacerse sentir los efectos del descrédito
taba tanto roas dispuesto á seguirlas, cuanto que ellas exalta­ en que cayó el restaurado gobierno de Fernando VII absoluto.
ban la fe de las creencias populares y se servían como de un Su representante en el congreso de Viena don Pudro Douiez
talisman del nombre del cautivo monarca. Labrador, en vez de haber obtenido de aquella asamblea de
No fuera lógico inculpar al partido liberal, que acababa do ■reyes y de sus primeros ministros, las consideraciones debidas
nacer, de que no tuviese organización ni contase con jefes al enviado de la nación que liabia dado á Europa el ejemplo
experimentados. Del todo nuevo el partido á la práctica de la ele cómo se rechazan las invasiones extranjeras, de cómo el
ciencia do gobernar, no podia pedírsele que hiciese uso de un patriotismo y la abnegación vencen el número y la disciplina
caudal de estudio y de experiencia de que enteramente carc- de los ejércitos, fué acogido en Vicna con una trinidad que
cia, y antes al contrario dejóse arrastrar por sus instintos á casi degeneró en desden, cual lo a:redita lo mal librada que
IV HISTORIA DE ESPAÑA

salió España en los dos únicos asuntos en que mostró tener Conocida es la suerte que tuvo el ejército expedicionario
un interés directo el gabinete de Madrid. que en las costas gaditanas estuvo organizándose durante el
Filé uno do (dios el de la reivindicación presentada por tiempo que precedió al pronunciamiento castrense qui; condu­
Labrador en favor de los derechos dot infante don Luis de jo al restablecimiento de la Constitución de 181.2y del régimen
liorbon á los ducados de Parma, Plasència y Guastala que liberal, ahogado tres años despues en la sangre que hizo correr
poscia la inadro de aquel principe al comenzar las guer­ la guerra civil coronada por la invasion de los ejércitos de
ras di; la revolución y del imperio. Estos Estados habían sido Luis XV11L
elididos por el tratado de Fontainebleau á la archiduquesa Mas aunque la errada política colonial cuya responsabili­
María Luisa de Austria, esposa de Napoleon, y aunque calu­ dad alcanza también á los liberales, no hubiese precipitado
rosamente reclamados por Fernando VII para su sobrino, la caída del primer período reaccionario inaugurado en 1814,
Cuéle denegada la restitución, no obstante que para proceder la ignorancia, la insensatez, los furores de nuestro absolutis­
de esta sucri,o el congreso descartaba el principio fundamen­ mo tradicional habrían bastado para consumar su inevitable
tal que había sentado, el de devolver á todos los soberanos ruina. Una larga y sangrienta serie de conspiraciones en las
desposeídos por Napoleon los territorios sobre los que habían que figuraron como iniciadores, para ser sus víctimas, Porlier,
reinado. Renovales, Richard, Lacy, Vidal y Bertrán de Lis, sellaron con
El otro asunto en que sufrieron igual desaire las pretensio­ la sangre de aquellos denodados patricios las protestas del
nes de Fernando VII lo fué el relativo al retroceso á España partido liberal, en cuyos perseverantes trabajos iban libradas
de la pla/a de Oli venza. Piulo y pesó mas en el ánimo del las aspiraciones del porvenir.
congreso contentará Portugal que satisfacer la susceptibilidad Jamás presentó la historia una demostración mas palpable
de España, objeto, antes que sobreviniera la reacción absolu­ de lo insuficientes que son las mayorías numéricas, cuando
tista do 1KH, de admiración y encomio por parte de las po­ en ellas no reside la conciencia del interés público, cuando no
tencias coligadas contra Francia. son depositarías de la justicia y de los intereses morales de su
Tuvo Fernando V il que pasar por la humillación de que el país y de su época. ¿Para quién puede ser dudoso que el par­
congreso desatendiese sus reclamaciones, y no tuvo otra ma­ tido realista, que el servilismo reaccionario que venció á los
nera de significar su disgusto, sino ordenando á Gomez Labra­ liberales en 181.4, lo componia en aquel tiempo la inmensa
dor que no autorizase con su firma el acta final del congreso mayoría del pueblo español? El fanatismo que abogó la voz
de Viena, á la que solo faltó el nombre del plenipotenciario y anuló el influjo de nuestros primeros reformadores, tenia
de la nación á la que pertenecía el lauro de no haber plegado tantas raíces en nuestro suelo que todavía pudo sobrevivir á
la cerviz ante la voluntad del gran conquistador, 'fres años la derrota que experimentó de resultas del triunfo de la re­
despues y por medio de convenios parciales consiguió España volución de 1820, pues se halló bastante fuerte para ser el
que al fallecimiento de la ex-emperatriz María Luisa, los Es­ auxiliar que asegurase el éxito de la intervención de 1823,
tados de .Parma debiesen hacer reversion al infante de Espa­ entregándose de sus resultas al furor reaccionario que señaló
ña. Respecto ¡t la plaza de Olivenza la decision negativa del el funesto año de 1824. ¿Pero de qué sirvieron al partido abso­
congreso fuó definitiva. lutista sus renovados y decisivos triunfos? Cada una de sus re­
No nos detendremos tampoco á reseñar, pues de ello se ocu­ surrecciones lo ha conducido á estrepitosas caídas que han
pa la obra dol Sr. Lafuente, el vergonzoso cuadro que ofreció ido ensanchando el predominio de las ideas reformadoras,
el gobierno de España durante los seis años trascurridos convirtiendo en amigos y sostenedores de las instituciones
de 1814 a 182o. Ellos ofrecen el período mas bochornoso de la modernas, á las masas populares que con tanta obstinación
triste historia de nuestra decadencia. Tratado como acabamos seguían en épocas anteriores la bandera tradicionalista.
de ver lo fuó el rey por la coalición victoriosa, no se hizo me­ Mas ¿cómo disimular tampoco que los errores y aberraciones
nos palpable lo menguado de la administración interior del que han retardado la saludable reconstrucción de la sociedad
país entregada á ministros que sostenia ó derribaba la do- española han sido también comunes, aunque no en iguales
mesi ieidad palaciega en cuya sociedad se complacía Fernan­ proporciones, á la opinion liberal? La experiencia de las im­
do, lo (pio valió á la pandilla desús familiares consejeros el previsiones á que esta se dejó .arrastrar en 1812, no sirvió lo
apodo do la Cam(orilla, que en befa de lo que pasaba en la bastante á los caudillos que se diera en la segunda época
corti; do España, lian adoptado como sustantivo propio, todos constitucional. No midieron estos bien en 1820 y en los tres
los idiomas extranjeros. siguientes años las fuerzas de que podían disponer, ni intere­
Obstinado el rey cu sujetar nuevamente á su dominio las saron al pueblo en la conservación de un régimen cuyos be­
rebeladas colonias de América, no escrupulizó en seguir una neficios no supieron hacerle comprender. Tuvieron que luchar
politica conforme á la que sobro dicho punto debia desgracia­ contra la doblez del monarca, contra el influjo del clero, con­
damente observar mas tarde el gobierno constitucional, el que tra los hábitos y preocupaciones del pueblo, al mismo tiempo
durante los tros años do su posterior dominación desaprove­ que contra una diplomacia enemiga, y solo á fuerza de habi­
chó las propicias ocasiones que se lo presentaron para haber lidad, de prudencia y do bien inspirada energía, habría sido
negociado con los insurgentes, obteniendo en cambio del re­ posible salvar los escollos que rodearon al partido liberal des­
conocimiento de su emancipación, importantes ventajas para de el 7 de marzo de 1820 hasta el l.° de octubre do 1823, en
nuestro comercio y para los interoses de los españoles que que se disolvió el gobierno constitucional, compclido á abrir
lides á la madre patria habían combatido en defensa de su las puertas de Cádiz á los franceses.
integridad y vistoso de sus resultas obligados á abandonar Negociar ó combatir era el dilema á que los liberales se vie­
el continente en que dejaron sus intereses á merced del ven­ ron reducidos al tener que contestar á las notas de los repre­
cedor. sentantes do las potencias que habían pactado en Verona no
En su vehemente deseo de reconquistar las Americas Fer­ consentir por mas tiempo la clase de gobierno que se habían
nando Vil consumó la ruina de su aniquilado tesoro. dado los españoles.
Una primera expedición á Costa-firmo al mando del gene­ : No es necesario analizar cuál de entre ambos partidos debió
ral don Fabio Morillo, no tuvo otro resultado que el do exa­ ser el proferido. «Si el primero no se consideró posible, lo que
cerbar la contienda entre peninsulares y criollos, toda voz parece bastante dudoso, y si se creia que no liabia medios
que de nada sirvieron las victorias obtenidas por Morillo, los pava adoptar el segundo, el desenlace que se fué á buscar á
restos de cuyas tropas tuvieron que reembarcarse para la Pe­ Cádiz pudo y debió haberse adoptado antes de haber arrojado
nínsula, donde sirvieron de testimonio vivo de lo inútiles que !, el guante á la Europa, significando en las contestaciones da­
habían sido los esfuerzos y sacrificios de España para sujetar das por San Miguel á las notas de las potencias, que era in ­
de nuevo ¡i su dominio, regiones en favor de cuya indepen­ diferente á J'Jspaun. conservar ó no relaciones con aquellos
dencia militaban á la vez, el entusiasmo de sus naturales y gabinetes.
las simpatías de las grandes potencias marítimas, interesadas La verdad os que las dos parcialidades en cuyas manos es­
en el libre comercio culi colonias que el gabinete de Madrid i tuvo el gobierno de España de 1S2(> á 1823, la de los docu-
había.siempre most rado empeño en cerrar alas demás naciones. I añistas templados y la del partido exaltado, no tuvieron el
I X T HOTI UCCI OV V

acierto <le utilizar los elementos de acción y de influjo ¡í que infante B. Carlos filé desde entonces el candidalo designado
cada uno ile ollos podia aspirar á fin do llegar á una solución por las sociedades secretas ilei absolutismo, la del .Imjil iv-
aceptable ó por lo monos llevadora. Para los moderados ha­ IrrmiD((tlor y sus similares, para realizar mas ó menos pronto
bría sido una necesidad absoluta haber llegado á entenderse su acariciado idealismo, cifrado en el restablecimiento del
con el rey y con la diplomacia, como para los exaltados lo ora tribunal do la Inquisición.
haber interesado al pueblo, lo cual rara vez deja do estar al La tentativa de rebelión eapitaneada por llessieres, secun­
alcance de los partidos revolucionarios, cuando son hábiles y dada porci levantamiento de los realistas de Catalana, cutio-
oportunamente enérgicos. Por desgracia ni Arguelles, ni Mar­ eida bajo el nombre de alzamiento de los (U/mrón/os, decidió
tinez de la liosa, ni Calatrava, lograron hacer su política acep­ al rey á marchar al antiguo Principado, donde su presencia,
table al rey, y San Miguel y los exaltados dejaron pasar, sin ayudada por el arrojo, la actividad y las crueldades del lamo­
haberlo aprovechado para la defensa del territorio, el ano so donde de España, ahogaron en abundante sangre el movi­
trascurrido entre la jornada del 7 de julio de 1822 y la entrada miento ultramontano, del que se aprovechó la ferocidad del
del duque de Angulema al frente del ejército invasor. Conde, erigido en procónsul, para hacer pagar á los liberales
Pero las faltas que cometiera el partirlo liberal las expió el auxilio que inconscientemente le habían prestado ayudán­
cruelmente, y no redundaron en daño de la nación ni de su dole il sofocar la rebelión de los agraviados.
buen nombre los inconvenientes que de aquellos errores se l’ero no era el carácter del rey propicio á disculpar el celo
siguieran, no pudiendo decirse otro tanto de la conducta ob­ de los que bajo pretexto de monarquismo menoscababan su
servada por el partido realista que, por dos veces en el brevi; autoridad, y egoista y personal Fernando ante lodo, hizo mas
intervalo trascurrido de 1814 á 1821, ensangrentó el suelo pa­ mella en su ánimo la insolencia de los recién levantados que
trio promoviendo una guerra civil, haciendo del cadalso su su exagerado amor á la omnipotencia règia, máxima, favori­
predilecto medio de gobierno, declarándose enemigo de las ta de aquel príncipe. Tan profundo era su egoismo que aun­
luces, tratando como criminales á los hombres mas eminentes que debiera lisonjearlo el celo de los que le exigían que exa­
de la nación é impopularizándose hasta el extremo que lo gerase su autocracia, no se «lió por satisfecho con haber
demuestra la postración y el universal descrédito en que ha­ vencido la insurrección, seguro como además se hallaba de
bía caído al estallar la revolución de 1820, habiendo acabado que su hermano D. Carlos á nada se movería ínt erin no vaca­
de corroborar la esterilidad de los ideales trailicionalist.as la se el trono, sino que enamorado Fernando de la idea de tener
situación de atraso y de empobrecimiento á. que condujeron sucesión directa apenas hubo enviudado por fallecimiento de
á. España los desaciertos de los reinados do Carlos IV y de su tercera esposa doña Amalia de, Sajorna, concibió con júbilo
Fernando VIL la perspectiva de un cuarto matrimonio, escogiendo por con­
Los dos últimos años del del abuelo de I>. Alfonso XII, sorte á su sobrina la princesa de Ñapóles doña María (.'risiina
ofrecieron nn no interrumpido cuadro de palpables contras­ do Borbon, hermana de su cuñada doña Carlota, mujer del
tes y de chocantes contradicciones. Llegaron á tanto punto infante don Francisco de l’aula.
en 1824,25 y 2(3 las intransigencias del realismo exaltado, que La Brevidencia, según los creyentes, y la predestinación
no se dieron por satisfechos sus corifeos con haber dado rien­ histórica, según los filósofos, tienen marcadas en el libro del
da suelta á los feroces instintos de una plebe ignorante, lan­ destino las fechas fatales en que han de verificarse las gran­
zada como porros de presa contra los perseguidos liberales de des crisis que cambian la .suerte de las naciones. Teoría ha
todo sexo, edad y categoría. La proscripción, los cadalsos, ase­ sido esta de todo punto aplicable á. la resolución tomada por
sinatos jurídicos tan odiosos como los perpetrados en las per­ Femando VU y á. las consecuencias que se siguieron de. su
sonas de Riego y del Empecinado, los suplicios multiplicados matrimonio con la joven, bella y discreta princesa napolitana.
en castigo de meras palabras denunciadas como sediciosas ó Desde aquel momento la corte de España se dividió en dos
simplemente por opinion, cual lo comprueba el martirio que campos, cuyo antagonismo acrecentó de ilia en dia la preñez
sufrió el iluso maestro de escuela Valenciano, el desgraciado y los sucesivos alumbramientos de la reina (.Vistimi.
en cuya ejecución se emplearon procedimientos verdadera­ Componían el partido de los regios consortes los realistas
mente inquisitoriales, no fueron bastantes para aplacar la saña templados como Còrd ova, t'ucsadn, Llaudor, Eróles y los au­
y los temores de un partido al que mas que otra cosa enfure­ xiliares quo estos habían conquistado entre las notabilidades
cía sentir que su estrella se eclipsaba y que se aminoraba su del extinto partido josefino, el que maltratado por los reac­
antiguo ascendiente sobre la opinion. En su frenesí persegui­ cionarios en 181-1 y por los liberales en 1820, aprovechóse de la
dor llegó el partido realista intransigente á formular como su carencia en que el absolutismo se hallaba de administradores
teoría favorita, como su tésis de gobierno, el exterminio en hábiles, para ofrecer sus servicios al restaurad» monarca,
masa de toda la grey liberal. quien escogió entro ellos sus agentes predilectos.
De buen grado accediera Fernando VII á ser el Diocleciano Los regios esposos eran los jefes ostensibles do la parciali­
que sin contemplación diera fin de la odiada raza, pero aun­ dad que engrandecía el prestigio del trono y á- la que vino á
que había resistido á los consejos y amonestaciones de su li­ prestar valiosa ayuda lo mus ilustrado y notable entre la no­
bertador el duque de Angulema y despues á los de su tío bleza, el comercio y la burguesía acomodada, los liberales en
Luis XVT.II, en favor de una política tolerante, y conciliadora, suma, para quienes era una esperanza y una garantía que sus
instado también á que la siguiese por los gabinetes del Norte implacables enemigos se hubiesen declarado en favor del hun­
que habían sido los principales instigadores do los acuerdos do opuesto.
del Congreso de Verona, donde se fulminó la intervención que liste, no obstante los escrúpulos de su acariciado jefe el in­
debía sofocar la naciente libertad de España, y mayormente fante don Carlos, quien constantemente so negó á dar alus al
influido el rey por las instancias del emperador do Rusia que partido ínterin viviese el rey su hermano, recibía las inspira­
envió á Madrid en misión extraordinaria á su plenipotenciario ciones del cuarto mismo de aquel principe, cuya esposa doña
el célebre conde Pozo di Borgo, acabó Fernando por ceder, María Francisca y la hermana de esta, viuda del infante don
consintiendo en un cambio do gabinete que templó algún Pedro, dirigían el celo de sus adictos, secundadas por lo mas
tanto las atrocidades consumadas bajo el ministerio de su cx- selecto del partido intransigente, por hábiles individuos dola
confesor el canónigo .1). Víctor Saez, habiéndose dado en con­ Compañía- de Jesus y por los representantes de línsia, do
secuencia la parodia de amnistía de fecha de 1." de mayo Austria, de 1’rusia y de Ñapóles, supliendo cumplidamente
de 1821. Aunque de resultas de aquel aparente cambio tem­ los trabajos que de aquel centro partían á la falta de iniciativa
plóse hasta cierto punto el férreo yugo que pesaba sobre los del mismo don Carlos. K1 nacimiento de la infanta doña Isa­
liberales, la exageración de los voluntarios realistas que aspi­ bel, primogenita de Fernando Vil y que debili ser su succsora,
raban á imponerse á la règia voluntad cuando esta no defería agravó intensamente la inevitable crisis.
á darles gusto, no tardaron los corifeos de la intransigencia en Los absolutistas que habían elegido á don (Virios por ban­
murmurar contra las debilidades de que acusaban al monarca dera, llevados de la confianza que les inspiraba la exagerada
y pusieron los ojos en el que habría sido heredero de la coro­ fe religiosa de este príncipe y su decidida predilección por el
na, si Fernando moria sin dejar por sucesor un hijo varón. El mantenimiento del antiguo régimen en toda su pureza, tenían
VI H I S T O R I A DIS E S P A Ñ A

el mayor interés en dar por cimiento á su parcialidad, títu­ bajo cuyas prescripciones habría tenido la corona que pasará
los do plausible legalidad y los buscaron en el a.ulo acordado los hermanos ó sobrinos del monarca reinante.
de Felipe Y, ley emanada de la omnipotencia regia sin parti­ Según los usos todavía vigentes, aquellas modestas Cortes
cipación alguna de la nación, la que de todo tiempo había se reunieron en el palacio morada del rey, quien se dignó
intervenido por medio de las Cortes en los casos arduos de asistir á su apertura el dia lt* de febrero de 17Sí). El 23 del
sucesión á la corona. Felipe V quiso introducir en España la mismo fué jurado Fernando como príncipe de Asturias y el
ley sálica de los franceses, que excluye á las hembras de rei­ dia 3ü el conde de Campomanes, que presidia la reunion, hacia
nar por derecho propio, y no t uvo necesidad de apelar á otra leer por el notario mayor de los reinos, delegado por el rey
autoridad que á la de que lo revistió á su advenimiento al tro­ para dar testimonio de la resolución de las Cortes, la propues­
no el doblo carácter de fundador do dinastia y de vencedor ta de dirigir á S. M. una petición que precedida de un corto
en la contienda que le valió la conquista de su corona contra preámbulo expositivo de sus fundamentos históricos, se halla­
los partidarios y aliados de su competidor el archiduque aus­ ba concebida en los siguientes términos:
triaco.
Señor:
En semejante situación fácil fue al monarca allanar los dé­
biles obstáculos que se opusieron á su designio. No se había «La ley dos, título ¡1 °, partida 2, declara lo que se ha obser­
atrevido Felipe á convocar las casi abolidas Cortes del reino, vado de tiempo inmemorial y lo que debe observarse en la
presintiendo que por mas degenerada que se hallase la insti­ sucesión del reino, habiendo demostrado la experiencia la
tución las Cortes se negarían á pasar por cima de la inmemo­ grande utilidad que ha resultado, supuesto que produjo la
rial legislación del reino. Dirigióse Felipe en consulta al Con­ reunion de Castilla y de Leon y de la corona de Aragon por
sejo de Castilla, pero encontró resistencia en este cuerpo, de el orden do sueesibilidad señalada en dicha ley, pues lo con­
cuyas resultas desterró á su presidente, medida que intimidó trario siempre lia producido guerras y grandes trastornos.
á los demás consejeros, de quienes sin embargo solo pudo »Por todas estas consideraciones suplican las Cortes á S. M.
lograrse la declaración de la necesidad de que las Cortes con­ que á pesar ele la innovación hecha por el auto acordado 5.°,
curriesen á. la formación de la nueva ley. titulo 7.°, libro V, ordene S. M. que se observe y cumpla per­
l’ero ni la veneranda institución existia ya en las condicio­ petuamente en la sucesión de la monarquía la costumbre
nes que solo hubieran podido darle el carácter de representa­ inmemorial consignada en dicha ley dos, título ¡í.°, partida 2,
ción nacional, ni para el caso especial de que se trataba tuvo como lo ha sido en todo tiempo observada y guardaday como
que apelar el rey áotro arbitrio queal del cómodomotu-jiroprio juraron los reyes vuestros predecesores; y que S. M. mande
que siempre tienen á su disposición los monarcas absolutos. que se publique como ley y pragmática hecha y formada en
Felipe V se constituyó en elector general y poniéndose en lugar Cortes, á fin de que conste esta resolución, así como la dero­
de un cuerpo electoral que no existia, pues era este una enti­ gación de dicho auto acordado.»
dad reducida por aquel tiempo á una especie de verdadero Aprobada sin discusión esta propuesta y presentada que fué
mito, mandó expedir en su real nombre poderes ad-hoe á los la petición al rey por su ministro el conde de Floridabianca,
diputados que lo habían sido de las últimas nominales Cortes; expidióse un real decreto por el que se mandó extender la
mas no sin haberse antes asegurado de la docilidad con que pragmática, sanción de costumbre en semejante caso.
estos diputados cortesanos accederían á ser parto en la aboli­ Encargóse empero muy escrupulosamente el secreto de lo
ción de la mas antigua y veneranda de las leyes del reino. actuado, votado y sancionado 4 cuantos habian tomado parte
Ganados á los deseos did rey los mal llamados diputados de en tan importantísimo asunto, del que no se volvió á hablar
la nación, que ninguna participación habian tenido en la inves­ ni hubo ocasión para ello, pues los extraordinarios sucesos á
tid lira. bajo la cual iban áser llamados á figurar, suscribieron que (lió lugar la revolución estallada en Francia aquel mismo
los (pie no eran, otra cosa que los testaferros de la autoridad año y que tan hondamente debia influir en la suerte del con­
real, una petición por la que solicitaban de S. M. la abolición tinente europeo, absorbieron por largo tiempo la atención de
de las antiguas leyes do sucesión á la corona, petición amaña­ ios gobiernos y de los pueblos.
da á la (pie contestó el monarca en 10 de mayo de 1713 en los Pero Fernando VII, que siempre suspiró por tener sucesión
términos siguientes : directa y cuya joven esposa se hallaba en cinta, quiso ir a i
encuentro de la eventualidad de que no diese la reina á luz
«liniero y ordeno que la sucesión se arregle en adelante un varón y apeló al decisivo medio de publicar, dándole fuer­
según la forma expresada en la nueva ley y que esta se con­ za de ley, la pragmática sanción de su padre Carlos IV.
sidere como la fundamental do estos reinos, no obstante la ley Aunque esta medida emanase, como todos los actos propios
de Partida y todas las leyes, estatutos, costumbres, usos, capi­ de la clase de gobierno que regia á España, de la privada y
tulaciones y cualesquiera otras disposiciones de los reyes mis personal voluntad del rey, el restablecimiento de la legisla­
predecesores, derogándolas y anulándolas en cuanto se opon­ ción patria en materia de sucesión á la corona era de por sí
gan á la presento ley, quedando en cuanto á lo dermis en su un acontecimiento altamente trascendental, y vino en efecto á
fuerza y vigor porgue. ltd, ■mi voi aviad.)) ser el punto de partida de una situación nueva; fué la primera
Sea la que se quiera la validez legal que los sostenedores tabla de salvación que se presentaba al partido liberal para
del principio de la ley sálica pretendan dar al auto acordado, dejar de verse reducido á la condición de pària, sirviendo
no habiendo tenido este otro fundamento que la voluntad del en realidad de bandera y abriendo campo de reclutamiento
monarca, ni lógica ni moralmente será posible atribuirlo ma­ contra los partidarios de don Carlos, símbolo de la intransi­
yor legalidad, ni mas fuerza on derecho, que la que los parti­ gencia y de la negación de toda reforma en armonía con las
darios del infante don (,'árlos han querido denegar al uso necesidades del siglo.
hecho por Carlos IV y Fernando V il de su propia autoridad á Mas ínterin que la política interior de España influida por
efecto do restablecer la antigua legislación del reino, abolien el dualismo que el matrimonio del rey liabia suscitado en el
do en su consecuencia el precepto de la ley sálica. seno ele la real familia, se preparaba á salir de la situación es­
Convocada, en 1780 por el primero de los antedichos mo­ trecha y perseguidora que caracterizó la restauración de 1821,
na reas la corporación ó junta que conservaba el nombro de como habia caracterizado la de 1814, estallaba en la vecina
Cortos, y aunque llamada para el solo y exclusivo objeto de Francia un suceso que debia poner término al predominio de
proceder á la ju ra del príncipe do Asturias, que lo era el mis­ las potencias que formaban la mal llamada Santa Alianza, y
mo que despues reinó bajo el nombre de Fernando VII, quiso á cuyos golpes habia sucumbido la libertad española como
el rey su padre proceder á la revision de lo hecho por su antes sucumbieron las del Piamonte y de Ñápeles. La revolu­
abuelo. No gozaba por entonces el príncipe de Asturias de la ción de julio de 1830 que expulsó del trono á Carlos X y á su
mejor salud, y no teniendo á la sazón Carlos IV otro hijo va- descendencia daba en tierra con la obra del congreso de Vie­
ron, (pliso asegurar la corona á la infanta doña María Amalia na y brindaba esperanzas á las generaciones amamantadas al
y á las demás li¡j:es que pudiese haber, en vez de estar sujeto calor de las inspiraciones de libertad y de progreso, que el si­
á lo que con arreglo á la ley sálica disponía el auto acordado, glo XIX recibía como herencia y legado del siglo anterior.
INTRODUCCION VI I

La conmovedora novedad produjo en España un doble y La precipitada é imperfecta organización que se afanaron
encontrado efecto. La tendencia hacia la moderación, la par­ los emigrados por dar á sus fuerzas, cuya concent raeion mas
cial tolerancia que el rey comenzaba á mostrar, merced al bien era tolerada que autorizada por el gobierno francés, lo
interés que lo movia á acrecentar el número y calidad de los reducido de las que llegaron ¡í reunir, compuestas de algunos
sostenedores de los derechos de su prole, cesaron y fueron centenares de entre ellos mismos y de voluntarios franceses,
reemplazados por la desconfianza y rigores desplegados con­ absorbió las ocho ó nueve semanas trascurridas desde los pri­
tra los liberales cuyas aspiraciones no pudo menos de avivar, meros dias de agosto hasta comenzada la segunda quim-rna
dándoles grandes proporciones, la revolución que acababa de de octubre. Mas antes de que hubiesen terminado los prepa­
triunfar en Paris. rativos de los tres caudillos do la emigración, Fernando Vil
Los emigrados constitucionales que en su gran mayoría so habia acogido á la benévola protección del gabinete inglés
residían en Inglaterra, corrieron presurosos á la capital de de que era jefe lord Wellington, interesándolo á que ubi u viese
Francia, confiados en encontrar simpatías en sus correligio­ del de Paris la internación do nuestros emigrados, ofrecién­
narios los vencedores de julio. Desgraciadamente llegaban los dose Fernando en cambio á reconocer á Luis Felipe y á vivir
españoles divididos, como lo habían estado antes de emigrar. en paz con la Francia de julio.
Mina, los francmasones y sus adictos formaban la aristocracia El gabinete francés se dividió acerca de las ofertas que Ini­
ó sea el lado derecho de los expatriados. El general Torrijos, cia España apoyadas por Inglaterra; pero, secundadas por el
Florez Calderon y los que fueron Comuneros, constituían el rey, preponderó en el consejo la opinion de Guizot, del duque
partido avanzado. Este último centro de acción revoluciona­ de Broglie y de Sebastiani sobre la del mariscal ( ¡erard y la de
ria, mas activo y mas confiado que el que constituían sus ri­ Dupont do í’Kure, habiéndose Lal'lil.l.e, Casimiro Perici* y l>i-
vales, creia poder contar en España con partidarios resueltos gnon como ministros, sin cartera los dos primeros, abstenido
á levantarse, auxiliados por las liberalidades de valiosos ami­ de tomar parte empeñada en la deliberación.
gos con que siempre contó entre los ingleses la causa de la Prevenidos Mina y demás caudillos que se. bailaban en lo
libertad peninsular. Torrijos y su junta habían enviado agen­ mas critico de sus aprestos militares de que les prefectos te­
tes del lado acá del Pirineo, y como siempre acaece en casos nían órdenes terminantes para desarmar á su gente é internar­
análogos estos agentes exageraban la verdadera disposición la, solo tomaron consejo de su desesperación y exagerándose
de los ánimos y hacian creer á Torrijos en la probabilidad de el influjo que creyeron ejercerían sus nombres y sus antece­
un poderoso alzamiento. Llevado de esta ilusión el general y dentes sobre sus compatricios y formando además equivocado
su hombre civil don Manuel Florcz Calderón, no se detuvie­ concepto respecto al estado del ánimo público en España, an­
ron en Paris: temían presentarse tarde en España, donde an­ tes que desistir de su empresa, deponiendo las armas y aleján­
siaban llegar antes que estallase la revolución, de la que eran dose do la frontera, resolvieron franquear la corta distancia
los inspiradores y jefes. Llevados de esta persuasion, apenas que los separaba de la tierra do España, en la que penetraron
hubieron conferenciado con Lafayette y algunos patriotas por Vera, por Cant'ranc y por l ’erpiñan, á la cabeza de escasí­
franceses, se apresuraron á seguir su camino á Gibraltar desde simas fuerzas, pues el jefe que mas llevaba, que lo era Mina,
donde debían dirigir la triste campaña, en la que víctimas de apenas reunia lOO hombres mal armados, y la fuerza de los
la negra falsía del general Gonzalez Moreno, gobernador mi­ demás caudillos no excedia de 30U hombros.
litar de Málaga, pagaron con su noble sangre tributo á su pa­ La historia de cuya continuación nos incumbo ocuparnos
triotismo y su candidez. ha dicho lo bastante sobro aquella desgraciada y efímera cam­
Diferente aunque no mas próspera habia antes sido la suer­ paña pava que de lo que á ella hace nos ocupemos en otro sen­
te de Mina y do sus amigos. Los momentos en que llegaron tido nue el de ligar la conexión que para la cabal inteligencia
á París parecían deber ser los mas propicios á sus planes, en­ del reinado de doña Isabel II, tienen los hechos de carácter
caminados á obtener del recidi establecido gobierno popular, político acaecidos en el último reinado de su padre.
el apoyo y los auxilios que los pusiesen en situación do hos­ La tentativa de los emigrados, no obstante su mal éxito,
tilizar al gobierno de Madrid, haciendo al efecto de los Piri­ conmovió los ánimos en España é indujo á los hombres nías
neos la base de sus operaciones. En aquella frontera habían osados y resueltos á fraguar conspiraciones, entablando al
hallado los realistas alzados contra el régimen constitucional electo relaciones con los emigrados. Duello se apercibió pron­
los elementos de triunfo, que á su voz, se creían nuestros tamente la policía y se mostró no solo inexorable al menor
emigrados con derecho á exigir de la Francia regenerada. intento de trama liberal, sino que exagerando la persecución
Luis Felipe y su primer gabinete se hallaban bastante per­ y mostrándose implacable ante la menor sospecha, renovó los
plejos respecto á la conducta que seguirían con la embarazo­ aciagos dias de 182-i, levantando eon profusion los cadalsos
sa clientela que se les metia por las puertas. Deseaban ante y haciendo subir sus gradas á inofensivos industriales como
todo el reconocimiento del nuevo gobierno por las potencias. el librero Miyav de Madrid, por el simple delito de cruzar car­
Había obtenido Luis Felipe franca y espontáneamente el de tas con los expatriados, y como la desgraciada doña Mariana
Inglaterra. Aunque con alguna mas reserva Prusia y Aus­ Pineda, ajusticiada en Granada por haber, en el interior desti
tria siguieron el ejemplo dádoles por el gabinete de Londres, casa, entrotenídose. en bordar una bandera con símbolos de
pero el de Madrid que no admitía sino con incredulidad que la época constitucional.
las grandes potencias continentales renunciasen á hacer la El rigor y sobro todo la duración de los suplicios (pie siguie­
guerra á la Francia revolucionaria, se mostraba reacio en ron á las tentativas do los emigrados por las provincias del
reconocer al nuevo rey, lo que causando disgusto y resenti­ Norte y por las del Mediodía; las cruentas persecuciones coi
miento á este monarca y á sus ministros, los dispuso á prestar las que principalmente se quiso intimidar el creciente movi­
benévolo oido á las instancias de Mina y de sus amigos, no miento que en las ideas liberales habia excitado la revolución
cerrando del todo la puerta á sus esperanzas. ele julio y sus consecuencias, encontraban su correctivo en la
Un emigrado de aquella época, cuyas Memorias, todavía crisis originada por la cuestión política y esencialmente di­
inéditas, arrojarán viva luz sobre los sucesos á que nos refe­ nástica, creada por el dualismo que la sucesión á la corona
rimos, hizo meritorios cuanto inútiles esfuerzos por que se habia hecho surgir en el seno de la real familia.
estableciese buena inteligencia, concierto y union entre las Despues de la promulgación de la pragmática sanción (pie
tres parcialidades en que se hallaban divididos los expatria­ abolia el principio de la ley sálica, introducido por Felipe V
dos; la que capitaneaba Mina, la que seguía la bandera de en la tradicional legislación del reino, las dos gratules parcia­
Torrijos y la fracción catalana que reconocía por jefe al vete­ lidades cuyo choque no podia menos de estallar el dia en
rano general don Francisco Milans. No habiéndose conse­ que se viesen en conflicto las aspiraciones de los partidarios do
guido la apetecida union, cada partido obró por su cuenta, (Ion Carlos y los de la sucesión directa, se encontraron frente
dirigiéndose todos ellos á la frontera con medios del todo in­ á fronte y hallaron campo en que iniciar los preludios de la
suficientes para reclutar fuerzas capaces de intentar con guerra civil, que no debía tardar en dirimir la contienda entre
medianas probabilidades de éxito su campaña contra el go­ los gastados elementos do la vieja monarquía, y el orden de
bierno de Madrid. cosas destinado á crear la tácita alianza que entre el principio
Vi l i H I S T O R I A Di i E S P A Ñ A

reformador y la situación oficial representada por los derechos traposición del de carlista, adoptada por los secuaces del in­
de la descendencia directa de Fernando Vil, existia como con­ fante. Desde aquel dia vino á confundirse la causa de las
secuencia de la promulgación de la pragmática. reformas y del porvenir con la de la dinastía representada
El decadente estado de salud en que se encontraba el rey, por doña Isabel. Apoderadas del ánimo del rey cuya mejoría
hizo crisis en el mes de setiembre de 1832 hasta el extremo progresaba, la reina y su hermana, obtuvieron la exhonera-
do creer los médicos de la Real Cámara que la vida del mo­ cion de Calomarde y del conde de Alcudia, medida acompa­
narca iba á extinguirse. Hallábase la corte en la Granja, acom­ ñada de un cambio total de gabinete en el que hubo precision
pañado el rey de su esposa y de sus dos hijas, residiendo de incluir al ministro de Hacienda Ballesteros no obstante
también en el real sitio, el infante don Carlos y su familia. sus incontestables buenos servicios y el excelente espíritu
Conocido es y no hay necesidad de reproducirlos pormenores que lo animaba.
del ruidoso suceso que arrancó à Fernando VII, la casi furtiva Dióse por jefe al nuevo ministerio don Francisco Zea Ber­
declaración de que anulaba como un sacrificio que le imponía mudez, que á la sazón representaba á España en Inglaterra,
el deber de preservar la tranquilidad del reino, la pragmática y confiáronse bis demás carteras á hombres de opiniones tem­
sanción de 19 de marzo de 1830, revocación por la que anula­ pladas, pero que no pasaban por ele colorido liberal, ingre­
ba las disposiciones testamentarias sobre la sucesión á la co­ diente que se sabia repugnaba al rey y no ser mas simpático
rona, á la regencia y al gobierno de la monarquía. á su nuevo primer ministro.
Arrancado aquel acto por la intimidación ejercida sobre el Investida la reina Cristina de la facultad de regir al reino,
ánimo de María Cristina y de su esposo, á quienes se hizo como encargada del despacho de los negocios durante la en­
creer por sus ministros Calomarde y el conde de Alcudia y fermedad de su esposo, comenzó á sentirse el benéfico influjo
por los cortesanos allegados á don Carlos, que de no revocar­ que la augusta señora debia ejercer en la suerte de España.
se la pragmática sanción, peligrábala existencia de la reina y Uno de sus primeros actos fue el de la apertura de las univer­
de sus hijas, aunque al firmaría tomó el rey la precaución de sidades cerradas hacia dos años, medida que no tardó en ser
ordenar que se guardase absoluta reserva sobre la existencia seguida por la de una amnistía para los expatriados y presos
de dicha declaración que no debía ser publicada sino despues por motivos políticos, generosa inspiración recibida con estre­
que acaeciera su fallecimiento, la complicidad de los ministros pitoso júbilo, no obstante que por miramiento á los escrúpu­
fautores de la trama les hizo faltar al prescrito secreto, y lleva­ los de Fernando VIL, se exceptuaba de ella á los diputados á
dos de su desleal parcialidad trasmitieron á Madrid la anu­ Cortes que en 1823 votaron la regencia do Sevilla, como igual­
lación de la pragmática, á efecto de que produjese estado, mente á los jefes militares que habían mandado cuerpos ex­
tomándose razón por el Consejo de Castilla de la declaración pedicionarios contra el gobierno del rey.
regia, á lo que era consiguiente tuviese aquel acto la publici­ Interin vivió este, encontraron duro freno los instintos libe­
dad apetecida por sus autores. Poro el ministro de la Guerra, rales de Mariíi Cristina en la señalada repugnancia de Fer­
marqués de Zambrano, y el presidente de la Cámara, don José nando á cuanto pocliu tener tendencias liberales propiamente
María Puig, que recibieron en Madrid la comunicación enviu­ dichas, y como su primer ministro Zea Bermudez abundaba
dóles por Calomarde, negándose ála exigencia de este y de su en las mismas antipatías, veíanse coartados los deseos de la
compañero xYleudia, detuvieron las inmediatas consecuencias reina y de los mas caracterizados jefes del partido eristino, en
á que no hubiera podido menos de arrastrar la publicación favor de un sistema que preparase el advenimiento de la era
del decreto. verdaderamente reformadora y liberal. Mas en medio de su
Cortos debían sor los momentos que durase el júbilo que resistencia á las ineludibles consecuencias á (pie debía condu­
entre los familiares do don Garlos produjo la victoria que aca­ cir la inminente lucha entre los dos intereses dinásticos, el
baban de arrancar. La atribulada reina Cristina hacia sus pre­ rey y Zea fomentaban inconscientemente los elementos que
parativos de viajo con ánimo de salir del reino en cuanto debían contribuir á hacer de todo punto imposible el utópico
espírase su esposo, cuando una inesperada reacción en la sistema de un despotismo ilustrado, peregrina invención del
salud de Fernando VII vino á cambiar repentinamente en primer ministro y error que, aunque de pasajera duración,
triunfo la derrota déla causa d éla sucesión directa. Recobra­ debia crear embarazos y preparar lamentables trastornos para
ba el monarca sus sentidos y mejoraba notablemente su la próxima minoría de la reina doña Isabel. Imaginaba Zea
dolencia, en los momentos cu que llegaba á la Granja el Bermudez, y persuadió de ello á Fernando VII, que bastarían
ruidoso eco do los plácemes y felicitaciones con que en Ma­ reformas administrativas para dar completa satisfacción á las
drid celebraban los carlistas la halagüeña perspectiva de necesidades morales de la época, y creyó llenarlas, creando el
verse pronto dueños de la situación, al mismo tiempo que ministerio de Fomento, estableciendo boletines oficiales, órga­
llegaban las protestas del disgusto y las nuevas de la anima­ nos de publicidad oficial en las provincias, y cebando mano
ción con que los amigos elei rey y la parte mas ilustrada de para los cargos públicos de realistas moderados y de hombres
la corte y de la nación rechazaban el acto subrepticio arran­ ipie sin haber estado afiliados al liberalismo, de hecho simpa­
cai lo á Fernando Vil, mudanza de escena que vino á cambiar tizaban con las progresivas aspiraciones de esta opinion.
por un lado en temores y por otro en esperanzas la situación Venia en cierto modo á dar pretexto á la teoría del despo­
á que había dado lugar el sincopo que hizo creer que el rey tismo ilustrado el favor que en los últimos años de Fernan­
so hallaba en la agonía. El oportuno arribo á la residencia do VII obtuvieron las mejoras introducidas en la administra­
règia on aquellos críticos instantes de la infanta doña María ción pública por su ministro Ballesteros, mejoras grandemente
Carlota y de su esposo el infante don Francisco de Paula, que ayudadas por la participación que en los negocios públicos
regrosaban de Andalucía, cambió radicalmente el estado de había logrado alcanzar el grupo de hombres hábiles y especia­
las cosas. Aquella enérgica princesa levantó el espíritu de su les, que procedentes del antiguo partido josefi.no, se habian
hermana la reina Cristina, é hizo ver al rey la enorme falta que unido al rey y á sus ministros.
hahia cometido. Llamó á su presencia al desleal ministro Ca- El artificio financiero de que se habian valido los actores y
lomardo, increpóle duramente, avrancó de sus manos el ori­ sostenedores del singular sistema de crédito público ideado
ginal dot decreto por el que el rey había anulado la pragmá­ por los josefinos había producido sus efectos, no solo en las
tica sanción, hizo pedazos el documento, y aun es fuma que plazas extranjeras donde se explotaba, sino también en Espa­
abofeteó al culpable. ña donde el establecimiento de la Bolsa de Madrid, la reorga­
Todo cambió desde aquel momento. Los realistas templa­ nización del Banco de San Femando, y la regularidad del
dos que se habían adherido á la causado la sucesión directa, pago de los servicios públicos debida á la mejorada gestion
lo mas escogido de la sociedad de Madrid y la mayoría del de la Hacienda, habian dado existencia en la corte y en los
partirlo liberal que aprovechaba gozoso la oportunidad de centros mercantiles de Cádiz, Barcelona y Bilbao á cierta at­
venir en ayuda á los enemigos de su constante enemiga la mósfera semi-agiotista, contraria por su índole á los cambios
implacabili reacción personificada en los partidarios de don radicales que originarse podían en perjuicio de los que mc-
(Virios, alzaron estrepitosa bandera y formaron la numerosa , draban con lo existente.
colectividad que tomó el nombre do partirlo cristino en con­ I Consistió el sistema financiero que acabamos do indicar, en
IXTJlOJHTl'IOX IX
no pagar los intereses ile las antiguas deudas, tanto de la co­ fuerzas que dejamos enumeradas y que aquel ministro consi-
rona, como de las invadas durante el régimen constitucional, doraba como suficientes para la ludia que se musí raba deci­
y en proclamar como deuda privilegiada la procudente del em­ dido á sostener eoiúra el liberalismo, al mismo tiempo que
préstito de la regencia de Urg'd y de las emisiones de renta contra- don Cirios.
perpetua que hacia en Paris el banquero Aguado por cuenta Aquella falsa apreciación del eslado que ofrecería España
del gobierno español, emisiones destinadas á cubrir los déficits d dia en que el rey pasase á mejor vida, cundió lo bastanti'
de los presupuestos, dorar el estado de la enferma Hacienda en la opinion para privar al gabinete y á su peregrino sistema
española y enriquecer á los promovedores y agentes de las de despotismo ilustrado, del apoyo de las fuerzas vivas de la
operaciones bursátiles conducidas por aquel banquero y sus nación no afiliadas al partido intransigente; fuerzas sin cuyo
asociados, Itcsultado fué de dicho peregrino ardid financiero, auxilio no era razonablemente hacedero pudiese ser implan­
que ínterin las deudas de los reinados anteriores á Felipe V, tado y consolidado el régimen de transacción éntrelo pasado,
do este príncipe y do sus sucesores Fernando VI, Carlos III y lo presente y lo venidero, único ideal razonable en que podia
Carlos IV eran, sino repudiadas, pospuestas indefinidamente, fúndame, el régimen de justo medio, que era el objetivo sus­
so pagaba con escrupulosa regularidad la flamante deuda per- tancial do cuanto podia haber de sensato y de práctico en el
petua, cuya boga en las bolsas extranjeras alimentaba el ele­ sistema de Zea Bermudez.
vado interés que producía lo bajo del tipo do su emisión. Y Este estadista y los hombres que. apoyaban su política, lia­
como para disimular el contraste entre el abandono en que ban atendible importancia á no enajenar de la causa de la
se dejaban las antiguas druidas del Estado, á fin do mejor reina las simpatías del clero ilustrado y de las clases conser­
atender á la favorecida por Fernando VII y sus allegados, so vadoras, para las que era generalmente antipático el recuerdo
expidieron algunos decretos en los que, á manera de dedadas de los excesos que tanto habían contribuido al descreíIilo de
de miel, so hacían leves concesiones bajo forma do consolida­ la segunda época del régimen constitucional, l’ero para no
ción de antiguos créditos, halagando con ello á los tenedores enajenarlas simpatías de aquellas clases, basi abano indinar­
de deuda interior; los que de estas medidas aprovechaban po­ se demasiado Inicia las exigencias del partido liberal avanzado,
nían buena cara á la tirantez de Zea Bermudez contra las as­ al que para resistir con éxito era condición precisa no darle
piraciones liberales. el pretexto de cubrir sus exageradas pretcnsiones, con los
Mas por bajo de aquella facticia atmósfera alimentada por justos motivos de queja á. que daba lugar la negación de los
los temerosos y los satisfechos y alentada por el influjo ofi­ sanos principios de gobierno y la resistencia á las impor­
cial, elaborábase y crecían con fuerza en el seno de la nación, tantes y necesarias reformas que de suyo traía consigo el
los ardientes sentimientos inspirados por la doble coniente restablecimiento de un gobierno sentado en principios rotifor­
quo trabajaba los ánimos en toda Europa. El clero todavía mes á las exigencias del derecho público europeo.
rico y que tan mimado había sido cilios últimos años, los co­ Xo habrían necesitado Zea Bermudez y su coadjutor don
rifeos del realismo que habían figurado en la guerra civil Javier de Burgos encerrarse en la negación absoluta á toda
durante la época constitucional, los voluntarios (pie m con­ clase de reformas en el orden constitutivo, liara, haber conju­
traposición, pero imitando la institución de la milicia nacio­ rado el peligro que tanto los ofuscaba de verse arrastrados á
nal, se habían multiplicado en toda España, y que organizados consentir que prevaleciera el régimen de la constitución
y con las armas en la mane obedecían á las jerarquías de su de 181?, debiendo haber sido la mejor defensa contra seme­
partido, se preparaban para la lucha burlándose in teri ori nente, jante eventualidad la de conceder lo que en aquel régimen
sin disimularlo on gran manera, de la utopica ilusión do Zea liabia de legítimo y necesario, con lo cual habría el gobierno
Ben nudez y de su confianza en que merced á su régimen de cobrado fuerzas para descartar lo que de exagerado y de pre­
despotismo ilustrado aseguraría la sucesión directa á la coro­ maturo hallaba en lo que. miraba como exigencias peligro­
na, sin para ello tener que desprenderse de ninguno de los sas; pero el sistema negativo de Zea Bermudez, sistema que
elementos en que se apoyaba la vieja monarquía, y sobro todo no tuvo la Beina gobernadora resolución bastante para no
manteniendo á distancia á los temidos liberales. haberlo consentido un solo dia después del en que falleció Fer­
Yo menos pronunciado pero mas certero era el movimiento nando VTI, falseó el porvenir de prosperidades que hubiera
de opinion quo cundía y so desarrollaba entre las clases ilus­ podido alcanzar el reinado de Isabel II, si los estudíalas á
tradas, entro la juventud escolar, entre la generalidad del co­ quienes cupo la misión do establecer un pacto duradero entre
mercio, entre la numerosa y viril población que había com­ la dinastía y el país no hubiesen, colocándose del lado de una
puesto la extinguida milicia nacional, que tanto incremento resistencia insostenible, irritado el partido liberal de todos
tuvo do 1820 á 23, entre los lastimados compradores de bienes matices contra el despotismo ilustrado de Zea Bermudez;
nacionales inicuamente despojados de sus adquisiciones sin error que en un orden modificado veremos repitieron los m o ­
que les hubiesen sido devueltos los créditos que habían entre­ derados cuando llamados al poder en las personas de sus
gado en pago, y por último completaba la fuerza y el empuje genuinos representantes, Martinez de la Rosa, tlarely y Mus­
de tan poderosos elementos, el carácter reivindicatorío que coso do Altamira, se dejaron ganar por nn temor pueril y
los deudos de tantas víctimas como el absolutismo había he­ rechazaron y descartaron, si no en absoluto, en proporciones
cho y las familias de los perseguidos y de los expatriados, no exageradas, las ténues concesiones que habrian valido al par­
podían menos de. imprimir al cambio de situación á que irre­ tido conservador la fuerza moral que hiciera fecunda su
mediablemente empujaba la lid que al fallecimiento del rey dominación y salvado los sacudimientos y revoluciones qui­
tenia que estallar entre isabelinos y carlistas. mas tarde gastaron la popularidad de la Reina gobernadora y
Si bien se comprende que en su amor de esposo, en su ca­ acarrearon la peligrosa rastra do desafección que debia cin­
riño de padre, en su obcecación de monarca absoluto y en su cuenta años despues acortar prematuramente e] reinado de su
predominante personalismo, Fernando Vil considerase posible hija doña Isabel.
que la fracción del partido realista que por él liabia peleado Zea pudo haber llegado sin peligro hasta el Estatuto real, y
clarante el régimen constitucional y ahora se declaraba por Martinez do la llosa y los moderados provenir la derrota á
su hija, en vez de alistarse en la bandera de su hermano; que que los condujo el restablecimiento por medios revolucionarios
los españoles que le eran particularmente adictos, que el corto de la constitución de 1812, si menos llevados del mas exa­
ejército existente en aquella época, y por último que el per­ gerado doctrinarismo, hubiesen sabido inspirarse de los prin­
sonal administrativo, suponiendo que todo él le fuese adic­ cipios queden tro de la misma-escuela conserva dora produjeron
to, bastasen para defender los derechos de su hija en la en aquella, época instituciones que han durado y que todavía
contienda que su muerte iba á legar al pais; lo verdadera­ se conservan en Portugal, en Bélgica y en Holanda.
mente inconcebible es que un hombre de la experiencia y Los actos por medio de los cuales Fernando VII y su mi­
del buen sentido, que con justicia no podían negarse á don nistro Zea creyeron consolidarci fronode doña Isabel »poyán­
Francisco Zea Bermudez, cegase hasta d punto de creer dose casi exclusivamente en los elementos tradicionales de]
que, no solamente en vida del rey sino despues de su falleci­ país, solo coi o] Ionian la mitad del cimiento de robustez y de
miento, hasfarian para la defensa del trono de su hija las prestigio sobro el que podia fundarse el triunfo y la eslabili-
Togo VI 3
X TTTSTOÌITA D E E S P A Ñ A

dad do la sucesión directa. Una nación tan trabajada, tan j raba toda la moralidad de la fecunda alianza concebida por
abatida como lo estaba España por efecto do los malos go- ' la lealtad y el patriotismo de los buenos españoles, que se
bienios que la habían regido orí los dos riltimos reinados, ne­ lisonjearon de estrechar para siempre en un lazo indisolu­
cesitaba buscar su regeneración en reformas beneficiosas para- ble el recuerdo ele los incontestables servicios prestados por
todos los grandes intereses sociales que aun conservaban vida Maria Cristina á la causa de la libertad y la imperecedera me­
y so agitaban en el país. moria de los cruentos sacrificios hechos por la nación para
Taíjos de obedecer al elevado pensamiento de conservar los salvar la corona de doña Isabel II.
no gastados resortes del antiguo régimen, allegando otros ele­ Aunque el especial objeto de nuestro estudio debe limitarse
mentos nuevos á los ya gastados, Zea comprometió en gran á narrar los hechos que constituyen la historia del remado de
manera- los intereses de la causa representada por María Cris­ aquella poco afortunada princesa, es tan íntima la conexión y
tina. dando apenas hubo cerrado el rey los ojos el manifiesto y enlace que existen entre la situación en que Fernando VIE
la circular al cuerpo diplomático como programa de la nueva i dejaba á España y la que para su viuda creaba la lucha abierta
situación, acto que. vino á ser el punto de partida de la política ' entro los partidarios de su hija y los de su cuñado, hechos que
do la gobernadora y la llevó por los derroteros que sucesiva­ debían conducir á la elaboración y establecimiento del moder­
mente debían conducir al mol,in soldadesco do la Granja, al no derecho patrio, que no cabe abordar el reinado de la hija,
ostracismo de María Cristina, al pronunciamiento do julio de sin darnos cuenta de qué manera el del padre habia traído la
lsr*| y finalmente al gran sacudimiento de 18(58, sucosos que nación al estado cuyas causas y efectos están todavía pesando
por distantes que aparezcan en el órilen cronológico, moralmen­ sobro los destinos del nieto del monarca, cuyo fallecimiento
te proceden de un mismo origen, el de la relajación del vínculo acaecido en la tarde del 2(.) de setiembre de 1833 inaugura la
de confianza entro la dinastía y la nación, objetivo que encer­ época á cuya historia vamos á dar principio.
LIBRO PRIMERO

REGENCIA DE DOÑA MARÍA CRISTINA.—ESTALLA LA GUERRA CIVIL

ron llamados á la real cámara. Acababa Fernando de comer


CA PITU LO PR IM ER O con bastante buen apetito y vióse repentinamente al acado de
Estado do la nación al fallecimiento de Fernando VII un desvanecimiento, con carácter de síncope, cuya gra vedad
no vacilaron los facultativos en calificar cu preludio del pró­
La gobernadora ratifica los poderes del ministerio Zea.—L a oposición li­ ximo fin del enfermo, el que. en efecto espiró ;í las cuatro de
beral.—El testam ento del rey.—Oposición realista contra el gabine­ la tarde del mismo dia.
te.—El manifiesto del 4 de octubre.—Insurrección de Talavera y de Hallábase en aquella hora Zea Bermudez en la secretaría
Vizcaya.—Desarrollo de la insurrección.—Movimientos en Alava.—
Situación del gobierno y sus actos.—Ampliación de la am nistía y des­
do Estado, de la que era su costumbre no retirarse hasta bien
arme do los realistas.— Crece la oposición á Zea Bermudez.—In su r­ entrada la noche, cuando recibió la inesperada ó infausta no­
rección de N avarra, fusilamiento del general don Santos Ladrón.— ticia. Preparado sin duda alguna para la eventualidad de mo­
Don Tomás Zumalacárregui. mento tan siq»remo, puso Zea en ejecución lo que es también
verosímil tuviese pensado y mandó citar inmediatamente á
La primera, la mas importante y decisiva cuestión que ha­ palacio á las autoridades constituidas, á los generales tpiesa-
cia surgir el fallecimiento de Fernando VII, acaecido en la da, Martínez de San Martin, Freiré y otras distinguidas per­
tarde del dia 29 de setiembre de ISTI, debía necesariamente sonas, Las que incontinenti acudieron al llamamiento. Ib-unido
ser la de poner de manifiesto cuál seria el criterio que la reina que húbose con ellas comí lijólas el primer ministro á la cá­
gobernadora aplicase á dirimir el conflicto en que se hallaban mara, donde la reina viuda, anegada en Ligrimas, lamentaba
las dos influencias que se disputaban el predominio do la nue­ su desgracia rodeada do sus inocentes hijas y de. lo mas ínti­
va situación. mo y allegado de su servidumbre; y contrastando Zea con su
Por lo que queda dicho en nuestra introducción á la histo­ ademan resuelto y levantado el cuadro de desolación que te­
ria del reinado, cuyas vicisitudes van á ocuparnos, dejamos nia ante sus ojos, dirigió al séquito allí reunido las siguientes
suficientemente expuesto que la mente de Zea Bermudez en palabras que da como auténticas un escritor contemporáneo:
un todo conforme á la fiel difunto rey, rechazaba todo cambio «Señores: S. M. ha muerto; su ilustre viuda identificada con
en las instituciones, al paso que un numeroso c influyente nosotros en sentimientos, española por cariño y deseando la
partido, compuesto de los elementos templados del realismo felicidad de la monarquía, quiere saber de ustedes si puedo
y de la parte mas moderada do los antiguos constitucionales, contar con su lealtad y la de la guarnición para conservar el
hacia de la adoption de reformas en sentido liberal la condi­ orden y cumplir lo mandado por el rey, como leales militares
ción de. los sacrificios que estaban prontos á im ponete en de­ y buenos españoles.»
fensa de los derechos de la hija del rey difunto. Vo podia ser dudosa la respuesta de. los interpelados, ha­
Suficientemente hemos dado á comprender que, aunque no llándose todos muy de antemano afiliados al parí ido realista
tenían participación en las esferas del gobierno, los hombros templado, y varios di; ellos procedentes de las filas liberales,
de opiniones avanzadas, el dualismo estallado en la corte des­ durante la segunda época del régimen constitucional. Ni el
de la promulgación de la Pragmática, constituía á los liberales ministro ni las autoridades militares perdieron un solo ins­
de todos los matices en tácitos aliados de la causa representa­ tante en asegurarse de la fidelidad de los cuerpos de la guar­
da por la reina gobernadora. nición, cuyos sentimientos, reproducidos por medio de reve­
Entre esto elemento liberal ocupaban muy principal papel rentes exposiciones al trono, confirmaron y dieron mayor
los emigrados que el decreto de amnistía había restituido al fuerza á la solemne declaración de adhesion y de Icallad, he­
seno de la madre patria y cuyas exigencias en pro de signifi­ cha por Zea y sus acompañantes en presencia de. la reina
cativas reformas, daban acrecentado impulso á los contrarios viuda.
del sistema Zea. contra el que también era sabido militaba la Hechos do tanta monta no pudieron nu-nos de traspirar
influencia todavía poderosa de la infanta doña María Carlota. instantáneamente entre el vecindario de Madrid dando lugar
Fácil es do comprender por lo quo queda expuesto cuál era á que los campos acabasen de dibujarse, y á que los fut uros
el estado en que al fallecimiento de Fernando VII iba á en­ contendientes calculasen sus respeetivas fm-i-zas enumerando
contrarse su viuda. Tenia en frente un partido organizado sus recursos y las alianzas con quo crei an poder contar. l’ara
civil y militarmente y pronto á alzar banderado rebelión con­ nadie era un secreto quo los embajadores de Francia é Ingla­
tra la sucesión directa; estado de cosas que hacia mas difícil terra apoyaban decididamente la cansa de la reina, y aunque
la vacilación, las dudas y la desconfianza en que la política no debia significarse hasta mas tarde cuál seria la actitud
del ministro Zea, fuertemente patrocinada por el monarca que de las legaciones de Rusia, do Prusia, de Austria y de Ñapóles,
acababa de fallecer, había tenido al partido liberal, en el que señalaba la opinion conto contrariti á la sucesión directa, hi
Tínicamente podia la reina fundar razonables esperanzas de, influencia de aquellas potencias.
con su ayuda, superar la enemiga del clero y dolos absolutis­ La ventaja que el partido carlista llevaba ¡d partido liberal,
tas, de, muy atrás resueltos á apelar á las armas para entroni­ por hallarse aquel organizado muy de antemano para el mo­
zar á don Carlos. mento critico, apresuróse á ponerla ile..su parte el último,
Aunque el crítico estado do la salud del rey debia hacer concertándose á fin de aunar sus fuerzas, ofreciendo á lareina
temer do un dia á otro su próximo fin, nada hacia prover on un apoyo capaz de balancear y aun de superar á las altivas
los últimos dias del mes de setiembre que la vida del enfermo aspiraciones de los carlistas. En la noche de] mismo dia en
se extinguiese súbitamente. que Zea se presentaba ála n-ina viuda con ánimo de inspirarle
Al amanecer del dia 29 de dicho mes no proveían los médi­ confianza en su sistema y en los medios de hacerlo triunfar,
cos una agravación instantánea, cuando repentinamente fue­ celebróse una numerosa junta de hombres conocidos por sus
2 H I S T O R I A OK E S T A Ñ A

opiniones reformistas, entre los (.pío se hallaban los hermanos elección de la gobernadora recayó en don Pedro Font, antiguo
García Carrasco, Fuente Herrero, don Bartolomé Gallardo, arzobispo de Méjico que residia en Valencia, donde también
Eiiigdullers.don. Eugenio Avi raneta y otros.sujetos de resolución moraba don Nicolás Garely, llamado á suplir á don Francisco
y valía, cuyo entusiasmo y ardor creció al compásdo las circuns­ Javier Caro, cuyo estado de salud no lo permitia entrar á
tancias. Tiénose por hecho averiguado que el don Eugenio,cuya ejercer su cargo. No se dieron por vencidos los adversarios de
inventiva y fecundidad en planos revolucionarios lo hicieron Zea Bermudez á pesar de la confianza otorgada por la gober­
célebre, propuso á la reunion arrestar al primor ministro y nadora al ministro que representaba la política del difunto rey.
cambiar á todo trance y de un guipo la situación por medio Los liberales, de quienes ya liemos hecho mención, se re­
de una mudanza de ministerio. Esto atrevido pensamiento unieron al siguiente dia del règio fallecimiento, con propòsit,os
bailó contradictores (pie hicieron valer la inconveniencia de hostiles al gabinete, y tuvieron de su liarte- al marqués de
apesadumbrar á la reina viuda imponiéndole resoluciones Miradores, personaje conspicuo, el que valiéndose de su cali­
violentas, cuando apenas había tenido tiempo de enfriarse el dad de grande y do gentilhombre, que le daban entrada en
cadáver de su règio consorte. Mas, descartada (pie fué la atre­ palacio, se presentó en la morada règia apenas tuvo conoci­
vida resolución do Aviranota, convinieron los congregados en miento de haber (.«pirado Femando VII, y no habiendo podido
un temperamento mas modesto, sin que dejara do ser inten­ ver á- la reina, que se hallaba en cama y sangrada, habló con
cionado, toda vez que llevaba por objeto producir una fuerte la infanta doña María Luisa, la que con pena anunció al mar­
excitación on el ánimo do los amigos de la reina. qués que la reina su hermana, presa de la adicción hija de la
(..'(insistía el medio adoptado en la publicación de una Gaceta reciente catástrofe, liabia dado oidos á las seguridades de Zea
apócrifa, atribuyéndola á una ju n ta carlista; impreso en ol en sus medios de gobierno y confiádole la dirección de los
que se daba como efectuado ol levantamiento de aquel parti­ negocios. Mas perseverante ol do Miradores en su deseo de
do, enumerando hechos en apoyo de la invención, la que por conferenciar con S. M., logró sor recibido al dia siguiente y
otra, parlo tenia algo de profètica, toda vez que los primeros empleó todos los esfuerzos do su persuasiva en demostrar- á la
síntomas de la insurrección carlista vinieron á cruzarse con reina la necesidad do cambiar de sistema, llamando ¡i sus con­
las precauciones y temores que agitaban el ánimo do los cris- sejos sujetos do opiniones opuestas á las de Zea y sus compa­
tinos. ñeros.
El preferente cuidado del gobierno, despues de comunicar al Dos dias despues presentóse en palacio, resuelto á reanudar
ministro de España corea de la corto do Portugal instrucciones las gestiones del marqués, el general Quesada, comandante
terminantes, para que apresurase la salida de aquel reino del general de la guardia, quien, según testimonio de contempo­
infante, don Garlos, según lo tenia mandado con repetición su ráneos dignos de crédito, so expresó con ruda y militar fran­
difunto hermano, fué el de buscar el testamento de Fernan­ queza en contra do la continuación del gabinete Zea. Mas no
do Vil; documento cuya necesidad había encarecido dos dios fueron decisivas aquellas manifestaciones en el ánimo do la rei­
ani.es del fallecimiento del rey el ministro de la Guerra,gene­ na, toda vez que á manera de destierro fué removido Quesada
ral Unix, y que por miramientos hácia el estado de salud del del puesto que ocupaba, confiriéndole la capitanía general de
monarca que había de testar no llegó á redactarse. Andalucía, cargo que se obstinó el general en no aceptar,
Pensó seriamente el gobierno en la mañana del 28, que de­ siendo á manera de transacción trasladado á la capitanía ge­
bía pasar por cima do los escrúpulos y miramientos hasta neral do Castilla la Vieja, de la que, en efecto, tornó posesión.
entonces guardados, procediendo do manera que quedase el También contra Miradores comenzóse un procedimiento que
testamento reducido á acto auténtico dentro do las siguientes supo conjurar el marqués por medio de una conferencia con
veinticuatro horas; propósito que no piulo.realizarse por hiv el primer ministro, en la que estese diópor satisfecho con las
berso precipitado la defunción del rey, antes que espirase el explicaciones que recibiera.
breve plazo señalado. Mas aquellas manifestaciones de descontento y oposición al
Determinóse entonces buscar un testamento que se sabia régimen existente, solo oran síntomas de una general dispo­
Ienia otorgado el difunto en época anterior, y como las pri­ sición de los ánimos en favorite un sistema mas abierto y mas
meras diligencias inquisitivas no diesen el apetecido resultado, en armonía con las aspiraciones de la parcialidad que sostenia
hallábase, el gobierno en grande ansiedad, de la.que vino fe­ con mayor calor la causa do la joven reina; los que con alan
lizmente á sacarlo el haberse encontrado en una galleta reser­ pedían la pronta adopción de medidas gratas para los refor­
vada de la papelera del rey, un testamento otorgado en 10 de madores y capaces de aumentar, comunicándole brio, el parti­
julio de 1830, entro cuyas cláusulas se. hallaba la importante do de los defensores de la sucesión directa.
del nombramiento de la reina viuda como tntora de su luja y Viéndose blanco de semejantes objeoioues, el ministerio re­
gobernadora del reino durante su menor edad. Por el mismo solvió afirmar su bandera por medio de una .nueva y mas
acto testamentario se creaba un consejo de gobierno que, en decisiva manifestación de sus principios que la que anterior­
caso de enfermedad ó muerte de la gobernadora, debía con­ mente tenia hecha, y ¿lió á luz el célebre manifiesto del -1 de
vertirse en consejo de regencia, y cuya composición era la si­ octubre, documento cuya importancia requiere sea reproduci­
guiente: do íntegramente.
El cardenal don Francisco Marco y Catalan; cl marques de Hé aquí el texto de esto acto, el mas significativo du cuantos
Santa Cruz y el duque de Medinaceli, grandes de España; don señalaron el sistema que personificaba el señor Zea Bermudez.
Francisco Javier Castaños y el marqués de las Amarillas, ge­ «Sumergida en ol mas profundo dolor por la súbita pérdida
nerales; don José María Puig y don Francisco Javier Caro, demi augusto esposo y soberano, solo una obligación sagrada,
magistrados. á que deben ceder todos los sentimientos del corazón, pudiera
Para llenar las vacantes que pudiesen ocurrir, el testador hacerme, interrumpir el silencio que exigen la sorpresa cruel
nombraba como suplentes: á don Tomás Arias, del cardenal; y la intensidad de mi pesar. La expectación que excita siempre
al duque del Infantado y al conde de España, de los dos gran­ un nuevo reinado, crece mas con la meertidumbre sobre la
des; á don José de la Cruz, do los generales; á don José de administración pública de la menor edad del monarca: para
.1levia Noriega y D. Nicolás Garely, do los magistrados; y á disipar esta ineertidumbre y precaver la inquietud y extravío
don Francisco de Zea Bermudez, del secretario. que produce en los ánimos, lio creido de mi lieber anticipar á
Sorprendió grandemente al público la formación de seme­ conjeturas y adivinaciones infundadas la firme y franca mani­
jante consejo con honoros de regencia eventual, por cuanto festación de los principios que lie de seguir constantemente
Figuraban en él sujetos que el difunto rey tuvo constantemente en el gobierno de que estoy encargada por la última voluntad
alejados de su servicio desdo la eaidadel régimen constitucio­ del rey mi augusto esposo, durante la minoría de la reina, mi
nal, y á quienes el testamento daba por compañeros hombres muy cara hija doña Isabel.
tan comprometidos contra todo linaje de templanza en mate­ »La religión y la monarquía, primeros elementos de vida
rias de gobierno como lo era el conde de España. para la España, serán respetadas, protegidas, mantenidas por
Hallándose ausento- el cardenal que residia en liorna, pen­ mí en todo su vigor y pureza. El pueblo español tiene en su
sóse en que fuera reemplazado por don Tomás Arias; pero la innato celo por la ib y el culto de sus padres la mas completa
KT) A n MOI) K UN.Y fl
seguridad de quo nadie osará mandarle sin respetar los obje­ de l-Yrnando V il, que aunque adversarios de los hombres
tos sacrosantos de su creencia y adoración; mi corazón se de 1S2(). no rechazaban la necesidad de reformas en un seiiii-
complace en cooperar, en presidir á este celo ilo una nación do conformeá los adelantos del siglo, se mostraron en manera
eminentemente católica, en asegurarla de ipie la religion in­ alguna indinados á prestar la menor ayuda al sistema de jus­
maculada que profesarnos, su doctrina, sus templos y sus mi­ to medio sai ¡jeneris quo pretendió implantar Zea lienmidez,
nistros serán el primero y mas grato cuidado de mi gobierno. como panacea capaz de remediar á la explosion qm- la pica­
»Tengo la mas íntima satisfacción de que sea un debía- para resca sagacidad del difunto rey había rat ¡chiudo, comparando
mí conservar intacto el depósito de la autoridad real que si­ la situación moral <le España á la del contenido de una bote­
me ha confiado. lla de cerveza, á la que la vida de Fernando Vil servia de
»Yo mantendrá religiosamente la forma y las leyes funda­ tapón, que saltaria eon estrépito á su fallerimienlo.
mentales de la monarquía, sin admitir innovaciones peligrosas, Así fui; que ni los gabinetes dd Norte, cuyas simpatías es­
aunque halagüeñas en su principio, probadas ya sobradamente taban por D. Cávlos, se dieron por satisfechos con las prome­
por nuestra desgracia. La mejor forma de gobierno para el sas autoritarias de la circular al cuerpo diplomático, habién­
país es aquella á que está acostumbrado. Un poder estable y dose negado las eórtesdeSan 1’dersburgo, ilerliny Yiena.bajo
compacto, fundado en las leyes antiguas, respetado por la cos­ diferentes aparentes pretextos, á reconocerá I>.a Isabel, nilos
tumbre, consagrado por los siglos, es el instrumento mas po­ intransigentes carlistas, como no tardó cu patentizarse, detu­
deroso para obrar el bien de los pueblos, que no se consigue vieron por nn solo momento su llamamiento á las armas.
debilitando la autoridad, combatiendo las ideas, los hábitos y Motivos son estos mas que suficientes para fu - el naciente
las instituciones establecidas, contrariando los intereses y las y ya lanzado partido eristino redoblase sus esfuerzos para dar
esperanzas actuales para crear nuevas ambiciones y exigen­ on tierra con Zea y su política negativa.
cias, concitando bus pasiones del pueblo, poniendo en lucha ó Acrecentaba ademéis la embarazosa situación del gobierno
en sobresalto á los individuos y á la sociedad entera en con­ el estado de los asuntos de Portugal. donde todavía residia
vulsion. Yo trasladaré el cetro do las Espaíias á manos de la D. Cávlos, decididamente apoyado por!). Miguel, quien con­
Peina, á quien le lia dado el rey íntegro, sin menoscabo ni tinuaba sn ludia contra su hermano d emperador I). lVdro.
detrimento, como la ley misma se lo ha dado. Zea, ligado por sus antci-edentcs diplomáticos como ministro
»Mas no por eso dejaré estadiza y sin culto esta preciosa po­ que había sido de España en Londres, á favor de las preten­
sesión que le espera. Conozco los malos que ha traído al pue­ siones de 1). Miguel, era una rémora para la política de los
blo la serie ele calamidades y me afanaré por aliviarlos: no gabinetes de Baris y Lúndres, que abiertamente apoyaban los
ignoro y procuraré estudiar mejor los vicios que el tiempo y derechos ile la hija de Fernando VU, situación que venia éi
los hombres lian introducido en los varios ramos de la admi­ ser, no solo difícil, pero insostenible para, d ministro qm- re­
nistración pública y me esforzaré para corregirlos. Las refor­ presentaba tendencias y aspiraciones del todo emit."arias ;i los
mas administrativas, únicas que producen inmediatamente la deseos de la gran mayoría de los defensores de la causa de la
prosperidad y la dicha, que son el solo bien de un valor posi­ reina D.:l Isabel.
tivo pura el pueblo, serán la materia, permanente de mis En semejante estado de cosas venia á, puin-i- el colmo á las
desvelos. Yo los dedicaré muy especialmente á la disminución dificultades, que embarazaban la marcila d d minist crio Zea,
de las cargas que sea compatible con la seguridad del Estado la explosion du la guerra civil por todos prevista y que estalló
y las urgencias del servicio; á la recta y pronta administración en Talavera de la Peina cl fl de octubre.
de justicia; á la seguridad de las personas y de ios bienes, al Alzó la bandera de rebelión en dielia villa U. Manuel (lotí­
fomento de todos los orígenes de la riqueza. zale/,, sujeto de antecedentes liberales; pero que despues de
»Para esta grande empresa de hacer la ventura de España la caída dd régimen constitucional se había unido éi los in­
necesito y esporo la cooperación unánime, la union, voluntad y transigentes. Este hombre audaz y tornadizo logró, ayudado
conatos de todos los españoles. Todos son hijos de la patria, por sus dos hijos I). Francisco y I). Manuel, levantar los rea­
interesados igualmente en su bien. Yo quiero saber opiniones listas de dicha población y secundado por point ones de realis­
pasadas: no quiero oiv palabras ni susurros presentes: no ad­ tas do varios pueblos proclamó á,Carlos V por rey de España.
mito como servicios ni merecimientos influencias y manejos Al frente de las fuerais que había reunido, y creyendo poder
oscuros, ni alardes interesados de fidelidad y adhesion. Ni el contar con los realistas de otros pueblos, dirigióse Gonzalez, á.
nombre de la reina y el mio son la divisa do una parcialidad, Puente del Arzobispo, donde bailó decidida resistencia, per­
sino la bandera tutelar de la nación; nd amor, mi protección diendo en la refriega varios prisioneros, entre ellos su hijo
y mi cuidado son todos los españoles. 1). Manuel y tres oficiales,quienes pagaron consti vida, sien­
»Guardaré inviolablemente los pactos contraídos con otros do inmediatamente fusilados, su imprudente ardor, y logrando
Est,ados y respetaré la independencia de todos : solo reclamaré la puco envidiable notoriedad de ser los primeros en vertersi!
de ellos la recíproca fidelidad y respeto que se debo á España sangre por una causa destinada, éi sucumbir. No tardó el don
por respeto y por correspondencia. Manuel, jefe de la intentona, en experimentar igual suerte
»Si los españoles unidos concurren al logro de mis propósitos que la que había cabido á sus hijos y á sus desgraciados com­
y el cielo bendice nuestros esfuerzos, yo entregaré un dia esta pañeros.
gran nación, recobrada ríe sus dolencias, á mi augusta hija, Pero la tentativa de Talavera tenia ramificaciones en las
para que complete la obra de su felicidad y extienda y perpe­ provincias del Norte y muy particularmente en las Vasconga­
túe el aura de gloria y de amor que circunde en ios fastos de das, cuyo régimen interior y el espíritu público que IllUV lie
España el ilustre nombre de Isabel. atrás reinaba en ellas, las disponía éi ser las primeras que die­
»En el palacio de Madrid á 4 de octubre de 1833.—Firmado. sen la tremenda señal do la fratricida lucha.
»l o la Reina Gobernadora.'» Las autoridades constituidas de la villa de Bilbao, el dipu­
tado general clon Pedro P. Uh agon, el corregidor Lamota y el
Este manifiesto, con el que coincidió la expedición al cuerpo brigadier Zabala, sujeto el último de señalado influjo en el
diplomático de una circular, en la que Zea Bermudez confir­ país, no so hallaban indinados á favorecer la insurrección, pero
maba con solemnidad el propósito de no cambiar la forma de los dos últimos habían concitado contra ellos resent indent os de
gobierno, comprometiendo á la reina á no adoptar reformas localidad; y como ios voluntarios realistas de Bilbao se baila­
en sentido liberal, vino á hac-er mas difícil la. contradictoria ban montados al diapason de un exagerado carlismo, tanto el
situación en quest; hallaba la gobernadora, investida porci corregidor como el diputado general fueron impotentes para
testamento del rey con el ejercicio de la autoridad suprema, contener el abierto impeto de rebelión que estalló entre los
pues ni las reservas de Zea en favor del inquebrantable nian- voluntarios realistas, los que tocaron generala y quedaron
ti-nimiento de las instituciones del antiguo régimen, lograban dueños de la ciudad, habiendo tenido que esconderse para
atraer á los absolutistas en favor de la sucesión directa, ni salvar su vida el corregidor. El diputado general Zahalu sigino
menos la parte mas templada del partido liberal, lo que pode­ hi corriente de los pronunciados.
mos llamar el centro izquierdo ó la izquierda de los realistas Contrariamente á loque podia esperarse di' las morigeradas
4 H ISTOR IA DE ESPAÑA

ciiKl.mnljms dui país vascongado, la insurrección victoriosa so I batallón do Laredo, filé por ella batido y dispersado, señal
entregó al frenesí <lo la venganza contra los lóales, cometien­ . evidente de que las insurrecciones populares por formidables
do excesos que costaron la vida ¡í un cuñado del diputado que sean, no adquieren consistencia sino despues de morali­
l'liagon y de li>s quo resultaron varios lloridos: habiendo de­ zadas por la disciplina y la aptitud do hábiles y perseverantes
bido su salvación el corregidor y demás sujetos notables pro­ jotes. Igual suerte que á Balmaseda, cupo al cabecilla Velas­
nunciados en favor di' la cansa de la reina, unos á la fuga, co, quien á Ja cabeza de. los voluntarios de Nestosa y del valle
otros á haber tenido la suerte de poder ocultarse, quedando do Carranza trató de hacer fronte, aunque sin éxito, al mismo
de sus resultas el carlismo dueño de la capital de Vizcaya, batallón do Laredo que fácilmente logró dispersar á los in­
l'ero, aunque vencedores, los sublevados carecían de organi­ surrectos.
zación y debieron pensaren adquirirla, poniendo al Ironie del Cual reguero de pólvora habia cundido y clcsarrolládose la
movimiento un hombre de prestigio y do alguna competencia sublevación por las provincias de Guipúzcoa y Alava, cuyo
en lances do guerra. Al efecto dirigiéronse al marqués doVal- alzamiento se dió la mano con el de las de Navarra y la Kio-
despina. que habitaba en su casa solariega do Hérmua, el que ja, simultáneos también estos con el de ambas Castillas, mo­
prestándose á la invitación acudió á Bilbao, siendo de justicia vimientos que no debían tardar en acrecentar los de las pro­
reconocer que l'ué su primer cuidado calmar la efervescencia vincias do Cataluña, Aragón y Valencia. No mas tarde que el
hostil de sus partidarios y dispensar una generosa protección 4 do octubre alzaba bandera de rebelión en Orduña el tenien­
á los liberales perseguidos. No perdió sin embargo momento te coronel Ibarrola, á cuyo encuentro salió do Vitoria una
el marques en organizar una nueva diputación, la quo toman­ pequeña columna del regimiento de San Fernando, aumen­
do el carácter de gobierno provisional, dió á luz, con fecha del tado con ochenta carabineros y doce jinetes al manilo de
r>de octubre, un manifiesto que tenia, todos los caracteres de don Jaime Bourges, á quien no vaciló Ibarrola en hacer fren­
una. declaración de. guerra contra el gobierno de la reina. te, reforzado por el cabecilla Goiri, pero ambos tuvieron que
Aseverábase en este primer documento oficial deda insur­ retirarse ante la disciplina y arrojo de las fuerzas del gobierno.
rección, que ima facción antireligiosa y antimonárquica se Ilabia contado Ibarrola con que los parciales que .tenia entre
habia apoderado del ánimo de] rey durante, su enfermedad, los habitantes de Vitoria le franquearían la entrada en la
arrancándole resoluciones atentatorias á la legislación que ciudad por medio de un movimiento popular, y aunque frus­
habia ordenado los derechos inherentes á la sucesión á la co­ trado en su designio, tanto él como sus secuaces esperaban
rona. Recordaba el maniliesto el alejamiento con que los vas­ conseguir mas tarde el éxito ilo la empresa, á la que solo
congados habían resistido en 1S23 los decretos antifueristas de creían renunciar momentáneamente. .
la revolución; y por último llamaba á los vizcaínos á suble­ Poniendo por obra Ibarrola su preconcebido plan de obrar
varse contra el régimen que calibraba do anárquico; exhor­ con precaución y trastienda, fijóse en la importancia de en­
tándoles á unirse y obrar corno un solo hombre contra la tenderse con clon Valentín Yerástogui, antiguo cabecilla de
ali,ven'.ion á que se pretendía sujetarlos y señalándoles como las facciones que habían militado on 1S23 contra el régimen
única bandera, digna del noble país vascongado, la del mag­ constitucional; hombre, de prestigio en la provincia, y residen­
nánimo y virtuoso don Carlos, legítimo heredero del trono te en su capital. Conociendo la importancia du Yerástogui en
que. dejaba vacante el fallecimiento de Fernando VII. circunstancias tan críticas como las en que el país se hallaba,
Completó el marqués su comenzada campaña apoderándose las autoridades leales á la Reina habían también acudido á
de los Unidos públicos, imponiendo una contribución de guer­ él considerando su influjo, como el mas apropiado medio de
ra al vecindario y recargando con exceso las cuotas que exigió conjurar el estallido de la insurrección. Esfamaquo Veráste-
á las casas cuyas cabezas profesaban opiniones liberales. El gui accedió á las instancias dui diputado foral, marqués do la
entendido y diligente autor ile la IHMoriti de, la- guerra civil Alameda, prometiendo su cooperación para el mantenimien­
gradua en 1res millones de reales la suina realizada por la to del orden público; y era tanto mas plausible que se confiase
nueva diputación forai instalada por el marqués; perosi aten­ 1en su buena fe, cuanto que Verástegui se habia anteriormen­
demos á revelaciones de los que fueron víctimas de aquella te comprometido contra los intransigentes en vida del rey,
exacción, deberían graduarse en mayor súma los fondos que con motivo del alzamiento de los agraviados de Cataluña. Mas
Valdespina hizo ingresar en ias arcas de la insurrección. no fardó en cundir por la poblaciun que el don Valentin se
No se limitaron á Bilbao los pronunciamientos que- en favor entendía con los sublevados, sin quo las autoridades se alve*
de don Carlos se sucedieron. viesen sin embargo á proceder contra él, porque desprovistas
Cmi el movimiento de Bilbao y las medidas de Valdespina de fuerzas, siendo escasísima la guarnición de Vitoria, una
coincidieron ios pronunciamientos verificados en varios pun­ medida'violen ta contra Verástegui habría antes precipitado
tos de Vizcaya por oficiales de laCuardia que habí an sido des­ que contenido la insurrección.
pedidos del servicio por el ministerio Zea, siéndolos que mas La máscara qno cubría las inteligencias do aquel bombili as­
se distinguieron por su celo propagandista el eorond don tuto con los carlistas en armas, desapareció muy luego, po­
Mari ¡u Ürngoirhea y los oficiales don Simon dula Torre y don niendo de maniliesto su doblez en la mañana dui (i de octubre
Pedro de Frigni. en la que dieron vista al llano de Vitoria los batallones rea­
bos trabajos de estos y demás agentes de la insurrección listas de La Guardia, Bernedo y Yaldegobia secretamente
se. hallaban abiertamente protegidos por el clero secular y llamados por Verástegui para que circunvalaran á la ciudad.
regular; y de sus residíasim fallaron soldados al nuevo ejército Oculte jefe que era de las facciones, se trasladó entonces su-
que en breve debía pasear por todo aquel territorio el estan­ eretamente Verástegui áGardalogui, pueblo cercano á la capi­
darte de la insurrección, bos conventos y casas religiosas so tal alavesa, desde donde ofició á la Diputación foral invitán­
trasformaron en arsenales y en fábricas de cartuchos y utensi­ dola á secundar el pronunciamiento, encareciendo lo inútil
lios de guerra. Kn breves dias la sublevación habia ganado el que seria la resistencia y los perjuicios que el intentarlo traería
valle de- Soinorostro, la ribera de Fortugalef.o, los distritos de á los intereses de la provincia.
Allanto, Sopuerta, Yalmaseda y todos los pueblos que compo­ Impotentes para resistir el inesperado asedio, las autorida­
nen el extenso vallo de Mena, des, cediendo á los tímidos, si bien prudentes consejos del
Una columna bilbaína emprendió la marcha, en dirección alcalde, manu lös flo Aravaca, consintieron en que la escasí­
de Guipúzcoa con objeto do promover el alzamiento do aque­ sima guarnición que habia en Vitoria la evacuara como en
lla provinola, operación que se vi ó coronada de éxito, pues efecto lo verificó, dejando libre la entrada en la plaza á Ve-
tanto los voluntarios realistas como el paisanaje de aquellas rástegui que venia á la cabeza délos sitiadores, suceso que
comarcas, ím vacilaron ou alistarse bajo la bandera tie Car­ permitió la inmediata proclamación do Cários V y el llama­
los Y. No tanto por su importancia, como por ser un síntoma miento oficial dirigido á los alaveses para que se levantasen
de los primeros movimientos de las facciones es de mencio­ en favor del Pretendiente.
nar la defección que experimentaron las fuerzas del partida- ! La ocupación de Vitoria por los carlistas fué hasta cier­
rio Balmaseda, el que, aunque consiguió aquietar á su genio 1 to punto inofensiva, toda vez que habiendo obrado las au to­
y hacer frente en 1.impias á una columna leal formada por ol i vii lados con meticulosidad y cautela, no ofrecían sus actos
E DA D M O D E R N A 5

señalado blanco á los tiros do la insurrección. Habiéndose de 11 do marzo de ÍSM que liabia anulado los contratos he­
reunido secretamente la diputación foral, acordó niante- ¡ chos durante el período eonstitucional de 1S20 á 2:i. entre los
nerse entre dos aguas, si bien propendiendo muy marcada­ ]insedi« ires de mayorazgos y los romprai lores de sus lineas.
mente á no comprometerse ni ella ni la provincia en favor Por el ministerio ile la Guerra se suprimieron los onerosos ar­
de, don Carlos, al que decidieron no prestar juramento, al | bitrios establecidos á beneficio de los voluntarios realistas, y
mismo tiempo que ponían todo su esmero en mantener la ' porci de Hacienda se destinó una crecida suma para alivio
tranquilidad y en no provocar á los insurrectos, desarmando- ! de las clases pobres de Madrid, actos (pie por su naturaleza y
los por medio de una suave y pasiva obediencia. oportunidad contribuyeron al júbilo público <pie acompañóla
No pudiendo desconocer el cauto don Valentin Verástegui ceremonia de la proclamación de la joven reina.
la importancia de la Diputación forai, y no habiendo logrado Apremiado por bis demostraciones de rebelión que, no solo
atraerla á sus designios, hubo de resignarse á crear á su ma­ en las provincias vascongadas, sino en otras del reino, se pro­
nera una junta superior de gobierno, cuya presidencia se re­ ducían una despues de otra sin interrupción, el gobierno des­
servó, al mismo tiempo que la comandancia general de. la tinó las escasas fuerzas de que podia disponer, á las órdenes
provincia, después de cuya medida y renunciando á forzar el de los generales que mas confianza le inspiraban, sin que el
alistamiento de los alaveses, tomó el camino do Castilla al celo mostrado por el gabinete para sofocar la insurrección,
fronte de las fuerzas con que había penetrado en Vitoria. deba bastar para disculparle de la imprevisión de no haber
Por mucho que se haya alegado como motivo cardinal de tenido de antemano organizado y dispuesto á obrar un ejér­
la insurrección de las provincias vascas el temor de verse pri­ cito mas numeroso que el muy escaso que se hallaba sóbrelas
vadas de sus venerandos fueros, careeia semejante pretexto armas al fallecimiento del rey, suceso que era de presumir
de fundamento atendible, toda vez que ni el gobierno ni el fuese la señal del temido alzamiento carlista.
partido reformador habían dicho una. sola palabra contra la Efecto de la misma falta de prevision, no liabia. tampoco
existencia de los fueros, cuya gratuita defensa era la aparentis pensado el gobierno cu el desarme de los voluntarios realistas
disculpa con que el partido intransigente y el clero vascon­ que se llevó á efecto en Madrid el 27 de octubre, no sin que
gado agitaron el ánimo do los naturales de aquellas provin­ (lujase de costar alguna efusión de sangre, que logró vencer
cias, seduciéndolos para convertirlos en soldados del absolu­ la pericia y valor del brigadier don l’edrn Nolasco Basa, futura
tismo. víctima do una do las asonadas populares que no debían far­
Fijando ahora la ateneion en la situación del gobierno, dar en complicar las dificultades de la naciente guerra civil.
cumplo observar cuál era la composición del gabinete. Mas si las medidas que adoptaba el gobierno en defensa de
Presidíale como es sabido don Francisco Zea Bermudez, á la causa que le estaba encomendada parecían suficientes á la
cuyo cargo estaba la cartera de Estado, el general don José parte templada del antiguo partido realista, no lo eran en
de la Cruz desempeñaba la de Guerra c interinamente la do concepto de la gran masa del partirlo liberal, quo reforzada
Marina, corriendo el ministerio de Gracia y Justicia á cargo por los emigrados impacientes do cobrar posición y por los
de don Gualberto Gonzalez; la cartera de Hacienda al de don aspirantes que rodean y empujan toda situación política nue­
Antonio Martinez, siendo confiado el nuevamente creado mi­ va, no se contentaba sino con el planteamiento inmediato
nisterio de Fomento al conde do Ofalia. Mas como (iste había de un régimen francamente constitucional.
siilo designado para secretario del Consejo de gobierno por el En descargo du aquellas faltas, la imparcialidad histórica
testamento del rey, hubo que proveer la vacante cartera do no permite desconocer que Zea y sus coligas de gabinete em­
Fomento, la que se confió á don Javier de Burgos, hombre de plearon los medios que juzgaron bastarían ti acreditar su celo
incontestables conocimientos administrativos, y dotado do una en pro do los intereses públicos, y fuera injusto negar que sus
vasta instrucción, poro que no obstante su reconocida capaci­ providencias de carácter administrativo yde mejoras habrían
dad y el sano espíritu que no es dudoso le animaba, traía logrado atraevles el favor de la opinion en circunstancias me­
consigo dos impopularidades de las que contra su persona, y nos excepcionales que las que la nación atravesaba, opinion
contra el gabinete debían sacar partido sus adversarios. Burgos que corrobora la simple enunciación de las principales de
había senado al rey José, y aunque semejante circunstancia aquellas medidas adoptadas antes de la reunion de l¡is ( lóri es.
había dejado do, ser significativa, por haber desaparecido el Consistían en un decreto por el que. se concedisi un año de
pasado ele un partido que realmente no existía, la activa par­ rebaja á los soldados en el servicio activo; en el nombramiento
ticipación que el nuevo ministro había tomado en los emprés­ do una junta encargada de preparar un proyecto do reformas
titos y operaciones bursátiles del banquero Agnado, que tan del estado eclesiástico ; en una amnistía á favor de los que
odiosas fueron para los liberales, por lo que contribuyeron á habisin pertenecido á sociedades secretas, á los que habría sido
sostener c.1 absolutismo do Fernando VII, crearon para Burgos mas sensato sustituir la derogación de Isis ponas que por an­
dificultados que no tardó en expiar aunque con notoria injus­ teriores decretos se habían fulminado contra, dichas asociacio­
ticia, pues la generalidad do sus actos como ministro do Fo­ nes, respecto álos que cm una verdadera candidez hacer gsila
mento eran fruto de una inspiración original y que habría de prohibirlas ruidosamente, lo que no liabia medios hábiles
sido tan apropiada á una situación normal, como estéril (le llevar sí efecto. Proveyóse también sí 1st manera de proceder
debia sor promulgados .aquellos actos al inaugurarse una á las elecciones de los llamados á componer el Estamento de
guerra civil, cuyos estragos y convulsiones debían inutilizar procuradores, necesidad á l a que oportunamente se atendió,
los trabajos de la mas ilustrada gestion. Burgos habría sido un aunque incurriendo en el estrecho criterio de crear un cuerpo
gran ministro en una época de reconstrucción y de mejoras, electoral tan restringido, que solo ora llamado á componerlo
mas no podian sus grandes dotes como administrador ser uti­ un número do electores igual al de los concejales que consti­
lizadas al mismo tiempo que sus opiniones políticas, estacio­ tuían los ayuntamientos de las localidades á las que se con­
narias y si se quiere juiciosas, irritaban en voz de atraer ios cedia cl derecho de votar.
ánimos que tanto interesaba conciliar. Cometióse á una comisión la revision del código civil y á
El gabinete Zea no desconoció los peligros de su situación otra la formación do un proyecto de arancel para la curia, y
y procuró remediarla expidiendo decretos y adoptando medi­ otra comisión fué encargada de proponer tin proyecto de ley
das apropiadas álas circunstancias. Por el ministerio de Estado que regularizase- la responsabilidad judicial; medidas todas
so expidió ol complemento do la amnistía á. favor de los ex­ estas que aunque de verdadero interés, como hemos dicho,
patriai los á quienes no liabia comprendido la otorgada en vida eran las mas de ellas adecuadas para tiempos normales, pero
del rey, señalándose la muy amplia de que hacemos mérito, no llenaban el objeto que al adoptarlas se proponía el gobier­
por la restitución de sus bienes, derechos y honores á los di­ no, el de atraerse la opinion pública para con sn apoyo hacer
putados de las antiguas Cortes, entre los que se hallaban don frente á la organizada oposición de que eran blanco los mi­
Agustín Arguelles, don Cayetano Valdés, Isturiz, Galiano, nistros.
Bausá, Mina, Torrijos, Badillo, Florez Calderon y demás cau­ La vital y absorbente necesidad del momento, no podia
dillos de la emigración. Por el ministerio de Gracia y J usticia ser otra que la de adunar fum as capaces de contener el mo­
decretóse la reparadora medida derogatoria de ia Cédula vimiento carlista, cobijando bajo la bandera de la reina á
G H I S T O R I A DE ES P AÑ A

l;is clases am ¡gits do las reformas, olijoto quo solo podia lo­ dor: Ban tos Ladrón siempre ha sido caballero.» A esta triste
grarse con entero éxito haciendo que fuesen bastante eficaces escena que tenia lugar el 14 de octubre, siguió momentos des­
las reformas para dar satisfacción á la voz que á los intereses pués, el trágico fin en iguales términos, de don Luis Iribaren
conservadores, á los impacientes rehabilitados intereses de hecho prisionero al mismo tiempo que don Santos. Pocos días
una época restauradora de los fueros de la libertad. antes se había verificado el pronunciamiento de Oña le y la
Al empujo con que el sentimiento reformador trababa do. proclamación como rey d d infante don Garlos en cuya defensa
derribar el ministerio, vinieron ¡í, dar nueva y decidida fuerza llamó á los guipuzcoanos por medio do unti ardiente proclama
las disidencias que se significaron entre el gobierno y los in­ don Francisco José de Alzá, documento en el que atacaba con
dividuos del consejo instalado por el testamento del rey. acritud al liberalismo, estigmatizando ol patriotismo de los
El genevai Quesada, capitan general de Castilla la Vieja, so parciales de esta opinion, como un disfraz, y su pretendido
poma al mismo tiempo on pugna con el ministro de la Guerra, amor á la virtud como una hipocresia.
general Cruz, á quien dirigió una exposición acerbamente Don José Antonio Gomez continuó en Navarra la obra co­
acentuada, (pur circuló por Madrid produciendo el consiguien­ menzada por Santos Ladrón, secundado en Ronces valles por el
te efecto sobre la opinion, hecho que acabó de, dar por resul­ coronel don Benito Eraso, el que para anim ará sus compatrio­
tado la dimisión del ministro de. la Guerra, que filé aceptada, tas, llegó hasta asegurarles en su proclama, que la causa car­
entrando á desempeñar la vacante cartera el mariscal de. cam­ lista podia contar con la alianza de varias cortes extranjeras:
po don Antonio Remolí Zarco del Valle, cuyo nombramiento pronunciamientos los que acabamos de mencionar que coin­
lincia» doblemente aceptable su reputación militar y sus an- cidieron con los de Salvatierra, valle de Tomuza y Burgos
leeedeiiles liberales. dirigidos por Urango, don Pedro de Labarrena y el cura Merino.
las exigencias de in opinion que batia en brecha al minis­ Pero la grande adquisición que, en reemplazo de las pérdidas
terio. cobraron mayor fuerza á impulso del rápido desarrollo que en la persona de su primer jefe militar don Santos Ladrón,
<111e cada dia iban tomando los pronunciamientos carlistas. hicieron los rebeldes navarros, consistió en haberse puesto en
1lallábanse en campaña el. canónigo Echevarría, el brigadier manos de un hombre que debia ser la figura saliente del car­
Tena, el franeiseano Roger, el cura Merino, balsamada, ('1 lia­ lismo y tal vez el de mas briosas condiciones morales, que
ron de llervés, Carnicci1, Fnsf.é, Torà, Piandoli!, Magraner, produjese el gran conflicto de elementos sociales á que sirvió
Garda, al mismo tiempo que otros cabecillas mandaban parti­ de señal la muerte, del rey.
das en Castilla la Vieja, en Aragon, en Cataluña y hasta on Vivia retirado en Pamplona un soldado de la guerra do la
los montos do Toledo, sin contar las facciones del Norte áeuya independencia, que despues militó en las facciones realistas
cabeza operaban Iturralde, Guevillas, don Basilio, Villalobos, durante el régimen constitucional, y ora coronel do un regi­
Lardizabal, /abala, Sarasa, Castor, Sopelana, Vi vaneo é Ibar- miento de linca á la proclamación de doña Isabel II. Aunque
rola. don Tomás ZumalacáiTogui habia servido á las órdenes de Que­
Don Santos I,adron efectuó el pronunciamiento deia Rioja, sada, ni este general como tampoco Córdova y Llauder; que
secundado por don l.’ablo Briones, sirviéndoles de auxiliar don tan adietes eran á la causa do la reina, supieron apreciar para,
Basilio Anton García, y de consejero el abad do Valbanera, retener unido á ella un veterano de las condiciones del coro­
Un liando publicado por el primero de dichos jefes, fulminó nel Zumalacárregui.
pena de la vida contra f.odo realista que no secundase el mo­ Entre las separaciones de mandos militares verificadas en
vimiento, haciendo responsables á las justicias de la desobe­ los primeros días del nuevo reinado se halló la de dicho jefe,
diencia á dicha orden; despues de lo cual, y al frente de al que no tardaron en buscar por caudillo sus paisanos deci­
quinientos hombres se dirigió don Santos á Navarra donde se didos á levantarse en armas en favor del pretendiente. La je­
le reunieron los realistas de don Basilio. El brigadier Miranda fatura de los levantados en Navarra, por algunos dias ejercida
quo operaba alas órdenes de don Santos Ladrón, recorrió la ri­ por Iturralde, acabó por ser reconocido correspondía alas su­
bera ilei Ebro, habiendo logrado sorprender en Calahorra una periores dotes de mando que residían en la persona de Zuma-
compañía del provincial de Alava, y envalentonado con el lacárregui á juicio de los jefes y oficiales de mas señalado
éxito de sus primeras disposiciones, mardi» en dirección de influjo, los que reunidos en la ciudad de Estella el 14 tic no­
Arcos, movimiento que pareciendo gravo al vireyde Navarra, viembre de 1833, de común acuerdo declararon que convenci­
general Sola, dispuso este saliese en su persecución el briga­ dos de las prendas militares y políticas que adornaban al
dier Lorenzo á la cabeza de una columna, de ochocientos hom­ coronel vivo y efectivo don Tomás Zumalacárregui, unánime­
bres. mente resolvían encargarle elei mando superior de las tropas
Púsose este en movimiento, y despues ele algunas ma­ navarras. Acto que suscribieron los jefes Echevarría, Mari-
niobras sin resultado, recibió un oficio del jefe carlista en clialar, Sarasa, Fuertes, Kipalda, Eyaralar y Chuso, Sala y
d que este manifestaba que esperaba á Lorenzo á pié firme, Larve, Tartagliai, Gurda, Zariátegui, Verdiel, Zubirí, Echarte,
rolo al que no podia permanecer sordo el jefe liberal, y aboca­ Goñi y Ulibarri.
das ambas fuerzas, trabóse un reñido combate en el que aca­ No era posible en tiempo de revolución y al iniciarse una
baron por triunfar la disciplina y organización de las fuerzas guerra civil, que un caudillo popular recibiese una investidu­
d d ejército, las que arrollaron á los carlistas, poniéndolos en ra mas autorizada ni mas competente.
completa fuga, y siéndola captura de don Santos Ladrón y Los sucesos que van á desarrollarse no tardaron en eviden­
hasta treinta de sus oficiales el principal fruto de la victoria. ciar el acierto con que procedieron los carlistas navarros.
Enviado á Pamplona el prisionero general por ol brigadier Lo­ Fuera minucioso, y de escaso interés para la historia, la pro­
renzo, sufrió en aquella plaza el terrible castigo que las leyes li,!a enumeración de todos los pronunciamientos carlistas es-
militares imponen á las rebeliones armadas, viniendo á su- ¡i tallados en las primeras semanas del mes de octubre. Mas ó
emnbir el antiguo guerrillero en medio del pueblo, quo en menos significativos, fueron casi generales en todas las pro­
mejores dias mandó como autoridad, pues don Santos, que co­ vincias donde la milicia realista se hallaba organizada, siendo
menzó su carrera bajo las órdenes de Mina, en la guerra dé la muy de observar que lo instantáneo de aquellos movimient os
independencia, y que tomó despues una parte activa en la suministra una evidente prueba de la flaqueza moral de mía
guerra civil de 1821 á ‘22. polcando contra d régimen const,i- causa, que contando partidarios resueltos en todas partes, solo
tudonal, había sido nombrado por d rey. gobernador do Pam­ en las provincias del Norte y las del Este pudo sostenerse y
plona. di',simes de la invasion francesa. Los últimos momentos continuar prestando alimento á la guerra civil. Las provincias
de don Santos bien merecen de la historia una mirada do com­ do Andalucía y las de Estremadura fueron las únicas en que
pasión. no logró alzar bandera el fanatismo reaccionario, siendo no
Habiéndose dispuesto que fuese fusilado por la espalda, menos digno de mención especial, que las provincias del
resistíase á morir ron el estigma do traidor, mas viendo Norte, vecinas al levantamiento de las Vascongadas, >San-
que se le obligaba por la fuerza á tomar la humillante postai- . tander, Gastro-Urdíales, Santoña y Laredo, se declara­
ra, exclamó d desgraciado: «Moriré como Ydos. quieran, mas ron desde un principio sostenedoras de los derechos de doña
no por eso empañará el lust re de mi nombro el. baldón do trai­ Isabel.
EJ)AD MODERNA
á tanto llegó en aquellos dias la audacia de Merino y de sus
CA PITULO II
expedicionarios, «pie se atrevieron ñ. lomar el camino de Ma­
Ministerio de Zea Bermudez drid acercándose al Escorial, enviando desi acámenlos que pi­
dieron raciones en (¡ulapugur. Si las fuerzas que. Merino
Merino en Castilla.—El Pretendiente cu Portugal.—Campaña de Sars- acaudillaba hubiesen tenido organización, disciplina y oiieia-
field.—Caida de Zea Bermudez.—Continuación de. las operaciones mi­ lidad capaz de conducirlas al combate, muy grave hubiera
litares eu el Norte.—Don Jerónimo Valdds general cu jefe.—Su p ri­ sido la situación en que se viera la corte, de la (pie no pocos
m era campaña. de sus habitantes, que simpatizaban con la rebelión, salieron
en la engañosa esperanza de que encontrarían á Merino en el
El campeón de la sublevación en Castilla lo fué el célebre Pardo ó en sus inmediaciones.
cura don Jerónimo Merino, cuya biografía ofrecería curioso Para contener los progresos del rebelde cura, destinó el go­
asnillo para una variada digresión, que por otra parte no con­ bierno las pocas fuerzas de que podia disponer al mando del
siente la abundancia y preferencia de las materias de mayor general Pastor y del coronel Albuin, los «pie operaron contra
interés histórico de que liemos de ocuparnos. Salido de las Merino sin lograr alcanzarle, pues poco confiado el jefe carlis­
mas humildes filas do! pueblo, como Manso, el Empecina­ ta en la solidez de sus soldados, evitando aparecer que buia,
do, Mina y el Médico, esclarecidos guerrilleros de la guerra supo sin embargo eludir el combate. Mas embarazado por la
do la Independencia, Merino comenzó su vida de pastor de indisciplina de su gente que confiado en el número de los
ganado, trocándola enseguida por la de quinto al servicio del que seguían su bandera, meditaba Merino dirigirse á. la raya
Bey, y concluyendo por recibir órdenes sagradas, merced á la, de Portugal, cuando llamado por reiteradas órdenes de las
en sus dias, fácil y benévola protección de un eclesiástico que Juntas de las Provincias Vascongadas emprendió su marcha
amparó los estudios de Merino, quien por este medio llegó á al­ en dirección del Ebro.
canzar la cura do almas do Yillobiado, pueblo do su naturaleza. Operaba en la ribera al frente de las tropas leales el bri­
Salido á guerrear en 18051 como en la misma época lo hicieron gadier Benedicto, y habiendo alcanzado el 13 de noviem­
españoles de todas categorías, no tardó el cura en distinguirse bre á Merino en las inmediaciones de Villafranca de Montes
por medio de sus liechos y proezas contra los franceses, cual de Oca, empeñóse un reñido combate, que sin ser decisivo
do ello da suficiente testimonio la circunstancia de haberse dejó el campo en poder de los liberales; mas no habiendo
encontrado de, brigadier del ejército al terminar la guerra de aceptado Merino el resultado de ima jornada «pie pudiera
la Independencia. Femando VII juzgó que en vez de conti­ imputárselo á derrota, quiso renovar la Lucha dirigiéndose á
nuar aprovechándose de los servicios del marcial cma como Haro ocupado por el general Sarsfield que acababa de hacer
soldado, debía agraciarle con una pingüe canonjía en la rica­ su aparición en las Provincias, y hallábase en aquel momento
mente dotada catedral do Valencia, en el goce de cuya pre­ cercado por las fuerzas de Veráztegui y de Cucvillas, compro­
benda no pudo permanecer mucho tiempo Merino á causa de metida situación de la que permitió salir á Sarsfield la doblo
las excentricidades propias de su natural altivo y violento y circunstancia de las desavenencias sobrevenidas entro Merino
de los hábitos contraídos en la licenciosa vida de los ejércitos y Veráztegui, do. cuyas resultas el primero marcilo cou su
en campaña. gente en dirección de la Sierra, activamente perseguido por
La historia tiene por demás consignado que en 1821, Merino Benedicto, y una voz guarecido en las asperezas en que buscó
volvió á tomar las armas, alzando bandera contra el gobierno refugio, licenció la mayor parle de la gente que le segnia,
constitucional, y agasajado por Fernando VII en lauro de los quedándose reducida su poco antes numerosa luíoste á dos­
nuevos servicios que le habla prestado, considerábasele como cientos jinetes, único residuo del ejército de relumbrón con el
adicto á la causa de la reina al estallar la escisión que fraccio­ que acababa de pasearse por las llanuras de Castilla,
nó el antiguo partido realista. Corroborando aquella opinion, El infante don Carlos residia todavía en el contiguo nòno,
Merino había felicitado á María Cristina como encargada do cuando recibió la noticia del fallecimiento de su hermano,
la gobernación del reino durante la enfermedad de Fernando. habiendo sido desde aquel moment o tratado con honores de
Como quiera que sea, no supo resistir el cura guerrillero el rey por la vacilante corte de don Miguel, todavía dueño de
ejemplo ni las excitaciones de sus dobles compañeros de ton­ Lisboa y do la mayor parte del territorio de Portugal, infor­
sura y de campamento, y presentóse al llamamiento de la mado de esta novedad el gabinete Zea, cuya predilección en
Junta carlista de Burgos, aceptando el mando de los volunta­ favor de don Miguel había disminuido hasta el extremo de
rios realistas levantados en todo el territorio de Castilla la hallarse como hemos dicho en negociaciones con el gobierno
Vieja. El obispo de Leon, que tan ruidoso papel estaba desti­ inglés para el reconocimiento de doña Mariti, dió orden al
nado á representar, filé el inspirador de las determinaciones ministro residente de. España en Lisboa para retirarse, en obe­
de aquella Junta, á la que hizo concebir esperanzas de que el diencia de cuyo mandato don Luis Fernandez de Cordo va. se
general Sarsfield, que al frente de las tropas que habían esta­ presentó en Madrid, y como antes queda, indicado ingresó en
cionado en la frontera de Portugal, caminaba en dirección de las filas de los adversarios del gabinete til que acababa de
la cuenca del Ebro, se declararia por la causa del Pretendien­ sen-ir.
te, sospecha alimentada por un autor de buen criterio, pero Apresurándose á ejercer sus funciones de Key, don Carlos
que en su dia rechazaron los amigos del general y que hacia lanzó desde Abrantcs con fecha l.u do octubre un primer ma­
además poco verosímil el caballeroso carácter de Sarsfield. nifiesto á sus secuaces, documento que íntegro inserí ¡unos ¡d
La Junta do Burgos, que por algún tiempo tuvo desavenen­ final del presento capítulo ( 1), y en el que procurando vindi­
cias con Merino, nombró comandante general de las fuerzas carse de que obraba llevado por miras ambiciosas, se presen­
carlistas á don Ignacio Alonso Cucvillas, mas este por modestia taba como el defensor de los derechos do su dinastía, haciendo
ó por la importancia que diera á la popularidad do Merino, so un llamamiento á los sentimientos católicos de sus partida­
puso bajo sus órdenes, de cuyas resultas fué el último acla­ rios, y dándoles aquellos consejos de union y de buen com­
mado en Iti de octubre en las mismas inmediaciones de Santa portamiento que son los lugares comunes en que abundaron
María de Cubo, por general en jefe de las tropas levantadas siempre las manifestaciones de lodos los pretendientes.
en Castilla en defensa de don Carlos. Activo y diligente Meri­ A este primor acto do auténtica rebelión por parto del in­
no, reunió los voluntarios realistas do todas las comarcas ve­ finite, filó ¡d que vespondió el gobierno, expidiendo el decreto
cinas, sin que las autoridades de la Boina en la capital hubiesen de l'í de octubre por el que declaraba conspirador y usurpa­
por falta de tropa y de medios materiales podido oponerse á dor del trono ádon Cárlos, secuestrándole sus bienes, cuya ad­
la concentración de la fuerza enemiga. En pocos dias tuvo ministración fue confiada al consejero de (.’astilla don Bainoli
el cura bajo su mando once- mil hombres, cuyo número dia­ Lopez Peregrin. Este decreto comunicado á don Cárlos por la
riamente se aumentaba, habiendo llegado la audacia do sus legación de España en Portugal motivó (pie al oir su lectura,
movimientos á impresionar tan vivamente al gobierno, que según refiere el Sr. Pirula en hhJI íxIovia debí. fiue/vu civil,
este ordenó á Sarsfield que precipitase su marcha sobre Bur­
gos para destruir ó ahuyentar las fuerzas de la rebelión, pues (1) y cíase el documento mím. I del capitulo II.
Tono VI
H HISTORIA DE ESPAÑA

pronunciase don Carlos las palabras siguientes: Quedo cnie- da de Sarsfield en Bilbao, fácil victoria que habiendo seguido
vado; veremos quién tiene vmh derechos; yo también usaré á la do la misma índole alcanzada por este general ásu entra­
ile los rudos. da en Vitoria, fué celebrada por el gobierno y los sostenedores
lil gobierno español, que en vida do Fernando Vil luibiu de su política como una brillante campaña; servicio que se
bocho los mayores esfuerzos para que don Cárlos, en obedeci­ apresuraron á recompensar confiriendo al general un título
miento de las terminant es órdenes del Rey su hermano, salie­ do Castilla, al mismo tiempo que se le nombraba virey de Na­
se de Portugal y fijase su residencia en liorna, no podia per­ varra. Aunque victorioso y generosamente recompensado, des­
manecer indiferente á los actos de, abierta hostilidad suscritos contento Sarsfield presentó su dimisión del cargo de general
por el infante, y resuelto á lanzarlo á todacostadel territorio en jefe del ejército de operaciones, cuyo mando recayó en el
portugués, ordenó al general liodil, que había relevado á teniente general don Jerónimo Vaklés. Nacia el descontento
Sarsfield en el mando de las tropas estacionadas á lo largo de de Sarsfield, de que las fuerzas de que disponía eran del todo
la frontera, que so apoderase á toda costa de la persona del insuficientes para sacar de sus operaciones un fruto que no
.Pretendiente, traspasando si para ello fuese necesario, los li­ fuese momentáneo. La pericia de aquel general liarte le decia
mites de ambos reinos. que para pacificar las provincias se necesitaba ocuparlas mili­
En aquellos mismos dias dábase cumplimiento á la cláusu­ tarmente, y no pucliendo verificarlo, se abstenia do adoptar
la de la pragmática por la que el difunto rey nombraba á su medidas de rigor contra los habitantes asi como contra los
viuda gobernadora del reino é instalaba el Consejo supremo prisioneros, temeroso do exacerbar la irritación y el carlismo
de que liemos bocho mérito al enumerar las disposiciones de las poblaciones.
testamentarias del difunto monarca. Pero esta misma benignidad do parto del general eristino
No permaneció ocioso el Pretendiente ante el vigor y reso- era muy mal recibida por los liberales exaltados, que pedían á
lueion de las medidas contra él adopladas por el gobierno, en todo trance triunfos decisivos, al mismo tiempo que inexora­
oposieion do las cuales dió á luz otro manifiesto, enei que se­ bilidad hacia los vencidos.
ñalaba las contradicciones que en su juicio contenían los con­ Militarmente considerada la corta campaña de Sarsfield no
siderandos en que aquel fundaba las determinaciones cuya fué censurable, si bien bajo el punto de vista politico fué del
validez contraileeia el Pretendiente. todo nula, y ensoñó á los carlistas que, dispersos y vencidos,
Como documento que la historia reclama, insertamos en el poseían elementos que acabañan por darles superioridad en
apéndice el manifiesto á que acabamos de referirnos (1). En la empeñada lucha.
el mismo caso so encuentra otro manifiesto que con carácter La diligencia y esfuerzo del gabinete para hacer frente álas
de decreto daba don Carlos en 4 de noviembre en Castello- exigencias de la naciente guerra, no bastaron para neutralizar
liraneo, en el que, dirigiéndose al ejército, concedia un ascen­ ol torrente de la opinion reformadora, cada dia mas pronun­
so á los jefes, oficiales y sargentos, y los sueldos correspon­ ciada contra el sistema de Zea Bermudez. Consecuencia que
dientes éi sus respectivas clases á las mujeres ó hijos de los fácilmente se explica, íúó la de irse debilitando en el ánimo
que muriesen en la lucha. de la gobernadora la poco meditada confianza que había de­
Dejamos dicho que preocupado el gobierno de la rapidez y positado en el ministerio legado del difunto rey.
extension de las primeras manifestaciones de la insurrección La creciente marea de la opinion liberal, si bien no llegaba
carlista en las provincias Vascongadas, en Navarra, en la todavía á ejercer una influencia decisiva sobre la Reina, pres­
Rioja y en Castilla, llamó con urgencia al general Sarsfield al taba una fuerza de mucho empuje al partido intermedio entre
frente de las escasas fuerzas que pudieron segregarne del los constitucionales y el ministerio. El marqués de Miradores
cuerpo situado sobro la frontera de Portugal. No fue difícil á y el general don Luis Fernandez de Córdoba, cuyo acceso á la
este general limpiar las Castillas infestadas por indisciplina­ cámara real era diario, lo empicaban en minar la privanza do
das bandas de voluntarios realistas y pasando el Ebro el 10 Zea, cada vez mas debilitada por la exigencia de la opinion y
de noviembre siguió su movimiento on dirección de Vitoria, lo apremiante de las circunstancias que altamente reclamaban
habiendo dado frente á los carlistas en la Sierra llamada do un gobierno enérgico, y que inspirase simpatías á la genera­
Peñacevrada, lugar que fuó teatro do una no muy seria con­ lidad de los defensores de la causa ele Isabel II.
tienda, pues los carlistas se replegaron hacia Vitoria, punto En semejante situación recibió el golpe de gracia la comba­
que tuvieron también que abandonar, y del que se posesionó tida política del primer ministro con la intervención de dos
Sarslield sin resistencia. personajes cuyos antecedentes y posición no poclián menos do
Los insurrectos huían despavoridos ante la disciplinada poner término á la prolongada crisis. El capitan general de
luíoslo conducida por el jefe evistino, quedando de resultas Cataluña don Manuel Llauder, hombro de señalados antece­
casi limpio el territorio de Alava y Guipúzcoa, habiendo te­ dentes realistas que le daban gran autoridad dentro del régi­
nido que buscar refugio los dispersos, unos en Francia, otros men vigente, y cuya campaña do 1S30 contra los constitucio­
en Navarra y los restantes en Vizcaya. No quiso Sarsfield nales emigrados, acrecentaba su significación como elemento
detonor su marcha victoriosa sin limpiar de carlistas la pro­ de resistencia, había cambiado de actitud desde que tuvo
vincia. do Vizcaya, como acababa de efectuarlo respecto á principio el nuevo reinado. El incremento que bajo las órdenes
Guipúzcoa y Alava, y dejando una corta guarnición en Vi­ de aquel general tomaron los voluntarios alistados en Catalu­
toria so dirigió á Bilbao por el camino do Durango, logrando ña al servicio de la Reina, el favor con que acogió y trataba á
penetrar eu la capital de Vizcaya sin que bastasen á impedir­ los amnistiados que en gran número fijaron su residencia en
lo las reiteradas órdenes de la junta carlista á Bcngoeehea y Barcelona, le habían valido gran popularidad en las provincias
demás joles do la insurrección para que saliesen al encuentro del antiguo Principado, y fuese que su adhesión á la causa do
de Sarsfield, prescribiéndoles que al efecto aprovechasen las la sucesión directa ó su propio convencimiento, hubiesen mo­
multiplicadas posiciones estratégicas que permitían ventajo­ dificado sus opiniones, resolvióse Llauder á dar un paso tan
samente la defensa. Pero eran los carlistas en aquella época atrevido, que solo podia tener cabida en circunstancias de
soldados todavía tan bisoñes quo no piulo Bcngoeehea conte­ índole revolucionaria. El capitan general de Cataluña dirigió
ner la completa dispersión do sus voluntarios, los que en Kl- á la Reina una exposición on la que, abordando resueltamente
goibar y Libar so desbandaron completamente sin que pudie­ el terreno de la política, atacaba en brecha el sistema del mi­
sen contenerlos las exhortaciones de su jefe cuya misma nisterio, y proponía medidas directamente encaminadas á nn
adversa suerte cupo á su compañero el brigadier Zabala, cambio de instituciones, toda voz que aconsejaba la inmedia­
quien tampoco pudo mantener unidas sus gentes al aproxi­ ta convocación de las antiguas cortes del reino.
marse á Bilbao la columna do Sarsfield. Idas afortunado Lar- Esta exposición fué confiada por Llauder á uno ele sus ayu­
dizabal que mandaba los voluntarios guipuzcoanos, logró re­ dantes con encargo especial de entregarla en.mano propia de
tirarse. manteniéndolos unidos, en dirección do Navarra. la Reina. Mas preguntado el oficial portador por el ministro de
Ningún obstáculo se opuso desdo aquel instante á la entra­1 la Guerra, cuál fuese el objeto de su venida á Madrid, comu-
nicóselo reservadamente al general Zarco del Valle que des­
(1) Véanse los documentos números I I y I I I del capitulo If. empeñaba la cartera del ramo. Exigió este que el comisionado
E DA D M O D E R XA
le entregase la exposición, á lo que solo accedió el intimado á. Para Hacienda, á don Justo José Banqueri, á don Eusebio
condición de que no se hiciera de ella un uso contrario á las Dalp, á don José de Jmaz, á don Justo Aranalde, y para
instrucciones que liabia recibido de su general. Marina á don .José Vazquez y Figueroa.
Sorprendido el gobierno por tan inesperado suceso, pensó Los dos encarga«los di- roeomponorol gabinete, propusieron
en valerse de don Gaspar Remisa, amigo íntimo de Llauder, á Martínez de la Rosa para la cartera de Estad««, y para la «le
para que trasladándose á Barcelona, transigiesfe amigable­ Gracia y Justicia á Garely, c««n1iándost> la de Hacienda interi­
mente el asunto. Mas hizo este paso enteramente inútil la- namente á Aranalde, el ministerio «le Marina á Figueroa y
publicidad dada por los periódicos de Cataluña á la exposición «piedaiu.lo Zarco del Valle en Guerra y Burgos en Fomento.
de su primera autoridad, documento del que además so remi­ No tardó el gabinete así reconstruido en modiliearse, cual
tieron con profusion copias á Madrid, desvaneciéndose en su debia hacerlo presumir la poca homogeneidad <U> anteceden­
consecuencia toda probabilidad de acomodamiento. tes y de escuela entre Martinez «l«* la Rosa y Burgos, incom­
Embarazosa y crítica era la situación del gobierno en pre­ patibilidad que puso en evidencia en <>1 mismo «lia en <|iie por
sencia de un acto de tan marcada hostilidad de parte del ge­ primera voz se reunieron, la proposición «le Burgos, para «|Uc
neral que mandaba cuatro provincias, guarnecidas por una la presidencia no se. considerase sistemáticamente vinculada
considerable parte del ejército á la sazón sobre las armas, yen en el ministerio «le Estuilo.
las que se hallaban veinte mil voluntarios organizados por Según el testimonio de escritores contemporáneos y «le ami­
Llauder; pero aquella situación tan sumamente grave en sí gos de Zea Bermudez, resintió osle como mui desgracia y etimo
misma vino á ser del todo desesperada para <.'.1 gabinete al el rebultado de una intriga su inevitable eaida, hija «le una
recibirse á los muy pocos dias otra exposición no menos apre­ de las mas fuertes comenti« de opinion pública «pie se hayan
miante, en la que don Genaro Quesada, capitan general de producido en aquella época.
Castilla la Vieja, reproducía en forma casi idéntica los mismos A consecuencia de la entrada «le Sarsfield en Bilbao, y «le.
razonamientos empleados por Llauder para provocar la eaida la dispersion de las facciones vizcaínas y alavesas, las juntas
del ministerio y la adopción de un nuevo sistema do gobierno. ferales reunidas en Marquina, acordaron trasládame ¡i Na­
Recibióse dicha segunda catilinaria á hora bastante avan­ varra con ánimo de unir sus fuerzas á las de Zunialueánvgui.
zada de la noche, por lo que no pudo darse cuenta de ella á Pero en su marcha en dirección «i«' la Burtmda «-neon Ira ron á
la Reina gobernadora. Pero convocado al dia siguiente el con­ Uranga al frente de mil voluntarios y á La Torre «pie condu­
sejo de ministros para deliberar sobre lo grave de la situa­ cía ochocientos reclutas guipnzcoanos. La casual concentra­
ción, dividiéronse los pareceres acerca de la línea de conduc­ ción do estas fuerzas dispuso á los carlistas á hacerse fuertes
ta que debía seguirse. No hubiera debido esta ser dudosa en en Oñatc, que conceptuaron buena posición ««trafi-gha. Pre­
circunstancias normales, pero en las extraordinarias en que venido de ello Gastaron, comandante general «1«« Guipúzcoa,
la nación se hallaba y en la peculiar que cabia al ministerio, dispuso que Lorenzo marchase contra las facciones reunidas
encontró contradictores la opinion de los que sostuvieron no persiguiéndolas hasta arrojarlas á Navarra.
debia consentir ’el gobierno que sus subordinados le pusie­ Avisados los jefes carlistas de la aproximación de Lorenzo,
sen la ley. encargaron á La Torre que saliese á contener su avance, pro­
.Era á todas luces evidente que los dos generales con mando, curando disputarle el paso, pero los bisoîios soldados «pie
que no habían retrocedido ante la eventualidad de actos tan mandaba La Torre no esperaron la acometida de los erísimos
ruidosos, estarían preparados á sostenerlos, y era el gabinete y se dispersaron en cuanto los tuvieron á tiro. Lorenzo ocupó
sobradamente débil para intentar la lucha, sin contar por lo pues á Olíate sin resistencia, haciéndose« dueño de buena prie­
monos con el apoyo de la corona y del Consejo de gobierno, sa de armas y otros efectos de guerra.
consulta la dirigida al último que vino á sor mas bien asunto Hallábase Zumalacárrcgui en Miranda de libro, cuando re­
de forma que remedio adecuado á la circunstancia, toda vez cibió un ofieiode la j unta de Vizcaya en 0.1 que encarecidamente
que dentro do la corporación contaba Zea y sus compañeros se le pedia acudiese en socorro de Bilbao amenazado a la sazón
adversarios de grande influjo. Al evacuar la consulta el Con­ por Sarsíield. Solo tenia consigo «>1jefe navarro mil soldados,
sejo liabia eludido la calificación de la conducta do los gene­ la mitad de ellos sin fusiles; mas no obstante sus «•seasus
rales, pero venia en cierto modo á sancionaría, abundando la fuerzas quiso inspirar á sus soldados el levantado espíritu de
acordada en las mismas consideraciones políticas, que relati­ que se hallaba animado, y con el mágico marcial estilo «pie le
vamente á la reunion de las Cortes y á otras medidas de igual era familiar exhortólos á acudir en auxilio de los vizcaínos
trascendencia formaban el cuerpo de doctrina de la exposi­ presentándoles la halagüeña perspectiva do los abundantes
ción del general Quesada, fínica que adquirió carácter oficial recursos que en alivio de las privaciones «piesufrían hallarían
como dirigida al ministro dolaGuerra; pues la de Llauder ha­ en la rica capital de Vizcaya. «Animo, voluntarios,- -les dijo
biéndolo sido por la vía reservada no llegó á manos de la Reina al terminar su arenga,—ya sabéis que el «pie Higa pronto lle­
por ol motivo anteriormente expresado. No contentos todavía ga dos veces.» Entusiasmados á la voz de su jefe los navarros
de su obra los consejeros adversarios de Zea, encargaron á sus le siguieron gozosos, y precipitando la marcha fueron á per­
colegas el arzobispo de Méjieo y ol conde de Ofalia nombra­ noctar á Alsasua. Allí encontraron á los fugitivos caudillos
dos para presentar la consulta á la reina, que verbalmente vascongados, cuyos voluntarios se hallaban en un «.atado tal
hiciese entender á S. M. la necesidad de formar un nuevo de desmoralización y de abatimiento que el contagio enmlió
ministerio ó por lo menos de separar á Zea y al ministro de hasta los mismos navarros. No se abatió sin embargo el espí­
Fomento. La gobernadora que admitió el consejo relativa­ ritu de Zumalacárrcgui en presencia de aquella flaqueza do
mente á Zea, no le acogió del mismo modo respecto á Burgos sus reclutas, y resuelto á hacer de ellos soldados disciplina­
y cometió á este y al ministro do la Guerra, Zarco del Valle, dos y aguerridos levantó su abatido ánimo annando aquellos
el doble encargo de hacer conocer al que iba á dejar de ser «le los suyos que no lo estaban con quinientos fusil«« «pie J<>
jefe del gabinete la sensible necesidad de su separación, al facilitaron las diputaciones de Vizcaya y Guipúzcoa, y repar­
mismo tiempo que les entregó una lista que contenia los nom­ tiendo entre la totalidad de sus fuerzas el abundante rcpuesl o
bres de los sujetos que le. habían sido indicados como idóneos «ile cartuchos que de aquellas iveibió. Consecuencia «l«' seme­
candidatos para los diferentes ministerios. jantes pruebas de la firmeza y del don de manilo «pie residia
Uno de los encargados de aquella misión, don Javier de Bur­ en ZumalacáiTegui, fu ó «pie las juntas decretaron invi «tirio
gos, da en sus Memorias una nomenclatura de los nombres con el carácter do geuiTal en jefe «le las fuerzas de las tres
comprendidos en dicha lista. Indicábase en ella como candi­ provincias humanas, mando que reunido al que yacjercia so­
datos para el ministerio de Estado á don Francisco Martinez bre los contingenti« de Navarra, daban á ZumalacáiTegui el
de la Rosa, á don Eusebio Bardají y Azara, á don Evaristo Pe­ empleo efectivo de generalísimo «le la insurrección.
rez de Castro, ádon José de Heredia y al duque de Cor. Para Gomo antes ili-jamos expuesto, admitida que fuéá Savsíii'M
Gracia y Justicia, ¡i don Nicolás Garely, á don Ramon Lopez la dimisión «M mando del ejército de operaciones y nombra­
Pevegrin, á don Valentin Ortigosa y otros sujetos menos cono­ do virev de Navarra, reemplazóle «*n el cargo «pie dejaba, el
cidos. teniente general don Jerónimo Valdés, caudillo procedente
10 H ISTORIA DE ESPAÑA

fluí ejército de Ultramar, cuyos jefes y oficiales regresaron á causado una sanción tan ilegal como destructora de la ley
la Península despues de la definitiva pérdida (le nuestro conti­ que legítimamente y sin alteración debe, ser perpétua.
nente colonial, siendo este general hombre (pie gozaba do gran­ »Desde el fatal instante en que murió mi caro hermano —
di; autoridad y prestigio en el ejército y entre las influencias de que santa gloria haya,— creí se habrían dictado en mi defen­
la situación imperante. La circunstancia de haber las faccio­ sa las providencias oportunas para mi reconocimiento; y si
nes de las tres provincias vascongadas buscado refugio en hasta aquel momento habría sido traidor el que lo hubiese
Navarra, ahuyentadas por la persecución de las columnas de intentado, ahora será el que no jure mis banderas, á los cua­
la Reina, infundió ¿i Valdés la confianza de que en breve lo­ les, especialmente á los generales, gobernadores y demás
graría pacificar el país, haciéndoselo así entender al gobierno, autoridades civiles y militares, liaré los debidos cargos cuan­
y en su consecuencia, deseoso de que sus vaticinios tomasen do la misericordia de Dios, si así conviene, me lleve al seno
el carácter de hechos consumados, dispaso que cl baron del de mi amada patria, y á la cabeza de los que me sean fieles.
Solai' de Espinosa al frente de una columna marchase á cas­ Encargo encarecidamente la union la paz y la perfecta cari­
tigar la audacia de los cabecillas Verástegui, Golìi y Gándara, dad. No padezca yo el sentimiento de que los católicos espa­
que habían vuelto á hacer excursiones enei territorio vascon­ ñoles que rao aman, maten, injurien, roben, ni cometan ol
gado. En la primera quincena de diciembre avistó el baron mas mínimo exceso.—El orden es el primer efecto de la justi­
las fuerzas carlistas que mandadas por La Torro ocupaban á cia; el premio al bueno y sus sacrificios, y el castigo al malo
Guernica, y no tardó cu trabarse entro ambos contendientes y sus inicuos secuaces es para Dios y para la ley, y de esta
el primer desgraciado encuentro (pie, empañó los triunfos suerte cumplen lo que repetidas veces he ordenado.—Abran-
hasta entonces alcanzados sobre los carlistas por las tropas dé­ tes l." de Octubre de 1833.—Cál'los María Isidro de Borbon.»
la Reina. En vano los soldados del baron se condujeron con
bizarría igual á la que animaba á su jefe; los carlistas habían DOCUMENTO NUM. II
en i »neos dias adelantado en disciplina y sostuvieron con de­
SEGUNDO MANIFIESTO DE DON CARLOS
nuedo y empeño un combate del que salieron ganosos, cau­
sando al baron mas de cien bajas, la mayor parte prisioneros. «Habiendo recibido ayer oficialmente la infausta noticia
Mas no queriendo el último darse por vencido, intentó de haber sido Dios servido de llamar para sí el alma do mi
nuevamente apoderarse do Guernica, designio que no logró, muy caro y amado hermano el señor rey don Fernando Vil
viéndose obligado á retiraran nuovamente rechazado con pér­ (q. e. p. d.) Declaro: que por falta de hijo varón que le suceda
dida de muertos y heridos. en el trono de las Españas, soy su legitimo heredero y rey,
Sabedor Valdés del desastre corrió al frente de tres mil consiguiente á lo que por escrito manifesté á mi muy caro y
soldados en persecución de los carlistas, pero no le esperaron amado hermano, ya difunto, en la formal protesta que le di­
estos, cediendo el paso á Valdés, que entró en la población rigi con fecha 29 de abril del presente uño; igualmente que á
sin obsráeulo el 20 del antedicho mes, habiendo arrollado en los consejos, diputados y autoridades, con la del 12 de junio.
las inmediaciones do Dnrango á un batallón insurrecto que —Lo participo al Consejo, para que inmediatamente proceda
pretendió detener su marcila. á mi reconocimiento; y expida las órdenes convenientes para
No quiso por su parte permanecer ocioso el nuevo viveydc que así se ejecute en todo mi reino.—Santarem 4 de octubre
Navarra Sarsliekl, y al frente de las fuerzas que pudo reunir ele 1833.—Yo e l R ey .—AlDuquepresidentcdemiConsejorcal.»
salió de Pamplona en busca <lo Zumalacárrogui á quien avistó «Conviniendo al interés de mis pueblos el que no so deten­
en Dicastillo; pero el jefe carlista sin eludir el combate supo ga el despacho de los negocios que ocurran.... he venido en
tmnar posiciones ventajosas en las que no juzgó Sarsficld de­ confirmar, por ahora, á todas y á cada una de las autoridades
bía atacar á su enemigo, y sin tampoco volverle la espalda, del reino, y mandar que continuen en el ejercicio de sus res­
maniobró el general ile la Reina á efecto de atraer á Zumala- pectivos cargos.—Tendvoislo entendido etc., ote.—Al Duque
cáiTegui á otro terreno. Gran conocedor de la topografía del presidente del Consejo real.»
país, y tan resucito como precavido, el jefe navarro compren­
dió el juego de su adversarie, y mostrándose maestro en el DOCUMENTO NTJM. III
arle de eludir encuentros que pudieran serle adversos y ene!
MANIFIESTO DE DON CARLOS AL EJÉRCITO
de provocar al enemigo cuando podia hacerlo con ventaja,
trajo á Savslielil en su seguimiento y sin dejarlo descansar de Cáelos V á los generales, oficiales, sargentos, cabos y solda­
la .Solana á la Ribera en marchas y contramarchas sin resul­ dos del ejército.
tado, lo que bastó para hacer comprender á Sarsficld cuánto «Llamado por Dios para ocupar el trono español, para de­
aquella guerra tenia di! local y do desventajosa para quien fender su santa causa y hacer felices á mis pueblos, me esme­
con insuficientes fuerzas no podia contrarestar á la vez á la raré y desvelaré hasta conseguirlo, ayudado de los conoci­
movilidad del enemigo en armas, y á la mala voluntad de la mientos y consejos de las personas de mayor instrucción y
población ganada en su gran mayoría á la causa do la insur­ probidad, que siempre tendré á mi lado. No lo dudéis, estos
rección. son mis deseos y única ambición. Quiero también llegar á tan
Sarsficld no (pliso prolongar su estéril campaña y regresó á dichoso termino con una paz inalterable, y sin que mi real
Pampli ma confiando al brigadier Lorenzo y al coronel Oraá las ánimo pacífico de suyo se vea violentado á castigar sin disi­
fuerzas ile que disponía. mulo á los que, desobedientes á mis paternales avisos, conti­
núen obcecados y seducidos oponiendo resistencia á la legiti­
DOCUMENTO NUM. I midad de mis derechos. No permita el Señor ponerme en tan
apurado caso. Le pido, por el contrario, os inspire y llame á la
MANIFIESTO DE DON CARLOS conservación del honor adquirido juntamente con la lealtad y
valor inseparables del carácter nacional uniéndoos á vuestro
«¡Cuán sensible ha sido á mi corazón la muerte do mi cavo rey en la frontera de España, ó álas divisiones ó partidas que
hermano! Gran satisfacción me cabia en medio de las aflicti­ en muchas y diversas partes se han pronunciado en mi favor,
vas tribulaciones, mientras tenia el consuelo (le saber que. á cuyos jefes, oficiales y sargentos concedo el ascenso inme­
existia, porque su conservación mo era la mas apreciable. diato y el correspondiente sueldo á las mujeres é hijos de los
Pidamos todos á Dios le dé su santa gloria si aun no ha dis­ que perecieren en tan justa lucha y un grado á los que de
frutado de aquella eterna mansion. vosotros se presentasen en el término de un mes que señalo
»No ambiciono el trono; estoy lejos de codiciar hienes ca­ contado desde esta fecha sin perjuicio de los demás á que
ducos; pero la religión, la observancia y cumplimiento de la vuestros esfuerzos y sacrificios os hagan acreedores en lo su­
ley l’umlameiilal de sucesión y la singular obligación de de- ' cesivo; y á mis soldados las distinciones y minoraciones de
fender los derechos imprescriptibles de mis hijos y todos mis sus empeños en el servicio que acordaré tan luego como la
¡uñados sanguíneos, me- esfuerzan á sostener y defender ia paz y circunstancias lo permitan.
Corona de España del violento despojo que de ella me lia »Castello-Branco l de noviembre do 1833.—Yo el R ey .»
E DA D M0DF.1ÎXA 11
nes que defendieron los carlistas hasta agotar sus últimas
CA PITULO III
municiones, terminando la lucha por cargas á la bayoneta en
Organización del ejército ^carlista las que la, ventaja, quedó por los erísimos, los que, aun á costa
de pérdidas sensibles, se hicieron dueños de las posiciones
Primeros triunfos de Zumalacárregui.—Capitulación do Orlmicetu._ que habían ocupado los carlistas. Pasaren estos el rio Arqui-
Acción de Huesa.—Espartero en Vizcaya.—Estado y vicisitudes de jas, retirándose á sus guaridas en dirección do Otero.
las facciones. Aunque literalmente vencido Ziiinaiacánvgui, consideró,
no sin falta de razón, que había obtenido un triunfo moral,
Kb por haberse retirado Savsficld á Pamplona juzgó el cau­ no solo en razón á las pérdidas (pie hizo sufrir á las t ropas do
dillo navarro deber dejar de precaverse contraías operaciones la Reina, sino principalmente á causa de haber adquirido la
que pudieran emprender Lorenzo y Oráa, y preparándose á confianza de poder contar con combatientes disciplinados y
hacerles frente escogió la posición que nuts ventajosa juzgó al obedientes á sus órdenes.
efecto, situando su fuerza en el valle de la Borunda, en las in­ Tnterin Zumalacárregui daba descanso á sus Iropas en las
mediaciones de Xazar y Asarta. Al fronte de sus batallones y Amezcuas, Lorenzo y Orati emprendieron un movimiento en
á efecto de inspirarles á la vez confianza en sí mismos incul­ dirección de Puente la Reina, cuyo punto trató el primero de
cándoles todo el vigor de la disciplina, mandó dar lectura del fortificar á fin do cortar á los carlistas el libre paso del rio
siguiente bando: «Don Carlos V, por la gracia de Dios rey de Arga._
hts Españas, y en su nombre don Tomás Zumalacárregui, co­ Dirigiéronse estos entonces al valle deAyezcoa, penetrando
mandante general de Navarra y jefe de las tropas de Guipúz­ en Roneesvalles, donde procuró hábilmente Zumalacárregui
coa y Vizcaya: Hago saber á todos y cada uno de los individuos atraer á su part ido los habitantes do aquellas comarcas, hasta
de este ejército, que deseando cortar los abusos que acostum­ entonces nuis inclinados á favor de la cansa de la líeina que
bra á haber, llegado el caso de un combate, se dictan los ar­ á la de su competidor. V no fueron por entonces insensibles
tículos siguientes: aquellos montañeses á las artes del jefe carlista, pues le entre­
»1.“ Todo voluntario, cabo ó sargento, que volviese la es­ garon sin resist,encía el armamento que poseían y que filé de
palda al enemigo sin expresa orden recibida al efecto, será gran precio para los navarros; docilidad que Zumalacárregui
privado en el act,o de la vida, supo recompensar prescribiendo á sus soldados no molestar
»2." Todo voluntario, cabo ó sargento, que en el acto del en manera alguna, á los habitantes, é imponiendo severas penas
combate profiera las cobardes y alarmantes voces: que nos álos que infringiesen esta orden.
cortan....que viene la caballería..... quena tenemos im m id o ­ Llenado que hubo el jefe carlista su objeto, tomó el camino
nes ú Otras de esta especie sufrirá irremisiblemente la pena de Lumbier, movimiento que habiendo hecho creer á Oraá
de muerte. que Aragon podia ser invadido, abandonó á Puente la Reina,
»3.* Todo voluntario sargento y oficial que cuando le man­ Los Arcos y Estella, no sin dejar estas poblaciones fortificadas
dase su jefe acometer á la bayoneta no obedezca, será pasado al dirigirse en seguimiento del enemigo. Prevenido este á
por las armas, tiempo, merced al excelente espionaje que tan cumplidamen­
»4.° El oficial que teniendo orden de defender un puesto lo te servia la causa de don Carlos, supo deslizar á tiempo parte
abandonase ó no hiciese la defensa posible, sufrirá irremisi­ desús fuerzas hacia .Sangüesa, y el resto de ella, conducida
blemente la pena de muerte. por Zumalacárregui, marchó á Nagore; movimientos (pie in­
»5." Asimismo será juzgado en consejo de guerra, y so le dujeron á Oraá á dirigirse en persecución de las fuerzas que
aplicará la misma pena, á todo jefe que dejase impunes los conduciti lturraidc y tí Lorenzo á marchar en persecución de
delitos que expresan los dos primeros artículos. Zubiri, de cuyas resultas, y viéndose ZutnalacáiTegui sin ene­
»El presente bando se publicani al frente de los batallones. migos al frente, concibió el audaz proyecto de apoderarse de
—Cuartel general de Nazar, 28 de diciembre de 1833. la fábrica real do Orbaieeta, guarnecida por doscientos hom­
»El comandante general, Zunutkicárregui.» bres al mando del coronel Bayona. Llegado que hubo til frente
Al despuntar el siguiente dia 29. ordenaba el jefe carlista de la población, intimó al jefe que la custodiaba la inmediata
las disposiciones conducentes á recibir á pié firme al enemigo, rendición de aquel punto, acompañada do laohligada amena­
y era tal el ánimo que el veterano caudillo logró inspirar á, su za de, en caso negativo, pasar la guarnición á cuchille. No
gente, que al dar estos vista á ias columnas de la Reina, lejos creyendo el coronel Bayona poder defender con éxito la posi­
de flaquear mostraron su impaciencia de venir á las manos, y ción, dió oidos á la propuesta capitulación, la que en efecto se
respondieron con gritos do entusiasmo á la viril alocución con llevó á cabo el dia 21 de enero de 1831, á despecho de la opo­
que su denodado jefe quiso dar mayor impulso al denuedo de sición de varios oficiales de la guarnición que, movidos por el
sus soldados. «Navarros— les dijo—ved ahi la horda revolu­ legítimo sentimiento de la honra militar, creían (pie Ja rendi­
cionaria que recorre nuestros hogares y los asola, Vuestros ción debia sor precedida por hechos de armas cuyos resultados
padres, hijos y hermanos, al sufrir tantas vejaciones no les la hiciesen indispensable.
atormenta el dolor, porque vivo en su corazón la firme espe­ En un documento anexo al final del presente capítulo
ranza de que han do llevar el castigo de su maldad. Si hoy se haliti el texto de aquella capitulación ( 1) que valió á los
no los escarmentáis, la vergüenza debe cubrir vuestro rostro carlistas un punto fortificado, un cañón de bronce, gran re­
al presentaros delante de una amada esposa, de un querido puesto de fusiles, cincuenta mil cartuchos y valiosos efectos
padre ó de vuestros tiernos hijos. Navarros, hoy es preciso de guerra, haciendo además doscientos prisioneros. La tonui
que reverdezcan los laureles que en tantas victorias habéis de la fábrica de Orbaieeta fué el preludio de las ulteriores
recogido. Sea el sepulcro de los impios este suelo ya regado conquistas de puntos fortificados por medio de los cuales de­
con su sangre. Vale mas no existir, que existir llevando escri­ bían adquirir los carlistas la excelente base de operaciones de
to en la frente el baldón de cobardía. Todos los navarros han que tanto partido supieron sacar.
preferido la muerte á la ignominia. ¿Seremos nosotros menos? La noticia de la rendición de Orbaieeta estimuló el celo del
Nuestra patria, madre de tantos valientes, espera la libertad general en jefe don Jerónimo Valdes, decidiéndolo á ponerse
de vuestras bayonetas. No mereecis ser navarros si hoy no so al frente de una columna de seis mil hombres con los (pie
la dais. ;Viva Carlos V!» marchó en busca del temible enemigo cuya pericia y fama
Cuando una guerra civil llega á tener jefes del temple do eclipsaba ya la dolos generales debí Reina. Ocupaba Zumala-
Zumalacárregui, acaba siempre por formar soldados merece­ «Arrogili á Lumbier al frente de mil quinientos hombres, y sa­
dores de este nombre, los que una vez que llegan á verse or­ bedor por sus confidentes de la dirección (pie tomaba el ene­
ganizados, las guerras civiles se prolongan y acaban como migo, cambió de posición abandonando á 1Jometio, marchando
debía concluir en Vergara la de que nos ocupamos, por una. en dirección de Navascués, desde donde se dirigió el 3 do fe­
transacción honrosa. brero á ocupar una altura que juzgó ventajosa y que daba
También Lorenzo y Oraá quisieron arengará su batallones,
y á su frente acometieron con empuje y valentía las posicio­ (1) Vesso el'documcuto mim. I del Apéndice de este capítulo.
12 1 I I 8T0 H T A TIE KSI’A ÑA

frente al pueblo de Huesa. lie corlo tiempo había dispuesto despues de haber sostenido cinco dias de sangrienta lucha
Zuinalueárregiii para ordenar su hueste en dicha posición, no contra los sitiadores, aprovechó sagazmente la noche del 23
olisi ante hi cual recibió el ataque de Yaidés á pié firme, y de febrero para abandonar el pueblo, burlando la vigilancia
aun disputándolo con obstinación el terreno hubo do ceder á del enemigo y llevándose consigo los enfermos y el material
la superioridad del número y á la falta rio municiono«. Conia do la guarnición.
humanidad <pm lo era característica, el general do las tropas En su marcha hacia Bilbao halló Espartero ocupado á Ber-
do la Reina recogiólos heridos <|uo el enemigo había dejado moo por un batallón carlista, al que sin vacilar atacó, causán­
sobro el campo de bal alia, recomendándolos al párroco de lino­ dole setenta muertos y haciéndole treinta y dos prisioneros,
sa y prodigándolos todos los auxilios <¡no su situación recla­ con cuyo trofeo entró en Bilbao por la noche del día 24.
maba. Otro mayor descalabro, pero sin compensación, debían su­
I,éj»s do abatirse por aquel revés el hombre do hierro que frir por aquellos dias bus tropas de la reina en Zubiri y Urda-
capitaneaba las facciones, dió á luz su terrible circular, focha niz. Despues de haber dado algunos dias de descanso á sus
!) do lebrero, por la cual prodigaba la pona tie muerte á las huestes en Navaseués, dirigióse Zumalacárregui á Olaguc, y
autoridades que obedeciesen las órdenes del gobierno de la avisado dos leguas antes de llegar á este punto por un espía
Iveina. ó dejasen de obedecer á las dictadas en nombre de don doblo (que, siéndolo á la vez de los cristinos los vendía para
darlos, circular que la historia verá con horror, poro á la que mejor servir la causa de don Carlos) de cuáles eran las posi­
no podrá negarse questi objetivo conducía á un fin al trun unto ciones que ocupaban Oraá en Zubiri y de la venta donde so
provechoso á la causa del pretendiente, atendida la situación hallaba su caballería, improvisó sobre la marcha uno de aque­
résped ¡va d i que se hallaban los beligerantes y al espíritu llos atrevidos golpes de mano que tan frecuentes son en los
que. animaba al país. verdaderos hombros de guerra. Mandó Zumalacárregui hacer
Olm hecho do armas igualmente honroso para Valdés siguió alto á su division, y escogió cuatro compañías y la de guías
al disputado triunfo quo habia logrado en Huesa. Sabedor ocultándose con ella en un cercano monte. A las doce de la
del peligro en que se. hallaba la corta guarnición do Eljzondo, noche y A la luz do una hoguera alimentada por trozos de ro­
siliada por Sagastibolza al fronte de seiscientos hombros, di­ ble que hizo abatir, dictó las órdenes siguientes: Que tres de
rigióse á marchas forzadas ou auxilio de los sitiados, á los que las cinco compañías entrasen rompiendo un vivo fuego en el
logró libertar de la suerte que habia cabido á la guarnición pueblo de ürdaniz, donde so alojaban quinientos cristinos; que
do Orhaicctn. otra compañía atacase á Zubiri, desde donde descansaba Oráa,
bospues do esta corta correría, Valdes so dirigió á Vitoria ínterin la restante fuerza ernbestiriaá la venta. Explicado por
pasando por Pamplona, llevando consigo todas las fuerzas que Zumalacárregui su plan á los que debían ejecutarle, y habiendo
halló disponibles, no sin haber al misino tiempo reforzado á designado para el inando de cada destacamento á los oficiales
Lorenzo, encargado do seguir las operaciones de Navarra. Al quem as aptos lo parecieron, marcharon estos á ejecutar las
llegar á íriirztm supo Valili* que quinientos guqnizeoanos, á órdenes de su jefe, y á las dos de la madrugada se rompió si­
las órdenes de Alza, habían penetrado en la lìormida, y so multáneamente el fuego contra Zubiri y contra Urdaniz. Sor­
bailaban en Eeharri-Aranaz. Kn su persecución destacó la prendidos los cristinos trataron de hacerse fuertes en el pri­
fuerza de caballería que lo acompañaba, y siguió á Vitoria, mero do dichos pueblos, contestando vigorosamente al í'nego
donde llegado que filó, y descorazonado al ver la inutilidad desdo las ventanas de sus alojamientos. En Urdaniz fué toda­
do sus esfuerzos contra enemigos quo siempre sabían eludir vía la lid mas sangrienta. Los sorprendidos en este pueblo, al
las combinaciones contra ellos dirigidas, y en posesión de un ver penetrar en las casas á los carlistas, los recibieron con
país quo moralmente dominaban; resentido además de la arma blanca, y usando de las mismas los contrarios, las esca­
conducta quo achacaba al general Quesada, cuyas providen­ leras y los zaguanes se convirtieron en un matadero ele vícti­
cias y movimientos de tropas consideraba como ingerencias mas humanas.
contrarias á las alribiieiones del general en jefe,y enfermo de Los carlistas que atacaron la venta se hicieron dueños de
cuerpo y do espíritu, dimitió Yaldés un mando del que no todos los caballos de la columna, dando muerte á los que no
esperaba sacar gloria, y en el que, por el contrario, veia una pudieron llevarse, siendo para ellos el fruto de aquella memo­
ocasión de desprestigio, y el menoscabo para-su bien adquiri­ rable sorpresa un rico botin de prisioneros y do caballos.
da reputación militar. Antes de que Vaidés llegase á ser reem­ Repuesto Oraá del inesperado golpe, púsose en marcila en
plazado, tuvo lugar un pequeño combato en Agunlin, combato persecución del enemigo, pero hallando á Zumalacárregui á
do resultados insignificantes, pero quo ofreció un nuevo indi­ corta distancia ocupando fuertes posiciones, tuvo el buen
cio de la buena organización que los carlistas iban adquiriendo. acuerdo de detenerse pava no empeorar la jornada
Algo mas serio acontecía por aquellos di as entre Espartero, Durante los mandos de Valdés y de Quesada, la defensa del
o.omumlaule general de Vizcaya, y los rebeldes La Torre, Za­ territorio de la provincia de Vizcaya se halló confiada al de­
bida y Luqui, quienes so presentaron al frente de Guernica nuedo y vigilancia del general Espartero. Ilallábase en Du­
ini ¡mando la rendición del destacamento que la guarneció. rango el 22 do abril, cuando recibió el parto de que Castor
Salió Espartero de Bilbao en auxilio de los sitiados al frente Andcchaga al frente de mil de los suyos amenazaba á l’ortu-
de mil treseiciilos hombres, que componían todas las fuerzas galcte, y con la serenidad y decisión que siempre caracteriza­
que le fué i insilile reunir. Aunque halló á los sitiadores en ! ron los movimientos del patriota general, no se detuvo en
número muy superior, llevado del noble arrojo que siempre Bilbao y siguió apresuradamente en busca, del. enemigo, el que
caracterizó á tan popular caudillo, arrolló las fuerzas enemi­ en vano trató de oponerle empeñada resistencia en el puente
gas y pend ró en la población, .l’evo aquel acto de insigne va- ¡ do Bureeña, que forzó Espartero, pasando sobre, los cadáveres
jor no lo fué á igual grado de prudencia, irnos al siguiente de sus enemigos, libertando á la población á precio de la pro­
dia los carlistas acudieron con considerables refuerzos y vi áse pia sangre del caudillo liberal, que salió herido en aquella
Espartero tan apurado que no pudo menos de informar al sangrienta jornada.
general en jefe de la crítica situación en que se hallaba. Salió Despues de este brillante hecho de armas tuvieron lugar
di su consecuencia Valdés de Vitoria en socorro de los-sitia­ otros dos encuentros, el primero en Sol labe y el segundo en
dos el mismo dia en que Espartero habia tomado por asalto á Urigosti, en los que, como era ya habitual desdo que los car­
(lucrinea, detúvose en Salvatierra y en San Vicente do Arana listas se habían organizado, ambos beligerantes experimenta­
adietar providencias conducentes á coni rares lar el rápido ron pérdidas casi iguales, como sucedía siempre que los com­
desarrollo que Iornaban las facciones, y sabedor cu dicho punto bates no eran decisivos.
del inminente peligro en que Espartero se hallaba, agravado Antes de ocuparnos de las operaciones que emprendió en
en gran manera poi1las frecuentes deserciones al enemigo de las Provincias Vascongadas y en Navarra el general que su­
individuos de los cuerpos de la guardia real, dispuso Valdés cedió á don Jerónimo Valdés, conviene, para formar idea del
que inmediatamente marchase el brigadier benedicto con to­ fiero desarrollo que debía tomar la guerra civil, enumerar el
das las tuerza« disponibles en socorro dolí nemica, l’ero antes estado en que se hallaban las facciones en las demás provin­
que pudiese llegarle el requerido auxilio, el bizarro Espartero, cias del reino.
EDAD MODERNA 1:5
Los do Cataluña fueron los primeras que respondieron al do todavía de. Carnicci*, combatió esforzadamente en los
llamamiento insurreccional de los navarros y de los vascon­ campos de Mayals, jom ada en la que los carlistas se propu­
gados. Mo tardó en presentarse en las provincias del antiguo sieron extender su base de operaeiones ligando las oonnmioe.-
Principado un fenómeno bastante parecido al que habían ciones de sus columnas ctt Cataluña y Aragon, l’ero rodavia
ofrecido en el trascurso de la segunda época del régimen no habiti llegado el momento île que Cabrera imperase sobe­
constitucional. En Jas ciudades populosas, como .Barcelona y ranamente en el Maestrazgo, y solo cupo ett suerte á los ear-
demás capitales, en los pueblos fabriles, y por lo general en listas dejar en la jornada di.* Mayals trescientos hombres
los dilatados valles que forman los llanos de las provincias tendidos en el campo y setecientos prisioneros en poder de
catalanas, la opinion liberal predominaba entre la mayoría de los generales cristinos.
sus habitantes; por el contrario en la parte montuosa y mitre A aquella época pertenecen algunos otros hechos do armas,
las clases agrícolas, merced principalmente al indujo del cle­ que si bien no reclaman lugar preferente, n<> deben ser del
ro, prevalecía la afección á don Carlos. El capitan general todo pasados en silencio. Ks uno de ellos el relativo tí un In­
Llauder sacó todo el partido posible do la buena disposición genioso ardid de Cabrera, por medio del cual sorprendió algo
de las clases ilustradas y de los industriales, y formó batallo­ cómicamente tilos urbanos de Villafranca del Cid. Presentóse
nes de voluntarios urbanos, haciendo cuanto pudo por vigo­ el caudillo carlista en este pueblo con algunos de los suyos ¡í
rizar el espíritu público. quienes habia hecho revestir uniformes aprehendidos á los sol­
Algo mas importante hubiera podido alcanzar por aquel dados de la reina cuidos prisioneros en Morella, Futrado que
tiempo, como nías tarde lo consiguió, la causa carlista, merced hubo en Villafranca llamó til alcalde y le inviti! tí reunir á los
á los grandes esfuerzos hechos por sus partidarios, si no hu­ nacionales para marchar juntos en busca de los carlistas. Sonó
biese fracasado la estratagema de la que fue protagonista el el tambor, y habiendo acudido los urbanos al llamamiento y
infante don Sebastian. Presentóse este en Barcelona despues de . formados que estuvieron en la, plaza, dirigióles Cabrera la. pa­
haber jurado fidelidad tí la Reina, y por consiguiente antes de labra en los términos siguientes: «No he engañado tí ustedes
haber ejecutado acto alguno de rebeldía, y fue, corno no podia al mandai* que se reuniesen para perseguir á los carlistas.
menos de ser, recibido por el capitan general Llauder con las Aquí estamos, yo soy Cabrera, empecemos, pues, el combate;
consideraciones debidas á un infante y á un capitan general pero si ustedes quieren, si lo creen mas prudente, en tregüen­
del ejército español. Acompañaban á don Sebastian varios me las armas y vuelvan tí sus faenas.»
conjurados carlistas, circunstancia que puso en alarma al ca­ Prefirieron seguii* este conseje los urbanos y no Imito der­
pitan general y le autorizó tí hablar al infante con suma ener­ ramamiento de sangre.
gía, sin que, sin embargo, le fuese lícito proceder contra Sin haberse todavía arraigado en el Maestrazgo el absoluto
quien aun no se había entregado á ningún acto ostensible de dominio quo mas tardo debiti asentar Cabrera en aquella eo-
rebelión. Don Sebastian llevaba evidentemente á Cataluña el miircti, recorrían los carlistas con impunidad todo el territo­
intento de madurar y de dirigir la insurrección que activa­ rio del bajo Aragón. El 2.8 de. marzo el inerti! de Darwa so
mente preparaban los partidarios de don Carlos desde el entregaba á Carnioer, y casi al mismo tiempo la ciudad de
punto en que se consideró en peligro la inda del rey, pero Calatayud voia entrar en sus muros á los carlistas, refugián­
hubo de intimidar al infante la actitud de Llauder y abando­ dose en Zaragoza la coviti fuerza que la custodiaba.
nó á Barcelona sin ulterior procedimiento. En los últimos dias del mes de mayo Can licer, batido por
Mas audaz ó mas confiado Romagosa, destinarlo á dirigir la Nogueras, recogió sus dispersos, y algún tanto rehecho tuvo
insurrección catalana despues que hubo estallarlo el. gran un encuentro con cd coronel Muzarrodo, el que auxiliado ti
pronunciamiento do octubre del año anterior, y designarlo ya tiempo por Nogueras evitó el descalabro. Irritados los carlis­
como su futuro jefe, marchó á Gètto va, donde protegido por el tas de no verse tan bien servidos como lo requeria el éxito
gobierno sardo y provisto de recursos flotó un bergantín bajo de sus movimientos, maltrataron á los ayuntamientos, conmi­
la bandera do .aquel reino y á su bordo arribó á las playas de nando con penti de muerte á los que no les dieren anticipa­
San Salvador, donde se ocultó en casa del párroco de Selvas, das noticias ile la situación del enemigo, l ’oeo despues hubo
consagrándose á dar impulso á sus planes; pero Llauder, cuya un combato en Armo que. no (né del todo ventajoso á las ¡ir-
policía era muy activa, seguia con vigilancia los pasos de Ro­ mas de la Reina, habiendo estas sufrido mayor pérdida que.
magosa que, aprisionado á pocos dias despues, pagó con su las que causaron til enemigo.
vida un celo del que no pudo utilizarse la causa que servia. Un hecho que la historia debe consignar tuvo lugar por
Si en las provincias del Norte era ya compacta y temible aquel tiempo. Ofició Cabrera al gobernador de Tortosa, pro­
la organización militar de los carlistas al terminar la prima­ poniéndole el canje do los prisioneros que. balliti hecho en
vera de 1834, Lidiábase todavía muy en embrión en las pro­ Alfaro por los carlistas que aquel había aprehendido en sus
vincias del Este. La contigüidad de los territorios de Cataluña domicilios, propuesta que, lejos de ser acogida por aquella
y Aragon ocasionaba que respectivamente se corrieran las autoridad, no solo dispuso el fusilamiento do aquellos desgra­
fuerzas de uno y otro bando mas allá de sus confines oficiales, ciados, sino que redujo á prisión á la madre de Cabrera como
eventualidad que en los primeros dias de abril vino á reali­ medio de garantizar la vida de los prisioneros do Alfaro, reso­
zarse junto á la población de Mayals, fronteriza entro las lución á la que tuvo el jefe carlista Iti templanza de contestar
pi-ovineias de Tortosa y Teruel. Concurrieron á aquella ac­ poniendo en libertad á sus prisioneros en la esperanza no
ción CarratalA y Breton, y por los carlistas Carnicci' y Cabre­ realizada de que su madre lo fuese igualmente.
ra, todavía subordinado de este último cabecilla, al que debiti Alarmados los jefes liberales que operaban en Aragón por
antes de mucho reemplazar. el incremento que tomaban los carlistas, mostrábanse activos
Hemos hasta ahora guardado silencio sobre el hombre que e.n perseguirlos, y los atacaron entre Verjo y Allora, donde les
tan ancho lugar debía ocupar en la guerra de los sieto años, mataron cuarenta hombres, haciendo buen número de prisio­
reservando para el momento en que Cabrera reasumió el neros, á los que cupo la bárbara suerte de ser fusilados, según
mando superior de Aragon y territorios limítrofes, dar á co­ la implacable política reinante en aquel tristísimo período de
nocer al quo despues do Ztimalacárvcgui lia sido la segunda la guerra civil.
figura del carlismo militante. Es fama que el futuro conde de Haitian sido igualmente batidos Quilez eu Zornoles y For­
Morella hizo su aparición en las filas del partido al que debía caioli ett Cinctorres, de resultas do cuyos descalabros busca­
hacer tan señalados servicios, on los dias 011 que las fuerzas ron refugio en sus guaridas; suerte que igualmente* cupo á
mandadas por Bretón sitiaron á Morella, y corren versiones Carnicci*, y presentóse tan risueña en aquellos dias la campa­
sobre que el recluta adolescente que tanta fama do valiente ña páralos liberales, que engreídos cutí la esperanza de termi­
estaba destituido á adquirir pasó rápidamente en dicho dia nar pronto la guerra, permanecieron ociosos bastanti* tiempo
de la timidez hija do la sorpresa y de la novedad á la pose­ dando asi lugar á Cabrera para que reorganizase su gente,
sión de aquella sangre fria y arrojo que caracteriza á los ve­ tomase la ofensiva en linos do setiembre, y pusiese sitio á
teranos. Boccile. No consiguió tomar el pueblo, habiendo sido sus de­
Este futuro personaje carlista, reducido al papel de segun­ fensores oportunamente auxiliados por una columna liberal.
HISTORIA DE ESPAÑA

Miis pocos dias despues obtuvo Carnicol- la ventaja do apode­ vincia de Gerona, en la de Lérida y en las montañas de las de
rarse do Barboran, olivo fuerte so lo rindió, siendo fusilados Tarragona y Barcelona.
todos aquellos do sus defensores <|iie no consintieron en in- En Castiíla, además de cuanto queda dicho concerniente á
gresiir en las lilas cal-lisias. Eli uno do los referidos encuentros Merino, un antiguo compañero de este cabecilla intentó sin
liai lides en aquellos dias ludióse Cabrera en peligro do caer éxito asentar los reales de la insurrección en la provincia de,
prisionero. Sorprendido en Abejuola y sin tenor tiempo para Zamora. Otro tanto y con mejores resultados intentóse por-
montar á caballo, procuro salvarse á pió, pero a la salida del don Juan Manuel Ualmaseda en la provincia do Soria, y no
pueblo, un soldado del regi mi (.'lito do Valencia le asió por los quedaron rezagados los antiguos guerrilleros Locho y Palillos
faldones de la levita, cuando dando Cabrera una fuerte sacu­ que muy pronto infestaron la Mancha y los montes cíe Toledo;
dida, se precipitó por un barranco, ocultando su presencia en poro las operaciones de los carlistas manchegosno debían dar
las fragosidades del monte, y logrando por la noche reunirse para su causa otro resultado que el ele vejar á los pueblos y el
á los suyos. do debilitar al gobierno, impotente para impedir ó castigarlas
No fue mas feliz pura Carnicci- su tentativa de apodérame exacciones, secuestros y robos á. que aquellos forajidos no
dd pueblo do Corles, do donde fue rechazado con pérdida, cesaron de entregarse.
desbandándose su gente diezmada á balazos por los urbanos Mas ruidosa y amenazadora que la de la Mancha se anunció
movilizados quo habían tomado posición en una. emboscada, la insurrección del Maestrazgo. En los primeros días del mi«
batida cu la que. perdieron los carlistas mas de doscientos de diciembre de 1833 el gobernador do la plaza don Garlos
homi 1res y el rico liolin fruto de. sus excursiones en la provin­ Vitoria, secretamente afiliado á la bandera carlista, alzó pen­
cia <le Teruel. dones por don Garios, proclamándolo oficialmente y entregan­
bus prisioneros hechos por los liberales en número de otros do el mando de la plaza y de su distrito al baron de H erres,
doscientos hombres fueron enviados á Valencia, donde los de­ hidalgo solariego, quien se puso al freinte de la Junta por él
dicaron á obras públicas, siendo otros deportados á ultramar. formada, en la que entraron, entre otros eclesiásticos, el prior
T an poco lisonjero era al finalizar el año de 1834 el estado de San Agustín y el guardian do San Francisco. Noticioso del
en que se hallaban las facciones de Aragón, que apelaron al suceso el gobernador militar de Tortosa don Manuel Bretón,
sistema de dividirse en pequeñas partidas, que se dispersa­ púsose inmediatamente al fronte de una columna de seiscien­
b an para reaparecer de nuevo cuando á olio convidaban las tos hombres con los que marchó decidido á recuperar la plaza.
cireuusl aneias. Salió de esta alguna fuerza para disputar el paso á la columna,
Huronees fué cuando Cabrera, preocupado con las dificulta­ pero tan mal mandada ó mal dispuestos se hallaron los de
d es con que luchaba la causa que servia, determinó marchar Moreda que emprendieron la fuga al recibir las primeras des­
á Navarra con objeto do hacer conocer á don Cárlos la situa­ cargas de los tiradores de Breton, buscando en seguida refu­
ción en (pie en aquellas provincias se hallaban sus defensores. gio al abrigo de los muros do la plaza. Regularizado que fué
1teal izado su propósito, el futuro conde de Morella púsose en el sitio, no creyó el liaron de Hervós poder defenderse, y apro­
eamino el ‘20 de diciembre, acompañado de una sola persona vechando la oscuridad de la noche salió do Morella, acompa­
que lo filó el comandante don Francisco García, y agitado por ñado de la Junta y de los comprometidos, tomando el camino
la penosa preocupación de salvar los peligros de una peregri­ de Calanda, ínterin Breton so posesionaba de la plaza en nom­
nación <pie le obligaba á atravesar territorios dominados pol­ bre de Isabel II el 10 de diciembre de 1833.
las I roiias de la Reina. No pudo el de Hervés mantenerse en Calanda, donde fuó
Aunque los hechos concernientes á la guerra civil que ardía atacado por la columna al mando del jefe Uñares, á la que,
fuera, del territorio de las Provincias Vascongadas, Navarra, aunque trató de resistir, luciéronlo tan débilmente los carlistas
(.'alaluña y Aragon y demás de que nos hemos ocupado hasta que fueron puestos en fuga, dejando el campo cubierto de ca­
ahora, tuvieron lugar antes de que comenzara el ano do 183.-), dáveres, y en poder de los vencedores la mujer y tres hijas
consideramos preferible como siendo mas claro y metódico ha­ del baron de Hervés. Do resultas de este desastre hubo en el
cerlos ent rar en el cuadro de los sucesos de guerra que vamos campo carlista disensiones, habiendo estado á punto de venir
bosquejando (pie separarlos pura seguir ul orden cronológico, á las manos unos contra otros. El desgraciado baron de Iler-
en cuyo caso Imbria que mezclarlos con ios hechos de carácter vés cayó á los pocos dias prisionero y juntamente con don
político, diplomiti ico y administrativo, que constituyen el ver­ Vicente Gil, comandante de los realistas de Liria, y don Cárlos
dadero trazado histórico de una época que tanto abunda en Vitoria, ex-gobernador de Morella, pagaron con su vida el erra­
noonloemiieulos prolijos al par que variados. do cálculo que les llevó en aquellos dias de odiosas represalias
A. las (acciones quo en Aragon pululaban, reclutándose fá­ á levantar bandera en favor de don Carlos.
cilmente y dispersándose sin acabar de estar organizadas, hay
<pie añadir en Aragón las de Ferendoli, antiguo oficial del DOCUMENTO NUM. I
ejército; Tolo, que estaba en igual caso; Arnao, que despues
casó con una hermana do Cabrera, y los paisanos Vallés y CAPITULACION DE ORBAYCETA
Arévalo, que también salieron á guerrear; ninguno délos cua­
les, sin embargo, realizaron por entonces hechos que merezcan Capitulación de la real fábrica de Orbayceta, de la que es
ser relacionados. director el coronel clon Manuel Bayona, acordada entre los
También mi Asturias y en Galicia se levantaron facciones señores oficiales don Miguel Gómez, coronel de infantería y
por Mata, Villanueva, Terrero, Vals y otros cabecillas, los que jefe de E. M. del ejército de don Cárlos V en Navarra, el pri­
del mismo modo que Villanueva y Sánchez Scoane en Galicia mer ayudante general del mismo don Juan Antonio Zariáte-
110 lograron establecer 011 aquellas provincias focos permanen­ gui, y los señores oficiales del ejército de doña Isabel II, don
tes do insurrección, habiéndose reducido sus expoliadoras cor­ Esteban Diaz Aguado, coronel de infantería y capi tan del real
rerías á meros síntomas del estado general de perturbación cuerpo de artillería, y el subteniente del mismo cuerpo don
en que el movimiento carlista tuvo durante aquel año á las Matías Paraynulo.
diferentes provincias del reino. Artículo prim ero—La tropa existente en la fábrica dejará
l’ero ni la decisión de Llaudov, de la que queda hecho mé­ las armas, conservando los equipajes, y los señores jefes y ofi­
rito. ni el buen espíritu de los liberales do Cataluña, bastaron ciales conservarán los equipajes y armas.
para contener una primera explosion que capitanearon los Art. 2." Quedan inclusos en el artículo anterior todos los
antiguos parlidarios Rey y Gal cerón. Ambos insurrectos caye­ operarios y dependientes do la fábrica para conservar sus
ron derrotados, pagando el primevo con su vida su exagerado equipajes.
realismo, habiendo tenido el segundo que buscar refugio en Art. 3." A todos los once jefes y oficiales y demás indivi­
Francia: derrotas que no bastaron á contener la audacia de duos de tropa y dependientes de la fábrica (pie quieran salú­
otros guerrilleros que no tardaron en salir á la palestra. Fue­ de ella, se les facilitará pasaporte para donde lo pidan.
ren entre ellos los mas señalados Tristany, Llanga Ros, Buzón Art. 4.° Todos ios operarios podrán quedarse continuando
\ illera y algunos mas que no cesaron de agitarse en la pro­ sus trabajos, y so quedarán también los once jefes del ramo
EDAD MODERNA i:>
do cuenta y razón que voluntariamente quieran., para seguir ; de condiciones. A esto se dirigieron en efecto los primeros
la del estaVdeeimiento. I planes del nuevo general en jete. Yeso por lo que vaivlaeiona-
Art . 5." .Serán entregadas á un comisionado que se noni bra­ , do cuánto habían mejorado las facciones del Norte en disci­
nt rie- las tropas de S. M. don Carlos V, las ari nas. cart ue hería plina y en cualidades militares en los pocos meses do mando
de fusil y granadas do mano {cargadas) que existen en la fá­ que llevaba Zmnalacárregui. Enteramente dueños del pais los
brica, entregando el competente recibo. carlistas por las simpatías ile la inmensa mayoría dolos habi­
Art. a ' Tridos los caudales que existan en la fábrica y los tantes. no necesitaban mermar sus columnas con guarniciones
que puedan recibirse, tanto pertenecientes al material como ni se les importaba abandonar puntos de los que estaban se-
al personal, serán inviolables. ; guros de posesionarse en breve. Kl aspecto de la guerra habia
Art. 7.’’ Todos los once jefes y oficiales, tanto ele tropa corno j variado: el enemigo que antes corria á la aproximidad de las
del ramo político de artilleria, que tengan que salir de la fá­ ! trottas de la Reina, allora las esperaba á pié (irme, y enando
brica. lo podrán hacer en los clias 28 y 20 del presente mes, y no lograba vencerlas economizaba la propia sangre para om-
la tropa como mas amovible en todo el dia 28. : pilcarla con mayor fruto.
Art. s.,: Un individuo que existe en la fábrica pasado del El historiador que aspire á hacer justicia a los hombres de
ejército de S. M. don Carlos V, queda incluso en los artículos la época cuyas vicisitudes bosquejamos, uo podrá menos rio
que hablan de la guarnición. reconocer haber sirio Quesada el precursor ilei sistema rio
Art. 'J." Si algún artículo admitiese duda ó interpretación, guerra que mas tarde ilustró al general don latís Fernandez
será concebido á favor de la guarnición. de Córriova, y cuyo lauro tenia la fortuna guardado en re­
Real fábrica de Orbayccta Ti de enero de 1834.—Miguel Go­ serva para que don Baldomcro Espartero lo cogiese en los
mez.—-Tuan Antonio Zariátegui.—Esteban Díaz Aguado.— campos de Vergara. En efecto, Quesada tuvo el primer pensa­
Matías Brayuelos.— Apruebo la antecedente capitulación.— miento de terminar la guerra civil por medio de negociaoio-
K¡ comandante general, Zum#lo.cárregni.$ ' nes que, sin desdoro para el gobierno ni sacrificio de los prin-
j eipios que la causa de la Iíeina representaba, hicieran caer las
C A PIT U L O IV ' armas de las manos de hermanos obcecados que inhumana­
Generalato de don Genaro Quesada mente se degollaban.
; A este fin entró en relaciones con don Tomás Zumalaeárro-
Sus planes de campana.—Sus negociaciones con Zmnakeárregui.— Rup­ gui, que habia servido á sus órdenes, y á quien acababa de
tu ra ic estas.—Ltv- represalias.—Operaciones militares.—Acciónesele rendir espontáneamente el servicio de. poner en libertad á su
Muez y de G alicia.—Juicio sobre e] mando de Quesada. esposa presa en Puente la Reina.
Para el mejor éxito de su generosa aspiración buscó Quesa­
ha guerra civil de los siete años, destinada á gastar el con­ da la cooperación rie iloti Miguel de Zumalaeárregui, hermano
ce]-‘o limitar dedos generales que de mas reputación gozaban, del general carlista, antiguo diputadoá las Constituyentes de
vino á poner á prueba !a .’mi honrado don Genaro Quesada, Cádiz y consecuente liberal. El objetivo de Quesada no iba
recientemente agradado con el título de marqués d<*l Mon- ritas allá do tranquilizar á los vascongados sobre <J manteni­
cuyo. á qui-n so confirió el mando del ejército de operaciones miento de sus fueros y de garantizará los jefes y oficiales que
en reemplazo del dimisionario den Jerónimo Váleles. Habíase habían alzado bandera de rebelión, la conservación de sus
s--hulado Quesada por su celo ardiente en defensa del realis­ grados, empleos y honores, abriéndoles la puerta pava niayo-
mo puro durant.’.- los tres años que constituyeron el segundo : res adelantos.
período del régimen constitucional. En aquella época mandó A nuiclio nuis visaba el levantado espíritu del caudillo car­
las facciones que pelearon en las provincias del Norte, servi­ lista. Habíase propuesto fundar su gloria en el triunfo de una
cios qm* le valieron al general todo el favor de Femando VII; causa que por ser popular en las provincias de su mando
p.-rc- sn sa to y generoso no participó Quesada de los furores croia poder imponer al resto de las de España; esperanza que,
de la implacable reacción que á tantos excesos condujo, y si bien exagerada, no era del todo absurda, cuando una gran
antes al contrario formó coa los Cótdovas, los Eróles y mas liarte de la nación aclamaba aquella bandera á la que la tem­
finíe Lhuuk-r la parcialidad moderada del campo realista. prana muerte del caudillo navarro privó en gran parte de bis
Enalteció grande-mente el carácter del marqués tifi Moueayo ■probabilidades de triunfo con que este se lisonjeaba.
la noble conducta que observó en 183i con la brigada de ma­ No es necesario decir mas para que desde luego se com­
rina sublevada «=n la isla de fian Femando y á la que rindió prenda que las negociaciones abiertas por Quesada no podían
• ti los cam].os ..le Veger. En aquella ocasión no vaciló Quesa­ realizar el generoso propósito riel patricio honrado que las
da en contraer la envidiable responsabilidad de no dar cum­ inició. Llevado del pensamiento que .acaba de ser indicado
plimiento á la orden del gobierno para que diezmase á los ' dirigió el general su primera cartaáZumalacárregui, á laque
prisioneros. Tuvo la firmeza de mantener la palabra que les este contestó en términos evasivos y con la evidente intención
habia liado de concederles la vida, y temeroso de no salir de ganar tiempo. Volvió á estrecharle Quesada con palabras
con su empeño respecto á los jefes y oficiales, les facilitó la amistosas, proponiéndole una, entrevista á la que tampoco ac­
huida y los medios de buscar refugio en Tánger. Tas opi­ cedió el jefe carlista alegando frívolos pretextos. La oorres-
niones políticas- de Quesada habían progresado desde enton­ ■pendencia entablada filé agriándose por grados hasta el ex­
ces: llegando á liberalizarse hasta el punto de no rechazar las tremo de que por parte de Zuroalucárregui no quedase duda
doctrinas mas populares con tal que jk»se le hablase de la de -que no quería tratar, produciendo este resultado sobro el
Constitución de 1812 contra la que observaba invencible in­ franco y levantado espíritu de Quesada una irritación que
eunda. agotó su paciencia y lo condujo á apelar á las armas con la
Dejarnos anteriormente hecha referencia de las desavenen­ energía que le era habitual.
cias que surgieron inmediatamente despues de la tmaerte del Ea astucia y sagacidad, cualidades dominantes en un jefe
Ib-y entre Quesada y el gabinete Zea Bermúdez. y de cuyas de partido, no abandonaron á ZímialacáiTogiu en el importan­
resultas fue aquel separado del mando de la guardia real y te paso de sus negociaciones con.Quesada. Quiso cubrir con la
destinado á la capitanía generai de Andalucía, puesto que opinion del ejército de su mando el desenlace que se habia
no quiso aceptar, pero dificultad que allanó su nombramiento propuesto dar al asunto, y reuniendo á sus principales jefes,
'p.i.ra la ib- Castilla la Yi-ja. En este puesto desplegó grande leyóles las canas do Quesada y sus contestaciones, pidiendo
energía é inndigvnt-ia contra la facción de Merino y otros ea- el consejo y parecer de sus compañeros para la resolución rio
oeei.’as, á los que arrojó al territori« portugués, habiendo negocio d«* tanto empeño. No era dudoso que la mayoría de
■mes:rado igual actividad y celo para secundar las operacio­ la ofi-úalidad carlista, entusiasmada per las parciales ventajas
nes contra los carlistas de Aragón y de Navarra. El nombra­ que habían oonronzado á obtener, y ebrios de esperanza de
miento ocQuosáda para getterai cu jefe del ejército del Norte futuros i ri un ìos. propeni lieu á la continuación de la guerra;
t'.'.e. en consecuencia, muy lie n recibido por la opinion, infun­ pero tampoco es dm roso que el ase-end imite de Zumajacárre-
diendo esperanza de que- bajo su dirección la guerra variaría gui habría sido mas que suficiente para inclinar la dclibera-
T omo VI -I
K» HISTORIA DE ESPAÑA

cion on cl sont ilio do la paz. Mas como ol caudillo navarro reunirse con Zumalaeárregui, se corrió hacia Estella para me­
(••nia ya decidido lo ipio queria hacer, puso en boca del hom­ jor seguir los pasos del primero y hacer frente al segundo si
bro. do su mayor conlianza, el general Zariátegui, los argumen­ penetraba en el territorio de su mando. Realizóse esto prévi­
tos do empuje y de pasión mas propios para enardecer los sion, no habiendo tardado en invadirlo los batallones navar­
ánimos, y tomando pié do un discurso que él había inspirado, ros, conducidos por Zumalaeárregui, el que bajando por
ulceró la modestia de no haber querido adoptar la resolución Tafalla y aproximándose á Estella, sostuvo con Lorenzo el
que ya tenia, de romper las negociaciones, sin conocer antes la 21 do Marzo el nulo combate de Muro, acción reñidísima en
opinimi de sus e.oinpafieros do armas. la que fueron recíprocamente tomadas y vueltas á perder
Al siguiente dia dola reunion en laque por unanimidad so posiciones por ambos bandos, quedando sin embargo el campo
decidió continuar la lucha sin descanso, formó Zumalacárre- por los carlistas, toda vez que Lorenzo tuvo que retirarse á
gui sus batallones, á cuyo frente hizo leer el manifiesto en el Estella.
que se daba cuenta de las negociaciones seguidas con Quesa­ Pocos dias despues, Ínterin Quesada maniobraba contra
da, domínenlo enei que se disimulaba el lado favorable de Eraso por la parte de Lumbier, franqueaba Zumalaeárregui
las condiciones propuestas por el general de la Reina, y se ha­ el Kbro, y á la cabeza de 2,ROOinfantes y 200 caballos entraba
blaba á la pasión dir guerra que animaba á los vascongados y en Calahorra, que tuvo sin embargo que abandonar apenas la
navam is. hubo ocupado dirigiéndose á Levin.
Siguió á estos incidentes la inmediata ruptura do las hosti­ La siguiente operación que emprendió el jefe carlista fue la
lidades. á las que sirvió de preludio por parte del general de salir al encuentro del general Quesada, que do Vitoria se
Quesada la publicación de un liando, fecha 11 de marzo, cuyo dirigía á Navarra, custodiando un convoy con una fuerte
tenor ofrece el mas vivo testimonio del encarnizamiento que suma de dinero para el ejército. Era el plan de Zumalaeárre­
tan duro contraste debía ofrecer con las medidas conciliadoras gui defender el paso de los puertos de Ciordia y Olazagoitia,
á que nos liemos antes referido. lo que adivinado por su veterano adversario dispuso este
Pocos dias antes que la correspondencia entre los dos ge­ que el convoy y la artillería tomasen la dirección de la iz­
nerales hubiese tomado las proporciones que acaban de ser re­ quierda liara pasar el rio cerca de la venta de Alsasúa con lo
latadas, pero cuando ya había cesado la especie ele tácito que quedó desembarazado pava el combate que tuvo que sos­
armisticio que por algunos dias suspendió las operaciones, tener hasta llegar á Segura con el convoy, resultado que costó
intentó Zumalaeárregui apoderarse de la ciudad de Vitoria, sensibles bajas á los cristi nos y algunas también de impor­
siendo rechazado y teniendo que retirarse liácia Salvatierra tancia á los carlistas, cuyos .jefes Villarreal y Goñi salieron
noticioso do la aproximación do Espartero que acudia de heridos.
Vizcaya en busca del enemigo. Al abandonar los carlistas el Irritado Quesada de tanto audacia de parto del enemigo, y
asedio, el comandante general do Alava, Osma. mandó fusi­ en combinación con Linares, que á la sazón perseguia á Eraso
lar tres paisanos acusados de espionaje, hecho fine adquirió y á II,um ide, mandóle cambiar de dirección y que tomase el
funesta importancia on concepto do Zumalaeárregui, por camino de Tudela, ínterin que dirigiéndose á Caparroso cre­
atribuirse á los ajusticiados el carácter de oficiales do la fac­ yó Quesada coger á Zumalaeárregui entre dos fuegos. Poro
ción. en esta ocasión, lo mismo que en infinitas otras, la táctica del
(írandemonte irritado el campeón navarro al saber el sacri­ jefe carlista burló las inas acertadas combinaciones de sus
ficio de sus adictos llevó el frenesí de la venganza bastaci contrarios, y sin tropezar siquiera con las columnas que mar­
ex Iremo do poner en capilla y pasar por las armas ciento chaban en su busca regresó á los pocos dias con los batallones
veinte tiradores alaveses que sorprendió é hizo prisioneros navarros á su acostumbrada guarida de Aoiz.
en la mañana en que tuvo lugar el antedicho encuentro. Dos Por aquel tiempo recibió el célebre caudillo una significa­
únicamente de aquellos desgraciados debieron la conserva­ tiva carta que le dirigía su rey el pretendiente á la corona de
ción de. su vida á la generosa intervención do Villareal. España (1).
Kntre las operaciones emprendidas por los carlistas duran­ La publicación de este autógrafo dió ocasión al jefe á quien
te el mes de marzo, no debe ser pasada en silencio la atrevida se dirigía para al darlo á conocerai ejército comentarla regia
leni al iva de hacerse dueños de Rortugalete, intento que con carta por medio de la breve alocución (2).
gallardía y arrojo frustró el brigadier Espartero, quien en También la ju n ta gubernativa de N av am quiso añadir un
aquel «lia conquistó su faja de general. La acción fué muy contingento de su cosecha á las palabras emanadas de su rey,
reñida y dejó el campo literalmente cubierto de cadáveres. publicando un indulto á favor de los defensores do la causa
Promulgada que fué la especie de reiteración de declara­ liberal que en el término de veinte dias hicieran acto de su­
ción de guerra que por algunos dias tuvo suspenso el curso misión ante las autoridades del pretendiente.
de las antedichas negociaciones, y á que puso término la pu­ La actividad de Quesada no daba un instante do reposo á
blicación del bando de Quesada, movió este su cuartel gene­ su terrible adversario, y llegó á ponerlo en aprietos de los que
ral el 2Mde marzo, dirigiéndose á Lumbier, en cuyas inmedia­ en otras localidades y á igualdad de elementos es difícil hu­
ciones creyó poder encontrar á su adversario. Apercibido biera podido escapar Zumalaeárregui. En mas de una ocasión
este de lo cercano que so bailaba el momento de medir sus túvolo el general de la Reina entre sus columnas, y áno haber
fuerzas con el irrilado general, cuyas amistosas proposiciones sido por las faltas de inteligencia inevitables entre el general
haliiu despreciado, dividió su hueste un dos cuerpos, confian­ y sus subordinados, que son tan frecuentes en terrenos que-
do el mando de uno de ellos á Evaso y conservando el otro brados y en operaciones activas, difícilmente hubiera conju­
bajo sus inmediatas órdenes. Igual distribución de su fuerza rado una catástrofe el gran caudillo navarro.
había hecho Quesada, disponiendo que las que confió al man­ Sobre la memoria de ambos adversarios pesa la terrible res­
do del baron do Moor marchasen por Domeño á Izo, siguien­ ponsabilidad de que la guerra tomase el carácter de ferocidad
do la línea del rio Salazar, ínterin él so dirigia on persona que condujo á las sangrientas y abominables represalias á que
eon el resto do sus tropas en dirección de Arela. afortunadamente no tardó en poner término la humana inter­
Informado en su marcha de que Zumalaeárregui había vención do la diplomacia extranjera y el universal grito de la
pasado aquel puerto, y calculando que habría lomado la di­ conciencia pública en todas las naciones civilizadas.
rección de Aoiz, so dirigió á esto punto, donde pudo cerciorar­ A consecuencia de las medidas de rigor, ó por mejor decir
se do que so había equivocado respecto á la dirección que de guerra sin cuartel, decretadas por los dos caudillos, los je­
llevaba el enemigo, mas habiéndola este variado de nuevo en fes y oficiales de las fuerzas carlistas aprehendidos por las
cuanto luvo noticia de la aproximación do las tropas de la columnas y destacamentos del ejército de la Reina, eran irre­
Reina, salvaron los carlistas la áspera sierra que los separaba misiblemente fusilados, crueldad á la que respondió Zumala-
del rio Irate y vadeándolo lomaron el camino deltoiri yZul- cáiTegui, participando que en represalias de la conducta que
zarreii.
En el entretanto, el general Lorenzo, que desdo los Arcos (1) Véase el documento minierò I del Apéndice de est« capítulo.
observaba los movimientos de Eraso, suponiendo que iba á (2) Véase el documento mimerò 1 [ de idem,
E DA D MODERI«A 17

decía observaba el gobierno que llamaba usurpador, habían i mas cercanos de los que se hallen entro esa turba-, serán pa­
sido fusilados por sus órdenes el capitan don Leopoldo O’Don­ sados perlas armas, es deeir, uno porcada uno de los oficiales
nell, hijo del conde de La Bisbai, y los oficiales don Joaquin ó soldados que sean sacrificados. Desde este momento tengo
Villallonga, don .Rafael Clavijo y don Antonio Bernal, cuyo ya presos á don -Mateo Lopez, suegro de Guihelaldc, á don
sacrificio decía al gobernador de .Pamplona era la consiguiente Domingo Ulibarri, padre de dos titulados oficiales de esas
represalia del que habian sufrido el alcalde de Ataun y un hordas, á don Bernardo de Llano y doña Bolonia Munarri,
voluntario, en expiación del fusilamiento de un voluntario cada uno de estos con tres hijos en ellas, los (pie con Antonio
carlista que quedó herido en Calahorra, y cuatro carabineros Losada, serán pasados perlas armas en el momento en que
en venganza de la conducta observada con sus prisioneros, sopa lo hayan sido los tres oficiales de la Princesa y Extrema­
añadiendo que tendrían igual suerte cuantos soldados do la dura sorprendidos en Los Areos. Seguiré prendiendo otros
Reina cayesen en su poder, previniendo que en este caso se individuos para ejecutar lo mismo en represalias de los que
hallaban un centenar de ellos, no obstante cuyo indispensable ustedes hagan perecer; por nuestra parte, sin embargo, y en
rigor, obrando, decia, con la posible caridad enviaba á la plaza obsequio di; la humanidad, conservaré la vida en lo sucesivos!
seis de los prisioneros heridos á fin de que entre los suyos pu­ tcxlos los que so titulan oficiales y caigan en nuestro poder,
dieran lograr su mas pronto restablecimiento. A todos los siempre que al recibo de esta se dé libertad sí los tres oficiales
prisioneros hechos por los carlistas en el encuentro de Alsásua citados, y que en adelante no so vuelva sí fusilar á ninguno
les cupo igual suerte que á las víctimas que acaban tie ser de los que pudieran ser aprehendidos porosas lumias: ustedes
«numeradas, habiendo solo logrado libertai-se de ella los que deben conocer la diferencia que hay entre las tropas orgniii-
para salvarsi! vida juraron fidelidad á don Carlos, precio quo, zadas de un gobierno legítimo y reconocido sd de hordas de
juzgándolo deslealtad, no se avinieron á pagar en rescato de­ rebeldes, sin mas apoyo que el efímero «pie presta 1st desespe­
ja suya el pundonoroso O’Donnell y sus compañeros. ración. Cuartel general de Pamplona 21) «le abril «le lstVI.---
No obstante el carácter feroz que habían tomado las odiosas Genaro Quesada. »
represalias pareció prestarne Zumalaeárregui á abrir vías do Despues de haber exhalado su cólera en «istos términos, el
inteligencia respecto á regularizar la suerte do los prisioneros, I general Quesada hizo saber á las familias <!«*■los carlistas que
y á este efecto dictó en su cuartel general de Piedramillera ' tenia prisioneros que la vida de sus deudos dependía «!«> la
el 2S de abril la siguiente resolución: suerte que corriesen los tres oficiales caídos prisioneros en Los
«Cuartel general de Piedramillera 28 de abril de 1831.— Arcos. Como era natural no perdieron un momento los pa­
Deseoso do hacer cuanto está en mis atribuciones en favor de rientes do los capturados carlistas en arrojarse á los piés «le
la humanidad y de la economía de la heroica sangre española Zumalaeárregui pidiendo con desgarradores lamentos la vida
me presto gustoso al canje de los tres oficiales contenidos en unos de sus pad]-es, otros de sus madres y «1«' sus hermanos,
la presento instancia, por el capitan don Fructuoso Bayona, con lo que virtualmente pedían la vida de los prisioneros de
herido y prisionero posteriormente por el enemigo, y por la | Quesada. Dura é inexorable fué la contestación riel jefe navar-
persona de Antonio Losada, vecino de Lumbier y sentenciado ro á las plegarias de sus amigos, pero es un documento «pie
por hives sospechas á presidio, siendo asi que ningún servicio ¡ también pertenece á la historia y que no nos encontramos au­
lia prestado en favor de los legítimos derechos del rey nuestro I torizados á suprimir. Dice asi:
señor don Carlos V; me mueve á apetecer su libertad el re -1 «Grande fuera, señores, nimstva deshonra, mengua mil veeos
medio de su dilatada familia y el de complacer A los parientes j mas indigna del nombre navarro «pie la «!«.• «feponcr las anuas
que tiene en estas films, quii ini]>1Oran por esto medio su liber- y entregarse á discreción á la generosi«la«l de los enemigos, si
tad, en la inteligencia que la resolución sobre la admisión ó accediésemos ahora á las amenazas de Qnesada, sii.spcnrifenriu
no de este canje deberá, recaer y participárseme para el dia. ¡ la ejecución do una molida «pie sus atrocidades lian provoca­
1." del próximo mayo, y de no verificarlo se llevará á efecto , do. Si se tratase do salvar la vi«la «le algunos «le nuestros ofi­
la ley do represalias.—Zuníalacái•j'egui.» . cial«« y soldados; si so tratase «.!«• ajustar la guerra ahorrando
Doloroso es tener que estampar en qué términos respondió | al mundo el espectáculo de horror «pie se le está «lando; si por
el general Quesada á la precedente indirecta iniciativa quo ¡ medio de estas amenazas «pusiera atraernos á observar exac­
probablemente habría podido conducir á humanizar la guerra;¡ tamente las leyes «le la guerra, enhorabuena «pu- la nic<li<la no
pero la verdad histórica no permite sustraerá su conocimien-1 so consumara; pero cuando no exist«: mula «lo oso; enando so
t.o un documento de la especie del que nos vemos compclidos «nos quiere intimidar «ron la represalia de personas extrañas á
á trascribir. ! la contienda que sustentamos, cuando se intenta desarmar
El general del ejército de la Reina tenia interés en salvar la 1 nuestra justa cólera con un torpe ardid, no es posible, señores,
vida do tres de los oficiales hechos prisioneros en Los Arcos, desistir de lo acordado. Esas amenazas con que se preten­
y sea que la vehemencia de sus sentimientos ofuscase su razón, \ de dantos la ley, haciéndonos suspender el cumplimiento de
ó que no conociera todavía el tenor de la procedente résolu-. nuestras providencias, son un motivo para qm« le apresure­
cion do Zumalaeárregui, cl hecho es que al siguiente «lia en-1 mos. Ko me digáis que condescendamos por osta soia vez con
viaba á su contrario una comunicación quo antes quo un , lo que el enemigo pide. Tamaño despropósito no cabe en mí.
medio do allanar la dificultad abordando francamente la cucs- ¡ ¿Qué pensáis que resultaria de aquí? Que mañana liaremos
tion de dar cuartel y de regularizar los canjes, fué una provo- 1 nuevos prisioneros y Quesada, conociendo muestro fiaco, man­
cation y un reto quo no podia monos de exacerbar á Zumala- i dará tomar iguales rehenes en cualquier pueblo, nos i'.nviará
eárregui, dando lugar á la manifestación con que el jefe | igual mensaje que ahora, y tendremos que ceder igualuu-nte;
carlista se dió por entendido de la apasionada agresión de su con la diferencia, que si hoy nos pide los jetes, mañana vendrá
contrario. Hé aquí el documento en cuestión: , á pedimos el oficial, esotro diaci sargento y al inmciliafo el
«Al jefe de salteadores y bandidos Zumalaeárregui: He visto i soldado, y con todos será preciso condescender. De manera,
el escrito firmado por V. y es extraño que un rebelde hable á ! señores, que dado el primer paso, el mal seria irremediable, y
un general español de humanidad, despues de haber sacriti- 1 todos nuestros esfuerzos vendrán á quedar en último resulta­
cado ú sangre fria á ciento veinte tiradores alaveses á quienes do destruidos por una simple eondescen«lencia. Y<> no creo
se había prometido dar cuartel, y posteriormente a unos ofi­ que Qnesada, á pesar de su carácter violento y sanguinario,
ciales llenos de honor en el pueblo de Echarri-Aranaz. El go- ! lleve á efecto la amenaza «pie nos dirige, poique eso le extra­
bienio do S. M. la Reina nuestra señora ha sido demasiado ■viaría «le todo camino de razón y de justicia, mas .sea. el «pie
generoso para con V. y sus secuaces, los que fascinados por ¡ quiera su modo de obrar, no variará en nada mi resolución.
esperanzas quiméricas que no tardarán en ver desvanecidas ' Esta la fijó Qnesada en el momento que intentó arredrarnos
enteramente, no supieron aprovecharse de tanta magnanimi- ; con su reciente medida. El es quien con ella ha acelerado la
dad, posponiendo á la destrucción de «iste hermoso país, el I ejecución de los desgraciados prisioneros.»
robo y rapiña, únicos objetos do esas hordas armadas. Si con- . Despues de varios movimientos ejei-utados por las tropas
tinuan sus llamados jefes como hasta aquí, deberán tener en­ de la Reina al mando «fel general en jefe, sin que este logra­
tendido que los padres, hermanos, mujeres, hijos ó parientes se dar alcance á su enemigo, dirigióse Quesada á Muez el 24 de
IS U I S T O R I A Dii K.SI’A ÑA

muyo, ¡itiempo que Zumalaeárregui ocultaba su presencia en zos del intrépido valor que distinguía al general, debían es­
las espesuras de la .sierra de Andía, estratagema do que se trellarse contra la insuficiencia de tropas para ocupar el país
aproveché para encontrarse, al amancnerdol siguiente dia á tiro dominándolo y privando al enemigo de los recursos que
de fusil de su contrario, al que se proponía sorprender, como encontraba en la posición de territorios, cuyos habitantes en
lo consiguió en efecto, l'n batallón carlista, llegó sin ser aper­ masa sostenían una causa, en aras de la cual sacrificaban con
cibido hasta el misino pueblo de Muez, rompiendo desde luego entusiasmo sus vidas y su hacienda. Ko permitieron las redu­
el fuego eonlra las avanzadas de las t ropas de la Reina, que cidas fuerzas de que’por entonces se componia el ejército de
con dificultad pudieron defenderse de tan brusco é inesperado la Reina ocupar cou grandes masas las provincias vascas, aislar
ataque. El punto mas disputado filé el de la ermita de San dentro de su territorio á los defensores de don Carlos, que era
Miguel, bizarramente defendido por los jefes liberales, pero el único sistema que racionalmente podia conducir á la ter­
socorrido á tiempo el punto amenazado, lograron sus defen­ minación de aquella guerra, sistema que planteado mas tarde
sores rechazar al enemigo. por don Luis Fernandez de Córdoba, no tuvo este tiempo de
Interin se peleaba en la ermita con grande encarnizamien­ llevarle á cabo, pero cuyo fruto permitió mas tarde á Espartero
to, embestían los carlistas la casa-alojamieiilo del general recoger la organización en grande escala dada á los ejércitos
(¿Mesada, de la que no lograron apoderarse, viéndose en últi­ do la Reina, y la incontestable superioridad que en la lucha
mo resultado obligados á retirarse en dirección de Lezama. . no podia menos de llevar la España del siglo X IX, sobre las
Despues de este encuentro, que eosíó un centenar de bajas, agonías de la España teocrática y absolutista.
regresó Q.itesada á Pamplona con su columna.
Al cabo de algunos dias de descanso dado ¡idas tropas, salió DOCUMENTO NüM. I
nuevamente el general á operaciones, con ánimo de caer so­
bri- Elizondo y ¡ipodi-rar.se de la Junta carlista, designio que CARTA DE DON CARLOS Á ZUMALACÁRREGUI
frustró la diligencia de esta, oporfunanienjo avisada por sus
e o iilid e iite s del peligro que la avncnazaba. Atento ¡í los movi­ Mi real ánimo y corazón se hallan dulcemente afectados liá
mientos de su contrario, Zumalaearregui tornó posición en el ya muchos dias, al contemplar los heroicos esfuerzos que ha­
pilerie de Belate eon intento de molestará Quesada á su sali­ cen en favor de la religion y de la legitimidad de ruis derechos
da del Razian, encuentro que el último supo evitar, dirigién­ las provincias de Alava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya, á
dose por Elizondo y Vera á Tolosa, donde volvió á dar tres quienes nombro sin preferencia siguiendo solo el orden alfa­
dias de descanso á sus soldados. Calculando el caudillo carlista bético. Mis reales sentimientos manifestados en la alocución
que Quesada podia querer dirigirse ¡i Pamplona, ocupó la ven­ adjunta, quiero que so publiquen á la faz del mundo entero:
tajosa posición de Azpiroz, movimiento que hizo variar el del tratad, hijos inios, de reimprimirla con este grande objeto,
general de la reina, y lo decidió á aproximarse á Vitoria. Mal pues vuestros hechos oscurecen ya el heroísmo de los pueblos.
contento este, además de haber vuelto sin resultado alguno Mas de una vez os he dirigido mis juicios ó cartas, poro estoy
que ventajoso le fuera de resultas de las operaciones que había con el sentimiento de que quizá no han Regado á vuestras
empn-ndido, concibió la idea de cogerá su contrario entredós manos.
fuegos, á cuyo efecto dictó las órdenes que estimó convenien­ Digno jefe Zumalaeárregui, os encargo que hagáis presente
tes á su objeto, á bis fuerzas al mando do Linares y á las que, : mi real gratitud á todos los que mandan las divisiones, y tam­
se hallaban ala s del marqués de Villa-campo. bién á la Junta de esas cuatro provincias. Confirmo cuantos
El 17 de mayo salia Quesada de Vitoria, llevando consigo grados militares haya dispensado ó los que vos y demás hu­
la division de Oraá y las tropas ¡d mando de Jáuregui, y diri­ yáis concedido, y la autorizo para esto y cuanto sea necesario
giéndose por Sal va ti erra á Alsásua y Keliarri-Aranaz, mortifi­ y oportuno ¡il grande fin que os habéis propuesto, pani lo que
có en oxiremo su previsión el no encontrar allí al enemigo. deposito esta parte do mi autoridad soberana. Trabajad con
Creyendo no necesitarla, ordenó Quesada regresase á Vitoria union y alejad ile vosotros todo espíritu de discordia y aun
la columna auxiliar que había sacado de- aquella plaza, poro los mas imperceptibles elementos de division. Fijad solo los
¡ipen-.ibidos de ello los carlistas se habían emboscado y salieron ojos en el corazón de Dios, en mí y en la nación española.
en Dallo ¡d encuentro de dicha columna. Vigorosamente ata­ Vosotros sabéis lo que conviene á esas provincias en el orden
cada esta por fuerzas numéricamente muy superiores, cor­ civil y administrativo. Sentado sobre ini sol io he de conservar
rieron gTiin peligro los eristinos, debiendo su salvación al sus fueros. Para todo os revisto de la facultad necesaria y
heroico comandante Laplace, muerto en el campo del honor, oportuna. Os dirijo también el decreto de ley penal que he
y ¡i. los acertados disparos de artillería del teniente Velasco; mandado publicar, con el objeto de prevenir las violencias
terminando el encuentro por la retirada de los carlistas en del gobierno usurpador. Como no se pueden multiplicar escri­
dirección do Alzóla, habiendo dejado en el campo casi igual ' tos, vos, el mariscal de campo de mis ejércitos, don Tomás de
número de muertos ambas fuerzas beligerantes. Zum al aoárrogui, pondréis en conocimiento de la Junta y de­
No era posible á las columnas de la Reina dar un paso en más jefes militares toda esta mi soberana voluntad. A los ofi­
las provincias vascas sin encontrarse atacadas, sorprendidas ciales, soldados y pueblo, manifestareis mi amor. Obrad con
ó envueltas por sus aguerridos é infatigables contrarios, pre­ prudencia, sí, pero con desembarazo, porque hijos tan amados
sentes en cuantos puntos los convidaban con probabilidades por sus virtudes deben proceder con libertad, pues tienen á
de ventaja y ausentes de todos aquellos en los (pie podian su­ su favor todo el Reno do la voluntad de su padre. Este es el
frir descalabros. concepto bajo el que me habéis de mirar y la preciosa joya de
La última acción bajo (-1 mando del general Quesada lo fué mi corona. Si alguna vez fuera conveniente conceder gracias
la de Didima, una de la mas empeñadas que enrojecieron el á los jefes y demás de la Reina viuda, todos tenéis mi autori­
teatro de las operaciones, acción sin resultado decisivo, pero dad.—Palacio de Villareal IS de marzo de 1834.—Carlo,s, rey
en la que mil doscientos españoles dejaron do existir. Entre de España,
los heridos del ejército de la Reina hallábase don Leopoldo
O'Donnell, primo hermano del prisionero en Alsásua y fusila­ DOCUMENTO NUM. l i
do despues, familia ilust re, á cuyos individuos cupo la triste j
suerte de lidiar en campos contrarios, regando con su generosa ¡ PROCLAMA DE ZUMALACÁRREGUI AL EJÉRCITO DK LA REINA
sangre, la tierra que los vio nacer.
La corta., poro activa cuanto inútil campaña del marqués del j Soldados: El genio del mal os arrastró inconsideradamente
Mencayo, no realizó seguramente las esperanzas de aquel de­ liasta poneros en cl borde ciel precipicio: su objeto reducido
nodado y honradísimo guerrero, corno tampoco justificó lo tan solo á armar españoles contra españoles para llevar ade­
que (-1 gobierno y el país esperaban do su valor y de su peri­ lante sus atroces planes, únicamente se complace en abrir
cia. Desde el momento en que ludio fracasado su generoso in­ nuevas heridas, sin haberse todavía cicatrizado las profundas
tento de acabar 1st guerra haciendo deponer las amias á los que dejó el aciago tiempo del sistema constitucional. Cuando
Carlistas por medio de. honrosas condiciones, todos los esfuer­ las naciones extranjeras trataron en diferentes épocas de im-
EDA D MODERNA VJ
pon (ir el yugo de la servidumbre á la heroica España, eunven- i armonía con las instituciones adoptadas en los países mas
cklus de que sus esfuerzos no podían superar el valor de sus I cultos de Europa, no tenían necesidad de eni regarse á ili va­
naturales, se valieron del mismo inicuo medio que hoy em­ gaciones teóricas, ni á excentricidad de escuela, para haber
plea la revolución; desengañaos: en el dia todo se dirige á dotado á España de algo m asque un gobierno consultivo y
igual fin: reflexionad por un momento y fijad la vista en do algo menos que un régimen democrático que tanto miedo
vuestra patada, haceos cargo de cuanto en ella pasa y veréis I les inspiraba, y que no había (fijado en verdad gratos reetier-
que el número de los que aman á Carlos V es infinitamente ; dos en el ánimo do las clases ilustradas y poseedoras.
superior al de los que quieren á una niña que no cuenta con Los constituyentes de Cádiz se dejaron inspirili' por las re­
mas apoyo que el de unos hombres constantemente avezados miniscencias de fii gran revolución de 17SU. Volver á los mis­
con la relajación y el desorden. Convenceos que sobro hallar­ mos procedimientos de. aquellas Cortes habría sido exagerado
se ajena de derecho al trono, esos mismos que figuran defen­ y poco aceptable en medio del general entusiasmo que rodea­
dérselo, están muy lejos de pensar en la’estabilidad de un go­ ba á la reina doña Maria Cristina; pero tampocoora necesario
bierno monárquico. No lo dudéis: siempre han sido enemigos I para tranquilizar los intereses conservadores ir à estudiar en
de la monarquía, y es imposible que ahora puedan ser sus ' la Constitución del consulado de Bonaparte ni en la Carta de
defensores. Volved pues del error en que os liallais: nuestro Luis XVIII, la, clase de reformas de que necesitaba España
católico monarca Carlos V ama á todos los españoles como á aleccionada como lo estaba por las excentricidades revolucio­
sus mas tiernos hijos, y su corazón paternal no puede sufrir narias y por la memoria de los furores de la reacción. Boro
el amargo dolor que le causa verlos bañados en sangre. Depo­ i ante todo era esencial, era absolutamente indispensable al raer
ned (isas armas, retiraos á vuestras casas, y allí dedicaos tran­ ' á la gran masa del partido liberal, vejado y oprimido durante
quilamente á vuestros trabajos; y si pensais no hallar en ellas el til timo reina do, ni cabia tampoco establecer un gobierno
seguridad, venid á las filas de la lealtad donde seréis recibi­ justo denegando la repartición de los desafueros consumados
dos como hermanos. Yo os prometo en el real nombre del Key en los últimos diez años, y el restablecimiento do varias de
nuestro señor, y en uso de las regias facultades que se lia dig­ I las preciosísimas y atinadas leyes hechas en las últimas
nado conferirme con fecha 18 de marzo último, que seréis in­ Cortes.
dultados por el crimen en que algunos habéis podido incurrir, Este equilibrio entro las atribuciones del poder regio y los
en haber tomado voluntariamente las armas contra su sobera­ legítimos derechos de la nación, cabia buscarle en institucio­
nía con tal que lo verifiquéis en el término de veinte dias: nes contemporáneas que. estaban dando opimos frutos. La
esta promesa es sagrada é inviolable; aprovechaos de ella, y j Constitución belga, la Carbi de don Redro, la reformada en
de. este modo libre la patria de los males que la estais causan­ Francia sil advenimiento al trono de Luis Felipe, ofrceiuu
do, recobrará su tranquilidad y volverá á ser admirada de la modelos propios á ser consultados, y cuyas disposiciones fun­
Europa entera. Cuartel general de Elizondo, 20 abril de 1834. damentales habrían sido seguramente recibidas con confianza
El comandante general en jefe de Navarra y Guipúzcoa.— I y gratitud por la inmensa mayoría del partido liberal. Masen
Tomás de Zumalacárregui. vez de haberse inspirado en oí estudio del estado de la nación
y en la justa apreciación de las fuerzas respectivas de las o]li­
C A PITULO V mones que había que atraer en apoyo de un régimen constitu­
E l E s ta tu to R eal
cional templado y juiciosamente progresivo, Martinez de. la
Rosa y aquellos de sus amigos politices (pie con el habían to­
Relaciones exteriores.—El tratado de la cuádruple alianza.— Generalato mado parte en sus luchas con los exaltados, so exageraron el
de i! od il.— Llegada de don Carlos á las provincias del Norte.—Accio­ peligro de concesiones moderadas y concibieron el caprichoso
nes de Puente la Reina y de las Peñas de San .Fausto.— Operaciones pensamiento de dar por base á la institución política del
hasta la terminación del mando de Rodil. nuevo reinado la especie de pragmática que recibió el nom­
bre de Estatuía real, y que. era la negación de los (invehas
La guerra civil fuera del territorio vasco-navarro iba en políticos mas clement,ales y de los (pie no se hallaban priva­
incremento, y aunque en casi todas las provincias había gér­ dos por entonces ninguno de los pueblos regidos por cons­
menes favorables á la rebelión, solo en Cataluña y en Aragon tituciones modernas. Las dos cámaras á las que se dió el
tomaba aquella un carácter imponente. Con frecuencia las nombre de Estamentos, no tenían la iniciativa do las leyes,
partidas carlistas cruzaban las dos Castillas, y á su abrigo i ni podían ocuparse de materias que no hubieran sido objeto
mantuviéronse por largo tiempo las facciones de la Mancha i de un real decreto.
aunque jamás pudieron estas ganar territorios que dominasen I Nada mas es necesario decir acerca del espíritu y significa-
como sucedía en las provincias del Esto. ido de la frágil arca de alianza, que los autores del Estai ala
Bastante dejamos dicho acerca de las operaciones militares presentaban á la adoración del pueblo liberal. Ninguna fuer­
que llenan el período del ministerio Zea mas inmediato al fa­ za tenían los argumentos lógicos que se emplearon para de­
llecimiento de Fernando VII, así como á las que tuvieron mostrar que el estado moral de la nación y lo atrasada que
lugar oii los primeros meses del gabinete de Martinez do la se hallaba su educación política no consentia que se hubiese
Rosa. Tiempo es de hacemos cargo do los graves sucesos que . (bulo mayor latitud á las instituciones. Otra consideración
en el orden político cambiaron las condiciones de la goberna­ I mas grave debia preocupar la mentii de hombres de Estado
ción del Estado. á la altura de la situación en que España so hallaba. El car­
El consejo de gobierno, habiéndose mostrado tácitamente lismo en armas tenia tras do sí la voluntad y la simpatía de
en favor de la reunion de las antiguas Cortes del reino, ha­ un partido que quizás componia la mayoría numérica de la
ciéndose en ello eco de las consideraciones á que tanto peso nación, y no había manera posible do luchar contra el Pre­
habían dado las dos célebres exposiciones de Quesada y de tendiente si contra su bandera no se atraía ferviente y enlu-
Llamler, ponia, digámoslo así, sobre el tapete la cuestión ' siasmada la gran masa del partido liberal, profundamente
constitucional, ya de por sí bastante iniciada por la presencia . agraviado, y que tenia derecho á una reparación y al que pura
del ministerio de Martinez de la Rosa y de Garely. El prime­ ' contenerlo y calmarle era preciso comenzar por darle satis­
ro de estos hombres de Estado tenia, por decirlo así, en su facción en la medida de lo prudente y racional. El Estatuto
mano la medida de las concesiones que tranquilizando los in­ no podia llenar estas condiciones, y hacia nacer muerta la
tereses constituidos, podían atraer el elemento liberal tem­ idea de fundar un régimen que concillase la tradición con el
plado y sensato, podiendo en su consecuencia haber realizado derecho, la autoridad con el progreso y el trono con la li-
el ideal de libertad que siempre hizo gala de profesar un I beri ad.
hombre al que no podia negarse ni su profunda adhesion ála Cerca de medio siglo va trascurrido desde aquella época,
institución monárquica, ni su consecuente adhesion á la for­ frecuentes y profundas revoluciones lian conmovido al país,
nia de gobierno representativo. El núcleo de honrados esta­ y no es un aserto vano el asegurar que todas ellas se han re­
distas que durante el régimen de la constitución de 1812, sentido del falso punto de partida que al reinado de doña
desearon la modificación de aquel código para ponerlo en 1 Isabel II se dió con la promulgación del Estatuto Real.
20 H I S T O R I A OK I5SPA Ñ A

lili impuri lincia histórica de usto documento rochuna no representante en Londres del gobierno de doña María dejase
separarlo del compendio de los alíalos patrios, en cumplimen­ de adherirse con entusiasmo á una negociación que prestaba
to de cuyo deber, lo insertamos Integro al linai del presente á su gobierno una consistencia diplomática de la que hasta
cal lítalo. entonces liabia carecido.
I'or electo del cambio de régimen y do la política conse­ Consecuencia de aquellas negociaciones fué la redacción del
cuente á los intereses <leí nuevo reinado, habíanse modificado tratado que con fecha 22 de abril de 1834 firmaron en Lóndres,
en los últimos dias del gabinete Zcu-Bermudez las disposicio­ en nombre de sus respectivas cortes, el marqués de Miradores,
nes del gobierno español respecto ¡i los asuntos do Portugal, el príncipe de Talleyrand, lord Palmerston y don Cristóbal de
donde aun duraba la guerra civil ipie en aquel reino alimen­ Moraez Sarmiento, tratado cuyo articulado figura íntegro con
taban los partidarios de, don Miguel y los do su hermano don el minierò 11 entre los documentos anexos á este capítulo.
Pedro, en nombre de su hija la Peina doña María. A consecuencia de dicho tratado, la entrada de las tropas
Kn los primeros dias de la insurrección carlista, filé.esta españolas en Portugal, verificada en C del antedicho mes, en
fomentada desile Portugal por la presencia de don Cários en virtud de un motv, proprio del gobierno español, quedó regu­
quien encontraban apoyo los insurrectos do Castilla y de Ex­ larizada por mutuo acuerdo y especiales convenciones entre
tremadura. Con este mol ivo dispuso el gobierno la reunion de los dos gabinetes de Madrid y Lóndres, y como al mismo tiem­
un cuerpo de ejército cuyo mando confió al general Kodil, po el ejército do don Pedro conseguía sucesivas ventajas sobre
quien estableció su cuartel general en Ciudad-Rodrigo. La el de don Miguel, no tardaron este príncipe y su aliado don
formación del gabinete Martinez de la liosa acentuó todavía Carlos en tener que abandonar el suelo de Portugal, del que si
mas la actitud de España respecto al vecino 'reino, y no hu­ logró el último escapar sin caer prisionero en poder de las
biera vacilado el gobierno en intervenir cilla guerra éntrelos tropas de la Reina, debiólo á la protección del ministro inglés
des hermanos, sí no haberse hallado retenido por considera­ en el vecino reino, cuyas activas gestiones detuvieron al ge­
ciones hacia el gabinete inglés, cuyo inmemorial influjo en neral español, que bien hubiera podido apoderarse do la per­
los negocios de Portugal pedia hacerle mirar con recelo la sona de don Carlos, pero que hubo do contentarse con hacer
ingerencia de España en los asuntos interiores del mismo. presa de los carruajes y equipajes del Pretendiente.
Pero llegó á hacerse tan molesta para el gobierno la presencia No sin razón pudo nuestro gobierno formar quejado que al
de den Carlos en las cercanías de nuestro territorio, que en recibir ábordo del navio de guerra el Donegal al fugitivo dou
los primeros dias del mes de abril dióse orden á las tropas Carlos no se le exigiesen por los agentes diplomáticos del go­
españolas do franquear la frontera y de apoderarse de la per­ bierno de la Oran Bretaña estipulaciones análogas á las que
sona de don Carlos. supo aquel gobierno imponer á don Miguel por el tratado de
Para la inteligencia do los importantes sucesos que se si­ Drora-Montes. No tenia España en aquella época represen­
guieron, debemos dar cuenta de cuál era la situación diplo­ tante oficial acreditado en Portugal, y don C'árlos salió para
mática de España con relación á las potencias extranjeras y Inglaterra sin protesta ni reclamación de parte de nuestro go­
de las negociaciones que condujeron á la celebración del tra­ bierno; poro atento á su llegada á aquel país, y antes de que
tado de la cuádruple alianza. El movimiento carlista que es­ desembarcase, el marqués de Miradores pasó en i» de junio
talló á la muerte de Fernando VII tenia ramificaciones que una apremiante nota al gabinete inglés, dirigida á. obtener
lo ligaban á la política exterior. La tácita alianza contraida que por los signatarios del tratado de la cuádruple alianza se
por los gabinetes de Paris y de Londres al advenimiento de entrase en estipulaciones que fijasen el destino (le los dos Pre­
Luis Felipe al trono, la complicación que la revolución belga tendientes, en términos que diesen á España suficientes ga­
y la. separación de su territorio del de Holanda produjeron rantías respecto á las futuras pretensiones de don Carlos. Hacia
cutre aquellos dos gabinetes y los do Viena, Sau Petersburgo presente el marqués de Miraflores que la Reina Gobernadora
y Berlin, mol ivó que las cinco potencias considerasen bajo di­ no abrigaba el menor espíritu de venganza contra su cuñado,
ferente i muto de vista la crisis á que dió lugar la sucesión á que antes al contrario ampararía su desgracia, y que lo único
la corona de España. que se quería era un acuerdo entre las potencias signatarias
Uec.oiiocida desde luego la Reina Isabel por los gobiernos . del tratado con objeto de tener al Pretendiente alejado de Es­
de Francia é Inglaterra, no lo filé del mismo modo por los j paña. Eludió el gobierno inglés todo compromiso respecto á
tres gabinetes del Norte, los que en disidencia con las dospo-: tan delicado ó importante asunto, alegando las inmunidades
Inicias occidentales á causa do la cuestión belga-holandesa, del derecho público inglés que garantiza la libertad personal
acabaron de dividirse con motivo do los asuntos de España y de tocio extranjero que busca cesilo en sw hospitalario suelo.
Portugal. Aunque los tres gabinetes que habían formado la Bello y legítimo era el derecho invocado, pero fácil habría sido
llamada Santa Alianza no se decidieron á reconocer á don hacer comprender al gabinete británico, que liabia sabido elu­
(.'arlos, prestaban ásu causa el inllujo moral de sus simpatías dir su observancia cuando el emperador Napoleon, que volun­
y el ile cuantos auxilios indirectos no revestían el carácter de ! tariamente se liabia acogido al amparo del pabellón inglés á
hechos de intervención propiamente dicha. bordo del navio Jlderofonle, fué en él retenido comQ prisio­
El gabinete Martinez de la Rosa nombró por su ministro en nero y enriado á la isla de Santa Elena, salvando el gobierno
Londres al marqués de Miradores, confiándole toda la latitud británico por medio del ardid de no dejarle- desembarcar, el
necesaria liara estrechar nuestras relaciones con Inglaterra, y embarazo de violar la ley inglesa, si ima vez que hubiese pi­
venir si era posible á una completa inteligencia con esta po­ sado aquel suelo le quisiera privar do su libertad. Semejante
tencia sobre los asuntos do Portugal. Llegó el marqués á Lón- precedente bien autorizaba á- haber dado á don Cálios por re­
dres im circunstancias muy favorables alas miras de. su go­ sidencia alguna (le las islas españolas ó neutrales, donde hu­
bierno. y tuvo la suerte do inspirar bastante confianza al biera sido custodiado hasta la terminación ele la guerra civil.
gabinete inglés y á su ministro de Negocios extranjeros lord Con el celo y actividad que caracterizaban al marqués, hizo
Palmerston, para que este escuehase con favor las proposicio­ los mayores esfuerzos por inducir á don Carlos á suscribir un
nes de Miradores encaminadas á la celebración de un tratado convenio, por el que á cambio de la renuncia de sus preten­
dirigido á consolidar en España al mismo tiempo que en Por­ siones al trono, obtuviera ser reconocido como infante y una
tugal las respectivas dinastías de- doña Isabel de Borbon y de pension de l'i>0,000 pesos anuales. Pero aunque lord Palmers­
doña. María de Braga-nza. Puestos de acuerdo sobre las bases ton consintió en dar su cooperación moral á las gestiones de
en que había de descansar el tratado, invitaron Palmerston y Miraflores, clon Carlos se negó resueltamente á toda avenen­
Miradores al embajador de Francia en Londres, el célebre cia, y decidido á- desembarcar libre de todo compromiso lo
príncipe de Talleyrand, á que su gobierno fuese- partícipe en verificó siendo recibido con agasajo por sus amigos y partida­
el concierto que los gabinetes do Madrid y Lóndres se halla­ rios, y pudo sosegadamente prepararse á disponer su trasla­
ban dispuestos á ajustar, y no solo aprobó el pensamiento el ción á España, como no tardó en realizarlo.
einbajadorfraneós. sino que manifestó el deseo de su gobierno Contra todo fundamento de justicia viese Miraflores ataca­
<le ser parte integrante en el proyectado convenio. Bajo aus­ do en los Estamentos que ya se hallaban abiertos, cuando don
picios tan favorables no era ni remotamente dudoso que el Carlos penetró en territorio español por no haber impedido
EDAD MODERNA 21

su salida do Inglaterra, y fácil fue á don Agustín Arguelles El dia 9 del antedicho mes se hizo cargo Rodil de l mando
defender al marqués de cargos que caían por tierra desde el superior, que le fué entregado por su antecesor el general
momento en que el gobierno inglés consintió en el desembar­ Quesada, siendo viva la impresión que lauto en el ánimo de
co del Pretendiente. Gran partido quisieron sacar los carlis­ los habitantes, cuino en el de. los soldados de ambos ejéivilos
tas de la circunstancia de haber podido salir su príncipe produjo la entrada en campaña «le las aguerridas y brillantes
libremente de Inglaterra, alegando que el tratado de la cuá­ tropas que capitaneaba Rodil. Tan profunda lué osla impre­
druple alianza no tenia otro objeto que <0 de lograr la expul­ sión que llegó hasta á preocupar á Zumalaeárregui, aunque
sion de don Miguel de Portugal, argumento que no tenia de ninguna manera á quebrantar su fuerte espíritu. Rodil, qm*
valor alguno, toda vez que el texto del tratado no dejaba la no era conciso en sus manifestaciones ni en sus arengas, dió
menor duda acerca de que sus disposiciones derechamente se al ejército una difusa proclama en la. que prometió á sus sol­
encaminaban á afirmar las dinastías de doña Isabel y doña dados la recompensa de sus fatigas, juntamente con el lauro
María en las dos grandes divisiones de Ja Península. de la victoria.
El general Rodil, nombrado para reemplazar á Quesada goza­ Iba á comenzar la lid entre el general de la Reina y el de
ba do un aventajado concepto militar, fundado en incontesta­ don Carlos, disponiéndose el primero á marchar sobre Pam­
bles bueuos servicios. Soldado de la guerra do la Independen­ plona, y apercibido de ello, merced á su inmejorable espiona­
cia, rióse al terminar esta destinado á servir en el ejército del je, el jefe enemigo, preparaba;!, su contrario una intencionada
Perú, donde peleó, ganando de grado en grado los sucesivos celada en los desi ilai levos por donde tenia que pasar. Puco
empleos desde el de capitan quo lenia cuando se embarcó, antes de. moverse de las posiciones que ocupaba en la- sierra,
hasta el de coronel. Pero lo que mas realzó á lio dii fué su ga­ de Urltaza, recibió Zmnalaeárregiii de manos denn mensajero
llarda defensa de la fortaleza del Callao donde se encerró con eclesiástico, don Miguel Segarra, abad de Leeumberri, un lacó­
una corta guarnición despues de la batalla de Ayacucho, der­ nico billete concebido en los siguientes términos; <iZamala-
rota á la que siguió la capitulación del ejército que en el Perú cárrcgiii: Estoy cerca de España y mañana espero en Dios
sostenia los derechos de la madre patria. Al frente de los de­ estaré en Urdax; loma tas medidas y le manda que nadie, la
fensores del Callao y cuando ya no poseía España un solo sepa absolutamente sino tú,—Carlos.»
palmo de territorio en toda la América Meridional, Itodil Gozosamente sorprendido con la noticia, suspendió el jefe
mantuvo flotante y respetado nuestro pabellón en aquel asi­ navarro los movimientos que tenia, concertados y se apresuró
lo de la lealtad, esperanzado con que recibiría refuerzos im­ á ir en busca de su fugitivo Rey, al que encontró en Elizondo,
posibles de allegar, y solo se redujo á rendir la plaza cuando conferenciando largamente ambos protagonistas y causando
hubo agotado la provision de víveres, que de ninguna mane­ gran novedad y entusiasmo la presencia del recien llegado.
ra podia renovar. La valerosa conducta do Itodil l'ué admira­ No difirió este ni un solo dia el asumir las atribuciones <le
da por sus mismos contrarios, pues ó pesar de haberlo estos Rey, y en calidad de tal dió una proclama al pueblo y otra al
declarado fuera del amparo de las leyes de la guerra por su ejército además do un decreto, por el que declaraba nulos to­
obstinada resistencia, rindieron justicia á su lealtad conce­ dos los actos del Gobierno ile la Reina y otro con el carácter
diéndole una capitulación honrosísima. de indulto para los partidarios de doña Isabel que reconocie­
Do regreso á España el defensor del Callao, fué recibido con sen en el término de quince dias la autoridad de don Car­
la distinción que sus servicios merecían, y obtuvo diferentes io*» 0 ).
sucesivos y elevados mandos, cuando habiéndose señalado por Interin la cosa pública tornaba en Madrid el rumbo (pu-deja­
su decidida adhesión á la causa do la lteina, al iniciarse la mos antes expuesto, Rodil al frente de su lucillo ejército que
cuestión de competencia para la sucesión á la corona, el Go­ no bajaba de 45,000 hombres inició sus planes <lc campaña,
bierno le confirió como autos queda dicho el mando del cuer­ comenzando por disponer para base de sus operaciones el esta­
po de ejército reunido en la frontera de Portugal. blecimiento entre, Pamplona y Vitoria de una línea, de fortifi­
Expelido que fué el Pretendiente de aquel reino, y que­ caciones que se ligase ;i la ya establecida entro la primera de
dando disponibles las tropas que estacionadas en la frontera dichas ciudades y Logroño. En su consecuencia ordenó poner
penetraron posteriormente en su territorio, la elección del en estado do defensa á Irurzun, Kcharri-Amnaz y Olaxugoitia,
Gobierno y las corrientes de la opinion pública designaron á deteniéndose en las Amozcnas para proteger dichas obras, sin
Rodil, como el mas adecuado sucesor que cabía dar al mar­ queenlos (lias que allí permaneció, dejase deverse molestado
qués del Moncayo, fijándose con confianza sobre el primero por Zumalaeárregui que desde el encumbrado puerto de Arla­
de estos generales las esperanzas de que bajo la dirección del za, donde se emboscó con cuatro batallones, tuvo por dos ve­
hasta entonces afortunado Rodil, la guerra variaría de aspecto. ces el arrojo de bajar á la llanura que ocupaba Espartero al
Dando cumplimiento á las órdenes que so trasmitieron, frente do doce mil hombres.
evacuó á Portugal dicho general, y al frente de sus tropas se Interin que el jefe navarro entretenia, á Rodil en las Amez-
dirigió por Badajoz y Talavera á Madrid, donde la Reina habia cuas, alejábase don Carlos de aquellos valles para evitar la
manifestado deseos de pasar revista al ejército expediciona­ cercanía de las tropas de la Reina, y dirigiéndose al lìaztan,
rio. Pero receloso el ministerio de toda manifestación ruidosa recorria sus pueblos excitando en ellos con su presencia un
del espíritu público, temió el entusiasmo de que Rodil podría entusiasmo que animaba ásus partidarios y alejaba las sospe­
ser objeto, y la revista se verificó á distancia de la capital, es­ chas de pacificación con que Rodil se habia lisonjeado. Des­
pectáculo al que siguió el otorgamiento de gracias pava el pues de algunos movimientos por medio de los cuales creyó
ejército y para su general, á quien aunque ya se habia pre­ el último poder haber envuelto á Zumalaeárregui, á cuyo
miado con la gran cruz de Cávlos III por su entrada en Al­ efecto hizo marchar en diferentes direcciones las numerosas
meida, se le confirió la dignidad de marqués. fuerzas de que disponía, hubo de convencerse do la dificultad
Con levantadas esperanzas ile próximos triunfos, el ejército de conseguir su objeto, no menos que la de traer á su contrario
de Portugal y su general en jefe emprendieron su marcha ha­ á terreno donde pudiese combatirle con ventaja ; varió cut un­
cia las provincias del Norte, haciendo su entrada en Logroño ces de designio, y dejando en las Amezetias para observar á
el 5 de julio donde se incorporó á Rodil su amigo el general Zumalaeárregui á los generales Espartero y Lorenzo, á cuyas
don Luis Fernandez de Córdoba, y donde también tuvo lugar órdenes se hallaban también Figueras y Oraá, cuyas fuerzas
la organización motivada por la reunion del cuerpo de ejérci­ reunidas ascendían á mas de doce mil 1un ubres, púsose Rodil al
to venido de Portugal con el que ya operaba en el Norte- an­ frente de igual contingente do tropas con las que marchó al
les de la llegada de Rodil. En virtud de dicho arreglo fué Razi an, desplegándolas en un frente de bastantes leguas de ex­
confiado el mando de la primera division destinada á formar­ tension, juzgando que tomando por norte el territorio donde se
la vanguardia, al brigadier don Francisco do Figueras; el de la albergaba don Carlos, le en volvería en una ved de bayonetas y
segunda, al general Lorenzo; el do la tercera, á Córdoba, y el acnbaria por apoderarse de su persona. No tomó bastante en
do la, cuarta, principalmente compuesta de las fuerzas que cuenta el general de la Reina las dificultades que á la regular
operaban en las Provincias Vascongadas y Navarra, se confirió
á Espartero, (1) Véanse los documentes III, IV, V y VI al fin del capítulo.
22 H IS TOR IA D E ESPAÑA

y estratégica marcha ho sus tropas opondrían las asperezas No adelantaban como vemos las operaciones á despecho de
del terreno, el minucioso conociinie.nto topográfico (|iin de él cuantos cambios de sistema habia adoptado Rodil, de cuyos
tenia el perseguido<í. (|iiien (|iiuvía aprisionar, ni niuclio menos planes siempre utilizaba ó sacaba favorable partido la pe­
supo apreciar la facilidad (pie para burlar la persecución de culiar y sabia estrategia de su contrario. Observado por este
las columnas lanzadas en su seguimiento ofrecían á don Car- ' que la división de .Lorenzo salia do Estella para reunirse álas
los lo reducido de la escolla «pie le acompañaba y el celo con de Figueras y Oraá, concibe el pensamiento de tomar posición
que por su seguridad personal velaban las simpatías do los en las Peñas do San Fausto que- dominan el camino que con­
moradores de las asperezas por las que circulaba libremente duce á Estella, camino encajonado entre el rio y una escarpa­
el fugitivo principe, seguro de no caer en manos de su enemigo. da cordillera de la sierra de Andia. Oculto en aquella posi­
Kxasperado Rodil de la inutilidad de los incansables esfuer­ ción aguardó Zumalacárregui el paso de la caballería do
zos ( p i e empleaba para realizar su ideal que cada día le era Carondolet, el cual so habia puesto en movimiento á conse­
menos accesible., mandó prender fuego á varios molinos y ca­ cuencia de una comunicación de Figueras, en la que este lo
seríos situados en los valles de. (.¡erri y do (¡uczaluz, rigorosas decía, que ¡i no tener órdenes en contrario, se aproximase al
medidas cuyos resultados fueron diametralmente opuestos al. siguiente d ia á Galdiimo, encargándolo rompiese temprano su
(pie al disponerlas creyó su autor (pie alcanzaría, pues antes movimiento en atención á que él mismo so hallaría en inaivha
al contrario, vió aumentarse el número y decision do los ba­ sobre el enemigo. Deferente á esta invitación et baron montó
tallones de Zumalacánegui, por los (pie era frecuentemente á caballo al amanecer, dando parte al general Anlco y pidién­
atacado, hasta con fuerzas á veces superiores á las de los ge­ dole órdenes, comunicación á la que, aunque recibida con su­
nerales de la Reina. ficiente anticipación, no contestó dicho general, ni hizo uso
Admirablemente servido por el espionaje á quo se presta­ alguno de las numerosas fuerzas de que disponía.
ban lodos los habitantes del país, ansiosos de instruirle de Continuaba Carondolet su jom ada con las precauciones de
los movimientos del enemigo, ZumalacáiTegui se hallaba en­ que jamás prescinde en situaciones análogas un hombre do
terado liora por hora hasta de las menores disposiciones de guerra. Aunque contaba el baron con- la cooperación do Fi­
sus cont rarios, cuyos generales solo lograban, prodigando el gueras y llevaba un guia fiel, destacó una compañía de infan­
oro y á fuerza de amenazas, adquirir alguna que otra noticia tería puraque franquéasela altura, y diese parte si veia enemi­
unas veces incompiuta y casi siempre, inexacta. gos, mas hubo de ser tan ciego ó tan torpe el oficial que la
Ventajas de est a clase por partu de los car] istas bastan para mandaba, que no vió á los carlistas emboscados, y creyendo
darnos cuenta de la clase de resistencia cpie piulo oponer en cumplida su misión, iio descubriendo enemigos, por una tro­
las provincias del Norte durante meses un reducido número cha lateral ni camino que habia traído, volvió ¡t incorporarse
de combatientes contra un ejército superior en número y dis­ á la columna á cuya retaguardia se reunió sin haber visto al
ciplina. No seria de otra manera explicable que don Carlos, baron que caminaba, ¡vi frente de su tropa.
generalmente acompañado por algunos clérigos, por una do­ •Efecto de tan inesperado incidente, apenas hubo entrado
cena de. lu »ubres conocedores del país y por algunos criados la vanguardia de Carondolet- en la estrecha garganta que 'se
de servido, cruzase impunemente las cuatro provincias vasco- dibuja entre el rio y la montaña, vióse sorprendida por una
navarras. atravesando no pocas veces por entre las columnas descarga hecha á quemiiropa, descarga seguida por un for­
destinadas ¡í su persecución. midable ataque á la bayoneta dado por la filerai enemiga
Hasta su regreso á Pamplona del Razian no llegó ¡í saber que se hallaba emboscada. Fácilmente se comprende cuál
Rodil donde si* hallaba realmente don Carlos. Instruido en­ sería el asombro que la sorpresa causó á los soldados de la
tonces de (pie residia, nuovamente en el Razian expidió orde­ Reina, que encajonados entre el rio y el precipicio no podían
nes ;í Onia y ú Figueras para que con sus respectivas divisio­ moverse, ni su jefe adoptar otra disposición que la de arro­
nes y en eonibinaeion con el general Anloo (pie se hallaba ¡ jarse al rio para buscar terreno franco en la otra orilla. Hízo-
en Ros Areos persiguiesen á ZninalacáiTogui en la sierra de ! lo así el barón no sin perder gente, y logrado que hubo re­
Andia. hacerla algun tanto, como soldado pundonoroso y valiente,
Adopt ado que buho estas disposiciones salió Rodil de Pam­ invitó á los carlistas á bajar al llano, reto que no aceptó el
plona llevando consigo una fuerte columna conia que se jefe de estos, mas ganoso de triunfos que de vistosos duelos.
dirigió á Elizondo. Instruido durante su marcha de que don Doscientas cincuenta bajas próximamente costó al ejército
(Virios habia bajado ¡i Lecumberri dirigiéndose á Vizcaya, de la Reina, la funesta jornada de las Peñas de San Fausto, ha­
se encaminó á Tolosa ordenando tí Jáuregui que se si­ biendo quedado entre los prisioneros el conde de Via-Manuel,
tuase en Mundragon. Muy cerca estuvo Rodil de alcanzará víctima predestinada á emento sacrificio. Aquel valiente
don (.'¡irlos que á la sazón estacionaba en las inmediaciones ; oficial habia perdido sus tres caballos en la refriega y vino
de 1,1'cumheiri, pero el rayo de guerra que presidia a la causa i su captura á ser el trofeo mas ostentoso para el enemigo, al
del L’refeiidieute. el tenibili ZimiahicáiTcgin, vino por un r;í- I paso que la inhumana inmolación de un grande de España
pido movimiento ni frente de sus navarros a interponerse contristó á la aristocracia adicta á la causa de la Reina.
entre el perseguidor y el Pretendiente. En seguimiento del El botin que legraron los carlistas fue considerable, dice el
caudillo navarro, llegaron Figueras y San Miguel, los que en señor Pimía, en su historia de la Guerra Civil; la sola caja de
el pueblo de Kxeélsis operaron su reunion con Rodil; poro un regimiento contenia G,000 duros, y como los cuerpos pro­
obrando con su exquisita actividad Zumalacárregui y sn Rey | cedentes del ejército de Portugal que habían estado pagados
se habían ya sustraído al alcance de sus enemigos. EnLeeum- al corriente, so hallaban lujosamente equipados, el triunfo
boivi se cercioró Rodil de que la noche ¡interior Habia dormi­ obtenido por el enemigo, que tan falto de recursos estaba, de­
do don (.Virios en Lizñrmga, y sin pérdida<le un solo instante bió mirarlo como un verdadero hallazgo.
tomó el camino hacia este pueblo, donde tampoco halló ¡Vlos El general don Luis Fernandez de Gordo va, que no se halla­
que perseguia, los que reforzados por cuatro batallones gui- ba léjos del teatro del inesperado desastre, no logró tlar vista á
puzeoanos y alaveses, dos navarros y algunas compañías de los carlistas (pie se retiraban sobre Abarzuza y Lumbier, y solo
guias se situaron sosegadamente en Olíate. piulo prestili' el fúnebre servicio de proteger la inhumación
Tranquilo sobre la suerte de su Key vuelve nuevamente de los que habían sucumbido en una pelea que costó á Zii-
Zimialaeánvgui á Lecumberri, desile donde se. presenta al malacárregui muy pocas bajas.
frente de Pílenle la Reina que accidentalmente ocupa el con­ Según la bárbara condición que encrudecía la guerra sin
de de Via-Mamiel, quien animando briosamente á Ja guarni­ cuartel que se hacían los beligerantes, los prisioneros que
ción loura rechazar ¡í los agresores. Las divisiones de Lorenzo oaian en poder de los carlistas y no compraban su vida juran­
y de Auleo de inteligencia con las brigadas do Figueras y do fidelidad ¡d Pretendiente eran pasados por las armas. Pero
Oraá y con la caballería al mando del baron do Carón ilei et; la caridad cristiana del Pretendiente solicitada en favor déla
cayeron sobre Zunuilacávreguipersiguiéndolo y obligándolo á vida de Via-Manuel, dió la desapiadada negativa que se des­
resguardarse con sus navarros en su favorita guarida de las prendía de su contestación concebida en los términos siguien­
Amezeuas. tes: «Cuando oficiales de un rango inferior y soldados hechos
E D A D M ODERNA •AS
prisioneros con lus armas en la mano sufren la pona do muer- | labrar, sobro un cimiento sólido y permanente, la prosperi­
to, no lmy motivo il perdonar á un grando do España.» ! dad y gloria de esta nación magnánima, he venido en man­
Aunque la villa de. Viana solo dista de Logroño una- legua, dar en nombre de mi excelsa hija doña Isabel 11 y despues
la columna que. so hallaba situada en dicho punto, compuesta • de halter oido el dictamen del Consejo de Gobierno y del do
de seiscientos hombres do infanteria y doscientos cincuenta Ministros; que se guarde, cumpla y observe promulgándose,
caballos á las órdenes del general baron de. Carondolet, no se con la solemnidad debitlu el adjunto Erial tifa real, para la
hallaba bastante amparada en caso de ser atacada por el enemi­ convocación de las Curtes generales del Reino. Tendreislo
go, incidente contra cl quo ora en extremo esencial estar pre­ entendido y dispondréis lo necesario tí su cumplimiento.—
cavidos, teniendo en frente un contrariodelaaudaciay did vigor ' Está rubricado ile hi Retti lutino.—En Aranjuez tí H) do abril
que distinguían al jefe navarro. Siguiendo su sistema favorit o I de 1S3-1.—A don Francisco Martinez de hi Rosa, presidente
do dividir sus fuerzas que concentraba- rápidamente cuando ! del Consejo ile Ministros.
cuadraba á sus planes, cayó intempestivamente sobre Viana i
con fuerzas superiores tí las que estacionaban en aquel punto. T iT L ’ i .o l u m i u n o
Juzgó Carondolet que podria sacar mejor partido de su caba­ Da la convocación Je las Corles ¡/onerale* Jcl Udito
llería en el llano que teniéndola encerrada en la población, y
salió á su frente al encuentro del enemigo. Presentaba este Artículo 1.“ Con arrogili ti lo quit previene la ley .V, títu­
por primera vez en línea su bisoña caballería, que no concep­ lo lf>, partida 2.“ y las leyes 1.a y 2.', título 7.", libro tí." de la
tuaban los jefes de los soldados de la Reina osaría medir sus i Nueva Recopilación, >S. M. hi Heina Gobernadora en nombre
fi lorzas con la acreditada caballería do la Guardia; pero como i do su exeelsti hija doña Isabel II luí resuello convocar las
en lances de guerra frecuentemente sucede lo quo no se ha I Cortes generales did Reino.
provisto, el hecho Até que los jinetes de Zumalacávregni que i Art. 2." Las Corles generales se compondrán de dos Esta­
por primera vez entraban en lid contai cuerpos de su tinnii mentos: el de Proceres del Reino y el de Procuradores del
superaron con sus cargas lascio los granaderos de la Guardia, Reino.
y los arrollaron envolviendo en la dispersion que siguió á la
pelea la infantería de Carondolet. Tuvo este que hacer una j TITULO SB R O D O
retirada desastrosa, ganando con trabajo tí Logroño, despues Del Estamento de Proceres del Peino
de lmbcr perdido doscientos hombres, y la bandera del regi­
miento de Castilla. Artículo 3.“ El Estamento ilo Proceres del Reino so com­
Los genomics de la Itcina y el mismo gobierno procuraron | pondrá:
ocultar aquella derrota, que la amistad y el compañerismo del I 1. ° De muy reverendos Arzobispos y reverendos Obispos.
generili don Luis Fernandez ele Córdova atenuó en lo posible ' 2. ° De Grandes de España.
en los partos quo elio al Gobierno, y en la posterior interven- 1 3. “ De Títulos de Castilla.
cimi que tuvo en la declaración del consejo de guerra que el I 4. “ De un número indeterminado de españoles elevados
pundonor del baron de Carondolet solicitó so le formase en en dignidad é ilustres por sus servicios en las varias carreras
esclarecimiento de su conducta militar en la desgraciada jor - 1y que sean ó hayan sido Secretarios del Despacho, Procura­
nada. dores ilei Reino, Consejeros de Estado, Embajadores ó Minis­
Poco despues ocurrió el infructuoso pero rudo ataque dado tros plenipotenciarios, Generales de mar ó de tierra ó minis­
por los carlistas á la villa de Vergara, valientemente defendida i tros de los Tribunales supremos.
por las fuerzas que la guarnecían, tí las que recompensó el ñ.” De los propietarias territoriales ó dueños de fábricas,
Gobierno, dando debida importancia á estimular tí los pueblos manufactureras ó establecimientos mercantiles, que reúnan á
fortificados que se prestaban á resistir las tentativas del ene­ su mérito personal y á sus circunstancias relevant,es el po­
migo. Grande empuño seguían mostrándolos carlistas por ad­ seer una renta anual de sesenta mil reales y el baiter sido an­
quirir posiciones en las que pudiesen hacerse fuertes, y entro ■teriormente Procuradores del Reino.
las que sucesivamente atacaron, lo fueron Lequoitio, Plencia I ti." De los que en la enseñanza pública, ó cultivando las
y Permeo, de cuyos sitios pudo alejarlos la incansable activi­ ciencias ó las letras hayan adquirido gran renombre y cele­
dad del general Espartero. Mas no escarmentados en su afan bridad con tal que disfruten una renta anual de sesenta mil
de posesionarse de puntos estratégicos embistieron á Villar- ¡ reales, ya provenga de bienes propios, ya de sueldo cobrado
cayo, que situado á orillas del Ebro, ofrecía ventaja para sus i del Erario.
operaciones. Castor, Popolana y otaos jefes al frente de tres I Art. I.° Bastará ser Arzobispo ú Obispo electo ó auxiliar
mil hombres intimaron la rendición á la villa, pero tampoco 1para poder ser elegido en clase, de tal, y tomar asiento en el
consiguieron su intento, retirándose despues ile haber incen­ Estamento de- Proceres del Reino.
diado un buen trozo de la población. Art. 5." Todos los Grandes de España son miembros natos
Aquí tuvo término el mando en jefe de Rodil, el que dos- j del Estamento de Próceros ilei Reino; y tomarán asiento en
engañado do la inutilidad do sus esfuerzos, como el Gobierno él con tal que reúnan las condiciones siguientes.
y el público lo estaban respecto alas esperanzas que se habían 1. ° Tener veinticinco años cumplidos.
fundado en los triunfos que obtendría- el general que llevó 2. ” Estar en posesión de la grandeza y tenerla por derecho
al teatro de la guerra el lucido ejército ilo Portugal, retiróse propio.
Rodil á Pamplona encomendando ¡il general Córdova que 1 3. " Acreditar que disfrutan una renta anual de doscientos
operase contra las fuerzas que acompañaban á don Carlos, y mil reales.
encargando á Espartero que hiciese frente á Zumalaeárregui. •1.“ No tener sujetos los bienes á ningún género de inter­
En presencia del estado que tenia la guerra en las provin­ vención.
cias del Morte, dispuso el Gobierno que en ellas se formasen 5. ” No hallarse procesados criminalmente.
dos ejércitos, destinado t;l uno tí operar en Navarra tí las ór- . (t.° No ser súbditos ile otra potencia.
dones del general Mina, y el segundo on el país vascongado ¡L : Art. G.° La dignidad de Próceros del Reino es hereditaria
las órdenes del general Osma. en los Grandes de España,
Art. 1." El Rey elige y nombra los demás Proceres del
DOCUMENTO NUM. I Reino cuya dignidad es vitalicia,
Art. fi." Los títulos de Castilla que fueren nombrados Pro­
ESTATUTO REAL ÍTIOMU LOADO EN FORMA DE REAL DECRETO ceres del Reino deberán justificar que m inen las condiciones
siguientes:
Deseando restablecer en su fuerza y vigor las leyes funda- l.° Ser mayores de veinticinco años.
mo'iitales de la monarquía con el fin de que se lleve tí cum­ •>.'* Estar en posesión del título de Castilla y tenerlo por
plido efecto lo que sabiamente previene para el caso en que I derecho propio.
ascienda al trono un monarca menor de cilnd y ansiosa do ¡ 3.“ Disfrutar una renta de fi'0,0O0 reales.
T omo VI
21 H 1STOUT A P R K S l’AÑA

1." No tenor sujetos los bienes á ningún género de inter­ régimen interior y al modo de deliberar del Estamento de Pro­
vención. curadores del Reino.
ö." No 1tallarse procesados criminalmente.
0. “ No ser súbditos de otra potencia. TÍTULO QUINTO
Art. 0." Id número do Proceres del Reino os ilimitado. Disposiciones generales
Art. 10. La dignidad do Próceros del Reino se pierde úni­
camente por incapacidad legal en virtud de sentencia por la Artículo 24. Al Rey toca exclusivamente, convocar, sus­
quo se baya impuesto pena infamatoria. pender y disolver las Cortes.
Art. 11. El reglamento determinarti todo lo concerniente Art. 25. Las Cortes se reunirán en virtud de real convoca­
al régimen interior y al modo de deliberar del Estamento de toria, en el. pueblo y en el (lia que aquella señalare.
Próceros del Reimt. Art. 26. El Rey abrirá y cerrará las Cortes bien en persona
Art. 12. .El Rey elegirá de entre los Próceros del Reino ó bien autorizando para ello á los secretarios del Despacho,
ead.a vex quo se congreguen las Cortes, á los que hayan de por un decreto especial refrendado por el presidente del Con­
ejercer d u r a n te aquella reunion los cargos de presidente y sejo de Ministros.
A'ice-presidenti) do dicho Estamento. Art. 27. Con arreglo á la ley 5.a, título 15, partida 2.a, se
convocarán Córtes generales despues de la muerte del Rey
TÍTULO TEBCEllO para quo jure su sucesor la observancia de las leyes y reciba
Del Estamento de Procuradores del Reino de las Córtes el debido juramento de .fidelidad y obediencia.
Art. 28. Igualmente se convocarán las Córtes generales del
Artículo i:i. El Estamento de Procuration!,s del Reino se reino, en virtud de la citada ley, cuando el príncipe ó princesa
compondrá de las personas que, se nombren cou arreglo si la que haya heredado la corona sea menor de edad.
ley do elecciones. Art. 29. En el caso expresado en el artículo precedente los
Art. I I. Para ser Procuradores del Reino se requiere: guardadores del Rey niño jurarán en las Córtes velar leal­
1. " Ser natural de estos reinos ó hijo tic padres españoles. mente en custodia del príncipe, y no violar las leyes del Esta­
2. " Tener :10 años cumplidos. do; recibiendo de los Proceres y de los Procuradores del Reino
Estar en posesión do una renta propia anual do doce el debido juramento de fidelidad y obediencia.
mil reales. Art. 30. Con arreglo á la ley 2.a, título 1.", libro 6.” de la
-1." Haber nacido en la provincia que lo nombren ó haber Nueva Recopilación, se convocarán las Córtes del Reino cuando
residido en ella durante los dos últimos años, ó poseer en ella ocurra algún negocio arduo, cuya gravedad á juicio del Rey
algún predio rústico ó urbano ó capital de censo que reditúen exija, consul lorias.
la mitad de la reni;a necesaria para ser Procurador del Reino. Art. 31. Las Córtes no podrán deliberar sobre ningún
Eii el caso de que, un mismo individuo haya sido elegido asunto que no se haya sometido expresamente á su exámon
proeiirador ¡i (Jórtos por mas de una provincia, tendrá el de­ cu virtud de un decreto real.
recho de optar entre las que le hubieren nombrado. Art. 32. Queda sin embargo expedito el derecho que siem­
Art. 15. No podrán ser Procuradores del Reino: pre han ejercido las Córtes de elevar peticiones al Rey, ha­
1. " Los que so hallen procesados criminalmente. ciéndolo del modo y forma que se prefijará en el reglamento.
2. " Lt»s que hayan sitio condenados por un tribunalápona Art. 33. Parala formación do las leyes se requiere la apro­
infamatorio. bación de uno y otro Estamento y la sanción del Rey.
Los que tengan alguna incapacidad física notoria, y tío Art. 34. Con arreglo á la ley 1.a, tít. libro 6.° de la
naturaleza perpetua. Nueva Recopilación, no se exigirán tributos ni contribucio­
-I." Los negociantes que estén declarados en quiebra oque nes de ninguna clase, sin que á propuesta del Rey los hayan
hayan suspendido sus pagos. votado las Córtes.
f>," Los propietarios que tengan intervenidos sus bienes. Art. 35. Las contribuciones no podrán imponerse, cuando
(>." Los deudores á los fondos públicos en calidad de se­ mas, sino por término de dos años; antes de cuyo plazo de­
gundos contribuyentes. berán votarse de nuevo por las Cortes.
Art. l(i. Los Procuradores del Reino obrarán con sujeción Art. 36. Antes de votar las Córtes las contribuciones que
á los poderes (pie se les hayan expedido al tiempo de su nom­ hayan de imponerse, se les presentará por los respectivos se­
bramiento, en los términos que prefijo la real convocatoria. cretarios del Despacho una exposición, en que se manifieste
Art. 17. La duración de los poderes de los Procuradores el estado que tengan los varios ramos (le la Administración
del Reino seni de tres años, á menos que antes de oste plazo pública; debiendo despues el Ministro de Hacienda presentar
haya el Rey distici to las Cortes. á las Cortes el presupuesto de gastos y do los medios de sa­
Art. is. Cuando se proceda á nuevas elecciones, bien sea tisfacerlos.
por haber caducado los poderes, bien porque el Rey haya di­ Art. 37. El Rey suspenderá las Cortos en virtud de un de­
suelto las Cortes, los que hayan sido últimamente Procurado­ creto refrendado por el Presidente del Consejo de Ministros;
res del Reino podrán ser elegidos, con tal que continuen te­ y en cuanto se lea aquel se separarán uno y otro Estamento,
niendo las condiciones quo para ello requieren las leyes. sin poder volver á reunirse ni tomar ninguna deliberación ni
acuerdo.
t ìt o l o c o a r t o
Art 38. En el caso que el Rey suspendiese las Cortes no
De la reunion del Estamento Je Procuradores del Reino volverán estas á reunirse sino en virtud do una nueva convo­
catoria
Artículo 19. Los Procuradores del Reino se reunirán en el Art. 39. El dia que esto señalare para volver á reunirse
pueblo designado por la real convocatoria para celebrarse las las Córtes concurrirán á ellas los mismos Procuradores del
Cortos. Reino; á menos que ya se haya cumplido el término de los
Art. 20. El reglamento de las Cortes determinará la forma tres años que deben durar sus poderes.
y reglas que hayan de observarse para- la presentación y exa­ Ait. 40. Cuando el Rey disuelva las Córtes habrá de ha­
men de los i toderos. cerlo en persona ó por medio de un decreto refrendado por el
Art. 21. Luego que estén aprobados los pudores de los Pro­ Presidente del Consejo do! Ministros.
curadores dol Reino, procederán á elegir cinco do entre ellos Art. 41. En uno y otro caso se separarán inmediatamente
misinos, pant que el Rey designe los dos que. han de ejercer ambos Estamentos.
los cargos do presidente y vico-presidente. Art. 42. Anunciada de orden del Rey la disolución de las
Ari. 22. El presidente y vice-presidente del Estamento de Cortes, el Estamento de Proceres del Reino no podrá volverá
Procuradores del Reino, cesarán en sus funciones cuando el reunirse ni tomar resolución ni acuerdo, hasta que en virtud
Rey suspendii ó disuelva las/Vtrfes. de nueva convocatoria vuelvan á juntarse las Cortes.
Art. 2:1. El reglamento prefijará todo lo concerniente al Art. 43. Cuando do orden del Roy se disuelvan las Córtes
EDAD MO DEH N’A
quedan anulados en el misino acto los poderes do Procurado-1 los franceses cerca de S. M. B., Gran Cruz de la Legion do ho­
res del lícino. nor, caballero de la insigne urden del Toison de oro, Gran Cruz
Todo lo que hicieron ó determinaren des]mes es nulo de de­ de la ordendo San Esteban ile Hungría, de la de San Andrés
recho. y de la del Aguila negra.
Art. 14. Si hubiesen sido disueltas las Cortes habrán de S. M. el Rey del reino unido de la Gran Bretaña é Irlanda,
reunirse otras antes del término de un año. al muy honorable Enrique -luán. Vizconde de Palmerston.
Art, 45. Siempre que so convoquen Cortes, se convocará Baron del Temple, Par de Irlanda, miembro del muy hnnovablo
á un mismo tiempo á uno y á otro Estamento. consejo privado de S. M. I». Caballero ile la muy honorable
Art, 4ö. Ko podrá estar reunido un Estamento sin que lo orden del Baño, miembro del Parlamento y principa) Beeret a-
esté igualmente el otro. rio de Estado en el departamento de Negocios extranjeros.
Art. 47. Cada Estamento celebrará sus sesiones en recinto S. M. I. el Duque de Braganza Regento del lícino de Por­
separado. tugal y de los Algarbes, á nombre de la Reina doña- .Maria II.
Art. 48. Las sesiones de uno y otro Estamento serán pú­ á don Cristóbal Pedro de Maraes Sarmiento, del C o n sejo de
blicas excepto en los casos que señalare el reglamento. S. M. I., Hidalgo, Caballero de la. Casa- Real, Comendador di­
Art. 49. Así los Próceros como los Procuradores del Reino lli orden de Cristo y enviudo extraordinario y ministro pleni­
serán inviolables por las opiniones y votos que dieren en des­ potenciario de S. M. I. cerea de- S. M. !¡.
empeño de su encargo. Los cuales han convenido en los articulos siguientes:
Art. r>0. El reglamento de las Cortes determinará las rela­ Artículo 1." S. M. I. el Duque de Braganza., Regente del
ciones de uno y otro Estamento, ya recíprocamente entro sí, Reino ile Portugal y de los Algarbes á nombre de doña Ma­
ya respecto del Gobierno. ría II, se obliga á usar do todos los medios que estime en su
Francisco Martinez do la Rosa.—Javier de Burgos.—Nico­ poder para, obligar al Infante don Carlos á reí irarse de los do­
lás María Garcly.—Antonio Remon Zarco del Valle.—José minios portugueses.
Vazquez Figueroa.—José de Imaz. Art. 2/ ’ S. M. la Reina Gobernadora y Regenta de España
durante la menor edad de su hija doña Isabel II Reina de Es­
DOCUMENTO NÜM. II paña, rogada é invitada por el presente aeto por 8. M. 1. el
Duque de Braganza, Regente en nombre de la. Reina- doña
TEXTO ESPAÑOL DEL TRATADO DE 2 2 DE ABRIL DE 1834 FECHO
María II, y teniendo además motivos de justas y graves que­
EN LONDRES, LLAMADO DE LA CUADRUPLE ALIANZA
jas contra el Infante don Miguel por el sosten y apoyo que ha
Convenio entre S. M. la Reina Cobernadora y Regenta de España duran­
prestado al Pretendiente ti la Corona-do España, se obliga ¡i
te la menor edad de su hija doña Isabel II, SS. MM. el Rey de los hacer entrar en el territorio portugués el número de tropas
franceses, ol Rey del reino unido de la Gran Bretaña 6 Irlanda y españolas que acordarán despues ambas partes contrai antes,
S. M. I. el Duque de Braganza Regente del Reino de Portugal á nom­ con el objeto de cooperar con las de S. M. F., á fin do hacer
bre de S. M. laReiDa doña- María II. retirar de los dominios portugueses á los Infantes don Cárlos
de España y don Miguel ile Portugal; obligándose además
S. M. la Reina Gobernadora y Regenta de España, durante S. M. la Reina Gobernadora Regenta de España á mantener
la menor edad de su hija doña Isabel II Reina de España, y por cuenta do la España, y sin gasto alguno de Portugal, las
S. M. I. el Duque de Braganza, Regente del Reino de Portu­ tropas españolas, las cuales serán recibidas y tratadas en
gal y de los Algarbes á nombre de la Reina doña María II, todos conceptos como sean recibidas y tratadas las tropas de
íntimamente convencidos que los intereses de ambas coronas S. M. I.; y 8. M. la Reina Regenta se obliga á hacer retirar
y la seguridad de sus dominios respectivos exigen emplear sus tropas lucra del territorio portugués, apenas el objeto
inmediata y vigorosamente sus esfuerzos unidos para poner mencionado de la expulsion de los Infantes se halle realizado
término á las hostilidades, que si bien tuvieron por objeto y cuando la presencia de aquellas tropas en Portugal no sea
primero atacar el trono de ;S. M. I., proporcionan hoy am­ ya requerida por 8 . M. I. el Duque Regente en nombre de la
paro y apoyo á los súbditos desafectos y rebeldes de la Coro­ Reina doña María II.
na de España, y deseosos SS. MM. al mismo tiempo de proveer Art. 3." S. M. el Rey del reino unido de la- Gran Bretaña
los medios necesarios para restituir á sus súbditos los beno- é Irlanda se obliga á cooperar, empleando una fuerza naval,
rteios de la paz interior y afirmar mediante los recíprocos en ayuda de las operaciones que han de emprenderse (m con­
buenos oficios la amistad que desean establecer y cimentar formi dad de las estipulaciones del presente tratarlo por las
entre ambos estados; han determinado reunir sus fuerzas con tropas de España y Portugal.
el objeto de compeler al Infante don Cárlos de España, y al Art. 4.° En el caso que la cooperación de la Francia se
Infante don Miguel á retirarse de los dominios portugueses. juzgue necesaria por los altas partes contratantes para conse­
En consecuencia pues de estos convenios Sus Majestades guir el fin do este tratado, S. M el Rey de los franceses se
Regentes, se han dirigido á SS. MM. el Rey del reino unido obliga á hacer en este particular todo aquello que él y sus
de la Gran Bretaña é Irlanda, y á S. M. el Rey de los france­ augustos aliados determinasen di- común acuerdo.
ses; y SS. MM. considerando el interés que deben tomar siem­ Art. 5.° Las altas partes contratantes lian convenido que
pre por la seguridad do la monarquía española, y hallándose á consecuencia de las estipulaciones contenidas en los artícu­
además animados del mas vehemente deseo de contribuir al los precedentes, se liará inmediatamente una declaración,
restablecimiento de la paz en la Península como en todas las anunciando á la nación portuguesa los principios y objeto dé­
demás partes de Europa, y S. M. B. considerando también las las estipulaciones do este tratado; y S. M. 1. el duque de Bra­
obligaciones especiales derivadas de su antigua alianza con el ganza, Regente en nombre de la Reina doña María 1T, animado
Portugal, SS. MM. han consentido en entrar como partes en del sincero deseo de borrar todo recuerdo de lo pasado, y de
el .siguiente convenio. reunir en derredor del trono de S. M. I. la nación ont era sobre la
Al efecto SS. MM. han tenido á bien nombrar como pleni­ que la Divina Providencia la ha llamado á reinar: declara su
potenciarios á saber: intención de publicar al mismo tiempo una amnistía amplia y
S. M. la Reina Regenta de España durante la menor edad general c-n favor de todos los súbditos de 8. M. J. <jif dentro
de su hija doña Isabel II Reina de España, á don Manuel do un término que se señalará vuelvan á su obediemia, y -Su
Pando Fernandez de Pinedo, Alava y Davila, Marqués de Mi- Majestad Imperial el duque Regente en nombre de su hija la
raflores, Conde de Florida Blanca y de Villapaterna, Señor de Reina doña María H declara tambien su intención de asegurar
Villagarcia, Grande de España, Caballero Gran Cruz de la Real al infante don Migue], luego que salga de los Estados portu­
y distinguida orden de Cárlos III y enviado extraordinario y gueses y españoles, una renta correspondiente á su rango y
ministro plenipotenciario de S. M. G. cerca de S. M. B. nacimiento.
S. M. el Rey de los franceses á don Cárlos Mauricio de Ta­ Art. 0." S. M. la R e in a Gobernadora Regenta de España,
lleyrand Périgord, Principe de Talleyrand, Par de Francia, em­ durante la menor edad de su hija doña Isabel II, Reina de
bajador extraordinario y ministro plenipotenciario del Rey dé­ i España, en virtud del presente artículo, declara su intención
2fî H I S T O R I A T)R E S P A Ñ A

rio asegurar al infante don Carlos, luego que salga de los Es­ a g r a d e c i d o á v u e s t r o s s e r v ic io s r e l e v a n t e s y n o d u d é i s q u e s a ­
tados españoles y portugueses, una renta correspondiente á b r á p r e m ia r o s v u e s t r o re y , C a r l o s .
su rango y nacimiento.
Art. T." El presente tratarlo será ratificado y las ratifica­ DOCUMENTO KÛM. V
ciones srí canjearán en Londres en el espacio de un mes ó ant.es
si finire posible. PRIMER DECRETO DK DON CARLOS FECHADO EN ELIZONDO
En fe de lo cimi ios respectivos plenipotenciarios lo firma­
ron y sellaron eon el sello de sus armas. Por real orden de 12 del corriente mes se lia dignado el Rey
Darlo en Lómlresá 22 de abril tirsi año de Muestro Señor 1831. Nuestro Señor resolver que so imprima y publique nueva­
—Firmarlo. — El marqués ríe. Miradores,—Príncipe de Talley­ mente el real decreto que sigue:
rand.—Palmerston.—Crisi oliai Perirò rie Aforaos Sarmiento. El Rey N. S. se ha servido dirigirme el real decreto siguien­
Se ratificó en 31 rie. mayo de 1834. te. — Privado de la pacífica posesión dol trono español por la
usurpación, estoy muy lejos en estos momentos de que mi
DOCUMENTO SUM. Ill silencio pueda dar la mas mínima sombrado valora sus actos.
Declaro nulos y de ningún efecto sus empréstitos, asi como
PIUM KR MANIFIESTO DK DON CAUROS FECHADO KN TERRITORIO los demás actos: y solo Yo sentado pacíficamente sobre ini
ESPAÑOL solio, sabré pesar aquellos (.pie hayan sido puramente necesa­
rios para la conservación do la sociedad. Tendreislo enten­
Españoles: ¡Con qué placer me, miro en medio de vosotros dido así y dispondréis su publicación. Está señalado de la real
rodeado ríe las demostraciones mas ingenuas ríe vuestro amor; mano en Evora (ciudad) á 2Í) de mayo de 1834.—Joaquín,
después de haber apurado hasta las heces el cáliz amargo rio obispo de Leon, secretario de Estado y del despacho universal.
la expatriación, merced á las inicuas maquinaciones de los Lo traslado á V. para que por su parto le dé la publicidad
que siempre se declararon enemigos de Dios y de los tronos! conveniente á fin de que llegue, á noticia de todos los españo­
Vciign á cumplir eon las leyes de la gratitud animado de los les la expresa voluntad do S. M.
mas vehementes deseos de hacer el bien de mis amados vasa­ Dios guarde á Y. muchos años.—Elizondo 12 de julio de 1834.
llos. Mi tierna y constante solicitud se cifrará en procuraros ■ —El Conde de Fillemur.
los beneficios ríe. la paz y las ventajas de un gobierno energi­
co pero paternal, tan pronto como con el auxilio del ciclo, el DOCUMENTO NÜM. VI
valor de mis leales soldados y el apoyo ríe los augustos mo­ INDULTO EXPEDIDO POR DON CARLOS
narcas que simpatizan con mis desgracias y me brindan con
su cooperación, logre dar cabe á una lucha desastrosa quo Restituido felizmente á los brazos de mis fieles españoles y
angustia mi corazón y le llena de desconsuelo. Españoles: bien enterado mi real ánimo de las tristes y desastrosas ocur­
resuelto á conquistar con ia espada lo que de derocho me rencias á que hadado margen el empeño de algunos en soste­
pertenece, quiero antes agotar torios los recursos de mi sobe­ ner el pretendido derecho de ini amada sobrina doña Isabel
rana clemencia: con la misma satisfacción con que premiaré de Borbon al trono á que soy llamado por la ley fundamental
el mérito y la fidelidad sabré olvidar pasados extravíos, si un del Estado ; deseoso asimismo de poner término á una guerra
arrepentimiento sincero acompañado de una prueba positiva tan funesta á los intereses públicos como á las fortunas pri­
de adhesión á mi real persona me aseguran do toda ulterior vadas de mis caros vasallos, y compadecido mi paternal cora­
conducta. Mi natural benignidad y la firmeza de mi carácter zón de los que p o r seducción, por debilidad ó por ignorancia
son las garantías que ofrezco para el religioso cumplimiento han tornado las armas contra los valientes defensores de mis
de mi augusta palabra. Españoles: mostraos dóciles á la voz legítimos derechos, condescendiendo con los sentimientos de
de la razón y de la justicia: economicemos la sangre españo­ que abunda mi corazón, he venirlo en decretar los artículos
la; y eon la oliva en la mano en lugar del cruento laurel, cor- siguientes:
rames presurosos al fin ríe males que lloro y al goce de la Articulo 1." Quedan indultados, salvo el derecho de terce­
felicidad que os prometo.—Palacio Reni de Elizondo á 12 do ro, todos los generales, jefes, oficiales y soldados que en el
julio de I8:t4.— (.Ja r r o s . término de quince días contados desdo la locha do este mi
real decreto para Navarra y Provincias Vascongadas, y en el
DOCUMENTO NUM. IV de un mes para las restantes de la Península, depusieren las
armas y reconociendo mis legítimos derechos se presentaren
PROCLAMA DE DON CARLOS AL EJÉRCITO á mí ó á cualquiera de los generales y jefes que eon gloria de
su patria defienden ini justicia.
Soldados: se lian cumplido mis deseos; estoy entro vosotros: Art, 2/' A los generales, jefes y oficiales que se acogieren
tiempo liá que ansiaba este momento: conocéis mis constan­ al artículo procedente conservaré los empleos y grados y con­
tes esfuerzos para conseguirlo. Mi paternal corazón rebosa en decoraciones que hubiesen obtenido antes de la muerte de mí
la mas dulco satisfacción al contemplar vuestros gloriosos augusto hermano el Rey don Fernando VII (q. e. g. e.).
hechos quo serán trasmitirlos á la mas remota posteridad. Art. 3.° Los individuos de ia clase de tropa que igualmen­
Voluntarios y soldados, vuestros sufrimientos, vuestras fa­ te se acogieren al artículo 1." obtendrán sus licencias absolutas
tigas, vuestra constancia, vuestro amor y vuestra adhesion le­ eon sujeción á los nuevos reemplazos del ejército para el tiem­
gítima á mi real persona, son la admiración de todas las na­ po que les faltare do su empeño si no quisieron continuar en
ciones que no saben cómo elogiar vuestra heroica conducta. mi servicio durante la presento guerra, pero los que continua­
Marchemos todos, y yo á vuestra frente á. la victoria: ella si ron la obtendrán luego de finalizada como cumplidos.
siempre me es dolorosa por ser sangre española la que se der­ Art. 4." Los sargentos y cabos comprendidos en el artículo
rama., quiero conservarla y por lo mismo acojo desde luego anterior que, terminada la guerra actual, continuasen en mi
bajo mi règio manto á los seducidos y engañarlos que dóciles real servicio, obtendrán el empleo inmediato, y los soldados
á mi voz depusieron las armas; mas si lo que no espero hubie­ cuatro años do abono'para los premios y retiros.
se alguno que insista en su ceguedad, será tratado como re­ Art. r>.u Hago extensivo el articulo 1." á todos los jefes,
belde á mi real persona. Tan compasivo con los arrepentidos, oficiales y tropa de los cuerpos y compañías que con los dic­
seré inexorable eon los contumaces. tados de tiradores de Isabel II, cazadores de montaña, urba­
V vosotros, fieles y valientes guerreros, reunios todos en nos, peseteros y otros se crearon para sostener armados la
derredor de vuestro caudillo, vuestro padre. Reine entre vos­ usurpación do mis derechos.
otros la disciplina mas severa: la mas ciega obediencia á Ar. (i." El pasar á mi qjóiv.il.o un jefe ú oficial, sea de la
vuestros jetes: en ella está la fuerza y en la fuerza la victoria graduación que fuese, con todo ó parte de la fuerza queman-
rpie Dios prepara, á la justicia. clase, será un mérito extraordinario que premiaré con nuevas
(¡niévales, jefes y oficiales: voluntarios y soldados; estoy gracias. Dado en Elizondo á 12 de julio de 1834.—Yo e l I ík v .
E D A D MO D E R N A 27
Las tropas del ejército y de la milicia urbana que envió
C A PITU LO V I j San Martin á los conventos invadidos llegaron siempre tarde
El cólera-morbo asiático i para impedir la multiplicada matanza de indefensos sacerdo­
tes, y cuando apercibida dicha.autoridad de la insuficiencia de
Matanza du los frailes.—Sucesos de Madrid.—Conspiración liberal.— ! sns parciales medidas tie represión contra un mal (pie se ha­
Los Estamentos.—Situación que pava el porvenir de la Hacienda de ¡ bía desarrollado con vertiginosa rapidez, acudió á poner so­
España crea la gestion del conde do Torouo. bre los armas la guarnición y á requerir la asistencia ile la
artillería, los amotinados habían tenido tiempo pura tomarla
Por no interrumpir el relato de la estéril campaña del ge- | fuga y desaparecer, no habiéndose logrado aprehender sino
neral Rodil, hemos diferido dar cuenta de los graves aconte­ á muy pocos y no de los mas comprometidos.
cimientos de que en el mes do julio filó teatro la capititi del Viémnse también amenazados los convenios de San Gil,
reino. los Basilios, (>.l Cálmen y San Cayetano, pero pudieron ser
En atención tí lo imperfectas que eran todavía las comuni­ protegidos á tiempo. Al anochecer de aquella (alai jornada
caciones en el interior de la Península, no se tuvo noticia en (1* de julio) hallábase aparentemente al menos restablecido el
Madrid hasta mediados de julio de la presencia de don Carlos sosiego, cuando aprovechando los revollosos la oscuridad de
eu tora torio español. lias esperanzas fundadas en la pericia de la noche, atacaron el convento ile Atocha, á cuya defensa
Rodil, y en el número y calidad de las tropas que reunió en acudió un destacamento de provinciales de la guardia, unha-
las provincias del Norte, vinieron grandemente á entibiarse I tallón de urbanos 'mandados por don Juan Muguiro, y la ca­
despertando preocupaciones mas serias con motivo de la sú­ ballería del mismo cuerpo, á las órdenes del marqués ile Es-
bita aparición del terrible azote, que procedente do las orillas pinarilo. Poro ínterin aquellas fuerzas estacionaban en Alo-
del Ganges, 1labia transitado siguiendo el curso de las gran­ I cha, los promovedores del conflicto espiaban la diseminación
des vías fluviales hasta San Petersburg», y desde Rusia inva­ ! de las tropas para continuar alarmando al vecindario, ama­
dido las orillas del Báltico, Inglaterra y Francia, y ahora des­ gando invadir los conventos (le Santa Bárbara, del Posali» y
cargaba embravecido sobro la atribulada España. el Seminario de Nobles, establecimiento que corda á caigo de
La invasion de la epidemia en Madrid, fue la señal de su­ los jesuítas.
cesos que hondamente afectaron el orden público y la segu­ Al siguiente dia 18 quedaba del todo restablecido el orden
ridad personal del vecindario. El fanático populacho, que á tan ! material, pero no pedia estarlo del mismo modo el sosiego de
repugnantes escenas de servilismo se había entregado en 1824 los ánimos, antes al contrario, hizose tan intenso el terror ins­
y 2» contra el vencido ó indefenso partido liberal, tomó una pirado por el cólera y por el sangriento motín que acababa de
dirección del todo opuesta al declararse el contagio. Parto á enlutar á la población, que ábandadas la abandonaban iniini-
impulso de la credulidad del vulgo, siempre dispuestoá pres­ ¡ tas familias sin saber las mas de ellas dónde irían á buscar
tar oido & lo extraordinario y á lo absurdo, y mayormente refugio, pero llevando no pocas inoculado en sus personas el
quizá, por efecto de la prevención que contra los frailes abri­ gormen (lo la epidemia, sucumbiendo á sus estragos, frecuen­
gaban los infinitos agraviados por los desmanes y excesos del temente privadas do los auxilios que habrían hallado no aban-
exagerado realismo ile los tres últimos años, halló pronta ' donando su domicilio. Aquella pavorosa emigración no cuno-
acogida lo inverosímil, lo absurdo entre Ingente sencilla y ! ció otros límites que los que le impuso la escasez de medios
menesterosa, atribulada por los estragos do la epidemia, cu­ de trasporte y la falta de recursos en la mayoría de los atri­
yas víctimas sucumbían ou excesivo número en los primeros . bulados. Pero considerable número de familias acomodadas
dias de la invasion de la enfermedad. • so dirigieron al extranjero, donde continuaron residiendo por
El rumor do que agentes de los jesuítas envenenaban las largos años.
fuentes, especie que vino á dar consistencia á las provocacio­ Difícil, pues, á tocias luces se presentaba la situación en (pío
nes cambiadas entre un ex-sargento de los licenciados volun­ se hallaba el ministerio en los dia-s que siguieron á las tristes
tarios realistas y algunos de los individuos de la milicia ur- . escenas do que fuó teatro Madrid el 17 de julio. La autoridad
baña, enardecieron los ánimos ya soliviantados, hasta el punto | superior política y militar á cuyo cargo estaba la seguridad
de llevar á una turba guiada por aquellos provocadores de de la capital, el genera! San Martin, á quien no era posible
mal agiie.ro, que nunca faltan en las grandes agitaciones po­ dudar animaba el mejor celo, había no olisi ante, perdido la
pulares, á penetrar en los claustros de San Isidro y á saciar fuerza moral, consecuencia inevitable de no haber logrado ni
su furor dando muerte á no pocos inofensivos individuos do 1atajar el desorden ni aprehender á sus fautores. Así lo cono­
la Compañía de Jesus. ¡ ció el mismo general en ama comunicación qtm dirigió al Con­
Comenzada la hecatombe por aquellos asesinatos, cobró ca­ sejo do ministros en la que deci a: que prèvia, una investiga­
rácter á la vez municipal y político la matanza de los frailes, ción claro.y precisa da loa hechos se (Indurase solemne y
por demás considerados como tácitos aliados de los carlistas auténticamente- que. d capitan general de Madrid había, cum­
en armas, atribuyéndoles el designio de impedir la reunion do plido con su, deber. No bastó esta tácita confesión del poco
las Cortes que debía verificarse el dia 24. El desbordamiento afortunado general, de que había en su conducta algo que
de la muchedumbre irritada no conoció límites desde aquel ! pidiese aclaración. Vióse competido á dimitir y fue reempla­
momento. El general Martinez de San Martin, que á la vez zado en la capitanía general por el duque ile Castrotertvño.
desempeñaba los cargos do superintendente general de poli­ Los dos Estamentos que creaba el Estatuto Real debían
cía y de capitan, general, ó mal informado, ignoraba los de­ reunirse el 24 de julio, y aunque siguiendo el orden cronoló­
signios de los descontentos dispuestos á turbar el sosiego pú­ gico habría correspondido haber antes hablad» de actos de
blico, ó poco cuidadoso en adoptar las moflidos que requeria, i gobierno de suma importancia, especialmente en materias de
la urgencia de atajar el desórden, no se halló apercibido ó no I Hacienda, pues el crédito ile España principalmente en el ex-
supo distribuir las fuerzas ile (pie disponía en términos capa­ , tranjero pasaba por una crisis sobre la que es iIcImt de la
ces de haber contenido el mal. Informado de lo sucedido en historia no guardar silencio, la clara y metódica exposición
San Isidro, acudió San Martin á tiempo do salvar la vida de del asunto requiero no entrar en el fondo de tan grave cues­
algunos religiosos; pero ínterin con su presencia en la callo tión hasta llegado (pie sea el momento mi que las Cortes la
de. Toledo contorna ol desórden, los amotinados so habían di­ resolvieran, y pueda quedar expuesta, con perfecta claridad.
vidalo, y reforzados por las turbas que corrían por las calles, A este propósito conduce o) dejar consignado que el conde,
imbuidas on la fábula del envenenamiento de las fuentes, pe­ de Torcilo, quien vuelto á España de la emigración, hahiasido
netraron en Santo Tomás, San Francisco y en la Merced, elegido miembro del Estamento de Procuradores por la pro­
donde renovaron los mismos y aun mayores excesos que los vincia de Asturias, entró á o c u p a r el ministerio de Hacienda
perpetrados en ol colegio do los J esuítas, pues en las referidas en reemplazo de. don José de Imaz, un mes antes de la reu­
oasas religiosas, no solo dieron cruenta muerte á todos los nion de las Cortes.
frailes que pudieron haber á las manos, sino que so entrega­ No bien tranquilizados todavía los habitantes de Madrid,
ron al saqueo de cuantos (Toctos lograron apoderarse. despues de las matanzas del 17 de julio, y cuando aun se sen-
28 HISTORIA DE ESPAÑA

lian los Iorrori ti eos efectos del cólera morbo, dio aliento al componerse de don Evaristo Pérez de Castro, en Estado, dán­
ánimo público la valorosa, conducta do la Iteina gobernadora, dolo por secretario al marqués de Monte Virgen.
la <|ii(! dejando sii residencia ib- la Granja-, so trasladó á la Del tomento general don Jerónimo Valdós, en Guerra, sien­
«•oiil.au'iada capital, y abrió las primeras (lurtes do la- torcera do subsecretario el duque de Rivas.
época ilei régimen constil iieional, pronunciando on aquel so­ De don Manuel García Herrero, en Gracia y Justicia.
lemne ¡icio un discurso que podemos abstenernos do analizar, Do don Alvaro Flores Estraila, on el Interior, denominación
debiendo ocuparnos muy especialmente del mensaje do las que por pocos clias tuvo el ministerio de Fomento.
Cortos en contestación á la corona. De don Lorenzo Calvo de Rozas, en Hacienda, y por subse­
La víspera do aquel moinorabli! dia, la policía puso al go­ cretario don Juan Olavarría.
bierno en el secreto de una conspiración fraguada principal­ De don José Alaría Chacón, para Marina.
mente por emigrados vueltos del destierro y por notabilida­ • El capitan general de ejército don José de Palafox, duque
des de la situación, que no contentos con el régimen que de Zaragoza, era el destinado al mando de la Guardia real y
creaba- el Estatuto, aspiraban al doble resultado <íe ampliar de todas las fuerzas que tomasen parte en el movimiento.
las inslituciones en sentido liberal y de reemplazar al minis­ El gobierno do Madrid so confiaba á don Evaristo ¡San Mi­
terio. Procedía el plan de. una asociad on secreta que con el guel, siendo signo muy característico de la índole de la cons­
título de Isabel ¡na se propuso ejercer un influjo análogo al de piración, la acordada medida de expulsar de Madrid á. Reinoso,
•pie en 1K22 y a:) estuvieron en posesión los unisones y los co­ á Burgos, Miñauo, Lista, Hcrmosilla, Andino y demás prohom­
muneros. Dos hombres de distilli a poro conocida capacidad, bres ilei partido Josefino, contra los que, según tenernos
eran los inspiradores y el alma de aquella asociación que si anteriormente observado, abrigaban gran prevención los cons­
bien se ramilicó rápidamente, no estaba llamada á alcanzar una titucionales de 1820, mirándolos como asesores y favoritos que
inlluenriu de largii duración. Don Juan Olavarría, hombre de habian sido en el último período del reinado do Fernando VII.
tu 11y avanzadas ideas pero de aventajada instrucción, había Todo so hallaba, seguii parece, dispuesto en la mañana del 2:1,
adquirido celebridad en bèlgica, demie residió cerno emigra- cuando la revelación de un complico puso ¡il Gobierno en po­
de político, y donde los liberales de mas posición ó indujo sesión de la trama y dió lugar á la prisión de los comprome­
en aquel jotís, hicieron gran caso do sus consejos y do su inte­ tidos, formándose on su consecuencia una causa que ningún
ligente colaboración. El otro inspirador do la sociedad Isa- resultado debia producir, electo consiguiente á la debilidad
belina era un personaje digno de estudio;don Fugeni o Avira- del Gobierno y á la categoría y posición de los que figuraban
nela, hallábase dotado de una organización quo hacia do su en la trama, entre los cuales se contaban sujetos que realmen­
inteligencia una máquina siempre dispuesta á conspirar, hom­ te no habian participado en ella, y otros que eran adversarios
bre cuya inventiva y cuyo recursos no conocían límites en del Gobierno, pocos dias ¡mt.es que lu conspiración sefragua.se,
elianto á organizar trabajos colectivos, salvar dificultades y pero que habiéndose reconciliado con Martínez de la Rosa,
encontrar salida ¡í los mas comprometidos lances; y pava com­ ocupaban altas posiciones en su gobierno. El discurso de la
pletar el cuadro do tan singular figura, debe añadirse, quo al corona presentaba bajo el punto de vista de la política de los
mismo tiempo que perpetuo fautor do intrigas, Avir.inet.a ora ¡nitores del Estatuto, el estado de la nación y el que ofrecíala
un hombre do convicciones y además probo, como mas ade­ guerra, indicando las medidas que el Gobierno so proponía
lante aparecerá en la historia i.lc las vicisitudes de la guerra adoptar para hacer frente á las necesidades de la nación, dan­
civil. Otros sujetos de carácter enérgico tomaron también do entre ellas preferente lugar á las relativas á Hacienda y
parto nel iva en el plan dirigido ii sustituirá Martinez de la liosa Guerra, Terminaba el discurso règio eon ostiis palabras: «El
y su Estatuid. lintre, los que ocupaban lugar preeminente Estatuto llcal ha echado ya el cimiento; á vosotros correspon­
se hallaban (.'alvo de L’ozas que había sido individuo do la de contribuir á que se levante la obra con aquella; regulari­
.Imita central, Hornero Alpuonte el mas sincero y cándido de­ dad y co ncierto que son pi'endas de estabilidad y firmeza.
mócrata que haya podido existir, y don Lorenzo Calvo y Por restringido que hubiera sido el elemento electoral que
Maleo, antiguo agente de la Compañía de Filipinas, poste­ sirvió á la formación del Estamento do Procuradores, el espí­
riormente banquero en Faris, y prestamista quo fue on las ritu regenerador y reformista que animaba á la gran masa del
empresas revolucionarias del general Torrijos. partido liberal, no piulo menos de ejercer considerable influjo
bos directores de la sociedad acordaron em ina reunion que en el resultado de las elecciones y trajo al Estamento popular
tuvieron el üo di'julio, comenzar por dirigir m u exposicióná una oposición, que si no fuerte por su número, lo era por la
la (¡oberiindora, haciendo resaltar en olla los peligros á que calidad de sus individuos, pues componían parto de ella varios
exponía al "listado el mantenimiento y observancia del .lista­ diputados á las Cortes de los tros años de la segunda época
tili o Real, y encareciendo, para evitar aquel riesgo, la conve­ del régimen constitucional, participando de las mismas ¡ispi­
niencia de (pie dicha ley constituí iva fuese sustituida por otra raci! mes de estos otros individuos que se señalaban entre
que acompañaba á la misma exposición y que sus autores so­ los mas decididos advei-sarios del ministerio.
me! inn ñ. la apreciación de la (íobernudora (1), proyecto do En el Estatuto do Próceros estuvo principalmente represen­
Constitución «pie redactó Olavarría, y en el (pie se descubro tada la oposición por el duque de Rivas, quien sostuvo tantas
un íuUmo parentesco con la Constitución belga. y tan significati vas enmiendas ¡il proyecto de mensaje, que su
En la previsión do (pie la Reina no aceptase el eonsejo que conjunto hubiera formado un contra-proyecto á no haberlas
se la dalia, debía precederse á un alzamiento el día mismo do descartad o el Estamento donde el Gobierno tenia gran mayoría.
la apertura del Estamento. Asegura- el historiador ¡lela (.hier­ Ei i el Estamento do Procuradores la discusión del mensaje
ra civil, (pie varios procuradores atiliados á. la asociación so tuvo mayor importancia, pues entraron en la comisión encar­
habían comprometido á proponer al Estamento que se decla­ gada de dar dictamen varios procuradores oposicionistas, quo
rase en Asamblea nacional. Teníase dispuesto (pie las tribunas extremaron los argumentos empleados en el de Próceros por
serian ocupadas por auxiliares que apoyando con vociferacio­ el duque de Rivas y lograron introducir en el proyecto de
nes la antedicha propuesta, diesen con el tumulto ocasión á respuesta duras calificaciones del ambiguo sistema atribuido
ipie el Estamento no pudiese deliberar, haciendo del alboroto al Gobierno, habiéndose asentado en el mismo proyecto pro­
que no podia menos de promoverse la señal del levantamien­ posiciones demasiado avanzadas pani el temperamento de la
to de los afiliados. situación representada por la mayoría do la Cámara.
Dábase por complemento á este plan el designio de apode­ Podrá juzgarse del espíritu que animaba á la comisión pol­
rarse de los campanarios, tocar á ridialo y hacerse fuertes en lo que esta- formuló respecto ¡í la libertad de Imprenta, que
los editicius susceptibles de ser defendidos, y formar barrica­ calificaba de centinela y puesto avanzado de las demás ga­
das con los carruajes y objetos muebles de los conventos y rantías, y que necesita, añadíase, verse exenta de las restric­
oficinas públicas. ciones ipie la reduelan á la nulidad.
Tenían lus conjurados formado un minisi orio que debia1 «Las buenas leyes—continuaba la «»misión—pueden pre­
ver los abusos ó castigarlos, cuando tienen efecto de manera
(1) Véase el ilncuiiicuto número 1 del Apéndice do este capítulo. i que se liaga difícil su reproducción, mas nunca es justo sacri-
E DA D M O D E R N A 20
ficar ventajas positivas á los temores de un riesgo acaso ima- 1 ordinaria falta de cosecha del año 1811, dejaron esquilmado y
ginario, ni la facultad de propalar el pensamiento por medio ¡ yermo el territorio de un país en el que durante lodo aquel
de la prensa existe cuando la reprime la censura previa ó la período de sangre y de desolación, la vivificante obra de la
arbitrariedad.» producción se vió casi del todo interrumpida.
Pedíase igualmente, el establecimiento del jurado, califica­ Tal era en verdad, sin que haya exageración alguna en el
do de salvaguardia de la inocencia, y por último habríase cuadro que acabamos «le trazar, la situación «.'ti «pie Hernan­
convertido Ja contestación del Estamento en el programa de do VII, vuelto de su cautiverio «le Valencey, encontró al pue­
una nueva Constitución ó dirigido al restablecimiento de lade blo (pie se había inmolado para conservarle la corona, y al
1S12-, á no haber el Estamento desechado los mas significat ivos que pagó «ron la ingrat if mi (pie la historia ha «•onmemonulo
párrafos de la censura dirigida contra el Gobierno. y filé el escándalo «le la culta Europa. No hay para, «pié repe­
Votado que fuó el mensaje, el conde de Torcilo abordó con tir lo que en nuestra introducción Imi nos consigna« lo respect o
urgencia, como encargado del ministerio de Hacienda, la á los sacrificios superiores á los recursos culi «pu> la nación
cuestión financiera, la mas grave quizá de las que afectaban podia contar, que el gobioni») de Formulilo Vil restaurado se
la seguridad y el porvenir de la situación. La manera como impuso para el vano proyecto de reeonipiislar las Américas.
fue tratada y resuelta por aquellas Cortes la dificultad finan­ Baste decir «pie durante los años trascurridos de 1815 á 1X¿0,
ciera, lia ejercido tan notable indujo sobre el crédito de la todos los servicios públicos se hallaron «lesalemlidos. No se
nación, que merece ser examinada con el detenimiento qne ]iagaban los ini cresos de la Deuda, lli'garon á deberse á los
su importancia requiere. empleados en servicio activo hasta treinta y tres meses «le
De tiempo inmemorial la hacienda do España ha adolecido atraso. El ejército, excepto la guardia real, se hallaba literal­
de muy defectuosa gestion. Sin necesidad de remontarnos á mente en cueros, piles cuerpos hubo «leguarnición en las pro­
épocas anteriores al advenimiento do la dinastía de Borbon, vincias, que solo contaban con un reducido número «le unifor­
únicamente bajo los reinados do Fernando VI y parte dol de mes servibles, los que cambiaban lo«los los ilias «le poseedor
Carlos III, el Erario público estuvo desahogado. Causas espe­ para revestir con ellos á la tropa que montaba guardias osten­
ciales, en las que entró por mucho la acumulación de nume­ sibles. Los demás individuos del regimiento ó no se levantaban
rario, ajustada que fuó la paz de Utrecht, aglomeraron vastos «lela cama, ó permanecían en el cuartel cubiertos «I«' harapos.
caudales en las areas del Tesoro español, como consecuencia En medio de aquel vergonzoso estado «le penuria y «le insol­
de haber las autoridades coloniales en las dos Américas sus­ vencia, la dotación de la casa real que no ennecia otros límites
pendido el envío desubsidios á España, ínterin duró la guerra que la voluntad del monarca absorbia eien millones «le reales;
do sucesión y permanecieron en la duda do cuál de los dos los favoritos de la corte nadaban en la opulencia y concedíase
pretendientes, el francés ó el austriaco, acallaría por reinar. privilegios sobre privilegios á contratistas y allegados del ré­
A aquella época pertenecen los adelantos materiales que hasta gimen absoluto.
cierto punto vigorizaron el crédi to de la nación en los tiempos De este lamentable y vergonzoso estado vino á sacar á la
de Alberelli y de Ensenada. nación la revolución de 1820,1a que si no trajo consigo recur­
Hasta entonces había carecido España do vías regula­ sos, traia las esperanzas que de la regeneración de este noble
res de comunicación. De Cádiz á Madrid, las conductas.de país concibieron á lavez los propios y los extraños. La pers­
plata acuñada que el Tesoro y los' particulares recibían de pectiva de ima administración mejorada, de vefonmis útiles y
América eran acarreadas á, lomo, atravesando las recuas An­ de los recursos que «lebia proporcionar la desamortización
dalucía y la Mancha, siguiendo el informe trazado hecho por eclesiástica, abrieron las puertas del crédito. Púdose en los
el continuo paso de las caballerías. En tiempo de los dos ro­ primeros meses trascurridos entre el 1 de marzo de 1820 y la
yos antes nombrados se construyeron los caminos reales do reunion de las Gúrtcs, negociar un empréstito nacional «le poca
Madrid á Sevilla y á Valencia y á Barcelona; levantóse el so­ cuantía, pero cuya importancia consisti«) en ser mi síntoma
berbio palacio de la plaza de Oriente, la Aduana, actualmente del restablecimiento do la confianza, en la que las Gorfes ba­
Ministerio de Hacienda, y construyóse el edificio que encier­ ilaron una poderosa ayuda que permitió al Gobierno contraer
ra nuestro rico museo do historia natural. Fundóse el Banco en el extranjero dos cuantiosos einpréstifos para cubrir el dé­
de San Garlos con un capital efectivo de 300 millones de rea­ ficit y atender á las consignaciones «leí presupuesto. Pero los
les. la compañía de Filipinas con el de 1-15.500,000 reales yol caudales «pie la confianza de los banqueros «le Francia, «lu
establecimiento que tuvo por nombre Los cinco Gremios con Inglaterra y de Holanda entregaron á la buena fe nacional
el de ‘¿50 millones, creaciones todas ollas que atestiguan la fueron repudiados por Fernando VII en virtud «le su decreto
existencia de una gran acumulación de capitales. de 1." de octubre de 18¿3, por el «pie declaró nulos y sin valor
Simultáneamente á estos adelantos se desarrolló un elùdi­ ni efecto to'.Uis los actos dol Gobierno constitucional. La Eu­
lo de que hasta aquellos dias había carecido el Estado. Los ropa y «d universo respondieron con un grito de indignación
vales reales, creación del reinado de Garlos III, papel de cir­ á aquella repudiación do deudas legítimamente contraídas y
culación y que gozaba de interés llegaron á acreditarse tanto que no sirvieron para pagai1empresas rcvoltteionarias, y antes
que el comercio los preferia á dinero efectivo, y circunstancia al contrario se invirtieron en las atenciones ordinarias del
singular y digna de ser consignada, los vales reales no eran Estado, y en cubrir las pingües dotaciones de. la casa retti.
otra cosa sino lo (pie despues ha venido á ser en Inglaterra Dejamos suficientemente explicado en nuestra introducción
el billete de Echiquier que tanto lugar ocupan en el sistema <d singular sistema inventado por Femando VII y su banque­
rentístico de aquel reino, y cuya emisión ahorra á menudo á ro en Paris don Alejandro Agnado, para gozar «le los benefi­
su tesoro la necesidad de recurrir á empréstitos. cios de un crédito excepcional, alimentado por el bajo precio
Las prosperidades de los antedichos dos reinados fueron do de las emisiones de renta que hacia en Paris el «gente finan­
corta duración. Las imprudentes guerras de Garlos in c o n tra ciero de la corte do .España, y por los subidos inrereses «pie
Inglaterra, la mas imprudente todavía de su hijo Carlos IV alcanzaban los tenedores de dicho papel, cuya cotización en
coni ra la revolución francesa, los subsidios que Napoleon ar­ los mercados extranjeros ascendió hasta el 81 por leo para el
rancó ¡í España para tenerla subordinada á su política, y el empréstito de la Regencia facciosa de Urgcl. reconocido por
desgobierno de la privanza do Godoy, hicieron desaparecer Femando Vil, y hasta fifi por 100 pura la renta perpetua emi­
bien pronto la momentánea prosperala! 1 do qne queda bocho tida por Aguado, cuyos interes«.« solo eran al 3 por loo.
mérito, y para colino de la ruina financiera que acabó de hun­ Pero aquel empréstito ficticio, sosteniilo p"f tan inmorales
dir á miestro Erario, sobrevino la guerra de la Independen­ medios, y «pie descansaba en la chocante injusticia «le desco­
cia, la que con los armamentos extraordinarios motivados por nocer las deudas «le los Gobiernos anterem«, no podía con­
la leva en masa de todos los brazos aptos liara la defensa <le ducir á la rehabilita«.!«)]! «I«; la buena fe española, ni mimos
la integridad y de la honra de España, y á consecuencia do asociarnos al gran desarrollo industrial «ai que entró Europa
la vandálica guerra que nos hicieron los invasores, acompaña­ despues de la paz de 1815.
da de las exacciones, incendios y saqueos á que la nación es- I Mas cuando inmediatamente despues del fallecimiento de
tuvo entregada durante seis años, juntamente con la extra -1 Fernando VII, la Incliti entre los part i«huios de su hija y los
30 H IST O R IA DE ESPAÑA

do su hermano, ul representant e del sistema que la conciencia fondos públicos y con ella á la dificultad de levantar los capi­
del mundo civilizado habia anatematizado, trajo como conse­ tales reclamados por las necesidades de la situación en que el
cuencia natural la necesidad de que en España se restablecie­ gobierno y la nación se hallaban.
ra <•! sistema representativo, sin quo para (dio el Gobierno de Desgraciadamente prevaleció en la mente del ministro de
la Heina María (Jrístina hubiese tenido que hacer declaración ! Hacienda el último de estos sistemas, desde el momento en
al.quiia. relativa á que serian reconocidos los empréstitos de que inspiró y patrocinó el dictamen que cediendo á su influ­
las Cortes, la opinion de todos los hombres de negocios en el jo, presentó la minoría de la comisión del Estamento de Pro­
extranjero abrigó la mas (irme esperanza de que España no curadores, y sirvió de fundamento á la ley que recibió el
pedia obrar de otra manera, y el papel llamado JSonos de Cór­ nombro de Arreglo de la deuda, objeto quo estaba en reali­
ten ó sean los empréstitos crearlos bajo el régimen constitucio- ■dad muy lejos de haber llenado una ley que se reducía á es­
nal, cuyo precio de cotización se habia mantenido durante tatuir sobre la deuda exterior, exclusivamente, dejando en el
veinte años valiendo en las bolsas extranjeras escasamente 4 estado do insolvencia en que se hallaba la deuda interior, y
por loo, subió hasta 50, con perspectiva de mayor alza, una en la que solo estaban interesados tenedores españoles.
vez que se hubiese restablecido el pago do sus réditos. Si alguna duda pudiera suscitarse sobre la apreciación que
Esta era la situación en (pie se encontraba el Erario español dejamos hecha acerca délas consecuencias que debian seguir­
al estallar la guerra civil, en los momentos en que mayor ne­ se de la preferencia dada por el conde de ,Toreno ni sistema
cesidad habia, para atender á olla, de poder contar con abun­ Ardoin sobro el sistema Rothschild, desaparece y viene á con­
dantes reeUVSOS. firmar nuestra opinion la ruidosa manera con que fué recibi­
A efecto ile adquirirlos, envió el Gobierno á París, á don do por los acreedores de España en el extranjero el antedicho
Manuel Gonzalez Allende, secretario del Hunco de San Fer­ proyecto de ley. Por efecto de los recuerdos de la alianza que
nando, liara (pie eu union con el embajador de España, du­ nos habia unido á Inglaterra contra Napoleon, no menos que
que de Prias, negociase un anticipo de 15 millones de francos. por el favor con que entre los ingleses fué recibida la resur­
La eminente casa de banca do los señores Rothschild herma­ rección de la España liberal en 1820, era extremado el engrei­
nos, apreció debidamente la situación de España con relación miento con que los naturales de aquel pais miraban las cosas
al mercado monetario exterior, y sin dificultad anticipó la de España,
suma requerida, mostriliulose dispuesta á constituirse en La odiosidad producida por la repudiación de los emprés­
agente financiero del gobierno español, á condición de (pie titos do las Córtes habia recaído toda entera sobre el gobierno
este, sin repudiar los valores emitidos por el Gobierno abso­ absoluto y su brutal reacción do 1824. En la opinion de. los
luto. reasumiese el pago do los empréstitos de las Córtes ( 1). ingleses, la buena fe de la nación española no se puso ni por
' En las mismas disposiciones que la casa de Rothschild se nn momento en duda; teníase una idea exagerada de los ele­
hallaban los banqueros de Inglaterra y Holanda, y en la si­ mentos de prosperidad que encerraba España; creíase que
tuación que cubia al Erario español no podia presentarse com­ liara desarrollarlos bastaría el restablecimiento de un gobierno
binación mas aceptable que la de consolidar sobre las antedi- ilustrado, y se hallaban muy lejos de sospechar que los pri­
días bases un crédito que hubiese permitido adquirir los meros actos de las Cortes pudiesen perjudicar los intereses
recursos (pie iba á hacer imperiosamente necesarios d sosten que se habían confiado á la hidalguía española.
de la guerra, pudiendo realizar con la economía consiguiente Consecuencia natural y muy fácil de prever era por consi­
¡i haber negociado de SO á DO por 100 la renta del 5 y de 50 á guiente el efecto que en el extranjero produciría la Ley de arre­
(>0 la que solo devengaba 3 por 100 de interés. glo de la deuda del conde do Toruno. Agravólo todavía irías la
Esta era la opinion de los hombres de negocios, enteramen­ censura, la irritación producida por el principio en que des­
te conforme con los bien entendidos intereses del crédito na­ cansaba un arreglo por cd que se disponía la division en dos
cional, pero para apreciar debidamente los móviles que se categorías del capital de dicha deuda, cuya mitad únicamente
hallaban en juego, debe tenerse en cuenta que la opinion li­ era llamada al cobro de intereses, dejando la otra mitad en
beral y muy especialmente los emigrados que tanto habían clase de deuda pasiva para no entrar á gozar el beneficio de
padecido con la duración del régimen absoluto, en gran parte los intereses sino en época muy lejana, quedando en el mismo
sostenido por los empréstitos de Aguado, repugnaban que el caso el importe de los réditos devengados por los empréstitos
nuevo régimen constitucional echase sobre sí las cargas de de las Córtes, cuyos poseedores se habían lisonjeado con la
aquellos empréstitos. esperanzado que dichos réditos fuesen capitalizados en títulos
La disyuntiva entre estos dos sistemas no era otraque la de la deuda que se reconociese.
de favorecer el movimiento caí alza de los fondos españoles l ’ero el disgusto y la odiosidad producidos por el inesperado
en los mercados extranjeros reconociendo y pagando los in­ arreglo, lejos do haberse limitado contra sus autores, cayó so­
tereses de las dos deudas de distinta procedencia, ó al contra­ bre la moralidad y la buena fe ele la nación española, á la que
rio contraer la responsabilidad de precipitar la baja de umversalmente y sin atenuación se quiso hacer responsable
nuestros títulos de renta, inconveniente en el que igualmen­ de lo que el descontento do nuestros acreedores calificó apasio­
te se incurriría no pagando integramente los intereses ó sean nadamente de expoliación y poco menos que de robo. La pren­
los dividendos de les empréstitos de las Córtes ó reduciendo sa de Londres unánimemente y respondiendo á las declama­
el capital ó los intereses de los empréstitos de Aguado. ciones de los corresponsales que los mas acreditados periódicos
liste era el problema que tenia que resolver el nuevo mi­ do aquella capital tenían en Madrid, declararon la mas cruda
nistro de Hacienda, conde de Toreno. De un lado se lo presen­ guerra al crédito do España, la que de repente, perdiendo el
taba el sistema Rotshehild al cual iba anexa el alza de los : concepto de nación honrada y solvente, pasó á ser teñirla por
fondos y la seguridad de obtener en los mercados de Pa­ tierra do engañadores y de fulleros. La fundada perspectiva
ris y de Londres á un módico interés cuantos fondos pudieran que, antes de verificarse el malhadado arreglo, podia abrigar­
necesitarse para la terminación de la guorrra y el arreglo de ; se de encontrar ilimitados recursos en el crédito exterior, vino
nuestra hacienda, sistema en frente del cual se presentaba el á reducirse á la adquisición de 400 millones de reales que fa­
que se sabia era patrocinado por la casa. Arditili y Compañía cilitaba el empréstito anexo á dicho proyecto de arreglo, la­
de París, banqueros que habían negociado uno de los einprés- brando de sus resultas el hondo abismo en que vinieron á
lilos de las antiguas Córtes, pero cuya posición y crédito no sepultarse las esperanzas del restablecimiento de nuestro cré­
podia sos!('ner la competencia con los elementos que reunía dito, el que de haberse levantado, como lo estuvo próximo á
la clientela de (pie la poderosa casa de Rot hschild disponía en verificarse ínterin duró la esperanza de que se haría lo que
todos los mercados exteriores. reclamaban los bien entendidos intereses del país, habría pro­
Dejamos demostrado que el sistema patrocinado por dicha porcionado abundantes recursos con los que la guerra civil no
casa envolvía una Operación á la alza al paso que el de sus habría durado los seis desastrosos años que duró, que tan in­
competidores irremisiblemente cominciali.la baja de nuestros mensos sacrificios impusieron, dejando abierto el sendero de
las aberraciones que progresivamente han conducido al de­
(1) Véase documento mimerò II. plorable estado en que se encuentra la Hacienda de la nación.
EDAD MODERNA 31
Queda diclio lo bastante rolatívainonte. á la cuestión de ha­ de suceder, disponiéndose por «'1 nuevo arreglo no pagar sino
cienda para dejar demostrado cuál ora el temperamento que, la mirad do los intereses di' la deuda extranjera, baria ¡lor­
satisfaciendo á la voz las consideraciones de justicia y de con­ d e rà la nación on los empréstitos quo no ¡nidia ionios de
veniencia, correspondía á las Cortes haber adoptado, al ocu­ verso obligada á contraer, la enorme diferencia que había en­
parse del restablecimiento del crédito encontrándose ante tro. el precio de que gozaban nuestros fondos antes del arre­
la apremiante necesidad do procurar recursos inmediatos glo y el que alcanzaron despues, diibreneia quedo repente lu
para hacer frente á las necesidades do la guerra, fue de 21 p.‘‘/„, toda vez que el empréstito contratado con
Pero el asunto fue tratado en el largo debate á que dio Ardoin lo filé al G0 ¡>."/„.
lugar en ambos Estamentos, dejándose influir los oradores Además, respecto á la imposibilidad en que se pretendía
que en él tomaron parte por móviles de bandería, contrail os hallarse España para haber hecho frente al pago de la totali­
al criterio de sana política y de pública conveniencia con (pie dad de los intereses d é la deuda extranjera, dos considera­
únicamente debió ser tratado. ciones de mucho poso hacen caer por tierra semejante re­
La mayoría de la comisión del Estamento de procuradores, paro.
compuesta de individuos de la oposición, se prevalieron de Aunque no contemplada todavía por el gabinete Martínez de
la ocasión pava hostilizar al ministerio, negándole la autori­ la Rosa la conveniencia, mas tarde reconocida, de apelar á la
zación para contraer el empréstito de ••]00 millones pedidos desamortización civil y eclesiàstica; la.sola,perspectiva de este
por el conde de Toreno, ó hicieron su caballo de batalla para recurso hecha oportunamente valer habría facilitado negocia­
combatir á este, al mismo tiempo que el dictamen de sus ciones en los mercados extranjeros, las que til alto precio á
compañeros de la minoríade la Comisión, esforzando la inmo­ que ¡ludieron mantenerse nuestros fondos habrían facilita­
ralidad y la inconveniencia de reconocer el empréstito do la do medios mas que suficientes, á la vez para proveer al
Regencia de Urge! do 182:1 y las emisiones de renta perpetua pago de. los intereses de la deuda y para adquirir los abun­
negociadas por el banquero Aguado. Para la mayoría de la dantes recursos con cuyo auxilio, la guerra que duré seis
Comisión, así como para los procuradores adversarios del Ga­ años hubiera podido concluir en dos.
binete, lo único justo y procedente era dar fuerza y vigor á Si estas consideraciones no bastasen para convencer á los
la declaración de las Cortes de 1823 que habían de antemano espíritus rectos ilei error eon que procedieron el G o b iern o y
declarado nulos los empréstitos que el gobierno absoluto con­ la mayoría, del mismo modo que la minoría de los Estamen­
tratase para combatir el régimen constitucional, y para afir­ tos, acabará por derramar la mas clara luz sobre el asunto la
mar su propia existencia; al paso que encarecían la justicia, simple observación de que toda la detidaespañolaiio excedia
por ellos calificada de sacrosanta que amparaba los emprésti­ en aquella época de 14 á lñ mil millones de reales, cuando eu
tos decretados por las Cortes de 1820 á 23. Opinando de esta tiempos posteriores y en los que ya habian desaparecido, por
si lurte la oposición hacia cuestión política y de partido lo haberlos consumido, los pingües recursos de la desamortiza­
que únicamente debía ser una cuestión de hacienda y de cré­ ción, se ha contraido confiadamente y sin aspavientos la in­
dito. mensa deuda que ¡iosa sobre la nación.
Pero si en esto erraban los procuradores oposicionistas, los Terminada en el Estamento do Procuradores la discusión
oradores ministeriales de la mayoría del Estamento se mos­ del arreglo de la deuda exterior, al que iba anexa la autori­
traron también parciales, queriendo fundar en argumentos zación para rpie el Gobierno cont.rat.ase el empréstito de
de derecho su disposición favorable á los empréstitos del go­ 400 millones, pasó el asunto á ser tratado en el Estamento de
bierno absoluto. La opinion quo dejamos sobre este punto Próceros, donde el gobierno contaba considerable mayoría, y
emitida hacia perfectamente compatible con la moralidad de en el que logró en último resultado, despues de empeñados
la censura que evidentemente merecían las operaciones de debates, que desapareciese una cláusula por laque so denega­
crédito del gobierno absoluto, el prudente y conciliador tem­ ba el reconocimiento de aquella parto del empréstito de la
peramento de negar el reconocimiento de empréstito de la Regencia de TJrgel, cuyos fondos hubiesen ingresado en ma­
Regencia carlista, sancionado despues por Remando VII, y nos de los agentes de. dicha Regencia antes de la cuida del
cuyos títulos diseminados por toda Europa habían alcanzado régimen constitucional.
un precio cuyo sostenimiento estaba íntimamente enlazado Uno de estos agentes y el que mas se había señalado por
con el del crédito nacional. Según hemos antes expuesto, lo los servicios que prestó á Femando VII y á su banquero don
procedente, lo conveniente y útil habría sido no tocar á lo Alejandro Aguado, en las negociaciones que tanto habian
existente respecto á los empréstitos reales, al mismo tiempo irritado Aaquellos denuestros hombres públicos que tuvieron
que cual lo exigia la honra, el decoro y el interés de la nación qne emigrar en 1823, lo era don Francisco Javier do 'Burgos,
se hubiesen colocado bajo el mismo pié en que se hallaban contra el que existían fuertes prevenciones, porci motivo an­
los empréstitos reales, los decretados por bis Cortes, respecto tedicho, al que dalia mayor cuerpo la general creencia de
á los cuales no se necesitaba otra cosa sino restablecer el que Burgos era opuesto á las miras y deseos ile los hombres
pago de sus intereses, emitiendo también nuevas ventas en de 1820. Ocupaba el don Javier su puesto en el Estamento de
representación do los devengados despues de 1823 que habían Proceres el dia en que iba á abrirse discusión sobre el proyec­
dejado do pagarse. to de ley que trai a á tola de juicio los empréstitos en que
En contra de esta solución que bastaba para recomendar, dicho señor había intervenido, cuando levantándose el respe­
como antes so ha dicho, el alto precio de que gozaban los fon­ tabilísimo y caballeroso don Miguel Ricardo de Alava ¡lidió
dos españoles al publicarse el proyecto de arreglo ile la deuda abandonase el puesto que en el Estamento ocupaba el Prórer
del señor conde de Toreno, consideración en cuyo apoyo ve­ do cuyos actos iba á hacerse mención. Sorprendido dotan ines­
nia la opinion ele los eminentes banqueros que ofrecían al perada demanda pidió Burgos la palabra, que contra justicia
gobierno suministrarle cuantos fondos reclamasen las necesi­ le fué denegada por el presidente de la Cámara, viéndose en
dades do la guerra, se hacia,valer un argumento que el buen su consecuencia el que habia sido ministro de la Corona y
sentido y los hechos se lian encargado de desmentir. Alegá­ era uno de los autores del Estatuto Real, ley fundamental del
base la falta de recursos para hacer frente al pago de los in­ régimen existente, expulso y por lo tanto obligado á abando­
tereses de toda la deuda extranjera, si se contraía la obliga­ nar el salon sin que le fuese permitido defenderse.
ción de pagarlos en su totalidad. Bastaba liara refutar esta En las memorias publicadas por Burgos y por apéiidieo al
('speciosa objeción considerar que se estaba al principio do libro 3." <le las mismas, se hulla el discurso que el acusado se
una guerra civil cuya duración no podia calcularse, y que proponía pronunciar en descargo de la acusación de que fue
debía imponer prolongados dispendios, que forzosamente objeto, suceso que tanto ruido movió en aquellas épocas, ¡ u to
obligarían á recurrir al crédito, y claro era que cotizándose que mas tarde halló la reparación que siempre eiieuenlmn
entonces el ó p.7„ español al precio de 84, todo lo que podia los ataques de partido cuando han cesado las circunstancias
contribuir á quo esto precio descendiese como no podia monos que los provocaron.

T omo VI 0
32 HISTORIA ) E ESPAÑA

DOCUMENTO NUMERO I 10. Los Proceres son nombrados por el Rey sobre el con­
junto de ternas presentadas por las Diputaciones provinciales.
I-UOÏKCTO l)K CONSTITUCION 20. Los Proceres son vitalicios.
21. El número de Próceros será á razón de un individuo
Derecho público de los españoles por cada cien mil almas.
Artículo 1." Eos gobiernos so litui instituido para afianzar 22. Para sor nombrado Procer es menester tener treinta
el libre ejercicio do las facultados naturales. Estas faculta­ años cumplidos, hallarse en el pleno ejercicio de los derechos
dos son: civiles y haberse distinguido por su consideración social ó una
El derecho do poder hacer todo cnanto no esté prohibido gran celebridad en la carrera do las letras, de las artes ó de las
expresamente por la ley ó la costumbre. armas.
líl derecho do no poder sor preso ni juzgado sino en los ca­ 22. Los príncipes de la familia Real son miembros natos á
sos y del modo previsto por las leyes anteriores al delito. veinte años, con voto á los veinticinco cumplidos y toman
El derecho do poder aspirar á todos los honores, empleos y asiento al lado derecho del presidente.
dignidades del Estado, sin necesidad de ningún requisito ni 21. El Estamento do los Próceros juzga á los ministros,
información nobiliaria. entiende en todas las causas de lesa majestad y resumo en
El derecho de no poder sor turbado en el goce y posesión estos casos uu poder discrecional para calificar o) delito y
de su propiedad, excepto en los casos de conocida utilidad aplicar la pena.
pública y previo el buen cambio á bien vista de hombres 25. Los Próceros no pueden ser perseguidos en causas ci­
buenos. viles sin la autorización ilei Estamento, ni juzgados en mate­
El derecho de expresar sus pensamientos de palabra ó por rias criminales sino ante el mismo Estamento.
escrito sin necesidad do licencia ni censura, sobre todo loque 2(5. El Estamento de Proceres se retine fuera de sus fun­
no sea contrario á las leyes fundamentales, tí las buenas cos­ ciones legislativas, para desempeñar susat.ribuoionesjudicialos.
tumbres y al honor do las familias. 21. líl Roy nombra el presidente y vico-presidente del
2 ." Ninguna autoridad humana puedo mandar cosa con­ Estamento de Proceres.
traria á estos derechos; no puede do consiguiente penetrar Del Estamento de Procuradores
en el fuero interno del hombro, suspender las leyes protecto­
ras de las prorogativas naturales, ni dispensar á nadie del 28. El Estamento de los Procuradores es esencialmente
cumplimiento de las leyes bajo de ningún pretexto. progresivo y abraza todas las mejoras del Estado de una ma­
nera general.
lie la forma de gebierno
Vota el primero las leyes sobre impuestos y reemplazos del
:i." El poder legislativo se ejerce colectivamente por el ejercito.
Hoy, el Estamento de Próceros y el Estamento de Procura­ 29. Los Procuradores son nombrados por cinco años; mas
dores. podrán ser reelegidos indefinidamente,
4." El Roy y los dos Estamentos tienen la iniciativa délas 30. Pueden ser elegidos Procuradores los que teniendo
leyes. treinta años cumplidos estén en pleno ejercicio de sus dere­
f>." líl Key puede negar la sanción tí un proyecto de ley chos y paguen por el alquiler de la habitación ó hacienda bien
durante dos legislaturas. No puede negarla mas veces siempre sea rural ó urbana 4,000 reales vellón al afio, en las poblacio­
que el proyecto haya pasado en cada uno de los Estamentos nes que excediesen ile cincuenta mil almas y fot) en las que
por una. mayoría de votos de los miembros presentes. no llegasen á este número.
(>." Todo proyecto de ley unti vez desechado, no puede 31. Son electores todos los que habiendo cumplido veinti­
repetirse en la misma legislatura, cinco años de edad, están en goce de sus derechos cívicos y
I. " El Esl amento de Próceros yol de Procuradores no pue­ pagan por el alquiler de la habitación ó hacienda rural ó ur­
den reunirse sino simullánouinonl.o so pena, de nulidad de bana 1,000 reales vellón en las poblaciones que excediesen
cuanto en contrario hicieren. de 50,000 almas y 500 en las que no lleguen á este número.
s." Las sesiones son públicas: mas pueden declárame se­ 32. Ningún pensionado ni asalariado del gobierno puede
cretas á solicitud de cinco miembros. ser elector ni elegible.
U.” Todos los Próceros como los Procuradores son invio­ 33. El número do los Procuradores será á razón de uno
lables por sus opiniones manifestadas en el desempeño desús por cada cincuenta mil almas.
funciones. 34. La mitad de los Procuradores deben estar domicilia­
10. Todos los españoles pueden dirigirá las Cortos peticio­dos en las provincias en que fuesen nombrados.
nes exerifas. 35. El Estamento de los Procuradores acusa á los minis­
II. l'na ley orgánica restablecerá la diputación permanen­ tros ante el Estamento de los Próceros.
te á Corles. 30. El Rey nombra un presidente y «los vico-presidentes
para el Estamento de los Procuradores sobre una lista do cin­
Del Heg
co miembros presentados por el misino Estamento.
12. El Rey manticlle la ponderación y el equilibrio entre 37. Los impuestos se votan anualmente y no se podrá
los dívonsos poderes del Estado y ejerce su poder neutro di­ exigir ninguno que no haya sido votado por los dos Estamen­
solviendo las Cortes y usando do la sanción suspensiva, exo­ tos y sancionado por el Roy.
nerando á los minisi ros y nombrando otros, conmutando penas 38. El Key puede disolver el Estamento de los Procurado­
ó haciendo gracias en las providencias do los Juzgados crimi­ res, mas convocará otro en el perentorio término de noventa
nales, disolviendo las juntas y corporaciones municipales ó dias.
revocando sus actas. 39. Ningún Procurador puede ser perseguido durante i a
13. La persona del Rey es sagrada é inviolable. reunion de las Córtes, ni cincuenta dias antes ni despues do
I I. El Rey promulga las ley es. las sesiones.
15. La dotación civil se lijará para todo el reinado. No puede tampoco serlo en causa criminal sin prèvio per­
10. Una ley arreglará la sucesión á la corona y la regen­miso de su Estamento ó en flagrante delito.
cia para los casos do minoridad y de incapacidad física ó mo­ Da los] Ministros y sus agentes
ral, seguii lo exija la conveniencia pública.
17. El Rey á su advenimiento al trono jurará observar las 40. El poder ejecutivo reside en los Ministros y sus subal­
leyes del reino y respetar los derechos inviolables. ternos.
4L Los Ministros hacen decretos y reglamentos para el
Del Estamento da Próceros
cumplimiento literal de las leyes.
18. El Estamento «le Proceres es esencialmente conser­ 42. Los Ministros son responsables ante Estamentos en
vador. cuanto al fondo do las órdenes que dieren.
E D A D MU D KU N A 33

Son igualmente responsables sus subalternos ante los tri­ los ciudadanos amantes del engrandecimiento de la patria y
bunales ordinarios cui cuanto al modo de ejecutarlas. del esplendor del trono. Madrid 24 de julio de 1834.»
4;¡. Los Ministros pueden ser miembros de los dos Esta­
mentos, serán oidos siempre (pie lo pidan y podrán hacer sus I DOCUMENTO NUM. II
propuestas.
CONTRATO DE ANTICIPO DE QUINCE .MILLONES «K ERA NCOS CE­
Bel poder judicial LEBRADO ENTRE DON MANUEL GONZALEZ ALLENDE, COMISA­
-14. La aplicación de las leyes á los casos particulares, per-! RIO DE S. M. C. Y LOS SEÑORES ROTH SCHILD HERMANOS
tencec exclusivamente al poder judicial
45. El poder judicial es esencialmente independiente. Puris 7 <lc ju nio do 1834.
46. Los jueces son inamovibles ó iguales en consideración ¡ Entro los infrascritos don Manuel González Allende de una
y jerarquía. j parto, comisario del gobierno de S. M. O. autorizado en toda
41. Un juez una vez nombrado no puede ser depuestotorma | para este efecto y obrando á nombre de H. M. (A, act lini­
sino á virtud de un juicio contradictorio pronunciado por el i mento en Paris, y viviendo en el Hotel des Princes y Mr. do
Est amento de Próceros. | Rothschild hermanos, de la otra, banqueros en raris y vivien­
48. Una ley orgánica restablecerá los juzgados de prime - 1 do en la Rue Laffitte, número 15, se lia convenido en Jo si­
ra instancia y do apelación. j guiente:
Art. 1.” Los señores do Rothschild hermanos se obligan
Bel poder administrativo j
á poner en Paris á disposición del gobierno español, de aquí
40. La administración local pertenece á los pueblos y es i al 30 de este mes para el pago de los intereses de los fondos
esencialmente independiente del gobierno central. I públicos de España que vencen en 1.” de julio próximo la
50. Los vecinos que paguen corrientemente diez duros I suma de 15 millones de francos.
anuales de renta por el alquiler do sus habitaciones ó Inicien- ¡ Art. 2." El gobierno español bonificará á los señores de
das urbanas ó rurales, se reunirán todos los años en junta I Rothschild hermanos sobre dicha suma adelantada, una comi­
municipal para tratar de los negocios peculiares á los pueblos, 1sión de dos por ciento y los intereses á razón de cinco por
nombrando sus ayuntamientos y elegir sus apoderados para i ciento al año.
las juntas provinciales. ' Art. 3." Como garantía de dicho adelanto el gobierno es­
He reunirán además en juntas extraordinarias siempre que i pañol se obliga á entregar en París á los señores de Rothschild
lo exijan las circunstancias ó llamamiento de los ayunta- i hermanos, en el mas corto plazo posible, un valor real y (-lec­
míen tos. ! tivo cío treinta, millones de francos en fondos públicos de tres
51. Los ayuntamientos do una provincia por medio de ! por ciento de España al port ador, pagaderos en Paris, Lon­
sus apoderados se reunirán on juntas provinciales pava tratar I dres, Amsterdam y Amberes, ó á elección de los señores de
ile los negocios comunes á la provincia, «ombrar la diputa­ Rothschild hermanos en obligaciones do cinco por ciento de
ción provincial, proponer Proceres y elegir Procuradores. España pagaderos on Paris ó Londres. Los títulos do los valo­
52. Las diña-encías entro los ayuntamientos so decidirán I res en depósito serán en conformidad de los deseos de los se­
interinamente por la diputación provincial y definitivamente I ñores de Rotnschild hermanos exactamente conformes á los
por las juntas de provincias. >demás títulos en circulación ó con arreglo al modelo (pie
53. Las diferencias entre las diputaciones provinciales se presentarán dichos señores. Estos títulos gozarán de una
decidirán interinamente por el Rey y definitivamente por las amortización de uno por ciento é interés compuesto. El plazo
Cortes. arriba mencionado para la entrega de estos títulos á los seño­
54. Los ayuntamientos, las diputaciones provinciales, las >res de Rothschild hermanos, no deberá exceder en ningún caso
juntas municipales y de provincia, no pueden, bajo ningún del 24 do julio próximo para el valor efectivo de veinte mi­
pretexto, ocuparse sino do negocios puramente locales y ad­ llones de francos y del 15 de agosto próximo para cantidad
ministrativos. restante.
55. Las autoridades subalternas no podrán de ningún | Art. 4.” El gobierno español so obliga á presentar á la
modo eludir el cumplimiento de las órdenes superiores, reser- i aprobación de las Cortes luego que se reúnan una ley que
vándose el derecho de reclamación. I tenga por objeto el reconocimiento de los empréstitos de los
Disposiciones generales ¡jtransitorias ! años 1820, 1821 y 1822 llamados empréstitos de Cortes y que
estipulo las condiciones con que las obligaciones de dichos
5(5. He reducirán las deudas del Estado á una sola denomi­ empréstitos serán admitidas rimi por meros títulos, sea por
nación. ' otra modo mas conveniente; y esto sobre las bases mas equi­
51. Las órdenes monacales quedan abolidas absoluta­ tativas y mas favorables que sea posible conceder tanto con
mente. relación al capital que se deba reconocer como con relación
He suspenden las órdenes seculares hasta la colocación de ¡ al interés do que deban gozar los nuevos títulos reconocidos.
los regularos. Art. ó." El Gobierno español se obliga á reembolsar en Pa­
58. Quedan igualmente abolidos losvotosperpetuos. i ris on el término de tres meses lo mas tarde, contando desdó­
551 Se suspenden los mayorazgos, señoríos, votos y otras I la fechado hoy, á los señores Rothschild hermanos las sumas
obvenciones feudales. ’ i adelantadas, según el artículo 1.", con mas los intereses y co­
60. Las confiscaciones quedan abolidas. j misión estipulados en el artículo 2.", sea por un reembolso
61. No habrá mas acumulaciones do empleos y dota-1 real en moneda francesa efectiva, sea cediéndolos por un valor
ejiones. concertado de antemano con dichos señores los electos públi­
62. Los bienes pertenecientes y afectos al Estado se distri- ' cos depositados en su mano como garantía. No efectuándose
finirán gratuitamente una tercera parte en recompensas na­ el reembolso electivo en metálico ni podiendo ponerse de
cionales y las otras dos entre los individuos y familias menes­ acuerdo sobre el contrato de venta mencionado, los señores
terosas. de Rothschild hermanos quedan desde luego autorizados para
03. Ninguna dotación civil, eclesiástica ni militar excede-1 vender y realizar en dicha época ó mas tarde si les conviniese
rá de 60,000 reales vellón. por cuenta del Gobierno español los efectos públicos deposi­
Los secretarios del despacho y agentes diplomáticos quedan tados en su mano como garantía hasta la concurrencia de la
exceptuados de esta disposición. ! suma de las cantidades adelantadas, con mas los intereses y
64. He restablecerán las antiguas libertados de la Iglesia comisión, dando nota y aviso de todo al Gobierno español.
española, con absoluta independencia de la curia romana. Sobre esta venta, si se verifica, el Gobierno español bonificará
65. La presente acta constitucional es el libro sagrado de ' á los señores de Rothschild hermanos una comisión de uno
los españoles, que la libertad y la seguridad depositan en las pov ciento con mas los gastos de corretaje y desembolsos ne­
lucos y la energía de la milicia urbana del ejército y de todos ¡ cesarios. En el caso en que los efectos públicos depositados en
34 H ISTORIA DE ESPAÑA

manos do lo s.sonores de Rothschild hermanos fuesen insufi- aquel año el colorido de una serle de debates de carácter
c.ionlos para reembolsarlos de sus adelantos, como también constituyente.
en el caso en que la venta no pudiera ser efectuada, el Go­ Una de las primeras mociones de la oposición tuvo por ob­
bierno español quedará siempre obliquilo para con los señores jeto que se aboliese la prestación conocida bajo el nombre de
de Rothschild lien nanos al reembolso de sus adelantos por to­ Voto de Santiago, condonándose los atrasos que por este tri­
dos los medios y recursos de que puedo disponer. buto pagaban los contribuyentes. Vanamente quiso Martinez
Art, ti.” El (hibierno español se obliga tillarlapreferencia de la .Rosa oponerse á que no se tomase en consideración la
á las señores de JltUhschildJuuunanosenigutdtlu.d de precio y propuesta, manifestando que el gobierno tenia preparado un
condiciones para d printer empréstito que se halle en él caso proyecto de ley sobre la materia, el cual había elevado en
de. negociar, ramo para, tuda negociación de efectos públicos consulta al consejo de gobierno. Pero el Estamento desaten­
ó cualquiera, otro préstamo ó adelantos de fondos de que dió las observaciones del ministro pasando el asunto á las co­
puedo, necesitar,' no pudieudo tratar con nadie de dicho misiones diasque, al tenor del artículo 131 do su reglamento,
nú prestito n i de dichas operaciones sin conocimiento de los correspondía, informar sobre la propuesta, la que no tardó en
señores de llolhsehild hermanos, n i conduir n i aceptar defi­ adquirir grande importancia á consecuencia de la nueva der­
n it i rumente utras ofertas que las suyas sin haberles puesto rota que acerca de la materia experimentó el ministerio. En
en disposición de encargarse ellos mismos del negocio ti los im mismo dia presentáronse al Estamento el dictamen de la
mismos precios y condiciones. En. su consecuencia el Gobierno comisión encargada de informar sobre la petición y el de la
español no patini hacer este empréstito n i estas negociacio nes que, evacuando el relativo al proyecto de ley del gobierno,
<te «ferio» ptlhlicos ñ ip a r vía de subasta n i por proposiciones formulaba casi en idénticos términos que lo propuesto pol­
termitas, -pues dicho empréstito y dichas negociaciones no los peticionarios. Este incidente produjo un animado debate
■ptifdni. ser hechas con titras personas que con los señores de sobro cuál de los dos informes debería discutirse primero, re­
Hothschihl heruMvvs, tí menos que estos últimos se nieguen solviéndose, contra la buena doctrina parlamentaria, no con­
ee/iresa. y posiUiHmente tí verificadas. ceder la prioridad al proyeol o de ley del gobierno, resolución
An, 7." Como depósito provisional y mientras so preparan que apoyó el elocuente don Joaquin María Lopez, alegando
los títulos definitivos al portador (pie deben ser dados en ga­ que si se resolvía en contrario se baria ilusorio el derecho do
rantía, el eaballoro Mendez ha depositado en mano de los se­ petición, puesto que el gobierno sabedor que lucre de que el
ñores de Rothschild hermanos ocho inscripciones á su nombre Estamento presentaba una petición contraria á sus miras, po­
de renta al tres por ciento sobre el gran libro de la deuda dria hacerlo de un proyecto de ley análogo que descartase la
pública de Kspaña, cada una do ellas de 50.000,000 de reales discusión.
vellón, cuyas inscripciones serán canjeadas por .los señores de En la sesión del 26 externó esta doctrina el Procurador don
Rothschild hermanos por los títulos definitivos que se les en­ Antonio Gonzalez, sosteniendo que si el congreso dejaba al
treguen. gobierno la facultad de reglamentar las disensiones, perdería
Árt. 8." El Gobierno español no podrá hacer empréstito su independencia, y no conservaria otro carácter que el de un
ninguno ni negociación de electos públicos, ni recibir nin­ auxiliar del poder en vez de ser una parte integrante del
guna especie de préstamo ni adelantos de fondos sobre depó­ mismo.
sito d e e fe c to s públicos, hasta que los señores de Rothschild Estimulado el ministerio por la indille y vigor de la oposi­
hermanos hayan sido enterai neni e reembolsados del todo de ción que había encontrado en el Estamento electivo, para disci­
sus sumas adelantadas. plinar la mayoría con que en ambos cuerpos contaba, ganó el
Pecho y lineado en Paris por duplicado en 7 de junio, 1831. terreno perdido en la discusión de los artículos de su antedi­
l·’innado.—Manuel González Mondez, comisionado règio.— cho proyecto de ley en favor del cual encontró decidido apo­
!)<• Rothschild hermanos. yo en el Estamento de Proceres, originándose del desacuerdo
Kn virtud de las facultades que S. M. la Reina Gobernadora en que este llegó á estar con el de ProcuradoYes, el nombra­
nie' eoiiecde en el poder credencial expedido en Aranjuez en miento de una comisión mixta porla que, examinada de nue­
15 de mayo do 183 Lá don Manuel González Mendez, á quien vo la cuestión, y debatidos los pareceres, acabó por sor
ila comisión para- contratar 15.000,000 de francos para el pago aprobado en el fondo el proyecto del gobierno.
del semestre de las rentas de España en Paris, apruebo y ra­ No cejaron en presencia de aquel ténue triunfo ministerial
tifico en su real nombre el anterior convenio. los esfuerzos de la oposición en el Estamento electivo, empe­
Paris 7 de junio de 183-1.—El embajador do >S. M. C. cerca ñada cada dia mas resueltamente en que la legislatura tuvie­
de S. ,M, el Rey de los franceses.—Kirmado.—M. el duque de se un carácter esencialmente político. Presentóse en su conse­
Prias y de Uoeda, -marqués de Villena.—Es copia,—M. el du­ cuencia una petición por la que se revindicaba el derecho do
que de Frias. que no podía ser privado el Estamento de revisar y modificar
su reglamento interior; otra petición exponía la justicia y la
C A PITU LO V II urgencia de revalidar los empleos concedidos desde el uño 1820
Prim era legislatura de las cám aras del E statu to al 23; sucesivas mociones del mismo carácter reclamaban que
se levantase mi monumento conmemorativo del 24 de julio dia
El ministerio Martinez de la Rosa y la oposición liberal.—Operaciones en que se habían abierto las Cortos; que quedasen extinguidas
militares en el Norte en la segunda mitad del acode 1834.—Desastro­ las Santas Hermandades Real y Vieja de Ciudad-Real y las de
sa jornada de Alegría. Talavera y Toledo; pedíase también con urgencia al gobierno
que recompensase á los militares dándoles entrada en las car­
Terminada que fue la batallona cuestión del empréstito de reras civiles. Todas estas proposiciones y otras de no menor
los ItlO millones de reales negociados con la casa de Ardoin, trascendencia, tomadas en consideración y apoyadas por las
operación que, como queda dicho, iba unida al malhadado ar­ respectivas comisiones, fueron sucesivamente aprobadas por
reglo <le la deuda exterior, ocupáronse las Cortes do otros mayor ó menor número de votos.
asuntos, empleando la parte mas animada do sus sesiones, los Pero la mas importante de aquellas mociones y que por mas
reiterados esfuerzos de la oposición para promover cuestiones largo tiempo ocupó al Estamento popular, lo fué la relativa á
polii ieas, eludiendo la carencia- de iniciativa en que para tra­ la declaración de derechos fundamentales, asunto que pre­
tarlas colocaba al Eslamento el artículo 3L del Estatuto Real, ocupó hondamente al gobierno y á los Procuradores ministe­
que prescribía que las Cortes no pudiesen deliberar sobre nin­ riales do mayor influjo. Tomaron amplia parto en aquella dis­
gún asunto que no se hallase expresamente sometido á su cusión los Procuradores Trucha y (.Ion Antonio Gonzalez. Este
exñnn-u cu virtud de Real decreto. Mas como por el siguiente último orador, esforzando sus argumentos, llegó á sentar la si­
artículo 33 quedaba expedito el derecho, que siempre hablan guiente proposieiou:—«So trata, señores, del decreto de vida
u-iiiilo las Cúries, de elevar peticiones al Rey, prevaliéronse ó muerto civil de los españoles, y esto depende de la aproba­
ampliamente de él los Procuradores adversarios ilei ministerio, ción ó desaprobación do cada uno de los artículos que la pe­
para introducir disensiones que dieron á la legislatura do tición contiene. La libertad individual, la de impronta, la
E D A D MODKl î NA 35

seguridad personal, la inviolabilidad de la propiedad, la res­ nes, quedando, sin embargo, estos sujetos primero, á la obli­
ponsabilidad ministerial y la milicia urbana son la baso de la gación do ser cedidos al Estado cuando lo exija, algún objeto
suerte futura de los españoles.» de utilidad pública, previa la debida indemnización: segundo
Si vehemente y animado fue el debate por parte do los Pro­ á las ponas legalmente impuestas, y á las condenas por senten­
curadores peticionarios, no lo fué menos la defensa que del cia ejecutoriada.»
sistema ministerial, opuesto á que el Estatuto Real fuese adi­ El artículo 10 estaba redactado en la forma siguiente: «La
cionado con declaraciones teóricas de principios, hicieron los autoridad ó funcionario público que ataque la libertad indi­
Procuradores Sauta Fé, Leon Bcndicho y marqués do Falces. vidual, la seguridad personal ó la propiedad, comete un cri­
Pero ni los razonamientos de estos oradores, ni la Amplia parte men, y es responsable con arreglo á las leyes.» Jai discusión
que tomaron cu el debate Martinez de la Rosa, Torcilo y Hos­ dió por resultado la supresión de las palabras: comete u n cri­
coso de Altamira, fueron bastante á impedir que el Estamen­ men, recibiendo en seguida la aprobación del Estamento.
to votase, favorablemente la totalidad de la petición, ni dejase El último articulo disponía que la milicia urbana se orga­
de ocuparse del examen de sus artículos. Recia el primero de nizase en toda la nación, en conformidad á los reglamentos y
estos. «La libertad individual es protegida y garantida, y por ordenanzas que discutieran y aprobaran las Cortes. Antes do
consecuencia ningún español puede'ser obligado á lo que la que se abriese el debato sobre este artículo, los autores de la
ley no ordena.» Hubo empate en la votación, lo que dió lugar petición la modificaron en esta forma: «Habrá una guardia,
á que uno de los firmantes de la petición propusiese la siguien­ nacional para la conservación del orden público y defensa de
te enmienda. «Las leyes protegen y aseguran la libertad in­ las leyes.» La discusión de esto artículo puso todavía mas do
dividual.» En cuyos términos fué aprobado por unanimidad. relieve la honda division que existia entre los dos lados del
El 2,” artículo, concerniente á la libertad de imprenta, oca­ Estamento. La oposición buscó pió en la naturaleza del asun­
sionó un reñidísimo debate en el que tomaron parte, además to para encarecer el disgusto con que los urbanos voluntaria­
do los ministros, los individuos mas prominentes de la mayo­ mente alistados en servicio do la causa do la Reina miraban
ría, sin que el empeño del gobierno y de sus amigos lograse que los empleos de la Administración so hallasen en gran
superar la corriente reformadora que se habla apoderado de) parte ocupados por hombros que habían servido al absolutis­
espíritu público. mo y perseguido á los liberales, queja á la que Martínez de
Igual suerte tuvo el artículo 3.°, concerniente á la seguridad la Rosa opuso la sana doctrina do que la milicia ciudadana
personal, por el que se estatuía que ningún español pudiese ser no debía ser un plantel de empleados, y sí solo la institución
preso, perseguido, arrestado ni separado de su domicilio, sino conservadora de las leyes y del orden público.
en los casos y en la forma prescritos por la ley. Despues de muchos días de acalorados debates fuó defini­
La discusión del artículo 4.", cuyo tenor literal decía: «La tivamente aprobado el proyecto de petición por el Estamento
ley no tiene efecto retroactivo, y ningún español será juzgado de Procuradores, habiendo surgido inmediatamente de parto
sino por ella, antes de la perpetración del delito,» no sufrió de los autores de dicho proyecto, la pretcnsión de que fuese
otra alteración que la adoptada á propuesta del marqués de elevado el acuerdo á la sanción de la Reina, como se practica­
Falces, por la que se disponía que lo mismo se entendiese res­ ba respecto á las leyes. Opúsose con empeño Martinez do la
pecto á los delitos civiles. Rosa, como jefe del gabinete, á que se siguiese aquel procedi­
EL artículo 5." dió lugar á mayor debate. Decíala redacción miento, y en su consecuencia so formuló el mensaje á la co­
de la comisión: «La casa de los españoles es un asilo que no rona culos términos siguientes: «Los .Procuradores del reino
puedo ser allanado sino en los casos y formas quelaley orde­ piden á S. M. so digne tom aren consideración, que se decla­
na.» Artículo al que el Procurador don Antonio Gonzalez on ren como derechos fundamentales los que contiene la peti­
nombro de los firmantes do la petición presentó la siguiente ción.»
enmienda en sustitución del artículo formulado por la comi­ En la sesión del 3 do setiembre se dió lectura en ol Esta­
sión: «Xo puede ser allanada la casa de ningún español, sino mento de Próceros did dictamen do la Comisión encargada do
en los casos y forma que ordene la ley.» Mas como esta ley informar acerca de la conducta del Infante don Carlos, y de
no existia, al menos en los términos requeridos para impedir lo que respecto á él debia legislarse. Esto dictamen, como
los abusos, la redacción propuesta por Gonzalez tuvo que sor igualmente el presentado posteriormente en el Estamento de
modificada por la del conde de Tornio, que adoptada por el Procuradores, era en un todo conforme al proyecto de ley
Estamento, dió definitivamente aprobado el artículo en estos elaborado por el gobierno, y basado en los hechos, considera­
términos. «Xo puedo ser allanada la casa de ningún español, ciones y principios de la exposición presentada á la Reina
sino en los casos y formas que ordena ú ordenare la ley.» gobernadora por el ministro de Gracia y Justicia, y destinada
Hallábase el artículo o.", dividido en dos partes. Decia la á ser comunicada do Real orden á las Cortes generales del
primera: «Todos los españoles son iguales ante la- ley.» Sien­ Reino, documento cuya importancia histórica requiere sea
do esta aprobada por unanimidad, y desechada la segunda consignado como lo hacemos al fin de este capítulo.
parlo que dccia: «Por lo mismo ella protege, premia ycastiga Para mayor solemnidad acordó el Estamento de Proceres
igualmente.» que no se diese el punto por suficientemente discutido, ín­
Al llegar al artículo 7.” pidieron los autores de la petición terin hubiera un solo individuo que quisiese hacer uso de la
que se modificase á fin de darle mayor claridad, presentándo­ palabra, pero una sola sesión bastó para que fuese aprobado.
lo al efecto I). Antonio Gonzalez redactado en esta forma: En el Estamento popular la votación fué unánimemente
«Torios los españoles son igualmente admisibles á los em­ favorable al proyecto. En el de los Próceros pidióse que al
pleos civiles y militares; por tanto, todos deben prestarse articulo que declaraba excluidos de la Corona á don Carlos y
igualmente á las cargas del servicio público.» No satisfizo, sin á su descendencia, se añadiese otro por el que quedase aquel
embargo esta nueva forma, habiéndose votado el artículo en príncipe y sus descendientes privados de volver á los domi­
los términos siguientes: «Los españoles son igualmente admi­ nios de España, Puesta á votación la adición fuó aprobada
sibles á todos los empleos del Estado, y todos deben prestar­ por el Estamento, excepto por el conde de Taboada y el
se con igualdad á las cargas del servicio público.» marqués de Santa Cruz do Hombruros que se abstuvieron de
Sobre el artículo 8.", concerniente á la obligación de tocios votar.
los españoles á pagar las contribuciones, despues de .oídas las En iguales términos fué present ada y aprobada la antedicha
observaciones de Martinez do la Rosa y del marqués de Fal­ adición en tú Estamento de Procuradores, no habiéndolo sido
ces, se aprobó oír la forma propuesta por don Forrnin Caba­ en razón de haberla retirado sus autores, una adición por la
llero. que dccia así: «Todos los españoles tienen la obligación que se pedia que, on caso do fallecer sin hijos la reina doña
do ]iagav las contribuciones votadas por las Cortes.» Isabel y su hermana doña Luisa Fernanda, recayese la corona
Versaba el art. 0.” sobre la inviolabilidad de la propiedad y en el infante don Francisco de Paula y su descendencia. Los
sobro su redacción se entabló un empeñado debate, quedando i autores de la retirada adición, los Procuradores Butrón, Ulloa
aprobado el artículo con las modificaciones propuestas. «La y ol conde de las Navas, consignaron su deseo de que consta-
propiedad es inviolable, y se prohibe la confiscación do bie­ I se en las actas la mocion por ellos presentada. Con esto ter-
36 HISTORIA UE ESPAÑA

minó la discusión on ambos Estamentos quedando definitiva­ del Judas de aquella algarada, á quien dieron instantánea
mente resuelta por la sanción do la Reina Gobernadora, la muerte los defensores elei fuerte.
exclusion á la corona de España <b; don Carlos y su descen­ No conoció limites la ira de Zumalacárregui al ver malo­
dencia. grado su proyecto, y atribuyendo el mal éxito á no haber sido
Aunque la legislatura no terminó con el año, siguiendo el bien ejecutadas sus órdenes por las dos compañías, dirigió á
método que hemos adoptado de encerrar en ei período de cu­ los suyos una enérgica proclama cuyo último párrafo decía:
yos hechos venimos ocupándonos todos los en él acaecidos, «No es posible que yo continue dirigiendo una guerra corno
vamos á reseñar el resto de los trabajos de la legislatura que la actual sin vindicar todo el rigor de la disciplina. ¡Volunta­
no concluyó hasta entrado el siguiente. rios! yo prometí el premio á los que en el lance empeñado se
Despues de la importante discusión relativa á la deuda ex­ condujeran como valientes; pero también amenacé con el cas­
terior y al empréstito, ocupáronse los Estamentos do la ley tigo á los cobardes. Mis promesas deben sor cumplidas, por­
relativa, á la organización do la milicia, cívica, urbana ó nacio­ que de otro modo ni los malos temerán ni los buenos confia­
nal, pues á estos tres adjetivos respondían las encontradas rán en el. premio.»
opiniones que so disputaban la signiiioaeion que se diera al Leida que fué la proclama á los batallones, mandó echar
híbrido sistema, suini-liberal, semi-autoritario, que tenia en suertes entre los soldados que formaron la cabeza de las dos
estado de problema cuál scria el regimen dohuitivo sobre el compañías, haciendo fusilar en el acto despues do ser confe­
que se asentara y consolidara el trono de la hija del último sados á los que el destino condenaba á pagar una culpa que
monarca. tal voz no tenían.
bes ministros y sus amigos, líelos imitadores de la pauta En la última semana del mes do setiembre sitiaba el jefe
gubernat iva que regia del otro lado de los Pirineos, deseaban carlista Sagastibelza el fuerte construido en Elizondo, en
una milicia compuesta exclusivamente do individuos de la auxilio tlel que fué enviado ol general don Luis Fernan­
clase media y contribuyente, á semejanza de la que los doc­ dez de Córdova, cuyas acertadas disposiciones superando las
trinarios franceses consideraban como la principal garantía <le ventajas de las posiciones ocupadas por el enemigo, obliga­
su caria reformada. Por ol contrario, los emigrados vueltos á ron á este á retirarse, escapando de una mayor derrota, por
España y todos los hombres dol año veinte, querían revivirla no haber la guarnición del fuerte de Elizondo correspon­
institución que tanto brilló en aquella época, y que si no fué dido á las órdenes expedidas por Córdova, ó tal vez por no
entonces mas útil, debióse á que el gobierno no supo sacar haberlas oportunamente recibido ó por falta de celo en dar­
partido de las excel entes disposiciones que tanto prevale­ las cumplimiento.
cieron mitre, las clases educadas durante aquellos años de Coronada por el éxito la marcha de Córdova sobre Elizon­
prueba. do, atravesó este con. su columna lo mas escabroso del terri­
El reglamento que se dio á la institución que se llamó Mili­ torio navarro, dirigiéndose á .Ramplona donde se bailaba el ge­
cia urbana, para despues recuperar su antigua denominación neral Rodil á quien ya se habia comunicado por el Gobierno
de Milicia nacional, si; organizó en todo el reino con sujeción la orden de su cesación en el mando del ejército. Correspondía
á lo que disponía un decreto ministerial, pero de hecho y obe­ este accidentalmente por antigüedad al general Córdova-,
deciendo al entusiasmo que la causa do la Reina excitó entre quien solo lo tomó, según lo ha consignado en sus memorias,
los liberales, los cuerpos de urbanos se compusieron de por respeto á la ordenanza, poro no lo conservó sino durante
hombres pertenecientes á las clases y que profesaban las lloras, pues lo entregó al general Lorenzo, á cuyas órdenes
mismas opiniones di* los que abogaban por que se regularizase voluntariamente se puso.
la existencia de una Milicia ciudadana, verdadero poder polí­ Mal provisto de equipos para sus batallones, intentó Zuma-
tico, y elemento algun tanto perturbador mum país cuya edu­ lacárrcgui apoderarse de las existencias de paños almacena­
cación cívica estaba por hacer. das en la fábrica de Ezearay á cuyo efecto vadeó el Kbro por
Aglomeráronse en el Estamento los proyectos de ley, unos Tronconegro, eludiendo la vigilancia de sus contrarios; pero
con el carácter ile (.ales, como presentados por el Cíebienio, y salióle oportunamente al encuentro un cuerpo de caballería
o tro s bajo la forma do peticiones ;í la enrona, y que abrazaban que le obligó á repasar el rio, y á retirarse á sus montañas de
o b je to s de interés general, pero mayor número do ellos res­ Navarra. Mas perseverante en llevará cabo su primitivo filan,
pondía á intereses de localidad; proyectos cuyo conocimiento encontraba Zumalacárregui nuevos obstáculos para su ejecu­
poco importa fiara apreciar la entidad dolos trabajos legisla­ ción, cuando la fortuna, casi siempre propicia á los verdade­
tivos do aquellas Cortes, toda voz que la mayoría de dichos ros hombres de guerra, le proporcionó un triunfo con (fi que
proyectos no tuvieron solución legal ó quedaron siendo letra no contaba. Al repasar el libro su vanguardia tropezó con un
muerta, ó los dejó sin efecto el cambio de situación que no convoy que se dirigia á Logroño custodiando armas y per­
tardó en verificarse. trechos, y oportunamente reforzados por la infantería, corta­
Tiempo es de seguir las vicisitudes de la guerra cada dia ron los carlistas y obligaron á rendirse á parte de la escolta
nms encrespada en las provincias ilei Norte. del convoy. Seguía el resto de ella custodiando los carros y
Dando Zumalacárregtii grande importancia á la posesión solo distantes ya media legua de. Logroño, cuando riéronse
do Echimi-Araunz, esperó obtenerla por medio de la traición los cristinos atacados y envueltos por la repentina é inespe­
<le un oficial del ejército de Rodil, que se presté á favorecer rada llegada del jefe navarro. Cargó esto impetuosamente so­
la mitrada del enemigo en el fuerte. Destacó el jefe carlista bre la mermada escolta desordenándola y poniéndola en
dos compañías escogidas, á lasque dió minuciosas instruccio­ precipitada fuga, quedando Zumalacárregui dueño ile dos mil
nes sobro cómo debían obrar y siguiólas con dos batallones fusiles que comincia cl convoy, presa que no perdió momento
dejando una de aquellas en reserva. A las dos de la madruga­ en poner á salvo, enviando aquella misma noche su botin á
da la columna penetraba en las calles de! pueblo y próxima la otra orilla del Ebro.
que estuvo del fuerte, un paisano cómplice del oficial ganado No cimiento con este triunfo cl campeón carlista, corrió
por el jefe enemigo, dió la señal convenida, y al punto apare­ á Cenicero, cuyos valientes urbanos no puiliendo defender la
ció una. luz al través délas aspilleras. Otros dos paisanos, tam­ población que carecía do fortificaciones, se parapetaron en la
bién cómplices, llamaron entonces á la puerta, pretextando torre de la iglesia, decididos á defenderla hasta quemar el úl­
que llevaban un parlo para el gobernador, y en aquel mo­ timo cartucho.
mento el oficial autor de la traición mandé abrir las puertas Irritado Zumalacárregui de ton tenaz resistencia, mandó
sobre las que se lanzaron los carlistas, apenas oyeron resonar prender fuego á los hogares de los defensores del fuerte, con­
los goznes; perovióse frustrado su intento, porque el sargento fiado en que el espectáculo del incendio intimidaria cl ai’-
de'gmmlia, que estaba receloso de la celada, cerró precipita­ rojo de aquellos valientes; intimóles entonces de nuevo la
damente la puerta, quedando fuera el oficial traidor. Produ­ rendición, pero sacando brios de su situación desesperada,
jese entonces «-I consiguiente desorden mitro los carlistas, en los urbanos de Cenicero respondieron denodadamente', que
presencia dii no esperado incidente y se retiraron cambiando . , i o se c u t r e ! ) , t r i m i á i n c c m U a r i o x , heroica respuesta que
algunos disparos, y quedando dentro del fuerte un hermano ' exasperó al jefe carlista hasta el extremo do mandar aplicar
EDA D MODERNA 37
combustibles á la torre para sofocar en ella á sus defensores. bros que para las tropas ile la Reina se siguieron de aquella
Tributo merecido do admiración y no prurito de lisonja fué el iimest a jornada. Al saber la derrota de O’Doile salieron de
sentimiento de gratitud y do asombro que de todos los ángu­ Vitoria los generales Osma y Figiu-ras al freute de 3,000 in­
los de la nación resonó en elogio de los denodados urbanos de fantes, una- brigada de caballería y algunas piezas. El vencedor
Cenicero. del dia «interior, lejos de eludir el nuevo encuentro, animó á-
Con lo s d o s m i l f u s ile s , f r u t o d o s u a t a q u e a l c o n v o y , a r m ó sus soldados dirigiéndoles estas enérgicas palabras: «El ene­
Z u m a l a c á r r e g u i á lo s r e c l u t a s y a in s t r u i d o s , p e r o to d a v í a s i n migo abatido por d golpe de ayer, avanza hacia nosotros, ha­
a n n a s , y t a m b i é n d e s t i n ó p a r t e d e e lla s á o r g a n i z a r p a r t i d a s ciendo el último esfuerzo. Yo que conozco vuestro valor, os
q u e p r o t e g ie s e n á lo s v e c in o s d o lo s p u e b lo s e n lo s q u e p e n e ­ pregunto si abandonareis un campo empaliado en sangre ene­
t r a b a n lo s li b e r a le s , c a u s a n d o m o l e s t ia s á lo s p a r t i d a r i o s d e l miga y cubierto de los trofeos de vuestra gloria.»
c a rlis m o . Ê1 historiador de la guerra civil, á quien por su exquisita
Por entonces ocurrió un hecho que da bastante idea de la diligencia en haber reunido datos relativos á aquella época,
índole de aquella guerra, así como del entusiasmo que el jefe no podrán dispensarse cío consultar los que se propongan escri­
carlista sabia inspirar á sus soldados. Don Tomás Plaza, ayu­ bir acerca de aquellos memorables sucesos, afirma, «que el
dante de Znmalacárregui, desempeñaba una comisión de su entusiasmo de los carlistas fué unánime, y que precipitándose
genera], cuando fué sorprendido en el valle de Arellano por sobre los liberales, los arrojaron de las posiciones que ocupa­
un destacamento de tropas de la Peina, y hubo de buscar re­ ban.» El mismo autor añade, que embriagados con la-sangre
fugio en una casa con dos ó tres soldados y un capitan. El do la víspera se mostraron los carlistas tan sedientos de ella,
jete de los eristinos mandó prender fuego al edificio, ofrecien­ que fué espantosa la carnicería á que se entregaron, y que el
do dar .la vida salva á los que se rindieran, oferta que fué fiero Zumalacárvegni corrió para contenerla á las primeras
aceptada por el capitan y los soldados, pero en la que Plaza filas de los suyos, gritándoles: M achuchón, busta, busta ; dad
no tuvo confianza, prefiriendo ser presa de las llamas, de las cuartel á los rendidos.
que providencialmente se libró. El capitali y sus compañeros Bajo la responsabilidad del mismo cronista dejamos el aserto
fueron llevados á Lerin y pasados por las armas al siguiente de que aquella desastrosa jornada costase 2,000 hombres á los
dia, ínterin que Plaza salió ileso de la hoguera y se presentó liberales. Comprobar la exactitud de las perdidas experimen­
á su jefe, portador del dinero que le había siilo confiado para tadas por las tropas de la Reina, presenta la grave dificultad
su comisión. de la dudosa veracidad contenida por aquel tiempo en los
Entrado el mes do octubre y diseminadas las fuerzas del partes oficiales que daban los jefes de nuestro ejército, así
ejército para atender á los movimientos del enemigo en las como en la exageración y el disimulo que era de notar en las
tres provincias Vascongadas y en Navarra, la actividad y con­ correspondencias de los periódicos, tanto para abultar las ven­
sumada pericia de Zumalacárregui encontraba ocasión para tajas como para ocultar las derrotas ele las fuerzas liberales.
combinar los atrevidos movimientos y contramarchas, con los A la mañana siguiente fueron fusilados en el campo, que
que lograba caer, aprovechando ventajosas posiciones, sobro lo había sido de la batalla, el brigadier O’Doile, su hermano
las columnas que podia atacar antes de que fuesen auxiliadas. que, como su «ayudante, no se habia separado de su lado, ha­
La llanada de Alava se encontraba ocupada por el briga­ biendo sido igualmente p.asarlo por las armas gran número de
dier O’Doilc, acanto]lado cu el pueblo de Alegría. Allí se pro­ oficiales, pues excepto muy pocos que habían buscado refugio
puso sorprenderlo el caudillo navarro, á cuyo efecto maniobró en Arrieta, y lograron ampararse en Macstu que se hallaba
de manera (pie le permitiese ganar doce horas sobro el tiempo fortificado, los demás tuvieron que rendirse á discreción. Del
en que O’Doile podia ser auxiliado por Lorenzo y Ormi. Lle­ mismo modo {y aquí no seguimos al cronista de la guerra
gado el 26 de octubre á la Berrueza, pasó Zumalacárregui el civil), fusilaron los carlistas dos clérigos que tom aban parte
rio Arquijas, y tomó posición en Santa Cruz de Campozu al del destacamento liberal. Fuéronlo también poco despues, ó
frente de -1,000 infantes y 400 caballos. Dividió estas fuerzas mejor dicho, fueron degollados ó muertos á bayonetazos un
en dos cuerpos, confiando uno de ellos á Iturraldc, cuyas ins­ gran número de prisioneros, á quienes despues de ofrecerles
trucciones fueron bus de no pasar del puerto de Hcrenehum la vida, mandó quitársela Zumalacárregui, por ahorrarse, se­
cercano á Alegría. Con el resto de su fuerza marchó Zurnala- gún clecia, el trabajo de custodiarlos.
cárregui á Echovarri, desde donde dominaba el pueblo de Con razón atribúyese el doble desastre experimentado en
Alegría y todo el llano de Alava. la llanura de Alava, á no haberse movido Lorenzo y Orna que
Colocado en su observatorio, divisó Zumalacárregui que un estacionaban en Los Arcos, en seguimiento do Zumalacárregui,
destacamento enemigo marchaba por el camino de Salvatierra lo cual mas bien que á falta militar por parte de dichos jefes,
en dirección á los pueblos circunvecinos, y sin perder un solo dehe ser «atribuido á la imposibilidad en que estos se hallaban
instante cayó sobro la columna expedicionaria. Avisado O’Doi­ de adquirir noticias, y á su carencia completa de espionaje, al
le de la presencia del enemigo salió de Alegría á su encuentro, paso que los generales de don Cárlos se hallaban admirable­
trabándose un combate en el que no tardó en tomar parte mente servidos.
Iturraldc, que desde Hcrenehum corrió presuroso en apoyo
do su jefe y se apoderó del pueblo de Alegría, á la retaguardia EXPOSICION PRESENTADA Á S. M. LA REINA GOBERNADORA POR
de O’Doile. Cogido este entre dos fuegos, no le quedaba otro EL SECRETARIO DEL DESPACHO DE GRACIA Y «JUSTICIA, Y
partido que tomar que el de retirarse, y no pudiéndolo verifi­ .MANDADA PASAR DE REAL ORDEN Á LAS CORTES GENERALES
car ganando el pueblo de Alegría que había imprudentemente DEL REINO.
abandonado, el desaliento y el desorden penetraron en las
filas de los soldados de la Reina, y las cargas de la caballería Señora:
carlista acabaron de completar una derrota regada coir abun­ En obedecimiento á las órdenes de V. M. y á fin de que
dante sangre liberal, pues apenas daban cuartel los enfureci­ tenga cumplido efecto la augusta promesa que se dignó ha­
dos vencedores. cer en la solemne apertura de las Cortes generales del reino,
De la fuerza que O’Doile había sacado de Alegría, apenas celebrada el 24 de junio próximo pasado, de someter á su
doscientos hombres lograron hallar refugio en Arriata, donde deliberación la conducta del mal aconsejado príncipe don
los sitió Zumalacárregui despreciando la desventaja de no Cárlos María Isidro de Borbon, para que recaiga la decision
poseer artillería do plaza, siendo de pequeño calibre los caño­ mas justa y mas conveniente, tengo el honor'de presentar
nes que tomó á O’Doile, cuyo jefe quedó prisionero. á V. M. el cuadro fiel de los hechos oficiales inas señalados
Enteramente destrozada la division que salió de Vitoria, que obran en la Secretaría del Despacho de Estado y en la
cubierto de cadáveres el campo de batalla y prisioneros el de mi cargo: un recuerdo de las leyes del mino y de los prin­
resto de los 3,000 hombres con que los liberales habían entra­ cipios de ía jurisprudencia nacional que pueden tener lugar
do en acción, la mayor parte de estos alistáronse al servicio para el condigno castigo de los actos positivos de consumada
de don Cárlos. traición que arroja dicho cuadro, y la indicación de las razo­
Mas no debían limitarse al desastre de Alegría los descala­ nes de alta política que reclaman la imparcial y pronta apli-
H I S T O R I A DE E S P A Ñ A

cíicion del remedio ¡t los malos do fino se vo aquejada hoy i dijo á S. M.: «Te daré gusto y te obedeceré en todo: partiré
dia la nación, y «lo los quo la podrían sobrevenir en lo suce­ lo mas pronto que me sea posible pava los Estados pontificios
sivo. porque tú lo quieres, tú que eres mi rey y señor, áquien obe­
V. M., en su sabia previsión, se sirvió mandar por real de­ deceré en cuanto sea compatible con mi conciencia; pero
findo do I do enero do esto año que ol secretario (entonces) ahora viene el Corpus y pienso santificarlo lo mejor que pue­
dol Despacho de listado, don Francisco do Zea Bermudez, li­ da en Mafra.»
brase certificación auténtica, con referencia á los originales S. M. le autorizó para ello en l.° de jimio añadiendo: «pero
<)iio obraban en la secretaría do su cargo, de todas las contes­ es menester que no dilates mas el viaje; y yo quiero que lo
taciones que habían mediado entre vuestro augusto esposo realices para el 10 ó el 12 del corriente.»
el rey don Fernando Vii (Q. E. E. 0.), y V. M., como lloina En carta ele 28 de mayo dijo á S. M. que esperaba merece­
( lobi Timi lora de. una liarte, y de otra el referido señor infante ría su aprobación haber pasado á Coimbra para despedirse de
don Carlos, relativamente al cumplimiento do la obligación su sobrino el infante don Miguel. S. M. en carta autógrafa
en que este se hallaba de reconocer y jurar á S. A. E. (ahora del 2 de junio desaprobó positivamente esta resolución, pero
la Boina mi señora doña, Isabel II) por princesa heredera del en la autógrafa del 3 participó don Carlos á S. M. su feliz ar­
trono, según las leyes fundamentales de la monarquía, como ribo á Coimbra. En vista de semejante conducta, por la autó­
también c.n cuanto á las medidas de precaución que se sirvió grafa del 11 del indicado mes,le mandó terminantemente S.M.
dictar el difunto soberano para evitar ol funesto influjo que que se embarcase.
pudiera tenor en ol sosiego de este reino la permanencia do Sin embargo, por la autógrafa de 8 de junio, desde Coim­
den Carlos en el limítrofe de Portugal. bra, aparece que se excusó de liaeerlo á pretexto del cólera.
Librada dicha certificación en 12 del citado mes de enero, Y á la intimación verbal dol plenipotenciario, de real orden,
consta de su tenor: Que S. M. en 21 de abril de 1832, por contestó en 11 ile dicho mes: «veremos,» añadiendo «que
m e d io do su enviado extraordinario y ministro plenipoten­ obedecería al Bey en lo que pudiese.»
ciario (ai Portugal, don Luis Fernandez do Cónlova, exigió de Pero S. M. en la autógrafa del 15, despues do deshacer las
su hermano don Carlos «manifestase explícita y directamen­ frívolas excusas que había alegado para dorar su desobedien­
te su propósito de concurrir á la jura de la señora Princesa cia, le dijo: «quiero absolutamente que te embarques sin mas
(hoy la Beina mi señora) según debía, para ser el primero que tardanza.»
prestase el juramento y pleito-homenaje, según la inmemo­ No obstante, en las autógrafas de 19 y 22 do junio, desde
rial costumbre y ley fundamental del reino.» Coimbra, volvió á excusarse.
Mil carta autógrafa de 29 de los mismos, desde Eamallao, En tal estado S. M. por la autógrafa de 30 de aquel mes, le
contestó lo siguiente: «Mi conciencia y mi honor no me lo dijo lo siguiente: «no puedo consentir ni consiento mas que
permiten. Tengo unos derechos tan legítimos á la corona resistas con pretextos frívolos á mis órdenes. Esta será mi úl­
siempre que te sobreviva y no dejes varón, que no puedo tima carta si no obedeces: y pues nada han valido mis per­
prescindir de ellos: derechos que. Dios me ha dado cuando suasiones fraternales en casi dos meses de contestaciones,
fue su voluntad que yo naciese, y que solo Dios me los puede procederé según las leyes, si al punto no dispones tu embar­
quitar concediéndote un hijo varón.... Además, en ello de­ que para los Estados pontificios; y obraré entonces como
fiendo la justicia del derecho que tienen los llamados despues soberano, sin otra consideración que la debida á mi corona y
qm.! yo, y así me veo en la precision de enviarte la adjunta á mis pueblos.»
declaración que hago con toda formalidad á tí y á todos los En lugar de obedecer, insistió disculpándose, según la autó­
soberanos, á quienes espero se la harás comunicar.»—Señor: grafa de 9 de julio desde Coimbra, añadiendo: «Si soy des­
«Yo (Jarlos María Isidro do Borbon y Borbon, infante de Es­ obediente... y merezco castigo, impóngaseme enhorabuena,
paña: I [aliándome bien convencido de los legítimos derechos pero si no lo merezco, exijo una satisfacción pública y noto­
que me asisten á la corona de España, siempre que sobrevi­ rio.» Y en la autógrafa de 21 do julio volvió á inculcar «que
viendo á V. M. no deje un hijo varón, digo: Que ni mi con­ se le castigase si era reo.»
ciencia ni mi honor me permiten ju rar ni reconocer otros de­ El 4 de agosto avisó el plenipotenciario, que estrechado don
rechos.—Palacio do Eamallao 29 de Abril de 1833.—Señor.— Carlos á cumplir las reales órdenes había respondido: «que
A L. E. P. de V. M.—Su mas amante hermano y fiel vasallo. no habiéndose tomado en consideración por S. M. sus repre­
—M. el infante don Carlos.» sentaciones, se mantenia en lo dicho.»
En G de enero se le concedió real licencia para trasladarse El 18 del mismo mes avisó dicho plenipotenciario que,
con su familia á los Estados pontificios, dando aviso del pun­ apremiado don Carlos á verificar su salida, había dado por
to en que fijara su residencia, y por real orden de 7 del mismo toda respuesta que «estaba resuelto á efectuar su embarque
se puso á disposición suya la fragata de guerra Lealtad. en Lisboa cuando aquella ciudad fuese restituida al poder
Esta medida, que dictó al parecer un exceso de bondad y legítimo del Bey» y en contestación (de igual fecha) á los es­
de prudencia de parte del monarca, solo sirvió para corrobo­ fuerzos del plenipotenciario, expresó «que éste ya no tenia
rar ('1 concepto do la tenacidad con que el mal aconsejado que tratar del asunto con S. A. sino con el señor don Miguel.»
principo pensaba llevar á cabo su resistencia criminal y sus Con presencia de tantos y tales desacatos, se sirvió respon­
ult.(sriores designios. der S. M. la siguiente carta orden del Bey al infante.—Ma­
En 12 de los expresados mes y año contestó de viva voz al drid 30 de agosto de 1833.
plenipotenciario «que escribiría al Bey, y que tenia antes que «Infante don Cários; mi muy amado hermano; en Gdo mayo
meditar un negocio de tal importancia.» os di licencia para que pasaseis á los Estados pontificios: ra­
Al mismo tiempo, habiéndose sabido que se disponía á zones de muy alta política hacían necesario este viaje. Enton­
pasar á Coimbra ó Braga, se le previno en real orden de 7 de ces dijisteis estar resuelto á cumplir mi voluntad, y me lo
mayo, que «S. M. se oponía decididamente á cualquier viaje habéis repetido despues, mas á pesar de vuestras protestas
al interior «le Portugal.» de sumisión habéis puesto sucesivamente dificultades alegan­
En 13 del propio mes contestó «estar resuelto á hacer la do siempre otras nuevas, al paso que yo daba mis órdenes
voluntad de S. M. pero que antes tenia que arreglarlo todo, y para superarlas, y evadiendo de uno en otro pretexto el cum­
tomar disposiciones pava- sus particulares intereses de Madrid, plimiento de mis mandatos.
y que estando contagiado Lisboa seria una temeridad entrar »Dejó de escribiros, como os lo anuncié, para evitar discu­
allí pava ol embarque.» siones no correspondientes á mi autoridad soberana y prolon­
En 20 de dicho mes se le dijo que podia embarcarse en gadas como un medio para eludirla.
cualquier punto de la bahía ó elegir otro inmediato, para lo »Desde entonces os hice entender mis resoluciones sobre
cual quedaba todo preparado. los nuevos obstáculos, por conducto de mi enviado en Portu­
Su respuesta á la intimación del plenipotenciario en 28 de gal. Mis reales órdenes repetidas, en especial las de 15 de ju ­
los mismos fuó la siguiente: «lista bien, veremos; quedo ente­ lio y 11 y 18 del presente, allanaron todos los impedimentos
rado.» Y en carta autógrafa del dia anterior, desde Eamallao expuestos para embarcaros. El buque de cualquiera bandera
EDAD MODERNA 30
que fuera; el puerto en país libre ú ocupado por las tropas del i Quinta cubierta.—«A don Francisco de Zea Bermudez.»
dmjiie tie Braganza, aun el do Vigo en España, todo so dejó Interior. — «Habiendo recibido ayer la noticia oficial de la
ú vuestra doeeion; las diligencias, los preparati vus y lu s gas­ muerte de mi muy amado hermano y Rey, y siendo yo su
tos todos quedaron á mi cargo. legítimo sucesor, os mando pongáis en ejecución los tres ad­
»Tantas franquicias y tan repetidas manifestaciones do mi juntos decretos y les deis el destino que á cada uno corres­
voluntad solo han producido Ja respuesta de que os embar­ ponda; y al mismo tiempo publicareis la protesta que, con
careis en Lisboa (donde podéis hacerlo desde el momento) fecha 29 de abril, dirigí á mi muy amado hermano, dándome
luego que haya sido reconquistada por las tropas del Iiey don cuenta de que queda ejecutado.—Santarem 4 de octubre
Miguel. do 1833.—Yo el R ey .—A don Francisco de Zea Bermudez.»
>>Vo n o p u e d o t o l e r a r q u e e l c u m p l i m i e n t o d e m i s m a n d a ­ En la anterior carta, escrita de otra mano, se incluían bajo
to s se h a g a d e p e n d e r d e s u c e s o s f u t u r o s , a je n o s d e l a s c a u s a s el mismo pliego y sobres particulares, los tres siguientes es­
q u e lo s d i c t a r o n ; q u e m i s ó r d e n e s s e s o m e t a n á c o n d ic io n e s critos do letra do don Gárlos.
a r b i t r a r i a s p o r q u i e n e s t á o b li g a d o á o b e d e c e rla s . Primero (ó sea O.'j sobra — «A don Francisco de Zea Ber­
»Os mando, pues, que elijáis inmediatamente alguno de mudez, mi primer secretario de Estado y del Despacho.»
los medios de embarque que se os han propuesto de mi ór- Interior. — «Confirmo á los secretarios del Despacho y á
don, comunicando, para evitar nuevas dilaciones, vuestra re­ todas las autoridades del reino en el ejercicio de sus respecti­
solución á mi enviado don Luís Fernandez de Córelova, y en vos cargos para que los negocios no padezcan el menor retra­
ausencia suya á don Antonio Caballero, quo tiene las instruc­ so.— Santarem 4 de octubre de 1S33. — Yo el R ey. — A don
ciones necesarias para llevarla á ejecución. Yo miraré cual­ Francisco de Zea Bermudoz.»
quiera excusa ó dificultad con que demoreis vuestra elección Segando (ó sea 7.°) sobre. — «Al Duque presidente de mi
ó vuestro viajo como una pertinacia en resistir á mi voluntad, Consejo real.»
y mostrarli corno lo juzgue conveniente que un infinito de Interior.—«Declaro que por falta de hijo varón (demi her­
España no es libre para desobedecer á su rey. mano) que lo suceda, en el trono do las Españas, soy su legí­
»Ruego á Dios os conserve en su santa guarda,— Yo ET, timo heredero y rey, consiguiente á lo que manifesté por
R ey.» escrito á mi muy caro hermano, ya difunto, cilla formal pro­
El ‘21 de setiembre dió aviso el plenipotenciario que don testa con fecha do 29 de abril del presento año, igualmente
Carlos contestó no haber variado de resolución; y pues se que á los consejos, diputados del reino y demás autoridades
había convenido en complacer al Rey, despues que tomasen con la de 12 de junio.
á Lisboa las tropas del Rey fidelísimo, esperaria á que esto se »Lo participo al Consejo para que inmediatamente proceda
verificase. á mi reconocimiento y expida las órdenes convenientes para
Habiendo ocurrido por aquellos dias el fallecimiento de que así se ejecute en todo mi reino. Santarem 4 de octubre
vuestro augusto esposo (Q. E. E. G.) Y. M. en 29 de setiembre de 1833.—Yo e l Rey.—Al Duquepresidente del Consejo real.»
y 3 de octubre reiteró el mandato conia competente energía, Tercero (ó sea 8.") sobre.—«Al Duque presidente de mi Con­
como Reina Gobernadora, sejo real.»
En f> y 0 de dicho .mes avisó el plenipotenciario haberle Interior. — «Confirma todas las autoridades y lo manda
respondido don Carlos lo siguiente: comunicar inmediatamente. Santarem 4 de octubre de 1833.
«Las circunstancias han variado completamente: nadie tie­ —Yo e l Rey.»
ni? autoridad para mandarme, ni yo la menor necesidad de En vista do tan criminal conducta, V. M., do acuerdo con
obedecer ni de responder á nadie. Tengo derechos muy evi­ el parecer del Consejo de Gobierno y del de ministros, se sir­
dentes y superiores á todos los otros derechos sobre el trono vió expedir la real órelen de 16 de octubre de aquel año, en
de España, y no reconozco ya e n tila facultad do notificarme la que se previno á dicho plenipotenciario hiciese saber ádon
orden alguna.» Carlos que «por su conducta temeraria y contumaz, había in­
A mayor abundamiento le llamó al siguiente dia y le dijo: currido en el concepto legal de conspirador contra el monarca
«Va todo ha variado y ahora soy yo el legítimo voy do Espa­ pacificamento reconocido, de concitador á la rebelión, de per­
ña, Como tal, tú eres mi ministro y reclamo tu obediencia, turbador1 de la paz del reino, do promovedor de la guerra
esperando que seas el primero que me reconozcas.» Y ha­ civil, y que serian aplicados á su persona y bienes y á los de
biéndose negado á ello el don Luis Fernandez de Córdova, sus parciales, todas las penas dictadas contra los sediciosos y
con la firmeza y valentía propia de un español leal, repuso el perturbadores do la ( ranquilidad pública, siendo tratado como
señor infante:—« Haces bien, está bien: vete:» y le entregó en rebelde con todo el rigor de las leyes, si llegaba á pisar el ter­
el acto cinco cartas. ritorio de España.»
Primera cubierta.—«A la Reina viuda, mi mas querida El plenipotenciario, acompañado del baron de Ramofort,
hermana.» puso en sus manos la citada real.orden en 23 do dicho mes; y
Interior.—«Santarem 4 do octubre de 1833.»—En ella se en aviso oficial del 24 dice que S. À. la leyó á presencia de los
da á reconocer como rey de España,, sucesor legítimo de su mismos y de dos de su servidumbre, y que concluida su lec­
trono.—M . C a r l o s .» tura expresó: «Quedo enlerado: veremos quién tiene mas
Segunda cu b ie rta .— «A S. M. C. la Reina viuda, mi muy derechos; yo también haré uso de los míos.» Tal es el extracto
querida y amada hermana.» de la mencionada certificación, cuyos antecedentes obran ori -
Interior.—«Santarem 4 de octubre de 1833.»—Y se reduce ginalcs en la secretaría del Despacho do Estado.
á d a r l e el p é s a m e . —G. M. I s i d r o . Para la ilustración de Y. M. y de las Cortes, creo de mi deber
Tercera cubierta.—«Al infante don Francisco, mi muy que­ llamar vuestra atención soberana inicia otros hechos anterio­
rido hermano.» res y posteriores, que conducen á calificar la conducta riel mal
Interior.—«Santarem 4 de octubre de 1833.»—Le da el pé­ aconsejado principo, y á descubrir el plan de sus secuaces.
same añadiendo: «Llegó el caso....de que cúm plala declara­ rarcce quo este no era personal, sino de partido. El escrito
ción que hice de no reconocer otros derechos que los que incendiario titulado Españolee, u n io n y alerta, impreso frau­
legítimamente tengo do heredar la corona en el caso pre­ dulentamente, y difundido con profusion en 1825, si bien se
sento por no haber dejado mi hermano hijo varón....espero cuidó de correr un velo sobre strs autores y cómplices; los re­
do tí....que reconozcas tus propios derechos y los de tus hijos sultados do sus doctrinas subversivas, que entablaron en 1826
e n lo s m ie s .— M . C a r l o s .» y 27 en Las provincias de Guadalajara y Cataluña, y (pie se
Cuarta cubierta.—«Al infante don Sebastian, mi muy que­ comprimieron de una manera paliativa; estos indudables su­
rido sobrino.» cesos ocurridos, cuando, según el estado de cosas, estaba lla­
Interior. — «Santarem -1 de octubre do 1833. — En ella le ! mado don Gárlos á la inmediata sucesión, pruebaia hasta la
dice que es el legítimo sucesor de la corona. «Los derechos evidencia que el plan era apoderarse desde luego del mando
que en mí reconoces son los tuyos mismos: espero que no para hacer triunfar ciertos principios, apelando illa manifiesta
vacilarás ni un momento en reconocerlos.—M, Carlos.» rebelión, y si menester fuera, al abominable crimen del regi-
Tomo VI 7
40 HISTORIA DE ESPAÑA

oidio. Consta do público y notorio, y constaría por documentos ta, ó impelido despues por viles y codiciosos intrigantes, ha
auténticos, si no los hubiera sustraído criminalmente do. su osado pisar el territorio de la lealtad. Es, pues, llegado el caso
depósito oí ((lio los tenia á su carteo, que por inodio do aquellas de que se 1c trate como rebelde con todo el rigor de las leyes.
tentativas so aspiraba il sentar en el trono á don. Carlos, des­ Siglos há, Señora, que, en la ley 1.a título 2,° partida 7.a se
poseyendo á su augusto hermano sí viva fuerza, ó arrancán­ previno que la primera y mayor de las traiciones, y la que
dole una renuiieia. l ’ero no eons ta un solo acto do palabra ó mas fuertemente debo ser escarmentada, es aquel la en que so
por escrito, por el <|Uo. dicho príncipe desaprobase tan horren­ aspira á desapoderar del ruino á su legítimo poseedor. A tan
dos crímenes intentados á nombre suyo; sin embargo do quo horrendo crimen impone la ley 2.a del expresado título y par­
parecían reclamar esta manifestación sn honor, la tranquilidad tida la pena capital y la confiscación de bienes; añadiendo
del reino y la preservación de las víctimas inmoladas por am­ que «los hijos varones nunca puedan haber honra de caballe­
bas partes. ría nin de otra dignidad, nin oficio,» y prohibiéndoles heredar
Iil desacordado príncipe, despues do habevlos patrocinado y percibir mandas de parientes ó extraños; si bien deja á las
con tan extraño silencio, lo rompió en fin con hechos do in­ hijas la capacidad do percibir por herencia una parte alícuota
dudable traición; cm des son la protesta do 29 do abril y los de los bienes do sus padres. Y, según la ley 3.a há lugar el jui­
decretos de I de octubre de 18:13, por los que osó desconocer cio, despues de la muerte del que hizo la traición, y la ocupa­
y atacar de frente las decisiones mas solemnes do las Cortos ción á su heredero do todos los bienes que le vinieron de
con su Key sobre la sucesión de la corona. parte del traidor.
Inflexible en tan criminal propósito, sn concurrencia posi­ Semejantes disposiciones son conformes á las del primor
tiva ¡i. la insurreceimi y á la guerra civil, no solo consta de período do la monarquía y á las que so publicaron coetánea­
uoturiedad, sino de documentos auténticos que obran en la mente ó despues de las Partidas.
secretaría de mi cargo. La ley 0.a titulo l.°, libro 2.° del Enero Juzgo proviene que
bittre los efectos aprehendidos en la villa do Guarda en eJ «si alguno probare de to 1er el regno al príncipe, reciba muer­
mes de abril del presente año, se encuentran varios papeles te....ó sus cosas sean en poder del Roy.»
de las supuestas secretarías de Estado, Gracia y .Justicia, Guer­ La ley 1.a, título 3.“, libro 1.“ del Fuero Real (que es la 1.a, tí­
ra. y Hacienda, á caigo de don Joaquin Abarca obispo do tulo l.u, libro 3.“ de la Novísima Recopilación) dispone que,
Leon; unos de letra, tirina y rúbrica de don Carlos, otros con «cuando quicr que avenga finamiento del Rey todos guarden
iguales caractères del citado obispo, y otros con la sola rúbri­ el señorío ó los derechos del Rey á fijo ó á la su fija que rei­
ca de este; decretos autógrafos de nombramiento de secreta­ nare en su lugar....é si alguno, quicr de gran guisa ó de me­
rios del Despacho y de capitanes generales; copias y minutas nor guisa, esto no complere, él y todas sus cosas sean en po­
de otros con iusl,mociones dirigidas á insurreccionar los pro­ der del Rey, ó faga, del y desús cosas lo que quisiere.»
vincias, á recaudar contribuciones y á promover la deserción La ley 2.a, título 7.u, libro 12, de la Novísima Recopilación
de las t ropas; concesiones do grados en el ejército y do gran­ impone igualmente la pena de confiscación de todos sus bie­
des cruces ; anatemas de proscripciones y muerte y confisca­ nes al traidor.
ci mi de bienes ti .todas las autoridades que permanecieren No caben decisiones mas adecuadas al caso de que se trata.
heles á la lteina mi señora. Por manera que reunida bajo un La letra y el espiliti! de estas leyes del reino, señaladamente
punto de vista la cuestión del hecho, resulta, sin dar lugar á las de Partida, dictadas para librar á los pueblos de los ma­
duda; 1." que don Garlos María Isidro de Borbon dió pábulo les sin cuento que les acarrea el crimen de traición «que lace
con su silencio á la rebelión intentada ¡í su nombre, y que es­ contra la persona del Rey, ó contra la procomunal de la tier­
talló mus de una vez, cuando, no sobreviniendo novedad, le ra,» según la expresión de la mencionada ley 3.a no dejan lu­
hubiera correspondido subir ai trono por derecho propio; gar á (luda de que don.Carlos María Isidro de Borbonici per­
y 2." <pie trasmitido este derecho á la hija primogénita que dido el derecho á la corona y que le ha perdido igualmente
el cielo concedió á V. M. se negó abiertamente aquel príncipe la linea de que es cabeza. Sus hijos quedan privados de todos
á reconocerla por siicesora, desobedeciendo á su Rey y señor, los bienes que correspondían al padre; y el primero, el mas
según resulta de su protesta hecha en Ramallon á 2í) do abril apreciable de estos bienes, era ciertamente el derecho do su­
de 1833; 3.° que llevó adelante esta conducta criminal por cesión. Sus hijos, según la ley, «non pueden haber oficio algu­
medio de las mas solemnes declaraciones desde el instante en no.»—¿Y cómo podrían aspirara! de gobernar estos reinos? Sn
que tuvo noticia oficial del fallecimiento de vuestro augusto ulterior descendencia procederá de una rama separada del
esposo, como lo acreditan las cartas órdenes expedidas en tronco para los efectos de la sucesión que antes le correspon­
Santarelli á I de octubre de 1833; 4.° que ha consumado su diera, y que nada ha podido trasmitirle despues de declarada
punible, resolución agotando los recursos <le. la seducción y su incapacidad.
empleando la fuerza por medio de los seducidos. En vano se pretendería invocar las ideas generosas del
El nial aconsejado príncipe, en sus comunicaciones autó­ siglo sobre la no trasmisión de las ponas á la posteridad ino­
grafas de i) y 21 de junio de 1833, pidió explícitamente que cente. V. M. se ha dignado consagrar en el. proyecto de código
se le impusiese, si era el reo, el castigo merecido. Y el conse­ penal esto principio tan conforme á la sana moral como á una
jo de gobierno, que la salua prevision del soberano instituyó política ilustrada. Pero el caso en cuestión os muy distinto.
por su expresa y últ ima voluntad para ilustrar á V. M. en los La estabilidad de los tronos, íntimamente enlazada con el
casos arduos y graves que pudieran sobrevenir durante la bienestar do los pueblos, no consiente por su propia índole la
menor edad (le vuestra excelsa hija, fue de parecer,y lo acor­ creación de derechos perpetuos ó inamovibles en la impor­
dó así V. ,\I. en 1(5 de octubre, conformo con el dictamen de tante materia do sucesión á la corona como los que pueden y
vuestro Consejo de Ministros, que, pues había incurrido don deben tener lugar en un código civil para .sostenimiento y am­
Garlos en los crímenes de conspirador, de concitador á la re­ paro ele la propiedad individual. La suerte de una nación, tanto
belión, de perturbador de la paz del reino y do promovedor al presente como en lo porvenir, quedaria expuesta á todos
de la guerra civil, debían aplicarse á su persona y bienes y á los peligros, sin ningún escudo ni defensa, si careciese do fa­
las de. sus parciales todas las penas dictadas contra los sedi­ cultad para proveer á su propia conservación en circunstan­
ciosos y perturbadores de la tranquilidad pública y tratársele cias tan extraordinarias como las actuales. Y proveyendo á
conm rebelde, con todo el rigor do las leyes, si llegaba á pisar ella no irroga perjuicio á derecho do tercero, porque este de­
el territorio de España. recho se halla esencialmente subordinado ni anterior ó im­
L a n z a d o d e s u s f r o n t e r a s y d e l v e c in o r e in o d e P o r t u g a l prescriptible de la existencia de la misma sociedad.
p o r e l v a lo r y l e a l t a d á t o d a p r u e b a d e v u e s t r a s a n u a s , r e f u ­ Tampoco tienen lugar hes doctrinas comunes de los mayo-
g ia d o e n u n r e i n o a m ig o , to d a v ía la g e n e r o s i d a d d e V. M . le razguistas, según las cuales los llamados á la sucesión rio
o fre c ió u n a p e n s io n d e c o r o s a , c o n a r r e g l o a l o e s t ip u l a d o e n derivan su derecho del último poseedor, sino del fundador.
e l t r a t a d o d e c u á d r u p l e a l i a n z a , b a jo el s u p u e s t o d e q u e r e ­ El crimen do alta traición exigia medidas fundamentales que
n u n c ia s e a l c r im in a l d e s i g n io d o p e r t u r b a r la- p a z y el so s ie g o afianzasen los t ronos y precavieran las convulsiones que alte­
d e e s to s r e in o s . P e r o e l o b c e c a d o p r í n c i p e d e s e c h ó l a p r o p u e s ­ ran la paz de los pueblos. A esta dase pertenece la que con
EDAD MODERNA •il

sabia prevision dictó el célebre legislador do las Partidas, en augusto solio de la lealtad los hijos ó descendientes del prín­
]¡i mencionada- ley 2.a título 2.° partida y los fundadores cipe rebelde. Sus parciales, afectando quizá á la obediencia y
de vínculos que aspiraron á evitar su aniquilamiento por la respeto á la Peina mi Señora y á V. M.. difundirían mañosa­
aplicación de la pena que aquella impone á los reos de losa- mente ideas subversivas encaminadas á paral izar la acción
majestad, ¡»cogitaron la cláusula de que «si alguno de sus del gobierno, á quebrantar su fuerza moral, á sembrar des­
descendientes poseedores incurriese en el crimen expresado, confianzas, á desunir á los celosos defensores de la legitimi­
se entendiera haber renunciado y perdido su derecho un dia dad y á preparar por eslos inodios reacciones parciales pre­
antes de perpetrado, y haber hecho tránsito al sucesor inme­ cursoras tal vez de una general que acelerara el cumplimiento
diato.» de sus criminales designios.
Kn el mayorazgo de la corona, creado por la ley 2.a, títu­ En tal estado, »Señora, podrá V. M. dignarse someter á la
lo 1."», partida 2.a no se encuentra el menor vestigio de seme­ deliberación de las Cortes generales del reino la conducta do
jante cláusula de salvedad. Por el contrario, cuando habla del don Garlos María Isidro de Borbon y Borbon, para- que, lo­
tránsito á los trasversales, á falta de sucesión directa, previe­ mándola en la consideración debida, recaiga la declaración
ne literal mente, «que lo faga el pariente mas propincuo, sc- solemne de «quedar excluido dicho príncipe y toda su línea
yondo orne para ello, é non habiendo fecho cosa por que lo del derecho á suceder en la corona de España.»—Eiofrio r>de
deba perdei*. » agosto de 1834.—Señora, A. L. P. P. de V. M. Vuestro secre­
Ni era de esperar de la sabiduría del legislador qnc hubiese tario de Estado y de Gracia y Justicia.— Nicolás María Ga-
dejado el reino á merced de las pasiones, y sin la competente relly.
seguridad que reclama el bien de la nación. El mayorazgo de C A PIT U L O V III
la corona, fundado para precaver los horrores de la anarquía,
los estragos de las guerras civiles, las intrigas de las eleccio­ Cam paña del general Mina
nes y las contiendas á marni armada sobre la sucesión del Mina y los navarros.—Heroica defensa ile los urbanos de Peralta.—El
reino, lleva implícita, en cuanto á los derechos que ha creado drama ile Villafranca.—Acciónesele Onzuc y de Mendoza.—Jornada
para que puedan ser efectivos, la condición especial tie «sub­ de Arquijas.
sistir las cosas en el mismo estado sin resolucionen contrario
por parte del fundador. » El penúltimo dia del mes de octubre llegó Mina á Pamplo­
Es un hecho histórico indudable que lo erigió el sabio autor na, y según lo tenia dispuesto el Gobierno, tomó el mando de
de las Partidas prohijando la antiquísima costumbre y ley del las fuerzas confiadas á su dirección, las que juntamente con
reino que recibió su estabilidad y firmeza do la unánime y si­ las que operaban en el territorio vascongado componían
multánea voluntad de don Alonso XI y de los asistentesálas un total de treinta batallones, divididos en cuatro cuerpos
Cortos de Alcalá de Henares de 1348, que su naturaleza se respectivamente al mando de los generales Oraá, Lorenzo,
alteró, si so quiero, en las Cortes de 1713, pero las de 1789, ce­ Córdova y Espartero, con mas la brigada á cuyo frente so ha­
lebradas con la misma solemnidad, en union con la pragmá­ llaba O’Donnell, sin contar las guarniciones do las plazas y
tica de 1830, que dió publicidad á su deliberaciones, restable­ puntos fortificados, ni la columna que mandaba Jáuregui.
cieron su forma primitiva. El ejército carlista contaba con veinticinco batallones y
Sobre bises tan sólidas descansan la resolución de Vuestra algunos escuadrones, pero no poscia todavía puntos fortifica­
Majestad anunciada- en el mencionado discurso del trono, por dos, moviéndose y estacionando al abrigo do sus montañas.
la que se sirvió someter al examen y deliberación do las Cor­ Los recursos pecuniarios de Zumalacárregui eran sumamente
tes la grave cuestión de que se trata. reducidos, no contando con otros ingresos, que el eventual
Las Corles, Señora, de 1834, que ha reunido la sabiduría producto de las aduanas que habla establecido en la lineado]
ile V. M. y su incansable deseo de promover la felicidad de la Pirineo, cl del subsidio que le daba el clero, las exacciones
nación no ceden en legitimidad á las mas solemnes del reino, que imponía á los liberales, y la contribución .suministrada
pues que su organización ha rectificado defectos clásicos de por la Junta de las 1res provincias y la de Navarra, Arreglán­
que- adolecían las antiguas. Por consiguiente, pueden y deben dose á lo limitado de su presupuesto, fijó el general carlista
turnar en consideración si la estabilidad del trono, si la suerte el prest del soldado en un real diario, uno y medio para los
presente de España y su futura felicidad reclaman la exclu­ cabos, dos á los sargentos segundos y tres á los primeros. Los
sion de la sucesión á la corona del sedicioso príncipe don Cár- oficiales subalternos percibían la mitad de sus sueldos y los
los Maria Isidro de Borbon y de toda su línea, según parecen superiores el tercio. Pero el alimento del soldado era abun­
disponerlo las leyes y con especialidad la 1.a, 2.a y 3.a, títu­ dante y de buena calidad. Componíase su ración de una libra
lo 2.", partida 7.a de carne, dos do pan y una pini,a de vino. A la oficialidad se
Si Polipo V con las Cortos de 1713 (á. las que se acogen el 1c concedió ración doble.
culpable príncipe y sus partidarios) pudo excluir de la suce­ Como todavía no poseían los carlistas puntos fortificados ni
sión preferente que les daba la ley de Partida á las hembras poblaciones dol adas do recursos, carecían de municiones en
de mejor línea- y grado, postergando su respectiva descenden­ abundancia, y Zumalacárregui economizaba la pólvora, tanto
cia sin que le arredrara la consideración de los que se llaman como la sangre de sus soldados. «La seguridad de su ejercito
derechos adquiridos y que reclama ahora eJ don Carlos, pare­ —ha dicho Zariátegui en su libro sobre aquella guerra,—no
ce fuera de toda duda que no se puede privar á las presentes consistia tanto en la vigilancia de sus avanzadas y retenes,
Còri es en union eon V. M.,como Peina gobernadora, de ejer­ como en el buen orden establecido entre las justicias de los
cer tan importante prerogativa. pueblos y en el celo con que era servido por sus confidentes.
La union sincera de la nación y del trono en materia tan Sin contar con aquellos que hacían el servicio desde sus lie-
grave y ilo tanta trascendencia aleja toda sospecha de parcia­ gares, tenia siempre Zumalacárregui á su inmediación diez y
lidad ó resentimiento, y dará á la decision que so tome el ca­ ocho ó veinte hombres á sueldo fijo. Cuando alguno de ellos,
rácter conveniente de legalidad y firmeza. despues de recibir las instrucciones del general, salia del aloja­
La mas imperiosa ley do los Estados, la de su conservación miento de este (lo cual solia ser al anochecer) para ir á situar­
.Vtranquilidad, reclama la adopción do una medida conforme se en los caminos, todos podíamos entregarnos tranquilamente,
á las leyes del reino y á las bases do toda sociedad bien orde­ al reposo.» Aun en medio de sus escaseces. Zumalacárregui
nada. En vano la lealtad y el denuedo de las tropas de Vues­ era muy pródigo con los que le prestaban esta clase de ser­
tra Majestad triunfarían de los esfuerzos de los facciosos: en vicios.
l'ano se desvelaria V. M. para proporcionar á la nación, con En cierta ocasión y ite resultas deun descuido de uno do estos
la concurrencia do las Cortes y bajo la egida de las leyes fun­ confidentes, mandó el general que se le dieran doscientos
damentales, que el Estatuto Peal ha restablecido, las mejoras palos y que se le expulsam del campo carlista. En la trocho
redamadas por la ilustración ilei siglo y por las necesidades del siguiente, dia de verificado este castigo, llamó el general á
de los pueblos: todo seria instable y poco seguro si se deja-so los demás confidentes, y no pudo menos de admirarse al ver
la menor esperanza de qiie pudieran algun dia sentarse en el entrar con ellos al que liabia sido expulsado. «Descansa tú
42 lílST O iU A DE ESPAÑA

usta noche—lo <li,jo Zuinalacárregni,—porciuc mañana saldrás do fuerzas extranjeras que en el último «le estos años invadie­
á una comisión importante <|uu solo tú puedes desempeñar.» ron á Cataluña á encerrarse en Barcelona, fué Mina ol único
Estas palabras, «lidias en proseada do sus compañeros, des­ de los generales constitucionales quo, ilei á su bandera, la
agraviaron al castigado, cuya fidelidad no volvió jamás á des­ mantuvo enhiesta sin entrar en vergonzosos tratos con ol
mentirse. enemigo, como lo hicieron Morillo, Ballesteros y Villacampa,
l’astante dejamos «lidio sobre d temple moral del,jete car­ lirista «pie, disuelto el (‘hibierno constitucional al consumarse
lista para «pie se necesiten nuevas pruebas en comprobación la rendición de Cádiz, tanto la capitulación do Barcelona como
de incenerai creencia <ie «pie á a«|ud lioinbrc Aló casi exclu­ la del ejército de Cataluña fué, no solo una necesidad, sino
sivamente dcbiilo el inmenso partalo que supo sacar para un deber de patriotismo.
formar un ejército, aguerrirlo y conducirlo á repetidos triun­ El pueblo inglés, en cuyo suelo buscó asilo ol general Mina,
fos, en un territorio tan limitado y falto de recursos, como no solo le dispensó generosa hospitalidad, sino también aga­
relativamente á la entidad «le la empresa lo eran bis provin­ sajadora acogida, y entre la aristocracia de acpiel país del
cias en que operaba. mismo modo que entre las notabilidades del partido liberal,
(labia llegado la guerra en aquella época al paroxismo do halló simpatía, hospitalidad y cuantos auxilios tuvo la deli­
íéroewlad «|iu; sublevó la conciencia «le la culta Europa, Higu- cadeza de no aceptar, sino en la medida aplicable á los inte­
rosos. innecesarios y por demás crueles eran los bandos y las reses de la causa de la libertad española.
providencias du los generales dola Heina., pero «lijábalos muy Despues de haber hecho plena .justicia á los servicios, al pa­
atrás l<i implaoablo sevicia con que Zumalacárregui corros- triotismo y á las virtudes del general Mina, no podrá conside­
pninlia á los actos de rigor y de venganza de sus enemigos. rarse como indicio do parcialidad observar, que el civismo del
lUuiv.ee sur conocido y figurar en la historia, como irrecusable célebre partidario «le la guerra de la Independencia y del leal
testimonio de las enconadas pasiones de aquel calamitoso pe- servidor «le la causa liberal, adolecía «le cierta estrechez de
rindo «l«.1 la guerra civil, el bando publicado por el general de miras hija del espíritu dé secta del que nunca-llegó á despren­
don (¡arlos en Lucum borri en I.“ de noviembre de ISSI (1). derse una vez «pie hubo cogido puesto entro los partidos libe­
Debiendo pasar á ocuparnos de la campana de Mina, como rales. Adversario político de Torrijos y de los Comuneros,
general en jefe del ejército del Norte, no os lícito guardar embarazó en la emigración sus planes en voz de ayudarlos, y
completo silencio sobre los antecedentes del célebre- campeón desgraciado Mina, como lo fueron los demás jefes emigrados,
de la guerra «le la Independencia, ni cúmplenos tampoco dis­ en su tentativa armada do 1830, sobre la línea del Pirineo,
traer la atención «le los lectores con una minuciosa biografía conservó siempre prevenciones y antipatías contra los «pie no
del ahuilado general. Pocos ignoran quo don Francisco Espoz se afiliaron al partido de su predilección.
y Mina fecundaba la tierra con el sudor de su frente, como Tan natural como lógica era «lo parte «le Mina la esperanza
iabrailor, cuando la invasion de los ejércitos do Napoleon lla­ do que su nombre, su historia, la memoria de los incontesta­
mó á las armas á la briosa .juventud española. Un sobrino bles servicios que á sus paisanos liabia prestado en la guerra
suyo, «Ion Javier de Mina, que liabia levantado una partida en «lo la Independencia, ofrecería á su mando ventajas de las «pie
Navarra, y eaido prisionero de los franceses, fué conducido al habían carecido sus predecesores.
otro lado del. Pirineo. Mitad por vocación, mitad debido al Fué por consecuencia su primor cuidado hablar á los navar­
sufragio «le los que habían sido compañeros, su tio, don Fran­ ros, como compatricio y amigo, y al ejército como podia hacerlo
cisco Jíspoz, se puso al frente de los dispersos de su sobrino, un jefe popular y favorito que había sido «le la. victoria. Las pro­
partida «pie fué engrosándose y adquirió en breve organización clamas «pie á los antedichos fines dirigió Mina al pueblo na­
y disciplina, llegando á ser ol azoto de los franceses y la pesa­ varro y á las tropas, reflejaban la confianza con que el ve­
dilla de sus generales en las dos orillas del Ebvo. El nombre terano caudillo, aunque entrado en años y falto de salud,
dui guerrillero navarro corrió parejas con los del Empecinado, acometía la empresa de pacificar la tierra en que nació y «le
Palali)X, AIcurez, .Porli«.-)', Manso y demás pundonorosos y fuer­ cuyos habitantes había sido el ídolo. Mas no dobia tardar el
tes patricios que so lanzaron ai campo profiriendo la immite jefe liberal en convencerse de que no es lo mismo presentarse
al deshonor de la patria, y cuya famael eco do un patriotismo como intérprete de una opinion y do sentimientos arraigados
exaltado popularizó en todos los ángulos de la Península. en el corazón de un pueblo, que la pretension de evocar re­
Espoz y Mina tira mariscal «le campo de los ejércitos nacio­ cuerdos do un pasado enteramente contrario á la penosa rea­
nal«-s cuando terminó la guerra de la Independencia. Habíase lidad que tenia «leíante. Allora era Zunialacárrogui pani los
ati lia«lo en el partido liberal desde el «.lia «ai que esto hubo navarros la que liabia sido Mina en la guerra de la Indepen­
alzado su bandera, y poco cortesano y no bien quisto en Ma- dencia, y así fué que la honrada palabra del liberal «le abo­
<lri«l, no queiló Mina satisfecho de un primor viaje que hizo á lengo, solo halló eco on los navarros que pensaban como él y
la capital imueiliafamento despues «1«; la vuelta de Fernan- cuya energía, entereza y valor llevado hast a el mas sublime
«lo Vil «le Yaluneey. De regreso á .Navarra concibió «.-l audaz heroísmo atestiguó la vigorosa defensa de Peralta y el lúgu­
proyecto «le hacerse dueño «le la plaza «le Pamplona y dealzar bre «Irania de los urbanos de Villafranca.
en ella «-I pendón de lit abolida. Constitución de 1812, plan «pie. Siempre al acocho «le cuantas coyunturas creía propicias
frustró la faltado «Mxiperaeionde los auxiliares con los «pie cre­ para sorprender ó dar golpes á sus enemigos, Zumalacárregui
yó contar en la plaza, «le cuyas resultas tuvo Mina<pio.cmigmr situó en la ribera al brigadier don Narciso Lopez «pie manda-
á Francia. En aipiel reino tlebióá. la protección do Luis XVIII ha un brillante cuerpo de caballería y tres batallones, pero on
no verse preso y entregado á los agentes de Fernando Vil. voz «le aprovechar la ventaja que el arma en que era superior
.Mas no duró atpiella pasajera benevolencia del monarca fran­ le daba en campo raso, Lopez se encerró con su grato al abrigo
cés, pues viese poco despues arresi ado ol general por la policía, «lo los cañones «pie defendían á Sesma. La naturaleza del ter­
al misino l ieiupo «pie Io era el conde de Torello. Al recobrar reno no convidaba á un sitio que do prolongarse potlia traer
su libcrfail hallóse Mina «-n suma estrechez, cuyo alivio de­ sobre los carlistas el grueso do las tropas do la Heina. Así fue
bió á un situa«lo de Ò00 libras esterlinas «pie por mano del que se alejó Zumalacárn'gtii de la ribera dirigiéndose á Peral­
«Imple de Wellington 1«’ concedió el gobierno inglés. ta, importante villa do Navarra, en la que existia una milicia
El «listinguido lugar «pie ocupó Mina despues «pie el alza­ urbana entusiasta do la cansa de la Reina. El dia 8 do noviem­
miento nacional d«“ 1.“ de «-nero «lo 1S20 restableció la Consti­ bre so presenté cl general carlista ante la amenazada pubi ación
tución, es sobradamente familiar al público medianamente que ocupó sin dificultad en su parto baja no fortificada, ínte­
instruido, y seria por demás detenernos á sumariar, ya sean rin los urbanos parapetados en la iglesia so dispusieron á
los hechos políticos, ya los «le guerra «pie ilustraron á Mina hacer una desesperada defensa. Según la bárbara costumbre
como capitan generili «!«■ Cataluña, y en j«-(V de su ejército en «le aquella implacable guerra, apresuráronse los carlistas á
las des campañas que sostuvo en 1822 contra las firmones y acumular paja y luna para incendiar el fuerte que no les «-va
en 1822 «-«mi ra los franceses. Compel ido por la superiori« lad da«lo batir con artillería do sitio, «lo la «pie carecían. El coman­
dante do los urbanos don Fermin Jracheta, cuyo temple «lo
( 1) Véase «.-1documento miti). I. alma acreditó «pie no codia al de su terrible contrario, recibió
EDAT) MO DK It N A *13

sin qm; su levantado espíritu experimentase la menor flaqueza, lidad de profanar la casa de- Dios, quiso consultar á don (.Vir­
las dos siguientes comunicaciones que trajo al pié del fuerte ios, quien contestó, por mensaje de que fué portador el liaron
una anciana que había sido ama del intrépido comandante. de los Valles, que se in ceì idi use <i. templa si m> se rirndiiin
Jai primera de aquellas decía así: «Ejército de Cirios Y, lí-ey las itwbaiios i iini.ediiitti.meule.
de. España. ¡Insensatos! conoced vuestro engaño; reconoced á Hé aquí los patéticos términos en que refiero el Sr. Pira-
vuestro legítimo Itey: deponed las armas, entregaos y obten­ la el episodio «pie coronó la gloriosa defensa de los urbanos
dréis el perdón. Si no lo hacéis en el término do un cuarto de de Villafranca. «El soberano mandato fué exactamente cum­
hura, antes do pocos momentos vais á ser abrasados. Cuartel plido, y las llamas se apoderaron en breve de la parroquia,
general de Peralta S do noviembre do 1K31.—El comandante quedando solo la torre que, coiño formada de ladrillo, no era.
general don Tomás Zumalacárregui.—A los que se encierran accesible á las llamas. Pero aunque resguardados del luego,el
tai el fuerte de esta villa.» humo ahogaba- á los defensores, y temiendo por sus mujeres
El segundo mensaje estaba concebido en los términos si­ y sus hijos imploraron de Zumalacárregui permitiese la salida
guientes: «La amistad y el recuerdo de lo que debo á su tía de aquellos séres inofensivos. Concedióla el jefe carlista-, y al
cìe V. ponen la pluma en mi mano. Oiga Y. mi consejo y des­ amanecer bajaron por escalas de cuerda las mujeres y los
pues iiaga lo que guste. Su perdición, sino se entrega es segu­ niños.»
ra: ningún auxilio debe Y. esperar. Evíteme V. dar un pesar Repugnancia causa escribir cuál fué la acogida que recibie­
¡í. personas que estimo. Es do Y. amigo apasionado, que ron las esposas de los urbanos, castigadas á latigazos al salir
]!. S. M. Juan Antonio Zaviátegui. (El general es inexorable.) del fuerte. «Venia entro ellas—dice, en su libro el general Za-
A don Fermin Iraclieta E. P. M.» riátegui—la llamada Claudia, esposa del jefe de los urbanos,
Consignadas como acaban de serlo las intimaciones dirigi­ la que á la pálida luz de las antorchas y do las llamas quo
das al denodado vecino de. Peralta, debe'igualmente serlo arrojaba el edificio, ofrueia una copia del retrato que los pin­
su noble y levantada contestación. tores hacen de la romana Lucrecia; pues á su hermosa figura,
«Un voto solemne con que me ligué desde el instante en añadía Claudia la circunstancia «lu traer descubierta una heri­
que tomé las armas, será siempre mi guia: tal es morir por da que enrojecía de sangre: su blanco pecho.»
Isabel II, y con este sacrificio no llenaría lo que exige de mí Coni] »olidos por la sofocación producida por el espesor del
la gratitud á tan augusta persona: estos mismos sentimientos humo que circundaba la torre, los urbanos pidieron cuartel,
animan á toda la guarnición. Fuerte de Peralta 8 de noviem­ que les fué denegado. En semejante trance, y libres de la pre­
bre de 1834.—El comandante, Fermin Iraeheta.—A don To­ sencia de sus esposas é hijos, resolvieron continuar defendién­
más de Zumalacárregui.» dose y lo hicieron con acrecentado ardor duranti! todo el dia.
A esta contestación acompañaba la dirigida á Zariátogui y Llegada la noche sin poder en ella-esperar descanso, redoblaba
que decía como sigue: «Sr. don Juan Antonio: Nunca manché su angustia por el sofocante humo que los asfixiaba y el in­
mi conducta uon ninguna, debilidad y mi existencia la mira­ soportable calor amenazaba derretir sus cuerpos. No cedieron
ria como un oprobio si solo me ocurriese la idea de rendirme. sin embargo, y el sol del siguiente dia los hallé dispuestos á
En mi muerte solo fundará V. la victoria: esto es mi deber, dejarse matar. «Foro no contaban aquellos desgraciados—dice
sin que el temor de encontrarla sea capaz de arredrarme ni á el señor Pi rala—con que los faltaria suelo que pisar. Habíase
ninguno de esta guarnición. Es de V. S. S. Q. B. S. II. Fermin este calcinado de tal manera, que no podía ya sostener las
Iraeheta.» plantas de aquellos valientes, ni evitarles una lenta y horrible
El alma verdaderamente heroica del que suscribía las ante­ muerto. Bajaron de la torre los que no habían perecido en la
riores líneas estaba destinada á pasar por una prueba que co­ defensa, siendo todos inhumanamente fusilados al presentar­
loca su honrado esfuerzo al nivel del inmortal renombre ad­ se ante el enemigo.»
quirido por Guzman el Bueno, en su legendaria defensa de Hechos de la clase de los quo ennoblecieron la defensa de
Tarilo. Peralta y de Villafranca, merece de la historia el lugar que
Apreciador de lo que valia Iraeheta por el concepto de que habrán do ocupar siempre en la memoria de las generaciones
disimi aba en el país, Zumalacárregui quiso hacerla última venideras.
prueba de hasta dónde podia llegar la firmeza de su paisano, Interin el general Mina llegado que hubo, como se ha dicho,
é hizo ir á su presencia al pié del muro del fuerte á la esposa ;í- Pamplona, se ocupaba en ganar la confianza de sus paisanos
de su defensor, que anegada, en lágrimas imploró de su mari­ y tomaba conocimiento do los elementos militares y adminis­
do no diese lugar á que, pegado que fuese fuego á la iglesia, trativos de que podia disponer para hacer frente á la. ardua
no hubiese salvación para ninguno de sus defensores. Pero el empresa que tenia á su cargo, Espartero con la incansable ac­
fuerte castellano, allogando los gritos de su atribulado corazón, tividad que supo desplegar conio general de division, no dejó
intimó á su ainada compañera á que se retirase sino (pieria sosiego á los carlistas en el territorio de su mando, y en com­
sufrir los disparos que iba á ordenar. Llegadas las cosas á este binación con M arte logró mas de una vez batir á Castor, en
extremo parapetáronse los sitiadores al abrigo de filas de col­ Peñavioja de Orí hiña, y en la Peña, de Gobea.
chones que dispusieron parasti resguardo y cruzáronse las des­ »Sorprendido por entonces en los montes de Borri el presbí­
cargas de unos y de otros basta bien entrada la noche. Apro­ tero Barreneehe, beneficiado de Durango, sufrió la conum
vechóse de su oscuridad Iraeheta para des! m ir una escalera tviste suerte que corrían los prisioneros de ambos bandos.
(pie daba acceso al fuerte, precaución que no haciendo posi­ No tardó en conocer el nuevo general en jefe del ejército de
ble el asalto, decidió á Zumalacárregui en la siguiente maña­ la Reina' no ser suficiente los medios de que disponía pura
na á abandonar el sitio, no sin antes haber entregado al realizar las esperanzas que en él habían fundado el gobierno
incendio la población, hecho derramar el contenido de las y la familia liberal. En sus comunicaciones pidiendo con ansia,
cubas de vino, principal riqueza de Peralta, y entregado al dinero y refuerzos, aconsejaba, á fin de obtenerlos mas pron­
destrozo los muebles de sus habitaciones. to, que se desguarneciesen los puntos menos expuestos, car­
No fué menor, aunque sí mas lamentable el heroísmo do la gando, decia, todas las fuerzas á aquellas provincias, «piles
defensa que los urbanos do Villafranca opusieron al ataque ahogada que sea aquí la guerra no debe dar cuidado 1:. que
(pie siguió al de Peralta. Al aproximarse los carlistas, encer­ arde en las deraá-s provincias.» «Cada dia, cada hora, cada
ráronse los urbanos en la iglesia que dominaba el pueblo, y momento—anadia en otra de sus comunicaciones a-l gobierno,
rompieron el fuego contra los sitiadores. Estos colocaron dos —me veo mas apurado; no hay en estos almacenes nada de
cuñónos á la puerta del templo, haciéndose dueños do su en­ lo necesario para el servicio;en la Tesorería- no hay dinero, ni
trada, cuando los urbanos lejos de intimidarse se guarecieron en la plaza las tropas que se requieren, aunque sí muchos
en la torre, llevando consigo á sus mujeres dignas émulas del oficiales y asistentes que comen el pansiu ganarlo. El ejército
heroísmo do sus maridos. Tros veces fué intimada á est.os la que está en movimiento se reluce á dos eoluiniias que no
rendición sin que su esfuerzo cediese ante el peligro. Irritado pueden atender á todos los puntos por donde circula y se en­
Euinulacárregui do tan obstinada resistencia determinó pegar señorea Zumalacárregui; la tercera, quo opera en la Ribera, se
luego á la iglesia, pero antes do tomar sobro sí la responsabi­ halla acosada por este; y yo aquí sin poder moverme ni oiga-
U llISTOÌtTA nie ES TAÑA

iiiz a r fim rzns. S u n p re c isa s tr o p a s <lo refre sco , y n o «lobo p e r ­ Comprometido se hallaba el éxito do la jornada, fino haber
d e rs e tie m p o ( !I sil en v ío .» el jefe de caballería don José Villalobos rehecho la fuerza de
Observaba también Mimi., ili hlos<; al Gobierno, que los este arma y contenido el ímpetu del enemigo. Intervino en­
carlistas contaban ya. con caballi-vía, anua- do la. que hasta tonces en la acción el general Ormi, maniobrando de ninnerà
entonces so habían bullado basianto desprovistos, permitién­ quo hizo pen 1er al enemigo posiciones importantes, al mismo
dose en su consecuencia 1i ; h - i *i* correrías en la Ribera, á Jas tiempo que las fuerzas de (pie disponía Córdova protegían los
(|iie a.nl.es no se habían atrevido. movimientos de la caballería y resguardaban los equipajes del
Oirá ventaja, en. el orden de loselementos militares,liabian ejército. Hallábase la lucha en este estado, oliando aquel ge­
adquirido también los carlistas: empezaban á tener artillería, neral creyó deber disponer la retirada; pero sospechando
de la que fueron base dos cañones cogidos á O’Doile en Arrie ta, Ormi que la orden fuese motivada por el equivocado concep­
y la pieza, de que se hirieron dueños en Orbuycota, adquisi- to de ser enemigas las tropas de su propia brigada, par­
eiones mejoradas y allineitiadas por los importantes trabajos ticipó á Córdova que tenia empeñada la acción y era impor­
de maestranza. organizados por dos hombres que i rajaron el tante no dejar escapar el momento decisivo, pues el enemigo
caudal de su ciencia en auxilio di1la cansa de don Carlos. Era se retiraba en derrota. Contestó Córdova á ese mensaje quo
i'l lino id olieia.1 de artillería Reina, que rozaba de aventajada reuniese Orafi sus fuerzas disponibles en apoyo del centro de
consideración en su cuerpo, y un profesor de química llamado su línea, al mismo tiempo que ordenaba que las compañías de
Mehla, quienes recociendo de los ])iieblos cuantos metales pu­ cazadores del regimiento del Infant,e, marchasen al pié de la
dieron haber:!, la mano, como almireces, calentadores y demás Peña Grande do Mendoza para envolver al enemigo. Movióse
elei-i ns de bronce, lograron á lluras penas fundir tres piezas Orafi sobre el centro, participando á Córdova que los disparos
de montaña, á las que se agregó un viejo cañón de hierro que que se hacían desde la indicada Peña partían do su brigada
se hallaba abandonado en una playa, el que afanosamente contra el flanco y espalda del enemigo. Continuó Ormi su mo­
Iraspoiiado :í la Sierra de Hrbaza, y ocultado en ella partí vimiento, consiguiendo desalojar á los carlistas del pueblo de
mayor seguridad, púsosele por los soldados el festivo nombre Mendaza, persiguiéndolos basta un bosque contiguo al camino
del ,/lmWii, alusivo á su deteriorado aspecto. do Azedo. Ya bien entrada la noche ocupé Orafi las eras de
Kl la de noviembre pasó Mina revista en las inmediaciones Moiulftza, donde poco despues llegó el general Córdova.
de Pamplona ¡I las fuerzas disponibles de su ejército, y tuvo La disputada acción do aquel dia costó considerables pérdi­
ocasión de observar el nada satisfactorio estado de equipo en das á ambos ejércitos, siendo mas considerable la experimen­
que los soldados se hallaban, faltos do abrigo para el entrante tada por los carlistas, pues calculóse que quedaron setecientos
invierno y bastante amortiguados de ánimo y de resolución. hombres fuera de combate. El parto dado al Gobierno de
Precisado, sin embargo, á no permanecer en la inacción, dis­ aquella acción por el general Córdova motivó una sentida
puso .Mina que (,V>rdova marchase en dirección de Estella en exposición de Orafi en queja de las apreciaciones contenidas en
observación de los movimientos de. ZmnalacáiTogui, ordenan­ el parte oficial do la batalla publicado en la Gaceta de JÍhulrid.
do al mismo tiempo al brigadier Lopez hiciese otro tanto desdo Lisonjeado Mina del resultado de las operaciones cuyo re­
beriii, con encargo á ambos de obrar en combinación enando lato precedo, (lió á luz una proclama al ejército dándole gracias
tratasen de operar. por su comportamiento, ofreciendo recompensas en nombre
El general Orafi filé enviado á los valles del Eaztan y de de la Reina, y estimulando ú las tropas á continuar sin des­
Kantlstebuii, donde logró hacer algunos prisioneros, y segui­ canso la serie de triunfos que el veterano general se complacía
damente marchó ií proteger un convoy procedente de Salva­ en esperar.
tierra. pues ya hacia t iempo que. el ejército do la Reina no Llevado de esta misma confianza, quiso también hablar á
tenia otro medio de proveer fi su subsistencia que el de dis­ los navarros, á les que dirigió una alocución en la que decia:
traer parle de las fuerzas de operaciones para acompañar los «;Desgraciados! ¿(pié esperáis de eso tirano extraño á vuestra
trasportes de víveres de un punto á otro. provincia que está sacrificando á su capricho y ambición á
Retenido en Pamplona por los cuidados de su cargo, no vuestros padres y fi vuestros hijos, ú vuestros hermanos y
menos que por el delicado estado de su salud, encomendó vuestras pequeñas fortunas? Las valientes tropas de mi mando
Mina, al general Córdova la dirección de las operaciones, pres­ harán justicia á ZumalacáiTegni: no os asociéis ¡í su suerte;
cribiendo á los demás jefes obrasen en combinación con él. abandonadle; acogeos á vuestro virey, á vuestro paisano, á
Destacado el general .1lorenzo de Pamplona á Tafalla y Vo- vuestro hermano; yo os salvaré, os protegeré y os daré la paz.
la.M-oain para dar custodia ¡í un convoy, viésu atacado por Empeño mi palabra y sabéis que esta no falta; testigos los
Eraso, pero oportunamente auxiliado por la columna al man­ campos do Solardo y Onzué: declaré guerra de exterminio á
do del coronel Ocaña, logró conjurar el peligro en que estuvo los obstinados, y exterminados han quedado en un solo dia
de perder el convoy. Reunidas las fuerzas do ambos jefes, mil y quinientos. Si experimentáis la misma suerte, vuestra
formalizóse una empeñada ludia que la historia ha clasificado será la culpa.»
con e| nombre de la deOnzné; hecho dearmas sangrientísimo, Ya tenemos anteriormente observado que no respondiendo
en el que ambos contendientes pelearon con tanto encarniza­ á los sent imientos liberales de Mina, los que abrigaban la gran
miento come valor, siendo el triunfo definitivamente de los mayoría do sus paisanos, hijos de prestarse estos al llama­
liberales, pues hubieron los carlistas de retirarse dejando dos­ miento del campeón de la guerra de la Independencia, solo
cientos murrios sobre el rumpo de batalla-. Sabedor del lance tenían oidos para escuchar la voz de Zmnalacárregui.
empeñado fino larga distancia de Pamplona, salió Mina con Llevado de su celo y cfo la inteligencia militar de que ya
una simple escolla á reunirse ¡í borei izo, á quien no tardó en tenia probado hallarse dotado el general Córdova, no se daba
encontrar vencedor y ulano de conducir intacto el convoy. por satisfecho con el. resultado de las acciones de Onzué y de
.El sol que lució el dia il de diciembre, en ipie tuvo lugar el Mondaza, y resolvió buscar nuevamente al enemigo, no menos
encuentro de que acabamos de dar enrula, iluminó census deseoso quo él de renovar el combate.
rayos otro hecho de armas de suma-importancia. Estacionaba Zumal acár regui en el pueblo do Arquijas, ocu­
Ocupaba Zmnalacárregui d valle de la P.errueza con trece pando el puente sobre el rio Kga, y conocedor de la situación
batallones y t rescientos caballos, y en su busca se dirigieron en que se hallaban sus contrarios por un parte de Córdova
la primera y segunda division del ejército al mando respectivo que acababa de interceptar, y cuyo contenido, por su impor­
de Còrdova y Ormi, pero estantío á. cargo del primero la direc­ tancia, y para el mayor esclarecimiento do las operaciones
ción de las operaciones. Aunque llegaron á. avistarse bastante reproducimos ( 1), esperaba tranquilo y confiado los movi­
entrado ya el dia. eon las fuerzas próximas fi chocar, deci­ mientos del adversario. Ordenó Córdova áO raáque practicase
didos. lo mismo Còrdova que Zumaliicánvgiii á no desapro­ un reconocimiento de las posiciones ocupadas por el enemigo,
vechar la ocasión de medir sus armas, trabaron la pelea á las y verificado que filé, meditó el plan de la acción qué iba fi
cuatro de la tarde. En avance di* la izquierda del ejército de provocar, esperanzado do un deeidido triunfo.
la Reina sobre <•! enemigo que ocupaba una loma, filé no solo
repelido, sino que produjo desorden en las lilas liberales. (1 ) V é a s e d o c u m e n to n ú m . I I .
EDA]} M O D E R N A 4ó
Tomando Zumalacárregui por base de sus operaciones ol paba la altura do la izquierda. Perdidas que fueron por los
puente de Arquijas, distribuyó sus fuerzas de manera que carlistas estas posiciones abandonaron las demás, logrando
pudiese atender ventajosamente á todos los puntos por donde Oraá abrirse paso, saliendo del desfiladero sin ser inquietado
podía ser atacado, y al mismo tiempo tomar la iniciativa tie y recogiendo los heridos, entraba á las siete de la murlio en
movimientos ofensivos que era su táctica favorita. Por su Ziíiiiga, punto que acababa do sor cuartel general de Zumala-
paite Còrd ova juzgó quo podia sacar partido de la disposición cárregui.
en que el enemigo habia colocado sus fuerzas, figurándose que, Antes de que terminara la batalla ambos ejércitos se liai la-
en caso do ser batido, no quedaba á Zumalacárregui otra reti­ ron faltos de municionas, motivo que en gran parto ocasionó
rada que por los valles de Larra y Arana, en cuya dirección Ja retirada de Zumalacárregui en dirección á Grbizu.
creyó ya poder completar la derrota del enemigo. Córdova, que como hemos visto se ausentó con la fuerza de
Los hechos subsiguientes que menoscabaron los resultados su inmediato mando del campo de batalla antes que termina­
que Còrd*»va esperaba de sus disposiciones, dieron posterior­ se la aec-ion, llegó al anochecer á Los Arcos.
mente lugar á(¡nejasy árecíprocas recriminaciones éntreoste Los partes oficiales dados por los respectivos generales en
general y Ormi, controversia que, aunque sensible para la jefe al. gobierno de la Reina y al de don Carlos atenúan en
cansa de la Reina, en nada empañaba la clara reputación do gran manera las pérdidas reciprocamente experimentadas.
ambos jefes. Pero dando crédito á los prolijos datos y esmerados informes
Entrada la mañana del siguiente día, supo Zumalacárregui del señor Pirula, puede admitirse que la baja para ambos ejér­
que Cór<lova al frente de una do sus divisiones se ballai »a acam­ citos filó de quinientas plazas.
pado á la falda del monte de Arquijas dirigiéndose otra division La empeñada batalla do Arquijas y que confiadamente es­
por el puente de Acedo hacia Valdclana, amenazando su flan­ peró Zumalacárregui hubiera sido una jornada decisil a para
co izquierdo por retaguardia. L'na hora despues vio bajar la el triunfo do su causa, no llegó á realizar, como se ve, el atre­
división que conducía Córdova por la Ermita de Arquijas Ini­ vido ideal del caudillo navarro, el que do haber salido vence­
cia el puente, donde encontró el general de la Reina, la. mas dor cual creyó que lo seria so lisonjeaba, con la perspectiva
tenaz resistencia opuesta por los batallones navarros reforza­ de haber emprendido su marcha victoriosa sobre la capital
dos por los tercios guipuzcoanos y por la caballería carlista. del reino; extravío de su juicio, hijo de su exagerada aprecia­
Trabóse una mortífera lucha que duró varias lloras, sin que ción de las rivalidades que 'existían entro los jeí'es del ejér­
Córdova lograse apoderarse del puente. cito de la Reina. Tampoco piulo prever que faltas imputadas
Serian las tres do la tarde, cuando aproximándose á (Ias­ á Iturraldo en la ejecución do movimientos decisivos, junta­
tium oyó Orati fuego en la dirección del puente, y al momento mente con la pericia y arrojo del general Oraá, reparasen á
dispuso que sois compañías de cazadores, álas qtie acompaña­ la vez que la equivocación del general Córdova retirándose
ba su jefe de estarlo mayor don Manuel de la Concha, tornasen del campo de batalla antes que Ja acción terminase, el doble
las alturas de Valdclana, ínterin él con su división marchaba menoscabo do los planes concebidos por los generales do am­
á caer sobre el flaneo y retaguardia de los carlistas, á los que bos ejércitos.
consideraba hallarse á las manos con Córdoba, creencia en la Hemos llegado al final del año do 1H34 y dado una idea que
(¡no fué confirmado por haberse encontrado al salir de Llano juzgamos bastante clara y comprensiva del carácter y exten­
de P.arrabia con un batallón enemigo en dispersion y que le sion de la lucha empeñada entre los dos grandes partidos
pareció venia perseguido por fuerzas de Córdoba. Poro tupiel cuyo encarnizamiento debía durante seis años mas continuar
batallón no venia buido como supuso Orati, y puesto en for­ ensangrentando el suelo pàtrio.
mación y aprovechando los accidentes del terreno, hizo fron­ liemos procurado ser sobrios de pormenores no esenciales
te á est*;, general, dando tiempo á que, provenido Zumalacár­ al propósito de transcribir fielmente el .completo y razonado
regui «le los movimientos de Orati, enviase en auxilio del cuadro de desenvolvimiento y resultados de la guerra. Corta­
comprometido batallón á Iturraldo y á Villareal eon fuerzas do nuestro relato de los hechos ile armas acaecidos en la se­
superiores, refuerzo cuya oportunidad comprometia ol éxito gunda mitad del antedicho año, hemos debido dar su corres­
con que Orad habia contado, é inspiró á este entendido cuan­ pondiente lugar á los sucesos de orden político que con la
to valiente jefe la resolución de ponerse al frente del regi­ cuida de Zua-Bermudoz, la formación del gabinete Martinez
miento de Soria, avanzando á paso de ataque á tomar las de la Rosa y la promulgación del Estatuto Keal llenaron los
posiciones intermedias, y conseguido que lo hubo, ordenó al últimos meses de dicho año, durante los cuales estuvieron
jefe Malvar que atacase el centro carlista. Sin dispartir uu abiertas las Cortes del reino.
tiro, dice en sus memorias el gemerai Orad, fué tomada á la Todavía tendremos que ocuparnos de otros trabajos que
bayoneta la posición principal; cuando desgraciadamente la completaron la primera legislatura de ambos Estamentos, de­
equivocación de una orden expedida por dicho generili, dió jando sentada en este primer libro la situación en que queda­
lugar d que el segundo de Granaderos do la Guardia abandó­ ron los beligerantes despues ile las acciones deque acabamos
nasela importante posición de la Peña do la Gallina, dola que, de dar cuenta y que seguidas por diferentes movimientos do
apoderados los car-listas, lucieron un fuego mortífero sobre la menor importancia en Guipúzcoa y en Vizcaya, t erminaron
espalda y flanco de las fuerzas de Malvar. con el mes do diciembre, en cuyos postrimeros dias hubo una
Atendiendo á la necesidad del momento, y viendo avanzar tácita suspension de operaciones, la que aprovecharon don
tros batallones enemigos sobre la columna de Malvar, tuvo Carlos y Zumalacárregui on las Amczcuos para celebrar las
Orad que cambiar el frente de su ala izquierda. Mas no mejo­ t uestas de Navidad, inacción de la que participó el general Mina
ró en gran manera este movimiento el estado do la contienila, retirado en Pamplona, empeorado de salud, y atentamente
pues la noche habia sobrevenido, encontrándose Orad en un ocupado cu proveer á la seguridad de Jos convoyes, de los
barranco cuyas alturas dominaba el enemigo. «Nuestras tro­ que dependía la alimentación y ol aprovisionamiento de su
pas—dice esto genera]—tenían contra sí la doblo desventaja de ejército.
las posiciones y del número; situación que hacia mas compli­ DOCUMENTO NUM. I
cada el ignorar la posición de las demás columnas. Campai-
DANDO DE ZtniAI.ACÁllKEGUr
en aquellos momentos no lo permitia lo crudo de la estación,
ni el cuidado do los lloridos. Retirarse tampoco podia hacerse Don Carlos V, por la gracia de Dios, Roy de» las Españas, y
á la vista de un contrario tan osado, y porque semejante re­ en su nombro don 'Tomás Zmmilaeárrogui, teniente general
tirada hubiera siilo de funestas consecuencias pani nuestras de sus reales ejércitos, comandante general do Navarra y jefe
armas.» del estad*» mayor genomi, ote. Despues de censurai- acerbamen­
No quedaba otra alternativa al bizarro jefe que la que se te á Lorenzo, Quesada y Rodil, continúa: «En tal estado, d e ­
resolvió á tomar. Reconcentró sus fuerzas, y poniéndose al jando áu n lado todos los miramientos y consideraciones qin¡
frente do ellas dió una carga á la bayoneta apoderándose do hasta aquí he tenido con los enemigos y usando de la ley de
la posición central del enemigo, é ínterin formaban las com­ represalias, he decretado io siguiente:
pañías do cazadores en su cresta, ol regimiento de Soria ocu­ «Artículo primero. Todos los prisioneros que se hagan al
•Hi H I S T O R I A DE E S P A Ñ A

enemigo, scan de la dase y graduación que fueren, serán pa- ■


sad<>s por las armas, como traidores á su legít imo soberano. DOCUMENTO NUM. II
»Ari. 2." Se mineará desde hu-go en cada- uno de los bala-
J’AltTE DE CÚ11D 0 VA INTERCEPTADO POR ZUMALACá RREGUI
lluiies el emblema y la inscripción l'w lo r in ú Ahai ríe, como
el únle.o blanco á que aspira el ejercito que está á mis órde-
ni'K, c u y a in s ig n ia p e rs e v e ra rá b a s ta q u e el e n e m ig o r e d a m e «Número 11: Exorno. Sr.: El brigadier Oraá que partió ayer
p o r c o n v e n io la co n c e sió n «le c u a rte l. según y para lo que dijeá V. E. regresó á pernoctar á Soñada,
»Art. :5.” Siendo muy repi·l ¡«las las pruebas de adhesion á por haber llegado al oscurecer al puente de Arquijas, de don­
la justa causa «pie «lesile las lilas enemigas presold,an muchos de descubrió los vivaques del enemigo en la barranca de San­
«le los «pie cuentan y vii-ndo al mismo tiempo la imposibili­ ta Cruz; la cual le ofrece en todos conceptos muchas ventajas
dad «le «pie algunos «|e estos abandonen inmediatamente. las pa va reorganizar sus cuerpos y reunir su gente. Le he mandado
bamleras «le la. rebelión por la m ndia vigilancia do sus joles, permanecer en Seriada. El convoy do heridos ha salido con Gar­
en virtud de las facultades con «|im me liallo autorizado por rea este mediodía para Viana y Logroño, do suerte que maña­
«-I gobierno, y con arreglo á sus benéficas intenciones, no solo na prosigo mis operaciones, y espero atacar y batir de nuevo
acogen-romo basta ahora á todos lets quo se me presenten, ¡il enemigo. Escribo al general Manso para que Bedoya venga
sitio que además los distinguiré según sus méritos y servicios á la Ribera á cooperar á mis operaciones siendo completamen­
prestados. te nula aquella fuerza on las Riojas; y también al comandan­
»Art. I." No solo dejo en su fuerza y vigor mis circulares te general de las provincias, pava que juntos Latro y Jáuro-
ivlat ivas al rigoroso himplen de las plazas y puntos fortificados gui que no tienen ocupación importante se reúnan y manio­
por el enemigo, sino «pie i-ncargo la mas exacta observancia. bren por la parte de Salvatierra; pero no cuento con el éxito
Art. r>." I.os alcaldes, regidores y demás miembros do jus­ de («stas invitaciones, y mientras nuestros fuerzas no trabajen
ticia- «pu- dreulen las órdenes d d gobierno revolucionario simultáneamente, los resultados no serán, aunque sean felices,
serán pasados por las armas y lo mismo cuantos hablen y tan decisivos y completos como podrían ser para la conclu­
sostengan por escrito la rebelión. sion do la guerra.
»Art. ti." Los comluctores de los pib-gos que contengan las Me faltan jefes inteligentes y decididos en todas partes: este
Indicadas órdenes, sean estas manuscribís ó impresas, siendo es el mayor obstáculo para la subdivision de fuerza. Los que
contrarias al Hoy nuestro señor, serán en el acto pasados por hay son como son: los que necesito no tengo donde tomarlos.
las armas. Las justicias apenas recibirán dichas órdenes debe­ Ha empezado á novar. El enemigo seguia hasta esta mañana
rán quemarlas, y en caso de retenerlas sufrirán pona de muerte. en la barranca de Santa Cruz.
»Art. 1." Se declaran traidores los alcaldes y demás indi­ Los coroneles Aranguven y L'Espinacc, y el teniente coro­
viduos que dieren parti; al enemigo del movimiento de las nel de caballería Lamidor con otros oficiales facciosos queda­
tropas leales, y como tales serán pasados por las armas. ron en el campo de batalla: otros dos jefes fueron retirados
»Art. K." Los alcaldes y cualesquiera otras personas dene­ muy mal. heridos.
garán ¡d rebel·lo Lorenzo las noticias y listas de los volunta­ Espero que mañana ó pasado hemos de dar otro dia do
rlos «pie. les exige en el art. 1." del cit ado bando y los contra­ gloria para nuestras armas, pero no puedo dejar do hacer pre­
ventores serán pasados por las armas. V á fin de que nadie sento á V. E. que la estación y las fatigas han agravado mis
pueda alegar ignorancia, ordeno y mando que est«; bando se achaques habituales; necesito algunos dias de descanso del
publiqiu- y lije en las ciudad«;s, villas y lugana de este reino, que absolutamente carezco hace tres dias. Sin él no tardaría
remit ¡«'tíllese al efecto los ejemplares necesarios, cuyo recibo eii quedarme en cualquier fuerte.
so acusará por la respectiva justicia, y á mayor abundamiento Dios guarde V. E. muchos aims.—Los Arcos 14 do diciem­
se ini roí luzcan y disi-minen en los puntos dominados por la bre de 1S:M, a la s dos de la tarde.—Kxcmo. Sr.—Luis Fer­
(ropa, eimiiiiga. Cuartel general de Leemidx-rri, ]." de noviem­ nandez de Córdova.—Excmo. Sr. general en jefe del ejército
bre de bv:il.— Tomón (/(.' Z lliiialiICti iTíUJIbi.)) do operaciones.»

