Sisstema Montañoso de RD

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INTRODUCCIÓN.

Sistema montañosos es un conjunto de montañas compuestas por


cordilleras, sierras, valles. Los sistemas montañosos representan recursos
importantes para el hombre (agua, recursos turísticos y son una parte
fundamental del ambiente. Son eminencias topógráficas.
PRINCIPALES SISTEMAS MONTAÑOSOS DE LA REPUBLICA DOMINICANA
SU LOCALIZACIÓN Y EXTENCIÓN.

El país tiene tres sistemas montañosos principales: la Cordillera Central,


atravesando toda la zona central y muere en la parte sur (San Cristóbal), en
este sistema montañoso está ubicado el pico más alto de las Antillas, el  Pico
Duarte (3.087 m de altura); la sierra Septentrional, que corre paralela a la
Central separando el Valle del Cibao de la Llanura Costera del Atlántico,
siendo el pico Diego de Ocampo el más alto de sus elevaciones; y
la Cordillera Oriental, la más corta y la de menor altura de las tres, en la zona
este de la isla. Otras cadenas montañosas de importancia son las sierras
de Bahoruco y de Neyba, en la región Suroeste. Se puede decir que la
geografía se compone de agrestes montañas y fértiles valles
entremezclados. El punto más bajo del país se encuentra en el Lago
Enriquillo, a unos 46 m bajo el nivel del mar.
CORDILLERA CENTRAL:

La Cordillera Central es el sistema montañoso más grande de la República


Dominicana. En sus montañas se encuentran los picos más altos de Las
Antillas y nacen los ríos más largos y caudalosos del territorio dominicano.
La Cordillera Central es el mayor de los cinco sistemas montañosos de la
República Dominicana. Tiene los picos más altos del país y el más alto del
Caribe (Pico Duarte, 3087 msnm), se extiende desde las llanuras entre San
Cristóbal y Baní hasta el Noroeste de Haití donde se le conoce como el
"Massif du Nord". Las mayores elevaciones de la Cordillera Central se
encuentran en el macizo del Pico Duarte y en el de Valle Nuevo.

La divisoria de aguas de la Cordillera Central separa las cuencas del valle del
Cibao (al Norte) de las del valle de San Juan (al Sur), y es también el límite
entre los parques nacionales Armando Bermúdez y José del Carmen
Ramírez.

Gran parte de su superficie está formada por diferentes áreas protegidas que
tratan de proteger tanto la riqueza de su diversidad biológica como el agua
de sus incontables cuencas hidrográficas. Entre esta áreas protegidas
podemos destacar: el Parque Nacional Armando Bermúdez, el Parque
Nacional José del Carmen Ramírez, el Parque Nacional Juan Bautista Pérez
Rancier – Valle Nuevo y el Parque Nacional Montaña La Humeadora o las
Reservas Científicas Ébano Verde y Las Neblinas.

Los bosques de este sistema montañoso, que a principios del siglo XX


ocupaban el 85% de este territorio, se fueron explotando de forma intensiva
hasta 1967, año en el que se prohibió la tala de árboles y se impuso el cierre
de todos los aserrados del territorio nacional.

Cabe destacar que a pesar de que se establecieron muchas áreas protegidas


desde finales de los años 60 hasta hoy en día y se prohibió la tala de árboles,
las cuencas hidrográficas y la biodiversidad han seguido sufriendo tanto de
la deforestación como de prácticas agropecuarias altamente erosivas.

No podemos olvidar que los ecosistemas son frágiles y además


interdependientes por lo que cualquier cambio en una de sus partes afecta a
la totalidad del sistema. La tala de especies de árboles que son buscados
por la riqueza de su madera, afecta a la flora y la fauna que esa especie de
planta alberga, y esto tiene repercusiones a su vez en otras especies tanto
de flora como de fauna, y afecta a su vez al suelo, y a la larga a las
condiciones climáticas del lugar.

RELIEVE:

El Pico Duarte y la Pelona son dos picos mellizos. Según algunas hojas
topográficas vigentes los dos picos tienen la misma altura de 3087 msnm,
sin embargo, mediciones con altímetro muestran que La Pelona queda
algunos metros por debajo de la altura del Pico Duarte. Hasta los primeros
años del presente siglo los dos picos fueron llamados La Pelona,
distinguiendo entre Pelona Grande y Pelona Chica. La Pelona Grande fue
bautizada como Pico Trujillo en los años 30. Tras la muerte del dictador
Trujillo le dieron su nombre actual, PICO DUARTE.

