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10 Parabolas

Este documento contiene resúmenes de varias parábolas de Jesús. En particular, resume las parábolas del Buen Pastor, el Tesoro Escondido, el Grano de Mostaza, el Buen Samaritano, el Hijo Pródigo, el Sembrador, el Siervo Miserable, la Mujer y el Dracmas, las Vírgenes Necias y Prudentes, y la parábola sobre atesorar riquezas. Cada parábola ofrece una lección sobre el Reino de los Cielos o sobre cómo vivir según los

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Este documento contiene resúmenes de varias parábolas de Jesús. En particular, resume las parábolas del Buen Pastor, el Tesoro Escondido, el Grano de Mostaza, el Buen Samaritano, el Hijo Pródigo, el Sembrador, el Siervo Miserable, la Mujer y el Dracmas, las Vírgenes Necias y Prudentes, y la parábola sobre atesorar riquezas. Cada parábola ofrece una lección sobre el Reino de los Cielos o sobre cómo vivir según los

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Parábola del BUEN PASTOR

Un rebaño de ovejas pasta tranquilamente en la falda de la montaña. Un


joven pastor las vigila pacientemente. Un pequeño corderito, que acaba de
nacer al comienzo de la primavera, se encuentra muy a gusto entre sus
papás. Ya ha aprendido a comer hierba fresca, aunque de vez en cuando,
sobre todo por la noche, le encanta tomar la leche calentita que le da su
mamá. Poco a poco, el aire se embravece y parece como si el cielo se
empezara a enfadar. Unas pequeñas gotas anuncian que se avecina una
tormenta. El pastorcito se inquieta. 

PARÁBOLA DEL TESORO ESCONDIDO. El Reino de los Cielos es semejante a un


tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a
esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el
campo aquel.

PARÁBOLA DEL GRANO DE MOSTAZA. El Reino de los Cielos es semejante al


grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo. Es,
ciertamente, más pequeña que cualquier semilla, pero cuando crece es
mayor que las hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto de que las aves del
cielo vienen y anidan en sus ramas.

PARÁBOLA DEL BUEN SAMARITANO. Un hombre que viajaba por un camino


fue atracado por unos ladrones, que le robaron y le pegaron, dejándolo
malherido. Pasó un hombre, que lo vio y no le hizo caso. Lo mismo hizo un
servidor del templo, que dio un rodeo para no acercarse. Pero un
samaritano que lo vio, se paró para ayudarle y le curó las heridas. Lo llevó a
una posada y pagó al posadero para que lo cuidara.

PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO Un hombre tenía dos hijos, y el menor de


ellos dijo al padre: “Padre, dame la parte de la hacienda que me
corresponde”. Y él les repartió la hacienda. Pocos días después el hijo menor
lo reunió todo y se marchó a un país lejano, donde malgastó su hacienda
viviendo como un libertino. Cuando hubo gastado todo, sobrevino un
hambre extrema en aquel país y comenzó a pasar necesidad. Entonces fue y
se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a
apacentar puercos. Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que
comían los puercos, pero nadie se las daba.

PARÁBOLA DEL SEMBRADOR. Salió un sembrador a sembrar su semilla. Al


sembrar, una parte cayó junto al camino; fue pisada y los pájaros se la
comieron. Otra parte cayó sobre las rocas; nació, pero se secó por falta de
humedad. Otra parte cayó en medio de las zarzas; crecieron con ella las zarzas y la ahogaron. Otra parte cayó en
tierra buena; nació y dio mucho fruto

PARÁBOLA DEL SIERVO MISERABLE. Por eso el Reino de los Cielos es


semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al empezar a
ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000 talentos. Como no
tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus
hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase. Entonces el siervo se echó a sus
pies, y postrado le decía: “Ten paciencia conmigo, todo te lo pagaré”.
Movido a compasión, el señor de aquel siervo le dejó en libertad y le
perdonó la deuda. 

Parábola de la MUJER Y EL DRACMA. ¿Qué mujer que tiene diez dracmas, si


pierde uno, no enciende una lámpara, barre la casa y busca cuidadosamente
hasta que lo encuentra?.

PARÁBOLA DE LAS VÍRGENES NECIAS Y LAS VÍRGENES PRUDENTES. El Reino


del Cielo será semejante a diez vírgenes que, con su lámpara en la mano,
salieron al encuentro del novio. Cinco de ellas eran necias, y cinco
prudentes. Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas no se proveyeron de
aceite; las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en
las alcuzas. Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron.
Mas a media noche se oyó un grito: “¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su
encuentro!” Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus
lámparas.
PARÁBOLA SOBRE ATESORAR RIQUEZAS. Los campos de cierto hombre rico
dieron mucho fruto; pensaba entre sí, diciendo: “¿Qué haré, pues no tengo
donde reunir mi cosecha?” Y dijo: “Voy a hacer esto: Voy a demoler mis
graneros, y edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis
bienes, y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para
muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea”. Pero Dios le dijo: “¡Necio!
Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para
quién serán?” Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en
orden a Dios.

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