LIBRO SEGUNDO
LA REVOLUCION Y LA GUERRA GASTAN EL PRESTIGIO DE LA GOBERNADORA

C A P IT U L O P R IM E R O aquel digno jefe ante la dificultad de hacer frente con sufi­


cientes modios á las perspectivas de disgustos y menoscabos
Decadencia del régimen del E statu to que no podrían menos de seguirse de la insuficiencia de tro­
pas veteranas para sofocar la guerra civil que ardía en una
Dobles in triá is minist,eriales y oposicionistas.—El 1S (le (iiiern de 183f>.
— Asalto y toma «loi principal.—Muerto <la«,la al capitan general do
buena parto do las provincias del reino; al mismo tiempo que
Madrid.—Capitulación y triunfo de los sublevados.—Consecuencias el claro juicio del general se alarmaba o;n presencia de la des­
de la jornada de lis de enero. unión ya latent«.; en las filas del partido reformador.
En reemplazo de Zarco del Vallo fu ó llamado el capitan
E l a ñ o c u y o c ua« lm h is té r ic c a c a b a m o s «I«.; b o s q u e ja r, 1in h ia general do Cataluña don Manuel Llauder, el que según lian
elaborali«) e n su s e n o lo qm* p u d ie ra lla m a rs e «i fe to « b i a ñ o podido observar los lectores, había desplegado en aquel man­
«pie ib a á, siico d o rb -, a p re c ia c ió n q u e n o pe« Irá si-v c a lific a d a do do grande actividad y un celo en defensa de la causa de la
lig e ra p o r lo s h o m b r e s reflex iv o s. q u e n o p o d r á n m e n o s d o Reina, que hacia en gran parto olvidar los servicios que al
n eoiioiu-r e n la b u ló le «le lo s su c e so s d e «|iie v am o s á d a r absolutismo tenia prestados. Foro aunque nombrado en los
c u e n ta la s c o n s e c u e n c ia s ló g ic a s «b-l c lx n p ie d«- e n c o n tra d o s primeros dias de noviembre del año anterior, no se presentó
cb nn-ni os qiu- p r o d u je r o n la co lisió n d e p a s io n e s y d e in i «-ro­ Llauder en Madrid hasta mediados de diciembre.
si s qm - v a n e s á v e r irse su c e s iv a y rá p id a n u -n le d e s e n v o l­ Muy pronto hizo ver el nuevo ministro que abrigaba alti­
v ien d o . El g t-n e ra l Z a rc o <1«-1 Valí«- h a b ía aban«lona«lo el m i­ vas aspiraciones. No se equivocaba en creer que la situación
n is te r io de. la G u e r ra , p m -sk i para- el q u e f ni i c o m p e ic u tn lo del gabinete ora débil, y que el estado de los negocios públi­
Inician su <-xp«TÍi'iieia y su v a s ta «-nidiciim m ilita r. K etro ced ió cos, y sobre lodo el que presentaba la guerra, requerían una
edad moderna •17
unidad de miras y un vigor que no conceptuó hallar en sus Conseguido el arresto de las autoridades, un grueso grupo
compañeros, toda vez que no tardaron en suscitarse celos y de paisanaje, so. dirigiría á la plaza do Oriente, y allí se desig­
rivalidades entre ellos île que también so hicieron eco los pe­ naría la comisión que debía presentarse en palacio á suplicar
riódicos conceptuados com o órganos de la mayoría del gabine­ reverent,emente á S. M. que se dignase sancionar las peticio­
te. El género de supremacía á que Llauder aspiraba requería nes elevadas al trono por el Estamento de Procuradores, al
otros antecedentes y un concepto liberal mas pronunciado que mismo tiempo que pediría ia exoneración ile los ministros
el de que gozaba el nuevo ministro de la Guerra, el cual, si qué se sabia ser contrarios á quo S. M. hubiese sancionado las
bien habia logrado inspirar confianza á los catalanes, no se la antedichas peticiones, debiendo coronar la obra la presenta­
infundía á los antiguos constitucionales ni á la s influencias ción de una candidatura para la formación do un nuevo mi­
imperantes en la- opinion. nisterio y la expedición de un decreto que lian naso á las armas
l.)e este estado de cosas surgió una doble corriente de pro­ á todos los españoles, para que merced á este supremo esfuer­
vectos y do planes, alimentados por el propósito del ministro zo se consiguiese poner término á la guerra civil. Conseguido
ilo la Guerra dii supeditar á su acción la de sus compañeros y quo todo esto hubiese sido, las tropas pronunciadas volverían
por parto de estos por el deseo de deshacerse de un competi­ á sus cuarteles, quedando en el principal bastaci dia siguien­
dor. No tardaron los liberales avanzados que minaban la oxis- te la mitad do la fuerza .sacada por Carderò, al mismo tiempo
tencia del gabinete en utilizar las disposiciones de su mayoría que medio batallón de cada uno de los de la milicia permane­
contra el ministro de la Guerra, sirviéndose al efecto do la cerían en los puntos que hubiesen ocupado durante el movi­
excitación de que este era objeto, para allegar elementos con miento. El general Quiroga era el designado para la capitanía
los que brindaron á los rivales de Llauder, pero que en reali­ general de Castilla la Nueva. Los ministros y Cantarne debe­
dad se dirigían á dar al trasto con la situación. rían salir desterrados.
No tardaron en ponerse de acuerdo los que á este Un cami­ Tal era el plan de la insurrección que debia estallar y
naban, fraguando la conspiración que debía coronar sus tra­ estalló en efecto con las modificaciones que mas mídante
bajos. Para su éxito podían contar con la cooperación tácita veremos y en cuya sumaría exposición, liemos hasta aquí se­
ó material de los descontentos del regimini del Estai,uto, que guido los prolijos datos de que abunda la frecuentemente ci­
á todo trance aspiraban á sustituirlo con un estado do cosas tada Historia de la guerra civil.
mas francamente liberal. En el precedente libro queda con­ Al lado de esta conspiración liberal se tramaba otra inspi­
signado, que contrariamente á lo que el gobierno se habia rada por los compañeros de Llauder, secundada por la prensa
propuesto, la creación de la milicia urbana en vez do haber amiga de estos, y favorecida, aunque no abiertamente, por la
sido, á imitación de la planteada on Francia por Luis Felipe, complacencia del general Quesada, comandante general de la
un elemento conservador, habia engrosado sus filas con lo Guardia Real y rival del ministro de la Guerra. Mas, como
mas ardiente de las agrupaciones liberales y constituía para antes queda indicado, los fraguadores del movimiento en sen­
el gabinete, no ya un apoyo, sino un embarazo que no tardó tido mas pronunciado, apercibidos de los manejos ministeria­
vu degenerar en peligro. les, fingieron unirse á ellos para mejor llevar á cabo sus pro­
Seguros los conspiradores de hallar calor y arrimo en per­ pias miras, y aprovechándose de estar en el secreto de sus
sonajes de, importancia, que aunque no daban la cara al mo­ aliados aparentes y adversarios en i-calidad, resolvieron salir-
vimiento, so comprometían á cooperar á su éxito en cuanto les al encuentro, como en efecto consiguieron realizarlo en
hubiese adquirido forma y concertado medios do ejecución, una última reunion á la que asistió Carderò y á la que supo
avanzaron á mas, considerando llegado el momento de lan­ este comunicar el ardor y resolución que á él mismo lo ani­
zarse á la acción. El móvil que buscaban no tardó en presen­ maban. — «Convengamos, les dijo, en llevar á efecto nuestro
társeles en la persona de un oficial subalterno, cuya carencia plan el mismo dia y á la misma hora que para el suyo han
do posición ostensible compensaba en demasía su resolución señalado los moderados; mostremos nuestro deseo do apoyar
y la energía de su carácter. Don Cayetano Carderò, ayudante su proyecto; presentemos en lugar de los grupos auxiliares
del regimiento de Aragon, fué el Deus ex m achina dispuesto que les hemos ofrecido, grandes masas populares; que los ur­
á aplicar la mocha que debia producir la explosion. banos que hasta ahora se han resistido á tomar parte acti­
Quedó acordado entre los conspiradores que el plan concer­ va arrastren ú sus demás compañeros de la milicia y habre­
tado se llevaria á efecto en la madrugada del próximo dia mos conseguido el triunfo.»
festivo, para mejor ejecutarlo áhora en que las callos no estu­ Electrizados por esta apasionada alocución, y siguiendo sus
viesen muy concurridas y pudieran verse mas libres de cu­ inspiraciones, aplazaron los congregados hasta el siguiente dia
riosos los encargados de la ejecución. En su consecuencia el definitivo acuerdo. Túvose en efecto la nueva junta, á la que
quedó convenido, que la fuerza del regimiento de Aragon que no asistió un personaje'de mucha cuenta temeroso de compro­
.se comprometió Carderò á sacar del cuartel, so presentaria á meterse demasiado; ni á la que tampoco asistió el general don
lu hora señalada en la Puerta del Sol, ínterin una compañía Antonio Quiroga, aunque participó que se adhería á lo que la
de otro cuerpo que habia entrado en el plan se dirigiría á mayoría resolviese y que él ratificaba, asegurando que se con­
casa del capitan general Canterai1., á quien se constituiria en tase con su cooperación para todo. Bastó esta-última seguridad
arresto, guardándole sin embargo toda clase de consideracio­ para que no se alterase la designación hecha de la persona de
nes, no siendo otro el objeto do esta medida que el de impe­ Quiroga para la capitanía general, reservándose para el gene­
dir que comunicase órdenes á los demás cuerpos de la guar­ ral Palarea el gobierno militar de Madrid, si bien se le exigía
nición. Un destacamento de urbanos engrosado por paisanos que so pusiese al frente de la milicia urbana.
en armas debia unirse á dicha compañía. Otro grupo igual­ Separáronse á seguida los conjurados á hora bastante avan­
mente do paisanos y ile urbanos debia marchar á las casas de zada de la noche, quedando citados para la madrugada del
los ministros para conducirlos arrestados al principal. La dia siguiente.
fuerza sacada por Carderò se apoderaría de este edificio, ocu­ En nada indicaba el aspecto exterior do la capital la proxi­
pando la Puerta del Sol, y acto continuo, las campanas de las midad de un movimiento. No era sin embargo un secreto que
iglesias debían sor echadas á vuelo, juntamente con el toque la autoridad no hubiese penetrado cl de que para «l dia si­
de. generala que, alarmando á la población, baria acudir á las guiente se tramaba algo. De ello dió conocimiento á Llauder
autoridades, cuyas órdenes no pudiendo ser ejecutadas, ase­ en la tardo del 17 el superintendente general de policía mar­
gurarían la inacción de las tropas que no habían sido ganadas qués de Yiliuna, quien sin embargo daba escasa importancia
en favor del movimiento. Cordones de paisanos estacionados al asunto, contentándose con indicar que bastaria avisar
desdo la Puerta del Sol hasta los puntos estratégicos ocupar al Capitan general, para que estuviese á la mira, advertencia
dos por los conjurados, les servirían de línea telegráfica. Con­ que surtió su efecto, toda vez que Cánteme se avistó con el
taban los últimos con la cooperación de jefes y oficiales de la superintendente aquella misma tarde.
milicia urbana, los que debiendo acudir á los puntos designa­ La Reina Gobernadora debia asistir por la noche á una fun­
dos favorecerían el pronunciamiento de las masas populares ción en el Conservatorio de música, acto al que la acompaña­
dispuestas á secundar la revolución. ron los ministros, poro que solo presenció Llauder, hasta las
Tono VI 8
-IH HISTORIA DE ESPAÑA

itoci* de la noche, ;í cuya hora se trasladó á su secretaría reti­ que haya víctimas. Tiempo es ya dc.rompev el dique do tanto
rándose nías tarde (le ella, sin tener c.onoc.iiniento de i|Ue la sufrimiento; seamos dignos hijos de la patria, que nos bende­
anunciada man itesi ación popular halan, anticipado la. hora en cirá cuando la hayamos salvado. ¡A las armas! Formen uste­
ipte debía veriliear.se, circunstancia «j<i>- no ignoraba el c-api- des las compañías dentro de sus cuadras respectivas; hablen
lan general. á los demás sargentos y cabos y vengan despues á tomar mis
l ’e ro ninguna de dichas autoridades, como (|neda dicho, órdenes.»
dalia importancia á la insurrección <pie la policía creía poder Hallábase Carderò revistando y animando á los soldados en
dominar sin dificultad. sus dormitorios, cuando recibió aviso do que el jefe de la pla­
Desde la víspera tenia concertado Carderò, con varios ofi­ na mayor del distrito, se hallaba á la puerta del cuartel y
ciales de su regimiento que á las cinco de la siguiente maña­ preguntaba por el ayudante. Corrió este al encuentro del su­
na estaria en ei cuartel para sacar do él la fuerza disponible, perior qne lo llamaba y que iba á saber si las patrullas esta­
de cuyo mando se encargaba á invitación de los oficiales sus ban prontas á salir, pues debía dar parte al Capitan general
compañeros y cediendo á las instancias de los sargentos pri­ de quo su orden se hallaba cumplida. Sin desconcertarse
meros de las compañías. Antes de retirarse á su alojamiento satisfízolo Carderò diciendo que todo estaba pronto, que para
situó Carderò en el cuartel al subteniente Hunda, hombre de poner las patrullas en movimiento solo esperaba la llegada do
loda su confianza, dejándole el encargo de participarle cual­ los oficiales que vivían lijos, pero que si tardaban, él y el sub­
quier novedad (pieocurriese. teniente Rueda ocuparían sus puestos. Tranquilizado por esta
I’.icii entrada la noche, y recogido ya Carderò, recibió orden respuesta el jefe no se apeó de su caballo y fue á dar cuenta
de presentarse inmediatamente en casa de su coronel, man­ al Capitan general do que sus órdenes sc 1tallaban del todo
dalo al que obedeció con el receloqtices de suponer, puro que cumplidas.
disipó el fono en qne le habló su jefe, manifestándolo que so No avisó Carderò, porque no eran de su confianza, á los
había descubierto una gran conspiración contra los ministros oficiales designados por el coronel para el servicio que habia
y que en su vista y á electo de provenir lo que de ella pudie­ dispuesto; reemplazólos por sargentos, á los que dió el santo
ra originarse, lo encargaba la ejecución dola siguiente orden: y seña con las instrucciones que el caso requeria, y dispuso
«A las cuatro de la mañana, decía esta, se hallarán cinco que saliesen las patrullas del cuartel á sus respectivos puntos,
patrullas compuestas de un oficial, un sargento y treinta pero con orden terminante de que al oir la primera campana­
hombres, las cuales deberán situarse en los puntos que á con­ da do las seis, marchasen á la Puerta del Sol á reunirse con su
tinuación se señalan, ó impedir todo desorden y reunion de ayudante y con Rueda, que de antemano estarían en el Princi­
gente en grupos; y caso de haber novedad, darsi inmediata­ pal. Otro grave inconveniente tuvo que salvar la inventiva y la
mente parte al capitan general, y dado caso de no haberla, sangre fria do (lardero antes de ver realizada la primeraparte
retírame, al cuartel, cuando se,an las siete de la mañana. de su propósito. El capitan de guardia extrañó que la fuerza
De su regreso darán parte al capitan do prevención, para que ¡mesta en movimiento excediese á la que podia redam ar el
este me lo comunique.» Terminaba la orden del coronel con servicio á que estaba destinada, y manifestó escrúpulos de
la designación do los puntos que debían ocupar las patrullas dejarla salir; nuevo apuro que conjuró el audaz ayudante, ex­
y damili los nombres de los oficiales que destinaba ám andar­ hibiendo una orden del coronel que lo autorizaba ¡i aumentar
las. Ill jefe ipie dictaba estas disposiciones, manifestó impulso la fuerza de las patrullas. A la cabeza de estas filé á situarse
de ir en persona al cuartel para vigilar.su cumplimiento,pero en la callo del Escorial donde mandó cargar los fusi les, dando
disuadióle de ello (lardero, mostrándose dispuesto á cintar órdon de retener, pero sin violencia, á los transeuntes que pu­
mules! ias á sn coronel á quien aseguró que no se movería del diesen presentarse y extrañar la estancia dola tropa en aquel
cuartel hasta que hubiesen salido las patrullas. Naturalmente paraje. Despidióse entonces de su gente dejando prevenido
inquieto de la responsabilidad que sobre él posaba corrió Car­ quo si oian las cinco y media sin verlo comparecer, marcha­
derò á casa de los principales de sus compañeros de conjura­ sen al Principal, aproximándose despacio y con cautela hasta
ción, mas no encontrando á ninguno, fuese seguidamente al saber que él y el alférez Rueda liabian dado en aquel pinito
cuartel, donde halló do vigilante á Rueda, y sin perder mo- el golpe que tenían meditado.
meiilo hizo llam ará los sargentos primeros y prevenir á los Ÿa en marcha para la Puerta del Sol, tuvo Carderò una ins­
oliciales comprimici ¡dos, la urgencia de que so presentasen en piración quo lo salvó del mayor de los escollos en que piulo
el cuartel. Habló á los sargentos con la decision y energía de­ haber fracasado su atrevido plan.
nn hombre que á todo se hallaba resuelto, excitó el patriotis­ Ocurrióse!« dar vista á la casa del coronel, y al aproximar­
mo de sus oyentes, revelándoles que el gobierno tenia el hilo se á ella tropezó con un soldado que llevaba á aquel un parte
de la Irania; que había perjuros que lo habían informado del del capitan de prevención dando cuenta del exceso do fuerza
dia y de la bora del movimiento, y que si no se apresuraban que creia habia sacado Carderò. Adivinando esto lo que el
á anticiparlo, se verían en el duro trance de tener que hacer parte podia contener, cogiólo de manos del soldado, dieiéj ído­
armas contra la manifestación popular. «Iün semejante con­ lo qne él mismo lo entregaria. Y cual si el destino fuese aque­
flicto. añadió, no nos queda otra al fornati va quo lade llevará lla noche cómplice do la audaz tentativa do Carderò, momen­
cabo ahora mismo nuestra empresa, á menos (pie no se con­ tos después, encontró á otro soldado, que de orden del Capitan
sideren ustedes fuera de compromiso en vista de la novedad generili iba á llamar al coronel del 2.° de ligeros. Prevalién­
que acabo de participarles, lo que espero de su patriotismo dose de su carácter do ayudante del cuerpo mandó al soldado
me lo manifiesten con franqueza.» volver á su cuartel, encargándose él mismo do llevar el men­
bus interpolados contestaron unánimemente que. seguirían saje al Capitan general, á cuya casa se dirigió en efecto y ad­
á su ayudante hasta- la. muai*'. Resueltamente sostenido Car­ mitido al momento á su prosecia, le manifestó estaban cum­
dem por el alférez Rueda y creciendo su emoción á medida plidas sus órdenes, pues habiendo encontrado al ordenanza
que se aproximaba el momento do obrar, añadió á numerado que iba á llamar al coronel, habia ido él mismo á buscarlo, y
epílogo; «¡Mientras mayores son los peligros mayor es la glo­ quo no habiéndolo encontrado por hallarse aquel recorriendo
ria en cumplir la palabra quo liemos empeñado. Si el gobier­ los puestos, venia á ponerse á las órdenes del general por si
no Irala de emd euer la revolución, hagámosle ver quo ni sus tenia algo urgente que ordenarle. Enteramente, satisfecho
disposiciones ni la muerte ñus arredran: ¿qué diñan los pa­ Cantera« del celo que Carderò ostentaba y de las contestacio­
triotas, si olvidos en nuestras promesas, vieran que no solo nes que le dió, dí.jolc que tenia entura confianza en su regi­
fallamos á ellas, sino (pío nos prestamos á ser opresores de miento, el que recibiría pruebas de la real munificencia, pues
nuestros hermanos oponiéndonos á un pronunciamiento (pie se preparaba un triunfo para las armas leales con el que los
va á derm! aval ministerio y á desini ir los abusos y desgra­ revolucionarios recibirían una dura lección y el gobierno que­
cias que su mando acarrea? Tamaña afrenta no la podría yo daria desembarazado de las asechanzas de los anarquistas, ter­
sufrir sin degradarme, y pueslo que la casualidad nos favore­ minando su plática el general previniendo á Carderò hides«
cí*, teniendo yo (pie dar cumplimiento á la órdon del poder, que se veuniesen los oficiales francos do servicio, que pusiese
sirvan sus mismas providencias á. nuestro plan y evitaremos la tropa sobre las armas y esperase sus órdenes,
KD AI) MO [)K li N A •tú
Kl ayudante, alma del movimiento, invirtió oí rosto do la esfuerzos de su energía para traer á los soldados á la obedien­
noche en buscar á los principales conjurados, y al oir el to­ cia, un deber de imparcialidad y de bien entendido eri ti rio
que do las cinco y media de la mañana hizo poner en libertad nos impele á descartar la versión del acreditado an for, seguii
á los transeúntes detenidos en la callo del Escorial y voló la cual don Cayetano Carderò se condujo con una longanimi­
presuroso al Principal. Llegado cerca de la Puerta del Sol, dad á toda prueba., entregándose por el contrario el general á
hizo alto el peloton que conducía Carderò, ínterin Ituoda, que actos mas propios de un energúmeno que de una autoridad
iba á la cabeza de otra patrulla, rendia el saute y seña que lo que lucha para hacerse respetar, jugando con energia- pero
fueron tomados con escrupulosidad, hallándose prevenido el con prudencia, un lance desesperado. El hedió histórico, la
comandante de la guardia de que viviese sobre aviso. Asegu­ incontrovertible veniali, no son otros quo el haberse perpe­
rado que húbose el último de que la fuerza recien llegada trado el asesinato de Canterac ínterin exhortaba á la tropa á
pertenecía al servicio do la plaza, mandó arrimar las armas á traerla al cumplimiento de su deber. El único punto que que­
su gente y concedió permiso á Rueda para (pie con la suya da oscuro es el de si las balas que atravesaron el pocho del
penetrase en el patio de correos. Carderò, que vigilaba de general, partieron por mandato ó espontáneamente de los fu­
cerca los incidentes de la primera escena del drama que iba siles de la tropa, ó si procedieron de los grujios do milicianos
á representarse, penetró rapidamente cu el edificio, interpo­ y paisanos que liabian penetrado en el patio de Correos. Como
niéndose con sus soldados entre las armas y los individuos quiera que fuese, ealifíqucsdo de imprudente ó de poco afoii 11-
de la guardia prontos á empuñarlas de nuevo. nado, el capitan general do Madrid filé en aquel (lia la volun­
Supeditada de este modo la acción del puesto que guardaba taria víctima de su acrisolado sentimiento del honor militar.
el Principal, fueron desarmados sus oficiales y encerrados en Despues de dejar tributado el homenaje de respeto á que
un cuarto, al mismo tiempo que la tropa lo fue en el cuerpo tiene derecho la memoria de un noble extranjero, que enfrailo
de guardia. Relevó en seguida Carderò á los centinelas, puso al servicio de España en sus mas tiernos años, habia llenado
otros suyos y colocó piquetes en los puntos estratégicos veci­ oon lucimiento su carrera militar y conquistado en el l ’eni
nos á la Casa de Correos. Al toque de la última campanada de laureles que nunca le disputó la envidia de sus enemigos;
las seis tenia ya reunida el protagonista de ia jornada, la fuerza procedente y lícito será observar quo al jefe sujterior de una
fot,al que habia sac.ai.lo riel cuartel, compuesta de setecientas guarnición en tiempos revueltos lo está impuesto el estrecho
y treinta, plazas. Pidió y obtuvo que le fuesen franqueadas deber de contar siempre con alguna fuerza de su entera con­
(odas las habitaciones del edificio, en bus que colocó tiradores, fianza, sobre la fidelidad de cuyos oficiales y soldados jmeda
y formado oL resto de la fuerza en el patio, la arengó con fuego contar en los momentos do mayor apuro. De esto cuidaron
conminándolos con el respeto de la propiedad, pues un papel siempre los caudillos precavidos, que como Mina, Zumalacár-
que viniese á faltar lo decidiría á quitarse la vida, que ambi­ regni, Narvaez y O’Donnell jamás se encontraron solos, cuan­
cionaba sacrificar, 'solo en defensa do la libertad y de la do tuvieron en frente una rebelión que reprimir.
Reina. De manos del cadáver aun caliente del capitan general,
Iban en el entre tanto llegando al Principal empleados de recogió Carderò cl sable que le habia sido arrebatado, haciendo
policía-que requerían fuerza para efectuar prisiones, los que conducir la inanimada víctima del lúgubre drama á una de
ni verso detenidos y presos por tropas que creian fieles al Go­ las piezas que daban al patio de Correos, cuyo edificio hizo
bierno, se deshacían en recriminaciones confira los revolucio­ evacuar por los paisanos y del que voluntariamente se retira­
narios atribuyendo á una equivocación el vejamen que sufrian. ron no pocos de los curiosos'quo habían acudido y cuyo celo
Presentóse también el jefe de estado mayor á quien cupo igual entibiaba el temor de las consecuencias (le los hechos de que
suerte. A poco llegó el grupo de paisanos encargados de ir á acababan de ser espectadores.
i-asa de.l Capitan general y operar su arresto, disculpándose Quedado solo con los suyos en el edificio y no presentándose
de no haberlo efectuado porno haber comparecido el jcfeqnc á unírsele los jefes y oficiales ele la guarnición que habían
debía mandarlos, el cual su presentó momentos despues que­ ofrecido secundar el movimiento, ni recibiendo tampoco aviso
jándose de no haber hallado la gente en su puesto. A todos do que los urbanos, con la cooperación de cuya mayoría creyó
ellos despidió Cantero exhortándoles á que diesen cumplido poder contar, diesen señales de responder al grito por él dado,
su cometido, tomando ejemplo de lo que él habia hecho. Mul­ comprendió Carderò que su aislamiento era completo, quo la
titud de milicianos acudieron también al Principal y fueron masa do la población no respondía al llamamiento, y que 110
igualmente enviados por Carderò á los puni os que les estaban le quedaba- otro partido que el de vender cara su vida y la de
designados, no queriendo guardar en el Principal sino sus sus soldados.
propios soldados. Dos horas habían pasado despues de la toma del Principal
Interin esto pasaba en la Gasa do Correos, llegó el capitan sin que nadie se aproximase al teatro de tan extraordinario
general solo y animado de una cólera fácil de comprender al suceso, cuando vióse llegar solo y á caballo al general Bellido,
hallarse con que habia sido víctima de un engaño. Procuró gobernador de la plaza. Salió Carderò á recibirlo, y oyó do
Carderò calmarlo con buenas palabras, dándole explicaciones labios de aquella autoridad que esta ignoraba cuanto habia-
que el pundonoroso general no podia admitir, exacerbándose ocurrido, no habiendo recibido aviso ni comunicación alguna
al contrario, su irritable temperamento, bastaci punto «le dar del capitan general respecto á las medidas que en la noche
á Carderò un golpe en el pecho con el puño de su bastón, en­ anterior había ordenado. Calló Carderò la suerte que habia
tregándose del mismo modo a vías do hecho contra el teniente cabido á Canterac, y suplicó al general gobernador consintiese
coronel de Aragon que se habia asociado al movimiento. En en ir á palacio á enterar á la Reina <1% las causas del movi­
aquel momento presen tóse un ordenanza de coraceros á quien miento, asegurando á S. M. de cuán profunda era la lealtad
en alta voz mandó Canterac que á todo escape fuese al cuar­ que hácia su augusta persona y la de su excelsa hija abriga­
tel y proviniese de su orden al coronel viniera al instante con ban los levantados. Ofreció Bellido que así lo baria, y se retiró
toilo su regimiento, mensaje que no pudo llevar el soldado recomendando se conservase el orden.
arrestado instantáneamente á la vista del general. Instruido que fué Llauder de los sucesos y de la muerte de
Xo conoció límites la irritación de Canterac en presencia do Cantóme, se dirigió á palacio donde se reunieron los demás
I¡111 repetidos actos de iridiscipl ina. y precipitándose sobre Car­ ministros, y tomadas las órdenes de la Reina, el de la (Hierra
derò le desenvainó el sable y blambendolo eon resolución y montó á caballo, dispuso que el primer batallón de la milicia
.enojo, se dirigió á una compañía- formada á pocos pasos do urbana se situase en la plazuela de la Villay calle.del Arenal,
distancia excitándola á que desobedeciese á sus oficiales. para cubrir las avenidas de palacio, poniéndose el general al
Hasta-aquí hemos seguido sin descartarlos los pormenores frente de un batallón de la Guardia Real, de una compañía de
relativos á la presentación de Canterac on la Casa de Correos, cazadores de Saboya, de un juguete de coraceros, llevándose
laïcs como los refiere el conocido autor de la llixluria de la además los dos cañones de la guardia de jialacio, con cuya
(hierra civil; pero al llegar á la escena en que aquel describo fuerza marchó contra los sublevados. Otra columna iba en
la violenta muerte dada á Canterac en los momentos en que dirección de la Puerta del Sol. El general Bellido comincia
exaltado por el sentimiento do su deber, empleaba los últimos I tina tercera, pronta á desembocar por la calle del Arenal, ¡11-
50 Il IRTO HI A D E ES P AÑA

( i·i·in ¡guales muvimieul os operaban el condo do San Homan ciamiento y reclamase la intervención de la Asamblea ó cuando
por la Carrera do San .Jerónimo, ol genomi Sola por la callo monos de una parte do la misma, paso que, dado en electo, no
do (.’arrotas, y por la do la Mon torà ol general Alvarez. Al encontró en les Procuradores la acogida ofrecida por Minuisir.
aproximarse á Correos vi òso detenida la columna (pio manda­ Enel entretanto 1»abia regresado el general Sola, anuncian­
ba Mandor por las avanzadas que ocupaban las gradas del do que el Consejo de ministros indultaba á cuantos se halla­
c o n v e n to do San Felipe, editicio situado donde hoy lo están ban en la casa de Correos, á condición de que franqueasen las
las oasas que fueron del contratista don Santiago Cordero, y puertas y entregasen las armas y municiones. No podia ocul­
forman la isla entre las calles del Correo, de Esparteros y de tarse á Carderò (ine iba ganando terreno ó insistió en su altiva
JL’ontqjos. resolución do no ceder sino á condiciones que salvasen su de­
lilequeado el edificio fortaleza do los sublevados, filóles in­ coro y la seguridad de los oficiales y tropa que se hallaba bajo
timada por dos veces la rendición, dándolos á conocer el aisla­ sus órdenes.
miento en que se hallaban, y amenazándoles con que la arti­ A medida que iba trascurriendo el dia se ponían mas de
llería iba á romper ol fuego sobre la casa de Correos; pero ol manifiesto las vacilaciones y la debilidad del gobierno sobra­
intrépido Carderò no se dejó intimidar, conociendo que su damente temeroso ya de que si se prolongaba aquel estado de
sol vacien solo podia- venirle de la duración del condicto que cosas, la indicia urbana liaría causa conum con los subleva­
diese lugar á defecciones de parte de la tropa del Gobierno, ó dos. Perseverando en su firmo resolución de que su pabellón
al pronunciamiento que con mayor fundamento podia esperar quedase bien puesto, propuso Carderò las siguientes condi­
de parte de los urbanos. ciones que llevó al Consejo do ministros el duque de San Car­
En vista, de la reiterada negativa de Carderò á rendirse, los, portador que acababa de ser de otro mensaje conciliador
Mauder rompió las hostilidades haciendo dirigir disparos de de palacio.
cation, quo causaron monos daño á los sublevados guare­ Exigia Carderò:
cidos Iras los muros de un fuerte edificio, «pie el quo sufrieron 1. ° Que se cómese un velo sobre los sucesos do que habla
las troiias situadas en la Carrera do San Jerónimo y calle de sido actor.
Alcalá, de cuyas resultas cesó el fuego de aquella artillería, 2. " Que sus oficiales ó individuos de clase conservasen
que por otra parto hubiera bastado para apagar los disparos sus respectivos empleos sin que-se les pusiese nota alguna en
que partían de las gradas do San Edipo. Por esta doble causa sus hojas de servicio, ni se instruyese procedimiento de nin­
y por la carencia do artillería de grueso calibre, seguii vinie­ guna especie relativamente á su conducta,
ron á informar á Mauder el director del arma y el de inge­ Que había de salir al frente de su regimiento con tam­
nieros, quedó frustrada la idea de reducir á cañonazos la im­ bor batiente y bayoneta armada, hasta fuera de la población.
provisada fortaleza. -i." Que allí se colocaría en el puesto que por su clase le
Teniendo »pie renunciar al empleo de la artillería gruesa, correspondía y se pondria en marcha con sus compañeros
dirigióse personalmente Llaudov á reconocer los puntos que para incorporarse al ejército de! Norte, á combatir contra los
las tropas ocupaban, á fin do disponer cómo habían de ser enemigos de la libertad.
contestados los fuegos de los sitiados; pero antes de que el Grande debia ser y lo fue en efecto la humillación del go­
general tuviese tiempo para dictar ulteriores órdenes, fue lla­ bierno al recibir semejantes propuestas de capitulación. Pero
mado á palacio para- asistir al Consejo de ministros que esta­ amedrentado ante la mas que probable perspectiva do un
ba reunido, y en el que se lo dijo ser precisa su asistencia. El pronunciamiento general de la milicia urbana y de la dudosa
general don Joaquin Kzpclota quedó encargado del mando de fidelidad de algunos de los cuerpos de la guarnición; privado
las tropas, pues no fue permitido á Mauder regresar á poner­ de la cooperación de un general de prestigio y desconfiado
se á su frente. además de Llauder, do cuyos servicios se pri vó el gobierno en
No tardó en renovarse el fuego, de cuyas resultas y viendo los momentos mas críticos; receloso también de que no halla­
expuestos los destacamentos quo había situado fuera del ría en los Estamentos toda la asistencia que las circunstan­
Principal, dispuso Carden» que se retirasen y mandando cer­ cias requerían, dobló la cabeza y cedió á la fuerza aceptando
rar todas las puertas del editicio, continuó sosteniendo el fue­ todas las condiciones del jefe de la sublevación.
go eoli energía. Ei -1." batallón de la milicia urbana que esta­ Publicado que filé con toda solemnidad lo estipulado entre
cionaba en la calle de Carretas, deponiendo su actitud el gobierne y los que habiendo empezado por ser rebeldes
agresiva, cesó en sus disparos y de sus filas salieron gritos de acababan siendo vencedores, mandó Carderò poner en liber­
simpatía en favor de los sublevados. Siguióse entonces que tad á los que había hecho detener, y restituir á la guardia del
acercándose los urbanos á las ventanas bajas de Correos, tra­ Principal las armas de que la liabia privado; atravesó en se­
baron plática con los sitiados, á los que oido que hubieron guida al frente do su batallón la Puerta del Sol, subiendo por
que carecían do viveros y quo se consideraban en situación las calles de la Montera y do Fuencarral, saludado por entu­
comprometida por no haber sido secundados por la milicia siastas aclai naciones.
y las tropas de la guarnición, cuya ayuda se les había he­ En la noche que siguió á aquel memorable dia y á hora ya
cho esperar, ofrecieron los milicianos llevarles de comer, de­ bastante adelantada, pudieron ver los transeúntes salir por
mostración que dejaba ver claramente que nada tenían que la puerta trasera del edificio de Correos, un ataúd llevado en
temer de los urbanos los sublevados, y antesal contrario po­ hombros de cuatro soldados, que lenta y silenciosamente con­
dían esperar que no tardarían en convertir su neutralidad en duelan á la parroquia los restos mortales del Capitan Gene­
abierta alianza. El ifeiioml Sola, (pie mandaba parto de los ral, víctima del cumplimiento de su deber y cuyo entierro
fuerzas, se aproximó á una ventana do Correos y entró en con­ clandestino filó la mayor vergüenza que sobre la frente del
ferencia con Carderò á cuya sagacidad no pudo ocultarse que gobierno estampase la memoria de tan tristo dia.
eu la crítica situación en que se encontraba tenia necesidad Abiertas las sesiones de ambos Estamentos, al siguiente dia
no menos de espera que de energía. Presentóse á poco un ayu­ »lióse en ellas un espectáculo que nada tuvo de edificante.
dante con señales de parlamento, ofreciendo indulto á los su­ Amplio campo tenia sin duda la oposición para haber atacado
blevados si se rendían, preposición que confirmando el juicio al gobierno por sus divisiones interiores, por su falta de pre­
que ya tenia formado Carderò, lo hizo insistir en no depo­ visión y por su debilidad. Pero sin nervio ni energía aquella
ner las armas sino se le ofreciaumejoreseondieiones. A elec­ representación nacional vergonzante y que también carecía
to de poder obtenerlas se ofreció Sulá ¡í. acudir al gobierno de facilitados, según los artículos del Estatuto, para plantear,
proponiendo que en el entre, lauto se suspendiese el fuego, á una acusación contra el ministerio y provocar su eaida, Ios-
lo que Carderò no tuvo dificultad en acceder. amigos del gobierno cuyo deber era el prestarle apoyo, si no
Interin dicho general evacuaba su misión presentóse á la creían preferible, unirse á la oposición para combatirlo, le
puerta <le Correos el coronel Minuisir, y franqueada que lo dirigieron en el Estamento de Proceres por el autorizado ór­
filé la entrada, aconsejó á Carderò que le confiase una breve gano del señor duque de Gor, la acusación de que liabia tran­
exposición para el Estamento de Procuradores que se hallaba sigido eon los rebeldes. Otra cosa mas censurable aun ocurrió
reunido, cubique manifestase las causas y objeto del pronun­ i en el de Procuradores. Tomaron en él la palabra individuos
E DA D J t O D E E S A M
quo habiendo estado en evidente connivencia con los suble­ i consignado que despues de haber capitulado con Carderò en
vados, acriminaron en los términos mas duros, aunque sin ! los términos antes expresados, lo desterró y separó del servi­
nombrarlo, á Carderò, al acto de rebelión que barrenaba la cio, al mismo tiempo que mandaba formar causa á los perpe­
disciplina del ejército, no escrupulizando en vituperar para tradores del suceso.
volverlos contra los ministros, los mismos actos que oran re­ Algunos dias despues de admitida la dimisión de 1,lauder,
sultado do la trama á la que habian participado los acusa­ presentó la suya Hoscoso de Altamira, coincidiendo con osla
dores. la d e Garely, siendo reemplazado este por don Juan ile la
En el mismo Estamento, se elevaron reclamaciones desti­ Dehesa, magistrado del Tribunal Supremo de Guerra y Mari­
tuidles de todo fundamento, sobre que so estaba negociando na, dándose la cartera de l’omento, (pie todavía conservaba el
un matrimonio entre la Reina y el primogenito de I). Gavies. nombre de ministerio del Interior, á douDk-gn Medrano. Vice­
«Despues de la prolongación que experimenta la guerra del presidente del Estamento de Procuradores, y la de la Guerra,
Norte, decía el señor García Carrasco, guerra que tanta san­ que interinamente venia desempeñando Martinez de la liosa,
gre nos cuesta, ¿qué extraño puede ser que por medio de ne­ confirióse al general don Jerónimo Valdés.
gociaciones diplomáticas se trate de protocolizarnos como se
ha hecho con Bélgica y con Grecia?» CAPITULO II
La intervención extranjera en apoyo de la causa de la
Reina, era en aquella época ul bú con que la opinion.avan- Campaña de Mina en el N orte
zada quería impopulizar al gobierno, intervención que mas J u i c i o s o b r e e l g e n e r a l a t o < lu M i n a . — O p e r a c i o n e s e n e l N o r t e a n t e r i o ­
tarde, aunque encubierta con la capa de cuerpos auxiliares, r e s a l s e g u n d o m a n ilo d u i g o n c ra l V a ld é s .
reclamó y obtuvo Mendizábal de los gabinetes signa! arios de
la cuádruple alianza. Tiempo es de ocuparnos nuevamente, de las cosas de la
Como la guerra era en aquel tiempo la principal, casi la guerra, cuyo relato ha interrumpido la gra vedad de los suce­
única preocupación que embargaba los ánimos, sirviendo sus sos de que acabamos de dar cuenta. En adelante y hasta que
vicisitudes de medios de ataque y defensa entre los ministros so verificó su calda, el ministerio Martinez de la Rosa se. fue
y sus adversarios, los últimos baciati su lavorila anna de debilitando, estrellándose primero contra los desdenes de la
combate de la exageración de los triunfos de los carlistas así diplomacia y seguidamente por efecto de lacumplefa repulsa
como de la insuücioncia do fuerza do que se lamentaban los que su marcha encontró de parto de la opinion avanzada, la
generales de la Reina. Mandaba Mina en jefe el ejército de ope­ que acabó por desplegar abiertamente bandera de guerra
raciones y tanto porla procedencia de dicho general, como por contra el Estatuto y sus hombres.
sus íntimas relaciones con los que, fueron sus compañeros de En el mes de enero menudearon los encuentros en! re los
emigración y eran ahora los arietes que á golpes redoblados beligerantes del Norte, cumbat.es en que las dudosas ventajas
derruían la existencia del ministerio, encumbraban los Procu­ obtenidas sea por una ú otra parte, no conducían árcsultados
radores oposicionistas los sobresalientes méritos y pericia do otra importancia que la de afanarse los liberales por do­
militar del general su aliado, para persuadir que Mina daria minar unas provincias en las que todos los dins iban perdien­
por concluida la guerra haciendo inútil la impopular inter­ do terreno, no logrando ocupar con seguridad otro que el que
vención extranjera, con tal que al caudillo liberal su le diesen pisaban sus soldados y los puntes guarnecidos, que con gran
soldados y recursos en abundancia. Do cómo juzgaba Mina dificultad conservaba el ejército de la Reina, al paso que '/u-
sobre cuál era su verdadera posición en el Norte, ha podido malacárregui so inovia con desembarazo por todo el país
dar suficiente idea lo que anteriormente queda trascrito, en­ Vascongado y por Navarra, do cuyos habitantes y recursos
tresacado de las comunicaciones entre el general y el go­ disponili tan plenamente, como en la Edad inedia pudiera
bierno. hacerlo un señor feudal, con solo la notable diferencia de quo
No podían los ministros sustraerse á la presión á que los aquellos dominaban por el terror y la fuerza y el caudillo
sujetaba un debate quo no podían rehusar y en el que tan carlista reinaba en el corazón de sus paisanos.
escasos y débiles eran sus medios de defensa. El principal El ejército liberal se batía con donneilo y basili con entu­
acusado, Llauder, cuyas facultades oratorias eran muy infe­ siasmo, pero experimentaba bajas no compensadas por la me­
riores á la necesidad en que se hallaba de defenderse con jora de su situación militar.
claridad, filé el ministro objeto de los ataques mas vivos, aca­ Por el contrario Zumalaeárrogui engrosaba sus batallones
bando de perder en aquella disensión, para él tan deplorable, y había hecho soldados disciplinados y temibles de un pueblo
la poca fuerza moral que como soldado podia quedarle. que, aunque enérgico y valiente, nunca mostró afición á la
Muy superior al ministerio en oradores, tuvo la oposición profesión de Jas armas.
por campeones en aquel célebre debate á Trucha, á Palarea, Lies acciones de Olandieta y Orináiztegui libradas el 2 y el 'J
á Alcalá Galiano, al elocuentísimo y vehemente don Joaquin de enero, la de Veni a de Ri vero en 2 del mismo mes y la de
María Lopez, á don Antonio Gonzalez, á don Formin Caballe­ Orbizu que tuvo lugar el dia 20, se redujeron con pérdidas
ro, y al que en su época habia sido apellidado el dirimo Ar­ sensibles do una y otra parto, á lides parciales que dejaban á
guelles. Contra esta falange de adversarios, no seria equitativo los dos ejércitos en el mismo estado en que se hallaban untes
negar á los dos leaders del gabinete y de la mayoría, á Marti­ de venir á las manos.
nez de la Rosa y á Toruno, que su mostraron á la altura de En medio de la actividad y pericia con que Zumalaeánv-
las dificultades de su situación, en todos conceptos desventa­ gui habia logrado improvisar un ejército que en breve, como
josa. menos en las dotes de inteligencia y destreza parlamen­ se ha visto, pudo medirse en campo raso con las disciplinadas
taria en que ambos eran tan idóneos maestros. tropas do la Reina, carecía de oficiales de prestigio, y sabedor
Mas comprometido Llauder que lo estaban sus demás de que se liai]aban en Inglaterra- distinguidos jefes de la anti­
com pañeros, tanto por lo que habia hecho como por lo que gua Guardia Real, que desde Portugal habian acompañado á
habia dejado do hacer en el corto tiempo que desempe­ (.Ion Cárlos, dispúsose por la princesa de Reirá fletar una go­
ñó el ministerio de la Guerra, presentó su dimisión, la que leta que los condujese á las costas cantábricas, buque cuyo
con apresuramiento aceptó el gabinete, al par que la Rei­ carguío consistia en abundantes pertrechos do guerra-. Llevaba
na Gobernadora, recelosa de perder uno mas entre los ge­ á su bordo seiscientos barriles de pólvora,doscientos cuarenta
nerales que habian servido á su difunto esposo, exigió que y siete galápagos de plomo, una imprenta y una devota ban­
Llauder volviese á la capitanía general do Cataluña, ai mismo dera de la Virgen de los Dolores, bordada por la Princesa y
tiempo que lo agraciaba con la llave de gentil-hombre de la por sus damas. Pero antes de desembarcar cu playas i‘«pañoles,
Keina Isabel, «para darle, decía d decreto que se la conferia, la gole! a Nueva- María- fue apresada por el vapor Urina, <lo­
una prueba do lo que S. M. apreciaba sus servicios y la leal­ bemudara,. La circunstancia de navegar bajo pabellón inglés
tad con que defendía el trono de su querida hija.» evitó á los capturados sufrir la dura, suerte que entonces cabia
Para tener cabal conocimiento do cuánto perdió el gobier­ á los prisioneros, habiendo sido los capturados restituidos á
no de resultas do los sucesos del IS de enero bastará dejar la libertad, imponiéndoles empero la condición do volver á
r>2 H I S T O R I A DE ESPAÑA

tierra extranjera. Elitro aquellos prisioneros su hallaban Ur- de la Reina, y enardecido Mina por el calor de la lucha, man­
bislondo, Gisu eros, Moni,(.'gut, Mariátegui, Eguía (don Lean­ dó fusilar los prisioneros que había hecho y entregar á las
dro), Gurten (don Fornaiulo), Fnlgosio, don Manuel Toledo, llamas las fábricas y los almacenes que en aquel, punto tenían
Loi va y otros oficiales que Jialiian pertenecido á la Guardia establecidos los carlistas.
Real. Gomo el pensamiento dominante del general cristino, era el
Un medio del no interrumpido encuentro quo tenia lugar do arrojar á Zmnalacárregui y sus batallones del otro lado del
entro las columnas ile uno y otro bando, los eristinos no po­ Kbro, daba suma importancia á la conservación de los puntos
dían detenerse, en otros puntos que en los que se bailaban fortiíicados, y todas sus operaciones venían á reducirse á acu­
compet entemente guarnecidos, al paso que la ambulante corte dir de uno á otro á tin do oponerse á la toma por el enemigo
de don Garlos era salía libremente todo el territorio vasconga­ de los pueblos eu que tenia guarniciones el ejército do la
do, trasladándose, de un punto á otro, escoltada las mas veces Reina.
por Gómez ó Villareal, sin que, bus guarniciones de los tuertes Según la opinion de Mina, fuera de su propio país, los vas­
de Viaua, Los Arcos, Estolla, Olazagoitia, Salvatierra, Maestri, congados y navarros no serian lo que estaban siendo. Solo al
1.a Glian lia y Logroño, so aventurasen á hacer salidas á im­ abrigo de sus montañas, confiados en las seguras guaridas que
pulso del aliciente de apoderarse de la persona del Preten­ estas les ofrecían, y en la facilidad de aprovisionarse en ellas,
diente. consistía en sentir del general la buena organización que Zu-
liloqiieadas las guarniciones ó expuestas á frecuentes ata­ malaeárrogui había conseguido implantar en sus voluntarios.
ques de] enemigo, faltaba tiempo y también soldados, para Hallábase persuadido Mina de que una vez que hubiesen pa­
atender á los diferentes puntos amenazados. Acababa de le­ sado los carlistas el Ebro, teniendo que hacer marchas y
vantarse el sitio de Maestná consecuencia do la aproximación sostener combates en las llanuras, los navarros habrían aban­
de Lorenzo, enando las facciones de la costa se presentaron donado las banderas del Pretendiente con el ansia de volver
delante de Leqiieit.io, en cuyo auxilio envió una columna el á sus hogares; y hasta estaba persuadido do que á esto se se­
gobernador de San Sebastian, y pocos dias despues asaltaba guiria la probabilidad de que aquellos se alistasen al servicio
1barróla la plaza ile Orduña q u e defendió bizarramente su de la Reina.
gobernador'don Francisco Linage; pero n ieste ni otros con­ Tor cl contrario, nada t,ernia tanto el gobierno como quo los
tratiempos que experimentaron los carlistas entibiaba su ardor carlistas penetrasen en Castilla. Se sentia débil, conocía las
ni menos ponia tregua á su perseverancia en hostilizar cons­ exigencias de la opinion, respecto á que se obtuviesen venta­
timi emento á los liberales. jas en la guerra y no cesaba de recomendar al general en jefe
Sitiaban aquellos á Elizondo y esperaban reducir su fuerte y á los capitanes generales do Aragon y Castilla la Vieja, de­
en enanto recibiesen los refuerzos que, esperaban, de lo que dicasen todas sus fuerzas disponibles á guardar los pasos del
noticioso Mina dispuso que una brigada de la division Orati gran rio.
mandada por el coronel Ocaña so adelantase en dirección de Semejante contraposición de miras no podia dejar de per­
Elizondo, ínterin el resto de la division se reunia á aquella judicar á los planes do campaña del general en jefe que no
por distinto camino, convergiendo ambos al punto amenazado, cesaba de pedir los refuerzos de que realmente necesitaba, no
(.'mno hábil estratégico determini) Zuninlaeárregui aprove­ solo para conservar sus puntos estratégicos, sino también para
char el fraccionamiento de la division Oraá para atacarla con contener á un enemigo que no dejaba á sus columnas un ins­
ventaja, pensamiento que puso por obra disponiendo que Sa- tante de reposo. Muy pocos so hacían cargo do la situación en
gastibolza se interpusiese entre las dos brigadas, movimiento que Mina se encontraba. Sus amigos políticos de Madrid no
que este llevó á cabo cayendo sobre la fuerza mandada por cesaban de escribirle que á todo trance ganase triunfos, de
Ora:! á la que obligó á retroceder hasta Pamplona, Revuélve­ los que tanto necesitaban ellos mismos, para hacerse una
se entonces el .jefe carlista contra la brigada Ocaña y siendo arma contivi el gabinete, al que al mismo tiempo pedían los
en aquel momento reforzado Znnnilaeárregui por tres batallo­ medios de alcanzar los triunfos cpie debían servir para com­
nes navarros, salió al encuentro de Ocaña en el puerto de Re­ batirlo.
late donde el bizarro jefe «vistino resistió la embestida do Pocos dias antes de ponerse en inarcha para el Razian re­
superiores fuerzas, logrando sin grandes pérdidas replegarse cibió el general en Pamplona una carta de Zumalacárrcgui en
sobre Oiga. Reducido á defenderse en este inulto, Oeaña sacó la que con cortesía, templanza y sobra do razón, se lamentaba
fodo el partido posible de los edilicios á cuyo abrigo habíalo- de que durante el mando del conde Armildez de Toledo, hu­
grado guarecerse y desesperando Sagastibelza de rendir al biesen sido aprisionados on Villalba una hija suya de edad de
sitiado, dió parle á Zumahuairregui reclamándole refuerzos. quince meses y la nodriza á cuyo cuidado se hallaba, siendo
Despreciándoosle un fuerte temporal que dificultaba su mar­ ambas conducirlas á la inclusa de Pamplona donde so las re­
cha. penetró en o! Razian con dos batallones y algunas piezas tenia en arresto. Pedia Zmnalacárregui la libertad de ambas,
de artillería, dejando en observación del general Lorenzo una no como gracia, sino como un acto de pura humanidad, pre­
fuori o columna, que confió á don Juan Antonio Zariátogui y firiendo, decía, diese muerte á su hija á que continuase en
á don Joaquin Elio, dos de sus mas predilectos jefes. vergonzoso cautiverio.
Durante 1res dias se habiti defendido Oeaña on Oiga ocasio­ Mina, que ignoraba completamente el hecho denunciado
nando sensibles pérdidas á su enemigo, cuando dió vista al por su contrario, so condujo con nobleza y sin vacilar restitu­
pueblo Zumaliieárregni al frente de les refuerzos que comin­ yó la nodriza y la niña en manos del pariente que de parte de
cia. l’ero el temporal hijos de calmarse se babbi encrudecido, Zumalacárrcgui vino á hacerse cargo de ambas.
y noticioso además aquel de que. Mina habiu salido de .Pam­ El 12 de febrero púsose en marcha el general en jefe para
plona el dia antes con una fuerte columna en auxilio de Oca- el Razian, habiéndole cabido la desgracia de experimentar un
ña, dispuso levantar precipitadamente el cerco para buscar temporal tan deshecho que costó tantos soldados como los que
posiciones en las que pudiese la lucha serle menos desven­ hubiesen podido perderse en una batalla. Estropeada y con
tajosa. trabajo llegó la columna á Elizondo, donde se detuvo hasta el
Satisfecho del éxito de su acertado movimiento, resolvió dia *20. Penosa y apurada ora atocias luces la situación en que
Mina seguir su marcha en dirección de Elizondo, que conti­ se hallaba Mina, reducido con escasas fuerzas á tener conti­
nuaba estrechamente bloqueada y cuya resistencia no podia nuamente que atravesar un país escabroso y dominado por el
prolongarse. Expidió el general las órdenes convenientes para enemigo, si como era su principal alan quería conservar los
que viniesen á reunírsele las diferentes columnas que opera­ pueblos fortificados.
ban imi el territorio de su mando, y despreciando el duro tem­ En su cuidado por aprovisionarlos, por acudir ele uno á otro
poral qiieno cesaba y lo impracticable de los caminos, conti­ para hacer levantar el sitio puesto por el enemigo, la opera­
nui) su iniciado movimiento al frente de ocho batallones. ción do hoy, aunque tuviese éxito, tenia que ser repetida el
Al acercarse al pueblo de doña María, encontró Mina dia de mañana, en razón á la continua necesidad de custodiar
resistencia de parle de algunos batallones navarros <pie no los convoyes y do mudar las guarniciones; guerra impotente
pudieron sin embargo contrarestar el ímpetu de los soldados y sin resultados tangibles para la causa de la Reina, pero que
ICD Al) M O D E R N A f.3
ora cada dia mas provechosa para el caudillo do los vascon- empeñado combate en el que las ventajas estaban ya do su
<i;iilos. paite, cuando en el momento decisivo, en el que creia Zuina-
Eu una do sus expediciones al Baztan, para socorrer si Eli- lacárrogui contar con la victoria, llegaron Lopez y Gurrea y
j/nndo, tuvo lugar la reñidísima acción do Larraizar, provoca­ se. la arrancaron de las manos, compeliéndolo á una relirada,
da por Zumalacárregui, quien salió al encuentro do Mina, que emprendió con orden poro con despecho.
llnbia tomado aquel con tanto acierto sus disposiciones que Queda antes dicho cuánta era 1a importancia que Mina
vióso envuelto y cortado el general de la Eeina, el que para daba á la ocupación del extenso y feraz valle ilei Baztan. ba
encontrar salida recurrió al ardid de hacer llegar á manos del situación de aquel territorio fronterizo de Francia, erade un
coronel Elio (quien de las filas de la Guardia Real acababa de doblo precio para el general de la Ruina, piíes su posesión faci­
pasarse á don Carlos, y mandaba aquel dia un cuerpo confiá- litaba los víveres y municiones que podían llegar por el Piri­
dolc por Ziunalaeárregui), una fingida orden de su general, en neo, y lo que. mas valia, impedir.que. los recibiese el enemigo.
].a que le prescribía un movimiento que dejaba libre el paso Otra consideración de mas peso encarecía para Mina la ocu­
por donde Mina debia escapar; merced á cuya estratagema pación del Baztan. Ba mitad de su población simpa) izaba con
pudo seguir este su marcha y llegar á Elizondo, habiendo ex­ la causa de la Reina, siendo la otra mitad partidaria de don
perimentado una pérdida de sobre trescientos hombres. Du­ Cárlos: y como tanto Mina como Zunialaeárrogtii aspiraban á
rante lo recio de la pelea fué Mina ligeramente herido, ó por dominar la comarca á fin de utilizar su posición y sus recur­
mejor decir, contuso por una bala que ya habia perdido su sos en beneficio de sus.respectivos planes, era circunstancia
fuerza, y que so embotó en los pliegues de su abrigo. capital para ambos que la parte de la población que contaban
En aquella marcha se verificó un suceso grandemente criti­ por amiga imperase, á fin do que por intereses de localidad
cado por los adversarios de Mina y calurosamente defendido arrastrase á sus convecinos de opinion contraria.
por sus amigos. Los habitantes de Escaroz, pueblo cercano á A efecto do asegurar la codiciada posesión de) valle, dis­
Elizondo, pasaban por acérrimos partidarios de Zimialaeárre- puso Mina un plan de operaciones y mui serie, de medidas
gui, y lo eran hasta el punto de hallarse Mina persuadido de encaminadas á cerrar al enemigo las comunicaciones con Fran­
que 'entre ellos moraban los delatores de cinco confidentes cia, ó impedir que tuviese aduanas colindantes, á reclutar y
que en concepto de tales habían fusilado los carlistas, y como armar voluntarios en el país; por lo que recomendaba muy
¡il mismo tiempo que inutilizaban el servicio de espionaje tan especialmente á sus subordinados, que con prontitud castiga­
necesario liara Mina, los do Escaroz eran los confidentes favo­ sen los paisanos que directa ó indirectamente favoreciesen
ritos do ZiunalaeáiTcgui, aquel, que mula tenia do indulgente, los planes del enemigo. Deseoso de atraer á los naturales dH
resolvió hacer un escarmiento disponiendo que fueran diez­ valle, poro dudoso do poder conseguirlo, se reservaba Mina
mados todos los hombres de la población, pero aunque siete emplear el terror á fin de acabar de compelerlos.
sacaron cédula de muerte de aquella sangrienta lotería, solo Por estos medios y fortificado Sautistóban y el puente de.
dos perdieron la vida siendo los demás perdonados. Oyeraqui, que liga esta última población eon Elizondo, espe­
En aquel mismo pueblo mandó Mina incendiar la ferreria raba poder dominar la codiciada posición. Tuvo, sin embargo,
de Goicneohea, vecino de Pamplona, hombro de opiniones el disgusto, á la raíz de aquellas bien meditadas disposicio­
liberales, pero en cuyo establecimiento se habían fundido dos nes, de recibir la desagradable noticia de que el general don
cañones para don Carlos. Por aquel tiempo preocupaba sobre­ Narciso Lopez, que al frente de una numerosa caballería es­
manera á los defensores de la Reina el descubrimiento del taba encargado de guardar la ribera, habia dejado que los
sitio donde el enemigo tenia enterradas dos piezas de artille­ carlistas quemasen el fuerte de Lodosa y se apoderasen de los
ria., y no poca parte de la cólera de Mina fué motivada por la víveres y efectos militares que contenia; disgusto al que se
creencia de que los de Escaroz eran guardadores del secreto añadió el de que Zumalaeárrcgui fusilase einen habitantes
que se negaban á revelarle, sospecha que no tenia fundamen­ del valle, confidentes de Mina, que tanto necesitaba la clase
to, habiendo sido hallados, por las diligencias de patriotas del de servicios que le prestaban.
país, dos morteros y un obus de que se apoderó Mina lleván­ El activo general de don Cárlos aprovechó la estancia en H
doselos á Pamplona. Baztan del general de la Reina para atacar á un mismo tiem­
Con la actividad que le era habitual aprovechó el jefe car­ po á Echarri-Aranaz y á Olazagoit.ia. .Sabedor de ello Mina,
lista la marcha de su contrario al Baztan y su detención en partió inmediatamente de Elizondo para Pamplona, desde
Elizondo para atacar á Los Arcos, importante posición que donde dispuso que Aldama acudiese en auxilio del último de
hacia tiempo ambicionaba. Como llevaba artilleria hizo uso dichos puntos, el que en efecto llegó á tiempo para impedir
ile. ella durante el dia, y por la noche mandó hacinar com­ fuese tomado por el enemigo, ventaja cuyo precio disminuyó
bustibles en derredor del hospital, donde se habia hecho fuer­ el hecho de hallar sus fortificaciones demolidas por la artille­
te la guarnición, medida que tenia por objeto incendiar el ría enemiga y que acrecen taba mas todavía lo poco impor­
edificio á la mañana siguiente, conflicto que no esperaron los tante que lumia la posesión de Olazagoilia, la pérdida de
sitiados, los que aprovechando la oscuridad de la noche eva­ EchaiTi-Avanaz, punto del que en el entre tanto so habían
cuaron el fuerte. Apercibido de ello Ziunalaeárregui destacó apoderado los carlistas, con cuyo motivo determiné Mina
caballería en su seguimiento, la que logró hacer prisioneros á abandonar á Olazagoitia, evacuando el material que encer­
algunos rezagados, y entre ellos tres oficiales, á los que no raba.
hizo gracia el vencedor, quien inexorablemente dispuso fue­ La toma de Echuvri-Aranaz se verificó el 20 de marzo, des­
sen pasados por las armas, influido para este acto de crueldad pues do lina resistencia cío cinco dias y did empleo por los
por la idea de imponer á los soldados prisioneros, cuya mayo­ carlistas de minas y de haber abierto brecha, procedimientos
ría prestó juramento á don Carlos. de que pudieron usar merced á la cooperación facultativa
Avisado sin tardanza este príncipe, que se hallaba no muy que vino á prestarles el jefe de artillería Reina, desertor de
distante, apresuróse á presentarse en Los Arcos, donde fue las filas de los defensores de doña Isabel.
recibido con toda la ostentación y demostraciones de regocijo Otra circunstancia muy notable caract erizó aquel hecho de
que eran de esperar do los carlistas entusiasmados y de los amias. Despues de haberse defendido valerosamente durante
liberales temerosos del castigo. No íhó cruel Zumalacán-ogui cinco dias, decayeron de ánimo los soldados de la guarnición,
con los heridos que halló en el hospital en número do dos­ los que al ver la brecha abierta en vez de defenderla, se salie­
cientos, pero entraba por mucho en su lenidad la no frustrada ron por olla entregándose al enemigo y lo que fue peor aun,
esperanza do hacer reclutas, pues la mayoría de los prisione­ so alistaron en sus banderas. Entre aquellos desertores halló
ros se alistaron en las banderas del Pretendiente. Zumalacárregni los primeros artilleros adiestrados que tuvo
Hallándose Ziunalaeárregui en Cirauqui púsose el general á su servicio.
Carrera en comunicación con Gurrea y don Narciso Lopez, Mucha importancia daba también Mina á la formación de
concertando con ellos dar un ataque al temido caudillo na­ guerrillas compuestas de hijos del país, que ansió reclutai'
varro. Pero prevenido cuanto vigilante, salió este al encuentro entro los mozos de las familias liberales, pero á excepción de
de Carrera en las inmediaciones de Larraga, trabó con él un Jáuregui (el Pastor) y de Buon 1riarte, no encontró el caudillo
."4 H I STO P I A I>15 E S P A Ñ A

dr. la guerra do la Independencia hombres afectos á secun­ i En aquellos mismos dias de momentáneo reposo, caminaba
dar su putridi¡ra inspiración. procedente do Castilla en dirección del Ebro, el general Al-
A medida (|ii(! iba alimentándose el ejército carlista y (pio dama con siete batallones de refuerzo. Penetraba en Navarra
adquiria organización y disciplina, Zumalacárregui (Jim sabia por Sesma, descoso do ocultar su movimiento, que no tardó
apreciar lo <pio importa en guerras civiles la fuerza moral que sin embargo en conocer Zumalacárregui, el que reuniendo los
da la opinion, (pliso presentar ante la nación y los países ex­ batallones quo tenia enei Valle de Ega, acudió á cerrar el paso
tranjeros la apología de la causa en cuyo favor había desen­ á los rocíen llegados, tomando al efecto posición en Monto
vainado su espada, y por medio (le un boletín extraordinario Jurra. No venia Aldama desapercibido y dispuso sus fuerzas
(pie hizo publicar en los periódicos franceses (lió á luz una de manera que pudo resistir el choque sin desventaja, poro
especie de maiiiliesto apologético y laudatorio déla conducta atacado por su flanco por tros batallones navarros que Zuma-
de los carlistas, documento de mas intención (pie. efecto y ipío lacáiTOgui tenia en reserva, Adóse muy comprometido el ge­
no merece el lugar (pie en su obra le ha dado el apreciable neral dola Reina y solo evitó nn descalabro recibiendo el opor­
autor de la ¡li^/tirin <1? ln, Onrrva riril, por revelarse en di­ tuno auxilio de una brigada de refresco (pie condujo á tomar
cho escrito la exageración con que se vierte en incorrecto parte en el combate el general Rivero, atraído al campo do
idioma español un panegírico pensado en francés, de lo que batalla por babor oido un fuego continuo y vivo desde los
no cabrá duda á los que lean las líneas (pie sin alteración al­ cantones que ocupaba. I jos carlistas so retiraron aunque no
e-una representamos á continuación. batidos, pues al siguiente dia aparecieron en las mismas po­
I,os (pie mandaron confeccionar el alenatone se cuidaron siciones de lasque habían sido arrojados el dia anterior, mos­
ni mm de re]Misar su version á nuestro idioma, como lo do­ trándose en actitud do reanudar la lucha. Aldama, embaraza­
ninosi ra la repetición con (pie se usa de la voz Caserna (en do con sus heridos que ascendían á trescientos hombres, no
francés (¡userno), correspondiente á cuartel ó edificio para la creyó prudente aceptar el reto y emprendió la marcha en di­
tropa, «bos últimos meses (deciael boletín), estériles en aconte­ rección de Lorin. Bien pudo mirarse la jom ada de Monte
cimientos militares por la forzada inacción de las tropas cris- Jurra como un combate que lo filé de tablas para los liberales,
tinas. han sido fértiles en sucesos que lian hecho contrastar siéndolo de cálculo por parte de Zumalacárregui q ue siempre
mas allá de teda ponderación la conducta de arribos partidos. salía ganancioso molestando, persiguiendo y no dejando des­
El venerai de don Carlos despues de invencibles esfuerzos, canso á sus enemigos.
lleva á organizar (por decirlo así, do la nada) un pequeño En los primeros dias de marzo Eraso, que al frente do sus
tren de artillería, y se dirige contra varias casornaa enemi­ batallones vizcaínos espiaba, la ocasión de sorprender á Bil­
gas; contra osos asilos de la tiranía, dentro de los cuales se bao, aprovechó la ausencia de Espartero que-habia salido para
verifican en el siglo xix los excesos brutales y las acciones Vitoria á reforzar á Mina en sus operaciones de Navarra, pre­
atroces, <pie sucedidas ó no en los antiguos iUmjont'K ( 1), han sentándose el carlista al fronte de cuatro mil hombres ante los
beclm odiosa su memoria y la de su siglo. El general carlista muros de la plaza, é interceptando sus comunicaciones con el
se apodera á viva fuerza de Los Areos; respeta la desgracia do exterior y en particular el camino de Villavó, de cuyos moli­
mas de cien heridos; perdona.generosamente á la guarnición, nos se surtía la población. A fin de proteger el surtido de un
da. á elegir partido á todos sus prisioneros; unos se incorpo­ artículo tan de primera necesidad como lo es la harina, ha­
ran en nuestras tilas, otros son conducidos á los hospitales bíanse levantado molinos á un cuarto de legua de Bilbao,
llevándolos en hombros los misinos soldados que acababan molinos cuya custodia cuidaba un destacamento de treinta y
de vencerlos y saben que recobrada su salud podrán elegir seis hombros. Atacados estos por los carlistas opusiéronles una
libremente entre la legitimidad y la usurpación; otros que honrosa pero inútil resistencia, pues apoderóse el enemigo de
preliereii la última, marchan escoltados y seguros á las guar­ la posición é hizo inmediatamente pasar por las armas á sus
niciones mas próximas. defensores. Corrióse en seguida Eraso en dirección de Orduña
»Estos presentes hoy en las banderas enemigas ofrecen una repitiendo con un fuerte que protegia la población, lo que
prueba incontestable de la generosidad de sus adversarios y acaba de verificar en Villaró. Treinta y siete hombros que
nosotros leñemos bastante confianza en su honor personal guarnecían el fuerte lo evacuaron en la esperanzado salvarse,
para- no recusar su testimonio; digan si hubo capitulación,di­ pero fueron cogidos en su huida y fusilados también en re­
gan cómo fueron tratados. presalias, díjose, de algunos carlistas que lo habían sido pocos
» 1.a cíi.scnm encerraba una multitud de efectos do propie­ dias antes por las tropas de la Reina.
dad particular que fu cron en el acto devueltos á sus legíti­ Aunque no se atrevió Evaso á atacar á Bilbao, ocupó sus al­
mos dueños, reservando (2) solo los granos pertenecientes al rededores repitiendo en ellos lo que practicaban los carlistas
beneliciado de la población quo decidido desde el primer mo­ en el territorio vecino á los puntos fortificados, reducido á
mento por la justa causa, ha querido hacer el sacrificio de sn dominar el país, sacar reclutas y recursos, tenor á ios libera­
propiedad, como antesha-bia hecho el de su existencia. Asilos les encerrados en los pueblos guarnecidos y matarles gente.
revolucionarios en la abundancia, y proclamando su respeto De regreso de Vitoria, encontró Espartero á los carlistas
á la propiedad, despojan y roban los pueblos. Así el ejército ocupando las alturas de Lnucidana, y aunque la posición que
fallo aun de los objetos precisos, cubre solo sus necesidades ocupaban le pareció fuerte, no vaciló en atacarlos logrando
eoli los oléelos pertenecientes al gobierno usurpador ó con arrojarlos de las alturas que defendían y obligándolos á reti­
los (pie le ofrece el mas puro patriotismo.» rarse, si bien lo hicieron con órdon, no obstante de verse per­
'basta lo trascrito para justificar el juicio emitido acerca seguidos.
de la rapsodia ¡í la (pie la benevolencia del apreciable citado Los refuerzos que con tanta instancia y portan justificados
autor otorga los honores do manifiesto de la causa carlista. motivos no cesaba de reclamar el general. Mina y de los que
La primavera de aquel año habia sido muy cruda, y era ya habia conducido algunos batallones.el general Aldama,
consiguiente que la fatiga y el cansancio impusiesen algún completáronse nn la limitada medida de ios insuficientes ele­
repuso á los beligerantes. Asi parecieron comprenderlo los ge­ ment,os de qne el gobierno disponía, habiéndose confiado un
nerales de ambos ejércitos, tomando las posiciones que cada nuevo envío de tropas al entendido general don Luis Fernan­
uno do ellosp-iicontró mejor acondicionadas para acantonar dez de Cóvclova que se hallaba en Madrid en uso de licencia.
sus soldados y darles algunos dias de descanso. Do ellos apro­ Basado que hubo el Ebro este general y sabedor de que, el
veché ZiimalacáiTegui para revistar sus batallones, reorgani­ punto fortificatio do Maestu, que guarnecían quinientos solda­
zarlos y lérmar un regimiento de (luías de los hombres mas dos do la Reina, se hallaba bloqueado y engrande apuro, no
avenlajados de eada compañía, cuyo mando confió á oficiales vaciló y sin tornar otro consejo que el de su propia inspira­
eligidos entre los mas sobresalientes. ción, voló al socorro de los sitiados, atravesando por medio de
una marcila forzada escarpados desfiladeros. Consiguió su ob­
(1) Punjan an francés, quiere decir prisiones subterráneas do los cas­ jeto Córdo va y logró ahuyentar al enemigo; pero deslizándose
tillos fondillos. este á sus espaldas y grandemente reforzado encerró á Cordo­
(2) ()u¡so decir c.KixptH'M'lo. va en barrancos do los que no hubiera podido salir, á no haber
UDA]) M O D E R N A
tenido aquel la buena suerte do hacer llegar un oportuno avi- victoria; El se ha servido de nuestras anuas para abatir rl or­
si, «le la apurada situación en que se hallaba, al general Alda- gullo «le Sarslichl, del frásfmgo (jiiesadn, «le un Rodil cor««na­
nin. guien acudió en su auxili«) eon troco batallones y libró do «lo laurel«-s cu Portugal: Él nos ha presentad«« por i oni ra­
á sil compañero «leí gran peligro que corria. Salido de su ri«) á Minaque ora el solo quo podia balancear nuestra victoria.
aprieto corrióse Córdova á los vállesele Arana y las Amezcuas Solamente Alina podia dotenei' sobre los bordes del abismo >1
y siguiendo por Santa Cruz, Cabréelo y Aguilar, incendió los trono vacilante de la débil criatura que quieren imponernos
molinos, graneros y fábricas que en la comarca tenia estable­ por Reina. Mina, que á la energía, á la actividad y á su i alen­
cidos el enemigo. Ño encontrándose este en fuerza para opo­ tó militar, renne una reputación colosal y por cuyas venas
nerse al desastre, hubo de devorarlo en la esperanza de hallar corro sangro navarra, acaba «lo caer.»
la ocasión de vengarse. El mismo día en que fuéiieeptatla la dimisión «I«1 Mina. era.
Ocupado Oraá «niel Baztancuya permanente posesión tanto nombrado para snocdcrlc el teniente general don Jerónimo
importaba, concibió un planque debía on su sentir haber dado Vaidés, á cuya disposición fueron puestos lodosl««s elementos
por re s u lta d o un movimiento envolvente, que derrotase al . de que en hombros y recursos podia disponer el gobierne. Este
enemigo, haciéndole perder las posiciones que en el Baztan general había traído del Perú, donde hizo la guerra con crí>-
ocupaba, operación cuyo completo éxito fracasó por no haber dito, una merecida reputación de probidad y de sencillez «le
llegado á tiempo á los puntos señalados las diferentes colum­ costumbres, reputación engrandecida por sus amigos bastai el
nas que. debieron concurrir al movimiento. Mas aunque no extremo de atribuirlo una capacidad colosal y do compararlo
vió realizados los resultados do su bien meditado plan, dictó á los grandes hombres do la antigüedad y de la edad moder­
Oraá acertadas disposiciones para la conservación de los pun­ na, Reuniéronse para acompañar á Valili'S, cuantos refuerzos
tos que importaba asegurar, proveyendo á la protección de de tropa pudieron ser distraídos do Castilla y de Aragon, y al
las aduanas que estableció en la frontera, medidas que gran­ fronte de aquel nuevo cuerpo de ejército tomó Valdus el ca­
demente contribuyeron á que los vecinos de Yalcarlos se mino del Norte. Llegado que fu ó á Vitoria reconcentró el
comprometiesen en favor de hr causa de la Reina. grueso de sus tropas sobre la línea del Ebro, al mismo I ieinpo
La salud del general Mina que cada dia empeoraba, y que que Oraá se afanaba para acabar de fortificar el Baztan y «ti­
juntamente con los limitados medios que tuvo á su disposi­ mar la población adicta.
ción, no le permitían llevar adelante sus planes de guerra y de El 18 de abril recibía Mina en Pamplona la aceptación «le
pacificación, decidiéronlo, no obstante el empeño de sus ami­ su dimisión y entregaba el mando al genomi Px-neilicto, «pie 1<>
gos para que consci’vaso el mando, á presentar su dimisión desempeñó basta la llegada «lo Yaldés.
que acabó por aceptar el gobierno cuyas esperanzas cifrában­
se entonces en la confiimza que le inspiraban los planes que CA PITULO III
pora la extinción de la guerra formaba el ministro del ramo Estado de la, guerra en el Maestrazgo
«Ion Jerónimo Yaldés.
No fuera equitativo juzgar la capacidad militar y politica Viajo do Cabrera ¡i Navarra para conferenciar co» clon Cárlos.—Reasu­
¡lo Mina, por los resultados de su campaña en las provincias me Cabrera el mando do las facciones de Aragón.—Prisión y fusila­
del Norte. Los medios puestos ásu disposición fueron eviden­ miento de Carnicci'.—Estado de la guerra en las provincias cu los p ri­
meros meses de 1835,—Cataluña.—Castilla la Nueva y Extremadura,
temente insuficientes para plantear el sistema que concibió, y —La Alancha.—Galicia.—Merino en Castilla la Vieja.
no tuvo tiempo do realizar; pero si no logró grandes triunfos,
tampoco experimentó derrotas. Se había propuesto hacer la Hallábanse las facciones del Bajo Aragon, las de Cataluña,
guerra reclutando gente en el país y organizó algunos cuer­ y de la parte, alta de la provincia de Valencia, en ol estallo
pos do voluntarios que no dejaron ele ser útiles A sus suceso­ que ha dado suficientemente á conocer lo que queda expues­
res. Fortificó la línea del Ebro por Tudola y Logroño al misino to en el precedente libro, estado que como de allí aparece era
tiempo que. la de Tafalla por Puente la Reina, Viana y Lcrin; bastante apurado para los carlistas, á los que salvó do una
y aunque no logró la codiciada posesión de todo el Vallo del disolución que parecía mas que probable, la incansable acti­
Baztan, consiguió limitar las ventajas que el enemigo sacaba vidad, la fe, y el vigor del hombre á quien su estrella tenia
de los puntos de que no pudo alejarlo. Tuvo grande empeño reservado un papel que hallará su lugar en la historia. Cabre­
y consiguiólo en parto, en armar los valles y en cortar á Zu- ra, segundo entonces do Carnicci1, había ganado por sus hechos
malaeán-egui el libre paso de la Borunda al Baztan, arrinco­ una popularidad entre las facciones que preparaba las vías
nándolo en las Amezcuas. Protegió á los pueblos del Roncal de su futuro cngrandocimionto.
favorables á la causa de la Reina, al mismo tiempo que se En la cabeza de aquel aspirante á fama y honores, hombre
mostró en extremo severo con los habitantes del valle de Sa­ afiliado á una causa cuyo evangelio era el principio autorita­
lazar, acérrimos partidarios del Pretendiente. rio emanado de la personalísitna voluntad del monarca, bu­
En su sistema gubernativo desplegó Mina prudencia y acicr- llía el deseo do acercarse, como Moisés, al Sinai de la majestad
lo y mantuvo con las autoridades locales la mejor armonía. que había de consagrar su misión, por boca «leí mismo don
Levantó los destierros no siempre impuestos por sus predece­ Carlos; y poniendo por obra su levantado pensamiento, em­
sores con motivos suficientemente justificados. Acusado Mina prendió Cabrera su viaje al Norte.
do una severidad llevada hasta la crueldad, no dejó de mos­ Solo cuando hubo madurado su plan el futuro cumie do
trarse humano, cuando la bondad era conciliable con las ne­ Morella, y cuando lo tuvo resuelto, llamó al comandante «l<>n
cesidades de la guerra, como bien lo demostró su proceder «Francisco García, á quien dirigió las siguientes palabras. «Ma­
para con la hija de Zumalacárregui y la generosidad de que ñana so viene usted conmigo á Navarra: es urgente dar cuenta
usó con los prisioneros de Luinbier, que tan villanamente á S. M. del estado de todos sus defensores en Aragon, y r«>-
correspondieron á la indulgencia del general. Dejados on li­ garlo que envie alguna fuerza pirra reanimar el abatido espí­
bertad de reincorporarse á las filas enemigas, al volver aellas ritu de tantos desgraciados. Si no lo conseguimos, nos alisfa-
y hacer armas de nuevo contra sus libertadores, los de Lum- ! remos en aquel ejército de simples voluntarios. Consultarlo
hier apostrofaban á estos con gestos insultantes, y lo que es con Carnicer, es imposible porque ignoramos su paradero; el
mas odioso, asesinaron á los prisioneros caidos en sus manos. asunto no da treguas y en la guerra vale mucho el^ tiempo.»
El mejor elogio que del mando de Mina puede hacerse y Poniendo por obra su meditado plan, empn.'mlió Cabrera su
que sirve de respuesta á las declamaciones que contra su peregrinación el 20 do diciembre, acampanado «1«! García, di­
crueldad proferían por aquel tiempo en ol parlamento inglés rigiéndose primero á Alloza y de allí á J lijar, «lumie si:prove­
O'CJonnol y otros amigos de don Cárlos, se halla en la procla­ yó de pasaporto, de caballerías y de dinero, y usami«» d«'s«ie
ma dada por Zumalacárregui en la que dccia: «Bravos solda­ que so puso en marcha de la cauteli tan propia de su carác­
dos, felicitémonos. El Dios de las batallas está con nosotros. ter suspicaz y receloso, no conti«» su secreto sino á una mujer
Jamás su protección se ha manifestado de una manera mas llamada María la Al bei tarerò, en cuyas manos so puso y lité
patente que ahora. De débiles que éramos, nos lia convertido la directora do su itinerario. Un carguío «le jabón dispuesto
en fuertes. El nos ha conducido por su mano de victoria en I en Hijar sirvió de disfraz á la ostratajema.
T omo VI 9
r,G J U S T n u IA DK ICS l ’A Ñ A

El 'is ili- i‘noro lograron los viajeros pasar ol El»ro sin acci­ quo lo hubo Carnicci*, comunicó á Cabrera el contenido que
dento que interrumpiese su marcila. sí! reducia á ordenarle que pasase á Navarra á recibir instruc­
Llegado iptc I'ini al punto iloinlc cslaciimalia H real ile iloti ciones, debiendo durante su ausencia entregar el mando al
( ¡arlos, Cabrera. buscó y habló al conde «le l’en Villeinnr, mi­ jefe de mas graduación. «Mañana, añadió Carnicol*, será listisi
nisi ru ile la (inerra. dado á conocer corno jefe accidental de todas las fuerzas que
Nu poscia el presentado instrucción ni menos se expresaba operan en el Hajo Aragon y los contines de Valencia y Cata­
con elegancia ni alte, pero era. agudo, animailo, incisivo y luña.»
desile luogo iin]iresiimalia fuertemente á aquellos á quienes Al siguiente dia dábase á conocer en la orden general del
se dirigia. De su conferencio, con el consejero de don Carlos ejercito que quedaba Cabrera investido del mando ríe todas
debió sin duda recibir este Imeni is informes y sin duda hubie­ las fuerzas, según lo había Carnicci* anunciado al interesado.
ron de ¡n ten‘savie las revelaciones esperadas del estudiante de Preparó solícito su via,jo á Navarra el hasta entonces coman­
Tiirbisa, ascendido :í coronel, pues al siguiente dia. de la con­ dante del líajo Aragon, y despidióse de Cabrera partiendo
ferencia de este eon Villemur obtuvo mui larga audiencia de disfrazado de arriero con su antiguo compañero de armas el
SU soberano, coloquio Ipil'. Se repitió emi frecuencia ínterin oficial García, quien por segunda vez emprendió la peligrosa
permaneció (.’abreva en el real de don Carlos. caminata. Pero el destino iba á ser inexorable con Carnicci*.
De queen sus conferencias hablaría aquel lauto al ministro Al pasar el puente de Miranda de Ebro, á pesar do su disfraz,
Clium ,-í. su Key, eu el sentido mas conveniente á sus propias filé descubierto, é identificada su persona, sufrió el ó do abril
miras no deja la menor duda la. simple consideración de que la dura pena que por entonces cabia á los jefes y oficiales de
el arriesgado y temerario viaje de Cabrera lo emprendió 'mo­ ambas parcialidades que tenían la desgracia do caer en manos
tti pro}trio y sin que ni su jefe Carnicci1ni sus compañeros tu­ do sus enemigos. La muerte de Carnicci' fue muy sentida por
viesen indujo en su determinación "do trasladarse al Norte, sus partidarios, conocedores de las relevantes prendas de
piles no tuvieron conocimiento del viaje hasta despues que lo mando que concurrían en el infortunado guerrillero.
imbu Cabrera efectuado. Posa sobre la memoria do Cabrera la gravísima acusación
El objeto ostensible que dijo lo movió á emprender la pe­ de haber sido parte en el triste fin que tuvo su jefe y compa­
nosa jornada era el de poner en conocimiento de don Carlos ñero de armas. Suponen los que acogen tan grave cargo que
el oslado en que su causa se hallaba, en Aragón, al mismo Cabrera dió anónimamente aviso á las autoridades de la Pei­
tiempo que expusiese lo que consideraba conducente á levan­ na, encargadas de la vigilancia del puente de Miranda por
tarla. donde debia precisamente pasar Carnicci*, cuyas señas y cono­
bo dicho por Cabrera ¡i García al revelarlo su pensamiento cimiento del nombro bajo el cual viajaba, así como del disfraz
de marchar ni Norte, se. redujo á la esperanza do que de Na­ que lo encubría y demás circunstancias propias á hacerlo caer
varra viniese una expedición en ayuda, de las operaciones del en ol lazo, fueron minuciosamente comunicadas al que debia
Maestrazgo, pensamiento que no podia ser otra cosa en los ser su aprehensor.
labios de Cabrera, sino una especie vertida para disimular su Ningún historiador que se respeto deberá, sin un detenido
verdadero pensamiento, pues demasiado sabia que en el esta­ y concienzudo examen, fallar pleito tan delicado como el de
do en que se bailaba la guerra en el Norte, era completamente salvar ó absolver á don Kam on Cabrem, del delito de alevosía
ilusorio pensar en que los earlisl,as pudiesen por entonces al imputado á su memoria. Mas bien que entregarnos nosotros
menos dirigir fuerzas de alguna consideración al Maestrazgo. al exáinen do un proceso por sustanciar y respecto al cual no
Mas lanío don Carlos como su ministro no pudieron menos existen datos sniieieut.es para tallarlo con la conciencia de
de considerar como de sumo interés las noticias y los datos obrar con entera rectitud, preferimos reunir en los docu­
que oian de boca de un actor quo tan activa parte babia to­ mentos justificativos las semipruobas y alegaciones consigna­
mado en todas las operaciones de. que duba, cuenta, hombro das, tanto por los adversarios como por los defensores del
que tan bien deliia eonneer el estado de aquel país y de lo acusado. De los que aparecen de una y otra version, norcsulta
que de él podia esperar la causa carlista, y toda vez que las la prueba del cargo y detrás de la ausencia de semejante
conferencias con don Carlos no habían dado por resultado el prueba explícita, pueden abroquelarse los defensores de don
envío de refuerzos á Aragón, ni tampoco facilitar dinero ni llamón Cabrera. Poro dicho esto, lícito debo sernos añadir sin
armamento para los levantados en las provincias del Esto, incurrir por ello en la nota do parcialidad, que aparece claro de
muy poca duda ofrece el suponer que el viaje de Cabrera no los hechos consignados en los documentos insertos bajo dolos
dió otro resultado, que el que una imparcial crítica histórica números T, II y 111, que la delación que produjo el arresto y
pueda apreciar, el de haber inspirado á don Carlos la persua­ fusilamiento de Carnicci*, es verosímil partiese de quien tenia
sion de que necesitaba el príncipe conferenciar con Can licor, interés en deshacerse de él, ó por venganza, ó por codicia, ó
jefe entonces del Maestrazgo, medida que á no haber sido su­ por ambición, sospecha que no es permitido im putar exclusi­
gerida por el mismo Cabrera, hubiera debido herir la suscep­ vamente á la memoria do Cabrera, toda voz que la delación
tibilidad de. este no menos que menoscabar su celo, al ver que piu lo toner origen en otros de los enemigos personales de Car­
no satisfecho su Key con tener delante al segundo de Carni­ nicci*, haber partido de algun liberal que creyese ser de guer­
cci’, llamase á este para comunicarle en persona órdenes ó ra lícita deshacerse del caudillo carlista, ó por último ser
instrucciones, (pie era mas natural hubiese! confiado á Cabrera emanada de alguna confidencia pagada por las autoridades de
que exigir que Carnicci- emprendiese un viaje, tanto mas pe­ la Peina, consideraciones quo terminaremos observando que
ligroso ó innecesario, cuanto que seria la repetición del em­ según consta de los asertos consignados en los ya citados
prendido por su segundo en el mando. documentos, durante su jornada desde el Maestrazgo al Ebro,
Admitidos por don Carlos en audiencia de despedida Ca­ fue Carnicol* conocido por varías personas.
brera y su compañero Careía, recibieron de manos del preten­ Antes que Cabrera llegase á tomai* cl mando en jefe de las
diente un pliego cerrado para Carnicci*, al mismo tiempo que tropas del Maestrazgo, tuvieron lugar varios encuentros, sien­
la orden de volver al Maestrazgo, nolo acompañado de demos­ do batida por Nogueras la facción mandada por Celina y fusi­
traciones do agrado y de regia complacencia. Pusiéronse los lado este jefe. El cabeeilla Ferendoli preparó una emboscada
dos peregrinos en marcha, y aunque, viajaban disfrazados, al convoy custodiado por un destacamento del regimiento de
hubo de ser conocido Cabrera por unos arrieros que pernocta­ Ceuta, logrando apoderarse de los carros y causar cincuenta
ron en una venta cerca de Hele! lite, y solo ;í su destreza y bajas á los liberales, sin que los carlistas perdiesen en aquel
resolución debieron ól y García salvarse, habiendo aquel dis­ encuentro un solo hombre.
puesto dejar encerrados en una de las habitaciones du la ven­ Combates de igual soci melaría importancia se sucedían fre­
ta á los pasajeros que en ella se. hallaban. cuentemente, como consecuencia do la dase de guerra q uc los
.Luego que hubieron llegado ;í territorio ocupado por sus carlistas sostenían, consistiendo todos sus planes estratégicos
compañeros, apresuróse Cabrera:! bascará Carnicci’, con quien en acercarse á los pueblos, en causar vejámenes á los liberales
se avistó el ,s do marzo entre Villarluengo y Ladri fian, enando imponiéndoles exacciones, en aumentar el número de sus par­
puso en manos de su jefe el pliego de que era portador. Leido tidarios y guaréceme á los montes para evitar la persecución
jî D A T) M o n KU K A
(lu las tropas do la Tleina, volviendo á presentarse cuando se deduce del parte que de la misma dió el general erisimo,
creían poder hacerlo con ventajas; situación (pie mudó de toda vez que claramente aparece de este documento que
condiciones y de aspecto cuando Cabrera hubo tomado el Cabrera habia conseguido que sus voluntarius esperasen ápié
mando de las fuerzas de Aragón, hasta entonces abatidas por tirino á las disciplinadas tropas de la Reina (i).
la activa persecución do que habían siilo objeto. El jefe car­ Molestado el jefe carlista por la activa persecución de las
lista supo inspirar confianza á sus partidarios, familiarizarlos columnas liberales, diseminó su fuerza, retirándose á los puer­
con el peligro, extender su influencia á los pueblos en que tos <le Deceit« y liando orden á Torner pura que se dirigiese ¡í
dominaba y haber hecho, tí imitación de Zuinalaeárregui, sol­ los de Arnés y á l'nit de Compte, hasta que las circolisi uncius
dados do sus voluntarios los que esperaban al enemigo y lo indujeran á concentrar nuevamente sus fuerzas.
cuando no podían vencerlo, le hacían perdía1gente, retirándo­ En los últimos dias de abril, Torner atacó los fuertes de
se ellos en seguida tí sus montañas. Arnés y l ’indl que valerosamente defendieron los destaca­
Al encargarse Cabrera del mando, su primera disposición mentos que los guarnecían. Casi al mismo riempo era derro­
fue la de citar á los jefes de las partidas del territorio, con el tado Miralles por liuil en el barranco de la. Estrella, rombate
lin de saber con que fuerzas podia contar para operaciones. tied que resultaron algunos prisioneros carlistas á quienes se
Todos los convocados asistieron á la reunion, entro ellos Qui­ aplicó, fusilándolos, la bárbara cosítimbre de no dar cuartel á
los, Eorcadell, Torner y otros: Miralles fue el único que no se los rendidos. No satisfecho Cabrera de las consecuencias do la
presentó á recibir las instrucciones del nuevo jefe. El 1!) de diseminación de su hueste, varió de táctica y procedió á es­
marzo verilioóse la junta, en la que despues de largas delibe­ quivar los encuentros, limitando por algún tiempo sus opera­
raciones sobre el estado de las fuerzas, se halló que estas se ciones á sacar recursos de los pueblos que lograba sorpren­
reducían á 200 infantes y 30 caballos ¡í cuyo fronte tuvo Ca­ der, tí cuyo efecto dió instrucciones á los comandantes desús
brera su primor encuentro con Nogueras on Tronc]ion, en­ destacamentos para que obrasen ilei mismo mudo.
cuentro de esciusa importancia, toda vez que sosteniendo un A tal extremo llegaron por entóneos las exacciones que los
ligero fuego por ambas partes so retiraron los eristinos tí Mi­ carlistas imponían ¡í los pueblos dél Maestrazgo, tan exeesivo
rai ubel y los carlistas á Cantavieja. era el número de los prosélitos con que engrosaban sus lilas,
Habiéndose apercibido Cabrera que su nombramiento para que el Capitan general do Aragon don Antonio M.“ Alvarez
el mando en jefe habia producido cierta desconfianza por par­ publicó un bando el 30 de abril pur el que disponía que desde
te de los antiguos cabecillas, principalmente en Quilos que el 15 del entrante mes de mayo, por cada individui) de los
era el que llevaba mas tiempo mandando su partida, volvió sí pueblos del territorio de su mando que se hubiese unido á los
citar sí los mismos que habia anteriormente reunido y mani- carlistas, su exigiera á los municipios la suma de 32o reales
léstóles lo que habia visto y admirado en el Norte, donile t-an mensuales, multa que debía seguirse pagando hasta que cons­
superior les dijo era la organización de sus compañeros de tas« de lina manera auténtica que el virino del pueblo que
sumisis, enteramente debidsi sí la excelente disciplina de los militaba en la facción habia sido muerto ó hecho prisionero.
batallones de Zuinalaeárregui, y de ello tomó ocasión para De igual ó mayor rigor usaban los partidarios de don Carlos,
exhortarles sí que permaneciesen unidos, asegurándoles que llevando su saña hasta el punto de hala r asesinado el 0 de
el triunfo de la csuissi por la que se sacrificaban dependía de mayo en el término de Hatillos á varios urbanos de Valdot.or-
la union, pues los liberales cstabsm desunidos dando el espec­ mu, suceso que infundió la mayor alarma en los pueblos de
táculo de divisiones anárquicas, refiriéndose sí la rebelión de la comarca.
la casa de Correos, sí los asesinatos de los frailes en Msidrid, sí Siempre ambicioso Cabrem de mayores resultados, volvió
las sesiones borrascosas que celebraban los Estamentos y silos á reconcentrar Jas columnas que habían estado obrando sepa­
artículos que publicaba la prensa liberal. Concluyó Cabrera radamente, reunió á mediados de mayo en las cercanías de
su arenga con las siguientes palabras: «Si me quieren ustedes Vallibona,■novecientos hombros, á cuyo frente marchó á
exponer alguna razón contrarisi sí estas idcsis pueden hacerlo Mosqneníela. Hallábase en este último punto la. columna
con la mas cumplida libertad. » Nada repusieron los congre­ liberal mam lai la por Decret y Duil que se dirigían á Villafran­
gados, sometiéndose gustosos sí Cabrera. J lió entonces el nuevo ca. Tomó Cabrera posiciones en las alturas próximas á Mos-
general en jefe instrucciones ¡í Quilos relativas sí que procu­ qtlemela, y ¡miiqitc los jefes del ejército de la 1.Vil la conta­
rase adquirir medios do subsistència dirigiéndose en seguida ban fuerzas inferiores, no vacilaron en atacar con lirio tí los
sí Mirabote. carlistas. Desistieron estos con firmeza las primeras descargas,
De silgima mas importsincia fué la siecion de Alloza dada pero acabaron por retirarse en dirección do Linares y Aliaga,
el 26 do abril, en la quo se encontraron frente sí frente, No­ no siendo seguidos por los vencedores, justamente temerosos
gueras con sus disciplinadas tropas y Cabrera con sus volun­ de internarse en las montañas y de caer en las emboscadas
tarios. Al avistarse los combatientes el entusiasmo fué ruidoso preparadas por el enemigo.
por ambas partos. Los carlistsis gritaban: ¡Viva- d Jley, la Jíe~ De mayor importancia fué el combato habido al frente de
lii/ion y let p a tria / y excitados por su jefe espersiron la sieo- Caspe, población enterai nen te adíela á la causa de la Reina y
nicfida de las tropas de Isi 1teina. Arengadas también estsis á la que Cabrera preparaba lina sorpreso. Al efecto el 23 de
por Nogueras y lisonjeados los liberales de que. iban á. alcan­ mayo de madrugada el jefe carlista, á ht eabeza de sus volun­
zar la gloria ile concluir con la facción, siguieron á su deno­ tarios, sorprendió á las avanzadas liberales y despues de un
dado jefe quo al frinito de la caballería cargó sobre las lilas ligero tiroteo penetró en la población, saqueando algunas
enemigas; pero los infantes do Cabrera recibieron la acometida casas y pasando por las anuas á eiialro ó cinco nacionales q u e
con serenidad y rompieron un luego mortífero que produjo cayeron en sus manos; poro no debía el agresor saborear el
confusion entre los eristinos; mas Nogueras reanimó ¡í los fruto de su fácil triunfo, pues sabedor Nogueras del movi­
suyos y aunque rechazada do nuevo su caballería por las miento de sn contrario, lo persiguió basta, la entrada de los
descaigas carlistas,el valiente general candujo i í s u s soldados puertos de Hi rei te. contentándose en represalia de los nacio­
P»r tercera vez á la carga y logró al fin arrollar á Cabrera, nales sacrificados por Cabrera en Caspe, con fusilar á seis pri­
obligándolo á retirarse á la sierra de Arcos. Mas no por esto sioneros que se hallaban en su junior.
cesé la pelea, pues Nogueras siguió á su contrailo, cl «pio no lilas afortunado que su jefe, Qui les sorjireinlió por aquellos
rehusó hacerle frente, trabándose de nuevo la lucha comen- dins nn destacamento de setenta hombres en Valderrobles,
zuda con tanto encarnizamiento, hasta que cansados y exte­ descalabro qiK1los liberales al lijando de liuil compensarmi
nuados ambos bandos, observaron por algunos dias lina espe­ cu la masía del Capuchino en la que lograron derrotar al ca­
rie de tácito armisticio. La sangrienta jornada de Alloza becilla .Serrador.
ocasionó sensibles pérdidas de una y otra liarte. La vida del La sorpresa de Caspe alarmó en tanto extremo á los habi­
general Nogueras, cuya bizarría fué admirable, estuvo cons- tantes de Zaragoza, que no bastando á calmar su intranquili­
Imitemente expuesta. dad las medidas que al electo ¡chipiaban las autoridades, el
La anted ¡ella acción tuvo pava los carlistas, no obstante
de no haber quedado en ella vencedores, la importancia que ¡ (1) Véase el doiaiiui·iito mim. IV »1 fand 'Iri capítulo.
r>8 H I S T O R I A DE E S P A Ñ A

Capitan general publicó varius liandos excitando á las pueblos puntos fortificados, que estableció en las lincas militares del
á ti ai cu' las annas contra l<>s dcfuiisorcs del absolutismo, de­ Sogre y del Llobregat., yen los demás puntos cpie. mejor creyó
signando en ellos como punto de reunion para los patriotas corresponder á las condiciones topográficas del territorio de
que respondieran á su excitación, la villa tic Mallen, timide su mando: poro desconoció que destinando las fuerzas de que
eliconirarian beneméritos oficiales que se encargarían tlel disponiti para guarnecer los fuertes, de donde tenían orden
alistamiento é inst rucción militar de los voluntarios. de no salir las tropas que los custodiaban, no quedaban fuer­
Inspirándose en una política sensata tí la par que enérgica, zas bastante numerosas para componer columnas que ampa­
el (.'apitan general recomendaba el orden á los aragoneses y rasen á los pueblos, los que quedaban expuestos ¡í las excur­
amonestábalos acereti tic Iti inconveniencia tic promover tlis- siones de los carlistas que con frecuencia entraban y solían
lurbios y gritos de proscripción, (pie, sin amedrentar al ene­ on ellos, socando de los mismos recursos y también reclutas
migo, enajenaban las simpatías tlel pacífico vecindario, ma­ casi ¡i la lista de las guarniciones encerradas en los fuertes.
lest aciones que debían reservarse partí los campos de batalla. De aquel estado de cosas aprovechábase Tristany, Ros do
Difícil (.au «pie Iti stum doctrina de la que se hacia èrganoci Eróles, Grau y Borges para sorprender á alguna de aquel bis
Capitan general fileni escuchada y produjese los saludables guarniciones, copar destacamentos do urbanos, cuyos indivi­
efectos que hubieran sido de esperaron circnmstaneias menos duos eran irremisiblemente fusilados, y saquear á mansalva
excepcionales que bisen que ibaáentrar la hispana liberal. En á los pueblos, de los que rara vez dejaron do llevarse mozos
Al ¡ideili como en bis provincias ardía el fuego tie una febril con los que engrosaban sus filas. No bastaron las medidas
impaciencia; el ansia ile Iti revancha contra la larga domina­ adoptadas por Llauder partí remediar el incremento do las
ción absolut,isla Inibiti llegado á su apogeo, y cual volean sub­ facciones, por mas que pusiese empeño en halagar á los urba­
terráneo quo ¡dimeniti la próxima erupción, el espíritu público nos y favoreciese la creación de contraguerrillas de gente del
montado hasta el paroxismo, preludiaba con provocaciones ó país.
insultos contra los sospechosos de ser enemigos tic la libertad, La mejorada fortuna que en la primavem de 1835 alcanzo
¡i la larga serie do pronunciamientos revolucionarios', de los el carlismo en el Norte y en el Maestrazgo, le cupo también
«pie tendremos en breve (pie ocuparnos. en las provincias catalanas, Castilla la Nueva y Extremadura.
Los carlistas de Aragon, llenos de entusiasmo por el incre­ Los montes de Toledo, las vertientes del Guadiana y la sier­
mento «pie recibían sus (ibis, al paso que estimulados por los ra que divide Castilla de Extremadura y de la provincia de
triunfos de sus compañeros del Norte, coman presurosos á Ciudad-Real, eran teatro de bis excursiones de los cabecillas
engrosar bis huestes de Cabrera, habiendo llegado el caso do Galan, La Diosa, Perfecto y Jerónimo, quienes libremente en­
tener este que armar á sus reclutas con palos, picas y lanzas traban en los pueblos que no se hallaban fortificados y de­
por falta de fusiles. fendidos por sus urbanos, imponiéndoles todo género de exac­
Satisfecho debía hallarse el joto de Iti insurrección del Maes­ ciones, y rara vez se vieron libres de carlistas, los que acabaron
trazgo del incremento que tomaban sus partidas y sobre ello por interceptar las comunicaciones normales entre Madrid y
fu miaba la lisonjera esperanzado futuros triunfos, cuantiólos las provincias del Mediodia, habiendo sido mas adelante ne­
cori os; mus del Pretendiente, á quienes ya causaba celosía su­ cesario, partí limpiarlas de facciones, recurrir á la ocupación
perioridad do atpiel aventajado jefe, propusiéronse cortar tam­ mi litar de la Mancha Alta y Baja, y de la provincia de Tole­
bién los vuelos á la popularidad que entro los suyos Inibiti do por el ejército de reserva que debiti organizar mas tarde
alcanzado Cabrera, é hicieron suscribir por don Carlos enltur- don Ramon María Narvaez. Pero en la época cuyos sucesos
mendi un decreto que prescribía la separación de los mandos entran en ol cuadro de los acaecidos en la primera mittul del
en Aragon yen las provincias del Este y la consiguiente sepa­ año de 1835, los cabecillas Poco, Orejita y Mir, sintiéronse
rada é independiente jefatura de cada uno do los partidarios bastante fuertes para ejecutar golpes audaces, como lo fueron
(pie. habían levantado gente; medida absurda y contraria al Ja entrada do Orojita en Andújar y la tentativa de Mir sobre
interés tie la etilisti carlista, porque venia á paralizar el des­ Ciudad-Real, en cuyas calles penetró su gente. Perseguido el
arrollo que Cabrera daba á sus operaciones, desarrollo que aun­ último de estos partidarios por don Luis Tenorio, y alcanzado
que entorpecido por aquel decreto, debía, merced tí la iniciativa en Ja sierra do Cambrón, on la que el jefe carlista pudo pre­
y til genio de aquel hombro enérgico y fecundo en ardi­ sentili’ cuatrocientos hombres en linea, libróse un vivísimo
des, adquirir bis proporciones que iremos viendo. combate ganado por Tenorio con fuerzas inferiores, resultado
Aunque mortificado Cabrera en presencia de semejante de­ que fué de la mayor importancia para la causa de la Reina,
creto. dispúsose á cumplir sus prescripciones, manifestando á toda vez que impidió que la facción se apoderase de un con­
sus compatì eros los demás jefes que habían cesado en la obli­ voy que custodiaba trescientos sentenciados tí presidio, de
gación de obedecerlo. Pero los cabecillas del Maestrazgo, cono­ los que los carlistas intentaban apoderarse para hacerlos in­
ciendo lo perjudicial que era á los intereses de la causa el gresar en sus filas, acción la de Cambrón que también produjo
mandato règio, ofrecieron al hombre que en estricto derecho iti importante ventaja de dar algún respiro á Jos pueblos de
dejaba de ser su jefe, que so hallaban dispuestos tí continuar la Mancha El partidario Mir, que era hombre de alguna ins­
bajo sus órdenes, olería que ne aceptó Cabrera, aunque mas trucción, y que tomó las ¡limas mas bien por convicción que
tarde se reunió con su íntimo amigo Forcadell, que mandaba por espíritu de rapiña, habría probablemente dado mucho
ochocientos hombres, y juntos se encaminaron á los montes que hacer, á no haber sido niucrl.0 en un encuentro habido
de Cher á continuili' Iti cruenta guerra (pie ardía en aquellas en bis inmediaciones de Fuente del Fresno algunos dias des­
desi dadas comarcas. pues de la acción que acabamos de citar. Su cadáver, condu­
El mismo abatimiento en que se ha visto habían caído las cido á Chulad-Koal, fue objeto de un escarnio muy poco digno
facciones del Maestrazgo al emprender Cabrera su viajo tí las de la etilisti en cuyo nombre se ejecutaba. Es bi realidad, sin
provincias del Norte, experimentáronlo también por aquel embargo, que ni la vecindad do la Mancha, ni la de las frago­
tiempo las partidas carlistas de Cataluña. Mas no por hallarse sidades do Sierra Morena, que tanto se prestaban á que el con­
desorganizadas dejaban de oxistirmanteniondo latente ci fue­ tagio del levantamiento hubiese cundido á Jas provincias do
go de la insurrección, circunstancia que unida á los disturbios Andalucía, bastaron para dar pábulo á que en el bis se repro­
que desdo principios de aquel ¡uio alimentaban las divisiones dujesen hechos do Iti especie de los que en mayor ó menor
en!re los liber.iles, mantenia vivo el movimiento carlista que. escala se estaban vinificando en casi todo el territorio de la
encont ró acrecentado Lhiudor cuando á su salida del ministe­ monarquía. Efímeras y fugaces fueron las insignificantes ten­
ri,, regresó tí Cataluña con carácter do su capitan generili. tativas que para levantar y mantener en campaña partidas
Este jefe, tpie liabia perdido gran parte del prestigio y de la carlistas hicieron algunos aventureros oscuros que, alzados
popularidad que adquirió entre los liberales al estallar la guer­ en las provincias de Jaén, Granada y Málaga, sucumbieron ape­
ra civil, tuvo empeño en recuperarlos y en reanimar el espiri­ nas se movieron, merced á la persecución ele las columnas y
lo de los urbanos de las cuatro provincias, por ser estala también tí la indiferencia de los pueblos.
fuerza (pie mejor podia utilizarse contra bus partidas. Fundó Algo de mas serio aunque de poca duración, tuvo ol mo­
blander su sistema do represión en aum entarci níinierodelos vimiento iniciado en Extremadura, y en el que figuró el ya
E DA D M O D E R N A ¡i!»
citado Mir. En los primeros meses de aquel año las facciones ¡ Tejciro, decreto por el que so otorgaban ¡i dicha jimia los mus
ele dicho jefe y la de La .Diosa en union de Chaleco, Perfecto ■amplios poderes para levantar fundos y empréstitos forzosos,
y Jara, recorrieron los pueblos de la comarca do Guadalupe I los que solo debían recaer sobre los desafectos A la causa fiel
y aun se atrevieron A hacer fronte A una columna mandada I Pretendiente. Y tan tenaz era el empeño de esle en qur Gali­
por el activo jefe Abecia, pero fueron de corta duración las cia fuese uno de sus campos de batalla predilectos, que no
intentonas do aquellas partidas, que al íiu buscaron refugio desengañado do «pie nada hubiese podido hacer en beneficio
en las asperezas do los montes fronterizos de Extremadura, ele su causa la junta presidida por el arzobispo de Santiago,
de los que salian A expediciones depredadoras de la misma nombró otra revistiéndola de las mismas facili Iat les y confi­
especie que las que señalaron el brigamlaje de Palillos y sus riendo el mando de un ejército «pie no existia A Gonzalez
secuaces, cuyo perpetuo cuartel general lo fueron los montes Moreno, A quien no tardó sin embargo en llamar don ( Virios
de Toledo. cerca, de su persona al ver que mida sustancial podia esperar
Aunque fuese grande el interés que tenían los carlistas en de Galicia.
mantener vivo el fuego de la rebelión en una provincia limí­ Al finalizar el año de I8:D dejamos al cura Merino guareci­
trofe á Portugal como lo era la de Caceras, el general Carra- do en los pinares de Soria,donde permanecía en los primeros
talá A quien fué confiado el mando militar de Extremadura, meses cid siguiente, principalmente ocupado en instruir Asus
acertó á levantar el espíritu de los naturales do un país cuya reclutas con el doble objeto de guardar cerca de sí A los que
población, compuesta de numeroso vecindario, tenia interés mas confianza le inspirasen y do enviar los demás A las pro­
en sustraerse A las depredaciones de los cari istas, por lo que el vincias del Norte; pero cl general Azpiroz, que mandaba las
país se prestó A secundar las providencias de CarratalA diri­ fuerzas en su persecución, sorprendió cu lineria del Rey mi
gidas A la buena organización de la milicia urbana, la que en destacamento del cura guerrillero, y aunque logró batirlo,
gran manera contribuyó A alejar ele aquellas provincias los hicieron los carlistas cara A los cristinos recibiendo sus ata­
horrores de la guerra civil. ques A la bayoneta; conducta do parte de. los suyos que con­
Grandes fueron los esfuerzos del carlismo para organizar en soló A Merino al verlos regresar derrotados A sus guaridas.
las provincias gallegas un formidable levantamiento, en favor Con su gente algun tanto fogueada, quiso aquel volver A
del cual contaban con numerosos partidarios y con jefes muy tentar la suerte de las armas, y e n los últimos dias de abril
resueltos, no pocos pertenecientes al estado eclesiástico. presentábase delante de Azpiroz Alas inmediaciones de Espti-
Afortunadamente para la causa de la lteina la decision do margó, encuentro al que siguió un rudo combate, dei que sin
los liberales do aquel pais fué tan enérgica, que contra ella embargo no salieron airosos los carlistas, los que de nuevo
vino A estrellarse la actividad de los corifeos carlistas. buscaron refugio en las espesuras de la sierra. JMas como por
En febrero militaban en las filas de la rebelión, las partidas entonces reunia el marcial presbítero una fuerza de mil hom­
ile Villaverde y su hermano el arcediano de Mellid, las de Sán­ bres, quiso intentar eoli ella un golpe atrevido, y al amanecer
chez y Balmaseila; la de Lopez en la comarea de Santiago, del 30 de mayo asaltaba el pueblo de la Boa. Mas sus urba­
cuyo principal intento fué el de oponerse A que se llevase A nos, electrizados por Arroz su administrador do lientas, opu­
oléel o la quinta ordenada por el gobierno. En el mes siguiente sieron una tenaz resistencia que frustró los depredadores
Sarmiento y el curado Jul y mas tarde el do Parartela en union proyectos del invasor, el que irritado de una defensa que. no
con el ex-capitan de realistas don José Martinez, fraguaron habia seguramente previsto de parte de un pueblo que pocos
una conspiración abortada que cosí,ó la vida A sus autores. años antes se había deshonrado por su fanatismo realist ay su
Poco después el ox-canónigo de Santiago don Francisco María salvaje crueldad contra su valiente y benemérito compatricio
Gorostidi que se titulaba comandante general de Galicia, sa­ el Empecmado, entregó A las llamas las casas do la Roa, sin
lido A campaña filé derrotado por los urbanos y la tropa en exceptuar su iglesia parroquial incendiada por las consagra­
el monte Cabana, teniendo la mala suerte de caer prisionero das manos del cura guerrillero.
y de pagar con la vida su sacrilega tentativa. Igual suerte Otra acción tuvo lugar el dia 3 de junio entro Merino y la
cupo A Pray Antonio de Besa en ol mes siguiente y la misma columna de Mir, encuentro que aunque tampoco fué decisivo,
A los partidarios Mato y Viñas (a) el Capador, hombre san­ costó A los carlistas cica hombres y valió A los liberales el
guinario cuya desaparición fué sabida con regocijo por los rescate de los relíenos capturados en Ontoria y en Roa.
pueblos que fueron víctimas de sus maldades. No se daba sin embargo por vencido ol infatigable cura, y
No tuvieron mejor éxito las partidas de Perez y de Rosen­ pava ponerlo Llera de combate no bastó la acción por él per­
do, las que habiendo pasado el Sil se atrevieron A atacar la dida en Torre Gaiindo el 25 de julio, sino que hubieron de
Aúlla de Castro-Culdolas, bizarramente defendida por los ur- destinarse A su activa persecución fuerzas que al ternati va­
líanos de la misma, A los que se unieron en persecución do | niente mandaran Ramirez, Linage, Narvaez,' 1.1oyos,Obregoii y
los agresores los milicianos de Tribes, Lazona, Valdeorras y Albuin, y el coronel Peon, honradísimo y lincio liberal, al que
Quiroga, los que persiguiendo en su retirada A los carlistas en la emigración se habia dado cl sobrenombre del Coronel
los derrotaron, pereciendo el jefe en la pelea, cayendo gran latino.
número de prisioneros y teniendo los que no lo fueron que La última acción que sostuvo Merino fué la de Palazuelos,
buscar su salvación en la huida. de la que salió herido, accidente seguido de otra que todavía
Compréndese la insistencia con la que tantas víctimas ob­ puso en mayor peligra la vida del guerrero eclesiástico. Reci­
cecadas so prestaron al sacrificio atendida la importancia que bió un par ile coces de su propio caballo que lo estropearon,
don Carlos daba A efectuar un alzamiento general on Galicia, en términos que lo obligaran A buscar un seguro asilo para
A cuyo mando destinó al general don Vicente González More­ ponerse en cura, asilo que encontró en una casa nu lejana de
no, ciándole por comensal al baron Manuel Kerveno del Chi­ Lerma, en la que permaneció oculte y fielmente guardado
llon y autorizando á un francés llamado lianes de Gardoimo hast a que al comenzar del siguiente año se encaminó A Olía­
pava contratar un empréstito do dos millones de francos, pa­ te, donde fué recibido con agasajo por su Rey, quien lo retu­
gadero seis meses después de sentado que se hubiese don vo A sus inmediatas órdenes.
CAvlos en el trono y A cuyo saneamiento hipotecaba las Adua­ La fuerza que quedaba A Merino en Palazuelos reducida A
nas de Cádiz y de la Coruña. doscientos caballos, la despachó al siguiente día do aquella
Con fecha 27 de marzo el ministro del Pretendiente Cruz para él desastrosa jomada, en dirección de las provincias
Mayor dirigia al arzobispo do Santiago Fr. Rafael de Volez, Vascongadas, confiando su gente al mundo del Rojo de l ’iien-
un decreto fechado en Ziuliga por el que dicho prelado era ! teduro que venia siendo su segundo desde la muerte de Nie­
nombrado presidente de unti junta gubernativa de Galicia, de to. La fuerza al mando de este franqueó sin accidente el Ebm,
la que debían ser vocales el general Grimaros, el de igual cla­ quedando A consecuencia de la desaparición de los restos de
se* marqués de Robeda, el arcediano ile Mollili don Juan Mar­ las facciones levantadas por Merino, pacificada Castilla por
tinez, don llamón Pedrosa y Andrade y don José Arias algun tiempo.
(iO 11 I S T O R I A I)K E S P A Ñ A

DOCUMENTO NUM. I hasta aquí mencionados, Carnicci- disfrazado de arriero seguía


su viaje á Navarra; y es preciso consignar aquí algunas par­
DATOS RELATIVOS Á l.A IMPUTACION HECHA A DON RAMON CA­
ticularidades de esto viaje, por haberse dicho que Cabrera en­
RRERA DE HAI!Eli SIDO CAUSANTE DE LA APREHENSION V FU ­
vió un anónimo á las autoridades do la Iteina denunciando ol
SILAMIENTO Dii CAKNIClili.— OPINION DE LOS SRES. CARELLO
itinerario y el disfraz de. Carnicci-. Aunque no se lia dado nin­
Y SANTA CHUZ, AUTORES DE l.A «HISTORIA DE LA GUERRA
guna prueba de esta imputación y siempre se lia calificado de
DE ARAGON V CATALUÑA.»
simple sospecha, existen datos y razones que demuestran la
«I,¡L o]linioii pública y enantes sirvieron á las órdenes de inexactitud de un hecho tan vil y horroroso que haría abomi­
aquel—Carnicol-—señalaron á Cabrera reino su asesino. Car­ nable la memoria de Cabrera, aun á sus mas ciegos partidarios
nicci- earlisl.a lule.mnte y Cabrera apostólico furibundo: Carni­ y admiradores. Dos motivos podian obligarle á cometer esta
eri- valiente pore humano: Cabrera sanguinario y feroz: Car­ alevosía, la ambición ó la venganza. Se ha visto ya que Car­
nieri- que no desenvainaba su espada sino en el campo y nicci- lo invitó desde su principio con el mando y lo rehusó;
Cabrera que, se gozaba en ensangrentarla con los rendidos. El que Cabrera gozaba en el campo carlista mas prestigio y as­
]»rimero jefe rígido y disciplinisi a y el segundo subalterno cendiente que los demás jetes y sin embargo no se valió de
díseolo no podian ser amigos. El que denostó la conducta y estos elementos para sobreponerse á Carnicci-; y que e.n la
las disposiciones de sus jefes en la acción de Mayáis: el que ju n ta de Villarroya se mostró dispuesto á resignar su coman­
se sublevó en Casti»¡onciIlio porque no eran fusilados todos dancia accidental en la persona que la misma junta nombra­
los prisioneros, aun despues do haber recabado que lo fueran se. Tampoco podia tener Cabrera el menor resentimiento con
los nuevo nacionales y soldados que se defendieron en una Carnicol-. Era este su amigo predilecto, lo honraba con su con­
casa: el que en público y en particular prometia á sus compa­ fianza, le distinguía entre todos y acababa de darlo una prueba
ñeros ascensos y protección para el dia de su mando: el que de singular aprecio prefiriéndole á los coroneles mas antiguos.
habló tan mal de Cornez, á la vista do líequeiia y en Villarro- Esto bastaria para probar que ni la ambición, ni la venganza,
bledo hasta que se le desertó on list remadura: el que conspiró ni otra pasión innoble podian inducirle á proceder tan villa­
(»outra (¿uilcs vencedor en Terrer, en las Cabrillas y en lia- namente con Carnicci- y envolver en su suerte al fiel (Jarcia
ñon: el quo persiguió de muerto á Caballero que le ofreció la que le acompañaba. La captura de Carnicci- fuó ocasionada
entrada y posesión de Cantavieja despues do haberlo buscado tan solo por su poca previsión ó por su infausta suerte. Mas de
en Alunizan y llevado lo herido á sus guaridas, no lia debido veinte personas vieron corno salía de Arino, acompañado do
extrañar que so le señalara entro sus enemigos y parciales, García, Sebil, Mañero y Pedro Ibañez: en el camino encontra­
como el pórfido traidor que vendió á Carnicol-, avisando á las ron á seis arrieros del mismo pueblo, ó Ibañez se detuvo á
autoridades del gobierno la ruta «pie llevaba á Navarra y ol hablar con uno de (dios; cerca de Ateca dijo Ildefonso Oroz á
disfraz con queso encubría. Conocemos, es muy amigo nues­ García que liabia conocido á Carnicol-. Particularidades son
tro el alcalde que dió estas noticias de Teruel y Zaragoza; y estas que unidas á las que expresa el documento (refiérese á
si bien no liemos querido ni intentado siquiera arrancarlo este la siguiente declaración) demuestran que no ora un secreto el
secreto porque conocemos su probidad, sabemos que la reci­ viaje de Carnicci- y quizá indican la persona que le delató....
bió del pueblo de Palomar el mismo dia que estaba en él Ca­ Su muerte aunque sentida en el mando de Cabrera, renovó la
brera. Seria infundada la creencia, seria una impostura; pero comprimida ambición de Quilos y las esperanzas de algún
entre los facciosos, creció hasta el punto de prohibirse hablar otro jefe.»
ile tal suceso. Hallándose Cabrera en Camarillas el 10 de fe­
brero de 18:10, ñ, la misma hora que su madre era fusilada en DOCUMENTO NUM. III
Toriosa, fusilaba el ¡i Cristóbal Subii de Alcoriza hermano, de DECLARACION DEL OFICIAL QUE ACOMPASÓ Á CARNJCER
mm de los quo acompañaban á Carnicol-, porque tuvo la in­
discreción de decir que este había sido vendido por Cabrera. Don Francisco García, brigadier de infantería, jefe que filé
Tal rigor produjo, como era natural, el efecto contrario que de la primera brigada de la segunda division del ejército real
•pieria; pues aunque pretextó que lo fusilaba por otras causas, de Aragon, condecorado con varias cruces do distinción por
como sus soldados sabían que eran falsas, se afirmaron mas accioues de guerra, etc. Bajo mi palabrade honor dedam : que
en la sospecha q ue difícilmente podrán desvanecer los parcia­ en el año de 1885, hallándome de comandante de las tropas
les y admiradores de este cabecilla. carlistas del Bajo Aragon, y teniendo que pasar á las Provin­
»El trajo a. Can deer la orden de Carlos V para que se pre­ cias Vascongadas y Cuartel real el digno brigadierde caballe­
sen lain en Navarra y á pretexto de que los capitanes Subii y ría don Manuel Carnicol-, se me instó para que le acompañase,
(Jarcia conocían el terreno, particularmente el último que á lo cual me excusaba porque acababa de prestar igual servicio
acababa de llegar con él de aquélla provincia, le aconsejó que al Excmo. Sr. Conde de Morella, coronel en aquella época,
le acompañase. Tendrían ó no parte estos dos capitanes en la pero convencido á las instancias do dicho Carnicol-, por sor
prisión de Carnicol-, pero es lo cierto que á pesar de no darse sujeto que apreciaba á causa de haber servido en guardias
aun cuartel en Navarra porque no se había ajustado el tra­ ivalonas y seguido despues do compañeros en la dase de ca­
tado de Ellioi,, no fueron fusilados como su jefe y por el con­ lli!,anes de los reales ejércitos en la época del año 22, se dispu­
trario canjeados muy proiilo. Esla calumnia si realmente lo so nuestro viajo realizándolo en los términos siguientes.
es, debia ser rechazada por Cabrera de todas maneras y en Emprendida la marcha de la columna, á corta distancia se
cualquier lance y posición, y sin embargo que Cabañero se la separó la infantería, y la caballería nos acompañó hasta las
echó en cara delante de muchas personas en la Jglc.sucla, lo paredes de Josa: allí se mandó llamar á un tal Manuel que
sulViómuy resignadameiitc sinacovdarse que cenia, una espada. también había servido con nosotros en guardias, sujeto de sa­
»Cabrera (ernia, siempre las asechanzas de sus émulos y tisfacción por los servicios que tenia prestados á la causa, y
euando peniorfaba en los montes, cambiaba el sitio quehabia con él entrarnos en su casa, mandando la caballería á reunirse
elegido para dormir despues que los demás estaban acosta­ con el resto de la fuerza. En la casa do dicho Manuel so dis­
dos; y habiendo dispuesto una noche en los términos de Alar- frazó de arriero Carnicci: que yo ya lo estaba; se mandaron
ron que un soldado se echase en la cama que los demás en.‘ian llamar dos paisanos do Lesera nombrados Francisco Sebil y
era para él, este soldado fue asesinado de un pistoletazo. Ca­ N. Manero, comandante de caballería en el torcer regimiento
brera estaba aquella noche en el campamento... de Aragón el primero, y cabo do la misma el segundo, al tiem­
»Hasta á nuestro propósito haber dicho lo que se pensó en po do la emigración: reunidos f.odos y en presencia de la mu­
el país y entre los facciosos.» jer de dicho Manuel se trató do nuestro viajo, que emprendi­
mos al dia siguiente, acompañándonos hasta Muniesaol citado
DOCUMENTO NUM. II Manuel con dos caballerías de su pertenencia, de donde se
OI’INIOX DEL Sil. ( ’I)IIDOVA, AUTOR DE l.A «VIDA DE i -Ai:l!EUA» volvió á su casa y los cuatro pasamos á Lesera á parar en casa
de una hermana de Sebil. En dicho pueblo se practicaron las
«Mienlras en el campo de Cabrera Ionian lugar los sucesos diligencias para el pasaporte y se compraron tres jumentos:
K I) AD M O D E « N A (i)
Podro Ibañez, arriero del citado pueblo y el nombrado Mane­ junto á Salbo. A los pocos dias nos condujeron á Burgos y en
jo fueron á Arino á comprar alumbres, y al dia siguiente to­ Bribicsca se nos mitificó «»1perdón y se nos dijo podíamos il.Tla-
mamos el camino con nuevo cabal lorias, el Ibañez, Mañero, rnr ampliamente, reduciéialose mi deelaraciou a que Sebil y
Carnieer y yo, saliendo fio Lesera con tres ó cuatro horas de Mañero eran encargados de llevar la pólvoraá Ariño para la fa­
sol, á vista de todo el mundo, podiendo asegurar que nuestra bricación «le cartuchosá cargo de José Masipo y un tal Illesa,
marcila incógnita era sabida en el pueblo de mas de veinte ya difunto entonces, que hacia de confident«» á donde se 1«’
personas. mandaba. Esta declaración fué convenida con Saibó y citamos
El mismo dia nos encontramos con sers arrieros de la mis­ á dichos sujetos porque estaban comprometidos y avisados.
ma población que nos miraban con mucha atención y cl Iba­ Fuimos comlucidos á Burgos, donde permanecimos diez
nez se par«) á hablar con un cuñado suyo que venia entre meses y «lias, en cuyo intermedio nos pidieron nuevas decla­
ellos. Al entrar en Ateca por insinuación de Carnieer me so­ raciones que no variamos. Conducidos á Vitoria en union di­
paré para comprar dos navajas y á la salida, camino de Alema, vario« carlistas, venidos «le la Commi y «.1 F«»m>l, fuimos can­
halló á Ildefonso Oros, de Calatayud, el cual me dijo había jeados todos el 23 de enero «le LS:|i¡. Esta misma relaeion hice
conocido á Carnieer, que él le croia carlista por haber servido á S. M. en Oñato á mi presentación despeos «le canjeado. Y
la otra época, y siendo sujeto de mi conlianza por tener un por ser la v«»r«la«l la firmo «m Pan á 8 «lo julio «le lsi l.—Fran­
hermano quo había servido en nuestras filas do caballería en la cisco (lavcía.
época do la anterior Constitución y prometiéndome sigilo le
descubrí el secreto, haciéndole varias preguntas sobro si habría DOCUMENTO XCM. IV
inconveniente para reunimos á Merino, y diciémlome que no,
l'AlîTlî DE NlXíUEKAS IXTIOltCKlTADO 1»«)U I,OS CAULISTAS
nos separamos, me reuní á mis compañeros y seguimos para
el Frosnillo. En la posada de esto pueblo hallamos á don Joa­ Comandancia general del Bajo Aragon.—Exorno. Sr.—En
quin Salbo, teniente de caballería que de incógnito y vendien­ los campos de Alloza he dado alcance á la facción reunida de
do jabón se hallaba allí curándose una herida: este nos dijo no Cabrera, Quilos y Tornor, en número «lo 400 ó 450 infantes y
había que tener cuidado de los posaderos, pues eran de toda algunos caballos: el dia mas á propósito para concluir la fac­
satisfacción, y mientras que nosotros arreglábamos bus caba­ ción ha sido este; poro no es creíble que Cabrera ui los suyos
llerías, Saibó y Carnieer se separaron á hablar á solas. Al dia sean hombres, jamás lio visto mas decision, valor ni screni«la«l;
siguiente salimos del Fresnillo, unido á nosotros el Saibó á no os posible «pie las tropas do Napoleon hayan nunca hecho
instancias de Carnieer: en Cerain se compró un macho que ni podido hacer una retirada por un llano de cuatro horas con
pagó Carnieer; Ibañcz y Mañero fueron á Burgos con sus re­ tanto ój'dcn. Lujos do obtener ninguna vtaitaja «lo las que creia,
cuas, llevando el encargo de comprar aparejos para el macho, no lio observado sino ol desmayo «le la tropa que tengo el lm-
y los tres, cada cual con su caballería, seguimos á la Vontilla. nor de mandar, en vista de la resistencia que lian opuesto un
Allí trajeron los aparejos los arrieros y se volvieron para puñado de hombres, dignos de defender mejor causa. .Si á Ca­
Burgos. En la Vontilla se habló á Carnicol' para que nos diri­ brera no se lo corta ol vuelo, este cabecilla dará mucho «pie
giésemos por Ruinosa y que hablando con Villalobos ó Merino hacer á la causa do la libertari: debe ol gobierno tomar medi­
podia ser nuestro paso menos peligroso y no quiso. Antes de das fuertes y enérgicas para destruirlo, pues de lo contrario,
llegar á Pancorbo encontramos cuatro soldados de caballería y aquel con el prestigio y arrojado valor tiene alucinada su gen­
un cabo que iban echando mueras á Carnieer. Este seguia ade­ te y llena de confianza asi como los pueblos. Tenemos «pie
lanto montado en nnmacho y nosotros nos detuvimos á darles lamentar la pérdida del bravo coronel Znbala que ha dejado
do beber. Al llegar al puente de Miranda de Ebro nos pidieron su honor bien puesto y el «lo las armas. Mandaré á V. E. el
los pasaportes, y vistos, el centinela nos franqueó ol paso has­ parte circunstanciado do la victoria en este diapara «pie haga
ta la caseta de carabineros, donde se nos pidieron segunda de él los usos que estime convenientes.
vez los pasaportes, dictándonos no llevábamos autorización Dios guarde á V. E. muchos años.—Alloza 23 abril de 1P35.
para pasar á provincias. Luego le preguntaron á Carnicci' que —Exorno. Sr.—Agustín Nogueras.—Exorno. Sr. Capitan gene­
qué tenia en la cara (pues con un parelio y un pañuelo ocul­ ral de este reino.
taba un lunar), contestó que padecía una fluxion de muelas,
á cuyo acto el oficial de carabineros le dijo sacando un oficio: C A PITU LO IV
Descúbrele, niño, la cara, has venido á dar en las manos de
Las Amezcoas
ta mayor enemigo; haciéndole al mismo tiempo una relación
del oficio que decía sustancialmente estas palabras: «Por uno Seguíalo mando del general don Jerónimo Valdés.—Consecuencias mili­
de los vados del Ebro ó puente de Miranda, deberá pasar Car­ tares de su campaña,—Consecuencias políticas «le las mismas.—Eva­
nicci' vestido de arriero con otro. Figilancia, vigilancia, re­ cuación del Baztau.—Derrota de Descarga.—Abandono de los puntos
doblar la vigilancia.» Acto continuo nos preguntaron si lo fortificados.
conocíamos, dijimos que no, pues so nos había unido en ol
camino; á pesar de eso fuimos conducidos al cepo : luego tra­ La aceptada dimisión d«;l general Mina, el estado esula «lia
jeron un corneta que había en guardias, llamado Morillo y le mas crítico do la guerra del Norte y la notoria debilidad «lo
reconoció; en vista de lo cual fuimos conducidos á la presen­ la situación en que so encontraba el ministerio, combatido á
cia del comandante de armas, quien nos instó para que decla­ la vez por el sentimiento de pronunciada reacción liberal, qu«:
rásemos conocer á Carnieer amenazándonos con la muerte, y se habia generalizado en el país, y al «pío prestaban incesante
contestamos siempre no conocerlo. Fuimos conducidos al cas­ y agresivo eco las oposiciones en ambos Estamentos, eran cir­
tillo y al día siguiente, ó á los dos dias do fusilado Carnieer, cunstancias que encarecían para los ministros las esperanzas,
jne subieron al cuarto de banderas donde estaban los piquetes bastante fundadas, on el patriotismo y on las dotes militares
y religiosos franciscanos para auxiliarme y el gobernador me generalmente atribuidas al caudillo de quien so esperaba
dijo que era inútil el negar, pues el compañero habiadeclara­ diese cumplida la obra de pacificación en la que se habían es­
do que ora capitan de la otra época y que habia estado en trellado cuatro de los mas acreditados generales «pie contaba
Ceuta por la causa del Royo, visto lo cual confesé ser cierto. el ejército español.
Interrogándome qué graduación tenia en la actualidad, con­ Como con la salida do Valdés para tomar el mando d«‘l «jér-
testé qno la misma que la época anterior. .Seguidamente inno cit-o del Norte y con su llegada al teatro de la guerra, coinci­
un escribano y dictándome que declarase, porque el hombre dió decadente estado en que h«»mós dicho se hallaban las
en el artículo do la muerte debía ser verdadero, contesté que facciones del Bajo Aragon antes «le «pi«' las vigorizara el gene­
nada tenia que decir y que descubriría cuanto supiese despues ralato de Cabrera; esta circunstancia y la noticia del fusila­
do tener indulto de la Reina Gobernadora, motivo por el cual miento de Carnieer c«msid«Tudo como hedió que (raería la
suspendieron la ejecución, y subiendo acto continuo el corre­ pacificación de las comarcas del Ebro, robustecieron la opi­
gidor me preguntó si declararia si venia el perdón, y contes­ nion do que Valdés iba á hacer una brillante campaña.
tándole que sí, dijo iba á solicitarlo y me volvieron al cepo Queda anteriormente expuesto «pie tuvo éxito el esponfá-
(52 ]J I S T O R I A OK E S P A Ñ A

neo improvisado movimiento del general Cordova en auxilio accidentado y tan conocido y dominado por el enemigo, Val­
de Murshi, y de qué manera salvó el peligro en quo llegó á des so internó, por decirlo así, de sopetón en bus Amezcuas,
verse y la atrevida mareha (pio efectuo penetrando en los pernoctando en Contrasta el mismo día en que salió de Sal­
valles de Arana y de las Amezenus, corriéndose seguidamen­ vatierra.
te en dirección de Santa Cruz, de Cabrado, do Gcnevilla y de A. su aproximación evacuó Villareal las posiciones que ocu­
Aguilar, entregando á su paso á las llamas los molinos, fábri­ paba y evitando venir á las manos fue á minimo á Zumala-
cas y almacenes que en aquel territorio poscia el enemigo, cárrogni que se hallaba en Enlate. Dispuso este entonces que
cuyo campamento atrincherado de Urbizo, tuvo también el Sarasa con los batallones vizcaínos se dirigiese á racionar sus
general Cordova lu buena suerte, de destruir, sin que Zumula- fuerzas á los puntos donde mejor xmdieso hacerlo, pero sin
eárregm ni los jefes bajo sus órdenes, iludiesen impedir, ni dejar do estar bastante próximo para servirse de ellos Zuma-
por el momento vengar tampoco, el daño que les infería el lacárrogui según lo exigiesen las circunstancias.
general de la Reina. Despues de aquel feliz episodio de guer­ Al señalar la situación do Segura como la mas conveniente
ra marchó Còrdova ;í. Viloria, escoltando un gran convoy, y para la residencia de don Carlos, no había podido figúrame
esperó las órdenes del general en jefe, queso bailaba en Lo­ su entendido general que Valdés aglomeraria sobre un solo
groño y á quien se había unido Aldama con catorce batallones puesto tan crecido número do tropas, y vió con sorpresa igual
y la brillante division de caballería que mandaba en la ribera á su satisfacción quo su enemigo se adelantaba con precipita­
cl brigadier don Narciso Lopez. Reconcentrado quo hubo sus ción en un país en el que tenia forzosamente que carecer de
fuerzas Valdés en la capital de la Rioja el Hide abril salió para medios de subsistencia, y para sacar mejor partido de los er-
la Guardia, pero antes de internarse cual ova su propósito o.n rores en que voia próximo á caer á su adversario, llamó Zu-
el corazón del país vascongado, quiso precaver la eventualidad malaeárregui inmediatamente á sí los batallones que tenia
de excursiones del enemigo á sus espaldas y dispuso que la acantonados en los valles de Egea y de la Bcrueza. Reforzado
caballería de Lopez y algunas brigadas de. artillería guarda­ con la llegada do estas tropas de refresco, aguardó tranquila­
sen la línea del libro. mente en el puerto de Enlato al trente de diez batallones, el
Ocupaban entonces los carlistas las cercanías de Mondragon encuentro de los treinta y cuatro que venían en su busca,
y Oñato, y conformo al. plan que Valdés se había trazado antes confiando, como otras voces lo había hecho con tanto éxito,
do su salida do Logroño, dispuso que una fuerte división en su conocimiento del terreno yen la decision y la disciplina
mandada por Mendez Vigo y Giirrea tomase á su cargo el do sus soldados.
impedir el paso do Zumalacárregui hacia ol Baztan ó las Al amanecer del dia 2 ), las divisiones de Valdés empren­
Amczeiias, puntos por los cuales ora lo mas probable que dieron su movimiento hácia las posiciones ocupadas por el
tratase de efectuar aquel su relirada al verso atacado por enemigo. Antes que aquel hubiese significado el uso que ha­
fuerzas superiores. Prescribió Yaldós al mismo tiempo al bri­ ría de sus fuerzas, Zurnalacárregui seguido do una pequeña
gadier .láuregni, que desdo la parto do Guipúzcoa que ocupa­ escolta so había acercado á Contrasta, y reconocido que hubo
ba, so dioso la mano con el general Oraá, encargado de la la disposición de las fuerzas Cristinas, ordenó que sus batallo­
custodia del valle del Haztan. nes abandonaran el puerto de Enlate y emprendiesen sin di­
Pero á la aproximación de Valdés, Zurnalacárregui había lación su marcha en dirección de bus Amezcuas; pero tuvo
dividido sus fuerzas, novedad que alterando los cálculos del cuidado de situar dos de aquellos en un bosque intermedio
general do la Reina, hizo que retrocediese desdo Pcñacerrada entre los dos valles, con objeto de embarazar la marcha de su
ií. Vitoria, donde reunió al grueso do su ejército los siete ba­ enemigo. En vez sin embargo de tomar el camino que condu­
tallones ile que se componia la división del general Córdova, ce á las Amezcuas, Valdés se dirigió con el grueso de su ijór-
y modificó el plan de campaña que había formado antes de cit-o á los puertos de Anorraehe y Enlate, teniendo que atra­
su anterior salida de Alava. vesar un terreno largo y difícil, cuyas angostas veredas y
No es necesario detenerse en analizar este plan, que como barrancos poco menos que impracticables, fatigaron por decirlo
no lardó en manifestarsi', se reducía á marchar sobre ol ene­ así inútilmente la aglomeración de fuerzas que el general de
migo al IVenfe de treinta y cuatro batallones, superioridad la. Reina se empeñó en conducir por parajes tan poco á pro­
numérica que justificaba la suposición de que un general de pósito para moverlas. El territorio ocupado por Valdés se ha­
la capacidad quo se al ribuia á Valdés, habría combinado al­ llaba tan desprovisto de recursos que ni aun agua para beber
gun sabio movimiento envolvente, pero lejos de haber tomado encontraban los soldados, y apercibiéndose desde luego Zu-
disposiciones propias á sacar partido de sus fuerzas, Valdés malacárregui de las dificultades que iba á encontrar su adver­
marchó en cuanto la índole del terreno lo permitia, como en sario para salir del atolladero en que se había metido, limitó­
columna cerrada en busca del enemigo, al fronte de cuatro se á situar sus batallones en los puntos por donde creyó podia
divisiones mandadas por los generales Córdova, Al dama, Seca­ ser atacado y desde los que con mayor libertad pudiese dis­
ne y don Froilan Mendez Vigo. poner de sus fuerzas.
Condado en la bondad de sus planes, no monos que en los Mas no tardó en apercibirse por la inacción en que perma­
medios di' obi ener los resultados que se ha.bia propuesto, pre­ necía Valdés quo este había comprendido la falsa posición en
ludió Valdés su entrada en operaciones dirigiendo al ejér­ que se hallaba y de la que procuraria salir encaminándose á
cito una órden general del dia y al pueblo vascongado una las alturas de Artaza, desde donde el ataque le seria mas fá­
proclama, documentos que hallarán los lectores entro los cil y mas segura también la retirada á Estolla. Con su certero
doemnenlos de referencia números I y II, y cuyo contenido ojo militar, escogió Zurnalacárregui cuatro de sus mejores ba­
continua el objetivo ya consignado, respecto á la confianza tallones, con los que trepó resueltamente apoderándose del
(pie animaba al general de coronar con completo éxito la glo­ elevado puerto que dominaba la cordillera, campo de opera­
riosa obra de la pacificación. ciones tan indiscretamente escogido por su contrario. Al lle­
Haciendo uso Valdés de las latas atribuciones con que la gar el caudillo navarro á la eminencia objeto de su movimiento
Reina y su gobierno le habían investido, concedia el grado tomaba el camino de Estella una de las divisiones de Valdés,
inmediato á los oficiales y sargentos que desde el principio de contra la que rompieron los carlistas el fuego, trabándose un
la guerra habian combatido en Navarra, á cuyas gracias aña­ reñido combate sostenido con gran bizarría por ambas partes,
dió la distribución de condecoraciones y otorgamiento de pero extenuados de fatiga los soldados de la Reina, por tres
premios á los individuos de la clase ile tropa. dias de penosa marcha y dos noches de mal dormii', en aque­
Al pueblo vascongado ofreeia indulgencia, paz y protección llas frias y húmedas montañas, en las que so vieron privados
si le ayudaba para la pronta terminación de la guerra, ame­ de raciones, decayó su ánimo no obstante el valor con que sus
nazando con que liaría posar todo el rigor de olla sobre los jefes los animaban y muy comprometida viósc la retaguardia
que coadyuvasen á que aquella se prolongara. del ejército cuya marcha detuvieron los carlistas ; pero pre­
Seguidamente y sin haber dispuesto que los generales que sentándose oportunamente el general Córdova al frente del
mandaban las divisiones las condujesen con las precauciones batallón de ligeros de Aragón, que tan ruidoso papel había
y la disi ribacimi conveniente á operar en un territorio tan representado en 'Madrid el 18 do enero, bastó aquel refuerzo
K DAI) MOI) KUNA 03
para detener el ímpetu de los carlistas, liasen aquel rnomen- . los que hubiesen aquellos leales habitantes preferido conti­
to llegó Zumalacárregui al frente de dos batallones, y sabedor ! miar haciendo armas.
de que el grueso del ejército eristino se retiraba en dirección La toma por Zumalacárregui de Trevino, domic so hizo
de Estella, cayó sobre Córdova con toda la enérgica resolu­ dueño de quinientos fusiles y de un rico botin de «Todos «le
ción que caracterizaba los movimientos de aquel temible cau­ i guerra, aumentó sus filas con doscientas plazas cubiertas por
dillo. Vióse entonces grandemente comprometida la division ! otros tantos soldados de la Reina «pie caídos prisioneros to­
que á las órdenes de Córdo va protegia la retirada del ejército, maron partido bajo las banderas de’los que acababan «le com-
no habiendo bastado'la inteligencia, las acertadas medidas, ! batir.
ni el indómito valor desplegados por este general para reme­ Al mismo tiempo que ora evacuada Estella, do cuya pobla-
diar los efectos del mortífero fuego que desde las alturas re­ : don se enseñoreaba Zumalacárregui, Mendez Yigo se vein
cibían sus soldados y á cuyo rigor acabaron por ceder entrando I atacado á corta distancia do Pamplona, teniendo que ainpa-
en sus filas la confusion y el desorden. La oscuridad de. la ! rarse al abrigo del cañón do la plaza.
noche acrecentó los deplorables efectos de la casi dispersión Encerrado en ella Valdés, desvanecido de sus ilusiones do
que experimentaba la retaguardia, retardada en su marcha trinili'«), resuelto á llevar á cabo la evacuación «le los puntos
por el combate que había sostenido y separada en su conse­ fortificados del interior por no poder atender á ellos sin com­
cuencia por dos leguas de distancia del grueso del ejército, prometer las fuerzas empleadas en su otmsorvaeion, temió con
que no en mejor órden se alojaba en Estella ya bien entrada ; razón ó sin ella que Zumalacárregui emprendiese un movi-
la noche. Pero la division del centro á las órdenes de Burén, ! miento sobre Castilla, y ordenó á Oraá, que todavía ocupaba
no pudo seguir y so dirigió á Abarzuza, donde pernoctó, ha­ el Baztan, que se pusiese en marcha con toda su division en
biendo estado expuesta á haber sido cortada por Zumalacár- , dirección de Guipúzcoa. Las disposiciones de est«; para «lar
regui. cumplimiento á lo dispuesto por el general en jefe, alarmaron
Como aquella retirada tan poco prevista que casi degeneró j á aquellos de los vecinos de Elizondo y de los valles «pie se
en dispersion del ejército, desparramó grupos de soldados j hábian comprometido por la causa «le la lícina, dando ocasión
que vagaron por aquellas montañas durante la noche, hubie­ • á que muchas familias dispusieran buscar refugio en Trancia.
ran irremediablemente eaido prisioneros los extraviados á la Con objeto do disipar la alarma y calmar la excitación «le los
siguiente mañana, á no haber acudido desde muy temprano ánimos, reunió Oraá á los concejales de Elizondo, manifestán­
á protegerlos y á reunirlos el general Córdova enviado al efecto doles que no se trataba de una evacuación, sino de un niovi-
por Valdés. , miento militar reclamado por las necesidades de la guerra;
En la confusion que reinó en aquella funesta noche, hubo j que Elizondo y Santisteban quedaban guarnecidos, y «pie
momentos en que los soldados de la Beina tiraron unos sobre ! nada tenían que temer Jos habitantes que se habian armado
otras, siendo además considerable la pérdida de material y de 1en favor de la causa liberal.
equipajes, entre los que so hallé el perteneciente al general en i Una nueva y terminante órden de Valdés prescribió á Oraá
jefe don Jerónimo Valdés. ! que marchase á Ezalburu, y cumpliendo como veterano que
Xo tardaron en significarse unas tras otras las funestas de­ conocía y sabia llenar sus deberos, ejecutó aquel las órdenes
rivaciones que para las armas de la Eeina se siguieron de la de su superior, sin que le detuviese el desencadenado tempo­
rota de las Amezcuas. Pocos dias despues de aquel desastre, ral y fuerte lluvia quo dificultaba la marcha y extenuaba las
Sarasa batia en Guernica á Iriarto, contra el que sostuvo el fuerzas de sus soldados. En ejecución del movimiento (pie le
10 de mayo un obstinado y sangriento combate, en el que habia sido prescrito, tenia Oraá que pasar por los puertos do
ambos beligerantes dieron inequívocas pruebas de valor; pero Vidarchieo y de Odologa, y despues de una jornada de trace
los carlistas eran muy superiores en número á los de la Peina horas de fatigosa marcha, llegó á las alturas do Larraizar,
y quedaron dueños de la población, causando á Iriartc la per­ donde se detuvo á dar algún descanso á su division. Mas no
dida de ochocientos hombres entre muertos y heridos, y ha­ bien esta hubo emprendido la marcha, cuando la retaguardia
ciéndole además doscientos prisioneros. Hallábanse entre estos se vió impetuosamente atacada por los carlistas. Acudió al
los coroneles de Gerona y del Principe, el teniente coronel de peligro el experimentado general, y su «jempl«>, su valor, la
Córdoba, dos capitanes y cuatro subalteraos de los referidos conlianza que su persona inspiraba á los soldados los animó,
cuerpos, cuyos nueve jefes y oficiales fueron cruelmente fusi­ y consiguió Oraá rechazar á los carlistas, y aun hacerlos re­
lados en represalia de igual castigo que había impuesto Iriarto troceder; pero reforzados estos y muertos de fatiga los de la
á dos prisioneros carlistas. La artillería, la brigada de traspor­ Reina, calados por la lluvia y transidos tie frio, apenas podían
tes, las municiones y considerable armamento de los cristinos hacer uso de sus armas, y harto conocedor de lo difícil que es
quedaron igualmente en poder de los vencedores, cuyas filas ¡ sacar partido de soldados «pie han perdido la confianza en sí
se aumentaron (como venia sucediendo de resultas de la bár­ mismos, el valiente Oraá desesperaba ya de poder contener la
bara costumbre de no dar cuartel) conia casi totalidad délos audacia del enemigo, cuando apelando á un esfuerzo de su
soldados prisioneros, que preferian alistarse bajo las banderas marcial energía, electrizó al tercer batallón de la Princesa,
de don Cárlos á ser pasados por las armas, ó maltratados si logrando que este cuerpo protegiese la retirada de la division,
por conmiseración les dejaban la vida salva. á la que todavía aguardaba otra mayor desgracia, pues llega­
A igual suerte que la experimentada por la division Iriarte do que fué al rio Ulzama lo encontró desbordado. El ugna
estuvo expuesta la columna de doscientos hombres que buscó habia cubierto los puentes, y en la confusion de vadear el rio
refugio en el convento de monjas de Rentería, y á.la que con su perecieron un centenar de hombres y muchas acémilas, y para
actividad y arrojo habituales acudió á salvar el general Espar­ remate de aquella adversa jomada, sobrevenida que fué la
tero. Pero el síntoma inas significativo del golpe recibido por noche, se hizo inevitable la dispersion do no pocos «le los re­
Valdés en las Amezcuas, lo fué su determinación de disminuir zagados, verificándose con trabajo la concentración de la
las fuerzas que operaban en el Baztan, y que comenzó á redil- : columna en el pueblo de Ezalburu.
cir no dejando en los valles otros puntos guarnecidos, sino El desastre de Larraizar, parecido bajo cierto punto de
Elizondo y Santisteban, que hubo también definitivamente I vista al experimentado en las Amezcuas, no causóá las tropas
que abandonar, atendida la dificultad de relevar sus guarní- ! de la Reina gran pèrdala numérica, esto es. do muertos y
ciones, ya que no manteniendo guardadas las aduanas que heridos, pues solo perecieron doce oficiales y ochenta solda-
cstableció Mina en la frontera, no se lograba impedir la im- dos, pero veinticuatro de los primeras y trescientos ochenta
portación de víveres, armas y municiones para los carlistas, ! soldados quedaron en poder del enemigo de resultas del pá-
principal objeto de la ocupación del Baztan, cuyo abandono nico que sobrecogió á la trapa al verse atacada por íuerzas
debía además privar á las tropas de la Reina de un territorio superiores despues de una penosa marcha, y en los momentos
fértil y abundante en provisiones, al mismo tiempo que de los en que cobraba aliento á su llegada al puerto de Larraizar.
servicios de la parte liberal de la población de los valles, la Existe, sin embargo, la notable diferencia enti'«) el descalabro
que viéndose sin el amparo del ejército, tenia que sucumbir experimentado en aquel dia por Oraá y el sufrido por \ aidés
y que resignarse á ayudar pasivamente á los carlistas, contra en los Amezcuas, de que el resultado de la rota del '¿í do abril
T omo VI <>1
<u JI rSTOIÌ I A m e E S P A Ñ A

dulie atribuirse ¡í faltas militares cometidas por Vailles, en Jas precepto que había de ser infringirlo, habiendo puesto aquella
que no incurrió Oraá, obligado á ejecutar el movimiento que fuerza á las órdenes de la autoridad militar, como lo exigían
le ludria sido prescrito. las necesidades do la guerra. «Mas si se modificase, añadió
l ’ara formar mas cabal idea do la impresión que produciría Toreno, lo dispuesto en esta ley ó si se adicionase á ella un
en el ánimo del Gobierno y del público en '¡¡■onerai el inespe­ artículo que autorizase al Gobiernoá ponerla milicia bajo las
rado desenlace de la corta cuanto deplorable campaña que órdenes de la autoridad militar, suplicaríamos á S. M. que se
comenzó y terminó en una semana el general don Jerónimo sirviese dar su sanción á la ley. Tampoco, continuó el conde,
Valdés, deben los lectores retrotraer su atención, fijándola en so opone el Gobierno á que se movilice un batallón por pro­
el estad«» en que se hallaba la campaña parlamentaria, empe­ vincia.»
ñada entre el Gabinete y la oposición, i labia aquel presentado Esta indicación fue igualmente bien recibida por la mayoría
:l los Estamentos mi noviembre del año anterior, un proyecto como por la minoría; y aprovechándose hábilmente el ministro
de ley orgánica para la milicia urbana, proyecto que había de dicha circunstancia, pasó á observar que semejante disposi­
sido disentido y votado por las Cortes, pero todavía no san­ ción ocasionaria un aumento en el presupuesto de gastos, al
cionado por la Corona, no obstante el largo tiempo trascurri­ que había que hacer frente y por loque debería facultarse al
do desde su aprobación por ambos cuerpos oolegisladoros. .De Gobierno paia procurarse los recursos por aquellos medios que
ello se quejaban amargamente las oposiciones, las que aprove­ estimase mas convenientes, sujeto empero á la obligación de
chando el fa vor con que eran acógelas por la opinion todas dar cuenta á las Cortes en la próxima legislatura del uso que
las medidas que tenían por objeto aumentar las fuerzas sus­ de semejante autorización hubiese hecho: hábil maniobra por
ceptibles <le ser empleadas contra el carlismo, prevaliéronse medio ele la cual el sagaz hacendista, obtenia carta blanca
di- ello los procuradores contrarios al Gobierno para presentar para levantar cuantos fondos apeteciese, bajo pretexto do un
una petición que reunió setenta y mas firmas y que tenia el servicio eventual.
Iripie objeto La Cántara accedió a la propuesta del conde de Toreno aun­
1. " De que S. M. se dignase sancionar el proyecto de ley que mas tarde fué aquella modificada por las Cortes, desva­
de organización de la milicia urbana presentado por el Go­ necido que húbose la doble ilusión, bajo cuyo influjo el mi­
bierno y votado por los Estamentos. nistro creyó popularízame y la oposición lograr cosa muy
2. " Qm: se trasmitiesen á las autoridades provinciales ór­distinta de lo que se había propuesto.
denes terminantes para que por tocios los medios á su alcance, Como antes queda dicho, la entrada de Valdes en el minis­
reanimasen el espíritu público y promoviesen el alistamiento terio de la Guerra creó una perspectiva á la vez do confianza
de los que con arreglo á dicha ley debían ser incorporados y de espera, para el Gobierno, para la oposición y para el pú­
en la milicia. blico. I)e los generales que habían tomado parte en la guerra
:5." Que se movilizase en cada provincia un batallón com­ del Norte, el que menos lastimado había salido de ella lo fué
puesto de voluntarios, de los que destinaria el Gobierno la sin duda Valdés. Su reciente mando como Capitan general de
fuerza que estimase conveniente á los puntos donde las nece­ Videncia había ciado muy buenos resultados contra los car­
sidades del serviciólo requiriesen y principalmente al servicio listas del Maestrazgo, y alentado el Gabinete con lo que de su
de guarnición á lin de mejor poder utilizar los cuerpos del compañero el ministro de la Guerra esperaba, puso, conto ya
ejército permanente. hemos dicho, á disposición de este todas las fuerzas que pudo
La disensión de aquella petición abrió campo á los apasio­ reunir y le abrió un crédito de ciento cincuenta millones
nados ataques de (pie el Gobierno era blanco: luebas en las pani las operaciones de que iba á encargarse.
(pie si bien estaba la legalidad de su parto, atendidas las res- Al saberse que Valdés había pasado el Ebro al frente de
I ricti vas facultades (pieci Estatuto dejaba alas Cámaras, muy Jrt.000 hombros, sin contar las guarniciones do los puntos for­
frecuentemente la razón y el interés público militaban do tificados, fué unánime la esperanza de (pie se abría una cam­
parte de las oposiciones, órganos de la ansiedad é impacien­ paña que, ya que no fuese la decisiva y final, no podria menos
cia emi que la mayoría del partido liberili miraba la tirantez de mejorar el estado de la guerra.
del Gabinete en punto á hacer concesiones y su complacen­ Mas que otro alguno participaba de esta confianza el Presi­
cia respecto á los que sostenían que no so necesitaban mas dente del Consejo, cuya posición nada tenia de envidiable,
reformas que las que cupiesen dentro del Estatuto. justificando su disgusto el descontento del partido liberal que
En aquellas luchas de todos los días, en las que Galiano, le acusaba de retrógrado, desconociendo sus servicios de l oda
Argiiellex, Caballero, Lopez, Trucha, García Carrasco y el con­ la vida á la causa de la libertad, los años que por ella estuvo
di1de las Navas empleaban las triples armas de la elocuencia, en presidio y que al suceder a Zea Bermudez habia, ya que
del sarcasmo y del peso que sus palabras adquirían como no abierto de par en par las puertas a la opinion liberal avan­
siendo la expresión de los sentimientos de la opinion, que en zada, con el restablecimiento de la tribuna parlamentaria,
amplios horizontes se dilataba fuera del recinto en que reso­ cebado las bases sobro las que podia llegar á establecerse la
naban las quejas de los procuradores, era admirada hasta por plenitud del régimen constitucional.
sus mismos advérsanos la consumada habilidad parlamentaria La lisonjera expectativa do una próspera campaña habia
con que los dos ministros Martinez de la Rosa y Toreno, direc­ sido general en Madrid, como en el resto de la nación, al
tores y jefes de la mayoría, medían sus armas con la falange leerse las proclamas dirigidas por Valdés al ejército y á los
de formidables oradores que constantemente los asediaban. vascongados el dia en que se. puso en movimiento; y como fué
lili la disensión á la que acaba de ser hecha referencia, con­ tan rápida, tan inesperada, tan incomprensible la derrota á la
testando Toreno en términos agrios, á los cargos fulminados vez material y moral que las armas de la Reina experimentaron
contra el Gobierno, reconvino á sus adversari os de que duran­ en la frustrada, invasion de las Araczcuas, defecto fué terrorí­
te nueve meses habían hecho perder en vanas y apasionadas fico y so hizo sentir en todas las fibras del cuerpo de la nación.
discusiones, un tiempo que los ministros no pudieron por esta La fatiga, el hambre y la oscuridad de la noche, en el desas­
causa emplear en el despacho de los negocios de mayor urgen­ troso dia que vió bajar vencido de aquellas montañas el
cia pava los intereses del listado; réplica que terminó el conde ejército que tros dias antes trepó por ellas en ademan vence­
orador, observando, que semejante conducta por parte de la dor, todo contribuyó á aumentar la desmoralización y el
oposición, Inicia poco menos que imposibles las funciones del desorden que acompañaron aquella retirada menos gloriosa
Gobierno. Al oir estas últimas palabras el diputado Istnriz para el vencedor, que fué humillante para el vencido.
exclamó desdo su asiento: Pues dejadlo, á lo que replicó el Además do las consideraciones que queda indicado influ­
ministro de Hacienda: Xuestro deber es m orir en la brecha. yeron en el ánimo de Valdés para disponer la evacuación
Estas palabras produjeron en el Estamento una impression elei liaztan, entró por mucho en su resolución el deseo de
de la que se propuso su autor sacar partido, declarando, que coneenivar todas las fuerzas posibles de reunir, á fin de llevar
si la ley no estaba ya publicada, debíase á los escrúpulos del á efecto el nuevo plan de operaciones que meditaba y cuyos
Gobierno en no faltar á los preceptos de la misma, que coloca­ resultados no debían ser menos nulos ó menos desastrosos
ba á la milicia urbana bajo la jurisdicción de la autoridad civil, que lo había sido su peregrina campaña de las Amezcuas.
K D A D -MOD I'.lì K

Delicada era, militarmente considerada la evacuación del No quedó satisfecho osle de las disposiciones en que halló
Bar.tan, pues para efectuarla habia que operar delante ríe un la corte de Segura en cuya población visitó á don Carlos des­
enemigo activo y vigilante, procediendo al levantamiento de pues de la acción do Descarga. Debió subir de punto el dis­
las guarniciones de Elizondo, de Santistebnn y do los fuertes gusto de Zumalaeárrcgui cuando con motivo de la honrosa
construidos en la frontera de Francia, al mismo tiempo que capitulación que habia concedido á los urbanos do Villafran­
se proveyese á la traslación de los enfermos, del armamento, ca, se vio sorprendido por una real orden (pie censuraba la
ile las municiones, los víveres y demás pertrechos, cuya con­ generosidad que habia usado con aquellos rendidos volun­
ducción á Pamplona tenia que efectuarse atravesando un tarios.
terreno montuoso que dominaba el enemigo. Aquella difícil Esta nueva prueba del favor que corea de don C’árlos ohte-
operación la efectuó sin embargo el general Oraá con la maes­ nian los censores y émulos del general, su deseo no sal isleeho
tria y la prudencia que sabia emplear en todos sus movimien­ de que el ministro de la Guerra Cruz Mayor fuese reemplaza­
tos, y el'í; de julio las tropas que habian guarnecido á Elizon­ do por un hombre mas apto para proporcionar recursos al ejér­
do y su material se hallaban á disposición del general en jefe. cito, dcciduunná Zumalaeárrcgui á presentar rcspetuosamenl <•
Interin que Oraá experimentaba el descalabro de Larraizar, su dimisión de general en jefe, aunque no fundándola en ot ro
habia ordenado Valdes que Espartero y Jáuregui acudiesen motivo que el de su falta de salud.
por distintas direcciones en auxilio de Villafranca de Guipúz­ En celebración de los recientes y para sus armas gloriosos
coa que Zumalaeárrcgui sitiaba con artillería. En su marcha triunfos obtenidos en pocas semanas, hizo don Garlos su en­
en la dirección que le habia sido ordenada y en la inteligencia trada en Vergara, rodeado de todo el. esplendor del aparato
de que hallaría al general en jefe en Mondragon, pernoctaba regio, siendo acompañado hasta su alojamiento por Zumala-
Espartero el 2 de junio en el monte de 'Descarga, punto no cárregui á la cabeza de su Estado mayor. Eut rudo que hubo
distante de Vergara sobre el camino de Francia. El tiempo era en la morada engalanada para recibirlo, llamó el príncipe á.
borrascoso, muy entradlo en agua y ningún descanso pudo su ofendido general á quien prodigó las mayores satisfacciones
hallar la tropa en aquel ingrato vivac, en el que resolvió Es­ y colmándolo de elogios logró que retirase su dimisión, de la
partero pasar la noebe esperando que la vanguardia de Valdés que no se volvió á hablar.
apareciese de un momento á otro; pero avisado por un espía
de lo ocurrido en Larraizar y sabedor de que en vez do Val­ DOCUMENTO NUM. 1
dés los que se aproximaban eran Eraso por un lado y Zuma-
lacúrrogui por otro, determinó abandonar el punto que ocu­ PROCLAMA DE VALDÉS AL K.l KllCITO
paba, temeroso do que el enemigo le cortase la retirada sobre
Vitoria ó sobre Bilbao. Hasta Vergara no fue molestado, pero Soldados: Llamado por la ilustre Reina Regente para po­
de improviso y cuando sus batallones franqueaban un terreno nerme á vuestra cabeza, es para mí un deber expresaros mi
cortado y difícil, en una noche oscura y de menuda pero satisfacción al verme por segunda vez entre vosotros y sobre
continua lluvia, hallóse Espartero en medio de las dos fuerzas el mismo teatro donde he sido frecuentemente testigo de vues­
enemigas en los momentos en que sus sol liados desfilaban por tro noble comportamiento.
senderos estrechos, situación que no permitió al general to­ En medio de la amargura que causa á todo buen español la
mar disposiciones estratégicas apropiadas á conjurar el peli­ continuación de esta guerra desastrosa, lie visto con placer el
gro. En la oscuridad dii la noche apenas pudo divisar donde buen espíritu de que estais animados, las pruebas de valor y
se hallaban los cuerpos de que en aquel conflicto pudiera de constancia (pie os hacen olvidar las fatigas y las privacio­
echar mano, y 1uvo el dolor de presenciar sin poder contenerlo nes que os impone la defensa de los derechos legítimos de
un pánico (pie dispersó á su tropa por los barrancos y venidas nuestra ainada Reina, que están íntimamente enlazados á
del fragoso terreno en que se vio sorprendida por un enemigo otros derechos tan preciosos ju ra la nación y que son la ga­
ipiu habia tenido pleno conocimiento do todos los movimien­ rantía de su felicidad, de su prosperidad y de sus libertades.
tos de Espartero, sin que estelo tuviese de donde se hallaban La augusta Reina Regente deseando haceros saber por cuan­
los que venían á atacarlo y que lo sorprendieron sin defensa tos medios están á su poder, cuán preciosos son vuestros
en aquella lóbrega noche que costó al ejército de la líeina servicios, me lia revestido de los mas amplios poderes jura
dos mil hombres, y llevó exagerándola á todos los extremos recompensarlos según su importancia y coiiio exige la justi­
de la Península, la noticia del desastre de Descarga, desastre cia. Nada será mas agradable param i que satisfacer los sen­
al que siguió la rendición de Villafranca y abrió la marcha á timientos de E. M., confiriendo recompensas y distinciones al
la serie de capitulaciones, que una tras otra se vieron obliga­ valor y al talento y á todas las cualidades que caracterizan al
dos á suscribir los gobernadores de Tolosa, do Vergara, do mérito militar, tan digno de la estimación de S. M. y de la
Eibar, de Durango y de Ochandiano, puntos de los que se gratitud de la nación entera. Para proceder según mis instruc­
hizo dueño Zumalaeárrcgui, sin que sus defensores tuviesen ciones hago saber lo siguiente:
otra alternativa que la de aceptar las condiciones del enemi­ 1. " Todos los oficiales del ejército de operaciones que antes
go, toda vez que no les era darlo esperar ser socorridos por un del 1." do enero del presen te año, lian hecho la guerra á esta
ejército cuyo general en jefe señalaba por un nuevo y falso parte del Ebro y han dado pruebas de constancia, aplicación
cálculo cada una de sus operaciones. y asiduidad, sin haber recibido gradoni distinción, obtendrán
En aquella sucesión de triunfos para los carlistas, luciéron­ el grado inmediato superior, si ya no tienen un grado mayor
se dueños de considerable armamento, municiones, víveres y que el de su empico electivo. Los que se Indien en este caso
pertrechos de guerra, coronando el caudillo navarro con tan serán proferidos para los empleos inmediatos.
multiplicados y esplendentes trofeos, una carrera ele gloria 2. ® Obtendrán el grado de subteniente todos los cadeles y
que no han cercenado á su fama sus contemporáneos, ni que sargentos primeros que hayan hecho el mismo servicio, con
le negará tampoco la historia. las mismas circunstancias exprosadas enei artículo jirocedeii-
Imposible á fuerza de inverosímil parecerá que el hombre te. El sargento segundo mas antiguo de cada compañía será
que tales resultados daba á la causa del Pretendiente, hallase promovido al grado de sargento primero.
en su corte una admiración fingida, un alejamiento real, una 8.” Serán condecorados con la cruz de San Fernando do
prevención y una desconfianza que no bastaban á disimular segunda clase, todos los oficiales y con la de Isabel II los
las lisonjeras exterioridades de que el general era objeto. Ex­ demás individuos de. bis guarniciones de Olazagoifia y Maestu,
plícase el fenómeno do tan chocante ingratitud por el senti­ sin perjuicio de las demás recompensas á que puedan tener
miento de miserable envidia, que enlre los cortesanos, tal vez derecho, ya en virtud de los artículos ani eriores, ya por otros
en el ánimo del mismo príncipe producía el entusiasmo y la servicios que hayan jirostado.
adoración do que Zumalaeárrcgui era objeto por parte del •J." Obtendrán su licencia absoluta aquellos á- quienes fal­
ejército, que habia creado de la nada, y del pueblo vasconga­ ten dos años de servicio al tin de la campaña: los que en esta
do engrandecido por los hechos de aquel hombre extraordi­ época, estén mas distantes de su empeño, aun cuando no lle­
nario. ven mas que un año de servicio, tiempo que se juzga necesa-
(i 6 H I S T O RI A DK KSPAÑA

rio para h ac or una nuova quinta y poner á los reemplazantes deben callar todos los sentimientos humanos. El incendio de
en estado de hacer el servicio conveniente. Moscou salvó á la Rusia.
Soldados, no necesito deciros que la mano que recompensa Habitantes de Navarra y de las provincias Vascongadas: os
el valor y los sacrificios del guerrero, castigará severamente traigo el perdón y la paz, ó la persecución y el exterminio.
las infracciones á la subordinación y á la disciplina, y que será De vosotros depende la elección. Si desimpresionados de las
inexorable cuando setrate de otros delitos que no quiero nom­ ilusiones con que los verdaderos enemigos de vuestra felicidad
brar. que degradan una profesión cuya base es el valor y para os engañan y extravian, desecháis sus pérfidas intrigas y os
la cual es indispensable la resignación en las privaciones. unís á mi de buena fe para que el órden legal y la obediencia
Compañeros de armas: la Reina Regente, la nación entera, legítima se restablezcan en vuestro país, como lo están en el
esperan que terminaremos tan pronto como sea posible una resto de la monarquía., hallareis en mí apoyo y protección y
guerra deplorable que compromete intereses tan sagrados. un amigo, un defensor en cada uno de los que sirven bajo
Vuestro va lor y vuestro patriotismo me inspiran la justa con­ mis órdenes. Si al contrario persistís en vuestra funesta ce­
fianza de que. llenareis los deseos de todos los amigos do la guedad y despreciáis las palabras que os dirijo en nombre de
legitimidad y de la justicia que se interesan en los progresos la Reina nuestra señora, con el sincero deseo de vuestra feli­
de una sabia libertad, condición indispensable de la civiliza- cidad y bienestar futuros, seré inflexible en mi deber y no
cien y de las luces. Cuartel general de Vitoria 18 de abril descuidaré ningún medio de llenarle por rigoroso que sea.
de 1s:V>.—l'aidé». Abandonad las vanas esperanzas con que os embaucan los
que pretenden levantar su fortuna sobre vuestra ruina; vol­
DOCUMENTO NUM. II ved los ojos á las demás provincias que cu la Península y al
i’i t n r e . u i A m i v A i.n iís Á r,os i ia h i t a n t i c s ido d a s p r o v i n c i a s otro lado de los mares componen la vasta monarquía española,
VASCONGADAS Y NAVARRA y veréis la felicidad y la nueva existencia do que goza bajo el
pacífico Gobierno de nuestra légitimai Reina, situación dicho­
Habitantes de Navarra, y de las provincias Vascongadas: sa, garantida por la union de los ánimos, y contra la cual no
Su Maji'sfad la Reina Regente, en nombre de su augusta hija podrán prevalecer vuestros limitados recursos. Cese, por fin,
nuestra Irgli¡ma Reina lsabel II, se ha servido confiarme la esta lucha tan desigual corno desastrosa para vosotros. Las
dirección general de todas las fuerzas empleadas en la pacifi­ naciones do Europa la contemplan con horror é indignación,
cación de vuestro país y de las que se hallan en Aragón y interesándose en su terminación las mas poderosas, como la
Castilla, Mi misión es esencialmente pacífica, y de vosotros Francia y la Inglaterra que se han unido á la justa causa de
solo depende el que no píenla este carácter. S. M. deplora los la Reina nuestra señora, por los tratados mas sinceros y so­
inales que os abruman tanto tiempo hace y ve con profundo lemnes que han resuelto sostener irrevocablemente.
dolor los campos regados con vuestra sangre,lam inado vues- La bondad do S. M. es vuestro único recurso, invocadla con
I ras fortunas y la devastación de vuestros hogares. Es indis­ confianza. Yo os la ofrezco sinceramente en su real nombre.
pensable para nuestro bien yparalatranquilidaddelanacion, Dado en el cuartel general de Vitoria á 18 de abril de 1835.—
deque formais una débil parte, poner prontamente termino El ministro de la Guerra, Faldé*.
á la guerra civil y fratricida que han encendido en medio de
vosotros algunos hombres desmoralizados á quienes nada im­ C A PITU LO V
porta vueslra total destrucción, con tal que ellos satisfagan El convenio de lord Elliot
su ambición y sacien su sed de sangre y rapiñas. Es indispen­
sable, lo repito, que se termine esta funesta guerra, y que Las intervenciones extranjeras.—El ministerio Martínez de la Rosa y
vuelvan para vosotros los dias de tranquilidad y ventura de los Estamentos.— Negativa de los gabinetes aliados :í la intervención.
que gozabais antes que la perfidia y la traición os los arreba­ —Dimisión del ministerio Martinez de la Rosa.—Ministerio Torcno.
tasen. Tal es, habitantes ile Navarra y provincias Vasconga­
das, la noble tarea que S. M. me ha confiado, y que llevaré á Un suceso do la mayor importancia había tenido lugar dos
cabo á cualquier precio. Conocido de vosotros hace mucho meses antes de. los hechos de armas que siguieron á la rota
tiempo, sabéis por experiencia que soy humano ó indulgente; ■de las Amezcuas, suceso del que no ha sido hecha mención
pero si bien es cierto que siempre sabré seguir los impulsos en la fecha en que se verificó, por no interrumpir el relato de
naturales de mi corazón, también sabré sacrificarlos sin vaci­ la campaña que siguió á la jornada del 21 de abril.
lar al deber quo un: impone la misión do que estoy encargado. La guerra sin cuartel que se hacían los beligerantes tenia
Su Majestad, en su inagotable clemencia, concede un com­ sublevada, la conciencia de la Europa entera y mas particu­
pluto y absoluto perdón, y pone desde este momento bajo el larmente la del pueblo inglés, cuya humanidad se voia esti­
amparo de las luyes y de las autoridades encargadas do ejecu­ mulada á poner término á tantos horrores, por la tácita alian­
tarlas, á todos los individuos sin distinción de clases ni de za que existía entro su gobierno y el de la Reina.
personas que en el término ile quince dias abandonen las filas Guillermo IV á la sazón reinante, se había asociado á los
rebeldes y se presen!,en con sus amias á los jefes que mandan sentimientos de sus súbditos, y dirigido á su ministro de Ne­
las divisiones ó brigadas que componen el ejército do opera­ gocios extranjeros la siguiente significativa carta.
ciones y á los comandantes de las localidades en donde haya «El Rey de la Gran Bretaña á suministro de Relaciones ex­
guarnición. Igualmente, redimo S. M. de las penas corporales teriores, el Vizconde do Palmerston.
establecidas contra el crimen de rebelión á los que se presen­ »El Rey acusa á lord Palmerston el recibo de su carta do
ten á las autoridades expresadas. ayer y no puedo oponerse al cumplimiento de lo que pide el
Su Majestad espera que los padres, las esposas, los parien­ marqués de Miradores, ó mas bien el gobierno español, de que
tes y los amigos de aquellos á quienes la seducción ha con­ algunos buques pequeños de la escuadra de S. M. bajo el
ducido á las tilas rebeldes, se apresurarán á hacerles conocer mando del Vico-almirante Parker, sean enviados á la costa
este nuevo rasgo do su maternal solicitud, exhortándolesáno del Norte de España, con órden de entrar en caso de necesidad
dejar escapar este medio de salud que se los ofrece, y S. M. no en alguno do los puertos de aquella costa; pero garantizando
duda «pie las poblaciones corresponderán á él, manifestando que no tomarán parte alguna en la lucha que continúa en las
su reconocimiento por un cambio de conducta; pero si no se provincias; y S. M. autoriza al vizconde de Palmerston á co­
someten en el término prefijado, declaro desde este momento municar al Almirantazgo el placer que tendrá en ello. Como
y de la manera mas positiva que entregaré á las llamas sin quiera que sea, el Rey no puede menos en esta ocasión, de
miramiento todas las poblaciones de ciertos valles que sirven mirar con sumo sentimiento, por no decir disgusto, el cai’áct,er
ordinariamente de refugio á los rebeldes en donde ludían una sanguinario de aquella lucha y los principios bajo que siguen
acogida criminal y ciertos recursos. Sin embargo, respetaré esta guerra el general Quesada y otros oficiales de la Reina;
las personas y las propiedades de los quo se retiren á los pun­ carácter que aparece á los ojos de S. M. corno contrario á lo
tos donde haya guarnición ó á las provincias tranquilas. Esta que dicta la humanidad en cualesquiera circunstancia y bajo
medida es dolorosa, pero cuando habla el bien de la patria i la mas rigurosa justicia.
KD A T) MO DE R NA <n
»S. M. aprobando altamente como lo hace la última repre­ sis á que la guerraliabia llegado. Imperfectamente conocidos,
sentación hecha sobre el particular por M. Villiers al señor como todavía lo (.«.ran del público, los pormenores de la corta
Martinez de la Rosa, y sintiendo hayan sido hasta ahora in­ pero desgraciada campaña emprendida por Valdés, y mal
fructuosas las anteriores, no puede llegar á creer que haya apreciadas como también lo estallan las estipulaciones del tra­
ontm sus buques ni entre su t,ri pul.ación, quienes ni aun del tado de Elliot, aprovechóse la oposición en el Estamento de
modo mas indirecto pudieran prestarles ayuda en un sistema Procuradores de la reserva que habia guardado el gobierno
tan sanguinario, y deseo por lo tanto que el vizconde de Pal­ sobre tan graves asuntos, para que en la sesión del 21 de abril
merston suplique al marqués de Miradores, que haga saber á interpolase Alcalá Galiano al ministerio sobre el significado
la Eeina de España el deseo íntimo y personal de S. M. de atribuido á ciertas palabras, quo según la prensa de Paris, ha­
que se adopten medidas que sujeten los procedimientos de bía pronunciado el rey Lilis Felipe, quien se suponía haber di­
los empleados y oficiales de su gobierno y ejército, á un siste­ cho que «No consentiria que reinase la anarquía, cu España,
ma dirigido á conciliar mas bien que á destruir á aquellos á hallándose dispuesto á combatirla del lado acá del Pirineo,
quienes es del interés de & M. la Reina llamar á su deber. como la habia combatido en bus calles do Lyon y do Paris.»
»S. M. el Rey confia que la Reina gobernadora verá en este Contestó Martinez de la Rosa que no habia trato alguno pen­
paso un firme deseo de su triunfo y prosperidad y se lisonjea diente que pudiese dar esperanza á la causa de don Carlos y
do no apelar en vano á los ilustres individuos á quienes por que el gobierno, que tenia fe en el patriotismo de los españo­
la publicación de una amnistía general, han dado reciente­ les, se crcia con la suficiente fuerza para con el apoyo de la
mente una prueba do su moderación y clemencia, atributos nación, triunfar de los enemigos de la causa de la Reina,
propios del sexo á que la gobernadora pertenece.—Firmado. . Por desgracia aquella fe caia- por tierra, desmentida por los
—W illiam .—Londres 4 de junio de 1831.» sucesos que en aquel mismo dia y en los siguientes se con­
Al gabinete whig llevado al poder por el bill do reforma sumaban en los valles de las Amezcuas y en las crestas de las
de 1832, había sucedido un gabinete tory presidido por lord sierras de Andía. En la sesión del mismo Estamento del 4 de
Wellington, cambio que filé mirado en España como favorable mayo y cuando ya habían cesado las dudas acerca de aquellos
á don Carlos y por consiguiente contrario, por parte de aquel desgraciados sucesos, el diputado Isturiz preguntaba al go­
gabinete, al cumplimiento de las estipulaciones del tratado bierno si habían sobrevenido circunstancias que hubiesen
de la cuádruple alianza. Pero no entra en las tradiciones del alterado el ánimo de los ministros, primero sobre el man­
gobierno inglés alterar su politica exterior por consecuencia tenimiento de la ley de 27 de octubre que excluía de la coro­
(le una mudanza de gabinete y desde su advenimiento al po­ na de España á don Carlos y su descendencia; segundo sobre
der manifestáronse los torys dispuestos á qo alterar sus rela­ la resolución tantas veces manifestada por los secretarios del
ciones con el gobierno do España. Despacho de no admitir la intervención extranjera.
A fin de mejor aprovechar tan favorables disposiciones Explicaba esta doble pregunta el temor que abrigaban los
había sido nombrado embajador de la Reina en Londres el liberales de que el objeto de la intervención, cuestión que ya
general don Miguel Ricardo de Alava, insigne patricio, deci­ se liabia agitado, fuese el de apelar al auxilio de las naciones
dido liberal y muy querido del duque de Wellington, á cuyo extranjeras para transigir la cuestión dinástica. Sobro el pri­
lado había militado durante toda la guerra de la Independen­ mero de dichos puntos dijo el conde de Toreno que la inter­
cia. Desde su llegada á Londres, conoció Alava el disgusto con vención extranjera no habia sido hasta aquel momento objeto
que el gobierno inglés veia las represalias y la guerra sin de séria y formal deliberación por parte del gobierno; ni cabia,
cuartel que se hacia en España, lo que siendo apreciado del añadió, que asunto de tanta monta fuese tratado ligeramente
mismo modo por el gabinete de las Tullcrías, había dado lu­ y por incidencia; respuesta estudiada que hacia sospechar lo
gar á que durante el mando del general Mina se hubiesen que se hallaba en ciernes y daba lugar con la reticencia á la
iniciado preliminares conducentes á modificar el lamentable zozobra en unos, y á la indignación en otros. Ante la excita­
estado de cosas que tan universal repulsa encontraba, ción alimentada por el doble problema de la intervención y
No podia evidentemente el gobierno español desconocer del convenio Elliot, se perdia do vista la gravedad de la rota
cuán justos eran los deseos de sus aliados y dio oidos á que de las Amezcuas, sobre la cual no se dirigieron interpelacio­
salvando el principio político y la cuestión dinástica que en­ nes al gobierno, ni cargo alguno al general responsable de
volvía la guerra, interviniesen en la cuestión de humanidad aquel desastre.
sus dos poderosos aliados. No era un secreto que Córdova habia traído del Norte, en­
Para llevar á cabo los propósitos que do mancomún apoya­ cargo de Válelos y dé la mayoría do los generali!« de manifes­
ban los gabinetes de Paris y de Londres, envió este último á tar al gobierno que opinaban no ser prudent e la continuación
bis provincias del Norte á lord Elliot, el que llegando al cuar­ de la guerra con solo los recursos de la nación; pero una cosa
tel general de Zumalacárregui tres dias despues de la acción era que los ministros participasen de la misma creencia que
de las Amozcuas, encontró dispuesto á este general á regula­ el general Córdova y sus comitentes y otra que como minis­
rizar por medio de un convenio, estipulaciones encaminadas tros de la corona propusieran la intervención extranjera. Hu-
á hacer cesar los cruentos sacrificios y el bárbaro derrama­ biérale sido por demás difícil al gobierno abordar semejante
miento de sangre. Igualmente bien acogida por Váleles la cuestión ante un Congreso mal dispuesto y teniendo que
propuesta del enviado ingles, firmóse á satisfacción de ambos hacer públicas tristísimas revelaciones, que no podrían menos
generales el convenio en que se estipulaba el respeto do las de dar lugar á un debate largo, comprometido y propenso á
vidas y ol canje do los prisioneros que por una y otra parte suscitar embarazosas consecuencias. De aquí nacía la vacila­
so hiciesen en el territorio de las provincias Vascongadas, es­ ción do los ministros en favor délas indicaciones de Cordova,
tipulaciones que mas adelante debían extenderse á las demás á las que por otra parte se oponía Martinez do la Rosa, que
provincias, si en ellas llegase á tomar la guerra el carácter ya anteriormente y en varias ocasiones so. habia mostrado
que tenia en las del Norte. contrario á que España solicitase la intervención extranjera,
Entre los documentos (de referencia y bajo el núm. I se reparo que acrecentaba en el Presidente del gabinete el te­
halla- el texto del importante documento que motivó acalora­ mor de la impopularidad á la que, cambiando de opinion, se
dos debates en el Estamento do Procuradores, debates que expondría, y muy principalmente infiuia en su ánimo la pre­
darán á conocer el derrotero que llevábala politica interior y visión de una repulsa que hacían presentir do parto del gabi­
el extravío de ideas y la intensidad á que habia llegado el es­ nete francés, los últimos despachos del duque de trias, emba­
píritu de partido que complicaba y hacia cada dia mas difícil jador de la Reina en Paris.
el arduo problema de terminar la guerra y de consolidar el Pero en favor de sobreponerse á dificultades menos temi­
régimen político simbolizado por la dinastía de doña Isabel. bles que las que se venían al gobierno encima (a consecuen­
Pocos dias despues del desastre de las Amozcuas llegó á cia de las desgracias que en aquellos dias se multiplicaban,
Madrid el general Còrd ova, enviado por Valdés para ente­ habiendo durante ellos tenido lugar las derrotas do 1vierte y
rar al gobierno de la situación del ejército, ilustrarlo acerca de Ormi, la pérdida de Travino, la de Estella y el abandono
de las soluciones que cumplía se tomasen en vista de la cri­ de los puntos fortificados) hablaba muy alto la consideración
<¡K H I S T O R I A 1>K K S P A Ñ A

do no dejar que el mal se hiciese irremediable, pues miontras por Arguelles manifestó, que no siendo cosa que pudiese ofre­
mas se signi lieuse la impotencia del gobierno para contra­ cer duda la adhesion del ministerio á las estipulaciones fir­
restar el carlismo, mas difícil se liaría obtener el auxilio de madas con intervención (le lord Elliot, la Cámara estaba en
las potencias aliadas, l'ero superaba á lo que reclamaban estas el caso, no ya do dirigir una petición á S. M., sino de pro­
consideraciones de bien entendido interés público, el clamor mover una acusación formal contra los ministros, exigiéndoles
de las oposiciones y de la prensa, contra cuyas exigencias y la responsabilidad de su comí net a.
amenazas vinieron á estrellarse los esfuerzos deCórdova para Levantóse de nuevo el jefe del gabinete y fácil le fue probar
(jilo los ministros se resolviesen á adoptar una disposición que el procedimiento excedia los fueros que el Estatuto y el
eiiya necesidad ellos misinos no desconocían, Resueltos em­ Reglamento otorgaban á los procuradores, no obstante lo cual
pero los procuradores oposicionistas á aprovechar el estado aquella Asamblea cuya mayoría era la fiel representación del
<‘ii que se hallaban los ánimos para, redoblar sus ataques con­ espíritu que animaba al gobierno, dejó que se tomase en con­
tra el ministerio, tuvieron en casa de don Fermin Caballero sideración una proposición del mismo diputado Caballero, la
mía junta á la que concurrieron setenta diputados y recelosos que decia:
los minist ros de que en ella se hubiese tratado de un trastor­ «Pido al Estamento se sirva declarar que conforme al ar­
no del orden público y hasta de atentar á la seguridad de sus tículo 13JI del Reglamento puede legalmente ocuparse en exa­
personas, dieron orden al Capitan general conde do Ezpcleta minar la conducta de los Secretarios del Despacho, respecto á
parst situar un fuerte reten en el Prado, fuerza que debia ex­ las estipulaciones entre el general Valdés y el rebelde Zuma-
tender su vigilancia á los alrededores del Estamento popular. lacárregui, y por tanto que se acuerde reclamar del gobierno
Aquella medida aumentó en gran manera la excitación con el referido convenio.»
que se abrió la sesión del 11 do mayo, en la (pie según lo con­ Hallábase á tal punto excitado el descontento alimentado
venido en la junta celebrada en la noche ilei <lia anterior, el por la actitud de la oposición, que al terminarse la sesión
diputado Caballero inició la proposición siguiente: «Pedimos cuyo cuadro acaba de ser bosquejado, vióso Martinez de la
al Estamento que delibem y resuelva dirigir una petición Rosa amenazado por los puñales de una turba enfurecida al
;í !S. M. manifest ando que la marcha seguida por la adminis- tiempo de tomar su coche. Afortunadamente los amotinados-
Iración act ual ha causado graves mtiles á la patria, y que pol­ no tuvieron ,1a fria resolución que caracteriza á los autores de
lo tanto el Estamento 1st juzga desacertada.» No pudo llegar grandes atentados, y el ministro pudo llegar á su casa libre
¡i discutirse la proposición por ser opuesta á las disposiciones del furor de sus perseguidores. Pero otra turba le aguardaba
del reglamento entonces vigente, en cuya estricta aplicación en la puerta de su morada,y si pudo también librarse cíeoste
insistió el presidente de la Asamblea, apoyado por la mayo- nuevo peligro, depiólo á una escolta de cuatro soldados que
ida. No se dió sin embargo por vencida la oposición, y toman­ le acompañaron desde el Estamento y á la llegada del Capitan
do la palabra don Joaquin María Lopez, dió nuevo giro á la general que impuso á los amotinados, los que se retiraron á
cuestión, calificando de atentado horrible las medidas de or­ la voz de la autoridad.
den público tomadas por los ministros, y quejándose acerba­ A manera de reacción contra e.l desorden y agitación de aquel
mente de que en la tribuna del Estamento se hubiesen in­ dia, al siguiente y con motivo de lo ocurrido cou Martinez de
troducido agentes de policia. «V tanto mayor, dijo, lia de ser la Rosa, presentóse en el Estamento de Proceres una exposi­
mi extraiieza, cuanto que hace poco tiempo se lia presentado ción á la Reina tpie cubrieron de numerosas firmas los indivi­
una compañía armada frente el Estamento, con objeto de duos de aquel cuerpo, en la que se expresaba que los Proceres
ejercer iulluencia en nuestras deliberaciones.» del reino veian con el mayor dolor ó indignación levantar la
El hedió material era cierto, pero enteramente ajeno al lin cabeza á la reacción, la que se mostraba ufana en la capital,
que á la medida se atribuía. No obstante lo cual y do haber entregándose á repetidos actosá cual mas infame. Concluíala
(lado los ministros las convenientes explicaciones, los espec­ exposición por pedir de la manera mas explícita el castigo de
tadores de las tribunas se alborotaron ocasionando un tumul­ los culpables. En la discusión á que dió lugar la antedicha
to que motivó la expulsión de los concurrentes por disposición mocion, se indicó no sin probabilidades de certidumbre, que
do la mesa. Acalorado, en vez de contenido por aquel acto do en los excesos á que se entregaba el extraviado espíritu de la
firmeza de parte del presidente, el diputado Lopez excla­ multitud, entraban por mucho agentes carlistas, que en esta
maba: tercer época del régimen constitucional repetían la táctica
«Yo dejuria de ser procurador y hasta do ser español si no seguirla por los serviles de 1812 y los facciosos de 1820, cuan­
pidiese aclaraciones sobre una agresión de tal trascendencia do á fuerza de exageraciones mataban en lugar de estimular
hecha al Estamento y que este no debe tolerar en manera el verdadero espíritu público.
alguna.... Ee ha cometido un alentado, se lia hecho un insul­ La comisión encargada de informar sobre la mocion de Ca­
to á la representación nacional.» ballero y que pedia se exigiese la responsabilidad á los minis­
Antique la presencia del piquete de tropas estaba motivada tros por haber autorizado el tratado de Elliot, opinó, de acuerdo
por las noticias que tenia el gobierno de que el orden podria con lo manifestado por Martínez de la Rosa, que estaba en las
turbami' y de que no serian respetadas las personas de los facultados del Estamento examinar la conducta de los minis­
minisi ros, retrajéronso estos di' sostener la medida y manda­ tros, de acusarlos y de exigirles la responsabilidad de sus ac­
ron retirar las tropas que habían venido á estacionarse en las tos, pero concretando la consabida doctrina al caso que daba
inmediaciones del Estamento. origen á la proposición, opinaba que lo que procedia era, diri­
Creciendo de punto, en presencia de la tímida ó reservada gir para los efectos indicados y en la forma que prevenia el
actitud del gobierno, las exigencias de la oposición, pidió la Estatuto, una petición á la corona.
palabra don Agustín Argüe-lies ó introdujo la cuestión cán­ Don Agustín Arguelles, individuo de la comisión, fundán­
denlo del tratado de Elliot, asunto del que se habia antes dose en distingos entre los casos ordinarios y la excepcional
ocupado la oposición, no ya como tesis de humanidad, sino importancia del asunto sobre que se deliberaba, proponía que
como vituperable concesión hecha álns rebeldes, con los que en voz de una petición, se elevase un mensaje á la Reina su­
so alegaba tenia el gobierno la debilidad de tratar de igual á plicándole mandase comunicar al Estamento el tratado con­
igual. A la moción de Arguelles contestó el presidente del cluido por mediación de lord Elliot.
Consejo aduciendo las razones de justicia y de conveniencia Terminóse aquella larga y accidentada discusión, con una
que justificaban el tratado de Elliot., iniciado por gestiones triunfante réplica del presidente del Consejo de ministros en
del gobierno inglés, y eludiendo el ministro entrar en mayo­ la que, contestando á Arguelles, á Caballero y á Galiano, ter­
res explicaciones, lanzó á la oposición el rolo do que tenia minó su discurso exhibiendo una copia del tratado, del que
abierta la puerta para pedir por las vías legales la acusación dió lectura artículo por artículo y comentándolos sucesiva­
<lel gabinete. A esta declaración de Martinez de la Losa, opu­ mente en justificación de su contenido.
so ('aballoro el poderoso argumento de que en las formas de Aquella inspirada y oportuna manifestación de un docu­
la legalidad existente no habia umilio hábil de exigir la res­ mento increpado y denunciado antes de ser conocido, pero
ponsabilidad á los ministros, y recargando el ataque iniciado cuyo texto bastaba para acallar quejas, que en último análisis
K l) A T) M O It K UNA

habían venido á reducirse, á que el gobierno debió haber he­ el conde de Toreno: se hizo la ilusión de creer que liberalizan­
cho por sí, lo que había ejecutado á excitación de .Inglaterra., do un poco el régimen seguido hasta entonces, la opinion le
produjo tal efecto en la Asamblea que Arguelles retiró su A-oto seria favorable y que lograría aquietar el descontento que
y que el Estamento abandonase el debate y resolviese por una cada dia iba en aumento entre la gran masa del partido libe­
gran mayoría, que no había lugar ni aun para proceder á votar ral. Encargado por la Reina Gobernadora de formar nuevo
el dictamen de la comisión. gabinete, el conde do Toreno tomó la Presidencia y la .Secre­
Lastimado salió el gobierno de las discusiones de aquella taría de Estado, conservando interinamente la de Hacienda,
legislatura á pesar délos laureles retóricos recogidos por Mar­ cuya propiedad se confirió á don Juan Alvarez y Mendizabal,
tinez de la Rosa y Tornio, y do que no en pocas cuestiones la residente en Londres, donde había adquirido ima brillante
razón estuvo de parte do los ministros; pero la política de que reputación de hombre polìtici» y de financiero en el ejercicio
eran órganos no tenia eco en el país, agitado por dos cor­ del cargo de agente y do consejero del Emperadordon Pedro,
rientes extremas, el carlismo en armas y el liberalismo humi­ cuya final campaña en Portugal había reconquistado el trono
llado de muy atrás y ansioso do una revancha. (le su hija doña-.María y dado con él una garantía mas en
La pasión se había apoderado de los ánimos y el justo me­ favor de la existencia de! régimen constitucional en la penín­
dio que el doctrinavismo español quiso importar emulando las sula ibérica.
ventajas que de la aplicación de dicha escuela reportaba por Para reemplazar á Valdés en Guerra, l'ué nombrado el mar­
aquel tiempo Luis Felipe de Orleans, rey de los franceses, ob­ qués de las Amarillas; don Juan Alvarez ( hierra para Gober­
cecó á los dos estadistas aliña del gabinete, á Martinez de la nación: don Manuel García Herreros en (Irne¡a y Justicia, y
Rosa y á Toreno, haciéndoles creer hasta el punto de aluci­ para el ministerio do Marina, que no llegó á ocupar, á don
narlos respecto á las fuerzas inórales y materiales de que dis­ Miguel Ricardo de Alava,¡lia sazón en Londres.
ponían, comparadas á las que estaban en el caso de emplear A pesar de la negativa del gabinete inglés y del de Paris á
contra ellos sus adversarios. .la demanda de intervención armada pedida por la España en
Lo ingrato de la situación en que el gobierno se encontraba, cumplimiento do las disposiciones del tratado de la cuádru­
no pudo ocultarse á aquellos dos hombres de Estado y apre­ ple alianza, negativa fundada en no creer aquellos gobiernos
suraron cuanto les fue posible la votación de los presupuestos, ser llegado el caso do dar tan lata extension á dichas estipu­
dejando pendiente la relativa al arreglo de la deuda interior, laciones, no desesperó el jefe del micro gabinete de obtener
despues de lo cual aconsejaron á la Reina Gobernadora la lo que no liabia logrado su predecesor y continuó sin descan­
clausura de los Estamentos á que en persona <lió solemnidad so sus gestiones diplomáticas, comunicando órdenes al efecto
dicha augusta señora el 29 de mayo. á nuestros representantes en Paris, en Londres y en Lisboa y
La opinion traída del ejército del Norte por el general don ayudado además Toreno por la eficaz agencia de Mendizabal,
Luis Fernandez do Córdova, autorizada y confirmada por Val- á quien re-tenia en Londres el arreglo de sus negocios antes
dés y la mayoría de los generales que Servian á sus órdenes, de trasladarse á España, acabó por conseguirse que el gobier­
llegó á A'erse robustecida por el Consejo de Estado, cuyo dic- no inglés permitiese el alistamiento de voluntarios destinados
támen acabó de autorizar la creencia de que no podia pasarse á formar una legion mandada por oficiales y un general de
por otro punto que el de pedir la intervención extranjera y aquella nación, á los que su gobierno autorizaba á entrar al
arrancó de Martínez de la Rosa el consentimiento á que se servicio do España.
solicitase oficialmente del gobierno francés, prestase al de la El ejemplo de esta concesión de parte de Inglaterra movió
Reina el apoyo material de un cuerpo de ejército auxiliar, al gabinete francés á consentir que una legión exl valijera (pie
negociación que se encargó al duque de Frías, embajador de componia parte del ejército de Africa, pasase al servicio de
España en Paris, enviándose al mismo tiempo á los represen­ España, bajo las mismas condiciones que lo hacia la legión
tantes do la Reina en Londres y en Lisboa, copia de las ins­ inglesa. De Portugal y logrado en gran parte por las estrechas
trucciones remitidas al de Paris, con encargo de obtener vejaciones que unian á Mendizabal con el gabinete de Lisboa,
do los gobiernos cerca de los cuales se hallaban acreditados, obtúvose una cooperación mas significativa, habiendo aquel
que coadyuvasen con el de España para la mas pronta termi­ gobierno consentido en que un cuerpo de 0,000 hombres vi­
nación de la guerra civil. niese en auxilio de España, sin perder su carácter de tropa al
La importancia para la historia de la correspondencia di­ servicio del gobierno lusitano.
plomática cambiada entre el gobierno español y los gabinetes Completáronse estos convenios que dehian sustituirá la tan
de Paris y de Lóndves, exige que figuro entre los documentos deseada intervención, con el auxilio indirecto de nuestros alia­
insertos bajo los números II, IM y IV. dos y la oferta hecha por el gobierno inglés deque sus fuerzas
El gabinete francés en cuyo ánimo habían hecho notable marítimas cooperasen en nuestras costas al éxito de las ope­
impresión las manifestaciones de la oposición en el Estamen­ raciones contra los carlistas. Mas aunque iniciadas bajo el
to de Procuradores, contrarias á la ingerencia en los asuntos ministerio del conde de Toreno las medidas á que acubado
de España de los gabinetes aliados, recibió con cautela la co­ ser hecha referencia, no llegaron á su completa realización
municación del duque de Frias á la que se abstuvo do contes­ hasta que el gabinete Mendizabal los dió impulso, como parte
tar hasta conocer el pensamiento del gabinete inglés. De la de su sistema de armamento nacional, iniciado por aquel mi­
repugnancia con que los liberales españoles miraban la in- nistro para vigorizar las oj »oraciones de la guerra.
finencia francesa, considerándola como mas favorable á un Pero los tres meses trascurridos desde que Martinez de la
sistema de gobierno rcstricti\ro y por consiguiente contraria Rosa abandonó la dirección de los negocios hasta la entrada
á la libertad" civil, religiosa y comercial, participaba la opinion de Mendizabal en el poder,consti! uyeron la época mas agitada,
del pueblo inglés, y su gobierno contestó á la consulta del tumultuaria y anárquica que ha conocido la larga historia de
gabinete francés, que el de Londres se abstendría por su par­ nuestras discordias civiles. La sublevación de Lardero, los
te de una intervención directa, aconsejando á la Francia se desastres de la guerra en el Norte, el descontento de la in­
limitase á cumplir las estipulaciones del tratado, reforzase mensa mayoría del partido liberal, impaciente de romper las
sus guarniciones on la línea del Pirineo y usase de circuns­ estrechas ligaduras con que el régimen del Estatuto ahogaba
pección en la adopción de otra clase de medidas. la expansion de los ánimos en favor de la libertad, oran cau­
Instruido de los antedichos antecedentes y presintiendo la sas de disturbios acrecentados por el fomento, que por su pro­
respuesta de la Francia, no quiso Martinez de la Rosa esperar pio interés dalia el carlismo á las exageraciones del senti­
á que el duque de Frias transmitiese oficialmente la negativa miento popular, y que no pudieron nichos de contribuir á
de esta potencia, y deseoso de sacudir toda clase de partici­ extender por todo el territorio de la nación y principalmente
pación en materia de intervención extranjera, de la que nun­ en las capitales de proi-incia y pueblos de crecido vecindario,
ca fué ardiente partidario, realizó Martinez de la Rosa lo que un espíritu de indisciplina, un desenfreno de pasiones anár­
ya tenia pensado, haciendo dejación del poder y retirándose á quicas, de cuyas resultas no tardó el gobierno central en (pie-
la Adda privada. dar aislado y casi reducido al estrecho recinto de la capitili;
No siguió el ejemplo del presidente del gabinete su colega Málaga, Zaragoza y Murcia, fueron los primeros pueblos que
“O H I S T O R I A Dii E S P A Ñ A

alzaron el estandarte do la rebelión. En la primera do dichas DOCUMENTO NUM. I


ciudades filé depuesto el sub-gobornador militar don Blas Isi­
dro y se formó una autoridad revolucionaria, compuesta del CONVENIO PARA EL CANJE DE PRISIONEROS PROPE ESTO POR
ayuntamiento, de los jefes de la milicia y de algunos sujetos LORD ELLIOT, COMISIONADO AL EFECTO POR S. M. BRITÁNICA,
influyentes, autoridad que aunque por el momento no des­ QUE HA DE SERVIR DE REGLA Á LOS GENERALES EN .JEFE DE
conoció la del gobierno central, dio el ejemplo álas juntas de LOS EJÉRCITOS BELIGERANTES EN LAS PROVINCIAS DE GUI­
provincias que no tardaron en multiplicarse en toda España. PÚZCOA, ALAVA Y VIZCAYA Y EN EL REINO DE NAVARRA.
Algo mas serio fué el primer motín de Zaragoza, que tomó
imr pretexto la antipatía contra el arzobispo don Bernardo Artículo 1.“ Los generales en jefe de los dos ejércitos
Francés y Caballero, cuya vida se vió amenazada, habiendo actualmente en guerra en las provincias de Vizcaya, Guipúz­
tan solo impedido la oportuna reunion do la milicia urbana, coa y Alava y en el reino de Navarra, convienen en conservar
que se consumara un horrible atentado. Pero ahuyentada de la vida á los prisioneros que se hagan de una y otra parte, y
las cercanías del palacio arzobispal la excitada turba, so en­ en canjearlos del modo siguiente.
caminó al convento de la Victoria, donde penetrando como Art. 2.° El canje de los prisioneros será periódico, dos ó
en plaza enemiga tomada por asalto, dieron muerte violenta tres veces al mes y mas frecuentes si las circunstancias lo
á eual.ro religiosos, salvándose los demás por haber llegado á exigen ó lo permiten.
tiempo un destacamento de urbanos. Tres sacerdotes encon­ Art. 3.“ Kl canje se hará en justa é igual proporción del
trados en la calle por los asesinos, experimentaron la misma número de prisioneros que presente cada parte, y los exce­
suerte que habia cabido á los religiosos del convento de la dentes permanecerán en el partido en que se Italien hasta
Victoria, hallándose entre aquellas tres victimas, un erudito nueva ocasión de canje.
canónigo muy querido de la población y hermano del carde­ Art. 4." En cuanto álos oficiales el canje se hará de grado
nal Marcó. Eos demás conventos de Zaragoza hubieran expe­ á grado entre los ojiciales de todas categorías, empleos, dases
rimentado igual destino, á no haber contenido á los bullan­ y dependencias, que sean canjeados por ambas partes según
gueros la enérgica actitud del vecindario y de la milicia. el rango respectivo de cada uno.
Pocos dias después siguió otro sangriento motín en Murcia, Art. 5.“ Si terminado un canje entre los dos partidos beli­
principalmente dirigido contra el obispo y el intendente, los gerantes, uno de ellos tuviese necesidad de un sitio seguro
que hubieron de sustraerse á la muerte por medio de la fuga, para guardar en él los prisioneros excedentes que no hubiesen
sin que por esto dejase de correr sangre habiendo costado el sido canjearlos, para seguridad, buen tratamiento y honor de
motín la vida á tres vecinos de la capital, y resultado heridos estos misinos prisioneros, se ha convenido que sean guardados
(.liez y ocho mas. en un depósito por el partido en cuyo poder se hallasen en
En los primeros dias del mes de julio renovóse la asonada uno ó mas pueblos, que serán respetados por el partido con­
en Zaragoza, explosion á la que, como concertada por los que trario : en caso de que este pudiese penetrar allí, no podrá per­
dirigían el movimiento revolucionario en toda la Península, judicarlos en manera alguna durante el tiempo que permanez­
debían corresponder los pronunciamientos y motines que va­ can en dicho depósito: bien entendido que en las ciudades
mos á ver estallar en la mayor parte de los grandes centros de ó pueblos donde estén los prisioneros no se podrán fabricar
población. armas, municiones ni efectos militares.
Comenzó el nuevo movimiento en Zaragoza por la insu­ Las plazas serán designadas con anticipación por los dos
bordinación del oficial que mandaba la guardia de prevención, partidos beligerantes.
señal á Ja (pie respondieron no pocos urbanos y una desorde­ Art. G.u Durante esta lucha no se quitará la vida á perso­
nada inuohedumbre que proruinpió en vivas á la Constitución na alguna civil y militar por sus opiniones, sin que haya sido
ild alio 12, y proclamó abiertamente la insurrección contra el juzgada y condenada conforme á los reglamentos y ordenan­
gobierno. Koto el dique siguió el desbordamiento, siendo alla­ zas militares que rigen en España.
nadas las casas de los vecinos designados como serviles, forza­ Esta condición debe entenderse únicamente para aquellos
das las puertas de los conventos do San Agustin y Santo que realmente no son prisioneros de guerra; con respecto á
Domingo, y asesinados doee religiosos. estos se observará lo estipulado en los articulos precedentes.
Ea sensatez del noble pueblo tie Zaragoza no pudo menos Art.- '7.0 Cada partido beligerante respetará religiosamen­
de sublevarse auto tan repugnantes hechos, y el grito unáni­ te y dejará en plena libertad á los heridos y enfermos que
me de la opinion dando aliento á las autoridades logró resta­ hallasen en los hospitales, pueblos y ciudades, cuarteles ó en
blecer el orden cuarenta y ocho horas despues de haber sido cualquier otro paraje, con tal que estén provistos de u n certi-
turbado, habiéndose dado satisfacción á la vindicta pública Jicado de uno de los cirujanos de su ejército.
haciendo subir al cadalso á dos de los perpetradores de crí­ Art. 8.“ Si la guerra se extiende á otras provincias, se ob­
menes tan horrendos. servarán las mismas condiciones que en las de Guipúzcoa,
No apreciaba con exactitud el gobierno lo débil y precario Alava, Vizcaya y el reino de Navarra.
de su situación, y no obstante la repetición de signos tan ca­ Art. °.° Estas condiciones se observarán religiosa y rigu­
racterísticos, síntomas de una enfermedad que no podia cu­ rosamente por todos los comandantes que puedan suoederse
rarse con decretos, creyó ponerle remedio mandando incorpo­ en ambos partidos.
rar al ejército los militares que no pertenecían á cuerpos; Habiendo sido firmado este tratado por duplicado, se ha
dispuso el expurgo de la milicia urbana; prescribió la forma­ cambiado el puesto de las firmas de los dos generales, á fin
ción de comisiones militaros en las provincias, y dictó penas de que hubiese paridad perfecta entre los dos partidos. Cuar­
contra los individuos que pertenecían á sociedades secretas; tel general de Logroño á 27 de abril de 1835.—El general en
actos do severidad cuyos irritantes efectos estimó que com­ jefe del ejército ele operaciones del Norte, Jerónimo Faldés.
pletaria promulgando un decreto suprimiendo en todo el ter­ —Cuartel general de Eulate 28 de abril de 1835.—Tomás Zu­
ritorio de la monarquía la Compañía de Jesus, aplicando igual ma lacárreg ui. —Firm ado, Elliot.
medida á los conventos que no contuviesen doce individuos
profesos; á cuyas reformas en sentido liberal siguió otro de­ DOCUMENTO NUM. II
creto que daba mayor latitud á las atribuciones de los mu­
nicipios. EL MINISTRO DE ESTADO AL EMBAJADOR DE S. M. EN PARIS.—
Antes de presentar el cuadro de los pronunciamientos que RAZONES EN QUE SE APOYA EL GOBIERNO PARA PEDIR LA CO­
en grande escala siguieron á ios tic Málaga, Zaragoza y Mur­ OPERACION DE LA FRANCIA.— MAYO 20 DE 1835.
cia, conviene volver la vista hacia lo que pasaba en el Norte,
ínterin les ministros y sus opositores no escrupulizaban de Exemo. Sr.: El oficio que adjunto remilo á V. E. me ahorra
gastar en luchas intestinas la vitalidad y Lis fuerzas reclama­ el tener que repetirle así su objeto como su gravedad é im-
das por el deber supremo do vencer al Pretendiente y de con­ ! portanda, limitándome por lo tanto en este á aquellas consi-
solidar el régimen tic la libertad. ¡ deraciones que por su naturaleza deben quedar reservadas,
E DA D MO D E R N A
pero de que debo estui’ enterado V. E. pam dirigir con mas cias Vascongadas, en tanto que el ejercito del Norte, aumen­
acierto y tino la importante negociación que se lo confia. tado con doct; mil hombres de. la nm-va «pilma, impedía «nu­
A pesar do todos los esfuerzos hechos por el gobierno y de los rebeldes extendiesen la insurrección á otras provincias, y
tenor reunido en las provincias rebeladas un ejército de mas colocaba al gobierno en una posición bastante (irme y «■!«•-
de cincuenta mil hombres perfectamente abastecido de todo: vada, para dominar así Italo s los partidos y enfrenar sus de­
á pesar de las esperanzas <|tic se habían concebido al encargar masías.
el mando de tu pioli as fuerzas y de las existentes en las provin­ A V. 12. le seni (Heil d a r á emitn-t-r iiulireetamente ¡i «se
ias limítrofes al digno general don Jerónimo Valdós, ministro ! gobierno lo mucho que le importa quo se alian«-«- lemas pren­
do la Guerra, revestido por S. M. de las mas amplias üxcultsv-.................
to posible la paz de la Península, sin dejarla expuesta álam os
dos, lia hallado este al ejercito en tal situación por causas que peligros y azares; siendo duro y evidente «pie no pudiera
seria tan largo como inútil referir, que no cree dicho jefe po­ entronizarse en España, aun cuando fuese por poco tiempo, el
sible el emprender operaciones militaros de importancia y con Pretendiente y su partido, ó bien por el extremo opuesto
probabilidades de buen éxito, sin reorganizar previamente las trastornar el orden existente y desencadenarse la anarquía,
tuerzas que acaudilla. Mas la situación de aquel país, el espi- , sin que en uno y otro caso se suscitaran riesgos y compromi-
ritu hostil de sus habitantes y el género peculiar de estad a s e sos sumamente graves para esa nación y para la dinastía «pie
de guerras que no consienten descanso ni respiro, hacen que Ja rige, sin contar con los peligros y obsláenleis con qtu- pu­
sea poco menos que imposible que haya lugar ni tiempo para lii era hallarse algún «lia si se complicaba la .situación política
la reorganización del ejército, ni consiento tampoco en que ele Europa y tenia que combatir en otras fronteras contra
so aguarde á que se le incorporen dentro de uno ó dos meses poderosos enemigos.
refuerzos que ha de dar ele sí la verificada quinta. >S. M. confia en epic estas consideraciones vencerán cual­
Aun con estos inconvenientes tal voz no habría resuelto el quier inccrtidumbre que pudiera detener á esc gabinete y que
gobierno de S. AI. reclamar «fi auxilio desús poderosos aliados, cabalmente el recelo de que pueda la prolongación «1«' la
si no le hubieran estimulado á ello dos consideraciones del ma­ guerra civil dar fuerzas y esperanzas á los que desean tras­
yen’peso: primera, que el general Váleles lia expuesto oficial­ tornos y revoluciones, po«lrá contribuir ¡i que por parte do
mente y ele la manera mas terminante y perentoria, que no ciertas potencias no se ponga impedimento ni obstáculo á la
halla ningún otro recurso mas que el expresado, ya por el cooperación de la Francia para conseguir un fin que aleja
apoyo do una fuerza material extranjera, y ya porque el solo tantos riesgos de mas de una clase y «pie ofivcc mas «le una
anuncio de su venicla reanimaria el espíritu elei ejército, al prenda de estabilidad y firmeza á la tranquilidad general «li­
paso que quebrantaría el ánimo obstinado de los rebeldes. Es la Europa.
ele advertir también que habiendo consultado dicho general El ánimo y los deseos de S. M. son proceder en un todo
separadamente, por escrito y bajo su responsabilidad, á los ! de acuerdo con sus augustos aliados á fin «le «pie reclamando
principales jefes de aquel ejército, casi todos han sido de su á un tiempo de ellos la cooperación respectiva á quo cada
propio dictamen, lo cual ha debido influir grandemente en la cual se obligó en el tratado de 22 de abril y en sus artículos
decision que ha tomado el gobierno de S. M. adicionales, se logren tres objetos de suma importancia: pri­
Otra consideración no menos poderosa que ha influido igual­ mero, ofrecer á la Europa un testimonio irrecusable de que
mente para hacerle adoptar esta medida, ha sido el prever, subsiste en vigor el mencionado tratado y de que se realizan
que si por desgracia acaeciese algun desastre á una ó mas de sus efectos: segundo, aprovecharse del influjo moral de seme­
las divisiones del ejército del Norte, ó si los rebeldes lograsen jante union entre las potencias signatarias para quitar toda
extenderse á esta ó esotra provincia limítrofe, cualquiera su­ esperanza al partido rebelde y evitar que se derrame mas
ceso de esta clase podria producir simultáneamente dos efec­ sangre española por una y otra parte: tercero, lograr que vién­
tos opuestos y ambos de funestísimas consecuencias, á saber: dose á un tiempo la cooperación armada de las tres potencias
insurreccionarse alguna otra provincia del reino por hallarse que firmaron con España el convenio, aparezca este bajo su
casi todas ellas eon muy escasas guarniciones, ó producir la verdadero aspecto alejando toda idea de intervención de una
misma gravedad del peligro ó su temor abultado un desencade­ nación mas poderosa en los asuntos domésticos de otra mas
namiento de las pasiones populares d impulso de un partido débil, sino como la concurrencia de varias partes interesadas
que propended los desórdenes y á la anarquía, como acaba de mas ó menos en que se consiga un bien común.
verse por desgracia en varios puntos del reino. La intención, pues, do S. Al. es dirigirse simultáneamente á
Estas razones principales y otras de menor cuantía, han de­ sus tres augustos aliados con el objeto de ver si su logra «|iic
cidido al Consejo de ministros, reunido de orden soberana con al mismo tiempo se pongan en ejecución los artici dos 2." y 4."
el Consejo de gobierno, á que creyese que era llegado el caso del tratado de 22 «le abril y los artículos *2.” y 2." de los adi­
do aconsejar y proponer á S. M. que reclamase la cooperación cionales al mismo tratado: de suerte que al mismo tiempo que
y auxilio de sus augustos aliados. pasen las tropas francesas el Pirineo para ocupar las provin­
Afortunadamente el tratado de 22 de abril del año próximo cias Vascongadas, aparezcan los buques de S. AI. británica en
pasado y sus artículos adicionales, previenen ya oste caso y las costas del Norte para proteger el triunfo de S. AI. y des­
anticiparon el remedio, siendo aquellas estipulaciones de tan engañar á los ilusos que siguen todavía las banderas del Pre­
conocida ventaja en las circunstancias presentes, cuanto que tendiente; al paso que una division «le tropas portuguesas se
por una parte quitan al relacionado auxilio el aspecto inde­ acerque á los confines de aquel reino con el nuestro, pronta á
coroso y sensible do una intervención ex Lranjera, reduciéndolo cooperar en caso necesario.
á la categoría regular de una fuerza auxiliar prestada por un Esta combinación do esfuerzos simultáneos, ahorrarla á la
aliado á otro, en virtud de un previo convenio, al paso que nación incalculables «Liños y seria al mismo tiempo el medio
por otro lado coloca al gobierno de S. M. en favorable posición mas á propósito para quo la cooperación «.I« los augustos alia­
rte no invocar la cooperación de sus «aliados bajo el concepto , dos de S. AI. fuese para olios menos costosa y menos dtirade-
gcncral de buena amistad y correspondencia, sino de recla­ ra. Estas reflexiones son tan poderosas, «pie no será difícil á
mar el fiel cumplimiento de una estipulación explícita y so­ la ilustración de V. E. inculcarlas en el ánimo de ese gabinete,
lemne. y con el mismo objeto y para que los representantes de S. M.
bajo este concepto quiere S. AI. que V. E. entable esta ne­ en las tres cortos aliadas procedan de eoimin acuerdo, comu­
gociación con el tacto y miramiento que por su naturaleza nico la real órden copia de i-stos despachos á los ministros
exige, así para allanar las dificultades que pueda ofrecer poi- de S. AI. en las cortes do Londres y «le Lisboa, siendo la vo­
parto de esc gabinete, como para que reducida á esc objeto luntad de S. M. «pie V. 11. establezca e«mel primevo las «mun­
y sin desnaturalizar su propia índole no vulnere ni lastime la ificaciones que exigen la importancia «le esto asunto y la
independencia de la nación y el decoro de la corona. S. M. ¡ necesidad de «pie reine el mejor acuerdo y armonía (filtre
croe que seria suficiente para lograr el importante objeto que audios gabinetes para asegurar el buen éxito de esta- negocia­
se propone, el que ose gobierno enviase el número de tropas ción.
que conceptúe necesario para ocupar la Navarra y lasprovin- Con lo expresado en este oficio y con lo que contiene el
T omo IV ll
72 H I S T O R I A DK E S P AÑA

ostensible do lucha ile ayer, timi; V. E. los datos sufici on tos to, por hallarse este reunido, los ministros están seguros (y
pava entablar con aquel pulso y detenimiento que por su creo que con razón) do la desaprobación, no solo en la Cáma­
naturaleza exige, sili exponerse. en ningún caso á una nega­ ra de los Fares sino en la de los Comunes. El gobierno cree
tiva ó repulsa quo scria fan poco decorosa para el gobierno que mui guerra emprendida contra las-potencias que la de­
do S. M., como fecunda en lamentables consecuencias, por clarasen ¡1 la Francia para restablecer á Carlos X sobre ol tro­
cuya razón es la voluntad de S. M. que hasta que. V. E. vea no ó á su línea y arrojar al que actualmente lo ocupa obtendrá
allanadas las dificultades que. puedan iireseiitar.se y tonga 1st aprobación del Parlamento; pero no para el caso presente,
todas las probabilidades de obtener el auxilio quo se reclama, pues no creen suficientemente probadil la necesidad absoluta
no presente V. K. á ese señor ministro do Negocios extranje­ di; la cooperación ó auxilio, atendidos los recuvsos de la Es­
ros la nota cuyo original remito á V. K. de Real orden para paña respecto do los rebeldes.
que en su caso y oportunidad la comunique á ese gobierno A esta razón muy fuerte se añade lit reservada de la posi­
en la forma, acostumbrada. ción del ministerio respecto al Hoy, que no disimula ol dis­
Juzgo inútil encargar ;i V. K. que una vez decidido el go­ gusto y repugnancia que le ha causado lit separación del. otro
bierno de S. M. á dareste paso por lo grave de las circuns­ que convenia mas á sus gustos, opinion ó inclinaciones, no
tancias y por evitar peligros posibles, urge que so lleve á podiendo olvidar ni perdonar el modo con que. le han obliga­
cabo elianto antes esta negociación, y que ose gobierno so do á despedirlo. Seguros de quo no ha aprobaría S. M. R , como
decida sin demora á prestar la cooperación solicitada. Este parecen estarlo, no es do extrañar que eviten la obligación
so lo anuncio produciría un efecto favorable á la causa do S. M., que la Francia pitie; pues desaprobada por el Rey, seria mo­
atujaría, tal vez las intrigas de algunos gabinetes que quieren tivo suficiente para que ellos á su vez desocupasen los pues­
poner trabas y obstáculos y ahorraría el derramamiento de tos, y para {¡sto es menester que cuenten con la opinion de su
sangre en las provincias Vascongadas y riesgos y desgracias partido.
m otras. Por demás será, pues, el entrar á discutir sobre lo acertado
Motivos todos harto poderosos para que S. M. atendiendo ó desacertado de esta respuesta, porque cuanto se pueda decir
igualmente á los cálenlos do la prudencia y á los sentimien­ sobre ella no produciría la menor alteración, y cuanto se ha
tos de su corazón, deseo cnanto antes ver realizado un pro­ dicho por M. Villiers y por el coronel Wylde (sin contar con
yecte de que tantas ventajas se prometo para la pacificación nuestras exposiciones) sobro el estado del ejército y la nece­
de estos reinos. Dios guardo á V. E. muchos años. Madrid 20 sidad indispensable de una fuerza extranjera muy fuerte que
(le mayo de 18:i.'>.—Firmado.—Francisco Ma rt i nez (le la llosa. intervenga prontamente para restablecer la paz, sopenti de
—.Señor embajador de S. M. en Faris. ver di sutil tos y rotos todos los ltizos sociales y las consecuen­
cias horribles de esta disolución, con tanta fuerza, como lo
DOCUMENTO NUM. III hace presente M. Villiers, no ha movido á este gabinete á
condescendor con la demanda de la Francia y de la nuestra.
EL MINISTRO Dii S. M. EN LONDRES AL EMBAJADOR Dii S. M. 1CN Crea V. E. que cualquiera otra exposición será inútil y no pro­
PARIS, SOJllUi LA INTERVENCION DE LA FRANCIA.— LÚNDUES ducirá efecto alguno.
'1 DE JUNIO DK Para que V. E. esté informado, sin pérdida de tiempo y lo
mismo el gobierno, de esta determinación, despacho á la corte
Exorno. Sr.—Muy señor mio; En este momento quo son las ganando lloras al correo do gabinete don Francisco Sauz, su­
dos de la tarde y regreso de la casa de lord Palmerston, tomo plicando á V. E. til mismo tiempo que lo detengan lo menos
la pluma para informar á V. E. do la respuesta que este go­ posible, pues mañana diré á V. É. con alguna mas detención
bierno da al de S. M. el Roy de los franceses, relativa á la cuanto la falta de tiempo me obliga á omitir aborti; y que son
cooperación pedida por ol nuestro para acabar con la insur­ solo particularidades sobre el asunto principal, pero que no
rección de las provincias sublevadas y restablecer la paz en alteran nada la posición en que nos va á dejar esta respuesta.
la Península, según el objeto y espíritu del tratado do 22 de Dios guardi; á V. E. muchos años.—Londres 4 de jimio
abril y artículos adicionales. Dicha contestación no es satis­ de lSúñ.—Firmado. —Miyucl Ricardo de Álava.—Excmo. se­
factoria y en verdad que no la esperaba tal, pero al menos es ñor duque de Frias.
concisa, clara, y sin dar lugar á nuevas disensiones, que no
producirían ningún resultado, porque para darla se ha mira­ DOCUMENTO NTJM. IV
do la cuestión bajo todos aspectos por este gabinete.
Preguntado esto gobierno por el de Francia si accediendoá MEMORANDUM DEL EMRAJADOR DE ESPAÑA EN PARIS, TRATAN­
los deseos del gallineto de Madrid y emprendiendo la coope­ DO DE PROBAR AL GOBIERNO FRANCÉS QUE ERA LLEGADO ET,
ración est aba determinado á correr con ella in solidum tocias CASO DK LA COOPERACION Y DE LA NECESIDAD DE QUE LAS
las consecuencias de este caso, si él acarreaba á la Francia el TROPAS FRANCESAS OCUPASEN LAS PROVINCIAS VASCONGADAS.
resentimiento y las hostilidades de las tres grandes potencias, — PARIS 8 DE SETIEMBRE J)E I S3.').
se lia respondido ó se va á responder dentro de una hora al
embajador de Franeia que un; que. la Inglaterra no oree deber La cuestión española, tal como se presentii on el dia, ha de­
correr semejante riesgo por las razones que yo diré á V. E. jado de ser aun para las potencias que no han reconocido á la
mas abajo, unas públicos y notorias y otras aunque lo son Reina doña Isabel. II una cuestión cío sucesión, puesto que en
para todo el mundo no pueden darsi; sino con toda reserva. su esencia y conseeuonciiis es puramente monárquica.
La Inglaterra, al dar esta negativa, declara que si la Fran­ La Reina Gobernadora, deseando contraponerse á las ideas
cia entendiéndose con la España quiero emprender esta ope­ absolu tistiis do los partidarios del Pretendiente y sobre todo
ración por razones y motivos peculiares, la Inglaterra ni lo contrarestar toda facción revolucionaria que intentase procla­
desaprueba ni si; opondrá á ello; mas que en todo caso ad­ mar la impracticable Constitución ele 1812, otorgó e.l Esta­
vierte que- no se obre con precipitación. Entro tanto so acon­ tuto Real, fundado sobre las antiguas libertades que gozaban
seja á la Francia ol aumento de su ejército y la ocupación las diferentes coronas de España reunidas por el enlace de los
inmediata de todos los pasos do. los Pirineos para el cumpli­ Royes Católicos. S. M. la Reina Regente junté Lis Cortos bajo
miento del artículo 1.“ del tratado, haciendo á dicho efecto la base sancionada, y no rehusó dar su .sanción soberana á
adolanlar los treinta mil hombros que actualmente ocupan la aquellas leyes que eran favorables á la causa pública, y aun
Iron tova, lo que no dudan aquí se liará. espontáneamente propuso algunas quo solo eran consecuencia
Los motivos que han obligado á este, gobierno á dar esta de sus maternales deseos acreditados desde el fallecimiento
respuesta, son principalmente de política interior, efecto do del Rey don Fernando.
la posición vacilante en que se ludia relativamente al Roy, al Enlre tanto que S. M. dedicaba sus desvelos al bien proco­
Parlamento y aun al país mismo, pues siendo necesario en el munal del reino, la facción del Pretendiente, favorecida pol­
caso de una cooperación completa hecha por las tres poten­ la localidad del terreno y rudeza de los habitantes de las pro­
cias, el r·irniav un nuevo convenio y presentarlo al Parlamen­ vincias sublevadas, se engrosaba en número y acostumbraba
KD A l) MOI ) HU N A
¡í los combates contra las tropas do doña Isabel li. S. M. en blicos, ni tampoco en las calles y jliazas tropeles de asesinos
aquellas circunstancias mandó toda su fuerza militar contra y úu incendiarios perpetrando iiiijumcnicntu el robo y el ase­
unos pueblos que combatían, ya por la seducción de sus jefes, sinato.
ya por conservar privilegios ominosos al resto de la monar­ La cuestión que forma la base de este memorandum tiene
quía, siendo do notar quo las provincias sublevadas son las ya. tal imjiorlaiieia, que es pura el trono de doña Isabel 11,
únicas en España que, á pretexto de sus fueros, protestaron cuestión de vida ó de muerte, y no para que Míenla á S. M. en
en V718 contra la exclusion de las hembras para reinaren la monarquía española este ó el otro jiríncipe, sino para que
España, ó sea el informo é ilegal auto acordado de Felipe V. el cetro español se vea desi rozado por una facción revolucio­
¡A tal punto ciegan las pasiones cuando la ambición ó los naria uuropea que ensaya sus fuerzas en España j torque lucha
intereses parciales son el móvil do las acciones humanas! con una minoria rea) debilitada por pretensiones del que si
El gobierno do S. M. creyó haber llegado el caso do pedir considerara les males que causa con ellas á la dignidad real,
entero cumplimiento del tratado de 22 de abril, no porque se apartaria de un camino que aunque le hiriese llegar al
juzgase que sus reales armas fuesen insuficientes para vencer logro de sus deseos, no le eonstiluiria un trono mas seguro
á los carlistas, sino porque, previo quo lo desguarnecidas que que el de su augusta sobrina, que t-rala de derribar. Si el obs­
quedaban las provincias fieles ásu soberanía pudiera facilitar tinado príncipe llegase á convencerse, como pudiera probár­
¡i los revolucionarios demócratas el poner en agitación el rei­ sele, que muchos que toman su nombre quieren destruir su
no. S. M. sabia también quo hermanados estos y afiliados en poder despues del triunfo, y si el pueblo español se conven­
sociedades secretas con los que existen en otros países de ciese igualmente de que muchos de los que proclaman liber­
Europa, podrían comprometer, no solo la dignidad de su tro­ tad, Constitución de 1812, derechos del hombre, etc., son
no, sino también la do los soberanos sus aliados y aun la do agentes de la usurpación, y que se hallan muy en acuerdo
los monarcas quo no eran signatarios del tratado de la Cuá­ todos olios para destruir la monarquía, cualquiera que fuere
druple Alianza. Razones que no son de este lugar hicieron que el monarca, pronto se restablecerla la jiaz de la I’eiiín.sula,
se negase la cooperation armada, y su negativa fué el grito pitos don Cárlos renunciaría á su empresa, y el cetro de la
de alarma ó toque de generala jaira- que los revolucionarios Reina doña Isabel 11 sostenido por la ojiinion del convenci­
de Esjiaña alzasen la bandera de la rebelión. Constitución miento, caería sobre los revolucionarios demócratas. Empero la
de 1812, federalismo, demagogia, todo lia sido puesto en ac­ espantosa calamidad que aflige á España lia salvado d l’irhieo,
ción por gentes ambiciosas ó pérfidas, que la presencia de un y yaque el sangriento jacobinismo no puede alzar los puñales
pueblo obediente y mas circunspecto que ellos ha confirma­ céntralos retirados cenobitas, como ha sucedido en España,
do con su indiferencia la opinion que tenían do él los hombres en las calles de Taris, al frente de una guardia nacional fiel y
honrados que deploraban tantas calamidades. numerosa y burlando la diligencia dumi gobierne tan ilustra­
Así, pues, puedo repetirse que la cuestión española no es do como justo, ha buscado como abrigo una casimba para
ya cuestión do sucesión, sino cuestión- monárquica que tiene amarrar unos viejos cañones de fusil á una mala tabla y aten­
el apoyo de la fuerza numérica do una nación tan fiel á sus tar contra la vida de un ltey que hace la felicidad de sus pue­
reyes como la española, y el voto de los hombres de bien que blos y do unos príncipes que por sus virtudes presentan tantas
tienen que perder, y que, por lo tanto, so hallan fraternizados esperanzas de ventura á los países que lleguen á gobernar ya
en sentimientos con todos los que se hallan en igual situación por los enlaces que contraigan. Mas áqué punto ha llegado H
en los demás países do Europa. encono contra la monarquía, puedo verse etique en el alenta­
í,a vecindad de la Francia y las antiguas relaciones entre do de 28 de julio no es una venganza personal la que armó á
ambos jmises, las continuas comunicaciones y las dos veces un. asesino para deshacerse del Rey y de los príncipes, sino
que sus ejércitos han hecho mansion eu Esjmña, hacen que que puede decirse que Fiusehi era el asesino de la humanidad
los intereses bien entendidos ile ambos pueblos y la conser­ en masa, pues que tiraba sin discernimiento sobre ella para
vación de los dos tronos actuales se hallen muy comprometi­ destruir la monarquía. Ejemplo que quedará consignado en la
dos, siempre que las teas de la discordia ó la cuchilla de la historia para probar hasta dónde ha llegado en el siglo x jx el
anarquía so alzase en cualquiera de los dos países. Bajo este odio contra la dignidad real.
punto de vista parece debe mirar la Francia á la actual situa­ Pues si el 28 de julio, cuando apenas había noticias de los
ción do la Península, ya que tiene la fort una de quo ol cetro asesinatos de Reus y que se temían algunos otros, se lia visi o
de 8 . M. Luis Felipe ponga á raya las facciones revoluciona­ con tanto escándalo atentar confra la vida de 8 . M. el Rey de
rias que al otro lado do los Pirineos alzan la cabeza contra ios franceses, ¿qué no podrá esperarse cuando la revolución
una menoría real á favor de las protensiones de la usurpación anárquica so haya sentado do firmo en todas las provincias de.
ó quizá de aeuerdo con ella. España? ¿qué no podrá esperarse cuando los revolucionarios
Al punto que han llegado las cosas, cuando la unidad y el españoles se hayan perfeccionado en la perfidia con las lec­
decoro de la corona de Cárlos 111 so halla desmembrada y ciones de. todos los que acuden á la Peninsula y con las de
ofendida por pretensiones ilegítimas por un príncipe do su los prófugos del juncoso de abril, de los cuales se sabe que
sangre y por las violencias de un partido tan enemigo del alguno lia acaudillado los grujios que asesinaron al general
trono ile doña Isabel lí como de cuantos existen en el uni­ Bassa en Barcelona? Las sociedades seerelas se hallan minan­
verso, parece haber llegado ul caso de que una nación vecina do todas las sociedades políticas, y con mucha mas facilidad
poderosa y aliada do S. M. C. acuda á sostener la corona en siguen su camino en los países donde la beneficencia de las
sus sienes y á facilitar con su auxilió el que las armas de Su leyes protege la libertad individual y la expresión de la <qli­
Majestad se hallen libres para correrá ios puntos ó provincias ni on pública interpretada las mas veces por las jiasiuiics; jicro
donde se profana su augusto nombre y se entroniza la insur­ en España ejerce un imperio mas poderoso j)or las circuns­
rección. tancias en que so llalla el país y la índole de su gobierno de
'Jan poderosas razones deben convencer al gobierno de S. M. tutoría ó regencia. A semejantes daños, solo la Francia se
el lley do los franceses de la conveniencia de que una fuerza halla en el cuso de hacer frente. Una nación donde el mlaihi-
militar francesa ocupase las provincias Vascongadas, á fin do blejusto rundió no es un'ente quimérico ó teórico, sino un
que. ahuyentada por osle medio la facción carlista llegase á sór que tiene, por decirlo así, existencia que debe á la justicia
desaparecer y por lo tanto el ejército español so hallase en es­ y prevision de su Rey, á los inleivses jníblieos, á la-industria,
tado do combatir la anarquía en las demás provincias de Es­ á la agricultura, á la administración dejiariaineiilal, á la opu­
paña, pues si en Madrid una guarnición de 1res mil hombres lencia de su hacienda, á la disciplina de su ejercito y á la
escasos lia podido restablecer el orden en el mes de agosto perfecta organización de la guardia nacional, es á quien cor­
pasado, y el gobierno ha tenido tanta fuerza quo ha desarma­ responde tender un brazo de salvación al (roño de 8 . M. y
do tres batallones sublevados de la milicia urbana, no puede a i jxxlcr de su augusta madre; y salvando el trono cspafml,
caber duda en que si hubiera guarnición en otros puntos, no será la Francia la que j(reservará á lodos los demás de
se verían las juntas insurreccionales de algunas provincias Europa de los embates de la democracia anárquica que
mandando descaradamente y disponiendo de los fondos pú­ quizás aguarda comjtbáar su triunfo cu Madrid para triun-
H I S T O R I A DK E S P A Ñ A

far (¡n otras partos. No so trata para conseguir tan sagrado por parte de los allegados á don Carlos, decidieron el que
fin do unii expedición que debióse ocupar toda la Penín­ fuese abandonado el. pensamiento de Zumalacárregui sobre
sula; bastaria que una fuerza militar proporcionada al objeto, Vitoria, para llevar á cabo sin dilación el sitio do Bilbao. El
ocupase las provincias Vascongadas y Navarra, apoyada on misino general contra cuyo parecer había prevalecido esta úl­
las plazas fronterizas debts mismas que las tropas d o 8 . M. la tima idea, fué el encargado desìi ejecución, y dispúsose á dar­
Ib-ina conservarían ó partirían su guarnición con la fuerza la cumplimiento al frente de catorce batallones y de algunas
auxiliar, do la que un tratado particular pedia arreglar el piezas do artillería con cuyas fuerzas se presentaba el 1 de
modo y coinpensaeiones. julio ante los muros de la metrópoli vizcaína. Aunque la plaza
Lit causa de la justicia, la causa do la humanidad, la cansa estuvo circunvalada desdo el 18 de junio, no pudieron los si­
de lii monarquía reclaman lit cooperación armada de la Fran­ tiadores sacar de sus medios de, ataque todo el partido de
cia, y los fusiles carlistas que continuamente hacen fuego que se lisongearon, porque dos buques de guerra ingleses an­
sobre el puente de lírhovia y á que ha tenido que contestar clados en la ria, mantenían libres las comunicaciones de la
repetidas veces el cañón francés, reclaman el quo la bandera •plaza, procurando á los sitiados cuantos recursos de boca y
tricolor alejo de las fronteras francesas ul ruido de la guerra, guerra necesitaban. En la mañana del 14 rompieron el fuego
lanzándola al otro lado dui libro, para que las tropas do la las baterías carlistas, al que contestaron con superior ventaja
Heina acaben con las fuerzas dol Pretendiente y puedan en­ los bilbaínos, pertrechados y provistos de mejor maestranza.
frenar las pasiones revolucionarias. Estaba destinada la invicta ciudad á ser en las largas y san­
Si la l-’raneia desoye la voz do la verdad en esta ocasión, grientas contiendas civiles que han desgarrado á España en
si lio se asombra al ver el abismo que so halla abierto á la los últimos cincuenta años, la gloriosa émula de la inmortal
linde de sus fronteras, en una palabra, si no acude á la defen­ Zaragoza, y no so necesita anticipar los hechos que caracteri­
sa del trono de la .1tuina doña Isabel II, la Francia en esta zaron el segundo sitio y mas tarde el tercero, para que el no­
cuestión de rida ó 'iunrrla para la monarquía, á mas de los ble, altivo y esforzarlo espíritu de los bilbaínos se mostrase, en
peligros que la amenazan pava en adelante, queda responsa­ aquel primer sitio digno competidor, ó por mejor decir envidia­
ble ¡í la posteridad de todas las calamidades que van á caer ble ejemplo do las virtudes cívicas, que en los sitios que debian
sobre una nación venina y aliada suya y de todas aquellas seguir al que vamos á asistir, mostraron en heroico grado los
que corriendo el tiempo, trastornarán á l a Europa entera em­ hijos de la valerosa ciudad.
peñándola en guerras y revoluciones, cuyo fin no verá la Abierta brecha por el enemigo en los parapetos del fuerte
generación presente ni tal vez la venidera. Paris 8 de setiem­ del Circo, punto importante de la línea exterior de defensa,
bre de 1885. los sitiados, entre los quo ocupaban el mas distinguido puesto
los urbanos, acudieron ¡i tapar con sus cuerpos el boquete
C A PIT U L O V I abierto por los proyectiles del enemigo, al que en alta voz
provocaban á que avalizase á cruzar sus armas con las desús
Prim er sitio de Bilbao compatriotas los liberales vizcaínos.
Vacilaciones del general V'aldés.—Acuden en auxilio ile la plaza E spar­ I'll arrojo y la impasibilidad con que Zumalacárregui sabia
tero, La lle ra y Latro.—H erida y fallecimiento de Zumnlacárregui.— lanzar sus tropas al peligro cuando la victoria podia subsa­
Estado en c|ue de sus resultas quedó el campo carlista. nar el sacrificio, en aquella ocasión, ya fuese efecto de la esca­
sa espontaneidad con que había acometido la empresa, ya
Despues de la no aceptación por don Cárlos de la dimisión por el respeto que le inspirase, el heroísmo de los bilbaínos,
presentada por Zuinalaeárrogui y que hubo este reasumido el no le movieron á dar la señal del asalto, y al siguiente dia re­
mando superior de las armas, era la principal dificultad con cibía la mortal herida que privó á la causa carlista del hombre,
que luchaba el Pretendiente.la falta tío recursos materiales que al mismo tiempo que era la encamación de la raza vasco-
proporcionados ul aumento que había ido adquiriendo su navarra, constituía el mas valioso de sns elementos de triunfo.
ejército. No retrajo empero á los sitiadores en la prosecución de sus
En la esperanza de. que encontraría estos recursos apode­ hostilidades, el no tenor ya tí su frente al caudillo con el que
rándose de la capital de Alava, pensó Zumalacávregui en po­ estaban acostumbrados á vencer, pues Eroso que había reem­
ner sitio á Viloria; propósito al que hubo de renunciar para plazado al herido, continuó con vigor el bombardeo, causando
conformarse con el proyecto que incrocia la. preferencia de sensibles daños al caserío y al vecindario. No pudo llegar en
don Carlos y sus cortesanos. En su ànsia de encontrar dinero auxilio de la plaza un refuerzo compuesto del batallón do .San
pava sostener la guerra, el Pretendiente liabia acudido á cuan­ Fernando y del provincial de Jaén, que el diligente coman­
tas simpatías en el extranjero lo ofrecían probabilidades do dante general de Guipúzcoa, Jáuregui, envió por mar á Por-
allegar recursos. I,os auxilios pecuniarios tic las cortos de tugalcte. Los buques que trasportaban la expedición no pu­
Cordelia, do Rusia y de Austria, mas bien que subsidios pro­ dieron rem ontarla ria por Imber los carlistas imposibilitado
pios de. aliados que desean proteger una causa por motivos la navegación echando á pique gabarras cargadas de piedras,
polii icos, eran limosnas que personalmente enviaban los so­ cuyo impedimento motivó que tuviesen que retroceder á Por-
beranos ile aquellos países, como muestras do su simpatía ha­ tugalcte las fuerzas auxiliares, y que regresará Bilbao lasque
cia un pretendiente en desgracia. Pero por lo mismo que eran de la plaza salieron para proteger la aproximación de los dos
á todas luces insuficientes semejantes limitados medios, don batallones.
Carlos y sus consejeros aspiraban ardientemente á llamar á Durante la noche procuraban los sitiados reparar los des­
las puertas de las bolsas extranjeras, verdadero Pactolo de perfectos causados en las fortificaciones el dia anterior y tam­
nuestra platónica época. Pero los hiorofantes que presiden á bién intentaron varias salidas que no dieron resultados do
la distribución del contenido del cuerno de abundancia patri­ importancia,habiéndose prolongado el sitio durante los dias 18,
monio de la finanza moderna, imponimi durísimas condicio­ 20 y 21, sin que los fuegos del enemigo causaran otros dete­
nes á don Cavíos, siendo para este la mas difícil de llenar la rioros que los consiguientes á la continuación del bombardeo,
exigencia do que, para que los gabinetes simpatizadores de su que no era ya tan activo como lo fué el primero y segundo
causa y los bolsistas consintiesen en hacer adelantos efectivos, dia, pero cuyos efectos no cesaban ni por un momento de con­
exigían que el Pretendiente poseyese una plaza, una ciudad trarestar los sitiados, estableciendo baterías cu todos los pun­
que estuviese seguro de conservar y á la que pudiesen ser en­ tos que ofreeian probabilidad de apagar los fuegos del ene­
viados los representantes de los tres gabinetes ocultos favo­ migo.
recedores de la causa carlista. Y viniendo á localizar su exi­ Para formar cabal idea de la desventaja con que el ejército
gencia. lijáronse los muñidores del suspirado empréstito, en do la Reina operaba contra el do don Carlos, baste saber que
que Bilbao, por su importancia, por su riqueza, y como puerto Latro so hallaba en Burceña el 22 de junio y Espartero no
de mar, fuese el punto elegido para dar testimonio de la po­ mucho mas distanto, sin que ni uno otro lograsen adquirir
tencia de las armas del Pretendiente. datos seguros sobre las fuerzas que reunia e.l enemigo dolante
Estas consideraciones unidas á otras de interés personal de Bilbao; lo (pie unido á las vacilaciones ile Valdes quo cour-
EDA JJ SI o m ili na

taba los impulsos do los dos valientes generales, fueron la migo, presentáronse en calidad de parlamentarios Zariátegui
causa de que, como iba á ser patente, el sitio no hubiese podi­ y Arjona, los que pava mayor solemnidad, fueron recibidos
do levantarse antes que lo fuó. por el alcalde y dos regidores «pie los acompañaron al aloja­
Sostenia el denuedo de los bilbaínos y del gobernador mili­ miento de Mirasol. Pe« lian los parlamentarios la rendición de
tar de la plaza, conde do Mirasol, la esperanza de que no tar­ la plaza ofreciendo concederle una capitulación honrosa, al
darían en llegar fuerzas auxiliaros que pusiesen término á la mismo tiempo que asegumban que no «lebian los sitiados
angustia de ver reducidos á escombros las casas, los templos esperar socorro alguno, hallándose Vaidés enhilado por su­
y hasta ol hospital de la invicta villa, sobre la quo poi- término periores fuerzas carlistas y añadiendo «pie Latro habia sido
medio lanzaba diariamente el enemigo de quince á veinte y completamente derrotado en las inmediaciones de Castiv-
hasta mas de treinta bombas de á catorce pulgadas y de se­ jana.
tenta à ochenta granadas. Conformed lo anteriorment o convenido con el Ayuntamien­
La llegada do don Carlos el dia 2G al campo sitiador redobló to, Mirasol propuso el envío «le. oficiales de biplaza, provistos
el ardor do sus secuaces, cuyos proyectiles aumentaron, cayen­ do un salvoconducto del einmiigo para «pie se cerciorasen «le
do aquel dia en mayor número y causando nuevos y sensibles la exactitud de los hechos alegados por los parlamentarios,
daños; pero lejos do abatirse el temple de alma de los bilbaí­ respecto al estado y situación «leí ejército de la lie ¡na. Reti­
nos, las nuevas baterías por ellos construidas y dirigidas sobre ráronse Zariátegui y Arjona á dar cuenta «leí resultado á
los puntos vulnerables del enemigo, apagaron sensiblemente su jefe, sin que pudiera evitarse por mas «pie al pueblo habían
los fuegos de este. recomendado las autoridades observase circunspección y re­
Jln la madrugada del siguiente dia continuó el bombardeo serva, que al atravesar las calles los enviados de liras«» el
con mayor actividad, sintiéndose mas especialmente los dis­ público contuviese su ardor y «lijase do prorumpir en vivas
paros de los fuertes de Larrinaga y Solocoeehe, pero la plaza á la, Peina y tí la libertad, de lo «pie se mostraron aipiellos
consiguió amortiguar los de las baterías que mas daño les ofendidos, señalándolos como demostración«'» coni varias á-las
ocasionaban. leyos de la guerra, en el acto de cambiarse eonumieaciones
En honor de la venida de don Carlos, que recorrió durante entre los beligerantes.
todo el dia las líneas sitiadoras, redoblaron estas su fuego y Interesado Mirasol en calmar el bullicio salió á la calle re­
los estragos que ocasionaban al casorio, sin por eso debilitar comendando la moderación y reconviniendo á los agitadores.
el tesón do los defensores. «Esos vivas, les «lijo, se reservan para los fuori es y las aspi­
El dia 27 reunió el conde de Mirasol al Ayuntamiento para lleras;» palabras que oidas por el jefe de la milicia, exclamó:
comunicarle la intimación que acababa de recibir, la que se. «Los urbanos, mi general, saben dar esos vivas en las aspille­
hallaba concebida en estos términos: ras y en todas partes, estando resueltos como estamos á morir
«Señor gobernador ó jefe superior de la plaza de Bilbao. por Isabel II y la libertad y yo con ellos á la cabeza;» á lo
Acordaos quo sois español y que vuestra inútil resist encia solo que entusiasmado Mirasol, replicó coninovi'lo: «Yo también,
sirvo de instrumento á la destrucción de un pueblo rico y señor comandante, moriré con ustedes antes «pie consentir en
hermoso. Mo debéis ignorar que el 23 fué batida la columna la rendición de esta plaza.»
gruesa que venia en socorro de la plaza y que-ya exánime y La pasajera y tácita tregua que duró algunas lloras llevó á
sin aliento experimentó una grande deserción. Lejos de venir varios urbanos hasta los puestos avanzados «I«: los sitiadores,
un segundo refuerzo lo he recibido yo fie un considerable nú­ los que acudieron y so mezclaron con los do la plaza, tratán­
mero de valientes; en fin, todo como dejo dicho, solo sirve dose uims y otros por breves momentos con lacordialklad «le
pava hacer infructuosos vuestros esfuerzos, los quo únicamente compatricios y de hermanos. La última intimación de Eraso,
ocasionarán el derramamiento de sangre española y la reduc­ solo concedia «los horas para la rendición, amenazando «le lo
ción á cenizas de uno do los mas preciosos pueblos do España. contrario, con reasumir las hostílkhulos, amenaza á la que con­
Si os convencéis de unas razones tan justas, como prueba de testó Mirasol quo podían los sitiadores romper el fuego cuan­
lo que me complazco en hacer el menor número do desgracia­ do quisieran .
dos entre españoles, puedo asegurar y prometeros que la clase Aunque al otro dia se arrojaron sobre Bilbao veintiséis
do urbanos de esa villa, sea cual fuese su origen, serán trata­ bombas y cincuenta y tres granallas, se amortiguó el luego
das las personas del mismo modo que lo han sido en Villa- en el siguiente dia, víspera del que señaló el levantamiento
franca, Vergara, Eibav y otros puntos guarnecidos. Cuartel del sitio.
general ilo Bolueta 27 do junio do 1835.—Francisco F errilo Demos cuenta ahora de eómo se verificó la llegada del <\jér-
de Eraso. » eito libertador, retardada por mas «lias «le los «pie calculaban
Antes de concurrir á casa del conde ile Mirasol, los conce­ los sitiados, y cuya tardanza hubiera consternado á otro pue­
jales de liilbao so habían reunido privadamente y resuelto blo menos decidili«) y menos entero que lo era el «le Bilbao.
que no darían su asentimiento á ninguna clase de capitula­ Desdo Pamplona, donde se hallaba Vahíos el dia 12 «Jeju­
ción. Dada que los fuó lectura de la comunicación do Eraso, nio, se dirigió por Logroño y Haro á Miranda de Ebro, cui­
.manifestó Mirasol su deseo de conocer la opinion dol Ayunta­ dándose menos que «le la crisis por que pasaba Vizcaya en
miento, cuya voz tomó el alcalde don Juan llamón de Arana, hacer evacuar ol fuerte do 'Salvatierra, llave de bus comunica­
pronunciando las siguientes memorables palabras. Perecer ciones entre Alava y Navarra, y punto de incontestable im­
en las ruinas de la villa antes que capitular: viril respues­ portancia estratégica. Dispuso también que se mejoras«']) las
ta que completó otro concejal añadiendo: Iloy me han ar­ fortificaciones de Vitoria, alarmando con ello á sus habitantes
ruinado 1res casas; m añana me destruirán las que me que temieron se tratase de abandonarlos, y desde el 15 «b1ju ­
restan, paro m ientras circule sangre por m is venas, yo no nio, dia on que Valdés se avistó en Berbm-ana c«m el g<*neral
cu)átalo. Sabré si sobreviviese á este sitio mantenerme entre Latro, hasta el 25 en que entregó el maialo del ejército, no
las ruinas de m i propiedad, pero no vivir con los que des­ cesó de expedir órdenes contradictorias á Latro y á Esparti-ro.
trozan m i patria. disponiendo movimientos que cada dia variaba, y «-n los «pie
Al oir Mirasol aquellas nobilísimas palabras, exclamó que constantemente proscribía (pie no se empeñas«; acción decisi­
no habia esperado menos de un pueblo tan heroico y que ha­ va con el enemigo, dejando clami nente veren iodos sus man­
ría presente á S. M. la acendrada lealtad do. los urbanos y datos que lo mas que con respecto á Bilbao se proponía hacer,
del pueblo do Bilbao, los que debían esperar honrosos testi­ no pasaba de proyectos, de demostraciones ó amagos «le mar­
monios de la gratitud con que la lteina recibiría tan insignes char sobre la vil la sitiada, sin otro mas decid ¡«lo pr«>pósifco «pin
pruebas de adhesion ai trono de su hija. ol do llamar la .atención del enemigo, pero sin mostrar en nin­
Acordóse sin embargo gauar el tiempo posible, aparentando guna de sus órdenes la determinación do marchar en socorro
que se negociaba, respuesta que por su parte secundó el de la plaza.
Ayuntamiento, declarando que tenia puesta toda su confianza Do esta manera y sospiri resulta claramente probado por el
en el Comandante general y que se adheria á lo que esto re­ extracto de un diario «lo bis operaciones «le a.piellos «lia», obra
solviese. Trasmitida la contestación de la plaza al campo enc­ de un ayudante del general Lain;, diario «pie inserta el señor
70 J US T O W A DU US PAÑA

Binila on sil Historia de la Guerra civil, ol último tío ostos bilidad, adoptó La llera y los generales que resolvieron la
generales y su compañón) Espártelo quo mandaba fuerzas, si marcha sobre Bilbao.
no superiores á las do los sitiadores, en suficiente mimerò para La esforzada villa vió entrar el 1." de julio en sus muros
haber acudido en socorro do Bilbao, se vieron paralizados, y tintos con la sangre de sus valientes hijos y entre las aclama­
so pena do incurrir ou la y ran responsabilidad do cargar con ciones de un pueblo agradecido diez y siete batallones de la
las consecuencias do un encuentro, cuyo peligro era señalado Boina, á los que acompañaron ó siguieron igual ó superior
por el general en jefe, tuvieron que. renunciar á su propio al­ número que fueron sucesivamente aproximándose á las ori­
bedrío y mantenerse situados ú no larga distancia do la pjaza llas dol Nervión.
sitiada, poro sin emprender movimiento alguno dirigido á Dos dias despues se ponia al frent.e del ejército don Luis
acudir en su ausilio. Fernandez de Górdova, cuyo mando en calidad de general en
ha incontestable prueba do que ia inacción en que perma­ jefe interino preparó su merecido ascenso á la propiedad de un
neció el ejército desdo el dia en que Zunialacárrogui se pre­ puesto que supo realzar con su patriotismo y susdotes militares.
sentó delante de Bilbao hasta el 1." do julio oil que so levantó Hemos visto en qué manera don Francisco Benito de Eraso,
el sitio, si no fuó voluntaria, fue inconcebible, error do aprecia­ (pio tomó el mando del ejército al retirarse herido Zumalacár-
ción de parte del general Yaldés, aparece do las siguientes regui. condujo las operaciones del sitio, pero es curioso conocer
líneas del ya citado diario; «Kl dia 20 de junio al amanecer cuán señaladamente se hizo sentir la falta del hombre de
recibió ladro un olioio duplicado del general La llera, por el guerra desdo el instante en que la autoridad que su presencia
que le notificaba haber tomado el mando del ejército de ope­ ejercía dejaba libre esfera alas intrigas y á las torpezas predo­
raciones, y le ordenaba regresar con las divisiones al valle de minantes en la corte de don Carlos.
hoza por los pasajes menos expuestos, encargando le diese Sabido que- hubo este príncipe que el herido debia sor reem­
aviso del recibo y cumplimiento de dicha orden, la que fuó plazado, llamó á don Baiaci Marcito á quien instó fuese á di­
contestada por Latro haciendo presente que acababa de reci­ rigir ol sillo, y con tanta premura quiso quo partiese, que no
bir dos comunicaciones /¡muidas del general La llera, fiero le dió tiempo para recibir do manos del ministro de la Guerra
que temiendo fuesen supuestas, diferia su cumplimiento ha­ instrucciones escritas, las que ofreció le alcanzarían en el ca­
ciendo en el entre tanto presente á tí. E. que .Bilbao contenia, mino; mas al llegar al cuartel general el que creia ir á ocupar
una guarnición numerosa, inmensa riqueza, y que su entrega el lugar de Eraso, se encontró con que el ministro de la Guerra
era, seguii se decia, el plazo en que dobia el Pretendiente re­ le prevenia haber tí. M. resuelto que permaneciese Maroto á.
cibir su ei opresi ito; quo nacionales y extranjeros Ionian lija las inmediatas órdenes do aquel general ínterin este no dejase
su mirada sobre nuestro ejército, y que si se daba el escándalo el mando para atenderá la curación de su enfermedad, según
de tan inconcebible abandono, iba á recaer sobre ellos la igno­ lo tenia solicitado; á lo que anadia el ministro en su comuni­
minia: que ipicilaba esperando órdenes que no pudiese dudar cación á Maroto que este debía observar las operaciones de
fuesen emanadas de tí. E., y manteniendo á Bilbao y el puesto Eraso y comunicar al Iley cuanto notase, pues se habla lle­
cuanto le fuese posible. El general Espartero, á quien anima­ gado á entender que aquel m antenía inteligencias con los
ban los mismos deseos que á Latro, propuso á este verso con jefes de la plaza.
el general La Hora y convencerle de la necesidad de venir Al mismo tiempo que la coi-te del Pretendiente establecía
sobre .Bilbao, y á pesar del mal estado de su salud, montó el este género de espionaje entre los mas caracterizados de sus
último á caballo y no paró hasta encontrarlo. servidores, llamaba don Garlos á un tercero en discordia, que
»1 >¡rigen.se juntos á Portugalete el 30, y á poco de empren­ se hallaba en Bayona, al tristemente célebre don Vicente
der la marcha, recibí' La llera por extraordinario la real orden González Moreno, el ex-gobernador de Málaga, que espontá­
acoplando su dimisión del mando del ejército de reserva. nea y arteramente ofreció su persona y las tropas de su mando
Dispone entonces hacer alto, reúne á los generales y jefes de al general Torrijos pava hacerle caer en un Jazo, apoderarse
brigada y les comunica reservadamente las órdenes y estar de su persona por engaño y fusilarlo traidoramente despues.
dispuesto á su cumplimiento continuando de. simple volunta­ A este mismo aleve soldado se dió el mando on jefe del ejér­
rio, pero discutida la cuestión, acordaron por unanimidad cito sitiador, y apenas lo hubo tomado, destacó Moreno once
lodos los jefes que ha llera conservase el mando. batallones á efectuar un movimiento envolvente sobro la re­
»Va en Pori lígale te, se celebró una junta de generales y taguardia. del ejército que por Portugalete conduelan los ge­
jefes de brigada., álos que manifestó La Hera había sido acop­ nerales La Hora, Espartero y Latve en socorro de. Bilbao; pero
lada su dimisión del mando del ejército de reserva conferido liabia calculado tan mal el cx-gobcrnador do Málaga las dis­
á hai re, y que se habia nombrado á Córdova. jefe interino del tancias y las dificultades del terreno que debían franquear
del Norte; que se veia en la obligación de entregar el mando sus batallones, que no solamente no llegaron á tiempo de co­
¡i los dos citados generales, aunque no por eso dejaría de con­ ger entre dos fuegos al ejército liberal, sino que avanzando
currir personalmente y como simple voluntario á- Jas opera­ este sobre Eraso, ¡i no haberse retirado precipitadamente, ol
ciones que se dispusieran. Estuvieron todos unánimes en que general carlista hubiera experimentado una gran catástrofe.
conservase el mando ha llera hasta la presentación de Gordo- Interin se verificaban estos sucesos, Zumalacárregui condu­
va. conciliando así el debido ívspeloálas órdenes del gobierno cido en hombros de sus granaderos llegaba á Duraiigo desde
eon i'l interés de la causa pública y la salvación de Bilbao. donde á instancia suya filé llevado á Cegama. Allí tuvo la de­
Lai re dijo que baria dimisión de su faja en el caso de que se bilidad do entregarse en manos de un curandero llamado Pe-
resolviera lo contrario, y Espartero exclamó en alta voz: Mán­ triquillo, célebre en el país por casuales ó supuestas curas,
de-neme tomar lau posi ci o ne-<y franquear el panto da Barcena pero á quien habiendo conocido Zumalacárregui de muy atrás
con cuatro soldados y yo, ¡tero no se me obligue á emprender tuvo la flaqueza de darle mayor crédito que á los experimenta­
una reí ¡rada vergonzosa. 1Incidióse por todos unánimemente dos cirujanos que en gran número acudieron á su asistencia.
marchar en socorro de la {daza.» Todos los facultativos juzgaron no ser do gravedad la heri­
El acta de los generales que] latriót¡cameni,e decidieron acu­ da, pronosticando que pudria montar á caballo al cabo de dos
dir en auxilio de Bilbao, sin órdenes terminantes del gobierno ó tres semanas.
ni del general en jefe para ejecutar tan importante movimien­ Poro ora síntoma de algún cuidado el que la bala que habia
to, es un documento de tan señalada importancia histórica penetrado por cima de la rodilla derecha, no hubiese sido ex­
que no {Hiede menos de ser contado ent re los mas señalados traida, incomodando sobremanera al herido, que impaciento
hechos del reinado de doña Isabel ( 1). do la extracción del proyectil prestóse y aun exigió se procedie­
El ejército siguió su marcha sobre Bilbao, y los carlistas se se á la operación. Mas verificóse estacón tan poco acierto por
retiraron á su aproximación, como lo habrían hecho mucho Petriquillo, que despues de efectuada la extracción ele la bala,
ames si Yaldés hubiese obrado eon la decision que, mellos cuando el operador satisfecho y el paciente confiado creían
obligado á mostrarla y cargando con mucha mayor responsa-1 haber cesado el peligro, entróle al herido un temblor convul­
sivo, infalible sintonia del próximo fin del grande hombre que
(1) Ywiso cl docum enti) n ú m . I. tan incautamente fiósu vida ámanos de un vulgar curandero.
KD All MO D R US A
Tuvo sin embargo Zumalacárregui tiempo para disponerse peso como plaza de comercio y digno por sus esfuerzos de un
á morir cristianamente, y tratándose do qneliioiera tostamen­ socorre á tiempo por los verdaderos defensores del trono de
te, la cláusula dispositiva on punto fi herencia no fué otra que Isabel II y de la patria, además de lo que se debia á su valien­
la siguiente: Dejó m i mujer y ires hija*, único* biene* que te guarnición que tan heroicamente peleaba contra sus cucar-
poseo: nada, mas leo (jo que poder dejar. nizados enemigos. El retroceder, despues de haber adelantado
Así termino su carrera, dice su biógrafo od general Zariáto- basta, este punto, debia producir los efectos mas funestos,
gui, el héroe carlista á los cuarenta y seis años do edad y á tanto en la parte física, como en la moral de las operaciones
les diez y nueve meses de haber comenzado su campaña. Zu- de la guerra, abatiendo el ánimo de los defensores de la líeina
malacárregui fue sepultado vestirlo con la mejor ropa que po­ y confesando indirectamente de nn modo vergonzoso su infe­
seía, y como nunca se hizo uniformo tie general, se le puso rioridad con respecto á los rebeldes. Mas por otra parte, las
frac, pantalon y corbata negra, chaleco blanco y la gran banda órdenes terminantes que se habían recibido del gobierno <|e
de San Fernando, siendo esta la misma de que don Carlos con no aventurar empresa alguna que pudiera comprometer la
su propia mano le revistió á consecuencia de las acciones del suerte de las armas, y la consideración de hallarse tan próxi-
2 / y 2$ de octubie y todavía aquel adorno lo llevo á la sopul- , mo el general que se iba á encargar del ejército, arredraban á
tura incompleto, pues solo consistia en la banda, sin la placa dicho
" ' generili..........................
interino, haciéndole ver las graves consecuen­
ni la cruz. El funeral se celebró el 25 por los curas del pueble, cias que se seguían y su terrible responsabilidad en caso <b
acompañando al cadáver varios piirient.es y amigos del. di- I ocurrir una desgracia, que aunque no probable é inverosímil,
fünf,o y sus ayudantes. tampoco se hallaba en la esfera de las cosas imposibles.
El vacío que en su partido dejaba aquel hombre extraordi­ Dichos generales, brigadieres y coroneles, despues de ha­
nario, tuvo mayor eco y fué mas exactamente apreciado por berse informado del estado de las cosas y deliberado con el
la opinion pública en Europa, que lo estuvo por la menguada detenimiento y madurez que exigia un asunto de esta tras­
corte, del Pretendiente, á cuyos secuaces se quitó un gran cendencia, decidieron unánimemente sobre el primer pun­
poso de encima con la desaparición del hombre, ante cuya to. Que el Excmo. Sr. don Santos ile La llera continuase
superioridad habían tenido que bajar la cabeza. mandando el ejército de operaciones del Norte, mientras m>
Según datos recogidos por el cronista de la guerra civil, la se presentase el general encargado de este mando, y, sobre el
nueva del fallecimiento do Zumalacárregui no arrancó do la­ segundo, que siendo en su concepto el mayor mal que pudie­
bios de don Carlos otras palabras que las siguientes: ¡Altos ra sobrevenir á la causa de la Reina y una mancha indeleble
juicios de Dios/ ¡son cosas que Dios hace! para tas armas que con tanta constancia la defienden, el re­
La decencia y el bien parecer arrancaron á despecho de esta troceder delante de. los enemigos abandonándoles una rica
frialdad, el decreto de don Carlos que figura al final del capí­ población y una guarnición esforzada que con tanto tesón la
tulo bajo el número II; por el que se nombraba Capitan gene­ defendía contra los rebeldes, se marchase á ellos desde luego
ral al difunto, y se concedia á su viuda el sueldo entero que según lo requerían bis circunstancias del terreno y otras con­
á aquel correspondía como teniente generiti de los reales sideraciones, dejando estos pormenores militares á la pruden­
ejércitos, designándose además una pension de dos mil reales cia y tino del general, en cuyas luces y decision tonian depo­
anuales á cada una do sus tros hijas. sitada su confianza. Y para que esta decision tuviese cl carácter
de formalidad, según lo exigia la gravedad de la materia, fir­
DOCUMENTO NUM. I maron todos su voto despues de levantada la sesión, y Irida
que les fué el ¡rota de ella que los pareció exacta y en todas
ACTA DE LA HKL'NION DE 3 0 DE JUNIO DE 1835 sus partes conforme á lo resucito y decidido.
EN rODTUGALBTE Portugalete 30 do junio de 1835.—Baldomero Espartero.—
M anad de Lai re.—Joaquin de Ponte.—Sepan do Ulibarri. -
En. la villa de Portugaleto á las siete de la tarde del dia 30 José María Chacón.—Ma redi no Orad.—Peli pe Pi cero.—Joa-
del corriente,, se reunieron en la casa alojamiento del excelen­ qain Tello.—Benvisto San Miguel.—Manuel Garrea.—Frai­
tísimo señor don José Santos de La llera, general en jefe inte­ lan Mondes Figo.—Fl baron del Solar de Espinosa.—Fede­
rino del ejército de operaciones del Norte y por orden suya los rico de Bermuy.—José de Bue-rems.—Lorenzo Cerezo.
mariscales de campo don Manuel Latro y don Baldomcro Es­
partero; los brigadieres baron del Solar de Espinosa, don Fe­ DOCUMENTO XUM. II
derico Bcrmny, don José Cloni ente '.Huerons, baron de Meer, PENSION Á LA VIUDA K IUJAS DE ZUMALACÁRREGUI
don Mareelino Orna, don Santiago Mendez Vigo, don Juan
Tello, don Felipe Rivero, don José María Chacon, don Manuel Teniendo en consideración el elevado mérito y distingui­
Gurrea y don Evaristo San Miguel; los coroneles don Froilun dos servidos y constante lealtad del malogrado teniente ge­
Mendez Vigo, don Segundo Ulibarri, don Lorenzo Cerezo y don neral de mis reales ejércitos don Tomás Zumalacárregm, lie
Joaquin Ponte, todos jefes de division, do brigada y de otras venido en nombrarle capitan general de los mismos y con
varias dependencias enei referido ejército do operaciones. S. E. motivo de su gloriosa muerte conceder á su viuda doña L’au-
sometió á su deliberación dos puntos esenciales. Primero, que cracia Olio, el sueldo entero que le correspondía por su expre­
habiendo recibido en la mañana de aquel dia su exoneración sado empleo do teniente general y la pension de 2,000 reales
del cargo efectiva) que ejercía do general en jefe del ejército anuales á cada una do sus tres hijas. Todo en recompensa de
de la reserva, con orden de entregar su mando al general don las eminentes y heroicas virtudes de tan insigne y animoso
Manuel Latro, no podia considerarse como general interino del caudillo. Tcndreislo entendido y dispondréis su publicación y
ejército de operaciones. Segundo, que habiendo recibido asi­ leal cumplimiento. Dado en el real palacio de Durango ¡í 25
mismo la comunicación do que el mariscal do campo don Luis de junio de 18.35.—Está rubricado do la real mano.
Fernandez de Cóvdova estaba nombrado general en jefe del
referido ejército de operaciones, y muy próximo á reunirse ¡í DOCUMENTO NUM. Ill
las tropas do su mando, tenia sobre sí una gravísima respon­
sabilidad, cualesquiera que fuesen las operaciones que empren­ HEAL DECRETO CONFIRIENDO GRANDEZA DE ESPAÑA V TÍTULOS
diesen las tropas de la Reina acantonadas en Portugaleto y Á LA FAMILIA DE ZUMALACÁRliKGUl
acanilladas en sus alrededores. Por una parte parecía estar
indicado por las circunstancias y la fuerza misma de las cosas, Ansiando mi paternal corazón multiplicar en favor de mis
que dichas tropas, tan superiores en número á Lis de sitio leales vasallos, muestras de gratitud y de amor, y queriendo
presentadas por los enemigos, marchasen ¡nielante y las bus­ premiar los extraordinarios esfuerzos do estas heroicas pro­
casen, consiguiendo con el levantamiento del asedio uno de vincias, en la memoria del distinguido caudillo que con el
los triunfos mas importantes, que sobre induir de un modo auxilio del cielo supo confundir la revolución usurpadora,
ventajoso en el crédito de nuestras armas, libraria de las an­ llenando do gloria á la nación entera y de asombro á teda
gustias de su apurada situación á un pueblo rico, de un gran Europa, parà perpetuar su ilustre nombre, recompensar debi-
7« b ] STO H1A DK E S P A Ñ A

(lamento la lealtad y que sirva pura siempre de noble emula­ la tercera hija doña Micaela Ziimalacárrogui y los que de ella
tion, de estímulo y de ejemplo á la fidelidad y al mérito, vinieron, debiendo el heredero y sucesor do esta grandeza,
velico cu concederai capii un general de mis reales ejércitos tomar siempre por primer apellido el de ZumalacáXTégui,
don Tomás Zuma lacé rrogm grandeza de España de primera cualquiera que sea el de la casa á que en lo sucesivo pudiese
clase eon los l iúdos de l impie de la Victoria y Conde de Zn- ella pasar por enlaces matrimoniales, y quedando obligado á
nialaeárregui, para sí, sus hijos y descendientes legítimos, 1 lo mismo durante el matrimonio el que se caso con la doña
eon relevo del jingo de lanzas y medias annatas, reservándo­ . 1guacia ú otra do las sucesor«:;. Quiero además, que al adve­
me señalar, exterminada la usurpación, las lincas y derechos nimiento do la paz se exhumen las gloriosas cenizas del ge­
territoriales tpie lian de formar la vinculación anexa á la neral Zmnalaeárregui, del sencillo sepulcro en que hoy yacen,
misma grandeza y sostener perpetuamente el decoro de la ■se trasladen á Ormáiztegui, y precedidas las correspondientes
dignidad á <pio le elevo, siendo mi soberana voluntad que I exequias se depositen en digno mausoleo, con toda la solem­
p orci fallecimiento del agraciado y falta de hijos varones nidad, aparato y pompa que sabrá desplegar la provincia do
enlre desde luego en posesión de esta merced su hija primo­ Guipúzcoa á cuyo patriotismo y celo confio la ejecución de
génita doña Ignuda Zumalacánvgui, de quien pasará á sus esta mi real voluntad; que se erija en aquella villa á la mis­
hijos varones, y no teniéndolos á sus hijas y de ellos á sus ma época un monumento público que recuerde á las genera­
descendientes habidos en legítimo matrimonio, observándose ciones ful,uras las glorias de tan ilustre vasallo: que su nom-
la pivlucion de grado, edad, sexo y línea establecida on los I bre sea siempre el primero en la lista de los capitanes
mayorazgos regulares de España. Si la doña Ignuda muriese ' generales de mis ejércitos. Por último, tengo á bien conceder
sin sucesión legítima pasarán la grandeza y bienes á su her­ á la duquesa viuda la banda de María Luisa, Tendreislo en­
mana segunda, doña .Josefa ZmualaeáiTegui, guardándose el tendido y dispondréis su cumplimiento. Peal de Villafranca
mismo orden de sucesión establecida para aquella, y si esta á 24 de mayo do 183(J.—YO Ki, key .—A don Juan Bautista de
falleciese igualmente, recaerán bajo las expresadas reglas en Herró.»

LIBRO TERCERO
LUCHA ENTRE EL PRINCIPIO AUTORITARIO Y EL PRINCIPIO POPULAR

•! aquel dia invadieron Las turbas varios conventos do reli­


C A P IT U L O P R IM E R O giosos, dando muerte á no pocos de sus moradores é incen­
Los pronunciamientos diando las iglesias de San Francisco y de San Juan. El gobev-
I nador do la provincia acudió en cuanto tuvo conocimiento
ÍMililovaoion de las provincias contra el gabinete Toreno.—Asonada en ' de lo ocurrido, pero privado do fuerza que sostuviese sus pro­
líarcelonay muerte violenta dada al general bassa.— Restablecimien­ videncias, vióse compclido á contemporizar, por lo que acudió
to del érden.—Cundo la insurrección en lodo el reino. al Capitan general á fin deque proveyese los medios do evitar
que el desorden cundiese á otros puntos, desgraciadamente
Queda expuesto en el capítulo precedente cuál era la situa­ amenazados de ser presa del incendio.
ción del ministerio formado por el conde de Toreno despues Hallábase Llauder en la alta Cataluña ocupado en las aten-
de la renuncia de Martinez de la llosa, renuncia principal­ ! eioiies de la guerra, cuando estalló la asonada de lleus, cuya
mente motivada por el fracaso que tuvo la demanda do inter­ j noticia produjo en Barcelona una impresión precursora do los
vención dirigida á los gabinetes aliados en virtud de las cláu­ desórdenes que la siguieron y á los que dio principio y sirvió
sulas del tratado de la cuádruple alianza. de señal para que estallase el descontento que entre los con­
Do lo que allí se expresa claramente aparece lo mucho que currentes á la función do toros que se daba en la tarde del 25
las oposiciones tenían adelantado en sentido de generalizar el de julio produjo la flojedad del ganado lidiado en ella. Como
movimiento ultra-liberal que so había apoderado de los espí­ la atmósfera en que se agitaba ol sentimiento popular se ha­
ritus, principalmente en las provincias cuyo alzamiento con­ llaba sobrecargada de elementos inflamables, rompió la explo-
tra el gobierno empezó á tomar carácter, de resultas de los ’ sion en el mismo anfiteatro tauromáquico. No contentos aque­
sucesos de que ya queda hecho mérito, sobrevenidos en Má­ llos de los concurrentes, que sin duda venian dispuestos á
laga, Zaragoza y Murcia, síntomas precursores do una insur­ j turbar el sosiego público, con proferir en gritos amenazadores
rección general de cuyo ulterior desarrollo suspendimos el contra la empresa, entregáronse á destrozar los tendidos, y á
reíalo á fin de no interrumpir el orden cronológico que segui­ arrojar á la plaza las astillas de los asientos y de los palcos,
mos, omitiendo hablar en su correspondiente fecha de hechos ínterin los mas ardientes y emprendedores ataban el último
de tanto bulto como los relativos á las operaciones del ejérci­ toro muerto á un trozo de la contrabarrera y lo sacaron ar-
to del Norte, ajusto del convenio Elliot, y de los importantes ' rastrando por los calles en medio de una espantosa gritería,
debates que ocuparon á los Estamentos asi como de las vici­ pábulo del desorden que no tardó en cundir por toda la
situdes que ofreció en la primera mitad de aquel año la guer­ ciudad.
ra en las diferentes provincias del reino, á las que había al­ Un tropel de agitadores acudió al convento de los Agusti­
canzado al azote do la encrudecida contienda civil. nos arrojando un diluvio de piedras sobre sus ventanas, agre­
Coma ol mes de julio cuando llegó á liens la noticia de sión de la que filé igualmente objeto el convento de San
haber copado los carlistas un destacamento de urbanos que Francisco.'Lo imponente y lo general del tumulto sorprendió
regresaba de Arnés y dado muerte á un oficial y á varios pri­ á l.ts autoridades desprevenidas ó impotentes para atajar ol
sioneros, con procedimientos do inaudita crueldad, actos que desorden, y aunque pusieron sobre las armas la fuerza públi­
la voz común atribuia á los frailes que Inician parte de la ca, consiguiendo que algunos grupos se dispersasen, volvían
facción. otros á formarse instantáneamente en diferentes puntos y la
Irritado el pueblo do quien eran convecinos algunos de los efervescencia y el motín crecieron on términos de hacer in­
sacrificados, conmovióse hasta el delirio, y en la noche de eficaces los esfuerzos de la autoridad pava dominar el conflicto.
E DA D MO DKK N A 'm
Dueños del campo los agitadores., dieron rienda suelta á la toridades, á la que manifestó su vehemente deseo de conser­
ira en que ardían los amotinados grupos y aplicaron mechas var el orden, recibiendo de ellas, como igualmente de lus
incendiarias á los conventos de Carmelitas descalzos y al de prohombres de los gremios, las mas explícitas declaraciones
los calzados, ejemplo que otros émulos siguieron prendiendo de que deploraban los errores cometidos y se declaraban dis­
igualmente fuego á diferentes conventos, cuyos habitantes puestos á ayudar ai general y al gobierno, declaración á la que,
huyeron aterrados, buscando su salvación en las casas donde según testimonio del apreciable autor de la //istori« île lu
pudieron hallar refugio y pereciendo no pocos de ellos á ma- ■Guerra civil, respondió Pastors asegurando «que puesto á la
nos ile sus perseguidores. cabeza de las tropas y de todos los hombres leales, seria el
Yióso igualmente atacado ol vasto edificio del nuevo Semi­ primero en proteger los intereses del vecindario y en hacer
nario, pero en él encontraron inesperada resistencia los incen­ que tronase el canon contra ios malvados.»
diarios, pues desde las ventanas recibieron un fuego que los La junta consultiva anteriormente citada por Llauder, en
rechazó, con pérdida de no pocos heridos. union con la junta de Comercio, acordaron con Pastors la
En el momento de prender fuego á los conventos de Capu­ creación de. otra junta permanente, compuesta de tres indivi­
chinos y de Trinitarios, detuviéronse los agresores, ante el duos de dichas corporaciones, de. tres prohombres nombrados
temor de que el incendio se propagase á las casas adyacentes ! por los gremios y presididos por tm regidor, facultándolos ¡i
ó igual respiro logró el convento de Servitas por haber cundi­ que acordasen cuanto les pareciese conveniente para reprimir
do la voz de hallarse muy inmediato el depósito de pólvora á los perturbadores y tranquilizar á la gente honrada. Apenas
perteneciente al cuerpo do artillería. instalada dicha junta, pidió á Pastors 2 ,Oort fusiles para ser
La noche y el cansancio pusieron fin al furor de la plebe, y i distribuidos entre otros tantos ciudadanos dispuestos á auxi­
á la mañana siguiente el numeroso gentío atraído por la cu­ liar á la autovidad, mas solo trescientos de esta ríase de vo­
riosidad veia discurrir por las calles patrullas, principalmente luntarios pudieron ser armados, siéndolo además ciento cin­
destinadas á amparar á los frailes, que habían buscado refu­ cuenta matriculados de marina, cuya total fuerza se puso á
gio en las casas particulares ó logrado esconderse en los con­ disposición del gobernador civil.
ventos, siendo unos y otros conducidos para su mayor segu­ Habíase, en el entre tanto aproximado Bassa á Barcelona,
ridad á los fuertes de la plaza. pero de acuerdo y á excitación do Pastors se abstuvo de pene­
Los autores de aquellos lamentables desórdenes no osaron trar por el momento en la ciudad, si bien conservando á la
mostrarse á la luz del siguiente dia, y como la parte sensata mano fuerzas suficientes pava acudir cuando fuese, llamado
del pueblo barcelonés había presenciado con indignación he­ por aquel.
chos tan vituperables, las autoridades cobraron aliento y pu- ! Aunque el aspecto exterior do Barcelona estaba lejos de in­
bliearon un bando muy pomposo, conminando con todo el ¡ dicar el movimiento subterráneo que trabajaba los ánimos,
rigor do la jurisdicción militar á los quo llamaron conspira­ por todos eran temidos próximos disturbios; los nombres de
dores y sus satélites. los instigadores corrían de boca en boca y aunque eran cono­
LVcibió Llauder en Igualada la noticia de las ocurrencias 1cidos de la autoridad, carecía estado energía ó de medios para
de Barcelona, cuando mas ocupado se hallaba en tomar dis­ ado] >tar medidas capaces de contener á los que de un moment o
posiciones contra los carlistas, lo que dio motivo á la circular á otro se disponían á turbar el sosiego público. Atizaba el fue­
que expidió á las autoridades de las cuatro provincias lamen­ go la profusion de hojas sueltas y de folletos que circulaban
tando que las escisiones entre los defensores de la causa de entre la multitud á fin de mejor prepararla para las escenas
la Buina distrajeran las fuerzas y los medios que tanto im­ que no debían tardar en producirse. Como muestra del espí­
portaba emplear contra el enemigo común, y seguidamente ritu y tendencias de aquellos agresivos anónimos sirva de
púsose en marcha para Barcelona donde llegó no llevando ejemplo el titulado Encado Tricolor, cuyo tenor era el si­
consigo do escolta sino 200 hombres escasos que vinieron á guiente:
aumentar i a guarnición do la cindadela. «Constitución ó muerte sea nuestra divisa; este grito que
Convocadas las autoridades á la Capitanía general, expúso­ nos hizo célebres en otra época, enérgicamente pronunciado
los I,lauder lo grave de la situación, su anhelo de mantener ahora nos libraria do los males quo nos aquejan. Const ¡Ilición
el orden á toda costa, y como medio de quitar pretexto para quiero decir fuera policía, fuera derechos de puertas y lucra
que se alterase acordóse entre otras medidas la completa ex­ todas las gabelas que aburren al pobre pueblo. Constitución,
claustración de los regulares que aun ocupaban los conventos ! pues, nos hará felices y abrirá un porvenir de comodidades á
que no habían sido alacados, satisfaciendo en esto los deseos ' los que ahora á fuerza de trabajar apenas pueden cubrir sus
de los mismos religiosos á quienes se hacia difícil libertarse j carnes y ganarse un pedazo de pan.
del furor de la plebe. »Con imitar las virtudes del gran pueblo, do los inmortales
Los autores de los incendios efectuados en la noche del 25, héroes de los tres dias de julio, que no hicieron derramar una
viéndose coartados por la pública indignación para continuar sola lágrima mas (pío á sus enemigos armados, y supieron
su obra de destrucción, salieron de la ciudad con ánimo de perdonar á los vencidos y que ni un robo, ni una baja ven­
proseguirla en localidades en lasque con impunidad pudiesen ganza empañó el brillo do su victoria, seremos dignos de ser
cebar su vandálico apetito, como lo consiguieron respecto á gobernados por la Constitución de 1812.»
los monasterios do Cher y de Montealegre y del convento de 1 Otra alocución dirigida al ejército le exhortaba áfm ierniznr
capuchinos de Sabadell, no obstante que las autoridades de con el 'pacido.
este pueblo, así como las de Mataró, no economizaron las alo­ Estos y otros impresos, órganos de ideas las mas exagera­
cuciones; ni fueron mas eficaces las demostraciones de los das, ponían de manifiesto cuán ardiente érala reaeeinn que
urbanos para que se adoptasen medidas en desagravio de es­ ! durante largos años habia venido elaborando en el pecho
cenas tan vituperables. de los vencidos de 1811 y 23, el despotismo de Fernando Vil,
La vecindad de Ecus hizo temer á Llauder que el ejemplo y el abuso que el clero liabia hecho do sus privilegios y de su
volviese á dar pábuloá los recientes desórdenes de Barcelona, tradicional influencia.
y salió para aquella ciudad dispersando antes con meritoria En el fondo de aquellas publicaciones descubríase, aunque
oportunidad en Cranollers á los propagandistas de la misión encubierta, señalada- antipatía contra el hombre que habia
incendiaria. sido recientemente objelo del entusiasmo de los liberales do
h’eclamando las operaciones contra los carlistas la presencia Cataluña, pues no otro que Llauder era el designado en las
ilei Capitan general en la montaña, dejó este al general don exclamaciones con que terminaban aquellos violentus escritos
Pedro Nolasco Bassa las instrucciones convenientes para que en que se loia: Ciudadano*: «/'<>./ la libertad, muer« d
en su ausencia atendiese á la conservación del orden en Bar­ tirano:'» y dirigiéndose al ejercito se le deeia alientes
celona, donde Labia quedado mandando el general Pastors, soldados: recibid el sincero entusiasmo de un pueblo (pie os
liarte alarmado, y con razón, de la efervescencia que el anuncio aprecia porvnest.ru valor, por vuestro patriotismo, por vues­
de la llegada de Bassa producía en el ánimo de los muñidores tra cordura y por la armonía que e«m él guardáis. Acor-
di: la agitación popular. Convocó Pastors una junta ile las au­ ' daos que sois españoles; que esta ilación uo lia prese]iludo
T omo V t 12
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jamás la degradante escuna do polcar ol ejército contra el una determinación ora fuese conciliadora ó fuerte: «Amigo
pueblo, (pie sois dignos defensores de la libertad y no viles Pastors, contestóle el general, ínterin se extiende el acta que
instrumentos de un tirano. Confiad en el pueblo, como el al parecer se desea, hágame usted el favor de bajar á tranqui­
pueblo confía en vosotros y ambos en los patriotas que os di­ lizar el pueblo, manifestándole mis deseos de orden y de
rigen la voz, aguardando pro]»arados la señal del combate.» prusper-idad.
Aquellos renglones eran la general expresión con que los Corrió Pastors á desempeñar la misión que so lo confiaba y
(pie capitaneaban ¡i los descontentos, resueltos á derribar la dirigiéndose á la multitud (lijóle cuanto creyó conducente á
débil barrera (pie el Estatuto interpolila entre el minisi,crio y calmarla, sin omitir que se estaba redactando un acta que
las oposiciones, trabajaban de consuno en todas las poblacio­ satisfaria al público. Pero fué oido con desprecio y dolos gru­
nes donde había guarnición el espíritu de la tropa, y no de pos salió la voz de: muera ese también. Luchando á brazo
otra manera, se explica que tan unánime fuese la cooperación partido con los grupos vió Pastors con desmayo que la colum­
(pie esta prestó á los promovedores de trastornos en las capi­ na de tropa recien llegada simpatizaba con los sediciosos se­
tales de provincia y demás puntos donde no fardaremos en cundando los gritos de muerte contra su propio gémirai.
ver desarrollarse la série de pronunciamientos que iban á Descorazonado ent óneos voló á palacio donde empezaban á
poner término á la efímera obra del doctrinarismo español. penetrar las turbas por la tribuna. Entrado que hubo Pastors
Estacionado 1bussa cerca do Barcelona á fin de poder acudir en los sillones los halló desiertos, pues rodeado Bassa mo­
en cuanto su presencia fuese necesaria, no esperó según tenia mentos antes por tantos sujetos de categoría, se hallaba
convenido con Pastors el aviso de este para dirigirse á la ahora solo en su despacho con el coronel Oasset y un ayu­
ciudad donde entró sin anunciárselo á su compañero, pero dante de plaza. Los amotinados invadían ya les corredores
donde era su venida sabida, y además muy temida por los con espantosa gritería «Los momentos son preciosos, dijo
instigadores del movimiento, resueltos ádirigir todo su enco­ Pastore á Bassa, es preciso ganar tiempo, las turbas están ya
no contra el que consideraban y no sin razón como resuelto dentro de palacio.» Sin aguardar contestación, continúa el
á oponerse á sus designios. señor Pirala, «obligó Pastors á su colega á salir por una es­
Mas valeroso (pie prudente y precavido, entró Bassa en calera interior que de la alcoba conducía á las oficinas, y
Barcelona, acompañado de una pequeña escolta, aunque no cerrando la puerta salió en dirección de los salones para
ignoraba que la guarnición de la plaza no pasaba en aquel contener á la multitud que ya ocupaba el llamado de los
dia, de 200 á :100 hombres, fuerza completamente impotente Ayudan!,es profiriendo gritos do muerte. Hizo Pastors frente
á resistir la presión de un pueblo conmovido, soliviantado, á los invasores, preguntándoles qué querían y recibió por
resuelto á echarse á la calle y contra el que había mas que respuesta queremos la cabeza d d general .1lassa. Replicóles
suficientes motivos para suponer que no harían armas los Pastors que liabian llegado tarde, pues el general habiasalido
batallones de milicia urbana, entro ios que un número consi­ por la puerta interior y ya estaria en la cindadela. Menos­
derable de individuos abiertamente simpatizaban con el mo­ preciando los gritos de muerte dirigidos á él mismo, trataba
vimiento. Pastors de disuadir de su intento á los amotinados, cuando
En medio de aquel foco de insurrección latente vino á pre­ el imprudente Bassa apareció de repente por una (lelas puer­
cipitarse Bassa, quien á vista y presencia del conmovido tas laterales del salon. Reconocido en el acto, oyóse el grito
pueblo se instaló en el palacio do Capitanía general, desaten­ aterrador de /esees, á él, á él’ cuando interponiéndose Pastors
diendo el prudente consejo de Pastors que le instaba para que retrocedieron asidos él y Bassa hacia uno de los rincones de
se trasladase inmediatamente á la cindadela, donde con la la sala.»
seguridad de su persona conciliaria la libre disposición de la Apuró en aquel lance Pastors, aunque inútilmente, todos los
escasa tropa de (pie podia disponer. No aceptó Bassa la indi­ medios de calmar á los agresores, manifestándoles los buenos
cación por no creer llegado todavía el caso do acudir á aquel deseos del general en beneficio do la población y lo falsos que
medio extremo, y sin duda se hizo ilusión sobre la fuerza eran los proyectos quo so lo atribuían. Todo fué inútil; vi­
moral de que aun podria hacer uso, viendo llenos los salones niéronse encima de ambos los grupos y un primer pistoleta­
del palacio con todas las personas constituidas en autoridad zo tirado á quema-ropa, hirió levemente á Pastors, pero un
y con lo mas distinguido del señorío y del comercio do Bar­ ; segundo tiro asestado á Bassa, lo atravesó mortalmente por
celona, que. veniali á ofrecerle sus respetos y su ayuda. Pero bajo del corazón, y al caer cadáver exclamó la víctima apre­
ini crin Bassa se hallaba engreído con la presencia cío aquella tando la mano de su defensor: Gracias, compañero mio, m il
brillante concurrencia, alentado por .la virilidad de su propio gracias.
corazón, la plaza do Palacio so llenaba, do espectadores no La multitud sedienta do sangre se arrojó sobre el cadáver
bien intencionados, los que mezclándose á los batallones de de Bassa que arrastró por el salen inmediato, arrojándolo en
milicia urbana que procedidos de sus músicas ocupaban el seguida por un balcon para continuar por las calles el comen­
ancho recinto profiriendo en vivas y aclamaciones, que no zado arrastramiento y acabar por consumir en una hoguera
eran seguramente de buen agüero para el incauto general, los inanimados pero aun palpitantes restos del asesinado ge­
los que rodeaban á este lo instaron á que saliese al balcon y neral.
arengase, al pueblo eil términos conciliadores, poro no so Semejante escena do horror, mas que á la violencia, mas
pros!ó lampoco Bassa á laindieacion y antes al contrario háse que á la ferocidad del espíritu de partido, pertenece á Ja
generalmente creído que dejó escapar la frase de 0 yo ó el ignorancia y al fanatismo del vulgo, cuando la imprevisión
j niebla : palabras enérgicas que solo hubieran debido ser de los gobernantes, deja que estallen las malas pasiones
pronunciadas teniendo detrás bayonetas dispuestas á obede­ de un vulgo desmoralizado por los hábitos que engendra y
cer al <[iie las proferiti, pero que eran una provocación injus­ fomenta el despotismo.
tificada cuando Bassa se hallaba por decirlo así en manos Los autores de aquella repugnante tragedia se desparrama­
de enemigos irritados y á los que no tenia medios de contra­ ron por la ciudad, asaltaron las comisarías de policía, y arro-
ri'star. ■jaron por los balcones los muebles y legajos de papeles que
Eos pormenores que van á seguir y que son de palpitante sirvieron para alimentar las hogueras que igualmente consu­
interés los tomamos do la rica compilación do datos que la mieron el archivo del Tribunal de Rentas, sito en la cusa
diligenciad e l señor Pirula ha reunido en su Historia de la Procura del monasterio de Montserrat.
dtieera eiril. «En tan crítica situación, dice ol citado autor, No es de extrañar que los que impunemente cometieron
l’aslors mondó á uno do sus ayudantes á la cindadela á que tan inicuos excesos paseasen las calles profiriendo cánticos
I rájese toda la tropa franca de servicio y la situase en el pa­ do salvaje triunfo, á- los que debía coronar un último exe­
tio de palacio de manera ipte pudiese contener á los que lo crable atentado contra la honra y los intereses de la culta
invadían. Al mismo tiempo entraba en Barcelona una colum­ Barcelona. La soberbia fábrica de maquinaria y de tejidos de
na de-imi hombres perteneciente á la división de Bassa, la algodón de los señores Bonaplata y Vilarcgut, primer esta­
cual se situaba frente «á-la Aduana.» Los momentos eran ya blecimiento ile esta dase que se conoció en España, y á cuya
decisivos, y l’aslors manifestó á Bassa la urgencia de tomar erección contribuyeron los subsidios liberalmente suministra­
K D A D -M I D E E X A. si
dos por d ministro de Hacienda Ballesteros, único de los con­ tulo con los números I y ÍT, juicio que si fuese necesario o in­
sejeros de Fernando que supo hacer algo en beneficio do los firmaría el hecho por demás significativo, de haber la junta
intereses del país, se vió atacada por las turbas. Sus dueños convocado á las diputaciones de lus corregimientos de la pro­
ocupaban grado superior en las filas de la milicia urbana, pero vincia y dirigido una invitación formal á. las juntas de Aragón
no bastó esta circunstancia para alejar á los incendiarios, y de Valencia, para que con las de Cataluña formasen una
cuyas antorchas y preparados mistos redujeron ií cenizas la fedenuyUm du Jìnludott, en el caso de que no fuesen eoneedi-
liemos» fábrica, no obstanto la gallarda defensa hecha pol­ das las reformas solicitadas y que indirectamente tendian al
los dependientes de la misma. restablecimiento de la Constitución de 1812 y ¡Í la exclusion
Aprovechándose de la inevitable anarquía que siempre del régimen estatutista,
procedo á las grandes conmociones, en las que llegan á rom­ El Capitan generai Llaudov se hallaba en Vidi cuando le
perse los diques de la disciplina social, intentóse en la maña­ llegó la noticia de los sucesos de Barcelona, sueosos quo no
na del G de. julio el saqueo del depósito de géneros almacena­ tenia seguramente fuerza para reprimir y que además lmbiaii
dos en la Aduana, cometiéndose además depredaciones é cobrado un desarrollo que no podia en el momento ser eoti-
incendios de muebles de particulares sospechosos do carlismo. trarestado. Limitóse, pues, el Capitan general á delegai- en
No ora posible que la culta y laboriosa Barcelona continua­ Pastors la sombra do poder que aun poseía y haciendo uso
se por muchos dias en manos de los sicarios que acababan de de la real, licencia que le autorizaba á tomar las aguas de Es­
entregarse ií tan punibles excesos. El Ayuntamiento rogó al calda, se trasladó al territorio de. la vecina Francia, escoliado
general Pastors que continuase hecho cargo del mando y hasta la frontera por un piquete: de las tropas que linbian esta­
prestase este nuevo servicio patriótico, cuando apenas salia do bajo su mando.
de entre las manos de las turbas que habían atentado contra Los sucesos do Barcelona se lucieron inmediatamente seul ir
su vida. en la contigua provincia de Tarragona, y presintiendo sus au­
El pueblo barcelonés, viendo que Pastors conservaba el toridades escenas parecidas á las que acababan de represen­
carácter de autoridad, lo hizo objeto de aclamaciones, bené­ tarse en la capital del antiguo Principado., hicieron á lin de no
volas por parte de unos y depresivas por la de otros. Justo dar pretextos a agravios mas probables ile aducir que fáciles
es, sin embargo, reconocer que las medidas adoptadas por de probar, que el arzobispo y otros eclesiásticos de jerarquía
aquel general salvaron los almacenos de la Aduana del pillaje tachados de carlistas saliesen desterrados. Igualmente expul­
de que se vieron amenazados. saron á todos los religiosos procedentes de las comunidades
Preservada del saqueo de que estaba amenazada, empezó la disueltas, al mismo tiempo que dispusieron poner en salvo á
ciudad á respirar. La Junta permanente hizo un llamamiento los frailes que habían escapado rio la hecatombe de Bous.
¡í los liberales barceloneses para que acudiesen en auxilio de Aunque estas medidas de precaución se dirigían á neutra­
sus correligionarios do la provincia vejados por los carlistas. lizar la ira popular, si como era de temer llegaba esta á hacer
Abriéronse registros para servir en los cuerpos francos, y fue­ explosion, el comandante militar de la provincia, general Co­
ron invitados á devolver las armas que habían reservado los hibí, so sustrajo por medio de su partida á la animadversión
ciudadanos que no pertenecían á la milicia nacional. do que temia ser objeto, precaución que no bastó para que á
El brigadier Ayerbo, en su calidad do presidente de la co­ la llegada do una columna de urbanos de lleus, los de Tarra­
misión militar, publicó un bando anunciando que los amantes gona dejasen do alborotarse, dirigiéndose en tumulto á las
del orden, unidos al ejército, estaban dispuestos á proceder casas del teniente voy y del mayor de plaza cuyas cabezas
contra los perturbadores del sosiego público y á entregarlos pidieron. Protegidos ambos por la intervención del brigadier
al fallo de los consejos de guerra. Lasauca, nombrado gobernador por los amotinados en reem­
Cobrando lrts autoridades aliento, merced á. lo pronunciada plazo de Cohibí, consiguió aquel que los perseguidos se em­
que la opinion se hallaba en favor del orden, dictáronse otras barcaran y al electo los hizo conducir á bordo escoltados pel­
medidas dirigidas á que no volviese aquel á ser turbado, y á lín destacamento de urbanos, pero llenado que, hubieron estas
fin de halagar al mismo tiempo el sentimiento liberal, decre­ 2?ro form a la órden de embarcar álos dos funcionarios depues­
tóse la separación del destino que ocupaba al llamado Cibat, tos, traidoramentc exigieron del patron del buque que atracase
acusado do lmber delatarlo al ministerio de Martínez de la al muelle y conseguido que lo hubieron dieron villanamente
llosa la conspiración del 24 do julio, y por último, lleváronlas muerte á los dos desgraciados jefes y á un oficial que los
autoridades las pruebas de su energía hasta hacer que se eje­ acompañaba, arrojando enseguida al mar los cadáveres délas
cutaran las condenas á, pena capital dictadas por la comisión tres víctimas.
militar contra un tal Garrí, conspirador carlista, y contra el Igual suerte habría probablemente cabido á Coluhi, si no
llamado Pardillas, que habia tomado parte en el incendio de hubiese tenido la precaución do despedir la escolta que le
la fábrica de Bonaplata. acompañaba y por la que es muy probable hubiese sido ven­
Aunque restablecido el orden material en Barcelona,puede dido, tal era el espíritu subversivo que se habia apoderado de
decirse que la revolución política habia triunfado, pues la la fuerza aunada.
Junta permanente, cuya instalación siguió al restablecimiento El ánimo excitable de los valencianos no era de presumir
do la tranquilidad, y que en realidad constituyó, si no directa que resistiese al contagio de los sucesos que tonimi lugar en
indirectamente al menos, el gobierno de las cuatro provin­ Cataluña ni que por consiguiente dejase de tomarse de ello
cias cat alanas, se-formó apelando á un sistema de elecciones en pretexto para alterar el orden, temor que acrecentaba la agi­
amplia escala,- toda vez que, además de componerse sus ele­ tación producida por la noticia de que Quilos y el Serrador
mentos de los representantes de los gremios, de la fabricación, habían entrado en Almenara, despues de saquear varias po­
del comercio y do los hacendados, la completaban los delega­ blaciones do la provincia. Como do costumbre comenzó el mo­
dos de los batallones de la milicia urbana. tín por reunirse grupos en l.os calles, dar vivas, tocar generala
Como era do esperar de su procedencia y de las circunstan­ y hacer que la milicia se pusiese sobre las armas, preliminar
cias en que so formó, la junta nombrada por el cuerpo electo­ de rigor en aquel tiempo, antes de proceder á formular peti­
ral constituida en la forma dicha, se compuso de sujetos de ciones que equivalían á, mandatos imperativos, dirigidos á la
antecedentes muy liberales y pertenecientes en su mayoría tí autoridad. Pidióse alas de Valencia el castigo de los deten idos
la opinion mas avanzada. por causas de conspiración, y antes de que aquellas resolvie­
Las exposiciones dirigidas al gobierno por esta nueva auto­ ran, forzáronse las puertas de la torre de Citarte, lasóle la
ridad, aunque no le negaban ostensiblemente la obediencia, cárcel de Serranos, las de San Francisco y de la Eclesiástica,
formulaban talos peticiones y exigencias que traspasaban los de cuyos edificios, sacados quo fueron los presos y trasladados
límites que el régimen legal existente concedia á los encarga­ al cuartel de los urbanos, fusiláronse siete, y basta el numero
dos del gobierno de las provincias. En realidad la junta per­ de ciento marcharon al Grao para ser embarcados con destino
manente barcelonesa vino á ser una autoridad representativa á Ceuta.
que imponi» condiciones al poder central, como de ello no Satisfechos con el éxito de su temprana manifestación, los
podrán dejar duda los documentos insertos al final del capí­ levantados de Valencia respetaron la existencia de las autori-
S2 T T IS T O U ÍA l 'in E S T A Ñ A

dades en la ('■speranza de quo fnoson dócil instrumento de sus I exageraciones, al paso que proclamando esta holla teoría con­
exigencias y no so experimentó on su consecuencia otro cam­ sentia on que continuase el robo hecho álos compradores de
bio en el personal gubernativo quo ol del digno Capitan gene­ bienes nacionales por el gobierno de Fernando VII, al despo­
ral don Francisco forra/., quien temeroso do no sor acepto á jarlos de las propiedades que habían adquirido sin haberlos
la nueva situación en quo Valencia so entronizaba, hizo deja­ devuelto ol papel representativo de sus créditos contra la
ción del mando, siendo reemplazado por el conde de Almodo­ corona con el que liabian pagado mts adquisiciones.
var, dest inado á ocupar elevado puesto un el régimen próximo El orden cronológico exigiria para llevar correlativos y de
a suceder al existente. frente, los sucesos de un año tan fecundo en vicisitudes de
Al pronunciamiento de Valencia siguió el do Murcia, el que guerra como en cambios políticos, hablar ahora de las opera­
habiendo comenzado por disgustos habidos con una compañía ciones militares que tuvieron lugar cu las provinciasdol Esto,
de movilizados, no muy acepta á los patriotas déla localidad, poro para ello habría que interrumpir la crónica de los pro­
acabó por el incendio en regla de los conventos de Santo Do­ nunciamientos, que sin dar tregua al gabinete Toreno y al
mingo, la Trinidad, la Merced y San .francisco, desahogo que régimen ostatutista, precipitaron la caída de ambos.
¡i la vez se repetia en Alcantarilla con el de. los frai les Mínimos Cumplo ocuparnos antes (lo pasar mas adelante, en el relato
y estuvo im iy próximo á consumarse con el monasterio de San de la diversidad do. gravísimos sucesos que siguieron á los
Jerónimo en la Mora y con el de Santa Catalina del Monte. pronunciamientos de que, antes queda hecho mérito, dar A
< oiil.ciiidos momenl èneamente aquellos desafueros por la acti­ conocer ol movimiento del lñ de agosto, iniciado por los ba­
tud de los liberal es sensatos de Murcia, volvieron los amoti­ tallones de milicia urbana de Madrid, movimiento que estuvo
nad ores á la carga estimulados por las noticias que. llegaban muy próximo á triunfar, y que do haberse efectuado segim
de otras provincias, y en la noche, del JO de julio, la cárcel pú­ las previsiones de los que lo concibieron é hicieron posible
blica liió acometida por una turba enfurecida que extrajode que se intentase, habría dado otro giro á los sucesos y coope­
ella á 1res acusados de conspiración carlista, á los que dieron rado á que se realizase con arreglo á otras condiciones el in­
muerte instantánea, coronando la sangrienta algarada con el evitable cambio político que no liabia manera hábil do re­
saqueo de varias casus de particulares. Tanta audacia y tanto tardar.
desenfreno estimuló á la gente de arraigo, la que acudiendo á Mas para juzgar con exactitud y pleno conocimiento de
bis autoridades y ofreciéndolos apoyo, lograron que no pasa­ causas, cuál era la situación del gabinete Toreno en la lid
ran adelante los desórdenes, si bien temerosos de lo azarosa contra él abierta por el alzamiento do las provincias, agrava­
que la época se presentaba, desistieron de exigir el castigo do por la demostración de la milicia de Madrid, requiere el
<le los crímenes que acababan de cometerse. orden lógico de los sucosos darnos cuenta del influjo que en
Zaragoza que había iniciado los pronunciamientos que tan ol desenlace de la situación política á que el gabinete de To­
frecuentes y multiplicados fueron en aquel año, no (pliso per­ reno so vió reducido tuvieron las operaciones del ejército del
manecer cruzada de brazos ante el estímulo dolas provincias Norte, inmediatamente despues del levantamiento del sitio de
sus imit adoras y en los primeros (lias del mes cle agosto formó Bilbao. En el mes de marzo habíase dispuesto la formación de
pacíficamente, digámoslo asi, su junta de gobierno revolucio­ un ejército de reserva que sirviese de apoyo, y en caso necesa­
naria, cuya presidencia tomó el jefe superior militar de la rio do refuerzo al do operaciones. Determinóse situarlo en los
provincia el general don Felipe Montes, junta que lanzó un confines de las provincias de Castilla la Vieja, Logroño, Burgos
manitiesto á la vez dirigido á la Boina y al público, docu­ y Santander, con el preferente objeto de impedir las excursio­
mento no menos radical que el susevito por la ju nta penna nes do los carlistas dol lado acá del Ebro, y de que sus colum­
neute de Barcelona y que no siendo menos digno que aquel de nas no fomentasen la insurrección en Asturias, como ya lo
ser conocido, se inserta al linai del capítulo bajo el número III. habían intentado en Galicia.
Formando contraste con la liebre de liberalismo exaltado El mando de este ejército fue conferido al mariscal do cam­
que si *propagaba por la Península, la tranquila y apacible isla po clon José Santos de La llera, procedente del ejército del
(le Mallorca filó foco de una intentona carlista. Dió ocasión Ferii, y que pasaba por entendido entre los oficiales generales.
¡i. ella una especie de destierro que hubo do imponerse á sí mis­ Mostró dicho jefe actividad y acierto en el desempeño de aquel
ino el obispo de. la diócesis de resultas del mal efecto que cargo y sceundóéon éxito las operaciones do Valdes, pero pre­
produjo el haberse resistido Su Tlustvísima á la imposición de visor y canto La llera, permaneció inactivo despues do la jor­
nombrar cura á un fraile de opiniones ultra-liberales. nada do las Amezcuas y de los subsiguientes descalabros ex­
Mu un país donde elsentiiuionto religioso es tan pronuncia­ perimentados por las tropas de la Boina, mayormente en vista
do como en Mallorca, noera de. extrañar que el pueblo de del desaliento en que llegó á caer el ejército, y en presencia del
Manacor se amotinase, en la noche del 5) de agosto, aunque sí abatimiento y falta de confianza en sí mismo que so apoderó
lo filé que se propasase á desarmar á los urbanos y hasta á de Valclós, y lo condujeron á manifestar al gobierno que consi­
proclamará don Carlos. Acudieron á sofocar un movimento, deraba absolutamente necesaria la intervención extranjera
que hubiera iiodido propagarse en un país bastante-dispuesto para acabar la guerra civil. Esto hizo pensar á La llera que
á. secundarlo, tropas enviadas de Palma, y reprimida que filó no cogería laureles continuando al frente del ejército de re­
la insurrección, prevaliéronse de ella los liberales do la isla serva, cuyo cuartel había establecido en Vali nascila, desde
para, arrancar del Capitan general conde de Montenegro, la donde dirigió al gobierno su instancia de dimisión.
supresión de todos los convent os, medida que en efecto tuvo Mas antes que esta hubiese sido aceptada, trasladóse La
que decretar dicha autoridad. Hora personalmente á Miranda á conferenciar con Valdós,
Las demás resoluciones adoptadas en la isla durante la cor­ quien, habiendo igualmente pedido su relevo, y sin esperar
ta especie de independencia en que aquellas y otras provin­ que le fuese concedido, exigió de su antiguo amigo y subordi­
cias se, eonsl itnyoron del gobierno central, fueron medidas que nado La llera que su encargase interinamente del mando del
mas bien que. de índole revolucionaria participaron del carác­ ejército do operaciones. Aceptada por ol último la misión de
ter de reformas administrativas. No pasaron en efecto de la honra que le imponía la obediencia al jefe y la deferencia á
autorización de poder redimir los censos, con arreglo al pro­ los deseos del amigo,y aceptada mas aunque por dicha doble
cedimiento incoado duranto el régimen’eonst.itiieimial, y de consideración, por la apurada situación en que se hallaba
la muy importante y trascendental medida que disponía'fue­ Bilbao, sitiada por Eraso de la manera que queda anterior­
sen puestos en posesión de los bienes nacionales legalmente mente expuesto, dispuso La Hora acudir en socorro de la pla­
enajenados en aquella época, los compradores que de buena za, y reunido á Espartero, á Latro y demás generales que
IVlos adquirieron y los llagaron en papel del Estado. compusieron el consejo de guerra habido en Portugaleto en
Lepa raciones de laclase de la decretada por la autoridad,;! la noche del 30 de junio, resolvióse la marcha sobre Bilbao,
la que en principio podia darse el nombre de revolucionaria, movimiento que hemos visi,o condujo á la liberación de la
correspondía haber sido anticipadas por el gabinete Mar­ plaza y á la retirada del ejercito sitiador.
tinez de la liosa, que pretendía representar lo que en el libe­ Al siguiente dia, y cuando La Hera se disponía á marchar
ralismo hubia de aceptable y sensato, no rechazando sino sus en seguimiento de los carlistas, llegó el general Córdova, á
E DA D MO D E R N A s:?
quien, on vista do las voi toradas dimisiones do Valdés, haì.mi inexorable en este punto. T,o que los contribuyentes pagan á
ol gobierno conferido ol mando interino del ejército del Norte, costa de tantos alanés no ha de servir para engordar zánga­
del que le hizo entrega La llera al siguiente'dia, saliendo (iste nos y vampiros. El armamento escasea. Debe armarse con
inmediatamente despues para Madrid, su residencia do cuartel, preferencia á los quo lian de acudir al servicio activo, y cumio
lisonjeado do haber llenado su misión con crédito y sido pre­ el pasivo que exige la seguridad interior de los pueblos ,|el>e
miado con el ascenso á teniente general, al (pie mas tardo confiarse á personas en gran partí- iludientes, la junta les ex­
debia servir de complemento el título do conde de Yalmascda, cita á que provean á su propio armamento, sacrificio pequeño
o.onforídole en 1843 en memoria de los servicios que había por cierto, en comparación del beneficio que ha de resultarles
prestado en el mando del ejército do reserva.- eon la tranquilidad pública. Por los propios individuos (fi­
esta junta qtieila ya abierta una snserleion para el ninnteni-
DOCUMENTO NUM. I mienlo de. miguclet.es á seis reales diarios por el término di-
seis meses. ¿Quién será que no quiera imitar este ejemplo á
MANIFIESTO DE I,A JUNTA AUX TETAR COXSUI/riVA no mostrarse sordo á los gemidos de la patria y de la limiia-
DE JJAKCKhONA nidad?
Penetrada la junta de la imposibilidad que bay de que <-n
Catalanes: -L a ju n ta auxiliar consultiva., nuevamente nom­ muchos años pueda formarse mi buen sistema uniforme de
brada en Barcelona eon el objeto de proponer á las autorida­ rentas provinciales en toda España, dirige, desde altura sus
des superiores de Cataluña lo que parezca conducente al votos para que la regulación y administración quede confiada
importante objeto de consolidar el trono de nuestra augusta ¡ibis propias provincias con distribución justa y equitativa.
Reina doña Isabel II, la libertad, seguridad y prosperidad ge­ ¡Cuántas ventajas pudieran conseguirse con este sistema!
neral, no puedo menos de manifestaros ol profundo dolor que ¡Cuán diverso será un sistema contrario! Pronto ludirá la ex­
le causa el lastimoso estado mi que vino ¡í parar nuestra pa­ periencia,
tria y los deseos que animan tí los individuos de esta junta, ¿Cómo se podrán en Cataluña aplicar bien las reglas gene­
para responder á la confianza así de las autoridades como de rales sacadas de tarifas extranjeras ó elementales y propias de
todas las clases por las cuales lia sido nombrada. países libres ya de añejos impuestos? La etimología misma del
Muy conocidos son los males que experimentamos por propio nombre, la tarifa del año 1(181), el origen y la índole
haber sucumbido en el presente siglo segunda vez bajo el propia del impuesto prueban que la bezda era el derecho de
ignominioso yugo del despotismo. Tanto los que lo habían aduanas del antiguo régimen do la enrona de Aragón, llánse
defendido, como los que lo habian combatido, so lian visto establecido nuevos derechos y nuevas aduanas, y lo antiguo
sucesivamente conducidos á destierros y cadalsos. Decidlo, subsiste aun, exigiéndose y recaudándose, por asentistas eon
pueblos todos de la desgraciada Cataluña. ¿Cuál de vosotros mas extension y rigor, sin aplicarse su producto al objeto (fi­
so lia librado desde el año 1823 do nuevas y reiteradas veja­ su institución.
ciones y de pagar con diversos títulos lo que antes en todo ó Subsiste el derecho conocido con el nombro de Corps, un
en parto no pagabais? obstante de tuie no entra ya en Barcelona trigo extranjero, ó
Díganlo los mismos que seducidos y engañados, pensando alguno que no haya pagado diezmo y primicia. Subsisten mu­
defender el altar y el trono, repetidas veces se han lamentado chos y los mas graves pechos del sistema feudal y devastador.
do haberse sacrificado por los que poco despues desapiadados En Cataluña, en fin, se han aglomerado y acumulado tributus
les negaron los alivios debidos y sin distinción ninguna dis­ y pechos de varias creencias, monarquías y dinastías, esto es,
pararon apremios por pagos de casas y haciendas, en obsequio (lelas creencias hebrea, idólatra mahometana y cristiana; de
de los mismos exactores abandonadas. las monarquías romana, gótica, árabe, aragonesa y castellana;
Digan si desde aquel infausto sucoso, los apellidados negros y de las dinastías de Austria y de Francia. Así os que la suma
contra quienes se exhortaba tí los ilusos á vibrar ol puñal, no detantes y tan varios tributos y pedios importa dos tercios
han sido los que les han proporcionado el sustento que de de los productos en general. Los elementos ile la producción
otro modo no lograran. ¿Será posible que en daño común se están obstruidos, estancados ó sobradamente pedíalos. Todos
hayan olvidado hechos tan recientes? A no ser así, ni un solo los privilegios prodigados en varios siglos subsisten aun. ¿üóino
catalan empuñara nuevamente el acero fratricida, podrán, piles, aplicarse en (Jalaluna tarifas parecidas á las de
Con un recuerdo tan triste, la junta manifiesta ol deseo iVanciil? El buen efecto que allí producen.se debe á un estado
que tiene de inclinar á la- clemencia en favor de los que se bien diferente del en quo nosotros nos hallamos. En Erancia
apresuren á volver al seno que ahora despedazan de sus pro­ fueron abolidos los diezmos y señoríos, al paso quo la propie­
pias familias. Mas las lágrimas del dolor á vista de las vícti­ dad y la industria son allí del todo libres y protegidas. Sabido
mas en los hombres magnánimos son centellas de furor es de todos ol funesto resultado en Cataluña de la eonlribn-
contra los causantes, Al excitar, pues, á la compasión de cion del Registro. Nada provocó y engrosó tanto la. lardon
aquellas, excita la jun ta igualmente á la indignación contra de 1823. Era, sin embargo, contribución muy buena en sí mis­
estos, exhortándoos, catalanes, á (pie eon la fuerza y veloci­ ma, pero su imposición fue precipitada y su aplicación intem­
dad del rayo, corramos unidos y en concierto á borrar con pestiva. Ilubo de barrerse antes el territorio cont ribuyente de
nuestra propia sangre las manchas con que seros impuros tantos escombros, sin lo cual nose podrá dur un paso acertado
han afeado un suelo clásico de heroísmo y virtud. El gobier­ en nuestra hacienda pública. Las cofradías, los gremios, los
no superior y las autoridades locales actuales se lian antici­ curatos han impuesto en Cataluña tributos y privativas, lle­
pado á esto deseo, disponiendo aquel entre otras medidas, la vando este abuso á un extremo inereible. Clavo está, que no
tan deseada de que todos los productos de rentas y contribu­ deben abolirse contribuciones forzosas y útiles sin sustituir al
ciones públicas procedentes de esto Principado, so inviertan mismo tiempo otras equivalentes. Puede también ser cierto
en el mismo al objeto importante de acudir á las atenciones que en esto crítico momento, ni con las contribuciones uri li­
militares. Los productos, además do los arbitrios locales, de­ narias, ni con tantos empréstitos y empeños baya bastante,
ben emplearse igualmente á esto objeto preferente, porque pero en tal caso valiera mas un recargo en algunas de las con­
salvándose la patria y la libertad, fácil será satisfacer todas tribuciones establecidas, que no querer empezar la casa por
lies exigencias. el tejado. Valiera mas acudir con mano fuerte á la recupera­
Justo os y necesario que todos contribuyamos para las ción de tantas renias y prerogativas enajenadas de la corona,
atenciones públicas, mayormente cuando la patria, la libertad y á la centralización do todas las contribuciones y prestado-
y la seguridad están en peligro. Pero vosotros lo sabéis, espa­ nos públicas, que éntrelos españoles corn ai como los raudales
ñoles todos; á la sombra muchas veces de un aparente celo ó do agua en los arenales.
patriotismo se multiplican las malversaciones y dilapidacio­ Otro abuso llama muy particularmente la atención de la
nes. Velad, pues, y denunciad á las autoridades y á la execra­ junta; es d que mas os ha lastimado; es el mas injusto y
ción pública el malversador ó defraudador de unos fondos ofensivo á los sanos principios de la libertad, igualdad y equi­
tan sagrados por su origen y por su objeto. La junta será dad en que se funda la verdadera propiedad: es el de las cu-
84 Il I S T O R I A DK E S P A Ñ A

Im ¡vaciónos. Ninguna ley, ningún contrato las ha autorizado. Debe inspirar confianza y con ella atraeremos capitales y vo­
El solo anuncio do <|iin se abro nueva oabrcvacion, tan repeti­ luntades, que en breve formarán el pais bajo todos sus aspec­
das en osles últimos a,ños, os causa., catalanes, bien lo sabe la tos. Escarmentad, españoles, todos con el ejemplo de los nuevos
¡unta, mayor espanto y dolor <pie el anuncio do cualquier Estados de América. En los que lia reinado el orden y la segu­
calamidad. Las cabrevaciones, así como los laúdennos feuda­ ridad, se han aumentado maravillosamente, la fuerza, la riqueza
les, deben babor acabado para siempre. y la felicidad de sus moradores. Pero ¿cuán diferente os la suerte
La reforma de la matriculado mar anunciada ya por el mi­ rio los que por irreflexión se van devorando con caprichosas é
nistro del propio ramo en las actuales Cortes y decretada incesantes revoluciones? En las capitales es donde conviene la
en Iis2f>, es otro de los votos de esta,junta. Las clases marine­ mayor tranquilidad, porque con el recelo de que sea turbada
ra y pescadora no deben ser de peor condición que las demás se distratili y debilitan nuestras fuerzas activas. Creedlo, espa­
del Estado. Mientras este, no necesita ni paga álo s marineros ñoles, en nada confian nuestros enemigos dañarnos tanto como
y pescadores, no deben estar sujetos á una coacción que les con las turbulencias que ellosmismos entre nosotros promue­
priva de los derechos comunes. Los privilegios con que se pro­ ven; y en nada les confundiremos tanto como con que entre
tendo compensar este defecto son dañososii las propias clases los leales reine la mas completa y perfecta fraternidad, con­
de mar y otras del Estado. -Sobrado lo acreditan los estragos cordia y armonía.
lamentables de estos dias en varios puntos de la costal Los La mayor maravilla que recordarán las historias de las ocur­
deseos de la junta se extienden á que inmediatamente sean rencias actuales de. España, es la de. que, á. pesar de los co­
los verdaderos propietarios restituidos en la posesión de los natos mas exquisitos con quo se ha procurado dividir á los
bienes nacionales, (pie en virtud de leyes y contratos solem­ españoles y extraviar su opinion, se lia manifestado y se ma­
nes compraron y pagaron, y que tras del despojo quedan aho­ nifiesta esta de cada dia mas uniformo y formidable. Todos
ra. en el mas deplorable abandono. ¡Cuántos males se han claman por una ley fundamental, que á la par de las obliga­
seguido y seguirán del retardo de tan justa ó imperiosa resti­ ciones, confirme los derechos, de los cuales en el orden social
tución y deno completarse las ventas de. esta clase! Lo mismo aquellas dimanan. Los procuradores del reino han elevado á
dice la junta en punto á que se restablezca el comercio con Su Majestad la Reina Gobernadora la correspondiente petición
nuestros hermanos de América. Mas que todo, nos ha privado sobre tan esencial asunto, cual es el de las garantías únicas y
de su posesión el deseo exclusivo de la provision de empleos, capaces de interesar á los pueblos en el sostenimiento do los
sin at ención alguna de las necesidades del labrador, fabrican­ tronos. Rápidos y portentosos sucosos manifiestan la oportu­
te, artesano, naviero y comerciante. nidad y la necesidad de calmar las ansiedades en este punto.
Catalanes: los deseos do la junta que tiene el honor de ha­ Contribuirá al mismo objeto de afianzar y ensalzar el trono
blaros en bien de todos los españoles no tienen límites. Mar­ y reinado de Isabel 11, ó por mejor decir, nada es tan urgente
eadle sino cualquier otro objeto que, además de ser justo y ni será tan eficaz para ello como la extinción del clero regular
conveniente, os pueda ser agradable. La ju n ta no pudiendo y la reforma pronta y completa del secular. Incesantes serán
ejercer por sí misma autoridad alguna, acompañará vuestros las manifestaciones y súplicas que esta junta hará sobre los
votos, y no duda que. serán benignamente acogidos por S. M. puntos indicados, porque todos se dirigen á la salvación del
la Heina (¡(»berriadora, sus ministres y subalternos. Estado, es decir, de lo mas ¡sagrado.
Mas todos los votos de la junta se cifran en uno, del cual Catalanes: los individuos que suscriben este Manifiesto se
dependo el buen éxito do los demás. hallan penetrados del sentimiento de su insuficiencia. Su.
Presentaos, catalanes, y españoles todos, al mismo tiempo principal anhelo es de ser reemplazados por otros quo podrán
que fieros, con aquella calina inseparable de la positiva fuerza. quizá seros mas útiles y agradables. El am orá la patria y á la
La union y la subordinación son los elementos mas necesarios inocente Reina, tan atrozmente combatida, lia podido vencer
para vencer; son los signos precursores do la victoria. Sed fir­ los poderosísimos motivos que les obligabanáexcusarse de su
mes apoyos ihr la recta administración de justicia: el que nombramiento; así como la confianza do la cooperación de
quiera desarmar á esta deidad so lúcre con los propios tilos todos los buenos españoles, fortalece el ánimo de los vocales
de su espada. Los atributos principales de la justicia son: la de esta junta, sin aspirar á otras recompensas, sino A la de
libertad, igualdad y propiedad. Tronto lo veréis demostrado y poder cesar en su misión sin remordimiento y sin haber cau­
continuado con los nuevos códigos, formándose, como espera­ sado resentimiento justo alguno. Sabed, pero, que si abando­
mos, sobro los principios (pío constituyen la dignidad que náis á vuestros representantes á sus propios esfuerzos, si cada
distingue á los hombres de los sures destituidos de razón, ó uno de vosotros no acude con su ofrenda á las aras do la pa­
inca]>aees por consiguiente de usar discretamente do derecho tria, todo cuanto haga esta junta será infructuoso; y sus indi­
propio alguno. A este vil estado lian querido hombros malig­ viduos, abismados en el mas profundo dolor, en semejante,
nos reducirnos; y presumiendo haberlo logrado, dicen que no bien que imposible caso, cesarian en su aliento, ó huirían del
somos dignos de mejor condición. horrible espectáculo que presentaria nuestra amada patria
Ellos mismos conocen la falsedad de su presunción, y con­ entregada a la brutalidad y ferocidad de los modernos ván­
vencidos ile que no pueden vencerla, prorogali la cuestión con dalos. La junta concluye con estas tristes reflexiones, porque
la jact ancia, de mejorar antes á los hombres con elementos es muy importante que se tenga muy presente para el fin á
opuestos á los de su creación y perfección, atribuyendo á la que se dirige este Manifiesto: v i g i l a n c i a , v i g o r y p k c d e n o i a .
naturaleza los defectos de legislación ó arbitrariedades omi­ Barcelona 13 de agosto de lí»3r>.— Antonio (Uronella,, presi­
nosas. dente.—Ju a n de A burnii, vice-presidente. — dosé Camgemas.
.Mien conocí» la junta los justos y nobles sentimientos que —Juan Antonio M inés.—Mariano Borrell.—José Paladé.—
en ciertas edades y circunstancias nos arrebatan ¡í excesos en Pedro Figuerola.—José Manuel Planas.— Guillermo Oliver.
sí disculpables, pero siempre lamentables, si no se dirigen y —Andrés Subirá.— Ignacio Vieta.— Francisco Soler, secre­
contienen con prevision y discreción. Nos ludíamos ya, empe­ tario.
ro, en circunstancias quo no dependerá sino de nosotros mis­ DOCUMENTO NUM. II
inos completar la dicha mayor que podemos apetecer. Cual­
quiera insidia, sea cual fuese, no burlará, ya nuestra vigilancia; Señora: La ju n ta auxiliar consultiva creada por el voto
y si es preciso perecer, pereceremos todos. El régimen fatal electoral de esta población á virtud del acuerdo de la com­
del absolutismo Ira colmado la miseria en todas las clases. puesta el dia ó por el Ayuntamiento y todas las autoridades,
Muelms sou los individuos que necesitan y desean trabajo y con la confianza quo inspiran la lealtad y el patriotismo, y
sustento. (Iah nad, eat a laues, vuestro ansioso y laudable aúlle­ con el profundo respeto, debido a una madre generosa, se di­
lo. Libertado nuestro suelo de tantas plagas, pronto se abrirán rige. á V. M., no ya para renovarla dolores pasados, pero sí
copiosas y abundantes fuentes de riqueza, que en todos ramos para implorar de V. M. que se digne acudir con pronto y efi­
y varios sentidos proporcionarán ocupación y cómoda subsis­ caz remedio á prevenir '3a reproducción de otros, porque se
tía leía á todos. vieran frustradas las esperanzas de un porvenir venturoso.
Nuestro movimiento debe, ser convergente y no divergente. El trono augusto de nuestra Reina y excelsa hija de V. M.;
EDAD MODERNA
los destinos sagrados de la patria y los mas caros intereses do ua fe trate de corregirlos. Mucho es, pues, lo que el gobierno
la sociedad se vieron amenazados y altamente comprometidos puede al momento hacer cu obsequio de la confianza que V. M.
en esto Principado, y tanto, señora, que el Capitan general le dispensa, y en cumplimiento de las grandes obligaciones
quo V. M. habia enviado para conservarlos, no piulo ya ocul­ que su elevada posición le impone para satisfacer imperiosas
tar el peligro á V. M. pidiendo auxilios; pero ¡qué auxilios, ex­ y perentorias necesidades, calmar la ansiedad pública y dis­
celsa Reina! Un amargo-silencio cubra esta idea, y el tiempo minuir el conflicto en que las autoridades locales se hallan.
y el historiador cal ¡liquen la conducta militar y política do Aunque sea molesto, permita V. M. recordar que desde el
aquel general. La opinion pública ha dado su fallo designán­ momento en que se encargó de la gobernación suprema de
dolo como el preparador de escenas que debemos olvidar España, movida do su natural bondad se apresuró á dar á los
y V. M. también para no renovar su aflicción. españoles unas pruebas positivas de los deseos que la anima­
Los desastres pasaron y á ellos sucedo nn cuadro de mejo­ ban de promover su felicidad, convencida de que el trono de
res coloridos, un cuadro que bosqueja mas confianza y anun­ su excelsa hija doña Isabel II debia afianzarse en la base in­
cia con olla y ol grito de Isabel II, consuelos positivos de la destructible de la libertad nacional, y de acuerdo con los
augusta Gobernadora á ima nación á quien nada se ha dado Consejos de gobierno y de ministros sancionó V. M. el Esta­
y tanto merece. tuto Real, que filé presentado como la piedra fundamental
Les de el dia 0 del corriente en esta capital y casi en toda sobre la cual debia levantarse el suntuoso edificio de la rege­
Cataluña, si bien rumores vagos han motivado medidas de neración de España.
precaución, no so ha turbado en lo mas mínimo la tranquili­ Este don precioso llenó de júbilo á los españoles inspirán­
dad, y á la simple voz de los jefes y personas á quienes está doles las mas justas y lisonjeras esperanzas; pero fuerza es
confiada se van consolidando el orden y la seguridad. El cri­ decirlo, señora, muchos meses han discurrido sin haberse
minal abandono en quo se dejaron los puntos de la mayor realizado.
atención para concentrar las fuerzas del ejército contra esta Algún elemento enemigo de la prosperidad de España pa­
capital, baluarte el mas firme de la libertad española, ha en­ rece haberse interpuesto entre el trono y el pueblo desalando
grosado la facción momentáneamente coir los elementos que el lazo de su union. Los dignos procuradores del reino qui­
impunemente estaban preparados, esperando que algún éxito sieron estrecharlo, robusteciendo los vínculos sociales por
de combinaciones carlistas en otras provincias proporcionasen una ley fundamental, y de V. M. dipende poner el sello á su
un golpe decisivo contra nuestra inocente Reina, contra V. M. propia obra. Uno de sus fundamentos principales es la liber­
y centra el mas seguro apoyo de su trono, el triunfo do la tad legal. Ella no asusta sino á los tiranos y á sus secuaces,
libertad. Entusiasmados, empero, los catalanes por tan sagra­ así como la justicia á los delincuentes. A la sombra de mía y
dos objetos, corren presurosos á las armas y no puede ponerse otra se comete á veces algún exceso, pero esto no sucediera si
en duda el buen éxito. se protegiesen y hermanasen la libertad con la justicia.
Esta junt a, desde su instalación trabaja todo cuanto puede La libertad es el don mas precioso de la naturaleza; propa­
para apoyar tan heroico impulso y sus manifiestos y procla­ ga la ilustración, abre los manantiales de la riqueza pública y
mas anuncian sus intenciones y el fin de sus tareas. La junta eleva á las naciones al mas alto grado do poder y grandeza.
protesta á V. M. y al mundo entero que los deseos y conatos ¿Y será posible, señora, que la España, esta patria donde bri­
de i'lla aspirami, salvar el trono de Isabel II, la libertad y glo­ llaron tantos héroes, despues de haber dictado la ley á dos
ria de la nación española. Tienen sus individuos la íntima mundos haya de quedar por mas tiempo reducida á la nuli­
convicción de estar identificados con los sentimientos de V. M., dad y á sor objeto para los extranjeros de una insultante
neutralizarlos acaso por desacertados consejos; pero los de­ compasión? ¿Será posible que cuando las demás potencias de
signios de V. M. y los votes de los leales, quedarían eludirlos la cuádruple alianza y otras inferiores están regidas por insti­
si no se atendiesen los clamores ríe la magnánima y condolida tuciones libres, la España sola quedase privada de este be­
nación, con preferencia á los deseos de personas ocupadas mas neficio?
de su propia elevación y riqueza, que de las prerogativas del Dígnese, pues, V. M. completar su obra llamando extraor­
trono y de los derechos incontestables de los pueblos. No es­ dinariamente las Cortes para quo se ocupen en la formación
tán estos, augusta Gobernadora, en el estado de ignorancia y de una ley fundamental, análoga á las luces y necesidades de
ríe criminal indiferencia que suponen algunos, para que se la nación, y que asegure culeramente la libertad de los espa­
contenten con palabras y promesas vanas é ilusorias. Los mas ñoles. Esta .medida seni el iris de paz y union para la nación,
al rasados ríe los («pañoles se han cansarlo ya ríe preguntarse, y trasmitirá el nombre ile Cristina á las edades futuras.—Idos
cuáles lian sido los abusos que se han corregido, cuáles las guarde la importante vida de V. M. muchos años.—Eareeiona
reformas que se han verificado, cuáles las mejoras y ventajas 10 de agosto do 1S35.—Señora: A L. R. P. de V. M.—Antonio
conseguidas. Gironella, presidente.—Joan ele Alnimd, vicepresidente..—
Concretándose esta ju n ta á su propio país, dirá que además José üasagemas.—Juan- Antonio Llivás.—Mu ría n o Fornii.
de los males indicados en sn manifiesto, todos los catalanes, —José Palude.—Pedro Figuerola.—José Manuel Plana*.—
así líales como descarriados, se lamentan viendo que á la som­ Guillermo Oliver.— Andrés Subirá.— Ignacio Vivía.— losé
bra de veneradas leyes, se baya querido ejercer el mas fiero é Antonio Llobet.—Francisco Soler, secretario.
insoportable despotismo.
Los principios quo ostentó el anterior ministerio, así como DOCUMENTO NUM. III
los anuncios públicos de nuevos gravámenes, sin disminución
alguna ríe los antiguos, infundieron en los ánimos la descon­ Señora: Los que suscriben, individuos que componen la jun­
fianza de conseguir en muchos años las garantías y alivios ta provisional instalada en la heroica Zaragoza pava salvar á
que V. M. guiada por los impulsos propios de su magnánimo sus moradores de la anarquía que los amenazaba, llegan á
corazón desde luego concediera. El descontento llegó á ser los pies del trono de V. M., Henos de conlianza, ámanifestar las
general en Cataluña y sus autoridades, gobernando despótica­ causas de su reunion, las medidas que han dictado y los votos
mente, lo hicieron pasar á la insurrección y rio esta á la lucha. de este pueblo tan leal como valiente. Para- desempeñar este
El cambio quedó por las masas populares, en el que estacio­ programa, fuérzaos subirai erigende los acoliti ‘cimientos que
nan, llenas do confianza en la justicia yen el generoso anhelo lian t enido lugar en esta ciudad durante los últ imos meses; y
de V. M. Inicia la prosperidad de los pueblos. examinando los progresos y el estado actual de la opinion
El gobierno de V. M. conoce ya los males altamente graves pública que tanto lia infinido en ellos, presentar á \ . M. el
que aquejan á los españoles: hállanso desvanecidos con t ristes cuadro fiel de su verdadera índole y sobre todo de las conse­
ejemplos los temores que se han aparentado para retardarlas cuencias que son capaces de producir, hos exponentes lo ha­
reformas, y proclamará lapav de las obligaciones los derechos rán, señora, y lo liarán con aquella santa libertad que recla­
de que aquellas dimanan. Debo también haberse convencido el man las circunstancias terribles en qtte se halla este pais y
gobierno do S. M., que los que medran con privilegios y abu­ la situación de toda la monarquía, y que no es incompatible
sos nunca dejarán de sor enemigos de todo poder que de bue- con el profundo respeto (pie se merece el trono.
86 H I S T O R I A O E KSl’AÑA