La distancia recta entre las cumbres del Pico Duarte y La Pelona es de 1 ½


km. Las cimas están divididas por el Vallecito de Lilís, con una altura de 2950
msnm. Hacia el Este y hacia el Oeste hay mucha pendiente. Otras
elevaciones importantes en los alrededores son el Pico del Barraco (2644
msnm) y la Loma de la Viuda (2801 msnm). Hacia el oriente está la Loma la
Rusilla con 3038 msnm y el Pico Yaque (2761 msnm).

Hay cuatro valles importantes que drenan el agua del macizo del Pico
Duarte: El Río Bao hacia el Norte, el Río Yaque del Norte hacia el Noreste, el
Río Blanco y el Río Yaque del Sur hacia el Sur. Hacia occidente quedan los
valles del Río Mijo y del Arroyo Limón que drenan hacia el Sur y los valles
del Río Mao y sus afluentes que drenan hacia el Norte. Entre estos valles se
levantan montañas que en muchos casos sobrepasan los 2000 msnm.

GEOLOGIA:

En casi todas las alturas de la Cordillera Central predominan rocas de


origen volcánico, como son los tonalitos, basaltos y granitos. Estas rocas
tienen una edad de aproximadamente 100 millones de años, siendo mucho
más antiguas que las de los otros sistemas montañosos de la isla. Los
grandes valles como el de Jarabacoa, Manabao, Constanza o el Valle de
Tetero tienen lechos sedimentarios. La parte alta de la cordillera muestra
indicios de haber tenido actividad glacial en el pasado.

CLIMA:

El clima está influenciado principalmente por los vientos alisios que vienen
desde el Noreste transportando eventualmente nubes de lluvia que chocan
con las cordilleras provocando que descarguen sus aguas. Así, una buena
parte de la lluvia se precipita en la Cordillera Septentrional y en las lomas
más orientales de la Cordillera Central (Reserva Cientifica Ébano Verde), el
resto sigue viaje hasta dejarse caer sobre la vertiente Norte del resto de la
Cordillera Central. Sobre la vertiente Sur de la Cordillera Central llueve
menos (fenómeno conocido como sombra de lluvia).

Las temperaturas dependen de la altura. Se puede calcular que por cada 100
m de subida la temperatura baja 1 °C. En las partes más altas de la cordillera
las temperaturas pueden llegar por debajo de 0°C en horas de la madrugada.

Hidrología. El macizo del Pico Duarte es sumamente importante para el


régimen hidrológico del país. Allí nacen los dos ríos más importantes de la
República Dominicana: El río Yaque del Norte con su afluente Río Bao y el
río Yaque del Sur con sus afluentes Río Mijo, Río Grande y Río San Juan.
Estos ríos son muy importantes para suministrar agua potable a los centros
urbanos y para el riego de las zonas áridas en el Cibaó Occidental, el Valle
de San Juan y las llanuras de Azua y de Barahona. Todos los ríos principales
tienen presas cuando salen de la cordillera al llano.
Esas presas, además de almacenar agua para las temporadas más secas,
cuentan con centrales hidroeléctricas que generan una parte importante de
la energía eléctrica a nivel nacional.

Debido a la formación geológica de la Cordillera Central, sus aguas son


principalmente superficiales. Por eso, hasta en los puntos más altos como
en el Vallecito de Lilís, aflora agua durante la mayor parte del año.

La vegetación predominante es el pino, tanto en las zonas bajas como en la


altura. También hay pequeños bosques la foliados siempre verdes
generalmente en forma de bosque nublado y sabanas de pajón en los valles.
En muchas partes, sobre todo en las zonas más bajas, la actividad agrícola y
el pastoreo de animales han cambiado el paisaje.

