El Cuidado de La Creación

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El Cuidado de la Creación.

El cuidado de la creación es uno de los aspectos más descuidados por los cristianos de hoy
en día. 
  
El respeto por el medio ambiente es otra manifestación de nuestro amor hacia Dios y hacia el
prójimo, se honra a Dios cuidando lo que Él ha creado y se respeta al prójimo al no destruir el
patrimonio ambiental común.

La Biblia nos dice que Dios en el momento de la creación definió 3 relaciones fundamentales, la
primera es la del ser humano con Dios, ya que estamos hechos a su imagen y semejanza (Génesis
1:26), la segunda es entre nosotros, ya que la raza humana fue plural desde el principio (Génesis
1:27), y la tercera, nuestra relación con nuestra buena tierra y sus criaturas, sobre las cuales nos
dio dominio (Génesis 1:28-30).

Cuidar la creación

Estas 3 relaciones quedaron dañadas después e la caída del hombre en rebeldía contra el Señor,
por lo tanto es coherente que el plan de restauración diseñado por Dios abarque, no sólo nuestra
relación con Él, sino también entre nosotros las personas y con la creación.

La fe cristiana es esperanza, creemos en Dios y en sus promesas, entre ellas está la promesa de
que los Hijos de Dios, en la vida eterna, viviremos bajo un cielo nuevo y en una nueva Tierra (p.e. 2
Pedro 3:13; Apocalipsis 21:1), que todo será hecho nuevo y perfecto.
Pero esta esperanza del futuro perfecto que nos espera al final de los tiempos muchas veces es
utilizada por falsos discípulos de Cristo para justificar el
descuido/maltrato/subyugación/ultraje/destrucción de la gloriosa y presente creación de Dios.

Esto me hace pensar ¿Tenemos los cristiano de hoy en día algo distintivo para aportar al
debate ecológico?
En efecto, creemos que Dios creó la tierra y la encomendó al cuidado del hombre (Génesis 1), y
que hoy en día gime y sufre los dolores de parto de la nueva creación (Romanos 8:18-23) y que en
el fin de los tiempos esta compartirá un futuro glorioso junto a los Hijos de Dios (Apocalipsis 21:1).
Estas 2 doctrinas, relativas al principio y al fin de la historia, la creación y la consumación final,
tienen profundas consecuencias en nuestro pensamiento, nos hacen respetuosos de la tierra, de
toda creación material en fin, ya que son el escenario de la historia que Dios ha creado y que
recreará.

Podemos como cristianos aprender a pensar y a actuar con sentido ecológico en todo ámbito de
nuestra vida, arrepentirnos del derroche, la polución y la destrucción desenfrenada, debemos ser
motivados al servicio desinteresado que alguna vez distinguió a la cristianismo, debemos ser
pioneros en el cuidado de la humanidad y el medio ambiente, debemos mostrar de donde
provienen el poder y la perspectiva para dicha contribución, tenemos la responsabilidad
cristiana de dar el ejemplo y reanimar el corazón de la ética del evangelio.

Si Cristo viene pronto igualmente debemos cuidar la


naturaleza
Hace 2000 años que entre los cristianos hay profetas que dicen:"Cristo viene en unos pocos años",
sin embargo, aunque esto fuere cierto, ¿No nos debería encontrar Él predicando de su gloria y
cuidando de su creación?

Además, de la misma manera en que nuestra comprensión del destino futuro de nuestros cuerpos
en la resurrección nos motiva a cuidar nuestros cuerpos hoy, el conocimiento de los futuros cielos y
tierras nuevas debería influir y elevar el respeto con el que ahora tratamos a la creación que nos
rodea.

Aparte, la biblia no explicita prácticas en lo referente al cuidado de nuestro cuerpo,  no dice en


ningún lado "Hagan pues ejercicio físico" o "No comais comidas con muchas grasas" pero con este
fin Dios nos ha dado el sentido común, para que podamos aplicarlo en la vida diaria, y así nos
damos cuenta que no terminaríamos bien si fuéramos sedentarios en extremo, si no comiéramos o
comiéramos mal, o no nos bañáramos, o no respiráramos aire limpio y demás.
Se debe aplicar entonces ese mismo sentido común en lo referente al cuidado  del medio
ambiente, no necesito un versículo bíblico ni un mandamiento que diga: "No contaminarás el
agua" o "No derrocharás energía" ya que puedo darme cuenta por mi mismo con la sabiduría que
Dios me dió que estas son acciones negativas que me afectan para mal a mi, a otras personas y al
medio ambiente en general.

¿Cuál debería ser nuestra actitud para con el medio ambiente?


Hay 2 declaraciones bíblicas fundamentales a tener en cuenta, "Del Señor es la Tierra" (Salmo
24:1-a), y "A la humanidad el Señor le ha dado la Tierra" (Salmo 115:16-b)
A primera impresión parecería que se contradicen, pero no es así, sino que son complementarias.
La Tierra le pertenece a Dios porque Él la creó, y nos pertenece a nosotros porque nos la delegó.
Esto no significa que nos la haya entregado renunciado a sus derechos sobre ella, sino que nos dio
la responsabilidad de preservar y desarrollar la tierra, de cuidarla en su nombre.

Entonces ahora si, ¿Cuál debería ser nuestra actitud para con el medio ambiente?
Como en todo ámbito de nuestra vida, es importante ser equilibrado y no caer en los extremos.
Un extremo podría ser deificar a la naturaleza, este el error en el que caen los panteístas, que
piensan que la creación es Dios, o los animistas, que ven espíritus por todos lados en el mundo
natural, o los de la Nueva Era, que atribuyen a la naturaleza mecanismos de autorregulación y auto
perpetuación. Todas estas aproximaciones son un insulto a Dios. Es evidente que si todos las
personas pensarían que, por ejemplo, un árbol, un escarabajo o una vaca es Dios los tratarían con
más cuidado (Mmmm.. ) pero la verdad es que esto no es cierto, debemos respetar a la naturaleza
porque Dios la hizo y no porque ella misma sea Dios.