L’ara que un pueblo religioso hasta la superstición llegue á tes, temían vol ver á la odiosa coyunda del despotismo, y como
clavar el puñal en el seno do los cenobitas que veinte años lui, esto no solo podia verificarse por el triunfo del Pretendiente
(;ran objeto casi de un culto, una causa poderosísima lia do en el campo do batalla, sino también por las maniobras insi­
babor sobrevenido, lisia causaos indudablemente la conducta diosas de un ministerio retrógrado al que no hubiera medios
del clero, sobri; todo el regular, en la sangrienta reacción legales de combatir, buscaron on la declaración de varios de­
de 1X23. .Entonces Cue cuando esta porción do la sociedad, (¡lie rechos un preservativo contra la posibilidad do este segundo
debiera mirarse como escogida, en atención á su augusto mi­ caso. Manifestaron también incesantemente la necesidad de
nisterio, atrajo sobri; su desafortunada patríala mas inicua de medidas fuertes y decisivas paraoxtorminar la facción de Na­
las invasiones extranjeras, concitó la ferocidad de los proleta­ varra, la cual sin los reveses que sufrió en los muros do Bilbao
rios contra las clases acomodadas, trató de sofocarlas luces, y y en los campos de Mendigorría, quizá hubiera llegado á com­
erigiendo en principio el retroceso del pueblo español á la prometer seriamente la situación ile la patria; y convenci­
barbarie de la Edad media, creó un gobierno que redujo á dos de que la causa de todos los infortunios públicos existia
sistema, la persecución mas feroz hacia todos los hombres do en ciertas clases, pidieron enérgicamente reformas, no do
alguna, valía. Las destituciones, las cárceles, el destierro, las aquellas que por concebirse á medias producen todos los in­
ignominiosas cadenas y el patíbulo en fin, fueron durante convenientiis y ninguna do las ventajas que una reforma trac
nueve años el amargo patrimonio de los buenos españoles. consigo, sino do las que arrancan el mal con sus raíces, pri­
Esta ciudad por su desgracia experimentó, como el pueblo vando á los que lo causaron de los recursos necesarios para
c|i¡o mas, la arbitrariedad de un despotismo oriental mezclada repetirlo.
tam las violencias de la anartpiia mas desenfrenada. Estos fueron los votos do las Cortes, solemnemente emitidos
V. M. eunuci; los sucesos de aquel funesto período que siem­ en varias peticiones que elevaron al trono do V. M. Motivos quo
pre será un vergonzoso lunar para nuestra historia y los quo á la ju n ta no os dado conocer ni le corresponde examinar im­
suscriben, por tanto, no se detendrán en descripciones que pidieron y lian impodido hasta allora la resolución de aquellas
sido contribuyen á reproducir dolorosas reminiscencias, liaste demandas. Poro la ju n ta sin dejar do respetarlos, faltaría á los
rocordav que cuando en fuerza de los acontecimientos do la iloboros que lo imponen la confianza de sus conciudadanos y el
(¡ranja, cambió el aspecto político de la nación, los corazones honory la lealtad personal de los individuos que la constituyen
de los libres profundamente ulcerados con los pasados pade­ si habiéndonos propuesto formar la historia de los hechos,
cimientos, sintieron á la liar de una inefable alegría, un se­ dejase de poner francamente en consideración deV. M.el efec­
creto temor d<; perder el precioso bien que empezaban á re­ to que el silencio del gobierno acerca de las peticiones de
cobrar. El gobierno de V. M., sin embargo, intentó la fusion Cortes ha producido en la opinion pública de este vecindario.
de todos los partidos, y el pueblo mismo, preciso es recono­ La desconfianza, señora, el temor de un retroceso que tanto
cerlo, prescindió de sus agravios y convidó con la paz á sus afecta á los que sufrieron la tormenta del año 23, lian adqui­
opresores. Si en aquel momento los hombres de 1823 se hu­ rido cada dia mayor incremento, viniendo á parar en un odio
bieran reunido de buena fe en derredor del trono de vuestra encarnizado contra los que entonces fueron perseguidores de
bija, la discordia hubiera desaparecido para siempre de nues­ los libres, son allora sus fiscales y trabajan para llegar un dia
tro s u d o . Pero el bando liberticida lejos de apreciar la noble á ser sus verdugos.
conducta de los que poco antes -habían sido sus víctimas, alzó Y como una sola chispa es capaz de originar un horroroso
la enseña de la traición en las provincias del Norte, tan luego incendio, cuando ceba en materia fácilmente combustible, de
como d august.o esposo de V. M. exhaló sil último suspiro. El aquí es que cualquiera causa de disgusto que llegue á poner­
príncipe rebelde cuyo nombro aclamaban aquellas indiscipli­ se en acción, excita, al instante las pasiones que predominan
nadas hordas, vino en breve del extranjero á acaudillarlas, y en el pueblo y viene á rechazar contra aquellos objetos que
convertidas en fuerzas regularizadas, marcharon mas do una lo son para él de encono y de alarma. El dia 23 de abril últi­
vez ií la victoria. mo vió esta cíipital una prueba tan convincente como te m ­
Entre tanto, las conspiraciones contraía libertad y el legí- bló de la exactitud de esta aserción. Un simple resentimiento
Iimo Irono han pululado sin cesar por do quiera, aun antes personal y mezquino bastó para comprometerla tranquilidad
de la- muerto del señor don Fernando VIL Zaragoza, despues pública por medio de un movimiento, quo aunque de pocas
de haber sido testigo de la asonada do los voluntarios realis­ lloras, fué suficiente para derramar la sangre de diez ó doce
tas en lió de marzo de, 1X33, estuvo expuesta á la catástrofe hombres, alguno de los cuales gozaba del aprecio y hasta do
horrorosa que le preparaban los conspiradores carlistas en la la veneración de tollos los partidos. So cortó aquel motín
noche del 27 di; febrero de 1X3-1. Todavía está pendiente por como acaba de decirse, pero se cortó sin que la liarte sana de
su extraordinaria complicación hi causa quo se formó acerca los habitantes ostentase aquella justa indignación que su
del primevo de estos delitos, y aunque fenecida casi en su honradez debía inspirarle en otras circunstancias, y que hu­
totalidad la que se. fulminó sobre el segundo, ofreció á los biera sido suficiente para hacer sentir el peso de su animad­
o jo s dd público el triste desenlace ile que huidos ó indultados versión á los autores ile tamaños atentados. Los sucesos dol 5
los principales reos, fuesen víctimas de su necedad dos infe­ de julio próximo pasado presentan al ojo filosófico y observa­
lices, si bien legalmente condenados á la última pena, com­ dor una fisonomía todavía mas pronunciada en el sentido que
pletamente insignificantes por todas sus circunstancias. acaba ile indicarse. La imprudencia de un oficial de la guar­
Antes de estallar esta conspiración, los patriotas zaragoza­ nición conmovió al pueblo; se incendiaron durante doce ó tre­
nos conocían ya que reposaban sobre un volcan, designaban ce luirás varios conventos y se buscaba á los religiosos con
como sospechosos á los mismos sujetos que figuraron despues furor para matarlos, como electivamente se verificó con algu­
en aquella escena y pedían dicazmente armas para defender nos, sin que los esfuerzos de la autoridad ni la presencia de
sus personas y sus litigares. Pero en vano; tan justas solicitu­ la fuerza armada fuesen parte para evitar tales desórdenes.
des fueron totalmente desi »idas, hasta que en principios de Pues allora bien, señora, ¿los zaragozanos, los honrados y
marzo de 1x31, una conmoción popular fin; el origen di; los valientes zaragozanos, cuyo denodado arrojo y sin par cons­
primeros cuerpos de la milicia urbana. tancia hicieron temblar las huestes dol Capii,an del siglo, serán
Iguales ó semejantes sucesos produjeron en las demás pro­ hoy, por ventura, cobardes asesinos y viles incendiarios? No.
vincias un descontento, una desconfianza y una agitación Ellos son los mismos que hace veintisiete años conquista­
¡guales (uinhicu á las que reinaban en Zaragoza. Lo cierto es, ron el tributo de la admiración del mundo; olios son herede­
que en d momento en que V. M. renovando en d Estatuto ros de la hidalga bravura y pundonor de los antiguos hijos de
Real nuestras antiguas y venerandas leyes, se colocó en el seno Sobrarbe. Pero fuerza es decirlo, el despecho de quo se hallan
de la representación nacional, escuchó los clamores do los poseídos por las razones que van expuestas, es el que les hace
procuradores del reino pura que cuanto antes se otorgasen á mirar con rustro sereno el exterminio de personas y edificios
la nación garantías que completasen la obra de que el Está- que respetaran y protegieran á todo tranco, si viesen que una
tule Real es el rimieiilo, usando de. vuestra misma real pala­ reforma, legal ejercía sobre ellos la acción enérgica que la opi­
bra-. bes procuradores, señora, órganos heles de sus comiten­ nion pública, apetece. El despecho, pues, contra estos institu­
K 0 AD MODEllNA S7
tos y contra todos los fautores del carlismo os la verdadera i materia é indicase las precauciones que serian oportunas para
causa de su indiferencia hácia crímenes que realmente detes­ estorbar que el orden público so alterase.
tan en el fondo do su corazón y de su antipatía- cuando se les ■ Empero, vista la imposibilidad de resistir el movimiento,
exige una oposición eficaz á ellos, porque son muchos los se creyó conveniente dirigirlo adoptando de buena fe cuanto
hombres do bien que por falta de luces no perciben toda la tuviese de razonable, y dándole un giro noble y tan ajeno de
deformidad del crimen cuando bajo formas politicas aparece desórdenes como de complicaciones contrarias á la forma de
disfrazado. gobierno existente, que tal vez, abandonado el pueblo ;í. sí
Prueba sea de esta verdad el proceder del pueblo zaragoza­ mismo, pudieran haberse introducido.
no en la mañana del dia 6: en efecto, habiendo llegado á sa­ A este fin dispuso la autoridad que formasen t odos los euer-
ber qnc los perversos, que en ninguna parte faltan, se habían pos do la milicia en la mañana del 9 del que rigo, y que des­
aprovechado del movimiento del dia y noche anterior para pues de arengados oportunamente por sus jefes, eligiesen
entregarse al pillaje en los conventos acometidos, los mismos cinco individuos por compañía desde la clase de oficial basta
]loi ubres que pocas lloras antes llegaron basta dosoir los lla­ la de urbano, ambas inclusives, los cuales á su vez nombra­
mamientos sagrados cuando se trataba do impedir la muerte sen un cierto número de. electores por cada cuerpo, que reuni­
de los frailes y el incendio de los conventos, corrieron espon­ dos en las Casas consistori al es eligiesen una junta compuesta
táneamente á las annas para perseguir el robo ; se lanzaron de nueve vocales con el objeto do salvar la tranquilidad y
sobre. los ladrones, los apresaron y entregaron á la autoridad, hacer valer los deseos del pueblo.
pidieron á voces su castigo, y lo presenciaron con muestras Verificóse la formación y después de realizado el nombra­
de aprobación al siguiente dia. ¿En qué consiste, pues, una miento de electores pasó el Capitan general revista á la mili­
diferencia tan noble do conducta en tan breve espacio de cia, la cual le recibió en órden do parada con (oda la regula­
tiempo sino en que el robo aparecía como era en sí, feo, infa­ ridad y disciplina que pudiera esperarse'de unos veteranos.
mo y despojado del color político, que por desgracia barnizaba En seguida so disolvieron las tilas retirándose los urbanos á
los demás delitos que realmente lo prepararon? sus casas con el mas profundo silencio y reunidos los electo­
Vea, pues, V. M. en esto hecho el comprobante mas acabado res se procedió al nombramiento de la junta.
de la honradez del. pueblo de Zaragoza. Una vez rectificada Convocada esta por el ayuntamiento para la mañana del 10,
su opinion, él se unirá á la autoridad, combatirá el desorden concurrieron sus individuos á las salas consistoriales en union
y la anarquía con todo el rigor del carácter aragonés. Pero la con los del mismo ayuntamiento y de común acuerdo deter­
opinion, señora, no se rectifica con palabras y con exhortacio­ minaron ofrecer la presidencia al Capitan general, quien la
nes; 1lochos se necesitan y estos hechos consisten en la satis­ aceptó declarando á la junta auxiliar suya.
facción do las exigencias verdaderamente populares. Este es Después de instalada, por primera providencia indispensa­
el único medio de eliminar á los hombres de bien de los gru­ ble para calmar la ansiedad pública acordó suprimir todos
pos de los agitadores y de las gavillas de los malvados, de aislar los conventos de religiosos de esta ciudad, declarando sus
á estos y de reducirlos á sus propias fuerzas, por cierto poco edificios y bienes propiedad nacional, á cuyo efecto ya tenían
temibles. el Capitan general y ayuntamiento tomadas de antemano
Convencidos prácticamente de la certeza de estos principios, ciertas medidas. Determinóse á continuación asociar á la jun­
los ciudadanos que tienen cl honor do componer la oficialidad ta ocho individuos nombrados por el ayuntamiento y mayo­
de la milicia urbana, que mejor que nadie habían tocado la res contribuyentes, y realizada la elección tomaron los nom­
imposibilidad de contrariar de frente los movimientos de los brados posesión de sus cargos. Ocúpase la junta cu la
dias anteriores, explorando de acuerdo y por orden del enton­ actualidad de la separación de algunos empleados que tenían
ces capitan general don Antonio María Alvarez los deseos de contra sí la opinion pública y ha dado además el manifiesto
sus subordinados y de la parte sana de la población, hicieron que incluye.
al Ayuntamiento varias indicaciones, con las cuales y los da­ Tales sou, señora, las causas que han motivado la reunion
tos que este cuerpo tenia, pidió á V. M. la supresión de todos de esta junta y las medidas que se ha visto en la necesidad
los conventos de religiosos de esta ciudad, la separación de de adoptar. Felizmente hasta el dia los que suscriben han
varios empleados que inspiraban desconfianza, la actividad conseguido el fin de sus deseos y de sus esfuerzos: la conser­
de los trabajos do las comisiones nombradas para la reforma vación de la pública tranquilidad. Esta no se ha alterado en
del clero y ley de impronta, y que en los tribunales de esta lo mas mínimo ni aun por el mas leve incidente.
capital se sustanciasen prontamente las causas sobre delitos Mas, sin embargo, señora, los exponentos no deben ocultar­
políticos, y sobre todo las relativas á la Sedición del 25 de lo; cualquier ligero acaecimiento podrá trastornar la quietud
marzo y demás pendientes, y sobre la del 27 de febrero que de Zaragoza si V. M. no so digna alargar una mano protect ora
arriba so lmn mencionado. á sus moradores.
Asi so consiguió el restablecimiento de la quietud, y que el La junta, intérprete do la voluntad de la población, creo qnc
pueblo esperase tranquilo el otorgamiento de estas súplicas. el único medio de apaciguar esta efervescencia que existo y
Pero por una parte el decreto sobre reforma de regulares, que tan difícil es de contener, es la pronta convocación délas
primer producto de las tarcas do un año de la comisión ecle­ Cortes.
siástica, lejos do calmar la ansiedad pública, exasperó los La nación que ve en sus procuradores los centinelas de su
ánimos por lo insignificante de los resultados que prometía; libertad, depositará en ellos sus deseos, sus quejas y bast a sus
y por otra los últimos sucesos de Barcelona y el colorido que desconfianzas. En el crisol de la representación nacional se
se los quiso dar exaltaron todas las cabezas. depurarán las verdaderas intenciones do los ministros <b•V. M.,
Preparábase en consecuencia en esta ciudad una conflagra­ y si como es de esperar so adopta una marcha decidida en la
ción espantosa que había de tener principio por un paso tan carrera de los progresos, vuestro gobierno robustecido con el
insignificante, como los que habian dado margen á los alboro­ apoyo de los buenos, ya no tendrá que temer los ataques de
tos anteriores, cual era la demolición de un monumento pú­ los enemigos, sea cual fuere la máscara con que se cubran.
blico que afeaba la callo principal del pueblo, monumento que Para que así suceda es también indispensable á juicio de los
el cuerpo municipal trataba efectivamente de quitar, pero que suscriben que V. M. se digne acceder á las diferentes pe­
que, maliciosamente sin duda, se hizo correr la voz de que no ticiones que se han hecho por el Estamento de Procuradores
so don-i baria. Temblaron las personas sensatas y de arraigo y, sobre todo, á las que tienen por objeto el establecimiento
á vista del horrendo cuadro de estrago y desolación que ofre­ de ima razonable libertad de imprenta, fianza la mas segura
cía ásus ojos un torcer sacudimiento popular, probablemente de la libertad política de. las naciones.
llevado mas adelanto que los anteriores. Vuestro Capitan ge­ Los que suscriben, señora, por sus destinos los unos, por su
neral, en cuya noticia pusieron el proyecto los comandantes posición social los otros y por sus principios todos, son tan
de la milicia urbana, trató de conocerlo á fondo, se informó idólatras del órden como de la libertad. Guiados por estos
de los expresados jefes acerca del estado do la población, y diri­ sentimientos, por el amor personal que á. V, M. profesan y
gióse, por fin, al Ayuntamiento para que le ilustrase sobre la por su lealtad al trono de vuestra excelsa hija, lian aceptado
T omo V I 13
88 H l S T O l l I A DK K S l ' AÑ A

y cumplido hasta aquí la espinosa misión de conservar el or­ que naturalmente señalaban á dicho general honorífico lugar
den en Zaragoza en las dificilísimas circunstancias en que so entre los militares que desenvainaron sus espadas en favor de
encuentra. un sistema mas liberal que el seguido por el difunto monarca.
.Si Y. <M. se digna proteger sus esfuerzos aprobando las me­ Sobro la conducta militar do Córdova, desde el principio de
didas que acaban de tomar y accediendo á sus respetuosas la guerra, nada os necesario añadir, pues ilice lo bastante el
solicitudes, creen poder conservar á V. M. esta capital y pro­ concreto pero fiel relato que de su conducta y operaciones
vincia en el mismo estado; mas si por desgracia no sucediese queda hecho en las precedentes páginas.
así, los exponentos, señora, deben á V. M. la verdad y van á Anteriormente y al tratar de las gestiones practicadas por
decírsela; no se juzgan con fuerzas para evitar ni menos hacer los gabinetes do Martinez de la Rosa y de Toren o, en solicitud
frente á las funestas consecuencias que pueden sobrevenir, de la intervención extranjera, hemos hablado de la llegada
l'or tanto: de Córdova á Madrid, portador de instrucciones de Yaldés,
A V. jM. rendidamente suplican so digne aprobar las medi­ para quo conformed la opinion de los generales que operaban
das que han dictado, con respecto á supresión de conventos en el Norte, persistiese el gobierno en sus instancias de in­
y separación de empleados, y convocar cuanto antes las Cór- tervención extranjera.
tes, accediendo ú las peticiones que las mismas tienen hechas Permaneció Córdova en Madrid durante el curso de las ne­
sobre libertad de imprenta y oirás garantías. Así lo esperan gociaciones, y como aquel período fué calamitoso para nues­
de la notoria justificación do V. M. Zaragoza 1Vde. agosto de tras armas, y agobiarlo Valdés por sus reveses y por sus
18:15.—Felipa Mui dea.—Alvaro Gómez Becerra.— Pedro de vacilaciones en acudir en socorro de Bilbao, instaba para su
Ai/ano.— Joaquin Ort iz de Velasco.— Angel Polo y Monje.— relevo, pensó el gobierno en Sarsfleld para reemplazarlo ; mas
Manuel María, Melgares.—h u iro Purgada, y Entren.—Pedro dudoso de la aceptación do este, é influido por el favor que la
Jordan.—Nicolás Navarro Landete.—Ju a n Horneo.—Miquel opinion pública dispensaba á Córdova, fué este llamado al
Laburdu.—Miguel Zabalcla.— Victoriano LapeLva.—Miguel Consejo de ministros, en el que tratándose de la delicada
A Icio Barrici.—Manuel Marques.—Bernardo Eegura.—José cuestión del mando del ejército y do la urgente necesidad de
Veriz.—Anselmo Baquedano, vocal secretario. acudir en auxilio de Bilbao, ofrecióse Córdova á salvar la
amenazada plaza ó dejarse sepultar ante sus muros si se le
C A P IT U L O II conferia interinamente un mando que no aceptaría en el con­
cepto de definitivo.
Mendigorría Nombrado en el primero de dichos conceptos, partió con­
Generalato interino del general Córclova.—Su brillante campaña.—E l
forme lo había ofrecido, y llegó en posta á Bribiosca, pun­
brigadier don Narciso Lopez.— Paralelismo entre el ejército, el m i­ to todavía bastante distante de los que ocupaba el ejército,
nisterio Torello y la opinion pública. pero despreciando el peligro de atravesar un país ocupado por
el enemig’o, no vaciló en ponerse casi solo en marcha, arrojo
Son demasiado conocidos los importantes hechos que com­ recompensado por la buena suerte de haber penetrado sin tro­
ponen la vida militar y política de don Luis Fernandez de piezo en Bilbao el 2 de julio. Al siguiente dia tomó posesión dol
Córdova para que sea necesario trazar una extensa biografía difícil mando que inauguró dictando una levantada orden
del general, cuyo nombre se vio suficientemente ilustrado, á del dia, en la que estimulaba los nobles sentimientos que
la vez que por su mando interino, por el definitivo del ejército siempre encuentran eco en el soldado español, mayormente
did Norte, mando al que no tardó on hacerse en breve plena­ si le son dirigidos por un jefe que haya probado saber pelear
mente acreedor. y vencer, alocución en la que no quiso el general desenten­
Las Memorius de este general publicadas en Paris en 1837 derse de hablar también á la opinion pública, anunciando en
y los partes dados en la Gaceta, desile junio do 1835 á agosto ella con mas sagacidad que exactitud, que veinticinco mil
do 1836, han familiarizado al público con los pormenores de auxiliares extranjeros habían comenzado á desembarcar en
la carrera do aquel distinguido español. nuestras costas, á los que en caso necesario seguirían cien
Pastará, pues, consignar, como antecedentes de su persona, mil hombres mas, alusión mañosamente hecha á la interven­
algunos rasgos característicos do su accidentada y jamás os­ ción negada por la Francia, poro cuya ilusión duró todo el
cura existencia. A la temprana edad de veintidós años era Cór­ tiempo que se mantuvo en pié un vestigio de esperanza de que
dova olieial destinado al ejército expedicionario que. en 1819 no sucumbiria el sistema político representado por el régimen
so organizaba en Cádiz con destino á sujetar las sublevadas del Estatuto.
colonias de América, Ocurrido el levantamiento de la parte Mas la habilidad con que Córdova procuraba mantener la
de aquel ejército que proclamó la Constitución de 1812, hizo expectativa de la intervención, no le impidió hacer un levan­
Córdova un señalado servicio á Fernando VII, impidiendo en tado llamamiento al sentimiento liberal, pues terminaba su
el fuerte llamado de la Cortadura (que divide Cádiz de San proclama diciendo al ejército: «Este es el momento de la crisis
Fernando) la entrada en la plaza do los sublevados, dueños on el que todo el que abrigue un corazón noble y libro ilobc
de la última de las dos ciudades. Las Memorias á que acaba unir á los mios sus esfuerzos. Isabel y libertad sea nuestra di­
de ser hecha referencia han dado á conocer ampliamente la visa, muerte ó libertad, el término de nuestras fatigas, la re­
parte que Córdova tomó en la sublevación de los batallones compensa de nuestras proezas.»
de la Guardia Real, que en 7 de julio de 1822 so propusieron La referencia á auxilios extranjeros hecha por el general,
derribar el régimen constitucional y restablecer al Rey en el respondía como hemos dicho á que por aquellos dias desem­
expedito uso do su poder absoluto. barcaban en San Sebastian los primeros contingentes de la
Emigrado á Francia de resultas del triunfo que en aquella legion reclutada en Inglaterra, merced en su mayor parte á
época obtuvo la causa popular, entró Córdova en España con los esfuerzos de Mcndizabal; hecho que coincidia con el de
el ejército invasor francés, y restituido Fernando en el ansia­ haber decretado el gobierno francés la venida á España, en
do goce de sus tradicionales prerogativas, Córdova, ju n ta­ clase igualmente de auxiliar al servicio de nuestro gobierno,
mente eon el baron do Eróles, Quesada, O’Donnell y demás de la legion extranjera que componia parte del ejército de
generales quo habían hecho armas contra el régimen caído, Argel.
gozó gran favor un la corte, sin que, sin embargo, la lisonjera Después de haberse detenido dos dias en Bilbao empleados
privanza lo llevase á m ilitáronlas lilas de los realistas exage­ en proveer á la reparación de sus defensas y á poner al ejér­
rados. Antes al contrario, ocupó Córdova lugar distinguido cito en condiciones de marcha, resolvió Córdova sacarlo do la
entre los cortesanos templados que opusieron un dique al rinconada en que había tenido que meterse para acudir en
desbordamiento reaccionario, y mas larde, al significarse socorro de la plaza y aproximarlo á donde con mayor ventaja
el dualismo entro los partidarios de don Carlos y los de­ pudiese emprender operaciones contraci enemigo. La marcha
fensores do doña Isabel II, se pronunció decididamente á hasta Vitoria presentó dificultades que supo superar la pericia
favor de esta y quemó sus naves contra el infante don Carlos dol general. Secundado por don Santiago Mendez Yigo y por
en calidad de ministro de España en Portugal, antecedentes O’Donnell rechazó á los carlistas que lé disputaron el paso do
E D A D l i OD Elt N A S!)
.la peña de Ordeña, y dol mismo modo ahuyentó á Cárlos An- una batalla que asegure nuestro triunfo, y si los que por en­
dechaga que había intentado molestar la retaguardia. Venci­ vidia me hacen la guerra no destruyen mis proyectos, yo
dos aquellos y otros obstáculos que encontró Córdova en su ensoñaré á Córdova quo es tan torpe militar como diplomá­
marcha, logró conducir con toda seguridad el ejército á Miran­ tico.»
da do Ebro cuyo punto ocupaba el 7 de julio. Al amanecer del l(i do julio la brigada de vanguardie,
Como antes se ha dicho, Gonzalez Moreno habia quedado mandada por Gurrea, rompia el fuego contra las guerrillas
investido del mando superior del ejército de don Carlos, y na­ carlistas. Con regocijo vió Córdova que estos lo esperaban y
turalmente, deseoso de justificar su elevación y de contrarestar tomó sus disposiciones previniendo á Espartero (pie cubriese,
las murmuraciones y el disgusto que su nombramiento habia el camino de Larraga, viniendo á formar la izquierda de la
suscitado en su propio campo, determinó poner sitio áPuente línea de combate para mejor facilitar los movimientos de la
la lleina en desquite de no haber logrado impedir la triunfan­ artillería, y distribuido que hubo convenientemente la bri­
te marcha del ejército liberal desde Bilbao a la s orillas del gada de Gurrea á la derecha-, la de don Santiago Mendez
Ebro. Vigo al centro y la del hermano de oste don Kroilan sirvien­
El 13 de julio circunvaló Eraso á la mencionada población, do de custodia á los bagajes del ejército, al hospital di' san­
que defendió valientemente el bizarro brigadier Saint-Just, gre y á los caballos de los oficiales de infantería, situó Córdo­
futura víctima en Málaga del pronunciamiento que un año va la caballería á retaguardia entre los caminos de Larraga
despues debia efectuarse contra el gabinete Isturiz. Instruido y Artajona en disposición do poder tomar ¡tarto en la batalla,
Córdova del peligro que amenazaba la plaza sitiada, marchó cubriendo la retirada de nuestras tropas ó persiguiendo las
rápidamente por Pcñacerrada y Logroño, pernoctando el 14 del enemigo según lo requiriese la suerte de la jornada, pues
en Larraga. jamás general digno de este nombro, por seguro que se crea
Eraso que habia levantado el sitio á la aproximación de de vencer, deja de proveer dos cosas; asegurar su propia reti­
Córdova, replegóse sobro el grueso de su ejército á cuyo fren­ rada, y sacar todo el partido posible ele la del enemigo.
te adelantándose Moreno pasó el H el rio Arga, tomando po­ Estas operaciones ocuparon una buena parte del dia, pues
sición en las alturas que dominan á Mendigorría. hasta las doce del mismo no avanzaron al encuentro del ene­
Por primera vez presentaba el ejército de don Cárlos todas migo las columnas del ejército de la Reina,
sus fuerzas concentradas para correr con ellas la suerte de una Los carlistas, acostumbrados á pelear y á vencer, recibieron
batalla decisiva, puesto que los repetidos y señaladísimos á sus contrarios con firmeza y serenidad, poro pronto so aper­
triunfos del gran Zmnalacárrcgui, principalmente consistie­ cibieron que no tenían delante los mismos soldados que des­
ron en sorpresas, en movimientos de flanco ó de retaguardia, moralizados pocos dias antes por falta do confianza en sus
resultados de su perfecto conocimiento del terreno y do que jefes la tenian ahora animados como se hallaban por la pers­
sabia sacar partido de la movilidad y disciplina de sus solda­ pectiva do la victoria. Con su acostumbrado empujo, Esparte­
dos. Mas el veterano general Gonzalez Moreno, pues lo men­ ro atacó y so apoderó del cerro do la Corona, desde cuya
guado del carácter moral del ex-gobemador de Málaga no cumbre hicieron resonar sus soldados estridentes vivas á
debe impedir reconocer en él un soldado de la guerra de la Isabel II.
Independencia y de las sostenidas en América contra los in­ Al mismo tiempo y con análogo resultado era atacada la
surgentes, habia formado el levantado propósito de esperar á izquierda del enemigo por el coronel Gurrea y desde las do­
pié firme al ejército de la Iíeina, lisonjeándose de batirlo y bles eminencias que marcaban la izquierda y la. derecha del
sobre sus dispersos restos franquear el Ebro, marchar resuelta­ campo de batalla, resonaban .los mismos entusiastas gritos, á
mente á Madrid y colocará don Cárlos en su suspirado trono. cuyo eco bajaban vencidos los soldados de don Cárlos.
A este efecto situó Moreno su cuartel general en el pueblo Mayor todavía lúó la resistencia opuesta á Córdova por el
de Mendigorría y formó sus batallones en masa apoyando su cmit.ro do la línea enemiga, y para superarla tuvo que em­
derecha en el cerro de la Corona que lame el curso del rio plear mayores esfuerzos, incurriendo por consiguiente en
Arga; su izquierda en las alturas que ciñen el camino de mayores perdidas, pero el resultado compensó el sacrificio.
Puente la Reina, y su centro en la población, haciendo prece­ Los defensores de la disputada posición arrojados de ella,
der aquel anfiteatro de masas bien compactas, por una extensa fueron á. confundirse con los dispersos do ambos flancos de
linea de guerrillas. su línea.
Presentándose el enemigo en tales condiciones era opcional Pronunciados en apresurada retirada, sin otro punto de
en el general de la Reina, esperar el ataque ó tornar la inicia­ salida que el puente de Arga, situado á la derecha de la po­
tiva él mismo. El genio y el carácter de Córdova lo impulsa­ blación, el ejercito carlista se vió tan sumamente comprome­
ban á esto último, pero conociendo la grave responsabilidad tido y su causa tan en peligro de haber hallado en aquel «lia
en que incurría, quiso consultar á Oraá, Lopez y Gurrea que su Zaina, su Karsalia ó su Waterloo, si Moreno, no menos pre­
mandaban sus divisiones, no hallándose á la sazón presento suroso, no so hubiese adelantado áponor en salvo á don Cárlos
Espartero, que ocupaba á Larraga, consulta de la que sacó el que con beatitud esperaba en el pueblo la nueva de una vic­
general en jefe la lisonjera confianza de que el ejército, poco toria que no debia alcanzar. El izóle precipitadamente Moreno
antes abatido de resultas de los descalabros que habia expe­ salvar el puente libertándolo del inminente peligro que corrió
rimentado y do la inacción en que se le habia tenido, ardía en do caer prisionero.
deseos de probar el buen espíritu que lo animaba y su espe­ Mas, ínterin la infanteria de la Reina, vencedora en todo
ranza de humillar al enemigo; pero todavía alentó mas á Cór­ el frente de la línea, se hacia dueña de las posiciones de (pie
dova en su propósito do no rehusar el combate á que el habia desalojado al enemigo, el brigadier don Narciso Lopez
enemigo le provocaba, la muy importante circunstancia de que mandaba, la caballería y á quien envió Córdova repetidas
que los carlistas aceptaban la lucha teniendo un rio á la es­ órdenes para que cargase á los fugitivos, (fi jando de cumplir
palda, lo que en caso de no pronunciarse por ellos la victoria con su deber, malogró el decisivo fruto de tan gloriosa, jorna­
habia de dificultar la reti vada, pues solo existia un puente que da. No tenian los carlistas otro paso franco sino el del puente,
facilitase el paso del Arga. valerosamente guardado por Villarreal, pero por el que no
Semejante falta estratégica imputable á Moreno, no escapó ¡mdiondo pasar sino poco á poco en razón á su estrechez los
á la experiencia de este, pero crciasu seguro del exit,o y quiso batallones y escuadrones vencidos, hace presumir cuál habría
mostrar confianza en sus soldados é imponer al enemigo, sido su suerte, la circunstancia de haber sido considerable el
considerándose suficientemente fuerte para rechazar su aco­ número de carlistas que hallaron su sepultura en el rio all ra­
metida. Atribuyeselo que en conversación con un amigo suyo, tai* de tranquearlo.
decia Moreno pocos dias antes del en que aceptó la batalla pin Arista de tales hechos no pudia ser dudoso que si Lopez
que estaba destinado á perder: «Mi enemigo es Córdova, poro con su caballería hubiese avanzado sobro el enemigo, entro
no me importa, porque es general improvisado y si no tiene Larraga y el puente hubiera quedado prisionera la mayor
ahora mayor fortuna que tuvo el 7 de julio en Madrid, ¡pobre parte del ejército carlista á despecho de la constancia de Vi­
causa de los negros! está perdida.... Por eso tengo deseo de llarreal en mantener el ¡siso del puente.
Vio HISTO RIA DE ESPAÑA

Ocuparlo Mendigorría por las tropas de la Reina, solo faltó Grande y merecido fnó el aplauso, el aliento y la confianza
pava completar la gloriosa jornada, que la inacción do la ca­ que á los defensores de la causa liberal en toda la nación in­
ballería de Lopez no hubiese arrebatado á las armas liberales, fundió la batalla de Mendigorría, y su importancia fué de in­
en los decisivos momentos do forzar ol paso del puente, el calculable precio para el gabinete Borono, objeto de la ani­
mayor de los triunfos que las armas de la Reina hubiesen al­ madversion en las provincias y contra el que se hallaba
canzado en la tremenda lid en que iba librarla la suerte de la pronunciada la mitad de España. Al torrente de odios y de
nación. vituperaciones de que era objeto, no pudo oponer en aquellos
presentóse á tomar la posesión del puente tan bizarramen­ dias el ministerio otra defensa que la del prestigio todavía
te defendido por Villarreal el entusiasta y afortunado Espar­ vivo de que aun gozaba la Reina Gobernadora, como guarda­
tero, en ocasión en que aquel tenia que abandonarlo por dora del trono do su hija, símbolo entonces de la causa do la
haber completamente agotado sus municiones. libertad. Fortificaba este apoyo, á que se asía el gobierno, la
Franqueado el paso del puente, precipitóse por él Espartero, actitud del ejército del Norte, que siendo a la vez ol escudo y
y aunque seguido por un solo batallón, persiguió á los fugi­ la barrero que defendía á la nación é impedia el triunfo do
tivos hasta dar vista á Cirauqui, desde cuyas alturas y las de don Carlos, prestaba fuerza al gobierno en ol mero hecho de
Maliern, quiso Moreno hacer nuevamente frente á los vence­ recibir de él, al mismo tiempo que instrucciones y órdenes,
dores. mas vióse definitivamente arrollado y dispersa su hues­ los recursos de que necesitaba para hacer frente al enemigo
te, que en aquella memorable jornada hemos visto tan ex­ común.
puesta á haber caído en masa prisionera. Fuero de estos dos elementos, no podia el ministerio contar
La batalla ele Mendigorría costó álo.s carlistas dos mil bajas con otro fuerza valedera que la que le daba la presencia en
el lire muertos, heridos y prisioneros y la mitad de este mi­ Madrid de una buena parte do la guardia real y déla guarni­
nien) al ejército de la Reina, cuya victoria tuvo que ser com­ ción, que por decoro y por disciplina acataban la autoridad del
prada á. costa de abundante sangre. gobierno. Pero el movimiento insurreccional de las provincias
I’rufunilaineiite conmovido el general Oórdova de un re­ se había generalizado tanto y amenazaba extenderse tan rá­
sollado que tan grandemente justificaba su elevación al pidamente á las que aun no se habían pronunciado, que muy
mandi) en jefe del ejército, dirigió una sentida alocución en de presumir era que acabaria por comunicarse á la capital
la que felicitaba á sus compañeros y á la patria por un resul­ produciendo en la residencia del gobierno una crisis que de
tado que restablecía el lustre de las armas y el antiguo crédi­ seguii’ el mismo ’derrotero que llevaba el movimiento insur­
to del ejército español. reccional, acabaria por dar un decisivo triunfo á los que en
En el liarte darlo por el general al gobierno hace cumplidos Cataluña, en Aragon, en Valencia y en Andalucía habían mas
elogios del mérito contraído en la célebre jom ada por cl ba­ ó menos directamente proclamado el restablecimiento de la
ron de Moer y los generales Tello, Bermuy, Rivero, Mendez Constitución de 1812.
Vigo, Montenegro, Buerens y Orasi. Conforme hubiera sido si Producido por tales medios y llevado á semejante extremo,
la severa justicia que el interés patrio reclamaba, haber si­ corria la causa de la Reina y de la libertad un doble peligro,
quiera censurado duramente la inexplicable conducta del el de enajenar do ella álos realistas templados que se habían
brigadier don Narciso Lopez, caracterizando su comporta­ declarado en favor de la sucesión directa y fie sustituir á un
miento en términos bastante explícitos para haber cuando régimen de reformas y de progreso ordenado y conveniente,
menos removido del servicio activo al autor de una falta tan un régimen puramente revolucionario, cuyas consecuencias
trascendental como la que acababa de cometer el comandan­ eran mas de temer en una nación cuya educación política so
te general de la caballería. hallaba en la infancia, educación de cuya madurez esencial­
■Sin duda Córdova, sí quien pesaba su ultra-realismo de otra mente depende que los pueblos sean aptos para el goce de la
época y que no perdonaba medio para ganar la opinion délos libertad.
liberales, temió disgustar sí estos, denunciando la conducta de La conciencia de este peligro trabajaba el ánimo de los libe­
Lopez ;í la sazón favorito mimado del partido progresista. rales mas sinceros, mas sensatos y á quienes preocupaba la
Aquella indulgencia del general en jefe fué fatal sí la patria idea de conciliar el principio do autoridad, con el franco y
y al mismo brigadier Lopez, pues do haber «ido estigmatizada legal desarrollo de las libertades públicas. Be comunicarse á
la cundí iota de este jefe en la jornada de Mendigorría, no ha­ las provincias que no se hallaban aun pronunciadas, el movi­
bría conservado posición para obtener el mando que poste­ miento triunfante de las que negaban obediencia al gobierno
riormente hizo perder ¡í, la causa de la Reina en Jadraquc los central, era inminente la subversión completa del régimen
l,oi)o granaderos de la guardia por él mandados y que en legal tan estrechamente amenazado, y de esta doble tendencia
masa, fueron copados por los carlistas. Y tal vez también, si la del espíritu liberal conservador y del impulso revolucionario,
justicia militar se hubiese inexorablemente cumplido en aquel nacía la zozobra de acontecimientos, que los hombres pruden­
hombre, de la manera que los piamonteses lo aplicaron al ge­ tes veian con temor y los exagerados con engreimiento.
neral Raiuorino despues de Novara, hubiera Lopez evitado la
ignominia de morir en la Habana por mano del verdugo (1).1
del ilustre general D. Luis Fernandez de Córdova que la inacción de Lo­
pez fue enteramente voluntaria, aserto cpie excluye el hecho de Ja órdeu
(1) En disculpa, ó por mejor decir, cu justificación ele la conducta mal entendida; y eu segundo lugar, en que aunque en efecto u n ayudan­
del brigadier Lopez, aparece en el (>.u y últim o tomo de la Historia de la te del general en jefe hubiese trasm itido al jefe de la caballería la órden
guerra <:ieil del 8r. l’irala una nota en la que, bajo el epígrafe da acetifi­ de que su superior deseaba verlo, Lopez debió comprender lo inverosí­
cación, se dice lo siguiente: mil de ser llamado hallándose á la distancia que se dice estaba del gene­
è Lopez no estaba al frente do la caballería en los momentos en que el ral en jefe, y todavía suponiendo que dió crédito à la supuesta órden, era
enemigo luna y debía esta haber caído encima para destrozarlo. Habíale de su deber haber enviado á su segundo en el mando ó haberle dejado la
diclio un ayudante de Córdova que le llamaba este geueral; corrió obe­ órdeu ile cargar al enemigo, en el momento en que viese se dirigia al
diente salvando :í galope la distancia de cerca do dos leguas que mediaba puente del Arga, que era el único camino por donde, si eran batidos,
entre ambos, y al verle el general en jefe y preguntado por la caballería, podían los carlistas retirarse.
fuéle contestado que liabia quedado cu su puesto.—Pues á ella y no á V. El jefe de una caballería situada como lo estaba en aquel dia la que
necesito, repuso airado Córdova, comprendiendo el error cometido, lo mandaba Lopez, no se separa de la cabeza de sus soldados sino para lle­
mal interpretada quo habiti sido su orden, sin culpa seguramente de na­ nar el objeto á que 1c tenia destinado. Se comprendo que en la jornada
die, pero en gran beneficio do los carlistas que libraron de mayor desas­ de Balaklava, cuando la guerra de Crimea, recibiese lord W inchelscala
tre, íí haberles cargado la caballería, deseosa de caer sobre los ene­ absurda ó inverosímil órden de cargar de frente y á descubierto la linca
migos.» de baterías rusas de las que llovía metralla, y que aquel valiente juzgase
A la antedicha rectificación, honrosa sin duda para la benevolencia ser uu deber de honor precipitarse sobre los cañones rusos, dejando te n ­
del Sr. l’irala, cúmplenos en descargo del deber de imparcialidad y de dida en el campo mas de la m itad do su gente. Pero ningún verdadero
justicia, impuesto til historiador, m antener el juicio arriba consignado soldado habría dado la disculpa que dió Lopez á una pretendida órden
sobre la conducta del señor brigadier Lopez en Mendigorría, fundados, del general en jefe, que en los momentos de) peligro le vió alejado del
dicho nuestro, primero on haber repetidas veces oido de los mismos labios campo de batalla.
KD Al) M o n K I Ï N A si
CA PITU LO III I ban de Izaga y con don José Sauz, comandante el ùltimo de
Insurrección del 15 de agosto en Madrid j imo de los batallones de la milicia urbana, y habiéndolos ma­
nifestado las disposiciones en que cl gom-rui so hallaba, entra­
Tal cual acaba de ser expuesto era el estado de los ánimos ¡ ron estos perfectamente en ellas, ofrecieron comunicarlas á sus
en la capital en los dias que precedieron al pronunciamiento amigos y obtener su conformidad, para que reunida que fuese
de la milicia urbana de Madrid contra el ministerio Toreno. la miliciaurbana.se limi tase á suscribir una representación ñ la
Sobre aquel suceso que tanto influjo debía ejercer en los Beina, expositiva de las necesidades de la situación, despues
que de la misma indole le siguieron, han corrido sin rectifica­ de cuyo acto, los batallones se separarían sin que de sus lilas
ción. hasta el dia, versiones históricas evidentemente erradas partiese un solo grito subversivo. En garantía de que la mili­
y que importa no adquieran para la posteridad el carácter de cia no hallaría oposición ni obstáculo por parto de la gnarni-
hechos auténticos. cion y principalmente de la Guardia Beai que componia su
Don Fermin Caballero en su opúsculo titulado El Gobierno mayor fuerza, se comprometia el general Quesada á que los
y las Cortes d d Estatuto y el señor don Antonio Pirula en su batallones de esta última arma no hostil izarían á los urbanos.
Historia de la Cuerva civil, atribuyen á un hombre público Batiñendo que fue este concierto, del que lité Borrego media­
que aun vive, una participación en la insurrección del 15 de dor, y á íin de que para todos hubiese seguridad de la buena
agosto, que no es la que realmente tuvo. Tratándose de un fe con que se procedia, citó el general Quesada ¡i su casa calle
sujeto cuya consecuencia de principios y buena fe política del Pez, número 22, cuarto principal, al conde de Oleonart y
nadie podrá poner en duda., pues ofrecen de ella testimonio al general Soria, jefes superiores de la Guardia Beai, á quienes
una larga vida de abnegación y de servicios públicos, que to­ comunicó sus deseos y el compromiso que había contraido de
dos los partidos han tenido la justicia de reconocer, el testimo­ que la guardia no hostilizaría á la milicia siempre que usía
nio de este hombre no podrá ser recusado en los hechos que observara lo convenido. Los dos citados jetes oyeron con defe­
á su persona se refieren, y en esto sentido nos hemos creido en rencia la manifestación de su superior y desu amigo, y delan­
el deber de interrogar su memoria, dundo ¿conocer su propia te de Borrego manifestaron su perfecta conformidad con las
version sobre el misterio, aun por aclarar, de la parte que en instrucciones que acababan de recibir, dando la perfecta se­
el movimiento del ló de agosto tuvo el general don Genaro guridad de que la guardia pemianccoria pasiva mientras la
Quesada, sin cuya cooperación aquel movimiento no hubiera milicia no pasase los límites que acababan de lijarse.
podido intentarse, y cuya actitud despues de iniciado, lo dio Despues de esta conferencia solo faltaba formular los pre­
un desenlace contrario al que el citado general se propuso cisos términos de la exposición que había de ser dirigida á. la
apoyar. Buina, único objeto que debia tenor la reunion de la milicia.
Don Andrés Borrego, que es el hombre á quien Caballero y Exigió Quesada que so le llevase el borrador y redactado este
el Sr. Pirala dan por autor de la exposición de la milicia ur­ de mancomún por Olózaga y por Borrego y visto por Sauz
bana á la Reina Gobernadora, documento que debe ser consi­ y sus compañeros los comandantes do la milicia, filé sometido
derado como el verdadero exponente del objeto y aspiraciones al general Quesada pava que le diese su final sanción. Obtenida
de aquel movimiento, veia casi Alariamente al marqués del esta inmediatamente en los términos mas explícitos y comu­
Moncayo, en casa del común amigo de ambos el conde del nicado que fue por Borrego el resultado á Olózaga, Izaga y
Mont ijo. Emigrado político de 1823 y vuelto á España despues Sauz, no intervino el primero en los pasos que pudieran me­
del fallecimiento do Fernando V il, ha sustentado Borrego diar entre los jefes de la milicia y dei mis .sujetos con quienes
durante toda su vida las opiniones mas avanzadas del régi­ Olózaga y sus amigos contaran para secundar la idea de tina
men monárquico constitucional y abogado constantemente en manifestación de la índole do la concertada, y solamente tuvo
favor de todas las reformas prácticamente adaptables á las Borrego conocimiento de lo que importaba saber, reducido ú
costumbres y al genio de los españoles, mejoras que siempre que los tres distinguidos sujetos que se habían entendido con
sostuvo debían plantearse por otro método que el de los pro­ el general Quesada, respondían ti este de que el movimiento
cedimientos revolucionarios. Entraba por consiguiente en sus quedaria reducido á lo pactado.
convicciones el temor de que el imperio de las circunstancias Verosímil es sin embargo que los que aspiraban á mas que
hiciese estallar en Madrid un pronunciamiento análogo al que un cambio de sistema y que es probable tuviesen candidatos
se estaba efectuando en las provincias y cuyo inevitable re­ para el gobierno, se aprovechasen del conocimiento drl co m ­
sultado no podia ser otro que el de la disgregación de los ele­ promiso contraído por los jefes de la milicia y que hubiesen
mentos liberales y el advenimiento do un período constituyente formado un plan do operaciones peculiar y adaptado á sus
preñado de peligros para la causa de la Boina. designios, plan que debia grandemente diferenciarse« del con­
Aunque sin la menor participación de Borrego en los traba­ venido entre el general Quesada y los hombres que tcidan
jos de conspiración dirigidos contra el ministerio, sus antece­ representación bastante para ser mirados como autorizados
dentes como liberal y como emigrado de 1823 lo ponían, en exponentes de los deseos de la milicia y de las condiciones de
natural contacto con los hombres del movimiento, los que sin la situación que se trataba de plantear.
recelo le comunicaban los planes que se tramaban para derri­ De aquí debió nacer sin duda la circunstancia mencionada
bar violentamente al gobierno. El intimo trato que Borrego por el señor Tirala en su Historia, según la cual los sujetos
tenia con el general Quesada le dió á conocer las fuertes anti­ que dirigían el movimiento ultra-liberal conferenciaron con
patías que este abrigaba contra el presidente del Consejo y el Aviraneta, á la sazón preso en la cárcel, obteniendo de aquel
ministro de la Guerra, marqués de las Amarillas, y el vehemen­ gran maestro en conspiraciones el lacónico plan que refiero el
te deseo del general do derribar á ambos, al mismo tiempo citado autor, debió haberse seguido por los levantados; y es
que la repugnancia con que Quesada miraba la Constitución esta deducción tanto mas probable, cuanto quo existe coinci­
de 1812, antipatía que perfectamente conciliaba con el mas dencia entre el pensamiento atribuidoá Aviraneta, que para
franco y decidido espíritu liberal. De sus diarias conferencias mayor claridad so inserta bajo el número 1, y el mensaje
con el marqués del Moncayo dedujo Borrego el convencimien­ traído por Olózaga respecto al día y á la manera de reunir Ja
to de que se ballaria este dispuesto á secundar el movimiento milicia, á efecto de realizar la convenida manifestación. Hi-
en Madrid, con tal que no tomase un carácter abiertamente zose en su consecuencia saber al general Quesada, á fin de
subversivo y que se limitase a provocar un cambio de sistema que prevenido este comunicase sus instrucciones á los jefes
y de ministerio. Adquirido que hubo este convencimiento ob­ de Ja guardia, que el siguiente lunes al reí irar.se el piquete de
tuvo Borrego la autorización del general para entenderse con urbanos destinado á cubrir el servicio en la plaza de toros,
los hombres que podían ejercer decisivo influjo sobre la mili­ vendria á su cabeza el comandante Sauz, por cuya orden las
cia urbana, á efecto do que esta redujese sus manifestaciones bandas do tambores recorriendo las calles de la población
al punto concreto de medidas vigorosas en el sentido de las darían la señal para la reunion de los batallones.
operaciones de la guerra y de condiciones políticas aceptables No puede caber duda do que lus que habían consultado ú
á la mayoría del partido liberal. Conferenció Borrego en su Aviraneta, algo sabrían respecto á que la milicia contaba con
consecuencia con don Salustiano Olózaga, con don J osé Esté­ la connivencia de la guardia y su error era grande si creían
92 H I S T O R I A Dp; E S P A Ñ A

poder impunemente dar ;L los sucesos otro giro que el conve- ! Este documento citado y reproducido íntegramente en el
nido entre Quesada y los jefes de la milicia, aspiración deque opúsculo del señor Caballero, documento que exponía con
seguramente no participaron Olózaga ni .Sauz, si bien pudo precision y claridad el objeto y límites á que debía quedar
bullir en la cabeza de los que solo veían en lo que se prepa­ reducida la manifestación de la milicia, estaba concebido en
raba el principio de una revolución que ellos tendrían fuerza los términos siguientes:
y voluntad jaira dirigor. «Señora: Cuando á la muerte del difunto Rey, las preten­
Semejante dualismo de aspiraciones, hacia que el movi­ siones á la corona de su hermano don Cárlos, encendieron la
miento participase do dos corrientes, la de los quo sabían lo guerra civil en nuestra patria, la parte irías escogida de la
que querían y teuian los medios do realizarlo y la de los que nación abrazó la causa de vuestra hija, persuadida, Señora, de
creían poder ser dueños de la situación en cuanto so efectua­ que, defendiéndola, defendia sus propios derechos, y lograba
se el pronunciamiento. el restablecimiento de las garantías sociales, dos veces adqui-
Al anochecer del 15 de agosto resonaba la generala por ' ridas por los generosos esfuerzos del pueblo, y otras tantas
todas las calles de Madrid, y la milicia reunida en considera­ arrebatadas por la traición y los corrompidos manejos de jrer-
ble número, llenaba la plaza Mayor, formando pabellones por sonas y clases interesadas en jierpetuar los abusos que han
todo lo largo de sns cuatro frentes de arcos. consumado la ruina del poder, de la prosjx'ridad y de la nom­
La señal estaba dada y el resultado no hubiera podido bradla antes inseparables del nombre español.
menos de ser conforme á lo convenido entro Olózaga, Izaga, »La confianza de la nación y la de V. M. han sido defrauda­
.Sauz y el general Quesada, sí por parte de los milicianos y de das, desatendidos los votos de los españoles amantes y soste­
los que miraron el pronunciamiento como ocasión propicia nedores del trono de Isabel II, alentadas eon la blandura y
para realizar sus peculiares miras, hubiese habido la conse­ favorecidas por la timidez de los gobernantes las esperanzas
cuencia y mesura de que no se desmintieron ni por un mo­ do los partidarios del Pretendiente, cuyo incremento en bus
mento los intermediarios quo luibian tratado con el general provincias del Norte y en Cataluña, favorecido con el decai­
Quesada. miento de la autoridad pública en otros puntos del reino,
El toque de. generala, la reunion do la milicia y el haber amenaza el trono y las libertades de la nación.
mam bulo el gobierno al conde de Ezpeleta que interinamente »Los peligros de la situación en que nos hallamos han llega­
desempeñaba la Capitanía general de Madrid que pusiese la do, Señora, al extremo de excitar en el ánimo de los buenos
guarnición sobre las armas conmovió los ánimos del vecinda­ españoles, la inquietud, la exasperación y los recelos que ca­
rio y ¡l todos puso en expectativa de cuál seria el resultado racterizan las grandes crisis políticas. Provincias enteras, ciu­
de un movimiento que por lo muy indicado que venia siéndo­ dades las mas ilustradas, ricas y populosas, han hecho explo­
lo desdo hacia dias, acrecentaba los síntomas de su gravedad. sion y manifestado por medio de actos los mas señalados y
Ocupada la plaza Mayor militarmente, pero sin que se cui­ solemnes, que los amantes de la libertad no ven garantizado
dasen los jefes do la milicia de tomar precauciones innecesa­ su triunfo, ni protegida su seguridad ni la del trono, ínterin
rias, en la seguridad de que no serian hostilizados, la casa no se adopte un sistema capaz de contener los progresos de
cuartel, ocupada por el estado mayor de la milicia, se llenó los partidarios del Pretendiente, do impartir fuerza y ascen­
do visitas y de concurrentes curiosos de saber el giro que to­ diente moral á las autoridades, de calmar el descontento y los
maba una velada que parecía preñada de los mas graves temores que comprometen el sosiego público, poniéndolo á
acontecimientos. discreción de los promovedores de desórdenes; de dar por úl­
No es dudoso que allí concurrieron los que estuvieran en timo organización y vida á las fuerzas del partido nacional
la creencia de que iba á realizarse el plan de Aviraneta, y j colocándonos en situación de terminar la guerra civil y de
también los que sin estar en los secretos del último, bastábales |I asegurar el triunfo de la causa de vuestra augusta hija,
ver iniciada una revolución para que se propusieran darlo un »Para que la confianza y la obediencia vuelvan á reinar en­
giro semejante al (pie habían tomado movimientos análogos tre los súbditos do V. M., jiara que las autoridades puedan
en las jiroviueias, cuyo ejemplo era sin duda la causa de lo contar con el apoyo de todos los buenos españoles y hacer
(pie veian próximo á efectuarse en Madrid. Allí acudieron los triunfar el orden, la libertad y las leyes, acudimos, Señora,
di]Hitados (laballoro y Chacón y otros amigos de estos, que á Y. M. exponiéndole la causa y la gra vedad de nuestros te­
altieri amonte propusieron la formación do una yunta da go­ mores, seguros de encontrar en los nobles y patrióticos senti­
bierno; pero Sun/, y los comandantes, consecuentes á lo pac­ mientos de V. M. el mas seguro remedio á los males que aque­
tado. voci lazaron la indicación y so opusieron á otro acuerdo jan al país.
que al de redactar una exposición á la Reina, en la que, á la »Las necesidades de este obtuvieron, Señora, una expresión
par que el amor y la profunda adhesion do los milicianos ha­ comedida y legal, en la petición que el Estamento de Procu­
cia la dinastía, cuya causa era común con la del país, le ma­ radores elevó al trono al abrirse la última legislatura, y no
nifestasen sus aspiraciones y deseos dirigidos á acabar de iden­ dudamos de que las medidas que V. M. dictase en justa satis­
tificar los intereses del trono con los intereses de la libertad. facción de aquellos ruegos, bastarían á calmar la impacien­
Interin esto se trataba en el piso bajo de. la casa cuartel cia pública dando á la 'nación las garantías ofrecidas jx>r el
del estado mayor, llegó don Salustiano Olózaga y participó á Estatuto Real, cuya franca y completa posesión ha de ser el
Sauz y á .borrego que Izaga no podía concurrir por hallarse inseparable complemento de todo gobierno representativo.
enfermo, y como solo se esperaba la llegada de dichos señores »A la confianza y seguridad que inspirarían providencias
jaira resolver lo que debía hacerse, deliberaron los comandan­ encaminadas á poner en jmí etica los principios allí consigna­
tes, llamando al simo de su reunion á Olózaga, á don Lorenzo dos, la índole de las circunstancias presentes exige, Señora,
1'lores ( laideron y á borrego, y exjmesta jx>r Sauz la situación que so añada la adopción de otras medidas mas especialmente
en <pio la luerza reunida en la plaza se hallaba á consecuencia dirigidas á atajar las causas de los últimos desórdenes, á fijar
de las negociaciones anteriormente seguidas con el general la ineertidumbre y la agitación de los espíritus, á restituir al
Quesada, esforzó el compromiso de los comandantes á efecto gobierno nacional Indo el ascendiente y la superioridad de
de no trasjxisar los limites de. lo convenido, reducido,como.se que necesita para llenar con éxito su misión de representante
lia dicho, á jrrosentav una reverente exposición á la Reina de la civilización y de los progresos sociales.
(íobernadora. »La milicia urbana de Madrid, tíonora, como mas interesa­
Acordado esto jior iinani miliari, designóse jiara redactarla da en el sostén del trono do vuestra hija y de las institucio­
á los señores Olózaga y Borrego, quienes, como muy bien dice nes libres, en cuya defensa siempre lian expuesto y expon­
el señor Pirula, no tuvieron que ocuparse de un trabajo que drán los que la componen su vida y haciendas, no puede me­
ya Ionian hecho, y despues de permanecer tros cuartos de nos de hacerse intérprete cerca de Y. M. de los votos de la
hora (>n un aposento separado, trajeron puesta en Iniquo la nación suplicándola se digno acceder á las peticiones si­
representación, la que leída y aprobada jmr aclamación, fuó guientes :
instantáneamente firmada por los comandant,es y los repre­ ))l.;i Exclaustración de los regulares, efectuada eon consi­
sentantes de las compañías. deración y decoro para los religiosos.
E DAD MO DE R NA 93
»2.a Devolución de los bienes nacionales vendidos en la tes de otro pensamiento que ol que acababa de realizarse,
época constitucional. explotando el sentimiento de amor propio y de satisfacción
»3.a La separación de los empleados y funcionarios que que naturalmente, produjo en los urbanos el éxito de su de­
actos anteriores liguen marcadamente con los intereses del mostración, los dispusieron á lo contrario de lo (pie estaba
Pretendiente. convenido, y amaneció el dia 1(1 sin que el aspecto de la plaza
»1.a Ensanche á las bases de la ley de milicia urbana y Mayor hubiese cambiado, pues toda la fuerza reunida la noche
restitución de su antiguo y glorioso nombre de milicia na­ anterior permaneció sobre las armas, y como las horas tras­
cional. curridas se habían empleado en abundantes libaciones, al salir
»5.a La movilización de la misma para el sostenimiento el sol, los que debían haberse retirado, se hallaban en sus
del trono, de la libertad y del órden público. puestos decididos á no soltar sus fusiles de las manes.
»0.a Un alistamiento extraordinario de doscientos mil hom­ Entrada la mañana, presentóse de nuevo Quesada en la
bres destinados á operar activamente contra las facciones. plaza de paisano, y sin mas armas que su bastón, y extrañan­
»7.'1 El restablecimiento de las diputaciones provinciales. do encontrar las cosas en el mismo estado que las habia deja­
. »8.a Presentar á las próximas Cortes una nueva ley de do algunas horas antes, reconvino amigablemente á los co­
elecciones sobre bases amplias y populares. mandantes de que no se hubiese cumplido el acuerdo de la
»9.a La libertad de imprenta, sujetando su ejercicio á las noche anterior. Departía familiarmente el general con Sauz
garantías que reclama el interés de la sociedad. y los comandantes acerca de que no se difiriese, lo pactado,
»10. La inmediata reunion de las Cortes, con el objeto de cuando acudieron en derredor del grupo que juntamente con
coadyuvar á las benéficas intenciones de V. M. Quesada formaban, varios oficiales de la milicia, y sin que hu­
»Y como medio de asegurar la ejecución de estas determi­ biese mediado entre los congregados la menor expresión irri­
naciones, la composición de un ministerio, cuyos miembros tante, los recien llegados urbanos prorumpioron en gritos de
no se encuentren ligados por opiniones y votos contrarios á viva la Constitución de 1812.
las medidas de pública salvación, cuya adopción pedimos ren­ Queda dicho anteriormente la antipatía que semejante in­
didamente á V. M. vocación producía en el ánimo del general, quien con la viva­
»Madrid 1Q de agosto do 1835. Siguen las firmas de los co­ cidad y energía que le caracterizaban, mirando la aclamación
mandantes y de varios individuos por clases de los cuatro dirigídolo como un insulto personal, alzó el bastón en ademan
batallones.» de descargarlo sobre ol que tenia mas próximo de los vocea­
El general Quesada que, como queda dicho, sabia muy dores. Aquel acto violento é impremeditado montó en cólera
bien lo quo se trataba, y quo llegó momentos despues á los agredidos, y habrían procedido á vías de hecho contra
de hocha la lectura de la exposición quo tan perfectamente el general, á no ser esto defendido por los que lo rodeaban.
conocida le ora, se ofreció á acompañar al ministerio del In­ Impedidos los agresores de poner sus manos sobre el pode­
terior donde se li aliaban los ministros á los oficiales designados roso aliado del que querían hacer una víctima, lanzaron des­
para ir á la Granja á presentar la petición á S. M. Do los cua­ aforados gritos do muera, interina duras penas se esforzaban
tro ministros que tenían asiento en el gabinete, por no haber por calmar el tumulto y por sacar al general del peligro, Sanz,
llegado aun á España Mendizabal nombrado para el do Ha­ el ayudante don Ventura do la Vega, el miliciano don Luis
cienda, dos, el conde de Toreno y el marqués de las Amari­ Gonzalez Brabo, don Andrés Borrego y algunos amigos de
llas, se hallaban con la Reina en la Granja y solo representa­ estos, los que cubriendo con sus cuerpos al amenazado gene­
ban en aquel momento al gobierno en Madrid, el ministro del ral, lo sacaron de los portales, bajo cuyas bóvedas habia ocur­
Interior don Juan Alvarez Guerra y el de Gracia y Justicia rido la escena, y con trabajo procuraban conducirlo en direc­
don José García Herreros. ción do la mas próxima do las salidas del recinto, cuando
Ambos recibieron con deferencia y resignación á los comi­ afortunadamente so destacaron de las compañías (pie ocupa­
sionados, conviniendo en que se les expidiese pasaporte para ban Jos portales llamados de Guadalajara, grupos de milicia­
la Granja sin que ninguno de los dos secretarios del Despacho nos que, sabedores como lo estaban de la parte amistosa y
profiriese la menor palabra de protesta contra el acto al que protectora que el general habia tomado en ol movimiento,
acababan de prestar su aquiescencia. corrían hacia el grupo salvador dando nutridos gritos de vi va
Llevado el asunto á este terreno de conformidad, y á fin de él general Quesada- Aquella oleada de entusiastas aclamacio­
que ol gobierno tuviese la situación menos desairada posible, nes contuvo y paralizó la inquinili de los que habían proferido
propuso Quesada que la guarnición que Ezpcleta había hecho los gritos de muerte, y favorecidos por el inesperado auxilio,
poner sobre las armas, y que permanecía en situación ¡perfec­ los que acompañaban al general lograron conducirlo hasta la
tamente inofensiva, volviese á sus cuarteles, debiendo reti­ entrada de la calle do Felipe III, donde saltando una informe
rarse igualmente á sus casas los milicianos reunidos en la barricada formada la noche antes, tu vieron la satisfacción do
plaza, dejando únicamente un piquete de reten que permane­ poner en salvo al que acababa do encontrarse en tan inmi­
cería (aunque siendo relevado) como de servicio hasta el re­ nente peligro.
greso de la comisión que debía salir para la Granja. Los que hayan conocido cuánta era la bravura, la energía
Traída por Quesada esta resolución y mutuo acuerdo al y la característica impresionabilidad de don Genaro Quesada,
cuartel de la plaza donde se hallaban reunidos los coman­ encontrarán ser una expresión tenue mas bien que una exa­
dantes, aplaudieron estos el próspero término á que la crisis gerada figura retórica, que digamos que la irritación y la ira
había llegado, y despidióse de ellos Quesada en la persuasion que en aquellos momentos se apoderaron del hombre genero­
tic que se llevaria defecto lo acordado, retirándose en seguida so que acababa de ser objeto de tan indigno tratamiento, po­
á su casa el general altamente satisfecho del desenlace al que dia mas bien comparar.su á la ciega rabia do la fiera herida en
bien podia pensarse habia llegado la situación. el desierto que al resentimiento natural en el hombre público
Pero durante aquella noche y aprovechando las altas horas ofendido. Desdo aquel momento no escuchó Quesada consejo,
do la misma, los que no estaban en el secreto de los medios á ni atenuación que lo distrajera del propósito do vengar su
que era debido el resultado obtenido, habían agitado el ánimo agravio, y de probar á los insensatos que habían desconocido
de los milicianos. dónde habia residido su verdadera fuerza, lo impotentes que
El destacamento de un batallón, no perteneciente á los re­ habían sido y eran para dispensarse do la benevolencia del
unidos en la plaza, se habia apoderado de la imprenta Real, hombre, en cuya mano estaba haber hecho triunlar un movi­
y hecho imprimir una circular, especie de boletín de carácter miento que vino á fracasar en los momentos en que su éxito
revolucionario. Otros agentes, de los que tenían interés en era completo.
que ol movimiento tomase mayores proporciones, habían tra­ Con la velocidad del rayo trasladóse Quesada al ministerio
bajado y conseguido extraviar el espíritu de los milicianos del Interior donde se hallaban reunidos los dos ministros re­
para que en vez de llevarse á efecto el acuerdo de que se res­ sidentes en Madrid, y ebrio do cólera, denunció lo que en su
tituyesen á sus casas quedando solo sobre las annas el roten sentir constituía la desloalfad de los hombres por quienes ha­
convenido, se negasen á cumplir lo estipulado. Aquellos agen­ bia abogado algunas liorasant.es, y poniendo á disposición del
nt H ISTO RIA DE ESPAÑA

gobierno su person:! y la guardia de l<a que en .absoluto dispo­ imprudencia do los urbanos que lanzaron gritos de, muerta
nía, so ofreció á reducir instantáneamente por la fuerza á los contra Quesada, incidente en el que es muy verosímil ejercie­
sublevados. ron decidido influjo los que seguían las inspiraciones de Avi-
Los ministros atribulados Inasta aquel momento respiraron, raneta, cuyas apreciaciones parece ser las que han servido de
nombraron á Quesada adjunto al Capitari general, cuyo man­ norte al ilustrado autor de la Historia da la guerra civil.
do en propiedad obtuvo algunas horas despues, y poniendo en No existían por entonces en Madrid los elementos que hu­
sus manos todas las fuerzas de la guarnición, conñriéronsele biesen podido hacer triunfar un movimiento declaradamente
además plenos poderos para acabar con la comedia de insur­ revolucionario, pues aunque en realidad el espíritu de la mi­
rección que., cual castillo de naipes, debía caer en el momento licia y de aquella parte de la guarnición que simpatizaba con
que la entregaba á su propia contextura el mágico poder que las ideas mas avanzadas, constituían un elemento dispuesto á
la liabia levantado. dar á los sucesos un giro abiertamente radical, ínterin la Gtiar-
Interin Quesada revestido del mando superior, tomaba sus dia y Quesada permaneciesen fieles á la legalidad existente, no
disposiciones y hacia ocupar todos los puntos que conducían habia posibilidad do derribar por la fuerza al gobierno, juicio
á- la plaza Mayor, en la que quedaban bloqueados los batallo­ que completamente justifica el hecho mismo de no haberse
nes de urbanos cuya desorganización no tardó en manifestar­ resuelto á obrar la milicia, sino despues de haber adquirido
se con la retirada parcial, pero multiplicada de los individuos sus jefes la seguridad de que no serian hostilizados por la
que, conociendo la falsa posición en quo se hallaban, dejaron Guardia.
los fusili-s cu paladiones y se retiraron á sus casas, otros mas Viniendo ahora á apreciar el asunto bajo su punto de vista
ominados y menos previsores, permanecieron dando oidos á político, basta leer la representación á la Reina atribuida
los c o n se jo s de lo s amigos do Avirancta, prestándose á sacarlo á Borrego, para convencerse de que ella tenia por objeto
de la c á rc e l, y restituido que este so vió á la libertad, propuso operar sin revolución, sin subversion de la legalidad, todas
planes mas ó menos aventurados, pero á los que acabaron por las mejoras, todos los resultados aceptables que podían espe­
no prestarse los mismos que debían ponerlos por obra. rarse del programa de las juntas alzadas en las provincias,
Desengañados al cabo los milicianos, trataron ya tan solo resultados que se hubiesen obtenido, con arreglo al formula­
los que aun permanecían reunidos en la plaza de la mejor do de la representación de la milicia urbana de Madrid sin
manera de salir de ella, y no faltaron mediadores que se inter­ otra diferencia que la de que se habrian debido á la conquis­
pusieran entro los deseos de los atribulados urbanos y el in­ ta moral de la opinion pública, obtenida por medios legales,
terés ipie el gobierno y el mismo Quesada tenían en poner en vez de ser debidos á la inmediata proclamación de la Cons­
término á la agitación sin derramamiento de sangre. titución de 1812, la que verificada un año despues, no condujo
Es antiguo síntoma de nuestras revueltas políticas que en á otro término que á la sustitución de aquel código por el
los momentos en que los partidos amenazan venir á las ma­ de 1837, reforma que muy bien podria haber sido obra de unas
nos ó cuando alguno do ellos lleva la peor parte, se presenten Cortes producto de la nueva ley electoral que pedia la exposi­
en uno ú otro campo mediadores benévolos que procuren evi­ ción de la milicia y que en realidad vino á ser lo que mas tar­
tai1desgracias ó simplemente contraer méritos que los señalen de dieron cumplido las constituyentes de 1836.
¡i la pública consideración. Los datos que arroja la fiel historia que acabamos de trazar
Pocas personas distinguiéronse á igaial grado que el di­ de la insurrección del 15 de agosto comparados con los que
funto don Vicente Bertrán de Lis en la posesión de las cuali­ contienen las dos obras que hemos citado, suministran á los
dades de benévolo mediador en. dificultades de la especie de hombros pensadores y sensatos y al público cu general los
las que pesaban sobre Madrid en la segunda mitad del dia 16 medios de discernir la verdad entre los diferentes asertos y
de agosto. Presentóse el don Vicente en la plaza, habló con pruebas que encierran ambas versiones.
los milicianos, hallólos dispuestos á deponer toda actitud hos­
til y como en el ministerio donde se habia avistado con su DOCUMENTO NUM. I
paisano y respetable amigo don Nicolás María fíarely, habia PLAN DE AV IR ANETA
este, secundado las indicaciones de Bertrán de Lis, logró aquel
que los ministros autorizaran al último á que fuese á manifes­ Habíase en tanto dado libertad á Avirancta alas once del 16,
tar á los milicianos que si deponían las armas y se retiraban dia festivo, y púsose en comunicación con varios jefes y ofi­
tranquilamente sí ñus casas, no serian perseguidos, pudiendo ciales de la milicia, desconfiados ya de la empresa, extrañando
considerarse como amnistiados. aquel sobremanera no hubiese una cabeza que dirigiese. No
Mas ínterin se ajustaban estas negociaciones, Quesada ha­ se habia nombrado, en efecto, junta; todos hablaban y propo­
bia adelantado fuerzas destinadas á hostilizar el recinto de la nían, sin que recayese, con tanta divergencia de pareceres,
plaza, de manera que hiciesen toda resistencia inútil. Temero­ acuerdo alguno. En vano trató Avirancta, en compañía del
sos los ministros al saberlo, do que admitidas las propuestas capitan M. del B. do que se formase una ju nta que reanimase
de sumisión traídas por Bertran de Lis y los oficiales de la mi­ el espíritu, que comenzaba á decaer, de la milicia y tomase
licia que lo acompañaron, llegase Quesada á extremos que medidas capaces de dar cima al pronunciamiento. Habló al
consideraban peligrosos, apresuráronse á enviar al superinten­ efecto al Capitan general de ejército, duque de Zaragoza, y á
dente general de policía en persona, para que invitase al ge­ otros personajes conocidos de prestigio y posición autorizada,
neral á, suspender el ataque. Incomodóse Quesada, llevado de mas todos se negaron. Era tarde: se habia dejado escapar la
su resentimiento, de lo que miró como un acto de debilidad ocasión. Consultado entonces Avirancta acerca de la situación
por parle de los ministros y reconvínolos duramente, pero y del partido que convendría tomar en tan apuradas circuns­
lograron sin gran dificultad calmar la generosa índole de aquel tancias, manifestó con franqueza que habia fracasado el pro­
hombre benévolo y honrado, y ocupada pacíficamente la plaza nunciamiento por haber dejado pasar tanto tiempo sin hacer
Mayor por las tropas, se apoderó Quesada dennos setecientos nada, tiempo que el gobierno liabia aprovechado para prepa­
fusiles abandonados por los milicianos, habiendo desaparecido rarse y desalentar á muchos, siendo de opinion que, como
desde la. mañana del 17 tede vestigio de la abortada manifes- ■medida extrema, y ante la imposibilidad de salir airosa de un
taciuti. choque contra la guarnición, saliese la milicia á Guadalajara,
En presencia de la precedente fiel relación de los hechos, donde se pondria en comunicación con los pronunciados de
talesCuales realmente acaecieron, deja de ser sostenible 3a Zaragoza, asegurando que desde luego vendría á reunírselo
version de los que han afirmado que 'Ventura de la Vega, Es- un regimiento do caballería, mandado por su amigo el coronel
pronceda y Borrego, fueron si no los directores, los que echa­ don Antonio Martin, hermano del Empecinado, con quien es­
ron fi. perder un movimiento cuyos resultados habrian tenido taba en inteligencia.—Extracto de la. Historia de la Guerra
el muy .satisfactorio que llegó á alcanzarse y que malogró Ja civil por don A. Pirula; tomo 2.", pág. 147.
EDAD J IO n m iN A
t)ó

C A PITU LO IV pueblos, y al comunicarlo á V. S. lo prevengo <le real orden,


acuerde las mas oportunas disposiciones, á finde que se man­
Efímera y negativa victoria del gabinete Toreno tenga á toda costa el sosiego público, tanto en la capital como
Extrémase el movimiento insurreccional en las provincias.—Pronuncia­ en los pueblos de esa provincia.
mientos de Málaga, Granada, Cádiz, Huelva, Jaén, Valencia, Murcia »Dios guardo á V. S. muchos años.—Madrid 10 de agosto
y Castilla. de 183(1.— Alvarez Guerra.—Señor......
El ministro que suscribía esta circular, dejaba su puesto
Vencido y deshecho el movimiento del 15 de agosto, recupe­ breves dias despues á don Manuel de la Riva Herrera, gober­
ró el gobierno una fuerza facticia de la que se apresuró á nador á la sazón de Burgos, sujeto que gozaba la reputación
hacer un uso mas ostensible que realmente provechoso. de hombre de grande energía.
Una Gaceta extraordinaria publicada el 17 por la tarde, A fin do contentar al general Quesada que vino á sor ol
declaró á Madrid en estado de sitio. Al siguiente dia 18, sé Deus ex machina de aquella situación, salió del ministerio
creó una comisión militar para los que fuesen aprehendidos de la Guerra el marqués do las Amarillas, á quien reemplazó
formando grupos ú ofreciesen resistencia á los mandatos de un venerable general que coni aba mas de. ochenta años, el
la autoridad, disponiéndose además que en caso de alarma, la duque de Castro terreno.
comisión militar juzgase breve y sumariamente á los apre­ Completó su gabinete el conde de Toruno siendo nombrado
hendidos, facultándola á hacer ejecutar inmediatamente las para Marina el almirante Sartorius en reemplazo del general
sentencias. Mandábase al mismo tiempo disolver los batallo­ Alava que no había aceptado dicha cartera.
nes de urbanos que habían prestado apoyo al movimiento, y Antes cpie la preinserta circular llegase á las provincias,
oran arrestados en la Granja y trasladados al cuartel de San habíase propagado en casi todas ellas el fuego de la insurrec­
Nicolás en Madrid los individuos do la comisión de la milicia ción. En Valladolid el capitan general interino Castañon, no
enviados al real sitio en la mañana del 1(1, con conocimiento obstante que contaba con una guarnición numerosa, accedió
do los ministros residentes en la corte, en calidad de comisio­ á la formación de una junta que decretó la exclaustración de
nados, portadores de la representación suscrita por los bata­ los frailes, la terminación de las causas pendientes de conspi­
llones alzados. ración y la destitución do los empleados considerados como
Pero estas medidas de mas estrépito que efecto, queda­ desafectos. Otro tanto hacia el 17 el general Jalon en Sala­
ban prácticamente anuladas por el influjo que sobre el ánimo manca á petición de los pronunciados en aquella ciudad.
público y sobre el mismo gobierno ejercían las noticias que se Málaga se alzó el dia 18 y el 11) lo efectuaba Cádiz donde
recibían de las provincias, en las que iba generalizándose y fueron saqueados algunos conventos.
fortificándose el espíritu de rebelión. Mas si semejante influjo El movimiento de Málaga comenzado por la simple medida
coartaba al gobierno para que llevase á cabo medidas de rigor, de la expulsion de los frailes, adquirió el 23 de agosto un ca­
no dejaba por esto de mostrarse pródigo en cuanto á dirigir rácter mas pronunciado, habiéndose en dicho dia proclamado
amenazas á los enemigos que tenia léjos, y en cuanto á inti­ la constitución de 1812 y constituido una junta que tomó el
midar á los que se hallaban cerca, reducíanse estos á los ha­ nombre de Directiva de gobierno, por la que se dispuso la
bitantes de las provincias limítrofes y á los de algunas locali­ supresión de la policía, la abolición de los derechos de puer­
dades de escasa importancia. Seguro el ministerio de que tas, la separación de los empicados y el envío á Granada do
ningún peligro inmediato podria derribarlo, ínterin lo man­ una columna de dos mil movilizados encargada de propagar
tuviese en su puesto la voluntad de la Reina y pudiese con­ el movimiento revolucionario.
tar con que Quesada impondría á los revoltosos, se mantuvo Con el pronunciamiento de Málaga había coincidido el de
Toreno flotante entre afectadas apariencias de severidad y Cádiz, donde llegada el dia 21 la noticia de los sucesos de
tardías concesiones á la opinion que continuaba por su parte Madrid, halló dispuesto el ánimo de los urbanos á simpatizar
sorda á todos los halagos del ministerio. con la abortada tentativa de sus compañeros de Madrid.
Untre las medidas de la primera clase debe señalarse la Existía entro el comercio de aquella ciudad un disgusto
prisión de los procuradores á Córtcs, Galiano y Chacon, las ocasionado por haberse cerrado los Estamentos, sin que se
pesquisas hechas, aunque sin resultado, para apoderarse de hubiese votado la ley del arreglo do la deuda interior, disgus­
las personas de otros tres diputados, que lo eran el conde to que unido al que producía el estado de la guerra y las exi­
de las Navas, don Javier Isturiz y don Fermin Caballero, los gencias no satisfechas del partido liberal, dispuso á los urba­
que con la mayor facilidad y sin peligro, lograron sustraerse nos de Cádiz á pronunciarse contra el gobierno, movimiento
á la vejación contra ellos decretada. apoyado por un regimiento de la guarnición mandado por
No quiso el gobierno dejar ignorar á las provincias su apa­ el coronel. Osorio, al que se asoció el gobernador de la
rente triunfo, é impuso mas bien que obtuvo, de Alvarez plaza Hore, el mismo que pocos dias antes y con motivo de
Guerra, que expidiese una circular concebida en los términos los pronunciamientos de Zaragoza y Barcelona y Reus, se
siguientes: habia opuesto á que se hiciese en Cádiz igual manifestación.
«Ministerio del interior.—Primera sección.—Un acto de es­ El 23 constituyóse una junta elegida por representantes de
candalosa insubordinación de una pequeña porción de la mi­ las compañías de urbanos, y presidida por Hore. El primer
licia urbana, puso en grave compromiso la tranquilidad de acto de aquella autoridad, fué el de dirigir una exposición á
esta capital en la tarde del 15 del actual, sobre todo desde el la Reina solicitando la destitución del ministerio y la reunion
momento en que á favor del toque de generala acordado por de Córtcs constituyentes.
los sediciosos consiguieron estos reunir en la plaza Mayor, El 25 del mismo mes so instalaba la junta de Algeciras á la
parto de los batallones l.°, 3." y 4.°. Hombres audaces, que se que servia de compañera y de sosten la do la vecina ciudad
suponian apoyados por la fuerza destinada á proteger el orden de San Roque, al mismo tiempo que Osorio salia de Cádiz á la
y la tranquilidad pública, han intentado sumir al pueblo en cabeza de una columna y extendía por los pueblos de la pro­
la anarquía; pero el ilustrado celo de las autoridades superio­ vincia el movimiento que habia triunfado en la capital.
res, secundado por la imponente actitud de las tropas de la El gobernador del Puerto de Santa María destacó tropas
guarnición y do tina parte de la misma milicia, y por la jui­ para oponerse á la entrada de Osorio, pero los^ soldados en­
ciosa sensatez del pueblo, consiguió desde luego circunscribir viados contra la columna gaditana se pasaron á ella y Vaca,
á un punto el fuego de la insurrección armada, y descubrien­ quo este era el nombre del gobernador del Puerto, acusado
do á la inmensa mayoría do los individuos de la milicia urba­ de reaccionario fué destituido, preso y enviado al castillo do
na el precipicio á que muy pocos quieren conducirles, se res­ Santa Catalina. Del Puerto de Sania María marchó Osorio á
tableció completamente el orden retirándose todos á sus casas Sanlúcar y á Jerez donde hizo cerrar los conventos, y obte­
sin que baya habido necesidad de verter ni una sola gota de nido que hubo este resultado y la obediencia de aquellas dos
sangre. S. M. la Reina gobernadora que mira con justa indig­ importantes poblaciones á la autoridad de la Junta gaditana,
nación tales demasías, ha adoptado ya medidas rigurosas para se disponía á marchar á Sevilla, cuando le llegó la noticia del
evitar que se reproduzcan con mengua del gobierno y de los pronunciamiento de aquella capital.
14
T omo V I
% Il I S T O R I A D E E S P A Ñ A

Ocupaba l:i capitanía general do Andalucía cl principo ele salvadores de la independencia nacional con apoderarse de los
Angl ona, hombre quo Ian señaladas pruebas de firmeza de fondos públicos, decretaron una fuerte contribución forzosa,
carácter tenia dadas desdo la primera época dol régimen cons­ rigurosamente exigida al comercio y á los pudientes de la
titucional, y consecuente á sus tradiciones de legalidad y de ciudad y de la provincia.
érden, se opuso y reprimió una tentativa bocha en la mañana A los diez dias de aquella alharaca de pronunciamiento pre­
del 30 de agosto por la milicia urbana, cuyos batallones re­ sentábase el general Sebastiani á las puertas de Málaga, en la
unidos en sil cuartel, habían aclamado la caída del ministerio que penetraba sin hallar í-esistencia, habiéndose embarcado
y la reunion do Cortes constituyentes. Intimidados los urba­ Abollo y los junteros, algunos de los cuales fueron aprehendi­
nos ante la actitud del Capitan general, cedieron y apaci­ dos por los franceses, entre ellos el presbítero Berrocal y ama­
guóse por el momento la manifestación, pero conocido por necieron colgados de ios balcones de la cárcel de Málaga.
los urbanos de Utrera el mal éxito de la tentativa do sus com­ El jefe militar de aquel movimiento, quien en su mando ele
pañeros de Sevilla, dispusieron marchar en su auxilio, resolu­ quince dias en 1810 expidió con profusion despachos de ma­
ción que su comandante avisó al jefe de los de Sevilla. riscales de campo, de brigadieres y de coroneles á simples
l.)ió este aviso do la novedad al gobernador civil, el que sin paisanos, y que se adjudicó á s i mismo el de Capitan general
contar con el Capitan general convocó ¡í lina ju n ta do nota­ vivo y efectivo de los todavía denominados reales ejércitos,
bles, ó ínterin que esta deliberaba, el batallón de voluntarios era el mismo que en agosto de 1835 reasumía las facultados
de Andalucía dió el grito de /riva la Constitución! grito que de presidente do la ju u ta revolucionaria de Granada.
fué secundado inmediatamente por los urbanos. Ante la de­ Ejerciendo las mas latas atribuciones do la autoridad sobe­
fección de la fuerza armada que debia sostener sus providen­ rana, el resucitado de 1810 promulgó toda clase do reformas
cias, tuvo Angiomi que traspasar el mando al marqués de la de carácter politico y económico, nombró y separó empleados
Concordia y salir disfrazado de Sevilla para sustraerse al furor y despues de haber acordado el dia 29 pedir á la Reina que
de los sublevados. Inmediatamente despues formóse una ju n ­ las venideras Córtes estableciesen una constitución, al siguien­
ta de gobierno á cuya cabeza figuraron el nuevo Capitan ge­ te día 30 promulgaba la de 1812, mandando instalaren todos
neral y el gobernador civil. los pueblos de la provincia ayuntamientos formados con ar­
lía columna que do Málaga so dirigió á Granada para ase­ reglo á lo prescrito por aquel código. La víspera habia entrado
gurar el pronunciamiento do esta última provincia, debia en Granada la columna de Málaga compuesta de milicianos y
encontrar á la milicia urbana de su capital bastante dispues­ de paisanos armados.
ta á secundar el molimiento, disposición que nacía del des­ El octogenario general Campana, quien merced á la funesta
contento que recientemente había surgido entre su coman­ celebridad que adquirió de resultas de la matanza ejecutada
dante y el Capitan general Rojas sobre la entrega del antiguo en Cádiz en marzo de 1820 por el batallón de guias del ejér­
estandarte de la milicia nacional. cito expedicionario, habia desempeñado los altos cargos de
La noticia de la aproximación de la columna de Málaga, capitan general del distrito de Granada y del de Sevilla, fué
agitó como no porlia menos de sucederá los impacientes, álos sacado de su casa de campo y conducido á la cárcel pública
(pie irritó sobremanera el destierro, ordenado por el Capitan de la que afortunadamente logró salir desterrado para el ex­
general, de Villapadioma, coronel del cuarto regimiento de tranjero.
caballería. Esta medida, que acabó de exasperar á los urbanos, Al pronunciamiento de Granarla siguieron inmediatamente
motivó que se formasen corrillos en las calles, y que se convo­ los de Almería, Córdoba y Jacn. El autor do los À nales del
case el acuerdo. Interin deliberaban las autoridades, anuncióse reinado de doña Isabel II, hace de la junta do Córdoba el
la inmediata llegada de la columna de Málaga y los urbanos merecido elogio de haberse mostrado moderada en sus provi­
y la tropa inmediatamente prorumpioron en unánimes gritos dencias, toda vez que formaron parte de ella las autoridades
de ¡viva, la Constitución ' y ante semejante acumulación de constituidas, y hecho mas singular todavía, observa que un
elementos perturbadores, el general Rojas tuvo que dejar el ! fraile figuró en aquella corporación en una época en la que el
manilo, siendo reemplazado por un sujeto do antigua y algo hábito religioso era un signo de proscripción.
burlesca historia, acerca de la cual, por no considerarla des­ En Galicia la ju n ta del Ferrol se mostró también comedi­
provista de interés, vamos á permitirnos un ligera digresión. da, pues ni proclamó la Constitución del año 12, ni dió por
Cuando mi 1810 y do resultas de la batalla do Ocaña pasa­ abolido el Estatuto, limitándose á la clausura de los conven­
ron los franceses Ilespeñaporros, adelantándose sin encontrar tos, á la remoción de los empleados desafectos, á pedir una
resistencia hasta el corazón do Andalucía, en los mismos dias ley electoral y el pronto y favorable despacho de las peticio­
en que la junta central abandonaba á Sevilla, y en los que no nes elevadas al trono por los Estamentos.
exislia el menor elemento serio de resistencia que poder opo­ Algunos dias despues de la creación de la del Ferrol, insta­
ner á los franceses, un procurador, un clérigo y un oscuro co­ láronse juntas en la Coruña, Pontevedra, Lugo y Orense.
ronel retirado, se propusieron en Málaga renovar una parodia No quiso Extremadura desairar el cuadro de los pronun­
del gran levantamiento nacional de 1H08. Calculando el parti­ ciamientos que constituyeron la orden del dia de aquella
do ijiie podían sacar del temor y de la indignación que excitaba época y señaló su instalación con la inofensiva providencia
la aproximación de los franceses, la ayuda que poclia ofrecer­ de decretar que la milicia urbana se denominase milicia na­
les el gran número do dispersos del ejército que acudían por cional, medida que indirectamente mostraba la simpatía de
todas partes, y la general disposición do la muchedumbre de la junta en favor del régimen de 1812.
aquel vecindario á tumultos y á bullangas, propiciáronse los Anteriormente hemos hablado de la ju n ta de Valencia que
conjurados la devoción do un par de centonares de ilusos presidió el conde de Almodovar y acerca de cuya gestion pro­
y de desalmados, y reunidos en confabulación los tres conspi­ cede no guardar silencio relativamente al importante acuer­
radores auxiliados por los hermanos del procurador San Mi­ do por ella tomado, en virtud del cual invitó á las provincias
llau, confeccionaron en una noche todo un sistema de gobierno. limítrofes de Alicante, Castellón, Murcia y Albacete, á enviar
Pusiéronlo en planta al dia siguiente, comenzando por arres­ representantes á lade Valencia concurriendo con ella á efecto
tar á las autoridades, á los Capitanes generales don Gregorio de tomar de común acuerdo la imponente actitud que reque­
Cuesta y el conde de Colomera quo se hallaban en Málaga de ría el afianzamiento de la libertad, junta que dando ensanche
cuartel, prodigando despachos do grados superiores en el ejér­ á sus disposiciones y habiendo dispuesto un armamento ge­
cito, á los oficiales que procedentes del mismo habían llegado neral, aplicó para sufragar tales dispendios, los bienes de las
dispersos, nombramientos que oran expedidos á nombro de comunidades religiosas suprimidas y los impuestos ordinarios
una fantástica junta, de salvación compuesta del coronel Abo­ y extraordinarios que so reservaba establecer, acogiendo ade­
llo de San Millan, el cura Berrocal y varios do sus allegados. más aquella ju n ta la invitación de la de Barcelona que ante­
Decretaron un levantamiento en masa, la formación de nume­ riormente tenia propuesto el establecimiento de una especie
rosos cuerpos, que no tuvieron otra existencia que la que les do federación de los pueblos de la antigua corona de Aragon,
diera el papel en que se inscribió su creación, mandaron reco­ como medida de precaución en el caso de que el gobierno de
ger la plata de. las iglesias, y no contentas los improvisados Madrid se negase á acceder á las exigencias de las provincias
EDAD MODERNA <17
pronunciadas, y para dar todavía mayor colorido á su políti­ volución se desbordarse, cobraron ánimo de resultas del des­
ca, la audiencia y el gobernador civil do Valencia, dirigieron enlace del abortado movimiento del ló do agosto, y consigna­
una exposición á la Reina en la que manifestaban que las ron en actos públicos su adhesión al gobierno que en sus
peticiones llevadas a la Granja el 1(5 do dicho mes por los ur­ circulares se presentaba como vencedor de la revolución.
banos de Madrid, no eran peculiares suyas, sino que expre­ Mas á estas débiles y puramente nominales demostraciones
saban los votos de los de Va, ‘encía, Aragon y Cataluña y de de adhesion al ministerio, respondían las juntas con nuevos
los hombres de bien de la nación entera. actos de vigor, habiéndose la de Valencia despojado de su ca­
rácter de autoridad puramente provisional, para erigirse en
CA PITU LO V junta de gobierno de los reinos de Valencia y Murcia, ponién­
De Toreno á Mendizabal dose en combinación al electo no solo con las autoridades es­
pañolas, sino habiendo acordado dirigir un manifiesto á Jas
Desesperada lucha eutre el gabinete y las ja u tas.—Algido período de naciones aliadas Inglaterra, Francia y Portugal, en el que la
anarquía.—Fallidas esperanzas de intervenuiou.—Don Juan Alvarez junta sentaba la esperanza de que los gobiernos de aquellas
y Mendizabal. naciones no se manifestarían opuestos á los principios libera­
les que la junta representaba, y no contenta con promulgar
La filcfl victoria alcanzada por el gobierno á consecuencia actos que solo habrían estado en su lugar si hubiesen emana­
del abortado movimiento del ló de agosto, victoria exclusiva­ do de un gobierno revestido del carácter de ejecutivo na­
mente debida al involuntario apoyo que la imprudencia do cional, se invitaba á la junta permanente de Cataluña y á la
los urbanos de Madrid condujo al general Quesada á prestar de Zaragoza á que se uniesen al pensamiento de crear una
á un gabinete que había querido derribar, se propuso utili­ central gubernativa de los territorios que compusieron la an­
zarla el conde ele Toreno, haciendo alarde de un vigor y de tigua corona de Aragón.
una energía completamente ficticios, pues nada desautoriza Una tentativa lincha en Murcia, y que se comunicó á Cartage­
tanto á un gobierno como blasonar de una fuerza que no na, á efecto de seguir en la obediencia del gobierno de Madrid,
posee. viósc muy pronto supeditada por la influencia délos pronun­
Apremiado el gabinete por la casi independencia en que se ciados de Valencia, que condujeron á proclamar la constitu­
liabia constituido Cataluña, Valencia, Murcia y toda Andalu­ ción de 1812 y á legislar en materias de Hacienda, decretando
cía, pero seguro de ser obedecido en Madrid al abrigo de su además la libertini do imprenta, que aunque de hecho existia
guarnición y bajo la benévola pero poco espontánea protección en las capitales de provincia á favor de la opinion vencedora,
de Quesada, creyó poder sacar fruto de la victoria de este, y ninguna junta la liabia proclamado como institución cuya
habiendo reducido al silencio á la prensa de oposición en la existencia se reconociese.
capital, merced á la omnímoda potestad de que lo revestía la Todavía fué mas allá la junta de Valencia secundando la
censura previa y la declaración de estado de sitio, aprovechá­ iniciativa de las de .Barcelona y do Zaragoza, relativamente á
base de la seguridad de no poder ser contradicho, y lanzaba sus acuerdos de resistencia abierta á los actos y resoluciones
en la Gaceta amenazadores artículos contra la insurrección de del ministerio contra los movimientos insurreccionales.
las provincias, al mismo tiempo que expedia un decreto, por Aquella junta declaró hallarse dispuesta á resistir ínterin
el que eran anatematizadas las juntas, acusándolas de usur­ no desapareciese la actitud hostil de los enemigos del trono y
padoras de las prerogativas del trono, decreto por el que se consignó en una exposición dirigida á la Reina, que no se di­
declaraba que la Constitución de Cádiz y las peticiones para solvería por exigirlo así la seguridad pública, y hasta la mis­
la reunion de Cortes eran atentados calificados con el nombre ma personal de sus individuos.
de abominables crímenes, conminándose además con la deci­ Dio igualmente á luz aquella junta un manifiesto á la nación
dida resolución en que estaba el gobierno de perseguir hasta en el que acusaba al gobierno do que en vez de premiar los
el exterminio á los fautores de los actos que en sus decretos servicios de los pronunciados los calificaba de infames, y de­
denunciaba. nunciando á su vez la junta el manifiesto de Toreno como
A las autoridades de las provincias se ordenaba que no initante y atroz, lanzaba violentísimas diatribas contra el jefe
cumpliesen ni permitiesen que se cumplieran las órdenes de del gabinete.
las juntas, respecto de las cuales disponía el gobierno hacer res­ «No mas treguas, decía á su vez la junta do Zaragoza, no
ponsables ásus individuos, del uso que hicieran de los fondos mas fantasmas, no mas apatía, no mas abusos, no mas dicta­
públicos, prodigando amenazas de todo género, al paso que so duras, no mas transacciones ominosas.» Y no se contentó con
baciali promesas de concesiones en sentido liberal, en la es­ esto aquella corporación; erigióse en gubernativa superior do
peranza de provocar una reacción favorable al gabinete. todo el antiguo reino de Aragon, y afirmando que obraba de
Entre las medidas dirigidas á neutralizar el descontento de acuerdo con las do Cataluña y Valencia se expresaba en estos
los liberales, debe ser mencionado el decreto que mandaba términos: «fié aquí cómo el orgullo y petulancia de un mi­
devolver á los compradores de bienes nacionales las fincas de nistro revolucionario tiene sitiadas mi el Pardo las personas
que habían sido arbitraria é Regalmente despojados en 1823; reales, con un cordon sanitario para impedir que el clamor
decreto de ineficaces resultados, como medio de granjearse la nacional tenga ascenso al trono, produciendo un efecto dia­
opinion y que acusaba de parte del gobierno una debilidad que metralmente opuesto al creado por su descarriada fantasía.
no podia escapará la sagacidad de sus adversarios; en primer La nación queda restituida por la misma política del ministe­
lugar, porque las juntas habían ya de por sí dispuesto la rio á su primitivo estado social. El ha disunito los débiles
devolución de dichos bienes, lo cual privaba al conde do To­ vínculos que le unían con el pueblo.
rcilo del crédito quo le habría valido la iniciativa de la devo­ »Este usa legítimamente de su derecho de insurrección y
lución si la hubiese decretado cuando podia ser considerada continuará en la actitud que lia adoptado hasta verse consti­
como hija de la equidad, y en segundo lugar, porque habien­ tuido como corresponde á la dignidad nacional. De hoy mas
do el ministerio declarado oficialmente que reservaba el asun­ en lugar de reverentes exposiciones, solo presentaremos bata­
to á la resolución de las Córtes, separándose ahora de lo que llones, y los himnos de la libertad y de la victoria, serán ento­
tenia anunciado, incurría en la alternativa de contradecirse nados por nuestros valientes sobre los alcázares de los orgu­
ó de parecer que cedia á la fuerza. llosos sibaritas que quieren dominarnos. »
Al mismo tiempo cometia cl conde de Toreno el desacier-. Al compás de semejantes exageraciones, una prensa desen­
to do nombrar para las provincias sublevadas autoridades que cadenada dirigia proclamas y manifiestos contra el conde de
no eran recibidas en ellas, con lo que se ponia mas de mani­ Toreno, en odio al cual todo se 1<» creían permitido. El perió­
fiesto la impotencia del poder que las enviaba. dico que de mayor circulación gozaba en Zaragoza, lanzaba la-
Xo obstante, en las provincias limítrofes de Madrid, así siguiente diatriba dirigiéndose al presidente del Consejo de
como en las cercanas al cuartel general del ejército del Xorte, ministros: «Nunca hubo lau justos motivos para ir á la corle
hubo autoridades que, buscando su apoyo en las simpatías do con banderas desplegadas y sacar de illa !a fiera- alada jaira
los hombres templados, y (.pie no sin razón temían que la re­ entregarla, corUidiis las uñas y arrancados los dientes, a la
'JS H IS T O R IA DE ESPA Ñ A

turba del ¡niobio pava que lo dó el pago de sus crueldades y ministerio, volvieron á instalarse despues, erigiéndose en gu­
alevosías.» bernativas de sus respectivas provincias ó buscando el apoyo
Semejantes extravíos de la pasión, llevada hasta el paroxis­ de otras juntas mas poderosas.
mo del espíritu de pallido, no es lícito á la historia ocultarlos Las muy contadas autoridades que se inclinaban á perma­
ni de.jar de señalarlos, cual efectos de un frenesí que la equi­ necer fieles al gabinete Torcno se vieron en la impotencia de
dad y el interés público autorizan á calificar como deplorables hacerse obedecer, y cedieron temerosas de experimentar la
excesos de las revoluciones, que se condenan ellas mismas, suerte que cupo al general Bassa, no siendo menor el nú­
cuando se dejan arrastrar á tan injustificables excentrici­ mero de funcionarios que, cediendo á las influencias domi­
dades. nantes, se asociaron al movimiento insurreccional.
No filé menos radical el movimiento que estalló en Barce­ Tal cual acaba de ser rápida pero exactamente presentada,
lona al recibirse la noticia del desenlace de la insurrección de era la situación de España en las seis semanas que mediaron
Madrid y tenerse conocimiento de las medidas represivas de­ desde el movimiento de la milicia de Madrid hasta la caida
cretadas por el gobierno. La junta que primero fue consultiva del gabinete Toreno. Pero no se tendría cabal idea del estado
y luego permanente do Barcelona, se declaró gubernativa del general del país, y sobre todo del de la guerra que era la
Principado. A ella filé dirigida una exposición firmada por los preocupación absorbente y vital de la época, no entrando
cpie se denominaban patriotas barceloneses, en la que se pedia en la enumeración de las diversas causas que acabaron por
el armamento en masa de todos los habitantes y la exacción resolver la crisis ministerial, toda vez que hemos guardado
de cuantos recursos y empréstitos fuesen necesarios para man­ silencio sobre sucesos tan notables, como los que tanto en el
tener la fuerza armada; exigiéndose además que autes de su Norte como en las provincias del Este accidentaron el anima­
entrega á las autoridades, la correspondencia oficial de Ma­ do pero deplorable cuadro de la guerra civil, que continuaba
drid se reconociese por la representación ¡copular, á fin de ardiendo encarnizada y funesta.
que esta no autorizase, la ejecución de las disposiciones con­ Para no caer en el inconveniente que acaba de ser señalado
trarias á sus principios. y obedeciendo al sistema que en la continuación de esta his­
Los promovedores del movimiento que provocó la consuma­ toria nos hemos propuesto seguir, el de agrupar en un no in­
ción de los hechos que anteceden, pretendieron que la junta terrumpido relato los hechos concernientes á un mismo orden
declarase que Cataluña quería un código fundamental votado de cosas, perseveraremos en el adoptado método de no cortar
por Cortes constituyentes, nombradas con arreglo al sistema el hilo de las partes de un mismo todo, mezclándolas con he­
do la Constitución de Cádiz. Pero el ilustrado vecindario de chos que, aunque coetáneos, son de diferente índole y signi­
Barcelona y la mayoría de su milicia urbana, temerosos del ficado.
carácter exagerado que estas pretensiones y otras mas exage­ Dejando, pues, para tratar de ellos mas adelante, el desem­
radas aun tendían á entronizar, inspiraron á la junta bastante barque y primeras operaciones de las legiones auxiliares ex­
confianza para que bajo pretexto de consultar á las de Zara­ tranjeras, los movimientos del ejército del Norte, la expedición
goza y Valencia, eludiese la resolución, y protestando la nece­ que al mando de Gucrgué salió de Navarra para Cataluña y su
sidad de vigorizar su autoridad para mejor resistir al gobierno regreso al país vascongado, cúmplenos dar ahora cuenta de en
de Madrid, dirigióse la junta á todos los generales y jefes de qué manera se opei’ó la transición del ministerio presidido
fuerza armada, exhortándolos á sostenerla en el interés de la por el conde de Toreno al de aquel á cuyo frente se colocó la
libertad y del orden público. histórica figura de don Juan Alvarez y Mendizabal.
La ardiente imaginación de los andaluces dejóse fácilmente Queda suficientemente expuesta la ingrata situación á que
ganar por el engreimiento revolucionario que impregnaba en llegó á verse reducido el conde de Toreno en los primeros
aquellos dias la atmósfera del reino y púsose en las provincias dias de setiembre.
meridionales el coronamiento á las exageraciones que vamos Los hombres de algun vigor que ocupaban posiciones ofi­
recopilando, arrancando de la ju n ta de Granada un decreto, ciales, y hubieran podido ayudar á contener el torrente des­
por cl que se declaraba hallarse la Reina Gobernadora en es­ encadenado contra el régimen ostatntista, se habían visto
tado do opresión, disponiéndose que ínterin durase semejante arrollados por la revolución y depuestos de los destinos en
situación, el mando de los antiguos cuatro reinos se encomen­ los que hubiesen podido prestar apoyo á las medidas del go­
dase á una corporación central, compuesta de individuos de bierno.
cada una do las juntas de las ocho provincias meridionales, No quedaba á este otra esperanza que la muy remota de
concluyendo el decreto por declarar soldados á todos los ha­ obtener la intervención de la Francia, la que en 8 de setiem­
bitantes de Andalucía. bre pedia todavía con afan en Paris el duque de Frias; la de
Emulando tales extravíos, la junta de Badajoz lanzó contra Portugal que solicitaba Mendizabal en Lisboa, y por último,
los ministros la calificación do anarquistas, por aquellos apli­ la llegada de este ansiosamente aguardada por Toreno, ha­
cada á las juntas, declarándolos además enemigos de la pa­ lagado por las esperanzas de cooperación extranjera que la
tria y del trono si en el término de doce dias no deponían el popularidad de que Mendizabal gozaba en Inglaterra, en Por­
potier; haciendo eco á cuyas declaraciones dábanse con pro­ tugal y en la misma Francia, podría todavía alcanzar para el
fusion á luz folletos y hojas sueltas, en las cpie se pedia In­ agonizante ministerio de que venia á formar parte.
formación de causa contra todos los que habían sido ministros Nombrado, como lo había sido este esclarecido patricio por
desdo abril de 1S3-1, no debiendo sor omitido en el catálogo Toreno para que fuese su ministro de Hacienda, no filé posi­
do tantas exageraciones que la junta de Cádiz por unanimidad ble al elegido venir inmediatamente á ocupar su puesto, por
declaró reo de alta traición al conde de Torcno. la muy peculiar situación en que en aquellos momentos se
Largo y minucioso fuera consignar las extravagancias del hallaba colocado en Londres.
mismo genero que no economizaron las juntas de Avila, Má­ Los prósperos resultados de la agencia política y financiera
laga y Almería. confiada á Mendizabal por don Pedro de Braganza, á la que
En Ja última do estas provincias fueron destituidos en masa siguió el restablecimiento del régimen constitucional en Por­
todos los alcaldes y todos los empleados; declaróse caducada- tugal, habían valido al afortunado contratista del gobierno
la reforma que en la renta de la sal acababan de adoptar las liberal de Cádiz de 1823, además de una colosal reputación de
Cortes; y en análogos términos se condujeron y obraron las atrevido hombre de negocios, una fortuna considerable y un
demás juntas insurreccionales, á despecho y contra la volun- .• crédito do primera clase en la metrópoli del comercio del glo­
t-ad de aquellos do sus miembros que reconocían los inconve­ bo, posición que debía Mendizabal á su hábil y feliz gerencia
nientes de tan precipitado y anárquico procedimiento. en la atrevida empresa del emperador don Pedro, en reivin­
En algunas ciudades de Castilla, en Lérida y en otras, pero dicación del trono de su hija de doña María.
muy contadas, capitales, aunque no se crearon juntas en un Hallábase interesado Mendizabal en que los fondos portu­
principio, acabaron por ser constituidas mas tarde; y si algu­ gueses se mantuviesen al nivel de los de Francia, lo cual exi-
nas hubo que se disolvieron al saber el resultado de la insur- I gia precauciones y arreglos que no podían menos de retardar
rece ion de Madrid y recibirse los decretos conminatorios del II su partida.
E D A D M O D E lí X A Ì'P

Mas no porque tuviera que detenerse en Londres, dejó miento dono haber hedió triunfar su sistema semi-autoritario
Mendizabal de ser útil á la causa de su país. semi-liberal, se resistia á darse por wneido y emplie todo el
Reunia en su persona por aquel tiempo, id doble carácter influjo otte ejercí a sobre el ánimo do ’,a Goivruadora para in­
de estadista gubernamental y por consecuencia de político clinarla á formar vil sustitución del que vi conde piv.-idia un
conservador, sin que. esto lo hubiese hecho perder un ápice de gabinete conservador á tin de arrastrar en su propia caída la
su prestigio conio liberal y como uno do los directores del a l- . de Mendizabal, á quien no perdonó que llegado á la Granja y
anniento de 1820. Todos esperaban de él; Torcilo para que lo despues de haber hablado eon la Reina hubiera vacilado en
sostuviese y los liberales para que los ayudase tí acabar do tomar posesión del ministerio de Hacienda.
deshacerse de un ministro impopular. Contaba Torcilo con el indujo del conde de Rayneval. muy
De no haber Mendizabal sido dotado por la naturaleza de acepto á la Gobernadora por las dotes que adornaban á aquel
mas imaginación y mas corazón que de ïrio cálenlo de interés distinguido diplomático, y por ser el representante del Rey
personal, hubiera debido preferir permanecer en Londres uti­ de los franceses, cabeza visible entonces en el orden politico,
lizando la elevada y sólida posición bancaria á que lo elevó de la familia de Borbon.
el éxito de su campitila financiera en lavor de la causa de la Pero era fama que ol conde de líaynoval hacia la oposición
Reina doña María. Llegó Mendizabal á poseer á principios cerca de nuestro gobierno á sir Jorge Villiors. futuro lord Cla­
de 1835 un capital de un millón de libras esterlinas y además rendon y á la sazón ministro de Inglaterra cerea de la corte
gozaba de un crédito tan extenso que con su sola ayuda podia de España.
aspirar ¡í haber rivalizado en opulencia con aquellas histó­ Ha siilo durante largos años opinion muy generalizada en­
ricas familias que las leyendas inglesas señalan con el nom­ tre los políticos españoles que existia gran rivalidad y anta­
bre de Merchant. Princes (príncipes del comercio) si en el gonismo entre los gabinetes do Paris y de Londres sobre su
alma ardiente y en los antecedentes do Mendizabal hubiese política española, ha verdad acerca de este, punto hallará su
cabido preferir el dinero ú la gloria. Así es que no sedujo al lugar en osla historia al tratar de la formación del gabinete
ex-dependiente y despues socio de Bertrán de Lis, al alcan­ Isturiz.
zado contratista, al refugiado do Cádiz, y preso por deudas en Concretándonos ahora al desenlace de la crisis resuelta ínu­
Londres en 1821 á instancia de los comerciantes de aquella la llegada de Mendizabal. no es dudoso que las gestiones ó
plaza á quienes habia dado en pago de suministros letras del por mejor decir los consejos de M. Villiors llegaron eon ma­
tesoro que fueron protestadas ; así es que no enloqueció, repe­ yor oportunidad á oidos de la Reina que los del Conde de
timos, al negociante que no habia logrado en otro tiempo do­ Rayneval, quien en aquellos tlias no piulo ver á S. M por ha­
minar sus negocios, verso ahora colocado por la suerte al nivel llarse enfermo.
de los mas grandes potentados de la finanza. De regreso de la Granja y despues do haber conferenciado
Para aceptar el puesto de ministro de Hacienda tenia Men­ con sus amigos que lo eran todos los hombres do 1820, Men­
dizabal que abandonar su brillante naciente fortuna, pues dizabal declinó asociarse al condì; deToreno, y sacrificado esto,
empeñado entonces, como antes lie dicho, en la ardua empre­ no pudo excusarse de autorizar los decretos que ponían el go­
sa do hacer subir los fondos portugueses al nivel de los de bierno del Estado en manos del hombre á. quien habia llama­
Francia é Inglaterra, necesitaba haber permanecido al frente do para que fuese su compañero de gabinete.
de su establecimiento mercantil para vencer las dificultades
bursátiles que debia encontrar la difícil empresa financiera CA PITU LO V I
que tenia entre manos.
El ministerio Mendizabal
Pero el ardiente liberal de 1820, el miliciano nacional de
caballería de Madrid, superó al banquero londinense, y aceptó Operaciones <lu guerra posteriores al advenimiento rio Mendizabal.—
-Mendizabal el puesto que en su gabinete le ofreció Tortaio, de­ E ntrada cu eampaüa de la legión auxiliar inglesa.—Operaciones sobre
jando en manos y al cuidado de una eminencia financiera de B ilbao—Acción de Guevara.—Ocupación y abandono de. Estella.—
Hombradía europea, todo su capital y sus recursos de crédito, Ideas de Oórdova sobre las líneas de bloqueo.—.Sitio de Snn Sebas­
encomendándole que continuase y llevase á cabo su opera- tian.—El general en jefe y el ministerio.— Espartero y los eliapel-
don de alza sobre los fondos portugueses. Pero el Creso de la gorris.
citi/ de quien se valió Mendizabal para una operación que
exigía sinceridad y celo por parte del encargado do llevarla á Trasladada la corle de la Granja al Fardo, fné Mendizabal
cabo, lejos de corresponder á la confianza del hombre genero­ llamado por la Reina de quien recibió el encargo de formar
so que ponia su fortuna en poder de quien siendo diez veces ministerio, en desempeño de cuya misión designó intra presi­
millonario, no podia envidiar la naciente suerte de su amigo, dencia con la cartera de Estado á don Miguel Ricardo de
operó en la Bolsa de manera que en vez de hacer subir hizo Alava, embajador de España en Londres; don Martin de los
bajar los fondos portugueses, desapareciendo por completo el Heros, jefe de sección que habia sido del ministerio del Inte­
capital que poscia Mendizabal antes de su salida de Londres rior bajo la presidencia del comic de Toreno, ascendió á la
para España. propiedad de dicho departamento; dándose el do Gracia y
Igualaba por aquel tiempo el crédito político de aquel hom­ Justicia, por no haberlo aceptado don Ramón Gil do la l'ua-
bre al mercantil que habia alcanzado, debidos ambos al brillo dra, á don Alvaro Gomez Becerra, y destinando al de lisiado
que sobre su persona y su genio habían hecho reflejar los gol­ al conde de Almodovar, puesto que este ocupó muy breve
pes do acierto y de suerte que distinguieron su campaña por­ tiempo, por haber pasado al ministerio de la Guerra que no
tuguesa. Trai a pues Mendizabal en apoyo de la situación que quiso admitir el marqués de Rodil. El nombramiento del ge­
aceptaba en el gobierno do su país, patrióticos antecedentes, neral Alava para la presidencia fue puramente nominal. por
vasta clientela financiera y la favorable opinion de los gabi­ no haberlo aceptado aquel insigne patricio, de cuyas resultas
netes y de los hombres públicos de Francia y de Inglaterra. recayó definitivamente en Mendizabal, verdadera encarnación
Tal era el hombre que, procedente de Lisboa, llegó á Bada­ de la situación que bajo sus auspicios se creaba.
joz en la primera semana del mes de setiembre. Preludió el nuevo primer ministro los actos de su célebre
Puesto que hubo el pie en España, fácil le fue formar idea administración con la siguiente exposition á la Reina, jmiito
de la situación en que el país se hallaba y do cuánto habia de partida del sistema que practicó, con mas .sinceridad y
cambiado la del gabinete que lo habia llamado á compartir patriotismo quo acierto, sistema al que indudablemente íue
su suerte. debido quo la guerra y los negocios públicos mejorasen mo­
Sin detenerse en Madrid siguió Mendizabal á la Granja mentáneamente de aspecto.
donde se hallaba todavía la corto, present ándose inmediata­ «Señora; Doce años he vivido ausente de la patria, yen me­
mente á la Reina Gobernadora, en cuyo ánimo hizo impresión dio de tantos acontecimientos como me rodearon, no pasó un
favorable, toda vez que en aquellos dias superaban en él las dia sin que mi memoria y mi corazón no 1ormaseli un voto
cualidades de estadista á las de revolucionario. ardiente por la felicidad de esta misma patria.
Pero el conde de Toruno á quien mortificaba el doble senti­ »Si asociado á la empresa sublime de un príncipe gratule ó
loo li I S T O R I A D K E S P A Ñ A

ilustrado, la causa de la humanidad entera me hacia celebrar La larga residencia en Inglaterra del hombre que así ha­
con entusiasmo los triunfos que sentaron en el trono de Por­ blaba, su trato con los estadistas de aquel país y la incuestio­
tugal á su augusta hija la Iteina Fidelísima, mi alma se enaje­ nable fecundidad de su imaginación, habían hecho de Mondi-
naba de. gozo al contemplar en ellos un presagio ó mas bien zabal un admirador de las formas del gobierno inglés y de
un precursor de otra suerte no menos venturosa para mi país. las costumbres políticas de aquel país, y su idea fué sin duda
»V. >1. se dignó nombrarme para desempeñar el ministerio la de emplear el prestigio con que entró á mandai1, conten­
de Hacienda y me impuso asi unos deberes, ya quo no supe­ tando á sus correligionarios de 1820, sin enajenarse las sim­
riori« á mi resolución y buena voluntad, muy espinosos y gra­ patías tlel partido moderado, que acababa de ser dueño de la
ves en las circunstancias clique se halla el listado. La inmen­ situación á que ponia término el advenimiento al poder de
sidad «lei peso hubiera podido acobardarme, si de una parte una de las mas brillantes figuras de la emigración liberal.
no me estimulara lagrati tud á la real confianza do V. M., y de Mas la difícil obra que es justo reconocer tuvo Mcndizabal
otra no me infundieran aliento las virtudes y el patriotismo ol honrado deseo de dar cumplida, además de ser tarea un
do tantos hombres vehementes y distinguidos que son ol or­ tanto superior á sus dotes do gobierno, exigia encontrar en
namento y las esperanzas de España. los hombres do ambos campos do cuya cooperación necesita­
»'Oediquéme entóneos con afan al arreglo de los muy im­ ba, en el dolos cstatutistas, como en el de los revolucionarios,
portantes negocies que, enlazados con el crédito y bienestar un patriotismo y una abnegación de que no dieron pruebas
del reido vecino, se hallaban puestos á mi cuidado por el go­ ni uno ni otro de los elementos políticos que debían concur­
bierno de >S. M. Fidelísima y al fin logré concluirlos, si no con rir á que no quedase reducida á utopia la patriótica aspira­
la brevedad quo deseaba, con toda la actividad posible. Pisé ción de Mendizabal.
por fin, señora, el suelo amado de la patria, y con franqueza Al recibir el poder do manos de la Reina Gobernadora,
lo confieso á V. M., por primera vez de mi vida no acostum­ ofrecióle el que iba á sor su primer ministro que mantendría
brado al temor ni al sobresalto, conocí dentro de mí mismo el Estatuto Real reservando para las Cortes su reforma y ex­
que las dificultades habían crecido hasta tal punto, que todas pansion en sentido liberal y como al mismo tiempo se dirigió
mis fuerzas no bastarían para sobrellevarlas. I lombros de bien, á las juntas insurreccionales, manifestándoles que las exposi­
ile virtud sin mancha, cuantos mo han saludado a mi regreso, ciones que habían elevado á la Reina serian estudiadas y to-
lodos ¡í. porfía han intentado persuadirme á que mi sobreeneo- ! modas en consideración por su gobierno, estas promesas de
gi miento no se ajustaba con la opinion pública, ni con lo que liberalismo fueron generalmente recibidas con tanta mayor
ella se prometia mas que de mis luces, tie mi celo y de mi confianza, cuanto quo fueron llamados inmediatamente al
antigua decision per la santa causa del trono de Isabel II. y servicio activo, confiándolos las capitanías generales y demás
de las leyes fundamentales en quo descansa la única y verda­ puestos de importancia en el Estado, los proceres, digámoslo
dera libertad. así, de la emigración liberal.
»(¡ratos y de consuelo podían ser falos anuncios, pero la Los generales Mina, Quiroga, Espinosa, O’daly y Lopez Ba­
voluntad de V. M. acabó de triunfar tie mis temores. Yo he ños, y en la clase de hombres civiles, todas las notabilida­
oido de su augusta boca que se halla resuelta tí, formar un des de la época constitucional, fueron sacados de los ocios
ministerio que satisfaga las necesidades legítimas del país; de la vida privada y traídos á figurar en primera línea; y
que quiere no se pierda un momento en dictar con tino y eje­ como al mismo tiempo no se deshizo Mcndizabal de ninguno
cutar con acierto, todas las medidas que sean oportunas para do los hombres de posición que habían servido la situación
calmar las pasiones, reunir y conciliar los ánimos, extinguir anterior como lo eran Manso, Quesada, Còrdova, los directo­
las discordias y hacer que la voluntad de los españoles sea res de las armas y otros funcionarios de categoría, el efecto
una, y esta, la de salvar y hacer feliz y poderosa á su patria, que sobre el ánimo público on general produjo el programa y
lias bendiciones del país, acompañadas tic lágrimas de placer, los primores actos de Mcndizabal fuéronlo tan favorables, que
recibirán estas medidas do ventura ;í que es tan acreedor el como por encanto variaron las corrientes de la opinion y el
leal y magnánimo pueblo español. estado de los negocios.
»Constituido un ministerio compacte, fuerte, homogéneo y Las juntas quemas ruido y escándalo habían dado, las que
sobre todo responsable, que se robustezca con las simpatías y mayor poder alcanzaron, se disolvieron inmediatamente, en
ol apoyo de la representación nacional, el gobierno tie V. M. cuyo caso so encontraban las de Valencia, Zaragoza, Barcelo­
habrá tie dedicar simultánea é incansablemente sus conatos y na y las de Extremadura; ejemplo que no siguieron las tío las
tareas ¡í poner breve y glorioso fin, sin otros recursos que los bulliciosas provincias de Andalucía, que habían formado en
nacionales, á esa guerra fratricida, vergüenza y oprobio del Andújar una junta central con aspiraciones soberanas, junta
siglo en que vivimos y mengua ile la voluntad de la nación; que so obstinó en llevar adelante el aparato do revolución que
¡i fijar de una vez y sin vilipendio la suerte futura de esas habia creado y fomentatio la impopularidad del gabinete To­
corporaciones religiosas, cuya reforma reclaman ellas mismas rcilo.
de acuerdo con la conveniencia pública; á. consignar en leyes fías juntas tic Cádiz y Sevilla fueron las quo so entregaron
sabias lodos los derechos que (.'manan y son, por decirlo asi, el á mayores excentricidades, pues no solamente se negaron á
único y solo soslen del régimen representativo; y reanimar, darse por satisfechas con el programa do Mendizabal, sino
vigorizar ó por mejor decir á crear y fundar el crédito públi­ quo insistían en la inmediata convocación de Cortes constitu­
co, cuya fuerza asombrosa y cuyo poder mágico debe estu­ yentes, llevando su exageración hasta el extremo de reunir
diarse en la opulenta y libre Inglaterra, y en pocas palabras, tropas en la Mancha para marchar sobre Madrid.
á procurar y afianzar con las prorogativas del trono, los dere­ Don José de Salamanca, individuo do la central, yol conde
chos y los deberes del pueblo, porque sin este equilibrio es de las Navas, fueron muy activos agentes de aquella extem­
ilusoria toda esperanza tie felicidad. poránea resistencia, que hizo caer por tierra su propia exage­
»listas leyes levantarán y darán concluido según lo ha ofre­ ración y hasta la indiferencia de sus mismos secuaces, pues
cido V. M. el majestuoso edificio de nuestra libertad legal llegaron á verse los juntaros abandonados por los cuerpos
y elevarán la nación á aquel grado de gloria, de grandeza y tic francos y los de voluntarios que com ponimi el embrión do
poder que la Oran Bretaña debe á los principios consignados ejército que quisieron formar los pseudo-centrales de An­
en su Carta Magna y en su celebrado bill de derechos. Solo tie dújar.
este modo, señora, puedo arrojarme al arduo desempeño de A fin de mejor resistir al impulso trastovnador que amena­
la inmensa obligación que he contraido. y solo sometiéndonos zaba su naciente gobierno, procuró Mendizabal robustecerlo
todos al imperio santo de las leyes, y siti mas esfuerzos que por medio do la adhesión de hombres tie capacidad é influjo
les exigidos por ellas., podremos decir muy pronto: «La patria entro la milicia y los patriotas de Madrid, on cuyo número
si-salvó y con eliaci trono de Isabel II y sus garantías legales.» tuvo la sagacidad do atraerse á don Salustiano do Olózaga, á
»Madrid 11 de setiembre de ls:r>. ■- Señora.-- - A L. E. I\ quien no conoria, pero habiéndole sido presentado por aquel
de V. M„ enn el mayor respelo su mas obediente y fiel ser­ de los amigos del último que con él habia cooperado á los su­
vidor, .lutili .-Ittuirev y .ifr-iulizidm/.» , cesos de la plaza de ir> de agosto, salió Olózaga de su primera
KD AD MO D i i K XA UM
entrevista con Mendizabal investido elei elevado cargo de de cuatro mil reales ó île mil y un caballo apto para el servi­
gobernador civil de Madrid. cio, sistema posteriormente imitado por otros gobiernos y
Completó el nuevo primer ministro sus medidas conciliato­ otras situaciones, á las que ha servido como de subsidio adi­
rias, dando un acertado decreto por el que creó las diputacio­ cional al presupuesto de guerra.
nes provinciales, y otro de la misma índole convirtió en juntas El impulso dado al sentimiento público por la quinta de
do armamento y defensa el personal de las juntas revolucio­ los cien mil hombres fué poderoso estimulo para animar, no
narias que acababan do disolverse. solo á los liberales, sino también á los pueblos en favor de
Pava mejor regularizar la situación do legalidad y de orden esfuerzos que acortasen la duración de la guerra civil, y aca­
que empozaba á erearso bajo tan buenos auspicios, apareció bó de señalar la predilección con que el gobierno tomaba á
en la Gaceta del 2S de setiembre una convocatoria firmada por pecho las exigencias de la guerra el decreto que creó tres
la Reina Gobernadora, en la que so hacia decir á S. M. «que batallones de cazadores que formaron el regimiento titulado
liara enlazar mas íntimamente el trono do su hija con las li­ Heina Gobernadora, cuyo armamento, vestuario, equipo, prest
bertades do la nación, había resuelto consultar á esta en su y l>agas de los soldados y jefes ofrecía doña María Cristina
órgano mas seguro y legitimo, las Cortes del reino, según un sufragar de su peculio durante la guerra civil, asegurando
sistema electoral que representase los intereses nacionales con además un sobresueldo de nueve pesos á los soldados que
mas amplitud que el que regia. se inutilizasen en campaña, y á las viudas ó hijos de los que
«Estas Córtes, anadia el manifiesto, revisarán el Estatuto muriesen á manos del enemigo.
Real para asegurar de una manera estable -el entero cumpli­ También pertenece al primer ministerio Mendizabal la crea­
miento de las antiguas leyes fundamentales de la monarquía; ción dol Hospicio militar de inválidos, establecimiento (pie
desenvolverán los principios de gobierno contenidos en la ha sobrevivido á la efímera existencia que cupo á otras me­
exposición de 14 de setiembre, y constituirán definitivamente didas do circunstancias. Merece ser recogido por la historia
la gran sociedad española.» el documento en virtud del cual formuló Mendizabal su pen­
El mismo decreto fijaba para el día 15 de noviembre la re­ samiento, que ya había condensado en la exposición á la Rei­
union do los Estamentos que habían de votar la nueva ley na que hemos dejado anteriormente trascrita.
electoral y estatuir sobro otros puntos do no menor urgencia, Las exigencias de la guerra reclamaban, no solo soldados,
y mas particularmente sobre los relativos á la Hacienda y al sino también víveres, material y principalmente dinero para
crédito público. atender á las pagas de los oficiales y al prest, de los soldados,
La supresión de las comunidades religiosas, tímida y par­ pero el Erario estaba exhausto; la prevista insuficienciad e los
cialmente iniciada en los últimos dias del ministerio Toreno, cuatrocientos millones del empréstito Ardoin, que como ante­
llevada á cabo en grande escala por las juntas revolucionarias riormente queda observado, pudo conocerse que solo alcanza­
de la manera que dejamos expuesta, so generalizó por el de­ ría á cubrir las primeras necesidades de la situación, se veta
creto de 11 de octubre que declaraba extinguidos en todo el confirmada, y además se hallaba cerrada la puerta de las Bol­
reino los monasterios y conventos de hombres, sin otra excep­ sas extranjeras, consecuencia inevitable del palpable error
ción que la de las comunidades que so dedicaban á la ense­ cometido por Toreno como ministro de Hacienda del gabinete
ñanza de los niños pobres y á la asistencia de los enfermos, Martinez de la Rosa cuando descartó el sistema propuesto por
excepción que únicamente comprendía á los escolapios, á los la casa Rothschild, sistema que sin duda alguna habría basta­
frailes de San Juan de Dios, y por ampliación también á los do para abrir de par en par las puertas del crédito á la España
conventos en que se educaban misioneros para Filipinas. constitucional.
Pero la medida que mas recomendó la administración do El general. Córdova, descontento de no recibir refuerzos, y
Mcndizabal, fué la relativa al aumento de la fuerza armada. mas todavía de que los que le eran enviados consistiesen en
La milicia urbana trasformada en guardia nacional, recibió los reclutas de la última quinta, gente menuda y de mezqui­
considerable aumento, y aunque por desgracia no se ha sabido na apariencia, que llegaban desnudos y sin género alguno de
nunca en España sacar del armamento general do los ciuda­ instrucción militar, acrecentaba sus quejas con mol ivo de la
danos el excelente partido que ios ingleses han sabido sacar falta de recursos en que so le di jaba, y como al mismo tiem­
de sus voluntarios, pues nuestra milicia nacional fue siempre po Mcndizabal hacia cuantos esfuerzos cabían dentro de la
la imitación y el plagio de la guardia nacional de Francia, no penuria que sufría el tesoro para atender á las necesidades del
dejó de prestar útiles servicios en la primer guerra civil, du­ ejército, resultó antagonismo y mutuas recriminaciones per­
rante la cual, movilizada ó en guarniciones, cooperó eficaz­ judiciales á la mancomunidad de miras y do propósitos que
mente con las fuerzas del ejército, sin que por esto dejase de el interés público reclamaba existiese entre el general en jefe
ser monos cierto que se convirtiera frecuentemente nuestra y el gobierno do la nación.
milicia cívica en elemento perturbador, como fue también No perdonó medio Mcndizabal para excitar el patriotismo
proveedora de fusiles para los carlistas, los que con facilidad de las clases poseedoras é hizo un llamamiento al sentimiento
se apoderaban del armamento de los nacionales en sus corre­ patrio invitando al público á que hiciese donativos, tanto en
rías y al efectuar la ocupación de pueblos no fortificados y de dinero como en efectos adaptados á las necesidades del solda­
escaso vecindario. do; pero fuerza es decirlo, la generosidad del pueblo español
La quinta de cien mil hombres fué el golpe culminante que que en la guerra de la independencia dio el noble ejemplo de
en punto á medidas do guerra señaló el levantado espíritu de desprenderse todas las clases de la sociedad de sus mas pre­
Mendizabal para sacar á la nación de la timidez con que los ciadas alhajas para concurrir á las necesidades de la patria,
gabinetes moderados habían provisto al reemplazo del ejército. en la ocasión presente no correspondió á lo que. de ella se
Temerosos do dar pábulo al descontento, no se habían atrevi­ esperaba, pues no excedió do á<) millones de reales el pro­
do á decretar quintas que pasasen de veinticinco mil hom­ ducto recaudado por la comisión do donativos.
bres, refuerzo do todo punto insuficiente para cubrir las bajas Las Cortos iban «á abrirse, pero antes de dar cuenta de los
de tan larga y funesta guerra. Sin duda alguna la precipita­ trabajos y vicisitudes de la convocada legislatura, una de las
ción con que se hizo la quinta de los cien mil hombres, así mas dignas do estudio que haya ofrecido la tercera época do
como la amplitud dada á sus disposiciones para facilitar los nuestro régimen constitucional, debemos hacernos cargo de
resultados de la misma, llevaron al ejército reclutas cuyas las operaciones del ejército del Norte y de los hechos de
condiciones físicas dejaban mucho que desear; menoscabo al guerra acaecidos en las provincias del liste.
que hubo que añadir la falta de los contingentes de las pro­ Batido en Mendigorria, Gonzalez Moreno se dirigió á Este­
vincias Vascongadas y de aquellas en que ardia la guerra lla y Córdova marchó á Pamplona. Encontrábase en aquella
civil, y cuyos mozos prefirieron ir á engrosar las filas car­ plaza, el general Sarsficld que habia sido nombrado por el an­
listas. terior gabinete pava reemplazar ¡i Vahíos. Poro tuve aquel la
Pero lo que principalmente distinguió la fecunda originali­ delicadeza do negarse á reemplazara] compañero que acababa
dad dol. pensamiento de Mendizabal, fue la novedad de exi­ de ganar una señalada victoria.
mir del servicio á los que se rescatasen mediante la entrega Él gabinete Toreno habia recompensado á Córdova de su
1«2 IIISTOJUA DE ESPAÑA

triunfo de Mendigorría con ct ascenso á teniente general, y ! la guarnición de la viltima de dichas plazas y cl 20 el coman­
elevado il esta categoría despues do la corta pero brillante dante general de Guipúzcoa Jánrcgui salió con Evans á hacer
campaña que acababa do hacer y cuando el veterano Sars- un reconocimiento sobre la línea del enemigo. A su aproxi­
fiuld declinaba un mando que no podia quedar vacante, el mación retiráronse á Aztigarraga los carlistas, replegándose
deber militar y el patriotismo no permitían á Córdova dejar igualmente al siguiente dia sobre Oyarzun. Estos movimien­
do aceptar el difícil puesto que so lo confiaba, Mas no se tos que parecían indicar falta de confianza por parte de los
hacia aquel entendido general la menor ilusión acerca de la carlistas y el estímulo que llevaba á los ingleses á dar aven­
misión que tomaba á su cargo. «Hemos ganado, escribía al tajada idea de su cooperación indujeron á Alava y á Evans á
ministro do la (hierra inmediatamente despues de la batalla intentar el apoderarse de Hernani á fin de establecer las co­
de Mendigorría, seis meses do vida, durante cuyo plazo res­ municaciones por tierra con Francia, libertando el fuerte cons­
pondo de contener al enemigo en sus antiguos límites. Apro­ truido á orillas del Bidasoa y que diariamente era atacado pol­
vecho el gobierno el tiempo para buscar recursos y crear ele­ los carlistas.
mentos con que concluir y terminar esta guerra.» Pusiéronse en marcha los liberales en la mañana del 30 con
T.a alimentación do las tropas se había hecho tanto mas di­ una fuerza de 5,000 hombres, entre ellos dos mil ingleses y el
fícil cuanto que abandonados que fueron los puntos fortifica­ resto compuesto por los batallones de San Fernando, Africa,
dos, no podían sacarse los recursos que antes suministraban los provinciales de Jaén y de Oviedo, los chapelgorris y los
las zonas adyacentes. Ardua era la tarea del general en jefe urbanos de Tolosa y San Sebastian ; fuerzas mandadas por los
en circunstancias tan críticas,por ser cabalmente aquellas en dos citados generales á cuyas órdenes militaban el brigadier
las que con mas intensidad ardía el fuego de la insurrec­ Jáuvegui, el de igual graduación Chichester y los coroneles
ción un las provincias y en las que el ejército era el valladar Dikson y Iíerby.
de la sombra do autoridad que aun conservaba el gobierno El general Gomez, que mandaba los carlistas, repartió los
cenimi. cuatro batallones de que disponía, situándolos entre la venta
Al mismo tiempo que tenia Córdova que contener lá arro­ do Oriamendi, las alturas de Santa Bárbara y las entradas de
gancia de los carlistas, que mejor provistos que nuestros sol­ Hernani. La primera de estas posiciones fué abandonada pol­
dados y sin disturbios interiores que apaciguar, aprovechaban los carlistas que se replegaron sobre la segunda, la que ataca­
todas ias ocasiones de crear dificultades á la situación defen­ da con vigor por una columna anglo-ili spana, estuvo á inulto
siva que tuvo precision de adoptar el ejercito de la Reina, de ser tomada, pero al mismo tiempo ocurría un lance adver­
veíase el general que lo mandaba en la absoluta imposibilidad so á una columna de los liberales, la que habiendo penetrado
de emprender operaciones, por no poder llevar consigo los en las calles de la población fuó rechazada, y se vió obligada
repuestos do víveres absolutamente indispensables teniendo á retirarse, movimiento que arrastró á los que ya eran casi
que operar en territorios dominados por un enemigo que nin­ dueños de la posición de Santa Bárbara, y unos y otros se re­
guna necesidad tenia de cuidar de su subsistencia que el plegaron con órden al abrigo de la batería colocada en Oria­
país le suministraba con facilidad y en abundancia. mendi, y que defendía la reserva compuesta de ingleses; mas
A duras penas logró Córdova que se le contratasen 2,000 en aquel crítico momento un atrevido empuje dado por Go­
acémilas que no llegaron ¡i reunirse, pues cuando se tuvieron, mez por el lado de Lasarte y un ataque á la bayoneta de los
la falta de pago á los contratistas hizo que las retirasen dejan­ carlistas quedados de reserva en Hernani, introdujeron la
do desatendido el servicio. confusion en las filas de los aliados, los que se retiraron en
Luchaba Córdova con estas y otras dificultades de análoga desorden siendo perseguidos hasta muy cerca de las murallas
especie y reducida su fuerza do operaciones á treinta milhom­ de San Sebastian.
bres escasos, pues aunque el Erario tenia que proveer á la A fin de atenuar en lo posible un hecho de armas que hasta
subsistencia y prest do ciento veinte mil soldados de que no­ cierto punto desprestigiaba el concepto que para sus subordi­
minalmente se componía el ejército del Kbrte, entre las guar­ nados ambicionaba Evans, publicó este general una órden del
niciones, la fuerza destinada á cubrir el paso del Ebro y las dia en la que aseguraba haber llenado su objeto, que no había
provincias de P.urgos y tic Santander do incursiones carlistas, sido otro sino el de hacer un reconocimiento sobre Hernani.
las partidas de comisión y los enfermos, la fuerza disponible Inmediatamente despues de haber regresado á San Sebastian
quedaba limitada al {expresado guarismo, con cuyo relativa­ la division expedicionaria, hubo que embarcar la mejor parte
mente escaso número de soldados había que atender al socor­ de ella para Portugalete, á fin de atender á la seguridad de
ro de los numerosos puntos guarnecidos y cuya conservación Bilbao amenazado por Moreno y por Maro to, mas no siendo
era del todo precisa para que no fuese ilusoria la barrera que suficiente dicho refuerzo, embarcóse dos dias despues con des­
contenia al enemigo dentro del país vascongado. tino al mismo punto el resto de la guarnición de San Sebas­
Posteriormente á la acción de Mendigorría, el mes do julio tian, en cuya plaza solo quedó un batallón de línea y los
y la primera quincena de agosto tuvo que ocuparlos Córdo­ urbanos, de lo que hubo de seguirse que toda Guipúzcoa ca­
va en paseos militares de Logroño á Puente la Reina y Pam­ yese á discreción en manos de los partidarios de don Cárlos.
plona y sucesivamente á Lerin, á Vitoria y Paneorbo, obliga- Y no considerándose todavía suficientes los esfuerzos que se
tío por circunstancias que fuera prolijo cuanto innecesario hacían para la defensa de Bilbao, fueron sucesivamente envia­
enumerar, á proveer á la custodia de convoyes y á proteger­ dos á Portugalete los nuevos cuerpos ingleses desembarcados
los campos do instrucción que estableció con objeto de adies­ en Santander, y á mayor abundamiento dióse igual destino á
trar á los quintos en el manojo do las armas. una brigada de la Guardia real mandada por don Joaquin
Después do levantado el primor sitio de Bilbao y al finali­ Ezpclcta, y á las divisiones de Espartero y de Iriarte.
zar ol mes de agosto, intentaron nuevamente los carlistas Conociendo la importancia de alejar al enemigo de las cer­
bloquear aquella plaza, para coadyuvar á cuya operación ob­ canías de Bilbao, quiso Córdova marchar en dirección de aque­
tuvo Marolo de don Carlos el mando de una columna com­ lla plaza, mas no permitiéndoselo la actitud de las fuerzas
puesta de cuatro batallones y de alguna artillería, fuerza que carlistas concentradas en Estella, maniobró con éxito á efecto
debia obrar en combinación con los batallones de que dis­ de impedir que los carlistas enviasen refuerzos á Bilbao. Mas
ponía Gonzalez Moreno, pero la rivalidad que existia entre de resultas de los movimientos efectuados por el enemigo
los dos caudillos y las acertadas disposiciones tomadas por contra aquella asediada plaza, reunió este en Los Arcos ca­
Córdova, frustraron los intentos de don Carlos y pusieron á torce batallones y quinientos caballos mandados por Moreno,
Bilbao á cubierto de inmediato peligro, merced al ingreso en secundado por Iturralde, Simón La Torro, Sanz, Goñi, cuyas
sus muros de la legion inglesa enviada de refuerzo. fuerzas reunidas atacaron al general Aldama, trabándose, en
P.l 15 de agosto desembarcaba en Santander el jefe supe­ su consecuencia, una acción que no fué decisiva y que se ha­
rior de la legión auxiliar británica que lo era el general bría probablemente renovado al siguiente dia, si durante la
Lacy Evans, quien el 20 se trasladaba á San Sebastian en com­ noche no hubiese Aldama emprendido su retirada á Viana.
pañía del general Alava, procedentes ambos de Inglaterra. La pericia do Córdova logró, sin embargo, la ventaja de entre­
Dos batallones ingleses y uno de tropas españolas reforzaron tener á Moreno, dando tiempo á las tropas enviadas á Bilbao
E D A D MOD E l l .XA 11)3
para que obligasen á Maroto £l levantar el bloqueo, como elee- ; El personaje do larga historia que tomó el mando del ejér­
ti vam ente se realizó el (i rie setiembre. j cito carlista, tenia en su abono ima dilatada carrera de armas,
Todavía, sin embargo, permanecieron los carlistas dueños pues entró á servir en el siglo último tomando parte en la
del territorio que media entre aquella plaza y Durango, y en guerra que Carlos IV declaró á la República francesa en lT.ty,
situación de espiar los movimientos de las tropas de la Reina j y durante la invasion de los ejércitos do Napoleon en ls'OS y
sacando partido do la posición y perfecto conocimiento del ! siguientes años, permaneció Egida constantemente al frente
terreno en que operaban. Espartero, acudido en socorro de del enemigo. Hallándose en 1S2U de Capitan generili de Gali­
Bilbao, encontró á Moreno y á Maroto fuertemente estableci­ cia, acabó de hacerlo célebre el ruidoso hecho que puso en
dos en Arrigorriaga y no vaciló en atacarlos, creyendo poder peligro su vida, privándolo para el resto de cibi de su mano
contar con la cooperación de los ingleses y de la division Ez- ¡ derecha.
pelota: pero el último, receloso de que los auxiliares británi­ i Encontrábase el general en la Coruña y en su bufete abrien-
cos, casi todos reclutas, no tuviesen la consistencia necesaria ! do el correo, cuando al romper el sello de un abultado pliego
para sostener un desigual combate con superiores fuerzas ene­ de oficio, estalló un petardo cargado con pólvora fulminante
migas, se había retirado. No obstante lo cual, el bizarro Es­ y con proyectiles explosivos quo lo hirieron gravemente é hi­
partero, que tanto se crecía en los momentos de mayor peli­ cieron necesaria la amputación que lo dejó manco. Aquel he­
gro, supo hacer, como era su costumbre, de la necesidad virtud, cho enalteció la fama de Eguía como realista, y reforzó los
y á presencia de los habitantes de Bilbao, que desde sus lazos que 1c unían al partido intransigente, en el que tan
azoteas presenciaban la esforzada contienda, logró entrar en prominente papel había hecho su pariente y homónimo el
la amenazada villa con el resto de su division considerable­ célebre Coletilla.
mente menguada de resultas de una batalla que casi solo Beimjantes antecedentes bastaban para marcar el puesto
había sostenido. que debía ocupar don Nazari» Eguía en las tilas del carlismo
En aquella sangrienta jornada interceptaron los carlistas el en las cuales lnibia militado, desdo el momento en que este,
paso de la ría hasta para los mismos buques ingleses, y detu­ partido hizo su advenimiento ostensible en el campo de la
vieron al teniente de esta nación Pike portador de un aviso política.
para su cónsul. Cupo también á Eguía la suerte de ser la primera autoridad
Lord Hay, jefe del apostadero británico, reclamó la libertad militar superior que la Reina Cristina, al entrar á ejercer su
del oficial detenido, al mismo tiempo que el libre paso de la cargo de Gobernadora del reino, separase del servicio activo,
ria; pero concedido lo primero, negáronse los carlistas á dejar y aunque se cohonestase aquella destitución concediendo á
expedita para los buques ingleses la comunicación conia pla­ Eguía el título de conde, por todos fué mirado desde aquel
za, llevando las tropas de Maroto su audacia hasta tirar sobre momento el agraciado como celoso partidario do la causa del
los buques de dicha nación. Lord Hay reclamó irritado que le Pretendiente.
entregasen los agresores, y hasta se dirigió á don Carlos ame­ Trasmitió el gobierno órdenes al Norte para que la legion
nazándolo con la venganza de Inglaterra. inglesa que, como queda dicho, guarnecía á Bilbao se trasla­
Iguales desaires que el pabellón de aquella nación, experi­ dase á Vitoria, movimiento que exigía, cualquiera que fuese
mentó el de Francia, pues diariamente cruzaban las balas de la dirección que para efectuarlo tomase, atravesar el territorio
los carlistas sobre los centinelas franceses estacionados en dominado por los carlistas.
Behovin. Con la sagacidad propia de sus dotes militares, escogió Cór­
También desde Fuenterrabía embarazaban á las embarca­ dova para la difícil operación de acompañar á los ingleses á
ciones francesas el paso del Bidasoa, y aun llegó el coso de un jefe de la audacia y pericia de Espartero, á quien confió el
que los carlistas se tiroteasen con la guarnición de Hendaya, encargo de que tomando la carretera de Durango sirviese do
con molavo de retirar de sus aguas buques españoles deteni­ guia y de refuerzo á los auxiliares británicos, ínterin Córdova,
dos por los franceses. Análogos incidentes se verificaban en la con el grueso del ejército, se situó en la llanura do Alava, con
frontera de Cataluña por Perpiñan, sin que el general Caste­ el doble objeto de esperar y de prestar auxilio alas divisiones
llano, comandante superior militar de los Pirineos orientales, que conducía Espartero.
hiciese sentir á los carlistas el peso del resentimiento de la Ambas secciones del ejército de la Reina iban á júntame en
Francia. Semejante lenidad por parte délos aliados de la Bei­ las cercanías del pueblo do Alegría, cabalmente en el aniver­
na de España, daba amplio márgen á los carlistas para pro­ sario de la funestísima jornada que consumó la derrota y el
palar que nada tenían que temer de las consecuencias del i cruel fusilamiento del brigadier O’Doilo.
ponderado tratado do la cuádruple alianza. I Grandes y no descaminados esfuerzos hizo Eguía por sor­
Noticioso Córdova del resultado de la costosa jornada de prender en los momentos en que con ventaja le fuera dado
Arrigorriaga, dirigióse con fuerza á la llanura de Alava con hacerlo, ó por lo menos intentarlo, los batallones que descen­
objeto de distraer la atención de los carlistas y de protegerla dían en dirección del llano; pero Córdova que liabia aprendi­
saiida de Ezpeleta de Bilbao. Amenazado este general por Mo­ do demasiado bien su oficio de general, supo dame la mano
reno, acudió Córdova en su auxilio ocupando la peña de Or- con Espartero y con la legion inglesa, á efecto de que pudie­
duña, con lo que consiguió atraer á Moreno; pero apercibido sen incorporarse sin sufrir descalabro ni los que llegaban ni
este del ardid, cargó nuevamente sobre Ezpeleta, al que con­ los que estaban aguardando.
siguió rodear en Medina de Pomar por fuerzas superiores y No contento con haber logrado ejecutar la difícil operación
principalmente de caballería, arma de que carecía el general sin que el enemigo pudiese sacar partido del movimiento,
de la Reina en terreno en el que esta arma le era necesaria. quiso Córdova hacer alarde de su arrojo apoderándose á vista
Apurada llegó á sor la situación de Ezpeleta, y hubiera tal vez del enemigo del fuerte de Guevara, donde esto tenia su re­
consumado su pérdida, si las irresoluciones de Moreno y de puesto y su hospital.
Maroto, no hubiesen proporcionado al general cristino la oca­ Consiguiólo á costa de sensibles pérdidas, y tuvo la satis­
sión de salvarse, como lo logró, merced á los movimientos de facción de ocupar el punto que ambicionaba, satisfacción
Córdova y á las faltas cometidas por los jefes carlistas. mas de amor propio y de orgullo militar, que de provecho y
Como la historia de la guerra civil no debe degenerar en la de interés permanente, pues no siendo posible conservar la
biografia de los caudillos del Pretendiente, cuyas rivalidades posición sin comprometer para lo sucesivo la seguridad de su
é intrigas tanto contribuyeron á debilitar la causa de aquel base de operaciones, tuvo Córdova que .emprender su movi­
príncipe, pasaremos en silencio los pormenores de la honda miento de retirada, movimiento ile ejecución difícil, toda vez
enemistad que mediaba entre Maroto y Moreno, la que al fin i que fué ejecutado on presencia do un enemigo que disponía de
condujo á la retirada á Francia del primero, y á la separación ■suficientes fuerzas para haber presentado la batalla en con-
del mando del segundo. ! diciones que en caso de revés hubieran piulido ser funestísi­
Fue reemplazado el último en 23 de octubre por don Nnza- mas para el general de la Reina, peligro que, militarmente
rio Eguía, do la renombrada familia de este nombre, tan co­ hablando, inutilizaba el esfuerzo hecho por Eguía para al­
nocida por su hostilidad á cuanto olia á liberal. canzar una victoria que so lo escapo de las manos.
T omo VI 15
loi l l l. STOKIA Di i E S T A B A

Kn los dos (lifts quo duró la operación quo acabamos de Había el general Córdova considerado la guerra empeñada
vosofiar, hubo una conl.inuada serio do acometidas por parte en las provincias del Norte, como una operación científica,
do los carlistas y do hábiles y bien calculadas evoluciones por militarmente hablando, pero ligada al mismo tiempo tan in­
parto do Cordova, quo costaron á ambos ejercites sobre dos­ timamente á la política, que si la seguida por el gobierno no
cientos muertos y ochocientos heridos, siendo la principal inspiraba confianza á los partidarios de la Reina y no daba la
ventaja do las tropas de la liorna la do haber paralizado los posesión de suficientes recursos para el ejército, opinaba que
vigorosos ataques de sus contrarios, adornas do haber hecho seria larguísima cuanto difícil empresa la de vencer al carlis­
un centonar do prisioneros. mo y pacificar al país.
líl l/’do octubre había regresado el ejército á Vitoria, y al Semejante teoría que el raciocinio bastaba para justificar,
siguiente dia se puso en marcirà para la Puebla de Argonson, lo ha sido veinte años despues por la luminosa experiencia
I Iaro y 'Logroño, donde llegó el dia », movimiento que tuvo suministrada por la guerra separatista do los Estados Unidos
por objeto asegurar la linca del Arga, una do las bases del de América. En ella respondió siempre la paciencia y la per­
sistema de bloqueo á que daba Córdova grando importancia, severancia del general Grant al denuedo del ejército del Sur
según su plan do encerrar estratégicamente á los carlistas y á los patrióticos esfuerzos de los esclavistas, ostentando
dentro de su propio territorio. aquel su inquebrantable confianza en los superiores recursos
En aquella marcila hizo aquel general volar los puentes por de los Estados del Norte y en el levantado espíritu público y
dolido el enemigo pudiera tener fácil salida, atonto siempre á union de sus habitantes.
completar las medidas de bloqueo con la fortificación de Lar- En los largos dins de prueba por que tuvo que pasar el ge­
raga y ile. los puntos estratégicos dentro de los que estaba en neral Córdova luchando con la falta de dinero, de víveres y
sus miras contener á los carlistas, cual si so vieran reducidos de trasportes, jamás vaciló su fe eu la eficacia de su sistema
al recinto de una plaza estrechamente bloqueada. de bloqueo territorial, ni en la importancia que daba á la
Mu la ejecución de sus intencionados movimientos propor­ union do los liberales y á la estabilidad del gobierno.
ciónesele á Clórelova la ocasión do apoderarse de Estella, como Perseverante en estos principios, despues de haber sosteni­
en efecto lo consiguió utilizando su fortuito triunfo para hacer do lealmente al ministerio Toreno, sin salir de los límites do
alarde del éxito de sus movimientos, y dando ¡i luz con oste una inteligente obediencia al gobierno constituido, prestó
motivo una orden del dia al ejército concebida en los térmi­ igual y todavía mas decidido apoyo al gabinete Mendizabal,
nos de seguridad y do confianza que eran familiares á la retó­ á cuyo efecto dispuso que todos los cuerpos del ejército re­
rica militar del caudillo de la Reina. Pero era este atentamente presentasen a la Reina cu aplauso de la marcha polii icade su
espiado por su contrario Egula, y vióse atacado á la salida de gobierno, dirigiéndose al mismo tiempo á las Cortes, renovan­
Estella en la mañana del 10. do el juramento que tenia hecho el ejército do derramar has­
Ambas fuerzas contendientes procuraban aprovechar las ta la última gota de su sangre en defensa de la independencia,
ventajosas posiciones que ofrecía la naturaleza del terreno, y de la libertad de la patria y del trono legítimo de la Reina;
señalóse aquella acción por lances de guerra honoríficos pani patriótico y elevado pensamiento que valió al general y al
unos y otros combatientes, habiendo quedado la ventaja ma­ ejército los plácemes y el reconocimiento de la nación.
terial por parte de las fuerzas de la Reina, toda vez que, léjos Interin los partidos se disputaban encarnizadamente la
de sufi ir descalabros en su marcha, la caballería dió brillantes posesión del poder, Córdova dividia su atención y empicaba
cargas, siendo el fruto do ellas el hacer un centenar de prisio­ su tiempo en proveer al mantenimiento y al bienestar de sus
neros. Pero en una guerra de diarios y sangrientos combates, soldados y en seguir una activa correspondencia con sus ami­
como la que se estaba haciendo, el invariable tema de los car­ gos de Madrid, excitándolos á que diesen apoyo á Mendizabal,
listas. como de los liberales, lo era el. de atribuirse la victoria, al mismo tiempo que apremiaba á este para que atendiese á
que en realidad para nadie era declaradamente fructífera, las necesidades del ejército. Consecuente á estos laudables
pues ni los carlistas solían avanzar, ni los liberales continuar antecedentes filé la conducta observada por el general con
en la posesión de los puntos de que á costa do mucha sangre motivo do un ruidosísimo acontecimiento que á fines del año,
se apoderaban para tener seguidamente que abandonarlos. cuya historia narramos, hizo gran sensación en el país y socó
lín los últimos (lias de noviembre llegó al frente do San Se­ do quicio al partido quo entonces lo era el mas avanzado, al
bastian don Joaquin Montenegro, director de la artillería de partido progresista, contra el ilustre general que debía ser su
don Carlos, llevando consigo una division de infantería y tres futuro jefe.
piezas <le grueso calibre. Sin pérdida ele tiempo estableció una Formaba parto de la division al mando de Espartero el ba­
batería contra la casa fuerte de Arrambari, inmediata á la tallón ele voluntarios guipuzcoanos denominado de los Cha-
plaza, de cuyo punto se apoderó, pereciendo en su defensa polgorris. Marchando este general á mediados de noviembre
cincuenta y dos valientes, incluso su jefe don Pedro Argote. en dirección de lluro, atravesando el comprometido territorio
Envalentonados los carlistas avanzaron sus baterías en dis­ llamado do las Conchas á orillas del Ebro, entregáronse los
posición do batir con ellas otros fuertes que dominaban las individuos de dicho batallón á vituperables excesos en varios
comunicaciones con Francia, empeño del que hubieron de ile los pueblos de aquella ribera. Profanaron las iglesias, ro­
desistir por haberse presentado mi ayudante del genevai fran­ baron los vasos sagrados y atropellaron á sujetos respetables,
cés que mandaba en Bayona, conminando con la entrada in­ entre ellos á individuos del clero. Quejóse el obispo de Cala­
mediata de trujias do la nación vecina, si los carlistas conti­ horra do estos atentados y mandó en su consecuencia Espar­
nuaban cu su propósito. tero que se instruyese la correspondiente sumaria, cuyas pri­
Digno émulo do sus compatricios do Bilbao, el vecindario meras diligencias dieron lugar á la prisión do dos oficiales y
do San Sebastian y su ayuntamiento, dispusieron el arma­ un sargento, medida que lejos de haber contenido la indisci­
mento en masa de la población útil y proclamaron su firme plina la agravó en términos de que individuos del mismo
resolución de sepultarse en las ruinas de la ciudad, antes de cuerpo se entregaron á nuevos sacrilegios en los pueblos do
consentir pusieran el pié en ella los enemigos ríe la Reina, Subijoña de Alava y do ülibavri. Irritado do ello Espartero ó
los que por su parto abrigaran la menguada esperanza de impacientado de las dilaciones de la sumaria, creyó compro­
encontrar entre los habitantes do San Sebastian cómplices de metido ol honor del ejército y amenazada su disciplina, y no
una traición, do que oran incapaces los liberales guipuzcoanos. vaciló en adoptar una de aquellas llurísimas resoluciones que
Frustrados los carlistas en su vana esperanza dieron prin­ aunque contrarias á las estrictas formas do la justicia, son á
cipio al bombardeo ile la emdad dirigiendo sus tiros mas bien veces delante del enemigo y en épocas de guerra civil de im­
que contra las fortificaciones, contra el casorio, sin que q u ­ periosa cuanto terrible necesidad.
ello consiguieran abatir Ja firme resolución del leal vecinda­ El (lia 13 do diciembre dispuso Espartero que la division
rio. cuya fe liberal jamás se lia desmentido en medio do las formase en el pueblo de Gomecluv y mandando salir al frente
arduas pruebas por que ha tenido que pasar cu los renovados de la línea al batallón de Chapelgorris, dirigió á sus soldados
períodos do la larga y encarnizada guerra civil de la que ha estes severas palabras:
sido principal teatro el suelo vascongado. «El batallón que teneis delante es el deshonor de toda la
HDAD MODKUNA 105
division, del oj dreito y de la n¡icion entera: antes de anoche DOCUMENTO NUM. J
lian robado la iglesia del pueblo de UJibavri, lo mismo sucedió
en La Bastida, pero todo so ha do descubrir aquí, y si no, yo DICTAMEN QUE DU) EL. l'.Xl'MO. SEÑOR DON HALDOMERO KSl'AR-
aseguro cpic lio de dar fin de tocia esta pandilla do ladrones.» TKUO, COMANDANTE UKNKUAI, DE J.AS l’llOVINOLAS VASCON­
A esta breve cuanto imponente alocución siguió un minu­ GADAS, Al, KXC.MO. SEÑOR (¡ENERA!. EN JE F E DE LOS EJÉRCI­
cioso registro de las mochilas do los (Jliapelgoms, en las que TOS DE OPERACIONES V RESERVA EX CUMPLIMIENTO 1)E LA
solo fuó encontrado un rosario do plata y dos ó tres lirondas URDEN QUE LE COMUNICÓ AL EFECTO, SOP.RE LA CAUSA INS­
do escaso valor. Xo obstante Espartero ordenó que el jefe de TRUIDA CONTRA EL RATA 1,1,0N FRANCO VOLUNTARIOS DE
la plana mayor procediese á diezmar el batallón, quintando GUIPÚZCOA, CON MOTIVO DE J.OS RODOS, PRO KAN ACION ES DE
en seguida el resultado do esta primera operación; hecho lo IGLESIAS, SACRILEGIOS, DERIDAS Y OTROS ATENTADOS COME­
onal dispuso el inmediato fusilamiento de los individuos á TIDOS EN VARIOS PC ERLÖS.
quienes tocó esta última adversa suerte.
Aquella imperativa justicia recayó sobre un cuerpo de vo­ Exorno. Señor: En vista del oficio que V. E. se sirve pasar­
luntarios que había prestado incontestables servicios á la cau­ me con fecha 1.” de este mes, consecuente á la consulta que
sa de la Reina, lo que grandemente contribuyó á aumentarla trasladé á V. E. del fiscal de la causa instruida contra los ¡ni­
conmovedora sensación causada por una medida que bien po­ tores y cómplices de los robos y demás atentados cometidos
dia haber hecho recaer sobre inocentes víctimas el delito de por el batallón de voluntarios de Guipúzcoa, me veo en el
los verdaderos culpables, circunstancia que agravó el hecho sensible caso de dar á V. E. manifestaciones que estaba muy
de que uno de los quintados lo fuese el desgraciado Alzate, lejos de creer necesarias, después de haber deferido gustoso á
liberal de largo abolengo, padre de cinco hijos, alcalde de su lo opinado por dicho fiscal en la consulta que sometí á la su­
pueblo, hombro apreciado por su honradez y que por puro perior determinación de Y. E.
patriotismo se habia espontáneamente alistado desde el prin­ Estaba persuadido de que la medida tomada para corregir
cipio de la guerra. los inauditos crímenes del expresado batallón y para que su
Los compatricios de las víctimas del cruento sacrificio con­ pernicioso ejemplo no contaminase á los demás cuerpos, se ha­
sumado en Gomecha agitaron fuertemente la opinion, y cun­ bia de considerar generalmente precisa, indispensable y con­
diendo las recriminaciones y las quejas por medio do las veniente, acatándola aun aquellos mal avenidos e.on todo lo
correspondencias que llegaban de San Sebastian y demás pue­ que propende á mantener el orden y la disciplina de bis t ro­
blos de su provincia, encontraron eco no solo en la prensa pas. Nunca llegué á sospechar que despues de lacerado mi
progresista de Madrid, sino también en el Estamento de Pro­ corazón por el sensible castigo que me fué necesario ordenar;
curadores, donde fue el asunto objeto do bus mas duras recon­ que despues del terrible choque entre mi amor al soldado y
venciones contra el general que en términos tan expeditos y un acto de justicia que si prevaleció fué por la conservación
sumarios habia usurpado, orí sentido de sus acusadores los del mismo y por lo que debía influir en la salvación de la pa­
procuradores conde do las Navas, don Joaquin María Ferrer tria, se me atacase sin respeto á la autoridad, sin miramiento
y Varona, las garantías de la justicia y el amparo debido á á la subordinación militar, sin consideración al orden, y sin
los voluntarios do la libertad. reparo de los males que habia do reportar á la cansa de la li­
Unánime, hostil y prevenida mostróse la inmensa mayoría bertad, en un lugar sagrado, en el santuario de bis leyes.
del partido progresista contra el general que debia sor su cau­ Foro, ¿cuál habrá sido mi sorpresa al leer en la Gaceta del 2S1 del
dillo y su héroe, pero que en aquella evitica situación do su pasado, las interpelaciones hechas por dos representantes de
vida pública no encontró otros defensores de su patriotismo y la nación? ¿Y cuál mi asombro al ver denunciado por estos un
do su levantado espíritu, de su celo por la verdadera honra rle acto de necesaria justicia? La aprobación de V. E. consignada
la opinion liberal y en vovindicacion do la disciplina del ejér­ en la adición á la orden general de Iti del pasado, aprobación
cito, sino en la autorizada palabra del general en je fe don afianzada en el cumplimiento do lo prevenido en bis reales
Luis Fernandez do Córdova, quien no vaciló en hacer suya la ordenanzas y disposiciones de la órden general del ejército,
responsabilidad de los hechos incriminados, hechos que aun­ mi convencimiento íntimo de haber obrado con equidad, jus­
que lamentándolos, explicó también en defensa del general ticia y conveniencia pública, y los testimonios de aceptación
Espartero el periódico El Español, el órgano mas ¡ir-redil ado merecidos por la aprobación de los hombros, que, conocedores
que por aquel tiempo representaba en la prénsa los principios del crimen, vieron la absoluta necesidad del castigo, parecía
del partido conservari or. deber tranquilizar mi espíritu y despreciar indicaciones que
No pudo el gobierno permanecer indiferente ante un de­ estoy seguro las desechará el Estamento en que se luí cometi­
bate de la importancia del que la oposición habia suscita­ do el arrojo ele proferirlas; pero las consecuencias pueden ser
do en el Estamento de Procuradores, habiendo además sido fai,¡lies y esto me diliga á solicitar su reparación. El público
presentada al presiri en te del Consejo do Ministros una expo­ que ignóralos hechos y (pie ve que un representante los califica
sición firmarla por el jefe y oficiales del batallón de Oliapcl- de arbitrariedad horrorosa, juzga con prevención y desconfia
gorris, en la que pedían fuese oida la voz do la justicia venga­ con fundamento. El ejército recibe un ejemplo pernicioso, cu­
dora, cuya espada, decían, debía caer sin distinción de personas yos terribles efectos he principiado yo á tocar. Varios jefes so
sobro todos los quede cualquier moflo hubieren faltado á ella: me han presentado demostrando sus recelos de poder mante­
pedían pues que so sometiese el asunto al fallo de un consejo ner la disciplina en vista do tales indicaciones. Temen y con
de. guerra y que averiguada que fuese la conducta de todos, si razón que so subvierta el orden y que el soldarlo, sabedor de
resultaban inocentes las diez víctimas sacriti cachis en el cam­ ellas, so considere autorizado para consumarlos crímenes mas
po de Gomecha, se indemnizase á sus familias sin perjuicio horrendos, cuando por padres que sollaman de la patria, se
del castigo que mereciese su autor. propalan doctrinas capuces de minar el cimiento, la buso
Esta exposición, dirigida por el gobierno al general Córdo­ fundamental de bi sociedad. Nuestros enemigos, que por des­
va, fué por este trasladada al acusado, cuya justificación no gracia no son pocos, sacarán también fruto, hallando medios
podrá menos de parecer completa al juicio de la posteridad para la escisión, que algunas veces ha concedido ventajas á
en presencia de los descargos dados por Espartero en res­ su injusta causa, retardando el triunfo do la libertad.
puesta de bis aseveraciones de sus impugnadores. Estos males, Exorno. Si-., conoce Y. E. necesitan de pronto
El documento á quo queda hecha referencia, y que encierra y eficaz remedio, y su superior ilustración sabrá adoptar el
la vindicación del general, tiene la suficiente importancia his­ mas oportuno, corno el primer interesado en que el ejercito
tòrica para figurar al final do este capílu lo bajo el m'un. I, al que que tan dignamente, manda conserve el órden y la disciplina
sigue, bajo el mim. II, la orden del dia (bula en Logroño el 1C que lia silbido mantener on mod ¡o de bis oscilaciones políticas,
do diciembre por el general en jefe, testimonios que completan pavecióndomo, no obstante, deber indicar que los dos señores
la justificación do ambos generales, en asunto en el que el procuradores que tan inoportunamente hablaron en la sesión
supremo interés patrio debia ser superiorá todos los intereses del 2B de diciembre último del castigo impuesto ¡il batallón
do partido. de Chupdgurris. abusaron, además, de la misión que les está
106 I l TRTORl A DK K S P A Ñ A

cometida, porque no os al poder legislativo al que correspon­ cruentos hechos han llegado á difundir! Privado por él délos
do graduar si aquel fuó bien ó inai aplicado, y este abuso, únicos medios do aclarar los criminales de aquellos determi­
e,uyas consecuencias he demostrado on parte, ha hecho à i a nados y recientes hechos; habiendo visto ya la casi nulidad de
voz incurrir en errores y contradicciones que marcan la par­ los procedimientos acerca de los do La-Bastida; temeroso do
cialidad tan ajena de un señor diputado. V. E, es sabedor tío quo la dilación propagase los asaltos nocturnos y se repitie­
los hechos, ha hecho la debida graduación y sabrá sostenerla sen tan escandalosas escenas; sabedor deque los pueblos iban
con la acreditada dignidad de su carácter, absteniéndome pol­ á ser desamparados por sus habitantes; conocedor de los ter­
lo tanto de analizar las implicaciones ó imprevisión con que ribles efectos de esta determinación, y persuadido de los que
se ha tocado este punto en el Estamento. Poro como V. 13. me habían ele producir en las tropas do mi manilo, ¿cuál es el
pide en su refendo olieio la causa original y que expreso mi partido? ¿cuál el medio que mo restaba tomar? Un general
concepto sin iluda para resolver la conducta del fiscal, al dar responsable de la disciplina del cuerpo del ejército que man­
cumplimiento á esta órdini con la remisión de la causa, croo ila; un comandante general de las provincias, coloso de man­
indispensable explayar mi opinion, dándola una latitud, que tener el orden y precisado á ofrecer su protección á los pue­
si omití al trasladar á V. K. dicha consulta, fuó movido de mi blos que por la dominación del país obedecían sus órdenes,
natural clemencia, y on la persuasion de que el castigo im­ ¿qué le restaba que hacer en un conflicto semejante? Yo no
puesto reformaria las depravadas costumbres del batallón de encontró otro medio que la pública demostración á las tropas
voluntarios de Guipúzcoa, sin necesidad de renovarlo y tic y á los pueblos que detestaba los crímenes; que no quedarían
hacerlo sentir desde el primer jefe hasta el último individuo, impunes, y que en el acto con un severo escarmiento serian
persuasion que lia destruido tan irregular incidente, pues de­ lavados y satisfecha la vindicta pública. EL extremo tic la
duzco que en vez de reconocer los crímenes y la indulgencia suerte lo anuncié como último recurso. Primero se leyó la
han maquinado moviendo resortes extraños y depresivos de orden de la division del 13 del pasado, que igualmente he
la autoridad de V. E. dispuesto se una á la causa. Arengué á las tropas : hice salir
El liscili en la consulta dice, (pie los atontados de La-Bas­ al frente do ellas al batallón delincuente: este oyó mi voz de
tida no resultan aun tau extensos, tan graves ó inauditos, reprobación sobre sus enormes delitos, sobre la medida que
como se deduce de lo actuado y de las ideas que forma el que se iba á tomar para descubrir á los causantes, y sobre que si
conoce de lo que es susceptible un batallón que á la desban­ ejecutado el reconocimiento no parecían y ellos no los se­
dada obra sin freno y á discreción se ocupa déla rapiña. Esta ñalaban, la suerte decidiria los que habían de sufrir la última
aserción comprobada con cuantos antecedentes tiene el pii- pena. ¿Seria, Excmo. Sr., la ignorancia do los autores, cuando
blico enterado de aquel lamentable suceso, se corrobora tam­ todo el batallen se abandonó til pillaje y sacrilegios en La-
bién con el oficio que he mandado unir á la causa del Exce­ Bastida , y cuando para marchar á Subijana y Ulibarri se
lentísimo é limo, señor obispo do Calahorra, en el cual se ven disfrazaron, faltaron de las compañías, volvieron á deshora
recopilados los robos de las iglesias y los sacrilegios cometi­ do la noche, y no pudieron dejar de hacer presentes los efectos
dos en ollas por esa banda do hombres impios, relajados ó robados? l)c ningún modo la ignorancia, esta no era posible.
inmorales ; por esto batallón que no parece sino que filé for­ Luego, ¿por que no los designaron? Porque siendo todos cri­
mado por el genio del mal y de la rebelión, para fomentar minales, todos tenían por qué callar. Esta intima convicción y
esta y desacreditar al virtuoso ejército que con tanta gloria el indispensable, el preciso castigo que había prometido eje­
combate. Cuando contesté á dicho oficio en los términos que cutar, forzó mi natural clemencia á obrar en justicia, y la
aparece do la copia que igualmente he dispuesto so una á la suerte fuó hecha, según manifesté á V. E., el mismo tlia al
causa, no tenia idea de tan horrendos crímenes, sabia solo por tlarlt; parte del acontecimiento. En el ¡veto de la ejecución
indicaciones extrajudiciales que se habían cometido robos, y fueron delatados los autores del robo tic Ulibarri: dos tic
para su averiguación había prevenido un reconocimiento ge­ ellos so habían ausentado sin licencia, pasando á esta ciudad
neral y las oportunas pesquisas ile los autores. Poro ¿cómo desde su acantonamiento de Kanclares, sin duda para ocultar
habían de aparecer? ¿Cómo se habían de denunciar? Y ¿cómo mas bien las alhajas robadas; mandé en su busca, llegaron
liabia yo de tener noticia exacta habiéndolos y siendo los cuando iban á desfilar las tropas, y se suspendió la marcha
primeros culpables los mismos á quienes so provino la justifi­ hasta que fueron ejecutados, pues me pareció justo sufriesen
cación.? Así es que no se me dieron resultados respecto á la ol castigo. ¿Y cómo no serlo en vista de tales atentados? Hasta
averiguación y solo disculpas fúndalas en los continuos mo­ jos mismos sacerdotes, capellanes do los cuerpos, que los con­
vimientos do las tropas. La queja del obispo de Calahorra me fesaron lo encontraron justo. ¡Talos serian los crímenes que
hizo conocer la extension tie los atóntalos y disponer formal­ les revelarían! Si alguna injusticia se ha cometido, Excelentí­
mente la instrucción de la sumaria para justificarlos. A con­ simo señor, es sola la tie no haber hecho mas general el escar­
secuencia de ella so hicieron prisiones de dos oficiales y un miento, y que este hubiese abrazado ú las clases superiores,
sargento iniciados de haber profanado las iglesias de La-Basti­ tan delincuentes como los demás individuos del cuerpo, acos­
da. El primer fiscal me pasó la sumaria con su dictamen, tumbrados antes do ahora á la ejecución tic tales crímenes,
siendo do opinion se elevase ¡i proceso. Yola dirigí al auditor conio podrá observar V. E. por lo que hasta ahora arroja la
de guerra para que me diese su parecer, y en este estado causa, estando bien seguro por los disgustos que me ha ciado
ocurriéronlos nuevos crímenes ojeen! ados por individuos del en ol poco tiempo que ha estado á mis órdenes, que su com­
mismo batallón en los pueblos de Subijana de Alava y Uli- portamiento habrá sido constantemente igual, y que en vez
barri. En e.l primero fuó herido en la cabeza uno de fits regi­ de haber sido útil, habrá, como llevo expuesto, fomentado la
dores; lo fuó también el cura con seis ó siete; heridos en el rebelión. Tres hechos que no constan en el sumario, y que rno
costado, brazos y cabeza, robaron la casa de este, otras tres lian sitio referidos cxtrajudicialmente, aumentan si cabe el
mas y la iglesia, y tomaron el nombre del brigadier Jáuregui grado de odiosidad que so ha adipi irido y merece dicho cuerpo.
para el allanamiento tío la casa del cura. En el segundo fuó 1. " En la villa de Raro, habiendo cometido un robo en
también robado el oura, profanada la iglesia, robados vasos una tienda, acudió un oficial del ejército á extraer lo ro­
sagrados y quemada la sacristi:), ved udendo á cenizas los bado al individuo chapel gorri que lo tenia, y estando el ba­
efectos de olla y los libros parroquiales. Asi que fui informa­ tallón en la plaza se amotinó mucha liarte de él contra el
do, mandé al actual fiscal que practicase una información en oficial y milagrosamente escapó con vida.
Subijana que patentizó los hechos, poro así él como yo, ha­ 2. " Habiéndoles faltado un dia la ración, se amotinaron
biendo examinado á varios tie los que sufrieron los ultrajes, igualmente y fué necesario mucho trabajo para hacerles en­
si nos convencimos de sor individuos del batallón do volun­ trar en orden.
tarios de Guipúzcoa, no pudimos recabar se determinasen á Y 3.“ lía llegado su impiedad hasta el extremo, según me
presentar ante el cuerpo formado para, señalar á los autores. han informado personas respetables, de ensartar los crucifijos
Esta sola 'alea los llenaba de espanto. Creían seguro su exter­ en las bayonetas y en una taberna servirles do vaso un copen
minio y el de toda la población si llegaba á noticia de los y en seguida de orinal.
Chapelgorris. ¡Tal es, Kxenio. ¡ir., el (.error pánico que sus Creo no acabaría, Excmo. Sr., si se fuesen á inquirir y á
EDAD MODEKNA io 7
averiguar sucesos de esta, especie ; pero eu cl caso de que V. E. , una fuerte columna cuyo mando fue confiado ni brigadier
halle oportuno y político se eche un velo sobre lo pasa- Guorgné, realista de larga tradición, pues ya había milii si­
clo, considero que ya, habiéndose hecho morion en el Esta­ do en las facciones alzadas conira el régimen constitucional
mento de señores procuradores reprobando el castigo y aven­ en 1822 y 23, en cuya época sirvió ;i las órdenes ile Ugni a
turando ligeramente ideas en favor tic dicho cuerpo, hasta ! (Coletilla) y de Quesada, siendo por consiguiente Guergué
con la arrogancia do reservarse pedir la cabeza del culpable, I hombre de cuya larga carrera en la milicia y <le cuyos servi­
aludiendo al que mandó el expresado castigo; considero, re- ! cios esperaba mucho la causa de l>. Carlos.
pito, conveniente al decoro do V'. E. que halló justas razones Púsose dicho jefe en marcha el s de agosto al frente de
para aprobarle, según la orden que también va en la causa, ! 2,-133 infantes y ino caballos.
á mi reputación jamás desmentida, al honor del ejército y la Habíanse hecho bastante notorios los preparativos de la
conservación de su disciplina, que el mencionado batallón proyectada expedición para que no so tuviese anticipada no­
franco de voluntarios de Guipúzcoa quede disuclto y disemi­ ticia de ella en el cuartel general del ejército do la Reina, en
nada su fucTza, en términos que vigilada individualmente cuya atención dispuso Córdova que el brigadier Garrea salir­
ne vuelvan á reproducirse jamás tamaños atentados. V. E., se al eneuonl.ro do Guergué. Mas logró este evitar la aconte! i-
sin embargo, resolverá lo que crea mas conveniente. Dios da y pasando por Zubiri, Nagorin y (Jscoidc, penetraba en
guarde á V. E. muchos años. Yitoria 4 de enero do 1836.— Aragon cl dia 13.
Exento. Sr.— Baldomcro Espartero.—Exento. Sr. general en Aunque Gurroa fué destacado on su seguimiento, lnibíu-
jefe de los ejércitos de operaciones del Morte y de reserva. so quedado atrás en su marcha y no pudo impedir que la
expedición entrase en Huesca el 16. Halló el jefe carlista la
DOCUMENTO NUM. II ciudad sin defensores por haberla abandonado el depósito
ADICION Á LA ÓRDEN CENERAI, DEL 16 DE DICIEMBRE DE 1835 de quintos. Hizo su ostentación de celo religioso y de tác­
DADA EN LOGROÑO tica política, asistiendo á un solemne Tc-lJruvi y entregando
al obispo de Barbastro la plata de las iglesias que hubia inun­
El mariscal de campo don Baldomcro Espartero, coman­ dado recoger el gobierno. Indultó á los nacionales que se
dante general de las Provincias Vascongadas, en cumplimien­ presentasen haciendo entrega de sus armas en el término de
to de lo prevenido en las Eeales Ordenanzas y en las disposi­ 48 horas; llamó al servicio activo á lodos los ex-oficiales de la
ciones consignadas en la órden general del ejército y con ar­ milicia realista y dirigió á los habitantes del alto Aragon una
reglo á ellas ha hecho pasar por las annas á diez individuos exhortación en la que aludiendo á los desórdenes de Zarago­
ilei batallón do voluntarios do Guipúzcoa, por haber robado za, de Barcelona y otros puntos, dccia:
vasos sagrados y otros efectos de particulares, haber herido á «¿Será posible que en medio do tantos males, como tan de
los curas de (Jlibarri y Subijana y cometido otros excesos. cerca os amenazan, permanezcáis por mas tiempo en un cri­
Por doloroso que sea este acontecimiento al Exento. Sr. gene­ minal silencio? No cabe tal pusilanimidad en pechos arago­
ral en jefe, para quien es tan preciosa la vida ile los soldados neses: la nación entera espera salvarse por vuestros esfuerzos;
do este ejército, tantas veces expuesta en obsequio de sus i dejad vuestras faenas y corred presurosos á inscribiros en las
deberes militares, del trono de sn Reina, de la libertad y glo­ banderas de vuestro legítimo soberano, bajo las cuales halla­
ria de su patria, el acto de justicia que cu obsequio de la dis­ reis álos heroicos navarros y castellanos, (pie no dejando ya
ciplina lia ordenado la firmeza del general Espartero, no solo enemigos que combatir en aquel país, vienen á abrazaros
ha merecido su superior aprobación, sino que ha resuelto se como amigos y ayudaros como vecinos; en sus íilas brilla la
haga pública en la órden general del ejército, buen testigo virtud, la subordinación militar y el honor, premias que tam­
del valor brillante de este general no menos que de su amor bién os son inherentes, con las cuales quedan en todas partes
al soldado. No necesita S. E. encarecer á los demás generales desvanecidas las diatribas con que nuestros enemigos lian tra­
y jefes la obligación, la conveniencia de reprimir con castigos tado de denigrarnos; abrazad esta resolución con la lealtad
ejemplares, fundados en el rigor de las leyes militares, los que os es característica, y en breve acabaremos de allanar el
desórdenes de la disciplina, que si se multiplicasen harían cambio del trono del mejor de. los Reyes.—Vuestro coman­
vanos, inútiles, los esfuerzos del valor en medio de los com­ dante general y compañero, Juan Antonio Uuertjtu'.—JInes­
bates y mancillarían esa bollii reputación de virtud de que go­ ca 16 de agosto de 1835.»
zan los soldados do este ejército y que han sabido granjear á Completó el jefe expedicionario las medidas adoptadas en
costa de tantas penalidades y peligros. No; el Excmo. Sr. ge­ aquella primera etapa do su marcha, con la formación de un
neral en jefe, á quien tantas veces han enajenado de placer y batallón compuesto de los voluntarios que se unieron á sus
arrebatado aplausos que han podido oir los cuomigos en el filas.
campo do batalla, el valor ardiente, el desprecio dejos riesgos Además de la columna de Garrea, el general Montes, jefe
de los soldados de Isabel II y de la libertad, asi como está re­ militar de Aragon, se había puesto en seguimiento de Gucr-
suelto firmemente á no tolerar crimen ni defecto alguno con­ guó, puro este eludió el encuentro pasando el vio Cinca, ha­
trario á la disciplina y no disimular nada en esta parte á los biendo tenido además la suerte, de encontrar en su marcha y
oficiales y jefes, cuyo ejemplo y autoridad debe bastar á repri­ de hacer prisioneros á los urbanos do Tamari! e y de Alcum-
mirlos; así también se lisonjea de que no necesitará acudir á per que iban á reunirse á Montes. Continuando su marcha
los medios que su alto deber le impone. El valiente es noble, llegaron los expedicionarios á Tremp, cuya guarnición habia
es generoso, los defensores do la causa mas pura y mas glo­ evacuado aquel punto, en el que se engrosó la expedición con
riosa no pudieran empañar su brillo con la mas fea mancha, è OOhombres que la trajo el partidario Borgos.
ni un cortísimo número menoscabar con su irregular conducta En los siguientes dias presentóse el coronel de voluntarios
el mérito eminente de la inmensa mayoría de los soldados vir­ realistas D. Jacinto Orten comm refuerzo de 3,¡ititi reclutas, y
tuosos que componen el ejército y que son el ornamento y el 26 del mismo mes dos oficiales del regimiento de Zamora
orgullo de su patria.—El general jefe de la P. M. G., Marceli­ de destacamento en Orgañd, desarmaron á los urbanos de
no Ora«.—Es copia.— Isidro Alaix. dicho pueblo y se pasaron á los carlistas con los 3n soldados
que mandaban.
CAPITULO VII En los últimos dias de agosto ocupó Guergué el pueblo for­
Expedición á Cataluña de una division del ejército tificado do Oliana, cuya guarnición lo habia abandonado; pero
carlista del Norte los liberales de la comarca tocaron ¡í somaten, y su estrépito,
oyéndose en dirección de la comarca que habia de atravesar
La operación militar cuya recomendación fué objeto osten­ Guergué, le impuso y detuvo algun tanto su marcha. No en­
sible del vinje de Cabrera al Real de D. Carlos, si bien no aco­ contraba la expedición recursos, la tropa iba despeada y des­
gida en los momentos que aquel la inició, fué idea que trabajó calza y empezaron las murmuraciones oyéndose voces de vol­
lam ente de los consejeros del Pretendiente, por los que en los ver á las provincias.
primeros dias de agosto se dispuso la salida para Cataluña de Quebrantada la confianza del jefe carlista, pensó este en
108 HISTORIA DE ESPAÑA

regresar á Navarra y al efecto dividió su gente en dos co­ España, que no llegó á efectuarse por haber sido dicho gene­
lumnas. confiando una al coronel D. Juan Odoncll y con­ ral detenido por la policía del vecino reino.
servando la otra bajo sus inmediatas órdenes. Sabedor deque Con motivo de este suceso coniò válida la especie de que el
Monl.es ocupaba á ISari lastro, y no pediendo vadear el Cinc,a, de España había dado él mismo aviso á la autoridad fran­
crecido por lasavenidas, retrocedió Gucrgiióá Graus donde se cesa para que su arresto le sirviese de pretexto pava sustraer­
reunió con I). Juan Odonoll eon intento de atravesar el rio en se al compromiso de entrar en Cataluña, donde no ora por lo
las barcas, de las que no pudo al cabo hacer uso, por haberlas demás querido ni deseado por los cabecillas, temerosos de la
retirado Montes rio arriba. Al mismo tiempo vicjso Guergué conocida rigidez del antiguo Capitan general del Principado.
coni variado por otra novedad. Recibido que hubo la noticia Al internarse Guergué en el corazón de las provincias ca­
de que la legion francesa ocupaba á Tremp, era su situación talanas, la junta que se titulaba gubernativa y que compo­
«le tanto mayor apuro cuanto que Pastors se hallaba en Gerri. nían don Roque Carmi, clon José Montaner, clon Juan Pedro
Encontrándose cercado y sin salala deliberaba Guergué con Sanz, don Narciso Ferrer, don Sebastian Muntades y clon
los ¡des do su columna, entre si tendría que capitular ó bus­ Mauricio Oarria, brindó al jefe de la expedición con la presi­
car refugio en el territorio francés, cuando vinieron á sacarlo dencia y el mando do tocias las fuerzas, pero negóse Guergué
«le aquel conflicto las falsas confidencias que dejaron ignorar al ofrecimiento del mismo modo que lo hizo al que en iguales
á l'astors la situación del enemigo.porlo que evacuando;aquel térrniuos le fué hecho por el agente de clon Carlos en Perpi-
prematuramente á Gerri dejó abierto el único paso por donde ñan, al ser invitado por este á que aceptase dicho mando, al
los carlistas podían escapar. Tomaron estos entonces la direc­ menos hasta que se recibiesen órdenes de Navarra.
ción «le la alta Cataluña y encontráronse el 14 de setiembre El 22 de octubre hallábase concentrada en Torà la antes
entre Organa y la Seo de UTgol con la gente descalza y ham­ diseminada fuerza carlista que guerreaba en las cuatro pro­
brienta, teniendo á Gurrea á retaguardia, á Pastors á la izquier­ vincias, ocasión que pareció oportuna á Guergué para organi­
da, otras fuerzas liberales á la derecha y delante el rio Segre. zar, aunque mas bien lo hizo sobre el papel que do una ma­
La indisciplina había hecho progresos entre los expediciona­ nera eficaz, el ejército de que disponía.
rios y para aquietarlos recurrió Guergué al expediente de Determinó en su consecuencia la formación ele cuatro divi­
repartirles el dinero do que pudo disponer, medida que per­ siones; la que tituló de Gerona se componia de dos brigadas,
mitiendo á su gente comprar vituallas, apaciguó su descon­ mandadas por Brujo Albert, y Zorrilla.
tento, logrando por último la columna pasar ol Segre y entrar Componían la división de Lérida otras dos brigadas manda­
en Oliana dundo tuvieron un descanso de tres dias y pudieron das por Borges y Porrodon, siendo su jefe principal el coronel
proveerse de calzado. clon Juan de Torres.
La retirada «lo la brigada de Gurrea llamado por órdenes La división de Manresa y Cervera constaba de otras dos
supiniores á reincorporarse al grueso del ejército de operacio­ brigadas, mandadas por Caballería y Galcerán, ambos bajo las
nes y el hallarse de nuevo Guergué en territorio catalan, co- : órdenes de don Benito Trisfcany.
locó á Pastors on situación muy crítica, toda vez que tenia Por último, la di vision llamada de Tarragona y Villafranca
dolanto y á los costados todas las facciones del país que se la mandaba clon Matías Valls, siendo la fuerza nominal de las
habían reunido á Guergué. referidas cuatro divisiones la de 22,370 infantes y 400 caballos.
Corta y abigarrada filé la campaña que en las comarcas Mas toda aquella fastuosa organización no bastó para que
fronterizas «le Aragon y Cataluña se afanó por mantener los cabecillas, animados de celos y de rivalidades unos contra
Guergué al terminar el año lnúii. Al grueso do las facciones otros, obrasen con el acuerdo y disciplina, sin las que era vano
vinieron á reunirse por aquellos dias los batallones primero pudieran obtener resultados ventajosos.
«le Vielt y primevo del Ampurdan, fuertes de setecientos hom­ Las fuerzas liberales del Principado se hallaban reducidas
bros cada uno, fuerzas que levantadas por U. Jaime Guitart por entonces á las que Pastors pudo sacar ele Barcelona y con
conducía oslo en auxilio de Guergué. En marcha para Cas­ las que se propuso combatir á los carlistas en campo raso, á
tellfollit la vanguardia carlista, encontróse con dos compañías cuyo efecto comenzó por dirigirse á Cervera para abastecerse,
di'l regimiento de América, las que retrocedieron y ocupa­ viéndose allí reforzado por un batallón de la legion francesa
ron un enserio virino en el «pie se hicieron fuertes, rosis- con lo que piulo restablecer sus comunicaciones con Gurrea.
liciulo por espacio de 24 horas, al cabo de las cuales tuvieron Concertó con este entonces Pastors su plan do campaña di­
<|iie remi irse. Tirs olieiales y 13o soldados tornaron partido rigido á arrojar á Guergué del. suelo catalan. Prometiéronse
con los carlistas, los «pie cumpliendo lo estipulado con los que ambos jefes recíproca y constante ayuda, y cumplió Pastors su
tan bizarramente se habían tiefend ido, dejaron fuesen á in­ compromiso rindiendo á Guimerá y haciendo prisioneros á
corporarse libremente á sus banderas á 2 oficiales y 23 sol­ los 300 hombres que la guarnecían; restableció la línea del
dai les: Llobregat y del bajo Segre, proveyó á la seguridad del distri­
Llegados los carlistas al pueblo de Lledó, intimaron á su to de Talarn y recuperó la posesión de la cuenca de Tremp.
guarnición «jilo les franquease la entrada, propuesta que fue Habia por entonces evacuado Guergué el territorio catalan,
valerosamente irsistida por los urbanos, á quienes cupo la y de sus resultas desalojó Pastore álos carlistas de las salinas
buena sucrie de que UuiTgné, que sin duda daba superior :! «.le Gerri, que habían estado explotando con utilidad, y reci­
imperi ancia al movimiento «pie liabia emprendido, no quisie­ bido que hubo aviso de que el enemigo andaba en tratos para
se detenerse á un asedio formal. apoderarse por traición de la Seo de Urgel, trató de impedirlo,
l’oro los defensores de Lledó, en la persuasion de no tener á cuyo efecto dividió sus escasas fuerzas contando con la co­
ya carlistas delante, salieron al campo, y hallábanse por ól operación de Gurrea, de quien recibió aviso de que no podia
diseminados, cuando vinieron á caer en manos «le un batallón cooperar al movimiento á que era invitado, si no lo socorria
de los expedicionarios que habiendo quedado algo rezagado con 0,000 raciones y 2b,000 reales.
seguia ú incorporarse con la division. Con apresuramiento, y quedando exhausto de recursos, sa­
Gomo las fuerzas libi.'vales quo operaban en Cataluña eran tisfizo Pastors el pedido de su compañero; mas cuando avan­
muy inferiores en número á las facciones, Guergué piulo re­ zaba contra el enemigo, en los momentos en que Guerguc
correr impunemente ol rico Ampurdan, haciendo abundante contramarehaba volviendo á internarse en el territorio cata­
acopio de armamento, de caballos y de dinero. lan, encontróse Pastors abandonado por Gurrea, alegando este
El f> do octubre hallábanse concentradas las facciones do en disculpa una real órden del ministro de la Guerra que im­
Valls, Trist any, Musgoivt, (trau y otros cabecillas en fuerza de periosamente le prescribía su regreso á Aragón. Al trasmitir
cinco mil hombres y «pliso aprovechar Guergué la «»¡venustan­ Gurrea copia de la real órden á Pastors le añadió lo siguiente:
d a de ballarsi» en fuerza liara sitiar á Olot, punto que tampo­ «Conozco mejor que nadie la posición en que V. E. va á en­
co se rindió y del que se alejaron los carlistas, mas aficionados contrarse y el grave compromiso en que se hallará, pero la
á merodear que á combatir. Ouedó Odom-ll encargado de vi­ Reina me manda marchar á Navarra y es preciso obedecer.
gilar la comarca, ínterin Guergué se dirigia luida la iVoiite­ Mañana diré á V. E. con exactitud la dirección del enemigo y
ra francesa con ánimo ile proteger la entrada del conde do las posiciones que ocupa.»
EDAD MODERNA IOS

Sorprendido Pastors porla inesperada novedad qne venia á I ]fuerzos se compusiesen de castellanos, ofreció que liaría mar­
trastornar todos sus planes, reunió un consejo de guerra cu- ! char
< al Norte 3,000 catalanes. Poro hombro de carácter vaci­
vos miembros unánimemente participaron de la indignación . !lante y movedizo, abandonó aquel jefe esta idea, pues dejó á
motivada por el abandono en que los dejaba G-urrea, pero en los ' catalanes en su país y solo pensó en pulir á don Carlos con
situación tan crítica nada se adelantaba con recriminaciones instancia
i y por varios conductos su mas pronto relevo. Sin es­
y era lo urgente buscar salidaá la comprometida situación en ;perarlo emprendió su marcha á Navarra el 22 de octubre con
que se bailaba el Capitan general interino de Cataluña. las fuerzas que del Norte habia sacado, menos las bajas natura­
Informados los carlistas de la marcha de Gurrea ocuparon !les que habia sufrido y la de 300 desertores, y aceleró cuanto
posiciones que encerraron á Pastors en una hondonada, de la pudo sus movimientos haciendo jornadas de once y doce le­
que tuvo la suerte de escapar por una marcha de flaneo, y guas. Pasó otra vez por Barbastro, dejando en el país á su se­
desplegando la mayor actividad salvó inmensas dificultades y gundo Torres, en quien tenia ilimitada confianza. No corres­
se abrió paso hasta Agramunt. pondió á olla este jote, pues en los mismos dias en que recibía, de
En aquel punto encontró un batallón de la legion francesa, su superior y amigo el inando délas fuerzas que quedaban en
cuya presencia miró como un don de la Providencia, espe­ Cataluña, representaba á don Gárlos contra Guergué. No tar­
ranza bien fugaz, pues el jefe de aquella fuerza tenia orden dó el que así se comincia en verso él mismo privado de la
do recoger el otro batallón francés que estaba eon Pastors y de columna de Borges, que se le separé por conato de insubordi­
marchar unidos con dirección al Norte. nación, como hombre mas deseoso de campar por sus respe­
Al paso que se veia de esta suerte abandonado de todos los tos que solícito de obedecer, entregándose al saqueo ¡i man­
auxiliares con los que creyó poder contar al salir de Barcelo­ salva en los pueblos en que penetraba.
na, recibía Pastors comunicaciones de Mendizabal en las que el El 2) de octubre salió Guergué do Barbastro, llevándose en
ministro le exhortaba á acabar con las facciones de Cataluña. clase de detenidos al obispo y sus familiares. Mas sabedor de
La carta de aquel ministro y la orden del de la Guerra Cas- que venia á su encuentro el coronel Conrad con sus franceses,
troterreño dicen mas de cuanto pudiera añadirse, sobre cuán trató de evitarlo, sin haberlo conseguido, habiendo sido al­
errado es pretender dirigir los ministros una campaña desde canzado y batido en Angueo.
su gabinete. En la confusion de la derrota el obispo y su servidumbre
Quedó Pastors, dice el Sr. Pirala, sin soldados, sin dinero, tuvieron la buena suerte de escapar. El fugitivo continuó
privado de comunicaciones y sin fuerza para perseguir á los su marcha por Bolea, y el 28 pasaba el rio Aragon por Bor­
carlistas dueños del país. Entregado á sí mismo y no reci­ dini, pernoctando el siguiente dia en Oyate. Aquella misma
biendo refuerzos de ningunaclase,regresó á Barcelona, sabedor noche hizo Guergué salir para el cuartel real á Santocildes en
de haber sido nombrado Mina capitan general del Principado. calidad de mensajero, mas encontró este en su camino á Cor­
A despecho del tratado de Elliot había tomado la guerra deu, enviado por Guergué como explorador, y noticioso de
en Cataluña un odioso carácter de crueldad. En el mes de hallarse en Lumbier la division Mendez-Vigo, apresuróse San-
setiembre rindió el coronel Niubó al pueblo de Guimerá, don­ tocildes á expedir á su comitente el siguiente aviso:
de hizo quinientos prisioneros, de los que fusiló un centenar. «Aoiz 30 de noviembre á las diez de la mañana. Mi esti­
El 24 de octubre, en San Quintin, batió Patxot á 1,200 car­ mado general: acabo de llegar á este punto, donde he sabido
listas, y no perdonó la vida á ninguno de los que hizo prisio­ que la columna de Mendez-Vigo pernoctó ayer en Lumbier;
neros. sírvale á V. de gobierno, mientras yo sigo para mi destino
Coincidió con la fecha de la organización de que queda de etc.—Bernardo A. de. SavioeAldes.'ó
hecha referencia haber dado Guergué á las fuerzas carlistas Pero antes de que esta carta fuese expedida, Cordeu
de Aragon y de Cataluña, el acto del reconocimiento de su se habia dejado sorprender por Leon L iarte, quedando
autoridad como jefe de todas las facciones que operaban en prisioneros do aquel jclb Santocildes y varios oficiales carlis­
aquellas provincias. Envestido de aquel carácter envió ins­ tas, los que fueron tratados por Mendez-Vigo, no solo con
trucciones á Cabrera, á Quilos, á Miralles, áForcadclI y á Tor­ humanidad, sino con señalada consideración. El suceso de
nei-, al mismo tiempo que confió el mando de la brigada de Aoiz obligó á Guergué á mudar de dirección, y marchó en la
Lérida y del batallón de Barbastro al coronel I). Juan do del Baztan, entrando en Elizondo el dia 3 de diciembre. De­
Torres. túvose en este punto, en liiez, Muez y Avguifumo hasta el
Pero todas aquellas medidas de organización no condujeron dia fi, en cuyo dia .marchó al cuartel real llamado por don
á otro resultado que al de dar Guergué paseos militares por Cárlos y dejando su tropa al mando del Royo.
Cataluña, cansando á sus soldados, perdiendo con ellos todo Los oficiales prisioneros en Aoiz fueron conducidos á Pam­
su prestigio hasta el extremo de insubordinársele negándose plona, y desde dicho punto á Larraga. Llamóles allí Córdova
á batirse y pidiendo á gritos la vuelta á Navarra, de cuyas á su presencia, conferenciando con Santocildes el general y
resultas bien se comprende que no pudieron los carlistas ob­ el ministro do la Guerra, conde de Almodovar, que acababa
tener las ventajas que les ofrecía la superioridad numérica de llegar al ejército.
que en aquella época alcanzaron. Pocos dias despues filé puesto en libertad el oficial carlista,
Pensó Guergué en pedir refuerzos á don Carlos en relevo quien despues de conferenciar con don Cárlos, fué por él co-
de la fuerza que componia la columna que habia sacado de I misionado, como mas adelante veremos, cerca del general cu
Navarra, y al mismo tiempo que recomendaba que dichos re­ I jefe del ejército de la Reina.
LIBRO CUARTO

PROLONGACION Y EXACERBACION DE LAS CONTIENDAS CIVILES.—HISTORIA DE LA GUERRA


EN LOS DOS AÑOS 1835 Y 1836

la completa aprobación de los amigos de Mina en la corte,


CAPITULO PRIMERO
circunstancia muy de notar atendida la importancia que daba
Mina en Cataluña el general á la ortodoxia de su partido. Quedó mandando en
Barcelona en calidad de Segundo Cabo el general don Anto­
O |n : r i u : i i m o s <l<: C a b r e r a e n e l B a j o A r a g o n y e n V a l e n c i a — N o g u e r a s e n nio María Alvarez.
n n in iM iñ a .— C a b r e r a e n S c g o r b c .— lU ib i c lo s .— E s t a d o y c o n d i c io n e s d e
la g u e r r a e n e l M a e s tra z g o .— G a lla r d a d e f e n s a d e L u c e n a .— C e rc o d e En Cataluña como en Navarra debia experimentar el gene­
A le a ñ iz .— H é g irn c n a d m in is tr a tiv o d o C a b r e r a e n lo s p u e b lo s q u e d o ­ ral Mina el desengaño de que su ardor, su patriotismo, su
m in a .— A c c ió n d e M o lin a .— L a s fa c c io n e s c a s te lla n a y g a lle g a .— E l larga experiencia de la guerra, no bastaban á superar las difi­
tra d ic io n a lis m o y la lib e rta d . cultades de una lucha que presentaba condiciones muy dife­
rentes de aquellas que en 1823 habia logrado dominar, hasta
El nombramiento de Mina para el mando superior de Cata- la entrada del ejército francés. El general perseguia sin des­
luna llegó á noticia de este general cuando se hallaba en Pau, canso á los carlistas, pero no lograba darles alcance y lo mas
y apenas súpose en Navarra que el gobierno acudia de nuevo que consiguió fué proteger á los pueblos en la medida que se
á la espada del popular caudillo de 1808 apresuróse el ayun­ lo permitian las fuerzas con que operaba y reanimar el espí­
tamiento de Pamplona á pedir á la Reina que fuese nueva­ ritu de los partidarios de la Reina.
mente conferido á Mina el mando del ejercito del Norte, no Dejando de ocupamos por un momento de los sucesos de
sin protestar al mismo tiempo en cuanto apreciaba los mere­ Cataluña á fin do llevar de frente, según el método que he­
cimientos ilei general que se hallaba ásu frente, pero haciendo mos adoptado, de no separar la relación de los hechos com­
resaltar la larga experiencia, conocimiento del país y presti­ prendidos dentro de una misma época, deben fijar nuestra
gio que reunia cu su persona el general Mina. atención las operaciones que tenían lugar en el Maestrazgo y
Preocupábase este al entrar en España por Porpiñan de la en el antiguo reino de Valencia. Habia don Carlos revocado
situación á que los recientes pronunciamientos habían traído su decreto de Iturmendi por el que fraccionó el mando do las
la política. Aunque amigo del orden y del acatamiento de­ facciones de Aragon, mando que volvió á reasumir Cabrera
bido á la autoridad, Mina simpatizaba cordialmente con el con beneplácito de los demás jefes carlistas. Favoreció gran­
sentimiento liberal que había producido la última explosion demente á la jefatura del adalid del Maestrazgo la circuns­
contra el gabinete Toren o, y se le resistia verse en el caso de tancia Vie que en el otoño de aquel año hubiese disminuido
emplear medidas coercitivas contra los juntaros si estos no la actividad de la persecución por parte de las tropas de la
acataban los mandatos del gobierno. El grito general que cla­ Reina, cuyo mimero seguramente no correspondía á las nece­
maba por Cortes Constituyentes hablaba muy alto en el pe­ sidades de aquella guerra, y de ello se aprovechó Cabrera
rito del general que hasta el último dia se mantuvo fiel al para organizar sus huestes y dar instrucción militar á sus re­
gobierno constitucional sitiado en Cádiz. clutas, sirviéndole también de poderoso auxiliar el descon­
Pent Mendizabal sacó á Mina de su perplejidad., dándole tento que en los pueblos ocasionaban los movimientos revolu­
instrucciones por las que lo recomendaba obtuviese por me­ cionarios y las persecuciones contra los tachados de opiniones
dios conciliai orios la obediencia que de parte de los pronun­ carlistas, pero que no habían hecho armas y vivían sumisos
ciados reclamaba ol interés de. la cansa pública. Afortunada­ hasta que viéndose ser blanco de malos tratamientos, ya que
mente la .Innia de Barcelona no se mostró sorda á la voz de ellos mismos no fuesen á reunirse á las facciones, fomentaban
Mendizabal y se disolvió trocando sus individuos las funcio­ la prepotencia de astas y su aumento.
nes de gobierno independiente, que habían ejercido, por las Cabrera, con la sagacidad propia de su ardiente imagina­
mas modestas do miembros de la Diputación provincial y de ción, no descuidó de sacar partido del estado de los ánimos y
la Junta <le armamento y defensa. dirigió á los suyos la siguiente proclama:
Al hacerse cargo del mando, dirigió Mina una proelama- (iVolunlarios: Nuestros enemigos, que lo son también de
maniliosto á los catalanes, recordándolos que en época ante­ la patria, nos darán el triunfo, porque ya veis cómo se au­
rior supo veneer á los facciosos, que bajo otro nombre eran mentan nuestras filas desde las asonadas de Madrid, Zara­
allora los mismos enemigos do entonces; exhortaba álos pue­ goza, Barcelona, Murcia y otros puntos. Allí, asesinan tí la faz
blos á no prestar auxilio á los carlistas, y á los liberales á que del dia, se rebelan contra las autoridades, saquean las casas,
no escaseasen los sacrificios exigidos por el interés de la liber­ entran en los templos y dentro del coro matan á los religiosos
tad, terminando por asegurarles, que las Cortes, en union de indefensos, como ha sucedido en Zaragoza; destierran á vues­
la Corona, iban á sentar las bases do la felicidad de la nación. tros padres, esposas ó hijos, fusilan sin formación de causa y
Despues ilo haber hablado en estos términos quiso Mina se cometen todos esas iniquidades que publican cada dia los pe­
corroborar sus palabras con hechos, saliendo inmediatamente riódicos de la revolución. Los que sollaman justos y benéficos
á campaña, para lo cual tenia que dejar entregada la ciudad y obran así, sin que se castiguen tantos y tan atroces crímenes. Y
los fuertes á la custodia de la milicia nacional; pero antes de aun se atreven á llamarnos á nosotros forajidos y facciosos.
su partida vióse obligado, no sin repugnancia y cediendo en Ellos sí que son forajidos y facciosos. Ellos sí que son facciosos
ello á las vivas reclamaciones del comercio y de los mayores porque cada dia quieren un gobierno; ellos sí que son sangui­
contribuyentes, á declarar en estado do sitio todo el territorio narios al publicar sus bandos y decretos, como los de Llauder,
do las cuatro provincias catalanas. Los sevorísimos términos Nogueras, Alvarez, Lorenzo, Rodil y otros, dignos de los He­
en que se hallaba concebido el bando dispositivo de las con­ rodes y Nerones. No os fiéis de sus palabras, voluntarios; ya
diciones del estado de sitio, documento que so halla inserto veis la suerte que han tenido los que se acogieron á varios in­
en el número I do los documentos de referencia, no mereció dultos, que cuando mas tranquilos vivían, fueron presos los
EDAD .MOD i : IîN A 111
mozos y casados quo habían figurado entro nosotros como olí- i Envalentonados por rl éxito de sus correrías, presentáronse
cíalos en el bajo Aragon y Maestrazgo, y con muy pocas ex­ los carlistas dolante de Albocácer. Pocos oran sus defensores,
cepciones fueron destinados á los cuerpos de la Habana, y los reducidos á sus nacionales y á veintiocho soldados del ejérci­
demás á los presidios de Cádiz, Cartagena y Alicante. ¿Y qué to: pero capii,aneados por el juez tío primeva instancia Palo­
ha conseguido con estola revolución? Aumentar nuestras filas, mera, recibieron á balazos á los enemigos, los que irritados <le
como veis suceder todos los días. Pronto tendremos un ejér­ tanta valentía atacaron la iglesia, en la que. habían buscado
cito si nuestros enemigos continúan asi, y pronto nuestro so. refugiólos nacionales. Tomada aquella por los carlistas guare­
borano don Carlos V se sentará en el trono de sus mayores. ciéronse los defensores en la torro, como ora costumbre hacíalo
Valor, pues, y constancia espera de vosotros quien nunca os ¡ en todos los pueblos que se obstinaban en no capitular. Desde
abandonará y es vuestro compañero, Cabrera.» aquella eminencia continuaron el fuego los siliados, sin dar
El 23 de junio se encontraban los carlistas en Prat de Comp­ oidos á las reiteradas propuestas do rendición, acompañadas
te y no vacilaron en atacar la columna mandada por el briga­ del ofrecimiento de que serian tratados como prisioneros de
dier Aspiroz. Ilion informado del movimiento de este jefe, guerra.
preparáronle una emboscada, y acometiéndolo de improviso El fuego de una y otra parl e duró toda la noche. Al amane­
lograron introducir el desorden en sus filas. Pero el bizarro cer los carlistas rodearon de leña y de combustible el refugio
Aspiroz no se dejó amilanar y se hizo fuerte al abrigo de un que abrigaba á los valientes de Albocácer, los que habrían
caserío, actitud que impuso á Cabrera, quien acabó por reti­ [ muerto sofocados á no haber llegado la noticia de la aproxi-
rarse, noticioso de la aproximación de fuerzas liberales man­ I macion de Nogueras, á quien no quisieron esperar los car-
dadas por el coronel Montero. I listas.
Digna de respeto y elogio fué la conducta del pueblo de El ejemplo de Albocácer tuvo inmenso eco en toda la na­
Asnara, cuyos nacionales reducidos al exiguo número de diez ción y sirvió de noble ejemplo á las poblaciones que. tuvieron
y seis combatientes, no vacilaron en defenderse despreciando la entereza de desechar las propuestas de rendición.
las reiteradas intimaciones de rendirse, y aunque vieron to­ ’ No experimentaron igual suerte los defensores de los pno-
mada por el enemigo la iglesia, hicieron los nacionales nuevo ! blos de Orteis, Viliore, Patanqiiés y el Oroajo que, suc.esiva-
baluarte de su torro, alcanzando la gloria de no ser vencidos ! mente fueron cayendo en poder de Quilos, el que también se
y de ver «alejarse á los carlistas. apoderó del fuerte de Becci te con los ciento cuarenta y dos
Por aquellos dias propúsose Cabrera apoderarse de Cherta, hombres que lo guarnecían.
y aunque no logró hacerse dueño de la población, no fué es­ El destacamento que custodiaba á Yalderrobles capituló
téril su correría, habiendo sacado de la comarca trescientos del mismo modo, pero obtuvo le, fuese permitido marchar
reclutas que dirigió á su depósito de Beeeite para que recibie­ desarmado á Zaragoza.
sen instrucción y armamento. El grande objeto de la ambición j Por aquellos dias cayeron igualmente en poder de Quiles
de los carlistas era adquirir armas, pues gente les sobraba al I los pueblos de Belmonte y Castellote, ínterin que el Serrador,
paso que carecían de fusiles. cargado de botin, se dirigia d las com.arcas últimamente con-
Lo sucedido en el pueblo do Zurita pone de relieve el carác­ quistad.as para dar descanso á su gente.
ter de ferocidad que la guerra habia tomado en las provincias Por falta do una buena organización habíanse inutilizado
del Este. Guarnecían dicho punto ocho nacionales de la loca­ las ventajas que debieron sacarse del ardimiento con que tan­
lidad y treinta y cuatro movilizados de Valencia. Defendié­ to en Cataluña como en Aragon y Valencia, los urbanos pri­
ronse todos ellos briosamente ínterin conservaron probabilida- : mero y los milicianos nacionales después, se aprestaban á
des de ser socorridos, y obligados por la necesidad, resignáronse tomar las «armas. El sistema de fortificar pueblos aislados
á capitular mediante la oferta de que tendrían sus vidas sal­ cuando no había columnas que pudiesen socorrerlos, produjo
vas. Pendidos que se hubieron, cumplió Cabrera lo estipulado ol gravísimo inconveniente de que, tomados unas veces por
dejando en libertad á los de Valencia, pero inmediatamente asalto y otras por capitul.acion, tuviesen los carlistas en ellos
mandó fusilar á los hijos del pueblo. Entre ellos habia dos repuestos de armas, que casi exclusivamente les sirvieron para
ancianos de muy avanzada edad y dos mancebos de cortos proveer de ellas á sus reclutas. Otra errada cosi umbro que
años. Implorado el jefe carlista para que perdonase á los dos tardó bastante tiempo en ser abandonada, fué la de no sa­
últimos, puso por condición de la solicitada gracia, que el pa­ lir del territorio de su respectiva jurisdicción las columnas
dre de las predestinadas víctimas, el conocido patriota Fitster, encarg.ad.as de perseguir á las facciones. Ilabia semoj.ante sis­
se presentase resignado á sufrir la suerte que esperaba á sus tema hecho perder muchas ventajas y expuesto á siniestros
hijos. La madre de estos, presente á la cruel escena, cayó des- que se hubieran evitado, siguiendo el clásico precepto militar
m.ayada al oir las cruentius palabras del vencedor, y nn niño ¡ de acudir al fuego en cualquier dirección que este pudiese ser
de pecho que Jactaba en brazos de la acongojada mujer, espiró Oido. .Siguiendo esta sentida máxima, Nogueras pidió «al Capi­
de resultas del veneno que mamó en aquellos aciagos mo­ tan general de Aragon autorización para entrar en su terri­
mentos. torio, disposición á la que accedió aquel, y que de haberse
En la primera quincena de julio efectuó Cabrera una abun­ adoptado antes, habría puesto algun estorbo á la rápida y bien
dantísima razzio, en las com.arcas de Codoñcra, Castilceras, entendida organización que Cabrera llegó á plantear en los
Andorra y Cervellon, en cuyos pueblos hizo abundantísima territorios que dominaba.
recolección de víveres, «armas, caballos y reclutas, y cargado El 11 de julio este jefe, unido á Forcadoll, marchó en direc­
do botín esquivó todo encuentro con las columnas que acu­ ción de Azanota, donde pernoctábala columna de Buil. á la
dieron en socorro de los saqueados pueblos, cuidándose única­ que se propuso «atraer á campo raso, aparentando los carlistas
mente «aquel de. poner en salvo sus quintos y el convoy en que que se desbandaban.
trasportaba su próspero merodeo. Grandemente se aprovechó Pero el jefe cristino tuvo la sagacidad de penetrar el ardid,
como también lo hicieron los cabecillas á sus órdenes de los , y se hizo fuerte on el pueblo, cuya posición no se atrevió Ca­
meses de aquel verano, en los que les favorecieron por una brera á forzar y continuó su marcha á Useras, de cuyo pueblo
parte los disturbios tan frecuentes en aquella época entre los tampoco logró apoderarse, merced á la bizarría de sus nacio­
liberales, y por otra la insuficiencia de las fuerzas militares nales que desoyeron las propuestas de rendición, y también
de estos, toda vez que la quinta do Mendizabal no habia te­ sin duda en atención á que no entraba en los planes del jefe
nido tiempo de ingresar, ni habia todavía adquirido la mo­ carlista detenerse, receloso de la probable «aproximación de
vilización de los urbanos las proporciones que llegó despues Nogueras.
á tener, circunstancias que privaban al gobierno de los medios i Pero frustrado en aquellas pequeñas operaciones, resolvióse
de contener los progresos de las facciones, las que casi libre­ ' Cabrera ád ar un golpe de mayor efecto, dirigiéndose á la im­
mente se paseaban por las ricas llanuras de Valencia y de portante ciudad de Segorbe, que no defendían fuerzas su­
Castellón, sorprendiendo pueblos, rindiendo y desarmando ficientes para oponerse á su entrada. Dispúsola dividiendo
nacionales y haciendo amplia provision de hombres, de dine­ j su gente en dos cuerpos, situando el uno al mando de Fore.a-
ro y de caballos. I dell en las alturas del convento de San Blas, á efecto de que
T omo VI 10
112 Il I S T ( ) H 1A D E E S P A Ñ A

vigilasti la posible aproximación del enemigo, y en la manana |I Cualesquiera que. hubiesen sido los errores de apreciación y
dei is oiitri) Cabrera en la ciudad con su caballería y un des­ do sistema que puedan atribuirse al estado de cosas que en
tacamento de infantes, Reunió cl ayuntamiento al <|iio pidió sustitución del régimen planteado y seguido por los gabine­
ocho mil duros y todos los caballos útiles cjno encerrase la po­ tes de Martínez de Iti liosa y del Conde (le Tonino inauguró
blación, puniendo igualmente en requisición las armas, m on-.. el gabinete Mendizabal, no es dudoso que el último comunicó
turas y municiones (pie iludiesen ser habidas, lo cual efectuado movimiento y vida á los esfuerzos del partido liberal, sin cuya
(pie fué, y dospuos de haber visitado al obispo, se retiró cami­ entera adhesion y sacrificios hubiera sucumbido la causa sim­
no de Navajas, por hallarse ya casi á la vista la columna de bolizada en doña Isabel II, tan estrictamente ligada á la po­
Nogueras. sesión por la nación española do las condiciones propias do la
Siguiendo Cabrera su movimiento llegó el 21 á Vinromá, y vida inherente á la sociedad moderna.
de allí, reunido con Torner y el Serrador, pasó por las inme­ Mas tampoco os dudoso que la expansion que el sentimiento
diaciones de San Mateo, donde se hallaba la columna liberal liberal comprimido recibió á consecuencia (le las agitaciones
mandada por DeorcíT. Informado este de la aproximación do que conmovieron á la mayoría de las provincias del reino,
los carlistas, y sin haberse cerciorado de eti qué número ve­ exacerbó las pasiones de la muchedumbre, produciendo per­
rnini, atacó á la vanguardia que conduela el. Serrador, cuya secuciones y violencias que dieron pábulo á odiosas represa­
luíosle desordenó DeevcíT con facilidad, pero seguia a dicha lias por parle de los carlistas en armas y de los numerosos
vanguardia el jefe de la facción, la (pie cargando en masa so­ partidarios de sn causa, que sin haberlas empuñado no eran
bri' los liberales, les causó considerable pérdida, y hubiera por educación y hábitos menos adversos á las innovaciones
sin duda aniquilado la restante fuerza á no acercarse Nogue­ que la revolución traía consigo.
ras, cuya oportuna llegada arrancó do las manos de los carlis­ A consecuencia del estímulo y provocación de que eran ob­
tas una mas completa victoria. jeto los partidarios de D. Carlos, fué rápido y formidable el
ICI mes de agost o lo pasaron Cabrera y Forcadell en sn cuar­ incremento de las facciones del Este, dirigidas por la actividad
tel general de los puertos de llecoite, ínterin Quilos y otros y el genio emprendedor de Cabrera. Resultó de ello una la­
cabecillas Inician exacciones por el territorio del bajo Aragon, mentable extensión de los actos de ferocidad que tan frecuen­
siendo el primer hecho notable que la historia no puede pasar tes fueron en la última mitad del año cuyas vicisitudes vamos
en silencio, el de la defensa y toma do la importante villa de narrando. Escarmentados por los malos tratamientos que de
Rubidos, do la que tenia Cabrera empeño en apoderarse, por los carlistas recibían los pueblos fortificados, acabaron en su
ser punto que facilitaba sus excursiones enei interior del país. mayoría por no querer defenderse, haciendo los urbanos en­
I'll 11 de setiembre, unido á Forcadell, presentóse ante los trega de sus armas en las capitales de provincia, en cuyo re­
muros de la población defendida por sus nocionales y un corto cinto iban á buscar seguridad los pudientes no afectos á la
destacamento de tropa, y penetrando en la villa despues de causa de D. Carlos. Las crueldades imputadas ú Cabrera pro­
haber derribado sus puertas, buscaron los defensores amparo vocaban en los liberales actos no menos odiosos, que enarde­
det rás de los muros de un convento trasfbrmado en fuerte. En cían la cólera de aquel caudillo, confundiéndose en ambos
aquel asilo ostentaron los sitiados su bravura, resistiendo á las bandos ol cruento clamor por sangre y por represalias. Era
balas como ó las intimaciones de los carlistas. Todo el dia y moneda corriente entre unos y otros pedir y decretar destier­
l uda la noche duró el encarnizado combate, sin que las minas ros y toda clase do sevicias contra sus convecinos de contra­
ni los parapetos de colchones y sacos do lana que empleaban ría opinion. Semejante tendencia favorecíalas operaciones de
los carlistas para aproximarse al fuerte, hicieran decaer el áni­ Cabrera, quien teniendo que vivir sobre el país, para reclutar
mo de sus bizarros defensores, y mantener su luíoste recorría incansable todo el bajo Aragon
Describe tan patéticamente el autor (le la lliniori«, dein, y sus comarcas vecinas.
(/iwrm d r il el sucoso de Rabióles, que no podemos resistir al En los primeros dias de setiembre se presentaba á las puer­
deseo de reproducir integramento los párrafos que consagra tas de Mora de Ebro, cuya villa fué abandonada por su escasa
á aquel palpitante episodio. guarnición. Los puntos amenazados en Aragon eran tantos y
«Unanto mayor era la obstinación de los liberales, mas se tan escasa la fuerza destinada á protegerlos, que cuando las
aumentaba la de. (labrera. Expuesto á morir en una tortuga columnas acudian á socorrer á un pueblo amenazado, tenían
(dos de los cinco hombres que. la formaron quedaron sin vida que dejar indefensos á infinitos otros, cuya fe deeaia, no vién­
y otros dos fueron heridos, siendo Cabrera el único que salió dose pronta y eficazmente amparados. En la semana que si­
ileso), se, propuso vengar la muerto de sus compañeros y satis­ guió á los últimos movimientos de Cabrera invadía este la
facta’ su propio orgullo quo creia ofendido. Intentando dife­ comarca do Utiel, despues de haberse enseñoreado de los pue­
rentes medios de apoderarse del fuerte, emprendió el derribo blos de Alcalá de la Selva, la Puebla de Valverde, Manzanc-
do l;i pared de una casa contigua. Terrible iba á ser entonces ra y Torrijos. Llegado á Utiel el 19 se le unió Cubells con
l:i situación de los liberales; lo conocen y partí aislarse, pren­ la partida de caballería que sirvió de base á la formación del
den ellos mismos fuego á la casa; mas el viento que soplaba regimiento de dicha arma denominado de Tortosa, y al si­
comunica el incendio til conven!:« y á poco todo el edificio es guiente dia se presentaba delante de Roqueña con resuelto
presa de las llamas.... No era ya posible librarse del fuego ni propósito do hacerse dueño de la población defendida por un
sufrir el hambre, la sed y las fatigas. Enarbolan un pañuelo fuerte que dominaba la parte baja del caserío.
blanco en señal do capitulación y lirman Cabrera y Forcadell Penetró con facilidad el invasor en Roqueña, pero encontró
la condición aceptada de dejarles salva la vida. firme resistencia en la parte fortificada, cuyo vecindario y
»Fiados en este pacto, se entregan, pero son seguidamente hasta las mujeres tomaron resuelta parte en la defensa, alen­
fusilados muchos do aquellos prisioneros al pié de la torre tados además por la oportuna llegada de una columna de
que tan bizarramente habían defendido.» (1) nacionales que acudia de Cofuentes en auxilio de sus compa­
Conducidos los restantes al campo de la Dehesa, término de ñeros. No pudo Cabrera empeñarse en estrechar el sitio, avi­
Xogucrolas, mandó Cabrera hacer tillo y que comiera su sado quo fue do la aproximación do las columnas de Amor y
gente el rancho. Concluida esta operación formó un cerco de de Buil.á las que no queriendo esperar dirigió sus pasos á los
infinitos y caballos, hizo poner en eneros á los prisioneros y puertos de Lecci te. El 21 Quilos, Miralles y Torner marcha­
los invitó á que se. salvaran corriendo. ban en dirección de Gandesa, pero eran seguidos do cerca por
Al ejeeit tarlo obedeciendo el cruel.annidato, murieron alan­ Nogueras, el que aunque con fuerzas inferiores, fiado en la
ceados aquellos infelices, habiéndose liai lado en algunos de ventaja de ser mas numerosa su caballería, y sobre todo, con­
los cadáveres las señales de veintiséis heridas (2). tando con su ánimo resuelto, aceptó el combato quo lo pre­
sentó el enemigo parapetado en cercas y vallados do los que
( 1 ) A s í c o n s t a d e l p a r t o d a d o p o r o l g o b e r n a d o r m i l i t a r d o T e r u e l sacó tanto partido que hallóse muy próximo á triunfar. Pero
D o n M a ria n o M ig u e l P o lo .
(2 ) S e g ú n te s tim o n io d o l s e ñ o r d o n F ra n c is c o S a n ta C ru z , g o b e rn a ­ p u ltu r a c u s u c e m e n te rio & 0 4 c a d á v e re s d e o tr a s ta n ta s v íc tim a s d e
d o r d o la p ro v in c ia d e T e r u e l, e l a y u n ta m ie n to d e N o g u o ro la s d ió s e - a q u e lla fe ro z m a ta n z a .
EOAD M ODKHXA IIP
(■] indòmito valor do Nogueras no se acomodaba á la situa- ;i tefiido con abundante sangre de ambos bandos, pues aunque
cion del vencido, y puesto al frente de la caballería y sin cs- ! deshechos los de Yinaroz se defendieron como valientes y
perar que sus infantes todavía distantes llegasen, cargó con caían vendiendo caras sus vidas. Cien muertos atestiguaron
tanto éxito sobre los carlistas, que rompió sus íilas y les hizo con sus inánimes cuerpos el horrendo encono de la disputada
seiscientos prisioneros, los que en su mayor parte no tarda­ lid, cuyo triste resultado para los liberales no dejaba á los
ron en escaparse, por no haber llegado las fuerzas que debian sitiados otro recurso que el do capitular. Lográronlo mediante
custodiarlos. condiciones bastante honrosas, y que cumplió Cabrera dejan­
Crítico filé aquel momento para los carlistas cuyas faccio­ do retirarse á Yinaroz á los rendidos, y castigando con seve­
nes reunidas hubieran quedado del todo aniquiladas, á, no rid ad á aquellos de los suyos que se entregaron á excesos con
haberles favorecido el terreno montuoso á cuyo abrigo com­ el vecindario de Alcanar. El 24 marchaba el vencedor en di­
batían, y principalmente á no haberse hallado en línea en el rección do San Cárlos de la Rápita, al pasar por cuyo [muto
momento oportuno la infantería do Nogueras, circunstancia recibió el fuego de buques ingleses y españoles fondeados en
(pío impidió que la facción fuese copada. La pérdida de esta su rada; pero sin detenerse prosiguió Cabrera á Cenia, cuyo
en muertos fue considerable y el resultado de la jom ada de punto atacó, aunque sin hacer alto en él, siguió su retirada á
Gandesa sirvió por distintos móviles á levantar el espíritu de Martinete, noticioso de la aproximación de fuerzas liberales
los adictos á la causa liberal y á exaltar el fanatismo de los con las que no hi venia bien trabar combate.
pueblos excitados por los eclesiásticos que acompañaban á El 2(> del mismo mes capitulaba el fuerte de Roquetas, des­
las facciones y predicaban la guerra santa á los sencillos pues de haberse embarcado su guarnición. No creyó Cabrera
campesinos. útil á sus planes conservar dicho fuerte que hizo demoler,
Los vencidos fueron á refugiarse á Beceite deteniéndose marchando en seguida á la Puebla de Bcnifasá, desde donde
Nogueras en Horta y enviando sus heridos á Gandesa. están fechados los lisonjeros partos que trasmitió á don Cár­
Concentradas al abrigo de los montes de la primera de di­ los, conmemorando en ellos la próspera campaña que acababa
chas comarcas, las facciones consumían sus víveres y perma­ de hacer y la posesión en que se hallaba de todo el territorio
necían en una inacción que mal se avenia con la impaciente del antiguo corregimiento do Tortosa,y de los pueblos queso
actividad de Cabrera. Dispuesto á salir de nuevo á guerrear, extienden desde Charta hasta las playas de Peníscola.
quiso dejar á Forondo! 1el cuidado de guardar el campamento La no deslucida y sobre todo fructífera campaña que aca­
y ile reunir á los voluntarios á los que acababa de conceder baba de hacer Cabrera infundió la alarma por Aragon, y muy
quince dias do licencia para visitar á sus familias, poniéndose particularmente en Zaragoza. Su junta de armamento y de­
seguidamente en marcha con la caballería en busca de Qui­ fensa acordó las medidas que juzgó que mas en consonancia
los, al que alcanzó perseguido por Nogueras, quien no pudo se hallaban con el espíritu del país, y que consistieron en fo­
evitar que aquel se reuniese con Cabrera y el Serrador, mar­ mentar el armamento de los patriotas, y en disponer la for­
chando los dos juntos á Alcoriza y Allora y por último á Mu- mación de cuerpos francos, medidas acompañadas por el
niesa, donde avistados por Nogueras, no vaciló este en cargar confinamiento á diferentes puntos de Andalucía do notabi­
denodadamente al enemigo, sin para ello aguardar que todas lidades carlistas y por el destierro fuera do la provincia de los
sus fuerzas estuviesen en línea. Aprovechando la superiori­ individuos de igual procedencia, á quienes sus convecinos
dad numérica que por el momento tenían de su parte Quilos liberales liabian expulsado de sus respectivas residencias.
y el Serrador, rechazaron el ataque, infiriendo pérdidas sen­ Dispuso además aquella junta la requisa de todos los caba­
sibles á los liberales, cuyo principal quebranto consistió en llos útiles sin mas excepción que la de los pertenecientes á
babor salido herido en la refriega su popular caudillo No­ los nacionales; la expulsion del territorio de los gitanos acu­
gueras. sados de chalanear en caballerías á beneficio de los carlistas,
De aquella fácil victoria sacaron los carlistas la ventaja de y por último, fueron declarados on estado de sitio y sujetas á
correrse sin mayor peligro por Montalban al campo de Cari­ la exclusiva jurisdicción militar todos los distritos porlos que
ñena desarmando á los nacionales y sacando al mismo tiempo vagaban partidas enemigas.
que numerosos reclutas, abundante cosecha de víveres, de No se descuidaba Cabrera en el entre tanto en poner por
caballos y de dinero. Interesábales apoderarse de Alcanar, obra sus planes agresivos. Por orden suya marchaba el Serra­
con objeto de hacerse dueños de las »Salinas de San Carlos y dor en dirección de Lucena, llevando instrucciones liara tra­
poder introducir por la costa víveres y municiones; y al in­ tar á los pueblos con gran benignidad y sin perseguir á los
tento, reunido Cabrera á Forcadell y Arévalo, presentáronse liberales que se mantuviesen en actitud pasiva.
de improviso al frente de dicho punto en l ì de octubre. La El 1.“ de noviembre dos mil carlistas se hallaban á la vista-
corta guarnición abandonó la defensa del pueblo para con­ de. dicho punto, cuyos nacionales se prepararon á la defensa.
centrarse en el fuerte, al amparo de cuyos muros resistió con José Miralles, llamado el »Serrador, y su compañero Tornei’
vigor. No pudieron sin embargo impedir los sitiados la toma circundaron la población, á la que intimaron la rendición en
de su primera linca de defensa y preparóse Cabrera al asalto términos que la historia ha consignado y que llamarán la
do la segunda empleando las tortugas y recurriendo según atención por su grotesca singularidad.
costumbre al incendio. «Diríjornc á eso pueblo (ùccia á los habitantes de Lucena)
No obstante lo apurado de su situación luchaban los sitia­ contres mil valientes de infantería y cíenlo cuarenta caba­
dos, manteniendo firme su resolución de no rendirse, espe­ llos, con el objeto tan solo un que si depone»- las armas á esta
rando en la aproximación de fuerzas auxiliares. No se equi­ ¡libitiicio»- de paz que les ago en nombre del ] îey N. S. / calarli.s
vocaban en su expectativa do no sor abandonados, puro no con toda consideración dejando quietos y irunqni los á esos
pudieron prever cuánto iba á ser el rigor que les preparaba a hilantes conforme lo he echo con los demás pueblos (pic han
la adversa fortuna. obedecido, pero si desgraciadamente no ha tienden á esta vez
La columna que venia en auxilio de Alcanar procodia de de paz en el momento hoy gan un tiro daré orden liara abra­
Yinaroz y se componia de cuatrocientos infantes y veinte ca­ sar desde la primer masada del término hasta lo mas sagrado
ballos entre nacionales, francos y carabineros. do la población. No creo que Vs. tan pertinaces que quieran
Muy superiores en número eran los carlistas, á los que aren­ de clararse tan abiertamente enemigos denn rey tan veaig-no
gó Cabrera, instruido do que los que se aproximaban eran y que por ley divina y umana le corresponde la corona, como
urbanos y tropa allegadiza. En esta confianza no vaciló en hes costante quo la ma no del todo poderoso guia sus pasos
asegurar á sus soldados que semejante dase do enemigos no siendo el terror de sus enemigos. Dios guarde á Vs. muchos
eran do temer, prometiéndoles que iban á conseguir una vic­ años. Cuartel general de Vista bella l."do noviembre de Iteif».
toria que no podía escapárseles de las manos, palabras con las »Señores Justicia y Ayuntamiento y Comandante de armas
que infundió tanta confianza, que puesto á la cabeza de la do urbanos de Lucena.»
hueste se precipitó á la bayoneta sobre lósele Yinaroz con tal Los sitiados que no habían manifestado temer á las armas
ímpetu que rompió sus lilas y dió rienda suelta á una carnice­ dol Serrador, menos debian rendirse a su retórica, y creyeron
ría quo cubrió de cadáveres liberales el campo de batalla, i¡ <iue la mejor manera de manifestárselo seria la ile gnaulai’ si-
Ill HISTORIA l)K K S I ' A Ñ A

Iciicio. Si.ifii¡(tvon ■)>()!’ consiguiente ru sus preparativos fio de­ blico y enardecer el patriotismo de los liberales que nada
fensa, oli medio do los cítalos 1libólos nuova intimación de temían, una vez que veian en medio de ellos al bizarro gene­
Miralles, 1111ii 01 atribuyendo la- falla do contestación á quo no ral. Su llegada á Aleañiz no pudo sor mas oportuna, jh ic s no
hubiesen recibido los intimados su primera comunicación, tardó Cabrera en dar vista á la plaza seguido de numerosa
recordaba en la secunda los términos do aquella, y añadía hueste. En presencia del peligro, y aunque postrado en cama,
quii si dentro do una hora no so rendían, serian incendiadas mandó Nogueras que le ensillasen su caballo y al toque de
aquella misma noche todas las masías del término, conclu­ generala apercibiéronse para ia lucha los nacíoualus y las tro­
yendo su comunicación con estas palabras: «Mañana serán pas del ejército. Poscia la plaza dos piezas de artillería de las
esos á bíia nle.s reducidos á cenizas con todo el pueblo, á imi-, que hizo un uso tan acertado, que obligó al enemigo á alejar­
turimi de Cortes do Arenoso, con la diferencia quo de aque­ se del recinto exterior y prescindir del ataque del fuerte, para
llo* oi xa* clamare* y de Vs. me havé sordo porque así lo mejor concentrar el dirigido contra la parte baja de la pobla­
merecen si antes no se uìii,illan.'ì> ción. A ella se encaminó al momento Nogueras, procediendo
Persistiendo los de Lucena en no dejarse intimidar, el Ser­ á la distribución do las fuerzas de que disponía según las ne­
rador cumplió su atroz palabra, entregando al fuego aquella cesidades de la defensa, con lo que consiguió contener al ene­
misma noche todas las casas de campo de la jurisdicción. migo, manteniendo un fuego nutrido que duró todo el dia.
I’or esta vez creyeron los sitiados deber contestar, verificán­ Llegada que liié la noclie dispuso Cabrera asaltar la pobla­
dolo en su nombre el comandante de los nacionales en térmi­ ción, ganando al efecto las tapias por el lado de las huertas
nos q u e no podían sennas jiro vocati vos. Manifestaban que no que circundan á Aleañiz. Poro todo lo tenia previsto Nogue­
faltarían á la confianza que en ellos había depositado el go­ ras, quien tuvo la buena inspiración de levantar el arresto
bi.tuo; que custodiaban -lO.iKIO cartuchos, 1,000 granadas y que por motivos disciplinarios sufría el comandante Verdugo,
.Mto fusiles, depósito que. estaban en el deber de defendor hasta á quien conñó el mando del punto mas amenazado y del que
derramar la última gota de sangre, y por último, que no se con bizarría y á la bayoneta logró dicho jefe rechazar á los
hallaban dispuestos á transigir con ladrone*, incendili ríos y sitiadores.
iixr.it no*. Dios guarde á V. (terminaba la epistola) «tan pocos Irritado Cabrera del descalabro presentóse al amanecer de­
años de vida como le, desea el comandante y demás naciona­ lante de sus soldados, á los qne reconvino con dureza la falta
les de la villa.—Señor cabecilla de ladrones y facciosos.» do arrojo en el ataque de la noche anterior, cargo del que se
Trasportado de furor Miralles en vista do tan insultante defendieron los inculpados, haciendo valer que se les habia
comunicación, extendió ol incendio á cuantos caseríos cubrían 1locho creer que Nogueras, á quien habían visto á caballo, se
el término, consumando con ello la ruina de pacíficos labra­ hallaba postrado en cama, y que los liberales no poseían arti­
dores ajenos ¡i la virulenta polémica do la qne eran inocentes llería, de la que habían, sin embargo, sufrido los mortíferos
victimas. efectos. Sin duda apercibióse Cabrera del desaliento de su
Kn el estarlo ile exacerbación consiguiente á tan irritante gente, y conociendo además que la defensa duraría mas tiem­
réplica, dictó Miralles su última intimación en la que califica­ po did que liabia destinado á la operación do Aleañiz, levantó
ba de indecente la respuesta que acababa de recibir, y decla­ el campo meditando otras empresas do las que saliese mejor
raba quo si era incendiario para los pertinaces, sabia ser hu­ librado.
mana /tara lo* humilde*, conminando por última vez a los Kn los primeros dias do noviembre recibió Cabrera el nom­
i le Lucena á que depusiesen las armas. bramiento, eonferídole por don Cáríos, de comandante gene­
En los momentos en que on la mañana del dia 2 de noviem­ ral del bajo Aragon. El primer uso que hizo de su autoridad
bre rocibian los nacionales esta final intimación, cabíales la fuó nombrar ú Arévalo por su jefe de estado mayor, dirigién­
buena suerte, de que hubiesen podido penetrar en el recinto dose en seguida á Cantavioja, donde reunió á los jefes de las
de la población, procedentes de Castellón, el comandante de facciones, en cuyo ánimo procuró imbuir la importancia de
nacionales don Francisco .Sangüesa con treinta individuos de sostener la lucha sin desmayar, procurando mejorar la disci­
su batallen, refuerzo que aunque pequeño, alentó á los sitiados plina délos cuerpos do su respectivo mando, y recomendándo­
y enardeció su ánimo para la defensa. les muy principalmente el buen trato que debían dar á los
No fueron vanas las amenazas del Serrador, quien atacó pueblos del territorio que dominaban, como á aquellos á los
por cuatro jmutos la estrechada plaza que con encarnizamien­ que extendiesen sus excursiones.
to sostenían sus bravos defensores, los que no es dudoso ha­ Con ocasión do su advenimiento al mando superior que
brían acabado por sucumbir, pues la posibilidad de toda acababa de serle confiado, dirigió Cabrera una alocución á su
resistencia- llega lia- ya á sus últimos límites, cuando la provi­ ejército y otra á los pueblos do Aragón, documentos que se
dencial aproximación de la col mima de .Huil obligó al Serra­ insertan bajo los números II y ILI, como dando testimonio
dor ¡i levantar el sitio y á retirarse precipitadamente. del gonio y de las dotes de organización que caracterizaban
No se mostraron ingratos los sitiados al fausto socorro que al célebre partidario.
en lau eritieos momentos ree iLian, y salieron al campo en Es curiosísimo á este propósito tener idea de en qué mane­
persecución de los que hablan estado á punto ile ser sus ver­ ra hacia entrar Cabrera en su sistema de guerra y de conducta
dugos. .lunl os con las tropas de J’.uil hicieron su entrada en la energía y la crueldad empleada con sus contrarios, al paso
la población, cuyos habitantes, justamente orgullosos de sil que sabia mostrarse justiciero y benigno con los pueblos su-
triunfo, merecieron ios unánimes aplausos y la universal sim­ metidos á su dominio. No solamente sujio regularizar endlos
patía do los liberales de lodo el reino. la moderación de los tributos, sino que, circunstancia notable,
Los carlistas cu su precipitada retirada dejaron cantidad do puso especial empeño cn que en medio de una guerra desolar
víveres y no pocos cadáveres ante las paredes de Lucena. dora y en la constante movilidad de tropas que sus operacio­
El rumor bastante generalizado de haber muerto Nogueras nes exigían, la conducta de sus subordinados militares jamás
de resultas de las heridas recibidas en ia acción de Municsa, adoleciese ele falta de respeto a la autoridad civil representada
consternó ¡i los liberales de Aragon en igual grado que infun­ por los alcaldes.
dió esperanzas y alentó á las facciones que lau acostumbradas A este efecto los joles de todas las colti unías que pernocta­
oslaban á los golpes ilei valiente, general. ban en un pueblo estaban obligados á obtener de los alcaldes
Preocupado del inii lijo que en la opinion ejercía aquella antes de su salida, un documento al que llamaba la can­
errada creencia, el Capitan general del distrito don Francisco ícula, y en el que el cabeza del municipio debía hacer cons­
Serrano escribía á Nogueras encareciéndole la importancia tar la buena conducta de la tropa ó expresar las quejas que
de que volviese á entrar en operaciones, invitándolo maspar- de olla tuviesen.
lieulavment.e á que lo antes posible acudiese en auxilio do En vista de tales procedimientos no es de extrañar que al­
Aleañiz amenazado por los carlistas. gunos años despues y merced á la extensión que fuó adqui­
Solicito til llamamiento do su compañero, Nogueras, aun­ riendo el territorio sujeto al dominio de Cabrera, llegase este
que teniendo todavía abiertas sus heridas, se hizo trasportar á amenazar tan de cerca las comunicaciones entre Madrid y
eu camilla al amenazado punto para reanimar el espíritu pú­ las jiro viudas del Este, situación que, como mas tarilo vero-
e » A l) m o d i -m : x a 1 !:,
mos, llegó á poner en aprieto al gobierno tie la Reina, cuando i El historiador do Cabrera antes citado, so complace en la
afortunadamente para la causa nacional el convenio de Ver- I épica relación de las extraordinarias pruebas de valor dadas
gara y la disolución del ejército carlista del Norte hizo mudar por su héroe en aquella reñida jornada. Es fama, según dicho
de aspecto la segunda do nuestras grandes contiendas civiles. 1autor, que en lo mas crítico de la rota sufrida jior los carlis­
Alejádoso que hubo del cerco de Alcañiz, marchó Cabrera tas su caudillo alzó la voz gritando á sus contrarios: dejad á
á Villalba, donde tuvo desavenencia con el partidario Torner los que huyen, ven id <1 mí, yo soy Cabrera. Añade el mismo
que se negaba á reconocer su dependencia del comandante I cronista que siete balas atravesaron la capa del general, sin
general del bajo Aragon, pretextando que dependía del cuar­ que ninguna tocase á su cuerpo, hecho seguramente nada ex­
tel general del principado de Cataluña, á cuya junta tínica­ traño, tratándose do un guerrero tan afortunado en cuanto ¡i
mente prestaba obediencia. escapar ileso do los lances mas comprometidos, que es sabido
Desdeñó Cabrera de llevar á punta de lanza su divergencia i ha bajado al sepulcro llevando sobro su cuerpo setenta cica­
con Torner, y dedicó toda su atención á organizar su pequeño trices de otras tantas heridas recibidas en acciones de guerra.
ejército, á cuyo propósito y en corroboración de lo que queda La acción de Molina costó á los carlistas 300 hombres fuera
expuesto sobre las dotes de organización del caudillo carlista, de combato, l,óoo fusiles recogidos en el campo y una parlo
os curioso tomar en cuenta lo que acerea de ello dice uno de del rico botin fruto do recientes correrías,
los historiadores de Cabrera, el señor Córdova. j Rescató además el afortunado vencedor en aquella propicia
De Cantavieja y al frente de 3,417 infantas y 218 caballos, jornada los prisioneros hechos por Quilos en Terrer.
salió Cabrera con intento do llevar sus correréis donde pu­ Oran aureola de gloria recogió el veterano de la guerra de
diese recabar caballos que era el elemento que nuis coti icia­ la independencia, obteniendo un triunfo señalado en ocasión
ba Dirigióse por Aliaga, Eubielos del Campo, Panando, ri­ en que el gobierno se disponía á relevar del jniesto que ocu­
beras del Jiloca y Fuentes hasta Terrer, pueblo inmediato á paba al antiguo y afamado guerrillero á quien el importante
Cnlatayud. Marchaba á la sazón por el mismo derrotero y pro­ servicio que acababa de prestar valió además de merecida
cedente de Madrid el batallón de Soria y dos compañías de za­ popularidad, el que Mendizubal en vez de separarlo del mando
padores. Avisado el jefe de esta columna de la aproximación ¡ de Aragon lo diese otro mas importante.
de superiores fuerzas carlistas, varió de ruta, poro lo verilicó ! No soplaba la fortuna favorable en aquellos dias á las ten­
con t,an poco acierto que en vez de evitar el encuentro del ene­ tativas de las facciones aragonesas, jnies á la acción de Mo­
migo, filé á- dar con la fuerza que mandaba Quilos, el que in­ lina siguieron las derrotas del Serrador y de Torner por el ge­
mediatamente cargó sobre la columna logrando dispersarla sin neral Espinosa y ei coronel Casasola.
encontrar la resistencia que hubiera sido de esperar de una Cabrera debió conocer que sus voluntarios no se hallaban
tropa disciplinada. En vano trataron los jefes de esta do con­ todavía en condiciones do lidiar en campo raso con las anuas
tener :i sus soldados y de hacer frente al enemigo. Uabíase de la Reina y pensó en continuar sus fructiferi« correrías, de
apoderado de ellos un deplorable pánico y no escucharon la I las que siempre sacaba reclutas, caballos, víveres y dinero,
voz de sus oficiales. Un bizarro capitan de zapadores que ha­ objetos do los que se proveyó con abundancia en los últimos
cia parte de aquella fuerza, se atravesó con su espada, indig­ dias do diciembre en las comarcas (le Auñon. Escat-ron, Zai-
nado, dijo, de mandar cobardes y no queriendo caer en poder da y Quinto y Belchite.
del enemigo. Novecientos prisioneros fueron pava Quites el ■ Noticioso de los movimientos do la facción acudió prosu-
fruto de su fácil victoria, á la que naturalmente siguió el des­ I roso Nogueras en busca de su habitual adversario, por el que
aliento de las poblaciones liberales y la recrudecencia del es­ no fué esta voz esperado, habiendo tomado ambos caudillos
píritu carlista. opuestas direcciones, Cabrera hacia sus conocidos acantona­
Hallábase en aquellos dias encomendado el mando militar mientos do Jteceitc y el generili de la Reimt marchó á Daroca
de Aragón al general Palarea, cuando Nogueras se disponía á á fin de amparar á esta ciudad de mut verosímil nueva aco­
salir de nuevo á campaña, esperanzarlo en que el gobierno le metida de lits facciones.
enviaria refuerzos de caballería que principalmente había re­ Al terminar el año y siguiendo el precedente dado en el
damado. .Instruido Cabrera por partes interceptados de que anterior, la aproximación de las fiestas de Navidad estableció
los refuerzos esperados por su adversario eran de la clase que una especie de tácito y pasajero armisticio, durante el cual
mas temia, creyó prudente resguardar sus infantes al amparo . ambos beligerantes se tomaron algunos dias de descanso.
do la. Serranía de,Cuenca. No se lo <laba á sí mismo el ardiente patriotismo y la fe­
Desde Segorbe había marchado Palarca en dirección de Ca- cunda actividad de Mendizabal, quien desempeñando interi­
latayud y el lñ de noviembre daba vista á los carlistas en las namente el ministerio de la Guerra por ausencia del conilo de
cercanías de Molina de Aragon. Reforzado Palarea con las co­ Almodovar que se hallaba en misión cercatici cuartel general
lumnas de Oribe y de Espinosa reunia una fuerza que debia del. ejército del Norte, no cesó de adoptar cuantas medidas
imponer á Cabrera, mas resistiéndose este á que so creyese conceptuaba podían mejorar las operaciones do la guerra, au­
que liuia, se detuvo y aceptó el combate distribuyendo al mentando en lo posible los contingentes que dirigia tanto al
efecto su fuerza entre Quilos, el Organista y la que conservó á Norte como á los jefes que operaban cu las jiro viudas del
sus inmediatas órdenes. El primero mandaba la caballería; Este.
Korcadell la derecha, Cabrera el centro y el Organista la iz­ I A fin de no dejar un vacío en el metódico cnadro que la
quierda. presento historia traza de los acontecimientos quo señalaron
Por su parte Palarea desplegó numerosas guerrillas en se­ cada uno de los años del reinado de doña Isabel, breves ron-
guimiento de las cuales atacó á la bayoneta las posiciones de­ I glones bastarán para dar idea, si bien sumaria con todo cabal
fendidas por Cabrera cuyo centro fué también cargado por la y exacta, de los movimientos insurreccionales que no cesa­
caballería. ron de agitar las jiro vincias de Castilla la Nueva y do Galicia.
No retrocedieron los carlistas ante lo vivo de la acometida, En las primeras permanecieron en armas varios cabecillas,
pero acabaron por no poder superar el empuje de sus contrarios ! que nunca lograron sin embargo encender un foco perma­
y se pronunciaron en retirada, mas no sin hacer alto y pre­ nente de insurrección, en los montes de Toledo y en las
sentar de nuevo la cara al enemigo en cuanto pudieron apro­ vertientes de Sierra Morena, en cuyas guaridas hallaron jirc-
vechar nn terreno favorable. Trabóse de nuevo reñida pelea, c ferento albergue los mas obstinados partidarios, hasta la final
indeciso por algun tiempo el éxito, acabaron por obtenerlo los terminación de la guerra civil de los siete años. Oivjita, el
liberales. En el momento decisivo la caballería carlista volvió i Lechero. Peco, Romo, Perfecto, Cipriano, el Ventero, sin olvi­
grujías, habiendo sobre el hecho de su precipitada retirada, dar Palillos, fueron durante todo el año 1833 incesantes ex-
corrido la doble version de si filé hija do ajioeamiento ó por ploraclores do aquellos territorios y el de la Mancha, que con
el contrario un acto de obediencia á una orden superior, dic­ frecuencia cruzaban sin otro resultado que el de interrumpir
tada por el convencimiento de la inferioridad relativa de los las comunicaciones y arruinar el tráfico poniendo á contribu­
jinetes carlistas, cuyo jefe daba gran importancia á conservar ción á los pueblos y siendo el azote de los labradores acomo­
el núcleo de esla arma. dados. Pero estas partidas, mas que do guerrilleros lo eran de
n r, HISTORIA DE ESPAÑA

merodeadores y ele. aspirantes á los codiciados premios quo tablecidas despachando los negocios de sus respectivas atri­
prometia una lucha que ínterin so halló empeñada ofrecía buciones locales, en todo lo que no diga relación á meras dis­
perspectivas y eventualidades á los que en ella tomasen par­ posiciones generales, las cuales someterán á mi aprobación.
tía Y si liien se reflexiona la facilidad con «pie los carlistas en 4/' Me reservo durante el país subsista en estado de sitio,
todas partes menos en Andalucía lograban levantar partidas alterar esta disposición en dependencias y personas, variando
y ]»avalizar la acción del gobierno, se comprendo cuán arrai­ el curso de los negocios según conviniese al servicio.
gado se hallaba en el espíritu y en las costumbres del pueblo 5." A los facciosos se les concede el término preciso de
español el tradicionalismo devoto y rutinario, cuyo influjo quince dias desde la publicación de este bando, para que de­
tanto había rebajado en la esfera de los adelantos sociales á pongan las armas y se sometan al gobierno do S. M. la Reina.
la nación que ocupó el lugar de la mas poderosa y civilizada (Ì." Pasado este tiempo sin haberlo verificado, todo rebel­
id comenzar en el siglo xvi la era de las sociedades moder­ de sufrirá la pona establecida por las leyes.
nas. Y siendo como no podia dejar de ser incuestionable 7. " Serán pasados por las armas todos los que presten a
que en IHM, en 1S20, en lí>:!(i, y todavía en 1373 la voz de la los facciosos en cualquier forma ó manera auxilios de armas,
propaganda absolutista luí tenido poder bastante unas veces municiones, viveres, dinero ú otros efectos. Quedan sujetos á
para entronizarse, otras para encender la guerra civil, deduc­ la misma pona los conductores de estos artículos y los que
ción lógica será la de que se hallaban muertas y completa­ promuevan la rebelión y extravien la opinion de los pueblos
mente esterilizadas las ideas que no obstante serlas domi­ y do los hombres, sea por oí medio que fuere.
nantes entre la mayoría numérica de los españoles, lejos de 8. ° Igualmente serán fusilados los que tuviesen correspon­
haber prevalecido acabaron siempre por sucumbir ante el dencia con la facción y los conductores de ella, sea esta de la
espíritu regenerador do la libertad moderna. clase que fuere.
Mas compactas y mas numerosas que en Andalucía se mos­ <)." Sufrirán la misma suerte el baile ó alcalde y el cura
traron bis facciones do Galicia, cuyos partidarios Buzón, párroco ilo los pueblos y la persona principal de las familias
Montero, l’cñu, Requena y sus secuaces lograron organizar que habiten las ventas ó casas solares, donde se refugien y
agrupaciones de hasta 100 partidarios, los mas de ellos lleva­ abriguen facciosos, á monos que en el acto de hacerles cargo
dos de mi espíritu de rapiña y de ferocidad, opuesto á la sua­ no justifiquen haberse hallado sin fuerzas para rechazarlos y
vidad de costumbres de aquel país. haber dado parte de la estancia de aquellos con toda brevedad
Intentaron las facciones gallegas llevar la tea do la insur­ á las tropas de la Reina mas inmediatas ó á los comandantes
rección id principado de Asturias, pero no lograron echar en ele los fuertes mas próximos al pueblo ó casa invadida pol­
él raíces, y la tierra clásica de la nacionalidad española, que los rebeldes.
no había cedido á las sugestiones de sus vecinos los vascon­ 10. Los padres, tutores ó cabezas de familia de estos, son
gados, quienes frecuentemente la excitaran á rebelarse, per­ responsables con sus personas y bienes do los males que cau­
manecía igualmente sorda á las do los gallegos. Ko contri­ saren los rebeldes á los leales.
buyeron poco á ahogar el movimiento carlista do las cuatro Las personas serán confinadas á otros puntos y los bienes
provincias que ocupan el extremo norte occidental de nues­ de familia servirán para resarcir á los patriotas los daños que
tra Península, las rigurosas medidas do represión adoptadas se les causaren.
por don Pillilo Morillo, capitan general de aquel distrito mi­ 11. Para ejecutar este resarcimiento no se usarán mas for­
litili'. Obrando en virtud de las disposiciones del decreto de malidades que la de presentar los perjudicados una simple
20 «lo octubre del año anterior, y con acuerdo de la junta instancia al baile ó alcalde del pueblo y territorio de las casas
auxiliar de armamento y defensa, declaró Morillo en estado solares, y este funcionario y el síndico del propio lugar pon­
de guerra los distritos .judiciales de Abzua, Ordenes, Santiago, drán su V.° B." á la reclamación si la hallan en forimi justifi­
Villalba, Kmisagrada, Nogales, Sarria, Quiroga, Monforte, cada, y á la presentación do este documento, indiferentemente
Chantarla, Lugo y Tabeiros; ordenando, que todo el daño que al comandante de armas mas inmediato, ó al alcalde mayor
rn adelanto causasen las facciones seria indemnizado mitad del partido, pondrán á los reclamantes en posesión de los bie­
por el cabildo de la iglesia Catedral, comprensiva del lugar nes de las familias castigadas, sean muebles ó inmuebles.
en que se hubiese causado el daño, y la otra mitad por los 12. Si estos bienes no fueren suficientes á resarcir el daño
«■uras y por los habitantes del radio de una legua en contorno causado se hará un reparto proporcional, según sus haberes,
nianeomunadainonte. Se exceptuaban de dicha responsabili­ entro los notoriamente desafectos al gobierno do S. M. la Rei­
dad las familias en las que el padre ó alguno de los ln.jos se na hasta completar la cantidad determinada*, cuya calificación
hallasen inscritos en la milicia nacional del territorio. Esta de desafecto se hará por los ayuntamientos respectivos. Si
medidii produjo saludable efecto, inspirando confianza á los ocurriesen dificultades en la ejecución de esta providencia,
liberales y refrenando la mala voluntad de los carlistas. me reservo allanarlas á la vista del sencillo parto que deberá
dárseme de ellas.
DOCUMENTO NÚM. 1 13. Las autoridades todas del distrito de Cataluña quedan
encargadas cada una en lo que la concierne, de la puntual
Don t'p.ANeisn) Esroy, y Mina I lundain , Ardaiz y Ale ­ ejecución de lo contenido en este bando ; bien entendido que
mán , T ENI ENTE GENERAL DE LOS T,HALES EJÉRCITOS V á todas y á cada una les exigiré la mas severa responsabilidad
CAPITAN CENERAI. DEL EJÉRCITO Y PRINCIPADO DIC CA­ por cualquiera contravención que cometieren.
TALUÑA. 14. Se publicará, comunicará y circulará este bando con
todas las formalidades.
Cuando los enemigos de nuestra Beimi y de las libertados Dado en Barcelona á 29 de noviembre de 183.7.—Francisco
de la nación, lejos de ceder á los repetidos llamamientos que Fspos y Alina. — P. T>. D. E. S. C. G. el brigadier, jefe de la
se les han hecho, persisten en su criminal intento de rebelión plana mayor, Laureano Nans.
y exterminio, asesinando á cuantos españoles leales caen en
su poder, como se lia verificado mas singularmente en estos DOCUMENTO NUM. II
últimos diíis, es ya indispensable por parte del gobierno de
8u Majestad que la mas inflexible severidad suceda á ruino­ PROCLAMA AL EJÉRCITO DE ARAGON
sas eoiisideraeiones. Por tanto en virtud de la autorización
que. S. M. la Beimi Gobernadora me tiene acordada, ordeno y V o lu n ta rio s: / v k u el Jleyf Al encargarme del mando de
mamlo: las fuerzas existentes en este reino, suelo privilegiado de de­
1. " Declaro en estado do sitio todo id distrito de la Capi­
cision y lealtad, con que la munificencia del Rey nuestro señor
tanía general del Principado de Cal al uña. se ha dignado honrarme, no puedo menos de dirigiros mi voz
2. " Por consecuencia, la autoridad militar absorbe toda la y manifestaros los sentimientos que me animan on favor de
administración del distrito. Injusta, santa y legítima causa que con tanta gloria como
3. " Seguirán no obstante las autoridades actualmente es­ admiración defendemos.
E D A D MO D Elt N A 117

Testigo desde cl primer dia de vuestras proezas y sufrí- i 3.a No so darán raciones do ninguna especie ni bagajes á
mientes, no me considero digno de ponerme á vuestro frente, ! individuo alguno, sea cualquiera su clase y categoría, sin que
pero sumiso á las órdenes de nuestro amado soberano os pro- ■presento á la autoridad id documento é pase que autorice su
meto el sacrificio de mi reposo y existencia, y os probaré con marcha.
la ayuda de Dios, que deseo corresponder ¡i la augusta con­ •1.a A ningún militar dependiente de la Hacienda ni de.
fianza que me dispensa el mejor do los monarcas. Grande es otro ramo se le suministrarán mas raciones »pie las que se le
sin duda la empresa que me propongo, y ciertamente descon­ marquen en los auxilios, y el que exigiere mas, probado que
fiaria de su buen éxito si no contase con vuestro valor, vues­ sea el haberlas percibido, por solo esto hecho quedará suspen­
tros sacrificios y decision, con la espontánea cooperación del so do empleo.
país y con la justicia de la causa. r>.a Las justicias quedan obligadas á dar parte de los que
No lo dudéis, valientes é invencibles voluntarios; vuestras enterados de las disposiciones precedentes se negaren á su
armas serán el azote de los que cobardemente cebaron las cumplimiento.
suyas en inocentes sacerdotes, pacíficos paisanos, débiles mu­ 15.a y última. Cada justicia dará la posible notoriedad á la
jeres y carlistas indefensos Voluntarios, union, valor, subor­ presente circular, para que llegue' á noticia do los individuos
dinación y confianza en vuestros jefes, amor y protección al comprendidos en ella, y con nota de quedar enterados se me
país que nos sostiene y contempla. Con estas bases consegui­ devolverá cumplimentada por la última justicia que la re­
remos el aprecio de nuestros conciudadanos y vengaremos el ciba.
ultraje hoelio á nuestra santa religion y veneradas leyes, co­ Cuartel general de Cantavieja, 2-1 de noviembre de 18:if>.—
locando en el trono de sus mayores á nuestro idolatrado y El comandante general interino, llamón Cabrera.
legítimo monarca. Voluntarios, sea nuestro.loma: ¡viva la re­
ligión! ¡viva el Rey! ¡viva la patria! CA PITULO II
Cuartel general de Cant,avieja 24 do noviembre de 183.";.—
Decadencia de la popularidad del ministerio Mendizabal.
Vuestro comandante general y compatriota, llamón Cabvera. —Vicisitudes de su adm inistración
DOCUMENTO NUM. III F i n a n z a s e l e c l o n C a r l o s , — L a g e n e r a l í s i m a e le s n s e j é r c i t o s . — V a p e r ­
CIRCULAR Á LOS PUERROS DE ARAGON
d ie n d o te r r e n o e n la o p in io n e l a u t o r d e l v o to d e c o n fia n z a .— A s o n a d a
y m a ta n z a s e n B a rc e lo n a .— A s e s in a to s ju r íd ic o s e n A r a g o n .— M o v i­
m ie n to d e V a le n c ia .— C o m p líc a s e la s itu a c ió n d e l m in is te r io .— F u s i­
Habiéndome encargado do la comandancia general do ios la m ie n to d e la m a d r e d e C a b re ra .— R e p re s e n ta c ió n d e l c o ro n e l F o n -
beneméritos y leales pueblos del bajo Avagón y de su valiente ti v e r o s — M iu a d a n d o m e m o r a b le e je m p lo d e r e s p e to á la o p in io n
ejército, y conociendo lo crítico de la situación y la necesidad p ú b lic a .
absoluta de dar un impulso vigoroso á las operaciones de la
guerra, todos mis esfuerzos serian inútiles si no fuesen apoya­ Interin á mitad del mes de diciembre los generales de la
dos por la unánime cooperación de pueblos tan decididos é Reina conferenciaban en Burgos con el conde de Almodovar
identificados en el sosten de una causa tan justa y santa. ministro de la Guerra, y discutían acerca del plan de la próxi­
Aragoneses, sin vuestra protección me seria imposible obtener ma campaña, el Pretendiente luchaba en su corto do Uñate
del enemigo común las ventajas que me prometo, y á no con­ con las dificultades, que no eran pocas, de su situación econó­
tar con ella desistiria de la empresa de continuar en lucha tan mica. No tenia dinero, pesaban sobro su administración mili­
desigual, tanto en el número como en recursos y organización. tar grandes atrasos. Escasamente podia esta, cubrir el prest
Uno de mis principales conatos es el de atender á la defen­ do un real diario á los soldados y la tercera parte de sueldo
sa do esto país clásico de lealtad, y procuraré por cuantos á los oficiales.
medios conciba no seros gravoso, respetar vuestros propieda­ Las diputaciones ferales Inician cuantos esfuerzos les era
des y ofreceros seguridad y garantías. Vuestro apoyo será el posible intentar para conllevar la dura carga que á los vas­
precursor de grandes resultados, y esta halagüeña esperanza congados imponía su tenaz empuño de dar á España un rey
debe obligar á todo fiel aragonés á la enérgica cooperación de su elección. Los suministros en especio á que las diputa­
que reclaman los inimitables esfuerzos de un ejército tan leal ciones se habían obligado para el ejército, absorbían con exceso
como sufrido y valiente, que caminando progresivamente de las entradas ordinarias de la económica y proba administra­
victoria en victoria llegará á poner en el trono de San Fer­ ción forai. A fin de aumentarlas contrataban las diputaciones
nando á nuestro Rey y señor don Gáiios V, y restablecer en pequeños empréstitos, cuyo producto aumentaban las exac­
España la paz que imperiosamente reclama el bien y la feli­ ciones forzosas quo don Carlos hacia recaer sobre las familias
cidad de ella. liberales. Al olor de un Pretendiente falto do caudales y ávido
Estos son, honrados aragoneses, los sentimientos que abri­ do adquirirlos, habían acudido á la corto de Oñatc solícitos
ga mi corazón á los que no faltaré jamás. Y para dar princi­ agiotistas, aves de presa siempre dispuestas á traficar con
pio á las operaciones, creo de mi deber dictarlas prevenciones cualquier clase do papel que puedan lanzar á los mercados.
siguientes: El baron Habber aleman y Gower de Londres habían ofrecido
1. a Las justicias y ayuntamientos, con inclusion de los se­anticipar hasta 12ü millones. El ox-agentede cambio de Paris
cretarios, dirigirán á mi cuartel general ó al jefe carlista mas Franchessin hizo análogas promesas, que ninguno de ellos po­
inmediato, partes circunstanciados del número y movimiento día cumplir ínterin no hubiese un gobierno europeo que pú­
del enemigo, dando noticias hasta de las conversaciones por blicamente se mostrase prolector de don Carlos, é luciese abrir
las cuales pueda venirse en conocimiento de alguna opera­ á sus agentes las auríferas puertas de las Bolsas extranjeras.
ción, en la que las armas leales puedan conseguir algunas En vano multiplicaba don Carlos sus agentes cerca de los so­
ventajas, -cuya falta ú omisión en dar los partes castigaré beranos, cuyas simpatías esperaba poder mover, haciéndose
hasta con la última pena-, según lo exija la gravedad del caso; representar cerca de sus cofrades en realeza, por hombros á
así como cualquier servicio que se preste do esta naturaleza, quienes no podia negarse á los unos suficiencia y á los otros
si es autoridad la tendré presente, y si particular, le recom­ respetabilidad.
pensaré cual corresponde. Entre los primeros descollaba por su incansable actividad
2. a Se hará saber á todos los dispersos heridos y deserto­ ol obispo Abarca que hacia en Londres toda clase de esfuerzos
res que so hallen en los pueblos ó sepan las justicias ui para­ por estimular lu proverbial adqaiei rulad dula raza brilúnica,
dero de los indicados, se presenten á los batallones ó regimien­ sin haber podido lograr hacerla monier en la proporción re­
tos do que proceden, dentro del preciso término de ocho dias, querida para venir en auxilio do don Carlos.
contados desde el recibo de la presento, si fueren heridos ó En Holanda hallábase este representado por el mallorquín
enfermos, para que pasen al hospital con baja del cuerpo, pues don Juan Dumeto, cumplido caballero y perteneciente á una
pasado dicho término sin cumplirlo quedarán unos y otros de las primeras familias de la isla. A Viena filé enviado el
sujetos á las penas que marcan las reales ordenanzas páralos conde de la Alcudia, Monasterio á Berlin y á San Rutcrsburgo
desertores en campaña. el marqués de Villafranca.
IIS HISTORIA J) K li S l’ A K A

l’ero 1<> mas que H celo de estos agentes fi nauci ero-diplo- i El efecto do esta acerba nueva, operó sobre el inflamado
mút icos lograba obtener de los especuladores á quienes se espíritu del pueblo barcelonés, cual pudiera hacerlo una mc-
afanaban por mover, en sosten de la causa que con pursove- . cba encendida arrojada en medio de un almacén de pólvora.
ranr.o lealtad servían, no pasaba de proposiciones leoninas, En la Ciudadcla y en otros varios edificios se hallaban sobre
que cuando la delicadeza de aquellos agentes no las declinaba 300 prisioneros carlistas, entre ellos el coronel don Juan O’Don­
eran descebadas por don Carlos, en quien debe suponerse te­ nell, procedente de la expedición de Gucrgué. Habíanse enta­
nia la intención de pagar, toda vez que mostraba grandes blado días antes negociaciones encaminadas á efectuar el
escrúpulos en no acoger proposiciones que debían imponer canje de este jefe por el comandante Mofa, pasos que no ha­
enormes caigas á las generaciones venideras. bían tenido éxito por efecto de la indiferencia que respecto al
En medio île sus apuros y ya que no lo era posible reunir asunto habían mostrado los generales Mina y Alvarez. Estos
dinero, traf ó el Pretendiente de establecer una administración antecedentes habían hecho de la persona de O’Donnell objeto
ordenada y económica, buscando en su parsimonia y onci fa­ do públicos comentarios, y al saberse el trágico suceso de San
vor del cielo lo que le negaba el agiof.ismo de los banqueros. Lorenzo de Mornnys, los agitadores echaron á volar el grito
Esta última clase de auxilios creyó el Pretendiente que la de represalias, grito al qne dio cuerpo la malhadada circuns­
podría compensar logrando el amparo de la Virgen de los tancia de componer parte de la escasa guarnición de Barcelo­
Dolaren, á la que por decreto fechado en el mes de agosto na, fuerzas del regimiento de Saboya, al que pertenecían
proclamó generalísima de sus ejércitos; inspiración devota algunos de los prisioneros que se creia haber sido fusilados
que si bien no carccia de antecedentes en la historia patria, en San Lorenzo. El general Pastors, gobernador de la plaza y
había dejado de corresponder á la clase do entusiasmo, que su cindadela, era amigo particular de O’Donnell y había viva­
en pleno siglo XiXno ora verosímil hallase poderoso eco entre mente gestionado con Alvarez para que el prisionero fuese
los beligerantes. trasladado á otro punto, y á fin de facilitar la remoción obtu­
Interin así pensaba y obraba el Pretendiente, procuraba vo del cónsul inglés promesa de que seria admitido O’Donnell
Mt'inlizalial sacar t.odo el partido posible de la pasajera popu­ á bordo de un buque de guerra de su nación surto en el puer­
laridad que le valieron las poco meditadas ofertas que iban to, siempre que para efectuarlo se obtuviese la vènia del ge­
envueltas en el voto do confianza. neral Alvarez, el que por desgracia se negó á otorgarla, no
bus causas que influyeron en la disolución del Estamento obstante las reiteradas instancias de Pastors, quien hubo de
de procuradores, no menos qne las circunstancias que la recibir reconvenciones de dicho general su jefe, como segundo
acompañaron, condujeron á hacer entrar la política en una cabo, con motivo do las relaciones privadas que mantenia con
situación j ilei nun en to progresista. O’Donnell.
l.as legítimas aspiraciones que reclamaban libertados mas En el entre tanto, la agitación popular había llegado á su
extensas que las que habían otorgado los ministerios Martinez . colmo; grupos amenazadores asaltaban la Cindadela, cuya
•le la Uosa y Toreno, debieron su importancia á los elevados dotación reglamentaria de 3,000 hombres, so vein, reducida on
sentimientos de las clases educadas y poseedoras, que se aso­ aquel dia á solo ir>(> soldados de Saboya, encargados de guar­
ciaron de lleno á que se dioso a la política una dirección mas dai* ‘100 rematados, 85 prisioneros carlistas y tres mil quintales
liberal; pero como siempre sucede en las épocas do innovacio­ de pólvora. Considerándose Pastors sin fuerza para cubrir el
nes, bijas de un pronunciado movimiento de los espíritus, alas servicio do la Cindadela, ofició á Alvarez instándole nuevamen­
razonables exigencias de la opinion sensata, vinieroná, unirse te proveyese á la traslación do O’Donnell y reforzase la guar­
los apetitos de los que en tiempos de agitación buscan la oca­ nición. A la primera de estas peticiones guardó silencio el
sión de medros personales. segundo cabo y proveyó á la segunda con el envío de setenta
El estímulo de la revancha so mantenia rivo entre los ven­ hombres mal annados.
cidos de 1823, los emigrados vueltos al seno de la patria, los El gentío de amotinados que por instantes se acrecentaba,
hombres que habían sufrido persecuciones durante ol régimen llenó la plaza de Palacio, situada al frente de la Capitanía ge­
oalomanlino, el proletarismo de las .grandes poblaciones, olo- neral, prorumpiendo las turbas en nutridos gritos de ¡ V i v a
iiieul os que habían sido los móviles del alzamiento de las pro­ I s a b e l I I .' y de ¡ a l g l a c i s ! donde en efecto se dirigieron. El
vincias coni ru.Toreno, y que, excitados de resultas del desenla­ oficial do guardia avisó al gobernador que no poclia contener
ce que acababa de toner la crisis parlamentaria, redoblaban sus la oleada. Manda entonces Pastors Immutar el puente levadi­
exigencias, á las que daban pretexto sobrado el incremento zo, pero los amotinados que nada temen, tal es su confianza
de las facciones y las crueldades por ollas ejecutadas contra de que no serán hostilizados, saltan el foso y aplican combus­
los liberales. tibles y hachones encendidos á la puerta de la fortaleza.
Eos hechos de (pie vamos á ocuparnos y que coincidieron En presencia de la inminencia del peligro, Pastors participa
con la disolución del Estamento, eran síntomas irrecusables, al general Alvarez lo crítico de la situación en que se encuen­
pruebas palmarias del estarlo en que los ánimos se hallaban tra y recibe por toda respuesta «que situe la fuerza con que
0111 re las clases que acabamos do señalar. cuente en disposición de no permitir la entrada de las turbas;
En lia rechina, en Zaragoza y en Valencia fue donde esta­ que arengue al pueblo en términos persuasivos; y que cuide
llaron los primeros chispazos del volcan que estaba próximo de que los prisioneros carlistas no se subleven, pues respecto
á. renovar, agravándolas, las escenas de agitación y do desor­ al exterior, él queda tomando providencias.»
den, mal apaciguadas en setiembre del año anterior. El buen intencionado, pero cuitado Pastors, llevando la obe­
La capital del Principado ofrecía el campo mas dispuesto á diencia hasta la candidez, preguntó á las turbas desde la
la fermentación en que se hallaba el espíritu revolucionario. muralla ¡qué es lo que quieren?—Que nos entreguen los prc-
Encontrábase Mina en operaciones, como antes queda expues­ •sos y á su frente O’Donnell.—No estoy facultado pava ello, les
to, on los últ imos dias del mes do diciembre, y sitiaba á San dice el general, tráigaseme u n a órden superior que lo pres­
Lorenzo de Morunys, donde se balitan hecho fuertes 200 car­ criba. Seguidamente hizo salir por una puerta trasera al ayu­
listas de la facción de Zorrilla. Estrechados por Minia lucié­ dante de plaza García, con órden de enterar verbalmente al
ronlo saber los sitiados, qne por cada cañonazo que contra general segundo cabo de que la situación en que se hallaba la
ellos disparase, fusilarían un jefe ó un oficial dolos que guar­ fortaleza era insostenible.
daban como prisioneros, y para qne no quedase duda acerca Llegó el ofieial comisionado á palacio donde encontró á Al­
do su feroz propósito, dieron muerte al comandante Mofa y á varez rodeado de los comandantes de la milicia. Oyó aquel
cuatro mas de sus compañeros, cuyos cadáveres precipitaron impasiblemente el mensaje de que era portador García, y aun­
desde lo alto de los orificios del fuerte. Este lamentable suce­ que debajo de las ventanas de la Capitanía general se halla­
so se exageró en el campamento sitiador, donde se creyó que ban formados batallones y escuadrones y baterías enganchadas,
los fusilados habían sido treinta y tres. Así lo anunciaba un nada resuelve el general, nada dispone, no obstante que á
parte de Mina al segundo cabo de Cataluña el general Alva­ doscientos pasos se ven arder los hachones do los sublevados
rez, quien tuvo la indiscreción de hacerlo público oiicialmcn- y se oyen sus salvajes vociferaciones. La fuerza pública per-
te y con ostentación. I manccc inmóvil ínterin los amotinados braman y campan
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por sus respetos. Desde las cuatro de la tardo hasta las siete Los lamentables sucesos que acaban de ser relatados tuvie­
de la noche es completa la inacción de las numerosas tropas ron lugar el 4 de enero, y al siguiente dia el motin barcelonés
de que dispone el segundo cabo. tomaba un colorido con el que dejaron de conformarse Alva­
Alentados ante la actitud de la autoridad superior, los rez y los .jefes de la milicia, que la víspera liabian contempla­
amotinados aplican escalas á la muralla, la trepan, y puestos do impasibles los horrores cometidos. Los autores de la san­
en comunicación con los soldados de la guarnición exclaman: grienta bacanal se atrevieron á proclamar el restablecimiento
¡Viva Saboya/ venimus á vengar á vuestros compañeros ase­ do la Constitución de 1812 y colocaron su lápida en la plaza.
sinados Acude en aquel momento el atribulado Pastors y Semejante iniciativa que no podia menos de comprometer
contempla á los sublevados fraternizando con los soldados á Mendizabal y á Mina, importaba á Alvarez impedirla, y
gritando en coro: Que nos entreguen los facciosos. tuvo para ello la suficiente resolución. Su indulgencia con los
Dueños del recinto de la fortaleza, poco importa á los in­ autores de las escenas del dia anterior le valió suficiente
vasores que los nieguen las llaves de las estancias en que se influjo para poder contar, si no con la ayuda de los comandan­
hallan los prisioneros. A balazos fracturan las puertas y se tes, con su conformidad á que desplegase vigor contra los que
entregan feroces á la inicua y cobarde matanza de sus desva­ habían sido partícipes en la proclamación de la Constitución
lidas víctimas, cuyos postrimeros lamentos se confunden con de 1812.
los insultantes alaridos de sus verdugos. Como víctimas de este último movimiento quo tuvo mas
Saciado que hubieron su desapiadado y frenético furor, do político que do revolucionario, fueron escogidos don Anto­
acercábanse los asesinos con hachas encendidas en dirección nio Gironella, comerciante y jefe de uno do los batallones do
de los almacenos de pólvora, cuando se les presenta de nuevo la milicia, don Tomás Beltran Soler, don Eugenio Aviraneta
el inevitable Pastors, quien en presencia del peligro, intimó á y otros sujetos, sobre quienes so hizo pesar la responsabilidad
la enajenada muchedumbre que de no detenerse iban á ser de la abortada resurrección del código gaditano, y en castigo
causa de la destrucción de Barcelona, conminándolos al mis­ de cuya denuncia fueron embarcados para Canarias.
mo tiempo, con que antes de pasar adelante tendrían que ho­ 'Tranquilizado en la confianza de que no seria hostilizado
llar su cadáver, palabras á las que los panegiristas de Pastors por la plebe, el segundo cabo se animó á publicar una procla­
atribuyen que los insurrectos desistiesen de su vandálico in­ ma en la que decía:
tento. «Barcelonesesel orden público se halla restablecido. Los
1STo es necesario decir cuál fué la suerte del predestinado señores comandantes de la guardia nacional han prometido
O’Donnell. Despues de haberle dado aleve muerte, su cadáver mantenerlo auxiliados de sus respectivos cuerpos; queda,
fué arrastrado por las calles, separada la cabeza de su cuerpo pues, al cuidado de estos el que no se observe la menor per­
y paseada como trofeo. turbación, en la inteligencia de que las patrullas de los mis­
Grande y elaborado empeño muestra el ilustrado autor de mos tratarán con todo rigor á los que de nuevo dieren el
la /listona de la guerra civil, por sacar ileso de toda respon­ motivo ó señal de querer alterar la tranquilidad, como tan
sabilidad en los horrores de aquella cruenta jornada al ge­ decidida y noblemente lo ejecutaron el C de agosto salvando
neral Pastors. Honor sin duda hace este propósito al buen las propiedades de todos.
deseo del señor Pirala, propósito que si bien puede valer á su »Yo confio, barceloneses, que presentaremos al mundo este
defendido el concepto de hombre humano, no alcanza á que espectáculo de paz y de. orden. Barcelona G de enero do 1833.
la historia lo absuelva de no haber llenado la misión que en —El segundo cabo, Antonio María Alvarez.»
aquel aciago dia competía á un soldado pundonoroso. Si no En el mismo dia este general mandaba publicar el siguien­
se le di ó la autorización de haber hecho uso de la fuerza con­ te bando:
tra los primeros que intentaron escalar la muralla, su dimi­ «Usando de las facultades que me están conferidas en el
sión dada en el instante en que dejó de quedarle duda de estado do sitio en que se encuentra esta plaza, según el ar­
que Alvarez permanecía sordo á sus reiteradas reclamacio­ tículo primero del bando del Excmo. Sr. Capitan general de
nes, era el acto que le hubiese hecho digno de elogios que no 20 de noviembre último, ordeno y mando:
bastan para salvar su fama, toda vez que consintió en haber »Artículo 1." Todo grito contra el actual sistema do go­
sido parte pasiva de la deshonra que no so le permitió re­ bierno se declarará subversivo, y como tal so impondrá la
peler. pena de las'leyes al quo lo pronuncio y á los que se hallaren
Consumados que fueron los asesinatos de la Ciudadela, en la reunion en que se hubiese proferido. Para los mismos
completaron sus perpetradores la inhumana hecatombe, in­ efectos se declara sedicioso todo grito ó expresión que tien­
molando por idénticos procederes á los prisioneros carlistas da á alterar la tranquilidad y motive toda acción contra el
que se hallaban en Atarazanas, las Canaletas y el Santo Hos­ órden público.
pital. »Art. 2." Los muchachos mezclados en las reuniones ó que
Interin semejantes horrores se perpetraban, el segundo alboroten en las calles con vivas ó mueras, serán destinados
cabo don Antonio María Alvarez permanecía tranquilo en el como vagos de tambores á ultramar; los padres, parientes ó
palacio de la Capitanía general, rodeado de las autoridades y tutores pueden evitarlo cuidándolos como deben.
do los jefes de la milicia nacional. Informada la reunion de »Art. 3.“ Se disolverá todo grupo ó reunion alarmante pol­
los hechos que habían casi presenciado, manifestóse por los las patrullas de la guardia nacional amonestando que se reti­
concurrentes y señaladamente por los jefes de la milicia, que ren, y si no lo verificasen en el acto, serán arrestados y com­
so hallaban dispuestos á impedir la continuación de los des­ prendidos en las penas del artículo l.°
órdenes de aquella tarde, pero no á im pedir que fuesen fu si­ »Art. 4." Se formará una comisión militar compuesta do
lados los -prisioneros, pues era la voluntad general. seis jefes, dos del ejercito y cuatro de la guardia nacional, la
El segundo cabo que esto oyó, nada dijo, grandemente que presidirá el coronel que nombraré para juzgar en el acto
preocupado como parece se hallaba, según testimonio de su­ á los comprendidos en el presente bando.
jetos que lo visitaron en aquellos momentos, por el temor de »Barcelona Gde enero de 1830.—El general segundo jefe del
que la ira popular trascendiese á su persona. ejército y Principado, Antonio Maria Alvarez.»
El fusilamiento ejecutado en aquellos dias del comandante Mina, atraído á Barcelona por la gravedad de los sucesos
Mofa por los sitiados de Santa María del Hort, y el de cua­ que acababan de tener lugar, se dirigió al pueblo y al país
renta y ocho nacionales de Mataró y otros pueblos de la ma­ en los términos siguientes:
rina por los carlistas, acto consumado contra la voluntad de «A rni llegada ácsta plaza me dio cuenta de los desagrada­
sus mismos jefes, juntamente con los horrores que acababa bles sucesos ocurridos en ella, y que todos presenciaron, el
de presenciar Barcelona, establecían de hecho en las provin­ excelentísimo señor don Antonio María Alvarez, que como
cias del Este la guerra sin cuartel, á la que se habia propuesto segundo jefe de Cataluña, me ha representado durante mi
poner término el tratado de Elliot, guerra cuyo repugnante ausencia. Jamás hubiera creído que dentro del recinto de la
espectáculo tenia escandalizada á Europa con vilipendio del liberal Barcelona se abrigasen hombres que so color de pro­
nombre español. mover la libertad é invocando su sagrado nombro entronizar
T omo VI 17
120 HISTO IUA DE ESPAÑA

sen la anarquía, hollando las luyes y arrastrando en pos «lo sns orden por la Sala, fueron los desgraciados sentenciados de
inicuos planos, el trono de nuestra inocente Isabel y las liber­ una manera tan irregular, puestos en capilla y en aquella
tades patrias. ¡Cuánta sorpresa me ha causado verme engañado, tarde fusilados, habiendo muerto los dos primeros muy con­
y cuanto placer siente mi corazón al tributar la debida grati­ formados con su suerte, sin embargo de que al principio, no
tud á los Inicuos que con su actitud dieron bien á conocer la podían entender cómo se les condonaba sin haberse todavía
ninguna cooperación que deben prometerse de ellos los per­ ni aun visto la acusación; pero no sucedió así con el tercero
versos que tratan de alterar la pública trancpiilidad ya ase­ que cayó en la desesperación, porque precisamente estaba es­
gurada! perando su próxima traslación á presidio, que era la pena que
//Catalanes: vuestra existencia política estriba en el soste­ la Sala le habia impuesto y de la que no habia apelado.
nimiento «leí orden, en la union y un la tranquilidad, y estad »Seguida la causa respecto á los demás reos, se pronunció
seguros que conservando estas garantías, jamás peligrará lo sentencia por la que fueron condenados á la pena de muerte
que tanto deseo conservar. y confiscación ele bienes don Francisco Bios, don Ignacio Cor­
»¡Tiemblen los malvados! Las disposiciones prescritas por tés, don Vicente Ena, don Pascual Gorroehotcgui, don X. Frai­
mi segundo en el bando del dia 0 del corriente sabré llevarlas le y Fray Andrés Gil, pero con la circunstancia de que res­
á debida y puntual ejecución, reservándome tomar otras que pecto de los primeros se hizo ejecutiva la sentencia, y en
sean necesarias para hacer conocer que la ley impera, y que cuanto á los demás se les dejó expedito su derecho de súpli­
suIVirá sus electos todo aquel que quiera hollarla. ca, con lo que claramente se dió á entender que no habia en­
» l s a b e l li, li berta« l y orden: ved aquí repetida mi profesión contrado la Sala la condena tan expedita ó que conoció que
«le fe. bosque profesasen otros principios, ó huyan á aumentar los reos podían mejorar su defensa. Hicieron algunos de estos
e s a s hordas de asesinos que invocan otro nombre ó prepáren­ nueva prueba, y vuelta á ver la causa, los defensores de las
s e á « i l i e . m i d a mi fuerza con ellos. partes hablaron durante seis horas. Todos inculcaron vigoro­
»Honrados ciudadanos de Barcelona, tranquilizaos: vamos samente la falta de justificación acerca de la complicidad de
lodos eonLra ese puñado do perturbadores de vuestra paz; la sus clientes.
autoridad está con vosotros, ella vela y destruirá las maqui­ »EL de don Pascual Gorroehotcgui, don Mariano Datu, sen­
naciones ile los malos. Creedme. tó la atrevida proposición de que la conspiración no habia
»Barcelonasde enero de 183(5.—Francise,o Espoz y M ina.» existido y que todo luvbia sido una maniobra y plan político
Contentándose con lamentar los sucesos acaecidos durante del capitan general conde de Kzpeleta, para conseguir que Su
su ausencia y habiendo aprobado los destierros, embarazado Majestad el señor don Fernando VII aprobase el desarme de
ailemás con las complicaciones que comenzaban á debilitarla- los realistas. Don Pedro Nogués, defensor de Baile, habló fuer­
política de Meudizabal y privado de fuerzas suficientes para temente contra el delator Fuster, desterrado y removido de su
obrar con resolución, tanto respecto á los turbulentos de Bar­ destino por aquel general en vista de su mala conducta, y con­
celona, como contra los carlistas, abstúvose Mina de dictar tra las declaraciones de su confidente, cuyo nombre se habia
mas decisivas providencias y dejó correr los sucesos por el tenido reservado contra lo que manda la ley sobre la publici­
rumbo que llevaban. dad, y aseguró que estos datos eran los únicos ele la acusación.
lín folleto publicado por Avirancta titulado M ina y los Don Manuel Villalva, defensor de Ena, dijo que se habia pro­
■proscritos (opúsculo ilei que no se encuentran ejemplares), cedido con equivocación cuando so puso por el señor Fiscal,
centiime afirmaciones, y cita hechos que de ser admitidos bajo que aquel habia estado á fin ele marzo en Galatayud seducien­
la fe de la palabra de su autor, barian pesar una odiosa res­ do á los realistas y conspirando allí; pues este habia probado
ponsabilidad, no solo sobre Alvarez, sino también sobro el. la coartada con testigos de vista, con un pasaporte con sus
secretario Belili de la Peña, responsabilidad de que no estaria refrendos, con certificaciones del celador y de la capitanía ge­
exenta la memoria del misino general Mina. neral, con escrituras otorgadas por su cliente, con libramien­
Los sucesos de Zaragoza, aunque menos sobrecargados de tos expedidos por él en Zaragoza en aquellos mismos (lias ele
o«liosos pormenores que los que tuvieron lugar en Barcelona, la conspiración, todo lo cual hacia ver que Ena no habia po­
]n-«■sentaron un carácter de violación de la ley, no menos re­ dido estar en Galatayud en todo el mes de marzo y hasta fin
pugnante contra su santidad, violencia acompañada ele cir­ de abril, que estos documentos se habían compulsado con ci­
cunstancias que grandemente sobrecargaron el cuadro do las tación del señor Fiscal y se habían examinado los originales
ocurrencias «pie presenció la capitivi de Aragon, circunstancias por la misma Sala; que convencido aquel habia dicho en su
«pie ;í lin de darles el colorido de exactitud con que supo pre­ última censura, que Ena con esta prueba habia desvanecido
sentarlas un testigo ocular de los sucesos, apelaremos confiada­ los principales cargos, y que convencido por ella pedia se le
mente á su testimonio estampado en el número de El Español absolviese de la pena capital y se le condenase á presidio; y
correspondiente al dia 30 de marzo do 1830, relato cuya exac­ que en tal caso un tribunal de hecho y de derecho no tenia
titud comprobó el empeño mostrado por las autoridades de facultades para gravar la pena que pedia el acusador de la
Zaragoza para obtener primero por medio de gestiones priva­ ley. Y sobre la importancia de esta causa, añadió el abogado
das y despues por el de un exhorto, que la redacción de El Es­ que las causas criminales producen buen efecto en tiempo de
pilimi entregase el original de la carta de su corresponsal, ó paz, porque unos pocos suplicios contienen á los que no están
cuando menos que revelase su nombre, á lo que se negó la fir­ acostumbrados á ver correr sangre, pero que empeñada una
meza del director del mencionado periódico, asumiendo sobre guerra civil, las causas generalmente son viciosas, odiosas,
sí la responsabilidad de la carta, negativa que sin embargo no impolíticas y perjudiciales, porque si las fórmulas se obser­
dió lugar á que según iludieron hacerlo, usando de su dere­ van casi todos se sinceran de un delito tan secreto como es
cho, las autoridades de Zaragoza procediesen contra el que una conspiración, y si se prescinde de ellas se cae en una ti­
estuvo pronto á probar la verdad do los hechos denunciados. ranía.
((Habiendo detenido el auditor de guerra Landete, la causa » Pasáronse dias sin que la ansiedad del pueblo por conocer
I bulada sobre conspiración del 25 ile marzo de 1833, por es­ el fallo se calmase; habiendo llegado el dia 22 sin publicarse
pacio de mas de un año sin haber adelantado nada en la su­ nada, infirióse que la pena no podia ser de muerte, siendo
maria, pasó por fin á la Beai Sala del Crimen, y cuando el aquel dia el crítico para ponerles en capilla por estar ya pró­
señor Fiscal habia presentado la acusación, se suscitó un al­ ximas las vacaciones.
boroto cuyos jefes pedían la muerte de los reos. »Con este motivo conmovióse por la noche la milicia, pi­
»Sosegóse este movimiento por el Capitan general, aunque diendo los que llevaban su voz que so profiriese la sentencia.
no sin algun sacrificio, puesquoenaquellam ism a noche tuvo El general Serrano apaciguó por el pronto la fermentación.
que pasar un oficio á la Sala en el que manifestaba que una Pero al «lia siguiente 23 la intranquilidad que reinaba en la
espantosa conmoción le liabin puesto en la dura necesidad de ciudad hacia presagiar temores contra la vida de los magis­
condenar á muerto ¡i don Manuel Afiliar y don Jaime Bovini, trados, (pie encerrados en la Sala no tenían idea de que su
preses por aquella conspiración, y á José Arreglo por los ase­ posición fuese tan critica. Mas fueron recibiendo avisos y un
sinatos que habían cometido en 1823. Cumplimentada esta oficio del general, al que contestaron que ellos no podían
E D A D M O D E KNA 121
rescindir cl fallo, y que seguros do haber obrado con arre­ pasajeramente con los peticionarios armados, cuya ira se acre­
glo á la ley, no temían que la causa se reviese por otros centó á la primer negativa. Tratábase del nombramiento do
jueces cualesquiera que fuesen que cargasen con la responsa­ los jefes de la milicia, con cuyo motivo el gobernador civil
bilidad. Por último se presentó á los magistrados que no ha­ quiso que se observasen los preceptos de la ley vigente.
bían concurrido el alcalde don Pedro Jordan y una comisión En menoscabo de esta fueron electos individuos que no re­
de la guardia nacional, y cerciorados los jueces del peligro unían las condiciones que aquella prescribía, y un motín fu ó
que corrían sus vidas y de los desastres que amenazaban, el medio con que se respondió á la negativa de la nul cridad.
convinieron entre sí acerca de adoptar un medio al parecer "Vino desgraciadamente tí arrojar nuevo combustible al fuego
legal, como el de suscitar una discordia, y resuelto que fue la noticia de que Cabrera habia invadido la provincia.
afirmativamente en el acto fueron nombrados para dirimirla Para contener los progresos del enemigo, dispuso Carratalá
los señores Santafé, Ondovillay Gil ele la Cuesta. la movilización do parte do la milicia, en union de la poca
»Las dos de la tarde serian cuando los señores Pereda, Ar­ tropa de que podia disponer. Pero mas dispuestos á mandai'
riola, Gaseó, Dosai y Melchor que habían votado la causa, se en la ciudad que á ir en busca de los carlistas, alborotáronse
hallaban todavía encerrados en ima de las Salas sin atreverse los nacionales el dia <>do marzo, y aunque por el momenlo se
á salir, hasta que oficiales de la confianza del pueblo fueron á aquietaron á la a'oz del ayuntamiento, creyó prudente Carra­
sacarlos y los condujeron á sus casas uno por uno. talá trasladarse a la cindadela, desde la que lechó una proclama
»A. las tres comenzó la nueva vista, A la misma hora fue­ á la milicia dándole gracias por su supuesto buen compor­
ron avisados los defensores. El de fray Andrés Gil rehusó tamiento, acto conciliatorio seguido de otro que completa­
asistir. Los otros tres se presentaron á improvisar la desespe­ mente lo anulaba, toda vez que consistia en un bando quo
rada y estéril defensa que únicamente cabia interponer. A amenazaba con la pena de muertoá los amotinados (pie nose
las seis el presidente, sin duda por no creer legal continuar retirasen cuando oyesen sonar el cañón en la cindadela.
la audiencia durante la noche ó porque no podían soportar Coincidió con la publicación de este bando la llegada á Va­
la fatiga desde las diez de la mañana, suspendió la sesión lencia de un corto destacamento que se dijo ser la vanguardia
hasta las ocho del dia siguiente; pero avisado por los mur­ de mayores fuerzas, llamadas por Carratalá para contener á
mullos del peligro que arrastraba esta medida, mandó abrir los milicianos. Esparcido y comentado este rumor por la po­
la puerta, se encendieron cuatro bujías ó velas de sebo y con­ blación, llenáronse sus calles y plazas de amenazadores gru­
tinuó la vista que concluyó á las ocho de la noche, no sin pos, los que contando con la connivencia de la milicia obliga­
riesgo de los tres magistrados, que estuvieron al bajar la es­ ron á los tambores de esta á tocar generala- Una vez acudidos
calera en grande exposición, y solo se salvaron por la influen­ los batallones al llamamiento, nada faltaba para precipitar el
cia y valor del alcalde don Pedro Jordan. desenlace, al que se dió forma lanzando gritos de, m nerle con­
»Reunido el tribunal á las ocho del dia 24, no asistieron el tra el general y vivas al de igual clase don Pedro Méndez
señor Gaseó que estaba enfermo, ni el señor Pereda que no Vigo, que se hallaba preso en el castillo de Játiva por dispo­
pareció. Los claustros de la Audiencia se llenaron de gentes sición de Mendizabal.
con la impaciencia de saber el fallo y de presenciar la tra­ Preparábanse los alborotados á atacar la ciudadela cuando
gedia que amenazaba álo s juzgados ó á sus jueces. Veíanse interviniendo el gobernador civil, se ofreció por mediador, y
también mezclados álos que se mostraban resueltos al mayor en union de una comisión de milicianos filé admitido á con­
de los atentados, algunos sujetos de semblante no sospechoso ferenciar con Carratalá, cuya dimisión no les fue difícil, obte­
y oficiales do la guardia micional que habían acudido lleva­ ner, acompañada de la promesa de que saldría el general do
dos del noble deseo de cortar ó minorar al menos la catás­ Valencia y de que serian puestos en libertad los procesados
trofe que se esperaba si so salvaba la vida de los reos. Por fin por los motines de setiembre último que se hallaban en la
al cabo de cuatro boras la llamada del escribano y otras dis­ torre de Serranos.
posiciones anunciaron los preparativos del patíbulo. En efecto En los siguientes dias trataron los vencedores de poner á
muy luego se publica la sentencia condenando á los cuatro á Mendez Vigo en posesión del mando militar, extremo que
pena de muerte y confiscación de bienes, pena esta última logró paliar el brigadier Brcson en quien recaía el mando
mas terrible que la del tormento, porque al fin en este, podia hasta la llegada del segundo cabo Palarea que so hallaba en
sufrir un culpable, y en aquella padecen el tormento per­ operaciones contra los carlistas.
petuo de la indigencia unos hijos inocentes. A los embarazos que para el gobierno creaban sucesos du
»El grupo entonces se disolvió satisfecho de haber obte­ la importancia de los que acaban de ser expuestos, vino á
nido una sentencia arrancada á la violencia ejercida hacia el añadirse la alarma producida por la audaz incursion bocha
tribunal, ufanos los atropelladores de su victoria y de la pron­ en las provincias centrales por el canónigo de Cuenca don Vi­
titud con que iban á ser complacidos, pues que el sol del cente Batanero, quien despues de haber militado con Besicres
dia 23 vio comenzar la relación de las veinte y tantas piezas y últimamente con Merino, se hallaba en el campo del Pre­
de que se componia la causa y el sol del dia 24 veia esta tendiente y se ofreció á conducir una expedición de pocos
misma causa fallada y puestos en capilla los objetos de la oje­ pero escogidos soldados, cuya fácil movilidad salvase los estor­
riza de los alborotadoras. Había asistido á todas estas escenas bos y adversas contingencias que se oponían á la invasion de
el señor Gomez, magistrado que hacia pocos clias habia to­ gruesos cuerpos carlistas en el territorio sujeto al gobierno do
mado posesión de su plaza, y aunque no habia intervenido en la Boina. Acogido por don Carlos el pensamiento de Batane­
la causa, ni hablaban con él los peligros que habían corrido ro, salió este de Oñate al frente de una columna ele 2r>0 infini­
sus compañeros, creyó deber escarmentar en cabeza de estos, tes y 70 caballos, bien armados y equipados, con los que logró
y habiendo despachado aceleradamente las causas á cuya pasar el Ebro y en breves dias se encontró en las inmediacio­
vista habia asistido tomó la diligencia en aquella misma no­ nes de Sigüenza adelantándose hasta Trillo y Cifuentes á diez
che, no creyendo sin duda que la independencia y la libertad y seis leguas de Madrid. Justamente alarmado el gobierno de
de la toga se hallase garantizada en una ciudad donde tan la audacia del partidario, envió columnas en sn persecución
abiertamente se hollaban los fueros de la justicia y los de la que supo eludir la actividad del marcial presbítero, el que
humanidad.» prolongó sus correrías por Jadraque, Almadrones, Torromo-
Descontento en Valencia el partido avanzado de la con­ cha y Atienza, recogiendo en todas partes amplia cosecha de
ducta apática que imputaba al Capitan general Carratalá, caudales, de armas, caballos y municiones. Inquieta la capi­
habían dado los agitadores evidentes señales de querer al­ tal en presencia del éxito de las audaces correrías del parti­
terar el sosiego público, conatos que aquel jefe habia procu­ dario, salió en su persecución el capitan general Quesada,
rado evitar, ora mandando acelerar las causas de infidencia pero no logró alcanzarlo ni impedir que se pascase por Japro-
cuya lentitud irritaba á los impacientes, ora otorgando á vincia de Segovia, corriéndose á la de Valladolid y sucesiva­
la milicia concesiones respecto á las exigencias mas decidi­ mente á las de Falencia y Burgos, sin que ninguna de las co­
damente apoyadas por dicha fuerza. Pero aquellas condescen­ lumnas quo le iban al alcance lograsen detenerlo ni estorbar
dencias de parte de la autoridad no la congraciaron sino sn regreso á Vizcaya por el valí«! de Carranza.
122 H I S T O R I A DE E S TAÑA

I'll sostenimiento dola vcbclion on Ins pvovinoias del Norte ras párrocos la hagan saber en el pùlpito, bajo responsabi­
y el incremento fjuo seguían teniendo en Cataluña y on Ara- lidad.
quii, la ineficacia de las medidas que dictaba el gobierno y »Valdcrrobles 20 de febrero de 1R26.—Mamón Cabrera.
ejecutaban sus generales para llevar á cabo operaciones deci- »A consecuencia de estas atroces medidas y de las que en
sivas en las provincias sublevadas, juntamente con la exacer­ represalias han adoptado ya y seguirán probablemente adop­
bación que entre los liberales producíanla audacia y las cruel­ tando nuestros jefes de columna, la guerra va á tomar un ca­
dades de los carlistas, llenaban de sobresalto y do inquietud . rácter de exterminio y de ferocidad desconocido en Europa y
á las autoridades provinciales, obligándolas á ceder á las exi­ de que solo se hallan ya ejemplos en las tribus salvajes de
gencias de la opinion exaltada y á adoptar providencias Africa, ó entre las hordas de kalmukos y de baskires que el
coercitivas contra prelados de la categoría do los arzobispos emperador Nicolás precipitó en 1832 sobre los nobles hijos de
de Zaragoza, de Sevilla y de Santiago, expulsados de sus dió­ la desgraciada Polonia.
cesis y desterrados á diferentes puntos del reino. »No queremos ser contados entre los débiles ni entre los
En medio de aquella situación comprometida para el go­ que flaquean en presencia tie los peligros. El género de guerra
bierno y angustiosa para el país, tuvo lugar un suceso de ea- que boy nos aflige, no es de aquellos á que pone término una
váetor tan odioso que sublevó las conciencias, excitó la indig­ política tímida y contempladora. Al hierro han apelado nues­
nación did mundo civilizado y contribuyó en primera línea al tros contrarios y por el hierro habrán de perecer. Pero la san­
di-se ródi to de la situación que bajo mas prósperos auspicios gre, el exterminio y la muerte los busca nuestro patriotismo
había inaugurado Mondizabal. en el campo, en los peligros, en medio del estruendo de los
J)e resultas de haber hedió fusilar Cabrera á los alcaldes combates, entre la excitación de la pólvora y al ruido de los
de Torrecilla y V'aldoalgori'a, que parece eran confidentes de instrumentos de guerra. A los pacíficos habitantes, cualesquie­
Nogueras, tuvo este jefe la desdichada idea do ejercer la in­ ra que sean sus opiniones, debe la ley protección, seguridad y
audita represalia de aplicar la última pena á la madre de amparo. Si entre ellos los hay cuya detención pueda servir de
Cabrera que se hallaba detenida en Tortosa y cuya ejecución ' freno á la conducta del enemigo, custodíense en buen hora;
it manera de argumento ad terrorem, tuvo el general Mina pero sean tratados con el miramiento propio de hombres civi­
la desgraciada condescendencia do sancionar. KJ hecho atroz lizados, con la humanidad que corresponde á una causa que
de ser pasada por las armas una mujer de mas de sesenta representa la civilización y la libertad.
años y cuya muerte venia á autorizar en cierto modo á su »Si contra nuestra opinion se alegase el temor dequeia be­
poco indulgente hijo para dar rienda suelta á las crueldades nignidad que aconsejamos podria dar pábulo á nuestros con­
que generalmente so le atribuían, produjo dentro y fuera de trarios y acrecentar su número y su audacia, dcsplégucso la
España un sentimiento de indignación y do horror que tuvo energía y el vigor que las circunstancias requieran, ejérzase
significativo eco en el parlamento inglés y en la prensa de las una activa política, señálense los hombres mal intencionados
naciones civilizadas. y temibles, póngaseles en la imposibilidad de hacer el mal. Si
Al recibirse en Madrid la circular dirigida por Cabrera á las esto no es suficiente ni práctico, vayamos mas adelante. Las
justicias del territorio de su dominio, por la que prescribía naciones mas civilizadas de Europa están empleando la d r
cruentas represalias en desagravio de la ejecución de su an­ 2>ortacion como castigo contra los reos políticos. La Francia
ciana madre, ordenada por Nogueras y aprobada por Mina, ha adoptado esta pena, antes casi nunca aplicada á delitos
el periódico El Español on su número del 2í) de febrero se, políticos. Los prisioneros de «abril de 1831, los legitirnistns do
atrevió, en medio de la efervescencia ocasionada por el suco­ la Vendée, aunque condenados muchos de ellos á muerte, nin­
so y de la tácita aprobación con que los hombres do opiniones guno ha sido ejecutado, todos son deportados. Colonias y po­
avanzadas recibieron la noticia do un acto que mas bien par­ sesiones nos quedan todavía en diferentes puntos del globo;
ticipaba del earácter de crueldad salvaje que del de pasión destínese una de ellas ¡í lugar tic destierro de los individuos
política, se atrevió, decíamos, aquel periódico á dar á luz la cuya presencia en la Península en las actuales circunstancias
siguiente manifestación debida á la pluma de su director, sea considerada como perjudicial «al reposo público. Dentro de
quien V¡ose de sus resultas abandonado de sus compañeros «algunos años podrán volver tranquilamente á España y su
de redacción, temerosos de ser objeto de las iras populares. presencia en ella, léjos do ser entonces nociva, contribuirá á
« Ucpiignancia nos causa, deoia el articulo de El Español, la pública prosperidad.
tener que reproducir el bando del jefe carlista, resistiéndosenos »Podrá oponérsenos que el trasporte á Puerto-Rico ó Filipi­
hacer mención de los denuestos é imprecaciones que arranca nas de tanto carlista, gravaria el Tesoro público con gastos
al sanguinario temple de Cabrera, el sentimiento mas punzan­ superiores á sus recursos actuales. Si faltasen medios pecunia­
te, mas vivo y mus iracundo con que el corazón humano pue­ rios para poner en ejecución este sistema, la cristiandad ente­
da ser movido á entregarse á la ferocidad y la venganza; pero ra, horrorizada de tanto crimen, vendria en «auxilio de nuestra
no podemos menos de darlo á conocer en el interés mismo de pobreza. Lo decimos con entera confianza; una suscricion
la opinion liberal, á fin de que su tenor haga mas patentes los abierta en el extranjero á semejante objeto, produciría mas
horrores que cada dia hace nacer y acrecienta, cual venenosa oro que cuantos empréstitos han levantado nuestros diferen­
y mortífera planta, la guerra civil que nos devora. tes gobiernos, desde que nos estamos despedazando unos á
»Dice así el bando: otros. La libertad, cuyo nombre invocamos y cuyo celestial
» 1." >Sedeclaran traidores al titulado brigadier don Agustín influjo puedo solo darnos la victoria, se cubre de luto y rehuye
Nogueras y à cuantos individuos continuen sirviendo en el nuestras adoraciones, cuando en vez de trofeos y de laureles
ejército, empleados por el gobierno de la llamada Ifeina go­ cogidos peleando, lo presentamos por ofrenda cadáveres in­
bernadora. molados sin riesgo, despojos sangrientos de indefensas vícti­
)Y¿." Serán fusilados á consecuencia de la anterior declara­ mas, cuyo trágico fin acusa nuestra falta de verdadera energía
ción, todos los individuos que se aprehendan. y de humanidad.»
»:i." So fusilarán inmediatamente en justo desagravio del En honra sea dicho do la sensatez del pueblo de Madrid y
asesinato de mi inocente madre, la señora del coronel don Ma­ de su milicia cívica, con cuya ira se liabia amenazado al di­
nuel Eontivoros, comandante ilo armas de Cholva (reino de rector de El Español, la sentida y liberal protesta que acaba­
Valencia), que se halla, detenida para contener la ira de los mos de trascribir fue recibida con respetuoso asentimiento y
revolucionarios, y también tres mas que lo son Cinta Tos, Ma­ semaio, aunque con menos animación de parte do los demás
riana Guardia y .Francisca Urquesa y hasta el número de periódicos, la corriente á que dio lugar la polémica originada
treinta, que señalo para expiar el castigo que ha sufrido lamas por aquel deplorable suceso.
digna y mejor de las madres. A él vino á dar acrecentado interés la publicación de la si­
»4." En lo sucesivo será irremisiblemente vengada por mí guiente representación, elevada á S. M. por el coronel don Ma­
la muerte do cada víctima, con veinte do las familias do los nuel Fonti veros, viudo de la infortunada señora inmolada por
que continúen cometiendo semejantes actos. Cabrera en venganza do la cruenta muerte dada á su madre.
»Todos los alcaldes liarán publicar esta orden y que los cu­ «Señora: sin convalecer del intenso dolor que devora mi co-
E D A D MO D E UX A W:î

razón por cl asesinato de mi inocente esposa, en virtud de »Estas víctimas, señora, cuya sangre inocente aun humea
disposición del cabecilla don llamón Cabrera, y postrado en en esas sierras, claman venganza, y desdo el silencioso si-pul­
cama, de donde saldré para el sepulcro, eleva reverentemente cro en donde yacen piden á sus esposos y familias que uo
á los pies del trono esta humilde representación, el coronel perdonen álos causantes; y la imagen de mi inocente es]iosa
comandante retirado y de las armas de esta ciudad de Gandía, con el rostro ensangrentado me persigue noche y dia excla­
en el reino de Valencia, don Manuel Fontiveros exponiendo: mando á voz en grito: /Jusi iein.' /ju d ie in.' l’or mi parte pido
Que hallándose con igual destino en la villa de Clielva en el el castigo que merezcan por el asesinato á que ha dado lugar
mes de setiembre último, fui sitiado por Cabrera; pero habién­ la petición del señor brigadier Nogueras y el cnmjilnse del
dome burlado de sus planos y esfuerzos para capturarme, señor general Mina. Por lo que
iracundo y furioso arrebató cruelmente á mi esposa doña Ma­ »A V. M. rendidamente suplico que así se verifique mediante
ría Roqui, que se hallaba escondida en una casa, y fuó dela­ la correspondiente formación do causa, para que im quedando
tada por los vecinos del pueblo, conduciéndola entre sus hor­ impune tan atroz delito, ninguno su atreva á qiiebranlar nues­
das, sufriendo una muerte civil, bastaci 20 de febrero último tras sacrosantas leyes, asegurando de este modo el crédit o ile
que la fusiló! Pero ¿acaso, señora, se ha inmolado esta víctima la nación y del gobierno, la libertad y las vidas de los que
por el cabecilla Cabrera? N o, señora, no. Mi inocente esposa ahora las tienen pendientes de la arbitrariedad. Así lu espero
lia sido asesinada por el despotismo mas atroz en que hemos de la recta administración de justicia.
degenerado, de algunos hombres que, bajo la máscara de bue­ »Gandía 16 de marzo de 1*36.—Señora.—A L. L\ P. de Y. M.
nos españoles, no quieren mas que la ruina del trono de Isa­ —K1 coronel de infantería, Manuel Jùni tire ros.))
bel II y la de los liberales honrados. Señora: á V. M. y á nos­ La parte que había tomado el ya citado periódico en el triste
otros nos engañan. El trono de vuestra excelsa hija y los asunto que presentó al público con los caracteres de un hecho
liberales estamos entre los fuegos de los facciosos, es decir, que afectaba la honra del nombre español, le imponía el de­
entre los carlistas y otros, que so color de amor al orden quie­ ber de ocúpame de la representación de Fontiveros, deber que
ren extender su dominio desde el Oriente al Occidente, como cumplió en los términos que aparecen del siguiente artículo
si las facciones fuesen do su patrimonio y propiedad; y cuan­ inserto en el número correspondiente al dia 21 de marzo.
do la ley no rige, cuando no ejerce con desembarazo sus fun­ «La representación que dirigea S. M. el coronel Font items,
ciones, sin mas ley que su capricho y arbitrariedad. Este, seño­ marido de una de las víctimas sacrificadas por el partidario La­
ra, es el caso en que desgraciadamente nos encontramos. La brera en holocausto del fusilamiento de su mai Ire, es un do­
petición del brigadier Nogueras para que se fusilase á la ma­ cumento que en todo país mimos agitado que lo est ¡i el nuestro
dre de Cabrera que se hallaba prosa y la concesión del señor por la cruel guerra civil que le devora, produciría, la inas in­
general Mina son hechos que conducen á los horrores de una tensa y mas universal sensación.
guerra nunca vista, ni oida. Treinta víctimas han sido ya sa- »¡No exagera seguramente el infort unado viudo el horror
eriiieadas en represalia de la madre de Cabrera, habiendo sido del crimen que le ha arrebatado su inocente ó indefensa
la primera de ellas mi inocente esposa. Han provocado una mujer.
guerra que hasta los mismos árabes se habrían abstenido de »La satisfacción que pide, quizá la política impida dársela
emprender. Nuestra ilustración puede decirse quo ha retroce­ en toda la extension que aquel desgraciado la solicita; por­
dido por este hecho hasta mas allá de aquellas naciones que que por mas vituperable que sea la conducta del primitivo
aun carecen de sentimientos de humanidad y á las que re­ autor de la serie do asesinatos que han causado la desgracia
pugnaria imitarnos. Los señores general Mina y brigadier del señor Fontiveros, seria grande el embarazo y la dificultad
Nogueras han empañado y echado tal borron al brillo de sus que experimentaria el gobierno en reducir á juicio á los au­
antiguas glorñis, desacreditando al partido liberal, que nunca tores de bus bárbaras represalias que no liemos cesado de la­
podrán lavar esta mancha quo refluye hasta el trono de vues­ mentar. Aun suponiendo que tuviese fuerza para ordenarlo
tra excelsa hija si su gobierno lo tolerase. ¿creo el justamente ofendido peticionario que en la exaspera­
»La madre de Cabrera fuó fusilada, ¿y por qué delito? Por ción en que el espíritu do partido tiene los ánimos obtendría
los excesos que comete su hijo, dice el señor brigadier Nogue­ de un consejo de guerra la reparación do justicia que tan ar­
ras. ¿Y dónde está la ley que señala que aquellos son trascen­ dientemente reclama? Mucho dudamos que haya militares d<*
dentales y que paguen justos por pecadores? ¿Dónde está el alta graduación (como deberían ser los que juzgasen si los ge­
proceso legalmente instruirlo contra la madre de Cabrera? nerales acusados) dispuestos á vengar como jueces 1st ofensa
¿Dónde están los cargos que se le han hecho? ¿Quién tiene que como hombre y como marido recibió el señor Fontiveros.
facultad para hollar nuestras sacrosantas leyes? ¿Quién era el »Mas ¿deberemos concluir del embarazo quo la situación po­
dueño de la vida de la madre do Cabrera? ¿Dónde está la de lítica en que nos hallamos, opone á la acción de la just icia,
que se castigue á una persona sin oírla? ¿Tiene la madre de que el honor de la cansa liberal deba quedar empañado y que
Cabrera la culpa de haber concebido en su vientre á un mons­ aquel desgraciado haya de renunciar á todo género de ssitis-
truo? ¿Qué dirán las naciones cultas y principalmente nuestras foeeion? Triste y amargo seria el pensarlo. El gobierno debe y
aliadas? Se horrorizarán, se escandalizarán al ver que hay ge­ á él toca, tomar en consideración lsi suerte del señor Fonti ve­
nerales en España que matan mujeres inocentes por delitos ros, y ofrecerle los consuelos y la reparación á que. es acreedor
que otro ha cometido, teniendo en el campo á los enemigos un hombro que lia hecho á su país tan tremendo sacrificio. A
eon quienes esgrimir la espada. ¡Qué horror! ¡Qué ignominia la munificencia y á la magnanimidad de la augusta viuda
para la nación española! ¡Y qué oprobio para los militares que gobierna el reino, está reservado enjugar el llanto y la
españoles ! amargura del súbdit,o leal que tan lamentablemente enviudó
»La nación entera, señora, está en la expectación de quo en servicio de la causa de la Reina. Otorgada que sea la repa­
Vuestra Majestad ponga remedio, castigando con mano fuer­ ración debida al coronel Fontiveros, todavía le quedan al go­
te. á los causantes de tantos desastres. Los relevantes ser­ bierno deberes que cumplir. El sistema de represalias, puesto
vicios pasados de los señores general Mina y brigadier No­ en uso con la madre de Cabrem, es un sistema bárbaro, odio­
gueras, ni los exceptúa do Ja pena impuesta por la ley á los so, repugnante que deshonra al partido liberal y que ha pro­
que cometen delitos ni los santifica para no poderlos cometer. vocado la indignación de todos los amigos de m usirá cansa
Los súbditos de V. M. se ven en el día sin garantías, sin ha­ en ol extranjero.
ciendas; sus vidas y los objetos mas queridos que son los hijos, »Semejante sistema debe ser proscrito y condenado solem­
los ven expuestos por la arbitrariedad de. un general ó de otro nemente por el gobierno y por las Cortes. Tiempo es de que
cualquiera que reúna fuerzas y se le antoje erigirse en un la humanidad se haga oir por boca de la inmortal Cristina y
déspota musulmán. que su augusto mandato ponga término á las atroces prácti­
»Los papeles públicos y principalmente El Español del l.°al cas que hacen degenerar nuestra guerra en guerra de caribes.
1 del mismo, pintan nuestra actual desventura y el porvenir »(¿ue los militares que pelean bajo las banderas do la liber­
desgraciado si V. M. con energía no pone remedio á tantos tad, quo los guardias nacionales que ayudan los esfuerzos y
desastres. parten los trabajos de aquellos sacien en el campo y con las
1-2-1 H I S T O R I A DE E S l ' A Ñ A

armas cu la mano su enojo contra los enemigos de Isabel II, al ministro en el deber de justificar la confianza que en él
mida mas legítimo ni mas conforme al terrible derecho de la habla depositado la opinion, no menos que en el de obtener
guerra. L'ero que en el momento que cese el combate quede á la sanción legislativa respecto á las trascendentales medidas
salvo la villa de los que caigan prisioneros: que los habitan­ que bajo su responsabilidad había adoptado y entre las que
tes paeílieos y sumisos, cualquiera que sean sus secretas opi­ se bailaban algunas de carácter decididamente dictatorial.
niones, encuentren protección y amparo en las autoridades, El discurso puesto por Mendizabal en boca de la Reina go­
tolerancia y generosidad en los ciudadanos. bernadora al abrir la legislatura, acto que siempre es consi­
»1 )esgraciado el partido quo se pone en contradicción, con­ derado como el programa del gabinete, io era mas señalada­
sigo mismo, ha moral y la lógica constituyen la ley suprema mente en aquella ocasión, cuando las Cortes iban á legislar
de los listados. Nosotros hemos inscrito en nuestras banderas nada menos que sobre un cambio de régimen, pues no otra
Libertad, Jfanrui ¿<lntl y JaslAc.ia. Hi en vez de respetar los cosa significaba la ofrecida reforma del Estatuto Real, por
principios que ellas establecen, los desconocemos y violamos, Cortes que debían ser elegidas en virtud de una nueva ley.
habremos renunciado a nuestra fe, renegado nuestra creen­ Poro el momento de las dificultades no había llegado toda­
cia, inutilizado y perdido la fuerza moral que nuestras ideas vía para el autor del programa del 14 de setiembre. No se
representan; y sin ideas que le sirvan de símbolo y de creen­ había disipado aun la ilusión de las lisonjeras promesas
cias, ¿qué es un partido político? un bando sin prestigio, sin anunciadas en aquel célebre documento, y á las que la con­
moralidad y sin convicción: una facción desordenada y pró­ fianza del partido progresista y la prudente expectativa délos
xima á disolverse ante el poder de todo adversario que fiel á moderados, concedían una tácita espera que justificase el en­
su iloctrina y consecuente áolla conservo de su parte la juer­ tusiasmo del primero y la reserva de los segundos.
ga. inorili.» Manifestaba la Reina en su discurso el lleno de confianza
No fué seguramente estéril aquella sentida polémica, toda que habia depositado en sus nuevos ministros, y hablaban es­
vez que dió impulso ¡i las elocuentes y autorizadas palabras tos por boca de S. M. en los términos mas explícitos, respecto
que resonaron en la tribuna española y cuyo efecto llegó á á lo que esperaban de la cooperación de los gabinetes signa­
ser tan poderoso y moralizador que produjo un hecho memo­ tarios del tratado de la cuádruple alianza y de los esfuerzos
rable en nuestra historia. del país para terminar la guerra, absorbente anhelo de la
El general Mina, quien ito obstante el pretexto buscado mayoría de los españoles.
liara atenuar la odiosidad del acto que se quiso cohonestar Frescos todavía en la memoria de Mendizabal la enseñanza
atribuyendo á la inmolada anciana una inverosímil partici­ y los ejemplos que habia tenido amplia ocasión de observar
pación en un complot dirigido á poner á los carlistas en po­ en Inglaterra, de cómo se elaboran y á qué orden de ideas
sesión de la cindadela do Tortosa, imputación á la que nadie responden los discursos de la corona al parlamento, procuró
dió sèriamente crédito, pues no descansaba en otra prueba dar al que habia puesto en labios de la- Reina gobernadora,
que en la delación de un desertor ausente, no confirmada por un colorido que no habría podido menos de satisfacer la pú­
otros testimonios ni declaración, el general Mina, decíamos, blica expectación, si sus resultados hubiesen correspondido al
cuya nobleza de carácter se lastimaba de la intervención que engreimiento y á las patrióticas intenciones de su autor.
en el universalmente reprobado hecho había tenido la des­ Las indicaciones que contenia el discurso respecto á mejo­
gracia do que le cupiese parte, motivó la dimisión que se ras económicas y administrativas, que no debían llegar á rea­
apresuró ¡i. presentar al gobierno de la capitanía general del lizarse, no daban á aquellos propósitos otro valor que el de
Principado y del mando del ejército de Cataluña, dimisión generalidades confiadas al papel, y concretándose á las medi­
que fundaba en la honrosa consideración de que un puesto das de inmediata aplicación, anunciaba el discurso la presen­
(le lauf,a confianza no podia conservarse en un país libre con­ tación de tres proyectos, el de elecciones que calificaba el
tra los dictados de la opinion pública; ejemplo de eterna mensaje regio de baso del gobierno representativo, el de li­
prez y que basta para enaltecerla memoria del esclarecido bertad de imprenta, designado como siendo el alma ele la
español quo tuvo la entereza y abnegación de legarla como institución, y el de la responsabilidad ministerial, considera­
enseñanza y ejemplo ásus contemporáneos y á la posteridad. do como su complemento y como destinado á hacer compa­
tibles- la inviolabilidad del monarca con los derechos del
C A PITU LO III pueblo.
Hallábase como hemos dicho bastante entera todavía la po­
La legislatura de 1835
pularidad de Mendizabal, y aunque en las cámaras en cuyos
E l v o t n i l o c o n f i a n z a . — C r i s i s p o l í t i c a . — P r o y e c t o ele l e y e l e c t o r a l . — D i ­ acuerdos debía buscar la sanción de su politicano habría vero­
s o lu c ió n ile i E s ta m e n to d e P ro c u ra d o re s . símilmente hallado en circunstancias ordinarias una mayoría
dispuesta á asociarse á todas sus medidas de gobierno, el fa­
Interrumpimus la reseña histórica de los actos de carácter vor con que la opinion habia recibido su programa, no solo
legislativo que siguieron al advenimiento al poder del gabi­ coartaba la libertad de los opositores que en los Estamentos
nete Mendizabal, para que no quedasen fuera del cuadro do disentían de los provectos del popular ministro, sino que los
los graves sucesos acaecidos en los sois últimos meses del ante­ proceres y procuradores do opiniones adietas al régimen del
dicho año, los concernientes á la guerra en las provincias del Estatuto, prestando fe y fundando esperanza en los principios
Norte y del listo. Terminada la exposición de aquellos impor­ de conciliación anunciados por Mendizabal, se hallaban dis­
tantes hechos, procede ahora ocuparnos do lo perteneciente á puestos á darle todo aquel apoyo que no arrastrase el com­
los actos de gobierno propiamente dicho, posteriores á la re­ pleto abandono de los principios de la libertad mesurada y
union de las Cortes. progresiva, tal cual afectaban entenderla los moderados.
Aunque al hacer mérito do los trabajos de estas, será la A esta disposición de los ánimos venia á dar apoyo el dis­
oportuna ocasión de hablar del decreto relativo á la supresión curso que en la sesión del 5 de diciembre pronunció Martinez
del clero regular, habiendo sido este el único acto importante de la Rosa, con motivo de una exposición dirigida á los Esta­
del ministerio Mendizabal, del que todavía no so ha hecho mentos por el general Córdova, felicitando á la representación
mención, procedo consignar que el referido decreto expedido nacional por su instalación. En aquel discurso intercaló el
en 11 de octubre, prejuzgaba un asunto que erado la exclusi­ orador algunas frases relativas á la intervención extranjera,
va competencia de las Cort es, decreto cuya legalidad fundó el de lo que tomó pié Alcalá Galiano para iniciar una proposi­
ministro que lo promulgó, en la doble consideración de darle ción que declarase benemérito de la patria á aquel general y
por fundamento el restablecimiento de la ley do las Cortes á su ejército, coincidencia de buen agüero que permitía espe­
de 1S20, y en el otorgamiento del voto de confianza que sin rar llegase á establecerse una provechosa inteligencia entre
dificultad había obtenido de ambos Estamentos. los dos matices de la opinion liberal que dividian á la cáma­
(ïrandes eran los compromisos que con la nación tenia ra, eventualidad que no tardó en desvanecer el conde de To­
contraidos Mendizabal, y la reunion de las Cortos convocadas, runo dándose por aludido en la indirecta censura apuntada
como antes queda dicho, para el lii de noviembre constituía contra el proyecto de intervención extranjera.
edad moderna 12:

El 21 del mismo mes presentó Mendizabal un proyecto eh; que 1íacia desaparecer las restricciones impuestas bajo el ré­
ley relativo al voto de confianza, solicitando la autorización gimen del Estatuto á la organización de la fuerza cívica.
para continuar recaudando las contribuciones de 183(5, sobre Pero el acto mas significativo y mas importante de la legis­
la base fijada en el presupuesto del año anterior, expresándo­ latura, lo fue sin duda, la sanción do la ley relativa al voto
se en el mismo proyecto que dicha autorización se extendiese de confianza, por la que, como antes queda dicho, quedó fa­
á que el gobierno pudiese introducir por vía de ensayo en la cultado el gobierno para procurarse cuantos recursos consi­
administración de las rentas públicas las alteraciones que es­ derase aplicables á cubrir las necesidades ilei ejército y ter­
timase convenientes. minar la guerra civil, autorización que se hacia extensiva á
Por otro artículo del mismo proyecto se pedia autorización facultar al ministro para que por todos los medios á su al­
para que el gobierno buscase los recursos necesarios para la cance mejorase la suerte do los acreedores del Estado, facul­
terminación de la guerra y para asegurar la suerte de los tades sujetas no obstante á la obligación de dar cuenta á las
acreedores del Estado, sin contraer para ello nuevo emprés­ Cortes en la próxima legislatura dui uso que hubiese hecho
tito ni imponer nuevas contribuciones, debiendo ademtis de la autorización que so lo otorgaba.
quedar obligado el gobierno á no disponer de los bienes na­ Sin poner en duda la sinceridad que animase á Mendizabal
cionales. en el proyecto de que tanto alarde liabia hecho, como dirigido
En defensa de las disposiciones del antedicho proyecto se­ á obtener que los dos partidos liberales, el moderado y el pro­
veramente atacado por la prensa no adicta al ministerio, dio­ gresista, concurriesen á la elaboración do leyes que diesem por
so á luz en la Gaceta una nueva edición de los artículos resultado lo que mas tarde se ha bautizado con el nombre tie
dogmáticos que en apoyo del programa de setiembre se atri­ legalidad coman, cometió aquel hombre insigne el grave er­
buyeron á Lista, bajo la inspiración de Mendizabal. Versaban ror de haber bcclio imposible la realización cíe su patriótico
dichos artículos sobre la inmediata consolidación ele la deuda, anhelo, no habiendo dado la importancia que tenia á un pro­
anunciando que la que no ganaba interés so sujetaría á una yecto do ley electoral que, emanando de la iniciativa del go­
reducción con presencia del curso actual de los antiguos va­ bierno, debió fijar las condiciones dentro de las cuales las
lores consolidados, dando á los nuevos un precio igual ó su­ dos opiniones hallasen las garantías de sus respectivas y legí­
perior al mas ventajoso que hubiesen alcanzado desde enero timas aspiraciones.
de 1820. De muy distinta manera procedió Mendizabal, cuando en
Con la anunciada medida de consolidación habría quedado vez de hacer de las bases de la ley electoral objeto de uno de
gravado el Tesoro con una carga anual de 150 millones, que los estudios de derecho constitucional en que tanto se com­
mal podían hacerse efectivos cuando no estaba asegurado el placía y cuya exposición confiaba á la experta pluma del lite­
servicio de los intereses de la deuda activa recientemente co­ rato don Alberto Lista, artículos que publicó la Gacela en los
locada en estado de privilegio por el arreglo verificado bajo meses de noviembre y diciembre, y que llegaron á hacer pa­
los auspicios del conde de Toreno. sajera impresión acerca de las dotes intelectuales del ministro,
No impidieron consideraciones de tanto bulto quclaeomision desaprovechó este la mas oportuna de las ocasiones para ha­
encargada de dar dictamen se mostrase favorable al proyecto ber dado la medida de su capacidad, trazando á Lista el tema
de ley que ampliaba las autorizaciones del famoso voto de de una de las mas grandes cuestiones por resolver dentro del
confianza. El diputado Orense y el conde de las Navas usaron sistema del que aspiraba Mendizabal á pasar por fundador.
do la palabra en contra, sin que sus argumentos, mas apasio­ En vez de obrar de esta suerte sometió el trabajo á una co­
nados que convincentes, pudiesen ejercer influjo en la discu­ misión compuesta do don José María Calatrava, don .J uan
sión, en la que tomaron parte Martinez de la liosa, Toreno y Manuel Quintana, don Antonio Alcalá Galiano, don Valentin
el procurador Perpiñá, infatigable impugnador el último del Ortigosa y el señor Madrid Dávila.
proyecto y acérrimo sostenedor de los dos anteriores gabine­ No pudo ponerse esta comisión de acuerdo sobre las bases
tes moderados. Ciento treinta y cinco procuradores aprobaron de la ley. Dividiéronse sus individuos sobre si la elección de­
el proyecto de ley en el Estamento popular, absteniéndose de bería ser directa ó indirecta. La mayoría optó por el primero
dar su voto que solo negaron al proyecto los diputados Sam- de dichos sistemas; Calatrava y Ortigosa, fieles á la escuela
pons, Pardillas, Joven de Salas, Perpiñá, los ex-ministros Mar­ doceañista, votaron por el sistema de la elección indirecta.
tinez de la Rosa, Herrera y Medrano. En vista do esta divergencia, síntoma de la tempestad par­
No fueron de mayor efecto en el Estamento de próceros los lamentaria que iba á suscitarse, el gobierno tergiversó tam­
conatos de oposición que iniciaron sin empeñarse en soste­ bién. Quería Mendizabal contentar á Quintana y á Galiano que
nerlos, el marqués de Miradores y el de Espeja, quedando por opinaban por el sistema de la elección directa, pero sin dis­
último aprobado el proyecto de ley sin otro voto contrario gustar á Calatrava, y como no tenia el gabinete convicción pro­
que el del marqués do Santa Cruz de Omboiro. En aquella pia acerca de tan importante materia, adoptó el término medio
misma legislatura logró el procer don Javier do Búrgos la de manifestar que se adheria á la opinion de la mayoría sin
aprobación del acuerdo de la comisión mixta de ambos Esta­ rechazar abiertamente la de la minoria, esperando que la dis­
mentos encargada del exámen de las operaciones relativas á cusión ilustrase el asunto y que se votase lo mas conveniente.
los empréstitos y emisiones do renta verificadas en Paris por Presentado el proyecto en este imperfecto y manco estado
el banquero Aguado, operaciones en las que Búrgos liabia in­ al Estamento electivo, fué enviado al exámen de una comisión
tervenido y que motivaron la suspension del ejercicio de su compuesta de Arguelles, Alcalá Galiano, J. María Serrano, Lo­
cargo como procer á consecuencia de la mocion del general pez, Someruclos, Montalbo, Aguirre Solarte, Calderon Co­
Alava, de la que en su dia fue hecha mención al ocuparnos do llantes (don Saturnino) y Caballero (don Fermin). Tampoco
la legislatura de 183-J. hubo acuerdo entre estos señores, toda voz que de sus delibe­
La comisión informaba que uada había hallado digno de cen­ raciones resultaron tres dictámenes. La mayoría menos So-
sura en el desempeño de la misión que Búrgos había tenido á meruelos, apadrinó un sistema híbrido que consistia en
su cargo, concluyendo por proponer que so declarase que ha­ conferir el derecho electoral directo á los cien mayores contri­
biendo cesado los motivos de suspensión temporal pronuncia­ buyentes de cada distrito, á los que debían unirse en igual
da respecto á dicho procer, se le citase de nuevo á concurrir á concepto individuos de las clases denominadas capacidades,
las sesiones. Así se acordó por unanimidad poniendo un tér­ compuestas de abogados, escribanos, procuradores, médicos,
mino conciliatorio al insólito proceder de que liabia sido boticarios, profesores, arquitectos y empleados, de todos los
víctima el individuo que concentró en su persona los resenti­ sujetos en suma, provistos de un título profesional ó de nom­
mientos y los odios de los emigrados constitucionales á los bramiento del gobierno.
que tanto habian molestado las prosperidades financieras de A estos electores deberían agregarse compromisarios elegi­
los ministros de Fernando VIL dos por cada grupo ó sección de 150 vecinos, los que unidos á
Discutida la reformarle la ley orgánica de la milicia urbana, los electores por derecho propio, tendrían que concurrir á la
fueron facultados los ayuntamientos para inscribir en ella á cabeza del distrito donde votarían colectivamente en una mis­
los hijos de familia sin el beneplácito de sus padres, medida ma lista á todos los diputados correspondientes á la provincia,
lili H I S T O R I A DK K.Sl’AÑA

tai cuya capital y con presencia de dichas listasse liaría el es­ provincias habia derribado. Observaban los progresistas con
crutinio funeral. recelo el apego que aquellos mostraban por conservar lo mas
Do los indicados individuos de la mayoría ile la comisión, posible del régimen del Estatuto, y semejante prevención no
los señores Montali)», Calderón Collantes y Serrano, rindiendo disipada cual debió serlo por la intervención del gobierno,
homenaje al principio plutocrático ó contributivo, proponían conducía á la singular situación de quo los progresistas que
<pie las capacidades á las (pie se con!¡riese el derecho electoral, pretendían pasar por los mas libéralos, abogaban á favor de
hubiesen (I(i reunir la circunstanciado pagar do lOOá 200rea­ doctrinas y procedimientos menos democráticos que los pro­
les de contribución; y por último, el marqués de Someruelos, puestos por los hombres que simpatizaban con el sistema
ahogado un absoluto de la doctrina de coajLa Jija, rechazaba electoral de la mayoría moderada.
abiertamente el voto indirecto en todas sus gradaciones y En mejor situación que esta para ser oidos sin prevención
sostenia la elección directa, pura, y la integridad de la renta por los liberales de todos matices, se hallaban los redactores
de doce mil reales en los elegidos. de un periódico que en aquella época gozaba de grande influjo.
liti presencia de estos tres dictámenes que venían á re­ El primitivo Español colocaba la cuestión en los términos
ducir á un verdadero campo de ^Agramante la discusión del amplios y populares que aparecen de las siguientes observa­
proyecto de ley, el ministerio lejos de salir do la decantada ciones, tomadas del número de dicho periódico correspon­
reserva quo venia observando, la agravó, toda vez quo cl mi­ diente al lü de enero:
nistro de la <!ober miei on don Martin de los lloros declaró, «La estrechez de la base en que se funda el sistema electo­
ipil- el gobierno, descoso de ilustrarse por medio de la discu­ ral del régimen del Estatuto reconocida por todos como in­
sión, adoptaria ó no las modificaciones propuestas según lo sostenible, ha debido pensarse en sustituirla por otro sistema
(pie arrojase de sí el debate, añadiendo que no se trataba de mas amplio y popular, y al tratarse do establecerlo se han
■uva c ai’nI iua de sisLevui, politico; juicio (pie ora un verdadero presentado las dos escuelas que en estos momentos se dis­
cont rasentido en boca de un ministro tratándose de la ley en putan el predominio.
virtud de la cual debían elegirse los diputados. »El primero de dichos sistemas que se mostró el gobierno
La pugna existente no ya solo entre los individuos de la co­ dispuesto á adoptar, reconocía la bondad del principio de la
misión, sino entre la mayoría y la minoría del Estamento, elección directa, pero en la práctica lo anuló el mismo go­
venia á versar sobre dos puntos concretos: á saber, si la elec­ bierno conformándose con que so limitase el derecho á los
ción debería ser directa ó indirecta y si por provincias ó por cien mas ricos vecinos do cada pueblo, á quienes so agregarían
distritos. los pertenecientes á ciertas agrupaciones profesionales y cien­
Los sostenedores del sistema del dualismo electoral, que j tíficas. El segundo sistema, sin desechar el mismo principio
osteiti ¡iban la pretension do ser los órganos exclusivos de la en su esencia, solo confiere derechos políticos â un corto nú­
opinimi mas liberal, cerraban los ojos á la monstruosidad , mero de ciudadanos, á los que agrega como representantes
del privilegio aristocrático que iba envuelto en el monopolio de la mayoría numérica un elector delegado por cada ciento
(pie creaban en favor de los cien mayores contribuyentes de cincuenta vecinos. La primera de csttis dos combinaciones es
cada distrito, privilegio al que como correctivo proponíanla esencialmente aristocrática; la segunda es contradictoria,
introducción del elemento indirecto, mediante la agregación mezquina, tímida y heterogénea.
á los colegios electorales do los delegados nombrados por la »No ha encontrado por consiguiente esta opinion partida­
generalidad de los habitantes contados por grupos de ciento rios decididos dentro ni fuera del Estamento.
cincuenta vecinos. »Ningún periódico de provincia la ha prohijado. No liemos
No habia pues como so Aro interés do principios en la mez­ visto tampoco que en su apoyo so hayan dirigido peticiones á
colanza electoral, abogada por los que so daban por los mas las Cortes, ni representado los ayuntamientos ni las corpora­
liberales, siendo el verdadero objeto que se proponían el de ciones que por costumbre toman parte en los asuntos del
reunir entre los delegados y las capacidades una mayoría procomún. No hay, pues, síntoma que indique el sentimiento
favorable al elemento oficial y subsidiariamente al elemento popular.
progresista. Los partidarios de la elección directa, los que »Para nadie es un secreto que entre los individuos de la
guiados también por un interés de partido miraban el censo comisión, su mayoría opina en favor de la elección directa y
y la elección por distritos como debiendo serles favorable, que compromisos de partido han arrastrado á los mas carac­
eran mas lógicos y mostrábanse también mas liberales que terizados á sostener colectivamente lo que cada uno en parti­
sus adversarios en lo relativo al voto directo, pues no preten­ cular condena.
dían (pie solo fuesen electores un determinado número de »Reconocido como inferior en principio á la elección direc­
mayores cont ribuyentes, y antes al contrario so prestaban á ta, abandonado por la opinion pública, no admitido por el
que se bajase el censo y se confiriese el derecho electoral á gobierno, condonado en lo íntimo do su conciencia por los
todos los individuos no proletarios, ni sirvientes domésticos, mismos que se ven comprometidos á prestarle apoyo, ¿de dón­
que viviesen de su capital ó de su trabajo. de nace la fuerza con que pretende engalanarse el híbrido
Agotada la discusión sobre, la totalidad del proyecto sin sistema de la comisión?
que el gobierno hubiese salido de su reserva, dioso la batalla »Partidarios de la elección directa, en el. sentido que nos­
en el artículo I." por el que se establecía la elección directa. otros liemos abogado, lejos de proponernos excluir al pueblo
De prever tira que sobre este punto los moderados no cedie­ de los comicios, lo llamamos y lo invitamos á que concurra
sen, ni podia ser dudoso que teniendo la mayoría de su parte á ellos, á que pida y obtenga el precioso derecho do hacerse
dejase de surgir el eonllieto que tan do temor ora si no inter­ representar, á que robusteciendo cada dia mas y mas su edu­
venia el gobierno, cuando aun era posible efectuar una tran­ cación política, se vaya el pueblo acercando sin tutela y sin
sacción á, la que por (hanás el asunto se prestaba, y para la trabas á los xiltimos grados de influjo político y de considera­
(pie bastaba (-1 prestigio todavía intacto do Mendizabal. ción social.
Dejada, la cuestión abierta al voto de la mayoría según la »Con este objeto liemos sustentado que debe concederse
declaración hecha por el ministro don Martin de los Horos, la derecho electoral á todos los ciudadanos que vivan del pro­
.afectada neutralidad del gobierno no podia menos do condu­ ducto de su industria, de su propiedad, do su comercio, de su
cir ¡i la disgregación de la mayoría y á (pie desapareciese el talento, en fin: á todos los qno poseyendo una pequeña in •
ideal conservador que Mendizabal tenia manifestado querer dependencia, dispongan de sus votos, como de sus personas,
conciliar con las aspiraciones mas liberales do los progre­ en cuyo caso no se daría á los mas ricos y á los mas influyen­
sistas. tes el monopolio de las elecciones.
Pero antique la. mayoría moderada se acercaba mas á los »Pero lo que principalmente combatimos porque abre la
buenos principios quo lo hacia la comisión sobre el concreto puerta á la cabala, á la intriga y á la corrupción, es el que
punto del sufragio y do sus condiciones, la opinion liberal entre el pueblo, al que se afecta invitar á que tome parte en
fuera del recinto de la cámara desconfiaba de la mayoría, las elecciones, y los que han de representarlo, haya interme­
viendo á su fronte á los hombres que el movimiento do las diarios y truchimanes que especulando sobre la indiferencia
EDAD MODERNA 107
y sencillez habituales en nuestras muchedumbres, so const i- mas, pues llegado que fué el momento de votar cl art. í.°,
iaiyan en agentes electorales por cuenta de los ambiciosos y que el ministro de la Gobernación Heros, único (pie se encontraba
á favor de un corto séquito do partidarios, logren por medio en el salón, votó con la mayoría en favor del sufragio directo.
do trazas y de audacia darse por órganos de la voluntad gene­ Mas como ora do presumir no se hizo esperar el inule, ine
ral, Por numerosas que sean no nos asustan las reuniones po­ de Arguelles, de Calatrava, do Galiano, de. Isturiz, del duque
pulares, ni tenemos desconfianza en su tacto ni en su sensatez, de Rivas y demás notabilidades de la emigración liberal, los
para discutir sobro lo que mejor convenga al interés genera], que exasperados do] abandono en que, el gobierno había de­
y por esto deseamos que el cuerpo electoral sea amplio y ro­ jado á la comisión, cayeron sobre Mendizabal con tal abalan-
busto y que nose excluya de su seno Aningún ciudadano que cha do recriminaciones y de amenazas, que aquel hombre que
pueda justamente resentirse do no formar parte do él. nada tenia do pusilánime, llegó áintimidarse., conociendo que
»Pero que entre el pueblo y sus mandatarios, no haya dele­ solo era tolerado por los moderados, y (pie si lo abandonaban
gados ficticios, agentes interesados ni corredores de elección. los progresistas, socavaría el cimiento en que. descansaba su
»Establézcanse candidaturas, admítase su uso en nuestras poder, enteramente pendiente' del apoyo que le prestaba, la
costumbres y que los españoles que aspiren al honor de re­ opinion liberal.
presentar á sus conciudadanos declaren A la faz del país que Traído contra su deseo á sucumbir á las exigencias do sus
solicitan sus sufragios. Conocidos de antemano los nombres amigos políticos, ó irritados estos de que no hubiese, el gobier­
de los que merezcan fijar la atención pública, todos los elec­ no marchado do acuerdo con la comisión en todos los trámites
tores de una provincia, como de un distrito, so hallarán en del debate, consintió Mendizabal en declarar, como al dia si­
estado de juzgar acerca del mérito de los candidatos y de dar guiente lo verificó en el Estamento, que adoptaba el gobierno
su voto al que mas confianza les inspiro sin salir del pueblo como suyos los artículos del dictamen de la comisión aun por
de su residencia y sin necesidad de delegar en otro el uso de discutir.
su derecho. En ejecución de (iste acuerdo y desconcertadas ya tanto la
»Extraña cosa es á la verdad que cuando se trata de intro­ mayoría como la minoría, se. procedió á la votación del artícu­
ducir en España costumbres politicas, hábitos parlamentarios, lo f>." que admitía un número fijo do mayores contribuyentes,
prácticas constitucionales, encontremos por adversarios á los quedando por consiguiente descartado el mas lógico y popular
mismos hombres que fundan su.título de gloria en su amor principio de extender el derecho electoral de cuota fija, y en­
ardiente por la causa de la libertad. greídos por este triunfo los que del sistema do la comisión
»Desgraciado el pueblo quo en las luchas politicas abandona habían hecho un arma de partido, agitaron fuertemente la
la antorcha de la razón y do los principios, para constituirse opinion en contra cuantos pudieran oponerse al logro del
(;n servidor y siervo de caciques que lo convierten en instru­ premeditado propósito de convertir una cuestión esencial­
mento y pedestal de su personal engrandecimiento. Los hom­ mente constitucional y de principios, como era la de sufragio,
bres públicos no tienen otra importancia que la que les dan en una imposición de partido.
los principios que representan. Cuando los abandonan pier­ Siguió lánguida por parto de la mayoría y provocativa y
den los títulos en que descansa su consideración y su influjo. amenazadora por la de los sostenedores de la comisión, la
»En este caso se encuentra la comisión autora del proyecto discusión de los restantes artículos hasta llegar al 17 que de­
de ley electoral. bía decidir si la elección se verificaria por provincias ó por
»El partido liberal no puede sin menoscabo de sí mismo distritos.
prohijar como suyos los principios electorales sentados por Aunque abandonada por el gobierno que habia votado con
aquella, porque seria desconocer lo quo la enseñanza de los ella el art. 1.", la mayoría moderada reclutó todas sus fuerzas
pueblos libres y los progresos de la ciencia política han de­ para el último trámite de la discusión, y llevada mas bien pel­
mostrado ser lo mas conveniente y provechoso. La circuns­ el despecho quo aconsejada por la prudencia, se resolvió á
tancia de que, votos quo hemos solido encontrar opuestos al aceptar un combate en el que debía salir perdiendo, aunque
franco desarrollo del régimen representativo hayan contribui­ quedase vencedora en la votación. Fiaban los jefes de la ma­
do á desechar el sistema del sufragio indirecto, no es circuns­ yoría en el hecho de haber Mendizabal declarado solemnemen­
tancia que deba amenguar el triunfo del principio que defen­ te que no usaría del derecho do acudirá la corona en demanda
demos, antes debe ser considerado como una prueba del del decreto do disolución y que antes bien se retiraria si no
ascendiente de las sanas doctrinas, como un tributo de adhe­ seguia contando con el apoyo del Estamento, declaración á la
sion á la causa popular. que añadió un nuevo peso el ministro de la Gobernación con
»Reasumiendo el estado de la cuestión, concluiremos exhor­ haber votado con la mayoría en favor del principio do la elec­
tando al gobierno á que evite mayores males, apresurándose ción directa; estas consideraciones influyeron poderosamente
á presentar al Estamento una combinación que se sustituya en el ánimo de los prohombres del partido moderarlo, y los
al dictamen de la comisión, en el caso probable de que esta condujeron á abrigar la esperanza de que el ministerio no lle­
lo retiro. El primitivo proyecto del gobierno habia sido apro­ garia hasta la disolución, toda vez que el decretarla arrastraba
bado en su totalidad, y bastará, adicionándolo en términos el sacrificio de una ley de tanta importancia y tan vivamente
convenientes, para que no se interrumpa la discusión de una deseada.
ley cuya adopción no puede diferirse sin exponerse á difun­ lia sesión del 24 fuó la Earsalia legislativa del Estamento
dir el descontento y la desconfianza en la nación.» elegido bajo el influjo de los autores del Estatuto, asamblea
El gabinete, todavía incompleto por no haberse provisto la déla que partió la señal de sus propios funerales. Setenta vo­
cartera de Estado y por hallarse ausente el ministro de la tos se pronunciaron en favor del sistema de la elección por
Guerra, lo formaban con Mendizabal que lo presidia, y que distritos, y sesenta y seis votaron d escrutinio de lista por
despachaba tres ministerios, el de Estado, el de Hacienda y provincias.
el de la Guerra, don Alvaro Gomoz Becerra y clon Martin de Como dato histórico curioso figuran en la nota al pié los
los Heros. Aunque el primero simpatizaba con la doctrina nombres do los procuradores que tomaron parte en la vota­
electoral sustentada por El Español y se habría inclinado á ción (1).
términos de avenencia, no podia desentenderse ele sus antiguas
é íntimas i-elaciones con Arguelles, Galiano, Gil de la Guardia (1) Lista de la mayoría de señores procuradores < jhc miaron en contra
y el grupo de Ministas y Masones con los que se hallaba del artículo )7 de la ley y 3-J de lu connswu.
estrcchísimamonte unido hacia veinte años, intimidad de re­
laciones todavía, si cabo, mas estrecha entre aquellos hom­ O r ta z u , R o d ríg u e z P a t e r n a ,B e lila , V ic to r ia , M o n a ,V illa n u e v a y A lo r ,
S a m p o n ts , B a r a ta , L a R iv a , R iv a h e r r e r a , M a rq u é s d a V illa c a rn p o , D o ­
bres y Gomez Becerra y Heros, cuya ortodoxia progresista no m e c q , V a a q u c z Q u e ip o , J o n ta g u e l ( ¡a rg o llo , M a r q u é s d e l a ( .l in d a r a , P e ­
conocía rival. r e z J a r a m illo , C a r r illo d e A lb o rn o z , A lc á n ta r a N a v a r r o , G a lw c y , M a r q u é s
Hizo el ministerio cuanto de su parte podia temerse en la d e E s p in a r d o , P u c h e , M a r q u é s d e M o n te s a , M a r ie h a la r, M a r q u é s d e
embarazosísima situación en que so habia colocado, no decla­ V a lla d a r e s , U llo a , M ig u e l P o lo , M e d ra n o , B a iilo , C a b a n illa s , B e r m u d e z
rándose contrario á las exigencias de sus amigos, y aun hizo d e l V illa r , V a z q u e z M u sc o so , P a rd illa s , V iñ a ls , B o u e t, M a r tin e z d e la
Tono VI 18
L2S niKTOlUA DE ESPAÑA