Pinares. Los pinares son, predominantemente, de pino criollo (Pinus


occidentalis), especie endémica de la Española. El pino crece en forma
natural desde los 800 msnm en adelante, sobre todo en zonas con suelos
pobres. Por encima de los 2000 msnm el pino es casi la única especie
arbórea. La adaptación de esta especie es tal que, en áreas alteradas por el
fuego u otros desastres naturales o inducidos, el pino es el como árbol
pionero. En la Cordillera Central se pueden distinguir dos tipos de pinares:
Los pinares densos, con sotobosque bien desarrollado, y pinares abiertos.
Los últimos son casi siempre producto de incendios forestales

Como los pinos maduros tienen una cierta resistencia al fuego, este quema
el sotobosque de un pinar denso, pero los pinos grandes sobreviven
convirtiéndose en un pinar abierto, bajo la sombra de este pinar abierto se
puede desarrollar un nuevo sotobosque y, al cabo de 10 o 20 años, un pinar
abierto puede volver a convertirse en un pinar denso. En las zonas bajas de
alta pluviosidad el pinar es transitorio, porque los árboles la foliados que se
desarrollaron a su sombra llegan a dominar al pino que, al desaparecer,
permite la formación de un bosque la foliado. En estos bosque crece un
arbusto conocido Palo Amargo, único representante de su familia en el país.
Otra especie notable es el Conde del Pino, que es un parásito del pino y el
palo de cotorra (Brunellia comocladifolia).En los alrededores de la Ciénaga
de Manabao hay extensiones reforestadas con el pino Pinus caribea, especie
exótica que proviene de Centroamerica Bosques la foliados. Hay dos tipos
de bosques la foliados siempre verdes en la Cordillera Central: los bosques
nublados y los bosques ribereños. Los bosques nublados se encuentran en
las zonas de condensación de las nubes, estas zonas están ubicadas
generalmente en elevaciones separadas del macizo central la cordillera. Este
es el caso de: Ébano Verde, Loma Nalga de Maco, Loma la Humeadora y
Loma Barbacoa.

Los bosques nublados casi siempre están cubiertos de nubes o niebla lo


que mantiene una humedad muy elevada. El agua no proviene sólo de las
lluvias, sino que también directamente de las nubes a las hojas y troncos de
los árboles. En estos bosques encontramos una gran diversidad de árboles
como el cedro (Cedrela odorata), capá (Petitia domingensis) y guaraguao
(Buchenavia capibata), entre otros. También hay muchos helechos
arborecentes (Cyathea spp.), otros helechos, musgos y epifitas, plantas que
crecen sobre los árboles.

Casos especiales son la palma manacla (Prestoea montana) y el palo de


viento (Didymopanax tremulus), porque sus poblaciones dependen de la
altura y de las condiciones climáticas. En el macizo del Pico Duarte no
existen grandes extensiones de bosque nublado. Sólo se encuentran
pequeños bosques nublados subiendo el valle del Baíto o el Valle de Tetero.

Los bosques ribereños crecen en forma de galería a los lados de los ríos. El
microclima de mayor humedad que genera el mismo río permite el
crecimiento de árboles latifoliados. Abundan las palmas manaclas (Prestoea
montana), el almendro (Prunus occidentalis) y el palo de cotorra (Brunellia
comocladifolia). En el mismo cauce del río crece la caña brava (Gynerium
agittatum), una graminea que alcanza hasta más de 5 m altura.

Sabanas En ciertos valles de la Cordillera Central, que se caracterizan por


ser particularmente profundos y cerrados (hoyas), se da un fenómeno
conocido como la sabana de pajón. Las sabanas son llanuras extensas entre
las montañas, en las que no abunda los árboles sino que están pobladas de
gramineas que no sobrepasan el metro de altura. Las sabanas amanecen
llenas de neblina que desaparece rápidamente al recibir los primeros rayos
del sol de cada nuevo día, este fenómeno produce un microclima más
húmedo que el de los pinares que las circundan.

Las principales sabanas del macizo del Pico Duarte son las de: el valle de
Tetero (1500 msnm), el valle del Bao (1800 msnm), Sabana Vieja (1900
msnm), Sabana Nueva (1950 msnm) y la del vallecito de Lilís (2900 msnm).

Zonas agrícolas. Las zonas de producción agrícola y los potreros se pueden


encontrar en las partes más bajas de la Cordillera Central. Sin embargo, en
algunos lugares llegan hasta los 1500 msnm. Se trata principalmente de
agricultura migratoria o de "tumba y quema". Esta agricultura produce un
mosaico de conucos activos, áreas en recuperación (matorrales) y bosques
secundarios jóvenes. Frecuentemente los potreros se improvisan en áreas
de pinar abierto.