Otro extremo sería el de la explotación de la naturaleza, que es lo que está sucediendo ahora y en
lo que los hijos de Dios estamos siendo cómplices. En este caso no estaríamos tratando a la Tierra
como si fuera Dios, sino como si nosotros mismos fuéramos Dios, pero un Dios malvado y cruel.
Por mucho tiempo se ha culpado injustamente a Génesis 1 por la irresponsabilidad ambiental de
las sociedades con culturas cristianas.
Muchas organizaciones ambientalistas nos odian por ello, pero parece ser que están
malinterpretando las cosas, porque, aunque es cierto que hay personas, y hasta iglesias mismas,
que haciéndose llamar cristianas tergiversan la verdad bíblica para justificar la sobreexplotación
ambiental, la verdad es que la biblia misma no apoya tal cosa, sino todo lo contrario.

Si bien Dios comisionó a la raza humana para que "Tenga dominio" sobre la Tierra y la "Sometiera"
(Génesis 1:26-28) sería absurdo pensar que el creador de todo nos hubiera entregado la Tierra
para que las destruyéramos. :S En absoluto, Dios nos ha entregado el medio ambiente para ejercer
una mayordomía responsable y no una dominación destructiva.

Cuidar la Tierra

La posición verdadera y equilibrada describe a la correcta relación entre los seres humanos y la
naturaleza. Nosotros mismos somos parte de la creación de Dios, tan dependientes del Creador
como todas las demás criaturas, comisionados a alabarle igualmente que los cielos, las montañas,
los mares y los demás seres vivos (Salmo 148) y siendo todos en conjunto evidencia de su
existencia (Romanos 1:20).
Dios se humilló a sí mismo al relacionarse con nosotros los hombres y como un acto de amor y
confianza nos comisionó el cuidado de su creación, dejando en nuestras manos la Tierra, "para
que la cultiváramos y la cuidáramos" (Génesis 2:15).
  
A veces no nos damos cuenta de lo privilegiado que somos por el lugar que nos dio Dios en la
jerarquía del orden establecido en la creación. Y si bien ocupamos un lugar único entre Dios y
es resto de la creación, pero como bien lo dice el paradigma científico actual, en muchos
aspectos no somos tan diferentes al resto de las criaturas. Biológicamente somos similares a los
animales, por ejemplo, respiramos como ellos, sufrimos como ellos. comemos como ellos y nos
reproducimos como ellos, sin embargo, gozamos de un nivel levemente superior de existencia,
en el cual somos diferentes a los animales y más similares a Dios, ya que somos especialmente
capaces de pensar, elegir, crear, amar, orar y ejercer un dominio amoroso.

No hay que ignorar que el verdadero dominio es cooperativo, Dios pone su parte y el hombre
pone su parte. El hombre no puede hacer crecer una semilla, pero puede plantarla en buena
tierra y regarla. Dios sustenta los procesos de la naturaleza y nosotros nos valemos de ellos
para que sean lo más fructíferos posible. 
El hombre puede arar, regar, abonar, trillar, mecanizar la cosecha, hacer manejos de suelo,
mejorar el ganado mediante la cría selectiva, lo mismo con las semillas, sin embargo, en todas
estas actividades sólo está cooperando on las leyes de la fertilidad que Dios ha establecido.
Recordando además que el penoso trabajo que el hombre experimenta en la agricultura se da
agravado por causa de la maldición de Dios sobre la Tierra (Génesis 3:17). 

Lo que Dios nos dio es naturaleza, lo que nosotros hacemos con ella es cultura. No sólo
debemos cuidar la naturaleza, sino también desarrollar los recursos que hay en ella para el bien
común de todos.

Cuidar el planeta

El ser humano debe cuidar con uñas y dientes a la maravillosa creación que el Señor le ha puesto
en sus manos, abandonar su estilo de vida consumista y dejar de ocasionar tantos problemas
ecológicos.
Pero hacemos caso omiso a la voz de Dios, nosotros mismos podríamos, por ejemplo, cultivar los
océanos y no habría hambre ni pobreza en el mundo, en lugar de esto arrasamos con la vida en
ellos; podríamos reciclar, pre-reciclar y reutilizar las cosas, minimizando el impacto ambietal de
nuestra existencia pero en lugar de eso nos aferramos más y más a lo descartable y producimos
más y más basura.
Todos nosotros tenemos el noble llamado de cooperar con Dios para el cumplimiento de su
propósito, transformando el orden creado para el disfrute y beneficio de todos. 

Debemos poner todo nuestro esfuerzo en esto, el cuidado de la creación debe ser expresión
de nuestra adoración, ya que en la manera que lo hagamos reflejaremos nuestro amor a
Dios, nuestro Creador. 

Por favor, cuéntanos tu opinión sobre este artículo, déjanos un comentario, envíanos un
mensaje o lo que sea, lo que piensas nos interesa de verdad.

Texto basado en los libros de John Stott "El discípulo radical" capítulo 4 -"El cuidado de la creación" y en el libro "La fe cristiana
frente a los desafíos contemporáneos" capítulo 2 - "El medio ambiente de la humanidad" con inserciones de opiniones personales y
modificaciones literarias, para mejor comprensión léanse los textos originales.

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