El v i t i hu lcr» derrotado do rositi! as del conflicto croado por vieron por objeto las instancias del ayuntamiento y pueblo
aquella célebre sesión lo lité Mcndizubal, para quien desapare­ de San Sebastian, que molestados por el rigor del bloqueo
cía la envidiable perspectiva de haber sido el fundador do un que sufrían de los carlistas, instaban sin cesar, acudiesen
orden de cosas á la vez conservador y liberal, quo hubiese fuerzas del ejército á remediar una situación quo hacia mas
dolado al pais de instituciones populares exentas do las exa­ violenta para el vecindario do la capital de Guipúzcoa la cir­
geraciones ¡I que todavía repugnaba, una parte, muy crecida cunstancia de que el enemigo tenia á su disposición trincadu­
de la nación. En medio del disgusto que lo produjo un desen­ ras, pudiendo por su medio operar sobre la marina, ventaja
lace que estuvo eu su manu haber evitado, pensó Mcndizabal de la que creían los leales de San Sebastian hubieran debido
en present ¡ir su dimisión, l-’ero desistió de ello en presenciado exclusivamente disfrutar los oristinos de los pueblos de la
la dificultad que la corona encontrarla en formar un nuevo costa, toda vez que se hallaban á disposición del gobierno ele­
ministerio, ¡d que no era posible fuesen llamados los modera­ mentos marítimos que no estaban tan al aleatico de la fac­
dos, sin correr el inminente riesgo de un nuevo alzamiento ción.
de las provincias, é influido por esta consideración de patrio­ Pero el general Córdova que debia atender á análogas re­
tismo no ajeno tampoco á estímulos de amor propio, creyó clamaciones de todos los puntos de la extensa línea que tenia
atenuar la responsabilidad que contraia acudiendo á la Rei­ que cubrir el ejército, conceptuaba que San Sebastian no cor­
na en demam la del decreto de disolución, habiendo consultado ria en realidad peligro, si bien su vecindario tenia que sufrir
sobre lau grave ¡istinto ¡il Consejo de gobierno nombrado por provocaciones, y apreciaba todos los inconvenientes que real­
lù'fiiando Vil, rueda ya gastada y casi anulada de bocho mente habría ocasionado una marcha del grueso del ejército
desde la caída del gabinete Torello. ' con el solo objeto de hacer levantar el bloqueo. Sin embargo
No componían aquel cuerpo hombres do un temple que les y para cubrir su responsabilidad, Córdova reunió un con­
estimulase á ¡mltiif el ejemplo de los senadores romanos que sejo de guerra cuya deliberación tenia por objeto modifi­
sentados en sus sillas enrules esperaron impávidos la muerte car ó confirmar su propio juicio sobre la marcha á Guipitz-
de manos de los galos vencedores. No se hallaban dispuestos coa. Reunióse en efecto el consejo, y despues de una amplia
aquellos consejeros á arrostrar las iras de la propaganda pro­ y libérrima deliberación, opinaron por unanimidad los gene­
gresista, ansiosa por arrollar á cuantos pudiesen poner obs- rales y brigadieres que á él concurrieron, no ser conveniente
táeu los ¡i su t riunfo ; y tanto el Consejo do gobierno como el de emprender el movimiento acerca de cuya oportunidad oran
las órdenes, expresaron su opinion contraria á que se retirase consultados. Aunque el ministro de la Guerra conde de Al­
Mondizabal y favorable á la disolución, cuyo decreto lcido en modovar, no pudo asistir al consejo por hallarse indispuesto,
el listameli to do procuradores cl 27, fijaba para igual dia del se hizo representar por don Miguel de Imaz, oficial de su se­
siguiente mes de lebrero las elecciones que debían verificarse cretaría, y posteriormente aprobó el acta..
con arreglo al sistema del Estatuto, sistema que reducia el No obstante lo acordado por la ju n ta de generales, no per­
cuerpo electoral á la docena ó poco mas de individuos que dia Córdova de vista los apuros de San Sebastian, y como
componían en cada distrito el municipio y ¡i los que se agre­ acabó por disponerlo, hizo cuanto era practicable en favor de
gaba igual número do mayores contribuyentes. la situación de aquella plaza, no obstante lo limitado de los
No podia ser mas palpable la negación de principios en medios de que disponia y las privaciones que en punto á ví­
que itienrria una situación que, pretendiendo ser liberal por veres y equipo comenzaba ¡í experimentar el ejercito. Era tan.
excelencia, para reemplazar una mayoría estatutista daba pronunciada la impaciencia de la opinion, las exigencias de
la preferencia al elemento restringido de una elección casi la prensa y las instancias del gobierno por que el ejército se
olieial, único resultado á que podia conducir el sistema elec­ moviese y emprendiese operaciones, que no pudiendo Cór­
toral de ls:M, sustituido al amplio sufragio propuesto por los dova résistif á la presión moral de que era objeto, determinó
sostenedores del sistema recomendado por EL Eapañul. intentar algo sobre la línea de la cordillera de Arlaban ocupa­
da por el enemigo al extremo norte de la llanura de Alava.
CA PITULO IV Apenas húbose apuntado el movimiento del ejército de la
Reina, Eguía dirigió refuerzos á Mondragon y ¡i Salinas, pun­
La guerra en ol N orte.—Arlaban tos ocupados por las avanzadas de su ejército. Púsose on mar­
cha el do la Reina formando su derecha la brigada británica
P l a n e s c a r l i s t a s . — S i s t e m a d e C ò r d o v a . — C o r b i y f r u c t í f e r a c a m p a ñ a ( l e y algunos batallones españoles, cuerpos que apoyaron su
IC g u ia .— A c c i o n e s d o O r d u ñ a y U n z a . — P é r d i d a d o L e q u e i t i o . — P e n u ­
r i a d o l e j e r c i t o . — E x p o s i c i ó n a p o l o g é t i c a d e l g e n e r a l C ò r d o v a . — S u movimiento hasta emparejar con la altura del pueblo de
d i m i s i ó n . — Q u e d a C o r d o v a a l f r e n t e d e l e j é r c i t o . — S u c e s o s m i l i t a r e s Guevara, Formaba el centro la legion francesa y las divisio­
d o l N o r t e , d e e n e r o á m a y o . — V i c t o r i o s o a t a q u e d e l a s l í n e a s d e S a n nes Rivero y Cleonard, teniendo Arroyabe y Ulibarri, y sido
S e b a s t i a n . — S e g u n d a c a m p a ñ a d e C ò r d o v a . — .1 u i c i o c r í t i c o s o b r o l a s destinado Espartero á formar el ala izquierda. Llegado al fren­
o p e ra c io n e s d e l m e s d e m a y o e n la c o r d ille r a d e A rla b a n . te de las posiciones del enemigo, Córdova, que había dispues­
to sus fuerzas para el combate, las animó haciendo circular
h a s perplejidades que al c o m e n z a r e l a f i o de lS:>(i preocu­ entre sus filas la siguiente óvdcn del dia:
p a r o n e l ánimo d e l geneml en j e f e del ejército del Norte, U t ­ ({Compañeros: Confiado y orgulloso el enemigo sobre la cor­
dillera de Arlaban, parece retar nuestro esfuerzo, olvidando
i l o s a , U o m o , I z a g a , G o n z a l e z ( d o n J . G u a l b e r t o ) , M a r q u é s d e P a l e e s , los escarmientos que recibió en tantas otras posiciones mas
l i i e z G u n z a l c z , ¡ M a n t i l l a , N a v i a O s o r i o , C o n d e d e T o r u n o , M e n e n d e z célebres. Yo he recogido el guante y para satisfacer vuestro
L u a r c a , O r e n s e , L l ó r e n t e , V i l l a l a r , A g r e d a , G o n z a l e z P e r e z , L o p e z d e l ardimiento os conduzco al combate, es decir, á la victoria.
h a ù o , S a u C l e m e n t e , G o n z a l e z N i e t o , P e r p i n n , C a m p i l l o , A n a y a , T ,. a t o r ­ »Que todos y cada uno recuerden hoy las mayores obliga­
r e , C i s c a r y O r i o l a , C o n d e d e A l l a n e r o , F l e y x , C i s c a r , l 'l u i z d e E n c e s t a ,
M a r q u é s d e S o m e r u e lo s , M u s c o s o d e A lta m ir a , V e g a y R io , C a r a y . P o lo ciones que liemos contraido con la patria, con el trono y con
y A lo n g é , D e l R e í ’, J o v e n d o S a l a s , A r a n g o , C a m b a . la reputación de este valiente ejército; ella es nuestra honra y
nuestra vida; pero los grandes elogios y premios recibidos,
Litta ife la minoría servirán á labrar nuestra afrenta, si brillase, soldados, un solo
C a n o M a n u e l , R o d r i g u e z V o r a , A b a r q u e s , L o p e z , O s e a , C h a c o n , S o ­ dia aciago en que pudiéramos perder los buenos títulos con
m o s a , C i a r o s , A c u ñ a , . M a r q u é s d e M o n t e v í r g e i i , R e c o r r a , C a l d e r ó n d e l a que supo conquistarlos vuestro valor y vuestra constancia.
h a r é n , M a r te l, D o m in g u e z , L e o n Ife iu lio h o , C a ld e r o n C o lla n te s , M a rin ,
L la n o C h a v a r r i, T o r r e n s y M ira tila , G a r c ía d e A to c h a , C a ro ía C a rra s c o ,
O n tiv e r o s . A lc a lá G a lia n o , I s tu r iz , C u e v a s , A lc a lá Z a m o ra , L o p e z d o E r o s . Y illa c liic a , L a b ó re la , O r tiz d e Y e la s c o , K iu d e la u , M o ja r r ie ta , A y a ­
P o d r a ja s , C e n ile d o la s N a v a s , .S a n c h e z T o s c a n o , E s p in o s a , P lo r e s , h c l- la , S a n J u s t .
m o u te , C a b a lle r o . A c e b e d o , F lo r o s E s tr a d a . A r g u e lle s , M a r q u é s d e Y i-
l l a g a r c í a , P a r d o L a z a n , O r ú s . C o n d e d e H n t s , P a r e j o , i)ü P e d r o , C o r t é s , ¡% abstuvieron (fe rotar
C r e s p o d e T e j a d a , O c h o a , F u s t e r , K u i z d o ( . 'a r r i e n , A y a r z a , A l v a r e z M o n te s d e O c a , T o s q u c lla , C é z a r , H e r e d ia , V a lla r in n , A lv a r e z P e s ta ñ a ,
G a r c ía , A g u ir r e S o la r t e , C a n o M a n u e l y C h a c ó n . S e r r a n o ( d o n C in é s ) , J a lo n y J a lo n , C á c c r e s , C r e s p o R a s c ó n , M a r q u é s d e T o r r e m e j ía , .M a rtí,
C a r r illo M a n r iq u e , F e r r e r , P iz a r r n , S a n ta f é , T o r r e s y S o la n o t-, A r a n d a , L tm e o , S a n S im ó n , Q u in ta n a .
li DAD MO DE R NA 12!)
»Compañeros, no os pido vuestra confianza; se hasta donde No fué menos distinguido el comportamiento de la legion
son grandes en este punto mis obligaciones con el ejército; francesa que operaba sobre la izquierda. El centro dirigido por
pero sí que- observéis aquel orden perfecto que asegura el Córdova en persona, no piulo sacar todas las ventajas que se
triunfo en los combates y honra las armas en todas circuns­ prometia este jefe, por no haber llegado á tiempo los cuerpos
tancias. , que debieron concurrir al movimiento. La oscuridad de lano-
»Valientes y generosos extranjeros que venís á pelear pol­ : che que no tardó en subrevenir detuvo las operaciones, y el
los progresos de la civilización; vamos poseídos de una gene­ ejército, conservando el terreno que liabia conquistado, viva­
rosa rivalidad, á ver á qué nacionalidad adjudica hoy la for­ queó sobre el campo de batalla, no obstante la inclemencia dei
tuna sus favores, la victoria su mejor corona. tiempo, habiendo sido la noche muy tria, de mucha agua y á
»ili corazón la desea y la disputa para los soldados de mi pesar de hallarse el ejército muy mal preparado para dormir
patria, es verdad; pero mi equidad la adjudicará á los quemas al raso, vestidos corno todavía lo estaban los soldados con
lisonjeados por la suerte, tengan mejor ocasión de merecerla. prendas do verano.
111 lazo que ha unido nuestros esfuerzos é intereses, iguala los De Vitoria ;í. Salvatierra la legión inglesa viúso cargada por
derechos de todos los que combaten por la causa de la libertad, fuerzas superiores, pero supo hacer denodado frente al ene­
».Soldados españoles, vamos á conducirnos como los prime­ migo, distinguiéndose en aquella jornada el brigadier Ciiin-
ros veteranos que tuvo ella en Europa. chester, el coronel Churchill y los granaderos de Vestm inster.
»En mi cuartel general, de Vitoria á 10 de enero de 1830.— A la madrugada del siguiente dia Villareal, que hacia fren­
El general, Córdova. » te á los ingleses, marchó precipitadamente á reforzar á Egida
El plan de ataque tuvo por objetivo el frente de la línea que ocupaba á Salinas ; dióle este el parabién por lo oportuna­
enemiga, al mismo tiempo que procuró Córdova envolver sus mente que acudia, añadiendo que lo encontraba en el mo­
costados, y dirigidos al efecto algunos batallones contra Gue- mento mismo en que iba á escribir su dimisión y á enviársela
vara y la cordillera de Arlaban, la hallaron vigorosamente ád o n Carlos. «¿Y por quo piensa V. en oso, mi general ' le
defendida por Villareal con cuatro tercios alaveses y dos viz­ dijo Villareal:—Porque esta guerra, amigo, contestó el vetera­
caínos, estos últimos al mando de La Torre. La principal altura no.; es para muchachos.»
la defendía Goni con batallones navarros, castellanos y algu­ Entrado que fué el dia se renovó la batalla de la víspera.
na fuerza de caballería. Espartero, que se liabia incorporado al grueso del ejército,
No obstante la firmeza con que los carlistas mantenían sus ocupaba el centro de la línea; pero una espesa niebla dificul­
posiciones, los liberales avanzaron hasta Arroyabe. La bizarría taba las operaciones, de cuyas resultas no pudo formalizarse
del empuje obligó al enemigo á replegarse sobre lo mas em­ el ataque hasta las doce del dia.
pinado de la cordillera, pero hizo alto en los caseríos llamados Una fuerte columna carlista amenaza envolver á los fran­
Ventas de Arlaban, en cuya nueva posición esperó á pié firme. ceses que se defienden bizarramente, pero reforzada aquella
Hacia aquel punto dispuso Córdova que desplegasen nume­ por Sopelana, tienen los legionarios que retroceder á las Ven­
rosas guerrillas, seguidas por el regimiento de la Princesa á tas. A la derecha carlista la contieno con éxito, y sin permitir
cuyo frente marchaba su coronel don llamón María Narvaez, que adelanto, la proverbial bravura del general Espartero.
quien llevaba además á sus órdenes dos batallones de la le­ Las dos jornadas de Arlaban hacen honor alas armas espa­
gion francesa. ñolas fratricidamente empeñadas en verter en ellas copiosa­
Llegado que hubo á la meseta, punto de partida para el ata­ mente la generosa sangre de los combatientes de ambos cam­
que contra las alturas que ocupaba el enemigo y desde las que pos. Ganó Córdova aquellos dias el concepto do entendido
dirigia un fuego mortífero, hizo Narvaez formar los batallones general, sin que esto quiera decir que las operaciones realiza­
franceses para que estuviesen resguardados de las balas al das hiciesen adelantar cosa alguna al estado de la guerra,
.abrigo de las Ventas, y dirigiéndose á sus soldados los arengó pues ambos ejércitos conservaron el mismo terreno que ocu­
enérgicamente, estimulándolos á que en presencia de los ex­ paban antes de venir á las manos, sin haber llegado á otro
tranjeros sus aliados, les hiciesen ver que no liabia degenerado resultado que al de la ostentación del valor desplegado por
el valor do los antiguos tercios castellanos; y sirviéndose de fra­ los jefes y soldados de los dos ejércitos. Eguia esperó á pié
ses demasiado soldadescas pava ser reproducidas por escrito, firme á Córdova, el que si bien conquistó el campo de batalla,
púsose á su frente y dando la señal de acometida trepó la cordi­ no logró su permanente ocupación, ni aunque se hubiese ade­
llera en medio de un diluvio de balas. El regimiento de, la Prin­ lantado tomando territorios dominados por el enemigo, hu­
cesa llegó á la altura de la que desalojó á los carlistas, pero sir biera podido conservarlos atendidas las condiciones en cpie
coronel quedó tendido atravesado de un balazo en el cráneo, de los beligerantes se hallaban.
resultas de cuya herida estuvo á las puertas de la muerte. El No podia, en efecto, el general Córdova hacerse ilusiones
general en jefe, de quien Narvaez había sido compañero en el sobre, la insuficiencia de los medios con que operaba y la poca
regimiento do Guardias Españolas, corrió sabedor del peligro confianza que debía animar al jefe encargado de la defensa
en que su amigo se hallaba, y abrazándolo conmovido excla­ de una causa, cuyos sostenedores en el territorio sobro el que
mó, como para justificar la predilección con que miraba á se extendía la autoridad del gobierno, ardían en divisiones y
Narvaez y lo rápidamente que había contribuido á su car­ se hacían cruda guerra linos contra otros.
rera:—«No extrañarán ustedes, señores, que quiera tanto á un Veíase, sin embargo, Córdova en la dura alternativa de tener
hombro que nos sirve á todos do modelo.»1Y en verdad que que operar á despecho de las condiciones mas dosvonl ajosas,
no había lisonja en las palabras do Córdova juzgando á Nar­ obligado á ello por no dar mayor pábuloálasrecriminaciones
vaez, considerado como soldado, pues en aquellos mismos mo­ que un deplorable extravio do la opinion pública dirigía al
mentos el general francés Berne!lo que liabia presenciado el ejército por su inacción; ingrata coyuntura de la que solo
denuedo del coronel de la Princesa, exclamó dolante de sus hubiera podido escapar anticipándose á dar la dimisión que
oficiales:—II n'y a rien de. si beau comme le colonel Narvaez se vi ó obligado á presentar mas tarde.
dans u n jo u r de. bataille. (Nada hay tan bello como cl coro­ Seguros los carlistas de no poder ser atacados en su propio
nel Narvaez en un dia de batalla.) territorio, pensaron seriamente en expediciones á las provin­
Aunque arrojados do la posición ganada por el regimiento cias interiores, y no pudo en su consecuencia prescindir Cór­
de la Princesa, los carlistas reforzados por batallones de re­ dova de aprestar divisiones del ejército destinadas á perseguir
fresco, se hicieron fuertes á algunos centenares de metros mas á las columnas enemigas que intentasen abrirse paso en direc­
arriba. Conociendo entonces Córdova lo decisivo del momento, ción ele Asturias, de Galicia ó de Aragon. Para coni rare.st.av la
hizo avanzar á los franceses y á la brigada Rivero; tropas que que tratase de penetrar al Noroeste de Ja Península fue desig­
con valor superior á todo elogio arrollaron al enemigo y aca­ nado el general Espartero, y en seguimiento de la que tratase
baron de apoderarse de las alturas. En aquel notable hecho de invadir á Aragon nombróse al general '1 ello. Tais legiones
de armas ganó merecido renombro de valentía, el que, briga­ extranjeras quedaban á la custodia ele la llanura de Alava,
dier aquel dia, conquistó la fiíja que debía llevar, el general ínterin el general en jefe se preocupaba de la fortificación de
don Felipe Rivero. Peñacerrada y do la ocupación del condado de Trevino, de
Rin H ISTORIA DE ESPAÑA

cuyo rico territorio esperaba sacar abundantes recursos. Des­ golpe de audacia se habían hecho los carlistas dueños de la
pues «Di esta indispensable distribución de fuerzas, solo que­ villa de Guctaria, pero no dol castillo que conservaron los
daban á Córdova una brigada española y otra francesa para liberales merced á los refuerzos y auxilios que recibieron de
atender á la protección de los valles que habían vuelto á le­ San Sebastian.
vantarse en favor de la 1teina, mantener expeditas las co­ Infatigable en sus esfuerzos por sacar partido de los débiles
municaciones eoa Francia, acudir á probables ataques dol medios de que disponía y á despecho de la inclemencia de la
enemigo sobri! la línea ilei libro, y sacar al ejército de la in­ estación que era rigurosísima y de la escasez de trasportes,
actividad que tanto preocupaba al gobierno y á la opinion. do víveres y do dinero, marchó Córdova á Lecumbcrri y ame­
Kl movimiento sobre los valles tí que tanta importancia y no nazó á Tolosa y á la Borunda, con ánimo de atraer hacia él
sin falta de fundamento daba el general Cord ova, se anticipó á los carlistas, alejándolos de los demás puntos que podían
y lo creó evidentes embarazos, toda vez (pie la conservación amenazar; pero fueron las nevadas tan continuas y tan co­
de aquellos territorios quo tanto empeño Jmbia mostrado Mina piosas que paralizaban todos los movimientos, no pudiondo
en asegurar, exigia el constante empleo de una fuerte division, la tropa salir de sus cantones por hallarse casi enterrada en
al mismo t iempo que tenia el ejército que guarnecer muchos nieve.
puntos fortilioados y levant ar el sil,io de otros bloqueados, aten­ Engreído don Cárlos con las ventajas obtenidas por sus
ciones pura las cuales eran evidentemente insuficientes, tanto partidarios y lisonjeándose do que los esfuerzos do estos y la
las tropas como los recursos de que Cólti ova disponía. protección del ciclo acabarían por sentarlo en su suspirado
Consideró por aquel tiempo el condo do Almodovar termi­ trono, creyó oportuno el momento do dirigir la voz á los espa­
nada su misión, y emprendió su regreso á la corto, siendo ñoles en la forma que expresa el manifiesto inserto al fin del
acompañado hasta la L’ucbla de Arganzon por el general en capítulo bajo el número I.
jefe, quien recibió del ministro los mas evidentes testimonios Noticioso Espartero en Peñacerrada de que el enemigo p re­
de aprobación de todos sus planes de campaña. paraba una probable invasion á Castilla, dirigióse á marchas
(.'.encrai entendido y hombre pensador, preocupaba sobre­ forzadas á Medina do Pomar y Villarcayo, movimiento que
manera al caudillo del ejército de la ’Reina la importancia do inutilizó Eguía tomando otro rumbo y presentándose ante
preparar el éxito de las operaciones militares por el acertado Plencia, cuya rendición aceleró por medio del incendio del
uso de medios morales (piolas favoreciesen, y en este sentido, caserío, entrando por capitulación en la plaza y haciendo en
y seguii Jo dejamos anteriormente consignado, mostraba gran­ ella 2Ö0 prisioneros del provincial de Moudoñedo y 70 nacio­
de interés en asegurar la cooperación de los habitantes de los nales cuya libertad hubo de costará estos un rescato; coro­
valles del Roncal, Al lesena y Salazar. El armamento ya efec­ nando Egida sus trofeos con la posesión do trece cañones y
tuado de los do Hecho y Ansò en Aragon, debía ligar á los de armas y municiones en abundancia.
pueblos colindantes con Navarra en comunes esfuerzos en En quince dias había conquistado el jefe carlista tros pun­
pro de la causa liberal, l’ara mejor secundar la actitud en que tos fortificados, hecho cerca de mil prisioneros y abundante
se proponía colocar á aliados que tan útiles croia podían serle, acopio de útiles y portrechos de guerra, ganauciu positiva y
estableció Cònio va una linea de puntos fortificados que desile palpable, á la que no podían oponer los liberales otro contra­
bordini se prolongaba á Sadova y Salvatierra, conexionando peso que el ilei valor de sus soldados y las esperanzas fun­
dicha línea con otra que desde ramplona llegaba á Lui ubici', dadas por Córdova en la cooperación de los valles y en su
sistema que enlazaba el curso de los tres ríos el Aragón^ el sistema de bloqueo. Las dificultados con que este general lu ­
Arga y el Ebro, y las comunicaciones del primero con Francia. chaba, la material imposibilidad que claramente ofrecía el
Deseoso Córelo va de poner en ejecución su sistema ele blo- intentar una campana decisiva en las condiciones en que la
qiuxxlel territorio vascongado, elirigióso á la frontera conia idea guerra se hallaba, recomendaban, en vez de desvirtuarlo, el sis­
ile conferenciar con el general llarispe, jeto del elistrito mili­ tema do las líneas y demás medios do lenta pero segura eje­
tar de. ISayona, de quien se proponía obtener que cuerpos del cución, que constituían el plan hábilmente concebido, poro
ejército francés, adelantasen su linea ele observación sobro la que no le filé dado completar, al ilustre general de la Reina.
l'rmit era, y caso ele no lograrlo, esperaba obtener la vènia de Luchando con el encrudecido temporal que reinó constante
llarispe para que algunos cuerpos españoles pudiesen efec­ on.las provincias del Norte en febrero y marzo de aquel año
tuar su paso por el territorio francés á efecto ele hacer su en- y siempre falto en punto al servicio de hospitales y al de
I rada en España por la espalda de las posiciones ocupadas víveres y demás recursos que exige toda guerra empeñada
por los carlistas, siendo el principal objeto epic Córelova en en grande escala, llegaba Córdova de Navarra á Vitoria el
ello se proponía el de destruir, en union con la guarnición 4 de marzo y era informado de la pérdida de Valmaseda,
de San .Sebastian, las fortificaciones levantarlas por el enemi­ Plencia y Mercadillo, sucesos acerca do los cuales la justifica­
go á orillas del Ridasoa. ción del general respecto á no haber socorrido aquellos pun­
No piulo el general francés por hallarse enfermo acudir at tos, ora completa en el mero hecho de que no dieran tiempo
punto du la frontera en que debia haberse verificado la on- sus defensores para que pudiera acudir fuerza en su auxilio,
Irevis!a, y hubo de limitarse la cooperación que ele la autori­ toda vez que so rindieron inmediatamente, habiendo durado
dad francesa recibió Còrdova á haberle facilitado el arma­ solo tres dias la defensa del que mas se resistió.
mento y municiones de (pie. necesitaba para los valles. Dió Córdova nueva distribución á las tropas de su mando
En su expedición do Pamplona ¡í la frontera visitó Cordimi fermando un cuerpo do ejército para la izquierda de su línea,
el valle de bl zaina, habiendo mandado fortilicar los pueblos cuerpo cuyo mando confié al general Evans, nombramiento
de Eabalehiea, Zubiri, Larrasoaña y J.urquotc, á efecto de del que tuvo fundado motivo pararescntir.se Espartero, cuyo
unir esta línea, prolongada que fuese hasta el primero de patriotismo brilló en aquella ocasión no suscitando reclama­
dichos inultos, con el sistema de protección en lavor de los ciones ni embarazos que habrían sido perjudiciales para la
valles pronunciados. causa ilo la Reina.
¿Sagazmente t rató de aprovechar el general en jefe carlist a La crónica de aquellos dias hizo platillo de un humorístico
el pasco de su contrario á la frontera, y sacando partido do episodio entre el jefe carlista Ello y el coronel don Fernando
la circunstancia de haber caído tina grande helada, á favor Fernandez de Córdova, hermano del general en jefe, episodio
del temporal ocultó su intento á Evans y ú Espartero encar­ que dió ocasión á una correspondencia encaminada á convenir
gados de observar sus movimientos, y habiéndolo logrado en bus condiciones de un propuesto veto dirigido á que un de­
cayó de repente sobre Valmaseda «pie consiguió rendir á los terminado número de solí lados do ambas armas y en represen­
Mes dias de sitio, haciendo prisioneros 4<«> hombres del pro­ tación de sus respectivos campos, lidiasen en singular combate,
vincial de Tuy y apoderándose de cinco cañones y do un por quién, si de los carlistas ó de los liberales, debia quedar
buen repuesto de municiones de boca y guerra. Alentado por la palma del valor y ile la superioridad guerrera. No tuvo
este triunfo, dirigióse Egida aceleradamente á Mercadillo que consecuencias aquella extravagancia, de la que no correspon­
igualmente tomó haciendo prisioneros cien hombres de] an­ dí'ria hacer mérito á no haber hallado cabida en la crónica dé­
tedicho batallón que loguamccian. Anteriormente y por ol.ro la gueira civil.
E DA D H O D E H N A
.Instai nent« ufano de las recientes ventajas «ine habia ad­ ron recíprocamente la victoria, pero el del de la Reina cumplió
quirido. dioso Egida la satisfacción de enviará su Roy las ban­ un deber de justicia elogiando la bizarría del coronel don
deras do sus prisioneros, los urbanos do Plencia, acompañadas Leopoldo O’Jioimell y del general Rivero, objetos de univer­
de la lista do los sargentos, cabos y soldados dol ejército de la sales aplausos por su comportamiento en aquella sangrienta
Reina que liabian tomado partido on las filas de don Carlos. jornada.
Hallábase Espartero on Berberana á los primeros dias dol El 20 de marzo fijaba Eguía su cuartel general en Liofilo
mes do marzo, y dirigiendo un reconocimiento sobro Orduña, para fiar descanso á su ejército que grandemente lo necesita­
no vaciló en penetrar en la población, fuertemente ocupada ba, á consecuencia de las marchas y combates de los anterio­
por los carlistas. Hacia parte de la fuerza liberal el regimiento res dias, al mismo tiempo que preparaba el ataque de la
do húsares de la Princesa, el que por anteriores hechos do plaza fortificai ht de Lequoitio, cuya pérdida habia previsto
guerra se hallaba algún tanto desconceptuado en el ejército. Córdova sin haber tomado disposición alguna para impedirlo,
Pero animado aquel dia dicho cuerpo por hallarse á su frente considerando que la situación de aquella plaza sobre la cosía
los bizarros coroneles don Juan Zabala y don Pedro Regalado Cantábrica no permitia al ejército, cuya base de operaciones
Elio, lucieron los húsares prodigios do valor, y arrollaron á los estaba muy distante, comprometerse para guardar un punto
carlistas con pérdida para estos de doscientos hombres y de cuya importancia era relativa, y solo pudo reneria cuando ios
sois cajas de guerra. El último de dichos jefes encontró aleve pueblos do la marina, que sucesivamente liabian ido cayendo
muerte á manos de un prisionero que aun conservaba su fu­ en poder de los carlistas, se hallaban en el de las tropas de la
sil. Justamente impresionado Córdova ele la pérdida do tan Reina.
digno oficial, y con objeto de honrar su mérito al mismo tiem­ No fueron de grande importancia las escaramuzas y paseos
po que su memoria, y de dar á la familia de Regalado Ello militaros que durante los restantes dias del mes de marzo tu ­
una prueba del aprecio que aquel merecía á sus compañeros vieron lugar en ambos campas. Las inmediaciones de Bilbao
de armas, ordenó que la division guardase luto por tros dias se bailaban siempre infestadas por columnas y destacamentos
y que durante la campaña al pasar revista el regimiento de carlistas, que reducían al recinto de la plaza y ¡d curso de la
húsares do la Princesa, el comisario de guerra, llamase á Elio ria el terreno en posesión de los liberales. En la misma sitna­
por su nombre y apellido, á lo que doboria contestar el solda­ ción se hallaba San Sebastian, á cuyas puertas, por decirlo así,
do quo ocupase la cabeza de la formación: Muerto en el cam­ se encontraban los carlistas; pero sobre ambos puntos era
po del honor por la causa de la 'patria, despues de haber constante la vigilancia do Córdova y en ningún caso hubiera
cubierto de yloria á este regimiento y al ejército del Norte en consentido (pie aquellas importantes plazas se viesen estre­
el (jue sirvió de voluntario. chadas por los carlistas, sin acudir en su auxilio.
Dispuso al mismo tiempo el general en jefe que el dia que Según se lia hecho ya presentir, Lequoitio debía ser el inul­
señalase Espartero, se hiciesen á Eiío exequias funerales como to mas inmediatamente amenazado, y contra él se dirigió
brigadier, siendo costeada la función por suscricion voluntaria Eguía después de la fácil correría que lo habia puesto en po­
de las planas mayores del arma de caballería, y colocándose sesión de los demás puntos de la costa.
sobre su sepulcro una lápida con la inscripción que los oficia­ Las condiciones topográficas é hidrográficas de la amenaza­
les ile húsares acordasen. da villa habrían hecho su posesión importante si, como so lia
La urden general del ejército consignó estos hechos, conme­ dicho, los puntos de la costa no hubiesen ido perdiéndose
morando en ellos un lance de guerra (pie valió al regimiento uno tras de otro; pero tomados porci enemigo todos ellos me­
de húsares la acrisolada reputación quo en adelante conservó nos San Sebastian, Bilbao y Portugalete, el interés que real­
incólume y engrandecida. mente habia en que no cayese también Lequoitio en poder de
A mediados de dicho mes dispuso Córdova un simplo reco­ Eguía, fundábase ùnicamente en la consideración moral délo
nocimiento del campo atrincherado de Villareal, cuyo formal adicta que su población se había siempre mostrado en favor
ataque no quiso lle\ ar á cabo, juzgándolo operación, si bien de la causa liberal. A tal punto habia llegado el entusiasmo
asequible, que debía costar pérdidas no justificadas por los de aquellos habitantes, que lmsta las mujeres formaron años
resultados quo de ella podrían esperarse; pero resolvióse á re­ atrás un batallón que se llamó de Amazonas fie Leqiieilio,
forzar las defensas de Bilbao y de Portugalete, corriéndose al hecho que basta paia considerar con cuánta repugnancia ve­
dia siguiente sobre el campo atrincherado do Cnevara, cuyas ría su vecindario la proximidad del momento en que humilla­
obras desi,rnvó en pocas horas, sin que pudiera estorbarlo la do se viese en poder de sus enemigos.
guarnición del castillo. Pero esta misma consideración acrecentaba en los carlistas
Reuníase el dia lb la division de Mendoz-Vigo con la de el deseo y la satisfacción de subyugar á sus heterodoxos pai­
Espoleta en Valmaseda, ínterin Espartero se dirigia hacia Or­ sanos. J)o los sentimientos de Eguía contra los liberales de
dii ña ocupado por los carlistas. Lequoitio participaban en igual grado los campesinos de sus
I.a division Rivero, aunque separada do Espartero, obraba ¡il rededores, todos ellos partidarios del Pretendiente, y gozosos
paralelamente, circunstancia de la (pie trató de aprovecharse de contribuir á la derruía de los crist.inos, llegaron lias)a á
el enemigo interponiéndose entro ambas fuerzas, con la espe­ enmendar la plana á los ingenieros que liabian asegurado á
ranza de batir sucesivamente uno y otro cuerpo; pero Espar­ Eguía no ser posible colocar las piezas de sitio en las eminen­
tero penetró sagazmente, el intento del enemigo ysupo frustrar­ cias desdo donde únicamente podria ser cenerò el fuego con­
lo, trabándose en bis inmediaciones do Unza una reñidísima tra la ]liaza. Pero los campesinos se sonrieron de las dificulta­
polea, en la que los dos contendientes hicieron prodigios de dos de la ciencia y con sus yuntas de bueyes subieron los
valor. Tres horas duró el combate y hallábase indeciso, cuando cafamos por los vericuetos que los oficiales facultativos habían
impaciente Espartero y llevado de uno de aquellos movimien­ juzgado inaccesibles. Llenaron su propósito los devotus labrie­
tos generosos que tan frecuentes le eran en las ocasiones de gos, y con asombro y consternación de los liberales de Lequoi­
peligro, corrió á callidio por el frente de su linea excitando á tio, Alé rendido el fuerte considerado como la (.Melisa inex­
sus soldados y comunicándoles el luego que en su pocho ¡li­ pugnable de la población. Tomado el castillo, tenia esta que
dia. Electrizada la division á la voz do su heroico jefe, se pre­ renunciar á sostenerse y abrió sus puertas ¡i los vencedores,
cipitó sobre los carlistas, á los que hizo abandonar el campo quedando prisioneros los suo hombres que entre tropas y ur­
de batalla. banos defendían la villa, á la que la cuerda política de Eguía
Aquella acción, parecida ¡i otras de las que ya hemos hecho libertó del saqueo que á grito herido pediau conila aquel en­
mérito y á las quo siguieron otras varias en análogas condi­ jambro do liberales los enorgullecidos vencedores. Esa desgra­
ciones, se reducían á brillantes duelos militares, á motivos de ciada campaña hizo en pocos dias perder los puntos dola costa
satisfacción para pundonorosos soldados, (pío satisfechos do con tanta rapidez, que no hubo materialmente tiempo pura
sí mismos, siempre afrontaban denodadamente al enemigo sin que Evans y Espartero, á quien Córdova dejo suficientes tuer­
volverlo jamás la espalda, por mas que algunas veces debieran zas en la llanura de Alava, hubiesen podido operar según lo
cederle el campo. Los partes quo respectivamontc dirigieron exigiesen las circunstancias, pues aunque se hubiesen puesto
á sus superiores los generales ile los dos ejércitos se atribuye­ en movimiento ;d primer aviso de la marcha de Eguía sobre
132 H I S T O R I A DK E S P A Ñ A

su <1croci ia, no li ubi eran podido llegar en auxilio do puntos nombrar un nuevo general en jefe; providencia por el momen­
cuya rendición inmediata excluía la posibilidad do que hubie­ to bastante embarazosa en atención á que los años de guerra
sen sido socorridos. que posaban sobre el. país, habían gastado el prestigio de to­
Acusaba por lo demás grande imprevisión de parte del go­ dos los generales en disposición de sustituir al vencedor de
bierno el que disponiendo do fuerzas marítimas y contando Mendigorría y al autor del razonado plan de campaña, cuyo
con la cooperación de los cruceros ingleses, no hubiese orga­ mérito había hecho patente la exposición que acaba de men­
nizado un sistema de defensa de los puntos de la- costa, si­ cionarse y mereciera la aprobación de todos los hombres de
tuando en San Sebastian ó l’.irtiigaleto un campo atrincherado recto criterio y de patrióticas intenciones.
del que fácil meu l.e habrían podido destacarse tropas á los Moralmente obligado Córdova á permanecer al frente del
puntos amenazados. ejército, no podia menos de precaverse contra la movilidad de
El patriot ismo de Mend izaba!, su ardiente deseo de terminar las fuerzas carlistas, las que estaban reconcentradas en un ter­
la guerra por medio de la victoria de las armas de la Reina, ritorio desde el cual amenazaban en línea directa y á la vez las
no bastaban para suplir á la falta de acierto, de método y de Encartaciones, Bilbao, las Movilidades de Castilla, la línea del
resal linios que acompañaban su gestion de la cosa pública. Ebro, el territorio do Navarra y el paso á Aragón, lo que obli­
Cordova no recibía ni refuerzos suficientes, ni provisiones, gaba á, Córdova aguardar con los limitados medios de que dis­
ni Ibndos, pues hasta llegó el caso de que para acudir á ur­ ponía, las treinta y seis leguas de circunferencia que ceñían el
gen! ísiinas atenciones del ejército, tuvo que hacer uso de su territorio dominado por un enemigo que descansaba en la se­
crédito personal, recurso insuficiente (pie nada podia reme­ guridad de no poder ser invadido sino pasajeramente.
diar; pero lo que mas lo atormentaba eran los injustos cargos Semejante situación obligaba á tener que sostener diaria­
de la prensa avanzada que lo acusaba de inactividad y exigia mente, ya sea para el ataque, .ya para la defensa, encuentros
vuidosos triunfos y decisivas victorias, pedidas con ahinco y las mas veces infructíferos, pues nunca pasaban los resulta­
con insistencia, no tanto en el interés de la causa como en el dos de bajas mas ó menos considerables por una y otra parte
de la conservación en el poder del partido que á la sazón do­ entre muertos, heridos, prisioneros y pasados.
minaba. A esta clase de acometidas pertenece la brillante acción
(.tórdova, que como liemos dicho había estudiado la guerra sostenida en Minano Mayor, provincia do Alava, por Villareal
del Norte, y sobre ella fundado un sistema militarmente cien- contra O’Donnell, habiendo dado el último en aquel dia nue­
tilico y políticamente razonable y práctico, quiso justificar vas y brillantes pruebas de su pericia y arrojo militar, que
ante el gobierno y ante la nación la excelencia de sus pla­ pudo presenciar el general en jefe, llegado al fin del combate
nes, al mismo tiempo que imponer silencio á sus peregrinos con su estado mayor.
detractores, objeto al que satisfizo plenamente dirigiendo al Los dos cuarteles generales de Eguia y de Córdova se ba­
mmistvo de la Guerra una comunicación cuya importancia ilaban casi á la vista á mediados de abril, lo que indujo al úl­
hace <lc ella un dato indispensable para formar un acortado timo á disponer un reconocimiento sobre el campamento
juicio acerca de la situación militar y do los medios de llevar carlista situado on Urbina y Monte Gojain. A su aproxima­
la guerra á feliz término, en cuyo concepto se reproduce ínte­ ción destacaron los carlistas algunas guerrillas, cuyos fuegos
gra baje el número II. no se detuvieron los liberales á contestar, sino por medio de
Concluía el general sn elaborado y científico trabajo presen­ granadas arrojadas sobre el campo. En auxilio de Villareal
tando su dimisión y pidiendo con urgencia el envío del suce­ destacó Eguia algunos batallones, los que no tardaron en con­
sor que lo relevase. tramarchar sobre Vizcaya, noticioso cl general carlista do que
Acababa, el gobierno francés do revocar su disposición del Espoleta había ocupado á. Valmaseda. En aquella dirección
año anterior prohibitiva de la exportación de objetos de co­ trabóse el combate de Orrantia entrólas tropas de Ezpeleta y
mercio por toda- la línea de la frontera ocupada por los carlis­ las enviadas por Eguia, combate en el que fuó herido el ge­
tas, revocación enteramente favorable á estos y que venia á neral divisionario de las tropas de la Reina. Púsose en mar­
desi rnir en gran parto los efectos que hubieran sido de espe­ cha Córdova para aquel punto con diez y nueve batallones,
rar del bloqueo á- cuya rigurosa ejecución tanta importancia experimentando el contratiempo de no poderse mover de di­
daba Córdova. No era esta la sola ventaja de que los carlistas cho pueblo durante ocho dias á. causa del furioso temporal
disi mi aban. I labiali mejorado el estado de su hacienda, esta­ de continuas nieves que inmovilizó el cuerpo de operaciones,
llan pagando corrientemente, el prest de sus soldados, habían á cuya subsistencia pudo difícilmente proveerse (ínterin duró
comenzado á abonar los suministros de los pueblos y señalado su forzada inmovilidad) por medio de los escasos víveres que
prima á los desertores que, atraídos por este aliciente, afluían trabajosamente pudieron traerse de Vitoria,
á su campo. Al recibir la noticia de que Eguia concentraba fuerzas en
La involuntaria pugna que do resultas de las necesidades las inmediaciones de Amurrio, sospechó Córdova que Bilbao
que experimentaba el ejército y de la dificultad que tenia el pudiera verso amenazada y tomó disposiciones para acudir
gobierno de proveer á ellas existia entre el cuartel genera! y en auxilio de la plaza. «Pero el tiempo, dice el autor déla His­
el miuislerio, anunciaba una disidencia (pie suministró ma­ toria dr la giuirm civil, es el principal enemigo con que te­
teria á una animada y picante controversia en la columnas de nían que luchar ambos ejércitos. Arreciaban la lluvia y las
El E«/>i<i'ml, ostensiblemente sostenida por don Aniceto de nieves, los caminos se inutilizaban, los rios desbordaban, los
Alvaro en representación de Mondizabal, y anónimamente por arroyos se convertían en torrentes, las caballerías se ahoga­
un oficial superior del ejército que componía parte de su es­ ban y aquel detestable témpora 1. duró basta el mes de mayo.»
tado mayor. El general portugués Das Antas reemplazó á Vigo en el
No ofrece aquella polémica bastante interés para ocupar mando de la línea de, la izquierda, con instrucciones para
extractándola un espacio, al que bastarli pava suplir, la sínte­ proteger la fortificación de Valmaseda, construida con solidez
sis de una discusión (pie se reasume con completa exactitud y dotada de artillería. Acudió presuroso Eguia á oponerse á
en la doble afirmación, de parto del ministerio, de que hacia esta operación, á cuyo sosten se presentó Ezpeleta al frente
cuanto lo (ira posible para atender al ejército, y de parto del de la brigada Peon, empeñándose en su consecuencia un re­
general en jefe, asegurando que carecía de los elementos con­ ñidísimo combate, en el que carlistas y liberales pelearon con
siderados como absolutamente indispensables para una cam­ singular denuedo. Aunque inferiores en número los últimos
paña hedía en las condiciones propias do los ejércitos mo­ no cedieron, habiéndose distinguido en la pelea un batallón
dernos. de la guardia real y la caballería mandada por el brigadier
No consintió Mondizabal en aceptar la dimisión de (Vin lova, Albuin, el maneo de la guerra do la independencia, quien di ó
á quien colmó de elogios el minisi re de la Guerra, en respues­ tres cargas que causaron sensibles pérdidas al enemigo y le
ta á la sentida, comunicación del general, la que quiso mirar habrían hecho experimentar una completa derrota, ¡í no haber
el gobierno mas bien como una apología que aquel dirigia al acudido C'ástor Andechaga con sus batallones y logrado res­
país, (pie como la expresión do una voluntad resuelta á re­ tablecer el combate.
nunciar el mand(>, poniendo al gobierno en la precisimi de Otra herida sacó de aquella jornada el bizarro general Ez-
E D A D MO D E R N A i:w
prieta, y tan enteras habían cincelarlo las fuerzas de uno y Sabedor de que Eguía se disponía á atacar á Villalba de
otro bando que indistint,amento penetraron en el pueblo de Losa y á la division Ezpoleta, acudió en su apoyo con el doble
El Borrón, pernoctando en él, sin saber que solo se hallaban objeto do reforzar aquel cuerpo y de cubrir á Valmaseda. Ve­
separados de sus contrarios por los débiles tabiques de las ve­ rificó al efecto una marcha forzada y pudo llegar á tiempo
cinas casas. La venida de la luz del alba reveló la extraña para compeler á Eguía á retirarse á Orduiia, frustrado en su
novedad y entonces se trabó el tiroteo en las calles y desde intento por el oportuno movimiento do Córdova.
las ventanas. Queda anteriormente expuesto que Evans al fronte de la
Como frecuentemente sueodia en aquella guerra, timbos legión inglesa fué destinado á reforzar la guarnición de San
ejércitos se atribuyeron la victoria, que á nadie pertenecía Sebastian con orden de adelántame hasta il emani é Irmi, y
en realidad, pues los liberales continuaron fortificando á Yal- restablecer las comunicaciones por tierra con Bohovia y con
maseda, operación que no se obstinó Eguía en impedir , sabe­ Francia.
dor de que Córdova ocupaba á Murguia y podia aparecer por Poniendo en ejecución las instrucciones del general en jefe,
su flanco. salió Evans de la plaza en la mañana dol r>con los batallones
LTo se aliviaron en el nies de mayo las escaseces y la penuria ingleses y una brigada española. La proximidad do la línea de
que sufría el ejército, situación que á pesar de la repugnan­ bloqueo permitió que se trabase inmediatament e «1 combato
cia que experimentaba Córdova en cansar al gobierno con que comenzado con gran vigor por Evans, hizo retroceder á los
reiteradas observaciones, lo compelía á reiterar que el inte­ carlistas hasta Ayote, centro de sn línea que defendieron con
rés déla causa pública y el decoro de la nación exigían que desesperación. Pero el empeño de Evans superó los esfuerzos
el gobierno tomase en consideración los conflictos que le ro­ de sus contrarios, logrando aquel en el momento mas empe­
deaban y las reclamaciones que de todas partes se le dirigían, ñado arrollar al enemigo consternado por la muerto de su
recomendando que para lo sucesivo procurase el gobierno popular jefe Sa.gastibolza, á quien privó instantáneamente do
proveer til ejército de los indispensables recursos, sin los la vida una bala que lo atravesó el cráneo.
cuales podia temerse llegase el caso de una catástrofe, pues Secundando la acción empeñada por Evans los buques do
la deserción aumentaba y no era posible tener confianza en guerra ingleses surtos en la bahía rompieron un mortífero
tropas mal atendidas; penuria de que desgraciadamente par­ fuego sobro la línea carlista, fuego cuyos electos acabó de ha­
ticipaban las legiones extranjeras, cuyos individuos escribían cer decisivos el oportuno desembarco de dos batallones de
diariamente á sus familias que no se los pagaba y que care­ aquella nación enviados por lord John Hay en auxilio do
cían de lo mas preciso, comunicaciones quo por lo general Evans, refuerzo que llegó en el momento decisivo.
iban áp arará las columnas do los periódicos ingleses,hacien­ Derrotados los carlistas se retiraron á Oriamcndi, dejando
do pública nuestra insolvencia, que se traducía como mala fo. en poder de los vencedores su artillería y los reductos que
Penetrado de la importancia de poner á Bilbao á cubierto formaban la línea de asedio.
de un golpe de mano y de escapar á la necesidad de tener Aquella brillante operación libertó á San Sebastian que du­
que acudir en su auxilio en circunstancias en las que el ejér­ rante cuatro meses habia sufrido la continua alarma de dia­
cito se hall tuse empeñado en otras operaciones y no pudiese rios ataques quo hubieran acabado por rendir la constancia de
acudir bastante á tiempo, pidió Córdova al cuerpo de inge­ sus defensores á no haber recibido el oportuno refuerzo en­
nieros un sistema de defensa que, coronando las alturas que viado por Córdova, tan brillantemente secundado en aquella
dominan á Bilbao, pusiese la plaza en condiciones militares ocasión por la ayuda de las fuerzas británicas, cuya' coopera­
para sostener un sitio. ción filé objeto de las mas vivas demostraciones de entusias­
El croquis de esta fortificación, con el presupuesto do lo mo y de gratitud por parte del ayuntamiento y de la milicia
estrictamente necesario para levantarla, se remitió al gobierno de San Sebastian.
en mayo de lKJíi, y tan poca diligencia puso aquel en aten­ Eguía que, como liemos visto, habia alcanzado notables y
der á necesidad tan apremiante, que dos sitios ha tenido que repetidas ventajas sobre su enemigo, temió que el descalabro
sufrir Bilbao desde entonces, sin que se haya vuelto á pensar sufrido por las armas de don Carlos delante de San Sebastian
en la importancia de poder conservar la plaza sin los sacrifi­ diese á los émulos que ya contaba el general en su campo,
cios que el conseguirlo ha costado á la nación. ocasión para amenguar su prestigio, y resolvió marchará Her­
Digna de interés y hasta de lástima era la situación á que mini, dispuesto á tomar su revancha en el campo mismo que
se veia reducido el general Córdova, á quien de todos los acababa de ser regado con la sangre de sus compañeros. l'ero
cuerpos, do todas las guarniciones, de todos los puntos ame­ la sagaz prevision do Córdova se anticipó á inutilizar el inten­
nazados se dirigían consultas y reclamaciones pidiéndole re­ to de Eguía, y contramarchando desde Valmaseda sobro Vito­
fuerzos, otras dándolo consejos, y hasta hubo autoridades mi­ ria, comunicó al gobierno su propósito de atacar las líneas de
litares que le enviaron planes de campaña, consumiéndole un Villareal y de Arlaban, esperanzado de destruirlas y desem­
tiempo precioso y poniendo á dura prueba su paciencia. barazar á Evans del peligro á que podia exponerlo la llegada
Al margen de una de estas comunicaciones procedente del de Eguía á Guipúzcoa al frente do fuerzas superiores.
gobernador de Cinco Villas y remitida por el Capitan general Una apremiante órden del Real de don Carlos obligó á Eguía
de Aragon, tuvo Córdova la humorada de estampar la si­ á renunciar á las disposiciones que habia adoptado para ata­
guiente nota: «No faltaba ya mas que la opinion del gober­ car resueltamente á Evans, órden motivada por el temor que
nador de las Cinco Villas sobre el modo de dirigir la guerra á la corte del Pretendiente impuso la aproximación do Cordo­
de Navarra y puntos que conviene ocupar. Con ella, la de los va á los puntos que constituían la baso do operaciones del
cónsules y vico-cónsules en el extranjero, los escritores de ejército carlista.
diarios y todos los que dan voto, consejo y opinion sin que se Constantemente paralizado en sus movimientos el caudillo
los pida y con el mayor desinterés del mundo, la guerra no de la Reina por la escasez de subsistencias, no monos que pol­
puede dejar de completar los grandes resultados que de tan la de medios de trasporte, luvo que detener su marcha, cir­
competentes jueces vamos recogiendo, y aprovecharé el pri­ cunstancia de la que se aprovecharon los carlistas para concen­
mer ocio que me den mis ocupaciones para corresponder al trar nuevas fuerzas en el punto amenazado. A pesar de este
celo de estos empleados dando mi dictamen sobre un buen contratiempo persistió Córdova en su propósito, y remediadas
sistema de guias y de tornaguías, aranceles de comercio, me­ en algun tanto las necesidades do su ejército, expidió á todos
dio do empedrar y alumbrar las Cinco Villas, por cuyo medio los puestos de la línea las órdenes convenientes para secundar
todos nos iremos generalizando en esta ciencia.» su plan de ataque sobre el centro de la línea enemiga.
Los disgustos que tan vivamentehabia expuesto el general El campo que habia sido teatro de la sangrienta pelea en
Córdova en su comunicación al ministro do la Guerra y las los dias 1<> y 11 de enero, vióse de nuevo cubierto por batallo­
acrecentadas penurias que experimentaba el ejército no bas­ nes de los dos ejércitos beligerantes, dispuestos á renovar las
taban, sin embargo, á paralizar su actividad, ni á entibiar un pruebas que en aquellas jomadas dieron de su arrojo y de su
celo que lo llevaba á acudir á todos los puntos de la extensa obstinación.
línea sin cesar amenazados por el enemigo. Entre las singularidades de la empuñada lucha que traía
Kit HISTORIA DE ESPAÑA

divididos ;í los españoles, moroco sor consignada por la histo­ quisiera tener doce que sacrificar por nuestra Dei na y por la
ria, la simultánea dolonninaoion lomada por los dos genera­ patria: vamos al enemigo y V. verá que mis lágrimas de pa­
les en jold, de dirigir á los soldados que iban ¡í combatir alo­ dre no me hacen olvidar mis deberes de soldado.»
cuciones en las que los estimulaban á desertar do sus lilas Llegado á Vitoria el 21 dirigió Córdova una alocución al
con la promesa de recompensasen premio do su deslealtad. ejército en la que reasumía los hechos inas notables de labre-
Ambos documentos figuran unire bis de. referencia bajo los ve campaña, señalando la parte que cada division había teni­
números III y IV. do en los combates y tributando á sus jefes los elogios á que
Avisado Egida por Villareal de. que, tenia al frente los ba­ se habían hecho tan notablemente acreedores.
tallones di: Córdova, acudió á reforzar la línea con siete do Hablando de Espartero docia la alocución: «Cupo á la tor­
los suyos y alguna caballería, tomando para efectuarlo la direc­ cem division la mas difícil y gloriosa parte de la jornada.
ción de fíamboa y la liorunda, hasta Arriola, situada á la al­ El ataque do la izquierda fue el mas largo, penoso y porfiado
tura de Salva! ierra. Detúvose (Jórdova en Mcndi.ju para poner y también el mas fatal para el enemigo. Pero cuando tales
á sus soldados á cubierto de los fuegos del vecino castillo do cuerpos y tales soldados son dirigidos por la voz y el ejemplo
(luevara, evitando al electo el camino de. Salvatierra y si­ de un general como don Baldomero Espartero, son invenci­
guiendo el do Argomaniz. bles.»
I,a mañana del tM (R. mayo inauguró la acción. Villareal La alocución contenia los siguientes párrafos dignos de sor
esperó á pié lirnm el ataque apoyado en el pueblo de Galarrc- preservados del olvido:
la. donde acometido con enérgica resolución por Córdova, «Compañeros: muy grandes han sido en estos cinco dins
perdía Iornum, cuando oportunamente llegaron en su auxilio nuestras fatigas, poro aun ha sido mayor nuestra firmeza y
tres batallones alaveses; mas, en aquel momento supremo, el constancia, y osta sola idea bastaria á hacerlas gloriosas, si
bizarro Espartero se apoderaba de Galarrota y coronaba vic­ tantos otros grandes resultados nacionales no fuesen también
torioso las elevadas cumbres de. Aranzazn y de San Adrian. el. precio de nuestro esfuerzo, si la gratitud do la patria entera
Viéroiise los carlistas compel idos á retirarse sin por ello de­ no formase nuestra mejor recompensa.
jar de defenderse y de pelear, pues á las descargas de la fusi­ »El enemigo conoció enei encuentro último que no hay po­
lería, siguieron las cargas á la bayoneta, obstinada pelea que sición inexpugnable para vosotros, y expulsado, como ya lo
no bastó á interrumpir la lluvia y el grimi») que en abundan­ había sido antes, por vuestras bayonetas de Arlaban, trabajó
cia caia sobre los combatientes. Solo la oscuridad de la noche cuatro meses para cerrar por líneas y atrincheramientos dos
puso término á los hechos de armas do una jornada en laque leguas de montañas y desfiladeros. En ellas se crcia inven­
los liberales quedaron dueños del campo, victoria caramente, cible y hasta olvidó que allí mismo lo habíais ya vencido.
comprada por la sensible pérdida de oficiales tan distinguidos Arlaban está destinado á ser monumento de nuestras glorias.
rniiid el hijo del general Orad, ayudante de Cordova; la del »Nuestra marcha á Salvatierra obligó al enemigo á salir de­
comandante Malibrán, muy popular on el ejército, debiendo sús lincas, pero no de sus gargantas y ásperas cordilleras. El
también mencionarse que don Leopoldo O’Donnell quedó gra­ dia 22 amaneció para su afrenta y vosotros llevasteis el grito
vemente herido. de Isabel y libertad, muerte ó victoria, á los altos del primero.
Pensó Hgnía en unirse á Villareal, mas se lo estorbó la in­ Las águilas volaban mas bajas que las cimas de los puertos
terposición de superiores fuerzas liberales, do cuyas resultas de Aranzazn y San Adrian, que palmo á palmo disputaron
imbu de pernoctar en Oñato, resuelto á defender la corte del los defensores ele la Inquisición, que palmo á palmo conquis­
Prêt endiente si llegaba á sor embestida. Las fábricas de pólvo­ taron los intrépidos soldados de la libertad española. Tres
ra y los pertrechos de guerra que tenían los carlistas en Arro­ cordilleras paralelas, espesos bosques, graneles pantanos, nada
ga fueron incendiados por Espartero. El arrojo y la fortuna pudo contener en este dia vuestro ardimiento: fuisteis mas
de este general rayaron tan sorprendentes en aquella gloriosa arriba (pie las nieves de mayo, casi tan altos, como irá un dia
jornada, que á la mañana siguiente se posesionó, en territo­ la fama de vuestro esfuerzo, virtud y constancia»
rio enemigo, de las salinas de Lenis, y fué necesario paro dete­ Tampoco hay que guardar silencio sobre la circunstancia
nerlo en su marcha que Córdova lo enviase dos ayudantes, de que mas daño que de las balas de los carlistas, experimen­
eon órdeii expresa de, si era necesario, agarrarle, los dijo, ¿os taba el ejército de la Reina de resultas de la encubierta pero
faldones ile la- le.eiia. general enemiga del paisanaje que. frenéticamente entusiasta
No sin trabajo pudo el intrépido general efectuar su rein­ por la causa del Pretendiente, le prestaba el mas eficaz de los
corporación al grueso del ejército, habiendo tratado el enemi­ auxilios do que necesitan los ejércitos en campaña, pues no
go de corlar su retirada por medio de dos batallones embos­ solamente so apresuraban á noticiar á los jefes carlistas el
cados en recodos de la sierra, que ocultaban su presencia; menor movimiento de las tropas liberales, sino que ocultaban
ardid cuyo éxito supo inutilizar la sagacidad del veterano á los jefes de estas los hechos mas notorios y cuyo conoci­
Espart ero, quien acertadamente destacó dos batallones del miento, oportunamente adquirido, habría matado mas de un
Príncipe, los que á la bayoneta cargaron y dispersaron á los descalabro y facilitado resultados que hacia del todo impo­
carlistas. sibles la connivencia de los carlistas conia generalidad de los
No obstante las proezas que en las acciones de los dias al, vascongados de todas condiciones y clases.
2í. a:i y 21 lie mayo, tan alta pusieron la bizarría del ejército Con insistencia hemos consignado nuestro juicio sobre lo
liberal, no obstante las acertadas disposiciones de sus jefes ineficaces que fueron, considerados militarmente, los resulta­
y del favorable éxito que tuvieron todos los combates libra­ dos do la mayor parte de las acciones empeñadas en las pro­
dos en aquellos dias, las brillantes operaciones de la segunda vincias del Norte, después que el abandono ó la pérdida do los
campaña de. Arlaban no produjeron un cambio apreciable en puntos fortificados en el interior de las provincias Vasconga­
el estado de la guerra-, resultado que con exactitud matemá­ das dió á los carlistas completa posesión de su territorio.
tica hasta cierto punto, venia á justificar el sabio sistema ex­ Durante el mando del general Córdova, las operaciones
puesto por (Jórdova en su memorable comunicación al minis­ fueran exclusivamente defensivas ó impuestas por la necesi­
tro de la (hierra de fecha 2ii de febrero. dad de detener los progresos del enemigo fuera de su territo­
Como era consiguiente á la carencia do objetivo calculado, y rio, ó por la no menos imperiosa de sostener á Bilbao ó á San
de resultados positivos de las operaciones que, acaban de ser Sebastian, de recuperar á Valmaseda ó cubrir algun punto
brevi', pero corteramente expuestas, pudo Córdova regresar á esencial de la baso de operaciones del ejército.
su base de Vil ovia sin ser incomodado por el enemigo. Al avis­ No necesitamos repetir que las últimas acciones sobro la
tarse el general en jefe con el honrado y entendido Oraá, cordillera de Arlaban no podían conducir á resultados que
cuyo hijo había quedado gloriosamente tendido en el campo compensasen los sacrificios que la momentánea conquista do
de batalla, Córdova cumplimentó afectuosamente al afligido aquellas asperezas debían costar. Dicho queda, sin embargo,
padri«, de quien recibió la noble y modesta respuesta que on que el intentarlas no obedeció á la vaga idea de un pasajero
estes términos conmemora la Historia de la, guerra civil: y brillante hecho de armas. Movióse Córdova en aquella di­
(¿Mi general, no tenia mus quo eso hijo y le idolatraba;poro rección, como medio do atraer á Eguía cuyas fuerzas, en
E DA D MO D E H il A 135
mí movo considerable, habían caído sobro San Sebastian, y que Honor y memoria eterna también á los héroes que han me­
de no haber sido embarazadas, distrayéndolas en su movi­ recido sellar enn su sangre el testimonio de su lealtad: la pa­
miento, habrían hecho sucumbir la plaza y sacrificado el tria los bendice: la fama perpetuará sus nombres, y yo no
cuerpo de ejército que mandaba Evans, ó por lo menos obli­ olvidaré nunca sus servicios, ni las familias á (pie pertene­
gado á Córdova para acudir en su auxilio á una marcha por cieron.
el centro del país vascongado, imposible do ejecutar por la Vosotros á quienes so ha dado el poner fin á tan grande
falta de subsistencias en el territorio enemigo y la no menor empresa, continuad con valor y constancia, pues no está lejos
dificultad do transportarlas, atravesando un país que aquel el. dia de disfrutar en paz el fruto de vuestras victorias, entre
dominaba y cuya topografía le ofrecía todas las ventajas ima­ las bendiciones de vuestros hermanos. Ya habéis hecho cono­
ginables para detener al ejército haciéndolo retroceder con cer á todos los rebeldes que sus maquinaciones y ardides son
incalculables pérdidas. impotentes, y que la cobardía acompaña siempre al delito. Un
Sentado, pues, que el ataque de las líneas de Arlaban fu ó ejército de españoles que desconociendo mis legítimos dere­
un movimiento impuesto por el que había ejecutado Eguía chos ha hecho la guerra á su mismo soberano y á los leales
sobre San Sebastian, corresponde á la historia hacerse cargo que lo defendían, los recursos que la usurpación les propor­
do la censura do que ha sido objeto la memoria del general cionaba, los auxilios de los revolucionarios de otros países....
Córdova, por no haber llevado á cabo su anunciado intento todo, todo ha debido sucumbir; y cuanto mas ufanos contaban
de haber, despues de coronar victoriosamente las crestas de con la destrucción de lo que ellos llaman facción teocrática,
Arlaban, continuado su movimiento por San Adrian á los han visto sus generales humillados, sus ejércitos vencidos, sus
montos de Cegama, y por Arriola y Santa Cruz áPlazada, mo­ planes deshechos, sus legiones auxiliares abatidas, sus espe­
vimiento que le ofrecía la probabilidad de haberse apoderado ranzas frustradas y sus corifeos avergonzados á la faz de todas
de Oñnte, destruido las maestranzas del enemigo y ahuyenta­ las naciones.
do la corto del Pretendiente, apoderándose de su cuartel real. ¡Qué contraste no ofrece aquel gobierno de impostura y de
Háso hecho valer que los carlistas temieron mucho que concesiones, de espanto y do anarquía con la verdadera liber­
Córdova consumase la operación que había iniciado, y los es­ tad y alegría que gozáis vosotros en medio do vuestras fatigas!
critores que se lian inspirado en la opinion de los generales Los revolucionarios llevando por todas partes el llanto y la
de aquel bando, deducen do ella y de otros datos del mismo muerte, han hecho prevalecer á la impiedad, la cual deja, el
origen, argumentos para fundar el juicio de que Córdova co­ sello de la desolación: han impuesto á nuestra patria un yugo
metió una notable falta militai'. pesado y cruel, y la han engañado pérfidamente, exaltando
No es dudoso que la operación sobre Olíate podia haber los derechos del hombre para dejar caer sobre ella el terrible
conducido á un éxito decisivo, pero habría sido corriendo el azote de la verdadera tiranía. ¿Y es esto lo que podrá temerse
riesgo do una posible derrota, en posiciones que el enemigo de los principios y de la doctrina que nosotros defendemos?
era dueño de escoger en un territorio que dominaba y en el Mirándose los reyes de la tierra como representantes del Al­
que no hubiera podido aventúrame el ejército de la Reina, á tísimo, de quien tienen el poder y la autoridad, ¿será fácil que
no resolverse su general á aceptar el combate donde los car­ se levanten en los pueblos sediciones y discordias, que se en­
listas quisiesen presentarlo, teniendo un país enemigo á la ciendan guerras devastadoras, que se turbe el reposo do las
espalda y careciendo do provisiones, de hospitales y de medios familias, que se pierda la seguridad individual? ¿Podrá acaso
de trasporte. verificarse que fáltenlas artes, que la agricultura quede envi­
En semejantes condiciones una derrota, un pánico, un me­ lecida, y que por la division interna de los ciudadanos sean
diano descalabro, hubiera llevado al ejército, desmoralizado y asolados los campos, saqueadas las casas, profanados los tem­
disperso, sobre la línea del Ebro, que hubiera sido muy difícil plos y altares, oprimidos, confinados ó muertos los ministros
defender, dejando abierto á don Carlos el camino de Madrid, del santuario? ¿So podrá temer que la hez del pueblo, los
y en la situación en que el reino se encontraba, semejante hombres desmoralizados, los malvados y asesinos tomen el
contingencia envolvía la ruina de la causa liberal. carácter de representantes y jueces de la nación para dictar
El ejército del Norte era en aquellas circunstancias el escu­ leyes absurdas y ridiculas, ó (lums ó injustas que opriman al
do, la barrera, el p a l a d i u m del trono de la Reina Isabel, y el inocente y salven al reo? Léase la historia de todas las mo­
general que tenia que optar entre una victoria problemática narquías, y en especial la nuestra, y se encontrarán libres do
y una catástrofe irreparable, cumplió con sus deberes como tales horrores: se verá que sin las teorías democráticas ha flo­
ciudadano y como soldado, regresando á su línea de Vitoria recido la paz, la industria, el comercio, las ciencias, y que á la
en voz do haber proseguido su movimiento sobro Oñate. sombra de la religión España ha sido feliz con sus reyes y
con sus leyes patrias. Animaos, pues, que un porvenir dichoso
DOCUMENTO NUM. I enjugará vuestras lágrimas, y yo me tendré por el mas ven­
turoso de los soberanos on labrar vuestra felicidad, viviendo
MANIFIESTO DE DON CAREOS Á LOS ESPAÑOLES entre vosotros, como una madre en medio de sus hijos: vos­
otros sois bien acreedores á mi amor, y mi corazón se dilata
J i a p a f t o l e s : Desde que la Providencia mo puso en medio de manifestándoos estos sentimientos paternales.
vosotros, he sido compañero y testigo de vuestras heroicas ac­ Entre tanto no puedo menos de afligirme el ver la marcha
ciones: dignos herederos de vuestros mayores, habéis igualado, de la revolución en España: los escandalosos sucesos que so
y mas de una vez superado, aquellas brillantes empresas que han repetido en Madrid, Barcelona, Zaragoza y otros pueblos;
hicieron á la España tan gloriosa con admiración del orbe en­ la persecución horrible que sufren los buenos en todos los án­
tero. Hoy también os contempla la Europa, y el mundo todo gulos de la monarquía; la opresión y horrorosa esclavitud en
tiene la vista fija sobre estas provincias inimitables, y sobre el que viven mis pueblos entre los gritos de la libertad : cárceles,
valiente ejército á cuyo frente me honro de hallarme coloca­ destierro, confiscación y muerto sin mas delito quo la pura
do. Me congratulo con vosotros, y á nombre de la religion y opinion; y sobre todo las iglesias profanadas, saqueadas, que­
de la patria os doy las gracias por vuestros generosos esfuer­ madas: los sacerdotes envilecidos, públicamente insultados,
zos. El ciclo mismo ha manifestado cuán gratos le eran vues­ asesinados impunemente: los asilos de la virtud convertidos
tros servicios, y con su protección nos ha librado mil veces de en escuelas de disolución, los religiosos y las vírgenes consa­
espantosos peligros. El Dios de los ejércitos os ha conducido gradas á Dios mendigando, huyendo y cayendo víctimas á
como por la mano á la victoria: sí, el Dios do los ejércitos, favor de la barbarie; en suma: la religion gimiendo y la patria
el Dios de San Fernando, el Dios de los españoles: un Rey ca­ pidiendo auxilio, son objetos que me consternan; y yo os lo
tólico no puedo tener otro lenguaje hablando á un pueblo recuerdo con dolor para que me ayudéis con energía á reme­
eminentemente religioso, que llora la religion ultrajada y tra­ diar tantos males.
ta do aniquilar la infamia de sus perseguidores. El Señor po­ Los execrables asesinatos cometidos últimamente en Bar­
deroso en las batallas os ha hecho triunfar siempre que habéis celona á vista y eon el consent imiento de las autoridades cons­
peleado: á El se debe toda gloria y acción de gracias. tituidas por aquel gobierno rebelde (si es que hay gobierno
T omo VI 1!)
13« H I S T O R I A D E E S P AÑ A

donde so perpetran tolos atontados), violando los pactos mas 1 qne yo diera la señal, para no verse, como otras veces, ellos
solemnes, garantizados por potencias respetables, y ejecutan­ abandonados y yo en grandes embarazos y conflictos ; asi re­
do aun con los cadáveres atrocidades indignas de mencionar­ cuerdo que lo dije también al gobierno. Poro otros consejos
se, y solo propias do gente bárbara ó inhumana....Vosotros mas impacientes, aunque tal vez menos experimentados en
os llenáis ile indignación, y es justa; pero estos ejemplos no esta guerra que los mios prevalecieron, y se agitó por Francia
so imitan; si «dios no tienen ni gobierno, ni leyes, ni religión, y España el espíritu público de aquellos habitantes, los cua­
ni humanidad, vosotros teméis virtudes heroicas; y los prisio­ les dando el grito de libertad me hicieron á mí esclavo de la
neros i|uo custodiáis en los depósitos, y los que estos dias nueva, distinta y sagrada atención que se me creaba al extre­
habéis hecho en San Sebastian, Valmaseda y Morcadillo, po­ mo derecho de mi línea, prolongada repentinamente por este
drán decir si mi ejército tiene disciplina y si mi pueblo guar­ hecho de nueve leguas mas cuando no alcanzaban mis me­
da las leyes. No obstante esto, descansad en mis desvelos, dios físicos á cubrir la que en el orden defensivo guardaba
(pie yo Ionian: las medidas mas enérgicas para «pie no se ya este ejército con tanta frena y dificultad. Así pues, este
repitan aquellos excesos nefandos. acontecimiento, feliz en su esencia, mu pareció á mí desgra­
Por lo mismo, y en vista do la protección del cielo, de las ciado y peligroso por extemporáneo, pues en guerra como en
victorias ciuifimiadus, de la opinion general del pueblo espa­ política entiendo que todo es relativo, y una misma cosa pue­
ñol, de las pruebas de decisión en favor de mi causa que dia­ de ser ventajosa ó perjudicial, según su oportunidad ó falta
riamente recibo'de dentro y fuera del reino, con el glorioso fin de ella. Concentrado yo entonces con el mayor grueso del
de salvar la nación de tantos males como la rodean, redoblad ejército en Alava, amenazando el corazón y corte de la rebe­
vneslrns esfuerzos; «pu> todos los españoles que siendo verda­ lión, el primer efecto de aquel alzamiento fué paralizar com­
deramente tales aman la. religion y el Roy so unan á mis mas pletamente la acción ofensiva del cuerpo de dfez y seis ba­
lides defensores: ipio sin mas apatía ni dilaciones so presen- tallones que tenia sobre mi derecha en la ribera con jaque
leu á mí ó á las autoridades que mandan en mi nombro en va­ á Estolla, do los cuales míos entraron en la montaña levan­
rias provincias de España, para cooperar á la mas santa de to­ tada y el resto tuvo que escalonarse en la misma dirección
das las causas: yo clasificaré y premiaré sus servicios. Que so para sostenerlos. Lo mismo tuve que renunciar á toda em­
llaga de mía vez que el pueblo español no sucumba á esa fac­ presa en la piarte opuesta, por la simple razón de que si el
ción criminal de hombros sin religion, sin rey y sin patria. enemigo, que afortunadamente calculó mal entonces sus in­
Si todos los buenos se reúnen, nuestra lid durará poco, y sa­ tereses, volvía por el diámetro sobre mi derecha con su ma­
crificios del momento nos preservarán do otros mayores y mas yor grueso, nuestras tropas y valles quedaban comprometidos
costosos. Tiempo es ya de terminar una lucha tan cruel y es­ ó perdidos por la muy tardía asistencia con que podia llegar
pantosa: todos sois español««: todos interesados en que no á su socorro, yo, precisado á retrogradar seis leguas hasta Mi­
¡taya division, ni desorden, ni anarquía: unios á vuestro Rey, randa, para correr luego por el grande arco ó círculo que forma
y yo os aseguro que vuestra gloria y felicidad serán envidiadas el curso del Ebro, y por caminos que prácticamente nos aca­
de todos los pueblos del universo. ban de demostrar, que si no del todo intransitables, son peni­
Dudo en el cuartel real de Durangoá 20 de febrero de 183G. bles y lentísimos en la presente estación.
- -CÁ irnos. »Los rebeldes no supieron aprovechar tampoco el tiempo
que duró mi marcha de la izquierda á la derecha de nuestra
DOCUMENTO NUM. II línea, y recordará V. E.que le indiqué mis temores cuando ya
COMUNICACION OKI, GENERAL CÒRD OVA AL GOBIERNO lo hacían, si bien un poco despues han lograrlo sorprender la
vigilancia de nuestros jefes en la izquierda, los que faltos de
«Exorno. Sr.—He manifestado á V. E. que el tiempo ha pa­ buenas noticias acudieron tarde al auxilio de los puntos dé­
ralizado y por consiguiente retardado mucho la continuación biles, que si debieron sucumbir ante los grandes medios con
de los trabajos en la nueva limia. En ella están ocupados to­ que han sido atacados, pudieron con mayor defensa dar tiem­
dos los zapadores «pu: tengo, y lo estarán por algún tiempo po á ser socorridos. De todos modos, mi situación se hizo em­
olimpie auxiliados por las tropas. barazosa y difícil por las exigencias del mencionado suceso
»A la guarnición, y protección «io esta línea y do los valles político, pues no era posible sustraerse á la dura alternativa
e iuleres«« «pie debe abrigar, es preciso destinar una fuerza de dejarlos siempre expuestos, ellos y las tropas, á los riesgos
por lo menos de seis mil hombres, aunque la mitad, que­ probables, por no decir inevitables, de que llevo hecha men­
dando móvil, bien situada y dirigida, puede ligarse á las ope­ ción, ó de paralizarme con el grueso del ejército, en perpetuo
raciones generales por su izquierda con Pamplona, y al ex­ centinela y protector de dichos valles.
tremo opuesto con el Razian. Do la prosecución ú oportuno »No sé cuál de los términos era peor; pero ambos eran muy
desarrollo del plan do campaña que tengo expuesto, forma malos. Para salir del apuro, resolví anticipar la operación que
parte la ocupación de este último valle, y siendo progresiva­ tenia meditada para cuando llegasen los refuerzos que se pre­
mente posible el ligarla con una línea de fuertes sobre el Bi­ paran á este ejército, operación que formaba parto del plan
dasoa hasta Irmi ó hasta su desembocadura en Fuent-crrabía. general de campaña ó sistema de guerra con que á mis cortos
Que este plan es en mil conceptos ventajoso, no necesita de­ alcances putide no digo mejor sino únicamente hacerse y con­
mostraciones; bast a considerar que cerrando ó dificultando ducirse esta guerra, -y aunque «iste sistema sea vivamente
muchísimo su ejecución las comunicaciones del enemigo con censurado por peregrinos y aun por inteligentes del arto, que
l1’rancia, que han sido el vehículo do su alimento y forman to­ lo califican de lento y largo, siempre mo quedará el derecho
davía ahora mas «pie otra cosa la condición de su vida, se lo­ do sostenerlo como único y mientras militan sobradas razo­
gran también mil ventajas militares de que mi correspondencia nes para calificar todo otro de funesto é imposible. Hé aquí
oficial y confidencial y mis conversación«« con V. E. han dado la cuestión verdadera que habrá de examinarse siempre, pero
suficiente explicación. Basta ocuparnos de la posibilidad do su á cuyo examen confieso me prestaré con mas confianza de
ejecución y de los grandes medios ú obstáculos que hay que convencer á los ciernas que de ser convencido, ni suficiente
emplear ó quo vencer para lograrla, sin lo cual todo plan docilidad para servir de instrumento á ideas contrarias, cuan­
bueno ó malo es un concepto abstracto, ó una sombra sin do estoy penetrado que de un ensayo condescendiente y ya
cuerpo. hecho pende la suerte del país y del trono, el triunfo de los
»Permítame V. E. que en favor de la importancia y grave­ dos principios rivales y la reputación y responsabilidad del
dad del asunto, haga algunas reflexiones preliminares, para general que al frente de la empresa y de la censura nacional,
llegar al término con mas instrucción y que recomiende ha de responder á la Europa y á la historia de su conducta.
aquellas à .su mas séria meditación. Digo esto porque he elegido y prefiero ser víctima de la im­
»Cuando los agent«« y diputados de los valles N. K. al paciencia é ignorancia pública, que tímido, dócil ó ciego agen­
Arga en la montaña de Navarra, mo expusieron que estaban te de su ruina, ya que las pasiones generales no pueden
prontos á alzarse, les exhorté y alimenté sus felices disposi­ someterse á lo que la inteligencia y la experiencia dictan y
ciones sin verificar no obstante su pronunciamiento hasta aconsejan.
EDAD MO»KUNA l:t'7
»Culpable y aun despreciable seria yo á mis propios ojos si ‘ con clamores fuerza, fuerza y fuerza (y ojalá no pidieran mas
por contemporizarías consumase las
............ .................... * calamidades
1 ’ ’ ' de la patria.
‘ que fuerza), mi situación es tanto mas apurada y difícil,
Vuelvo tí pedir á V. li. perdone una digresión que hacen cuan­ cuanto que sin bastar con lo que tengo á guardar lo que poseo,
do menos excusable los disgustos de mi alma .y las tan injus­ es preciso y urgente ocupar el Baztan y formar otra línea de
tas como ingratas y poco merecidas acusaciones de que soy comunicación con él para emprender desde allí otra larga y
públicamente objeto hace tiempo, como lo es un médico del dificilísima linca militar que es imposible jura llegar á la des­
enfermo irascible y poco docto que le acusa de la lentitud de embocadura del Bidasoa. Llego precisamente aquí á la gran
una cura grave y difícil, porque el cielo cpie le envióla enfer­ cuestión general que me propongo someter á la ilustración
medad está, demasiado alto para oir sus imprecaciones. Aun­ del gobierno. Multiplicado á tanto grado el divisor do las
que yo reconozca mas que nadie y haya expuesto desde el atenciones ¿cómo lia quedado el dividendo de. la fuerza quo
primor momento en que me vi precisado á aceptar este man­ lia de cubrirlas y protegerlas y la que ha de operar en cam­
do, que el médico que se encargue de curar los males que hoy paña? Balmaseda y Morcadillo anticipan la solución del pro­
afligen al país debe poseer toda su confianza aun cuando ten­ blema. Ni las tropas ni los hombres tienen la prerogativa, de
ga menos crédito y ciencia, bailarse en extremos distintos. La línea que guarda el ejér­
»Poro volviendo por fin á tomar el hilo de mi exposición, cito tiene su centro en Miranda, y desde esto punto al extre­
emprendí (decía á V. E.) la ardua empresa de establecer una mo dicho hay ífli leguas. El camino militar practicable al
línea de doce ó trece puntos fortificados, que uniendo al bajo apoyo de losfuerl.es cxistenf.es hasta la extrema izquierda, va
con el alto Arga hasta la frontera de Francia, y teniendo por por Oña, según acaba de verse, y por cierto que no es mas
centro general á Pamplona, conquistase y dominase todo el corto que el anterior.
país al Este de ella, es decir, desde la desembocadura del Ega »¿Cómo remediar estos inconvenientes orgánicos é inheren­
hasta los Alduides. He hablado ya de sus ventajas y utilida­ tes á la guerra que hacemos para disminuir las ventajas quo
des, pero no será demás reproducir las principales. 1.“ Inco­ en ella tiene un enemigo centralmente encastillado en una
municación militar entre las facciones de estas provincias con fortaleza incccpugnahle, inexpugnable aunque no la guarden
las del Noroeste de la monarquía y las consecuencias que esto sus armas, pues que forma todo ol terreno en él comprendi­
encierra para la pacificación general. 2.“ Disminución de re­ do un páramo desierto é ingrato, en el que el ejército no en­
cursos de todo género para la rebelión, por la adquisición de cuentra auxilios ni subsistencias, ni las puede llevar para el
este vasto, nuevo y para ellos muy productivo territorio, la número de tropas con que es preciso marchar por él? ¿Cómo?
que equivale á cortar su vida material mas que diez batallas. Aumentando las fuerzas y estrechando las líneas; pero es ol
3." Establecimientos de aduanas y comunicaciones con Fran­ caso, primevo, que estas fuerzas no han aumentado y si dis­
cia. de cuyos efectos y resultados no haré mérito, sino recor­ minuido; segundo, que para estrechar las líneas es menester
dando la parto en que disminuye el principal producto que concluir las nuevas sin abandonar las viejas y que las prime­
ha alimentado el Tesoro do don Carlos. L" Condiciones indis­ ras tienen todavía que ser muchas y do lenta y difícil ejecu­
pensables que encierra esta línea pava el establecimiento de ción; tercero, como el enemigo no se deja tranquilamente en­
nuestras armas en el valle del Baztan, pues los dignos é ilus­ cerrar por la paleta del albañil, ni los fuertes nacen allí donde
tres generales que me han precedido y aquellos que hoy opi­ se siembran, ni estos se pueden hacer sin brazos y tiempo y
nando por su ocupación ilustran al gobierno, me permitirán bayonetas para guardar los trabajos contra todas las que el
observarles aquí, pasando alguna vez á crítico quien tantas enemigo puede concentrar para destruirlos, y como mientras
es como actor objeto de censuras, que ocupar y no asegurar que esto se hace, no so hace ni se puedo hacer otra cosa, ni
la conservación de lo que se ocupa es reprobada y perniciosa se está en otra parte; ó como el enemigo no ha estipulado es­
máxima en guerra, como lo os en política abrasar mas de lo tarse quieto entretanto, ó se va este sobre la menor fuerza, ó
que se alcanza, tan expuesto como gastar mas caudal del ataca puntos débiles no protegidos por la fuerza que está cu­
que se posee. Seria esto incurrir en los errores y consecuen­ briendo los nuevos trabajos; y porque los ejércitos de .Jcijes
cias de las precedentes ocupaciones, las cuales.... dieron y Gengis-kan no bastarían á cubrir y proteger todos los pun­
margen á que para asistir á socorrer al Baztan, tuviese el tos vulnerables, y mas cuando se trata de un enemigo que,
ejército que emplear todo su tiempo, fuerza y atención para repito, no los tiene en ninguna parto, y si se lo puede como
luego tener que abandonarlo, reconocida que filé por costosa Aquiles encontrar un tendon vulnerable, no puede ser sino
y pesada carga la ocupación, y cuando ya habia producido el hambre, y el hambre no se le da sino por el camino que
grandes derrotas y desastres que expusieron mucho la causa con muchos menos medios que los necesarios, y padeciendo
pública á un naufragio, ocasionando la pérdida o sitio de tan- nosotros de la misma enfermedad, se la he ido y voy procu­
tos puntos fuertes á que no era humanamente posible acudir j raudo por este milenio sistema que me hace culpable de apa-
al misino tiempo. Deplorable é irreparable pérdida fuá la de tía, molicie, charlatanería, etc. Sin entrar aquí á hacer un
estos fuertes, pues ella alteró todo el carácter de esta enton­ paralelo de la guerra de hoy, pues ese trabajo exigiría dos
ces ya difícil guerra, que aquellos sirven de imprescindible volúmenes, recordaré tan solo que el enemigo tenia entonces
apoyo á las operaciones. Sin ellos no hay almacenes para ali- ! la mitad de la fuerza actual, que estaba dividida en todas las
mentar á las tropas, ni hospitales en que dejar nuestros en- atenciones que para él formaban veintitrés puntos fortificados,
ferinos y heridos que no pueden abandonarse al enemigo, ni ¡ por los cuales era eirculablo ol interior del país, puntos que
so puede reponer de municiones la cartuchera del soldado, ni I fueron abandonados ó perdidos y cuya falta hace hoy impo-
hay abrigo alguno en el desierto de casas que en todo el ter- ! siblc la comunicación, fuciló posible entonces. Que ol ejército
ritorio dominado por los rebeldes ofrece este país al ejercito.... j nuestro tenia además de sus guarniciones cincuenta- y cinco
en todo reducido á sí solo. batallones movibles en campaña sin contar con los del ejér-
» Ahora bien, Exento. Sr., á los doce puntos .indispensa- . cito de reserva. Que la victoria, el tiempo y los grandes auxi-
bles en la nueva línea, hay que consagrar, según llevo dicho, j líos y adquisiciones no habían constituido como hoy á la re­
nna fuerza pasiva y otra móvil que no puede absolutamente ■belion en un ejército hecho y formal, con las grandes simpatías,
bajar de seis á siete mil hombres. Simultáneamente á aque- esperanzas y esfuerzos que hace en Europa el partido ó prin-
llas se están construyendo otras obras en los puntos de San cipio cuyos intereses defiende. Que le faltaba el grueso parque
Vicente de la Sonsierra, Peñaccrrada, Trovino y varias Ven­ de artillería que ha reunido y no estaba sostenido por la
tas, con los objetos que tengo anteriormente expuestos. La grande y justa confianza que para su triunfo le ofrecen nues­
Venta de Tamaritc en el Ebro. El Perdón y Cáceda en Na­ tras disensiones pasadas, agitaciones presentes y las pertur­
varra. Se acaban de construir tres sobre la línea del Zadorra. baciones que se divisan en el horizonte político de nnest.ro
Dos sobre el valle de Losa, todo para los objetos y por las va- . país. La guerra entonces, era puramente ojensi ofensiva de nuestra
zones que también tengo manifestadas. Y cuando todas las ! parte. Hoy no solo se exige esta condición, sino que la misma
tropas están en acción y protegiendo estos trabajos todos los fuerza que ha de hacerla, ha de proveer á la parte defensiva,
brazos Vitiles empleados en ellos, todas las guarniciones en I en una línea tan extensa y difícil, como la que cubre el ejer-
campaña y tan reducidas que sus jefes piden de todas partes cito; y cuando los rebeldes desesperados du poder progresar
1:1*5 H I S T O R I A OE E S P AÑA

i·ii sil país, quieren extender y pro]rutar la rebelión por expe­ »En las guerras civiles hay necesidades absolutas y exigen­
diciones á las otras provincias descubiertas, atención para cias propias que es preciso atender, y el mando de la fuerza
mu «tras armas contradictoria ó imposible, pues que no pue­ armada en persona de la época es la mas principal de ellas,
den ocupar t.oilos los puntos de. entrada, proteger todos los tanto mas urgente hoy cuanto que mi salud y mi vida sucum­
vulnerables oneste territorio, avanzar las líneas y operar en ben, y cuanto las intrigas, críticas ó imputaciones, de que con
campaña al mismo tiempo, y mientras no so logro demostrar poca justicia soy el blanco, han acabado de afectar mi ánimo
que estas atenciones no forman inas que una misma, y quo tal vez mas que debieran, embargando mi razón, acabando
siendo como son distintas y lejanas, so puede estar sin obrar con mi paciencia, que nunca fué mucha, y debilitando todas
sobre, todas ellas al mismo tiempo. mis facultades físicas y morales: y tanto menos peligrosa me
»Por último, en la guerra anterior los cuerpos tenían sus parece también esta medida, cuanto cualquiera que ine reem­
cajas particulares llenas y el listado dinero abundante para place en el mando no podrá ya boy sino seguir bajo la impe­
cubrir todas sus necesidades con puntualidad. Aquellas están riosa ley que revelará la necesidad, el camino que yo be
hoy vacías, el material d é la tropa destruido, la bajas no re­ trazado por ser todo otro imposible. Yo mismo que no vine
emplazadas, y el erario, si bien hace esfuerzos y saevilieios por tercera vez al ejército sino para pagar una deuda de un
paita atendernos, estos por laudables no dejarán de ser infe­ hombre de bien en las terribles circunstancias en que me
riores id objeto y grandes necesidades á que se destinan. Y llamó la patria, ayudaré con mis consejos y experiencia á
las .subsistendas que buce un año eran abundantes, buenas y cualquiera que sea el encargado de seguir construyendo el
seguras, hoy son dificilísimas y raras en nuestras mismas edificio en que be sido harto feliz con colocar algunas piedras
líneas, completamente imposibles desde que las abandona­ fundamentales. Lejos de mí la idea de hacer un monopolio de
mos y no thus portables (aun cuando las tuviéramos) al país la razón, y ojalá que todos los españoles me igualasen en sa­
enemigo, porque ni la naturaleza del terreno, ni la grande crificar al bien de su patria sus afectos é intereses particula­
escala numérica en que se obra ya sobre él, ni la escasez ile res, pues es ciertoquo.no se vería hoy aquella tan desgraciada
los trasportes, ni la obstrucción y latitud y peligro que de y amenazada de las grandes y peligrosas convulsiones que se
(euer y llevar muchos resultaria en las marchas por desfila­ observan en un horizonte cercano y cargado.
d e ro s, barrancos y montañas de este país no las puede procu­ »lluego al gobierno que al tomar en consideración todo lo
rar, y es claro que á posar de lo poco en que estiman los car­ que sincera y fundada, aunque tal voz denodadamente, le
listas y proyectistas estos inconvenientes, os el mayor do llevo expuesto, no olvide que en la situación general del país,
i.odos, pues sin comer no so vive, sin vivir no se combate ni la opinion pública es mas que nunca un poder superior á to­
se marcha....Mas ¡cuándo acabaría yo de enumerar las razo­ dos los demás poderes; que la libertad de imprenta que le
nes que se oponen á esa palabra vaga, insensata, indetermi­ sirve de órgano, lo ejerce mas fuerte y mas absoluto en estos
nada (pie anda hoy en todas las bocas y entra en tan pocas tiempos do revueltas y borrascas, y que cuando esta opinion,
cabezas: operaciones, oprandone.»/ ¿Y enfiles son estas? ¿Su acertada ó errónea, condena ó excluye á un servidor del Es­
objete? ¿Sus medios? ¿Sus resultados? Las operaciones son tado, de poco vale que le absuelva su conciencia ni que le
batallas inútiles y costosas que luego critican, victorias y defiendan su razón y los hechos, ni que se obstine en soste­
triunfo completo «pie menos desean los que pascando y deli­ nerlo el gobierno, pues este mismo gobierno solo se apoya en
rando los piden á gritos que aquellos que muriendo, trabajan­ aquel poder extraordinario y supremo. .Retardarle el triunfo
do, sufriendo y siendo objeto de críticas necias é improperios es solo exasperar su deseo y dar nacimiento á nuevos emba­
ejercemos un mando iuejercible á gusto de esa tiránica y alu­ razos. Yo no puedo dar á la opinion lo que la opinion recla­
cinada opinion que recompensa con insultos á los que mue­ ma; impaciente, mal instruida y completamente alucinada,
ren ó se. sacrifican vanamente por salvar á los agitadores. es, pues, menester que el general que se lo rehúse, ofrezca
Ojalá no tengan estos que deplorar el terrible efecto de sus con sus antecedentes garantías conformes con las ideas do­
ingratos, injustos y escandalosos denuestos. minantes, que inspire mas confianza con su experiencia, con
»Pi to esta opinion dominante nopuedesatisfaeer.se, porque su saber, con el recuerdo en fin de servicios prestados en
en su extravío no sido quiere lo malo sino que no sabe loque otra época a los principios políticos que han triunfado en el
quiere, pues boy critica las batallas y repudia los triunfos y dia, y contra los cuales yo milité en distintas circunstancias.
reconviene, contra las faltas de sus resultados y mañana las Y que no se exponga el gobierno á naufragar, irritando con
exige y aconseja; ayer recomienda la prudencia y hoy la te­ la resistencia un deseo que la organización ó, pava hablar con
meridad y lo imposible. la propiedad y la franqueza que acostumbro, la desorganiza­
»Oliando id general está en la izquierda lo reconviene por­ ción actual de la sociedad española ha de coronar triunfando
que no está á la derecha, ó vice-versa, y entre tanto una ver­ de todos los obstáculos. Si los resultados fuesen buenos para
dadera operación, que conquista una provincia, que asegura la guerra todos los celebraremos, y creo que mas malos no
un territorio, que disminuye la fuerza, recursos é influjos del pueden ser porque el espíritu público alentado con el nuevo
enemigo, pana desapercibida ó indiferente á su vista. En vano médico y este auxiliado por las eficaces medicinas que se
es hablar de razón; ni la estación, ni el terreno, ni la subsis­ preparan, ó cogerá la corona que no alcanzaron ni merecieron
tencia, ni el calzado, ni.... nada liberta al general, ni á las mis celosos esfuerzos en menos ventajosa situación ó acabará
Iropas,ni al gobierno do osatnrba do agitadores ó descontentos, por ilustrarse y revelarse á sí propio; que la entidad del
»Así, pues, ve V. E. ó la urgente necesidad de aumentar los achaque es superior á los medicamentos hasta ahora aplica­
medios de ejecución y protección, ó de someterse al alcance dos y buscará otros mas eficaces y seguros.—Esdolorosope.ro
y esfuerzo material y á las buenas órnalas condiciones deque la historia entera nos enseña que los pueblos no se ilustran
podemos disponer. La no menos reconocida de dar á esta ni desongañau, sino con las lecciones que á precios muy ca­
como á todas las empresas humanas el agente general de to­ ros compran de la experiencia, y mas cuando como ahora
das ellas que es el tiempo que relativamente reclamen su ín­ están afectadas do la enfermedad nacional todas las clases
dole, sus necesidades y su situación. :5." La de dar á la opinion mas ilustradas, que son la verdadera aristocracia de los go­
6 impaciencia pública mejor y mas justa y acertada dirección, biernos libres. Finalmente, Excrao. Sr., yo quisiera poseer las
porque- su extravío irracional y apasionado aun en las clases virtudes de un griego y un romano para ser indiferente ó
ilustradas tratando de suicidarse se irrita contra el que lo impasible ante las acusaciones y manejos do que soy hace
estorba, si bien entiendo en muchos conceptos (y lo afirmo tiempo víctima, y mas en los últimos dias; pero, lo confieso,
con la conciencia de un buen ciudadano y con la resolución me faltan aquellas, y cuando sé que he sacrificado al servicio
de un honrado militar), que el mejor y único medio de tran­ do mi país todo cuanto podía sacrificarle; cuando en el es­
quilizarla es someter á otras manos la dirección de esta guer­ tado mas deplorable de salud á Y. E. es conocido trabajo diez
ra y conliarla á quien tenga mejores títulos y posición que y ocho á veinte horas al dia y no dejo las bridas del caballo
yo jiam revestirse de toda aquella consideración, confianza y sino para tomar la pluma; cuando como es notorio soy el pri­
boga pública, que ni mis antecedentes ni mi carácter me ha­ mero en las fatigas y no el último en los peligros de la cam­
cen propio á aceptar ni menos á solicitar. paña y renunciando á todo goce y descanso, arrastro la exis-
KDA U MOD Kit XA l:i'J
t,.»eia mas miserable que cupo á mortal alguno, sia una bora blos, ó que hace años deben llegar todos los dias? En la ima­
do tregua, sin una idea ni sentimiento que no sea para mi ginación ó en los cofres de vuestros caudillos, que engordan­
patria, sin un afecto que no sea á la justicia... al verme acu­ do y prosperando de vuestra sangre, especulan sobre vuestra
sado ó defendido de parcial, de apatía, de molicie, de charla- > ruina y abusan de vuestro candor y creencia. Pero mejor (pie
lan ó de otras cosas peores aunque monos directas, cercado* yo mismo sabéis ya vosotros que sois víctimas de la mentira
do intrigas y de agentes que tienen encargo de desconside­ y el fraude, que vuestra voluntad está encadenada por la ver­
rarme en todas partes, hace que el. tormento en que he vi­ gonzosa y horrible tiranía do los que titulándose campeones
vido, ya penosamente soportado, se convierta en un suplicio de la religion, condenan á vuestros parientes, con afrenta de
intolerable, que ni mi earáoter, ni la justicia, ni el amor de los usos de un pueblo crist iano, á responder de vuestras per­
mi ropntacion, ni los efectos profundos que lia producido en sonas. ¿Qué se ha hecho la liov do estas provincias? Esa bri­
mi salud, me permiten sobrellevar mas tiempo, prefiriendo llante generación que fertilizaba estos campos, animaba vues­
mil veces ganar una honrada y humilde existencia con mi tra industria y derramaba la comodidad y la riqueza en este,
trabajo, que no figurar en el universo transigiendo con el in­ hoy desventurado suelo? La guerra lo ha devorado todo, todo
sulto, la calumnia y asignándome la injusticia y la ingrati­ lo ha sacrificado á la elevación do unos juicos ambiciosos y la
tud por recompensa. Usen ó abusen cuanto quieran de tan guerra está hoy mas desesperada que nunca, para vuestra cau­
sagrado derecho los (pie se erigen en dueños de la época, sa; para la elevación ile aquellos pereció todo, y la suerte de
pero no sirva yo jamás de ocasión á multiplicar los males y los que habéis quedado es peor que la do aquellos que ya
desgracias de mi país, ni de pretexto á sus extravíos y obce­ murieron, pues es, como vuestra recompensa, el p«alot la mi­
cación. Para conseguirlo y mantenerme libre en la libertad, seria y la muerte en un asqueroso hospital.
como me jacto de haber sido por mi lenguaje y sentimientos »Soldados: jamás os dirigí, mi voz, ni lo hice á vuestros pa­
en toda época, renuncio á este y á todos los mandos y si es dres sino para ofrecerles consuelo y protección pani aliviar
]jreciso renunciaré también á mi patria. sus desgracias y compadecer sus sacrificios. Los soldados y
»lluego, pues, á Y. E. que dé cuenta de esta comunicación jefes de la Reina os aman, os compadecen y os combaten no
á ,S. M. para que de su gobierno obtenga resolución pronta y como á enemigos, sino como á hermanos extraviados, como á
eficaz que su mejor servicio, como mi situaciou física y los dere­ bizarros compatriotas, de quienes es preciso repeler una agre­
chos que tengo á defendermi honra y reputación, reclaman al sión ingrata ó injusta; y la mejor recompensa de nuestro
tenor de lo que tan respetuosamente dejoá V. E. manifestado triunfo seria el perdón y la reconciliación (pie os volviese al
y en el concepto de que la agravación do mis dolencias ha lle­ seno de la patria para gozar de los beneficios de hombres li­
gado á tal punto con las M igas y rigores de esto cruel in­ bres, do las dulzuras de la paz, y de las bondades de una
vierno, con los cuidados y disgustos de este difícil y penoso Reina angelical, de quien vosotros seriáis el mas firme apoyo,
puesto, q m me es absolutamente imponibili continuar ejer­ si conocieseis las gracias é inocencia, la dulzura y la afabilidad
ciéndole y de que si tarda on venir el general que nom­ de su digna y augusta madre.
bro S. M. para reemplazarme, me veré dolorosa y probable­ »Soldados: ¿hasta cuándo en fin ha de correr á torrentes la
mente precisado á delegar el mando á quien corresponda por sangre de una nación grande, heroica, y cristiana? Yo os
la sucesión general que señalan las ileales ordenanzas.— ofrezco ¡usilo y amistad : vosotros seguiréis eligiendo vuestra
Dios etc. suerte al deponer las armas. Los muchos de vuestros camara­
»Cuartel general de Lizaso 2(5 de febrero do ISiü.—Exce­ das que ya las han presentado, ó se hallan bien pagados, asis­
lentísimo Sr.—Lilia Fernandez de Cordava.—Exorno. Señor tidos y contentos en las filas en que lian querido ingresar, y
Secretario do Estado y del despacho de la Guerra.» distinguiéndose por su valor, ó descansan tranquilamente en
sus hogares y trabajan en sus oficios al lado de sus familias
DOCUMENTO NÜM. III consoladas. Venid pues á mí, yo os acogeré conia bondad quo
siempre os he acogido. Una lucha inútil debe sor para vos­
Ali l’,JÉRC1TO ENEMIGO, EL GENERAL EN JE F E DE LA REINA otros tan penosa y tan funesta como lo os para la patria.
NUESTRA SEÑORA. Todos somos hermanos, todos hemos llevado muchos siglos
con gloria y orgullo el nombre de españoles, por él liemos
€Soldados: ¿hasta cuándo, víctimas de una ciega y fatal combatido y vencido siempre juntos.
credulidad á las ya usadas mentiras ile vuestros jefes y á sus »Y vosotros, soldados de la Reina, que prisioneros ó deser­
iiimea cumplidas promesas, os dejareis arrastrar por su vio­ tados de nuestras tilas para evitar un castigo correccional, ó
lencia y consentiréis que vuestros padres y familias sean tra­ por un momento de error y despecho tenéis que ocultar vues­
tados con la mas atroz barbarie para reteneros en las filas ilo tra vergüenza y arrepentimiento en las filas de la rebeldía,
los que llaman vuestros seductores voluntarios i ¿Hasta cuán­ yo lo acepto, y en nombre de S. M. y de la patria os perdono,
do rehusareis el testimonio de vuestros mismos ojos, de vues­ si abandonando esas bordas criminales, corréis á las banderas
tra propia razón y memoria, para depositar vuestra fe en osos de la libertad, que recibieron vuestros juramentos. Sé cual es
mentidos papeles con que os esclavizan y engañan y dejareis vuestra suerte y que el temor del castigo solamente os impi­
á vuestros joles que destruyan la prosperidad y el bienestar de volar á abrazar á vuestros camaradas. Hacedlo sin temor;
do estas privilegiadas y virtuosas provincias y la felicidad de tunéis la palabra de Amostro general.
toda España que siempre filé amante do ellas? ¿Qué podéis En mi cuartel general á 20 de inayo tie 1SRG.—Cordava.
esperar, cuando al cabo de tíos años y medio de verter vues­
tra sangre, no osan ya bajar vuestros alueinailorcs do esos DOCUMENTO NTM. IV
riscos y montañas, porque nada tienen que oponer á tres mil
caballos, cuyo poder conocéis, cuyas lanzas habéis tantas AL EJÉRCITO ENEMIGO EL GENERAL EN JE FE DE], REY
veces probado? NUESTRO SEÑOR DON CARLOS V
»Soldados: meditad y recordad vosotros mismos los hechos.
Cuando mas os confiaban del triunfo, veis brotar por todas Soldados: ¿Hasta cuándo os dejareis engañar de. vuestros
partes millares de nuevos soldados en nuestras filas: legiones jefes, que solo siguen y defienden la revolución y el desorden?
brillantes que hoy se están duplicando, representan el interés ¿Hasta cuándo continuareis sin convenceros do esta verdad,
por nuestra causa de dos naciones grandes é invencibles que comprobada por tantos asesinatos y hechos horrorosos con
minm aquella como suya. Y vuestros padres están arruinados, que han consignado la depravación de sus miras y doctrinas?
vuestras casas asoladas y vuestros campos yermos, y vuestro ¿Hasta cuándo seguiréis sin conocer, que un puñado de hom­
mismo sustento es tan malo y escaso que media ración os hace bres desde estas montañas lian deshecho en mil encuentros
el dia venturoso, comparado á los muchos que pasais ,sin nin­ ese ejército? ¿Cómo no veis que el do mi mando se aumenta
guna. ¿Dónde están esos auxilios extranjeros que os lian pro­ y robustece con una progresión asombrosa? ¿Cómo no descu­
metido tantas veces vuestros tiranos? Vinieron, sí: pero están brís en estos efectos la mano de la divina Providencia que tan
en nuestras filas. ¿Dónde esos tesoros que han dado los puo- visiblemente protege los legítimos derechos de un soberano
MO MISTO!» IA B K KS PANA

Ian virtuoso y amanto do los «»pañoles, cual cs ol Key nuestro ! ha á dirigir la revolución y á contenerlas, tuviese la energía
soñor don Carlos V? Ya es tiempo do quo conozcáis la justicia que requeria el doble papel de jefe y de moderador de las mu­
«lo la causa (pie sostienen estos valientes voluntarios. Ya es chedumbres.
tiempo de que ¡mudáis ¡i sus lilas. Venid á servir en ellas; ve­ i Viósc Mendizabal, á poco de disuclto el- Estamento, abau-
nid para ipte temían (in tantos nuiles de que son victimas las ' donado por las mas importantes figuras del partido progre­
provincias que gimen bajo el eHro de bierre de la reina usur­ sista, por los hombres que, después de haberse servido de él
padora. Venid, senas tocios unos, y unidos partiendo las fati­ como cabeza del gobierno para divorciarlo de los conservado­
gas, participareis también de la gloria (pie resulta al que labra res, trabajaban-ahora .por cuenta propia, llevados por ol doble
el sosiego y felicidad de su patria. A vuestra llegada recibiréis estímulo de hacerse necesarios á la Reina gobernadora y de
la gratificación señalada á los que se presentan. .Nada os falta­ recibir el poder de sus manos, sin renunciar por ello al pro­
rá, prest, raciones y vestuario, asegurados en abundancia por pósito de reformar el Estatuto en sentido liberal.
(•(intratas; la licencia absolutaconeluida la campaña; y opcion ' A la cabeza do aquellos disidentes do la ortodoxia progre-
¡t los premios «pie ol Key nuestro señor dispensa á sus leales , sista, marchaba Isturiz, seguido por Galiano y el duque de
y heroicos defensores, es lo (pío en su real nombro os ofrezco, ¡ Rivas sus predilectos lugartenientes, á los que so unieron
garantizándoos el ouiuplimiont.o bajo mi palabra do honor, Flores Calderon, Porez de Meca, Le Pedro, Gutiérrez Acuña,
con la exactitud que habéis visto en la presente campaña ol conde de las Navas, el do Donadío, Vailesa y otros amigos
ejecuta tollas,-- El cunde. <le Cam.-Eyu ía. do estos y ox-dipntados de la segunda época constitucional,
Imprímase este peregrino duel miento y sea loido á las tro­ hombros todos mas ó menos influyentes en sus provincias.
pas de S. M. tan descabellada sarta de embustes y disparates, El desbordamiento de las pasiones populares que tan de-
para (pie sepan nuestros enemigos todo el desprecio que nos : plorables excesos había producido on Cataluña y en Aragón,
merecen y la alfa ilimitada oonlianza «pie tiene la patria en • el injustificable homicidio de la madre do Cabrera y sobretodo
sus defensores y ol general de la Reina en sus soldados. ol abuso hedió por Mendizabal del voto de confianza y la es­
■Va lo veis, soldados! no puede llegar á mas alto grado la terilidad do sus esfuerzos para levantar abundantes recursos,
necedad ó impostura. Los que no pudiendu combatiros con quo el estado de la guerra*hacia cada dia mas necesarios, ofre­
las armas, tratan de seduciros por el fraude, os ofrecen abun- cían ancho campo al nuevo ó importante grupo de oposición
<l.ii uriti, payan, r/’cvmpiitixtiH y vidurias y todas estas prome­ para ir minando el terreno del ídolo que so proponían derri­
sas garantizadas por la pidabrajo/nuía dcame-ntida del caudillo bar, con ánimo y en la esperanza de reemplazarlo.
rebelde. ¿Y por qué no da entonces mas que inedia asquerosa ! Todavía sin embargo el hombre que tanta ilusión habia lo­
ración á sus propios soldad«», cuando les da alguna? ¿Por qué grado inspirar reunia no escasos elementos para sostenerne.
en seis meses no les ha pagado mas que quince reales? ¿Por Ofrecíaselos en primer lugar el resultado de unas elecciones
(pie no se atreve á dejar esas cobardes guaridas en que toda­ en bus que no era dudoso prevaleciera el influjo oficial, tan
vía os tiemblan? Piensa convenceros con sermones de semana I difícil de contrarestar operando sobro un cuerpo electoral
santa; pues bien, yo quiero que se os lean y confundir así, por cuya mitad lo componían individuos dependientes do las
nuestra mofa y desprecio, á quien para ocultar su abatimiento autoridades do provincias y cuando en todas ellas la presión
no encuentra mejor medio que el de insultar vuestra honra­ moral ejercida por los hombres del movimiento, supeditaba
dez. ¡101los venceros! no es mal modo de combatiros. ¿Por qué, la libertad del sufragio.
pues, no quieren probar vuestras armas? Es también de considerar que no participaba todavía la
A la orden general.—Cordo va.—Léase en las compañías.— , opinion en el extranjero dol rebajado concepto en que ya
Cuartel general de Vitoria Tí) de mayo de 1830.—El general ' habia caído en España, como hombre de Estado al menos, ol
en jefe do la P. M. G., Marcelino Orad. ministro universal, á quien las circunstancias y su propicia
estrella confirieron la dictadura do que se halló revestido
C A P IT U L O V Mendizabal á la caída del gabinete Toreno.
El reflejo de las simpatías que conservaba en Paris y en
Caída de Mendizabal
T/mdres, Lis que le prestaban los hombres del movimiento, de
FraiM'iuniniiH’iil’.o tin l;t mayoría jn-ngresista «loi Estamento de Prncuni- quienes solo lo separaba su resistencia á proclamar la Consti-
ilmvs l.raido por Meinlizal'iil.— Pierde esto la confianza de la Reina Go- I t-neion del año 12, alentaban á Mendizabal á esperar con
liiTnadnra.—La legislatura de IS:’,G.—Lance (le honor.—(Jrfeis m inis­ confianza el apoyo que hallaría en el nuevo Estamento que
terial.— Mininnt mili ni.—Advenimiento del ministerio Jsturiz. I bajo sus auspicios iba á elegirse, presentimiento que no era
seguramente engañoso, toda vez que en la nueva campaña
La conformidad de ideas y do propósitos que hemos visto 1parlamentaria debía encontrar sostenedores, que en número y
establecerse entre Mendizabal, los jefes do la emigración, los I hasta cierto punto en calidad también, le traerían l a hueste
individuos de los Estatúenlos que habían hecho mas nula opo­ ! de que necesitaba para hacer frente á la oposición que venían
sición á los gabinetes Martinez do la Rosa y Toreno, y los , á hacerle sus antiguos amigos.
hombres que fuera de las (lories dirigían las aspiraciones de Ni en Madrid ni en las provincias faltaron á Mendizabal los
los adversarios del sistema llamado en Francia del judo-ine- aliados con que habia creído poder contar, y á su devoto celo
dio, sistema que aplicado á la política interior de España, debió ser elegido procurador por Lis siete provincias de Madrid,
significaba que no se debía ir mas allá del régimen del Esta­ Barcelona, Cádiz, Gerona, Granada, Málaga y Pontevedra.
tuto, aquella conformidad entre tales elementos no condujo á Tuvo también la suerte de haberse deshecho de los mas
una alianza de larga duración. importantes de entre los jefes de fila que agitaban el proyec­
Queda anteriormente señalado el progresivo .descenso que to ile proclamar átodo tráncela Constitución do Cádiz, antes
había ido teniendo la popularidad de j\íendizabal. Fecundo de que se reuniesen las Corles cstatutistas, proyecto cuya rea­
¡upiel hombro en recursos do imaginación, avezado á conspi­ lización era mirada como la condición esencial para hacer cn-
raciones, carecía, sin embargo, de la cual ¡«bul do que nuis habría ■t.rar á España en plena situación democrática doceañista.
necesitado para haber realizado ol ideal que trajo de Londres, i Las conspiraciones liberales de aquellos «lias recibieron no­
el do ser hombre de gobierno y do orden, al mismo tiempo table impulso de varias asociaciones secretas; reminiscencias
(pu; ol leader del partido del movimiento. Ansioso «le popula­ : las unas del carbonarismo do la anterior época constitucional,
ridad y temeroso «le perderla, no se atrevia á reprimir bis secuelas otras de las asociaciones clandestinas recientemente
excentricidades de sus peligrosos aliados los revolucionarios organizadas en Francia y contra cuyo influjo luchaba á brazo
do profesión, como lo habían demostrado los sangrientos su­ partido el gobierno de Luis Felipe. Los jefes de algunas do
cesos de Barcelona, de Zaragoza y do Valencia y como lo cor­ estas sectas pactaron con Mendizabal, habiéndolo hecho muy
roboraba hi casi independencia en que, respecto al gobierno particularmente don Juan Van-Halcn recien llegado á Madrid,
central, vivían las autoridades de provincia, las que imponían designado para la investidura de jefe militar secreto del fra-
tributos y destierros y gobernaban guiadas por una especie I guado pronunciamiento, pero que desistió de toda idea hostil
de en id o nal iemo reryov.z<< ole, sin que ol hombre que aspivji- al gobierno aceptando un mando militar en Aragón.
J£DAJ> M O U lil i XA 111
Considerábase pues fuerte Mendizabal al abrir las Cortes, i setiembre del año anterior, sin otra cortapisa que la de los
acto que no podia la Reina gobernadora dejar de prestarse á vetos ó intemperancias con que prematuramente interrumpían
solemnizaren persona, con un ministerio que ostensiblemente j su ejercicio asonadas y motines de la especie ile los que aca­
seguia mereciendo la confianza regia, si bien no era un secreto baban de ensangrentar á Harcelona y á Zaragoza, ó la de las
el temor de que las sangrientas bacanales de las provincias demasías administrativas y financieras que se permitían las
habian llegado á inspirar á la corte, ni lo era tampoco, para el autoridades superiores provinciales, impulsadas á ello, unas
cuerpo diplomático n i para los sujetos al. corriente do la cró­ veces por la necesidad de arbitrar recursos que no suminis­
nica de altas regiones, cierta escena ocurrida en el palacio del traba el gobierno, otras competidas por la presión de las t ur­
Pardo en la noche del dia en que se verificó el escrutinio ge­ bas ó por las exigencias de los jefes de fila, que el partido del
neral do las elecciones de la provincia de Madrid. movimiento protegia en los grandes centros de población.
Ilabia asistido Mendizabal á uu banquete, ofrccidole como En las Uórtcs disuoltas dos meses ant.es, la mayoría que en
diputado electo, por los comisionados portadores de las actas gran proporción representaba al partido moderado, se habia
parciales de escrutinio, banquete en el que el entusiasmo prestado á apoyar la situación progresista Iraida por Mondi-
corrió parejas con la abundancia de las libaciones. Al sepa­ zabal, como lo demostró la completa abnegación «lo que ilio
rarse los anfitriones subió Mendizabal al coche que tenia á la prueba otorgando el voto de confianza y demás radicales me­
puerta y se hizo conducir al Pardo deseoso de conferenciar didas adoptadas.por el ministerio.
con la Gobernadora. Introducido en el gabinete de la augusta La composición del nuevo Estamento ele procuradores que
señora ó influido sin duda por la excitación de su triunfo y casi exclusivamente representaba lo mas avanzado del partido
por los grados de confianza que creyóse debían serle dispen­ progresista, iba á poner ele manifiesto si era ó no posible lle­
sados por la princesa que tanto lo había hasta entonces dis­ var á cabo la transacción que entrólas dos graneles fracciones
tinguido, e) hecho fué que hubo Mendizabal do olvidarse por de la familia liberal habia formulado el programa ele I I de
un momento de lo que debía á la Reina, á la señora y á sí setiembre, por el que Mendizabal hizo contraer á la coronad
mismo, llegando en el abandono del coloquio á familiaridades compromiso de que el Estatuto Real seria reformado poruñas
que María Cristina supo reprimir con dignidad. Cortos, producto ele una ley electoral que todavía no estaba
Aunque no existen testimonios auténticos de lo quo real­ votada. La prueba de la primera de las elos eventualidades
mente pasó en aquella nocturna conferencia, y aunque segu­ resultaba de que la mayoría ele las Cortes de 1N:t:> habia lo­
ramente ninguno de los dos únicos interlocutores repitiesen grado entenderse con la minoria progresista, estableciendo al
lo que realmente pasó en ella, no os cuestionable que desde efecto un modus vivendi. ¿Que dobia esperarse ahora ele una
aquel dia una atmósfera glacial existió cutre la Reina y sum i­ absorbente mayoría do esta última opinion, que ibaá tener en
nistro. frente el Estamento de proceres, cuerpo esencialmente conser­
De sus resultas y áfin de robustecer su propia popularidad vador y grandemente influido por la alarma que entre las
y que esta lo sirviese de arma contra la desconfianza que se clases acomodadas habia hecho nacer la efervescencia de las
introdujo entre la Reina y sus consejeros responsables, dis­ pasiones populares?
puso María Cristina establecer audiencias públicas todas las Por segunda vez iba á verse sujeta á la irrevocable prueba
semanas, en las que recibía á cuantas personas habían hecho do la experiencia la capacidad de Mendizabal como hombre
apuntar sus nombres cu la mayordomía mayor. do Estado, que habia ofrecido conciliar las divergencias entre
Aquellas audiencias fueron un delicado medio do defensa los defensores ilei trono de la Reina, y refrenar las exigencias
en la situación do pugna en que temia la Reina no tardar en de los progresistas en la medida cielo que era .justo sacrificar
encontrarse .respecto á Mendizabal y tomaron por consi­ á los temores y á los escrúpulos de los moderados.
guiente dichas audiencias un carácter político que suficiente­ Pero hallábase por entonces harto debilitada ya la fuerza
mente motivado, no debe ht historia pasar en sileneio, siendo moral del ministro que tan bello ideal habia concebido. Disi­
un hecho que sin la explicación que precede habría sido in­ padas las ilusiones que acompañaron los primeros relumbran­
significante mencionar. tes anuncios de las maravillas que ofrecía el colo de covjimtsu,
En las juntas preparatorias que siempre preceden á la elec­ el hombre que seis meses antes pudo haber escogido para
ción de la mesa de la cámara popular, había sido ísturiz de­ compañeros de gabinete á los estadistas de mas aventajada
signado como candidato pava la presidencia y ocupaba el posición, pero que habia preferido no compartir con nadie el
primer lugar entre los cuatro que según el reglamento vi­ éxito de su programa, no encontraba ahora compañeros que
gente debían ser presentados á la elección do la Corona. Poro consintieran en asociársele. Habia ofrecido la cartera de Es­
Mendizabal, á quien sabia muy mal que lstuviz dirigiese una tado á Isturiz; rehusada por este, buscó para sustituirle á otros
asamblea do la que podia tratar de servirse contra el gabi­ auxiliares, y no habiéndolos hallado entre el partido progre­
nete, maniobró activamente .la víspera del escrutinio y logró sista de bastante altura y dispuestos á entrar en el gabinete,
atraer á su partido diez, y seis votos do los que se hallaban hasta tocó la cuerda de los conservadores, ofreciendo la misma
comprometidos á votar en favor do Isturiz. Ufano de este cartera á don Alejandro Olivan, quien también se negó á
triunfo, distribuyó el primor ministro los sufragios que aca­ aceptar el honorífico puesto; y como con aquellas negativas
baba de ganar entre los demás candidatos, bajando en conse­ coincidió el disgusto que en Mendizabal produjo la designa­
cuencia de esta maniobra Isturiz al cuarto lugar en vez del ción parala presidencia del Estamento popular hecha en favor
primero que había sacado en el escrutinio preparatorio. de Isturiz, en los primeros momentos de mal humor pensó el
Verificóse la apertura de las nuevas Cortes con toda la so­ que venia desempeñando tres cari eras y virtualmente la presi­
lemnidad y brillantez que permitia la situación en que se ha­ dencia del Consejo, en obtener oficialmente la presidencia
llaba la corte de España, cuyo reducido cuerpo diplomático efectiva, pretensión que mañosamente supo eludir la Gober­
extranjero indicaba ol dualismo en que respecto al gobierno nadora, pero negativa que poniendo el colmo al disgusto ilei
constitucional restablecido en España se encontraban toda­ qnc era objeto de ella, lo condujo á presentar su dimisión que
vía las cortes extranjeras y particularmente los tres gabi- la sagaz princesa ya prevenida y disgustada del hombre de
tes del Norte, aunque el apartamiento de estos se hallaba quien tanto habia esperado, se negó á admitir por un motivo
ampliamente compensado por la alianza de los de Paris y de tanto mas justificado cuanto que evidentemente respondía á
Londres, no menos que por la expansion y apresuramiento un precepto constitucional, que no pudo menos de hacer en­
con que lo mas escogido del vecindario de la capital festejó mudecer al despechado ministro, á quien afablemente mani­
con su presencia la apertura que, fijada para el 22 de marzo, festó lit Reina, que no podia dejar á la corona en el embarazo
efectuó la Reina gobernadora en persona. de dar cuenta á las‘Cortes del uso que hubiese hecho su go­
La legislatura que en aquel dia se inauguró encerraba el bierno del voto de confianza, responsabilidad que ni la Reina
enigma de cómo funcionarían el elemento conservador repre­ podia dejar pesar sobre los sucesores de) ministerio, ni era ve­
sentado por el Estamento de proceres, y el do procuradores rosímil que estos la ace] »tasen.
que á su imágen y semejanza habia traído Mendizabal para El discurso do apertum pronunciado por la Gobernadora,
que diese apoyo á la dictadura que venia ejerciendo desde eludia toda cuestión embarazosa ¡»ara el gobierno, limitándose
112 H LS T Ol l I A DK KSl’ANA

;í enumerar 1¡is leyes que este presenterei á los Estamentos. hondas consecuencias para el porvenir económico del pais,
Tributábanse en él merecidos elog ios al ejercito. á las legiones exige consignarla textualmente como documento histórico, á
extranjeras y á la milicia nacional, al mismo tiempo que se cuyo efecto figura entre los de referencia con cl núm. I.
manifestaba no había hecho el gobierno uso del voto de con­ No hay para qué ocuparnos de los proyectos de ley relati­
lianza, fundándose en que habiendo ofrecido al solicitarlo del vos á la imprenta y á la represión del tráfico de negros en las
parlamento que solo se serviria de dicho voto á la vista y con­ Antillas, proyectos presentados por el gobierno á las Cortes,
tando con el apoyo de las Cortos, habiendo sido estas disueltas pero de los que estas no llegaroná ocúpame por haber termi­
no habían poilidi) ejercer la intervención que les correspondía nado la legislatura antes que sobre ellos se diese dictamen á
en los d e c re to s publicados en virtud de la autorización legis­ consecuencia do la crisis á que condujo la discusión de la
lativa de que se hallaba revestido el gobierno. ley electoral, borrascoso escollo contra el que debían estrellarse
Semejante declaración equivalía;! un tácito reconocimiento á la vez la mayoría y el ministerio.
de que nada de serio contenia, que nada do practicable encer­ La discusión del mensaje en contestación al discurso de la
raba el voto de confianza, que solo sirvió para cubrir una do corona, vino bien pronto á dibujar la índole de las respectivas
las mas desastrosas operaciones de crédito consumadas porci fuerzas tant,o morales como materiales de la mayoría y de la
gobierno español olí el presento siglo, juicio cuya exactitud minoría, division que se puso inmediatamente de manifiesto,
quedará demostrada enei capítulo consagrado al exámen del Apenas comenzada, hizo ruidosa explosion la vehemencia que
sistema linai le iero de Mendizabal. contra Mendizabal animaba á la minoría de la que se constitu­
Como acabamos de observar, había desaparecido cilla nue­ yó jefe y órgano don Javier Isturiz. En la impugnación que di­
va asamblea elegida por los mismos electores que habían en­ rigió al dictamen de la comisión, del todo favorable al gobierno,
viado á Martinez de. la llosa la mayoría moderada del primer no vaciló Isturiz en atacar de frente el enigma que dijo encer­
Estamento, todo vestigio de representación do este iiltimo raba el voto de confianza, el que dio claramente á entender se
partido, l’ero mas de temer era para Mendizabal despues do reducía á una tentativa de embaucamiento, d u n a sorpresa
haberse, despojado del traje transaccionista y conservador do hecha á la credulidad de la nación. Aludió, aunque somera­
que había afectado revestirse al subir al poder para entregar­ mente, con una intención muy marcada, á las operaciones ile­
se poeo despues en cuerpo y alma al partido del movimiento gales á que para levantar fondos liabia recurrido Mendizabal,
exagerado, mas de temer le era, decimos, la escasa minoría fundando el cargo en las órdenes que aquel había expedido á
que tenia on frente y que so preparaba á hacerle durísima la comisión española de Hacienda residente en Lóndres y en­
oposición. La calidad de esta minoría pesaba en el concepto cargada de los procedimientos de conversion de los títulos
público, no menos en razón á los antecedentes políticos queá de la deuda que la ley de arreglo de la exterior del conde de
la posición social de sus individuos, de una manera mas deci­ Toreno llamaba á ser canjeados por títulos nuevos, doble
siva de lo que calculaban Mendizabal y su mayoría. operación, la do entregar estos y de recoger los viejos, que
bastaba considerar el excesivo aumento- que en el presu­ corria á cargo de dicha comisión en cuyo poder existían los
puesto de gastos exigían las atenciones de la guerra, los que valores destinados al canje y consistentes en títulos de la
acarreaba el equipo do la quinta de cien mil hombres, y el deuda activa al 5 p.°/„, de que no se había dispuesto por no
sostenimiento de las legiones extranjeras y de los numerosos haberse presentado á canjearlos los tenedores do los antiguos
cuerpos francos, juntamente con las restricciones que el go­ documentos de crédito. De aquella masa de papel flotante
bierno se. imponía para levantar recursos, toda vez que había habia dispuesto arbitrariamente Mendizabal para vender los
a c e p ta d o «l compromiso do hallarlos sin imponer contribucio­ títulos en la Bolsa, disposición á que se habia opuesto en
nes ni aumentarlas cargas, ni contraer empréstitos, para que cuanto estuvo á su alcance el presidente de dicha comisión
el juicio público ealiticaso do misterio y aun de milagro el pro­ don Pedro Juan de Zulueta, ex-presidente de las Cortes
yecto de ley bautizado con el nombre de Foto de confianza. do 1823.
Mucho podia sin duda esperarse ele los recursos de crédito Aunque sin haberlo explícitamente revelado, Isturiz se
puesto en manos de. un hombre (pie lo gozaba casi ilimitado hallaba perfectamente informado de todos los pormenores al
en Inglaterra, y no solo lo posdado parte del mercado mone­ asunto y dió suficientemente á entender la irregularidad de
tario. sino también corea del mismo gobierno; tanto ora lo que los procedimientos empleados por Mendizabal, á quien ame­
de la capacidad de Mendizabal había hecho concebir sil prós­ nazó descorrer el velo que encubría dichas operaciones. No
pera. gerencia de los asuntos de Portugal. contento el jefe déla nueva oposición con este cruento ataque,
El gabinete inglés tenia idea tan aventajada do lo que do habló con toda la indignación á que se prestaba el asunto, del
Mendizabal podia esperarse, que hasta llegó á poner en boca inicuo fusilamiento de la madre de Cabrera, cuya sangre, dijo,
de. la reina Victoria en el discurso de apertura del Parlamento, recaia gota á gota sobre la cabeza del ministro.
una frase expresiva de lo mucho que prometía en beneficio Aunque mas circunspecta, no filé menos vehemente en el
de los intereses de la Península la gestión del ministro es­ Estamento ele proceres la discusión de la contestación al
pañol. mensaje. La mayoría do aquella cámara, pov la misma razón
No es extraño, pues, que esto con la mejor buena fe del que desconfiaba y aun se hallaba resuelta á hacer la oposición
mundo acariciase la idea de hallar en los elementos del cre­ á la política do Mendizabal, procedía con mesura, si bien supo
dito y en la confianza del gabinete británico los recursos ne­ dignamente aprovecharse del hecho atroz del fusilamiento de
cesarios para haber ayudado poderosamente á sacar la Ha­ la madre de Cabrera, para declarar que aquel acto de lesa hu­
cienda de España del hundimiento en que so encontraba. manidad excitaba la indignación unánime de la nación y do
Solo le faltó haber acertado en el empleo de los medios, como la Europa entera. El mensaje de los proceres protestó también
eon extension quedará demostrado al tratar de la parte eco­ aunque con moderación contra las modificaciones hechas por
nómica de su administración. el gobierno, sin la intervención legislativa, en la organiza­
Pastará por el momento observar que piulo creerse enton­ ción de la guardia nacional á la que regia una ley hecha en
ces con algun fundamento, que Mendizabal abrigase la espe­ Cortes, y tampoco guardaron los próceros silencio sobre los
ranza de que la celebración de un tratado de comercio con disturbios acaecidos en las provincias desde )a clausura del
Inglaterra 1c abriese la puerta para utilizar los recursos del parlamento, señalando con severidad el elemento desorgani­
crédito en (pie tanto confiaba, idea que si realmente tuvo el zador origen de atentados quo habían tratado ilo paliarse,
ministro, quedó esterilizada por los celos y trabas suscitadas poro que decía el mensaje dolos próceros se renovaban en los
por la diplomacia de Luis Felipe, grandemente ayudada por mismos dias en que el gobierno aseguraba á los Estamentos
la repugnancia catalana á pactos comerciales con Inglaterra, que el orden se hallaba restablecido en el reino.
y las poco correctas nociones que en materias de economía Con estas notables diferencias respecto á la contestación
pública se tenían por entonces en España. dada por (fi Estamento de procuradores votóse la dada por
f,a importancia de la ley queeonfirió á Mendizabal'la tácita los próceros, y quedaron momentáneamente aplazadas las difi­
dictadura que tan trascendental in Unjo debía ejercer sobre la cultades que no tardatoli en surgir para el gobierno en la le-
existencia politica do su autor, y que todavía produjo mas I gislatura recientemente abierta.
KDAD M O D E U XA i-n
Recriminaciones tan personales y tan acerbas, como en el puesto cu su mayoría de progresistas, resonó también la ple­
lestamente popular se' habían cambiado entre Mendizabal é garia de auxilios extranjeros, y diputado hubo al que se oyó
Istavi/, no es extraño que diesen lugar al escándalo de un decir con aplauso de la tribuna pública que recibirían socor­
desafío que efectivamente se verificó el dia 15 de abril entre ros no solo de la Francia nuestra aliada sino de los bedui­
cd ministro y el jefe de la oposición, encuentro que hizo pú­ nos, de los cosacos y hasta del mismo diablo.
blico la manifestación suscrita por los padrinos de ambos Tales manifestaciones sacaron de quicio á Arguelles, el
combatientes y que insertó el periódico El Español en los que, en la sesión dol 10 de abril renovó la expresión de las
términos siguientes: fuertes prevenciones de su partido contra la intervención
«Lance de honou.—Ayer hemos recibido la comunicación francesa, llegando la candidez de su liberalismo hasta propo­
siguiente: ner como remedio á los horrores de la guerra, que bastaria
((Madr id 1G de abril.—Habiendo la ocurrencia de la sesión que el gobierno so apresurase ¡i conceder la libertad de im ­
ded jueves H, producido sérias explicaciones, ante nosotros, prenta; mas pronunciado que hubo estas palabras el orador,
entre los señores don.hum- Alvarez Mendizabal y don Javier conoció que exageraba su prevención contra el deseo general
Mu-ris, y despues de haberse conducido con la nobleza pro­ de auxilios extranjeros y terminó su discurso mostrándose
pia de caballeros, estamos autorizados para declarar por parte propicio á la cooperación de las fuerzas aliadas, á condición
del señor Isturiz, que si alguna expresión suya pudo herir el sin embargo de que entrasen en España sujet as á la dirección
justo decoro y delicadeza del señor Mendizabal, fue efecto y destino que el gobierno les diese.
elei calor del debate, habiendo declarado igualmente el señor Declaraciones de esta especie hechas en el seno de la repre­
Mendizabal, que cualquiera animación que haya dado á sus sentación nacional, contribuyeron en gran manera á retraer
discursos, no ha debido ofender al decoro y delicadeza del al gobierno francés de las disposiciones en que por aquel
señor Isturiz.—Conde de las Navas.—Antonio Seoane.l· tiempo estuvo de prestar á España un cuerpo auxiliar for­
«La lectura del documento que precede, anadia el periódico mado de cumplidos do su ejército.
que insertó la manifestación, removia toda eluda acerca de la Semejante falta de concierto y de sistema en el partido li­
clase de satisfacción que han creído deber darse los señores beral, cuya principal misión era la de terminar la guerra y
Mendizabal é Isturiz. consolidar las instituciones, debilitaban cada dia mas á Men­
»Despues de lo ruidoso del suceso que tuvo lugar en el dizabal haciéndole perder la dirección del espíritu público en
Estamento, esta nos parece la mejor, la mas pronta y honorí­ un sentido conforme á la opinion nacional.
fica explicación que dos hombres de honor podían y debian El desgobierno, tanto en las provincias como en Madrid,
darse.» presentaba síntomas que acusaban el olvido de los buenos
No puso término á los ataques dirigidos al ministerio- el principios y el predominio de una anarquía moral, bien ajena
debate á que dio lugar la contestación al discurso de la co­ á la saludable concentración del poder, que pudo esperarse
rona. hubiese sido la consecuencia de la tácita dictadura, que mo­
La intervención de los dos gabinetes aliados en ayuda de mentáneamente había el general asentimiento puesto en ma­
los ejércitos de la Reina, asunto que agitaba fuertemente la nos del autor del programa de 14 de setiembre.
opinion en el interés de lam as corta terminación de la guerra El general Quiroga, capitan general de Granada, se ponia
civil, la supresión de las órdenes religiosas sin acuerdo de las en pugna con los amigos del ministerio. El jefe político de
Cortes, el destino dado á los bienes nacionales sin haber tam­ Zaragoza, don Ramon Adam,legislaba libremente sin autori­
poco consultado á los Estamentos, motivaron discusiones zación y á veces contra ei mandato del gobierno. El general
acaloradas, en las que tanto la mayoría de los próccres como Latre en Galicia y Mina en Cataluña, imponían contribucio­
la de los procuradores, no disimularon su propósito de atacar nes que privaban al ministro de Hacienda de los recursos con
sistemáticamente al gabinete, no perdonando medio para que habia de atenderá las necesidades generales del servicio.
concitar la opinion contra su sistema y sus providencias. El jefe político de Madrid violaba la correspondencia y man­
Desde la época del maudo del ejército del Norte por el gene­ daba prender á un ex-procurador á Cortes como autor de un
ral Yaldés, habia penetrado en la conciencia pública, que folleto sobre las elecciones.
para vencer al carlismo y poner térmiuo á los horrores de la Una órden del ministro de Gracia y Justicia alteró los regla­
guerra civil, necesitaba la causa de la Reina la cooperación mentos que regían jilos tribunales de Navarra, provincia que
directa y material de Francia y de Inglaterra, principalmente todavía se hallaba en posesión de sus fueros. La Diputación de
de la primera, cuya posición geográfica y numerosas fuerzas aquel antiguo reino representó acerca delosinconvenientes que
terrestres le daban superiores medios de contribuir con éxito no podia menos de acarrearla variación de sus usos judiciales
á la pacificación de España. y la adopción de reglas abusivamente contrarias álas tradicio­
Pero semejante clase de auxilios y principalmente en ra­ nes dol país. Desatendió el gobierno aquellas observaciones y
zón al papel que hubiera representado Francia si llegase á mandó que el concejo do Navarra se trasformasi en audiencia
efectuarse su intervención armada, fué siempre rechazada por territorial y que so instalasen los juzgados de primera instan­
el partido progresista, temeroso de que el gobierno francés, cia, medidas que produjeron gran disgusto en el país y dis­
que se hallaba en manos de los doctrinarios y bajo las inspi­ ponían á sus habitantes á favorecer la causa de don Carlos, á
raciones ultra-conservadoras de Luis Felipe, operase desfavo­ la que se hallaban sobradamente inclinados. Sin tomar en
rablemente para el desarrollo de la libertad de España, cuenta las observaciones del baron de Meer, virey de Navarra
Esta especie de pesadilla anti-francesa preocupaba señala­ y comandante general del territorio que se hallaba en estjulo
damente á los doceañistas y mas que á otro alguno al respeta­ de sitio, reiteró el gobierno la órden que tenia dada, prescri­
ble don Agustín Arguelles. Tampoco Mendizabal se inclinaba biendo que sin demora se llevase á efecto la instalación de la
á la intervención, temeroso de que la marcha de su gobierno audiencia.
hubiese enfriado y enajenádole las simpatías de que habia De aquel conflicto de autoridades se originó el escándalo de
gozado cerca del gabinete de las Tuberías, como agente, con­ que el barón de Meer, representante del gobierno en la pro­
sejero y amigo que habia sido del emperador don Pedro. vincia, á fin de evitar mayores mides, echase sobro sí la res­
Pero, contra aquellas resistencias hijas del espíritu de parti­ ponsabilidad de arrestar al regente de la audiencia don Mo­
do, pugnaba no solo la opinion de los moderados decididos desto Cortaza, enviándolo en clase de preso al cuartel general,
partidarios de la alianza francesa, sino que habia llegado á resultando de todo ello una doble violación de las leyes, por
tanto extremo el sufrimiento y vejaciones que la guerra civil parte del gobierno, barrenando arbitrarijimcnte tradicionales
ocasionaba á los pueblos ; pesaban sobre ellos tan duramente fueros y costumbres, y por parte de la autoridad militar dan­
las exacciones délos beligerantes y las requisiciones de los car­ do el ejemplo de hollar públicamente las disposiciones de los
listas, que la aspiración, el clamor en favor de la intervención ministros.
extranjera se habia hecho general y encontraba eco no solo La prudencia de C'órdova, general en jefe del ejército, y el
en los lamentos de los qne sufrían y la invocaban como un apoyo de sus disposiciones para remediar tan desagradable
remedio, sino que en el Estamento de procuradores, eom- incidente, produjeron la adopción de temperamentos concilia­
Tomo Vi si)
IU H I S T O R I A DE KS PAKA

doivs <|(t'¡ utcnuai‘(.m ias consecuencias do un hecho tan la­ la cartera de Guerra pasando á desempeñar la do Estado que
mentable. interinamente había regido Mendizabal.
Llevado Mendi xal tal á remolque por la mayoría progresis­ El nuevo ministro de la Guerra fuó el encargado de iniciar
ta, ó. la que daban impulso y tono los diputados do mayor cerca de la Reina el delicado asunto rielas separaciones de que
rosolueion y empuje que se reunían en la casa y bajo la, ins­ queda hecho mérito, negociación que entabló el dia lo de
piración de’ don Fermin Caballero, estoy sus amigos impusie­ mayo tomando pava ello pié de la propuesta de conferir la
ron al gallinole condiciones á las que no creyó Mendizabal gran cruz de San Fernando al general Evans, en recompensa
poder sustraerse. de su reciente victoria del dia ó de dicho mes sobre Sagasti-
Xooosil alia este el apoyo de aquel foco director de la mayo­ belza, y aunque Rodil adquirió con sus nuevos amigos el com­
ría para o b t e n e r la sanción de las trascendentales medidas promiso de preparar el reemplazo de Córdova, nada dijo á la
relativas á bienes nacionales y al crédilo público, dictatorial- Reina acerca de ello, limitándose á proponer la separación de
n ie iit.e tomadas en virtud del voto de conlianza. los generales Ezpelcta, director de Infantería, conde de San
Kra entro acuellas medidas la de mayor urgencia la apro­ Roman que lo era de milicias, y la de Quesada.
bación de un proyecto de empréstito, de cuyo éxito dependía Iniciada como queda dicho por el ministro de la Guerra el
q u e p u d ie se el gobierno proveer á las atenciones y apuros del 10 de mayo la cuestión de la separación de los generales, el
ejército y demás necesidades do la guerra; pero para acceder conde de Almodovar fué el siguiente dia 11 al palacio del
.-'i los deseos de Mendizabal exigíale la reunion Caballero pro­ Pardo y renovó sus instancias cerca de la Gobernadora, esfor­
videncias trascendentales en el érden político de tal índole, zándose en persuadirla de la importancia de no diferir la
q u e su adopción privaria de todo punto do apoyo á las in- adopción de las resoluciones propuestas por su compañero el
llueneias conservadoras, (pie no dejaban todavía de pesar en ministro de la Guerra. Mas no logró el conde vencer la conci­
los negocios públicos, principalmente en razón al significado liadora pero resuelta voluntad do la Reina, respecto á no pri­
d e los altos cargos militares vinculados en las direcciones de varse de los servicios de hombres que hablan contraido los
las anuas y desempeñados por generales de antecedentes mas serios deberes en favor de la cansa liberal.
111a re a 11a 111en t.(i eouse rv adoros. En vista de la firmeza que oponía María Cristina á las reite­
La. mayoría deseaba que fuesen inmediatamente separados radas instancias de los dos individuos del gabinete á quienes
los directores de Infantería y do milicias provinciales. Quería, sus compañeros habían confiado el delicado encargo de obte­
sobre todo, deshacerse do Quesada, cuya posición como Capi­ ner la sanción regia á las medidas propuestas como una in­
tan general de Castilla la Nueva y comandante general de la declinable necesidad de la situación, acordaron los ministros
(!uardia,crauua incontrastable barrera para quo pudiese haber presentar su dimisión colectiva, y en la tarde del dia 13 fueron
en Madrid revolución ni movimientos populares coercitivos á anunciársela ála Reina Mendizabal, Almodovar y Rodil. No
del libre ejercicio de la prerogativa règia. Aspiraba también habiendo esta visita dado el resultado que esperaban los tres
el grupo Caballero, aunque con menos insistencia, á la sepa­ ministros, acordaron en consejo presentarse en cuerpo aquella
ración do Cérdova, deseando fuese sustituido por el general misma noche á S. M. á efecto de emplear el último esfuerzo y
Evans, pues todavía Espartero, de resultas del asunto dolos salir de la conferencia règia ó triunfantes ó definitivamente
ebapelgorris, no estaba en olor de santidad entre los progre­ dimisionarios.
sistas. Mas la Gobernadora, apacible siempre, pero sin abandonar
Desile que Tsturiz y sus amigos se habían separado de Men­ su propósito de no sucumbir á la exigencia, no admitió las
dizabal, mantenían íntimas aunque reservadas relaciones con dimisiones ni firmó los decretos.
la Gobernadora por conducto do don Antonio Parejo, ex-guar- Tal vez esperaron los ministros al despedirse de la Reina
dia do Corps, compañero y amigo del futuro duque de liián- que acabarían por triunfar de la resistencia y dejaron pasar
sares, sirviendo de órgano á la oposición el procurador por el siguiente dia l·l sin intentar nuevas gestiones.
Córdoba don Manuel Parejo, hermano del citado ex-guardia. Las horas transcurridas desde la salida de los ministros del
Y no se limitaban los trabajos de la minoría que acaudilla­ Pardo hasta la mañana del 15, cuando Almodovar se presentó
ba Isturiz á sus inteligencias con la corte del Pardo. Acababa á tomar las órdenes de la Reina, habían bastado á esta para
de formarse en la vecina Francia el primer ministerio que resolverse á poner término al conflicto.
presidió Thiers, y como aquel estadista do amplias miras y El conde oyó de los labios de la Gobernadora que en uso
maduro juicio, daba al tratado de la cuádruple alianza su de su prerogativa, había encargado á don Javier Isturiz la
verdadera int eligencia, aunque sin avanzar hasta el extremo formación de un nuevo gabinete, y el de Almodovar, sino sor­
de embarcar á la Francia en una intervención directa en favor prendido, enterado de que la crisis había llegado á uno de
de la causa de la Reina, había no obstante hecho esperar que sus dos indeclinables desenlaces, autorizó con su finna los de­
se prestaria á una dicaz cooperación, favoreciendo la forma­ cretos que admitían su dimisión y la de sus compañeros,
ción do cuerpos auxiliares compuestos do licenciados del ejér­ como igualmente la del decreto que nombraba á Isturiz mi­
cito de aquella nación. Esta expectativa que alimentaba cerca nistro de Estado con la misión de formar gabinete.
ile la Reina y de Isturiz ct conde do Kayncval, embajador de Los interesantes pormenores que señalaron las curiosísimas
Luis Felipe, inspiraba ánimo á la corte, no menos que confian­ negociaciones que precedieron y acompañaron el cambio de
za y resolución á Isturiz y á los amigos con quienes este con­ gabinete, se publicaron con escrupulosa exactitud en un artí­
taba para reemplazar á Mendizabal, tan pronto como las culo de la líenista Mensajero de 2(1 de mayo, trabajo que, con
exigencias de esto colocasen á la Peina otila alternativa do datos suministrados por Isturiz y por Galiano, escribió el re­
cubrir su responsabilidad, formando un nuevo ministerio, úni­ dactor de aquel periódico señor Angulo, artículo que antes de
ca manera legal do no tener que sucumbir á la presión ele los ver la luz pública pasó por el crisol de la augusta señora que
exaltados. tan principal papel juega en aquel relato.
Mendizabal, don Fermin Caballero y sus amigos, queriendo Pero lo que no se encontrará en ningún periódico ni opús­
prepararse para la disidencia, que veian próxima á estallar culo de aquella época, ni en ninguna de las obras de verda­
entre la Reina y sus ministros, encontraron un aliado en la dero carácter histórico que despues se han publicado, lo que
persona de un general que había represe,litado diferentes pa­ dará á conocer por culpa de quién se formó prematuramente
líeles desde la muerto del Rey, poro que en aquellos momentos el gabinete Isturiz, el que de haber venido mas tarde y de
prestó oidos á las pláticas y halagos do los progresistas. El otra manera habría evitado cl motin soldadesco de la Granja
marqués do Rodil, ti quien ya conocen nuestros lectores como y las convulsiones y desgracias de los siguientes años hasta
estratégico, se había negado en los primeros meses de la ad- la celebración del convenio do Vergara, lo hallará el público
minist ración Mendizabal á aceptar, bajo la presidencia de este, en el Memorandum que sobre los hechos que precedieron á
el minisi crio de la Guerra. Pero habiendo observado con estu­ la formación del gabinete Isturiz nos ha sido comunicado por
dio los adelantos hechos por la opinion progresista, que con­ persona que directamente intervino en la curiosa negociación
sideró la preponderante, prestóse Rodil en los últimos dias del de que da cuenta dicho documento.
mes de abril á sustituir al conde de Almodovar, quien vacó I Las explicaciones quo acabamos de referir, sin la menor
EDA» MODEHNA

duela emanadas, como queda antes dicho, de los ministros, para sacar todas las consecuencias que en beneficio de la Pe­
presentan un solo aspecto de la cuestión, el de las exigencias nínsula encierra el tratado do. Londres do 183-1.
do Mendizabal para que la Reina accediese á las separaciones »Los antecedentes liberales de Mendizabal, su habilidad y
lier las que tan vehementemente instaba el gabinete, compe­ buena suerte en la gestion de la campaña portuguesa, lo hi­
ndo á ello por la impaciencia de los procuradores de la re­ cieron considerar como un hombre A propósito para servil-
union Caballero. útilmente á la causa de la Reina, pero la experiencia me luí
Tero el recto é imparcial criterio histórico exige otros datos hecho conocer que carece de tacto y que se lia enajenado las
para apreciar con pleno conocimiento de causa sobre quiénes simpatías de las clases conservadoras, que consideramos eomo
debe recaer la responsabilidad de los sucesos que siguieron á elemento indispensable para la consolidación del trono de la
la nueva disgregación que el advenimiento del gabinete Istu- Reina.
riz, atendida la manera como se efectuó, introdujo en las ya »No es posible desconocer lo delicada que es al presento la
divididas filas de los partidos liberales. situación en que Vds. se encuentran. Disimilo el Estamen­
Antes de ocuparnos de la composición del nuevo gabinete to elegido bajo el ministerio Martinez do la Rosa y reempla­
y de los graves sucesos que acompañaron su existencia, cor­ zado por el convocado por Mendizabal, su mayoría exige do
responde dar cuenta de las negociaciones ¡í que hemos aludi­ este imperiosamente los cambios militares quo repugnan A la
do y que tuvieron por objeto facilitar el advenimiento de un Reina.. No ignoro que la dificultad constitucional puedo, sor
gabinete Isturiz por medios que habrían salvado todos los resuelta por un cambio de ministerio y que la Reina piensa
peligros que no tardaron en surgir. en su amigo de Vds. el señor Isturiz; pero harto conoce V.
Hé aquí la comunicación que debemos al hombre público que la formación de un gabinete presidido por dicho distin­
que intervino en el asunto, y cuyo nombre no nos permite guido hombre público la hace imposible la mayoría de la
estampar la circunstancia de que todavía vive y que no nos actual cámara, y como no tienen Vds. ley electoral paia pro­
ha autorizado á citarlo (1). ceder A convocar ima nuova, A no volver A servirse de la res­
MEMORANDUM tringida ley en virtud de la cual se eligió el Estamento de
Martinez de la Rosa, ley que la corona misma lia condenado
«No es necesario acudir A otros asertos que A los datos co­ y tomado el compromiso de que seria reemplazada por la que
nocidos por la generalidad del público para tener cabal idea de se halla pendiente de discusión en el actual Estamento, re­
la predilección y del favor con que los ingleses y su gobierno sulta de ello que un gabinete Isturiz se verá privado del me­
miraban la persona de Mendizabal, en la que, en el interés de dio legal de hacer nuevas elecciones.
su alianza con España, fundaban las lisonjeras esperanzas tan »Hay mas todavía; no ignora V. los grandes apuros en que
notoriamente evidenciadas por la frase puesta en boca de la se halla el gobierno para atender Alas necesidades de la guer­
reina Victoria á la apertura del parlamento, por la que enca­ ra. Mendizabal tiene contratado en Londres un empréstito
recía lo mucho que la causa de la Reina debía esperar do los para sacar A vuestro tesoro de sus mas urgentes apuros. Allo­
servicios de Mendizabal. Pero el favor dispensado al ministro ra bien: la caída inmediata de Mendizabal baria fracasar el
español no impedia al representante de S. M. B. en Madrid empréstito é imposibilitarla la votación de la ley electoral.
sir Jorge Williers, futuro lord Clarendon, conocer el terreno »Además, no quiero ocultar AV. que la inmediata caída de
que el protegido de su gobierno habiaperdido entre sus com­ Mendizabal seria mirada en Inglaterra y en Europa, como un
patriotas, las faltas que habia cometido, la pendiente insegura desaire experimentado por la política de mi gabinete.
por que caminaba ; tenia también conocimiento de la escena »Un medio hay sin embargo de que semejante situación
ocurrida en el palacio del Pardo entre la Reina gobernadora : cambie sin lastimarnos y muy A beneficio de España y de sus
y su primer ministro en la noche del dia en que se celebró el amigos políticos de V.
escrutinio de las elecciones de la provincia de Madrid, y co­ »Nosotros.aceptaremos con mucho gusto la formación de
nociendo que Mendizabal se desprestigiaba y que acabaria ' un gabinete presidido por el señor Isturiz; solo pido que se
por comprometer los intereses peninsulares acariciados por ; ine dé el tiempo indispensable para que mi gobierno aprecio
el gabinete de Londres, deseó sir Jorge acudir con tiempo al la necesidad de semejante cambio. Yo me ofrezco A facilitar­
remedio, y en los mismos dias en que mas empeñada se ha­ lo, contrayendo con el señor Isturiz el compromiso de que,
llaba la. lucha entre la Reina y su gabinete sobre la mudanza votada que sea la ley electoral que se discut o, encuentre en
de los mandos militares, sir Jorge llamó con urgencia á un ella el medio expedito y legal de juntar nuevas Cortes. Me
liberal de notorio abolengo, emigrado de 1823 y que desde su comprometo igualmente A que del empréstito que va á con­
regreso A España tomaba una parte activa en la política y era traer Mendizabal en uso de la autorización que tiene de las
conocidamente amigo de Isturiz, de Flores Calderon, de Meca Córtes, no perciba ni un solo real, pues su importe íntegro
y de los demás hombres de 1820 que se habían separado de quedará A disposición del nuevo gabinete.
Mendizabal, y despues de haberse disculpado sir Jorge de la »Respecto á las miras que se nos atribuyen de arrancar del
premura con que habia deseado ver al sujeto cuya visita reci­ gobierno español ventajas comerciales exclusivas, estamos
bía, le dirigió la siguiente plática. muy léjos desemejante pretensión. Nuestro único deseo res­
»Sus amigos ele V. los conservadores están en la equivocada pecto A franquicias arancelarias, se reduce A que podamos te­
creencia de que mi gobierno favorece en España al partido ner depósitos de carbon en las costas cantábricas para el uso
revolucionario, y que por rivalizar con Francia somos hostiles de nuestros buques de guerra empleados en servicio déla cau­
al partido moderado. Semejante creencia carece ele todo fun­ sa de la Reina. Del mismo modo deseamos conservar con ia
damento; no aspiramos á ejercer una influencia preponderante Francia la mayor armonía para que la mútua cooperación do
que pese sobre la política y la independencia del gobierno los dos gabinetes de París y de Londres contribuya al triun­
español. La libertad ele la Península, el interés ele la causa fo de la libertad en la Península que, como he dicho, es nues­
constitucional en España y en Portugal, hacen parte integran­ tro único interés. Ahora bien, para que todo esto se realice,
te dol sistema de relaciones exteriores ele mi país, elesele que he llamado á V. A fin de que hable con su amigo el señor
poniéndonos en pugna con las prcelilocciones ele los gabinetes Isturiz, le manifieste lo que estoy explicando AV. y lo dispon­
del Norte, firmamos el tratado de la cuádruple alianza. La ga A que se preste A aplazar la formación do su gabinete por
ruina de la causa de la libertad en la Península ibérica equi­ los pocos ¿lias que bastan para que queden ultimados los asun­
valdria A una derrota moral para Inglaterra. El evitar que tos de que le he hecho mérito, y añada V. A sii amigo que do
semejante elesgracia sobrevenga es nuestro único interés con cuanto digo estoy dispuesto á dar las garantías que requiere
relación á España, y para conseguirlo léjos de separarnos de asunto ele tanta importancia.
la Francia, deseamos que ella permanezca unida á nosotros »Si como es de esperar de su patriotismo, entra el señor
(1) Teucuios, sin embargo, entendido que las Memorias históricas
Isturiz en el orden de ideas que acabo de expresar A V., dígalo
que tiene escritas el autor á que nos referimos, confirmarán y añadirán ■que yo haré que las exigencias de Mendizabal se reduzcan al
nuevos esclarecimientos á la relación que contieue el Monoram/um que solo cambio do Ezpelcta y del conde do San Roman, que como
nos ocupa. usted bien conoce, no son hombres cuya capacidad ó cuya
110 il I S T O M A D E E S TA Ñ A

influencia añada un átomo do fuerza á la autoridad de la co­ so las elecciones, aceptó sin vacilar y como quien se halla
rona. Quedando el general Cordo va al frente del ejército del preparado para semejante comprometida eventualidad, la
Norte y Quesada al de la capitanía general de Madrid y de la ardua misión de presentarne ante un Congreso hostil y cuya
Guardia Real, la cuestión de fuerza está resuelta en favor de I mayoría no vacilaba en calificar á Isturiz y sus compañeros
los amigos politicos doV ., á quienes por lo demás considero de apóstatas, situación que los entregaba como atados de pies
bastante ilustrados y conocedores del estado del pais, para y manos ante una mayoría resuelta á apelar á los medios mas
(pie irds ofrecimientos puedan ser atribuidos á otra causa (pie exagerados y violentos para derribar á un gabinete que mira­
al sincero interés de mi gobierno por la Reina de España; ni ba como intruso.
tampoco podrá creerse que los medios que yo tenga de cum­ En su anhelo de corresponder á la confianza de la Gober­
plir lo que ofrezco en la parte que depende del partido pro­ nadora y fiado mas de lo que la prudencia aconsejaba en la
gresista, consistan en otra cosa que en mi indujo sobre Mcn- popularidad de que habia gozado, tanto él, como los distin­
dizabal, en el que á su voz ejerce este sobre la acción de su guidos patricios que formaban su pequeña fracción, apresu­
partido y en la persuasión en que estoy de que la debilidad del róse Isturiz á constituir un ministerio, sin contar con la
mismo retrocederá ante la idea de perder la benevolencia del aquiescencia de la mayoría de los individuos que habían do
gobierno inglés. Queda V. pues, amigo mío, encargado de una formarlo. Guardando para sí la cartera de Estado con la pre­
negociación cuyo éxito puede dar por resultado que el partido sidencia interina, confió el ministerio de la Gobernación al
conservador vuelva al poder por medios francamente consti­ duque de Rivas, el de Marina á Alcalá Galiano, nombró para
tucionales, y sin enajenarse, y antes al contrario, atrayendo Hacienda á Aguirre Solarte, que se hallaba ausente y que no
la buena voluntad de la gran mayoría do los liberales sensa­ aceptó, y otro tanto aconteció respecto al general don Antonio
tos.? Scoanc, que tampoco se avino á entrar en el gabinete, y no
»I’enctrado do la importancia de la comunicación que aca­ proveyendo, por el momento al menos, al nombramiento de
baba de serle hecha, el amigo del señor Isturiz salia de la le­ ministro de Gracia y Justicia, vióse reducido el gabinete á
gación de Inglaterra á la una de la noche del 1:1 de inayo, y solo las tres personas de Isturiz, Rivas y Galiano, encargán­
no queriendo dejar para la mañana .siguiente el desempeño dose interinamente del despacho de Guerra el general Soria
de su delicada mision.se dirigió á la morada de Isturiz, situa­ y habiendo sido designado para Hacienda, por renuncia ele
da en la calle do Peligros, en una casa que ya no existe y Aguirre Solarte, el director de Rentas don Mariano Egea,
sobre cuyo solar se ha edificado otra nueva. quien igualmente se negó á encargarse del elevado puesto
»Hallóle recogido en cama, pero tomó sobre sí el trasno- i ofrecídole.
diado visitador que fuese despertado por el ayuda de cá-1 Fácil es de comprender lo triste y aislado de la situación
niara, ó introducido en la alcoba de su amigo, y sentado á que. afrontaban los tres solitarios ministros que se presentaron
su cabecera, lo relató con prolija exactitud la conferencia en la mañana del 1Gde mayo ante el Estamento de procurado­
que acababa de tener con sir Jorge Williers. res. Necesario fuera haber presenciado el espectáculo que ofre­
»Oyólo Isturiz sin interrumpir al portador del mensaje, • ció el edificio que fué iglesia del convento del Espíritu Santo,
pero mi vez ele abordar las importantísimas cuestiones que I entonces trasforrnado en salon de Córtes, cuando en la maña­
en él iban envueltas y obrando como hombre que tuviese ' na de dicho dia se presentaron en aquel recinto las tres víctimas
previsto lo quo acerca del asunto acababa de oir, ó que de | expiatorias sobre cuyas cabezas iba á rugir la mas furiosa
antemano hubiese adoptado una inalterable línea de con­ tempestad que desde los tiempos de la Convención francesa
ducta, guardó silencio por algunos momentos, al cabo de habían presentado en Europa las luchas del poder contra las
les cuales redujo su respuesta á las siguientes breves y termi­ exigencias del sentimiento popular; pues si bien es cierto que
nantes palabras: no era de temer que presenciase Madrid la entrada en el pa­
«Diga V. á mister Williers, que yo no estoy en el caso de lacio de las Córtes de peticionarios armados llevando en la
dar consejos á mi Reina sino cuando me los pida, y que si me punta de una pica la cabeza de algun moderado, y arrojándo­
hace el boiler de llamarme, no haré otra cosa sino ejecutar lo la sobre la mesa de la presidencia, como lo fué la del infortu­
que me ordene.» nado Frcron por la plebe parisiense en 1TU, no prestándose
»La persona á quien se dirigia esta abrupta contestación á . á tales actos de ferocidad la hidalguía que distingue al pueblo
propuestas tan racionales y tan francas como lo habían sido español ; tampoco á la verdad eran de temer violencias de se­
las del ministro do. Inglaterra, ocupaba una posición bastante mejante indole, ínterin Madrid tuviese en su recinto una
independiente para no ocultará Isturiz su juicio, y lo mani fes- ¡ guarnición mandada por el general Quesada.
ló que procedia con ligereza, y se exponía á comprometerlos . Sorprendió, sin embargo, y afligió á la vez á los que las pre­
verdaderos intereses de la causa do la que tan celoso se mos- ' senciamos, las amarguras y las provocaciones que en un salon
traba-. Observóle que había monos que fiar on las promesas ' poblado por doscientos cincuenta individuos, presa la mayo­
de cooperación que á, la Reina y al mismo Isturiz habia hecho ' ría del paroxismo de la pasión, eran dirigidas á los tres hom­
en aquellos dias el emule Raytieval, embajador do Luis Felipe, , bres que pocos dias antes se sentaban al latió de sus vitupe­
que en las francas manifestaciones do sir Jorge Williers, pues I radoras, y eran por ellos considerados como notabilidades de
la confianza que podia fundarse en las buenas disposiciones ¡ su mismo partido.
de Thiers, la neutralizaba hasta cierto punto la renuencia del Al abrirse la sesión y al tomar asiento en el banco de los
Rey de les franceses ¡í una acción decisivamente favorable al ministros do la corona Isturiz, el duque de Rivas y Galiano,
movimiento liberal de España, renuencia motivada por la es- se les intimó abandonasen el banco negro á pretexto de no
Ireehez de relaciones quo existian entre las Tu 11crías y el haberse recibido en la Secretaría del Estamento los decretos
principo de Metternich. Pero estas prudentes y previsoras ob- i que los nombraban ministros, formalidad que hasta aquel
servaeiones no bastaron para sacar á Isturiz del ufraveesa- momento solo se habia cumplido respecto á Isturiz, único de
inienlo en que su política en aquellos dias navegaba. Mas no los tres ministros á quien so permitió conservar su asiento
queriendo el sujeto á cuyo cuidado habia sido fiada la deli­ con el carácter do consejero do la corona. Galiano hubo de
cada negociación contribuir á croar mayores dificultades alas levantarse y ganar su banco entre los procuradores, ínterin
que ya existían entro la legación de Inglaterra y los consci-- ! el duque de Rivas tuvo que salir del salon, hasta que mas
vadoros, empleó cuanto tacto y habilidad estuvieron á su al­ tarde se dió cuenta de los decretos y volvieron á ocupar los
cance para no separarse de la verdad, y atenuar la crudeza y el i asientos reservados para los secretarios del Despacho.
desden qne envolvía la respuesta del futuro jefe del gabinete !
que iba á reemplazar á Mendizabal.» DOCUMENTO NUM. I
Desatendidos por don Javier los honrosos medios que .
tuvo (‘ii su mano aceptar para haber formado un gabinete j VOTO DE CONFIANZA
viable, y convocado unas Cortes que hubiesen tenido carácter |
do verdadera legalidad, resultado que era dificilísimo alean- . Doña Isabel II, por la gracia de Dios, Reina de Castilla, de
zar ruando no habia ley en virtud de la cual pudieran hacer- i Leoii, de Aragon, do las Dos Sicilias, de Jcrusalcn, de Navar-
E D A D JI OD EU KA 147
lu, do Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallor- 1que Mendizabal desempeñó la cartera de Hacienda. Solo cor­
ca, de Sevilla, de Ccrdefia, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, responde al presente ocuparnos del primero do estos dos pe­
de Menorca, de Jaén, de los Algarbes,de Algeciras, de Gibral- 1ríodos, durante, el cual ejerció Mendizabal un poder dictato­
lar, de las islas Canarias, de las Indias Orientales y Occiden- ¡ rial hasta cierto punto, prevaliéndose para ello del voto di:
tales, islas y Tierra Firme del mar Océano, archiduquesa ■confianza, autorización legislativa bastante limitada, pero en
de Austria, duquesa de Borgoña, de Brabante y de Milan, ' la que so apoyó el ministro para decretar medidas y adop­
condesa de Hapsburg, Flandcs, Tirol y Barcelona, señora de I tar reformas cuyas consecuencias debían hondamente alterar
Vizcaya y ele Molina, etc., etc., y en su reíd nombre doña ' las condiciones económicas de la nación y conducir á hechos
María Cristina de Borbon, como Reina gobernadora, durante de tanta gravedad, que. no han podido monos de influir sobro
la menor edad de mi excelsa hija, á todos los que la presente , el porvenir económico de la misma. En dicho primer periodo
vieren sabed: que habiendo juzgado conveniente presentar á de su gestion financiera, obró Mendizabal dentro do una ór­
lasCórtes generales, con arreglo á lo prevenido en el Estatuto bita que todavía podemos llamar conservadora, en principio
Real, un proyecto de ley sobre el voto ele confianza pedido por al menos, por hallarse funcionando el Estamento popular
el gobierno á las mismas, y habiendo sido aprobado dicho traído por el ministerio Martinez de la Rosa.
proyecto de ley por ambos Estamentos, como á continuación La segunda época de la gestion rentíst ica, del que podemos
se expresa, he tenido á bien darle la sanción real. apellidar el ministro de Hacienda de la revolución, imprimió
Las Cortes generales del reino, despues de haber examinado á todas sus operaciones el sello de su personalidad, de una
con el debido detenimiento y observado los trámites y forma­ manera tan característica que ha dejado huella no solamente
lidades prescritas, el voto de confianza pedido por el gobierno en punto á procedimientos administrativos, sino también en
de S. M., presentan á V. M. el siguiente proyecto de ley, para el guarismo de la deuda pública, que acrecentó en vez de dis­
que si lo tiene á bien se digne darle la sanción real. minuirlo, como con repetición había anunciado que lo baria.
Artículo 1." Se autoriza al gobierno de S. M. para que pue­ En el capítulo II de este libro se hallan consignadas las lison­
da continuar recaudando las rentas, contribuciones é impues­ jeras esperanzas con que entró Mendizabal á regir la i lacienda
tos aprobados en la ley de 26 de mayo último, y para aplicar queen tnnmal predicamento habia dejado el conde, de Toruno.
sus productos á los gastos del Estado, sujetándose en los or­ Sucedió á aquel como titular de dichaenrtcrabajo los favorables
dinarios á bus disposiciones que contiene, pudiendo dismi­ auspicios de la gran posición y crédito financiero que habia
nuirlos y de ningún modo aumentarlos, hasta que se pre­ adquirido en Inglaterra, y grandemente favorecido por la ilu­
senten los presupuestos á las Cortes en la primera próxima sión que en el público causaron las promesas de hallar recur­
legislatura. sos sin imponer tributos, ni contraer empréstitos; y por la
Art. 2." Se lo autoriza igualmente para que sin alterar los reiterada y solemne oferta de mejorar la suerte de los acreedo­
i,¡pos esenciales de las contribuciones, pueda hacer las alte- res del Estado, colocando nuestra deuda pública en las con­
racioncs que estime convenientes en el sistema de adminis­ diciones que llamaremos europeas, ó lo que es lo mismo, pro­
trarlas y exigirlas, con c-1 fin de aumentar sus valores y de porcionando á nuestros títulos de renta, fácil y acreditada
disminuir en lo posible las trabas y los perjuicios que causan circulación en las bolsas extranjeras.
á los contribuyentes y al tráfico. Atrevidaera la promesa y nada fácil de llenar el compromiso,
Art. 3.” Se autoriza del mismo modo al gobierno de S. M. pero tampoco cabe decir que fuese inasequible. Cabia «adoptar
para que pueda proporcionarse cuantos recursos y medios dos puntos de mira á los que servían de fundamento prece­
considere necesarios al mantenimiento y sosten de la fuerza dentes que tenia Mendizabal muy cercanos y que no debieron
annada y á terminar dentro del mas breve término posible la escapar á la meditación de un hombre práctico, y mas parti­
guerra civil. El gobierno no podrá proporcionarse estos me­ cularmente á un hombre de negocios. Nadie mejor que Men­
dios en empréstitos ni en la distracción de los bienes del Es­ dizabal sabia la suprema necesidad de «arbitrar reclusos para
tado destinados, ó que en adelante se destinen á la consoli- la guerra. El mismo que por la agenciado su casa de Londres
díicion ó amortización tie la deuda pública, cuyas mejoras representada por el señor Carbonell, levantaba dinero para el
procurará asegurando la suerte de todos sus acreedores. equipo y la organización de la legion inglesa, harto sabia que
Art. 4.° El gobierno dará cuenta á las Cortes en la próxi­ solo en el extranjero encontraría fondos para España; y des­
ma inmediata legislatura del uso que hubiese hecho de las pues de lo sucedido con el malhadado arreglo de la deuda
facultades extraordinarias que se 1c confieren por la presente exterior hecho por el conde de Toreno, y que según queda
ley y de las conferidas anteriormente. demostrado en el capítulo Y, produjo que se nos cerrase el
Sanciono y ejecútese.—Yo la R eina gobeunadoua.—Está mercado monetario europeo, cuyas puertas nos estuvieron de
rubricada de la real mano. En el Pardo á 1(1 de errerò de l#?30. par en par abiertas, ínterin las bolsas y los banqueros conser­
—Como presidente interino del Consejo de ministros, Juan varon esperanza de que aquel arreglo hubiese sido lo contra­
Alvarez y Mendizabal. rio del efectuado por el conde de Toreno, claramente estaba
Por tanto, mando y ordeno quo se guarde, cumpla y eje­ en su consecuencia indicado lo que en este punto era conve­
cute la presente ley, como loy del reino, promulgándose con niente hacer. Llamar á conversion en deuda activa aunque
la acostumbrada solemnidad para que ninguno pueda alegar hubiese sido progresivamente, como mas tarde lo hizo Bravo
ignorancia, y antes bien sea de todos acatada y obedecida. Murillo, la deuda pasiva creada por el arreglo de la exterior
Tendrcislo entendido y dispondréis lo necesario ó su cumpli­ hecho por Toreno, y respecto á las demás clases de deuda
miento. Estri rubricado de la real mano. En el Pardo á 16 de consolidada y por consolidar, presentábase la fundad ¡i proba­
enero de 1830.—A D. Juan Alvarez y Mendizabal.» bilidad, con tal que se hubiese sabido aprovechar los recursos
de la desamortización, de haber logrado de los acreedores
C A P IT U L O V I extranjeros una reducción de los intereses de la deuda activa
por medio de la conversion en renta del tres por ciento de los
Sistema económico de Mendizabal títulos del cinco, operación esta última que á juicio de todos
los financieros entendidos, habría sido realizable, acompañán­
Para comprender en un mismo estudio y juzgar bajo un dola de garantías para el pago do los intereses, garantías que
sintético punto de vista la influencia que sobre la Hacienda debieron buscarse y habría proporcionado un uso prudente
de España tuvo la gestion de la misma por Mendizabal, ha­ de los recursos que. daba la desamortización. El otro prece­
bría que abrazar en un mismo cuadro las dos distintas épocas dente que debió ser consultado lo era el que ofrecía el pru­
en que aquel hombre rigió los negocios públicos. Su primer dente y acertado sistema seguido por el ministro don Luis
fugaz y brillante período que comenzó el 14 de setiembre Lopez Ballesteros, por medio de la caja de amortización, res­
de 1835, terminó en 15 de mayo siguiente á la formación del pecto á la deuda interior que no gozaba do intereses, y á la
gabinete Isturiz. La segunda época abraza desde la proclama- que era indispensable llamar ¡í la consolidación paulatina­
don de la Constitución de 1812 y su juramento por la Reina mente yen cierto número de años, «si se deseaba que el Erario
gobernadora hasta la caida del gabinete Calatrava, en el tuviese crédito y pudiese servirse de él en condiciones razo-
HR l i r s T O R I A HE ESPAÑA

nablos. Poro ni una ni otra cosa hizo Mendizabal, como será Lejos do que semejante declaración tranquilizase á los inte­
muy fácil demostrarlo. resados, produjo una baja en el curso de los efectos públicos,
Desde M de setiembre de lR3fi hasta febrero del 3ti, no lo que afectó vivamente al ministro y lo dispuso á no retardar
adoptó ninguna medida orgánica de suficiente importancia lo que tenia hacia tiempo meditado y que constituía el secre­
para mejorar la Hacienda. Imi los artículos de la ducetti, to, el talisman de su sistema rentístico, la expropiación del
(pie, (amie antes se lia dicho, escribía don Alberto Dista so­ clero regular de ambos sexos, declarando los predios rústicos
bre notas é ideas suministradas por el ministio, se ollocian y urbanos, censos y cuanta propiedad mueble ó inmueble
grandes mejoras y de inmediato efecto cu favor do los acree­ constituía la dotación de las numerosas casas religiosas exis­
dores (leí listado, promesas (pie no pasaban de \agas, si bien tentes en España, como bienes pertenecientes á la nación.
de grandísimo efecto, viniendo de un hombre en cpiien se Hasta aquí y caso de haber sometido la radical medida á
suponía la mayor capacidad rentística comprobada por el la aprobación de las Córtes, podia cohonestarse como adopta-
éxito de su gestion do los negocios de Portugal. Aquellos ! da en uso del voto de confianza; poro no se limitó á esto Men­
artículos y las ignotas maravillas que los bolsistas se compla­ dizabal, sino que por un acto de la omnipotencia ministerial,
cían en deducir del enigma del voto de confianza, comuni­ disponía do la fortuna pública, prejuzgando el destino que las
caron á los ánimos de los comerciantes de Madrid, de Cádiz, Córtes juzgaran mas conveniente dar á los bienes y decretan­
de Málaga, de Sevilla, do Santander, á todos los hombres que do su inmediata aplicación á la deuda poniendo en venta las
en lis)taña poseían capitales mobiliarios, y habían comenzado fincas, cuyo pago había de efectuarse enei papel menosprecia­
á interesarse en operaciones do crédito desde el tiempo do do, sin morcado y sin empleo, que constituía los títulos de las
liallesteros, una comezón de negocios que valió á Mendizabal diferentes clases de deuda, activa, pasiva, consolidada ó pen­
la, clientela de la generalidad dolos especuladores al alza y de diente de liquidación, la que ganaba intereses á metálico, la
cuantos fundaban esperanzas en ol doble resultado de que la que solo los adeudaba á papel y por último la llamada deuda
guerra se terminaria en breve, y de que se mejoraría la Ha­ . sin interés, masas de créditos que desde los tiempos de la mo-
cienda y se consolidaria ol crédito de la nación. Pero seme­ ' narquía secular y trayendo la rastra de los desastres de la in­
jante. expectativa que mantenía en los ánimos una fiebre de vasion francesa de 1808, de la pérdida de las Amóricas, de la
especulación por demás convulsiva, no hacia entrar en ol te­ repudiación hecha por Fernando VII de los empréstitos de las
soro ni un solo maravedí, y como las necesidades d e l‘Erario Cortes y de las pródigas emisiones de títulos autorizadas por
eran grandes y perentorias las del ejército, el hombre que se dicho Rey para apuntalar su absolutismo, constituían un total
]labia comprometido á encontrar recursos sin imponer contri­ de obligaciones que no bajaba de doce á catorce mil millones
buciones ni contraer empréstitos, se aventuró á buscarlos en de reales, en su mayor parte aun por liquidar, y á cuyos tene­
negociaciones clandestinas efectuadas en el extranjero. dores se entregaba el activo que la desamortización eclesiástica
Hizo por un simple,/mi, emanado do su privativa autoridad, iba á poner en manos del Estado, sin saber en qué proporción se
uso (lo 3HU millones de reales en certificados de la deuda exte­ hallaba el valor de la hipoteca con el del importe de la deuda
rior que se. hallaban en manos de la comisión de Hacienda de á que con ella se quería hacer frente.
Londres, con destino á la conversion á que era llamada la Todo el porvenir económico de la nación dependía, ajuicio
deuda exterior por la ley de 1.R34. de los hombres mas entendidos y según la opinion umversal­
Negoció además Mendizabal en letras sobre Filipinas, la mente admitida, del pingüe recurso de los bienes nacionales.
Habana y Puerto-Pico en anticipación do futuros sobrantes La naturaleza do estos, consistente en predios rústicos y ur­
de aqiielias cajas, cincuenta millones; igual cantidad levantó banos y en censos pertenecientes alas comunidades religiosas,
sobre los rendimientos do las minas de azogue de Almadén, y constituía el haber nacional, la prenda y la garantía de la
por último, libró al descubierto sobre el extranjero y las pla­ deuda pública, cuyo arreglo y mejora, obedeciendo á los bue­
zas del reino otros cincuenta millones, cantidades que juntas nos principios de economía pública, debió haber tenido por
componen la suma de quinientos millones, cuyo producto base y punto do partida la liquidación y reconocimiento de
electivo escasamente llegó á la mitad, hechos do los que. cla­ la parte que no se hallaba consolidada, á fin de que, conocido
ramente se deduce (pie emitiendo deuda extranjera, que aun­ que hubiese sido su guarismo y formado el inventario de lo
que so hallaba en manos do las dependencias del gobierno, no que la nación adquiria, á consecuencia de la abolición de las
le pertenecían y ten«Iría el Erario que reintegrar en su dia, órdenes monásticas de hombres y de la apropiación al Estado
aumentaba Mendizabal do hecho el capital de la deuda en de los bienes délas monjas (de los que también dispuso el de­
circulación y contraía un verdadero empréstito que obligaba creto de 7 de marzo do 1S3<>), haber adquirido exacto y cabal
¡i la nación al pago anual do diez y siete millones y medio de conocimiento de si los predios nacionales bastaban á cubrir el
intereses. 1labia del mismo modo el ministro absorbido consu­ capital de la deuda consolidada y el de la llamada sin interés,
miéndolos por anticipación los rondin lientos do los ramos mas toda vez que las mas sencillas nociones de equidad no con­
productivos, incurriendo para realizarlos en un enorme sacri­ sentían que si dichos bienes no alcanzaban á la extinción de
ficio que los hombres mas competentes graduaron ascendia á la deuda, se crease una situación privilegiada en favor de los
mas de un .*>0 por 100. Esto en cuanto á la manera de levantar acreedores que se apresurasen á adquirir bienes del Estado,
recursos, que Itabia ofrecido Mendizabal no buscaria sino dejando en el aire aquellos para cuyo pago no quedasen in­
dentro do medidas regulares y eon conocimiento y aproba­ muebles quo adjudicar.
ción de las Cortes, las que ni pudieron ser consultadas, y no Esta última trascendental medida, que desde el reinado de
siéndolo, no cabia legalizar dichas operaciones como com­ C'árlos 111 y en el de Carlos IV preocupó á los ministros de
prendidas dentro do los artículos del voto de confianza. dichos Reyes, llevaba en su seno, además del problema econó­
Hasta ol H¡ de febrero no adoptó Mendizabal su primera mico, ol no menos trascendental en c,l orden político, de cómo
medida do carácter general en materia de crédito, consignada so baria el traspaso ó trasferencia de los bienes del clero, si
en un decreto por el que so mandaba proceder á la liquida­ como la gravedad del asunto lo exigia, se hubiese tenido muy
ción do los créditos no comprendidos en el arreglo presentado presente que, tratándose do la desamortización eclesiástica,
á las Cortes por Torcilo en 1834; mas como dicha operación iba á ser España la última nación europea que la decre­
alarmase, á los tenedores del papel consolidado en razón á la taba, por lo que importaba evitarlos gravísimos inconvenien­
competencia que á este liarían los nuevos títulos que se crea­ tes que los procedimientos empleados liabian á la larga acar­
sen en virtud de la anunciada nueva liquidación, creyó Men­ reado en Inglaterra, Alemania y Francia. En el primero de
dizabal quo calmaria la alarma de los interesados en títulos estos países sabido es que Enrique VIII hizo del despojo y
circulantes haciendo declarar por medio de la Gucetu, que no distribución do los bienes del cien» regular, el cebo y la gran­
era la cuantía de la deuda la que debía preocupar á los acree­ jeria de los magnates que se le unieron para llevar á cabo su
dores del Estado, con tal que los medios aplicados ó que pu­ célebre reforma eclesiástica.
dieran aplicarse á su pago alcanzasen como el gobierno se lo No liabian obrado con mas desinterés que Enrique VIII los
proponía, destinándolos recursos necesarios para hacer frente príncipes prol oslantes do Alemania cuando protegiendo á
á las nuevas obligaciones (pie cont rajese. Lutero se separaron de Roma é hicieron la guerra al Empera-
EDAD MODERNA 149

dor. El sistema de confiscación en masa á beneficio de sus transformación de la propiedad territorial, estaba su gobier­
Erarios para ser distribuido á magnates que seguían la ban­ no, estaban sus hombres públicos en la obligación de haber
dera de aquellos príncipes, privó á la propiedad eclesiástica, hecho objeto do profundo estudio y de escrupuloso examen
tanto en Alemania como en Inglaterra, del carácter que la cuál seria la mejor manera de disponer de los bienes nacio­
Mesia le había dado, de dotación aplicable á la instrucción, nales.
af socorro y á las necesidades á que en siglos anteriores pro­ Los pensadores, los patricios honrados de los tiempos (pie
veía la Iglesia, sin que baste para privar á la propiedad ecle- habrán de seguir á las deplorables luchas de los partidos que
siástica de la bondad que caracterizó su primitiva aplicación, (.raen gastada la vitalidad de España desde hace tres cuartos
el hecho histórico de los abusos que de su riqueza había de siglo, dudarán sobre quién recae mayor responsabilidad, si
hecho el clero católico en todos los Estados do Europa, abu­ sobre los autores del sistema de desamortización de 183(5, ó
sos que dieron en gran parte sin duda origen á que estallase sobre la ignorancia y la complicidad del país, en haber dejado
la reforma de Lutero y á que al cisma y fraccionamiento de que un sistema empírico y á todas luces desastroso, so sobre­
la Iglesia de Oriente siguiese en el siglo xvr el de la de Occi­ pusiese al mas sabio y menos expuesto á decepciones, que en
dente. la época á que nos referimos sucumbió á impulso de las pre­
Todavía mas contrario tanto á la índole de la propiedad ocupaciones y á las perturbaciones de la guerra civil. El pri­
eclesiástica como á los intereses bien entendidos de las clases mero de los dos sistemas á que aludimos fue el que envolvían
populares, fuó el sistema que la revolución francesa aplicó á los decretos de Mendizabal disponiendo que los bienes nacio­
la desamortización. Los bienes del clero, tanto secular como nales se entregasen para amortizar la deuda pública consoli­
regular, los vendió la Convención, disponiendo fuesen pagados dada y la sin interés, admitiendo en pago un papel, cuyo curso
en la clase de papel llamado asignados, y cuyo valor á poco evaluado al término medio del precio que tenían dichas dos
de puesto en curso llegó á perder 1,000 por uno, pues so pa­ clases de valores no cxccdia del 20 por 100: sistema con el que,
gaban 1,000 francos en asignados por objetos de consumo que si bien podia alimentarse la ilusión do que las pujas á que
podian cómprame á metálico por un franco, y cuenta que daba lugar la depreciación de dicho papel hiciesen subir las ad ­
este género de adquisiciones eran las de carácter mas moral judicaciones á doblo ó triple valor del de la tasación, solo lle­
y de mayor legalidad en curso en aquella desastrosa época garon á obtenerse resultados de esta especie cuando la termi­
de la revolución francesa, pues en su período álgido las parti­ nación de la guerra y el concordato con liorna hicieron adqu irir
das de expoliadores que se derramaron por el territorio francés confianza en la estabilidad de las compras do bienes naciona­
y á las que se dió el nombre de bandes noires se apodera­ les. Pero desde 183(5 á 1841, y principalmente respecto á los
ban por la fuerza de los edificios, saqueaban su mobiliario ó bienes de los regulares y los de las monjas, fué lo mas general
lo reducían á cenizas, so repartían los muebles susceptibles que las adquisiciones se hiciesen, si no por el precio de tasa­
de ser trasportados ó ponían en venta los despojos de sus de­ ción, mediante pujas que trocaban papel depreciado por fin­
moliciones. cas pingües de valor efectivo y de rédito correspondiente. En
Las tres citadas experiencias que suministraban las nacio­ aquellos primeros años de la desamortización, no llegó la de­
nes que precedieron á España en la reforma de sus institu­ preciación de nuestro papel al nivel de la de los asignados de
ciones y de su estado social, no prueban seguramente que la Francia; tampoco en verdad tuvimos bandes noires que re­
transferencia de la propiedad eclesiástica no debiera efec­ corriesen el país y expoliaran impunemente y á mano armada
tuarse; mas era harto evidente que los establecimientos re­ las pertenencias de los conventos; pero no porque no se diese
ligiosos se habían enriquecido en la Edad media, no ya co­ el ejemplo de idénticos escándalos, dejaron los abusos de ser
mo vulgarmente se ha creído por fanatismo ó por efecto de tan frecuentes, que fácil seria señalar, á no vedarlo la impar­
la captación ejercida por los eclesiásticos, sino porque en cial reserva á que obliga el criterio histórico, los multiplica­
realidad desempeñaba el clero en aquellos siglos una gran dos casos en los que so adquirían fincas, no solo de balde,
misión social y proveía todavía tanto á las necesidades ma­ sino que fueron pagadas con sus productos y quedaron to­
teriales de los indigentes como á las morales de la cris­ davía sobrantes á beneficio de los compradores. Capital de
tiandad. provincia hubo donde por manejo de los muñidores que capi­
El cloro había conservado en sus catedrales y en sus con­ taneaban las turbas, no solo fueron escandalosamente bajas
ventos los depósitos de la ciencia, en medio de la oscuridad las tasaciones de fincas de gran valor, sino que ahuyentados
de los siglos feudales. El clero enseñaba, poblaba y mantenia de las subastas los licitadores, por temor de la brutal clientela
las universidades, suplia con su autoridad á la no existencia de los privilegiados, so adjudicaban á estos las fincas por un
del derecho público, tanto patrio como internacional, fundaba insignificante aumento sobre el valor de la amañada nominal
y sostenia escuelas y hospitales, redimia cautivos, y hacia y tasación. Y no se limitaron á esto los fraudes y el peculato.
desempeñaba en suma todas las funciones tutelares que el Entre atrevidos especuladores y las oficinas de bienes nacio­
Estado ha tenido que ir sucesivamente llenando, porque el nales liabia inteligencias que permitían ocultar ó falsificar los
clero había cesado de proveer á ellas desde que pasó de sus títulos de las fincas y de sus linderos en términos que provin­
manos á las de las clases laicales la lumbrera de la inteligen­ cias hubo y no lejanas de Madrid, en las que se extendieron
cia y del saber. los limites de las adquisiciones al extremo do hallarse pues­
Mas si estas consideraciones bastaban para justificar que la tos en posesión de miles de fanegas de tierra, compradores
Iglesia fuese expropiada en el sentido de tomarle lo supèrfluo que solo tuvieron que pagar algunos centenares de ellas.
de lo que había recibido en depósito, en el interés de la so­ Esc fatal sistema que abría la puerta á tales abusos, estri­
ciedad; esto no desnaturalizaba el derecho de reivindicación baba en un engaño y en una injusticia; siendo el primero,
que ejercía el Estado. Atendidos la índole y carácter de aque­ pretender que se iba á pagar una deuda cuya importancia
lla propiedad una vez llamada á componer parte del dominio era desconocida, al mismo tiempo que se ignoraba si los re­
público, lícito seguramente era para el gobierno disponer li­ cursos aplicables á su extinción alcanzarían á cubrirla, y en
bremente de ella, pero era su deber efectuarlo de la manera cuanto á la injusticia no podia ser mas evidente en el mero
que mejor correspondiese al interés general, y como en la so­ hecho de que se pagaba instantáneamente, en bienes raíces
ciedad moderna, la instrucción primaria, la tecnológica, las vías entregados á vil precio, á los acreedores mas osados y mas
de comunicación, los establecimientos de crédito, constituyen diestros, ínterin el mayor número quedaban burlados por ha­
las grandes necesidades de la sociedad, justo, equitativo o im­ ber absorbido aquellos la masa de bienes sacados á la venta,
perioso era, que á estas atenciones se destinase lo que las ge­ Y todavía mas que la mala operación rentística que el Es­
neraciones de otro tiempo donaron para objetos análogos. tado hacia, chocaba t al proceder al sentido moral de los hom­
Aunque estas atendibles consideraciones no privaban sin bres amantes de la causa de las reformas, tí los que babian
duda al Estado de la facultad de considerar como interés de padecido todo género de sacrificios y arrostrado una larga
primer orden el pago de la deuda nacional, habiendo España emigración, hombres que vueltos al seno patrio, no explotaban
llegado la última á abordar las grandes reformas económicas para su. medro el movimiento político y lamentaban que los
que habiande.seguir á la desamortización y á la consiguiente bienes nacionales fuesen la granjeria de unos cuantos especu-
150 H I S TO R I A . DE E S P A Ñ A

laderos atrevidos, desaprovechándose la ocasión ilo que so Abrazando y haciendo suyas las premisas sentadas por el
dioso á dichos predios un destino mas conforme al interés ge­ sabio economista el periódico El Español sostuvo una bri-
nera!. : liante campaña en defensa de la luminosa doctrina de Florez
La iniciativa opuesta al desastroso sistema de enajenación Estrada, proponiendo además en el interés de la deuda pú­
de bienes nacionales decretada por Mendizabal, cupo la 1ion- blica, que Mendizábal hacia gala con mas celo que ilustra­
va de formularla al insigue patricio, al sabio economista don ción de querer favorecer, que para atender al pago de los in­
Alvaro Florez Estrada, uno de los muy contados liberales tereses de la misma se secularizase él diezmo, tributación
de 1K1-2, que legraron con Torello, con don Tomás Istu m , el acerca de la cual corria válido entre los incautos reformado­
coronel L’con y Cabrera de Nevares, escapar buscando asilo en res de la escuela progresista, él anuncio de su próxima aboli­
Inglaterra á los furores de la reacción realista de 1811. ción. Demostraba El Español con argumentos sin réplica,
Desde aquel país escribió-Florez Estradasi! célebre repre­ que el diezmo no era, como vulgarmente se croia, una contri­
sentación á Fernando Vil, escrito en el que con respetuosa bución pagada por los colonos, sino un censo que pesaba
dignidad pero con viril y patriótico acento ponia de mani­ sobre la tierra y que mediante su carácter tradicional y per­
fiesto su autor los sacrificios hechos por la nación para resca­ manente componia parte integrante, si bien subentendida, do
tar al Key de su cautiverio, la necesidad yol deber en que las la renta de la tierra. En este concepto su abolición pura y
Cortes se habían encontrado de votar la Constitución y el de­ simple debía traer, si no inmediatamente al cabo de cierto
recho (pie á los españoles asistía para revindicar su libertad tiempo, un indefectible aumento en el arrendamiento de las
perdida. La representación de Florez-Estrada, impresa en Lon­ tierras, lo cual equivalia á un regalo hecho á sus propietarios,
dres y que eon profusion había clandestinamente circulado por toda vez que las habían heredado ó adquirido con un grava­
la Península, filé durante los seis años trascurridos desde 1814 men que disminuía su valor, y del que se aprovecharían gra­
basi a el restablecimiento en 1820 del régimen constitucional, tuitamente, de no aplicar el remedio de sustituir á la aboli­
la bandera, la apología y en cierto modo el lábaro de las ju s­ ción del diezmo, su redención por medio de un cierto número
tas quejas del liberalismo español. Y siendo tan grandes de anualidades que hubieran proporcionado un pingüe recur­
romo de tales antecedentes se desprendía, los títulos que como so aplicable al Erario y á las atenciones de la deuda.
hombre político tenia Florez Estrada para ser escuchado en Los principios sentados por Florez Estrada y corroborados
cuestiones de interés público, iguales si no mayores eran los y adicionados por El Español merecieron la aprobación de
que come hombre de ciencia había merecido de todos los sa­ los hombres mas entendidos en materias de Estado y de mas
bios ile Euroiia su tratado de Economía Política, el que pos­ aventajada posición social. Anónimamente, pero con lumi­
terior á las obras de Smith, de Ricardo y de Malthus, era un nosa convicción, vinieron en apoyo de esta doctrina, comu­
resumen do la ciencia económica, anterior al advenimiento nicaciones dirigidas desde Lóndrcs por el que había sido pre­
de la escuela socialista, advenimiento previsto por Florez Es­ sidente de las últimas Cortes de Cádiz de 1823, y éntrelos
trada y al que señaló prudentes límites. Bajo la autoridad de sujetos que figuraban en la política de actualidad don Anto­
este hombre tan competente en la materia apareció en las nio Pérez ele Meca, Morales de la Cortina, Peña Aguayo, don
columnas de El Español la exposición de un sistema, por el Manuel Parejo y otros insignes patricios unieron su voz á la
que fundándose en las consideraciones contrarias al sistema de Florez Estrada y á la de El Español para colmar el abis­
de la inmediata venta á papel, que anteriormente dejamos mo á que el engreimiento de Mendizabal conducía el porve­
expuesto, y en otros razones de mayor peso, proponíase la nir económico de la nación.
data á censo en/itéut ico de los bienes nacionales adjudicándo­ Pero en ópoeas de revolución, las mas sanas doctrinas, si de
les en tal concepto á los arrendadores del cloro por un canon antemano no han sido expuestas, propagadas y admitidas pol­
igual á la renta en que los llevaran en arriendo y cuyo pro­ la general creencia, se ven desatendidas y ahogadas por la
ducto podria aplicarse á las necesidades del Estado ó al. pago pasión y las exageraciones, compañeras do las reacciones po­
de los intereses de la deuda, según acordasen el gobierno y-las pulares, no menos temibles que las reacciones autoritarias.
Cortes. La disidencia que en el seno del gran partido liberal estalló
En su luminoso escrito probaba Florez Estrada con argu­ entre los que seguían á Mendizabal en sus empíricas reform as,
mentos de incontestable fuerza, no solo que el sistema que y los que con mayor ilustración querían que estas se efectua­
proponía era el mas aceptable, sino el -ú nico compatible con sen con arreglo á principios de moralidad y de buena admi­
la prosperidad futura de nuestra industria, el único conve­ nistración, mareó los derroteros que la revolución iba á seguir,
nís nJe á los intereses de los acreedores del Estado, el único dejando momentáneamente en minoría á los prudentes y á
■popular y de consiguiente el mas ventajoso al sosten de las los avisados, y quedando dueños del campo los que llevados
nuevas instituciones, el único que no perjudicaria á la clase por las impresiones del momento sacrificaban los intereses
propietaria, el -único en fin por cuyo medio so mejoraría la permanentes del país á la imprevisión y á los instintos de las
suerte de los colonos y do la clase proletaria. opiniones mas aventuradas.

LIBRO QUINTO

L A A G O N ÍA D E L R É G IM E N D E L E ST A T U T O R EA L

CA PITU LO PR IM ER O I defensa, juzgada bajo el punto de vista estrictamente consti-


M inisterio Isturiz I tucional. Los progresistas lo rechazaban como hostil á la opi­
nion pública representada por un parlamento recientemente
Su formación.—Su ru p tu ra con el Estamento de procuradores.— Breve elegido, y los moderados podían alegar que las exigencias de
Vtum ultuosa legislatura.—Lu disolución.—La diplomacia de la guerra. ; Mendizabal, impulsadas por las de la mayoría, constituían un
— Viajo á Al adrid del general en jefe del ejército del Norte —Opera­ 1ataque directo á las atribuciones de la corona, en cuya facul­
ciones en el territorio vascongado.—J uicio sobre el mando de Eguía.
tad residían los nombramientos militares. Pero en realidad los
— Mando de Villareal.—U ltim as operaciones de Oórdova.—Prepara la
revolución un nuevo triunfo.—Desatendido medio de haberlo evitado.
argumentos de una y de otra parte carecían de sinceridad,
— El ejército dol Norte y su general en jefe ante la revolución. tratándose de un país tan nuevo en el ejercicio de las institu­
ciones libres, y que además se hallaba en plena revolución y
La formación del ministerio Isturiz, sacado de la minoría siendo presa de las ardientes pasiones imperantes en las épo­
do los Estamentos, era tun susceptible do ataque como de cas de contiendas civiles.
E DA D MOD E K N A lô l
En realidad la Reina y los moderados que habían aceptado palado amenazas por persona de categoría á efecto de liaeu-
]a reforma del Estatuto y las medidas de mas amplia libertad intervenir en nuestras deliberaciones y en la continuación ó
simbolizada en el programa de 14 de setiembre, veian venirse el término de nuestra representación pública, influencias que
encima, á impulso de la mayoría progresista, el restableci­ no reconoce el Estatuto, ni se admiten en ningún país libre.»
miento de la Constitución de 1812, y con ella la subversion Los rumoresá que se referia Lopez, hacían alusión á los (ralos
completa de instituciones conciliadoras y conformes al crite­ pendientes sobre intervención francesa, on la que los modera­
rio político que prevalecía en las demás naciones europeas dos fundaban su esperanza de oponer un dique alas excentri­
eoustitucionalmentc regidas. cidades de los progresistas.
Los progresistas por su parte, dueños de la mayoría, fruto Los ministros rechazaron explícitament o la existencia del
do elecciones en las que mal podría decirse estuviese repre­ denunciado tercer partido, pero sus declaraciones fueron ob­
sentada la voluntad del país, toda vez que habían sido hechas jeto de la befa y de los murmullos de la tribuna pública, ocu­
con arreglo á una ley electoral extremadamente restrictiva y pada en aquel dia como lo estuvo durante toda aquella por
abierta á la influencia del gobierno que acababa de salir de sus demás corta legislatura, por espectadores aleccionados á aplau­
manos, veian con despecho el advenimiento de un ministerio, dir con frenesí los discursos de los adversarios tie los minis­
cuya misión era la de poner coto al exclusivismo que en ma­ tros y á acallar con interrupciones y con gritos la palabra ile
teria de principios, como en punto á personas, llevaba á los estos. Al levantarse la sesión fueron Isturiz y Galiano objeto
progresistas á todas las exageraciones que desacreditaron la de denuestos y amenazas, precursores tío la cargada atmósfera
política seguida por los liberales de 1820 á 1823. que contra ellos concertaba la irritación y el despecho de los
Tsturiz, esperanzado en la cooperación de la Francia y en directores del movimiento.
atraer á las clases conservadoras á que le prestasen apoyo, al En la sesión elei dia 17 y continuando la disensión de la
mismo tiempo que obtenia la benevolencia de los liberales mas ley electoral, tomóse pié del artículo f>0 del proyecto para
templados, entre los que ocupaban distinguido lugar notabili­ adoptar por 78 votos contra 1G que los individuos del Esta­
dades de la segunda época de aquel régimen, que habían vuelto mento de proceres no pudiesen ser elegidos procuradores..
á España con ideas mas moderadas que las que profesaban en En el mismo dia una inter]»elación de los señores García
1823; fiado Isturiz, decimos, en la sinceridad de sus conviccio­ Carrasco, Sancha y Gamica, quiso hacer moralmente respon­
nes liberales, abrigábala esperanza de que acabaría por ganar sable al gabinete de las opiniones ele un periódico titulado el
la opinion del Estamento de procuradores y se hallaba incli­ Jorobado, órgano festivo del partido moderado, al que llama­
nado á seguii- en cuanto le fuese posible el programa de ron partido do la Granja, por suponer se había formado en
Mendizabal, privando concilo á la oposición do todo pretexto aquel real sitio durante la enfermedad del último Rey, y para
para serle sistemáticamente hostil. que no pudiese quedar duda acerca de la actitud intransigen­
Poro las prudentes disposiciones del nuevo gabinete no ha­ te de la mayoría, exigióse del gobierno, que manifestase los
llaron ni aun la posibilidad de ser imparcialmunte escuchadas, recursos con que contaba para hacer frente á las necesidades
pues al siguiente dia de la escena que señaló la presentación del servicio, exigencias estas que partían de los mismos que
de los ministros ante el Estamento, y en la que, como se ha acababan de negar á los ministros la facultad de cobrar con­
visto, llegóse hasta el extremo de negarles el derecho de sen­ tribuciones y ahora les echaban en cara su procedencia de la
tarse en el banco que les estaba destinado, presentóse suscrita minoría y el dañado propósito de querer gobernar no con­
por cuarenta y cuatro diputados ima petición ó propuesta tando con el apoyo de la cámara. A esta serio de acumulados
dirigida á que la asamblea declarase: 1." Haber cesado desde cargos contestó Isturiz que oí tiempo solamente decidiria la
el principio de la legislatura las facultades extraordinarias última suposición, observando en punto á recursos que cuan­
conferidas al gobierno por el voto de confianza. 2.° Que en do faltasen al gobierno, acudiría al Estamento. Desaprobó al
caso de disolvcr-se las Cortes, no se pudiesen cobrar contribu­ mismo tiempo el jefe del gabinete el artículo del Jorobado, y
ciones no votadas por ellas. 3.° La nulidad de todo empréstito declaró no conocer los principios del partido que llamaban tic
contratado por el anterior ministerio, así como la anticipación la Granja.
de fondos obtenidos sin anuencia del pai-lamento. En la sesión del 18, el procurador don Manuel Cantero in­
A lo inconstitucional de semejante mocion se opuso resuel­ crepó al gobierno por la baja quo habían experimentado los
tamente, y con calma, el nuevo presidente del Consejo, califi­ fondos públicos en los dos últimos dias, baja que en realidad
cándola de contraria ,-í las prerogativas del poder ejecutivo. había empezado á señalarse durante el anterior gabinete; y
Desoyendo, sin embargo, esta doctrina, cuya legalidad era llegó en aquel dia la intemperancia de la oposición hasta
incuestionable, y desentendiéndose de la declaración hecha preguntar al gobierno si serian pagadas unas letras proceden­
por Isturiz de que consideraba como caducado, respecto al tes del ejército y vencidas cuatro dias antes, pregunta que
gabinete, el voto de confianza concedido à su predecesor y del eludió el ministro de Hacienda Egea, manifestando que hacia
que no pensaba usar, 9(5 votos contra 12 aprobaron la propo­ pocas horas acababa de encargarse del despacho de su depar­
sición hostil. tamento; respuesta que completó Isturiz, arguyendo que de
La votación del Estamento ofreció la singularidad de no la baja de los fondos crai» mas que el gobierno responsables
tomar parte en ella los ministros dimisionarios, al paso que los que sembraban la desconfianza desacreditándole antici­
Isturiz y Caliano votaron con la mayoría, conducta que se.ex- padamente, sin poder achacarle actos que justificasen la cen­
pliea por el ánimo en que los últimos se hallaban de conllevar sura de que era objeto.
cuanto fuese posible la declarada enemistad de la mayoría, El resto de aquella sesión lo ocupó la discusión do los últi­
sin apresurarse á hacer uso de la facultad de disolver, única mos artículos pendientes de la ley electoral. Sobre el relativo
que podia libertar al gobierno de la saña de sus adversarios. á la representación de las provincias de Ultramar, impugnó
A la proposición votada en aquella sesión siguió una inter­ Olivan las enmiendas propuestas por el conde do Donadío
pelación de los procuradores Olózaga, Ländern y Lopez, pol­ para que se uniformasen los derechos políticos de los habitan­
la que dando crédito á los rumores que habian circulado so­ tes de aquellas posesiones con los de la España peninsular.
bre la infl uencia atribuida al duque de Osuna, al marqués de Respecto á la manera en que las elecciones debían verifi­
Mirañores, y á otros próceros y allegados de palacio, en la carse en las provincias Vascongadas, hizo oí ex-ministro y
aceptación por la corona de la renuncia de Mendizabal, el úl­ procurador don Martin de los Heros, observaciones muy lu­
timo de dichos procuradores achacó el nombramiento del minosas sobre los fueros de aquel país, asunto cu el que ha­
nuevo ministerio á un torcer partido enemigo del progreso bló con pleno conocimiento tío causa, y en muy diferente
y temeroso de las reformas, partido que para gozar cíe los sentido del empleado por su ex-cologa fie Gradii y Justicia
abusos que quería perpetuar, se servia de la credulidad de don Alvaro Gomez Becerra.
pala-iotas puros y acreditados, de los que hacia sus instru­ En ht sesión del dia 20 dióse cuenta de una exposición del
mentos. general en jefe del ejército del Norte, cu vindicación do la
«En los dias de la separación de los antiguos ministros y del interpretación dada por la prousa y por el procurador Varona
nombramiento de los actuales, añadió el orador, se han pro- á una carta que el general había dirigido al periódico M Es-
T üíio V i
I .Vi- Il I S T O K 1 A }>K IOS T A K A

pañol mi respuesta á cargos y calificaciones de aquel dipu­ firmada por setenta y ocho procuradores concebida en los
tado veliti vas á las operaciones del ejército, vindicación de, la términos siguientes: Pudimos ni Estamento sa sirva declarar
que los émulos de Còrdova pretendían deducir que liabia vul­ que no obtienen su confianza, los adíenles secretarios del des­
nerado los fueros do la opinion y desconocido la inmunidad pacho. Leída que fué con gran aplauso de la tribuna pública,
parlamentaria. ocupada desde muy temprano por los que debían representar
El general Cónlova daba en su osci-ito las mas francas y principal papel en las emociones de aquella sesión, suspendió­
honrosas explicaciones al piiblioo y al Estamento. Mo juzgan­ se la discusión de un dietámen de la comisión de la ley elec­
do el presidente de este cuerpo que fuese reglamentario dar toral para preguntar al Estamento si se tomaria en considera­
cuenta de la exposición consultó á la cámara, con cuyo moti­ ción la propuesta. Desde el instante en que se hubo dado
vo usó Tsturiz do la palabra para observar, que si bien no lectura de esta, la galería no había cesado de interrumpir la
reconocía el conducto empleado para que la comunicación de solemnidad del acto con exclamaciones favorables á la pro­
que se trataba fuese puesta en conocimiento del Estamento, puesta, seguidas en contrade los ministros y la minoría de de­
no tenia inconveniente en que se diese lectura de ella. mostraciones que habrían plenamente justificado la evacua­
IIizóse así, en efecto, por uno de, los secretarios, declarando ción de la tribuna pública. Pero á los primeros síntomas de
la cámara quedar satisfecha. Como documento histórico y desorden, el presidente don Antonio Gonzalez, con sonoro
dato que ilustra el carácter del hombre en cuyas manos se eco de voz y pausado y grave continente, agitó fuertemente
hallaba en aquellos dios el ejército, y también hasta cierto la campanilla, y dirigiendo su vista á los agitadores exclamó
punto los destinos de la patria, podrá el lector consultarla con mesurado y duro acento: Los espectadores guardarán
lia jo el número I. silencio y compostura, pues de lo contrario, haré evacuar la
Aunque la ley electoral ora el principal objeto de la reunion tribuna pública.
de las 'Cortes, palidecieron los debates sobro tan importan­ Los intimados ó los cómplices, pues ambas circunstancias
te asunto, al lado de las incesantes interpelaciones é inciden­ parecían reunirse cu ellos, callaron por el momento, pero al
tes de sensación diariamente producidos por la hostilidad do levantarse Isturiz reclamando la lectura del artículo del re­
la mayoría, glamento que se oponía á que se entrase en el fondo de la
luí la,sesión del dia Ib presentóse una petición que tenia por discusión sin que hubiesen mediado veinticuatro horas do
o b je to el vestablee,imiento do. las leyes constitucionales sobre anticipación para las interpelaciones dirigidas al gobierno, y
diezmos, mayorazgos y señoríos,interpelación evidentemente al dar lectura del oficio en que la mesa le liabia dado comuni­
dirigida á que sirviese de preludio al restablecimiento de toda cación de las materias señaladas para la discusión do aquel
la legislación promulgada durante el período constitucional dia, entre las que no se hallaba la mocion en cuyo inmediato
de 1X20 á 1X23; intento del que no dejaban duda las pregun­ debate se quería entrar, renovóse el tumulto. Apenas hubo
tas dirigidas por Olózaga á Isturiz para que este manifestase desplegado sus labios el ministro, cuando la galería tomando,
la opinion del gobierno sobro la legalidad de las disposiciones por decirlo así, la palabra, ahogó con sus gritos la voz del
de aquel régimen; intencionada pregunta dirigida al que había orador. Afectando acudir presuroso al remedio el presidente,
sido el mas acérrimo sostenedor de las excelencias de cuanto se repitió con solemnidad las mismas palabras do que momentos
liabia legislado en aquella época; pero que el interpelado tuvo antes se había usado para imponer silencio á la tribuna, pero
la destreza do eludir, evitando entrar en terreno tan resbala­ ni la mandó despejar ni adoptó otra medida que la de repetir
dizo y que directamente provocaba otrascuostiones.no menos u n a y otra y mas veces la misma intimación, de la que aca­
espinosas. lia proposición l'ué aprobada por una inmensa ma­ baron por no hacer caso los recalcitrantes interruptores dejan­
yoría, en la que figuraron los ministros dimisionarios. Mas no do en ridículo al presidente, que no cesó de repetirla inocente
b a s tó la presentación de proposiciones tan incandescentes amenaza sin haber intentado una sola voz que la orden fuese
para satisfacer el ardor oposicionista de la mayoría, puesálas respetada.
antedichas exigencias .siguieron otras mas extremadas, por las La mayoría alentada, mas bien que indignada cual debió
«pu- se ¡nerepó al gabinete sobro el envío de tropas á Aragón, estarlo al recibir una ayuda que no necesitaba, pasó por cima
exigiéndole la salida de la guarnición de Madrid con destino de las fundadas reclamaciones del gabinete, declarando que
á re forzar el ejército del Norte, y apremiándole para que ma­ la petición seria discutida inmediatamente. Levantóse Isturiz
nilesi ase eon qué fondos estaba pagando el semestre de la á protestar contra la infracción que se hacia de la ley, decla­
deuda extranjera: proposiciones todas cuyo evidente objeto rando que él y sus colegas solo permanecerían en su banco
no era otre epic el de causar á Tsturiz, obligándole á presental­ para defender las prerogativas de la corona que habían sido
la dimisión , si no se resignaba á aceptar condiciones análogas atacadas.
ó mas exageradas aun que las últimamente impuestas á Men- Tornaron parte en apoyo de la mocion los procuradores
dizabal. Olózaga y Caballero, alegando que aquella era la consecuen­
(•’orzado el gobierno en sus últimos atrincheramientos pol­ cia lógica del acuerdo tomado en la sesión del 1(5 contra un
lali incesantes cuanto violentas hostilidades, anunció que res­ ministerio salido de la minoría, y don Joaquín María Lopez
pondería á la ínociou relativa á fondos y al pago de los inte­ esforzó el ataque acusando á los ministros de hipocresía y
reses de la deuda, presentando al Estamento una memoria doblez por haber votado las resoluciones adoptadas en la an­
ex-positiva del estado en que liabia encontrado los negocios tedicha sesión, eludiendo la responsabilidad do la disolución
públicos y la situación del tesoro. del Estamento, única defensa que constitucionalmente debia
Aquella amenaza fué terrorífica para Mendizabal y sus ami­ emplear un ministerio que tenia contra sí la mayoría de la
gos, no ya porque el ex-minist.ro pudiese temor una acusación cámara.
do haber malversado los fondos públicos, mas sí por el funda­ Pusiéronse al lado del gobierno los diputados Morales de
do recelo de que se hiciesen patentes las arbitraviedades y la la Cortina, Castells, Soria y Parejo, quienes supliendo á su
¡i-regularidad con que había dispuesto de los recursos y del corto número por 3a fuerza de su argumentación, hicieron
crédito del Estado, asunto del que lia dado suficiente idea el valer los patrióticos antecedentes de las personas que compo­
capítulo Videi libro anterior, expositivo del sistema económi­ nían el gabinete, rechazaron los manejos quo se estaban em­
co de Mendizabal. pleando para sublevar las provincias y echaron en cara á los
Pava conjurar el peligro no hubieran retrocedido los jefes de. adversarios do los ministros que su apasionado proceder im­
la mayoría de aquello mismo quo dos meses mas tarde debían pediría la presentación de los presupuestos que no liabia
dar cumplido, derribando por los motines y por la fuerza al traído Mendizabal á las Cortes y que sus sucesores ofrecían
gabinete que les arrancaba la codiciada dominación; pero no presentar, y por último, denunciaron que se quería impedir
bailándose todavía bastante preparados los medios revolucio­ que estos diesen cuenta por medio de la memoria ofrecida del
narios, empleóse el último y mas enérgico áq u e pudiera re­ estado en que habían encontrado la administración pública.
currir una mayoría arrastrada por oí mas ciego espíritu do Mas era demasiado grande la excitación que arrastraba á la
oposición. mayoría á abusar do su número y á sacar, sin reparar en los
Abierta la sesión del 21 de mayo presentóse una projiosicion medios que al efecto empleara, todo el partido imaginable
K I ) A 3) -M O U K R N A ló:;
do la posición que debia á las elecciones, en virtud de las En realidad lsturiz enreda de una ley en virtud do la cual
cuales habia disuelto la mayoría moderada, para que hicie­ pudiese convocai* Cortes.
se mella en el ánimo de los autores de la proposición la ac­ Servirse una vez mas del decreto de Martinez de la Rosa
titud circunspecta y digna de lsturiz y de sus compañeros, y era de todo punto inadmisible y no podia pensarse en ello.
en su consecuencia la lanzada mayoría pasó adelante atrope­ (.¿ue nn gabinete en pugna con la opinion que mayor in­
llando las prerogativas de la corona hasta entonces respeta­ flujo alcanzaba entonces en el país, estableciese un sistema
das por el Estamento, declarándose que este no tenia confianza electoral ile su cosecha, como medio de salir de una dificul­
en los ministros, con lo que se reducía á estos á la necesidad tad que él mismo se habia croado, habría sido un expediente
de retirarse ó de recurrir á la disolución, medida extrema y insano; mas como so pena do renunciar á toner Corles, era
peligrosa en ol estado en que la nación so hallaba y de la que preciso resolver la manera de elegirlas, adoptó el gabinete el
esperaban saliese ó el levantamiento de las provincias ó cuando término medio do hacer suyo el proyecto de ley disent ido y
menos im nuevo triunfo electoral debido á la intimidación votado por el Estatuto ilisuulto, esperando el gobierno que
ejercida por los agitadores. la procedencia progresista de dicho proyecto de ley haría per­
Un discurso tribunicio de don Joaquin María Lopez termi­ donar lo que le faltaba en punto á requisitos de legalidad.
nó la borrascosa sesión, en la que como en las anteriores to­ Efecto de la falta cometida por no babor tomado lsturiz los
maron amplia parte las galerías, y setenta y nueve procura­ consejos contenidos en el Memorandimn, tenia ahora el go­
dores aprobaron la sentencia que anatematizaba al gabinete bierno que aceptar el peligro ilo dar un medio golpe de Estado
fulminando contra él una declaración de indignidad, que solo cual lo era prescindir de los trámites por que hubiera tenido
rechazaron veintinueve procuradores, habiéndose abstenido que pasar el proyecto de ley á fin de que adquiriese el carác­
do votar trece, entre los que se hallaron el presidente y los ter de legalidad completa.
ex-ministros Mendizabal, Gómez becerra y Heros. Aunque no pudia ocultarse ¡í sí mismo lsturiz que tenia
No se reunió el Estamento al siguiente dia por ser domingo, que pasar por cima de ella, y que se exponía al doble incon­
puro el lunes 23 era conocido desde muy temprano que Istu- veniente de disgustar á los conservadores, prescindiendo do
riz habia obtenido el asentimiento de la Reina gobernadora la participación que en la votación do la ley correspondía al
para la disolución, cuyo decreto fué leido en ambos Estamen­ Estamento de proceres, al mismo tiempo que irritaria, hiciese
tos por el presidente del Consejo en la mañana de dicho dia, lo que hiciese, á los progresistas, no era posible retroceder,
decreto cuya justificación tuvo empeño el gobierno en pre­ comprometido y lanzado como se hallaba, y no pudiondo re­
sentar al público por medio de la exposición del Consejo de currir tampoco á medios de fuerza que ni tenia ni cabía, haber
ministros á la Reina, que publicó la Guada- el mismo dia. empleado, toda voz que la cuestión lo era do principios, quiso
Tanto cu la exposición délos secretarios del despacho como al menos cubrir su responsabilidad el gabinete haciendo pa­
en el posterior manifiesto de la Reina, tuvieron los primeros tente á la nación quo obraba compolillo por las circunstancias,
gran cuidado de ratificar los compromisos contraídos por la y en el interés de la libertad, á cuyo, efecto justificó sus in­
Corona ante el país agitado y ansioso entre el universal deseo tenciones por medio de la exposición áhi Reina á la que queda
de paz y del afianzamiento do las instituciones, y la activa hecha referencia, acto por medio del cual exponía el gobierno
perseverancia con que el partido del movimiento caminaba los fundamentos de su conducta y procuraba poner en clavo
directamente al restablecimiento de la Constitución de 1812. que lo que de irregular pudiera aparecer en ella, habia sido
Dado por el ministerio el decisivo paso de la disolución del mas bien que obra de su voluntad, efecto do la presión de sus
Estamento traído por Mendizabal, era inevitable incurrir en el adversarios.
gravísimo inconveniente con que tendría que luchar en busca Hasta aquí el proceder de los ministros era lógico par­
de una salida legal á la crisis política en que se voia envuelto. tiendo de la hipótesis de no empeñar otra responsabilidad
El. inconveniente habia sido previsto con ocasión de los que la suya propia, poro lsturiz y sus compañeros avanzaron
saludables consejos dados á lsturiz en los dias que precedie­ á mas. La Gobernadora habia escogido á los hombros que
ron á la formación de su gabinete, consejos que no es necesa­ componían el gabinete para que la libertasen de la necesidad
rio recordar por hallarse consignados en el Meiuoranclmn de haber tenido que sucumbir ¡i las exigencias do Mund iza­
anexo al capítulo V del libro IV. ba! Llevados los ministros por los sucesos á verse colocados
En efecto, una vez disuelto el Estamento elegido con arre­ en la situación excepcional do tener que legislar por decre­
glo al decreto-ley promulgado por Martinez de la liosa, de­ tos, poniéndose en pugna con la opinion, no quisieron verso
creto cuya perfecta legalidad era incuestionable antes de que solos en la contienda y cometieron la indiscreción de traer á
rigiese el Estatuto, como dado por la Reina gobernadora en ella la persona misma de la Reina, á quien hicieron suscribir
la plenitud de su autoridad soberana, cesaba de tener la mis­ el manifiesto que reproduce el mim. II de los documentos
ma legalidad despues ile haber pasado el poder legislativo á justificativos, y por el que la corona haciendo en cierto modo
los Estamentos en union con la corona. suya la conducta de sus ministros, partía con ellos una res­
i'11 proyecto de ley electoral que debia reemplazar á aquel ponsabilidad que no debia alcanzarle, poro que desgraciada­
decreto caducado é incompatible con las reformas efectuadas mente vino á pesar do lleno sobre la Reina gobernadora al­
posteriormente, proyecto presentado, discutido y votado por gunos meses despues.
ol Estamento de procuradores, no lo habia sido por el de pró­ El manifiesto de 22 de mayo presenta el carácter de una
ceros, ni obtenido la sanción règia y por consiguiente no ha­ controversia, de una polémica, de una verdadera discusión
bia manera legítimamente constitucional de llar validez á di­ entre la corona y el partido representado por la mayoría di-
cho provecto, sobro todo despues del manifiesto de la Reina suelta, procedimiento que del todo se apartaba de los precep­
gobernadora de 2 de setiembre del año anterior, por el que tos propios de la clase de intervención que el jefe del Estado
se comprometia á convocar Cortes revisoras del Estatuto y está llamado á ejercer en los conflictos que pueden surgir en
que debían, ser elegidas con arreglo á una ley hecha por los las monarquías constitucionales, en cuyo caso la corona jamás
Estamentos. debe argumentar con los partidos; los llama al poder ó los
Ligada por tales compromisos la corona, no era árbitra de despide según se lo aconseja su alto criterio de loque el inte­
promulgar por simple decreto una ley electoral, dificultad rés del Estado reclama, poro nunca debe descender la corona
que ponia de manifiesto cuán importante habría sido quo á censuras ni á razonamientos, y mucho menos procede que
lsturiz se hubiese prestado á diferir la formación de su ga­ justifique el uso que ha hecho de su prerogativa de otra ma­
binete para dar lugar á que discutido y votado por los pro­ nera que no traspasando les limites de sus atribuciones y
ceres el proyecto que habían ultimado los procuradores hu­ fiando Ja vindicación de sus resoluciones al veredicto del
biese habido un medio perfectamente legal para consultar cuerpo electora!
Ja voluntad de la nación y traer unas Cortes investidas de la El resultado de la segunda campaña sobre las líneas de Ar­
conveniente fuerza moral, consumándose así bajo duraderos laban, por brillante que hubiese sido, evidenciando la bizarría
auspicios la gran transacción todavía pendiente cnt.ro el de­ del ejército y la habilidad estratégica<le su caudillo, no habia.
recho hereditario y el derecho popular. bocho adelantar un paso cu el estado de la guerra, según re­
154 H 1ST O U I A U Ji li S PA N A

sulla de las consideraciones expuestas en el capítulo III del ministros y presentarse á la Gobernadora que residia en el
libro anterior. Al mismo tiempo que continuaba la penuria que Pardo.
experimentaba el ejército, cuyo presupuesto mensual no se cu­ Isturiz, cuyo gabinete se hallaba todavía reducido á su per­
bría ni con mindio siquiera al nivel de las mas urgentes nece­ sona, á la de Galiano y á la del duque de Rivas, pidió con ins­
sidades, ardía en Madrid y en las provincias la division entre tancia á Córdova interpusiese su amistoso influjo para decidir
progresistas y resistentes al movimiento en favor de la Cons­ al general Secane á que aceptase el ministerio de la Guerra
titución de ¡s]2, division de la que Còrdova preveia grandes que le liabia sido ofrecido.
peligros para la causa de la ìlei na. Hallábase el general empe­ Mas habiendo sido inútiles los esfuerzos empleados por
ñado en los combates de los (lias 17 y lu de mayo, de los que Córdova para vencer la resistencia de Secane, indicó aquel al
queda dada cumplida cuenta en el ya citado capítulo, cuando general don Santiago Mendez Vigo, sujeto del todo apropiado
ocurrió la crisis que produjo la caida de Mendizabal y la en­ para el cargo por cuanto habia hecho durante dos años la
trada del gabinete Isturiz. guerra en el Norte, gozaba de aventajado concepto militar y
Aunque no había Córdova tenido parte alguna en el cambio era hombre quo en política pasaba por do ideas templadas.
ministerial de otra manera que no participando do la opinion Como el principal objeto del viaje de Córdova lo era oí de
de Mendizabal respecto á los medios do terminar la guerra, hacer que el gobierno se penetrase del verdadero estado de
quiso poner en claro su situación para con los nuevos minis­ la guerra y de cuál era la situación del ejército, asistió á un
tros, á los que manifestó, que según tenia pedido con empeño Consejo de ministros que tuvo lugar en el Pardo y al que fué
al gabinete dimisionario, deseaba algunos dias de licencia también convocado el Consejo de gobierno.
para presentarse en Madrid á conferenciar con ol gobierno Oigamos lo que acerca de su venida á Madrid y lo que pasó
sobre las necesidades del ejército y las cuestiones enlazadas en el Consejo dice el general en sus memorias (1).
con la prosecución de la guerra. «Nada me habia quedado que hacer para conseguir que
Aules de contraer empeños con la nueva situación, creada Mendizabal viniese á mi cuartel general á residenciarme y á
por la entrada de Istu m , quiso Córdova realizar el viaje que juzgar por sus propios sentidos de lo que mas que yo tenia á
ya tenia pensado, é instado también vivamente por sus ami­ su cargo, puesto que la pronta conclusion de la guerra la ha­
gos de la corte para que no lo difiriese, determinó dejar el bia hecho una cuestión do gabinete, y cuando vi que no se
mando á Espartero, mostrándose en ello superior á los resen­ realizaba la venida del ministro puse el mayor empeño en ser
timientos (pie existían entre los dos generales y desentendién­ yo el que fuese á Madrid.
dose de las influencias que propendían á que hubiese sido »Todas las razones que para conseguirlo influían en mí se
preferido el general Evans. reasumen en las siguientes: La opinion de España y la del mis­
Kl 28 de mayo salió Córdova de Vitoria despidiéndose del mo gobierno se hallaban alucinadas y extraviadas en punto
ejército por medio de una orden general por la que concedia á la guerra Era general el error en que se estaba acerca de
;í las tropas algunos di as de descanso, motivando su ausencia, sus elementos y de las dificultades que ofrecía, así como sobre
que anunciaba seria muy breve, por la importancia de recibir su dirección y su probable término. Yo no podia satisfacerlos
instrucciones del gobierno sobre puntos interesantes del ser­ deseos ni las exigencias del público y del gobierno, ínterin no
vicio, al mismo tiempo que 1c expusiera el estado de la guerra fuesen aceptadas las condiciones que tenia anteriormente for­
y los medios que para proseguirla con éxito se requerían, muladas, porque todo plan de campaña tiene que ser propor­
concluyendo por manifestar quo su confianza era completa cionado á los elementos que requiere según los obstáculos ique
(lijando en su lugar al dignísimo general Espartero, «tan co­ hay que vencer.
nocido por su denuedo do los valientes, como de todos amado »No cumpliéndose las condiciones que tenia yo señaladas
por sus propias virtudes.» como necesarias, puesto que tampoco se me habia admitido
Córdova l.raia á Madrid la misma disposición de ánimo que la dimisión que tenia presentada, deseaba que mis planes,
no liabia cesado de preocuparle desde que tomó el mando del mis ideas, mis temores y esperanzas, fuesen discutidos y juz­
ejército y que no le abandonó aun en los mismos di;is de su gados por el gobierno y por jueces que él señalase á fin de
l.i'innlb en .Mcndigorría. Conocía la fuerza que tenia la insur­ que compartieran conmigo la responsabilidad si aprobaban, ó
rección que liabia asentado su cuartel general en las provincias de lo contrario se piense, como lo tengo pedido, en nombrar
vascongadas y en Navarra, sirviéndole de poderosa ayuda las otro que sepa mas que yo.
facciones de Cal aluna, Aragón y Valencia. Conocía que para »No pretendo que el país adopte mis planes solo porque
operaciones activas y para una campaña decisiva en los terri­ son mios, mucho menos cuando mis opiniones políticas ha­
torios que dominaba el enemigo, eran insuficientes las fuerzas bían sido distintas de los hombres de 1820; es además vero­
organizadas de que disponía el gobierno de la Reina. Conocía, símil que mis antecedentes engendren en muchos una des­
y esto ein lo que mas le preocupaba, la profunda division que confianza que acabaría por minar la popularidad que debo á
reinaba entre los liberales y cuánto los debilitaban sus disen­ mis últimas acciones. Es preciso que el gobierno se pronuncie
siones, ante un enemigo seguro do sí misino, y no embarazado aprobando ó desechando mi sistema, cubriendo mi responsa­
en igual grado que lo estaban los liberales por disentimientos bilidad en el primer caso ó dándome en el segundo un su­
inferiores. cesor.
Aunque simpático y benévolo respecto á la situación repre­ »Tal es el sentido, continúa diciendo Córdova en sus me­
sentada por Isturiz, no desconocía Córdova cuán débil era morias, de las frecuentísimas comunicaciones oficiales ó con­
aquel gabinete en presencia de las conspiraciones que lo mi­ fidenciales por raí dirigidas al ministerio bajo la presidencia
naban, y aunque resuelto, ínterin conservase el mando del del señor Mendizabal, á efecto de que se me permitiese ir á
ejército, á contribuir al sostenimiento do la autoridad del go­ Madrid á dilucidaren una solemne discusión la gran cuestión
bierno de la Reina, evitó en cuanto pudo tomar el colorido ni de esta guerra que tan oscura parece á los que desde la corto
adquirir los compromisos de hombro político, y así se lo ma­ la juzgan. »
nifestó al mismo Isturiz, declarándole que era soldado y no Pesaba sobre la mente de Córdova el primer período de su
(pieria ser instrumento de ningun partido, porlo que solo ve­ existencia oficial, no seguramente porque en ella hubiese
nia dispuesto á ocuparse de las cuestiones relacionadas con ejecutado acto alguno del que tuviera que avergonzarse, sino
el ejército y con la manera do concluir la guerra. porque aunque liberal por temperamento y convicción, de­
Las fatigas de esta, las inquietudes de espíritu y los ¡in­ seoso como se hallaba del triunfo de la causa que defendía,
somnios que lo aquejaban, el deteriorado estado de salud en sentia vivamente que la sinceridad de sus sentimientos en
que hacia liompo so hallaba Córdova, habían minado su cons­ favor de ella fuese puesta en duda y diese lugar á murmura­
titución en lérininos, que solo la energía de su alma podia ciones y á desconfianzas, pues lijos do que el viaje á Madrid
conllevar la incansable actividad que era el rasgo caracterís­ de Córdova tuviese la mas remota conexión con ningun plan
tico de su privilegiada naturaleza,
Aunque tuvo que meterse en cama el siguiente dia de su (l) .V-jmorint¡tw. d c/ennrul Confo»» dirùje antis conci tulfulanos y al
llegada á Madrid, arrancóse de ella para conferenciar con los pith!ico.—(Paris 1837).
E D A D .MODERNA ir>r>
reaccionario, »nostro el mayor interés en que se operase una cinco ó seis mil hombres, según pudiese obtenerse; solicitando
reconciliación entre los amigos de Mendizabal y los do Isturiz, al mismo fin otro tanto do Inglaterra para que el general
opstiones en las que fué constantemente apoyado por los Evans, tan ventajosamente situado, pudiese obrar con fuerza
hombres de posición é influjo entre los liberales de abolengo. á retaguardia del enemigo, y recoger el fruto de las ventajas
Pero, desaprovechada como lo había sido por Istu m la que alcanzasen los otros cuerpos del Ebro y del Arga; pues el
ocasión propicia para haber transigido con Mendizabal, en los enemigo cuando simultáneamente se obrase por todos sobre
términos que le fueron propuestos tres dias antes de la forma­ su centro, no podría acudir á hacer frente álos dos cuerpos
ción de su gabinete, y de los que queda hecha mención en el en Alava y Navarra sin perder por prim o1 resultado las co­
capítulo V del libro anterior, no era ya posible contener el municaciones del Bidasoa, por donde la insurrección recibió
desbordamiento de las enardecidas pasiones do dos bandos la vida, y por donde se la podia y debía herir de muerte.
lanzados con tanto mas encarnizamiento uno contra otro, 2. " Que para que el ejército de operaciones pudiese entre­
cuanto que procedían del mismo origen, salían de unas mis­ garse efectivamente á ellas sin seguir esclavo de las privile­
mas filas y cada uno se creia exclusivamente ortodoxo y ana­ giadas atenciones defensivas que lo llamaban de continuo á
tematizaba como cismático á su contrario. mil partes de la circunferencia, mientras que la ofensiva fonia
Limitadas por estas causas las miras del general Córdova que intentarne en el centro, se formase en Burgos un ejército
á lo relativo á la guerra, tratóse la cuestión en un Consejo de reserva, conforme tenia propuesto en un despacho muy
que se tuvo en el palacio del Pardo y que presidió la Goberna­ reciente al ministerio, es decir, con parto de la guardia nacio­
dora, al que, como queda antes dicho, concurrieron además nal movilizada.
de los ministros, los individuos del Consejo de gobierno. 3. " Que á costa de los mayores sacrificios ó por los medios
Expuso en él detenidamente el general los distintos períodos que al gobierno solo tocaba elegir y buscar, se proporciona­
por (.pie había pasado la insurrección en el país vascongado, sen al ejército los medios indispensables para vivir y operar,
el vuelo que tomó á consecuencia de los errores cometidos porque sin ellos todos los planes serian estériles, todas las
por los liberales tanto en el orden político como en el militar; esperanzas infecundas, todas las capacidades inferiores, todos
demostró cuál era la situación en que halló al ejército de don los esfuerzos impotentes, pues que ni siquiera tenia el tiempo
Carlos cuando él había tomado el mando del de la Reina; ex­ suficiente para leer quejas, y contestar á miserias, á cuyo re­
plicó los planes que se habían ejecutado ó que se hallaban medio le era imposible proveer; que nada podia en medio de
diferidos, señalando las causas de su ejecución ó dilación; ex­ tantos apuros ; pues por muy subalternas que á muchos pa­
puso el sistema que en su sentir y con forzosa sujeción á los reciesen tales cosas, bastaban á imposibilitar las grandes con­
medios de que disponía, juzgaba posible y conveniente; seña­ cepciones y empresas, así como la falta de una simple clavija
ló los peligros que no podían menos de seguirse de no adop­ detiene la carrera de un coche ó el juego de la mas bien com­
tar otro sistema que condujese á iguales resultados, lo cual binada máquina.
no consideraba posible, en razón á la falta de medios; éhizo 4. " Que el gobierno tomase en la mas séria consideración
l ocar, por fin, los inconvenientes que para el éxito de las ope­ la necesidad imperiosa, suprema, urgente de ilustrar al pú­
raciones ocasionaba la impaciencia de la extraviada opinion blico, manifestándole la verdad completa; sin la cual los ge­
del público, que pedia resultados que no podiau alcanzarse sin nerales, el gobierno y la nación misma serian victimas do las
incurrir en daños de mayor importancia délos que se querían ilusiones sembradas, de los errores consagrados á cuya som­
evitar. bra no cesaba de reclamarse como fácil, seguro y próximo
Insistió Córdova en que sus antecedentes políticos eran un un resultado definitivo que no cabia alcanzar ó que en todo
obstáculo para que la opinion liberal depositase en él la con­ caso no podia él obligarse á dar realizado, en cuyo concepto
fianza que el interés público exigía se tuviese en el caudillo habia renovado su tantas veces repetida renuncia, á fin de
¡í cuya pericia y lealtad se confiaba el mando del ejército, que que otro con mas saber ó mas confianza y quedando el mis­
en aquellos momentos ora el principal sosten de la causa do ino á sus órdenes, si para algo lo juzgaba útil, desempeñase
la libertad española; al mismo tiempo que aseguró que se­ mas digna y ventajosamente un puesto que habia venido á
ria imposible al general que gozase de mayor popularidad, ser todo el Estado, pues que á todo lo dominaba de hecho la
aunque estuviese dotado del genio militar de Aníbal ó de Bo­ guerra del Norte.
naparte, adoptar otro sistema, si no contaba con medios su­ El Consejo, del que componia parte Castaños, el marqués
periores á los que él había tenido á su disposición. do las Amarillas y otros distinguidos generales, aprobó en
Entrando luego á tratar de la parte moral, digámoslo así, todas sus partes cuanto habia expuesto Córdova, exhortán­
de la guerra, habló de la cooperación de la Francia, manifes­ dolo á que continuase prestando al país y á la Reina los ser­
tando que habia sido siempre partidario de aquella gran me­ vicios que todos esperaban de su patriotismo y de su probada
dida, de cuyo pronto y seguro éxito para la pacificación del pericia.
reino no dudaba; pero que teniéndola, sin embargo, por Isturiz á quien tanto interesaba que el ejército obtuviese
inasequible en aquellas circunstancias, rogaba al gobierno re­ triunfos tangibles que sirvieran de puntal y arrimo á Ja arries­
nunciase á solicitarla, á menos que no adquiriese la completa gada campaña política en que se hallaba empeñado, quiso dar
seguridad de que se conseguirla; porque la negativa, añadió, á entender á Córdova todas las ventajas que eran de esperar de
afligiria mucho á los pueblos adictos á la Reina, no baria bien las operaciones militares seguidas de éxito apreciable en fa­
al ejército y alentaría á los rebeldes con gran perjuicio de la vor de la causa de la Reina, sin pretender por ello, añadió,
causa nacional. que se intentase nada que pudiese acarrear peligro de der­
Hecho que hubo el general su exposición ante el Consejo, rota, pero encareciendo la importancia de que no perdiese do
concluyó proponiendo la adopción de medidas directamente vista el general la situación del gobierno ante el país, indica­
encaminadas á terminar la guerra, obteniendo en su prose­ ciones á las que Córdova contestó que quien evitaba los com­
cución ventajas que alentasen la confianza del país. Las mas bates no era nuestro ejército, sino el enemigo, que solo con­
esenciales de estas medidas fueron las siguientes: sentia luchar en terreno y en posiciones en las que las armas
1.“ Que para hacer posible la indispensable formación de ! de la Reina no pudiesen alcanzar resultados do importancia.
dos cuerpos de ejército, uno en Alava y otro en Navarra, igual­ «Por mi parte, añadió Córdova, hijos de rehusar los comba­
mente fuertes é independientes, á fin de que mientras el uno ■tes, los deseo para las tropas que siempre los anhelan y para
fuese detenido por las fuerzas enemigas, el otro avanzase por mi gloria personal que solo en ellos puedo buscar, pero he
(d extremo opuesto, sin tener que pascar las tropas, como se ; declarado mil veces que no aspiro á nada mas que al bien de
habia hecho, de un extremo áotro de la línea, llegando siem­ mi patria y á la dicha de corresponder á la confianza con que
pre y forzosamente tarde á todas partes, y sacrificando al la Reina me honra, objetos por los que únicamente consiento
ejército con prolongadas y continuas marchas, pura ó inevita­ en conservar un puesto que me cuesta el sacrificio de mi sa­
blemente defensivas, se enviasen de la guarnición de Madrid lud, de mi reputación y de mi sosiego.»
ó de donde se pudiese el mayor número posible de tropas, y Con juicio muy certero, observó Córdova antes de que ter­
se pidiese á la Francia, para su legion, un refuerzo de cuatro, minase el consejo, que quien verdaderamente sufría de la
ir,(i i n . S T O J U A DJ-: JOSP A Ñ A

¡micción del ejército cran los carl islas, los quo encerrados carlistas deni.ro de sus líneas y encerrando en ellas el hori­
dentro do su territorio, consumían sus recursos y devoraban zonte de sus prosperidades.
su impaciencia. El ejército de don Carlos que al cesar el mando ele Gonzalez
Pronosticó que las últimas acciones en las que Egida había Moreno no excedía do veinticuatro mil hombres, constaba de
llevado la peor parte, le costarían, el niando del ejército, y que treinta y dos mil hilantes y cerca de dos mil caballos á me­
si comí, parecía probabili lo reemplazaba Villareal, era presu­ diados do 183(5.
mible adoptase el sistema de lanzar expediciones al interior Mortificados los cortesanos del Fret,endiente y su séquito
del reino, con cuyo motivo habló de Ja necesidad do pre­ de la lentitud de los progresos do las armas reales, clamaban
pararse para salir al encuentro do semejante grave contin- ; fuertemente por un cambio en el sistema de guerra y favore­
gelida. cían la predilecta pretensión de aquellos de sus generales que
A los o d io dias de celebrado el consejo y antes que Córdova propendían á que se organizasen expediciones destinadas á
hubiese regresado á Vitoria, se había verificado la separación llevar la bandera de la rebelión á las provincias limítrofes y
ile Egida y su reemplazo por Villareal. del interior.
Duraule el mes de mayo y posteriormente á las jornadas (¿uc.du ya dicho que don Bruno Villareal fué el general es­
de Arlaban, tuvieron lugar en Vizcaya y en .Navarra varios cogido por don Carlos para reemplazar al conde de Casa
ciieueiilros que no fueron decisivos y solo produjeron bajas Egida.
de una y oirá parte como consecuencia de los combates habi­ El nuevo caudillo del Pretendiente era hombre mas útil
dos en Dicastillo el dia 13 y el H5 en Espinosa y Hurguete. que brillante, pues modesto por carácter y mas solícito de)
El dia lò dec,luó don Santos San Al ignei una salida do iìil- interés de la cansa que de su medro personal, no ambicionaba
bao en dirección á las alturas de Oyarzmi, Santo Domingo y el puesto á quo acababa do ser elevado.
la Cordillera hasta el valle de Urgoiti. Eran casi diarias las Habia hecho sus primeras armas con las facciones que
acomelidas que desde sus respectivas bases de operaciones en 1821 se alzaron contra el régimen constitucional; habia
i l'i ctuaban Jos beligerantes, sin conseguir unos ni oíros tras­ polcado constantemente en las filas del ejército llamado de la
pasar sino momcnláiieamenio los límites del territorio que Fe, é ingresó, restaurado que fué Fernando VII, en las illas del
l'nrmaba la artificial frontera de ambos ejércitos. ejército permanente. Hallóse Villareal entre Jas tropas que
AI terminar el mes de mayo intentaron los carlistas recu­ combatieron á Alina en su tentati va tie 1830 sobre la línea del
perar las posiciones de las que habían sido desalojados en la Pirineo y estaba por consiguiente mareado su puesto entre
jornada del dia ß al fronte de San Sebastian, á cuyo efecto los olieiales qno despues del fallecimiento de Fernando Vil
dispusieron atacar el centro ele la línea que defendían los in­ fueron licenciados como presuntos partidarios del Preten­
gleses. Empeñóse la ludia con la mayor porfía en las alturas diente.
de A,yete, poro fueron rechazados los agresores por los fuegos En las filas del ejército carlista se distinguió Villareal por
del buque de la marina real inglesa Levanti y otro tanto suce­ su bravura no monos que por su humanidad y por el amor
dió por el lado de Pasajes en cuyo punto se apoderaron los que supo inspirar á sus soldados. Estas cualidades unidas á
liberales de. una trincadura armada. su abolengo realista favorecieron sus ascensos y lo distinguie­
En la acción de dicho dia Lomaron parte fuerzas británicas ron como uno de los mas aventajados discípulos de la escuela
al mando ilei general Shaw, siendo denotarci encarnizamien­ de Zuirialacárrcgui.
to con que los carlistas hostilizaban á Jos ingleses, los que no Tales eran las condiciones del general que temeroso de que
mostraban menor empeño en ocasionar sensibles pérdidas á Córdova continuase en su sistema de bloqueo que tanto abru­
los que miraban conio enemigos de sil bandera. Por el mo­ maba á los vascongados, abrazó la idea de extender las ope­
mento quedó libre San Sebastian do ataques que empeorasen raciones del ejercito puesto bajo su mando, á las provincias
la situación de la plaza. de Santander, de Asturias y Galicia, proponiéndose hacer otro
El predominio del principio de autoridad que fuera de su­ tanto respecto á Castilla y Aragon,
poner preservase á sus adeptos do la llaqueza que tan fro- Aprobado quo fué por don Cárlos el plan de su nuevo ge­
ciieiil emente se ],reduce en el seno de las democracias, gastan­ neral, escogió este al brigadier don Miguel Gomez para con­
do sus fuerzas en escisiones y rivalidades, no ha brillado sin fiarle la primera expedición que comenzó á aprestarse á
embargo e i u r e la grey aliseli dista española, la que desde los primeros dias del mes de juuio con toda la reserva y sigilo re­
floree ¡entes tiempos do las camarillas do Fernando Vil y en comendados por la importancia de ocultar al enemigo el nue­
les posteriores á la reacción de 1S24, dio el casi constante vo sistema de guerra que iba á adoptarse.
espectáculo do los celos, de las rencillas y del pandillaje, l ’ara mejor favorecer la salida de la expedición al mando de
que acabaron por perder á los defensores de la causa ene­ Gomez en dirección de las provincias de Santander y tic As­
miga de la libertad. No habia escapado el conde do Casa turias, dispuso Villareal, cuyo cuartel general se hallaba en
Egida á los efectos de la sorda guerra (pie sus émulos hacían Salinas, poner sitio á Peñaeerrada, en la prevision ile que es­
á la pericia y acertada dirocchili eon que habia dirigido las tas operaciones detendrían la marcha de Espartero, que el
fuerzas rebeldes. dia 27 habia tomado el camino do Castilla en persecución de
Sin poder ser comparado al gran Zumalacárrogiii, fue sin Gomez.
duda Egida el mas disciplinario y el mas estratégico tic los Guarnecían aquel punto el provincial de Ciudad-Real y un
caudillos de don Carlos. destacamento de caballería, siendo gobernador de la plaza
Unjo el punto ilo vista de las condiciones propias do la ban­ don Isidoro Antonio de Eguilaz, mas conocido con el nombre
dera que defendía, del territorio que ocupaba y de los recur­ de Cura de Dallo, personaje excéntrico y tornadizo (pie co­
sos existentes, supo Eguía apreciar quo no era dado hacer menzó á militar en las filas carlistas, que abandonó para en­
imposibles, y limitó sus empresas á los medios de que dispo­ trar al servicio de la Reina, en cuyo campo los prestó do tan
nía. Apii, veci ni eon inteligencia y resolución cuantas ocasio­ reconocida utilidad que lo valieron el empleo de coronel. Al
nes tuvo para sacar partido de un descuido do su enemigo, presentarse á sitiar á Peñaeerrada llevaba Villareal cuatro
como de un momento favorable para obtener resultados, batallones y alguna artillería sacada del castillo de Guevara.
como los que le valieron la posesión en ocho dias do Pleiioia, Mas con lo que principalmente contaba el jefe carlista para
Lequeitio y demás pueblos do la costa dominados por los coronar su empresa, era con el fruto de una nueva traición
liberales; y si despues de aquellas ventajas no consiguió otras del Cura de Dallo, que entrado en inteligencias con Villa-
mayores, su impotencia para, realizarlas es la mejor defensa real le habia ofrecido la entrega de la plaza á condición de
que podia tener el sistema lavorilo de Córdova de. encerrar á que seria indultado, precio que no regateó el general de don
los carlistas por medio do sus célebres líneas do bloqueo en Cárlos, si el traidor lo entregaba á Peñaeerrada.
el territorio de las provincias Vascongadas y Navarra. Ínterin estos hechos tenían, lugar, el baron D’Antas se ha­
Aunque imperfectamente planteado por falta do medios bia puesto en movimiento en auxilio de los sitiados al frente
materiales, de- recursos y de .suficiente número de tropas, el de la brigada portuguesa y otra de tropas españolas.
sistema de Córdova habia dado su fruto bloqueando á los Penosísima fué la marcila de esta division por el .sofocante
KD AT» M O T ) K H S A 1.77

calor que asfixió materialmente á gran número de soldados, listas como un triunfo aquella jornada cuyo resultado premió
pero aunque á costa de sensibles pérdidas logró D’Antas li­ don Cárlos concediendo á Guibelalde la gran cruz laureada de
bertar á Pcñaeerrada, sin que el Gura pudiese efectuar su la orden de San Fernando.
traición por haber descubierto sus malas artes Zurbano que Cuando mas apurada era la sil nación de Córdova, recibió
había logrado penetrai- en el pueblo, y temeroso el Gura de del jefe de la division portuguesa baron D'Anta-s la inespera­
caer en manos del partido liberal, huyó saltando por la mu­ da comunicación de que su gobierno le mandaba replegarse
ralla y se presentó á Villareal, quien hubo de contentarse, ra­ sobre la frontera de su país, en vista de cuyo contratiempo
tificando el perdón que había ofrecido, con reclutar un mal­ no quedó al general en jefe otro arbitrio que ol de rogar id
vado en vez de haber rendido im fuerte. del cuerpo aliado que detuviese su 'marcila basta recibir co­
Decidido Villai-cal á llevar adelanto su plan de expedicio­ municaciones dol gobierno.
nes al interior del reino, comenzó por llamar la atención del Una nueva expedición carlista que. iniont.ó vadear el Avga
enemigo sobre Navarra atacando en la mañana del 4 de julio no logró franquear los vados del Ebro y hubo de. retroceder á
la borda dol Crucero do. Silveto, de la que logró apoderarse sus posiciones.
haciendo jugar la artillería é incendiando el fuerte. Acudie­ Pero como con motivo de haber Espartero levantado sus
ron en socorro do la embestida posición las fuerzas liberales cantones on el vallo de Mona para dirigirse en persecución de
acantonadas en Linzuain, pero juzgando insuficiente el au­ Gómez hubiese quedado aquel punto debilitado de fuerzas,
xilio acudió Córdova quo se hallaba en Pamplona con mayor aprovechó Villareal esta circunstancia para desde Amurrio
fuerza, y su oportuna intervención hizo que los carlistas tu ­ dirigirse contra la division de reserva del ejército de la Reina
vieran que retirarse sin qnc esto impidiese que se declarasen mandada por el brigadier Salcedo (pie cabria los puntos de
vencedores en sus partes oficiales y en sus periódicos, no obs­ Madianas, Carrasquedo y sus inmediaciones.
tante que las armas liberales los habían ahuyentado. Provenido del peligro Córdova envió refuerzos que no lle­
De regreso á Pamplona t.uvo Córdova el disgusto de recibir garon á tiempo de impedir la derrota do la brigada mandada
la noticia de actos de insubordinación de las tropas estacio­ por el coronel Clavcría á la que hicieron los enemigos 1res-
nadas en Alean adve y enllaro, como igualin en te'de que sínto­ cientos prisioneros, desastre que hubiera podido impedir la
mas de la misma especie habían estallado en la division chi la brigada de trescientos caballos de la Reina, (pie casi presen­
lì ibera, y no eran de extrañar talc's contratiempos, habiendo ció el suceso sin haber acudido en auxilio do. sus compañe­
ya comenzado y hecho considerables progresos en las provin­ ros, descuido y menosprecio dol deber militar que palpable­
cias meridionales y en Aragon el movimiento insurreccional mente acusaba la relajación que liabia cundido en las filas
rentra el gobierno, qnc?, hijo de las mismas causas y promo­ del ejército, consecuencia natural de las noticias que diaria­
vido por los mismos agentes que habían pronunciado á España mente se recibían de los pronunciamientos que se multiplica­
meses autos contra los ministerios moderados de Martínez ban en diversos puntos del reino.
de la Posa y Toreno, preparaba y tenia muy adelantado el De estos hechos sacaban partido los agentes dola insurrec­
golpe de gracia que el desbordamiento revolucionario no tar­ ción que desdo Madrid y otros puntos acudían á soliviantarla
dó en descargar sobre el gabinete Jsturiz. disciplina y la subordinación del ejército, cuyo estado de in­
Sacando fuerzas de flaqueza y aguantando, influido por un quietud coincidia con lá penuria déla administración militar,
seul ¡miento de honor y de deber, la conservación de un man­ la escasez do subsistencias y falta de pagos, causas (pie no po­
do que? las circunstancias hacían insostenible:, apeló Córdova dían monos de aumentar la desmoralización y el descontento
al remedio do dar una alocución al ejército estimulando los en las filas.
sentimientos do honor ¡i que nunca son sordos pechos es­ Satisfecho don Cárlos de los resultados obtenidos bajo el
pañoles, esforzándose en ella á incitar al ejército á mante­ mando do Villareal, lo promovió al empleo de teniente gene­
ner enhiesta la bandera de la honra militar ante el enemigo, ral, al mismo tiempo que conferia el de mariscal de campo á
dispuesto á triunfar sin combate contra adversarios que bas­ don Pablo Sanz y el de brigadier á Castor Andcchaga, quien
taria liara constituir indefensos el predominio en sus filas ele al fronte do una nueva expedición invadió el territorio de
la indisciplina. Limpias.
A fin do resguardar la ribera del Ebro so dirigió Córdova á Casi en los últimos (lias en que tuvieron lugar los hechos
Miranda, de donde procuró cenias escasas fuerzas deque dis­ do que queda hecha referencia, el general 'Bemolle al frente,
ponía cubrir en lo posible los puntos de la línea por donde de seis batallones franceses y tres españoles se dirigió á Puen­
podían pasar expediciones carlistas. No obstante lo acertado te la Reina y desde allí á Larraga.
de sus disposiciones y por efecto del descuido y de la floje­ Salidos á su encuentro Zariáfegui y otros jefes carlistas,
dad con (pie las órdenes del general en jefe comenzaban á trabóse un combate en las inmediaciones de Otoiza, cuya co­
sor ejecutadas por los de division y de brigada que guarne­ marca entregó Bemolle á las llamas des!,rayendo las cosechas
cían puntos de la linca, el brigadier carlista don Basilio Gar­ que todavía se hallaban en pié.
cía y su segundo don Juan Manuel de Valmaseda, lograron Con motivo de esta acerba medida de guerra., ofició Villa-
vadear el Ebro el 13 de julio por Argoncillo, dirigiendo su real á Córdova vituperando la violación do las leyes de la
correría á la provincia de Soria donde debían encontrar para guerra en territorio que no siendo limítrofe de la línea que
contener el éxito de. sus operaciones á la brigada do vanguar­ separaba á los beligerantes, no debia sufrirán tratamiento no
dia del ejército del Norte mandada por el coronel de la Prin­ exigido por una necesidad apremiante, único caso en que es
cesa don Ramon María Narvaez. lícito apelar á tan deplorables extremos, y concluía por úl­
Durante la corta estancia de Córdova en Madrid, le había timo Villareal amenazando con que si se repetían actos.seme­
podido el gobierno con mucho empeño que destacase una di­ jantes en cualquier otro punto, baria cada vez que ocurriesen
vision de su ejército en auxilio do las fuerzas que operaban pasar por las armas al frente do los primeros puestos avanza­
en Aragon, y destinado á este servicio el coronel Narvaez, la dos, veinte jefes y oficiales sacados de los depósitos de pri­
rapidez de sus movimientos sirvió de rémora y puso coto á sioneros.
quo don Basilio pudiese sacar de su expedición los resultados Las relaciones carlistas acusan á los batallones franceses de
que es muy verosímil hubiese logrado, á no haber tenido mi haberse entregado á punibles excesos en los pueblos de Na­
su seguimiento á un jefe de las condiciones de actividad y do varra.
pciicia que caracterizaban al coronel de la Princesa. Trabada la formidable lucha entre la situación seto ¡-conser­
En los primeros dias del mes de julio salió Evans de San vadora semi-liberal, representada por el gabinete Isturiz, y el
Sebastian, aparentemente con el designio de hacer un recono­ partido revolucionario cuyo director era Momlizabal, partido
cimiento sobro Fucnterrabía que sitiaba Guibelalde. Lograron al que vino á comunicar nuevo y fuerte brio -el espíritu de
los ingleses ventajas al presentarse, pero acudieron superiores indisciplina que ya liabia comenzado á introducirse en el
fuerzas carlistas provistas de artillería y forzaron á los ingle­ ejército del Norte: privado el gobierno de recursos por haber
ses á la retirada haciéndolos algunos prisioneros que fueron fracasado las negociaciones de empréstito, tanto las que se
inexorablemente fusilados al siguiente dia. Celebraron los car­ hallaban pendientes en tiempo de Mendizabal, como las in-
158 H I S T O R I A D K KR PA S A

friiel.iiosamento enrabiadas por c.l "abine,fe su sucesor; pevi.ur- En vista de tan crítico estado de cosas, el mismo hombre
badas las provincias do Castilla por las excursiones de Bata­ político que habia llevado á Isturiz tres dias antes de la for­
nero y de don Basilio; disgustado é inquieto el ánimo público mación de su ministerio, la comunicación dol embajador de
á consecuencia ile hechos semejantes al de la derrota sufrida Inglaterra cuyo objeto, como se ha visto, no era otro que el
por la columna del coronel don Francisco Valdés; amenazado haber templado las iras del partido progresista sin haberle
el gobierno por lodos lados ante la perspectiva de insurrec­ concedido todo lo que pedia, y haber preparado al mismo
ciones que ya ¡«puntaban y no tardaron en generalizarse, tenia tiempo un rumbo que facilitase el. advenimiento á una situa­
puestas todas sus esperanzas en la reunion de las Cortes revi- ción conservadora propia á satisfacer las legítimas aspiracio­
seras, convocadas para el dia 24 de agosto, hasta cuya pró­ nes- de la opinion liberal, sin apartarse demasiado de una
xima lecha conliiiba id gabinete que la lealtad del general política prudente y moderada aceptable á la vez á María
Cónlova mantendría en su deber ¡d ejército, y en que la fir­ Cristina y á Luis Felipe; el hombre, decíamos, «pie habia abo­
meza del gettenil Quesada y su indisputable prestigio sobre gado con Isturiz para «pie se prestase á seguir tan acertada
hi guarnición de .Madrid darían lugar al gobierno para abrir línea de conducta, se acercó nuevamente á su amigo el presi­
las (Jorfes y poner la suerte del país en manos de sus nuevos dente del Consejo, y sin preámbulo abordó en los términos
representantes, elegidos por un sistema electoral mas amplio siguientes la gravísima cuestión de hallar remedio á los peli­
y nuis pupular que ¡«quel eu virtud del cual había sido nom­ gros que amenazaban.
brado el Estamento disuelto. «Las corrientes do la opinion, le dijo, le son ¡í V. entera­
l’ero iinl.es que esto remedio pudiese sor aplicado, eran tan mente contrarias; tengo noticias fidedignas de que el espíritu
de temer insurrecciones y pronunciamientos que no tenia el de insurrección é indisciplina, casi general entre las pocas
gobierno los medios do reprimir, que era evidente,y no podia tropas que guarnecen las provincias, ha comenzado á cundir
ocultarse ¡i los hombres llamados por la Reina para salvar la en el ejército dol Norte; la cooperación de la Francia es toda­
crisis producili;« por ia eaida do „Mcndizabal, que habían per­ vía problemática, y la falta de recursos en que se halla el go­
dido hi popularidad de que disfrutaron, y en virtud de la cual bierno tan extremada, que sin el anticipo contratado con la
fueron llamados como ¡«liados de la corona, prestigio que casa de Gravina, y cuyos fondos proceden en gran parto de la
efectivamente perdieron desde el punto en quo Isturiz y sus lista civil, apenas puede el gobierno hacer frente á las aten­
compañeros se mostraron dispuestos á sor los órganos de un ciones mas apremiantes, situación que lo incapacita para re­
sistemi« contrario ¡«1. movimiento doeeañista; causas las que sistir ¡i la primera oleada revolucionaria que tan de temer es.
acal lamos de indicar que constituyeron una situación preñada »Para corresponder á la confianza que la Reina lia depositado
de próximos trastornos, principalmente desde que se hizo en el gabinete, continuó diciendo á Isturiz su oficioso amigo,
dudosa l¡t ansiada cooperación de la Francia, aun en los miti­ para sacar adelante el pensamiento conciliador quo aspira V. á
gados términos antes anunciados, pero cuya realización se representar, no le resta otro temperamento que el de obrar
dilataba mas allá de lo que permitía el peligro con que ame­ con la habilidad, la resolución y hasta la inventiva que se re­
nazaba al ministerio la formidable organización que el ele­ quieren para producir un cambio, una reacción tic la opinion
mento revolm-.ionario había llegado á adquirir, como conse­ pública favorable á su persona de V., cambio que inspire fe
cuencia «le la impopularidad en que cayeron el régimen del en que el gobierno camina resueltamente á un desenlace libe­
Kst.at.uti» y sus hombres. ral. Si no se crea una inspiración que conduzca á que seme­
La exaltación del sentimiento liberal ante la perspectiva do jante reacción se opere y dé una nueva dirección á los espíritus,
grandes reformas que socavasen por su pié el secular edificio convirtiendo en aliados á la mayoría de liberales de buena fe
del absolutismo, que tan triste cuenta diera de la suerte de la que actualmente siguen la bandera de Mcndizabal, estamos
nación, hobia t,raido los ánimos entro la generalidad del públi­ perdidos y su obra do V. naufragará irremisiblemente.
co que tomaba parto en la politica á un estado do excitación —»¿V qué hemos de hacer, dijo Isturiz, para realizar ese
que supeditaba la influencia y la acción moral del gobierno. milagro de que V. me habla?
Al espíritu do insurrección en favor de don Oúrlos latente —»Una cosa muy sencilla, replicó su amigo. Yaque el gabi­
en las provincias, se uniael de revuelta entre los sostenedores nete lia hecho que la Reina tome personalmente cartas en la
de 1;« causa que simbolizaba la Reina. contienda, por medio del manifiesto de fecha 22 de mayo, en
I,os nueve meses de. la administración de Mcndizabal habían o;l que hace causa común con el pensamiento de su gobierno,
dado vienili« suelta, á la exaltación y ¡ti desentreno, que tan saquen Vds. partido de la confianza que S. M. les dispensa, y
tristemente caracterizaron los sucesos do Barcelona y do Za­ pongan en su boca una nueva y solemne declaración por la
ragoza; los agitadores oran dueños de todas las capitales de que anuncie al país, que la causa de su hija, inseparablemente
provincia, cuya numerosa milicia nacional so hallaba por lo unida á la libertad española, so está ventilando en los campos
generiti dispuesta á secundar todo movimiento contrario á la de batalla á los que convida ¡leudan por medio de un gran
obediencia debida ;d gobierno, y veíase privado este «leí apoyo esfuerzo de patriotismo, cuantos buenos españoles aspiren al
ib» unas (Jórtos que todavía no se habían elegido y cuya legiti­ triunfo de aquella santa causa. Que las Cortes convocadas
midad coni r¡uh 00111 los ¡id versa vios do la situación, fundados para el dia 20 de agosto, en vez de reunirse en Madrid, se re­
en la irregularidad do la ley en cuya virtud iban á ser elec­ unirán en Burgos, donde el gobierno va á trasladar su resi­
tas; carecian las ¡tu toril (¡ules de provincias de fuerzas mi­ dencia para estar mas cerca del teatro de operaciones, y que
litares con cuya lidelidad pudiesen contar para sostener el para mejor secundar las del ejército y servirle de reserva, se
imperio de la ley: por todas estas causas reunidas, á las que movilizarán, reviniéndolos inmediatamente en campos de ins­
veniali á-dar una siniestra demostración de exactitud los abor­ trucción, cien batallones (le la milicia nacional. La custodia
tados movimientos recientemente estallados en Málaga, en de Madrid debe quedar confiada ¡ti general Quesada; y no
(I rimai la y en Zaragoza, era muy de temer que el partido dude V. un punto do quo semejante mágico llamamiento hecho
exaltado consiguiera, cual no disimulaba ser su intento, impe­ ¡ti patriotismo de la nación, no ha de encontrarla sorda á la
dir la reunion de las Cortos por medio de un levantamiento voz de la Reina, la que dará en olio el noble ejemplo de acu-
de las provincias como el que había dado fin al gabinete dir al peligro, renovando en favor de la idea liberal la cruza­
Tormo, resultado para el que sobraban elementos álos direc­ da que en defensa do la idea religiosa inmortalizó á Isabel I.
tores del movimiento revolucionario. »El pueblo español siente mas que piensa., y un esfuerzo
K1 espíritu público inquieto, receloso, propenso tí seguir la grandioso, una acción levantada, una iniciativa de suyo con­
voz de los perturbadores, no prestaba al gobierno el menor movedora, despertará la lealtad y el brio do la familia liberal
apoyo en defensa de lo poco que quedaba en pié del débil y cambiará-la desconfianza que la agita en esperanza y anhelo,
editici«) del Estatuto Heal. disponiendo al país á seguir la bandera de la excelsa Gober­
El «jércilo dol Norte y ht guarnición de Madrid á cuyo nadora que, habiendo sido la quedióla señal para el restable­
freute se hallaba Quesada, constituían, como ya se lia dicho, cimiento de la libertad, ofrecería allora un ejemplo digno ele la
los dos únicos puntos «le apoyo con que Isturiz y su gabinete memoria de doña María ele Molina, prestándose al último de los
podían contili' pani sortear la marejada próxima á sumergirlos. sacrificios, en defensa de su hija y do la libertad do la nación.
KD A U M O D K UK A î.y j
»Una resolución do esta dase, continuó manifestando el tanto cuya situación que virtualmente lo relevaba de la obli­
amigo do Istoria soni recibida con grata sorpresa por la opi­ gación do emprender operaciones, sabedor Córdova de (pie
nion, y producirá cl efecto de desviar la corriente quo empuja Gomez trataba de penetrar en Castilla, avanza hasta Reinosa
á las conspiraciones y á los motines, y dispondrá los ánimos y otros puntos de la provincia de Paleneia, al mismo tiempo
á convertir en acción noble y esforzada, la inquietud y desaso­ que cuida de proveer á la conservación de los punios de
siego cpic precipita los ánimos á turbulentas y estériles insur­ Guipúzcoa amenazados por los carlistas.
recciones.» Villareal se habia movido de Navarra y adelaritáilose hacia
K1 consejo dado á lsturiz pareció haber impresionado áeste, las fortificaciones de la línea de Silveti á Zubiri, habiendo
toda voz que contestó meditaria sobro el asunto y veria hasta maniobrado en los dias del 1." al 4 de agosto entre Erro, Vi­
(pié punto podria ser realizable. llalba, Larraizar, Cirauqui y Guevara.
Preguntado pocos dias despues el presidente del Consejo Adelantóse el general carlista á atacar el fuerte de Yillasa-
acerca do lo que hubiese resuelto relativamente á la suprema ña pura favorecer el regreso de la expedición do Gomez, la
importancia de producir un cambio favorable en la opinion que apurada por Espartero continuaba eludiendo combates y
pública, contestó lsturiz: procurando ganar el suelo vascongado.
«Que habia hablado con S. M. acerca del asunto y cncon- Noticioso Córclova dol movimiento de Villareal, voló presu­
trádola propicia á que se obrase de la manera indicada, pero roso de Reinosa á Villareayo, despreciando un terrible tem­
que no podia pensarse en dar un solo paso adelante c-n el poral de lluvia y en la esperanza de alcanzar al enemigo que
enunciado proyecto, por cuanto habia surgido el insuperable eludió su encuentro deslizándose por la llanura de Alava.
obstáculo de que el señor infanta don Francisco da Paula Penosos en extremo fueron aquellos dias para el ejército y su
se vagaba á salir da M adrid, si no iba revestido del carácter general, resuelto á dejar un mando que por mera patriótica
de generalísimo de los ejércitos; en lo que no podia pensarse condescendencia conservaba y del que no vaciló en despren­
consintiese el gobierno en presencia ele la division que desgra­ derse ol dia mismo en que le llegó la noticia de la insurrección
ciadamente habia surgido entre S. M. y la infanta su hermana, militar de la Granja que obligó á la líeina gobernadora á
á la que su esposo serviría de instrumento para producir si­ jurar la Constitución de 1812, desenlace que venia siendo el
tuaciones cuya responsabilidad no podia aceptar el gobierno.» caballo de batalla del partido del movimiento desde la caida
E i l verdad que la oposición ante la cual retrocedia lsturiz, de Mendizabal.
no habría dejado de tener fuerza si se hubiese tratado de un Graves fueron los sucesos acaecidos en diferentes puntos
príncipe cuyas condiciones de carácter ó cuya popularidad de España desde el regreso do Córdova de la corte al ejército.
hubiesen podido hacer de su persona un embarazo para un El método adoptado en esta historia de agrupar los hechos á
gabinete de alguna significación. Mas sin negar por esto que fin ele presentarlos como conjunto en vez de relacionarlos
dejase de tenerla y grande el que presidia don Javier lsturiz, cronológicamente, mezclados unos con otros, ha motivado el
acusaba gran flaqueza tie parto de su jefe, haber sacrificado que nos ocupemos de las operaciones militares en las provin­
un gran pensamiento á un reparo, que no lo hubiera sido para cias del Norte, como seguidamente lo haremos do las que tu ­
Narvaez, para Mendizabal, ni para Espartero, siendo además vieron lugar on Aragon y en Cataluña, sucesos que llenan el
muy poeo dudoso que el infante don Francisco habría obede­ espacio de tiempo trascurrido desde la formación del gabinete
cido, como mas tarde lo hizo, saliendo de Madrid sin réplica lsturiz hasta su caida á consecuencia de los sucesos de la
para fijar su residencia en Paris. Granja.
Pero don Javier lsturiz, hombre reputado de carácter firme, Una vez que hayamos presentado el fiel relato histórico de
si bien probo, liberal á toda prueba y cumplido caballero, ambos órdenes de sucesos, nos ocuparemos de la parte polí­
jamás supo resistir á la debilidad del cortesano, pues del tica, mas inmediatamente relacionada con la angustiosa vida
mismo modo que lo habia sido de la plebe hasta el dia de su ministerial que cupo en suerte á lsturiz y A sus compañeros
encumbramiento, fué desde entonces y en adelante el mas de gabinete.
obsequioso y sumiso de los allegados á las personas reales. Esperaba Córdova impacientemente su relevo, cuando re­
Agravaba los efectos de la insubordinación é indisciplina cibió la noticia de que la division de caballería situada en la
que habia cundido en ol ejército la actividad y destreza con Ribera habia proclamado la Constitución do 1812, suceso ca­
que los carlistas esparcían en los cantones tie lits tropas tie la pital eu la situación en que el ejército so hallaba y que no era
líeina, boletines apócrifos y proclamas incendiarias, convi­ posible ni menos prudente reprimir por la fuerza.
dando á la deserción y ofreciendo premios y recompensas á Despachó el general con instrucciones análogas á las cir­
los (pie viniesen á engrosar sus filas. No dejaron los carlistas cunstancias á su ayudante el marqués de Casasola, pero lle­
de coger fruto de aquellos manojos, lo que unido á sus atrevi­ gado que fué este á Logroño fué testigo de otro movimiento
das expediciones y al espíritu do sedición que minaba al ejér­ insurreccional de la misma índole que el efectuado por la di­
cito liberal que sufría grandes privaciones, como dependiendo vision de la Ribera, y recibida poco despues la noticia oficial
de un gobierno que apenas tenia territorio que obedeciese á de los sucesos de la Granja, no vaciló Córdova en entregar
sus mandatos, creó lina situación que colocaba á un general en instantáneamente el mando al general á quien correspondía
jefe do los antecedentes de Córdova en tanto aprieto que lo por ordenanza tomando inmediatamente el camino de Fran­
determinaron á enviar resueltamente su dimisión al gobierno, cia, hasta cuya frontera fué acompañado por sus ayudantes
que no pililo menos ile aceptarla, si bien rogándole al mismo y la plana mayor de su cuartel general, recibiendo durante
tiempo, que permaneciese al frente del ejército hasta la lle­ los dias del tránsito universales muestras de respeto y de
gada de su sucesor. simpatía, tanto de las tropas como del vecindario de los pue­
Rodeado de conspiraciones y de enemigos, no desmayó Cór­ blos en que pernoctó.
dova en el cumplimiento de su deber en medio do circuns­ Celoso de justificar ante la historia la conducta que obser­
tancias tan capaces de abatir al ánimo mas resuelto. El 21 de vó en aquellas críticas circunstancias, empleó el general en
julio se descubría en Logroño una conspiración militar, diri­ su memoria justificativa do que ya hemos hablado, el si­
gida á proclamar la Constitución de 1812. Sofocado aquel in­ guiente argumento:
tento, tuvo el general que acudir con las escasas fuerzas de «O el decreto por el que la líeina mandaba jurar la Consti­
quo disponía en dirección do Miranda para contrarestar el tución del año 12 era la obra espontánea de la autoridad
movimiento de Villareal sobre Peñaccrrada y el centro do la real, en cuyo caso el ministro que la habia aconsejado come­
línea. Apenas hubo provisto á aquel riesgo, recibe parte de que tió un acto ilegal sobreponiéndose á la autoridad de las Cor­
Gómez perseguido por Espartero retrocedia en dirección do tes que once dias despues debían reunirse, ó era por el con­
Vizcaya. Marcha entonces al encuentro do este, esperanzado trario un acto arrancado por la fuerza y por consiguiente
do terminar su penoso mando con un hecho de armas que contra derecho y hasta criminal. Prestarle yo apoyo hallán­
sirva de testimonio á su lealtad. Dispono también que el ge­ dome al frente dol ejército, habría sido convertirme en ins­
neral Peón releve á Espartero á quien llama con’urgencia trumento de una ilegalidad ó en cómplice de la violencia.
para que se encargue del mando en jefe del ejército; no obs- »Ni una ni otra responsabilidad quise aceptar.»
Tomu VI u¿
1 GO II I S T O It IA T)E E S P A Ñ A

Al polier el pili en el territorio francés, escribió Còrd ova al. cio» on el fondo, las pruebas de valor frecuentes en los com­
genera) 1(avispe participándole su entrada en el distrito de batientes de ambos campos, habiéndose particularmente dis­
su mando y declarándolo que lo verificaba en. clase de súb- tinguido en el de la Reina varios jefes y oficiales de la legión
dito del gobierno ospitimi, co n licencia y pasaporte desús au­ auxiliar inglesa.
toridades y en ninguna, manera con el carácter de refugiado. Entrado el mes de octubre y descoso Oraá do interrumpir
Participó al mismo tiempo al cónsul de España, que so ha­ aunque solo fuese por pocos dias la inacción en que se halla­
llaba dispuesto á jurar la Constitución, ca.su que diedro funcio­ ba el ejército, púsose en movimiento en dirección á Navarra
nario estuviese facultado á autorizar semejante acto. y tomó posesión en Arroniz y Dicastillo, coronando las alturas
Explica Córdova por consideraciones de decoro el haberse do Monte Jurra, despues de un reñido combate empeñado con
prestado á hacer en Enmeia lo que nohabia querido efectuar grande empuje por los liberales y sostenido con no menor fir­
en España, fundándose en que como jefe del ejército no hu­ meza por sus contrarios. Quedaron los primeros dueños del
biese sido delicado en él reconocer el Código que con las ar­ campo dándose la satisfacción de avistar sin ser molestados
mas un la mano babia combatido en 1820 y 2:1, circunstancia los fértiles valles navarros, almacén y granero do donde saca­
que no le. impedia quo pn ‘staso espontáneam en te juramento ban los carlistas buena parte de sus subsistencias.
á aquella Constitución, como militar dependiente del go­ Satisfecho Oraá del comportamiento de las tropas que ha­
bierno nacional. Tuvo lugar en aquellos dias una sorpresa ve­ bía llevado á la pelea, les dirigió en 14 de octubre una sentida
rificada por los generales Iribarren y Diego Leon, quienes rin­ órden del dia y marchó á Lodosa y Logroño, en cuyo último
dieren junto á Dicastillo una columna carlista mandada por punto hizo en 24 del mismo mes entrega del mando á Espar­
Saeanell compuesta de ochocientos hombres del primero de tero, nombrado en propiedad para el puesto que debia ejercer
Navarra y seis compañías do la ju n ta de la misma. Los ofi­ con gloria hasta la conclusion de la desastrosa lucha que no
ciales prisioneros fueron enviados á San Fernando y los sol­ debia terminar hasta cuatro años despues.
dados embarcados pava Puerto Rico y Cuba. Preparaban los generales de clon Cárlos el segundo sitio de
Aquel inesperado triunfo obtenido por las armas de la Bilbao que tan notable iba á ser, y el ejército de la Reina ha­
Reina en dias tan críticos como fueron los que señalaron el bía tenido en su consecuencia que reconcentrarse en las comar­
pronunciamiento de la division de la Libera, la retirada de etis de Vizcaya que leerán inaccesibles, no obstante cuya dis­
Córdova á Francia y el célebre motín de la Granja, contribuyó posición, no pudiendoperder de vistala custodia délas líneas
cuando menos podia espérame á vigorizar algun tanto la difí­ que por la parte de Navarra los separaban del enemigo, dis­
cil sit uación que entró á regir el gabinete Calatrava. púsose que la legion francesa operase un reconocimiento hacia
Aunque por antigüedad f ocó el mando del ejército del Puente la Reina, que contrarestaron los carlistas amagando á
Norte á consecuencia do la retirada del general Córdova al Pamplona, demostraciones estas que llenaron los restantes dias
mariscal de campo don Podro Mendez Vigo, ejerciólo durante de aquel mes, hasta que en la primera semana de noviembre
muy ]iocos dias, por haber dispuesto el gobierno que se hi­ vinieron á reasumirse en el simultáneo ataque y defensa ele
ciese cargo do él interinamente el general don Marcelino Estella, acometida por los liberales y defendida con tesón por
Oraá. Dióse al mismo tiempo la propiedad de dicho mando al Ortigosa, permaneciendo casi á la vista las fuerzas de uno y otro
general Rodil, concediéndole iguales facultades á las do que campo y dando fin ¡1. los movimientos en el territorio navarro
estuvo revestido el general Córdova, habiéndose conia misma al terminarse ciano 1830 conci encuentro que en las inmedia­
focha conferido también á Rodil el ministerio de la Guerra al ciones de Lerin tuvo la caballería de ambos ejércitos, lucha en
mismo tiempo que. la redención del generalato del ejército del la que los lanceros polacos, que componían parte de la legion
Norte. francesa, desplegaron la bizarría que caracteriza á los natura­
Por patriotismo y cediendo al sentimiento del deber militar, les de aquella tierra de valientes, que tan duchos son además
aceptó el veterano general el mando en las adversas circuns­ en el manejo de aquella arma.
tancias en que el ejército se hallaba y así se lo manifestó á En los últimos dias del año á cuyos anales pondrá término
este por medio de una significativa orden del dia, en la que el levantamiento del segundo sitio de Bilbao hizo su apari­
bacia llamamiento á las prendas cívicas y al marcial espíritu ción en el campo de la causa liberal un adalid cuyos brillan­
d<' sus compañeros de armas, recomendándoles la disciplina, tes servicios no tardaron en hacer olvidar lo que de equívoco
el respeto á las leyes y el sostenimiento del orden público. y poco plausible acusaban sus antecedentes. Martin Zurbano,
El 2!) di* agosto fue jurada en Vitoria por todo el ejército la natural de la Rioja y dedicado al contrabando, formó una
Constitución de 1812, que parte de él había ya proclamado en partida de voluntarios, la que muy pronto supo hacerse en
la Ribera y Logroño. Creyóse' Oraá en el deber de no perma­ extremo útil, verificando correrías en territorio enemigo, recau­
necer ocioso y el 30 emprendió un movimiento sobre Villareal, dando. las contribuciones que no pagaban los pueblos fronte­
que no llegó á efectuar por haber sido ocupado dicho punto rizos, verificando sorpresas, escoltando con éxito convoyes de
por Goni, pero en su defecto recorrió Oraá los cantones de Be­ víveres y municiones para los puntos fortificados, y siendo de
tono, 0 amarra. Arriaga, Mendibil y .Turbano, habiendo tenido eficaz ayuda al estado mayor, por el perfecto conocimiento
(pie sostener un sangriento encuentro entre Arroyabe y A zur , que del territorio en que operaban tenian Zurbano y los que
operaciones que costaron sobre 200 bajas á ambos ejércitos. á sus órdenes militaban.
Las deserciones frecuentes en toda guerra civil de alguna Pronto fueron de suficiente importancia los servicios del
duración, menudearon bastante on las filas de los defensores cx-contrabandista para valerle en la milicia un empio de Real
de la Reina, de resultas de la indisciplina, compañera do los nombramiento y para autorizarlo á formar un batallón de
reciente« pronunciamientos. Para contener tan perjudicial francos de la Riqja alavesa, fuerza que dio origen á los mas
desorden puso en vigor Oraá, extremando sus disposiciones, importantes mandos que obtuvo y desempeñó con creciente
las providencias anteriormente dictadas por Córdova para re­ fortuna el guerrillero que mas célebre supo hacerse entre los
primir la relajación consiguiente á épocas de trastornos, en las liberales en la guerra civil de los siete años. Pero el destino
que la licencia y el merodeo desmoralizan los ejércitos. adverso y la implacable crueldad del espíritu de partido, te­
En los últimos dias del antedicho mes recorrió don Carlos nian predestinado para el valeroso don Martin Zurbano el
acompañado por el infante don Sebastian y por Villareal las desgraciado fin que en su dia habremos de lamentar.
líneas y punios estratégicos de sus reducidos dominios, fijan­
do alternativamente su residencia en 'foiosa, Segura, Abarzn- DOCUMENTO NUM. I
za. Elorrio, Escoriaza y Durango.
Durante todo el siguiente mes de setiembre intentaron los CAUTA DE CÓRDOVA AT, ESTAMENTO
carlistas diversos ataques sobro la línea exterior de San So­
hastian y los liberales por su liarte lanzaron columnas al valle Scñor Presidente del Estamento popular:
de Loyola, operaciones que no dieron resultados decisivos, Me veo on la sensible necesidad de manifestar á V. E. el
pero que costaron sensibles pérdidas ¡i los beligerantes cuyos dolor y sorpresa con que ha llegado á mi conocimiento la
partos oficiales consignaron, si bien con énfasis, sin exagera- equivocada interpretación que por algunos so ha tratado de
KD A D M O D 12It X A lf.l
d:u' á la carta que dirigí desde Murguía en 29 del pasado á los • entonces obtuvo de la representación nacional inequívocos y
editores de El Español, y que á ruego mio publicó este perió­ honrosos testimonios de su benevolencia y confianza, mal po­
dico con motivo de los términos injuriosos en que según Ja dría ser luego ni inconsecuente consigo mismo, ni ingrato á
v ersio n de todos los diarios, parecía haberse expresado el aquellos beneficios, ni por lo tanto capaz de faltar en lo mas
Señor procurador Varona, y de la contestación dada al mismo mínimo á todo el respeto y adhesión que debo y profesa á los
por el señor ministro de la Guerra, conde de Almodovar, tér Estamentos, tan solo porque mas celoso de su honra que de
minos que no podían ser aceptados en silencio, sin dejar do su vida, ha tenido que rechazar palabras que trasmil idas al
ser también entonces merecidos por los jefes á quienes podia mundo y consignadas á la posteridad por la imprenta, serían
aludir tí. E. y en cuyo mimero debia naturalmente, yo mas suficientes á destruir aquellas sin una vindicación tan enér­
que otro alguno, creerme designado y agraviado. gica como pareció su agravio. Mas do esto hecho aislado, es­
Tan luego como me fueron conocidas las primeras explica­ pecial, puramente privado, ¿cómo podia ni remotamente- infe­
ciones que el señor diputado por lteinosa tuvo á bien dar en rirse que se atacaba en él ni la inviolabilidad legal de los se­
el Estamento en aclaración de su primitivo discurso,me apre­ ñores procuradores,ni la libertad de hi tribuna?(,'onsecuencia
suró á dirigir una segunda carta al mismo periódico, la que absurda seria, cuyo fundamento no descubre mi corta capaci­
publicada al presente no habrá podido leer tí. E. ni nadie sin dad, que. dudo mucho acierte á probar la mas superior de
disipar toda duda acerca de mis intenciones; pues que mien­ todas las capacidades sin recurrirá las armas do] sofisma; por­
tras existió la causa de injuria real ó aparente, debí yo acu­ que aun cuando los términos de la carta en cues! ion no fuesen
dir como hombre de honor y como militar á la defensa del en sí bastante explícitos y concretos á su exclusivo objeto,
mio; destruida que fué aquella por quien solo tenia el derecho cuando la razón, las leyes y la justicia no hablasen aquí por
y el poder de hacerlo, pudo ya anular y anuló por los mismos mí, bastaria una larga serie de ejemplos y precedentes anti­
medios, lo que solo había sido y podia ser una rigorosa con­ guos y modernos, mici onal es y extranjeros, para probar que
secuencia de ella. no se contradicen las prerogativas y prácticas <lo los cuerpos
Pero separando de este negocio lo que tiene de privado representativos, que no so ataca ni conspira contra la inviola­
para considerarlo con el carácter general y político quo se bilidad legal ile sus respetables miembros, por quien sintién­
le ha querido dar, cuánto no deberé deplorar, y extrañar, señor dose herido en su honra ó su fama por palabras duras ó
presidente, la falsa y violenta interpretación tan lejana de mis ligeras, por acusaciones graves ó injuriosas, acude á defender­
intenciones, principios y sentimientos, como contraria al sen­ las enérgicamente con las armas de la razón, y cuando es
tido explícito y limitado en que está redactada dicha carta, preciso con peligro de su vida. Así, repito, quo lo acreditan
con que algunos han pretendido inducir á los honorables innumerables contestaciones y accidentes, que aun siendo mas
miembros del Estamento popular en el equivocado concepto serios que el presente, jamás dieron margen á las falsas im­
de que pudo jamás sor mi ánimo faltar á todo lo que debo y putaciones que yo aquí combato. Ni ¿cómo podria, señor pre­
debemos todos los españoles, el respeto, consideración y afec­ sidente, dejar de ser así? ¿Qué defensa, qué garantía, qué medio
to al primer cuerpo representativo de la nación, al digno y de desagravio quedaria reservado contra acusaciones deshon­
coloso depositario de sus leyes y de las libertades públicas, rosas y por impreso universales y ciernas, á los que pueden
quo encierran el bien y la esperanza del país y las de cada uno ser objeto y víctima de ellas, si no tuvieren estos el derecho
de sus hijos. de sincerarse públicamente en términos adecuados á la ofen­
Yo ine lisonjeo, sin embargo, de que ni el error ni la mali­ sa, si no pudiesen vengar personalmente la ofensa recibida?
cia de los partidos, que tan activam en te trabaja y agita los : Tan difícil seria la respuesta, como absurda y contrariad la
Estados en tiempo de convulsiones públicas, habrán logrado civilización y al crédito del régimen, por cuyos inmensos be­
sorprender el ánimo y .recto juicio de los señores procurado­ neficios la nación combate, si se estableciese el principio de
res y del Estamento, hasta producir en este respetable cuerpo que los que están encargados do promover su felicidad, pueden
una opinion falsa é injusta contra el ciudadano que revest,ido ejercer un derecho legal en agravio y deshonrado sus conciu­
de la mas alta confianza, tiene el insigne honor, que á mí. me dadanos, sin mas restricción que la que á cada uno impongan
cabe, al frente de este liberal y virtuoso ejército, y que com­ el temple y circunspección de su carácter, la exactitud ó in-
batiendo con él á los enemigos do nuestra santa y preciosa exactit.íiddo sus flatos y cálculos, el alcance y límite de su razón
libertad, solo aspira á hacerse digno del aprecio general, sien­ ó entendimiento, porque todos los hombres están expuestos
do ante todo el súbdito mas fiel y mas humilde do las leyes, á errores, pasiones é injusticias, y no es raro que so halle al­
y el mas respetuoso hacia los poderes que las forman y colec­ guno en numerosas asambleas.
tivamente representan á la nación; que no trabaja ni combato Yo no tuve remotamente, y permítame S. K. repetirlo mil
sino para sostener aquellas y salvar los imprescriptibles dere­ veces, ni la intención ni la desgracia de faltar en esta circuns­
chos de esta, y que perdería cien veces la vida antes que con­ tancia á todo lo que debia mi respeto, mi consideración y mi
signar su nombre á la historia con la triste y funesta celebridad afecto al Estamento de los señores procuradores del reino (pie
de haber faltado, faltándose á si mismo, á lo que debe á la tan dignamente V. E. preside. Cedí, sí, con pena á la trist e
patria, á su honor y fidelidad. I necesidad de responder á la ofensa que croia haber recibido
¿Poro debería yo, señor presidente, tener la menor necesidad ' de sus dignos miembros. Me apresuré espontáneamente á des-
do recurrir á estas sinceras y explícitas, cuanto sensibles de­ : truir todo el valor y fuerza que di á mi desagravio tan luego
claraciones, para vindicar mi conducta que tantos hechos como el señor procurador Varona dio una explicación favora­
abonan y acreditan? Desagradable es para un hombre de honor ble á sus palabras. Y pues que S. E. las ha rectificado, claro
y de delicadeza hablar de sí mismo, y por esto V. E. no extra­ está que considero poco parlamentario las que so le atrilmye-
ñará que renuncio á exponer aquellos que sirviendo de prue­ j ron. ¿Dejaré á mis enemigos y á los partidos que se lian en-
I
bas á mi conducta, diesen á V. E. justo título de formar un cargado do interpretar las mías en esta ocasión la libertad de
equivocado concepto de mi moderación, y mas cuando todo I acusarme de sospechoso ó do poco afecto y respetuoso al Es­
lo que podria exponer á mi favor, solo acredit aría que no hice tamento? Imposible, señor presidente, designado á la inexora­
roas que cumplir honrada y celosamente con mis deberes, últi­ ble persecución de aquellos cuando solo atacan mi capacidad,
mo término que pueden alcanzarlos esfuerzos de un buen ciu­ sacrificando á mi moderación, á mi deber y al bien publico mi
dadano para satisfacer la deuda sagrada que contrae al nacer fácil defensa en otras infinitas y no mas merecidas imputa-
para con su patria. Poro siempre me será permitido recordar . ciones, jamás consentiré en que vulneren la fe pública por que
sin jactancia, que quien se mantuvo á la cabeza de este va­ j combato, ni las rectas y generosas intenciones de mi corazón
liente ejército en época muy agitada, reciente y difícil, sin que ellos se encargan do adulterar por la animadversión cons-
desviarse un punto de la estricta línea del deber y de las le­ , tante que tan gratuita y públicamente me muestran.
ves, sin tomar parte alguna en los disturbios domésticos, quieti IYo soy el primer español (pie á la muerte del Key difunto
saludó el dia venturoso de la reunion de los Estamentos, pa­ ¡ cooperó al establecimiento legal del gobierno que dichosa­
sada la borrasca, como una aurora feliz llena de esperanzas y mente nos rige, y con el cual se ha identificado desile cnton-
do beneficios, exponiendo sus principios y sentimientos, quien I ces mi honra, mi suerte y mi existencia; el (pie ha murecillo
HISTORIA DE KSI'AÑA

p->1*honrosas deci avari mi ns del gobierno y de los Estai nonios por otra parte era imposible cumplir con ellos sin grave per­
aprobación y elogios do su conducta en la importante, peli­ juicio del Estado.
g ro sa y dil'íeil misión (pio desempeñé en Portugal, teatro en­ Nada de esto arredró á los act,miles secretarios del Despacho,
tonces d e nuestros mas vitales ini (.‘roses; el quo lince dos años quienes fiados en el testimonio de sus conciencias y conocien­
combatió por la cansa de la libertad en estos campos. Sin lia- do cuántos títulos bien adquiridos y reconocidos tiene Vues­
mu* m é rito <|e los servicios rpie lia prestado, de los sacrificios tra Majestad á la confianza de los españoles, se propusieron
(pie lia hecho y de las pruebas que ha dado en estas situacio­ llevar adelante el gobierno para dar cumplimiento á vuestras
nes. puede vanagloriarse al menos de haber sollado sus debe­ benéficas intenciones en todo conformes á las ideas pasadas
n s eoli mas que vanas declamaciones y estériles frases. y presentes de vuestros consejeros responsables.
Sumiso ¡i la ley. ¡insta soberana ¡disoluta do los paíseslibros, El éxito. Señora, no ha correspondido á esperanzas tan hala­
reina del siglo, respetuoso al poder que en representación de güeñas. Por desgracia el Estamento popular, cediendo á. mo­
la nación entera concurre por su voto á formarla, ni lio dejado tivos no conocidos, se ha declarado contra los ministros de
ni dejaré de sor jamás el enchivo de aquollani desmentir min­ Vuestra Majestad de modo que valdria poquísimo, si solo sus
ici la veneración que debo al cuerpo político que legalmente personas hubiesen sido desairadas, pero que importa mucho,
l¡t representa. Entrego con toda confianza la corta historia do cuando se atiende á la índole de la oposición y á los medios
mi mando, el examen de mi conducta al mas escrupuloso y de que se ha servido. Proposiciones no consentidas por las
se v e ro análisis Esto no producirá ciertamente un solo he­ leyes y si acaso autorizadas con precedentes que contrapues­
cho, una indiferente circunstancia que pínula desmentir ó tos á hi ley pierden su valor, autorizadas solamente en casos
deje de acreditar lo que sido afirman aquí mis palabras. que no han producido resolución cuyos efectos fuesen tras­
Ahí están mis actos y documentos ptiblicos, consignados en cendentales; peticiones hechas para que sean sustituidos á
ellos mis principios, representados y expuestos mis sentimien­ los trámites legales por que se hacen las leyes otros de natu­
tos constitucionales. Al grito do Isabel y libertad, adaman­ raleza singular, y todo esto hecho con desorden, hasta pov
do á los listai lientos, victoreando á nuestras santas y libres parte de los espectadores, han presentado un espectáculo do­
instituciones, han combatido y vencido siempre las tropas loroso, así como lleno do escándalos, lleno también de peli­
<pie yo lie conducido con mi voz y con mi ejemplo: y si la gros. Lo que el Estamento no podia hacer respetando las
fortuna correspondiendo un dia á mis votos y celosos esfuer­ leyes, lo ha votado; lo que habría podido hacer legalmente, lo
zos, nm reserva el alto honor, la incomparable dicha de afian­ ha hecho por una vía ilegal, ó porque su situación no le con­
zar la libertad, de mi país poniendo un término glorioso á esta sentia perder tiempo, ó por obedecer incauta la mayoría á su­
funesta guerra, mis sacrificios, trabajos y padecimientos serian gestiones que precipitándola en un quebrantamiento de ley,
completamente recompensados si al designar con mi nombre la iban acostumbrando á salirse de la senda legal y á entrarse
el unís feliz de los españoles pudiesen también decir mis com­ por otra donde abundan los precipicios y. no está por término
patriotas, quo, mas que los favores de la fortuna, lo adornan el bien de la patria.
su sumisión á las leyes, su amor al orden y afecto á nuestras En tanto apuro los secretarios del Despacho, que ven peli­
instituciones. grar el trono y la libertad inseparable del orden y con ambos
Esta, señor Presii lente, es mi ambición; este el programa objetos la nación entera, no pueden aconsejar á V. M. que
que la impulsa y oxclusivainonlo la dirige. Puedo faltarme la ceda á pretensiones injustas en sí, mas injustas aun por el
vida emiio me. faltaria el honor que heredé do mis mayores y modo como son hechas, enlazadas do necesidad con otras
1sisar mi nombre á la posteridad, envuelto en el horror y la cuya venida es infalible y propias para traernos ¡í una con­
infamia, el dia que yo desconociese esta obligación sagrada, tienda encarnizada, mientras está la guerra civil abrasando
ó cualquiera, de las que dignamente alcancen á llenar un celo gran parte de la monarquía. Si V. M. en menor apuro, disin­
ardiente, una limitada capacidad y un amor y reconocimien­ tiendo su ministerio de la mayoría del Estamento popular
to sin límites a lo mucho que delio á mi patria, á mi Kein a y quiso hacer á la nación árbitra entre el uno y la otra por el
á mis conciudadanos. medio legal de la disolución y nuevas elecciones, los actuales
lluego oiiearoeidamonto á V. E. que tenga la bondad de dar secretarios del Despacho no dudan exponer sumisamente
cucili ¡i de osla caria al Estamento en los términos que le pa­ á V. M., que creen llegado el caso de repetir una providencia
rezcan oporlunus y convenientes; y si en ello no encuentra que rara vez conviene reiterar, poro que parece útil y hasta
V. K reparo, que tenga también la bondad de hacerla públi­ indispensable en las presentes circunstancias. Y tienen la
ca para que la nación entera conozca y juzgue, que mis sen­ honra de exponer rendidamente á V. M. que convendría la
timientos son. el móvil de mi oonilueta, y esta siempre el pro­ convocación, uo ya de otras Córtes como las últimas, sino do
d u c to invariable de aquellos y do mis obligaciones.—Dios aquellas tan deseadas por las cuales ha de hacerse la re vision
guarde á V. E. muchos años de nuestras leyes políticas y cuya elección deberá efectuarse
Vitoria 17 de mayo de 18:Ki.—Luis Fern avilas de Córd.ovn. de modo que representen de la mejor manera que sea dable
el verdadero interés y opiniones de la nación y en la forma
DOClfMENTI") NÚM. II que ha parecido mejor al último Estamento de procuradores,
K N I ’O S U M O N Il E r.os SEÑORES SECRETARIOS DEL DESPACHO Á
para que este requisito le dé la mayor autorización posible.
s i; MAJESTAD LA REINA C¡Olí MINADORA. Fundados en los principios que acaban de declarar, los se­
cretarios del Despacho que; firman, reverentemente someten
S'r'.nor:!.: Cuando los actuales secretarios del Despacho, acu­ á vuestra real aprobación el siguiente decreto:
diendo al llamamiento de V. M. que en uso de la Real, prero­ Madrid 22 de mayo de 183(5.—Señora.—A L. lì. P. de V. M.
gativa se dignó dispensarles su confianza, tomaron sobre sí el —(Siguen las firmas de todos los ministros.)
grave cargo de despachar los negocios en la situación presen­ En nombre do mi augusta hija doña Isabel II y con arreglo
te, bien conocieron las dificultades de que iban á verse ro­ á lo prevenido en el artículo 2 t del Estatuto Real, he tenido
deados. Pero conocieron también que el interés indivisible á bien resolver que se disuelvan las actuales Cortes.—Ten-
del trono y de la nación exigía de ellos tal sacrificio para acer­ drcislo entendido y dispondréis lo necesario para su cumpli­
tar con el medio de llevar adelante las reformas, eontribu miento.— Yo la R eixa goiíerxadora.
yendo al desempeño do vuestras reales promesas y do mante­ En el Pardo á 22 de mayo de 183(1.—A. D. Francisco Javier
ner asimismo el orden, no olvidando la guerra civil, cuya Isturiz, presidente del Consejo do ministros.
feliz prosecución y terminación os la primera y mas urgente
necesidad del Estado. Conocían también que, formado el Es­ DOCUMENTO NUM. ITI
tamento popular con arreglo ¡luna ley. por la cual el derecho MANIFIESTO DE S. M. TA REIXA GORKRXADORA A LOS
de elegir los procuradores estaba reducido á pocos, y hecha SÉRDITOS DE SU AUGUSTA HIJA.
la última, elección en circunstancias singulares, una mayoría
del cuerpo colegisladov electivo aparecía envuelta cu compro­ «Españoles: Desde que por cl fallecimiento de mi amado es­
misos de que acaso podria no querer desprenderse, aunque poso (i). K. li. (.},) quedé encargada del gobierno de estos rei-
KD A T) M O D Eli NA Viti
nos durante la menor odaci de mi muy caray augusta hija la miento y abrazar la ilegalidad por afición y para hábil liarse
reina doña Tsabcl II, dediqué todos mis conatos á mirar por á ella; en fin, todos estos actos en sí graves llevados á rabo
mostra felicidad y A asegurarla en cuanto me fuere posible. entre el tumulto y con gran desacato de los coneurrenlcs á
Convencida de que la mayor fuerza del trono consiste en te­ las sesiones; tal, españoles, es la pintura de lo ocurrido en el
ner por apoyo la verdadera opinion pública ilustrada é inde­ cuerpo respetable do los procuradores de la nación en estos
pendiente, fué mi principal cuidado, tanto en la elección do últimos dias. Una declaración contra mis consejeros, de suyo
ministros, cuanto en la adopción de las providencias que me grave, vino á serlo harto mas por haber sido dada contra el
proponían aquellos en quienes había depositado mi confian­ reglamento, contra el mismo Estatuto Real, y además con
za. adquirir un cabal conocimiento do las necesidades, de precipitación igualmente contraria á lo prevenido en las leyes.
los justos deseos y del bien entendido interés del pueblo, Puesta en la triste situación de tener que proceder en virtud
cuyo gobierno me estaba encomendado, para satisfacer las de una declaración tan indiscreta, lie creído obligarien mia.
primeras, acceder como conviniese á los segundos y por estas para atender al bien de muchos queridos y preciosos objetos,
vias promover y afianzar sólidamente ol tercero. Al convocar cuya custodia y defensa ine están confiadas, no aceptar en la
las Cortes por el Estatuto Heal de 10 de abril de 183-i, obran­ dura disyuntiva en que me veia, el propuesto ext remo de sepa­
do con arreglo al consejo de quienes formaban entonces el rar del despacho de los negocios á hombres á quienes no po­
ministerio, trató do dar á las leyes fundamentales de la mo­ dían sus opositores hacer un cargo con visos de fundamento; á
narquia, en lo tocante á los cuerpos coparticipantes de la quienes en uso d éla real prerogativa, on cuyo ejercicio estoy,
potestad legislativa, una composición y forma muy semejantes habia yo dispensado mi confianza, y á quienes las circuns­
á las hoy admitidas en naciones ilustradas y felices, y según tancias habian venido á constituir en defensores del interés
la inas fundada presunción muy convenientes al estado de Es­ común, del trono y del pueblo. Repitiendo, pues, aunque á
paña. Recompensó por algun tiempo la satisfacción pública pesar mio, la resolución tomada por el Consejo de los minis­
mi afan y mi desvelo por vuestro bien. .Juntas las Cortes, á tros anteriores, he accedido á lo propuesto por los actuales
su ospivitu é índole estuvo atemperada la conducta de mi go­ consejeros dola corona y lie venido en disolver las (lort.es.
bierno, porque así era mi inclinación y mi idea de lo que Obrando así, españoles, he usado de una prerogativa insti­
mas convenia al Estado. Pero, do reviente, irritados los áni­ tuida, no solo para provecho del trono, sino muy especialmente
mos por los sucesos de la guerra civil y engendrando la irri­ para bien do la nación. En vuestras manos estará otra vez
tación, desconfianza, ocurrieron movimientos, alteraciones y vuestra suerte, y yo fio que al decidiros os portareis con la
disensiones cuyo crecimiento fu ó raro y terrible. Atenta yo madurez y cordura quo son distintivo de Amostro carácter.
siempre al bien público, sin ceñirme á las rígidas formas lega­ La guerra civil está ardiendo aun, españoles, y amenaza con
les. cuando vi la nación deseosa de ciertas reformas en su legis­ mayores estragos si no acudimos á terminarla; terrible delito
lación polít ica me apresuró con gusto á seguir y mandar llevar cometerá quien distrajere do ella la atención del público y del
¡í efecto los consejos de quienes, sin sacrificios grandes y per­ gobierno, pues demencia seria, pensar en reformas sin sujetar
niciosos de la prerogativa real, me propusieron medios de ó tener á raya al enemigo, que ni reformas ni paz siquiera
conciliar opiniones desavenidas, y de sentar sobre nuevos ci­ consiente. Sin renoArar memorias amargas, sin emplear recon­
mientos la paz y la esperanza de Amostra felicidad venidera. venciones por lo pasado, pensemos que en lo venidero no
Deseando sobro todo la conservación de bienes tan costosa­ puede la nación dividirse sin gran peligro ó casi certeza de
mente adquiridos, cuando recelé nuevas conmociones en el precipitarse en su ruina.
Estado, puse por medio de la disolución de las Cortes á la na­ Pero mi deseo, mi intento, españoles, os proseguir á la par
l-ion por árbitra de la diferencia de opinion, ocurrida entre la empresa de las reformas legales y poner término á la guer­
mis consejeros responsables y los procuradores del pueblo-. ra, cuyo feliz éxito es lo Vínico que puede asegurarla. Pava
Cuanto llevo enumerado he hecho, Yo, españoles, por vues­ este último objeto cuento con un ejército, modelo de lealtad,
tro bien, por el do mi augusta hija que os el mismo, por el in- valor, patriotismo y disciplina, con la guardia nacional, cuyos
Ievós del trono y de la nación que es indivisible, y lo he hecho servicios son tan eminentes, y con la cooperación de las tres
con el placer mas puro y lo haré si necesario fuere de aquí en naciones cuyas tropas rivalizan en heroicidad peleando por
adelante. nuestra causa. Mis promesas solemnemente empeñadas serán
Cniada por estos deseos, cuando habiendo salido fallidas cumplidas: eso piden mi decoro, el bien público y mis inclina­
muchas esperanzas, y no iludiendo yo satisfacer á propuestas ciones. Traspasarlas por un lado ó por otro no seria ni justo
cuyo fundamento no ora á mis ojos la justicia ni la conve­ ni útil. Cuales las hice así las desempeñaré, procediendo Vi la
niencia pública su inseparable compañera, me vi en el caso revision de las leyes fundamentales do la monarquía, seguii
de aceptar la dimisión de los que entonces componían el mi­ dejo expresado en mi decreto de 28 de setiembre último.
nisterio, elegí por sus sucesores á hombres cuya vida política Para lograr este objeto me precisan las circunstancias á
les había granjeado 3a confianza de los amantes de la libertad abrazar medios extraordinarios. A fin de no enredaros ó enre­
mas apasionados. Pero impensadamente vi qne contra el uso dar á mi gobierno en un círculo vicioso, girando en el cual
bocho por mí do la real prerogativa se suscitó y alzó una opo­ nada adelantaríamos para arribar á la revision apetecida,, en
sición violenta, como dominada de un ciego furor, juzgando la época recien citada do setiembre dictaré yo provisional­
á los secretarios del Despacho por las intenciones que los im­ mente, y á propuesta de mis consejeros responsables, provi­
putaba, oposición claramente hecha, no por amor de justicia, dencias por las cuales los nuevos elegidos de los pueblos lo
sino por aversion a, personas, por impulso de las pasiones y no sean del modo mejor para representar el interés y la opinion
en defensa del orden ni do cuanto constituye la paz y ventura general, del modo mismo, en fin, como lo propuso en su pro­
del Estado. Proposiciones presentadas y aprobadas en el Esta­ yecto de ley el Estamento de procuradores de las Cortes últi­
mento de procuradores, no obstante, que el reglamento y aun mas. El estado del crédito público y su mejora serán objeto
el Estatuto Real no conceden la iniciativa á los cuerpos co- de mi especial solicitud hasta la reunion de las próximas
legisladores, proposiciones si bien apoyadas en algunos prece­ Cortes. Entre tanto, los intereses ya creados por los decretos
dentes cuyo valor es nulo si son contrarias al texto claro y sometidos á la revision de los Estamentos en la última legis­
terminante de la ley, apoyadas solo on precedentes qne no latura ocuparán mi particular atención, cuidando de conciliar
producían resolución trascendental, proposiciones leídas, dis­ opiniones sin faltar en caso ninguno á la consideración y fe
entidas y votadas con una precipitación increíble ; peticiones debida á los acreedores del Estado.
para sustituir al modo conocido do hacer leyes, otro do inven­ Os he declarado mis deseos é infinitos encaminados á Amos­
ción nueva; interpolaciones do índole extraña, cuyo carácter tra felicidad. Con suma confianza me arrojo en vuestros bra­
y frecuencia declaraban el intento de embarazar al gobierno; zos, españoles, ampliando el derecho de. elegir según creyeron
por fin, sustituido el medio ilegal de una proposición al legal vuestros últimos representantes que debía sor empleado, dando
de una petición, en un casi» en que la última sobre ser confor­ á la elección popular tanta dilatación cuanta consienten vues­
mo á las leyes habria sido suficiente, como si se quisiese adre­ tras circunstancias y cuanta tienen en las naciones floree ii•nf.es
de precipitar cuanto convenia la circunspección y deteni­ nuestras A'ccinns y aliadas, con suma confianza, me complazco
164 H I S T O l U A DE ESPAÑA

en repetirlo, pues no temo que me faltéis jamás, sabiondo que miento efectuado en aquella ciudad y al que habría seguido
yo jai Diis he ile faltaros. el que ya apuntaba en Granada, donde también se disipó la
Españoles, el enemigo commi estilen pié y pujante, aunque intentona de asonada al saberse que en la vecina capital de
por lori ima nuestra n<> bastanti; poilcruso para liarnos justos provincia se había desistido del primer intento.
temores de que alcance su fuerzan vencernos. El interés do la Mas habiendo sido este voluntario, la ju n ta malagueña re­
augusta Reina, mi hija, el mio, el vuestro, es triunfar de la solvió que no pasase desapercibida su efímera existencia, y
rebelión y del principio de la rebelión, poniendo en su lugar al efecto representó la comedia de dar pomposamente las gra­
t rimirante el de la libertad su contrario. Conociendo verdad cias á los nacionales por su heroismo en pronunciarse y su do­
lan patente, alejad do vosotros todo recelo y mirad á quien cilidad en haberse despronunciado.
¡meide inspirárosle como ¡l un enemigo y enemigo astuto, Distinto carácter de gravedad presentaron los desórdenes
pues intenta lograr, debilitándoos con Ja desunión, lo que no estallados en Cartagena el 16 ele junio, donde á pretexto de
podria conseguir con su fuerza, si á ella opusiésemos la nues- prisiones ele presuntos reeis de conspiración carlista, los agi-
tra unida. I’or estos modios saldremos salvos y seguros de la tueiores se entregaron á actos ele venganza que escandaliza­
borrasca que nos está combatiendo, y por ellos ambaremos al ron fi la población; fueron asesinaelos un sospechoso de car­
puerto á dotale nos llevan nuestro deseo y nuestra convenien­ lista y mi clérigo, y estuvieron en peligro igualmente do serlo
cia. Esto esporo de vosotros y esto conlio que conseguiré si no los presos de la cárcel, los que solo se libraron de un fin trá­
me engaña la alta opinion quo tengo formada do vuestra, leal­ gico merced á la intervención del vecindario honrado que se
tad á mi bija y vuestra Reina, de vuestro patriotismo, de interpuso para evitar una serie de nuevos crímenes.
vuesl ra sensatez, ensuma, de vuestras virtudes.—Yo i,a I í e i n a Reunidas las autoridades para poner fin al desorden, no en­
(.■OÜKHXAIKIU.A. contraron mejor manera de conseguirlo que la de prestarse á
En el I'avilo á 22 de mayo ile I s:i(i.—Refrendado.—Frtdivís­ ser los dóciles instrumentos do los revoltosos, los que exigie­
en .l/.ieiiu· Istii.fi.z, presidente del Consejo do ministros. ron la expulsion de los sujetos que la milicia nacional consul­
tada, designase como carlistas. Hallàx·onsc comprendidos en
C A P IT U L O II la designación cincuenta y dos individuos, algunos de ellos
constituidos en autoridad y jefes de Marina, los que presos
Restablecim iento de la Constitución de 1812 por la noche, fueron embarcados para Ceuta. Envalentonados
por el éxito los autores de tales desmanes, no se contentaron
Situación ácl gabinete Isturiz despues de la disolución.—Alzamiento de
las provincias.—Málaga. —Granada.—Cádiz.—Sevilla.—Zaragoza.— con la persecución, de los carlistas y se propasaron á designar
La insurrección sofocada eu Madrid triunfa en la Granja con el pro­ sujetos de las clases acomodadas que figuraban en el partido
nunciamiento de la guarnición de aquel real sitio en el que residia la moderado. Pero el peligro inspiró brios á los amenazados
corte.—l'.l ministro de la Guerra y los sublevados.—La revolución en ciudadanos, los que se concertaron, y tomando la justicia por
Madrid.—Asesinato del general Quesada. su mano, cayeron sobre los revoltosos, conduciendo presos
al Cuartel de confinados á cuarenta de los que habían capita­
Resuelto se hallaba el partido del movimiento á derribar á neado las asonadas. El general O’daly, gobernador de la pla­
Isturiz y á sus compañeros por medios do fuerza, principal­ za, no se atrevió á hacer pasar por un consejo de guerra á los
mente eou el objeto de que no llegasen á reunirse las Cortes perturbadores, y se contentó con expulsarlos con destino á
y que uo pudiese realizarse el ideal de transacción, por medio Cádiz. Observa con este motivo un historiador contemporáneo,
del cual el gobierno se había propuesto templar la encarniza­ que. aquel jefe, siguiéndola costumbre establecida en aquella
da ludia entre moderados y progresistas. Asi i‘uó que el movi­ floreciente época de pronunciamientos, dió las gracias en una
miento insurreccional, resuelto desde el dia mismo en que alocución á la milicia nacional, la que durante una semana
leyó Isturiz en los Estamentos el decreto de disolución, habría había presenciado impasible tan deplorables excesos.
estallado en rebelión abierta al saberse en las provincias la Aunque apenas obedecido en provincias, el gobierno tuvo
clausura de las Corles, y solo detuvieron la explosion las ins­ resolución bastante para mandar que los bullangueros de Car­
trucciones trasmitidas de Madrid á última hora á los agentes tagena enviados á Cádiz fuesen conducidos nuevamente á
locales, ¡I efecto de (pie se detuviese el rompimiento, hasta aquella plaza para ser juzgados con arreglo á las leyes. Fue
tener la seguridad de quo seria simultáneamente secundado al mismo tiempo separado del inando el general O’daly, á
por las provincias destinadas á apoyarlo, una vez dada la señal, quien reemplazó el conde de Mirasol. Igual medida so tomó
para lo cual se esperaba el resultado de los trabajos que me­ respecto al comandante general de Málaga, el coronel Bray, á
diaban con el objeto do ganar cuerpos del ejército. quien sustituyó Saint-Just, digno vástago de la familia elei
Inliuyó también, y no poco, en retardarlos pronunciamien­ célebre convencional francés, á quien ni su apellido ni los
tos. la noticia de las jornadas del segundo Arlaban, en las distinguidos servicios que en la guerra acababa de prestar,
que el ejército, capitaneado por Córdova, había arrollado á bastaron á libertar de la aleve muerte que encontró pocos
los carlistas y destruido sus atrincheramientos. Eli influjo de dias despues á manos do los bullangueros de Málaga. Desti­
esta doble causa detuvo las consecuencias de la revuelta ini­ nado á experimentar igual trágico fin, acompañó á Saint-Just
ciada en Málaga el ‘iti de mayo á la llegada del correo porta­ en calidad de gobernador civil el conde de Donadío, pariente
dor del decreto de disolución. Estaba ya nombrada la junta del general Quesada, aunque hombre de fe política tan dis­
de gobierno revolucionaria y dispuesto que Málaga comunica­ tinta do la profesada por este general, que Rabia compuesto
ria el impulso á las demás provincias ele Andalucía, cuando parte de la junta revolucionaria de Andújar que tanto se seña­
el recibo de las noticias del Norte y la actitud del alto comer­ ló en el pronunciamiento contra Toreno; y había también sido
cio. alarmado de que la junta hubiese decretado fuertes exac­ uno de los mas adictos á Mondizabal, hasta que uniéndose al
ciones á cargo de los capitalistas mas acaudalados, produjo conde de las Navas y á otros de los que mas se habían seña­
una reacción eti la-opinion, ó para hablar mas exactamente, lado por su oposición á los gabinetes moderados, se decidió
impuso un instante de. es/icni en el desarrollo del movimien­ en favor de Isturiz contra Mendizabal.
to revolucionario y bullanguero que siempre prevaleció entre Anteriormente dejamos consignada la equívoca conducta
los malagueños en épocas de agitación. observada por el Capitan general de Granada don Antonio
.Sorprendidos los comerciantes de aquella ciudad al verse Qui roga, el célebre caudillo de la Isla. No teniendo tampoco
objeto de la intempestiva y fuerte derrama, apoderóse de ellos confianza en este jefe, el gabinete lo reemplazó por otro de
el temor de que sus cajas debiesen cargar con el presupuesto los héroes de 182o, por el general Lopez Baños, liberal proba­
de la revolución, y no vacilaron en intimi* para que cesase el do y honrado militar, quien si no logró tener éxito en aquel
abortado pronunciamiento, al mismo tiempo que tomaron sus mando, dió el raro ejemplo, para aquellos tiempos, de haber
medidas para que en los sucesivos movimientos revoluciona­ permanecido fiel al cumplimiento de su deber.
rios que eran tan de prever, fuese el comercio do Málaga on Aquellas medidas de precaución y defensa, juntam ente con
vez de explotado, el explotador do las venideras revueltas. la opinion que en general formaban sobre la conducta del go­
A estas causas obedeció el que se contuviese el pronuncia­ bierno y la de la oposición las clases acomodadas que anhela-
E DA D MO DE R NA li>r,
ban la m inion de las Córtes y que tuviera un término legal protestas en favor del orden y de su apartamiento de todo
el azaroso estado que presentaban los negocios públicos, die­ género de procedimientos revolucionarios acababa de consig­
ron un corto intervalo de aparente tranquilidad á las conse­ nar en un folleto titulado: De la guerra civil en España, es­
cuencias que era tan de temer surgiesen del volcan que ru­ crito en el que se mostraba partidario del sistema militar de.
gia en las entrañas de la nación. Córdova y dispuesto á servir la causa de la Peina, sin sepa­
Uno de los puntos que mas temores inspiraba al gobierno rarse de Ja línea de conducta que seguia el gobierno.
lo ora Zaragoza donde se agitaban poderosos elementos de Tranquilizado Isturiz por las comunicaciones de San Miguel,
combustion. al mismo tiempo que satisfecho del comportamiento <le. Nar­
Ilabia sido nombrado capitan general de Aragon don Eva vaez, recompensó á este último promoviéndolo al empleo de
risto San Miguel, quien si bien amigo particular de Tsturiz, brigadier.
por haber durante toda la emigración figurado en el mismo Empleóse el mes de julio en poner por obra las operaciones
grupo que los actuales ministros, no inspiraba á aquel com­ electorales que debían dar por resultado el nombramiento de
pleta confianza, tanto á causa de sus resabios de conocido clu­ las Córtes réviseras del Estatuto, durante cuyo período las
bista, como en razón á la prevision de las'diúcultadcscon que autoridades fieles al gobierno cuidaron de preparar todo lo
fendria el mismo San Miguel que luchar para mantener en la necesario para la apertura de los colegios electorales, á los
obediencia á un pueblo como el de Zaragoza, reputado de muy que concurrió con mas fe que lo que era de esperar on tiem­
enérgico carácter y arrastrado en aquellos dias por un espíritu pos tan revueltos, la mayoría de los ciudadanos pacíficos
de revuelta que era muy de temer no pudiese ser contenido, que iban depositando sus votos en las urnas, y aunque no
consideraciones estas que movieron al gobierno, con objeto había llegado el dia del escrutinio general, los resultados co­
de asegurar la tranquilidad de la capital de Aragon, á dotar nocidos daban suficiente idea de que la presunta mayoría
á su capitan general de los medios de hacerse obedecer, y dis­ prestaría su apoyo á la transacción á que aspiraba la política
poner que la brigada do vanguardia del ejército del Norte que del gabinete.
operaba en Aragon al mando del coronel don llamón María Tenia este ya elaborado el proyecto de Constitución que
Narvaez pasase de guarnición á Zaragoza, Ordenóse en su pensaba presentar álas Córtes, documento demasiado eurioso
consecuencia á este, despues de haberse asegurado el gobier­ y cíe bastante importancia para no ser recogido por la historia,
no do que aquel aceptaba la responsabilidad de vencer la re­ á cuyo efecto lo hallarán los lectores bajo el número I al final
sistencia que á su entrada intentasen oponer los desconten­ del capítulo.
tos, que se pusiese inmediatamente en marcha para dielia Mas no se prestaba á esperar tanto, y antes al contrario,
ciudad. trabajaba para imposibilitar dicho resultado la conspiración
En obedecimiento de las instrucciones directamente tras­ que activamente minaba pavaimpedir la reunion de las Cortes.
mitidas por el gobierno á Narvaez, hallábase la brigada de En los últimos dias de julio habian llegado á Málaga agen­
vanguardia á una jornada de Zaragoza, cuando al disponerse tes portadores de órdenes y de recursos destinados á precipi­
á salir de la Almunia recibió Narvaez orden de San Miguel tar el movimiento.
como capitan general del distrito, para que detuviese su mar­ Al anochecer del 25 de julio los tambores de la milicia de
cha. Contestó Narvaez que siendo terminantes las órdenes la turbulenta ciudad discurrían, por las calles tocando genera­
que tenia del gobierno para entrar en la ciudad, no podia de­ la, á cuyo llamamiento acudieron en tropel los batallones que
jar de cumplirlas. Contrariado San Miguel con semejante res­ ocuparon la plaza que da frente á las Casas del ayuntamiento.
puesta, porque la entrada de aquellas tropas, si venían deci­ Avisado de la novedad el bizarro general Saint-Just, co­
didas á prestar apoyo á la autoridad del gobierno privarían mandante militar ele la provincia, y despreciando el aviso de
al capitan general de la libertad de acción que le importaba que se intentaba darle muerte, se dirigió vestido do paisano
conservar para jugar con las cartas que mejor le conviniesen, á las Casas consistoriales, naturalmente confiado en que su
se apresuró San Miguel á despachar en posta á uno de sus voz, la notoriedad de sus servicios militares y su mismo ape­
ayudantes al encuentro de Narvaez, á quien intimaba nueva­ llido le servirían de escudo contra un tumulto que no proce­
mente que suspendiese su avance, bajo la responsabilidad de dia de causa plausible, y cuyo objeto le era todavía descono­
la primera autoridad militar del territorio, la que le reiteraba cido. Pero la presencia de aquel honrado y leal soldado do la
el expreso mandato de no pasar de la Almunia, al menos hasta libertad, en vez de imponer por su moderación y por la noble
recibir nuevas instrucciones del gobierno. El mismo ayudante confianza con que se presentaba desarmado y en actitud pa­
de San Miguel continuó en posta á Madrid portador do comu­ cífica en medio de hombres á los que ningún agravio habia
nicaciones para el gobierno, al que daba el citado capitan ge­ inferido ni menos sido objeto de órdenes conminatorias, sacó
neral de Aragon todo género de seguridades de que respon­ de quicio álo s conspiradores c instantáneamente vióse Saint-
día de mantener á Zaragoza, en la obediencia, situación que Just befado, insultado y atravesado á balazos apenas lmbo
compromet evia la entrada de Narvaez si este no se retiraba. abierto los labios.
Sin faltar á la ordenanza, de la que siempre fuó este jefe Su cadáver extendido sobre las losas del pavimento que
rígido observador, no podia Narvaez dejar de conformarse con daban frente al edificio municipal fué objeto de burla y escar­
la condición de aguardar la última resolución del gobierno, á nio para los asesinos que acababan de perpetrar tan inicuo cri­
cuya voluntad quedaba sometida la solución del conflicto. En men, cuya noticia llegada á oidos del atribulado gobernador
esta inteligencia consintió Narvaez en esperar en la Almunia conde de Donadío no le dejaba ni tiempo ni medios de oponer
las nuevas órdenes de Madrid, pero al mismo tiempo ofició al la menor resistencia. Por toda guarnición contaba Málaga con
ministro de la Guerra, manifestando que estaba pronto á mar­ un batallón de francos, tropa tan indisciplinada como en
char á Zaragoza, y que respondía de penetrar en ella dejando aquella época lo estaban casi todos los cuerpos de igual pro­
acatada la autoridad del gobierno. cedencia, hallándose el de que se trata acuartelado en el an­
Mus fueron tantas y tan explícitas las seguridades que San tiguo convento de la Merced.
Miguel daba á Isturiz de que respondía del mantenimiento A aquel sospechoso asilo fué á buscar refugio Donadío, que
del órden en Zaragoza y tan reiteradas sus protestas de ad­ no encontró ayuda ni simpatía entre la oficialidad, al paso
hesion, y las promesas que prodigaba de que la situación en que se vió objeto de la enemiga de los sargentos, dispuestos
cuyo nombre mandaba no peligraría en sus manos, que los á entregar la persona del gobernador á los nacionales que en
ministros prestaron fe á las ofertas de San Miguel, y expidie­ la contigua plaza pedían á gritos la cabeza de Donadío.
ron en su consecuencia órden al jefe de la brigada de van­ Historiadores complacientes y testigos interesados han con­
guardia para que continuase sus operaciones contra los car­ signado testimonios escritos de que hubo quien propusiera
listas y se retirase de las inmediaciones de Zaragoza. paliativos encaminados á salvar la predestinada víctima; pero
Los sucesos que no tardaron en desarrollarse, y de los que el hecho incuestionable es que los aleves sargentos, fragua­
en breve será hecha mención, pondrán de manifiesto las con­ dores y cómplices del segundo asesinato que iba á consumar­
secuencias que tuvieron las irresoluciones del gobierno y la se, impidieron que el débil teniente de rey que se hallaba
doblez con que caminaba el Capitan general de Aragón, cuyas presente adoptase la enérgica resolución de salir con el bata-
Kn; H I S T O R I A JJ K KSI'A Ñ A

lluii Ibmmdo y tambor batiente,.sino á lucimi' contra la rebe­ La ju n ta inauguró su vida política, elevando una exposición
lión que i.·i·ii dueña de la ciudad, ¡í alejarse de ella llevándose á Ja .licinii, apologética de los hechos que anteceden y que
á Donadío, á i|uien para disiundar.su personalidad se le hizo basta haber señalado para que el juicio do la posteridad cali­
revestir el traje do soldado, y cubierto con él le hallaron los fique actos de semejante naturaleza.
asesinos que penetraron en el cuartel y le dieron muerte aná­ El dia en que se consumaban los sucesos que acaban de sor
loga á la que acababa de recibir el gobernador militar. relacionados, hallábase en las termas de Carratraea, situadas
Don Juan Antonio Escalante, jel'e del resguardo, y quo sin á siete leguas do Málaga, el amigo de don Javier Jsturiz á
liabei' impedido el acto de dar muerte áDonadío, ocupaba el quien hemos debido aludir en esta historia con motivo de
edilicio en que el crimen se consumó, aun cuando no lo pre­ consignar datos importantes que esclarecen sucesos de incues­
senciara, da la siguiente explicación que de su conducta lee­ tionable interés. Los amigos que dicho sujeto tenia en Málaga
mos en la ¡liniari" de la 0 tierra, civil, explicación por medio le despacharon en la madrugada del 20 un propio á Carratra-
de la cual trata Escalante tic disculpar su inacción en aque­ ca, dándolo noticia de que un destacamento de la milicia iba
llos críticos momentos: á salir en su busca, noticia que le obligó á alejarse aquella
«.Si yo, dice, pensando hacer un bien y obrando como caba­ misma noehe con dirección á Puente Genil, residencia en aquel
llero salvo la vida do Donadío, no tengo duda ahora que hu­ momento de don Manuel Parejo, ex-proeurador del disuelto
biera causado mil males á Málaga, pues estando los amotinados Estamento, de cuya minoría, afecta á Isturiz, era uno de los
llenos de ira, hubieran pegado con el comercio, y Dios sabe la rnas notables individuos.
sangre que hubiera corrido.» Disculpa que sin comentario al­ Llegado á Puente Genil su amigo el procedente de Garra-
guno basta entregar á la conciencia de los hombres de bien. traca, conferenció con Parejo sobre la gravedad de los sucesos
«Kn aquel momento de horror y de espanto, continúa dicien­ de Málaga, y en la creencia de que empleando con celeridad
do Escalante, según el texto del ya citado historiador, me medios enérgicos pudiera contenerse el incendio político á
proclamaron por su general; yo no quería admitir, pero tuve que tan expuestas se hallaban las provincias meridionales,
que hacerlo para apaciguarlos, y para evadirme, dije que se convinieron en que Parejo, que era amigo intimo del capitan
nombrase una comisión por compañía de todos los cuerpos, general de Sevilla don Carlos Espinosa, marcharía á concer­
compuesta de un capitan, un teniente, un sargento y un sol­ tarse con dicha autoridad acerca de los medios de destinar
dado, y además de todos los jefes, con objeto de que eligieran alguna fuerza que pudiese operar en represión de la insur­
las autoridades y la junta que debía gobernar. Al presentarse rección malagueña, en union con las tropas que al mismo
las comisiones y los jefes les dijo que les daba las gracias por objeto pudiera destinar el capitan general de Granada don
la honra que me dispensaban, pero que les hacia presente que Miguel Lopez Baños, á quien los dos amigos expidieron un
don Antonio Bray había sido separado del gobierno de la pla­ extraordinario, dándole cuenta de las ocurrencias de Málaga
za por el ministerio, que por los antecedentes políticos de dicho y solicitando su concurso para el oportuno remedio.
jefe no podían desecharlo, y que aquel era quien debia man­ Tentativa mas meritoria que feliz fué la discurrida por los
darlos. Propuesta, añade, que filó ácogida con plena satisfac­ dos ministeriales de Isturiz, pues el Capitan general de An­
ción por los jefes de la nocturna jornada.» dalucía, sorprendido por el pronunciamiento de Cádiz, habia
La insurrección triunfante, y puesto á su cabeza el mismo consentido en que la Constitución de 1812 fuese proclamada
Kscalante, publicó una alocución en la que anunciaba á los en Sevilla, y se habia puesto á la cabeza de su ju n ta revolu­
malagueños que á las cuatro de la tarde verían sus deseos cionaria.
cumplidos, que los comandantes do la guardia nacional y el Lopez Baños, privado de fuerzas militares suficientes para
ayuntamiento invitaban á la pronta ejecución de lo convenido mantener el orden en Granada, hubo de limitar sus patrióti­
por la junta patriótica. «Y yo, ilecia Kscalante, idé a tiva-ruante cos deseos y rectas intenciones á dirigir elocuentes y sentidas
pienso tuthio rosal ros y con ellos he dispuesto que á la citada proclamas al vecindario y nacionales de la provincia de Má­
Imra s e promulgue la idolatrada Constitución delaño 1812 en laga y á su guarnición, calificando severamente los sucesos
la Alameda.» de aquella ciudad, invitando á la obediencia á los rebelados,
«esperaba, añade de suyo el historiador que citamos, po­ procurando inspirar ánimo á los pusilánimes, y anunciando
niendo la sentencia en boya de Escalante, que hiciesen los que si enei término de cuatro dias no se hallaban dispuestos
malagueños gala de sus virtudes civicas para mantener el or­ á reconocer la autoridad del gobierno, adoptaría las medidas
den, íiaecr que se castigase al que tratase de turbarlo, con­ conducentes á reducirlos por la fuerza.
cluyendo con vivas á la Constilación, á la union y al órdeii.» Pero los leales propósitos del general, cuyo nombre recor­
A pelieiou del ayuntamiento, dispuso Escalante que se daba el glorioso alzamiento de 1820, menospreciados por los
jurara la Constitución, como se veriíieó en la tarde del 2(1, malagueños,no obtuvieron mayor éxito en la capital residencia
precediéndose en seguida por los gremios y la milicia á la del Capitan general. La milicia de Granada se sublevó como
elección de la junta y de las autoridades militar y civil, ha­ lo habían hecho las de Málaga, Cádiz y Sevilla, y el compa­
biendo recaído la primera por unanimidad de votos en Esca­ ñero de Riego, el caudillo de 1820, para no verse arrollado y
lante. conservar una sombra de autoridad, tuvo que abandonar la
Pero no contento el nuevo comandante general con el su­ ciudad con la poca tropa que le permaneció fiel, en medio de
mario método empleado para constituir la junta que tomó el la insana exaltación en que los ánimos se hallaban; conducta
nombro de pr<>e¡s¡<nial, dispuso que por clases del vecindario la de Lopez Baños, que merece ser consignada como testimo­
y de la milicia se procediese con Ja mayor solemnidad á for­ nio de que el patriotismo mas acendrado y el rnas probado
mar otra junta definitiva, la que, habiendo sido elegida, quedó liberalismo, son perfectamente compatibles con los senti­
constituida con las personas cuyos nombres aparecen en la mientos de honor y de deber.
nota al pió ( 1). Los sucesivos pronunciamientos de Córdoba el 31 de julio
y de Hiiolva el 3 do agosto, completaban la declarada in­
( I ) D o n J u a n A n to n io E s c a la n te , c o n ia i a la n te g e n e ra l, p re s id e n te .— surrección contra el gobierno en todas las provincias de An­
F e li p e S ic i lia , in t o r n ie n t e .— M ig u e l M o r e n o , te n i e n t e c o r o n e l d e l 7 ." d e
lín e a .— J o s é V e a m u r g u ia , c a p ita n d e l p r o v in c ia l tic M u r c ia .— M a tía s dalucía.
A z o r r i z , c a p i t a n d e l 1 ." d e l í n e a . — F r a n c i s c o M u ñ o z , t e n i e n t e d e l p r o v i n ­ No aguardó el general San Miguel en Zaragoza los efectos
c ia l d o M á la g a . — to r n a n d o S o h e ld n a g lo s , c o m a n d a n te d e l b a ta lló n f r a n ­ que no podían menos de producir en Madrid los sucesos que
c o d o l¡ r a n a d a .— F r a n c i s c o S a n d io , d é l a s c o m p a ñ ía s d o a r t ill e r ía d e lí- se iniciaban en otras provincias.
i , e ¡1 ._ A n t o n i o V e r d e j o , c o m a n d a n t e d e l p r i m e r b a t a l l ó n d o l a g u a r d i a Con celeridad telegráfica respondió la capital do Aragon
nacional.- J u a n S e r r a n o , c o m a n d a n t e d e l i . 0 — M a n u e l f e r o z , c o m a n - al eco de los levantamientos andaluces, y el dia l." de agosto
d a n t o d d :i." - J o s é M a r í a G a s a v a t e , c o m a n d a n t e d e l a b r i g a d a d e a r t i ­ quedaba instalada ima ju n ta bajo la presidencia del amigo de
lle ría . - N ic o lá s G a r r id o , c o m a n d a n te d e z a p a d o re s .— A n to n io M a ría A l­
varez, c o m a n d a n t . * , d e l a n c e r o s d e l a g u a r d i a n a c i o n a l . J u a n H e r n a n d e z , Isturiz, del hombro que tantas protestas habia hecho de su leal­
i d e m t l e l e s c u a d r ó n d o c a z a i l o i v s . — G r e g o r i o G o r d o n . J o s é .1 .m i n a s . tad al gobierno y quo tantos esfuerzos empleó para quedar
J o s é Gonzalez C a b a l l e r o . — R a m o n S o b r e m o n t e . — J u a n M a r í a f e r e z . — dueño del campo y poder inclinar la balanza según á sus miras
J u a n lla m ó n R ic a li.— F r a n c is c o llo b o u l y L u is C o rro í » ro sca. conviniese, y suscribía en nombre de dicha junta una exposi-
E D Al} .VI O DEUNA 1 07
cion á la Reina cuyo resumen se condensa en las siguientes rodar lo existente, y esta misma impaciencia hacia nacer en
palabras con que terminaba: «Señora resta provincia acaba ele el corazón de los que tenían que refrenar sus ímpetus, un
declararse independiente del gobierno de V. M. y bajo la egida sentimiento de mortificación que se traducía en despecho
de la Constitución del año 12, y perseverará en la resolución contra el hombro firme, valeroso y humano que contenia en
do oobernarse por sí misma por no dejar su dirección en ma­ Madrid la plebe liberal intimidándola pero sin derramar una
nos de un gobierno tan incapaz y tan inepto. sola gota de sangre, ni emplear malos tratamientos contra los
»Zaragoza 1." de agosto de 1836.—Siguen cuarenta y cinco que la policía arrestaba y entregaba á la jurisdicción militar,
firmas precedidas por la de don Evaristo San Miguel.» á la mayor parte de cuyos detenidos ponia en libertad Quesa­
Proclamada la Constitución de 1S12 en Zaragoza y solem­ da contentándose con echarles alguna dura reprimenda.
nizado el pronunciamiento con Te-Deum, revistas militares, El gobierno habia tenido aviso no solamente por sus agen­
iluminaciones y todo género de excentricidades por parte de tes, sino por espontáneas delaciones de los jefes de la milicia,
los que imponían su voluntad por la fuerza á no pequeño de que so trataba de tocar generala, á fin tic que una vez
número de sus ciudadanos, expidiéronse por el Capitan ge­ puestos sobre las armas los batallones, de su reunion naciera
neral y las autoridades las órdenes consiguientes á que el el conflicto que obligase al gobierno á ceder sin llegar al derra­
movimiento fuese secundado en todo el distrito militar, órde­ mamiento de sangre, con lo que no hubiera podido menos de
nes que fueron generalmente cumplidas, sin otra excepción hacerse odioso, cayendo como tirano, cuando en realidad ha­
que la muy notable de no haber seguido la corriente el gene­ bia sido prudente hasta el extremo.
ral don Felipe Montes que mandaba en jefe las fuerzas del El 3 de agosto creían los mas confiados entre los impacien­
ejército de operaciones en el territorio de Aragon, el que lle­ tes, que los batallones de la guardia nacional acudirían al to­
vado por motivos de rigorosa disciplina, no creyó deber adhe­ que de los tambores, y que la reunion de la milicia bastaria
rirse al pronunciamiento, ínterin no emanase el nuevo pro­ para imponer al gobierno y arrastrar su caída; pero el jefe de
yectado régimen de órdenes directas de la Peina. Pero esta la guardia del. cuartel donde se custodiaban las cajas, no con­
severidad de principios no encontró acogida entre los cuerpos sintió en que las bandas reunidas se echasen á la calle, y pasó
que se hallaban á las inmediatas órdenes de Montes, quien la hora del toque de oraciones, sin que nada se hubiese bocho,
al verso abandonado por sus subordinados, fué á buscar re­ hasta que el ayudante del tercer batallón logró que los tam­
fugio á donde se hallaba la brigada del ejército del Norte, bores del mismo hiciesen lo que no liabian ejecutado las ban­
cuyo jefe Narvaez, tan rigorista ó mas que Montes, habia man­ das reunidas. Resonó, pues, la generala por todos los ángulos
tenido en completa obediencia á sus soldados, apartándolos de la villa, y en el estado en que gran parte de sus habitan­
de todo contacto con los pronunciados, ínterin no recibiese tes se hallaban, semejante excitación hizo el efecto propio de
érdenes del gobierno ó de su jefe inmediato, que lo era el mis­ una mecha encendida, aplicada á una mina cargada cíe pól­
mo Montes, aunque solo fuera ya nominalmente general en vora. Acudieron á la fatídica señal milicianos en no pequeño
jefe del ejército de que dependía Narvaez. número, pero no se presentaba ningún jefe resuelto y de pres­
Fué aquel, como queda dicho, á buscar amparo en las filas tigio, al mismo tiempo que estaba muy lejos de ser unánime
de la brigada de vanguardia y halló en ella seguridad y res­ el parecer de los congregados. Recordaban muchos de ellos lo
peto, habiéndose aquella fuerza mantenido disidente de los sucedido en la plaza Mayor el dia 15 de. agosto del año ante­
pronunciados hasta que jurada que fué quince dias despues rior y oyéronse reclamaciones y protestas en boca de no po­
la Constitución del año 12 por la Iteina y cambiado el go­ cos padres de familia que exhortaban á la prudencia, y aun­
bierno, recibió Narvaez órdenes de este, las que incontinenti que al cabo se presentó don Cayetano Carderò mostrándose
cumplió manifestando á sus soldados al frente de banderas dispuesto á tomar el mando, no encontrando soldados decidi­
que el juramento de aquella Constitución que dias antes, dos á seguirlo, como muy bien dice el autor de la His/oria
era un delito, en aquel momento constituía un deber, y que de la Guerra civil, redujese el intentado movimiento á un
jurada como lo habia sido por la Reina gobernadora, de­ mons ixirturiens.
bía ser en adelante la enseña con que combatirían á los car­ Pero la demostración habia sido bastante ruidosa, y para
listas. contrarestar los efectos del escándalo, el que, si permaneciera
Este proceder no podia ser calificado de acomodaticio en del todo impune, podria alentar á otros mayores, declaróse á
un oficial que habia hecho la campaña de 1823 como edecán Madrid en estado do sitio, nombrándose una comisión militar
dui general Mina, y que como tachado de liberal permaneció para juzgar á los que cometiesen delitos de sedición ó de otra
en su casa en clase de indefinido hasta que la regencia de Ma­ clase, promulgándose asimismo un bando que imponía pena
ría Cristina llamó al servicio á los oficiales licenciados por el capital á los autores de motines, pena que se bacia igualmen­
gobierno absoluto. te aplicable á los que permaneciesen reunidos en los sitios
Aunque el desenlace material de la crisis pendiente entre donde aquellos se manifestaran, y que se hacia también ex­
los conservadores representados por el gabinete Isturiz y los tensiva á los que diesen gritos de viva ó muera de cualquiera
progresistas que seguían las inspiraciones dcMendizabal y de denominación que fuesen, y para colmo do precaución se dis­
sus amigos y clientes no se habia consumado, virtualmente lo puso el desarme de la milicia, operación llevada á efecto sin
estaba, pues á los pronunciamientos de todas las provincias que fuese acompañada do violencia por parte de la autoridad,
de Andalucía y las de Aragon, siguió el de Extremadura, ve­ pero que liirió profundamente á los milicianos y concitó con­
rificado el dia 3 de agosto, y en los sucesivos dias tuvieron tra Quesada el resentimiento y encono de que no debía tardar
lugar los de Valencia, Alicante, Murcia, Castellón y la plaza en ser víctima.
ele Cartagena, movimientos que también se comunicaron á Todo aquel aparato de severidad no tenia otro objeto que
varias poblaciones de Castilla. el de imponer y contener intimidándolos, á los que se halla­
Hasta con la unánime adhesion del ejército habia cesado ban dispuestos á obrar, así como el de inspirar á la generalidad
de poder contar el gobierno, según lo hacían sobradamente de la población, »ma seguridad de la que no participaba el
presumir los síntomas de insurrección que ya habían estalla­ mismo gobierno, que, horas despues, recibía la noticia del pro­
do en i a division de la Ribera y en otros cantones del Norte, y nunciamiento de Barcelona,
no quedaba á Isturiz en presencia de tales sucesos otro terre­ El babor dejado llegar las cosas al estado en que se hallaba
no franco que el del recinto de Madrid, ni otro sosten que el España en los primeros dias del mes de agosto, ofrecía, como
de las bayonetas de la guardia, obediente á las órdenes de el mas grave de los síntomas de aquella peligrosísima situa­
Quesada. ción, el de encontrarse la corona en el durísimo trance de no
Pero el ardor do los que simpatizaban con el espíritu de poder dar al conflicto una salida conciliadora. No tenia la
revuelta se habia apoderado de los ánimos y llevaba con im­ Reina delante una oposición parlamentaria á cuyos jefes lla­
paciencia que la capital de España permaneciese inmóvil, mar á sus consejos, y habría de ceder ante una rebelión que
cuando la mayoría do las provincias se habían alzado. le impondría la condición de vencida, cuando María Cristina
La seguridad del próximo triunfo de la revolución, aguijo­ habia sido la restauradora de la libertad, el ídolo de los libe­
neaba la impaciencia de los iniciados en el plan de echar á rales; ella, que nunca se resistia á nada de lo que podia con-
Tomo VI 23
I fis HISTORIA UE ESPAÑA

curici- on bien do su hija y do los legítimos rterochos de la Puro cu lo que principalmente confiaba Isturiz para conju­
nación, hallábase expuesta á ver pagados con ingratitud sus rar la deshecha borrasca que A pasos de gigante se le venia
inmensos servicios á la (rausa liberal. encima, fué en dirigir el dia 5 del mismo mes un final y apre­
No quedaba, por consiguiente, otro temperamento que el de miante despacho al gabinete francés, al que acudia como in
que el gobierno so sostuviese durante, algunos dias, que hu­ articulo morti#, invocando en virtud de lo estipulado y pre­
biera podido aprovechar para expedir un decreto de convoca­ visto por el tratado de la Cuádruple Alianza la inmediata en­
toria que trasladase á Burgos las nuevas Cortes, cuyos dipu­ trada en España do un cuerpo de tropas francesas, cuyo exclu­
tados habían sido en su mayoría legalmente elegidos. sivo destino no seria otro que el de contener Alos carlistas en
Kh aquella misma ciudad y al amparo del ejército hubiera las provincias del Norte, de las que podrían sacarse tropas es­
podido el gobierno lijar su residencia, y no es dudoso que la pañolas para reprimir la rebelión, proteger la reunion de las
presencia de la (¡obe.ruadora y de sus hijas liabria reunido en Cortes y colocar al gobierno de la Reina en actitud de sustraer
la improvisada capital, elementos do fuerza, moral muy supe­ A la mayoría de la nación, pacífica y bien dispuesta,’á la pre­
riores á los que podían llamar en su auxilio las efímeras revo- sión de un partido lanzado en las vías revolucionarías.
ciones consumadas en las provincias por minorías á las que El memorándum, que acompaña la carta de Isturiz al em­
hubiera muy pronto faltado el apoyo de la opinion. bajador do España en Paris, y que juntamente con aquella
Un aquellos mismos dias habia llegado á Madrid M. Bois figura al pié (2), son documentos de verdadera importancia
le Comte, consejero de listado de buis Felipe y encargado
por M. Thiers, jefe ont,onces del gabinete francés, do estudiar cuenta ya por clias la instalación de las Cortes revisoras, objetos de tan­
la situación de la lucha y de los partidos en España, ('.studio tas esperanzas; una facción anárquica y desorganizadora intenta aprove­
cu el (pie entraiia por mucho, según el criterio político de charse de las mismas calamidades do Ja patria para sobreponerse á la
aquel gabinete, graduar cuál era la fuerza relativa de nues­ voluntad de la nación, arrogarse los derechos que solo competen á sus le­
tros partidos y discernir si el moderado tenia bastante con­ gítimos representantes y ultrajar á la majestad real, pagando con lamas
negra iugratitud tantos y tan recientes lxmcficios.
sistencia para contrarestar al progresista, del que tampoco C o m o e n c a r g a d a p o r la s le y e s d e s u c u s to d ia y d e f e n s a ; c o m o líe in a
podia convenir á nuestros vecinos hacerse un enemigo si lle­ g o b e rn a d o ra d e l re in o y c o m o tu to r a d e m i a u g u s ta h ija d o ñ a Is a b e l lí,
gaban á cerciorarse de (pie este fuese el partido quo podia y p o r c u y o s le g ítim o s d e re c h o s e s tá n d e rra m a n d o s u s a n g re m illa re s d o
valia mas del lado acá del Pirineo. v a lie n te s , s a b r é c u m p lir lo s d e b e r e s q u e m e im p o n e n á u n tie m p o la d e ­
Mucho se habia hecho esperar la cooperación francesa á la f e n s a d e la s p r e r o g a tiv a s d e l a c o r o n a y la d e lo s d e r e c h o s y b ie n e s ta r d e
que tan poco favorables eran las circunstancias en que el país la n a c ió n , y ta n p r o n ta c o m o m e lie m o s tr a d o y m o s tr a r é s ie m p r e p a r a
se hallaba, siendo difícil que ante ellas el gobierno de Luis a t e n d e r á lo s v e r d a d e r o s v o to s d e l a n a c ió n , e x p r e s a d o s p o r s u s ó r g a n o s
Felipe se decidiese á dar Alas estipulaciones del tratado de la le g ítim o s , ta n firm e y r e s u e lta e s to y á n o c o n s e n tir p o r n in g ú n té r m in o
Cuádruple Alianza la inteligencia y ensanche que tenia dere­ n i b a jo n in g ú n p r e te x to q u e u n a m in o ría tu r b u le n ta , a u x ilia n d o d e h e c h o
a l p a r tid o re b e ld e , u s u r p e fa ls a m e n te la v o z d e la n a c ió n , p a r a s o m e te rla
cho á reclamar el gobierno de la 1teina. Pero reducido á sus á s u y u g o y h u m illa r á la m a je s ta d re a l.
últimos atrincheramientos, forzado en la última posición de­ P a r a lle v a r á c a b o m i p ro p ó s ito , n o m e n o s im p o r ta n te á la v e rd a d e ra
fendible que quedaba á Isturiz, la de la libertad personal de lib e rta d q u e a l d e c o ro d e la c o ro n a , c u e n to c o n e l a p o y o d e Ja d iv in a P ro ­
la líeina que- residia en la Granja y la do su gobierno, prote­ v id e n c ia , q u e n u n c a a b a n d o n a á lo s m o n a r c a s c u a n d o d e f ie n d e n la s le y e s
gido ('n Madrid por la espada del general Quesada, decidióse y s o d e s v e la n p o r e l b ie n d e lo s p u e b lo s ; c o n la le a lta d d e n n a n a c ió n g e ­
el gobierno á recurrir al medio de que ya habia usado, con n e ro s a , q u e n o p u e d e a lia rs e n u n c a c o n la in g r a titu d y la re b e ld ía ; c o n
mas confianza que discreción, haciendo que la Keina goberna­ e l e s fo rz a d o e jé rc ito , q u e e s tá s e lla n d o c o n s u s a n g re la fid e lid a d á s u s
dora interviniese de nuevo personalmente en la lid empeñada, ju r a m e n to s ; c o n e l in flu jo s a lu d a b le d o lo s m in is tr o s d e l s a n tu a r io , d o
(¡miando un manifiesto en el que invocábalos servicios que á
la s c la s e s m a s e le v a d a s d e l E s ta d o ; c o n lo s g u a rd ia s n a c io n a le s d e l re in o
ta n in te re s a d o s e u e l m a n te n im ie n to d e l o rd e n : c o n e l h o n ra d o p u e b lo
la cansa de la nación tenia prestados; y haciendo valer los de­ fie l s ie m p r e á s u s m o n a r c a s : c o n to d o s lo s e s p a ñ o le s e n f in , q u e a p r e c ie n
rechos do su hija, siempre sagrados para una Reina y ima ma­ lo q u e v a le e s te n o m b r e y q u e n o q u ie r a n v e r lo d e s h o n r a d o á lo s o jo s d o
dre, anunciaba que se mostraria firme en la defensa de aque­ l a s d e m á s n a c i o n e s . — Y o la Reina gouisunauoka.— E n S a n I l d e f o n s o
llos dered ios, esperando (pie la lealtad española la vendria en á 4 d e a g o s to d e IS S O .
ayuda, y que los elementos de legalidad y orden acabarían (2 ) C a r la d e I s l u r ú a l e m b a ja d o r en P a r i s
por superar á. los do desorden y anarquía (1).
P r im e r a s e c r e ta r ía d e l d e s p a c h o d e E s ta d o .— E x o rn o . S r.— P o r m i d e s ­
( I ) M anifiesta d e la /te in a ¡/o b ern a d o ra ó, la N a c ió n E s p a ñ o la p a c h o fe c h a d e a y e r y p o r la s G a c e ta s y d e m á s n o tic ia s q u e h a b r á re c i­
b id o d e b e n s e r y a n o to r io s á V . E .rio s s u c e s o s ta n fu n e s to s e n s u s c o n ­
1 le s ile , q u e p a r l a e n f e r m e d a d d e m i a u g u s t o e s p o s o ( Q . D G . G .) e m p u ­ s e c u e n c ia s q u e v a n o c u rrie n d o e n la s p ro v in c ia s d e la m o n a rq u ía , c u y a
ñ é in te r in a m e n te la s rie n d a s d e l g o b ie rn o , d i p r u e b a s d e lo s s e n tim ie n ­ e x is te n c ia a m e n a z a n . R e d u c id o á d e s e s p e ra c ió n y r a b ia p o r n o h a b e r o b ­
to s d o m i c o ra z ó n e n fa v o r d e e s ta n a c ió n m a g n á n im a , e n ju g a n d o la s lá ­ te n id o á p e s a r d e s u s a m a iio s e n la s e le c c io n e s p a r a la s C o r te s re v is o -
g r im a s d e m illa r e s d o fa m ilia s y a n u n c ia n d o c o n e l o lv id o d o la s p a s a d a s r a s , u n a m a y o r ía q u e le a s e g u ra s e b a jo a p a r ie n c ia s le g a le s s u s p la n e s d e
d is e n s io n e s p o lític a s u n a n u e v a e r a d e r e c o n c ilia c ió n y d e p a z . t r a s t o r n o , h a a c u d id o p o v ú l t i m o r e c u r s o ¡í l a s e d ic ió n a b i e r t a , p r e p a r a ­
M u e r t o poco d e s p u e s m i a u g u s t o e s p o s o y e n c a r g a d a d o l a r e g e n c i a d e l d a á p r e v e n c ió n e n s u s c o n v e n tíc u lo s s e c re to s . E l g o b ie rn o d e S . 3 1 . c o ­
re in o , n o r e ta r d é u n lin im e n to e n r a tif ic a r m is b e n é fic a s m ir a s é in t e n ­ n o c e s u s in te n to s , v e e l a b ism o d e c a la m id a d e s q u e fría y c a lc u la d a m e n te
c io n e s c o n m u c h o s y s a lu d a b le s d e c re to s , h a s ta q u e p a r a a s e n ta r s o b re v a a b rie n d o , y n o p u e d o d e s b a r a ta r a q u e llo s n i a le ja r e s ta s , p o r q u e fa lto
b a s e s s ó lid a s y v e r d a d e r a s la f e lic id a d d e lo s e s p a ñ o le s , r e s ta b le c í s o le m ­ d e re c u rs o s p e c u n ia rio s y d e s a rm a d o e n te r a m e n te , n o tie n e á s u a lc a n c e
n e m e n te la s a n tig u a s le y e s f u n d a m e n ta le s d e la m o n a r q u ía , e n q u e e s ­ m e d io a lg u n o d e r e p r e s ió n , s in o la e s té r il d e l C o n s e jo y p e r s u a s io n d o
tá n c o n s ig n a d o s ju n t a m e n te lo s d e r e c h o s d e l tr o n o y lo s f u e r o s y li b e r ta ­ q u e s e b u r la n lo s d e s le a le s . E l m a n e jo d e s o c ie d a d e s s e c r e ta s o c u lto y
d e s d e la n a c ió n , c o n v o c a n d o la s C o rte s g e n e ra le s , q u e h a n s id o c u to d a s b ie n c o m b in a d o , la p u s ila n im id a d c u a lg u n a s a u to r id a d e s s u b a lte r n a s y
é p o c a s e l b a lu a r te m a s f u m e d e a q u e llo s s a g ra d o s o b je to s . la c o n n iv e n c ia e n o tr a s p o r te m o r, d is c u lp a b le to d o h a s ta c ie rto p u n to
lili la s c ir c u n s ta n c ia s m a s c r ític a s ; e n m e d io d e u n a g u e r r a c iv il y d e p o r la f a lta d e a p o y o s u p e r io r q u e d e b ilita s u a c c ió n p r o p ia , e l m a l e s p í­
lo s e s tr a g o s d o u u n p e s te a s o la d o ra , a b r í e n p e r s o n a la s p u e r ta s d e l s a n ­ r itu q u e a n im a á la g u a r d ia n a c io n a l d e la s c iu d a d e s p r in c ip a le s , e l a m i-
tu a r io d e la s le y e s ; y d e s d e a q u e l m e m o r a b le d ia , in c e s a n te h a s id o m i la n a m ie n to d e lo s q u e p ie n s a n s e n s a ta m e n te , lo s d e s c a la b r o s s u f r id o s p o r
a n h e lo , c o n s ta n te s m is a f a n e s p a r a p r e s e n ta r á la s C o r te s le y e s e n c a m i­ n u e s tro e jé rc ito e n a lg u n o s p u n to s , o rig in a d o s e n g ra n p a r te p o r la p e ­
n a d a s á la fe lic id a d d o lo s p u e b lo s , r e f o r m a s ú tile s , m e jo r a s s a lu d a b le s , n u r ia d e l E r a r io q u e lia n tr a íd o lo s d e s a c ie r to s d e la a d m in is tr a c ió n p a ­
h a b ie n d o lle v a d o á ta l p u n to m i s o líc ito a n h e lo e n p ro m o v e r c u a n to p u e ­ s a d a , to d o ju n to fa v o re c e lo s d e s ig n io s d o Jo s e n e m ig o s d e l tr o n o le g ítim o ,
d a c o n t r ib u ir a l b ie n y p r o s p e r id a d d e la n a c ió n q u e n o v a c iló e n d e c r e ­ q u e a u n q u e p o r c a m in o s y p a r a fin e s d iv e rs o s s e d ir ig e n á d e s tr u ir le
ta r q u e s o lle v a s e á e f e c to e l m é to d o m a s a m p lio d e e le c c io n e s q u o ja m á s e s tre c h a m e n te re u n id o s . E n tr e ta n to c o m o u n a e s p e c ie d e c o n tà g io m o ­
h a b ia c o n o c id o l a n a c ió n , á fin d o q u o r e u n id o u n o y o tr o E s ta m e n t o y r a l q u e tie n e fá c il e x p lic a c ió n c u la s c a u s a s in d ic a d a s y e n e l s a b id o p r in ­
d e a c u e r d o c o n la c o r o n a s e re v is a s e n la s le v e s f u n d a m e n ta le s d e l E s t a ­ c ip io d e q u e lo s h o m b r e s e n ta n to s o n s u m is o s e n c u a n to la lo y lo s d o m in a
d o y s e h ic ie s e a m i m a s ín t im a é in d i s o l u b le la u n io n d e l tr o n o y d e lo s c o n fu e rz a m a te ria l, u n a p ro v in c ia tr a s o tr a so s u s tr a e á la o b e d ie n c ia
p u e b lo s. M a s c u a n d o e s to s a c a b a n d e n o m b r a r s u s d ip u ta d o s p a ra q u e d e S . 3 1 ., y s u g o b i e r n o e n c o r t o p l a z o s e v e r á r e d u c i d o á l a c i r c u n f e r e n ­
n ia iiilie s te n e n la s C o r te s la s n e c e s id a d e s y lo s v o to s d o la n a c ió n : c u a n ­ c ia d e la c a p ita l d o n d e s u e x is te n c ia lu d irá d e s e r m u y b re v e , a u n q u e lo ­
d o u rg e q u e e s ta so e n te re c u m p lid a m e n te d e l u s o q u e se h a y a h e c h o d e g r e h a c e rs e r e s p e ta r d e n tr o d e s u r e c in to , c o m o lo h a c o n s e g u id o e n la
s u s r e c u r s o s y s a c rific io s , p a r a s u m in i s t r a r le g a lm e n te lo s q u e e x ig e n la s p asad a n o ch e del 3.
a te n c io n e s d e l E s ta d o y la te r m in a c ió n d e la g u e r r a c iv il; c u a n d o s e A l p r e s e n ta r á V . E . e l v e ríd ic o y la s tim o s o c u a d ro d e lo s p e lig ro s ¡n -
E D A D MOD KitN A Hi!)
histórica, por cuanto suministran la prueba directa de lo que formase obtendría auxilios materiales de la Trancia, on la
ura ya conocido y dejamos consignado al tratar de la forma­ forma do una cooperación que baria efectiva, la formación tic
ción del gabinete de quince de mayo, á saber: que Isturiz al cuerpos auxiliares compuestos de soldados franceses, que re­
aceptar la responsabilidad de reemplazar á Mendizabal y al cibirían sus licencias para entrar al servicio de España.
negarse á prestar oído á los arreglos que le fueron propuestos Tarde era sin duda para lograr con la perentoriedad que
pava que entrase en el poder con los elementos necesarios lo reclamaba Isturiz, que el gobierno francés se prestase ú la
para ejercerlo con mayor provecho de los intereses públicos, inmediata entrada de sus soldados en auxilio do la Reina,
conjurando la irrupción revolucionaria que amenazaba y de pero no hubiera tal vez sido del todo imposible conseguirlo,
la que debian ser víctimas la Iieina y su ministerio, fue infini­ si la situación que Luis Felipe pudiese ser movido á salvar,
da la negativa de Isturiz por la seguridad moral con que hubiera conservado suficiente vida para que á tiempo le al­
contaba, fundado en las promesas del conde de Rayneval, y canzase el invocado remedio.
en virtud de las cuales creyó Isturiz que el gabinete que Mas, aunque el gabinete francés respondiera favorable­
mente al llamamiento, estaban contados los dias y basi a
m in e n te s q u e y a e s tá n to c a n d o a l p ié d e l s o lio , n o e s o tr o m i á n im o q u e las horas que quedaban de existencia al mal apuntalado edi­
e l d e l l e v a r f t V . E . l a c o n v i c c i ó n e le q u e e s u r g e n t í s i m o p o n e r s i n r e b o z o ,
á la v is to d e l g o b ie rn o d e S . M . e l r e y d e lo s fra n c e s e s , la im p o s ib ilid a d ficio del doctrinarismo español. Mina habia tenido que ceder
tí o c o n s e r v a r p o r m a s t i e m p o i n m u n e s l a r è g i a a u t o r i d a d d e d o ñ a I s a ­
b e l I I , d e q u e e s tu tr iz y m a n te n e d o r a s u e x c e ls a m a d r e , s in u n a u x ilio Navarra era la cuestión vital tic España, y que no poclia resolverse sino
p ro n to , f u e r te y e fic a z d e la s a r m a s . C u á l d e b a s e r e s te a u x ilio , b a s ta con ayuda material y eficaz de la Francia, no me resolvería ¡í aceptar una
q u é m in ie rò d e b a d e e x te n d e r s e , b a jo q u é c o n d ic io n e s p a r tic u la r e s s e h u ­ confianza angusta sino en el bien entendido de recibir esto ayuda, no en
b ie s e d e s u m in i s t r a r , n o to c a a l g o b ie r n o d e S . M . d e t e r m i n a r lo ; s o lo s í una aplicación mezquina del imperfecto tratado de la-Cuádruple Alianza,
in s is tir e n q u e s e v e r if iq u e s in d ila c ió n y e n u n a e s c a la e fe c tiv a , p a r a q u e sino en la escala que las circunstancias exigieran para terminar la lucha.
p e r m ita á 8 . M . s a c a r s in rie s g o p a r te d e la s fu e rz a s n a c io n a le s q u e m i­ Esta base me fuá ofrecida con una- casi seguridad de obtenerla por
lita n e n e l N o r te c o n tr a e l P r e te n d ie n te p a r a c a s tig a r y r e p r im ir la s r e b e ­ Mr. Rayneval y al cumplimiento de ella trabajó despues con celo y cor­
lio n e s d e o tr a c la s e q u e b a u e s ta lla d o e n e l M e d io d ía d o n d e tie n e n s u fo c o . dialidad, aunque con desgraciado éxito.
8 . M . e s to c ie r ta d e q u e n o s e r á c o s to s o n i d ifíc il e x tin g u ir u n in c e n d io Complaciéndome yo en liacer esta justicia á su memoria. Así es que
q u e a tiz a d o p o r p o c o s y a u n e s o s n o d e lim p ia f a m a , e s m ir a d o c o n d is ­ al leerle confidencialmente lo que escribía al general Alava, me ofreció
g u s to p o r la m a y o r ía d e lo s e s p e c ta d o r e s , q u ie n e s a y u d a r á n g u s to s o s á espontáneamente apoyarlo con Mr. Tiñera, y no dudo que lo baria.
la o b ra d e s u s a lv a c ió n a s í q u e b a y o n e ta s fie le s d is ip e n s u s te m o r e s a l E s t o d e s p a c h o a p a r e c i ó p r i m e r a m e n t e e n e l H o m in y C hronicle d e
p u ñ a l d o lo s a n a r q u is ta s . L ó n d re s e l 1 8 d e m a y o d e 1 8 3 7 (p a p e l q u e se a trib u y o á lo rd P a lm e rs ­
S i n o o b s ta n te S . M . e l r e y d e lo s fr a n c e s e s tu v ie s e ro z o n e s q u e a u n ­ t o n ) , y d e é l l o h a n t r a d u c i d o l o s p a p e l e s m i n i s t e r i a l e s d e M a d r i d : E co
q u e s e o c u lta n á la p e n e tra c ió n d e l g o b ie rn o d o S . M . le e s to rb a s e n a c u ­ d e l C om ercio d e l 4 d e j u n i o y P a tr io t a d e l ( i ( q u e s e l l a m a p a p e l d e M c n -
d ir e n c u m p lim ie n to d e l tr a ta d o d e la C u á d ru p le A lia n z a á p re s e rv a r d e d iz a b a l), h a c ie n d o a u d io s s u s c o n s ig u ie n te s c o m e n ta r io s . A p a r te d e la in ­
s u r u in a l a c o r o n a d o u n a R e i n a c o n q u ie n lo u n e n e s tr e c h o s v ín c u lo s fid e lid a d d e la re d a c c ió n , la s h a y ta m b ié n d e g ra n ta m a ñ o e n e l s e n tid o
d e s a n g re , a lia n z a , y a u n c o n v e n ie n c ia p o lític a , e n to n c e s S . M . la R e in a te x tu a l; p o r e je m p lo s e d ic e e n e l
g o b e rn a d o ra q u ie r e q u e V . E . o x ija u n a r e s p u e s to c a te g ó ric a y e x p líc ita
á la s ig u ie n te c u e s tió n , á s a b e r : P á r r a f o 3 .° « S in u n p r o n to y e f ic a z T e x to o r ig in a i. S i n u n p r o n t o y
S i e n e l c a s o m u y p ro b a b le , u n a v e z n e g a d o s lo s a u x ilio s p e d id o s , d e a u x ilio d e l e jé rc ito fra n c é s e n c u a l­ e fic a z a u x ilio d e la s a r m a s f r a n ­
q u e p o r a lg u n a c o a c c ió n m o r a l y p o r p o n e r e n s a lv o a u n á c o s ta d e s u q u ie r n ú m e ro y b a jo c u a le s q u ie ra c e s a s . C u á l d e b a s e r e s te a u x ilio ,
d ig n id a d p e r s o n a l lo s d e r e c h o s d e s u b ija , S . M . s e v ie s e e m p e ñ a d a á r e ­ c o n d ic io n e s q u e S . M . e l r e y d e lo s h a s ta q u é n ú m e ro h a y a d e e x te n ­
c o n o c e r la C o n s titu c ió n d e l a ñ o 1 2 , e n v ir tu d d e a c u e rd o d e o tro s c o n ­ fra n c e s e s te n g a á b ie n d e te r m in a r . d e r s e ,b a jo q u é c o n d ic io n e s p a r tic u ­
s e j e r o s e le l a C o r o n a q u e l o s a c t u a l e s s e c r e t a r i o s d e l D e s p a c h o ; s i e n t a l la re s so h u b ie s e d e s u m in is tr a r ,
c a so e l r e y d e lo s f r a n c e s e s c re e q u e a q u e l re c o n o c im ie n to n o in v a lid a r á n o to c a a l g o b ie rn o d o S . M . d e te r ­
q u e s e a n m a n te n id a s p o r s u p a r te e n s u fu e rz a y v ig o r la s c o n d ic io n e s m in a r lo , s o lo s í in s is ti r e n q u e so
d e l c o n v e n io d o la C u á d r u p le A lia n z a . T a le s s o n lo s d e s e o s y ó r d e n e s v e rifiq u e s in d ila c ió n .
d e S . M . la R e in a g o b e rn a d o ra , q u e lle n a de. c o n fia n z a e n s u le a lta d y a r ­ P á r r a f o 4 .° « Q u e Y . E . s o lic ite T ex to o r ig in a l. Q u e V . E . e x i j a
d im ie n to , e n c a r g a á V . E . c o n to d a la p r e s te z a y a h in c o q u e e x ig e n lo s u n a re s p u e s ta e x p re s a y c a te g ó ric a u n a r e s p u e s ta c a te g ó ric a y e x p líc i­
p e l i g r o s e le q u e s e v e r o d e a d a y e n e p i c t a n t o a r r i e s g a e l b i e n d e l o s p u e ­ á la c u e s tió n s ig u ie n te : « S i d e s p u e s to á la s ig u ie n te c u e s tió n : S ie n e l
b lo s d e s u h ija , n o m e n o s c a r o s á s u a u g u s to c o r a z ó n .— D io s g u a r d e d o n e g a r e s te a u x ilio q u e s e p id e , c a so m u y p ro b a b le , tin a v e z n e g a ­
á Y . E . m u c h o s a ñ o s . — M a d r i d ü d e a g o s t o d e ! 8 3 0 . — ( f i l m a d o .)— J a v ie r S u M a je s ta d (c o m o p u e d e lle g a r á d o s lo s a u x ilio s p e d id o s , d e q u e p o r
iMv.rh. s u c e d e r ) p a r a s a lv a r lo s d e r e c h o s d e a lg u n a c o a c c ió n m o ra l y p o r p o n e r
s u a u g u s ta h ija , h a c ié n d o s e u n a v io ­ á s a lv o a u n á c o s to d e s u d ig n id a d
F r a y m anto d e u n m e m o ra n d u m jn e ti/ic a n d o e l a n te r io r despacito
le n c ia m o ra l y a u n á c o s ta d e s u p e r s o n a l lo s d e re c h o s d e s u h ija , S u
E l p e n s a m ie n to q u e m e d o m in a b a a l e s c rib ir m i d e s p a c h o d e 5 d e d ig n id a d p e r s o n a l s e v ie s e e n e l M a je s ta d s e v ie s e e m p e ñ a d a á r e ­
a g o s to a l e m b a ja d o r d e S . M . e n P a r is e r a n a c id o d e l c o n o c im ie n to d e c a so d e re c o n o c e r T a C o n s titu c ió n c o n o c e r la C o n s titu c ió n d o l a ñ o 12
q u e e l p la n d e c o o p e ra c ió n c o n c e b id o p o r M r. T h ie r s , c o r r ia g r a n p e li­ d e 1 8 1 2 p o r c o n s e jo d e o tro s m i­ e n .v ir tu d d e a c u e rd o d e o tro s c o n ­
g ro d e n a u f r a g a r e n s u e je c u c ió n . P o r la c o r r e s p o n d e n c ia c o n fid e n c ia l d e l n is tro s , ¿ n o c re e ría S . M . e l re y d e s e je ro s d e la C o ro n a q u e lo s a c tu a ­
g e n e ra i A la v a , s a b ia q u e e l m in is tro n o h a b ía d e s a rro lla d o e n e l c o n s e jo lo s f r a n c e s e s , q u e e s te re c o n o c i­ le s s e c re ta rio s d e l D e s p a c h o ; s i e n
e l c o m p le to d e s u s in te n c io n e s n i o n c u a n to a l n ú m e r o d e q u e la le g ió n m ie n to le lib r a b a d<? to d a s la s o b li­ ta l c a s o S . M . e l r e y d e lo s f r a n c e ­
a u x ilia r lia b ia d e c o m p o n e r s e n i e n c u a n to á s u o r g a n iz a c ió n , s u ín d o le , g a c io n e s q u e le im p o n e e l c ita d o s e s c r e e q u e a q u e l re c o n o c im ie n to
m a n d o e tc ., y te m e r o s o d e q u e a lg u n o b s tá c u lo s u p e r io r v in ie r a e n e l tr a ta d o d e la C u á d r u p le A lia n z a ? n o in v a lid a rá q u e s e a n m a n te n id a s
m o m e n to m e n o s p e n s a d o á p a r a liz a r ó r e s tr in g ir e s te a u x ilio im p o r ta n te , p o r s u p a r te e n s il f u e r z a y v ig o r
c o n s id e ré q u e k is c ir c u n s ta n c ia s e n q u e s e e n c o n tr a b a e l g o b ie r n o e s p a ­ la s c o n d ic io n e s d e l c o n v e n io d e la
ñ o l y q u o ta n á lo v iv o s e d e ta lla r o n e n e l c ita d o d e s p a c h o , o fre c ía n u n C u á d r u p le A lia n z a ,
m o tiv o to n ju s to c o m o p la u s ib le p a r a d e c id ir á la T r a n c ia e n a q u e l m o ­
m e n to á d a r u n p r im e r p u s o d e q u e f u e r a d e s p u e s d ifíc il re tro c e d ie s e A u n q u e n o b ie n e x p r e s a d a la id e a « e n v ir tu d d e a c u e rd o d e o tro s c o n ­
u n a v e z e m p e ñ a d o c o n tra d o n C a rlo s y c o n tra la a n a rq u ía . s e je ro s d e la C o ro n a q u e lo s a c tu a le s s e c r e ta r io s d e l D e s p a c h o .» m a n ifie s ­
Además, era realmente indispensai du el auxilio que se reclamaba con t a b a s ta n te m i m e n te d e q u e lle g a d o e l c a s o q u e s e in d ic a y d e s p u e s d e la
tanta perentoriedad. a f ir m a tira d e l a r e s p u e s t a e x i g i d a , l o s a c t u a l e s s e c r e t a r i o s d e l D e s p a c h o ,
E l g o b ie rn o n o p o d ia d e s m e m b r a r u n s o lo b a ta lló n d e lo s e jé r c ito s d e d e c id id o s á n o a c o n s e ja r e l re c o n o c im ie n to d e la C o n s titu c ió n d e l a ñ o 1 2
o p e ra c io n e s , s in c o m p r o m e te r g r a v e m e n te s u s p o s ic io n e s d e g u e r r a , < lu m o d o a l g u n o , d a n d o l a d i m i s i ó n d e s u s d e s t i n o s h u b i e r a n h e c h o l u g a r
c u a n d o e l g e n e ra l C ó rc lo v a re c la m a b a v iv a m e n te la in c o rp o ra c ió n d e la á o tro s , p o r c u y o c o n s e jo S . M . la R e in a g o b e rn a d o ra h u b ie r a a c e p ta d o
d iv is io n n a v a r r a y c u a n d o so n e c e s ita b a f o r m a r á to d a c o s ta e l e jé rc ito e l p a c to < p ic s e le im p o n ía . E s t a a f i r m a t iv a d e q u e cd r e c o n o c im ie n t o d e
d e l c e n tro . D e b ilita r e n to n c e s fu e rz a s q u e b a s ta b a n a p e n a s á c o n te n e r a l la C o n s titu c ió n d e l a ñ o 1 2 n o in v a lid a r ia q u e f u e r a m a n te n id o p o r p a r te
e n e m ig o e n e l N o r te p a r a s o fo c a r la in s u r r e c c ió n d e l M e d io d ía , h u b ie r a d e l re y d e lo s fra n c e s e s e n s u fu e rz a y v ig o r e l tr a ta d o d e la C u á d ru p le
s id o u n a f a l ta m u y tr a s c e n d e n ta l, p u e s h u b ie r a ju s tif ic a d o la c a lu m n ia A lia n z a , e ra ta m b ié n u n a g u ia p a ra q u e e l m in is te rio a rre g la s e s u p e r ­
q u e s u p o n ía a l m in is te r io la in te n c ió n d e a b a n d o n a r e l te r r e n o á lo s c a r ­ s is te n c ia e n lo s m e d io s d e re p r e s ió n , d e s p u e s d e d e s a p a r e c id o e l re c e lo
lis ta s p a r a o p r im ir á lo s q u e s e titu la b a n p a tr io ta s . q u e y o te n ia y q u e h a b ía n c re a d o lo s a n te c e d e n te s á m i e n tr a d a e n lo s
P a r a h a c e r e s ta a p e la c ió n a l g o b ie rn o fra n c é s , m e c o n s id e ra b a y o m a s n e g o c io s , d e q u e e l g o b ie rn o f r a n c é s to m a r a a s id e ro d e e s ta m u d a n z a
e s p e c ia lm e n te a u to r iz a d o p o r lo s a n te c e d e n te s q u e h a b ía n p re c e d id o á la d e s is te m a p o lític o e n E s p a ñ a p a r a d e b ilita r ó c a m b ia r e l s u y o e n u n a
fo rm a c ió n d e m i a d m in is tr a c ió n . C o n m u c h a a n te r io r id a d h a b ía d e c la r a ­ c o o p e ra c ió n q u e y o m ir a b a c u in o e s e n c ia l, y q u e s a b ia n o te n e r e n s u f a ­
d o a l e m b a ja d o r c o n d e d o R a y n e v a l, q u e c o n v e n c id o d o q u e la g u e r r a d e v o r t o d a l a a q u i e s c e n c i a d o u n a v o l u n t a d s u p d 'i o r á l a d e M r . T h i e r s .
170 H I S T O R I A DK KS P AÑA

¡i las exigencias del pueblo do Barcelona, y aunque no se se­ no pasase de aquella noche coronar la obra de dar en tierra
paró abiertamente de la obediencia del gobierno de la Reina, con lo único que hasta entonces habia sido respetado.
representó á esta que no podia demorarse que se fijase por Al sonar las diez y dada que fué la señal para el redoble
las Cortes reunidas la suerte definitiva de la nación y pidien­ del silencio, oyóse la voz de <í las armas, la que obedecida
do además como medida urgente la remoción del gabinete sin resistencia salieron bis compañías del cuartel, poniéndose
que rechazaba la opinion pública. á su frente los oficiales, y sacada también la bandera con los
Kilevamento instado por el pueblo para que se procediese honores de ordenanza, se dieron vivas á la Constitución y á
á la jura de la Constitución, Mina empleó con éxito el ascen­ la Reina. Dirigiéronse en seguida los levantados al interior
diente que todavía conservaba sobre los liberales para hacer de la población con ánimo de penetrar por la puerta de hier­
desistir á los amotinados de su empeño y conservar el presti­ ro, la que hallando cerrada por haber sido enviadas las llaves
gio del principio de autoridad, el que ínterin era defendido por á palacio, la abrieron con las bayonetas, consiguiendo que se
ol general con noble y patriótica constancia, caia por tierra pronunciaran las compañías que habia sacado el conde de San
hollado en la Granja á manos de una soldadesca amotinada. Roman para oponerse al movimiento. Siguiendo la columna
Residia la corte en este real sitio, conio tenia costumbre de sublevada el que habia emprendido en dirección á Palacio, la
hacerlo la do Españadurante los meses do la canícula, hallán­ centinela del cuartel de Guardias de Corps, al dar el quién
dose á la sazón cerca de la Gobernadora uno solo de sus mi­ vive á los que avanzaban, les hizo un disparo y cerró el pos­
nistros que lo era el do Gracia y Justicia don Manuel Barrio tigo de la puerta principal. Una compañía de los insurrectos
Ayuso, completando el séquito règio, además del alto perso­ se dirigió entonces á las ventanas bajas del edificio para des­
nal de la servidumbre, ol duque de Alagon, jefe del cuerpo de de ellas hostilizar á los que creyeron dispuestos á resistir,
guardias de corps, y ol conde do San Roman, director ge­ pero pronto se asomaron otros guardias á las ventanas altas
neral <le milicias provinciales y comandante militar del sitio, del mismo cuartel manifestando que ellos también se pro­
cuya guarnición se componia de ocho compañías de la Guar­ nunciaban, y en efecto prorumpicron en gritos de viva la
dia Real, de dos escuadrones de Guardias de Corps, dos de Constitución, y no contentos con esto los privilegiados indi­
granaderos y de un destacamento de salvaguardias. viduos del Cuerpo de Guardias de la real persona, salieron,
No sin razón había observado á .Tsturiz el negociador de y uniéndose en formación con los sublevados, pusiéronse to­
las comunicaciones que entre aquel hombre público y el em­ dos en marcha con su música á la cabeza, no tardando en
bajador de Inglaterra mediaron en el mes de mayo, y cuyo reunírseles los granaderos de caballería y los salvaguardias
pormenor quedó ampliamente expuesto en el Memorandum cuyos cuerpos habían sido fácilmente ganados por una comi­
inserto en ol capítulo V, cuando fue manifestado á Tsturiz, que sión de sargentos.
nada habría perdido la Reina en acceder á lo que su futuro mi­ La asonada militar se formó en frente de. palacio y nombró
nistro se propuso, respecto á que, conservando á Córdova y á una comisión que fuese á pedir audiencia á la Reina gober­
Quesada en sus puestos, hubiese accedido la Reina á la remo­ nadora, la que enterada del tumulto y del rudo trance á que
ción île San Roman, de quien no podían esperarse servicios, se la reducia, envió á decir con los jefes de su guardia que su­
que con mayor ventaja para la corona no pudiesen prestarle biera la comisión á exponer los motivos del pronunciamiento.
otros generales de mas vigor y de antecedentes mas liberales. Fueron designados al efecto los sargentos Alejandro Gomez
Observación es esta cuya oportunidad se cae de su peso, al y Juan Lucas, acompañados de un soldado.
considerar que el conde de San Roman, jefe de la guarnición Admirable de presencia de espíritu, de serenidad y de ver-
á la que estaba confiada la persona de la Reina y la custodia dadei’o valor cívico estuvo animada doña María Cristina, ín­
de su autoridad, es de suponer ignoraba completamente el terin pudo conservar su carácter de Reina y de mujer do ele­
espíritu (pie reinaba entre sus subordinados, cuya desafección vada inteligencia.
á lo existente y sus simpatías con la revolución eran tan pú­ Discutiendo con los sargentos Gomez, Lucas y el soldado
blicas, que se reunían los descontentos en sitios concurridos, que subió acompañándolos, pregúnteles al entrar ¿qué que­
á leer periódicos y á hacer gala de su deseo de secundar los rían? ¿qué era lo que habia motivado aquel movimiento? á lo
movimientos que se efectuaban en las provincias. que contestó Gomez que querían aquello por que habían esta­
El café del Teatro ora el sitio mas frecuentado por aquellos do batiéndose 1res años en las provincias Vascongadas, y al
y al «pie principalmente concurrían los sargentos de la guar­ observar la Reina con sagacidad que lo habían hecho por los
nición, los que sin disimulo estaban catequizando hacia dias derechos de su hija, exclamó Gomez: y por la libertad.—Sí,
á los soldados para á su frente preparar un pronunciamiento, hijos mios, por la libertad, repuso la Reina con énfasis; y
y de presumir era, que en la misma disposición de ánimo que habiendo expresado el sargento dudas de que se tuviera li­
los sargentos se hallaría gran parte do la oficialidad, puesto bertad, le dijo la Gobernadora: ¿Y sabes tú lo que es libertadl
que según se verá, estallado que hubo la insurrección, léjos do Libertad, continuó diciendo, es que tengan fuerza las leyes,
oponerse á ella se vió á los individuos de dicha clase, formar que se respete y obedezca á las autoridades constituidas.
al frente de las compañías sublevadas y tonyxr parto activa en ('Entonces, señora, replicó Gómez, no será libertad el opo­
la demostración. nerse á la voluntad nacional expresada en casi todas las pro­
1¿1 12 de agosto llegó al sitio uno de los nacionales que ha­ vincias, para que se publique la Constitución; no será libertad
bían sido desarmados en Madrid y pintó con los colores mas el desarme de la milicia nacional en todos los puntos donde
exagerados el estado en que dejaba la capital y el disgusto están pronunciados; no será libertad la prisión y destierro de
que el desarme habia producido entre los liberales. los liberales, como está sucediendo en Madrid; y no será li­
Coincidió con esta alarmante excitación, el haberse prohibi­ bertad el querer hacer un arreglo con las facciones para vol­
do en la orden ile la plaza de aquel ilia el que se cantasen ver á los tiempos en que se perseguia á los que despues han
canciones patrióticas, orden que se vió menospreciada, pues sido el mayor apoyo de V. M.»
por la larde entonaban los soldados los himnos prohibidos y Hizo en seguida el sargento la pomposa enumeración délas
varios sargentos se acercaron al tambor mayor do la guardia provincias pronunciadas y concluyó diciendo que para volver
provincial instándolo á que en la lista se tocase el himno de la libertad á la nación y evitar la efusión de sangre era indis­
Riego. pensable que S. M. mandase publicar la Constitución de 1812
No se atrevió aquel á tanto, limitándose áordenar el toque que era el motivo de la insurrección. Preguntó entonces la
de la marcha granadera, poro mas osados los pífanos entona­ Reina á Gómez si habia leido la Constitución y contestó este
ron el himno patriótico, El comandante al saberlo, mandó que habia aprendido á leer en aquel libro. Mandó entonces la
arrestar al tambor mayor, doblar la guardia y que los oficia­ Reina que trajesen el invocado código é hizo leer por su mi­
les no saliesen del cuartel. nistro Barrio Ayuso el articulo 102 del mismo que previene
Por el momento parecía calmada la efervescencia, pero los que en caso de minoría sean cinco los regentes.
sargentos excitados, si hornos de dar crédito á los asertos «Ya veis, exclamó la Gobernadora, que vosotros sois los que
que libremente corrieron, por sugestiones do agentes llega­ queréis traer á don Cárlos al trono, pues por esa Constitución
dos do Madrid y bien provistos de dinero, determinaron que no puedo ser regenta del reino, ni tutora de mis hijas.»
EDAD MODEUSA n i
Los espectadores de esta escena terciaron en contestaciones i gentos iniciadores y alma de aquella asonada, tan severamente
con los dos sargentos y el soldado, habiendo la ignorancia y j calificada meses despues en las Cortes por el diputado gone-
sencillez del último sido ocasión de risas aun en momentos , ral don Antonio Secane, no fueron ganados pur dinero, como
de tanta seriedad. Embarazado por los argumentos que natu­ han afirmado Galiano y Burgos, juicio acerca del cual no en­
ralmente se desprendían del articulo 192, propuso Gomez que contramos suficientes pruebas para contradecir la aserción del
la dificultad se zanjase publicando la Constitución con supre­ primero de dichos historiadores, sin que por ello, sin embargo,
sión de) objecionablc artículo. participemos de su opinion respecto á que los cabezas del
Debatido el asunto en este último concepto se hizo notar la motín se mostrasen respetuosos y deferentes para con la Go­
necesidad de que hubiese un ministerio responsable que au­ bernadora, pues si bien no la injuriaron de palabra, lo hicieron
torizase el acto, y como era preciso terminar aquella escena los que arrastrados por ellos á consumar ol acto do fuerza,
contra cuya duración comenzaban á protestar los sublevados vociferaron injurias y amenazas proferidas en )a plaza de I'a-
que en la plaza esperaban á los sargentos, creyóse dirimir el ' lacio y que distintamente se oyeron en la est ancia regia.
C'oníiieto por medio de una real orden dirigida al general San Debo también recoger la historia otra grave indicación del
Roman por la cual S. M. declaraba que eu la próxima reunion señor Pirala, textualmente contenida en la página 2\rt del
de las Cortes presentaria el gobierno un proyecto de Consti­ tomo III do su interesante obra:
tución, solución con la que, aunque parecieron conformarse «Aquella revolución (la de la Granja) tiene, dice, sin embar­
los sargentos comisionados, manifestaron dudas, y el recelo go, su historia secreta, consignada en pocas páginas, en un
de que no accederían á ello los que con tanta impaciencia es­ pliego de papel donde constan treinta y ocho nombres do
peraban su regreso en la plaza donde estacionaban los cuerpos personas que eran entonces ardientes progresistas y lian sido
sublevados. despues sus mayores enemigos, y que se han arrastrado ser­
Fuese prevision ó complicidad, no se equivocaron los co­ vilmente ante la augusta señora y ocupado algunos do ellos
misionados en su pronóstico, pues al presentarse San Roman ' puestos á su servicio inmediato.»
ante sus subordinados lo acogieron con gritos de fuera, y El escritor público que anuncia poseer datos de tamaña im­
rompió ol tropel do improvisados prêt,olíanos en tumultuosos portancia y que por consideraciones de prudencia ó de digni­
gritos, lanzando injurias y amenazas que, pasando por cima dad los reserva, debe á su país y á su buen nombre dejar
de la Reina, llegaron á herir el corazón de la mujer, que tan suficientes indicios para que la post eridad no se vea defrau­
admirable se había mostrado, defendiéndose con inteligencia dada de revelaciones alas que la historia tiene incuestionable
y valor, pero cuyo brio decayó al sentirse herida en sus afec­ derecho.
ciones y lastimad-a en su decoro. Interin se representaba en el palacio de la Granja el drama
Iin efecto, apenas hubo San Roman dado principio á la lec­ cuyas principales escenas acabamos de reproducir, é ínterin la
tura del autógrafo real, prorumpicron los amotinados en voci­ Gobernadora luchaba con los sublevados haciendo frente ásus
feraciones de fuera seguidas de algunos disparos que no ha­ exigencias, un peatón salia del real sitio, portador para el pre­
brían bastado á intimidar á la varonil señora, si á los tiros no sidente del Consejo de ministros de un aviso de su compañero
hubiesen acompañado insultos contra determinada persona, el ministro de Gracia y Justicia Barrio Ayuso, aviso concebido
de la que decian los sediciosos saber dónde se ocultaba, y á la en los términos siguientes:
que liarían pagar duramente la resistencia que encontraban, «Son las diez de la noche, los batallones de esta guarnición
y de la que vociferaban estar resueltos á triunfar. so han sublevado y lian proclamado la Constitución; que ven­
Conociendo la Reina entonces que se hallaba indefensa en gali fuerzas, pronto, pronto.»
poder de una desenfrenada soldadesca, capaz de consumar El dia 13, muy de madrugada, puso el mensajero el oficio
toda clase de atentados, mandó subir nuevamente á los comi­ en manos de Isturiz, quien al momento llamó á Quesada, Sin
sionados, los que sin vacilar manifestaron que no serian escu­ vacilar se ofreció el valiente soldado á marchar al sitio con la
chados por los insurrectos, y que si no bajaban con el testi­ guarnición de Madrid, que quedaria bajo la custodia de la
monio auténtico de haber jurado S. M. la Constitución, no artillería y do dos batallones fieles. Poro antes de que acaba­
respondían de las consecuencias que podían seguirse. sen de conferenciar el presidente del Consejo y el Capí tan ge­
Sola para hacer freute á la violencia de que era objeto, no neral, se presentó el ministro de la Guerra acompañado de un
quedaba á la Reina otra alternativa que la de sucumbir á las oficial de la plana mayor de la Guardia Real, despachado de
condiciones que se la imponían, ó si consultando su ánimo parte de San Roman para dar cuenta al Consejo délos sucesos
fuerte se negaba á sancionar el veredicto de los sublevados, de que hasta las tres do la madrugada liabia sido teatro la
corria el peligro de una deposición de su autoridad cuya con­ residencia de S. M.
secuencia so ia quedar su hija en poder de los insurrectos, Cambiarla en vista de estas últimas noticias la situación á
siendo á la vez depuesta como Reina y como tutora. que habían resuelto poner remedio Quesada é Isturiz con la
Llegado el forzoso extremo de extender el decreto, se pro­ marcha del primero al real sitio, filé convocado el Consejo de
puso al sargento Gomez que llevase la pluma, á lo cual se ministros y el do gobierno, ante cuya junta sostuvo Quesada
resistió y tuvo que ir do letra de Izaga, alcalde mayor de San la necesidad de llevar á efecto lo que liabia concertado con
Ildefonso, siendo su tenor el siguiente: Isturiz.
«Como Reina gobernadora de España, ordeno y mando que Aterrada la mayoría de los congregados ante la perspectiva
so publique la Constitución de 1812, en ol ínterin que, venni- ' de quedar solos en Madrid con la escasa fuerza que podia des­
da la nación en Cortes, manifieste expresamente su voluntad, tinarse á conservar el sosiego de la capital y á hacer respetar­
ó dé otra Constitución conforme a las necesidades de la misma. la acción del gobierno, la prudencia p i i unos, la pusilanimidad
j»En San Ildefonso á 13 de agosto de 1836.—Yo l a R e i n a en otros, los hizo retroceder ante el anuncio de la salida do la
GOIÌEHNADOKA.» guarnición, y haciendo valer los contrarios á la propuesta, los
Al bajar el documento á la plaza para ser leido, los amoti­ peligros á que no podían menos de verse expuestas las reales
nados manifestaron sus dudas do si seria verdadera la firma, personas, sentimiento de lealtad bajo cuya capa bien podia
y fué preciso que el sargento Higínio García, uno de los prin­ encubrirse el temor de los riesgos á que quedarían expuestos
cipales jefes del motín y escribiente que era del conde de San : los consejeros que permaneciesen en Madrid, el duque de
Roman, diese fe de que por sus ojos liabia visto á la Reina ru­ Ahumada opinó, que lo mas acertado seria que marchase solo
bricar el decreto. á la Granja el ministro de la Guerra, general Mendez, Vigo,
Satisfecha con la completa victoria que acababa de conse­ quien habiendo hecho la guerra en el Norte y siendo muy po­
guir retiróse la tropa á sus cuarteles y no volvió á turbarsi; el pular en el ejército, podriu por Ja persuasion y plenamente
órden material en el real sitio, cuyos habitantes presenciaron autorizado, negociar con los autores de aquella inesperada
en la tarde dol siguiente dia la gran parada de la guarnición rebelión y lograr la libertad do la Reina mediante un apeteci­
y la solemne jura de la resucitada Constitución de 1812. ble acomodamiento.
El historiador de la Guerra civil que tantos datos ha logra­ Impugnaron esta nueva propuesta Miradores, el presidente
do reunir sobre los sucesos do aquella época, cree que los sar- i del Consejo y Quesada, poro puestos á votación Jos dos sisto-
172 f l I S T O J U A « l i JSSl’AÑA

mas, la mayoría, compuesta do tos const';joros do gobierno y bios la relación de los sucesos ocurridos en la cámara en la
do los minisi,vos («aliano y <;1 tluqiio do Iti vas, se declaró en noch«; del 12, y puso en manos de la Gobernadora una ex­
favor del parecer do Ahumada. posición dol Consejo de ministros por la que pechan á S. M.
1‘oeas horas despues so celebraba un nuevo consejo en el su mas pronto regreso á Madrid, á fin do adoptarlas medidas
(pie un hombre civil, el jurisconsulto Garely, hizo valer, quo mas urgentes pava la pacificación del país.
debiendo considerarse á la líeina como prisionera no debían Antes do resolver, llamó la Reina á Barrio Ayuso y á «San
sus órdenes ser obedecidas, y que so estaba en el caso do que Roman, cpiicnos consultados, opinaron juntamente con el mi­
ol Consejo, seguii lo dispuesto en el testamento do Fernan­ nistro de la Guerra la conveniencia del regreso á Madrid, pa­
do Vil, so encardase provisionalmente dol gobierno. Animo­ recer con el que se conformó la Gobernadora, pero no sin
samente apoyado este parecer por Miration«, í'uó combatido expresar la duda de que la tropa consintiese en la salida, re­
eon empeño por el duque de Ahumada, cuya opinion acabó celo cuyo fundamento puso fuera de controversia la eleten-
por prevalecer. Vino á prestar nueva é importante fuerza á ■cion de los furgones y la resistencia abierta de los sargentos
este último acuerdo una comunicación do barrio Ayuso á Is- á que nadie saliese de palacio.
t uriz, proviniéndole do orden do la ’Reina, que no fuese tropa Agravándose las dificultades que de suyo surgían de tan
al sitio, pero sí la persona del ministro do la Guerra, cuya pre­ señalada recrudescencia del espíritu de rebelión é indiscipli­
sencia pedían los mismos sublevados. na, convocó la Gobernadora á su cámara á los minist,ros de
Aunque virtualmente se hallaba resuelta y sin apelación la Guerra y Gracia y Justicia, ol conde de «San Roman, el marqués
crisis, desde que en la madrugada del lo suscribía la Reina el de Cerraivo y á los ministros plenipotenciarios de Francia y
decreto que restablecía la Constitución del año 12, todavía se de Inglaterra. En representación del primero de estos diplo­
baciali la ilusión los ministros quedados en Madrid y sus alle­ máticos que so bailaba gravemente enfermo y que falleció en
ga« los, «1e «iue Mondez Vigo pu diese por la persuasion, ayudada aquellos dias, asistió Mr. Bois le Comte, y detenidamente
cmi abundante ero, efectuar una contra-rovohicion, á cuyo consultados por la Reina ambos diplomáticos, fué unánime
electo salió dicho general ampliamente provisto de caudales. la opinion de estos sobro los puntos acerca de los cuales ha­
Al mismo tiempo y como la efervescencia do los ánimos hacia bia querido la Reina conocer cuál seria el criterio de los ga­
presentir en Madrid una nueva, terrible y muy intensa con­ binetes sus aliados. Entrando los dos diplomáticos y & M. en
moción popular, redobláronse por parte de la autoridad militar conferencia, y despues de dilucidadas las cuestiones sobre las
las precauciones. Quesada, siempre tan humano como enérgico, que versaba la consulta, formularon ambos señores la común
deseoso de prevenir castigos, exageró las medidas de intimida­ opinion que vino á reasumirse en los siguientes términos:
ción, medidas «pie desgraciadamente preparaban la sentencia «Que si la Gobernadora se hallase en situación de ser dueña
de muerte ya pronunciada por el rencor y el miedo de los que de escoger entre someterse á las exigencias de una soldadesca
s«.; sentían humillados de no haber podido alzar cabeza ante ó la abdicación de su hija, debería decidirse á hacerla bajar
el potente brazo do aquel ejemplar soldado. digna y decorosamente del trono; pero que tratándose de op­
No desmintió Mendez Vigo lo que de su lealtad debia espe­ tar entre la aceptación de la Constitución y la muerte de la
rarse en el desempeño de la delicada misión confiádolc. Halló Reina viuda y de sus hijas, no podia ser dudosa la elección,
tranquil«) ol aspecto exterior de San Ildefonso. Hizo á su arri­ sobre todo cuando el asesinato de las tres princesas no impe­
bo que los jefes do los cuerpos le diesen prolija cuenta de diria el restablecimiento de la Constitución, adoptada como
todo lo ocurrido desde da noche del 12, y en seguida mandó enseña del partido que se habia pronunciado, y que habiendo
llamar al sargento Gómez á quien había conocido durante la además decretado ya la Reina el restablecimiento de la Cons­
campaña «.le! Norte. Acogióle el general con afabilidad, po­ titución, ora forzoso se resignase á todas las consecuencias de
niendo.su mayor empeño en saber quiénes habían sido los que aquel primer acto, sancionando cuanto le fuese exigido para
lo hubiesen seducido á él y á sus compañeros á hacer lo que completarlo; y finalmente, opinaron quo una resistencia mas
habían hecho. No perdonó Mendez Vigo ni los halagos ni las ó menos decidida de la Gobernadora, provocaria de parte de
olerías «le protección para inducir á Gómez á que se prestase los sublevados, desacatos y violencias mas ó menos señalados,
á desandar el camino andado, y puso ante sus ojos tres grandes que obligarían á los gobiernos de Francia y de Inglaterra á
talegos abiertos llenos tie oro, que dijo destinados paraci y para retirar su apoyo á España, aumentando las probabilidades ele
sus compañeros. Mas fuese convencimiento deque no lo seria triunfo de los carlistas y disminuyendo en igual proporción
posible secundar los desees del general, temeroso Gomez de ser las de un éxito final favorable á la causa do la Reina.»
victima de los que traíase de llevar por otro camino, ó fuese Esta importantísima declaración de parte do los represen­
(pío el exagerado liberalismo del sargento arrancase de un fan­ tantes de las dos naciones á las que so suponía en disidencia
atismo político muy pronunciado, el hecho es que no secundó respecto á los asuntos ele España, suministra dos muy impor­
las miras del general, toda vez que apenas salió de su con­ tantes pruebas, siendo la primera la ele hacer caer por tierra
ferencia con esto, so apresuró á buscar á sus compañeros, á los calumniosos rumores propalados, y que atribuían al mi­
quienes relató cuanto habia pesado en la entrevista y todo lo nistro plenipotenciario de Inglaterra, Mr. Williers, haber sido
que le había sido propuesto por el ministro de la Guerra. el instigador de los sucosos de la Granja, siendo asi que, se­
.Despues de su plática con Gómez dirigióse Mendez Vigo á gún claramente aparece de lo que en esta historia se con­
palacio, y habiendo encontrado en su tránsito grupos y corri­ signa, hizo aquel diplomático cuanto estuvo ele su parte, ofre­
llos de soldados, (pie al ver pasar cerca de olios al general á ciéndose á emplear su influjo cuando era tiempo ele haber
cuyas órdenes habian combatido, lo vitorearon, no vaciló apartado al partido progresista ele la senda abiertamente re­
Mendez Vigo en aprovechar la ocasión para decirlos que los volucionaria á que se precipitó á consecuencia de la crisis de 10
habían engañado, que oslaban vendidos, que debían tomar de mayo. Siendo la otra prueba la no menos significativa
satisfacción de los instigadores que les habian bocho faltar al contradicción que el testimonio ele los dos diplomáticos ex­
honor militar. Estas animosas palabras, dichas por un general tranjeros da á la opinion de los que han afirmado que los
que gozaba, de prestigio en id ejército, produjeron sobre los sublevados trataron con respeto y consideración á la Reina,
hombros sencillos que las oyeron una- impresión de la que no sentimiento que mal se avenia con la creencia en la que dos
tardaron en apercibirse los jefes del movimiento, y tomando testigos ele tanta excepción manifestaron estar conformes,
la voz por todos ellos el sargento García, presentóse al minis­ respecto á que los autores del rnotin de la Granja hallábanse
tro, á quien osadamente dijo «pie habia venido á perderlos, y dispuestos á llegar basta el asesinato de la Reina y ele sus hijas,
que si no se marchaba inmediatamente del real sitie, podria caso de que hubiesen hallado insuperable resistencia á sus
suceder lo que no se habia visto todavía. intimaciones. Tan poco se consideraban los sublevados ser los
Entrado que hubo Mendez Vigo en palacio, los sargentos instrumentos de la política inglesa, que detuvieron un correo
se constituyeron en permanencia, mandaron cerrarlas verjas, despachado por su legación en Madrid para el jefe ele la mis­
é impidieron la salida de los furgones de la servidumbre que ma residente en la Granja, se apoderaron ele la balija y abrie­
estaban cargando de equipaje. ron las cartas y despachos que contenia.
Una vez en presencia de la Reina., oyó el general de sus la­ Das amistosas y sinceras disposiciones del gabinete inglés
R DAD M O D E R N A ra
en favor ele la Reina resultan ele la manera mas ineuestiona- I Las órdenes no podían ser mas terminantes, ni mas precisas
ble del hecho mismo de haber lord Palmerston, en cuanto tuvo ! la condiciones.
conocimiento de los sucesos de la Granja, expedirlo un correo .Para asegurar el cumplimiento de estas, los insurrectos,
extraordinario al representante de Inglaterra en Madrid, or­ dueños, digámoslo asi, de la situación cu toda la linea, so
denándole manifestase á la Reina que el gabinete británico opusieron á la salida del general, quien indignado de vor que
continuaria prestando á su causa el mismo apoyo, aun cuando querían hacer de él su comodili, pidiendo su venida primero
algunas de las potencias signatarias del tratado de la Cuádru- : y sucesivamente vitoreándole y amenazándole y acabando
pie Alianza se separasen del cumplimiento de sus estipula­ por tenerlo en estado de arresto, pues por segunda vez se
ciones. oponían á su partida, volvió á palacio donde halló la comisión
Despues do celebrada la consulta con tos plenipotenciarios enviada por los batallones para presentar la petición á la
de Francia ó Inglaterra, y oida que hubo la opinion de los dos Reina. Descosa esta de remover los pretextos que mantenían
ministros que se hallaban en el sitio, declaró la Gobernadora la agitación, mandó extender inmediatamente los decretos.
hallarse dispuesta á jurar la Constitución, y á que del mismo Hizo al efecto traer su propio recado de escribir, llamóse á los
modo fuese jurada en toda la monarquía. • oficiales y escribientes de los ministerios y de la real inten­
El ministro de la Guerra dijo entonces, que ligado como se dencia, y al cabo de cinco horas de asiduo trabajo pudieron
hallaba á seguir la política del gabinete de que formaba parte, presentarse los numerosos decretos A la firma de »S. M.; y para
no habría aconsejado á S. M. el restablecimiento de la Cons­ que no pudiesen los peticionarios pretextar dudas sobre la
titución, pero que la felicitaba de haber encontrado apoyo en autenticidad de la rúbrica real, se llamó á palacio una dipu­
sus dos poderosos aliados. A esta manifestación siguió la pre­ tación de los insurrectos para que presenciase el acto, comisión
sentación por Mendez Vigo de su dimisión, á la que en el acto á la que se unieron el sargento García, un cabo, un músico y un
siguió la de Barrio Ayuso y la del conde do San Roman, soldado. En presencia de estos fiscales se terminó la opera­
'Aceptada con dignidad y resignación por María Cristina la ción, y á las dos y media de la madrugada tomaba Mendez
situación creada por los sucosos, hallábase en la necesidad de Vigo la silla de posta que le habia conducido á la Granja,
escoger nuevos ministros que representasen el orden de cosas acompañado ahora, ó por mejor decir, escoltado por un capitan
en que se iba A entrar, y despues de haber consultado con los de nacionales, un guardia de Corps, un músico y el sargento
dos ministros dimisionarios, dio la Reina su aprobación áque Gomez.
se formase un gabinete compuesto de don José María Calatra­ El drama de la Granja dejaba cumplido su último acto,
va, don Ramon Gil de la Cuadra, y de los señores general que iba á ser el preámbulo de la tragedia de Madrid.
Ferraz y el de Marina Ulloa. El general don Antonio Scoane Interin se desarrollaban en cl real sitio de San Ildefonso los
fué designado para capitan general de Castilla la Nueva, y el cuadros históricos de que hemos procurado dar ima idea tan
marqués do Rodil para la inspección general de milicias. aproximada de la realidad como nos ha sido posible, los
El general Mendez Vigo fué el encargado de llevar á Ma­ hombres del movimiento que en Madrid veian su próximo ó
drid los decretos destinados á que se ’instalase sin tropiezo infalible triunfo en el golpe de fortuna alcanzado en la mo­
la nueva situación, y al conferirle dicho encargo, recomen­ rada règia, queriendo que algo les fuese debido en vísperas de
dólo 'muy particularmente la Reina que antes de ponerse en la común victoria, los mas revueltos de entre ellos resolvieron
camino se presentase en los cuarteles é hiciese saber Ala tropa echarse á la calle, y se cruzaron balas en varios puntos de la
que sus exigencias se hallaban satisfechas, a fin de que se capital, pero excepto en el edificio que fué convento de los
lograse por este medio restablecer las comunicaciones con la Basilios del que momentáneamente se apoderaron los pronun­
capital, que tenian interrumpidas los vencedores que no per­ ciados, y en el que sorprendieron á un destacamento de fran­
mitiali salir ni entrar á nadie en el real sitio. cos que lo custodiaba, la disciplina de la guarnición venció
Apresuróse Mendez Vigo á ejecutar el mandato de la Go­ en todos los puntos en que se presentaron los levantados, de
bernadora, y dirigiéndose á los cuarteles acompañado de don cuyo poder recobró Quesada á las altas horas de la noche el
Juan Villalonga, jefe del 4.“ regimiento de la Guardia, logró puesto de los Basilios, triunfo del todo inútil, puesto que la
aquietar á los soldados, á los que debió considerar como del llegada de Vigo pocas horas despues traíala final solución, de
todo satisfechos al oir que calurosamente lo vitoreaban ex­ la que no era posible apelar.
clamando: Que no se vaya d general. Amonestados los mani­ Las fáciles victorias que aquel hombre tan noble y honrado
festantes para que dejasen libre el paso, se acercó una comisión como valeroso, habia con repetición alcanzado sobre los amo­
de los sargentos que hizo saber á Mendez Vigo, «que habiendo tinados madrileños, podían en razón al resultado que para el
presentado á la Reina una exposición, querían que se expidie­ vencedor tuvieron, ser comparadas A las costosas victorias de
sen los decretos que en la misma se solicitaban, pues no se Pirro sobre los romanos, cada una de las cuales contribuyó á la
Hahan de nadie, y no querían que se hiciese im pá stela final ruina del general de Alejandro Magno. Abona la oportu­
La petición estaba concebida cu estos términos: nidad de este paralelo la circunstancia de que, si bien los
«Súplicas que hacen los batallones existentes on este sitio triunfos de Quesada no costaron víctimas, la gallardía con
á S. M. la Reina gobernadora. que se condujo siempre y la facilidad con que acostumbraba
1.a Deposición de los señores San Roman y marqués del someter á los sublevados, crearon en estos y entre sus familias
Moncayo. y deudos un sentimiento de humillación y de despecho, que,
A'1 Real decreto para que se devuelvan las armas á los dándose la mano con los sucesos de la Granja, vino á ser la
nacionales de Madrid. causa inmediata de la inicua y cobarde muerte dada por men­
3. “ Decreto circular á las provincias y á los ejércitos para tidos liberales al hombre que á tantos que lo fueron de veras
que las autoridades juren é instalen la Constitución de 1812, habia salvado la vida, como lo hizo no solo en Vejer con
como la tiene jurada S. M. los 400 marinos que se pronunciaron en 1831 en San Fernan­
4. '1 Nombramiento de nuevo ministerio á excepción de los do, sino también en infinitas otras ocasiones en las que no
señores Mendez Vigo y Barrio Ayuso, que merecen con­ vaciló Quesada en comprometerse disgustando á Fernando VII
fianza. y á los furibundos realistas, para proteger, libertándolos del
5. a Su Majestad dispondrá que en toda esta tarde, hasta cadalso, á hombres complicados en conspiraciones liberales.
las doce de la noche, se expidan los decretos y órdenes arriba A las ocho y media de la mañana del i ó se apeaba Mendez
solicitados. Vigo en palacio, donde habia pasado la noche Isturiz.
La bondad de S. M. que tantas pruebas ha dado á los espa­ Cambiaron los dos ex-ministros breves y tristes palabras,
ñoles en proporcionarles la felicidad que les usurpó el despotis­ siendo al momento llamados á la secretaría de Estado, Cala­
mo, mirará con eficacia que sus súbditos den el mas pronto trava, Gil de la Cuadra, Ulloa, Rodil, .Scoane y Quesada. La
cumplimiento á cuanto arriba se menciona, y verificado que carta de la Reina dirigida á Isturiz y de que era Vigo porta­
sea cuanto se lleva indicado, tendrá la gloria esta guarnición dor, se reducia á la reproducción del decreto firmado por la
de acompañar á S. M. á la villa de Madrid. Gobernadora en la noche del 12 al 13 y que íntegro se halla
San Ildefonso 14 de agosto de 183(5.—La Guarnición.» en las páginas del presento capítulo.
IM U IS T O l tl A D E ESPAÑA

A este decreto acompañaban otros cinco en los que se pres­ ¡ puesto á ser objeto del furor de desesperadas é implacables
cribía la ejecución de lo propuesto en los artículos de ,1a peti­ turbas, peligro en el que debió pensarse, antes de llamar á los
ción firmada por la </uarnicion do la Granja que queda mas nuevos ministros á la secretaría de Estado, antes de que el
arriba transcrita, petición quo (lió lugar al trabajo que con mando de las armas por efecto de la instalación de Calatrava
urgencia se despachó en la real cámara, bajo la fiscalía y á ¡ en el gobierno pasase á manos del general Seoanc.
presencia do los sargentos. El último acto del gabinete Isturiz debió ser el de haber,
Lo que de curioso y do original ofrecen como datos históri­ antes de dejar de ser gobierno, y cuando todavía la guarni­
cos dichos decretos, nos mueve á reproducirlos en la nota al ción obcdecia ciegamente á Quesada, adoptado las medidas
pió 0). necesarias para haber puesto á este á salvo de la ira popular.
Reunidos en la secretaría do Estado los sujetos á ella con­ Hasta despues de haber llenado este sagrado deber de hon­
vocados, y no habiéndose presentado Quesada, envió Vigo en ra, Isturiz y Vigo no debieron haber puesto la fuerza pública
su busca ú Villftlonga, quien parece trajo por respuesta que en manos de sus sucesores.
el general no concurriría porque se ausentaba de Madrid y A las doce de la noche del dia anterior y despues de confe­
<pie pedia se lo diese su cuartel para la Habana. renciar largamente en la secretaría de Estado, se separaron
No era llamar á Quesada á conferenciar á la secretaría de Isturiz y Quesada, ignorando ambos todavía la realidad de lo
Estado lo que correspondía haber hecho al gobierno que iba que en las últimas cuarenta y ocho horas había pasado en la
á desaparecer. Muy breves eran los momentos que podían Granja, ignorancia debida á la interceptación de comunica­
trascurrir despues do la llegada de Vigo y de sus acompañan­ ciones entre Madrid y el sitio, impuesta como se ha visto pol­
tes, sin que cundiesen por Madrid los pormenores del cambio los sargentos que no dejaban pasar ni aun á los correos de
de situación consumado en la Granja, lo cual no podia menos las embajadas. Lo último que sabían los ministros residentes
de ser la señal de las venganzas y de las odiosas represalias en Madrid antes del regreso de Vig-o era que no deseaba la
(pie contra el domador de revueltas atesoraban los que no Reina que fuesen tropas al sitio, y como al mismo tiempo se
podían perdonarlo que los hubiese vencido. había escrito de allí que la presencia del ministro de la Guer­
Que la ira y el rencor de los desarmados en las dos anterio­ ra era deseada por los sublevados, no habia llegado á deses­
res semanas no podría monos de desencadenarse contra Que­ perarse en Madrid de que se acabaria por un arreglo conci­
sada, á nadie podia ocultarse, y la única manera de haber liador, y esta disposición de ánimo en que se despidieron
('vitado á Madrid un dia do horror, no debió ser otra que la Isturiz y Quesada, mantenia las ilusiones del último respecto
de haber proveído á la seguridad del hombre fatalmente ex- á que su firmeza en sostener la tranquilidad de Madrid po­
dria influir en la modificación del desenlace final, pero el
hombre que pocas horas despues conoció toda la verdad y
f i) « H a b ie n d o d e s a p a re c id o la s c irc u n s ta n c ia s p o r la s q u e tu v e á
b i e n d e c l a r a r e n e s t a d o d e s i t i o l a c a p i t a l , h e v e n i d o e n m a n d a r c u n o m ­ era el llamado á poner por obra los mandatos de la Reina, no
b r e d o m i a u g u s t a b i j a l a R e i n a c l o n a I s a b e l I I , q u e c e s e n d e s d e l u e g o se ocupó de otra manera de la suerte de Quesada que envián­
c m t o d a s s u s p a r t e s l o s e f e c t o s ( l o a q u e l l a d i s p o s i c i ó n . — T e u d r c i s l o e n ­ dole á llamar á la secretaría de Estado, donde si se hubiera
t e n d i d o y d i s p o n d r é i s l o n e c e s a r i o p a r a s u c u m p l i m i e n t o . — y o l a u s i n a presentado se habría sabido al momento por Madrid y hu­
COIIKIINADOlt.V. biera sido concitar el peligro al que por el contrario impor­
» E u S a n I l d e f o n s o á 1 4 d e a g o s t o d e 1 8 3 0 . — A d o n S a n t i a g o M e n d e z taba no dar ocasión.
V ig o . » Al levantarse en la noche anterior la sesión permanente
( ( C o m o l i c i t i l i R e g e n t e y g o b e r n a d o r a d u r a n t e l a m e n o r e d a d d e m i que constituyeron los ministros y sus amigos en la secretaría
a u g u s t a b i j a , l a R e i n a d o ñ a I s a l i c l I I , v e n g o e n n o m b r a r p a r a l a s e c r e t a ­ de Estado, durante las cuarenta y ocho horas de duda y an ­
r í a d e l d e s p a c h o d e E s t a d o c o n l a p r e s i d e n c i a d e l C o n s e j o d e m i n i s t r o s ¡í
d o n José M a r í a C a l a t r a v a , p a r a l a d e H a c i e n d a á d o n J o a q u i n F e r r e r siedad que mediaron desde la salida de Mendez Vigo hasta
y p a r u l a d e G o b e r n a c i ó n d e l r e i n o á d o n R a m o n G i l d e l a C u a d r a , e n su regreso, retiráronse juntos de aquella tertulia política, Al­
r e e m p l a z o d e d o n F r a n c i s c o J a v i e r I s t i i r i z , d o n F e l i x D 'O l a b e r r i a g n e y calá Galiano, ministro de Marina, y un amigo do Isturiz que
I l l a n c o y e l d u q u e d e R i v a s q u e r e s p e c t i v a m e n t e l o s d e s e m p e ñ a n e n e i habitaba en la calle de las Rejas la casa propia de los mar­
d i a ; s i e n d o m i v o l l i l i t a d q u e e l n u o v o p r e s i d e n t e d e l C o n s e j o m e p r o p o n ­ queses de Santa Cruz, casa cuyas ventanas daban por la parte
g a á l a b r e v e d a d p o s i b l e l o s s u j e t o s m a s a p t o s p a r a s u s t i t u i r á d o n A n t o ­ de la calle de la Encarnación á la plaza de Oriente, frente por
n i o A l c a l á G a l i a n o , d o n M a n u e l b a r r i o A y u s o y c l o n S a n t i a g o M e n d e z frente á la puerta del Príncipe, perfectamente visible enton­
V ig o ; c o n tin u a n d o e s te e n t r e t a n t o p a r a l a c o m u n ic a c ió n d e m is r e a le s
d e c r e t o s . — T e u d r c i s l o e n t e n d i d o y l o c o m u n i c a r e i s á q u i e n c o r r e s p o n d o . ces desde aquel punto por hallarse todavía diáfano y sin ar­
—Yo I.A IIKINA(iOliHHNAMOllA. bolado el solar de la plazuela. Llegados Alcalá Galiano y su
v .K n S a n I l d e f o n s o á 1 4 d e a g o s t o d e 1 8 3 ( i . — A d o n S a n t i a g o M é n d e z acompañante á la esquina de la calle de la Bola, manifestó el
Vigo.» primero el deseo de pasar la noche en casa del segundo, en
« E n n o m b r e d e m i a u g u s t a h i j a l a R e i n a d o ñ a I s a b e l I I , h e v e n i d o e n razón á que la vecindad de palacio le permitiría reunirse pol­
d e c r e t a r q u e s e r e o r g a n i c e l a g u a r d i a n a c i o n a l d e M a d r i d , v o l v i e n d o d e s ­ la mañana con mayor celeridad á sus compañeros. Cordial­
d e l u e g o l a s a r m a s h a s t a l a s d e s t o r c e r a s p a r t e s á l o m e n o s d e l o s g u a r ­ mente dispensada la hospitalidad pedida por Galiano, retirá­
d i a s ú l t i m a m e n t e d e s a r m a d o s . — T c n d r o i s l o e n t e n d i d o y d i s p o n d r é i s l o ronse á descansar los dos amigos; levantándose mas temprano
c o n v e n i e n t e p a r a s u p u n t u a l c u m p l i m i e n t o . — y o l a i i e i n a g o h e r - el accidental huésped del ministro de Marina, y asomándose
NA1KIUA.
> > E i i S a n I l d e f o n s o á 1 4 d e a g e s t o d e 1 S 3 0 . — A d o n S a n t i a g o M o n d e z á la ventana que daba frente a Palacio, observó parada de­
V ig o .» lante de la puerta del Príncipe una silla do posta que reco­
« E n n o m b r o d e m i a u g u s t a l ú j a l a R o i u a d o ñ a I s a b e l I I y c o m o R e i n a noció ser la misma que había conducido á la Granja al general
r e g e n t o y g o b e r n a d o r a d e e s t o s r e i n o s , l i e v e n i d o e n r e l e v a r d e l o s c a r g o s Mendez Vigo. Apresuróse á despertar á Galiano enterándole
d o c a p i t a n g e n e r a l d e C a s t i l l a l a X u e v a y c o m a n d a n t e g e n e r a l d o l a de la novedad y diciéndole que lo precedia á Palacio ansioso
g u a r d i a r e a l d e i n f a n t e r í a , a l t e n i e n t e g e n e r a l m a r q u é s d e M o n c a y o y de saber lo que habia traído el ministro de la Guerra. Habia
n o m b r a r p a r a ( p í o l e r e e m p l a c e a l m a r i s c a l d e c a m p o d o n A n t o n i o S e c a ­ ya trascurrido bastante tiempo desde la llegada del último
n o , q u i e n a d e m á s v o l v e r á á e n c a r g a r s e d e l a o o m a u d a n c i a g e n e r a l d e l a para que las personas citadas á la secretaría de Estado hubie­
g u a r d i a r e a l d e c a b a lle r ía . — T e n d r o is lu e n te n d id o y d is p o n d r é is lo n e c e ­
s a r i o á s u c u m p l i m i e n t o . — y o i .a u k i n a «í o i i k r x a d o r a . sen terminado los asuntos de que por el momento tuviesen
» E n S a n I l d e f o n s o á 1 4 d e a g o s t o d e 1 8 3 6 . — A d o n S a n t i a g o M e n d e z que ocuparse- y solo halló reunidos el visitante á Isturiz, Cala­
V ig o . » trava y á Seoane. Introducido fué sin dificultad por el portero
« ( . l o m o R e i n a r e g e n t o y g o b e r n a d o r a d u r a n t e l a m e n o r e d a d d e m i mayor el respetable Abascal, tan conocido y apreciado por
h i j a d o ñ a I s a b e l I I , l i o v e n i d o c u r e l e v a r d e l o s c a r g o s d e I n s p e c t o r g e ­ todos los liberales, pues entró al servicio del Estado en aquel
n e r a l d e m i l i c i a s p r o v i n c i a l e s y C o m a n d a n t e g e n e r a l d e l a G u a r d i a R e a l mismo ministerio enei año 1812, y siempre se mantuvo fiel á
d e l a m i s m a a r m a a l t e n i e n t e g e n e r a l c o n d e d e S a n R o m á n , y n o m b r o su fe política. Hallando el recienvcnido reunidos á tres de
p a ra re e m p la z a rle e n a m b o s m a n d o s , a l d e la m is m a c la s e m a rq u é s d e
R o d i l . — T o n d r é i s l o e n t e n d i d o y l o c o m u n i c a r e i s á q u i e n c o r r e s p o n d a . — sus compañeros de la emigración de l»2:l, no pudo menos de
YO I..YUKINA GOltKUNAnOUA. reinar entro ellos toda la confianza y abandono que en mo­
'- E l i S a n I l d e f o n s o á 1 4 d e a g o s t o d e 1 8 3 0 . — A d o n S a n t i a g o M e n d e z mentos semejantes no era de extrañar se estableciese entre
V ig o .» sujetos do larga y conocida historia liberal.
EDAD MODERNA 175
Interrogados Calatrava é Isturiz por el recidi llegado sobre ! DOCUMENTO XüM. I
lo que liabia traído Vigo, y el estado en que las cosas se ha- '
liaban, contestóle Isturiz en breves y secas palabras, que la ¡ PROYECTO DE CONSTITUCION DE LA MONARQUIA ESPAÑOLA,
Beina había nombrado premíenle del Consejo á don José FORMADO POR EL MINISTERIO ISTURIZ PARA PRESENTARLO
María Calatrava yqaeel encargado del mando de las armas Á LAS CORTES REVISURAS.
lo era el general Seoane, y que por consiguiente á los in d ivi­
duos del 'último gabinete no les quedaba otra cosa que hacer CAPITULO PRIMERO
sino ret irarse á sus casas. De (os españoles y de los derechos que les confiere y obligaciones <¡<te tes
Lleno de emoeion ó inquietado al oir estas palabras, el su­ impone la ley
jeto en cuya casa había pasado la noche Galiano interpeló á
Istum sobre qué providencias se habían tomado para proveer Artículo 1." Son españoles:
á la seguridad de don Genaro Quesada, 1." Todos los hombres nacidos on las provincias que for­
—Le liemos enviado á decir, le fué contestado, lo que ha man la monarquía española,
traido el general Mendez Vigo y que hemos entregado cl ! 2.° Los hijos ele padre y madre españoles nacidos en tier­
gobierno en manos de la persona designada por S. M. ras extranjeras.
—¿V antes de desprenderse del mando no han pensado us­ 3.° Los extranjeros que hubiesen obtenido carta de natu­
tedes, dijo el interpelante, en que el último acto de su auto­ raleza, la cual solo podrá obtenerse por concesión del Key y
ridad debió ser el sustraer á Quesada del inminente peligro I las Cortes.
que corre? Art. 2.” Los españoles todos sin distinción de nacimiento
—¿Y qué quería usted que hiciésemos? contestó don Ja­ son admisibles á los destinos y empleos eclesiásticos, civiles y
vier. militares, y están igualmente obligados ú cont ribuir á las car­
—Lo mas sencillo del mundo, replicó su amigo: antes de gas del Estado con sus haberes ó con sus personas según las
dejar de ser gobierno, haber expedido á Quesada un pasaporte leyes determinasen.
para el extranjero y dádole una escolta de cincuenta corace­ Art. 3." Todos los españoles tienen libertad de escribir,
ros, con lo que es seguro que hubiera ganado la frontera de imprimir y publicar sus ideas sin necesidad do licencia, revi­
Portugal sin que nadie se hubiera atrevido á interrumpir su sion ó aprobación alguna exterior, bajo las restricciones y res­
marcha. ponsabilidad que establezcan las leyes.
Por toda respuesta á esta severa exclamación replicó Isturiz: Art. 4.° Todos los españoles tienen asimismo libertad de
—Xnda podemos ya hacer, eso toca á los señores. hacer y dirigir peticiones al Key y á las Cortes sobre negocios
—Y bien, señor don José María y señor general Seoane, ¿no privados ó públicos, pero no formando cuerpo colectivo ni en
proveen ustedes nada en un momento tan crítico en favor del nombre y representación do otra persona que la firmante.
hombre esclavo de su deber y que tantas vidas liberales tiene Art. 5.° Xingun español puede ser arrestado ni preso sino
salvadas? con arreglo á las fórmulas que prevengan las leyes, ni conde­
—Xo podemos hacer lo que usted dice, repuso Seoane, por­ nado á pena alguna sino por sentencia legal dada por autori­
que nos expondría á la animadversión pública, pero si sabe us­ dad judicial competente.
ted dónde se encuentra Quesada, llévelo usted á mi casa, y yo Art. 6.° Xo podrán los españoles ser privados de su pro­
respondo do que una vez en ella, nadie tocará á un pelo de su piedad sino por causa de interés público y con la debida in­
ropa. demnización prèviamente determinada.
—Señor general, contestó el conmovido amigo de Isturiz Art. '7.° Si la tranquilidad del Estado exigiere la suspen­
y de Quesada, ese es un paliativo tardío y que nada reme­ sion temporal de las leyes protectoras de la seguridad perso­
dia: antes ó despues de encargarse del mando pudo usted nal, solo podrá decretarse y llevarse á efecto hi suspension
hacer lo que me dice á mí que haga, y que no podré ejecutar por un plazo determinado, previamente señalado y resuelto
en medio de la agitación que cimile por Madrid. lie indicado por los dos Estamentos de las Cortes y el Key; pero nunca
á ustedes el único remedio que cabia adoptar, y que no sé podrá extenderse la suspension á mas que á dispensar á la
si no es demasiado tarde para que diese el resultado que in­ autoridad de las fórmulas necesarias para mandar prender y
faliblemente hubiera tenido, si al recibir el mando hubieran tener preso á-uno ó mas individuos. Xo podrá imponerse pena
ustedes encontrado hecho lo que era del deber de estos seño­ alguna ni por la potestad gubernativa ni por tribunales ex­
res haber pensado,—señalando á Isturiz, y exclamando cu se- traordinarios, salvo en el caso de estado de sitio.
guida:
«La sangre de Quesada que un irresistible presentimiento CAl'JTCLO JI
me hace temer va á correr hoy, caerá, señores, sobre su cabeza De la division de los poderes del Estado
de ustedes.»
El general Seoane se formalizó al oir estas palabras, y el Art. 3.° La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes
interpelante fué sacado tic la secretaría por Abuscai, no sin con el Roy.
haber antes cruzado algunas palabras con el general, que este Art. í).° La potestad ejecutiva reside exclusivamente en
tuvo la prudencia de no recoger. el Key.
Desatentado y angustioso salió de palacio el principal actor Art. 10. La potestad de aplicar las leyes en las causas ci­
de la conmovedora escena que fielmente reproducimos, y voló viles y criminales reside en los tribunales y juzgados estable­
á la calle del Pez número 22, en busca de la predestinada cidos por las mismas leyes.
víctima. En ella se le dijo que había salido el general muy
temprano en compañía de dos amigos, añadiéndole su fiel CAI’frULO III
criado que se había ido á su casa de Hortaleza. Al oir esto el De las Corles y de la potestad legislativa
atribulado amigo, llevóse las manos ú la cabeza y exclamó:
/Pobre general! /Estáperdido!Si siquiera me hubiera espera­ Art. il. Las Cortes se componen del Estamento de próce­
do, yo le habría salvado ó hubiéramos perecido junios. Filóse ros y del Estamento de diputados del reino.
en seguida en busca del general Lavallete á quien no encontró Art. 12. La iniciativa de las leyes corresponde á uno y otro
en su casa, y otro tanto le sucedió con el general Soria. Estamento y al Key con arreglo á las fórmulas imprescindi­
Consternado de la inutilidad de sus esfuerzos y temeroso bles que dictaren los reglamentos de las Cortes. Las leyes sobre
por su propia seguridad, pues en los dos últimos dias no se contribuciones habrán de tener su origen y serán discutidas
liabia separado de los ministros, fué á refugiarse á casa de un y votadas en el Estamento de diputados antes que en el de
amigo, donde á las pocas horas recibió la amarga nueva del próceros.
lamentable fin que á manos de aleves y de cobardes, recibió Art. 13. Las leyes se hacen colectivamente por los dos Es­
ima de las almas mas generosas que se hayan cobijado bajola tamentos y cl Key.
forma humana. Art. 14. Las sesiones de ambos Estamentos serán públicas,
T omo VI 24
17G HISTORIA DE ESPAÑA

]i(ii·i) podrán sor secretas cuando lo detonnine el gobierno ó ¡i no siendo ascenso de rigurosa escala en su respectiva carrera,
petición del número de próceros ó diputados que señalaren buce en el hedió su dimisión del cargo de diputado, pero po­
los reglamentos. drá ser reelegido por la misma provincia ó por otra cual-
Art. 1.",. Así los próceros como los diputados del reino no ¡j quiera.
porirán ser juzgarlos, ni acusarlos, ni molestados por autoridad capitulo vi
alguna por causa de las opiniones quo omitieren ó votos que Del Rey y de sus prerogativa»
dieren en su respectivo Estamento. Esta inviolabilidad no
impido el uso de la censura manifestada por los particulares Art. 2N. La persona del Rey es sagrada ó inviolable y no
en escritos ó impresos bajo Ja responsabilidad que señalaren está sujeta á responsabilidad. La potestad ejecutiva le compe­
las leyes. te exclusivamente, sus ministros son responsables.
Art, Hi. Xi los próceros ni lr»s diputados del reino pueden Art. 20. El Rey es la autoridad suprema dol Estado, y como
ser presos sino infragant.i, sin prèvia autorización rio su res­ tal manda las fuerzas de mar y tierra, nombra y separa libre­
pectivo Estamento, cuando estuvieron reunidas las Curtes; y mente á sus ministros, confiere todos los empleos y destinos
la autoridad que los hubiese arrestado ó preso está obligadaá civiles y militares, presenta á los eclesiásticos, declara la guer­
ponerlos inmedlatamente á disposición dol tribunal designado ra y hace tratados de paz, alianza y comercio y expide los
por las leyes para juzgarlos. Cuando no estuvieren reunidas decretos, reglamentos é instrucciones que croe convenientes
las Cortes, toda autoridad que hubiere arrestado ó preso á un para la ejecución de las leyes, pero sin poder alterar en lo mus
prócer ó diputado, luego que las Cortes se retinan, le pondrá mínimo ni suspender estos, ni dispensar ele su cumplimiento.
:l disposición del tribunal competente. Art. yo. El Rey tiene asimismo la facultad de convocarlas
Cortes y de suspender sus sesiones, y la de disolver el Esta­
CAPÍTULO IV mento de diputados; pero en este último caso, llama á nueva
Del Estamento de prmxrcx del reino elección en el término de seis meses, contados desde el dia en
quo la disolución tuvo efecto.
Art. n . El Estamento do próceros del reino constará des Art. ¡31. Al Rey toca sancionar y promulgarlas leyes. Nin­
los individuos que el Rey nombrare para componerlo en lo gún proyecto de ley tiene carácter de ley hasta recibir la san­
sucesivo. El liey podrá nombrar los próceros de por vida ó con ción real. El veto del Rey es absoluto y se expresará en la
calidad do hereditarios, pero nunca de los últimos á los que forma que determinaren los reglamentos. El Rey dará ó nega­
no gozaren doscientos mil reales de renta trasmisibles al he­ rá la sanción á los proyectos de ley en el curso de la legisla­
redero do su dignidad. tura en que hubieren sido presentados 6 antes do abrirse La
Eos próceros que hoy son hereditarios continuarán siéndolo inmediata.
así comosus sucesores, mientras disfrutaren la renta especifi­ Art. 32. El Rey tiene la facultad de perdonar ó moderar
cada en el presente artículo. las penas impuestas á los delincuentes por sentencia de los
Art. IX Eos próceros quo llegasen á serlo por heredad to­ tribunales.
marán asiento y tendrán voz y voto en su Estamento á la Art. ¡3¡3. El Rey ó Reina reinante es mayor de edad á los
edad de veinticinco años cumplidos. Ningún menor podrá ser veinte años cumplidos, y solo por causas graves ajuicio de las
nombrado procer. No se admitirá dispensa de ninguna clase Cortos podrá habilitarse á los diez y ocho años.
en esto punto. Art. 3-1. El Rey ó Reina á su advenimiento al trono, si he­
Art. Ih Los proceres que fueren encausados serán juzga­ redase la corona siendo mayor de edad, ó al entrar en la ma­
dos por su Estamento. yor edad si hubiese empezado á reinar siendo menor, prestará
Art. 20. El Estamento do proceres ejercerá atribuciones el juramento do observar la ley constitucional y demás que
judiciales en los casos siguientes: de ella emanen. La fórmula del juramento será la quo sigue:
1. " Cuando juzgue ¡i los secretarios del Despacho en virtud«Juro guardar y hacer guardar las leyes constitucionales y
de una acusación entablada por el Estamento de diputados demás de la monarquía y mirai1por el bien de mis súbditos y
del reino, con arreglo á la ley de responsabilidad y seguii los la independencia, prosperidad y gloria dol Estado. Si así lo
trámites rpie esta señala. hiciere, Dios sea en mi ayuda y defensa, y si no me lo dem ande.»
2, " Cuando conforme á lo que establezcan las leyes, conoz­
ca de delitos graves contra la inviolabilidad del trono ó la se­ CAI'ITUI.O vri
guridad del Estado. De la llegenda
2." Cuando ejerza e,l derecho privativo de juzgar á sus
propios individuos, ya sea por delitos comunes, ya por abusos Art. 35. Durante la menor edad del Rey ó Reina reinante,
ó faltas en que puedan incurrir en calidad de próceros. ó en caso do que el monarca so hallase imposibilitado de ejer­
Art. 21. El Estamento de proceres no puede reunirse ni cer su autoridad por cualquiera causa física ó moral, ejercerá
deliberar conni tal, cuando no estuviere reunido el de diputa­ la autoridad real una regencia, con todas las facultades y pro-
dos. pero podrá continuar sus procedimientos como tribunal rogativos que competen ó la corona.
olí todo caso. Art. 3f>. La Reina madre, cuando la hubiere, será regente,
CArÍTUt.0 V gobernadora de derecho.
Del Estamento de diputados Art. 37. A falta de Reina será regente el pariente mas
próximo del Rey, hasta el cuarto grado civil, mayor de edad;
Art. 22. El Estamento de diputados so compondrá de los pero en este caso la guarda y tutoría de la persona del Rey ó
que fueren elegidos para formarle por el voto popular, según •; Reina menor estará á cargo de otro ú otros individuos que
las formas y bajo las condiciones que dictare y exigiere la ley serán nombrados por las Cortes.
electoral. Art. 38. Xo habiendo en el reino pariente varón del Rey ó
Art. 22. Los diputados (pie fueron encausados serán juz­ Reina menor dentro del cuarto grado civil, serán regentes
gados por el tribunal que designare una ley especial. provisionales al fallecimiento del Rey, el Consejo de ministros,
Arl, 21. El cargo de los diputados los está conferido por tres con (unto número menos uno de individuos del Consejo de
años y nomas, y cesa siempre que el Rey disuelva las Cortes. Estado ó Supremo, ó de los tribunales supremos; y luego las
Art, 25. Kl cargo de diputado á Cortos es gratuito, entera­ Cortes, si están reunidas, ó si no lo están, reuniéndose inme­
mente voluntario, y podrá renunciarse aun despues do empe­ diatamente, procederán sin pérdida de tiempo á nombrar una
zado à ejercer. Regencia de tros personas.
Art, 2ü. Los diputados á Cortes podrán ser reelegidos en CAl·ITCI.O v i u
cualesquiera elecciones sucesivas mientras tuvieron las cuali­
D e los m in istro s
dades necesarias liara serlo con arreglo á la ley electoral.
Art. 27. El diputado que admita pension del gobierno, ó Art. 39. Todos las órdenes y providencias emanados del
empleo, ó comisión de nombramiento y á sueldo del mismo trono han de ser refrendados por uno ó mas de los ministros.
EDAD MODERNA 177
Art. 40. Los ministros son responsables cada uno de porsi : Art. 48. La pena de confiscación de bienes y la de tormen­
de todos los actos quo hicieren contrarios á las leyes, sin que to quedan irrevocablemente abolidas.
les sirva de excusa haber procedido por orden del Rey. Lo son
jo-nalmentc do mancomún 6 in solidum de los actos graves y C.W ÍTII.O X
de política general resueltos en Consejos de ministros, como no De las Diputaciones provinciales y Ayuntamientos
hayan salvado su voto, y de las faltas de omisión ó comisión
si les fuesen probadas ante el Estamento de próceros, por acu -: Art. 49. Las Diputaciones provinciales y Ayuntamientos
sucion del de diputados. j serán nombrados por elección popular, según las leyes que se
Art.. 41. Los ministros podrán ser individuos de uno ú otro ! dieren sobre este punto.
Estamento; pero si siendo diputados aceptasen el ministerio, CAl'ÍTll.O XI
dejan vacante su puesto, y quedarán hábiles para la reelec­ De la fuerza armada
ción, como los demás empleados, pudiendo como ellos ser re- -,
elegidos. Art. 7)0. Todos los españoles están obligados á servir á la
Art. 42. Los ministros tendrán entrada y voz en ambos patria con las armas según á ello les llamaron las leyes sobre
Estamentos, pero no tendrán voto sino como proceres ó dipu­ el aumento del ejército.
tados los que respectivamente tuviesen el uno ú el otro ca­ Alt. 51. Habrá una guardia nacional, cuyo servicio será
rácter. obligatorio á los españoles que tengan las calidades que para
OAI'ÍTCI.O IX entrar en dicho cuerpo exigieren las leyes.
De los tribunales
Art. 52. Las fuerzas de mar y tierra serán fijadas cada año
por voto de las Cuites.
A r t 43. La administración de justicia se ejercerá á nom­ CAl’ÍTCI.O XJI
bre del Rey por jueces nombrados por la corona. De las contribuciones
Art. 44. Los jueces no podrán ser depuestos do sus desti­
nos sino por causa legalmente probada y sentenciada, ni sus­ Alt. 53. Las contribuciones serán votadas anualmente pol­
pendidos sino por acusación legalmente intentada, á no ser las Cortes con sanción real y á propuesta del gobierno.
m el caso de que ambos Estamentos acuerden, voten y diri­ Art. 54. La dotación del Roy ó Reina reinante se señalará-
jan una petición al Rey, para que suspenda ó deponga á uno ai principio do cada reinado.
ó mas jueces expresando individualmente sus personas. Art. 55. La dotación de los príncipes herederos y demás
Art. 4ó. Todo español tiene derecho y acción para acusar miembros de la real familia, se votarán igualmente en las
á los jueces por los delitos do soborno, cohecho y prevarica­ Cortes á propuesta del Rey, así como las viudedades de la
ción. Reina consorte, y cualesquiera asignaciones que en caso de
Art. 40. Las leyes determinarán el mimero y clase de tri­ matrimonios ó nacimientos do la misma familia real, convi-
bunales que haya de existir y el método de enjuiciar que haya I niese hacer á la real casa.
de adoptarse. Palacio 20 de julio de 1830.—Javier de Isturis.—Marnici
Art. 47. Todo juicio se hará en público, excepto en los ca­ Barrio Ayuso.—Santiago Mendes de Vigo.—Antonio Alcalá
sos on que pueda padecer la moral. I Galiano.—FélixD’Oll-aberriayueyBlanco.— El duquc de,Jileas.

