Lectura Yo Puedo Ser La Diferencia Asignacion 1 280121

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“YO PUEDO SER LA DIFERENCIA”

Su nombre era Mrs. Thompson. Mientras estuvo al frente


de su clase de 5o. grado, el primer día de clase lo iniciaba
diciendo a los niños una mentira. Como la mayor parte de
los profesores, ella miraba a sus alumnos y les decía que a
todos los quería por igual. Pero eso no era posible, porque
ahí en la primera fila, desparramado sobre su asiento,
estaba un niño llamado Teddy Stoddard.

Mrs. Thompson había observado a Teddy desde el año


anterior y había notado que él no jugaba muy bien con
otros niños, su ropa estaba muy descuidada y
constantemente necesitaba darse un buen baño. Teddy
comenzaba a ser un tanto desagradable.

En la escuela donde Mrs. Thompson enseñaba, le era


requerido revisar el historial de cada niño, ella dejó el
expediente de Teddy para el final. Cuando ella revisó su
expediente, se llevó una gran sorpresa.

La Profesora de primer grado escribió:

"Teddy es un niño muy brillante con una sonrisa sin


igual. Hace su trabajo de una manera limpia y tiene muy
buenos modales ... es un placer tenerlo cerca".

Su profesora de segundo grado escribió:

"Teddy es un excelente estudiante, se lleva muy bien


con sus compañeros, pero se nota preocupado porque su
madre tiene una enfermedad incurable y el ambiente en
su casa debe ser muy difícil".

La profesora de tercer grado escribió:

"Su madre ha muerto, ha sido muy duro para él. El trata


de hacer su mejor esfuerzo, pero su padre no muestra
mucho interés y el ambiente en su casa le afectará pronto
si no se toman ciertas medidas".
Su profesora de cuarto grado escribió:

"Teddy se encuentra atrasado con respecto a sus


compañeros y no muestra mucho interés en la escuela. No
tiene muchos amigos y en ocasiones duerme en clase".
Ahora Mrs. Thompson se había dado cuenta del
problema y estaba apenada con ella misma. Ella comenzó
a sentirse peor cuando sus alumnos le llevaron sus regalos
de Navidad, envueltos con preciosos moños y papel
brillante, excepto Teddy. Su regalo estaba mal envuelto
con un papel amarillento que él había tomado de una
bolsa de papel.

Algunos niños comenzaron a reír cuando ella encontró un


viejo brazalete y un frasco de perfume con sólo un cuarto
de su contenido. Ella detuvo las burlas de los niños al
exclamar lo precioso que era el brazalete mientras se
colocaba un poco del perfume en su muñeca. Teddy
Stoddard se quedo ese día al final de la clase el tiempo
suficiente para decir: "Mrs. Thompson, el día de hoy usted
huele como solía oler mi mamá".

Desde ese día, ella dejó de enseñarles a los niños


aritmética, a leer y a escribir. En lugar de eso, comenzó a
educar a los niños. Mrs. Thompson puso atención especial
en Teddy. Conforme comenzó a trabajar con él, su cerebro
comenzó a revivir. Mientras más lo apoyaba, el respondía
más rápido. Para el final del ciclo escolar, Teddy se había
convertido en uno de los niños más aplicados de la clase.
Un año después, ella encontró una nota debajo de su
puerta, era de Teddy, diciéndole que ella había sido la
mejor maestra que había tenido en toda su vida.

Catorce años después recibió otra nota. En esta ocasión


le explicaba que después de que concluyó su carrera,
decidió viajar un poco. La carta le explicaba que ella
seguía siendo la mejor maestra que había tenido y su
favorita, pero ahora su nombre se había alargado un poco,
la carta estaba firmada por Dr. Theodore F. Stoddard.

La historia no termina aquí, existe una carta más que


leer, Teddy ahora decía que había conocido a una chica
con la cual iba a casarse. Explicaba que su padre había
muerto hacía un par de años y le preguntaba a Mrs.
Thompson si le gustaría ocupar en su boda el lugar que
usualmente es reservado para la madre del novio, por
supuesto Mrs. Thompson aceptó. Ella llegó usando el viejo
brazalete y se aseguró de usar el perfume que Teddy
recordaba que usó su madre la última Navidad que
pasaron juntos. Se dieron un gran abrazo y el Dr.
Stoddard le susurró al oído, "Gracias Mrs. Thompson por
creer en mí. Muchas gracias por hacerme sentir
importante y mostrarme que yo puedo hacer la
diferencia".

Mrs. Thompson tomó aire y dijo, "Teddy, te equivocas, tú


fuiste el que me enseñó a mí que yo puedo hacer la
diferencia. No sabía cómo educar hasta que te conocí".
Y siguiendo parte de la lectura, le digo muchas gracias,
muchas gracias primeramente a Dios, la gratitud es una
oración para que abunde lo bueno, atrae hacia nosotros
abundancia y generosidad, si existe un atajo para manifestar
un milagro es de la actitud del agradecimiento, cuando
aprendamos a ser agradecidos, abrimos nuestra vida a la
acción receptiva, el agradecimiento apela a la ley de la
receptividad.
Gracias puede convertirse en solo una manera simpática de
dar, es una excelente manera de dejar de concentrarme en
las situaciones negativas y fijar mi atención en lo que esta
bien, la gratitud nos libera de nuestra prisión auto impuesta
de odio y deseo de venganza, tiene enormes poderes
regeneradores, a veces el mayor motivo de gratitud está
oculto en las que nos enfrentamos, como “manera de ser”
comienza a manifestarse en el arte y ciencia de bendecir, es
enormemente gratificante reconocer lo bueno de cada
momento, de cada experiencia, mirando al dador con corazón
agradecido, la esperanza, la fe y el optimismo nos dan la
fuerza necesaria para seguir adelante mañana, la vida puede
ser un verdadero reto, pero nuestros sueños se harán
realidad si agradecemos lo que ya se nos ha dado.
Es muy bueno dedicar unos instantes a expresar nuestra
gratitud y aprecio a otras personas, a la tierra, a nuestro
poder superior, a la vida, la gratitud no siempre es
instantánea, hay cosas que tardan un poco en revelar los
beneficios que aportan, cuando puede haber una comprensión
intuitiva, centra nuestra atención en las cosas buenas de la
vida, coge nuestros bienes y los multiplica, cuando con alegría
expresamos gratitud, ésta nos abre el corazón y nos permite
experimentar más amor, cambia nuestra forma de ver la vida
y de considerarnos a nosotros mismos, situaciones difíciles
que en otro tiempo nos resultaban insoportable, cuando
damos gracias a la vida, la vida nos responde de la misma
manera, cuando nos sentimos agradecidos, atraemos a otras
personas y la abundancia del universo.
A ustedes apreciados estudiantes y ahijados les doy las
gracias por ser parte también de las experiencias de mi vida.

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