El Parque Nacional José del Carmen Ramírez tiene grandes áreas de uso
agrícola activo y de áreas de recuperación. También es posible encontrar
cafetales bajo sombra en la vertiente Norte de la Cordillera Central.

FAUNA:

En las zonas altas la fauna es menos abundante debido a que las


condiciones climáticas son más difíciles que en las zonas bajas. Sin
embargo, un caminante con experiencia siempre encuentra algún lagarto o
alguna ave.

Algunos animales como las ranas y las cacatas son activos durante la noche
y descansan en sus escondrijos durante el día lo que los hace difíciles de
ver. No hay animales grandes en la Cordillera Central.

Hay dos tipos de ranas en la Española: Un tipo tiene larvas acuáticas


(renacuajos) y está muy vinculado a los ríos y arroyos. El otro tipo,
correspondiendo sobre todo al genero Eleutherodactylus, no tiene formas
larvales, la forma adulta se desarrolla directamente en el huevo, estas ranas
viven en los bosques latifoliados y en los pinares. Se han reportado más de
60 especies de ranas en La Española, de las cuales 19 pueden ser
encontradas en el macizo del Pico Duarte.

En la noche se las escucha confundidas con el también desconcertante


sonido de los grillos lo que hace descartar la posibilidad de ubicarlas
acústicamente. La gran mayoría pertenece al genero Eleutherodactylus. Son
pequeñas, la mayoría no sobrepasa los 2 o 3 cm. de longitud. No tienen
renacuajos, las ranitas nacen directamente de los huevos.

Los reptiles más comunes son los lagartos del genero Anolis los que se
pueden ver subiendo por los troncos de los árboles o corriendo por el suelo.
No hay víboras (venenosas) en La Española, sin embargo un prejuicio
infundado hace de las culebras uno de los animales más perseguidos de la
isla. Es más fácil encontrar una culebra muerta que viva cerca de los
caminos.

Las aves son los animales más abundantes y diversos de la Cordillera


Central. En la madrugada el caminante puede escuchar una gran variedad de
cantos y graznidos, un verdadero concierto de aves. Las aves más comunes
son: el cuatro ojos (Phaenicophilus palmarum), la maroíta (Contopus
hispaniolensis) y los carpinteros (Melanerpes striatus y Nesoctites
micromegas).

Mamíferos. La jutía (Plagiodontia aedium) es un roedor endémico de la


Española que vive en los bosques, pero como es activo de noche es muy
difícil de ver. Se han reportado 17 especies de murciélagos en la Cordillera
Central. Los murciélagos también son activos de noche, así que de día
duermen "patas arriba" en lugares oscuros durante el día.

La gente de la sierra, los serranos, ha poblado esta zona desde el Cibao y el


valle de San Juan. Viven principalmente en los valles intramontanos. En
general son personas de trato fácil y de una bondad poco usual. Un serrano
le invita a pasar a su casa a que coma o le ofrece un café sin previamente
conocerle.
Parques nacionales de la zona:

En el año 1956 fue creado el Parque Nacional Armando Bermúdez (Ley 4389)
con una superficie de 766 km², y en 1958 se estableció el Parque Nacional
José del Carmen Ramírez con 738 km² (Ley 5066).

Estas dos fueron las primeras áreas protegidas de la República Dominicana


porque los parques La Cumbre y Las Matas, creados en el 1933, nunca
llegaron a funcionar como tal.

En septiembre 1995 se estableció el Parque Nacional Loma Nalga de Maco


(decreto 221-95) que da protección legal al macizo occidental de la Cordillera
Central. Actualmente se estudian propuestas para fundir estos tres parques
en uno solo: el Parque Nacional Juan Pablo Duarte.

La existencia de estos parques ha logrado frenar el deterioro de los bosques


de la Cordillera Central y preservar su diversidad biológica, su belleza
escénica y su gran valor hidrológico en cuanto al suministro de agua a la
población humana. Sin embargo, hay grandes desafíos en cuanto al manejo
de las zonas alrededor de los parques (zonas de amortiguamiento) y,
sobretodo, en el Sur del parque Ramírez. Allí la agricultura migratoria sigue
causando graves problemas. Es importante terminar con la practica de la
"tumba y quema" y promover una agricultura permanente con métodos de
conservación y mejoramiento del suelo.