LIBRO SEXTO

EN PLENA REVOLUCION

había confiado la continuación del sitio. No había ,Tristany


CAPITULO PRIMERO perdonado medio para en union con las facciones de Torres,
El apogeo de la guerra civil Orteu, Monbiola, Ros de Eróles y Borges, distraer la atención
de los sitiadores y obligarlos á levantar el asedio. Al efecto
Campaña do Mina on Cataluña.—Acción do Pelotillo.—Invade Turros hizo varias correrías en las comarcas que dominaban los libe­
la Ccrdaüa.—Continuación de la campaña do Mina.—Carácter que rales, en la expectativa do que atraídos á la defensa abando­
toma la guerra.—Maroto en Cataluña.—Mando del Royo.—Falleci­ nasen su codiciada presa; pero Mina que, como liemos dicho,
miento do Mina.—O]»oraciones del general Iriartc.—Situación de los puso el mayor empeño en llevar á cabo su propósito de
pueblos.—Cabrera y Palarea.—Mas sobro la muerte do la madre de
desalojar á los carlistas del santuario, por ellos convertido en
Cabrera (documentos).—Operaciones en Aragón y Valencia.—Debe­
res de la historia.—Derrota de llañou.—El do Tarifa.—San Miguel.— fortaleza, antes que abandonar la empresa, consintió en dejar
Cantavioja. á Tristany que molestase y saquease los pueblos. Conociendo
el jefe carlista (pie no conseguía su objeto, convino con sus
»Suspendimos la relación de los hechos concernientes á Ca­ compañeros de las demás facciones, en caer sobre las fuerzas
taluña al tiempo de dar cuenta de los sucesos de Barcelona sitiadoras, como efectivamente lo efectuaron, aunque no lle­
que motivaron la vuelta á aquella ciudad del general Mina garon á tomar parte en la operación todo el número de com­
procedente del sitio de Santa María del Hort, operación en ! batientes con los que creyó Tristany poder contar, toda vez
cuyo éxito tenia gran empeño el general, por lo ventajosa ! que no concurrió la totalidad de las fuerzas citadas al intento;
que era para los carlistas la posesión de un punto fortificado y frustrado por este motivo el plan de los carlistas, tuvieron
que les estaba sirviendo de base de operaciones y do refugio. que retirarse, dejando á sus enemigos continuar el sitio.
lili inexpugnable peña sobre la que está edificado el san­ Abierto como queda dicho que lo l’ué el fuego de las bate­
tuario de Nuestra Señora del Hort, exigió una prolongada rías, apercibiéronse los defensores del fuerte de (pie no les
circunvalación y el empleo de la artillería de sitio que hubo quedaba esperanza alguna, y cesando una resistencia que con­
de ser traída de Barcelona. Llegadas que fueron las piezas y sideraron ya inútil, apelaron al desesperado medio de preci­
reunidas las tropas en suficiente número, abrióse el fuego pitarse por los barrancos que rodean la peña sobro la que se
contra el santuario, del que so apoderó Iriartc, á quien Mina ¡ halla edificado el monasterio; intento que costó la vida á la
ITS H IS T O R IA DE ESPAÑA

mayor pavio do los doscientos hombres á que había quedado llería de que disponía, le asignó los puntos donde con mayor
reducida la guarnición, pues descubierta que fue la evasion, facilidad pudiese auxiliar á las brigadas, ligando sus respec­
sufrieron dése,argots los fugitivos, dando fin de los que no tivas operaciones y manteniendo expeditas las comunicaciones
alcanzaron las balas los precipicios que á oscuras tenían que entre las diferentes columnas.
salvar. K1 cabecilla Miralles, jefe do los escapados, se apercibió No arredró del todo á los carlistas la, para ellos tan sensi­
cuando ya se hallaban los suyos lejos del fuerte de que en la ble pérdida, del fuerte del Hort, y procuraron utilizar todos
confusion habia quedado rezagada su esposa y volvio presu­ los medios á su alcance para emprender nuevas operaciones.
roso en su busca, sin escuchar las amonestaciones de sus El cabecilla Brujo que quedó de comandante general con
compañeros que le disuadían del temerario intento, que llevó las fuerzas de Zorrilla y de Mallorca, atacó á Olot en 1.” de
á cabo costandole la vida y la profanación de su cadáver, febrero sin resultados de importancia, y el fi se presentaba
arrastrado al dia siguiente por las calles de la población. delante de Montblanch, contra cuyo punto rompió un vivo
Despues del desastre experimentado por las facciones cata­ fuego, cuyas consecuencias detuvo la presencia de Gurrea,
lanas, so dividieron escogiendo por comarca de sus correrías, : que acudiendo desde Tarragona, neutralizó el comenzado
lírujó, Zorrilla, Caballería y Grao la provincia de Gerona, Tor­ ataque, logrando dispersar á los enemigos.
res, Rorges y Ros do Eróles la de Lérida, Tristany la de Bar­ En el mismo mes y con suerte varia tuvieron lugar diferen­
celona y Masgoret. la de Tarragona. tes encuentros de escasa importancia en sus resultados. Zor­
La artillería, los fusiles y efectos de guerra que encerraba rilla se presentó delante de Hostalrich; Castells amagó á Ber­
el santuario fueron conducidos á Barcelona por los nacionales ga; Gurrea batió y dispersó las facciones reunidas de Copons,
(pie concurrieron á las operaciones del sitio, siendo el fuerte Masgoret, Degollat y otros cabecillas; pero á su vez lograron
demolido por expresa orden de Mina. los carlistas apoderarse de un gran convoy en las inmediacio­
Las inquietudes del asedio de Santa María del Ilort, acre­ nes de Castellote.
centadas por las ansiedades (pie ocasionaron á dicho general Pero lo mas importante en punto á operaciones de guerra,
los sucesos de Barcelona y que quedan relacionados en el capi­ lo fué la derrota experimentada por las armas de la Reina á
tulo idei libro IV,habían quebrantado grandemente.su salud, manos del brigadier carlista don .losé Giménez de Torres. Ocu­
impidiéndolo montar á caballo y continuar operando, sin que paba este, de regreso de Aragon, la Conca de Tremp con los ba­
por ello cejase su firme voluntad en servicio de la causa á la tallones de guias de Navarra y los de Cataluña l.°, 2." y 3." y un
que consagró su vida entera, y continuó dictando las provi­ escuadrón de caballería. Instruido de que marchaban sobre el
dencias requeridas por la poco lisonjera situación en que se las columnas de Aspiro/ y de Sebastian, se dirigió á Pons y
encontraban los asuntos del Principado. Entro otras medidas dispuso sus fuerzas en emboscada, aprovechando lo montuoso
adoptó la de modificar su terrorífico bando de ‘29 de noviem­ y áspero del terreno, y esperó al enemigo que avanzaba sin
bre! que, como antes queda dicho, tanto habia disgustado á haber previsto la celada que le estaba preparada. Atacada de
sus amigos do Madrid. Movilizó la fuerza de la milicia nacio­ improviso la vanguardia de Aspiro/, hallándose todavía dis­
nal dispuesta á tomar parte en las operaciones de la campaña, tante Gurrea, replegóse aquella en desorden sobre el centro
formando con ella un batallón que se llamó de las bivios y de la columna, al mismo tiempo que caian sobre esta por sus
cuyo mando confirió á don l ’élix Rivas, oficial de toda su flancos los batallones que Torres tenia ocultos en la maleza,
confianza. Descoso do utilizar la buena impresión producida viéndoselos liberales obligados á repasar el rio Segre que im­
entre los liberales por la tomado Santa María del Hort y con prudentemente habían franqueado, siendo no pocos arrastra­
objeto de apaciguar algún tanto la agitación de los ánimos ó dos por la corriente; mas como la orilla opuesta so hallaba
inspirar confianza á los nacionales y temor á los carlistas, pu­ también ocupada por fuerzas ocultas de 'forros, cayó prisione­
blicó Mina un bando proclama, dirigida al ejército y al pue­ ra la mas numerosa parte de la columna.
blo, en la que manifestaba la importancia de la ventaja Algunas compañías de Saboya que formaban la retaguardia
obtenida sobre el enemigo, privándolo de la posesión do un y conservaban la formación, se guarecieron á una eminencia
fuerte que t.an útil era para las operaciones y realzando los y se defendieron bizarramente, pero apuradas sus municiones
esfuerzos empleados por las facciones para hacer levantar el y muertos ó heridos los oficiales, tuvieron aquellos valientes
sitio, al paso que se congratulaba de- haber, con la toma del que rendirse.
sant uario, libertado á ciento cuatro liberales que en el se ha­ Aspiroz que no habia salido de Peramola cuando comenza­
llaban prisioneros y atribuyendo estos resultados y lo que ba la funesta acción de Pelotillo, al oir el fuego en lontananza,
era de. esperar al patriotismo de los catalanes, secundado apresuró la marcha en auxilio de sus compañeros. Alarmóse
por la disciplina del ejército. al apercibir que habia cesado el fuego, en ocasión que se le re­
Previendo que la toma del fuerte del Hort obligaría á los unieron dispersos que habían sido testigos del desastre. Mas
carlistas á dividir sus fuerzas, dividió igualmente Minadas do léjos de decaer el generoso impulso de Aspiro/, y sin que lo
que disponía, aumentando las columnas de operaciones, á detuviese el corto número de soldados que lo acompañaban,
cuyo efecto formó brigadas con los cuerpos del ejército y des­ reducido á seis compañías, resuelve ir adelante y precipitó su
tiné los batallones francos á cubrir las guarniciones de los marcha. No tardó en llegar al lugar que lo habia sido del com­
puntos fort ilioados. bate, cuyo suelo encontró cubierto de los cadáveres de los
La primera de las antedichas brigadas fué confiada á Gur- suyos, y cerrando los ojos al inminente peligro á que se expo­
roa, señalándole el territorio del corregimiento de Valls y la ne, no vaciló en acometer á un enemigo vencedor y superior
comarca del Priorato hasta Tortosa. Dió el mando de la segun­ en fuerzas. Pero afortunadamente Torres, á- quien su victoria
da al coronel Aspiro/, destinándole el distrito de la alta mon­ habia costado sensibles pérdidas, no aceptó la renovación de
taña; la torcera brigada la confió al jefe Malgrat, señalán­ la polca.
dole los corregimientos de Gerona y Figueras, y la cuarta El desastre de por la mañana motivó que el bizarro Aspi­
ni brigadier Sebastian, que debia custodiar los corregimientos rez tuviese quo pasar por un consejo de guerra, por el que
de Lérida y Talarn; una quinta brigada destinada á operar en fué absuelto libremente de las resultas que habia tenido un
combinación con la primera, debia resguardar la orilla del revés en el que su patriotismo y su valor abogaban en des­
Kbro y terril ovios contiguos, según lo exigiesen las operacio­ cargo do sus disposiciones estratégicas.
nes, y por último, el coronel Niubóquedó encargado de operar Despues del triunfo obtenido por Torres, internóse este en
en el corregimiento de Cervera y márgenes del rio Sogro hasta los llanos do la Cerdaña, comarca libre hasta entonces de ex­
su desagüe, en el libro. El coronel Osorio recibió orden de ocu­ cursiones carlistas, pero solo obtuvo pequeñas y pasajeras
par á Esparraguera, manteniendo expeditas las comunicacio­ ventajas, obligado á abandonar su empresa ante la persecu­
nes con Aragón. Todas estas columnas recibieron orden de ción de las columnas de Alvarez, de Aspiro/ y de Sebastian.
impedir que el enemigo pisase el territorio que les estaba de­ Durante todo el mes de marzo fueron incesantes los movi­
signado, operando remudas ó en combinación, según lo exi­ mientos y recíprocos encuentros dolos divisiones de liberales
giesen las circunstancias. y de carlistas que recoman las provincias de Lérida y do
Apreciando Mina la importancia de utilizar la escasa caba­ Gerona.
EDAD MODERNA lvö
Abstenéraonos ele narrar los frecuentes combates que sin ! numerosas partidas carlistas que pululaban por todo el terri-
resultados que sensiblemente afectasen la situación de los be-1I torio de las provincias do Gerona, Lérida, Tarragona y Barce­
liberantes, ocurrieron al comenzar el año, encuentros que si , lona, ofrecen un espectáculo de atrocidades, cuyos pormenores
bien serian de verdadero interés para una crónica, dejan de imprimen sobre aquella época desastrosa, un carácter tan
ofrecerlo igual en nna historia destinada á sintetizar hechos odioso, que apenases concebible se repitiesen en un país culto
y resultados conducentes A apreciar el carácter y circunstan­ y de exaltados sentimientos cristianos. El robo, el incendio,
cias de la lucha. las matanzas A sangre fria no solo de los rendidos después do
El paso del Bruch, interesante para ambos bandos, dió oca­ la lucha, sino do los que componían las guarniciones do los
sión á diferentes tentativas de resultados pasajeros y en puntos fortificados, oran acontecimientos, por decirlo así, dia­
los que las ventajas y los descalabros se balancearon, si bien rios. Lus beligerantes se entregaban A la caza unos de otros,
la fortuna acompañó mas frecuentemente los movimientos como en país desierto y agreste se hace con las fieras para
de las columnas liberales, resultado favorable que caracterizó purgar el suelo de la presencia de seres dañinos. Y no se con­
mas señaladamente la derrota que al finalizar el mes de mar­ tentaban los desalmados combatientes sedientos do sangre,
zo sufrió Torres, el jefe mas entendido que contaban las fuer­ con dar desapiadada muerte A sus prisioneros; se complacían
zas carlistas, como procedente que erade las filas del ejército. en pascar triunfantes sus cabezas y los mutilados restos de
Cayó prisionero despues de batido en el puente de Fatilo y sus cadáveres. Las hecatombes’ do séres humanos oran poco
sufrió la triste suerte que generalmente cabia entonces á los menos que espectáculos diarios.
vencidos. El ambiente de sangre que se respiraba en Cataluña llega­
Aunque no señalada todavía por hechos dignos de men­ ba A tal extremo, que exasperadas las poblaciones liberales
ción, existia ya en la época de que nos estamos ocupan­ por las crueldades que A mano de las facciones experimenta­
do, una junta gubernativa superior de Cataluña creada por ban los nacionales que tenían la desgracia de ser aprehendi­
don Carlos en virtud de un decreto fecha 14 de enero, pero dos, sospechaban de connivencia y de traición Alas autoridades
junta cuyo personal estuvo al principio reducido A cinco vo­ que por humanidad adoptaban medidas protectoras de Livida
cales, hombres de poca nota y que no pudiendo contar con de inocentes moradores. Así aconteció en Figueras, cuyo go­
residencia fija, vagaban de un punto á otro, obligados á me­ bernador militar don Manuel de Tena pereció víctima de un
nudo á guarecerse en los montes ó A esconderse en casas ami­ motín, cuyo pretexto no fué otro que la orden por el dada
gas. Mas adelante esta ju n ta creció en autoridad y en núme­ para que evacuase la villa y marchase A Besalú un destaca­
ro, tuvo por vocales prelados, grandes de España y otras mento de nacionales de Mataró, temerosa aquella autoridad
notabilidades del carlismo; pero de sus actos será ocasión de de que irritados por la muerte dada á alguno de sus compa­
ocuparnos á medida de la importancia que vayan teniendo ñeros por los carlistas, promoviesen alborotos cuyas conse­
los sucesos en que aquella corporación intervino. cuencias quiso evitar.
Mina permanecía en Barcelona en un estado de salud bas­ Mina, retenido en Barcelona por sus dolencias, se lamentaba
tante delicado y que no permitia á su quebrantado cuerpo de que la actividad de las columnas de operaciones no basta­
obedecer á los impulsos de su enérgica voluntad. Así fué que se A contener la osadía de los cabecillas, que en los corregi­
solo pudo verificar una corta salida, en la que visitó las pro­ mientos de Vieh, Gerona y otros puntos del distrito militar, se
vincias de Lérida y do Tarragona, restituyéndose poco des­ paseaban impunemente, interceptaban los correos, atrevién­
pues A la capital del antiguo Principado. Sobrevínole enton­ dose A atacar los pueblos fortificados y á amenazar los de la
ces el gran disgusto ocasionado por la impresión que en el marina.
público produjo la parte que habia tomado en la insana eje­ «Las fuerzas de la patria (ciccia el general en comunicación
cución de la madre de Cabrera, de cuyas resultas y como an­ dirigida A Guerra) parecen sumidas en un punible letargo,
tes queda dicho presentó Mina su dimisión, la que aunque siendo frias espectadoras de escenas tan agigantadas. A V. S.
no retiró, tampoco insistió en que le fuese admitida con la toca despertarlas por medio del glorioso recuerdo de los triun­
premura que dijo lo deseaba, habiendo influido en su no in­ fos conseguidos, impulsando la honrosa ambición do los jefes
sistencia los ruegos del pueblo y de Las autoridades de Barce­ y oficiales y separando de sus destinos A los que apáticos c
lona, no menos que las instancias del gobierno y las ansieda­ indiferentes, ó sordos A la sagrada voz del deber, miren con
des que en el ánimo de patricio de temple tan subido, como indiferencia el éxito feliz de la lucha en que estamos empe­
lo era Mina, no pudo menos de producir la crisis política A ñados. »
que dió principio la disolución del Estamento de Mendizabal Solo los pueblos fortificados podían librarse del bandoleris­
y cuyas consecuencias llegaron A ser tan trascendentales. mo de las partidas. Los que tenían amparadas sus cosechas
No obstante que, como ya dejamos consignado, al hacerse contra la depredación erigida en sistema por el enemigo,
cargo del mando de las provincias catalanas, experimentó veian sus mieses incendiadas, arrebatados sus ganados y las
Mina igual decepción A la de que habia participado al poner- ,: vidas de sus habitantes en constante peligro, si no apronta­
se al frente del ejército del Norte, cuando creyó que su pre­ ban contribuciones superiores A sus recursos. Bastará para
sencia daría en 1834 y 35 resultados tan favorables para la dar A conocer hasta qué extremo llegó el delirio de la saña y
causa de sus convicciones como los que señalaron sus triun­ de la barbarie, consignar que un hombre con órdenes sagradas,
fos en Navarra en la guerra de la Independencia y en Cataluña el canónigo Tristany, perseguido por fuerzas superiores, dejó
en 1823. Grande era en realidad el cambio que desde 1814 en el monasterio de Pinós trece pellejos de vino envenenado
hasta la muerte del Key habían experimentado las ideas, para regalo de sus perseguidores.
las costumbres y la manera de ser dolos españoles, no siendo Las amargas quejas de Mina sobre la flojedad que para
posible desconocer que parte por efecto de no haber adqui­ abatir el bandolerismo de las facciones mostraban algunas co­
rido todavía el carlismo en la primera mitad de 183(1 el des­ lumnas, tenían su explicación, mas que en la morosidad ó
arrollo y la pujanza que adquirió en años posteriores, y parte descuido de los jefes, en la falta de unidad en las operaciones,
también sin duda hija de la pericia y del celo desplegados por efecto de la imposibilidad física en que de montar A caballo y
Mina, A estas dotes del esclarecido general debo muy princi­ de salir A campaña se hallaba el veterano de la guerra de la
palmente atribuirse la notable diferencia que existia entre Independencia. En realidad, A la falta de una dirección inteli-
las fuerzas que en el último período de su mando reunieron ' gente sobre el terreno de las operaciones, mas bien que A la
los carlistas en Cataluña, comparadas A las de que se compo­ insuficiencia numérica de fuerzas, eran de atribuir los mas de
nían las facciones un año antes. Según datos emanados del los descalabros que experimentaban las columnas liberales.
ministerio de la Guerra ele don Carlos, sus partidarios en ar­ Así lo demostró plenamente el desastre acaecido el l." de
mas se habían reducido A trece mil setecientos sesenta hom­ agosto con una columna de quinientos hombres que custodia­
bros entre oficiales y tropa, habiendo anteriormente llegado A ba el correo de Igualada A Barcelona. Separóse la columna de
contar hasta el número de veinticinco mil combatientes. la carretera en busca de los carlistas, con los que vino á las
Las incesantes operaciones y combates que durante toda la manos en los campos de San Kubin, en los que fué derrotada
primavera y aun despues de entrado el verano, ocuparon Alas por fuerzas inferiores al mando de los cabecillas Llarcli y Pit-
180 ir I S T O R I A DE ESPA ÑA

xnt., pereciendo en el combato el jefe do los liberales, sois desolación que pesaba sobre los pacíficos habitantes. Pose­
oficiales y cien individuos de tropa. sionado quo húbose Maroto elei mando, partió del santuario
A tules contratiempos arañábase Mina á poner remedio, dic­ de Xuria en dirección á Pibas, y marchando por la ribera iz­
tando providencias, expidiendo circularos y órdenes que cor­ quierda del rio Ter, filé á poner sitio a Prnts de Llusanés con
rigiesen la flojedad ó indisciplina que censuraba en algunos las fuerzas que de paso había, logrado organizar. La bizarra
do sus subordinados. Irritado de la falta do exacto cumpli­ resistencia do los nocionales y tropa de la guarnición malo­
miento de sus instrucciones, entregó á la pública reprobación gró las esperanzas de fácil triunfo concebidas por Maroto,
los hechos que vituperaba, verificándolo por medio de una- el que informado de la aproximación del brigadier Ayerbe al
nueva circular que recapitulaba las providencias que había frente de tres mil hombres, no quiso'esperarlo, buscando po­
decretado y á cuya falta de cumplimiento dccia era de atri­ siciones que le fuesen mas favorables. Creyó haberlas encon­
buir que no se hubiesen tocado los resultados que había es­ trado y aceptó el combato, poro fue batido con la agrava­
perado, filípica que terminaba manifestando hallarse el gene­ ción de que habiendo procurado rehacerse, favorecido por
ral dispuesto á aplicar todo el rigor de la ordenanza á los terreno que juzgó le seria ventajoso y en el que contó que
relajados y á los débiles. vendrían á reunírsele refuerzos que no llegaron á tiempo,
I-’.I bandolerismo do los facciosos catalanes si bien alimen­ sufrieron en su consecuencia los carlistas nuevo descalabro y
taba la ambición do los jefes y la codicia de sus soldados, no dispersion, repetido contratiempo que bastó para hacer per­
]»ialia, ser grato pava los carlistas monos apasionados, que der entre los suyos todo prestigio al rocíen llegado general.
deseando el triunfo de su causa y siguiendo esta bajo ol pie Igual por lo menos á la desconfianza de parte de los subor­
en que se hallaba, no podia redundar sino en su descrédito y dinados de Maroto, lo fué el descontento que esto experimentó
mina. Do ia misma opinion eran don Carlos y sus allegados, viéndose privado de los recursos que se le habían ofrecido al
y para poma- remedio pensaron en enviar á Cataluña en cali­ conferirle la ingrata misión de organizar gente tan avezada á
dad de general en jefe á un militar de antecedentes y de la indisciplina y al merodeo, y muy á pesar suyo vióso obli­
conspicua posición, siendo designado al efecto don Rafael gado , por no tener otro recurso, á continuar imponiendo á
Maroto, procedente, como es sabido, del ejército del Perú y los pueblos contribuciones arbitrarias, que hubiese preferido
de cuya adhesión á la causa del Pretendiente daba suñciente sujetar a reglas de buena administración. Retiróse Maroto
testimonio la participación que se le ha visto tomar en los despues de su derrota á Alpens y de allí fuó á Borrcdá y su­
hechos de armas de que estaba siendo teatro el suelo vascon­ cesivamente á Llinàs y á San Lorenzo de Morunys, procuran­
gado. do recoger sus dispersos, c invirtiendo el mes de agosto en
Si liemos de dar crédito á lo que dice el mismo Maroto en trabajos estériles y en excursiones por las comarcas de Alós,
sus Memorias, su designación para el mando en Cataluña, Couques é Issona, Castellbò, Alfa y Aliña. Asomábase á los
antes que inspiración sugerida por el interés del servicio, fue llanos de la Cerdaña cuando perseguido por Cun ea, saliólo al
tiro hecho por los émulos que entre los suyos contaba y que­ encuentro la guarnición de Puigcerdà al tiempo que sobre él
rían tenerlo alejado <leí príncipe y exponerlo ¡i que se estre­ caia la vanguardia de aquel general, obligándole á una reti­
llase, en la dificultad de la empresa puesta á su cargo. rada que mas bien merece el nombre de huida y que le obligó
Llamado al lado de don Cárlos acudió Maroto desde Tolosa el 30 del an tedici io mes á dispersar Ja fuerza que le seguia y
de 1"rancia donde se había retirado despues do su desave­ á pasar la noche en un caserío sin mas acompañamiento que
nencia con Moreno, y recibió del príncipe y de sus ministros sus ayudantes.
amplias seguridades de confianza y solemnes promesas dore- Al siguiente dia marchó á Alpens on donde halló un bata­
cursos que lo pusiesen en situación de operar con ventaja on llón carlista, permaneciendo cuatro dias en aquel punto, des­
el teatro abierto á su fervor por la cansa (pie había abrazado. de el que expidió órdenes á su segundo cl baron do Or tabi y
Aceptada que fue la ardua misión por el designado para lic­ á su jefe de estado mayor cl brigadier Royo, que se ñafiaban
uarla, tuvo este que eludir la vigilancia do la policía francesa en San Quirse (instruyendo reclutas y organizando batallones),
obligado como se vió á atravesar el territorio del vecino reino para que se replegasen sobre Alpens, saliendo el mismo Maro­
para ganar los pasos transitables del Pirineo, que logró fran­ to al encuentro de ambos con ánimo de operar reunidos según
quear atravesando la frontera disfrazado y conducido por lo aconsejasen las circunstancias. Mas ya fuese falta de pre­
guias. Pondera Maroto en sus Memorias los peligros y pena­ caución por parte de Ortafá al efectuar su marcha, como lo
lidades do su expedición. Sembrado de precipicios y cubierto da á entender Maroto, ó según los impugnadores de este, por­
de nieve el terreno que pisaba, sufrió en su marcha el frio, el que no hubiesen combinado bien su movimiento á fin de ope­
hambre y todo género de molestias, que arrostraba con la rar su reunion con aquel jefe al dar vista al enemigo, el hecho
esperanza do quo lo sirviesen de compensación los servicios es que fué alcanzado Ortafá por la brigada Ayerbe sin haber
que se proponía prestar á su príncipe. Acogido Maroto con podido retirarse á tiempo, y tuvo que aceptar un combate del
entusiasmi) (según votiere) por los cabecillas, quienes avisados que salió derrotada y dispersa la fuerza que conducía, que­
de su llegada lo esperaban en la frontera, no tardaron, añade, dando Ortafá y su hijo muertos en el campo y siendo muy
en lomarse en indiferencia y alejamiento la satisfacción y el considerable la pérdida que experimentó la columna.
respeto con que lo habían recibido. Apercibióse muy pronto En marcha pava reunirse ¡i los refuerzos que esperaba, pre­
Maroto de que el campo carlista so bailaba completamente sentáronse á Maroto los dispersos del desastre de San Quirse,
exhausto de, recursos, lo que grandemente influyó para quo y no quedándole mas gente que el batallón que había sacado
en cuanto los cabecillas cebaron do ver que el personaje en­ de Alpens, resolvió, según dice en sus Memorias, llevar á efec­
viado para mandarlos traía, en vez de dinero y armas que do to el propósito que tenia formado de dejar el peligroso mando,
su llegada habían esperado, exigencias de obediencia y disci­ aceptado bajo la fe de promesas que asegura no haberle sido
plina muy poco eoi ifon nos ;í sus hábitos, se mostrasen descon- cumplidas, toda vez que ni aun respuesta ¡llega haber obte­
1entes y poco dispuestos á secundar las miras de su nuevo nido á las reiteradas y urgentes reel ¡«naciones que liabia diri­
jefe. gido á don Juan Bautista Erro, ministro universal del Preten­
El estado d<¡ las facciones catalanas estaba lejos do ser diente.
brillante. La derrota y la muerte de Torres habían inferido á Decidido á abandon¡ir la desesperada empresa reunió Maroto
la causa carlista un sensible golpe. Xo sujetos los cabecillas á los jefes que se hallaron mas próximos, á los que manifestó
á una dirección superior, que por la confianza que Ics inspi­ su detenni nación de volver al lado de don Cárlos, no siendo
rasi- ó por medio de la fuerza de que dispusiera, recabase la compatible, les dijo, con su reputación de soldado, ser por inas
obediencia de todos ellos, permanecían diseminados, no que­ tiempo vidima dol engaño do promesas cuya falta de cum­
riendo tampoco alejarse mucho do los pueblos de cuyas exac­ plimiento no lo había permitid» atender á las necesidades
ciones vivían, brujo. Caballería, Tristauy, líos de Eróles, del ejército. Diólos en seguida instrucciones acerca de cómo,
lïurgvs y Masgorei. reunían en las cuatro provincias al pió de en su juicio, convenia que obrasen en beneficio de la causa
nueve mil hombres, fuerza la mitad de ella nominal pava el común, y di jando el mando al brigadier Royo atravesó el dia 5
combate, si bien efectiva para consumir, vejar y acrecentar la do octubre Ja frontera ou la que fué detenido por la policía
EDAD MODERNA *5
francesa y conducido á la cárcel pública de Per pi fian, en la liberales, Gurrea, Ni libó, Scbaslian, Osorio, Aspiroz, Montero,
<iue también ingresaron su ayudante y el intendente de ejér­ Ayerbe, Conrad y Bretón, obrando los primeros segnn sn
cito don Carlos Díaz de Labandero, llegados casi el mismo capricho ó por las inspiraciones del brigadier Boyo, y los se­
dia que Maroto. gundos moviéndose á impulso de órdenes de Mina, que en
Agrias fueron las comunicaciones que mediaron entre el medio de su dolencia y postrado en el lecho, que no debia
Cuartel Peal y su general dimisionario. Prohibióle don Carlos abandonar sino para bajar al sepulcro, no dejaba de comuni­
que regresase á España, mandando al mismo tiempo que se carlas á los jefes que operaban bajo los dictados de la pericia
formase sumaria sobre su mando en Cataluña, y puesto que y patriotismo de aquel célebre caudillo.
fue en libertad por los franceses, fijó el desterrado su residen­ Pero estaban contados los dias del Viriato navarro. Las
cia en Burdeos, permaneciendo en el territorio francés basta fatigas, los tormentos de espíritu, las lesiones orgánicas hijas
que con el cambio que años despues debía experimentar su pri­ de sus heridas, minaban dia por dia las agotadas fuerzas
vanza con el Pretendiente, volviese Maroto á recobrar el favor físicas del ilustre general, y el 21 de diciembre se extinguía
regio hasta el inulto de verse puesto en sil,uacion de ser el con su vida la honrosa carrera de una de las figuras mas
instrument o de que se valiera el destino propicio á España para simpáticas y populares que produjera la guerra de la Inde­
que el convenio de Vergara pusiese término á la guerra civil pendencia.
de los siete años. Al lauro de honrado patriotismo que en ella alcanzó, cau­
El juicio que, por lo demás, deba merecer de la historia sando incesantes pérdidas al invasor extranjero, supo Mina
el breve mando de Maroto en Cataluña, mas bien que en añadir el timbre de liberal consecuente, de hombre que jamás
hechos habrá de fundarse en apreciaciones, y estas varían decayó en su inquebrantable fe en pro de la causa popular.
según proceden del testimonio de los amigos ó del de los Fiel hasta el fanatismo á las tradiciones d d partido al qim
émulos de Maroto. Para los primeros fue la víctima sacrifica­ se había afiliado, los interesc-s de la peculiar agrupación (pie
da á las falaces promesas que se le hicieron al enviarle á Ca­ miraba como á su propia familia, constituyeron su religión
taluña, no menos que á la falta de consecuente apoyo que política, y pontífice y apóstol de la secta de la que jamás so
del príncipe y de sus consejeros necesitaba para dominar el separó, solo veja Mina amigos en los que pertenecían á su co­
espíritu díscolo y depredador de los cabecillas catalanes. Muy munión y siempre trató con prevención y alejamiento à los
por ol contrario los que niegan toda indulgencia á la difícil que no se cobijaban bajo la misma bandera.
posición que ocupó Maroto durante el corto tiempo que per­ Escrupulosamente probo, no igualaba á sn pureza su recti­
maneció en el antiguo Principado, lo denigran como estraté­ tud hacia los que llegaban á incurrir en su reprobación. Acha­
gico y como guerrero, y ele sus disposiciones en aquella des­ cábanlo haber tenido durante sus mandos militares, ciegos
afortunada campaña deducen, no sin fundamento, que á sus ejecutores de sus privadas venganzas, y aunque tal vez su­
faltas militares, como á Jas de o to clase que dependió de puestas algunas de ellas, creíase que otras se consumaron por
dielio general haber evitado, deben atribuirse los señalados y su orden. Mas si la pasión pudo cegar á Mina, el respeto de sí
no interrumpidos reveses que no cesó de experimentar; con­ mismo lo contuvo siempre, como supo dar de ello ejemplar
clusion que corrobora la circunstancia de no haber sido fa­ prueba en el deplorable asunto del fusilamiento de la madre,
vorable á Maroto el veredicto de su partido sobre su mando de Cabrera, aplicándose implícitamente la censura de un acto
en Cataluña, veredicto muy anterior á la época en la que los injustificable y cruel, que repudió en el mero hecho do presen­
fusilamientos de Estella y eJ convenio de Vergara desencade­ tar la dimisión do su elevado mando como digna respuesta al
naron contra el último general de don Cárlos el odio de aque­ vituperio de la opinion.
llos de sus partidarios que no aceptaron ol convenio y lian Aunque anteriora los sucesos de que venimos ocupándonos,
dejado trascurrir dilatados años antes de haber reconocido el sistema que nos liemos propuesto de agrupar los hechos
que las guerras eiriles de la índole do las que hemos experi­ por épocas y por regiones no nos permit«! dejar de hacer men­
mentado en España en lo que llevamos de siglo, virtual y táci­ ción del primer sitio puesto á Gandesa en la primavera de If-'M
tamente solo terminan merced á tratados formales ó á prác­ por las facciones reunidas de Cabrera, (.»idles, Torner y algunos
ticas conciliadoras, que no es posible dejar de amoldar á otros cabecillas, quienes encontraron la mas resuella y eficaz
transacciones que conexionen lo que fué con lo que es, lo pa­ resistencia por parto de los nacionales de dicha villa. Don
sado con lo presente, la tradición con el progreso, el saludable Martin Iriarte, comandante general de Gerona, acudió con la
maridaje del hecho y del derecho; trabajo perfectamente aná­ brigada de su mando en socorro de Gandesa, pero no le espe­
logo á la continuidad del cometido á cargo de las generacio­ ró Torner, abandonando los trabajos de asedio que tenia muy
nes que se suceden, completando cadauna su parte en la eter­ adelantados, sin haber por ello logrado arredrará los esforza­
na obra de la civilización universal. dos habitantes, los que sin distinción de clases ni de sexo die­
Resentida con Maroto la corto do Oñate, hizo gala de mos­ ron relevantes muestras do valor, habiéndose distinguido muy
trarse satisfecha de los servicios del sucesor que había ro- particularmente una varonil mujer, doña Luisa Bará, que
'•mplazado á aquel general en la jefatura de las facciones supo mostrarse digna émula do las amazonas cuyos nombres
catalanas, al paso que la retirada del dimisionario inspiró á hicieron célebres los dos inmortales sitios de Zaragoza por los
los jefes liberales confianza en que no tardarían en dar fin de franceses.
los carlistas en armas en el Principado. En la persuasión de Ahuyentado do Gandesa cayó Torner cual asoladora plaga
que el halago y la protección respecto á los pueblos liberales sobre los pueblos del corregimiento de Tortosa, imponiéndolos
debía caminar á la parque el rigor con los que eran afectos á tributos, apoderándose do ganados y de granos, y llevándose
los carlistas. Garrea entregó á las llamas á Pinós, cuyos habi­ numerosos rehenes de mujeres é hijas de nacionales, destina­
tantes habían, contra lo expresamente mandado, abandonado das á servirle de represalias de las familias de carlistas en ar­
sus hogares á la aproximación de nuestras columnas. mas que los liberales Ionian reducidas á prisión; tropelías que
Los hechos de armas que casi diariamente ocurrieron en los el mismo Torner repitió en Mora de Ebro y en Benisanot, de
meses de setiembre y octubre, aunque de interés para (il pú­ donde sacó dinero y se llevó no pequeño número de pudien­
blico que ansioso buscaba entonces en los periódicos las emo­ tes de ambos sexos.
ciones que despertaba la sangrienta lucha, no arrojaron resul­ El punto de depósito de los carlistas lo eran las fragosida­
tado cuya importancia merezca reservarles un lugar en la des de los montes de Beeeite á los que se dirigió triarle por
historia, pues todos se redujeron á encuentros, sorpresas, una marcha forzada nocturna que le «lió por resal rado sor­
persecuciones de columnas, amagos de sitio de puntos fortifica­ prender á los guardianes de los almacenes y hospital del ene­
dos y pérdidas recíprocas, con su perdurable acompañamiento migo y destruir por medio del incendio los víveres y efectos
do prisioneros fusilados y la alternativa de ventajas y de de que se apoderó y no pudo llevarse.
descalabros parciales, hechos en los que figuran como actores Durante los meses do mayo, jimio y julio continuaron por
por parte de los carlistas Tristany, Borges, Zom'lla, Llarch de las provincias de Cataluña y sus colindantes las correrías de
Copons, Ros do Eróles, Arbron, Caballería, Cortazar, Pcderon. los carlistas y su consiguiente persecución por las columnas,
Mallorca, Ibañez, Masgoret, y como caudillos de las columnas habiendo tenido lugar los encuentros mas ó menos sangrien-
182 H I S T O R I A DK KSPAÑA

tos, de Bcscroef contra oí Serrador, de don Martin Iriartc con hacían víctimas de odiosas represalias, solo porque tenían la
'l’orner y posteriormente con Cabrera on la marcha dol segun­ desgracia de simpatizar con los carlistas en armas.
do de Benicarló á Amposta, y del coronel Casanovas con el Mo llevaban los del Fajo Aragon la mejor parte en las vici­
Serrador en i¡urial, acciones que no presentaron otro carácter situdes de la feroz y desgraciada guerra civil que ensangren­
decisivo que el del encarnizamiento y obstinación con que se taba el suelo de la desgarrada patria. Ni lo numerosas que
peleaba de ima y otra parte. Cuando la superioridad numéri­ eran al comenzar el año 183G las partidas que obedecían á
ca esf uvo de parlo de los carlistas, compelían á los liberales Cabrera, ni la incansable actividad de aquel insigne guerri­
á ret irarse y quedaban dueños del campo, casi siempre á cos­ llero, liabian todavía alcanzado la organización y el predomi­
ta de sensibles pérdidas, las que á la vez experimentaban los nio á que llegaron dos años despues.
carlistas cuando sus contrarios reunían especiales ventajas ; Palarea, capitan general de Valencia, con su consumada ex­
para el combate, debidas al terreno, á la posesión de artillería periencia de la clase de guerra que se bacia y para la que lo
ó de caballería en mayor número ó á alguna sorpresa ó páni­ sirvió de escuela la que aquel patricio y sus compañeros sos­
co con que los favorecía la fortuna. ¡ tuvieron contra los ejércitos de Napoleon, tenia á raya en el
No lograban, sin embargo, los liberales que tan repetidos territorio de su mando al temerario é infatigable Cabrera y
combates refrenasen la movilidad de los carlistas, ni menos frustraba con éxito sus vehementes conatos de saquear las ri­
impidiesen la posesión en que se hallaban de exigir contribu­ cas poblaciones de la campiña valenciana. Las dos sucesivas
ciones, de cebar quintas y do ejercer pleno dominio en las derrotas que sufrieron las facciones en la daña y la Toga á
p o b l a c i o n e s situadas á las dos orillas elei Ebro. Gandesa y manos de Villapadierna y Buil agravaron, el desaliento en que
l'alsct se vciaii constantemente amenazadas y también lo es­ habían caido, síntoma al que trató Cabrera de poner remedio
um i Tortosa, siempre que las fuerzas que operaban on el ter­ provocando una reunion de los jefes de su partido á los que
ritorio dol corregimiento se alejaban de la ciudad para atender ' supo animar para que afrontasen la pasajera crisis, comuni­
¡1 otras comarcas. cando á todos ellos su levantado espíritu. Acordóse en su
Kl general Iviarte, celoso cultivador do amistosas relaciones ! consecuencia formar una division escogida que operase en el
con l¡i prensa liberal, no descuidaba ocasión alguna para que Maestrazgo, encargándose Cabrera de efectuarlo en las pro­
los mas insignificantes movimientos do las tropas de su man­ vincias de Valencia y Castellón, do las que se proponía sacar
do luvieson ante la opinion el reflejo de la asiduidad que abundantes recursos.
para explotar toda clase de aliados sabia emplear su jefe, Concibió también el proyecto do dar un golpe de mano que
quien por dicho medio consiguió que todos sus hechos de ar­ le hiciese dueño de Peñíscola, y no habiendo logrado realizar
mas adquiriesen una notoriedad que ha tenido acogida en su intento, pensó en un movimiento envolvente, á lo guerri­
historias serias y dignas de aprecio. A este inocente artificio llero, que debía en su juicio darle por resultado copar una
de amor propio os do atribuir la importancia quo se ha dado columna liberal que pernoctaba en el pueblo de Torrecilla.
á las operaciones de aquel general en la provincia de Turra- ■ A efecto de asegurar el éxito de su plan, expidió Cabrera
goma, cuyo mando obtuvo al cesar en el de la de Gerona; he­ órdenes al jefe de su caballería Añon para que se le reuniese
chos que sin embargo no pasaron de dos encuentros, uno en en punto que le señaló. Pero la comunicación confiada al
Month bmuh y otro en Espluga de Francolí, en el primero de alcalde de Valdcalgorza fué por esto enviada á Nogueras,
los cuales fue aprehendido y seguidamente fusilado el cabe­ hecho que al siguiente dia llegó á conocimiento del jefe car­
cilla tliian ¡¡»andró. lista por la interceptación del parte que al liberal daba el
Debido á la traición de un oficial del destacamento de Mas- alcalde.
üoivns, cayó aquel punto en poder del jefe carlistalbafi.cz, á No necesitaba de otras pruebas el hombre implacable que
cuyas lilas so unieron los 80 soldados hechos prisioneros. El habia hecho del terror el arma favorita empleada para que los
fuerte, fué entregado alas llamas y destruido, ocasionando su pueblos que no le eran afectos le rindiesen sumisos servicios
pérdida la interrupción del servicio de correos, cuya protec­ tan puntuales como los que recibía de sus partidarios. Tenían
ción era el principal objeto con que se estableció aquel desta­ los alcaldes impuesta pena de la vida por los jefes de ambos
camento. bandos si daban parte de los movimientos desús columnas al
Jai verdaderamente triste y desconsolador que por aquel enemigo, é igual pena estaban sentenciados á sufrir los quo
í ¡ompo ofrecía la guerra en aquella zona, abierta al continuo dieran el menor indicio de los movimientos del beligerante
paso tic columnas liberales y carlistas, lo era que igual triste en cuyo daño resultasen las revelaciones de los mismos comu­
suerte cabia á las poblaciones alternativamente invadidas por nicantes.
los beligerantes. Mo habia para aquellos infelices labriegos y Los alcaldes de Valdealgorza y Torrecilla no habían hecho
artesanos ni reposo, ni propiedad, ni vida á salvo; tenían que mas que ceder á la dura ley de la necesidad. Pero era de
pagar doble y recargada contribución á los exactores de uno tanto aprecio para Nogueras que hubiese alcaldes que cum­
y otro bando, lus que del mismo modo apremiaban por el. pliesen con sus órdenes, corno para Cabrera que solo prestasen
lingo integro do los cupos correspondientes á los sistemas tri­ obediencia á las suyas, y en su voluntad de hierro, determinó
butarios exigibles con arreglo al régimen administrativo de el último que la vida de los dos alcaldes sirviese de ejemplo
los dos gobiernos. á los pueblos, de que allí donde su brazo alcanzase, su ley era
Además de las contribuciones ordinarias debían los pueblos la única que debia imperar.
satisfacer el recargo de las extraordinarias, tenían que obede­ Tíos dos alcaldes fueron fusilados el dia 6 de febrero, hecho
cer las encontradas órdenes de los jefes de unas y otras co­ que tuvo ruidoso y horripilante eco en el país, irritando so­
lumnas, órdenes á cuya falta de puntual cumplimiento iba bremanera á Nogueras que veta con él cerrársele la puerta
anexa la pena de muerte, y como ambos bandos la imponían para que las justicias de los pueblos acatasen lo dispuesto en
á los (pie ejecutasen las de sus contrarios, los desdichados al­ sus bandos, y ciego aquel bizarro soldado por el des pe dio oca-
caldes ó vecinos quo tenían la desgracia de recibirlas, se ha­ sionádolc por la indómita energía de su contrario, ofuscado por
llaban igualmente condenados al último suplicio, si obedecían i la atmósfera de sangre, de odio, de fria y sistemática crueldad
como si dejaban do obedecer. ¡ que en los dos campos reinaba, quiso que su propia atrocidad su­
No ora ele atribuir exclusivamente á los carlistas el angus­ purase á la del mismo Cabrera, y cediendo á impulsos apenas
tioso estado á que los pueblos so vieron reducidos, si bien es concebibles en un país culto, resolvió que la sangre de una
cierto que á ellos cubia la mas señalada parte en las atrocidades pobre mujer, de una anciana, de la madre de Cabrera, fuese la
queso cometían. A veces'también, aunque no tan frecuente­ respuesta que la cólera del jefe liberal enviase al reto lanzado
mente, habia (pie imputar á los jefes liberales arbitrariedades por el jefe carlista, y poniendo por obra su inhumano pensa­
y atropellos, á los que, principalmente en punto á sevicias miento, lo consultó con su superior jerárquico el general Mina,
personales, se entregaban con pasión y saña los nacionales y quien, como queda consignado en el capítulo II del libro IV,
sus deudos, exasperados contra los autores de agravios y de tuvo la debilidad harto depresiva para su gloria de autorizar
pérdidas inlerídoles y que hacían pagar muy caro á sus con­ la consumación de un acto que además de lo salvaje y cruel
vecinos do contraria opinion, inocentes de los hechos que los que era cu sí, participaba de todas las circunstancias que
E D A D MODERNA 1S:i
caracterizan ol asesinato, el villano y cobarde-uso do la fuerza En ejecución del atroz bando por medio del cual respondió
empleada en el frenesí hijo do la impotencia de abatir el or­ Cabrera al asesinato do sn madre y (pie ya conocen nuestros
gullo do un enemigo, al que no se daba cuartel., al mismo lectores por bailarse inserto en el capítulo il del libro IV,
tiempo que era provocado ¡i los horrores que cometia, fueron pasadas por las armas en Yaldorobles, la esposa del
No hemos podido excusar de ocuparnos de nuevo del trá­
gico suceso que tanto influyó en la cuida de Mendizabal y en d e m u e r t e e n c o n c e p t o d e r e p re sa lia , e n v e n g a n z a d e l f u s i l a m i e n t o d o l o s
el descrédito de su partido, repetición la en que incurrimos, a lc a ld e s y c o m o m e d io q u e c o n c e p tu ó in fre n a rla - la in h u m a n id a d d e C a ­
que suficientemente explica lo que acerca del asunto queda b re ra .
En obedecimiento á lo mandado por Nogueras, el gobernador de Tor­
dicho en cl ailles citado capítulo. tosa comunicó á dicho jefe que, aprobada como lo habió sido la propues­
Mas habiendo lo que en él se expuso sido ajeno á la histo­ ta por el Capitan general del distrito, al siguiente dia seria ejecutada la
ria de los hechos relativos á la campaña en las provincias del madre del caudillo carlista.
liste, hechos de los que precisamente arranca el lamentable Tampoco el gobernador (pie se asocia á la resolución de sus superiores
episodio que ennegreció ios anales patrios, fuerza era no pasar y en cierta manera procura motivarla, se refiere á la. causa de conspira­
por alto y sin particular mención, el suceso que dió origen al ción como es de suponer lo hubiese hecho si para ello existiese el menor
borrón que la crítica extranjera ha hecho reflejar sobre el ca­ pretexto, ni menos aludo á hecho alguno que pueda servir de. indicio de
que la condenada á morir hubiese cometido el delito de conspiración, ni
rácter y las costumbres de nuestro país. de connivencia con el enemigo, lié aquí el tenor do la contestación dada
Por última voz y á pesar nuestro tornamos á ocuparnos del por el gobernador de Tortosa á Nogueras y la adición eon que aquel la
deplorable suceso, pero vínicamente será con objeto de de­ acompaña, al circular á las justicias de los pueblos la noticia de haber­
jar coleccionados los documentos que justifican la repudia­ se consumado el sacrificio de la inocente mujer.
ción que la inicua muerto dada á doña. María Orinó tan solo « G o b ie rn o m ilita r y p o lític o d e T o r to s a y s u c o r r e g im ie n to .— 1 n n ie -
por ser madre de Cabrera, arrancó á las almas generosas que d i a t a m e n t o q u e r e c i b í e l o f i c i o d e V . >S . d e 8 d e l a c t u a l , l o t r a s l a d é a l
en el parlamento y en la prensa de la hidalga nación españo­ E x o rn o . S r. C a p ita li g e n e ra l d o e s te e jé rc ito y re in o p o rq u e n o m e c re í fa ­
la protestaron contra aquel hecho injustificable, contraprodu­ c u lta d o p a r a h a c e r e x p ia r á la m a d r e d e l c a b e c illa C a b r e r a la s a t ro c id a ­
d e s c o m e tid a s p o r s u h ijo ; p e ro a h o r a q u e s o n la s s e is d e la n o c h e re c ib o
cente y menguado (1). e l c o r r e o d e C a t a lu ñ a c o n u n o fic io c e r r a d o d e S . E . p a r a Y . S . q u e in ­
c lu y o , y o tr o p a v a m í, e n e l q u e s e s ir v e d e c ir m e q u e s u c u m p la n lo s líe ­
( I ) D ocum entos ju s tific a tiv o s d e no lath er h a b id o fu n d a m e n to le g a l n i p r o ­ s e o s d e V . S . E n s u v i r t u d , m a ñ a n a á l a s d i e z d e e l l a s c r i i f u s i l a d a l a
ced id o d e a tu s a ju d ic ia lm e n te s u s ta n c ia d a , p a ra- e l fu s ila m ie n to d e la m a d re d e l c ru e l C a b re ra y p re s a s la s tr e s h e rm a n a s e s ta n o c h e , n o o b s ­
m a d re d e don, l la m ó n C a b re ra . ta n te d e s e r c a s a d a s d o s c o n g u a rd ia s n a c io n a le s m a rin o s d e e s ta ; a s e g u ­
r a n d o á V . S . q u e c a p t u r a r é á lo s p a r i e n t e s m a s in m e d ia to s tic lo s d e m á s
E l g r ito ile in d ig n a c ió n q u e e n lo s g e n e r o s o s ]> e c h o s d e lo s m a s a c e n ­ c a b e c illa s y ti tu la d o s o f ic ia le s , á f in d e e n f r e n a r á lo s b á r b a r o s , p o n ié n ­
d ra d o s lib e r a le s . p r o d u jo ln a p e n a s c r e íb le n u e v a d u i f u s ila m ie n to d e la d o le s tu s a á s u s d e m a s ía s . L a e je c u c ió n s e r á c u e l fo s o d e la b a r b a c a n a
in a d ro d e C a b r e r a , e je c u ta d o p o r o r d e n d e l b r ig a d ie r N o g u e r a s a p r o b a d a c o m o p u n to p ú b lic o e u e l c u a l so f u s ila á to d o s lo s q u e lo m e re c e n , y
p e r e l c a p i t a n g e n e r a l d e l e j é r c i t o y P r i n c i p a d o d o C a t a l u ñ a d o n F r a n c i s ­ l o c i r c u l a r é á l o s p u e b l o s e le e s t e d i s t r i t o p a r a c o n o c i m i e n t o d e s u s h a ­
co E s p o z y M i n a , a q u e l g r i t o q u e a r r a n c ó d e l p u n d o n o r d e e s t e e s c l a r e c i ­ b i t a n t e s y t e r r o r d e c u a n t o s m a l v a d o s a t e n t e n c o n t r a l a v i d a d e l o s l é a ­
d o p a t r ic i o l a h id a lg a r e s o lu c ió n d e d i m i t i r s u e le v a d o c a r g o , p o r n o s e r lo s . D io s g u a r d e á V . S . m u c h o s a ñ o s .— T o r t o s a 1 5 d e f e b r e r o 1 8 3 8 .—
p o s i b l e , d i j o a l r e n u n c i a r l o , c o n t i n u a r m a n d a n d o c o n t r a e l vered icto d e A ».ionio (¡ a s p a r B la n c o , — S e ñ o r »
la o p in io n p ú b li c a , t r a t a r o n lo s a m ig o s d e l g e n e r a l d e n e u t r a l i z a r l o , a l Pero todavía deja mas sin réplica la demostración de que María Crinó
m i s m o t i e m p o q u e d o j u s t i f i c a r e l a c t o a t r o z c u y a r e s p o n s a b i l i d a d n o no pudo delinquir, la especie de circular con que acompañó Nogueras, á
i ', u d i a e l m i s m o i n t e r e s a d o , e n e l m e r o h e c h o d e h a b e r s e a p l i c a d o l a las justicias de los pueblos, la comunicación del acto cruento del que
p e n a d e p o n i e n d o l a a l t a a u t o r i d a d d e q u e s e b a i l a b a r e v e s t i d o ; a q u e l l a lejos de disculparse hacia gala, cegándole la pasión hasta el extremo de
i m p o s i b l e j u s t i f i c a c i ó n s e p r o p u s o A r g u e l l e s f u n d a r l a a n t e e l P a r l a m e n t o , presentar como lícita y necesaria la violación do todas las reglas de la
. l l e g a n d o q u e l a m a d r e d e C a b r e r a e s t a b a c o m p l i c a d a e n u n a c o n s p i r a ­ humanidad y do la justicia
c i ó n t r a m a d a e n T o r t o s a p a r a e n t r e g a r l a p l a z a ¡1 l o s c a r l i s t a s . «Lo que hago saber, decia Nogueras, alas justicias para que lo publi­
El único, no ya fundamento, sino pretexto vano, aducido para estable­ quen en los términos acostumbrados á fin de que queden cerciorados to­
cer la existencia ele la invocada cansa de conspiración, lo fuá Ja revela­ dos los habitantes de este país do que el bárbaro Cabrera ha sido la causa
ción que se dice haber sido hecha cu Soria por el desertor Francisco de la muerte de su madre, y lo será de sus hermanas si sigue con sus
Puyo, quien declaró haber tenido conocimiento de que varios vecinos de atrocidades, corno igualmente de todas las mujeres, padres y madres de
Tortosa maquinaban la entrega de la ciudad; pero el déchirante no nom­ los cabecillas que por su desgracia están á sus órdenes y que tengo pre­
bró, ni remotamente aludió á la persona de María Crinó; y como poste­ sas y seguiré prendiendo para mandar fusilar cinco por cada uno que él
riormente ií dicha declaración en ninguna parte aparece la menor refe­ fusiló.—Calacoite 2 0 do febrero de 1 8 3 8 . — A g u s tín ¡Yugueras . »
rencia á la causa en la que se pretendió hallarse complicada la madre do Completa la serie de auténticos é irrefragables documentos que no de­
Cabrera, no tiene agarradero la invención sacada á relucir à 'posteriori jan la menor duda acerca de que ni Nogueras ni Mina I. urie ron r a s tr o s i -
para disculpar un acto palpablemente arbitrario. t/ttie ra p o r d o n d e sospech ar <¡ue la m a d r e d e C a brera fu e se p a rtícip e , en los
A d e m á s y e s t o d i s p e n s a d o J a n e c e s i d a d d e o t r a p r u e b a a l g u n a ; b a s t a p la n e s d e los pia rtid a .rin s d e su h ijo , el texto oficial de la aprobación dada
t e n e r p r e s e n t e q u e e l f u s i l a m i e n t o d e l o s a l c a l d e s d e Y a l d e a l g o r f a y T o r ­ por Mina á la propuesta (le fusilamiento en el concepto de represalia.
r e c i l l a s e e j e c u t ó p o r o r d e n d o C a b r e r a e l d i a (5 y q u e e l 8 d e l m i s m o C a o p o r c o n s ig u ie n te p o r tie r r a e n v is ta d e ta n irre c u s a b le s te s tim o n io s
m e s e x p e d ia N o g u e r a s e l s ig u ie n te o fic io a l g o b e r n a d o r d o T o r to s a : e l a s e rto d e l to d o im a g in a rio d e la e x is te n c ia d e u n a c a u s a ju d ic ia l c u la
« E l s a n g u in a r io C a b r e r a f u s iló a n te s d e a y e r e n la F r e s n e d a ú lo s a l­ q u e r e s u lta s e c o m p lic a d a la p e r s o n a d e M a r ía G r iu ó , y le jo s d e h a b e r r e n ­
c a ld e s d e T o r r e c illa y Y a ld e a lg o r f a p o r h a b e r c u m p lid o c o n s u d e b e r. E l d id o u n s e rv ic io á la r e p u ta c ió n d e M in a r e c u r r ie n d o á u n a m e n tir a p u ra
b á r b a r o T o n i e r « lie» p a l o s d e m u e r t e á u n p a i s a n o q u e c o n d u c í a u n p l i e ­ ju s tif ic a r lo , s u s o fic io s o s p a n e g ir is ta s s o m o s tr a r o n m e n o s b ie n in s p ir a ­
g o , c u y o s h o r r ib le s a te n ta d o s lia n a m e d r e n ta d o á la s ju s tic ia s e n té r m i­ d o s q u e lo e s tu v o e l e s c la r e c id o g e n e r a l, q u ie n a l p r e s e n t a r s u d im is ió n
n o s q u e n u e s tra s tro p a s c a re c e rá n d e a v iso s y s u m in is tro s si n o s e p o n o r e c o n o c ió la f a l ta c o m e tid a y r in d i ó tr i b u to a l fa llo d e la o p in io n p ú ­
ta s a á e s ta s d e m a s ía s ; y e n s u c o n s e c u e n c ia ru e g o á V . E p o r e l b ie n b lic a .
q u e h a d e r e s u lta r a l s e rv ic io d e la R e in a n u e s tr a s e ñ o ra , m a n d e fu s ila r « C a p ita n ía g e n e ra l d e l e jé rc ito y P r in c ip a d o d e C a ta lu ñ a .— E s ta d o
á la m a d re d e l re b e ld e C a b r e r a d á n d o le p u b lic id a d e n to d o e l d is tr ito , m a y o r . S e c c ió n 3 .a E l e s c r i t o d u p l i c a d o d e Y . S d e l 8 d e l a c t u a l q u e
p re n d ie n d o a d e m á s á s u s h e rm a n o s ó h e r m a n a s p a r a q u e s u fra n ig u a l a e a lio d e r e c ib ir m e e n t e r a d e lo s a te n ta d o s c o m e tid o s p o r e l s a n g u in a ­
s u e r te s i é l s ig u e a s e s in a n d o in o c e n te s . R u e g o á V . E . ig u a lm e n te ) q u e rio C a b re ra ; y d e s e a n d o q u e u n ju s to s is te m a d e re p re s a lia s re fre n e s u s
m a n d e p r e n d e r p a r a q u e s ir v a n d e re líe n o s , á to d a s la s f a m ilia s d e lo s e x c e s o s , p re v e n g o c o n e s ta fe c h a a l g o b e r n a d o r d e T o r to s a lo c o n v e n ie n ­
c a b e c illa s y titu la d o s o fic ia le s q u e e x is ta n e n e s e c o r r e g im ie n to . L o q u e t e p a r a (p ie c u m p la s u s ju s to s d e s e o s , a l p a s o q u e m e p a re c e o p o r tu n o in ­
te n g o e l h o n o r d e m a n if e s ta r á V . E . r o g á n d o le s e d ig n e m a n d a r a l g o ­ d ic a r á V . S q u e s o n d e m a s e je m p lo y tr a s c e n d e n c ia lo s c a s tig o s e f e c ­
b e r n a d o r d e T o r to s a q u e lle v e á e le c to la m u e r te d e la m a d r e d e l s a n ­ tu a d o s e n e l m is m o p u n to e n q u e s e r e a liz a r o n lo s e x c e s o s , y s i e s d a b le
g u in a r io C a b r e r a c u c a s o d o q u e n o lo h u b ie s e v e rific a d o . L o q u e c o m u ­ m i e n t r a s h u m e e n l a s v í c t i m a s i n m o l a d a s , p a r a q u e lo s a n g r o d e l o s s u s o ­
n ic o á V . E . p a r a q u e lo h a g a s a b e r p o r v e r e d a á to d o s lo s p u e b lo s d e l d ic h a s a p la q u e lo s in a n e s d e la s q u e p e r e c ie r o n c o n lim io r s ie n d o v íc ti­
c o rre g im ie n to , d e b ie n d o V . E . m a n d a r fu s ila r á la s m u je re s , p a d re s ó m a s d e la p a tr ia . D io s g u a r d e á V . S . m u c h o s a ñ o s .— llo r c c lo n a 1 3 d o
m a d re s d e lo s c a b e c illa s d e A ra g o n q u e c o m e ta n ig u a le s a te n ta d o s q u e f e b r e r o d o 1 8 3 8 . —F . E sp o z g M in a .— M b r i g a d i e r d o n A g u s t í n N o g u e r a s . »
Al hacer uso de los documentos que preceden nos cumple llenar un de­
e l f e r o z C a b r e r a . — C a l a c o i t e 8 d e f e b r e r o d e 1 8 3 8 . — A g u s tín N ogu eras.'»
Como claramente aparece del tenor de este importante docuuieuto, no ber do equidad y reconocimiento dejando consignado que la reunion do
baco en él la autoridad de cuya iniciativa partió la orden de la ejecución d a t o s t a n a u t é n t i c o s y d e t a n a l t o í n t e r e s h i s t é r i c o e s d e b i d a á l a d i l i ­
fulminada contra la madre de Cabrera, la menor alusión á hecho alguno g e n c i a d e l s e ñ o r d o n A n t o n i o P i r u l a , q u o l o s r e c o p i l a e n s u H is to r ia d e
imputable á la infeliz mujer. Decretó Nogueras que so le aplicase la pena l a G u e r ra civil.
T omo YI 25
1*1 Il IKTOl l I A D E E S P A Ñ A

coronel Fonti v itos y otras tros soñoras, doña Cinta Fox, doña Kl resultado de la jornada de Chiva reanimó el espíritu do
Mariana Guardia y doña Francisca IJrqnizu, que retenia Ca­ los pueblos adictos á la causa liberal, en circunstancias que
brera en su cuartel general en clase de relíenos, á las que es hacia bastante críticas el saqueo que acababa de experimen­
lama que tralalia con cortesía, y agasajo en la esperanza de tar la rica comarca que baña el Turia, de la que además de
conseguir el canje por su madre y hermanas, presas en Torto­ recursos sacó Cabrera no pocos reclutas, cuyo mando confió á
sa. A. este apetecible canje se hallaba propicio Palarea, y es don Miguel Sancho, mas conocido por el nombre de el frailo
verosímil que se hubiese efectuado y sido el principio de que de Esperanza,
la guerra adquiriese en aquella zuna déla Península el carác­ De Cherta marchó el jefe carlista con el grueso de su gente
ter de beligerancia que á la del Morte había dado el convenio á reunirse con Quilos en Aragon, donde dispuso que, reunido
de boni Klliot, á no haber el funesto incidente délos alcaldes este al Organista y al Itoy.o de Nogucrlíelas, se dirigieran á
de Valdcalgorzu y Torrecilla intervenido en daño de estipula­ Mora de Ebro.
ciones reclamadas por el derecho de gentes. Llegados que fueron al frente de la población, intimáronla
Kl lúgubre y acusador cuadro que presentan los hechos re­ rendición á sus defensores, propuesta bizarramente rechazada,
lacionados con la muerte do la madre de Cabrera, daria lugar invocando la memoria de los nacionales sacrificados en Chiva.
á un episodio histórico de dramático interés, no menos que á Empeñóse Q.uiles en reducir á los do Mora formalizando el
un interesante estudio del enconado espíritu y feroces cos­ asedio, pero tuvo que abandonar su intento habiendo sido
tumbres que engendró la guerra civil, si no pusiese límites al llamado por Cabrera para operar contra la villa de San Mateo,
estímulo literario á que el asunto se presta, la obligación en en la que lograron los carlistas penetrar por el derribo de
que oslamos ;le narrar en limitado espacio tantos y tan iin- las tapias, contratiempo que no bastó para hacer decaer el
porluntcs sucesos como los que forman la historia dû la mi­ ánimo do los nacionales, que intrépidos y resueltos, arrojaron
nería de la lirina doña Isabel. del pueblo á los agresores, viéndose estos obligados á retirar­
Dispénsanos también do entrar do nuevo en el. asunto y do se, dejando tendidos en las calles setenta y tros de los suyos,
hacemos cargo de pormenores que han lijado la atención de y en poder de los nacionales diez y nueve prisioneros. En
varios autores contemporáneos, la consideración do haber ex­ aquellos mismos dias logró otro triunfo sobre los carlistas el
puesto lo mas esencial del cruento hecho, acompañado de comandante de armas de Benicarló. Noticioso de que vagaban
esclarecimientos y de datos que hasta el presente habían per­ por las cercanías cien infantes y un destacamento do lanceros
manecido inéditos, datos que completa y enriquece el suma­ de la columna del Serrador, cavgados de considerable botin,
rio de interesantes documentos quii hallarán los lectores fruto de sus recientes correrías, logró el de Benicarló alcan­
reunidos entre los de referencia, insertos como nota del pre­ zarlos, y sorprendidos y embarazados por el convoy de acémi­
sente capítulo. las y de carros que custodiaban, hicieron los carlistas una
Consumado que hubo Cabrera los sangrientos holocaustos débil defensa, buscando su salvación en. la huida y dejando
con los que (piiso saciar la venganza encendida en su duro en manos de los liberales cantidad do armas y todo el convoy.
]lecho por la provocación hecha á su congenial ferocidad, re­ Interin en los confinos de Valencia reportaban los liberales
solvió á mediados de marzo reasumir sus expediciones y cor­ las antedichas pequeñas ventajas, era apurada y triste la si­
rerías. tuación de sus armas en la parto de Aragon situada al sur del
Dirigióse primevo á I-I¡jar y de allí á Albalate, en cuya co­ Ebro. El general Rotten no podia moverse de Alcañiz por falta
marca se tiroteó sin resultado notable de una ni otra parte, de refuerzos quo sin cesai' y con empeño pedia al gobierno.
con la columna liberal mandada por Clmrruca. Kl 2(5 se pre­ El jefe mas temido por los carlistas, que lo era Nogueras,
sentó en Rühmlos desde donde rápidamente corrióse al llano hallábase sin mando y procesado con motivo del sumario que
de Valencia, cuyas ricas poblaciones puso á contribución, ha­ se le formó de resultas del fusilamiento do la madre de Ca­
ciendo en ellas amplia cosecha de dinero, víveres y caballos. brera.
Kl 20 penetraba por estratagema y sorpresa en la opulenta No era mas satisfactoria la situación en que se hallaba el
villa de bina, situada á cnal.ro leguas de Valencia. Los nacio­ Capitan general de Aragon, cuyo territorio se veia expuesto
nales de la primera de dichas poblaciones regaron sus callos á simultáneas invasiones, que desde Valencia, el Maestrazgo
cmi abundante sangre, llevándose además Cabrera 21 prisio­ y Cataluña traían sin cesar columnas enemigas á las provin­
neros que inhumanamente fusiló en Chiva, juntamente con cias do Zaragoza y de 'Teruel. El estado mayor de la capitanía
varios nacionales de este último pueble y del de Clieste, cruel­ general de Aragon había señalado la importancia de fortificar
dad que exasperó á las mujeres de las víctimas en términos, á Cant,avieja, de cuyo proyecto informado Cabrera, tuvo la
(pie á la llegada de las tropas d é la Reina, las madres, las inspiración de dirigirse en persona á reconocer la localidad,
hermanas y las hijas dé los inmolados requirieron armas y la que juzgó tan ventajosamente situada como punto de de­
querían salir con la tropa en persecución do los verdugos do pósito y base de operaciones, que incontinenti decidió anti­
sus deudos. ciparse á los liberales, fortificando el punto y haciendo de él
líu medio de la fructífera correría, detúvose Cabrera en su cuartel general. Con la febril actividad que caracterizaba
lUiiiol, obligado á guardar cama por efecto do una fuerte ca­ al jefe carlista, reunió trabajadores, acopió materiales, dispuso
lentura. Ku aquel estado lo llegó la noticia de la aproximación fuerzas que protegíanlos trabajos, dirigió en persona las obras
de i ’alaiva. Mu vaciló el jefe carlista en vestirse y montar á que en breves (lias vió terminadas, y llenado su objeto mar­
caballo, dudoso todavía, sin embargo.de si aguardaría al ene­ chó á Cenia donde encontró fuerzas suficientes para invadir
migo ó reliuiria el encuentro, según la calidad de las tropas de nuevo la ribera do Valencia, poniendo el colmo á la buena
que condujese. Informado que llegó á estar do que se compo­ suerte que en aquellos dias tuvieron los movimientos del
nían en gran liarte de nacionales de Valencia, no dudó en caudillo carlista, la circunstancia de poder aprovecharse para
esperarlos, concibiendo halagüeñas esperanzas de fácil triun­ engrosar su hueste de los fugitivos que de resultas de la der­
fo. L’ero el enemigo que se resolvió á afrontar era un veterano rota de Tornei- por la columna al mando de M arte, se le pre­
do la guerra de la Independencia, era don Juan Palarea, por sentaron en gran número.
otro nombre el Medico, protesimi que abandonó en INos para Hallándose en Ruhielos el 17 de marzo supo Cabrera por
empuñar las armas en defensa de la Imura y de la indepen­ sus espías que en el pueblo de Alcofas pernoctaba un desta­
dencia de su patria. camento del regimiento de Ceuta; marchó en su busca y
Majo el mando de aquel ¡efe tan bizarro como experto, los (liólo alcance cuando ya había salido del pueblo. Atacada
nacionales se condujeron como aguerridos soldados, y aunque la partida en campo raso procuró defenderse ganando una
Cabrera desplegó todo el lleno do su pericia guerrillera y de eminencia, pero la falta de municiones la obligó á rendirse
su fecunda inventiva, y aunque su gente se condujo con bajo la fe de una capitulación verbal, inicuamente violada
valor, el jefe liberal logró desalojar á los carlistas do las fuer­ por Cabrera, quien bajo el fútil pretexto de que aquellos
tes posiciones que habían ido sucesivamente ocupando y de soldados habían celebrado burlescamente su entierro y pro­
las que acabaron por ser dispersados con considerables pérdi­ fanado las imágenes de la iglesia del pueblo, mandó desapia­
das de l i n i e r i os y heridos. dadamente fusilar á los ciento cuarenta y cinco prisioneros
EDA D MODERNA 185
inocentes de la supuesta profanación, hecho que aun en el fian Miguel y las órdenes del gobierno distrajeron á la bri­
caso de que lo hubiesen efectuado, jamás podrá justificar la gada del servicio de carácter político que principalmente
fría crueldad que dictó aquella inicua matanza. Y contraste motivaba su presencia en Aragon y la llevaron á tomai- una
singular que ofrece el carácter de aquel hombre extraordina­ parto esencial en las operaciones contra las facciones. La mar­
rio; al siguiente dia de la atroz carnicería ejecutada en Aleo- cialidad, la disciplina, el buen porte do los 1res mil infantes
tas, dio Cabrera una orden general, en la que vituperando los que condujo Narvaez al centro, ofrecieron el espectáculo,
excesos y depredaciones cometidos por individuos de su hues­ bastante nuevo en una época de desorden y de anarquía,
te, decia que para evitar que en lo sucesivo se repitiesen, que del paisanaje de los grandes centros de población ha­
ordenaba que todo individuo de su ejército, cualquiera que . bían cundido é infiltrádoso en el ejército, de que aquella
fuese su rango, á quien se probase haber robado por valor de fuerza se rigiese con todo el vigor de la admirada ordenanza
anatro realen para arriba, seria pasado por las armas, sin (le Carlos III y no diese el menor signo de flojedad ni de licen­
darle mas tiempo que el absolutamente preciso para recibir cia á pesar do hallarse en inmediato contacto con batallones
los auxilios espirituales. desmoralizados y poblaciones que soliviantaban á la tropa en
No tardó en presentarse la ocasión de aplicar aquella severa contra del gobierno. Una voz reforzado el general Montes con
orden sin consideración al individuo que había hecho cabeza los elementos que el gabinete Isturiz ponia á su disposición,
en el saqueo de una casa. Era sargento el culpable, y al tiem­ se preparaba á marchar sobre Cantavit ja , cuartel general do
po de sufrir la pena al frente de la division, exclamó Cabrera Cabrera y arsenal de guerra en que el temible partidario había
enalta voz: «Voluntarios: hace pocos días condecoró á este logrado establecer una fundición de cañones.
desgraciado con la cruz de San Fernando, porque era un va­ Desalojar á Cabrera de su plaza de armas é impedir que so
liente: hoy se le fusila por ladrón. Aprended y escarmentad.» apoderase de Morelia que bloqueaban estrechamente las par­
El jefe que asi obraba y pretendía ser solo el que usase del tidas carlistas, era el preferente objet,o de Montos, y se dispo­
derecho de disponer de la vida y hacienda de sus semejantes, nía á efectuarlo, cuando el alzamiento de las provincias de
saqueaba en aquellos mismos (lias sin miramiento alguno los Andalucía, los asesinatos de las autoridades «le Málaga y las
pueblos de Torrcalta, Torrebaja, Ademus, Talayuelas, Sinar­ insurrecciones do Valencia, de Cartagena y Extremadura co­
cas y otros puntos, con cuyos despojos se encaminó á Canta- ronadas por la asonada militar de la Granja, arrast raron á las
vieja, llevando al abrigo de sus muros sus enfermos y heridos, tropas estacionadas en Aragon á darse á pronunciamientos
hasta entonces diseminados en caseríos y cuevas. Ocupóse mas que á perseguir al enemigo, y vióso el general Montes
Cabrera sin perder dia en mejorar las fortificaciones de la abandonado y desobedecido por las brigadas mandadas pol­
plaza que iba á ser su capital, y en la que estableció oficinas, los generales Soria y marqués de Vili acampo, y fué á buscar
imprenta y una fundición. y halló refugio, como anteriormente hemos tenido ocasión de
Focos dias despues, el 11 de mayo, instituía en Bceeite una observar, en la brigada de vanguardia que estacionaba en la
junta auxiliar encargada do la repartición y cobro de las con­ Puebla, donde fué recibido Montes con los honores y el res­
tribuciones y de la administración económica del territorio peto debidos al general en jefe. Solo horas continuó siéndolo,
que dominaba. pues en vista de la defección (le San Miguel que en Zaragoza
No tanto por la importancia que en sí tuvieron los movi­ se había pronunciado y del suceso de la Granja, (lió Montes
mientos de los carlistas y los de las columnas empleadas en su dimisión, siendo reemplazado por el antedicho general, á
su persecución en las provincias del Este, como cediendo á la cuyo cargo quedaron desdo el mes do agosto las operaciones
consideración de no ser lícito al historiador guardar silencio del Centro.
sobre sucesos que fijaron la atención de las generaciones que Narvaez, que había tenido á raya á Quilos é impedido que
asistieron al palpitante drama de la segunda de nuestras la expedición de don Basilio, que procedente de las provin­
guerras civiles en el presente siglo, tenernos que retroceder á cias Vascongadas invadió á Castilla, hiciese mayores pro­
fecha algo anterior á la del cambio político narrado en los ca­ gresos, se hallaba á las manos con la facción del Organista,
pítulos 1 y II del libro anterior. cuando le llegó una real orden del recien instalado gabinete
El dominio de Cabrera iba progresivamente consolidándose presidido por Calatrava, por la que sole proscribía que inme­
en el Maestrazgo, presentándose sus columnas delante de las diatamente se pusiese en marcha para Castilla la Nueva,
capitales de provincia y desafiando á sus guarniciones. Toma­ amenazada por Gomez, que en aquellos dias paseaba de pro­
ban puntos fortificados que incendiaban ó inutilizaban, pa­ vincia en provincia la bandera del Pretendiente. Narvaez,
seándose, si no del todo impunemente porque no siempre que cuando la pasión no le enajenaba, como no tardó en
podían eludir el encuentro de las fuerzas liberales, continua­ acontecer con ocasión de sus desavenencias con el ministro
mente y con holgura por el territorio de las provincias de de la Guerra Rodriguez Vera, era un gran disciplinisi,a, detuvo
Valencia, Castellón, Teruel y Zaragoza que sin cesar ponían su persecución del Serrador y púsose inmediatamente en
á saco, proveyéndose abundantemente de recursos que les marcha para su nuevo destino. Al emprenderlo os fama que
permitían, ayudados por la connivencia de los pueblos que dijo, llevado de su natural y expresivo lenguaje: Esta facción
los eran afectos, prolongar la fratricida lucha. sí que puede decir que vire de reíd órdeu.
Ansioso de acudir al remedio del incremento que las fac­ Interin la brigada Narvaez y las tropas de Aragon se esfor­
ciones cobraban en Aragon, el gobierno se afanó por enviar zaban por tener á raya las facciones, el gobierno en las ago­
refuerzos de los que (bajo la dirección del general don Felipe nías del gabinete Isturiz no perdonaba medio para allegar
Montes á cuyas órdenes militaban Bretón, el marqués de Vi- refuerzos á las provincias del Centro; interesado como se ha­
llacampo, Piílarea, Grases, Varietà, Rute y otros jefes acredi­ llaba en contener los progresos del enemigo, habia confiado el
tados) esperó resultados satisfactorios en los que el gabinete mando de una columna ele operaciones á don Francisco Val­
Isturiz se hallaba interesado en mayor grado que pudo estarlo des, hombre que gozaba de gran reputación entre los progre­
el de Mcnclizabal, á fin de aplacar con ellos á la indomable sistas como procedente de la emigración liberal, como amigo
oposición de los partidarios del último, que no perdonaban y compañero de Torrijos y mas particularmente en memoria
medio de desacreditar al gobierno ínterin lograban derribarlo, de haber sido el arrojado jefe que en plena restauración eje­
como no tardaron en realizarlo. cutó (en 1821) el audaz golpe do mano de haberse apoderado
Coincidió aquel estado de cosas con el Adaje á Madrid del de la plaza de Tarifa.
general en jefe del ejército del Norte de cuyo objeto y cir­ Habia sido destinado Valdés á Aragon, yol Capitan general
cunstancias nos hemos ocupado en el capítulo en el que se de aquel distrito le habia encomendado la defensa de las ricas
hace mención del envío en auxilio de las tropas que opera­ riberas del .Tiloca y cl Jalon.
ban en Aragon de la brigada de vanguardia del ejército del Cruzábanse las partidas rebeldes por aquellos territorios, ó
Norte mandada por el entonces coronel don Ramón María informado Valdés en Daroca de que Quilos merodeaba en la
Narvaez. Este jefe, con la actividad que constituía una de sus campiña de Monreal, dirigióse á su encuentro, habiendo teni­
mas eminentes cualidades, marchaba, como en su lugar deja­ do la fortuna de sorprenderlo en Bañen en la madrugada del
mos consignado, sobre Zaragoza, cuando la intervención de dia 31 de mayo. No acompañó la prudencia á la fortuna en la
lSli H I S T O l U A J) E E SI ’AN A

dirección (|uo Val dés dió ¡Í su fuerza, pues dueño que filé Habia llegado el encarnizamiento de la venganza y del es­
del pueblo, sin que de su entrada se hubiese apercibido cl píritu de partirlo en aquellos tristes dias á un frenesí tan
enemigo, se entregó su gente á lanzar ruidosos gritos de exagerado, que dioso en ellos el atroz ejemplo de que un in­
;r i,n fsiibd IH despertando á los carlistas que dormían sin digno sacerdote, el cura de Marva, don José Llórente, llevase
Imber cuidado de ocupar las avenidas de la población. El pe­ á cabo contra la opinion de los mismos jefes carlistas, el fusi­
ligro dio aliento á los de Cabrera, y encontrando franca una lamiento á sangro fria de cien capitulados que guarnecían el
do las salidas, corrieron á una colina situada á corta distancia, pueblo de Miravel y que apenas habían opuesto resistencia.
y rehechos en ella, hicieron caía á los soldados de Valdös que Son tan característicos de las impías costumbres engendra­
on número de doscientos ó trescientos hombres atacaron a das por aquella época de barbarie y de sangre, los pormenores
los carlistas, ínterin la mitad do la columna vagaba por la do la carnicería consumada en el pueblo de Alventosa, que
población cazando enemigos y afanándose por coger sus equi­ como dato que la posteridad no debe ignorar, insertamos en­
pajes. Valdós, il «|iiicii nunca faltó valor, creyó que los 150 ca­ tro los documentos de referencia bajo el número I el testi­
ballos que contaba en su columna podrían por medio do una monio irrecusable de un testigo ó inocente actor en la lúgubre
carga romper la hueste carlista reunida en la ladera. Pero tragedia.
como en lances de guerra lo imprevisto suele ser lo mas fre­ Todas las malas pasiones que las guerras civiles desencade­
cuento, los infantes do Quilos recibieron serenamente á los nan ostentaban su fealdad y sobrecargaban el negro cuadro
jinetes do Valdós, obligándoles á volver grupas, arrollando en de nuestras intestinas discordias. La infidencia y traición ha­
su huida á sus compañeros de infantería, y produciéndose de llaron cabida hasta en los pechos de la oficialidad del ejército
mis residías una confusion y un pánico, que hizo caer prisio­ defensor de la libertad. Entre la guarnición de Morella, plaza
neros en manos del jefe'carlista, sorprendido y vencido mo- ardientemente codiciada por los carlistas, lograron estos ha­
meiilos autos, la casi totalidad de la columna de Valdós, que llar cómplices. Un capitan de artillería, don Juan Malsa do
compuesta do 1,100 infantes y la caballería, dejó en poder de Lizana, y varios oficiales y sargentos del provincial de Leon,
los carlistas 000 prisioneros, la mayor parto de los cuales, para se prestaron á entrar en la trama de entregar la plaza, á cuyo
edlrno de vergüenza, engrosaron las tilas carlistas jurando al efecto trataron de ganar á sus compañeros, por cuyas revela­
l’retemliento por Hoy. Sobre treinta oficiales y once miñones ciones informado el gobernador del peligro, fueron presos en
que no quisieron iinitnr la debilidad de los que sentaron plaza consecuencia los culpables, y sustanciado el crimen ante el
con Quilos, fueron bárbaramente fusilados. correspondiente consejo de guerra, sufrieron la pena de orde­
No libró al desgraciado Valdós de los rigores donna forma­ nanza juntamente con diez paisanos sus cómplices, entre los
ción de causa con motivo de aquel desastre, ni su abolengo que se bailaban un maestro de escuela, el administrador del
liberal, ni el renombre de que gozaba entre el partido del mo­ conde do Crissel y doña María Malmeno, la que también su­
vimiento. frió la última pena, que habría sido acto meritorio haber con­
Las operaciones del mes de junio no fueron de grande im­ mutado en la aplicación do la inmediata.
portancia. en las comarcas en que Cabrera hacia la guerra, y Y no so limitaron á la conspiración descubierta y castigada
la mayor que en su favor pudo señalarse consistia en el predo­ en Morella las fraguadas en otras importantes localidades
minio que ejercía sobre el territorio del antiguo corregimiento para franquear su posesión á los carlistas. En Valencia, en
de. Tortosa, sus proyectos para apoderarse de Morella, do la Tortosa, en Vinaroz encontraron cooperadores en sus planes,
que mas tarde debia posesionarse, y el rigor, acompañado do que afortunadamente no llegaron á realizarse, sin que por ello
éxito completo, con que esquilmaba el país, imponiéndole dejasen de existir focos latentes de conspiradores que no ce­
tributos y sacando de los ricos pueblos de las provincias de saron de maquinar ínterin duró la guerra en el país vascon­
Valencia y Castellón abundantísimos recursos de todo género. gado y hasta que el convenio de Vergara y la expulsión de
N'oinbrado, como queda antes dicho, San Miguel en reempla­ Cabrera del territorio do la 'Península devolvieron á España
zo de Montes, su primera medida como general en jefe del la paz por la que tan ardientemente suspiraba.
('entro fue la de llevar á efecto la que tuvo dispuesta su pre­ Resuelto San Miguel á ceñirse el laurel de la toma de la plaza
decesor jiara dcsalojav á Cabrera de la posesión do Cantavieja. de armas de Cabrera, no tomó al emprender las operaciones
En marcha sobre dicho punto tuvo que suspenderla para el camino mas corto por Aliaga y Solana do Villaroya que
acudir en auxilio de Gandesa, nuovamente sitiada por Cabre­ solo le habría obligado á andar diez y nueve leguas. Prefirió
ra. Kefirósc este á la aproximación de San Miguel, quien se dirigirse por Castellón para recoger artillería de Peñíscola y
disponía á formalizar el sitio do Cantaviojn, operación que procurarse medios do transporto, atendida la dificultad de
hubo de .suspender una vez mas, llamado con urgencia por el racionar las tropas en un país esquilmado por las facciones y
gobierno á Cast illa para contener los progresos de la expedi­ cuyos habitantes hostiles á la causa liberal huían de sus do­
ción do Gómez, que eran á la sazón la pesadilla del gobierno micilios, llevándose cuantos efectos podian ser trasportados.
y del público liberal, atónito y alarmado en vista de la pre­ En sn marcha detúvose San Miguel en persecución de faccio­
sencia do aquel partidario, que traía recorrido la mitad del nes que se pusieron á tiro ele ser batidas. Llegado á Albarra-
territorio de la Tenínsula, sin que hubieran podido dar fin á ein dejó las tropas á cargo de Nogueras, quien ya se hallaba
la division expedicionaria el general Alaix que le venia si­ libre del destierro y formación de causa impuéstole de resul­
guiendo desde Asturias y Galicia, ni el ministro de la Guerra tas del homicidio de la madre de Cabrera, trasladándose San
Rodil, salido en su busca al frente de una brillante division, Miguel en persona á Zaragoza á fin de allegar el metálico
compuesta do los batallones y escuadrones déla Guardia Kcal necesario para el prest, pago y mantenimiento elei cuerpo de
que compusieron bajo las órdenes do Quesada la guarnición ejército sitiador.
do Madrid. El 3 de octubre salia de Zaragoza con deliberado propósito
Cabrera, que se había unido á Gómez, según quedará ex.- de no dejarse distraer por nada que pudiera diferir el ataque
puesto al hacer la curiosa historia do la célebre expedición del y toma ele Cantavieja, resolución en la que perseveró, no obs­
peregrinan!,o general carlista, dejó confiado el mando á Llan- tante haber recibido una real órden que le prescribía se diri­
gostera, buen organizador, como procedente do las filas del giese á Molina con el mayor número de tropas que pudiese
ejército. Supo esto jefe formar hasta seis escuadrones con ca­ reunir, órden dictada, como todas las que en aquellos dias
ballos arrebatados á los infelices labradores, y desplegó tanta procedían del ministerio de la Guerra, por el casi pánico ter­
energía como acierto para contrarestar las operaciones de las ror que sentían el gobierno y los habitantes de Madrid á la
columnas que San Miguel, Narvaez y Korso di Carminati aproximación de Gómez, quien acababa de batir y hacer pri­
(este último brillante oficial italiano venido al servicio de sionera en la Alcarria la brigada de granaderos de la guardia
España eon la legion auxiliar procedente de Oporto) no cesa­ mandada por el brigadier don Narciso Lopez.
ban de dirigir contra las facciones. Es fama que Korso desple­ A costa de una penosísima marcha y embarazado por la
gó extremada severidad con los pueblos afectos á la causa necesidad de llevar consigo un convoy completo, compuesto
enemiga, incendiando aquellos cuyos habitantes so señalaron de trescientos carros y numerosas recuas de acémilas, reunió­
por servicios activos prestados á los carlistas. se San Miguel con Nogueras y con Borso en Iglcsuela.
EDAD M O D E R N A 1*7
El gobernador carlista de Cantavieja trató do imponer á nes de su cargo do Capitan general del distrito, reuníase con
San Miguel invocando que aquella plaza era un depósito do Nogueras el 10 de diciembre y concertó con él la marcha sobre
prisioneros, que conteniendo los que liabia hecho la division Beceite. Pero vióse el primero de dichos generales requerido
de Gomez y siendo esta procedente de las provincias del Ñ or-: por el gobierno para que con todas las tropas que pudiese
te, hacia aplicables á Cantavieja las estipulaciones dol convenio ' reunir se dirigiese á Priego para estar á la mira, y operar con­
do Lord Elliot., en virtud de las cuales los depósitos de prisio­ tra Gómez, terror, como hemos dicho, del gobierno y del pú­
neros se hallaban garantizados de ser hostilizados. Amenazaba blico liberal. Como no tardarán nuestros lectores en calar en
el gobernador con fusilar á los prisioneros si no era atendida : el caso de apreciarlo, eran los movimientos de aquel partidario
su reclamación, que fácilmente refutó San Miguel, observando | tan rápidos, tan intenso el temor de que lograse extender por
que el tratado de Elliot no comprendía las provincias dol las provincias dol interior el fuego de la rebelión, tan de te­
Centro, ínterin en virtud de nuevas estipulaciones no se ex­ mer verlo presentarse en las puertas do Madrid, que do todos-
tendiese á ellas su aplicación. ios centros militares de donde pudieran sacarse tropas las
La crudeza del tiempo que cubrió los campos de nieve y oca­ requeria cl gobierno para oponerlas á la amenazadora inva­
sionaba á los sitiadores crueles penalidades, no retardó sin em­ sion. Trasmitía órdenes apremiantes á los generales para que
bargo las operaciones. En su vista repitieron los sitiados sus cubriesen los puntos que recelaba pudiesen ser mas próxi­
tentativas de intimidación de dar muerte á los prisioneros al mamente amenazados, y como la movilidad de Gomez burla­
primer cañonazo que se tirase contra la plaza, y para dar ma­ ba las previsiones estratégicas del gobierno, seguíase de ello
yor fuerza á la plegaria acompañaba al arcipreste portador del que las medidas dictadas en el dia de hoy dejaban de ser
mensaje, el brigadier don Narciso Lopez, que era uno de los convenientes en el de mañana, y había que sustituirlas con
primeros enviados por Gómez á Cantavieja. Para descartar la otras que del mismo modo eran abandonadas en seguida.
nueva ó improcedente instancia bastó á San Miguel declarar Objeto San Miguel de esta cluso de exigencias, invirtió todo
que por su parte cumpliría con los artículos del convenio el mes de diciembre en marchas y contramarchas sin resulta­
Elliot, dando paso franco á la escolta que de la plaza condu­ do, teniendo muy á pesar suyo que dejar abierto el territorio
jese los prisioneros á otro punto fortificado en territorio poseí­ de su mando á las incursiones carlistas, los que grandemente
do por los carlistas, habiendo intimado al propio tiempo al aprovecharon no verse activamente perseguidos para acrecen­
gobernador que si no obstante esta oferta atentaba contra la tar sus fuerzas, mejorar su organización y levantar recursos.
vida de los prisioneros, la responsabilidad caería toda entera Aburrido al cabo San Miguel de lo contradictorio de las ór­
sobre los autores del quebrantamiento tie las leyes de la hu­ denes que recibía, y que todas ellas lo alejaban del territorio
manidad. de su mando, acabó por no ejecutarlas al piede la letra, de lo
En los dias 2H, 29 y 3o el fuego dirigida contra la plaza que resentido á su vez el gobierno, lo relevó de los cargos de
filé tan certero y tan débil la defensa, que Nogueras se apo­ Gapitan general do Aragon y en jefe de su ejército, nombran­
deró del fuerte exterior de la ermita de San Blas. Los huidos do para reemplazarlo á don Antonio Quiroga,
defensores de este reducto buscaban refugio en la plaza que
por la noche abandonó toda la guarnición sin cuidarse de los DOCUMENTO NUM. I
prisioneros, que fueron los primeros en dar aviso á sus liber­
tadores de la fuga del enemigo. CARTA SOERE LOS FUSILAMIENTOS DE ALVENTOSA (1)
Creíase, y no sin fundamento, que so hallarían en la con­
quistada plaza abundantes provisiones y efectos de valor, fruto Muy Sr. mio : En contestación á la muy grata do V. debo
de los saqueos y exacciones ejecutadas en los ricos pueblos decir, que en la mañana del 20 do octubre do 1S3G, so me pre­
de la ribera de Valencia, rapiñas que era sabido haber sido sentó don José Llórente, oficial de la facción que inandaba
conducidas á Cantavieja. Creíase además haber sido conside­ don Benito Catalan (a) el Royo de Nogueruelas, por ser yo
rable el acopio de frutos coloniales que encerraba la plaza, síndico del ayuntamiento y ejerciente la jurisdicción, y me
pero nada se encontró, siendo la opinion mas generalmente dijo que necesitaba los sacerdotes que hubiese en el pueblo
admitida que lo que no ocultaron los vecinos que permanecían para auxiliar á cierta familia que traia. A este efecto nos en­
en la población, cayó como expolio en manos de impuros em­ caminamos á casa del señor cura, y procurando esto desviarle
pleados de la hacienda militar, sospecha que corroboró el de su propósito dicióndolo no tenia ánimo para tales actos,
hecho de que varios de ellos se hicieron ricos y á muchos contestó Llórente que le siguiese; y saliendo con don Santiago
mas se los vio poco despues expender libremente cacao, azú­ Aparicio, también sacerdote, y yo, fuimos á la carretera y vi­
car, canela y otros efectos, verosímilmente procedentes del mos una-porción de prisioneros que los subían liáeia el alto
fraudulento clandestino saco de Cantavieja. de la cuesta, y donde se toma el camino de Rubielos. Me hi­
Interin San Miguel sitiaba á Cantavieja, Llangostcra esquil­ cieron subir allí un barril de aguardiente, y despues de haber
maba á su sabor las vegas de Aragon y de la provincia de bebido dijo el Catalan que fueran principiando á confesar
Tarragona, cuando se vió requerido por Arévalo á quien Ca­ para fusilarlos; pero sin dar tiempo para la confesión, da or­
brera habla dejado investido del mando para que acudiese en den para que les desnuden, y los prisioneros suplicaron al
auxilio de la amenazada plaza, á cuyo llamamiento respondió Catalan que no les quitase la vida; pero desatendiendo toda
Llangostera poniéndose en camino á marchas forzadas. súplica tanto de los prisioneros como dei ayuntamiento, cle­
A su llegada hubo junta de jefes, los que sabedores de lo ro, y las personas principales del pueblo, mandó que se les
cruda que la estación estaba siendo para los sitiadores y de subiese una tabla, una azada y un pliego de papel; plantó la
que se hallaban escasos de víveres, esperaron darles un nulo tabla en tierra en la carretera. Hecho esto y al principiar á
golpe al que siguiese el levantamiento del sitio ; pero vieron fusilar, esforzamos nuestras súplicas diciendo que pidiese di­
desvanecerse sus ilusiones al presentárseles los numerosos nero y no los quitase la vida, á que contestó: «que si tenía­
dispersos procedentes de la rendición de Cantavieja, y solo mos dinero para dar por los ladrones, que luego lo daríamos,
debieron ya pensar en lo expuestos que quedaban sus depósi­ que allí solo se admitia el cambio y sustitución de uno por
tos y sus almacenes de Bcceite, que bien á pesar suyo conocie­ uno de los prisioneros.» .Primeramente fusiló diez y nueve ó
ron no les seria posible defender una vez que se bailase Can­ veinte, gritando los que iban á morir ¡viva Isabel III Luego
tavieja en poder de los liberales. Dispúsose en su consecuencia fusila otros tantos en medio de la carretera en una heredad
que fuesen incendiados los fuertes construidos con gran tra­ contigua. Los muertos fueron setenta y siete, y solo so libró
bajo en las gargantas del Tosai. Conservaron, no obstante, los uno, que fue el que abrió la iglesia del pueblo de Arcos, donde
carlistas el pueblo de Beceite, cuya posición no permitía fuese los cogieron. Su jefe llevaba un hijo y al tiempo de morir dijo
batido sin artillería do sitio. que le quitasen la vida á ó) mismo, mas no á su hijo que no
Ocupó San Miguel la mejor parte del mes de noviembre en
los trabajos de organización requeridos para asegurar la po­ ( 1 ) E s t o d o c u m e n t o s e h a l l a t e x t u a l m e n t e i n s e r t o e n l a . /¡ is t o r i a d o
sesión de la conquistada fortaleza, y despues de breves dias ht. O'verm- a m i d e l S r . P i r a l a y c o n f i r m a d o p e r l o 3 S r e s . S a n t a C r u z , C a ­
de estancia en Zaragoza donde le llamaban precisas atondó­ b e l l o y T e m p r a d o , e n l a d e l a g u e r r a d e A r a g o n , V a l e n c i a y M u r c i a .
I Sí-i Il L 8 T 0 U I A D E E S P A Ñ A

11'ilia l.ii.-inpo para morir; y para mayor barbarie, fusilaron lia animación y la confianza con que, como en su lugar de­
primero al hijo, Illeso al padre. Al tiempo do marcharse nos jamos consignado, acogió el partido liberal en 1835 el adveni­
pidieron sirle mil void os, y me dejaron pena de la vida si ics miento al poder de Mcndizabal, hombre cuyo prestigio tan
iai Ierrai ia, para <|iio les viesen las columnas nacionales; poro pronto decayó por efecto do sus desacertadas medidas econó­
yo no podiendo tolerar tal earnicrria qui: horrorizaba, los en­ micas, acabó por desaparecer, y aquel estadista, mas activo y
tern': juin o á la earivi era. Al dia siguiente se presentó en este bien intencionado que dotado de acierto en el difícil arte de
peinado con veinl ienatro prisioneros mas do los mismos, á gobernar, contribuyó á que la favorable reacción que habia ex­
(¡iiii'ii esl e no les rpiitó la vida y ilevó á Cantaviejajy por este perimentado el espíritu público, á su advenimiento al poder,
arto, de cuatro facciosos que las tropas de la Eoi na iban tí fu­ degenerase, cambiándose en desconfianza y en funestas divi­
silar en el mismo ¡mato, libraron á uno por ser de la facción siones entre los mismos liberales á la formación del gabinete
■le peinado, lis cuanto puedo decir á V. y esporo conteste us­ Isturiz y mucho mas todavía de resultas del motín soldades­
ted á. su seguro servidor.—J. 8. co de la Granja y del extemporáneo restablecimiento de la
Constitución del año 12.
C A P IT U L O II Tales cansas fueron las que principalmente contribuyeron
á dar aliento á los carlistas y á fomentar sus empresas de ar­
Las Constituyentes de 1830 mamento en las provincias de Castilla la Nueva, las que no
|,a Urlili.ci.u-ia castre-uso.—Llis facciones <lc. la Mancha, Asturias y Ga­ tardaron, principalmente las de Ciudad-Real, Toledo y Serra­
licia. Expedición de (iomez.—Invado Asturias y Galicia.— Invasion : nía de Cuenca, en verse inundadas de facciones que casi libre­
de Castilla.Catástrofe do .ladraque.—Reunion de Cabrera y do Gó­ mente recorrían su territorio.
mez.- Al.iiipio, y defensa do l{ei|iioiia.— Acción de Villaroblcdo.—Eo- ! El gabinete Calat rava con dificultad podia atender á las ne­
<lil i-ii campana.—Invade Gomes á Andalucía.—Su entrada on Córdo­ cesidades de los ejércitos del Norte y de Aragon; y carecía de
ba.—Ataque y toma do Almadén.—Pánico ó indignación.—¡Separa­ fuerzas en suficiente número para ocupar militarmente el ter­
ción do ( 'abrera y de Gomos —Vuolvo <louiez á Andalucía.—Invasion ritorio manchego, única manera de haber logrado pacificarlo.
de Extremadura.—Exoneración de llodil.—(jomes y Narvaez.—
Marcha y movimientos de Xarvaez.—Acción de Majaceite.—Insurrec­
A manera de suplemento á los refuerzos militares de que
ción militar de Cabra. no podia disponer, nombró el gobierno para el mando de la
provincia de Toledo al coronel don Jorge Flintcr, dotado do
Achaque inherente de nuestras guerras civiles en el presen­ actividad y extraordinaria energía.
te siglo, ha sido el de exagerar, eonvirtiéndolo en principio de Pero no bastaba la buena voluntad de un servidor fiel para
desorden, de. anarquía y de licencia, el sentimiento de amor suplir la falta de medios adecuados al remedio de un mal que
patrio quii eu 1808 levantó en masa el pueblo español en de­ tocaba á sus últimos extremos.
fensa ile sus hogares y de. la honra nacional. La espontanei­ La vagancia de las partidas que asolaban la Mancha había
dad ilei movimiento que caracterizó aquella época memora­ aniquilado el tráfico interior, dificultando el tránsito de las
ble, en la q u e el elemento oficial so anuló, dio lugar á que recuas y do los carros del país, haciendo muy difícil el paso
á impulso del patriotismo saliesen de las filas del pueblo los de los correos y exponiendo á los viajeros y transeuntes á verso
generales, los magistrados y los hombres públicos, que rc- detenidos por las facciones y á ser conducidos á los montes co­
vindicanm la dignidad del nombre español. El espíritu de- mo rehenes destinados á valer crecidos rescates. De sus resultas
moenil ico y fraternal que el cristianismo tan profundamente las diligencias de Madrid á Andalucía interrumpieron su ser­
grabó en los naturales de este suelo, tuvo conciencia do sí vicio, llegando á sor tan triste la situación de los labradores
mismo, cuando vi ó, merced á la espontaneidad del esfuerzo y ganaderos de la Mancha, que si no se avenían á pagar tribu­
eoleelivo, que podia bastarse á sí. mismo. Abandonada la na­ to álas facciones veiau quemadas sus mieses y degollados sus
ilon y lo que es mas vendida por sus gobernantes, cuando vic- ganados.
roiise consumadas las abdicaciones de Carlos IV y Fernan­ Aprovechándose las partidas de la circunstancia de operar
do Vil. en favor de Napoleon, surgieron del seno patrio las en territorio llano, formaron una numerosa caballería, merced
jimias primero, la cenimi despues, y por último, las Cortes á la cual pudieron dominar los pueblos y refugiarse en los
de. 1STi». montes cuando se veían perseguidas.
ha paula estaba dada; de la colectividad bija del concurso Aunque solo habían llegado á organizar los carlistas levan­
individual de los ciudadanos, brotó el partido liberal, y su tamientos parciales en Extremadura, corríanse fácilmente á
opositor el partido servil apeló á- idénticos medios. Las so­ las jurisdicciones de Badajoz y de Cáccrcs, facilitándoles la
ciedades secretas del realismo, el A-ngcl exlvrminador y sus vecindad de sus guaridas en la Mancha el dar golpes de ma­
análogas, los volúntenlos realistas, las tenebrosas organizacio­ no de la especie del que ejecutaron incendiando y saqueando
nes iM realismo en 18él y del carlismo en 183:1, todas ellas el pueblo ele Castellblanoo.
fueron reflejo de lo que bay de independiente, de personal y Nunca cesaron los conatos que el carlismo empleó para sis­
de enlusiasla en el carácter de los españoles, y esto basta para tematizar su insurrección cu las provincias gallegas, hasta
explicar el enjambre de partidarios que en la guerra de la In­ que una repetida experiencia le hubo demostrado la inutili­
dependencia, en la civil de lséé y él y últimamente en la dad de sus esfuerzos. A mediados de 1836 eran todavía nume­
esl aliada á la muerto de Fernando VII, empuñáronlas armas rosas en Galicia las partidas moutadas do diez ó doce hombres,
y se hicieron guerrilleros, defensores independientes de una partidas que, una vez llenado el objeto, ejecutando los golpes
causa en pro de la que salieron á campaña sin cuidarse de si que se habían propuesto y que las mas veces consistían en
habia ó no un gobierno cuyas órdenes ó inspiraciones debie­ saqueos y en sorpresas de nacionales, se apresuraban los que
sen obedecer. las componían á retirarse á sus casas, y como vestían de pai­
La volcánica erupción del carlismo en armas, armó como sano, solian burlar la vigilancia de las columnas encargadas
defensores de la causa del antiguo régimen, ademéis de los ca­ de perseguirlos.
becillas catalanes y aragoneses cuyos nombres son familiares Lopez, jefe superior do los carlistas en aquellas provincias,
do nuestros lectores, la numerosa colectividad de partidarios declaró en estado de bloqueo á todos los puntos fortificados
gallegos, extremeños, castellanos y manchegos que formaron ocupados por tropas de la Reina, y se atrevió á mas, consi­
la nomenclatura de los llecos, Doroteos, Jaras, Las Diosas, guiendo recoger la mayor parte de los individuos de la quinta
Ivcbi'Ugas, Paulinos, Zamarra, Chaleco, El Rubio, E l Presenta­ de Mendizabal, correspondiente á las provincias de Lugo y
do, Tercero, Cipriano, Conilo, Herencia, Palillos, Orejita, Par­ la Coruña. El Señorin de Bullan, Sombreiro, el Evangelista y
ra, El Arcipreste, E l Apañado, Mata la Kuba, Esearpivo, Sán­ otros cabecillas recorríanlas orillas del Miño y hasta llegaron
chez. Uomo y otros infinitos, casi todos ellos «Nos. y cuyos á amenazar á Pontevedra.
moles, según muy oportunamente observa el señor Piral a-, Vili averde, al frente de alguna caballería, se atrevió á pre­
sostenían l a guerra y depredaciones que en cierto modo palia­ sentarse dolante do Lugo; pero salieron á su encuentro tropas
ban lo que tenían de- odiosa, la popularidad do los que los lle­ y nacionales, que batieron las fuerzas capitaneadas por el ca­
vaban. becilla, que pereció en el choque.
EDAD M O D E E N
Tal cual acaba de ser sumariamente bosquejado era el es­ El general Tello, que ocupaban* lasmorbidades puntos no
tado de las provincias gallegas cuando penetraban en su suelo distantes de la dirección tomada por Gomez, sabedor del mo­
las expediciones salidas del país vascongado, con cd determi­ vimiento de este le salió al encuentro entre Rivero y Yillasan-
nado objeto de asentar en ellas la insurrección en grande tc. Esperaba el jefe liberal refuerzos que no llegaron y expe­
escala, aspirando por este medio á unir el pronunciamiento del rimentó además el contratiempo de faltarle municiones que
Norte, al que tan sólidamente favorecía la causa del Preten­ envió á buscar y no recibió oportunamente, circunstancia
diente en el país vascongado y Navarra. de la que supieron aprovecharse los carlistas para obtener
Llegamos á uno de los mas interesantes períodos de la sobre Tello un señalado triunfo, que liizo mas deplorable aun
guerra civil. Precursora de la expedición que clon Carlos en el habérsele desertado los quintos que componían parle do su
persona debia mas tarde realizar, presentándose en el cora- fuerza, por lo que tuvo que retirarse á Espinosa de los Mon­
son de España al frente de sus batallones, salió del Real car­ teros, con pérdida do un millar do hombres, entre los que se­
lista en los últimos dias del mes ele junio la confiada al mando tecientos quedaron prisioneros del enemigo.
del brigadier don Miguel Gómez, expedición cuyo movimiento, A consecuencia de aquella desastrosa jornada se mandé for­
triunfos y derrotas, fueron el absorbente asunto que preocupó mar consejo de guerra á 'fello y á su jefe do estado mayor ol
los ánimos durante todo el resto de aquel año. coronel don Juan Marmol de Alva, procedimiento del que
Destinada, como queda dicho, la referida expedición al ob­ cúmplenos decir salieron ambos absuollos
jeto especial do insurreccionar á Asturias y Galicia, y no ha­ Espartero, que por ausencia de Córdova mandaba interina­
biendo podido Gómez llenarlo por haber tenido constante­ mente el ejército, supo el 27 en Medina do Pomar el paso tie
mente que huir de las columnas que lo perseguían, se movió, la expedición y la derrota do Tello. Plisóse i neo»!inait i on
no obstante, de un extremo á otro de la Península con toda marcha en persecución del enemigo, pero esto, que lo llevaba
la libertad que hubiera podido efectuarlo, si su larga peregri­ no poca delantera, habia entrat lo en Oviedo el 5, sin detenerse,
nación hubiese sido una dilatada serie do triunfos. sin embargo en aquella ciudad que evacuó despues de haberse
La expedición salida de Amurrio el 20 de julio entró suce­ incautado de todos los caudales y objetos movibles de la per­
sivamente en Oviedo, en Santiago, en Leon, atravesó Castilla tenencia del Estado.
la Vieja, penetró en Castilla la Nueva: á pocas leguas de Ma­ Hasta el dia 4 no pudo Espartero pisar el territorio tie As­
drid batió una division de la Guardia Real, á la quo hizo toda turias, y caminaba en condiciones tan poco lisonjeras, que no
entera prisionera en Jadraque; á su vez batido en Villaro- llevaba en su caja militar fondos suficientes para pagar el
bleclo, no le impidió su derrota marchar á Córdoba, estacionar ■pred de los soldados, urgencia á laque tampoco pudo proveer
en aquella ciudad varios dias, subir desdo allí do nuevo á la Córdova que ya habia llegado á Pamplona.
Mancha y apoderarse á viva fuerza de Almadén, dirigiéndose El dia 8 y forzando una marcha pudo Espartero alcanzar en
otra vez mas á Andalucía, penetrar atravesando la Serranía de Sillas la retaguardia do Gomez, á la que hizo algunos prisio­
Ronda en la provincia de Cádiz, y desde aquel extremo de la neros, pero el grueso de la facción no le esperó y siguió su rá­
Península sldole posible cruzar de nuevo todo su territorio, pido itinerario.
regresando, sino cubierto de laureles, con fama ya insepara­ El 1-1 se hallaba Gomez en Castro y Fonsagrada, donde ejerció
ble de.su nombre, al territorio de donde había salido. actos de severa represión dirigidos á contener desmanes de
Aunque las anteriores breves líneas reasumen con exactitud sus soldados contra el paisanaje, lili aquel punto nombró al
la cèlebre expedición, no es posible limitar á rápidas aprecia­ cabecilla El Evangelista comandante general del Valle do Bu-
ciones el episodio mas interesante de la guerra cuya historia ron, dejando á sus órdenes tres comandantes, «liez oficiales,
■estamos narrando, episodio en el que abundan incidentes que sargentos y cabos, mil cuatrocientos fusiles y cien monturas,
además del interés dramático que en sí ofrecen, dieron lugar cometiéndole procediese á organizar nuevos batallones. Pasó
:í hechos en el orden político sobre los que no cabe guardar en seguida Gómez el Miño á la vista de Lugo donde se halla­
silencio. ba Latro eon alguna tropa y nacionales, en los que no hubo
Nuestros lectores deberán recordar que el general Córdova de tener gran confianza cuando no se movió con objeto de
durante su estancia en Madrid anunció al gabinete Isturiz, haber al menos dificultado á Gomez el paso del. rio, á lo que
que el nombramiento de Villareal como general en jefe de convidaba el embarazo con que le obligaba á caminar el gran
don Carlos daria por resultado el mas inmediato, el envío do convoy de cien carros tirados por bueyes y cargados con el
expediciones dirigidas á extender el teatro de la guerra á las armamento y municiones de que en Oviedo se habia apoderado.
provincias del interior, movido á ello el Pretendiente no solo El 10 tuvo la expedición la buena suerte de topar con un
por cálculo, sino también por la necesidad do no poder el re­ destacamento que conducía caudales á la Coruña, apoderán­
ducido territorio del país vascongado, continuar sosteniendo dose do ocho mil duros destinados á la tesorería de provincia.
el numeroso ejército que había llegado á formarse. Como Gomez habia dado descanso á sus tropas, pudo apre­
Tan exacto fué el pronóstico de Córdova que antes de haber surar su retirada y evitar que le diese alcance Espartero.
regresado á Vitoria ya estaba en marcha la expedición de No debieron llegar oportunamente á manos ilei general
Gómez. Manso las comunicaciones que el último le dirigia invitándolo
Habia sido esta dispuesta con gran reserva á fin de mejor áque acudiese con las fuerzas que pudiera reunir á los puntos
ocultar el momento de su salidaá la vigilancia de los genera­ de Asturias que con mayor ventaja habrían permitido emba­
les de la Reina, y tan sigilosamente se dispusieron sus prepa­ razar la marcha de Gomez, dando así tiempo á que llegase la
rativos, que en el mismo campo carlista se ignoró la novedad, division que le perseguia; haciendo presumible que tales avi­
basi a el dia en que Gomez se puso al frente de una division, sos no llegaron oportunamente ol hecho mismo de que un
compuesta de las siguientes fuerzas: Un peloton de granade­ hombre tan entendido como lo era el general Manso, no pene­
ros, los batallones 2.°, 3.“, 4." y 5." do Castilla, ISO caballos y trase en Asturias sino despues de haber evacuado los carlistas
dos piezas de montaña, la provincia cuya capital ocupó Manso, dictando en ella muy
Llevó la expedición por segundo jefe al marqués de Bóveda, acertadas providencias, que no dejaron de sor útiles en las
la caballería la mandaba Villalobos, el brigadier Arroyo la posteriores ocasiones en que los carlistas trataron nuevamen­
infantería y el de igual graduación don Pedro del Castillo era te de apoderarse de Oviedo.
el jefe de estado mayor. Unidos á la expedición iban también •Siguiendo su precipitada marcha entraba Gomez el 18 en
un intendente, dos comisarios y un auditor, asi como un nu­ Santiago, donde fué recibido con estrepitoso entusiasmo por
meroso cuadro de oficiales y de individuos de clase (sargentos los muchos carlistas que encerraba la ciudad, y nuevamen­
y cabos) destinados á organizar nuevos batallones en los ter­ te pudo posesionarse de armamento, de dinero y de vestua­
ritorios próximos á ser invadidos. rio, sin por ello dejar do apresurarse á abandonar su íácil
Ya dejamos dicho, pero conviene repetirlo, que el espíritu conquista, en cuanto supo que Espartero so acercaba, que
así como el tenor de las instrucciones dadas á Gomez por don Latro eon algu lia fuerza se hallaba-á tros leguas y á dos y me­
Carlos y su general en jefe, le encarecían que- no se distrajese dia el marqués de Astariz, columnas cuya, reunion no habría
del proferí nto objeto de extender la insurrección en Galicia, pedido menos de. dai' (in de la expedición gallega.
ino H I S T O R I A tno USUA XA
Trií if ruso de. que así so vorificiis«;, ol 10 ¡i las diez de la nióndose, el principal objeto de su misión, el de sublevar las
noelie se puso en marcila, llevando consigo un considerable provincias del Noroeste, no dudaba de que llegaria á reali­
convoy de « h i t o s , impedimenta muy embarazosa en una clase zarse, situándose en el puerto de Tama, pues de no conseguir
dr guerra como la que hacia el general carlista, pero de cuyo batir á su contrario, creyó tener asegurada la retirada por
embarazo apenas podia prescindir atendida la índole do la Liébana y Asturias. Esta confianza lo detuvo en Leon basta el
misión (pm las instrucciones de don Cárlos lo impelían á dia 1, y el 8 se puso en marcha para ocupar el referido puerto;
llenar. aspiración que no debía vérsele cumplida, porque autos de que
Tuvo Espartero (pie detenerse tres dias en Santiago á fin su vanguardia llegase á la cumbre, la halló ocupada por Alaix,
de concertar sus movimientos ron los de Latro, resguardar á que habia andado siete leguas llevando su tropa en ayunas,
Asturias y estorbar el paso del enemigo á Castilla. pero resuelta á combatir y á tomar venganza del enemigo
A la precipitación con que Goinczse vióobligado ám archar que tan penosas jornadas le obligaba á hacer. Sorprendidos
es de atribuir mas que á otra causa alguna, que no pudiese los carlistas ínterin trepaban el monte, consiguió Alaix batir­
llevar adelante su cometido de organizar el levantamiento en los, sin que llegase el resto de la columna de Gomez á ocupar
masa de Galicia, toda vez que aunque encontró en el país el terreno que lo habia sido designado, teniendo en su conse­
grandes simpatías y que. se le unieron numerosos partidarios, cuencia que seguir la retirada de su dispersa vanguardia.
como en ninguna parte se detenia tiara proteger la organiza­ El 12 de agosto se hallaba Gomez en Cangas de Tineo te­
ción de nuevas fuerzas, se separaban do él los presentados niendo un batallón de observación en Liébana, lo que hizo
para alistarse en sus tilas, no habiendo podido seguirle en su creer á Espartero que el enemigo se dirigia á Oviedo, pero
precipitada marcha-, la que mas bien presentaba los caractères mejor servido Gomez por sus espías que por sus confidentes
de mía continua huida, produciendo aquella misma insegu­ lo estaba Espartero, contramarehó con dirección á Castilla
ridad en las operaciones de Gómez, una reacción en el ánimo por el puerto de Sojambre.
de sus partidarios que hizo degenerar en desaliento y descon­ El 1« llegó Gomez á Potes, reuniendosele al siguiente dia el
fianza el repentino entusiasmo que manifestaron á su llegada. batallón apostado en Liébana, y reconcentrado que hubo su
Kn Cidatella aprovechó Gomez la ocasión para deshacerse fuerza marchó por Cerverade Rio Pisuerga á Prades de Ojeda.
de partí', de sti impedimenta, entregando al cabecilla Ea­ El general Manso se hallaba en lierma adoptando disposi­
rn os l ,:)00 fusiles y municiones y dejándole cierto número de, ciones contra, la expedición de don Basilio, que habia pasado
oficiales para quo procurase organizar nuevos cuerpos. A los el Kbro en dirección á Castilla. Mas informado de q ue Gómez
cuat ro dias de su salida de Santiago y á fin do sustraerse de ocupaba Leon, muy acertadamente dispuso que Puig Samper
la persecución de Kspartero, tuvo Gomez que hacer una mar­ con una fuerte brigada marchase á Palència para cortar el
cita. forzada de diez leguas, viéndose en aquel dia abandonado paso á Gomez, habiendo tenido en su consecuencia este que
por la mayoría de los voluntarios que le habían seguido y variar de dirección, lo que permitió á Espartero alcanzar á los
que no pudieron resistir la fatiga do tan penosa jornada. carlistas y ganarles, como queda dicho, la acción de Tam a ó
No es dudoso que si el general Latre, capitan general do por otro nombre de Escaro.
Galicia, hubiese estado preparado para operar en combinación Contrariado Gómez de no haber podido llenar en Asturias
con Kspartero y con Manso, difícilmente hubiera podido Gó­ y Galicia el principal objeto de su misión, convocó un consejo
mez salir de Galicia, en cuyo sudo habría verosímilmente de guerra al que asistieron su segundo el marqués do Bóveda,
quedado deshecha é irrisio nera su division. Villalobos, Arroyo, Fulgosio y los jefes de los cuerpos do la divi­
Las facciones gallegas que se hallaban bastante quebranta­ sion expedicionaria, á cuyo consejo sometió la deliberación de
das y en vísperas de disolverse antes de la llegada de Gómez, cuál de los partidos seriad mas conveniente, en el interés de
se acrecentaron considerablemente despues do su partida, en la causa, si retroceder á Galicia, dirigirse á otras provincias ó
atención á haber los voluntarios que se le presentaron y no finalmente regresar al territorio vascongado.
pudieron seguirle, ido á engrosar las gavillas de rebeldes que Contra el parecer de Gomez, los consultados fueron unáni­
ya existían é dado ocasión á que se levantasen otras nuevas. memente de opinion de emprender un movimiento en direc­
bu movimiento oportuno estuvo próximo á ejecutar Latre, ción de las provincias del interior á fin de tentar fortuna y
ocupando el puente de Solima, cuya ventajosa situación le pvocurar extender en ellas la insurrección que no les habia
hubiese permitido detener la marcila de Gómez, pero infor­ sido posible desarrollar en Galicia. Aprobada por Gómez, á
mado este, de la dirección de Latro, caminé con tanta celeri­ pesar de no ser la suya, la opinion de la mayoría del consejo,
dad para llegar antes, que se hizo dueño del codiciado puente quiso que se extendiese un acta por duplicado, de la que
cotí una hora de anticipación á la cuque llegaba Latre, quien conservando un ejemplar envió otro á don Cárlos. Al ponerse
viendo frustrado su intento retrocedió á Lugo. Merced al en marcha la expedición, uniósele el cabecilla Celis con cua­
éxito de aquel movimiento pudo Gómez dar dos dias mas de renta caballos, y llevando su derrotero por Herrera de Rio
descanso á sus soldados en Cangas do Tinco. Pisuerga, Frontista, Pifia de Campos y Fuentes de Valciopc-
Convencido de (pie no le era- dable ejecutar en Galicia el ros, hizo su entrada en Palència.
plan que le condujo á aquellas provincias, dirigió su marcha La columna liberal conducida por Alaix siguió en persecu­
inicia ('astilla, presentándose á la vista de Leon el l." de agosto. ción de los fugitivos de Escaro, pero el detestable estado de
No fué posible á Espartero moverse de Santiago antes los caminos y los precipicios por que tuvo que trepar, le obli­
del 2:5. y mal informado acerca de los movimientos del ene­ garon á retroceder en los momentos en que Espartero recibía
migo, el que creyó reí roe,odia en dirección á Asturias, se diri­ órdenes del general en jefe para que inmediatamente se pre­
gió á la costa, ínterin Gómez, á quien no so ocultaba que cer­ sentase en el cuartel general por exigirlo así las mas impor­
ciorado que llegase Kspartero á estar de su error acudiría de tantes consideraciones del deber militar, y previniéndolo que
nuevo en su busca, determinó situarse en el puerto de Paja­ para no dilatar su cumplimiento dejase el mando de la divi­
res, donde creyó podria detener ventajosamente á su perse­ sion á aquel de entre los jefes que le acompañaban á quien
guidor. por ordenanza correspondiese.
De esta manera logró Gomez ganar tros dias de marcha, Desdo Potes donde se hallaba Gomez el 1G, y siempre con
dando en ellos descanso <á sus tropas y disponiendo lo necesa­ ! el afán de evitar ser alcanzado, hizo conducir su infantería en
rio para el encuentro que meditaba. Detúvose en su conse­ carros.
cuencia también la expedición en Leon suficiente tiempo En Bertovillo supo el jefe carlista que se encaminaba á di­
]iara hacer nueve acopio de las anuas y equipo de los nacio­ cho punto la brigada Puig Samper, y codicioso de fáciles
nales y del depósito del regimiento provincial al que da triunfos, marchó en su busca, pero el jefe liberal varió su ruta
nombre la ciudad. Kn ella formó un nuevo batallón y un es­ i y evitó el encuentro, con lo que frustrado Gomez en su de-
cuadrón do caballería, y abrigaba la esperanza de que consc- ¡ seo, tomó el rumbo de Pinar de A raba y Peñafiel, cuyos na-
seguiria batir á Espartero, cuya tropa no podria menos de j dónales, animosos y resueltos, se encerraron en el fuerte sin
llegar cansada de tan largas y forzadas marchas. Esta expec­ , escuchar proposiciones de entrega, en las que tampoco insis-
tativa en la «pie fundó la probabilidad de poder llenar, deto- ! tió Gomez, ansioso ele no verse interrumpido en su marcha.
EDAD Ji O D E R NA 11)1
El 23 la prosiguió en dirección de Fuenticlueña, Torrecilla suerte de la expedición. Ufano de su fácil triunfo Gómez l'uc
y Matilla. Entraba en los planes de Gomez amenazar á Ma­ á pernoctar el 30 á Brilmega; pero obligado á .sustraerse á la
drid aunque solo consiguiese alarmar al gobierno y al público persecución du las diferentes divisiones, brigadas y columnas
liberal con su aproximación, y al efecto se disponía á salir- lanzadas en su seguimiento, abandonó, despues de clavadas,
pava Segovia, de cuyo intento le hizo desistir el aviso que los cañones cogidos á Lopez, y no siéndole posible ganar el
tuvo de haber entrado en aquella ciudad tropas procedentes Ebro sin exponerse á que le saliesen al encuentro Manso, As­
de la capital en suficiente número para que encontrase una re­ pirez, Puig Samper ó Narvaez, cuyas fuerzas se movían en
sistencia que no entraba en sus miras provocar. Tomó enton­ los territorios que tendría que atravesar, se resolvió á lo mas
ces el camino de Somosierra y fué á Castillejo, donde supo la urgente, á desembarazarse de sus prisioneros, á cuyo efeeloy
llegada á Buitrago de una brigada de la Guardia y resolvió ir á en busca del camino de, Aragon pasó el Tajo por la Fuente
su encuentro siguiendo en su sistema favorito de dar con ene­ de Tubuenea, y despues de algunos rodeos motivados por su
migos inferiores en número y de los que podia alcanzar fáci­ deseo do evitar combates, ínterin no se viese libre de sus pri­
les victorias. sioneros, llegaba á Utiel el ~ de octubre, puesto ya en comu­
Habla el gobierno prevenido á Manso que no perdiese de nicación con Cabrera y sus huestes del Maestrazgo.
vista los movimientos de Gomez, y sabedor aquel de que la El sabor que Gómez se hallaba reforzado y el llevar Alaix
expedición carlista se dirigia de Atienza á Jadraque, marchó su tropa descalza y falta de recursos, decidió á este á dirigir­
á Sigüenza al mismo tiempo que oficiaba á Alaix y á Puig se á Cuenca donde dió algunos dias de descanso á su cansada
Samper instruyéndoles de la dirección tomada por Gomez. division.
La inquietud que produjo en Madrid la presencia y las cor­ Esperaba Gómez en Utiel á sus aliados y compañeros do
rerías de Gomez en Castilla la Nueva, estimuló al gobierno á Aragón, los que al cabo se le reunieron en número de dos mil
echar mano de cuantas tropas tenia disponibles, y entre otras quinientos infantes, quinientos caballos conducidos por Gui­
providencias tomó la do hacer salii-, destinada á obrar en les y el Serrador, llegando Cabrera un dia despues habiendo
combinación con las columnas empleadas en perseguir á Go­ hecho una marcila do cincuenta leguas en veinte lloras.
mez, una brigada compuesta de dos batallones de granaderos El primer cuidado de los caudillos carlistas que uni an sus
de la guardia real provincial, un escuadrón de coraceros y armas, filé el de desembarazarse de los prisioneros que diri­
dos piezas de artillería, al mando del brigadier don Narciso gieron á Cantavieja escoltados por un batallón de los de
Lopez, ex-comandante general de la Ribera del Ebro, militar Cabrera.
que debió una pasajera reputación de valor y de pericia á la Seguidamente concertaron Gomez y su cooperador el cau­
prensa de partido, reputación que tan deplorablemente que­ dillo del Maestrazgo el apoderarse de la villa de Requena, con­
dó disipada en la célebre jornada de Mcndigorría. tra la que el último atesoraba el rencor de una anterior repul­
Marchaba Lopez, cual os de presumir, á la ventura ó al sa. Antes de emprender la marcha, proveyeron al Arcipreste
menos sin la cautela debida en una guerra de la clase de la de Moya, jefe de las facciones de la Serranía de Cuenca, do
empeñada, cuando el 2b por la tarde dio vista á un batallón fusiles y de caballos, y formaron un nuevo batallón que titula­
que Gomez tenia situado en Bujalavo, al que no vaciló en ata- ron i." de Castilla. El 13 rompieron su movimiento y al si­
eary desalojar de la posición que ocupaba, encuentro del quo guiente dia dieron vista á la amenazada población, célebre en
no supo sacar partido cuando debió haberle servido de aviso la historia de la reconquista sobre los agarenosy en la guerra
para no esperar á un enemigo superior en número. entre las casas do Austria y do Borbon que en el siglo último
Muy de madrugada cayó Gómez con el grueso de su divi­ se disputaron la sucesión ele Gávlos II. No perdonaron los
sion sobre la brigada que imprudentemente le esperaba. Ha­ sitiadores medio para rendir la plaza, empleando la artillería,
bía esta tomado una posición defendible y que lo era tanto sirviéndose de escalas é intentando asaltos; esfuerzos que
mas cuanto que poseía Lopez artillería que no traia su con­ hicieron infructuosos el tesón y bizarría ele los defensores,
trario, arma que convenientemente usada por un jefe enten­ reducidos á los nacionales de la localidad y á su vecindario.
dido, secundado por soldados disciplinados, habría dado lugar Hombres y mujeres, viejos y jóvenes y hasta los niños com­
á la llegada de Alaix ó de Manso, tan poco distantes del pitieron en gallardía, obedientes á la acertada dirección del
punto en que se trabó la corta y deslustrosa acción de la que coronel don José de Albornoz, gobernador de la plaza. La
bastarán brevísimos renglones para dar cuenta, que el pri­ aproximación de Alaix hizo desistir á los carlistas de prolon­
mero de dichos generales oyó el fuego que se cruzaba entre gar el sitio, que levantaron regresando á Utiel. Las Cortes
la brigada de la Guardia y los expedicionarios carlistas. Pero premiaron el patriotismo de los habitantes de Requena de­
relajado el espíritu militar, cual lo estuvo por algun tiempo, á clarándola ciudad.
consecuencia de los pronunciamientos y sediciones, y mal Abandonada por los carlistas la empresa de Requena, inten­
mandada la brigada, hizo una corta y débil defensa, entre­ taron acercarse á Madrid; mascón objeto de ocultar su designio
gando las armas al enemigo los dos batallones en masa, el es­ y evitar que el gobierno llamase tropas, disimularon su rumbo
cuadrón de coraceros (menos cuatro individuos de él que tomando la dirección de Albacete. Llegados á Casas Ibañez,
lograron oscapai*), los cañones, toda la oficialidad, el estado cuya población incendiaron en venganza de haberla abando­
mayor y jefe don Narciso Lopez. nado sus vecinos y sido en ella fusilados algunos dias antes
Aquella inesperada derrota llenó de asombro á Madrid, de prisioneros de la facción, siguieron á Albacete donde hicieron
gozo á los ocultos partidarios de don Carlos y de cólera á los su entrada despues de evacuada la ciudad por las autoridades
liberales. que fueron á guarecerse á la vecina fortaleza de las Peñas do
Las autoridades de Guadalajara vinieron á buscar refugio San Pedro.
á la capital, y el gobierno excitado y reconvenido se defen­ Alaix esperaba para continuar la persecución de los expe­
dió, consignando en una Gaceta extraordinaria que lejos de dicionarios que se le incorporasen ciento cincuenta caballos
hallarse desprevenido tenia en movimiento sobre Gomez las que conduela el brillante coronel de húsares don Diego Leon,
columnas de Puig Samper y de Manso, á mas de la division á cuya llegada púsose en movimiento, y haciendo marchas
Alaix, y el ministro de la Guerra Rodil salia en la noche forzadas en los dias \1, 18 y 1!), dió vista el 20 á Villaroblcdo,
dui 30 para tomar el mando superior de las fuerzas emplea­ donde habían pernoctado Gómez y Cabrera, cuyos soldados
das contra Gómez, aumentados con los batallones de la Guar­ mostraban grande impaciencia de medir sus armas con los
dia que guarnecían Madrid. defensores de la libertad.
Breves horas despues do rendido Lopez llegó Alaix al sitio Tuvo Alaix la fortuna de que cd enemigo ignorase su apro­
donde se había consumado la catástrofe, y no es de extrañar ximación cuando solo se hallaba á tiro de fusil «le Lillarohlci­
la indignación y el desprecio con que los veteranos que per­ clo. Formó el general sus batallones en un olivar contiguo al
seguían á Gomez y que tan acostumbrados se hallaban á pueblo, y en una exhortación que les dirigió encarecióles la
hacerle huir, recibieron la nueva de la flojedad de los que por importancia de que tuviesen serenidad y confianza, y prome­
no haberse defendido con mas tesón, convirtieron en derrota tióles la victoria si se mostraban dignos del denuedo que su­
lo que hubiera podido ser una victoria que decidiera de la pieron desplegar en la jornada de Escaro.
Tomo VT ye
Mia H I S T O I K A J)K HKl’A Ñ A

Gol nez so dejó evidentemente sovpvomlcr; croia á Alaix mas No podia menos de hallarso lisonjeado Rodil viéndose dueño
«listante ilo lo quo realmente so hallaba, no obstanto las amo- do una situación que le permitia acumular el mando nominal
liostaoionos do (labrera quo no había cesado do recomendar á del ejército del Norte, con el efectivo do ministro de la Guerra,
su compañero tomase precauciones «pio no so cuidó esto do Fácilmente se comprende que el pánico que infundió en
adoptar, entregándose confiadamente al sueño. Llogo Alaix a Madrid el atrevido pasco de Gómez por las dos Castillas y la
las tapias do ía población sin haber encontrado resistencia, derrota de Lopez en Jadraque, indujese á Calatrava y á sus
penetraron sus columnas en el recinto y cruzaron sus fuegos compañeros de gabinete á instar á Rodil para que saliese á
con los carlistas, los que desdo las bocas calles y las ventanas campaña en persecución de Gomez, misión que de buena gana
de sus alojamientos contestaban á los disparos. habria quizás declinado el marqués si á aceptarla no le com­
Mas apercibidos bien jirón te de lo desventajosa que les era pelieran la excitación de qne era presa el ánimo público y las
una defensa aislada, procuraron los mas y principalmente los exigencias del miedo, tan imperiosas en momentos críticos.
de (labrera ganar las afueras del pueblo y formaron en ellas Marcirò en su consecuencia Rodil confiado en quo comple­
en el punto «jue les fue designado. A ól acudió también Alaix taría su fama de gran capitan, merced á la célebre estrategia
con algunos batallones y los húsares de clon Diego de Leon y de sus famosas líneas paralelas, que tan en ridículo acabaron
trabóse el combato sin que sirviese do impedimento una es­ por colocarlo á los ojos de la opinion.
pesa niebla que ocultaba los objetos. Esperando los carlistas El 22 de setiembre salia de Madrid el general-ministro y
mejorar las condiciones do la ludia, dio su caballería una car­ fué á pernoctar á Guadalajara, acompañado por su jefe de
ga. :í. fondo que, aceptada bizarramente por los húsares de don estado mayor Carratalá. El 24 marchó á Tcndilla y el 25 scie
Diego de Leon, dió por resultado el. acuchillamiento y derrota reunió en Sncedon el general Rivcro á la cabeza de las briga­
de los jinetes de Cabrera, los que arrollando en su huida á su das do la Guardia real, á las quo revistó Rodil, dirigiendo ála
propia infantería, la rompieron, abriendo el boquete por el qne tropas palabras afectuosas y ofreciéndolos que los servicios
penetrando victoriosos los lanceros do Leon y colocándose á que de ellas esperábala patria serian debidamente recompen­
espaldas délos carlistas, viéronso estos envueltos entre los hú­ sados.
sares y los batallones «pie por el frente conducía Alaix; situa­ El nuevo general abrió la teórica campaña de que iba ád ar
ción que basta señalar pura deducir cuál seria el resultado de el pueril espectáculo, imbuido en la idea de que para cambiar
una lid que tales fases presentó. Empujados los carlistas porla el estado de la guerra bastaria seguir al pié de la letra el plan
infanl cría y dominados por la caballería, rotos y dispersos, bus­ de operaciones que se proponía trazar sobro el papel. Imagi­
caron la única salida que por su ilaneo izquierdo les quedaba nóse que el peligro de la situación militar consistia en los
abierta, retirada «pie hizo para ellos desastrosa el haber corta­ movimientos que pudieran emprender los carlistas por el libro
do Diego Leon con sus húsares dos do los batallones disper­ sobre Madrid, por la parte de Aragon corriéndose á la Serra­
sos, de cuyas resultas cayeron prisioneros dos mil doscientos nía de Cuenca, ó permitiendo que Gomez efectuase su regreso
hombres ‘de la clase de tropa y cincuenta y cinco jefes y ofi­ á las provincias Vascongados.
ciales; so recogieron dos mil fusiles, dos piezas de montaña, Para atender á este triple objeto determinó tomar una po­
municiones en abundancia, cantidad de equipajes y conside­ sición central desde la que pudiese atender al Este, al Oeste,
rable número de. acémilas. Tal fue para los vencedores el fruto al Norte y al Sur, como si hubiese tenido que contrarestarlos
de la brillante jornada do Yillarobledo, que costó á Gómez y movimientos do numerosos cuerpos cuya reunion importase
á Cabrera, además do las antedichas bajas, sesenta muertos impedir, ó él mismo contase con tropas suficientes para cubrir,
y doscientos treinta- heridos, no habiendo excedido de cuatro : como se lo proponía, una línea transversal desde la cadena
do los primeros y cuarenta y cinco do los segundos la pérdida ! de los montes de Guadalupe hasta la Serranía de Cuenca,
de los liberales. Para llevar á cabo sus vastos planes, disponía el general-
La retirada de los vencidos la cubrió Cabrera con su gente, ministro, sin tomar en cuenta las fuerzas que componían los
sin cuya circunstancia habría sido mas desastrosa aun. Desde ejércitos del Norte y de Aragon, do diez y ocho á veinte mil
aquel dia se signiMearon desavenencias y rivalidad entrólos hombros á que ascendíanlas divisiones y columnas mandadas
dos caudillos carlistas. Los historiadores de Cabrera sostienen por Rivcro, Alaix, Manso, Borníes, Narvaez y la procedente
<pie si no hubiese desatendido Gomez los consejos del del de Aragon pedida á San Miguel, fuerzas que tenia Rodil Asus
Maestrazgo no habría tenido Ligarla sorpresa, añadiendo quo inmediatas órdenes y cuyos movimientos reguló á su gusto.
la facción habría quedado del todo aniquilada, á no haber la Antes de hacernos cargo del uso que el general-ministro
tropa de Cabrera, mantenida en mejor estado de vigilancia, hiciera, ó para hablar con mas exactitud, dejó de hacer desús
iniciado y hecho posible la evacuación de Yillarobledo, sin lo latas atribuciones, sigamos á Gomez en su alternada marcha
cual toda la division expedicionaria habria quedado prisionera. de reveses y de triunfos y á Alaix, no siempre cortero, pero
Tiiis marchas forzadas quo acababa do ejecutar Alaix y la perseverante en sus movimientos.
dificultad de llevar consigo los prisioneros le obligaron á per­ El grande embarazo del último despues de su victoria fué
manecer en Yillavobledo, desde, donde ofició al 'gobierno á el de verse libro de los numerosos prisioneros hechos, y ha­
efecto de que dispusiese de aquellos y de las armas cogidas biéndose al efecto dirigido al gobierno, recibió del general
al enemigo, á fin do que en su consecuencia pudiese su divi­ en jefe y ministro efectivo do la Guerra general Rodil, la or­
sion adquirir la movilidad necesaria para continuar persi­ den de enviar los prisioneros á Andalucía escoltados por la
guiendo á Gómez. milicia nacional, al mismo tiempo que el general Camba, que
Así como hay estadistas y generales á quienes cabo la mala interinamente regia dicha cartera, ordenaba á Alaix que nego­
suerte do perder su prestigio jior electo de un primor yerro ó ciase el canje con los prisioneros hechos por Gomez en Ja-
descalabro, los hay también bastante afortunados para que so draque, medidas ambas evidentemente absurdas, toda vez
olviden las faltas en que han podido incurrir y para recuperar que á no haber movilizado los milicianos do Madrid, no
en breve su perdido ascendiente y fama. había otros cuerpos organizados do dicho instituto de los que
A esta última clase do hombres públicos pertenece el mar­ poder echar mano para un servicio que hacia muy delicado
ques de ltodil, cuya extravagante campaña en las provincias el riesgo de sublevación de los prisioneros, gente aguerrida,
del Norte, lejos tie haberlo inutilizado, no le impidió llegar que se pretendía fiar á la guarda de paisanos armados, ajenos
dos veces al ministerio de la Guerra, la primera con Mcndiza- á toda educación militar. Y no era esto el solo peligro que
bal, la segunda con Calatrava. envolvía la orden de Rodil, pues el haber sido llevada á efecto,
El alojamiento de Cordova del ejército del Norte al verifi­ dirigiendo los prisioneros á Andalucía, equivalía á entregar­
carse el cambio do situación á que condujo el restablecimiento los en manos de Gomez, dueño de Córdoba en aquella misma
do la Constitución del año KS12, dió á Espartero, cuino queda somaua.
expuesto, el mando interino del mas numeroso ó importante No era mas feliz, por lo poco practicable, la idea del minis­
do nuestros ejércitos, cuya propiedad se reservó, sin embargo, tro interino de la Guerra relativa á tratar dol canje; habria
para Rodil como testimonio del alto coneejilo en que era te­ sido necesario para eso establecer, aunque solo fuese pasajera­
nido por el partido bajo cuya bandera se había afiliado. mente, un armisticio, ó cuando menos haber paralizado los
EDAD MODERNA 10:1
movimientos do la division Alaix, ínterin se concertaba el ¡ el Imborso, incautado de la plata do las iglesias recogida por
canje y venían de Canta vieja los prisioneros enviados por el gobierno yhéchosc Gómez dueño dolas ricas existencias en
(mincü. Lo procedente y lo mas expedito habría sido que lio- j géneros de la pertenencia del comercio y (pie so hallaban al­
dii, que se hallaba en Alcalá al expedir su orden de envío á ! macenados en los tros ya mencionados edificios, adquisiciones
Andalucía, :isí como el ministro interino al pensar en el canje, á las que son de añadir los valiosos objetos de equipo, de mon­
hubiesen dispuesto que un batallón de la Guardia ó de la mi- ! tura y de útiles de toda especio de que abundant ement e su
Heia de Madrid hubiesen salido en posta á hacerse cargo de proveyeron los expedicionarios.
los prisioneros de Yillarobledo desembarazando á Alaix de su En otro órden de hechos, favorables ¡í su causa, figuraron
custodia, que era lo que mas urgia. los pronunciamientos de las importantes poblaciones de Bao-
por no haber procedido previsoramente el gobierno, tuvo ña, Cabra, Montilla y Lucena. Disponíase además Gome/, á ir
osle último general que perder nueve mortales dias que tardó al encuentro del capitan general do Sevilla, Espinosa, que ha­
en verso libre de los rendidos carlistas, los que tuvo que ir á bía reunido una numerosa columna do nacionales y tropa do
entregar á Hellin, dilación que permitió á Gómez penetrar sin ejército; pero instruido el primero de que otra columna com­
obstáculo hasta el corazón de Andalucía. puesta de iguales elementos liabia salido de Málaga y amena­
Efectuó el iiltimo su movimiento pernoctando el dia de su zaba á los pueblos pronunciados en favor do don Carlos, de­
derrota de Villaroblcdo en la Osa de Montiel. y siguiendo sin sistió del intento de aproximarse á Sevilla y precipitó su
ser molestado á Yillahermosa, Infantes y Chiclana de Segura, marcha en busca de la columna do Málaga á la que. alcanzó
donde llegó el 22. En este pueblo se verificó un acto impor­ en Aleándote. La mandaba Escalante, jefe dol movimiento
tante. Túvose un consejo ó ju n ta por los jefes de los expedi­ que en aquella ciudad costó la vida á sus dos gobernadores
cionarios con el doble objeto de avenir á Cabrera y á Gómez, San Just y Donadío. Sin gran trabajo lograron Cabrera y Go­
entre los que habían surgido graves disidencias originadas do mez envolver á la poco disciplinada columna malagueña, á la
lo contrapuesto que liabia sido el parecer de los dos caudi­ que acorralaron en Martos, haciéndola mas de cuatrocientos
llos en las jornadas de Pequeña y Villaroblcdo; también y prisioneros.
muy principalmente con el de decidir si la expedición toma­ Satisfecho do su correría regresaba Gómez á Córdoba, cuan­
ria la dirección de la provincia do Murcia por la Sierra de do tuvo la sorpresa de encontrar en Montilla al marqués do
Segura, en busca del territorio de Aragon, ó si abandonando Bóveda con el rosto de su division y los cuadros de los bata­
la idea de regreso, se emprendería la marcha á Andalucía. llones que se estaban organizando, seguidos del personal do
Compusieron la junta, además do los dos reconocidos cabezas los ex-volunt.arios realistas, de los individuos de la junta re­
do la expedición, el marqués de Bóveda, Quiles, Arroyo, Vi­ cientemente formada y de los comprometidos de mas viso y
llalobos, Del Castillo y el Serrador. Procuróse y en apariencia significación. Temerosos todos ellos de la aproximación de
al menos se consiguió, que Gomez y Cabrera se reconciliasen, Alaix, no liabian querido esperarlo en Córdoba y veniali á
y de común acuerdo so resolvió penetrar en Andalucía á fin reunirse al grueso de la division. Obligado en su vista Gómez
de llamar la atención dol enemigo, ponerle en el caso de des­ á variar de plan retrocedió á Priego, donde llegó el 9 y se de­
membrar fuerzas, y requisar caballos para remontar sus es­ tuvo todo el siguiente dia 10. Allí supo que Alaix en vez de
cuadrones y formar otros nuevos. haber seguido la carretera que le hubiera llevado á Córdoba,
De Chiclana enderezaron los expedicionarios su ruta á Vi­ se liabia dirigido á Alcalá i a Real, novedad que indujo á
llanueva del Arzobispo, Ubcda, Baeza y Bailen, desarmando Gomez á volver á la capital del antiguo califato, á fin de re­
en todas partes á los nacionales y recaudando abundantes mediar en lo posible los perjuicios ocasionados por su preci­
recursos en efectivo y objetos de vestir. pitada evacuación y principalmente con objeto de poner á
En Andújar batió Villalobos á un destacamento de caballe­ salvo el rico botin fruto de su primera estancia. Con osle do-
ría que se presentó á su vista y en la marcha unióse á la ex- 1sigilo salió de Priego el 11, y sin haber tropezado con otro
pedición el partidario Orejita, acompañado de algunos jinetes. obstáculo que el de un escuadrón de carabineros enviado por
Desde dicho punto siguieron á AIcolea y á Córdoba en cuyas Espinosa en reconocimiento y con cuya fuerza se tiroteó, ahu­
calles penetraron, habiéndoseles pasado un peloton de solda­ yentándola fácilmente, volvió á entrar on Córdoba, donde le
dos de la Reina, cuya novedad, inspirando á Villalobos una esperaban el desaliento y lamentaciones do sus partidarios,
prematura confianza, lo hizo adelantarse y sufrir el fuego los que viéndose comprometidos, le exhortaban á que per­
de los nacionales que en número do unos dos mil hombres, maneciese allí y organizase la insurrección en aquellas pro­
entre los de la ciudad y pueblos de la provincia, trataban de vincias.
hacerse fuertes en su capital. Ilabian las autoridades atrope­ Harto conocedor Gomez do que no obstante el ruidoso en­
lladamente aparejado para la defensa el fuerte de la Inquisi­ tusiasmo de los carlistas cordobeses, no ofreeia el país ele­
ción, ol palacio episcopal y el edificio en que se hallaban mentos sobre los que pudiera fundarse un plan de insurrec­
situadas las caballerizas del infinite don Francisco, pero pensó­ ción, no podia, influido por tan poderosas consideraciones,
se tan tarde en organizar la resistencia, é liízose con tanta subordinar la suerte de su division, ni los intereses do la
precipitación, que no se proveyeron los sitiados de agua, y causa á los particulares de los comprometidos, é hizo enten­
aunque se defendieron durante algunas horas, tuvieron que der á estos terminantemente que los que no se considerasen
entregarse á discreción, toda vez que habiéndose negado á seguros despues de la salida de sus tropas, podían incorpó­
una primerea intimación para que capitulasen, fuéronles nega­ rame á ellas y seguir su suerte, partido por el que no pocos
das mas tarde estipulaciones escritas y hubieron de conten­ se decidieron, desesperanzados de obtener que Gómez cediese
tarse con la verbal oferta de que serian tratados como prisio­ á sus instancias. Veia esto mas claro que los comprometi­
neros de guerra. En el tiroteo que precedió á la entrega, dos lo crítico de su situación, habiendo los dias trascurridos
pereció el jefe carlista Villalobos, suceso que irritó sobremanera desde su primera llegada á Córdoba, sido utilizados por los
á sus compañeros, cuyo triunfo exaltábala entusiasta acogida : jefes de las fuerzas liberales para aproximarse y tener casi
que les fué hecha por los carlistas cordobeses. cercada la facción. Quiroga se liabia situado en Castro del
Las inmediatas consecuencias de la ocupación de aquella Rio, Espinosa en Carmona, butrón en Ecija, Alaix en Lucena,
importante ciudad, fueron la erección de una ju n ta presidida ínterin Rodil reunia en la orilla derecha del Tajo cerca de
por el dean de su catedral, la creación de batallones y de escua­ diez rail hombres.
drones, montados estos últimos con los caballos requisados en De tan comprometida situación tuvieron Gomez y Cabrera
gran mímero, principalmente de la yeguada del infante don la destreza de evadirse. Cuidaron primero do hacer desfilar
Francisco; la agregación de muchos oficiales del ejército ycx- delante desús fuerzas de combate ol grueso convoy que cons­
guardias de Corps, que liabian sido licenciados como carlis­ tituía su principal trofeo, al que acompañaban los prisioneros
tas; el haberse Gomez apoderado de los caudales públicos hechos en Córdoba, y desembarazarlos do su impedimenta,
depositados en el fuerte, como igualmente do sumas de consi­ evacuaron la ciudad, en la que en la tarde del 14 hicieron su
deración que los administradores de los grandes y los pudien­ entrada quince mil infantes y mil doscientos caballos del ejér­
tes habían para mayor seguridad llevado al recinto fortificado; cito liberal, alejándose Gomez sin ser molestado en su retirada,
il- H IS T O R I A DK E SPA Ñ A

quii verificada con gran diligencia ganó :í, Vili alta desde y los soldados del ejército y milicianos de la población y <lc
d o n d e se trasladó ei là á l’ozoblatieo. Conociendo cuánto Extremadura (pie dignamente habian cumplido sus deberes
embarazaba sus movimientos cl considerable número do pri­ de ciudadanos y de soldados.
sioneros que llevaba consigo, dió libertad en aquel pueblo á Importa á la memoria de! general Puente y Arangnrcn y
dos mil d e ellos, conservando únicamente á bus notabilidades cumple para la mas completa inteligencia de la verdadera
queno pudieron rescatarse por dinero, ó que conceptuó pu­ causa de que la toma de Almadén llegase á ser uno do los
diesen servirle corno relíenos. trofeos de Gómez, que la historia deje consignado lo que aquel
Al llegar á Fuenoalionto en la mañana del 17 supo que Ro­ hábil y pundonoroso jefe escribía al gobierno la víspera del
dil se hallaba en Almodovar del Campo y despachó á Orojita dia en que se vio atacado poi- la facción.
para que lo observase, retrocediendo Comes non el grueso do En comunicación dirigida al ministro de la Guerra focha 22
su division, sin que el estratégico que. tenia tan cerca se re­ de octubre y despues de manifestar que las condiciones on
solviese á avanzar, entretenido en consultar el mapa y trazar- que so hallaba Almadén no lo linciali un punto defendible,
lincas imaginarias, contra las que so obstinaba en creer que anadia Rúente: «Esto no obstante, resuelto como estoy, co­
vendría á estrellarse el enemigo qrre buscaba. mo V. E. lo desea y lo está el brigadier Flinter y su bi­
El 20 pernoctaba Gomez on Torro del Campo, y eludiendo zarra columna, á perecer en la defensa de esta villa, sin
la i lerseciicion que á bastante distancia continuaba haciéndole embargo do que considero mayor el peligro dò destrucción de
Alais, apareció en Santa Eufemia, desde cuyo punto ofició á cuanto en maquinaria y objetos de interés encierra esto esta­
las aiiloridades de Almadén haciéndoles saber que al siguiente blecimiento si llegasen á entrar los carlistas á viva fuerza;
dia se prosimi aria á sus puertas, resuelto á ocupar la pobla­ fundados el brigadier Klinter y yo en esta razón, resolvimos
ción. Era gobernador militar de aquel punto al mismo tiempo al primer amago do Gómez c-ubvir cst-c punto y los preciosos
(pie superintendente de sus minas el brigadier do artillería intereses que contiene por medio de maniobras en el campo,
don Manuel de la Puente, último ministro que tuvo en Cádiz adelantando nuestras avanzadas sobre el enemigo. El resul­
el gobierno constitucional do 1K23, poro no tenia Puente tro­ tado correspondió á nuestras esperanzas, pues apenas tuvo
pas m suficiente número para defender una población abierta Gómez noticia de nuestros movimientos precipitó su marcha
y de muy extensa circunferencia, componiéndose su guarni­ á Fuencalient-e y Mestanza. Funesto es, Excmo. Sr., Ala causa
ción de ios nacionales y de una brigada <lo movilizados de liberal, á nuestra Reina y al crédito de los que la defienden,
Extremadura al mando del brigadier Flintcr, fuerzas á todas que los movimientos de nuestras divisiones se arreglen á
luces insuiicient.es para contrarestar el esfuerzo de ocho mil conjeturas sobre la dirección que pueden tomar los carlistas.
infantes y mil doscientos jinetes que les intimaban la rendi­ La marcha de ocho mil infantes y mil doscientos caballos, aun­
ción. que solo entrasen en combate cuatrocientos, viéndose emba­
En la prevision del peligro que los amenazaba, tanto Puente razada por un convoy de cuatrocientas acémilas cargadas
como Klinter habian hecho saber á Rodil la necesidad en que con el fruto de sus rapiñas, no puede ser precijñtada, pa­
se hallaban de recibir refuerzos para poder defenderse. Fuéles reciendo por lo tanto imposible que nuestras tropas les per­
contestado que lo hiciesen á todo trance, sin que el general m itan estacionarse cuatro dius en .Pedroches. Mis partes al
en jefe que esto prescribía y que hallándose en Almodovar Excmo. Sr. marqués de Rodil son dos veces al dia y duplica­
podia fácilmente liabor avanzado, lo intentase, y antes al con­ dos. y desde el 19 Alas siete de la mañana en que me avisaba
trarío alejóse nada menos que veinte leguas yendo á situarse dirigirse á Santa Cruz de Múdela, distante veinte leguas ele
en Santa Cruz do Múdela, cada dia mas enamorado Rodil de aquí., no he vuelto á tener noticia de su sitvMcion. No de­
la idea de (pie llegaria á destruir á Gomez á favor de sabias signo á V. E. la fuerza precisa para defender esta villa en su
combinaciones estratégicas, calculando los movimientos de actual estado, porque con ella y la competente caballería, no
aquel esperio partidario, no por lo que en realidad eran, sino vacilaría un momento en impeler la facción á los campos de
por loque suponía Rodil (píodebían ser; sacrificando con tan Pozoblanco, con fundada esperanza de batirla.
obstinado devaneo las necesidades do la situación y del mo­ »Reitero á V. E. y le ruego lo haga así á S. M., que así el
mento, satisfecho con perseguir sobre el mapa á los carlistas brigadier Flintcr, los bravos movilizados extremeños, los na­
y con estudiar científicamente terrenos que no había de pisar cionales de esta villa y yo, estamos todos resueltos á sepul­
el enemigo que recorría el país á sus anchas. tarnos bajo los miserables escombros de estas tapias, jiOi'mas
Tranquilo Cornez de lo que podía temer de Rodil, demasia­ que creamos m ilita r y políticamente in cru d en te semejante
do distaili o para estorbar quo se apoderase do Almadén, avan­ resistencia-, que podrá quizás aumentar el número do los
zó resueltamente sobre esta población. Su digno y entendido sucesos que nos han colocado en tanto conflicto y desalentar
gobernador había provisto lo indefendible que era aquel pue­ mas el espíritu do los pueblos que han sido testigos de ellos.
blo sin murallas y de. muy dilatado recinto, y habia tornado »Dios guarde AV. E. muchos años.—Almadén 22 de octubre
oportunas medidas para evacuarlo, salvando en lo posible las de 1S30.—Manuel de la Puente y Aranguren.—Excmo. Sr. Se­
pertenencias de la nación; poro el general Rodil, consultado cretario interino del Despacho do la Guerra.»
al oled o, terminantemente ordenó á Puente, como queda an­ El final de la interesante comunicación que queda trascrita
tes dicho, que defendiese á tuda costa á Almadén, en cuyo y que tanto honor hace A la memoria do Puente, puesta al
auxilio dijo el general-ministro que acudiría á condición de lado del siguiente oficio dirigido al mismo, siete dias despues
que el pimío se sostuviese cuarenta y ocho horas. del ataque y toma de Almadén, dice acerca de la flojedad con
l ’ero llegado que filó el caso y aunque los briosos milicianos que obraron nuestros generales y de la monomanía estratégi­
y tropa so sostuvieron din-ante treinta y seis horas, Rodil, que ca que se habia apoderado del general Rodil, mucho mas
tenia su cuartel general á veinte leguas, no so movió ni si­ <pie cuanto pudiera añadirse aglomerando nuevos hechos y
quiera envió un aviso que hiciese comprender á los sitiados observaciones.
que el sacrificio de sus vidas no seria del todo estéril para «Son las doce del dia, decía el general-ministro al brigadier
la nación. Puente, y acabo de recibir la apreciable comunicación de V. E.
Almadén sir defendió con energía durante todo el día 2;i en Estoy al tanto de las noticias de Córdoba y de las de Alaix,
el que los carlistas abrieron sus fuegos, pero porla noche fue manifestando deseos 'do que me Italie sobro esos puntos, é
á estos en extremo fácil romper las débiles tapias do los cor­ injiero que la facción no forzará su paso por m i demora
rales anejos al caserío lindante con las afueras de la pobla­ aquí, y con una contramarcha por derecha ó izquierda do
ción. Por ollas entraron los carlistas en el recinto interior, aquel general, Alos montos de Granada con dirección AGuadix
y una vez que hubieron penetrado en el casorio, los editicios y Sierra de Alcaraz con objeto do regresar A sus guaridas de
del Estado convertidos on fuertes, pero que no reunían las Aragon; también cabe en hipótesis que no sea cierta m i dis­
condiciones de hiles, quedaron á merced de los agresores, no yuntiva anterior, y que tome A Guadalcanal ó el condado de
restando á los sitiados posibilidad de sustraerse á la capitula­ Niebla. Dios guarde A V. E. muchos años.—Almodovar 15 do
ción que se vieron obligados á suscribir, y en virtud de la diciembre de ls‘3i>.—lìod il.))
cual fueron hechos prisioneros de guerra los dos brigadieres La catástrofe do Almadén puso término A la resignación
E DA fi J I O U E K S A 19,7
dol público y colmo á su indignación, harto provocada ya por Alcántara, no pudo Gómez hacer otro tanto al intentar repa­
d incremento quo las facciones habían tomado un Cataluña y sar el del Arzobispo, defendido con considerable fuerza por el
en d Maestrazgo, y muy principalmente por los mas recien­ general Carratalá. Obligado á repasar el Tajo, no pudiendo
tes golpes que la causa liberal acababa sucesivamente de ex­ retroceder, temeroso de encontrar á Alaix en su camino, (uvo
perimentar. Gómez que dirigirse por la carretera de Cúteres con ánimo de
Habíase visto que Gómez, no obstante su insigne derrota de sorprender el pílente del Cardenal, apro veo liando la desmora­
Villero bledo, so reponia con creces á los ocho di as de haber lización en que sus victorias habían puesto á los nacionales
sido deshecho, y que penetraba en el corazón de Andalucía-, de Extremadura.
despues de haber visitado importantes ciudades de Castilla la El 29 entró en Trujillo, donde so deshizo del mayor número
Nueva, de haber sacado do Córdoba abundantes recursos y de sus prisioneros, malísimamcnte tratados por su gente en
acrecentado el número de sus auxiliares en infantes y jinetes: la penosa marcha que acallaban do hacer. Despues do mi dia
rodeado luego Gómez por diferentes columnas en su persecu­ de descanso en Trujillo siguió á Cáeeres, donde penetró la fac­
ción empeñadas, se le voia oludir siempre su oncuonl.ro; y ción sin la menor dificultad, encontrando haberla abandonado
cuando tomaba el caudillo carlista puntos fortificados como sus autoridades y fuerza armada. Desde allí, operando con
Almadén á las barbas, por decirlo así, del ministro de la habilidad y á costa de algunos tiros, lograron apagar el fuego
Guerra, general en jefe de los ejércitos, cuando liaba vista á con que los constitucionales intentaron cortar el paso del
Extremadura y salia de ella para volver á Andalucía y la pa­ puente de Alcántara, por el que encontró definitivamente sa­
seaba de un extremo á otro, no era de extrañar quo lie resul­ lida la expedición el 2 de noviembre.
tas de la cólera y del temor que la marcha al parecer ineon- No llegó Gómez á conseguir el fruto que esperaba de aquel
I instable del general carlista excitaba entre la familia liberal, movimiento. Supo en Villanueva de la Serena que la Guardia
so olvidase la gloria que por un momento rodeó al vencedor de real al mando de Rivero marchaba á Trujillo y que Alaix ocu­
Y'illarobledo, que cayese por tierra cual ídolo destronado el paba A Siruela, novedad que detuvo su marcha y lo obligó á
hombre á- quien tan exagerada confianza so había otorgado en tomar nuevo rumbo.
la persona del general Eodil, y que en el desasosiego que á Da mañana del siguiente dia fué el campo carlista teatro de
manera de pesadilla oprimia ií la opinion mientras no se pusie­ un espectáculo verdaderamente extraordinario. No era un
se término á las correrías de Gomez, se buscase con ansia un secreto entro los expedicionarios la prevención y alejamiento
salvador, aceptando como tal al jefe militar que respondiese que separaban á sus dos principales caudillos, Cabrera y Go­
de dar fin de Gomez y de sus expedicionarios. mez. El carácter impetuoso y el genio militar del primero lo
l ’ero no anticipemos trámites y desenlaces que irán des­ hacían mas apto para mandar que para obedecer, y llevaba
prendiéndose como consecuencia lógica de los hechos (píenos con impaciencia la supremacía de Gómez, cuyas medidas ha­
restan por narrai-. bían sido frecuentemente objeto ile agrias y no infundadas
No consideramos do nuestro deber de historiadores ni de críticas de Cabrera.
nuestra incompetencia en materias castrenses, analizar pri­ Hallábase además el hombre del Maestrazgo impaciente por
mero pora juzgar despues los planes de campaña del marqués volar al auxilio de su capital militar, Cantuvieja, que sabia
deKodil, sobre los cuales creemos haber dicho lo bastante. hallarse en grande apuro, por lo que formalmente habia pro­
Para la inteligencia de la altura á que habia llegado la expedi­ puesto ú Gomez que la expedición tomase la ruta do Aragon.
ción de Gomez, basta tener presente que salió de Amurrio el 2(5 Pero otros muy distintos eran los designios del último, quien
de junio; (pie perseguida por Espartero, por Alaix, por Manso, habia resuelto deshacerse de su rival, habiendo recurrido para
por Tello y por Paulinas, obtuvo ventajas sobre todos estos ge­ llevar á cabo su intento á una estratagema que tuvo algo de
nerales, menos sobre Espartero; habiendo recorrido durante el maquiavélica, al par que do dramática.
mes do julio Asturias y las cuatro provincias de Galicia, agosto Dispuso Gomez la marcha del dia 3 de manera que. fuesen
lo invirtió la expedición en señorearse de Castilla, penetrando en la vanguardia y centro los batallones navarros, y al mismo
en unas ciudades y amenazando á las que no llegó á invadir, tiempo dispuso que los aragoneses y valencianos formasen la
y acabando por hacer prisionera una division de la Guardia retaguardia, guardando dos leguas de distancia de con el
real casi á las puertas do Madrid. grueso de la division. Ejecutado este preliminar, hizo mañosa­
Continuando on setiembre las proezas del mes anterior, hizo mente que Cabrera, el Serrador, Arnau, Valeárool y los demás
olvidar Gomez su derrota de Villaroblcdo con los fabulosos jefes del Maestrazgo con alguna caballería marchasen en van­
laureles de Córdoba, habiendo entrado y salido do Andalucía guardia á cierta distancia. Así que los vió‘algo alejados partió
por dos veces, sin que al saberlo internado en la Serranía de Gomez al galope, hasta alcanzar la cabeza de la columna, la
Itouda y que prolongaba su pasco hasta el fondo de la provin­ que hizo formar á su llegada invitando á Cabrera y á los su­
cia de Cádiz, fuese lícito dejar de temer los mayores desas­ yos á que saliesen al frente. Hieióronlo así en efecto, y en
tres que de aquella expedición podrían seguirse si no se la aquel instante y sin mas preámbulo, mandó leer Gomez una
cortaban los vuelos. orden del dia por la quo prescribía á Cabrera y á sus compa­
Estas observaciones no son ni una divagación, ni un floreo ñeros se separasen de la expedición y regresasen á Aragon,
on el desempeño de nuestra misión de escribir la historia de siguiendo un itinerario puesto al margen de la orden que for­
aquella época. Constituyen la exploración, el punto de vista mulaba el mandato del general en jefe. Por la misma se
de la última peripecia de la expedición do Gómez y do la si­ disponía que los batallones de infanteria aragoneses y valen­
tuación política quo de olla tomó origen. cianos permanecieran unidos á la division hasta que puesto lo
Empecemos por ocuparnos de los sucesos que siguieron á la ocurrido en conocimiento de don Carlos, proveyese según su
toma do Almadén. soberana voluntad.
Despues de haber desafiado en cierto modo á Eodil con su Si la escena ocurrió exactamente como la refieren los histo­
ataque y toma do Almadén, fué el primer cuidado de Gomez riadores de Cabrera, muy dudoso parece que solo por abnega­
evitar que le diesen alcance sus perseguidores, y rápido y ción en favor ele la causa que servia y por no dar un ejemplo
oportuno en sus movimientos, la noche del mismo dia en que do insubordinación, Cabrera disimulase tan indigno trata­
alcanzó aquel triunfo púsose en marcha, logrando pasar el miento.
Tajo por el Puente del Arzobispo, y sin abandonar los terre­ Tenia bastante altura para haber hecho sentir á su compa­
nos montañosos que pudieran servirle de abrigo, encaminóse ñero el abuso que hacia de su autoridad, y si iio lo hizo fu ó
por Siruela y Navalvillar á Guadalupe, donde hizo noche sin iluda imponiendo un fuerte freno á su imperiosa persona­
el 27, arrojando de ella y dispersando una division de nacio­ lidad. So asegura que reclamó que so le permitiese llevar al­
nales movilizados de Extremadura, cuya fuerza pasaba de mil gunos de los batallones que habia sacado de Aragon, toda vez
hombres, pero que bisoños y no muy bien mandados, arroja­ que para la seguridad suya y de sus compañeros pudiera
ron sus fusiles, de (pie hizo acopio Gomez, llevando además necesitar alguna infantería si fuese atacado. Negóse también
los fugitivos el pánico á donde quiera (pie se presentaron. Gómez con dureza á tan legítima exigencia y Cabrera le voi vio
Monos afortunado que lo habia sido al ganar el puente do ia espalda picando espuela á su caballo y alejándose del ex-
1915 I! I S T O R I A D E E S P A Ñ A

tra ñu César Borgia tfiic encontraba en su camino. Los quo á favor de un puente formado con carros, siguió por Quintana
acompañaban á Cabrera solicitaron de Gómez (pie los permi­ á Zalamea, Berlanga y Guadalcanal donde descansó el 8, Allí
tiera t o m a r s u s equipajes, ¡i lo que habiéndose esto también adquirió noticias do la situación de sus perseguidores, los que
negado, dicen que añadió e s ta s palabras: «Sigan Vds. 4 su jefe inciertos de la dirección que la facción llevaba, pensaron que lo
s in m a s réplica ó aquí mismo los liare, fusilar. Y o liaré que mismo podían tomar ol camino de Sevilla que el de Córdoba.
reciban Vds. sus e q u i p a je s ;» y en efecto, en el primor pueblo En la incertidumbre y perplejidad de su situación, ocurrió-
en que biso noche Cabrera y sus extrañados compañeros se solo á Gomez probar fortuna en la Serranía de Ronda, habién­
encontraron con sus equipajes y dos pagas de marcha. dose hecho por un momento la ilusión de que la topografia
Aseguran los historiadores de Cabrera que despues de la de aquel país tal vez le permitiese estacionar en el la guerra.
signilical iva escena que le separó de la expedición se le pre­ Llevado de esta idea dirigióse por Alanis á Constantina do
sentó Llorens, que con Quilos hubia quedado por disposición la Sierra y Palma del Rio, logrando pasar el 10 el Guadalqui­
de Gomez en la retaguardia, y manifestó á su jefe natural la vir la infantería por barcas y un puente de carros y la caba­
pona y sorpresa causada entre los suyos por la separación á llería por un vado. Sabedor de que un batallón de marina y
que si *hubia visto forzado y ofreciendo separarse de Gomez y nacionales marchaban de Córdoba á Sevilla y que liabian per­
reunirse á su general en el punto que este designase. Mucho noctado en la Luisiana, dispuso Gómez que saliesen dos es­
agradeció Cabrera, asegúrase, los ofrecimientos de sus leales cuadrones á dar caza á la columna, á la que si bien no logra­
subordinados, pero repugnándole ser motivo do disidencia ron capturar, apresaron los carros que aquella custodiaba
cnuv los (pie defendían la misma causa, mayormente hallán­ y que iban cargados con armamento y vestuario del provin­
dose en presencia del enemigo, declinó el ofrecimiento, orde­ cial de Ecija. Cinco dias bastaron á Gómez marchando por
nando á Morons (pie volviese á sus filas y continuase obede­ Osuna y Olvera para penetrar en Ronda el 16.
c ie n d o las (irdenes de Gómez; conducta la do Cabrera que, si Queda antes dicho que despues de la ocupación de Córdoba
es c o n f o r m e á la verdad, honra en extremo su memoria. por las columnas liberales posteriormente á la segunda vez
N'o siguió en su ruta el caudillo del Maestrazgo el itinerario que la hubo evacuado Gomez, Alaix se dirigió á Bailen y An­
tvazádnle. por Gómez y que creyó combinado do manera alla ­ dújar con ánimo de impedir que Gómez penetrara en la vega
ccile caer en manos de las columnas liberales. En su conse­ de Granada, hallándose en la persuasion de que Rodil ocupa­
cuencia, (razóse Cabrera un plan de su propia inspiración, ba los pasos de Sierra Morena. Este movimiento es calificado
dirigiéndose á la Mancha, en cuyo territorio no tardó en de hábil y previsor por los defensores de la campaña de
demostrar lo fecundo de su iniciativa. El 0 de noviembre rin­ Alaix, contribuyendo la eficacia de la posición que ocupó al
dió en l’enqjar, provincia de Ciudad-Real, el destacamento pié de la Sierra á que Gomez tuviese que tomar el camino
que lo guarnecía. El dia siguiente se le reunió Jara y el 11 se forzado devolver á ella, lo cual sin embargo no pudo pesarlo,
hizo dueño del punto de Almodovar del Campo donde se le puesto que le valió nada menos qnc haber dado el golpe ele
juntó Orejita, marchando en seguida por Valdepeñas y Villa- Almadén: observación que contestan los amigos de Alaix ale­
nueva de los Infantes y el Bonillo, donde lo llególa noticia de gando que aquella marcha costó á Gomez perder la mayor
la pérdida de Cantavioja. Este contratiempo modificó su plan parte de su caballería llevando su infantería despeada y ham­
de campaña, y dedicóse á organizar un cuerpo de caballería brienta, y que temeroso de encontrar á Alaix que lo esperaba
para el que. llegó ¡i juntar muy cerca de 900 jinetes, con cuya á pié firme á su descenso de Sierra Morena, vióse Gómez for­
fuerza decidió pasar el Kbro y presentarse á don Carlos. zado á buscar salida por Almadén y orillas del Tajo, donde
l ’or algunos días recorrió diferentes comarcas de la Mancha no por Alaix sino por Rodil debió ser perseguido.
y el 21 llegaba á Tarancón, desde donde empleó el ardid de El 23 entró nuevamente el primero de dichos generales en
pedir raciones á los pueblos cercanos á Madrid, con el solo Córdoba, donde sabedor del derrotero que llevaba Gómez
objeto de alarmar y de que acudiendo tropas por aquel punto, marchó á Almodovar del Campo, obedeciendo á las instruc­
le quedase expedito su derrotero hasta las orillas del Ebro. ciones del gobierno, según las cuales debía interponerse siem­
Dando riendas á su prodigiosa actividad, organizó en el ca­ pre entre Gomez y la capital, objetivo que aseguran fué lo
mino un batallón con los mozos que voluntariamente se le que condujo á Alaix á Val moral de Rusa, movimiento que
presentaban y ¡Vlos que armó con fusiles tomados á los mili­ podia ser tan estratégico como pretenden los amigos del ge­
cianos nacionales. neral Alaix, pero que asombró y disgustó en Madrid, donde
Al frente do una no escasa columna llegó el 23 á Cifuentes casi al mismo tiempo llegó la noticia de que Alaix se hallaba
y el 21 á Sigüenza, continuando á Medinaceli, Almazan y Ar- en Extremadura y Gómez en la Serranía de Ronda.
quita, donde estuvo próximo á hacer prisionera una compañía No encontró mas diligente á Rodil la entrada de Gómez en
de carabineros. Extremadura, que lo estuvo pava haberlo perseguido y alcan­
Halló grandes dificultades en realizar su pensamiento de zado cuando después de la acción de Villaroblcdo penetraba
pasar el Ebro, muy bien guardado por la division de la ribera en Andalucía La expedición carlista entró y salió en Cáeeres
(pie mandaba Iribarren; pero creyó que iba á poder ejecutar y on Trujillo, y volvióá Andalucía sin que el general-ministro
I
el paso del rio porci vado de Rincon do Soto ádiezleguas de alterase su plan de marchas pausadas, sin otro objetivo que el
Logroño. Mas cuando se hallaba en el momento de efectuarlo, que lo sugerían las hipótesis en que se complacía, pero que
fué sorprendido por una columna del ejército á la que vana­ nunca llegaban á realizarse.
mente traté de hacer frente, pues no obstante las insignes Mas, como antes dijimos, la medida de la pública paciencia
pruebas de valor personal que (lió Cabrera cargando al frente se había agotado. Las excursiones de Gomez por Andalucía y
de su caballería, tuvo que retirarse con pérdida de la mayor la toma de Almadén colmaron la medida. Las Cortes que con
parto de su genti«, contratiempo que vino áagravar un fuerte el carácter de constituyentes acababan de reunirse, no dieron
cólico que le impidió continuar montando á caballo y le obli­ treguas al gobierno respecto á que saliese de la rutina con
gó á dejar á Miralles el mando dolos restos de su columna, te­ que llevaba la cuestión militar. A voz en grito pidieron los
niendo que ser conducido á Arévalo en parihuelas, donde lo diputados la separación de Rodil y que se le formase cansa;
dejaremos por ahora pava ocuparnos de las vicisitudes de Go­ hasta de traición se le acuso por algunos, cuando solo era
mez y su division expedicionaria. culpable de incapacidad. Empujado por la «posición, llevado
Habiendo logrado pasar el Tajo de la manera que antes á remolque por las exigencias do los diputados, el gobierno
queda dicho, acercábase el 3 de noviembre la grande expedi­ se decidió á obrar con energía exonerando á Rodil.
ción carlista á Alcaraz, pero no encontró salida por hallar La legislatura abierta ol mismo día en que Gomez se apo­
ocupado (’1 puente de Alcántara y vióso obligada á penetrar deró do Almadén, se inauguró bajo auspicios de un carácter
de nuevo on Andalucía, alejándose todo lo posible de la di­ tan exagerado, como el que en su lugar veremos, si bien vió-
rección que llevaba Alaix. A fin de poder ocultar mejor sus ronso obligadas aquellas Cortes á refrenar la exageración que
movimientos, proscribió á los partidarios Rineon y Morales en los primeros dias de su instalación se produjo sin disfraz.
que maniobrasen en el territorio de Cáeeres, ínterin él se di­ ' Los mas alanzados entre los diputados de aquella asamblea,
rigia ¡VVillanueva de la Serena, donde vadeando el Guadiana • varios de sus mas importantes miembros, acariciaron el pen-
B lì A » M O D E R N A e,1?
samiento do enviar A nuestros ejércitos do operaciones dipu­ claros y tan convincentes respecto á la manera de alcanzar y
tados revestidos de facultades análogas á las quo la Conven­ de batir á Gómez, que impresionaron vivamente al autor del
ción francesa de 171)2 delegó en los célebres comisarios de Memorandum, quien á su regreso á Madrid conferenció con
su seno, para que vigilasen y residenciasen á los generales. sir Jorge Williers, en cuyo ánimo hizo penetrar el convenci­
Poro semejante innovación era harto repugnante de montar miento de quo Narvaez era el hombro llamado á destruir á
á las costumbres de nuestra España, y abandonando la idea Gomez si el gobierno se resolvía ¡í cometerle la persecución
el cambio de régimen que venían A simbolizar las Cortes, al del jefe expedicionario.
diapason de la revolución francesa, quedóse el proyecto re­ Como amigo sincero y desinteresado del triunfo de la causa
ducido al envío cerca de Rodil de la persona del diputado de la Reina, sir Jorge se persuadió de la importancia do la
don Cayetano Carderò, portador de un doble juego de reales comunicación que le hacia su amigo y manifestó el deseo do
órdenes, de las que debia hacer uso según el estado y tem­ conocer y tener una conferencia con Narvaez. En aquel mismo
peramento en que encontrase al general-ministro. dia obtuvo el representante de Inglaterra del ministro do la
Si Carderò encontraba á Rodil en marcha contra Gómez, Guerra la autorización para que el brigadier viniese á Madrid.
debia mostrarse reservado, no embarazar sus planes y limi­ El resultado de la entrevista do este con el diplomático no
tarse á pedirle datos y noticias. Mas si lo hallaba inactivo ó pudo ser mas satisfactorio. De ella salió el último convencido
irresoluto, debia comunicarle la real orden en que se le lla­ de que Narvaez era el hombre predestinado ¡i la ardua misión
maba inmediatamente á Madrid, confiando el mando de la de libertar al país y al gobierno de la pesadilla personificada
division de la Guardia, principal fuerza do laque Rodil dispo­ en Gomez
nía, al general don Felipe Rivero. Empleó sir Jorge todo su influjo, que era grande, cerca de Ca­
Carderò salió de Madrid el 7 y al siguiente dia llegó A Mon- latrava para que Narvaez fuese destinado al mas preferente de
terubio donde se hallaba el cuartel general, pero encontró al los servicios reclamados por las circunstancias, y en su conse­
ministro en tan agrias disposiciones y tan montado en cólera, cuencia el Consejo de ministros llamó'á su seno al brigadier, oyó
que á cajas destempladas despidió al diputado mensajero, su opinion sobre la empresa que el gobierno estaba dispuesto á
obligándole A salir inmediatamente del cuartel general po­ confiarle, y habiendo oido de boca de Narvaez que respondía
niendo por nota en el pasaporte de que era portador las si­ de alcanzar á Gomez y de batirlo en los dias que quedaban
guientes palabras: Regresa á dar cítenla de su misión. del mes que corria, acordó el Consejo que lo fuese dirigida la
Expulsado de tan ruda manera el diputado mensajero y real orden cuyo tenor aparece al pié (1).
agente del gobierno, detúvose en Castuera á cuyo alcalde Posteriormente y ampliando la misión conferida á Narvaez,
entregó para que le diese curso la real órden que prescribía se le comunicaron las reales órdenes que figuran á continua­
á Rodil que se presentase en Madrid, al mismo tiempo que ción de la anteriormente citada (2).
se comunicaba á Rivcro la real orden que le confiaba el
mando do la Guardia. Pero el comandante de armas del ante­ ( 1 ) M h u ste riu d e l<t G u erra . — S . M . l a l t c i n a g o b e r n a d o r a , e n t e r a d a
dicho pueblo tenia orden de Rodil para escoltar á Carderò d e q u e e l m a r q u é s d e R o d il d e b ía p a s a r h o y p o r A im a r a s A la iz q u ie r d a
hasta Medellin, como con efecto lo verificó, hechos que pues­ d e l T a jo , q u e e l g e n e ra l A la ix p e r n o c ta r ia ta m b ié n h o y e n X a v a lm o r a l
tos por el agraviado en conocimiento de Calatrava, produje­ d e F u s a , y q u e e l r e b e ld e G ó m e z h a b í a m a r c h a d o d e T r u j i l l o :í C à c e ­
ron tal sensación en el gabinete, que se resolvió dar de ello r e s , p a r e c ie n d o e n e s to i n d i c a r s u s d e s e o s tic b u s c a r u n p a s o A l a d e r e ­
cuenta á las Cortes en sesión secreta, comunicando á las mis­ c h a d e l T a jo , a u n q u e s e a e n e l v e c in o re in o d e P o r tu g a l, s e h a s e rv id o
mas los acuerdos que pensaba tomar el gobierno y que la re s o lv e r q u e V . S . c o n la d iv is io n d e s u m a n d o re fo rz a d a c o n 1 5 0 c a b a ­
llo s ú tile s p a r a c a m p a ñ a a c tiv a , s e p o n g a e n m o v im ie n to A m a r c h a s f o r ­
asamblea plenamente aprobó. z a d a s e n d ire c c ió n á T a la v e r a p a r a o b r a r d e s d e a llí e n la d e s tr u c c ió n
Consistían las medidas adoptadas cu la revocación de todas d e G ó m e z , A c u y a f u e r z a v a V . S . e n c a r g a d o ite h a c e r u n a p e rs e c u c ió n
las facultades que el decreto fecha (J do setiembre había d e c id id a c in c e s a n te h a s ta lo g ra r s u e x te rm in io , o b ra n d o e n c o m b in a c ió n
conferido á Rodil, en su exoneración del cargo de ministro de c o n la s q u o tie n e á s u s ó rd e n e s in m e d ia ta s e l s e ñ o r s e c re ta rio d e l D e s ­
la Guerra, así como del de la comandancia de la guardia real p a c h o d e l a G u e r r a m a r q u e s d e R o d il ( q u e s e h a l la b a c l 1 ." d e ) a c t u a l e n
ile infantería, y en disponer que el exonerado marchase á P a r a le d a d e la M a ta y s e d is p o n ía p a r a i r á A lo n a ra /, á p o n e r p r a c tic a b le
Toledo á esperar órdenes. a q u e l p a s o y p a s a r e n s e g u id a á la o rilla iz q u ie rd a d e l T a jo , y m a rc h a r
Pero el sentimiento dominante, la preocupación general con­ d ir e c ta m e n te A b u s c a r la fa c c ió n d e l c ita d o G o m e z ), y la d iv is io n d e l
m a r is c a l d o c a m p o d o n I s id r o A la ix q u e h a d e b id o lle g a r e l m is m o
tinuaba siendo la célebre expedición carlista, la móvil exis­ d i a 1 .® a l p u e b l o d e S a n P a b l o y a l c u a l s o l e c o m u n i c a n h o y t a m b i e u l a s
tencia de su amenazadora aparición donde menos era espe­ ó rd e n e s m a s te rm in a n te s p a ra q u e in m e d ia ta m e n te y á m a rc h a s fo rz a ­
rada, y ministros, diputados y hombres influyentes de la d a s s e d ir ija c o n tr a la fa c c ió n d e G ó m e z . P a r a q u e d ic h o g e n e r a l o b re
situación, todos respiraban por la misma herida, á todos aque­ c o m b in a d a m e n te c o n V . S ., s e le tr a s l a d a la p r e s e n te c o m u n ic a c ió n , a s í
jaba la misma inquieta duda, la de saber cuándo y por quién c o m o á V . S . s e le in c lu y e c o p ia d e lo q u e A e l s e le p r e v ie n e p a v a
seria aniquilado Gomez. q u e Y . S . lo c u m p la y g u a r d e e n to d o s lo s e x tr e m o s q u e a b r a z a c u lo s
Según anterior disposición de Rodil, estacionaba en la Al­ c a so s q u e a llí so e x p re s a n , p e ro s in p e rd e r d e v is ta , q u e e s la v o lu n ta d
carria la division de vanguardia del ejército del Norte, de cuyos d e S . M ., q u e A p e s a r d e c u a n to ll e v o d ic h o a c e r c a d e l a d ir e c c ió n d e la
m a r c h a d e V . S . p a r a b u s c a r á la fa c c ió n , d e b e v a r ia r la s e g ú n c o n v e n g a ,
movimientos nos hemos ya ocupado. s i c u e l c a m in o a d q u ir ie s e n o tic ia s c ie r ta s d e la p o s ic ió n d e l e n e m ig o ,
En la tarde do uno de los últimos dias del mes de octubre el e n e l c o n c e p to d e q u e n o d e b e rá V . S . m a lo g ra r n in g u n a o p o rtu n id a d
entonces teniente coronel Sr. D. Antonio Ros de Olano invitó á q u e s e le p r e s e n te y p u e d a a p r o v e c h a r la p a r a b a t ir A lo s re b e ld e s . F i ­
tres do sus amigos á trasladarse en su compañía á visitar A Nar­ n a lm e n te , a d v ie rto A V . S . q u e m a ñ a n a A la s d o c e d e l d ia d e b e rá la d iv i­
vaez y á su brigarla, distante á pocos leguas do Madrid. Uno s io n d e s u m a n d o p a s a r p o r la s a f u e r a s d e e s t a c a p i t a l e n d o n d e s o lo i n ­
de los sujetos invitados acertó A serlo la persona á la que se c o r p o r a r á n lo s 1 5 0 c a b a ll o s q u e q u e d a n m e n c io n a d o s . R e r e a l ó r d e n lo
hace referencia como habiendo sido el intermediario de las d ig o á V . S . p a r a s u in te lig e n c ia y c u m p lim ie n to . D io s g u a r d e A V . S .
comunicaciones que en mayo de aquel año mediaron entre m u c h o s a ñ o s . — M a d r i d 3 d e n o v i e m b r e d e 1 Ö 3 0 . — C am ba.
P . 1 ). E s l a v o l u n t a d d e S . M . q u e e n c a s o n e c e s a r io q u e V . S . t a l lo
el ministro plenipotenciario de Inglaterra é Isturiz, en los ju z g u e , d e b e rá p o n e rs e e n c o m u n ic a c ió n c o n e l g e n e ra l e n jc íe d e la d i­
dias que precedieron á la formación del ministerio que presi­ v is io n a u x ilia r p o r tu g u e s a , V iz c o n d e d a s A n ta s , q u e d e b e e s ta r e l 5 d e l
dió aquel hombre público, sujeto que como igualmente se dijo a c tu a l e n Z n m o ra .— E s tá r u b r ic a d o .— S e ñ o r b r ig a d ie r d o n lla m ó n M a ­
fué el que redactó cl Memorandum inserto en el capítulo V ría N a rv a e z .
del libro IV. Conocida como lo es ya por los lectores la posi­ ( 2 ) M in u te r ò ) d e l a G u e r ra . — S . M . l a a u g u s t a R e i n a g o b e r n a d o r a s e
ción influyente de dicho veterano liberal y la liarte que en­ lia s e r v id o d is p o n e r q u e ta n lu e g o c o m o r e c ib a Y . S . e s ta ó r d e n s e d ir i­
tonces y durante algunos años siguió tomando en la política j a á m a r c h a s f o r z a d a s s o b r e la d ir e c c ió n q u e lle v o e l g e n e r a l A la ix , c u y a
d iv is io n se h a lla b a e l 4 e n N a v a lm o ra l d e P o s a p a r a c o n tin u a r A in c o rp o ­
activa, fácilmente se comprende que el principal objeto que r a r s e c o n e l g e n e r a l R o d il; y to m a n d o V . S . e l m a n d o d e d ic h a d iv is io n
ocuparia á los visitantes del jefe de la brigada do vanguardia, c o n e l d o la q u e V . S . d ig n a m e n te g o b ie rn a , p e rs ig a in c e s a n te m e n te a l
seria la expedición de Gómez y la suprema importancia para r e b e ld e G o m e /, h a s ta lo g r a r s u to ta l d e s tr u c c ió n , e m p le a n d o V . S . a l
la causa pública de dar fin de la inquietante y asoladora ex­ e f e c to to d o s u c e lo , to d a s u a c tiv i d a d , to d o s s u s c o n o c im ie n to s m i l i t a ­
pedición. Acerca de ella se expresó Ñarvaez en términos tan re s y e l v a lo r y s u frim ie n to d e e s a s tro p a s q u e ta n to s títu lo s h a n a d q u i-
198 I I I S T O H I A DK E S P A Ñ A

listos y no otros fueron los verdaderos antecedentes quo gía con que operó hi division do vanguardia á la que sepa­
mediaron y decidieron de la presentación en escena del briga­ raban de Gómez las ciento cincuenta leguas que de la capital
dier Narvaez como encargado ile la persecución do Gómez. del reino dista el territorio de Arcos en la provincia de Cá­
A (in de llevar de frente y lo mas metódicamente posible diz, adonde Narvaez fue á buscar al enemigo y supo batirlo
el movimienlo de los tres cuerpos de ejército lanzados contra y ahuyentarlo, toda vez que las divisiones Rivero y Alaix
el caudillo carlista; á saber, la division de la Guardia real que que siempre operaron en comarcas que los colocaban cuando
por exoneración de Rodil quedó al mando del general Rivero, mas á doso tres jornadas de Gómez, no lograron sin embargo
la de la tercera division del ejército del Norte á cuyo frente darlo alcance.
iba Alais, y la de vanguardia, última entrada en operaciones, No necesitan nuestros lectores que al introducir en escena
y en atención á haber quedado anteriormente expuesto cuiíl como entidad política y militar la persona de don Ramon
era la respis:) iva situación de Alaix y de Gomez, al que de­ María Narvaez, cuyos principales hechos en la guerra de los
jamos en Honda el 1<¡ de noviembre, demos cuenta ahora siete años hemos ya dado á conocer, nos detengamos á trazar
de los movimientos de Hivern hasta la expulsion do Andalu­ la biografía de un hombre bastante célebre para que su apti­
cía de los expedicionarios carlistas. tud, su carácter, sus dotes de gobierno, no sean sobradamen­
H ec ho c a rg o el último de dichos generales el dia 18 de la te notorios, y han sido además objeto de numerosas publica­
fuerza de que le. hizo entrega Rodil, dirigióse á Córdoba, ciones que andan en manos de todo el mundo.
domic le obligli á detenerse la falta que la tropa tenia do cal­ Los hechos mas notables acerca de Narvaez, de que lleva­
zado, y adquirido que hubo noticias acerca del rumbo-que mos hecho mérito, son parto integrante de la historia de
llevaba Gomez, púsose en marcha pernoctando sucesivamen­ nuestros dias, y aquellos de los que por igual motivo tendre­
te cu Montilla, Erija. Osuna, Campillos y finalmente on Ron­ mos que hablar, constituyen todo lo que respecto á este hom­
da, domle llegó el vi), dos dias despues de haberla evacuado bre público nos cumple decir.
( iomez. Por nada entró (no obstante lo que ha podido decirse y afir­
Interin Hivero efectuaba estos movimientos, volvía Alaix man escritores contemporáneos) la opinion política que como
de Kxl remadura á Andalucía. El 3 de noviembre hizo noche particular profesase Narvaez para influir en la confianza que
en Navnlmoral de l’usa y el 21 entraba en Ronda, invirtion- en él depositó el ministerio Calatrava, confianza llevada hasta
do para ello veintidós mortales dias, sin haber ni en uno solo la irregularidad do haberle conferido atribuciones superiores
dado vista al enemigo; lentitud que no bastan á disculpar á su jerarquía militar, y depresivas hasta cierto punto del
las conjeturas que formó acerca de que Gómez pudiese acer­ espíritu de la ordenanza; irregularidades que dieron origen
carse á Madrid ó amenazase áGranada ó á Sevilla, conjeturas á los celos que fueron efecto de aquellas muestras de favor y
que condujeron á Alaix á describir el largo circuito que le que condujeron án n a reacción que influyó en que Narvaez
hizo estacional' en Espinosa del Rey, Herrera del Duque, Hi­ no obtuviese las merecidas inmediatas recompensas á que se
nojosa., Redru Abad, Castro del Rio, Bailen, Córdoba y Ante- liabia hecho acreedor por su campaña contra Gomez.
quera, olvidando que su principal, su único objetivo debió ser Quiso el gobierno que antes de emprender su marcha, la
la emisi ante y no interrumpida persecución de Gómez. brigada do vanguardia desfilase por las afueras de Madrid
La fecha de la real orden que cometió á Narvaez la persecu­ para ser revistada por el ministro de la Guerra y que se le in­
ción de (íomez y la ilei diti en quo el último salió do Ronda corporasen los ciento cincuenta caballos de refuerzo que le
para el Campo de Gibraltar, y la consiguiente comparación habían sido ofrecidos.
de la distancia en que se hallaban («ornez y Narvaez al po­ No pudo por consiguiente ponerse en marcha la division
nerse este último en marcila desde Madrid en la mañana del 4 hasta el siguiente dia, enei quela emprendió con gran resolu­
de noviembre, lo dicen todo respecto á la celeridad y euer- ción y tau levantado ánimo, que ásu paso por los pueblos de
Extremadura, amilanados de resultas do la excursion de Gó­
r iilo a l a p r e c io ile S M . K l m a r is c a l ilo c a m p o ilo u I s i d r o A la i x il e q m e s mez por aquellas comarcas, vio reanimarse el espíritu público
d e e n tr e g a r á V . S . s u d iv is io n d e b o d irig irs e á A v ila á e s p e ra r n u e v a s y acompañar con simpatía á la division perseguidora de los
( in le m « d e S . M . y a l e fe c to le e n tr e g a r á V . S . la a d ju n ta . D o r e a l d re ie n que tan incómoda visita acababan de hacer á aquellas pobla­
lo d ig o á V . H p a r a s u c o n o c im i e n to y c u m p lim ie n t o . D io s g u a r d e á V . S . ciones. Al tercer dia de su partida do Madrid viósc sin em­
m u c h o s a f i e s . — M a d r i d ( i d e n o v i e m b r e d e I (stili.— C a m b a .— S e ñ o r b r i g a ­ bargo detenido Narvaez por una órden de Rodil que le pres­
d ie r d o n K a m e n N a rv a e z .
M i u h i . r i i ) de ia ( in e r r a . — K e d a d o c u e n t a á S . M . l a R e i n a g o b e r n a d o ­
cribía retroceder, órden que muy á pesar suyo tuvo que
r a d o la s c o m u n ic a c io n e s d o V . S . d e a y e r d e s d e N a v a l m o ra l, p a r tic ip a n ­ obedecer siendo todavía el que la daba ministro de la Guer­
d o la s p r e v e n c io n e s q u o d e s d o M e d e llin le h a c ia e l m a r q u é s d e R o d il c o n ra cu propiedad, al mismo tiempo que general en jefe. Pero
l o c h a d e l !) p a r a p e r s e g u i r ¡í G o m e z , q u e h a l d a p e r n o c t a d o e n B e r l a n g a afortunadamente dos dias despues el diputado Cardex-o al­
e l 7 ; e l m a l e s ta d o d e Ó n b a /.u c la , N a v a l c o n o jo . .T o rto , T o r n a b a c a s y o t r o s ; canzó en su marcha á Narvaez y le hizo entrega de la antes
el a u x ilio q u o h a ld a re s u e lto p r e s ta r V . S . a l ju e z d o p rim e ra in s ta n c ia citada real órden fecha del (i, que ponia bajo sus órdenes
d e N a v a ln m r a l o rn i c l lin d o tr a n q u ili z a r á d ic lio s p u e b lo s , y f in a lm e n te la juntamente con la de vanguardia la tercera division ó sea la
r e s o lu c ió n q u e V . S . so p r o p o n ía to m a r , b ie n a lc a n z a s e á la d iv is io n A la ix , de Alaix. Acrecentándose la responsabilidad de Narvaez con
Ilio n p u d ie s e a n t e s e a u r s o b r e e l e n e m ig o , lo q u e a p r o v e c h a r í a Y . S . c o n
d e c is io n ; y e n t e r a d a s . S I. d e to d o , so h a s e rv id o a p ro b a r s u s d is p o s ic io ­ esta nueva prueba de la confianza del gobierno, emprendió
n e s , u n la s c u a le s , y e n la j u s t a p r e f e r e n c ia q u o d a V . S . á la d e s tr u c c ió n continuadas marchas forzadas desde aquel mismo dia, dili­
d e l e n e m ig o , a l m o n o s á s u v iv a p e rs e c u c ió n , n o v e S . 3 1 . m a s q u e c o n ­ gencia que le permitió hallarse on Moron el 23 de noviembre,
firm a d o e l b u e n c o n c e p to q u e tie n e d e s u s a p titu d e s y le a l d e c is io n p o r habiendo ejecutado con asombrosa celeridad un movimiento
la c a u s a n a c io n a l. merced al cual y no obstante la detención causada por Rodil
l i s t o n o o b s t a n t e , q u i e r o S . JM . p r e v e n g a á V . S . d o s u r e a l ó r il e n c o m o so vio en situación de alcanzar á Gomez antes que finalizase
lo e j e c u t o , q u o o n o l o a s o d o ll e g a r Y . S . á to m a r o l m a n d o ta m b i é n d e el mes de plazo dentro del cual había ofrecido Narvaez al
l a d iv i s i o n A la i x , c o m o s e lo p r o v in o e n r e a l ó r d e n d e l ( i d e i p r e s e n t e , gobierno que habría dado vista al enemigo.
p e rs ig a in c e s a n te m e n te a l re b e ld e G ó m e z h a s ta lo g ra r s u to ta l d e s tr u c ­
c ió n , e m p le a n d o V . S . a l e fe c to to d o s u c c io , to d a s u a c tiv id a d , to d o s Queda antes dicho que Rivero en seguimiento de Gomez
s u s c o n o c im ie n to s m ilita re s y e l v a lo r y s u frim ie n to d o e s a s tr o p a s q u e llegó á Ronda el 21. Ku aquella ciudad recibió una comuni­
ta n to s títu lo s lia n a d q u ir id o a l a p re c io d o S . M . c o m o s e le d o c ia . I g u a l­ caci on de Narvaez en que lo podia la caballería de Diego
m e n te e s e x p r e s a v o lu n ta d d o S . M . q u e s i e l m a n d o d o la d iv is io n d e la \ Leon como perteneciente á la division de Alaix puesta á las
G u a r d i a r e a l h u b i e s e ll e g a d o ¡í r e c a e r e n e l g e n e r a l R i v e r o , p r o c u r e V . S , órdenes del jefe do la division do vanguardia por real órden
o b r a r e n c o m b in a c ió n c o n é l p a r a e l o b je to d e d e s tr u ir á G ó m e z , p e ro fecha (5 de noviembre.
q u e e n o l o a s o d o q u o h u b ie r a d is c o rd ia e n tr o V V . S S . e n e l m o d o d e No se prestó el general Rivero á deshacerse de la caballería
m a n i o b r a r , p r e v a l e z c a p r e c i s a m e n t e l a o p i n i o n i l e V . »S. á l a c u a l s u j e t a ­
r á o l g e n e ra l R iv e ro s u s o p e r a c io n e s ; y p a r a q u o s e v e rifiq u e e x a c ta ­ que liabia reunido á su propia division, y limitóse á aconse­
m e n te lo e n s e ñ a r á Y . S . e s t a o r d e n . D o l a d e S . M . lo c o m u n ic o á V . S . jar á Narvaez la posición que en concepto de Rivero conven­
p a r a s u in te lig e n c ia y p u n tu a l c u m p lim ie n to . D io s g u a r d o á V . S . m u ­ dría que so ocupase para cooperar á la destrucción de Gomez,
c h o s a n o s . - M a d r i d 1 1 d e n o v i e m b r e d e 1 8 3 1 ! .— C am ba. — S e ñ o r b r i g a d i e r á la que igualmente convidaba á Alaix, indicando del mismo
d o n R am o n N a rv ae z. modo á este las posiciones que croia Rivero mas conveniente
K b Al» . MO D E R N A 10»
quo tomase. No disimulaba el general Pavero quo su pensa­ de noviembre ocupaban posiciones mas ó menos próximas á
miento y su deseo cran que los jefes á quienes se dirigia los flancos de la facción, impendieron que los movimientos de
Manqueasen por derecha é izquierda á Gomez, ínterin cd lo sus respectivas columnas, habian obligado á Gómez á buscar
atacaba de frente. salida en la dirección que traía Narvaez, y que á ello debió
Procedente á todas luces fue la comunicación dirigida por exclusivamente este haber logrado venir á las manos con los
Kivcro desde Honda al gobierno indicando la importancia de carlistas.
la unidad en el mando de las tres divisiones que operaban Habida consideración á la táctica de Gomez y á su cons­
contra la. facción; medida á la quehabiaproveído el gobierno, tante sistema do rehuir combates que no debieran serlo deci­
aunque de una manera irregular, por las reales órdenes fe­ sivamente ventajosos, no os cuestionable que de no haber
cha (i y 11 de noviembre que conferían al brigadier Narvaez tenido otros enemigos delante que embarazasen sus movi­
(d mando directo de dos divisiones, la suya y la de Alaix, mientos habría corrido lo bastante para haber cansado y tal
prescribiendo por la última do dichas reales órdenes que la voz aburrido á un único perseguidor.
division Rivero mandada por un mariscal de campo obede­ Mas admitida osta hipótesis, no hay tampoco que descono­
ciese en casos dados las órdenes de "Narvaez. cer que si Gomez sabia eludir encuentros, Ñarvaez sabia bus­
(lontra esta desviación de las buenas reglas de la milicia el carlos, y habia desplegado tanta actividad en sus marchas y
mismo oficial general á cuyo favor so expidió la irregular tanto acierto en sus movimientos, epic muy de. presumir era
medida, habia hecho presente al gobierno que el mando do que aunque se hubiese encontrado solo contra Gómez y tenido
las tres divisiones debia confiarse á un general de superior por campo los dilatados territorios por qno este se movía, Im­
graduación ¡í la suya, á quien gustoso obedecería. Aunque bria Narvaez sabido encontrar el enemigo que buscaba, el que
movidos por consideraciones peculiares á cada uno de ellos, embarazado con el gran convoy que trasportaba sus rapiñas,
se ve pues que ambos jefes interesados en la cuestión de uni­ era casi imposible hubiese podido sustraerse á la persecución
dad de mando, la veian bajo el mas conveniente punto de de un adversario de las condiciones que la experiencia habia
vista y que el gobierno fué quien anduvo evidentemente demostrado hallarse dotado el brigadier Narvaez.
errado en el asunto. En su marcha directa y, como los hechos vinieron á acredi­
K1 '¿'-i se movió Rivero de Ronda con dirección á Gauchí, tarlo, acertada, al pisar la division do vanguardia el territorio
donde no encontrando á los carlistas tomó la dirección do de las provincias de Sevilla y de Cádiz, unióse á ella una bri­
San Roque, recomendando á Alaix, que se hallaba en Ante- gada de la milicia nacional movilizada do Sevilla, de la que
quera, cubvicsc el camino de Málaga por la costa. era jefe do estado mayor el benemérito patricio don Manuel
Continuando su marcha dicho general no cesó do expedir Cortina, y mucho sin duda contribuyó la presencia de aque­
comunicaciones tanto á Alaix como á Narvaez dándoles co­ llos ciudadanos armados, mezclados en las filas de los solda­
nocimiento do sus movimientos y aconsejándoles los que en dos de Narvaez, para que la opinion pública se pusiese de
su opinion deberían efectuar para envolver á Gomez sin de­ parte de este en la persecución que no tardó en suscitarle la
jarlo salida. victoria que o í la jornada del 25 de noviembre alcalizó so­
Todo aquel dia y el siguiente (2h y 24) siguió Rivero la bre Gomez y de la que vamos á dar cuenta.
1lista de los expedicionarios haciendo prisioneros á algunos No es dudoso que al levantar Narvaez su campamento de
de sus rezagados. Con noticia de que la facción estaba en Al­ la Sierra de Aznar en la mañana del 25 ele noviembre salió de
calá salió muy do. madrugada de la Venta del Castaño espe­ el tan animoso y esperanzado de encontrar á Gómez, como
rando poder dar alcance á Gomez, al que si lograba batir poco dispuesto sin duda se hallaba este para sostener el en­
seria en su juicio acabado de destrozar por Alaix ó por Nar­ cuentro, si pudiera evitarlo; pero en la posición en que se halló
vaez, cuyo encuentro difícilmente podria evitar el enemigo. habiendo, al evacuar la Serranía de Ronda, tomado la direc­
No consiguió Rivero en aquel dia dar vista á la facción, lo ción de Poniente en vez do la de Levante y teniendo casi en
que atribuye al detestable estado de los caminos, (pie retra­ frente el mar, no podia retrocedei- sin á su paso tenor que
saron su marcha y no lo permitieron llegar á Alcalá sino bien venir á las manos con Rivero ó con Alaix que por distintos
entrado el dia, cuya claridad procuró utilizar continuando puntos le seguían la pista, ni evitar el choque con la division
su jom ada hasta las cercanías ilei convento del Valle donde de vanguardia que le obstruia la única, salida que por enton­
acampó y desdo donde dice el general Rivero pudo oír los ces le quedaba.
últimos tiros de la acción empeñada aquel mismo dia entro La diligencia de Narvaez, lo atinado de sus movimientos,
el grueso de la facción Gomez y la division Narvaez. que en linca recta lo habian conducido á dar con el enemigo
Cumplíase para este por último al cabo de diez y nueve al que. desdo Madrid venia buscando, hallaban su premio en
(lias de acelerada marcha, su anhelado propósito de dar vista ser el primero que diera alcance al audaz expedicionario.
al enemigo que liabia ofrecido alcanzar y batir. Detenido Gomez, al adelantarse sobre Arcos, por las guer­
Habia sido Narvaez el último de los jefes destinados á per­ rillas de la division de vanguardia, escogió el terreno que
seguir á Gómez, y sin vacilar, sin dilaciones, ni contramar­ mejor podia convenirle, tomando posición en la elevada ca­
chas, ni tropiezos, casi en línea recta como proyectil lanzado dena de los montes Vallejos, que dominan el rio Majaceite
sobre determinado blanco, habia caido sobre el enemigo á donde este se uue al Guadalctc, montes cubiertos de maleza
quien en los dos meses trascurridos desde la jornada de Vi- y de arbolado, terreno inaccesible para, la caballería y en ex­
llaroblodo no habían logrado alcanzar ni Alaix, especialmen­ tremo favorable para la defensa; pero no tuvo igual acierto en
te encargado de su seguimiento, ni Rivero al frente de una disponer su orden de batalla, pues desplegó una prolongadí­
division de escogida tropa. La comparación no podia menos sima línea sin reservas sobro las alturas que ocupaba, situa­
de ser favorable á Narvaez y así se lo tuvo en cuenta la opi­ ción que al avanzar sobre las masas carlistas supo estimar
nion pública, no escatimándole los aplausos los pueblos al para sacar partido de ella el experto jefe de la division do
recibir la grata nueva do que el jefe de la division de vanguar­ vanguardia.
dia habia redimido su palabra de dar alcance al temido jefe Muy inferiores eran en número los combatientes (pie for­
de la expedición. maban sus filas en comparación al do los enemigos quo Nar­
Pero ¿en qué condiciones llegó Nárvaez á rendir tan seña­ vaez iba á afrontar, pues no obstante la disminución de fuerza
lados servicios? ¿Hasta qué punto contribuyeron los movi­ que tuvo Gómez en Vill'arobledo, se habia reforzado en Cór­
mientos de las demás columnas á que la de vanguardia fuese doba con la gran mayoría do los ox-volu litar ios realistas de
la primera que diese alcance al pnemigo, contribuyendo aque­ aquella provincia, con los que formó nuevos batallones, al
llas al triunfo que Narvaez iba á obtener? propio tiempo que conservaba casi intacta la infantería quo
Cuestiones son estas que cumpliría examinar despues de se le unió con Cabrera en Uticl, compuesta do escogidos ba­
darnos cuenta de lo que fue la acción de Majaceite, en la que tallones aragoneses y valencianos; todo lo que autoriza á gra­
redimió Narvaez su palabra empeñada de dar alcance, yaque duar que Gomez presentaba todavía en línea una fuerza que
no le dejaron dar fin de Gómez. excedia de diez mil hombres.
Los generales Rivero y Alaix, quienes en la última semana La de la division do vanguardia estaba reducida á cuatro
T omo VI 27
t m I l l S T O U I A DK KKJ ' ANA

mil infantes y clos escuadrónos de caballería muy bien man­ seguirlos, pues no podiendo la caballería moverse en terreno
dados por el coronel Mayalde. ¡I cuya fuerza se 1labia unido cortado y no presentando el enemigo masas cuya vista seña­
una bridada de nacionales movilizados de Sevilla do la que lara el objetivo de la persecución, so pena de que los encarga­
era jefe de estado mayor don Manuel Cortina. dos de seguirles la pista se desordenasen, tuvieron las cornetas
Como la luíoste de Narvaez no podiaporsu inferioridad nu­ 1que tocar llamada, disponiendo en su consecuencia Narvaez que
mérica, hostilizar en toda su prolongación el frente del enemi­ su division y la brigada de nacionales de Sevilla vivaqueasen
go, sin haber incurrido en falta mayor que la por aquel corne­ sobre los montes Vallejos, que habían sido teatro de la pelea.
tilla, resolvió Narvaez emplear el orden de fomlo contra el mas Bien quiso, no obstante, aquel experto jefe, que las com­
extenso des]llegado por Come/.. Un su vista resolvió atacar el pañías de cazadores y los voluntarios conocedores del país
centro de este, rebasando y envolviendo al mismo tiempo su continuasen la persecución del enemigo, pero los paisanos que
ala izquierda. V en atención á que el enemigo no esperó el sorvian de guias declararon que no era posible seguir la huella
ataque del lado allá del rio, usó Narvaez de la precaución de do los fugitivos que liai lañan abrigo á cada paso en las esca­
situar del lado acá del puente sobre el JVIajaceite, una reserva brosidades del terreno favorecidos por la oscuridad.
que apoyase un movimiento de retirada si llegaba el caso de Eli su precipitada fuga los carlistas dejaron el suelo sembra­
(.euer que efectuarla. do do fusiles y de equipo, no obstante de que al comenzar la
Cumple á la verdad histórica y es debido ú la memoria del acción había Gómez hecho desfilar bien escoltada y en direc­
eminente patricio que recientemente ha desaparecido do entre ción á Villamartin su caja militar y los equipajes del estado
los vivos, consignar que al señalar á Cortina el puesto de re­ mayor. Un centenar de cadáveres dejaron los carlistas tendi­
serva en la línea de combate, se mostró agraviado aquel es­ dos en el campo, llevándose mas de trescientos heridos. El
clarece lo ciudadano pidiendo que él y los suyos fuesen llevados número de prisioneros hechos al tomar posesión del monte
mas cerca del enemigo, deseoso Cortina y sus nacionales de fué de ciento setenta, entro ellos cuatro oficiales y un ayu­
mayor participación on los peligros do la jomada. Y no bastó dante de Gomez.
que se le encareciese la importancia que tenia el puesto de Pero la gran pérdida de este consistió en la dispersión que
reserva que le fuó asignado para que se diese aquel por satis­ experimentó su luíoste, pues cu Moren, en Alcalá y en todos
fecho, llegando á sor necesario que Narvaez insistiese en lo los pueblos por los que pasó la fugitiva facción iba dejando
mandado como un precepto do disciplina. rezagados, que se presentaban á las justicias de los pueblos, y
El jefe do estado mayor de la division, que lo era cd coronel al. despuntar el alba del 26 los nacionales de Sevilla hicieron
Ros de Glano, tuvo órclen de romper el centro enemigo con ciento cincuenta prisioneros, capturas que se repitieron du­
dos batallones de la Princesa y uno de cazadores de la Guar­ rante todo el resto del día.
dia real provincial. Al amanecer levantó Narvaez su campamento y tomó la
Ejecutó Narvaez su movimiento con la celeridad y energía dirección de los Arcos en la prevision de que el enemigo tra­
que á todos los actos de aquel valiente jefe imprimia su deci­ tase de pasar el vado de Palma ó se encaminase á la Sierra de
dido carácter, y en verdad que la maniobra lo requeria, pues Segura, en cuya doble dirección no dudaba darle alcance. Al
tenia que recorrer larguísima distancia. Ros de Olano formó llegar á Arcos encontró Narvaez á la division Rivero con cuyo
dos columnas paralelas y una tercera en apoyo de aquellas; jefe conferenció y de quien supo acababa de recibir uua real
extendió compañías de la Princesa en guerrilla y cargó sobre orden que le prescribía evacuar á Andalucía y dirigirse á
el centro enemigo en cuanto hubo pasado un cuarto de hora Avila por ser necesaria la presencia de la division do la Guar­
de emprendido el movimiento de flaneo que ejecutaba Nar­ dia en Castilla la Vieja.
vaez. No respondieron las disposiciones estratégicas de Gómez En vista de las órdenes recibidas por el general Rivero y de
il lo que requeria la táctica empleada para vencerlo, ya sea las razones quo Narvaez le expuso, consintió aquel en ceder
que temiese comprometer su orden de batalla variándolo de al jefe de la division de vanguardia la numerosa y lucida ca­
repent e ó ya por falla de instrucción técnica en la mayoría do ballería que componia parte de su fuerza, á fin (le que Nar­
sus batallones. vaez estuviese en estado de perseguir activamente al enemi­
Ni Narvaez ni Gómez llevaban artillería, siendo la carencia go. Púsose aquel inmediatamente en marcha, y noticioso ásu
ile dieha arma por parte de los carlistas ventajosa para Nar­ llegada á Bornos de que la division de Alaix se dirigia á
vaez, en los momentos en que este precipitaba la ofensiva Montellano, determinó que la suya de vanguardia so encami­
apenas fuera del alcance de tiro de fusil. nase á Antequera por si el enemigo tomaba el rumbo hácia
El centro de la línea enemiga ocupaba el terreno mas ele­ Granada, y emprendió con solo la caballería su iniciado mo­
vado en el punto llamado líanos de la Reina, y fuó juzgado vimiento. En la marcha recogió algunos dispersos de Gomez,
por el Sr. Ros de Olano como el mas ventajoso paraci ataque, por los que supo que la facción desmoralizada se dirigia á
calen lamio que los fuegos á media distancia andada vendrían Osuna. En Montellano hizo Narvaez entrega al general Alaix
á ser casi lijos, al puso que noie pareció insuperable la subida; do la real orden que disponía tomase aquel cimando de la:}."
mas no pudo prever este entendido jefe que allí hubiese colo­ division. Manifestó Alaix que conformándose con las disposi­
cado Gómez sus mejores tropas, como lo eran dos batallones ciones del gobierno había hecho entrega de ella al coronel
<le la Guardia del Pretendiente mandados por el brigadier don José Caula, á quien por ordenanza correspondía. En su
Fulgíisio, cuya situación dejaba sin apoyo y sin socorro el consecuencia dió Narvaez orden á este último jefe para que
resto do las fuerzas enemigas compuestas ile gente mas bi- continuase á Osuna, dirigiéndose él con la caballería á dicho
soña. Pero los incomparables batallones do la Princesa que punto, donde supo que la facción habia ido á pernoctar á
conducía Ros de Glano venciéronla tenaz resistencia opuesta Estepa.
por las mas escogidas tropas de Gomez, al mismo tiempo que A las tres de la madrugada la caballería y los cazadores de
Narvaez rebasaba, cargaba y rompia la izquierda del ene­ la 3." division, ó sea la de Alaix, se bailaban formados para
migo. marchar y á las cuatro caminaba Narvaez ásu frente, dejando
Desde aquel momento todo filé confusion éntrelos carlistas orden al resto de la infantería para que le siguiese. A las dos
que no pudieron resistir las cargas á la bayoneta de las co­ el enemigo habia abandonado á Estepa en dirección de Puen­
lumnas que conducían los dos jefes liberales; dominaron estos te do Don Gonzalo, requisando en el camino cuantos bagajes
la cumbre y arrollaron al enemigo que corrió desordenado pudo haber á las manos á efecto de trasportar su infantería,
ante las vencedoras tropas de la division de vanguardia. no obstante lo cual dejó por los caminos multitud do hom­
En el momento decisivo y al declararse en derrota los bres y caballos cansados. A fin de paralizar la persecución
carlistas, dejaron estos bastantes prisioneros en poder de sus incendió Gómez el puente del Gonil, lo que embarazó la mar­
perseguidores, pero no poscia Narvaez como Josué cl poder de cha de Narvaez obligándole á vadear el ño tomando los
detenerci sol, y la profunda oscuridad que cubría el firma­ infantes á la grujía de su caballería.
mento dejó de hacer posible una fruct ífera persecución. Impaciente á consecuencia de la detención sufrida, oficio
Ros carlistas vencidos y dispersos so desbandaron, fraccio­ Narvaez al coronel Caula que iba sobre el enemigo cuya si-
nándose en la espesura del monte, lo que hacia peligroso el I tuaeion era desesperada, por lo quo le exhortaba á forzar la
K DAI ) MO D E l t NA 201
marcha, pava rounírsolo lo mas pronto posible. A legua y me­ quo podia contar con su persomi, mas de la tropa me habló
dia de Puente de Don Gonzalo la derrotada facción se divi­ en tono indeciso, á cuyo tiempo se presentó á mis ojos y los
dió, tomando varios caminos, habiendo Narvaez escogido el do los soldados el señor general Alaix, cuya presencia acre­
de Cabra-, infiriendo fuese el quo mas derechamente lo con­ centó el desmán, y llegándome á S. E. le hice cargos severos, á
ducirla á dar vista á los fugitivos. No se equivocaba en pen­ los que me contestó con la insolencia de la seguridad en que
sarlo así, pero la situación de Cabra exigia para operar con se hallaba. Continué (.Udendole me entregara al frente do la
éxito, la cooperación do la infantería. Habia Narvaez oficiado tropa el mando de la division, conforme á lo mandado por el
al coronel Caula que lo alcanzase y determinó esperar su lle­ gobierno, y se negó abiertamente á ello. Dos horas, las que
gada, no queriendo ir solo con la caballería á despertar al debían haberse consagrarlo á coronar el triunfo mas deseado
enemigo. Prefirió dejarlo entregado al sueño y sorprenderlo por la nación, se perdieron en este desorden, en el que se gri­
durante la noche. Croia no tener que perder un solo hombre taba por soldados del ejército español quo proferían perder la
para coronar su obra, y en esta esperanza, logró que un con­ causa á que yo mandara. Vi, señora, que el triunfo del dia y
fidente penetrase en Cabra, el que volvió á las once de la no­ la honra de la causa de la libertad iban á padecer honda­
che coir la noticia de que los de Gómez dormían rendidos de mente, porque la caballería do mi division se mostraba impa­
cansancio, poro que tenían orden de continuar su marcha á ciente por salir ám i defensa. El señor general Alaix se apoderó
las dos déla madrugada. El tiempo urgia, la oportunidad con­ del mando sin resistencia mia; pero aun despues de conse­
vidaba, o impaciente Narvaez salió al camino á ver si llegaba guido esto se intentó asesinarme, y el teniente do la tornirà
Caula, cuando con sorpresa suya recibió un pliego de este compañía del segundo batallón de Almansa don Francisco
jefe participándole que habia determinado hacer noche en Vázquez, en presencia do su general que nada puso de su
Zapatero. Desesperado en vista de semejante contratiempo, parte para impedirlo, arrebató un fusil á un soldado de su
expidió Narvaez al citado coronel la comunicación siguiente: compañía y ino apuntó, incitando á sus soldados á tirar sobre
«Cuando esperaba con ansia y por momentos la llegada mí. Otros hombres inferiores á aquel en graduación pero de
de V. S. y de la division á este punto, me encuentro con su corazón menos dañado, le frustraron la acción que intentó
oficio fecha de esta noche en Zapatero. Semejante determina­ por dos veces y que se hubiera realizado, si no en aquel mo­
ción que á V. S. ha parecido oportuna, ám í me extraña sobre mento, por la noche, á no retirarme yo en busca do mi divi­
manera, tanto mas cuanto Y. S. debe haber recibido mi oficio sion de vanguardia que convenientemente habia situado en
escrito sobre el camino indicándole la necesidad de la asis­ Antequera.
tencia de. la infantería á este punto en que me hallo. Acaso la »El hecho, señora, de que acabo de dar cuenta lo entrego
determinación de V. S. vendrá á frustrar el éxito de nuestra á la justicia de V. M. y al juicio de la historia militar del
empresa que so hubiera consumado esta noche. No obstante mundo, la que no creo pueda presentar un cuadro mas odioso
para tratar de poner remedio al mal, en el instante en que y criminal.
reciba V. S. este oficio se pondrá en marcha para Cabra, y si »Del gobierno de V. AI. espero, señora, pronta y ejemplar
al llegar á dicho punto sabe V. S. que lo ocupa el enemigo justicia, mas si cual no puedo imaginarlo dejase de caer eL
tomará una posición defendible, y por el camino mas corto castigo sobre la cabeza de los culpados por sur de alta, cate­
que conduzca á Cabra ó al punto que V. S. ocupe y que de goría ó el mucho número, yo que no abrigo sentimiento do
esta villa de Luccna conduzca á la citada de Cabra, en­ mezquinas venganzas, tampoco querré señalarme con el uni­
viará Y. S. un oficial que me dé cuenta ele la posición que forme del deshonor, ni confundirme con los asesinos de mi
ocupe V. S., teniendo entendido quo he calculado sobre poco patria.
mas ó menos labora en que debe hallarse Y. S. sobre Cabra á »Suplico á V. M. mande so me expida mi licencia absoluta
fin de arreglar yo mis movimientos con la caballería.» sin que me quede ningún fuero ni distinción militar. Así es­
Contando con la hora á que debía estar efectuada la opera- pero alcanzarlo de la justicia de V. M.
ciou de la infantería, emprendió Narvaez su marcha y se halló »Loja á las diez de la mañana de 1." de diciembre do 1S30.
al fronte de Cabra en cuyos alrededores cogió á veinticinco —A L. K. P. de V. M.—llamón María Narracz.»
prisioneros y recorrió vanamente las alturas que rodeaban al Viva, tal vez exagerada, aunque del todo legítima aparece­
pueblo para ver si llegábala infantería. Durante hora y media rá la queja que arrancaba la rebelión do los soldados de Alaix,
la esporo inútilmente, cuyo tiempo aprovechó el enemigo para al jefe militar á quien aquella misma rebelión privaba de la
escurrirse hacia Dueña por un terreno muy quebrado y mar­ gloria de consumar con la completa destrucción de Gómez, la
chando tan lentamente y en tal desorden que no dudaba Nar­ corta y brillante campaña que inauguraba su entrada á figu­
vaez que daria fin de la facción antes de medio dia. rar en primera línea entre los jefes de nuestras contiendas
Llegada que hubo la infantería la colocó Narvaez á van­ civiles.
guardia y emprendió su contrariada marcha, cuando á las Si en vez de dar en Montellano el destino que dió á las
dos horas de su salida de Cabra se verificó el hecho de que el fuerzas de que disponía, hubiese Narvaez enviado á Anteque­
mismo Narvaez da cuenta en una exposición fechada en Loja ra la division Alaix y continuado con la suya de vanguardia
que dice así : la persecución de los derrotados carlistas, el escandaloso su­
«Señora:—El 4 de noviembre desfilaba la division de van­ ceso de Cabra no hubiera podido tener lugar. Pero traía Nar­
guardia de mi mando ante V. M.; el 25 el rebelde Gomez es­ vaez su tropa rendida con las marchas forzadas que le habia
taba destrozado por mis soldados á orillas del Guadalete; hecho hacer, y quiso dar mayor vigor á la persecución toman­
el 2ít cuando iba á presentar los restos del enemigo aprisio­ do consigo tropas menos cansadas y dando algunos dias de
nados y entregados ante la justicia de la nación, la villana, reposo á sus soldados.
cobarde y vil envidia de mis hechos influyó en el ánimo de Para cohonestar la sublevación de Cabra los biógrafos del
los soldados, cabos, sargentos y oficiales de la tercera divi­ general Alaix han alegado que al recibir Narvaez en Luccna
sion, y al frente del enemigo vencido por mí y que les ponia la oficialidad de la division que aquel habia cesado aparente­
en las manos se me sublevaron en peso; los tambores batie­ mente de mandar, fué aquella oficialidad duramente tratada
ron el redoble de alto, los soldados unos se tendieron, otros por el último y oyó do su boca palabras depresivas y acusa­
armaron contra mí sus bayonetas, los sargentos y oficiales ciones acerca de la indisciplina que en ella reinaba, atribu­
los apoyaron en el motín, tiró de mi espada, esforcé mi voz y yendo la sublevación los indicados biógrafos al sentimiento
me hice obedecer al pronto, pero ínterin contenia la vanguar­ de agravio que éntrelos de Alaix produjo la opinion que acerca
dia, la retaguardia pedia á gritos que se presentara el general del estado de la division manifestaba el jefe llamado á man­
Alaix, y que yo muriera. Poco me hubiera importado, seño­ darla. Semejante disculpa debe ser considerada como del todo
ra, en aquel momento el sacrificio do una vida que estimo en contraria á la realidad, por cuanto nadie se hallaba tan inte­
poco, si no mediara el motivo que á continuación diré. Lle­ resado como Narvaez en atraerse la confianza y la simpatía do
gúeme al señor brigadier don Diego Leon, coronel de húsares, la fuerza de la que acababa de hacerse cargo, y do la que ne­
y le pregunté me respondiese si contaba con su regimiento cesitaba para completar su victoria
para apagar á viva fuerza la insurrección. S. S. me contestó El motín militar de Cabra tiene otra explicación mas vero­
•202 H I S T O R I A D E E S I ' AK A

símil. Sabido es que existia on el ejército del Norte division, Joaquin María Lopez en el interés del partido progresista, y
apartamiento, celos y hasta envidia, entro los parciales de por parte de los moderados entre el mismo Narvaez. Yiluma,
(Jórduva, último do sus »•olieraios en jefe, y Espartero, llama­ Gaspar Aguilera y otros sujetos; negociaciones y conferencias
do á sucedería. de las que se ha querido sacar la deducción do que Narvaez
Encargado oste do la persecución de Gómez y habiendo te­ se habia afiliado al último de dichos partidos. La version del
nido por enfermedad «pie separarse de su division, recayó el autor al que mas especialmente hacemos referencia no en­
mando de ella en Alaix. Se estaba en el período álgido del cierra toda la verdad, pero reviste las apariencias de ella.
movimiento progresista contra el gabinete Isturiz; Jos que lo Vióse en efecto solicitado Narvaez por los órganos de ambos
dirigían trabajaban por ganar cuerpos del ejército que secun­ partidos, deseosos de atraérselo y de servirse de él; pero el
dasen los pronunciamientos, y bien se comprende que en me­ futuro caudillo del partido moderado mostróse sumamente
dio de circunstancias (Incluantes y por demás críticas, Espar­ cauto y reservado en aquellas conferencias, limitándose á
tero dijese á Alaix según es fama que lo efectuó: «Entrego á asegurar que batiría á Gomez y protestando que se proponía
usted esta division para que me la conserve en el mismo ser exclusivamente soldado y permanecer ajeno á las con­
espíritu que la anima, y en el que confio encontrarla el dia tiendas de bandería. Mas entre los sujetos citados por el
en (pie vuelva á hacerme cargo de ella.» historiador al que acabamos de aludir, como habiéndose re­
Ligado por el deber moral de corresponder á la confianza unido en casa del duque de Veraguas para conferenciar
de su jefe y do su amigo, pues tanto Espartero como Alaix con Narvaez, encontróse uno que hacia doble juego en polí­
procedían del ejército del Berit, mal podia el último do estos tica. Dábase por amigo y confidente de los moderados al
generales ser indiferente á que el gobierno, olvidando su vie- mismo tiempo que era agente secreto y pagado por el minis­
toria de Villuroblcdo, lo hubiese separado del mando de su terio, y como los que á tales oficios se prestan, cuando no
division y conferídolo á un jefe que pasaba por favorito de tienen revelaciones, las inventan, el sujeto en cuestión vendió
( Vedova, contra el que era casi unánime la oposición de los al gobierno el servicio de haber descubierto que Narvaez se
militares de aquella procedencia; y fácilmente so comprende habia coligado con los moderados, y que si salia vencedor en
([lie esta oculta poro latente influencia escogiese ávidamente su empresa contra Gomez, emplearía el prestigio que no po­
por blanco al activo y confiado comandante general de la di­ dria menos de adquirir para derribar el gobierno.
vision de vanguardia, quien enviado el último contra Gomez, Mas como cuando este supo y pudo dar creencia á la alar­
del (pie lo separaban ciento cincuenta leguas de distancia, mante revelación, Narvaez caminaba á marchas forzadas
habia ofrecido que lo alcanzarla y lo batiría, promesa que sobre Gómez, no juzgaron prudente ni patriótico los minis­
había dado cumplida dentro del breve plazo quo al efecto tros debilitar la misión conferida al jefe de la division de van­
dijo al gobierno necesitarla. guardia. Esperaron el resultado, y como al saberlo vencedor
Además las autoridades y pueblos de Andalucía, por es­ sobrevino la complicación de Alaix y el recelo de disgustar á
pontánea y general manifestación, saludaron á Narvaez como Espartero y á sus amigos accediendo á las exigencias del
al libertador do aquellas provincias, desde el instante en que agraviado para que so castigase la sublevación de Cabra, re­
vieron correr delante do él despavorida y dispersa la formi­ sistióse á ello el gobierno y hasta revocó en su mente el pro­
dable expedición de Gomez que durante siete meses mantuvo pósito que tenia formado de recompensar los servicios del
el pánico en toda la nación. Aquel entusiasmo local en favor vencedor de Gomez. La presión diplomática á la que habia
de Narvaez causaba ojeriza y despecho desde el primero hasta obedecido Calatrava cuando nombró á Narvaez para perse­
el último de los individuos do la tercera division, y no es por guir á Gómez confiándolo el mando superior de tres divisio­
un momento dudoso que no quisieron servir, bajo las órdenes nes que formaban un verdadero cuerpo de ejército, aquella
do Narvaez, de instrumento paru concluir con Gomez y entre­ presión habia cesado con el temor que habia dejado de inspi­
gar prisionera y m ulida á toda su facción; juicio que clara­ rar la vencida expedición carlista.
mente corrobora el hecho de marchar Alaix á retaguardia de Llevado por estos estímulos y viéndose libre de los compro­
la division, apareciendo en medio de ella en el inomento en misos que se le habían creado y hallándose en su consecuen­
(pus se sublevaba aclamándolo por jefe y profiriendo gritos cia en estado de obrar con mayor libertad respecto á las exigen­
de muerte contra Narvaez. cias disciplinarias de Narvaez, Calatrava cambió de ministro
No parecerá menos inverosímil á las generaciones contem­ de la Guerra cesando de serlo el general Camba reemplazado
poráneas. conocedoras por hechos repetidos de la historia mi­ por el brigadier Rodriguez Vera, buscado para quo no guardase
li! ar y del carácter de Narvaez, atribuir á pusilanimidad de á Narvaez las consideraciones que le habia tenido el ministro
este, como lo dan á entender los panegiristas de Alaix, que saliente y poder mostrarse el gobierno olvidadizo de reprimir
no emplease aquel la fuerza para dominar la insurrección, la insurrección militar de Cabra.
temperamento que dejó de ser posible adoptarse en vista de Las explicaciones que preceden derraman completa luz so­
la respuesta que al requerimiento de Narvaez dió el briga­ bre las foses mas esenciales ele las situaciones políticas que
dier Leon. sobrevinieron posteriormente á la época en que tuvo lugar la
El suceso de Cabra vino á dibujar una situación nueva y campaña contra Gómez, hasta la conspiración de octubre
que no dejaba de ser embarazosa para el gobierno. Narvaez de 18-11 que derribó al regente Espartero, y que formaron el
habia vencido á Gomez y aniquilado su prestigio, pero para hilo de los sucesos que sirvieron de antecedentes y de escala
reconocer el servicio que acababa do prestar y hacer cumplir para la supremacía que no debía tardar en adquirir el futuro
la ordenanza en los términos que lo requerían la disciplina y Capitan general don Ramón María Narvaez, duque de Valencia.
el honor militar, veíase el gobierno en la dura alternativa de Volviendo ahora á seguirci orden cronológico de los sucesos
cucinisi arse eon aquella parte del ejército que era mas de la y para que mejor aparezca en toda su imparcialidad el espí­
devoción del nuevo general en jefe Espartero, contingencia ritu de que procuramos inspirarnos, vamos á reproducir la
que queria correr tanto menos cuanto que habían nacido en version que sobre los movimientos tic Alaix subsiguientes al
su ánimo sospechas sobro el abuso que pudiera hacer Nar­ motín de sus soldados entre Cabra y Baena, escriben los au­
vaez de la mayor preponderancia que se lo dejase adquirir. tores amigos de dicho general.
Aunque el escribir la historia no solo dispensa sino hasta «Se hizo Alaix cargo en seguida del mando de la tercera
cierto punto prohibe entrar en cuestiones secundarias y mu­ division que habia sacado de las provincias Vascongadas, y
cho menos en polémicas de partido, tratándose do hechos que dada por él la orden de marcha so dirigió á Baena. Al dar vis­
vinieron á ser como la llave do futuros importantes sucesos ta su columna al pueblo vieron al otro lado del mismo forma­
que ejercieron trascendental influjo sobre la suerte del país, dos en la pradera á los carlistas. Alaix en vez de caer sobre
es imperativo en el escritor de conciencia aclarar sucesos do ellos hizo alto: aquellos se pusieron en marcha, y cuando h u ­
tan evidente importancia. bieron desaparecido (1) bajó Alaix con las tropas que hicieron
Autores que nos han procedido han hablado acerca de ne­
gociaciones y conferencias que antes do su salida de Madrid (1) Subrayamos estas dos palabras, única alteración que nos liemos
en persecución do Gomez tuvieron lugar entre Narvaez y don permitido cu el texto de la cita,
E D A D MOI» KUX A 20:1
pabellones en cl mismo sitio que habia ocupado su enemigo. del gobierno y á su temor do liar pábulo á divisiones en el
Narvaez al separarse de los sublevados dispuso que Ja caballe­ ejército.
ría de Sevilla volviese á dicha capital, y dejando á Alais la Justamente ofendido el ministerio de que Alaix hubiese,
caballería de Diego Leon, con el residuo de dicha arma y sus por efecto do un act,o tumultuario, vuelto á tomar el mando
ayudantes, se dirigió á Loja en busca do su division de van­ de la 3.“ division, despues de haberlo entregado al coronel
guardia.» Caula según lo dispuesto por la real orden fecha 11 de no­
La expedición de Gomez no habría podido salir de Andalu­ viembre, intimó nuevamente á Alaix diese cumplimiento álo
cía y hubiera quedado toda ella prisionera ó irrevocablemente mandado, so pena do ser tratado como traidor y rebelde, orden
disuelta, á consecuencia de los últimos movimientos de la di­ recibida por Alaix en el Burgo de Osma y do la que fué por­
vision Rivero en la Serranía de Ronda y de la oportuna pre­ tador el coronel Paz.
sentación de Narvaez en el punto por donde procurò Gomez Pero los sublevados do Cabra no so plegaron ante el man­
escapar, si la sublevación de la division Alaix al frente del dato ministerial, y apelando á las tradiciones que estuvieron
enemigo y en el momento mismo de caer sobre él y destruirlo, en uso entre la milicia en los tros años que siguieron al
no hubiese salvado á Gómez y tilos restos de su expedición, la de 1S20, cuyos precedentes se hallaban á la sazón en gran
que tan solo pudo evitar su completo aniquilamiento en razón predicamento, emplearon el poderoso argumento de la peti­
á haber los carlistas podido aprovechar para rehacer sus can­ ción colectiva por la fuerza armada, y la division representa­
sadas y desmoralizadas fuerzas, la especie de tregua que á da por los jefes y oficialidad de los cuerpos, suscribió una
Gomez valieran las horas perdidas por Caula en Zapatero, y las exposición á la Reina, en la que manifestaba que el general
consumidas en el motin de Cabra, tiempo que permitió sí Gó­ Alaix no habia desobedecido las órdenes del gobierno, no ha­
mez cobrar aliento, dar descanso á sus soldados, tomar la de­ biendo cu Cabra hecho otra cosa sino ceder <d mucho amor
lantera y continuar su precipitada fuga. que le profesaban sus soldados, cuyo entusiasmo por la per­
Desde la madrugada del 20 en que ocurrió la sublevación sona del general fué tan pronunciado en aquel dia, que no
de la division Alaix, hasta las once de la noche de aquel dia, pudieron, dice la exposición, contenerlo los jefes, quienes en
pudo Gomez dar descanso en Aleaudete tí su rendida y des­ interés del servicio y por amor á la cauca, unieron sus votos
moralizada tropa. A dicha hora los tiros de sus avanzadas le á los de la tropa para que volviese á mandarlos Alaix.
anunciaron la presencia de Alaix, el que en efecto penetró á El brigadier don Diego Leon, cediendo á un sentimiento de
viva fuerza en el pueblo, arrojando de él á bayonetazos tí los compañerismo c interesado hasta cierto punto en el asunto
carlistas, haciéndoles ciento cincuenta prisioneros y apode­ por la tibieza con que habla obrado en presencia do la suble­
rándose de .bastantes armas y equipo, único fruto, de alguna vación, consintió en ser el portador de la petición, cuya pre­
consideración, sacado del último hecho de armas que debiti sentación al gobierno habiendo coincidido con las exigencias
tener lugar entro las fuerzas de la Reina y la expedición que de Narvaez para que fuesen castigados con arreglo á ordenan­
habia sido el terror de las armas liberales durante la mitad za los culpables de la insurrección de Cabra y en presencia
del año que llegaba á su término. también de las recomendaciones del cuartel general del ejér­
Al siguiente dia de su expulsion de Aleaudete pudo Gomez cito del Norte favorables á Alaix, y con motivo igualmente
pernoctar sin ser molestado en'Hartos, y á marchas forzadas de las sospechas concebidas por los ministros acerca de las
y sin que Alaix, que lo seguia de etapa en etapa, le diese inteligencias entre los moderados y Narvaez, á- las que ante­
alcance, pasaron los fugitivos por Bailen, la Carolina y Valde­ riormente queda hecha referencia, fueron las causas que mo­
peñas, torcieron despues en dirección de la Alcarria, que cru­ tivaron el cambio de ministro de la Guerra y originaron las
zó Gómez por Orcajo, Huete, Bucndía y Sacedon, donde se le severas medidas que no tardaron en ser adoptadas contra
separaron los valencianos que con Cabrera se habían unido á Narvaez por el sucesor del general Camba.
la expedición, perdida por ellos la esperanza de que aquella Hemos dado á la expedición de Gomez la importancia in­
lograse penetrar en el país vascongado é influidos por lo separable del lugar que ocupó en la guerra de los siete años,
decaído que se hallaba el espíritu do los expedicionarios, no habiendo tenido, para no cortar el hilo de los sucesos que casi
tan solo por efecto de las derrotas que liabian experimentado, exclusivamente embargaron la pública atención desde el cam­
cuanto porque alentados los nacionales de los pueblos á la bio de régimen á que dio lugar el restablecimiento de la
vista de los fugitivos, salían en su persecución, tomando el Constitución de 1812, que aplazar el ocuparnos de la no mo­
desquite de la altanería con que meses antes liabian sido tra­ nos interesante historia política de los seis restantes meses
tados cuando bajaba Gómez de Castilla á Andalucía. del año de 183G.
Continuaron los expedicionarios su derrotero por Torija,
Osma, Huerta del Rey, Retuerta y Covarrubias, donde llegados CAPITULO III
el 14, reunió Gomez on ju n ta á los jefes de los cuerpos, á fin de Gomez, C abrera y Narvaez
deliberar acerca de que partido tomarían, y decidióse por la
inmediata vuelta á las provincias Vascongadas con los restos 151 gabinete Calatrava en acción.—V uelta do Mendizabal ni poder.—
do la expedición, todavía compuesta de dos divisiones que Cortes C onstituyentes—La Milicia nacional.— Sil ministerio y la opo­
comprendían tres mil doscientos infantes, quinientos noventa sición.—Insurrección m ilitar en Madrid.
caballos, dos piezas de artillería y el material que pudieron
sacar de Aleaudete, desde cuyo último punto la facción no El asesinato del general Quesada fué el epílogo de la jorna­
volvió á ser molestada, habiendo el gobierno dispuesto, para da que el 12 de agosto señaló en la Granja el desenlace que
otro servicio, de la division Rivero, quedando separada de la iba á tener el errado cálculo de Zea Bermudez, quien creyó
persecución la de Narvaez de resultas del suceso do Cabra, y que merced á su peregrino invento del despotismo ilustrado,
la de Alaix habiéndose contentado con seguir á cómodas dis­ cancelaría las torpezas y las crueldades del estúpido realismo
tancias y haciendo frecuentes descansos, la retirada de Gomez, de Calomardc; error en el que también incurrió Martinez do
en cuyo alcance definitivamente cesó desde el dia It'. la Rosa, cándidamente confiado en que obtendría análogo
La fugitiva expedición llegó en la mañana del siguiente resultado por medio de lus arqueológicas resurrecciones del
dia al puente de la Horcada sobre cl Ebro, y sin haber expe­ Estatuto Real.
rimentado otro accidente que el de una ligera escaramuza Los hechos morales no proscriben y no podían quedar sin
que sostuvo en la Peña de Angulo, hizo su entrada en Orduña expiación las injusticias y horrores do la reacción absolutista
el 20 de diciembre, cinco meses y veinticuatro dias despues de 1824 y años siguientes, por mas que el recuerdo de las
de su salida en junio, tiempo empleado en la accidentada y aberraciones y de las inocentadas dolos liberales de 1821 á 23
sorprendente campaña cuyos pormenores mas esenciales de­ pudiesen disminuir el crédito y el prestigio que acompañó el
jamos fielmente relatados. movimiento progresista de 18:](¡.
La division Alaix fué destinada por el gobierno á Bur­ Calatrava fué, cual correspondía que lo fuese, el represen­
gos, no sin haber antes dado un nuevo ejemplo de indisciplina tante político de la restauración doccanista, cuya encarnación
que solo pudo pasar desapercibido merced á las vacilaciones teórica personificaba Arguelles. Con el primero militaban los
•¿()¡ J U S T O IU A D E E S P A Ñ A

hombres ile acción (le la segunda época constitucional, al paso eia á cuyo cargo se ponia la gestion do todo lo relativo á la
qui* el segundo mu el legítimo custodio y expositor de los Hacienda.
principios de la primera, memorable período que comprende 2. ° La supresión del Consejo real de España en Indias.
los a ñ o s f nismm'idos desde la reunion de las Cortes generales 3. ” La organización del estado mayor del ejército.
y extraordinarius de lMio, hasta la violenta disolución de las •(." La abolición de las ordenanzas ele Montes y de la Con­
ordinarias de 181 I efectuada por FernandoVVII á la vuelta do taduría general de. propios.
su cautiverio de Valencey. ;V La incautación de la plata de las iglesias.
Kl primor acto del gabinete Calatrava fue el de irá la Gran­ (5.° La institución do las juntas de armamento y defensa
ja p-u-a acompañar á la Gobernadora y á sus hijas en su regre­ en las provincias.
so ú la corte, jornada que el gobierno lmbo de resignarse á 7. " El secuestro de las temporalidades de los obispos au­
que se verificase bajo la vigilante custodia de los sargentos sentes del reino.
Cornez y (¡uroía, héroes de las escenas que hemos conmemo­ 8. " La creación de una Inspección do la milicia nacional y
rado y que de tan indeleble colorido impregnaron los hechos el aumento de dicha fuerza.
acaecidos en los dias 12, 13 y H de agosto en el real sitio de P.° Confiscación de los bienes de los particulares quo so
San Ildefonso. habían unido á don Carlos.
|,a division que en las lilas de la opinion genuinamente 10. Id. id. id. de los que posteriormente al 15 do agosto se
liberal habían introducido las sucesivas escisiones entre ani- hubiesen ausentado del reino.
lleros y exaltados, estatutistas y docoañistos, moderados y Decretóse además una quinta do cincuenta mil hombros y
progresistas, se agravó á consecuencia de la intransigencia y la exacción de un anticipo forzoso do doscientos millones
ferocidad que acompañaron un cambio do régimen inaugura­ reembolsable on cuatro años, y la movilización por término
do por las aleves muertes dailasá los gobernadores de Málaga do seis meses de batallones de la milicia nacional, á los que
y cuyo postrer acto había sido el cobarde asesinato del último eran llamados los solteros y los casados sin hijos.
(.¡apilan general de Madrid. El ministerio sufrió la modificación de entrar en Hacienda
A aquellas excentricidades revolucionarias liabia respondi­ Mendizabal, cuyos amigos y partidarios se impacientaban
do la emigración do familias opulentas y de distinguidos de que no compusiese parte del gobierno, habiendo sido el
hombres públicos, y no tardó en hacerse patento el no disi­ alma de la última revoluoion. Entró al mismo tiempo en Gra­
mulado alejamiento do la buena sociedad de Madrid y de pro­ cia y Justicia don José Lauderò y Corchado yon Gobernación
vincias, hacia una situación que exageraba, sin realizarlas, las don Joaquin María Lopez.
condiciones do la libertad. Bastante ha dadoá conocer cuál era el estado á que habían
La medida de mayor .significación adoptada por Calatrava fue llegado los negocios públicos á consecuencia del cambio do
la convocatoria de las Cortes para el día 21 de octubre; Córtes situación hijo do la insurrección de la Granja y del restable­
(pie debían elegirse con arreglo á lo dispuesto por la Consti­ cimiento de la Constitución de 1812, lo que queda expuesto
tución d e 1812, la que, como es sabido, contenia en su texto sobre la expedición de Gomez, cuya historia y vicisitudes
to d a una ley electoral, que consignaba el sufragio universal, ofrecen el cuadro casi por completo do los hechos y peripe­
si no bajo esto mismo nombre, otorgando id ejercicio del dere­ cias que llenan los seis últimos meses de 1S3¡>; mas como no
cho electoral pleno y entero á todos los españoles no incapa­ basta habernos dado cuenta de las operaciones militares y do
citados legalmente por algunas de las excepciones que privan su mas inmediato influjo sobre la opinion al mismo tiempo
do las franquicias civiles. que de las medidas del gobierno relacionadas con la guerra,
Siguiendo el precedente ampliamento usado por Mendizabal fuerza es que la atención de los lectores se fije allora sobre la
y por Isturiz, de hacer intervenir directamente á la .Reina en marcha do la Administración y los trabajos de las Córtes
apoyo de la política de sus ministros, de los que soguilla bue­ constituyentes de 1836, llamadas á reformar la Constitución
na duel riña constitucional debe ser exclusivamente privativa de 1812 y á dotar al país de instituciones, que debiendo ha­
la responsabilidad de todos los actos del poder ejecutivo; Ca­ ber sido las que constituyesen definitivamente la nación,
latrava preseli)ó á la firma do la Gobernadora un nuevo ma­ solo debían desgraciadamente durar el tiempo que imperó el
nifesto en sosten de la situación contra la que pocas semanas partido bajo cuyos auspicios se inauguraron.
miles liabia otro gabinete puesto en boca de la misma señora, La transacción entre el régimen antiguo y el moderno que
palabras que reprobaban aquello que ahora se la liada elogiar. no acertaron á efectuar los hombres de 1812, ni los de 1820,
Fluctuaba Calairava entro su puritanismo como iloceañista que malogró Martinez do la Rosa en 1831 y que no so dejó á
ortodoxo, y las exigencias de las generaciones llegadas des­ Isturiz que ensayase, mal podían darla cumplida los que aca­
pues, con ideales diferentes do los que dieron impulso al sa­ baban do alcanzar el poder en alas do los asesinatos de Má­
cudimiento nacional de 1808. laga, de las escenas de la Granja y de la aleve muerte ele Que­
Al mismo tiempo que la necesidad de poner la marcha del sada,
gobierno en armonia eon el espíritu do la restaurada Consti­ Dividida ya la nación entre carlistas y liberales, subdivi­
tuid >n de 1s 12, sentia Calatrava los inconvenientes que traería dida entro moderados y progresistas, fraccionados todavía
el restablecimiento de tudas las leyes promulgadas durante las mas á consecuencia de lo impopular que para la mayoría de
dos anteriores épocas del régimen constitucional, y adoptó el las clases educadas y poseedoras lo fue el radicalismo afec­
temperamento de declarar que solo se considerasen como vi­ tado por los progresistas vencedores; la enemiga del cloro,
gentes aquellas cuyo restablecimiento decretase el gobierno. que tan de temer ora aun antes de inferirle agravios, se acre­
llízolo desde luego afirmativamente respecto á las siguien­ centó de resultas de la manera como procedió Mendizabal á
tes leyes y reghulientos: la supresión de los regulares, á la incautación de sus bienes
1. " Restableciendo el Almirantazgo de la Marina. y á la expropiación de las monjas, cuya suerte interesaba vi­
2. " La ley de Ayuntamientos do 1823. vamente á todas las clases de la sociedad, sin distinción do
3. " Kl plan de estudios de 1822. categoría, de opinion ni de sexo. El secuestro de los bienes
•i." Reglamento de Beneficencia de dicho año. decretado contra los ausentes, medida directamente adoptada
fi." Ley de Milicia nacional. para que alcanzase á los grandes de España y á los pudien­
l¡." Ley do libertad do impronta. tes, que nada habían hecho ni intentado contra el régimen
7. " La de competencia de jurisdicción. existente y á quienes se quería castigar tan solo porque no
8. “ La de 17 de abril sobro conspiraciones. pensaban como los doccañistas, liabia contribuido asimismo
0. " La de supresión do mayorazgos. á dar incremento á la desconfianza y al descontento.
10. La de gobierno interior de las provincias. Tal ova el estado del ánimo público cuando se abrieron las
A estas medidas acompañaron otras hijas de las necesida­ Córtes el 2 ! do octubre por la Gobernadora en persona, la
des de la nueva situación, habiendo sido las mas significa­ que leyó el discurso puesto en su boca por los ministros, dis­
tivas: curso por el que se daba cuenta á la representación nacional
1. “ El establecimiento do una Intendencia en cada provin- del poco satisfactorio estado en que se hallaban los negocios
EDAD MODERNA •>ci r»

rie la nación y se cometia al patriotismo de sus elegidos la re­ ofrecer la prueba de que al mismo tiempo que progresista
forma de la Constitución y la reorganización del país, lamenta­ era dinástica y casi por unanimidad, pues solo tuvo seis vo­
blemente entregado á las devastaciones de la guerra.ií la relaja­ tos en contra, hizo la siguiente declaración:
ción de todos los resortes déla administración y á una penuria «Las Cortes generales de la nación confirman á S. M. la
del erario, á la que ponia el colmo la triste necesidad de sus­ Iteina gobernadora el título y la autoridad de tal, durante la
pender el pago de los intereses de la deuda extranjera, mala­ menor edad de su augusta hija doña Isabel II.»
mente arreglada dos años antes por el conde de Torcno en los Para tomar este acuerdo Lis Cortes pasaron por encima de.
términos que quedan expuestos en el capítulo VI del libro I, la Constitución y también de su reglamento, toda vez que
estado de cosas que había empeorado la gestion de Mendiza- según el texto literal do aquella, no podia la regencia confe­
bal, como quedará demostrado en la especial exposición que rirse á una sola persona y también exigía el último observar
do dicha gestion liaremos al reasumir el estado en que se ha­ trámites que no se siguieron, tan deseosa se hallaba la asam­
llaba nuestra hacienda cuando de ella se hizo cargo Pita blea de hacer un acto de adhesión á doña María Cristina.
bizarro, sucesor de Mcndizabal en dicho departamento. Ha jugado la milicia nacional un papel demasiado impor­
Las Cortes constituyentes de aquel año, cuyos trabajos de­ tante en tres señaladas épocas do nuestra historia, en 1820
bían dar por resultado la Constitución de 1831', transacción á 23, en LS3G y 18'»4, para que deba guardarse entero silencio
prudente y honorífica entre las dos grandes agrupaciones que acerca do una institución de la que ni para el sosten de las
di vidian el partido liberal (la de los moderados y de los pro­ ideas liberales, ni para la defensa del territorio, se ha salado
gresistas) se instalaron bajo auspicios por demás amenazadores sacar el partido de que era susceptible
para el aquietamiento de los ánimos cuya division agravó el La milicia voluntaría de 1820 nacida al calor de la reacción
pasajero régimen de la Constitución de 1812-. liberal que aspiró á resucitar una libertad que no llegó á
Temerosa la mayoría de las Cortos del influjo de los conser­ consolidarse, estuvo animada de tan excelente espíritu, que.
vadores en presencia del general descontento ocasionado por de haberse hallado mejor organizada, su movilización bien
la hostilidad del clero, por el incremento tie la facción y por la dispuesta en 1S21 ó 22 habría evitado la necesidad de las
oposición de las clases aristocráticas, tratóse do hacer preva­ quintas que engrosaron las facciones, y suministrado fuerzas
lecer un sistema de intimidación que impusiese á los adver­ disciplinadas que oponer á la vergonzosa invasion francesa
sarios do la situación, y para mejor hacer prevalecer este de 1823, la que por hallar á la nación desprevenida tanto de­
intento, ideóse darle cabida en un proyecto de ley cuyo os­ bía humillarla.
tensible objeto era el de proponer medios para terminar la Por efecto de la misma incompleta y viciosa organización
guerra y sofocar las conspiraciones contra el orden ele cosas no rindió la milicia en ia guerra civil de 1830 todos los servi­
establecido. Fueron nombrados para componer la comisión cios que pudo prestar. Los hizo muy cumplidos y muy meri­
encargada de redactar el proyecto los señores Olózaga, Caba­ torios para la defensa do algunos pueblos y también como mo­
llero. iíufmo Carrasco, Carderò, Arrida, Alejo Arana y doit vilizados distinguiéronse los nacionales en diferentes puntos
Pedro Gil. y circunstancias, ejemplos que léjos de desvirtuar la opinion
Formularon estos un dictamen concebido en tales términos que acabamos de emitir, la fortifican como indicios de lo que
que la libertad de los ciudadanos quedaba á merced del go­ hubiera podido ser la milicia formada y utilizada en otra
bierno, al que se concedían las mas latas facultades para forma.
j»render, desterrar de su domicilio y aun para extrañar del Nos arranca involuntariamente estas observaciones la im­
mino á los que ajuicio de los ministros conspirasen ó fuesen portancia que en los años cuya historia narramos, se dio por
mirados como enemigos do la situación: medida que aunque el gobierno y los ciudadanos á la institución nombrando una
no se dijese, iba derechamente encaminada contra los mode­ inspección general y subinspeceionus de provincia, á cuyo
rados, y podia ser y era igualmente aplicable á los hombres cargo estuvo el fomento é instrucción de la milicia, habiendo
independientes que tuviesen suficiente energía para arrostrar ejercido honoríficamente el primero de dichos puestos el ge­
el enojo del gobierno y de sus amigos. Eran totalmente coerci­ neral Espartero y en propiedad el general don José Santos tic
tivas y arbitrarias las disposiciones referentes á los desafectos, la Hora, cuya gestion de dicho importante cometido fué ob­
que de haber sido adoptadas, habrían puesto en manos del jeto de grandes elogios por haber el último elevado la fuerza
partido dueño entonces del poder, facultades análogas á las de la milicia nacional de ciento treinta y un batallones de
que en tiempo de la gran revolución do Francia, se dieron á que constaba cuando la llera fué puesto á su frente, hasta el
su gobierno contra los llamados sospechosos (suspects). número de quinientos setenta y sois batallones y cien escua­
l-’or fortuna la opinion pública alcanzaba todavía en aque­ drones que llegó á reunir durante su mando.
lla época, á pesar de ser una época de revolución, un ascen­ Vuelta á ser restablecida la milicia uacional en ls54, de
diente que despues ha perdido, al menos en el sentido de ha­ nada sirvió para sosten del régimen en cuyo interés se la dio
cerse oir y respetar, y fué tan grande y tan general la alarma nueva y privilegiada existencia, y tan completai mui te vino ií
que produjo la presentación del dictámen, que sus mismos caer la institución en descrédito, que en 18(58 se desistió de
autores tuvieron la prudencia y la prevision do conocer, no resucitarla bajo el mismo pié, y aunque bajo otro nombre so
solo que fracasaría su aprobación, sino que atraería sobre, sus dio armamento al pueblo, no adquirió la milicia ciudadana su
personas una odiosidad ante la cual retrocedieron, porlo que antiguo auge.
dieron nuevo giro al asunto, llamando al gobierno al seno de Los ingleses con un tino práctico, y un patriotismo que no
las Cortes pava que diese cuenta del estado do la guerra, no es de relumbrón, han sabido dar á su milicia voluntaria, una
discutiéndose de sus resultas el dictamen que fué reemplaza­ organización que vale á aquella nación doscientos mil solda­
do por otro del que desaparecieron las cláusulas que abrían dos perfectamente instruidos, disciplinados y aptos fiara el
la puerta á la arbitrariedad y á un sistema de terror que, servicio interior y para dar guarniciones á las plazas y coad­
monos la guillotina, había podido renovar en España algo yuvar eficazmente con el ejército á ia defensa del 1(.uritorio.
parecido á lo que so vió en Francia bajo el célebre comité de Algo parecido á esto pudo esperarse de un país que, como
salad pública. España, había dado en sus milicias provinciales el primitivo
Los progresos que á iasazon hacia la expedición do Gómez, tipo de una fuerza armada territorial, que nada ó muy poco
la toma por este de Córdoba y de Almadén exaltaron el áni­ costaba en tiempo de paz, y f»onia sobre las armas en el do
mo de los diputados contra Kodil, contra Alaix y los genera­ guerra, tropas que podian competir con lus cuerpos vetera­
les que no daban alcance á la facción, do cuyas resultas vol­ nos permanentes.
vióse contra aquellos y contra el gobierno la indignación de Aunque, contando con mayoría, tenia el ministerio en las
los diputados y conjuróse la crisis de peor género á que no Cortes una oposición que no descuidaba ninguna ile las oca­
habría podido menos de conducir el ensayo de inaugurar un siones de molestarlo, y que aprovechó con apresuramiento la
sistema de innecesario terror, incompatible con las costum­ que lo ofreció ia desgraciada jefatura de lîodil^ en punto á
bres españolas. operaciones do guerra, y quiso la minoría oposicionista hacer
La mayoría de las Cortes quiso no demorar su deseo de á todo el gabinete responsable de las faltas de aquel de sus
200 I H S T O II I A D K KS l ’A N A

individuos que como fonemi (ni campaña obraba do por sí, El 4.° regimiento do la Guardia real qno componia parte de
y on oste concepto reasumía en su persona la entera respon­ la guarnición de Madrid en tiempo de Quesada, tropa que con
sabilidad. : tanta decision contribuyó á reprimir todas las intentonas re-
El poco satisfactorio estado do las relaciones entro España j volucionarias fraguadas en la capital, hallábase acuartelarlo
y los gallinetos extran jeros suministró también á l a oposición cu ella y en sus filas supieron hallar partidarios y cómplices
materia i>ara hostilizar ú los ministros, y usaron de ella con los adversarios del gobierno. El 20' do noviembre se sublevó
mas intención <pie éxito, pues alcanzaba al gabinete Calatra­ aquel cuerpo al grito do viva la libertad y muera el gobierno,
va la responsabilidad de cómo era mirada la revolución espa­ habiendo este tenido que apelar á la fuerza y á la coope­
ñola por los gabinetes extranjeros. Excepto Dinamarca y ración de la milicia de Madrid para reducir á los amotinados.
Suecia (pie no lialiian retirado do Madrid sus legaciones, los Hendidos que fueron y aplicando la ordenanza á treinta de
tres grandes Estados del Norte, Austria, Prusia y Rusia, ami­ ellos, los que debían haber sufrirlo la pena de muerte por
gos declarados de don Carlos, y que lio hatiian reconocido á haberles tocado en suerte al ser diezmados, solo tres fueron
la Peina en tiempo de Eoa Bermudez y de Martinez de la ejecutados como ejemplo de que el severo código militar se
liosa., mal podian hacerlo ahora, rigiendo en España institu­ hallaba siempre vigente, habiéndose humanamente economi­
ciones democrat icas, zado al público el espectáculo de un sobreabundante derra­
Delos gabinetes quo no habían interrumpido sus relacio­ mamiento de sangre.
nes, que eran Francia, Inglaterra, Portugal y los Estados Posteriormente á los sucesos que acabamos de reseñar y
Cniilifs: del liltimo no podia alegarse queja alguna. Portugal que con los expuestos en los capítulos I y 11 de este libro, en­
eiimpliu lealmente las obligaciones que contrajo en virtud cierran cuanto digno de mención ocurrió después del resta­
del con trato do la Cuádruple Alianza. Inglaterra no solo las blecimiento de la Constitución de 1S12, el acontecimiento que
llenaba, sino que hacíanlas de lo estipulado, ayudándonos no señaló é hizo memorable el final del año 1830 fué el segundo
solo con sus fuerzas navales, sino con su egida que amparaba sido do Bilbao, cuya interesante historia narraremos en su
al gobierno de la Peina contraía malquerencia de los tres ga­ lugar’ oportuno.
binetes de] Norte, que sin el freno de no chocar con el de Lon­ El interés de las sesiones de las Córtes constituyentes
dres. habrían reconocido al Pretendiente. A actos ofensivos de 1836, abiertas el 24 do octubre de dicho año. deberá buscar­
para la dignidad de la nación á los que se habla propasado el se en el que ofrecen las sesiones de los subsiguientes meses
Uey de Ñápelos, respondió el gobierno enviando sus pasapor­ de 1S37, cuando se discutió y se votaron, la nueva Constitu­
tes al marqués de la Grúa, o.v-ministro plenipotenciario de ción, la ley electoral, y la de libertad de imprenta, sesiones en
aquella corte, pero (pie continuaba residiendo en Madrid sin las que fueron debatidos los asuntos politicos sobrevenidos
enráel er olieial. durante los ministerios que presidieron don José María Cala­
P’estaba la Francia, á cuyo monarca disgustó en sumo gra­ trava y don José Bardají.
do la proclamación del código gaditano, y á cuyo arbitrio Lo que dejamos consignado en los libros V y VI abraza
estaba, favorecer indirectamenteá don Carlos sin faltar abier­ todos los demás hechos comprendidos dentro de uno de los
tamente al tratado. Mas de semejante actitud de parte del períodos mas accidentados de la guerra civil y en particular
gabinete francés eran todavía mas causantes que el gobierno añade interesantes datos acerca de la larga y dramática expe­
emanado de la revolución los autores de ella, los que, que­ dición del general carlista Gomez, que fué el suceso que jun­
riendo exagerar sus consecuencias, (’ran los mismos que acu­ tamente con el segundo sitio de Bilbao embargó la pública
saban al gobierno. atención y absorbió la de las Cortes y el gobierno.
Mas si no fué difícil ácsto defenderse de los ataques contra
él dirigidos, por no ser del todo satisfactorio el estado do CAPITULO IV
nuestras relaciones exteriores, no sucedíalo mismo relativa­ Bilbao
mente al de la situación interior, comprometida y deleznable
en lodos conceptos. Pastaba el desarrollo que hemos visto Situación del ejercito del Norte bajo el mando de Espartero.—Planes
tomar á la expedición Gomez, para haber puesto de manifies­ del ejército carlista.—Segundo sitio do Bilbao.—Afírmase el asedio de
la plaza.—Crece con el peligro el denuedo de los bilbaínos.—Sublime
to la impotencia ó la poca suerte del gobierno para atajar los esfuerzo de la defensa.—Movimientos de Espartero en auxilio de la
progresos del general de don Carlos. Él desarmo do los nacio­ plaza.—Acción de Castrcjana.—Retroceso.—Luc.hana,—La victoria.
nales por las facciones, la inacción á que, según los pronósti­
cos do Uórdova, tenia que verse reducido el ejército del Norte, La falta de recursos que experimentaba el ejército del Nor­
ínterin no fuesen superiores los medios materiales de hostili­ te, ya escaso de ellos cuando todavía lo mandaba Córdova,
zar al enemigo, y menores las divisiones y disturbios que llegó á ser extremada despues de consumados los trastornos
aminoraban las fuerzas de los liberales, eran hechos tan de­ políticos acaecidos en el mes de agosto. La penuria que sufría
sastrosos como palpables, y do los que la oposición, asi como el ejército de la Boina, la expedición de Gomez y las bajas
los partidos adversos à lo existente, sacaban argumentosdelos que había tenido el ejército de operaciones, privado do las
(pie so hacia eco al misino tiempo que la tribuna parlamenta­ divisiones 3.“ y 4 * do vanguardia sacadas para operar en el
ria la prensa hostil á la situación. interior, eran causas que suficientemente explican que Espar­
Distinguíase en sus ataques contra el gabinete y principal­ tero, nombrado, como queda antes dicho, general en jefe
mente contra Mnidizabal el periódico /ü (J>asidiano, de que. interino por ausencia de Rodil,al ser investido por la caidadc
era propietario y director don Aniceto de Alvaro, ex-oiieial este de la propiedad do dicho mando, no pudiese obrar con la
del ministerio de Hacienda, el mismo que pocos meses antes decision y empuje á la voz reclamados por el interés público
defendía con apasionamiento là persona, el sistema y los ac­ y por su propia gloria.
tos de Mendizabal. Aquella forzosa inacción á que el ejército del Norte se vio
Sirvió también do pretexto para agrias interpelaciones y reducido durante los meses de setiembre, octubre y noviem­
censuras contra el gobierno, el que no hubiese este redoblado bre, no pudo menos de ser favorable á los carlistas, los que en
sus esfuerzos pava haber sofocado las facciones del Maestraz­ adición á la expedición de Gomez, lanzaron otra bajo el man­
go, aprovechando al efecto la ausencia de Cabrera de aquellas do de Sanz, con la esperanza, que nuevamente debia verse
provincias, cargo esto del que podia sincerarse el gobierno frustrada, de sublevar á Asturias.
con que no tenia hombres ni dinero para poner sobro, las ar­ La expedición atacó á Oviedo, poro fue rechazada y regresó
mas mayor número de, batallones, y alegando (pie San Miguel sin haber logrado su primitivo objeto. Tuvo Sanz la suerte de
se hallaba sobre Cantavieja de la que no tardó en apoderarse, no ser completamente batido y, antes al contrarío, de haber
ínterin Cabrera militaba en Andalucía y Extremadura. logrado ventajas sobre la division destinada á perseguirle y á
Mas son do suyo tan expuestas á ataques por todos lados guardar la izquierda de la línea del ejército liberal, division
las situaciones de partido, que do que lo fuese la del gabinete que mandaba cl general Peón, caido en desgracia y sujeto á
Calatrava, se prevalían las banderías do mas opuesto origen una sumaria en aclaración de las operaciones que habían es­
y significación para suscitarle peligros y embarazos. tado á su cargo.
EDAT) M O l > E l l l í A •¿07

Xo cm afortunado aquel honradísimo soldado, consecuente Aunque, como queda antes dicho, el general en jefe Villa-
liberal y distinguido literato á quien la emigración apellidó real no había opinado favorablemente acerca de formalizar el
el Coronel latino. Fué don José Peon del mimero de los muy sitio, una vez adoptado el parecer contrario, solo pensó en dar
contados liberales que con Tornio, Florez Estrada, Cabrera eficacia y fuerza á lo acordado.
de Nevares y Mina, lograron escapar en 1SU á la persecución Al frente de diez y ocho batallones y de un tren de artille­
reaccionaria de Fernando VII buscando asilo en Inglaterra. ría considerable para un tiempo en que no eran todavía c o n o ­
Volvió Peon á emigrar en 1823, y restituido al suelo patrio á cidos los inventos de la moderna balística, se presentó el
la muerte de Fernando Vil, su pundonor y civismo le condu­ general carlista delante de. Bilbao asociado á Yaldcspina, á
jeron á solicitar servicio activo, á una edad que, atendidos sus Latorre, al general de ingenieros Silvestre y á los hermanos
largos y buenos servicios, le hacia acreedor al descanso. La Montenegro, brillantes oficiales de artillería que para daño de
memoria de aquel leal servidor del público, era acreedora al la causa liberal se habían unido á la del régimen absoluto.
recuerdo que le tributa quien fué testigo de su honorífica y Puesto en movimiento el 20 de octubre el ejército sitiador,
delicada conducta en la emigración. el 22 hallábase la plaza formalmente circunvalada y el 21
El estado que tenia la guerra del Norte al hacerse cargo rompieron el fuego los sitiadores. Componían la guarnición de­
Espartero del mando del ejército suscitó la cuestión de actua­ fensora, los regimientos provinciales do Trujillo, Laredo, Com­
lidad relativa á si para aumentar las fuerzas de operaciones postela y algunas compañías do Cuenca y de Alcázar de San
disponibles contra el enemigo,convendría abandonaré porlo Juan, los cazadores de Isabel 11 y los nacionales de la loca­
menos modificar el sistema de las líneas de bloqueo, plantea­ lidad.
do por Córdova, grave asunto acerca del cual consultó el go­ No estaba Bilbao preparada para sostener, apoyada en for­
bierno á Espartero. Pedida también á Oraá su opinion, no tificaciones y puntos exteriores, un silio formal, poro suplióá
dudó este entendido veterano en darla favorable al sistema ello su gobernador militar don Sanios San Miguel secundado
seguido bajo el generalato de Córdova, opinion que apoyó en por los coroneles Ozores, Arechavala y Oliveras, por el coman­
la demostración de lo débil que quedaría el ejército privado dante de nacionales Arana y por los oficiales ilo los cuerpos
de sus puntos de comunicación, dejando al enemigo entera­ facultativos, á cuyo cuidado estuvo el habilit ar de la mejor
mente dueño de la línea del Pirineo, por la que recibía sus manera posible los fuertes de San Mamés, Burccfia, el Desier­
principales recursos extendiendo los límites de su señorío so­ to, Capuchinos, Banderas y Lnchana.
bre el país vascongado. El 2-1 tcnian los carlistas establecidas sus baterías de sitio,
Pero el acertado sistema de Córdova que recomendaba que emplearon en los dos siguientes dias en arrojar sobre la
Orasi exigia para dar el fruto que de él debia esperarse, un ciudad bombas, granadas y carcasas, que ocasionaron bastante
complemento de fuerzas que no había, y recursos de los que daño al caserío y obligaron á los vecinos no combatientes y
también se carecía en la proporción debida «á lo que requieren á sus familias á guarecerse en los sótanos y bodegas de las ca­
las guerras en la edad presente. sas. El dia 20 establecieron los sitiadores dos nuevas baterías
Sobradamente conocían don Carlos y su corte, todo el par­ á espaldas del convento de San Agustín, dotándolas con seis
tido que para el triunfo de su causa podían sacar de la situa­ piezas de á treinta y seis y veinticuatro y dos obuses, cuyos
ción de sus contrarios, debilitados por sus divisiones interiores, fuegos, secundados por los de una tercera batería, que situa­
y las esperanzas que podían fundar en el acrecentado aleja­ ron sobre la altura de Casamata con dirección á la ria, dieron
miento que á las cortes protectoras del carlismo inspiraba el á conocer que había el enemigo escogido aquella parte del re­
predominio en España del partido progresista. Mas para obte­ cinto para ganar por ella su acceso á la plaza.
ner de sus aliados mayor ayuda que la que hasta entonces Todo el dia duró el bombardeo y el cañoneo con redoblado
había recibido de ellos el Pretendiente, necesitaba poder dar ardor, causando daños do consideración en los fuertes y en
cumplida la condición anteriormente exigídole, de hacerse los edificios. Esperaron los sitiados reparar por la noche los
dueño de una plaza, en la que su gobierno tomase asiento deterioros que las fortificaciones habían sufrido, pero los car­
permanente y á la que pudiesen enviar sus representantes los listas, ansiosos de aprovecharse de los desperfectos que su arti­
tres gabinetes de Vicna, de Berlin y de San Petersburg©. llería había causado, tenían dispuesto el asalto á favor de la
La elección de la localidad que debía realizar la suspirada oscuridad y del desaliento del que suponian presa álos bilbaí­
adquisición no podia ser dudosa; Bilbao fué nuevamente de­ nos. Mal conocían empero la decision ele los habitantes de la
signado como objetivo del esfuerzo que se proponían llevar á heroica ciudad y de las tropas que la guarnecían. El asalto se
cabo. Antes sin embargo lie resolverse á poner nuevamente dió con tanto vigor por los carlistas que llegaron á alojarse
sitio á la capital de Vizcaya; reunió don Carlos una junta de sobre los mismos parapetos. Pero á recuperarlos arrojando do
generales á la que sometió el examen de cuál debería ser el ellos á los agresores y sembrando de cadáveres los fosos acu­
mas ventajoso sistema de operaciones que se emprendiese. dieron las tropas y los nacionales, cuyo ardor excitado por la
No fueron unánimes los pareceres de los generales consulta­ voz de sus jefes, bastó para que aquellos valerosos soldados
dos. Dudaba Villareal que don Carlos poseyese los medios mate­ de la libertad arrebatasen á sus contrarios la victoria de que
riales que podían asegurar la toma de la plaza, sin que por ello se creían dueños. Con ella contaba don Cárlos, como lo anun­
desechase la idea de ponerle sitio, con la especial mira de traer ció en la orden del dia que hizo circular, asegurando que de
en auxilio de aquella la mayoría del ejército de la Beino, en la toma de Bilbao dependia la realización do) suspirado em­
la esperanza de batirlo en posiciones que los carlistas serian préstito, esperanza por él antes acariciada, á costa de la vida
dueños do elegir. De distinto parecer fué el general don Vi­ del gran Eurnalacárrcgui, pero que frustrada una vez mas, de­
cente Gonzalez Moreno, quien fundó su dictamen en una es­ bia estrellarse, cuantas veces volviese á abrigarla, contra el ci­
tudiada memoria en la que, combatiendo el sistema seguido vismo de los bilbaínos y la constancia elei ejército español y
de enviar expediciones en dirección de Galicia y de Asturias de los ilustres caudillos que en 1830 como en 1874 estaban
como lo había sido la de Gomez, que todavía peregrinaba por predestinados á responder á la confianza puest a por la nación
el interior de la Península, trató de demostrar la conveniencia en los soldados de la libertad.
de que aquella expedición ó las que pudieran suecderle se El malogro del asalto vino á ser una manzana de discordia
dirigiesen hácia el alto Aragon y lo largo de la línea del Piri­ entre los carlistas. Los émulos de Villareal culpáronle do fal­
neo, ligando las operaciones de las fuerzas carlistas del Norte tas en que no había incurrido y pidieron que el conde de casa
con las que operaban en las provincias del Este; sistema al Eguia le reemplazase, á lo que aquel lejos de oponerse lo fa­
que Moreno daba por fundamento el punto de partida del cilitó presentando su dimisión que no quiso aceptar don Cár­
ataque y toma de Bilbao, resultado que sostuvo podría obte­ los. Fué conservado á Villareal el mando del ejército de ope­
nerse con los medios de que podia don Cárlos disponer. raciones, destinado á contrarestar las fuerzas con las que era
Resuelto en el Real de don Cárlos poner definitivamente si­ de presumir acudiese Espartero en auxilio do Bilbao, la pro­
tio á la capital de Vizcaya, trasladóso la corte á Durango á fin secución de cuyo sitio se encomendó, como lo deseaban los
de hallarse mas cerca del teatro de la importante operación de murmuradores,1 á Eguia, resultando de este dualismo de
guerra, en cuyo éxito fiabael Pretendiente el triunfo de su causa.. manilo la coexistencia de dos sistemas á la vez seguidos y
Tomo VI 28
20.3 Il I S T O R I A DE E S P A Ñ A

que no podían memos du perjudicarse el uno al otro. Villareal |I Inmediatamente atacado el fuerte do Luchana, hubiera su­
personificaba la idea de amagar el sitio, sin empollarse oír él, frido igual suerte á la experimentada por los demás puntos
con el solo olijet.o de atraer á Espartero á terreno escogido á exteriores de la defensa, á no haberse hallado protegido pol­
ja-opósito para batirlo, al paso (pie el plan de Egida recomen­ los fuegos de las trincaduras que cubrían los ríos Galindo y
daba lomar á llilbao á toda costa para en seguida ir al en­ Azua. A su abrigo los defensores de Luchan«, se sostuvieron
cuentro de Espartero. cuanto podia permitirlo su apurada situación, y cuando esta
Aunque el 27 no cesó el fuego de las baterías sitiadoras, ni dejó de ser sostenible, inutilizaron la artillería y se salvaron
tampoco cesó la reparación de daños por parte de los sitia­ con ayuda de las trincaduras sin pérdida de un solo hombre
dos, causó en estos tanta novedad como alegría observar en y llevándose al Desierto, donde se retiraron, todos los objetos
la mañana del siguiente dia (pie el enemigo retiraba sn arti­ de valor que contenia cl fuerte.
llería. Presumiendo entusiasmados que el abandono del sitio Aquella localidad (la del Desierto) que forma península á
fuese definitivo, los mas animosos entro los bilbaínos solici­ orilla de la ría en dirección á Portugalcte, había sido puesta
taron permiso del comandante general San Miguel para salir á cubierto de los efectos de la agresión que tan de temer era,
en persecución de los quo creimi fugitivos. Se lisonjeaban do por los comandantes de la estación de la marina real britá­
arrebatarles algunos cañones y con esta esperanza salieron nica establecida en la ría para la protección de Bilbao. Des­
las compañías de preferencia del provincial do Trujillo y una embarcaron los ingleses su artillería y proveyeron tan eficaz­
columna de nacionales, los «pie avanzando denodadamente mente á la conservación de aquel punto, que Eguía no se
mas allá ele la plaza de (¿uintana, creyeron hacerse dueños atrevió á hostilizarlo y se dedicó á fortificar las importantes
di'.-ilgunas piezas deartillería de las que imaginaban retiraba posiciones de que se había hecho dueño sobre ambas orillas
el enemigo; pero cargados por este con fuerzas superiores, del Nervion.
lu vieron los liberales quo retroceder con pérdida de muertos Naturalmente impaciente de utilizar la serie de importan­
y heridos, contándose desgraciadamente entro los primeros tes ventajas que había adquirido, empleó el jefe carlista los
el ayudante de nacionales don Eustaquio Allende Salazar, á dias trascurridos desde cl 1A hasta el amanecer del 17 en es­
cuya memoria como compañero de colegio y amigo de la in­ trechar la línea de aproximación al cuerpo de la plaza, Ex­
fancia, siente el continuador de la presente historia el deber tendió sus paralelas enfrente de los puntos del recinto pol­
ile I ri bular un honorífico y afectuoso recuerdo. los que se proponía abrir la brecha y las revistió de artillería
En los siguientes di as 20 y 30 continuaron por parte de de grueso calibro, obuses y morteros, que en la mañana de
la plaza las precauciones que la prudencia y la prevision elicilo dia multiplicaron sus disparos contra el convento de
exigían, por si el enemigo volvia á aproximarse; esperanza San Agustín guarnecido por los bilbaínos y que el enemigo
fundada en la errada creencia que llegaron á alimentar los escogió como el paraje que mas ventajosamente podia permi­
bilbaínos de que los carlistas desistían do un sitio en el que tirlo obrar contra el centro de la plaza.
estaban mas resueltos que nunca á perseverar. Antes de medio dia la brocha estuvo practicable y lanzá­
El 1 de noviembre y fechado en Durango expidió don Car­ ronse los carlistas á penetrar por ella, mas no pudieron con­
los el decreto que ponili al inando de Eguía doce batallones seguirlo, rechazados por las bayonetas de los destacamentos
y el material necesario pava formalizar el sitio de llilbao, ín­ del provincial de Toro, de Trujillo y de Compostela, los que
terin Villareal con el resto de las tropas disponibles protegia á costado sensibles pérdidas conservaron el puesto confiado á
la operación confiada al primero y contenia á Espartero. su bravura.
I’úsose Egida <-n movimiento, y despues de conferenciar La intemperie acrecentaba las penalidades del sitio para los
eu ( bildeaiio con sus compañeros los generales de artillería y carlistas como para los liberales, sin que por ello cejasen los
de ingenieros, bajaba el s desdo Marquina al frente dolos ba­ primeros de multiplicar sus líneas de ataque por toda la cir­
tallones sitiadores y temaba posición cu Santo Domingo, desde cunferencia de la población, ni que vigilantes los sitiados
ilomle dirigia piezas de batir contra el liierte de Banderas dejasen do aprovechar las horas de la noche en las que cesa­
por demás débil y que no podia resistir á los disparos de que ba el fuego de las baterías para reparar los deterioros de la
Ihé objeto en la mañana siguiente, en la que so rindió con su línea fortificándola con nuevas obras de arte.
guarnición, i-ompucstade setenta hombres, la artillería, abun­ Lo apurada que ya iba siendo la situación de Bilbao, lejos
dantes municiones y buen repuesto do viveros. de hacer decaer, remontaba y enardecía el noble entusiasmo
1.a pérdida del limrlo do 1’.anderas arrastraba liulel convento de sus habitantes. En la mañana del 1'.) y con motivo de sel­
de Capuchinos, convertido por los bilbaínos en punto auxiliar los dias de la Boina, las músicas do los cuerpos do la guar­
de defensa. 1.a guarnición le evacuó con ánimo de replegarse nición subieron á la batería del Circo y acompañaron con ar­
sobre el lin-rte de San Marnés, pero se viú cortada y tuvo que moniosos y marciales acentos la diana que mezclada á las
rendirse, logrando escapar tan solo un corto minierò de sus aclamaciones á Isabel I I y á la libertad resonó en los dos cam­
individuos. I,a loma de Capuchinos puso nuevamente á los pos, sirviendo de regocijo á los sitiados y de enojo á los
carlistas en posesión de armas, municiones y viveros. sitiadores.
No podia dejar de caber á San Mamés la misma suerte que A represalia, hija del despecho sentido por los últimos, pu­
á llamleras y á Capuchinos. Establecieron los carlistas contra diera atribuirse la acrecentada actividad eon que sus baterías
aquel fuerte cuatro piezas en batería, cuyos fuegos cruzáron­ respondieron á la insultante melodía, lanzando un diluvio de
se con los que desde llamleras dirigían los nuevos poseedores bombas y granadas sobre los provocadores festejantes. Mas
de este último fuerte, circunstancias que hicieron tan des­ estos á su vez, remontando su entusiasmo á Ja altura de la
igual la lucha que viéndose los defensores (le .San Mames en la indomable bizarría que los animaba, hicieron flotar sobre la
all ornati va de. capitular ó de perecer, optaron por lo primero; plataforma del Circo una bandera negra adornada con un
pérdida la do dicho fuerte de San Mamés do extremada impor­ letrero que decía: t iíá x s it o uk l a m u e r t e , y momentos
tancia para, los bilbaínos, porque anadia las ocho piezas de despues, asociándose á este levantado reto, apareció en la ba­
artillería que contenia el fuerte, al tren do batir ya poseído tería de Cujas una lápida do fondo negro en cuyos centros
por los carlistas, á los (pie procuró mas abundante presa en sobresalía una miavera sobre dos huesos cruzados y en abul­
armas, cartuchos y viveros quo laque do les mismos articulos tadas letras blancas una inscripción que deeia: b a t e r í a d e
habitui bocho en Capuchinos y llamleras. Hacia además la l a m u e r t e . ¡Ni Numoncia en la antigüedad, ni Zaragoza y
toma de San AIamos dueños á los enemigos de la navegación de Gerona en nuestros días, excedieron en heroísmo á los nobles
la riu asegurándolos la libre comunicación con las dos orillas. hijos de Bilbao, para quienes además de la prez de su patrió­
El fuerte de Jlureeña, mal defendido por su comandante y tico comportamiento, cabe la gloria y el premio de haber visto
su guarnición, compuesta do ciento treinta y cuatro hombres, triunfar la cansa por laque han luchado !
fue la subsiguiente conquista de Eguía. la que, como había Lo recio del temporal volvió á paralizar las obras de asedio
acaecido con la do los fuertes anteriormente rendidos, trajo en los dias 20 y 2.1, pero el 22 renovóse eon mayor energía el
á los carlistas aumento de cañones, do portrechos de guerra fuego de las baterías enemigas, cuyo objetivo era siempre el
,Vde provisiones en abundancia. convento do San Agustín. Llegó la brechad ser, ó para hablar
E DA D M O D E R N A 201)
con mayor exactitud, á creerse por los sitiadores que ya era tantes despues lo ora el brigadier Araoz,. El momento de con­
practicable y lanzáronse al asalto aunque sin éxito, tan vigo­ ducir á estos jefes al hospital de sangre, lo fue de terror y
rosa fué la resistencia opuesta á repetidos ataques por los confusion, oyéronse gritos que pedían caballos de f r isa para
provinciales de Trujillo y las compañías de nacionales que oponerlos al avance de. los enemigos, gritos á los que se mez­
defendían á San Agustín. claban los no menos alarmantes de L i morta ndad es horrible.
Despues de esta repulsa emplearon los carlistas Tos dias 23, /N'o hay quien conduzca los heridos <d hospital!
21 y 25 en reparar los desperfectos cansados en sus parapetos Poco dura, empero, el pánico entre, los valientes. La junta
por las baterías de la plaza, habiendo en la mañana del si­ de armamento y defensa, compuesta de varones émulos dolos
guiente dia 26 intentado asaltar de nuevo la brecha abierta en senadores romanos al apoderarse los galos de la Ciudad Eter­
los muros del edificio atacado, pero lo hicieron sin mayor na, no pensaron como aquellos venerables ancianos en dejarse
éxito que el de los dias anteriores, habiendo llegado lo de­ matar inermes. Seguros do que si tío desmayaban ellos no
nodado de la defensa hasta hacerse sentir a los enemigos, cuyas desmayarían sus convecinos, nombraron al brigadier don Mi­
pérdidas en muertos y heridos fueron tan grandes que ocasio­ guel de Areehavala, encargado en aquel momento de la defen­
naron, no obstante la innegable bravura de sus soldados, que sa del punto de Larrinnga, para que ocupase el puesto del
empezasen estos á mostrarse recelosos y remisos en los comandante general y de su segundo, ambos heridos. Acudió
asaltos. presuroso el nuevo jefe provisional de la defensa, y dándose
EL siguiente dia 27 lo fué de peligro y consternación, mas por auxiliar en calidad de su segundo en el mando al briga­
no de decaimiento para la gloriosa Bilbao. A las siete de la dier Ozoves, no perdieron un solo instante en proveer á las
mañana díjose la misa en el campo carlista y poco despues urgentes necesidades de ia peligrosa situación en que- á, las
sus cinco baterías vomitaban sobre el ex-convento de San tres do la tardo del citado dia se hallaba Bilbao.
Agustín un torrente de fuego aunque no de larga duración, Constituido Areehavala en la mortífera plaza do San Agus­
lo que hizo creer á los sitiados seria precursor de la retirada tín, cuya posesión quería á toda costa ganar el enemigo, la
del enemigo, el que usé en aquella mañana de pocos proyecti­ inspiración do veterano y de animoso soldado bien pronto le
les gruesos, sirviéndose principalmente de granadas y do me­ sugirió la idea salvadora. «Amigos, exclamó dirigiéndose á
tralla. sus subordinados y compañeros, la salvación do Bilbao de­
Al medio dia había cesado el fuego y comia tranquilamente pende de que incendiemos ahora mismo los tres editicios quo
el rancho la guarnición del fuerte, cuando se vio sorprendida ocupa el enemigo. ¿Quiénes son los que se animan á esta at re­
porla presencia del enemigo, quien subterráneamente se habla vida empresa?—Todos,» fué la respuesta quo recibió Arccha-
introducido en el edificio por los lugares excusados, desde los vala, quien al oiría gritó: «Marchemos, pues, en busca de la
que enfilaba á la portería y los claustros bajos abriéndose muerte, pero salvemos á Bilbao.»
paso á la sacristía y á la iglesia y también por el coro á la Hizóse en el acto provision de jergones, de paja suelta, do
casa contigua, llamada de Menchaca. Dueño el enemigo de la alquitrán y de cuantos combustibles pudieron juntarse, y car­
parte alta del edificio, sus disparos dominaban la plazuela que gando con ellos á hombros y despreciando el mortífero fuego
daba frente al convento y dejaban reducida a quedar como asestado por las baterías carlistas, y las descargas de fusilería
primera linea do los sitiados la casa-palacio de Quintana, que á quema-ropa recibían los nacionales desde las ventanas
que había sido el punto do apoyo do la segunda línea de de­ del convento, aquellos heroicos incendiarios proseguían su
fensa. Media compañía de bravos provinciales de Trujillo carrera de muerte, y aplicando á los muros y puertas las ma­
quedé prisionera de los invasores. terias inflamables de que eran portadores, lograron di jarlas
Posesionados estos del punto que con tanto empeño habían prosa de las llamas, sin que pudiesen extinguirlas los que
ambicionado, con objeto de hacer de él la base de su avance tanto interés tenían oír ello.
al corazón de la ciudad, abieldóles estaba el camino para pe­ Para no ser todo lo extensos qnc nos impide serlo los lími­
netrar en ella, pero para franquearlo había que atravesar el tes editoriales á que tenemos que sujetar nuestra conti­
Tránsito de la, muerte, donde les esperaba la lieróica resolu­ nuación de la presento Historia, nos abstenemos do citar
ción de los que habían jurado hacerse matar defendiendo el los nombres de todos los dignísimos bilbaínos que dieron
puesto do peligro y de honor fiado á su patriotismo. pruebas de un valor, cuya conmemoración es digna do llegar
Cundió por la población la fatal cuanto inesperada nueva á la posteridad, pero no podemos resistirnos á señalar el ras­
de que el odiado enemigo pisaba ya su recinto; mas lo que fué go heroico perpetrado por don Luciano de Celava, teniente de
motivo de consternación para los débiles que no deja de ha­ la sexta compañía de nacionales, hecho que rivaliza con el
berlas aun entre los esforzados, sirvió á estos últimos, que lo que ha inmortalizado el nombre de Latonr D’Auvergne, lla­
eran la gran mayoría de los bilbaínos, para correr á las armas mado el -primer granadero de Francia. Herido y recostado
acudiendo presurosos al sitio del peligro. A él marcharon las se hallaba al pió ele un árbol cuando llegaron los enemigos
compañías A1* y 6:’ de nacionales en refuerzo de la 1.a, y al (que. eran los austríacos) y le intimaron el silencio, del que
verlos desfilar para el campo de muerte al que se dirigían, las necesitaban para sorprender un destacamento francés que so,
mujeres, los ancianos, y hasta los niños, quienes al primer ocultaba en un cercano vallado. Pero entre la segura muerte
anuncio del desastre liabian buscado asilo en los sótanos de que tenia delante y la salvación de los suyos, no vaciló Latour
las casas, salian de ellas y á gritos animaban á la pelea á sus y con firme voz exclamó: A moi, Auvergne, ce, sont les enne­
padres, hermanos, esposos, deudos y amigos; espectáculo cuya mis. A mí, compañeros, aquí están los enemigos.
memoria no podrá menos de hacer vibrar el corazón de las Celaya llevaba un jergón debajo del brazo y en la mano
almas nobles. A la cabeza de los valientes que corrían al en­ una tea incendiaria, y coreano a la casa do..Menchaca á laque
cuentro del enemigo iba el brigadier don Migrici de Araoz. se proponía aplicar su carguío, de repente abren la puerta los
Pero llegaba tarde el refuerzo pava recuperar lo perdido. carlistas que ocupaban el interior. Velos delante de sí Celaya,
Proponíanse los de Bilbao impedir que los carlistas se apo­ y con imperturbable serenidad, sin retroceder ni inmutarse
derasen de la planta baja de San Agustín, defendiendo al grita esforzado: Granaderos, á ellos, que aquí están. ¡Viva
efecto el. tramo de la escalera á la sacristía, pero el mortífero Isabel II/ No habla tales granaderos detrás de nuestro héroe,
fuego que lanzado de los claustros recibían los nacionales, pero los carlistas lo creyeron y volvieron á cerrar la puerta
obligólos á desistir de su levantado empeño, no sin dejar an­ sin hacer armas contra el solitario enemigo que tenían delan­
tes cubierto el suelo de cadáveres y llevándose gran número te. Aprovechóse entonces Colaya de su generoso ardid y con­
de heridos. sumó su intento de incendiar el edificio.
Replegados al palacio de Quintana los que se veian compe- Al caer de la tarde ardían con intensidad las casas que la
lidos á renunciar á la recuperación de San Agustín, se hicie­ defensa sacrificaba, como el mejor medio do interponer un
ron fuertes en el primero de dichos puntos y en el de Cujas, espacio abierto entre los enemigos y los fuegos do los defen­
asiento de una batería ; pero en aquellos mismos momentos sores de la población, los que con incansable diligencia y bajo
sobrevino á los sitiados una nueva c inesperada desgracia. El la inteligente dirección de Areehavala emplearon la noche en
comandante general don Santos San Miguel fué herido, é ins­ reponer su nueva línea do defensa desde el palacio Quintana
•¿Ill H IS T O R IA D K USl’A Ñ A

hasta la Com leja, colocando (Manto de los parapetos caballos jI gándose por Navarra terminaba en el Pirineo, contingencias
de. frisa, y on las baterías cañones, cuyos tiros rasantes enti­ á las que tenia que atender al mismo tiempo que debía guar­
laban el costado de la enemiga posición de Albia y mejoraban dar los pasos del Ebro; haciendo tanto mas crítica su si­
los avances de la bajerá f. de la, 'niv. f.rta. El incendio duró toda tuación cuanto que el general carecía de recursos que vana­
la noche, ipie pasaron los sitiados bastante tranquila, por no mente reclamaba del gobierno, falto de olios y sin crédito
haber intentado el enemigo nada que requiriese mayor es­ para procurárselos: y como si talos contratiempos no fuesen
fuerzo que el de la exquisita vigilancia, ¡i la que proveía con bastantes, puso á ellos colmo el rigor de un invierno ex-
pal raíl ico celo el benemérito Arce)invaia. cepcionalmcntc crudo y agravado por la continuación de las
En la mañana del 2s se renovó el fuego contra la plaza y lluvias y de las nieves, que obstruían los caminos en un ter­
cmiliniió aunque sin grande intensidad hasta las dos y media ritorio cuyos puentes en su mayoría habia volado el enemigo.
de la tarde, á cuya hora apareció en las ventanas de San Agus­ Por impaciente que se hallase Espartero de acudir en au­
tín y como señal do parlamento mía bandera blanca. Nada do xilio do Bilbao, lo detenia el rigor de los temporales y la im­
t r a n s a c c ió n , i t i ice i' ó m o r i r , gritaron ios animosos bilbaínos periosa necesidad de esperar que se recibiesen en Santander
al divisar el indicio de. tregua. Al mismo tiempo recibía la los repuestos de viveres sin los cuales no habia manera de
plaza una comunicación de Eguia por la que intimaba la racionar el ejército.
rendición ofreciendo estar dispuesto á conceder una capitula­ Otro contratiempo vino á embarazar las disposiciones del
ción decorosa que libertase á llilbao de las consecuencias de general en jelb. La division compuesta do 5,000 hombres en­
ser tomada á viva fuerza como lo habia sido San Agustín. El viada on persecución de Sanz volvía reducida á dos mil in­
paso (pie dalia Eguia obedecía, al doblo móvil de apoderarse fantes y algunos caballos, las fatigas y privaciones de dos
de la plaza aiil.es (pie Espartero, que se aproximaba, llegase meses de campaña habiéndola diezmado; tan excesivo ora el
con el cjércilu de socorro, contra e! cual importaba mucho al núi nero de enfermos y de cansados que habia dejado en los hos­
general de don Cárlos que quedasen disponibles los doce ba­ pitales de Oviedo, Leon y otros puntos. Solo disponía Espar­
tallones de (pie se componia el cuerpo sitiador, interés al que tero para su movimiento sobre Bilbao, de quince batallones
se miia el de la satisfacción de amor propio do poder aplicar los que tenia que conducir por Laredo y Castro Urdiales, te­
elianto miles, á la ciudad que esperaba rendir, la instrucción meroso de afrontar ol peligro de forzar su paso por Portugalete,
reseñ ada lirmada por don Carlos en Durango en 17 de aquel siendo lo mas probable quo este se hallase obstruido por las de­
mes y por la que disponía lo que el comisario regio de Vizcaya fensas que el enemigo tuviese preparadas en el valle de So-
deberia practicar con los vencidos. Con arreglo á ella habría morrostro, en cuya prevision reclamó Espartero de Evans que
de emplearse el mayor rigor contra los liberales, desterrando despachase por mar á Portugalete toda la fuerza disponible
á. los que im fuesen merecedores de mayor castigo, y por la de que no necesitase para la seguridad de San Sebastian.
(pie se impunia, además de una contribución de doce millo­ Púsose en marcha el ejército desde Villavcayo para Limpias,
nes que debía pagar el vecindario, el embargo de bienes con­ pero fué tanto el rigor del temporal y la abundancia do ter­
tra los (pie Servian eu las filas de la líeina; instrucciones que ribles aguaceros, que su movimiento so hizo forzosamente
completaban otras cláusulas impregnadas de la mas emula lento y difícil.
saña contra los liberales, y que perniali en evidencia las codi­ Hasta el 20 no pudo llegar Espartero á Castro Urdiales
ciosas miras quo para los carlistas encerraba la toma de donde entraron literalmente descalzos los soldados, sin que
llilbao. hubiese disminuido el rigor del temporal. Conducía ol gene­
Ea levantada contestación dada por las autoridades del ral en jefe tres divisiones compuestas de los regimientos de
pueblo que podemos llamar la Nmnaneiu de la libertad, fue infantería del Bey, San Fernando, Zaragoza, Gerona, Extre­
el ordenar al parlamentario que se retirase, hallándose la madura, 1.“ de la Guardia real, Soria, Borbon, y los regimien­
plaza, resuelta :í continuar el fuego, y tanto era el ardor dolos tos de caballería del Príncipe y de Borbon.
sitiados para patentizar su belicoso espíritu, que las baterías No se halló practicable el paso del ejército por ol valle de
comenzaron á vomitar balerío antes que los parlamentarios se SomoiTostro á juicio de la ju n ta de generales tenida en Cas­
hubiesen retirado lo bastante para que no los alcanzaran los ti­ tro Urdiales, y fué preciso optar por el embarque do las tro­
ros, como desgraciadamente sucedió, resultando heridos el pas para Portugalete, operación que so vió interrumpida por
ayudante y el corneta quo habían traído el mensaje do paz. las borrascas que impidieron la partida y el desembarque de
El ¿'.i dirigieron los carlistas su ataque contra la casa Aspi- los batallones, de cuyas resultas vióse ol ejército fraccionado
llcrada y convento de. la Concepcion, sin que el fuego de la y expuesto á un golpe de mano de los carlistas. El gran peli­
[•laza pudiese contrarestar los que sobre el punto amenazado gro deque estos intentasen una acometida movió á Espartero
dirigia, la nueva batería levantada por el enemigo para abrir á correr el riesgo de atravesar por tierra con la fuerza que no
brecha cu los muros del edificio, como lograron efectuarlo, habia podido embarcarse, movimiento quo ejecutó á la cabe­
sin haber sin embargo sacado el fruto que esperaban, [mes za do sus soldados, que aunque caminaban sin zapatos sen­
detrás del derruido muro de manipostería, hallaron el do tíanse ufanos de m archará las órdenes de tan valiente caudi­
carne y hueso presentado por los briosos defensores del con­ llo. El 2f> por la mañana pudo el general tener reconcentrada
vento, los que conüiuiarou rechazando las acometidas de los toda su fuerza en Portugalete.
sitiadores, cuyas pérdidas fueron de consideración en las si­ Prevenido Villareal do la aproximación del enemigo, cubrió
gn ioni es. su línea desde la playa de Barcena al puente de Gastrejana,
I labíaso [mesto en marcha Espartero para acudir al socorro de cuya defensa encargó al brigadier Sopelana con una co­
do llilbao llegando á Villavcayo el 27 de octubre, desdo cuyo lumna do preferencia de alaveses y guipuzcoanos, y puso á
[imito continuó al Vallo do Mena con el doble objeto do con­ cavgo do Castor Andechaga con un batallón vizcaíno la de­
tener incursiones en Castilla y de ponerse en situación de fensa de Burceña. El 27 forzaba Espartero el paso de la ria
acudir en auxilio do llilbao. del Galindo, que tuvo que efectuar en embarcaciones, lo
Un ejecución de sus órdenes quedó asegurada la posesión cual necesariamente y en razón al inevitable fraccionamiento
de Portugalete mediante el envío de fuerza de infantería, de la fuerza debilitaba las columnas, quo iban desembarcan­
artillería y zapadores, disposición (pío debían secundar los do á la orilla opuesta; pero la estrella do Espartero y la de­
refuerzos que desde San Sebastian se pidieron á Evans en­ voción do sus soldados vencieron todos los obstáculos y so
viase en dirección de lliircoña. apoderaron sucesivamente de las alturas de Baracaldo y del
Al mismo tiempo que esperaba el general en jefe la incor­ convento do Burcoña.
poración de las dos brigadas al manilo de ios generales Cas­ Halagado Espartero de tener bajo su mano la totalidad de su
tañeda y Jlavon de Meer, el gobierno le comunicaba instruc­ fuerza, quiso aprovechar el entusiasmo que el éxito obtenido
ciones relativas á movimientos do tropas que cooperarían al , comunicaba á sus soldados, y colocándose á su frente y sa-
éxito del levantamiento dei sitio. Alas no ora solo esta aten- ■cando su vencedora espada precipitóse sobre los carlistas
cien lo (pie ocupaba á Espartero, obligado á hacer frente dueños de la eminencia de las Cruces, cuya defensa hacia
á los enemigos en la extensa línea que desdo Alava y prolon- |I mas temible la artillería enemiga, pero lo vigoroso del ataque
EDAD MODERNA •211
superó al esfuerzo de la defensa y Espartero quedó dueño de el ejército y á la en que se encontraba Bilbao. Para efectuar la
las importantes posiciones menos del codiciado puente do marcha por tierra en su auxilio era inevitable renovar el ata­
Castrejana. que del puente de Castrejana y desalojar do aquella posición
Mus si habían estado algun tanto débiles los carlistas en su al enemigo. Fné esta operación considerada como tan com­
defensa de las posiciones do que acababa de apoderarse Es­ prometida y de éxito tan dudoso, (pie todos los genendos y
partero, resolvieron disputar la definitiva posesión del puente jefes consultados, menos uno solo y tal vez el de menor mil o-
y consiguiéronlo hasta el extremo de haber logrado rechazar ridad entro ellos, opinaron por que no so intentase el ataque,
Üos sucesivos ataques de Espartero, quien tuvo que replegarse y basta saber que hombres del temido de los generales Oraá,
sobre Portugalcte despues de no pocas horas de reñidos com­ cl baron de Moer y Cevallos Escalera, se expresaron termi­
bat,es. nantemente en este sentido para comprender que la prudencia
Comprometida era la situación del general en jefe que em­ y el interés público podían muy bien aconsejar el renunciar,
peñado en acudir en auxilio de la sitiada plaza, encontraba por doloroso que fuese, á socorrer á Bilbao si el intentarlo
obstruido el camino que se habia propuesto .abrirse. No era la podia acarrear la pérdida del ejército, contingencia que ar­
fuerza con que acudia á levantar el sitio bastante numerosa rastraba con la de la plaza la de la causa nacional.
para arrostrar las pérdidas quo podia costar una batalla con­ Pero los consejos tenidos ante el enemigo para depurar gra­
tra todas las fuerzas enemigas, pues aunque no temiese ser ves dificultades del arte de la guerra, si bien son un procedi­
derrotado, bastaba que su detención ocasionase la caída do miento que impone gran responsabilidad al general en jefe
Bilbao, para que la causa de la Reina y el prestigio del ejér­ que desatienda el parecer de experimentados compañeros do
cito y el del general sucumbiesen en la demanda, y ante tan armas, no liga la libertini del caudillo á cuyas manos osfá
amenazadora eventualidad quiso Espartero consultar la opi­ fiada la suerte de la causa oncomeudádale por el Estado, y en
nion de los jefes que tenia á sus órdenes, á los que reunió en laq u e llevando aquel librada su responsabilidad y su gloria
consejo el 2S para tratar acorea de los medios do abrirse paso está perfectamente autorizado el que manda en jefe á no to­
á Bilbao. mar el último consejo sino do su propia inspiración.
En 30 do noviembre se reunían en el alojamiento del gene­ En este caso se encontraba el general Espartero cuando
ral en jefe y bajo la presidencia de este los generales don Mar­ despues de haber oido el casi unánime parecer de los genera­
celino Oraá, jefe de la plana mayor; el baron de Carondclct, les sus compañeros, se vio en el trance de abandonar la em­
comandante general de la caballería; cl baron do Meer, los ma­ presa ó de cerrar los ojos y seguir adelanto.
riscales de campo don Rafael Cevallos Escalera, don Joaquin Su instinto militar sirvió eficazmente á Espartero en aque­
de Ponte, don Froilan Mendez Vigo, don Segundo Ulibarri, llas circunstancias críticas. Calculé con acierto ol partido que
don Manuel Bausiá y los coroneles don Quintin de Velasco, podia sacar de las lanchas cañoneras, de las trincaduras que
don Nicolás Minuisir y don Santiago Otero, á cuya delibera­ por la ria podian conducir sus tropas al ataque del punto de
ción habiéndose sometido la situación en que se hallaba el Luchana, del cual una vez apoderado podria tenerne acceso á
ejército y la plaza de Bilbao, resolvióse por unanimidad: Bilbao evitando la necesidad de afrontar el paso do Castre­
Primero, que se llevase á cabo el movimiento sobre la plaza jana, especie do Termopilas en posesión del enemigo.
verificándolo por el punto de Azua, no emprendiéndolo con Alentó grandemente á Espartero pava adoptar esta levan­
mas artilleria que la de montaña y fiando el éxito de la opera­ tada resolución, la excitación, los consejos y la ayuda mate­
ción ála constancia y valor del ejército, y respecto á la falta rial que se brindé á prestarle la estación de la marina real
de víveres en que el mismo se hallaba y en que se encontraba inglesa y su comodoro lord John Hay.
también Bilbao, quo se ordenase á la Intendencia militar do Resucito á obrar en ol sentido de cambiar el objetivo do la
Santander que requiriese los víveres necesarios, aunque tu­ operación dirigiéndose al paso de Luchana, hizose indispen­
viesen que valerse de la fuerza pava reunirlos, y los expidiese sable que al movimiento precedieran operaciones preliminares,
inmediatamente á Portugalcte. las que necesariamente tenían que ocupar algunos dias para
Cada dia se hacia mas apurada, la situación de la plaza, ol trasporte de artillería y el establecimiento de las haterías
la que todo lo esperaba del ejército libertador en el que no destinadas á proteger el levan!,ai niente del sitio.
cesaban de recibirse comunicaciones telegráficas de Bilbao La primera dificultad que había que veneer era la del res­
instando á Espartero que adelantase su marcha, pues ya los tablecimiento del puente do Luchana destruido por los carlis­
sitiadores se hallaban practicando una mina por bajo del pa­ tas y sin el cual no era posible tener acceso al terreno en el
lacio do Quintana y no era posible prolongar con éxito la re­ que tínicamente era posible combatirlos.
sistencia si el ejército no se presentaba á secundar los es­ Reunidos los trasportes marítimos que requeria el embar­
fuerzos do la plaza. Respondía el general á las reiteradas que de las tropas, empezóse este á efectuar á las cuatro do la
reclamaciones de los sitiados que confiasen en que serian so­ tarde del dia 24 cu medio de uu furioso huracán, acompañado
corridos, pero quo el ejército tenia obstáculos que vencer, y de granizo alternado con espesa nieve; mas superando esta
en efecto no podia precipitar sus movimientos sin aventu­ contrariedad, fueron conducidas en lanchas y dos balsas
rarse á una batalla en terreno escogido por ol enemigo, la que, las compañías do cazadores protegidas por el fuego do las
caso de ser perdida, arrastraría no solo la caída de Bilbao sino baterías establecidas en las dos orillas del Norvion. Despre­
la ruina do la causa. ciando el fuego délos carlistas, fortificados á la parte opuesta
Comenzaba además la ciudad á experimentar gran escasez del puente y dueños de las casas á él inmediatas defendidas
de subsistencias. No habia carne fresca para los enfermos. por zanjas y parapetos perfectamente construidos, defensas
La do gato se pagaba á cuatro y cinco reales, y un par de ga­ protegidas por artillería, y que podian considerarse como
llinas valia seis duros. siendo casi del todo inabordables, las compañías de cazadores
Varios movimientos do parte do las tropas que tenían para mandadas por el comandante Ulibarrona afrontaron impávi­
aproximarse á Bilbao que franquear la distancia que separa das las balas del enemigo, como la furia de los elementos des­
esta plaza do Portugalcte, tuvo Espartero que efectuar antes encadenados, todavía mas que lo habían estado en los dias
de emprender el decisivo á que se resolvió despues de cele­ anteriores, y posesionáronse á costa de empeñadísima lucha
brado ol último consejo do guerra que precedió á la batalla del puente, del caserío, de los parapetos, y finalmente de las-
de Luchana. baterías.
Antes que esta se diese tuvo lugar frente al pueblo do Era- Una vez en posesión Espartero del puente de Luchana,
dix un encuentro en el que perdió la vida un oficial de gran­ destruido por el enemigo y restablecido por los ingenieros,
des esperanzas, el conde do Campo Alange, ayudante del efectuóse el paso al otro lado de la ria de la division mandada
general en jefe, y que habia ido á buscar los peligros de la por cl baron de Moer, encargado del ataque y de la toma del
guerra por puro deseo de gloria y amor á la libertad. monte de San Pablo. Mas resueltos los carlistas á lograr el
Reunióse el 14 de diciembre en el campamento de Burceña desquite de las desventajas que acababan de experimentar,
una nueva junta de jefes para tratar de la resolución que era bajaron en gran fuerza do las alturas de Banderas, á cuyo pió
urgente tomar relativamente á la situación en que se hallaba so trabé con mas encarnizamiento (pie momentos antes lo habia
212 H I S T O R I A Di i E S P A Ñ A

estado ima s¡inaricilla pelea cn la quo por unos y por otros so


CAPITULO V
(lii'Tnn repel illas caricas á la bayoneta, sin que los ompena-
<los e sfu e rz o s do los liberales consiguiesen hacer retroceder á El gobierno, la corte y la diplomacia de don Cárlos
los cari islas, ni conseguir estos que los soldados do Meer
d e s a lo ja s e n las posiciones que liabiait conquistado. El baron Por gastada t[ue estuviese la armazón del régimen tradicio­
se bailaba llorido, eontnso el brigadier don Fvoilan Mondez nal que desde los primeros tiempos'do la dinastía austríaca
Vijio 1,- sequía en cl mando; contábanse las bajas por cen­ habia apartado al gobierno español ele las corrientes civiliza­
tonares: la capa de espesa nievo quo cubría ol suelo la onuo- doras que lo inspiraron á partir del período histórico conocido
ífi-eoia el número do cadáveres (elididossobre la blanca super­ bajo el nombre del licnaeirnáento, hasta finalizar el reinado
linio; el desencadenamiento do los elementas crocia cn voz do de los Reyes Católicos; no es posible desconocer que la España
c a lm a rs e , Xadio abandonaba su puesto, poro la victoria parecía de nuestros padres, la sociedad que todavía, conservaba un
indecisa. los mas esforzados veian próximo el momento en carácter propio y una fe viva cn sus tradiciones, no podía ser,
que no podrían contener á los menos fuertes, y todos ochaban digámoslo así, barrida del suelo patrio, sin resistencia, sin
do menos la presencia del popular caudillo cuya voz poscia protestar en favor de su personalidad histórica.
el seivei o do. entusiasmar al soldado. Vacia Espartero en De esta- vitalidad que aunque próxima-á espirar, conservaba
a q u e llo s momentos ilustrado en cama, atacado por un violen- todavía el poder inseparable de una organización completa,
I ci acceso de su dolencia do la piedra. cual lo era la de las instituciones eclesiásticas y municipales
A las oneo do la noe,lio presentábase en el alojamiento del que imperaban cn España á principios del siglo actual, dan
e n f e rm o , el general Oraá, en quien había recaído ol mando del testimonio irrecusable la guerra de la Independencia, la reac­
ejército y la dirección de las operaciones. .El encanecido jefe ción autoritaria de 1S14 y las dos guerras civiles de 1823 á 18-10,
de e s la d o mayor, cuyo ánimo no había seguramente decaído, do 18G9 á 1875, guerras que han ensangrentado nuestro suelo,
llegaba pensativo y perplejo á consultará su jefe acerca dolo legando á las generaciones que aun viven, el problema por
crii ion do la situación. resolver de cuál deba ser el ordenamiento social que ponga cn
En visla do la urgencia, Espartero que ya había dispuesto armonía las ideas, las aspiraciones y los intereses de la nación.
ol envío al ensangrentado campo de batalla de la division del La carencia absoluta de preparación científica cn que nos
general <Vvallos Escalera, ordena que la siga la brigada del hallábamos en 1808 para emprender una renovación do la
corone l Minuisir. l’ero no bastan estas disposiciones; por ins­ índole de las que consumaron, Inglaterra en el siglo xvn,
tantes llegan oficiales enviados por los generales que ludían Francia afinos del x v m y en nuestros dias Italia y Alemania,
dcsospovadanicnle contra el enemigo, encargados de informar explica las causas do la incertidumbre y do los tropiezos con
á Espartero do que, resueltos á hacerse matar, no están seguros que han luchado los reformadores españoles, en la difícil obra
de Vencer. de nuestra reconstitución social.
Estos reiterados avisos, enviados por hombres incapaces Harto notorio es que el partido liberal no supo ó no pudo
de. (laquear, como consta al que los recibo, operan unareae -1 cn 1812 ni en 1820 obrar de manera que le atrajese la opinion
don sobre la padecida organización física del valiente sol­ ni la confianza del pueblo español. Heredero el partido car­
dado posi rado en cama; salta inst antáneamente de ella, pide lista, de la resistencia, de la hostilidad, que contra- las refor­
sus vestidos, bave ensillar su caballo y arrastrado por la mas iniciaron los serviles cn 1814 y continuaron los realistas
emulación, porci patriotismo y por el des [iodio, corre allagar en 182-1, encontró el carlismo cuna y asiento cn las provin­
de la pelea. S ii llegada vale tanto ó mas quo pudiera hacerlo cias Vascongadas y en Navarra. En su territorio fijó,sus reales
un cuerpo de ejército; el soldado quo ve al caudillo á cuyas el hermano de Fernando VII y allí cumple, al estudio de la
órdenes está acostumbrado á vencer, no duda ya do la victo­ época cuya historia narramos, ir á estudiar la fisonomía que
ria: eada hombro creo valer ciento; las palabras que á las tro- tuvo y las fases que presentó el gobierno de don Carlos en la
lias dirige Espartero electrizan al soldado, á cuyo ardor nada época que se abro al fallecimiento elei hijo de don Cárlos IV y
ya es capaz de resistir. A sus entusiasmados gritos hace eco finaliza en el memorable convenio de Vergara.
el ronco sonido de los tambores, la armonía de las bandas de Los fueros y las inmunidades eclesiásticas encendieron la
música, el bramido del humean y el ronco estampido délas guerra civil de 1833, y cn las provincias donde florecían aque­
olas del m arqúese esl relian contra las ovillas de la ría; y ante llos ó imperaban estas, es donde hay que buscar la explicación
aquel torrente de voces humanas, de gritos de guerra, de in­ do lo que fué ol accidentado y pasajero gobierno del Preten­
cesantes disparos y de cargas al arma blanca, llegado el mo­ diente.
mento deeiMvn en que unos ú otros tcninn que ceder, do­ Los diputaciones forales y Eumalacdrrogui echaron los
blegáronse los carlistas ante la estrella de los liberales que, cimientos de la situación que vino á regir don Carlos en per­
vencedores, I reparón á la cumbre de 1»anderas, on cuyo fuerte sona cuando después de su expulsión do Portugal y de su breve
clavaron al amanecer el dia 2ó la triunfan lo bandera de la estancia en Inglaterra, atravesó de incógnito la Francia y so
liberi mi española. presentó en Elizondo á los que lo aclamaban por rey.
bas penalidades del ejército y de su caudillo se hallaron Fué su'primor ministro el conde de Pen-Villcmur, de origen
gratamente recompensadas al hacer el último su entrada en francés, de abolengo legitimist;! y militar que se habia ilus­
Ili Iban en la mañana del primer dia do Pascua de Navidad y trado, primero sirviendo en el ejército del príncipe de Condé
contemplar las ruinas y demoliciones que atravesaba, on y posteriormente en cl del emperador de Austria. La guerra
medio de las bendiciones de un [melilo digno del nombre que contra Napoleon trajo nuevamente á España cn 1808 á Villo-
ha inmortalizado su urdiente amor á la cansa nacional. mur y en olla sirvió con bastante crédito. Al lado de don
El general y sus oliciales abrazaron con efusión á los va­ Cárlos y como consejero áulico, si no lució ol conde por ras­
lientes milicianos que hallaron formados para recibirlos á po­ gos do ingenio, tampoco fué responsable de actos quo lo reba­
cos [lasos del Trtrii»Uo de la. ■m itc r k que el enemigo noliabia jasen.
osado afrontar. Sucediólo Cruz Mayor, cuya impopularidad so hizo bien
El general felicitó ¡i la guarnición y al pueblo con sentidas pronto notoria. Gracias á la económica administración foral,
alocuciones y las Cortes y la Peina gobernadora los premiaron los ministros do don Cárlos so descargaban de la parte de
decretando pura la ciudad el título do invicta, para su muni­ responsabilidad que mas debía pesarles, la de buscar recursos
cipalidad el tratamiento de Excelencia, y confiriendo á Es­ para sustent ar su ejército. Algo dejamos dicho en el capítu­
partero la dignidad de conde de Luchano. lo V del libro II sobre el sistema financiero do don Cárlos, ali­
La defensa de l ’ilbao costó á sus heroicos defensores la vida mentado por los suministros cn especie que hacían las dipu­
de, doscientos cuarenta individuos, entro soldados, milicianos taciones. por la exacción que se imponía á las familias liberales,
y [melilo, habiendo ascendido ol número do heridos tí ocho­ por los productos de las aduanas establecidas cn la línea del
cientos odíenla y siete. ririnoo y por los donativos de los particulares y los escasos
subsidios que debió ol Pretendiente á las simpatías do los
gabinetes extranjeros.
EDAD MODERNA 91::
Hu (.odo cl año de 18:1(> no debió lu corte do Oliato á las de tes que acudían á su campo asegurándole que bastaria que
Viena, Sau Potersburgo y Berlin auxilios que excediesen de fuerza armada llevando su bandera se presentase en las pro­
la módica suma de un millón doscientos mil francos, y la de vincias que obedecían al gobierno de la Beina para que la
Cordona, que so le mostro propicia, hasta (pie Carlos Alberto mayoría de sus habitantes lo aclamasen por ltey, y de aquí el
se hubo hecho liberal, tampoco se mostró muy generosa con ansisi con que sus cortesanos clamaban por el envío du expe­
su aliado, habiéndolo descontado doscientos mil francos que diciones al interior y la insist,oncia con la que pedia don Car­
en 183;.! suministró á Komagosa, para insurreccionar á Cata­ los á sus generales victorias, que no les era á estos posible
luña. conseguir, sino cuando el ejército de la Reina se las propor­
Untre la grandeza encontró don Carlos voluntades mas cionaba yendo ¡i buscarlos en sus montañas, en terril ovios cu­
propicias. El marqués de Villafranca tuvo siempre su caudal yos naturales en cuerpo y alma les pertenecían.
á disposición del que miraba como su rey, y es faina quo entro Las camarillas, las intrigas, el pandillaje eran el costado
Jos magnates que vivían en España y que habían reconocido débil del partido carlista, así corno por parte de los liberales
¡i la Reina y servidola en puestos honoríficos, los hubo quienes constituían su plaga los pronunciamientos y las escisiones.
scorciamento suministraban á su competidor sumas de gran Para las provincias Vascongadas y Navarra la guerra de
consideración. los siete años tuvo el carácter y el significado do una ¡jucrm
Al sucesor do Pen-Villemur, quien, como queda dicho, no nafíiun'd, por lo que tenia de autonómica para un país que
tardó en desacreditarse, lo declararon la guerra los militaros creia defender en ella sus costumbres, sus franquicias, su ma­
y tuvo que dejar el puesto á otro hombre do incontestable nera de ser, ínterin que para las demás provincias de España
inclito, pero que tampoco supo ó tal vez no pudo apartar á se lidiaba una guerra de partido.
don Carlos do sus hábitos rutinarios. jSIos referimos á- don Esto explica la duración que debía tener la contienda civil
Juan Bautista Erro, ilustrado literato y estadista de notoria cuya historia bosquejamos, la que sin la circunstancia de no
probidad. Propúsose, pero no lo consiguió, moclermmr el go­ haber interesado moralmente .on igual grado á las masas de
bierno del Pretendiente. En su tiempo dió don Gárlos una opinion que arrastraba, no habría dado el espectáculo de que
especie do manifiesto en el que hablaba de reunir Cortes, ter­ un millón escaso de españoles pretendióse obstinadamente,
minada que fuese la guerra civil. Dioso un decreto que sus- imponor la ley á quince, millones do sus conciudadanos.
tituia el fusilamiento al garrote, y otro por el que se abolia EL glorioso hecho de armas de Luchana y la liberación
la degradante penalidad del azotamiento en público. Resta­ de Bilbao produjeron en la España de los liberales un rego­
blecióse con énfasis la universidad de Oñatc y supo Erro cijo tan universal como profundo filé el desaliento que llevó
encontrar cooperadores dando elevados puestos á los sujetos al ánimo de los partidarios del Pretendiente, entendiendo
de mayor notoriedad que figuraban en el partido carlista. A por tales á los que sin haber tomado las armas en su favor,
don .) osó Morct so le encomendó el despacho do los asuntos hacían votos por su triunfo y vivían sumisos, ostensible­
de Guerra, á Arias Tejeiro los do Gracia y Justicia y los di­ mente al menos, al gobierno do la Reina, al que en su inte­
plomáticos á don Wenceslao Sierra, confiriendo al propio rior repudiaban.
tiempo puestos de categoría é influjo á Eguía, á González Mo­ En las provincias Vascongadas y en Navarra no decayó
reno, á AIaro(:o y á otros hombres importantes del bando car­ sin embargo la perseverante fe de la mayoría do sus habi­
lista. tantes, para quienes el triunfo de la causa era el ex-voto de
Verosímil parece que el .Protondiente, que llegó á ofrecer sus mas íntimas aspiraciones ; pero los que habían combatido
Curtes, aunque en sn interior las repugnaba, hubiera quizás y derramado su sangro en la última campaña, se mostraban
mostrádoso dócil á indicaciones que lo hubiesen sido hechas vejados de no haber obtenido el triunfo y atribuían el fracaso
por sus partidarios y allegados; pero aquel príncipe en extre­ de sus penalidades y sacrificios á los jeies: perdida pues su con­
mo celoso de la ingerencia que la diplomacia extranjera, no fianza hacia varios de ellos, casi se desmandaron los batallo­
obstante lo que lo importaba conciliaria, pretendía ejercer nes al alejarse do Bilbao y á no haber sido el país vascongado
sobre él, miraba con celos que sus aliados aspirasen á influir una tierra de costumbres patriarcales en cierto modo, pocos
sobre la política que se proponía seguir si triunfaba. Sobre do los voluntarios arrojados á bayonetazos del asedio de Bil­
este punto, era el candidato Key á todas luces intransigente. bao y que en gran número se fueron á sus casas, habrían
Había on él mucho de parecido á Felipe II, menos el genio vuelto á las filas.
do aquel célebre monarca. Sin exponerse á cometer error, po­ Pero donde mas sensación cansó el fracaso fin: en los ge­
dria afirmarse que no hubiese don Carlos consentido en reinar nerales carlistas y sus pandillas que, contrapuestas y engolfa­
sobro súbditos que no profesasen su misma le religiosa. das en intrigas rivales, no desperdiciaron la ocasión para tirar
V tan poco como sin provecho real ni definitivo para su á bala roja unos sobre otros. Villareal, mas pundonoroso que
causa reportó do su extremada devoción, á la que bien puede sus correligionarios, se apresuró á presentar su dimisión, juz­
darse el nombre de fanatismo, tanto ó mas le perjudicó por gando con modestia no deber continuaren el mando después
el contrario pava haber tal vez podido ser aceptado por Iiey donna campaña que no había sido feliz.
á consecuencia de la proclamación en 183(3 do laC'onstitucion El infante don Sebastian, como queda indicado en el capi­
de 1812. tulo I del libro II, estuvo vacilante entro las dos ramas de la
Las clases que entonces representaban intereses conserva­ dinastía que se disputaban la sucesión do Fernando Vil; ar­
dores eran (mtidoccaídalaa, y si cuando estalló el motín sol­ rastrado por la doblo y poderosa consideración de familia que
dadesco de la Granja don Carlos hubiese dado una amnistía como hijo de la princesa de Boira y marido de una hermana
amplia y sin restricciones, y declarado que gobernaría con del rey de Ñapóles lo inclinaban al lado do don Carlos, so ha­
Cortos y eonvocádolas para seis meses despues de haber hecho llaba corea do este á quien habla venido á ofrecer sus servicios.
su entrada en Madrid, la miserable expedición do 1887, que Como príncipe de sangre real, el nombramiento de don Se­
(au eu evidencia puso hasta para sus mismos partidarios su bastian para general en jefe ofrecía la ventaja de descartar
nulidad como principe, habría verosímilmente tenido otro re­ rivalidades y de dar prestigio al generalato y filó el infante
sultado. Pero el célebre decreto que en aquella época expidió en su consecuencia elegido para reasumir en su persona el
y por el que proclamaba á la Virgen María generalísima de dualismo que habían compartido Eguía y Villareal. El último
sus ejércitos, explicable como acto interno, como aspiración á debió ilsus buenos servicios y á lo bienquisto que oslaba en
merecer la protección divina, era un anacronismo empleado el ejército, el puesto de primer ayudante del príncipe gene­
como medida política en pleno siglo xix. Engreído don Carlos ralísimo.
en la idea y preocupaciones del estado social que se deshacía, No filé tan bien recibido al nombramiento de Gonzalez Mo­
no comprendió las necesidades de la sociedad que iba á nacer reno para jefe de estado mayor general; pero el prestigio que
do la descomposición de la antigua, y solo tenia simpatías y iba unido á la persona del infante cubrió la impopularidad
oídos para los que le hablaban de su derecho, como emanado que acompañaba el nombramiento del vencido de Alendi-
de la voluntad de Dios. Creía que los pueblos suspiraban por gorría.
que reinase, debilidad que lo disponía á acogerá los intrigan­ La proclama quo en forma de orden del dia so apresuró á
iU m sT o n u dis e s j p a ñ a

dar el infante produjo buen efecto en su campo, y no perdonó Carlos se componia al finalizar el año 1836 de 32,000 infantes
medio la peregrinante corte para dar todo el realce posible á y 1,000 caballos.
la dignidad de (pie revestia al hijo político del que se titulaba Añade peso á las observaciones que hemos consagrado al
Rey. gobierno y á la corte de don Carlos el hecho notable de haber
Dol óse al principe de numerosa servidumbre militar. Tuvo atraído este príncipe á su servicio á los distinguidos oficiales
por ayudantes de campo, además de Villareal, al conde de do los cuerpos facultativos (artillería é ingenieros) que supie­
Madeira , á los generales Sans y Cue villas y al principo de Li- ron improvisar, croándolo, por decirlo asi, de la nada, el ma­
ímwskyj por segundos ayudantes seis coroneles y un séquito terial de guerra que llegó á reunir el ejército carlista. En el
de oficiales de estado mayor suficiente para cubrir el servicio musco militar de Madrid se conservan objetos que atestiguan
de un ejército de cien mil hombres. Según los cálculos funda­ la inteligencia de aquellos oficiales, los que solo es de sentir
dos m ios datos oficiales (pie posee el señor Virala, el do don militasen en otras filas qucenlas de los defensores de la libertad.

LIBRO SÉTIMO

DON C Á R LO S EN C A M PA Ñ A

causa nacional acababan de prestar la division do vanguardia


CAPITULO PRIMERO y su jefe, acogió con favor la presencia en Madrid del teniente
Evans en Guipúzcoa coronel clon Antonio Eos de Olano, jefe de estado mayor do
la misma, enviado desde Loja por Narvaez para dar al gobier­
b u c o l a d e l a e x p e d i c i ó n d e G ó m e z . — A t a q u e p o r 'E v a n s d e l a s l í n e a s d e no explicaciones sobre el suceso de Cabra,
S a n S e b a s ti a n .— C a m p a ñ a f r u s tr a d a .— T o m a d e la s lí n e a s (le 1 [ e m a ­ Levo lejos do que dicho distinguido oficial mereciese de
n i p o r E s p a r t e n ) . — O p e r a c io n e s e n C a t a l u ñ a h a s t a l a ll e g a d a d e c lo n parto del nuevo minist.ro interino de la Guerra, brigadier
Carlos.—Vuelta do Cabrera á campanil.—Mando de Oraá en Aragón. Rodriguez A’ora, una favorable acogida, ordenóse á Eos que
saliese inmediatamente de Madrid y fuese á incorporarse á la
Aunque el levantamiento del sitio do fiilbao y la vuelta de division en marcha, de Loja, con dirección á la capital.
Gómez á las provincias Vascongadas, mus bien con el carácter Sorprendido y disgustado Narvaez ante semejante poco li­
de fugitivo que con el do triunfador, fueron hechos que con­ sonjera demostración, cuando del gobierno esperaba todo lo
tribuyeron á que el año 183(5 cerrase en condiciones menos contrario, dirigió una nueva y sentida exposición á la Reina
adversas parala causa liberal que las que esta liabia atrave­ fechada en Quintanav de la Orden, por la que reiteraba su
sado en el verano y otoño del año ¡interior, todavía la empe­ petición de licencia absoluta.
ñada contienda, presentaba un horizonte preñado do peligros Llegado que hubo aquel jefe á Madrid presentóse al minis­
pani los ]»artidarios de hi Reina doña Isabel. tro de la Guerra, á quien expuso la escasez de jefes y oficiales
Eut nido vencedor en MiIban, hallábase Espartero bloquearlo que experimentaba su division, circunstancia que permitiría
cu cierto modo en el recinto de aquella plaza. Para salir de al gobierno ascender á los oficiales que lo hubiesen ganado
ella y emprender operaciones tenia que tomar nuevamente la por sus servicios, á cuyo propósito había Narvaez anunciado
vía de mar, ó que intentar la temeraria empresa do atravesar al ministro que lo presentaria las correspondientes propuestas,
por ni corazón del territorio dominado por el enemigo. El á lo que se negó el ministro, al mismo tiempo que no conten­
primerode dichos temperamentos volveríaá poner álos esfor­ to con esta repulsa llegó hasta, manifestar al. activo persegui­
zados bilbaínos enla misma peligrosa situación riela que aca­ dor de Gomez, al jefe á quien tan extraordinarias pruebas de
baban de ser sacados, y lo segundo no era posible intentarlo confianza acababa do dar el ministro saliente, que lo hecho
sino por medio de una combinación de todas las fuerzas riel por la division de vanguardia cu Andalucía no era- tanto
ejército, operación en la que realmente pensaban el gobierno como lo jirc.ftwiuia su jefe. Tampoco prestóse Rodriguez Vera
y sus generales, en los términos de que daremos cuenta des­ á dar satisfacción á Narvaez relativamente á la autorización
pues de haberlo verificado de ciertos hechos (pie, aunque por este pedida para hacer efectivos castigos militares que
cronológicamente, pertenecen ¡ti 1837, son por su misma índole consideraba esenciales al mantenimiento de la disciplina, y
inseparables de los sucesos de mas bulto acaecidos al terminar exasperado el último de verse tratado en Hiles términos, miró
el año ¡ulterior. como una ironía la oferta do la gran cruz de Isabel la Católi­
A esto orden perl onece el paralelo do la conducta observada ca, hecha por el ministro á un brigadier á cuyas órdenes no
por el gobierno relativamente al gravo asunto promovido por liabia vacilado el gobierno en poner la fuerza ele todo un cuer­
las enérgicas reclamaciones del brigadier Narvaez contrahi po de ejército, compuesto de tres gruesas divisiones. El ascen­
sublevación de Cabra, alentada y utilizada por el general so á mariscal de campo que do toda justicia correspondía á
Alaix. Narvaez y una favorable acogida que al mismo tiempo se
Desde luego se comprendo (pie fuese embarazoso para el diera ¡i las propuestas que tenia anunciadas, habrian proba­
gobierno aplicar ¡Vaquel general, reo de escandalosa indisci­ blemente calmado el disgusto que, creciendo de punto en el
plina, todo el rigor de la ordenanza, en los precisos términos of endido, afirmólo en su propósito de separarse del servicio.
exigidos por Xarvacz, lo cual podía dar lugar á rivalidades en Mas temorosos los ministros del mal efecto que en la opi­
las filas del ejército del Norte; pero fácil era haber evitado nion produciría la retirada de un jefe militav que por aquellos
semejante escollo, habiendo acompañado la indulgencia de dias era objeto del favor del público, los compañeros del de
(pie se quisiera usar respecto á Alaix, con la consideración y la Guerra procuraron calmar á Narvaez ofreciéndole que so
el premio á que tan acreedores se habían hecho Narvaez ysn daria curso á sus propuestas, al mismo tiempo que halagaron
division; mas lejos de que el gobierno usase do la discreción su amor propio, dándole á entender que continuaba mere­
y tacto que el asunto exigían, mostróse desde luego preveni­ ciendo toda la confianza del gobierno. Aquellas promesas y el
do y parcial contra el último. ; estímulo que Narvaez sentia por continuar su ruta con clirec-
Justa apreciadora la opiuion pública dol servicio que á la I don al Norie, en la esperanza de tomar parte en las operado-
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nes sobre Bilbao que á la sazón se hallaba en grande apuro, Hubimos de interrumpir el hilo de los sucosos quo siguieron
lo hicieron desist,ñ- por. el momento de su insistencia de á la ocupación de Bilbao despues de la memorable batalla de
licencia absoluta, y púsose en marcila pam reunirse á Espar­ Luchana, para dar lugar á la mención de hechos importantes
tero, quien por su parte créese se hallaba deseoso de utilizar de apreciar como antecedentes de venideras decisivas situa­
las prendas militares del reputado jefe de la division de van­ ciones dentro del período histórico objeto del estudio que nos
guardia. ocupa.
Desgraciadamente ignoraba Narvaez la verdadera disposi­ Volviendo ahora á reanudar la relación de las operaciones
ción de ánimo en que respecto á él se hallaba el general en del ejército del Norte, ellas darán idea de la importancia de
jefe. Amigo y favorito como lo habiasido Narvaez de Còrd ova, las que se emprendieron á consecuencia del plan do campaña
receloso de que esta circunstancia hubiese creado en el cuar­ concertado por Espartero, Evans y Sarsfield, y que el gobierno
tel general prevenciones que le fuesen contrarias, supo al aprobó en todas sus partes, señalando la quo cada uno de
llegar á Burgos, á l a vez que la entrada del ejército en Bilbao, dichos generales debia tomar en la ejecución.
que Alais mandaba, en Alaxa donde iba destinada la division Consistia este plan en que simultáneamente se pusiesen di­
de vanguardia, y la idea de que al llegar á Vitoria se vería chos tres generales en movimiento. Espartero al frente de
bajo las órdenes de un adversario que era su superior en gra­ veinticinco batallones debia abrirse paso por el territorio ene­
do, produjo en la vivaz imaginación de Narvaez el doble efecto migo, el que atacado con vigor por Evans en su linea al frente
de desvanecerle la ilusión de adquirir gloria en Bilbao, y de de San Sebastian al mismo tiempo que lo seria por su flanco
renovar su repugnancia á verse en el caso de tener que obe­ derecho, merced al movimiento do avance que desde ram plo­
decer á un general que, según el. criterio ordenancista de na debia efectuar Sarsfield, daba esta combinación fundadas
Narvaez, merecía un severo castigo por lo ocurrido en Cabra. esperanzas de que acorralados los carlistas contra el libro per­
Ofuscado bajo cl peso do esta doble impresión, presentóse diesen su base de operaciones en el país vascongado, tuviesen
Narvaez al general Rivero que mandaba en Burgos, hízole que aceptar una batalla decisiva con el gran rio a sus espal­
presente que el estado de su salud le impedia continuar al das, ó que internarse en Castilla, en cuyo caso so realizaría el
frente de la division, de la que hizo entrega, y autorizado por desideratum que fue siempre mirado por Mina como condi­
dicho general, en aquel momento su jefe inmediato y con pa­ ción precisa para la terminación de la guerra, result,ado que
saporte del mismo, tomó al siguiente dia el camino de Madrid, aquel veterano hacia consistir.en sacar á los carlistas del ter­
donde no fué acogido por el gobierno como se lo hicieron ritorio que dominaban y traerlos á pelear en los llanos de
esperar los términos amistosos con que pocos dias antes se Castilla.
habia separado de los ministros. En realidad, la opinion de Semejante plan satisfacía á las apreciaciones de una buena
estos respecto al vencedor de Gómez habia cambiado mucho crítica militar, y su resultado era tanto mas verosímil cuanto
desde que merced á las gestiones del embajador do Inglaterra, que las fuerzas de que para llevarlo á cabo disponía el go­
Calatrava aceptó á Narvaez como un verdadero conj uro contra bierno podían considerarse como suficientes para que en los
la pesadilla, de la expedición de Gómez. puntos por donde iban á ser atacados no iludiesen oponer
De resultas de las candideces de los moderados que se com­ fuerzas superiores los enemigos.
placían en contar á Narvaez como suyo, aunque nada en En efecto, Evans podía moverse al frente de veintitrés mil
realidad les hubiese ofrecido, los adversarios del gabinete Ca­ hombres con numerosa artillería, y siendo secundado por las
latrava habian fundado en los triunfos y popularidad de aquel fuerzas de mar compuestas de cañones y de infantería, el ata­
joven caudillo la esperanza de un cambio de situación, espe­ que por tierra do las líneas de San Sebastian podia ser decisivo.
ranza que exagerada por los espías con guante blanco que Sarsfield, vire y de Navarra, ácuya disposición se ponían los
el gobierno tenia en medio del partido .que le.era hostil, die­ batallones situados en el ala izquierda, dispondría de diez mil
ron lugar á la prevención que hizo qno aquel mirase como un hombres, los que con las fuerzas que acudían de Bilbao y las
enemigo temible al hombro que dos meses antes habia consi­ que so hallaban en Alava permitían á los tres generales ope­
derado como un salvador; prevención que vino á robustecer rar á la cabeza de ochenta y cinco mil soldados.
el desagrado que experimentó Espartero al saber que Narvaez La teoría de la meditada campaña inspiraba al gobierno una
se separaba del mando de la division, atribuyendo á repug­ confianza acrecentada por la necesidad on quo se hallaba do
nancia de sennr bajo sus órdenes lo que solo tenia por causa que la causa nacional debiese á los ministros triunfos que
la enemiga existente entre Alaix y Narvaez, enemiga que tal atrajesen la opinion que so hallaba apartada de ellos. Lo mas
vez se hubiera transigido si el último hubiese llegado á incor­ difícil de allegar para el éxito de tan halagada expectativa,
porarse al cuartel general. era la posesión de recursos que asegurasen la subsistencia y
Las explicaciones que preceden fundadas en datos auténti­ la movilidad do los tres cuerpos de ejército. A efecto de ad­
cos dan su verdadero significado al hecho quo la division de quirir dichos medios empleaba infatigable Mendizabal todos
vanguardia llegada á Burgos no continuase á las órdenes de los recursos de su fértil imaginación. Contratos con la dipu­
su jefe hasta incorporarse al ejército de que habia salido, al tación de Alava pava el suministro de víveres; anticipos one­
misino tiempo que rectifican y aclaran la equivocada seguri­ rosamente obtenidos de especuladores estimulados áexplotar
dad con que afirma el autor de la Guerra civil que Narvaez no la penuria del tesoro; ningún medio posible do levant,ai- fon­
so prestó á acudir con sn division en auxilio de Bilbao. dos perdonaba el ministro de Hacienda, quien á duras penas
Curiosos son los pormenores do la no disimulada persecu­ logró reunir el mínimum reclamado por las necesidades del
ción fulminada contra Narvaez de resultas do haberse presen­ servicio.
tado en Madrid, aunque provisto de licencia y pasaporte de No podían los preparativos á que so entregaban los libera­
su jefe inmediato. Vióse Narvaez sucesivamente desterrado á les permanecer siendo un secreto para los carlistas, y se aper­
Cuenca, á Toledo, á Extremadura, y solo cesó de ser objeto do cibieron á la defensa como al ataque, redoblando su vigilancia
desconfianza cuando despues de las elecciones de las primeras y adoptando resoluciones análogas á las contingencias de la
Cortes ordinarias, convocadas con arreglo á la Constitución inminente lucha.
de 1837, la mudanza de gabinete valió á Narvaez el favor del El infante don Sebastian revistó en los últimos dias de fe­
nuevo gobierno, por el que fué ascendido á mariscal de campo, brero las líneas de Guipúzcoa en frente do San Sebastian,
recibiendo el encargo do formar el ejército do reserva que de­ lo mismo que las plazas de Im n y Fuenterrabía, pasando
bía pacificar la Mancha, pero que por efecto de la rivalidad de seguidamente á Navai’ra y recorriendo los puestos militaros
Espartero y de intrigas qnc no tardaremos en señalar, valie­ hasta Estella.
ron á Narvaez una nueva y mas extensa persecución; contra­ Disponía don Cárlos de cuarenta y seis batallones, de los
tiempo que debia, sin embargo, grandemente contribuir á la cuales doce se hallaban en Guipúzcoa, siete en Alava, diez en
posterior elevación del futuro duque do Valencia. Vizcaya y los restantes en Navarra.
Llenado el objeto de la digresión á la que ponemos térm i­ El. 10 de marzo púsose Evans en movimiento adelantando
no, entremos á ocuparnos de los graves sucesos que siguie­ su centro por Alza, y proponiéndose ocultar el verdadero punto
ron á la liberación de Bilbao. de ataque, amagó los fiancos del enemigo, cuyo centro era el
T omo VI 20
ZIG HISTORIA DK K S l ' A N A

pimío contra el que emit aba dirigir su principal acometida. operaciones del ejército de don Carlos, y de no haber tenido
S o hubo bastante cálculo eu cuanto á ordenar los movimien­ la causa de este la buena fortuna de que Sarsíield no conti­
tos ó no fueron ejecutados estos con la precision que debieran nuase su marcha y dejase expeditos los batallones que don
haberlo sido, pues habiéndose propuesto Kvans amagur por el Sebastian pudo conducir rápidamente sobre las líneas de San
lado de basarte para dirigir el ataque formal contra beso, las Sebastian, la victoria de Evans habría sido tan completa
col o ninas encardadas de operar por lo anticipatio de sus manio­ como decisiva la derrota de los carlistas.
bras descubrieron lo bastante el plan de Evans para que los Pero en la noche del 13 al 14, en la que Sarsfield acampaba
carlistas acumulasen “ rundes refuerzos hacia las alturas de en lrurzun, sobrevino un temporal tan fuerte de aguas y tan
Astigarraga, de las que en otro caso hubiera sido fácil á Evans intenso de frió, que la salud de las tropas se resintió grave­
apoderarse, pues de haber retardado de inedia hora la salida mente, y temeroso Sarsfield de una epidemia en vista del nú­
de las tropas de Alza, el antedicho inulto no habría recibido mero de enfermos que instantáneamente produjo el temporal,
los refuerzos que hicieron inútiles las repelidas y sangrientas desistió de continuar la marcha, emprendiendo su retirada
careas á la bayoneta dadas por los liberales para hacerse due­ hacia el punto de donde había salido y quedando desde aquel
ños de posiciones que, aunque ganadas con empeño y bizarría, momento frustrado y maneo el plan á que debían simultá­
no lograron en definitiva arrancar do manos del enemigo, al neamente concurrir el ejército de Navarra, el del inmediato
que no puede negársele que mostró cu la defensa un valor mando del general en jefe Espartero y el que se hallaba em­
a la altura del desplegado en el ataque por los soldados de la peñado en las líneas de San Sebastian.
h’i'iiia. Grandemente satisfecho no menos que sorprendido el in­
'I'odo el «lia duró la encarnizada lucha en la quo por cuatro fante don Sebastian de no tener que oponerse al avance de
veces fueron los liberales dueños de las disputadas alturas de Sarsfield, comprendió toda la importancia de hacerla mayor
Asi igarrnga, que sin embargo acabaron por tener que ceder diligencia para acudir al llamamiento del cañón que tronaba
;¡ los batallones vizcaínos y alaveses, los que á cosl.a de rauda­ en Guipúzcoa. Despachó en posta dos oficiales encargados de
les de sangre volvieron á recuperarlas. encarecer á los batallones que defendían la línea de Ilernani
Mil bajas por ambas partes costó aquel primer dia do pelea, la suprema necesidad de sostenerse, en la confianza de que
debiendo haber sido mayor la parte que en el cont ingente de iban á ser inmediatamente socorridos, como realmente lo fue­
víctimas cupiese á Evans por haber tenido sus columnas que ron en la mañana del IG, cuando Evans pudo apercibirse, muy
sufrir el luego mas al descubierto que los carlistas. á costa suya, de que tenia enfrente fuerzas muy superiores á
Rendidos de cansancio y de fatiga, mas no por ello decaí­ las que el dia antes habia vencido.
dos de ánimo, liberales y carlistas acamparon á vista unos de Tan crítica como ora la situación de los defensores de Her-
otros, los primeros cil las alturas de Amotzagaña y los segun­ nani al amanecer del dia 1G, tan decisiva lo filó en su favor á-
dos en Andoi egui y crucero de Han Marcos. Mas no consintió consecuencia de la llegada del infante y sus batallones, salu­
(‘I rigor de una noche suinamente fri a y de fuerte granizada, dados con clamoroso entusiasmo en los momentos en que el
que hallasen descanso de sus ímprobas fatigas los que al si­ vecindario do Ilernani adieto á don Carlos, temeroso de la
guiente dia estaban destinados á experimentarlas todavía próxima entrada de los liberales, abandonaba el pueblo for­
mayores. mando caravana de carros y caballerías para el trasporte de
El dia 11 de marzo lo filó de observación en ambos campos. efectos, de mujeres, de ancianos y de niños.
Evans lo dedicó á fori idear su vivac, no habiendo pasado las En el entre tanto, esperanzado Evans en las consecuencias
hostilidades de simple tiroteo de guerrillas. de su sangriento triunfo del dia anterior, apenas rompió el
En los dias lg, |:¡ y 14 pronunció Evans su movimiento de alba hizo adelantar sus columnas de ataque, teniendo su baso
avance dirigiéndolo porci camino de San Sebastian á I roma­ en la cima de Astigarraga y de Arríete. Era sumamente impor­
ni, replegándose de sus resultas los carlistas sobre el puente tante para los carlistas sostener la lucha sin desventaja á fin
de Ergo via y el reducto de Oriainondi. de dar tiempo á la llegada de los refuerzos que conducía el
El Iñ vigorizó Evans su acometida apoderándose, despues infante, y al efecto el general Sanz, que mandaba la línea,
de reñido combate, de las alturas de Polloaga y de Aguirre, resolvió desalojar á Evans de la posición dominante que
llegando su ocupación del terreno enemigo hasta el pió del ocupaba. Consiguiólo por de pronto sufriendo el nutrido fuego
punto lori ¡Meado de Oriainendi que Jáuregui atacó por la de la artillería de aquel, cuyas columnas no tardaron en re­
tarde, cuando reforzados por las tropas de refresco y á costa cuperar la posición; pero cuando el general de la Heina dicta­
de gran bizarría y pérdida de gente lograron los liberales ha­ ba las órdenes conducentes á asegurar el éxito de la jornada,
cerse dueños del puente artillado de Ergovia, retirándose los tuvo que suspender los movimientos que habia dispuesto al
defensores á I ternani. descubrir que por el camino de Tolosa venían batallones car­
Muy quebrantados quedaron los carlistas de resultas de los listas en gran número. Eran aquellos en efecto los que de
cinco dias de ruda pelea que acababan de sostener. Iturralde Navarra conducía don Sebastian, resuelto á tomar inmediata
(pie mandaba en j e f e , cayó enfermo; heridos los generales parte en la lid, no obstante las observaciones que le fueron
Vargas ó llurriaga, sus bajas eran de gran consideración, jr cl hechas por su jefe de estado mayor sobro los riesgos de empe­
desalíenlo de los voluntarios tan pronunciado que no pocos ñar la acción en aquel momento. Pero el infante se hallaba
se habían marchado á sus casas. impaciente de recoger los laureles que le habia preparado la
Aunque costoso y no rápido el éxito obtenido por Evans, retirada de Sarsfield, y resueltamente dijo á sus oficiales que
era completo al finalizar el (pùnto dia de lucha, pero suele se hallaba decidido á empeñar la batalla, y que si la perdia
ser frecuente en lances de guerra, que hechos de armas que tenia preparada una pistola para aplicársela á las sienes. Su
presentan todas las probabilidades de ser coronados por la varonil resolución impartió en los suyos el mas vivo entusias­
victoria, se conviertan en derrotas, cuando dejan de tomar mo. Aprovechóse de él el general de don Cuidos para lanzar
parte en la lid fuerzas con cuya cooperación ha contado el columnas envolventes sobre las posiciones de Evans. Iturral­
beligerante para llevar lo mejor do la coni ¡onda, ó lo que es lo de y Sopelana acometieron por la izquierda, ínterin por la
mismo, cuando recibe el enemigo próximo á sucumbir refuer­ derecha lo verificaban Iturriaga y Quilès y por el centro Vi­
zos cuya llegada no entraba en los cálculos do su adversario. llareal á la cabeza de batallones castellanos y alaveses y de
A experimentar vicisitudes do esta clase estaba destinado una columna de granaderos.
el linai desenlace de la parte del plan de campaña encomen­ El ataque de los carlistas fue simultáneo, enérgico, repetido,
dado al general Evans. y dió por resultado que Villareal y Sopelana se reuniesen
Marstiold salió de Pamplona el 11 al frónte de diez mil infan­ sobre la cumbre, desalojasen á los batallones españoles é
tes. cuatrocientos caballos, dos compañías de zapadores y ingleses que la defendían, y que no conservaron la union
oelm piezas de artillería. Ahuyentó fácilmente los cuatro ó cin­ y entereza que hubiesen permitido á Evans rehacerlos y lle­
co batallones carlistas que vanamente intentaron detener su varlos nuevamente al combate. Invadidas por el enemigo sus
marcha; pero el infante don Sebastian en persona acudió á posiciones, no podia aquel general atender á un punto de
oponerse al movimiento de (lauco (pie amenazaba la baso de su línea sin dejar comprometidos otros do no menor impor-
ici) a i) M o n i : i : >- A

tanda, y á fin ¿le no perder la concentración de sus tropas ; general Evans al concio do Luchana, al paso quo confirma los
quedando expuesto á mayor desastre, vióse Evans compelido i hechos y apreciaciones que preceden, ofrece el irrecusable
á retirarse dejando en poder de los carlistas las posiciones que ' testimonio de la opinion del jefe del ejército de la izquierda
habia conquistado en los dias anteriores.. acerca du las causas del desastre experimentado, y da aventa­
Innegables pruebas de valor dieron en aquella jornada acia­ jada idea de la sinceridad y delicadeza que caracterizaron la
ga para los liberales los jefes de los batallones ingleses, contra conducta del general Evans.
Tos que principalmente se dirigia la puntería de los fusiles También habló este jefe á sus soldados por medio do una
carlistas; el campo quedó cubierto de cadáveres de legionarios, orden general del dia, propia á inculcarlos el deber do no
y Evans, que aspiraba á conservara! menos los parapetos que ¡ desmayar en la empresa de servir lealmente la causa do la li­
había hecho construir en Oriamcndi, tampoco pudo impedir bertad, encareciéndoles ser la disciplina la mejor garantía
que quedasen estos en poder de los carlistas. I del triunfo para soldados valientes.
Encarnizada fue la persecución que sufrieron las desorde- Don Sebastian por su parto felicitó á los suyos por la vic­
nadas filas del ejército liberal, y mayores habrían sido las ! toria obtenida y don Carlos creó, una condecoración ad hoc
pérdidas que tuvieron, si para aminorar las consecuencias de |, para conmemorar el triunfo alcanzado por sus armas.
la deiTota, no hubiese saltado en tierra de los buques surtos Do conformidad con cl plan de campaña concertado entre
en el puerto de San Sebastian un batallón de la marina real I los tres generales de la Reina, Espartero salió de Bilbao el 10
inglesa que se formó en línea delante do los perseguidores I y arrolló sin dificultad las fuerzas enemigas que halló situa­
presentándoles la punta de sus bayonetas y las bocas de sus das en Santa Marina y en Galdocano, donde pernoctó, entran­
cañones, intervención que no esperaban los carlistas y antela do al siguiente dia en Durango, después de un rudo combate,
cual se contuvieron, y los fugitivos pudieron guarecerse al sostenido en el monte de Lemona, en el que. el valeroso gene-
abrigo de la plaza. j ral selló nuevamente con su sangro su ardiente amor por la
L¡is pérdidas de aquella jornada han sido diversamente es­ I causa de la libertad. Aunque herido en un brazo al mismo
timadas, y aunque debamos admitir que fueron superiores las tiempo que aquejándole un ataque de su padecimiento do la
del ejército de la Reina, os verosímil haya exageración en orina, no se separó Espartero del frente de sus soldados, pero
elevar á 400 muertos y 000 heridos las do los liberales y solo tuvo que desistir de su movimiento de avance al recibir la
á un centenar de bajas en ambos conceptos las de los carlis­ nueva de la retirada de Sarsfiekl y de la rota experimentada
tas. Cuando no se tienen otros elementos de comprobación que en la línea de San Sebastian, teniendo en su consecuencia
los que suministran los partes oficiales délos beligerantes,no I que retroceder á Elorrio para ganar sus cantones de Bilbao.
puede darse crédito en punto á muertos y heridos á los gua­ • Pero don Sebastian, Villareal, Gucrgué, Urbisl.ondo y Goffi
rismos producidos por los liberales como por los carlistas. i habían acudido con fuerzas superiores, cu la esperanza do
En lo que no croemos haya exageración es en las lamenta­ I derrotar á Espartero, el que desde Zornoza efectuó una hábil
bles perdidas materiales experimentadas por los infelices ha­ I retirada, batiéndose sin cesar con. las numerosas divisiones
bitantes do las aldeas y caseríos que avecinan tí San Sebas­ que acudieron á obstruirle el paso; superando las desven­
tian, á Lezo, Alzá, Astigarraga y Ilernani, entregadas al tajas elei terreno y las briosas acometidas de sus perseguido­
incendio sus habitaciones y que reducidos á la desesperación res, á los que contuvo y logró rechazar, á costa de inevitables
condujo á aquellos á aumentar en no pequeño número las i y sensibles pérdidas, logrando entrar en Bilbao á la vista del
filas de los voluntarios carlistas. enemigo frustrado on su intento de derrotar al general quo
La comunicación que trascribimos al pié (1) dirigida porci 1 tantas veces los habia vencido.
De la breve pero exacta relación que. precede aparece lo in­
( 1 ) C u erp o d e eje rc ito d e o p era cio n es d e l a cosía d e C a n ta b r ia . fructuosa que fue la campaña á la que puede darse el nom­
I n c l u y o á V . d o s o f i c i o s , t i n o d o l a b r i l l a n t e a c c i ó n d e l 1 5 , e l o t r o d e l ¡ bre de la do los tres generales que en ella tomaron parte,
s e v e r o r e v é s q u e l i e m o s e x p e r i m e n t a d o : h a b i e n d o r e c i b i d o e l e n e m i g o r e ­ aunque es sabido que dicho plan fue concepción de ttarsficld,
f u e r z o s y h a b i é n d o n o s d e s a l o j a d o e l 1 6 d é l a m i s m a p o s i c i ó n f o r m i d a ­ por él propuesto á Evans, por este comunicado á Meiidizabal
b l e q u e h a b í a n c a p t u r a d o n u e s t r a s t r o p a s c o n t a n t a b i z a r r í a , l a s t r o p a s que lo acogió con entusiasmo y logró que lo aceptase Es­
d e l o s d i f e r e n t e s c u e r p o s s o b r o c o g i d a s p o r u n t e r r o r p á n i c o s i n n i n g u n a partero.
c a u s a a p a r e n te , s e d e s o rg a n iz a ro n c o m p le ta m e n te . H u b ie r a p o d id o c o n ­ La teoría de dicho plan pudo ser todo lo sabia quo se quie­
t i n u a r o c u p a n d o l o s p u n t o s e s e n c i a l e s d e p o s i c i ó n , p e r o e l c u e r p o e s t a b a ra; pero claramente ofreció la singularidad do que su ejecu­
d is p e rs o é in c a p a z d o f o rm a c ió n , y p o r lo ta n to e s ta b a m u y d e s m o r a li­
z a d o . S i l a f a l t a d e e s t o d e b e a t r i b u i r s e á ' m í ó á l a s t r o p a s , ó á a m b o s ción viniese á fracasar por falta de cooperación de su mismo
ju n ta m e n te , n o m e to c a á m í d e te rm in a rlo . , autor, pues como hemos visto, la retirada de Sarsfiekl, de Irur-
E l g e n e r a l S a r s f i e k l s e h a v i s t o o b l i g a d o , p o r l a i n c l e m e n c i a d e l t i e m ­ zun á Pamplona, arrebató á Evans la victoria do las inanos
p o , á v o i v e r á P a m p l o n a ; m e h u b i e r a a l e g r a d o e l s a b e r e s t o ; p e r o e r a y redujo á una estéril pérdida de tiempo y de recursos y al
i m p o s i b l e . E s l a v e n t a j a q u e e l e n e m i g o p o s e e p o r s u p o s i c i ó n c e n t r a l . lamentable sacrificio de mas de un millar do muertos y heri­
A h o r a e s t o y s o l o a n s i o s o p o r e l e j e r c i t o d e V . , y t e m o q u e l o s r e b e l d e s dos 1a tentativa do haber dado un golpe decisivo á don Car­
s o u n a n c o n t r a V . y p o n g a n a s í e n p e l i g r o s u p o s i c i ó n . H e p e r d i d o e n l a s los, quien tuvo la suerte de que, léjos de haberlo sufrido, lo­
a c c i o n e s d e e s t o s t r e s ó c u a t r o d i a s l o m en os d o s m i l h o m b r e s y n o e s t a ­
r e m o s m o r a l m e n t e a p t o s p a r a n i n g ú n d e b e r i m p o r t a n t e p o r a l g u n t i e m ­ gró descargarlo hasta cierto punto sobre sus contrarios.
p o . E s to y c o m p le ta m e n te d is p u e s to á to m a r p le n a m e n te m i p a r te d e Otro golpe de fortuna favoreció las armas do don Carlos en
c u l p a e n e s t e s u c e s o , y e s c l a r o q u e l a c o n f i a n z a d e l o s s o l d a d o s e n m í , ó aquellos dias. El hijo del gobernador do Larraga se pasó á la
l a t u i a e n e l l o s , d e b e h a b e r s e d i s m i n u i d o c o n s i d e r a b l e m e n t e ; l o q u e s e facción y di ó á Zariátegui pormenores y datos sobre el oslado
p r e s u m e e n t a l e s c a s o s e s q u e l a f a l t a d e b e a t r i b u i r s e á l a s t r o p a s ó a l de las fortificaciones, que permitieron al jefe carlista sorpren­
je fe ó á a m b o s . der el fuerte de la Corona que dominaba á Larraga, hacer á la
L a p o s i c i ó n e r a s u m a m e n t e f u e r t e y n o h u b i e r a p o d i d o c o n c e b i r q u e guarnición prisionera y apoderarse de armas y víveres en
l a s t r o p a s h u b i e r a n s i d o r e c h a z a d a s d e n i n g u n a p a r t e d e e l l a . A V . l e abundancia. La vecindad do los cantones ocupados por la di­
to c a , m i q u e r id o g e n e r a l, y ta m b ié n a l g o b ie rn o , e l r e s o lv e r s i n o s e r á
m a s v e n t a j o s o á l a c a u s a d e l a R e i n a e l q u e y o h a g a m i d i m i s i ó n , p a r a , vision de la Ribera, al mando del general Ivi barren, no per­
q u o o t r o j e f o q u e p u e d a i n s p i r a r m a s c o n f i a n z a , s e c o l o q u e á l a c a b e z a d e mitió á los carlistas conservar la posesión por ellos conquis­
e s t e c u e r p o d e e j é r c i t o . L a l e g i ó n i n g l e s a c o n s i d e r a s u t i e m p o d e s e r v i ­ tada.
c io p ró x im o á e s p ira r, te m e n lo s s o ld a d o s e l s e r a s e s in a d o s p o r e l e n e ­ Habíase por aquellos dias considerablemente aumentado el
m i g o s i c a e n e n s u p o d e r , y n o s i e n d o u n a c l a s e d e h o m b r e s e s c o g i d o s , personal de la corte del Pretendiente con adictos á su causa
d e b o c o n f e s a r á V . f r a n c a m e n t e , q u e n o e s p e r o d e e l l o s m u c h o d e b u e n o que de las provincias sujetas á la autoridad do la Reina acu­
e n a d e l a n t e . E n c u a n t o á l a s o j i e r a c i o n c s , e n g e n e r a l e s t a m o s t a n d e s m o ­ dían, unos árefugiarse, otros á probar fortuna, ofreciendo sus
ra liz a d o s p o r e l m o m e n to , q u e n o p o d e m o s e f e c tu a r c o s a d e im p o r ta n c ia
e n a lg ú n tie m p o ; p e ro e l s e ñ o r L u ja n m e d ic e q u e V . c o n te m p la p re c is o
e l to m a r á O r d u ü a , e s ta b le c e r l a lin c a d e a llí á B ilb a o y d e s p u e s e n v ia r p u n to s d o la c a r r e te r a p u d ie r a n to r n a r s e y to d o ir ía b ie n . R u e g o á u s te d
u n r e f u e r z o p o d e ro s o a l g e n e r a l S n rs fie íd , c o n e l o b je to d e q u e p u e d a (p ie p e r d o n e e s ta s o b s e rv a c io n e s , y f e lic ita n d o á \ . s o b r e s u é x ito fe liz ,
e f e c tu a r s u u n io n c o n e s te c u e r p o d e e jé r c ito , y e n to n c e s c re o q u e s e r ia r e s ig n á n d o m e á in i s u e r te a d v e rs e , (p ie d e s u a f e c tís im o a m ig o y s e r v i­
o p o r t u n o , ó b i e n q u e V . m i s m o v i n i e s e a q u í c o n 1 ,Ü Ú Ü h o m b r e s , ó q u e l o s d o r , 0 ^ . L . l i m n s . — E x o r n o . S r . C o n d e d e L u c h a n a .
•¿IS H I S T O R I A DK IíKPAÑA

sometes ¡ü principa para quion no podían ser indiferentes ejecutaron levantando con precipitación su eampo y constru­
los de lioinl>res de alcuna significación. Pero aquella afluen­ yendo, ayudados por el paisanaje, parapetos destinados á me­
cia do cortesanos daba origen á rivalidades y á ingerencias jorar la defensa de Andoain.
en los asuntos militares do parto de los refugiados que no Muy do madrugada se significó el movimiento de Espartero
empuñaban las armas. A aquella masa de pretendientes y de «.lirigido contra la primera y segunda línea enemiga que aban­
aventureros se les dió el nombre de vjnUücvoa, los que por donaron sus defensores despues de un simulacro de resisten­
sus intrigas y chismes sombraron la division entre los que cia. Posesionado Espartero do las alturas de Oriamendi, la
sostenían el peso de la guerra prodigando su sangro por una defensa del pueblo de Hemani no podia prolongarse, y ade­
cansa predestinada á sucumbir. lantándose batallones de españoles y de ingleses, se hicieron
Interin don (Jarlos, sus generales y sus cortesanos animados dueños del pueblo y sus fortificaciones. El enemigo replegóse
en presencia de las ventajas últimament«; obtenidas por sus á Urnieta y allí l'uó á buscarlos el ardor de nuestros soldados,
armas, meditaban planes do guerra entre los «pie predominaba los qm; se hicieron dueños igualmente de este pueblo, persi­
la idea de intentili' un esfuerzo supremo en forma do expedi­ guiendo á los carlistas hasta «lar vista á Andoain. Una noche
ción á Castilla y á cuyo fronte marchase el Pretendiente en tormentosa y de lluvia torrencial, pasada por el ejército enei
persona, el gobierno de la Peina se preocupaba de la necesi­ vivac, no disminuyó el resuelto y alegre porti; de nuestros
dad do reparar el contratiempo de Orí amend i y Espartero de ineomparabl«;s soklados.
lo unidlo qm; le importaba salir de la especio de bloqueo á El lf> descansaron las tropas en Ilernani, reposo que habría
que le condenaba su inactiva permanencia en ililbao. sido mas militar aplazar pani despues de haber sacado tollo
Autorizado el general «ai jefe por el gobierno paradisponer el fruto «pie era permitido esperar de las ventajas obtenidas;
las veniileras operaciones s«;gun juzgase mas conveniente, poro dioso tiempo á los carlistas para retirarse cómodamente.
pero teniendo siempre en mira el resguardar bis provincias No intentaron tampoco estos defender á Oyarzun, que
libres de las incursiones del enemigo, dispuso Espartero dejar abandonaron en la mañana del 16 al acercarse los batallones
reforzada la guarnición de Ililbao aumentando su dotación de Evans, y contra lo que era de recolar del exagerado carlis­
emi einen batallones mas, sobro los ocho «le que ya constaba, mo de la población civil guipuzcoana, el vecindario de Oyar­
despues de lo cual trasladóse por mar «i San Sebastian con el zun no habia emigrado y las puertas de las casas no se cer­
resto de sus fuerzas, compuestas de tres divisiones con 20 ba­ raron para los liberales, con cuyo motivo se recomendó á los
tallones, tros escuadrones y la correspondiente artillería. Em­ soldados observasen afabilidad y buen trato con los habi­
pleáronse en el embarque, navegación y arribo del cuerpo tantes.
de ejército áSan Sebastian, los últimos dias del mes de abril y Guarnecida completamente la población, adelantáronse las
la primera quincena del de mayo. tropas en dirección de Ir un y del fuerte del Parque, que ha­
La aglomeración de considerable número de tropas en el llaron defendidos por cuatrocientos cincuenta hombres al
recinto de la capital guipuscoana y cuoi exiguo territorio que mando del coronel don Antonio Segura, quien aunque per­
fuera de sus muros ocupaban los liberales, debía naturalmen­ suadido de que no podría prolongar su resistencia, tuvo em­
te despertar la atención del infante generalísimo de don Car­ peño en cumplir con su honra de soldado, y durante cuarenta
los, el quo se apresuró á. reforzar sus líneas de Homani, cono­ y ocho horas se defendió valientemente, no habiendo con­
ciendo cuánto lo importaba usar de gran vigilancia y confiar sentido en capitular sino clespuos de babor resistido varios
en la decision y firmeza de sus batallones, mermados por el asaltos.
gran número do heridos que contaba su ejército, bajas que Al siguiente dia IS la plaza de Fucnterrabía se hallaba en
acrecentaba el tifus «pie comenzaba á reinar en su campo. poder do los soldados de Espartero y de Evans, merced á una
Mus no por ello desmayaban los carlistas, admirablemente honrosa capitulación que respetó en los vencidos los itera­
secundados por el paisanaje, que con indecible ardor se pres- dlos que les daba el de la guerra. Fué la do i ’uentcrrabía
laba á favorecer álos suyos y ¡i defender sus propios hogares. captura de importancia por haber hallado en ella los vence­
El :i de mayo atacaron .aquellos la posición que fortificaban dores diez y siete piezas de artillería y posesionádose de la
Ins liberales en las alturas de Aguirre. Llegada que fué la no­ principal fundición del enemigo, de sus repuestos militares,
che colocaron piezas de artillería al pié de los parapetos que «lo gran cantidad de subsistencias y de no pequeño número
se proponían asaltar y sobro ellos se precipitaron á la maña­ de prisioneros, entre ellos sesenta y siete oficiales.
na siguiente cuatro compañías do preferencia apoyadas por Los voluntarios carlistas, cuyo valor se hallaba suficiente­
otros tantos batallones. Vigoroso filé el ataque, pero superólo mente acreditado para no necesitar exhibirlo sin necesidad,
la energía de la defensa, y cien cadáveres de los agresores quisieron no obstante señalar su forzada retirada por un gol­
tendidos en el eampo probaron que el ánimo «le los soldados pe de audacia y atacaron en U rüietaá la primera division del
que comincia Espartero se había inllamado al ardor que res­ ejército mandada por el condedo Mirasol; mas solo consiguie­
piraba la proclama dirigida por el último á sus tropas, anun­ ron hacer alante de su valentía, siendo rechazados y ocasio­
ciándoles que iba á emprender una campaña de empeño, nando la pérdida de doscientos hombres por una y otra parte.
proponiéndose nada menos que atravesar el territorio á espal­ La experiencia que Espartero tenia adquirida de lo «pie son
das de las líneas del enemigo. las guerras civiles, á las que comenzó á asistir en el Perú y en
Era, en electo, el principal objeto del caudillo liberal, realizar la que ahora adquiria en los cinco años que llevaba do guer­
el pensamiento «1«; .Mina y de todos los generales sus predece­ rear en la Península, le hizo comprender ser oportuno el mo­
sores. pensamiento que eonsistia en cortar á los carlistas sus mento en que acababa de obtener señalados triunfos para
comunicaciones con Francia, designio que, penetrado por el dirigir á los vascongados palabras do paz y do concordia. Hí-
infante, lo decidió á distraer á Espartero trasladándose á Na­ zolo por meilio de dos proclamas dirigidas una al ejército y
varra para mejor acelerar los preparativos de la gran expedi­ otra á los habitantes. La parcialidad y la ligereza de que tan
ción «pio (Libia pasar el libro para correrse á Cataluña por avezado se halla á dar muestras el espíritu de partido, criti­
Aragon. có aquel acto patriótico y digno del general «le la Reina, lla­
Antes de dar la señal de la tremenda lid de que iba á ser mamiento hecho á que no so derramase mas sangre, que hace
nuevamente teatro aquella tierra de Guipúzcoa todavía em­ honor á la memoria del general, por entonces y largo tiempo
papada de la abundante sangre de que la inundaron los ter­ despues objeto «le una popularidad que con cortos intervalos
ribles combates do marzo último, efectuó Espartero dos re­ lo ha acompañado hasta el sepulcro.
conocimientos parciales en los dias 12 y 1:5, y al siguiente A manera do desquite ó revancha propúsose el general
formalizó su meditado avance sobre la línea de Iternani. Uranga que mandaba las armas carlistas en Navarra respon­
No permitia lo reducido «le las fuerzas dejadas por don der con una acción «le efecto á los recientes triunfos de sus
Sebastian para guarnecer sus limáis «1«; asedio, disputarci paso contrarios. Escogió por punto de m iraá Lerin, pueblo situado
á las superiores que acaudillaba Espartero, por lo que l.enian en la Ribera y muy importante como llave de los pasos del
orden los cinco batallones carlistas que guarnecían la línea, Ebro, y habiendo conseguido preparar con sigilo y buen es­
do retirar««; «tetras «te los ríos Bidasoa y Lazaran, orden «pie pionaje la sorpresa que se proponía, logrólo «le una manera
i: DA O MO DIC UNA 219
tan completi»' que on su propio alojamiento hizo prisionero al unidad de plan, moviéronse con mayor libertad las facciones.
gobernador deLcrin, antes q ue este tuviese noticia alguna de Tristany, el Hoyo, Zorrilla, Muchacho y Caballería recorrían
haber penetrado los carlistas en la población. La guarnición los unos los llanos, los otros las montañas, vejando á los pue­
que ocupaba edificios fortificados intentó una resistencia débil blos cu términos tan duros, que un jefe carlista, don Matías
á que puso término la capitulación. Contra la opinion de los do Valls, se lamentaba del bandolerismo de. que era victima
suyos, Uranga hizo demoler las fortificaciones de Lorin, y en el paisanaje, y proponiti la adopción de temperamentos que
olio rindió á su causa un servicio que la experiencia no tardó disminuyesen la odiosidad de la contienda; ejemplo de huma­
en demostrar. nidad y de sensatez que bien moreta; sor encomiado y que. no
La marcha del ejército de la Reina, para el que se hizo po­ sin sorpresa se vió partiese do las filas de don Carlos.
sible atravesar los dominios de don Carlos, merced á haberse El espíritu de revuelta., la atmósfera anárquica que debili­
alojado el grueso de los batallones que lo habían ocupado, taba la acción del partido liberal, Inibiti encontrado eco mi las
no pudo ser sin embargo tan rápida como lo deseaba Es­ elecciones do ayuntamientos, y compúsose el de Barcelona do
partero, en razón á la necesidad en que se' halló de proveer un personal que sin disimulo llegó á hacer pública su adhe­
á la defensa de Hernani, de Irun y de Fuenterrabía, cuyas sión á cosa tan nueva y tan prematura como todavía lo era
obras,que quiso dejaren estado de defensa, entorpecía la cru­ entonces para España la república. Se excitaba al pueblo á no
deza del tiempo. Impaciente empero de oponerse al paso de continuar prestando obediencia al gobierno de Madrid y á
la anunciada expedición de don Carlos y resuelto á perse­ empezar á obrar revolucionariamente.
guirlo de cerca si la hubiese efectuado, el 29 continuó el ejer­ A tales excitaciones debia responderim levantamiento dis­
cito su movimiento en dirección á Andoain. Era preciso pasar puesto para el dia 12 de enero, pero (pu; supo contener Iti de­
el rio Oria sobre el cual no existia otro puente asequible que el cision del general Barreño, que mandaba la plaza, contribu­
que tenia nombre del pueblo donde se dirigia el ejército (An­ yendo á ello el excelente espíritu que animaba á parte di; Iti
doain), puente que ocupaba el enemigo, dueño do las dos ori­ milicia nacional, y mas particularmente .al escuadrón de lan­
llas del rio, guardado en su curso por destacamentos é inter­ ceros, compuesto do individuos pertenecientes al comercio.
ceptado por medio de cortaduras. No podían mejorar en el entre tanto las vicisitudes de la
La toma de aquel puente era imperativa para Espartero y guerra cu el territorio catalan. Los pueblos de corto vecinda­
á fin de asegurar el éxito de tan importante operación fuó rio obedecían ciegamente las órdenes de Tristany y no daban
destinado el general Gurroa al frente de su division. Desgra­ oidos á las de Gurroa, quien ofrecía protección al vecindario á
ciadamente aquel bizarro jefe cayó para no levantarse mas fin do que no abandonase sus hogares á la llegada de las
atravesado por una bala, pérdida que lloró el país, .la familia columnas de la Reina. Mas exasperado dicho jefe de la inuti­
liberal y el general en jefe que entrañablemente amaba á lidad do sus recomendaciones, entregó á las llamas el caserío
Gurroa; pérdida la de aquel popular soldado y consecuente de Matamargó, Valtnaña, Uastoll-tallat, Fonollosa, Ardobol,
liberal á la que hubiera habido que añadir numerosísimas y Prados y Eguilá; actos de rigor á los que respondieron las
sensibles bajas á no haberse descubierto un vado que permi­ facciones descargando duros golpes contra la indefensa pro­
tiei el paso del ejército y de la artillería. piedad de los pueblos liberales.
Otro difícil y empeñado lance de armas tuvo que forzar el El 28 de febrero experimentaron las tropas de la Reina un
ejército para franquear el puente de Hurto, pero oportunas fuerte descalabro en los montes de Panadolla. Custodiaba el
disposiciones tomadas para aminorar los obstáculos opuestos coronel don Francisco de Oliver al frente de una columna do
por el. enemigo facilitaron la llegada de Espartero á Lumbier tiradores de Málaga, de francos y de nacionales un convoy de
el dia I." do junio. municiones y de prisioneros, á cuyo encuentro salió Tristany.
Hasta las inmediaciones de Pamplona donde debia concen­ No correspondieron los soldados de Oliver al bizarro ánimo
trarse el cuerpo de ejército que en persona conducía el gene­ de este jefe, el (pie, apeándose y desenvainando su espa­
ral en jefe, continuaron los carlistas molestando su marcha, da, ordenó y condujo denodado una carga á la bayoneta, en la
aprovechando las escabrosidades del terreno y su perfecto que encontró honrosa muerte. Desalentada la tropa al contem­
conocimiento do todos sus accidentes. A la salida de Lumbier plar cadáver á su caudillo, rindióse débilmente estipulan­
la division de la Guardia real que iba cubriendo la retirada do cuartel pava los vencidos, pero el feroz canónigo (pues sabi­
contuvo con éxito las frecuentes acometidas del enemigo. do es que Tristany ora sacerdote), violando su palabra, hizo
K1 siguiente dia 20 tuvo igualmente que sostener un fuego fusilar á la siguiente mañana los trescientos prisioneros quo
do siete horas y que pagar con la sangre de acreditados jefes acababa de hacer. Uno solo de aquellos infelices que pudo
y de beneméritos oficiales la repulsa que hizo sufrir al enemigo. ocultarse llegó desnudo y hambriento á Calaf, donde refirió
Con la entrada en Pamplona, el dia 3 de junio, de los que sus compañeros arcabuceados por grupos do á quince, mu­
veintinueve batallones que atravesaron el corazón del territo­ chos de ellos aim no rematados por sus verdugos, fueron por
rio vascongado, daba Espartero cumplido el propósito de la estos arrojados á hogueras expresamente encendidas para
atrevida marcha en la que supo desplegar una osadía y una completar el atroz suplicio.
firmeza que pusieron muy do relieve sus dotes como general. La religion que tales ministros cuenta y no los anatematiza
El estado que tenia la guerra al finalizar el año de 1836, el y condena, compromete la santidad de su doctrina y presta
desasosiego general debido á la incertidumbre que pesaba so­ armas á los incrédulos.
bre los destinos del país, el descrédito en (pie había caido el Gurroa, detenido cu Cervera, poro sin fuerzas de que dispo­
gabinete Calatrava, blanco á la vez que déla desconfianza do ner, tuvo que ser testigo, en cierto modo, de un desastre que
los conservadores, de la hostilidad de los progresistas mas no pudo vengar.
avanzados, eran circunstancias que, operando sobre los áni­ Menos feliz filé Tristany en su tentativa para apoderarse
mos en Cataluña cuando sobrevino el fallecimiento de Mina, de un convoy que de Manresa á Berga escoltaba don Anto­
contribuyeron grandemente á que prosperasen las facciones y nio Azpiroz, jmos aunque reforzado el cabecilla Castells por
cobrasen aliento y audacia los partidarios del desorden que su compañero Caballería y cuando parecían tener Jos carlis­
tanto abundaban en Barcelona. tas asegurado el triunfo, la firmeza de los jefes liberales y la
El general don Francisco Serrano, en quien había recaído oportuna aparición do Abir ahuyentaron los carlistas salván­
accidentalmente la capitanía general y el mando de las tro­ dose el convoy.
pas, las organizó para que mejor operasen en cuatro divisio­ La población de Calaf, de espíritu liberal muy levantado,
nes, que confió á los generales Ayerbe, Gurroa, Osorio y al era objeto del ansia do Tristany por apoderarse de ella y lo
brigadier Puig, fuerzas que componían veinticuatro batallo­ hubiera conseguido á no haber acudido diligente en su au­
nes, dos regimientos de caballería y cuatro medias baterías. xilio el entonces comandante do caballería don Francisco
A cada una do estas divisiones fuéle señalado determina­ Serrano y Dominguez, quien daba vista á Calaf en los mo­
do territorio, sistema que en la práctica no correspondió á mentos en que el caserío comenzaba á ardor. Pero una bri­
los resultados que se esperaban de aquella organización, llante carga de caballería libertó á la población; Serrano se
toda voz que no permitiendo el fraccionamiento de mandos puso al freute de sus escuadrones y con acreditada bizarría,

¿ Hi IILSTOJUA D E E S P A Ñ A

di'ió tendidos ;í los pies do su caballo cuatro carlistas quo lo j de dar importancia á que las fuerzas de su mando entrasen
rodeaban, y arrolló seguidamente ¡í los restos del enemigo en buenas condiciones do organización militar. La junta nom­
persiguiéndolo basta que buscó este refugio en las espesu­ brada por don Cárlos componíase de individuos maya mayoría
ras de la sierra de Pinós; siendo aquel un bocho de armas que residia eu Francia, eaa cuyo caso se hallaban el conde do Fono-
notablemente acrecentó la nombradla de buen soldado de que llar, cl baron de Alfarràs, el presbitero Sampons y otros, perte­
ya gozaba el jóvon comandante, destinado á ocupar tan dis­ necientes todos á familias distinguidas; pero los miembros
tinguido lugar en nuestra historia contemporánea. activos don Joaquin Orteu y don Bartolomé Torrobadclla se
Por inteligencias de Tristany con un miliciano nacional de ocuparon de la cuestión do recursos y mantuvieron al efecto
Solsona desertor de las lilas carlistas, logró aquel la entrada continua comunicación con los ministros do don Cárlos.
de un destacamento de los suyos enei palacio episcopal, con­ Durante lo mas crítico de la disputada posesión de Solsona
vertido pm- los liberales en fortaleza. Dueños de ella los car­ estuvo Moer en peligro de experimentar una irreparable der­
listas. í'aeililaroi) el acceso de refuerzos que penetraron por rota. Contaba para el éxito de su operación con que se lo re­
las calles, pero la guarnición y los nacionales, aunque sor­ uniesen las divisiones de Azpiroz y de Niubó. El primero eje­
prendidos, no desmayaron, y atrincherándose en un convento cutó mal ó no le fueron fielmente trasmitidas las órdenes del
de monjas al que llevaron víveres y artillería, sostuvieron general en jefe y no concurrió oportunamente; el segundo
un vivo fuego contra los invasores. fué inicuamente vendido por su jefe de estado mayor clon
Poms dias antes de aquel sucoso habíase hecho cargo del llamón Salvia y conducido por este á paraje donde la division
mando superior do Cataluña el baron de Moer, reputado no podia menos de ser destruida; fuélo en realidad en el
jefe cuya pericia y (irmeza tanto debían distinguirlo en punto llamado la casa Estany de Lloberola, donde sucumbió
su gobernación de las provincias catalanas durante el pe­ Niubó peleando denodada pero infructuosamente en la des­
ríodo mas crítico de la guerra civil. Apenas supo el baron graciada lid que costó la vida á este jefe, á 27 oficiales y 300
hi apurada situación en que se hallaba Solsona, corrió en soldados.
su auxilio con cuanlas fuerzas pudo reunir, Ocupaban los Los que pudieron escapar de la catástrofe debieron su sal­
carlislas con numerosos batallones posiciones ventajosas que vación á la huida.
defendieron con obstinación, y do las que costó sensibles pór­ No vienen jamás solos los desastres, ni tampoco los desór­
li idas desalojarlos. El fuerte descalabro sufrido en Cfuisona denes, en tiempos de revolución;sobre todo cuando las nacio­
p erla brigada del coronel Niubó vino á debilitar en extre­ nes son dirigidas por gobiernos débiles, en cuyo caso se encon­
mo la situación del barón; pero la perseverancia y el ejemplo traba el gabinete que fue pi-oducto do la insurrección de la
de este general, animando á las tropas, acabaron por triunfar Granja. Los promovedores de asonadas, frecuentes en Bar­
de. los últ imos esfuerzos de Tristany, quien al cabo se decidió celona desdólas cruentas escenas que costaron la vida á Bassa
á abandonar la parte de la población que ocupaba, haciendo y O’Donnell, se habían desencadenado contra el barón de Moer
su entrada el baron en Solsona libertada, al mismo tiempo en quien no sin razón presentían un enérgico defensor de la
que lo fué el ejército de las graves consecuencias que hubie­ seguridad del orden y ele los intereses sociales. No contentos
ran surgido «lo no haberse logrado humillar la arrogancia de los revoltosos con difamar al capitan general por medio de la
las lae.ciones catalanas. prensa, procedieron á vias de hecho y el 2 de mayo ocuparon
Doce ibas habia durado el sitio y otros tantos la ocupación con gente armada la plaza de San Jaime y otros puntos estra­
de Solsona por Tristany, el que, aunque vencido en la con­ tégicos de la ciudad. Púsose al frente del movimiento don Ba­
tienda, no tardó en ser dueño de aquella población, que el rn on Xaudaró, hombre de fatales antecedentes do policía, cir­
baron no creyó ventajoso continuar ocupando, y de la que, cunstancia que si bien retrajo á los revolucionarios de mejor
desmanteladas las defensas, pudieron los carlistas apoderarse fe do unirne á un jefe de semejante ralea, no le privó de la
á mansalva. activa cooperación de uno solo de los ignorantes y mal in­
Ardua era la tarea impuesta al nuevo capitan general de tencionados que forman la mayoría turbulenta en tiempos de
Cataluña por la situación en quo encontraba el territorio de agitación.
su mando. Habíanse grandemente relajado los lazos de la Los insurrectos marcharon desdo la plaza de San Jaime
disciplina. y no lo estaban monos los de la obediencia á la por la calle de Fernando á la llambla, donde cometieron en
autoridad por parle del paisanaje, su daño el error de situarse entre las Atarazanas y el Teatro
ha penuria del erario era extremada, evidente la falta de Principal, quedando en su consecuencia encajonados en el re­
fuerzas organizadas para operar con éxito contra las faccio­ cinto formado por los dos costados de la continuación de la
nes, estado de cosas á cuyo remedio tu vo el baron de Meer Rambla, cerrados por Atarazanas por un lado y por otro por
que.dedicar un tiempo cuyo empleo lo fue acerbamente cri­ fuerzas leales compuestas de tropa del ejército, de nacio­
ticado por los impacientes que exigían emprendiese opera­ nales y mozos de la escuadra, formados en masa desde la
ciones antes de contar con los medios de que fuesen pro­ puerta del Teatro hasta los Trinitarios (hoy Liceo), disposi­
vecí iosa s. ción que como claramente comprenderán cuantos hayan esta­
Dió el general su principal atención á impartir consistencia do en Barcelona, colocaba á los sublevados entre dos fuegos.
á los elementos ib- seguridad y de orden, á ordenar la admi­ No tardó en romperse el tiroteo, cayendo víctimas de las pri­
nistración en términos que asegurasen convenientemente el meras descargas, indefensas personas, mujeres y niños atraídos
servicio de los cuerpos auxiliares de francos y nacionales mo­ á la Ein obla por la novedad. Los insurrectos llevaron lo peor
vilizados. En estos trabajos se hallaba empeñado Moer cuando en aquel primor choque, mas no por ello se dieron por venci­
le dieron la noticia de haber penetrado los carlistas en Sol­ dos, aprovechando la estrechez de las calles y la posesión de
sona. los balcones y azoteas délas casas para defenderse y hostilizar.
Ereeuenles habían sido en la última mitad del año anterior La población suministraba contingentes á los dos campos,
y en los primeros meses del que le siguió, las sorpresas par­ al de las masas seducidas que acaudillaba Xaudaró, y al de la
ciales y los encuentros desgraciados paríi los liberales, que ha­ autoridad que pudo oponerle la parte sana de la milicia y los
bían valido á los cavi istas la adquisición do millares do fusi­ mozos de la escuadra que con gran vigor y hasta con saña com­
les con los que habían armado numerosos contingentes de batieron á los insurrectos.
voluntarios y de requisados, á los que solo faltaba instrucción Languideció la lucha durante dos dias en los que alternaron
militar, disciplina y buenos olieiales para haber hecho do ellos las hostilidades con los tratos y negociaciones, habiendo faci­
excelentes soldados. Afortunadamente para la causa de la litado la autoridad quo los sublevados tuviesen paso franco
h’eiua, el carácter de los catalanes, los intereses y pasiones para salir do Barcelona con promesa de ir á engrosar los cuer­
de los jefes de partida oponían serios obstáculos á aquella or­ pos francos quo combatían á los carlistas. En la mañana del
ganización que ora el gran desiderátum quo preocupaba á los dia ó amanecieron las calles y plazas libres do la presencia
emisarios enviados por don Cárlos á Cataluña. de los que habían turbado su reposo, y los mozos de la escua­
Ejercía cu aquellos dias el mando superior de las facciones dra ocuparon todos los puntos conducentes á dominar cual­
en las provincias catalanas don 1Has María Royo, quien no dejó quiera eventual recrudescencia de un desbordamiento popular.
EDAD MODERNA 2-.il

El ex-jofo de la abortada revolución Xamlaró, que acabó por su entrada en olla por una medida quo contribuyese á modi­
ser hallado y entregado á la justicia militar, pagó con la vida ficar la opinion de crueldad (pie iba unida á su nombre. Gna
su criminal tentativa. circular fechada en Yalderoblcs el 4 de marzo proponía á los
El brigadier don José María .Puig y el general Parreño, que jefes liberales el establecimiento de depósitos do prisioneros
habían desplegado grande energía, fueron objeto de merecidas y do heridos en puntes que designaba como debiendo quedar
felicitueiones de parte del agradecido vecindario. neutralizados. Con este moüvo hacia el caudillo cari ist a gran­
lleus quiso imitar el mal ejemplo de Barcelona y el perso­ des protestas de que abrigaba sentimientos de humanidad,
nal de sus bullangueros se propuso nada monos que la sepa­ que no tardaron, sin embargo, en verse desmentidos por hechos
ración do las provincias catalanas de la obediencia del gobierno atroces. .Terminaba la circular declarando (pie se mostraria
do Madrid. Llegó basta á pronunciarse un nombre que por inexorable con los prisioneros que tenia en su poder y los que
largos años todavía no debia tener eco del lado acá de los .Pi­ en adelante hiciera, si alguno de los suyos dejaba do sor reci­
rineos; desdo entonces, sin embargo, la invocación de la repú­ bido á cuartel.
blica lia adquirido proporciones que bien merecen fijarla aten­ Entrado el mes de marzo dirigióse Cabrera á los llanos de
ción de los hombres reflexivos. Valencia, comarca á la que mostraba una predilección quo
Mal llorido y enfermo Cabrera despues de la desgraciada bien se explicaba por la facilidad y la abundancia con que en
sorpresa que experimentó en Hincón de Soto al intentar pasar ella se proveía do recursos. Desde, las puertas de la capital
el Kbro, después que so hubo separado de Gomez, encontró basta el Ebro recorrían las columnas carlistas ios pueblos, en
humana acogida y cristiana asistencia la grave enfermedad los que podian efectuar sorpresas como la que lograron en
que por largos dias lo tuvo postrado en casa de don Manuel los llanos del Fla del Pon. Conduela la brigada liberal el co­
María Moron, párroco de Almazan. Mas apenas restablecido ronel Cobos, el que habiendo imprudentemente retrasado su
de sus dolencias, púsose el convaleciente en comunicación con marcha, fue alcanzado y deshecho, sin (píelos 1,200 infantes y
los del Maestrazgo, y en particular con Forcadell, de quien 800 caballos que mandaba dicho jefe opusieran una mediana
recibió por respuesta la presentación de una escolta, con la resistencia. Muy pocos lograron guarecerse á Jas cercanas
que se puso en marcha, el 4 de enero, llegando el 8 á llubielos, puertas de Valencia.
donde halló el grueso de sus partidarios, por los que fué reci­ Historiadores tan serios como los señores Cabello, ¡Santa
bido con el entusiasmo fácil de suponer en los que habiendo Cruz y Temprarlo lian bocho pesar sobre la memoria de Ca­
considerado como perdido á su popular caudillo, miraron su brera un heclio de carácter tan odioso, que apenas parece
presencia como segura prenda de nuevas viotorias. creíble lo cometiera un hombre cuyo incontestable valor per­
Ocupóse ante todo el recién llegado en la reorganización de sonal parecía deber hacerlo incompatible con una bacanal de
la hacienda, rebajó bus contribuciones á los pueblos de Ara­ sangre como á la que en aquel dia se entregó Cabrera y su
gon y Valencia, pavo seguidamente se precipitó sobre las ricas estado mayor en celebridad do la victoria de Pla del l ’ou.
comarcas de la huerta que saqueó á su placer, sacando de ellas Trascribiremos sin alterarlos los términos en los que consig­
caudales, víveres en abundancia, armas, caballos y reclutas. nan el hecho escritores contemporáneos, que casi fueron testi­
Mandó al canónigo ile Tortosa Perciba que pusiese sitio á gos del suceso que narran, y que además poseían relaciones
(.'horra, pero no consiguió rendirla, y despues de un sangrien­ en el país que ponían á su alcance todos los medios de de­
to encuentro con la brigada liorso, envió Cabrera á sus volun­ purar la verdad.
tarios á descansar á sus casas, apercibidos do volver oportu­ Para celebrar su triunfo, dicen que dispuso Cabrera un
namente á las lilas, y seguidamente se internó en las espesuras festin en ol pueblo de Burjasot, en una pequeña eminencia
ile la Cenia, seguido de una reducida escolta, pero poniendo que dominaba á la huerta. A la mitad de la comida mandó
en salvo el fruto de sus correrías. que fuesen llevados los oficiales prisioneros, y puestos en pió
En cumplimiento de las órdenes ó instrucciones de Cabrera, los jofos y convidados con las copas en la mano, en los mo­
L1angostura y Forcadell cayeron sobre una columna compuesta mentos mismos en que las alzaban entonando ruidosos brin­
ile 1res batallones y dos escuadrones al mando del coronel Cre- dis, óyese la terrible descarga que privaba de la vida á los
liuet, y alcanzándola en el pueblo do Siete Aguas, lograron desgraciados prisioneros.
batir á los liberales, quedando prisioneros el jefe, 25 oficiales Otro historialior de Cabrera, don Dámaso Calvo, corrobora
y hasta 400 soldados. Los últimos fueron enviados al depósito el hecho añadiéndole pormenores do refinada crueldad. Cn
de los de su clase, pero á Crclmet y á sus oíicialus no so les amigo y condiscípulo do Cabrera, el señor Córdova, que tam­
dió cuartel y fueron pasados por las armas antes de haberse bién fué su biógrafo, refiere que, habiendo interrogado á
puesto el sol do la aciaga jornada, que costó á los defensores aquel sobro el suceso, le contestó Cabrera: Jo no nieyo qm
de Ja Ilei na 700 bajas. m andé fu sila r tilos ojhiales y sart/naios, y bien daravnnite
Afanoso de nuevos triunfos, obstinóse Cabrera en m ontará lo expresé en el parte qae d i al lìeal de don Carlos. Se discul­
eaballo y seguir la pista de las columnas que operaban en las pó en seguida, añado Córdova, de haberse entregado á liba­
provincias de los antiguos reinos de Aragon y Valencia, plan ciones insultantes, si bien confiesa que se hallaba sentado á la
quo grandemente favorecía el fraccionamiento do mandos mesa cuando sonaban las descargas, como también corrobora
militaros de que adolecíanlas fuerzas liberales. Ejcrcian man -1 con su [dicho que una música de aficionados su hizo oir du­
dos independientes en Aragon el baron do la Mengiana, No­ rante toda la tardo de aquel lúgubre (lia.
gueras, Caro y Averso, y en Valencia, Sequera, Borso, Grases, No necesita la historia de otras pruebas para hacer constar
Iglesias y Aznar, los que movían sus fuerzas sin sujeción au n que el bárbaro ó innecesario holocausto de adversarios hechos
plan dirigido por un general al que todos obedeciesen, pues prisioneros en el campo do batalla, se veriiioó dando vista á
cada columna seguia la inspiración del jefe que la mandaba, los muros do Valencia, distante tres cuartos de legua, y du­
los que las mas de las veces obraban á su antojo, y solo casual­ rante un dia de festejos y do felicitaciones.
mente, y por excepción, concertaban sus operaciones, sistema Todavía mas extraño que el haber Cabrera desplegado
al. que mas tardo, y estimulado por los descalabros experi­ aquella refinada crueldad, lo os que el mismo hombre á quien
mentados, trató el gobierno de poner remedio concentrando no repugnó presidir aquel festin de salvajes, sea el mismo que
el mando superior en manos del entendido general Oraá. añus despues llevó al altar á una señora protestante; el mismo
Aunque retenido Cabrera en cama en la Cenia, sus lugarte­ que, convertido en partidario de la libertad religiosa, aconse­
nientes lograron nuevas ventajas en los últimos dias del mes jase á don Carlos que renunciase al empleo de los medios de
do febrero, sorprendiendo un destacamento que do Cantavieja fuerza para recuperar la corona, fiando el logro del triunfo de
conducía el gobernador de esta plaza á Miravalles, el cual si­ su causa á la propaganda, á la prensa y á las elecciones; hom­
tiado en una iglesia donde se hizo fuerte, antes que rendirse bre, al fin, que le hemos visto acabar reconociendo al hijo do
personalmente, prefirió morir asfixiado en el edificio, al que la Beina contra la que tan cruda guerra luibia hecho y que
pegaron fuego los enemigos, en cuyo poder quedaron los so­ ha muerto siendo capitan general ilo sus ejércitos.
brevivientes de aquella nueva catástrofe. Pero semejante extrañeza desaparece y es perfectamente,
Impaciente do salir luego á campaña, quiso Cabrera señalar explicable por el influjo que sobre la especie humana ejerce
222 H I S T O R I A T) E E S TA Ñ A

cl poil<-.r ilo las ideas. Kl seminarista tovtosino no podia dejar Reducíase lo que en aquellas provincias se practicaba áiin
do sor fanático, el huérfano do la madre impíamente fusilada pillaje organizado, del que eran víctimas los infelices pueblos,
por los libéralos creyó f(lie su agravio lo concedía el privilegio que despues de verse puestos á saco por las columnas, no
do derramar sin tasa la sangro do sus contrarios. Poro aquel siempre lograban que accediesen estas á defenderlos contra
misino lmmbre, puesto en contacto con las clases educadas del las expoliaciones de los carlistas.
extranjero, so civiliza, repudia los delitos de su vandalica ju ­ El 2.">de abril tomó Oraá posesión del mando y propúsose
ventud, y so uno al tin do sus dias á la causa y á los hombres desde luego operar con la mira de arrojar á los carlistas délas
que combatió. vegas encerrándolos en las comarcas montañosas; pero luchó
(Jou habilidad, presteza y fortuna, llevó Forcarteli .á cabo al con la dificultad de qué deducidas las guarniciones y demás
finalizar el mes do marzo la invasion do la rica provincia do fuerzas requeridas para cubrir puestos importantes, solo que­
Murcia, libre hasta entonces do excursiones carlistas. Deslizóse daban disponibles pava tomar la ofensiva ocho mil infantes y
sin (tasi sor apercibido, atravesando la provincia de Albace­ quinientos caballos.
te. presentándose el 2~ do dicho mes á las puertas'de Orihuc- Pero antes de que Oraá se hallase en disposición de empren­
la. I labian abandonado la ciudad las autoridades, que bus­ der operaciones, los jefes carlistas Cabaña y Aznar se apode­
caron refugio en la plaza do Cartagena, no sin haber antes raron de Cantavieja, quedando dueños de la plaza y de la
previsoramento provisto ú lo que reclamaban los intereses de artillería que encerraba, y además prisioneros los doscientos
la población, dejando al efecto instalada una junta ó munici­ cincuenta hombres que componían su guarnición, cuya ofi­
palidad carlista, junta quo llenó cumplidamente los deberos cialidad ó individuos do clase fueron pocos dias despues de la
de administ radora y mediadora, y á cuyo honrado comporta­ toma do la plaza bárbaramente pasados por las armas por
miento se debió que no hubiese atropellos ni desgracias. disposición del mismo Cabrera, según afirma el antor de la
Iiii batallón de. reclutas sacó Forcarteli de Orbinola cuya (hierra civil.
población evacuó el dia :tl, llevándose el producto de la con­ Resuelto el general Oraá á recuperar Cantavieja, tuvo que
tribución de guerra que impuso, medida que igualmente detener su marcha para atender primero á libertar á San Ma­
aplicó á su paso al punido de Elclio. Sabedor on Villena de teo y Benicarló sitiados, el primero de dichos pueblos por
que un escuadrón de francos escoltaba un gran convóyele pa­ Cabrera y por Serrador el segundo.
ños, dirigióse á su encuentro, lo halló tí distancia de una le­ Los cañones tomados en Cantavieja servían á los carlistas
gua de Almansa, atacó á los custodios, los venció y se hizo para apurar la situación de los nacionales y guarnición de
dueño del convoy, que hizo cargar en quinientas acémilas, y los puntos sitiados, cuyo ánimo no decayó sin embargo ante
despidiendo á los carros que habían trasportado los fardos, el peligro, mas como no podia Oraá acudir á un mismo tiem­
continuó su triunfadora marcha en dirección del Jucar. po á San Mateo y á Benicarló, dirigióse á este último punto
Pero so aproximaba Nogueras y para evitar su encuentro enviando aviso al primero previniendo al comandante mi­
tuvo Forcarteli que apelar á marchas y contramarchas que litar que se defendiese con tesón en la seguridad de que
no bastaron sin embargo para conjurar del Indo el peligro, seria en breve socorrido. Pero este aviso fué interceptado por
pues alcanzado por la vanguardia de aquel jefe perdió parte el enemigo, y además pasóse á él con parte de su tropa un
del convoy, fruto de su próspera correría. Un fuerte tempo­ oficial llamado Cordero perteneciente á la guarnición de San
ral que retuvo en .Roqueña la salida de los liberales íué en Mateo, doble causa que precipitó la rendición de sesenta y
gran parto la causa do que no sufriese Forcarteli mayor de­ ocho nacionales hijos del pueblo que habían peleado con una
sastre. bizarría que 1tubiera debido bastar para recomendarlos á la
Kn l.osa del Arzobispo se reunió el expedicionario con Ca­ generosidad del vencedor, y que fueron enviados á Lacena
brera, y despeada la gente de Forcarteli, y la do Cabrera ata­ donde los dieron muerte á bayonetazos.
cada por una afección semi-epidèmica, se retiraron á Andilla y Acudió Oraá en auxilio de Benicarló, pero no lo aguardó
desde allí á Roselló donde pudieron saborear el próspero resul­ Cabrera, que levantó el sitio retirándose á las asperezas délos
tado de una expedición que en abundancia les produjo, hom­ vecinos montos, desde los que sostuvo un tiroteo que á nada
bres, caballos, armas y dinero, además del prestigio que Ies podia conducir atendida la distancia á que se hallaban los
valió la ocupación de Orlimela. combatientes.
Ki estado en que se hallaban al finalizar el mes de marzo La pérdida de San Mateo coartaba las operaciones de Oraá
las provincias de Zaragoza, Huesea, Teruel, Valencia, Caste­ para emprender el sitio de Cantavieja, por lo que tuyo que
llón, Albacete y Murcia, por cuyas comarcas los carlistas se limitarse á conducir un convoy do víveres y do municiones á
movían siendo apenas molestados por las columnas de la Rei­ la plaza de Morella que tanto importaba sustraer á la codicia
na, estado principalmente debido sí la falta de unidad de del emprendedor caudillo del Maestrazgo, el que vigilante,
mando y á las rivalidades que existían entre los jefes do las como siempre, ya que no pudo impedir que Oraá introdujese
columnas, á la indisciplina de los soldados 5' á los abusos que el convoy, interrumpió su marcila causando no pequeño nú­
do semejante situación resultaban en perjuicio do los pue­ mero de bajas á la escolta.
blos, decidió al gobierno á poner remedio á tan lamentable Durante los primeros dias de mayo las operaciones milita­
órden de cosas, conliando el mando superior do los distritos res fueron muy poco activas, tiempo que empleó Cabrera en
militares do Aragon y Valencia á un general que gozase de reponer el material que liabia perdido en Cantavieja, en orga­
crédito en 1a nación y entre el ejército; mando que muy acer­ nizar su maestranza y en uniformar algunos de sus batallones.
tadamente recayó en el (omento general don Marcelino Oraá. Pero antes que. terminase mayo, aguijoneado por su insacia­
Las tropas situadas on Aragon à las órdenes del general ble actividad, emprendió este jefe por tercera ó cuarta vez el
Nogueras se componían do ocho batallones y tres escua­ poner sitio á Gandesa, contra cuya población conservaba la
drones. El brigadier Corral estacionaba en las provincias de inquinia de no haberla podido rendir en anteriores sitios.
Zaragoza y Huesca, y disponía de tres batallones y un escua­ Mus harto acreditado tenian los nacionales de Gandesa que
drón. Don Antonio Sequera, segundo cabo de Valencia, reunia no eran del temple do los que se rinden á las amenazas,
bajo sus órdenes troco batallones y cinco escuadrones. Aun­ y contestaron desplegando lina bandera que flotaba al aire
que siendo el mas numeroso do los tres cuerpos de ejército, vítores á la Jlcina, á la Constitución y á la libertad. Irrita­
era esto último el que en peores condiciones se hallaba, á dos los carlistas de que su parlamentario no hubiese sido aten­
cansa de la discordia que dividia á los jefes do columna, de la dido, y sabedores de que Nogueras se aproximaba, determi­
indisciplina que reinaba entre los soldados y lo vejados que naron levantar el sitio, pero antes condujeron á tiro de fusil
se hallaban los pueblos á los que se sacaban mas raciones de la población múltiples cargas de ramaje que arrimaron
que las que las tropas podían consumir, exigiéndolas en di­ al portal de Horta con ánimo do que les sirviese de hoguera
nero cpie era repartido entre los jefes y los empleados de la que comunicase el incendio á la población. Léjos, empero,
administración militar. Verificábase á menudo, que un mis­ de desmayar los habitantes de Gandesa, verificaron por la
mo cuerpo se racionase en tros ó cuatro puntos situados á noche una cautelosa salida con objeto de ser ellos los que
grandes distancias. prendiesen fuego á los atrincheramientos de los sitiadores.
edad mod kuna

L o g r á r o n lo t a n c o m p l e ta m e n to , q u e h a b ie n d o in c e n d i a d o la s mayoría y el gobierno, la sociedad perturbada se agitaba en


tr i n c h e r a s n o p u d i e r o n lo s c a r l i s t a s a p a g a r e l fu e g o . A l a m a - un torbellino de pasiones desencadenadas do anarquía y de
fi a n a s i g u ie n t e r e t i r á b a n s e e s to s d e s p e c h a d o s , e n t r e g a n d o relajamiento de toda disciplina civil, que hacia paia lodos
a n te s á la s ll a m a s l a s c a s a s d e c a m p o y lo s e d if ic io s e x t r a m u ­ molesta la perspectiva de un porvenir inseguro.
ro s, t a l a n d o lo s o liv a r e s y c u a n t o s á r b o l e s f r u t a l e s e n c o n t r a ­ En Cataluña y en Aragon las facciones campaban por su
ro n á s u p a s o y p u d i e r o n d e s t r u i r . respeto, saqueaban, imponían contribuciones, sacaban quin­
A. la aproximación de Nogueras hubo un sangriento en­ tas en guisa de levas forzadas, cuando el entusiasmo carlista
cuentro entre la vanguardia liberal y la retaguardia carlista, de las poblaciones rurales no suministraba voluntarios en su­
y aunque el resultado no fuó decisivo, la ventaja quedó por ficiente mimero, sin que el gobierno de Madrid, desconcep­
parto de Nogueras, cuya entrada en Gandesa libertada cele­ tuado y sin erudito, pudiese .satisfacer su propio deseo y am­
braron con júbilo los liberales de Cataluña y con reconoci­ parar ú los que lo pedian orden y protección.
miento los de toda España. Los alardes de fiera independencia que en tiempo del mi­
nisterio de Toreno y seguidamente en el de Isturiz calificaron
C A PITU LO II casi como un delito do lesa nación el invocar la intervención
Las Cortes constituyentes de 1836.—La política de los do la Francia, se habían cambiado en un no encubierto deseu
progresistas de que en pro de la situación progresista que representaba el
ministerio Calatrava, so llevase á cabo la cooperación ofrecida
Hemos llegado á la mitad del año 1.8:17, sin habernos ocu­ por Thiers pocos dias antes de la insurrección de la Granja.
pado de lo que en este largo período hicieron las Cortos cons­ Pero el gabinete presidido por el conde de Mulé desahució
tituyentes llamadas á reformar la Constitución de 1812, ó las aspiraciones de todos nuestros part idos dirigidas á obtener
mejor dicho, á dotar al país de una nueva; Cortes que perma­ auxilios materiales, directos ó indirectos de la Francia, des­
necieron desde su instalación hasta la reunion do las ordina­ ahucio que proclamó el primer ministro de Luis Felipe desde
rias en posesión do toda la plenitud de atribuciones que el lo alto de Ja tribuna de la cámara de dipul ados por medio de
código de Cádiz atribuia á la cámara única, en la que residia su célebre frase de que la sangre de loa franceses salo ■perle-
de hecho corno de derecho la plenitud del poder público; necia á la Francia.
toda vez que con arreglo á dicha Constitución, el gobierno resi­ Thiers, que acababa de dejar el poder por no haber accedido
dia virtualmente en las Cortes. el Hoy á que se llevase á efecto la cooperación concertada en
Esta circunstancia unida á la consideración del extraordi­ tiempo del gabinete Isturiz, escogió la ocasión que le ofreció
nario poder que en tiempo de revolución ejercen las asam­ el debato empeñado en las cámaras sobre hacer extensivo al
bleas populares, era natural hubiesen impartido á las Consti­ gabinete Calatrava el envío con que se habia lisonjeado su an­
tuyentes de 18:10 un acrecentamiento de poder é influjo que tecesor de un cuerpo auxiliar de licenciados del ejército fran­
se reflejase en los actos emanados de un cuerpo que funcionó cés alistados al servicio de España, para significar ja oposición
sin interrupción durante un año entero. en la que desde aquel diase colocó respecto al gabinete Mole.
Nada sin embargo hemos tenido que mencionar relativa­ Ilabia dicho este en defensa de su negativa de venir en
mente á las Cortes desde que en el capítulo 1.11 del libro VI ayuda á España :
rápidamente bosquejamos los actos legislativos de ellas ema­ «Me felicito de haber preservado á Francia de sacrificios
nados; no habiendo sido por lo demás omisión ni desconoci­ cuya extension no es posible calcular, no siendo fácil medir
miento del carácter de aquel soberano congreso, no haberlos las consecuencias que podria traer una intervención armada
hecho intervenir en los gravísimos sucesos que atravesó la en los asuntos interiores de la Península.»
nación en los ocho meses transcurridos desde la apertura de Rechazando la idea deque los soldados licenciados del ejér­
las Constituyentes. cito francés se alistasen bajo la bandera española, añadió Mulé:
Con la atención que su importancia reclamaba nos hemos «Si la Francia se viese reducida á la dolorosa necesidad de
ocupado de los hechos que en dicho espacio de tiempo afec­ poner sus tropas en movimiento, estas no marcharían al com­
taron la suerte del país, como el sitio de Bilbao, la expe­ bate sino bajo sus gloriosas banderas »
dición de Gomez, la campaña de Cataluña, la de Aragón, la No vaciló el ministro de Luis Felipe en eludir, explicándo­
de las provincias del Norte, explicándose nuestro silencio res­ las á su manera, las obligaciones contraidas por la Francia en
pecto á las sesiones de las Cortes, porque en realidad la vida virtud del tratado de Londres; combatió la tésis de que de­
del país, sus inquietudes, su preocupación residían fuera del biese tener interés en plantear instituciones liberales en la
recinto de las deliberaciones de la asamblea que funcionaba Península, rechazando el pensamiento de ir á sostener una
en el antiguo convento del Espíritu Santo. guerra de principios de la que no reportaria la Francia ven­
El derecho, la legalidad, el poder abstractamente conside­ taja alguna.
rados eran atributos de las Constituyentes, pero en realidad Victoriosamente rebatió Thiers la estrecha política de su
y de hecho habia que buscarlos en otros elementos; en las di­ adversario, y fácil le fué probar que la situación de la Francia
putaciones prov inciales, en los ayuntamientos, en la milicia en el continente hacia para olla on extremo importante te­
nacional, en la prensa, en la opinion agitada y turbulenta ner guardadas sus espaldas en la línea del Pirineo en caso do
poro que tenia conciencia de sí propia viéndose acatada y obe­ una guerra continental. Demostró además que la España se
decida como lo habia sido cuando impuso su poderoso veto á hallaba madura para un cambio de instituciones, y que el tra­
las excentricidades revolucionarias que apuntaron y no cua­ tado de la Cuádruple Alianza le imponía el deber de impedir
jaron en noviembre de 1830, cuando mas tarde una enérgica que por sus fronteras y puertos llegasenálas provincias alza­
manifestación de la pública censura anatematizó el hecho das en favor de don Cárlos víveres y efectos de guerra.
atroz del fusilamiento de la madre de Cabrera, y por último, El desenlace desgraciado para don Cárlos de la expedición
con motivo de la presión moral ejercida por el clamor del pú­ do Gomez ofreció materia á Thiers para demostrar (pie cd car­
blico sobre las mismas Cortes, cual lo acreditan las inspiracio­ lismo no era tan fuerte en España como Molò habia pretendi­
nes conservadoras que tan señaladamente contribuyeron en do. Pero este permaneció sordo á las consideraciones expuestas
la redacción de la Constitución de 18:17. por su entendido adversario, y la cooperación humildemente
Los hechos que pueden atribuirse al influjo de aquellas solicitada por el partido que con tanta altivez la habia recha­
Cortos no fueron mas allá que á conceder al gabinete Calatra­ zado un año antes, lo fuó rotundamente denegada.
va un tácito voto do confianza, para que pudiese transigir si­ No menos absoluta era la carencia do los recursos y do los
guiendo dócilmente las exigencias del espíritu doceañista, el elementos de crédito que habían alimentado las esperanzas
que por su triunfo do 1830 representó la reacción liberal que de Mendizabal. Cuando nos ocupemos del examen do su ges­
vino a protestar contra la reacción absolutista do Calomarde, tion lin an ci era durante su segundo ministerio, como individuo
la autoritaria de Zea Bermudez y la doctrinaria ile Martinez del gabinete Calatrava, quedará demostrado que la adminis­
de la llosa. tración de Mendizabal no filé menos desastrosa (pie lo habia
Fuera de la especie de consorcio que se estableció entro la sido la del conde de Toreno,
T omo V I 8o
221 H ISTO III A Dii E S P A Ñ A

1íabia osti! Hjnul.arnciiii.o y o n piona conciencia do lo mostración el análisis contenido en el documento inserto al
qui! bacia, sacrilioado los intereses públicos cuando los mor­ final del capítulo.
cados extranjeros brindaban al gobierno al inaugurarse el rei­ La alarma que entre la grandeza produjo la inteligencia
nado do Isnli.il II, y á sn vez Meni Iizaba] erró en mayor escala dada á la ley de Señoríos de 1811 por los decretos aclaratorios
malogrando los pingües arbitrios, <[Uo pudo utilizar si hubie­ de Calatrava, por los que se ratificaba la obligación impuesta
ra subido servirse de los «pie la desamortización ponia en sus á los propietarios que habían gozado derechos jurisdiccionales
manos para haber acortado la duración de la guerra civil. de presentar títulos fundados en transferencia ó compra, sin
La pasajera invasión de (¡umez en Andalucía, aunque no que bastase para ampararlos la posesión inmemorial do las
protiujo los resultados que vanamente ansió aquel jefe, espe­ tierras, suscitó vehementes quejas y hubiera conducido á re­
ranzado tie haber llegado á sublevar las provincias meridio­ sistencias que habrían podido llegar á ser desastrosas, si la
nales en i'avor del Pretendiente, dejó tras dosi la mala semilla acción de los tribunales no hubiese corregido prácticamente
ile queso levantasen partidas facciosas, poco numerosas en el desafuero que euvolvia la ley de Señoríos. Los juzgados
verdad, pero que hicieron participar á aquellas ricas provin­ de primera instancia y las audiencias trataron por lo general
cias de las mismas depredaciones ó inseguridad que pesaban con gran benignidad á los antiguos señores, y casi todas las
sobre las provincias del liste, las de Castilla y de llxtreinada­ casas de los grandes salieron ilesas ó poco menos, no obstan­
ra. Seria larga la lista tío los cabecillas andaluces que vagaban te las disposiciones concebidas para consumar su compiei,a
por aquellas comarcas en la primera mitad de 1S'il, infes­ ruina.
tándolas como lo estaban las del Este. Hasta diez y ocho llajo pretexto do represalias contra los excesos de los car­
llegó ¡i. ser el número de guerreadores que levantaron partida listas hallábase tan generalizado el menosprecio de la vida
en los antiguo:-; cuatro reinos de Andalucía. Dábanse la mano humana, quo no solo peligraba esta á consecuencia de asona­
con las íaee.jouns extremeñas y continuaron asolando la Man­ das como las consumadas en Earcclona, en Zaragoza, en Mur­
cha, lias!a que mas tarde dió fin de Palillos de Jara y lie sus cia y otros puntos, sino hasta en circunstancias normales, el
ejércitos e| ejército de reserva organizado por el general Nar­ desenfreno y la impunidad del espíritu de partido condujeron
vaez. á atentados inauditos.
ha supresión de mil novecientos conventos en toda España Do esta elase filé el suceso ocurrido en Málaga. Habíase se­
en cada uno de los cuales existían en mayor ó menor número ñalado en ella por su exagerado realismo en la cruenta época
acopios <le granos, de caldos, de aperos de labor, de libros y reaccionaria de 1821 y 25 el módico don Francisco Estrada:
objetos de arte, se verificó sin el método y la regularidad ne­ tenia este una hija única, á la que casó con don Carlos Moré,
cesarias pava que en la ejecución de tan vasta medida de oficial que había sido del ejército y hombre ajeno á los par­
expropiación hubiera habido pureza y responsabilidad. tidos; pero aunque retirado Moré del servicio y no queriendo
Al expulsar á los religiosos de los conventos licito les era, y figurar en política, su suegro, al que debía atenciones, cariño
así lo disponía el decreto do exclaustración, que cada uno de y una buena posición, lo instó tanto que no pudo evadirse de
los conventuales llevase consigo las prendas de su uso particu­ aceptar el mando do un batallón do voluntarios realistas.
lar. Pero la propiedad mubiliaria y colectiva do la casa perte­ Sobrevenido el cambio de régimen en 1834 y 35, Estrada,
necía al Estado, y graduando la de cada convento en un mí­ que había sido gran perseguidor de liberales, temió y se reti­
nimum de dos mil duros, debió el producto de la expropiación ró á un pueblo de la provincia con su familia. Era hombre
mobiliario- haber producido en toda España de tres á cuatro acomodado y que no ejercía ya su profesión sino en casos muy
millones de dures. Muy dudoso os que la administración con­ especiales. Por su desgracia, fué instado á visitar á un enfer­
serve datos de los que pueda deducirse cuál Alé el producto mo grave cuyo módico de cabecera era hermano de uno de
líquido que para el Erario arrojase el mobiliario y las exis­ los jefes de los movimientos insurreccionales de Málaga y di­
tencias en especio de mil novecientas casas religiosas. putado á Cortes. La asistencia de Estrada salvó al enfermo;
De hecho la medida de llevará cabo en todas las provincias fué feliz, pero puso en evidencia la ignorancia ó poco acierto
la operación de posesionarse el Estado de los edificios y de del que antes habia asistido al paciente, en términos que hizo
inca.iitarso de los efectos que contenían, correspondía haber­ perder al médico ramplón buena parte de su clientela.
la ol'oci.iiado rodeándola de tales garantías de responsabilidad Cobró de sus- resultas tanto odio á Estrada que sacó á relucir
que alejasen la sospecha de ocultaciones y de abusos, que así sus hazañas carlistas excitando contra él y su yerno la saña
la maledicencia, siempre pronta á dirigir falsas acusaciones á de la gente alborotadora. Atemorizado Estrada se retiró del
los contrarios, logra por lo general acreditarlas como realidades, pueblo á un lagar de su pertenencia, donde residia oscureci­
aun cuando no existen 1andamentos que corroboren la cen­ do, cuando habiendo estallado uno de los pronunciamientos
sura popular. Mas era tan general que los comisionados para que tan frecuentes eran en Málaga en aquella época, el her­
llevar á cabo la desamortización fuesen en su mayoría clientes mano del resentido médico predicó á la turba lo meritorio que
y allegados del partido dominante, que á muy pocos se les seria ir á buscar á Estrada y á su yerno el ex-comandante de
exigió escrupulosa cuenla, y como era do temer, el abandono realistas y hacerles pagar la pena de las persecuciones de que
y la negligencia de dichos comisionados en punto á llevar habían sido objeto los liberales en tiempo de los realistas.
asientos ilo contabilidad se hizo tan general, que no pudo La propuesta fué acogida con entusiasmo, y sin desampa­
comprobarse ni ¡ni.ervonir.so correctamente lo que se recogió rar, dispúsose que saliese una columna de nacionales en busca
de los frailes y !<> que llegó á figurar como entrada en las arcas de Estrada y de Moré. Hallados en su hacienda de campo y
del Estado. Es lama que en dos centros conventuales de Ma­ conducidos á la capital, los pusieron en la cárcel pública, de
drid en los que residíanlos generales de desórdenes religiosas donde no tardaron en sacarlos para ser pasados por lus ar­
(pío habían sido poseedoras de cuantiosos bienes do los ven­ mas, sin mas forma de proceso que la aplicación del código
didos en tiempo del príncipe de la Paz, en virtud de las bulas Lynch en expiación de rencor y de venganzas inspiradas por
pontificias concedidas á Carlos IV por la corte romana, se con­ hechos acaecidos t rece años antes.
servaba papel del Estado por sumas muy considerables, papel Tal ora, reasumido en breve cuadro, eJ estado que presen­
quo fini entregado al comisionado con los endosos en blanco, taba la nación al comenzar el año 183*7, cuando reunidas las
y papel que fue mestimi por aquel tiempo de muy generali­ Cortes elaboraban la Constitución que debía sustituir á la
zados comentarios y que en su totalidad no ingresó cu la caja que nominalmente regia desde el 15 de agosto, pero que
de desamortización. sus mismos restauradores no se cuidaban de observar, ha­
La abolición di·l diezmo en el supuesto de sor una con­ biendo únicamente alzado aquel Código como bandera de
tribución que pesase sobre el labrador, en realidad era una reivindicación de los derechos do la nación hollados por la in­
carga permanente que pesaba sobre la tierra, puesto que com­ vasion extranjera do 1823, y negados en absoluto por los
ponia parte integrante, aunque subentendida, de la renta de la partidarios de un realismo exagerado, incompatible con las
misma, en cuyo concepto lo q u e procedía habría sido redi­ legítimas aspiraciones do la parto sana del pueblo español,
mir la carga ó sea el censo por los dueños do la tierra, juicio ansiosa de formar parto de las naciones regidas por insti­
el que acabamos de emitir que elevará á la condición de de­ tuciones representativas.
EDAD MODERNA 22.'.
La mejor prueba de que los progresistas no consideraban rado, hasta fabuloso, precio en el que se afirmaba entraba no­
adaptable á la situación do España la Constitución de 1812, toriamente peculato, y no obstante aquella universal gvitería,
lo era, como ya Iremos tenido anteriormente ocasión de ob­ no solo era moderado el precio, sino que podia además consi­
servarlo, el haberse ellos mismos precavido contra los incon­ derarse como extremadamente barato, comparado al del cal­
venientes de la legislación do la segunda época constitucional, zado que se confeccionaba en la Península para la tropa. Un
disponiendo al efecto que solo rigiesen aquellas leyes expresa­ liar de aquellos zapatos pagados á treinta y siete reales dura­
mente rehabilitadas por el ministerio Calatrava, y consecuen­ ban al soldado que los recibía muy cerca do un año, en cuyo
cia de la misma inaplicación del código gaditano lo fueron tiempo habría necesitado seis pares de los quo se pagaban ¡í
las reformas y adiciones decretadas con motivo de la convo­ diez y seis y diez y ocho reales.
catoria para la reunion de las Cortes. Ho menos ruidoso filé el incidente á que dió lugar una in­
Las escuelas cuyos antecedentes y aspiraciones pugnaban terpelación dirigida al minist,crio vituperándolo do que tenia
en el palenque abierto por las Constituyentes de 1830, para al ejército sin pagas, cuando exasperado Mendizabal, quien
la definitiva organización de nuestra forma de gobierno, lo en realidad se afanaba por arrebañar dinero para enviar al
eran, la moderada doctrinaria sostenedora de que la ley fun­ ejército, en un arranque do despecho exclamó que los ojida­
damental debia emanar de otorgamiento espontáneo de la les cuya- escasez y miseria, se pregonaba, llevaban cada uno
Corona. de ellos un d,nto de onzas ceñido al cuerpo.
Seguia á dicha escuela la disidencia progresista representa­ Aventurado aserto,que tomado como un insulto al ejército,
da por el gabinete Isturiz que había aspirado á que la reforma lo repercutió la inquiniapolítica deque era objeto el atrevido
del Estatuto re a l, con participación de la potestad regia, reformador, contra quien guardaban implacable saña l odos
constituyese una verdadera transacción entre el derecho mo­ los que no sabían distinguir los desacertados procedimientos
nárquico y el derecho nacional, y por último los doceañistas de Mendizabal de los patrióticos fines que lo movían y de su
reforzados por el liberalismo radical que no admitía cortapisa espíritu de honda protesta contra el oscurantismo del régi­
alguna al principio de que la soberanía de la nación ejerci­ men tradicional.
tada por medio de sus representantes, debia imprimir el sello Adolccia la revolución española del vicio de que su supre­
de su supremacía en la ley fundamental del Estado, la cual, macía se la disputasen tres parcialidades, cada una de las
como elaborada por Cortes constituyentes, la Corona estaria cuales aspiraba á imponerse al país sin miramiento alguno
en la obligación de aceptar sin modificación alguna. kácia los intereses y tendencias de sus rivales.
Hemos observado cuánto'prestigio y autoridad moral qui­ Los moderados, protestantes contra las exageraciones y
taba á las Córtcs el estado á que la guerra civil y la revolu­ excentricidades que dieron en tierra con el régimen liberal
ción habían traído al país, el desconcierto que prevalecía en las de 1820, igualmente separados de los carlistas y de los progre­
provincias en las que era contestada y precaria la acción del go­ sistas. en vez de haberse inspirado al ser llamados al poder
bierno. Contribuyó también no poco á aminorar el ascendiente por la viuda de Hernando YII, en la oportunidad do haber
do las Cortes el que en vez de haber sido su misión tan ex­ adoptado un régimen análogo al de la Carta de Luis Felipe ó
clusivamente política como cuadraba á la índole de una la de don. Pedro de Portugal, so hicieron la ilusión de que el ar­
asamblea constituyente, se ocuparon de la multitud de asun­ queológico invento del Estatuto Heal les valdria el apoyo déla
tos puramente administrativos, propios de los cuerpos que aristocracia, al mismo tiempo que esperaban beneficiar la uti­
gobiernan al mismo tiempo quo legislan, toda vez que á las lidad dola idea reformadora. Los progresistas, mas obcecados
Cortes acudían los particulares con solicitudes do dispensa aun, pensaron que, revolucionar á España, seria lo mismo que
de edad, de conmutación de cursos, de exención de quintas, reformarla, y rompieron en brecha con los hábitos de la nación ,
do rebajas de contribuciones, con peticiones exigiendo la res­ perturbándola y haciendo de la violencia y de la arbitrariedad
ponsabilidad al gobierno ó á las autoridades, al mismo tiem­ un medio de gobierno, conducta que les enajenólas simpatías
po que sobre elecciones municipales y de otra clase. de numerosas clases de ciudadanos.
Bajo el régimen de la Constitución de 1812, las Cortes ex­ Los carlistas por su parte, desconociendo que vivian en
pedían decretos que producían estado sin necesidad de que medio de generaciones para las que la libertad se liabia hecho
el gobierno interviniese en lo que aquellas disponían de otra una necesidad imprescindible, solo lograron privarse de los
manera que para darle cumplimiento. expeditos medios que las instituciones representativas les
■Semejante sistema, que en Inglaterra y en los Estados-Uni­ ofrecían para defender sus creencias, y hallar en la prensa y en
dos hace parte esencial do las atribuciones de sus cámaras, el sufragio electoral seguros intérpretes de sus aspiraciones.
obedece en aquellos países á procedimientos que descargan En medio de elementos tan poco homogéneos, eran llamadas
sobre comités especiales la tramitación de los expedientes, las Cortes á dar cumplida la difícil tarea de elaborar una ley
simplificando y descartando el trabajo de las cámaras. fundamental que satisfaciese álos instintos reformadores que
A los inconvenientes ocasionados por la falta de educación acariciaba la mayoría sensata del país, sin para ello haber
que no hacia aptos á los españoles para innovaciones que tenido necesidad de enajenarse el elemento conservador, cuya
les eran tan desconocidas, agregábanse las dificultados hijas cooperación era esencial para establecer la armonía y la ponde­
de las apremiantes necesidades do los servicios públicos des­ ración necesarias á fin de que pudiesen coexistir las opuestas
atendidos iior la extrema penuria del Tesoro, lo que empe­ comentes de opinion en que la nación se hallaba dividida.
ñaba á las Córtcs en acalorados debates, dando ocasión álos De lo arduo de la empresa, no menos que desìi importancia,
ataques de que no cesaba el gobierno de ser objeto de parte de se penetraron los hombres de mayor influjo que vinieron alas
la minoría ultra-democrática empeñada en exagerar la marcha nuevas Cortes. Arguelles, Becerra, Sandio, Ferrer, Olóznga,
de la cosa pública, engrosando con sus exageraciones el núme­ nombrados para entrar en la comisión de Constitución, tuvie­
ro de los adversarios de la situación. El diputado valenciano ron recta nocion do la tarea á la que eran llamados, y sin
Tarin, don Aniceto Alvaro, el honrado pero exaltadísimo don desprenderse del espíritu progresista que los animaba, supie­
Manuel Beltran de Lis se hacían eco de las quejas quo por todos ron apreciar que si no se separaban del radicalismo doccañis-
lados y á veces infundadamente se levantaban contra los mi­ ta, su obra seria efímera y no sobreviviría á la situación que
nistros. Al mas activo do estos, Mendizabal, á quien á despe­ la daba origen.
cho de sus garrafales errores económicos fuera injusto negar No tardó la comisión en dar señales dol prudente y conci­
el celo con que procuraba hacer frente á las apremiantes liador criterio en que se inspiraba, y en la última semana
atenciones de la guerra y de la administración, se le imputa­ de 1836 presentó las bases destinadas á servir de fundamento
ban casos de responsabilidad que solo podia acoger un exal­ al nuevo código,
tado espíritu do partido. Disponíase por la primera la supresión do toda la parte
En este caso se encuentran las ruidosas acusaciones que 1c preceptiva reglamentaria, do que adolccia el código gaditano,
fueron dirigidas, una de ellas relativa al coste del calzado no consignando en la nueva constitución sino los principios
comprado en Inglaterra para el ejército. Salia cada par de za­ generales de índole permanente.
patos por treinta y siete reales, precio que se consideró exage- La segunda base admitía la coexistencia do dos Cámaras,
220 n i S T O I U A DE E S P A Ñ A

ambas da origen popular, un Senado y un Congreso; el pri­ precisamente las elecciones el primer domingo de diciem­
mero (lo dichos cuerpos de presentación de los electores en bre. Semejante disposición introducía en la Constitución un
terna á la Corona, á la rpie corres]londia nombrar los sonado­ principio anárquico del que, no podrían menos de surgir, á la
res. Ííos dos cuerpos tenían la iniciativa- de las leyes; pero las larga, reacciones de carácter autoritario ó popular, capaces ele
de hacienda debían presentarse primero al Congreso, y en revolucionar el Estado.
caso de disentimiento con el Senado en materia de contribu­ Poro semejante defecto no habría podido dejar de ser re­
ciones y do leyes de crédito, prevalecer lo votado por la Cá­ conocido con el tiempo, y la nueva Constitución, símbolo
mara popular. de un prudente pensamiento de transacción, se habría ella
La tercera liase hacia desaparecer las numerosas restriccio­ misma modificado si se la hubiese dejado subsistir, renuncian­
nes pile la Constitución do 1*12 imponía á la corona, deján­ do el partido moderado, como era su deber, no menos que su
dole las facultades necesarias para dar prestigio á la primera interés haberlo hecho, al peligroso engreimiento de hacer una
mugisl rat lira de la nación. nueva Constitución, como mas tarde lo verificó sustituyendo
Al rii miase al monarca la sanción y pm-consiguiente el veto de la de 181f> á la de 1837.
las leyes, la facultad de convocar las Cortes, de suspenderlas La de 1812 que, como hemos dicho, fué La protesta de un
y disolverlas, com diligaeion de reunirías en plazo determinado. pueblo vendido y sacrificado por el favoritismo de corte, im­
t'un arreglo á la cuarta hase, la elección de los diputados y ponía á la corona tantas y tan señaladas í-estrlcciones, respi­
senadores seria porci sistema directo y podrían ser reelegidos. raba una desconfianza tan mareada, que difícilmente la hacia
Aimipio la autorización pedida por la comisión, no compren­ compatible con el prestigio y majestad que la creencia gene­
día las demás reformas que deboria aplicarse al régimen doce- ral, la historia y las costumbres atribulan al monarca.
atiisla, merece especialmente mención (pieno contenía el pro­ El artículo 172 de aquella Constitución imponia al ejercicio
yecto disposiciones análogas á la cándida recomendación que de la autoridad real las siguientes restricciones:
¡a Const il iieion de 1812 hacia á los españoles excitándolos á sev 1. a No puede el Rey impedir bajo ningún pretexto la cele­
justos y henélieos, ni menos debía contener el ultramontano bración de las Cortes en las épocas y casos señalados por la
precepto de que la religión católica, apostólica, romana seria Constitución, ni suspenderlos ni disolverlas, ni en manera al­
á perpetuidad la única permitida en los dominios españoles. guna embarazar sus sesiones y deliberaciones. Los que le
¡instan las indicaciones: (pie proceden para apreciar cuán aconsejasen ó auxiliasen en cualquiera tentativa para estos
significativos oran los adelantos hechos por la cultura del país actos son declarados traidores y serán perseguidos como tales.
cuando desaparecían del nuevo código las restricciones que 2. a No puede el Rey ausentarse del reino sin consenti­
según el de Cádiz reducían al monarca al papel de un fiel de miento de las Córtes; y si lo hiciere, se entiende que ha abdi­
fechos subordinado á una Cámara única, emanada ella misma cado la corona.
del sufragio universal para cuyo ejercicio tan poco prepara­ 3. a No puede el Rey enajenar, ceder, renunciar ó en cual­
da se hallaba todavía la generalidad de los españoles. Era so­ quiera manera traspasar á otro la autoridad, ni alguna de sus
bre todo notable que la opinion de nuestros liberales de abo­ prerogativas.
lengo renunciase á la exclusion de una segunda cámara que Si por cualquiera causa quisiera abdicar el trono en el in­
los hombres del año 12 y del 20 miraron poco menos quo como mediato sucesor, no lo podrá hacer sin consentimiento do las
un instrumento de tiranía; exageraciones de que tanto abun­ Cortes.
daba el código gaditano, perfectamente por lo demás explica­ 4. a No puedo el Rey enajenar, cederá permutar provincia,
bles como lujas do las circunstancias en las que la nación se ciudad, villa ó lugar, ni parte alguna por pequeña que sea del
halló en l*ns, conducida al borde del abismo por los abusos territorio español.
del poder real. La corona, que lo había sido todo, acababa de 5. a No puede el Rey hacer alianza ofensiva, ni tratado es­
dar el vergonzoso espectáculo do las abdicaciones do Bayona pecial de comercio con ninguna potencia extranjera sin el
y sido causa de la pérdida do las colonias y do una guerra consentimiento do las Cortes.
desasí rosa; así que la principal preocupación ríelos legislado­ G.a No puede tampoco obligarse por ningún tratado á dar
res de Cádiz no lile otra que la do oponer un dique á la reno­ subsidios á ninguna potencia extranjera, sin el consentimien­
vación de tamaños desafueros. to de las Cortes.
T((mores do igual naturaleza no operaban ya sobre la mente 7. a No puedo el. Rey ceder ni enajenar los bienes de la na­
de las generaciones que sentían el indujo do las ideas predo­ ción sin consentimiento de las Cortos.
minantes en el continente europeo y daban á las atribuciones 8. a No puede el Rey imponer por sí directa ni indirectamen­
del poder público una significación y un lugar distintos de los te contribuciones, ni hacer pedidos bajo cnalquicra nombre ó
inspirados por los sentin lientos do desconfianza que ora natu­ para cualquier objeto que sea, sino que siempre los han de
ral prevaleciesen cuando, á impulso déla poderosa palanca de decretar las Córtes.
la revolución francesa, todos los pueblos reclamaron de los 0.a No puede el Rey conceder privilegio exclusivo á perso­
reyes vencedores de Napoleon I el otorgamiento de garantías nas ni corporación alguna.
de libertad. 10. No puedo el Rey tomar la propiedad de ningún parti­
El doeeañismo, sin haberse hecho doctrinario, no quiso per­ cular ni corporación, ni turbarle en la posesión, uso y apro­
manecer sustentando solo principios de que no participaban vechamiento de ella, y si en algun caso fuere necesario para
los liberales de Inglaterra, do Francia, de Bélgica, do Holan­ un objeto de conocida utilidad común, tom arla propiedad de
da, ni aun de los listados de la Confederación Germánica. un particular, no lo podrá hacer sin que al mismo tiempo se
Obedeciendo á la templanza de un liberalismo menos radi­ le dé una indemnización correspondiente á juicio de hombres
cal que el que liabia inspirado á las Constituyentes do Cádiz, buenos.
los autores del nuevo código renunciaron á la anómala exis­ 11. No puede el Rey privar á ningún individuo de su li­
tencia do la diputación permanente establecida por la Cons­ bertad, ni imponerle por sí pena alguna. El secretario del
titución do Cádiz, y que creaba al lado del trono un poder Despacho que firme la urden, y el juez que la ejecute, serán
rival facultado á convocar Cortes y á presidir elecciones si responsables á 3a nación y castigados como reos do atentado
llegaba ¡i desconfiar del monarca, l'evo al desprenderse de la contra la libertad individual.
diputación permanente, no (pusieron los progresistas quedar Solo en el caso de que. el bien y seguridad del Estado exi­
del todo desarmados auto las eventualidades de disidencias jan el arresto do alguna persona, podrá el Rey expedir órde­
entro la corona y la opinion del país, y al preceptuar por el nes al (dbeto ; pero con la condición de que dentro do cuarenta
artículo 2<i del proyecto de Constitución que las Cortes debe­ y ocho horas deberá hacerla entregar á disposición del tribu­
rían reunirse todos los años el primero de diciembre, por el nal ó juez competente.
siguiente artículo so declaraba el derecho de los diputados de 12. El Rey antes do contraer matrimonio dará parte á las
celebrar Cortes si no habían sido estas convocadas para dicho Cortes, para obtener su consentimiento; y si no lo liicie.se,
(lia, dejando además previsto el caso de que si cuando esto entiéndase que abdica la corona.
ocurriese el mandato legal hubiese terminado, so veri Measen La nueva Constitución hacia desaparecer toda la larga se-
EDAD M O D E U K A •>>7

rie de prohibiciones cuyo simple formulado colocaba á la co­ ban á los gabinetes de Viena, de Berlin y de San Petersburg«.
rona en estado de suspicion, y sustituía las disposiciones De haber sido Luis Felipe fiel al espíritu de aquella alianza,
coercitivas por Jas moderadas prescripciones contenidas en el como lo fué aparentemente, al menos, á la letra del tratado,
artículo 48, que decía: la guerra civil de los siete años hubiera podido terminar in­
«El Rey necesita estar autorizado por una ley especial: mediatamente despues del primer sitio de Bilbao; pero Luis
»I.0 Para enajenar, ceder ó permutar cualquiera parte del Felipe se dejó seducir por las caricias do, Metternich, protector
territorio español. del carlismo, logrando aquel de esta suerte compensar la co­
)>2.° Para admitir tropas extranjeras en el reino. operación que dejó de prestar al pretendiente español, neutra­
»S." Para ratificar los tratados do alianza ofensiva, los es­ lizando la que la Francia debía haber prestado á doña Isabel.
peciales de comercio y los que estipulen dar subsidios á al­ A la deferencia de la corte de bis Tullerais hacia la de
guna potencia extranjera. Viena unióse luego la prevención y antipatía do Luis Felipe
»4.u Para ausentarse del reino. contra el espíritu revolucionario inaugurado por los sucesos
»5.0 Para contraer matrimonio y para permitir que lo con­ de la Granja, y del alejamiento y frialdad del gabinete francés
traigan personas que sean súbditos suyos y estén llamados háeia el régimen que surgió de aquellos sucesos, nació el que
por la Constitución á suceder al trono, los moderados se declarasen abiertamente amigos de la Fran­
>>i3.° Para abdicar la corona en su inmediato sucesor.» cia y ansiosos de su influjo en nuestros asuntos interiores, al
La sencilla comparación de los dos sistemas pone de mani­ paso que adversarios de Inglaterra, á la que supusieron mucho
fiesto los adelantos hechos por la razón piibliea y por las mas amiga de los progresistas de lo que en realidad lo era,
ideas imperantes entre las clases educadas. La Constitución como creemos haberlo demostrado en el cap. IV del mismo li­
do 183“ fué la expresión de las conquistas del liberalismo bro IV al suministrar la prueba de que el gabinete inglés deseó
templado profesado por las generaciones que siguieron á la poder contar con la acción de los dos partidos, del progresista
cuida de Napoleon I y que entró á sustituir al viejo liberalis­ como del moderado, para el mas completo triunfo do la cansa
mo, mezcla de enciclopedismo, de jansenismo y del espíritu de Tsabel; pero no habiéndose prestado Isturiz á la inteligen­
democrático monacal de que se hallaban impregnadas nues­ cia propuesta por el ministro de Inglaterra, el apoyo que este
tras costumbres. siguió prestando á España bajo el ministerio Calatrava lo
Y aquella misma templanza de que participaron las Cor­ miraron los moderados poco menos que como un ataque á la
tes radicales que habían comenzado por querer exagerar todo independencia de la nación.
lo que de procedente y legítimo tenia la protesta contra Los lectores que busquen la verdad en la historia de la épo­
las intemperancias realistas y las meticulosidades de los es- ca á que hemos llegado, no deberán dar implícito crédito á
tatutistas, motivó la aplaudida resolución decretada por las acusaciones generalizadas contra el indujo de Inglaterra
el gabinete Calatrava que levantaba los secuestros fulmi­ en nuestros asuntos, del mismo modo que es de deplorar la
nados contra los pudientes que se ausentaron de España á divergencia que surgió y se mantuvo entre los dos gabinetes
consecuencia de los sucesos de 15 de agosto de 1836, medi­ aliados de la Reina sobre la manera de llegar al termino de
da que, como observamos al dar cuenta de su intemperante nuestra contienda civil. Los ingleses deseaban que los carlis­
adopción, violaba las mas claras nociones de justicia y no tas fuesen vencidos, que en España se estableciese la toleran­
tenia otro significado que el de sor una represalia hija del cia religiosa, que nuestra legislación comercial se liberalizase,
despecho que cansó á los doceañistas, el que hombres de su deseos que podían ser considerados mas ó menos aceptables
misma escuela como lo fueron Isturiz, Rivas y otras notabi­ bajo el punto de vista de las preocupaciones y de los hábitos
li) lados de 1820, el que magnates de abolengo tan liberal de nuestra patria, pero que no significaban que la diplomacia
como lo eran el duque de Frias, el marqués de Miraflores y inglesa protegiese la revolución por predilección hacia ella.
otros individuos de su clase, no hubiesen aceptado la jefatura Por parte ilei gabinete francés hubo una secreta poro cons­
ile Arguelles y de Calatrava y se hubiesen alejado de una si­ tante tendencia á que nuestra guerra civil terminase por me­
tuación que tuvo origen en la asonada soldadesca de la Gran­ dio de ima transacción, y no estuvo Luis Felipe lejos de la
ja, asonada que anatematizó en las Cortes el general Seoane idea de proteger el matrimonio de la reina con el hijo mayor
y que el mismo Mendizabal, en cuyo desagravio fué tramada, del Pretendiente, muy particularmente en los dias que si­
rechazó en las personas de los sargentos Gomez y García, hé­ guieron á los sucosos de la Granja y los que precedieron á la
roes do aquella bacanal castrense. expedición de don Cárlos y su invasión de las provincias
Otro síntoma de la alteración que había experimentado el situadas á la orilla derecha del Ebro. Solo abandonó el mo­
espíritu público lo señaló la retirada del ministerio de la narca francés el pensamiento de la transacción matrimo­
Gobernación del ardiente tribuno don Joaquin María Lopez, nial, después que la conclusion del convenio de Vergara y
quien desencantado de que la opinion hubiese cesado de la expulsion de don Cárlos del territorio español, redujeron
mostrarse intolerante háeia los moderados y exigente respecto este príncipe á la impotencia. Entonces fué cuando acogió
á contrarestar las exageraciones progresistas, abandonó su Luis Felipe el proyecto de que la reina se casase con un prín­
cartera, la que pasó á manos de don Pio Pita Pizarro, liberal cipe napolitano, el conde de Tràpani, proyecto que, haciendo
de radicalísima ortodoxia, pero hombro dotado de claro en­ uso de la libertad de que todavía gozaba la prensa española,
tendimiento y que conociendo que las exageraciones habían hizo esta imposible. La derrota de la candidatura de Tràpani
pasado de moda, buscaba para sus ideas como para su per­ dio lugar á la concepción de la laboriosa y poco feliz combi­
sona un terreno mas firme que el que había escogido el par­ nación á la que la historia dio el nombre de los matrimonios
tido progresista al lanzarse cu vías que retrajeron de él la españoles (les mariages espagnols).
opinion de la mayoría contribuyente y sensata. Para no traspasar los límites de la verdad respecto á las re­
En gran manera contribuía á que se prolongase la guerra laciones entre el gabinete inglés y la situación progresista re­
y á que no sacase el país todo el beneficioso fruto que h u ­ presentada por el ministerio de Calatrava, deduciendo el sig­
biera sido de esperar do la prudente transacción que el nuevo nificado que realmente corresponde á la influencia que los
código daba cumplidos medios de llevar á cabo, entre has dos moderados atribuyeron á sir Jorge Williers sobre el gabinete
grandes parcialidades de la opinion liberal; contribuía, decía­ español, debe tenerse présenle que el grande interés que In­
mos, en gran parte, á semejante menoscabo el grande equívo­ glaterra tenia en el triunfo de la causado las dos reinas de
co, el craso error que á los moderados como á los progresistas España y de Portugal, antes que peninsular, era para Ingla­
les hacia ver bajo un falso punto de vista las relaciones de la terra de un interés europeo, pues la causa de la disidencia en
nación y su gobierno con los dos gabinetes á cuya amistad que el gobierno inglés se hallaba con los gabinetes del Norte
debió la reina Cristina y el partido liberal poder luchar con no era otra sino la predilección que la Cran Bretaña daba ¡il
éxito contra don Carlos. triunfo de la libertad peninsular. Llevado por este interés
El tratado de la cuádruple alianza vino á interponer el po­ lord Palmerston, que era el individuo mas influyente del ga­
derío de los gabinetes de Londres y de Paris entre don Carlos binete que presidia lord Melbourne, se inclinaba á apoyar
y las simpatías que á favor de la causa de este príncipe anima­ indistintamente en España á los conservadores y á los pro-
228 II ISTO UIA T) E ES P AÑA

groslslas; purr) no fueron recibidos sus avances por los prime­ i inferior calidad y que no pagan renta, es el que regula el
ros, que se hallaban llenos ele prevención contra las artes ele ! precio de los productos agrícolas, no pudiendo existir para
la jirnrt’.rh 'Kil ¡x’tjkl« Jibión, como era entonces poco menos un mismo artículo dos precios en el mercado.
q u e a r t i c u l o de fe pensar acerca de los ingleses y ele su po­ ó.'1 Como consecuencia de estos principios deducen los
lítica. economistas que todo recargo sobre el producto bruto agríco­
.No es do extrañar que lord Palmerston, sobre quien habia la aumenta indirectamente su costo y eleva su precio.
adquirido Mendizabal cierto influjo de resultas del brillante Para dilucidar satisfactoriamente esta importantísima ma­
éxito ele su gestion financiera en servicio ele don Pcclro de teria, es preciso ante todo fijar la verdadera inteligencia déla
I’raganza y de su bija denla María, aspirase á hallar en los palabra renta, no debiendo entenderse como tal sino la retri­
progresistas las simpatías epic no habia encontrarlo en los bución pagada al propietario por el uso de las calidades pro­
moderados. ductivas de la tierra y no el interés del capital invertido por­
P u d o muy bien pensar .aquel estadista en sacar partido de ci mismo en arbolados, edificios y otras mejoras hechas en
una íntima alianza con España, ayudando á esta á recuperar­ ella y que son capital ó sea trabajo acumulado.
si! rango de nación influyente y recibiendo ele ella compensa­ La renta considerada en el sentido económico aquí expre­
ción de los servicios que deseaba prestar; semejante razonable sado, á saber: el de precio satisfecho al dueño de la tierra por
hijiófcsis explica sencillamente que, sin perfidias, sin egoismo, el uso de las facultades productivas de la misma, proviene in­
sin premeditarlo intento de explotará España, desease Pal­ contestablemente de las causas siguientes:
merston la celebración do un tratado de comercio con la Pe­ 1. a Del hecho de la apropiación que motiva el qrre para
nínsula,siendomuy verosímil que ele haber tenido éxito aque­ hacer uso de la tierra se necesita el consentimiento del pro­
llas aspiraciones, hubiese la corei ¡alidad ele vínculos procurarlo pietario.
á España la amplia infusión de capitales ingleses aplicados al 2. a De la competencia que con el aumento de poblaciony
desarrollo ile nuestra agricultura y ele nuestra industria, ca­ de capital, se establece entre los colonos para obtener tierras
pitales que no acudieron por cansas epic no entra en nuestro en arrendamiento.
pro]»osito explanar; se nos retiró pues la confianza del pú­ 3. a Del precio de los granos y subsistencias, determinado
blico monetario inglés, cuyo vacío lia venido hasta cierto este por la demanda de primeras materias y la mayor dificul­
punto ¡í ocupar entre nosotros el capital francés invertido cu tad de obtenerlas.
ios ferro-carriles y otras empresas españolas. El caso de no pagarse renta alguna es meramente acciden­
Las presentes observaciones nossem sugeridas p o rla ana­ tal y solo hipotético en un sentido absoluto, excepto en el
logía que ofrecen elos situaciones en las que errores hijos de caso de no existir todavía la apropiación, 6 cuando la tierra
rancias preocupaciones crearem fantasmas cuya misma exage­ carece de todo poder vegetativo y no puede dárselo el trabajo
ración engendró males do triste realielad. Durante todo el curso del hombre por medio do beneficios y el empleo de capital.
de la primera revolución y bajo el imperio ele Napoleon,creyóse Examinemos si no, en qué descansa toda la teoría que im­
como avílenlo de. fe que el oro británico, según clecian los ja ­ pugnamos, relativa á que existe siempre una parte de tierra
cobinos. pagaba, las conspiraciones ele los realistas y los le­ que no paga renta alguna, y de que esta última depende en­
vantamientos de la Vendée, y que los ingleses tuvieron asa­ teramente de la diferencia en la feracidad de los terrenos.
lariados á Marat, á liobospiorre y demás corifeos de la No negaremos que esta diferencia existe y que sus resulta­
moni aña. I,as memorias del honrado Garat y otros testimo­ dos influyen ya sea en la cuota de la renta, ya en el precio do
nios hislórieos han evidenciaelo, ele entonces acá, que Piti., los frutos, pero son muy distintas, como vamos á demostrar,
d d mismo modo que los terroristas, fueron igualmente mó­ las consecuencias que do ello han de deducirse.
cenles de las calumnias que por largos años persiguieron su Designemos por A, li, C, D, E y F las diferentes calidades
memoria. de tierras cultivables que existen en un país; supongamos
Olro tanto sucedía respecto á haberse generalizado cutre que A sea la de calidad superior y que la fertilidad de las
los moderados que los progresistas estaban vendidos á los in­ demás vaya disminuyendo en el orden alfabético indicado.
gleses, y entre los amigos de Mendizabal y de Calatrava quo Claro es que la cantidad de productos que respectivamente
lodos los moderados eran agentes de Luis Felipe, doble error darán estas tierras de diferente calidad, siendo mayor á medi­
que acabó por dar lugar á inconvenientes no menos perjudi­ da que lo es su feracidad, las cincuenta fanegas por ejemplo
ciales que, los que habría acarreado la realidad de una errada que produzca la tierra A, dejarán mayor utilidad al labrador
creencia. que las treinta y cinco fanegas que únicamente produzca la
DOCUMENTO NUM. I tierra C, así como la utilidad que estas dejan será superior á
la que rindan las veinte fanegas que únicamente produzca la
Kl autor ha sostenido en la prensa, en el parlamento y en tierra E; siempre en el supuesto de invertirse en el cultivo de
libros que el diezmo, que filé mirado por los reformadores igual extension de tierra, el mismo trabajo y capital. A medi­
progresistas como una contribución que pesaba sobro el co­ da que va disminuyendo la cantidad de productos que rindan
lom», no era (al contribución sino parte integrante, aunque las tierras de inferior calidad, va siendo menor la posibilidad
subentendida, de la renta de la tierra, y al ratificarse en la de que repollen beneficios los que la cultivan, y llega necesa­
presente obra, en la misma preposición, considera debido á sí riamente el caso de que á menos de subir el precio de los
mismo y al público la demostración do su tesis que juzgarán frutos, el costo do estos en las tierras mas inferiores sea igual
completa las observaciones contenidas á continuación: al valor en venta de los mismos.
Supongamos ahora que el grano recolectado en las tier­
./le; la naturaleza económica d d diezmo Robra los producios da la tierra ras F, vendido al precio de catorce pesos el cahíz, produzca
solo con que cubrir los gastos incurridos en los labores, man­
1. “ La renta, de la tierra proviene de la variedad en lastenimiento del colono y una utilidad á favor de este, igual á
calidades de la misma ó sea de la diferencia en la fertilidad la que dejen en general las empresas agrícolas. Que del mis­
respectiva de los terrenos, de suerte queen la suposición que mo modo el grano que se recoja en las tierras E, necesita ser
fuese una misma la fuerza vegetativa do todas las tierras no vendido á trece pesos el cahíz para dejar cubiertas las mismas
existiría la renta, ó lo que os lo mismo, no se pagaria arrenda­ atenciones y que los rendimientos en especies ó granos de las
miento por su uso. tierras D, C, 13 y A, vendidos a doce, once, diez y nueve pesos
2. a La tierra de inferior calidad que so ha reducido la últi­el cahíz, reembolsen todas los costos do producción, sin dejar
ma á estado do cultivo, nunca paga arrendamiento. sobrante.
:U' La diferencia entre el producto do la tierra cuya cul­ En este estado de cosas, si la demanda de grano no excede
tura ha precedido á la de la que no paga renta alguna, y el la cantidad que pueden producir las tierras A, Ï3, C y I), el
producto de las de calidad superior, es lo que regula la renta precio corriente no subirá de doce pesos el cahiz, y no po­
ile (odas las tierras puestas en cultivo. drán, por consiguiente, ponerse en cultivo las tierras E y F,
•!:l El costo do los productos recolectados en la tierra do cuyos productos necesitan ser vendidos á trece y catorce pe-
EDAO MO D E R N A 2511
sos para cubrir los gastos de producción. Vemos además, que Costo do Valor on
los colonos que labran las tierras C, B y A sacan de ellas des­ producción venta U t i l i d a d
pués de cubiertos sus gastos y utilidades un excedente, el pri­ 50 f;anegas. producto de las tierras A. 1,(100 2,0(10 1,<I()(1
mero de un peso por caliiz, el segundo de dos y el tercero de -10 id. id. id. B. 1,000 1,G(10 000
tres pesos. 35 id. id. id. U. 1,000 1,450 uto
lista diferencia entre los gastos de producción, inclusas las 25 id. id. id. D. i,ooo 1,000 0
utilidades del colono y el producto cu venta de los frutos, es Como la venta solo puede salir del excedente de lus pro­
lo que constituye la renta de la tierra, la cual del mismo ductos de la tierra, despues do cubiertos los costos de la labor
modo que no puede existir antes que exista aquella diferen­ y las utilidades del colono, la renta correspondiente á las
cia, se establece desde luego en cuanto la demanda do granos tierras A, B y C será la de 1,000 reales para la primera, 000
va haciendo necesario poner en cultivo las tierras menos fer­ reales para la segunda y 420 reales para la tercera; no alcan­
tiles. zando renta alguna á las tierras D, que solo producen con
Llegado el caso de que las subsistencias obtenidas en los que cubrir estrictamente los gastos de producción. Esta últi­
terrenos A, B ,C y D, no basten para el consumo del país, lo ma clase de tierra no se labrará ínterin el precio del grano no
natural es que se pidan granos al extranjero si los de esta suba lo suficiente para que el colono pueda reportar una uti­
procedencia pueden llegar al mercado al precio corriente de lidad correspondiente á sus desembolsos y fatigas, y además
lloco pesos el cahíz, en cuyo caso no se cultivarán ó por lo me­ con que indemnizar al propietario por la concesión del per­
nos no se sembrarán de trigo las tierras E y E, las que, como miso de hacer uso de su pertenencia. Pero claro es que la
liemos visto, necesitan que los precios suban para poder ser renta sobre las últimas tierras puestas en cultivo tiene que
hibmdas sin pérdida para el colono. Pero si no pudiese traer­ ser ínfima, pues como el roturar y sembrar uñer os terrenos
se trigo extranjero al precio de doce pesos el caliiz, entonces se va extendiendo do las de superior á las do inferior calidad
ol grano tiene precisamente que subir y de esta subida depen­ á medida que con el aumento do población va subiendo el
derá el que puedan ponerse en cultivo las tierras de calidad precio del grano, se echa mano de las tierras menos fértiles,
inferior. Kntoncos el mayor precio del grano aumenta forzo­ y cuyos productos apenas alcanzan á cubrir los costos de pro­
samente las utilidades que dejan las tierras A, B, C y D, cuyo ducción. La renta que se paga al propietario sobro estas tier­
aumento do beneficio influye á su vez en el de la renta, lo ras no puede exceder de aquella ligera retribución que baste
que sucederá no menos en razón á que el interés del propie­ para decidir á aquel á preferir el conceder el uso de su tierra
tario le moverá á exigir mayor renta, que á consecuencia do á dejarla en erial.
la. facilidad que tendrá en encontrar arrendadores que acce­ Se ve, pues, que la renta de la tierra es de por sí indepen­
dan á partir con él las acrecentadas utilidades que reportan diente de la circunstancia de que haya ó no arrendadores,
sus tierras. pues puede suceder, y en realidad acontece con frecuencia,
Esta demostración no podrá menos de parecer completa que los dueños de las tierras son los mismos que las labran.
¡i los lectores familiarizados con los estudios económicos, pero En este caso no hay duda que las tierras do calidad inferior
por si acaso algunos menos versados en ellos conservan duda que producen menos granos no podrán ser labradas sino cuan­
sobre la definición que precede, vamos á presentarla bajo un do el precio de los frutos se eleve lo bastante para cubrir los
punto de vista de mayor claridad. desembolsos del propietario labrador y dejar á este además la
Supongamos que A, B, C, D, E y F sean suertes de tierra correspondiente utilidad por ol empleo de su tiempo y de sus
do diferente calidad y de igual extension que con la misma faenas. Mas cuando la subida de los granos permita á los
cantidad do trabajo y el mismo empleo de capital producen dueños labrar las tierras de mayor fertilidad, dejarán un be­
¡í saber: neficio proporcional á la subida del grano y el importo de este
A. 50 fanegas de grano beneficio que no corresponde al capital agrícola el cual so
B. 40 » » nivela en todas las tierras, es la renta que va al bolsillo del
C. 35 » » propietario ó como alquiler cuando arrienda su tierra, ó como
D. 25 » » utilidad inherente á la misma cuando la labra por su cuenta.
E. 20 » » Resulta de estos hechos evidentes, que siempre que se po­
F. 15 » » nen en cultivo tierras de inferior calidad, y cu las que cuesta
mas caro obtener granos y subsistencias, tiene esto lugar por­
Siendo el costo de sembraduras y labores pava todas estas que ol aumento en la demanda ha hecho subir el precio,
tierras de 1,000 reales, el precio do producción ile las mismas y esta subida permite cubrir mayores gastos de producción.
ó sea el importe á que debe sc:r vendido el trigo que en ellas De aquí es de donde proviene el excellente entre el costo de
se coge, para indemnizar al labrador de sus desembolsos (sin los productos de las tierras inferiores y su rendimiento, exce­
contar nada por renta de la tierra), es el siguiente: dente que da origen á la renta y subordina la elevación del
precio de los granos á la demanda, cu vez de hacerlo depen­
Las 50 fanegas de la tierra A vendidas á 20 rs. producen 1,000 der entera y absolutamente del costo de producción, cansa
Las -10 id. de id. B iti. á 25 id. 1,000 secundaria y relativa de la subida, no absoluta y única como
Las 35 id. de id. O id. á 28 id. 1,000 lo seria según la doctrina del señor Flores Estrada y de Ri­
Las 25 id. de. id. 1) id. á 40 id. 1,000 cardo, ios que al afirmar que no podria el colono cultivar la
Las 20 id. de id. E id. á 50 id. 1,000 tierra de inferior calidad si no vendiese mas caros sus produc­
Las 15 id. de id. F id. á C0 id. 1,000 tos, no tuvieron presente que la circunstancia de valer ya mas
caros estos productos es lo que ha permitido poner en cultivo
Si la demanda de grano en el país, ya sea en razón á sn con­ las tierras de inferior calidad, del mismo modo que el solo
sumo, ya á la exportación, no hace subir el precio á mas hecho de haber sido necesario echar mano do estas tierras, es
de 23 á 30 rs. fanega, claro es que solo podrán cultivarse las lo que ha dado origen ála renta de las do superior calidad.
tierras A, B y O, pues para que. lo fuesen las tierras D, seria En el estado de apropiación del territorio, que es en el que
menester qnc el trigo valiese lo menos á 40 rs. ; á 50 rs. para do hecho se hallan todos los pueblos civilizados, no puede
que hallase salida el trigo recolectado en la tierra E, y á 60 rea­ rcourrirse á labrar terrenos por ínfima que su calidad sea sin
les para que la tím ese el producido por la tierra F. obtener la vènia del propietario, que minea la da sin pedir en
Cuando el trigo vale á 30 rs., se ve que las tierras A dejan cambio una retribución correspondiente á la utilidad ilei uso
después de cubrir los costos de producción un excedente que pueda sacarse de su propiedad.
de lo vs. en fanega, de 5 rs. sobre las tierras B y de 2 rs. so­ Creemos, pues, que .Smith vili las cosas como son en sí,
bre las tierras C., A medida que va subiendo el precio del gra­ cuando atribuyó la renta de la tierra á lo limitado de esta
no, este excedente va siendo mayor, y es el que da origen á comparativamente á la competencia ó á la demanda ; y que
la renta y permite que esta se eleve. Al precio de 40 rs., lié Thompson tiene razón atribuyendo á Ricardo haber ron/u/n-
aquí cuál será el resultado para las tierras A, B, C, D. elido el efedo con la mima, al dar por motivo de la elevación
•2:1 o 13 JS'J'OHI A I) H ESTA Ñ A

cio lu io n ia , la in ferior calid ad d e ciertas tierras, sien d o así C A P IT U L O III


q u e so lo so c u ltiv a n esta s porque p agan ren ta la s tierras i’ér-
Expedición de don Cárlos
tilos.
l ’oro <lol m isin o m odo que ap arece e v id e n te y d em o stra d o La batalla de Huesca.—La batalla de Barbastro.— Paso del Oinca por don
<]Ue la venta p rovien e d el valor do los p ro d u cto s a g ríco la s, es Carlos.—Sus perplejidades.—La batalla de O ra y sus consecuencias.
m en ester rooonoeor quo aquel valor so d e term in a p o r c i co sto
q u e tien en los frutos que se recolectan en la s tierras in ferio ­ F u erte la situ a c ió n d e fe n siv a q u e a l P r e te n d ie n te daba su
res, en cu y o se n tid o ú n ica m en te so n d e tom ar en c u e n ta las p o sesió n d el p a ís v a sco n g a d o y la s p ecu lia res c o n d icio n es to ­
co n secu en cia s econ óm icas d e los d iferen tes p ro d u cto s d e las p ográficas y p o lític a s d e a q u e lla h istó rica tierra, así com o las
tierras d e inferior calidad. d o te s m o ra les d o la ra za q u e lo h a b ita , era s in em b argo im po­
Poro n o so n ecesitaría ap oyarn os e n lo s a r g u m e n to s q ue te n te a q u ella situ a c ió n para q u e d on C árlos le d eb iese la c ó n -
p reced en relativos á la n atu raleza d e la r e n ta para ser p a lp a ­ q u ista d e s u co d icia d a corona.
ble q u e el d iezm o recae p rin cip a lm en te sobro e l p rop ietario y N o b asta b a ol esfu erzo su p rem o d e su s p a rtid a rio s, por
n o sobre el consum idor. g ra n d e q u e fu e se e l n ú m ero do lo s a d ep to s á la s a n tig u a s
Pasta la ad m isión q ue h acen ivicardo y F lores E strad a d efi­ u sa n z a s p a tria s, para r esistir a l m o v im ie n to reform ador que
n ien d o la ren ta como aquella p a rle del produ-do a g rico la em p u ja b a á E sp a ñ a á en trar en la fa m ilia d e lo s p u eb lo s civ i­
q ue resta d esp u es d e cu b ierto s lo s g a sto s d e p rod u cción , p e r n liza d o s; y a u n q u e d e b ilita d o s lo s lib era les p or su s d iv isio n es
i/ne. ea buena lógica *e. deduzca q u e la s co n trib u cio n es sobro y p or su s errores, e n to d a s p a rtes v e n c ía n á lo s ca rlista s, lu ­
los p rod u ctos b ru tos recam i p recisa m en te sobre el p ro p ieta ­ ch a n d o a n im a d o s p or la p ersu a sio n d e q u e seria n lo s m as
rio, p u esto q ue a u m en ta n lo s c o sto s d e p rod u cció n y d ejan fu ertes y acab arían p or h acer triu n fa r su n o b le causa.
m en or p arte d isp o n ib le al co lo n o com o e x c e d e n te d e su s u t i­ L os m ism o s v a sco n g a d o s, ta n en tero s y ta n d ecid id o s, cuyo
lid a d es ordinarias. E n e fe c to , d ep en d ien d o e l va lo r d e lo s o rg u llo p ro v in cia l se h a lla b a em p eñ a d o e n q u e la victo ria
frutos d e la tierra, d e su d em an d a, e sto es, d e la proporción q u ed a se p or la d in a stía en c u y o fa v o r m ilita b a n , a p en a s si les
en tre la p ob lación y la s tierras p u esta s en c u ltiv o , e l m ayor era y a p o sib le co n tin u a r so p o rta n d o la p esa d a carga d e l ejér­
eosl.o á q u e sa le n lo s p ro d u cto s d e la s tierras m as en d eb les, c ito y d e la co r te d e d o n Cárlos. E ste por su p a rte creia haber
solo p u edo cubrirse cu a n d o la su b id a d e p recio h a p erm itid o sacad o y a d e l p a ís v a sco to d a la a y u d a q u e p o d ía p restarle y
sacar d e la s tr e in ta fan egas q u e h em o s su p u e sto rin d en la s an sia b a por h a cer la p ru eb a d e l efe c to q u e su p resen cia y la
tierras 0 , lo s c o sto s do p rod u cción y u tilid a d e s d e l co lo n o , q u e d e su s fieles p ro v in cia n o s p ro d u ciría n en la s p o b la cio n es de
n o se cu b rían a n te s q u e por la su b id a d e l gran o se h a n e n ­ C ataluña, d e A ragon, d e V a len cia y d em á s p ro v in cia s del rei­
con trad o cu b ierta s e sta s a ten cio n es. n o en la s q u e c o n ta b a n u m ero so s p a rtid a rio s c u arm as.
S e v e , p u es, cla ra m en te q u e cu a lq u ier a u m en to q u e ten g a n Otra co n sid era ció n d e g ra n p eso in flu ía ta m b ién e n el á n i­
los c o sto s do p rod u cción , n o p u e d e su im p o rte ser añ a d id o á m o d el P re te n d ie n te . A la s p ro m esa s q u e d e m u y a n tig u o le
v o lu n ta d al precio d e lo s fru tos, y ú n ic a m e n te se h a lla rá el te n ía n h e c h a s lo s g a b in e te s d e l N o rte, su s a lia d o s v erg o n za n ­
co lo n o e n esta d o do sufragarlos red u cien d o la s cargas A q u e tes, do a u x ilia rle e n c u a n to p o se y e se u n a p la z a fu e r te ó u n a
tien e q u e hacer fren te, eco n o m iza n d o su s d isp en d io s. Y com o ciu d a d im p o rta n te e n la q u e p u d iese a sen ta r su g o b iern o de
esto ú n ica m en te podrá lograrlo d ism in u y e n d o lo s salarios de u n a m an era esta b le, a g regáb ase ah ora h a b er co n ceb id o es­
los trabajadores, lo q u e n o es fácil, p orq u e esto s p o ca s v e c e s peran zas d e q u e s u cu ñ ad a, la rein a M aría C ristina, vejada,
e x ced en lo estr ic ta m en te n ecesa rio para la su b siste n c ia d e m a ltra ta d a , a m en a za d a p or la rev o lu ció n , se d ie se á p a rtid o y
a q u ello s, ó cercen an d o las u tilid a d e s d e la labranza, lo q ue le a lla n a se el a cceso a l trono.
tam p oco p u ed e ten er lu gar, p orq u e e n to n c e s e l co lo n o trabaja­ N a cia e sta esp era n za d e d o n Cárlos d e co m u n ica cio n es
ría d e b ald e, n o es p o sib le q u e la econ om ía se o b ten g a de em a n a d a s d e la co rte d e N á p o les.
o tra m anera sin o d ism in u y e n d o la ren ta d el p rop ietario, e l A e lla se h a b ía n d irig id o la s d o s h erm a n a s d e a q u el K ey,
cu al vien e á soportar n e cesa ria m en te y en ú ltim o resu lta d o el d o ñ a M aría C ristin a y d o ñ a L u isa C arlota, h u m illa d a s d e re­
im p u esto, por la se n c illa razón d e q u e no tie n e sobre q u ien su lta s d e la s escen a s d e la Granja; h a b ía n b u sca d o e n a q u el
celiarlo, y q ue n a tu ra lm en te preferirá recib ir m e n o s ren ta á m o n a rca d e su sa n g re c o n su e lo s d e fa m ilia y co m u n icá d o le
ver su I ierra ab an d on ad a por e l co lo n o sin p rob ab ilid ad do su s d e se o s d e sa lir d e E sp añ a, com o ig u a lm e n te lo s d e tran si­
q ue se p resen te á tom arla e n arrien d o otro q u e c o n sie n ta e n g ir la c u e stió n d in á stic a p o r m ed io d e l m a trim o n io d e d oñ a
dar m ayor renta q ue la natural; e s t o c s la d iferen cia en tre lo s Isa b el co n e l p rim o g én ito d e d o n Cárlos.
c o sto s y u tilid a d e s ordinarias do la labranza, y e l p ro d u cto en N o lia b ia sid o L u is F elip e d e l to d o ex tra ñ o á e sta s señ a les
v e n ta d e lo s fru to s d e la tierra. d e in c o n se c u e n c ia d e p a rte d e bus en co n tra d a s ram as d e la
bas e x p lic a c io n e s q u e p receden, al m ism o tie m p o q u e rec­ e stir p e d e B o rb o n .
tifican y aclaran lo s verd ad eros p rin cip io s acerca d e la ven ta H abía el P r e te n d ie n te recib id o co n co rd ia lid a d pero con
de. la tierra y la n atu raleza y efectos d e lo s im p u e sto s sobre a ltiv e z a q u ella s in d ica cio n es, y lo q u e es m as, s e lia b ia e x a g e ­
lo s p ro d u cto s brutos, ju stific a n cu a n to en e l c a p ítu lo I d el rado e l p a itid o q u e d e ella s p o d ría sacar, to d a v e z q u e al
lib ro V Il h em os d ie lm so b r e el d iezm o y la s c o n secu en cia s d el a cep ta r en p rin cip io la a v e n e n c ia lia b ia p u e sto p o r con d ició n
siste m a se g u id o para su abolición. q u e la v iu d a d e F ern a n d o V i l co m e n z a se p or reco n o cerle por
E sto basta al Jin q u e aquí n o s p rop on em os, sin q u e se a n e ­ r e y leg ítim o .
cesa rio e x ten d ern o s á exp lan ar la s m o d ifica cio n es q u e en E n greíd o por e sta esp era n za y fortificad o c u o lla p or la
a lg u n a s co sa s a d m ito e l principio a b so lu to d e q u e e l total, p ersp ectiv a d e la a co g id a q u e la tra n sa cció n h a lla ría cerca ele
im p o rte d e la s co n trib u cio n es sobro lo s p rod u ctos b ru to s re­ lo s g a b in etes d e l N o rte, se d ecid ió d o n C árlos á lle v a r su s ar­
ca e sobro lo s p rop ieta rios territoriales. No cab e d u d a d e q u e m as al corazón d e l rein o, p resen tá n d o se á la s p u e r ta s d e M a­
h a y c ir c u n sta n c ia s en q u e u n a p a r te d e l d iezm o g ra v a el ca­ drid y p en etra n d o en su recin to p o r e l trip le esfu erzo d e su s
p ita l a g ríco la y su s ren d im ien to s, ad em ás d e recaer sobro el sold ad os, d e lo s p artid arios co n q u e creia p o d er co n ta r d en tro
p ro d u cto n a tu ra l del su elo; pero esta d istin c ió n n o a lt e r a la de la coronada v illa y p r in c ip a lm e n te p o r la a y u d a q u e le
e x a c titu d d el p rin cip io g en era l, p u es au n q u e os cierto q ue el trajese su a lia n za co n d o ñ a M aría C ristina.
d ie z m o opora d ir e c ta m e n te e n co n tra d e lo s a d ela n to s y m e ­ Y llev a d o d e e sta s por d em á s a leg res asp iracion es, prepara­
jo ra s do la a g ricu ltu ra , y q u e es im p u esto su jeto á otros g ra­ ba d on Cárlos su ex p e d ic ió n m a g n a al m ism o tie m p o q u e sa n ­
v e s in c o n v e n ie n te s, n o por eso d eja la carga ile gra v ita r p rin ­ cionaba la id a á la corte d e E sp añ a d e l baron d e M ilanges,
cip a lm e n te sob re el p rop ietario, ú n ico ex tr e m o q u e n o s pro­ ch a m b elá n d el co n d e d e C ham bord, y d e l señ o r M ayer, có n ­
p on íam os probar. sul g en era l do Ñ a p ó le s en B urdeos, en v ia d o s am b os en ca ­
L os q u e te n g a n cu rio sid a d d e apurar e s ta in te r e sa n te m a teria lid a d de a g e n te s d el h erm a n o d e d o ñ a M aría C ristina y d oñ a
podrán c o n su lta r con fru to la s obras d e T h om p so n , Mae-Cu- L u isa Carlota, con en cargo d e acabar d e e sta b lecer u n a per­
lio ch , doctor P asley, Sen ior, Sisrnondi, A n to n io , S eialoja (e s ­ fecta in telig en cia en tre lo s p rín cip es q u e rep resen ta b a n la
critor m oderno ita lia n o ) y lo s m od ern os a lem a n es. can sa d e las d o s d in astías.
EDAD M ) DEUXA 2 :il
Mi langes y Mayer so embarcaron en Marsella y llegaron á la caballería. Al mando do la artillería pava cuando la hubie­
Madrid portadores do recomendaciones para una dama do se, filó destinado el coronel Gil de la Torre.
nuestra aristocracia que los puso en contacto con don Ma­ Era jefe de palacio el general don Simón de la Torre; go­
nuel Gaviria, tesorero de palacio, por cuya mediación fueron bernador del cuartel real el brigadier marques de Santa Ola­
presentados «4 la Reina gobernadora con la que tuvieron dos lla, y del cuartel general el coronel don José Cestelar, siendo
conferencias reservadas. su segundo el de igual clase «Ion Miguel Lacy.
Contrariamente á la lección que traían aprendida, no halla­ El 15 de mayo hubo besamanos en Estella en celebridad
ron los agentes napolitanos tan dispuesta á la Gobernadora á del cumpleaños de «Ion Juan, y terminado aquel acto se dió
reliarse en brazos de don (Jarlos, condición que era la baso la orden de marcha, habiendo pernoctado el cuartel real en
sine qua non puesta por el Pretendiente para entrar en tratos. S:il¡ñas de Oro, y el siguiente dia 10 en Echauri.
Habia ya por entonces la Reina gobernadora sacudido en El paso del Arga se verificó por un puente de campaña
oran parte el temor que tan natural era le hubiesen infun­ construido por el cuerpo de ingenieros, al alegre estruendo
did«) los desacatos y ol verdadero peligro que corrió en la de las bandas de música, y presenciando ol acto gran muche­
Granja. dumbre «le aldeanos que vitoreaban ruidosamente ¡il expedi­
Las bases de la nueva Constitución se hallaban aprobadas y cionario monarca.
muy adelantada la votación del código que habia reformado A su presencia y dando muestras de vivo entusiasmo des­
las restricciones que el de 1SÎ2 imponía ó, la corona. filaron las tropas dejando tras de sí los pueblos del territo­
Pero la nueva disposición de ánimo en que se hallaba la rio dominado por don Carlos, y efectuando seguidamente el
corte de Madrid no era conocida ni menos debidamente apre­ paso del rio Aragon, hizo noche la expedición en Cumia el
ciada por la de Olíate; y fuertemente influido don Carlos pol­ dia 10. De este punto y con fecha «leí 20 firmó «Ion Curios
las consideraciones que acaban de ser expuestas, decidióse á su proclama dirigida á los navarros y á los vascongados, en
ponerse al frente de una expedición organizada en mas gran­ la que les anunciaba que llamado por sus fieles servidores del
de escala quo lo habían sido las anteriormente lanzadas al resto de España, marchaba á libertarlos del yugo opresor de
interior del reino. la revolución impía, y quo del auxilio de Dios y «leí de la
Formado que hubo esta resolución salió el Pretendiente de Virgen, generalísima de sus ejércitos, esperaba ht victoria que
Durango á mediados de febrero, dirigiéndose primero tí re­ habían preparado los heroicos sacrificios é indómito valor de
correr los diferentes puntos de sus líneas y deteniéndose á los leales hijos de aquellas provincias, de las «pie momentá­
fines de abril en Estella, donde se ocupó sin levantar mano de neamente se alejaba para asegurar el triunfo final que coro­
los preparativos del movimiento invasor que habia resuelto naria su heroísmo.
no diferir. Autoriza á creer que la nueva empresa del Preten­ Concluía exhortando á los habitantes á que obedeciesen á
diente tenia un ideal mas político que militar, el numeroso los jefes que quedaban en el país, esperando que se mostra­
personal de hombres civiles que incorporó al ejército expedi­ rían, como siempre lo habían hecho, dóciles á la voz de sus
cionario. juntas foralcs.
Además de la casa militar de don Carlos y del infante, iban El mando militar de las provincias quedó cometido al te­
en calidad de agregados y de servidumbre mas de doscientas niente general don José de Uranga.
personas, tí las que acompañaba y seguia una inmensa cara­ Análoga alocución filé dirigida á los voluntarios. Decíales
vana de clérigos, de covachuelistas, y de aspirantes á ocupar don Carlos que marchaba á su frente para terminar los males
los destinos en las provincias que se esperaba iban á ser so­ de la patria y arrancarla á la esclavitud en que la tenia su­
metidas. No llevaba artillería el cuerpo expedicionario. El co- mida la usurpación. «Mengua fuera ya, añadió, de vuestro
misariado ó administración militar iba muy mal montado, decoro tolerarlo. Habéis vencido á la revolución en este suelo
habiendo sido durante toda la expedición muy desatendido clásico de lealtad; este era el campo señalado para decidir
el servicio de provisiones, situación que no mejoraba el ostado los destinos do la nación y el cielo con prodigios no interrum­
de la caja militar que se hallaba enteramente vacía cuando la pidos se lia dignado vengar su causa. Un guiñado de valien­
expedición se puso en marcha. tes rodeados de privaciones, solos contra todos, pero protegi­
tina vez resuelto don Carlos á emprender su excursion di­ dos por el cielo, lia sabido vencer al liberalismo europeo
nástica, fue error grave haberla retardado de un solo dia. Si convirtiéndoos en un ejército de héroes. La revolución se bate
la hubiese efectuado ínterin Espartero trasportaba por mar en su agonía contra sí misma, reducida á la desesperación y
su cuerpo de ejército de Bilbao á San Sebastian, no habrían al descrédito. Desaparezca de una vez de lamas fiel de las na­
hallado los expedicionarios fuerzas capaces de estorbar su ciones. Busquémosla donde no encuentre recursos para gua­
marcila, y si hubiesen ganado, como fácilmente hubiesen po­ recer su cobardía. El éxito no es dudoso: un solo esfuerzo y
dido hacerlo, unas cuantas jornadas sobre Espartero, habría España será libre.
sido posible á don Carlos sorprender á Zaragoza, como parece »Voluntarios: invoquemos el divino auxilio de vuestra po­
fue su primer intento; ó do haberse dirigido á Madrid, no derosa generalísima,cuyo estandarte seguimos; conliad en su
habría verosímilmente hallado la resistencia que mas tarde protección yen la del glorioso patrono que humilló la bárbara
debia encontrar, y que en gran parte alentó la confianza que fuerza agarena, harto mas imponente aunque menos impía
á los milicianos y á los patriotas de Madrid inspiró la seguri­ que la de vuestros despreciables enemigos. Sea vuestra con­
dad de la llegada de Espartero en los dias on que el Preten­ ducta cual corresponde á defensores del altar y del trono; que
diente hizo su aparición á las puertas de la capítol. no mancillen vuestros laureles ni traigan la ira de Dios sobre
El 12 do mayo levantó el infante don Sebastian su cuartel vuestros desórdenes y excesos, la inmoralidad y el crimen.
general ele las lincas de Guipúzcoa, y marchando por Irun y No vais á conquistar los pueblos, vais «í libertarios de los tira­
Ándoain entraba en Tolosa el 111, reuniéndose al siguiente dia nos, á salvar de su rapacidad y furor, vuestros intereses,
con don Carlos en Estella. vuestros padres, esposas é hijos, á los españoles vuestros her­
La fuerza de que se componia la expedición constaba de manos.
doce mil infantes y mil setecientos caballos; la escasa dota­ »Todo lo espero de vuestro valor, de vuestra disciplina y de
ción do artillería que de Estella salió con el ejército fue aban­ vuestras virtudes; no os recuerdo la autoridad del monarca y
donada al paso del Arga, pero conserváronse los tiros para su justicia cuando solo interesáis el corazón de padre y su
utilizarlos cuando lo permitiese el estado de los caminos por cariño.
donde la expedición tuviese que abrirse paso. »Voluntarios: corramos al nuevo campo que nos abre el
Componíase esta de cuatro divisiones, respectivamente cielo; suya y vuestra es la victoria. Mia seto la gloria do ad­
mandadas, la primera por el mariscal de campo don Pablo mirarla y de premiarla.»
Sanz, la segunda por el de igual clase don Prudencio Sopela- El infante generalísimo dirigió también al ejército la si­
na, la tercera por don Alonso Cohebillas, y la cuarta, formada guiente orden del dia:
por la caballería, iba á las órdenes del conde de Prado. Los «Compañero soy de vuestras fatigas y lo seré de vuestros
infantes componían diez y seis batallones, y doce escuadrones laureles. Los trabajos y las privaciones no deben arredraros:
T omo VI 31
2:12 ïl IS T O l’ 1A li li 10.S l’A.VA

sin sacrificios no so alcanzan la gloria y oí triunfo. A vuestro vocó al enemigo, cargando denodadamente á su infantería en
bienestar so dirigen mis desvelos; oslad seguros, soldados: el terreno cortado, en el que con dificultad podían los jinetes
lì.ey os habla, nada ti ngo que añadiros; el Rey os ve, nunca hacer valer la superioridad do su arma, y recibidos los lance­
di 'bois mostrar mayor esfuerzo ni mas rigurosa disciplina. ros de Diego Leon por un vivo y mortífero fuego, los caballos
>>Su custodia os está confiada; en vuestro valor lia su coro­ espantados se desordenan, las filas se confunden, distinguidos
na: vuestra conducta os granjeará el amor de los pueblos y oficiales caen muertos ó heridos, y el intrépido Leon es atra­
la Europa (oda os admirará. Marchemos pues y el Dios de vesado por disparos que lo derriban del caballo y queda ten­
las batallas os conceder;! el triunfo. dido en el ensangrentado campo do batalla al lado de doce
»Soldados, victoria ó muerte. ¡Viva Carlos \ .» carlistas que su temida lanza acababa de poner fuera de com­
I’msiguió la expedición su marcha dejando á Sangüesa á la bate. I labia llovido los dias anteriores y la tierra reblande­
izquierda, contentándose con un ligero reconocimiento sobro cida inutilizó los movimientos de la artillería, circunstancia
dicho pimío efectuado poruña columna volante, dirigióndose de la que se aprovecharon los argelinos pasados á don Carlos
en el mismo dia á Mánlena, y desdo esto pueblo á Luna, on para apoderarse de algunas piezas que fueron rescatadas pol­
cuyo castillo feudal se alojó don (Jarlos el '¿'2 de mayo. ios soldados do la misma legion que habian permanecido fie­
Kl general 1riba ríen, ijue mandaba la division do la Ribera, les á su bandera
reforzado con algunos batallones que unidos á la poderosa El valiente Iribarren que vio escapársele la victoria con que
caballería liberal formaban un respetable cuerpo de ejército, había contado, al par que afanoso de vengar la muerte de
era el encargado por Espartero de defenderlos pasos del Ebro Diego Leon, púsose en persona al frente de los escuadrones y
y de hacer frente, á la expedición si esta llegaba á realizarse, cae impetuoso sobre los carlistas, pero envalentonados estos
l’ero no era solo la línea del Ebro la (píe había que guardar por la ventaja que acababan do obtener y reforzados por los
de la invasion carlista, laque podía muy bien siguiendo por batallones que salen de la ciudad en su auxilio, oponen tena­
Navarra dirigirse al alto Aragon, l ’ara haber atendido á ambas císima resistencia á las cargas do Iribarren, el que despechado
eventualidades vigilando el Arga al mismo tiempo que el y desafiando la muerte, os retirado mortalmente herido en
Ebro, requeríanse mas numerosas fuerzas que las puestas á los críticos momentos en que llega Villareal al frente de ba­
disposición de Iribarren. Al frente de diez batallones, do la tallones de refresco que deciden do la victoria en favor délos
brigada argelina (cuyos desertores, dicho sea de paso, habian carlistas, victoria que si no degeneró en completa derrota de
suministrado á don Chirlos un no escaso contingente ele auxi­ los liberales, al pronunciarse estos en retirada, debióse á que
liares africanos), de la brillante caballería de la Ribera y de la caballería de la Guardia volviendo cara y haciendo frente á
diez y sois piezas de campaña, hallábase el general do la Reina la do don Cárlos la hizo retroceder arrancándole do las ma­
en acecho de la expedición, inseguro de por dónde rompería nos los numerosos prisioneros que no hubiera podido monos
el enemigo la extensa línea que estaba encargado de vigilar; de hacer á no haber este hallado una insuperable barrera en
al saber que aquel reconcentraba sus fuerzas on Estella, cor­ las lanzas y en los sables do los soldados que habian sido tes-
rióse Iribarren á. Art ajoña y ¡1 Obanos; cuando supo que la l.igosde la heroica muerte del joven don Diego Leon.
expedición amagaba á Sangüesa, evitando la orilla derecha Dicho se está que la acción de Huesca fué reñidísima. Las
del rio Aragon, retrocedió á Tafalla y á Olito. La lenta marcha bajas que ocasionó, soportadas la mayor parte por los liberales,
que llevaba don Garlos no permitia lijarse en la dirección que se calcularon on dos mil hombres fuera de combate. Los car­
podria tomar, pero inclinándose Iribarren á creer que el Ebro listas quedaron dueños do la ciudad en la que aquellos y sus
seria el objetivo tie la expedición, se acercó ti osterie ocupan­ parciales celebraron el triunfo, pero no se atrevieron á seguir
do á Val tierra el dia 20. Igualmente receloso do queden Cár- á los liberales que entraron sin ser molestados en Almudévar,
los tomase el rumbo de Tudela, encomendó la guarda del donde aquella misma noche falleció Iribarren á consecuencia
importante imul o do Valí ierra al general Ruerons, que acababa de sus heridas.
de llegará Calahorra, marchando Iribarren á Tudela ai mismo Antes de espirar y dando su último pensamiento al interés
liempo que don Chirlos ocupaba sucesivamente á Castilliseai-, patrio, firmó el moribundo una urgente comunicación á Rue­
Rióla y Farcisti nos. Conoció entonces el general de la Ribera rons para que acudiese á reforzar el cuerpo de ejercito y á
que los carlistas caminaban Inicia el Gallego, y suponiendo encargarse de su mando, como lo efectuó dicho general pre­
que inlcntarian .pasarlo por Zuora, como parecía verosímil sentándose en Almudévar en la mañana del üij.
si la expedición trataba de acercarse al Ebro, tomó aquella La orden del dia dada por don .Sebastian al ejército, toma­
dirección; pero ínterin marchaba para salirle al encuentro, ba acta del brillante hecho de armas que señalaba la entrada
habíanse los carlistas apoderado de las barcas de Marracó, y en campaña de la expedición, y don Cárlos por su parte c-rcó
sirviéndose de (‘lias y aprovechando los vados del Gallego, una nueva condecoración para premiar á los que se habian
pasaron este rio y el 22 entraban en Huesca. distinguido.
Apresuróse Iribarren á tomar aquella dirección, y mortifi­ Natural era que con este motivo el infante generalísimo
cado de no haber penetrado el verdadero designio del enemi­ hablase á sus soldados y lo hizo en los términos que aparecen
go, quiso recuperar el tiempo que so había malogrado preci­ de îa orden general del ejército citada al pié (1).
pitando en consecuencia su movimiento. El 21 por la mañana Siempre hemos procurado no cargar nuestra conciencia de
ocupaba á Almudévar, distanto cuatro leguas de Huesea, historiador con calificaciones depresivas del carácter de ad­
dundo algunas lloras antes habian entrado los expediciona­ versarios que luchan en pro de sus convicciones, sentimiento
rios, y en el ardor que animaba á Iribarren por venir con
ellos á las manos, no quiso aguardar «pie su infantería, de la (I) «El enemigo que uose atrevió á impediros vuestra majestuosa
que algunos batallones venian rezagados, acabase de llegar. marelia, creyéndoos rendidos por las privaciones y el cansancio, cayó de
Fiado en la calidad de sus soldados y sobre todo en la su­ relíente sobro vosotros en la tarde del 24. Este col.arde esperaba sin
perioridad de su caballería, dispuso que dos columnas de ata­ duda la victoria de vuestra fatiga y de las ventajas que le ofrecía el ter­
reno para su numerosa caballería y artillería. Las granadas que sou para
que, compuestas de seis batallones, ocho escuadrones y tres vosotros el toque de generala os anuncian un nuevo campo de gloria á
baterías, mandadas por los generales Van-Halen y Conrad, se donde os conduce vuestro valor. Visteis al enemigo, y parando con lir-
adelantasen , quedando dispuesto á seguirlos á la llegada de meza el ataque lo rechazasteis; un momento despues lo arrolláis; hacéis
los batallones esperados de una hora á otra. desaparecer su artillería; correis en pos de sus mejores tropas y la noche
Los carlistas encerrados en Huesea destacaron sus guerri­ pono término á su ignominia y un freno á vuestro denuedo. Soldados:
llas, las que acogidas por la caballería de iribarren reple­ el Key nuestro señor, testigo de tan bravo comportamiento en esta glo­
gáronse al abrigo de los batallones (pieprocedentes de la ciu­ riosa batalla, me manda os dé las gracias en su nombro real. Vuestro
dad iban lomando puestos de combate en terrenos plantados general cumple este mandato con la satisfacción que inspira el conven­
cimiento do que lo merecéis y la seguridad de que siempre, seréis los
ile viña. Llevado de su pundonoroso arrojo el brigadier de la mismos en el campo del honor, mientras llega el venturoso dia que no
Guardia real don Diego Leon y Navarretc, sobrino del célebre puede estar lejos de colocar en su trono al legítimo monarca de Castilla.
riMiji.·th·r ri/uilioni, del mismo nombre, que años despues de­ »Real do Huesca 2« do mayo.—Vuestro general en jefe, />’/ ¡y, fo n te d on
bía caer víctima do nuestras cruentas discentias civiles, pro­ HebustM it O id/riel.»
KDA I> MOT) KI! NA •>:v:

que impele á protestar contra, la acusación de cobardía que las Las cuatro divisiones de que .se componía el cuerpo de ejér­
alo cu c io n es de don Carlos y don Sebastian lanzan contra los cito expedicionario, reunían casi la misma fuerza. La infante­
soldados do Iribarron. El respeto que la dignidad de la histo­ ría, que al salir de Estella igualaba en número á la de Oraá,
ria impone, puede tan solo refrenar la expresión del hastío habia experimentado bajas en Huesca que no podían ser in­
que ocasione el rebajamiento de moralidad que se deja arras­ feriores de quinientas plazas, bajas cubiertas con exceso pol­
trar á tales excesos de pasión y á tan completo olvido de toda los voluntarios que la expedición reclutaba, y por los prisio­
noción de equidad. neros que con ella habían tomado partido. La fuerza do caba­
Jvo desaprovecharon los carlistas corno lo tonimi por cos­ llería era la misma, pero enteramente favorable á los liberales
ili) ubre la ocasión de atraer á su partido los prisioneros que la exclusiva posesión del arma de artillería.
acababan de hacer, ofreciéndoles premios y recompensas; y Ko rehusaron los carlistas la pelea; salieron do Barbastro,
para mejor disponerlos á que depusiesen la prevención que aceptando el honroso duelo, ínterin Oraá que habia pernocta­
pesaba sobre los secuaces del Pretendiente de crueles y per­ do el día 1.“ de junio en Bcrbegal, poníase en marcila á la si­
seguidores de los liberal es, expidió don Carlos en Huesca una guiente mañana muy do madrugada adelantándose hasta dar
parodia de amnistía parcial ofreciendo perdón y olvido á los vista á las columnas enemigas. Formó su infantería en flus
nacionales que entregasen las amias á condición do no vol­ líneas de tres columnas cada una, distribuyendo su caballería
verlas á empuñar contra él y su causa. y su artillería en disposición do poder oportunamente emplear
Los tres dias que siguieron al de la reñida acción de Hues­ dichas armas. A no haber sacado Oraá el partido (pie sin duda
ca lo fueron de regocijo y de festejos para los expedicionarios le ofrecía la posesión'de diez y seis piezas de artillería, se­
y sus amigos. Hubo Te-Deum, procesiones y máscaras. Unié­ ria en nuestro sentir opinable por los hombres de guerra que
ronse á las filas caí-listas algunos jóvenes, y el 21 salió el Pre­ la jornada de Barbastro en vez do haberse hecho tablas, no
tendiente para Barbastro, donde le esperaban demostraciones hubiese ocasionado álos carlistas bajas de gran consideración,
de un entusiasmo mas estrepitoso que el que acababan de que es lo menos que en favor dolos liberales debió resultar do
tributarle sus partidarios de Huesca. una lid aceptada por sus contraríos en terrenos descubiertos
Aunque Buerens acudió, como queda antes dicho, á recoger y expuestos á los disparos de diez y seis piezas de artillería.
el poco envidiable legado dejádole por el intrépido Iribarren, Daban frente al enemigo las divisiones de Oraá formandola
no eran los ocho mil infantes y mil doscientos caballos que derecha Villapadierna, Conrad la izquierda y Buerens el cen­
venia á reunir Buerens, fuerza suficiente para operar con de­ tro. A las doce rompió el fuego sostenido ventajosamente pol­
cision, al mismo tiempo que contra la expedición capitaneada la izquierda de Oraá, pero el centro no se mantuvo firmo ó
por don Carlos, contra Cabrera y los cabecillas que servían á introdujo desorden en las filas, circunstancia de la que so
sus órdenes. Tanto para reforzar el cuerpo de ejército que aprovecharon los carlistas, cuyo marcial espíritu se hallaba
Iribarren destacó del del Körte, como para proseguir la im­ tan estimulado do resultas de las ventajas de los dias anterio­
portante campaña que abria la presencia del Pretendiente en res como abatido y vacilante so mostró el de los soldados do
las provincias centrales, dispuso el gobierno que el general la Beina. Todas las operaciones de aquella jornada se resintie­
Oraá reuniese tí las suyas las fuerzas de Buerens, debiendo ron por parte de los liberales de flojedad y de falta de la re­
operar de acuerdo con el baron de Meer á fin de mejor con­ solución y de la energía que fija la lictoria en los momentos
trarestar los progresosdel enemigo y su marcha sobre la capital. decisivos. La legion argelina fue la que mas so señaló por su
El 21 llegaron en Andorra, á manos de Oraá, las órdenes olvido de la doble obligación c-n que estaba hacia la bandera
del gobierno, y veinticuatro horas después se hallaba en Za­ de la que procedia y de la en que se hallaban al presente alis­
ragoza adoptando bis disposiciones reclamadas por lo crítico tados los que la componían.
do las circunstancias. Sus jefes y oficiales, estimulados por el sentimiento del ho­
Juzgando ser ya tarde para dirigirse á cortar al enemigo el nor militar, hicieron los mas meritorios esfuerzos para llevar
paso del Cinca, y obligado á concentrar todas las fuerzas dis­ sus soldados á hacer frente al peligro y pagaron noblemente
ponibles según lo exigiesen los movimientos del enemigo, con su vida su amor al uniformo, habiéndolos dado ejemplo
llamó Oraá las brigadas mandadas por los brigadieres Villa- su jefe el general Conrad, honrosamente muerto haciendo
padierna y Lebrón, decidido como lo estaba á hostilizar á don prodigios de valor.
Carlos on cualquiera de las dos direcciones que podia tomar, Sin duda hubo de conocer Oraá que el temple de sus solda­
la de caer sobre Cataluña ó la de abrirse paso á Castilla. Y á fin dos no se hallaba á la altura del levantado espíritu que jamás
do aproximarse al enemigo colocándose en situación de esco­ abandonó al Nestor de nuestros generales, quien justo apre­
ger aquella posición que juzgase mas ventajosa para atacarlo, ciador de la responsabilidad que sobre él pesaba, ordenó á
determinó Oraá marchar en dirección á Barbastro, ocupado tiempo una retirada que no le ocasionó pérdidas sensibles,
ya por don Cárlos, resuelto á presentarle la batalla si la acep­ permitiéndole volver al punto de donde habia salido, sin que
taba á campo raso, y en el caso que no saliese á medir sus el enemigo lo persiguiese, desenlace de una muy reñida jor­
armas con las de la Peina, poder Oraá seguir su marcha y nada, qne creemos haber calificado con exactitud al significar
aprovecharlas ocasiones que le ofreciesen los movimientos que su resultado fue indeciso por una y otra parle, juicio que
del enemigo. para ser completamente exacto debe añadirse que no dejó de
En teoría el cálculo de Oraá no tenia mayores proporciones ser una gran ventaja para los carlistas haber neutralizado, á
que las de verificar un reconocimiento de la situación y fuer­ favor del comportamiento de sus batallones navarros, las car­
za de los expedicionarios ; poro dependía de estos que resul­ gas de la excelente caballería mandada por Diego Leen.
tase, como en efecto resultó, una batalla que, léjos de rehuir La pérdida de ambos ejércitos se calcula que ascendió
ambos beligerantes, tenían interés en que se verificase, Oraá á 1,200 bajas.
para restablecer con el prestigio de una victoria la mala im­ Corrobora plenamente el juicio que hemos emitido sobre la
presión que en el ejército habían ocasionado las pérdidas acción de Barbastro, que no fué ni una derrota para los libe­
experimentadas en Huesea, y don Cárlos á fin de infundir rales, ni una victoria para los carlistas, el hecho de que estos
confianza á sus partidarios de las provincias que so proponía no trataron de sacar partido de la retirada de Oraá á Bcrbegal
visitar, aumentando sus probabilidades de que una nueva ba­ habiéndolo dejado descansar tranquilo en dicho punto, afano­
talla de Almansa le valiese el fiat que á aquella célebre jornada sos do seguir su marcha en busca de territorios que les fuesen
debió Felipe el Animoso. mas propicios y de allegar refuerzos que cubriesen sus bajas.
De una ni de otra parte era exagerada la esperanza de as­ El principal interés de don Cárlos en aquellos dias era el do
pirar al triunfo. Oraá llevaba doce mil hombres en tres divi­ pasar el Cinea y penetrar en Cataluña.
siones mandadas por Buerens, Conrad y Villapadierna, mil Mayor debieron tenerlo los generales de la Boina en entor­
doscientos caballos regidos por cim as brillante jefe del arma, pecer á los expedicionarios el paso de aquel rio y en haber
por el glorioso y desventurado Diego Leon, el de Belascoain. aprovechado el momento de tan delicada operación para ha­
Contaba además con dos baterías rodadas y una á lomo, ar­ ber, si no destruido, causado inmensos daños al enemigo.
ma de la que absolutamente carecían los carlistas, Pero hubo evidentemente negligencia por parto de los jefes
2:il II I S T O lì I A. D K KS P A Ñ A

liberales 011 ocasión o]110 fan propicia los presentaba la fortu­ 1da por donde penetró eran tan miserables que no pudieron
na. Kl baron do Mccr queso hallaba apercibido del intento do : suministrar raciones y hasta la comitiva regia halló dificultad
los carlistas do pendrar o.n el territorio do su mando, si bien : en procurarse alimentos El S se detuvo el cuartel general en
os ilo tener en cuenta que no contaba con fuerzas suficientes Tartarei! para dar descanso á las tropas, sin que en punto á
para impedir al enemigo el paso del (Jinca, pudo al monos in ­ subsistencias hubiese mejorado la situación, pues basta el
utilizar ó retirar las barcas., cortar los puentes y vigilarlos mismo don Cárlos hubiera carecido de pan, á no haber sido
vados. él y sus mas íntimos, partícipes de unos panecillos negros y
No lo hizo, y mayor filé todavía la falta en que incurrió el de mal sabor preparados para una boda.
brigadier (¡rases, comandante general de la provincia de En los siguientes dias continuó la misma escasez de víve­
Huesca, que. habiendo recibido órdenes terminantes de Oraá res, lo que llevaba muy disgustada á la tropa y mohínos á los
pura destruir las barcas de listad illa, no les dio cumplimien­ magnates que seguían la corte y que ni aun por dinero halla­
to. dejándolas disponibles para el enemigo que se aprovechó ban víveres, fenómeno que se explica por la circunstancia de
<le ellas para trasladarse á la orilla izquierda. También cupo que los habitantes del país ocultaban las provisiones, por ser
responsabilidad á Oraá por haberse detenido en Berbugal en tan grande la desproporción entre las necesidades alimenti­
vez de haber .seguido la reí,irada de don Carlos, cuya reta­ cias normales en aquellos míseros pueblos y la demanda
guardia pudo picar y aun dificultar á la expedición el paso ocasionada por la inesperada inmigración de los expedicio­
del rio; y tan evidente es que estuvo en la mano de Oraá narios.
haber embarazado grandemente á los expedicionarios, que Del 5 al 11 de junio habíanse reunido á estos varias parti­
i miaría llegó á tiempo Ihlevons para hostilizar el embarque das catalanas, cuyo estado de organización y disciplina no
del I." batallón de Castilla que no habia aun pasado el rio, realizaba las esperanzas que habían hecho concebir los pro­
la mitad de cuya fuerza quedó prisionera, habiendo perecido movedores de la entrada en Cataluña. La falta de víveres dio
la oirá mitad ahogada por haber proferido arrojarse al rio por lugar á actos de pillaje, pues desde la salida de Barbastro ha­
no caer en manos de l ’lierons. bia cesado la distribución diaria de raciones, siendo general
Las faltas imputables á los jefes liberales eran tanto mayo­ el disgusto contra la marcha que llevaba la expedición. El
res cuanto del ministerio do la Guerra partieron con oportu­ dia 11 se hallaban bastante cercanas unas de otras las fuerzas
nidad anticipadas instrucciones que encarecían la importancia expedicionarias reforzadas por varias partidas catalanas y las
de operar sobre la línea del Cinca en la que seria posible dar tropas que á su encuentro conducía el baron de Meer. Don
fin de la expedición. Cárlos habia pasado el rio Segre y bajado al pueblo de Crá, y
Al salir el Pretendiente de Estella observamos que el per­ en el mismo día y dando frente ¿lias posiciones escogidas por
sonal civil y eclesiástico que lo acompañaba daba indicios de el Pretendiente, llegaba á Agramunt el capitan general de Ca­
que la i>arte militar y estratégica de la operación preocupaba taluña.
menos á sus instigadores que las ilusiones que alimentaban Presentaba en línea el infante don Sebastian, que conti­
respecto á que los pueblos se levantarían en masa, en cuya nuaba revestido del cargo de generalísimo, catorce mil infan­
previsión se (pieria llevar un plantel de empleados que torna­ tes y ochocientos caballos. El baron solo reunia once mil
sen en mano el gobierno de las provincias que se fuesen ga­ quinientos hombres de todas armas. Las posiciones ocupadas
nando. por el último se apoyaban en alturas defendibles en caso de
Desde los primeros dias de marcha filé visible en el cuartel retirada, y á su espalda poseía varios puntos fortificados con
real que el influjo de los cortesanos y ojahUerofs superó al de almacenes y repuestos. El terreno escogido por el enemigo era
los caudillos militares. llano y ofrecia campo para la persecución si llegaba á ser ven­
II izóse palpable la disidencia con motivo de haber don cido. Un arroyo de agua corriente separaba los dos campos.
Cárlos descartado el parecer de su jefe de E. M. Gonzalez Mo­ Convenia á los carlistas atraer á los liberales á la llanura, y
reno, quien despues de la acción de Huesea propuso que se al intento maniobró por orden de Gonzalez Moreno la division
(.ornase la dirección de Aragon para reunirse á Cabrera á fin castellana apoyada por batallones del Ros de Eróles ; pero el
ile que reforzada la expedición con los batallones y escuadro­ baron, soldado de tanta sangre fría como resolución, no se
nes que este })udieso reunir, se abriese pasoáCastilla. Pero la prestó á la provocación. Impaciente el enemigo por la calcu­
camarilla eclesiástica filé de distinto parecer. Insistió esta en lada inacción de Moer, atacó con vigor á los cazadores de
la idea, de ir primero á Cataluña, deseosa de no acercarse á Oporto, y comenzaba á desordenarlos cuando una carga del
Madrid sino llevando resuelta la cuestión política por medio coronel de lanceros de la Guardia, don Juan Zavala, acabó de
de las adhesiones que del fanatismo provincial llevase recogi­ ensangrentar la jornada ya seriamente empeñada. Hízolamas
das en favor de una restauración tallada sobre el patron de tenaz y mas reñida el avance de la division castellana con el
la preparada por Elio en is II, y por don Víctor Sauz en 1S23. valiente general Sauz á su cabeza, cuyas cargas supo resistir
El E. M. de don Cárlos veía pues sus planes contrarestados sin ceder terreno la infantería del baron. Despues de horas de
pur lus de los cortesanos. Gonzalez Moreno opinó despues de pelea y de derramarse sangre en abundancia, hallábanse exte­
la acción de Barbastre como ya habia opinado en Huesca, que nuados de fatiga los batalloncscastellanos, momento crítico que
la expediciun debía dirigirse al Maestrazgo buscando el apo­ aprovechó el baron para darles una carga á fondo. El muyis-
yo de. la plaza de Morel la y acabando de organizar las fuerzas ter equil-um, el bizarro y malogrado Diego Leon, arrolla á los
que debían marchar sobre Madrid. Pero la camarilla y seña­ carlistas, hace dueños á los liberales de las posiciones de Mo­
ladamente los canónigos ¡áaenz y Echavarría, Er. Domingo y rana y San Martin, ocupadas porla línea carlista, compeliendo
Alias Tejeiro persistían un la ida á Cataluña donde tenían á estos á una retirada que hubiera degenerado en desastrosa
clientela ásu devoción, y el influjo de estos cortesanos venció derrota sin la serenidad y bravura con que los jefes carlistas
el del .jefe de E. M. y el del auditor del cuartel general Ar­ contuvieron el pánico que sobrecogió á sus soldados, y si me­
riaga, consultado en apoyo de la opinion de Gonzalez More­ nos cauto el baron hubiera consentido en que su victoriosa
no, sin que sin embargo bastase la claridad y entereza con caballería, continuando la persecución, hubiese hecho prisio­
ipie el E. M. habló á don Carlos para apartar á esto príncipe nero un buen número de batallones. .Impacientes don Diego
de seguir los consejos de su camarilla. Leon y don Juan Zavala de seguir la [lista del enemigo, tu­
Itcciil¡éso en su consecuencia la marcha á Cataluña, y co­ vieron que ceder y detenerse á las reiteradas órdenes del
nocido que filé ser esto el destino do la expedición, Oraá que baron para no continuar la persecución.
en aquellos días habia conferenciado con el baron de Moer, Se han criticado estas disposiciones do Mccr, en cuya de­
entregó á esto el mando de las fuerzas á cuyo frente habia fensa cabo alegar que si mucho pudo esperarse de la bizarría
operado, dirigiéndose á Zaragoza para reasumir el ejercicio de los jefes de nuestra caballería, no hay que olvidar queda
de su autoridad ile capitan general y en jefe del ejército del de don Cárlos, casi igual en fuerzas, se hallaba intacta, y que
contro. las jornadas de Huesca y Barbastro habían dado la medida de
El Gde junio hizo don Cárlos su primera etapa en tierra de la solidez de la infantería enemiga. Empeñar una segunda
Cataluña, pero las comarcas de Estaña, Ri vagorzana y Arber- batalla, ganada como lo habia sido la primera, era tentar la
K D A I ) M O I ) K I! X A 2 8 :.
fortuna, que no venia siendo muy propicia á las armas de la ; misions penalidades y privaciones sufridas desdo que la expe­
Eeina, cuyas'bajas en aq uel dia, no insignificantes por cierto, dición puso el pió en Cataluña. La falta de víveres, la miseria
habían dei ado cien cadáveres tendidos en el campo, y hecho del país y los calores excesivos acabaron de romper los víncu­
retirar quinientos heridos. Dos brillantes jefes, los brigadieres los <le la disciplina, haciéndose general el robo á los vecinos
Clemente y Doddgins, el último de los cazadores de Oporto, de los pueblos, no solo de los alimentos, sino del calzado,
sellaron con el sacrificio de su vida la notoriedad de sus pren­ ropa y de cuantos objetos de inmediato uso podían apode­
das militares. rarse los hambrientos soldados.
Mas si juzgamos defendible en el baron no haber lanzado
su caballería en el momento decisivo, contenido como proba­ C A PIT U L O IV
blemente lo estuvo por el recuerdo de que pocos dias antes
la firmeza de la infantería carlista tuvo comprometida esta Continúa la expedición de don Cárlos
misma brillante caballería cuyas cargas resistió, no disculpa­
remos del mismo modo al baron de la falta quo sin duda co­ Paso del Ebro.—Don Ramon Cabrera.—Despues del paso del Ebro.—La
batalla du Cliiva.—Marcha de Espartero al Centro.—Expedición de
metió en no haber seguido la pista de los expedicionarios, ima Zanátegui.—Primera venida de Espartero en auxilio de Madrid.—Mo­
vez que se hubiese desembarazado de sus lloridos, y ocasión vimientos do don Cárlos y de Espartero.—Estado de Madrid il la apro­
era también do haber llamado á Oraá á que cooperase con al­ ximación de don Garlos.—Retirada de don Carlos.—Su regreso á las
guna fuerza y tratado de consumar la ruina de los carlistas, provincias Vascongadas.
que caminaban rendidos de fatiga, faltos de subsistencias y
embarazadísimos con una muy larga impedimenta. Cambió de repente la misera condición que había acompa­
Despues de haber descuidado de esta suerte utilizar las con­ ñado al itinerario de la expedición desde su paso del Cinea,
secuencias de una jornada gloriosa, el baron se encaminó len­ en cuanto dió vistas á las márgenes del Ebro. Presentóse ante
tamente á Tárrega y á Cervera, dejando á los carlistas en los aburridos peregrinantes, cansados de contemplar estériles
libertad de dirigirse donde mejor les conviniese, como lo y secos horizontes, una rica y frondosa vegetación. Viñedos,
hicieron encaminándose á Castellfollit y Solsona, en cuyo úl­ huertos, caseríos, frondoso arbolado, pueblos cercanos unos
timo punto hizo su entrada don Carlos el :l de junio. j de otros, trasportaban á los expedicionarios á una verdadera
Continuó siendo penosa la marcha de la expedición por tierra de promisión. La cordialidad con que eran recibidos pol­
territorios áridos y faltos de recursos. El servicio de raciones los habitantes guardaba pareja con la hospitalidad del clima,
no mejoró, y reducidos los soldados á no comer ó á robar al y á tal punto era expresivo el entusiasmo carlista en aquella
paisanaje, se hizo imposible mantener la disciplina.. En los ; comarca, que do los pueblos que se hallaban al alcance de las
dias que estacionó la expedición en el barranco do la Hovera, baterías liberales de Mora de Ebro y de Tortosa acudían los
las I,ropas se alimentaron con solo trigo cocido. Allí recibió curas seguidos por los feligreses á felicitar y á vitorear á don
don Cárlos una diputación de Cabrera invitándole á que pa­ Cárlos.
sase el libro, cuya operación se comprometia á proteger, al El 29 hallábase la expedición á la orilla izquierda del Ebro
mismo tiempo que ofrecía á su Key abundantes recursos en dando frente á Charta, punto designado para el pase y tras­
cuanto pisase tierra de Aragon. bordo de los expedicionarios. Cabrera, que se veia comprome­
Lisonjeado don Cárlos con estas ofertas, y habiendo sido tido á proteger el paso, desplegó una actividad, una energía y
tan desengañada la experiencia de su estancia en Cataluña, tanta prevision é inteligencia, que habrían bastado para ad­
resolvióse á seguir el itinerario aconsejado por Cabrera, y quirirle, si ya no lo tuviese ganado, el concepto de entendido
corno preliminar de un nuevo sistema que se propusiese se­ : hombre de guerra.
guir, se deshizo de una parte do sus acompañantes del orden La operación de franquear el Ebro era delicada, toda vez
civil, disponiendo la marcha á Francia de buen número do que Nogueras ocupaba á Mora y Borso á Tortosa. De la re­
ojalateras. Al marques de Villafranca lo nombró don Carlos union de las fuerzas de estos dos jefes dependía el éxito de
su representante en Viena, é igual cargo recibieron cerca de sus operaciones, mas como los separaba el rio, tenían quo
la corte de Turin el marqués do Monasterio y de la d e San concertar sus movimientos y disponer do barcas en suficiente
Petorsburgo el conde de Orgaz. número para trasportar á los expedicionarios, pero estas mis­
El poco lisonjero aspecto do la expedición no entibiaba el mas barcas tenían que venir do Tortosa donde no podían mo­
celo del clero catalan en nombre del cual acudieron al real de nos de ser detenidas las que intentase emplear Cabrera. La fe­
don Cárlos los obispos de Lérida y de Solsona, portadores ele cunda iniciativa de este no se paró ante tan serio obstáculo.
felicitaciones y de preces, toda vez que el cambio experimen­ Voló a la Rápita, requisó barcas y cábrias, las hizo desarmar
tado en las finanzas eclesiásticas no permitía aquellos suntuo­ y en carros trasportó el material que le era necesario. Ase­
sos subsidios con que en la primera guerra civil y en el co­ gurados los trasportes, restábale impedir que Nogueras se
mienzo de la segunda, los cabildos de España engrosaban el uniese á Borso, y filé tan excesiva la vigilancia de Cabro-a
erario de lá reacción. que logró interceptar todas las comunicaciones que mediaron
En Solsona recibió don Cárlos la segunda visita del baron entre los dos jefes liberales, los que no recibiendo partes, no
de Milanges, de quien ya hemos hablado, oficioso portador se movieron. Aunque Nogueras lo hubiese hecho, habría ha-
de secretas negociaciones entre la corto de Ñápeles, la de Ma­ i liado interceptado su paso por las compañías de preferencia
drid y la diplomacia personal de Luis Felipe, liciterò el baron i colocadas por Cabrera en el desfiladero de Armas del Rey,
á don Cárlos las probabilidades de una avenencia con la líeina fuerza que puso al mando de Partcgás, hombre de cuya leal­
gobernadora, avenencia cuyas probabilidades de éxito había tad y nervio estaba Cabrera tan seguro que no dudó do que á
que ir á buscar acercándose á Madrid, en vez de vagar por las ejemplo de Leónidas en las Termopilas, Partegás se baria ma­
provincias afrontando combates de un éxito dudoso. tar antes de consentir que Nogueras pasase.
Arias Tejciro contestó al baron, en nombre de don Cárlos, En la expectativa de qno el último haría su aparición, ocu­
ser el propósito de este marchar sobre la capital de España, pó Borso una línea de posiciones paralela á las de Cabrera y
propósito que si no se había ya efectuado, debía ser atribuido que le Inician dueño del camino que Nogueras debia traer.
á causas ajenas á la voluntad del príncipe, pero que esperaba Colocó además reservas en puntos convenientes para no ser
este que pronto se realizaría, y que ínterin esto se verificaba envuelto por Cabrera y permanecer en comunicación expedita
podria el baron situarse en el punto del extranjero que mas con Tortosa.
le conviniese, desde el cual podria corresponder con el cuar­ A la aproximación de Borso movióse Cabrera acercándose
tel real al que podria también seguir si así lo estimaba con­ á Chcrta, cuidando de hacer trasladar rio arriba las lanchas,
veniente. las almadías y los víveres. Desembarazado entonces do su
El 20 de junio salió la expedición de Suria en dirección á impedimenta, se dirigió al pueblo de San Mateo, y colocándo­
la ribera del Ebro y á los puntos designados por Cabrera. Los se en su ermita y dando frente á Borso descubría con la vista
siguientes dias hasta el 28 eii que don Cárlos pernoctó en á los expedicionarios formados en la orilla opuesta esperando
Margolit, su marcha continuó ofreciendo acrecentadas las que Cabrera diese la señal de embarque.
'¿Rii Il I S T O R I A J) K K K I ' AÑA

Pam proteger esta operación empeñó el último un ataque i ora bastante poderosa en España, donde no gozaba todavía
contra liorso, ó ínterin lo contenia, délo que siempre está se -1I suficiente ascendiente sobre los espíritus para luchar do frente
guro el «pie se halla resuelto á vender cara su villa, la expe- ;! con la organización esencialmente católica, que constituía á
dicion ida t rasladándose de una orilla a otra, con lo que su principios del siglo la vida civil como la social de los espa­
ae,receñí aba la fuerza de (labrera, y no pareciendo Nogueras, ñoles.
vióse liorso comprometido y tuvo que replegarse sobre Tor­ El abandono por los constituyentes de Cádiz de los princi­
tosa, teniendo «pie resignarse á que, á su vista y sin poderlo pios de la escuela de Jovellanos para seguirlas huellas dolos
estorbar, la. expedición pasase el Ebrn efectuando su union discipulos de la de 1180, determinó la peligrosa corriente por­
eon las facciones del Maestrazgo. la que venimos caminando pronto hará tres cuartas partes do
Otra y tal ve/ mayor satisfacción (pie la qne legítimamente siglo. La democracia monacal de que se hallaba impregnado
ex peri ment ase Cabrera en presencia del éxito déla importante el genio y las costumbres de nuestro pueblo, no habría sido
operación de la que con tanto lucimiento acababa de salir, refractaria y antes al contrario, ni al ensanche de los fueros
debió ocasionarle la impresión que produjo en la abatida corte municipales ni á una autonomía provincial administrativa
y hambrienta hueste que seguia á don Carlos, la abundancia para la que nos hallábamos muy preparados. No la habrían
de víveres dispuesta por Cabrera en obsequio de los famélicos resistido los eclesiásticos que mas tarde organizaron sú guer­
huéspedes (pie esperaba. ra contra el liberalismo, como tampoco habrían rehusado el
Para colmo de la buena suerte del estudiante tortosino, amplio ejercicio del derecho electoral, ni el de una libertad de
llegado á ser dominador del país, ocurrió que tres barcas que imprenta que hubiese respetado cl arca santa de la intoleran­
de Tori osa. veniali eon víveres para liorso fueron primeramen­ cia religiosa que tanto trabajo nos cuesta sacudir; tres armas
te capturadas por Cabrera, yen seguida por ól utilizadas para las que acabamos de enumerar que el clero habría ayudado
el embarque y desembarque de los expedicionarios. á los reformadores á conquistar y que habrían bastado para
Igual por lo menos á la satisfacción del caudillo carlista haber logrado la periódica reunion de las Cortes y la votación
debió ser la mortificación que sintiese liorso, quien hizo cuanto anual de los presupuestos.
de su i>arf;e estuvo para haber batido á Cabrera y obligado á Conquistas oran estas que á la vuelta do Fernando VII de
don (Virios á retroceder á Cataluña, como es muy verosímil lo su cautiverio de Valoncey habría hallado establecidas junto
habría conseguido si hubiese acudido Nogueras, en vez de con el gobierno representativo, planteado y sostenido por los
permanecer inmóvil en Mora, per la doble circunstancia de elementos qne luego lo combatieron. La lucha entro las ideas
no haberle llegado las comunicaciones de Tíorso y por haber hubiera venido mas tarde, cuando el progreso de las costum­
descuidado de hacerse dueño ilei desfiladero de Armas del bres públicas hubiese robustecido el principio liberal y adqui­
Key. cuya posesión dió á Cabrera la confianza de impedir la rido este fuerzas pava atraerse el apoyo de la opinion contra
reunion de las columnas de la líeina. arraigados abusos.
Ebrio de gozo por el éxito de sus disposiciones, al ver que Pero el extvavjerifnnó, la innovación radical que trajeron
liorso iniciaba su movimiento de retirada, quiso Cabrera ha­ primevo los hombres de 1812 y los de 1820 despues, hirieron
cer ostent ación de superioridad picando la retaguardia de su en lo mas profundo las creencias, los hábitos, las preocupa­
adversario aun ¡í costa del sacrificio de la vida de algunos ciones del pueblo español, que en su mayoría era enemigo de
valient es, mas todo creyó serlo permitido á su orgullo militar­ la libertad en el último de dichos años, y únicamente ha co­
en aquel dia para él tan venturoso, y poniéndose á la cabeza menzado á dejar de serlo cuando se le ha hecho entender (no
de sus jiiiet.es los condujo á la carga exclamando: Muchachos, discutiremos si con acierto y sinceridad) que para él también
el Jlrif nos rslá 'Mirando. habría que ganar en los cambios efectuados y en los que pre­
.Momentos despues dirigia al ministro de la Guerra la si­ para el porvenir.
guiente comunicación: Pero á la muerte de Fernando VII y al haber su viuda en
Uslá/raneo H poso para, 3. M. y la expedición- real. un interés dinástico entregado el poder al partido liberal en
No contento con esta lacónica misiva, dirigióse. Cabrera á dar época en la que las pasiones eran sobradamente vivas como
cnetila. en persona á su Key del fruto do una jornada para él excitadas por hondos resentimientos, la lid se vino encima sin
de tanlo enaltecimiento, y eon la naturalidad y cl sans façon que nadie pudiese evitarlo. La vieja sociedad se sentia morir
que caracteriza il los hombres que tienen conciencia de su y quiso defenderse. No esperó á sor atacada; ella dió la señal
propio valer, presentóse sin séquito, sin uniforme, sin cruces, do la pelea, proclamando por su Key á don Cárlos y recha­
sin ningún distintivo de mando, ni otro acompañamiento que zando los derechos de la hija y sucesora del último rey.
el do una multitud de pueble, hombres, mujeres y chiquillos, Toda causa popular cuenta con reclutas, y si además posee
(pie unos le precedían y otros le seguían prorampiondo en alguna vitalidad dentro de sí misma, si refleja los sentimien­
entusiasmados vivas a.l lie// y á don, .llamón, tos de las muchedumbres, jamás deja de producir represen­
«Confieso, dice. Cabrera en sus memorias, que al verme en tantes destinados, si es causa viable, á hacerla triunfar, como
la playa de Ti bonys eu presencia do don Carlos mo sentia en­ aconteció en la guerra de la independencia peninsular de 1808,
vanecido y loco de contento.» «Señor, le dije, ofrezco á V. M. y en la de emancipación colonial que la siguió, y de no ser
de nuevo mi lealtad, mis sen-icios y mi sangre. Cuando V. M. causa viable, los hombres do algun valer que ha podido pro­
lo ordene puede pasar el libro: abiertas están las puertas de ducir acaban por trasformarsi} y vienen á fundirse en las
Valencia.» ■«Lo sé, Cabrera, vamos á embarcarnos; yo pre­ filas de los conservadores de quienes toman las partes sanas
miaré tu fidelidad y valor » y aplicables de sus doctrinas y en cambio les traen la vitali­
Ihm Carlos llevó á Cabrera en el mismo bote en que pasó dad y el espíritu progresivo que hizo posible que los conven­
el rio. cionales do 1102 pudiesen sin contradicción y sin desdoro
En el espacio de tres horas franqueó el Ebro toda la infan­ prestar su apoyo á la monarquia constitucional.
tería de don Carlos; su caballería lo pasó á nado. Los guerrilleros de 1808, los facciosos de 1820, los agravia­
lia ocupado Cabrera lugar tan señalado en la grandiosa dos do 182(i,los carlistas de 1885 como los de 1878, todos ellos
contienila todavía pendiente mitre la España de la tradición fueron ola protesta de un organismo que conservaba bastan­
y la España de la edad moderna, que perteneciendo ya doble­ te vitalidad para defenderse ó personalidades de intrínseco
mente al dominio de la historia por sus hechos y por haber valor, destinadas á rendir á la sociedad el doble servicio de
desaparecido de entre los vivos, no cube distraer su persona­ mollificar las exageraciones do la iniciativa revolucionaria y
lidad de la jurisdicción de los que toman sobre sí la tarea do do reducir á sus legítimas proporciones las exigencias de la
escribir los anales de nuestros dias. tradición histórica.
Nunca, cesaremos de repetir, y de ello ofrece testimonio La personalidad de don Kamen Cabrera ofrece el tipo déla
elianto llevamos publicado de cincuenta años á esta parte, que trasformacion hija do la lucha de la idea con el interés, del
el punto de partida de nuestra resurrección política do 1812 derecho con el heeho.de lo que filé con lo que está destinado
mareó un falso derrotero, onci concepto do quo la idea enciclo­ á sor.
pédica bajo cuya inspiración obraron nuestros liberales no El seminarista de Tortosa se levantó contra los procedi-
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mientes revolucionarios, contraía negación de la fe religiosa, Pero honrará siempre la memoria do Cabrera y de ello
contra la violación y el menosprecio de arraigados hábitos; se cumple dar testimonio al continuador ilo la presente historia,
levantó con toda la energía del que, herido en sus derechos y que era aquel hombre accesible á las grandes ideas de interés
en su manera de ser, lanza cd reto al que lo provoca; lucha patrio. Cuando todavía gozaba de toda la confianza de su par­
cruel en la que la pasión solamente encuentra y responde ála tido y de sus principes le filé propuesto por los liberales en­
fuerza con la revuelta y la astucia, al rigor con la crueldad, al trar en ima combinación que no era de partido, sino toda
¡nrravio con la venganza. entera de grande interés para España, idea en la que convino
Pero este mismo hombre, este implacable exterminador do Cabrera comprometiéndose á no tomar ningún compromiso
liberales, este representante del mas exagerado absolutismo, político durante seis meses que fueron fijados como término
Cabrera en (in, puesto por su emigración un contacto con las para comprobar si el plan era hacedero.
ciases cultas de la sociedad europea, comprendo que su dere­ Dió y pidió garantías de leal cumplimiento y se mantuve
c h o , que su predilección, sus gustos pueden ser satisfechos fiel á lo pactado durante el plazo ilei compromiso, Rompióse
sin sofocar las inclinaciones de sus semejantes. Concibe que este no por culpa do Cabrera sino por falta de cooperación de
se puede ser católico sin mirar como criminal á los que no lo otros de los elementos que entraban en la combinación, y el
son y este hombre se casa con una señora protestante; cono­ pacto condicional quedó disuelto sin menoscabo para el pa­
ciendo que eran errados los procedimientos de su partido, triotismo ni para la honra de ninguno do los contratantes.
quiero atraerlo á la práctica do las costumbres de la libertad. Aunque por efecto de la incomunicación en que se encon­
Su tentativa cuesta á Cabrera romper con sus amigos traron Borso y Nogueras á consecuencia de la interceptación
políticos de toda la vida, pero al separarse do ellos inutilizó de los partes por el enemigo y de la ocupación por Cabrera
¡d partido carlista á la manera que Peel inutilizó álos toris, del desfiladero de Armas del Key no pudieron aquellos opo­
proponiendo la ley do cereales y haciendo prevalecer los prin­ nerse al paso del rio, no es satisfactoriamente explicable (pie
cipios de la libertad mercantil. distando solamente dos leguas y media Chortu de Tortosa, ni
Cabrera acabando por mostrarse liberal y aceptando de la Borso ni Nogueras se moviesen ínterin don Carlos recibía en
revolución el reconocimiento de sus títulos y honores, debia Üherta ruidosas felicitaciones do teda la comarca, cuyas cam­
privar al absolutismo de la figura mas conspicua surgida en­ panas se echaron á vuelo en celebridad ile la llegada del Pre­
tre los adversarios de la libertad. tendiente, pomposamente llevado bajo palio á la iglesia prin­
Fuera sin embargo errada la creencia de que de la conver­ cipal, donde se cantó el solemne Te-JJmm de ordenanza y las
sion do Cabrera deba deducirse como consecuencia lógica que tropas do Navarra, Cataluña y Aragon se entregaban gozosas
lev la hay de viable en el principio conservador, genéricamente al regalo do los buenos ranchos que Cabrera les toma prepa­
representado por el adalid del Maestrazgo. En este principio rados.
cabe al contrario cuanto hay de plausible y sensato en la doc­ Si desde aquel dia el generalato de la expedición se hubie­
trina liberal. se confiado al don llamón, os verosímil que otras hubiesen
La dificultad que envuelve el problema por resolver, con­ sido las vicisitudes de aquella, sin que esta opinion impli­
sisto en no oprimir en nombre de ninguna escuela, en no re­ que que la causa del Pretendiente hubiese triunfado. Pero
primir sino aquello que directamente perturba y poijudiea á no es dudoso que si el favor de que en aquellos días gozó Ca­
l o s quo no ven las eosas del mismo modo. Centro de la libor- brera cerca de don Carlos no hubiese sido contrarestado por
;ud caben tollas las aplicaciones que no conducen á la opre­ las rivalidades y envidias que su inquieta iniciativa excitaba
sión ó la intolerancia, y el ejemplo de Cabrera muriendo en la entre los cortesanos, la larga peregrinación de don Carlos por
comunión de las generaciones ile su siglo no será perdido ni las provincias centrales no hubiese desconceptuado su causa
pura España ni para la historia. hasta el extremo que llegó á estarlo, cuando regrosó fugitivo
Hornos rápidamente deducido el significado que arroja el al país vascongado.
■studio filosófico del personaje, apreciando hechos de su vida Cabrera instó en Clierta por que no se difiriese la marcha
muy posteriores á la época en la que ocupó un lugar promi­ sobro Madrid. No accedió por entonces á ello don Carlos ni
nente durante la minoría de doña Isabel li. sus cortesanos, y para contentarlo confirióse á Cabrera el man­
.Mas como en dicha época solo estuvo enjuego el guerrille­ do superior de Aragon, Valencia y Murcia, retirado á Mira-
ro, el partidario, el contendor de la causa con la que vino mas líos, con quien so judiaba indispuesto el caudillo del Maes­
:anle á confundirse, creeríamos dejar incompleta la reseña trazgo.
iistèrica del hombre dejando de señalar los rasgos mas sa- Despues de un descanso de dos dias en Clierta salió el dia H
'.ii iilcs de su carácter, trabajo que nos es facilitado por el co­ la expedición para San Mateo, donde so detuvo otros dos dias,
nocimiento personal que de Cabrera hicimos en Inglaterra. y fué objeto do renovadas y mas ruidosas demostraciones de
X<> ora atractiva á primera vista su perso na. Había en ella una entusiasmo. Deseoso el Pretendiente do señalar el mejora­
dureza, un ceño imperativo que desaparecía con su trato fuer- miento de su fortuna por la realización de algún hecho de im­
Iomento impregnado do la naturalidad y sencillez de las cos­ portancia, túvola á sus ojos el designio de apoderarse de una
tumbres españolas do antaño. Vivo, impresionable, devorado capital de provincia, y fijóse en Castellón de la Plana. Pero la
por una actividad que hacia do su cuerpo un mecanismo que aproximación del ejército expedicionario, prevista por las au­
parecía movido por una corriente de azogue, la reflexión, toridades y por el comandante general de la provincia don
inundo la pasión no lo excitaba, hacia señalada impresión en Antonio Buil, habia estimulado á la defensa, y hallábase la
su monte. ciudad preparada á sostener un sitio formal.
Fecundo en recursos como hombre de guerra, poseyó tino El 6 intimó Cabrera la rendición, que la plaza rechazó con
y superioridad en materias de organización y de gobierno. tanta mayor resolución de no darse á partido, cuanto que por
El régimen administrativo del bajo Aragon lo desempeñó la tarde habia recibido por mar el oportuno refuerzo del se­
benigno y justo; cuidó mucho de que sus oficiales y tropas gundo batallón de Saboya enviado por Borso.
respetasen la autoridad de. los alcaldes. En sus preceptos de En el mismo dia acercóse el enemigo al recinto y comenzó
disciplina mostróse tan celoso en el interés do las poblaciones, á hostilizar á la ciudad, apoderándose de algunos edificios ex­
que le obedecían sin repugnancia todas aquellas que no ocu­ teriores de los que fue desalojado por salidas de los moviliza­
paba á viva fuerza. dos y do la guarnición.
I<os hábitos engendrados por la guerra sin cuartel que por Renovados los ataques en los dos siguientes (lias, el vigor
largos años hizo, la justificación que tuvieron las represalias de la defensa superó al de los esfuerzos de los sitiadores, álos
á que se entregó en venganza del fusilamiento de su madre lo que se Ies privó, incendiándolos, del partido que hubiesen ilu­
hicieron cruel. dido sacar del convento de Capuchinos, do la iglesia del Cal­
Vertía la sangre humana sin miramiento y sin escrúpulo. vario y del fuerte de San Roque, que momentáneamente ha­
El ardid y la sorpresa fueron sus medios do predilección. No bían ocupado.
hizo nunca escrúpulo do faltar á su palabra si de ello podia Calculando sin duda el estado mayor carlista que el tiempo
resultar utilidad para sus designios. que les costaria vencer la decision y resistencia do los liefen-
2ÚS 111 S T O l l I A P li KS P A Ñ A

son« dis (Jusi el Ion y los pérdidas quo habían experimentado tarnontc una ofensiva resuelta, toda vez que sus fuerzas eran
y las (|U(! podria lodavía costaries l¡i toma do la ciudad no inferiores il las que se proponía afrontar. Ascendían estas á
estarían compensadas, ni aun por la posesión do la epic noera quince batallones y siete escuadrones, cuyo total no excedia
plaza lì lorio, ni suscepi ible do sorlo, doiorminaron levantare] do once mil cuatrocientos hombres, á los que don Garlos podia
asodio, conto lo vcnlicaroiieii la maiiana dol í<, dirigiéndose á oponer veinte de los primeros y quiuco de los segundos que
Nulos, á Almenara y Albidule. MI 11 llegaron á Murjasot, don- junios componían quince rail infantes y mil doscientos ca­
do so detuvieron un dia y los dos siguienl.es, que empleó Ca- ballos.
lirora en recorrer los pueblos do la iiucrta do Valencia y en Majo el severo pero paternal mando de Oraá, la disciplina del
esquilmarlos á su placer, como de an tigno estaba en el hábito ejército del centro había sensiblemente mejorado, circunstan­
de verificarlo. Los dias l:ty 11 estacionaron los expediciona­ cia que no dejaba de compensar hasta cierto punto la infe­
rios en Chiva y en Oíoste, disfrutando do todo el regalo que rioridad numérica, ventaja que logró acrecentar el veterano
los proporcionaba un (mis rico y hospitalario, y entre cuyos caudillo d éla Moina, dirigiendo á sus soldados, que lo amaban
habitantes contaban mas amigos que adversarios. y tenían en él piona confianza, una sentida orden del dia que
Gasi como en liempode pazo en país amigo pudieron creer­ excitó en sumo grado el entusiasmo del ejército.
se los carlistas en aquellos dias en (pie nadie los hostilizó y La vanguardia confiada á Morso recibió orden de atacar la
en los que merced á la rigurosa, disci]dina que observaban fuerza enemiga (pie ocupaba el pueblo de Cheste, siendo se­
desdo que salieron de Cal aluna, eran muy bien recibidos en guida muy de corea por la division M arte, ínterin que la de
ludas jiarfes, habiendo llegado la cordialidad de qne fueron Nogueras quedaba en reserva. Pero estas disposiciones de
iib jelo liasfa recibir visitas del señorío y de bis damas de Va­ Oraá no las penetró el enemigo, ó ignorólas hasta el punto
lencia. que ya fuese por simpatía ó por simple curiosidad, de sor sorprendida la liiurzaque tenia estacionada en Giusto,
acudian silos alojamientos ocupados por los oficiales expedi­ la que con trabajo y á costa de sensibles pérdidas so replegó
cionarios. sobre Chiva al abrigo do las alturas en que se llalla situada la
l’ero sien la huerta de Valencia reinaba tanta mansedum­ población, en la que estacionaba el resto de la infantería y toda
bre, correspondíase á ella por los carlistas con repugnante la caballería. Agrandada entonces la linca que formaban las
crueldad y barbarie á muy pocas leguas dn distancia. Los na­ posiciones carlistas, tuvo Oraá que prolongar también la suya
cionales de Jìurriuna, que no tuvieron tiempo de retirarse ¡í echando mano do su reserva, con lo que quedaba suinamente
Castellón, se refugiaron en la iglesia del pueblo, en la (pie se expuesto en el caso de quo perdiera la acción, temor cuya
defendieron bizarramente. Obligados á rendirse bajo promesa provision le obligó á evitar el camino de Valencia de la que
de respetar sus vidas, fueron inhumanamente asesinados los distaba tres ó cuatro horas por ser terreno llano, y por consi­
mas de ellos por procedimientos de ferocidad propios de sal­ guiente abierto para la caballería enemiga. Pero la resolución
vajes é indiguos de hombres que habían recibido el agua del do Oraá y Ja firmeza de sus soldados superaron también esta
bautismo. nueva contrariedad, no habiendo cedido ni por un solo ins­
Desdo el dia siguiente al en que se dió la batalla de Grá no tante á las acometidas del enemigo, obrando como podia es­
hubo ningún general encargado do perseguir ni de hacer fren­ perarse de los que habían formado el firme propósito do no
te al l’ivl endiente. Ml baren de Meer se retiró como hornos volver la espalda al peligro.
visto á Manresa renunciando al propósito de inmediata per­ Mu los momentos de excitación es cuando los caudillos ex­
secución. Tua vez que Indio penetrado don Garlos en el ter­ perimentados sacan mayor fruto del ardimiento de sus solda­
ril orio de Aragón corrcspondia á Oraá volver ;í tomar la di­ dos. La brigada Morso atacó el centro del enemigo con tanto
rección de las operaciones, laque en efecto le fue encomendada ímpetu y arrojo, que por haberse adelantado demasiado se
por el gobierno, misión honrosa aunque en aquellos dias in­ vió envuelta y tuvo que ser sostenida por el regimiento de
graia q u e el deber militar no permitia declinar al veterano Moria, dando lugar á que la division Nogueras completase el
general. franqueo de la derecha carlista. No bastó el éxito de este mo­
hVeoneeiitrar fuerzas y allegar recursos érala primera aten­ vimiento para que el enemigo renunciase á disputar una vic­
ción á (pie. Oraá tenia que proveer, y no perdió un momento toria á la que lo convidaba la ventajosa posición de Chiva,
en verificarlo. MI :i de julio salia de Zaragoza para Teruel, lle­ colocada en alturas que se prestaban grandemente á la de­
vando consigo la division Triarte quo como es sabido procedía fensa.
del ejército del Norte. Ordenaba al mismo tiempo á Nogueras La derecha de Oraá era el punto (pie mayor empeño tenían
(pío sin dilación se le reuniese' en Teruel y dispuso que Dorso los carlistas en romper, á fin de neutralizar el avance de la
con su division se. adelantase á Murviodro. izquierda y cl del centro sobre la población, en sosten de cuyo
Hasta considerar la distancia á que se hallaban las divisio­ ataque entró en acción la division de Nogueras, cuyo empuje
nes destinadas ;i operar bajo las inmediatas órdenes de Oraá, secundado por cargas á la bayoneta, coincidió con un avance
para que les que tengan un criterio militar, comprendan general (1(3 la izquierda y del centro, que dió por resultado
cuán ventajoso era puní don Cavíos haber Icuido sus fuerzas desalojar til enemigo de las alturas de Chiva y de los edificios
coiicrntitulas desde los primeros dias de julio, lo que lo ofre­ culminantes que constituían su principal defensa.
cía la posibilidad de haber cuido rápidamente sobro una ú .Desde aquel momento se pronunciaron los carlistas on reti­
otra de las divisiones en marcha. Afori uñadamente no dieron ' rada que 1tubiera degenerado en derrota á no haber sido por
los generales carlistas mayores pruebas do previsión que los I la decision con que los jefes y señaladamente Cabrera prodi­
de la lieina, cu cuanto ¡i sacar partido do la situación y movi- ! garon sus personas á electo do que la retirada se efectuase
miento de sus enemigos. con orden. .Favorecía también á los carlistas la naturaleza del
l’or i'foeto de no teñera la inane la fuerza conia que debía terreno cortado y montuoso, lo que juntamente con lo or­
operar, tuvo Oraá que formar primevo, para tenor que modifi­ denados que iban los batallones no permitió á la caballería
carlos después, diferentes planes do campaña. ‘AI cabo y cc- ¡ de Oraá una decidida persecución. Además la noche se vino
diondo á la presión quo desde Madrid lo hacia sentir el go­ encima y el calor de la jornada había sido muy intenso; la
bierno, lomeroKo de verse visitado por el lTvi endiente, vióse ¡ tropa no había racionado y fue preciso darle algun descanso,
compolido Oraá á renunciará planes menos arriesgados, acep­ antes do proseguir la marcha á Buñol donde debia pernoctar
tando la necesidad de mavdiar en busca del grueso de bus 1 el ejército.
fuerzas elioni ¡gas y de presentarles la batalla. Pensó poder | La batalla de Chiva ocasionó mil y tantas bajas por una y
empeñarla en Murjasot aprovechando la aproximación de I otra parte, contándose en este número trescientos prisioneros
Morso quo venia do Murviodro, pero los carlistas cambiaron hechos á los carlistas.
sus posiciones situándose en los pueblos do Clievta y Chiva, El general Oraá adquirió en aquel dia duraderos títulos al
lo que determinó á Oraá á dirigirse á Cuarto con las divisio- ¡ reconocimiento público, del que no fue defraudado, habién­
nos Nogueras y Mam-hez, teniendo colocadas en Manises la di- dole sido conferida la cruz laureada de San Fernando y de­
vision Iviario y en Aldagala brigada Morso. clarado por un decreto de las Cortes, que el ejército, su (ligno
Contraía Oraá una grau responsabilidad tomando imuodia- ! jefe y los milicianos nacionales que tomaron parto en Inacción
Kl) AU MO J) E U X A 23«

do Chiva habían merecido bien do la patria. Aquella jornada . giosos cuanto inútiles esfuerzos para salvar la brillante di\¡-
dió un verdadero triunfo á la causa liberal, sin que pueda, i sion del ejército del Norte, sacrificada-por el deplorable error
sin embargo, afirmarse que para los carlistas probase haber I que la conducía sin reservas y sin relirada probable en medio
sido una de aquellas derrotas que deciden de la suerte de una ■de todo el ejército enemigo. Reducida al último extremo, la
campaña. Superó, no obstante, la de Chiva en resultados á la excelente infantería de Bucrens forma cuadros para defen­
batalla de Grá, sirviendo de contrapeso á las de Furbastro y derse contra la caballería, sufriendo denodadamente hasta sie­
de Huesca, acciones en las que sin haber sido derrotadas tu­ te cargas.
vieron que pronunciarac en retirada las tropas de la Reina, i La inevitable derrota fué completa. Cien jefes y oficiales
Mas por haber sido, como lo fue la de Chiva, una batalla im- ' tuvieron los liberales fuera de combatey hasta dos mil bajas,
puesta por la necesidad á Oraá y haber resultado en una vic­ en su mayoría prisioneros, cuya triste suerte no tardó en en­
toria, empezó á marcar el período de decadencia de la expe­ contrar en la prensa lamentable eco, y do cuyo conmovedor
dición de don Carlos. cuadro no privaríamos á nuestros lectores á no imponernos
Demostrólo así el itinerario seguido por este. Púsose en sobriedad acerca de este y otros interesantísimos episodios de
marcha el 10 para Beleño y Chelva, por cuyos habitantes fue aquella sangrienta lucha, los forzosos limitesá.que nos .sujeta,
recibido con muestras de ruidoso entusiasmo. la condición de ser continuadores de una historia general de
El n se dirigió al Villar del Arzobispo y de allí á la Yesa, España, y no de la historia particular del agitado y dramático
Torrijos y Manzaneda. Vagó en los siguientes dias por Al ven­ reinado de doña Isabel II.
tosa, Ruínelos de Mora, Mosqueruela y Portanet. En dichos La orden del dia, que reproducimos á continuación, expre­
puntos hizo don Carlos nombramientos militares para Aragon sa, á la vez que la jactancia del Infante que la suscribo, la
y Valencia, y el 30 de julio entraba la expedición en Canta- confianza que tan inesperado triunfo no podia menos de pro­
vieja, donde quiso el Pretendiente que en la solitaria plaza fuer­ ducir á los expedicionarios.
te, única que poseía fuera del territorio de las provincias Vas­ «Soldados: ufano el enemigo con algunas pretendidas ven­
congadas, se tuviese un solemne besamanos rodeado de todo tajas, debidas únicamente al conocimiento que tenia de vues­
el ceremonial que permitían las excepcionales circunstancias tra absoluta falta do comunicaciones, se presentó ayer á
en que se celebraba. Del 1." al 6 de agosto el cuartel real con los vuestro frente. Le visteis, y llenos de aquel ardor propio do
batallones navarros y aragoneses se detuvo en Mirambel, el de los valientes, volasteis á su encuentro. Grande fue la satisfac­
don Sebastian en Zurita y la brigada castellana on la Mata. ción de vuestro general al descubrir en vuestro denuedo un
Desde el dia s al 23 de julio movióse lentamente el cuerpo nuevo dia de gloria para las armas del legitimo sucesor do San
expedicionario entre Polo, Aliaga, Ejulvc, Municsa y Villar Fernando.
de los Navarros, donde se hallaba el último de los antedichos »El enemigo comenzó su ataque con nuestra derecha, de
dias. donde fué repelido por los acertados tiros do la artillería y
Volvieron á verse escasos de subsistencias los carlistas y, una brillante carga de caballería, en la que muchos prisione­
para procurárselas, tuvieron quo fraccionarse en pequeñas ros cayeron en vuestro poder, preludio cierto de la victoria.
columnas; diseminación que no supo desgraciadamente apro­ Sus fuerzas atacaron entonces nuestro centro, y allí también
vechar el general Bucrens, que con la tercera division del se estrellaron. Un solo esfuerzo les quedaba, acometer nues­
ejército del Norte, reforzada por el segundo regimiento de la tra izquierda, como lo hicieron, con ánimo de envolverla. Crí­
Guardia yol provincial de Alava, se hallaba aislado en medio tico era el momento; era el que debía decidir la victoria; lo
du comarcas dominadas por las facciones, engrosadas por la ve vuestro general y vuela á aquella parte como la mas inte­
expedición de don Garlos. Las consecuencias do semejante resante. La victoria se decide. En vano los enemigos quieren
imprevisión no se hicieron esperar. En el Horcajo, en 1.” (lo defenderse formando cuadros sostenidos por caballería; son
agosto y á propuesta do Cabrera, expidió el Pretendiente ór­ hechos dos mil quinientos prisioneros, de ellos cuatrocientos
denes que organizaban el E. M, del ejército carlista del cen­ quedan en el campo de batalla en nuestro poder. Cinco mil
tro, y otras nombrando al brigadier don Camilo Moreno fusiles, su artillería y gran número de caballos, inmensa can­
comandante general de Aragon, á Forcadcll de Valencia y á tidad de municiones y pertrechos son los elocuentes testimo­
Tallada de Murcia. Con la misma fecha creóse la jun ta supe­ nios de vuestro arrojo....
rior gubernativa de dichas provincias, para las que fueron »Soldados: un vasto campo se presenta donde coger los
nombrados el obispo de Orihuela, el conde de Sanistier, don laureles.... Volemos: vuestro general os acompaña; conduzca­
Joaquin Dolo, don Ramon Plana, clon Antonio Santa Pan, don mos á nuestro soberano al solio de sus mayores. Soldados:
Juan Ibaíioz y don Francisco Sauz; junta cuya misión se re­ •viva Cárlos V !
ducia á promover el armamento del país, á proveer de sub­ »Cuartel general de Herrera de los Navarros, 2.1 de agosto
sistencias al ejército y á cuidar do la recaudación y distribu­ de 183*.—Vuestro capitan general en jefe, El infante don Se­
ción de fondos. bastian.)}
La division Huerons, acantonada en Cariñena, se componia Bara conmemorar aquella victoria creó don Cárlos una
de seis mil hombres escasos, de excelente tropa, poro insufi­ condecoración.
ciente en mimerò para seguir los movimientos de la expedi­ Los desaciertos del gobierno, (pie tan duramente venían á
ción. Distaba dicho pueblo trece leguas de Zaragoza, circuns­ pesar sobre Ja nación, en forma do empréstitos, quintas, re­
tancia que permitia recibir sin gran demora órdenes precisas quisiciones, inseguridad y todo linaje de desasosiegos, refle­
que autorizasen los movimientos y diesen la seguridad del jaban á la vez de una manera apremiante sobre el ánimo de
envío de refuerzos, si se quería que Encrons operase activa­ los atribulados ministros, que soñaban allora con la aparición
mente. de don Cárlos á las puertas de Madrid, como meses antes los
Pero, ya fuese que tales instrucciones no se recibieran, ó había acongojado el temor de ver presentarse á Gomez. En
que dicho general hiciese un uso poco cauto de su iniciativa, > i medio de las perplejidades en que se debatían, era una de sus
ello es que salió de Cariñena en busca de la expedición. El aberraciones la de dictar planes do campaña y dirigir desde
objeto de Buerens parece haber sido el do desalojar á don el gabinete las operaciones, que eran de la peculiar compe­
Carlos del pueblo de Herrera, donde esperaba le llegasen los tencia de los generales. Este prurito de dictar órdenes milita­
refuerzos que había pedido á Oraá, quien no recibió las comu­ res motivó que Oraá, ofendido de una disposición ministerial
nicaciones ele Buerens por haber sido interceptadas por el que sujetaba á la dirección de Espartero los movimientos del
enemigo. capitan general de Aragon, revestido del mando de los dis­
La lucha en terreno escogido por un enemigo, cuya supe­ tritos do Valencia y Murcia, so creyese en el caso de presen­
rioridad numérica era la do uno por tres, no podia ser dudo­ tar la dimisión; hecho (pie, aunque no tuvo consecuencias por
sa. Bucrens, á quien pocos podían aventajar en valor, conoció el momento, por no haber sido admitida, era síntoma de falta
el peligro en que se hallaba cuando no lo era ya posible retro­ do inteligencia entre los que estaban llamados á cooperar á
ceder. Los escogidos jefes que mandan los cuerpos, Urbina, un mismo fin y, lo que es mas grave aun, de su ialta de con­
Solano, Coba, Colmenares, Nogués, Borrego, hicieron prodi- fianza en el gobierno.
T omo VI :¡i>
210 Il 1 KTOJi í A DI-I KSI’ AÑA.

No contento oste con lmbor disgustado á, Oran, empleó la do la capital y dol territorio en que so hallaba don Carlos, á
inisiim láctica ilo multiplicar consejos y su "eri r planes hasta quien, si no alcanzaba en tierra de Aragon ó de Valencia, se
al mismo Espartero. I'uniéndose en lugar del general on jefe, proponía atajar á su paso del Ebro.
los minisi ros dictaban planes desde su gabinete; expedían ór­ La noticia de la batalla de Chiva, recibida por Espartero
denes que no podían ejecutarse, al mismo tiempo que descui­ en Priego, lo indujo á variar do itinerario. Supo que don C ir­
daban ó eran inhábiles para, lo único en quo su iniciativa, su ios tornaba el camino de Cantavieja, lo que le decidió á bus­
acción podían ser de saludable electo proveyendo de recursos car el paso del Tajo por Poveda, con ánimo de perseguir sin
á. los generales que, con el mas ardiente patriotismo, sacrifi­ descanso á la expedición.
caban su cxistcin.-.ia y su reputación en servicio do la causa El 22 so hallaba Espartero en Checa y el 23 en Santa Eula­
pública, En Ire otros, tuvo el ministerio el singular pensa­ lia. Allí esperaba respuesta de Oraá á las comunicaciones que
miento (suponiendo equivocadamente que la (expedición de lo habia dirigido, á efecto de combinar las operaciones del
don Carlos había dejado exhausto de tropas el interior de las ejército de Aragon con las del Norte, á fin de dar un golpe
provincias Vascongadas) deque las do la Reina invadiesen los decisivo á don Carlos. Mas surgió desgraciadamente entonces
terri torios contiguos á nuestras líneas, se apoderasen délas una desavenencia ó pique entre los dos generales, motivada
cosechas en las eras y trasportasen los granos ¡í puntos se­ por la irregularidad y confusion de las órdenes que les tras­
guros. salvo el indemnizar á los dueños despojados. Especio mitía el gobierno. Del tenor de estas deducia Oraá que se re­
de ■i·nz'ia ¡i la argelina que envolvía la peregrina recomen­ bajaba su autoridad y menguaba su prestigio, al paso que,
dación. que no pudo menos de repugnar á Espartero, para por su parte, creia Espartero hallar falta de cordialidad en un
quien, no siendo menos extrañas las exigencias ministeriales compañero de armas á quien siempre habia distinguido. El
en lo (pie era de la competencia del general en jefe, motivó pasajero desacuerdo entre el general en jefe y el capitan ge­
que en ó de julio dirigiese al gobierno la dimisión de su ele­ neral de Aragon paralizó por algunos dias, juntamente conia
vado puesto, alegando por motivo el mal estado de su salud; falta de recursos en que el gobierno tenia á los generales,
dimisión que tampoco podia ser aceptada; pues, de haber in- el curso de las operaciones; pero la buena fe de Oraá depuso
sisl ido en ella, el gobierno, harto débil y gastado ya, hubiera toda prevención en vista de las explicaciones que mediaron
irremisiblemente caído. entre ambos caudillos, habiéndose allanado á dar cumpli­
.Mas corno, por desacreditado que se hallase el gabinete miento á las prevenciones que le dirigiese el conde de Lu-
Calatrava, al cabo caí él residia la representación de la causa chana.
nacional y ladel principio de libertad, no pudo Espartero des­ El siguiente párrafo de una de las comunicaciones dirigi­
entenderse del grito de angustia que al gobierno arrancó la das á este por Oraá confirma la opinion de que sobre el go­
noticia del desastre de Herrera; angustia hija del temor bas­ bierno recaia toda la responsabilidad de aquel desagradable
tante generalizado do que don Carlos á la cabeza de sus ex­ incidente. «Póngase V. E. en mi lugar, decia Oraá. y juzgue
pedicionarios so presentase á la s puertas de la capital el dia si deberé estai1 lleno de resentimiento contra un gobierno
menos pensado. que, sin trasladarme las órdenes que tenia dadas á Y. E., ha­
Sobrecogido por esto temor, encareció el gobierno á Espar­ llándome con otras en contrario, sin contestar á la mayor
tero, á quien (fijamos en Pamplona despues que hubo des­ parte de mis comunicaciones y teniendo á este ejército sin
alojado á los carlistas do la línea do Hernani y atravesado el recursos do ninguna clase en los momentos mas críticos,
corazón del país vascongado, que formase un cuerpo de ope­ como continúa aun hoy, une á esto el mandarme disponer de
raciones, compuesto por lo menos de diez y seis batallones, tropas que no estaban bajo mi dirección ni autoridad, y que
y lo situase en Oalatayud, donde se ofrecía al general que el por esta razón, según me insinúa sujete, dejaron de concur­
ejército encontraría en abundancia los recursos y el calzado rir á Moya, Requena y Utiel, como las tenia indicado, priván­
que tan necesarios lo eran; fuerza, la mandada reunir, que dolas de este modo de completar los resultados de la gloriosa
estaria en situación de atender á la defensa de Madrid ó de batalla de Chiva.»
oponerse al enemigo si este pretendía fijarse on Aragon ó en Pero una nueva situación militar vino á complicar la que
las comarcas de Valencia. ya existia y á exigir en su consecuencia la adopción de nue­
I ' o v g r a n d e s que fuesen ios deseos del general en jefe de, no vas y mas eficaces resoluciones.
c e r c e n a r l a fuerza mandada reunir por el gobierno, solo po­ Conocido que fué en las provincias vascas que Espartero al
dia concent rav, para, dicho especial servicio, odio batallones frente de los batallones de la Guardia reforzados por otras di­
y d o s escuadrones de la ( iuardia, toda vez que era imperioso visiones, marchaba á Aragon contra la expedición de don Cár-
d i ja r dolado de suficiente, fuerza al general Cebados Escalera, los, cuyos triunfos exageraban sus partidarios esperando do
á quien, quedando confiado el mando del Xortc, cumplía aten­ ellos el definitivo do su causa, penetráronse los hombres de
der ,-í l a defensa de la línea del Ebro y evitar el peligro de mayor influjo entre los carlistas, de la importancia que tenia
que o] ejército carlista quedado en las provincias tuviese la el que ya que no pudiese la expedición ser instantáneamente
libertad de lanzar expediciones á Asturias ó á Galicia ó do reforzada por tropas de refresco que se le uniesen, marchase
penetrar en ('astilla, por lo menos una fuerza adecuada á desembarazar á don
Al prepararse para corresponder á los deseos del gobierno, Carlos, facilitándole sus operaciones.
solo exigia 'Espartero que so le reuniesen las divisiones segre­ El iniciador de que se llevase á cabo aquella inspiración
gadas del ejército del Norte, eon motivo de perseguir á don que por lo demás fué, como queda dicho, común á varios de
Carlos, é igualmente deseaba que fuese encaminada de Zara­ los jefes carlistas, parece que encontró su mas activo y enten­
goza á Logroño la. artillería que perteneció ¡í la legion fran­ dido intérprete en un distinguido oficial de muy pronuncia­
cesa. absolutamente necesaria para el servicio de las fuerzas dos antecedentes realistas y que habia además gozado de la
que permanecían en las provincias vascas y en Navarra. privanza del gran Zumalacárregui. Don Juan Antonio Zariá-
Emprendido que filé el movimiento que daba principio á tegui habia militado en 1822 con las facciones realistas, á las
las operaciones do Espartero, llegó este á Logroño en 7 de ju ­ órdenes de Quesada. En 1823 era capitan del ejército perma­
lio; el i' hizo noche on Antal; el ífl se hallaba en Cervera del nente; sirvió despues en la dirección do milicias provinciales
rio Pisuerga, en Agreda el 11, y el 12 en Oiría. Allí supo que y otros destinos de su carrera, hallándose en Pamplona,
la expedición de don Carlos se había dirigido á Valencia; con en clase de excedente, cuando sobrevino el levantamiento y
cuy*» motivo, en vez de ir á Calatayud, marchó á Cetina, di­ el suplicio do don Santos Ladrón.
rección que lo aproximaba á Madrid y á la division Euerem, Puesto en contacto en aquellos dias con Zumalacárregui
cuya destrucción no se habia todavía verificado. Guadalajara todavía de cuartel en Pamplona, juraron ambos sacrificarse
era el punto donde pensaba dirigirse Espartero, cuando le lle­ para vengar la muerte del caudillo que acababan de perder los
garon avisos de que Aznar y Llangostera recorrían el cam­ realistas de Navarra y juntos salieron furtivamente de Pam­
po de Cariñena hasta Epila y la ribera del Jalon. Desistió plona, Zumalacárregui y Zariátegui, habiendo comenzado á
el general entonces do su marcha ¡í Guadalajara, escogiendo distinguirse el último por trabajos de organización que pi’on-
por objetivo á Cuenca, punto que lo situaba á equidistancia to lo popularizaron en el naciente ejército. Fallecido que
E D A J) ITO!) KUX A z i
hubo Zumalacárregui. sirvió Zariátcgui á las inmediatas ór­ bia adquirido noticias de que Mendez Vigo se hallaba Inicia
denes de Eraso, y se encontraba de comandante general de Montes de Oca, y que Ceballos Escalera, con siete bal albines
Navarra con el rango de brigadier, cuando se presentó á y bastante caballería, habia llegado áCuzeurrita. Deseó Zariá­
1."ranga á quien no tardó en convencer de la urgencia de dis­ tcgui aprovechar Ja circunstancia de lio hallarse reunidas las
poner la salida de una expedición auxiliar. fuerzas liberales, y se dirigió al encuentro de Mendez Vigo, al
Aprobada por este último general la idea hábilmente expla­ que no habiendo hallado por haberse replegado sobre Burgos,
nada por Zariátcgui, lo designó para el mando de la fuerza que siguió la expedición á Santa Cruz de Guarros, Govarrubia y
debía penetrar en Castilla, fuerza cuya organización se dis­ Kctuerta. Fué siempre aspiración de los jefes do expediciones
puso con cuidadosa reserva, al mismo tiempo que el briga­ carlistas, extender y fijar el levantamiento de sus adictos en las
dier don Joaquin Elio era elegido para segundo jefe de la provincias que invadían. Lo intentó Gómez en Galicia y en
misma y que el mando de la caballería se confiaba al coronel Andalucía, ÿ propáseselo igualmente Zariátegni en Castilla, á
Ortigosa. cuyo efecto se sirvió de los cuadros que le habían acompaña­
Componíase la division expedicionaria de los batallones 1.“ y do, compuestos en su mayoría de hijos del país, tentativas quo
7.“ de Navarra, -i." y '7.° de Guipúzcoa, un batallón de Valen­ sin embargo no tuvieron en último resultado mayor éxito que
cia y otro de Castilla, un cuadro de aragoneses y dos escua­ el que con elementos infinitamente superiores no habia logra­
drones con trescientos caballos. Iba además con el cuadro un do el célebre cura Merino.
numeroso personal de oficiales en la confianza de que la El 27 se acercó Zariátegui á Lerma, donde se hallaba Men­
próspera estrella dol carlismo les depararía voluntarios en to­ dez Vigo, al que provoco destacando guerrillas que lo atraje­
das partes. sen; pero el general de la Peina permaneció inmóvil, y ol car­
.La que podremos llamar sucursal de la grande expedición lista cruzó la carretera de Madrid y continuó su marcha á
de don Cárlos hizo su primera etapa cl 111 de julio en Sali- Gumiel y á Orra,
jlillas. Alejado Ceballos Escalera que habia regresado al Norte, y
Preocupado su jefe todavía mas de la idea de llamar sobre no temiendo á Méndez Yigo sobre cuya columna creia Zariátc­
sí la atención que cauto respecto á ensalzar victorias no con­ gui tener superioridad, determinó este aproximarse á Madrid
seguidas, dió á luz una proclama en la que se suponía que ansioso de poner en conflicto al gobierno, obligándolo llamar
don Carlos, victorioso, arrolIaba á los ejércitos de la Boina que tropas en su auxilio, favoreciendo asi alas operaciones de don
ludan despavoridos á su aspecto. Dábase enfáticamente el jefe Carlos y animando á Uranga á que emprendiese algo serio
do la expedición por discípulo de Zumalacárregui, y anuncia­ sobre la línea del Ebro.
ba á sus soldados que eran los destinados á que las puertas de Fijo en su idea de operar sobre Madrid, forzó Zariát egui sus
Madrid se abriesen para su Key. El dia fijado para la salida marchas; llegaba el 2 de agosto á Fuentidueña, el siguiente
experimentó la expedición un pequeño contratiempo. Quiso dia á Eucinillus y el i por la mañana daba vistas á Segovia.
Zariátcgui pasar el Ebro por el sitio llamado las Conchas, No contaba la ciudad para su defensa con otras fuerzas que
pero el encargado de colocar sobre el rio un puente de earn su batallón de nacionales, con doscientos cincuenta soldados
paña no dió la operación terminada como lo había ofrecido en del ejército y una compañía de artillería, afecta al servicio de
la noche precedente al dia fijado para la marcha, y descu­ siete piezas, de la dotación del colegio militar, compuesto en­
bierta la presencia de los expedicionarios por las tropas de la tonces de mas de doscientos cadetes.
Buina, trabóse una acción comenzada por las guerrillas, hasta No habiendo producido efecto tina intimación hecha por
que atraillo por el fuego ol vizconde Das Antas conia division Zariátegui á las autoridades y resuelto á penetrar en la ciu­
portuguesa, empeñóse una reñida pelea, en la que si bien dad, distribuyó sus tropas como juzgó mas conducente á in­
quedó alto el concepto militar de nuestros aliados, tuvo Za- timidar al vecindario, y á fin do no dejar tiempo para que la
riátegui la astucia de tener fuera de la vista de Das Antas mas defensa se organizara, resolvió principiar el ataque disponien­
de la mitad de su propia fuerza, circunstancia que animó al do al efecto que Iturbe, al frente de una columna, atacase el
portugués á avanzar, sin haber sospechado quo podia ser en­ arrabal, al mismo tiempo que otra fuerza al manilo del coronel
vuelto, y cuando efectivamente lo fué y tuvo que retroceder, Noboa flanqueaba el alcázar y que otra tercera columna se
lo verificó ordenadamente, pero no sin experimentar pérdidas apoderase de la casa de la moneda, desdo donde podia hosti­
que valieron á sus contrarios, dueños ya del campo, despojos lizar de frente la fortaleza.
consistentes en armas y en caballos. Hasta Armiñon sigino Antes que los carlistas resolviesen romper el fuego, hicie­
Zariátcgui á Das Antas. La jornada costó trescientas bajas á ron los liberales uso île sus cañones contra la columna de
ambos contendientes, restituyéndose los carlistas á Zambrana, Iturbe y la demás fuerza, cruzándose y generalizándose el
de donde habían salido. La necesidad de racionar la expedi­ fuego de fusilería de una y de otra parto. Tres horas habia
ción para algunos dias antes de internarse en Castilla, detu­ que este duraba cuando los carlistas asaltaron los muros de
vo á Zariátcgui hasta el 23, en cuya noche logró hacer pasar la ciudad con escalas, y penetrado que hubieron en las callos,
el Ebro por el vado de Ircio á sus soldados, ufanos del éxito trabóse en ellas á la vez lucha y confusion, pues ínterin los
do su encuentro con los portugueses, y esperanzados en nue­ mas bravos do entre los nacionales cambiaban tiros con los
vos y mas brillantes triunfos. No iba la expedición muy so­ carlistas, multitud de gentes de entre los mas acaudalados
brante de municiones, ni de Ja caja militar recibieron socorro de la población acudían á buscar albergue en el alcázar para
alguno los oficiales ni la tropa. sus personas y pertenencias de mas valor.
En refuerzo de la division que conducía Zariátegni deter­ Siendo la entrada de la ciudad por las escalas que habian
minó Urauga que Goñi, al frente de dos batallones vizcaínos servido para asaltarla demasiado lenta, los primeros que pu­
y de dos cuadros castellanos, saliese en dirección á la provin­ sieron pié en el interior franqueáronlas puertas á los que to­
cia de Burgos, como en efecto lo verificó dicho jefe, llegando davía no habian penetrado en Segovia, y precipitándose pol­
antes que Zariátegui á Prailoluengo, punto que le habia sido las calles gran ninnerò de carlistas tomaron pretexto de la
designado. resistencia que habian hallado y de los pocos tiros que se
Llevaba el jefe de dicha segunda expedición encargo de en ­ cruzaron para ent regarse al saqueo como en plaza tornarla por
tenderse con la junta ile Burgos, de cuyos principales indivi­ asalto.
duos, fray Miguel Huerta y el P. Leíva, que pasaban por ser Contúvose, sin embargo, el latrocinio á la entrada do los
sujetos de grande influjo, hizo esperar Uranga á Zariátegni batallones navarros, á los que, como mas disciplinados, come­
obtendría elementos de importancia, señaladamente en dine­ tió Zariátegui la policía y el sosiego de la conquistada ciudad.
ro. Pero muy luego pudo cerciórame el último de que seme­ Una vez dentro de Segovia, Zariátegui. cuyo encomiástico
jante expectativa la vería reducida á tener que sufragar los estilo han tenido ocasión de apreciar los lectores, se apresuró
dispendios de la expedición con Jos arbitrios que por sí misino á dirigir la palabra al público en los siguientes términos:
pudo agenciar. «Castellanos: al salir de Navarra conia grandiosa y heroica
Verificada su union con Goñi, hallábase Zariátegui al fronte misión de pacificar la fiel Castilla-y librarla de tanta opresión
de cuatro mil quinientos infantes y trescientos caballos. Ha­ y de tanta tiranía, causada por la libertad tan decantada de
•212 Il I S T O R I A D B K S P A S A

Ins innovadores del siglo, que no es otra cosa (ya lo li aboi s batallones movióse Zariátcgui en dirección delà Granja cuya,
visto) que la licencia desenfrenada de las pasiones, quise pre­ guarnición la evacuó, no sin haber sufrido la deserción de una
deciros i|iie por moment os se acercaba cl dia mas feliz para buena parte de la misma que se pasó al enemigo. Quedaron
la España en que, sentado nuestro amado monarca en el solio en Segovia los empleados de la expedición y todo el personal
que por ley y por voluntad expresa, do sus pueblos le corres­ de la rocion instalada junta de Castilla,
ponde. conjuraba la nebulosa y cardada atmósfera y ben­ De regreso do la Granja donde solo dejó Zariátcgui una
decía su sudo, concediéndole la mas complota y duradera gran guardia encargada de darle aviso de todo movimiento
bonanza; mas suspendi mi augurio hasta poderlo comprobar hostil qno pudiese venir del lado de allá del Guadarrama,
con hechos irrefragables, con victorias conseguidas en vues­ bajó'á Torrolodones, mas bien para hacer alarde de confianza
tros campos. Así iia sucedido, así lo ha dispuesto el Dios de que con ánimo de empeñar una acción. Limitóse á destacar
los ejércitos que visiblemente nos protege.... guerrillas que entretuvieron todo el dia 11 un tiroteo que
»La, victoria, de esto dia os la prueba relevante de quenada duró hasta bastante entrada la noche.
poilrá oponerse al valor y bravura do los que pelean por su rey Espartero so acercaba á Madrid, y llenado el primitivo ob­
y su religion. Cuantos esfuerzos hagan los traidores se estre­ jeto do Zariátegui, el de atraer hacia la capital las fuerzas
llarán en nuestros pechos de bronce, ya lo habéis visto. Al destinadas á hostilizar á don Carlos, pasó el Guadarrama, eva­
IIcgiir esta mañana al pueblo de Zamarramala, divisé esta cuó á la Granja y siguiósn retirada á Espinar donde pernoctó
ciudad (pie parecía inexpugnable por su posición natural,sus el 12.
obras fuertes sobre las que ondeaba la bandera de la usurpa­ En este último punto tuvo aviso de hallarse en Villacastin
ción. No obstante, sin otros elementos que el duro brazo do un escuadrón y dos compañías de tropas de la Reina, y apro­
mis soldados determiné mitrar en ella, signifiqué mi pensa­ vechando la oscuridad de la noche hizo marchar al coronel
miento, y no bubo necesidad do mas. Corrieron, volaron, tre­ Ortigosa con alguna caballería destinada á sorprender el des­
paron los muros y atrasaron cuanta oposición so los presentó.... tacamento liberal, como en efecto lo verificó con completo éxi­
»Contentísimo me hallo, honrados castellanos, con vuestra to, habiéndose Ortigosa hecho dueño de 85 caballos y 150 pri­
decision.... sioneros.
».■Ylas armas, pues; aunados con el ejército del legítimo Rey Conocida que le fué la aproximación de Espartero y alejá-
de las hispanas Carlos V, aniquilareis muy en breve el ominoso dose que hubo Zariátcgui, las tropas que acantonadas en las
partido que. en sus últimas bocanadas de vida trata de hacer Rozas cubrían á Madrid recibieron orden de seguir la retirada
débiles ó impotentes esfuerzos. de la facción, la que por cierto so movía si no con lentitud, sin
»; Viva el Rey y la religión! 4 de agosto de 1837.—El co­ apresuramiento al menos, circunstancia que habría permitido
mandante general do Castilla, Z anài figvA.'b á las columnas de Azpiroz, Puig y Méndez Yigo, haber ejecu­
Restaba por tomar el alcázar, y aunque no era importante, tado una rápida marcha y hecho pagar á Zariátcgui la auda­
como fortaleza, bien cabia babel* prolongado su defensa hasta cia de sus movimientos.
la llegada de las tropas libertadoras, las que no podrían tar­ Había el jefe carlista destacado á Avila al brigadier Iturbc
dar mas de cuarenta y ocho horas. Habíanse apoderado los cuando supo que las brigadas que se retiraban de las Rozas
carlistas de dos piezas de artillería cogidas en la lucha por las habían pasado el Guadarrama y apresuróse á prevenir á Ttur-
calles y de ellas se sirvieron pava colocarlas en batería contra be que sn le uniese en Yillacastillo. Púsose él mismo o.n mar­
la puerta principal del alcázar. Do poco efecto para rendir el cila casi á la vista de las fuerzas liberales y maniobró, preciso
fuerte eran aquellos cañones do balerío de escaso diámetro, es reconocerlo, con tanto acierto y buena estrella, que llegó
pero empleados como medio do intimidación produjeron su reposadamente al término do su jornada ínterin la division
efecto, toda vez que en el mismo (lia quedaron concertadas flojamente perseguidora no pasaba do Abades.
las bases de una capitulación que por lanoche quedó firmada. Muy deseosos so hallaban los expedicionarios de conservar
Grande fuá la sorpresa que ocasionó on Madrid la toma de á Segovia y de babor hecho do olla una especie de Seo de TJr-
la histórica ciudad vecina do la corto y del real sitio de San gel ó de Estella castellana; pero hubieron do reconocer en el
Ildefonso, y no menor el aliento quo cobraron los que en Ma­ consejo de guerra celebrado el segundo dia de su regreso á
drid y mi los pueblos do la provincia y de las limítrofes sim­ dicha ciudad, la imposibilidad en que se hallaban de hacerse
patizaban con los expedicionarios. fuertes en ella en condiciones duraderas. Los víveres que hu­
Pero los liberales t.enian confianza en la llegada do Espar­ bieran podido reunir apenas habrían sido suficientes para la
tero, do Mendez Yigo, do Azpiroz, de Puig y Samper que por guarnición que dejasen y no para muchos dias, y en punto á
diferentes caminos so adelantaban en auxilio de Madrid. municiones de guerra se hallaban sumamente escasos.
Si la division quo mandaba Mendez Yigo y cuyos fluctuan­ El alcázar no ora defendible contra la artillería de calibre,
tes movimientos en los anteriores diasá nada provechoso ha- y todo les ofrecía la seguridad de que no teniendo bases de
hian conducido, tal vez por no haberse considerado bastante operación, puntos de ocupación permanente en los que pu­
fuerte para salir al encuentro del enemigo, hubiese procurarlo diesen apoyarse los que defendieran á Segovia, la satisfacción
i n t e r p o n e r s e , entre este y la capital, el golpe de mano de Se­ de hoy se les habría convertido en la humillación de ma­
govia. la rendición del alcázar y el saqueo de la ciudad se ñana.
habrían evitado. La mayoría de. los jefes que asistieron al consejo hubieron
Resuelto Zariátegui á sacar todo el partido posible de su de rendirse á la evidencia y la evacuación do la plaza quedó
conquista, no perdió momento en arreglar un tren de artille­ decidida; pero estuvo muy á pique de que hubiese sido insu­
ría y en organizar un batallón de voluntarios; hizo además ficiente el acuerdo encaminado á salvar la expedición, si no
acopio do víveres y de municiones y perseverante, en su pri­ hubiese llegado tan á tiempo y cuando todavía se hallaba re­
meva idea de producir sensación en Madrid se adelantó hasta unida la ju n ta el aviso de que las fuerzas liberales en combi­
las Rozas, iiiKddoque solo dista cuatro leguas de la capital. nación con una columna que Espartero hacia bajar de la
Pero aquel alarde de fuerza fué pasajero respecto á amena­ Granja, caerían por la madrugada sobro los expedicionarios.
zar seriamente á Madrid. Aprovechando tan importante aviso, adelantó Zariátegui la
f,a division de Mendez Yigo vino á ocupar el indicado pun­ hora de la partida, y gracias á esta diligencia y precipitando
to que no pretendieron retener los carlistas contentándose los aprestos, entre ellos el de clavar las piezas de artillería
emi la satisfacción de haber dado vista á Madrid. Las briga­ que no podían ser trasportadas, púsose en marcha la expedi­
das de Puig Samper y do Azpiroz vinieron á reforzar la divi­ ción, la que despues do una lavga y penosa jornada hizo no­
sion Mendez Vigo, uniéronse á estas fuerzas destacamentos che en Peñaranda, ínterin los liberales so quedaban en Aran­
de la milicia nacional, pusiéronse cañones en batería ó impro­ da de, Duero, sin que la superioridad de su caballería les
visó»' en las Rozas una especio de campo atrincherado que valiese las evidentes ventajas que debieron reportar de haber
puse la residencia del gobierno á cubierto de toda tentativa aprovechado el golpe de fortuna do que masas carlistas se
posible por parte del enemigo. hubiesen aventurado á visitar los dilatadas llauuras de Cas­
El dia U y despues de haber pasado revista en ¡4egovia á sus tilla.
K D A n MO D E R X A 213
En defensa do las operaciones dol general Mendez Vigo se restante fuerza los nacionales do la capital y emprendió su
lia alegado que si no fué ni activa ni venturosa su persecu­ retirada á Eiofrio y seguidamente sí Toro.
ción de la expedición de Zariátegui, debe principalmente Al encuentro de Zariátegui, próximo á penetrar en Valla­
atribuirse á que este le llevaba dos dias de delantera en su dolid, salieron dos regidores del ayuntamiento carlista forma­
marcha ¡í Castilla la Nueva. Estos dos dias de ventaja que do por acuerdo de los liberales al evacuar la ciudad, y mo­
llevaba Zariátegui sobre Mendez Vigo habría podido el inti­ mentos despues se presentaba á Zariátegui un oficial portador
mo ampliamente recuperarlos en los tres días que los carlis­ do una comunicación del gobernador del fuerte en la que.
tas descansaron, uno en Santa Cruz, otro en Retuerta y el dia manifestaba que para evitar derramamiento do sangro y estra­
on que se detuvo Zariátegui á la vista de Lerma, provocando gos á la población se habia encerrado en San Bonito; que la
al combate al general d é la Reina. , ciudad quedaba á la disposición de los invasores, los que no
Sin haber aspirado Mendez Vigo, si para ello no tenia con­ serian molestados por la guarnición del inerte á menos de no
fianza en sus tropas, á, salir al encuentro de Zariátegui, con tener esta que defenderse, en cuyo coso emplearía el goberna­
haber forzado sus marchas ocupando oportunamente á Sego- dor todos los medios que tenia á su disposición. Nada contestó
via, no hubiera esta ciudad sucumbido ni su capitulación por el momento el jefe carlista, limitándose á enviar solamente
hubiera venido á consternar al público de Madrid. No nos es un destacamento de caballería en seguimiento de la columna
sugerida esta observación por la menor prevención desfavo­ do Espinosa.
rable á la merecida reputación militar de aquel honrado sol­ A corta distancia de la ciudad encontró dicha fuerza una
dado. partida de tropa que conducía cuatrocientos penados, do los
Pero en guerras de la índole de las nuestras civiles, se re­ que se apoderó así comode las armas do la escolta, que entre­
quieren en los generales condiciones de iniciativa, de empuje, gó esta sin hacer la menor señal de resistencia.
de cauta- resolución, cualidades que tuvieron respectiva­ Grande fué el alborozo del no reducido número de partida­
mente y según las necesidades de su época Mina, Juan Mar­ rios de don Cárlos que de Valladolid salieron al encuentro de
lin fel Empecinado), Zumalacárregui, Espartero, Narvaez, las bien disciplinadas tropas do que se componia la. expedi­
O'Donnell, Cabrera, de quienes sin lisonja y sin temor de ción, habiéndose distinguido entro los festejantes el señor
equivocación, puede opinarse que ninguno de ellos habría de­ obispo de la diócesis.
jado 1legar impunemente á Zariátegui á las puertas de Madrid. En perfecto orden hicieron su entrada los vencedores de la
Justo os también tener en cuenta para juzgar la partici pa­ fácil empresa, y para tranquilizar al vecindario, dictó Zariá­
ción que. en la campaba de verano de 183“ tuvo el general tegui las órdenes mas severas á efecto de que sus soldados
Mendez Vigo, que como capitan general de Castilla la Vieja, no causasen la menor molestia á la población. Mandó en se­
fenia importantes puntos que cubrir en el territorio de su guida colocar centinelas en derredor del fuerte do San Be­
mando: Burgos, Valladolid, Palència, la Sierra, refugio esta nito, y dispuso que la tropa se alojase. Sin pérdida de dia
de facciosos y carlistas, debieron llamar su atención, y si no hizo salir destacamentos para Tordcsillas, Medina del Campo
recibió órdenes precisas de mirar como su primer cometido y demás centros de población, encargados de promover el al­
i·l do seguir áZariátegui, los movimientos militares de que ha­ zamiento del país, recoger las armas y uniformes de los nacio­
blamos dejan intacta la responsabilidad del capitan general nales y requisar caballos.
del distrito militar de Valladolid. La posesión del fuerte por los liberales embarazaba los pla­
Sin suficiente equidad en nuestro sentir se la impusieron nes de Zariátegui, y esta consideración le. dispuso á abrir
severa á Mendez Vigo la opinion y el gobierno por no haber negociaciones con el gobernador, el que se prestaba á evacuar­
impedido la toma por los carlistas de Salas de los Infantes, la fortaleza mediante la salida franca do la guarnición y la
de e.uy:is resultas y despues de la acción de Nabrcda pvesentó facultad de llevarse todas las existencias que contenia el fuerte,
dicho general la dimisión que le fue; admitida. Antes de que debiendo concedérselo todo el tiempo que necesitase para
Mendez Vigo hubiese entregado el mando, tuvo que pasar por verificar la traslación. No accedió Zariátegui á esta propuesta,
la mortificación de que Zariátegui obtuviese dos nuevos y con toda la cautela que la operación requeria, dispuso la
triunfos, el de la toma del fuerte do Burgo de Osrna y segui­ excavación de una mina que diese acceso al interior do la
damente del de Lerma, donde cayó prisionera su guarni­ fortaleza; pero apercibido de ello su gobernador, resueltamen­
ción de ochocientos hombres. Suerte había tenido el general te intimó que de continuarse los trabajos rompería las hosti­
carlista en haber podido proveerse de municiones de guerra lidades, contingencia que no quiso admitir Zariátegui, toda
lauto en Segovia como en los puntos fortificados de que se vez que sin probabilidades denn resultado inmediato, sacrifi­
habia apoderado, pues con las municiones que sacó de las caría un tiempo que necesitaba aprovechar mas útilmente.
provincias Vascongadas no hubieva podido guerrear arriba de En extremo provechosa iba siendo páralos expedicionarios
nna ó dos semanas. su estancia en Valladolid, toda voz que los pueblos se presta­
Lisonjeado Zariátegui por el éxito de empresas que la suerte ban á cuantos pedidos les eran hechos, contribuyendo con re­
favorecía en alto grado, estimulóse su ambición á mayores cursos y reclutas, con los que formó Zariátegui el batallón de
resultados, y hasta llegó á concebir la esperanza de que la voluntarios que tomó el nombre de la ciudad.
insurrección cebase raíces en Castilla. Habíanse alistado en Nada de positivo habia logrado saber el jefe de la expedi­
sus banderas numerosos voluntarios, y de ellos formó los ba­ ción acerca de la situación y paradero de don Cárlos, á quien
tallones 1.", 2.ü y 3.° de Burgos y el t.ude Castilla, que en gran no habia cesado de dirigir partes de todos sus movimientos,
liarte pudo armar con los fusiles de las guarniciones prisio­ cuando el 23 de setiembre, quinte dia de su entrada en Valla­
neras. dolid, recibió la siguiente comunicación del cuartel real :
Puig Sampor, quien por no haberse presentado Aldama en «El movimiento practicado por el ejército del Rey nuestro
reemplazo de Mendez Vigo ejercía el mando en Castilla la ¡ señor al centro de la monarquía y de Castilla la Nueva, ha
Vieja, pasó de repente el Somosierra y se estacionó en Buitra­ llamado áél, comoS. M. lo habia previsto, la totalidad do casi
go, movimiento que hizo creer á Zariátegui que le quedaba todas las fuerzas enemigas de Aragon y Valencia, y dejado
franco el territorio do aquel distrito. Entregábase el jefe ex­ sin reserva los cuerpos de Castilla, de modo que V. S. puede
pedicionario con tanto mayor engreimiento á sus ambiciosos . ya trasladarse á la izquierda del Duero y doblar la cordi­
proyectos, cuanto que á la vez ignoraba dónde se hallaba don llera (v. g.) por Almazan á Sigüenza sin el menor riesgo, con
Carlos y cuál era exactamente la posición de Espartero, y no tal que anticipe V. S. algún aviso para que por parto de Su
teniendo delante enemigos que le estorbasen, concibió el atre­ Majestad sea secundada la operación quo V. S. practique ó
vido designio de enseñorearse de Valladolid. no, según las fuerzas enemigas que so opongan y disposicio­
El general Espinosa, que regentaba el mando superior del nes que las mismas tomen.
distriti), alarmado por la aproximación do Zariátegui. determi­ »Lo digo á V. S. de R. O. etc. —D. O. á V. S. M. A. —Real
nó no esperarlo, y después de dejar guarnecido el fuerte de de Mondejar 13 de setiembre de 1837.—CaJ><iSias.))
San Benito con ochocientos hombres, dotádolo con diez y seis En su consecuencia dispúsose Zariátegui á dar inmediato
piezas de artillería y bien provisto de municiones, unió á la 'cumplimiento á las ór dones de don Cárlos, lo cual exigíala
I m s T O l U A DK KS1'AX A

evacuación ile la ciudad y su territorio, poro á fin do mante­ fuerzas muy superiores á las suyas y se retiró áBoceguillas á
ner In ilusión d o los pueblos oriol poderío do la causa carlista, esperar la llegada de Espartero.
ínterin lomaba las disposiciones necesarias para llevarse los Verificada la reunion de los dos cuerpos de ejército salidos
r e p u e s t o s fruto de sus conquistas, hizo salir en dirección de de las provincias Vascongadas para pasear por España la ban­
domic so. hallaba Espinosa una brigada á las órdenes de 1tu r­ dera de guerra contra el régimen constitucional, dejaremos de
be, ¡i cuya aproximación el general do la Ruina abandonó á denominarla por el sustantivo de expediciones designándola
'l’oro, eon lo que lograba on parto Zariátegui su propósito, desdo el dia en que se confundieron con el nombre genérico
a e r e d i l a i i d o ettfro l o s castellanos la opinion do quo crocia on de ejército de don Garlos en operaciones.
v e z d o m e n g u a r el. próspero estado do la causa del Preten­ Dejamos anteriormente explicado que al acudir el general,
diente. en jóle al gobierno, alarmado é inseguro respecto á la direc­
La consiguiente inquietud y alarma que al gobierno ocasio­ ción que tomase ia expedición de don Garlos despues de las
naba el dominio do los carlistas sobro el territorio do Castilla batallas de Huesea y de Barbastro, habia Espartero manio­
lo arrancó ejecutivas órdenes al cuartel general de Espartero, brado (le la manera mas conducente á ocupar una posición
para que acudiesen tropas que contuviesen los progresos de intermedia que le permitiese dirigirse á Madrid, á Valencia ó
aquel activo jóle enemigo. El baron de Carondelot al frente al bajo Aragón, según lo requiriesen las necesidades de la
de siete mil ochocientos hombres se adelantaba, peligro que guerra,
obligó á Zariátegui á precipitar su salida (pie emprendió en La entrada de Zariátegui en Castilla y los progresos que en
direi'oioii de Roa, coni ¡ando su retaguardia á los batallones ella hacia, compelieron al gobierno á apelar de nuevo á Es­
séptimo de Navarra y 1.” de Castilla, reforzados por caballería, partero para que acudiese en auxilio de la capital ó por lo
los que no lardaron en venir á Jas manos con la vanguardia menos destinase fuerzas suficientes para animar á la milicia
de Carmulolot por la que íué perseguida la división expedi­ y al vecindario, disponiéndolos á una resistencia que diese
cionaria emi pérdida de bastantes extraviados y prisioneros tiempo á que el general en jefe se presentase á escarmentar
hasta las cercanías de Tudela de Duero. la audacia del enemigo.
Hallábase bloqueado por los carlistas el castillo de IVñafiei Hallábase Espartero en Daroca cuando le llegó la noticia de
emunio Zariátegui operaba su retirada do Valladolid, y sabe­ la entrada de Zariátegui en Segovia y lo expuesto que se ha­
dor de que el pundonoroso gobernador de la fortaleza no ad­ llaba Madrid. Púsose inmediatamente en marcha en dirección
mit ¡a las proposiciones de capitulación presentadas por el á Guadalajara, donde tres dias despues lincia su entrada se­
coronel Duran, habia determinado compeler la rendición me­ guido por la caballería y su estado mayor, y horas despues
diani e el envío de refuerzos, cuando llegó á sus manos una por los batallones de la Guardia.
comunicación del cuartel real participándole, que don Carlos Al ponerse en camino desde Daroca habia encarecido Es­
se luibia retirado y que tomaria probablemente la dirección partero la urgente necesidad en que el ejército se hallaba de
de Hurgo de Osma. En vista de tan inesperada nueva hizo encontrar en Guadalajara equipo, calzado y dinero, pues de
Zanálogui salir inmediatamente al encuentro de don Carlos todo carocia, según venia siendo costumbre desde que, desor­
al canónigo barrio encargado de hacerlo conocer dónde se ha­ ganizado por la guerra y la revolución el antiguo sistema
llaba la di vision de Castilla y de anunciarlo que al dia siguiente rentístico del país, el nuevo no se bailaba todavía establecido.
llegaria ¡i Roa, á menos de no recibir otras órdenes dol cuar­ La llegada elei general en jefe á Madrid fué un verdadero
tel real. acontecimiento, que solo podia ser debidamente apreciado
En marcha para el punto que habia anunciado, recibió Za- tomando en cuenta el estado moral en que so hallaban la
riálegui aviso de la llegada de don Cárlos al .Burgo y en su capital, el ejército y la nación. Los sucesos do la Granja y el
vista dispuso forzar la marcila y (pie sus tropas acampasen cambio de régimen á que dieron lugar, habían segregado y
sobre ambas orillas del Duero. puesto, uno en frente do otro, en sorda pero declarada hosti­
Aquella misma noche tuvo aviso de queol generai Lorenzo lidad, á los dos elementos que constituían las fuerzas vivas
con fuerzas de consideración procedentes del cuartel general do ia gran causa en que el país se hallaba empeñado. El ele­
de Espartero se hallaba en lluceguillas; en virtud de cuya no­ mento conservador, compuesto de la aristocracia y de las cla­
vedad dispuso ¡pie muy de madrugada so pusiese en marcha ses acomodadas, repugnaba el radicalismo que prevalecía en.
la division para- Aramia á fin de ocupar su puente antes de las esferas del gobierno ; y este y el partido progresista, por él
(pie llegase Lorenzo. representado, lo habían hecho bastante mal para que se hu­
bien le estuvo ;i Zariátegui la previsora actividad con que biese desarrollado un espíritu de decidida reacción contra la
habia obrado, pues sus tropas llegaron á lacabeza del puente marcha y procedimientos del gobierno. En la esfera oficial y
momentos aules de que se presentase Lorenzo. Acerca de ia en las Cortes dominaba la influencia progresista; pero en la
posesión de aquel importante punto (lióse en la mañana del sociedad y en el ejército tenian fuertes raíces los conserva­
Tí de set iembre un empeñado combate en el qne jugó amplia­ dores.
mente la artillería. En le mas empeñado de la acción recibió Habíase organizado en el seno de este último partido un
Zanálogui una. nueva comunicación de don Céirios ordenán­ centro directivo, representado por la asociación secreta que
dole procurase estar en Roa el 2s con todas sus fuerzas, en tomó el nombre de Sociedad de Jovellanos. No pertenecía á
cuyo punto se verificaria la union de los dos cuerpos de ejér­ ella seguramente el general Espartero, pero hallábase rodea­
cito. En medio de estas peripecias seguia todavía la acción do do oficiales generales íntimamente ligados con el jovella-
empeñada, cuando vino á distraer la atención de Zariátegui nismo, de cuyo espíritu participábala oficialidad de la Guar­
la llegada de otra orden ministerial fechada el 28, en la que dia real, que componía la parte mas veterana y mas discipli­
se le participaba haber sido detenida la marcita de don Céirlos nada del ejército.
pair un temporal muy fuerte, pero que la continuaria para el Sin haber contado con la aquiescencia del general en jefe,
punto (pie le tenia indicado euaudo mejorase el tiempo, por pero confiados en que no se opondría á los deseos de los ofi­
lo que prevenia á Zariátegui no (ájase de esperar en Roa la ciales que mayor influencia ejercían en la Guardia, determi­
llegada de la expedición real. naron que la llegada do esta á Madrid marcase el término de
Tuvo sin (Unbargo don Géuios que precipitar sil salida del la duración del gabinete Calatrava; y en este sentido verificó­
burgo viéndose amenazado do cerca per Espartero, y seguia se enei pueblo de Pozuelo y en el de Aravaoa, vecinos á Ma­
¡i Roa donde esperaba encontrar á Zariátegui, euaudo llega­ drid, donde estacionaban las brigadas de la Guardia, una
do que hubo á Aranda se encontró la acción empeñada y de­ especie de pronunciamiento que, sin tener nada de tum ultua­
fendido el puente, á, lo cual debió su salvación don Garlos, rio, fué en extremo significativo. La impopularidad del mi­
pues de no luiber sido por la diligencia de Zariátegui, no hu­ nisterio en el ejército reconocía por causa principal el aban­
biera el Pretendiente podido evitar su derrota la mas com­ dono de recursos en que so le tenia y las privaciones á que no
pleta, dejó de estar sujeto. Apoyados en estos sentimientos de dis-
Pero una vez reunidas la expedición de don Céirlos y la de , gusto, los oficiales de la Guardia declararon que no se move­
Zariéuegui, no pedia Lorenzo Indiar sin gran compromiso con rían de sus cantones ínterin no se variase el ministerio. Es­
EDAD UODEUXA 24 r»
partero, que seguramente no era extraño al móvil que im pul­ el l.° de setiembre. Allí supo que don Cárlos se había dirigido
saba á los oficiales de la Guardia y que conocía corno ellos la á Calamocha; siguiólo sin que esto dioso lugar á alcanzarlo,
nulidad del ministerio, no quería, sin embargo, prestarse ó un porque el perseguido buscaba siempre los terrenos montuosos
movimiento al que los jovcllanistas, que á las claras manifes­ y evitaba la necesidad de combatir; táctica qno no cansó la
taban pretender ir mucho mas alfil, podían dar un carácter re­ perseverancia de Espartero, que, no lo perdia de vista aunque
volucionario. Para resistirlo ofrecía amplio y autorizado campo no fuese á buscarlo a parajes donde la victoria no hubiera dado
á Espartero la ordenanza y el estado de guerra; y no habien­ resultado por la absoluta imposibilidad de perseguir al ene­
do logrado que los oficiales se calmasen y desistiesen de la migo. Acompañó de esta suerte el ejército liberal al del Pre­
exigencia de un cambio efectuado por la presión, aunque in­ tendiente por Pozondon, Olim ela del Tremedal yRronehales
directa, de las bayonetas, dictó el general la separación de los hasta el pié déla Sierra de Albarracín, cuando con gran saga­
oficiales disidentes, destinándolos á esperar órdenes al pueblo cidad adivinó Espartero que el Pretendiente, buscaba el unirse
do Fuencarral. Desde el momento que el general en jefe no á Cabrera para, una voz reforzado con los batallones y escua­
hacia causa común con los pronunciados, dejaba el pronun­ drones que este pudiera traerlo, intentar algo decisivo antes
ciamiento de ser viable y quedó efectivamente ahogado mer­ de terminar su larga ó infecunda campaña. Pensi) entonces
ced á la tácita transacción á que. se prestó el mismo Espartero, dirigirse á Cuenca para desde allí atender á Madrid ó torcer
obteniendo de los oficiales que volviesen al frente de sus com­ al Este si don Cárlos volvía á penetrar en el territorio de Va­
pañías y arrancando del gobierno una real órden que autori­ lencia.
zaba al general en jefe á proceder á la incorporación en sus No coincidia la opinion de Oraá con la do Espartero, per­
filas de los oficiales separados de ellas, verificándolo como lo suadido el primero de que el Maestrazgo seria el teatro délas
creyera mas conveniente para comprometer lo menos posible operaciones de la campaña. Sin darse, por convencido de sus
la- disciplina del ejército y el decoro del gobierno. razones, insistió Espartero en dirigirse á Cuenca con las tre­
La transacción, cuyo principal objeto fué el de que no apa­ pas procedentes del ejército del Norte, dejando á disposición
reciese Espartero como cabeza de un motín militar y do que los de Oraá las correspondientes al del Centro.
oficiales pronunciados no apareciesen como habiendo impuesto Para salir de Cuenca, y siempre falto do recursos con que
la loyal gobierno, dejaba, sin embargo, cumplido en todas sus atender a las mas precisas necesidades del ejército, tuvo Es­
partes el móvil de que había sido expresión la actitud tomada partero que recurrir al medio, frecuentemente por él emplea­
por los oficiales de la Guardia en Pozuelo y Ara vaca. do, de levantar dinero sobre su crédito personal. El lo se
En efecto, el ministerio, despues de tales sucesos, no podia puso en marcha para Madrid con ánimo de preceder, si era
menos de presentar su dimisión, que le fuó admitida, siendo posible, á don Cárlos, que seguia diferente camino.
reemplazado por un gabinete, cuya presidencia con el minis­ Ocupémonos ahora del itinerario que este siguió. Despues
terio de la Guerra so confería á Espartero, encargándose del de su victoria sobve Buovens en Herrera ó Villar de los Na­
despacho, ínterin aquel permanecía al fronte del ejercito, el varros, don Cárlos seguía, como liemos visto, eludiendo á
subsecretario don Pedro Chacon. La cartera de Gobernación costa de penalidades y trabajosas marchas, ser alcanzado por
se confirió á don Manuel Yndillo, la de Gracia y Justicia ádon Espartero. Interin este se detenia en Cuenca para proveer de
llamón Salvato, la de Hacienda á don Pio Pita Pizarro y lade calzado á sus soldados, don Cárlos se deslizaba por la iz­
Marina y Tiltramar á don Evaristo San Miguel; diputados quierda do su adversario y pasaba el rio Cabrici, pernoctando
lodos ellos de las Cortes constituyentes que se hallaban re­ cl fi de setiembre en Sai incarnite. De este punto so dirigió á
unidas y perteneciendo todos igualmente al partido progre­ Alcalá del Campo y Campillo do Alto buey, donde el Preten­
sista, pero de matiz mas templado que el de los ministros diente y su gente experimentaron la satisfacción de encon­
salientes. trarse en país mas abundante de recursos, y cuyos habitan­
Zanjada en los antedichos términos la cuestión política y tes, clero y señaladamente las mujeres, recibieron con grandes
removido el obstáculo qnc detuvo á Espartero en Madrid y señales de simpatía á los carlistas. Siguieron estos á Gabul-
Torrelaguna desde el 15 al 27 de agosto, quiso oste general don, Valderilejo, la Olmedilla, Euenache y Alarcon, donde so
señalar la actitud que tomaba por medio de la siguiente órden incorporó Cabrera al grueso de la facción, en cuyo auxilio
del dia: «Compañeros: cuando vuestro general os ha dirigido trajo diez batallones y un regimiento do lanceros. Reforzado
su voz, lo ha sido porque lo reclamaba el bien de la patria y el ejército de don Cárlos, dirigióse á Almorchon, Hinojosa do
vuestra gloria: hoy el mismo bien y vuestra conservación me Herrera, Villar de Cañas y Saeliees, donde so alojaron el
nbligan á llenar este deber sagrado. Estoy seguro que pene­ dia 10. La inmediata gtapa fué Tarancón, en cuya ciudad se
trará en vuestros nobles pechos como la voz de un padre alojó don Cárlos en la casa del padre del futuro duque de
enloso de que el genio de la discordia no causo la ruina de Riánsares. El 11 continuó el ejército á Beliuchon, por donde
sus hijos. pasaron el Tajo. La próxima jornada los condujo á Fucnti-
»Híusta ahora habéis peleado con valor, constancia y sufri­ dueña, pueblo que recibió á don Cárlos con música, palio y
miento contra el bando carlista. Sus esfuerzos siempre han grandes demostraciones de entusiasmo. El siguiente dia pasó
sido nulos : vosotros los habéis destruido en los gloriosos com­ el Pretendiente el Tajnña por el puente de Perales, y á la ma­
bates: vuestra sangre ha corrido á la par que la mia en defen­ ñana siguiente, desde Arganda, dieron vista á Madrid, cuyas
sa de la mas justa de las causas. Ellos deberian babor desapa­ torres y campanarios debieron producir en el animo do los
recido ya del suelo que han manchado con mil crímenes; mas peregrinantes partidarios del Pretendiente una impresión
los partidos los sostienen: esos partidos que con diferentes hasta cierto punto comparable á la que debieron experimen­
formas aspiran al poder, y sin reparar en consecuencias quie­ tar Godofredo y sus cruzados al contemplar los muros de Je
ren desunirnos y arrastraros hácia sí pava llenar su ambición. rusalen, con la diferencia inmensa de que, menos afortunados
Creedme: tales partidos no son otra cosa que los agentes del qnc los creyentes del siglo xi, sus imitadores en la edad pre­
principe rebelde. Soldados: no deis cara jamás á las ocultas sente no estaban destinados á que la victoria coronase sus
maquinaciones; no seáis instrumentos ciegos del desorden esfuerzos como lo fueron los discípulos de Pedro el Ermitaño.
que procuran introducir en las filas. Sed obedientes á vues­ Al ponerse en marcha de Cuenca para Madrid, anunció
tros superiores: llenad vueslro deber; que la disciplina sea Espartero que si los enemigos se presentaban antes que él ¡í,
vuestro norte. Entro vosotros no hay mas que una divisa: las puertas de la capital, le llevarían muy pocas horas de ven­
Isabel II: Reina gobernadora como Regente: Constitución del taja. «La Reina, el gobierno, las Cortes y el vecindario de Ma­
año 1837. drid—deeia la comunicación de Espartero,—deben descansar
»Unidos bajo esta bandera, que liemos jurado defender, en la seguridad de que no perderé de vista a los rebeldes, y
seremos invencibles: desaparecerán los hombros turbulentos si no logro alcanzarlos, bastará que por poco tiempo se de­
y no tendremos mas enemigos que los rebeldes. Contra estos fienda esa capital »
es seguro el triunfo quo siempre tendrá la gloria de propor­ En la prevision de un ataque de los carlistas á Madrid, el
cionaros vuestro general, Espartero.'» distrito de Castilla la Nueva se hallaba en estado de sitio,
Forzando sus marchas llegó el conde de Luchana á Daroca medida que fué adoptada en los dias en quo Zariátegui se
2 IG H Í . S TOl UA P K KSI - A X A

adelantó hasta las Itozas. El peligro entonces fué de menos mos á cumplir con su deber y que solo lnibian echado de
gravel la*I i]ii<: piulo surio la prusuntacion du don Cátios cl menos quien supiese utilizar el excelente espíritu que los ani­
dia 12 du setiembre. Guando amenazó Zariátegui á la capital, maba.
contaba usía un su recinto algunas fuerzas del ejército,y ha­ La seguridad que se tenia de la proximidad de Espartero
llábanse próximas las brigadas du Azpiroz y do Mendaz Viga; disipaba todo temor fundado respecto á la prolongation del
puro el dia <|Uu su anunció estar don Carlos á la vista, había asedio, y el único peligro que realmente hubo fué el de una
solo algunos destacamentos de tropa, un regimiento de grana­ sorpresa en las primeras horas do la mañana del 12, antes de
deros do la Guardia real y la milicia nacional. A imitación de que so hubiese operado la saludable reacción de que liemos
lo practicado en épocas anteriores, y señaladamente cuando procurado dar mía rápida pero comprensible idea.
la sublevación de los guardias do 1822, so habia formado un Entrado el dia y cuando ya la confianza llegó á su completo,
batallón de veteranos, los diputados á Cortes quisieron dar el los granaderos de caballería de la Guardia se determinaron á
ejemplo tomando el fusil y formando una granguardia afecta hacer un reconocimiento sobre Vallecas, operación que no
á la custodia del edificio de la representación nacional. fué dirigida con acierto, pues salió Cabrera al encuentro de
Dividióse Madrid en nueve distritos militares cuyos man­ los granaderos llevando sus jinetes un infante cada uno á su
dos recayeron en los generales Forras, Manso, I-Ieron, La Ho­ grupa, los que poniendo pié en tierra al abrigo de los caballos,
ra, Martínez de San Martin, Espinosa, Carrataláy Iti el i, á los recibieron á tiros á los granaderos haciéndolos retroceder.
que servían de segundos los brigadieres Rosales, marqués de Nada intentó don Carlos con sus legiones contra Madrid, y
Yillaeampo, Gome/., Herrera Dâvila y Corral, á los que el dia no tiene otra explicación su llegada á sus puertas en la ma­
del peligro se unieron ocupando puestos de jefes de distrito, drugada del 12, para cu la noche del mismo dia emprender
don l’Yane.isoo Sel lano, don Evaristo San Miguel y el briga­ su precipitada retirada, que la vana idea, la loca esperanza
dier ( lavaleiro. Seria la una de la madrugada, cuando los ci- de que la aproximación del Pretendiente, el ponerse este, en
tailures de la milicia convocaron á domicilio á los ciudada­ cierto modo, al habla con la Reina gobernadora, pudiera
nos, al mismo tiempo que los tambores tocaban generala y conducir á algo parecido á los anuncios del baron de Milan-
daban la voz de alarma al vecindario. Pocos faltaron á su ges y á la perspectiva do transacción á la que tan de buena
puesto, pero ii izóse al momento patente que nada se hallaba gana habría dado la mano el Rey do los franceses.
preparado pava una defensu séria, Los puestos exteriores no Poro ora una singular candidez, una verdadera inocen­
se hallaban cubiertos con avanzadas, no so dispuso de otra ar­ tada de parte de don Carlos, contar con que pudiesen ser
tillería que de unas cuantas piezas que se situaron en el Re­ las mismas las condiciones de avenencia en la actualidad que
tiro. Eos llamados á hacer frente al enemigo no conocían en las que se señalaron como consecuencia de la asonada de la
la mayoría á los generales encargados de los distritos. Apenas Granja. La transacción bajo la base de un matrimonio entre
algunos de estos tenían á su lado oficiales de E.M. que circu­ la Reina y el hijo mayor de don Cárlos, garantizado el cum­
lasen sus órdenes. Eos dos jefes superiores, el capitan general plimiento de lo que se paetam por los gabinetes ; semejante
y el gobernador do Madrid, no inspiraban confianza como arreglo pudo ser hacedero en agosto de 1830. Desde entonces
soldados. ,Sobro el primero,don Antonio María Alvarez, pesaba acá, á la par que la impopularidad y la insuficiencia del par­
la. memoria del sangriento motin de 'Barcelona en el cual su tido del movimiento se habían hecho palpables, habíase reha­
inealifieuble debilidad dejó asesinar setecientos prisioneros, bilitado y se encontraba lleno de vida el partido conservador
entre ellos el hermano del actual duque de Tetuan. y promulgada una Constitución conciliadora que presentaba
Si conocedores de cuál era el verdadero estado de defensa, garantías de duración.
los carlistas hubiesen intentado un ataque serio porla puerta La Reina tenia un partido que se mostraba dispuesto á
de. Santa Bárbara, por la de Bilbao ó Fuencarral, poco dudoso sacarla de la dura tutela en que la tenían Calatrava y sus
habría sido el éxito do una acometida ejecutada con vigor. progresistas. Los recientes sucesos de Pozuelo acabaron de
Afortunadamente no lo intentáronlos carlistas,.y á medida probar que la Reina todavía contaba con simpatías en el
que el sol iba ascendiendo sobre el horizonte fue perdiendo ejército. Don Cárlos acampado á la vista de Madrid no era un
de su intensidad el sentimiento de sorpresa y de duda gene­ conquistador, sino un corredor de aventuras, un fugitivo que
ral en los ánimos en los momentos en que los batallones y corria seguido por Espartero, y que iba de nuevo á echar á
compañías que llegaban á los puntos designados no encon­ cornil' antes de que este llegase.
traban un ellos, ni generales quo les inspirasen confianza, ni María Cristina, demasiado sagaz para dejar de apreciar
bal crias preparadas para hacer fuego, ni ninguna de aquellas cuáles eran su situación, la de su contrario y la del país, y con
disposiciones que saben toniar los hombres de guerra, y que ánimo resuelto, decidióse á presentarse entre las filas de los
alientan á los que tienen corazón aunque no hayan sido sol­ que empuñaban las armas contra el Pretendiente su cuñado, y
dados. acompañada de su augusta hija, la valerosa princesa recorrió
(’na circunstancia feliz produjo una saludable reacción. aquella tarde en carretela abierta los puntos que cubría la
La patriótica previsión de don Valentin Ferraz, director ge­ milicia nacional, y con su presencia tranquila y decidida, dió
lerai de caballería, hizo retirar el numeroso depósito de hom­ la mas solemne sanción que en tales momentos cabia para es­
bres y caballos establecido en Alcalá, y á las siete de la ma­ trechar la alianza entre la dinastía y los defensores de la
ñana riéronse desfilar por las afueras mil caballos y otros libertad.
lautos jinetes, los que si bien por su estado de instrucción no Eos que dentro de los muros de Madrid estuviesen dis­
podían ser coni ados como combatientes hábiles, constituían puestos á simpatizar con don Cárlos y á prestarse á planes
un elemento de fuerza quitado á los carlistas, cuya situación invocados como una consecuencia do las inteligencias que un
militar habría cambiado en un todo si se hubiesen hecho due­ año antes pudieron tal vez existir y haber sido quizás un re­
ños do aquella rica prosa. medio, desmayaron y no dieron signo de vida. Pero como el
Además hallábanse en Madrid multitud de distinguidos gasto de haber alimentado ilusiones estaba hecho, los chas­
oficiales que habían pertenecido al ejército del Norte en queados confeccionadores de intrigas palaciegas completa­
tiempo de Córdova, que aunque adversarios del régimen exis­ mente abortadas, hicieron circular la siguiente proclama :
tente, no ora dudosa su fe liberal, ni vacilaron un momento (¡.Junta superior de Castilla- la Nueva.-:
tratándose de combatir á los carlistas. Este personal de ines­ »Castellanos: Las amias vencedoras del invicto Cárlos se
perados pero preciosos auxiliares se distribuyó por los distritos preparan á venir sobre la capital del reino para salvaros del
y puntos amenazados, y el lenguaje, la actitud de aquellos ominoso yugo de un puñado de ambiciosos y cobardes, man­
vul éranos cuya reputación militar estaba hecha, cambiaron chados con todos los crímenes mas horrorosos. El general de
la frialdad en aliento y la duda en resolución. No tardaron nuestro siglo, el vencedor de Morella, ocupará muy en breve
estos hombres é infinitos otros sujetos de la buena sociedad esta corte; pero no temáis, todo está definitivamente arre­
de Madrid que. sin ser hombres políticos eran hombres de glado por la mediación de las potencias del Norte. El príncipe
corazón, en apoderarse del (»spiritu público y animar á la de­ de Asturias ocupará el trono español que su augusto padre
fensa á los nacionales, perfectamente dispuestos por sí mis­ le codo, conservando el gobierno de la monarquía: la hija do
K DA I.» MO DKK X A 217
Fernando VII será su esposa, y la augusta viuda marchará á dos dias en que no se liabia visto perseguido, so detenia en la
Italia á disfrutar lo que de derecho la corresponde. Olvido de Alcarria y ocupaba con un fuerte destacamento á Guadala­
los errores pasados, indulto de los delitos políticos, reconci­ jara, sospechó que el E. M. de don Cárlos no liabia abando­
liación sincera entre los partidos, asegurará para siempre la nado el proyecto do volver á dar vista á Madrid. Detúvose
paz, el orden y la justicia de que tanto necesita esta desgra­ en consecuencia Espartero en Alcalá, quedando en actitud de
ciada monarquía, harto trabajada por los horrores de una prevenir á la facción si llevaba á cabo aquel movimiento, ó
guerra fratricida y asoladora. Castellanos: oid la voz de la poder seguirla si tomaba otra dirección.
razón y de la clemencia; una sola bandera tiene España, Iíey, Los carlistas en sus vacilaciones entre formar una base de
Religion y Patria; bajo ella pueden acogerse todos los hom­ operaciones sobre el Tajo manteniendo una posición interme­
bres amantes de la prosperidad nacional. El Rey convocará dia entre Valencia, Extremadura y Andalucía ó decidirse á
las antiguas Cortes de España y las necesidades políticas de regresar al Norte, no se resolvían por cuál de los dos sistemas
la época serán satisfechas con el tino y circunspección que optar.
requieren las reformas sociales. En la mañana del 18 y alimentando la ilusión de poder
»Los tiempos de la Inquisición y del despotismo pasaron atacar á Espartero de flaneo y si lograban vencerlo marchar
ya, y no han peleado por entronizar al uno y al otro los invic­ victoriosos á intimar á Madrid que les abriese sus puertas, so
tos navarros y vascongados, ni los heróicos aragoneses y detuvieron en Aranzuequc; pero chasqueados en vista de la
catalanes, no; unos y otros combaten por las leyes, por la posición á la vez ofensiva y defensiva tomada por Espartero
justicia, por su felicidad: una inmensa mayoría del partido en Alcalá, creyeron poder aprovechar las ventajas quo les
cristino pelea por la misma causa; cesarán nuestras sangrien­ ofrecian las alturas que dominan la población para combatir
tas discordias, y de hoy mas todos seremos dignos del nom­ en un terreno no accesible á la caballería de Espartero. Pero
bre español ultrajado por unos pocos, que no escaparán de la los cortesanos de don Cárlos no aprobando lo propuesto por
justa venganza de las leyes. el E M. lograron que se desechase la eventualidad de una
»Castellanos: obediencia al Rey y á las leyes, que así os lo batalla al frente de Alcalá, y emprendieron los carlistas su
encarga vuestra Junta superior de gobierno. retirada á Anchuelo donde al amanecer del 1tí se alojaron
»Madrid 12 de setiembre de 183"/.» don Cárlos y su hueste. Al mismo tiempo movíase Espartero
Demasiado sabian los confeccionadores de esta proclama en dirección de la ruta tomada por el enemigo. Avistólo en
que liabian perdido la partida y que don Cárlos, temeroso de las cercanías de Anchuelo, y conociendo todas las ventajas do
la aproximación de Espartero, iba á levantar el campo y á una sorpresa y de una acometida resuelta sobre los carlistas
alejarse de Madrid. en retirada, no quiso esperar la llegada de la infantería y re­
A la una de la madrugada del dia 13 de setiembre daba el solvió cargar la retaguardia de don Cárlos. El ojo provisor de
estado mayor carlista orden de retirada, orden que produjo Espartero había juzgado con exactitud de los efectos de la
general disgusto entre los que segúian sus banderas. No po­ carga de su caballería, que eh realidad fueron completos,
cos murmuraban do que no se hubiese dado el asalto en la toda vez que cedieron los carlistas á la acometida y se des­
mañana del dia anterior, y fué opinion muy acreditada que ordenaron en confusion.
el infinite don Sebastian quiso operar un movimiento sobre Iba con la retaguardia atacada el grueso de los voluntarios
el flanco de Espartero que se hallaba en marcha, operación que últimamente se habian presentado, la patulea, digámoslo
de la que los estratégicos carlistas esperaban favorable resul así, de la expedición, gente que sobrecogida de pánico se pro­
tado. nunció en declarada fuga. En ella dejaron doscientos prisio­
Mas si grande fué el desengaño de los que fiaban en las ar­ neros y mayor número dé presentados en poder de Espartero.
mas el éxito de contingencias con que se liabian lisonjeado, Las fugitivos entraban en Aranzueque, donde don Cárlos,
mayor fué todavía el desaliento de los políticos, de los que llegado una hora antes, esperaba disfrutar de algun descanso,
vonian engreídos en la esperanza de que ya que no pudiesen pero vióse obligado á montar precipitadamente á caballo y
prestarse á mas, la reina Cristina y sus hijas buscarían asilo en apelar á una huida en la que el ejército carlista habría proba­
el campo carlista, dando á España y al mundo el inesperado blemente bailado su exterminio, á no haber un jefe de caba­
espectáculo de la reconciliación de las dos ramas españolas de llería de Espartero cometido la grave falta de tomar un ca­
la casa ile Borbon; cálculo errado, esperanza vana, cuando mino por otro, dejando escapar á los que debiera haber hecho
moral y militarmente considerada, la situación de la causa de prisioneros.
la Reina aventajaba á la de don Cárlos, cuya larga peregrina­ Merced á este hecho providencial para el enemigo, pudo
ción por las provincias del Este y del centro liabia puesto de este franquear el rio y llegó á Ontova que tuvo que aban­
manifiesto lo gastado del principio y la nulidad personal del donar á media noche huyendo de la persecución de Lus tro­
hombre. Carlistas muy decididos y que jamás liabian dudado pas de la Reina. La jornada de Aranzuequc costó á los carlis­
de que el Pretendiente, ayudado por Dios, acabaría por triun­ tas sobre quinientas bajas entre prisioneros y presentados.
far, despues de haber visto de cerca al peregrinante rey, sa­ Halláronse entre los prisioneros el brigadier de caballería
llan de su presencia desencantados y habiendo perdido toda Miranda, el conde del Castillo, Lozano y otros oficiales, pero
su confianza en el éxito de una causa representada por el la principal pérdida para los carlistas no fué la material, sino
cuitado príncipe cuyas reales manos acababan de besar. el descrédito en que á los ojos de sus mismos partidarios en
La orden de marcha del ejército prescribía que su primera toda Castilla incurrieron el príncipe y sus alucinados cortesa­
etapa fuese Alcalá, pero no se detuvo en ella don Cárlos y siguió nos. Los pueblos de la Alcarria, que antes de ver á don Cár­
á Mondojar, dirigiéndose Cabrera á Pastrana. La detención de los fugitivo hubieran casi unánimemente votado en su favor,
Espartero en Carabanchel para dar unos dias de necesario des­ desesperaron de su triunfo y miraron su causa como perdida.
canso á sus tropas, permitió á don Cárlos hacer otro tanto en La milicia nacional de caballería de Madrid salió para Al­
la Alcarria, donde todavía se le presentaron,'no en escaso nú­ calá á hacerse cargo de los prisioneros de Aranzuequc, y al
mero, fanatizados voluntarios, algunos de ellos armados y con regresar custodiándolos se produjo una escena que, como es­
uniformes de nacionales, é irreflexivos, y entusiastas allegadi­ tudio de costumbres, no debe ser pasada en silencio.
zos, que los mas acabaron por regresar á sus casas ó abando­ Al dar frente á la cuesta que conduce á la Venta del Espíri­
nando la expedición, no pudiendo seguir las violentas mar­ tu Santo, presentóse á la escolta un numeroso gentío quo
chas á que en su huida se voi a eompelido don Cárlos. prorumpia en gritos de ; muera! dirigidos contra los prisione­
De Mondojar, el Pretendiente y su fugitivo ejército en reti­ ros. Sorprendida la escolta por la novedad, y á fin de proveer
rada se trasladaron á Chiloeclios, donde se celebró con cuanta á la seguridad de los custodiados, como á lo que requiere el
pompa eclesiástica permitían los reducidos medios de la lo­ honor del uniforme, abrieron fila los jinetes colocando á los
calidad el aniversario déla Virgen de los Dolores, generalísi­ prisioneros en el centro. Aquella precaución tan propia de las
m a de los ejércitos de don Cárlos. circunstancias arrancó de la muchedumbre las inas ruidosas
En marcha Espartero el 17 en busca del enemigo y ha­ imprecaciones. Las que mas vociferaban eran mujeres del
biendo observado que este, en vez de haber aprovechado los pueblo que desaforadamente pedían la sangre de los prisio-
T omo VI 33
218 IIISTOIMA 1) li KKI' a S A

noms. Irritadas de no poder meterse entre los caballos para »Tributemos á tanto valiente el homenaje de nuestra co­
apoderarse de los objetos de sn furor, desahogaban la saña mún admiración. En sn brillante comportamiento he visto
<|iio las animaba apurando el vocabulario de los insultos, de re,producirse las acciones gloriosas que todos contais en esta
las palabras mas cínicamente, obscenas, dirigidas contra los sangrienta lucha.
prisioneros en primer término, y seguidamente contra los na­ »Compañeros: constancia para sobrellevar las fatigas y la
cionales <|Me los amparaban. veréis terminada, dando la paz y la ventura á la nación, ho­
Ahora bien, aquellas cnorgúmenas pertenecían alas mismas nor á las armas, y esplendor al trono de nuestra inocente
clases que compusieron los voluntarios realistas que tan per­ Reina. Así lo espera vuestro general,—Espartero.»
seguidores y crueles se habían mostrado pocos años antes Corroboraba Espartero la actitud que ante el ejército y el
eontra los liberales. Aquellas mujeres habían probabiemente liais le hacia tomar la antecedente orden del dia, al separar
liga rado ent re las mamilas qno en 1828 y 21 pascaban las de su lado á los oficiales generales conocidos como aliados del
eiillcs de Madrid pidiendo al son de sus panderos la sangre jovellanismo y que habían animado á la oficialidad de la
de ios (pie habían sido milicianos. Guardia al semi-vovgonzantc, semi-tumultuario pronuncia­
K1 secreto móvil de aquella bacanal no era tal voz otro que miento de Pozuelo de Aravaca;
el ser aquellas furias sedientas de venganza, mujeres, herma­ El general Rivero, comandante general de la Guardia, que
nas ó allegadas de voluntarios nacionales que pagaban ¡i sus en nada habia querido prestarse al intento de la oficialidad, y
rivales en la misma moneda con que habian servido los rea­ el brigadier don Antonio Van-Halen que la habia resistido
listas los objetos de su afección. abiertamente, fueron los principales agentes que empleó Es­
K) lance fue apurado para los milicianos de caballería. Des­ partero para contener las exigencias de los descontentos de la
ile. la puerta de. Alcalá por la ronda hasta el Saladero donde Guardia, al mismo tiempo que quiso mostrarse con ella be­
dejaron á los prisioneros, tuvieron que servirse de sus armas nigno y allanar la vuelta á las filas de los pronunciados á
liara impedir que la exasperada muchedumbre se metiese quienes habia reemplazado promoviendo á oficiales gran nú­
entre los pies de los caballos para maltratar á los prisioneros. mero de sargentos. Entre los separados se hallaron el briga­
Desde el dia 1D de setiembre en que tan malparados salie­ dier Roncali, el coronel Manzano, el de igual clase Lavalette
ron los carlistas á consecuencia del encuentro de Arauzueque y el brigadier Herrera Dávila. El jefe de E. M., coronel Ma-
hasta el 15 de octubre en que volvieron ú ser batidos por zarredo, fué reemplazado como jefe de E. M. por el brigadier
Espartero en 'Retuerta, la marcha de don Garlos fue una pre­ don Antonio Van-TIalen que mandaba una de las brigadas de
cipitada huida que ponia do manifiesto á los pueblos por los la Guardia.
(pío transitaba la derrota y la humillación con que regresaba Reformado en dichos términos el personal de su E. M. y
la altiva expedición emprendida con el levantado propósito volviendo igualmente la espalda al ministerio y á los mode­
de que diera por resultado la posesión de la coronado España. rados, encerróse Espartero en sus atribuciones de general en
El ejército carlista, que al dar la batalla de Chiva contaba jefe y púsose en marcha en seguimiento del enemigo.
con quince mil infantes y mil trescientos caballos, se vió re­ Eludiendo nuevos encuentros dividieron los carlistas los
ducido en Drihuega el dia 20 do setiembre á cuatro mil hom­ restos de su ejército en dos mitades, una bajo las inmediatas
bres desalentados y cuyo número disminuía la deserción á órdenes del Pretendiente y su jefe de estado mayor Moreno,
bandadas de los voluntarios que últimamente se habian uni­ y la otra mitad mandada por el infante don Sebastian llevando
do á la expedición. En su anhelante marcila en retirada, solo por segundo jefe á Zariátegui, y encaminándose ambos cuer­
ohienian los fugitivos algun descanso, cuando por dárselo á pos por las Encartaciones al territorio vascongado.
sus soldados Espartero se. detenia un dia ó dos, y frecuente­ Aunque victorioso y amado por los soldados que le seguían
mente en aquella afanosa peregrinación los hambrientos car­ con entusiasmo y orgullo, la situación de Espartero estaba
listas tuvieron que abandonar sus ranchos y dejaron de tomar tan lejos de ser satisfactoria, quo en la misma fecha y tal vez
las raciones preparadas y que no tenían tiempo do recoger. con la misma pluma de que se sirvió para felicitar á su ejér­
Cansado de huir y por haber llegado á país en el que la cito por medio de la orden del dia que acabamos de trascribir,
causa carlista era mas popular que en las comarcas que aca­ presentaba el general su dimisión al gobierno fundada en el
baba. de atravesar, quiso Moreno, jefe de E. M. del Preten­ abandono en que se le tenia respecto á recursos, acto que
diente. aprovechar la ventajosa posición que, pasado que hubo aunque no llegó á producir su dejación del mando al general
el rio Alianza, le ofrecía un monto poblado do gruesas encinas, en jefe, prueba que en aquella guerra larga y desoladora, no
imnto en el que determinó esperar á sn contrario. eran menores los sufrimientos y privaciones de los vencedores
No habia mal calculado el general carlista el partido que que Los que eu medio de sus continuas derrotas habian expe­
podía sacar de la índole del terreno. Tenia en él oculta la ma­ rimentado los vencidos.
yor parte de su genti' y esperó á que fuesen llegando las co­ La dimisión de Espartero se fundaba en la siguiente comu­
lumnas de la Reina para caer con el grueso de sus tropas so­ nicación que dirigió al ministro de la Guerra:
bre uno de los dos extremos de la línea de Espartero. «Exorno. Sr. —Hoy he llegado á esta villa donde he sabido
I’ov algun tiempo estuvo dudoso el éxito de la operación, que el general Lorenzo pasó ayer por Frias con objeto de salir
habiendo combatido los carlistas con mas aliento del que po­ al encuentro del Pretendiente, que según las noticias que he
dia esperarse del miserable estado en que iban; poro la buena podido adquirir pasó cl Kbro en el dia de ayer por los puen­
estrella de Espartero y la oportuna entrada en acción de la tes de Condado....
division do la Guardia real, conducida por el general Rivero, »En medio de los señalados triunfos que ha adquirido el
decidió del éxito de la jornada en favor del ejército de la Rei­ ejército, me veo en la situación mas crítica y expuesto á ver
na al que felicitó Espartero por medio de la lacónica y ani­ desaparecer todo el fruto por la absoluta falta de subsisten­
mada órdeu del día que damos á continuación: cias. Todos los fuertes de la línea me aterran con sus justos
«Pocos dias han pasado desde que en Retuerta obtuvisteis clamores; en ningún punto hay víveres ni caudales. Todos
un señalado triunfo sobre las bandas del príncipe rebelde. El acuden á mí patentizando su estado y la imposibilidad de
que habéis alcanzado hoy no es de menos importancia. i-Te conservarlos en estado de sitio. Este ejército victorioso no
cumplido mi oferta do proporcionaros nuevos laureles. Vos­ podrá acudir en su auxilio porque su situación es la de no
otros habéis llenado mis deseos. poder sostenerse. Repetidamente tengo manifestado á Y. E. que
»Lo difícil del terreno no ha permitido que todos bayais to­ no tengo con que cubrir las sagradas atenciones de esto ejér­
mado parte, pero estoy seguro que todos habríais arrollado al cito. Podria hacerme superior á la pérdida de mi reputación
enemigo como lo hicieron vuestros compañeros de armas. La y de mi existencia, porque las he ofrecido en aras de la patria,
caballería batió y persiguió á la rebelde causándola pérdidas pero no puedo sobrellevar la congojosa situación que nos ha
considerables en muertos, heridos y prisioneros. La division de conducir á la ruina despues de una campaña feliz. Espero
de la Guardia real y el batallón de guías tomando las eminen­ que el gobierno no perderá momento en remediar tan urgen­
tes posiciones de vuestro fronte pusieron en complota disper­ tes necesidades, pero en el entre tanto ruego á V. E. que me
sion la division enemiga. diga á quién debo eutregar el mando, pues mis males se lian
KD Al) MU I) K UN A 21 <1
awmvaclo, viéndome en la imperiosa situación de tener que hizo estallarla mina ile ri validados y do odios que sordamente
atender ftl restablecimiento de mi salud. — liios guarde trabajaba el interior del campo carlista. La abioría hostilidad
á V. K. muchos años. que reinaba entre los jefes y sus respectivos partidarios, hos­
»Cuartel general de Briviesca, 25 de octubre de 18:37.—Es- tilidad contenida dentro du ciertos límites hasta entonces,
pilì’tCÌ'O. » estalló tan á las claras, que sin disimulo cada pandilla ame­
Deseoso don Chirlos de atenuar el disgusto que entre los nazaba con el fusilamiento de aquellos de sus contrarios Inicia
suyos producía el mal resultado de su infructífera campaña, quienes mas odio abrigaba, y como acontece en épocas de
apenas hubo regresado al territorio vascongado dio un decre to confusion entre pan.idos violentos, engañándose ti si mismo,
concediendo ascensos á los oficiales y pensiones á los indivi­ daba don Cárlos su célebre manifiesto lechado en Arciniega,
duos de la clase de tropa que habían formado parte do su jactanciosa fábula de imaginarias victorias que anadie logra­
expedición. ron convencer ni causar la menor ilusión.
Durante la ausencia del Pretendiente de las provincias, El regreso á las provincias de los derrotados expediciona­
habia quedado, como queda anteriormente dicho, Uranga en rios que había capitaneado el Pretendiente, hizo decaer tan
calidad de jefe superior del territorio y del ejército, y no notablemente el espíritu carlista, que gran número de entro
tardó este en inaugurar su mando con la toma de Lcrin, los voluntarios que habían acompañado á don Garlos, aban­
cuyas fortificaciones destruyó, habiéndose posteriormente donaban sus filas y se marchaban á sus casas, profiriendo vo­
apoderado de Peñaeerrada, en cuyo punto hizo trescientos ces de que habían sido vencidos por haber estado mandados
prisioneros. por traidores.
La línea de Hernani, recuperada por Espartero, según en
su dia lo dovjainos relatado, se hallaba á cargo del entonces C A P IT U L O V
brigadier don Leopoldo O’Donnell, quien se vio atacado por La expiación
Uranga á mediados de setiembre.
Adelantóse el jefe liberal hasta Andoain, entregando al in­ Cataluña despues de la expedición de don Carlos.—La indisciplina mili­
ta r.—Asesinato de generales.—Ban Sebastian.—Miranda.— Pamplona.
cendio los caseríos del territorio enemigo vecino al Bidasoa, — G a y a n g o s .— E je c u c io n e s .— C ó m o fin a liz a e l a ñ o 1 8 3 7 .
y o resignado Uranga con que su adversario hubiese logrado
su intento, cayó con fuerzas superiores sobre O’Donnell, oca­ Antes de alejarse el Pretendiente de las provincias catala­
sionándole la pérdida de setecientos hombres. nas, en bus que contrariamente á las ilusiones que abrigó al
El comandante general carlista de Navarra, García, dirigió, dirigirse á ellas, no halló á sus partidarios en el próspero es-
pocos dias despues, un serio ataque contra la villa de Azagra, fado en que creyó los encontraria ; y habiendo además expe­
la que se defendió con tanta constancia y denuedo, que pudie­ rimentado durante su estancia en las mismas, privaciones y
ron lisonjearse los nacionales de aquel pueblo y su coman­ penurias, que acusaban la falta de una administración inteli­
dante don José María Oorosa do haber conquistado por su gente y creadora, propúsose remediar tan palpables menosca­
gallarda defensa, enei concepto público, nombradla compara­ bos, confiando el mando superior del antiguo Principado al
ble á la que anteriormente enalteció á los defensores do Ceni­ brigadier don Antonio Urbiztondo, paje que había sido de
cero, de Peralta y de Villafranca. Ni la metralla ni el incendio Fernando Vil, y uno de los primeros oficiales do la Guardia
fueron bastantes á intimidar á los valerosos vecinos do Azagra, real que alzaron bandera en favor del Pretendiente.
á quienes cupo la gloria de ver alijarse á García sin que este Promovido al empleo de mariscal de campo, recibió Urbiz­
hubiese podido realizar su intento. tondo los mas amplios poderes, dejándole recomendado don
En los primeros dias de octubre puso Uranga sitio á Lodo­ Cárlos que organizase y disciplinase las numerosas partidas
sa, en cuyo auxilio acudieron UJ¡barri y Zurbano; pero envió que al aliciente de la licencia y del merodeo tanto se habían
el general carlista al encuentro de los liberales á Guergué y multiplicado en aquellas provincias.
á Saeanelle, trabándose en su consecuencia un reñido combate Nombrado on 21 de junio, aceptó Urbiztondo la misión que
que terminó en favor de Uranga, toda vez que los jefes libe­ le confiaba su rey, dispuesto á no perdonar medio para utili­
rales tuvieron que retirarse á Logroño. zar cuantos elementos pudieran contribuir al triunfo de la
La actividad y álcelo con que deson peñó Uranga el mando causa; á cuyo fin dedicóse á estudiar el estado económico,
de las provincias Vascongadas y Navarra contrastaba con la militar y politico del país, exámen que no pudo menos de
flojedad que se achacó al jefe liberal Ulibarri, y que dio por desalentarlo, toda vez que si bien reunia un ejército de trece
resultado que los carlistas se enseñoreasen de territorios de mil hombres y algunas piezas de artillería, escaseaba de mu­
Navarra antes poseídos por los liberales, suerte adversa que niciones, la distribución de fuerzas no era la mas acertada, y
alcanzó á los valles de Salazar y Aezeoa que, habiéndose pro­ la disciplina, á la que tan rebeldes se mostraban sus subordi­
nunciado en favor do la lteiua, fueron desarmados y someti­ nados, dejaba mucho que desear.
dos al dominio de don Cárlos. Formó desde luego el jefe carlista su plan de campaña, ba­
De la desfavorable reacción que para el carlismo experimen­ sado en operar en la alta montaña, defendiendo los puntos
tó el espíritu público de las provincias suministra cumplida fortificados y regularizando sus comunicaciones con Francia.
prueba la circular de la diputación forai de Vizcaya que tras­ Tomó por punto de partida la ocupación de Berga que Cas­
cribimos al pió (1). El regreso ile la malograda expedición1 tells tenia bloqueada hacia tres meses, y para apresurar su
rendición dirigióse á dicho punto Urbiztondo dejando á Tris-
( 1 ) « Q u i z á s l a m a l e d i c e n c i a i n t e r p r e t a n d o s i n i e s t r a m e n t e e l r e g r e s o tany en Suria y disponiendo que los demás cabecillas obser­
m o m e n t á n e o d e l L e y n u e s t r o s e ñ o r á e s t a s h e r o i c a s p r o v i n c i a s , l i a q u e r i ­ vasen fil baron de Moer, cuya presencia podia comprometer
d o a t r i I m i r i o <á c a u s a s q u e n o e x i s t e n , a s p i r a n d o á d e s a n i m a r e l e s p í r i t u el éxito do la operación.
p ú b lic o c o n s u p o s ic io n e s in s id io s a s y c o n la p r o p a g a c ió n d o s o ñ a d a s v ic ­ 1.a defensa de Berga no fué lo que debia esperarse de una
t o r i a s m i l i t a r e s o b t e n i d a s p o r l a s h u e s t e s r e v o l u c i o n a r i a s . L a s a t e n c i o ­ guarnición que había sostenido un largo sitio, pues aunque
n e s e c o n ó m i c a s y d e j u s t i c i a q u e h a n l l a m a d o á íá . i L . m a s a c á d e l l i b r o resistió la plaza un primer asalto, capituló al segundo dia de
n o h a n te n id o o tr o o rig e n q u e la s o lic itu d s o b e r a n a p a r a a c o r r e r a l
r e m e d i o q u e m a l o s i n t e s t i n o s r e c l a m a b a n d e l a s o b e r a n a a u t o r i d a d d e l roto el fuego, haciendo Urbiztondo su entrada en ella apode­
R o y .. rándose de dos malos cañones, do seiscientus fusiles y de
>. . C o n v i e n e q u e o s p e n e t r é i s d e l a n e c e s i d a d d e n o c e j a r e n l o s s a c r i f i ­ veinte rail cartuchos, artículo que grandemente necesitaba la
c i o s i n h e r e n t e s á l a l u c h a t a n c r u e l y p r o l o n g a d a q u e s o s t e n e m o s ; u n facción, y también de cantidad de efectos y portrechos, ha­
e s f u e r z o m a s p u e d o a c e r c a r n o s a l l o g r o d o l a a p e t e c i d a p a z . E l R e y n u e s ­ biéndose además unido á las filas enemigas ochenta do entre
t r o s e ñ o r , s o n s i b l e á l a a c r i s o l a d a l e a l t a d d e e s t a s p r o v i n c i a s , q u i e r e ( p i e los trescientos soldados caídos prisioneros.
c o n e s te m o tiv o n o s u f r a n n u e v o s g r a v á m e n e s y a l e fe c to h a d ic ta d o y a
S u M a j e s t a d l a s d i s p o s i c i o n e s o p o r t u u a s ; a s í l o a s e g u r a l a D i p u t a c i ó n e n no aflojemos un solo punto en la cooperation de los medios que por
t e s t i m o n i o d e s u m a g n á n i m a b o n d a d y d e l a g r a t i t u d e o n q u e s i e m p r e nuestra parto exijan las vicisitudes de la guerra hasta alcanzar su te r­
h a s a b i d o a c o g e r l o s g e n e r o s o s y l e a l e s s e r v i c i o s i l e l o s v i z c a í n o s ; e s p e r e ­ minación.—J) I t A V . S . Jl.A .
m o s p u e s c o n c o n fia n z a r e s u lta d o s fa v o ra b le s q u e u lte r io r e s o p e ra c io n e s » D u r a n g o 2 7 d e o c t u b r e d e 1 S 3 i.·-l·J. J A / / ’* /«' * -' . » A ; I JA í-
m i l i t a r e s n o s o f r e c e n , y c o n s t a n t e s e n e l e n q u i ñ o q u e h e m o s c o n t r a i d o , n u d D d a n d n i ' i a . — J n a u ./.«« JA«/»..-'.— F r< u n :¡x < :¡> ¡ ¡ j n a v i o H d v U t . ) )
2 Ö0 HISTORIA DF, R R P A Ñ A

Seguidamente puso Urbiztondo sitio A Prats de Llnsanós, La toma de Ripoll valió A los carlistas ciento cincuenta cor­
cuya defensa fué mas enérgica que lo habia sido la de Porga, reajes y cananas, quinientos fusiles, veintidós mil cartuchos
habiendo igualmente acudido en auxilio do la plaza el Capitan encajonados, ocho mil sueltos, dos mosquetes y otros varios
general. Is'o croia este sin embargo (pie aquella posición fuese efectos de guerra, viveres y cantidad de metales que les sir
sostenible atendida su peculiar topografía, y determinó en su vieron para fundir piezas. El gobernador, cinco oficiales,
consecuencia abandonarla, circunstancia que aprovechó Ur- ciento cincuenta soldados y ochenta milicianos nacionales
bi/tondo para ocuparla al siguiente dia disponiendo la demo­ que fueron trasladados A Francia, constituían la fuerza que
lición do sus fortificaciones. habia capitulado Las fortificaciones fueron destruidas.
Al regresar de su expedición vióso atacado el barón á la al­ Importaba mucho al jefe caí-lista, que tales sucesivos triun­
tura de San i'Yliu. .Recibió al enemigo en marcha sin dejar do fos acababa de obtener, hacerse igualmente dueño do San
continuar la que seguia en dirección sí Manresa; pero los car­ Juan de las Abadesas y de Camprodon; y dando la preferen­
listas renovaron la acometida con acrecentadas fuerzas, y el cia al primero de dichos puntos, pasó A ponerle sitio, ínterin
éxito de la lid pudo haber sido desventajoso para las armas destinaba fuerzas que embarazasen la posible aproximación
de la Reina, ¡i no haberlo remediado la energía de las dispo­ del baron de Moer. Carbó mandaba la población amenazada,
siciones del baron y la bizarra carga á la bayoneta dada por y no podia ser dudosa la decision de tan acreditado jefe. Re­
el regimiento do Zamora á las órdenes de su coronel Cle­ chazó las propuestas de capitulación y enai’boló la bandera
mente. Y mas todavía quo la decision y buena estrella tie los encarnada como señal de intransigencia.
jefes liberales, contribuyó á evitar un descalabro la inacción Aproximábase entre tanto Meer A cuyo encuentro envió
de Tristauy, del Muchacho y del Llarch do Copons, que per­ Urbiztondo toda la fuerza de que podia disponer, conservan­
manecieron inactivos en desobediencia á las terminantes ór­ do solo un batallón á la vista de la plaza. Los bravos sitiados
denes de Urbiztondo. se apercibieron de la novedad y verificaron una vigorosa sali­
lin vista debí dirección tomada por el baron do Moer,resolvió da, al mismo tiempo que el refuerzo que conduela el Capitan
aquel formalizar el sitio de Ripoll, no obstante la contraria general arrolló á los tres mil carlistas enviados para conte­
opinion de sus jefes subalternos. Bloqueó en su consecuencia nerlo; acción en la que fué tan meritoria la bizarría y estra­
la plaza, puso en batería tres piezas de que disponía, que i tegia de Meer, cuanto vituperable la conducta de Sobrevías y
aunque de poco poder, le sirvieron para imponer á los sitia­ otros jefes carlistas A quienes Urbiztondo mandó formar cau­
dos, ;i los que intimó la rendición, alegando el deseo de evitar sa porno haber cumplido con su deber cu la jom ada de Cap-
el derramamiento de sangre. El comandante de armas con­ sa-Costa, cuyo indisputable lauro aumentó los infinitos que
testó que esperaba órdenes del baron de Meer, cuya aproxi­ tenia recogidos el benemérito Capitan general de Cataluña.
mación, conocida de Urbiztondo, decidiólo á redoblar sus La pericia y celo de Urbiztondo se estrellaban contra los
esfuerzos para apresurar la rendición. abusos que tenia que vencer, y ante las rivalidades y mala
Grandemente correspondieron al pensamiento de Urbiz- voluntad de la ju n ta carlista del Principado.
tondo las disposiciones de su tropa y de su oficialidad, pues Resuelto A organizar nuevamente sus tropas, tropezó Ur­
hubo entre ellos animada competencia sobre quiénes habían biztondo con dificultades nacidas de la ju nta y de su presi­
do ser designados para darci asalto. Verificóse este accedien­ dente el obispo de Mondoñedo, el qne no solo paralizaba las
do A los deseos de los que mas decididos sé mostraban y ma­ providencias del general, sino que daba aliento A los excesos
yor confianza tenían en el resultado. de algunas de las partidas qne vejaban A los pueblos y des­
Aunque dado con sumo vigor el ataque, A fin de efectuarlo acreditaban la causa carlista; contrariedades qne desde luego
mas resueltamente aplicaron los carlistas escalas, que resul­ revelaban una causa secreta, una fuerza que directamente
taron cortas en la primera acometida, lo que juntamente con operaba contra la fama y las providencias del general. En
el ardor de la defensa y lo nutrido del fuego con que fueron efecto, el Pretendiente tenia A su lado insidiosos consejeros
recibidos los que asaltaron primero la muralla, costó A los que no tardaron en convencerle, menguado como era ol Ani­
agresores el sacrificio do sus mas bizarros oficiales. Solo dos mo de don Carlos, de que debía retirar su confianza A Urbiz­
quedaron ilesos entre los once que habían tomado parte en el tondo; consejos que dieron motivo al envío á Cataluña de
ataque. comisionados del cuartel real, encargados de recoger los sol­
No podia Urbiztondo ceder de su empeño en el estado A dados procedentes del ejército del Norte, dejados por don
epte las cosas habían llegado, é importAndole en tanto extre­ Carlos á Urbiztondo; llevando dichos enviados por instruc­
mo hacerse dueño do la plaza antes de la aparición de las ción que, de acuerdo con la junta, quedase el general separa­
fuerzas de Moer, hizo uso de todos sus medios para que fuera do del mando si oponía obstáculo A las órdenes de cuyo cum­
decisivo el nuevo asalto pronto A verificarse. plimiento iban encargados.
Mas evitó este y con extremo favoreció los planes de Ur- Anteriormente habia Urbiztondo dirigido al ministro una
biztondo la circunstancia de haber pedido parlamento los si­ exposición que lo justificaba, describiendo el verdadero es­
tiados. Resuelto el general carlista Ano desperdiciar ocasión tan tado de la guerra y los obstáculos que se oponían A su mas
propicia, recibió A los parlamentarios, que intimidados por el acertada dirección. De lo expuesto por el general, aparecía
marcial aparato con que los carlistas encubrían su debilidad, que los carlistas de Cataluña oran hordas de bandidos indis­
solicitaron un plazo do cuarenta y ocho horas para el arreglo ciplinados, sin mas ley que la del pillaje; reduciéndose sus
do las capitulaciones. Con fingido enojo respondió Urbizton­ decantados triunfos A actos propios para suscitar enemigos A
do que no pedia acceder A lo solicitado, porque el deseo de la misma causa que defendían.
venganza do sus tropas reclamaba un segundo asalto, que se Escribió igualmente A don CArlos, afirmando su lealtad y
darla A las nueve de aquella noche ayudado por las descargas probando con fundadas razones que la enemiga de que era
de, artillería do que supuso tener considerables aprestos. objeto procedia de ruines y miserables intrigas que pretendían
Por fin so convino con los parlamentarios en que se suspen­ detenerle en el camino de la victoria. Pintaba al príncipe, A
dería el fuego hasta que pudiesen responder las autoridades. quien con tanta lealtad servia, el lamentable estado do cosas
Mas teniendo noticia Urbiztondo deque Moer so hallaba muy que paralizaba sus determinaciones, la insuficiencia de sus
cerca, precipitó las negociaciones ocultando A los sitiados la tropas, y se sinceraba de haber sido generoso con los vencidos,
aproximación del auxilio, y concluyóse la capitulación bajo alegando que si no habia usado de mayor rigor en las capitu­
bases que honran al general de don CArlos que concedió Alos laciones, habíalo motivado lo peligroso de las situaciones en
sitiados que (digieran A su gusto el punto de residencia donde que se había encontrado, y el convencimiento en que estaba
querían marchar; les aseguró el respeto A las vidas y hacien­ de que el mejor sistema para atraerse el amor de los pueblos
das, y que por nada serian molestados los vecinos en atención era el que habia seguido.
A sus opiniones políticas. No accedió A la condición de conser­ Recordaba con horror las víctimas de Gironella, mostrán­
var la guarnición sus armas y pertrechos que les hizo entre­ dose resuelto A castigar todos los excesos y A que fuesen res­
gar, consintiendo que los oficiales conservasen sus espadas, petadas todas las opiniones políticas, afirmando que no es
equipajes y caballos. buen medio para triunfar ol de la crueldad y el exterminio.
E DA D M O D E R X A 251
t'n nuevo contratiempo esperaba á Urbiztondo en el se­ Falto de estímulo y embarazado por esta, apenas obedecido
gundo sitio de San Juan cíelas Abadesas; contratiempo tanto por los cabecillas, las operaciones de Urbiztondo debían en
inas sensible cuanto que eran testigos de él los comisionados adelante resentirse de ineficacia y flojedad.
de don Cárlos y T in representante de la junta de 'Berga venido Se hallaba sitiando á Pont de Armentera, despues de haber
:i enterarse de las penalidades que experimentaba el ejército. sofocado una insurrección de los suyos. Los defensores del
Insuficientes fuerzas y estas mal ai-maclas y escasas de mate­ pueblo rechazaron el asalto; en aquel crítico momento las
rial de sitio llevó el general al del citado pueblo; y superando fuerzas liberales reunidas de Vidart, Ayerbe y Clemente se
la gravísima contrariedad de no ser eficazmente secundado lanzaron sobre los sitiadores, los que no pediendo resistir el
por Zorrilla, y cerrando los ojos al peligro de aproximarse las ataque, vióse Urbiztondo obligado á disponer la retirada de
fuerzas del baron, resolvió dar un nuevo y desesperado asalto, los suyos, que tuvieron que dividirse, llegando á ser tan apu­
cuyo resultado, merced á lo buena que fue la defensa, no cor­ rada la situación en que se vió el general de don Cárlos que;,
respondió á las esperanzas del general, que solo habia logrado según testimonio del autor de la Gitemi- d ril, tuvo que es­
en la noche del 24 ocupar parte de los arrabales de la población. conderse en un pajar y perder su equipaje, enei que hallaron
Entre tanto Meer, noticioso el 22 en Igualada de .la opera­ los liberales una cartera, de la que sacaron gran partido con­
ción de Urbiztondo, voló en socorro del punto amenazado. tra el general sus enemigos, publicando la copia de sus comu­
Su primera division encargada de observar al enemigo fue nicaciones reservadas ¡i. don Cárlos.
sorprendida en Font den Dorca y dispersada con no pequeña Alternados fueron por aquellos dias los triunfos y los reve­
pérdida, reparada en parte al siguiente dia 21, por la batida ses en uno y otro campo. Tristany se vió batido por los nacio­
que los carlistas sufrieron y su consiguiente retirada á Vall­ nales de Escala, y Llavch de Copons entraba en Rivas que
fogona. entregó á los horrores elei saqueo. En Cornudella y Falset ex­
El 28 dio vista Meer á San Juan de las Abadesas, y salién- perimentaron también reveses bis facciones que, acosadas
dole al encuentro Zorrilla, que esperaba en posición á los por las tropas liberales, fueron á buscar refugio en la montaña
liberales, consiguieron estos batir y dispersar á los facciosos. al abrigo de Berga.
Tuvo el baron que tomar en aquellos dias severas medidas Iíabia ido Tristany al Arnpurdan á buscar los recursos de
para corregir la indisciplina que también penetró en su cam­ que carecían; pero se dejó llevar tan adelante por el camino
po, ó ínterin se dirigia á Figueras á sofocar, como lo consi­ de los excesos y tropelías, que el país entero se levantaba
guió, la insurrección de una brigada de artillería, Urbiztondo, para exterminar la gavilla de fieras que mandaba.
obligado á dividir sus fuerzas para proporcionarse subsisten­ La junta, que toleraba cuanto este partidario hacia porque
cias que no le facilitaba la junta, se dirigió á Ripoll decidido es fama que los individuos de aquella corporación recibían
á hacer frente á su adversa estrella, á la que vino á poner el una parte de botin, le facilitó auxilios para tomar á Puig­
colmo la trama de sus enemigos, cuya audacia llegó á cons­ cerdà, cuyo sitio comenzó el 25. Sus defensores enarbolaron
pirar contra la vida del general, suscitándole dificultades y bandera negra, sobre cuyo fondo resaltaba una calavera, y
rivalidades cuyo efecto veremos pronto traducirse en hechos. rechazaron el asalto auxiliados por las mujeres y los niños,
La junta acordó nombrar su segundo á Tristany, encargán­ dando lugar á que llegara en su socorro Carbó, cuya entrada
dole que inspeccionara las ti-opas de la alta montaña. en la plaza no pudo impedir Tristany.
Objeto de la aversion de sus subordinados, privado de la El segundo intento de parte de los oficiales generales de
ayuda de Tristany y caído en desgracia de su Rey, tanto me­ mayor reputación en el campo carlista, intento dirigido in­
nos podia Urbiztondo luchar contra sus enemigos, cuanto que útilmente á organizar las vandálicas partidas de levantados
recibía reiteradas órdenes para regresar á las provincias con que tomaban parte en la guerra, mas que por estímulos de
los restos de los expedicionarios que habían quedado en Ca­ fanatismo político, por codicia y cediendo al prurito de vivir
taluña. Se preparó á obedecer y emprendió la marcha perse­ á costa del país, permitiéndose todo género de violencias y
guido por las fuerzas del baron, con las que no pudo evitar desórdenes, no tuvo mas satisfactorio resultado bajo la direc­
un encuentro que no fue favorable á los carlistas, salvándose, ción de Urbiztondo que lo habia tenido anteriormente bajóla
aunque maltrechos, por la oscuridad de la noche. Despues de de Maroto.
notables penalidades consiguió Urbiztondo pasar el Ebro por Enviado este á Cataluña para convertir en soldados dis­
lisi adilla el 2>' de setiembre. ciplinados á los voluntarios catalanes, hemos visto cómo se
Meer, al salir para Figueras, habia nombrado á Carbó co­ estrellaron los esfuerzos de dicho jefe, contra cuyas provi­
mandante general de la provincia de Gerona, y seguidamente, dencias no cesó de mostrarse contraria la mayoría de los ca­
á fin do poder dominar al mismo tiempo que al carlismo en becillas.
armas á la anarquía, declaró en estado de sitio las provincias La inutilidad de la empresa en que fracasó Maroto, dobia
catalanas y marchó á Barcelona, cuya tranquilidad se hallaba repetirse y agravarse bajo el mando de Urbiztondo, á quien
grandemente amenazada con motivo délas elecciones para las no podian negarse incontestables cualidades de mando du­
primeras Cortos ordinarias que debían seguir á las constitu­ rante su generalato en Cataluña, sin haber conseguido, empe­
yentes de 18:5C>. ro, otra cosa que corroborar con su ejemplo la general creen­
En desempeño de la misión confiada por el baron, Carbó cia de lo ingobernables que eran las facciones catalanas, las
atacó y venció en Manlleu á las fuerzas reunidas de Tristany, que en realidad no venían á ser otra cosa sino bandas de de-
'Brujo, Mallorca y Zorrilla, persiguiéndolas hasta la sierra ele predadores. reunidos para el pillaje y el desorden que creían
Xiubó, causándoles la perdida de mas de doscientos hom­ redimir con el valor que desplegaban en los combates y la
bres entre muertos y heridos, haciéndoles ciento diez y nueve obstinación con que perseveraban en una ludia en la que no
prisioneros, y rescatando los soldados del regimiento de Amé­ llevaban la mejor parte.
rica que por salvar la vida habían tomado partido con la fac­ Ya hemos visto que los cabecillas no obedecían á Urbiz­
ción. tondo con la docilidad que cl bien del senecio requería. Con
Despues que Urbiztondo verificó la marcha de que ante­ los jefes de partida liacian causa común los junteros y todo
riormente liemos dado cuenta, modificando su p lan de opera­ el estado mayor de la insurrección catalana. Don Cárlos, á su
ciones se decidió á continuar estas en el campo de Tarragona. regreso de la expedición, que paseó su triste persona y su
Ocurría esto á principios de octubre y el 11 so apoderaba de palpable incapacidad ante las provincias que habia recorrido,
Piera, no. siéndole posible realizar las mejoras que pudo pro­ don Cárlos, decíamos, entregado al partido mas retrógrado
meterse de su plan, á causa de las rencillas, la indisciplina y entre sus adictos, mal podia sostener á Urbiztondo, mante­
oposiciones con que no habia contado y que cada dia dificul­ niéndolo en su confianza y robusteciendo su acción caí Cata­
taban mas sus propósitos. Llamado por la ju n ta para la de­ luña; dejóse al contrario influir el Pretendiente por el clero
fensa do Berga, amenazada por Meer, exigió Urbiztondo que catalan y por los cabecillas descontentos de que Urbiztondo
so le asegurasen socorros por ocho dias para sus tropas, opi­ insistiese en meterlos por vereda; y dócil el príncipe á las su­
nion que prevaleció en consejo de oficiales á que fuó sometida gestiones de los adversarios del general, sancionó la propuesta
su contestación á la junta. do la ju n ta para separar!o*del mando, providencia qne so en-
2Ò2 I I I S T O U I A DK KSPAS ì A

conta-«) doblemente ratificada por la dimisión do Libi ztondo te cuerpos españoles é ingleses y que no pudo ser apaciguada
y la expresa ór«l«*n do «Ion Carlos para quo regresase á las sino despues de haber costado la vida á oficiales y jefes de
provincias con los restantes individuos do la expedición. ambas procedencias y al vecindario de Kan Sebastian una der­
Obsis men to á esta marchó el 2 do enoro á Andorra, notifi­ rama en dinero destinada á satisfacer los atrasos de los suble­
cando á la junta su salirla para el cuartel real, habiendo avi- ; vados. El conde de Mirasol, que mandaba las líneas de. (fui-
sad«) antes á los comandantes generales para que con aquella púzcoa, salió lastimado de aquellos sucesos; do cuyas resultas
si: entendieran, y á Kos de Eróles para que llevase á Porga . dejó el inando, siendo muy de mencionar que el futuro primor
seis mil duros y ciento diez y nuove cabezas do ganado cogi­ duque de Tctuan, el entonces brigadier don Leopoldo O'Don­
das en Aran y Talarn. nell, fué el que mas contribuyó por su valor y sangre fría, á
Con muy poca escolla pasó la frontera y llegó á las provin­ hacer que las tropas entrasen en su deber, y á que se termi­
cias, presentándose á don Carlos, que le recibió con poco nase sin mayores desgracias aquella deplorable insurrección.
agrado, señalándolo á Tolosa como punto do residencia. Los atentados castrenses de que acabamos de dar sumaria,
Aunque en términos generales puede afirmarse que las re­ pero exacta cuenta, fueron el preludio de otros do inas intenso
v o lu cio n es y el prestigio de la disciplina militar no marchan | y negro carácter.
d e co n serv a, la última so lastima y nunca se halla tan en pe- . Mandaba el ejército del Norte durante la ausencia de Es­
ligrn de relajación como cuando se hace tomar parte en las partero, su amigo y compañero de armas en la guerra del
re v o lu c io n e s á los soldados, con virtiéndolos en iniciadores do Ferii don Rafael (Jovallos Escalera. Tenia su cuartel general
a c to s de rebelión. en Miranda de Ebro, y como las atenciones que había que
I'.l rl·i'us corruptor do la disciplina de nuestro ejercito vióse cubrir en toda la linca superaban á las fuerzas de que podia
inoculado en la tercera época del régimen constitucional, con cl general, disponer, eran muy escasas las que guarnecían el
ocasión de los pronunciamientos que estallaron en 18:50 contra cuartel general. El lñ do agosto era esperado el provincial de
el ministerio Toruno, y fueron la protesta do la opinion com­ Koria, procedente de Santander, donde ya habia dado el mal
primida despues de largos años do emento despotismo. ejemplo de una insurrección parcial. Acantonado este cuerpo
si á la muerte de Femando VII, Zea y luego Martínez do en Susana, punto muy coreano á Miranda, dió nuevas mues­
In llosa, hubiesen dado razonable latitud á las exigencias de tras de insurrección, de cuyas resultas 1nerón arrestados do
la opinion pública y ofrecido mas amplia compensación á los ; orden del general los considerados como principales instiga-
vencidos de 1H2:5, no hubieran tenido los liberales que recur­ lloros del movimiento. Al siguiente dia los cómplices de los
rir á las conspiraciones, á las sociedades secretas y á los me­ arrestados arrastraron al regimiento á que se declarase en
dios abiertamente revolucionarios á que apelaron pava lle­ estado de insurrección abierta, la cual, extendido que se
gar á la Constitución de 18:51, que al fin debía ser cancelada, hubo, presentáronse los mas osados en casa del general Esca­
dejando, si nos es lícito emplear una frase harto vulgar, la lera, á cuyas habitaciones subieron, y sin duda avergonzados
■jH’h ih i en el tejado, cabo suelto «pieno sabemos cómo, cuándo «le la calma, dignidad y entereza con que el valiente soldado
ni por quién será recogido. Las causas que dejamos indicadas I respondía al absurdo cargo de que guardaba el dinero en­
habían, posteriorment o á blasonada dola Granja, generalizado viado por el gobierno para cubrir las pagas, no encontraron
la relajación «le la disciplina., la que acabó de caracterizarse manera mas adecuada de contestarle, «pie la de asesinarle
mas señaladamente en los primeros meses del siguiente año. cobardemente. Consumóse el atentado con el saqueo de la
Jín abril estallaba en Benicarló un motin soldadesco que oca­ casa, cu la «pie, en vez de encontrarlos tesoros que esperabnu
sionó cinco ó seis muertos y mayor número do heridos; hecho los que llevaban clavados en sus armas periódicos «pie denun­
«|uc se repitió con la columna de Decreti-, habiendo en ambos ciaban el envío do sumas considerables para el auxilio do las
casos tenido por pretexto los desmanes el atraso que en sus tropas, solo hallaron por todo botin la exigua suma de 16 lio­
pagas ('xporimontaba la tropa. En mayo siguiente reprodujé- sos fuertes, único peculio que posda el general.
mnse cu Córdoba .síntomas de la misma especie. Otro tanto Nada hizo desgraciadamente para contener el desorden la
sucedió poco despues cu borili entro diferentes compañías del oficialidad de los cuerpos, intimidada ante tanta audacia, y al
regimiento de Asturias. Kn el ejército del centro tuvo (Jraá siguiente «lia el baron do Oarondelot, cu quien habia recaído
que situar detrás do sus columnas do ataque, en frente del clinando, logró sacar do M irandaá los sublevados y condu­
enemigo, desi acal neu (os encargados de hacer fu ('go á los que cirlos á la l ’uebla de Arganzon.
volviesen la espalda, y poco despues vióse obligado el mismo El ejemplo del atentado de Miranda no podia menos de en­
general á disolver en Calanda cuerpos «pie daban mal ejem­ contrar imitadores en el estado de desmoralización áque, por
plo y que prefirió licenciar. El 21 de junio, en ramplona, gru- • causas que croemos se hallan muy al alcance de nuestros
pos «le solda«lesea se esparcieron por bis calles atacando al lectores, había venido á parar la disciplina del ejército. Al
vecindario ¡i mano armada y ensangrentándolas con lio pe­ siguiente «.lia del asesinato de Escalera la guarnición «lo Vito­
queño número de víctimas. ria, á hi sazón bloqueada por los carlistas, prommpió cu
1)«' peor índole, ponine llegó á generalizarse con mayor in- ¡ tumulto, recorriendo las callos en desorden y negando la
teusidad que se había veriliejulo cu Pamplona, fué «'1 moví- ' obediencia á sus jefes; excesos á los que en vano procuró po­
míenlo que tuvo por teatro la ciudad «le Logroño. Hubo un cho­ ner remedio el gobernador don Liborio Gonzalez, mal ayudado
que éntrela tropa, los nacionales y el vecindario y el desenlace por la oficialidad y jefes, intimidados ante la abierta rebelión
hubiera podido ser funesto, á no imber tenido la buena suerte de los que no habían sabido contener dentro de la estera «le
do intervenir en el cunllieto el general Alaix, que residia en su deber. Dueños de hi ciudad los insurrectos, la recorrieron
aiptella ciudad eu calidad de sumariado por los sucosos de vociferando iu « r a s á los traidores, que no nombraban, y dan­
(labra, y «pie supo aprovecharse diestramente do un momento do vivas á /urbano, á Alaix, á la Reina y á la Constitución.
evitico para prestar un servicio «piu le valió la reconquista de Perseguido por los pronunciados el gobernador, en odio á
una popularidad que había completamente perdido. sus providencias jmra sofocar el motin, buscó refugio en la
Cual mortífero contagio propagóse á las líneas de Kan Se­ I «.-asa residencia do Zurbano, en Ja que lo cupo suerte igual á
bastian el espíritu de insurrección, del que participaron muy la experimentada el dia antes por el general en jefe. Al asesi­
señaladamente batallones de la legion auxiliar británica; tro- nato del gobernador de Vitoria procedió el do uno do sus
lia que, como es sabbio, vino á España en virtud de «:apitula- ayudantes, cómplice por eiert,o un el motin, poro á quien to­
eiones y enganches verificados en I/nutres por urden do nuestro maron por la persona «leí primero.
gobierno, estipulaciones cuyos condiciones se cumplían muy No cabe duda de «pie la asonada soldadesca de Vitoria, á
mal pm- nuestro Tesoro, y como los ingleses, autopie excelen­ semejanza do las que la hablan procedido y le siguieron en
tes soldados, no perdonan, ni ¡um bajo su propia bandera, lo Demani y en Pamplona, fuesen sueno.las de una inicua trama,
que de derecho tas corresponde, no es de extrañar que los como lo demuestra la listado proscripción que los insurrectos
atrasos «le paga hicieran tomar cuerpo á la insurrección, que I tenían formada y que les sirvió de guia en la serie de horri­
estalló «'ti toda la línea «le Kan .Sebastian en los primeros dins, bles asesinatos «pie se cometieron en Vitoria.
de julio; insiirreetMon en la «pie tomaron parte indistintamen­ El jelb «le la plana mayor Lopez, disfrazado de soldado y
10It A T) MODKUNA 25:1
mezclarlo on tre ellos, llevado del deseo de salvar su vida, finí para restituirse á su casa, cuando mezclándose los gritos de
reconocido y asesinado. que huye á insultos y vociferaciones ofensivas contro, la per­
K1 respetable y liberal diputado Ciano, buscado en su domi­ sona del general, viósc perseguido esto por la turba, hallando
cilio, huyó por las azoteas, pero J'uó alcanzado y herido: los amparo en una patrulla de nacionales, cuyo oficial, despre­
asesinos lo arrojaron ¡í la calle todavía con vida cortándolo un ciando riesgos, logró hacer entrar al perseguido en casa de
dedo liara robarle nna sortija. FI presidente do la diputación don Domingo Iturvaldc, cuya entrada procuraron obsi.ruirlos
Anaudia, á quien valiéndose de nn pretexto sacaron de su nacionales; pero los levantados no se detuvieron, arrollaron á
casa, fue fusilarlo; suerte que alcanzó al desgraciado Aldama, la patrulla y corrieron detrás do .Snrsfield hasta el cuarto piso
redactor del B oldin Oficial, y de la que no escaparon el de la casa, donde lo dejaron cadáver acribillado á bayoneta­
fiscal Hernandez y otros dos mas, también asesinados. zos. Entro tanto el oficial que. le, había amparado pudo huir
K1 pacífico y honrado vecindario de Vitoria rio piulo apar­ por los tejados, perseguido por las líalas de- los amotinados,
tar por largo tiempo de su memoria, la. espantosa noche en la los cuales arrastraron el cadáver del desgraciado general hasta
que. los conjurados, corriendo de casa en casa con la lista do la plaza, dondo lo despojaron dejándolo sin camisa en manos
proscripción en la mano, lista ya manchada de sangro, busca­ de algunas mujcrznclas queso mezclaron al grupo insurrecto,
ban nuevas víctimas que sacrificar á su furor. ¡Inicua conspira­ y allí permaneció el desnudo cuerpo del ilustro general, blan­
ción la de aquellos nefandos dias, en la que de consuno co de los ultrajes do la plebe, duranto dos horas, hasta que
trabajaron premeditada ó accidentalmente el elemento dema­ por fin le trasportaron al hospital en una escalera de mano.
gógico y el carlista, cuya causa principalmente debía aprove­ Es un detalle que prue,ha el extremo de ferocidad á que llega­
charse de sucesos que infamaban el nombre do la libertad ron. aquellos desalmados, el hecho do haber «lado muerto al
sacrilegam ente invocada para hacerla odiosa! Las puertas do caballo del general que tendieron de un tiro junto al mutila­
la ciudad cuya defensa abandonaron los insurrectos, presen­ do cadáver de su amo.
taron ocasión favorable á los carlistas sitiadores para haberse Finalizó la soldadesca bacanal con el cruento asesinato ilei
hecho dueños de Vitoria; eventualidad que, fuese por torpeza coronel Mondivi!, encargado de la ¡llana mayor, cuya, casa
del enemigo ó por azar afortunado, no llegó á realizarse. fue saqueada y arrojados por las ventanas los documentos do
A manera de rescate tuvo la ciudad de Vitoria que aprontar su oficina. La casa de Sarsfield lo fue igualmente, y durante
al siguiente dia una contribución do 40,000 duros que el ter­ muchos dias. la desenfrenada soldadesca, dueña do la ciudad,
ror que reinaba en la población dio realizada á las pocas horas continuó asesinando, entregada á todo género do violencias y
de impuesta. A favor del aplacamiento que el éxito de sus excesos.
maldades llevó al ánimo do los sublevados, pudo conseguirse Apresurémonos á conmemorar el último de los episodios do
hacerlos salir de Vitoria á pretexto de socorrer á Peñacer- aquella temporal indisciplina sin freno y de un terrorismo anár­
rada. lía municipalidad de Vitoria contrajo el compromiso de quico cual jamás había deshonrado las banderas del ejército
responder de los cuarenta mil duros cuyo reembolso se veri­ español, antes de detenernos á saludar con reverente consue­
ficó á los cuatro meses, abonando á los habientes-derecho lo y regocijo el advenimiento del suspirado dia que dejó ven­
sois por ciento de interés. gados atentados tan inicuas, adquiriéndose con ello el testimo­
MI general Sarsfield que mandaba en Pamplona había con­ nio ante la historia de que el carácter nacional no se hallaba
citado contra sí la aversion délos cuerpos francos do Navarra, del todo despojarlo del elemento reparador capaz do volver á
imputándole las numerosas bajas que habían experimentado la sociedad la confianza en sí misma y de probar álas genera­
en la retirada de Ulzama mandada por dicho general; aver­ ciones venideras, que si los anales patrios no han abundado
sion que, unida al aislamiento en que Sarsfidd vivia por on el presente siglo en émulos de aquellos grandes hombres
efecto do su quebrantada salud y por la misantrópica dispo­ que en tan sublime grado enaltecieron en siglos anteriores el
sición de su carácter, contribuyó á que en circunstancias tan nombre español, todavía poseían ciudadanos bastante honra­
críticas la autoridad superior careciese de aquella fuerza mo­ dos y generales bastante pundonorosos parsi dejar satisfecha
ral que es el principal resorte de la disciplina y del orden en la vindicta pública, haciendo que no proscribiesen clámenos
dias azarosos. tan abominables como nos ha cabido la amargura rio tener
Por efecto de la poca confianza que inspiraban los dos ba­ que narrar.
tallones de francos y un escuadrón de la misma clase á los Fn 10 de setiembre el primer batallón de Mallorca se suble­
que no se permitia la entrada en la ciudad, so hallaban acan­ vó on Gayangos contra sus jefes, do los que hirió á uno y dió
tonados en los pueblos de Cizur mayor y menor, Vfilaba y muerte á otro: hasta el mismo coronel vió en inminente peli­
otros’do las inmediaciones. Kn la mañana del 2(5 de agosto gre su vida, Felizmente algunos soldados que no habían to­
recibieron estos cuerpos orden de trasladai-sc á Vi 11aba, pero mado parte en ol tumulto escucharon la voz del honor, tan
una voz formados para ponerse en marcha dieron el subversi­ imperiosa en pedios españoles; y tomando con la defensa de
vo grito de ¡á Pamplona,.’, sedición que la oficialidad no con­ sus jefes, la de su propia honra y de lo que debían al nombro
tuvo, siendo relegada por los sublevados á retaguardia de la del ejército, dominaron los excesos do sus indignos compañe­
columna y poniéndose los sargentos al frente de las compa­ ros, merecedores del castigo que no debia tardar en recaer en
ñías. Al desfilar á la altura de la Puerta Hueva cuya guardia otros mas culpables que lo fueron los do Gayangos. En su con­
llevada do simple curiosidad salió sin armas á presenciar la secuencia fueron juzgados, y despues de sentencia de un con­
marcila de los batallones, precipitáronse sobre aquella, la re­ sejo de guerra sufrieron la pena de ser pasados por las anuas,
levaron y se hicieron dueños de la cindadela. Dirigiéronse en dos sargentos, tres cabos y aquellos soldados á quienes tocó
seguida á casa del general Karsfield á quien obligaron á com­ en suerte entre los veinte que so quintaron, siendo los demás
parecer ante una reunion convocada por los sargentos en las condenados á presidio por diez años. El comandante general
casas de Ayuntamiento. En ollas expusieron los cabezas del Castañeda, sensible á la cooperation prestada y enalteciendo
motín el abandono y la prevención de que se quejaron ser el mérito do los que se habían mostrado leales y mas habían
objeto los cuerpos francos, pidiendo en el acto las pagas ven­ ayudado á restablecer el órden y á desagraviar la justicia mi­
cidas, exigiendo seguridades para las venideras y quedarse litar, dió una orden del dia adecuada á. las circunstancias.
do guarnición en la plaza, y como complemento del audaz La causa do la libertad española, representada por la dinas­
programa, que además contenia oíros pretcnsiones abusivas, tía que simbolizaba doña Isabel II y por ol lazo do union que
hicieron precisa condición la de verificar una derrama do di­ entre la familia liberal establecía la constitution de 1S37, obra
nero que debían pagar los pudientes. de los progresistas, poro aceptada poi’ los moderados, en el
Difícil si no imposible era que ante una junta compuesta sentido mas lato que comportaba el espíritu de dicha ley fun­
de aquellos elementos, y que obraba bajo la cuchilla de tan damental; aquella causa acababa de salir victoriosa del reto
descarada sublevación militar, se deliberase con mediana li­ lanzádole por el representante del antiguo régimen, el día en
bertad. Supeditado por la violencia, falto de prestigio en aque­ que pasado que hubo el Kbro don Carlos, este y sus expedicio­
llos dias y privado de fuerza que le obedeciera, retiróse Sars- narios se presentaron á las puertas do Madrid despues de
íicld de la reunion y montó á caballo á la puerta del municipio haber paseado sus banderas por las provincias interiores del
2 VI Il 1S'l'f »lì I A l»H KSI* A Ñ A

ruino: m» basi uba à ia causa de los liberales la conseguida vic­ den do formar detrás do la infantería y do estar dispuesto á
toria para quo las instituciones juntamente con la dinastía cargarla á fondo á la menor señal de indisciplina, debiendo
adquiriesen el prestigio en que habían de descansar su crédi­ las baterías, colocadas en posición, descargar á metralla á la
lo y su estabilidad. Un el espacio de dos años escasos había primera señal que partiese del E. M. Todo así dispuesto para
experimentado el país Ja subversion mas completa de su ma­ la ejecución de lo que tenia meditado y resuelto, mandó Es­
nera de ser; había visto caer sil naciones y gobiernos al empuje partero formar el cuadro por los batallones de infantería co­
de movimientos y de parcialidades que no tenían detrás de sí locándose el general en el centro, pero disponiendo al mismo
la fuerza que solo imparte á los gobiernos la adhesion de la tiempo que sus ayudantes permaneciesen fuera del cuadro.
mayoría nacional. Una institución secular como lo era la mo­ La duda y la sorpresa impusieron un universal silencio que
narquía caia postrada ante una corta fuerza militar, que no solo se vió interrumpido por el eco de la nutrida y vibrante
oirá cosa era la (pie guarnecía la Granja el 15 de agosto voz que distinguía al veterano general, quien en aquel mo­
de iNIhi; un país que se ve simultáneamente dominado por mento solemne no necesitaba seguramente haber recurrido á
carlistas y por liberales, por los progresistas y por los mode­ la arenga retórica que sin duda Uevaba preparada para haber
rados, sin sabor cuál do estas banderas quedará triunfante; un producido el efecto que su levantada resolución y su firme
país donde los soldados asesinan á sus generales sin que en voLuntad habrían bastado por si solas para hacer imponente
vista, de semejantes atentados la conciencia pública se suble­ á cuantos le escuchaban, fia resolución era tan noble, se pro­
vo i- imponga como un deber indeclinable la imperiosa nece­ ducía con tanta energía y era do una aplicación tan conmo­
sidad de poner remedio á la subversion que amenaza los vedora, que breves frases habrían bastado para que el entu­
fundamentos de la sociedad; un liais, por último, en el que ¡í siasmo, el respeto y la admiración hubiesen correspondido á
lanío extremo se debilita el sentido moral, no lo resguardan las palabras que el general iba á pronunciar.
resortes de gobernación y se ludia muy próximo ácaer en uno Pero se nos resisto enmendar la plana al bizarro soldado, al
de aquellos periodos de decadencia ele los que no basta tt liber­ gran ciudadano que en aquel dia daba tan insigne ejemplo de
tarle la mus esplendente gloria militar. entereza y do civismo. He aquí, pues, los términos precisos do
Sugiérenos estas reflexiones el íntimo convencin dento de la alocución que en aquellos solemnes momentos dirigió Es­
(pie la causa de la libertad española hubiera sucumbido si hu­ partero á- las tropas:
biesen de haber quedado impunes las inicuas insurrecciones «Soldados: Os lie reunido en este sitio para hablaros do un
militares do que acabamos do ocupamos y á las que habían suceso inaudito, do un hecho escandaloso que empañando el
servido de precursores y estímulo los asesinatos de Cánteme, honor del ejército español, eclipsa sus glorias, excita mi indig­
de Massa, de Saint-Just, de Quesada y las demás ilustres víc­ nación y atormenta mi alma de una manera inexplicable. Com­
timas de los pronunci an den tos de 18:15 y 30. pañero vuestro culos infortunios, en las privaciones y siempre
l’ero aquella rovindicacion imperiosamente exigida por la primero en los combates, prefiero mil géneros de muerto antes
cuncicncia pública no parecía hubiera quien la tomase. Las que consentir que vuestro honor se mancille, porque vuestro
(.’orles constituyen los de 1836 iban á cumplir su término legal honor es el mio, así como mi sángreos la sangro vuestra; ¡san­
y tampoco conservaban el ascendiente capaz de haber inspi­ gre preciosa tantas veces prodigada en los campos de batalla!
rado una política reparadora. El ministerio Calatrava habia Vosotros me serviréis de egida, de coraza, ¿no es verdad?
desaparecido. —»Sí, contestaron los soldados llevados de su amor y entu­
El que lo sucedió, presidido por un anciano, el señor don siasmo al ilustre general.
Muschio 'Hardají, carecía do vigor y de autoridad; las eleccio­ —»Pues bien, añadió, unidos todos seremos invencibles, y
nes no estaban hechas todavía, y la única figura que sobresa­ de tan íntima union entre el caudillo y sus valientes soldados,
lía, porque á sus manos se hallaba confiada la bandera do la es feliz resultado la serio de victorias que acabais do conse­
liberi ad, lo era la del general Espartero, sobradamente acredi­ guir. Pero el dulce recuerdo de tanto infortunio, de acciones
tado como valiente soldado y como consecuente liberal, pero tan heroicas, es acibarado al contemplar un crimen digno del
(pie no habia dado todavía dosi misino idea de ser un hombre mayor castigo, un delito....que no tiene igualen los fastos do
polítieo; y parecíalo l anío monos cuanto quo las vacilaciones la milicia. Escuchad:
y la especie de doblo juego que reveló su conducta con moti­ »lira la noche: un fúnebre, ensueño ocupaba mis sentidos; la
vo de los sucesos de Pozuelo de Ara vaca y de la cuida del mi­ feroz discordia que peina serpientes por cabellos se agitaba en
nisterio Calatrava, no autorizaban á esperar surgiese en su derredor de cuanto vela, produciendo por do quiera el terror
persona el restaurador do la disciplina, el brazo derecho que y la desolación.... En medio de tan triste cuadro se me pre­
la sociedad necesitaba para salir del abismo á que la habían sentà una sombra ensangrentada, despeluznada, yerto el rostro
conducido el fanatismo de los carlistas y el desenfreno de la y despedazado su cuerpo. Creí oir entonces una voz que me
revolución. decía: Mira cómo me dejaste; mira cómo me ves...... Repara
Ené por consiguiente grande, universal, entusiasta, la opi­ mi agravio, salvala patria..... Juré hacerlo; y ¿sabéis quién era?
nion del liais al presenciar la conducta del general en jofo.á Mi querido amigo el ilustre general Escalera, aquel valiente,
su regreso ¡í las provincias Vascongadas, despues de haber terror do los enemigos de nuestra santa libertad, aquel honra­
vuelto á encerrar cu ellas á don Garlos. Penetrado de la idea dísimo español, aquel decidido patrióla, aquel hombro incan­
salvadora de restablecer la disciplina del ejército, castigando sable que tanto trabajó por conducimos á la victoria en la
con mano fuerte los asesinatos de Miranda, Vitoria y Pamplo­ terrible noche de Luehana.... ¿Os acordáis? Pues bien.... ya
na, preocupábase <>] general de dar cumplido su propósito no existo....Allí..... (señalando á Miranda con su espada) allí
mucho anlcs de haberlo puesto por obra. Diariamente recibió unos cuantos asesinos, pagados por los agentes de don Oárlos,
comunicaciones de los jefes que mandaban en los puntos de clavaron el alevoso puñal en el corazón do un hijo do la patria;
mayor importancia, nulas (pie so confesaban impotentes para allí la mas sagrada de las causas perdió uno de sus mejores
hacerse obedecer por los soldados; circunstancia rpie impedia defensores; allí el trono do nuestra inocente Isabel so conmovió
la ejecución do las medidas reclamadas por las necesidades en una do sus mas fuertes columnas; allí os arrebataron un
del servicio. amigo digno do serlo vuestro porque lo era mio; allí el príncipe
1*11 general en jefe, aunque afectado á consecuencia de tan rebelde consiguió una brillante victoria con la terrible muerte
lamentable estado de cosas, callaba, porque tenia formado su de un poderoso enemigo, y allí, por último, los manes humean­
plan que á nadie reveló; á lo que sin diuia es de atribuir pro­ tes de la ilustre víctima claman venganza....¡Sombra querida
dujese mas general y maravilloso electo el drama reparador de mi recomendable amigo!.... La espada de la ley sostenida
de que filé testigo España en las últimas semanas de 18:ri. I por las invencibles bayonetas de mis camaradas va á caer
El 30 de octubre y bal laudóse en Miranda, mandó Esparto- j como el rayo sobro las culpables cabezas de sus asesinos.
ro formar las tropas en cuadro á las inmediaciones do la po- Sí, soldados: entre nosotros se hallan los perpetradores de
hlacion. Do lo quo se proponía hacer solo eran sabedores el , tan atroz delito: el aire que respiramos está infestado do su
jefe de E. M. Van-Halón, el de la caballería don Juan Zavala j pestífero aliento; vais á conocerlos; vais á presenciar su muer­
y el que mandaba la artillería. El segundo do estos recibió or­ to....los oculta esto regimiento (dirigiéndose al de Segovia).—
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Sí on estos filas so ocultan los abominables asesinos que die­ señalada por el general el intimado jefe se presentaba cu
ron muerte, á su general: que los delaten inmediatamente sus Miranda conduciendo presos á. los culpables que fueron desti­
mismos com] talleros; y si por esio medio no so consigue descu­ nados á presidio.
brirá los criminales.... el regimiento provincial de .Segovia La obra tan gloriosamente comenzada no podia quedar
Kent diezmado en el acto. General jefe de E. M., disponed que incompleta. Do Miranda salió Espartero para Pamplona donde
se lleve á efecto lo que acabo de prevenir.» reunió un consejo de guerra de oficiales generales que él mis­
Kl espectáculo, aunque tuvo mucho de teatral, tenia mas mo quiso presidir, en consideración á la graduación de algu­
todavía de sublime y la manera noble como desempeñó Es­ nos de los que habían de comparecer ante la justicia militar.
partero su estudiado papel redimió con exceso la afectación 1.a sentencia que íntegramente vamos á trascribir, ofrecerá
del lenguaje que hemos reproducido, sin alterar palabra al­ mejor explicación y el mas elocuente comentario ilei memo­
guna de las que la prensa de aquellos dias puso cilios labios rable hedió que coronó la obra reparadora á la cual puso el
del general. «Inmóviles y aterrados, dice el laborioso autor do sello la órden del dia á que liemos aludido en uno de los
la ] ¡ i s t o r i a d e l a g u e r r a c i v i l , quedaron todos los que oyeron ai iteri ores párrafos.
aquellas solemnes palabras, y como impulsados por una
fuerza magnética, los inocentes delataron á los diez asesinos SENTENCIA
que, previos los auxilios espirituales, fueron pasados por las Seguidamente, hallándose reunido el consejo de. señores
armas, después de babor evolucionado las tropas para colocar­ oficiales generales en la forma y sitio que queda expresado
se en columnas paralelas á fin de presenciar la ejecución.» en la diligencia de convocación que precede, el señor don Ra­
Kl regimiento de Valladolid, al que alcanzaba responsabi­ mni) do la Rocha, juez fiscal, liizo relación al consejo de los
lidad on el hecho de cuya expiación acababa de sonarla hora, documentos insertos anteriori nente, relativos á las d e s a g r a d a ­
fué exceptuado tic esta pona en gracia de su buen comporta­ bles ocurrencias aeacddas en los Ciziircs y en esta plaza los
miento en la guerra; pero vióse disuelto aquel mismo dia y (lias 20 y 2 1 de agosto último, por los batallones y escuadro­
su fuerza distribuida entre los demás cuerpos. nes francos de Navarra., precediéndose incontinenti á la. in­
La órden del dia dada con motivo del sucoso do aquella formación verbal de estos hechos por los testigos que resulta­
célebre jornada es un documento de que la historia no debe ron y asimismo á las declaraciones do los que aparecieron
defraudar á la posteridad, y que en cumplimiento de un es­ culpables en aquellos; y visto cuanto resultaba por informa­
tricto deber, hacemos figurar por nota al final del presente ción, recolección y confrontación, examinado todo detenida­
capítulo. mente eon la conclusion y clictámcn del señor juez fiscal, decla­
Kl dia on (pie so recibió en Madrid y se generalizó en Espa­ ró el consejo comprobada la sedición que tuvo principio en
ña la noticia del acto expiatorio de Miranda do Ebro, realza­ los Cizurcs, pronunciada, sostenida y llevada á electo por los
do por el solemne complemento que pocos dius despues recibió enunciados cuerpos francos; y por lo tanto, comprendidos en
en Pamplona donde Espartero se dirigió á vengar la muerte cl art. 2(1, tít. 10 del trat. K” de la ordenanza militar general;
de Karslield, ha sido el dia mas grande que registra la historia poro deseando al propio tiempo el consejo conseguir los elec­
del hombre que tan alto supo poner su nombro; y si en lugar tos do la saludable aplicación de la ley que con imperio recla­
de haber vacilado Espartero sobro la actitud política que ma la vindicta pública sin los horrores que necesariamente
toninria, inclinándose primero á los moderados para decidirse habría (lo ofrecer un crecido número do víctimas, creyó deber
mas tarde por los progresistas, el general se hubiese dejado limitar la última pena á los que apareciesen mus criminales.
llevar por la patriótica inspiración de no haber sido hombro En su consecuencia, oídos los descargos do los acusados y las
de partido ni interpretador ile leyes, sino su estricto y leal defensas de sus procuradores, ha condenado el consejo y con­
observador, habría alcanzado el lugar primero entre los hom- dena á los siete sargentos fosé Karangiian, Hipólito Châtelain,
l.>res do nuestra nación en el presento siglo. ' Francisco Ordunar, Manuel Valero, Enfino Eubio, Mariano
Nada tan noble, tan decidido, tan patriótico como la con­ Lopez y Lucas Villagarcía á ser pasados por Jas armas por
ducta do Espartero en aquella época memorable. La nación unanimidad do votos, por resultar como motores principales
entera lo bendijo y estuvo á sus pits; y si no fué desdo aquel de la sedición en el hecho do haberse constituido en comisión
dia dueño del corazón do unios los españoles, atribuirlo deben y presentado las preposiciones que aparecen firmadas por los
sus parciales á que no acertó á seguir con la perseverancia mismos en el documento inserto anteriormente con el número
que su gloria le exigia un ciborio análogo al que guió su tercero, mandando que sufran aquí la pena, Châtelain, Valero,
conducta cuando el asunto do los cliapolgorris, en el (pio cupo Lopez y Villagarcía que so hallan presentes; que con respecto
al continuador do la presente historia la satisfacción de ha­ á Eubio, que se encuentra en Sangüesa, se. pase requisitoria á.
berlo defendido contra los acerbos ataques do los que mas . la autoridad competente para que sea aprehendido y ejecuta­
larde alardearon de ser sus amigos mas entusiastas; criterio do, y que lo propio se verifique cu cuanto á Laranguan y Or-
aquel cuyo último destello brilló tan esplendoroso en Miran­ dunar, que han desertado de las filas,
da y en Pamplona, que, no pudo menos do arrancar de tocios í Asimismo condenó y condena al sargento segundo gradua-
los pechos generosos, un grito de admiración hácia el restau­ ! do deprimerò dol primer batallón do tiradores Domingo La-
rador del honor militar y del decoro dol nombre español. í marca á la propia pena do ser pasado por las armas por la
El dia que siguió á las ejecuciones de Miranda ocurrió res­ i circunstancia agravante de haber tenido en prisión al general
pecto al batallón de, Gerona un hecho que la historia no dehe ■y oficiales de su cuerpo. A la misma pena condenó á los sar­
callar. gentos de estos cuerpos que se bailan prófugos, así por los
El citado batallón había grandemente participado en los muy graves cargos que contra ellos resultan de las declaracio­
desórdenes de Demani. nes recibidas, como porque con haber desertado despues de
Se bailaba acantonado en la Puebla de Arganzon: llamó las ocurrencias del 26 y 2 1 de agosto, lian aumentado el nú­
Espartero ai teniente coronel Escudero que mandaba el cuer­ mero de sus crímenes; y cu cuanto á los demás sargentos do
po y le ilió la siguiente orden: estos cuerpos francos, que se hallan presentes ó que se han
«Mañana á las nueve me traerá V. amarrados á los autores ausentado con licencias ó comisiones despues del suceso, y
de los crímenes cometidos en Demani y Santander.» tuvieron parto en la sedición, los condenó á ser diezmados
Embarazado aquel jefe con los términos del mandato, ob­ para que sufran la pena de muerte, y á cuatro años de presi­
servó que no tenia otra fuerza para hacerse obedecer que la dio á los que no les quepa aquella, suerte. A los cabos, come­
del mismo batallón. tas, tambores y soldados de los referidos batallones y escua­
«Estoy hecho cargo, señor teniente coronel, repuso Espar­ drones que tomaron parte en la sedición, los condenó y
tero; pero tenga V. entendido que si mañana á las nueve no condena á que continúen sus servicios en la plaza de Ceuta
me trae amarrados con su correspondiente escolta á los reos durante la guerra, entendiéndose esta sentencia con los pre­
que reclamo, una hora después iró yo á fusilarlos y á usted sentes y ausentes.
también.» Ecsul tondo que el coronel don Leon Iriarte se presento
La admonición produjo su efecto, toda vez que á la hora poco despues de pronunciada la sedición de Cizur Menor, y
T omo VI 34
2i')(i III STO JllA DK KSL’A Ñ A

qut: léjos de rumar niellili:«« para corlarla on su origen, ni ha­ pañaron y siguieron la expedición de don Carlos, bastaría para
ber ilailo aviso alguno á las autoridades ile la plaza ile Pam­ dar á conocer cuál era el estado do las cosas públicas al fina­
plona para evitar la entrada do los sediciosos en ella, y los lizar el año, y nada tendríamos (pío añadir para que ol cuadro
males ipie se siguieron, vino á la cabeza de los batallones es- de los hechos apareciese completo á no corresponder tí los con­
piinlaneamenley en plena libertad, apareciendo en oste hecho sumados dentro de dicho período, sucesos acercarlo los cuales
enntra- él. el gravo cargo de haber entrado en la plaza y ocu- cumplo á la historia no guardar silencio.
pádola con fuerza armada; considerando asimismo por las Disgustado Cabrera del estado que. llevaba el fugitivo ejér­
declaraeioiies coni estes f|iie se comprometió bajo su firmasi cito despues do la derrota que sufrió en Aranzucquo, se se­
seguir y llevar á electo la conspiración quo tonia por objeto llaré de don Carlos y tomó la dirección de los montes do
la independencia de Navarra, cuyo documento confesó el Cuenca.
mismo i riarte haber tirmado, aunque alegando ignorar su Al buscar abrigo en ellos supo que el partidario Sans, que
conienido; y por último, apareciendo probado igualmente que había penetrarlo on Castilla al frente do una no muy numero­
«lidio ¡ele e je rc ía libremente su autoridad dentro de la.plaza, sa columna, se hallaba en gran peligro de ser copado por
siendo obedecido de los cuerpos de su brigada, y quo sin em­ Oraá, y determinó acudir en auxilio de su correligionario,
bargo. no solo no tomó providencia alguna liara ovitar la de­ operación cuyo resultado no correspondió á la galanura del
sastrosa. muerto del general conde de Sarsficld y coronel propósito, toda voz que las fuerzas del general Oraá cayeron
.Mendivil, sino que según la declaración del olicial quo Ionia sobre los carlistas á los que derrotaron completamento, cau­
en prisión al expresado general, preguntándole al pasar por sándoles gran número de muertos y heridos y quedando prisio­
allí lo que. debería hacer, lo contestó hiciera lo que los sar­ neras en poder de los vencedores ocho compañías que com­
gentos le dijesen, el consejo en vista de todo le condenó y ponían lo mas florido de las fuerzas carlistas de Aragon. En
condena á ser pasudo por las armas. Igualmente condenó y aquel hedió ile armas que tan ventajoso filé páralos liberales
(•undena ¡lia propia, pena al comandante del segundo batallón so distinguieron sobremanera, el jete ilo caballería Abecía y
de tmeleros don Fabio barricai, por resultar justilicado: pri­ el de la misma arma don Francisco Serrano, actual duque do
mero: que se mantuvo a! frente de su batallón cuando so pro­ la Torre.
nunció la insurrección y que en voz de contenerla continuó á Inmediatamente despues de aquella acción fué cuando Ca­
su cabeza y vino con él á Pamplona: segundo; que en el ca­ brera propuso á Oraá regularizar las condiciones déla guerra
mino á esta plaza dirigió su voz ú los insurreccionados, di­ estableciendo el cambio de prisioneros,conforme días estipu­
ciendo que el jefe y oficiales del primer batallón (que por no laciones del convenio de Elliot. Aunque sin haberse negado
querer seguir á los sublevados habían sido arrestados y los abiertamente á la humanitaria y á todas luces conveniente
conducían sí Cordovilla donde habían solicitado ir) debían se­ proposición, el general Oraá la eludió completamente; falta
guir la suerte de los soldados ó.sor fusilados, do lo que resultó gravo que agravó todavía mas el gobierno no habiendo dado
que instigados por los sargentosé intimidados por las amena­ á dicho general inmediatas instrucciones para tratar en los
zas lu vieron (pie lamerse al frente de sus compañías: tercero; términos propuestos por Cabrera, lo que habría evitado las
que l“ué el primen» que firmó la relación de su batallón inser­ vituperables desgracias á que la impolítica negativa no tardó
ta eon el mimen) seis do los quo se comprometieron á procla­ en dar lugar.
mar la independencia tic Navarra: cuarto; que hizo destacar Posteriormente á la acción de Arcos (le la Cani era, en cuyo
el piquete (pie arrestó al general Sarsficld: quinto y viMimo; punto fueron derrotados por Oraá, Sans y Cabrera, el último
que aconsejó en Lumino- á varios sargentos que so fugasen se internó en ol Maestrazgo donde continuó trabajando acti­
para eludir el castigo de sus crímenes que presumían por la vamente en el aumento do sus fuerzas y en mejorar la admi­
venida del Kxemo. señor general en jefe. Asimismo lia conde­ nistración de su ejército y del territorio por él dominado.
nado y condena el consejo á los oficiales del expresado segun­ Ocupaba entonces principalmente á Oraá la reconquista ele
do batallón, de tiradores do Navarra á sor privados de sus Cantavieja, al mismo tiempo que impedia que la. plaza do Mo­
empleos y sufrir cualro años de presidio, contando en esta rel la cayese en poder del enemigo. Hallábase ya reunido ol
sentencia, no solo los que se hallaban en el batallón en ol ejército en Vinaroz para emprender dicha doblo operación,
móntenlo que se pronunció la insurrección, en los (.'¡zuros, sino cuando órdenes terminantes del gobierno obligaron á Oraá á
lumbicn á los que se le unieron en la plaza de Pamplona, y dirigirse á Teruel por el camino mas corto, habiendo tenido al
comprendiendo igualmente n i ella al capitan del propio ba­ efectuarlo quo hacer frente á un repentino ataque de Cabrera,
tallón, don .losé Zabida, que siendo secretario del coronel cuyos resultados, sin haber sido los de una derrota, costaron
don boon Iriart.o. siguió constantemente eon él á los sedi­ á la division Nogueras 2.10 bajas.
ciosos. Disgustado este general do verse coartado en la ejecución
V por último, lia condenado y condena el consejo á los jefes do sus planes do campaña y privado do las fuerzas que- nece­
y o ficiales del primer batallón do tiradores y escuadrones sitaba para su mas probable éxito, pidió permiso para retirar­
fra n co s de Navarra á dos meses de arresto en un castillo poí­ se á Zaragoza á cuidar de su salud, la que realmente se había
no h a b e r tenido la energía, suficiente para hacer -frente á la resentido de sus ímprobos trabajos.
sedición en el momento (pie se pronunció y cuando los consti­ Diestramente aprovechó Cabrera ol molimiento sobre Te­
tuyeron en prisión, (.'uvas sentencias y fórmulas seguidas en ruel prescrito por el gobierno á Oraá pava correrse al campo
todo el discurso de este juicio, interrumpido solo por la nece­ de su predilección, á la ricaliuertadc Valencia, do la que sacó
sidad de evacuar algunas citas y de suspender para este efec­ recursos abundantes, disponiendo que otro tanto hiciera Ta­
to la reunion del consejo, han merecido la conformidad del llada en las riberas del Guadalaviar y del .Tncar, restituyéndose
señor asesor don Anacido Huella, auditor do guerra do esto despues á sus territorios por Murvicdro, Almenara, Nulos, Vi­
viroinalo y capitanía general, «pie se halló presente á todos llareal y Onda.
sus actos. Habían quedado en Castilla diferentes grupos rezagados ilo
Pamplona 11 de noviembre de \iW~¡.—El conde de Lucha- las expediciones de don Cávlos y de Zariátcgui, fuerzas que
no.— Felipe i!¡cero.—.7»ionio Fan-Hide,,). -Segundo Ulibar- careciendo de base do operaciones y desconfiando de poder
ri.—Ju a n Socials.— Pascual Chuvruca.—Femando de Mi­ pasar ol Ebro sin fracaso, determinaron dirigirse al bajo Ara­
randa. gon, como en efecto lo verificaron por Medinaceli, Utrilla y
Cuanto dejamos expuesto en elogio del acto expiatorio de Villaliiongo, en número de mil hombres, de los que so formó
Miranda y .Pamplona, hace innecesario repetir las observacio­ la llamada brigada castellana.
nes queso desprenden del cuadro entero do la época (piernas A su paso en dirección de Aragon la columna sacó de todos
enaltece ]a memoria, del finado caudillo, escogido por la Pro­ los pueblos de su tránsito numerosos reclutas para engrosar
videncia para llenar la parte que supo dar cumplida en la los nue vos batallones que Cabrera organizaba en los alrededo­
obra, nacional de la. lerminaeion de la segunda de nuestras res do Cantavieja, de Mora y de Clierfa.
guerras civiles en el presente siglo. Entre aquel general yol gobernador de Morella que todavía
Lo que llevamos expuesto acerca de los sucesos que acom­ se hallaba en poder de las tropas do la Reina, mediaron por
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entóneos contestaciones de un carácter muy.sing-ular. Habíase nacionales rechazar los ataques quo no perdimi ocasión de
establecido entre, los beligerantes la costumbre do enviarse intentar, aunque las mas veces sin fruto, los Sanchez, los
uñosa otros las familias prisioneras para que las mantuviesen, Barbados, los Videncias, los Pulidos, los Arroyos y Patagorda,
á fin de poder reservar para las tropas las escasas subsistencias que componían la peculiar fiunilia de las facciones extreme­
de (pie á veces solo disponían. A este propósito el gobernador ñas, las que auxiliadas por Jara, Peco, Orejita y demás com­
de Morella se dirigia á Cabrera en los términos siguientes: parsas de partidarios manchogos, si bien no eran mas temibles
«Remito á V. por primera vez osas familias para que las como elementos de insurrección capaces de tomar en aquellas
mantenga y le iré haciendo sucesivas remesas según me aco­ provincias un arraigo análogo al que el carlismo encontraba en
mode; pero cuidaré siempre de quedarme con los parientes de Aragon y en Cataluña, venían, manteniéndose en armas, á ser
los individuos que se hallen á las órdenes de V. para*que me el síntoma de la protesta viva de la vieja España que resistía
sirvan de alimento cuando no tenga otra cosa que comer, con desesperación la invasion de la idea moderna.
porque este fuerte no será nunca del faccioso Carlos, ínterin El partidario que mas se sostuvo y mas fuerza organizada
exista, piedra sobre piedra y tengan vida los leales defensores llegó áreunir lo fué Jara, quien al finalizar aquel año tenia á
que lo guarnecen. sus órdenes 1,500 hombres, bastante bien instruidos, pues
Morella 10 de diciembre de 1ST,.—Pravo Portillo VcUisco.l> hasta llegó á montaren Alia, cuya posesión conservó bastante
La contestación del hombre á quien los liberales dieron el tiempo sin sor molestado, una academia do instrucción para
dictado de tigre del Maestrazgo, fué tan humana y oportuna oficiales y sargentos.
como extemporánea y provocadora liahia sido la del jefe li­ El estado do las facciones gallegas permaneció estacionario
beral. durante el año que finaliza. Los partidarios Mojuto y Ga­
«Un vista de cómo ustedes proceden, decía Cabrera, no llardo mantuvieron sobre las armas columnas que aunque
deberán extrañar que contra toda mi voluntad les mande al­ no excedieron de doscientos hombres, cuando se voian acosa­
gunas docenas de individuos de su partido que habitan en los das so dispersaban y formaban grupos do diez á veinte hom­
pueblos que yo domino, y lo que con ellos pueda ocurrir será bres que proseguían robando y turbando el órden, á manera
usted responsable á Dios y á los hombres. de protesta de que no se extinguía el oculto fuego de la con­
»Aunque alguna vez carezca de víveres, jamás comeré carne tenida insurrección del territorio gallego. En aquellas pro­
humana, porque no soy antropófago como usted se gloria de vincias, como en las de Castilla y Extremadura, la levadura
serlo en su carta al decir que cuando no tenga cosa que co­ carlista se mantenia y solo renunció á perseverar levant ada
mer le servirán de alimento los parientes de los individuos cuando la decadencia de la causa del Pretendiente en el
que se hallan á mis órdenes.—l l a m ó n C a b r e r a . —Sr. Gober­ Norte y en el Este de la Península señaló el término do la se­
nador de Morella.» gunda de nuestras guerras civiles.
La actividad y pericia del jefe del Maestrazgo se vieron favo­ No debemos despedirnos de las efemérides carlist as corres­
recidas á consecuencia del muy significativo hecho deque con pondientes al año 1837 sin dar una idea de cuál era el sistema
fuerzas numéricas superiores a las de Oraá tenia que guardar administrativo del Pretendiente en los territorios que domi­
menos territorio que este. Disponia Cabrera de diez y nueve naba.
batallones y de ochocientos caballos, y Oraá para guardar Regularidad y método solo podia existir para los actos de
una frontera infinitamente mas dilatada y guarnecer nume­ aquel gobierno en las provincias Vascongadas, cuyas diputa­
rosos inultos fortificados, solo contaba con doce batallones y ciones mantenían la secular administración del país, emplean­
diez escuadrones, lín vano clamaban las diputaciones provin­ do todos sus recursos y su crédito en sufragar las raciones
ciales. los ayuntamientos y los periódicos locales pidiendo que consumían treinta ó cuarenta mil hombres entre solda­
aumento de fuerza. El gobierno no las tenia y esto era lo que dos y empleados, que componían el personal militar y civil
en gran manera había labrado el descrédito del gabinete Ca­ que reniña don Cárlos á sus inmediatas órdenes.
latrava; y otro tanto militaba respecto á los transitorios mi­ Tanto este como sus ministros so Inician la ilusión do que
nisterios que sucedieron al que había sido producto de la gobernaban á España y expedían decretos, sobro todos los ra­
asonada de la Granja el 15 de agosto del año anterior. mos del servicio público, providencias cuyos efectos las mas
De entonces acá el territorio contiguo situado al mediodía voces se reducían á la inserción en la Gamia de Oña te de los
de Madrid se vio entregado á las correrías y depredaciones mandatos del rey in partibus; pues ni la junta carlista de
del enjambre, que tal puede llamarse, de partidarios que aso­ Cataluña ni Cabrera en Aragon podían hacer otra cosa sino
laban la provincia de Ciudad-Real, la de Toledo, las vertientes acusar el recibo de órdenes las mas veces inaplicables y á las
de Sierra-Morena y las contiguas comarcas extremeñas. Pali­ que suplían con las resoluciones reclamadas por las exigen­
llos, Solana, Orejita, Jara, Peco, Cándido Tercero, los Cuesta cias do su peculiar situación.
y otros cabecillas de menos nombradía, paseábanse á sus an­ El ministerio universal que regentó don Juan .Bautista Erro
chas por dichas provincias, entorpeciendo su tráfico y comu­ y que no llegó á realizar las esperanzas que habia hecho con­
nicaciones, y viviendo de la rapiña y de los duros rescates que cebir aquel hombre, que no era por cierto vulgar ni ignoran­
imponían á los ganaderos y labradores ricos. te, habia terminado poco antes de efectuarse la expedición
En setiembre el pueblo y los fuertes de Puerto Lápice opu­ magna, á cuyo frente se puso don Cárlos; quien antes de pa­
sieron una denodada resistencia á Palillos, quien, eu union de sar cl Ebro formó un gabinete compuesto del obispo de Leon
la mayoría de las facciones manchcgas, puso cerco á dicho para Gracia y Justicia; Lavandera para Hacienda; Cabanas
punto, incendiando sus arrabales y caseríos; mas aunque in­ para Guerra, y Sierra para Estado; ministerio del que lité se­
timó la rendición en términos los mas conminatorios, no logró cretario general don José de Morejon.
el partidario intimidar á los valerosos nacionales; y temeroso Si algo provechoso para la causa del Pretendiente podia
¡d fin de la aproximación de una columna de tropas do la hacer aquel gabinete, debía procurarlo en el triple terreno do
Reina, levantó el sitio llevándose por delante cuantos gana­ la política interior, de las alianzas exteriores y levantando
dos, caballos y viveros encontró á su paso. recursos para alimentar la guerra, sin asolar el país, sin ma­
Gomo el medio mas eficaz de oponer un dique al vanda­ tar la gallina de los huevos de oro, que era lo que venían
lismo de las facciones que dominaban las antedichas provin­ siendo las provincias Vascongadas, cuya administración forai
cias, apuntó en la opinion la idea de que se formase un se consumía y se aniquilaba para sostener Ja carga impuesta
ejército de reserva, proyecto que no tardó on adquirir propor­ por la presencia de don Cárlos y su ejército.
ciones y del que en breve habremos de ocuparnos. Pero ¿qué podia esperarse do una corte como la de ()ñal.e,
Durante el curso del año de 1837, la vecindad de la Man­ que no supo aprovechar la debilidad cuque constituyeron al
cha, el abrigo de los montes de Toledo y la cordillera que gobierno de la Reina las consecuencias de la asonada de la
separa á Castilla de Extremadura, permitían á los cabecillas Granja, cuando en vez de haberse prevalido don Cárlos del
levantados en las provincias de Badajoz y Cáeeres el mo­ descontento tic Jos moderados presentándose como un ele­
lestar á los pueblos de ambas, los que animados do un mento de conciliación entro las dos parcialidades, so mostró
excelente espíritu, debieron á la decision de sus milicianos mas fanático que nunca, y contestó á las indicaciones del
Ü5S HISTORIA D K K S l ' A XA.

Hoy do Ñápeles sobro probabilidades do transigir con la .Rei­ exponiendo el (pie siguió en la segunda época de su adminis­
na gobernadora, relativamente á los disputados derechos de tración, como individuo del gabinete Calatrava, obliga al autor
las (los ramas, i|uu don Carlos «exigia como condición pre­ á llenar su empeño oñ el reducido espacio que únicamente
liminar qm: la ( lobornadora, que la madre de Isabel II lo re­ comportan los límites del trabajo eometídole por los editores
conociese como legítimo rey?» Con aquella pretension covri o de la presente historia; indeclinable necesidad que lo compele
parejas la gran medida, por medio de la cual creyó el Preten­ á sustituir á la exposición analítica un resúmen sintético que
diente que triunfaría de las excentricidades do la revolución, ofrezca los resultados generales de la gestion económica de
medida que se redujo á declarar ¡i la Virgen délos Dolores los progresistas en la segunda época de su dominación.
por generalísima de sus ejércitos. Lo que elejamos dicho en el capítulo VI del libro IV de­
Respecto á alianzas extranjeras, la geografía de la Penín­ muestra fundament al mente la debilidad de las concepciones
sula coartaba los efectos de las simpatías que en favor de económicas de Mendizabal, sus fantásticos proyectos respecto
don (Virios abrigaban los gabinetes del Norte. á crédito público y el deplorable uso que hizo del recurso ele
Si el foco revolucionario que aquellas cortes deseaban apa­ los bienes nacionales, ya sea como elemento do actualidad
gar hubiese tenido por teatro á Italia ú otros territorios con­ para levantar fondos, ya sea como provision paroi cl pago re­
tiguos á sus Estados, es mas que prob tibie que lastres poten­ gular de los réditos de la deuda.
cias, ó solamente una do ollas, hubiese intervenido. Habiendo hallado el ministro poco menos que exhausto el
Mas pani operar en el territorio de la Península, hubiera tesoro público, pues como en su dia dijimos y era fácil de
habido que atravesar el de la vecina Francia, cuyo gobierno se vaticinar, los cuatrocientos millones del empréstito contrata­
hallaba ligado por un tratado solemne con Inglaterra para do por el conde de Toreno con la casa de Árdoin y compañía
oponerse al triunfo del legit.imismo en España como en Por- de Paris, vino á ser cosa bastante parecida al plato de lentejas
I ugal, y no pesaba lo bastante don Carlos en la estimación de por el que Esaú vendió su derecho de primogenitura, toda vez
las cortes del Norte parti quo estas arrostrasen por su causa que el parcial, intempestivo y empirico arreglo de la deuda
las cousecuetieias de una guerra continental. Eran por consi­ exterior efectuado por el conde de Toreno cerró para España
guiente del todo imaginarios los cálenlos fundados en una el mercado monetario exterior, que á condiciones las mas
intervención extranjera en favor del Prêt,endiente. lisonjeras so nos abria á la proclamación de la Reina doña
Mas si no podia don Carlos esperar de aquellas cortes au­ Isabel, suceso favorecido por la celebración del tratado de la
xilios materiales ostensibles, mucho les era dado hacer en su Cuádruple Alianza, vióse Mendizabal por efecto de la mala
favor, facilitándole recursos pecuniarios; elemento del que situación en que encontró la Hacienda, compelido á luchar
merced ¡í los desaciertos financieros del conde de Toreno y contra la doble dificultad de la falta de recursos (el escaso
de Mendizabal carecía igualmente el gobierno de la Reina, lo residuo de los cuatrocientos millones del empréstito de Ar-
que habría hecho muy verosímil que de haber podido clon doin hallándose aplicado al pago del semestre próximo á
( Virios continuar la guerra sin vejar á los pueblos y sin tener vencer de la (leuda) y reducido á faltar á sus solemnes com­
que apelar á que su causa fuese defendida en vez de por sol­ promisos de no contraer empréstitos sin especial autorización
dados, por merodeadores que eran el azote dolos pueblos, Im­ de las Cortes. Tal fué, en efecto, la condición que se había
bria tenido probabilidades de éxito. impuesto al pedir y obtener el célebre voto de confianza, del
Pero las cortes del Norte pedían á don Carlos alguna ga­ que tomó pió pava todas las extrañas y onerosísimas opera­
rantía de fuerza, la toma do una plaza fuerte, la posesión (le ciones á que recurrió para salir de los crecientes apuros de la
una capital, á la que pudiesen enviar sus representantes en la triste situación financiera que recibió y que concluyó por
seguridad de no verlos expelidos de ella por efecto de lo pre­ agravar en vez do haberla remediado.
cario de la situación en que no cesó de hallarse la causa del En efecto, Mendizabal, verdadero inspirador y usufructua­
Protend ¡ente. rio de la revolución del 11 de agosto, llamado al ministerio
Ante esta poderosa objeción caían las probabilidades de de Hacienda para dar impulso, para allegai* por medio de re­
empréstitos garantizados por los gabinetes simpatizadores de cursos materiales elementos de vida á su partido, cerró los
la (anisa carlista, que venían á reducirse á negociaciones con ojos ante toda otra consideración que la de levantar fondos de
banqueros de pega y especuladores aventureros, quedando des­ cualquier manera y á cualquier precio, y no supo hallar otro
vanecidas las esperanzas, ó en otro caso, oran tan mezquinos los modo do verificarlo, sino violando la misma ley que en justi­
resultados que dejaban reducido á don Carlos àm ia impoten­ ficación de sus medidas invocaba, y que no era otra sino aquel
cia comparable, en cuanto á recursos, á la que aquejaba al par­ voto de confianza que le concedió el. segundo Estamento de
tido liberal, quo siempre llevabasin embargoásu contrarióla procuradores, bajo la expresa condición de que no se haría
ventaja do ser obedecido en las tres cuartas partes do la nación. uso de él para levantar empréstitos, con!,raer deudas ni impo­
Uno de los mas pingües manantiales de oro á que tuvo ac­ ner contribuciones ; operaciones á las que se entregó Mendi­
ceso don Carlos lo debió á la generosidad ó al miedo de indi­ zabal sin disimulo, confiado como se hallaba de que las Cortos
viduos de la grandeza. Entre los que movieron el primero de constituyentes que iban á reunirse, y cuya mayoría no podía
esos resurtes y figuraron en primera línea se hallaba el mar­ menos de ser hechura de su partido, no le negarían cuantos
qués do Villafranca, el conde de Alcudia y otros proceres que bilis de indemnidad solicitase.
seguían las banderas del Pretendiente, y que apuraron sus Hé aquí los medios empleados por Mendizabal para obrar
recursos y además su crédito para proporcionarlo sumas de con desembarazo.
consideración. La ley de arreglo de la deuda de 18:11 habia creado títulos
Los había outre los segundos que vivían entre los liberales, activos al 5 por 100 de interés por toda la suma que represen­
que habian jurado fidelidadá la Reina, y que hasta desempe­ taba la deuda extranjera llamada en virtud de dicha ley á la
ñaban cargos honorificos en su corto; sujetos que ya fuese conversion, cuyos nuevos títulos debían ser entregados por
secreta adhesión ála causa del aspirante á Rey, ó por liacer.se la comisión do Hacienda croada en Londres en canje de los
perdonar por esto si llegaba á triunfar del ostensible homena­ antiguos documentos de crédito; pero como los acreedores
je que habian prestado á su competidora, suministraban se­ extranjeros recibieron tan mal la especie de bancarota de que
cretamente. fondos al erario de Olíate, entendiéndose al efecto los hacia víctimas la ley Toreno-Arcloin, no acudieron sino en
con los individuos do su clase que en el extranjero desempe­ minoría á efectuar el canje; y Mendizabal, cuando se hubo
ñaban (>1 papel do representantes y agentes financieros do don I| desengañado de que el estado en que habia hallado el crédito
Carlos. exterior no permitía levantar nuevos empréstitos, dio orden
DOCUMENTO NUM. I al extranjero liara vender los titulos que no debían ser pucs-
SKÍUIXDA. ríl’OCA Olí Í.A ADMINISTRACION ECONÓMICA
I
¡
tos en circulación sino á canje de los antiguos; hecho que
DK MENIHZAIUL
cabria calificar hasta de delito á no haber Mendizabal proce­
dido, aunque arbitrariamente, con entera buena fe, en la per­
El compromiso contraido en el capítulo II del libre IV de suasión de que salvaba los intereses de la nación cuando la
completar el ('studio del sistema rentístico do Mondizabal, 1oslaba arruinando.
EDAD MODERNA O.-.O
Y no solo se faltó á la ley vendiendo los títulos depositados dríamos llamar los capitalistas borregos de Madrid acos­
para el exclusivo objeto de su canje con los antiguos; sino tumbrados á esquilmar á los grandes y á los cortesanos disi­
que abusó el ministro en mucho mayor grado déla dictadura padores; hombres codiciosos que no se atrevían á negociar
de que lo revestia la situación por ól y sus amigos creada. con el gobierno, pero que aceptaban los valores de esto, me­
Como resultado de las negociaciones do los empréstitos de jorados con las firmas de los especuladores, que venían á sel­
las Cortes de 1821 y 22, existia en poder de la casa de Ardoin los intermediarios entre el Tesoro y la banca.
una no despreciable masa do títulos del 5 por loo, de cuyos Don Pio Pita Pizarra, sucesor de Mendizabal, presentó á
valores dispuso Mendi/.abal, como garantía primero y como las Cortes el estado de tocias las operaciones hechas por Mi-n-
medio de pago despues, adjudicando á bajo precio el millón dizabal con arreglo al procedimiento de que acabamos de dar
y quinientas mil libras esterlinas que de esta clase de papel idea, estado del que aparece que esto sistema de arbitrajes
se hallaban en poder de la casa de Ardoin y de la de Ricardo procuró en 1837 á la Hacienda de los progresistas sobre cien­
ile Londres. to cincuenta á doscientos millones do reales, cuyos ini cresos,
Xo contento todavía el ministro con tan flagrantes enormi­ renovaciones y cambios redujeron el ingreso liquido de la
dades financieras, quiso servirse de la comisión establecida en mitad de su valor nominal; resultado que perfectamente jus­
Londres para el canje dispuesto por la ley de 18:14 y exigió de tifica nuestro «aserto de que «aquel sistema- rentístico producía
olia que se prestase á confeccionar, ó por lo menos autorizase el efecto de esterilizar en manos del gobierno sus propios re­
con su intervención la creación de nuevos títulos destinados cursos, reduciendo á la mitad el producto do las obligaciones
á emisiones que podían llamarse hasta subrepticias, pues no del Tesoro.
descansaban en otra autorización legislativa que el voto de Compréndese en efecto que un gobierno, del mismo modo
enn/lanza, cuyas cláusulas terminantemente prohibían lo 1que un particul.ar que no goce de crédit,o, tenga que pagar
que con el mayor desenfado y valiéndose de su doble inves­ intereses usurarios cuando se propone levantar fondos sin
tidura oficial y revolucionaria acometía el ministro sin escrú­ otra garantía que la do la responsabilidad general del Estado.
pulo ni miramiento. En parte y con cierto misterio se había Pero cuando este gobierno entrega ai prestamista, á título de
recurrido á estos deplorables medios de forzar el mercado garantía, valores negociables que obtienen un precio en el
monetario. mercado y los deja pignorados en cantidad suficiente á levan­
Durante la primera gestion financiera de Mendizabal tar sobre ellos la suma que hade prestárselo; el gobierno que
en 18:15 y principios de 30 tuvo este que hacer frente á los así obre tiene derecho á ser tratado como perfectamente sol­
armamentos extraordinarios de las dos quintas de ciento cua­ vento, toda vez que el dinero efectivo no varia do valor por­
renta mil hombres y al pago del semestre de mayo de 1837; que se halle en manos del necesitado.
poro llegado el vencimiento y no habiendo ni títulos que El sistema que suficientemente dan á conocer las prece­
vender, ni plata de las iglesias que fundir, ni campanas que dentes explicaciones, reducia como queda dicho á la mitad
enajenar, ni sacándose de los bienes nacionales recursos en de su valor intrínseco los valores sobre los que se levantaban
efectivo, recurrió audazmente el ministro al sistema que su los fondos facilitados al Tesoro. En puridad este anticipaba
benévolo defensor don Agustín Arguelles trató de justificar á sus prestamistas valores con los que estos levantaban el di­
ante las Cortes diciendo que, cuando las entradas del Erario nero que prestaban al gobierno á un interés usurario.
no correspondían á las necesidades del servicio y no podien­ El presupuesto formado por Mendizabal para el «año de 1837
do posponerse las de la guerra ni demás urgentes para el ascendia á mil novecientos cuarenta millones, que el minis­
sostenimiento del Estado, el ministro estaba perfectamente tro redujo á mil quinientos setenta; y «siendo los ingresos
autorizado á valerse de cuantos recursos permitiesen conti­ .calculados para el mismo año sobre ochocientos cuarenta y
nuar el único sistema que en circunstancias tan angustiosas dos millones, arrojaba un déficit de setecientos cuarenta mi­
Cabia adoptar, el sistema de trampa adelante; expresión que llones, considerablemente aumentado por las obligaciones
salida de los labios de un estadista de tan acrisolada probi­ pendientes de pago que pesaban sobre el último presupuesto.
dad y de principios tan severos como era don Agustín Ar­
guelles, daba á conocer hasta qué punto los hombres mas DOCUMENTO NUM. II
rectos se dejan dominar por el espíritu de partido. URDEN GENERAL DEL 30 DE OCTUBRE DK 1.‘•■'37 EN MIRANDA
Y no pararon las peregrinas invenciones del sistema ren­ DE EBRO
tístico de Mendizabal en las que hemos señalado. Rodeado
de. urgentes atenciones, sin presupuesto do ingresos y sin cré­ Soldados del ejército del Norte: La sublevación del regi­
dito para acudir á operaciones regulares do tesorería, inventó miento provincial do «Segovia en Santander en 9 do agosto
un sistema para levantar dinero, cuyos resultados veniali á último; la sombra sangrienta del dignísimo general don Ra­
reducirse á que un duro cu poder del gobierno no valiese fael de Cevallos Escalera «sacrificado cobardemente por una
mas que diez reales. El procedimiento era muy sencillo. Se turba de asesinos sublevados en esta misma villa en 1C del
contrataba una operación del tesoro con las casas que, abrien­ propio mes; la espantosa brecha abierta á la disciplina mili­
do el ojo á la ganancia, lo cerraban hasta cierto punto al pe­ tar, único lazo de que pende la esperanza de la patria; el feo
ligro, entrando en operaciones aventuradas. Tomaron estas borran de ignominia que tan inaudito «atentado infería en la
diferentes formas, siendo la mas usual y corriente la de ofre­ acrisolada reputación de este benemérito ejército; y, en fin, el
cer al Tesoro una suma, pagadera la mitad, á veces la tercera clamor do la nación angustiada con ver impune un crimen
parte, en metálico y muchas veces en pagarés ó letras, de­ «atroz que minaba por su base las instituciones sociales, todo
biendo entregarse el resto en cupones de la deuda, vencidos esto exigia de mi como de vuestro general en jefe una públi­
y no pagados, en libranzas sobre provincias, protestadas á su ca vindicación. El día do hoy la ha visto del modo mas autén­
vencimiento, y on billetes del Tesoro, admisibles por la mitad tico y solemne.
de su valor en pago de contribución. Los asesinos dol héroe inmolado han sido en número de
Estas tres clases do valores sufrían un descuento tan con­ dies pasados por las armas Est,«as han lavado la inanella
siderable que no será exagerado graduarlo en 50 por 100. Mas que oscurecía el terso renombre del ejército. El brazo de la
como el gobierno no tenia crédito ni su papel inspiraba con- justicia militar alcanzará también á los que no se hallaban
fianza, los prestamistas estipulaban que se les entregasen ga­ hoy en este cuartel general.
rantías consistentes en valores negociables como vales ó Treinta y seis do menos criminalidad, aunque cómplices en
títulos, cuando los había; en delegaciones sobre la renta el hecho, salen hoy para el presidio de Ceuta, condenados por
dé loterías, de «aduanas ó de tabacos; en libranzas contra toda su vida; y el provincial de Segovia, que abrigó en su seno
el contratista de azogues y en letras sobre la Habana, Puer­ estos malvados, ha sido disuelto al frente de las divisiones de.
to-Rico y Filipinas que libraba el gobierno, las mas veces, la Guardia real de infantería, segunda, tercera, caballería y
en la seguridad do que no serían pag.adas ; pero esta masa baterías rodada y de montaña. Sus joles, oficiales y sargen­
do títulos y de valores servían á los prestamistas para ro­ tos, que no tuvieron la suficiente energía para morir defen­
bustecer con ella su propio crédito y acudir á lo que po- diendo á su general en jefe y la integridad de la disciplina,
•2(50 H I S T O R I A ]>K KSI’AÑA

marchan tí disposición de S. M.; y la (ropa, quedando los ca­ Alerta, soldados: estos enemigos tienen perdida la esperan­
itos de soldados, lia sido diseminada un todos los cuerpos para za de venceros en ios combates; y todos sus esfuerzos se ci­
quo en lodos so recuerdo Ja memoria de oslo dia. fran ya solo en desuniros, é introducir en nuestras filas la
lisi o acto do expiación i| tic redamaban imperi osamente tan discordia y la indisciplina. Ellos pagaron sin duda alguna los
l'uerles consideraciones, repugna como todo castigo á mi co­ puñales que nos arrebataron á nuestro digno compañero Es­
razón, i j t i c os ama y aprecia vuestras virtudes; pero era in­ calera; y esos que habéis visto hoy fusilados no han sido sino
dispensable, y si Jo he diibrido hasta hoy lia sido por la acti­ instrumentos miserables del brazo vil de nuestros enemigos.
va persecución que liemos terminado y porque deseaba que Alerta, pues; y si alguno bajo cualquier máscara que sea se
tuviese lugar la pena donde se. perpetró el crimen. Jin vues­ introdujese entro vosotros pretendiendo relajar los lazos do
tros rostros he visto con placer mientras se ejecutaba, la sa­ la union y disciplina que indudablemente nos han do llevar
tisfacción que os causaba el presenciar Ja reparación solemne tila victoria, denunciádmelo.... yo mismo lo luiré menudos
de la ñola que gravitaba sobre el ejército, y el castigo de los fragmentos....Esos instigadores ocultos son víboras que en­
que os robaron un general, un hombre á quien «amabais y á venenan, que desgarran alevosamente el seno de la patria. Yo
quien siempre visteis á vuestro trente en los peligros y en la confio en vuestra vigilancia....Sed cada uno un centinela de
senda de Ja victoria. Una diputación de sargentos de todas los mas caros intereses de esta nación desgraciada, y el que
las armas ha venido al concluirse el acto tí darme las gracias se atreva á acercaros con siniestras m iras.... que tiemble.
en nombre de sus clases y con permiso de sus jetes por el El ejército español es puro, es leal, os incorruptible, y es un
castigo de los criminales, y este hecho de amor á la disciplina muro de bronce contra el cual ya que nada pueden Jas bayo­
lia inundado de júbilo mi corazón.... Con soldados como vos­ netas do don Otilios, tampoco prevalecerán sus rustrerus é in­
otros, multi es imposible. Jai tirano y sus líenlas so estremece­ sidiosas maquinaciones.
rá» en sus guaridas, y ia patria os deberá el ¡tizarse gloriosa Así lo espera de vosotros lleno do confianza vuestro generili
sobre los despojos do sus ¡lleves enemigos. en jefe,—Espartero.

LIBRO OCTAVO

LA NUEVA CONS TI TUCI ON

CAPITULO PRIMERO i días; efímero gabinete que completaron como notabilidades


Reacción conservadora.—Las prim eras Córtes ordina­ del partido progresista los señores don José Manuel Vachilo,
rias de la Constitución de 1837 don llamón Salvato, don Pio Pita Pizarro y don Evaristo
San Miguel. El ministerio de la Guerra que también se había
La vida de las Cortes constituyentes de 183(1, íntimamente conferido á Espartero, entró á desempeñarlo interinamente
ligada tí la existencia del ministerio Calatrava, expresión este el subsecretario del mismo don Pedro Chacon. La ausencia
dii movimiento revolucionario consumado en la Granja el del presidente nominal de aquel gabinete, cuya íntegra dura­
I l de agosto do aquel año y tí. consce»eliciti del cual fué resta­ ción no pasó ele cuatro dias, motivó que la jefatura fuese
blecida Ja democrática Constitución do 1812; la vida política, conferida con la cartera de Estado á don Eusebio Bardají y
decíamos, de aquellas Córtes se encierra toda entera en las Azara.
vicisitudes de la lucha contra el carlismo y en la crisis que lai precipitación con que se formó aquel embrión do ministe­
trajo consigo la expedición mandada en persona por ei Pre- rio dió'Jugar á otra nueva modificación antes de que estuviese
Iendiente, infructuosa tentativa dirigida tí reanimar con su aquel constituido, pues por renuncia de Vachilo entró en Go­
presencia y la ilo sus soldados un entusiasmo que la expe­ bernación clon Diego Gonzalez Alonso, ox-cliputaclo de 1823; en
riencia demostró en demasía haber cesado de existir á favor Gracia y Justicia don Juan Alonso Cas tejón; en Marina don
de su etilisti, en el corazón de los españoles. Francisco Javier Ulloa; nombramientos modificados tres chas
qiueila anteriormente expuesto cuál era el estado do los despues con la entrada en Gracia y Justicia de don Pablo
ánimos en Ja capital y en las provincias al aproximarse á Ma­ Mata Vigil, de don Francisco líamonet en Guerra, sustituido
drid el 12 de seliembre el cuerpo do ejército conducido por casi inmediatamente por cl baron del Solar de Espinosa, ha­
Espartero en auxilio do ia capital. También creemos haber biendo quedado la Hacienda por breves chas á cargo de un
dado suficiente idea de lo decaído que en el concepto público antiguo director de. rentas, clon Antonio María de Seijas, tí
se hallaba el minisi crio Calatrava, decadencia que Inibiti na- quien sin sarcasmo alguno podemos llamar ministro de ve­
lurtilmente conducido á una reacción favorable tí las ideas rano, mote que sugiere la peregrina ocurrencia de haber Sei­
conservadoras, las que por otra parte afirmaron su inllujo jas, el único cha en que fuó interpelado en las Córtes sobre
merced tí la resolución musí rada por las clases en que dicha falta de subsistencias para el ejército, contestado al cargo de
opinion se recluta, til presentarse don Garlos ¡í la vista de Ma­ quo la caballería carecía de cebarla, con la cándida observa­
drid; circunstancia que encarecía lo mucho que el ascendien­ ción de que la estación brindaba con abundante forraje en
te ilo un liberalismo repartidor y templado Inibiti ganado en los prados.
la opinion general. Numerosos fueron en verdad los decretos, leyes y resolu­
Scmcjanlo situación explica la facilidad con que cayó al ciones que en los últimos seis meses de su gastada existencia
peso de. su impopularidadel ministerio Calatrava, al que vana­ promulgaron aquellas Curtes, compuestas de elementos tan
mente intentaron de impartir vida las excentricidades del di­ heterogéneos que la fuerza quo hubieran podido prestar á un
putado don Antonio ¡Suonile y sus apasionadas declamaciones gabinete para quo gobernase con la resolución y empuje que
empleadas sin éxito con el señalado propósito de atraer tí Es­ las circunstancias requerían, se la quitaban por otro lado pro­
partero al jirón progresista; sin haber tampoco conseguido moviendo excentricidades que rechazaba la opinion.
dar fuerza moral ¡il nuevo gabinete sucesor del de Calatrava. Mas como la mayor parte do la legislación de aquellas Cór-
La presidencia nominal de este se confirió til conde de Lu- I, tes estábil destinada tí una existencia efímera, bastará hacer
chana, quien no consintió en conservarla sino por muy pocos |I mérito de aquellos do sus tictes de mayor significación. Fue­
E DA D MO D E R N A 2(51
ron los mas señalarlos, la ley aclaratoria do las de señoríos ejército de reserva, al que servirían de primera baso los bata­
do 1811 y disponiendo por aquella que la presentación llones de milicia nacional que so movilizasen en Andalucía y
de los nítidos de adquisición para que los señoríos territoria­ los cuerpos francos do la misma quo no estuviesen empleados
les y solariegos se considerasen en la clase de propiedad par­ en guarniciones do plazas fuertes ó en la conservación del
ticular, solo se entendería y debería aplicarse á los pueblos y orden público.
territorios en que los poseedores actuales ó sus causantes hu­ La organización y mando de esto ejército, decretado do ur­
biesen ejercido jurisdicción. gencia, se confiaba al brigadier de infantería don Tíamon Ma­
ha ley de 0 do octubre puso á disposición del gobierno, con ría Narvaez, á quien con esta demostración de confianza daba
<;1 único y exclusivo objeto do atender á los gastos de la guer­ el gobierno la primera señal de desagravio, viniendo á repa­
ra, las alhajas de oro y plata labrados, que en el concepto de rar, en cierto modo, las sevicias y persecuciones de que habia
pertenecer á las catedrales, colegiatas, parroquias, santuarios, sido objeto despues de sus señalados y brillantes servicios en
ermitas, hermandades, cofradías y demás establecimientos la campaña contra Gómez,
eclesiásticos se habían inventariado á tenor de lo dispuesto Esta primera y tardía muestra do equidad de parto, del go­
en octubre del año anterior. bierno, venia también á contrabalancear en otro sentido el
Otra ley fechada con pocos dias de intervalo, declaró que favor que habia alcanzado el general Alaix, autor de la insur­
dejasen de ser considerados corno españoles y quedasen pri­ rección militar do Cabra y rival do Narvaez con motivo de
vados de los cargos, empleos, sueldos, pensiones y cruces los sucesos que en su dia explicamos y fueron la causa de que
que hubiesen obtenido los residentes en Europa yausent.es la célebre primera expedición carlista al interior de España,
del reino sin licencia, que no se sometiesen al gobierno no quedase rendida y prisionera en Alcaudete en la nocini del
de S. M. y no prestasen juramento de guardar la Constitución dia 29 de noviembre del año anterior.
y ser fieles á la Tíeina, dentro del plazo de los tres meses que Antes de disolverse acordaron también aquellas Cortes la
íiabia señalado la ley de 10 de julio de dicho año. creación y establecimiento en la iglesia do San Francisco de
Un decreto de las Cortes, con carácter de ley, regularizó, la corte de un panteon nacional al que se trasladarían con
bajo distintas bases de las establecidas en 1812, 1S2Ò y 1821, la mayor pompa posible los restos de los españoles ilustres á
el ejercicio de la libertad de imprenta. Establecíanse por la quienes cincuenta años al menos despues de su muerte con­
nueva ley garantías imitadas de la legislación vigente en siderasen las Cortes dignos de este honor.
Francia, y se prescribía la facultad de recogida antes do la Pasando por cima del espíritu si no de la letra de lo estable­
sentencia condenatoria de un impreso, poro no anterior á su cido por la anterior declaración, decretóse que se inscribiesen
publicación, cláusula la que citamos que posteriormente sir­ en el salon de sesiones del Congreso en letras de oro los nom­
vió do agarradero para ol abusivo derecho de recogida antes bres de Riego, del Empecinado, de Manzanares, de Migar,
do la publicación y del que tanto debían prevalerse los go­ de M ariana Pineda y de Torrijos.
biernos en lo venidero, poro que ínterin estuvo vigente la No obstante las observaciones que preceden, en las cuales
Constitución de 1837, tuvieron la opinion pública y la prensa id expresar un juicio relativo á las Constituyentes de 1Siili
periódica suficiente poder moral para impedir que se le die­ mas bien que nuestra propia opinion liemos procurado refle­
sen las violentas aplicaciones á que mas tarde se entregaron jar la del público, cumple á la conciencia histórica reconocer
los gabinetes ultra-conservadores. y proclamar muy altamente que aquellas Cortes, á despecho
Hieha ley de imprenta y la electoral constituyen sin duda de las faltas que cometieron y con las cuales se perjudicaron
alguna la parte mas importante de la legislación política de á sí mismas y á la opinion que representaban, mas de lo que
aquellas Cortos. pudieron perjudicar al país, merecieron bien de la patria por
Consagrábase en la última de dichas leyes el ya universal- ol solo 1lecho de haber vol ado la Constitución de 1S37; acto de
monto reconocido principio de la elección directa. Estable­ incontestable madurez política, por cuanto salvo ligorísimas
cíase ol censo ó cuota electoral en 200 reales de contribución excepciones muy fáciles de subsanar, se establecía una ver­
.-urna, ó la posesión de una renta líquida que no bajase do dadera transacción, no solo entre las dos opiniones entonces
l.noo reales. militantes del liberalismo, la moderada y la progresista, sino
Asimilábase en olla á la renta la cuota de contribución, que también habría alcanzado aquella transacción, como en
la posesión de aperos de labranza ó el arriendo de tierras ó breve lo demostraremos, á la mas amplia, mas general y du­
de edificios urbanos, cuyo importo, fijado por la ley, servia radera, entro la España tal cual la conocieron y amaron
del mismo modo para justificar la capacidad contributiva nuestros padres y la patria do las nuevas generaciones que
del (doctor; sistema en cuyo análisis nos dispensa do entrar tan dolorosos esfuerzos nos cuesta edificar.
la corta duración que tuvo aquella legislatura, que por otra Sobreponiéndose á las pasajeras veleidades que ocuparon
parte dejó lineila y creó antecedentes do que nos haremos el ánimo do algunos diputados, á los que por analogía dare­
caigo al hablar do sus efectos con relación á los resultados mos el nombro do extrema izquierda, la mayoría do las Cortos
que la misma ley ejerció en las seis elecciones generales pos­ desechó el pensamiento do convertirse on una especie de
teriores á su promulgación, celebradas con arreglo á sus dis­ parlamento largo y acordó fijar de conformidad con el go­
posiciones. bierno el término ele sus sesiones, que debía coincidir con
Lo que hay de mas característico en el espíritu que guió á ol do la reunion de las nuevas Cortes íijada para el 19 de no­
los autores de aquella legislación, lo es sin duda, que sin viembre.
haberlo manifestado en la discusión, se dejaron evidentemente Amplio tiempo tuvieron las dos únicas opiniones que en­
influir por los principios que acababan de prevalecer en la tonces se disputaban el poder, la délos moderados y la di! los
adopción del primer bill de reforma inglés, desgraciada­ progresistas, para haberse preparado á la contienda, toda vez
mente no bien estudiado por los confeccionadores de la ley, que el 22 de julio se habia expedido el decreto do convocato­
pues de haberlo sido con mayor fruto habría marcado hori­ ria ipie aluda, por decirlo así, la sucesión del régimen que á la
zontes mas conformes á los hábitos de un pueblo libre, apar­ sazón imperaba.
tándonos del seroil plagiarismo de todo lo francés, en que La situación de los partidos se habia modificado grande­
tanto los conservadores como los progresistas y los hijos de mente desde las elecciones cuyo producto fueron las Cortos
estos, los demócratas, lian incurrido con deplorable perseve­ constituyentes que ibaná cerrarse; y para apreciar cuán pro­
rancia en todas las reacciones que han mareado los pasos, nunciado era el referido cambio on la opinion del país, bas­
tanto de adelanto como (le retroceso, que liemos venido dando tará observar que el partido que so hallaba en el poder y que
desde aquella época hasta la presento. habia hecho la Constitución, la ley electoral y dominaba ade­
Notablemente señala y corrobora el cambio que la opinion más todos los elementos oficiales, debió creer tanto mas ase­
pública habia experimentado y la decadencia de las influen­ gurado su triunfo cuanto que no existia al publicarse el de­
cias progresistas, el decreto fecha 19 de diciembre, suscrito creto de convocatoria ningún síntoma dis organización do
como ministro del ramo por don Evaristo San Miguel, por el parte de la opinion conservadora, pero había sobrevenido una
que se disponía la formación en la provincia de Jaén de un notable alteración en las corrientes de esto partido. Define
202 I l l S T O l t I A P K KSI’A Ñ A

aquella alteración con bastante exactitud im artículo publi- se hallaban persuadidos de la necesidad do proceder con la
cado en el número 237 de Vai Eecisln de España. precision y la cautela requeridas por la importancia de no
«Kl (alleeimieitlo tic Fernando VJI brindaba al país con enajenar ilo nuovo á la cansa de la nación la confianza de las
un horizonte ipie lindo ser fecundo en inapreciables bienes. muchedumbres, desconociendo sus simpatías y chocando con
La dinastía representada por la hija del último rey necesitaba sus preocupaciones.
para triunfar de su competidor establecer la mas completa »Aquellos hombres dando su aprobaciónálas doctrinas y á
alianza con el partitio liberal malamente vencido en 102:1 la enseñanza del primitivo Español, salido á luz en noviem­
por la ¡nlervcncion exlranjera y cruelmente perseguido des­ bre do 1S3Ö, formaban un grupo en el que se distinguían el
pues. Este partido tenia delante de sí la experiencia de los sabio Llores Estrada, Zulueta (último presidente de las Cortes
desaciertos (pie había cometido en la anterior época constitu­ de 1823), Meca, el general Latre, Vallera, don Antonio Quiro­
cional, desaciertos ipie le habían enajenado la afección de las ga, el jefe del pronunciamiento de 1.“ de enero de 1820, Llores
niudietlunibres, lo tpiu dictaba á los liberales la conveniencia Calderón, Saturnino Calderon Collantes, Loltrau do Lis, Bor­
de consultar con fruto las tendencias conciliadoras y templa­ rego y otros entro los vueltos do la proscripción, cuya opinion,
das á la sazón en boga en toda Lu ropa. al paso que tenia por insuficientes las concesiones dol Estatuto,
»María Cristina creyó (pic evitaria el escollo confiando el rechazábalas impaciencias de los que no se contentaban sino
poder ¡í los hombres reputados como mas doctos, mejor in- con el restablecimiento do la Constitución de 1812.
lcn< ¡onsdos y menos propensos á exageraciones entre los li-, »Sabido es que Isturiz prestándose á ser el representante tic
h en iles. Martinez de la llosa, el conde de Torcilo, (lardy, aquella política conciliatiora provocólas iras de los agitadores
Muscoso ile Altamira, que eran los estadistas de mayor re ­ que en Zaragoza, en Barcelona, en Valencia, en Málaga, en
nombre cutre los que los exaltados de 1«20 apellidaron Cádiz, en Sevilla y demás populosas ciudades del reino se
■¡Hislrhmix, tuvieron la misión de trazar las condiciones del habían sublevado contra el gabinete Toreno.
paci« entre la corona y los liberales. Dudar do las patrióticas »Sabido os igualmente cómo, no pudiendo resistir Isturiz
aspiraciones de aquellos hombres fuera no hacer justicia á sn á los levantamientos de las provincias, vino á darle el golpe
memoria; pero desgraciadamente sn prudencia, su timidez de gracia el motín soldadesco de la Granja que produjo el
superaron á su provision, y cuando el problema por resolver juramento de la Constitución do 1812, violento desenlace
consistia en atraer decididamente á los vencidos ile 182:1, sin contra ol que vinieron á estrellarse las doctrinarias ilusiones
para- ello desarmar á la Corona; en vez de inspirarse aquellos de los que no habían querido creer en los vaticinios de El
hombres en la Constitución belga, en la Carta francesa de 1830, Español, el que desde su aparición había sostenido que, dadas
ó en la que el emperador don Pedro había otorgado á Por­ las circunstancias en que el pais se hallaba, el sistema dol
tugal; poseídos do un miedo pueril á la revolución, enamorá­ Estatuto era insostenible.
ronse del retrospectivo y arqueológico invento del Estiduto »Mas aunque materialmente i^encedores los doceañistas que
■real, pensamiento reducido ¡í resucitar instituciones y nom­ dirigían el partido mas avanzado, no crearon sino una situa­
bres lomados á la Kspaña do la Edad media, cuando sus Cor­ ción que nacía muerta y que solo la actividad, la inventiva,
tes presentaban peticiones en vez de votar leyes, lo cual la energía de Mendizabal para hacer frente á las exigencias
equivalia á denegar i a totum á los españoles del siglo x ix los de la guerra, pudo hacer durar el tiempo que exigió la refor­
fueros ile la libertad política y la garantía ele la imprenta, ma de la Constitución de 1812 provisionalmente restablecida.
restringiendo al mismo tiempo el derecho electoral á los in­ »La enseñanza de El Español liabia sido fecunda. Adversa­
dividuos de ayuntamiento y á igual número ele mayores con­ ria aquella escuela de las soluciones progresistas, no las im­
tribuyentes. pugnaba por lo que de liberales tenían, sino por no ser con­
»Consiguiente á semejantes restricciones fue el conservar formes á las mas acreditadas deducciones de la ciencia, tanto
(oda la armazón administrativa del gobierno absoluto, incur­ en política como en economía pública.
riendo en d deplorable error de creerse fuerte el ministerio, »Habíase hecho grandemente sentir en el seno de las Cons­
cuando para serlo no satisfacía, y antes al contrario descon­ tituyentes de 183t) el influjo de esta escuela, llegando hasta
tentaba al gran partido quo únicamente podia prestarle la el punto de que la minoría de aquella asamblea, ganada á sus
fuerza buscada por Martinez de la liosa y sus compañeros. principios, se sobrepuso al radicalismo de la mayoría, merced
»;Qné extraño podia sor, pues, que los liberales recidi salidos al patriotismo do Argiiellesyhi ilustración de don Salustiauo
do debajo del yugo do Calumante y de los insultos de los vo­ Olózaga, á cuyos trabajos se debió la aprobación del proyecto
luntarios realistas promoviesen las asonadas y los pronuncia­ de Constitución, compromiso bastante equilibrado y pruden­
mientos que dieron en tierra con el gabinete de Martinez de te, entre los esenciales atributos de la monarquía y las garan­
la liosa y posteriormente con el de Torcilo? La Peina gober­ tías reclamadas por los fueros de la libertad.
nadora. esperó atajar el descontento llamando al poder á los »Aquella Constitución, como mas ele una vez he tenido oca­
jefes de la extrema izquierda, á Isturiz, á Caliano, á Angel sión de observar, tenia esenciales puntos de contacto con la
Saavedva, pero el torrente había tomado otro cauce; Mendi- Constitución belga, ofreciendo á todas luces una bien calcu­
zabul, lisonjeando las esperanzas de los amotinados en las lada medida de la avenencia que importaba consolidar entre
provincias y la reacción anti-autoritaria, llegó lógicamente á la España de la historia y la España ile la revolución.
sobreponerse ¡i la dura compresión do diez años do inexorable » A fin de afirmar la nueva situación apartando la contin­
despotismo, y vino entonces á suceder á Isturiz algo parecido gencia de sucesivos choques entre las reminiscencias do lo
a lo que so vió en Francia en 1702, cuando la heroína del po­ pasado y las aspiraciones de las generaciones afiliadas á la
puladlo de Paris, Teroigno de Mevicourt, quiso volverse mo­ bandera de un progreso rápido y poco escrupuloso de lasti­
derada. y conciliadora, viéndose ignominiosamente azotado, mar encontradas opiniones é intereses, la escuela de El Es­
por las tricot tune# que ocupaban la galería de la Convención pañol concibió el atrevido pensamiento de asentar la supre­
nacional. macía, la hegemonia de las clases conservadoras, dando á
» Pero lo que, no obstante su incontestable liberalismo, no estas una bandera tan liberal, tan democrática, á usanza de
logró Isturiz, repudiado como se vió por los revolucionarios las tradiciones patrias, que á la vez que atribuyese á las cla­
que no quisieron ver en él el correligionario dispuesto á repa­ ses educadas y poseedoras la dirección moral de los espíritus,
rar los agravios por ellos recibidos, estaba reservado el lograr­ fuese la expansion dada á las ideas tan explícita y tangible
lo á otros elementos que dentro de aquella misma situación que de ellas recogiera el pueblo incontestables beneficios, en
(.eiiia-n un significado liarlo notorio para que dejase de ejercer términos que dejase do ser posible avasallar las creencias y
mia provechosa influencia sobre el ánimo público. afecciones de la mayoría nacional á las exageraciones y excen­
»Entre los emigrados lanzados de España por la reacción tricidades do prematuras aspiraciones.
de 1823 y vueltos al regazo patrio en virtud de la amnistía otor­ y>Todo por el pueblo, era la doctrina ile los progresistas; iodo
gada por la Jíeina gobernadora, contábanse hombres á quie­ para el pueblo, era la bandera que El Correo Nucional, conti­
nes su acendrado liberalismo no impedía conocer los cxnravíos nuador de El Español, levantó al dar á luz su célebre pro­
incurridos en la segunda época constitucional; hombres que grama, verdadero comentario de la Constitución do 1837
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interpretación leal cuanto liberal é indigena, destinada á dar »La utilidad y el valor de las reformas, decía la joven es­
la medida de lo que exigían las necesidades de nuestro estado cuela, deben consistir en hacer cesar los malos métodos, las
social. prácticas que alimentaban abusos; á cuyo docto sostenía la
»La Constitución de 1812 liabia proel am ado el sufragio uni­ doctrina de que podia procederne muy radicalmente en pun­
versal, la soberanía del pueblo, liabia desheredado á la corona to á ordenar ia corrección de cuanto de vicioso tuviese un
de su participación en el poder legislativo, dando el carácter carácter de permanencia, poro llevando por delante el princi­
de ley á las que votadas por las Cortes y no sancionadas por pio de indemnizar á los actuales poseedores, bien fuese com­
el monarca fuesen reproducidas en tres legislaturas consecu­ pensándolos ó conservándoles durante su vida las ventajas de
tivas por la iniciativa parlamentaria, establecía la absoluta que disfrutaran-, sin que directa ni indirectamente tuviesen
independencia, la viciosa organización de la milicia nacional sucesores.
y abría la puerta á errados sistemas para reformas economi- i »Consecuencia de esta doctrina fué la opinion sustentada
cas; derroteros estos, que de no ponerles un correctivo, ame- | por los propagadores, relativamente al deslino que se diera á
nazaban el peligro de que las reformas tomasen n n camino los bienes del clero; y al mismo tiempo que se reconocía el
errado, produciendo el incalculable mal á que indefectible­ derecho del Estado á la revindieacion de dicha clase de pro­
mente da lugar una revolución mal hecha, seguramente la piedad, proponía se les diera un destino conforme á los inte­
mayor de las calamidades que puede experimentar un pueblo reses generales de la nación y especialmente al de las clases
que cambia su estado secular aspirando á una reorganización trabajadoras.
completa. »Apoyándose en las luminosas demostraciones del sabio eco­
» A aquel torrente de mal dirigidas ideas, á aquella deplo­ nomista don Alvaro Flores Estrada, los escritores á que nos
rable falta de instrucción histórica, opuso El Correo Nacional referimos abogaban por que los bienes nacionales se enajena­
las siguientes bases orgánicas de ordenamiento social: sen á censo perpetuo, pero redimible, á favor de los arrenda­
» l.il Reconocer como ley fundamental y punto do partida dores del clero por un canon igual al importe de la renta que
de toda sucesiva mejora de las instituciones del país, la pagaban; sistema que habría procurado á la causa de las re­
Constitución de 1831/, respetando los procedimientos en ella formas partidarios mas numerosos y mas agradecidos que po­
establecidos. dían serlo los afortunados especuladores que los compraban
»2.a Que la inteligencia del dogma de la soberanía nacional en subasta, á cambio de un papel que en aquella época no-
no debia interpretarse de otra manera que como la expresión valia mas de 12 por 100.
de la supremacía de los poderes públicos constituidos, oséala »Sostenia además aquella escuela’que siendo el diezmo una
supremacía parlamentaria que reside en las Cortes con el Rey. parte integrante, aunque subentendida, de la renta de la tier­
»3.a Que el desarrollo del principio de nacionalidad tuviese ra, la abolición pura y simple de dicho impuesto equivaldria
por primera condición estrechar nuestras relaciones comer­ á un regalo hecho á los propietarios y que, por consiguiente,
ciales con Portugal. en lugar de abolir el diezmo, debía optarse por su redención
»4.a Que el poder rea) se ha de ejercitar por medio de mi­ á cargo de la propiedad territorial.
nistros responsables cuya duración en el mando Ira de depen­ »No es necesario enumerar las demás reformas de índole
der de que tengan mayoría en las Cortes, condición que económica abogadas por la escuela, para que claramente apa­
conduce á un perpetuo ó indeclinable acuerdo entre la Corona rezca que eran de índole mas científica y mas popular que las
y la Xacion. propuestas y llevadas á cabo por los progresistas.
»0.a Que la plenitud del poder político ha de residir en las »Pocos meses de propagación de aquellos principios, ¡basta­
Cortes con el Rey, debiendo los municipios y las provincias, ron para acreditarlos y lograr que fuesen aceptados por las
gozar de una razonable autonomía en la administración de clases de mayor valer ó instrucción.»
sus intereses locales. El opúsculo que hemos citado fue confeccionado en una
»G/ Separar el derecho canónico de la ley civil, preparando reunion, ó llámesele si se quiere comité, compuesta del duque
por este medio el establecimiento de )a tolerancia religiosa. de Veragua, de don Manuel do la Riva Herrera, del marqués
.w.il Plantear el mas rápido y completo desarrollo de la ins­ de Casa Irujo y de don Andrés Borrego; y acordada su im­
trucción primaria y la organización de la secundaria y tecno­ presión, se remitieron numerosos ejemplares á las provincias,
lógica. algunas semanas antes que se diese principio á la formación
»8.“ Abordar la reforma carcelaria y el establecimiento del do las listas y demás procedimientos preparatorios do la elec­
sistema penitenciario y de la educación moral de los penados. ción.
» 9.'1 Dar á los bienes nacionales una aplicación conforme Bin mas artificio que el acompañar el envío de los ejempla­
al interés general, al alivio de las clases menesterosas y al res con cartas para sujetos de posición é influjo en las pro­
fomento de la instrucción y del crédito. vincias, fué recibida aquella instrucción como un evangelio,
»10. Crear un sistema de obras públicas encaminado al fo­ como un precepto, libre y gustosamente, aceptado por los ciu­
mento ele la agricultura y al bienestar de las clases jornaleras. dadanos de mas valia. El resultado de la elección general no
■No se esperaba el partido progresista, el que hasta entonces pudo ser mas significativo. El partido que liabia triunfado
se liabia llevado por decirlo así de calle á los moderados del quince meses antes, que liabia hecho la ley electoral y confec­
Estatuto, á que del seno de la comunión conservadora surgie­ cionado las listas, que dominaba el país por el triplo resorte
se un cuerpo de doctrina de tanta robustez, y quedó sorpren­ de los ayuntamientos, de las diputaciones provinciales y de
dido y perplejo cuando bajo la inspiración de aquellos prin­ la Milicia nacional, vio desaparecer la inmensa mayoría que
cipios y á raíz de la ley electoral de 1831 votada por aquel habia traído á Jas Constituyentes; y ox-ministros, ex-presi-
partido siendo poder, un modesto opúsculo titulado M anual dent.es de anteriores Consejos de ministros, como Calatrava
para el um de los electores de la opinion moiuírquico-cons- y Becerra, no fueron elegidos; y antes al contrario, diputa­
tilucional, comunicase la instrucción tan oportunamente ex­ ciones tan compactas en favor de los progresistas, como lo
plicada y aplicada, del procedimiento que dió la victoria á habían sido las de Barcelona, Badajoz, Tarragona, Valencia,
los conservadores en las elecciones generales de 1838, dejan­ Cádiz, Málaga y muchas otras, cuyos diputados en las últimas
do en minoría á los que, dueños de la situación por la fuerza Cortes habían pertenecido en masa á dicha opinion, envia­
de los motines, so vieron vencidos por medios estrictamente ron en su lugar conservadores de color muy subido; y úni­
legales. camente por excepción dieron algunas provincias cabida á
»La escuela que aspiró á fundar el primitivo Español y que notabilidades progresistas ó á diputados nuevos do esta opi­
acabó de desarrollar El Correo Nacional, tenia por objeto rea­ nion.
lizar todos los adelantos y mejoras ofrecidas por los sistemas No nos son sugeridas las observaciones que proceden por el
mas liberales entre los conocidos, haciendo su aplicación con­ móvil de poner en relieve el triunfo del partido moderado,
ciliable en los intereses creados, con todo aquello que de in­ bautizado por la escuela, á cuyos trabajos nos referimos, con
dígena y viable se conservase entre las instituciones tradicio­ el nombre departido monárquico-conslilucional, sino unica­
nales del país. mente movidos porla importancia de señalar el decisivo cam-
T omo VI 35
2G1 Il I S T O R I A DK K S l ’ANA

bio quo habia experimentado la opinion, cambio originado de del bien público, no se veia correspondido en los términos
cansas morales, trabajado por modios de la misma índole y q ue para todos habria sido en extremo ventajoso.
rivando un procedente dé inmenso precio para la formación Cuál fuese el estado de la opinion en la inmensa mayoría del
y desarrollo de las costumbres públicas del país, cuyos ade­ país al reunirse las Cortes, lo dirá mas significativamente que
lantos, no obstante bailarse España bajo la presión de la pudiera hacerse por medio de calificativos pretenciosos, el
guerra civil, ínterin rigió la Constitución de 1837, dieron se­ que por un momento fijemos nuestra atención en lo que de
ñales di; madurez y de vigor que desgraciadamente no se sos­ las provincias llegaba á las Cortes en concepto de peticiones.
tuvieron por efecto de defecciones y do inconsecuencias que La diputación de Cuenca se expresaba en los términos si­
irá haciendo patente el giro que tomaron los negocios públi­ guientes :
cos á la declaración de la mayoría de la Reina. «Los recursos y la constancia de los pueblos y de los pa­
Las vicisitudes do la guerra, las calamidades que su inten­ triotas han tocado ya á su término ; los han consumido, tres
sidad y duración hacían todavía inas angustiosas para los años de malas cosechas, cuatro de exacciones y robos, el sa­
pueblos, la desunión hija del dualismo que dividia al partido queo y el incendio de las haciendas, la violación do las muje­
liberal, y la debilidad do los gabinetes sucesores del de Cala­ res é hijas; y la ninguna esperanza de vernos protegidos en
trava, necesariamente influyeron en el resultado de las elec­ adelante, hacia temer un cambio funesto en el estado polí­
ciones, veriticadas al finalizar el año último; conjunto de tico del país, que los rebeldes han anticipado repitiendo sus
causas que condujeron ú una reacción tan pronunciada en correrías...
favor de las ideas conservadoras, que hasta para los mismos »Las facciones de Aragón y Valencia llegan hasta media
progresistas era en aquellos (lias axiomático, que había por jornada de esta capital; las de la Mancha inundan el medio­
el momento al menos llegado el término de su dominación, y día y poniente hasta cuatro leguas de la misma; ayer mismo
de que el gabinete que sucediese al que presidia Bardají seria un centonar de facciosos ha aprehendido entre Albacete y Yi-
un gabinete conservador. llaeonejos una columna salida de esta capital, compuesta do
Mucho terreno había ganado entro la masa de este último granaderos de la guardia, habiendo asesinado á once de
partido la escuela de que antes liemos hablado, y que se pro­ ellos.»
puso rejuvenecer al partido conservador, haciéndole cambiar La diputación de Zaragoza manifestaba al Congreso que las
su antiguo mimbre ilo partido moderado por el de monárqvÁ- fortunas del país se hallaban destruidas, los talleres deshe­
cn-cunxlilucioii«!; que conservó hasta que se lo hizo perderla chos, las familias huérfanas; que no se oian mas que los ge­
nueva reacción en sentido inverso que siguió á la coalición midos de millares de infelices que maldecían hasta de su
de 1844. Los umv contados conservadores que figuraron en existencia. «En esta provincia, anadia su diputación, está ago­
las Cortes Constituyentes, cuya disolución tuvo lugar el 4 de tado el sufrimiento.»
noviembre, so habían acercado lo bastante á los progresistas La de Jaén representaba: «La patria peligra y so hunde si
de mas valer y crédito para que entre los hombres mas tem­ muy luego no se acude esforzadamente á salvarla... Por todas
plados de esta última opinion y los mas liberales de éntrelos partes cunde el genio del mal.»
primeros, se hubiesen establecido corrientes propias á producir La diputación de Córdoba anadia que «anhelaba la paz sin
una de aquellas grandes crisis que en los países constitucio­ la cual las mejoras son un pensamiento estéril. El grito cons­
nales trasformali á los partidos y les hacen tomar nuevas y tante de los pueblos se dirige á pedirla por medio de auxi­
provechosas direcciones. Algo parecido á lo que Palmerston lios que se apresure á poner en juego la diplomacia.»
y sir Roberto Peci hicieron en Inglaterra, liberalizando á los De todas las provincias del reino llegaban excitaciones aná­
torys, correspondía haberlo intentado en España á los hom­ logas, cuya perfecta coincidencia probaba la poca fe que en
bres que en las Constituyentes de 18:1(1 se entendieron lo bas­ los medios ordinarios tenían los pueblos.
tante con los progresistas para haber hecho la Constitución Las primeras sesiones de las Cortes se invirtieron, según el
de 1K:|7 que Martinez de la Rosa debia declarar en pleno par­ vicioso método de procedimiento en el orden de los trabajos
lamento ser para su partido perfectamente aceptable, toda marcado por el reglamento de las Cortes de 1812 y 1820, en
vez que el espíritu de. aquel código llenaba las genuinas con­ la discusión del mensaje en contestación al discurso de la co­
diciones del régimen constitucional. rona y en prolongados cuanto inoportunos debates sobre va­
.Mas por desgracia, y como tendremos muy en breve ocasión lidez de elecciones, asunto en el cual todavía nos hallamos
de demostrarlo, no todas las influencias de ambos partidos bastante atrasados, difiriendo la aplicación de métodos mas
tuvieron la conciencia ó la virtud de haber obrado como las conformes con el interés del servicio público y con los legíti­
circunstancias y el interés público lo exigen. mos privilegios de la prerogativa parlamentaria.
A los moderados, qne venían en mayoría, correspondía ha­ Dos asuntos de esta clase ocuparon al Congreso en aquella
ber dado los primeros pasos aprovechando la oportuna oca­ legislatura, eu la que se tomaron resoluciones que ó no han
sión que les ofrecía la elección pava la mesa del Congreso remediado los inconvenientes que se tuvo en mira corregir, ó
próxima á veriliearso. Don Salust.iano de Olózaga había hecho dieron lugar á un acuerdo ab irato que ha dejado un vacío
el impuriantísimo servicio de haber ganado, digámoslo así, al todavía por llenar.
sectario don Agustin Arguelles para que admitiese el censo El primero de los asuntos á que hacemos referencia lo fuó
electoral, el voto directo, la segunda cámara y demás artícu­ el relativo ala reforma del reglamento de las Cortes de Cádiz,
los que en la Constitución de 1837 y sus leyes orgánicas se que seguramente no era un modelo de procedimientos parla­
hallaban inspirados por principios conservadores. Una asam­ mentarios, pero que descansaba en sanos principios que solo
blea en la que hubiera habido suficiente número de hom­ hacia falta saber aplicar’, separándose en algun tanto de la
bres prácticos, no habría desperdiciado la ocasión de llevar democrática y con ventual práctica de cambiar la mesa todos
á Olózaga á la presidencia de aquella asamblea; lo cual los meses. Pero á las laxitudes democráticas del reglamento
habría producido cuando menos un desgajamicnto do hom­ de 1812 y 1820 se sustituyó el plagio francés, como mas tarde
bres importantes del partido progresista-, y creado un nú­ se hizo respecto á las leyes orgánicas, que vienen siendo en
cleo que hubiese reunido lo que de liberal podia echarse España casi litorales traducciones del Boletín de las leyes de
de menos en los moderados, al paso que habría evidenciado la nación vecina; se copió, se aprobó y se puso en práctica
que el partido progresista reunia todas las condiciones para el reglamento de su cámara de diputados.
que la monarquía le fiase la dirección do los negocios del El otro asunto lo fué el de la supresión de la biblioteca del
Estado. Congreso, determinación irreflexiva tomada en odio al biblio­
l’ero los sucesos tomaron otro rumbo menos propicio, y la tecario, que lo era el célebre autor del Diccionario crítico-bicr-
composición de la mesa del Congreso que la mayoría com­ lexco don Hartolomé José ("ìallardo, cuya mordacidad literaria
puso exclusivamente do hombres suyos, sin haber dado lu­ lo había creado potentes enemigos y que tuvo además la des­
gar. ni aun por cortesía, á un solo progresista, colocó á estos gracia de que se generalizase la persuasión do que de su eru­
en la actitud que os fácil concebir tomaria un partido que dición, de su antiguo y afamado liberalismo y del empleo de
habiendo hecho grandes concesiones á sus adversarios en mira bibliotecario de las Cortes había hecho objeto de tráfico, ven-
K D A l ) MO D K K N' A 2 (>r>
diondo á los extranjeros nuestras preciosidades históricas; Podemos asegurar de la manera mas positiva que las per­
pero en lugar de haber recurrido á una directa acusación del sonas que principalmente influyeron en la crisis ministerial,
culpable, si lo era Gallardo, ó de tener la resolución de desti­ lo fueron los tres diputados de las nuevas Cortos don Bam on
tuirlo porque no era simpático á la corporación, se procedió María Narvaez, don Francisco de Paula Castro y Orozco y
de soslayo, se dió en tierra con la biblioteca, al mismo tiempo don Alejandro Mon. Estos tres sujetos tuvieron una primera
que con el puesto de bibliotecario, que cu todas bus asambleas conferencia enei domicilio del segundo situado en la calle ilo
políticas de la tierra, se reserva como pi-emio de una larga y las Infantas, reunion á la que trajo don Alejandro Mon la re­
honrosa carrera pública, conexionada con los cuerpos legisla­ presentación de la no muy numerosa pero importante clien­
dores ó para reputaciones merecidas y que nadie pone en tela que habia logrado formarse entre los diputados do las
cuestión. últimas Cortes, clientela que robustecía y de la que formaba
Desconociéronse por pasión estas sensatas consideraciones; parte el conde do. Toreno y sus amigos. El diputado Casi ro,
se dispersaron datos históricos que pertenecían á las Cortes y que había adquirido gran significación durante su corta car­
debian estar en su palacio, confundiendo lastimosamente lo rera parlamentaria, representaba el partido de la joven es­
que son cosas tan distintas como un archivo y una biblioteca cuela conservadora de que hemos hablado, cuyo influjo avalo­
para tratar mas tarde de deshacer lo hecho, aunque se ha ve­ raba su doble acepción do escuela monárquica y do escuela
rificado con tan escaso acierto que ni la nueva biblioteca, re­ liberal, y Narvaez, diputado por Sevilla, hombro do gran
unida apresuradamente, llena las condiciones necesarias para prestigio en Andalucía donde iba á organizar el ejército do
su objeto, ni su cuidado ni dirección significan, como en los reserva y á quien la opinion se complacía ya en atribuir con
Estados-Unidos, Francia é Inglaterra, una recompensa pú­ usura las dotes de mando que debia en su dia comprobar,
blica para los hombres de letras que han hecho trabajos para gozaba cerca de la Gobernadora y de sus mas allegados, de
el parlamento, ó se han distinguido en la política ó en la his­ un favor que hizo su intervención de gran peso en la cues­
toria por estudios relacionados con el desarrollo do las insti­ tión ministerial.
tuciones políticas. De las conferencias que tuvieron aquellos tres diputados y
Fracasaba la expectativa de que de los dos centros de la sus amigos resultó la candidatura siguiente que fué llevada á
nueva asamblea hubiese surgido la formación de un partido palacio por Narvaez. Faltaba en ella la designación do minis­
que mejorase las condiciones do los que se disputaban el as­ tro dò la Guerra y de presidente del Consejo, doble puesto que
cendiente, y por efecto de miras personales mas que por el de riti honorem se reservó para Espartero, por cuya ulterior re­
atinados móviles de patriotismo, volvió á surgir el encono en­ nuncia de ambos cargos entró á ocupar el de presidente y
tre moderados y progresistas, y como el gabinete Bardají no ministro de Estado don Narciso Heredia, conde do Ofalia. El
representaba ni una ni otra de las dos tendencias, su impopu­ nombre de este veterano estadista no dejó de excitar fuertes
laridad y desprestigio creció en términos que el reemplazarlo reclamaciones entre la oposición que le achacaba haber sido
por hombres que tuviesen una significación política se hizo compañero do gabinete de Galomarde. Pero Ofalia era un
sentir cerca de la corona tan palpablemente, como lo exigia verdadero posibilista, hombre de opiniones muy mesuradas
Ja opinion dentro y fuera del recinto de la representación na­ y dotado de gran tacto para sortear las circunstancias difíci­
cional. les, sin otro inconveniente que el de una extremada dulzura
Hallándose en minoría los progresistas, no era parlamenta­ de carácter que á veces permitia confundir su benevolencia y
rio ni se amoldaba al temple que la opinion había tomado, espíritu conciliador, con la timidez y debilidad que en tanto
pensar en un ministerio salido de los bancos de la izquierda. grado neutralizan las mas brillantes dotes del hombre de Es­
Los dos hombres mas importantes de la mayoría lo eran sin tado.
duda Martinez de la Kosa y el conde de Toreno. El ministerio de la Guerra, vacante por la no admisión de
El primero habia salido lastimado de su gerencia del poder, Espartero, provisionalmente confiado al general Carratalá,
bajo el régimen del Estatuto. El segundo habia concitado recayó definitivamente en un veterano general, en don Ma­
contra su persona antagonismos tan pronunciados, y el últi­ nuel Latre, hombre de honrosísimos antecedentes, que traía
mo gabinete que habia presidido señaló tan decidida opo­ además la importante significación de creerse era poseedor
sición al sistema que simbolizaba la Constitución de lss:J'7, de la plena confianza del general Espartero. No era posible
que no podia Toreno ser llamado á ocupar el poder sin que desconocer que aquel gabinete poseía títulos bastantes para
esto hubiese significado una declaración de resistencia contra que la confianza pública le ayudara en la ardua tarea ob­
las instituciones que acababan de ser proclamadas y consti­ jeto de la universal impaciencia, la de terminar la guerra, si
tuían el programa legal de la situación; pero como ostensi­ no por los medios de fuerza, al menos obteniendo la suspi­
blemente al menos, tanto la corona en el discurso de apertura, rada ayuda de la Francia, ó en último término buscando me­
como el gabinete Bardají en sus solemnes declaraciones y en dios posibles de transacción con don Cárlos, con tal que que­
las suyas respectivas la mayoría y la minoría, habían contraí­ dase á salvo la dinastía de Isabel II y la Constitución recien
do compromisos análogos, aprovechóse sagazmente Martinez jurada.
ele la llosa do la templanza á la que nadie quería dar el ejem­ Pero este pensamiento del que participaba la inmensa mayo­
plo de faltar, para formular un pensamiento que no podia ría de los españoles y al que no eran ajenos los jefes de la mino­
menos de ser aceptado como programa. ría, serviaáestos de pretexto para hacer á los moderados sus
Paz, órden y jaslioia, dijo, anhela el país, y el proporcio­ adversarios, una guerra tanto mas odiosa cuanto que carecía
narle cumplidos estos bienes inestimables es, recalcó el orador del sentimiento de la buena fe. Consta al que esto escribe que
con elocuente acento, la obligación que á todos nos incumbe en los mismos dias en que mas cruentos cargos se dirigían á
y el compromiso que en el interés do la patria debemos todos los ministros, aquel de los jefes de la oposición que con mayor
suscribir. ardor los profería, conferenciaba privadamente con Narvaez
listas nobles palabras encontraron ostensiblemente al me­ y con el ex-diputado don Manuel .Sanl aella, sobre la manera
nos eco también en la minoría, y bajo el influjo de semejante de efectuar un acomodo con los carlistas que pusiera término
tácita inteligencia, procedióse á la formación del nuevo gabi­ á la guerra civil; pero como ni la cooperación de la Francia
nete, facilitada por la dimisión presentada por don Ensebio se obtenia, ni en el campo carlista predominaban influencias
Bardají y sus compañeros. que permitiesen tratar razonablemente con aquella corte fa­
Acerca de la formación del nuevo gabinete que vino á pre­ nática, pura satisfacer al voto general y contrarestar la en­
sidir el conde do Ofaíia, ha sido version admitida y que lian carnizada guerra que la oposición hacia al ministerio, veíase
adoptado graves historiadores, la de que el gabinete so com­ este en la necesidad de desplegar grandes medios de fuerza,
puso bajo las inspiraciones del señor conde de Toreno. Seme­ aplicables á la terminación de la guerra, medios que no podia
jante aserto es de todo punto inexacto, sin que sin embargo encontrarse ni en lo extenuado de recursos que se hallaba el
lo sea que aquel importante hombre político dejase de ser . país, ni en los arbitrios de un crédito público completamente
consultado en el curso de las negociaciones que precedieron • arruinado, primero por la gestion financiera del conde de
á la constitución del nuevo gabinete. ■Toreno, agravada por Ja no menos innesta y mas empirica do
Sfili i n S T O IMA ].» [•; K S I ' A X A

Mendizabal, y últim¡unr;iit,o por la revolución que en todo sidiad'is por opulentas casas de comercio do aquella plaza
país y en toda época socava ol crédito de los listados. cu la peregrina forma siguiente. En cuanto se vislumbraban
Los trabajos legislativos propiamente dichos do la primera síntomas de pronunciamiento, los jefes de las casas A que que­
legislatura, tuvieron por principal objeto votar una quinta da hecha alusión, facilitaban recursos pecuniarios á los pro­
de 10,000 hombres destinados á cubrir las bajas del ejército; movedores de las asonadas bajo promesa de que establecida
conceder a! gobierno una autorización para contratar un em­ que fuese la ju n ta revolucionaria, esta otorgaría tácito permi­
préstito de nun millones destinados á las atenciones de la so para la libre introducción de algodones y demás efectos de
guerra y ¡i colmar los descubiertos que arrojase ol presupues­ comercio prohibidos ó sujetos al pago de fuertes derechos.
to; vitóse también el repartimiento do la contribución ex­ Repitióse esta clase de operaciones tres ó cnatro veces duran­
traordinaria de guerra, imputable sobre la propiedad, sobre te los pronunciamientos que estuvieron á la orden del dia
el comercio y sobre los consumos. hasta entrado el año de 1837.
Decretóse igualmente el cobro por aquel año del diezmo y El peligro do que se repitiesen tan escandalosos desmanos
de la primicia aplicando las tres novenas partes de su pro­ movió al gabinete Ofalia á declarar on estado de sitio aquella
ducto al Tesoro y las seis restantes á las atenciones del culto provincia, con cuyo motivo el Capitan general de Granada
y al pago de las asignaciones de los exclaustrados y de las don Juan Palarea trasladó su residencia á Málaga, donde lo­
monjas. gró restablecer ol orden refrenando A los bullangueros.
Comenzóse la discusión do los presupuestos, pero no llegó El genio anárquico y curialesco de los caciques de los pro­
;i votarse su totalidad, á lo que se suplió autorizando al go­ nunciai nien tos malagueños se vió contenido por la firmeza
bierno para aplicar los ingresos con arreglo á lo propuesto de la autoridad, y descorazonados aquellos de poder conti­
por la comisión. nuar en la cómoda usanza de promover disturbios impune­
V o t ó s e finalmente una ley provisional de dotación del cloro. mente, recurrieron á la fábula suscitando el ruidosísimo in­
Reducido el ministerio á grandísima estrechez de medios vento conocido con el nombre de las viudas de Comares,
materiales y no siendo posible en presencia de una oposición fábula por la que se supuso que las esposas de dos conspira­
desencadenada, pensar en medidas conciliadoras, tenia que dores, uno de los cuales murió en la cárcel, eran víctimas de
acceder á las exigencias de la parte mas recalcitrante del par­ la acerba y tiránica persecución del general Palarea, quien
tido moderado, poniendo cortapisas á las reformas de Los pro­ lejos de dar pábulo con su conducta á semejante cargo, obró
gresistas en materias de temporalidades eclesiásticas, y se siempre bajo la salvaguardia de juicios pronunciados por
prestó» ;i conservar al clero secular la posesión de sus bienes consejos de guerra que deliberaron en público observando
destinados por los progresistas á la desamortización y ¡i mo­ todas las reglas de la justicia ordinaria,
dificar la decretada abolición del diezmo reduciendo este tri­ Pero el asunto de las viudas de Comares creó atmósfera y
buto sí la mitad. filé una de las causas que contribuyeron á dar armas á la
Sin controvertir por el momento hasta qué punto estas me­ sistemática oposición alimentada con inquebrantable cons­
didas oran convenientes y oportunas, no os dudoso que ellas tancia por los adversarios del gabinete moderado.
suministraban armas potentes ¡í la oposición para acusar al Y para completar lo que hubo de singular en las excentri­
gobierno de que meditaba golpes tie listado, de que era ene­ cidades malagueñas, conviene que la historia consigne de
migo declarado do la libertad, suposiciones aventuradas y fal­ alguna manera que los comanditarios de aquellas bullangas,
tas de todo fundamento, poro quo irritandosi la voz al gobier­ enriquecidos según es fama de resultas do sus inteligencias
no y exasperándolo, lo hacían repetir por sus órganos en la con los revolucionarios do oficio, cambiada que húbose la si­
prensa y en el parlamento que los progresistas conspiraban tuación, se hicieron los panegiristas y cortesanos de Palarca,
contra la regencia do María Cristina y contra las institu­ y acabaron mas tarde por recoger á manos llenas títulos y
ciones. honores de los gobiernos reaccionarios de los once años sub­
Kn bis provincias del Norte el general Espartero, de cuyas siguientes al gran pronunciamiento que puso término á la
operaciones militares así como de tas que eran teatro las de­ regencia de Espartero.
más provincias del reino nos ocuparemos en el capitulo si­
guiente, con la falta do recursos que experimentaba para la C A PITU LO II
aliment ación y pagas de sus soldados, hijos de dar al gobierno
un a p o y o moral tic la índole del que don Luis Fernandez de N u e v a s e x p e d ic io n e s c a r lis ta s .— L a c a m p a ñ a d e 1 8 3 8 .— E v a c u a c ió n d e
B a lr n a s e d a .— T o r n a d e K e la s c o a iti.— E s ta d o d e l c a m p o c a r lis ta .— T o m a
Córdova prestó en su dia á los gabinetes conservadores, co­ d e P c ü a c c r r a d a .— M a n d o d e M a ro to .— O p e ra c io n e s e n N a v a r r a .
menzaba Espartero á volver la espalda á Ofalia y á sus com­
pañeros, preludiando á los golpes de directa hostilidad de No renunciaba el partido que se había apoderado de la con­
que no lardó en servirse pava derribarlos. fianza del Pretendiente á que se repitiesen las expediciones
Acrecentaba la impopularidad y los embarazos riel gabine­ á las provincias interiores, no obstante el cruel desengaño
te. la extension que en las provincias del centro iba adquirien­ que acababa de hacerles experimentar la última y desastrosa
do el poderío de Cabrera que aumentaba sn ejército y adelan­ salida, conducida por don Carlos en persona, rodeado de los
taba sus posiciones militares en dirección de Madrid por la mejores de sus generales y al frente de lom as escogido desús
Serranía de Cuenca. tropas. Pero los hombres de lo pasado, para quienes todo pro­
Bajo la jefatura militar á la vez que política y económica greso es una calamidad y toda innovación un atentado, persua­
del baron de Meer, aunque no suscitaba esta obstáculos de didos de que su perseverancia bastaría para restaurar la Es­
bulto al gobierno, era el principado de Cataluña un bajalato paña do nuestros antepasados, atribuían á faltas do los jefes
conliado á su Capitan general, ol que si bien se abstenía de expedicionarios el que la Victoriano los hubiese siempre acom­
hostilizar al gabinete, lo debilitaba en el moro hecho de obrar pañado, y que no se hubiesen levantado los pueblos en masa
con casi absoluta independencia de la autoridad central. en favor do los privilegios, do la inquisición y de los frailes.
A aquel abigarrado orden de cosas venia á poner colmo la Fue el elegido por la camarilla para capitanear la nueva
agitación que trabajaba las provincias de Andalucía. Hubo en tentativa don Basilio Antonio García; hombre que, aunque no
Cádiz un conato de sublevación que logró contener la energía muy acreditado de resultas de la expedición que capitaneó
del capitan general do Sevilla conde de Cleonard. sin éxito dos años antes, suplia por su ambición y por su au­
Pero í'uó todavía mas grave la situación peculiar á la pro­ dacia á las dotes militares de que carecía.
vincia do Málaga. Venia sn capital siendo teatro de las mas Pusiéronse en manos do este aventurero cuatro batallones,
extrañas y contradictorias peripecias desde la época de los doscientos caballos, un cuadro de oficiales de esta arma, des­
alzamientos contra Toruno y contra Isturiz. tinados á la organización de ella en las- provincias invadidas;
Las turbulencias de aquella inquieta y tumultuosa ciudad y un número de entendidos armeros fué igualmente puesto á
mercantil, habían sido en gran parte fomentadas por un sór­ disposición del improvisado general.
dido y anti-patriótico interés de especulación. Todos los pro­ Ningún interés histórico ofrecería la relación de los acci­
nunciamientos de Málaga á partir do los de 18-55 fueron mib- dentes ipio señalaron- la prolongada correría que durante
E D A D MODKJ i N' A •>k i

cuatro meses pascó á don Basilio, uo siempre triunfante, por tanto mas odiosa cuanto que hubo un tácito armisticio entro
casi todas las provincias de España. En el discurso de dicho los carlistas y los sitiados, sin que por parte de estos comen­
largo espacio de tiempo' atravesó las dos Castillas, entró y sa­ zasen las hostilidades.
lii)"en Aragon, cruzó la Mancha en todas direcciones, visitó El horrible auto do fe de que fuó teat ro la Calzada de Cala­
Extremadura, obró en combinación con fuerzas de Cabrera, trava se conexiona con otro trágico sucoso de que en su dia
de las que acabó por separarse, sin haber logrado otras ven­ hablaremos; el fusilamiento meses despues efectuado por dis­
tajas que los dos pasajeros triunfos, uno sobre el brigadier posición de Narvaez en la persona del gran prior don Benito
Mimiisir y el otro de triste y funesta recordación obtenido en Lopez de Torrubia, instigador del incendio en que perecieron
la Calzada de Calatrava, cuyos nacionales encerrados en la los nacionales que con sus familias habían buscado refugio
iglesia, convertida en fuerte, perecieron literalmente abrasa­ en la iglesia, convertida en pira mortaioria de tantos infe­
d o s , no habiendo retrocedido don Basilio ante la crueldad de lices.
aplicar combustibles y pi-ender fuego al edificio, para que I La última prosperidad del expedicionario don Basilio la
dentro de ól ardiesen sus esforzados defensores; conducta I tuvo en Almadén, donde penetró ó hizo prisionera su guarni­

ción; pero objeto de la persecución de tres columnas libera­ tiempo que le fué crudísimo, y después de haberse separado
les, la de Mendez Vigo procedente de Extremadura, la de Merino do la expedición con lo mas escogido de su gente, lle­
l’linter y la mandada por el brigadier Pardillas, tuvo don Ba­ gó aquella á San Salvador, Lebaumo y Bañez, en cuyos pue­
silio la insensatez do esperar en los llanos de la Mancha un blos permaneció hasta el siguiente dia 20, on que saliendo para
ataque por fuerzas superiores contra las que las mas elemen­ Potes observó que el enemigo se lo habia anticipado y era
tales nociones del arte do la guerra le aconsejaban haber dueño del pueblo. Pasó la noche en observación, continuan­
buscado amparo al abrigo de las contiguas fuerzas de Cabrera do al amanecer su marcha; cuando á poco de haber salido de
en dirección de la Serranía de Cuenca. Pero detúvose on Val­ .Pendejo dejáronse ver las columnas liberales. Los expedicio­
depeñas, donde alcanzado por Elintcr, sufrió un fuerte desca­ narios tomaron inmediatamente posiciones junto al camino
labro, de cuyas resultas dirigióse la expedición á Villarta de de Potes, y roto el fuego lograron al principio rechazar á sus
San Juan y de allí á Orgaz donde se le rindió el destacamento contrarios; mas rehechos estos, volvieron con. nuevo empuje
que guarnecía la villa y al siguiente dia el de Menasalvas. á recobrar el terreno perdido, sin babor sin embargo alcanza­
Continuó por algunos mas don Basilio entrando y saliendo do arrojar á los carlistas de sus posiciones, á pesar de algu­
alternativamente en las provincias de Ciudad Real y de Cà­ nas brillantes acometidas, en la última délas cuales fué heri­
ceres, invirtiendo todo un mes en prolongados paseos milita­ do el general Latre. Ambos contendientes volvieron á sus
r e s , evitando el encuentro ile las columnas lanzadas en su primitivas posiciones despues del combate, que fué bastante
persecución. reñido y sangriento.
El 1." do mayo dio vista Pardi ñas á la facción precipitándo­ Entre tanto Espartero, en vista del rumbo que seguia la ex-
se sobre ella en Bójar, y el dia 3 la destrozó completamente ; pedición, se corrió hacia Leon para impedirlo el paso de Astu­
causándolo muchos muertos y 900 prisioneros, entre ellos la rias. Mas tanto esto general como Iriavte, que sustituyó á
mas lucida oficialidad expedicionaria y mauchega. Latre, fueron burlados por Negri, quien al ver á sus soldados,
Jara, Cuesta, Carrasco y hasta sesenta oficiales quedaron despues de la acción de Bendejo, azotados por la nievo y
en poder del vencedor, y don Basilio huyó con escasos restos hambrientos, comprendió que no podia hacer frente á los
«le su gente, á buscar refugio á las provincias do las que había enemigos y que el país á que so dirigia ofrecía escasos recur­
salido. sos, y verificó oportunamente una contramarcha que lo alejó
Resuelta hacia tiempo la salida do otra nueva expedición, do los liberales.
tuvo esta que esperar la coyuntura de pasar el Ebro evitando No cesaba el temporal de nieve, y quizá no hubieran podido
la vigilancia de nuestras líneas de bloqueo. El jefe destinado superar tantos padecimientos los famélicos expedicionarios,
á maullarla lo fue el conile ile Negri, hijo do padres italianos á no haber tenido la suerte de tropezar y de apoderarse do
al servicio de España; habia sido paje de Femando Vil, y tres convoyes, destinados al ejército liberal, y si por otra parte
posteriormente dis tingándose como defensor acérrimo del ab­ no hubiera podido desembarazarse Negri de sus heridos,
solutismo, sin que lograran entibiar su fe monárquica las pri­ como lo hizo en los pueblos del tránsito, gracias á la obser­
siones y disgustos que sufrió y de que pudo al fin escapar con vancia del tratado de Elliot que so habia convenido despues
peligro de su vida para ir á ofrecer sus servicios á don Cár- de la jom ada de Bendejo.
los, que seguramente no tenia enero los suyos un servidor El dia 29 mientras sitiaban el fuerte de Ezcaray, donde sus
mas leal y decidido que lo era el caudillo de la nueva expe­ defensores se habian encerrado, supo Negri que Rivero so ha­
dición. llaba cerca con su division, y como Triarte también le perse­
De escasas, mal dispuestas y no bien equipadas tropas se guía levantó el sitio y decidióse á pasar los espantosos preci­
componia la confiada á Negri, que comenzó sus correrías el picios del puerto de la Demanda, cubierto de nieve; yendo á
11 de marzo encaminándose desde Orcluña á Peña Vieja, mar­ descansar de tan tremenda jornada á Qu intanai- de la Sierra
chando y contramarchando, á costa de mil fatigas, á causa donde permaneció la expedición hasta el 31.
principalmente do la escasez de víveres, el cansancio y ol Reducido á una fuerza que en junto no llegaba á 3,000 hom-
20s I JI . ST OHI A D K KS l ’A X A

brus, i,onió Negri nimbo en dirección de Segovia donde llegó como María Cristina no desperdiciaron una circunstancia que,
el (5 de abril, despues de algunos encuentros de escasa impor­ bien aprovechada, podia conducir á favorables resultados.
tancia. La guarnición su había encerrado en el alcázar donde Secundado con ardor el conde deL nchana por jefes tan
por convenio lio í'uó molestada. distinguidos como Latre, O’Donnell, Diego Leon y otros no
I’ermaneeió la expedición en Segovia cuatro dias, reponién­ menos dignos que mandaban sus divisiones, todos las proba­
dose de cuanto necesitaba-, que no era poco, y haciendo cons­ bilidades estaban en favor do que seria fructífera la campaña
truir vestuario á toda prisa, no obstante que á pocas leguas que iba á abrirse.
se hallaban las fuerzas liberales. No descuidó Negri la impo­ No pudo sin embargo impedirne que una nueva expedición
sición de gravosas contribuciones en dinero ni dejó de llevar­ mandada por don Basilio pasase elEbro,pero el conde de Lu-
se los mozos de la última quinta. chana reforzando las tropas estacionadas en Villarcayo y
ha proximidad de fuerzas liberales lo obligó á abandonar marchando á Oñn, impidió que otra expedición á las órdenes
el 10 la ciudad, empezando de nuevo la peregrinación que di­ de Merino y Zabala penetrase en Castilla por las Encarta­
rigió por Olmedo y Mojados pasando de largo á la vista de ciones; y sin caer en la celada con que los carlistas preten­
Valladolid el 12. dían distraerle, amagando un ataque sobre Valmaseda, mar­
Kl N entró en Sahagún, donde sorprendió é hizo prisione­ chó Espartero á Miranda de Kbro para tener á cubierto el
ro á mi destacamento de infantería y caballería, compuesto rio, dejando á Latro en el valle de Mena con fuerzas suficien­
de ciento diez y seis hombres. tes jiara impedir cualquiera intentona del enemigo y estar
Kl Ió, y untes de llegar á Mayorga, dieron los expediciona­ pronto al socorro de Valmaseda, donde los víveres escasea­
rios vista alas tropas liberales,alas que se vieron competidos ban , y pudo remediarlo á poco facilitando la entrada de un
á. hacer frente, siendo derrotados con pérdida do una columna convoy en la plaza.
de cazadores, de lloridos y de gran número de prisioneros. Apercibido Espartero de que los caí-listas intentaban for­
Ku vista, de tun deplorable suceso buscó Negri el abrigo de zar Ja linea por los vados de Mendavia, marchando pronta­
los montes de Lióbana para descansar y reponerse algun mente â su encuentro, les obligó á retirarse al interior, des­
tanto. pues de un ligero combate. Entre tanto las fuerzas liberales
Mas perseguido por la columna de Iriarte y descuidando fomentaban el descontento de los pueblos contra los carlistas,
los expedicionarios el cumplimiento de las acertadas disposi­ molestando al enemigo sin descanso y con no escaso fruto,
ciones de su jefe, se vieron obligados á abandonar sus posicio­ vigilando con sumo cuidado los pasos del Ebro para atajar la
nes y retirarse á Potes, de donde también fueron arrojados, salida de Merino que no desistia del intento de penetrar de
empezando desde aquel dia sin dirección fija una retirada nuevo en Castilla.
desastrosa, acosados por las columnas de la Reina y fuerte­ No pudo conservar mucho tiempo Espartero la posición
mente azotados porm i temporal de nieve. Iban además rotos, que acababa do tomar, urgentemente llamado por Latre á
desnudos, descalzos, hambrientos y teniendo que caminar causa de que los carlistas imposibilitaban con aprestos formi­
sobre el hielo por barrancos difíciles y espantosos despeña­ dables el socorro de Valmaseda, y comprendiendo la urgencia
deros, donde de hambre y de frió perecieron gran munero de vencer los obstáculos que impedían la evacuación de esta
de expedicionarios. La marcha desde Kárcena á Soto, em­ plaza, se decidió á verificarlo marchando con cuantas fuerzas
prendida el 22, fue desastrosa. .Desdo esto último punto y su­ pudo reunir sin desatender el cuidado del Ebro, de cuya
biendo Negri que Castañeda y Rivero estorbaban el paso á guarda dejó encargado á Rivero.
las provincias, y que Espartero se habia corrido á Burgos, Era, en efecto, necesario evacuar cuanto antes ¡i Valraa.se-
sin poder por otra parte escapar do Iriarte, dió orden para da, como lo tenia aprobado el gobierno, oidas las razones ex­
manillar á Aragón á lin do reparar tantos estragos con menos puestas por Espartero, aleccionado por la perdida de Plancia
puligro. Tomó el 21 el camino do Reinosa, y despues de algun y Lequeitio, que tan rico botin habían proporcionado al ene­
tiroteo en Aguilar de Campóo, el 25 continuó la marcha hu­ migo. La posesión de Valmaseda no reportaba ventaja alguna
yendo de Espartero, pero mermada su gente y en tan mísero al ejército liberal, ni seria provechosa al enemigo: era una rè­
estado que acabó el último por darlo alcance cuando solo que­ mora constante para el buen curso de las operaciones cu ra­
daban ñ Negri mil de los tros mil combatientes que sacó do zón á que distraía fuerzas para la custodia de los convoyes,
las provincias. En d Tresno acabó el conde de Lucharía por dar ocasionando frecuentes combates que ninguna utilidad re­
el último golpe á la expedición cuyo lastimoso estado habia portabam No era de olvidar tampoco que en caso de no poder
llegado al postrer extremo. ser socorrida la plaza con numerosas fuerzas, tendría que
Acompañado de algunos fugitivos Negri recogió los disper­ rendirse al fuego ó al hambre, en cuyo caso se perderían es­
sos quo pudo y se dirigió á Villasur de Herreros. térilmente su guarnición, sus pertrechos, hospital y repuestos,
Aquella victoria valió á Espartero el nombramiento de Ca­ con lo que no recibiría poca ventaja el enemigo.
pitan gi'lierai, y al ejército y á su caudillo un voto de gracias Resuelto pues Espartero á dar cima á la empresa, llegó
du las Cortes. el 28 de enero á Villanueva de Mena y el 21) hizo un recono •
Imi la z,-idas las operaciones militares de los últimos meses cimiento, despues del cual y teniendo reunidos los carros en
del año de cuyos sucesos nos hemos ocupado en el capítu­ suficiente número para el trasporte de los efectos, formó su
lo V del libro Vil, las de que vamos á dar cuenta pertenecen plan para el combate del dia siguiente. Al amanecer y habien­
á la crónica de 1S3n. do las tropas cumplido exactamente las instrucciones recibi­
La campaña que iba á abrirse presenta hechos notables que das, á pesar de que la Huida entorpecía los movimientos, el
engrandecen la vida militar de Espartero, quien cada dia iba general en jefe practicó un segundo y atrevidísimo reconoci­
desplegando mayores dotes de mando, un certero golpe de miento y despues de arengar á sus tropas se oyó el cañonazo
vista sobre el campo do batalla y una bizarría que electrizaba que debía anunciar ser llegado el inomento de la pelea.
al soldado y era prenda segura de victoria. De nada sirvió á los carlistas su arrojo ni la ventaja de sus
El ejército bien organizado y sumiso ahora por la energía posiciones desde donde descargaban mortíferos disparos so­
con que su jefe habia reprimido los excesos que tan deplora­ bre nuestros soldados que con tanta precision como osadía y
ble recuerdo lian dejado en la historia do la guerra civil, se­ protegidos por el fuego de la artillería, que tronaba desde
guia contia< lo en un caudillo que procuraba tanto por sus Mercadillo, desalojaron á los carlistas, una tras otra, de todas
necesidades, que no vaciló en comprometer á veces su ha­ sus líneas de combate. Tres veces el arrojado general en jefe,
cienda para alimentar á sus soldados cuando no llegaban á al frente de su escolta y do la reserva, atacó briosamente se­
tiempo las consignaciones del Tesoro. ñalados puntos defendidos por el enemigo, concurriendo como
Interin Guerguó, nombrado general en jefe del ejército de soldado á ganar el triunfo que como caudillo habia previsto
don Carlos, tenia su cuartel general en Llodio y pretendía en y preparado.
vano dar muestras de dotes militares de que carecía, el país La \ ictoria de los liberales, vencedores en toda la línea de
vascongado empezaba á comprender que de la continuación combato, fue sangrienta y costosa para ambos campos.
de la guerra solo podia resultar sn ruina, y tanto Espartero 1 Logrado que filé dominar el camino de Valmaseda, princi­
E D A D MODKUNA •_>(ì'.ì
pal objeto ele la operación, Espartero renunció á perseguir á La causa de don Cárlos no necesitaba, dedan los que com­
los carlistas, que se retiraron hacia Santa Coloma; y el 31 en ponían su camarilla eclesiástica y palaciega, de otro artificio
la orden del dia que aquel daba en su cuartel de Viergol a que del rigor contra los negros y los realistas tibios, y do la
las tropas, mostró su satisfacción por la bravura y disciplina protección de Dios, del amparo de la generalísima la Virgen
cou que habían dado cumplimiento á sus órdenes. de los Dolores, de las oraciones del clero y do las monjas mi­
Los laureles de aquella jornada se renovaron con la inme­ lagreras; «estos, repetían en coro, son los únicos auxiliaros do
diata victoria conseguida sobre los carlistas en las líneas de que el Rey necesita.»
Antuñano. En tales y aun mas severos términos calificaban á sus con­
Obtenidas estas ventajas y habiendo los ingenieros repa­ trarios los generales, jefes y oficiales caídos on desgracia los
rado los desperfectos causados en los caminos por los carlis­ del bando por entonces imperante.
tas, comenzó la evacuación de Valmaseda el 1." de febrero y No contentos los corifeos de aquel terrorismo retrógrado
duró tres dias sin que el enemigo tratase do impedirla. Re­ con haber buscado falsos testigos para sustanciar imaginarios
partiéronse entre las tropas las municiones que había en la crímenes contra los presos, llevaron su avilantez hasta hacer
plaza, llevando la artillería á Villanueva y destruyendo las asesinar en su alojamiento al brigadier Cabañas, que había
fortificaciones. acompañado á don Cárlos en su expedición en calidad do
Seguidamente las divisiones y brigudas fueron destinadas á ministro de la Guerra, asesinato que jurídicament,o so probó
las posiciones que ocupaban antes del dia 28, operación que mas adelante haber sido prescrito de orden superior por el
se verificó sin ser apenas molestados nuestros soldados por comandante Aguirre.
los carlistas, los que inmediatamente ocuparon á Valmaseda. Arias Tejeiro, ministro universal, Fr. Domingo, el padre
Simultáneamente á los hechos que acabamos de narrar Lárraga, Echavarría y un criado de don Cárlos, llamado el
ocurrió en Navarra otro no menos importante. Maniero, componían la camarilla inspiradora del brutal siste­
Dispuesto el general Leon, en quien había recaído el man­ ma que exasperó á los mas leales sostenedores de la causa y
ilo del territorio, á remediar el mal estado de sus tropas, yen empezó á sembrar la semilla cuyo fruto permitiría recoger
vista de que los carlistas persistían en su empeño de incomu­ m¡is tarde el convenio de Vergara.
nicar á Pamplona, por cuyo motivo escaseaban los víveres en Por consejo de los favoritos que acabarnos de nombrar, el
la plaza, concibió el audaz proyecto de apoderarse de Belns- mando del ejército se confirió á Guergué, de cuya docilidad se
coain; empresa arriesgadísima de la que en vano trató de disua­ hallaban seguros el ministro universal y sus «.diäteren.
dirle Alais, virey de Navarra. El bravo Leon había decidido El disfavor en que de resultas de tales disensiones habían
poner término á su angustiosa posición y al atrevimiento de caido los jefes navarros y vascongados habia trascendido á
las facciones con un golpe de arrojo, que levantaría además la oficialidad y á la tropa, y hallábase lastimado el principio
ul decaído espíritu de las tropas; y en su consecuencia, des­ de unidad sin el cual toda autocracia es esencialmente
pues de apoderarse de Legarda y del monte del Perdón, se débil.
dirigió el 2S de enero á Belaseoain, sin aguardar la artillería Habia resuelto Espartero aprovechar el estado en que se
f|Uo Alaix debia enviarle de Pamplona, y que le era necesaria, hallaba el campo enemigo y dispuso desalojar á este de la
en lo cual acertó, toda voz que mas tarde supo que no podía importante pósicion de Peñaccrrada, á cuyo efecto se dirigió
contar con ella. á poner sitio á la plaza, calculando que si, como era presu­
Sin dar grande importancia á la superioridad numérica del mible, el grueso del ejército carlista acudia en su auxilio,
enemigo ni á las defensas con que contaba, atacó Leon im­ pudiese seguirse una batalla de la que esperaba salir ven­
pel liosamente; y despues de innumerables actos de arrojo, cedor.
tanto de su parto como de los jefes y tropas do su mando, á El éxito de la operación fué completo, pues no solo tomó
las que supo comunicar el fuego que ardía en su noble pecho Espartero áPeñaccrrada, sino que batió á Guerguó, que érala
y llevándolas á desafiar el peligro, so apoderó del puente, que espada del bando inexorablemente retrógrado. La importan­
era la posición mas formidable, y sucesivamente lo hizo del cia que para la causa liberal tenia la posesión de aquel limito
reducto y parapetos que los carlistas defendieron desespera­ será apreciada por las consecuencias que el suceso tuvo con
damente. relación á los hechos que siguieron á la rendición, y á lo que
Pero no terminaron con esto las proezas de aquel dia me­ contribuyó á precipitar la crisis á la vez política y ministerial
morable; porque desesperado Leon de no tener con que ali­ que se estaba elaborando y que no tardó en estallar.
mentar á sus cansadas tropas y convencido de que Alaix no Antes de hacerse sentir en el campo délos defensores déla
lo remediaría, so propuso apodérame del fuerte de Zuriza, á causa de la Reina, el suceso á que nos referirnos ejerció in­
media legua de Belaseoain, donde los carlistas tenian un de­ flujo decisivo en los destinos do la de clon Cárlos.
pósito de víveres: empresa que al cabo se reducía á una ha­ La toma de Peñaccrrada y la derrota del ejército enemigo,
zaña mas en el empeño de vencer imposibilidades. acaecida despues del desastroso resultado de las dos expedi­
Afortunadamente no necesitó Leon emplear gran esfuerzo, ciones intentadas tras el fracaso de la grande á cuya cabeza
pues apercibido de que lo abandonaban sus defensores, pro­ se puso don Cárlos, infundió en la fracción del partido car­
cedió á ocuparlo posesionándose de las ansiadas provisiones lista, á la que sin impropiedad podremos llamar el lado iz­
y poniendo fin á la incomunicación en que se hallaba Pam­ quierdo, un aliento igual á la consternación y al miedo que
plona. sembró entre la camarilla de don Cárlos.
Suficientemente daba idea de la disolución moral que había No era posible al Pretendiente, sin dar á la disciplina do
penetrado en la corte y campo de don Carlos á su regreso sus voluntarios un golpe mortal, conservar á Guergué en el
do la grande expedición que capitaneó en persona, lo que mando, y no pudiendo reemplazarlo por uno de los caudillos
acerca de las divisiones y del antagonismo estallado entre sus que tenia procesados, determinó llamav á un general á la
partidarios dejamos ligeramente indicado al final del capí­ sazón ausente del territorio español y á quien pocos meses
tulo IV del libro VIL antes se habia negado permiso para presentarse en el real.
Las eonsccucnci ;us de aquel estado de cosasse agravaron en Desde su regreso del poco afortunado mando que tuyo en
los últimos meses del año cuya historia nos ocupa. Los gene­ Cataluña, clon Rafael Marot-o habia fijado su residencia en
rales carlistas de mayor prestigio, Elio, Zariátegui, Gomez, Burdeos.
riéronse procesados y reducidos á prisión. El mismo infante En aquella ciudad y por conducto ele un mensajero espe­
don Sebastian había caído en desgracia, siendo mirados como cial enviado cu su busca, recibió el desterrado la .siguiente
malos servidores de la causa y acusados de traición y do insti­ carta :
gadores de una transacción ó acomodo con los liberales que «Maroto: quiero que vengas en cuanto recibas esta carta.
encendía la cólera do los intransigentes. — CÁllLOS.»
El saber, la afición á mejoras en materia de gobierno ó de Aunque el general con tanta urgencia llamado tenia, nos
organización militar, eran miradas como indicios de libera­ dice en sus Memorias, pruebas de lo veleidoso que era el prin­
lismo. cipe á quien servia, fueron tan explícitas las seguridades de
Î I I S T O J U A DK E S P A Ñ A

partu «tel mensajero portador do la carta, re,spoet o á estar don bían puesto su planta y donde procedieron al desarme de los
üárlus resuelto ¡i confiai' á. Maroto ul mando do su ejército en nacionales y exigieron una fuerte contribución.
cuanto llegase, run; movida- la ambición do un hombro quo Igual próspera tentativa realizaron con igual fruto en Au-
nada Ionia du poco confiado en sí mismo, lo determinaron á sejo y Aleanadre, hecho lo cual se restituyeron ásu territorio
ponerse on marcha, y recibido que fue por don Carlos, so de la orilla izquierda del Ebro.
allanó ñ. admitir la carga, ó mas bien, el golpe do fortuna quo Para remediar aquellos desastres envió Espartero á nuestro
la si iurte le deparaba. valiente magister equitum, al bravo Diego Leon, en reemplazo
Aunque .Manilo no so hallaba en mancomunidad do ideas de Alaix., que ae hallaba herido, y que esperando ó tal vez
con los generales procesados, simpatizaba con olios infinita­ anticipando el conocimiento de que iba á ser nombrado mi­
mente mas (pie con los intransigentes ¿quienes secretamente nistro de la Guerra pidió el envío á Navarra del ejército de
odiaba. reserva.
l ’ero puso el mayor cuidado en atraerse amigos entre los Las operaciones del año terminaron en la Ribera por varios
cabecillas de las dos parcialidades, á cuyo fin al mismo tiem­ combates alternativamente prósperos y adversos para los be­
po que abogaba cercado don Carlos en favor do los genéralos ligerantes, pero en los cuales brilló siempre la invencible lan­
procesados, no rechazaba á los adversarios de estos, y antes za del malogrado Diego Leon.
al contrario puso empeño en quo lo tuviesen por imparcial y
dispuesto ;í utilizar los servicios de cuantos aceptasen militar C A PITU LO III
á sus órdenes. L a g u e r r a e n C a ta lu ñ a .— E l c o n d e d e E s p a ñ a .— L a g u e r r a e n A ra g ó n .—
A esta actitud del nuevo general en jefe de don Carlos cor­ Z a ra g o z a (e l 5 d e m a rz o )
respondía el que se dirigiese al piiblico explícita y decidida­
mente, mostrando gran culo por la causa de la religion y del Mientras don Cárlos ratificaba el nombramiento del conde
trono, por lo que no vaciló en llamar pérfidos y cobardes á de España, designado por la ju n ta de Cataluña como sucesor
los enemigos que tenia delante, pero con los que, en su fuero do Urbiztondo, fué encargado interinamente del mando don
ini,orno, se proponía entenderse, pues era opinion bastante José Segarra, entendido jefe que conocía perfectamente los
generalizada entre los adeptos ;í la causa carlista, que el hom­ defectos de organización de que adolecían sus tropas, y pro­
bre que la simbolizaba carecía de lies dotes necesarias para curó remediar el daño en lo posible durante el tiempo de su
reinar. jefatura. Señalóse la apertura de la campaña en el Principado
Muróte no podia permanecer inactivo y se ocupó en refor­ por la ventaja para los carlistas de hacerse dueños de Vila­
zar sus batallones mermados por diversas causas y principal­ bella.
mente porci descrédito en que liabia caido en el país vascon­ Entrado febrero tuvieron lugar varios ligeros combates sin
gado la causa por la que tan inmensos sacrificios llevaban que lograran los enemigos, cual era su inteuto, apoderarse de
hechos sus habitantes. Las posiciones estratégicas de Maroto un convoy que conducía el baron de Meer; ni fué mas afortu­
todavía le ofrecían, sin embargo, poderosos medios de soste­ nado Segarra en su intentona contra el punto fortificado do
nerceli ventaja la defensiva. Kn Vizcaya, en Guipúzcoa y en Surin. En marzo siguiente los nacionales de Reus sufrieron
Alava poscia puntos fortificados que cerraban el paso ií los una tremenda derrota con pérdida de 130 hombres. En cam­
liberales; otro tanto acontecía por la parte de Navarra. La bio la pequeña población de Gerri dió un lucido ejemplo do
principal dificultad con que luchaba el nuevo caudillo, junta­ cívica entereza rechazando el ataque de los carlistas y dando
mente con la insuficiencia de recursos materiales, nacía de la lugar á la llegada de la columna de socorro que puso en fuga
perseverante secreta guerra de que era objeto por parte de á los sitiadores.
sus compañeros los generales del bando intransigente, García, El baron de Meer, salido de Barcelona para proteger las
Guorgius y el brigadier Carmona. poblaciones amenazadas, ahuyentó á los carlistas de Ripoll y
Todavía vacilaba Espartero sobre si emprendería ó no la otro tanto logró en Esparraguera. Fueron los últimos nueva­
expedición contra Estolla, pero decidiólo á suspenderla el re­ mente vencidos en Suria á principios de abril, y el 9 de dicho
culo de que Cabrera, vencedor de Orasi en Morella, invadiese mes Garbò sostuvo un sangriento combate en San Quirse, se­
á Castilla ó amenazase su línea del libro; actitud pasiva á la guido poco despues de la toma por Trist any de Monistrol y de
que respondía Maroto aglomerando fuerzas en los valles que Monserrat que entregó al saqueo.
circundan ú Estella. Distinguíase el mando de Segarra por el empeño que tuvo
Alaix, virey do Navarra, no tuvo fuerzas con que impedir en establecer academias para la instrucción de sus tropas y
el paso del Arga por los carlistas, pero apresurándose á reunir un colegio militar en Borrcdá, aumentando sus fuerzas de un
tedas las que pudo, partió do Artajona llegando hasta Obanos quinto; disposiciones que influyeron en mejorar el estado do
en busca del enemigo. No consiguió, sin embargo, corno se lo las facciones que tantas pruebas do ineptitud habían dado
liabia propuesto, impedir que repasasen el rio salvando todo hasta entonces.
su convoy. Conseguido que fue este importante objeto por Pero en esta clase ele merecimientos se llevaba la palma el
los carlistas, so hicieron fuertes en buenas posiciones que baron, representante en Cataluña de la autoridad do la Reina.
Alaix tuvo la imprudencia do querer forzar. Hacia de la buena organización de todos los ramos del ser­
Atacólos con brio y con una obstinación digna de mejor vicio, objeto de ejemplar solicitud. Protegia alas poblaciones
suerte, mas fué vigorosamente rechazado, experimentando mas importantes, cuando no podia ampararlas á todas, y sin
grandes pérdidas en hombres y mayor todavía en prestigio, descuidar ninguno de los requerimientos de la guerra, atendía
pues ios batallones rechazados so desorganizaron, entró en á todas las necesidades del público, habiendo logrado estable­
ellos el pánico, y sin el auxilio de la caballería la retirada se cer sólidamente el orden en el territorio de su mando.
habría convertido en derrota. Distinguióse en aquella jornada Llegó en el entre tanto el día tan ansiado por los carlistas
por sus brillantes cargas á la cabeza de solamente algunos de tener entre ellos el jefe que habían deseado. Ya tuvimos
caballos el entonces capitan don Domingo Dulce, destinadoá ocasión de hablar del conde de España al noticiar su arresto
figurar con notoriedad histórica en los sucesos acaecidos años por las autoridades francesas cuando se disponía á penetrar
despues. en Cataluña. No habia el conde recobrado su libertad sino
La pérdida do Alaix en aquel dia fué de doscientos muer­ muy recientemente, y acababa de tomar el mando, siendo re­
tos y quinientos prisioneros, dejando también' en poder del cibido por los suyos con grandes demostraciones de respeto,
enemigo no pocos caballos y ochocientos fusiles. Los fugitivos aguijoneados muy probablemente por el temor que á todos
hallaron refugio 011 Puente la Reina. Alaix volvía herido, y inspiraba la conocida inexorabilidad dol conde.
también se creyó que lo estaba mortalmente el coronel del 'Grandes esperanzas fundaba el carlismo en el antiguo emi­
regimiento de Zaragoza, quien, sin embargo, logró restable­ grado francés, que tanto liabia luchado por la monarquía tra­
cerse. dicional en España. Era hombre de carácter duro, inflexible
No se durmieron los carlistas en sus laureles. Aventurá­ y amigo del imperio; su criterio absoluto le hacia rigorosísimo
ronse á pasar el libro, entrando en Arnedo donde jamás ha­ i con las debilidades ajenas, sin fijarse en que eran muchas y
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pueriles sus extravagancias, á vuelta rio las cuales resaltaba Y no paraban en esto los reveses de los carlistas, pues Ugarí e
la crueldad, la inconsecuencia y el arbitrario abuso del poder, sorprendió y ganó á Agcr; al mismo tiempo que el baron
que acostumbraba llevar al último extremo. marchando áSuria por Cardona, supo eludir la celada que Es­
Prueba de lo primero es que, habiendo faltado á la reunion paña le preparaba, llegando con seguridad á su destino, no
de sus tropas el Llarch de Copons, á quien en lí'30 había sin que los carlistas dejasen de molestar su retaguardia.
mandado á Ceuta, marchó inmediatamente donde estaba, y Sirvió de contrapeso á la antedicha ventaja la pérdida de
en medio de su gente, lo abrazó, le llamó el mejor servidor Villafranca del Panados que ganaron los carlistas despues de
del rey y amigo suyo, le nombró brigadier y cuidó solícita­ una heroica defensa en la que perecieron doscientos de, los
mente de las tropas que aquel mandaba. valientes sitiados.
Una vez decidido á un propósito, mostrábase España sordo Siguió un espacio de tiempo en el que solo ocurrieron li­
al ruego: para él, no era acción digna do un hombro ceder á geros encuentros quo no ofrecen interés histórico, habiéndose
otras inspiraciones que á las de su propio juicio; peligrosa Meer dedicado con preferencia á asegurar el orden interior y
exageración que ahoga la simpatía, y torna en vengadores á la subsistencia de sus tropas, ai paso que el conde de España
los antiguos partidarios. dedicaba todos sus afanes á la organización du sus huestes.
Verdaderamente necesitaban las facciones catalanas un Ocupábase además el último en negociar con Cabrera para
jefe de este temple para reprimir con energía los excesos, y unir las operaciones de ambos ejércitos, deponiendo su or­
así se observó á poco de su llegada, que el orden comenzaba gullo el de Cataluña hasta el punto de ofrecer ponerse á las
á imperar en aquellas gavillas de desalmados partidarios, ni órdenes del jefe del Maestrazgo; propuesta que no aceptó
tardó en dar muestras de su intento de sobreponerse á la Cabrera, esperanzado de mejor éxito en el territorio en que
junta, empezando por relegarla á un pequeño pueblo, junto operaba,
Vi Berga, de donde no debía salir sin su consentimiento. Y apremiado el conde de España por la penuria de dinero,
Y superando obstáculos considerables con la resolución apeló á los secuestros de personas, á las que hacia pagar por
propia de su carácter, estableció España comunicaciones con su libertad crecidos rescates.
Cabrera, regularizó los impuestos, atendió á vestir y abaste­ En noviembre empezaron de nuevo las operaciones. El 4
cer sus tropas, y presente á todo, levantó el espíritu de sus trasladó España su cuartel general de Casaras á Montblanc!),
partidarios, anunciándoles que bajo su mando correli an prós­ y salió á disputar el paso á Meer que conducía un convoy y
peros los destinos ele la causa del Pretendiente. que solo despues de sostener una muy obstinada pelea pudo
Resolvióse entre tanto el baron de Meer á desalojar al ene­ llegar á Solsona al siguiente dia, regresando luego á Cardo­
migo de Solsona, cuya posesión tenia orgullosos á los parti­ na, aunque hostigado por los caí-listas.
darios catalanes y prestaba gran facilidad á la ejecución de Conoció el barón que el único medio de evitar estas conti­
sus planes. Con este propósito se dirigió el 19 á ponerle sitio, nuas molestias en punto á comunicaciones, seria el de apode­
y pudo ver á su aproximación que los carlistas enarbolaban rarse de Berga, centro de operaciones del carlismo; y noticioso
la bandera negra con el lema Fictor io, ó muerte. Despues de del intento el de España, se apresuró á volai- en socorro de la
practicar los oportunos reconocimientos rompióse el fuego plaza, que tanto interés tenia en conservar, tomando, entre
contra la plaza el 23, abriendo brecha por la que entraron los otras do las disposiciones adoptadas para su defensa, la de
sitiadores, arrojando al enemigo de la población, haciéndole asolar todos los caseríos de las inmediaciones, sin respetar
encerrarse en el palacio arzobispal donde se hizo fuerte. Mas los pertenecientes á sus misinos partidarios, ni atender á sus
aunque acudió el 26 el conde de España en auxilio de los su­ súplicas, lo que comenzó á enajenarle la voluntad de los mo­
yos y á pesar de haberse defendido estos bizarramente, tuvo radores, que creyeron no debían confiar que el conde les pro­
Solsona que entregarse á discreción, cayendo en poder de los curase ,1a salvación que de él habían esperado.
vencedores mas de setecientos hombres armados y un rico Ocurrió por entonces un suceso lamentable. Sabedores los
botín de pertrechos y bagajes. La importancia de esta victo­ carlistas al mando de Porredon de que la guarnición de Vie-
ria valió á Meer la gran cruz de Cárlos Ili. Ila, que se había insurreccionado y dado muerte á su gober­
Ante, aquel primer revés, y meditando el conde de España nador, no admitía sus proposiciones, la atacó con éxito, pa­
cu las dificultades de, sn situación, comprendió que era esta sando á cuchillo á los defensores é incendiandoci pueblo por
muy desigual bajo todos aspectos comparada con la de su te­ orden expresa del conde de España.
mible adversario, y previo cuán desventajosa para él había Pero parte de la guarnición se luibia retirado al fuerte y
de sor la lucha; pero contaba con su experiencia de la guerra resistía, cuando impaciente el último, mandó á Porredon que
y la firmeza de su carácter, y se propuso hacer frente á los dioso el asalto y acuchillase sin compasión á los sitiados,
obstáculos, no desconfiando del éxito. Procedió en su conse­ atroz mandato al que se negaron sus jefes á pretexto de que
cuencia á organizar sus tropas, formando con ellas tres divi­ no eran acróbatas que pudiesen servirse de escalas y cuerdas
siones y una de reserva, compuestas de veintiún batallones y para trepar á la muralla. Con motivo de la dilación hallóse so­
alguna artillería, para cuyo aumento estableció una fundición ya tarde al quedar abierta la brecha, toda vez que las tropas
en una cueva de la montaña. liberales, que acudían en auxilio, obligaron á retirarse á los
Distribuyó estas fuerzas por todo el Principado y fronteras sitiadores, perdiendo estos de sus resultas en la marcha casi
de Aragon. Contaba además con doscientos jinetes á los que todo cuanto les había traído un batallón enviado á hacer re­
so agregaron otros dos escuadrones enviados por Cabrera, quisas, consistente en bueyes, carneros y mulos cargados,
Se necesitaba toda la energía del conde de España para que en gran número se despeñaron por los precipicios que te­
atreverse á confiar en fuerzas tan escasas y que tan mala nían los fugitivos que franquear hasta Esterri, donde tuvo
faina habían adquirido. término la retirada. La artillería carlista quedé enterrada cu­
Entre tanto el baron de Moer tuvo que salir do Solsona tre nieve.
para abastecer de víveres á sus tropas, proponiéndose volver Las operaciones de fin de año completaron ol desastre y
á la plaza con un convoy desembarazándose de los heridos derrota de los carlistas, pues además de los puntos que forti­
en Gerona; mas sabido por el conde de España,se apresuró á ficó Moer y de la movilización de los nacionales, lo que le
tomar posiciones para estorbar el paso ásu enemigo colocán­ daba mayores medios de acción, la suerte de las armas fué
dose en los caminos de Biosca y Torà, donde el 3 do agosto adversa para el enemigo en los encuentros de Rialps, Tirbiu,
empezó la serie de combates que sostuvo con los liberales, Esterri y demás pueblos comarcanos. Lograron en verdad
quedando estos vencedores, y sin que á pesar de la estrategia los carlistas un pasajero triunfo en el puente de Escalo, pero
carlista lograse oí conde apoderarse del convoy que defendió se rehicieron con tanto brio los liberales que destrozaron las
Meer con gran acierto, aunque el triunfo hubo de costarle fuerzas de Borgos y Porredon y mas tardo las del conde de
sensibles bajas. En suma sin embargo, el ascendiente moral España, que, irritado por tanto desastre, tuvo que emprender
estaba de parte de Moer, y ol de España no podia lisonjearse una penosísima retirada por sitios peligrosos hasta el valle
de sus primeras empresas, que demostraban una verdad do­ del Segre, cuyo rio pasó, estableciendo en Oliana su cuartel
lorosa para su gloria. general. Destrozadas, perdidas, sin ningún recurso, desvalió­
Tumo VI se
•¿VJ Il I S T O IM A J >IC ICS P A Ñ A

rudi» su prestigio, Hoyó á sur tun desesperada la situación ilo quizá en esta ocasión le debamos que Ja libertad no pereciera,
las facciones catalanas, uno Ilion puedo afirmarse que los libe­ pues la lucha actual hubiera cambiado enteramente do aspecto
rales desaprovecharon enf onces la mejor ocasión para aniqui­ si la capital de Aragon quedara en poder de los enemigos...
larlas. Mandados por Cabañero al frente de cuatro batallones y dos
Meer no olvidó el castigo debido á la sublevación do Violla escuadrones, lograron hacerse dueños del Coso y de la plaza
y mostróse magnánimo con los vencidos. Digna do conmemo­ del Mercado.
ración será siempre la energía de carácter dol baron, quien »Gritos de ¡viva Carlos V!, lanzados por los invasores, des­
no solo tenia que atender á los cuidados de la guerra, ya do pertaron á los sorprendidos habitantes.
por sí dificultosos en extremo, sino que enfrenar las maqui­ »A lus terroríficos gritos contestaron los nacionales á bala­
naciones y el trabajo de zapa ó. que no cesaba la anarquía zos desde los balcones, y el tiroteo haciendo cundir la alarma
de entregarse perturbando el orden tan necesario en aquel fué la señal de reunion para los que no hablan todavía empu­
puis y en aquellas circunstancias. firmemente decidido á ñado sus fusiles.
sostener el imperio de ley contra la influencia bastarda de ele­ »Ninguno faltó al llamamiento. Los actos do denuedo, de
mentos extraños que a cada liera so dejaban sentir, dictó heroicidad que señalaron el combate exceden por su grande­
.Meer enérgicas providencias que dieron los resultados ape­ za, escribe un testigo presencial, á los hechos mas memorables
tecidos. del tiempo de los franceses. 151enemigo no renunció fácilmen­
A muy distinto criterio obedecía, el rigor del conde de Es­ te á su presa y se atrevió á disputarla; ¡pero combatia dentro
paña, quien, despues de reducir á la nulidad á la junta, en la de los muros de Zaragoza y contra sus hijos peleando por la
que biso notables alteraciones, logró que esta no so opusiera libertad! El resultado ha sido glorioso para esta; Cabañero
;¡. las crueldades en que se complacía, menudeando las ejecu­ huyó escarmentado, dejando en poder de los vencedores dos­
ciones y horrorizando ai pueblo con el continuo espectáculo cientos muertos y setecientos prisioneros, entre ellos el coro­
de estas dos cosas horribles: el tajo y la horca. nel Aznar (a) el Cojo de Cariñena y veintitrés oficiales mas.
fílorioso y memorable será para siempre el suceso que es­ Nuestra pérdida ha sido corta.... »
cogemos como preámbulo de la campaña do Aragon on 1S3S, Para formar idea de cuáles hubieran sido las inevitables
suceso que á no haber sido gloriosamente conjuradas sus con­ consecuencias de no haberse frustrado el plan de Cabañero,
secuencias por el indómito valor del pueblo de Zaragoza, hu­ basta sabor que Zaragoza encerraba en su recinto la gran ma­
bieran podido cambiar el aspecto de la guerra y arrastrar la yoría de los pudientes de Aragón, que temerosos de las de­
ruina de la causa de la libertad. predaciones de los carlistas habían venido á buscar refugio
El partidario Cabañero intentó y llegó á consumar en la para sus personas y sus caudales en la capital del antiguo
noche del 5 do marzo el audaz proyecto do hacerse dueño de reino. Dueño que hubiese siilo de ella Cabrera, nada le habría
la heroica ciudad. Acercóse silenciosamente á sus puertas y, sido tan fácil como organizar, armar y equipar cuarenta mil
sin (pío se. hubiese tenido conocimiento de su aproximación, hombres, proporcionando además á don Carlos el codiciado
penetró por ellas en el cenl.ro de la población, ocupando sus objeto de la posesión de una capital.
localidades mas estratégicas, como lo eran la ancha vía del Indignado el pueblo de Zaragoza en presencia del peligro
Coso, el Mercado y la plaza de Han Miguel. Interin sus bata­ que había corrido y que atribuía á la traición, sospecha au­
llones tomaban posesión de la ciudad, los defensores de esta, mentada por haber corrido la especie de que ol general Esto­
reducidos á su denodada milicia nacional, reposaban tranqui­ ller, segundo cabo y principal autoridad militar, habia tenido
lamente en sus bogares sin el menor conocimiento de la pa­ conocimiento de la aproximación del enemigo sin haber to­
vorosa situación que el suceso arrastraba. mado las debidas precauciones, exigió y obtuvo el arresto de
Di) lo restante que ocurrió y de la sensación que en el país dicha autoridad ; novedad que acrecentando la agitación con­
produjo tan célebre acontecimiento dará cabal idea el si­ siguiente á los sucesos de la noche anterior, produjo en la ma­
guiente relato, escrito bajo la impresión del momento y que ñana del fi la reunion de un grupo que aumentó por la tarde
vió la luz mi HI Horreo Nacional al siguiente diade acaecido hasta unos doscientos hombres. Pronunciados estos en motiu
el memorable suceso. dirigiéronse al local de la ex-inquisieion, donde se hallaba
«Ayer se. recibió en Madrid una noticia, cuya primera ver­ detenido el desgraciado general, forzaron las puertas do su
sion si sii hubiera confirmado habría excedido eu su funesta estancia, y asiéndose de su persona y arrastrándolo entre gri­
importancia á cuantos heclms ha producido la presente guer­ tos de cólera y de venganza, lo condujeron contuso y maltre­
ra civil. —Con referencia á un parte del administrador de cho á la plaza de la Constitución, donde le dieron cruel
correos de la Almúnia, circuló por la tarde la inesperada nue­ muerte á bayonetazos debajo de la lápida titillai’.
va de que Cabrera se habia apoderado de Zaragoza por sorpre­ Aquella sumaria y feroz aplicación, hecha por el pueblo, de
sa. Nada mas se dijo en el primer momento, y para cuantos la ley Lynch, aunque jamás será justificable ante los sagrados
conocen la importancia m ilitary política de aquella capital, el derechos de la justicia hollada, tenia, ya que no la disculpa,
suceso equivalia á una batalla campal ganada por el enemigo la explicación de la causa insólita de un olvido por parte de
y en la que hubiese derrotado á nuestro ejército.—Algunos, la víctima, de deberes cuya negligencia estuvo á pique de pro­
mas confiados en el carácter dolos aragoneses que consterna­ ducir la posesión de Zaragoza por los carlistas, y tal voz la
dos por la gravedad del hecho, esperaban que el enemigo ha­ ruina de la causa de la libertad.
bría hallado su tumbaeno.l noble suelo que se atrevió á invadir. Casi coetáneamente á la memorable hazaña del heroico
Da inquietud y la zozobra duraron solo horas, hasta que la pueblo de Zaragoza, conquistaron valederos títulos á la ad­
llegada de un extraordinario de las autoridades de Zaragoza-al miración y á la gratitud de la patria los vecinos de Gandesa,
gobierno, y luego la de posteriores partes oficiales, convirtie­ población cuyo ardiente liberalismo fué siempre objeto dol
ron en alegría y placer las tristes preocupaciones cíe la maña- encono de Cabrera y de Ins facciones. Sitiado ol pueblo dife­
mi.—El pueblo de Zaragoza, digno do la ínclita ciudad que rentes veces por el enemigo, habia insto asolado su territorio,
ha sido la admiración del siglo en que vivimos, no ha desmen­ robados sus ganados y pasados por las armas sus milicianos.
tido y quizás haya excedido la fama do sus antepasados. Sor­ Habíanse refugiado á sus muros crecido número de habitan­
prendido en medio de. la noche por una fuerte division ene­ tes de los pueblos inmediatos. Forasteros y vecinos todos for­
miga. bastóle saber que esta era dueña do sus hogares, para maban un cuerpo unido y compacto, consagrado á la defensa
(pie sin preparativos, sin jefes, sin dirección, el heroísmo su­ de débiles murallas, levantadas apresuradamente é incapaces
perase á f.odas las desventajas de una sorpresa consumada, y do resistir á los disparos de la artillería. Viejos.y mozos, mi­
lanzase de sus murallas, escarmentados y vencidos, á los que licianos y paisanos liabian dejado sus ocupaciones para entre­
torpemente contaron sobro la flaqueza, ó imprudentemente garse á la defensa de sus hogares. Los hombres trabajaban en
olvidaron el proverbial valor de los zaragozanos. las fortificaciones y salían al campo cuando se acercaba el
.»faltan expresiones en el lenguaje escrito para elogiar (lig­ enemigo. Las mujeres patrullaban y on caso necesario hacian
nai tiento la conducta de aquel pueblo; él filé en otra época guardias. Mas no bastó tanta heroicidad para alejar el pe­
inmlelo de la constancia que salvó la independencia nacional; ligro.
]•' DA I ) M O 1> K lì X A

Lu folta de víveres no permitia prolongar la resistencia y fortificaciones conforme lo venia haciendo respecto á los de­
apenas si hubo tiempo para que una fuerte columna al man- , más pueblos do que se hacia dueño.
da dol general don Santos San Miguel acudiese eon objeto de ' Prosiguiendo su triunfante correría atacó Cabrera á Alee-
proteger el éxodo de sus habitantes, los que formando un in­ risa, cuya guarnición y nacionales, codi ánimo resuelto, le
menso convoy, escoltado por las tropas venidas en auxilio, ! opusieron vigoíosa resistenda. La artillería abrió brecha por
llegaron el 4- de marzo á Favara en Aragón, tierra libre don- la que penetraron los carlistas, posesionándose de parte del
d e ’ p u d i e r o n hallar el término de sus fatigas y recibir el hon­ fuerte, que lo era el antiguo convento de San Francisco, pero
roso aunque estéril consuelo de un voto de gracias dado por llevaban los nacionales tan alto su denuedo en la defensa do
las Cortes en galardón de tan heroico comportamiento. sus hogares, que recibieron tí tiros y á bayonetazos á los car­
bastante hemos dicho sobre la embarazosa situación del ¡ listas, quedando los claustros del ex-eonvento cubiertos de
gabinete, cuyas dificultades juntamente con las del país, de­ cadáveres do imo y otro b;mdo; esfuerzo heroico de los sitia­
bían acrecentar sucesos sobre cuyas consecuencias omitire­ dos que les permitió arrojar á los invasores del recinto del
mos por ahora apreciaciones que tendrán lugar despues do fuerte. Tanta bizarría habría sido estéril, menos para la gloriti
haber dado cuenta de los hechos que estaban en vísperas de do los que á tal punto llevaron su valentía, á no haber acu­
realizarse. dido diligente. Oraá obligando «i Cabrera á levantar el sitio.
Infatigable el último en sus proyectos do engrandecimien­
C A PÍTU LO IV to, habia coneobido el por demás atrevido de incomunicar á
O i r e r í f i s d e l o s c a r l i s t a s a n t e r i o r e s a l s i t i o d o M o r e l l a . — S i t i o d e M o ­ Madrid con las provincias del Norte, proyecto á que daba
r e l l a . — C o n s e c u e n c i a s p o l í t i c a s y m i l i t a r e s d e l l e v a n t a m i e n t o d e l s i t i o principio fortificando á Cañete.
d e M o re lla .— A c c ió n d e M a e lia ,— P a r o x is m o d e c r u e ld a d e n e l c a r á c ­ El general Azpiroz, enviado para contrarestar dicho de­
te r d e la g u e rra . signio, tuvo la buena suerte de batir al coronel carlista don
Pedro Sauz, haciéndole prisioneros treinta oficiales, trescien­
Cabañero fugitivo de Zaragoza se dirigió á la provincia de tos soldados, y apoderándose de ochocientas cabezas de ga­
Guadalajara con tan buena suerte que habiendo salido en su nado halladas en posi-sion del enemigo.
persecución la segunda brigada del ejército de Aragon, él fué La falta de espacio no nos permito dar cabida á lo que de
ipiien la batió y la hizo prisionera. buen grado habríamos expuesto respecto á las mullidas de ad­
Codiciaba Cabrera la posesión de nuevas plazas fuertes en ministración y de organización judicial dictadas por Cabrera
o) Maestrazgo y puso sus miras en la de Lucena. para el territorio de su mando. Urge llegar á la mas impor­
La division Itorso, destinada á estorbar la prosecución del tante de las operaciones de la campaña de Aragon en aquel
sitio, no bastó para impedirlo y Cabrera pudo asentar sus ba­ año; á saber, el sitio de Morella.
terías o3i un pnnto que dominaba á la población. Este sitio fué tan fecundo en resultados favorables para la
La guarnición, alentada por el levantado espíritu de su go­ causa carlista como adversos para la dé la líeina.
bernador Cuminua, verificó virrias salidas que si no dicroti Despues de la posesión de Oantavicja, la de Morella consti­
resollados provechosos no dejaron de ser honrosísimas para tuía un acrecentamiento de fuerza moral y de recursos mate­
los sitiados. En el entre tanto las baterías de asedio hacían riales de parte de Cabrera, que bien justificaba la importancia
su oficio y el peligro de la plaza crocia. que el gobierno daba á la toma de dichas plazas, privando á
Para remediarlo presentóse nuevamente Berso reforzado un adversario tan activo de los medios de constituir en el
por la division de don Bartolomé Amor, mas aunque las fuer­ Este de España un foco permanente de insurrecciones y de
zas de ambos jefes se establecieron dando frente á los sitia­ elementos de lucha tan temibles como lo oran los que ya
dores y peleando con ellos, no consiguieron ahuyentar á Ca­ poseía don Cárlos en las provincias Vascongadas y en Na­
brera, que continuó en su posición ile sitiador de la que fué varra-
menester que viniese Orad á lanzarlo, como efectivamente lo Las condiciones topográficas de la plaza ile Morella, cuya
consiguió, teniendo en ello ocasión para elogiar el comporta­ posesión tanto importaba á ambos beligerantes, eran (le tal na­
miento de los nacionales y para levantar el espíritu de los turaleza, que para apreciarlas y juzgar hasta qué punto ayu­
pueblos. daban por una parte á la defensa y cuán ardua era por otra
Con sagacidad calculó Cabrera que experimentaria un des­ la empresa do arrebatársela al enemigo, es necesario tener á la
calabro si esperaba la llegada del lobo cano, con cuyo nombre vista el plano de la localidad al mismo tiempo que el croquis
saben nuestros lectores era designado Orati por los carlistas, del territorio circunvecino.
y poniendo á salvo la artillería y materiales de sitio que ha­ Al pié ile una colina elevada y que remata en forma de cono
biti traído, retiróse siti esperar á su temido adversario. una escarpada eminencia, se halla situada la población que
Conseguido por este el importante fin que se habla pro­ protegen en parte los flancos ile la montanti coronada por el
puesto, dejó abastecida á Lucenti, destruyó las líneas de cir­ fuerte ó castillo déla antigua villa feudal. Todavía conservaba
cunvalación y demás trabajos ele sitio, dirigiéndose á Chiva Morelia parte de las antiguas murallas, reparadas y mejoradas
con intención de fortificarla. sus defensas desde que Cabrera habia hecho de la villa una
A cuatro leguas de distancia efectuaba Cabrera igual ope­ plaza de armas.
ración con Villahennosa, ínterin Forcadell y otros partida­ Diez y siete piezas de artillería constituían la dotación do
rios recibían la orden de desparramarse por las llanuras de la fortaleza, cuya guarnición constaba de cuatro batallones y
Valencia y de Castellón, poniendo á saco, como lo tenían por algunas compañías de artilleros.
costumbre, aquellas ricas provincias, que en gran manera Fuera de su recinto y bajo las órdenes del fictive y vigilante
contribuitili al sostenimiento de las facciones. Puso en se­ Cabrera y de sus adiestracloslugartenient.es existia un cuerpo
guida Cabrera sitio á Calanda., cuyos nacionales, aunque se de ejército de quince batallones y seis escuadrones dueños
defendieron bizarramente, viéronso obligados á capitular. del pais circunvecino, cuerpo auxiliar permanente (pie en país
Desgraciadamente, y para oprobio do la memoria de Cabre­ escabroso y en el que no poseían las tropas do la Kcina otros
ra, tí quien no hemos escaseado los elogios cuando sus he­ medios de subsistencia que los que recibiesen por convoyes,
chos los han motivado, violó la capitulación mandando fusilar difícilmente y con riesgo escoltados, creaba todo olio una si-
á veintidós oficiales ile los rendidos, y aunque respetó la vida ; tilación tan espeeüüque no podia compararse illa de los sitios
de los demás, lo fué partí arrancárselas mas (.urde y eon m a­ ordinarios.
yor crueldad, (.oda vez que, según afirma el bien informado Penetrado Cabrera de lo arduo do la empresa que tenia de­
autor de la Historia de la Guerra civil, dos años despues y lante, acopió víveres, le vani ó trincheras, habilitó desfiladeros,
al evacuar á Mora de Ebro, hizo Cabrarti precipitar inhuma­ facilitó comunicaciones entre la plaza y el ejército que habia
namente en sus aguas los restos de los prisioneros de Calauda. de proteger su defensa, sin descuidar añadir á estos medios
Inmediatamente despues apoderóse aquel de Samper, que­ materiales los morales, levantando el espíritu de sus tropas á
dando su guarnición prisionera, sin quo se sopa que no le dioso las que electrizó excitando on ellas su odio contra los libéra­
cuartel, toda vez que hubo ile contentarse con destruir sus los, recordando los agravios de ellos recibidos, señalándoles
•-iti II I S T O U I A DM liS I*A N A

la atención dc España y Knropa fija sobro el puñado do va­ y la caballería de Róznela, los que con resolución y gallardía
lient,os quo desafiaban al gobierno do la Reina. vinieron á las manos con los carlistas, pero tenaces y firmes
l’oro movido Orati á su voz por ol sentimiento de su propia estos, aunque no adelantan, tampoco retroceden, conservando
¡.¡loria y e.n el interés del gobierno esencialmente débil, si la la posición de sus líneas exteriores.
suerte de las tirinas no venia á favorecerlo, expuso á este los En la noche de aquel dia durmió Cabrera en el recinto de
medios de que absolutamente necesitaba y do que carecía, la plaza adoptando á la mañana siguiente sus últimas dispo­
medios sin los cuales no podia salir airoso en la ardua empre­ siciones dc defensa interior, nombrando los jefes de los cua­
sa. Kn su consecuencia pidió al gobierno veintidós batallones tro puntos en que dividió el recinto y proveyendo á todas las
de refuerzo, quince escuadrones, dos millones y medio do ra­ necesidades á que diese lugar el asalto.
ciones de pan, un millón de raciones de vino, trescientas mil El r>regresó á sus líneas exteriores el jefe carlista y ordenó
do cebada, doble repuesto de calzado y algún vestuario. Los ¡i Forcadell que se apoderase do la Moleta y de la Pedrera.
ministros, esperanzados do un triunfo que tanta fáltales ba­ Obedeció ol último aunque sin éxito, volviendo á ocupar su
citi.. ofrecieron cuanto pidió Orati, y le aseguraron que todo antigua posición.
se ballaria en Alcañiz y demás puntos por él designados. El (i renovó Cabrera el ataque al frente de las lineas de si­
imitando lo efectuado por Cabrera también apeló el gene­ tio. El fuego voto dc madrugada por las guerrillas se sostuvo
ral, su contrario, ¡i usar de medios morales, y dio proclamas durante todo el dia, no cesando hasta la noche, cuando libe­
.al ejército y ¡il país concebidas en términos que estimulaban rales y carlistas permanecieron en sus respectivas líneas.
■•I patriotismo y los instintos de gloria, y no contento con El dia 7 dirigió Oraá, á la Pobleta la division dc reserva,
esto quiso también ser oido por los mismos á quienes iba á adelantando con trabajo el tren de sitio traído por San Mi­
combatir, y en su consecuencia exhortaba ¡i los carlistas tí guel, movimientos observados por Cabrera desde las posicio­
economizar la propia sangro y la de sus hermanos, humanita­ nes que ocupaba con vigilancia comparable á la del milano
ria. pero cándida imprecación do la que mida debia esperarse. que espia el momento de caer sobre su presa.
I'd lií de .julio se ponían on marcha las divisiones ilei ejér­ El día 8 se adelantó Oraá con el tren de sitio, y aunque em­
cito de la Reina, partiendo de Zaragoza, de Castellón, de Teruel barazado por el cureñaje, los furgones y las acémilas, logró
y de Alcañiz. (frandes temporales ele agua inutilizaron los atravesar un bosque que escondía los movimientos del ene­
caminos y retrasaron la marcha. migo, llevando en reserva Oraá á Borso para mejor poder ba­
Kl :i~ el cuartel general de Oraá se hallaba en Mosquernela, cín- frente á las dificultades de tránsito tan peligroso.
donde se le reunió l’orso, y el 28 llegaba San Miguel con la Con lentitud atravesó el convoy que se acampó cu San Ma­
division do reserva y los trenes dc batir. teo, continuando su marcha al dia siguiente para San Mar­
Cabrera había dispuesto sus divisiones á los flancos de las cos, donde pernoctó, escoltando el parque, la division de San
columnas do Oraá, acechando el momento oportuno de cau­ Miguel, la de Berso y la de reserva. Por la noche vióse atacado
sarles pérdidas, manteniendo á los suyos al abrigo de cho­ el campamento por considerables fuerzas carlistas, durando
ques que pudieran degenerar en descalabros, y conservando el combate hasta las diez á cuya hora cesó el fuego. Las di­
la disponibilidad de sus fuerzas para acudir donde mejor lo visiones del ejército liberal se bailaban reconcentradas custo­
conviniese. diando en su centro el tren de sitio y la impedimenta, al paso
Oraá bahía establecido sus cantones do asedio cu los plin­ que la caballería situada en la parte llana procuraba estorbar
tos que juzgó mas convenientes, pero su propio campo se ha­ completase Cabrera su intento de interrumpir las comunica­
llaba como «'ircunvalado por las divisiones do Cabrera que ciones entre el campamento y los puntos de donde Oraá reci­
interceptaban las comunicaciones con Alcañiz y Castellón, bía sus convoyes.
old igando á Oraá ¡i sostener diarios combates para recibir los Llamarán sin duda la atención de los hombres de guerra las
convoyes de víveres sin los cuales ora imposible que el ejérci­ singulares condiciones de aquel memorable sitio en el que, al
to llevase ;t eabo la prosecución del sitio. cabo de tantos esfuerzos hechos por Oraá para quebrantar
Kl I.” «le agosto había establecido el ejército de la Reina sus 1los medios agresivos de Cabrera, conservaba este bastante
(•aniones do asedio ocupando el terreno en el que so proponía fuerza y resolución para haber en el dia i 0 intentado un ata­
situar sus baterías. Kn el unire lauto Cabrera había introdu­ que general contra todas las posiciones de Oraá, el que si bien
cido rofuerzos en la plaza y sin esperar que el enemigo ade­ rechazó el ataque, no pudo ser insensible á la falsa posición
lantase. sus operaciones, atacó las líneas de sitio, secundado de un ejército sitiador, que se halla sitiado él mismo por un
por Roivadell, don Basilio. T,langostera, Merino y Negri, auxi­ enemigo activo y emprendedor.
liaros aventureros los dos últimos, venidos al Maestrazgo en En la mañana del 11 comenzaron á establecerse las bate­
busca de amparo contra sus percances expedicionarios. rías de sitio y la plaza quedó investida y fuera de ella las
Oraá opuso á esta coalición de caudillos carlistas su propia fuerzas auxiliares mandadas por Cabrera.
aguerrida espada, secundada por las de Berso di Carminati, Escaso siempre de víveres, con no pocos heridos y deseoso
l’a rd iñas, Azpiroz. 1’ozuela, y el joven y ya distinguido don do abreviar lo crítico de la situación, el 1-t rompió Oraá con­
Francisco Serrano. Todos pelearon con ardor, si bien la palma tra la muralla, el fuego de las baterías de brecha, habiendo
de la,jornada la alcanzaron los liberales que rechazaron los sido declarada esta practicable al siguiente dia, según juicio
ataques del enemigo, y tan reciamenteporyo cu aquel diu de su, del cuerpo de ingenieros. Delicado era sin. duda consentir que
per-una. si me es permitido emplear este galicismo, el adalid la gravísima responsabilidad de declarar accesible una brecha
de don (Vivios, que tuvo Cabrera su caballo muerto y dejó tan recientemente abierta descansase sobre el solo parecer de
como trofeo en el campo su legendaria capa blanca. un cuerpo facultativo. Según los adelantos á que hoy ha lle­
Kl dia :i llegaba San .Miguel dando custodia al tren dc sitio gado la ciencia de la guerra, semejante declaración hubiera
y á un convoy de provisiones, cuya marcha so adelantó á pro­ requerido ulterior y mas detenido oxárnen. No por ello sin
teger Korso. Kn e.l entre tanto Cabrera improvisa nuevas de­ embargo ha de ser permitido imputar el error, si lo hubo, á
fensas en el recinto de la plaza, profundiza el foso cubierto de Oraá y á su E. M. Era todavía artículo de íc en cuestiones
la muralla, llevándolo hasta la puerta do San Miguel, multi­ dc balística, que la opinion de los ingenieros fuose infalible,
plica en el interior del muro defensas de toda clase, que como en materias de fe la del Pontífice romano. No debe tam ­
recuerdan algunos do los procedimientos tie la de Zaragoza poco olvidarse quo los víveres escaseaban demasiado y que la
en 1«00, acercándose, si bien en pequeño, á los mas perfec­ dificultad de que llegasen, por el doble motivo de no haberlos
cionados que años despues han sido empleados en el sitio do situado el gobierno en los puntos designados por Oraá, no
Paris contra los alemanes. monos que por lo difícil, de que atravesasen los convoyes,
Kra tan grande la importancia para Oraá de contar con ví­ obligaba al general á precipitar las operaciones.
veres, do los que siempre carecía, que ansioso do ganar tiempo Tara dar ol asalto á que se decidió este por último, desig­
y provocado en cierto modo por la actitud de las columnas náronse tres columnas, respectivamente mandadas por los
enemigas quo protegían álos sitiados, aceptó el combate, lan­ jefes Ortiz, Yelaseo y Mir, los que procedieron con resolución
zando contra las masas carlistas las divisiones de Azpiroz al cumplimiento do su honrosísimo encargo.
KD A15 MO DK H K A ‘2 7 5
Desgraciadamente no bastaba el denuedo de los jefes ni el con regularidad, vigilancia y buena suerte. ínterin Cabrera,
ardor de los soldados pava subir á una brecha perfectamente, que había pernoctado en Morella, se preparaba á molestar la
■intransitable; primero por la naturaleza cortada y abrupta retirada del ejército.
del terreno que las columnas tenían que atravesar antes de Mucho honor hace á Oraá y á los dignos jefes que lo acom­
llegar al pió del muro; segundo por no haberse hallado tran­ pañaban la solidez con que sostuvieron durante la marcha
sitable la subida á la brecha por la multiplicidad de obstácu­ los repetidos y furiosos ataques del enemigo. Oraá, presente
los y de medios de defensa, acumulados por los sitiados de­ i donde quiera que había peligros que. correr ó disposiciones
trás del muro, al que servían de segunda línea poderosísimas ¡ que adoptar, condujo la retirada con consumada pericia, no
hogueras alimentadas por materias inflamables, completando obstante haber tenido que luchar durante toda ella con la
la imposibilidad de penetrar en el recinto, el diluvio de gra­ falta do víveres y de calzado, en cuya disposición llegó á Al-
nadas y el terrible fuego do fusilería que no daba paso á los cañiz, donde dispuso la repartición de las divisiones y briga­
agresores. das á las que designó los territorios en que habían antes
En semejante situación la retirada antes que un descalabro • operado, destinándolas respectivamente á Valencia, al bajo
era una necesidad. ¿Poro cómo extrañar tampoco que un ge­ Aragón y á Alcañiz, llevando su cuartel general á Teruel.
neral tan aguerrido como Oraá, que jefes tan resueltos como La memorable campaña cuyos pormenores heñios procura­
los que tenia á sus órdenes y soldados que con tanta valentía do condensar en el menor espacio posible costó á ambos ejér­
y resignación afrontaban penalidades que en gran parte pu­ citos una baja de :j,000 hombres.
dieron evitarse, toda vez que procedían de insuficiencia de Grandemente enalteció á Cabrera el levantamiento del sitio
modios y de ineficacia en las providencias del gobierno, no de Morella. El estudiante tovtosino, el guerrillero, eran susti­
so resignasen á darse por vencidos y ardientemente deseasen tuidos por el general, pues de tal se acreditó el que debía á
renovar el asalto? Resolvióse en su consecuencia, intentarlo su pericia y á sn buena estrella con ocasión de su último
por diverso punto y por medio de escalas, operación primera­ triunfo, el empleo de teniente general y el titulo do conde do
mente confiada al batallón de granaderos de Oporto y que Morella, conferirtelo por don Cárlos y que debian hacerlo
solo se llevó parcialmente á efecto, sin que dejase de brillar apreciar en mas la fama europea que desdo aquel dia acom­
el valor de aquel distinguido cuerpo. pañó á su nombre.
Interin tan desesperados esfuerzos se hacían para vencer Ya hemos visto que el descalabro de Oraá influyó en que
dificultades que debian haber sido previstas, Forcarteli y Llan- Espartero suspendiese sus operaciones contra Estolla, influ­
gostera eran enviados por Cabrera para impedir la llegada de yendo también en precipitar la caída del ministerio; y entre
convoyes y de víveres, cuya escasez era ya tanta, que apenas los efectos que el suceso produjo, filó une de los mas lamen­
podia alimentarse el ejército. tables el de que la opinion, mal humorada, á consecuencia
Tal era la triste condición á que este so hallaba reducido, del revés experimentado por las tropas liberales, se mostrase
cuando dispuso Oraá el tercero y último asalto. Hubo compe­ injusta respecto á Oraá, harto castigado ya con haberle sido
tencia en los cuerpos ¡admirable ejemplo de virtud militar! la suerte adversa, sin que ahora se quisiese imputarle una
para ser designados al sacrificio. Sorteáronse para satisfacer á responsabilidad que no incumbia seguramente toda entera al
tan noble emulación los cuerpos que debian componer las co­ general en jefe.
lumnas de ataque. Verificado esto llevóse á efecto en la ma­ La culpa principal fue de los contratistas do víveres para
ñana del .1.7 el último intento de vencer dificultades que la el-ejército del centro, los que no cumplieron sus compromi­
naturaleza, el arte y el genio de Cabrera habían hecho insu­ sos con la administración militar y dejaron á los soldados sin
perables. No se halló tampoco la brecha practicable ni pudie­ ; pau y á la caballería sin pienso, lo cual influyó poderosamente
ron establecerse al abrigo del muro parapetos que permitiesen , en que no hubiesen podido allegarse los refuerzos de hom-
el que prodigios de valor superasen la triple índole de los I bres que requerían las condiciones especiales bajo cuyo im­
impedimentos que cerraban el paso á las columnas de perio se emprendió el difícil asedio de Morella,
alaque. El hábil y pundonoroso Oraá, general tan capaz como ex­
Nada quedó por hacer á los bizarros jefes que las manda­ perimentado y que tan importantes servicios tenia prestados
ban para realzar el merecido concepto de que gozaban. El á la cause de la Reina.no tardó en verse desposeído del man­
brillante oficial de E. M. Alonso, jefe de una de ellas, y cl co­ do y poco menos que procesado; pero nadie dijo nada á los
rnnel don bruno de Velasco, jefe de otra, pagaron aprecio de contratistas prevaricadores, cuyos descendientes ostentan
su inda la universal admiración que mereció su valeroso com­ riquezas y títulos, fruto de los malos hechos de sus progeni­
portamiento. tores .
La retirada al campamento de las rechazadas columnas de Pero el vulgo, que las mas veces procedo por impresiones,
asalto puso fin á la fúnebre jornada, y bastará pava apreciar había escogido por víctimas á Oraá y á su segundo el general
cuál era la situación del ejército saber que Pardiñas, ansiosa­ Vau-IIalen; de cuyas resultas y para calmar la ansiedad del
mente esperado con un convoy de víveres, llegó custodiando público por que la luz se hiciese sobre el malogrado desenlace
los estrictamente necesarios para dos dias, pero sin pienso do la campaña, el ministro do la Guerra, general Latre, se
para el ganado. La llegada de cada convoy costaba, por lo me­ dirigió al teatro de los sucesos con especial encargo de poner
nos, cien hombres de baja. i en claro la verdad. Oidos que fueron por el ministro las ex­
Oabrera, para hacer mas desesperada la situación alimenti­ plicaciones y los descargos que tan fácil era producir al ge­
cia del ejército, incendió las mieses de las cercanías, y en los neral residenciado, el ministro no pudo menos de reconocer
últimos dias el rancho de los soldados redújosc solamente á que Oraá habia cumplido con su obligación, no obstante lo
granos de trigo machacado. El campamento encerraba, ade­ cual acabó por verse separado del mando y sometido el exà­
más, (¡00 heridos, á los que no había modio de atender. men do su comportamiento al Tribunal supremo de Guerra y
Triste poro inevitable era, el único partido que quedaba Marina, cuya sala no pudo menos de acordar un sobreseimien­
que tomar al valiente general en jefe, quien sin embargo qui­ to que dejaba completamente á salvo el acrisolado concepto
so reunir un consejo de guerra que pusiese á cubierto su pro­ del veterano general.
pia responsabilidad. Reunióse este con asistencia de todos los Mas, ínterin la opinion se rectificaba y marchaban á sus
jefes do division y brigada y de los comandantes de cuerpo, respectivos destinos las tropas que habían formado el ejército
consejo que por unanimidad opinó que con lo hecho quedaba de asedio, Cabrera, siempre activo y feeundo en recursos, so
á cubierto el honor del ejército, al mismo tiempo que recono­ precipitaba sobro la huerta de Valencia; y según su estable­
cía no quedar otro partido que tomar que el de una inmedia­ cida costumbre, la ponia á saco, formando un gran convoy
ta. retirada. de víveres, de equipos y de caudales que encaminó á las pla­
De conformidad con lo opinado por el consejo procedióse zas fuertes del territorio que dominaba; hecho lo cual y con
la misma noche del 17 al desarme de las baterías de sitio. El toda la seguridad que en tiempos feudales podia disponerlo
siguiente se empleó, con las debidas precauciones, en dispo­ el señor respecto á la hueste de sus vasallos, dio permiso Ca­
ner 1si evacuación del campamento, la que se llevó á efecto brera á sus voluntarios para ir á pasar algunos dias con sus
T,C, III.STOIITA ])!■: ICSI'.A ÑA

lai ni lins, usando ul electo de su frase lavorila de: 'muchachos, 3.“ Que después de canjeados podrían quedarse en sus ca­
id á ea/oihinr de camisa. sas ó tomar parte con los carlistas.
Al mismo tieiii]io que el jefe del Maestrazgo dictaba estas Inverosímil parece, pero no es posible dudarlo afirmándolo
disposiciones, uno de sus lugartenientes se dirigia con su co­ d ilustrado compilador de los mas interesantes datos reuni­
lumna ¡i. Ilelmunt sobre el libro, se lincia dueño de la población dos para escribir la historia de la guerra civil. La capitula­
y (le loque babbi ido á buscar ¡iella, consistente en cuatrocien­ ción fué violada y fusilados los cincuenta y sois nacionales
tos quintales de plomo; articulo muy necesario para ol sumi­ comprendidos en ella; pero quedaban diez entre niños y
nistro del balerío y del que, apoderada su gente, lo condujo adolescentes que un sentimiento de universal compasión ha­
con toda seguridad á Mora. bía salvado del sangriento holocausto! Pocos dias despues, y
Suceso todavía mas lamentable vino á agravar la serie de por orden de Cabrera, recibieron aquellas inocentes víctimas
descalabros que la cansa liberal venia experimentando, ivi de manos de sayones una muerte que se resiste creer les
brigadier Pardi ñas, que tanta fama liabia cobrado en los últi­ fuese ordenada por el misino hombre á quien hemos tratado
mos meses por sus triunfos sobre las facciones, ambicionaba y con quien hemos cambiado en la emigración amistosas hos­
consolidar su naciente gloria venciendo á Cabrera, abrigando pitalidades, á las que no hubiera podido prestarse un hombre
la sobradamente coniiadaesperanzade conseguirlo con la mis­ honrado que hubiese conocido hechos de índole tan odiosa.
ma facilidad (pie liabia logrado rendir á don Basilio. La noticia do semejantes horrores, llegada á Valencia, pro­
Grandes eran ol arrojo y la bizarría de Pardillas, poro lo ga­ dujo una conmoción. Grupos amotinados cruzaron las calles
naba en cautela y experiencia militar el rival á quien se ba­ profiriendo el sal vaje grito de represalias. La mas numerosa
bbi propuesto humillar y que, conocedor del terreno, consu­ de aquellas turbas, reunida en la calle do Zaragoza, consintió
mado en la clase de guerra que desolaba á España, y no dócil en dispersarse ¡i la voz amiga del capitan general don
menos seguii) de su gente que lo estaba de sí mismo, buscaba Eroi] an Mendez Vigo.
también con ansia a Pardiñas, anunciando enfáticamente á Alentado por el éxito de este primer paso conciliador, qui­
sus voluntarios que al primer encuentro dañan fin del te­ so cl general repetirlo dirigiéndose á las Escuelas pías donde
mido jefe liberal, ivi 2'.) de setiembre ocupaba Pardiñas el pue­ se le dijo había otro grupo amotinado. Acercóseá él con con­
blo do Maella, á donde se dirigió derechamente Cabrera; y fianza, dirigióle persuasivas frases que surtieron el mejor
aceptada la provocación, como no podin monos do serlo, por efecto; y cuando todos se retiraban y el conilieto parecía iba
su contrario, trabóse la reñida lid, en la que despues de ha­ á llegar á su término, tin disparo traidor salido ile un esca­
ber peleado con fortuna varia, apro veci ló Cabrera sagazmente pado situado cu una contigua esquina dejó cadáver en el acto
de un cambio ile frente, de una grave falta estratégica couie- al benemérito general que tan esclarecidísimo ejemplo de ci­
lidapor una de las alas de la division Pardiñas, para arrancar vismo acababa de dar.
á este de las manos la victoria que creía tuner asegurada. No Valencia quedó, como era de prever, en manos de la anar­
queriendo Paulinas sobrevivirá su derrota, buscó la muerte quía, la que buscó por representante, en calidad de sucesor
y la halló sobre el campo de batalla, donde dejó su cadáver do Mendez Vigo, al brigadier don Narciso Lopez, cuyos ante­
cubierto de bou rosísimas heridas. .La destrozada division lo­ cedentes son sobradamente conocidos de nuestros lectores
gró apenas salvar dos de los cinco batallones de que cons­ para que acerca de su persona sea necesario añadir una sola
taba, palabra mas. Instalóse una junta de represalia por disposi­
Cansa asombro y pena el encarnizamiento, la elucidali quo ción de la cual, trece oficiales carlistas prisioneros fueron en­
señaló aquel dia de horrible matanza. Al comenzar la acción tregados al plomo asesino.
no dió cuartel la caballería do Pardiñas á algunos rendidos Con agravadas circunstancias reproducíanse en la provin­
do la division Cabrera; y vencedor que se vió este, en vez cia de Zaragoza dos dias despues hechos análogos. La heca­
de conducirse, con la generosidad que tan bien sienta á los tombe do Villamalefa produjo también su efecto entre los
valientes, hizo gala do no dar cuartel á los prisioneros de la impresionables zaragozanos. Instalóse la inevitable junta de
misma arma, mandando fusilar á ciento sesenta y uno de represalias, por cuya disposición l'ucrou pasados por las ar­
la caballería de Pardiñas; acto de inaudita ferocidad que mas cincuenta y cinco prisioneros carlistas.
dió lugar á un incidente (pie honra en extremo al olicial car­ No os posible escribir con la fri a imparcialidad que cumple
lista que lo motivó. Un ayudante de Cabrera llevó al capi­ á la historia hechos, no ya accidentales, sino sistemáticos de
tan Kspmosa la orden deque diese muerte instantáneamente semejante naturaleza. Los lectores de la presente historia han
á eine.ueiii a prisioneros caídos en su poder; á lo que noble­ podido observar con cuánta severidad hemos juzgado ol he­
mente contestó el requerido qne no ter in lanza deques de la cho injustificable do la arbitraria, muerte dada á la madre de
aerimi: ejemplar negativa que obligó al autor de la inicua Cabrera, atribuyéndole en gran parto las proverbiales cruel­
orden á designar á otro que consintiese en hacer el oíieio de dades de su sanguinario hijo, y dejándonos llevar hasta cierto
verdugo. punto por lo excepcional del motivo que impulsaba sus inau­
bus furias infernales parecían haberse apoderado de Ca­ ditas venganzas, llegamos hasta á disculparle.
brera en aquellos tristes dias, principalmente con relación á Posteriormente, y separando de nuestra memoria la de
la memoria del valeroso y desgraciado Pardiñas. Entre los aquellos tristísimos hechos, el público ha podido también ob­
prisioneros hechos á este liabia noventa y seis sargentos á los servar Ja extremada imparcialidad con que hemos juzgado
¡ p u s se invitó á entrar on las lilas carlistas como el mejor me­ á Cabrera., sin cercenarle ni un ápice las favorables cualida­
dio de sacar sus vidas á salvo. Negáronse los sargentos á la des que podían coexistir en la fiera naturaleza de aquel
propuesta ; y sabedor Cabrera do quo uno do ellos había de­ hombre apasionado y familiarizado con el derramamiento de
jado escapar la expresión do primero m orir qve lomar parte sangre. Pero las renovadas pruebas de su insaciable sed do
ron hnlrones, se dejó cegar del orgullo y do la rabia hasta el verterla, sert no justificada por el influjo de ningún senti­
inaudito extremo do dictar el fusilamiento do los noventa y miento noble, como aparece de los hechos que acabamos de
sois sargentos, bárbaramente inmolados á sangro fria despues enumerar, producen en nuestro ánimo una reacción de la que,
do una ludia honrosa un (pie vencidos y vencedores so porta­ en honra do la humanidad, es de esperar participen la mayo­
ron como valientes. ría de nuestros lectores.
Por desgracia las malas acciones tienen siempre imitadores Afirma el señor Pirula en su interesante historia, tan llena
mas fácilmente que. las buenas, i ios nacionales de Villamalefa, do auténticos datos, (pie antes do la ejecución de su madre
intimados á ron di reo, so encerraron en d fuerte resueltos á liabia Cabrera hecho fusilar á ciento ochenta y nn naciona-
veuder caras sus vidas; pero habiendo los carlistas prendido • les, añadiendo que posteriormente, y hasta el 1." de noviembre
fuego á loseualro costados del edificio, pidieron capitulación, ! de 1838, habían perecido pov su orden setecientos treinta pri­
que les fué solemnemente concedida y en cuyas estipulacio­ sioneros y trescientos setenta y uno por la de sus subordina-
nes entraban las tros siguientes cláusulas: i dos; lo que hace un total de mil ciento y un fusilados á snn-
1/' Que serian canjeados á los quince, dias. ! gre fria y despues de rendidos.
'¿■A Que no recibirían daño en sus personas y bienes. i Llaugostera y Perendoli recorrieron por aquellos dias las
KDAD -MOD K lìX A

riberas del .Talon, entregándose á repetidas atrocidades, do las do. todo patricio honrado, como do todo liberal discreto, en­
que filé principalmente victima el pueblo do Urrea do Jalon, contraron un adversario inteligente en el general Borse, quien
cuyos nacionales experimentaron crudísimo tratamiento. dió su dimisión áconsecuencia de disentimiento con Van-Ha-
En presencia de horrores tan inauditos, debe sorprender Ion sobre el gravísimo asunto de las represalias.
m e n o s el recuerdo que tales sucesos nos traen en memoria de Afortunadamente un real decreto, lechado el 12 de no­
un capitalista de Madrid, quien propuso en aquel tiempo á viembre, hacia cesar en todo el reino las juntas de represa­
sus amigos levantar una susericion destinada á pagar á peso lias, reservando el conocimiento de todos los casos en que
de oro el asesinato de Cabrera, susericion quo abría por su estas habían entendido á los generales en jefe y capitanes ge­
parte el proponente encabezándola con la cuota do veinte mil nerales de distrito.
duros, iniciativa que afortunadamente no encontró eco, dejan­
do á salvo la irredimible deshonra que, do haber sido acepta­ CAPITULO V
da. habría recaído sobro la opinion liberal. Preponderancia en la política del elemento militai’
El general don Antonio Van-IIalen, que liabia sido separa­
do de un mando superior al mismo tiempo que del suyo lo L a p a c ific a c ió n d e la M a n c h a .— E s p a r te r o y N a rv a e z .— P a s o p o r M a ­
filé Oraá, obtuvo, merced á la amistosa protección que le dis­ d r i d d e l e j é r c i t o d e 1 .a M a n c h a . — D i m i s i ó n d o N a v v a o z . — P r o n u n c i a ­
pensaba el general Espartero, la capitanía general de Aragon m ie n to d o S e v illa .— A g ita c io n e s y d is tu r b io s e n M a d r id .— B o n n e n s e
y de las provincias de Valencia, Alicante, Albacete y Murcia. la s C o rte s .— E l m in is te r io P e r e z d o C a s tr o .— L a g u e r r a e n C a s tilla ,
E x tr e m a d u r a , A s tu r ia s y G a lic ia .
E n posesión de esta investidura, y probablemente emulando
la situación que en las provincias catalanas se había creado el La formación del ejército de reserva do Andalucía filé un
barón de Moer, expidió Van-IIalen órdenes, en virtud do las pensamiento verdaderamente salvador en el estado á que
cuales se incautaba do la administración de las provincias habían llegado las cosas en fines de 37. Las facciones de la
de su vasto, distrito, haciéndose cargo de todos los servicios, Mancha se habían ramificado con las de Extremadura y puesto
prohibiendo que los bonos del Tesoro, así como toda otra clase en contacto con Cabrera por la Serranía de Cuenca, conocido
de papel, fuesen admitidos en pago de contribuciones y de­ que fué el designio del temible jefe del Maestrazgo de esta­
rechos, cuya recaudación puso en mano de las intendencias blecer una línea de fuertes que incomunicase á Madrid con
militares. las provincias del Norte, y fácilmente hubiera podido realizarse
Interin el nuovo Capitan general dictaba estas .disposicio­ otro tanto respecto al Mediodía y Oeste de España, en cuyo
nes, Caspe era sitiado, cañoneado por algunos dias, y entre­ caso el gobierno do la Reina hubiese tenido que cambiar ríe
gado, por último, á las llamas, al mismo tiempo que las bri­ residencia ó renunciar á hallarse en comunicación con el ejér­
gadas y columnas carlistas atravesaban casi libremente los cito y con las provincias. De Aranjuez á Despeñaperros y de
territorios del bajo Aragón y de Valencia, logrando evitar el Albacete áBadajoz el tráfico interior so hallaba interrumpido
encuentro do las columnas liberales cuando no tenían seguri­ del todo pov los carlistas, que, dueños de las llanuras man­
dad de batirlas. El 12 de noviembre se presentaba Cabrera en chetas, las dominaban y tenían puestas á saco. La circulación
Oalatayud, cuya población ocupó, imponiendo al vecindario, de los carruajes y diligencias habia cesado en la línea de Ma­
y principalmente á las familias liberales, fuertes exacciones drid á Andalucía.
de dinero, que hizo extensivas á los pueblos circunvecinos, Para buscar remedio A tales contingencias surgió la idea
aumentando el botin ya recogido por Llangostera, Forcadcll. de la formación del ejército de reserva, cometida al brigadier
Aman y sus demás jefes expedicionarios. Narvaez por los ministros sucesores de Calatrava, á manera
Los generales Van-IIalen y Ayerbo se pusieron en movi­ de desagravio de las persecuciones é injusticias que de manos
m i e n t o en persecución de Cabrera, y lo siguieron sin dar con de aquel gabinete había recibido el vencedor de Gómez.
él. ni en Cariñena, ni en Calamoeha,ni en Santa Olalla, ni en Ninguna clase de recursos proporcionó el gobierno al jefe á
Caudet, Alfambra y Camarillas, dejando á salvo su territorio quien encomendaba la formación de un ejército, para cuya
ile Canta vieja. organización debía Narvaez agenciarlo todo menos los hom­
Respondiendo al diapasón de aquellos dias de febvil cuanto bres, que se sacarían do los residuos do la última quinta, do
insensato apasionamiento, el brigadier don Narciso Lopez, los cuerpos francos y de los voluntarios movilizados. Todo lo
que mandaba las armas en Valencia, dió á luz una proclama demás, equipo y material, tenia que proporcionárselo Nar­
en la que enfáticamente declaraba ser llegado el dia de pres­ vaez, á cuyo efecto so autorizó á las diputaciones provinciales
cindir de mnñihiUdiuleH y de responder con sangre á provo­ do Andalucía á contratar empréstitos, al paso que al general
caciones de sangre. se le dieron facultades para pedir limosna á los pudientes de
El general Borso, informado do que Llangostera conducía las provincias meridionales.
un rico convoy á Cantavioja, destacó en su persecución al co­ Pero dióse tan buena traza el misionero y su amigo y coope­
ronel Pezuela, al frente de cuatro escuadrones. Tuvo este bi­ rador don Antonio Ros de Olano, que lo acompañaba en cali­
zarro jefe un feliz encuentro con el enemigo que buscaba y al dad de presunto jefe de E. M., que hallaron el terreno todo lo
que, dando vista al pié de Chiva en los Barios de Cheste, ata­ mas propicio qne podían apetecer. En Málaga, en Cádiz, en
có y arrolló con gallardía, huyendo los carlistas en dirección Córdoba, en Jaén y en Sevilla se abrieron numerosas y creci­
do Pedral va, despues ele dejar el campo cubierto de cadáveres das suscrieiones, que no tardaron en procurar el efectivo ne­
y de hacerles 170 prisioneros, entre ellos 12 oficiales; pero cesario para en tres meses haber puesto sobro las armas 12 á
desgraciadamente.logró Llangostera salvar ileso su convoy. 15,000 soldados de excelente calidad y mandados por jefes y
Mas afortunado Narciso Lopez atacó á Arnau, cuñado de una oficialidad escogidos, sacados de las filas del ejército por
Cabrera, á quien tomó 2,000 cabezas de ganado y 70 cargas de indicación de Narvaez.
paño de que este so había apoderado. A la cabeza de esta fuerza y en obedecimiento de las órde­
Aunque próxima ádesaparecer, no habia terminado todavía nes del gobierno, presentóse Narvaez en la Mancini en los pri­
la epidemia de las represalias que la prensa progresista tenia meros dias de julio; y fueron tan acertadas sus disposiciones,
la debilidad de continuar propagando y en obedecimiento á tan perspicaz el juicio que formó de los elementos locales que
cuyas inspiraciones, de que también participaba Zaragoza, el mantenían la insurrección y entregaban el país á la domina­
general Van-IIalen dispuso el fusilamiento de lti de los prisio­ ción de los Palillos, do los Jaras y de los Pecos, .que, como por
neros carlistas hechos en Cheste. encanto y en el brevísimo espacio de dos meses, quedó la
Como inas adelante veremos, la caida del ministerio Ofalia Mancha libre de facciones, pacificada y en estado completa­
arrastró la del benemérito general Latro, reemplazado por el mente normal.
general Aldama, quien fácilmente se prestó á ascender á Fué tan grande la maravilla de sus habitantes al ver cómo
Van-Halen al. empleo de teniente general. Un año antes ora por encanto se operaba aquella especie de milagro, que un
brigadier y no habia desdo entonces ganado ninguna gran coro unánime de alabanzas, un entusiasmo febril acrecentó la
batalla. popularidad que ya habían empezado á labrar en favor do
Los bárbaros fusilamientos que provocaban la indignación Narvaez, sus hechos como jefe do la division do vanguardia
27S U I S T OMI A UK KS P A Ñ A

(U'l ejercito del Norte, licclios cuya Jama grandemente acro- Igual saludable rigor desplegó Narvaez contra otros cóm­
cuiiió su activa ó inteligente persecución de clon Basilio y d e plices do las facciones, que servían á estas y con las que par­
(Jouiez. tían sus exacciones, fingiendo hacerles la guerra al frente de
l ’e r o aijiielln Hombradía, legítimamente adquirida en parte, voluntarios y de cuerpos francos cuyos movimientos dirigían
y en parte también prodigada por la opinion, estaba produ­ en ayuda en vez de en daño de las facciones.
ciendo electos muy contrarios en otro extremo de la Penín­ Aquellas salvadoras medidas; la reorganización de los ser­
sula. Mas no anticipemus el triste episodio de nuestras dis­ vicios públicos; la presentación á indulto de gran número do
cordias civiles, dei que pronto tendremos que ocuparnos, y cabecillas y de secuaces de estos; las derrotas que habían ex­
demos fin de la breve reseña de la campaña de la Mancha y perimentado los que no deponían las armas y el haber com­
sus resultados. pletamente limpiado de enemigos el territorio, dio en fines
La misma severidad, tal vez excesiva, empleada por Nar­ do agosto del todo cumplida la pacificación de la Mancha, y
vaez paru cast igar á los instigadores y cómplices de las fac­ disponíase Narvaez á trasladarse á la provincia de Toledo,
ciones, impresionó tati fuertemente al público manch ego que donde tenia pensado dar un espectáculo que en cierto modo
no pudo menos de arrancar ruidosos y entusiastas elogios : no habría dejado de ofrecer analogía con las memorables
que realzaban mas y mas el prestigio que ya rodeaba á la expiaciones consumadas por Espartero en Miranda y Pam­
persona del bizarro soldado, liberal du abolengo, pues Nar­ plona.
vaez babài pertenecido á las guardias españolas fíeles á la Hallábase Narvaez íntimamente imbuido de la creencia de
bandera constitucional en el memorable 1 de julio de 1S22 y que las facciones de la Mancha recibían impulso, al mismo
como ayudan!c quo fue de Mina en la campaña del siguiente tiempo que subsidios, del cabildo de Toledo. Poseía los nom­
año coni ra las facciones y contra los franceses. bres de los principales agentes de la trama y se proponía, lle­
Kn el capii ido anterior dejamos anunciado que no tardaría gado que hubiese á aquella capital, haber reunido el cabildo
en dVcl.itarse la expiación del gran delito cometido por don en la catedral á puerta cerrada y desde el pùlpito haber diri­
Basilio en el pueblo do la Calzada do Calatrava, en cuya igle­ gido la palabra á la corporación, señalando á aquellos de sus
sia se. enl regaron á las llamas los cuerpos vivos de 300 cria­ miembros á los que juzgaba culpables.
turas humanas, nacionales y sus familias, quo habían buscado Arrestados en el acto y entregados al consejo de guerra,
refugio cu aquel edificio, convertido en fuerte. La fama pú­ juntam ente con los datos que Narvac-z consideraba como
blica señaló desdo entonces como instigador y consejero de prueba ó, por lo menos, como medio para obtenerla, quería
aquel ael.o feroz ¡í un personaje eclesiástico de grande influjo que los convictos hubiesen sufrido suerte igual á la que ha­
en el liais; el titulado gran prior de la encomienda don Beni­ bía cabido á los reos de la Calzada.
to Turrubia (según el señor Pirala) y don Valentin Torrubia Aquel singular y dramático proyecto, cuya relación tuvi­
(según lo actuado en el consejo de guerra); hombre- que mer­ mos ocasión de oir sèriamente expuesto por boca del que lo
ced á su posición, á su carácter, á lo pingüe de la prebenda concibió, vióse desvanecido por el recibo de una real orden,
de que gozaba en el antiguo régimen, era tenido por el sujeto llegada á manos de Narvaez el 27 de setiembre en Yévenes,
de mayor suposición en el país. por la que se le nombraba capitan general de Castilla la Vie­
Como el hecho que la opinion le imputaba había en cierto ja, donde debía seguirlo una parte del ejército de reserva,
modo prescrito, no habiendo por nadie pedídoscle cuenta do quedando la restante en la Mancha á las órdenes del general
su conducta, el don Valentin permaneció tranquilo en el goce Nogueras, á quien se encomendaba la conclusion de la obra
de su dignidad, siéndole, por lo demás, mas fácil ayudar á los que no se daba tiempo á Narvaez para dejar terminada.
carlistas viviendo entro los liberales, que peregrinando á salto ¿A qué causa era de atribuir aquella inesperada resolución;
de mata en compañía do Palillos y sus compañeros. á qué móviles podia obedecer una medida que dejaba en
En tal estado y habiendo llegado Narvaez á la Calzada, duda si era de parte del gobierno una demostración de con­
presentóse Torrubia á cumplimentarle, cuando con gran sor­ fianza ó únicamente el medio de poner á Narvaez en el dis­
presa oyó de los labios del general que la conducta que se le paradero de presentar su dimisión ? El gabinete Ofalia, debili­
atribuía en el trágico lance acaecido meses antes, iba- á ser tado por la ruda oposición que encontró en las Cortes y la
depurada ante un consejo de guerra, ltedueido á prisión en que fuera de ellas le hacia el partido progresista, mas debili­
el acto el prior y juzgado por dicho tribunal que presidió el tado todavía por no haber conseguido la suspirada coopera­
marqués de bis Amarillas (futuro duque de Ahumada) fné ción de la Francia y muy principalmente por no haber logrado
Torrubia, al mismo tiempo que otros cómplices de la atroz levantar suficientes medios pecuniarios pava hacer frente á
matanza, condenado á la última pena. las atenciones de la guerra, recibió el gabinete lo que podre­
Lus pueblos de la Mancha se mostraron atónitos ante el he­ mos llamar el golpe do gracia de manos del general Espar­
cho do ver que la cuchilla de la ley se hallase pendiente so­ tero.
bre el personaje que, por fanatismo en unos, y por el temor Meses antes había hecho este público su apartamiento del
que á otros inspiraba, era mirado como inviolable. Así fue ministerio por medio de la ruidosa orden del dia 2 de febrero,
que l uda la sociedad manehega de alguna suposición se puso en la que se lamentaba de la falta de viveros y de recursos en
en movimiento para salvar la vida del temido eclesiástico. que se tenia al ejército. Semejante significativa agresión, de
A porfía llegaban al cuartel general de Narvaez las cabezas parte del general en jefe, habría bastado para poner término
do las principales familias del país, solicitando con muestras en marzo último á la existencia del gabinete Ofalia. La inter­
del mas vivo interés, la gracia del sentenciado. Entre los im­ vención de un amigo de dos de los ministros y que lo era
petrantes figuraban señoras do la primera categoría. también de Espartero, á quien estaba á la sazón rindiendo
Inflexible en su propósito de dar un gran ejemplo, mostróse desinteresados y no poco importantes servicios de prensa,
Narvaez sordo á todas las plegarias; y cuando creta haber he­ calmó por entonces la irritación y aplazó la ruptura, renova­
cho á la Nación, considerándolo como un deber, el sacrificio da ahora por la continuación por parte dei go umilio do falla
do una liarte al menos de la popularidad que había adquirido; de recursos y principalmente por no osl ar satisfecho cl gene­
apenas cesó el estampillo de las descargas que dejaron ten­ ral en jefe de la docilidad do los ministros.
didos en el campo expiatorio los cadáveres de Torrubia y A este motivo de apartamiento añadíanse los celos con que
sus cómplices, vióse Narvaez nuevamente visitado por no pe­ Espartero veia la creciente popularidad de Narvaez. Habia
queño número de los mismos que con tanto empeño habian aquel reclamado del ministro de la Guerra generai Latro el
solici!ado el perdón del prior y que ahora llegaban á felicitar inmediato envío á la provincia de Burgos del ejército de re­
al general por su energía y á liarle las gracias de haber liber­ serva, Sin haberse negado el ministro á la exigencia, la tenia
tado al país de aquel hombre funesto, cuya impunidad h a ­ en cierto medo aplazada, cuando sobrevino el gran descala­
bian solicitado impelidos por el miedo que les inspiraba, pot­ bro del levantamiento del sitio de Morella, acontecimiento
io que de ól hubieran tenido que temor si, habiendo conser­ que precipitó la cuida del ministerio, al que sucedió el abi­
vado la vida, les hubiese echado un dia en cara que no ha garrado gabinete que presidió el duque de Frias y cuyo mi­
bian gest ionado en sil favor. nistro interino de la Guerra lo l'uó el general Aldama.
EDAD ilODEllNA -.TÍO
Este creyó resolver la, doble dificultad que surgía entre tancias que le impidieron presentarse en Bilbao cual liabia sido
contentar á Espartero sin privar á Narvaez de un mando en su deseo; manifestando al mismo tiempo al general en jefe,
el que tan señalados servicios acababa de prestar; ácuyo efec­ de la manera mas explícita, su deseo de servir á sus órdenes,
to acordó el gobierno que el ejército de reserva se aproximase como su leal subordinado, ansioso de adquirir títulos valede­
al Norte, bajo las órdenes del mismo general que lo habia or­ ros á su duradera amistad. El amigo de Narvaez escribió la
ganizado; con lo que abrigaba la esperanza de utilizar los carta, dictada á gusto de Latre, y remitida á Narvaez, que se
servicios de ambos caudillos en beneficio de la causa de la bailaba en Andalucía en los trabajos de organización del ejér­
Kciua. cito de reserva, la firmó este sin alterar una sola letra. Al reci­
Mas para juzgar cuál fué la verdadera índole de la crisis birla Latre manifestó que consideraba aquella carta como un
política y militar próxima á estallar por efecto del latente an­ hecho importante; como la prenda de union entre dos hom­
tagonismo que ya se vislumbraba entre Espartero y Narvaez, bres de quienes la patria tenia mucho que esperar.
es absolutamente indispensable que sean revelados al público En el entre tanto, y en la confianza de que Latre realizaría
antecedentes enteramente nuevos para la historia, tal cual su leal propósito, Narvaez estaba dando en Andalucía las
Inasta ahora se lia escrito; antecedentes sin cuya debida apre­ pruebas de capacidad á que se debió la improvisación del
ciación quedarían truncadas las cuestiones de ambición, de ejército de reserva. Llegado que hubo al frente de este ejérci­
patriotismo y de moralidad que envolvíala ruidosa y cercana to á la Mancha y dado principio á su campaña contra las
explosion de rivalidad entre el conde de Luchana y el futuro facciones, el grito unánime de admiración que brotó del cora­
duque de Valencia. zón de los habitantes de aquellas provincias, libertadas del
En el capítulo I del libro VII dejamos consignada la poco vandalismo de los facciosos, «aumentó necesariamente el pres­
propicia circunstancia que motivó el alejamiento que empezó tigio del hombre á quien se debia tan insigne servicio ; sin
á apuntar entre el general en jefe del ejército del Norte y el que, sin embargo, el paso dado por el ministro de la Guerra,
brillante comandante general de la division de vanguardia, amigo particular de Espartero ó iniciador del pensamiento de
que tanto se distinguió en la persecución de Gomez y á cuya conciliación, hubiese producido los apetecidos efectos, des­
victoriosa campanil interpuso un fatal eclipse la soldadesca pues de pasados cerca de cu«atro meses sin que Espartero, si­
insurrección ocurrida en presencia del enemigo en Cabra, in­ quiera por atención, contestase á la carta de Narvaez.
surrección utilizada por su promovedor el general don Isidro Los que teng.an idea del carácter susceptible del último,
Alaix. Hicimos también constar al ocuparnos de este grave comprenderán fácilmente los efectos que el desaire debió pro­
asunto que Narvaez deseaba haber ido á tomar parte en el ducir en su levantado ánimo, mucho m«as habiendo sido tan
segundo sitio de Bilbao á las órdenes de Espartero, por quien explícitos los ofrecimientos de subordinación hechos por el
ora esperado entonces sin prevención, y antes al contrario con inferior al superior.
deseos de emplear al aventajado jefe que de tan buen concep­ Amonestado Latre por el oficioso amigo, que habia sido su
to gozaba en el ejército. copartícipe en la intentada negociación, escribió aquel á Es­
I,a mala impresión que recibió Narvaez cuando, llegado á partero recordándole la obligación moral en que estaba de dar
Burgos, supo que Alaix, en vez de hallarse encausado por el una respuesta á la modesta y amistosa comunicíicion de Nar­
delito militar que habia cometido en Cabra, se hallaba man­ vaez. La respuesta de Espartero fué completamente evasiva.
dando las armas en Vitoria, donde Narvaez se dirigia y hu­ Dijo haber contestado directamente á Narvaez por conducto
biera tenido que ponerse á las órdenes de su rival, lo indujo del señor Pasalodos, vicario de Ciudad-Real, quien, pregun­
:í presentar su dimisión y á pedir su licencia absoluta. tado á su vez por el paradero de la carta, contestó no haberla
Aquel acto de susceptibilidad y de despecho por parte de jamás recibido.
Narvaez dejó en el ánimo de Espartero la sospecha de que el Grandemente emb.arazosa llegó á ser la posición del «amigo
valiente y entendido jefe que habia merecido toda la predi­ de Narvaez que h«abia aconsejado á este que escribiese á Es­
lección del general don Luis Fernandez de Córdova, repugna­ partero en los términos que aquel había consentido en hacer­
ba servir á las órdenes del sucesor de aquel, sentimiento que lo. Era además peculiar la situación en que se encontraba
no pudo menos de agravarse y de labrar acrecentada descon­ dicha servicial persona, respecto al conde de Luchana, de
fianza en el ánimo de Espartero al ver la popularidad que quien era amigo y á quien habia defendido en la prensa
llegó á alcanzar Narvaez, el lugar que en la opinion supo ha­ cuando, con motivo del fusilamiento de los chapdgorris, las
cerse con la rápida organización del ejército de reserva y las iras de los progresistas se desencadenaron contra el general.
alabanzas de que era objeto por parte de los pueblos de la El mismo interés que el mutuo amigo de los dos protagonis­
Mancha, libertados por la pericia, actividad y energía del tas tenia en el éxito de la delicada negociación, le condujo á
general que en breves semanas pacificó el país y lo purgó de mostrarse todavía mas encomiador de los hechos y mereci­
carlistas y de traidores. mientos de Espartero que de los del mismo Narvaez, con quien
Hechos y consideraciones de esta clase vinieron á crear un lo ligaban relaciones de intimidad desde la célebre jornada
tácito antagonismo entre el omnipotente general en jefe del de Arlaban, en la que, gravemente herido Narvaez, tan de
ejército del Norte y la celebridad militar que apuntaba en la relieve pusieron su nombradía las pahabras del general en jefe
persona del general Narvaez. Mas cuando esta rivalidad se Córdova al estrecharlo herido en sus brazos ; nombradía que
hallaba todavía en ciernes, entró á desempeñar el ministerio habia acrecentado la galante frase del general Bcrnellc, que
de la Guerra el honrado don Manuel de Latre. ya dcj«amos consignada al tratar de esta batalla.
Lleno de patriotismo y de rectas intenciones habló el gene­ Sobreponiéndose á los móviles de afección personal que lo
ral con un antiguo amigo suyo, que lo era también de Nar­ ligaban mas estrechamente á Narvaez, como á los estímulos de
vaez, acerca de cuán perjudicial era al interés del servicio la ambición que aconsejaban inclinarse á Espartero, el delicado
latente prevención y desconfianza que parecía existir entre un mediador que juntamente con Latre habia intervenido en el
hombre de la importancia del general Espartero, cuya enér- ji patriótico propósito de unir á los dos generales, apro veci íó
gica y ejemplar conducta en la represión y castigo de las in­ la ocasión del triunfo obtenido por Espartero en la toma
surrecciones militares que causaron la traidora muerte de los de Peñaccrrada para celebrar este hecho de aranas en el si­
generales Cevallos Escalera y Sarsficld acababa de colocar guiente artículo, inserto en El Correo Nacional del 2(5 de ju ­
tan alto en la estimación pública, y un caudillo militar de las nio de 18.3,S:
esperanzas que todos fundaban en la capacidad de Narvaez; «Las esperanzíis que todos fundábamos en la bizarría de'
con cuyo motivo concibió Latre el proyecto de disipar la som­ nuestros soldados y en la pericia de su invicto general, se con­
bra de rivalidad que se interponía entre los dos aventajados vierten hoy en gloriosos títulos do certidumbre. La Gaceta
servidores del público. Aceptada la idea por el amigo de Nar­ extraordinaria que publicamos.....«anuncia que Peñ«acerrada
vaez, quien supo lograr de este autorización para que Latre ha caído ya en nuestro poder y que el enemigo ha sido ven­
trajese la negociación á buen término, acordóse que el primer cido.... El 10 se presentó nuestro ejército frente á la plazíi.
paso seria el de una carta que, por conducto del ministro me­ El 20 fué atacado el castillo que los carlistas supieron defen­
diador, escribiría Narvaez á Espartero, explicando las circuits-. der con obstinación y bizarría..... Nuestros soldados se apo-
Tojro VI 37
280 Il l S T O l t l A D E E S P A Ñ A

doraron del fuerte á viva fuerza. El día 22 debia decidir de cutera sobre los ministros la responsabilidad de los desastres
la suerte de nuestras armas....Emprendido el movimiento se de la guerra; acusaciones á las que ayudaba el vocerío de los
desplegaron guerrillas.... Se estrecharon las distancias y no contratistas de víveres, causantes en primer término del ma­
separaba á nuestros valientes mas que un corto trecho de las logramiento del sitio de Morella y que teniendo la mayor
masas enemigas, situadas en fuertes posiciones, cuando el parte do culpa, metían la cuestión á barato, afirmando au­
bravo de los bravos, el soldado por excelencia, el gran ciuda­ dazmente haber entregado en los depósitos señalados víveres
dano, cuyas virtudes y cuya espada han rehabilitado el nom­ en suficiente cantidad,¡pero que el E. M. del ejército afirmaba
bre español en Europa, el general Espartero, en una palabra, no haber jamás recibido.
conociendo con aquel ojo perspicaz y seguro que lo distingue Mas harto débil el gabinete para resistir á la presión de los
en el campo de batalla, que el momento decisivo era llegado, sucesos y no estando reunidas las Cortes en las que única­
se colocó á la cabeza del regimiento de húsares de la Princesa mente hubiera podido hallar amparo, presentaron los minis­
y seguido de su estado mayor so precipitó sobre la posición tros su dimisión; siendo reemplazados por un gabinete que
enemiga que juzgó do mas importancia. A treinta pasos esta­ carecía de significación y que no contaba con el apoyo de
ria nuestra columna de las masas carlistas, cuando de repente ningún partido. Fué su presidente un procer de nombradla
se abrieron estas y dejaron ver una batería de cuatro obuses literaria y de antecedentes liberales, el duque de Frias, pero
que al instante mismo lanzaron columnas de fuego sobre á quien solo por intervalos se le consideraba como hombre
nuestras tropas. serio.
»Aquel momento podia decidir de la suerte del dia....Otra El marqués de Montevírgen y el de Yalgoracra que entraron
voz la presencia, la sangre fria, el mágico influjo que el conde en Hacienda y en Gobernación, no traían al gobierno peso ni
de l.iiehana ejerce sobre sus soldados nos dió la victoria.— autoridad de ningún género. El diputado Ponzoa, hombre do
Marchemos adelante: ya puno el pdhjro, exclamó á los que uo mayores quilates do pública entidad, obtuvo la cartera de
le sugi lian; y como estas palabras fueron pronunciadas cuan­ Marina, y lo mas granado que entró á formar parte del minis­
do la hatería enemiga acababa de hacer sus disparos, los jefes, terio, lo constituían don Domingo Buiz de la Vega, nombrado
oliciales y tropa se precipitaron en huella de su general y la para Gracia y Justicia, y cl general Alclama para Guerra.
batería enemiga cayó en nuestro poder. Entonces cargó la ca­ El ejército de reserva se habia aproximado á Madrid para
ballería y no tarilo en dejar el campo cubierto de cadáveres, desde alli dirigirse á los puntos á que definitivamente lo des­
quedando en poder de los vencedores, además, de quinientos tinara el gobierno, sin que dejase de haber influido en su ve­
á seiscientos prisioneros....El fruto de esta gloriosísima jorna­ nida el deseo que su jefe habia manifestado de que sus bata­
da ha sido causar al enemigo una pérdida considerable, haber llones atravesasen las calles de la capital y desfilaran ante los
recuperado un punto importante, haber abatido su orgullo y balcones de palacio ; legítima exigencia tratándose de un ge­
haber dado una nueva y señalada muestra de la superioridad neral que no necesitaba buscar pretextos para imponerse,
do nuestras tropas y de los títulos que ellas y su esclarecido hallándose solicitado por los partidos, y particularmente por
general no cesan do adquirir á la gratitud nacional.» el mas avanzado, á que de cuenta y mitad diesen un golpe de
El mismo dia en que el amigo de Narvaez quemaba tan Estado popular.
exagerado incienso en honor de Espartero, hacia saber á este, El domingo 14 de octubre de 1838 fué un dia de júbilo para
por conducto de su ayudante el entonces coronel don Samon el pueblo de Madrid y de agradable sorpresa para el partido
do la Rocha, que en el estado á que las cosas habían llegado, liberal, que lisonjeado presenciaba el desfile de un cuerpo de
y despues de los desinteresados esfuerzos que habia hecho ejército creado como por encanto con todas aquellas perfec­
por amistar á los dos generales, cuya ruptura hacia presentir tas condiciones que alábanse en las tropas veteranas, cuyo
el silencio de Espartero y el lenguaje de sus amigos respecto continente marcial tanto suele engreir á las muchedumbres.
al ejército ile reserva y su general, arreglaria su conducta á Milagro era este, que ponia muy alto el nombre del organiza­
la que ambos protagonistas observasen, y que si el general dor que habia realizado la formación de aquel ejército, casi
Narvaez fuese el primero que arrojase la piedra contra Espar­ sin ayuda del gobierno y favorecido por la popularidad de que
tero, estaria al lado de este, sin miramiento á los vínculos de gozaba en Andalucía, cuyas provincias habían voluntariamen­
amistad «pie le unían á aquel. Tero que si el conde de Lu- te puesto á su disposición los recursos de que abundaban.
cliaua llegase á ser ol que desgraciadamente tomase la inicia­ Veíanse con admiración los reclutas de ayer presentando el
tiva en la antipatriótica conducta, se colocaría de pu/rte de aspecto de soldados aguerridos. Agolpábase el pueblo, ansioso
Narvaez contra Espartero. do presenciar tan conmovedor espectáculo.
El pronóstico so cumplió y no fué regateado el sacrificio. A la una verificaba el ejército su entrada por la puerta de
La prevención y el alojamiento contra el mediador oficioso Atocha, abriendo la marcha los batidores de granaderos de la
significóse muy luego (le parte del general en jefe, siu que la Guardia real, siguiendo en columna por el Prado y calle de
consecuencia y gratitud de Narvaez correspondiesen jam ás á Alcalá, donde el general Narvaez con su estado mayor se co­
la nobleza do un proceder cuyo autor es el primero en decla­ locó al frente de las tropas, precedido solo por los brillantes
rar que 1c fue dictado por la conciencia de un alto deber pú­ batidores de granaderos á caballo. Al pasar Narvaez por la
blico, antes que por estímulos do amistad. Plaza Mayor se detuvo ante la lápida de la Constitución, y
Hemos llegado al período de nuestra historia contemporá­ con el sombrero en la mano y animado acento gritó á su es­
nea que mas fecundo pudo haber sido en resultados benefi- tado mayor: / Viva la Constitución/ grito contestado con en­
dosos para la regeneración patria; cuando por efecto de er- j tusiasmo por la muchedumbre, que respondió á aquella voz
rores que cumple á la historia señalar, tornáronse en abrojos ! entera y probada en defensa de la libertad con nutridos gritos
las esperanzas y abrióse ol portillo por donde completaron de / viva el justiciero Narvaez! aludiendo sin duda á la ener­
su irrupción las falsas doctrinas y las malas pasiones, ori­ gía desplegada contra los carlistas do la Mancha-
gen de los t rastornos por los que desde entonces venimos pa­ Llegadas que fueron las tropas á la plaza do la Armería,
sando y á cuyo término seria aventurado afirmar hayamos formóse la columna do honor, recibida con los honores de
llegado. ordenanza por la guardia de Palacio, dando aquella frente al
Dejamos antes dicho que el decretado envío á Castilla la balcón principal, donde se hallaban SS. MM. acompañadas do
Vieja dui ejército do reserva obedecía en la mente ile Latro, la infanta doña Luisa Fernanda, del anciano duque de Bailen
«pie lo dispuso, á un pensamiento de transacción entre las y de algunas otras personas. El brigadier Mazarredo, jefe de
vigencias de Espartero por absorber en las filas del ejército estado mayor, y demás jefes y oficiales del cuartel general se
del Norte las fuerzas del de reserva y por otro lado al deseo colocaron al lado de Narvaez, y comenzó el desfile en el mis­
«le aquel ministro de retener los buenos servicios de Narvaez. mo orden que habia traillo y en el que figuraban las fuerzas
L’oro Latro so hallaba ausente desempeñando su comisión in­ siguientes :
vestigadora sobre las causas del descalabro de Morella y no Una compañía de zapadores, la de tiradores del batallón de
quedaba en sus compañeros fuerza moral bastante para resis­ granaderos del general y este batallón, que se distinguía por
tir los embates ilo la oposición, empeñada en descargar toda su brillante porte y equipo.
KDAJ) SI OJ) KUXA 281
La division de infantería, mandada por cl marqués de las no conspiraba en el sentido que se le ha atribuido, ni abriga­
Amarillas, y compuesta de dos brigadas de que formaban ba proyectos de golpes de Estado, ni á pesar de su justo re­
parte cl 2." batallón del 2." regimiento de la Guardia real, cl sentimiento contra Espartero ocupó por entonces su mente,
provincial de Sevilla, cl de Murcia y los terceros batallones ni por un solo instante, la idea de suscitar embarazos al
de Saboya, America y Ceuta, con sus acémilas: y todos ellos general en jefe del ejército del Norte; ambicionaba, sí, con
llamando la atención por el lucimiento, gallardía y precision, vehemencia, ser enviado á Aragon; soñaba por verso caraá
do su porte y movimientos. cara y por medirse con su tocayo Cabrera, á quien se lisonjea­
La brigada de caballería, compuesta de los cuatro magnífi­ ba de vencer.
cos escuadrones de la Guardia real y del escuadrón maniobre­ Engreído por esta ilusión, creyó Narvaez haber encontrado
ro de Andalucía, no menos brillante. la ocasión de convertirla en hecho tangible, valiéndose del
La batería montada, con tres cañones de á 8, un’ obús de favor de la opinion, en cuya posesión se hallaba, para lograr
ú 7 y sus carros. que esta iniciase y apoyase la idea de aumentar el ejército de
Y por fin, cerrando la marcha, un bien organizado escua­ reserva hasta 40,000 infantes y i,000 caballos. La prensa ami­
drón del 2.° de ligeros. ga del general tomó la delantera, y el gobierno, que no se
Al comenzar el desfile, Narvaez, que había gritado ¡viva la hallaba en situación de negarse á nada ni á nadie y descoso
Jicinaf oyó una aclamación general en la que iba mezclado ademas de atraerse á Narvaez, se apresuró á publicar el de­
su nombre; y terminado el acto subió acompañado de su es­ creto focha 23 de octubre, por el que se disponía:
tado mayor y de la oficialidad de los cuerpos á rendir home­ La formación de un ejército de cuarenta mil hombros, de
naje á SS. MM., mientras las tropas, formadas en columna, los que dos mil fueran de caballería, en las provincias meri­
aguardaban en la plaza de Oriento. dionales, la Mancha y Castilla la Nueva.
Repitiéronse al bajar los vítores y aclamaciones á Narvaez, Proceder inmediatamente á formar los cuartos batallones
y poco despues las tropas se retiraron á sus cantones, segui­ de los regimientos de línea y los terceros de los de ligeros.
das por las bendiciones del pueblo, que vela en ellas el sosten Que las vacantes de alféreces habían de cubrirse mitad de
de su causa. la clase de cadetes y sargentos y mitad de jóvenes que tuvie­
Precedido por el eco de las manifestaciones de la opinion ran dos años de estudios: unos y otros debían solicitarlo del
que con tanto entusiasmo había celebrado la pacificación de general en jefe.
la Mancha y la celeridad con que Narvaez habia sabido levan­ La organización del segundo batallón del cuarto regimien­
tar el espíritu público de aquellas provincias, fué la presencia to de la Guardia real de infantería y el segundo del segundo
en Madrid del ejército de reserva un verdadero acontecimien­ regimiento de la Guardia provincial.
to. El ministerio, débil, impopular, privado de la confianza de Que los oficiales de la milicia nacional que se juzgasen
los partidos militantes, que representábanla legalidad enton­ acreedores á servir en los nuevos batallones lo solicitasen de
ces conocida, se dio el parabién de tener cerca de sí una fuer­ Su Majestad.
za de la que poder ampararse. El partido conservador que Que se organizara un regimiento de caballería.
en aquel tiempo seguia las corrientes de que era órgano El Que se anticipase la quinta del año 39, debiendo entregar
Correo Nacional, fundaba legitimas esperanzas en un gene­ los ayuntamientos en las cajas de provincias trescientos reales
ral que, aunque de antecedentes muy liberales', por su no­ por cada quinto, para cuyo reintegro propondría el gobierno
torio amor á la disciplina ofrecía irrecusables garantías á los arbitrios á las Córtcs, debiendo ser depositadas dichas canti­
principios de órden. dades en el Banco de San Fernando.
Poro la colectividad que mas se agitaba en traer á Narvaez Nombramiento de una comisión para la construcción do
ií su devoción para convertirlo en brazo de su poder, lo era el vestuario.
partido progresista. Narvaez sc habia captado en la Mancha Autorización al general en jefe para la provision de arma­
la confianza entusiasta de la milicia nacional de aquellos mento y caballos al nuevo ejército; para tomar providencias
pueblos; y como sus antecedentes del 7 do julio de 1822, los en los casos no previstos; para transigir con los capitanes ge­
de la campaña de Cataluña con Mina y el haber permanecido nerales, prevaleciendo su opinion hasta que S. M. decidiera;
•■n clase de indefinido todo el tiempo que duró el gobierno y para formar una academia de jóvenes con el haber del sol­
absoluto, lo hacían por demás tan simpático para los progre­ dado y pan, para sacar de ellos oficiales, sargentos y cabos.
sistas, resolvieron sus jefes hacer á Narvaez una corte tan Vió Narvaez coronados todos sus deseos, considerando el
asidua que parecía difícil la resistiese un hombi’e dotado de decreto, destinado á ser convertido por sus enemigos en el
naturaleza tan impresionable. abismo que hundiese su naciente aureola, como el preliminar
Para apreciar cuán lejos se hallaba el partido progresista de su ida á Aragon, y de que la pacificación de sus comarcas,
entonces de entenderse con Espartero, á quien antes al con­ juntamente con las de Valencia, Cuenca y todo el territorio
trario creia en conciertos con personajes de la corte que aca­ do las Castillas, coronase la obra comenzada en la Mancha.
riciaban proyectos autoritarios, bastará saber que el general Pero el propósito de Narvaez, noble, legítimo y hasta modes­
don Evaristo San Miguel en aquellos dias buscó la mediación to, no fuó suficientemente cauto. Dejó de tener presente que
do un compañero suyo, amigo de Narvaez, á fin de entenderse sus operaciones manebegas y las ovaciones liberales madri­
con los conservadores, que al cabo eran constitucionales, leñas eran miradas y comentadas de muy distinta manera en
doeia San Miguel, antes que haber de sucumbir á la espada otro cuartel general, que pesaba en la balanza de la opinion
de un soldado, convertido en patrono de cortesanos. y de los hechos mucho mas que el cuartel general del ejército
Los sucesos de que vamos inmediatamente á ocuparnos de reserva; no acertó á ver que la nube que del Norte le am ena-
ofrecían pretexto para toda clase de conjeturas. Cada una de zaba podia, descargando, llevarse de un soplo el débil cimiento
las opiniones que estuvieron en juego durante el curso de las de la proyectada creación. Era esto tanto mas de temer cuanto
peripecias de que vamos á dar cuenta, atribuyó á Narvaez que Narvaez no se habia-dado á partido con los progresistas,
propósitos y pensamientos que hasta cierto punto han obte­ que abiertamente lo excitaban áque no se opusiese á su pian
nido credulidad por efecto de versiones equivocadas, hijas de derribar al gabinete por medio de una manifestación déla
ellas mismas de que la historia de aquella época está aun por milicia; propuesta á la que no estaba en ios principios orde­
escribir. La ambición del organizador del ejército de reserva nancistas de Narvaez que le diese acogida, ni menos le con­
era en verdad grande, pero de muy distinta especie de la que venia hostilizar á un gabinete que se habia prestado á decre­
se le ha supuesto; hallábase concentrada toda entera en un tar el aumento hasta cuarenta mil hombres del ejército de
solo objeto. Habia Narvaez alcanzado y batido á Gomez contra reserva cuya organización y mando le habia confiado.
la general creencia de que nolo conseguiría; habia pacificado Ni por lealtad ni por cálculo podia Narvaez consentir el
á la Mancha con fabulosa celeridad y valiéndose de medios empleo de medios de fuerza para derribar al gabinete; lo que
cuyos resultados parecían deber ser duraderos. lina vez conocido por los que querían hacerle cómplice de
Pero Narvaez, recibido con gran afabilidad por la Iíeina planes de trastornos, enfrió al partido revolucionario con el
gobernadora ; festejado, aplaudido, mimado por los partidos, aliado que tanto habia codiciado, y lo que es mas, persila-
282 J I I S T O l U A 3>E E S T A Ñ A

Riéronse los progresistas de que el no hacer Narvaez causa lentísimo señor.—La 2.:1 brigada de la primera division de
común con ellos, era seguro indicio de que estaba con los infantería tiene orden de marchar por el camino derecho tí
ministros y quería sostenerlos. esa corte, debiendo detenerse á corta distancia de la puerta
Desde aquel momento la benevolencia del partido avanza­ de Atocha; el batallón de granaderos del general, la batería y
do hacia Narvaez se tornó en prevención y se dispusieron á las compañías de zapadores vienen de Fuencarral á unirse
inutilizar al que no habían podido atraer al terreno franca­ aquí, lo mismo toda la caballería y la 1.“ brigada acantonadas
mente revolucionario. Para el éxito de su tentativa fueron en los Carabanchcles han tomado las armas y están prontas a
grandemente secundados los progresistas por dos generales marchar. Espero de V. E. se servirá avisarme con prontitud y
(i-navu-rhoft, grandes intrigantes ambos y que movían resortes oportunidad si S. M. ha determinado que yo entre en Madrid
en palacio, entre la milicia y en todos los círculos de indujo. con tropas y á qué hora, ó cualquiera otra medida que yo deba
Pasado que hubo el entusiasmo general del dia de! desfile ejecutar!—Dios guarde á V. E. muchos años.—llamón Maria
y publicado que fue el decreto concerniente al ejército de re­ Narvaez.»
serva en la Gacela. ilei 23, los generales ayacuchos, directores Aunque inspirándose en su propio criterio y en la opinion
del plan estratégico, pusieron enjuego todos los resortes que de sus amigos, no se propuso Narvaez adoptar ninguna inne­
debían hacer estallar la mina. Corno medio de despopularizar cesaria medida que pudiese tener el carácter de agresión, la
:í Narvaez entre los milicianos sugirióse al gobierno el pro­ repetición de los avisos de que la tranquilidad pública peli­
yecto de declarar á Madrid en estado de sitio, medida que graba, obligaba necesariamente á aproximarse á Madrid en la
habría necesitado hasta cierto punto hacer nso ó al menos prevision de que, si algo se le provenia, forzoso era que para
alarde de la fuerza armada, ocasión que los fraguadores de la ejecutarlo conservase una libre comunicación entre las fuer­
trama miraban corno seguro medio de consumar el divorcio zas de que debería hacer uso y las puertas que daban entrada
entre Narvaez y los patriotas. á la capital, á cuyo efecto situó escuchas en la parte exterior
Fracasó empero esto maquiavélico designio por la decidida de las mismas, á fin de que pudiesen darle aviso de lo que
oposición que Narvaez, consultado por el gobierno, hizo á la ocurriese en la capital. Mas aunque todo esto se hizo sin la
declaración de estado do sitio. No bastó este nuevo contra­ menor violencia ni asomo de coacción, ello bastó á los direc­
tiempo para hacer desmayar á los conspiradores, que tal nom­ tores de la trama para sacar todo el partido que se habían
bro merecen quienes semejantes medios empleaban para em­ propuesto.
pequeñecer los mas caros intereses de la causa nacional; Sagaces agentes dirigiéronse á los comandantes de los pues­
estimuló al contrario á los agentes que cu Madrid ponían por tos de la milicia nacional que daban guardia en las puertas,
obra las instrucciones que partían del cuartel general de Lo­ en el principal y demás puntos de la capital, dando á enten­
groño, á recurrir á medios de mas inmediato efecto. der á los milicianos que el envío por Narvaez de piquetes
Un dia tras otro anadia el ministerio nuevos quilates á su que le conservasen expedita la comunicación con el exterior,
impopularidad. Al desistir de su idea de declarar á Madrid era un acto de desconfianza hacia la milicia, una provocación
en estado de sitio, indicó Narvaez á los ministros que en vez ofensiva al decoro de la misma; y como al mismo tiempo que
de medidas que debían disgustar á los liberales, discurrieran esto se fraguaba el capitan general de Madrid don Antonio
algo oportuno contra los carlistas; pero al aceptar el consejo Q.uiroga, á cuyas órdenes estaba la milicia, se hallaba de acuer­
tuvieron los ministros tan poco acierto, que en lugar de de­ do con los ayacuchos y resuelto á sacar partido de las manio­
cretar cosas racionales y hacederas, dictaron medidas draco­ bras puestas en juego para desconceptuar á Narvaez, tuvo
nianas contra las inofensivas familias de los partidarios acti­ Quiroga la mala fe do pretender que ningún conocimiento ha­
vos del l’rctendiente, medidas que por su crueldad irritaron bía tenido de las medidas tomadas por Narvaez relativas á los
ó hicieron víctimas sin la menor utilidad para la causa públi­ puestos exteriores de la plaza, lo que era tan contrario á la
ca. Nada era pues tan fácil como excitar la ira popular con­ verdad como que antes de sa lir para Carabanchel Narvaez vi­
tra el débil y vacilante ministerio que carecía de política pro­ sitó á Quiroga, puso en su conocimiento las órdenes que había
pia y fluctuaba til compás de los vientos que corrían, pasando recibido y le manifestó que, si llegaba el momento de obrar, se
con la mayor facilidad de un extremo á otro. pondria de acuerdo con la autoridad superior militar de la
En la mañana del 28 de octubre y cuando no existíala me­ provincia.
nor apariencia ni probabilidad do que pudiese turbarse el so­ A las doce y inedia de la noche del mismo 28, tomadas que
siego público, el ministro de la Gobernación comunicó á Nar­ fueron por Narvaez las antedichas precauciones, entró en Ma­
vaez la real orden siguiente: drid acompañado por sus ayudantes, dirigiéndose al ministe­
«Excmo. S r.— Acabo de recibir aviso del secretario del rio de Estado donde estaba reunido el Consejo do ministros.
gobierno político do esta provincia, manifestando que en este Hizo presente que según su opinion nada indicaba que pu­
momento se prepara una bullanga.—De real orden lo comu­ diese alterarse el sosiego público, por lo que creia que habien­
nico á V. E. para su inteligencia y efectos correspondientes. do ostentado el gobierno que tenia fuerzas suficientes para
—Dios guarde á Y. E. muchos años. contener todo género de desorden, y no habiendo motivo al­
»Madrid 28 de octubre de 1838,—Val-gomera— Sr. don Ra­ guno para recelar que la tranquilidad fuese turbada, opinaba
mon María Narvaez. » que las tropas deberían retírame á sus cantones á fin de que
Nada de esto tenia otra realidad que la de ser artificios di­ no quedase rastro de la infundada alarma. Los ministros
rigidos á precipitar al gobierno á innecesarias medidas de ri­ creían que debía esperarse hasta la madrugada para que las
gor, de las que haciéndose á Narvaez instrumento, se tomase tropas se retirasen, pero insistió tanto Narvaez en la oportu­
de ello pretexto para presentarlo á los liberales como fautor nidad de que desapareciese todo vestigio de alarma, que al
y agento de tiranía, y para mejor disponer el ánimo del ge­ fin accedieron los ministros y antes de las dos de la mañana
neral á exageraciones, anónimamente y también por medio las tropas se retiraron á sus cantones y Narvaez entraba de
de avisos con apariencia de amistosos, se le dccia que los regreso en su alojamiento.
anarquistas se proponían asesinarlo. Por la simple y exacta relación que precede conocerá todo
Al montar Narvaez á caballo para dirigirse á los cantones lector imparcial quede los hechos ocurridos no podia resultar
en que se hallaban las tropas, el amigo en cuya casa moraba la menor prueba, el mas ligero indicio de que Narvaez se hu­
le dijo que en su sentir «todo aquello era una farsa, dirigida biese propuesto, no ya hostilizar, pero ni aun desairar á la
A malquistarlo con la milicia, y que tuviese gran cuidado de milicia nacional, con la mayoría de cuyos jefes mantenia re­
no dar asenso sino á los hechos que él mismo viese ó compro­ laciones de la mas franca amistad. Pero los generales aya-
base, pues ora muy do temor que se le preparaba una celada.» cuchos habían aprovechado la noche logrando persuadir á
Llegado á Carabanchel, donde residía parte de la fuerza, algunos milicianos que realmente se liabia faltado á las consi­
dirigió Narvaez al ministro do la Guerra el siguiente oficio: deraciones debidas á la patriótica institu ción; y como Quiroga
«Ejército do reserva de Andalucía.—Plana mayor.—1.a sec­ entraba en la trama, aunque al siguiente dia no reinaba ya en
ción.—Al señor ministro do la Guerra.—Carabanchel á las la milicia la opinion que se había puesto empeño en que se
siete y media de la noche del 28 de octubre de 1838.—Exce­ formase respecto al pretendido desaire, hubo entre los bata-
E D A J) MO DICK XA 283
Hones alguna escisión, resultando que unos acogiesen y otros ia popularidad do que gozaba entre sus paisanos los anda­
rechazasen la fábula de que Narvaez había estado dispuesto luces.
á hacer armas contra los nacionales. Acusábase al ministro de la Guerra poco monos que do in­
Mas no obstante el éxito parcial que la intriga produjo en fractor de las leyes por haber usado de la prerogativa règia
las primevas lloras de la noche y en las de la siguiente maña­ para decretar cl aumento del ejército de reserva.
na. no había tardado la verdad en hallar eco en la inmensa En su añílelo de acriminar, llegó el general en jefe hasta
mayoría de la milicia, como lo demostró el paso dado por los censurar que Narvaez hubiese empleado, decía, un año en or­
comandantes de casi todos los batallones, que visitaron per­ ganizar los quince mil hombres ile que so compuso la reserva
sonalmente á Narvaez y le aseguraron que era inalterable la de Andalucía, cuando era notorio que, habiendo dado prin­
confianza que continuaba mereciéndoles el incuestionable ci­ cipio á su cometido en febrero, en junio operaba ya el ejér­
vismo del general. cito en la Mancha.
Pero la batalla de los intrigantes estaba ganada en otro ter­ Un golpe mortal, dico la representación, recibirá la causa
reno. Comunicaciones telegráficas, ó por palomas (no hemos déla libertad y del trono de la Reina, y hasta asegura que da­
podido penetrar el misterio, si bien nos consta que en la ma­ ría por resultado el triunfo de don Garlos si llegase á tener el
ñana del 31 tuvieron los confederados aviso de lo que la vís­ ejército de reserva los cuarenta mil hombres que debían po­
pera se había tramado en Logroño), se recibieron en la maña­ nerse á las órdenes de Narvaez.
na del dia que trajo á los interesados la seguridad de que, Guando el error ó la ofuscación de los sentidos llegan á
permítasenos lo vulgar de la frase, el trueno gordo se hallaba los extremos que alcanzaban en la representación del conde
próximo á estallar. de Luchana, tales extravíos de la mente se refutan por sí
El general en jefe del ejército del Norte preparaba una ful­ mismos; y si no temiéramos que nuestra historia pareciese
minante exposición á la Reina contra el pensamiento de au­ participar del carácter parcial y apologético que nuestra plu­
mentar el ejércitodc reserva y contra el general designado para ma se resiste á darle, bastaría para dejar reducida á su ver­
mandarlo, y dirigida á provocar un cambio de gabinete bajo dadero valor la representación que rápidamente analizamos,
la amenazadora presión del veto que anunciaba el conde de oponerle como correctivo los argumentos serios, las doctas
Luchana contra todo lo hecho por el ministerio de la Guerra, apreciaciones militares consignadas en la respetuosa exposi­
en el sentido de aumentar el ejército destinado á operar fuera ción que, con fecha 2-1 de noviembre, dirigió desde ¡Sevilla á
de sus inmediatas órdenes y las del general que por delega­ la Reina el general Narvaez, refutando bajo el punto de vista
ción suya, en cierto modo, mandaba el ejército del centro. exclusivamente militar los cargos y apreciaciones contenidas
EL documento anunciado desde Logroño, fechado en 21 de en la representación de Logroño. Pero semejantes esclareci­
diciembre, llevaba por título: «Representación elevada á Su mientos requerirían mayor espacio del que consiente una
Majestad por el Excmo. Sr. Conde de Luchana, general en jefe historia general.
fiel ejército del Norte y comandante general de los reunidos á En la situación en que vino á verse colocada la triple cues­
consecuencia de la R. O. de 23 de octubre por la que se deter­ tión política, militar y de gabinete, creada por el decreto re­
mina la organización de un ejército de 40,000 hombres.» lativo al aumento del ejercito de reserva; crisis á que daba
El importante documento de que se trata era en cierto modo ineludible lugar la representación de Espartero, como tam­
comparable por la analogía de situación al ultimatum, que bién el descrédito en que habia caído el gabinete del duque
Julio César, general del ejército romano en las Galias, dirigia de Frías y principalmente despues de haber Narvaez decli­
á Pompeyo y al Senado, dictándoles las condiciones mediante nado hacerse el aliado de los progresistas contra el ministe­
las cuales se abstendría de pasar el Rubicon, toda vez que rio, solo quedaban al último dos partidos que tomar; el de
así el espíritu corno el tenor de la representación se dirigían á cohibir al gobierno para que reprimiese las demasías del ge­
cohibir la acción del gobierno de la Reina en lo concerniente neral en jefe del ejército del Norte, lo cual envolvía un ger­
á organización y destino de la fuerza pública. men de guerra civil que, además de ser de dudoso éxito, no
Grandes eran los títulos del conde de Luchana á la consi­ podia aceptar un patricio honrado: ó el partido mas cuerdo y
deración del gobierno y al reconocimiento de la nación, sin prudente de abandonar el ministerio ásu propia suerte; dejar
que sin embargo bastasen para autorizarlo á prohibir que res­ á los progresistas que prosiguiesen sus aventuras buscando
pecto á milicia nada pudiese hacerse sin su consentimiento la alianza que no tardaron en contraer con Espartero, retirán­
y aprobación. A mas todavía aspiraba la representación. dose Narvaez á su casa á esperar una reacción favorable en la
Equivalia á la declaración de que para obtener altos pues­ opinion pública y los naturales efectos del buen concepto po­
tos militares, era condición precisa la de ser bienquistos del lítico y militar que por sus hechos se habia granjeado.
general Espartero, y aun no bastaba esto, toda vez que nuestra Habiendo optado con grande acierto por el último de dichos
historia encierra la prueba de que el general Narvaez había extremos, vanas fueron las instancias de los amigos de Nar­
buscado y solicitado ser contado entre las hechuras y clientes vaez para que desistiese de presentar su dimisión; pero, firme
del general en jefe, siendo cosa por demás inexplicable el en su propósito, llevólo á cabo dentro de las veinticuatro ho­
que este negara que Narvaez hubiese deseado servir á sus ras de los incidentes que la motivaron. Gomo documento que
órdenes. la historia, dehe recoger, á continuación insertamos la real
Como se ve, el conde de Luchana no había perdonado á orden que admite la dimisión en los honrosísimos términos
Narvaez que hubiese procurado servir la causa de la nación que en ella se expresan:
formando el ejército de reserva y pacificando la Mancha, ya «Ministerio de la Guerra.—Excmo. Sr.—S. M. la Reina go­
que lo acusaba poco menos que de rebelde porque por sus he bernadora ha visto con el mayor sentimiento que la falta do
dios hubiese tratado de hacerse lugar en la opinion. Además salud no le permite á V. E. continuar por ahora á la cabeza
de esto, el general Espartero acusaba de mercenario á El Cor­ de las tropas que, con tanta inteligencia, autoridad y celo ha
reo Nacional por haber ensalzado los servicios de Narvaez, logrado organizar, instruir y disciplinar en tan corto tiempo,
olvidando que el mismo periódico defendió siempre calurosa­ que casi ha sobrepujado á las esperanzas que so liabian con­
mente á Espartero sin que nada le costase; y aun había puesto cebido. Apreciando S. M. la conservación ite V. E por los dias
empeño en exagerar los merecimientos y servicios del conde de gloria que puede proporcionar á la patria y al sosten del
de Luchana, llevado de la noble y patriótica mira de que trono de su augusta hija, desea vivamente el total restableci­
se estrechase la union entre los generales Espartero y Nar­ miento de la salud de V, E. y ha tenido á bien acceder á su pe­
vaez. tición para que ínterin se preparan los medios necesarios para
Incomprensible en un hombre del valer del de Luchana la formación del ejército de reserva, pueda A. E. dedicarse al
era hacer un cargo al gobierno porque hubiese conferido cuidado de su salud; esperando que en el momento de ha­
á Narvaez el empleo de mariscal de campo, cuando solo llarse en disposición de contribuir con sus servicios á la causa
habia obtenido este ascenso después de su campaña con­ nacional, no retardará V. E. el presentarse de nuevo éntrelos
tra Gómez y de la organización del ejército de reserva; crea­ valientes á quienes tantas veces ha sabido conducir á la vic­
ción en su mayor parte debida al patriotismo de Narvaez y á toria y darles repetidos ejemplos de sumisión á las leyes,
amor ;ü órelo» y adhesión firirus al trono do su excelsa hija.— propósito que no existia, sobre todo en la ausencia de aspira-
Di; real òrde» lo di*?» á V. E. para su inteligencia, y á fin de ! eiones fundadas ó de agravios ó reparaciones que exigiesen
que, como S. M. se ha servido prevenirlo, al encargar V. E. del ' medidas extraordinarias. Ilusionó sin iluda al brillante eau-
mando de la division que estílenlas cercanías de esta capital j dillo qui; con tanta gloria habia capitaneado nuestros ejérci-
al jefe á quien corresponda, le pueda dar V. E. las instruccio­ I tos la idea do que la Capua andaluza pudiese convertirse en
nes nei-.esarias. ! una nueva Esparta, y con un engreimiento que maravilla.,
»Dios guarde V. Tí. muchos años.— Madrid 31 de octubre aunque con la mas sana intención, pues sin duda solo creyó
de IMS.—/1 libai:.—Señor mariscal decampo don Ramon Ma­ prestarse á restablecer la armonía cutre las autoridades y el
ria Narvaez.» pueblo, laboraba Córdova. la mina en la que ballaria, á la vez
l ’ero el drama político cuya unidad de acción no fné incom­ que la sepultura de su trabajado cuerpo, un grave compro­
patible con bi diversidad de lugares, toda vez que, iniciado miso para su bien adquirida reputación.
en Madrid, fue comentado en Logroño y parodiado en Sevilla, Sin duda hubo de conocer cl general, horas despues do ha­
debía .adquirir en esta última ciudad proporciones destinadas ber aceptado el peligroso mando do una revolución que no
á convertir en erupción volcánica un episodio que en sí mis­ tenia ni objeto ni medios de acción, la enormidad de la falta
mo no excedió en importancia al alumbramiento de la mon­ qne habia cometido, y deseoso de salir airoso del compromiso
tana conmemorado poi’ la fábula. sin menoscabo do Sevilla y de su propia fama, aprovechó la
líl descrédito del gabinete, el haberse gastado sin dar finito circunstancia de saber que Narvaezsehallaba.cn camino para
la respetable y bien intencionada mayoría producto de las Loja, y envió á su encuentro á la ciudad de Córdoba al. co­
ultimas elecciones, la irritación que en los ánimos habían pro­ mandante del segundo batallón de la milicia nacional do Se­
ducido el descalabro do Morella, la derrota de Pardiñas y las villa, al célebre don Manuel Cortina, encargado de persuadir
crueldades do Cabrera, disponían en las populosas ciudades, á su compañero de armas, al hombre que tantas pruebas do
c e n tr o s de mayor movimiento político, á una excitación aná­ afecto habia recibido de Córdova, á quien debia Ñarvaoz en
loga á la sentida en Zaragoza, y que en Valencia había pro­ gran parte su carrera, que viniese en su ayuda, que le hiciese
ducido el asesinato del capitan general Mendez Vigo. ver la comprometidísima situación en que su amigo se halla­
La capital do Andalucía, la impresionable Sevilla, resentía ba; pues habiendo profesado siempre los mas severos princi­
también los efectos do la inquietud que agitaba el espíritu pios de orden y legalidad, se veia, sin saber cómo, al frente de­
público. No reinaba la mejor armonía entre la autoridad nn movimiento revolucionario, que, por mas que fuese aten­
militar superior del distrito y la milicia nacional. Cundieron dible su objeto, era reprensible, ilegal y en alto grado perju­
voces de que se trataba de desarmarla; voces que, aunque dicial á la causa pública; que su desesperación luibia llegado
infundadas, produjeron sus naturales efectos, dando lugar á la noche anterior á punto de haber pensado en darse un pis­
demostraciones que acabaron por traducirse en el síntoma toletazo ; pero que queriendo ser consecuente con las personas
mas peligroso que puede sobrevenir en tiempos de agitaciones que lo habían colocado en aquella posición, el único medio
populares, en la convocación por el jefe político de una junta para conciliar extremos tan opuestos era conseguir qne el
do autoridades con asistencia de los jefes de la milicia y de general Narvaez viniese á Sevilla; que solo su nombre y su
los cuerpos de la guarnición, á la que también fueron llama­ prestigio en Andalucía podían calmar los ánimos y convencer
dos los generales de cuartel y los transeúntes, entre los que á los autores de aquel movimiento do la conveniencia de po­
so hallaba el esclarecido ex-gcneral en jefe don Luis Fernan­ nerle término. Aunque, según afirma el señor Cortina en la
dez do Córdova. memoria que dirigió á sus conciudadanos y al público, liabia
Nada habría sido tan fácil como haber dado una dirección manifestado á Córdova no hallarse dispuesto á cumplir la de­
conveniente á la incertidumbre y desasosiego que habían mo­ licada comisión, fueron sin embargo, añade, tantos los esfuer­
tivado la reunion do las autoridades; pero la mayoría do los zos del general y logró de tal manera persuadirlo do la im-
concurrentes so hallaba impresionada por el sentimiento de i portanda del servicio que podia prestar, que convino Cortina
disgusto que el estado de los negocios públicos había genera­ en ir al encuentro del general Narvaez, poniéndose al efecto
lizado, y nadie tomó sobre sí el cuidado de que á aquel primer en marcha al siguiente día para Córdoba. «Demasiado sabido
síntoma de conmoción so le hubiese dado una dirección que es, añade el señor Cortina (quien encontró al que buscaba en
alejase la necesidad do ulteriores deliberaciones de la hetero­ la Carlota), que mi no esperada visita le sorprendió tanto
génea reunion. Formulóse en ella, sin que midie se opusiese, que no acertaba á creerme allí; quedémonos solos y apresu­
el pensamiento de que para conocer cuáles eran el espíritu y róme á entregarle el pliego que llevaba del general Córdova,
los deseos do la milicia nacional, se procediese por los bata­ y despues de haberlo leido me lo entregó para que yo hiciese
llones do l¡i misma á nombrar dos individuos por compañía otro tanto; pliego en el que el general Córdova relataba con
que, con el carácter de delegados de sus comitentes, trajesen exactitud los hechos tal cual habían sucedido. Rogné en se-
la expresión do los sentimientos de la milicia ciudadana. El ' guida muy encarecidamente á Narvaez fijase su atención cu
capitan general, conde de Cleonavd, se hallaba en Cádiz, y el las siguientes palabras d é la carta de Córdova; Ven, amigo
.segundo cubo, general Sanjuancna, ó porque careciese de ins­ mio, ven á socorrerme: tú sabes que si yo te viera ahogándole,
trucciones, ó porque eludiese la iniciativa de tan delicado no repararia- en que no sé nadar paro.; arrojarme d sal­
asunto, dejó correr la deliberación, la cual produjo una nueva varte.
reunion ilo las autoridades con asistencia de los delegados de »Vuelta á leer la carta (continúa el señor Cortina) mo dijo
la milicia. En ella llegó á formularse una propuesta verdade­ que se equivocaban mucho los que creían que el pudiera aso­
ramente revolucionaria, la del nombramiento de una ju n ta ciarse á una obra tan contraria á sus principios; que habia
superior gubernativa; idea á la que se opuso el general Cór­ determinado retirarse á su casa donde se dirigia, no querien­
dova: pero no habiendo mostrado igual resolución las demás do figurar por ahora en ningún sentido y mucho menos en el
autoridades á efecto de que quedase descartada la propues­ que se 1c proponía; y qne por consiguiente, de ninguna ma­
ta, los delegados do la milicia, que formaban la mayoría, se nera aceptaba el nombramiento de vice-presidente dola junta
aferraron en que se procediese al nombramiento de la junta, hecho en él. Creí de mi deber, sin embargo, añade Cortina, re­
para la cual íué destinado como presidente el general Córdo­ ferirle del mejor modo que 'me fue posible los acontecimien­
va; y en circunstancias en las que no podia menos de sorpren­ tos de Sevilla, asegurando al concluir que su nombre y el del
der que un hombre de sus conocidos principios, y cuando real­ general Córdova habían servido á todos de garantía, satisfe­
mente no había ni males que conjurar, ni conflictos que evitar, chos de que no habría desórdenes, y que aquel estado de co­
se crease por pura condescendencia y cediendo á exigencias sas duraria lo menos posible, dominadas que fuesen las cir­
populares de muy escaso valer, como la experiencia no tardó cunstancias por dos personas tan respetables como eran él y
en demostrarlo, una situación que, además de perfectamente el general Córdova. Le pinté con. sus colores verdaderos el
inútil, iba á ser embarazosa para todo el mundo. La vivaz compromiso de su amigo, el conflicto en que la población so
imaginación del general Córdova le hizo sin duda ver en la habia visto y la posibilidad de que se repitiese, y levantán­
bulliciosa agitación de la populosa ciudad una intensidad de dose espontáneamente me dijo: Mucho debo d Sevilla y estoy
E DA D M O D E R N A Í6 u
en el caso de sacrificarme por ella; sé á cuánto me expongo; . la que en efecto tuvo lugar con un discurso de la Coroua en
sé que -mis enemigos interpretarán siniestramente m i con­ el que, desconociendo los ministros que estaban realmente
ducta , procurando hacerla aparecer como crim inal y m al caidos, se hacían la ilusión de que aun podían durar é intro­
intencionada 'para fulm i'iutr la persecución contra m í de dujeron en el discurso el fantástico anuncio de numerosos
mil maneras; pero yo no puedo ser insensible á la voz de m i proyectos do ley.
amigo que me llama é im plora m i auxilio; á los votos de A despecho de las inequívocas muestras de impopularidad
un pueblo al que debo singulares atenciones: me decido, que ya cobijaba á la mayoría moderada de las Cortes, todavía
.pues, á sacrificarme y usted verá las funestas consecuencias tuvo esta fuerza para asegurar la elección, como presidentes
que esto me produce.)) de los cuerpos colegisladores, á Isturiz del Congreso de dipu­
Xunca fue Narvaez, ni consecuente en amistades, ni me­ tados y á Hoscoso de Altamira del Senado. Pero la minoría
nos agradecido: pero era sumamente impresionable y el tocar habia crecido en número. Efecto de debilidad en unos y de
cu él un resorte noble era tan seguro que le moviese, como halagos cortesanos en otros, habían experimentado bajas y
era verosímil hallarle propicio á una mala acción si la idea deserciones las filas conservadoras, situación que alentó gran­
que se la sugería habia hecho presa en su alma. En aquella demente á la oposición progresista para abrir contra el gabi­
ocasión, sin embargo, fuerza es reconocer que no teniendo nete una campaña desesperada. El diputado general don An­
nada que ganar en Sevilla, puesto que habia rehusado en tonio Seoane se hizo órgano de denuncias de inmoralidad
Madrid correr el juego de las aventuras con mejores cartas, administrativa mas fáciles de articular que de probar; pero
quiso pagar con creces á Córdova la protectora amistad lanzó un dardo venenoso contra la pureza del señor condedo
que le habia dispensado como general en jefe del ejercito del Toreno, tomando para ello pretexto de alteraciones hechas
Norte. bajo su ministerio en la contrata de azogues eon la casa de.
No satisfacían, sin embargo, á las dudas que en el ánimo de Rostchild.
los hombres reflexivos, amigos de los dos generales, dejaba La acusación carecía de fundamento como fue fácil pro­
su proceder en aquellas circunstancias en las que tan incon­ barlo al ministro denunciado, cuya posición en este asunto y
sideradamente se prestaron á dar á su enemigo el general en los demás concernientes á su gestion como ministro de
Espartero armas de temple tan exquisito que á sus filos de­ Hacienda, recibió una explicación en extremo lógica, pero no
bían sin apelación, por el momento al menos, sucumbir los menos acerada, dada por un periódico cuya argumentación
dos amigos. dejamos á juicio de los lectores impareialcs y rectos, repro­
En efecto, otra sañuda representación, fechada en Logroño duciéndola al final del capítulo bajo el número I.
ol i¡ do diciembre, fulmina la mas terrible acusación contra Pero el ataque de carácter verdaderamente politico vino de
los generales Córdova y Narvaez, cuya falta no vacilaba Es­ parte de don Salustiano Olózaga, por quien se propuso añadir
partero en comparar á los criminales actos de insubordina­ á la contestación al discurso ele la Corona una cláusula que
ción de Miranda y Pamplona, objetos posteriormente de la expresara «que el Congreso reprobaba toda idea de entrar
reparación expiatoria que tan alto levantaron el nombre del en transacción con el Pretendiente.»
conde de Luohana. No admitió la comisión esta enmienda, pero no pudo el
Poro entre los sucesos que acabamos de narrar y el desen­ Congreso dejar de tomaiia en consideración, reproducida que
lace del efímero levantamiento sevillano, sobrevinieron en fue por el mismo Olózaga y Seoane como voto particular de
Madrid incidentes de los que debemos ocupamos. la comisión de que eran individuos. Grande agitación pro­
El alojamiento de Narvaez de la capital dejaba al gobierno, dujo en la asamblea y en el público el debate traillo á un ter-
no diremos sin defensa, la que nanease propuso aquel tomar ! reno, en el que el antagonismo de los principios y la rival idad
respecto á los ministros en otro terreno que en el ele la obe­ de las personas encontraron un campo tanto mas incandes-
diencia debida á la autoridad y en la conservación del orden • cento, cuanto que las galerías del Congreso, pobladas de en­
público; pero quedaba al menos privado aquel de la fuerza viados por los adversarios de la mayoría, tomaron parto la­
moral que lo prestaba la seguridad de no ser impunemente tente en las discusiones, de aquella manera que hace tan
atacado á mano armada; y sobre todo, dejaba la dimisión fácil la perturbación de los ánimos en dias de agitación po­
de Narvaez y su inmediata salida de Madrid ancho campo á lítica.
los alborotadores para agitar, vender caros sus servicios á los La mayoría no podia callar y expuso por el órgano de Mar­
que de ellos sc Servian sin otro ideal que el de desconceptuar tinez de la Rosa la gran diferencia que habia entre transigir
¡i Narvaez, indisponiéndolo con los elementos liberales. con don Cárlos, y venir á un acomodamiento con las faccio­
Importaba, además á los directores de la tram a que en las nes armadas, siempre que quedasen á salvo la Constitución
provincias y principalmente en Logroño, sonase muy alto que jurada y la dinastía de Isabel II. Dijándose llevar mas por un
"ii Madrid el gobierno era escarnecido y la tranquilidad se sentimiento de cándida sinceridad que por la cautela con que
vi.ia. grandemente amenazada. Todo esto facilitaba la caida siempre debe hablar un individuo del gobierno, el ministro
òri ministerio, que ora lo que importaba á los especuladores de Gracia y Justicia, don Domingo Ruiz de la Vega, soltó la
políticos; quienes libres de la pesadilla del ejército de reserva, especie do que no se podia gobernar con las formas del siste­
1-odian á mansalva pegar contra los moderados. m a que regia; palabras que excitaron dentro de la asamblea
Para <lará entender cuán débiles eran estos, organizóse otra y en las galerías una manifestación tan ruidosa que, muy
iingida ó por mejor decir ridicula asonada, en la que se die­ bien hubiera podido, vulgarmente hablando, levantarse la se­
ron gritos de m ueran los traidores, mezclados con impreca­ sión á capazos, á no haber el ministro dado una explicación
ciones contra las notabilidades de la mayoría de las Cortes, que la oposición aceptó y con la que se conformaron los in­
cuya convocatoria estaba fijada para el dia 8 de diciembre. terruptores.
Para colorear la farsa basto echar mano del conocido medio El sentimiento de la necesidad de tener gobierno, del que
'le que la bulla hiciese necesaria la reunion de los batallones realmente se carecia, como queda suficientemente probado
de la milicia nacional, dando con ello el espectáculo de un día por cuanto llevamos expuesto, era tan general, que la misma
y una noche de corrillos y de libaciones, aparato que bastaba mayoría, cansada de las tribulaciones por que estaba pasando,
pava que en las provincias resonase el deseo de nueva mu­ votó la siguiente enmienda al mensaje en contestación al dis­
danza de gabinete, con lo que se favorecía el doble punto de curso de la Corona:
mira, en los progresistas de arrojar de sus puestos á los mo­ «El Congreso cree del mayor interés manifestar á V. M. su
derados, y en los ayaeuclios de dar el poder á los candidatos convicción intim ado que, por la marcila administrativa se­
que tenían ya escogidos. guida hasta el dia, no es posible terminar la guerra civil ni
En las cuarenta y ocho horas de desorden que alentó la hacer la felicidad de la nación.»
abortada insurrección del 3 de noviembre, fueron insultados El voto de censura no podia sor mas explícito, ni su resul­
los domicilios do Isturiz y de Moscoso de Altamira y aun se tado otro que el que debía tener.
dijo, sin ser contradicho, haber sido saqueadas algunas casas. Precipitado del poder el débil y maltrecho gabinete Prias,
Acercábase el dia señalado para la apertura de las Cortes, y escogidos para reemplazarle, no hombres políticos, sino en
2SC H I S T O R I A DE ES P AÑ A

su mayoría hechura do los cortesanos, la principal misión del ninguna de las esperanzas que motivaron su elección. Implí­
nuevo ministerio filé la de sujetar á un rígido consejo de citamente se creia que los moderados hubiesen traído la
guerra ¡í los dos incautos generales que habían tenido la in­ cooperación francesa, que pronto se vió serian impotentes á
discreción (h) jugar con funga ante un enemigo tan poderoso obtener; y habiéndoles sido, además, adversas las operaciones
como el generai en jefe del ejército del Norte, cuyo deseo de militares, habían acabado de perder su fuerza moral. Privada
anularlos era ostensible. aquella mayoría, desde la caída de Ofalia y sus compañeros,
.Si alguna prueba necesitara este aserto la suministra irre­ de un gabinete que la representase, y combatida á la vez pol­
futable la real orden suscrita por Alaix, prescribiendo que el los progresistas y por el general Espartero, no podia ser su
consejo de guerra llamado ájuzgar la conducta de los gene­ situación mas lastimosa, ni quedábale otro partido honroso
rales (Jórdova y Narvaez, se celebrase en Valladolid; reso­ que tomar que el que no tuvo la prevision y la entereza de
lución cuya parcialidad si; deduce del hecho mismo de sacar seguir; el de haber negado su apoyo al gabinete impuesto por
á los acusados de su jurisdicción ordinaria, que era la ca­ el cuartel general, habiendo ella misma provocado su propia
pitanía general de Sevilla, en la (pío se habían consumado disolución, que no tardó en lanzar el gabinete Perez de Cas­
los hechos incriminados, para llevarlos á Castilla la Vieja tro, rebajando á la mayoría despues de haberse servido de ella.
bajo la doblo presión del general en jefe que en este asunto La situación de los dos generales procesados, de cuyos últi­
y itajo su punto do vista lógico y inoral habia sido el acusa­ mos movimientos hubimos de suspender el relato para no
dor y en tal concepto podía ser mirado como el fiscal de la postergar el de los sucesos de que Madrid era teatro, aunque
causa, y el ministro de la Guerra que, con el fiai de la firma tan gravemente comprometida, decíamos, la situación de Cor­
de la Peina en la mano, podia influir tan decisivamente so­ dova y de Narvaez de resultas de los sucesos de Sevilla, por
lin' la voluntad y la suerte de los miembros del consejo de mas que se hubiese confundido al consentir Narvaez en sacri­
guerra. ficarse por salvar á Córdova, no era absolutamente la misma.
Eu honor sea dicho de la memoria de dos ilustres finados Además de lo que de autentico y de respetable ofrece el tes­
patricios, don ,Salasi inno Olózaga y don Vicente Sancho, fis­ timonio de un hombre de la alta significación de don Manuel
cales togado y militar del Consejo supremo de la Guerra, Cortina, testimonio al que ya nos hemos referido, tomado de
opinaron en contra déla ilegalidad del cambio de jurisdicción; las Memorias del célebre estadista, existen dos ciatos de in­
acto de probidad moral y jurídica que valió si ambos su hon­ apreciable valor histórico, que prueban hasta la evidencia la
rosa destitución. ninguna participación que Narvaez habia tomado en los su­
Para la inteligencia de la situación moral ó de gobierno por cesos de Sevilla, pruebas que consignamos al final del capí­
la que el país debía pasar hasta la conclusion del convenio de tulo bajo el número II.
Vergara, debemos consignar que, ¡í partir del dia en que la A los testimonios irrecusables que dichos datos ofrecen de
Gobernadora y el versátil gabinete Frias doblaron la cerviz las intenciones con qne en un momento de generosidad y
aide la dictatorial influencia del cuartel general, sacrificando amor hacia el pueblo de Sevilla se sacrificó el general Nar­
¡i los infundados celos de su jefe el acertado pensamiento de vaez y expuso su fama á las interpretaciones de sus enemi­
la nueva planta que se daba al ejército de reserva por el de­ gos, se añade y los corrobora la conducta que siguió en aque­
creto de 2:1 do octubre, los ministros en vez de representar lla ciudad.
partidos, de ser grandes capad (Indes y experimentados csta- Desde el primer dia do su llegada la junta dejó de serlo; las
disliis. fueron gobiernos formados á gusto de una camarilla autoridades pidieron órdenes al gobierno; se ejecutaron las
que nada tenia de política. Compúnjanla los amigos persona­ del capitan general conde de Cleonard; cesó toda dase de
les de <l<m Fernando Muñoz, del tesorero de palacio don medidas revolucionarias, y Narvaez se disponía á pasar á
Manuel Gavina, del presbítero don Aniano Gonzalez, enten­ Cádiz para entenderse con el Capitan general para poner fin
diéndose alguno de ellos con el conde de I.uchana ó con sn á todo, cuando el bando de dicha autoridad, que sin duda
secretarlo (Ion Francisco binage, desdo que la Iioina doña ignoraba la conducta conciliadora de Narvaez, acriminando
María Cristina se había arrojado en brazos del primero, cuan­ á este, lo impidió dar aquel testimonio del verdadero carácter
do se vió compélala á hacer en Ja persona do Narvaez el sa- de su intervención en los sucesos de Sevilla. A estas conside-
c.rilioio de l:i influencia moral que, trailla por la reacción raciones se agregaba en justificación de la conducta de Nar­
moderada del año anterior, dejó la corona sin verdaderas vaez, que no habia acto suyo ninguno que le comprometiese.
fuerzas politicus en que poder apoyarse. No aceptó la vicepresidencia de la junta ni firmó acuerdo ni
Muscóso para cabeza del ministerio que reemplazó al del resolución alguna; no figuró, en suma, en Sevilla sino como
duque de Frias á un ¡intigno diplomático, don José Perez de un particular que interponía su influjo para hacer cesar un
Castro, y al hábil y dúctil don Pio Pita Pizarro. Como encar­ estado de rebelión. Y como si tales, tan evidentes é irrecusa-
nación de la persona de Espartero, ocupó el ministerio de la : bles pruebas no bastasen para justificar el juicio que antes de-
Guerra don Isidro Alaix, el confeccionador del motín militar I jamos consignado respecto á los móviles (lela ida de Narvaez
de ( labra, el enemigo de Narvaez,á quien semejante nombra­ 1 á Sevilla, no debemos pasar en silencio que el gobierno que
miento deeia bastante respecto á lo que debía esperar de la con empeño y casi conminatoriamente imponía al Congreso la -
causa mandada formar sobre los sucesos de Sevilla. Dos hom­ exigencia de declarar que había lugar á la formación (le cau­
bres enteramente nuevos y desconocidos entraron también en sa, poseía en la secretaría de la Guerra una comunicación del
aquel gabinete, cuya misión l ino á reducirse á dividir á los capitan general de Andalucía, conde de Cleonard, fecha 2 de
dos partidos políticos conocidos entonces, los moderados y los ; enero, en la que manifestaba que Narvaez en nada contribuyó
progresistas, partidos que, si no quedaron disueltos, puso él al alzamiento, hizo cuanto estuvo de su mano para cortarlo,
gobierno enanto estábil de su parto para que hubieran des­ y ayudó poderosamente á la entrega del mando al general
aparecido. El mas capaz de aquellos dos sujetos lo era el Sanjuanena y á que no hubiese choque entre la milicia y el
abogado don Lorenzo do Arrazola, ministro de Gracia y Jus­ ejército.
ticia, y un ex-emple¡ulo de la diputación provincial de Palèn­ No contuvo, sin embargo, el csparlerismo de los nue­
cia ó Zamora, don J. 1Iompanera do Cos. quien de titular de vos ministros el conocimiento oficial do hechos que debieron
un destino de cual.ro mil reales de sueldo se hallo de. repente disponerlo, como en la discusión lo pretendió el diputado
instalado en el sillon de ministro de la Gobernación. Nada Borrego, á separar las autorizaciones pedidas para procesar á
mas so necesita añadir para que aparezca todo el rebajamien­ los dos generales, ampliándose la sumaria respecto á Narvaez
to á (pie la corona y los partidos quedaron i-educidos ante un ; y no privándole del derecho de venir como diputado á tomar
país ansioso do seguir una dircecionsaludable que nadie acer­ ! parto en la discusión del dictamen de la comisión.
taba ¡í darle. Pero aunque los ministros habian ofrecido á dicho diputado
La mayoría conservadora, enviada por el país pava las pri­ aceptar este temperamento, faltaron á su palabra en el mo­
meras Cortos ordinarias, á manera de protesta contra lo gasta­ mento de la votación; y la mayoría, compuesta de la quinta
do é impopular que habia llegado á sor oí gallinolo Calatrava, esencia del partido conservador, de los mismos hombres que
no habia, dosgraciailami-nti: para olla y para el país, realizado pocos años despues siguieron sumisos y dóciles la jefatura del
15DAT) MO D E U X A 281
hombre, conixa <sl que no tuvieron en hSÍ5 una sola objeción i Y no fue* este el solo triunfo que alcanzó el agraciado; re­
quo oponer al abandono de los principios que habían acredi- ¡ corrió activo el territorio de las provincias do Burgos, de Va­
tado al partido rigiendo la Constitución del año de 1837, \ lladolid y de Avila, invadiendo sucesivamente Arévalo, Olme­
aquellos mismos hombres ó sus correligionarios no tuvieron do, Covalüda, Aillon, Riaza, Aranda y otros diferentes punios,
prevision ó independencia bastantes para unir su voto al de sorprendiendo, desarmando y haciendo prisioneros A los na­
los doce diputados, nueve de ellos progresistas, que negaron cionales de los pueblos que hacían resistencia. En Dueñas se la
la autorización. opuso tan decidida la columna liberal (pie se alojaba mi el
Los dos generales, entregados al brazo secular del general pueblo, que tuvieron los defensores que encerrarse en la casa-
Alaix, no quisieron correr bus eventualidades á que debia su­ fuerte. Según la costumbre establecida, Balmaseda incendió
jetarlos un tribunal elegido A gusto de su perseguidor y mas el edificio en el que el esforzado jefe que mandaba la tropa
inmediatamente dirigido por un hombro de hábitos tan poco preferia ballar la muerte A capitular, poro los cobardes que
escrupulosos como los que caracterizaban al general don Isi­ mandaba so la anticiparon ai-raneándole la vida y entregán­
dro Alaix, quien, aponashubo tomado posesión del ministerio, dose A Balmaseda en cuyas filas se alistaron.
fue su primer acto el de anular el decreto do 23 de octubre Sobre trescientos prisioneros ó mejor dicho recluías fue el
relativo al aumento del ejército de reserva, sin dejar para mas fruto de la victoria del último, debida mas que A sus esfuer­
tarde el cuidado ele hacer rubricar por otro de sus compañe­ zos, A la cobardía y traición de sus enemigos.
ros de gabinete su ascenso á teniente general. No obstante las ventajas que este partidario había conse­
Antes de que pudieran serles aplicadas has órdenes de ar­ guido, la persecución que sufrió de las columnas fue tan ac­
resto que debían seguir Ala autorización del Congreso para la tiva que lo compelieron A abandonar el teatro de sus proezas
formación de causa A los diputados Córdova y Narvaez, el y A buscar refugio en las provincias Vascongadas.
primero emigró A Portugal, fijando su residencia en Lisboa, y En ellas lo sorprendieron los efectos do la reacción nniro-
el secundo, Aquien se había señalado Sanlúcar de Barrameda tista y los fusilamientos de Estella, do los que estuvo desti­
como residencia de cuartel, se embarcó para Gibraltar, dejan­ nado A ser también víctima, peligro que evitó marchando A
do para ser dada al público, como explicación de su conducta, Aragon A unirse á Cabrera,
la manifestación que hallarán nuestros lectores al final con Aunque fueron perseverantes los esfuerzos do los partida­
el número II 1. rios del Pretendiente en la provincia de Santander, A efecto
Varias excursiones hizo el incansable Merino A las provin­ de establecer en ella un foco permanente de insurrección
cias centrales en el curso del presente año sin que ninguna que tan fatal habría podido ser para la causa de la Reina, tan­
de ellas alcanzase resultados de suficiente importancia para to en atención A la topografía del país como A su vecindad al
que sus pormenores merezcan ser objeto digno de que la his­ territorio vascongado, no llegaron nunca afortunadamente A
toria los conmemore, toda vez que en la que escribimos solo realizarse los proyectos que acarició con celo la junta carlista
nos hemos propuesto hacer entrar la exposición sintética de de la provincia. No supieron tampoco sus correligionarios y
los hechos capaces de dejar tras de sí perceptible huella, ó pol­ convecinos do Vizcaya aprovechar las facilidades que para fa­
lo menos una enseñanza digna do mención, en vez de ser la vorecer un alzamiento asturiano ofrecían los contiguos valles
crónica de una serie do hechos desprovistos do significación de las Encartaciones, ni tampoco el gobierno de don Carlos
y do verdadero interés. acogió nunca con favor los planes de sus adeptos de Astu­
Merino entró en campaña como agregado á la expedición rias, los que en señaladas ocasiones vieron descartadas sus
Negri, compuso también parte del estado mayor de la grande ofertas.
expedición que capitaneó don Carlos, mas tarde militó con Galicia mantenia latente pero sin que tomase incremento
Cabrera, del que llegó A ser favorito, y de regreso en las pro­ la levadura carlista, que constantemente alimentaron en su
vincias tuvo empeño en efectuar otra expedición A Cas­ seno aquellas provincias desdo la muerte del Rey.
tilla, .Sus partidarios en armas eran poco numerosos, poro des­
Consultado Maroto, que ya mandaba el ejército, acerca de aparecían por momentos para volver A reunirse, hallándose
la conveniencia do llevar á cabo el proyecto del eclesiástico mandados por Gaillarde, Lopez, el exclaustrado Tabeada, el
guerrillero, opinó el general en contra, no obstante lo cual • cura Foijó y fray Saturnino.
don Carlos consintió en que volviese A campaña el campeón Al comenzar el año el capitan general Manso quiso ensa­
castellano, al que fueron confiados mil quinientos infantes y yar su conocido sistema de tolerancia y de dulzura que tanto
un centenar de caballos. le acreditaron en Andalucía y en Castilla, pero no correspon­
Gran conocedor del país donde se proponía obrar, recorrió día el procedimiento A las actitudes gallegas y durante los
Merino Castilla en varias direcciones, reclutó mozos, formó primeros meses dolano continuó estacionario el estado de las
batallones que para nada le sirvieron, toda vez que fueron facciones. Frecuentaban estas las comarcas en los que mejor
batidos y dispersados por las columnas lanzadas en su perse­ partido podían sacar y principalmente los puntos donde se
cución, por lo que tuvo el guerrillero que regresar derrotado celebraban ferias, pero al sor perseguidas se dispersaban aten­
y confuso al real de don Carlos, quien no obstante continuó tas siempre A aprovechar las ocasiones de sorprender nacio­
dispensando al célebre cura toda su confianza, llevándoselo nales ó saquear aldeas y caseríos.
por último A Francia en su compañía. Al general Manso sucedió en el mando don Jerónimo Vál­
Otros dos partidarios, don Epifanio Carrion y don Modesto eles, el que empleó un sistema mas en armonía con el su­
Celis, invadieron ACastilla casi al mismo tiempo que el conde bido temple que la opinion acariciaba entonces y que requería
de Negri, bajo cuyas inspiraciones obraron, no sin haber con­ fusilamientos y represalias. Disminuyóse algun tanto ol n ú ­
seguido que sus servicios redundasen en beneficio de la causa mero de facciosos en armas. Varios de sus jefes, entre ellos
por la que militaban. el mas temido, Gaillarde, perecieron A consecuencia do en­
Con mejor éxito inauguró sus excursiones otro gran cono­ cuentros con las fuerzas del gobierno, y A medida que avan­
cedor de ia tierra de Castilla, don Juan Manuel Balmaseda. zaba el año iba disminuyendo el número y calidad dé las p ar­
Apenas hubo pasado el Ebro logró sorprender la columna del tidas cuyos jefes desaparecían en los encuentros con las
coronel Mavols que pernoctaba en (¿uirce, y aunque la resis­ columnas de nacionales, del resguardo y do cuerpos francos
tencia que aquel opuso fue denodada, no pudo ser eficaz, de que echó mano el general Valdcs.
porque habiendo sido sorprendido ele noche, la defensa que Autorizó esto la formación de una fuerza armarla destinada
separadamente hicieron los de Mavols en sus alojamientos, A la persecución de las facciones y A cuyo jefe el señor Lata
no podia contrarestar ataques ordenados y en masa del exte­ le filé prohibido aplicar A nadie la pena do muerte fuera del
rior. El incendio, unido al fuego de la fusilería, paralizó la caso de acción do guerra, si bien podia y debía prender A los
acción de los liberales, que en número de sobre cuatrocientos, sospechosos entregándolos A las autoridades competentes.
igual al do los enemigos que atacaron, quedaron prisioneros Los individuos de la partida no Ionian mas derechos A
de Balmaseda, A quien don CArlos recompensó su buena for­ sueldo ni recompensas que lo que cogiesen A los enemigos y
tuna promoviéndole á brigadier. A los gratificaciones señaladas por Ja captura ó muerte de los
T omo VI 38
•¿«K DISTONIA ] ) K IOS l’ A N A

p artid arios c u y a s cab ezas fu eren tari fadas en las proporcio- finados realistas. Alentados por la presencia de Gómez cuando
n es sig u ien tes: las correrías de este por Andalucía, tramaron alzaren aquella
plaza pendón en favor do don Cárlos, intento que llevaron á
cabo en los últimos dias del mes de diciembre. Nombraron los
l’or la de Amor, la de Fraga, Calvo sublevados una junta á cuya cabeza se puso el prebendado do
del l’ino y Sanfo del liomesar. . . 4,000 rs. vn. Burgos don Gregorio Alvarez Pérez, siendo el primer acto de
La do Garrii.......................................... 20,000 aquella autoridad rebelde la declaración de que la plaza se
l,a de cada uno do los llamos, la do conservaria para España, cualesquiera que fuesen las vicisitu­
Cray Saturnino ó ISarea. . . • . • 40,000 des de la guerra.
l’or la del arcediano de Melith. . . 100,000 Presentóse ante Melilla un buque do guerra inglés, cuyo
comandante aconsejó en vano á los insurrectos que abando­
Xo obstante la variedad de remedios aplicados á la dolen­ nasen su empresa. La plaza estaba muy bien artillada y con
cia gallega, no se la halló eficaz remedio hasta (pie los efectos abundancia de municiones, y no era por consiguiente empre­
ih I convenio de Vergara vinieron mas tarde áconvencer á los sa fácil reducirla por medios de fuerza.
mas obstinados como á los mas ciegos que la mano do la Pro­ Púsose la ju n ta en comunicación con Cabrera y también
videncia hnbia dejado de amparar la causa del Pretendiente. con don Cái'los, los que, conociendo la importancia del suce­
ha. presentación de cabecillas y de facciosos á indulto so, ofrecieron á los pronunciados enviarles dinero para que
influyó progresivamente en que fuese disminuyendo la in­ comprasen víveres y conservasen la posesión do la plaza. Pero
surrección gallega. corria el tiempo y se consumían las subsistencias. Las ofertas
Curiosísimas particularidades señalaron por aquel tiempo ele dinero de don Cárlos consistían en la apertura de un cré­
la lucha inferna que trabajaba al carlismo. Ellas pusieron de dito sobro Marsella que los sublevados no tenían medio do
manifiesto la bajeza y la sordidez do algunos jefes como Bal- realizar. Procuraron estos tratar con los moros; pero declará­
maseday don liasilio. acusados y convictos do vergonzosas ronse estos en favor de la Beina, merced á las gestiones del
depredaciones. La vindicta pública pedia un castigo que Mil- gobierno y á los buenos oficios de los ingleses, y apremiada la
roto se bailaba dispuesto á aplicar, pero el rígido y ceremonioso plaza por la falta de víveres, vióse la junta eompolida á en­
(Ion (..'arlos, que tanto alarde hacia de probidad y justicia, pro­ trar en tratos con los liberales, pactándose en su consecuen­
tegió ¡í, los delincuentes á quienes amparaba el elemento cle­ cia la entrega, quedando garantizada la libertad de los pro­
rical. nunciados y la traslación de estos á territorio ocupado por
Infinitas otras miserias ahondaban las divisiones del cam­ don Cárlos en buques que proporcionaria el gobierno. Esti­
po carlista, nutriendo los górmenos do la discordia precursora pulóse también el indulto de los confinados que habían to­
de la disolución á que la causa del Pretendiente estaba con­ mado parte en la rebelión.
denada. Pero sobre, esto, como sobre las demás multiplicadas Poro el buque que debía trasportar á los capitulados á la
incidencias que en ambos campos señalaron la aproximación costa cantábrica los condujo á Málaga, donde desembarcados
del desenlace, no permiten las condiciones editoriales de la que fueron y desarmados en el acto, la mayor parte optó por
presentí1(dira exceder de los límites que basta indicar para recibir pasaportes pava sus casas. Los que no aceptaron este
que (piede motivada nuestra reserva sobre puntos que una partido apelaron á la protección del cónsul francés, invocan­
historia redactada en mayor escala, no deberá omitir. linios do lo pactado en la capitulación, y lograron ser conducidos
primeros (lias del mes de octubre llegó al territorio vascon­ por mar á Pleneia, donde, como era natural, fueron recibidos
gado doña María Teresa de Braganza y lïorbon, madre del in­ con grandes muestras de simpatía.
fante. don Sebastian y esposa en segundas nupcias do don Singular episodio el de la pérdida y la recuperación de Me­
G¡irlos, á quien venia á incorporarse (.rayéndolo á su primo­ lilla y Alhucemas, que por dos meses, particularmente la pri­
gènite, hijo de la difunta doña Francisca, acompañados am­ mera de dichas plazas, pertenecieron á don Cárlos, sin que,
bos por el marqués do (Justine, legitim ista francés, hombro de merced á las peculiares condiciones de nuestras posesiones de
ruidosa aunque equívoca celebridad. África, pudiese consumarse la consolidación de la rebeldía, ni
Xo participó el paisanaje del país vascongado del júbilo dejase el gobierno de la Reina de recuperar unas pinzas que
oficial (pie osi ent aren los cortesanos á la 1hígada do la nueva no tenia los medios de reconquistar á viva fuerza.
Heina. En su buen sentido oíase, decir á aquellos sencillos la­ La última expedición de don Basilio dió pretexto á los car­
briegos: nastrar. esta, señora/... M ircnél santurrón que listas de Andalucía para tram ar un levantamiento que se ha­
se casa roo- su cañada, Mas valia que hubiese casado al hijo bía logrado evitar cuando Gómez se paseaba victorioso por
roa una. ¡/ran ¡>r¡,are.sa que hubiese traído u n buen dote y aquellas provincias. Las Alpujarras fueron el teatro señalado
ana. a lianza ¡miñosa., para el pronunciamiento que hábria podido adquirir grandes
X o p erm ite la e x a ctitu d liisió r ie a g u a r d a r co m p leto silen cio proporciones, pero al que cortaron los vuelos los victoriosos
sob re d os h ech os q ue señ alaron la s pert urb acion es tan frecu en ­ encuentros que contra don Basilio tuvo Pardiñas en Gubril y
tes d u ra n te el curso d e l añ o, á cu y a crón ica v am o s á dar fin. Baeza. El prelado de Guadix estuvo complicado en la tram a y
Los confinados polii icos enviados á Alhucemas sedujeron á su secretario fue reducido á prisión.
la guarnición de la plaza, compuesta de francos do Granada, El general Palarea y su sucesor el general Alvarez lograron
y proclamaron la soberanía do don Carlos. Pero como aquel sofocar los conatos de alzamiento y no volvieron las provin­
presidio no cuenta con otras subsistencias que las que lo son cias meridionales á dar signo aparente de fanatismo carlista.
enviadas de. España, de donde además no so liarían esperar
fuerzas á las (pie no habrían podido resistir, apelaron los le­ DO CUM ENTO N U M . I
vantados el recurso do apoderarse do dos buques mercantes
surtos en el puerto, á cuyo bordo se embarcaron los 2S<> hom­ EL (iENEUAL DOS ANTOSTO SUGANE V EL (JÙNDE DE TOIUCNO.
bres (pie componían la guarnición sublevada. Avisado del su­ ACUSACION DE J’ECULATO
ceso el capitan general do Granada Palarea, (pío residia en
Málaga, invocó la cooperación do ios buques de guerra ingle­ (J)e El Correo Nocional do 29 de abril de 1840)
ses y franceses para dar caza á los rebeldes; mas no se nece­
sitó de esto auxilio fiara quo tuviese término la algarada. Los Hoy es el dia señalado para discutir en el Congreso el dic-
vii-utos fueron contrarios al rumbo que los amotinados se táiuon de ia comisión nombrada para examinarla proposición
proponían seguir y los patronos de los buques arribaron á la del señor Tornio y de otros señores diputados, pidiendo que
costa de ( )rau, donde ios franceses desarmaron á los fugitivos, se dé curso á la presentada en la anterior legislatura- por el
que enviaron ¡VTolon, entregando á las autoridades españolas señor Secano para que se declarase haber lugar á la formación
el armamento y municiones de ios aprehendidos. de causa contra el citado conde de Toreno, como ministro do
Otra insurrección que pudo tener mas sérias consecuencias Hacienda, fundándose entre otros motivos en el muy especial
estalló e n d presidio do Molilia, donde se custodiaban 412 con­ de la modificación hecha por real orden de 4 de junio de B ÚÓ
k p a p mod Kh xa aso
á la contrata do azogues celebrada en lü do febrero del mis­ El que los ministros ganen dinero aprovechándose de su
ino año con la casa do los señores Rothschild. situación, es una cosa tan general, (pie fuera simpleza poner
En su lugar insortnmosel dictamen de la comisión nombra­ en duda ó escandalizarse de ella. La moralidad en los al ros
da para examinar los antecedentes sobre que estriba la pro­ funcionarios consiste en no anteponer su interesal del pú­
posición del señor Seoane reproducida hoy por el mismo in­ blico, y ganar ellos haciendo ganar al Estado; esto es, sa
teresado en union con sus amigos. cando A beneficio do este el mayor partido posible.
Resulta del trabajo do la comisión, fundado en documentos Un ministro que en el estado en que la España se encuentra
V datos suministrados por las oficinas, que no se han irrogado hoy, restableciese su crédito y mejorase la suerte de los acree­
ài erario público á consecuencia de la modificación al primi­ dores del Estado haciendo subir los fondos, pudria hacerse
tivo contrato de azogues, que produjo la real orden de 4 de millonario, sin por ello merecer mas (pie la gratitud y las
jimio, los graves perjuicios que la acusación tenia por objeto alabanzas de todos los españoles.
d<•illustrar. El punto legal sometido el examen de la comisión Mas cuando el crédito do una nación se halla tloreeiente, y
no podia dar otro resultado, tanto en razón á que las modifi­ la confianza pública en toda su fuerza, y los capitalistas na­
caciones que establece la real orden no alteraban las bases cionales y extranjeros la brindan con tesoros y so muestran
capitales del contrato, cuanto en atención A que las calami­ dispuestos A lanzarse eficazmente en su ayuda; si se presenta
dades y ruina que los sucesos han hecho experimentar al Te­ un ministro que, calculando friamonte sobro el estado de los
soro desde aquella época, han hecho en cierto modo desapa­ Animos, se propone apagar esta confianza, perjudicar A los
recer los perjuicios 'que en tiempos de prosperidad y de acreedores destruyendo sus esperanzas, y alejar los capitales
crédito hubieran podido originarse de las concesiones hechas que se le ofrecían; la fortuna que haya producido una repen­
¡i la casa de Rothschild por la real órden de l. de junio. Así es, tina baja en los fondos públicos, será una fortuna cimentada
por ejemplo, que la dispensa de fianza otorgada A esta casa, en la ruina de millares de víctimas, y en el descrédito finan­
dispensa que en tiempos ordinarios le ahorrara el tener que ciero y moral del país, donde tan grandes intereses se resuel­
lmcor en manos del gobierno un depósito de mas de 80,000 du­ van de esta manera.
ros en efectivo, ha desaparecido mas tarde cuando por efecto Sin embargo, al ministro que asi obre, no se le podrá nunca
de los apuros del erario, la casa ha hecho al gobierno adelan­ probar que ha malversado, ni que ha dilapidado, pues ni un
tos que no estaban fijados ni previstos en el contrato primi­ real sacado de las arcas públicas habrá entrado en su bolsillo.
tivo. Pero aun hay mies relativamente Ala aplicación que pudie­
Una circunstancia existe en la real órden de 4 de junio, Ala ra darse A este último caso comparado con las medidas de
ipio debe darse, en nuestro concepto, mas importancia de la crédito y de hacienda propuestas A las Cortes do 183-1.
(pie lo da el dictAmen de la comisión. Según el contrato pri­ Si al ministro de aquella época so lo hiciera el cargo de ha­
mitivo, hecho por cinco años, A los tres podían ambas partos ber jugado A la baja con el crédito do la nación, en la pro­
abreviar su duración, avisándose con seis meses de anticipa­ puesta de arreglo de la deuda extranjera, podria responder
ción. victoriosamente: «Yo propuse A las Cortes lo que creí mas
Mas en virtud de la citada real órden de 4 de junio, el go­ conveniente; mi proyecto estuvo sometido A la discusión de
bierno renunció por su parte A esta facultad, al paso que la los Estamentos, y si hubo error, y si hubo delito, de ellos par­
conservó la casa do Rothschild. Verdad es que esta se convino ticiparon los representantes del país.;»
en abonar un 1por loo mas sobre los azogues que recibiese en Respuesta enteramente conforme con la verdad de los he­
los dos últimos años, caso do convenirle prolongar su contra­ chos, y que solo admite una muy triste explicación; A saber:
to. Poro este aumento solo producía al Erario 11,470 pesos que cuando un país no está preparado por sus costumbres
fuertes, al paso que si subían los azogues ol gobierno se pri­ públicas, por sus hábitos de libertad, y por un conocimiento
vaba del aumento de precio que hubiera podido obtener, general y profundo do los negocios, para tratar estos con in­
dando por concluido el contrato A los tres años; diferencia teligencia y con acierto, el hombro atrevido (pío calcula sobre
que hoy puede evaluarse, pues el último contrato con la mis­ la ignorancia ó la docilidad do los demás, de los llamados A
ma casa se celebró al precio de (¡0 duros quintal, lo que as­ resolver y que les hace hacer lo que quiere, descarga despues
ciende A una suma do 138,000 duros, de la que se privaba sobre ellos la responsabilidad de sus propios actos.
evidentemente la Hacienda, por haber concedido A la casa de Quand on a été dupe, il faut, éciter la, coltine de s'ev- m mi­
Rothschild, en perjuicio del Estado, una facultad que no trar fâché.
h-nia por su primitivo contrato. El Eco del Comercio que. en 1834 so manifestó tan celoso
Mas aunque se juzgase con la mayor severidad esta conce­ partidario de cierta candidatura ministerial del conde de To­
sión innecesaria y puramente graciable hecha por el ministro rono, debería aplicarse en parte estas reflexiones, y no cargar
de Hacienda A la casa de Rothschild, nunca el exArnen de la su conciencia política con la poco caritativa idea de endosar
cuestión de los azogues, tal cual la presentó el señor Seoane, al partido su adversario, afinidades y culpas que son todas
podria producir la demostración del crimen do malversación suyas, y que en la parte que le toca paga ya bastante caras.
que esto señor ex-diputado se propuso probar.
Los enemigos del señor Tornio se han mostrado muy poco DOCUMENTO NUM. 11
hábiles en escoger el asunto do la contrata de los azogues
para invalidar legalmente A esto hombre público. ACM,AH A(!10N KS S OB RK I,A PJIKSENCIA ]>K NA KVA KZ KN SEVILLA
En los tiempos en que vivimos es muy difícil probar jurí- ’ CON MOTIVO D E LOS SUCESOS UIC AQUELLA C H IP A I) P K I.OS
divamente A los que manejan caudales públicos, ol mal uso DIAS 13, l i, 15 V SIGUIENTES I)K NOVIEMBRE J)K 1838.
(pie hayan podido hacer de la confianza que en ellos deposi­
tara el Estado. Solo A los miserables ó Alos torpes es dado caer Do manos del general don Luis Demandez de Con leva, ó
cu el grosero lazo do apropiarse lo que materialmente perte­ para hablar con escrupulosa exactitud, en pliego certificado
nece al Erario, lo que por cuenta de este lia entrado en las '■dirigídolo desdo Osuna por dicho señor A su paso por Lisboa,
aivas públicas. recibió el que suscribe, autorizándole A servirse ante el Con­
No es menos cierto, empero, (pie en ningún tiempo mas greso de diputados al tomar la defensa de Narvaez, bis dos
que en el nuestro existieron medios para enriquecerse los cartas que textualmente transcribe.
ministros haciendo uso de los secretos del Estado, y prepa­ La primera, original de den Manuel Cortina, ¡il general, le
rando la resolución de las operaciones do crédito de manera da cuenta del desempeño de su comisión, dirigida A obtener
que redunden en provecho suyo ó de sus amigos. de Narvaez que fuese á Sevilla A ayudar ásu amigo A salir de
Las bolsas de fondos públicos y el sistema de los emprés­ la difícil situación en que se encontraba.
titos han creado un abismo do codicia y de inmoralidad, en La segunda, también original y toda de jamo y letra de Nar­
el que tras de la corrupción ríe los pueblos ha venido A sepul- vaez, escrita antes do la llegada de Cortina A la Carlota, pone
rarse la conciencia de la mayor parte de los que los go­ de manifiesto no solo !a negat iva de aquel ¡í la primera invita-
biernan. ‘ cion para que fuese A Sevilla, sino (pie contiene la mas explí-
200 Il ! STO 1? 1 A O K IOSP A NA

cita revelación acereu <lo los mas secretos pensamientos de bo algun papel suyo, te lo avisaré y no dejará do llevar muy
Narvaez y do cuál era la línea de conducta que se proponía buen recado en contestación.
sostilir <;n presencia de la situación que le creaba la declarada A la representación no pi' uso darme por entendido hasta
enemiga del general líspartoro. que la vea publicada, ó la tomen en consideración las Cortes.
Xe es posible en presencia de la autenticidad y de la focha En cuyo caso responderé con tino y mesura, y en todo caso
de la carta inserta á continuación, sostener la opinion de quo cuando la cuestión esté terminada por las Cortes, por la opi­
hubiese habido complot por parto do Narvaez on el movimien­ nion y el gobierno, dirigiré al hombre una banderilla de fuego
to do Sevilla, el quo al contrario venia á contrariar do medio muy lindamente adornada.
á medio sus aspiraciones.— AndrtU Borrego. En todo estoy contigo, mi queridísimo general. Solo disien­
to en mi ida á Sevilla. Mi papel hoy debe ser el do Aristides,
liscin o . Sr. don Luis fumando* de Cordova. y no podria representarlo cabalmente en Sevilla. Los aplausos
puedo recibirlos sin mostrarme personalmente y valdrán mu­
C a r l o ta y n o v ie m b r e 1 7 d e 1 8 -1 8 . chísimo mas y me comprometerán menos no buscándolos yo.
Muy soñor mio y mi aprcciahlo genera!: Aquí he encoiir No olvidaré que para vencer al hombre necesitamos los su­
trado á nuestro amigo el señor don Ramón: mañana do­ fragios de todos y que al hacer alianza con unos emancipa­
mingo 18 á las dos de la madrugada salimos de esta; llegáro­ mos la fuerza de los demás. Nuestra demanda es de armas:
nlos á Sevilla á las cinco dola tarde, todo lo que aviso á usted mandando Espartero nada adelantaríamos en el juicio, por
liara su conocimiento y satisfacción. mas alegatos que en nuestro favor hicieran las serenatas. Es
Con esto motivo tongo el honor do repetirme S. S. y afectí­ preciso que él caiga; mientras mas retirado me encuentre yo,
simo II. S. M.— M anad Cortina.. mas segura y pronta será su caída; entonces, Luis mio, será
la buena hora que yo te,deseo.
liscino. Sr. don Luis Fernandez du Cérdova. Debemos mostrar una conducta desinteresada y todo se
C ó rd o b a I t d o n o v ie m b re 1 8 8 8 . consigue retirándome á Loja.
Til que has dicho siempre que querías ir á Granada, conse­
Mi querido general y amigo: A mi llegada á este pueblo re­ cuente á tu plan puedes hacer el viaje. En Leja te espero,
cibí tus amistosas y gratas cartas del 7 y del 10. Esta mañana siendo pueblo por donde necesariamente has de pasar, allí
me entregó el extraordinario la del 12, y esta noche ha lle­ nos reuniremos y juntos iremos á Granada, y hablaremos y te
gado á mis manos la que me escribiste ayer. diré mas cosas, y concertaremos lo que mas provechoso sea á
Con sumo gusto he visto tu aprobación á cuanto he hecho nosotros y al país.
en la dificilísima situación en quo me he visto; y seguramente, Pasado mañana salgo para Loja; allí te espero, desde allí te
haya buen ó mal resultado, no habia otro camino que elegir escribiré, y allí espero tais cariais y vendrá mayo zagal, y con
y siempre me mostraré contentísimo do haber arriado velas sus fiestas vendrá, para don Baldomcro, su desengaño y el
cuando el viento es contrario, cuando la tripulación no ayu­ desprecio y las risas del lugar.
daba en la maniobra y hasta la brújula habia perdido sn vir­ Desde la primera muestra de aprecio que te merecí soy
tud. Los esfuerzos do un hombre son inferiores á las circuns­ tuyo, y tuyo fui desde que me convencí que tú sabes y pue­
tancias y e.) tiempo solo puede darei complemento y madurez des hacer mucho por este país y tuyo siempre seré; hada la
precisa y que no puede hallarse en otra parte ni de ningún muerte, unida tenemos nuestra causa y contigo estaré y siem­
modo. pre verás realizadas mis promesas.
La representación de don .Baldomcro será sin duda la causa Adiós, hasta que nos veamos, sin perjuicio de escribirte to­
de sil mina: la circunstancia delicadísima que él mismo ha dos los correos, tu —Human.
puesto enjuego, la situación que se ha buscado os superior á
sus talentos y á su fortuna. El hombre me creyó en Madrid DOCUMENTO NUM. Til
luchando con su protectora, comprometido con el gobierno, Á LA NACION ESCANOLA EL GENERAL DON RAMON MARÍA
embarazado y en pugna con los Inspectores, y juzgó, y le hi­ NARVAEZ
cieron creer, que era llegado el momento de enristrar la lan­
za: pero al dirigirme el golpe se encontró sin blanco y la Los servicios que be tenido la dicha do prestar á mi patria,
escena lo presenta hoy injusto, ambicioso y vengativo, abri­ siempre en defensa de la causa de la libertad, pues cuando ha
gando la baja pasión á la envidia, y con el propósito de dictar existido en España gobierno absoluto yo no he participado de
leyes á la nación, al gobierno y á la Reina, perseguidor de sus favores, ni se me ha visto figurar entre los que le servían;
muchos hombres que cada uno vale inmensamente mas que han sido para’ mi, españoles, causa muy perenne de persecu­
él. Yo he procurado aparecer sufrido, obediente, trabajador, ciones y de disgustos, que por segunda vez interrumpen hoy,
patriota, modesto y cuerdo, lio procurado hacer ver que me la serie de hechos que en mi vida pública bandado á conocer
separo con el amargo sentimiento de no poder hacer nada en mi celo por los intereses de mi patria, mi fidelidad al trono
beneficio de la causa pública, y que aprovecharé la ocasión constitucional, mi ardiente amor á las instituciones libres.
primera en que mis servicios puedan ser provechosos, para Objeto muchas veces del favor y de la confianza de mis
salir do nuevo á la palestra pública y trabajar con la lealtad y conciudadanos, la gratitud hacia ellos y ol deber respecto á
buena fe que hasta allora. mí mismo me imponen la obligación de vindicar mi nombre
La opinion ha dado ya su fallo en Madrid: las Cortes creo de las imputaciones hechas á mi lealtad, á mi rectitud, á mi
que no defraudarán nuestras esperanzas. La cuestión no es ya patriotismo.
lluramente personal, es casi de gobierno, y cuestión vital. El Mi silencio cuando mi conducta es atacada públicamente,
gobierno ó Espartero, la nación ó el dictador del Norte. podria sor interpretado por una confesión de los hechos y de
Dado caso que por un desenlace raro Espartero quedase las intenciones que mis enemigos me atribuyen. Cori,o hu­
impune de su desacordada conducta, como no adelantará biera sido esto silencio por mi parte y completa ya mi vindica­
nada en el encargo (pie so le lia condado, la Reina, la patria ción, si á la primera representación dirigida en ¡31 de octubre
y ol gobierno lo han do maldecir, y en osto caso tú y yo sal­ de este año por el señor conde de Luchana á S. M. no se hu­
dremos y liaremos lo que hoy ya estaríamos ejecutando si no biesen seguido tan inmediatos los sucesos últimamente acaeci­
hubiéramos tenido la desgracia de la caída del ministerio do dos en Sevilla; acontecimientos no bien conocidos del público,
setiembre. La Mancha, Toledo y Avila estarían ya limpias de cubiertos aun con el velo del misterio, y cuya tendencia, ori­
enemigos y lñ.ooo hombres habrían reforzado á Aragon y allí gen, causas y desenlace no se han fijado todavía.. Un tribunal
nuestros planes y patrióticos propósitos hubieran siilo cum­ está llamado á ponerlos en claro y á juzgar sobre la parte que
plidos. No lia podido ser ahora desgraciadamente para la pa­ me ha tocado en ellos. Con la seguridad de una conciencia
tria; ])ero mañana indubitablemente será. pura aguardo <■] fallo de la ley: su voz sofocará los clamores
Espartero no me lia escrito todavía en contestación á laque de la calumnia, y mi conducta aparecerá cual siempre ha
le dirigí por conducto de Latro: si lo hace, ó si despues reci­ siilo, digna de la confianza y del aprecio que he merecido á
E ft AT) M O D E R N A 201
mis conciudadanos: lo que hoy quiero llamarse como un de­ Pero la sorpresa no es duradera; la alarma pasó; y la razón,
lito brillará como un servicio eminente prestado á mi patria. la fria razón ha reemplazado al sobresalto, producido por la
Entonces hablaré: entonces ya libro del peso de una acusación ambición y la mentira.
lco-al, rebatiré, confundiré á mis enemigos, haré polvo las ar­ Militares, jueces, españoles todos, debo á la nación la vin­
menis y falsedades contenidas en las acusaciones fulminadas' dicta de mis hechos: estoy obligado á presentar al mundo
eontra mí. Entonces responderé á la primera y segunda expo­ entero la historia do mi vida política; reto á mis detractores
sición del señor conde ele Luchana; á lo que la ley diga aña­ á que hagan otro tanto: vosotros juzgareis en tan pública de­
diré lo que la ley no puede decir, porque no está llamada á manda: á vuestra justicia remitiré el fallo que merezcan mi
examinar la serie do ultrajes de que tan pródigo se muestra conducta y precedentes: también calificareis la do mi acusa­
Su Excelencia en su célebre acusación fiscal. Desatadas las dor: esperad á que os hable con documentos justificativos,
manos levantaré con firmeza mi voz, y verá la España y la con pruebas irrefragables: en tanto suspended el fallo, y per­
Europa en dónde está la razón, en dónde la justicia, en dónde mitid que el tiempo os descúbralo que hoy me vedan deciros
el puro y desinteresado amor patrio. Un injusto y funesto el honor, el deber y mi posición. Hablaré á España, hablaré á
espíritu do rivalidad no ha vacilado en valerse do anuas des­ Europa, y tan altos tribunales adjudicarán á mí y á mis ene­
leales: se me ha calumniado: se han excitado las pasiones: se migos el premio ó el castigo. Hasta entonces descanso en mi
ha querido concitar contra mí el mas noble de los sentimien­ tranquila conciencia: no sé si tal sucederá á mis detrac­
tos que abrigan pechos españoles, el amor á su Reina y á su tores.
patria; se me ha pintado eomo el asesino de la libertad; se Sanlúcar do Barrameda 21 de diciembre de 1S38.— llamón
me acusa de querer ser dictador....y por quién, ¡gran Dios! Marúb Narvaez.

LIBRO NOVENO

INICIASE LA DESCOMPOSICION DEL CARLISMO

y le siguieron hasta el desenlace del que pronto tendremos


C A P IT U L O P R IM E R O que dar cuenta.
El país vascongado se hallaba cansado y exhausto por la
La cam paña de 1839 duración do una lucha do la que sostenia todo el peso, tanto
en hombres corno en dinero. Los recursos de aquellas pro­
S itu a c ió n d e lo s b e lig e r a n te s .— P la n e s d e p a c ific a c ió n , tu n t a ti v a d o M a ­ vincias habían llegado, sin embargo, á ser insuficientes para
n a g e rn , m is ió n d e A v ir a n e ta .— F ra c a s e d e la te n ta tiv a d ip lo m á tic a
in ic ia d a p o r e l g a b in e te O fa lia — L a g u e r r a e n C a ta lu ñ a .— C a íd a y la multitud de atenciones reclamadas por el personal y el
a s e s in a to d e l e m u le d e E s p a ñ a .— C a b r e r a y V a n H a le n .— R e g tila riz a - material de un ejército de mas do treinta y cinco mil hom­
c io n d e la g u e r r a e n la s p r o v in c ia s d e l C e n tr o .— A c r e c e n ta m ie n to d e l bres, á lo que se agregaba el sostenimiento de un gobierno
p o d e r í o d e C a b r e r a . — T e n t a t i v a p a r a a s e s i n a r l o . — 0 ‘D o n n c l l e n e l que pretendía serlo de la nación; gobierno que, aunque re­
C e n tro .— B a ta lla d e T u e r a s .— L e v a n ta m ie n to d e l s itio d e L u e e n a . ducido en punto á oficinas, contaba una reata de refugiados
y de pretendientes á los que era fuerza que don Garios diese
Suficientemente lia dado á conocer cuál era, al terminar el ' cuando menos pan; siendo aquellos múltiples requerimien­
año do 1828, el estado interior del campo carlista, y cuán tos de una' magnitud que excedia à lo que las diputaciones
grande el decaimiento á que su causa caminaba, lo que expu­ foralcs habían asegurado serles posible aprontar, habiendo las
simos acerca del antagonismo y do la saña que trabajaban mismas declarado que para lo sucesivo se limitarían á ha­
los dos bandos en que el partido se hallaba dividido y que cer frente al suministro de raciones para la tropa, y aun para
estallaron inmediatamente despues del regreso á las provin­ esto habían exigido, y conformádose don Carlos con la deman­
cias Vascongadas de la expedición que capitaneó don Carlos da, que el llamado tesoro real ayudaría á las diputaciones.
en persona. Para proveer al servicio de raciones y utensilios habían re­
Aumos que de resultas de aquella crisis recayó el mando caudado aquellas corporaciones populares en todo el año
del ejército en Guergué, afirmándose el predominio de los que do 18:18 la suma de 43.588,88(3 reales, y habiendo inverti­
haciau gala de menospreciar toda tendencia innovadora, de do 46.355,000, resultaba un déficit de 2.765,11-i reales á cargo
los inas rancios hábitos del régimen absoluto; hombres cuyo de la administración militar; ia que, no contando con ingre­
cinismo en punto á intransigencia, emulaba con el salvaje sos regulares procedentes de impuestos, vivia de los reduci­
fanatismo de aquellas seducidas muchedumbres, que en 1823 dos arbitrios proporcionados por algunas mezquinas opera­
aclamaban á Fernando VJl gritando á sus oidos: muera la ciones de crédito y con el producto délos no muy abundantes
nación, vivan las cadenas, y que parodiaban sus correligio­ subsidios que al Pretendiente suministraban con bastante
narios de ahora repitiendo á don Carlos: los brutos, señor, irregularidad y estrechez las cortes de Turin, de Viena, de
sentaremos á V. il/. en su trono. Berlín y de San Petersburgs; recursos muy inferiores á las ne­
La deplorable experiencia hecha del generalato de Guer­ cesidades de un gobierno que, excepto el país vascongado,
gué; el fracaso de las expediciones de don Basilio, de Negri y carecía de territorio contributivo; pues de lo que de las pro­
la última de Merino, y, finalmente, la pérdida de Peñaeerra- vincias, donde ardía la guerra, sacaban Cabrera y sus parti­
da, abreviaron el mando de Gucrguc, pusieron coto al ascen­ darios, nada llegaba el exhausto tesoro do don Carlos, a] quo
diente de los exagerados, y trajeron á Maroto al fronte do además reclamaban armamento y equipo las facciones de Ca­
las huestes del Pretendiente. No obstante la maña empleada taluña, de Aragón y de Valencia»
por el nuevo general en jefe para hacerse partido en el ejér­ Sin (pie la situación del gobierno de la Reina fuese, en
cito y aun pava atraer á los que habían recibido mal su nom­ punto á recursos, todo lo desahogada que no le permitían lo
bramiento, manteníase una encarnizada enemiga entro los estuviese los desaciertos económicos del conde de Torcilo y
apostólicos y los que podremos llamar los politicos del bando do Moralizaba!, era mcouiparabloinonto superior á la Hacien­
carlista, hombres que habían aceptado la jefatura do Maroto da de don Carlos, toda vez que no solo poscia el gobierno de
202 l i m o n i A J) K KSPAÑA

Madrid territorios do los quo cobraba contribuciones, sino nuestra línea fronteriza, una fuerza armada cuya bandera no
quo coi it.aba con colonias do las quo retiraba sobrantes; á lo era la que tremolaba el ejército español.
que se ngivgaba que, estando reconocido el gobierno de la La gente de Muñagorri acabó por ser licenciada y nada
Bema por las dos poderosas naciones que de mayor crédito y quedó de aquella tentativa en la que se gastó un dinero que
poder gozaban por entonces, tenia basta cierto punto á su al­ reclamaban las necesidades de nuestros valientes y sufridos
cance un crollilo relativo, que le permitía formar planes con­ soldados, excepto, sin embargo, haber dejado iniciada entre
ducentes al triunfo de la causa en que la nación se hallaba los vascongados la idea do quo mas tarde se sacó fruto, deque
empeñada. la causa forai no estaba identificada ni era inseparable do la
Contaba esta en su favor con el decidido apoyo del gabi­ causa de don Cávlos. Así fué que, aunque el gobierno cesó de
nete d e Londres para cuantas combinaciones podían condu­ mantener relaciones con Muñagorri, lo autorizó para que con­
cir á aquel triunfo y al vencimiento do los cari istas; y de esta tinuase trabajando el espíritu de sus compatricios en favor de
especie filé la diversion contraria sí los intereses de estos, la paz, al mismo tiempo que se le exigió que obrase en un
ideada por don .Toso Antonio Muñngorri, escribano quo había todo conforme á las instrucciones que recibiera del general
s i d o en Guipúzcoa y posteriormente dueño de ferrorías en la Espartero y del cónsul de España en Bayona, pero prescri
misma provincia. Desdo el principio de la guerra había aquel biéndole que en ninguna manera tomase el carácter de agente
hombre emprendedor concebido la idea de separar la causa de gobierno.
política del carlismo de la local forense y privilegiada cara á Otro personaje, de condiciones de inteligencia muy supe­
los vascongados, sí cuyo fin luibia ofrecido ¡d gobierno de la riores íí las de Muñagorri, entró en escena en los últimos me­
(b ina levantar una bandera que proclamase dicha separación ses del año, cuyos sucesos vamos reseñando. Don Eugenio de
y moviese sí sus paisanos sí dejar de hacer causa común con Aviraneta, suficientemente conocido ya de los lectores, puesto
don (.¡sirios. en contacto con el gobierno por medio do don Fio Pita Pizar-
Perseveranto en su proyecto, no aceptado cuando por pri­ ro, individuo que fué de los gabinetes Bardají y Frias, halló
mera vez lo produjo en 18:10, logró hacerse escuchar por el en él quien estuviese tanto mas dispuesto á prestar oidos ií
ministerio Bardají, y provisto Muñngorri de fondos para lle­ sus planes, cuanto que Pita, antiguo y perseverante conspira­
var adelanto su empresa, dióle el gobierno por asesor y guía dor, si bien siempre en favor de las ideas liberales, tenia pleno
sí don Vicente Gonzalez Arnao, cx-josefino residente en Ba­ conocimiento del valor y alcance de los medios revolucio­
yona, al que se señaló unsi pingüe asignación en remunera­ narios.
ción de su encargo. Aviraneta reunía todas las cualidades propias do un amaes­
Consiguió también Muñngorri que el comodoro inglés que trado profesor en el arte de las conspiraciones. Fecundo in­
en la costa cantábrica operaba en combinación con el ejército ventor de combinaciones dirigidas á envolver en el misterio
de la Reina, prestase oido sí sus sugestiones, y aunque sin de­ los manejos de las sociedades secretas, atribúlasele el plan
clararse el gabinete de Londres protector abierto del antedi­ que sirvió para la formación de laque se tituló de Jovcllanos.
cho plan, no desechó la idea de que se intentase sembrar la Aunque revolucionario de oficio, no era Aviraneta partida­
division entre los carlistas. Msis explícita acogida hallaron en rio de la anarquía, y solo apelaba á sus efectos como medio
el gabinete francés las indicaciones de Muñagorri, loque bien de dividir á los adversarios que se proponía desorientar pri­
se explica por lo q u ea los gobernantes del país vecino de todo mero para arruinarlos despues. Uberai de fe robusta, se habia
tiempo agradó, que Isis provincias Vascongadas siguiesen dis­ afiliado entre los adictos á la Gobernadora y á la dinastía, y
imi suido de un régimen excepcional y en cierto modo auto­ puéstosc resueltamente al lado de los conservadores.
nómico. (fonveniente sí los intereses permanentes de la Francia. Aceptados por el gobierno los servicios de este hombre re­
Alentado por estas apariencias de apoyo extranjero, alzó suelto y capaz, la lógica y la política recomendaban de con­
Muñagorri en Verástegui la noche del 18 de abril de 1838 la suno haberle otorgado aquel grado de confianza que requeria
bandoni doyws y ¡tumi*, pronunciamiento que fracasó enton­ cl desempeño de la importante misión que Pita le confiaba
ces por completo, pues cayeron sil momento sobre Muñagorri con conocimiento y aprobación do la Reina gobernadora. El
y l o s iioeos que se le hsibiun unido, fuerzas carlistas que los plan imaginado porci sagaz agente tenia por objeto extremar
persiguieron, oblig.-índolo sí buscar refugio en Frsincisi. las consecuencias de la division ya existente en la corte y en
Mas no anuló aquel contratiempo la perseverante fe del el campo de don Carlos; inventar, haciéndolas verosímiles,
emprendedor escribano, cuyas proposiciones llegsiron á ser conspiraciones do los unos contra los otros; avivar el odio y
acogidas por el gsibinete Oí alisi, y abundantemente piovisto la ilesconfianza entre intransigentes y marotistas; explotar
el señor Arnao de fondos con aplicación sí los aprestos do Isi los celos y la rivalidad que existia entre los castellanos y vas­
cui]»resa, rióse esta abiertamente favorecida por el comodoro congados; hacer creer á don Carlos que Maroto lo vendía y á
inglés. Merced sí estos auxilios reunió Muñagorri en Vera un este que su Rey le engañaba y se hallaba dispuesto á entre­
pequeño cuerpo de mil hombres, compuesto de desertores del garlo á- sus enemigos; planes estos que, por lo maquiavélicos
ejército carlista y del do la Reina, circunstancia esta última y lo complicados que eran, exigían secreto, dinero, y una
«pie, siendo de contagioso ejemplo pava hi disciplina, inco­ completa confianza en el encargado de ponerlos por obra.
modé sí Espartero y lo dispuso sí mirar con prevención las Desgraciadamente era tan mala la opinion que como revo­
operaciones de Muñagorri. lucionario se tenia de Aviraneta, que hacia difícil, hasta para
Lograba este, sin embargo, que el gobierno español alimen­ los que, conociéndolo se fiaban de. él, defenderlo y responder
tase ilusiones y acrecentase los auxilios que le habia otorgado. de su lealtad. Así habia sucedido en 1835, cuando llegado
La comisión conferida sí Arnao cu Bayona tras formóse en ju n ­ Aviraneta á Barcelona en calidad de agente de Mendizabal,
ta auxiliar del plan fuerista, nombrando para componerla, no impidió esto que Mina lo deportase á- Canarias sin otro
siempre bajo 1st presidencia de Arnao, sil marqués viudo dola motivo que el de infundadas sospechas.
Alameda por Alava, al conde de Villafuentes por Guipúzcoa Consecuencia de esta cloblc situación de descrédito en Avi­
y sí don Pascual l'hagon por Vizcaya; y lo que fue unis im­ raneta y de reparo en abonarlo por parte do los que lo em­
portante, se dotó sí la empresa con un presupuesto do dos pleaban, resultó que al ser enviado por la Reina y por Pita para
millones do reales. entablar sus trabajos de zapa contra el carlismo, sujetaron á
Era condición de los auxilios dsidos á Muñagorri isi deque su hombre de confianza á una dependencia y fiscalización del
penetrase cou su gente en el torniorio españolé hiciese armas cónsul de Bayona, que hasta cierto punto coartaba la libertad
cont ra los carlistas, movimiento intentado en efecto por dos vo­ do acción de Aviraneta y perjudicaba al éxito de sus trabajos.
ces; mas, aunque .abierta, si bien indirectamente protegida la Espartero y sus generales, igualmente prevenidos contra el
empresa por los ingleses y por la Francia, en ambas ocasio­ agente secreto, desautorizaban y estorbaban de mil maneras
nes luvo Muñagorri que vegresar al territorio francés batido y la espontaneidad de sus movimientos; circunstancias todas
dispersu su gente, sin tampoco babor logrado que Espartero estas que dan mayor valor á los servicios do Aviraneta, los
consintiese, con sobrada razón para ello, en permitir que bajo que, como se verá, no fueron estériles y antes al contrario
la protección de las tropas de la Reina, ocupase puntos en contribuyeron ¡í la venturosa catástrofe que lanzó.á don Cáv-
i í j >a j > > r o m : i! n a •>0:;
los dei territorio español, sin que deba dejarse do tener en la misión, en consideración á los antecedentes y larga carrera
cuenta que los amigos de Avirancta le atribuyen en el éxito diplomática de Zea, no tardó en insinuar á esto que su pre­
tic los trabajos que condujeron al tratado de Vergara, una sencia en la corte embarazaba al gobierno; intimación que no
participación que fué en gran parte obra y efecto de hechos permitia al antiguo ministro de Fernando Vil continuar en­
ajenos á la inmediata y directa acción del agente secreto. tendiendo en el asunto y lo indujo á fundar su retirada y de­
No se perdonaba en aquellos dias de impaciencia medio al­ sistimiento en motivos de salud. Tal fué el resultado de la
bino por excéntrico que fuese, con tal quo pudiera encaminarse aventurada y extemporánea negociación que vino á frustrar
¡i acelerar la consumación de lo que. casi coetáneamente á la una do las esperanzas que el gabinete moderado do 18:18 cre­
aventura de Muñagom y á las fábulas de Avirancta, concer­ yó pudiera servirle de antemural contra los contratiempos y
taban personas tan graves como el conde de Ofalia, presiden­ la esterilidad de su gestion de la cosa pública.
te del Consejo, Mr. Villiers, futuro lord Clarendon, ministro A) comenzar el año de 1filiti hallábanse nuevamente uno
de Inglaterra en Madrid, don Francisco Zea Bermudez y don en frente de otro los dos hombres excéntricos que en el anti­
Manuel Marlian i, autores los dos primeros y agentes los últi­ guo Principado tremolaban respectivamente las banderas de
mos de una gestion diplomática que no pudo dejar de parecer Isabel II y de don Cárlos. Poro el conde do España personifi­
singularísima á los mismos que tomaron parte en ella. caba las excentricidades propias de la mas desenmascarada
Todos los ministerios españoles que sucedieron al do Torc­ tiranía y de la mas inaudita crueldad; al paso que el baron
ilo do 1835 habían experimentado la negativa del gobierno de Meer, puritano de los principios de disciplina y do orden,
francés á prestar á la .Reina auxilios materiales, aunque solo únicamente los exageraba prescindiendo mas dolo debido de
se hubieran reducido al alistamiento bajo la bandera española la norma que le trazara el gobierno central.
de licenciados del ejército francés; y como la repulsa la habían El conde de España, aunque algún tanto lograse enfrenar
sufrido igualmente tanto los moderados como los progresis­ el radicalismo de las facciones catalanas, no consiguió inspi­
tas, el conde de Ofalia y su embajador on Paris el duque de rarles la confianza que Cabrera obtuvo de los suyos y exaspe­
Prias acogieron, estimulados por el deseo de ejercer una es­ ró á los catalanes con sus crueldades y rigores, á voces ab­
pecie de represalia contra los desdenes del gabinete francés, surdos. en términos que él mismo se labró el cruento fin de
un pensamiento que originado en Madrid y aceptado en Lon­ que lo veremos ser víctima á manos de sus propios secuaces.
dres, acabó por ser prohijado por el gabinete Ofalia, de acuer­ Las excentricidades del baron de Meer, perfectamente in­
do con la legación de Inglaterra. Consistia el plan á que ha­ ofensivas, solo perjudicaron á él mismo, suscitándole enemis­
cemos referencia en prepararla apertura de relaciones con las tades que daban arma á sus émulos, sin que semejantes
poíencias del Norte por medio de un matrimonio de la reina inconvenientes trascendiesen en perjuicio de los intereses pú­
Isabel con un archiduque de Austria, á cuyo padre se hubiera blicos ni disminuyesen el precio de los importantes servicios
ofrecido la co-regoncia de la corona de España, juntamente que la causa de la monarquía constitucional debió á la probi­
con doña María Cristina, durante la menor edad de la Peina, dad y al celo del baron. Igualmente celoso esto del manteni­
y en el caso no improbable de que doña Maria Cristina hubie­ miento del prestigio de la autoridad, como de las atenciones
se preferido salir de España, el archiduque padre del presunto de la guerra, hizo levantar el sitio puesto por los carlistas á
marido de doña Isabel habría ejercido la plenitud del poder Ager, y otro tanto logró, siguiendo sus instrucciones, el jefe
real en calidad de regente. La propuesta servia de pretexto Carbó respecto á Balsareny, pueblo que se defendió bizarra­
¡i una negociación encaminada á obtener el reconocimiento mente contra los reiterados asaltos de los carlistas.
de nuestro gobierno por las potencias del Norte, intento que Mas afortunados estos en su tentativa contra Pons, aban­
se apoyaba en el precedente de haber los gabinetes que sim­ donado por sus defensores, temerosos de caer en manos del
patizaban con don Cárlos, reconocido á Luis Felipe, el elegido enemigo, sació este su ruin venganza entregando la población
•lo la revolución, así como habían reconocido al nuevo reino á las llamas. Igual suerte y aun empeorada cupo á Manlleu,
de Bélgica y el advenimiento al trono del rey Leopoldo; poli- tomado por asalto y entregado al saqueo.
rica que, en sentir de los autores del plan, abría el camino En el mes de mayo experimentaron las armas liberales una
para que los gabinetes del Norte no tratasen á España con señalada derrota. Noticioso Carbó del peligro en queso halla­
mas rigor que lo habían sido las naciones en las que se habían ba el antedicho pueblo de Manlleu,acudió en su auxilio sin que
Aerificado cambios análogos al que en España había dado por lo retrajera la superioridad numérica del enemigo. La van­
motivo la cesación de relaciones con aquellas potencias. guardia liberal vióse arrollada y tuvo que retroceder, cuando
Marliani, secretario de la proyectada misión, se dirigió á habiendo enviado Carbó para sostenerla el r¡." escuadrón de
Alemania, donde se reunió á clon Francisco Zea Bermudez, ligeros y una mitad de cazadores, faltando los jinetes á su
residento á la sazón en Carlsrnhe, y juntos se encaminaron á deber de buenos soldados, á pesar del ejemplo que les dieron
Berlin, donde se dió á luz un folleto cuya paternidad se atri­ sus oficiales y el mismo Carbó, volvió grupas la caballería y
buyó á Zea, y en el que se dilucidaba la cuestión de derecho facilitó al enemigo un triunfo que costó á las armas de la
relativo á la sucesión de la corona de España. Reina dos piezas de artillería y mas de 200 bajas.
Eficazmente trabajaron los negociadores españoles cerca del Alentado por el éxito de esta última acción, atacó el conde
gabinete de Berlin para hacer aceptable propuesta, en la espe­ de España á la villa de Ripoll, cuya defensa rivalizó con la de
ranza de que aquella corte, como la menos inclinada en favor los pueblos que mas gloriosamente supieron resistir al carlis­
do don Cárlos, seria mas accesible á las instancias del gobier­ mo en las provincias catalanas. A imitación del memorable
no español, cordialmente apoyado por el de Londres. Pero el ejemplo que en la guerra de la Independencia dió Zara­
gabinete prusiano se retrajo de tomar la iniciativa, pidiendo goza, los vecinos de Ripoll defendieron palmo á palmi) la su­
riempo para entenderse con la corte de Viena. A ella creyeron perficie del suelo. Parapetados en las iglesias y en las Casas
deber dirigirse Zea y Marliani, esperanzados en la cooperación consistoriales, venden su vida á carísimo precio; pero acosa­
une les prestaría el ministro de Inglaterra en aquella corte. dos por todos lados por fuerzas superiores, y agotadas sus
Por consejo do lord Palmerston y de Alava, nuestro ministro municiones, viéronse obligados á capitular; suerte que el va­
mi Londres, hicieron los peregrinantes agentes españoles caso leroso gobernador de la plaza, antes que aceptarla, evitó sui­
omiso de la especie relativa al matrimonio de la Reina con el cidándose. Cuatrocientos prisioneros, quinientos fusiles y un
archiduque y solo promovieron la cuestión del reconocimien­ abundante repuesto de municiones fueron el trofeo do los
to do doña Isabel. vencedores, los que, extremando su encono contra los valien­
Pero el príncipe de Metternich, que todavía regia las rien­ tes que tan alto pusieron el honor de su bandera, no so con­
das del imperio austriaco, era el mas decidido de los protec­ tentaron con entregar el pueblo á las ¡lamas y demoler su
tores de don Cárlos. y lejos de prestar oido á las halagüeñas caserío, sino que forzaron á los combatientes, mujeres, ancia­
palabras de la misión representada por Zea, so prevalió do la nos y niños á buscar refugio en Camprodon y en San Juan
circunstancia de haber Marliani figurado en la revolución que de las Abadesas. Sobre las ruinas do la destruida población
estalló en el Piamente en 1821 para expulsarlo de Vicna; pro­ colocaron los vencedores la insolente inscripción de aquí fu e
ceder que, si bien so abstuvo de emplear respecto al jefe de Ripulì, imitando en ello el ejemplo que en la guerra civil
201 J US T O Iti A J ) K K.STAÑ .V

do 2o á 23 diera Minn, (¡iiien es sabido empleó igual proce­ Contra estas fuerzas lidiaba Brujó, quien, en calidad de se­
der con el pueblo de Castellfollit. gundo del conde de España, reasumió el inande de las faccio­
Contra lo que esperaban los carlistas del «exagerado celo nes, teniendo bajo sus órdenes á Rons, á Ibañez, a Porredon
del «tunde de España, no se aprovechó esto del abatimiento y Balrnasoda, el que, precedente del Norte, mandaba la caba­
«pie entre los liberales produjo la suerte de .Ripoll y so resti­ llería. Al frente de doce batallones y de seis escuadrones
tuyó, permaneciendo inactivo en ellos, á sus cantones de aceptó el jefe carlista la lid á que lo provocaron las fuerzas
1Jerga, excitando de sus resultas gran descontento entre los liberales, trabándose de sus resultas tres dias de sangrienta
suyos, los (pie abiertamente le acusaron de haber olvidado lucha, d éla que fueron teatro los campos de Pcracamps; jor­
sus hábitos de soldado para entregarse á sus instintos de ti­ nadas disputadas con gran vigor por ambas partes y de resul­
rano. tado dudoso, toda vez que liberales y carlistas se replegaron,
Fais (¡nejas de los callistas catalanes llegaron hasta don los primeros á Biosca y los segundos á Sanahuja.
Carlos, quien es lama que, dando oido al descontento contra La division en el campo de los de don Carlos adquirió por
España y á los celos (pie en su ánimo había hecho nacer la aquel tiempo proporciones que no tardaron en dar lugar al
popularidad que «¡litro los voluntarios do las provincias Vas­ drama que señaló los ill timos dias del cruento mando del
congadas hahia adquirido su primogénito, pensó en enviarlo conde de España. Sus arbitrariedades, su inaudita crueldad,
á Cataluña en i-elevo del conde do Kspaña. Mas no llegó á el frenesí con que sin causas, siquiera aparentes, decretaba
efectuarse este cambio y siguió <.-n Cataluña el descontento y ejecuciones inmotivadas, exasperaron á los suyos en términos
la levadura de resentimienlo y de odio que preparaban la de­ que la mayoría de la junta, de la que era presidente, se le
linit ¡va y horrenda sucri eque debia caber al conde de Kspaña. separó, y los que quedaron á su lado vióronse reducidos a tal
)>o resultas de medidas administrativas dictadas por el ba­ abyección y sometimiento ásus insensatos caprichos, que ellos
nni de Meer y (pie evidentemente inlerian exfralimRación do mismos concluyeron por rebelarse, atreviéndose á enviar á
sus facultades en perjuicio de las del gobierno, tuvo esto que don Cárlos, ya refugiado en Francia, un mensajero encargado
poner coto á la autocracia de Meer; quien cansado por otra de solicitar la separación del conde, por considerar la conti­
parte de la ruda tarca que con tanto celo y esfuerzo dio cum­ nuación de su mando como funesta para los intereses de la
plida por espacio de dos largos años, presentó su dimisión causa carlista. La gestion de los enemigos del conde tuvo
que le filó aceptada, siendo nombrado para reemplazarle el completo éxito cerca del Pretendiente. En la sesión que la
ya conocido don Jerónimo Valdós; nombramiento que basta ju n ta celebró el 1~ do setiembre, se dió conocimiento de una
para explicarlo la circunstancia de sor ministre de la Guerra comunicación de don Cárlos, concebida en los términos si­
don Isidro Alaix, en representación de Espartero, completa­ guientes :
mente dueño, tanto de la situación política,corno lo era déla «Primera secretaría de Estado del Itey nuestro señor.—Ex­
militar; de lo que se seguia que pava todos los puestos de im­ celentísimo señor.—Habiendo tenido el Rey nuestro señor á
portancia en el ejército eran buscados con preferencia los je­ bien relevar del mando en jefe del ejército del Principado y
fes procedentes del ejército del Perú, al que, como es sabido, de la presidencia de la junta de gobierno al teniente general
había- pertenecido don Jerónimo Valdós. conde de España, se ha servido nombrar para sucecierle en
Con ánimo resuelto, poro sin adecuados medios para res­ estos cargos al mariscal de campo don José Segarra ; lo que
ponder á su ardor, propúsose el nuevo general en jefe hacer de real orden participo á V. E. para su inteligencia y cumpli­
una campaña dit «Recto; pero toda la fuerza de que se com­ miento en la parto que le toca: incluyéndole las dos reales
ponia el ejército de Cataluña no pasaba de veintitrés mil órdenes de relevo y de nombramiento que hará V. E. llegar
lucubres, la mayor parte empleados en guarniciones y en el con seguridad á sus respectivos títulos.
sostenimiento de los puntos indispensables para mantenerlas »Dios guarde á V. K muchos años.—Paris 18 de octubre
comunicaciones, quedando en su consecuencia tan solo dis­ de li-'ñ'J.— Paulino liamirez de la Piscina.—A la junta supe
ponibles para operar, ocho mil hombres escasos. rior gubernativa del principado de Cataluña.»
Salió, no obstante, con ellos Valdós á campana, y aunque Convocóse la ju n ta el dia 2(i de dicho mes con asistencia
no consiguió triunfos señalados,protegió á los pueblos queso del condo de España, á quien acompañaba su intendente La­
dt-f'-iidiaii y operó de manera que hizo temer al conde de Ks­ vandera. Poco antes do comenzarla sesión en la casa rectoría
paña fuese su ¡niente el ile sitiará IJerga; con cuyo motivo del pueblo de Avia y en una pieza inmediata á la sala donde
concibió el último el insano pensamiento de incendiar los debia abrirse, entablóse el siguiente diálogo entre Lavandera,
pueblos y caseríos de la comarca, perjudicando con ello, mas amigo y acompañante de España, y uno de los individuos de
todavía «¡ne.á. Valdós, á sus propios partidarios y amigos, la junta, llamado Torrobadella, servil instrumento que hahia
principal«« víctimas de la vandálica providencia. El disgusto sido del conde, hasta que, habiéndose declarado contra este,
«pie en consecuencia se produjo consumó el desprestigio del se convirtió en uno do sus mas mortales enemigos. Dicho
«•«nide de España, quien, no podiendo ocultarse cuánto había personaje habló á Lavandera en los términos siguientes :
deraido su fama cutre los mismos en quienes debia apoyarse, —«¿Sabe V. que tenemos la orden para la destitución del
se manifesto inclinado á dejar un inando en el que alas elotes conde y que esta tarde se le va á comunicar?
ilei gvniTul tenia que sustituir las del guerrillero. —»¿Cómo, qué es lo que V. me dice? ¿cuándo lia llegado
Imposibilitado Valdós do contrarestar las acometidas que osa orden? ¿quién la ha traído y cuándo y por qué conducto
el número y movilidad de las facciones multiplicaba por todos so ha pedido?
lados, pidió al gobierno refuerzos que le eran tanto mas ne­ —»La ju n ta se la ha pedido á S. M....¿Se acuerda V. E.
cesarios cuanto que, sobrevenido por entonces el memorable cuando á mediados del mes pasado se acordó representar al
hecho á que dió lugar el convenio de Vergara, los carlistas Rey sobre las ocurrencias de Navarra y provincias Vasconga­
que no suscribieren á aquel tratado y se internaron en Fran­ das, para cuya comisión so nombró al doctor Espar? Pues
cia con don Garlos, acudían á Cataluña atravesando el Pirineo bien, entonces, aprovechando tan buena ocasión, hicimos otra
y reuníanse á las facciones que, siguiendo el impulso dado exposición bajo juramento de no revelarlo á nadie, en la que
por Cabrera, protestaron contra el convenio pacificador, obs­ pedíamos la destitución del conde. Y el comisionado Espar
tinándose en luchar en pro de una causa que recibió el golpe ha sido tan puntual, que nos ha participado desde Tolosa y
do muerto el dia en que Marot-o y la mayoría de les batallo­ Andorra que las órdenes estaban cu su poder y que podemos
nes vascongados fraternizaron culi los soldados de la Reina proceder a la destitución del conde en los términos y formas
en los (¡ampos de Vergara. que mejor parezca á la junta, y hemos acordado se le comu­
Ni <‘l gobierno ni Espartero mostráronse sordos á las recla­ nique esta tarde.
maciones de Valdós. Hicieron marchar, en auxilio del ejér­ —»Por Dios, señor don Bartolomé, miren Vds. lo que hacen,
cito de Cataluña, cuatro batallones á las órdenes de Azpi- no nos expongamos á nuevos conflictos.
roz; y á mediados de noviembre reunia Valdós un respetable —»No tenga V. cuidado, todo está dispuesto.
contingente ilei tropas, compuesto de las divisiones al respec­ —»Y ¿quién le va á comunicar la orden de su destitución
tivo mando de Rueretis, Rorso, Azpiroz, Clemente y Carbó. y en qué fovma han acordado Vds. hacerlo?
KDAD MODERNA Sflf»
_^Sc ha comisionado á Ferrer para que se lo haga saber; y . El 30 por la mañana salieron el preso y sus acompañantes
en el caso do no querer obedecer, ó tratar de echar mano á la en dirección do la casa de campo de Casellas, distante media
e sp ad a y querer atropellar á la junta, se ha dispuesto que hora del pueblo de Orgañá, á donde llegaron «á las nueve de
],'errer cio un lado y Ortou de otro le agarren los brazos y en­ la noche, y fué como de costumbre encerrado el conde en un
tren tres ó cuatro mozos de escuadra para obligarle á que cuarto separado y guardado por los mozos do la escuadra, á
cumpla con las órdenes superiores.» la devoción de Ferrer.
P a ra despues que todo esto quedase ejecutado, habíase dis­ Interin lo tenían bajo llave, el presbítero de dicho nombro, los
puesto que, escoltado España por una partida de mozos de brigadieres Prats, Camprodon, el capitan Balla, el subteniente
e sc u a d ra de la confianza de los jtinteros, fuese conducido ií Morera, el estudiante Masiá y don Manuel Solana, ayudante de
Andorra aquella misma noche acompañado por el doctor Porredon, deliberaban, <5por mejor decir, lijábanlos términos
Ferrer. precisos en que se verificaria el acto de dar al conde la muer­
Este último había rodeado de centinelas el lugar de la ju n ­ te violenta que tenían de antemano resuelto sufriese el infor­
ta. sin permitir la salida de nadie: abrióse la sesión que presi­ tunado viejo, que no encontraba piedad en los que, instru­
dia España, y despues de haber tratado de varios puntos do mentos que habian sido de sus inauditas crueldades, mostraron
administración, entró Ferrer acompañado de un primo suyo ser dignos discípulos de la víctima que iban oscura y cobar­
y do un hombre armado do carabina, y dirigiéndose al conde, demente á sacrificar.
agarró con su mano izquierda la derecha de aquel al mismo Ferve]’, alma de la negra trama, escogió para ejecutores del
tiempo que con la otra le tapó la boca; el primo acompañante asesinato al capitan don Pedro Balta, á Masiá, á Morera y á
quitó el sable al conde, y un homi ano do Ferrer y otros dos Solana, cubriendo la venganza, por no decir la expiación que
hombres armados cogieron la mano izquierda de España, te­ ponia por obra, bajo la capa de un servicio que se hacia á la
niendo levantado un puñal sobre su cabeza, y Ferrer, que ya le causa, dando por sentado que España era traidor á don Car­
tenia asida la mano, exclamó:—Excmo. señor, el E.ey nuestro los y meditaba entregar Cataluña á los liberales, cuando, en
señor lia dispuesto quo V. E. deje el mando del ejército del realidad, el crimen que iban á cometer no tenia otra expli­
Principado y que salga inmediatamente de la provincia. cación que la misma villania de los discípulos avezados á
Miraba á todo esto España como asombrado a Ferrer y hubo todo linaje de desafueros por el tirano del que trataban de
un momento de completo silencio que interrumpió Lavande­ deshacerse.
ra, pidiendo que se dejase hablar al conde.—Si da palabra de Tuvieron los fraguadores del acto próximo á consumarse
honor de no vocear le dejaremos que hable, dijo Ferrer. una última reunion en la noche del :?(> en c.osa do Ferrer, en
Trató entonces el intimado do calmar á sus opresores afec­ la que quedó acordado que saldrían de Orgañá á las ocho de
tando serenidad y alegando lo innecesario que era obrar con aquella noche, dirigiéndose á los puentes del Segvo, situados
violencia contra quien siempre había acatado las órdenes del á tres cuartos do legua de la población, donde ya se hallaría
soberano, llegando hasta á decir:—Vamos, señores, ¿que es el preso bajo la custodia de sus guardianes; al que en el acto
esto? me parece que para sainete bastalo que acaba de pasar. deberían desnudar, atarlo de pies y manos y arrojarlo al rio.
—Aquí no se trata de comedias ni de sainetes, dijo Ferrer, Antes do partir para su cruenta misión, Balta y Morera se
sino únicamente de que V. E. obedezca las órdenes del Roy despidieron del presbítero Ferrer, á quien hallaron en com­
inmediatamente, saliendo esta misma noche para Andorra. pañía de Porredon, cuando entregó este ú Balta una soga muy
Hizo presente España que era de rigor qtie entregase el gruesa, destinada al cuello de la víctima, soga que fué puesta
mando al sucesor nombrado por don Carlos para reemplazar­ en manos de Morera.
lo, y que además debían mostrársele las reales órdenes en En el sitio designado, que lo era como queda antes dicho
cuya virtud decían obrar. Tomó entonces la palabra Torrebo-' los puentes del Segre, Balta y Morera se avistaron con Solana,
dolía, manifestando que las órdenes las traia el doctor Espar, cl hermano de Ferrer, Masiá y la escolta, en medio de la que
que no había llegado, y que el anticipar la salida del general, iba el conde. Era llegado el momento del suplicio.
lo motivaba el deseo de sustraerlo al furor délos muchos des­ T/a noche sumamente oscura no permitió á la víctima cono­
contentos que liabian hecho sus crueldades, á los que, sabedo­ cer al primero que le puso la mano encima, que lo fué Balt.á,
res que fuesen de su separación, sena imposible contener, lo quien armado de un grueso palo descargó tan terrible golpe
que poniendo en peligro la vida del conde, obligaba á la jun­ que hizo caer á España al suelo. 'Todavía vivía el con­
ta á no diferir su salida. de, que atribulado preguntó: «¿Quiénes son Veis, que así me
En vano procuró España, harto persuadido de lo crítico de tratan?—Yo soy un comerciante francés que va á la Seo.» Por
su posición, obtener que se esperase á la llegada de su suce­ respuesta le ataron los brazos y lo sujetaron sobre el mido.
sor Segarra, que solo podía tardar dos ó tros horas, pues á él Llegados que fueron á orillas del Segre. Balta arrojó al cue­
solo podía confiar secretos relativos al interés del servicio. llo de la víctima un lazo hecho con la predestinada cuerda,
Xcaúselo también esta última súplica, y conociendo España y descargándole al mismo tiempo un fuerte golpe por detrás,
que no le quedaba resorte que tocar, (lióse por vencido é im­ lo derribó al suelo, sujetóle la cabeza con el pié y tirando con
ploró las consideraciones debidas á sus servicios y á sus años. fuerza de la cuerda consumó la estrangulación del mísero
El presbít ero Sampons trató de tranquilizar con palabras sua­ viejo. Fué en seguida desnudado sin que so lo hallase dinero
ves la justa alarma del conde, y á las nueve de aquella misma encima, y solo una ó dos reliquias pendientes del cuello. So­
noche se le hizo salir escoltado por Ferrer, por el hermano de lana cortó entóneosla ya inútil cuerda que liabia servido para
este, Torrebadella, Sampons, Vilella y el estudiante Masiá. atarlo, aprovechándola para amarrarlo los piés y fijarle una
A la madrugada del siguiente día 27 separáronse de la co­ gruesa piedra, ¡triste mortaja que acompañó los profanados
mitiva en el pueblo de Cisguor, Sampons y Vilella, dejando restos del hombre que t.an numerosas víctimas, muchas de
al preso en manos de Ferrer. Exigió esto que España se des­ ellas inocentes, sacrificó á su maniática crueldad!
nudase de su traje militar y se pusiese una vestimenta de El señor Pirala, en su á menudo citada Untori», de la
paisano traída por el criado ele Ferrer, tan vieja y mísera, que Guerra civil, á la que debemos no pocas de las noticias y por­
no excedía su costo, según cuenta presentada á la junta, de menores que preceden, nos dice que poderosos motivos detie­
seis duros. nen su pluma para no descorrer mas completamente el velo
Resistíase el conde á quitarse su uniforme y solo cedió á la de aquella trama, la cual, añadiré, encierra, no obstante su
fuerza de que para obligarlo usaron los mozos de la escuadra, intensa negrura, la provechosa enseñanza de quu los hechos
traídos por Ferrer. Desde aquel momento vióse tratado el pre­ morales no prescriben y que los grandes delitos rara vez de­
so con dureza y sin género alguno de consideración. Vigilado jan cíe ser expiados en vida do sus perpetradores.
de dia y encerrado por la noche, mal alimentado y subido en La junta de Berga campó por sus respetos una vez que vió­
una mula de ruin apariencia, caminaron durante tres dias, se libre de la mano férrea de la que acababa de deshacerse, y
haciendo noche el primero enColklauden y el 20 en Pujol, tér­ Segarra no fué otra cosa sino el dóeil instrumento de los ju n ­
mino de Coll de Nargó, donde fueron á parar á la casa de un teras que completaron su emancipación deshaciéndose de
vecino cuyo apellido era el del nombre del pueblo. Lavandcro, mas que por haber sido amigo de España, por el
T omo V I 39
L'í II) il 1HT 0 lì IA D K K S l ’A X A

orden que puso on l<i administración militar y en el empleo realistas, milicias nacionales, francos, resguardo, compañías
ile los fondos públicos. organizadas y los dependientes de estas que estén autoriza­
Xo es dudoso que sin la ilefeecion de. los vascongados quu dos para hacer la guerra con documento que lo acredite de
siguieron á Muróte en su evolución liara separarse de don sus jefes superiores.
Curios, la causa del Pretendiente habría adquirido un impo­ »Art. 2.“ Los prisioneros serán asistidos y tratados en sa­
nedle desarrollo á consecuencia de los planes do Cabrera. Por lud, como en enfermedad, del mismo modo que la tropa del
la Serranía de Cuenca y los punios fortificados de Cañete y : ejército en cuyo poder están ; y para satisfacción do las partes
pelel a. el adalid del Maestrazgo amenazábalas comunicacio­ podrán visitarse los depósitos mediante las precauciones que
nes entre Madrid y las provincias del liste. Vuelta que hubie­ : exige la guerra.
se sido <i insurreccionarse la Mancha, como no era difícil que »Art, 3." Cuando el número de prisioneros pertenecientes
se vendeuse, por poco que se. hubiese extendido la domina­ á las armas nacionales exceda de 400, se designará un pueblo
ción de Cabrera en dirección del. Mediodía, el gobierno encer­ abierto que por su posición no perjudique en manera alguna
rado en Madrid habría tenido que retirarse á Andalucía; y á á las operaciones militares, en el que se establecerá cl depo­
menus do no haber hecho imposibles el ejército del Norte, el sit,o, sin que puedan entrar en él, ni á menos de una hora
año de I.'¡■lü podriu haber visto sucumbir, temporalmente al de distancia, las fuerzas nacionales: pero no podrá haber en
menus, la causa de la libertad. dicho punto depósitos de armas, viveros, vestuario y cual­
A este desenlace caminaba Cabrera con perseverante inte­ quier otro efecto de guerra, así como tampoco talleres ó fá­
ligencia, resultado que. afortunadamente cortaron clnombra- bricas en que se construyan ó recompongan: la fuerza no
mii ulo de O'Donnell para el mando del ejército del Centro,
la paz de. Vergara, y la posterior llegada á Aragon del grueso tro del distrito marcado no podrán refugiarse otras algunas
de las fuerzas del Norte á cuya cabeza «venia el general Es­ para evitar una acción; pues en este caso dejarán de ser in­
partero. violables y podrán ser atacados hasta en el mismo pueblo.
has ventajas que obtenia Cabrera fortificando las posiciones »Art. 4.“ Los enfermos y heridos, en cualquiera parte que
esl ratégieas (pie aseguraban su ineontestado dominio sobre se encuentren, con la correspondiente baja que acredite estar
vastos territorios y la posesión en que se hallaba de sacar allí ó haber quedado como tales, serán respetados y restitui­
abundantes recursos de las ricas comarcas situadas entre las dos á sus cuerpos cuando su salud se lo permita.
riberas del libro y del Turia, vióronse hasta cierto punto »La misma consideración gozarán los empleados legítima­
omiuoradas por la aprehensión que experimentó en los Al fa­ mente en la curación y asistencia de los mismos, siempre que
illies do un cargamento de fusiles que hacia venir do Ingla­ presenten documento que acredite sus destinos.
terra, y mayormente aun de resultas de las acciones de Utiel, »Art. 5.° Así que una y otra parte tengan prisioneros se
ganada por Triarte, y la por extremo sangrienta, de Muñios», propondrá el canje por el último que los haga y no podrá el
lidiada por Van-I [alen, laque, aunque no fué decisiva, impuso otro dilatarlo por ningún pretexto.
y coni uvo á Cabrera. »Art. (i.° Los canjes se .realizarán en el país roas próximo
Tanto este, como el general su contrario, trataron de apro­ en el que se hallen los prisioneros y en el puesto intermedio
vechar los efectos del convenio de Vergara, el primero para de los fuertes de una y otra parto.
atraer á sus lilas los navarros no entrados en la capitulación, »Art. 1." Tanto en el tránsito como en los puntos fiondo
y el segundo para dirigir proclamas á los carlistas, exhortán­ sean colocados‘los prisioneros, no se permitirá se les insulte
dolos ¡i seguir el ejemplo de los vascongados, reconociendo ni maltrate, ni tampoco á las personas que los auxilien con
el gobierno de la líeina. algún socorro.
El mismo don Carlos, influido por la opinion dominante en »Art. 8.“ Los prisioneros no podrán ser trasladados á L'l-
los países ex irán joros, ¡i cuyo indujo era mas sensible desde trarnar.
que, viviendo en nueva y mas culta atmósfera, lumia el apar- »Art. 0.” Serán preferidos para los canjes los procedentes
(am ioni o de las simpatías de sus favorecedores, hizo que su de los ejércitos que tengan Jos prisioneros que han de can­
miuisl.ro universal, el obispo de. Leon, escribiese á Cabrera jearse.
censurando la continuación do la guerra sin cuartel y reco­ »Art, 10. Cuando por una ú otra parte se falte á lo que
mendando usase de dulzura y buen trato Inicia los pueblos. establecen los artículos anteriores baje cualquier pretexto,
Los horrores de] vandalismo, que convertía la guerra civil, I incluso el de sediciones ó motines, la parte agraviada podrá
ya sobradamente desoladora por sí misma, en lidia tan solo exigir la satisfacción debida, cual es el castigo que marean las
propia de salvajes, produjeron en el ánimo de los caudillos leyes; y en caso de no obtenerla á su debido tiempo, quedará
de ambos bandos en Aragón, d convencimiento de la necesi­ nulo este convenio, comunicándolo antes oficialmente, y sin
dad de regularizar la guerra sujetándola ¡i la obediencia de fuerza retroactiva para los que hasta aquella fecha se encon­
los principios del derecho de gentes. En el mes de abril tuvo trasen prisioneros, á. excepción de aquel número y clase que
término eon buen resultado entre el general Vnn-Halen y deba en represalia expiar la suerte de los que al infringir el
Cabrera, una correspondencia que, comenzada en tono recri­ convenio han sido sacrificados, y no podrá ser hasta un doble-
minatorio, íioeo conforme al humano objeto que ambos so »Art. 11. Quedan obligados á la exacta observancia de este
proponían, acabó, sin embargo, por traerlos á terreno en el tratado los jefes do las fuerzas que lo firman, como todos sus
que pudo quedar ajustado el siguiente convenio, cuyo tenor sucesores mientras dure la guerra y cuantos dependan de unos
lue tan aplaudido por los hombres sensatos como vituperado y otros que se comprometen á hacerlo cumplir.
por los de opiniones extremas, cuyas enconadas pasiones y »Y para su debido efecto y cumplimiento lo firmamos am­
menosprecio de los principios, dieron todavía margen á no bos jefes en nuestro respectivo cuartel general.
pocos actos de crueldad, depresivos del buen concepto al que­ »Segura l.° de abril de 1830.—(Sello.)—El conde de More­
en la opinion ilei mundo civilizado no debían los españoles lla.—Locera 3 de abril de 1839. — (Sello.)■■—Antonio Vcm-
renunciar. l laben..»
({/ b e e.’e / o celebrado cutre lo* yejrr cíateer de- ir1s fttc'rzcts
A consecuencia del anterior convenio y no sin haber tenido
yac operila c¡i- .1 i·iajan, Valendo y Marcia.. que pasar por dilaciones, ni que. dejar ele vencer graves difi­
cultades, efectuóse un primer cambio de prisioneros, acto que
»Adíenlo 1." Stira respetada la vida, sea cual fuere su cla­ ofreció la lastimosa prueba do los horribles padecimientos de
se, de cuantos prisioneros existen y se hagan en lo sucesivo los que tenían la desgracia de caer en manos de sus enemi­
correspondientes ii ambas fuerzas, sin. distinción de los que gos; pues principalmente los canjeados procedentes de los
sean ó no pasados de las filas de las unas á las otras, á no ser depósitos carlistas venían casi en cueros, y en un estado de
que lo sean ya por segunda voz, pues en este caso serán juz­ demacración que mas que seres lumi anos parecían cadáveres
gados según la ley establecida por el que los aprehenda, Para ambulantes.
evitar tuda duda en la inteligencia de esto artículo se declara La importancia que para el éxito de las operaciones del
que comprende á l odos los cuerpos del ejército, voluntarios ejército del Centro tenia la posesión de la plaza de »Segura y
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de su castillo, de que eran dueños los carlistas, determinó tí vez de retirarse evitando un encuentro, no solo inútil, sino
Van-Halcn á emprender el sitio; á cuyo efecto pidió al gobier­ temerario, el intrépido coronel lanza fuertes voces de mando
no y á las autoridades de Zaragoza recursos y auxilios que le como si las dirigiera á escuadrones colocados á sus espaldas.
fueron liberalmente concedidos, En posesión de ellos y con­ El enemigo, engañado por el ardid, se detiene y retrocede,
tando operar secundado por el general Ayerbe, su segundo en dando lugar ¡í. que Serrano, reforzado, diese brillantes car­
el mando, y por la division Parra, enviada á Aragon por Es­ gas, ahorrando con ellas abundante sangre á la infantería em­
partero, y que al cabo no llegó á unírsele, se puso en marcha peñada en la llanura y en los valles que rodean á Utrilln.
para Segura, la que se abstuvo, sin embargo, de atacar, teme­ Trescientas bajas costó al ejército do la Heina aquella em­
roso y con razón de que Cabrera, que disponía de fuerzas peñada acción, la que no bastó, sin embargo, á hacer desistir
jemales, cayese sobre los sitiadores y convirtiese en desastre á Cabrera de su empeño en hacerse dueño de Montalvan, que
para las armas de la Keina el triunfo buscado en la toma de Ayerbc se decidió por último á abandonar, despues de haber
la plaza. consultado la opinion del comandante general de ingenieros
Ambos jefes obraron según convenia á los intereses de sus don Juan de Quiroga, La guarnición se incorporó ¡i la divi­
respectivas causas, Cabrera no aceptando la batalla en campo sion de Ay erbe, poniéndose con ella en marcha y llevando
raso que le presentó Van Halen y este no abarcando mas de consigo el repuesto de municiones de boca y guerra, al mis­
lo que permitían realizar los medios de que disponía. mo tiempo que la voladura de las minas no dejaba al enemi­
No obstante, la retirada de Van-Halen produjo muy mal go otra cosa que la posesión de un monton de escombros.
efecto entre los liberales; y reconvenido el general por el go­ Salieron los carlistas al encuentro de Ayorbo al alejarse
bierno, presentó su dimisión que le fue aceptada. este de Montalvan, trabándose en los campos de Araoz otra
Con la actividad que le era habitual sacó Cabrera partido reñidísima pelea, que particularmente señalaron las repetidas
ele la temporal inacción del ejército del Centro, lanzando sus cargas de caballería dadas por Ealtnaseda al frente do los car­
lugartenientes sobre las provincias de Castellón, Valencia, listas y por Serrano á la cabeza do los liberales, lié aquí los
Murcia, Cuenca y Guadalajara, sacando de ellas recursos, términos en que el señor Pirula describe aquel episodio de
cuyo precio en aquella ocasión acrecentó la captura hecha en guerra en su historia de la civil:
brillìi ega de una fuerte partida de piezas de paño. «Trece cargas se dieron de las mas sangrientas que ha ha­
Alejado que húbose Van-Halen de Segura, emprendió Ca­ bido en la guerra y á todas excedió la que efectuaron cruzán­
brera á mediados de abril el sitio de Villafamés, pueblo con­ dose los tiradores de Serrano y do Balmasoila; so pegaban
tra el cual abrigaba el resentimiento de haberle resistido vic­ hasta con las culatas de las carabinas, era una lucha á brazo
toriosamente en enero último y del que por segunda vez iba partido, y tanto entusiasmó á Serrano aquel hcróico lidiar de
á recibir la prueba del denuedo de su milicia. Acudió esta con unos y otros, que los aplaudió exclamando : bravo, as í se ba­
ardor á la defensa de sus hogares; ó irritado Cabrera de la re­ ten los valient es.i>
sistencia que se le oponía, hizo traer artillería de sil,io, no No obstante los fundamentos militares y los dictámenes fa­
obstante cuya llegada, y aunque abierta brecha y dado el cultativos que produjo Ayerbc en justificación del abandono
asalto, no logró el enemigo penetrar en la plaza, Sabedor este de Montalvan, el gobierno lo desaprobó; de cuyas resultas
entonces de que una fuerte columna se disponía á salir de dicho general presentó su dimisión que le fuó aceptada, siendo
Castellón para hostilizarlo, levantó el sitio y se retiró, no sin nombrado para reemplazarlo el general clon Miguel Mir.
haber antes procurado, aunque inútilmente, obtener por el .Reducidas las fuerzas que en el Centro poclian operar acti­
•soborno lo que no había logrado por la fuerza de las armas. vamente á dos ó tres columnas que,á excepción ciclos puntos
Xo obstante este parcial contratiempo, era la situación des­ fortificados, no dominaban otro territorio que el que mate­
ventajosa para los liberales. El espíritu ymblico se había amor­ rialmente ocupaban, eran los carlistas dueños de señorearse
tiguado en Aragon, no tanto por la falta do fe, como por la y de sacar víveres y contribuciones en todas las comarcas si­
carencia de. resultados que la animasen, al mismo tiempo que tuadas desdo el Ebro basta los últimos confines del antiguo
se acrecentaba en Madrid el temor de que Cabrera adelantase reino de Valencia. En semejante situación, casi sin ejército,
su línea de puntos fortificados en dirección de la capital. atendida la insuficiencia del que existia y sin un jefe do pres­
Nombróse, en relevo de Van Halen, á Nogueras; mas hallán­ tigio que inspirase confianza al soldado y aliento á los pue­
dose este postrado en cama, fue interinamente reemplazado blos, toda vez que Nogueras, nombrado para reemplazar á
por el general Amor. Mir, todavía se hallaba enfermo, no era extraño que Cabrera,
El gobierno hacia los mayores esfuerzos por allegar recur­ perseverando en su plan favorito, destacase expediciones que
sos y organizar batallones, é ínterin lo lograba, pues todavía cruzando el 'fajo por diferentes puntos, apareciesen de nuevo
no había tenido efecto el gran suceso de Vergara, cl ministro en los campos de la Alcarria.
de la Guerra Alaix expedia instrucciones á los generales para Tenemos anteriormente observado cuán grande era el pá­
que obrasen con prudencia, no comprometiéndose en acciones nico que el nombre del terrible guerrillero inspiraba, no ya á
de éxito dudoso. Aquel iué el período álgido de la guerra en nuestros soldados, curtidos en lides sangrientas y pródigos
las provincias centrales. Cabrera adelantaba lenta, pero segu­ de su sangre, sino á los liberales de ideas avanzadas, á los
ramente, sus posiciones en dirección de Madrid; ponia á saco hombres de negocios para quienes la ruina de la libertad en­
las ricas comarcas situadas entre el Ebro y el Segura, exten­ volvía la pérdida de lo que habían logrado adquirir en tiempo
diendo sus excursiones hasta la provincia de Guadalajara, de la revolución y en calidad de sus corifeos.
fortificaba á Talés, á Aleaba de la Selva, á Manzanera, á Cas- Ahora bien, no es dudoso nuestro juicio acerca del he­
tellote, á Chelva, á Chulilla, á San Mateo y á Ulldecona. cho de que vamos á. ocuparnos. Descansa en datos para mí
Montalvan filé el próximo objeto ambicionado por Cabre­ mas auténticos que los asertos de los biógrafos de Cabrera.
ra. Púsole sitio, pero halló enérgica resistencia; y habien­ Tenemos el mas perfecto conocimiento do que por aquellos
do acudido Ayerbc en defensa del pueblo, dióse la acción dias so trató en Madrid de levantar secretamente, por medio
de Utri 11as, en la que el entonces coronel de caballería don de cuestaciones voluntarias, un fondo destinado á sufragar el
Francisco Serrano, además de desplegar el sereno y simpático asesinato de Cabrera pagándolo á. peso de oro. Aunque ya lia
valor que anima á los combatientes y es el síntoma mas se­ muerto el hombro en quien se origini! tan vituperable desig­
guro de la victoria, distinguióse en aquel dia por una de nio, temeríamos exponer un apellido que todavía llevan con
aquellas inspiraciones de arrojo que caracterizan á los hom honra individuos de la misma familia; consideración que bas­
bros de guerra. En uno de los mas críticos momentos de la ta para sellar mis labios y no dejar correr mi pluma.
acción habíase apoderado Serrano de una altura fortificada, Hemos debido, sin embargo, hacer mérito de la especie, por­
desde la cual divisó el llano ocupado por batallones enemi­ que el prcccdentc quc acabamos de consignar y que nos tue
gos; observó que estos se movían en dirección del punto que perfectamente conocido, (¡agrandes probabilidades de verdad
ocupaba, y preparándose á la defensa vuelve la vista en tomo al relato que acerca de la tentativa de asesinar á Cabrera se
suyo y advierte que solo le acompañan ocho jinetes. Ve en lee en la historia del sopor Pirula, con referencia á los biógra­
seguida moverse al gran trote los lanceros do Cabrera; y en fos del jefe carlista.
298 H I S T O R I A Oli ICS T AK A

«Cerciorado (Cabrera) de la verdad por conducto del espía modo de ver, solo debería quedar Aznar, que á las órdenes de
(era un olicial llamado Ortega questi introdujo enei calabozo O’Donnell será bizarro. No hay que pensar en "Rodil, pues se
bajo la apariencia de ser hit encarcelado) pasó entre Cabrera encuentra á la cabeza del Guirigay y es su prohombre.
y el pivsimlo reo el siguiente diálogo: »Si nombra V. á O’Donnell, que marche desde luego dándole
—»¿Coll que V. fie: Hai na Lopez Moel? ¿A qué viene V. á mi usted las instrucciones de unidad de fuerzas y todo lo que
campamento? diga relación á las miras políticas y militares de ese ejército
—»Señor, contestó Lopez, soy picador, y sabiendo que V. H. y lo que V. se proponga en lo sucesivo.
es aficionado á montar ¡í caballo, vine á ofrecer mis servicios »S. M. desea con ansia la vuelta de este extraordinario y
y enei acto se me aprisionó. Además yo estoy perseguido en que la saque V. del cuidado en que está por las tropas del
Alatirid por carlista y deseaba defender al rey bajo las órde­ ejército del Centro: en fin, desea que V. les nombre general
nes de un general tan célebre como V. E, en jefe, y que V. lo dirija también en lo posible, y que su ge­
— » H o m b r e , también os cosa particular, despues de seis ó neral sea el hombre de la confianza de Y.
siete a ñ o s de guerra, acordarse ahora de servir al rey.... y un »Conozco la necesidad de que todas las fuerzas estén bajo
p ic a d o r , que debe ser buen jinete, tardar tantos dias en llegar una misma mano, bajo una misma persona, bajo una misma
desde Madrid, pues salió V. el dia.... dirección: de haber sido así, no tendríamos que lamentar los
— Mi general....exclamó Lopez consternado. sucesos de Cataluña.
—»Silencio. Habló V. en Zaragoza con....cnScgorbc con...... »Saluda a V. afectísimo Q. B. S. M., Isidro AloÁx.yy
recibió V. tantas onzas de oro para el viaje; se ofreció á V. un El nombramiento de O’Donnell constituía un hecho de ver­
desi ¡no si me mataba.... dadera importancia, no solo en razón á la conocida capacidad
— lis falso, mi general; lian engañado á V. E. de este general, sino también y muy principalmente porque
—»Ko. aquí están los avisos de todo; yo só el itinerario de ponia de manifiesto que el ministro de la Guerra era el aliar
usimi dia por dia, llora por hora; un confidente le seguía los ego de Espartero, el dócil órgano do sus inspiraciones, el eje­
pasos desde tpie V. salió de Madrid hasta su llegada al campa­ cutor de las instrucciones que partían del cuartel general;
m e n t o del general Eorcadell; en la cárcel lia confesado V. su estado de cosas que, sea dicho de paso, explica la previsora
crimen al olicial puesto allí con objeto de explorarle, fingién­ sagacidad de Narvaez, cuando, despues de la catilinaria del
dose preso: V. llevaba consigo el cuerpo del delito. conde de Lucharía contra el aumento del ejército de reserva
—»Señor.... y sobrevenidos que fueron los sucesos de Sevilla, se sustrajo
—»Silencio. Un puñal y un papel que contenia veneno se por medio de la expatriación á los resultados que verosímil­
hallaron en poder de V. en el acto de prenderle. mente habría tenido para él el consejo de guerra al que, alte­
—»Mi general, piedad. rando los preceptos de la ordenanza, quiso sujetársele para
—»No hay piedad para los cobardes asesinos y envenena­ envolverlo en. una condena militar dirigida á inutilizar al
dores, exclamó Cabrera con voz terrible. Ahora debiera obli­ hombre que habia rendido señalados servicios a su patria y á
gar a V. ¡i tornar ese veneno con la punta de mi espada. quien estaba reservado prestárselos todavía mayores.
Merece V. la pena del talion, pero va V. á ser juzgado inme­ Nuestros lectores disimularán, merced á su oportunidad,
diatamente por un consejo do guerra. Allí será Y. interrogado la brevísima digresión á que acabamos de entregamos.
y carendo con su compañero de prisión. Detrás de V. vienen Tomado que hubo O’Donnell posesión del mando, dispuso
tres envenenadores mas por si se yerra este golpe; pero ellos marchar inmediatamente en auxilio de la importante plaza
retrocederán escarmentando en cabeza ajena. Lo só todo, todo. de Lucena, sitiada y estrechada por Cabrera. Noticioso que
A los (pie han concebido el proyecto de matarme alevosamen­ fué este de los designios del adversario que iba á tener en
te quisiera yo tenor aquí: ellos no se atreven y envían á un frente, refiere uno de sus biógrafos que se expresó en presen­
desalmado como V. Señores (dijo álos circunstantes), saquen cia de sus allegados en los precisos términos siguientes : «Ya
ustedes á esto hombre, de mi presencia.» tenemos otro toro en la plaza y parece que es bravo según no­
Nada resta por decir para que se comprenda cuál era el ticias: ¿no observan Yds. que siempre envían contra mi gene­
oslado de la guerra en Aragon y en el Centro y lo que ella rales do apellido extranjero? Dorso di Carminati, Oraá, Van
dnbia preocupar al gobierno. Consideró este como lo mas ur­ Halen, O’Donnell. Vaya una cosa singular: y á fe que no fal­
gente poner al frente de aquel ejército, que al fin constaba de tan generales de apellido español en la guia de forasteros.
treinta mil infantes y dos mil caballos, un general que, refor­ Pero es preciso, señores, tomar lo que nos dan. También ha
zado como llegó á serlo, concibiese un plan que opusiese al sido reforzado el enemigo con cuatro batallones y tres escua­
sistema y á la personalidad de Cabrera un sistema y un hom­ drones: así me lo anuncian de Valencia. General nuevo y re­
bre capaces de contrarestarlos. fuerzo, es una cosa buena y otra mala.»
La siguiente comunicación dirigida á Espartero por el mi­ No se descuidó Cabrera ni nn solo momento en precaverse
nistro de la (.hierra Alaix, derrama completa luz sobre cuál contra lo que podía temer de un adversario del que en su
era el plan del gobierno: fuero interno tonia mas levantada idea déla que trató de ins­
«En vano se han dado vueltas y revisado una y mil veces pirar á los de su estado mayor.
la lista de generales: el remedio solo se encuentra en los que Voló el jefe carlista á Lucena ó hizo abrir zanjas y cons­
hay en el ejército del Norte, ó en promover á Concha y otros truir parapetos que dificultasen el camino de Teruel á Segor-
dos brigadieres de la misma edad y lanzarlos con el mando bo, que era el que siempre habían seguido las tropas de la
en jefe do aquellas tropas y separar á los generales que hay Reina y que supuso seria también el que siguiese el enemigo
allí; pero esto seria hacer una revolución con desaire de toda al que aguardaba.
la clase de generales: la necesidad de uno que mande en jefe Pero O’Donnell inutilizó la previsora actividad do su con­
es urgenti1. Nogueras está postrado en cama: hoy, de acuerdo trario tomando otra dirección que la que este habia supuesto.
con el Consejo y por encargo especial do S. AL, se le liaeeá Y. Llegado á Segorbe, habiendo logrado salvar, sin tropezar con
este extraordinario para quo V. nombre la persona quo haya fuerzas enemigas, los difíciles pasos que tuvo que atravesar,
de encargarse del mando de aquel ejército; yo no veo otro efectuó O’Donnell la reunion de los batallones que conducía
que O'Donnell, y si V. accede, creo que desempeñará bien el con las fuerzas que de Valencia salieron para unírsele; feliz
cargo de jefe do estado mayor, bien el brigadier Concha, que operación que permitió al ejército liberal marchar resuelta­
podria promoverse á general, ó cualquier otro que Y. designe. mente sobre Lucena, reducida ya á los últimos apuros del
»Si no so acudo pronto, la campaña de Y. se la lleva el hambre.
diablo, pues la tropa del ejército del Centro, que os mas que. Esperaba Cabrera á pió firme á su contrario y desplegó en
suficiente, bien mantenida, regularmente vestida y bien ar­ aquella jornada, destinada á serle adversa, el valor y la pres­
mada, está tan amedrentada y abatida que su deserción cunde teza do concepción que jamás lo abandonaban en el campo de
sin que haya quien la contenga con mano fuerte. Si manda batalla; pero tenia delante un general curtido en los comba­
usted á O’Donnell puedo decirle que,ha de separar á Ayerbo, tes, dotado de mas instrucción militar de la que se creía y es­
etcétera; podria venirse con dos ó tres jefes mas, pues áin i timulado por la responsabilidad de que se menoscabase su
KDAD M O D E R N A 299
fama si dejara de llevar su empresa á cabo. Maniobro «Por segunda vez, en menos de un mes, habéis humillado
O’Donnell con tanta pericia y fué secundado por los jefes á el orgullo del rebelde Cabrera, batiéndolo bajo los muros del
sus órdenes con tanto celo, que logró desalojar á los carlistas castillo de Talés, cuyos fuertes, perdida la batalla, se han ren­
de las fuertes posiciones que ocupaban; dejar, si no humillado, dido á discreción. Vuestro valor en el combate lia sido igual
perplejo el orgullo de Cabrera, devolver la confianza al ejér­ á vuestra constancia en saber sufrir las privaciones y fatigas
cito, reanimar á los pueblos é igualar cuando menos una lu­ inseparables de esta guerra: nuevos peligros nos esperan; pero
cha hasta entonces propicia para las armas del enemigo. con soldados como los del ejército del Oentro no duda de la
Lucena quedó libertada con los 2,00i) hombres que la guar­ victoria vuestro general,—Leopoldo O’Don/indl.))
necían, abiertas las comunicaciones con el exterior, introdu­ En cierta manera compensó para los carlistas su descalabro
cido en su recinto el convoy de víveres y alejado el temor de de Talés la derrota de la columna del coronel Ortiz, quo desde
nuevos peligros, que la jefatura de O’Donnell era prenda de Liria intentó un reconocimiento sobre Chulilla. Salióle al en­
que serian conjurados. cuentro Arévalo con tan buena suerte, que hizo retroceder la
K1 vencedor dirigió á sus tropas la siguiente orden del dia: brigada de Ortiz, causándolo la pérdida de setecientas bajas,
«Soldados: el dia de ayer ha sido de gloria para el ejército la mayor parte prisioneros.
del Centro. El orgullo de Cabrera habiendo reconcentrado la Interin esto ocurvia en el territorio do Valencia, entraba en
mayor parte de las fuerzas que acaudilla en Aragon y Valen­ Saeedon, centro de la Alcarria, y, como es sabido, vecino á la
cia, y contando seguro el triunfo, apoyado en lo formidable • corte, una columna carlista, cuyo jefe no tuvo escrúpulo de
de la serie de posiciones que hay que atravesar para ir á la llevarse, en clase de prisioneros, á oficiales del ejército resi­
invicta Lucena, osó presentar la batalla y oponerse á que li­ dentes como enfermos en aquella estación termal. Contra
bertaseis á nuestros compañeros, que se habían visto obliga­ semejante inaudito procedimiento protestó O’Donnell diri­
dos á encerrarse en aquella plaza. Confiado en vuestro valor, giéndose á Cabrera, increpándolo por la violación que aquel
no dudé en atacarle. El mas feliz éxito ha coronado mis espe­ vituperable acto acusaba del convenio que había firmado con
ranzas: batida la facción, despues de ocho horas de combate, Van-Halen.
la habéis visto huir de vuestras bayonetas: vuestros compa­ lío ora el jefe carlista amigo de que le demostrasen que no
ñeros están libres y Lucena socorrida. llevaba razón, y por medio de sofísticas argucias intentó la
»Soldados: que esta victoria sea solo el preludio de otras defensa de un acto que no la tenia.
nuevas que pongan término á los males de estos reinos, re­ Contrariamente á las reclamaciones que al efecto había di­
duciendo á la impotencia á ese feroz y sanguinario enemigo. rigido al gobierno el general en jefe del ejército del Centro,
Testigo del valor y disciplina con que os habéis conducido, no operaba en aquel territorio una brigada de cuatro batallones
duda en aseguraros que le seguiréis vuestro general,—Leopol­ de la que disponía con entera independencia el Capitan general
do 0'Donnell.)) de Castilla la Nueva. Y sabedor Cabrera de que aquella fuer­
Libertada que fue Lucena, dirigióse O’Donnell con el grueso za se aproximaba á su punto favorito de Cañete, determinó
de sus fuerzas por Castellón á Valencia, y apenas alejado de caer sobre ella, á cuyo efecto requirió batallones y escuadrones
la plaza, cuyo sitio acababa de hacer levantar, destacó Cabre­ del bajo Aragon. La brigada liberal, ignorante de la presencia
ra á Beltran en observación de la fortaleza que tanto había del enemigo en número superior, vióse sorprendida y se atrin-
codiciado conservar. Llangostcra por su parte invadía las co­ . cheró en el pueblo de Carboneras, que defendió valerosamente
marcas de Aragon, ínterin Borendoli se encargaba de saquear su comandante don Santiago Pérez, despreciando las ofertas
las de Valencia y Arévalo extendía sus excursiones de Chelva de capitulación, hasta que, reducida ia población á cenizas,
á Albacete. tuvo que aceptar las condiciones de Cabrera, á quien costó
En la prevision de que el adversario que tenia dolante, y al • trescientos hombres su victoria sobre los liberales, los que en
que había afectado no temer, emprendiese contra él opera­ número de dos mil infantes y ciento cincuenta caballos todos
ciones serias, tomó Cabrera el camino de Cantavieja para pro­ ellos prisioneros constituyeron el trofeo de los carlistas.
veerse de artillería y acudir con ella á ia defensa de Cañete, Informado del desastre, determinó O’Donnell tomar de él
á Al pu ente, Collado y demás puntos que tanto le importaba inmediata revancha, disponiendo al efecto operaciones encami­
conservar como base de sus operaciones contra Castilla, y no nadas á apoderarse de los puntos fortificados de Chelva, Co­
contento con estas precauciones, dispuso las fortificaciones de llado y Regis, poseídos por Cabrera, con lo que quedarían
nix, Mora, Castelfavit, Torre de Castro, Villarluengo, Culla cortadas sus comunicaciones entre las provincias de Cuenca
y Aroz. y de Valencia; pero el sagaz jefe del Maestrazgo eludió el pe­
Por su parte, el general en jefe del ejército del Centro, juz­ ligro que le amenazaba, internándose presurosamente en la
gando que 'Tales, poseído por los carlistas, era ima posición parte montañosa de la provincia de Castellón.
do importancia estratégica, púsose en marcha afines de julio, Para ambos contendientes iniciábase en aquellos dias una
determinado á ponerle sitio, á cuyo efecto llevó consigo las situación enteramente nueva. Casi al mismo tiempo súpose
divisiones de Azpiroz y de Hoyos, con la correspondiente ar­ la noticia del convenio de Vergara, y que Espartero, con el
tillería. Llegado que fué á vista de la plaza, operó O’Donnell, grueso del ejército del Norte, se disponía á bajar á Aragon.
como experto hombre de guerra, un reconocimiento personal Como no podia menos de suceder, hecho de tanta trascen­
de las posiciones del enemigo; y despnes de haber hecho dencia irritó, aunque sin desconcertarlo, al intrépido caudillo
practicar por los ingenieros los trabajos necesarios para la ; de don Carlos.
colocación de las baterías de sitio, quedaron estas estableci­ Es fama que, al enterarse del suceso, apoderóse de Cabrera
das el 11 del siguiente mes de agosto. un despecho que rayaba en furor. Reunió inmediatamente á
Vigilante y atrevido, Cabrera atacó á los sitiadores, á los . los jefes de sus divisiones y brigadas, á los que dirigió la si­
que no logró, sin embargo, desalojar, viéndose al contrario guiente plática :
rechazado con no poca pérdida. La posesión del pueblo quedo «El mejor servicio del Rey y mis particulares sentimientos
por las armas de la Reina; pero los carlistas, dueños todavía me obligan á exigir de Vds. que francamente me manifiesten
del fuerte, buscaron en él refugio, esperanzados, y no en vano, cuáles son los suyos, despues de lo que se llama convenio de
deque su atrevido jefe acudiria en su auxilio; expectativa Vergara, y que para nosotros los leales no merece otro nom­
que no debia quedar fallida, pues, en efecto, la audacia de bre que el de traición. Mis intenciones se reducen á emplear
Cabrera llegó hasta atacar de nuevo las posiciones do O’Don­ todos los medios imaginables para conseguir el triunfo de
nell; audacia que tuvo que pagar cara, pues nuevamente nuestra causa y proteger al país que tantos sacrificios ha he­
vióse obligado á ceder el campo á su contrario, teniendo que cho y hace para sostenernos, sacándolo do las garras de la
devorar la mortificación de que, casi á su presencia, se rin­ revolución. Yo miro con horror el increíble suceso; me parece
diese el castillo, cuya posesión había puesto tanto empeño en un sueño todavía y no quiero hacer reflexiones que me quita­
disputarle. Justamente ufano do su nueva victoria sobre el rían la tranquilidad de ánimo, tan necesaria en estos momen­
temido adalid del Maestrazgo, dirigió O’Donnell á sus solda­ tos. Lejos de desalentarme, Dios mo inspira el mayor entusias­
dos la siguiente orden del dia: mo. Batiremos á O’Donnell,
300 H IS T O R IA DE ESPAÑA

—»Sí, mi general, exclamaron todos, lo batiremos. el coronel Cayucla, honrado y consecuente liberal, nuestro
—»Ilion, sonoros, repuso Cabrera conmovido. Chulilla y compañero de emigración despues de la catástrofe de 1823.
Carboneras acaban do llenar do prisioneros y do fusiles nues­
tros depósitos; el enemigo no so muevo después de la acción C A PÍTU LO II
de. Talés; si ataca nuestra fortaleza, le costará cara la empre­ Descomposición del oampo carlista
sa; ol invierno se acerca. Yo tongo mis planes y necesito saber
si Vds. están dispuestos á secundarme; al que quiera abando­ Jefatura del general Maroto.—Discordias y luchas.—Antecedentes de los
nar estas lilas le daré pasaporte para donde lo elija; prefiero fusilamientos de Estella.—Consecuencias.—Planes y operaciones de
esto á que el contagio do Navarra llegue hasta nosotros ; pero Espartero.—Acciones en Navarra.—Zurhn.no.—Muñagorri.—Apuros
también advierto que si bay mal intencionados ó traidores de Maroto.—Quemas en Navarra.— Pronunciamiento en el campo
que aparentando fidelidad, introduzcan la discordia é indis­ carlista.
ciplina en el ejército, ála menor sospecha serán fusilados. Nos
bailamos, señores, en circunstancias extraordinarias y es pre­ El gran suceso que debía decidir la suerte debí doble causa
ciso apelar á medios extraordinarios. Seré inflexible y sirva que se lidiaba en el ensangrentado suelo español, entre la
do gobierno.» vieja, benigna, pero gastada sociedad de nuestros padres y
El grito unánime de «¡vivac! Key!» fud la respuesta dada á las generaciones nacidas y educadas al calor del espíritu mo­
esta enérgica alocución. derno, venia preparándose desde el fracaso de la grande ex­
ha junta carlista, que secundaba á Cabrera, dirigió también pedición carlista al interior do España; época que inició la
ima proclama á los pueblos, en la que comparaba á este al descomposición, al menos en las Provincias Vascongadas y en
Ciil ('ainpcador,'asignando á Maroto el papel del conde clon su ejército, elei gran partido que en el espacio escasamente
Julián; despues de lo cual concima la junta llamando á los de un cuarto de siglo, ha tenido poder bastante para promo­
pueblos á seguir la contienda sin desmayar. ver y alimontar tres guerras civiles, do larga y desastrosa
Al paroxismo do furor, que se apoderó de Cabrera en duración.
aquella circunstancia crítica, acompañaron desesperados es­ '.Rodo lo quo Cabrera adelantaba en las provincias del Este;
fuerzos de actividad. Sus lugartenientes multiplicaron sus su atrevido avance por los confines de la provincia de Cuenca
correrías por las provincias contiguas á su territorio. Fueron en dirección de Madrid, lo perdia el Pretendiente dentro de
frecuentes las sorpresas y numerosas las aprehensiones de ga­ sus dominios vascongados, en cuyo interior consumia sus
nados. La habitual severidad del jefe carlista degeneró en ac­ fuerzas en la imposibilidad de emprender con éxito operacio­
tos de crueldad de que sus propios partidarios eran víctimas, nes ofensivas en grande escala, y todavía so hallaba mas coar­
y á tanto extremo llegó la violencia de sus providencias que tado é inutilizado por la sorda, pero implacable division que
la misma exasperación comenzó á iniciar el desaliento, y el reinaba entre sus mismos partidarios; los que, como vahemos
vago, pero profundo sentimiento, que invocaba la paz y labra­ tenido ocasión de observar, formaban dos campos, mas ocu­
ba secretamente los ánimos. pados en dañarse el uno al otro, quo on fijar su atención en
[,a retirada de la Mancha del ejército de reserva antes de que la causa do la Reina sacaba un partido inmenso del anta­
que hubiese Narvaez acabado do limpiar la provincia de To­ gonismo y falta de unidad de miras ele sus contrarios.
ledo, entregó nuevamente la de Ciudad-Real á las incursiones Las operaciones militares se habían reducido en los prime­
de Palillos, cuyas correrías se extendían á Extremadura y ros meses del año á combates en las Encartaciones, sostenidos
parte de la Alcarria. Envalentonados, por no haber tropas de con bizarría é inteligencia por ol general Castañeda contra
la Reina mi suficiente número para contenerlos, bajaron délos Goni y Castor Andéehaga, jefe de la línea enemiga el primero
mentes de. 'I'olcdo y de Guadalupe, paseándose á mansalva* y de la provincia de Vizcaya el segundo.
por la provincia do'Albacete, la orilla derecha del Tajo y la La toma de Peñacerrada por Espartero, fué á la vez la se­
comarca de Oeaña. ñal de la superioridad militar del ejército del Norte, y de que
El ministro de la Guerra Alaix creyó poner remedio nom­ el partido intransigente y fanático perdiese el poder, que lie­
brando al general .Ral boa jefe militar de la Mancha, en cuyo mos visto arrancó de manos do Guergué el mando del ejército,
territorio ejerció esto un proconsulado, señalado por actos de que recibió Maroto para hacerse centro y cabeza de lo que
inaudita crueldad. Sus pormenores abundan en los periódicos podemos llamar el lado izquierdo del carlismo, no monos
y publicaciones de aquella época; pero su reproducción seria exasperado y ardiente contra el elemento tradicionalista y
innecesaria para calificarlos, bastando consignar el hecho des­ clerical hasta el fanatismo, que este lo estaba, para servirnos
nudo de que mujeres y niños de menor edad fueron condena­ de una frase empleada con predilección por sus corifeos, con­
dos al último suplicio por delitos de infidencia, todavía irías tra todos los que sabían leer y escribir.
imputables á la época que á las personas. Estallado quo hubo sin disfraz y sin miramiento, el dualis­
No eran necesarios semejantes rigores para que el estado mo entre Maroto y sus aliados y los consejeros inmediatos de
do la Mancha se modificase en ol sentido de la paz, toda vez don Carlos, intrigaban estos contra el general, ínterin este se
que los naturales efectos del gran suceso de Yorgara produje­ preparaba para la lucha, ganando partido en el ejército y la­
ron la presentación á indulto do la gran mayoría do los se­ brando séquito entre los poco inclinados á seguir las huellas
cuaces de Palillos y sn comparsa de guerrilleros merodea­ del intolerante fanatismo de los afiliados á la camarilla.
dores. El efecto mas inmediato de la contienda entre ambas par­
Otro tanto aconteció en Castilla la Vieja, donde uno tras cialidades, so significó por un fuego cruzado de acusaciones
otro, los cabecillas Hierros, Blancs, Rey, Escalera y Carrion se entre los apostólicos y los marot,istas, atribuyéndose unos á
acogieron al indulto á poco de desalojadas por los carlistas otros planes que representaban á don Carlos que conduci­
on armas las provincias Vascongadas. En Extremadura el rían á la ruina do su causa; acusaciones que el limitado en­
partidario Felipe, entretenido en merodear y en interceptar tendimiento de aquel principo nu era capaz de juzgar con
correos, era el único que permanecía en armas; y en las pro­ acierto, y entre las cuales flotaba su ánimo inquieto, á la par
vincias del Noroeste, mi las de Asturias y Galicia, aunque que tímido, sin atreverse á romper con ninguno de los dos
con mas lentitud, se fué verificando la pacificación bajo el partidos á los que no atinaba á conciliar, si bien en su inte­
mando del general don Laureano Sauz, sucesor de don .Jeróni­ rior estaba de corazón con los intransigentes, guardando, sin
mo Yaldés, quien, como en su lugar dejamos referido, había embargo, á sus contrarios los miramientos ele que no podia
pasado á Catal uña en reemplazo del baron de Moer. Los cabe­ prescindir, habiendo puesto en manos de los de la izquierda
cillas gallegos Ramos, Saturnino, el cura Alvarez, el Sonto el mando de su ejército.
do Kemusat y el Ebanista, fueron sucesivamente desapare­ El partido marotista, además de los generales y jefes de
ciendo, en términos que al finalizar el año no quedaban en cuerpo que el don Rafael había ganado, y de poder contar con
aquellos territorios partidas en armas. las simpatías de Villareal, do Elio, Gomez y demás caudillos
Lamentable fue por cierto que antes que desapareciese que, juntamente con el infanto don Sebastian, habían eaido en
aquella plaga, regase con su sangro generosa el suelo gallego desgracia al regreso de la grande expedición do Castilla, tenia
KD A D M O D K J U 'A JOÌ
noi’ aliados al celebro padre Cirilo, al jes ni ta Gil y á Ramirez grandemente para que los ministros se decidiesen á emplear­
Jio la Piscina. Los contrarios, cuyos jefes militares son ya co­ los servicios de Aviraneta, á efecto do acrecentar la maraña
nocidos do los lectores, se hallaban en plena posesión de la de intrigas y divisiones que trabajaba el campo em-inigo. En
s e rv id u m b re del Pretendiente, y eran dueños de su confianza, un anterior capítulo dejamos consignado lo poco acertado
ad e m á s de serlo del gobierno, puesto en manos del obispo que estuvo el gobierno en las disposiciones que acompañaron
de Leon y do Arias Tejoiro, quienes con el padre Lárraga rei­ la misión de Aviraneta. Coartó su inicial iva y su acción, suje­
naban en el ánimo de don Cárlos. tándolo á la dependencia del cónsul do Eayona, lo que jun­
Colocados en la situación, do la que bastan ád ar cabal idea tamente con las dificultades que á no pocas do las maniobras
las procedentes indicaciones, no se recataban los dos partidos, . del agente secreto opuso el cu art,el general do Espartero, oca­
dejándose llevar mas del odio que á unos contra otros anima­ sionaron que no fuera tan fecunda la inventiva ríe aquel in­
ba, que de la cautela y discreción de que ante todo necesitan fatigable y por demás exporto agente, que logró extender la
los que saben conspirar y están interesados en no propalar alarma, acrecentar la desconfianza entre los carlistas, cuyo
amenazas de recíproco exterminio. campo pobló de instrumentos á su devoción, habiendo sabido
.Semejante estado de cosas era de suyo sobrado manifiesto escoger entre los dos sexos agentes de los que sacó gran par­
para que fuese del todo ignorado en el cuartel general del tido, y si bien no para todo lo que se propuso, no dejó de
ejército de la Reina; y apercibíclose que hubo de ello el gene­ contribuir poderosamente á la final desorganización del
ral Espartero, concibió el sagaz pensamiento de sacar partirlo campo enemigo. Las intrigas y las artes de Aviraneta llega­
do sus anteriores relaciones con Maro to, su antiguo compa­ ron ele tal manera á aumentar la confusion entre los tíos
ñero do armas en el ejército del Perú. A este efecto envió bandos contrarios, que su rompimiento se hizo ya inevi­
.agentes secretos al campo carlista; aprovechó de los servicios table, y si no comenzó por parto do los secuaces de la cama­
de prisioneros que consideró aptos para secundar sus miras; rilla, corno aconsejaban á esta sus mas allegados, debióse ¡lia
y cuando ya juzgó bastante adelantada la disidencia que des­ timidez é irresolución de don Garlos, quien, sin atreverse á
garraba al bando enemigo, envió á su ayudante Paniagua al seguir á Maroto ni á separarlo, se entendía con sus enemigos
cuartel general (le Maroto, bajo pretexto de remover dificul­ y los favorecía secretamente.
tades relativas al canje de prisioneros, pero con el determi­ En aquellos mismos dias corrió el Pro!,endiente el riesgo
nado fin de sondear las disposiciones de su antiguo compa­ de haber caido en un atrevidísimo lazo, tendido]c por la in­
ñero. Cabalmente la oportuna iniciativa de Espartero coincidió fatigable inventiva de Aviraneta. Situado este en su observa­
cmi lo mas intrincado de la lucha intestina que en la region torio y taller de Bayona, llamó su atención el que don Cárlos
de la corte y séquito ríe clon Carlos se agitaba entre Maroto, residiese largas temporadas en Azeoitia, punto vecino al mar,
representado por su auditor Avi zaga y los ministros de don léjos de su ejército y tan solamente acompañado de una dé­
Cárlos .sostenedores del partido contrario. bil escolta. Concibió el agente secreto el audaz proyecto de
Aunque la misión de Paniagua no condujo á una franca in- apoderarse de la persona del Pretendiente. Al efecto dispuso
ieligoncia entre Espartero y Maroto, supo el primero utilizar con arte su trama, valiéndose de personas residentes en Az-
rail éxito los preliminares de inteligencia de que Paniagua coitia, y principalmente de un sargento de Chapelgorris, lla­
Pabia sido portador, valiéndose posteriormente de un inter­ mado Elorrio; el que, conocedor del terreno, y llevando
mediario muy á propósito pava ser el conducto de comunica­ consigo mozos de los caseríos inmediatos, disfrazados de car­
ciones confidenciales entre los dos generales, sin excitar sos­ listas, se prometia caer sobro Azeoitia sin ser vistos ni senti­
pechas destructoras de los propósitos de ambos. dos, debiéndoles bastar meclia hora para efectuar la prisión
Fue este intermediario un industrial del país, que habitual- de don Cárlos y de su hijo, que llevarían consigo á Zumaya,
rnento se ocupaba en llevar y traer géneros de un campo á embarcándolos cu el vapor inglés que al efecto los esperaba.
otro. Martin Echaide, conocido bajo el nombre del arriero de Fundaba Elorrio el éxito de su audaz tentativa en que solo
llcgoña, fue el principal confidente de quien se valió Esparte­ custodiaban á don Cárlos en Azeoitia treinta cadetes y solda­
ro para entenderse con Maroto, misión que el no lerdo cam­ dos distinguidos y algunos guardias de corps, dispersos en
pesino desempeñó con sagacidad y sin despertar sospechas de los caseríos inmediatos. Proponíase además, amenazando con
nadie. la muerto al preso, si diera la menor voz, imposibilitar toda
Aunque aquellas primeras negociaciones no condujeron á alarma, que produjera resistencia; y para colmo de maquia­
mi resultado definitivo, toda vez que tuvo muchas altas y ba­ velismo, había dispuesto Aviraneta que los captores dejasen
jas la serie de tratos y comunicaciones mas ó menos directos desparramadas en el país proclamas, de las que aparecía sor
y do los que llegaron á tener conocimiento agentes de los go­ Maroto el autor del rapto, en calidad de presidente de una fe­
biernos de Francia é Inglaterra, sirvieron, sin embargo, pai'a deración forai de las tres provincias, por la que era’destronado
inspirar á Maroto la esperanza de que, si llegaba á romper con don Carlos y se le internaba en Francia. El diabólico plan,
d"U Cárlos, le quedaba abierta la puerta para una transacción aunque aprobado por el gobierno, por Jáuregui y por el co­
quo cncontravia sosten y apoyo en gran parte del ejército y modoro inglés, no lo fué por Espartero, y quedó reducido á
tmnbien en el país, cansado de la guerra, cuyas cargas lo te­ mero proyecto.
nían abrumado. Aunque, como dejamos observado, no habia llegado á efec­
El principal apoyo militar del partido de la camarilla se tuarse un abierto rompimiento entre los dos bandos del car­
fundaba en la adhesion de los navarros á los generales Gar­ lismo, tenían uno y otro tan adelantado su propósito de
c í a . Guorgué y Sauz, á quienes no cesaban los clericales romper, que Maroto, con intento de que don Cárlos se deci­
do impulsar á que levantasen la bandera de un pronuncia­ diese en su favor, viendo que el ejército estaba de su parte,
miento abierto contra Maroto y los jefes que se le. habían propúsole que pasase una revista en los campos de Azeoitia.
unido y á los que acusaban de liberalismo. Pero García y En vísperas de que esta se efectuase, dispuso repent,inamente
Guorgué, si bien resueltos á obrar, llegado que fuese el mo­ don Cárlos trasladar su corte á Oñate, determinación que
mento decisivo, vacilaban en cuanto á tomar la iniciativa do juzgó Maroto haber sido tomada en el interés do sus contra­
una sublevación contra el general, que ostensiblemente poscia rios. Exasperáronse con este motivo los marotistas, y exigie­
la confianza del monarca, que ambos bandos reconocían é ron de su jefe que se dejase de contemplaciones, declarase á
invocaban. don Cárlos la voluntad del ejército y pusiese fin á la prepon­
Por aquel tiempo fue cuando el ministro Pita Pizarro deci­ derancia de la camarilla. Pero el generili en jefe, que tan ar­
dió á sus compañeros de gabinete á aceptar los servicios de bitrario y resuelto no debia tardili- en mostrarse, vaciló y
don Eugenio Aviraneta, consumado maestro en el arte de las quiso consultar á los jefes, álos que reunió en consejo y cuyo
conspiraciones, según es ya notorio á nuestros lectores. Aquel parecer, que fuó el de contemporizar, se halló dispuesto á
infatigable agente de combinaciones de índole revoluciona­ seguir.
ria, pero que sabia adaptar al servicio de contrarias ideas é i Vino á hacer diversion á aquella crisis el haber recibido
intereses, había logrado que sus planes fuesen escuchados ! Maroto el permiso conque ya no contaba, para que la revista
por personas allegadas á la Reina gobernadora y esta influyó . tuviese efecto. Dispúsose esta en el camino real de Mondra-
302 UI S T O M A DB ICSPANA

goií á Vergara y asistieron á ella, en compañía de don Carlos, á ser preso, se disfrazó de clérigo y trató de salir de Estolla;
sus ministros, que eran el alma del partido contrario á pero conocido por un centinela, fué detenido y enviado al
.Mamto. castillo del Puig por orden de Maroto. Envió este seguida­
Terminado que fue el acto de la revista, presentóse el ge­ mente á llamar á Carmona, quien tuvo la sencillez de presen­
neral al besamanos do ordenanza y, seguii refiero el bien ente­ tarse, poniéndose así voluntariamente en manos del que lo
rado autor de la II ¡doria de la guerra civil, dirigió á don había amenazado con la muerte. Enviólo Maroto á hacer com­
(Virios las palabras siguientes: pañía á los demás presos, y esquivando, aunque inútilmente
--«Señor, yo no creo que V. M. querrá fusilarme. (pues la contrajo toda ante la historia) la responsabilidad de
—Hombre, no,- contestóle--,y ;pov qué dices eso? decidir por sí solo de la suerte de sus rivales, reunió un con­
—Señor, por<iue V. M. me pone en el caso do tener que sejo de jefes marotistas, cuya mayoría opinó por el fusila­
mandar fusilar á una ó dos docenas de personas, y en la pre­ miento inmediato do los presos, fundándose en que, si no se
cision cíe; tener que venir luego ante su real presencia, para ■hacia así, don Carlos los baria poner en libertad y que ellos
q u e malicie hacer lo misino conmigo. serian los fusiladores. El guante estaba odiado entre girondi­
_ No, no, sosiégate y ten confianza en mí como yo debo ; nos y m o n t a g n a r d s , con la diferencia de que en Estolla los
tenerla en tí. Todas son intrigas de la revolución que yo co- ! primeros iban á ser los sacrificadorcs.
nozeo mejor (pie tú: no hagas caso de chismes, que yo te ase- j No es de omitir entre las circunstancias de aquellos irregu­
gi mi sabré cortar las desavenencias y vive confiado; poro; lares y chocantes procedimientos, que el conde de Negri y el
asegúrame que yo debo estarlo de tí. general Silvestre opinasen en contra do la mayoría inmola­
I lesjiues ele. la revista, el ejército marchó á Tolosa. Allí afir­ dora.
man, eu sus respectivas memorias, Marcito y Arízaga, que el El auditor Arízaga pretendo cubrir su responsabilidad ale­
primero recibió noticias certeras de que García, Guorguóy los gando que no opinó por el fusilamiento sino despues que lo
conirarios iban á sublevarse. Ko es dudoso que tuvieran el formuló el consejo, cuyo acuerdo sancionó el poco escrupulo­
ánimo de hacerlo; pero no existen pruebas ni es verosímil que so auditor, cubriendo el asesinato con el manto de la justicia
so hubiesen resuelto á obrar, como por sir parte resolvió ba- militar.
cc-rlo desde aquel momento Maroc», mandando prenderá los Seguro Maroto de la obediencia de las tropas, cuyos jefes
oficiales de secretaría lliañez y don Florencio Sauz, medida eran los cómplices de su plan, escribió de su puño y letra, á
c(iie i g u a l m e n t e adoptó con el intendente Uriz, á quien en­ presencia del auditor Arízaga, la orden dirigida al goberna­
contró en el camino. Continuó Mavoto sn marcila á Estella, dor de Estella para la ejecución de sus mandatos de .muerto.
decidido á tomar la iniciativa del rompimiento, contando al Al ser intimado á los presos el firman que los condenaba á
electo con sobrados medios para ello, acompañado como se instantáneo suplicio, reclamaron el derecho do defensa que
hallaba por batallones mandados por jefes resueltos á no dar la ordenanza concede á todo militar. Pidieron también ver á
tregua á la lucha, en momentos y en circunstancias en las Mavoto, siéndoles todo denegado sin dejarlos otro recurso que
quo los contrarios no Labiali alzado bandera, ni tenían tro­ el de morir como cristianos. Las cinco víctimas, García, Sanz,
pas que oponerle. Guorguó, Carmona y Uriz murieron con valor y resignación.
Y tan seguro so hallaba Maroto de quo: no hallaría resisten­ El cadáver del último fué reclamado por la viuda de Santos
cia, toda vez quo no contaban con medios para oponórselalas Ladrón con quien debia Uriz casarse.
victimas á quienes se Labia propuesto sacrificar, que ordenó Apenas acababan de espirar los cinco jefes del bando corte­
al brigadier (.’armena, que era uno de los did partido contra­ sano, llegó á Estella, reducido á prisión, el oficial de secreta­
rio, que lo precediese á Estolla y anunciase á García, á Sauz ría Ibañez, á quien solo concedió Maroto dos horas de tiempo
y á Guorguó que iba á fusilarlos y que podían salirle al en­ para disponerse á bien morir. Al ser pasado por las armas
cuentro con las tropas con que contaban. Eesist.ia.se Carmona protestó aquel de su inocencia apostrofando al piquete que
á sor el portador de tan extraña advertencia; pero Mnroto le iba á darle muerte, q u e a q u e l l a s a r m a s , q u e h a b í a n i l u s t r a ­
amenazó con que seria fusilado en electo si no lo obedecía. d o c o n g l o r i a , se m a n c h a b a n c o m e tie n d o e l a t e n t a d o d e v o l ­
Barrió el mensajero de muerto con el fatídico anuncio, que v e r l a s c o n tr a s u r e y .
pareció Ian inverosímil ¡í los amenazados, que lo tomaron á Suerte igual á la que acababan de experimentar los seis
broma: y asomados á los balcones do casa de García vieron sorprendidos corifeos de la camarilla, habría experimentado
1lasará Manilo, que entraba en Estolla al frente délas tropas, el brigadier Balmaseda, detenido á la sazón en el castillo de
y, si liemos de dar crédito á los marotistas, no saludaron al Guevara, á cuyo gobernador despachó Maroto un ayudante
general, al que dicen lanzaron inequívocas demostraciones de recomendándole estrechara la prisión elei detenido; mandato
desprecio. Si semejante aserto tuvo algun fundamento, lo cual que llegó tarde, habiendo sido precedido por una carta de
no es verosímil, fie atribuir seriad la confianza que inspiraba don Carlos, en la que decía al gobernador: G a v i r i a , p o n d r á s
á los contrarios de. Marot.o la seguridad del apoyo de los mi- i n m e d i a t a m e n t e e n l i b e r l t t d á B a l m a s e d a 'p o r q u e «sí te lo
nistvos y del mismo Pretendiente; seguridad que debió hacer­ m a n d o y es l a v o l u n t a d d e t u r e y , Cáklos .
les mirar como ridicula amenaza el anuncio de su fusilamien­ Tardíamente, fuera de sazón, para cubrir el expediente y,
to, al tpie, como antes dejamos notado, no (pliso prestar asen­ para servirnos de la locución francesa, « b e n e ficio d e l a c a u s a ,
so (>1 mismo don Carlos. ó como pudo decir Maroto, p r o d o m o s u a , se formó un volu­
Grande empeño pusieron Maroto y Arízaga, en sus respec­ minoso sumario, en el que se hace constar cuanto convenía á
tivos libros apologéticos, en acreditar el hecho de que los los fraguadores de un hecho, cuyo ejemplo, á no ser entro sal­
generales á quienes estaban resueltos á fusilar tuviesen en el vajes, habría que ir á buscar en las cruentas escenas de las
dia (pie precedió á la catástrofe dispuestos batallones navar­ que Mario y Sil a hicieron teatro á Boma antigua.
ros, á cuyo frente iban á alzar bandera contra Maroto. No es Seguro de ser aplaudido por los suyos y de que no sufriría
dudoso (pie tuviesen trabajos hechos en la prevision de la contradicción por parto do sus contrarios, dió áluz Maroto en
lucha (pie parecía inevitable; poro es de todo punto inadmi­ Estella el is de febrero una orden del dia, alocución ó procla­
sible, como pretenden los autores interesados que acabamos ma, en la que. á vuelta de vagas generalidades y ampulosas
de citar, cpie Garcia y sus compañeros estuviesen en el mo­ afirmaciones, sin sentar ningún hecho concreto, ni anunciar la
mento de romper, como sobradamente lo demuestra la tran­ menor prueba.que justificase la inmolación de sus compañe­
quilidad con que permanecieron en Estel la despues de recibido ros de armas, se aplaudia á sí mismo é invocaba la aprobación
el mensaje amenazador, traídolos por Carmona, quedando del ejército y de los pueblos del reino de Navarra y de las
enteramente indefensos; poniéndose ellos mismos en manos provincias vascongadas, y en nombre de aquel y de estas se di­
de su enemigo, y no teniendo consigo un solo ayudante en el rigia al público, ínterin lo hacia á don Cárlos en términos tan
momento de ser presos. sumamente característicos del hombre y de la situación, que
For la noche del dia en que Mnroto entró en Estella, re­ perderían, analizándolos, y que al desnudo y sin comentarios
suelto al holocausto que iba á consumar á la siguiente ma­ entregarnos al juicio del sensato lector.
ñana, alarmado García por el rumor que ya corría de (pie iba Saciado que hubo su venganza en la que sin duda entró
KJ)AD MOT)KliXA 303

por lmstimt,o el miedo que le inspiraban los hombres á quie­ porque yo. señor, no vine á servirá V. .M. para buscar fortuna
nes acababa de precipitar en el sepulcro, llamó Maro to al co­ ni reputación; pero al presento no puedo ya verificarlo, con­
ronel don Joaquín Sacanell, muy adicto á la persona de don sagrada mi existencia- al bienestar y felicidad de los pueblos
Carlos y le encargó pusiese en las propias manos dol Preten­ y del ejército que pertenece á estas provincias; y por lo tanto,
diente una representación en la que dijo al portador iba libra­ ruego á V. M. de nuevo se proste á conceder lo (pie todos
da la- pérdida ó el triunfo de la causa carlista,. Púsose Saca­ desean y que tal vez facilitará el término de una guerra, que
nell en marcha y encontró á don Carlos al pié de la cuesta de inunda el suelo español de sangre, inocente, vertida al capri­
Descarga, llevando la dirección cío Villafranca. Acercóse á su cho y á la ferocidad de algunos ambiciosos.
'Rey, nos dice el señor Piróla, entregándole la carta de que era »Tengo detallado á V. M. repetidas ocasiones las personas
portador y repitiendo las mismas palabras que, al entregárse­ que por sus hechos han buscado la odiosidad general, y muy
la Maroto, había oido de los labios de este, listaba lloviendo, cerca do si tiene, las que merecen opinion, no solo entri' nos­
guardó don Carlos la carta en el bolsillo y mandó á Sacanell otros; llámelas V. M. á su lado pava la dirección y const jo en
que se uniese á la comitiva. Nada se sabia todavía en ella de todos los asuntos que pnrlicnlannenfe en el dia nos agitan
lo ocurrido en list,ella, sobre lo cual el enviado de Maroto ha­ y V. M. se convencerá de haber dado ol paso mas prudenti'y
bía guardado silencio. acortado.
Llegado que hubo la ambulante corte á un caserío cercano, »Sabe V. M. que tiene sepultados on rigorosas prisiones por
apeóse don Carlos, y sacándola de su bolsillo, entregóse á la años enteros ájeles beneméritos, que la emulación é la mas
lectura de la siguiente histórica y, podrá añadirse, humorísti­ negra intriga indudablemente pudo presentar à V. M. como
ca carta: criminales é traidores, bajo cuyo principio so formé una causa
«Señor: La indiferencia con cpie V. R. M. ha escuchado mis que la malicia tiene oscurecida, con admiración de la Europa
clamores por el bien do su justa causa, desdo que tuvo la entera, y V. M. debe conocer que hay un empeño singular
honra, de ponerme á sus R. P. en el reino do Portugal para de sostener el concepto que arrojé desile luego su real de­
defenderla, y mas particularmente desde mis agrias contesta­ creto que lo hicieron firmar y publicar despues de. su regreso
ciones con el general Moreno, oscureciendo ó despreciando mi á estas provincias; y V. M. no habrá olvidado cuanto sobre
particular servicio prestado en la batalla sostenida contra el esto particular tengo dicho al secretario don José Arias Toi-
rebelde Espartero sobre las alturas de Arrigorriaga, la que jeiro para venii' en conocimiento de quién es el autor do lauto
pudo y debió haber presentado el término de laguerra, pues­ corn proni iso.
to que el enemigo contaba solo por aquel entonces con el res­ »Yo debo salvar mi opinion y justificar mi comportamiento
to ele, muy pocas fuerzas, despues do que Bilbao hubiera su­ á la faz del inundo entero que me observa; y por lo tanto me
cumbido, encerrado en él todo su ejército con la division permitirá Y. M. que dé al público por medio de la imprenta
inglosa, amilanado y sin recursos para subsistir ocho días, esta mi reverente manifestación; así como sucesivamente
llorido su caudillo, y con la positiva confianza que yo tenia todo cuanto haga referencia á tales particulares.
do que un solo hombre no podia escaparse, y de consiguiente »Dios guarde la real persona de V. M. dilatados años para
la franca marcha de V. M. para Madrid, evitando con su ocu­ bien de sus vasallos.
pación los arroyos de sangre que lian corrido posteriormente, Cuartel general de. Estella 20 de febrero de 1.930.—Señor.—
me lia puesto en el duro caso, no de faltar á V. M., como ha­ AL. R. P. de V. M.—Su vasallo y general, Rafael Marni o.t>
brán procurado hacerlo creer mis enemigos personales, ó por El efecto que en don Carlos y en su comitiva produjo la
mejor decir, los de la causa de V. M., sí do adoptar algunas sorprendente noticia, suficientemente so colige por la res­
medidas que asegurarán el orden en lo sucesivo, la sumisión puesta que al dia siguiente daba el Pretendiente al golpe de
y disciplina militar y o] respeto que las demás clases y perso­ Estado de su jefe ele estado mayor; contestación formulada
nas deben tenerme por el preferente encargo á que he llegado por medio de la proclama circulada cují gran celeridad, decía
con honor y constantemente sirviendo con utilidad á mi pa­ el encabezamiento, á los pueblos y ejércitos que reconocieran
tria y á mi rey. su legítimo gobierno y sostuvieran la causa de la Iglesia y del
»Es el caso, señor, que lie mandado pasar por las armas á Estado.
los generales Guorgué, García, Sauz, al brigadier Carmona, al «Voluntarios; fieles vascongados y navarros.—El general
intendente U riz.y que estoy resuelto por la comprobación don Rafael Maroto, abusando del modo mas pérfido ó indig­
de un atentado sedicioso para hacer lo mismo con of,ros va­ no de la confianza y la bondad con que le liabia distinguido,
rios, quo procurate su captura sin miramiento á fueros ni á á, pesar do su anterior conducta, acaba de convertir las armas
distinciones, penetrado de que con tal medida se asegura el que le habia encargado para batir ¡i- los enemigos del trono y
triunfo de la causa que me comprometí á defender, no sien­ del altar, contrit vosotros mismos. Fascinando y engañando ir­
do solo do V. M. cuando so interesan millares de vivientes los pueblos con groseras calumnias, alarmando, excitando
que serian víctimas si se perdiera, sirviéndome en e.l dia para hasta con impresos sediciosos y llenos de falsedades, á la in­
el apoyo do mis resoluciones la voluntad general, tanto del subordinación y ;í la anarquía, ha- fusilado, sin proceder for­
ejército como de los pueblos, cansados ya de seguir la mar­ mación de causa-, á- generales cubiertos do gloria en osta lucha,
cila tortuosa y venal de cuantos han dirigido el timon do y de servicios y fidelidad acendrada, sumiendo mi paternal
esta nave venturosa cuando ya divisa el puerto de su sal­ corazón en la amargura. Para lograrlo ha supuesto que obra­
vación. ba con mi real aprobación; pues solo así podria haber encon­
»Sea alguna vez, mi rey y señor, que la voz de un vasallo trado entre vosotros quien lo obedeciese; ni lit ha obtenido, ni
fiel hiera el corazón de V. M. para ceder á la razón y escu­ la- ha solicitado, ni jamás la concederé para arbitrariedades y
charla, aun cuando no sea mas que porque conviene; seguro, crímenes. Conocéis mis principios, sabéis mis incesantes des­
como dehe estarlo, de que el resultado lo patentizará el en­ velos por vuestro bienestar y por acelerar el término de los
gaño y particulares miras de cuantos hasta el dia han podido males (pie nos afligen. Maroto ha hollado el respeto debido á
aconsejarle. mi soberanía y los mas sagrados deberes para sacrificar ale­
»En manos de Y. M. está, señor, la medida mas noble, mas vosamente á- los que oponen un dique insuperable á lit revo­
sencilla y mas infalible para conciliario todo. No desconoce lución usurpadora, para exponeros á ser vici imasdi·l enemigo
Vuestra Majestad el gormen de discordia que se abriga- y sos­ y do sus tramas. Separado ya- del ruando del ejercito, lo de­
tiene por personajes en ese cuartel real; mándeles V. M. mar­ claro traidor, como á- cualquiera quo despues de esta declara­
char inmediatamente para Francia, y la paz, la armonía y el ción, á que quiero se dé la mayor publicidad, lo auxilie ú
contento reinará en todos sus vasallos; de lo contrario, señor, obedezca: los jefes y autoridades do todas clases, cualquiera
y cuando las pasiones llegan á tocar á su término de acalora­ de vosotros, está autorizado para tratarle como tal si no se
miento, los acontecimientos se multiplican y se enlazan las presenta inmediatamente á responder ante la ley. He dictado
desgracias, que siempre dehe estimarse como tal la precision las medidas que las circunstancias exigen para fruMrar este
do proceder contra la vida do sus semejantes. nuevo esfuerzo de la revolución, que abatida, impotente, pró­
»Resuelto he estado para retirarme al lado do mis hijos, xima á sucumbir, solo cu él podria librar su c.spei’anza: para
T o m o VI •jo
i I I I KT OKI A I»I-: KS J ' ANA

ej«;eiitarias cin.:iil.(i non mi herói«;«« cj«*reit«.i y <;<>u la. Icallad do su marcha contra los deseos del monarca? Contestóle Maroto
mis amadas pueblos; bien seguro ile r|Ue ui uno solo do vos­ quo lo movia el anhelo de que se lo levantase la infame nota
otros al oir mi voz, al saber mi voluntad, so mostrará indigno que contra él lanzaba el manifiesto, y que además exigia fue­
de oste suelo, de I n ju s ta y sagrada rausa quo defendemos, «lo sen confinadas á un castillo las personas cuya separación de
las tilas ¡i que nie glorío de. marchar el primero para salvarci l:t corte tenia pedida á don Carlos.
trono, con el auxilio do l)ios, do todos sus enemigos, ó pere­ En vano trató Urbiztomlo de hacer «Insistir á Maroto de su
cer, si preciso fuese, entre vosotros. propósito, y convencido do que serian inútiles todos los es­
»Kcal de Vergara ‘¿I de febrero de lK'.i'.!.—CÁltl.os.» fuerzos para detener su marcha, dio parte desde Alegría, con
(Jomo ¡il pasar el Rubicon, que franqueó jMarofo el dia en fecha «.lei 2'A, al ministro de la Guerra, délo crítico de la situa­
que si; resolvió al cruento acto de listel 1.a, liabia contado con ción, anunciando que se replegaba en dirección del cuartel
la connivencia y ayudado los generales, jefes de brigada y de real.
cuerpo adictos á su persona y partícipes de su plan, logró en Interin así obraba el eomisionailo règio, Maroto se hacia
gran parlo impedir la eireulaeioii de la proclama, que en va­ proceder ante don Carlos por sus enviados el conde de Negri,
rios puntos lité recogida por sus partidarios. Reunido que «.■I general Silvestre y el coronel Izarbe, encargados do expo­
hubo las tropas y puesto á su frente, el audaz caudillo mandó ner los poderosos motivos que lo habían obligado á los terri­
leer en alfa voz el decreto que lo declaraba traidor, y lo ponia bles actos de Estella; al mismo tiempo que tranquilizasen
fuera do la ley. Al terminar la lectura, exclamó Ala-roto on á S. Al. respecto al profundo acatamiento del generili y de
aliti voz dirigiéndose. ¡í los soldados; si qui. ■me Uvcis, yo soy su ejército á la sagrada persona de don Carlos. Lo quo de la­
ese homhrt; (¡na. xa os 'Manila osasinur: haced Union y aula avo bios del cuitado príncipe oyeron los comisionados, los puso
da rosalros Lo qaa mejor os parezca; á it a din qu iero arnrpro- en el caso de asegurar ¡i Maroto, al darle cuenta de su misión,
iiiclar ni aniso que lila as personal; franco /main cl carovita. que á todo se avenia el antes irritado principo, con talque el
(.’omo antes de ser puesto en «•scena el drama liabia sido general aplacase su enojo contra los de la camarilla.
bien ensayado, los .jefes de los cuerpos, «à cuy«') influjo daba De la disposición de ánimo en que se hallaba el Pretendien­
ereeimieiilo de valor i-J «leseo de paz, sobradamente generali­ te y do la indolii «le su carácter, da mas que suficiente idea
zado ya en las provincias, respondieron con aclamaciones á la lo que en sus Memoriali refiere el general Urbiztondo acerca
brevi-, per«» estudiada avenga del general. Los portadores del de la conversación que con el príncipe tuvo al darlo cuenta
mani liest o «le don Carlos, testigos «le aqiiollacKociia, partieron del «losompeño de su comisión. Lamentábase amargamente
con encargo de Mando «le anunciar al 1’rolendiento «pióse «Ion Cárlos del ultrajo que su autoridad liabia recibido de re­
pmiia en marcila para, contestar personalmente á los cargos sultas de la conducta observada por Maroto, y mas afligido,
«leí manifiesto. J,a batidla, estaba riada y la victoria liabia sido si cabe, se mostraba de la injusticia con que se perseguia al
completa por parto de Maroto, antes de llegar á avistarse con obispo de Leon y á sus amigos. Observando Urbiztondo que
don I'¡irlos, toda vez «pie le seguía la gran mayoría de los ‘ba­ lo que mas preocupaba á don Cárlos era el peligro que á es­
tallones, entro los cuides, corno igualmente en «d país, la per­ tos amenazaba, tomó sobre si, para tranquilizar al príncipe, el
somi «1«; «Ion ('.Virios y su corte habían caído en cimas comple­ asegurarle que él respondía de que Maroto no fusilaría á los
to despivstigio. que don Cárlos miraba- con tanta predilección, siempre que
Engreídos con el exito del atrevido paso dado en Estolla, y este consintiese en expulsarlos á Francia. Dando muestras de
ebrios, por decirlo asi, con la sangre do los corifeos del bando contento aceptó don Cárlos el compromiso, y se mostraba dis­
enemigo, era general entre los jetes, oficiales y tropa, que se­ puesto á «pie se pusiese por obra, cuando presentóse de
guían á Maroto el clamor do ir ¡1 la corle y limpiarla ilo los nuevo en el cuartel real el conde de Negri, portador de la-
aliados y cómplices de los generales que acababan de ser fu- lista de los proscritos, compuesta «le las personas siguientes:
siliulos. El obispo de Leon.—General don José Mazarrasa.—General
l’ero hi sorpresa, la indignación, la rabia que on clon Carlos don Francisco Vivaneo.—General don Basilio Antonio García.
y en su camarilla produjo la sorprendente nueva «le la heca­ -Coronel don Antonio Jesus Serradilla.—Coronel don Fabian
tombe de Est,ella,, obraron en el ánimo de aquellos cortesa­ «le las Herrerías.—Don José Lamas Pardo.—Don José Arias
nos, aut.i'sipie el temor paralizase, su ardiente deseo de vengar Teijeiro.—Don Luis Antonio Orellana.—Don Diego Miguel
el lieelm al.ro/., «pie miraban como una negra traición. (farcia.—Don Antonio «Suarez.—Don Pedro Alcántara Díaz de
El primer impulso de la corle, ya lo hemos visto, filó de Labandero.—General don JosédeUranga.—Fray Ignacio Lar-
resistir, de op«>ner la fuerza á la fuerza, esperanzados en que raga.—Don Celestino Martinez do Celis.— Don José María
el ejército y el país obedecerían á la, en su concepto, venera­ Aguillo.—Don Juan José Lasuen.—Don Lorenzo Solana.—
da voz del ofendido monarca. Pero no tardaron en apercibirse Don José Teijeiro.—Don Ramon Pecondon.—Don Roque Fer­
de que apenas tenían soldados de los que celiar mano, y ¡mu­ nandez.— Doña Jacinta «Soñanes de Velasco. — Don Pedro
que el duque di) (frailada, ministro «le la (hierra, ordenó al Mongo.
genenil Urbiztoiido «pie se «quisiese á la entrada de Maroto Según asegura el bien enterado ¡nitor de la Historia de la
en Tolosa, á cuyo eJbel.n el obispo de Leon, primer ministro, (¡narra, civil, Ariznga y ll uguct de San Silvain fueron los que
ordenaba á los I«Teios del país vascongado «pie se posteseli formaron la relación puesta en manos do don Cárlos, escrita
sobre, las anuas, lio eran sufietentes. pronto lo conocieron, «lo letra y puño del primero y copiada por el secretario de
aquellos arranques de facticia energía, para oponerse ála nu­ campaña de Maroto don (Venceslao de Castro.
merosa fuerza organizada que comincia Maroto; tardía, pero La lista de proscripción comprendía también las siguientes
triste rellexion, quo bastó para motivar que so diesen á Ur- personas que lograron ponerse en salvo;
biztondo instrucciones reservadas, autorizándole á tratar y A Don José Alvarez Arias.—Don Nicanor Labandero.—Don
reducir á la obediencia al rebelde. Juan Echavarría.—Don José Ochoa de Olza.—Don Juan José
Requerido el generili pronunciado á efecto de que detuviese Aguirre.—Don Teodoro Gelos.—Don Florencio Sanz.—Don
su marcha, se negó terminantemente sí ello, declarando á Ur- Juan Manuel Balmaseda —El auditor Pereda.—Don Antonio
bizlondo ser su irrevocable propósito continuar su camino y Nuira.—Don Ramon Alio.—El cura deAyegui.—Don Joaquin
llegar aquella misma noche, al cuartel real. En vista de la te­ Cadenas.—Don Juan Piño!.
naz resolución de Maroto, y atento al espíritu de las instruc­ El general Urbiztondo, el coronel don Leandro Eguía y el
ciones que le prescribían evitar un eontlieto armado, hizo teniente coronel don Ridaci Enuisquin, fueron los encargados
Urbizt,ondo retirarlas tropas que lo acompañaban, sustitu­ «le conducir á los desterrados á la frontera, custodiados por
yendo al arriesgado, cuanto inútil medio do apelará las armas una compañía alavesa.
en la situación en que se hallaba colocado, el de abrir nego­ Cuando Ariznga-, Huguet y Negri llegaron al cuartel real
ciaciones amistosas con su compañero do armas. En virtud de con las listas confeccionadas, todos los comprendidos en ellas
la misión que don Carlos lo liabia conferido, pregimi ó Prbiz- habían huido, dejando á don Cárlos solo con sus criados. En­
fonilo al que con el título de jefe de estado mayor ora dueño contráronlo resignado y paciente Arizaga y los comisionados
del ejército, ¿qué se proponía, qué objeto llevaba continuando de Maroto, y prestóse el príncipe sin la menor dificultad á
E DA D MO DK UN A 30ñ

quo cl prim''VO redactase un oficio ó manifiesto en cd quo ! ñeros, fueron llamados de nuevo al servicio y anulados los
aquel declaraba que, constantemente animado por los princi­ procesos incoados contra ellos. El mismo dia en que se publi­
pios de justicia y rectitud que había procurado caracterizasen caron los decretos á que acabamos de hacer referencia, verifi­
todos los actos de su soberanía, no había podido dejar de ser cóse la presentación tic Maroto ¡í don Carlos, quien nada dijo
ultamente sorprendido, cuando con nuevos antecedentes ■// á su jóle de estado mayor sobre los sucesos do Estolla y ac­
leales informes lo habían convencido de que Macuto había tos posteriores. Inmediatamente despues de la visita montó
obrado en la plenitud de sus atribuciones y guiado por los don Cárlos á caballo y se dirigió á Tolosa á pasar revista al
sentimientos de amor y fidelidad que ten ia, tun acreditados ejercito, que lo recibió silencioso, contrastando aquella indi­
en favor de su justa causa; que se hallaba penetrado de que ferencia con las ruidosas aclamaciones de que fue objeto Ma­
siniestras miras fundadas en equivocados conceptos, cuando roto al dirigirse aquella tarde á Valmasecla.
no hubiesen nacido de u n a crim inal malicia, si pudieron El nuevo ministerio, inspirado por Maroto, ó instrumento
ofrecer á su regia confianza hechos exagerados y traducidos suyo, á la manera, aunque no por los mismos medios, que el
con nociva intención, no clebia permitir corriera por mas gabinete Arrazola-Alaix lo habia sido de Espartero, admitió
tiempo sin la reparación debida al honor mancillado de dicho en su seno, en clase de consultor, al padre Cirilo Alameda,
general ; por lo que aprobando las providencias que habia gran cortesano cid dios Exito y que en su larga y accidenta­
adoptado, quería continuase, como antes, á la cabeza de su da carrera jamás so equivocó sobre do qué parle estarían los
valiente ejército, esperando de su acendrada lealtad y patrio­ vencedores.
tismo que, si bien habia podido resentirse de mía declaración Creyó Maroto deber acabar do saborear su triunfo dando al
ofensiva, esta debia terminar con la seguridad de haber reco­ ejército y al país vascongado una larga proclama con preten­
brado el general su real gracia y revindicado su reputación siones de manifiesto, á la voz expositivo y apologético ele lo
injuriada: declaraba asimismo don Carlos que queria que se que acababa de hacer. No estuvo felizmente inspirado al es­
recogiesen y quemasen todos los ejemplares del manifiesto cribirla, y si su conducta no debiese descansar en otros fun­
publicado y que en su lugar se imprimiese y circulase aquella damentos que los expuestos en su alocución, no tendrían dis­
su expresa soberana voluntad, dándose por orden en la gene­ culpa ni agarradero los defensores de aquel general, quien
ral del ejército, y leyéndose por tres dias consecutivos al fren­ insultó á los vencidos, infamando á sus víctimas, al mismo
te de los batallones. La real orden que acabamos de resumir tiempo que tiene la vanagloria ele decir que habia asegurado
filé dirigida á Maroto desde Villafranca en 24 de febrero por para siempre el triunfo de la causa carlista.
don Luis García Puente, secretario de don Carlos, que ol bole­ No podia menos, el caudillo de las tropas de la boina, de
tín oficial de aquel mismo dia nombraba provisionalmente tratar de aprovecharse de sucesos que tan propicios debían
para el despacho de Guerra, al mismo tiempo que el de Estado ser para la. causa cuya defensa lo estaba confiada.
quedaba á cargo do don Paulino Kamircz de la Piscina. Entre los diferentes planos de campaña, que se creyó cu el
El mismo boletín del cuartel real, que inserta estos docu­ caso de poder adoptar, dió la preferencia al de dirigir las
mentos, encomiaba el feliz desenlace de acontecimientos que operaciones sobre la derecha de la línea enemiga, con ánimo
afirmaba haber sido recibidos por los pueblos con un entusias­ de oponer una decisiva barrera á los progresos que en direc­
mo y un júbilo del que jamás se habia visto ejemplo. ción do las montañas doSantandcv y do Asturias podían hacer
Aunque la historia sèriamente escrita debe ser sobria de los carlistas, sobre los que era muy difícil obtener ventajas
reflexiones de parte de sus autores, incumbe á estos el deber de consideración cillas provincias Vascongadas y en Navarra.
moral do caracterizar los hechos de los que se desprendo una En su consecuencia sometió Espartero su plan al gobierno,
enseñanza de la que fuera culpable privar á la posteridad. por el que le fué otorgada carta blanca para que obrase si­
Los representantes de las dos ramas do la casa de Bovbon. guiendo los impulsos de su propio criterio.
cuyos disputados derechos han ensangrentado tan frecuente­ Según este, y toda vez quo el ejército no era bastante nu­
mente nuestro suelo desde principios del presento siglo, se meroso para intentar, como habría sido lo mas decisivo, la
han encontrado, á corto intervalo unos de otros, en la análo­ ocupación militar del territorio y tie los puntos fuertes en
ga situación de ser compclidos por la fuerza á sancionar lo posesión del enemigo, resolvió Espartero adoptar un sistema
que era contrario á su volimi ad y á su derecho, liemos visto continuado de devastación ó de razzias dolas comarcas ocu­
á. María Cristina el din 13 de agosto de lS'3(í cohibida en el padas por los carlistas y colindantes con nuestras líneas, ata­
palacio do San Ildefonso, sucumbir á las groseras exigencias ques dirigidos á destruir las cosechas y á apoderarse ele los
de una soldadesca desenfrenada, y presente deben timer nues­ ganados con lo que, además de privar de recursos á aque­
tros lectores la dignidad, la firmeza y la noble resignación con llos, se acrecentarían los deseos de paz que era ya sabido
que, cubierta su responsabilidad por la opinion de sus minis­ abrigaban los pueblos, cansados del peso y de las vejaciones
tros y el parecer do los embajadores do los dos gabinetes sus de la guerra.
aliados, suscribió á lo que ya no tenia remedio, toda voz que Dió principio á sus operaciones el ejército al comenzar el
su persona y la de su hija se hallaban en poder de los suble­ mes de abril, dirigiéndose á los puntos fortificados de Barria­
vados, les y de Gu ardum ino, situados en la antes indicada dirección
Muy diferente fué en el real de Villafranca la actitud de de la derecha de la línea enemiga, empresa para la que opo­
don Gárlos, cediendo por -puro miedo á la imperiosa voluntad nían muy serias dificultades la naturaleza del terreno y la
do un general que acababa de mancharse con una serie do elevada posición de los fuertes, de que se queria apoderar.
crímenes inexcusables; y como si lo menguado que aparece Era indispensable que Espartero llevase artillería de sitio,
el carácter del Pretendiente en una circunstancia en la que cuyo trasporte requeria arduos trabajos del cuerpo de zapa­
un príncipe, que no hubiese dado á conocer su absoluta nuli­ dores, toda vez que no siendo posible hacer pasar los trenes
dad en los seis años que llevaba de mando, y muy principal­ por la carretera de. Soba, habia que llevar las piezas por la
mente en la expedición que capitaneó á Castilla, habría podi­ Peña del Moro y la del Mazo, terreno que necesitaba, al mis­
do levantar tan alto su nombradla ante la historia, debiese mo tiempo que de bastante mano de obra, proteger por me­
ser frasmisiblo con su sangre en la persona de sus lujos, la dio de las armas los trabajos de los ingenieros y zapadores,
conducta del conde de Momcmolin y de su hermano en San preliminar al que oponían obstáculos no fáciles de vencer, las
Cárlos do la liápita, acabaria de poner de manifiesto cuán in­ posiciones ocupadas por los carlistas, cuyos fuegos perturba­
feriores han sido á la alta misión de resi auratiores de la. mo­ rían las operaciones de sitio.
narquía tradicional, los príncipes que tan palpables pruebas A fin de ampararlas, el general O’Donnell, jefe de E. M. del
han dado de carecer de las condiciones propias do la empresa ejército, movió las fuerzas necesarias por la parte de la Peña
de restaurar dinastía, la mas difícil do dar realizada, con éxito del Moro, al mismo tiempo que el general Castañeda operaba
duradero según la historia lo tiene acreditado. análogo movimiento en dirección del Mazo; ínterin el general
Como consecuencia natural del cambio do situación, los ge­ en jefe, con una brigada de cazadores, se situó en reserva so­
néralos que habían sido encausados por el partido caído, en bre ei camino de Nestosa á Ramales.
cuyo caso se bailaban Gomez, Elio, Zariátogui y sus enmpa- Vivísimo fué el combate que tuvieron que sostener las tro-
Il I « T O It I A OK K S T A N A

p:is pvoteotnras do las obras do sitio. T.l terrei to intermedio tativos trabajaron sin descanso, y el 7 dispuso Espartero que
entro la línea do at.a(|UO y la do defensa ora cortado, lleno do viniesen de Nestosa piezas de grueso calibre.
1larram-os y |in:ci|>icios, y ran coni inno el fuego del cañón Kl dia H, y despreciando el nutrido fuego del enemigo, so
e n e m i g o desde los fuertes, que retardaba necesariamente el construyeron dos nuevas baterías de brecha, cuyos disparos
avanci- de nuestras tropas, lo (pie obligó ¡VKspavtevo á poner incendiaron el pueblo de llámales, y continuaron dirigiendo
nuevas piezas en batería, cuyos incesantes disparos durante sus certeros tiros contra el tambor y casas fuertes situadas á
s ie i e lloras consecutivas hicieron callar los fuegos de los ca­ ambos costados de la población.
nones de los fuertes. Aprovechando el desconcierto del enemigo, avanzaron las
|-;i resto ile la operación de aquel dia, opio lo era el del compañías de cazadores, alas que siguieron algunos batallones
cumpleaños de la Ueina gobernadora, fuó mirado como un y el cuartel genera], alojándose todos en la población. En los
triunfo por los defensores de esta, con cuyo motivo dirigió dos siguientes dias los fuegos fueron dirigidos contra Guarda-
Ksparlero á sus soldados la siguiente ¡mimada orden del (lia: mino, aumentando las penalidades del sitio la continuación
(■Soldados: llegó el dia en (pie vuestro general en jefe, des­ del temporal de aguas, y los fuegos del enemigo, que retarda­
pués de allanados parto d<-. los obstáculos puestos por el co­ ban la aproximación de las baterías de. brecha. No obstante
barde enemigo, y de examinar personalmente ou todas direc­ tan multiplicados y serios obstáculos, no quiso Espartero re­
ciones el paso mas ventajoso para penetrar su línea, os tardar por mas tiempo el avance de sus columnas, á las que
proporcionase la gloria, de vencerla, listas rocas formidables opusieron los carlistas tenaz defensa. Acudió el general Cas­
donde los rebeldes encastillados se creimi seguros, han sido tañeda en ayuda de las fuerzas empeñadas, sin que su opor­
dominadas por vuestro valor y ellos lanzados con ignominia. tuna llegada paralizase el ardor de los carlistas que, rehechos,
Km is destiladeros donde esperaban fueseis sepultados, sin cargaron resueltamente sobro los agresores, hallándose la lid
mas ijiie desprender molos do piedra, han quedado expeditos, sumamente comprometida: cuando, siguiendo su inveterada
lisa cueva, inexpugnable, para soldados do otro templo, filé costumbre, el general en jefe, á la cabeza de su escolta, se pre­
«¡■•upada, ipiodiindo prisionera su guarnición y en nuestro cipitó cual rayo de guerra, arrebatando con su presencia al
poder la pieza do artillería que entilaba la carretera. Kn iin, enemigo toda la esperanza de poder resistir con éxito.
todo ha cedido hoy á vuestro heroísmo polcando desdo la Sangriento fue el encuentro, del que salieron heridos varios
mañana hasta la noche. Compañeros de glorias y peligros: ayudantes de Espartero, habiéndolo sido mortalmente el jefe
otros nuevos triunfos os aguardan; el país que pisamos es de su escolta, el coronel don José Urbina, condiscípulo y ami­
una serie de posiciones formidables y los nuevos obstáoujos go del que t iene en este momento el dolor de conmemorar su
descubiertos son el escudo do vuestros débiles adversarios, gloriosa muerte.
'fodo lo venceremos hasta completar su ignominia. K1 cum­ Merced á tanto esfuerzo y á la participación que en la últi­
pleaños de la augusta Heina gobernadora lo habéis vuelto á ma faz de la contienda tomó el jefe de K. M. don Leopoldo
señalar c-on la victoria. A esta so seguirán otras no monos bri­ O’Donnell y la division de hi guardia real, que, conveniente-
llantes, y hi patria y la Kolm premiarán tan heroicos esfuer­ monte situada, observaba á Maroto, que permaneció sin aban­
zos y tan nobles saerilieios, siendo eterno el reconocimiento y donar su posición del vallo de Carranza; quedó circunvalado
el amor que os profesa vuestro general, 7¿Vy»r/i·ir.i·o.» todo el fuerte de Guardammo. Sobre el terreno conquistado
lira el mas ardiente desco del genomi en jefe atraer á Ma­ ordenó Espartero que en la noche del 11 se construyesen nue­
ro!,o ¡i batalla (-.¡impili que no aceptó el último mailten ¡endose vas baterías de brecha, pero al amanecer del siguiente dia re­
al abrigo de tas posiciones, en las que no podia ser buscado cibía la siguiente comunicación de Maroto, que este fechaba
sino emi desventaja paraci agresor. Mas no logrando Espur- del campo d d honor y en la que decia: «Si dispone Y. que se
t ero traer á s i i cimi ravin ¡i- medir sus armas fuera del amparo suspendan las hostilidades contra el fuerte do llámales y dc-ja
de sus destiladeros y resuello aquel á llevar á término su salir en dase de prisioneros á sus defensores, mandaré su eva­
propósito de hao-i-M- dueño de los dos puntos fortificados á cuación, y remitiré ¡il punto que Y. señale un número igual de
cuyo freníe. se hallaba, el g7 reconcentraba sus fuerzas dando los que tenemos en nuestros depósitos. Hago á Y. esta proposi­
\ ista ¡i. I.’amales y ¡i. Cunrdamiun. l ’n temporal deshecho in- ción, deseando que la contienda relativa al referido punto se
l.emimpiii los trabajos de los ingenieros. La continuación del concluya sin mas costa de sangre española.;»
mal tiempo y lo difícil de establecer con seguridad las bate­ La contestación del general Espartero fue la siguiente: «Pol­
rías de Inveha en terreno tan accidentado y que domimi el los sentimientos do humanidad de que estoy animado, propu­
fuego de los fuertes, no pudo menos de retardar las opera­ se ayer al gobernador del fuerte de Guardammo que lo rin­
ciones de sil io. diese bajo las condiciones que V. me indica en su oficio, que
l-n accidente imprevisto produjo el i." de mayo una nove­ acabo do recibir. Por los mismos sentimientos estoy aun
dad favorable ¡ibis armas do la I.’eina. lieventaron onci fuerte pronto á mandar cesar las hostilidades contra dicho fuerte,
de (íinirdamino unos malos cañones de hierro, cuya explo­ siempre que mande V. la órden para que se entregue prisio­
sion derrumbó parle de las defensas y causó la muerte de no nera su guarnición, la que será preferida para el canje en el
..... os artilleros, de cuyas resultas quedó la plaza en detesta­ momento on que se. realice, el de igual número de los pertene­
bles condiciones: peligro que obligó ¡i Maroto á enviar re­ cientes á esto ejército que se hallan en poder de Y. Espero
fuerzos ¡i (¡itardainino. Además y pani levantin- el ánimo de, que la órden la mandará V. sin pérdida de momento para evi­
sus soldados, dirigióles el siguiente dia tf una estudiada or­ tili- la efusión do sangre, que en otro caso seria irremediable.»
den del dia en la que ponía en las nubes á su poco menos A esta comunicación contestó Maroto, en el mismo dia, en
que cautivo líey, al que represent alia como altamente satis­ estos términos:
fecho <lel heroísmo de sus voluntarios, á los «pie le autorizaba «Es adjunta la órden que Y. on su oficio de esto día exige
á premiar con larga mano, pero anadia el general que seria pava que se entregue prisionera de guerra la guarnición ilei
en extremo severo con los que por cobardía rehuyesen los fuerte de Guardammo, y convengo en todo lo demás que me
peligros. manifiesta; pero una voz que hay tan poca diferencia éntrelo
Kl dia :¡ todavía coni innaba el fuerte temporal, cuando por que V. quiere y lo que yo propongo, quisiera merecerle se sir­
algunos pasudos del campo enemigo se recibieron las prime­ viese permitir el que desde luego la expresada guarnición
ras noticias de las ventajas ohf enidas en Navarra por Diego viniese á mi campo, seguro, como lo debe estar, de que- mi
Leon, que acababa de apoderarse del fuerte artillado de Helas- promesa es sagrada y que seré puntual en remitir igual n ú ­
eoain. mero sin pérdida de momento, y en el que entrarán, sia Y. le
A despecho del rigor de la esfaeion, cuya inclemencia se­ acomodase. los prisioneros que se hallan en mi poder, proce­
gnia. la eoust ancia de Espartero y la résignai-ion do nuestros dentes de estos clias.»
ingenieros y zapadores continuaba sin descanso los trabajos No obstante lo terminante de estas comunicaciones, el go­
do sitio. Construíanse faginas y cestones y hacíanse trabajos bernador do Guardammo no se contentó con su exhibición y
que la naturaleza del terreno dificultaba ácada paso. Todavía exigió que comprobase la autenticidad de la orden de Maroto
el dia tt. no obstanto lo fuerte d<-l aguacero, los cuerpos facul­ la presencia de un ayudante do esto general, lo cual habiendo
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tenido lugar en efecto, quedó cl fuerte e<m su artillería, mu­ de Navarra y, tanta era su vigilancia, que casi logró hacer
niciones, víveres y pertrechos en poder de las armas de la que cesase el espionaje de que tanto partido sacaba el enemi­
Reina. La guarnición dejó los fusiles en pabellones, y, según lo go. A medida que crocia en la opinion la fama do Zurbano, su
estipulado, marchó á su campo, juramentada á no tomar de acrecentaba la fuerza de quo disponía, lo que, lamiéndolo en
nuevo las armas en la contienda, ínterin no fuesen canjeados. situación do rendir mayores servicios, acabó por hacerlo el
Los resultados de la brillante campaña que sobre la izquier­ favorito de los caudillos del partitio progresista y muy parti­
da de su línea acababa de efectuar Espartero, hizo temer á cularmente de Espartero, quien supo discernir las «lotes mili­
su contrario que la posesión por el vencedor de los puntos tares que incuestionablemente poscia ol antiguo partidario,
que acababa de conquistar le facilitasen un ataque de flanco i En los «lias «pie el ejercito operaba sobre Ramales y Guar­
y se resolvió á evacuar ol valle de Carranza, teniendo al efecto dammo, el ex-üsoribano Muñagorri, cuyas tentili ivas para al-
que abandonar el fuerte de Molinai y la fundición establecida ¡ zar su bandera do paz y fueros no tuvieron el éxito que
por los carlistas en Gnriczo. Competido á resignarse á estas j lisonjeó al gobierno, expectativa de que también participó la
pérdidas, quiso Maroto consolar á los suyos y consolarse á sí diplomacia inglesa, logró el 11) tie mayo, á la cabeza tie los se-
mismo consignando en una pomposa alocución que la defen­ I cuacos que le habian seguido á territorio francés, sorprender
sa de Ramales y Guardammo Labia rayado en heroísmo, cali­ el fuerte de L.'vdax, en el que hizo prisioneros al coronel don
ficación á la que quiso dar realce el mismo don Carlos, revis­ Ciriaco Gil Caballero, al teniente coronel don Ignacio do Ivi-
tando y agasajando á los soldados procedentes de Guarda­ barron, cinco oficiales y veinte y tantos soldados; extraño su ­
mmo. ceso que tlió lugar al singularísimo convelliti, cuyo texto debe
Évidentemente Maroto, que para sostener su posición y la historia á la diligenciado! señor Tirala; documento que por
justificar su anterior conducta necesitaba de victorias que no su originalidad merece ser trascrito en la nota al pié (1).
lo era dado obtener, procuraba galvanizar, por medio de ex­ Pero los progresos de Muñagorri necesitaban el apoyo de
terioridades y de apariencias, la debilidad de la causa que ha­ Espartero, que nunca quiso reconocer otra bandera que la de
bía anunciado liaría triunfar. la Reina, y que sin negar á Muñagorri el derecho de hacer
Tan evidente era cuánto esta causa iba perdiendo de su guerra á los carlistas, solo podia prestarle apoyo como súbdi­
antiguo auge, que por aquellos dias aumentáronse considera­ to, pero no como aliado del gobierno.
blemente las deserciones del campo carlista al de Espartero; Desesperanzado Muñagorri de obtener protección de Espar­
síntoma cuya gravedad tanto interés debió tener Maroto en tero, presentóse de nuevo en Madrid y propuso al gobierno la
neutralizar, que al efecto se valió de todos los medios capaces formación de una brigada corn]mesta tic cuatro batallones de
de influir sobre la opinion para infundir confianza á sus par­ pasados carlistas, que, unidos á cuatro ilei ejercito, podrían
tidarios. Tero se acercaba el momento en que la derrota del operar una muy útil diversion en favor do la causa nacional
carlismo Labia do ser definitiva y no contribuían poco á ello sacando partido de la enseña de paz y fueros, aun cuando es­
los manejos y artes de Áviranctu, situado en Bayona, desde tos debieran modificarse. Alas por aquel tiempo los hechos
donde multiplicaba sus intrigas en el campo enemigo. que habian de producir ol convenio de Vengara so presentaban
Maltratado en el oeste do su línea, pensó Maroto en preca­ do manera que no era ya necesario el auxilio tic Muñagorri.
verse contra eventuales contratiempos por la parte ele Na­ La situación que los sucesos y sus propios hechos habian
varra, donde envió al general Elio, hijo del país y hombre creado para Maroto, puede decirse, empleando una vulgar
cuyas bollas prendas eran generalmente apreciadas; pero La­ pero significativa frase, quo se le venia encima. Batido en su
bia decaído en el país la confianza y el entusiasmo que este­ ala izquierda y también en Navarra, sin poder tomar la ofen­
rilizaron los esfuerzos de Alina para atraerá sus compatricios siva y teniendo que acudir á muchos puntos con fuerzas in­
á las banderas de la libertad y cabalmente la decadencia del feriores, no encontró otro medio de hacer frente á sus perple­
espíritu carlista senda útilmente al afamado valor del gene­ jidades que el de solicitar de don Oárlos la reunion do una
ral Diego Leon, á cuyo mando Labia confiado Espartero las ju n ta de generales á fin de acordar en ella lo mas conve­
operaciones del reino de Navarra y de la ribera del libro. Eran niente acerca del estado de la guerra y el interés de la causa.
dueños los carlistas do Belascoain, cuyas defensas habían au­ Accedió el príncipe á la propuesta de su general y fueron
mentado, dotando su fuerte de suficiente número do piezas convocados en Zornoza, el infinite don Sebastian, el conde do
de artillería. Pero oportunamente provisto también de ellas Oasa Eguía, Villareal, cl director de artillería, Silvestre, Zariá-
el jefe liberal emprendió el sitio en toda regla, precediendo tegui, Latorre y Urbiztondo. Ante ellos expuso Maroto el es­
al establecimiento de baterías do brecha el ataque del pueblo, tado de fuerzas disponibles para operaciones, las que. cubier­
cuya toma á viva fuerza y por asalto señaló el denuedo de tas las lineas y posiciones estratégicas, apenas excedían de
Diego Leon con actos de un arrojo personal que rayaron en ocho mil hombres; y reconocida que fue por todos la inferiori­
Jo fabuloso, habiendo dado el inaudito ejemplo de penetrar á dad numérica en que se encontraba el ejército para provocar,
caballo por la tronera de una batería. Tomado ya el pueblo, n iann aceptar combates que pudiesen ser evitados, tomóse el
la rendición del fuerte se obtuvo como inevitable consecuen­ acuerdo de no comprometer encuentros decisivos, limitán­
cia. Sucesivos y brillantes triunfos que autorizaron al glo­ dose á aprovechar las ocasiones que se ofreciesen de dañar al
rioso moginter equitum á dirigir á sus soldados, con fecha enemigo, plan de campaña que en último resultatio venia á
1." de mayo, una felicitación ofreciéndoles los premios que reducirse á no oponer otra defensa que la que permitiesen la
habian merecido, y entre los que el gobierno y la opinion
defirieron á Leon el do conde de Belascoain. A la toma defi­ ( 1 ) C o n v e n i o e n t r e o l c o r o n e l c o m a n d a n t e g e n e r a l « le l a f r o n t e r a d o
nitiva de aquel fuerte siguió el rudo combate de Arroniz, en E s p a ñ a e l g o b e r n a d o r d e U r d a s , c o m a n d a n t e y o f i c i a l e s d o l u n d é c i m o
el que durante cinco horas de muy empeñada pelea, la suerte b a t a l l ó n d e N a v a r r a d e u n a p a r t o y d o n J o s é A n t o n i o J l u i í a g o r r i j e f e
favoreció las amias de la Reina, no obstante el arrojo y bizar­ s u p e r i o r d e l a b a n d e r a d e p a z y f u e r o s d e l a o t r a e n l a f o r m a s i g u i e n t e :
ría que mostraron los carlistas y las acortadas disposiciones 1. " S e d e c la ra q u e e l fu e rte s e h a lla o c u p a d o h o y p o r la e x p re sa d a
b a n d e r a d e p a z y fu e ro s , q u e e s e l te r c e r p a r tid o fo rm a d o c o n o l o b je to
de Elio, jefe de mas mérito qne fortuna. Cubrióse en aquella d e « p i e s e r e ú n a n á é l l o s d o s p a r t i d o s b e l i g e r a n t e s y q u e s e h a l l a n e n l a
jom ada de gloria el general clon Manuel de la Concha, quien, c l a s e d e p r i s i o n e r o s d e g u e r r a c u é l ' e l e x p r e s a d o s e ñ o r c o r o n e l , e l g o b e r ­
atacado por tres batallones cuando solo disponía ele tres com­ n a d o r d o U r d a x , c i n c o o f i c i a l e s y v e i n t i ú n i n d i v i d u o s d e l a c l a s e d e
pañías, supo electrizarlas en términos de hacer retroceder las t r o p a .
superiores fuerzas que sobre él cargaban. 2. a Q u e ta n to d ic h o s e ñ o r c o r o n e l c o m o e l g o b e r n a d o r , o fic ia le s y s o l­
Durante la campaña de is:}9 había, por decirlo así, comple­ d a d o s h a y a n d e q u e d a r l i b r e s b a j o l a c a l i d a d « le « p í o i g u a l n i n n e r ò d e
tado sus títulos á la celebridad don Martin Zurbano, cuyos g e n t e d e i g u a l e s g r a d u a c i o n e s p e r t e n e c i e n t e s ¡í l a e x p r e s a d a b a n d e r a « lo
antcccdeiU.es son conocidos de los lectores. Su incansable ac­ p a z y f u e r o s c u a n d o s e a c o g i d a p r i s i o n e r a , h a y a d e q u e d a r i g u a l m e n t e
lib re p a r a v e n irs e á d o n d e m a s c o n v e n g a .
tividad, la fecundidad de su estratagema, sus frecuentes sor­ 3. a Q u o c l fu e rte se d e s o c u p a rá p o r la g e n te d e la e x p re s a d a b a n d e ra
presas, multiplicaron los hechos de armas de los que casi y q u e d a r á c o m o a n t e s p a r a l o s c a r l i s t a s , s u s p e n d i e n d o l a s h o s t i l i d a d e s
siempre salió victorioso. Extendía sus correrías por todo el d e u n a y o t r a p a r t e h a s t a t a n t o q u e s o v e r i f i q u e . — E n e l f u e r t e d e
territorio situado desde la Rioja alavesa ií la Ribera y reino ¡ O l a b n r n a d e U r d a s á 1 ! ) d e m a y o d o 1 8 3 ! ) . — S i g u e n l a s f i r m a s .
¿O S II I S T O H I A )K KSI’AÑA

naturaleza di i tern-no y lus eiroiinslaneias. Quedó ul mismo Asoladas quo fueron las antedichas comarcas, tuvo aquel
tiempo resuello e) aliandone do Valmasoda, y dirigir ¡i los general que resignarse á extender la plaga de las duras provi­
pueblos aloeiieiones que tendiesen á reanimar su espíritu y dencias ele que era ejecutor, á los territorios de la Solana, de
el de los volimi arios. Sesma, de Lodosa y ele Mcmlavia, al mismo tiempo que enco­
l’or su parto el general Espartero adoptó las medidas con- mendaba al general Bayona que otro tanto hiciese en el ter­
due.enies á asegurar la conservación del territorio conquis­ ritorio do Buroz.
tado en la izquierda de su línea, ¡I mantener sus comunicacio­ La desastrosa campaña que tuvo por objeto los incendios
nes con Miranda y Logroño,al mismo tiempo (pie adelantaba do Navarra, trae á la memoria el recuerdo bíblico de Sansón
an ofensiva sobre Orduña y Amurrio. Interin Maroto perma­ incendiándolos campos de los filisteos y del general Sherman
necía estacionado en Llodio, Espartero so hacia dueño el 24 de preparando la ruina do los separatistas de los Estados-Unidos,
maye del p r im e ro de dichos importantes puntos, al que siguió devastando los ricos territorios del Sur.
la o c u p a c ió n del segundo ó sea de Amurrio en 1.“ de junio; Para consumar la ruina délos asolados campos de Navarra,
operaciones que eonsolidarou la posesión del territorio de destináronse cuatro columnas á las órdenes de los generales
Vaimaseda y su comarca. Concha., Bayona, Gaston y Castro, los que hubieron de soste­
Ksi rochado Maroto por las acertadas operaciones del ejér- ner incesantes combates con las fuerzas al mando de Elio, en­
eilo de la Ib nía, trató de hacerse fuerte en la ventajosa posi­ tro las que y las de Diego Leon, trabóse un duelo á muerte
ción de Areta, en la (pie esperó poder detener los progresos durante toda la época de la recolección.
desii enemigo, inútiles eran, sin embargo, los esfuerzos del El 8 de agosto promovióse en el campo carlista un movi­
caudillo de don darlos para (pie los suyos agradeciesen el miento cuyas consecuencias debían dejarse sentir en las filas
celo ipu-desplegaba en el sostenimiento de una causa cuya enemigas, mucho despues de apaciguada la gran novedad,
ruina se precipitaba ¡i pasos de gigante. Por su campo cor­ ocasiouada por la sublevación del ó." batallón navarro al grito
ri:ni excitaciones impresas dirigidas ¡i desacreditarlo. «No de viva d Jtey, muera Muralo y los traidores. Los batallo­
creáis, deria una de ellas, los rumores que circulan do que nes 11." y 12." de Navarra se unieron á los pronunciados. Atri­
vienen cincuenta mil frau ceses en nuestro auxilio; eso es un buyóse á causas distintas aquella insurrección, y sin duda al­
engaño de Maroto, que no tiene otro objeto que el de ador­ guna fueron do distinto origen los móviles que la impulsaron,
meceros en una engañosa seguridad para ganar tiempo en el aunque todos ellos coincidieron á darle la gravedad que real­
que consumar su crimen. Maroto se halla abandonado por mente tuvo. La levadura do los odios, natural consecuencia
las poi encías del Norte, y el gobierno francés prepara la es­ do los fusilamientos de Estella, tuvo en la explosion una par­
cuadra liara bloquear vuestros puertos.» te á que no fueron ajenas las maniobras y trabajos de los li­
Otro de aquellos libelos decía: berales en el interior del campo carlista; manejos que, por
«Ynlimlariosde (Jarlos V y pueblos vasco-navarros: El hom­ distintos conductos, pero á un mismo fin, impulsaba Espar­
bre de maldieion, el impío Maroto, lia consumado su obra do tero, por medio de las inteligencias que había logrado estable­
iniquidad; ha vendido á los oristinos el ejército, el pueblo cer entre los enemigos, al mismo tiempo que desdo su obser­
y vuestros venerandos fueros, y á los ingleses vuestro rey, vatorio de Bayona la activa sagacidad de Aviraneta atizaba
prometiéndoles entregárselo en San Sebastian. Una feliz ca­ el fuego. No se libertó don Carlos de (pie también se le atri­
sualidad ha revelado el detestable proyecto. Se lia intercepta­ buyese que veia con predilección el movimiento, ya que no lo
do en l«’rancia la correspondencia do Maroto y en ella se ha hubiese impulsado; y para completar el catálogo de las uni­
hecho el espantoso descubrimiento de la sacrilega venta que versales sospechas que á todos los partidos alcanzaron, hasta
hace el miserable de su patria y de su rey.» llegó á creerse que Goffi, Mad razo de Escalera, Zariátcgui y
A amnenl,-ir los efectos de tales síntomas do desorganiza­ otaos jefes, conocidamente adictos de Maroto, tuvieron parti­
ción emit rilada» las proclamas de Espartero, que anunciaban cipación en la trama.
frecuentes deserciones do los castellanos quo acudían á sus Ostensiblemente mostraron adherirse á ella don Basilio,
lilas v proferían olerías de favorable acogida á los que les imi­ Aguirre y el presbítero Echavarría, quien dió á luz una pro­
tasen. expectativa que corroboraba el hecho de que el regi­ clama en la que declaraba que so hacia traición á la causa
miento de Liicliana estaba en su mayor parto compuesto de carlista, y que desde los sucesos de Estolla no quedaba á los
i lesevi oves carlistas. leales otra bandera que la de Dios y d liey.
A electo de distraer sus ocios y do calmar sus inquietudes, El general Elio, en el territorio de cuyo mando se represen­
acopló don (Vivios la propuesta do Maroto de pasar una revis­ taba la abigarrada escena, se veia perplejo y declaraba que
ta ií su ejército, á cuyo electo se puso en marcha cl IS do jimio tanto el atacar á los sublevados á viva fuerza, como el dejar
desde Durango, acompañado por su esposa, su hijo, el infante de hacerlo, ora igualmente desastroso para la causa carlista.
don Sebastian, el ministro do la Guerra y sus ayudantes. Per­ Colocado entredós partidos que ostensiblemente lo aclaman
noctó en Araiieundinga y al dia siguiente halló reunidos los y aparentan reverenciarlo, el atribulado don Carlos, turbado
balalloiiox en Archi y en Orozco. Bcspondicmlo á las aclama­ y perplejo, no podia prescindir de sostener, manifiestamente
ciones de que filé objeto, prodigó don Carlos elogios á sus al menos, á Maroto, en cuyas manos t iene depositada su prin­
soldados, y, seguii su cosi,umbre, les hizo esperar la victoria cipal fuerza. Beolama vivamente el último que el Bey se pre­
á condición de que perseverasen líeles á su causa. sente al ejército y haga entrar en obediencia á los sublevados.
Interin Espartero fortificaba la izquierda do su línea, re- Adopta don Cárlos el partido de mandar á Echavarría, que
cienfemente eomniistada, el general don Diego Leon proseguía los pronunciados se presenten en Lumbilla á recibir órdenes;
en Navarra la ingrata tarea do incendiar las mioses de los poro desconfiados ó temerosos no obedecen, y mantienen su
eampos situados en territorio enemigo. En obedecimiento de actitud hostil, colocando á su Bey en la apurada situación de
las acerbas órdenes, de cuya ejecución estaba encargado, se no saber qué partido tomar, pues aunque en secreto ama á
apoderó ó destruyó las cosechas pendientes en los pueblos de los pronunciados, no puede declararse por ellos sin exponerse
Alio, Dicastillo y Arellano; sucesos que dieron ocasión á fre­ á acabar do perder su causa; desea que triunfen, pero ante
cuentes combates, en los que so perdieron muchas vidas y se todo conoce que sn interés está en conciliarios.
consumó la ruina de infinitos inocentes labradores. Maroto que también temo y no sabe con quién podrá con­
Agraváronse aquellos rigores con severos bandos contra la tar, llegado el caso de tenor que pelear, teniendo á Espartero
introducción de víveres y clivi os de comercio enei territorio en frente, se humilla hasta el extremo de escribir á Echavar-
carlista. Durante rodo el mes do julio continuó el inexorable ría, corifeo do la sublevación, manifestándole la sorpresa que
sistema de incendiar las nnVses sin que el celo y buena vo­ le causa de que él sea quien dé el golpe mortal A la causa de
luntad de Klio, jefe de las fuerzas navarras, pudiese contener don Cárlos, sublevando el ó." batallón do Navarra, ó instán­
los desastrosos efectos de nn sistema que el mismo general dole á que desista de su empeño, en la inteligencia de que él,
encargado de extremar sus disposiciones, el nublo y humano Maroto, no tenia otros principios que los de Bey, religion y
don Diego Leen, ealilieaba. diciendo (pie ó los ivfelices habí- bienestar do las provincias, é invitando á Echavarría á una
(i.Ci i I cn su tu /es quedaba o ojos pava llo ra r. conferencia, lo recomendaba la union para resistir al común
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enemigo, añadiendo por ultimo quo cl y los que le segni au De semejante estado de cosas- no podia menos de tratar de
serán los culpables de las desgracias que sucediesen, si no aprovecharse, como en efecto lo hizo con éxito, el general Es­
hacia caso de aquella noble y franca invitación. partero. quien avanzó por Ochandiano hasta Villareal de
A esta comunicación dio Eehavarría la respuesta siguiente: Alava.
«Señor don Rafael Maroto.—Quien da el golpe mental á la Poco menos que abandonado Maroto por los jefes, con quie­
causa del Roy, à la religion y á las provincias es usted; el trai­ nes habia creído contar para sus proyectos de transacción, y
dor, el asesino, el enemigo declarado del uno y de los otros. hostigado por todos lados, quiso, sacando fuerzas do flaqueza,
Hablen por nosotros los sucesos. ¿Quién fue el autor de los ostentar una seguridad do la que estaba bien lejano, dando á
asesinatos de .Estolla? ¿quién obligó al Rey, con el puñal en luz la siguiente orden del dia:
la garganta, á firmar el contra decreto? ¿quién ha vendido y «Voluntarios: se acerca un diado combate un el cual pro­
entregado á Ramales, Guardammo, Valmaseda, Orduña, Ur- baremos al mundo entero que los defensores de la legitimidad
quiola y Durango? ¿quién ha perseguido á muerte á todos los no concederán jamás el triunfo a los usurpadores. Si el aban­
fioles partidarios del Rey y do su causa? dono voluntario, que liemos hecho, do algunos puntos que no
».Jamás me uniré con traidores y asesinos como usted. Con me presentaban las ventajas que debo buscar para combatir
menos tropas y menos recursos hemos podido siempre con­ contra las fuerzas enemigas, les ha hecho creer que los teme­
trarestar al enemigo é impedirle que invada el país: ahora mos, cuando salgan de las posiciones que ocupan, si no retro­
lian atravesado en triunfo parajes donde hasta el último de­ ceden, hallarán la muerto que vuestros brazos deben darles
bía haber perecido. Pero ¿qué extraño es esto siendo público en recompensa do la conducta infame que observan, saquean­
y notorio, hace ya largo tiempo, que está usted vendido á do y quemando vuestros campos y aldeas. La campaña que
Espartero? han empezado con fuerzas tan desiguales es la mas bárbara
»Pero no crea el traidor Maroto que los batallones f>.° que puedo imaginarse; en Navarra, en la Solana, en Alava, á
y 12." sean los últimos que levanten el grito de «viva el Rey la parte de Vitoria, en Guevara y aldeas inmediatas lo que­
y muera Maroto;» no: esto ejemplo será seguido por todos man y lo saquean todo, sin que nada se libre do su rapiña; y
jos verdaderos carlistas, y en especial por Lodos los denoda­ veis al i-ebclde Espartero destruir á Amurrio, Orduña y Ar-
dos navarros: sus obras lo demostrarán así.—Es de usted ciniega, todo cuanto puede satisfacer su inhumanidad y su
atento, Ju,an Eclatai n·ía. —Santistéban 2(3 de agosto do 1K3!).» barbarie. En vano algunos intrigantes esparcen rumores do
Era tanto mas embarazosa la situación de Maroto, cuanto transacción, pues jamás puede haberla entre dos partidos cu­
quo' Espartero, que conservaba relaciones secretas con el yos principios son tan opuestos. Sea nuestra constante divisa
icio enemigo, le instaba para suscribir el convenio que había el Rey y la Religion. Es necesario triunfar ó morir.
de poner fin á la guerra; pero no se creia el último todavía »Cuartel general de Orozco, 23 de julio fie 1S35).—Vuestro
bastante dueño de su ejército para que lo siguiese y esto le general, L'ajael Maroto.»
hacia vacilar. Flotaba Maroto entre diferentes soluciones sin
acabar do decidirse por ninguna do ellas, falto de seguridad CAPÍTULO III
do pollerías llevar á cabo con resultados estables. Había pen­
sado en la abdicación de don Carlos en su presunto herede­ El convenio de Vergara
ro; mas luego llegó á desconfiar de este y desistió de seme­ A p e r tu r a d e la c a m p a ñ a d e l N o r te .— A v a n u e d e E s p a r te r o .— C ris is in ­
jante idea. te r io r e n e l c a m p o c a r lis ta .— N e g o c ia c ió n e s e n tr e E s p a r tu r o y M a ro to .
l’ara mayor complicación de la descomposición que traba­ — Q u ie ro M a r o to in te r e s a r á d o n C a rlo s e n la s n e g o c ia c io n e s d u p a z .—
jaba el campo carlista, baste saber que se dio crédito, proba­ l l u p t u r a f ie M a r o to o o n d o n G a rlo s .— P r e lim in a r e s d e l c o n v e n io .—
blemente infundado, á haber surgido un tercer partido que C o n v e n io d e V e rg a ra .— P ro p o s ic io n e s d e la F r a n c ia y d e I n g la te rra .
trabajaba por que don Carlos juntase Cortes, levantando una
bandera- conciliadora. En el entre tanto los guipuzeoanos, su­ Interin el general de don Cárlos encubría bajo las aparien­
blevados en Andoain, niegan la obediencia á su jefe Vargas, cias de una confianza, de que tan lejos se hallaba, las ineor fi­
so declaran neutrales y toman el papel de conciliadores, diri­ dili nbres que asaltaban su atribulado espíritu, Espartero, que
giendo al efecto una exposición á don Sebastian en Ja que le ya veia claramente el camino quo debía conducirlo al suspi­
manifestaban que jamás se declararían, en rebelión ni toma­ rado término de la guerra en el Norte, se adelantaba por el
rían parte en los perniciosos movimientos que minaban la llano do Alava, operando de manera que flanqueaba las posi­
causa carlista.—Que no era justo que el ejército fuese juguete ciones del enemigo, obligándole á abandonar puntos estraté­
del espíritu de partido; que se lomaban medidas que demos­ gicos, como lo ora- el fuerte de Arroyaba. Inmediatamente
traban existia un antagonismo directo cutre el cuartel real y despues adelantóse á Villareal, de cuyo punto se hizo dueño,
el general en jefe, bajo cuyo supuesto Ja division guipuzcoana como igualmente del territorio que había formado la-segunda
se propone atajar males de- trascendencia; á cuyo electo debe línea del enemigo. El vigor de los movimientos de Espartero
manifest arse neutral. ínterin ambos cuart eles ent ablan rela­ revelaba su pensamiento de no dar tregua á Maroto, obligán­
ciones de amistad y dan testimonio de caminar acordes para dole á entrar do lleno en las comenzadas negociaciones, á las
el t ri un lo de la causa. Con clui an manifestando que no darían que convidaban las demostraciones que en favor de la paz se
entrada en la plaza á ningún individuo de los dos bandos y, manifestaban entre los voluntarios.
cosa singular, terminaban diciendo al infante que, con harto Para dar mayor estímulo en el país á este mismo espíritu,
dolor de los exponentos, también S. A. quedaba incluido en dió Espartero, el si de julio, en Amurrio un bando rigorosa­
dicha prohibición. mente prohibitivo de todo tráfico con el territorio enemigo,
En aquel estado de confusion y habiendo los pronunciados y, partiendo en seguida do Crbiná, atacaba y tomaba á ür-
sacudido el mando do Vargas, acoplaron el de lt.urbo, que qnioln, que evacuaba el conde do Negri, abandonando la
corrió di; Azpoitia á Andoain y so entendió con los subleva­ artillería y abundantes víveres y municiones.
dos, entro los que era tan chocante la diversidad de parece­ El. 22 de julio era el caudillo do la Reina dueño do Duran­
res, que á un mismo tiempo so oían gritos en favor de la paz. go, cuya posesión conmemoró publicando una elaborada
do Maroto, y don Carlos y sn cuartel real. orden del dia que trazaba la historia de su victoriosa campa­
La anarquía moral y el desbarajuste que en aquellos días ña; ostentaba la superioridad de elementos con que contaba
alcanzó á Cotias las fracciones que dividían el campo carlista, para el triunfo, y procuraba, disuadir á los contrarios de per­
llegó basta el extremo de qne la discordia so propagase aun severar en una lucha para ellos sin éxito posible.
entro los mas prudentes y avisados de los consejeros de don Continuó Espartero operando en dirección de. la llanada do
Carlos; pues corrió muy válido, y no dejaron de acreditarlo Alava, obligando con su marcila al enemigo á irlo cediendo
indicaciones verosímiles, que entre Montenegro, el arzobispo terreno. Maroto había escogido el pimío de Areta, como posi­
de Cuba fray Cirilo y Ramírez de la Piscina estallaron disi­ ción bastante fuerte, para haber opuesto en ella una poderosa
dencias que rompieron la inteligencia que entro ellos había resistencia al avance de su enemigo, pero viósc frustrado en
existido. su designio por los movimientos de Jos generales Castañeda
:¡ ! 0 U JSTOUI.A DJJ K SP A Ñ A

y Arcfliiiv.ilii, los inie. siguiendo Ins ordenes do Espartero, blicados; tan vehementes las sospechas del general contra los
amenazaban envol vor hi jmsicioii do Arcta, quo so apresuró. que rodeaban á don Garlos, no obstante que eran sus hechu­
Munit o ;i ovae.iiar, sacri Meando parto de su artillería. ras en gran parte, que no pndo contener sn resentimiento,
Nuevamente <|iiiso Ksjmrtern dirigir su voz á los que tenia haciendo llegar sus quejas al príncipe en términos tan ex-
mayor micros en atraer que cu vencer á campo raso, y lo prosivos y exigentes, que el último se vió obligado á consen­
ejecutó por medio do una proclama, en la que ofrecía Inicua tir en que su ministro Kamircz de la Piscina (Hese á luz lina
acogida y j insiti vas ventajas á los que depusieran las armas. circular contra los autores de folletos y de toda clase de actos
No pm lia Maroto dejar sin respuesta la seductora alocución, y manifestaciones contrarias á la conlianza que el monarca
y diósela d mis......Í¡:i23 en Murrio, cont radiciendo los anun­ decía tener depositada en su general en jefe. La esencia de,
cios de transacción y excitando á los suyos á resistir enérgi- aquella situación abigarrada podia traducirse en la extraña,
o.ameiile Ins progresos del enemigo. Pero comenzaba entonces pero exacta sentencia de que don Garlos estaba en manos do
en el campo earlistael desconcierto que veremos ir cundiendo Maroto, sin que este supiese lo que había de hacer con el
¡i. paso de diñante, dando ocasión á que alternasen en el príncipe ni con su bandera. Gorrobora esta opinion lo que es
cuartel ¿renerai de ambos caudillos las probabilidades ó la sabido respecto á cómo pensaba Maroto en aquellos dias,
lontananza de llegará. términos de avenencia; alternativa que habiéndose hecho pública una carta que escribía al aloman
imuedialameiitc intima on las operaciones de guerra, inspira­ Moyer, su particular amigo, en la que se lamentaba, el .gene­
das <|e parl.e de Espartera por el interés de apurar á Ma,roto ral de no tener ejército, de no haber con qué sostenerlo, com
para mejor obligarlo á rendirse; al paso que el último lo tenia fosando que por su parte se le hablan agotado las fuerzas mo­
en ¡ranar tiempo para robustecer entre los suyos los elemen­ rales y físicas.
tos pacíficos y atraer Iti mediación de la Francia, vivamente’ Oportunamente aprovechó Espartero aquellas circunstan­
anhelada por el genend do don Carlos. cias para activar sus comunicaciones con Maroto por medio
S ig u ie n d o las inslmociones que le prescribían apurar á de Echaidc, ó sea el arriero de Bcgoña, do quien ya tenemos
Klio en Navarra, para que im jiudie.se distraer fuerzas contra hablado, y por cuyo intermedio cambiaron una clave jaira
los b a ta ll o n e s jiroiuineiados contra Maroto, el general don seguir su correspondencia, cuya reproducción debemos á la
I liego l.oon jirovoeó bis ¡lociones de Cirauqui y Mañera, mas diligencia del señor Pirala, que la estampa en las columnas
sangrientas que decisivas, en las que, como de costumbre, se de su historia. Pidió Maroto, como garantía, de la buena fede
distinguió el g e n e n il don .Manuel de Ja Concha, herido en las negociaciones entabladas, que se le concediese una plaza
una de ellas. K! resultado mas ostensible de aquellas opera­ fuerte; pretension á la que no pudo acceder el general de la
cio n es lo l'ué la quema y lala de las mieses do Navarra, en Reina por consideraciones que de suyo se desprenden, toda
ejecución de bis severísimas órdenes de cuyo cumplimiento vez que, al acceder «á ella, habría mejorado de parle del ene­
se hallaba encargado el general Leon. migo sus condiciones para tratar; y como también insistiese
Comenzó entonces, jaira no cesar hasta que llegó á ser un mucho Maroto respecto á la garant ía de los fueros de las Pro­
hecho la conci lisien del convenio de Vergara, una serio de vincias Vascongadas, respondió Espartero á esta última exi­
planos y de intrigas en el campo carlista, que por lo ínulti- gencia que estaba seguro de las disposiciones del gobierno,
jilieados, varios y encontrados que fueron, ofrecería su dete­ tanto respecto á la concesión de grados, como al manteni­
nido relato un cuadro á la vez, interesante y confuso. La me­ miento de los fueros, sin perjuicio de la integridad del régi­
jor ii l i m e r a de ver algo claro en medio de la maraña de por­ men constitucional,
menores y menudencias que coinjilioan la sorda lucha enta­ Pidió el jefe enemigo tiempo para- consultar á sus genera­
blada y seguida entre el cuartel rail y el cuartel general, de les sobre los términos ofrecidos.
cuyos respect ivos centros se desprendieron ramificaciones que En este estado .se hallaba la negociación, cuando vino á
haedi todavía mas confuso el laberinto que constituyó la at­ turbar el espíritu ele Maroto la nueva, verdadera ó falsa, do
mósfera «I«' los últimos meses del efímero y problemático rei­ que don Cárlos estaba en correspondencia y de inteligencia
nado de don Cárlos, será la de darnos cuenta de las causas y con los personajes de su antigua camarilla expulsos d Fran­
móviles que influyeron en los sucesos que vamos á ver irse cia, y de que Arias Tcijeiro llegaba al campo de Cabrera, al
désarroi lando. que disponía á prestar mano fuerte á los expulsos enemi­
Kut ralla jior nmelio. y tin-sin duda la principal cansa quo gos ele Maroto, y que este debía suponer alejados del fa­
inveipitó el próximo desenlace, ei (pie las tres provincias her­ vor del príncipe, que se había puesto en sus manos. Había
manas se bailasen cansadas, esquilmadas y extenuadas por dado ocasión á las alarmas de Maroto la publicación en los
electo de haber estado alimentando duranto seis años 30,000 periódicos de dos cartas interceptadas á. los carlistas y diri­
cornimi ¡entes y t.iiou parásitos. Falseaba grandemente además gidas á don Garlos en el mes de jimio por Cabrera, y en el (lo
la sil nación del can upo enemigo el antagonismo existente julio por Arias Teijciro, cartas en las que, sin el menor em­
entre navarros y castellanos, entre vascongados y ojalateras. bozo, expresan sor decididos adversarios do lit marcha segui­
Desde antes de los fusilamientos de Kstella liemos visto que da en el campo de don Cárlos desdo los sucesos do .Estolla.
transigentes ó intransigentes, enmarîllevos y marotistas, se No podia ol residenciado monarca negarse á. bis vehementes
lanzaban unos contra, otros amenazas de muerte, que no co- quejas del general su custodio, y so prestó graciosamente á
saron de reiirodiieivse despues de la hecatombe de Estolla, en que Ramirez de la Piscina expidiese una circular, corrobora­
términos que, aun «lesjuies do reconciliados, en la apariencia da por otra del ministro do la Guerra Montenegro, en las que
:il menos, don Carlos y .Maroto, siempre estuvieron recelando se fulminaba contra los expulsos, se repudiaba el contenido
traición los afiliados en tino y otro bando. de las cartas de Cabrera y de Teijciro, exonerándose ruidosa­
Haciendo diversion á las excentricidades emanadas de los mente al último, y declarando que el rey gobernaba, libérri-
antedichos abigarrados centros, habíase croado en el real de mamento y se hallaba altamente satisfecho del celo y lealtad
(bui ('.-irlos un circulo, llamado de los políticos, que jiresidia de su generili en jefe. Pero apenas ha conjurado el último el
Fr. Cirilo Alameda, y del que formaban parto Ramírez déla peligro que podia venirle de Aragon, lo asalta otra mas cor­
Piscina, Mad razo Escalera y otros, autores de planes que no eano con la publicación de los folletos dei P. Casares, arres­
llegaron ¡í. realizarse, jiero que complicaron los sucesos dentro tado en Azcoitia como promovedor de una insurrección en
del campo carlista y privaron á la causado jioiler aspirar á las filas carlistas. Despee liado Maroto dirigió otra exposición
otro desenlace quo el de deponer las armas, como lo hizo Ma­ á don Cárlos en la que, lamentando lo que llamaba su des­
roto en Vergara, ó ser vencida por la fuerza, como lo fue gracia, dccia que su decision por la causa del Roy era inter­
finalmente en Aragon y Cataluña, no obstante la, obstinada y pretada por la perversidad de sus enemigos, que lo ponían
gallarda, resistencia ¡le Cabrera, en el caso ele rogar á su soberano se dignara prevenirle la
Por electo de bis divisiones á. las que acabamos de hacer marcha que debía seguir, siéndole muy difícil continuar en el
referencia, eran tantos los síntomas do hostilidad contra Ma­ servicio de S. M. si su recto y soberano juicio no acordaba
roto. que circulaban on el mismo territorio de su mando, tan una medida tan pública como enérgica, capaz de conciliar
violentos y multiplicados los folletos y libelos contra él pu­ los extremos de temor y desconfianza que su sentimi en el
EDAD MODERNA 311

ánimo fie sus fieles vasallos y que tan funestos poclian ser á cuartel general carlista y la estación de la marina inglesa,
la causa; pues cuando el hombre, decía Maroto, miraba tan ! ideó Maroto proponer á don Carlos que, á fin do cortar ei
fie cerca amenazado su honor y su vida, nada tenia fie ex­ i desastroso sistema do las quemas de mioses y cosechas, que
traño que procurase defenderse por cuantos medios estaban las tropas de la Reina efectuaban en Navarra., se solicitase la
á su alcance: que comprometida y atacada la dignidad de I intervención del gobierno ingles, el que, habiendo sido, por
>S. M. en la opinion pública, de suyo pedia tal resolución, I consideraciones puramente humanitarias, el iniciador del tra­
porque una de dos: ó V. M., añadía el general Maroto, está tado Elliot, que regularizó la guerra en las provincias fiel
con los expulsados, y en este caso las personas de opinion Norte, era fie esperar no so negase á un paso altamente, con­
contraria á ellos deben ser sacrificadas por V. M., ó debe, por forme al espíritu de la civilización y á los preceptos del dere­
un soberano decreto, manifestar el desagrado de tan extraño cho de gentes.
comportamiento.—Llodio 19 fie julio de 1839. Accedió don Cárlos á la propuesta do Maroto, y en su vir­
El requerido monarca contestó en los términos siguientes á tud se verificó la primera conferencia con lord John Hay. En
las nuevas exigencias de su general: ella hizo valer Maroto que lo quedaban recursos militares, que
«Oñatc 21 julio 1839.—Maroto: He tomado la resolución que poclia dejar que Espartero se inf ernase en país vascongado sin
conviene á mi dignidad con los que, abusando de la confianza oponerle resistencia, poro con probabilidad muy fundada do
con que los distinguí un dia, so han atrevido á interpretar poder batir sus divisiones, y concluir poi: su derrota. Que si
mis intenciones. Consagrado al bien de mis pueblos y de mi bien era verdad que las provincias y el ejército deseaban la
ejército, nada pesa en mi corazón como su tranquilidad y paz, la querían honrosa; á lo cual esperaba se prestase á con­
bienestar; y conocida por estas disposiciones mi voluntad, tribuir el gobierno inglés, obrando de acuerdo con la Francia
debe disiparse todo motivo de inquietud en cualquiera á quien en calidad do mediadores.
haya podido inspirarla la publicación de los escritos de que Lord John Ilay no poclia recibir estas comunicaciones sino
me hablas. Lo que importa, Maroto, es dirigir la opinion á la en el concepto de trasmitirlas á su gobierno, como lo hizo, y
union, al amor á mi persona, al respeto á mi dignidad y al por el que fue autorizado á poner en manos de Maroto el es­
triunfo ele la cansa que sostenemos con tanta gloria como crito siguiente:
justicia, sin dejar extraviar los ánimos por los rumores y ca­ «El gobierno inglés desea ardientemente que la guerra do
vilaciones que siembra la maledicencia. España se concluya pronto y definitivamente por medio de
»Si las dificultades que te se oponen para continuar en mi un arreglo amistoso entre los jefes de la insurrección en las
servicio, como me dices, son estas, están disipadas; pero en la provincias Vascongadas y el gobierno español, por ser preferi­
realidad, fenecida esta dificultad, ¿habrás salido de todos los ble á que se termine por el solo empleo de la fuerza física.
embarazos, reales ó imaginarios, de tu situación? Esto es lo que »Aun cuando el gobierno inglés no quisiera salir fiador por
yo quiero que examines con calma y serenidad para tu propia ninguna de las dos partes con respecto al cumplimiento ele
tranquilidad y bienestar, que te deseo por el interés mismo las condiciones admitidas por la otra, porque el hacerlo así
de la causa y de mi servicio. seria abrogarse una intervención en los asuntos interiores de
»Sé que liarás lo que puedas por tan dignos objetos y tú otro país, lo cual es disputable como principio é imposible su
puedes contar con mi afecto.—C á r l o s .» ejecución; sin embargo, el gobierno inglés desearía mediar
Y como si no bastaran tantas satisfacciones para calmar la con objeto de obtener condiciones capaces de conciliar los in­
zozobra de Maroto, el ministro de la Guerra expitlió reales ór­ tereses y opiniones de ambas partes, bajo la base que asegu­
denes, tanto á Cabrera como á las juntas de Aragon, Cataluña rara una paz honrosa y permanente.
y Valencia, condonando la conducta de Arias Toijeiro, á quien »Por tanto el gobierno inglés quisiera tomar parto como
se calificaba de revolucionario, y prescribiendo que él y sus mediador, mas no como fiado)- en las negociaciones que se
secuaces fuesen tratados como tales. entablen para conseguir tan deseado fin.
Resuelto á asirse á todo agarradero capaz de ponerlo á salvo »Si en el curso de las negociaciones se suscitase alguna
de los efectos del huracán que contra él corria, Maroto liabia cuestión sobre si alguna de las condiciones estipuladas era ó
enviado á Paris desde el mes de abril á Madrazo Escalera y á su no fiel y puntualmente cumplida, el gobierno inglés no nega­
ayudante Duffau-Pauillae, encargados de establecer inteligen­ ria sus buenos oficios cerca del gobierno español cu l'avo i- de
cias con el gobierno francés, de las que aquellos dieron cuenta los vascongados, y emplearía todo su influjo para sostener la
á su principal en los términos que expresa la comunicación buena fe por ambas partes
del Duffau, fechada en Arrancudiaga á 28 de junio y que figu­ »Toda negociación entre los ejércitos beligerantes en que
ra al fin del capítulo con el número I. intervenga la Inglaterra debe ir precedida de una declaración
Del resultado do sus gestiones cerca del gabinete francés, por parte de los jefes de la insurrección, quo exprese que se
(lió Maroto cuenta á don Cárlos, en cuyo ánimo no produjo ha concluido la guerra de sucesión. En este caso estará ia
buen efecto la indicación de que hubiese de renunciar á su co­ Gran Bretaña en posición de proponer una suspension de
rona, como tampoco pudo producirlo en el de la corte de Ma­ hostilidades en las provincias Vascongadas y Navarra y de in­
drid que el gabinete francés hubiese manifestado que si don terponer su mediación para procurar el reconocimiento de los
Cárlos renunciaba y se efectuase el casamiento ele su primo­ fueros (como base necesaria de un arreglo final), sujetos álas
génito con doña Isabel, se obligaria á salir de España á la modificaciones en que se convenga.»
reina Cristina; pero por fortuna, tan inclinado como se mos­ Maroto consideró como base para sobre ella entablar nego­
traba aquel gobierno á desempeñar el papel de compone­ ciaciones la comunicación de lord John Hay, y amplió sus
dor de las cosas de España, tan decidida era la repugnancia propuestas formulando un plan conforme al que liabia indi­
de Espartero á que en el asunto tuviese que mediar la Fran­ cado la Francia. El comodoro juzgó muy al madamonlc deber
cia, y no menos provechosa filé para la terminación de la dar conocimiento ó Espartero de lo propuesto por Maroto, y
próxima paz, la benévola y hábil conducta del gobierno inglés aunque no agradó por cierto al jefe liberal la insistencia de
al verse solicitado por Maroto para que interviniese en las ne­ Maroto respecto á la intervención extranjera y negase su
gociaciones. aprobación á lo que aquel proponía, comunicó en cambio á
A consecuencia do una conferencia tenida entre el general lord Hay la que él liabia formularlo y de que ya tienen conoci­
La Torre y Maroto, en la que el primero hacia valer el cansan­ miento los lectores.
cio del país y la general disposición de los voluntarios á que ■ A consecuencia de una misión desempeñada por el briga­
la guerra cesase, habló Maroto do la necesidad de buscar ga­ dier Clavería, como enviado de Espartero al cuartel general
rantías de lo que se tratase, procurando que el gobierno inglés de Maroto, consultó este á los jefes de sus divisiones y briga­
mediase con el de la Reina respecto á las condiciones que das acerca de las disposiciones en que se liai lasen para conti­
deseaban obtener los carlistas, y entonces propuso La Torre nuar la guerra ó suscribir arreglos de paz. La contestación á
dirigirse á lord John Hay, comodoro de las fuerzas británicas esta consulta no filé unánime, opinando unos jefes por la
en las costas de Cantabria, á cuyo efecto y para encubrir lo transacción y otros por exigir condiciones «pie equivalían á
que sin duda ofrecería de extraño una gestion oficial entre el rechazar las probabilidades do un convenio; pero el general
T omo VI 41
312 Í I I S T O I U A 1>K JOSI'A Ñ A

zirlisi;i Lu Torre, muy decidido por la transacción, obtuvo do hacerlo así, dirigiéndose á- Elgucta, donde se reunió Maroto á
lu inuyoriu ilo los joles lu promesa de que obrasen do ucuordo los suyos y tuvo conocimiento de queen el consejo (.olido poi-
con i-i, y no presi usen obediencia ¡í órdenes un que no estu­ don Carlos y los cpic Jo acompañaban se habia tratado de pro­
viesen iodos conformes. Hizo mus todavía Lu Torre, ponién­ ceder contra la persona de su jote do E. M.
dose en eomunieueion directa con Espartero, con quien se Desde Villareal, donilo aquel príncipe se dirigió, hizo llamar
uvisió en I)urango en la imolio del 21. A su regreso áMurqui- á Maroto por conducto del ministro do la Guerra. Temeroso
1IU se ciieoniró con una orden general, comunicada ú los aquel do que era citado con siniestro fin, disculpóse por en­
cucriios del ejército, en laque so anunciaba la paz como pró­ fermo, pero íiié. tanta la insistencia de su monarca por verlo
xima ¡í concluirse; poro seguidamente recibió La Torre un on persona, que resistiéndoselo aparecer medroso, poro no sin
urgvnle aviso de Manilo para que se presentase en Abadiano, haber tomado algunas precauciones, se presentó de paisano y
dundo sc Irulaba .sèriamente de las condiciones de la paz; sin armas en el Real. Hizo presente Maroto al príncipe cuál
mas no habiendo habido allí conformidad entre las proposi­ era el objeto que se había propuesto en su marchaáNavarra,
ciones que Inda ile parte de Espartero el brigadier Zavala y y lo extraña que le habia sido la oposición mostrada á la eje­
las pivi cusiones de los jefes carlistas, instó Zavala á Munito cución tic su plan, á lo que don Carlos repuso que era sabe­
para, que se decidiese á tener una entrevista con el general dor de haber terminado la sublevación de Vera y de que
en jefe de las fuerzas liberales. Resistióse Muróte en primer Eehavarría se habia internado en Francia; y que al siguiente
termino á la preposición, pero acabó por ceder á los razona­ din llegarían ú su presencia los ayudantes de los cuerpos com­
mientos de Zavala, y montó á caballo para avistarse con sil plicados en el levantamiento á recibir órdenes y á marchar á
rival. Fin? recibido por el duque de la Victoria al freute desìi los puntos á que fuesen destinados. Creía Maro tu saber que lo
lisiado mayor, y amistosa y oorl.ósmenle caminaron ambos á contrario era la verdad y que la venida de los ayudantes tenia
la ormila de San Aulolin, donde conferenciaron juntamente por objeto saber si habia don Carlos cumplido con la exigen­
con el generili l'rbiztondo, los brigadieres Linage y Zavala y cia de deshacerse de Maroto, persuasión que hizo insistir á este
o) coronel Wylde, enviudo del gobierno inglés cerca do intes­ cu su dejación del mando y en pedir permiso liara retirarse á
ilo cuarlel general. La gran dificultad que so présenlo, para Francia.
llegar á un arreglo, lo fue. la de los fu ovos, cuyo recono­ Fuerza es seguir en las multiplicadas peripecias de tanta
cimiento íntegro y sin alteración alguna exigían los carlistas. sospecha y tanta intriga, las afirmaciones del general Maroto,
A lin de obviar esta insistencia, fuó encargado Urbiztondo de consignadas en sus ñfemorim, respecto á los hechos que lo
consultar con los jefes de su partido, si aceptarían lacláusula son personales; bajo la fe de cuyo testimonio nos oumplu aña­
lelativa á fueros, formulada por Espartero, con autorización dir que don Cárlos terminantemente se negó á admitir la re­
del gobierno, en (orminos que estipulaban su conservación en nuncia en que insistía su jefe de K M., al que reconvino de que
nio seo a nniciHiihld! ron las instituciones y layes ile la tratase de abandonarlo en las críticas circunstancias en que
•nacimi. Rechazada por los jefes carlistas esta redacción, se. se hallaba la causa. Sorprendido y perplejo, nos dice Maroto,
hizo ya imposible ledo arreglo, y no pudo pasarse por otro cedió á las instancias de don Cárlos, en cuya compañía so
punto que o) de quedar rolas las negociaciones, á pesar de la dirigió al ejército, resucito á llevar adelante su plan de paci­
con liai ¡dad que habia mediado en las conferencias. ficación, á cuyo efecto dió conocimiento al príncipe de las
lín su consceuenoia anunció Espartero que al dia siguiente proposiciones recibidas de Espartero; las que, como se ve pol­
romperla las lmsi ¡I¡dudes. Mas desesperado el general La Tör­ la siguiente copia de las mismas, alteró Maroto, probable­
in del fracaso do la negociación, obtuvo privadamente de mente con ánimo de sondear la disposición de don Cárlos
Espartero que detuviese sus operaciones militares duratile dos j-espocto á cláusulas mucho mas favorables que las que en
ó 1res dias, delciiiéndose cu Vergara ú Oliato á fin ilo dur realidad estaba dispuesto á conceder Espartero.
liempo á La. Toms para quo reanudase las negociaciones. lié aquí el. tenor de la nota presentada á don Cárlos por su
En aquel oslado de cosas asaltó á Maroto el arriesgado pen­ jelb do E. M.:
samiento de hacer intervenir á don (.'arlos en las negociacio­ «En la noche de ayer se me presentó un parlamentario del
nes de paz, ¡í. cuyo electo le dirigió, por conducto del briga­ ejército enemigo, haciéndome las proposiciones siguientes do
dier AlvarczdeToledo, una lagrimosa representación, fechada liarte del gobierno de Madrid:
en Orozco el l de agosto, en In quo se lamentaba do las con­ » Reconocimiento del Sr. I). Cárlos María Isidro de Borbon,
trariedades opuesias al celo eon quo siempre habia servido mi voy y señor, como infante de España.
los intereses de la cansa legítima, cxl elidiéndose á demostrar »Reconocimiento de los fueros de las Provincias cntoda.su
(pie los menoscabos ó decepciones que osta habia experimen­ extension.
tado eran d e a lribuir á (¡onzalez Moreno y demás generales y ».Reconocimiento de todos los empleos y condecoraciones
consejeros que se habían mostrado contrarios á los planos de en el ejército, dejando á mi arbitrio el ascenso ó premio de
Maroto. Trataba este nuevamente de jnstitiearse de los fusila- alguno que se considere acreedor á ello.
mienlos de Estella, y rogaba á don (.arlos lo autorizase á tra­ »Lo que digo á V. E. para que, poniéndolo en conocimiento
tar ó aceptase su dimisión. de S. M., se me prevenga lo quo debo contestar; y como en las
Coincidió con este hecho notable, que recibiese Maroto la presentes circunstancias me ho propuesto patentizar mi com­
confestueioii á la comunicación dirigida al gobierno inglés portamiento hasta en los asuntos mas reservados, ruego se
por conducto de. lord Hay. Al llegar aquel documento ú ma­ me permita dar al público esta mi comunicación, advirtiendo
nos de (lioho gabinete, consultó al ministro plenipotenciario á V. S. que en la tardo de este dia me lio propuesto tener una
cerca de la Reina de Inglaterra, el que, poseedor de instruc­ conferencia con el jefe superior enemigo para pedirle mas
ciones de su gobierno, puso al británico en situación do con­ aclaraciones.—Dios guardo á V. S. muchos años.
testar d<'sonil.mrazadamente á las proposiciones do Maroto en »Cuartel general de Elgucta, 2.Ï de agosto de 18Té.—Señor
los términos (pie expresa el documento número II que acom­ brigadier encargado de la secretaría do Estado y del despacho
paña, y que llegó á manos del jcle carlista precedido de una do la Guerra.»
«•arta del coronel Wylde. La respuesta del Pretendiente aparece toda entera en el
.No dió don (.Virios una respuesta clara y terminante á la eontenido do la siguiente alocución epic dió á luz inmediata­
consulta de Marolo y este llegó á temer que el principo lo pre­ mente :
paraba una celada, do resultas de que habiéndolo hallado sin «Voluntarios: Un acontecimiento tan extraordinario que no
prèvio aviso en los momentos en que Maroto marchaba en di­ tiene ejemplo en la historia de nuestro país, vendria á man­
rección de Navarra con ánimo de castigará los sublevados de char las glorias que habíais justamente adquirido en esta
Hehavarría.dol'ú volo don (.'¡irlos en eireimstniicias que hicieron heroica lucha, si continuaseli algunos de vosotros en la defec­
temerá Maroto (pie se intentaba prenderlo ó cosa peor: eontin- ción á que hoy os lian conducido. Con el pretexto de paz se
genria-qiiosagazmontoeviló diciendo (pie iba á dar órdenes á lia dado entrada al enemigo en vuestro suelo, y las cadenas
los batallones <pm había dejado ti corta distancia, y que inme­ de la esclavitud, la ignominia de vencidos van á reemplazar
diatamente se reuniria á la escolta J’oal; pero guardóse de los laureles de que hasta ahora estabais cubiertos. La lealtad
E DA I ) MO DEl t N A 313
de muchos ha sido sorprendida: son indignas de vuestro valor hortaciones, á las que procuró dar mayor fuerza diciendo:
las proposiciones hedías al Key hi. S., y no es digno do vosotros 1-fijos rutas, /n a d a me decís!/no me habéis entendido? Ater­
abandonarle en manos do sns enemigos. A esto solo, y á liga­ rado del silencio con que oran escuchadas sus palabras, diri­
ros á vosotros al carro de la revolución, se reduce la paz con gióse al brigadier Iturbo, y le dijo que las repitiera en vas­
que á muchos han alucinado. Seguid al Roy, voluntarios; con­ cuence; y aunque así lo hizo, no so interrumpió el silencio de
siderad vuestro heroísmo de seis años y no queráis inanellarlo los gnipuzcoanos. No quiso entonces don Carlos continuar la
con un feo delito. Una paz en que se exige la abdicación del revista, y se retiró precipitadamente, seguido por su acompa­
Rey que habéis jurado; una paz convenida entre jefes milita­ ñamiento.
res"sin autorización ni garantía alguna, ¿que otra cosa puedo Dice Maroto en sus Memorias, que no obstante su creencia
ser que un engaño para apoderarse de un país cpie no han de que la escolla de don Carlos tuvo conatos de asesinarlo,
podido dominar con las armas? resolvió dirigirse á Elgucta, donde suponia á don Cárlos para
*Desengañaos; esta es la traición mas infame quo han visto recibir de sus labios la respuesta á las proposiciones leídas
los nacidos. Morir primero que sucumbir. La causa de Dios ante el consejo do ministros.
peligra y la de un Rey en cuya defensa está comprometida Mas no se dirigió ol príncipe á Elgucta, como esperaba su
vucsíra conciencia y vuestro honor. Sois leales por carácter: jefe dolí. M .,álin de recibir do labios del que reconocía por so­
sois valientes; sois heroes y nada mas tengo que deciros. Vo­ berano, la respuesta á las proposiciones de paz que se le ha­
limi arios: ¡ Viva la Religión, viva el Rey! bian presentado antes de la revista. Consideróse Maroto bur­
»Villafranca 26 de agosto de 1339.— Juan Montenegros lado, al mismo tiempo que croia haber corrido peligro do
De regreso Maroto de su conferencia con Espartero, presen­ muerte, ó cuando menos de prisión á manos de la escolla do
tóse á don (Virios en Elgnota, siéndole imperiosamente exigi­ don Cárlos, é impresionable como lo era Maroto, adoptó la
do por el príncipe que manifestase cuanto liabia pasado en instantánea resolución, que comunicó á sus adidos, do sepa­
sus conferencias con Espartero, con el comodoro inglés y con rarse del servicio de don Cárlos y de dar cima al plan dirigi­
el cónsul do Francia; á lo que contestó el general que nada do á poner término á la guerra.
mas tenia que añadiv á lo anteriormente manifestado, y sí Afirma Maroto, y no es desdoro deber darle crédito, que. su
solo que era do toda urgencia que el monarca resolviese, jwr- determinación produjo gran regocijo entro la trapa y el pue­
gne n i el ejercito n i los pueblos querían mus guerra. Eos blo; manifestaciones que, teniendo lugar muy cerca del cuar­
dice 'Maroto en sus Memorias que don Carlos se sonrió, tel real, no bastaron, sin embargo, para que don Cárlos se
contentándose con decirle que aguardase en la antecáma­ resolviese á seguir los consejos de su esposa, que lo excitaba
ra ¡í ser nuevamente llamado, órden acompañada de ade­ á montar de nuevo á caballo y á presentarse al ejército, en
manes que inspiraron sospecha al general y ’1c dictaron la cuyas filas no es dudoso había diversidad do opinion, sobre
precaución do comunicar instrucciones adecuadas á la com­ entrar ó no en el convenio.
pañía de guías y á los oficiales que lo acompañaban. Pusilánime como lo era de suyo don Cárlos, so limitó á ad­
Vuelto á presencia do don Cárlos, hallólo presidiendo un mitir la dimisión que lo liabia presentado Maroto, nombrando
consejo de ministros y generales, del que formaban parte el para sucedería al conde do Negri, quien en efecto so presentó
infante don Sebastian, don Nazario Eguía y Silvestre, y en el al dimisionario requiriendo la entrega del mando, y poniendo
que dio lectura de las proposiciones del general del ejército en sus manos un pasaporte para Francia, que no aceptó Ma­
liberal. Todos los presentes convinieron en la gravedad de las roto, receloso de que habia intento de apoderarse de su perso­
circunstancias, pero solo so adoptó la resolución de que don na en ol camino, si en efecto se resolvía á emprenderlo. Hubo
(Virios montase á caballo y se presentase ante el ejército para mas; Negri y Silvestre trataron de arrastrar los batallones que
conocer el verdadero sentido en que se hallaba. Adoptó el á su paso encontraron, induciéndoles á ir á reunirse con
príncipe resueltamente el consejo, y con toda celeridad se di­ don Cárlos. No lograron, sin embargo, su intento, como tam­
rigió á los batallones, seguido por su escolta de caballería. poco el de que Goñi los siguiese, pues aunque este jefe fluctuó
Fuerza os al historiador seguir sobro aquellas peripecias los por algunos momentos, tuvo motivos para creer (pic.se le
datos consignados en las fínicas relaciones auténticas que de preparaba una celada en el cuartel real, y acabó por hacer
los sucesos nos dan las Memorias de los que fueron actores y causa común con los resueltos á. capitulai'.
fesl igos de los hechos que refieren. Así pues, de lo consigna­ En aquellos críticos momentos presentóse á Maroto el briga­
do en las suyas por Maroto, por Arizaga y por Urbiztondo, dier Zavala, enviado por Espartero para invitarlo á una entre-
deducirnos que ínterin don Carlos se dirigia al ejército, el ge­ AMsta, (pie en efecto tm*o lugar á la mañana siguiente cu .San
neral Silvestre, quedado en Elgucta, y otros agentes ilei cuar­ Antolin do Abadiano, junto á Durango. Maroto ansiaba sacar
tel real, procuraban arrastrar los batallones á que se pronun­ por medio del convenio todo el partido posible á favor de
ciasen en favor de don Carlos y contra su jefe do E. M. los suyos, persuadido, como lo oslaba, de quo ínterin mayores
Llegados á presencia de los batallones cl príncipe y Maro­ ventajas lograse, mayor seria el número de los que se acogie­
to, arengólas el primero, preguntando á los soldados si lo re­ sen al pacto, y menos desairada la situación en que quedaría,
conocían por soberano y lo defenderían como hasta entonces si en el fraccionamiento ya iniciado entre los carlistas fuese
lo habian hecho, ó si defenderían alguna otra persona que la mayor el número de los (pie le seguían que el de los que so
suya. Afirman los testimonios que acabamos de ci lar que dos reuniesen á don Cárlos; disposición do ánimo que explica la
batallones castellanos vitorearon á don Carlos: momento crí­ inquietud, el mal humor y las contradicciones que tanto die­
tico que no supo aprovechar este para haber electrizado con ron que decir á los amigos de Maroto en aquellos días do crisis.
su palabra á los restantes batallones ó procedido contra ol La insistencia de dicho general on obfccnor de Espartero
hombre de quien desconfiaba; pero no supo sacar partido do mas de lo que esto podía consentir en concederlo, produjo
la circunstancia, é inmediatamente después los restantes ba­ que, no obstante la cordialidad con que aquel fuú recibido y
tallones gnipuzcoanos, castellanos y navarros prorampievon agasajado en el cuartel general, acabaran por no entenderse
en unánimes gritos de «viva el general Maroto,» saliendo los los dos caudillos y se separasen resueltos á combatir. No te­
sargentos al frente de las compañías y dando á la demostra­ nia, sin embargo, Mavoto, elementos con qué verificarlo, pues
ción tal carácter de decision y entusiasmo, que, de no haber­ la mitad de sus soldados ansiaba la paz y la otra mitad esta­
se reprimido las manifestaciones en contrario sentido, habría ba con don Cárlos; é irritado por lo equívoco de su situación
probablemente corrido sangre y vistoso en compromiso la y ofuscado al verso envuelto en dificultades de las que no
Adda del mismo don Carlos. Vanamente procuró este desna­ acertaba cómo salir, resolvió echarse en brazos del príncipe,
turalizar los efectos de lo que acababa de presenciar, manifes­ á quien acababa do abandonar y al que dirigió la siguiente
tando su disgusto do que donde él estaba se vitorease á na­ súplica:
die mas. Los batallones castellanos mandados por Fulgosio y «Señor: Al ponerme á L. R. I \ de V. M. como lo ejecuto á
don Manuel Lósala guardaron alguna circunspección, poro nombre de todos los que me acompañan, me atreveré á decir
al llegar don Carlos á los batallones gnipuzcoanos, recibió el á V. M. que nunca es mas grande un monarca que cuando
t riste desengaño de que no respondiesen á sus repetidas ex­ perdona las faltas de un Avasallo. Don Eustaquio Laso presen-
314 H I S T O R I A DE E S P A Ñ A

tañí á V. AI. Jos sentimientos de mi corazón, para que se dig­ fraternal reconciliación hubiese satisfecho la ansiedad de los
ne dirigirme las órdenes que fuesen de su soberano agrado. pueblos, y muy particularmente los de estas provincias que
»Dios guarde «V. M. dilatados años.—Eignet«. 27 de agosto por muy trabajados se enajenan de gozo al oir las voces ele
de —A T«. R. l.\ de V. Ai.—lia-fuel Marola.» paz y de union, con que les he brindado en mi marcha. He
Inútil filó la humillación á <[iie so sometió el inconsecuente debido hacer á V. este recuerdo antes de contraerme á su ofi­
general dimisionario. No aceptó don Carlos su ofrecimiento cio de esta fecha, que trata del mismo asunto; y sin embargo
do servicios, exigiéndolo que dejase el mando y so retirase al que el resultado de los arreglos concluidos verbalmente, Ja
extranjero. Mortificado entre los desdenes del irritado mo­ imposibilidad en que se halla Y. de asegurar á D. Cárlos y á
narca y la presión do Espartero, intentó Aíaroto embarazar á su familia, y sobre todo la circunstancia de comprender V.
este, ya que no podia conservar esperanza de oponerle una solo ahora cu su comunicación oficial las divisiones castella­
resistencia eficaz; pero entre los generales que habían seguido na, vizcaína y guipuzcoana, sin mencionar la navarra y alave­
á Mal-oto so hallaba un hombro resuelto á no contribuir á la sa, pudieran ser causa de retraerme de nuevos convenios ; es
duración do la guerra. Don Simon La Torre, al frente dolos tan vehemente en mí el deseo de que estos pueblos, que habían
batallones vizcaínos, imposibilitaba de todo punto los cona­ consentido en la paz, lleguen á obtenerla, y que la nación en­
tos conminadores de Maroto, y habiendo llegado Negri, don­ tera la consiga mas fácilmente, que prescindo de aquellas
de el úllimo se hallaba, con nuevas proposiciones de don consideraciones y me comprometo, en uso de las facultades
Ciíríos, temerosos los jefes decididos en favor del convenio de que me están conferidas, á que tenga efecto el convenio en los
(pie sobreviniese alguna nueva debilidad do Maroto en vista términos que expresan los tres artículos do bases que llevan
(le las instancias de Negri, interpúsose La Torre ó intimó re- los brigadieres D. Juan Zavala y D. Francisco Linage, los
sii'-liaiiii-nl.e al enviado de don Carlos que se retirase al pun­ que, si merecen la confianza de Y., podrá servirse expresarlo
io, si im queria exponerse á sor víctima del resentimiento de así ; y en caso de considerar conveniente mayor autorización,
los <[lio lo miraban como mensajero de discordia cerca de los faculto por mi parte para firmar el convenio á dichos jefes
batallones resueltosá separarse déla contienda. y V. por la suya á los que tenga á bien. Dios, etc.
Ao in pie contrariado Maroto de o irá La Torre expresarse en »1A Serán reconocidos los empleos de los generales, jefes
e s to s lérmiin is, dijo á Negri que se marchase, pues nada lo era y oficiales de la fuerza que usted manda, con tal que depon­
dado hacer en vista del sentido en que se hallaban sus amigos. gan las armas los batallones, escuadrones y demás que for­
i,hteilados solos Maroto y La Torre, dice el señor Pirala en man las divisiones que explica usted en su citado oficio, á
su Jfisloria■<pic exclamó el primero: ¿Qué hacemos ahora?— menos que el todo ó parto de ellos prefieran continuar la
V:i lo sabe V., mi general, respondió La Torre; escriba V. al guerra hasta la completa pacificación, defendiendo la Consti­
duque para otra conferencia, y do este modo podrán quedar tución de 1837, el trono de Isabel II y la regencia de su au­
arregladas las diferencias producidas por la ruptura de Aba- gusta madre.
diano. Convino en ello Maroto; y La Torre fue á dar seguri­ »2A Se pondrán á mi disposición los parques de artillería,
dades á sus amigos de un próspero y feliz desenlace. maestranza, depósitos de armas y vestuario y de víveres, que
Conducíase en el entre tanto Espartero con gran sagacidad, estén bajo la dominación y arbitrio de usted.
moviéndose muy lentamente; y aunque afirmando que com­ »3.° Recordaré con eficacia á mi gobierno el cumplimiento
batiría al enemigo donde quiera que se le presentase, no lo de su oferta de comprometerse formalmente á proponer á las
buscaba y antes bien recomendaba á sus soldados agasajasen Cortes la concesión ó modificación de los fueros de Yizcaya y
mucho á los pasados y se luciesen gratos al paisanaje. Hallán­ Guipúzcoa, por ser las fuerzas de estas provincias las que pa­
dose en Oñalo el dia 28, recibió el general do la Heina la si­ recen estar dispuestas á entrar en la capitulación.»
guiente comunicación: Todavía queria Maroto óbjccUmar respecto á las anterio­
«TI. AT. G.— Cediendo á los deseos do paz, que anhela la ge­ res condiciones, poro los jefes y oficiales, entusiasmados con
neralidad de oslas provincias, y que bajo su firma mo han la perspectiva do la paz, siguieron á los emisarios al cuartel
manifestado también los generales, jefes de brigada y coman­ general de Espartero, donde fueron recibidos como herma­
dantes de los cuerpos que componen las divisiones castellana, nos. Maroto se quedó solo y el convenio fué firmado por los
vizcaína y giiipuzcoana. lie resuelto ajustar el tratado que la jefes en la forma que á continuación se expresa:
gannii ice, para cuyo efecto pasarán con las instrucciones ne­
cesarias á la villa de l·lrmua, ó al punto que V. estimase mas CONVENIO DE VERGARA
conveniente, los generales Exorno. Er. D. .Simón La Torre y Artículo l.° El capitan general don Baldomero Espartero
D. Antonio l'rbiztondo, el brigadieri). José Ignacio de Itur- recomendará con interés al gobierno el cumplimiento de su
be, el coronel D. Alanuel do Toledo y quizás algún otro cono­ oferta de comprometerse formalmente á proponer á las Cor­
cido, con el auditor general del ejército. Lo que participo á Y. tes la concesión ó modificación de los fueros.
para que por su parte depute los jefes que mas ápropósito le Art. 2.° Serán reconocidos los empleos, grados y condeco­
parezcan para el efecto, aguardando al mismo tiempo la mas raciones de los generales, jefes, oficiales y demás individuos
pituita posible contestación. Dios, etc. Cuartel general de Vi­ dependientes del ejército del teniente general don Rafael
llareal 2R de agosto de ls:;«.*.—Jla./ad Marola.—>Sr. D. baldo- Maroto, quien presentará las relaciones con expresión de las
mero Espartero.» armas á que pertenecen, quedando en libertad de continuar
Satisfecho Espartero por el resultado de su política,contes­ sirviendo, defendiendo la Constitución de 1837, el trono de
tó al ox-genoral carlista en los terminos siguientes: Isabel II y la regencia de su augusta madre, ó bien de retirarse
«El deseo de la paz, que tanto necesita esta fatigada nación, á sus casas los que no quieran seguir con las armas en la mano.
filé el móvil que me dociliió á escuchar las proposiciones de Art. 2.° Los que adopten el primer caso de continuar sir­
un convenio, el cual, aunque arreglado verbalmente en las viendo, tendrán colocación en los cuerpos del ejército, ya de
conferencias que tuve con los jefes que deputò V. al efecto, efectivos, ya de supernumerarios, según el orden que ocupan
mi buena fe lo consideró concluido, y mis ofertas hechas en en la escala de las inspecciones á cuya arma correspondan.
virtud de la autorización del gobierno de S. AL la Reina, hu­ Art. 4.° Los que prefieran retirarse á sus casas, siendo ge­
bieran sido religiosamente cumplidas. ¡Sabo V. que el brigadier nerales ó brigadieres, obtendrán su cuartel para donde lo pi­
D. Juan Zavala recibió de su parte la seguridad de que las dan con el sueldo que por reglamento les corresponda: los
fuerzas de su mando venían á deponer las armas, y á sostener jefes y oficiales obtendrán licencia ilimitada ó su retiro, según
los que quisieran con ellas la Constitución que nos rige, el tro­ su reglamento. Si alguno de esta clase quisiese licencia tem ­
no ilo Isabel II y la regencia do su augusta madre;y en prue­ poral, la solicitará por el conducto del inspector de su arma
ba de ello que salió V. á mi encuentro cerca de Durango, al respectiva y le será concedida, sin exceptuar esta licencia
amanecer del 2G do esto mes, como so había convenido. La para el extranjero; y en este caso, hecha la solicitud por el
pretensión de fueros, ese asunto ya resuelto y que sabia Y. y conducto del capitan general don Baldomcro Espartero, este
los suyos que ni yo ni el gobierno podíamos otorgar, y síselo Ies dará el pasaporte correspondiente, al mismo tiempo que dé
proponer á las Corl es, alejó el suspirado momento de que una curso á las solicitudes recomendando la aprobación de S. M,
F A C S Í M I L E D E L A S P Á G I N A S 2 .a Y 3 / D E L C O N V E N I O D E V E R G A R A

El ínteres histórico del documento reproducido en parte en esta lámina, nos ha inducido á incluirlo en la presente
edición de la Historia- de España, persuadidos de que figurará dignamente en ella al lado de otros autógrafos ya pu­
blicados total ó parcialmente. Pero el facsímile adjunto ofrece además tina particularidad que realza su valor históri­
co, al propio tiempo que disipa un error bastante generalizado hasta el dia: tal es la omisión que en él so nota de la
firma del caudillo de las fuerzas carlistas, don Rafael Maroto
«Todo el mundo, dice el Sr. 1). Antonio Pirala, quien conserva en su poder el acta original de este documento y
ipic con una galantería que lo agradecemos vivamente nos ha autorizado para copiarlo, todo el mundo supone á Ma-
roto autor del Convenio de Vergara, y sin embargo nadie tuvo menos parte que él en su realización, como se prueba
en el facsímile do la 2.a y 3.a planas del acta original de dicho Convenio, única que existe, donde se ven las firmas de
varios jefes que convinieron, y en blanco el sitio en que debia firmar Maroto, el cual no quiso suscribir dicha acta.»
Ksta circunstancia, que es la que da en cierto modo verdadera importancia al autógrafo y recomienda su reproduc­
ción litogràfica, nos ha movido á publicar únicamente el facsímile de las páginas mencionadas, por cuanto la primera
solo contieno el principio del articulado del Convenio, incluido ya en el texto de la obra, y la cuarta tres firmas que
asimismo aparecen en dicho texto.
l& fr 'tb u e J , td Q ^ e tv u td 'tM&>vtr" L& j-C L eìÙ & M ^L /

ta u lc i+ t* - ' /-N .
¿ S itiu U r é * c J ô * * v tv * d t* ^ fr á ¿ * ¿ * d J* * & tyj& d b < rp '

¿[¿i- ^ ¡ffru t* 'L·isiU*tA>te* 4i£e*4jin y a* h ? to y lé d b fir f eèviA ed ju * - jt,


Ä ¿e* V ¿¿&C*- o k < ÿ T cU U ieclolà- jUXjU C àW ^jtA vio .

t/hfacu-i* , J t L·lU •^/íU l·lutxu/^ AAu^eUa) /je-/0&jju ítcu et* e*%AÌÌ)

t H r t A c a . ' ¿OL.J Q f í ’A 'í ^ í ^ (l^ c te /Á ^ a ^ V ^ X c o t^ r t^ ^

jb to s c u h r ' $ ? - -o J fr / f o ^ u^ /tûM ' ' c ù jfó fr ùvùccòtd fU d d a /e ita A 'd ^ ts i^ c d /^ A y ^ d 3 a d d & - —

'U itw Jp/jj> evU&t-tr A nf ^ oaxuuu JjL·' o¿*^oWistó~& d è A

à^KAŸL CUJj d i ' O d d u ^ x u ^ tf f ^ 'd i ' O ue^ A tl^ ^ d c A A b (fr* d * U H rtU J -n )a / D .

* y tf* 2 o c ltd A ju d jy H tt^ ( A n e ^ J y É & r cS x J r tjU ^ A ö a A j- tz r .

^ f e w / p ^ ° c » / i v ' ^ í « f e ^ « . W e / t¿ ¿ {fr Q u u c y jo -j d u J¿a,* $ c {r~


< ytuc-c e o d d * ^ d i^ d o -e ’ Q ^H ÿecfr d * , dec* 2b¿**i**< f+ t.'

C e c ífr¿ ¿ tíu u txd ^H g . /i¿.0t4^tri*n4*. & u/¿uc- ¿ p e le ' ¿^3L^¿r¡r a id ìe u ^ y U d id

C¿*bthi*H« jM ^ -d a ^ c i+ y ^ ^ f¿ J c u tid t¿ d J u d ¡ A fr fi^ d i d o tu f J - ta c ¿do

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l,c u f u .tt á i' o ti^ ^ x ís ttr r L z & u iy /.

tA í-^ tC d ih 'y ÿ O • 'b /ts ■l¿&^/itt'< z* t, •ííh /ii% jetsl-' '^^ct¿ d ú M ije< x4 f^/^X /^{¡t¿ » d b A tA JÍ-ol)

^ * / ÿ fifr c u ù u 'c u L {A bA ccufrò-^ ¿ tu a ^ s a u ju { U fr' A L- ■Aaqe u ' a . ¿ a U Q - f x + z f 4¿a_- t< > d d íi y¿?

(T&étO-H' fy to u'•£ i v f ü d d cè c ÿ 'j j '' d i s ú - f c d fr A Ji< k* tsfo u ¿ e¿ d 0 '


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KD A I) MODERNA 315
Art. 5." Los quo pidan, licencia temporal para cl extranje­ «Allí vimos alborozados un campo de boinas, símbolo aquel
ro, como no pueden recibir sus sueldos hasta el regreso, según dia de la inolvidable reconciliación de los hermanos que se
reales órdenes, el capitan general don Baldomero Espartero abrazaban despues do seis años de encarnizada lucha.»
les facilitará las cuatro pagas en orden de las facultades que A la propuesta hecha á los convenidos de si querían conti­
le están conferidas, incluyéndose en esto artículo todas las nuar sirviendo á la Reina ó restituirse á sus casas, la mayoría
clases desde general hasta subteniente inclusive. adoptó el primer partido con entusiasmo; pero desistieron de
Art. (>.° Los artículos precedentes comprenden á todos los él los mas y prefirieron dejar las armas en cuanto perdieron
empleados del ejército; haciéndose extensivos á los empleados la seguridad do no salir de sus respectivas provincias.
civiles que se presenten á los doce dias de ratificado este con­ Retirábase entre tanto don Cárlos lentamente, seduciendo
venio. á cuantos voluntarios podían arrastrar las excitaciones de sus
Art. l.° Si las divisiones navarra y alavesa se prestasen en emisarios, que engañosamente propalaban esperanzas do po­
la misma forma que las divisiones castellana, vizcaína y gui- der continuar una guerra que de hecho se Inibiti terminado
puzeoana, disfrutarán de las concesiones que se expresan en en aquellas provincias, desde el venturoso dia en que se abra­
los artículos precedentes. zaron los soldados de ambos campos; y no contento el faná­
Art. 8.'' Se pondrán á disposición del capitan general don tico príncipe con estos indirectos medios de alucinar á los
Baldomcro Espartero los parques de artillería, maestranzas, pueblos, dió á luz en Leounibevri el 30 de agosto una enfática
depósitos de aimas, de vestuarios y de víveres que estén bajo proclama en la que encomiaba las prosperidades que habían
la dominación y arbitrio del teniente general don Baí'ael Ma- enaltecido su causa ínterin le fueron fieles los generales que
roto. le servititi, y que solo á la traición del último era debida la
Art. !'.'* Los prisioneros pertenecientes á los cuerpos de las desgracia que habia cercenado sus filas, pero que todavía le
provincias de Vizcaya y Guipúzcoa y los do los cuerpos de la quedaban recursos para combatir, pues habitin sido engaña­
division castellana, que se conformen en un todo con los ar­ dos con las ofertas de una paz mentirosa.
tículos del presente convenio, quedarán en libertad, disfru­ «Vuestro heroísmo, concluía diciendo la proclama, torpe­
tando de las ventajas que en el mismo se expresan para los mente burlado, revindicará vuestro honor, y los hijos de este
demás. Los que no se convinieren sufrirán la suerte de prisio­ noble país, excitados por la voz de sus padres, correrán á ven­
neros. gar vuestra afrenta, rechazando de vuestro territorio á los re­
Art. 10. El capitan general don Baldomero Espartero hará beldes. Entonces podréis contar con una paz justa y duradera
presente al gobierno, para que este lo haga á las Cortes, la y con el afecto y agradecimiento de vuestro rey—C a r l o s .»
consideración que se merecen las viudas y huérfanos de los La insensatez de semejante manifestación en circunstan­
que han muerto en la presente guerra, correspondientes á los cias como las en que se hallaba el Pretendiente, que fugitivo
cuerpos á quienes comprende este convenio.—Baldomcro Es­ ganaba la frontera, corria parejas con el embaucamiento de
partero. la servidumbre del príncipe que, próxima á poner el pié en
Convengo en nombre de mi brigada. — José Ignacio de tierra extranjera, propalaba quo no tardarían cu franquear el
Iturbe. Pirineo 15,000 soldados franceses, como en calidad de aliados
Convengo en nombre de la primera brigada castellana de de don Cárlos.
mi mando.—Hilario Alonso Cu evi Uns. Debido es terminar el memorable episodio que enciérralos
Convengo on nombro de la segunda brigada de mi mando. antecedentes y la historia del convenio de Vergara, consig­
— Franci seo Fu 1gosi o. nando las palabras con que los dos caudillos que acababan
Convengo en nombre del batallón de mi mando, -J." de Cas­ de fraternizar anunciaron á la nación y al universo el grande
tilla.—Juan Cabañero. acto de reconciliación.
Convengo en nombre del tercer batallón de Castilla.—A n ­ «CuartolgeneraldeVillai’oal Zumárraga, 30 de agosto de 183!'.
tonio Dies Mogrvvejo. »Voluntarios y pueblos vascongados: Nadie mas entusiasta
Convengo en nombre del segundo batallón de Castilla.— que yo para sostener los derechos al trono de las Españas un
Manuel L·isala. favor del señor don Cárlos María Isidro de Borbon cuando
Convengo en nombre del primer batallón de Castilla.— me pronuncié, pero ninguno mas convencido, por la expe­
José Fulgosio. riencia de multitud de acontecimientos, de que jamás podria
Convengo en nombre de las compañías de cadetes y sargen­ este príncipe hacer la felicidad de mi patria, tínico estímulo
tos. El coronel primer jefe.— Leandro de Egida. de mi corazón; y por lo tanto, unido al sentimiento de los je­
Convengo en nombre de la fuerza de ingenieros que se ha- fes militares de Vizcaya, Guipúzcoa, castellanos y de algunos
11an presen tos.—JJessieres. otros, he convenido, para poner término á una guerra deso­
Convengo en nombre de la fuerza de arti 1Ieria. —Francisco ladora, que se haga la paz, la paz tan deseada por todos, se­
de l'aula 6'elgas. gún pública y reservadamente so me ha hecho conocer la
Convengo en nombre del escuadrón de mi cargo, G uipúz­ falta do recursos para sostener la guerra, despues de tantos
coa.—Manuel de Sayasta. años, y la demostración pública de odiosidad á la marcha de
Convengo en nombre del primer escuadrón de lanceros d e . los ministros, que me han comprometido al último paso. Yo
Castilla.—Eanlaleon Lopes Ayllon. manifesté al ltey mis pensamientos y proposiciones con la no­
Convengo por la brigada que antecede.—El brigadier, Fer­ ble franqueza que me caracteriza; y cuando debí prometerme
nando Cabañas. una acogida digna do un principe, desdo luego se me marcó
Suscribieron además el convenio los generales La Torre y con la resolución de sacrificarme. En tan crítica posición, mi
Urbiztondo, 1turbe, don Manuel do Toledo, don Roque Lina­ espíritu se enardeció y los trabajos para conseguir el término
res y los comisionados de las provincias de Vizcaya y Guipúz­ de nuestras desgracias se multiplicaron; por último, lie con­
coa, Señalóse el siguiente dia para la reunion de los batallo­ venido con el general Espartero, autorizado en debida forma
nes en Vergara, acto que estuvo expuesto tí fracasar, porque por todos los jefes referidos, que en estas provincias se con­
las intrigas de los enviados del cuartel real soliviantaron los cluya la guerra para siempre y que todos nos consideremos
ánimos, lo que exigió todo el ascendiente de Urbiztondo so­ recíprocamente como hermanos y españoles, cuyas bases se
bre los castellanos, y de La Torre sobre los vizcaínos, á los publicarán; y si las fuerzas de las demás provincias quieren
que acabaron por reunirse los guipuzcoanos, habiéndose rea­ seguir nuestro ejemplo, evitando la ruina de sus padres, her­
lizado con contento general del país y de los dos reconcilia­ manos y parientes, serán considerados y admitidos; itero para
dos campos la memorable revista pasada por Espartero á ello es indispensable que desde luego se manifiesten abando­
los batallones, que fraternizaban con los quo habitm hasta nando á los que los aconsejen la continuación de una guerra
aquel (lia combatido, dando el espectáculo que, con elocuen­ que ni conviene, ni puede sostenerse.
cia compartible á la del montaraz del Danubio, conmemorado »Los hombres ni son do bronco ni como los camaleones
por Tácito, pocos dias despues ofrecía ante el Congreso de para que puedan subsistir cou el viento. La miseria toca su
diputados, el que lo era por Guipúzcoa, Olano, exclamando: extremo en todo el ejército, despues de tantos meses sin socor-
:11G m.STOJilA DM KKI’A K A

ro: lo.s jefes y oficiales, I vahídos (/.o íd o de peor condición quo e l sidad y el vértigo do venganza por anteriores extravíos. Todo
soldado, pues :í esto se le da sil vestuario, y á aquel tan solo por él flebo olvidarse, y todo por él debe ceder generosamente
una corla ración, mirándolos de (-(insigniente marchar descal­ ante las aras de la patria. Y si las fuerzas alavesas y navar­
zos, sin camisa, y en Lodos conceptos sufriendo las privaciones ras, que tal vez por no tener noticias no se han apresurado ¡i
y latiqas de una querrá tan penosa. Si algunos fondos han disfrutar de sus beneficios, quisiesen obtenerlos, dispuesto
entrado del extranjero, los habéis visto disipar entro los que estoy á admitirlas y á emplear todo mi esfuerzo con el go­
los recibían ó manejaban. Kl país, abrumado en fuerza do los bierno de S. M. la Reina para que muestre á todos su recono­
excesivos gravámenes, ya liada fieno eon que atender á sus cimiento.
necesidades, y <-| militar «pie antes contaba con el auxilio de »Vascongados y navarros: que no me vea en el duro y sen­
su casa, cu ei dia siente las angustias de sus padres que llo­ sible caso de mover hostilmente el numeroso, aguerrido y
ran la generosidad de un pronunciamiento que solo la muerte disciplinado ejército que habéis visto. Que los cánticos de
y la desolación les promete. Provincianos! sea eterna en vues­ paz resuenen donde quiera que me dirija. Que se consolide
tros corazones la sensación de paz y union entre los españo­ para siempre la union, objeto de mis cordiales y sinceros vo­
les y desterremos para siempre los enconos ó resentimientos tos, y todos encontrareis un padre y un protector en—El
personales : esto os aconseja vuestro compañero y general— duque, de la Victoria.
ló ifu fl Mu l'nio.» »Cuartel general de Vergara, 1." de setiembre de 1839.»
«d'il capitali .generai don l ’aldnmcm Espartero á los pueblos Antes de verse compolidos á buscar refugio en el territorio
vascongados y navarros. francés, trataron Guibelalde, Elio y los demás generales y je­
■•Seis años do una guerra que jaunis debió encenderse, en fes, (pie no se acogieron al cuiivenio.de ejercer todo el influjo
estas hermosas y llorecienl es provincias las lian reducido al á sn alcance para que se separasen de Maroto y délos capitu­
lamentable estado en que boy se miran. La flor do su juven­ lados los guipnzcoanos y alaveses; pero el avance de Espartero
tud ha sido vidima en los combates. Kl comercio lia sufrido sobro el Haztan, donde los fugitivos se hallaban concentrados,
quiebras y menoscabos. La propiedad, siempre invadida, ha les obligó á buscar asilo en tierra extranjera, que definitiva­
redimido á. la miseria á sus dueños y colonos, has artes y ofi­ mente pisaron en la primera quincena de setiembre, en nú­
cios han parí ioipadodo la paralización (pie constituye lam ina mero do unos ocho mil hombros, la mayor parto navarros.
de ¡miniias familias. Todo, en tin, ha experimentado el des­ Desarmados en la frontera por la policía francesa, fueron
ia incierto y la amargura, haciendo cruel y precaria la exis­ entregados sus armas y caballos á los comisionados do Espar­
tencia. tero, cuya humanidad en no hacer fuego sobre los fugitivos
»Contemplad, vascongados y navarros, vuestra presente si­ excitó los elogios de las autoridades del vecino reino.
tuación. Comparadla con la felicidad que disfrutabais en otros Antes de abandonar el suelo que. había ensangrentado su
tiempos, y no podréis menos de confesar que el azoto de tan ambición quiso don Carlos señalar su derrota con un acto de
sangrienta lucha cambió el bien por ol mal, el sosiego por la despecho, promulgándolo por medio de un boletín, suscrito
zozobra, las costumbres pací boas de vuestros mayores por un por su titulado ministro, don Paulino Ramirez de la Piscina,
deseo de. exterminio, la ventura por todas las desgracias. Y en el que decía:
¿contra quién y por quién se ha hecho la guerra' Contra es­ «Ved ya consumada la mas infamo traición y al traidor
pañoles por espinudos, contra hermanos por hermanos. anunciároslo con descaro en la proclama que para vuestro
»Vosotros fuisteis sorprendidos. Se os hizo creer en un prin­ conocimiento so imprime abajo. Al oro extranjero y al precio
cipio que los defensores do Isabel If atontaban contra la reli­ vil de la conservación de algunos grados habéis sido vendi­
gión de nuestros padres; y los ministros del Altísimo, que dos, y con vosotros han sido vendidos vuestro Dios, vuestro
deberían Imber cumplido la ley del Evangelio, y su misión Rey, vuestro país y vuestros fueros. Calla el traidor las con­
de proclamar la paz, cuidando do curar las conciencias, fue­ diciones de la infame venta que él llama convenio de paz,
ron los primeros que trabajaron por encender osa guerra in­ poro sabed que no son otras que las que estipularon en Ver-
testimi <|iir lia desmoralizado los pueblos, donde las virtudes gara con Espartero en la noche del 28 al 2(.i de este mes, y
teman su asiento. son las siguientes: 1.a conservación de grados y empleos mi­
»V«sol rus luego filisi eis engañadas por un principo ani bi­ litares y civiles, continuando en el servicio los oficiales que
vios« que pretende usurpar la eoo ma ih; España á la sueesora quieran y dándose á los demás licencia ilimitada ó retiros; y
de Tornando Vil, ú su legítima hija la inocente Isabel. V á los que prefieran pasar al extranjero, cuatro pagas antici­
¿cuálesson sus derechos? ¿cuál el justo motivo de haberos ar­ padas: 2.a que los voluntarios depongan las armas en una
mado en favor do don Garlos? ¿qué ventajas positivas os ha­ comida que se dará á los dos ejércitos, y que desde luego se
bía de reportar su soñado triunfo? Persuadios, navarros y entreguen al enemigo todos los efectos de guerra y boca:
vascongados, del error, de la injusticia de la 'causa que se os :j." que los prisioneros sigan la suerte de los cuerpos á que
lia hecho defender, y de (pie jamás hubierais idealizado otro pertenecen. En cuanto á los fueros do estas provincias, Es­
galardón que consumar vuestra ruina. partero declaró abiertamente que ni su gobierno ni él pueden
»Yo sé (pie los pueblos están desengañados, que en su cora­ conservarlos, y su única concesión en este punto se redujo á
zón sienten estas verdades, y que. aman y desean la paz á prometer que influiria en las Córtes para su conservación.
todo trance. Ea paz lia sido proclamada por mí en Alava, ¿Habéis jamás oido una perfidia semejante? Pueblos vasco-
Vizcaya y Guipúzcoa, y esta palabra dulce y encantadora ha navarros y voluntarios: escoged entre vuestro Rey ó el trai­
sido acogida con entusiasmo y vitoreada con enardecimien­ dor que tan vilmente corresponde á la confianza que en él
to. El general don Rafael Vanito y las divisiones vizcaína, liabais depositado, entre vuestro deber y vuestra deshonra, y
giiipuzeoana y castellana, que solo han recibido desaires y en fin, entre el gobierno sabio y justo de vuestros padres, ó
tristes desengaños del pretendido Rey, han escuchado ya la el inmoral y desordenado de la Constitución de Madrid.
voz de paz y se han unido al ejército de mi inando pava termi­ Vuestra decision, la lealtad innata entre vosotros y vuestra
nar la guerra, bos campos de Vergara acaban de ser el teatro constancia no dejan dudar do vuestra elección, y podéis es­
de la fraternal union. Aquí se han reconciliado los españoles tar seguros, siguiendo ».vuestro Rey, que S. M. no os abando­
y mutuamente han cedido de sus diferencias, sacrificándolas nará. en vuestros peligros y fatigas hasta obtener una paz
porci bien general de nuestra desventurada patria. Aquí el verdadera y proporcionada á los sacrificios que habéis hecho
ósculo de paz y la incorporación de las contrarias fuerzas, por espacio do seis años.»
formando una sola masa y un solo sentimiento, ha sido el El boletín termina diciendo quo en vista do la indigna con­
principio (pie lia do asegurar para siempre la union de todos ducta de don Rafael Maroto, S. M. se ha servido declararlo
los españoles bajo la bandera de Isabel 11, de la Constitución traidor con sujeción á todas las penas quo las leyes imponen
do la monarquía y de la regencia de la madre del pueblo, la al delito de traición, poniéndole fuera de la ley.
inmortal Grist-ina. Aquí se ha ratificado un convenio para el De hecho terminó la guerra en las provincias Vascongadas
cual estaba yo suficientemente autorizado: convenio que y en Navarra, como no tardó en ir concluyendo en las pro­
abraza los intereses de todos y que aleja el rencor, la animo­ vincias centrales, en Galicia, .Extremadura y la Mancha, á
KD AT) MO DIDIMA 317
medida quo pasaban dias y se confirmaba que la pacificación ningún partido, preferiríamos al segundo hijo de don Cárlos,
había sido completa y que don Carlos había buscado refugio por tener esto mas talento; poro la buena opinion que tienen
en l-rancia. allá del príncipe de Asturias y ol deseo de no añadir una difi­
Poro quedaban en pié las facciones de Cataluña,do Aragón cultad á tantas otras nos determina en su favor.
y de Valencia, sostenidas por el ardor y la actividad de Ca­ Han corrido voces que existían comunicaciones entre los
brera. Mas la obra de continuar la guerra, una vez vencido generales Marof.o y Espartero: es preciso que el segundo de­
el Pretendiente y. dispersadles sus huestes, era superior á las clare quo la Francia, queriendo irrevocablemente componer
proezas de Cabrera, no obstante su genio fecundo y organi­ las cosas de España, como va ó como será dicho, contribuirá
zador. con ella y con su general á dielio resultado tan deseado por
Todavía debía costar una laboriosa campaña vencer y ex­ gobiernos, ejércitos y pueblos.
pulsar del territorio español al guerrillero convertido en ge­ El gobierno será raison nable.
neral y en caudillo, que reservaba al mundo la sorpresa de Los grados adquiridos de las dos partes serian conservados
verlo reconocer por soberano al hijo de la Ilei na que comba­ y he dicho ya que se harían todos los sacrificios necesarios
tió con tanta saña y encarnizamiento. liara ayudar la España,
Ferola campaña do Aragon de lS:h) y 40 tiene todavía que Queda bien entendido que las provincias Vascongadas y
licuar un libro do la presente historia. Navarra conservarían sus lucros, que debe ser su mayor de­
seo y el mayor deseo de su general.
DOCUMENTO NUM. T Si la renuncia de don Cárlos y de su augusta esposa no ve­
niali de su propio movimiento, al ejemplo del emperador
l’ltü POSICION F.S DI-J LA FRANCIA Cárlos V, pava salvar su país y conservar la paz. la religion y
la corona á su familia, las influencias de su general y otras
Excmo. Wl\: Conformándome á las órdenes de V. E. del personas considerables, como los padres Cirilo y Cil, etc., lo
dia '¿2 de mayo último, salí dicho dia de Amurrio y llegué portarían á ello por los medios mas con venientes, haciéndoles
el 28 á Paris; y desde el 20 tuvo el honor de ser recibido por entender que una batalla perdida ó una sublevación harían
el mariscal duque de Dalmacia, ministro de Negocios extran­ las dificultades invencibles.
jeros y presidente del Consejo de ministros de Francia, y por El príncipe de Asturias llegado al trono, una ley arreglaria
el marqués do Dalmacia, su hijo, que fue embajador de Ho­ la sucesión, como lo fue anteriormente para evitar toda nue­
landa y que debe luego, según se cree, serlo en Madrid. va revolución.
Las audiencias sucesivas, al número de siete, se verificaron Escritas las proposiciones del general, el nombramiento y
los dias 2!) y :Jü do mayo, 2, 11, 13, F7 y 13 de junio, empezan­ los poderes del personaje que ha de escoger entre los españo­
do á las siete de la mañana y acabando generalmente á las les; la renuncia de don Cárlos y de la duquesa de Loira, así
diez. La última se renovó á las dos de la tarde hasta Las cua­ como la declaración de Espartero, se pasaría sin el menor re­
tro, hora precisa do mi marcha. traso al tratado y á su ejecución.
En las primeras audiencias el mariscal ha querido conocer Si no se podia lograr dicha renunciación, se habría de tomar
todos los del alies de las acciones do llámales con sus conse­ el consentimiento 'del conde de España y de Cabrera.
cuencias posibles; los acontecimientos de Estella, los que, dije, En todos casos, V. debe escribimos conforme á las instruc­
oran además de su motivo político, necesitados por la seguri­ ciones que le tengo dadas sin retraso.
dad de la persona de V. E., la de los principales del go­ Deseo que las tres reclamaciones de la nota adjunta senil
bierno y del ejército. La situación del país de los dos lados, y averiguadas y despachadas cuanto antes.
en fin, de las proposiciones de Y. E., objeto de mi viaje. Saliendo á las cuatro y media de la tarde de Paris el 1S,
No me dejó conocer ami el mariscal cuál seria su resolución hubiera llegado ol 25 aquí, si no me hubieran arrestado tres
ulterior, pero me dijo que tomaria las órdenes de S. M. Lilis dias en Layona.— Dios guarde la vida de Y. E. muchos años.
Felipe, y que me convocaria cada vez que fu ese necesario para —Arrancudiaga 2S do junio.— JJuffua-l’auittac.— (Sigue una
comunicarme los resultados, etc. rúbrica.)
En fin, el mariscal, en nombre del Rey de los franceses, y en DOCUMENTO NUM. II
su propio nombre, me dijo en sus últimas audiencias lo que
sigue : PROPOSICIONES DE INGLATERRA
>S. M. y yo recibimos con gusto, reconocimiento, irrevoca­
blemente y como de oficio formal, l'ouverture que su general Traducción.— Ministerio do Negocios extranjeros.— Lon­
nos hace verbalmente por Y.; pero su general nos la ha de dres 10 de agosto de D-30.— Señor coronel don Guillermo
hacer por escrito y encargar un personaje español de su elec­ Wylde,comisionado de S. M. L. en el cuartel general del ejér­
ción para pasar desde luego al tratado definitivo; nuestra reso­ cito del Norte.— Muy señor mio: horeeibidool oficio de usted
lución no puedo cambiar lo que el Rey y yo deseamos, veremos número ño, del 20 de julio, que manifiesta el resultado do las
con gusto quo V. acompañe á dicho personaje para que no se entrevistas de lord .lohn Hay con el general Maroto y el du­
renueven las dificultades quo hemos vencido juntos, y acele­ que de la Victoria, con la mira de entablar una suspension de
rar la conclusion deseada. hostilidades entre las dos partes, y debo participarle que el
Afligidos profundamente del estado infeliz á que ha llegado gobierno de S. M. aprueba que Y. haya enviado al teniente
España, digna de mejor suerte, el Iley y yo vemos con el ma­ Lyon á informar acerca do los asuntos á que dicho su oficio
yor gusto la certidumbre de remediarla en breve, y no reparare­ se refiere.
mos en ningún sacrificio para retirar ese infeliz ó interesante Debo manifestar á V. quo haga presente al duque de la
país del abismo en que esfá sumergido y procurarle todos los Victoria que seria de la mayor satisfacción para el gobierno
medios y recursos para arreglarse y elevarse con rapidez á la de S. M. el cooperar del modo que le sea posible á fin de efec­
situación que le corresponde. Esta resolución es séria y firme, tuar un arreglo tal entre los jefes carlistas y el gobierno de
pero su general comprenderá que no nos podemos cebar en España que restableciese la paz do las provincias vascongadas
enfuns perdus en proyectos aventurosos y es preciso que se­ sobre bases satisfactorias y duraderas: y el gobierno de 8. M.
pamos antes: ha autorizado plenamente, tanto á V. como al lord John Hay
I.° Si don Cárlos y la duquesa de Loira renunciarían al y á la embajada de S. M. en Madrid, para que ofrezcan sus
trono, obligándonos en tal caso á poner á su disposición toda buenos oficios de cualquier modo que estos puedan conducir
residencia que se servirán escoger, en cualquier parte que sea, á un fin fan deseado. El gobierno de S. M., sin embargo, con­
fuera de España y á tratarles con todo el decoro que les cor­ viene en un todo con el duque de la Victoria, que las propo­
responde: 2.° obligándonos desde luego á obligar á doña Cris­ siciones hechas por (¿1 general Maroto no pueden aceptarse:
tina á salir también sin retraso de España, y al casamiento ni el duque de la Victoria, como súbdito fiel de la Reina do
del príncipe de Asturias con doña Isabel, como rey y reina, España, ni el gobierno inglés, como gobierno de una potencia
gobernando en nombro colectivo: si fuese necesario no irritar aliada de España, podrían por un momento dar oidos á una
Í51.S TTISTOTîIA ])E E S P A Ñ A

]!]•• »posición fundada en la baso quo la regencia do España, i 1.“ El cesar toda hostilidad contra la Reina por parte de
(Invalilo la menor «dad d« la Reina, so arrebato (por una esti­ don Carlos, y por tanto, el retirarse este del territorio español
pulación lieolia outre súbditos quo los gobiernos aliados no j bajo la condición de que recibirá, do la nación española lo%ali-
pueden considerar sino como insurgentes) de aquellas manos I mentos proporcionados á su nacimiento y rango como prínci-
en que las autoridades constitucionales de España la lian ! pe de la casa real de España.
plieslo. 2. “ La continuación de empleos y sueldos ¡üos generales y
Coincide enteramente el gobierno do tí. M. 15. con la opinion oficiales de las tropas carlistas, y olvido entero de lo pasado
del duque de la Victoria, de que un casamiento entre la Reina con respecto á todo delito político.
de España y mi hijo de don Carlos seria por muchas y varias 3. ° Que las provincias vascongadas reconozcan la sobera­
razimes un arreglo el mas inconveniente; arreglo al cual la nía de la Reina Isabel, hvregencia de iaReina madre y laçons
nación española jamás debe consoni ir; y es de opinion el go titucion de 1837, manteniéndose por lo tanto como parte inte,
bienio de ft. M. (pie en el actual osi ado relativo de los dos par­ gra del territorio español.
tidos en el Xorle de España, no seria ventajoso á la cansa de 'I." Que los privilegios é instituciones locales de las provin­
la Reina, que se efectuase un armisticio entre las tropas del cias vascongadas se conserven en tanto cuanto estos privile­
(Impie de la Victoria y las del general Maroto, á no ser que gios é instituciones sean compatibles con el sistema represen­
hubiera mayor certeza, de la que aparece, do que dicho armis- tativo de gobierno que ha sido adoptarlo por la España toda
Iicio condujese á un arreglo linai y satisfactorio. Porque, á no y en cuanto sean consistentes con la unidad de la monarquía
ser que el genomi Mamto diese al duque de la Victoria algu­ española.
na prenda de sinceridad sustancial ó irrevocable, ya fuese so­ Se halla V. autorizarlo para comunicar estos términos á
nici ¡ándese á la Reina ó evacuando algún distrito importante, cualquiera ó á ambos generales, com o el arreglo que el gobier­
retirándose á alguna parte del país que se señalase al efecto no británico se esforzaría con mas gusto por conseguir entro
ó disolviendo su ejército; enviando sus soldados á sus casos ó las partes contendientes. Pero manifestará V. á ambos, que en
de. algún otro modo; es evident o que el armisticio seria ente­ la opinion riel gobierno de S. M. no seria consistente con el
ramente en provecho délos carlistas mientras durase, y al cual ¡! honor y dignidad de la nación española, ni estaría en los lími­
probablemente pondrían ellos término, tan pronto como no lo tes ríe los justos derechos de la Gran Bretaña, que el gobierno
liai lasen ú f i) á sus (ines. de tí. M. saliese garante do un arreglo entro la Reina de Espa­
El gobierno de ft. M. conviene enteramente on los términos ña y una porción de sus súbditos. Al mismo tiempo los jefes
razonables y justos que (según oficio de Madrid al general carlistas pueden contar con confianza con los esfuerzos y bue­
Alava y comunicado por este tí mi) hemos sabido que el go nos oficios del gobierno inglés en su favor, en el caso de que
bienio español está pronto ií conceder á los jefes carlistas, y en lo futuro intentara el gobierno de Madrid separarse de los
el gobierno de ft. M. hace observar que, con algunas modifica­ arreglos negociados con el apoyo de la mediación de la Gran
ciones, son los misinos que manifestó el duque déla Victoria. Bretaña.
Los términos, sin embargo, que el gobierno de ft. M. creería ftoy, señor coronel, su mas obediente y humilde servidor.
razonables, y que en sustancia son los mismos que ofrece el — (Firmado.) — Palmerston. — Es traducción del original,
gobierno español, son como sigue: Wylde.»

LIBRO DECIMO
FIN DE LA REGENCIA DE DOÑA MARÍA CRISTINA

deshacerse de la dócil mayoría que tan ministerial se habia


CAPITULO P R IM E R O mostrado al autorizar la formación de causa á los dos ante­
dichos generales, ambos diputados á aquellas Cortes. La di­
Los conservadores y los progresistas
solución disgustó naturalmente á los moderados, viéndose
( í i H i s u i m c n u á m (k -1 e m i v o n i o s o b r a l a política i n t e r i o r . — D i s o l u c i ó n y abandonados porla Gobernadora, enteramente entregada en­
i m o v . i s (■ I i ' o o í o i i ü ·í . — l , i i m a y o r í a c o n s e r v a d o r a y l a o p o s i c i ó n p r o g r e ­ tonces á las influencias de Espartero; y retrájose el partido
s i s t a — l t b p a r t o r o e n A r a g ó n . — L a c a m p a ñ a d e 18 10 . tan absolutamente de tomar parte en las elecciones, que un
solo moderado, don Antonio Benavides, tomó asiento en el
nejamos mi su lugar expuesto lo estéril que, por las causas nuevo Congreso.
oportunamente enumeradas, fue pava el país y para el par­ El partido progresista habia visto con alarma la intimidad
tido conservador el memorable triunfo electoral que este ob­ que existia entre la corte y el cuartel general. Llegó hasta
tuvo para las primeras Cortes convocadas con arreglo á la recelar que se caminaba a un golpe de Estado, apoyado por
Constitución de IS37. el general en jefe, y tan grande fixé este recelo que, como an ­
Queda igualmente caracterizada la situación que para la teriormente lo dejamos indicado, un hombre tan importante
mayoría do aquellas Córtos creó la caída del gabinete Ofalía en el partido progresista como lo era don Evaristo San Mi­
y el advenimiento del presidido por l’erozdc Castro, gabinete guel, so acercó á sujetos de conocido influjo entre la fracción
el último cuya composición no satisfizo á ninguno do los dos mas liberal de los conservadores, proponiéndoles concertar
partidos (pie por entonces se enseñoreaban en el campo d éla las fuerzas de los partidos para contrarestar los proyectos quo
política, el moderado y el progresista. sospechaban de parte de los cortesanos que creían estar en
Reunidas las Cortes en los primeros dias de noviembre connivencia con el general en jefe.
de 1338, riéronse suspensas en el siguiente mes de marzo, Mas cuando la presencia de Alaix en el gabinete acabó
para ser posteriormente disueltas en junio, por disposición por dar resuelta la disolución del Congreso moderado, y
de un ministerio que seguía las inspiraciones del cuartel ge­ sobrevino despues el memorable convenio de Vergara, en­
neral declaradamente hostil á los moderados, detrás de cuyo contrándose los progresistas dueños de la mayoría de la
partido croia Espartero ver siempre á Córdova y a Narvaez; Cámara electiva, quisieron sacar partido de su ventajosa situa­
circunstancia que basté para que el ministerio se resolviese á ción parlamentaria para entenderse con Espartero y reernpla-
R E C U E R D O D E LA P R IM E R A G U E R R A C IV IL C A R L IS T A

1 y 2 .— Banderas del 8." regimiento infantería de Voluntarios carlistas de Navarra, entregadas en Vergara.
3. — Bandera enarbolada por J). Ramon Cabrera en el castillo de Morella, y tomada por las tropas del general
Espartero.
4. — Bandera coronela del primer regimiento de Voluntarios carlistas navarros, entregada por las tropas del
Pretendiente.
, 6 y 7. — Banderas de los batallones números 11 y 12 de la Legion auxiliar británica al mando del general Lacy
Ewans.
8. —Boina de I). Ramon Cabrera.
0. — Obús que lleva en forma de lazo la inscripción «Zumalaeárregui» y las iniciales G. V. superadas de corona
real.
10. —Mesa y sillas de que se hizo uso al tratar del Convenio do Vergara.
V' l>.\ D MOD K lì XA :j í i>

zar al desprestigiado gabinete que, como sabemos, presidia Narvaez; contradicción quo se explica por la volubilidad de
Feroz de Castro. carácter y la conocida ambición del de Yuninví. Seguro este
Tal era la disposición do los ánimos en cd terreno de la po­ do poder contar con los jefes de la guarnición para el sosten
lítica militante, cuando so recibió la fausta nueva de la pacifi­ del orden público, y de que tenia detrás de él al partido con­
cación de las provincias Vascongadas, y de la expulsion de servador, enrouées unido y compacto, prestóse á hacer frente
don Carlos del territorio de la Península. La alegría y el en­ á la tormenta, para lo «pie bastó situar alguna fuerza en el
tusiasmo fueron generales entre todas las clases de la nación. Prado y en la carrera do San Jerónimo y que el nuevo minis­
Hasta los carlistas, cansados de su estéril lucha, esperaron, y tro do la Guerra consintiese en oir, durante algunos momen­
no en vano, sacar partido de la nueva situación. El Congreso tos, los denuestos y vociferaciones que las turbas le- dirigieron
de diputados presenció, como síntoma del enajenamiento ex­ ¡i su paso paraci Congreso y el Senado, donde iba á «lar lec­
pansivo provocado por aquel gran suceso, la escena de enter­ tura del decreto de suspensión, preliminar del de disolución
necimiento patriótico dada por el ministro de la Guerra, que apareció en Ja Gaceta del siguiente dia.
quien, levantándose de su banco, dirigióse á los de la opo­ A) mismo tiempo se mollificó el gabinete, del que .entró á-
sición con ánimo de dar un abrazo á Olózaga; apresuróse formar parte el mismo don Francisco Narvaez, como propie­
esto en ir al encuentro del ministro, cambiando ambos el tario do la cart era de Guerra, siendo nombrados, para Gober­
ósculo de paz que no debia por cierto ser duradero cutre los nación don •Saturnino Calderón Collantes, en represenlacion
partidos que en aquel momento protestaban de su propósito de la fracción mas liberal del partido conservador, del que
ilo trabajar do común acuerdo en el interés de la pública feli­ era órgano El Correo Nocional, y para Marina don Manuel
cidad. Alentes de Oca, hombro do acendradas convicciones conser­
La cuestión de los fueros del país vascongado había ame­ vadoras.
nazado dividir ostensiblemente al ministerio 'de la mayoría lil antagonismo que hemos visto declararse enlro el gabi­
progresista. Quería esta restringir las garantías fueristas den­ nete y el partirlo que poscia la mayoría que acababa de ser
tro tío condiciones que alterasen la autonomía administrativa disuelta, oreaba una situación enteramente nueva., lira esta-
de aquellas provincias, al paso que el gobierno aspiraba á li­ llamada á dar color y fuerza al partido conservador, brusca é
mitar la reforma de los fueros á lo absolutamente necesario ingrata]ncuce despedido pucos meses antes; situación que se
pava dejar á salvo la unidad constitucional de la monarquía. baila caracterizada con tanta imparcialidad cuino exactitud
Mu osle sentido se votó por unanimidad la ley en los dos en el libro titulado Or¡ja» iza d on de, los partidos.
cutTpos colcgisladores. «La Gobernadora, dice esta obra que reúne todas las condi­
Aquella concordia fue de corta duración. La mayoría re­ ciones propias de un tratado de organización y disciplina
cientemente elegida so croia fuerte y quiso mostrarlo recla­ parlamentarias, había fundarlo las mas lisonjeras esperanzas
mando el poder, á cuyo fin aprobó el Congreso una propo­ en el apoyo, que se croia segura, do hallar en la espada del ge­
sición suscrita por los diputados Roda, Caballero y Feliu, en neral en jefe de los ejércitos reunidos, y vió con disgusto que
la que so pedia declarase la Cámara que los españoles no es­ después del convenio de Vergara las simpatías do Espartero se
tallan obligados á pagar contribuciones, arbitrios ni otra es­ inclinasen cu favor del part ido progresista. Olvidaba este la-
pecie de impuesto, empréstito ó anticipación que no hubiesen cruda guerra que en 18:15 habia hecho al general do division
sido votados ó autorizados por las Cortes según el art. Ti de don lialdomero Espartero, cuando el entóneos general en jefe
la Constitución. del ejército del Norte, don Luis Fernandez do Gordo va, salió
Semejante voto de desconfianza de parte del Congreso no noblemente á la defensa de su subordinai lo, y cuando el pe­
dejaba ot ra alternativa quo lade la retirada del gabinete ó la riódico El Español .secundaba, la generosa conduct a de aquel.
de la disolución. V á efecto de inclinar el ánimo de la Gober­ El tiempo habia borrado aquellas impresiones, y el partido
nadora á la primera do estas soluciones, como punto de par­ progresista, aluira que las influencias del cuartel general parc­
tida para formar un nuevo gabinete, el ministro de la,Guerra, elan deber serle propicias, aplaudió con febril ent usiasmo los
Alaix, presentó su dimisión. Mas habiéndose declarado soste­ comunicados de Linage, secretario de campaña del general.
nedor de la opinion contraria el de Gracia y .Justicia don «La Gobernadora, alarmada por estos indicios y ansiosa de.
Lorenzo Arrazola, supo desplegar en aquella azarosa crisis sacar partido del convenio de Vergara, se hacia á sí misma
una desteridad, una firmeza de propósitos y hasta una ener­ este razonamiento que repetían sus mas allegados: «Termina­
gía de carácter, de la que no se croia capaz á un hombre que da la guerra civil y reconocida la Reina por los corifeos car­
se ltabia principalmente señalado por su aptitud acomodati­ listas, todos los partidarios de esta opinion vendrán natu­
cia. Pero supo Arrazola presentar el asunto á la Gobernadora ralmente á serlo do la prerogativa de Isabel, y entre los
en términos tan conformes á las inclinaciones de la augusta sostenedores habil nales del gobierno, los amigos personales
señora, que salió victorioso de la contienda, trasladándose de la dinastía y los carlistas reconciliados, reuniremos los
resueltamente aquel ministro al campo del partido conserva­ elementos de una mayoría capaz de balancear y superar ei
dor, al que pocos meses antes había despedido sin ceremo­ influjo de los que del sistema constitucional pretendan hacer
nia, cuando el gabinete se hallaba en posesión de una consi­ una rèmora pava el poder de la Corona.»
derable mayoría, parlamentaria, adquirida en honrosa y »Llevada de esta esperanza y no pmliendo comenzar á ochar
dispulada lid. los cimientos de su nuevo editìcio, sin contar conci apoyo del
La crisis dió ocasión á. síntomas tanto mas graves, cuanto partido conservador, dirigido en aquel tiempo por hombres
que la latitud del régimen legal, existente en aquella época, políticos que sinceramente profesaban los principios cardina­
abría- ancho campo á. las manifestaciones populares. les del sistema representativo, la corte procuró atraerse de
La milicia nacional, en todo su auge entonces, era una ins­ nuevo la conlianza de los moderai bis, esforzándose en persua­
titución esencialmente progresión, y su sombra protectora, dirles que, terminada la guerra, había llegado el momento de
.•dentaba la actitud bulliciosa y amenazadora do los grupos seguir una política conservadora, á cuyo electo la Corona,
que asediaban las avenidas do). Congreso, invadían las tribu­ aleccionada por la experiencia, buscábala alianza del partido
nas, aplaudían ruidosamente á los oradores de la oposición, y moderado, pues iban á disolverse las Curies progresistas, ape­
hast a llegaron á penetrar en el salon los mas bulliciosos entre nas congregadas, y á pedir á la nación unas (.ortos conserva­
los espectadores, amenazando a! solitario ministro (Arrazola), doras á fin de poder asentar sobro sólidas bases la oora de la
que con imperturbable calma sufría el fuego graneado de- los restauración monárquica.
discursos y délas amenazas que por todos lados se le dirigimi. »Desprendíase de aquí la cuestión de si el partido modera­
Para contener aquellos desórdenes, fáciles rio haber sido provis­ do, buscado en tales circunstancias por conducto del mismo
tos, y que Ionian por obj et o imposi bili lar el cambio de jiolítica á gabinete Feroz de Castro, que acababa do ser instrumento de
que la corte caminaba, fué nombrado ministro interino de la su desdorosa despedida, hizo acto de lealtad y abnegación,
Guerra, el general don Francisco Narvaez, conde de Yurmiri, respondiendo al llamamiento de la Gobernadora, ó cometió
sajelo que había figurado entre los mas activos agentes del una falta que habia de pesar sobre su luí ara suerte.
cuartel general contra.su pariente y amigo don Ramon Alaria- »No resolveremos esta- cuestión delicada, contentándonos
Tomo VI
:r¿o I I I S T O K I A DK KH P A ÑA

con observar que la corle no podia dar un paso en la evolu- ! serradores, dándoles una robusta y compacta mayoría, ni esta
cion que meditaba, si el partido moderado no le venia en mayoría ni el ministerio supieron responder á la confianza del
ayuda eon gran fe y decision, y esto se hallaba por consiguien­ país, pues no tuvieron aliento para constituir un gobierno de
te en situación, y hasta en el deber, ó do haber aconsejado una vigor y de inteligencia que supiese desarmar la prevención
política conforme á sus principios, manifestando á la Goberna­ en que era evidente se hallaba contra la situación política
dora bis condiciones medíante las que podria aceptar la res- ! existente el general en jefe de los ejércitos reunidos, duque
pousabilidad de la batalla á que era llamado, y formando, si de la Victoria.»
aquellas condiciones le eran admil idas, el prim er gabinete ver­ Ayudaba poderosamente á batir en brecha al ministerio y á
daderamente político y parlamentario que hubiéramos tenido, la mayoría moderada, producto de las elecciones que acaba­
ó si esto noliacia, de declinarci llamamiento que le era hecho ban de verificarse, la violencia con que la prensa atacaba, no
dejando á la Gobernadora que term inase con el partido progre­ ya solamente á las Cortes y al gabinete, sino á todo cuanto
sista. la obra comenzada, puesto que sinmotivo ni fundamento podia dar consistencia y apoyo á los intereses conservadores.
alg'i modo carácter parlamentario, y fínicamente por deshacerse El Guirigay, La Revolución, El Graduador, invadían el sagra­
de una mayoría conservadora, queennadahostilizubanl gabi­ do de la vida privada señalando al público desprecio, hasta á
nete Perez de Castro, pero ante la cual so consideraba este pe­ señoras relacionadas con hombres públicos.
queño, se Ilabiati disuelto unas Cortes enviadas hacia un año por Algunos meses antes, el 5 de junio, en el primer período del
el país, á consecuencia do uno de los movimientos mas señala­ gabinete Perez de Castro y cuando este se hallaba en plena
dos de la opinion pública, legal y pacíficamente consultada. armonía de aspiraciones con el cuartel general, inicióse por
»l’ero el partido moderado no discutió con la corte las con­ medio de una circular, emanada del ministerio de la Goberna­
diciones de! llamamiento que se le hacia, y se reconcilió con ción, el sistema destinado á hacerse mas tarde célebre bajo el
ella eon la facilidad eon que lo hace á la primera insinuación nombre de derecho de recogida. Prescribía el artículo 2." de
afectuosa un amante pieado con la que es objeto de su pa­ dicha circular que los jefes políticos ó los alcaldes cuidasen
sión. escrupulosamente de que los editores de periódicos, los impre­
»Convocóse en la casa de Filipinas una reunion general del sores de hojas sueltas y demás personas, presentasen dos horas
partido moderado y en ella se nombró una junta ó comisión ardes de la distribución á los suscritores 6 venta de cada n ú ­
central pava dirigir las elecciones, y sellóse la alianza entre mero, un ejemplar destinado á que la autoridad, con tiempo
este partido y la Gobernadora y su gabinete. La contienda suficiente para examinarlos, pudiese prevenir el daño que
electoral fue viva y animada, poique el partido progresista, juzgasen se seguiria de su publicación.
que había ganado las últimas elecciones, viéndose desposeído La aparición en la G a c e t a de aquella circular, que fué el ori­
y amenazado, reclutó todas sus fuerzas para la pelea. Una gen de la censura previa que acabó por establecerse años des­
poderosísima intervención vino en su auxilio. pues, partía del hecho de la presentación á la autoridad de los
»El general en jefe del ejército del Morte, don Baldomero impresos dos lloras antes de que pudiesen circular, mandato
Espartero, desde su cuartel general del Mas de las Matas, se que constituía una novedad de tanto bulto que no pudo me­
declaró, según dejamos anteriormente dicho, como contrario nos de conmover á los redactores de los periódicos de Madrid.
á la política del gabinete, vituperó la disolución de las Córte» y Sus directores convocaron una junta á efecto de resolver acer­
¡dentóal partido progresista,(binilo público testimonio deque ca de la conducta que seguirían en presencia de la nueva ju ­
estábil de su parte. Tara graduar toda la importancia de esta risdicción á que quería sujetárseles. Verificóse la reunion, en
manifestación, es menester, además <le tener en cuenta la in­ la que, á propuesta de don Luis José Sartorius, secretario de la
mensa posición política que ocupaba el general en jefe, con­ redacción de E l C o r r e o N a t i o n a l y como delegado de su di­
siderar cuál era la organización administrativa del país. Las rector, don Andrés Borrego, so acordó no conformarse con el
diputaciones provinciales y los ayuntamientos formados con precepto de detener la circulación de los periódicos las dos
arreglo á la ley do I K'Ml ponían en manos do estas corpo­ horas que la circular prescribía, limitándose las empresas á
raciones la eonlbceion do las listas y todas las operaciones hacer entrega á la autoridad del primer número impreso.
electorales, y en su mayoría estas corporaciones pertenecían Pero el fruto de aquella victoria de la prensa independiente
al partido progresista, así como la numerosísima milicia na­ que bastó para detener por espacio de nueve años los abusos
cional que se hallaba ¡inunda y organizada y cuyo influjo era autoritarios que debian consumarse en 1848 á la sombra déla
absorbente. suspension de las garantías constitucionales, vino á convcrtir-
»Cont ra estos poderosos elementos tuvo que luchar en las se entonces en escudo protector de la licencia mas desenfre­
elecciones de aquel año el partido conservador, reducido á nada, llevada al último extremo de la procacidad por las
sus solas fuerzas, unidas al prestigio do la corona y al influjo difamaciones del Guirigay. La legislación de imprenta no ha
fle los agentes del gobierno; fuerzas que evidentemente eran llenado todavía en España la tutelar misión de amparar el
de menos acción y poderío que las de que disponían sus con­ derecho de libre examen, al mismo tiempo que reprima el
trarios: y, sin embargo, el resultado de las elecciones fue fa­ elemento perturbador del reposo público y de la paz de las fa­
vorable ¡í. les conservadores por una inmensa mayoría, pues milias.
de dosei ont os cuarenta y un diputados de que se componía Las elecciones, cuya historia dejamos hecha, habían dado
enlonees el Congreso, solo sacó sobre setenta el partido pro­ una absorbente mayoría á los conservadores sin que por ello
gresista; hecho que únicamente referirnos en prueba de cuán dejasen los progresistas de traer al Congreso los mas distin­
lleudas eran las raíces con que en España contaba entonces guidos de sus correligionarios. Arguelles, Olózaga, Calatrava,
el principio monárquico y los intereses de conservación, toda Sancho. Cortina, Caballero, Iiivero, San Miguel y hasta 60 de
vez que, ¡ipenas lanzado el país en vías de revolución por los los mas distinguidos de entre sus amigos políticos vinieron á
desaciertos de sus gobernantes, retrocedió de ellas casi á im­ las Cortes, en las que presentaron un enérgico y eficaz elemen­
pulso propio y apresti nidamento se echóen brazos do los que to de oposición á la que hicieron ceo las ruidosas demostra­
mas garantías le ofrecían de poner término á las agitaciones. ciones de la calle, que en los primeros dias de la instalación
El curso de los sucesos nos hará ver á qué causas fué debi­ del Congreso, y con motivo do la discusión de algunas actas,
do que la fe monárquica se haya debilitado y que el ascen­ cuya anulación pedían los oradores progresistas, perturbaron
dien! e de las doctrinas conservadoras no haya continuado las galeríasylos alrededores del ex-convento delEspírituSanto.
siendo un permanente puerto do seguridad contra las irrup­ Pero los conservadores de aquella época no vivían de abu­
ciones did espíritu revolucionario. sos, ui explotaban el presupuesto; buscaban su apoyo en la
»Las Cortes de LslO dieron el segundo y memorable ejem­ opinion, recurriendo con plena confianza al empleo de los
plo del triunfo de los principios conservadores, obtenido por medios de la libertad. No se dejaron, pues, amilanar por las
mi'dios puramente constitucionales, empleando los elementos amenazas y los gritos y supieron oponer fuera y dentro del
mas latos de la libertad y bajo el imperio de las influencias Congreso la varonil energía que cumple al verdadero civismo.
y de las instituciones del partido progresista. Mas si el país Antes que la Cámara llegase á constituirse y apenas comen­
correspondió al llamamiento de la Gobernadora y do los con- zó la discusión de las actas, contra las que se presentaron re-
KDAD M O D E R N A 321
claraaciones, la minoría comenzó las hostilidades negando que ó por mejor decir, tácita continuación de hostilidad contra
el Congreso tuviese legitimidad, suponiendo haberse cometido aquellos de los ministros que no se mostraban dóciles á sus
en las elecciones violencias, que no habían podido existir por indicaciones. En su consecuencia salieron del gabinete los
la sencilla razón de que no se ofrecía la prueba de actos con­ tres señores antes nombrados, á los que acompañó el ministro
cretos por parte de las autoridades, y porque además los me­ de Hacienda San Millan, los que fueron reemplazados por don
dios de coacción moral ó material eran solo imputables á los Agustín Armondariz en Gobernación, don Ramón Sanlillan
que contaban con la milicia nacional, con los empleados y de­ en Hacienda, y don .‘Imm de Dios Soteio en Marina; los dos
pendientes de los ayuntamientos y diputaciones provinciales, primeros pertenecientes á la fracción moderada de color su­
que en su mayoría pertenecían á los progresistas, como elec­ bido, y el último amigo de Espartero, con quien habia servido
tos en el tiempo de su dominación. en el Perú; y tanta era la dependencia en la que Perez de
Mas no podían los jefes de la oposición disimular el despe­ Castro y Arrazola (los dos ejes del gabinete, que tan distintos
cho que sentían por la última disolución, tanto mas cuanto papeles venían haciendo) se habían constituido dei cuartel
que, contando ahora con las simpatías deljefedela fuerza ar­ general, que al sobrevenir la, crisis significada por los minis­
mada, era para ellos mas tentadora la perspectiva del poder. tros dimisionarios, el presidente Perez de Castro dirigió á
Llevados del vórtigo de la impaciencia, teniendo por suyo Espartero la siguiente comunicación :
el ayuntamiento de la capital, y á su devoción organizadas «Excmo. Sr.: Habiéndose dignado 8. M. admitir la dimisión
cuadrillas de agitadores, echaron mano de estos últimos au­ que han hecho de sus cargos algunos de sus ministros, entre
xiliares para poblar con ellos las galerías y las avenidas del otros el de la Guerra, ha tenido á bien encargar interinamente
Congreso, proponiéndose intimidar á los que intentaban hu­ del despacho de dicha secretaría al subsecretario do ella don
millar primero para desacreditarlos despues. Hízose en efecto Hernando Norzagaray. Pero deseando S. M., antes de que re­
elección de la sesión del dia 2i de febrero, en la que se discu­ caiga su soberana resolution con respecto al nuevo nombra­
tirían las actas de Córdoba, para promover una asonada con­ miento, oir la opinion de V. E. acerca de él, me manda remita
tra la mayoría. Las escenas de tumulto que se siguieron, á V. E. corno lo ejecuto, la adjunta lista de generales dictada
apenas son describidles. Dentro y fuera del Congreso se mul­ por S. M., á fin de que se sirva V. E. indicar cuál de ellos sti­
tiplicaron las vociferaciones, los improperios y las amenazas ria el mas á propósito cu su concepto para el desempeño del
á los diputados, y muy principalmente algunos que se atrevie­ ministerio de la Guerra.
ron á penetrar en el salon, dirigiéronse á los ministros de »Es asimismo la voluntad de S. M. que V. E. se sirva de­
Gracia y Justicia, de la Gobernación y de Marina, que en volver con su respuesta el correo portador de esta comunica­
aquel dia acreditaron, particularmente el último, la firmeza y ción, con toda la posible brevedad, vistala urgencia del caso.
dignidad de carácter que los distinguían. »Lo digo todo á V. E. de real orden para su inteligencia y
Las autoridades encargadas de la conservación del orden fines indicados.—Dios, etc.
público, el jefe político, que lo era el brigadier Puig, y el go­ »Madrid 8 de abril de 1840.—Evaristo Peres de Castro.—
bernador militar, se mostraron débiles y fueron separados; Señor duque de la Victoria.»
providencia á- la que acompañó la declaración de estado de Lista de generales: Sanjuanena.—Cleonard.—Buerens.—
sitio de la capital; cuya medida bastó para restituir la tran­ Puig-Sampor.—Oraá.—Concha,—Tena.—Villalobos.
quilidad material, pero sin haber restablecido la moral, sobra­ Desde su cuartel general de Aguaviva contestó Espartero á
damente perturbada por la tirantez y antagonismo existentes la antedicha real orden en los términos siguientes:
entre los poderes legales, representados por las Cortes y el mi­ «Excmo. Sr.—La nueva, cuanto distinguida muestra de la
nisterio, y el poder material que residia en el cuartel general confianza que me dispensa S. M., me impone deberes sagra­
del Mas de las Matas, de donde habia partido el manifiesto del dos del mas alto reconocimiento, y alimentaria, si fuese posi­
secretario de campaña, contrario á la disolución de las últi­ ble, mi firme y decidida voluntad de sacrificarme por la
mas Cortos progresistas. consolidación del trono de su augusta hija, sin perdonar me­
Semejante situación aconsejaba á la mayoría gran circuns­ dio alguno para que se ostente en todo su brillo, con el
pección y prudencia, á fin de no dar pretexto alguno del triunfo de la causa que de tan buena fe defiendo. Así ruego
que pudiesen asirse la minoría y su poderoso aliado, para so­ á V. E. tenga la dignación de manifestarlo á S. M. Pero que
breponerse á la débil barrera que contenia la irrupción de la animado de un sincero respeto á su real persona, y conven­
política progresista. Tanto mas aconsejábase de suyo á la ma­ cido de la sabiduría que marca sus determinaciones, lle­
yoría que usase do exquisita prudencia, cuanto que iiabia vada siempre de un buen deseo, creería abusar de su mucha
tenido que pasar recientemente i>or la prueba de no haber bondad haciendo uso del favor que me otorga, cuando estoy
podido luchar con la influencia que amenazaba á la vez la muy seguro de que su elección llevará el sello del acierto.
existencia del Congreso y la del gabinete. Dios, etc.»
A consecuencia de los triunfos militares obtenidos por Es­ El ministro de Marina que, como liemos dicho, era antiguo
partero en Aragon, llegó ¡i manos del gobierno una propuesta amigo de Espartero, le escribió poniéndose á sus órdenes ; re­
de ascensos, entre los que figuraba el de mariscal de campo á cibiendo en respuesta una carta cariñosa, en la que, reasu­
favor del brigadier Linage, secretario de campaña del general miendo el general declaraciones de conducta, que calificaba
en jefe y editor responsable do los comunicados á la prensa de profesión de fe, terminaba diciendo: «listos son los senti­
en que se censuraba la conducta del gobierno y se ostenta­ mientos de su buen amigo de usted, de un soldado honrado,
ban claras simpatías en favor del partido contrario al que se por mas que se empeñen en desacreditarlo El Carreo -nad o ­
hallaba legalmente en posesión de la mayoría. nai y comparsa.»
Consideraron los ministros como contrario á su dignidad La ira del ilustre duque de la Victoria contra el periódico
sancionar premios en favor de un hombre que públicamente que, sin otro móvil que el del interés público y el de una ex­
se habia declarado como su adversario; incidente que diti lu­ tremada apreciación de los servicios del general, salió espon­
gar á una crisis ministerial. táneamente á su defensa cuando en 183ñ era duramente
No era la propuesta relativa a Linage grata á la Goberna­ atacado por El Eco del Comercio y los diputados progresistas
dora, pero tampoco quería disgustará Espartero ¡parecer que, con motivo del fusilamiento de los chapelgorris ; el periódico
siguiendo la iniciativa règia, fué el de Perez de Castro y Atra­ que no tuvo límites para ensalzar hasta la exageración los
zóla; pero Calderón Collantes, Yumurí y Montes de Oca di­ servicios y la gloria del general Espartero por su ejemplar y
sintieron resueltamente, anunciando que presentarían su meritoria revindicacion de la ordenanza y la disciplina mili­
dimisión; extremo que trató de evitarse por medio de una tar, eu ocasión de las ejecuciones de Miranda y de Pamplona;
cariñosa carta autógrafa de doña María Cristina á Espartero, el periódico que con motivo del hecho de armas de Peñacor-
en la que le hacia afectuosas reflexiones y le rogaba desistiese rada proclamó al general como el caudillo de la libertad por
de su empeño, carta de ]a que fué portador un correo de ga­ excelencia, habia perdido la benevolencia del ilustre duque
binete cuyo regreso, esperado con impaciencia, trajo la ratifi­ de resultas de las patrióticas y desinteresadas gestiones de
cación de Espartero á su anterior propuesta y su subentendida, su director por unir á Narvaez con Espartero, en clase el pri­
322 HISTORIA DB JÍSI’A N A

mero de subordinado y cooperador del segundo: proposito tado general don Antonio Seoane, asunto acerca del cual que­
que. como lia podido leerse on capítulos anteriores, fué des­ da dicho lo bastanti! en un precedente capítulo.
airado por el último; situación aquella que llegó á compli­ No satisfecha la mayoría con haber resuelto, conci exclusi­
carse el) presencia de los actos, por medio de los cuales ol vo criterio del partido de que era órgano, las importantes me­
general en jefe de los ejércitos de la nación intervenia en didas de que acabamos de ocuparnos, tuvo empeño en que no
las contiendas legales de los partidos, con propósito de de­ se cerrase la legislatura sin dar cima a la importantísima ley
volver á uno do ellos por medio de la fuerza, el poder que el relativa al régimen municipal, reforma en extremo grave y
partido contrario debía al sufragio electoral, ganado en bue­ que lo era tanto mas cuanto que las venerandas tradiciones
na lid. liste y noot.ro fuó el pecado del director de íil Correo de España en punto á ayuntamientos requerían un estudio
■ixirii/iinl á los ojos del duque déla Victoria; quien mas tarde que combinase lo que en las exigencias prácticas concejiles
y sin excitación de nadie hizo justicia al denunciado por sn convenia fuese confirmado ó reformado.
antiguo secretario Linage y lo distinguió con su amistad, no Pero preocupaba grandemente ti los moderados, arrancar de
solo cuando el general se hallaba emigrado en Londres, sino manos de los alcaldes, producto de la elección popular, las
posteriormente en sus dias de triunfo en 1851 ; y para mayor atribuciones de carácter gubernativo que dichos magistrados
apreciación de que la nobleza de proceder del director de El ejercen. Siendo en realidad estos funcionarios los ejecutores
dorm) iKtcì.tywd fué reconocida por el cx-regento de Kspaña, de las providencias de la administración central, como sus
basto decir que hasta en los últimos años de la vida del ilus­ delegados por derivación ó analogía, los moderados aspiraban
tre general mantuvo cordiales relaciones con el escritor que á que el nombramiento de los alcaldes, en vez de ser su elec­
mas de una vez estuvo, aunque sin faltar a sus convicciones, ción objeto do determinada y especial votación, fuese de com­
al lado del partido progresista en las cuestiones de princi­ petencia de la corona ó de sus agentes, pero debiendo preci­
pios. samente escogerlos entro los elegidos por los electores para
Volviendo á ocupamos de la situación y de la conducta de individuos de ayuntamiento. Apoyaban su doctrina en la le­
la mayoría do las Cortos en 1340, el juicio imparcial de la his­ gislación francesa, la que atribuye al poder ejecutivo escoger
toria no podia menos de consignar que, engreídos los directo­ en dicha forma los maires en las poblaciones que llegan á
res de la mayoría, en la persuasión do que poseían la del cuer­ determinado número de vecindario, y á los prefectos en los
po electoral, no rullexionaron lo bastante que aquella mayoría demás pueblos. Los progresistas insistieron vivamente en que
formaba una colectividad pasiva, compuesta de individuos que no pasase el artículo 1.“ en los términos que deseaban el go­
se metían en su casa cuando no se hallaban seguros de poder bierno y la mayoría, á lo que no se quiso acceder; y esta
contar con la decidida protección do la autoridad; y mas en­ negativa, que la oposición calificaba de usurpación de los de­
greídos todavía con poseer la confianza do la Reina goberna­ rechos del pueblo, fué escogida para dar en tierra con la si­
dora, se lanzaron á legislar con aquella libertad de ánimo tuación.
que solo cuadra en mayorías como las del parlamento inglés, No eran en realidad los méritos de la legislación municipal,
seguras siempre de todo recelo de asonadas, de pronuncia­ considerada en sí misma, lo que se discutió en las Cortes. Por
mientos y de coacciones militares. parte de la mayoría se aspiraba á imponer un principio, á
Importante era sin duda proveer á la dotación del culto y arrancar una prenda de victoria, rechazando todo tempera­
del clero ; pero se estaba en circunstancias de haberlo hecho mento conciliador respecto á un partido rival, cuya llegada
de una manera que no provocase el celo anticlerical de los al consideraba como la mayor de las calamidades; al
progresistas, dándoles pretextos para alzar bandera contra la pai., los progresistas que miraban la libertad como de­
reacción. En vez de obrar con cautela, la mayoría votó la con­ biendo sor su exclusivo patrimonio, queríanla solo para ellos
tinuación del medio diezmo y de la primicia por aquel año, y y sus adeptos, y consideraban como ilegítimo, como una ver­
para los siguientes un diezmo reducido, lijado al 4 por lOO de dadera usurpación, que sus contrarios estuviesen en el poder.
los productos de la tierra y de la ganadería; y no contenta La Reina gobernadora, escarmentada del desengaño que le
con esia medida, de cuyos méritos y condiciones económicas habían dado los dos sistemas cuya prueba llevaba hecha, quiso
lucra ocioso ocuparnos, avanzó la mayoría á legislar sobre la ensayar uno nuevo. El primero deque tuvo que arrepentirse,
dotación permanente de la Iglesia en términos que, si bien lo fue el do que hizo estreno en 1835 al entrar á regir las
admisibles para circunstancias normales, para una época de riendas del Estado y entregar la dirección de los negocios en
aquietamli'iilo moral, en la que hubiera desaparecido todo te­ manos de Martinez de la Rosa y del conde de Torcno, á los
mor fundado de trastornos, constituía en las circunstancias en que dejó toda la latitud que es de regla en los países gober­
que aquella ley fué votada, una especie do provocación dirigi­ nados constitucional!nente conceder á los ministros respon­
da ñ un partido quo solo necesitaba pretextos para enarbolar sables. Otorgado que hubo su confianza á aquellos dos hom­
su bandera de guerra. bres, la Gobernadora se entregó á las dulzuras de su interior
Disponía la ley de culto y clero votada por audios cuerpos: doméstico dejando á sus consejeros en perfecta libertad de
1. obrar; estado do engañosa seguridad de la que vino á sacar á
" (.pie el clero secular continuase en posesión de sus bie­
nes, tincas y censos, pero sin poder enajenarlos, empeñarlos ni la Reina viuda la violencia y los insultos que hubo de expe­
hipotecarlos. rimentar á manos de la soldadesca sublevada en la Granja
2. " Que continuase igualmente percibiendo los derechos de el 13 de agosto de 1330.
estola y la primicia con arreglo á la costumbre. Despues de aquel fracaso tuvo la Gobernadora que pasar
3. " Que para el sostenimiento del presupuesto eclesiástico por la dura tutela á que se vio sujeta durante el primer
se aplicase el I por 100 de los productos de la tierra y de los gabinete Calatrava; de cuya doble experiencia sacó doña María
ganados, con arreglo á las antiguas prácticas decimales. Cristina la enseñanza de que la convenia adoptar una política
4. " Que pasasen á manos del clero las lincas y censos que propia, teoría por demás contraria á los bien entendidos in­
habla poseído el clero regular y se hallaban gravados con car­ tereses de un monarca constitucional. Pero la Gobernadora se
gas espirituales, de cuyo cumplimiento quedaban encargados sintió débil y buscó en la espada del general Espartero un
los nuevos poseedores. escudo y un sosten contra las nuevas borrascas que pudiera
l'astante era el combustible que con medidas de esta clase tener que conjurar.
so arrojaba á la mal apagada hoguera de la latente guerra, en­ La situación del duque de la Victoria era en extremo des­
tre los dos partidos, cuyas pasiones están alimentando, desde pejada y ventajosa. Vencedor del carlismo, pacificador del
hace tres cuartos de siglo, las discordias de la desventurada reino, cumplíale tomar la actitud de mediador, do regulador
Kspaña. entre la intransigencia de los dos partidos, de reparador do
También por aquel tiempo y antes de entrar en la batallo­ los errores y flaquezas de los cortesanos, de protector, en su­
na cuestión de la ley de ayuntamientos, promovióse en ol Con­ ma, de la libertad. Su decisivo influjo sobro la Reina go­
greso, á instancia del conde de Torcilo, la proposición de acu­ bernadora bastaba para alcanzar de ella que modificase su
sación, ó sea de caso de responsabilidad ministerial, contra política personal; y si no era escuchado por la corona, los con­
dicho señor presentada en el anterior Congreso por el dipu­ servadores, entonces dirigidos por hombres de acendrados
EDAD M O DE lt N’A 3 z3
principios liberales, le habrían prestado cnanto apoyo necesi­ sus voluntarios una proclama, en la que, con mas animosi­
tase para dar cumplida satisfacción á las razonables aspira­ dad y cólera que compostura y dignidad, los excitaba á no
ciones de los progresistas. desconfiar de la victoria, no obstante Ja pujanza que osten­
Pero ni la mayoría, ni la minoría, ni la Gobernadora, ni taba el enemigo.
Espartero, estuvieron á la altura de su misión. Los progresis­ Por la parte de Valencia, Azpiroz arrebataba á la facción
tas obraron como si estuviesen solos en el país. La Reina no las poblaciones de Chelva y de Torres de Castro, quedando
midió con bastante precaución el uso que podia hacer de su dueño de toda la ribera izquierda del Turia.
poder á efecto de reclutar las fuerzas de que necesitaba para A un severo bando de Espartero, mandando fuesen expul­
llenar el papel que le estaba asignado como restauradora y sados del territorio sujeto al dominio de las autoridades de
fundadora de la monarquía constitucional. Entre todos malo­ la Reina y confiscados los bienes de las familias que tuviesen
graron la ocasión y los medios de haber poderosamente con­ individuos en la facción, respondió el altivo ó indómito Ca­
tribuido, cada uno en su esfera y según sus medios, á la edu­ brera con otro bando aun mas feroz, por el que se condenaba
cación política del país; la que, de haber perseverado en la á ser pasados por las armas los individuos que habitasen en
dirección que llevó de 1835 á 1810, habría probablemente sus dominios y cuyas opiniones liberales fuesen not orias.
evitado las guerras, calamidades y trastornos que por espacio- Completó el éxito de las operaciones dol general Azpiroz la
de mas de medio siglo han afligido á España, toma de la importante posición de Cbulilla y su castillo, por
Interin las Cortes discutían y los partidos esgrimían sus mas que hicieron infructuosos esfuerzos para impedirla Arnau,
armas para lanzarse al combate, cruzábanse las verdaderas y Arévalo y Forcadcll. Pocos dias despues, el general Hoyos se
tangibles armas, el hierro, el plomo y el bronce, instrumentos habia hecho dueño de Manzancra.
que con igual brio, pero con desiguales elementos y medios, Vino en aquellos dias á agravar los descalabros de los car­
empleaban Espartero y Cabrera, empeñado el último en sos­ listas la ya anunciada enfermedad de Cabrera. Sus ímprobos
tener una contienda en la que no podía menos de sucumbir. trabajos, su incansable movilidad, his inquietudes de su áni­
En octubre bajó á Aragon el duque de la Victoria al frente mo, que no podia menos de infundirlo la magnitud do su em­
de cuatro divisiones, mandadas por los generales don Diego peño, alteraron su constitución física, que era de acero, y
Leon, don Francisco Puig Samper, Alcalá y Castañeda; cuyas cayó minado por calenturas intermitentes, poro tan sosteni­
fuerzas, unidas á las que ya operaban á las órdenes de O’Don­ das, que se temió por su vida y el 24 de diciembre le admi­
nell, daban al afortunado vencedor de las facciones del ísorte la nistraron los sacramentos. Conducido á Morella, tuvo que
seguridad de acabar con las de las provincias dol Este. Poseí­ guardar cama por largo tiempo, do lo que naturalment o se
do de esta confianza, y llegado que fué á Zaragoza, donde resintieron las operaciones fiadas á sus lugartenientes.
tuvo una recepción triunfal, dió Espartero una animada pro­ Al comenzar el año de 1840, que debia ser el último de la se­
clama, en la que alentaba á sus soldados á coronar la empre­ gunda de las dos guerras civiles que han desangrado á España
sa, cuyo premio les dijo seria la paz y la gratitud de la nación; en el presente siglo, hallábanse concentradas las operaciones
manifestación de la quo filé eco otra de igual género dirigida militares al territorio de las provincias de la antigua coronado
á los carlistas de Aragon todavía en armas, por su paisano el Aragon. En él podia contar Cabrera con una fuerza de vein­
convenido de Vergara don Juan Cabañero. tidós mil infantes, dos mil cien caballos y ciento ocho piezas
La primera operación de Espartero fué lado establecer una de artillería; fuerzas cuyo espíritu y organization debilitaba
línea, de circunvalación que se extendía desde Alcañiz, Ca­ grandemente el no hallarse á su frente el hombre cuya volun­
landa, Alcorisa, La Mata, Gargallo, Estorciteli y Cabra; línea tad y esfuerzo eran el alma de la única resistencia que se,
que lo ponia en comunicación con las fuerzas de O’Donnell, oponía al definitivo triunfo de la causa liberal.
situado en Camarillas, y en contacto con las que capitaneaba Tan persuadido de ello se hallaba el incapaz Pretendiente,
en el territorio de Valencia el general Azpiroz. refugiado en Francia y vigilado en Bourges, que por decreto
Hallábanse las comarcas donde debían operar las tropas refrendado por Ramirez de la Piscina, reunió á los manilos
liberales tan exhaustas de recursos, que fué preciso emplear de Aragon y Falencia, de los que ya se hallaba revestido Ca­
extraordinarios medios de trasporte y hasta establecer hornos brera, el del territorio y fuerzas que seguían la bandera carlista
para asegurar las subsistencias del ejército. en el antiguo Principado.
Movió O’Donnell su cuartel general á Teruel, quedando Otro tanto habia dispuesto el gobierno de la Reina relati­
Azpiroz sobre la línea de Segovbe, Murviedro y Castellón, ín- vamente á Espartero, reuniendo á los mandos de que ya se
íui'iii Espartero se dirigia al bajo Aragon. hallaba revestido el de todas las fuerzas de Cataluña, con el
Para hacer frente a ta n formidables enemigos, dispuso Ca­ título de general en jefe de los ejércitos reunidos. Privarlos
brera sus huestes de manera que. evitando presentar masas los carlistas de Aragon de su buen genio, por la enfermedad
ipio atrajeran al enemigo, le quedasen fuerzas con las que de Cabrera, resolvieron permanecer á la defensiva, evitando
atender á todos los puntos amenazados. Crecían para el indo­ acciones comprometidas y siguiendo las instrucciones que les
mable guerrillero los peligros, á medida que la situación mi­ comunicaba Forcadcll; quien, constituido cerca del enfermo,
litar se hacia mas apurada, pues antes que la enfermedad, recibía las inspiraciones de este y.se las trasmitía á sus subor­
que no tardó en postrarlo en cama, privase á su causa del im­ dinados.
pulso principalmente alimentado por la prodigiosa actividad Aprovechando la facilidad que para los movimientos de
do su caudillo, vivia este expuesto á las asechanzas de aleves sus columnas daba á los carlistas su posesión de numerosos
asesinos. Uno de ellos, descubierto y convicto del intentado puntos fortificados, el cuñado de Cabrera, Arnau, hizo una
crimen, fué ejecutado en Morella; y á la nobleza de Espartero ventajosa excursion apoyado en las posiciones de Cañete y
se debió que no fuese aceptada por él la propuesta de un ofi­ Eeteta, en la que pudo saquear á mansalva las comarcas de
cial de Cabrera, que se ofreció á entregar vivo ó muerto á su Valencia y do la alta Mancha, regresando al Maestrazgo car­
general. gado de un rico botin.
El gobierno do Madrid, estimulado por el éxito que tuvie­ Las ventajas obtenidas por Azpiroz en el territorio de I a-
ron los trabajos de Aviraneta para minar el campo carlista lencia permitieron la vuelta de los liberales com}»remetidos
en el país vascongado, echó mano del mismo agente y este de Cbulilla, Onda. Chelva. Tnéjar, Titaguas, Rugami, Pedral-
supo hacer llegar sus emisarios al del Maestrazgo; pero aque­ va y otros plintos, los que con ansia pedian armas para reor­
llos medios indirectos tuvieron menos influjo para el éxito do­ ganizar la milicia y ponerse en actitud de defender sus pueblos
la campaña que los directos debidos á la superioridad y es­ comra nuevas agresiones carlistas. Con el renacimiento de la
fuerzos de las tropas de la Reina, que en breves meses debían confianza entre la población liberal, coincidia el decaimiento
dar cumplida la pacificación del reino. en erran pane al menos de los que militaban en el campo con­
A fines dol mes de octubre tuvo Llangostera un encuentro trario, toda vez que nuestros generales recibieron repetidos
que le fué ventajoso con la columna de cazadores de Oporto ofrecimientos de oficíales y de algunos ayudan!es del mismo
mandada por don Juan Durando; y de ello y de sus esperan­ Cabrera, dispuestos á hacer traición á la confianza de este.
zas de próspera fortuna, tomó ocasión Cabrera para dirigir á El sitio de Segura fué una dclas primeras operaciones de Es­
H ISTO RIA HE ESPAÑA

partero on Aragon. Preparó su feliz resultado una singularísi­ Movióse el ejército desde Aliaga en dirección de Alcalá de
ma ostral alvina tic Zurbano, quien, llcvatlo do su genio aventu­ la .Selva, señalándose las operaciones subsiguientes por una
rem y audaz, fraguó una siipnesi a carta que del campo liberal continuada serie de descalabros, experimentados por los car­
se dirigia al gobernador de la plaza, de la que aparecía estar listas.
e s te eu inteligencia con los liberales para hacerlos dueños de El general Leon derrotó á Rosque al mismo tiempo que Zur-
ella. Kn el silencio de la noche acercóse ¡i un prisionero que bano lo inicia á Boiseau en Bcceitc. causándolo 300 bajas. El 27
en aquel mismo dia había salitio do la plaza, logrando do ól hacia Ayerbe capitular al fuerte do Ares, y avanzando Leon
por agasajos y amenazas, que lo acompañara hasta el pió del sobre Afora, obligaba á Cabrera, todav ía convaleciente que
muro ¡i paraje desde el cual pudo ó urban o arrojar dentro del habia buscado refugio en la población, á evacuarla. El 29 Al­
recinto y á los pies ile uno do los centinelas que montaban calá de la Selva caia en poder de las fuerzas de Espartero, y
guardia en la muralla la carta acusadora. Logrado que hubo dándose la mano con estos triunfos, lográbanse otros no me­
Zurbann su intento y siéndolo fiel su acompañante volvió al nos importantes en el territorio de Valencia. En l.° de mayo
campamento dejando introducida la discordia en la plaza; hacia colocar Azpiroz sus haterías frente al castillo de Alpuen-
pues del ardid se originó un levantamiento, do cuyas resultas tc, cuya resistencia hubiera querido prolongar su gobernador;
anduvieron ft (iros los sitiados, murió el gobernador y fue reem­ pero sus soldados no participaban del mismo ardor y le obli­
plazado por otro jefe, quien, aunque? decidido á- sostener la garon á capitular. El 7 se formalizaba el sitio de Bcgis, cuyo
onarbolada bandera negra, no piulo mantener el espíritu de castillo fuerte y bien guarnecido prolongó su defensa hasta
sus subordinados á, la altura que se veq ucria para soportar los el dia 20 en que se rindió á las armas de la Reina.
e s tra g o s y ral ¡istmios del luego do las baterías de sitio, á cuyo La serie de puntos fortificados que por asedio, capitulación
rigor dejóse oir el grito de cup itv Indoli; la que se llevó á ó abandono fueron arrancándose á Cabrera en el espacio do
el’eeio el gs di; lebrero, dia de fían Baldomcro, celebrado por pocas semanas, desmoronando el poderío que le habia costado
los soldados de Espartero con la rendición do Segura. A la to­ años de energía, de habilidad y de horrores ir levantando,
ma de este punto siguió en breve la de Castellotc, posición traen involuntariamente en memoria la aplicación del céle­
luduvía mas fuerte y que defendieron bizarramente los sitia­ bre dicho del Roy don Fernando el Católico, cuando al em­
dos. Llevados por la enérgica voluntad de no sucumbir, y á prender su conquista del reino de Granada, y á medida que
fin de privar al enemigo do los puntos de apoyo que en los iba apoderándose de sus plazas, decía: d reino de Boabdil ce
caseríos, situados en las inmediaciones, podía encontrar en una alcachofa, cuyas hojas voy desgajando u na á una.
ayuda de las operaciones do sil io, determinaron los carlistas Eu igual forma y á idénticos fines venia la estrella de Es­
arrasarlos, incendiando toda la comarca. partero y la razón de ser de la idea liberal dando fin con la
Con este intente salieron de la plaza, presentándose con la obra del caudillo dol Maestrazgo.
tea encendida ante los hogares do las numerosas familias, á Convaleciente este, fué conducido en 1.“ de mayo de Mora
las que iban á dejar sin abrigo y sin pan. Desgarrador fué el de Ebro á la Cenia; y algun tanto repuesto, si bien profunda­
cuadro que ofrecieron ancianos, mujeres y niños arrojándose mente abrumado su ánimo en presencia de la serie de desas­
á los pies de los incendiarios, implorando su conmiseración; tres que no habia logrado conjurar, pudo montar á caballo,
estériles suplicas que ni impidieron ni retardaron la consuma­ dirigiendo á los que le seguían estas únicas y significativas
ción de la catástrofe. palabras: á Mordía vamos-, y aunque en aquella marcha y
hoto por los sitiadores el fuego de sus baterías y en vista durante su breve permanencia en dicha plaza de guerra, pro­
de los escombros que los disparos aglomeraban, tratóse de ca­ curó galvanizar el entusiasmo de sus adeptos, el soplo de
pitular; pero no habiendo aceptado Espartero las condiciones la fortuna lo era contrario, y las demostraciones de aquies­
propuestas, y obstinándose en ellas los sitiados, hubo de con­ cencia, que no cesaban de dirigírsele, ya eran mas bien seña­
tinuar el luego y la consiguiente ruina sobre los muros y edi­ les de respeto que testimonios de confianza. Despues de una
ficios basta que, cnarbulada bandera blanca por la plaza, cn- corta residencia en la plaza, en la que dejó numerosa guar­
I reg ó se e s ta á discreción. El sitio de Castellotc fu ó arduo y nición y cuantos elementos de defensa pudo allegar, salió
puso á prueba., no solo el l ino militar dui general en jefe, sino Cabrera á recorrer los demás puntos de su ya harto cercena­
ländlich el esfuerzo y pericia do los generales Leon, Ayerbe, do territorio.
Concha. Tena, Cortinez, y el de los jefes do las armas especia­ El general Leon marchaba sobre Gandesa, haciéndolo sobre
ba. El Congreso recompensó con un voto do gracias el com- Valderobrcs Zurbano, el que, encontrando en su camino á Ar­
pnrlainieuf.n <U4 ejército y de su general. nau, lo batió ó hizo retroceder.
Encargado de la defensa de la línea de Sogorbe áSarrionel Amenazada Cantavieja por el avance de nuestras tropas, y
brigadier don Manuel Cavia, tuvo un feliz encuentro en No- consultado Cabrera respecto á la conducta que su guarnición
valicbes con los partidarios Gracia y La Coba, del que salió debería seguir, juzgó el jefe carlista no deber fraccionar de­
vencedor causando al enemigo (Hi muertos y 72 prisioneros. masiado sus debilitadas fuerzas, y prescribió el abandono de
'Poda vía fué mas afortunado Zttrbano. Tuvo en las inmedia­ la plaza, que ocupó el general Ayerbe, siéndolo sucesivamen­
ciones de Aliaga un encuentro con los batallones 6." y l.° de te por las fuerzas liberales San Mateo, Villahermosa. Benicar­
Aragon, á los que. al frente de fuerzas muy inferiores, logró ló, Galera y Ulldecona.
destrozar haciéndoles 119 prisioneros. Por consecuencia de esta no interrumpida serie de opera­
Por su parte el general clon Diego Leon se hacia dueño de ciones, las tropas de la Reina dominaban de Mora á. Elix, de
Monrnyo y de Peña roya, puntos avanzados de la plaza de Teruel á Sagunto, y de Alcañiz á Tortosa y á Castellón. El
Morella. general O’Donnell avanzó en dirección de la Cenia, que ocu­
Kl o de abril era embestido el castillo de Aliaga, antigua paba Cabrera, quien trató de defender aquel punto con el de­
fortificación do los caballeros de la orden do Malta, resguar­ nuedo y pericia que le eran habituales; pero tenia delante un
dado por tres recintos si los que so habían hecho reparaciones, adversario acostumbrado á no ceder, y empujado además el
que los constituían en perfecto estado de defensa. Conside­ jefe carlista por el rigor do las circunst ancias que lo acosaban,
róse por los ingenieros tan fuerte el castillo, que se recurrió vióse obligado á ceder á su enemigo una posición en la que
á excavar minas, al mismo tiempo que no so descuidó el uso de antemano habia resuelto no permanecer, abandonando la
de piezas de grueso calibre; medios agresivos que fueron de orilla derecha del Ebro en cuanto Mordía sucumbiese, su­
tan inmediato electo sobre el ánimo de la guarnición, que á ceso (pie no le quedaba ya esperanza de que dejase de reali­
gritos pidió esta capitular; movimiento que quiso reprimir á zarse.
sablazos el gobernador del fuerte, cuya energía tuvo sin em­ En efecto habíase puesto en marcha Espartero en direc­
bargo que ceder al decaimiento do entusiasmo que rápidamen­ ción de la plaza cl 18 de mayo. El 19 se hallaba á sn frente;
te se extern lia bajo la doble acción del adverso cambio do el 20 habia colocado baterías de sitio y apoderádose dol fuerte
fortuna que la causa carlista experimentaba y muy principal- exterior do San Pedro. Igual suerte corrió el de (pi eróla, ha­
monto desde que la presencia de Cabrera había cesado de su­ biéndose dado el espectáculo de que en el asedio de dichas
ministrar cotidiano alimento al ardor de sus soldados. dos posiciones, Fulgosio y don Enrique O’Donnell, ambos
E DA D MO DE R NA
convenidos de Vergara, ostentasen el mas ardiente celo por coalición en la que entraron todos los partidos en los quo se
la nueva bandera en que se habían alistado. El cuerpo de la hallaba dividida España, á saber: el progresista, el moderado
plaza seguia resistiéndose: pero era ya tan general el decai­ y los tradicionalistas, que formaban los isabelinos ultra-mo­
miento riel espíritu carlista, que dos jefes de la guarnición, nárquicos.
que se pasaron al campo liberal, fueron portadores de datos y Pero el período que comienza con la partida de la Goberna­
noticias, que contribuyeron no poco á adelantar los medios dora de Madrid y se extiende hasta su salidade España, hace
de ataque. A favor de ellos se completó la circunvalación del parte y se confunde con operaciones de guerra en Castilla (pie
fuego tic las baterías ; y sus efectos fueron tan terribles sobre debemos sumariar al darnos cuenta de los incidentes relacio­
el caserío, que el atribulado vecindario buscó refugio en las nados con el viaje de la Reina.
iglesias, sin que este recurso bastase para preservar de la Queda dicho lo suficiente sobre la situación de la augusta
muerte á individuos del paisanaje, entre ellos personas nota­ señora con relación á los partidos sostenedores del trono de su
bles; suceso que acabó de generalizar el torror en la población. hija y al general en jefe, para que sea necesario entrar sobre
Como recurso supremo decidióse el gobernador por el ello en nuevos esclarecimientos. Aquella situación vino á ser
abandono de la plaza, mas apenas fuó conocido el intento, esencialmente falsa desde el dia en que el comunicado fecha­
cuando los comprometidos, los medrosos y los fanáticos ma­ do en Mas de las Matas y suscrito en nombre del duque de la
nifestaron el decidido propósito de acompañar á la guarni­ Victoria por su secretario de campaña el entonces brigadier
ción, insano pensamiento que el teniente de rey, con previ­ Linage, puso de manifiesto que el jefe de la fuerza armada
sora prudencia, trató de evitar, representando los peligros abrigaba y hacia públicas convicciones contrarias en política
que correria una desvalida multitud de individuos de ambos á la seguida por los ministros, disidencia perturbadora de los
sexos y edades, cuando so iba á arrostrar el riesgo do que si el intereses del Estado, que se patentizó mas cuando vino á, ser
enemigo descubría la fuga, se rompiese el fuego, y cayesen cuestión de gabinete la de la faja de mariscal de campo para
víctimas de su temeridad los enloquecidos habitantes. don Francisco Linage, por cuyo motivo y para quo dicha gra­
Pero la pasión y el miedo no razonan; y era tal el terror cia tuviese efecto la Gobernadora consentía, por no descon­
que la entrada de los liberales causaba á los que se habían tentar á Espartero, en la salida del gabinete de tres de sus »
comprometido contra ellos, que cerrando los ojos á su extra­ ministros.
vío, pusiéronse los amedrentados en marcha, en seguimiento Claro fuó desde aquel dia quo la Reina y sus consejeros
de la guarnición. No logró esta escapar á la vigilancia de las juntamente con cl partido que tenia la mayoría estaban enei
avanzadas del campo liberal, y, roto el fuego, la procesión de caso de considerar si eran bastante fuertes para dispensarse
fugitivos, que soguia á la tropa, retrocedió á toda carrera ha­ de los servicios del general Espartero, y no siéndolo, haber
cia la plaza; mas siendo en su avance considerados como ene­ dejado el poder á beneficio del partido cuya alianza con el
migos por los (pie guarnecían el castillo, hicieron fuego sobre general no podia ser dudosa; ó cuando menos y en atención á
los fugitivos. La atribulada multitud de ancianos, mujeres y (pie por razones á la vez politicas y (le conveniencia (dictadas
niños buscó refugio en el puente levadizo, que contiguo álos estas últimas por la necesidad de que la Reina Isabel tomase
muros de la plaza los resguardaria de los tiros del castillo; aguas termales en Cataluña), la corte había decidido ir á Bar­
pero el peso do tanta gent e hundió el débil tablado del puen­ celona, haber tanto los ministros como la mayoría, adoptado
te, haciendo caer al foso el gran número de víctimas que la una política expectante, haber dado largas á la ley de ayun­
luz del dia hizo descubrir. Reconocido el error por los del tamientos, y subordinado toda posterior conducta al resulta­
castillo, abrióse la puerta do la ciudad y pudieron entrar en do de la entrevista de la Reina con Espartero.
ella los rest os de los peregrinantes, que en tan mal hora qui­ Mas, lejos de haber obrado con esta prudencia, gobierno y
sieron imitar la fuga de los israelitas de Egipto, sin tener un mayoría precipitaron los trámites de la votación de la ley,
Moisés que los libertase fiel océano de fuego que corrían á caballo de batalla de la empeñada lid; y no contentos con ha­
afrontar. ber ultimado su aprobación en ambos cuerpos colcgisladores,
C A P IT U L O II los ministros quedados en Madrid, y entro ellos el que hacia
papel de piloto del gabinete don Lorenzo Arrazola, se lmcian
L a C o rte y el c u a rte l g e n e ra l la ilusión de creer (pie seguían la política mas prudente y
acertada.
V i a j e d o l a R e i n a ¡í C a t a l u ñ a — B a l m a s c d a o n C a s t i l l a . — D o u C a r l o s e n
B o u r g e s . — L i ( l o b e n i í u l o r a e n Z a r a g o z a y 011 E s p a r r a g u e r a . — U l t i m a En otro error muy de bulto incurrieron los moderados. A
c a m p a ñ a e n C a ta lu ñ a .— T e r m in a c ió n d o la g u e r r a c iv il.— E s p a r te r o raíz del convenio de Vergara, el ministro do la Guerra Alaix
e n B a r c e lo n a .— L a le y d o A y u n ta m ie n t o s .— C r is is fin a l. presentó al Congreso el siguiente proyecto de ley:

Siguiendo el método de que procuramos apartarnos lo me­ A LAS CORTES


nos posible, de llevar de frente el relato de los sucesos, según
su orden cronológico, sin que los diferentes episodios pierdan S. M. la Reina gobernadora se ha servido autorizarme para
de su unidad ni deje do ofrecerla el cuadro general de la 1lis­ presentar á las Cortes el siguiente
tona de cada año; este método nos condujo á narrar las es­
P r o m e to d e ley
trepitosas novedades acaecidas en el campo carlista en la
primavera de 18:10, si hacerlo seguidamente de las operaciones «Artículo único.—Teniendo presente los eminentes servi­
militares y de las negociaciones políticas que condujeron ala cios prestados á la causa nacional y al trono legítimo de S. M.
conclusion del trat,ado de Vergara, desenlace parcial de la la Reina doña Isabel II en la presente lucha por el general
gran contienda á la que vino á dárselo final la pacificación de en jefe del ejército del Norte don Baldomcro Espartero, conde
las provincias del Este y la expulsión de Cabrera del territorio. deLuchana, duque de la Victoria, y muy especialmente el que
En medio de estas dos corrientes de graves ó interesantes acaba de prestar cu los últimos grandiosos acontecimientos
hechos tic guerra y do diplomacia surgieron y debimos darles y convenio de Vergara que tan poderosamente conducen á
lugar, las dos disoluciones de Cortes y las peripecias do la lu­ la pacificación general; como un voto de honor y testimonio
cha entre conservadores y progresistas, entre Palacio y el perpetuo del reconocimiento público, la nación concede al
Cuartel general. ■ expresado duque de la Victoria, para que pueda disponer de
El suceso do mas importancia que siguió á los á que acaba­ ellos libremente, aquella porción de bienes nacionales que
mos de hacer referencia lo fue el viaje do la Reina María basteu á producir una renta anual de un millón de reales en
Cristina á Barcelona, hecho con el que se enlaza, por haber la provincia y en la clase de bienes que el misino elija.
sido su punto de partida, la renuncia de la madre de doña »Palacio 18 de setiembre de 18:lí>.—M dro Jlnix.'b
Isabel á la gobernación elei Beino, su salida para el extranje­ Fue, como no podia menos en aquellos dins de entusiasmo,
ro y la situación revolucionaria entronizada por el adveni­ acogida la propinisivi y el Congreso nombró pava su examen
miento á la Regencia dol general Espartero, cuya duración se una comisión de su seno. Pero disueltas aquellas Curtes en
extendió hasta, el desenlace del pronunciamiento fruto de la las que los progresistas tenían mayoría absoluta, sin haber
326 H I S T O R I A I)E E S P A Ñ A

dado dictamen, <;1 ministerio reformado reprodujo ante las de sus pueblos en el apogeo de las facciones y regresaban
nuevas (.'ortos en marzo do 181«, el primitivo proyecto de ley, ahora al amparo de las columnas liberales.
y el Congreso cuya mayoría la formaban como queda dicho Alterada en su consecuencia la ruta que debía seguir S. M.,
los m o d e r a d o s , nombró una comisión compuesta de los sono­ se determinó fuese por Zaragoza cuya carretera se encargó
res Itivalierrera, duque d e Gor, condodo Allanero, don Simón cubriese el general don Manuel de la Concha, quien acababa
R o d a y otros diputados no menos conspicuos del partido de distinguirse desalojando á los carlistas de sus fuertes posi­
conservador. ciones de Cañete y Bcteta, puntos avanzados que habian sido
Consta al que evoca aquellos recuerdos que diputados á de Cabrera, y de los que quiso este servirse para haber lanzado
quienes preocupaba lo gravedo la situación, instaron á los de Madrid el gobierno de la Reina, una vez que, cual estuvo
jefes de ¡a mayoría á que no se luciese caso omiso de la exis- próximo á conseguirlo, hubiese cortado sus comunicaciones
I eneia de la propuesta emanada de dos gabinetes de diferente con las provincias del Norte y del Este.
procedencia y oolor, y que sin Inicer de la concesión objeto Efectuaron la Gobernadora y su hija su salida de Madrid
do una negociación ó ajuste contrario al decoro de la mayoría el 11 de junio no llevando en su séquito como dama sino á la
y á la dignidad del futuro agraciado, era procedente hacer señora duquesa de la Victoria, pero acompañadas por el presi­
i]ne llegase ;í oidos del general que el Congreso se mostraba dente de su Consejo, Perez de Castro, y por los ministros de
propicio á la gracia; paso de atención que no habría podido la Guerra, conde de Cleonard, y de Marina, Sotelo, habiendo
menos de dar lugar á explicaciones titiles y aun necesarias en quedado en Madrid los de Gracia y Justicia, Arrazola, de Ha­
la situación en que se hallaban los negocios del país. cienda, Santillan, y Armendariz, de Gobernación.
Peru no fue atendido el prudente consejo y siguió desple­ Tan acertadas como oportunas fueron las disposiciones
gada. la bandera de guerra, simbolizada en la ley de Ayunta­ tomadas por el general Concha para cubrir el trayecto que
mientos cuya sanción era esperada como la señal para dar debia atravesar el convoy real, y tanto mas resplandeció la
principio á la ruptura de las hostilidades. superior inteligencia estratégica de aquel entendido y bizarro
ha (¡obernadora. sus ministros y la mayoría fundaban una general, cuanto que Balmascda recorria Castilla al frente
euiilianza por demás aventurada mi que obrando la lteina y de 2,500 infantes y numerosa caballería, y podia presentarse
las ('dries dentro de la esfera de la legalidad y en el estricto y ofrecer un desigual combate á la columna al mando de
uso de las atribuciones, encontrarían suficiente apoyo en la Concha, pero tuvo este además de la gloria ele conjurar este
mayoría sensata dol país y en jefes militares de crédito, peligro, la de batir en Comillas al partidario Palacios que in­
como O’Donnell, Diego Leon, Concha, Oraá y otros que era tentaba haber hostilizado al convoy.
sabido obedecerían las órdenes emanadas de la autoridad El abandono por Cabrera de los puntos fortificados que
constitucional de la Reina. poseía en Aragon y la toma de Morella, produjo la dispersion
Mas para haber podido razonablemente contar con apelar de todas aquellas de sus fuerzas que no lograron reunirse á
;í semejantes elementos de fuerza, habría sido indispensable su principal caudillo antes que este pasase el Ebro. Entre los
disponerlos de antemano, y yaque la Gobernadora se hallaba que no pudieron incorporársele se hallaba, como hemos dicho,
resuelta á ir al encuentro del que conceptuaba como su cau­ Balmaseda, que al frente de su fuerte division intentó cruzar
dillo predilecto, basi antes pruebas tenia de que se inclinaba á Navarra, pero la prevision del general O’Donnell le cortó el
n tina política contraria á la de su gobierno para haber te­ paso del gran rio, do cuyas resultas el jefe carlista retrocedió
nido pensado y en reserva algún medio de contrarestar la sobre Castilla, haciendo tin llamamiento á los hijos del país
prosimi del general en jefe, si es que no conceptuaba fuese que habian servido en las filas de don Carlos y acogídose al
mas conveniente cederle y despedir ;í Ja mayoría que con convenio, y haciendo pesar su dura mano aquel implacable
tanto ¡d‘an quiso la Reina llamar inmediatamente despuos del jefe por toda la serranía de Soria y tierra abierta de Castilla
convenio do Vergara. de donde sacó toda clase de recursos. Empeñóse en rendir á
Impresionado do los peligrosos azares que iba á correr la la villa de Roa, cuyo espíritu se hallaba bien cambiado desde
gobernación del listado, verificándose el viaje de la Reina sin que dieron sus habitantes en 1825 el odioso espectáculo de
que su o b je lo político correspondiese á un sistema capaz de martirizar á su denodado compatricio el célebre Empecinado-
resolver las dificultades que creaba el empeñarse sin medios Convertidos ahora en entusiastas liberales los hijos de Roa,
adecuados para ello en hacer prevalecer una política contraria no se dejaron intimidar por los cañones de Balmascda, ni
á aquella por la que abiertamente abogaba el general en jefe, menos cedieron al incendio de sus moradas y al de la iglesia
El C o r r e o Xacurnal, órgano de la mayoría cuando esta re­ convertida en fuerte. La gallarda defensa de Roa colocó al de­
presentaba la unidad todavía intacta del partido conservador cidido vecindario de la villa castellana á la altura de Ceni­
y afirmada á consecuencia del convenio de Vergara, aconsejó cero, de Peralta y de otras poblaciones navarras y riojanas
en términos mesurados, poro muy significativos, la convenien­ que se inmortalizaron en los primeros años de la guerra.
cia de no precipitar el viaje, sin saber antes á lo que se iba Para librar á las provincias interiores de las correrías y
y siu (‘star el gobierno y la mayoría preparados para resistir exacciones de Balmaseda, tuvieron que operar activamente
ó dispuestos á dejar e! poder expedito á los progresistas. Ha­ contra él, además de las fuerzas de que disponía el general
llábase la Reina rodeada de personas que participaban de la Concha, las columnas al mando del general Piquero y del co­
ciega confianza de la augusta señora, respecto á que Espar­ ronel Lara. Acosado por la activa persecución de la que acabó
tero uo tendría mas voluntad que la de la Reina y que basta- por ser objeto, Balmaseda pudo penetrar en Navarra por ’Ta­
ria que el general se hallase frente de María Cristina para que falla, para desde allí por Vera y Echalar entrar fugitivo en
esta pudiese decir como César: llegué, vf y vencí. Francia.
No pan ioipaban de igual confianza los redactores del ya Desde que puso don Carlos el pié en el territorio del vecino
eil ado periódico; los que considerando hasta indiscreto conti­ reino no cesó, confinado y vigilado como se hallaba en Bour­
nuar una polémica en la que tendrían que discutir el acierto ges, de mover &sus partidarios á volver á encender en Espa­
con (pie obraba la única persona en el Estado cuyos actos no ña la tea de la atroz guerra, todavía latente en Cataluña y
son discutibles, cerraron el debate declarando que callaban Aragon.
tratándose de materia en la que no cabía mostrarse- mas De ambos puntos pedían al Pretendiente armamento y re­
real islas <¡ur el liey. cursos, y mas que todo la presencia de su hijo para que con
La proximidad del dia lijado para la partida de la Reina ella se reanimase el celo de los adictos á la causa.
gobernadora, obligó al gobierno á ocuparse de asegurar el No recibió con gusto el obstinado don Carlos las instancias
tránsito de la règia expedición contra apariciones carlistas. dirigidas á su primogénito, y llegó hasta á oponerse resuelta­
El itinerario primitivamente resuelto debió ser por Valencia, mente á la partida de este, la que estuvo á punto de verifi­
poro se varió en l ista de observaciones del general Azpiroz carse, y bien se comprenderá esta repugnancia á dejar partir
relativas ai inconveniente de tener que separar las tropas de á su heredero, sabiendo que su padre se hallaba descoso de
los puntos que ocupaban, dejando expuestos ¡i. las venganzas ir en persona á renovar los tristes ejemplos que no había-cesa-
de las partidas carlistas á los liberales que habían emigrado i do de ofrecer su caudillaje de una causa que, aunque no luu
EDA D MO D E R N A 327
bicso estado marcada por la mano de la Providencia para su­ y deshechos los alistados antes que pasasen la frontera. Y
cumbir, habría bastado para desacreditarla y perderla la bien estuvo á los alucinados, á quienes se pretendía arrastrar,
menguada persona de su representante. Por lo demás no era no haber puesto el pié en territorio español, toda vez que,
ya la bandera que había ondeado Zumalacárregui objeto de según los mas fidedignos informes, la gran masa de la pobla­
las ilusiones de los gabinetes protectores de la causa carlista. ción en las Provincias Vascongadas y en Navarra disfrutaba
Su principal patrono, el príncipe de Metternich, había em­ con pleno contentólas dulzuras de la recicn adquirida paz.
pleado con éxito todo su influjo cerca de Luis Felipe, para Avisado el gobierno de la Reina por el de Francia, por co­
alejarle do que diese liberal ensanche al tratado de la cuá­ municaciones que directamente recibió, de que entre los pro­
druple alianza, y bajo los gabinetes presididos por el conde yectos do sublevación que fraguaban los emigrados, los había
de Mole y por el mariscal Soult, habían gozado los carlistas, dirigidos á envenenará la Reina doña Isabel y á su hermana,
si no de protección abierta, de una tolerancia tan poco encu­ á asesinar á Maroto, á sublevar de nuevo las provincias del
bierta, y de una simpatía tan patente, que llegó á traducirse Norte, y á proclamar candidato al trono al primogénito de
en los actos, ya que no oficiales, en los confidenciales, por don Carlos, dieron lugar aquellas denuncias á que se crease
medio de los cuales le reconocían mas ó menos directamente una atmósfera acusadora de la presunta connivencia do don
á don Carlos los derechos de beligerante, Carlos en tramas de carácter tan criminal, como el de atentar
Poro los fusilamientos de Estella, las Iluminaciones por que contra la vida de la Reina, odiosa sospecha bajo cuyo peso
pasó don Cárlos á manos de Maroto, los sostenidos triunfos no quiso el Pretendiente guardar silencio, y que desmintió
logrados por las armas de la Peina, produjeron una decidida solemnemente bajo su firma (2).
reacción en el ánimo, tanto de los gabinetes del Norte, como
en el del Rey de los franceses. Grande adorador el último del q u e e n e l d ía s o s tie n e o l e s p ír itu d e m is p u e b lo s e n la s p ro v in c ia s d e A n ­
dios Exito, cambió en deferencias y celo por el cumplimiento d a lu c ía y E x tr e m a d u r a , q u e e lijá is p o r je fe s u p e r io r , y q u e p o r s u c a p a ­
do los descuidados deberes de la olvidada alianza las anterio­ c id a d , m o r a lid a d y v a lo r p r e s e n t e m a s g a r a n tía s , y A fin d e e s ti m u la r e l
res condescendencias liácia los carlistas, y la policía francesa c e lo d e l je f e n o m b r a d o y d a r o s m a s p r u e b a s d e m i r e a l a p r e c io , c o n c e d o
d e s d e lu e g o A a q u e l y A v o s lo s e m p le o s c o r r e s p o n d ie n te s A la s f u e r z a s
comenzó á ejercer escrupulosa vigilancia cerca del detenido q u e o rg a n ic é is .»
do Bourges. (2 ) H é a q u í e l te n o r d e la c o m u n ic a c ió n in s e r t a e n la G a c e ta d e
Do este crecimiento de amistad liácia la causa de la Reina F ra n c ia y e n la d e H a m b u rg o :
supo aprovecharse el marqués de Miradores, embajador de B o u r g e s l . u d e ju n i o d e 1 8 4 0 .— A c a b o d e s a b e r c o n la m a s v iv a i n d i g ­
España en Paris, para establecer por su cuenta en Bourges n a c ió n , a u n q u e s in s o rp re s a , p o r o rig e n a u té n tic o , q u e e l g o b ie rn o f r a n ­
una policía, á la que debió estar perfectamente al corriente c é s p r e te n d e te n e r e n s u m a n o la s p r u e b a s d e u n p ro y e c to fo rm a d o c o n
do lo que se tramaba en el gabinete del refugiado principe. m i a s e n tim ie n to y c u y o o b je to s e ria e l d e e n v e n e n a r A la B e in a C ris tin a .
Fueron en su consecuencia conocidos todos los proyectos
T a m b i é n h e l e i d o e n e l D i a r i o d e l C her u n a r t i c u l o d o n d e s e t r a t a d e
u n p r o y e c to a n á lo g o , d irig id o c o n tr a la R e in a C r is tin a y s u h ija . U til a c •
inas ó menos aventurados que formaba don Cárlos para en­ c io n e s d e m o s tr a r la f a ls e d a d d e e s ta v e rg o n z o s a a c u s a c ió n .
cender nuevamente la guerra civil. Pero con mejor sentido y E l p r im e r d e c r e to q u e p u b liq u e e n V illa R e a l, e n P o r tu g a l, e l 2 4 d e
mas patriotismo que su obstinado monarca no se prestaron los e n e ro d e 1 8 3 4 , d ic e e n s u a r tíc u lo p r im e r o q u e e n c a s o d o q u e la R e in a
mas idóneos de sus partidarios á secundar las órdenes dado- c a y e s e e n m a n o s d e m is s ú b d ito s fie le s , d e b e r ía n t r a ta r l a c o n e l m a y o r
íes para que so trasladasen á España á alzar de nuevo en ella r e s p e to . A d e m á s to d o s lo s g e n e r a le s q u e h a n m a n d a d o la s e x p e d ic io n e s ,
la bandera rebelde. Abrcu, Zabala, Araoz, Vivanco y Val- h a n re c ib id o d o m í la o rd e n fo rm a l d e tr a ta r c o n e l m a y o r m ira m ie n to
dospina se encontraron en osi,o caso, y no vacilaron en re­ y e l m a s p ro fu n d o re s p e to á C r is tin a y á s u s h ija s y A F ra n c is c o A n to n io
y s u fa m ilia , e n c a so d e h a c e rlo s p ris io n e ro s .
presentar respetuosamente á don Cárlos que lio había ele­ T a l f u e la c o n d u c ta q u e m e p re s c rib ió e l d e b e r y e l h o n o r , y la q u e h o y
mentos para volver á levantar el país. m e c o n s u e la d e la s c a lu m n ia s d e q u e s o y o b je to ,y ta n to m a s , c u a u to q u c
Poro todas las emigraciones se parecen y presentan sinto­ s é la s ó r d e n e s q u e h a b ia n re c ib id o lo s g e n e r a le s p a r a e l c a s o q u e c u a l­
nías do una singular analogía. Al lado de los prudentes entre q u ie r a d e m i f a m ilia c a y e s e e n m a n o s d e r u is e n e m ig o s . H a s ta h o y lo s
los refugiados carlistas hallábanse los que, acogiendo las co­ e n e m ig o s , lo s m a s e n c a r n iz a d o s ( q u e lo s o n m e n o s d e m i p e r s o n a ( p ie d e l
municaciones de corresponsales poco dignos de confianza, re­ p r in c ip io d o le g itim id a d ) h a b ia n r e s p e ta d o lo s p r in c ip io s re lig io s o s y m o ­
presentaban dispuestas á sublevarse de nuevo las provincias r a le s q u e m e a n im a n ; y h a s ta d e e llo s s e lia n s e rv id o p a r a e x te n d e r u n
donde había ardido la guerra civil; á la manera que entre los b a r n iz d e r id ic u le z s o b r e la p r e te n d id a e x a g e r a c ió n c o n q u e lo s p r a c tic o .
N e c e s a r io e r a q u e u n f a v o r ito d e la r e v o lu c ió n d e F r a u o ia to m a s e la s
emigrados liberales durante la vida de Fernando Vil, Torri­ rie n d a s d e l g o b ie rn o p a r a q u e la s b a r r e r a s re s p e ta d a s p o r lo s o tro s fu e s e n
jos, Morales, Razan, Val dés y otros entusiastas creyeron que s a lv a d a s . E l o b je to d e e s ta c a lu m n ia ta n o d io s a n o p u e d e s e r o tr o q u e e l
la fe liberal ardía en el interior, y que bastaria que se pre­ d e s e ñ a la r m e , m á x im e e n E u r o p a , c o m o u n c r im in a l, A fin d e o c u lta r e l
sentase en las costas, ó por la frontera, la- bandera de la liber­ p r o y e c to q u e so tie n e d e e n c e r r a r m e c o n m i fa m ilia e n u n a fo rta le z a , y
tad, para que los pueblos se levantasen; ilusión caramente n o e n v e r d a d p a r a im p e d ir l a e je c u c ió n d e u n p la n q u e ja m á s h a e x is tid o .
pagada con la sangre de aquellos esforzados patricios, vícti­ S e q u ie re a r r e b a ta r m e lo s ú ltim o s m e d io s d e c o m u n ic a c ió n c o n m is
mas de su ciega confianza. e s p a ñ o le s le a le s q u e a u n s e m a n tie n e n fie le s y c o n la s p o te n c ia s q u e s e
Por fortuna para la humanidad, los proyectos carlistas de e s f u e r z a n p a r a s o s t e n e r e l o r d e n y la - t r a n q u i l i d a d e n E u r o p a ; p o r q u e e l
c r u e l c a u tiv e r io q u e p o r s e g u n d a v e z p a d e z c o , y m a s in ju s to q u e e n la p r i ■
aquella época no pasaron adelante, como sucedió con el ima­ m e r a , a u n q u e e n a m b a s d im a n a n d o d e l m is m o o rig e n , n o le s s a tis fa c e y a .
ginario levantamiento de Andalucía, para el que autorizó H e a q u í lo s e f e c to s d e la a p a tía y d e la in d if e r c n c ia c o n q u e la s p o te n c ia s
don Cárlos á un tal Miyarcs por un decreto fechado en Bour­ q u e s e in titu la n c o n s e rv a d o ra s b a tí v is to c a e r u n r e y le g ítim o , v íc tim a
ges (l) en 26 de octubre de 1836, habiendo sido descubiertos1 d e la m a s n e g ra in tr ig a y tra ic ió n q u e p iu lo ja m á s im a g in a rs e , e je c u ta d a
y r e c o m p e n s a d a p o r to d o s lo s p a tr o n o s d o la s re v o lu c io n e s .
T a l h a s id o la r e c o m p e n s a d e s e is a ñ o s d e m o le s tia s , d e p e lig ro s , d e
( 1 ) D e c í a s e 011 é l q u e « s i e n d o m u y u r g e n t e a s e g u r a r e l é x i t o d e l a p r ó ­ c o m b a te s y d e v ic to ria s ; la re c o m p e n s a d e la s s a lu d a b le s a d v e rte n c ia s
x im a c a m p a ñ a p a n i d a r fin á la in j u s t a , f r a t r ic i d a y s a n g r ie n ta lu c h a q u e h e c h a s p o r e l in t e r é s g e n e r a l d e to d o s lo s r e v o lu c io n a r io s d e to d a s la s
p o r s e is a ñ o s y a c u m p lid o s y p o r la iu f lu e u c ia d e u n c o r to n ú m e r o d e in ­ n a c io n e s . E s te n u e v o a to n ta d o n o s e r á e l ú ltim o A q u e la re v o lu c ió n s e
m o ra le s ó in d ig n o s e s p a ñ o le s d e v o r a lo s p u e b lo s q u e la d iv in a P r o v id e n ­ e n tr e g a r á c o n tr a m í, p o r q u e s a b e m u y b ie n q u e y o n o p u e d o tr a n s ig ir c o n
c ia lu d ía p u e s to A m i c u id a d o , h e re s u e lto q u e s in p e r d id a d e m o m e n to s u s p r in c ip io s , a u n e n e l c a s o e n q u e la s p o te n c ia s n o v ie s e n e n m i c a u ­
s e p o n g a n e n a c c ió n to d o s lo s m e d io s p o s ib le s A fin d e a c e le r a r y p r o te g e r s a la s u y a p r o p ia y e n m i p e r s o n a la d e lo s d e m á s m o n a r c a s ; s i tie n e n
e l p r o n u n c ia m ie n to d e m is le a le s p r o v in c ia s d e l M e d io d ía d e E s p a ñ a , p o r c o n v e n ie n te n e g a r m e lo s s o c o rro s y la p ro te c c ió n q u e le s p id o , n a d a
m e d io o l m a s e fic a z p a r a r e s ti tu ir á s u s h a b ita n te s la lib e r ta d d e q u e e n e l m u n d o p o d r á d e t e r m in a r m e A tr a n s i g ir c o n lo s p r in c ip io s d o la
h a c e ta n to tie m p o c a re c e n y d e s a tis fa c e r s u s a rd ie n te s d e s e o s d e e m p u ­ r e v o lu c ió n y A d e s p r e n d e r m e e n lo m a s m ín im o d o m is d e r e c h o s .
ñ a r la s a r m a s p a r a h a c e r r e s p e ta r n u e s tr a s a c r o s a n ta re lig io n y lo s s a ­ E n t r e ta n to p a r a d e s v a n e c e r la s o m b ra d e la a c u s a c ió n e n q u e q u ie r e n
g ra d o s d e re c h o s d e m i s o b e ra n ía , d is fru ta n d o e n c o n s e c u e n c ia d e a q u e ­ a p o y a r s e p a v a o s c u r e c e r m is s e n tim ie n to s re lig io s o s , ju z g o h a lla r m e o b li­
lla s d o te s q u e ta n fe lic e s h ic ie r o n á s u s m a y o r e s e n o tr o s tie m p o s m a s g a d o A d e s m e n tir p ú b lic a y c o m p le ta m e n te la o d io s a c a lu m n ia le v a n ta ­
v e n tu r o s o s p o r o l im p e r io d e la s v ir t u d e s . P o r lo t a n t o : H e v e n id o e n d a c o n tr a m í p o r e l g o b ie rn o fra n c é s . E n c o n s e c u e n c ia e s m i v o lu n ta d
a u to riz a r, c o m o p o r e s te m i re a l d e c re to o s a u to riz o , p a r a q u e s in p e rd id a s o b e ra n a q u e e l c o n te n id o d e e s ta c a rta , e s c rita d e m i m a n o , s e a c o m u ­
d e tie m p o o s p o n g á is e n m a r c h a y p a s c is á c o n tin u a r v u e s tr o s s e rv ic io s n ic a d o in m e d ia ta m e n te A lo s g a b in e te s c o n q u ie n e s e s to y e n r e la c io n e s
e n c a lid a d d e s e g u n d o je f e á la s ó r d e n e s d e a q u e l d e m is fie le s v a s a llo s y q u e le d e n to d a la p u b lic id a d á s u a lc a n c e — M . C A n i.o s .
T om o Vr 43
HI HTO UI A DK KHl’A N A

El denunciador directo corca del gobierno español lo filó, fuerza material que estaba completamente en manos del ejér­
parece, un italiano residente en Boulogne (francia) y que cito, el que á su vez se bailaba en las del caudillo que lo regia.
decia haber sido buscado por el conde del Valle de .San Juan »Tratábase, pues, de si la fuerza armada, desnaturalizando
pura agento de la criminal tentativa. sus condiciones de obediencia á la corona, se convertiría en
Id contexto de la denuncia que publica el señor Pirula en cuerpo deliberante y se arrogaria un poder que ninguna
sus p m i ¡ io s tu n d e n de la y n a r r a c i v i l , da suficiente idea del Constitución en el mundo ha otorgado jamás á la fuerza
carácter del delator, para quo sabiendo lo que era notorio armada y con cuya existencia no hay gobierno posible ni so­
acerca de la movilidad de ideas y del desprendimiento del ciedad consistente, Pero esta vez como otras muchas demos­
opulento conde, nuzca la sospecha de que el siciliano, despe tróse que el hecho es mil veces mas fuerte que el derecho. El
diado do no haber explotado mas á. mansalva la generosidad general en jefe de los ejércitos, aceptando el papel de hombre
de don .losé .María Melgarejo, no tuvo escrúpulo en preten­ político, propúsose contener lo que quiso llamar despotismo
der sacar partido de las relaciones que pudo haber tenido con de la corona y para lograrlo quiso dar el triunfo, por una de
el putrido murciano. las anomalías políticas de España, no al poder militar que él
Dejamos á la Reina acompañada de sus hijas y de tres de mismo personificaba, sino á la revolución representada por el
sus ministros, no por cierto los de mayor significación y au­ despotismo ó desbordamiento municipal, que fué su criatura
toridad del gabinete, en camino para Zaragoza, donde estaba y del que mas pronto ó mas tarde debía resultar el completo
preparada porci partido progresista, entonces dominante en trastorno de la monarquia.»
aquella ciudad, una recepción encaminada á dejar en el áni­ Chiro dobió María Cristina ver cuál era su verdadera situa­
mo do la (¡obernadora la impresión de que la capital do Ara­ ción despues de haber oido al general en Esparraguera. Tar­
gon era contraria ¡tía ley de ayuntamientos. Entre las demos- díamente debió apreciar en aquel momento la previsora lealtad
I raciones de quo la Ruina filó objeto en Zaragoza, pretenden de los que antes do su salida de Madrid la representábamos
los indinados ¡i que se efectuase el cambio de situación, que los inconvenientes de su viaje. Y tanto mas embarazosa lle­
(‘1 ayuntamiento, la diputación provincial y los jefes de la gaba á ser la dificultad que de repente la apremiaba cuanto
milicia no escasearon á doña María Cristina las manifestacio­ que no tenia cerca de sí 1a Reina al que liemos llamado piloto do
nes de amor y respeto, ínterin los escritores moderados afir­ la situación, el sagaz y mañoso Arrazola, quien sin duda en
man quo la duquesa de la Victoria fué la que recibió las aquellos críticos momentos habría dado el consejo menos pe­
mayores demostraciones de afecto que contrastaban con la ligroso y comprometido. No estuvieron seguramente á la al­
indiferencia y frialdad reservadas para la Reina. tura de las circunstancias Perez de Castro y los otros dos
Ambas aseveraciones pueden tenerse por exageradas. A la ministros que acompañaban á la Reina.
Gobernadora no la querían disgustar los progresistas de Za­ Interin tenia lugar la conferencia de Esparraguera, Arrazo­
ragoza, que confiaban cedería á los consejos de Espartero, y la todavía ignorante del resultado del abocamiento de la Go­
mida debieron hacer que indicase falta de acatamiento, sin bernadora con su predilecto general, ansiaba por la clausu ni
que porello no sea muy verosímil que el entusiasmo y los mas de las Cortos, resuelto á correr áBarcelona á prestar su valio­
estridentes vivas se reservasen para la amiga, para la esposa so concurso en medio de la borrasca que corria la política, en
del poderoso aliado, de quien todo lo esperaban. gran parte obra suya, y siguiendo, á falta de positivos datos,
Al aproximarse el convoy real á Lérida tuvo Espartero su los anteriores acuerdos tomados con ¡isistencia del Consejo de
primera entrevista con la Reina. ministros, todavía se hacia la ilusión de creer que la Ruina
Esperábala al frente de dos Incidas divisiones de su bri­ dominaria á Espartero y que el gabinete seguia una política
llante ejercito y al presentarse la Gobernadora en carretela acertada; persuasion que le hacia desear tener en su poder ya
abierta dirigió el generili á sus tropas calurosas palabras de sancionada la ley á fin de dejarla solemnemente promulgada
acatamiento y lealtad Inicia la regia señora, sin que fuese por antes de su salida parsi Barcelona.
el momento omisi ion de otra cosa que de inspirará S. M. una Pero entre tanto la crisis habia dado en Esparraguera un
confianza do la que el general se había propuesto sacar par­ paso que prejuzgaba su desenlace. Sorprendida María Cristina
tido ¡inl.es de emplear medios de mas decisivo influjo. Termi­ de la disposición en que encontraba á su campeón predilecto,
nai l<> que fué el desfile de las tropas ante la Reina y la duque­ al hombre cuyo apoyo venia á buscar, vaciló entre resistirle
sa, á la que ni mismo tiempo que á la augusta señora se dieron y ceder, y sin consultar á sus ministros, cual correspondía que
entusiastas vivas, siguió Espartero acompañando á S. M. á lo hubiese hecho, tomó la resolución de convenir con Espar­
Esparraguera doude se despidieron y tuvo lugar la primera tero en que mudaria el gabinete, al paso que eludió contestar
conferencia política entre María Cristina y el campeón cuyo categóricamente respecto áno sancionarla ley de ayuntamien­
apoyo había venido á requerir. tos, esperada con impaciencia llegase de Madrid á Barcelona.
Rara dar cuenta de lo que realmente pasó cu aquella me­ Hizo mas Ja Gobernadora, pues no solo ofreció á Espartero
morable entrevista, debe el historiador recto é imparcial tener mudar el gabinete, sino que exigió como condición que el ge­
presentes las encontradas versiones de las partes interesadas. neral aceptase la presidencia del que debia formarse. Á esto
Rico y Amat y id marqués de Miradores nos refieren que el deseo imperativo de la Reina accedió Espartero, pero aplazan­
genomi se quitó la máscara y so impuso ála Reina, exigiendo do el que tuviese efecto despues que hubiese expulsado á Ca­
de olla que no sancionase la ley de ayuntamientos y que cam­ brera del territorio de Cataluña; operación que no podia re­
biase el ministerio. El señor tárala, incondicional abogado tardarse hallándose arrinconado en Berga el último adalid de
y panegirista de Espartero, si bien dice lo mismo en el don Cárlos.
tondo, esto es, que el general se mostró contrario A la ley de Mas juzgando Espartero, y con razón, que habia ganado la
ayuntamientos y decididamente adverso á la continuación partida, y que la situación era suya, dejó en manos de la Rei­
did ministerio, atenúa cuanto podia afectar á la lealtad del na una lista que contenia los nombres de los sujetos que de­
duque de la Victoria, asentando que se limitó á exponer los bían entrili’ en el nuevo gabinete, siendo estos los señores don
temores que en su juicio y en el del público corria la libertad Mauricio Cárlos de Onís, don Claudio Antón de Luzuriaga,
por el camino que seguia el gobierno, cuya mudanza resuel­ don Manuel Agustín Sil vela y don Juan de Dios Sotelo, á la
tamente propuso y sostuvo. sazón ministro de Marina.
Hasta dar por sentado esto último para que descartando El asesinato del conde de España dio por sucesor en el man-
toda sospecha de que Espartero hablase á la Reina en térmi­ i do de las facciones catalanas al partidario Segarra, hombre
nos irrespetuosos, so tenga por de todo punto incontestable ' cuyas cualidades personales eran generalmente apreciadas,
(d juicio que ¡merca de la entrevista de Esparraguera emite cuyos sentimientos humanos le lucieron popular entre el pai­
en sus Memorias el marqués de Mirafloros, juicio que expresa sanaje y en el ejército; pero que, dócil instrumento de la jun-
en l o s siguientes términos: ^ ta, á cuyas manos pereció el de España, mandó el segundo
«En la situación de hecho en que el país se encontraba, la , mas bien bajo las inspiraciones y el interés de los junteros,
cuestión do la ley de ayuntamientos (que acababan de discutir ¡ que con arreglo á un criterio militar. De ello resultó relaja­
y de volar las Cortes), venia á reducirse ¡í una cuestión do miento de la disciplina y falta de plan en las operaciones.
1: DA I} MOI) Kl¡ X A 1120
Servian á las órdenes de dicho partidario los cabecillas marchó á Barcelona á curarse, señalando su llegada según
Brujo, Tons, Porredon, lbañez y Castells, los que tenían en costumbre por otra encomiástica órilen'del dia.
frente al general Buercns, secundado por Azpiroz, Clemente y Va por entonces se habían realizado los triunfos de Espar­
Corso ili Carminati, con fuerzas no tan numerosas como las tero sobre Cabrera en Aragón, y la decadencia en que se ha­
de los carlistas, pero mejor mandadas y dirigidas. Escoltando llaba la causa carlista había trascendido lo bastante en Cata­
un convoy de víveres para Solsona, fué atacado Bucrens á la luña para inducir á Segarra á entrar en negociaciones con
ida y á la vuelta por las facciones, sin resultado ventajoso Van-IIalen. Pero antes que los tratos de avenencia hubiesen
para las últimas, toda vez que la plaza fué aprovisionada y la madurado y cuando estaba para llegar Cabrera expulso del
columna liberal volvió á sus cantones. Algun tiempo antes de Maestrazgo, traslucióse la especie entre los carlistas y Segarra
que en el Maestrazgo se formalizase la campaña por la llega­ tuvo que apelar á la fuga, presentándose en Vieh, donde hizo
da del ejército del Norte, Balmascda hizo una excursion ú Ca­ su sumisión á la Reina.
taluña, secundado por el baron de Eróles, el que acudió en Una vez que hubo mudado de bandera, no quiso Segarra
su ayuda con seis batallones; pero los generales de la Reina ocultar su nueva fe política y dirigió á sus antiguos compa­
combinaron sus operaciones y lograron arrojarlo del alto ñeros la proclama cuyo extracto figura al pié (1).
Aragon, invadido por Balmaseda y sus auxiliares. Presentábase Cabrera en la mañana del 8 de junio á las
El general Carbó operó con éxito sobre Alpens y Vidrá arro­ puertas de Berga, único baluarte que quedaba á los carlistas
jando de dichos puntos á las facciones, destruyendo sus ofici­ en Cataluña. La junta allí residente tenia barruntos de que el
nas y depósitos y haciéndoles buen número de prisioneros. terrible general venia resuelto á castigar la violenta muerte
En el mes de marzo había reemplazado el general don Anto­ dada al conde de España; temor que había contribuido no
nio Van-Halen á don Jerónimo Yaldés, quien, como en su dia poco á avivar la activa travesura de Aviraneta, el que, resi­
queda dicho, sucedió al baron de Meer. Significó el nuevo ge­ dente en la frontera de Francia, tuvo maña para hacer llegar
neral su toma de posesión del mando dando una proclama en á los junteros aviso de las intenciones que contra ellos llevaba
la que anunciaba que no tardaria en llegar Espartero, á quien Cabrera. El primer intento de los amenazados fué el de resis­
estaba reservada la gloria do pacificar las provincias del Este tir al temible adversario que se aproximaba y apelaron á Sé-
despues de haberlo hecho con las elei Norte. El nuevo gene­ garra, que todavía creían militaba en su campo, para que
ral en jefe encontró, y lamentóse de ello, en tan imperfecto acudiese á la defensa de sus patronos; mas, viendo que no
estado de organización el territorio de que se lincia cargo, aparecía, el cirujano Ferrer, miembro de la junta y principal
que no pudo lograr que el E. M. le diese razón exacta do los actor en el homicidio del conde de España, no se creyó seguro
trescientos puntos fortificados ocupados por los liberales en y abandonó á Bcrga acompañado do su familia, ínterin sus
Cataluña, siendo por lo demás tan insuficientes las fuerzas demás compañeros, perplejos sobre lo que deberían hacer,
de que para operaciones podia Yan-IIalen disponer, que tuvo cerraron las puertas al mismo tiempo que en sus muros enar­
que limitarse á aprovisionar Jas plazas y al relevo de sus bolaban bandera blanca.
guarniciones. Carecía además de recursos para atender á las Con igual señal respondió Cabrera, agitando un pañuelo
necesidades de su ejército, y para remediarlas pudo lograren blanco en la punta del sable de uno de sus ayudantes. En
Barcelona un anticipo de dos millones, garantizados porla hi­ vista de esta pacífica señal, salieron comisionados de la plaza
poteca de los derechos de puertas. Suplia Van-Halen á la es­ á parlamentar con Cabrera, al que, considerando que venia
terilidad de operaciones decisivas, sirviéndose con frecuencia de paz, consintieron en franquearle la entrada.
de la imprenta para reanimar el espíritu de las tropas y ha­ A este propósito afirma uno de los biógrafos del que se ti­
blar á los catalanes, procurando inspirarles confianza en que tulaba conde de Morella, que antes de entrar en Berga dirigió
la guerra seria ya de corta duración. Los meses de marzo y á sus soldados las palabras siguientes:
abril los ocupó en custodiar convoyes de víveres y en pro­ «Compañeros; ha llegado á mi noticia que los mismos que
teger los puntos amenazados; sistema mitigado de guerra defienden igual bandera que nosotros, Jos que se titulan car­
del que trataron de aprovecharse los carlistas presentando listas en Cataluña, los que guarnecen la plaza de Berga, adon­
la batalla al general en las alturas de Peracamps, que ha­ de nos dirigimos, ni á vosotros acaso os reconozcan como
bían atrincherado y en las que aguardaron al ejército libe­ amigos, ni á mí como su general por orden y voluntad del
ral con la fuerza de diez y ocho batallones, setecientos caba­ Rey nuestro señor. ¿Podré contar con vosotros en el caso de
llos, una batería rodada y artillería de á lomo. Las fuerzas que
conducía el capitan general de Cataluña igualaban en número (1) En la proclama que Segarra dirigia «á sua compañeros todavía
á las de los enemigos, pero supo el que mandaba las de la Reina en armas contra la causa liberal,» protestaba de su amor á la patria y
disponerlas con acierto, y, aunque á costa de sensibles pérdi­ á su provincia, afirmando que solo liabia tomado parto en la guerra por
das, logró desalojar á los cartisti^ de sus posiciones. Conse­ creer que don Cárlos les traería la felicidad y bienestar que anhelaban ;
cuente en su sistema de menudear las proclamas, felicitó Van- que toda lucha entre hermanos era horrible y debia procurarse su térmi­
Halen ásus soldados por su buen comportamiento, habiendo no por una reconciliación; que la sangre derramada era estéril, y que sin
duda todos los hombres honrados anhelaban la paz, ya cercana, [mes­
logrado llegar á Solsona y abastecídola abundantemente. to que, sometidas has provincias Vascongadas y Navarra, y avanzan­
A su regreso presentáronle de nuevo batalla los carlistas, y do Espartero sobre Cataluña, «el problema está resuelto, decía, mucho
trabóse una ruda pelea en la que encontró nueva ocasión de mas cuando el príncipe que habíamos aclamado ha tenido que buscar un
acreditar su bizarría el brigadier don Francisco Serrano, co­ asilo en una nación aliada de S. M. la Reina, donde se halla en estado de
mandante general de la caballería, puesto á cuya cabeza dió al arresto, c imposibilitado de tomar parte en la lucha que sostenéis á su
enemigo cargas que decidieron del éxito de la jornada. Antes nombre. El bien do mi país, que nunca he perdido de vista, me lia impul­
que esta terminase, tuvo Serrano que tomar el mando de toda sado, decia.á abreviar sus padecimientos, haciendo cesar el derramamiento
la fuerza por haber tenido que retirarse el general al hospital de sangre,que corría sin fruto. Al efecto, tomé mis disposiciones y dentro
de breves dias os hubieran dado el dichoso resultado que tanto anhela­
de sangre de resultas de haber sido herido en una mano. En mos, si mis pasos no se hubiesen malogrado por una traición que no po­
aquella circunstancia desplegó el brigadier las dotes de aque­ dia esperar de personas que juzgaba muy predispuestas al bien general.
lla inteligencia que se despierta y crece en los campos de bata­ Vuestros sufrimientos van á prolongarse indefinidamente si no mirais
lla, y que en aquel dia rayó á punto que su brillante y sim­ por vosotros, si no escucháis la voz de un jefe á quien habéis estimado
pática bravura entusiasmó á sus soldados y humilló á los siempre. La causa que sostenéis está perdida sin remedio. Esta es la ver­
contrarios. Condujo Serrano la division al punto á que se dad. Preservaos de los males, que tan de cerca os amenazan; no creáis la
dirigia, dejando frustrados los esfuerzos hechos por los carlis­ venida de los extranjeros en nuestro apoyo; deponed las armas. Contri­
buid á la pacificación general uniéndoos al único centro de ventura y feli­
tas para inferirle un daño que acabaron por experimentar
cidad de los españoles, el trono de Tsabel II y la Constitución del Estado.
ellos mismos. Presentaos á las autoridades militares de la Ruina. Os esperan con los
También fué gravemente herido aquel dia el general don brazos abiertos y seréis recibidos por ellas, por las tropas y por los pue­
Antonio Azpiroz, quien de sus resultas murió un mes despues. blos con la cordialidad y buena acogida que ino hau dispensatio á mí y de
La segunda acción de Peracamps costó á las tropas de la que está recibiendo continuos testimonios en esta ciudad de Vidi vuestro
Reina sobre Ö00 bajas entre muertos y heridos. Yan-Halen paisano y compatriota—Jone Sitf/CLnxt.—\ic h 13 de juuio de 18-10.»
;i;io H I S T O R I A DK KSI’ A K A

tenor que hacer uso <lo la fuerza para abrir linas puertas que el decaimiento do ánimo era general, y visibles por doquiera
nos cierran la intriga y la traición?—Sí,» respondieron todos, y las señales de desorganización.
Cabrera partió al galopo sin otro acompañamiento que sus Espartero avanzaba sobre Berga al frente de su lucido ejér­
ordenanzas, presentándose dolante de Burga, donde íuó calu­ cito, compuesto de cuatro brillantes divisiones, que manda­
rosamente recibido. Su primer acto filé el de mandar lormar ban el conde de Belascoain, el general Castañeda, Aycrbo y
causa sobre la muerto del conde de España, siendo inmediata­ Otero, conduciendo /urbano y Lomerío brigadas sueltas.
mente reducidos á prisión Orten, Torrebadella, Dalmau, el her­ Interin el jefe liberal avanzaba, el cabecilla Tristany se
mano de .Ferrer, el brigadier Valí y el comandante Grau ; pro­ complacía en la menguada represalia ele incendiar las mieses
videncia á la quo siguió el fusilamiento, como transaccionistas, del territorio de Cardona.
del comandante Luis tJastañola, Kuiz Davi la y otros. En apoyo de sus operaciones dictó Espartero un riguroso
(Ion esto motivo y en justificación de sus providencias dió bando dirigido a facilitar la mas pronta pacificación del país,
Cabrera la siguiente proclama: cuyas principales disposiciones van al pié trascritas (i).
«Voluntarios: Vuestro general en jefe os dirige la palabra, La ¡daza de Berga contenia además de su numerosa guar­
no para hacer ostentación de sus principios, pues los deja ya nición y ele todas las fuerzas que habia reconcentrado Cabre­
marcados en el campo de batalla. Vuestro general os habla., ra, una bastante buena fundición, fábricas de armas, talleres
no para alentar vuestro valor, porque en los podios (le valien­ de herraje y pertrechos de artillería.
tes jamás llalla cabida el desmayo. Os dirijo, sí, mi voz para El 4 de julio presentóse el ejército liberal á la vista de la
que quedéis enterados de la verdadera urgencia que ine ha plaza, que Cabrera creyó poder defender; intento muy supe­
impulsado á pasar el libro, con una partida de mis fuerzas rior á sus fuerzas, cuyo número no podia compensar la pericia
que se hallaban reunidas en Aragon y Valencia. Comunicacio­ del jefe ni su uo desmentido valor.
nes oficiales interceptadas al enemigo llegaron á convencerme El bizarro general Leon, encargado de atacar el monte y los
deque en este Principado corria inminente riesgo la causa de reductos del Nuet, posición que era la llave maestra de la
la religion y del m ona n u legitimo. Manejos do la revolución defensa, lo ejecutó con el ardimiento que siempre acompañó
ocultos, á la par que combinados, iban á enarbolar entre sus brillantes hechos de armas, pero tuvo que pelear con un
vosotros el negro y asqueroso pendón de la perfidia. Se mo­ enemigo digno de tan esforzado contrario, habiéndose Cabre­
vían todos los resortes para burlar vuestro valor; y los vence­ ra señalado en aquel dia, no solo por el extraordinario aliento
dores en el campo de batalla iban á quedar vencidos no por que comunicaba á los suyos, sino dándoles ejemplo de un des­
la fuerza de las armas, sino por el refuerzo vil de la intriga. precio de la vida igual al que despleguen sus proezas las mas
Gracias al Señor está descubierta la trama: queda burlada memorables. No obstante sus prodigiosos esfuerzos tuvo Ca­
completamente la táctica soez del masonismo, y adoptadas las brera que contentarse con operar una ordenada retirada, sin
medidas que he creído oportunas, acabo de arrancar la más­ dejar ele combatir ínterin la verificaba. El heroico raagUtcr
cara del hipócrita Segarra. Sí; este ex-gencral ingrato, con el equitwm, del ejército liberal entró vencedor en Berga, y la
honor en la boca y la infamia en el corazón, no ha podido ocul­ humanidad que siempre distinguió á los soldados de la Boina
tarla por mas tiempo: lo hallareis ya en Vich, fraternizando tuvo ocasión de acreditarse nuevamente recogiendo en el
con los enemigos de Carlo« V. Este os un triunfo para las ar­ campo y los caseríos los numerosos heridos abandonados pol­
mas del rey, pues la causa de la lealtad acaba de arrojar de su los carlistas.
seno á un general fementido. No dejaré la obra incompleta; y Fácil os de adivinar toda la tristeza, toda la amargura, toda
al traidor que pretenda abrigarse entre vosotros no le queda la desesperación que abrumaron el ánimo del Viriato de la
ot ro recurso que la fuga, si primero no le alcanza la severidad
de las leyes. Acabo de ejecutar lo que os prometo en la perso­ (1 ) A r t. l.° L a s ju s tic ia s d e la s p u e b lo s q u e e n e l m o m e n to d e e n tr a r
na de don Luis Castañola, primer comandante del 18, fusilado e n e llo s y e n s u d e m a r c a c ió n f u e r z a s r e b e ld e s ó a lg u n a p a r t id a d e f a c c io ­
ayer en est a plaza. s o s , n o d ie s e n p a r t e á lo s je f e s d e la s a r m a s d e lo s p u n to s f o r tif ic a d o s , á
»For comisión particular del Bey nuestro señor (que Dios la s c o lu m n a s ó d iv is io n e s d e l e jé r c ito n a c io n a l, s u f r ir á n la p e n a d o s e r
guarde) he debido pasar también á Cataluña para vengar el s o r te a d o s s u s in d iv id u o s p a r a q u e u n o d o e llo s s e a f u s ila d o , y lo s d e m á s
asesinato del señor conde de España: obraré con imparciali­ d e s tin a d o s á p r e s id io p o r d o s a ñ o s , im p o n ié n d o s e a d e m á s 2 0 0 r e a le s d e
dad; pesaré el asunto en la balanza de la justicia; examinaré m u l ta p o r c a d a c ie n v e c in o s , q u e p a g a r á n to d o s e llo s , c o n d e s tin o á lo s
los datos, y descargando únicamente el golpe sobre el perpe­
g a s to s d e la g u e rra .
A r t . 3 ." L a s j u s t i c i a s d e lo s p u e b l o s e n q u e s e a b r i g u e n u n o ó m a s
trador del crimen, liaré ver á la Europa entera que el extra­ r e b e ld e s s e r á n r e s p o n s a b le s , y lo m is m o s u v e c in d a r io , b a jo la s p e n a s
vío de algun simple particular en nada puede mancillar la d e te r m in a d a s e n e l a r tíc u lo a n te r io r , y s ie m p re q u e , p ro te g id a s u O c u lta ­
causa d e (Jthitis V. ¡Catalanes; La rectitud demis intenciones c ió n p o r a lg u n v e c in o , s e a p r e h e n d ie s e n e n u n a ó m a s c a s a s , s u f r ir á a d e ­
os es bastante conocida; sabré recompensar el mérito, pero m á s la p e n a d e m u e r te la p e r s o g a q u e h a g a c a b e z a d e fa m ilia .
inexorable me tendréis con el delito. ¡Voluntarios; Sé que me A r t . 3 .- ’ T o d o s l o s i n d i v i d u o s r e b e l d e s n o u n i f o r m a d o s n i p e r t e n e ­
aniais y que os halláis persuadidos do que vuestro general os c ie n te s á c u e rp o , q u e s e a n a p r e h e n d id o s , s e r á n f u s ila d o s e n e l a c to .
ama; mucho me prometo también de vuestro valor y cons­ A r t. 4 ." Q n o d a u c o m p r e n d id o s p a r a s u f r ir la p e n a o r d e n a d a e n e l
tancia; no se me oculta quo la càbala de la revolución es la a r tíc u lo a n t e r io r lo s p a is a n o s q u e s e r e ú n a n e n s o m a te n , ó q u e a is la d a ­
m e n te s e a n c o g id o s c o n a r m a s ; to d a s la s p a r tid a s q u o c o n e l n o m b re d e
que en diferentes períodos ha puesto en estado de inercia la p a tu le a s fa c c io s a s re c o r r e n e l p a ís , y c u a le s q u ie r a o tr o s in d iv id u o s q u e ,
robustez de vuestros brazos; pero sé también que deseáis ba­ s e p a r á n d o s e d e l g r u e s o d e la s tr o p a s e n e m ig a s s e o c u p e n d e l ro b o , d e la s
tir al enemigo y que vuestro elemento natural es el lugar del in te r c e p ta c io n e s d e p lie g o s y a s a lto d e lo s c a m in o s á r e ta g u a r d ia d e la s
combato; yo me pondré á vuestro frente; yo mismo en perso­ lin c a s q u e p r o g r e s iv a m e n te o c u p e n la s d iv is io n e s d e lo s e jé r c ito s d e m i
na os conduciré al campo del honor y, con el auxilio de Dios, m ando.
á la victoria; conservando la union y el amor fraternal que A r t . 5 .” T o d o s lo s h a b i t a n t e s q u e n o s e a n m i lic ia n o s n a c io n a l e s p r e ­
veo reinar entre vosotros, me cabe el dulce placer de no des­ s e n ta r á n la s a r m a s á lo s g o b e r n a d o r e s ó c o m a n d a n te s d e lo s p u n to s f o r ­
cubrir en todo el ejército do mi mando mas que soldados de
tific a d o s . E l q u e c o n tr a v in ie r e á e s ta o r d e n s e r á fu s ila d o , e n te n d ié n d o s e
q u e h a d e c a e r e s te c a s tig o e n e l q u e h a g a c a b e z a d e la c a s a d o n d e f u e re
Cari es V; así es como, á no tardar, triunfaremos completa­ h a l l a d a e l a r m a ó a r m a s , y a d e m á s s u f r i r á e l p u e b l o 1,000 r e a l e s d e
mente do la revolución impía; y cuando esta se cree haber m u lta p o r c a d a a rm a q u e se e n c u e u tre .
llegado al apogeo del poder, vent deshechas sus hordas y A r t. ü . ’ A lo s fa c c io s o s q u e s e p r e s e n te n á lo s g o b e r n a d o r e s ú o tr o s
burlados también sus planes do cohecho, de traición y de in­ je f e s m i lita r e s , s e le s d a r á u n s a lv o c o n d u c to p a r a q u e p a s e n á f ija r s u
triga.—El conde de Morella.» r e s id e n c ia a l p u e b lo q u e e lija n .
For superior que sea un hombre político ó un general, no A r t . 7." M e r e s p o n d e r á n c o n s u s p e r s o n a s y e m p l e o s t o d o s l o s j e f e s
bastan la inteligencia del uno ni la energía del otro para ha­ m ilita r e s q u e f a lte n a l c u m p lim ie n to d e lo p r e v e n id o e n e s te b a u d o , q u e
te n d r á f u e r z a d e le y d e s d e e l d ia d o s u p u b lic a c ió n , r e s p e c to á lo s e n e ­
cerse superiores á las circunstancias que lo rodean. La causa m ig o s á q u ie n e s c o m p re n d e , y d e s d e q u e lle g u e á p o d e r d e la s ju s tic ia s
carlista había llegado á un término del que no podia pasar, y d e lo s p u e b lo s , p o r lo q u e to c a á s u r e s p o n s a b ilid a d y p e n a s d e te r m in a ­
en vano trató Cabrera de reorganizar su hueste reformando d a s , á c u y o fin to d a s la s a u to r id a d e s m ilita r e s d e lo s d is tr ito s r e s p e c ti­
el personal desìi oficialidad. El descontento minaba su gente; v o s e x ig irá n re c ib o c o n e x p r e s ió n d e l d ia q u e h a s id o e n tre g a d o .
EDAD MOD E U N A fifil
causa ele rton Cavíos cumulo, arrinconado á la frontera fran­ y la España hubiese tenido mas heridos A mí se me supone
cesa, tuvo que optar entre abandonar ásus soldados al hierro rico y que he enviado mucho dinero á Francia: yo puedo ase­
enemigo ó entrar con ellos fugitivo en tierra extranjera. lié gurar que no tengo para vivir: se lo diré así á don Carlos y le
aquí los términos en que el señor Pimía, que no escasea sus pediré que me dé de lo que á él le dan.»
elogios al caudillo do don Carlos, pinta los últimos momentos El último documento oficial que cierra la sangrienta ludia
do su presencia en el suelo español: que por segunda vez en el presente siglo, enrojecía con gene­
«Reunió, dice, á sus oficiales y expuso los imperiosos moti­ rosa ó incauta sangre el suelo de la otras veces gloriosa, y
vos que le obligaban á refugiarse en Francia; la falta de toda siempre noble España, lo fué la proclama fechada en Bcvga
clase de recursos; las imponentes fuerzas enemigas que le el 7 de julio y concebida en los siguientes términos:
acosaban, y que hacían inútiles sus mayores esfuerzos y sacri­ «Soldados: La gloriosa campaña de Aragón terminada con
ficios liara sostenerse algun tiempo mas. Que si irabia alguien la conquista de Morella, debió haber puesto fin á la guerra
que le suministrase recursos, dijo á su gente, todavía estaba fratricida si los hijos bastardos de nuestra patria, si esos hom­
pronto á continuar la guerra, En vista, añadió, de tállemeles bres sanguinarios por sistema, si esos monstruos azote de la
circunstancias, juzgo, como español y amante de mi patria, humanidad, fuesen capaces de abrigar un sentimiento que los
que la prolongation de la guerra no tendría otro resultado retrajera del camino del crimen. Ellos, sin embargo de ver per­
que la inútil efusión de sangre, sin obtener ventajas positivas dida la causa que sirvió de ostensible pretexto á sus robos, in­
para la causa, de la legitimidad. El medio mas plausible es el cendios y asesinatos, procuraron en su desesperación hacer el
do buscar asilo en el territorio fraucés. Pero aunque tal sea último esfuerzo.
mi opinion, si alguno de Vds. cree posible continuar la guer­ »El feroz Cabrera, huyendo con parte de los suyos, creyó po­
ra con ventaja, yo estoy pronto á entregarle el mando de las der ocultar su derrota, y dar nuevo ser ¡i las facciones catala­
tropas. Creo babor cumplido siempre con mi deber: si cual­ nas, mientras que, destacando á Castilla la Vieja al tigre Ual-
quiera de Vds. quiere hacerme cargos, esto es ol momento. maseda, poniendo á sus órdenes los rebeldes que habían
Aun pisamos el suelo español, y no quiero que se me juzgue quedado en las provincias de Albacete, Cuenca y Guadalajara
como á general, sino como á simple voluntario, pues antes concibió la idea de sublevar de nuevo el país que filó teatro
prefiero sufrir que emigrar con ignominia.» «Mientras yo ha­ de la guerra y que ya disfrutaba del beneficio de la paz. Sabe­
blaba (son estas palabras del mismo Cabrera) y despues do dor de estos proyectos pude anticiparme á con t rarest arlos
haber terminado, reinó el mas profundo silencio, poro todos haciendo las prevenciones oportunas á los dignos generales á
lloraban y lloraba yo también. Me faltan, continúa, palabras quienes tocó la suerte de ofrecer nuevas glorias á la causa na­
para describir aquella escena; todos contestaron que se resig­ cional .
naban á mi indicación y al destino (pie nos señalaba el cielo. »Al mismo tiempo ála cabeza del ejército expedicionario del
A pesar de haber dado la orden á la division de Aragon para Norte me dirigía á Cataluña. La reunion de los aprestos nece­
que se me reuniese, la recibió con atraso y no pudo ]rallarse sarios para que esta campaña completase el triunfo, permitió
presente.» tuviésemos el honor de recibir á SS. MM. y A., de asegurar su
En el acto y antes do entrar en Francia, dio Cabrera un transito á Barcelona y de acompañar la règia comitiva hasta
grado á todos los jefes, oficiales y sargentos. el punto donde debían partir las operaciones.
En la mañana del G de agosto presentóse un capitan fran­ »El brillante estado en que encontré las tropas del ejércit o
cés portador do las condiciones con las que los refugiados de Cataluña, que me fué posible revistar, justificó su bien ad­
carlistas serian recibidos en el territorio vecino. Dichas condi­ quirido concepto por sus señalados cornbat.es y por su perfec­
ciones eran las siguientes: ta armonía con las demás fuerzas que militan á mis órdenes,
« 1 Que los generales, jefes, oficiales y soldados serian des­ todas virtuosas, valientes y disciplinadas, á la vez que poseí­
tinados á los depósitos que señalase el gobierno y recibirían das de un puro entusiasmo por la consolidación del trono do
los mismos subsidios que otros emigrados por causas políticas. Isabel II, de que es digna regente su augusta madre, por la
»2.° Que todos tendrían derecho á residir en Francia ó Constitución de 18fii, y por la independencia nacional.
pasar á otro país según les conviniese. »Con ejércitos animados de tan nobles ideas y robustecidos
»fi." Quo entregarían al pisar el territorio francés las armas con sublimes virtudes, no podía menos de ser pronta y segura
y caballos, exceptuando los de los generales, jefes y oficiales, la pacificación que anuncié en mi orden general de 30 de mayo
por ser de su propiedad particular, así como las acémilas y en la plaza de Morella El del Centro que tanto contribuyó á
equipajes.» la feliz campaña de Aragón, exterminó en breve los grupos que
Penetraron con Cabrera en Francia los batallones 1.“ y 2.° quedaron errantes. La division que operaba sobre Albacete,
de Tortosa, 1.“ y 2." de Valencia y fi.*'de Murcia; los aragoneses Cuenca y Guadalajara tuvo una señalada victoria en Olmedilla
y catalanes, que llegaron con posterioridad, al saber que iban contra las fuerzas que infestaban aquella provincia al marchar
á ser desarmados no pudieron contener su despecho y rom­ Balmaseda. Lanzado este cabecilla de la sierra de Burgos, fue
pieron sus fusiles. Al terminar el mes de agosto, el número de batido en Zalducndo por el ejército que operaba en el Norte.
refugiados carlistas que se encontraba en los diferentes depó­ Perseguidos los restos de su facción por todas las tropas des­
sitos de Francia ascendía á 21,000 individuos. tinadas á su exterminio, tuvieron que buscar en trozos su au­
Es curioso y no debe la historia ser defraudada de lo que xilio en Francia, en cuya raya fueron desarmados. El último
refiere don Juan Hernández, cónsul de España en Perpiñan, golpe que debian recibir los enemigos era en esta plaza de
haber oido de boca del mismo Cabrera, según escrito que afir­ Berga, centro y apoyo de las facciones catalanas, donde tenían
ma poseer el diligente autor de los Anales de la guerra civil. su junta de gobierno y todos sus elementos de acción.
«Desde que Maroto abandonó la causa de don Carlos, la »Para que el éxito fuese rápido y feliz destiné la fuerza de
creí perdida; varias veces se lo escribí y le propuso me diera dos divisiones á cubrir el flanco izquierdo :1a primera y segun­
la orden de licenciar su ejército y pasar ¡1 Francia solo. Don da del ejército de Cataluña el derecho; y yo con la tropa em­
Carlos me contestó me mantuviera en España: lo he hecho, prendí desde Manresa los movimientos sobre Berga. La bri­
pero viendo que á mis nuevas instancias no respondía, que llante jornada del 4 nos dió la posesión de esta plaza, de su
no hacia caso mas que de los consejos do curas y frailes y que castillo y considerable número de fuertes, las fundiciones, las
era inútil derramar mas sangre por una causa perdida, he to­ fábricas de pólvora, todo quedó en nuestro poder, todo cedió
mado la resolución de venir á Francia, poniendo término ála á vuestro denuedo y bizarría, poniendo en vergonzosa derrota
guerra. No me gustaba la guerra de pillaje que se hacia en á los batallones con que Cabrera intentó rechazaros.
Cataluña. No he nombrado jefe superior: he dejado á los jefes »Cubierto de oprobio y de ignominia este sangriento caudi­
de Cataluña que hagan lo que quieran, pues yo no quiero car­ llo, debió su salvación á lo escabroso del terreno ; y forzado á
gar con la responsabilidad de la sangre que so derrame desde tomar un asilo en Francia con mucha parte de sus fuerzas, lo
el día de mi separación. Yo pudiera haberme sostenido dos verificó en el mayor desorden. \ a no quedan mas que las hor­
meses, haber batido á Carbó; pero ¡qué adelantaba con esto das que capitanea Tristany y otros cabecillas que serán en
cuando Espartero tenia 50 batallones! hubiera muerto gente breve destruidos. La guerra, por lo tanto, se puede considerar
33' il IS T O lii A DI-: E S P A Ñ A

term in ad a, los en em ig o s «Ici sosiego p u b lico an iq u ila d o s, los | la a u g u sta señ o ra se co m p ro m etió en E sparraguera á verificar
p u eb lo s libros para siom pro do los ván d alos y m u y cerca n o el u n ca m b io rad ical en su p o lítica , h a b ía n d eja d o do ser m in is­
(lia ci: quo osi,a n ación m agli;'mima p u ed a en m a sa en treg a rse tros c o n stitu c io n a le s, y cesa b a n d e ten er ca lid a d para acon ­
al júbilo, en ton an d o oí h im n o do paz por (pie ta n to lia su sp i­ sejar á la R ein a en el in terés d e u n a p o lític a v ir tu a lm e n te
rado y que liará, la Yoiilura ilo los españoles. d esca rta d a p or la Corona.
>( 'oiiq »añeros de glorias y p eligros, p ron to d esca n sa reis d é la E v id e n te d eb ía ser [»ara d oñ a M aría C ristina y para lo s q u e
l'aliga do una lu d ia tan .sangrienta com o p rolon gad a, pron to a u n co n tin u a b a n sie n d o su s co n sejero s resp o n sa b les, q u e no
se venin cu m p lid os los votos por la p acificación g en era l. Yo p o d ía n seg u ir co n sid erá n d o se com o ta le s, en la esen cia al
jamás lindé del é x ito d e esta ép o ca d e c o n su elo á q u e h em o s m en o s, desdo el m o m e n to en q u e fu eron sa b ed o res d e q u e la
llegado por vuestra con stan cia y bizarría. S iem p re q u e os h e R ein a h ab ía o frecid o á E spartero q u e cam b iaría s u g a b in ete,
dirigido la voz os lo lie (»redicho; p orq u e cad a d ia m e d abais q u e e l m ism o g e n e r a l esta b a lla m a d o á p resid ir; p ro m esa
nuevas pruebas d e con lian za, d e lea lta d , d e bravura, d e su fri­ q u e e q u iv a lia á esta r re su e lto y h a sta in icia d o , a u n q u e to d a ­
m iento y do patriotism o. G enerales, jefes, oficiales é in d iv id u o s v ía n o se h a lla se c o n su m a d o d e h ech o , u n ca m b io ra d ica l en
de Iropa, todos sois d ig n o s de la g r a titu d d e la R ein a y d e la la situ a c ió n q u e h a b ía rep resen ta d o e l g a b in e te P erez d e Cas­
] »atria : á todos en carezco la p u reza d e m is se n tim ie n to s por tro, situ a c ió n q u e h a cia im p erio so para lo s h o m b res to d a v ía en
su bien y felicidad, y á tod os con el trib u to ile un j u s to reco­ p o sesió n d e la s carteras, el d eb er c o n stitu c io n a l d e n o a u to ri­
n ocim ien to asegu ro, q u e así com o cu tod as ocasion es y c illa s zar co n su firm a la sa n ció n d e la le y d e a y u n ta m ie n to s.
m as críticas circu n sta n cia» co n té con su h eroico esfu erzo para L a G obernadora se h a lla b a en B a rcelo n a d e s d ó lo s p r im e r o s
lograr el triunfo olii en id o por la m as sa n ta d e la s ca u sa s, así d ia s d e ju lio , h ab ien d o y a co n tra id o s u co m p ro m iso d e form ar
todos deben con tur con su gen era l e n jefe. I u n g a b in e te p resid id o por el d u q u e d e la V icto ria , q u ien por
>■( 'mirtei general d e B erga, ~ d e ju lio do 1840.— E l duque su p arte h ab ía e x p líc ita m e n te m a n ifesta d o q u e reprobaba la
di' lu I ó'toi'ñl.» le y d e a y u n ta m ie n to s h a sta el p u n to d e co n sid era rla com o
G rande y su sp irad o filé el d ia en q u e regocijad a E sp a ñ a prob ab le ca u sa d e u n a rev o lu ció n , en v ista d e to d o lo cu a l era
(>ndo sa lu d a r con e n tu sia sm o y g r a titu d la an siad a paz, d é la co n tra d icto rio co n su m a r ir rev o ca b lem en te h e c h o s p reñ a d o s
q ue todos esperaban v en tu ra s sin cu e n to , a u g u rio s q u e no d e p elig ro sa s c o n tin g en cia s.
deb ía tardar en d isip a r la fratricid a tea d e las d isen sio n es T an cieg o era sin em b argo el a p resu ra m ien to d e la G o b er­
p róxim os á esta lla r en el sen o m ism o d e la fa m ilia lib era l, q u e nad ora y d e lo s m in istr o s q u e á su lado se h a lla b a n , p or q ue
ta n co stosos sacrificio s h a b ía h ech o para v e n c e r al carlism o. q u em a se su s n a v e s a n te s d e q u e E spartero, esp erad o d e u n
l’or resp eto inicia sí m ism o, p or su propia d ig n id a d y g lo ­ d ia á otro, reg resa se d e B erga, q u e el d ia 11 escribí a P erez
ria. hubiera sid o d e d esear q u e los q u e rod eab an á E spartero d e C astro á A rrazola en ca rta p a rticu la r lo s ig u ie n t e : « H a
e n a q u ello s m o m e n to s d e le g ítim o o rgu llo, lo h u b iera n h ech o sab id o m u y m a l á la señ ora, y á n o so tro s p é sim a m e n te , q ue
n o ta r cu án d ign o habría sid o d e su esclarecid o n o m b re y n o v e n g a en n in g u n o d e lo s sie te correos recib id o s h o y la
b ien ad q u irid a fam a, hab er tratad o co n m as gen ero sid a d en le y d e a y u n ta m ie n to s... P rèv ia la c o n v e n ie n te v en ia , y h a ­
su proclam a, al en em igo ven cid o, q u e, n o por ser com p a tri­ b la n d o com o a m ig o franco, n o sé cóm o se lia errado en eso...
cio, era m en os acreedor á la m a g n a n im id a d d el ven ced or. D ias h ace q u e su sp iro en m is ca rta s p or e sa le y , y com o ya
1tejam os anteriori n en te e x p u e sto cu án g ran d e y h on rosa ora hab rá recib id o a lg u n a s, n o d u d a m o s v ería lle g a r ca d a dia...
la m isión q ue cu m p lía haber d esem p eñ ad o a l p acificador do Im p a cien tes e sta m o s p or esa ley . N o p u e d e V . figu rarse
la d olorid a patria, h ab ien d o sid o el so sten y am parador elei c u á n to se celia d e m en o s y c u á n to se esp era ... H e e x c u sa d o la
I rom», el e iisiu d io d e la lib ertad , el m ed iad or e n tre los p a rtid o s ' d ila ció n , d icien d o , com o V. m e d ice y rep ito, q u e se v e a y se
q u e cm» m as pasión que pal ilo tism o se d isp u tab a n el (»odor. ¡ ta n te e etc.... Y a h a ce d ia s q u e e sto y rep itien d o q u e v e n g a ó
S o g u iih im eiile vam os á ten er q u e narrar cóm o en ten d ió se d u p liq u e p or si está d e te n id a e n el ca m in o . P or D io s v e n ­
Espartero su s d eb eres d e sold ad o y d e ciu d a d a n o y e l uso g a sin m as d ila ció n .»
q ue hizo del in m en so p od er q ue d eb ia en prim er térm in o , á S em eja n te p rem u ra era ta n to m e n o s c o n c e b ib le c u a n to
los sacrificios de la n a ció n , á la cieg a con fian za d e la R ein a y que, a n tes d o q u e se recib iese el d o c u m e n to recla m a d o con
á ios g en era les su s com p añ eros do arm as. ta n febril im p a cien cia , y d e q u e la lle g a d a d e E spartero p re­
Desembarazado nuestro relato de todos los hechos que pre­ c ip ita se la crisis, la R ein a h a b ía v isto fijad os, d e la n te d e la s
cedieron si los gravísimos sucesos de que iba á ser teatro la v en ta n a s d e su p a la c io , p a sq u in e s im p reso s q u e d e n u n c ia ­
capila! del antiguo Principado, podremos, siu tenor que vol­ ban la n u e v a le y d e a y u n ta m ie n to s com o u n a in fra cció n d e l
ver la vista atrás, darnos cuenta del desenlace de la crisis so­ a rtícu lo d e la C o n stitu ció n q u e a t r ib u ía á lo s p u eb lo s el n o m ­
bradamente iniciada desde antes de la salida do la corte de b ram ien to d e lo s a lca ld es y q u e la sa n c ió n p e n d ie n te do u n
Madrid. acto d e ta n ta im p o rta n cia c o n stitu ir ia u n a v io la c ió n d é la le y
N o es d u d oso q ue p osteriorm en te á la e n tr e v ista d e E spar­ fu n d a m en ta l q u e la R ein a te n ia ju ra d a , d e m o str a c io n e s la s á
raguera y por co n sig u ie n te ai com p rom iso tom ad o por la Go­ q ue acabam os d e lia ccr referen cia q u e n o [»odian verificarse
bernadora d e variar su m in isterio y con este ca m b io ta m b ién sin la c o n n iv e n c ia d é la s au to rid a d es; y p ara q u e n a d a fa lta se
su p o lítica , nada h u b o d e com u n icar F eroz d e C astro á Arra- á la am enaza, e l ca p ita n g e n e r a l d e C ata lu ñ a V a n -H a len , u ñ a
zo la d e ín d ole q u e m od ificase el acuerdo d elib era d a m en te y carne d el g e n e r a l en je fe , se en ca rg ó , en lo s d iarios co lo ­
to m a d o en C onsejo d e m in istros a n tes q u e la R ein a em p ren ­ q u ios q u e tu v o c o n la G obernadora, d e p resen ta rlo com o in -
d ie se su v ia je; acu erd o q u e tu v o el carácter d e d efin itiv o , m in e n te u n a re v o lu c ió n , si n o s e g u ía la p o lític a q u e le h a b ía
resp ecto á n o d iso lv e r la s C ortes y á san cion ar la le y de sid o reco m en d a d a p o r el g e n e r a l E spartero.
a y u n ta m ie n to s. La R ein a m a n ife stó á V a n -H a len q u e n a d a liaría h a sta la
C om p rén d ese q u e lo s m in istro s q u ed ad os en M adrid obra­ lleg a d a del d u q u e, á q u ie n esp erab a d e m i d i a á o tro ; pero q ue
se n bajo la im p resió n d e lo r esu elto a n tes d e la partid a d e la en el en tre ta n to desear i a co n o cer c u á l seria el p ro g ra m a q u e
R ein a ; pero lo q u e d eb e causar m aravilla, y ap en as parece le p rop on d ría e l n u e v o m in isterio .
creíb le, es q u e u n a p rin cesa tan capaz com o lo era doña M a­ C om unicados q u e fu ero n por V a n -H a len a l d u q u e d e la
ría C ristin a y un hom bre d e la co n su m a d a e x p e r ie n c ia oficial V ictoria lo s d eseo s do la G obernadora, [»uso en m a n o s d e e sta
d e P erez d e C astro, c o m e tie se n el d ob le error, la prim era de una carta, fech a d a e n B erga, e n la q u e el d u q u e se ex p resa b a
no co n o cer q u e n o le n ia o p cio n en tre p od er co n ta r con la en los sig u ie n te s térm in os:
co op eración d e E spartero, ó si n o lo atraía ó p rescin d ia d e él, «El esta d o d e ferm en ta ció n d o lo s p u e b lo s m a s n o ta b le s d e
pesar q u é e le m e n to s do r e siste n c ia le q u ed ab an para, a p o ­ la m onarquía, y la j u s t a a n sied a d d e lo s b u en o s esp a ñ o les
y ad a en el p artid o co n serv a d o r y e n los g en era les fieles á su que form an la m a y o r ía d e la n a c ió n , req u iere u n a reform a
causa, (»oder con trarestar eon é x ito la co n su m a d a a lia n za de en el siste m a d e g o b iern o d e ta l n a tu r a le z a q u e se in sp iro
Espartero con el p a rtid o p r o g r e sista ; y P erez d e C astro y su s con fian za d e q u e la C o n stitu ció n d e 1837 n o será in flin g id a ,
com pañeros de g a b in e te , q u e h a b ía n a com p añ ad o á la G ober­ y quo cl trono d e Isa b el II será afianzado bajo la re g e n c ia do
nadora á Ma reclona, hab er co n o cid o q u e d e sd e el d ia e n q ue su a u g u sta m adre, lib ra n d o á la E sp añ a d e u n a v erg o n zo sa
E D A D MO DE It XA 333
tritola, para q n c p u e d a lle g a r a l.e n g r a n d e c im ie n to d e q u e es q ue se estab a y q u e a l s ig u ie n te d ia le p resen ta sen el resu lta ­
d ign a y á q u e es lla m a d a . do de su s d elib era cio n es para to m a r u n a r eso lu ció n d efin itiva.»
»El n u e v o g a b in e te c o n v ie n e p rin cip ie p or u n decreto de P or la tard e d e a q u el m ism o diti lle g ó á B a rcelon a el correo
d isolu ción d e las a c tu a le s C ortes, fijan d o la ép o ca d e la s n u e ­ de g a b in e te portador d e la le y d e a y u n ta m ien to s; y reu n id o s
vas eleccion es; y seria c o n d u c e n te q u e e sta s fu esen e l p ro d u c­ por la n o ch e P erez d e C astro y O lconard, p u es Sot elo co n fe ­
to de la lib re v o lu n ta d , sin q u e lo s p a rtid o s in trig a sen para ren ciab a á la m ism a hora con E spartero y L u zu riaga, resol­
sacar á lo s ca n d id a to s d e su resp ectiv o b an d o, lo cu a l, e n c e n ­ v ieron a q u ello s p resen ta r á la sa n c ió n d e la R ein a la le y que
diendo n u e v a m e n te las p a sio n es, en torp ecerla la m archa dol a cab ab an de recibir, to m a n d o sob re sí lo s m in istr o s una r e s­
gobierno, q u e deb e ser firm o, a p o y a d o en la ju stic ia , en la p o n sa b ilid a d q u e e o n sfitu e io n a lm e n te n o d eb ía n hab er a cep ­
im parcialidad, e n la fran q u eza d e su s actos, e n el resp eto á ta d o u n o s h o m b res cu y a s horas ele p o d er se h a lla b a n co n ta d a s.
las le y e s y en la c o n sid e r a c ió n q u e se m e recen lo s q u e h an A las d o ce d e la n o ch e se p resen ta ro n lo s a n te d ic h o s d os
hecho sacrificios p o sitiv o s p or el triu n fo d e la ca u sa d el trono m in istro s, a com p añ ad os d e »Sotelo, á q u ie n en v ia ro n ex p resa ­
de Isabel I I y d e la C o n stitu ció n . m e n te á b uscar, y se celeb ró C onsejo p resid id o p or la G ober­
»Los p r o y e c to s d e le y p r e se n ta d o s y d ise n tid o s en la s a c­ nadora, la que, se g ú n afirm a el señ o r P im ía , i n . d o n ò l a c o n ­
tu ales C ortes, d e b e n q u ed ar a n u la d o s n e g á n d o se su san ción ; v e n i e n c i a d e q ue se o y e se al tiu q u e d e la M etería; d éb il
lo que, sobro tra n q u iliza r lo s á n im o s, q u e con sid era b a n en co rrectivo el p u esto en boca d e la su p rem a d ep o sita ria d e la
aq u ellos in fr in g id a la C o n stitu c ió n , h a d e au m en ta r la c o n ­ p rero g a tiv a co n stitu c io n a l lla m a d a á reso lver u n co n flicto ,
fianza y el am or h á c ia la a u g u sta R ein a gobernadora. P ero q u e era m u y d e p resu m ir q u e, d e n o seg u irse su in d ic a c ió n do
debe a n u n cia rse la p r e se n ta c ió n d e otros p ro y ecto s q u e esté n q u e se lla m a se á Espartero, ta n to el p resid en te com o Cloonartl
en a rm on ía con la ley fu n d a m e n ta l d e l E stad o; q u e p ro p en ­ (tocia v ez q u e itatelo era ca n d id a to d el g a b in e te en ciernes),
dan al orden, q u e c o n c ilie n lo s in te r e se s r e sp e c tiv o s y q u e so - c r ey esen al in sta r que la le y se sa n cio n a se en el acto, q ue
foquen para siem p re la s m iras a tr e v id a s y am b icio sa s d e los obraban en la p ersu a sió n d e ser en ello sim p le s in str u m e n to s
que por lograr su e n g r a n d e c im ie n to , retrasan e l b ien y p ro s­ d e lo q u e d e a n tem a n o sab ían estab a ya d ecid id a á h a cer la
peridad n acion al. G obernadora.
»El g o b iern o n e c e sita el ap oyo eficaz do lo s p rim eros fu n ­ S ea co m o fu ere d e la s in d ica d a s v ersio n es, la le y de a y u n ­
cionarios ó a u to rid a d es q u e le está n su b ord in ad a s e n lo s d i­ ta m ien to s q u ed ó, n o so lo san cion ad a, sin o q u e a q u ella m ism a
ferentes ram os, y a sí es p reciso r e m u e v a lo s o b stá c u lo s sá b ia n o ch e sa lió u n vap or p ortad or do e lla para V alen cia, con or­
y p r u d en tem en te, ech a n d o m a n o d e lo s h om b res q u e por su d en ex p resa y te r m in a n te para q u e d esd e a q u ella ciu d a d fu e ­
ciencia, b u en a fe y a n te c e d e n te s, p u e d a n con cu rrir á lle v a r á se e x p e d id a á M adrid p o r c o r r e o e x t r a o r d i n a r i o g a n a n d o
efecto la g ra n d e obra d e asegu rar la p az in terior, la p rosp eri­ horas.
dad do n u e str o créd ito , y la c o n sid era ció n por p a rte d e los B a sta n te d ic e n los. a n te c e d e n te s q u e d eja m o s lie lm e n te c o n ­
gab in etes ex tr a n je r o s.» sig n a d o s para q u e se co m p ren d a c u á le s ib an á ser la s c o n se ­
y o cab e, e n verd ad , n i d eclaración m as explícita., n i co n ­ c u e n c ia s d e la im p rev iso ra y a v en tu ra d a co n d u c ta d e lo s m i­
tradicción m as p alp ab le, q u e la s q u e ló g ic a y rig o ro sa m en te se n istro s r e sid e n te s en B arcelona. La sa g a cid a d d e A rrazola
d esp ren d en d e la carta d e E sp artero á la R ein a y en la q ue parecía p resen tir el p elig ro y h a b ía en cierto m o d o in d ica ­
p rotesta el g e n e r a l d e su a leja m ien to d e lo s p artid os, m o strá n ­ do la ú n ica m a n era q u e q u ed a b a d e con ju rarlo, to d a v ez q u e
dose ad verso á to d o lin a je d e b astard a in flu en cia q u e coarte con focha d el ö escrib ía á P érez d e C astro lo sig u ie n te ;
la libre m a n ife sta c ió n d e la v o lu n ta d d e le s e lecto res, y al «B asta d e m in iste r io p en o so , b a sta d e su p licio. Si S. M . es­
m ism o tiem p o a b ierta m en te ab oga por q u e sea arrojado d el tu v ie se en su p a la cio , m i co n sejo esta tarile seria q u e b u scase
poder el p artid o q u e se h a lla e n p o se sió n d e él, o b ten id o por h om b res n u ev o s, á v e r si so n ta n fe lic e s gite m u t a r m i , s i t i o
m ed ios leg a les; y al h ab lar d e co a ccio n es electorales, d e sc o ­ sa tisfa c ía n la a m b ic ió n , la e n v id ia y la ra b ia del a m o r
noce ó cierra lo s ojos E spartero á q u e e n las ú ltim a s v erifica ­ p ro p io .
das, y d e la s q u e fu ero n p ro d u cto la s C ortes c u y a d iso lu ció n S u b rayam os esta s ú ltim a s p alabras p orq u e ella s son com o la
aconseja, la co a cció n , si la h u b o, solo p u d o p roven ir d e p arte vela d a co n fesió n q u e el m in istro h a cia d el erratio derrotero
de la m ilic ia n a cio n a l y d e lo s e m p lea d o s d e lo s a y u n ta m ie n ­ seg u id o por el g a b in ete. L a crisis sin so lu c ió n sa tisfa cto ria en
tos y d e la s d ip u ta c io n e s p rovin ciales, en su gran m ayoría q u e la n a c ió n iba á v erse p recip ita d a , habría te n id o u n a ra zo ­
progresistas, p u es h a sta añ os d esp u es, en Ies q u e se e sta b le ­ n a b le e x p lic a c ió n si h a b ién d o se r esu elto la R ein a á a c e p ta r la
cieron la s le y e s a d m in istr a tiv a s del señ or P id al, no se con oció d im isió n d e E spartero, q u e ta n d e p rev er era, h u b iese de a n te ­
la ab sorb en te in flu e n c ia d e los a g e n te s d el gob iern o en m a te ­ m a n o c o n su lta d o á lo s g e n e r a le s D ie g o L eon, O’D o n n e ll, C on­
ria d e eleccion es. ch a y otros ig u a lm e n te a cred ita d o s y do n o to rio in flu jo en el
El m ism o d ia en q u e regresó E spartero á B arcelon a, tu v o ejército , lo s q u e d e a n tem a n o se sab ia h a lla rse d isp u e sto s á
con la G obernadora u n a con feren cia tie m as d e u n a hora, y so ste n e r la p rero g a tiv a c o n stitu c io n a l do la Corona, h a b ién ­
n ada d eb ió oir en ella el p resu n to p re sid e n te d e l C onsejo q u e d o les p reg u n ta d o si en el caso d e d im itir E spartero p o d ría la
pudiera h a cerle sosp ech ar, a te n d id o e l a b so lu to sile n c io q ue R ein a co n ta r co n lo s serv icio s d e a q u ello s gen era les.
gu ard ó la R eina, q u e ib a e sta á ad op tar u n a resolu ció n d e M as n a d a d e esto se h izo , n i siq u iera se p e n só e n hab er d is­
la im p ortan cia d e la tin e e l g e n e r a l h a b ía m a n ifesta d o d a b a á p u e sto el regreso d e la s p erso n a s rea les á M a d rid a n tes d e q u e
la le y d e a y u n ta m ien to s. E spartero, v en ced o r d e Cabrera, se p r e se n ta se en B arcelona,
E n la m a ñ a n a d e l 14 v o lv ió E spartero á P a la cio , y . se g ú n d an d o lu g a r, p or n o hab er ap elad o á los p o sib les m ed io s de
le q u e h a n e scrito y p u b lica d o lo s a p o lo g ista s d e la lín e a de am in orar lo s p elig ro s d e la situ a c ió n , á q u e e sto s se d esen ca ­
c o n d u cta se g u id a p o r e l g e n e r a l en a q u e lla s g r a v ísim a s cir­ d e n a se n d e la irreparable m a n era q u e v a m o s á v erles p reci­
cu n sta n cia s, d e n u e v o y co n m a y o r em p eñ o q u e a n te s lo h a ­ p itarse.
bía h ech o , a co n sejó á la R ein a q u e no sa n cio n a se la fa tíd ic a A p en a s su p o el d u q u e d e la V icto ria e n la m añana d el 15
ley, q u e u n a v e z m as calificó d e a t e n t a d o c o n t r a í a C o n s t i t u ­ q u e h ab ía sitio sa n cio n a d a la le y d e a y u n ta m ien to s, cu a n d o se
c i ó n y c o m o m otivi) s u fic ie n te para p rom over una rev o lu ció n . apresuró á d irig ir á la G obernadora su d im isió n , form ulada
A esta m a n ife sta c ió n d e l d u q u e h u b o d e co n te sta r la Go­ en lo s térm in o s sig u ie n te s;
bernadora, se g ú n la v e r sio n d e lo s m ism o s a u to res, « q u e lo s «Señora: U n triste d esen g a ñ o , d em asiad o sen sib le ¡i m i c o ­
m in istro s y n o e lla eran lo s resp on sab les, y q u e cu an tío e llo s ' razón, m e ha co n v e n c id o d e q u e en el d ia n o p u ed o ser ú til
h a b ía n p r e se n ta d o el p ro y ecto d e ley y Rabia e s te o b ten id o la n i á m i R ein a n i á m i p atria, porque sin d u d a lo s h om b res q u e
ap rob ación d e la m a y o ría d e la s C ortes, n o p o d ia dejar d e sa n ­ o ste n ta n h ip ó c r ita m e n te in terés por tan caros ob jetos h a n p o ­
cionarlo; e sto n o o b sta n te , añ a d en lo s b iógrafos c u y o te x to d ido m a s en el á n im o d e V. M. que esto sold ad o fiel á s u s p r o ­
rep ro d u cim os, n o a c e p t ó n i d e s e c h ó l a H e i n a l a s o b s e r v a c i o ­ m esas, á s u s ju r a m e n to s, y á lo s deberes q u e su cargo le im ­
n e s d e l d u q u e y l e e n c a r g o q u e c o n f e r e n c i a r a c o n S o l e l o y | poni». L a serie ele triu n fos no in terru m p id o s con q u e la su e r te
L u s u r i a g a -, para dejar a sen ta d a s las b a ses d e su p o lític a , y m is c o n sta n te s d esv elo s colim a ro n la g ra n d e obra d e p acificar
a cord an d o lo c o n d u c e n te para salir tie la d elica d a p o sició n en I á e sta n a c ió n m a g n á n im a y gen erosa, eran t ítu lo s q u e h ic ie r o n
:C51 l l l. STOlUA P K EHl ' AKA

esperar q ue m is in d icacion es serian apreciadas, y q u e n u n ca can sar d e ta n p ro lo n g a d a s fatigas, co n e l c o n su e lo d e haber


podria su ced er q ue la rep u tación d e l gen era l en .jefe d e lo s h e c h o cu a n to m e corresp on d e.»
ejércitos reunidos fuese m en oscab ad a cu an d o m is p rin cip io s In m e d ia ta m e n te lla m ó la R ein a á lo s m in istr o s y v iv a ­
lian pasado por el crisol d e las m as puras accion es. Y m en o s m e n te a fecta d a al oir la le c tu r a d e l sig n ific a tiv o d o cu m en to ,
<leíiia esperar q u e lleg ase c slo c a so ,h a b ie n d o q u erid o V. M. fa ­ sufrió, se g ú n v ersio n d e l m ism o señ o r P érez do C astro (que
vorecerm e ron una ilim itad a confianza en lo d o c u a n to p u d ie ­ te x tu a lm e n te trascrib im os), «la in co m o d id a d m a s fu erte; p u es,
ra concurrir á salvar el trono co n stitu c io n a l d e v u e str a e x c e l­ h a b ién d o n o s lla m a d o para d esa h o g a r su d o lo r, d i jo ñ o s h a ­
sa, luja. llarse r e su e lta á ren u n cia r la reg en cia , recu rrien d o á las
»Correspondiendo, señ ora, á tan d istin g u id a s m u estra s C ortes para q u e n o m b ra sen otra. E sta m a n ife sta c ió n n os
de su benevolencia, y conciliando, en c n a n to h a e sta d o a l a l­ aterró (c o n tin ú a el m in istro ) y trab ajam os co n c l m a y o r em ­
cance de mi capacidad, el esplendor d e la co ro n a co n el b ien p eñ o para d isu a d irla d e e ste p en sa m ie n to ; pero e l á n im o do
general, solo lie licrho un uso p ru d en te en s itu a c io n e s críticas la a u g u sta señ o ra esta b a d em a sia d o o p rim id o p a ra q u e n u e s ­
y cuando la necesidad lo h a requerido. tras palabras p ro d u jesen d e sd e lu e g o , n i en tres h oras d e lu ­
..Así es ipie ten ien d o un c o n v e n c im ie n to ín tim o d e l esp íritu cha, to d o el fru to q u e d eseá b a m o s.» H o y 17 (co n tin u a m o s
de los pueblos, y d esea n d o p rev en ir lo s m ales q u e a n u n cia b a n e x tr a c ta n d o la v ersio n d el q u e to d a v ía era p r e sid e n te del
las d iferen tes situ a c io n e s y ju ic io s p ro n u n c ia d o s, creí deber C onsejo) «se e n c u e n tr a S. M. m a s calm ad a, n o re so lv ié n d o se
hacer presente á \r. Al. la c o n v e n ie n c ia d e q u e e n u so d e su s á a d m itir la d im isió n d e l d u q u e; y a p orq u e, e x tr a v ia d a la
prorogativas h iciese un cam b io d e g a b in e te capaz d e sa lv a r la o p in io n , n o lo a trib u y ese á in g r a titu d en e l m o m e n to e n q u e
nave del lisiado. d ejab an d e ser n ecesa rio s lo s serv icio s d e l g e n e r a l, y a p or
.■A cogida la. idea por V. M., (piiso por prim era c o n d ic ió n q ue sor in d isp en sa b le su c o n tin u a c ió n en el m a n d o para p rop o­
yo form ase parte, y aun cu a n d o ni m is ta le n to s n i m is in c lin a ­ n er en ju s tic ia las d eb id a s reco m p en sa s al ejército .»
c i o n e s m e llam ab an á u n cargo ta n su p erior á m is fu erzas, S o m e tid a la c u e stió n á d elib era ció n d el C onsejo, y d e sp u e s
(plise probar á V, AI., v ien d o ya p ró x im a la term in a ció n d e la do un largo d eb a te, se c o n te stó al d u q u e q u e S. M . n o le h a ­
guerra, ¡pm no esq u ivab a n in g ú n gén ero d e sacrificio s p o r v er b ía retirad o su co n fian za, d e lo q u e ofrecía la m a y o r p ru eb a
a segu rad a la tran q u ilid ad p ú b lica y sa tisfech o e l u n á n im e d e ­ el h ech o d e q u e acababa d e n om b rarlo co m a n d a n te g en era l
seo d e los b u en os esp a ñ o le s q u e c o n stitu y e n la in m e n sa m a ­ d e la g u a rd ia real exterior, y q u e por c o n sig u ie n te n o se le
yoría, y q u e, an h ela n d o la paz, está n a n im a d o s d e u n e n tu sia s­ a d m itía la d im isió n y q u e la K ein a esp erab a c o n tin u a r ia sir­
mo puro por el rein ad o d e Isab el II, por la regen cia d e V. M ., v ié n d o la eo n la m ism a le a lta d con q u e siem p re lo h ab ía h ech o.
por la C on stitu ción de 18:57 y por la in d e p e n d e n c ia nacion al. Son m u y d iferen tes la s v er sio n e s q u e corrieron y h an sid o
E ste co m p rom iso d e m i celo m e p u so y a en el caso d e ofrecer a d op tad as, se g ú n su r e sp e c tiv a sim p a tía y criterio , p o r lo s a u ­
le g a lm e n te á V. M. y d e p on er en su s m a n o s la n o ta n o m in a l to res q u e h a n escrito sob re lo s su ceso s a ca ecid o s en B arcelon a,
d e los ca n d id a to s q u e, p rofesan d o a q u ello s prin cip ios, reu n ía n á c o n se c u e n c ia d e lo q u e acaba d e ser e x p u e sto .
á m i ver la circu n sta n cia d e hon rad ez y d e puro esp a ñ o lism o , S eg ú n lo s m a s a lleg a d o s á la R ein a y á lo s m in istro s, p rin ­
sin p erten en cia ñ ninguna, bandería, has op eracio n es d e la c ip a lm e n te resp o n sa b les d el d ep lorab le giro q u e lle v ó la crisis,
cam p añ a, tan p ron to com o fe liz m e n te term in a d a , m e sep a ra ­ a n te s q u e e sta lla se la co n m o c ió n q u e h iz o su cu m b ir á la G o­
ron d e Y. Al., y d esp u es de la g lo rio sa jo rn a d a d e B erga, se m e bern ad ora y á su s con sejeros, d eja n d o d u eñ o s d el ca m p o á
p id ió el p rogram a (pie form u lé, rem ití y fué p resen ta d o E spartero y al p a rtid o p or él favorecid o, m ed ia ro n e n tre e ste
á Y. Al. .s ie n d o ,e n tr e otras, las p rin cip ales b ases q u e se d iso l­ y d o ñ a M aría C ristin a agrias e x p lic a c io n e s, al paso q u e, se g ú n
viesen las C ortes, fiján d ose el térm in o d e la s n u e v a s eleccio n es, lo s a m ig o s del d u q u e, e ste se lim itó á in s is t ir e n su d im isió n ,
y (pie se n eg a se la sa n c ió n d e los p ro y ecto s d e le y , o frecién ­ q ue h ab ía p resen ta d o en c u a n to h u b o oido d e lo s lab ios d o la
d ose la p resen tación d e otros q u e co n cilia seli lo s d iv erso s in ­ G obernadora la co n firm a ció n d e ser u n h ech o irrevocab le la
tereses y estu v iesen en arm on ía con la C o n stitu ció n ju rad a. sa n c ió n d e la le y . C om o q u iera q u e sea d e la e n co n tra d a ver­
»l'or co n secu en cia , se m e a v isó q u e V. M. p resen ta b a a lg u ­ sion , el h ech o ca p ita l resid e en la in e x p lic a b le d e term in a ció n
n os reparos, y (pie para arreglarlo to d o era la v o lu n ta d d e la R ein a d e n o a cep ta r la d im isió n p resen ta d a por Espar­
d e V. M. (pie yo viniese, á e sta plaza, m e d ia n te á q u e la tero en lo s térm in o s q u e a p arecen d e l im p o r ta n te d o cu m en to ,
guerra p o d ia con sid erarse com o term inada. y d e sp u e s d e lo c u a l n o h a b ía e n realid ad a lte r n a tiv a en tre
»Al p resen tarm e á Y. Al. e x p u se ;í su a lta co n sid era ció n la s rem o v er el o b stá c u lo q u e la a c titu d d e l g en era l op on ía al ya
razones por las cu ales n o d eb ia ser sa n cio n a d a la le y d e co n su m a d o a c to d e la p rero g a tiv a d e la Corona, h a b ien d o
a y u n ta m ien to s, prim era (pie se esp erab a se g ú n la circu lar a cep ta d o sin v a c ila r la d im isió n d el d u q u e; y si esto n o se
q ue el m in isterio pasó á, lo s c a p ita n es g en era les, h a c ie n d o a n ­ h a c ia p or co n cep tu a rlo p elig ro so , h a b er e x ig id o la in m e d ia ta
tic ip a d a m e n te sérias p rev en cio n es para rep rim ir co n m a n o d im isió n de lo s m in istro s to d a v ía en ejercicio y dado el p o d er
fu erte cu alq u iera te n ta tiv a q u e se p ro m o v iese e n lo s p u eb lo s á lo s ca n d id a to s d el g en era l, para que, bajo su resp o n sa b ili­
con tra ella. dad, y obrando c o n stitu c io n a lin e n le , h u b ie se n e sto s a d o p ta d o
»P arecía, señ ora, con ta les a n te c e d e n te s, q u e d e n o hab er las m ed id a s c o n d u c e n te s á e v it a r la orfan d ad d e todo e le m e n ­
d esm erecid o d e la con fian za quo V , AL m e h ab ía d isp en sa d o , to d e fu erza e n q u e ib a <í en co n tra rse la C orona para h a cerse
y si n o req u eria algu n d e te n im ie n to la sa n c ió n d e e sta ley , o b ed ecer y respetar; p elig ro q u e a u m en ta b a , en v e z d e q u e lo
(pie era natu ral q u e al tratar d e d á rsela h u b ie se te n id o a l­ a lla n a se, el e n g r e im ie n to q u e a lim e n ta b a la R ein a resp ec­
g ú n co n ocim ien to; poro ; cuál habrá, sid o m i sorpresa a l v erm e to á que E sp artero acabaria p or ced er á su m á g ico in flu jo ;
in fo rm ad o d e la p recip ita ció n c o n q u e se verificó y filé c o m u ­ in c o n v e n ie n te s a g ra v a d o s p or la su p in a in ca p a cid a d d e lo s
n ica d a por ex traord in ario á las provincias? La p rofu n d a s e n ­ con sejeros q u e ro d ea b a n á la G obernadora, la q u e crey ó sa l­
sa c ió n q u e ¡'sto m e h a p rod u cid o, n o es ta n to por la s c o n se ­ dría d el m a l p a so co n h a b er d a d o á E sp artero u n a n u e v a
c u e n c ia s q u e m e h ace tem er el esp íritu d e lo s p u eb lo s, q u e prueba d e con fian za, co n firién d o le el m a n d o d e la g u a rd ia
v e n e n v u e lv e la in fra cció n d e la le y fu n d a m e n ta l, p orq u e de real, v a ca n te p or la sa lid a do d o n J eró n im o Y a ld és, y sig n ifi­
n o ten er la su e r te d e eq u ivocarm e, m i c o n c ie n c ia qu ed ará cá n d o le q u e n o h a b ia p erd id o la real confianza.
tra n q u ila, sin o p orq u e v eo u n m an ifiesto d esaire y u n a p r u e ­ Los cortesan os q u e n a d a h a b ía n p rev isto , q u e n a d a ten ía n
ba in e q u ív o c a do q u e Y. Al. m e h a retirad o su confianza. preparado para el caso p rob ab le d e q u e E spartero se d ecla ra se
M ientras q u e c o n sid e r é ten erla , p u d e lle v a r con resig n a ció n d ecid id a m en te ad versario d e l p a rtid o q u e se h a lla b a e n p o s e ­
tod as las p e n a lid a d e s y h acer con g u s to lo s m ayores sa crifi­ sió n d el p od er, a l m ism o tiem p o q u e v ir tu a lm e n te p a tr o c i­
cio s; pero en el dia-, fa lta n d o este n ecesa rio g a ra n te d e mi n a se al p a rtid o contrario, y que, co m o a n te s q u ed a d ic h o y
b u en c o m p o r ta m ie n to , y lle n a d a la m isió n p or q u e lio p e le a ­ no es in o p o rtu n o repetir, n o se h a b ía n cu id a d o d e d isp o n er
do por esp a cio d e sie te a ñ o s, n o m e es p o sib le d esem p eñ a r d e lo s ele m e n to s co n q u e p o d ía n h a b er co n ta d o en el ejército
n in g u n o do lo s m a n d o s q u e d e se m p e ñ o y d e q ue h a g o for­ y en el país, co n cib iero n la fa n tá stic a esp era n za d e buscar
m al d im isió n , rogan d o á Y'. Af. se d ig n e a d m itir la y m e d é su ap oyo en las C ortes, reg resa n d o la R ein a in m e d ia ta m e n te á
real perm iso, sí. fin d e relirarm e á m i casa, d o n d e p u ed a d e s­ Aladrid; in cu rrien d o e n el p a lp a b le error do a cu d ir fuera d e
E DA D MODI-DINA 33ñ

tiem p o y sa zó n al rem ed io q u e so lo h ab ría p od id o ser eficaz d u cid a p o r c i recelo d e q u e p u d ie se p eligrar la C o n stitu ció n , al
em p lead o cu a n d o se lo a con sejaron á la R ein a a q u e llo s d e su s m ism o tiem p o q u e la n za ro n la sa rcá stica ob serv a ció n do q u e
am igos q u e con tiem p o señ a la ro n lo a v en tu ra d o y e x p u e sto ¿dónde se h allab an lo s m in istr o s, á q u ie n e s corresp on d ía d ic­
d el viaje. ta r la s p ro v id en cia s recla m a d a s p or las circu n stan cias? C on­
C uarenta y och o h o ra s h a b ía n trascurrido d esd e q u e se h izo te stó la K eina q u e h a b ia a cep ta d o a q u ella m ism a tarde la
p ú b lica en B arcelon a la sa n ció n d e la ley , la d im isió n d e E s­ d im isió n d e su s con sejeros, á lo q u e rep u so el g en era l E sp ar­
partero y la ab ierta d isid e n c ia en q u e se en con tra b a n el go- tero: «Señora, y o ta m b ién h e h e c h o d im isió n d el m a n d o y no
biernp y el gen eral e n jefe. N o se n ecesita b a otra co sa para p or ello h e dejado el p u e sto , y a q u í m e tie n e V . M. para ofre­
que el e le m e n to p ro g resista , q u e prep on d erab a en el m u n ic i­ cerle m is serv icio s, m i esp a d a y m i v id a.»
pio y en p arte d e la m ilicia , y a l q u e d ab an m ayo r im p u lso N a d a q u ed ó , sin em bargo, re su e lto en a q u e l m o m e n to , y
los je fe s y o ficia les d e l ejército a d icto s á E spartero, esp ar­ los g en era les sa liero n esco lta d o s p or la m u ltitu d q u e lo s h a b ia
ciese la alarm a p or la p o p u lo sa ciu d ad . T od o an u n ciab a q u e se g u id o á P a la cio , d irig ién d o se á la p la za do San J a im e, d o n ­
se preparaba u n m o tin con m in atorio. C on ociólo a sí el je fe d e hab laron á lo s m ilic ia n o s y p a isa n o s e n ella reu n id o s, á lo s
p o lítico , c o n d e d e V igo, co n serv a d o r d e p u ra san gre, y apre­ q u e aseguraron q ue la C o n stitu ció n n o p eligraba, ni p o d ia p e ­
suróse á oficiar p r e v e n tiv a m e n te á lo s alcald es, a l m ism o ligrar, m e r c e d , á l a f u e r z a i n m e n s a d e s u s d e f e n s o r e s , e x c i­
tiem p o q u e se d irig ió á E sp artero lla m a n d o su a te n c ió n sobre ta n d o a l m ism o tiem p o á lo s su b lev a d o s á q u e se retira ra n
la c o n n iv e n c ia q u e o b servab a e n tr e lo s a g ita d o res y a lg u n o s tra n q u ila m en te, co m o e n efecto lo verificaron, d eja n d o a n te s
in d iv id u o s d e trop a, se ñ a la d a m e n te d e l reg im ien to d e L u ­ d esh ech a s la s barricadas.
charía. A la s d os d e la m a d ru g a d a v o lv ie r o n á P a la cio E sp artero y
El go b ern ad or m ilita r g e n e r a l A raoz se d e se n te n d ió d el V an -H alen á d a r cu en ta á la G obernadora d e h a lla rse d el to d o
aviso d e la a n te d ic h a au torid ad , y E sp artero c o n te stó á Y igo resta b lecid o el so sieg o p ú b lico, sié n d o le s e n to n c e s c o m u n ica ­
en e stilo airad o, q u e se ca lu m n ia b a al cuerpo q u e co m p o n ia d o q ue lo s m in isterio s d e E stad o, G uerra y M arina h a b ia n sid o
su g u a rd ia d e honor, y se ofen d ía al ejército d u d a n d o d e q u e in te r in a m e n te en co m en d a d o s á lo s señ ores C astillo y A yen sa,
los p ertu rb ad ores d eja sen d e e strella rse con tra oficia les y so l­ V alora y L im ia y d o n F ran cisco A rm ero, á este ú ltim o en ca­
dados q u e n o co n o cía n otra b an d era q u e la d el ord en , el am or lid a d d e p rop ietario. L os m in istro s in d ica d o s para lo s d iferen ­
á su s lle in a s y á la s in stitu c io n e s; y q u e sin d u d a e l je fe p o lí­ te s d ep a rta m en to s lo fueron:
tico se h a b ía dejad o lle v a r d e u n celo e x c e siv o , o fen d ien d o P ara E stad o, d o n M auricio Carlos d e Onís.
la lea lta d d e l ejército . Guerra, don Valentin Ferraz.
Pero h a llá b a n se las co sa s d isp u e sta s d e m an era q u e, d e p a r te G racia y J u stic ia , d o n A n to n io G onzalez.
do to d os, lo s h e c h o s d e sm e n tía n las palabras. E n la n o ch e G ob ern ación , d on V icen te Sancho.
del 1S e sta lló e l an u n cia d o m o tin , red u cid o á la fo rm a ció n de N o tu v o el m o tin o tro s caracteres q u e lo s q u e d ejam os c o n ­
gru p os e n q u e figu rab an , v e stid o s d e p aisan o, oficiales del sig n a d o s, a b sten ién d o n o s d e to d a calificación resp ecto á su s
ejército, y e n lo s q u e se d iero n v i r a s á la lib erta d y m u e r a s m ó v iles. M as n o por hab er ob servad o im p a rcia lid a d ta n e s­
contra lo s m in istr o s. U n co n cu rso b a sta n te n u m ero so se d iri­ cru p u losa, d eb e la h isto ria ser p riv a d a d el cu rioso d a to q ue
g ió a l a lo ja m ien to d e l d u q u e, y le p id ió c o n in sta n c ia fu e se á arroja la o p in io n q u e d e lo s su ceso s d e q u e acab am os d e o c u ­
P alacio á c o n su m a r la ca íd a d e lo s m in istro s. O freció el g e n e ­ p arn os, form aron lo s c ó n su le s ex tra n jero s resid en tes en Bar­
ral h a cerlo a sí, com o e n e fecto lo ejecu tó , sien d o se g u id o por celona,
la tu rb a e n su tra y ecto á P a la cio , y aco m p a ñ a d o d e lo s g e n e ­ El p refecto d e lo s P irin eo s o rien ta les telegrafiab a en lo s té r ­
rales d o n Jeró n im o V a ld és y d o n A n to n io V an -H alen . m in o s sig u ie n te s al m in istro d el In terio r co n fe c h a 21 d e
A n tes q u e E spartero se p resen ta se á la G obernadora, el ob­ ju lio :
je to o ste n sib le d e su v is ita h a b ía d esap arecid o. A lo s p r im e ­ «E n la n o ch e d el 18 a l 19, E spartero, p ro teg ien d o u n m o tin
ros sín to m a s d e l m o tin , lo s m in istr o s q u e ta n r e su e lto s se organ izad o p or L in age, h a o b lig a d o á la K eina á d e stitu ir al
hab ían m o stra d o para traer la crisis á térm in o s p o co m en o s m in iste r io y á revocar la sa n c ió n d e la le y d e a y u n ta m ien to s.
q ue in so lu b le s, p recip ita n d o la sa n c ió n d e la le y d e a y u n ta ­ H a h ech o m o v er la s b lu sa s é in d ica d o á C am p u zan o ú O nís
m ien to s, se h a b ia n ap resu rad o á p o n er su d im isió n en m an os para p re sid e n te s d el fu tu ro m in isterio . El g en era l C leonard se
de la Ilein a , co m o lo h icieron P erez d e C astro, C leonard, y se ­ h a lla refu g ia d o á bordo d e u n b u q u e esp añ ol y P erez d e C as­
g u id a m e n te ta m b ié n S otelo; q u ien , c o m o h em o s v isto , h a b ía tro en el M e l e a g r e . N u estro em b ajad or recib ió la n o tic ia en el
pasado al b a n d o op u esto. m ar y c o n tin u ó su viaje.»
El señ or P irata p o n e eu b oca d e lo s d o s d im isio n a rio s h a b er A l s ig u ie n te d ia recib ía el m ism o m in istro otro d esp a ch o
d ich o á la R ein a: n o s o m o s m i n i s t r o s d e l c u a r t e l g e n e r a l , en q u e se le decía:
■pero s í d e V . Jlf.; s e a V . M . B e i n o y s e r e m o s s u s m i n i s t r o s ; p a ­ «D e la co n v ersa ció n q u e acabo d e ten er co n P érez d e Castro
l a b r a s q u e, si e n efecto fu ero n p r o n u n cia d a s, a g ra v a n la res­ y C leonard, r e su lta q u e E spartero h a co n d u cid o el m o v im ie n to
p o n sa b ilid ad d e u n o s h o m b res q u e h a b ia n sid o lo s p rin cip a les y q u e la K ein a lia sid o v io le n ta d a .»
in str u m e n to s d e la p o lític a c u y o s am argos fru tos se esta b a n D irá se q u e es d u d o sa la fe q u e d eb e d a rse á ta le s aprecia­
recogien d o. cio n es, o rig in a d a s d e a g e n te s d e u n g o b iern o q u e no v e ia con
El m o tin q u e ta n a b u n d a n te co sech a d e c o n flic to s iba á b u en o s ojos q u e el p a rtid o p ro g resista o b tu v ie se e l poder. .Sin
dar d e sí, a p en a s h u b o in ic ia d o su ap arición , cob ré a lie n to y co n tra d ecir lo q ue d e fu n d a d o te n g a e sta o p in io n , no habrá
olas al s ig u ie n te d ia co n m o tiv o d e h ab erse esp arcid o la n o ti­ le c to r im p a rcia l q u e d eje d e esta r p ersu a d id o d e que, a u n q u e
cia d e q u e E spartero, á c o n se c u e n c ia d e u n a agria e n tr e v ista n o fu ese del to d o e x a c to q u e e l m o tin lo im p u lsa se L inage,
con la G obernadora, h ab ia a n u n c ia d o el d e sig n io d e sa lir de n i q u e E sp artero lo v ie se co n co m p la cen cia , n o es v ero sím il
Barcelona. Por la n o c h e d e a q u el m ism o d ia g ru p o s d e n acio- q u e, d e n o haber corrido v á lid a la esp ecie, ó por lo m en os do
n a le s se h iciero n d u e ñ o s d el cu artel d o n d e se cu sto d ia b a n la s n o hab er sido a co g id a por u n a b u e n a parte d el p ú b lico, se
b an d eras d e la m ilic ia , h a b ién d o se le v a n ta d o ta m b ié n barri­ h u b ie se n propasado á in v e n ta r la lo s a g e n te s oficiales d e u n
cad as en la p la z a d e S a n Jaim e; d e m o stra cio n es h o s tile s á lo s g o b iern o extranjero.
q u e se creia q u e to d a v ía fu e se n m in istro s, pero d e m o stra cio ­ C ontra lo s d esp a ch o s d el có n su l d e F rancia reclam ó el g o ­
n es q u e h a lla ro n su con trap eso e n la a c titu d m o stra d a eu b iern o q u e n o ta rd ó en ser p resid id o por Espartero; m as no
a q u e lla m ism a n o c h e p or otros in d iv id u o s d e la m ilicia , q u e fu é so lo e l có n su l d e F ran cia el que opinase de la m an era a n ­
p ú b lic a m e n te m a n ifesta ro n á lo s co n str u c to r e s d e barricadas te s d ich a acerca d el o rig en de los su ceso s de B arcelona. A u n ­
q u e n o sim p a tiza b a n con ello s y a n te s al con trario se h a lla b a n q u e fav o ra b le al m o v im ie n to popular el c ó n su l in g lé s, p a r ti­
d isp u e sto s á p restar su ap oyo á la R eina. cip ó á su le g a c ió n u n a creen cia an á lo g a á la de su c o le g a d e
L la m a d o E sp artero á P a la cio con m o tiv o d e la recru d es­ F ra n cia resp ecto a l origen d e l m otin , q u e ta m p o co v io d e
c e n c ia d e la e x c ita c ió n p op u lar, a cu d ió acom p añ a d o d el g e ­ d ife r e n te m o d o el c ó n su l do lo s E sta d o s-U n id o s, no o b sta n te
n eral V an -H alen , y am b os procu raron tra n q u iliza r á la Go­ <pie p ú b lic a m e n te se o sten ta b a com o aprobador d el m o v i­
bern ad ora ofrecién d olo q u e ap lacarían u n a eferv escen cia pro- m ie n to .
T o jio V I 44
:«i> H USTO Lí I A D R E S P A Ñ A

cen la s tu rb as, ó la im p u lsa la p a sió n rev o lu cio n a ria , resp eta ­


CA PÍTULO III m os e l d erech o y a b o g a m o s por la e stricta le g a lid a d , lo m ism o
cu a n d o s e tr a ta d el g o b iern o q u e d e lo s go b ern a d o s.
A b d ic a c ió n d e la R e in a g o b e r n a d o r a
N o h u b o d e ser e x tra ñ o E spartero á e sto s p rin cip io s d e r e c ti­
tu d , cu a n d o se le v ió resen tirse d e l carácter d e lic e n c ia que
Sucesión <ln crisis Ministeriales*.—KI elemento municipal —Llamamien-
tn lie la liai na geben lailni'A al general en jefe de los ejércitos.—El turbó la e x p a n sio n p op u lar, por é l m ism o o ca sio n a d a , a u n ­
partido progresista y el general l·lspartero.—La renuncia de la Gober­ q u e n o la p rovocase, cu a n d o e l 22 declaró á B a rcelo n a en
nadora. esta d o d e sitio , p roh ib ió to d a cla se d e vivas y m a n ife sta c io ­
n es p op u lares, así c o m o e l u so d e arm as y q u e h u b ie se re­
H allábase sob rad am en te preparado el terren o, ta n to en u n io n es y g r u p o s e n la s c a lle s, su jeta n d o á los co n tra v en to res
Barcelona, com o en M adrid y en las d em á s ca p ita les d e p ro­ á to d o el rigor de la le y m arcia l d e 17 ele abril de 1821.
vincia, señaladas por la parte q u e d esd e lNllñ h ab ía n tom ad o Com o p a tro n o d e la situ a c ió n p o lític a q u e se p ro p o n ía
en los p ron u n ciam ien tos con tra lo s g a b in e te s T orello 6 Istu - crear, com o m od erad or d e l e le m e n to r e v o lu cio n a rio , al que
nv., pani q ue la not icia d e la d im isió n d e E spartero, fu n d a d a co m u n ica b a a lie n to y v id a , a d q u iria E sp artero u n a b o g a y
■-h haber san cion ad o la G obernadora la le y d e a y u n ta m ie n ­ u n p red o m in io q u e n o era d e ex tra ñ a r y q u e com o h a sido
tos, n o ticia ilad a por los p eriód icos c a ta la n es en la m añ an a co m ú n á otros h o m b res d e h istó rica n om b rad la, á q u ien es
del U¡, reta,rilase el m o m en to ta n v iv a m e n te an sia d o p or los em b riagó la su erte, lo trastorn aron p ersu a d ié n d o le q u e era el
jefes de lilas del partido p rogresista, en q u e d eb ía a p licarse la íd o lo d e la n a c ió n y el órgan o de la o p in io n d e su m ayoría.
m ocha en cen d id a q u e iba á r e d u c ir á cu e stió n d e fu erza la lu ­ N a tu ra l era ta m b ié n q u e a q u el endiosam iento d el sú b d ito , á
cha qm- no d eb ió haber trasp asad o ja m á s los lím ite s d e u n a q u ie n ta n to h a b ía d istin g u id o y co lm a d o d e fa v o res M aría
pacífica y legal con troversia d e la q u e lo s com icios, en v e z de C ristina, e n la q u e lle g ó á ser fam iliar d ijese q u e creia en
las co n m o cio n es p op u lares, d eb en ser el in a p ela b le trib u n al. Dios y adoraba en E spartero, in sp ira se á la a u g u sta señora
A penas hubo ap u n ta d o el m o tín cu yas circu n sta n cia s aca­ r e se n tim ie n to y p re v e n c ió n h a cia el q u e se h a b ía co m p la cid o
ban de ser reseñadas, cu a n d o los m in istr o s q u e h a b ía n a co n ­ en esco g er por su ca m p eó n p red ilecto .
sejad o á la G obernadora, ó secu n d ad o su s in sp ira cio n es, se H a llá b a n se y a e n B arcelo n a d on A n to n io G on zalez y su s
apresuraron á p resen tar acobardados su d im isión , y h a sta á com p añ eros d e m in isterio , q u e lo eran lo s señ o res F erraz (don
buscar refugio e n la cám ara r e g ia , ín te r in á favor d e la o scu ­ V alen tin y d o n J o sé), don M auricio Carlos d e O n ísy d o n F ran­
ridad d e la n o ch e se traslad aran á bordo d e lo s b ajeles q ue cisco A rm ero, n o h a b ien d o a cep ta d o d o n V icen te San ch o. Con­
d eb ía n con d u cirlos á la em igración. S ola se vio d o ñ a M aría feren ciaron lo s recien lle g a d o s con E spartero, á q u ien p re se n ­
C ristina mi lo s m o m en to s cu q u e ta m b ién le faltab a el apoyo taron e l program a q u e se p rop on ían so m eter á, la G obernadora.
q ue hah¡a ven id o á b u scar cerca del Umidire al q u e se co m p la ­ A probado p or el d u q u e, lle v á r o n lo á S. M, ; y ex c u sa d o e s d e ­
ció en m irar com o p red ilecto d efen sor y escu d o, .sin q ue do cir, h a b ie n d o sid o parto d e l in g e n io d el je fe de aq u el g a b in e te ,
las a u torid ad es d e B arcelona se le acercase otra q u e el jefe q u e so b resa ld ría n e n su trabajo las cu a lid a d es d e p ro lijid a d y
p o lítico , á q u ie n os fam a d ijo: «N o tem as escen as d ep lo ra ­ p e sa d e z prop ias d e su e stilo com o orador.
b les; solo se trata d e u n a agresión com o la d e la Granja, con E n su sta n c ia y sin dejar d e in c lu ir en su a rticu la d o g en era ­
la d iferen cia de ser obra d e g en era les en v ez d e sa rg en to s lid a d es de r u tin a y p or d ecirlo así d e escu ela , sobre casi to d o s
com o e n 1siiti.» los p u n to s d e p o lític a y a d m in istra ció n , q u e s u e le n te n e r ca ­
B ocas luiras d esp u es de aquel a isla m ien to en qtic la G ober­ bid a en d o c u m e n to s d e ig u a l cla se, G o n za lez p ro p o n ía : la d i­
nadora se viera y cu a n d o corria la san gre d e lo s q u e por h a ­ so lu c ió n in m e d ia ta d e las C ortes; la su sp e n sio n d e la s le y e s
ber hecho alarde <le se n tim ie n to s m on árq u icos m o ría n á q u e esta s h a b ía n v o ta d o , ó lo q u e v e n ia á ser lo m ism o , la
m anos do las turbas, v e n d ie n d o caras su s vid as, com o co n re­ a b o lició n d e to d o lo a ctu a d o e n las ú ltim a s le g isla tu r a s, y al
co m en d a b le valor civ ic o lo h icieran el c a p ita n de la m ilicia m ism o tie m p o u n cam b io g en era l d e em p lea d o s.
Bail nas y el jo v e n Bosch y Torres, llegab a á m an o s d e doña O ida q u e fn é la le c tu r a d e l p rogram a, la G obernadora, co n
María (Irisi,¡na u n a carta q u e d esd e M anresa le d irig ia e l g e ­ la sa g a cid a d y lu c id e z q u e siem p re d istin g u ía su p a la b ra en
neral don D iego L eon, e n la q u e ofrecía en d efen sa d e la au- las o ca sio n es d e em p eñ o , cita b a á cad a paso lo s a rtícu lo s de
loridad co n stitu c io n a l de la B eina su esp ad a y la d e d ie z y la C o n stitu ció n , cu y o libro te n ia sobre su m esa : d isc u tió p u n ­
ocho g en era les, jo le s d e cuerpos, cu yo com p rom iso por escrito to por p u n to y reb a tió lo s a r g u m en to s d e G onzalez. R ech a zó
a n u n cia b a teu er en su poder, al m ism o tie m p o q u e ex p resa b a re su e lta m e n te la d e s titu c ió n e n m a sa d e em p lea d o s. «¿Es o ca ­
la p len a con fian za que. ¡i él y á su s com p añ eros y a m ig o s a n i­ sió n , dijo, cu a n d o c o n la p az se abre u n a ép oca d e tolera n cia ,
m aba de ser seg u id o s por su s sold ad os. d e in a u g u ra r e sa e sp ecie d e proscripción?»
La B ein a, por con d u cto d el portador d e la ca rta d e Leen, Y no c o n te n ta con fu n d a r su d esa cu erd o con lo que se la
d ió á est e las gracias por su s lea les o frecim ien to s, d eclin a n d o proponia, la sagaz p rin cesa fo rm u ló u n a e sp e c ie d e contrapro-
sin em b argo provocar un co n flict« en e l esta d o á q u e las co ­ grain a, en el q ue a sen ta b a la s p ro p o sicio n es sig u ie n te s:
sas h a b ían llegad o, no q u erien d o en n in g ú n caso rom per con «.Una d iso lu ció n (í p rio W esco n tra ria , d ijo ,á los a n te c e d e n te s
Espart ero. Pocos «lias d esp u es, al saber O’D onnell, en V alencia p arlam entarios de otros países. E s im p o lític a p o rq u e tres d i­
lo s su ceso s d e l ls , en viab a su d im isió n d e g e n e r a l e n je fe del so lu c io n e s en m en o s d e u n año b a sta n para d esa cred ita r la s
('en tro y d e la cap itan ía gen erili del d istin to, d im isió n q u e in stitu c io n e s, can sar á los electo res y d isg u sta r al p a ís d el ejer­
n o le filó aceptada, Los h ech os q u e acab am os d e citar, p len a ­ cicio de su s derechos. L a n e c e sid a d d e ello n o v ie n e d em o stra ­
m e n te ab on an la o p in io n d e q u e c o n v e n ie n te m e n te u s a d o s ,y da p orq u e el n u ev o g a b in e te au n q u e sa lid o d e la m in o ría , es
a u n sin n e c e sid a d de hab er lleg a d o á e sc isio n e s e n el ejército , m u y probable te n g a á su favor lo s d ip u ta d o s d e cierto m a tiz
lo s m ed io s do a cció n legal (pie la Corona p o seía n o fu ero n u ti­ p o lítico q u e h a n v o ta d o h a sta ah ora con la m ayoría. E l pro­
liza d o s, com o a n te s liem o s ob servado, e n tiem p o op ortu n o; j u i­ gram a debería lim ita rse á su sp e n d e r las C ortes h a sta 1.“ d e
cio q u e v e n ia á ro b u stecer el e x c e le n te e sp íritu q u e an im ab a d iciem b re á fln d e dar a l g o b iern o tie m p o para conciliai' con
á la m a y o ría d e la m ilicia de B arcelon a y á la s c la se s a co m o ­ su s actos lo s ele m e n to s d e la n u e v a m ayoría. La su sp e n sio n
d a d a s de a q u e lla p o p u lo sa , rica ó in flu y e n te ciu d a d ; reflex io ­ d e la s le y e s vo ta d a s por las C ortes y sa n cio n a d a s p or m í, co n s­
n es la s á q u e a ca b a m o s d e en tregarn os, q u e lejo s d e d eb er titu ir á u n a in fracción m a n ifiesta d e la C o n stitu ció n , c u a le s­
ser ca liliea d a s co m o in d icio s d e u n co n a to p rov o ca d o r de quiera q u e sea n su fin y su p retex to . Im p u e sta por u n a reb elión ,
v io len cia s, ni au n siq u iera d e tira n tez d e p arte d e la a u to ri­ en v ile c e a l tron o, c u y a d ig n id a d es n ecesa ria á la lib ertad
dad, los s e n tim ie n to s q u e acab am os d e exp resar n o s son d ic ­ com o al orden público. La le y m u n ic ip a l d eb e ser, p u es, pro­
tad os por la co n sid era ció n d e los m ayores m a le s y del d e­ m u lg a d a y observada. La ejecu ció n en su s e fe c to s in m ed ia to s
plorable d erram am ien to d e sa n g re q u e d eb ia seg u irse, cu an d o n o m en oscab a en n a d a las e x ig e n c ia s d e q u e h a céis m érito,
inas tarde y y a a u se n te d e E spaña la R ein a se ap eló p or los p u e sto que la s atrib u cio n es m u n icip a les y la c o m p o sició n de
m oderados á em p lear fu era d e sa zó n eso s m ism o s m edios. las lista s electo ra les n o b an sid o ob jeto de g ra n d isid en cia .
Mas com o la tiranía m in ea es ta n o d io sa c o m o cu a n d o la ejer­ A briendo las C ortes su s sesio n es en l.° de diciem b re, tie n e n
EDAD ÌIO D E IIN A 337
tiem po para reso lv er esta d ificu lta d ; á cu y o fin p od rá p resen ­ e lem en to s d e q u e to d a v ía n o h e m o s hablado, pero q u e e n el
társeles u u p ro y ecto d e le y m od ifican d o e l artícu lo q u e con ­ cu rso d e los d os ú ltim o s m e se s h a b ia n ad q u irid o p o rten to so
fiere á la C orona el n o m b ra m ien to d e lo s alcaldes; a rtícu lo q u e d esarrollo en el país.
ha sid o e l cab allo d e b a ta lla ; y p u e sto q u e lo s a lca ld es no se D esd e q u e fu é co n o cid a la ab ierta d isid en cia in icia d a en
nom brarían h a sta 1 d e en ero, to d o p u ed e con ciliarse. L a d is­ E sparraguera entro la G obernadora y el d u q u e d e la V ictoria,
cusión d e l p r o y e c to d e le y p on d ria en claro la cu e stió n d e la el partid o p rogresista, q u e y a creia p o d er co n ta r co n la co o p e­
n u ev a m ayoría, y si n o la tu v ie s e el gob iern o, podrá disolver­ ración d el ú ltim o , p reparóse para u n m o v im ie n to g en era l que
las C ortos con c o n o c im ie n to d e causa. H acién d ose m érito de le a seg u ra se u n a co m p leta v ictoria. L a m a y o ría d e lo s a y u n ­
dicho p royecto d e le y e n el m ism o d ecreto d e su sp en sió n , se ta m ie n to s d e la s m a s p o p u lo sa s ca p ita les d e E spaña, se c o m ­
tra n sigen la s d ificu lta d es sin v io la r la C o n stitu ció n y s in co m ­ p on ia d e p rogresistas; y el de la ca p ita l, form ado d e h o m ­
prom eter la d ig n id a d d e l trono. E l m in isterio n o p u e d e d udar bres p ro m in en tes d e este p artid o, bajo p r e te x to do celeb rar el
de su fu erza para lle v a r á cah o e sta p o lític a , to d a v e z q ue an iversario d e la m em o ra b lejo rn a d a d e l 7 d e ju lio , en la que,
cu en ta cou e l a p o y o d e l c u a rtel g en era l, bajo cu y a p ro tecció n com o es sab id o, la m ilicia d e M adrid v e n c ió á lo s b a ta llo n e s
se b an p u e sto tod as la s m u n ic ip a lid a d e s d e sco n ten ta s.» su b lev a d o s d e la G uardia R eal, preparó d e m o stra cio n es c ív i­
Asi habló la Reina, y nadie, suponemos, podrá calificar de cas d e n a tu ra leza á im p resio n a r el á n im o p u b lico y á crear
adulación el que empleemos la frase algo familiar de que eu atm ósfera á b en eficio d e u lterio res m iras.
aquella ocasión María Cristina habló como u n lib ro. Nosedió, N o se lim itó á esto el celo do lo s co n ceja les m ad rileñ os: e n ­
sin embargo, por satisfecho el ceremonioso presidente, no obs­ viaron co m isio n a d o s do su seno á las c iu d a d es d e m a s n o ta , y
tante que, menos cavilosos sus compañeros, nada tuvieron que m a n te n ía n co n su s correligion arios d e Zaragoza, B arcelona,
oponer á las atinadas observaciones de la Gobernadora. El fu­ V a len cia , S ev illa y M álaga, in te lig e n c ia s en ca m in a d a s á q u e
turo marqués de Valdeterrazo, anticipando una fórmula que el m o v im ie n to fu ese u n á n im e cu ando se d iese la señ a l.
mas adelante debía su partido convertir en dogma, se obstinó C ontra lo s p e lig ro s q u e sem eja n te situ a c ió n en v o lv ía , el
en obtenerlo todo ó -nada., y declinó su encargo de formar p revisor d o n L oren zo A rrazola h a b ía to m ad o su s p reca u cio ­
ministerio; mas como los demás individuos del mismo se hu­ n e s y se h a lla b a m u y preparado para h a cer fren te á lo s a co n ­
biesen conformado, si no del todo, en lo esencial á lo indicado tec im ie n to s, q ue h a rto co n o cía n o p od rían tardar en to m a r u n
por la Gobernadora, limitóse el cambio á la no aceptación de ru m b o d e c isiv o , en lo s d ia s q u e m ed ia ro n en tre la e n tr e v ista
Gonzalez. d e E sparraguera y e l m o tín b a rcelo n és d e 18 d e ju lio . La sec­
D ad a c u e n ta á E sp artero d e l r e su lta d o d e l C onsejo te n id o ción d el m in isterio P erez d e Castro, q ue q u ed ó en M adrid,
en P alacio, so stu v o a b ie r ta m e n te e l g e n e r a l la o p in io n d el p re­
co n ta b a con la coop eración d e la s tro p a s que se h a lla b a n bajo
sid en te d im isio n a rio y re c o n v in o á su s co m p a ñ ero s d e no ha­ e l m a n d o d e lo s gen era les O’D o n n ell, C oncha (D. M an u el), y
ber se g u id o su ejem p lo. M as e sto s lograron d esen o ja rlo co n ­ co n la brigab a Balboa, y se d isp o n ía á ofrecer á d o n D ieg o
c ed ién d o le p le n a a u to riza ció n para d istrib u ir la s fu erzas d el L eo n la ca p ita n ía g en era l d e C a stilla la N u eva; p reca u cio n es
ejército com o tu v ie se p or co n v e n ie n te . La n e g a tiv a d e S ancho q u e, n o sien d o ign orad as, toni an al a y u n ta m ie n to en respeto;
ríe en trar e n el g a b in e te y la retirad a d e d o n J o sé Ferraz d ie ­ pero a l recib irse la n o tic ia d e lo s su ceso s d e B arcelona, A rni-
ron lu g ar al n om b ra m ien to d e tres n u e v o s m in istr o s : C abello zola, co n su co n o cid a persp icacia, co m p ren d ió q ue el g a b in e te
para G obernación, d o n M an u el A g u stín S ilv e la para G racia y d e q u e form aba p a rte esta b a h erid o d e m u erte; p ú so se d e
J u sticia y S ecad os para H acien d a; s itu a c ió n d e go b iern o e se n ­ a cu erd o co n Istu riz, p resid en te d el C ongreso, para q u e este,
cia lm en te tra n sito ria y an óm ala, q u e á u a d ic satisfa cía ; p u es en v ir tu d d e su s a trib u cio n es reg la m en ta ria s, su sp e n d ie se las
ni la G obernadora se creía su fic ie n te m e n te so ste n id a cu su se sio n e s d el C ongreso co m o en efe c to se verificó, y d ejan d o
p o lítica d e tra n sa cció n , n i el p artid o p ro g resista , al q u e v ir­ confiado M adrid a l je fe p o lític o E n tren a, em p ren d ió A rrazola
tu a lm en te p erten ecía y a en a b so lu to la situ a c ió n , se d ab a por su v ia je para Z am ora, d e sd e d o n d e n o tardó en dirigirse á Por­
co n ten to con e l poco a c en tu a d o color q u e reflejab a e l g a b in ete. tu gal. L a a u sen cia d el q u e era alm a d el m in isterio y su direc­
Bajo n in g ú n títu lo p od ía ser y a agrad ab le á M aría C ristina tor d e escen a , dejó e l cam po lib re al a y u n ta m ie n to y á su s
la c o n tin u a ció n d e su resid en cia en B arcelon a, y resu elta , ó a sociad os.
por m ejor d ecir, zu rcid a q u e v io la ú ltim a d ific u lta d m in iste ­ Las a m b ig ü ed a d es q u e señ alaron la m o v ilid a d d e arreglos
rial, d isp u so su v ia je para V alen cia; m as n o q u erien d o hacerlo m in isteria les, h e c h o s y d esh ech o s en B a rcelon a d u ra n te el ú l­
por tierra y n o h a llá n d o se d isp o n ib le b u q u e a lg u n o d e l E sta­ tim o m es y m ed io, te n ía n en e x p e c ta tiv a y reserv a á lo s pro­
do, em b arcáron se e l 2-1 la R ein a y su s h ija s , acom p añ ad as de m o v ed o res d e l cam bio d e u n a situ a c ió n q u e á g rito h erid o
los m in istro s d e E stado, Guerra, H a cien d a y M arina, e n u n b u ­ p ed ía n con solid arse.
que m ercan te. La n o tic ia d e la lle g a d a d e la R ein a á V a len cia , y el n o m ­
La lle g a d a d e la co rte á V alen cia fu é la señ a l d e u n a n u e v a b ra m ien to d el m in iste r io A zp iroz-A rteta, d ecid ió á u n a in m e ­
y g r a v ísim a crisis. E l efím ero g a b in e te q u e p resid ia d o n V a ­ d ia ta a cció n e l a y u n ta m ie n to d e M adrid. D isp ú so se en su
le n tin F erraz h u b o d e ap ercib irse q u e p isab a e n terren o falso, c o n se c u e n c ia q u e al sig u ie n te d ia se celeb raria u n a sesió n
y p resen tó su d im isió n á las cu a ren ta y och o h oras d e h a b er pú b lica, á la q u e concurrirían form an d o p arte del a u d ito rio los
desem barcado; la R ein a la a cep tó al p u n to sin vacilar, y n o m ­ d estin a d o s á obrar com o a ctores del co n certa d o m o v im ien to .
bró otro m in isterio q u e á to d o e l m u n d o d eb ió sorprender: N u m ero so y e sc o g id o fu é el g e n tío q u e se ag o lp ó á lo s sa lo n es
pues, a u n q u e lo co m p o n ía n su je to s d e e x c e le n te s p ren d as, y ca p itu la res. A u n q u e el p resid en te d o n J o a q u in M aría Ferrer
de u n lib era lism o que n a d ie, co n fu n d a m en to , p o d ia p o n er en trató d e cu b rir la s form as, á fin d e q u e n o ap areciese paso
d u d a, eran d e a n te c e d e n te s ta n tem p la d o s, q u e m a l se a v e ­ e n sa y a d o e l resu lta d o de la d elib eración , lo s esp ectad ores
n ía n con lo a g ita d o y c o n v u lsiv o d e las c ircu n sta u cia s q ue el proru m p ieron en e x c la m a c io n e s sobre lo s p elig ro s que corría,
país atravesaba. C om p on ían aq u el g a b in e te d o n M odesto Cor­ la lib erta d y co n e lla la v id a y h a cien d a d e los ciu d ad an os,
tázar, probo m a g istra d o y vetera n o lib eral d e 1820; A n to in e y d istin g u ié n d o se en tre lo s m a s acalorados d on L uis G onzalez
Zayas, d ip lo m á tic o g e n e r a lm e n te ap reciad o; d o n F erm in A r­ B ia b o y d o n F ern an d o Corradi. La ex a lta c ió n d el prim ero
teta , m u y con servad or, pero a l m ism o tie m p o m u y lib era l, y rayó a q u el dia h a sta u n e x tr e m o cu y a m em oria no es du d oso
e l g en eral d o n .lavier A zpiroz, q u e ta n to acababa d e ilu stra rse d eb ió en d ia s p o sterio res pesar a l c n to u ces redactor d e El G ui­
en la guerra. rig a y .
En circunstancias ordinarias y sin referencia á la mayor ó P rocu ró el prim er alcald e, Ferrer, con ten er la ex a lta c ió n
menor homogeneidad de dichos ministros con relación rt una d e l au d ito rio , d eseo so d e im p ed ir que el salón m u n icip a l fu e ­
mayoría parlamentaria que de hecho no existia, aquel gabi­ se te a tr o d e l le v a n ta m ie n to p royectad o, cuando, para llen a r
nete hubiera sido aceptable para todos los partidos; pero la su ob jeto sin co n tra v en ir á los escrú p u los d el p resid en te, e x ­
situación del país era de tal naturaleza, que amigos y adver­ cla m a ro n los je fe s d e fila: á la- adle, acortando á verificarlo al
sarios de la obra inaugurada por el motín de Barcelona, vie­ son ar la s cu a tro y cuarto d e la tarde; m o m en to en el q u e d e s ­
ron en aquel gabinete un reflejo del de Perez de Castro-Arra- em b ocab a por la calle de L uzon el ca p ita n g en era l A ld a m a , á
zola, ío que bastó para acabar de poner on combustion los la cab eza d e d o s b a ta llo n es del ejército.
338 H I S T O R I A D E ES F A N A

In tim á ro n le los m ilicia n o s que h iciese alto, y n eg á n d o se á I D os d ia s d esp u es, y cu a n d o y a tu v o la ju n ta la confianza


ello el gen eral, q u ie n d io la v o z do m archar a d ela n te, fuá re­ 1 d e q u e ol p r o n u n c ia m ie n to d e M adrid ten d ría im ita d o res, no
cib id o por una d escarga al d esem bocar en la p laza d e la V illa. v a ciló en d irig ir á la R ein a u n a e x p o sic ió n c u y a im p o rta n cia
El cab allo d e A ld ain a cayó m uerto, y el jin e te fuá lev a n ta d o n o co n sie n te d eje d e ser reproducida. D ecia la ju n ta :
y sacad o é sa lv o por su s soldados. Mas u n a v ez q u e esto s h u ­ «Señora:— C uando la n a ció n esp a ñ o la ju r ó la C o n stitu ció n
bieron cu m p lid o con el deber de no dejar á su je fe en el p e li­ d e 183d, form ad a p or la s Cortes c o n stitu y e n te s, y a cep ta d a
gro, cesó d e rayará m ayor altu ra la fid elid ad do a q u e lla tropa, lib re y esp o n tá n e a m e n te p or V . M .,fu é co n la d e c id id a v o lu n ­
q u e en su m ayoría a ca b ó por fraternizar con lo s m ilicia n o s. tad d e acatar, cu m p lir y d efen d er co n tra tod o lin a je d e en e­
Sem ejante, d efección o b ligó á A ldarna á em p ren d er su retira­ m ig o s, no u n v a n o sim u la cro , sin o la g a ra n tía d e su s d ere­
da, seg u id o por el regim ien to d e la R ein a gob ern ad ora y la ch o s, y el fu n d a m e n to d e su fu tu ra g lo ria y p rosperidad. T an
artillería, con cu ya fuerza situ ó se e n el Prado; irías n o tard ó e n e m ig a del d e sp o tism o com o d e la licen cia , la in m e n sa m a­
(¡ir verse abandonad o por un b a ta lló n d el R ey; en v ista de y o ría riel p u eb lo esp a ñ o l siem p re cu m p lió co n r esp eto las p ro­
cu yo nu evo con tratiem p o h u b o A ldarna de rep lega rse a l R e­ v id e n c ia s c o n stitu c io n a le s d e la corona, y no h a sid o por cierto
tiro. esca sa e n se lla r co n to rren tes d e s a n g r e su le a lta d y ad h esió n
A le n ta d o por el é x ito q u e ludria te n id o el preám b u lo d e la a l tro n o d e Isabel II, c im e n ta d o en la so b era n ía n a cio n a l, y á
¡ornada, traslad ó el a y u n ta m ie n to su resid en cia á la P laza la a n g u sta p erso n a d e V . M.
Mayor, al c d ilie io lla m a d o la P anadería, d o n d e no tardaron » E m p ero en u n p u eb lo lib re, la o b ed ien cia tie n e su s lím i­
en acudir lo s n u m erosos ad h eren tes con q u e c o n ta b a e l m u ­ tes m arcados p or la s le y e s; y n ad a e x p o n e ta n to la d ig n id a d
n ic ip io , b al riendo, e n tre otros, con cu rrid o á la in v ita c ió n lo s d e la Corona, n a d a d e sv ir tu a ta n to su fu erza, su p restig io ,
se ñore s d o n A n to n io C on zalez, d o n M anuel C ortina y a lg u n o s su e x iste n c ia m ism a , com o la ile g ítim a p r e tc n sió n d e h acerse
d is tin g u id o s je fe s del partid o p rogresista. su p erio r á la le y , ú n ica y v erd ad era ex p resió n d e la v o lu n ta d
C u d ecreto d e l a y u n ta m ie n to , d e stitu y ó d el m a n d o al ca p i­ gen eral. L os p érfid os co n sejero s d e V. M., o lv id a n d o esto s
tan gen eral, n om brando en su reem p lazo al gen era l Rodil, y p rin cip io s, c u y a e str ic ta o b serv a n cia afirm a y r o b u ste c e el
d á n d o le por se g u n d o al gen era l Lorenzo. A l m ism o tiem p o se poder, n o h a n vacila d o en in terp reta r a le v o sa m e n te lo s c la ­
e x p id ió ord en á A ldarna para q u e s e p resen ta se en la P a n a ­ m o res de la o p in io n p ú b lica , y a b u sa n d o d e n u estra p a cien cia
dería; m an d ato al q ue n o ob tem p eró el gen eral, d e c u y a ob e­ y su frim ien to , in c lin a r el á n im o d e V. M. á u n siste m a do
d ien cia c o n tin u a ro n sep arán d ose p arte d e la s trop as q u e a u n reacción , im p o sib le d e realizarse y a e n E sp añ a sin d esq u icia r
le quedaban; lo q u e le o b lig ó á d irig irse á A rgan d a co n la es­ la m á q u in a d el E stad o y su m erg ir la p a tria en u n ab ism o de
casa fuerza cu y a d efección n o tardó en consum arse. horrores.
T riu n fan te el m o l im ien to in su rreccion al co n la retirad a y »¿Por ven tu ra lo s p ro y ecto s do le y sob re lib erta d d e im ­
derrota d el cap itán gen eral, p u d o el m u n icip io p roclam ar su p ren ta, sobre d erech o ele c to r a l y sobre a d m in istra ció n , ra­
v ic to r ia , n o h ab ien d o y a q u ien se la d isp u ta se, y d irig ió al m ifica cio n es to d a s d e u n p la n su b v ersiv o , n o p a te n tiz a n lo s
p u eb lo u n a a locu ción e n la q u e tom ab a el carácter d e su le ­ sin iestro s fin es d e esa fa c c ió n , que, a p e llid á n d o se co n se r v a ­
g ítim o rep resen tan te; d eclarab a q n e no aban d on aria e l p u esto dora, o c u lta su m a lic ia bajo la m áscara d e u n a m e n tid a m o ­
ín terin n o dejase asegu rad o el triu n fo d e la cau sa popular; deración?...
reso lu ción á la q u e se q u iso dar m ayor carácter, crea n d o u n a »N o c o n te n to s co n hab er d esm o ra liza d o el p aís, em p lea n d o
ju n ta de g o b ie r n o , d e n o m b ra m ien to d e la d ip u ta c ió n pro­ to d a cla se d e m ed io s, la v io le n c ia , el so b o rn o , el terror para
v in cia l y d el a y u n ta m ien to , reu n id o s al efecto; ju n ta q u e se reu n ir en la s C ortes u n a m a y o ría bastarda, se a trev iero n á p re­
co m p u so de las person as sig u ien tes: sen ta r e se fu n e sto p ro y ecto d e a y u n ta m ie n to s, cu y o esp íritu
P resid en te, el a lcald e prim ero d o n J o a q u in Ferrer; y v o ca ­ y letra barrenan por su b ase la le y fu n d a m en ta l q u e to d o s, á
les don Pedro lîcroq u i, clon P ío Labórela, d o n F ern an d o Cor­ ejem p lo d e V. M ., h em o s ju rad o.
radi, d on J o sé P ortilla, d o n P odro S ain z d e C a r a n d a y don »L os a y u n ta m ie n to s, señ ora, n o se co m p o n en ú n ic a m e n te
V alen tin Llanos; ju n t a c u y o s prim eros a cto s fu ero n d eclarar­ d e in d iv id u o s; lo q u e c o n stitu y e su o rg a n iza ció n so n lo s car­
se gob iern o, ín terin la R ein a n o nom braba u n m in isterio q ue g o s d e a lca ld es, reg id o res, p rocu rad ores, sín d ico s. El p u eb lo
sa tisfa ciese á lo s p ron u n ciad os, y ad op tar m ed id a s d e d efen sa por la le y fu n d a m e n ta l tie n e el d erech o in c o n te sta b le d e
en so sten d e la n u e v a au toridad, al m ism o tiem p o q u e e sta n om brar s u s co n ceja les, d e sig n á n d o le s la s re sp e c tiv a s fu n c io ­
participaba al d u q u e d e la V ictoria por m ed io d e su en v ia d o n e s q u e c o n c e p tú a m a s a d ecu a d a s á su te m p le d e alm a, a p ­
el señ or Perro M ontaos, el m o v im ien to á c u y a cabeza se h a b ía titu d y p o sició n so cia l. La n u e v a le y , por c o n sig u ie n te , d a n d o
p u esto y cu ya aprobación esperaba ( I ). á la Corona la p rero g a tiv a d e n om brar lo s a lc a ld e s, sobre ser
p erju d icia l á lo s in te r e se s d e lo s p u eb lo s, y n o m en o s o p u esta
( I Merecen ser conocidos los términos, ú la vez benévolos y circuns­ á su s fu eros y co stu m b res, es a b ierta m en te co n tra ria á la
pectos, en los que contestó el generili en jclb á la comunicac-ion de la C o n stitu c ió n y a te n ta to r ia á la libertad.
junta:
illixcmo. Sr: lio recibido el oficio que V. F. me pasa con fecha 2 de » S ab id o es, señ ora, q u e en to d o p a ís d o n d e rige u n siste m a
este mes, en concepto de presidente de la .pinta provisional de gobierno rep resen ta tiv o , cu a n d o lo s C ongresos, sin p o d eres esp e c ia le s
formada en osa provincia á consecuencia del pronunciamiento de su ca­ d e l p u eb lo , in fr in g e n la C o n stitu c ió n d e l E stad o e n v ir tu d d e
pital, veri tiendo eon el tin de sostener ileso el trono de Isabel II, la regen­ la c u a l se h a lla n r e v e stid o s d e la p o te sta d le g is la tiv a , su c e d e
cia de su augusta madre, la Constitución del Estado y la independencia u n a d e d o s co sa s: ó m u ere la C o n stitu ció n , y d e sd e a q u el
nacional. m o m e n to n o im p era m a s le y q u e el cap rich o d e u n a c o n g re­
»Sensible os que cuando el liando rebelde acaba do ser exterminado á g a c ió n tirá n ica c o m p u e sta d e ta n to s d e c e n v ir o s c o m o in d iv i­
fuerza do sacrificios de esta nación magnánima y de heroicos esfuerzos
d u o s, ó m u ere e l C on greso, y d eja n d o d e te n e r el carácter d e
de los valientes que lian peleado á mis órdenes, se vean los buenos espa­
ñoles privados todavía de la paz, que todos se prometieron del comple­ ta l, su s d isp o sicio n es, n i d e b e n sa n cio n a rse p or la Corona, ni
to triunfo de las armas do la patria, y mas sensible aun que se concite el a u n q u e se sa n c io n e n o b lig a n á la o b e d ie n c ia y c u m p lim ien to .
peligro de que la sangre de nuestros compatriotas corra de nnevo, alojau- »Lo prim ero n o p o d ia su ced er, m erced a l resp eto y am or
do la esperanza do union y do concordia que lia de constituir nuestra fe­ d e to d o s lo s b u e n o s esp a ñ o les al tro n o c o n stitu c io n a l. H a
licidad, cicatrizando las profundas llagas de la encarnizada lucha. sid o n ecesa rio , p u es, q u e el p u eb lo , p or m ed io d e u n p a tr ió ­
»Reina, Constitución c independencia; tal ha sido, es y será mi di­ tic o p ro n u n cia m ien to , e v id en cia ra su firm e v o lu n ta d d e m a n ­
visa, y la bandera del ejército (pie con tanta gloria ha combatido por
ten er ín teg ra s, ile sa s, la C o n stitu ció n y las ley es.
principios tan nobles como justos. Ellos fueron reconocidos en el célebre
convenio de Vergara hasta por los que sostuvieron la pretendida usurpa­
ción y tiranía. Creer que esta puede entronizarse ó pensaren ol menos­ pública, sabrá poner término á los males, evitando nuevas desgracias á
cabo do aquellos caros objetos despues de conquistados á tanta costa, es esta trabajada nación, y con este objeto elevaré por mi parte á los piés
una creencia ó pensamiento imposible de que llegue á realizarse, y los del trono una reverente y razonada exposición, siguiendo los impulsos
traidores que tal empresa acometieran, pronto recibirían el castigo severo de uu soldado franco y leal, que es todo de su reina y de su patria,
que las leyes imponen á tal crimen. Barcelona 7 de setiembre de 1840.—El duque da la Victoria.—Excelen­
»Yo espero que S. M. la Reina gobernadora, satisfaciendo la ansiedad tísimo Sr. Presidente, etc.»
EDAD MODERNA 830

»Asi lo ha hecho esta capital. La junta creada por la di­ puesto que so creyó necesario, aunque ya solo conservé una
putación provincial y ayuntamiento con el carácter de go­ débil esperanza de que no llegasen á tener efecto mis funestas
bierno provisional de la provincia de Madrid, intérprete de predicciones.
sus sentimientos, no trata, señora, como propalan los traido­ »Los pueblos mas considerables de la monarquía por medio
res que rodean á V. M., de destruir el orden y entronizar la de sus corporaciones, y la Milicia nacional de muchos puntos,
anarquía; su único objeto es asegurar de un modo estable el habian acudido á mí porque los títulos de gloriosos sucosos
trono, la Constitución de 1837 y la independencia nacional, que consolidaron el trono de vuestra excelsa hija, creyeron
conquistada á fuerza de tanta sangre y ile tan costosos sacri­ me habian de conceder la acción de hacer indicaciones por el
ficios. Los individuos que componen esta junta, poco aveza­ bien general, que fuesen acogidas favorablemente. Todo su
dos á la lisonja, ruegan á V. M. se digne dispensarles este deseo era que la Constitución de 1837 no se menoscabase ni
lenguaje, severo, sí, pero hijo de su lealtad, porque no es infringiese por un gobierno de quien todo lo temían en vista
permitido mentir á los royos en ningún tiempo, y mucho me­ de su marcha, notable por las escandalosas remociones de fun­
nos en circunstancias tan graves y peligrosas.—Dios guarde cionarios públicos; por la indebida disolución do unas Cortes
muchos años la importante vida de V. M. que acababan de constituirse; por la intervención en las elec­
»Madrid 4 de setiembre de 18-10.—Joaquin Muría- Ferver, ciones de nuevos diputados; y por las leyes orgánicas que so­
presidente.—Pedro Jieroqm.—Fio Labórela.—Fernando Cor­ metieron á su deliberación.
radi.—José Portilla.—Pedro Sains de Baranda.—Valentin »A estas auténticas demostraciones se unía el conocimient o
Llanos.» que mi posición me permitia tener del estado de las cosas, sus
Esta exposición de la junta, encaminada á Valencia, fué relaciones y necesarias consecuencias, y convencido por lo tan­
devuelta sin ser abierta, por Castillo y Aycnsa, uno de los to de la imperiosa necesidad de impedirlos males, luce presen­
ministros transitorios de Barcelona, y que en aquellos mo­ te á V. M. la conveniencia de que en uso de sus prerogativas
mentos desempeñaba cerca de la Reina el cargo de su secre­ acordase un cambio de gabinete capaz de salvar la nave del
tario. Estado; idea que admitió V. M. bajo el compromiso de que yo
El pronunciamiento de Madrid colocaba á la ambulante aceptase la presidencia, y que no rehusé por ver asegurada la
corte de Valencia en una situación que no tenia otra salida tranquilidad pública y satisfecho el unánime deseo de los
que la que pluguiese darle á la voluntad del general Espar­ buenos españoles que constituyen la inmensa mayoría de la
tero, dueño en todos los terrenos del poder público y de la nación.
fuerza, que podia sostener sus determinaciones. Así hubo de »Rechazado mi programa sin duda porque sus principales
apreciar la Gobernadora ser la situación á que las circunstan­ bases consistían en la. disolución délas actuales Cortes, y en que
cias la habían reducido, toda vez que adoptó la resolución los proyectos de ley que las habian sido presentadas se anu­
de dirigir al general un apremiante autógrafo instándolo lasen negándose su sanción; sabe V. M. todo cuanto movido
para que marchase sobre Madrid ó hiciese entrar en su deber del mejor celo, expuse en las varias conferencias que me per­
á los pronunciados, devolviendo á la Corona el libre ejercicio mitió, luego que terminada gloriosamente la guerra contra los
de su prerogativa constitucional. rebeldes armados se me hizo saber el deseo ile V. M. de que
Ko era verosímil que el general, que había tomado una po­ me presentase en Barcelona, insistiendo particularmente en la
sición hija de sucesos que lo habian sido de su propia crea­ conveniencia de que no fuese sancionada la ley de ayunta­
ción, consintiese en deshacer su obra, despues de habérsele mientos, pues que siendo contraria á lo expresamente deter­
visto renunciar á la misión de mediador, que tan altamente minado sobre el particular en la Constitución jui*ada, temia
cumplía á su gloria haber llenadlo, prefiriendo la de ponerse que se realizasen mis pronósticos.
á la cabeza del partido que lo habia aclamado por jefe; pero »EI tenaz empeño de los cobardes consejeros de V. M., lanzó
acerca de la manera de declinar el cumplimiento de la exci­ con sn imprudente y precipitada medida la tea de la discordia
tación de la Gobernadora, cabia haber empicado formas que poniendo en combustion á esta industriosa capital, pero cui­
no hubiesen dejado expuesta la memoria del pacificador de dando do salvar todo peligro abandonando sus puestos con su
España al juicio que la posteridad no podrá menos deformar anticipada dimisión, para ir al extranjero á derramar el vene­
del memorable documento, cuyos conceptos mas caracteriza­ no d éla calumnia, suponiendo autor al que habia procurado
dos no nos es permitido dejar de reproducir. conjurar cl mal y que ya manifiesto evitó las terribles conse­
«Señora, decía el general: con la franqueza y lealtad de un cuencias que sin duda provocaron y esperaban también los
soldado que nunca ha desmentido ser todo de su Reina y de viles y bastardos españoles que aparentando hipócritamente
su patria, he manifestado á V. M. en diferentes ocasiones, cuan­ adhesion á la ley fundamental del Estado, consideran un cri­
to convenia á su mejor servicio y á la prosperidad nacional men se proclame este principio y quisieran beber la sangre de
combatiendo noblemente á los enemigos que bajo cualquier sus fieles sostenedores bajo el pretexto de anarquía que ellos
forma,lian maquinado contra el orden establecido, Pero una concitan y fraguan rastreramente en el club á que están afi­
pandilla cuyos reprobados fines habia logrado sofocar por mis liados.
públicas representaciones y á fuerza de señalados triunfos en »V. M. en aquellos críticos momentos debió ser impulsada
los campos de batalla, ha seguido constante en sus trabajos únicamente de su natural bondad en favor de un pueblo dig­
empleando el maquiavelismo y la falaz intriga para hacerme no por sus virtudes y señalados sacrificios de que sea consi­
desmerecer del justo aprecio que V. M. me habia dispensado, derado y satisfechas sus justas exigencias.
consiguiendo envolver á esta nación magnánima en nuevos »Así so creyó en vista de los reales decretos de nombramien­
desastres, en nuevas sangrientas luchas, cuando la voz de paz to de nuevos ministros hecho en personas do conocido espa­
tenia enajenados de gozo á todos los buenos españoles. ñolismo, amantes de la Constitución jurada, del trono de
»La creencia do haberme retirado V. M. su confianza tuve vuestra augusta hija y de la regencia de V. M., y á excepción
ocasión de expresarla en 15 de julio al liacer la renuncia de de uno que renunció el cargo, todos los demás hicieron el cos­
todos mis cargos; y aunque el presidente del Consejo de mi­ toso sacrificio de aceptarlo, poniéndose en marcha para ofre­
nistros de aquella época tomando el nombre de V. ÌL, señaló cer sus nobles esfuerzos á la Corona, celosos de su lustre y de
un hecho para convencerme de lo contrario, no podia yo que­ la prosperidad del Estado. Sus principios eran bien conocidos,
dar satisfecho, porque los motivos que expuse á V. M. recibie­ y no es posible que contra ellos y sus propias convicciones
ron mayor grado de fuerza no siendo rebatidos, y admitiendo siguiesen la torcida marcha de los que les precedieron. Por
el gabinete el peregrino encargo de hacerme saber la negativa esto la nación se entregó á la grata y lisonjera confianza
de la dimisión, no obstante que justifiqué en ella habia dis­ del porvenir dichoso que tanto anhela. Por esto, señora, en
puesto V. M. reemplazarlo con otro que satisfaciese mas públicas exposiciones se consideró un medio de salvación el
el espíritu de los pueblos previniendo los males que anuncia­ pronunciamiento de Barcelona, reprobado solo por los ene­
ban las diferentes situaciones y juicios pronunciados. migos de V. M. y de la Constitución, y por los que no late
»Yo debí hacer un nuevo sacrificio por mi Reina y por mi en sus pechos el sentimiento de independencia nacional que
patria resignándome á continuar á la cabeza de las tropas ha de constituir nuestra ventura. El programa que los minis-
¡HO H I S T O R I A D E ES FA N A

tros electos presentaron á V. M. no podia ser ni mas justo ni »Los abortos han sido una consecuencia precisa, porque la
mas moderado; pero los dias trascurridos debieron servir á la falta de motivo hacia imposibles combinaciones generales que
pandilla egoista y criminal, para mover nuevos resortes y ha­ tampoco estaba en los intereses de los motores el ensayar, so
cer creer á V. M. que deh ¡a llevarse adelanto el sistema quo pena de convertirse en daño propio. Así abortaron los alboro­
aplanó al anterior ministerio, y ni esta consideración, ni las tos de Madrid y do »Sevilla en los últimos meses del año 1838,
razones empleadas con elocuencia, verdad y sana intención, y mis representaciones á Y. M. de 28 de octubre y (i de diciem­
sirvieron para que las liases lucran admitidas. Las renuncias bre debieron convencer por qué mano fueron aquellos dirigi­
se fueron sucediendo por euiiseeiiencia forzosa: la nación que­ dos y cuál el opuesto fin á que eran encaminados. Entonces
dó sin a-ohierno constituido despues de una tan prolongada se faltó sin ningún pretexto al gobierno constituido de V. M.,
crisis: siguiéronse otras elecciones, y los antecedentes do al­ y cuando estaba la guerra en su mayor incremento, lo cual
gunos; todo, señora, fue la señal de alarma en la capital del hubiera podido inutilizar á los defensores'de la justa causa per­
reino, alarma que lia encontrarlo eco en Zaragoza, y que será mitiendo el triunfo al bando rebelde. En el dia yo considero
muy probable cunda en otras provincias. los pronunciamientos demostrados hasta ahora bajo una faz
¿»Acompaño á V. M una copia de la comunicación que me muy diferente. No os una pandilla anarquista que sin fe po­
ha dirigido don Joaquin María Ferrer, nombrado presidente lítica procura subvertir el orden. Es el partido liberal que,
de la junta provisional de gobierno de la provincia de Madrid, vejado y temeroso de que se retroceda al despotismo, ha em­
y ot ra de la contestación que he crcido oportuno dar. En el puñado las armas para no dejarlas sin ver asegurado el trono
pronunciamiento que se ha verificado ya ha sido poca la san­ do vuestra excelsa hija, la regencia do V. M., la Constitución
gre vertida. de 1R3Ì y la independencia nacional. Hombres de fortuna, de
>>lèi objeto se me dice no es otro que el de sostener ilesos el representación y de buenos antecedentes se han empeñado
trono de Isabel 11, la regencia de V. M., la Constitución del en la demanda'; y lo que mas debe llamar la atención es que
listado y la independencia nacional. Yo creo, señora, que ta­ cuerpos del ejército se han unido espontáneamente, sin duda
les son los principios que profesa V. M.; pero en un gobierno porque el grito proclamado es el que está impreso en sus cora­
representativo, son todos los consejeros de la Corona, como zones y por el que han hecho tan heroicos esfuerzos y presen­
responsables de los actos, los que se necesita que ofrézcanlas tado sus pechos con valor y decision al plomo y hierro de los
seguridades que con tanta ansiedad solían esperado, y siendo vencidos enemigos. Por otra parte, no tengo noticia de atrope­
un Iteelio que los elegidos después de la aceptada dimisión lla mientos ni crímenes de aquellos con que se marca el desor­
del gabinete Perez de Castro y que podían satisfacer aquella den de la anarquía. Estas consideraciones y otras muchas que
ansiedad, tuvieron que retirarse por no suscribir á la promul­ omito por no molestar demasiado la atención de V. M., creo
gación de la ley de ayuntamientos contraria á la Constitución, que debieran pesarse antes de llevar á cabo un rompimiento
se descubre el motivo que ha impulsado el lamentable y sen­ en que los hijos con los padres, los hermanos con los herma­
sible movimiento que ha puesto en conflicto á V. M. y que nos, los españoles con españoles, fuesen impelidos á renovar
afecta mi corazón, aunque hace mucho tiempo que lo tenia sangrientas luchas por unos mismos principios despues de ha­
prediche. ber consentido en abrazarse libres de la ferocidad del enemigo
»Los medios de reprimirlo creen los ministros que están al común que sostuvo la encarnizada lucha de siete años. ¿Yquién
lado de Y. M. que es hacer uso de la fuerza del ejército según asegura de que esto llegue á realizarse aunque la ciega obe­
la real orden que se me comunica con fecha 5 de este mes, y diencia conduzca á tan sensible combate al que mande la
al efecto se me elige á mí que no he perdonado ningún medio fuerza? ¿Se ha olvidado lo que sucedió al general Latro al di­
para evitar llegase el dia de tan terrible prueba que podrá rigirse sobre Andalucía? ¿No acaba de unirse la guarnición
comprometer para siempre el orden social; hacer que corra ¡í de Madrid al pueblo madrileño abandonando á su capitan
torrentes la sangre; malograr un ejercito que nos hace res­ general? Y si tal sucediese con los cuerpos que mandase ó
petables; y perder el fruto de Jas señaladas glorias quo han condujese ¿qué seria de la disciplina? ¿qué del ejército? Si yo
aniquilado ú las huestes con que el rebelde don Carlos creyó marcho á Madrid llevaré el cuidado de lo que pueda suceder
usurpar el trono y levan!ar cadalsos para sacrificar á los que con las demás tropas en el estado de fermentación en que
lo han defendido y conquistado la libertad. Por esto, y por­ se hallan los pueblos. Si mando un general de mi confianza,
que Y. M. en su caria, autógrafa de la misma lecha que he te­ su compromiso es terrible, y muy dudoso que el soldado se
nido el honor de recibir observo que por tales sucesos han bata contra compatriotas que les abrirán los brazos dici on­
hecho concebir á Y. M. el temor de que peligra el trono, creo doies: (cLa causa de mi empeño es la misma por que habéis
es un deber sagrado tranquilizaren esta parto á Y. M, hacien­ derramado vuestra sangre y sufrido las inauditas penalidades
do con nobleza y con la honradez que acostumbro las obser­ que hacen glorioso vuestro nombre. »
vaciones «pie me sugiere mi lealtad y patriotismo por si logro »Ar. M., como prenda para que recupero su confianza mayor
inclinar el ánimo do V. M. á que dando fe á mis palabras que nunca, me dice que me decida á defender el trono, liber­
acuerde los medios de salvación, únicos que con justicia me tando á mi país de los males que le amenazan. Nunca, seño­
parecí» di'-bense adoptar. ra, me he hecho digno de que V. M. me retirase su aprecio.
>;d'or el relato de esta exposición se evidencia, sin hacinar Mi sangre derramada en los combates; mi constante anhelo,
otros aniecedentes. que la dirección de los negocios no halle- todo mi sér consagrado á la consolidación del trono y á la
vado el sello de la prudencia ni de la imparcial justicia que felicidad de mi patria; la historia, en fin, de mi vida militar
hace fuertes y respetables los gobiernos. El empeño ha sido ¿no dicen nada á V. M.? ¿Es necesario que pruebe ahora la
constante desde la disolución de las anteriores Cortes de des­ ib de mis juramentos satisfaciendo tal vez los conatos aleves
acreditar al partido liberal denominado del progreso estable* de esos hombres que, sin los titulos que me envanezco de te­
ciendo un sistema de protección exclusiva en favor del otro ner, han conseguido que V. M. se manifestase sorda á mis in­
partido llamado moderado, que se procuró aumentar con per­ dicaciones y escuche sus insidiosas tramas?
sonas de precedentes sospechosos y haciendo patrimonio de »Yo creo, señora, que no peligra el trono de mi Reina y estoy
esta fracción todos los principales destinos del Estado. Así, persuadido que pueden evitarse los males de mi país apre­
señora, ni puede haber armonía, ni eontíanza, ni conseguirse ciando los consejos que para conjurarlos me pareció deber dar
que la paz se establezca tan sólidamente como debía esperar­ á Y. M. Todavía, señora, puede ser tiempo. Un franco mani­
se despues de terminada la guerra. AI partido liberal se leba fiesto de Y. M. á la nación ofreciendo que la Constitución no
calumniado además por los corifeos del otro, suponiendo que será alterada; que serán disueltas las actuales Cortes, y que
conspiran coni na vi t rono y Ja Constitución y que no son otra las leyes que acordaron se someterán á la deliberación do las
cosa que anarquistas enemigos de) orden social, y no pocas que nuevamente se convoquen, tranquilizará los ánimos si al
voces se han fraguado asonadas y motines para corroborar este mismo tiempo elige V. M. seis consejeros déla Corona de con­
malhadado juicio, pero que no han producido ningún efecto, cepto liberal, puros, justos y sabios. Entonces, no lo dude V. M.,
porque los hombres han penetrado á fuerza de desengaños el todos los quuhasta ahora se hanpronunciado disidentes depon­
origen y la tendencia. drán la actitud hostil reconociendo entusiasmados la bondad
EDAD MO D E l l N A 341
de la que siempre fué madre de los españoles: no habrá sangro la vida á los que obedeciesen al gobierno de la Reina, cerraba
ni desgracias: la paz se verá afianzada: el ejército siempre vir­ las puertas de los ministerios y cortaba las comunicaciones con
tuoso conservará su disciplina, mantendrá el orden y el res­ Valencia; ocurrió que, habiendo sido interceptado un correo
peto á las leyes : será un fuerte escudo del trono constitucio­ do gabinete, conductor de pliegos para los señores don Vi­
nal y podrá ser respetada nuestra independencia principiando cente ¡Sancho, don Alvaro Gomez Becerra, don Dionisio Ca­
la era do prosperidad quo necesita esta trabajada nación en paz, don Facundo Infante y don Domingo Giménez, notabili­
recompensa do sus generosos sacrificios y heroicos esfuerzos. dades todos ellos del partido progresista, fuesen dichos
Pero si estas medidas de salvación no se adoptan sin pérdida señores llamados á la junta, donde se les entregaron los plie­
de momento, difícil será calcular el giro que tomarán las cosas gos para que, abiertos á presencia de aquella, diesen los inte­
y hasta dónde llegarán sus efectos; porque una revolución resados conocimiento de su contenido.
por mas sagrado quo sea el fin con que se promueve, no será Los pliegos traían los nombramientos de aquellos mismos
extraño que la perversidad de algunos hombres la encaminen sujetos para ministros de la Corona, puestos que, alli misino
por rumbo contrario moviendo las masas para satisfacer cri­ declararon los interesados que no aceptaban, por ser sus opi-
minales y anárquicos proyectos. : niones y propósitos en un todo conformes á los de los pro­
»Dígnese V. M. fijar toda su consideración sobre lo expuesto nunciados.
pava que su resolución sea la mas acertada y feliz en tan aza­ No había todavía recibido la junta la respuesta categórica
rosas circunstancias. que esperaba de Espartero, y resolvió enviar cerca de la per­
»Barcelona 7 de setiembre de 1840, — Señora.—AL. It. P. sona del general un sujeto do autoridad y á la altura de la
de V. M.—M choque de la 'Victoria.» importante misión que so disponía á confiarle, y principal­
Deseosos de no incurrir en la responsabilidad de un juicio mente dirigida á explorar el animo del duque, y á obtener la
que pudiese aparecer parcial sobre el documento que acaba­ explícita declaración de que aprobaba la marcha seguida por
mos do trascribir, lo hemos reproducido en toda su integri­ los junteros.
dad, abandonándolo desde luego al juicio de los lectores y al El elegido para la ardua embajada fué don Manuel Corti­
fallo do la posteridad y limitándonos á observar que no podia na. No se mostró este muy dispuesto á aceptarla, receloso de
ser mas clara ni mas explícita la posición que Espartero que reminiscencias de los sucesos do Bovilla de 183S hubie-
tomaba como abogado, patrono y jefe de un partido, y adver­ : sen creado en el ánimo do Espartero alguna prevención, con
sario y acusador del otro al que arrancaba el mando, negán­ i motivo de haber en aquellas circunstancias obrado Cortina
dose al requerimiento legal que en todo el lleno de sus atri­ ! en íntima union eon los generales Córdova y Narvaez. Mas
buciones constitucionales 1c hacia la Gobernadora del reino. fueron tantas las seguridades que se dieron al designado ple­
Dos años despues iba el general á verso colocado como regente nipotenciario sobre lo imaginario de sus recelos y tantos los
en situación análoga á la en que la Reina madre se hallaba, y ruegos de que fue objeto para que se prestase á un servicio,
no hubo ni uno solo de los argumentos puestos en boca del cuya importancia en aquellos momentos afectaba la suerte
duque de la Victoria en justificación de la conducta de los del movimiento y los intereses del partido, que Cortina acabó
pronunciados, que no pudiese ser aducido contraci que ibaá por ceder y se puso en marcha para Barcelona, El duque de
ser regente en reemplazo de doña María Cristina, por los que la Victoria recibió con distinción al enviado de la junta, y se
lo derribaron en julio de 1843. mostró dispuesto á cooperar con ella, á condición sin embar­
La Reina gobernadora jugó su última carta adoptando la go de que esta no abrigase otras aspiraciones que las de ob­
resolución, á que la condujo la evasiva de Espartero para no tener la derogación de la ley de ayuntamientos y la de soste­
marchar á Madrid á restablecer el poder legal, de investirlo ner la autoridad de la Reina, confiada á un ministerio verda­
de una tácita dictadura, pues no otra cosa significaba el con­ deramente liberal.
ferirle el nombramiento de presidente del Consejo de ministros La situación de la corte de Valencia no podia ser mas apu­
con facultad de escoger sus compañeros; determinación que, rada. Los pronunciamientos se habían generalizado en las
adoptada respecto al hombre que tenia en sus manos la fuer­ provincias y su esfera se había extendido á tanto extremo,
za pública y los hilos de la revolución, equivalía á entregarse que sus efectos llegaban casi hasta las mismas puertas de la
sin apelación á la voluntad y patriotismo del general. ciudad. Y tanto mas se había popularizado el alzamiento,
Con fecha fi de setiembre dirigióse también la junta de cuanto que por todas partes so había extendido, acompañado
Madrid álas corporaciones de su mismo origen y que, siguien­ do una verdadera razzia de los destinos públicos, hasta
do el movimiento por ella iniciado, se habían instalado en aquellos do mas humilde condición. En las cercanías de Va­
las provincias, álas que exhortaba en términos comparables lencia, en el oscuro pueblo de Calaroja, su junta de gobierno
á los manifiestos de los beligerantes que declaran la guerra, (pues hasta en las mas humildes localidades se improvisaron
á no cambiar de actitud, preparándose al contrario á la de­ corporaciones de esta clase) tomó un acuerdo por el que, en
fensa de la Constitución y de las libertades públicas, hasta el interés de la libertad y de la Constitución amenazadas,
dejar, decia la junta, asegurado un estado de cosas, que lle­ destituía al campanero de la iglesia, confiriendo su plaza á un
gase á hacer de todo punto imposible que la reacción volviese candidato de la situación.
á alzar cabeza en España. Sabedora la junta de Madrid do que la Reina se había pues­
A aquella focha existían en íntima alianza conlado"Madrid, to en manos de Espartero, nombrándolo presidente de su Con­
juntas populares en Zaragoza, en Granada, en Málaga, en sejo de ministros, y facultándolo á escoger los que habían
Valladolid, en Leon, en Pontevedra y en Santiago, y solo se de ser sus compañeros, se apresuró á manifestar al general
1labia visto resistir al torrente, que en todas partes arrastraba que su investidura le inspiraba la mayor confianza, conside­
en favor del movimiento, á la ciudad do Cádiz, donde supo rando ser sir persona el mas firme apoyo de la libertad ó inde­
resistir la marejada el brigadier Moreda, y en Guadalajara, pendencia de la patria; pero que pava, que el general tuviese
donde su gobernador don Patricio de la Escosnra mantuvo la cabal idea do las aspiraciones de la junta, ella misma expresión
autoridad de la Reina hasta que esta hubo desaparecido do de los deseos y de las necesidades de la nación, sometía á la
la escena. consideración del duque la conveniencia de que adoptase las
En aquellos dias de pasión y de vértigo, en los que nadie bases expuestas en el siguiente programa:
estaba en su lugar, y antes al contrario casi todos obraban 1. ° Que S. M. diese un manifiesto á la nación, reprobando
contrariamente, á las condiciones de la situación queJreal­ los consejos de los traidores que habían comprometido el tro­
mente debían ocupar en los dos campos hostiles, vióso al efí­ no y la tranquilidad pública.
mero ministerio Cortázar condenar y amenazar desde Valen­ 2. " Que se separase para siempre del lado de S. M. átodos
cia, despues de haber la Gobernadora contraído en Barcelona los altos funcionarios de palacio y personas notables que ha­
el formal compromiso de prestarse á la reforma de la ley do bían concurrido á engañarla, inclinándola al sistema de reac­
ayuntamientos, causa, ó por mejor decir, pretexto de la revo­ ción seguido hasta aquí.
lución. ! 3.“ Que se anulase el ominoso proyecto de ley de ayunta-
Al mismo tiempo que la ju n ta de Madrid imponía pena de I mientos.
312 )I I S T O R I A D E E S P A Ñ A

■1/' Our fin-son disunii as las Corles y se convocasen otras Proveído que hubo el duque á esta exigencia, hija de la si­
con |*nilcivs especiales para asegurar do un modo estable, con tuación en que dejaba á Barcelona, púsose eu marcha para la
todas sus ciinseciiencias. la consolidación del pronuncian lien­ capital, habiendo sido su itinerario objeto de una no interrum­
to nacional. pida serie de ovaciones, tributádasle en Lérida, en Zaragoza y
.V piiir los pueblos no soll asen las armas hasta que se vie­ demás poblaciones de su tránsito, en que se contaba con su­
sen completamente realizadas las antedichas condiciones. ficiente número de progresistas para organizar demostraciones
Al trasmitir la junta al duque estas bases, añadía que se de efecto.
lisonjeaba de que obkmilrian su asentimiento «por exigirlo No filé menos triunfal la recepción que esperaba al duque
así el voto do la inmensa mayoría de los españoles, que han en Madrid; mas bien pronto hubo de convencerse de que sns
comprometido su vida y su reputación en tan glorioso pronun­ aliados iban mucho mas allá de lo que él mismo había pensa­
ciamiento.» do, ó por io menos dejado traslucir. Encontró muy generali­
En el mismo dia en que la junta se dirigia al general en jefe zado entre sus amigos el deseo de una nueva regencia, en
en los antedichos términos, el ayuntamiento lo hacia por me­ cuyo sentido se expresaron el ayuntamiento y la diputación
dio de un maniiiesto á los españoles, expositivo y apologético provincial, que al mismo tiempo que la disolución de las Cor­
de su conducta y lado las provincias que se habían adherido al tes, pedían que los diputados alas que se convocasen, trajeran
movimiento, exhortando á estas y á las demás del reino á que los imderes necesarios para votar la supresión del Senado. En
permaneciesen unidas á la junta do Madrid, para mejor ase­ el mismo sentido se expresaron los comisionados de las pro­
gurar el triunfo de la obra común. vincias, venidos á Madrid para constituirla proyectada Junta
Mas parecía ser tan grande la inquietud y zozobra que todos Central. Suscribían la exposición, que formulaba propósitos
los pronunciados tuvieron por saber que Espartero aprobaba tan radicales, personajes de la importancia de don José María
en todas sus partes la conducta y procedimientos que habían Calatrava, el general Rodil, el de igual clase don Evaristo
seguido, (pie llegó la alarma de los comprometidos hasta el San Miguel, don Angel Fernandez de los Ríos, don Andrés
ext remo de significai' ¡d general que si dejaba de mostrarse en Alcon, don Juan Bautista Alonso y otras notabilidades de
lodo conformo con las aspiraciones de las provincias pronun­ grande autoridad en el partido.
ciadas, oslas so verían en la precision de constituir una junta No había Espartero avanzado todavía tanto, y se negó re­
cení ral, compuesta do delegados de cada una de ellas. sueltamente á aquellas indicaciones, mostrándose sobre todo
A la urgente comunicación de la Gobernadora pora que inflexible (así al menos lo afirmaron siempre sns amigos), en
aceptase el cargo de formar ministerio, contestó Espartero que, lo relativo á la regencia; mas en cambio manifestóse condescen­
á. lili de evitar di visiones, se dirigía á Madrid á consultar á sns diente en punto á adoptar las personas que la junta indicó
amigos, y que seguidamente se encaminariaá Valencia áreci­ para la formación del ministerio, cuya candidatura compren­
bir las órdenes de S. M. día al alcalde primero de Madrid don Joaquin María Ferrer,
Antes do salir do Barcelona quiso Espartero poner remedio para Estado; al mariscal de campo don Antonio Chacón, para
á los peligros croados por la situación en que la ciudad se ha­ Guerra; al diputado don Manuel Cortina, para Gobernación;
llaba., obra casi exclusiva de sus anteriores procedimientos. A á don Joaquin de Frias, para Marina; á don Alvaro Gómez
este efecto decretó en 22 de setiembre la disolución de la mi­ Becerra, para Gracia y Justicia, y á don Agustín Fernandez
licia nacional, encomendando á Van-1 Jalen y á las autoridades Gamboa, cónsul de España en Bayona, para Hacienda.
su reorganización bajo bases capaces de asegurar el reposo pú­ El fl de octubre llegabaná Valencia Espartero y los presun­
blico (i). tos ministros, los que se apresuraron á presentarse á la Reina,
p o rla que fueron recibidos con afabilidad; mas no dejó de
( I) Ilarcrioin'scs: sii algunos españolas degenerados, haciendo traición causarles extrañeza la inesperada exigencia de la Gobernado­
á los principios en que estriba la ventimi de nuestra patria, han llevado ra para que le presentasen un programa conforme reclamaba
sus in.-ií|tini;u!Íoncs hasta el extremo de propagar entre el gremio fabril el estado en que se hallaba la nación.
d'1osla industriosa capital la funesta, idea de que serán atacadas las pro­ Aunque algo sorprendidos de una novedad que no espera­
piedades y perseguidas las personas; la voz de la razón es siempre bas- ban, conformáronse con los deseos de la Reina, y al siguiente
tant.' fuerte para, destruir los siniestros manejos de los malvados. dia pusieron en sus manos un programa en el que manifes­
El pueblo de liarcehmu ha. justificado á la pur de su patriotismo y dé­ taban:
rision á sostener las instituciones juradas, su amor íil órden y su obedien­
cia á las autoridades constituidas, líos- recientes acontecimientos que lian Que venian resueltos á aceptar el delicado y peligroso en­
ocurrido cu esta capital prueban el ventajoso juicio de la sensatez que cargo cometidoles por fc>. M, pero que no venian preparados á
caracteriza á los barceloneses y la ccnlianza que les inspiran los funcio­ que se les hubiese hablado de condiciones que sobradamente
narios públicos cuando sus actos so arreglan á la ley, y su conducta es establecia el solo nombramiento hecho de sus personas por la
leal, sincera y franca. Gobernadora en virtud de la presentación del presidente,du­
l'na medida, reclamada hace tiempo por la justicia y conveniencia pú­ que de la Victoria, estando S. M. decidida á establecer la paz
blica lia. sido adoptada por mí en el dia. do ayer. La disolución de la mili­ y la union de los ánimos, no omitiendo medio alguno para sa­
cia nacional por los vicios de ipic adolccia. y la autorización (pie conñero tisfacer las necesidades de los pueblos; que el haberles pedido
al digno capitan general para quo la organico do nuevo con arreglo á la
ley. Esta medida podrá servir de pretexto á los enemigos de la tranquili­ que presentasen por escrito y firmadas las bases con arreglo á
dad, á aquelles españoles degenerados agentes ocultos de planes liberti­ las cuales se proponían gobernar, les daba á entender que no
cidas, pava infundir etm mas fuerza los temores y precisar á los honrados merecían la plena confianza de la Reina á la quo no podia
fabricantes á que abandonen su fortuna por la engañosa inseguridad de ocultarse que no había pueblo donde no se hubiese formado
sus personas. una junta que con absoluta independencia, ó cuando mas, su­
Deseando yo evitar las sensibles consecuencias de tales maquinaciones, jetos á las de las capitales, independientes estas también á su
debo asegurar que la primera garantía de ¡as propiedades estriba en Ja vez, han cortado todas relaciones con el gobierno de la Reina,
nueva organización de la milicia nacional, porque serán llamados á com­
ponerla lodos los barceloneses que reúnan las circunstancias determina­ el que se ha visto reducido al recinto do Valencia, pues hasta
das por la ley, siendo así los primeros interesados en conservar el órden, á las puertas de dicha capital se habían establecido juntas. Que
como condición indispensable de su túen y prosperidad. siendo tan ciática la situación, los ministros se consideraban
barceloneses; que la conlianza imitila se establezca entre vosotros; que en el deber de decir á la Reina la verdad, manifestando que
las insidiosas sugestiones de los perversos senil despreciadas como ellos era necesario ante todo que S. M. diese un manifiesto á la na­
deben serlo; y que nadie tema de un pueblo tan liberal y sensato tumul­ ción, en el que haciendo recaer como era justo la responsabi-
tuarias persecuciones. Las celosas autoridades velarán por la seguridad
de las propiedades y de las personas, sin que nadie sufra provocaciones un sistema que afiance la ley fundamental del Estado; y que asegure
de ninguna especie; pues la ley, solo la ley ejercerá su saludable influjo, nuestra independencia y prosperidad nacional. En mi lugar os quedan
al mismo tiempo que su inflexible severidad contra los criminales y trai­ autoridades de acendrado patriotismo dignas do vuestra confianza; y aun­
dores. ■ que ausente de vosotros, llevo tan gratos recuerdos de vuestro amor y
barceloneses y catalanes todos: un deber sagrado me separa de vos­ adhesion á mi persona que siempre estará dispuesto á corresponder á tan
otros. Ile licebo el costoso sacrificio de aceptar el cargo do formar un mi­ señaladas muestras de aprecio vuestro agradecido compatriota,— E l d u ­
nisterio que llene los deseos do los Inicuos españoles; que formule y siga q u e d e l a V ic to r ia .—Barcelona 22 do setiembre ele 1341).
E D A D Mo d E U X A 313
]¡ciati de lo pasado sobre sus últimos consejeros, ammeiase que Proponían además los ministros la aprobación de los ac­
esa responsabilidad podria luxcerse efectiva por los medios tos de las juntas en cuanto estos no contradigan abierta­
legales, siendo necesario además que S. M. asegure y ofrezca mente los principios de justicia, exigiéndolo además el respeto
con solemnidad que la Constitución será respetada y fielmen­ debido á los hechos consumados, por ser el que así se hiciese
te cumplida, y que dándose ahora principio á una nueva ¿po­ un principio de gobierno, cuyo olvido ha sido mas de una vez
ca, sus consecuencias naturales y legítimas deberán desen­ funesto, según lo acredita la historia.
volverse sin que se obstruya ni neutralice su cumplimiento Por ultimo opinaban que al cesar las juntas como corpo­
como hasta ahora ha sucedido por influencias siniestras. raciones en las que residían poderes gubernativos, con vendria
Es indispensable, decia el programa, ofrecer solemnemente que hasta la reunion de las Cortes continuasen como auxi­
que la ley de ayuntamientos no será ejecutada y que habrá de liares de las autoridades constituidas.
someterse al examen de las nuevas Cortes con las modificacio­ El programa concluía diciendo: «Verdades amargas, seño­
nes que el gobierno propondrá, para ponerla en armonía con la ra, habremos dicho quizá, pero hemos preferido pasar por
Constitución y con los principios políticos en ella consignados. el disgusto que esto no puede menos de ocasionarnos, á au­
(¿uc así lo exigia el justo é irresistible cium or de los pueblos: mentar el número do los consejeros que lian engañado
los que no se hubiesen en otro caso alzado del modo que lo ha­ á V. M. y dado lugar á que so haya entibiado el amor que los
blan hecho; que tampoco podria ejecntai’se tal ley sin que españoles la profesaban y que aun es tiempo de hacer revivir,
antes se vote y publique la de diputaciones provinciales, ne­ porque afortunadamente no está extinto.»
cesaria dicha ley para que la de ayuntamientos se aplique en Este programa, firmado por todos los ministros, fné leido
todas sus partes. por Cortina en presencia de la Gobernadora en pleno Conse­
(¿ue era también imprescindible que se llevase á cabo la jo. Oido que lo hubo y disimulando la impresión que no
disolución de las Cortes autoras de la infracción de la Consti­ piulo menos de causarle la cruda declaración del entredicho
tución, pero tomando antes el gobierno sobre sí. la responsa­ en el que se la quería colocar, hizo ia Reina traer acto conti­
bilidad do que trascurriesen mas de los tres meses que deben nuo un crucifijo y un libro del evangelio, manifestando á los
mediar mitre la disolución y la nueva reunion, atendidas las ministros, sin añadir una sola palabra mas, ni por consiguiente
excepcionales circunstancias en lasque so hallaba colocado el indicar ninguna objeción d lo que acababa de oir, que podían
ministerio. i jurar sus cargos, como desde luego lo efectuaron.
■<¿ue se habrían cortado todos estos inconvenientos y otros Manifestaron aquellos entonces que se estaba en el caso de
mayores, si la Reina hubiese apreciado en algo los consejos proceder á ocuparse de lo relativo á la ejecución del progra­
del duque de la Victoria, en cuyo caso no se habría dado lu­ ma, cuando oyeron de los labios de la Gobernadora que que­
gar á que los pueblos con el levantamiento consumado imita­ dase la tarea reservada para el siguiente dia.
sen el que tuvo lugar en 131 ó, durante la menor edad del rey Al prestar juramento habían creído los ministros que to­
don Juan T, cuando se formó una hermandad para poner coto das las dificultades habían desaparecido; pero aunque extra­
á los abusos de los tutores del rey niño. Los pueblos, deeia el ñaron el aplazamiento de las explicaciones, se conformaron
programa, lian arrostrado graves compromisos al alzarse apo­ con el deseo de la Gobernadora,
yados en el ejército, que compuesto de hijos del pueblo ha Pero al salir los consejeros de la cámara, fue invitado Es­
Jlecho suya la causa de este, y la nación se veia ahora compe- partero á permanecer, y obtemperando al règio desco, filóle en
lida á exigir garantías las que á la vez reclaman la aplicación el acto y sin otro preámbulo manifestado por la Reina, que
de remedios bastante eficaces que la eximan de la necesidad Rabia resuelto renunciar al ejercicio de la regencia y alejarse
de tener que apelar á nuevos levantamientos. de España, compel ida á tal determinación á consecuencia do
Hay quien piensa, decían, en alterar la Constitución del la atmósfera que contra ella se habia levantado, y porque ne­
Estado en alguna de sus bases, pero era de creer que las Cor­ cesitaba reponer su quebrantada salud.
tes, única autoridad competente para decidir acerca de seme­ Añadió conmovida que confiaba al duque la custodia de sus
jante asunto, cuidarían de que se conserve la debida armonía hijas, y exigióle palabra de que nunca las abandonase.
entre nuestra carta fundamental y la de las demás naciones No estaba preparado el general Espartero para semejante
libres de Europa, pues sobradamente tienen acreditada los comunicación, y negándose á dar crédito á lo que oia, em­
españoles su circunspección en asunto tan vital y delicado. pleó todos los medios de persuasion que su cabeza y los sen­
«Créese, señora, decían los ministros, que V. IVI. no podrá se­ timientos ile su corazón le suministraron, para disuadir á la
guir gobernando, por haber perdido la confianza do la na­ Reina de su propósito.
ción, por causas harto conocidas atendida la publicidad que Pero insistió esta en que tenia pensado liada tiempo el
las mismas han tenido, consideración esta- que hacia clara­ partido que tomaba, á lo que, eon sobrada- razón, le hizo ob­
mente sugerir la idea de co-regentes que con la Reina madre servar Espartero que el haberlo llamado sin darle prèvio co­
compartiesen la gobernación del Estado; hombres prácticos, nocimiento de lo que tenia ánimo de hacer, constituía una
añadían los ministros, en la ciencia del mando, hombres de especie de decepción de la que, si hubiera siquiera sospecha­
talentos acreditados en el Parlamento, para que ayudasen á do la posibilidad, no se hallaría en aquel momento ante su
la Reina á llevar Ja pesada carga de la regencia durante la augusta interlocutora, ni hubiera aceptado el puesto que la
menor edad de su augusta hija; esta era, deeian, una opinion gravedad de las circunstancias y su adhesión á la Reina viu­
tan generalizada que hasta en los pueblos mas pequeños se da y á su excelsa hija y á las instituciones le habían hecho
lia manifestado aquel propósito, y es tal, añadían, la exigencia aceptar, «Así lo creo, repuso doña María Cristina, y ese es
respecto á este punto que la creían irresistible, mirándola cabalmente el motivo de que nada te dijese; mas cuento con
como un escollo contra el cual se estrellaría cualquier go­ tu fidelidad y tu adhesion á mi hija, cuya guarda no titubeo
bierno que intentase contrarestaria: por lo que consideraban en confiarte.»
que en la situación á que las cosas habían llegado no podria, Trató todavía Espartero de mover los sentimientos de la
sin que S. M. accediese á ella, llegar á una terminación satis­ madre, ya que la encontraba insensible á consideraciones de
factoria.» orden político.
Sobre el modo de realizar esta aspiración 'de los pueblos y «No te canses, Espartero, volvió á decir la Reina, mi reso­
á fin de conciliaria con el decoro y la dignidad de la Reina lución es irrevocable. To confio el cuidado do mis hijas y la
madre, las Cortes podrán, deeia el programa, adoptar el tem­ defensa del trono; serás, no dudo, su mejor defensor.» El co­
peramento mas conveniente, y debiendo ser, añadíase, poco loquio concluyó por estas palabras de Espartero: «Seño­
decoroso para la Reina madre que semejante reforma de la ra, V. M, me hace justicia contando con mi fidelidad, pero
Constitución se efectuase á consecuencia de propuesta de uno una vez mas le diré que no puedo figurarme que M. in­
ó mas diputados, seria preferible que la Gobernadora ella sista en un propósito cuyas consecuencias pueden ser tan fu­
misma tomando la iniciativa pidiese la co-regencia y aun nestas al pais, al trono y á vuestra excelsa hija.»
convendría que nombrase interinamente las personas, sin per­ Aunque la resolución anunciada aL duque de la "Victoria
juicio de lo que determinasen las Cortes. cu términos tan irrevocables dejaba el campo libre á este y á
Tono VI (5
I l f S T o U LA D E E S P A Ñ A

sus asociados, no pudieron desconocer <|ne la compléta vic­ alcanzado, á no haber aceptado la alianza y la jefatura de la
toria (iun obtenían Hilaria á serles muy embarazosa; pues viuda de Fernando VIL
muy distinta cosa era que los autores del movimiento hubie­ Mas, doña María Cristina que necesitaba tanto ó mas de la
sen ipil tornado el país por medio de co-rogentes asociados á ayuda de los liberales, no acertó á pagar el precio que su ad­
la líeina madre, :í correr todos los azares de una revolución hesión merecía, el de haberlos puesto cu posesión de racio­
pile divorciaba á los liberales de la alianza que habían con­ nales condiciones de libertad, toda vez que el Estatuto era
traído ron la viuda del ñllimo Key. insuficiente y mezquina medida, tratándose de un régimen
( labia además otra circunstancia que heria muy á lo vivo reparador de los diez años de férreo yugo por que habían te­
á los ministros; la de que la Gobernadora les hubiese hecho nido que pasar los liberales.
jurar sus curaos sin manifcstarliAS.su aprobación ni desapro­ La pena de aquella falta de la Gobernadora y de sus conse­
bación del programa que les liabia pedido y que en obedeci­ jeros la impuso la revolución de la Granja y el restablecimien­
miento á sus órdenes le liabia sido presentado; silencio al que to de la Constitución de 1812, Constitución verdaderamente
dieron el sentido de una aprobación del pro]mesto y formu­ republicana y con la que ningún régimen monárquico hubiera
lado; opinion de la que venia á sacarles con gran sorpresa la podido tener una existencia que no fuese extremadamente
gravísima comunicación hecha por la líeina á Espartero y efímera.
pile este trasmitió ásus compañeros y amigos. Pero aquella saludable lección no fué aprovechada. Los pro­
Citados, como lo Imbiuti sido por la Gobernadora al despe­ gresistas vencedores tuvieron el patriotismo y la cordura de
dirlos, no podia dicha señora desentenderse enteramente de votar mía Constitución, si bien liberal y monárquica; los mo­
los motivos de su determinación, y acerca de ellos hubo esce­ derados á su vez no dejaron de tener virtud bastante para
nas diferentemente relatadas, según las opiniones ó el interés aceptarla como transacción valedera y legalidad común.
11in : ha. movido á los autores que las conmemoran. Los pane­ Con arreglo á aquella Constitución y las leyes orgánicas de
giristas del movimiento de seliombro aseguran (pie reunidos ella emanadas, se hicieron unas elecciones, mandando los pro­
los minist ros en Consejo, con asistencia de S. AL, esta sacó gresistas, en virtud de su ley electoral y bajo los auspicios de
del ca jón de su mesa un papel en que de antemano tenia es­ sus autoridades populares; elecciones las tic 1837, que gana­
crita su renuncia, la que mandó leer al señor Cortina; escrito ron los moderados, porque cansado el país de la guerra, de­
concebido en términos equivalentes al de una acusación con­ seaba ardientemente la cooperación extranjera, que creyó mas
tra los autores do los sucesos que habían traído á la Corona fácil de obtener de una situación moderada, que de una pro­
y al país á la, comprometida situación de versela líeina viuda gresista; pero los moderados no lograron la suspirada coope­
obligada á abandonar la regencia y la custodia do sus hijas. ración de la Francia, y los esfuerzos comunes de los dos par­
Aquel escrito ñus retirado, según aseguran los mismos que tidos liberales, el moderado y el progresista, grandemente
nos revelan su existencia, con asentimiento de la líeina. Co­ ayudados por el fanatismo ó incapacidad de don Carlos, aca­
metió esta á don Manuel Cortina el eucargb de redactar una baron por darnos la paz, merced al convenio de Vergara.
declaración que reemplazase la destinada a fundar la nega­ Aquel gran sucoso creaba evidentemente una situación com­
tiva de la Gobernadora á aceptar el programa presentádole pletamente nueva y distinta de la que existia cuando el ga­
por los ministros, declaración que había quedado retirada en binete Pcrez de Castro-Arrazola, llevado de un interés pura­
el mero hecho, se nos dice, de haber vuelto ia líeina á guar­ mente ministerial, había disuelto las Cortes de 1837 para traer
dar el papel que momentos antes había sacado del cajón de un Congreso en el que la mayoría era progresista.
la mesa ante la cual tomó asiento. Filé aquel Congreso disuelto apenas elegido, obedeciendo
¡Mas aunque el ministro redactor del nuevo escrito había, del mismo modo el gabinete á un interés ministerial. La con­
con la habilidad tan propia de la sutileza de su reconocido tienda en los comicios fué muy reñida, j>ero no liabia buena
tálenlo, concebido el proyecto de manifestación destinado á fe en pretender que el triunfo obtenido por los moderados fue­
ser Hmiad o por la líeina, en términos que atenuaban, en cuan­ se efecto de coacciones ni de violencias. Las listas electorales
to era posible, la triste situación que la obligaba á suscribirla, Lis hacian las diputaciones provinciales, progresistas en su ma­
todavía negóse á ello la Gobernadora, y entonces buho una es­ yoría. La milicia nacional, fiel imagen del partido, daba el tono
cena que los monárquicos calificaron de desacato y que los que en los pueblos. No existia la centralización administrativa, y
dieron lugar á ella podván alegamo fue otra cosa sino la necesi­ la acción de los empleados sobre los electores era casi nula.
dad de eludir la situación en quo los colocaba la líeina; ello Hubo nías: el manifiesto de Linage, de que hemos hablado
fue que en medio de la coni roversia suscitada á consecuencia largamente, lanzado en medio de la contienda, colocaba en la-
de rechazar los ministros quo María Cristina expresase libre­ balanza la espada de Breno en favor de los progresistas, y te­
mente y ñ su manera las causas que la obligaban á renunciar niendo en cuenta tales antecedentes, es hacer ludibrio de la
y á salir del reino, y la negativa de la elevada señora á aceptar verdad pretender que los conservadores habían logrado por
el programa ile los ministros, don Manuel Cortina hubo ele per­ amaños las elecciones de 1831). Ilegalidades hubo seguramente
mit irse insinuar á doña María Cristina que la manera mas sen­ en ellas, pero fueron comunes á los dos partidos, los que en­
cilla de obviar la dificultad podria ser la do que la líeina de­ contraron manera de haber hecho de la ley electoral de 1837,
clarase quii estaba casada, bechi.) quo legalmente resolvía la obra de ios progresistas, un instrumento muy acomodaticio
eilest ion i le regencia, puesto que perdia el derecho de ejercerla á las miras del caciquismo.
con arreglo á las leyes del reino. 1>esniinl ¡ó el aserto con no du­ Consistia el artificio en ganar las mesas de los distritos á
doso embarazo la que iba á dejar de ser su Gobernadora, y todo trance por procedimientos conocidos, y conseguido esto,
desde aquel momento hubo de una- y otra parte bastante con­ y cubriendo las apariencias con prolijos escrúpulos de legali­
descendencia para que, sin ulterior discusión ni disgusto, fir­ dad en los colegios parciales, erti lo esencial llevar á la capital
mase la líeina madre el acia de abdicación en los modificados del distrito las actas en blanco, firmadas por la mesa; y allí
términos en que le l’ué presentada por Cortina; documento que do acuerdo con sus correligionarios, fabricar un escrutinio
cil la esencia venia ;i poner el sello á la contienda que, comen­ fraudulento. Esto lo hicieron los dos partidos; y si los modera­
zada en la Granja el l:i de agosto do 1830, se resolvía en Va­ dos salieron gananciosos, seria por exceso de maña, pues no
lencia el 11 de octubre de 1810. estaban en condiciones de ejercer violencia, ni tenían medios
Alas, ¿cuáles fueron las verdaderas causasi ¿Qué moralidad de efectuarla.
encierran aquellos graves sucesos? Paréeenos que despojado El criterio con que hemos juzgado aquellas elecciones es
de todo espíritu de partido, como de esencia, el pronuncia­ tanto mas imparcial, cuanto que explícitamente liemos con­
miento de setiembre reconoce causas tan palpables que para signado que la conducta de la mayoría moderada, produc­
desconocerlas, seria menester cerrar los ojos ¡i la evidencia. to do las mismas, fué indiscreta, y hasta cierto punto pro­
El partido liberal, malamente vencido, aunque en gran par­ vocadora su legislación en lo concerniente á culto y clero,
to por su culpa, en 18-¿3, se hallaba todavía muy lejos, a la pero su ley de ayuntamientos no envolvía, ni por asomo, una
muerte del último Key, de tener expedito oí camino que lo infracción de la Constitución. El alcalde escogido por el go­
condu jera á la completa represalia que no hubiera tan pronto bierno entre los elegidos por el pueblo, no podia ser tenido,
l'i D A I ) m o d i : R .N A :ur>
en principio al menos y en la generalidad de los casos, como Aquel matiz conservador que tan señalado significado tuvo
un agente del poder ejecutivo. Fué sin duda exagerada pre­ en la época de que tratamos, liberalizó al viejo partido mo­
tension del partido moderado la de imponer á España la le­ derado, al que dexhtuU izó de este nombre, imponiéndole el de
gislación municipal francesa, pero el yerro era reparable sin monárquico cuu*titiu¡ion<d, pero recibió una herida do muer­
necesidad de haber apelado á una revolución. Acostumbrados te que inutilizó su patriótica misión, á consecuencia de la
estaban los dos partidos en aquella época á ganar alternati­ sinrazón y los excesos del pronunciamiento de set iembre, que
vamente elecciones; y habría bastado á los progresistas espe­ privaron á aquella fracción de los conservadores de la autori­
rar su turno para haber hecho desaparecer el artículo de la dad de que gozaba en el seno del partido, como expositora y
ley que los ofuscaba; pero la verdad es que, despues de haber sostenedora de doctrinas liberales, de cuyas resultas volvie­
fracasado en su propósito de catequizar á Narvaez, y cuando ron á adquirir de nuevo los moderados puros la dirección del
mas recelosos se hallaban de Espartero y de sus intimidades partido.
con Palacio, se encontraron con el hallazgo de que el general, Volviendo á ocuparnos de la situación en que dejamos á la
amado de sus soldados y temido de los carlistas, estaba mas Reina que abdicaba y á los que no llegaron á ser sus ministros,
cercano de ser amigo que adversario del partido progresista, cumple decir que todo quedó orillado entre estos y la ex-Go­
y desde aquel momento, no tuvieron otra política que cap­ bernadora, mediante la reciproca concesión de haber sustitui­
tarse la voluntad del caudillo, marearlo con sus inciensos y do al manifiesto primitivamente presentado por la Reina, el
persuadirle de que ellos eran el verdadero eco de la opinion redactado con su autorización por Cortina; mediante también
del país. á haber consentido María Cristina en firmar el decreto de di­
Engreído Espartero con su popularidad, en parte muy legí­ solución de las Cortes, acto cuya necesidad fué reconocida á
timamente adquirida; una vez empeñado su patrocinio en fin de facilitar el ejercicio de la regencia provisional, que debía
favor do los progresistas, sentimiento avivado por su profun­ formar el Consejo de ministros hasta la reunion de unas Cortes
da prevención contra los moderados, detrás de los que siem­ hijas de. la situación. El primero de estos documentos se halla
pre croia ver la sombra de sus dos temibles rivales (Córdova reproducido á continuación.
y Narvaez), fué como por ima corriente resbaladiza empeñán­ Resueltas las cuestiones políticas en la forma que queda ex­
dose cada dia mas en su predilección háciael partido que lia- puesta, conferenció la Reina con Espartero sobre la tutela de
bia hecho de él su ídolo; doble situación que por sí sola expli­ doña Isabel y de su hermana, pava cuyo cargo indicó la cx-
ca el móvil y la moralidad del alzamiento que precipitó del Gobemadora los nombres de los generales Zarco del Valle,
trono á doña María Cristina; responsable ella en gran parte Cortinez y Roncali, cuyas candidaturas quedaron descartadas
do que los sucesos hubieran tomado el curso que vino á dar por haber sido aceptada por la Reina madre la de don Manuel
en tierra con la doble ventura que debió esperar España de José Quintana, propuesta por los ministros.
la transacción verificada por la Constitución de 1P37 y gran­ Por la noche del dia 12 de octubre y ante la concurrencia
demente mejorada por el convenio de Vergara y la pacifica­ citada por el ministro de Gracia y Justicia don Alvaro Gomez
ción del reino, hechos de los que un gobierno hábil hubiera Becerra, dióse lectura por la Reina regente de la renuncia de
podido sacar el partido de reconstituir la u n idad de la fa m i­ su cargo de Gobernadora del reino, documento concebido en
lia espa ñola al calor de las indígenas y peculiares costumbres los términos siguientes :
de la noble España, vivificadas por el espíritu moderno. «A las Cortes.— El actual estado de la nación y el delicado
El triste espectáculo que durante dos meses representaron, en que mi salud se encuentra, me han hecho decidir á renun­
Espartero empujando al advenimiento al poder de los progre­ ciar la regencia del reino, que durante la menor edad de mi
sistas y María Cristina resistiendo con dilaciones y términos excelsa hija doña Isabel II me fué conferida por las Cortes
medios la defensa ó el abandono de la híbrida política del mi­ constituyentes de la nación, reunidas en 183(5, á pesar de que
nisterio Ferez de Castro, ofrecieron de una y otra parte un mis consejeros,con la honradez ypatriol ismo que les distingue,
peregrino ejemplo de contradicción. me han rogado encarecidamente continuara en olla, cuando
Desde que María Cristina se comprometió eou Espartero en menos hasta la reunion de las próximas Cortes, por creerlo así
Esparraguera á ponerlo al frente de su gobierno, hasta que conveniente al país y á la causa pública; pero no podiendo
desde Valencia le enviaba la orden de marchar á reprimir el acceder á algunas de las exigencias de los pueblos, que mis
alzamiento de Madrid, obró como movida por la confianza de consejeros mismos creen deber ser consultadas para calmar
un poder que realmente había dejado de tener, y las dificul­ los ánimos y terminar la actual situación, me es absolutamen­
tades que de parte de la Corona halláronlos dos ó tres ensayos te imposible continuar desempeñándola; y creo obrar como
de gabinete intentados en Barcelona y la. resistencia contra la exige el interés de la nación renunciando á ella. Espero que
que se estrelló el último formado en Valencia, que no podia las Cortes nombrarán personas para tan alto y elevado encar­
menos de haber sido mirado con prevención por las juntas go, que contribuyan á hacer esta nación tan feliz como mere­
formadas á impulso de la de Madrid, debían gastar y debili­ ce por sus virtudes. A la misma dejo encomendadas mis au­
tar la autoridad de la Corona cuando por no haberse ella gustas hijas, y los ministros que deben, conforme al espíritu
valido oportunamente de los medios de fuerza de que pudo de la Constitución, gobernar al reino hasta que so reúnan, me
disponer, los había perdido del todo. tienen dadas sobradas pruebas de lealtad para no confiarles
Por su parte los pronunciados hacían alarde de ser intér­ con el mayor gusto depósito tan sagrado. Para que produzca,
pretes de un derecho que carecía de fundamento; ni la le­ pues, los efectos correspondientes, firmo este documento au­
galidad estaba de su parte, ni existían las infracciones de tógrafo de la renuncia que en presencia de las autoridades y
Constitución que se alegaban por pretexto, pues la ley de corporaciones de esta ciudad entrego al presidente de mi Con­
ayuntamientos, si bien fué una exageración y una torpeza de sejo para que lo presente á su tiempo á las Cortes.— (Firma­
los moderados, en ninguna manera menoscababa las liberta­ do.)— Masía C-iustiíía.— Valencia 12 de octubre de 18-10.»
des públicas ni los medios de revindicarlas. De este solemne acto certificó como notario de los reinos el
Los pronunciados no podían invocar otro derecho valedero ministro de Gracia y Justicia, firmando como testigos del mis­
sino el problemático de insurrección, justificable solo en con­ mo los sujetos cuyos nombres figuran al pié (1).
cepto de los mas autorizados publicistas, en circunstancias La partida de la Reina de Valencia se dispuso para el dia
muy distintas de las en que se encontraba la nación cuando
la doble ambición de Espartero y de los jefes progresistas, (1) El duque de la Victoria.— Bou Joaquin María Ferrer.— Don Pe­
vino á interrumpir en su período mas interesante el traba­ dro Chacón.—Don Manuel Cortina.—Don Joaquin de Frías.—I. el duque
jo ele educación política á que con evidente fruto se entrega­ de Alagon.—-Don Antonio Scortilo.—El conde de Santa Colonia.—El mar­
qués de Malpiea.—Cayetano Dorso di Carminati.—Casimiro Aaldés.—
ba España; no siendo de olvidar que en el seno del partido José Paulin.— Juan de Quiroga.— El marqués de l a s Amurillas.—Cayeta­
conservador se había producido un movimiento cuyas condi­ no de Urbina.—Javier de Azpiroz.—José Catirera.—¡’¡cardo Cliely.—J o ­
ciones prometían ser tan ventajosas para la conservación de s é de Julián.—Juan de Pecar.—-José Navarro.-- Hipólito Vicente.— Mi­
las libertades públicas, como para la defensa de los legítimos guel de Llaudcr.—Juan Bautista («cijoyón.—\ ícente l'ustc-r.— Andrés
fueros de la autoridad. Ruiz Morqneclio.—Manuel Baamondc-Miguel Colmano.— Julian Por-
;liG HISTORIA DE K S l’ A N A

siguiente; poro no habiendo sino un buque francés pronto á la ex-Gobernadora acompañada hasta el Grao por los ministros
levar ancla, no se creyó decoroso que la que había sido regen­ y las autoridades locales, y siendo hasta el momento de su
to do España abordase á un puerto extranjero en un bajel mer­ traslación á bordo objeto de todos los honores correspondien-
cante y hubo de esperarse hasta el dia l'ï, en el que pudo ve­ ! tes á su excelsa calidad y al alto puesto que había desempe-
ri Hears« el embarque en una nave del Estado, habiendo sido ' fiado.
INDICE
DE LOS LIBROS Y CAPÍTULOS DEL TOMO SEXTO

INTRODUCCION PAGS.
PÁ« S.
Norte —Acciones do Puente la Reina y de las Peñas de San
Período histórico que abrió para España el advenimiento de la Fausto.—Operaciones hasta la term inación del mando de Rodil. 19
casa do Portion.— Decadencia de las instituciones vigentes al
entrarli reinar la casa do Austria.—Reformas efectuadas eidos CAPITULO VI
reinados de Felipe V, Fernando VI y Cárlos III.—Influjo en EL CÓLERA-MORBO ASIÁTICO
España de la filosofía del siglo .w in.— Influencia ejercida por
la revolución de liti!).—Li faltado inspiración indígena da er­ Matanza de los frailes.—Sucesos de Madrid.—Conspiración libe­
rónea dirección al movimiento reformador.— Formación de los ral.— Los Estamentos.—Situación que para el porvenir do la
partidos"políticos.— Progreso de la decadencia nacional de 1814 Hacienda de España crea la gestion del conde de Toreno. . . 27
á 1829.—¡segunda época del régimen constitucional.—Esterili­
dad de las reacciones autoritarias do 1814 y 1820.—Progreso de CAPITULO V II
las ideas reformadoras.—Del influjo en España de los cambios PRIMERA LEGISLATURA DE LAS CÁMARAS DEL ESTATUTO
de sistema y de régimen en las naciones extranjeras.—Relación
entre el espíritu liberal de 1820 y el de las épocas posteriores.— El ministerio Martinez de la Rosa y la oposición liberal.— Opera­
Analogía de intereses que el fallecimiento de Fernando VII ciones militares en el Norte en la segullada m itad del’año 183R.
croó entre su descendencia y la causa de las reformas.—Encon­ — Desastrosa jornada de Alegría..................................................... 34
trado influjo de la diplomacia con relación á la lucha entre los
partidarios de doña Isabel y de don Cárlos.—El doctrinarismo LIBRO SEGUNDO
y los partidos reformadores.— Erróneos derroteros seguidos al
inaugurarse la tercera época del régimen constitucional. . . I L a r e v o lu c ió n y l a g u e r r a g a s t a n e l p r e s t i g i o d e l a
g o b e rn a d o ra
LIBRO PRIMERO
CAPITULO PRIM ERO
Eegencia de doña María Cristina. —Estalla la'guerra civil
DECADENCIA DEL RÉGIMEN DEL ESTATUTO
CAPITULO PRIMERO
Dobles intrigas ministeriales y oposicionistas.—El 18 de enero do
liSTADO DIS LA NACION AL FALLECIMIENTO DE FERNANDO V il 1835.—Asalto y tom a del principal.—Muerte dada al eapitau
general de Madrid.—Capitulación y triunfo de los sublevados.
La gobernadora ratifica los poderes del ministerio Zea.—La opo­ —Consecuencias de la jornada de 18 de enero............................... 40
sición liberal.—El testamento del rey.—Oposición realista con­
tra el gabinete.—El ministerio del 4 de octubre.—Insurrección CAPITULO II
de Talavera y do Vizcaya.—Desarrollo de la insurrección.—Mo­
vimientos on Alava.—-Situación del gobierno y sus actos.—Am­ CAMPAÑA'.DE MINA EN EL NORTE
pliación do la amnistía y desarme do los realisms.—Crece la Juicio sobre el generalato de Mina.—Operaciones en el Norte an­
oposición á Zea Bermudez,— Insurrección de Navarra, fusila­ teriores al segundo mando del general Valdós.......................... 51
miento del general don Santos Ladrón.—Don Tomás Zumala-
c,i r r o g a i ....................................................................................... 1 CA PITU LO I I I
CAPITULO II ESTADO DE LA GUERRA EN EL MAESTRAZGO
MINISTERIO DE ZEA 13EEMUDEZ Viaje de Cabrera á N avarra para conferenciar con don Cárlos.—
—Reasume Cabrera el mando de las facciones de Aragon.—P ri­
Merino cu Castilla.—El Pretendiente en Portugal.—Campaña de sión y fusilamiento de Carnicer.— Estado de la guerra en las
Sarsfiekl.—Caída do Zea Bermudez.—Continuación de las ope­ provincias en los primeros meses de 1835.—Cataluña.—Castilla
raciones militaros en el Norte.—Don Jerónimo Valdés general la Nueva y Extrem adura.—La Mancha.—Galicia.— Merino en
en jefe.—Su primera campaña...................................................... 7 Castilla la Vieja................................................................................... 55
CAPITULO III CA PITU LO IV
ORGANIZACION DEL EJÉRCITO CARLISTA LAS AMEZCUAS
Primeros triunfos de Zumalacárregui.—Capitulación de Orbaice- Segundo mando del general don Jerónimo Valdés.—Consecuen­
ta.—Acción do Huesa.—Espartero en Vizcaya, Estado y vicisi­ cias militares de su campaña.—Consecuencias políticas de la
tudes de las facciones........................................................................ 11 misma. — Evacuación del Baztan. — D errota de D escarga.—
Abandono de los puntos fortificados. . ..................................... til
CAPITULO IV
CA PITU LO V
GENERALATO DE DON GENARO QUESADA
EL CONVENIO DE LORD ELLIOT
Sus planos de campaña.—Sus negociaciones cou Zumalacárregui.
—Ruptura de estas.—Las represalias.—Operaciones militares. Las intervenciones extranjeras.—El ministerio Martinez de la
—Acciones do Muez y de Calima.—Juicio sobre el mando de Rosa y los Estamentos.—Negativa de los gabinetes aliados á la
Quesada............................................................................................... lg intervención.—Dimisión del ministerio Martínez de la Rosa.—
Ministerio Toreno................................................................................ fifi
CAPITULO V
CAPITULO V I
EL ESTATUTO REAL
PRIMER SITIO DE BILBAO
Relaciones exteriores.—El tratado de la cuádruple alianza.—Gene­
ralato de Rodil.— Llegada de don Cárlos á las provincias do! Vacilaciones del general Valdés.— Acuden en auxilio de la plaza
ÍN DICE '701
PAGS. C A P IT U L O II I
E s p a r te r o , L a H e r a y L a tr e .— H e r id a y fa lle c im ie n to d e Z u m a - LA LEGISLATURA DE 1835
la c á r r e g u i.— E s ta d o e n q u e d e s u s r e s u lta s q u e d ó e l c a m p o c a r­ PAOS.
lis ta ................................................................................ 74
E l v o to d e c o n fia n z a .— C r is is p o lític a .— P r o y e c to d e le y e le c to r a l.
LIBRO TERCERO — D is o lu c ió n d e l E s ta m e n to d e P r o c u r a d o r e s ........................ 124
L u c h a e n tre el p rin c ip io a u to rita r io y el p rin cip io p o p u la r
C A P IT U L O IV
C A P IT U L O P R IM E R O LA GUERRA EN EL NORTE—ARLARAN
LOS PRONUNCIAMIENTOS
P la n e s c a r lis ta s .— S is te m a d e C ó rd o v a .— C o r ta y f r u c tíf e r a c a m ­
S u b le v a c ió n d e la s p ro v in c ia s c o n tr a e l g a b in e te T o re n o .— A s o n a ­ p a ñ a d e E g u ía .— A c c io n e s d e O rd itila y U n z a .— P é r d id a d e L c -
d a c u B a r c e lo n a y m u e r te v io le n ta d a d a a l g e n e r a l B a s s a .— q u e itio .— P e n u r ia d e l e jé r c ito .— E x p o s ic ió n a p o lo g é tic a d e l g e ­
R e s t a b l e c i m i e n t o d e l o r d e n .— C u n d e l a i n s u r r e c c i ó n e n t o d o e l n e r a l C ó rd o v a .— S u d im is ió n — Q u e d a C ó rd o v a a l f r e n te d e l
re in o ....................... ....................................................... 7S e jé rc ito .— S u c e s o s m ilita r e s d e l N o r te , d e e n e ro á m a y o .— V ic ­
to rio s o a ta q u e d e la s lín e a s d e S a n S e b a s tia n — S e g u n d a c a m ­
C A P IT U L O II p a ñ a d e C ó rd o v a .— J u ic io c r ític o s o b re la s o p e r a c io n e s d e l ra e s
MENDIGORRÍA d e m a y o e n la c o rd ille ra d e A r la b a n ..................................... 123
G e n e r a la to in te r in o d e l g e n e r a l C ó rd o v a .— S u b r illa n te c a m p a ñ a . C A P IT U L O V
— E l b r ig a d ie r d o n N a r c is o L o p e z .— P a r a le lis m o e n t r e eL e jé r ­ CAIDA DE MENDIZARAL
c ito , e l m in is te rio T o re n o y la o p in io n p ú b lic a ...................... 83
F ra c c io n a m ie n to d e la m a y o ría p ro g re s is ta d e l E s ta m e n to d e P r o ­
C A P IT U L O I I I c u r a d o r e s tr a íd o p o r M e n d iz a b a l.— P ie r d e e s te la c o n fia n z a d e
la R e in a G o b e r n a d o r a .— L a le g is la tu r a d e 1 8 3 6 .— L a n c e d e h o ­
I n s u rre c c ió n d e l 1 5 d e a g o s to e n M a d rid ................................ 91 n o r . — C r i s i s m i n i s t e r i a l . — Memorandum.— A d v e n i m i e n t o d e l
m in is te rio I s tu r iz .............................................................. 140
C A P IT U L O IV
EFÍMERA Y NEGATIVA VICTORIA DEL GABINETE TORENO CAPITULO VI
Extrémase el movimiento insurreccional en las provincias.—P ro­ Sistema económico de Mendizabal.................................................... 147
nunciamiento de Málaga, Granada, Cádiz, Hnelva, Jaén, Valen­
cia, Murcia y Castilla......................................................................... 95 LIBRO QUINTO
L a a g o n ía d e l ré g im e n d e l E s t a t u t o r e a l
CAPITULO V
DE TORENO Á MENDIZABAL
CAPITULO PRIMERO
MINISTERIO ISTUllIZ
Desesperada lucha entre el gabinete y las jun tas.—Algido perío­
do de anarquía.—Fallidas esperanzas de intervención.—Don Su formación.—Su ruptura con el Estamento de Procuradores.—
Ju an Alvarez y Mendizabal............................................................... 97 —Breve y tumultuosa legislatura.—La disolución.— La diplo­
macia de la guerra.—Viaje á Madrid del general en jefe del
CAPITULO V I ojórcito del Norte —Operaciones en el territorio vascongado.—
Juicio sobre el mando de Eguía.—Mando de Villareal.— Ulti­
EL MINISTERIO MENDIZABAL
mas operaciones de Córdova.—Prepara la revolución un nuevo
Operaciones de guerra posteriores al advenimiento de Mendiza­ triunfo.—Desatendido medio de haberlo evitado.—El ejército
bal.—E ntrada en campaña de la legion auxiliar inglesa.—Ope­ del Norte y su general en jefe ante la revolución........................ 150
raciones sobre Bilbao.—Acción de Guevara—Ocupación y aban­
dono de Estella —Ideas do Córdova sobre las líneas de bloqueo. CAPITULO II
—Sitio de San Sebastian.—El general en jefe y el ministerio. RESTABLECIMIENTO DE LA CONSTITUCION DE 1812
—Espartero y los chapelgorris.......................................................... 99
Situación del gabinete Isturiz despues de la disolución.— Alza­
CAPITULO V II miento de las provincias.—Málaga.—Granada.—Cádiz.— Sevi­
lla.—Zaragoza.—La insurrección sofocada en Madrid triunfa en
Expedición á Cataluña do uua division del ejército carlista del la Granja con el pronunciamiento de la guarnición de aquel real
Norte. ..........................................................................................................107 sitio en el que residia la corte.—El ministro de la Guerra y los
sublevados.—La revolución en Madrid.—Asesinato del general
LIBRO CUARTO Quesada............................................................................................ 164
Prolongación y exacerbación de las contiendas civiles. — LIBRO SEXTO
Historia de la guerra en los dos años de 1835 y 1836
E n p le n a re v o lu c ió n
CAPITULO PRIMERO
MINA EN CATALUÑA
CAPITULO PRIMERO
EL APOGEO DE LA GUERRA CIVIL
Operaciones do Cabrera en el Bajo Aragon y en Valencia.—No­
gueras en campaña.—Cabrera en Segorbe.—Rubielos.—Estado Campaña de Mina en Cataluña.—Acción de Pelotillo.— Invade
y condiciones de la guerra en el Maestrazgo.—Gallarda d e­ Torres la Cerdaña.—Continuación de la campaña de Mina.—
fensa de Lucena.—Cerco de Alcañiz.—Régimen adm inistrativo Carácter que toma la guerra.—Maroto en Cataluña.— Mando
de Cabrera en los pueblos que domina.—Acción de Molina.— del Royo —Fallecimiento de Mina.—Operaciones del general
Las facciones castellana y gallega.—El tradicionalismo y la li­ Iriarte.—Situación de los pueblos.—Cabrera y Palarea.— Mas
bertad..................................................................................................... 110 sobre la muerto de Ja madre de Cabrera (documentos). — Ope­
raciones eu Aragon y Valencia.—Deberes de la historia.—Der­
CAPITULO TT rota de Bañon.—El de Tarifa.—San Miguel.—Cauta vieja. . . 177
decadencia de la popularidad del ministerio mendizabal .
CAPITULO II
VICISITUDES DE SU ADMINISTRACION
LAS CONSTITUYENTES DE 1836
Finanzas de don Cárlos.—La generalísima de sus ejércitos.—Va
perdiendo terreno en la opinion el autor del voto de confianza. La democracia castrense.—Las facciones de la Mauclia, Asturias
—Asonada y matanzas en Barcelona.—Asesinatos jurídicos en y Galicia.—Expedición de Gomez.—Invade Asturias y Galicia.
Aragón.—Movimiento de Valencia.—Complícase la situación —Invasion de Castilla.—Catástrofe de Jadraque.— Reunion de
del ministerio.—Fusilamiento de la madro de Cabrera.—Repre­ Cabrera y de Gomez.—Ataque y defensa do Requena.— Acción
sentación del coronel Fontíveros.— Mina dando memorable de Villarobledo.—Rodil en campaña.—Invade Gómez á Anda­
ejemplo de respeto á la opinion pública.......................................... 117 lucía.—Su entrada en Córdoba.—Ataque y toma do Almadén.
Tomo VI 101
“92 H I S T O R I A D E E S PA fi A

PAGS PAGS.

— P á n ic o ó in d ig n a c ió n .- — S e p a r a c ió n d e C a b r e r a y d e G ó m e z . c a r lis ta .— T o r n a d e P e ñ a c e r r a d a .— M a n d o d e M a ro to .— O p e ra ­
— V u e lv o ( ¡o n ie z á A n d a lu c ía . — I n v a s io n tic E x t r e m a d u r a . c io n e s e n N a v a r r a ........................................................ • 260
E x o n e ra c ió n d e K m ]il .- G o m e z y N a rv a e z M a rc h a y m o v im ie n ­
to s d e N a rv a e z .— A c c ió n d e M a ja c c itc .— I n s u r r e c c ió n m ilita r C A P IT U L O II I
d e C a l tra ........................................................................ 188
L a g u e r r a e n C a ta lu ñ a .— E l c o n d e d e E s p a ñ a .— L a g u e r r a e n
C A P IT U L O III A ra g o n .— Z a ra g o z a (e l 5 d e m a r z o ) ...................................... 270
co mí :/, ca intuii a y na k v ae z
C A P IT U L O IV
E l g a b in e te C a la tr a v a e n a c c ió n .— V u e lta d e M e n d iz a b a la l p o d e r.
— C o rte s C o n s titu y e n te s ,— L a M ilic ia n a c io n a l — E l m in is te r io C o r r e r ía s d o lo s c a r lis ta s a n te r io r e s a l s itio d e M o r e lla .— S itio d e
y la o p o s ic ió n .— I n s u r r e c c ió n m ilita r e n M a d r id . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 0 3 M o re lla .— C o n s e c u e n c ia s p o lític a s y m ilita r e s d e l le v a n ta m ie n ­
to d e l s itio d e M o re lla ,— A c c ió n d e M a e lia .— P a r o x is m o d e c r u e l­
C A P IT U L O IV d a d e n e l c a rá c te r d e la g u e rra ............................................ 2 7 3
m i.iíA o C A P IT U L O V
S itu a c ió n d e l e je rc ito d e l N o r te b a jo e l m a n d o d e E s p a r te r o .— PREPONDERANCIA EN LA POLÍTICA DEL ELEMENTO MILITAR
P la n e s d e l e je r c ito c a r lis ta .— S e g u n d o s itio d e B ilb a o .— A f ír m a ­
s e e l a s e d io d o la p la z a .— C r e c e c o n e l p e lig r o e l d e n u e d o d e lo s L a p a c ific a c ió n d e la M a n c h a .— E s p a r te r o y N a r v a e z .— P a s o p o r
b ilb a ín o s .— S u b lim o u s in e ra » d o la d e fe n s a .— M o v im ie n to s d e M a d rid d e l e jé r c ito d e la M a n c h a .— D im is ió n d e N a r v a e z .—
E s p a r te r o e n a u x ilio d e la p la z a .— A c c ió n d e C a s tr e ja n a .— R e ­ P r o n u n c ia m ie n to d e S e v illa .— A g ita c io n e s y d is tu r b io s e n M a ­
tro c e s o .— L u o lta n a .— L a v ic to r ia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206 d r id .— R e á m e n s e la s C o rte s .— E l m in is te r io P e re z d e C a s tro .—
L a g u e r r a e n C a s tilla , E x tr e m a d u r a , A s tu r ia s y G a lic ia .. . . 277
C A P IT U L O V
LIBRO NOVENO
E l g o b ie rn o , la c o r te y la d ip lo m a c ia d e d o n C íírlo s .................. 212 Iniciase la descomposición del carlismo
LIBRO SÉTIMO C A P IT U L O P R IM E R O
D o n C a r lo s e n c a m p a ñ a LA CAMPAÑA DE 1 8 3 9
C A P IT U L O P R IM E R O S itu a c ió n d e lo s b e lig e r a n te s .— P la n e s d e p a c if ic a c ió n , te n ta t iv a
I-',VANS EN GUIPÚZCOA d o M u ñ a g o rri, m is ió n d e A v ir a n e ta .— F ra c a s o d e la te n ta tiv a
d ip lo m á tic a in ic ia d a p o r e l g a b in e te O ttilia .— L a g u e r r a e n C a t a ­
L a c o lti d e la e x p e d ic ió n d e G ó m e z .— A ta q u e p o r E v a n s d e la s l í ­ lu ñ a .— C a íd a y a s e s in a to d e l c o n d e d e E s p a ñ a .— C a b r e r a y V a n
n e a s ile S a n S e b a s ti a n .— C a m p a ñ a f r u s tr a d a ,— T o m a d e la s l í ­ Ilu le n .— R e g u la riz a c io n d e la g u e r r a e n la s p ro v in c ia s d e l C e n ­
n e a s d e 1 [e m a n i p o r E s p a r te r o .— O p e ra c io n e s c u C a ta lu ñ a b a s ta tr o .— A c r e c e n ta m ie n to d e l p o d e río d e C a b re ra .— T e n ta tiv a p a r a
la lle g a d a d e d o n C a r lo s .— V u e lt a d e C a b r e r a á c a m p a ñ a ,— M a n ­ a s e s i n a r l o . — O 'D o n n e l l e n e l C e n t r o . — B a t a l l a d e T u e r a s . — L e ­
d o d e O ra d en A ra g ó n ...................................................... 214 v a n ta m ie n to d e l s itio d e L u c e lia ......................................... 291
C A P IT U L O II C A P IT U L O II
DESCOMPOSICION DEL CAMPO CAULISTA
b a s C o r te s C o n s t i t u y e n t e s d e 1 8 3 6 .— L a p o lí tic a d e lo s p r o g r e ­
s is ta s , ....................................... ... ................... 223 J e f a tu r a d e l g e n e ra l M a r o to — D is c o rd ia s y lu c h a s .— A n te c e d e n ­
te s d e lo s f u s ila m ie n to s d e E s te lla .— C o n s e c u e n c ia s .— P la n e s y
CAPITULO III o p e ra c io n e s d e E s p a r te r o .— A c c io n e s e n N a v a r r a .— Z u r b a n o .—
EXPEDICIÓN DE DON CARLOS M u ñ a g o rri.— A p u ro s d e M a r o to .— Q u e m a s e n N a v a r r a .— P r o ­
n u n c ia m ie n to e n e l c a m p o c a r lis ta ....................................... 3 0 0
L a I» ¡ita lla d e H u e s c a .— L a b a t a l l a d o B a r b a s t r o ,— P a s o d e l C in c a
p o r d o n ( . '¡ i r l o s . — . S u s p e r p l e j i d a d e s . — L a b a t a l l a d e G r a y s u s C A P IT U L O I I I
c o n s e c u e n c ia s .................................................................. 2 3 0 EL CONVENIO DE VERGARA
CAPITULO IV A p e r tu r a d e la c a m p a ñ a d e l N o r te .— A v a n c e d e E s p a r te r o .— C ri­
CONTINUA LA EXPEDICION DE DON CARLOS s is in te r io r e n e l c a m p o c a r lis ta .— N e g o c ia c io n e s e n tr e E s p a r te ­
ro y M a ro to .— Q u ie re M a ro to in te r e s a r á d o n C a rlo s e n la s n e ­
P a s o d e l ls l n o .— D o n R a m o n C a b r e r a .— D e s p u e s d e l p a s o d e l E b r o . g o c ia c io n e s d o p a z .— R u p tu r a d e M a r o to e o n d o n C a r lo s .—
— L a b a ta lla d o C h iv a ,— M a rc h a d e E s q ia rte ro a l C e n tr o .— E x ­ P r e lim in a r e s d e l c o n v e n io .— C o n v e n io d e V e r g a r a .— P r o p o s ic io ­
p e d ic ió n d e Z a r iá te g u i.— P r im e r a v e n id a d e E s p a r te r o e n a u x i­ n e s d e l a F r a n c i a y d e I n g l a t e r r a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 309
l i o d e M a d r i d . — M o v i m i e n t o s d e d o n ( .- ¡ i r l o s y d e E s p a r t e r o , —
E s ta d o d o M a d rid á la a p ro x im a c ió n d e d o n C a rlo s .— R e tir a d a LIBRO DÉCIMO
d e d o n C á e lo s — S u r e g r e s o Íí l a s p r o v i n c i a s V a s c o n g a d a s . . . 230 Fin de la regencia de doña María Cristina
C A P IT U L O V C A P IT U L O P R IM E R O
LA EXPIACION LOS CONSERVADORES Y LOS PROGRESISTAS
C a ta lu ñ a d e s p u é s d o la e x p e d ic ió n d o d o n C a r lo s .— L a in d is c ip li­ C o n s e c u e n c ia s d e l c o n v e n io s o b ro la p o lític a in te r io r ,— D is o lu ­
n a m ilita r .— A s e s in a to d o g e n e ra le s .— S a u S e b a s tia n .— M ir a n ­ c ió n y n u e v a s e le c c io n e s .— L a m a y o r ía c o n s e r v a d o r a y la o p o s i­
d a .— P a m p lo n a .— G a y a n g o s .— E je c u c io n e s .— C ó m o fin a liz a e l c ió n p r o g r e s is ta .— E s p a r te r o e n A ra g o n .— L a c a m p a ñ a d e 1 8 4 0 318
añ o 1837......................................................................... 249
CAPITULO II
LIBRO O CTA V O LA CORTE Y EL CUARTEL GENERAL
La nueva Constitución V ia je d e la R e in a á C a ta lu ñ a .— B a lm a s e d a e n C a s tilla .— D o u C á r-
C A P IT U L O P R IM E R O lo s e n B o u rg e s .— L a G o b e r n a d o r a e n Z a ra g o z a y e n E s p a r r a ­
g u e r a . ^ — U l t i m a c a m p a ñ a 011 C a t a l u ñ a . — T e r m i n a c i ó n d e J a
R e a c c ió n c o n s e rv a d o ra . — L a s p rim e ra s C o rte s o rd in a ria s d e la g u e r r a c iv il.— E s p a r te r o e n B a r c e lo n a .— L a le y d e A y u n ta m ie n ­
C o n s titu c ió n d e 1 8 3 7 ....................................................... 260 t o s — C r i s i s f i n a l . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 325
C A P IT U L O II C A P IT U L O I I I
ABDICACION DE LA REINA GOBERNADORA
N u e v a s e x p e d ic io n e s c a r lis ta s .— L a c a m p a ñ a d e 1 8 3 8 .— E v a c u a ­
c ió n d e B a lm a s e d a .— T o m a d e B e la s c ó a in .— E s ta d o d e l c a m p o S u c e s ió n d e c ris is m in is te r ia le s .- - E l e le m e n to m u n ic ip a l. — L ia -
ÍN DICE 793

l'ÁCS.

m n n iie n to d e la R e in a g o b e r n a d o r a a l g e n e r a l e n je f e d e lo s
e jé rc ito s .— E l p a r tid o p r o g r e s is ta y e l g e n e ra l E s p a r te r o .— L a
re n u n c ia d o la G o b e rn a d o ra ............................................... 3 3 6

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