No es necesario desalojar a la gente que vive dentro de los límites de los


parques nacionales para asegurar un buen manejo y conservación de las
áreas protegidas. Esa gente vivía en la zona antes de que se estableciera
como parque nacional y aún antes de que nosotros, "los de afuera",
pusiéramos en peligro la subsistencia del bosque. Incluyéndolos en los
trabajos de manejo y conservación lograremos preservar este patrimonio
nacional.

Fruto de la existencia de los parques nacionales es también el


establecimiento y mantenimiento de la infraestructura para las caminatas:
los senderos, las casetas, puentes sobre los ríos, letreros para indicar los
caminos y mucho más. A los moradores de la zona se les abrieron nuevas
opciones de ingresos, trabajando como guías o alquilando mulos.

En la cercanía del Parque Bermúdez existen varias instituciones que trabajan


en el ámbito del manejo de la tierra. Las más importantes son el "Plan
Sierra" en la zona de San José de las Matas, el "Plan Cordillera" en el área de
Jarabacoa y la Organización No-gubernemental (ONG) "Naturaleza" en la
zona de Santiago Rodríguez. Otra ONG importante es la Sociedad Ecológica
del Cibao (Soeci) que trabaja dentro de los parques nacionales y también
con las asociaciones de campesinos fuera de los parques. Un papel muy
importante juega además el grupo ecológico de la universidad INTEC. En
general el Parque Armando Bermúdez y su periferia tiene un manejo mucho
más desarrollado que el Parque José del Carmen Ramírez.

LA CORDILLERA SEPTENTRIONAL

Con el nombre de Cordillera Septentrional se designa el sistema montañoso


que ocupa la parte norte de la República Dominicana y que se extiende
desde las vecindades de la ciudad de MonteCristi al oeste hasta Nagua al
este, en las comunidades de Arenoso y Rincón Molenillo; se orienta con
dirección noroeste a sudeste bordeando la costa del Atlántico, del que la
separa una angosta llanura costera con una longitud de 180 Kms. También
es conocida, en su extremo occidental, como Sierra de Monte Cristi.
Esta sierra está separada de la Sierra de Samaná por una franja pantanosa
de unos 12 kilómetros de ancho conocida como el Gran Estero. La Cordillera
Septentrional es relativamente joven. Todas, o casi todas sus
formaciones geológicas, datan del Terciario, o sea de 1 a 60 millones
de años.

Al iniciarse cerca de Montecristi, comienza en una serie de colinas bajas que


van ascendiendo a medida que se avanza hacia el este. Primero aparece
el pico Murazo o Jicome frente a la población de Esperanza.

Este no es el pico más alto de esa sierra, pero es de los mayores, ya que


tiene 1020 m de altura. Siempre viajando hacia el este, la cordillera culmina
en la montaña de Diego de Ocampo. Esta es la altura de mayor categoría en
esta cordillera, con 1250 m. Esta montaña se destaca, majestuosamente,
frente a Santiago de los Caballeros. Después del Diego de Ocampo aparece
en la cordillera El Peñón, frente a la población de Tamboril, con 1100 m. En
sus inmediaciones se encuentra ámbar una resina fósil de plantas
leguminosas que existieron en la cordillera durante el Mioceno.

Más al este, frente a la ciudad de Moca, la sierra presenta El Mogote, con


970 metros. En sus inmediaciones hay grandes plantaciones de café.
Finalmente, encontramos la Loma Quita Espuela, frente a San Francisco de
Macorís con 943 m de elevación.

A partir de esta montaña la sierra comienza a descender hasta desaparecer


en bajas colinas al llegar a los pantanos del Gran Estero, que se localiza en
al este de la península de Samaná.

Citamos aquí la montaña Isabel de Torres, con 800 m de altura, a pesar de


que este pico parece no pertenecer al sistema montañoso de la Sierra
Septentrional. Por lo menos está bien alejado del eje principal de la sierra
estudiada.

Antes se le llamaba Cordillera Septentrional, pero esta información ha sido


actualiza a Sierra Septentrional ya que esta sierra no tiene la longitud
necesaria ni la cantidad de montañas necesarias como para ser clasificada
como una cordillera como antes se le consideraba.
La vertiente sur de la Cordillera Septentrional limita en forma neta al Valle del
Cibao, especialmente en su porción central y oriental.  En las proximidades
del norte de Santiago, la cordillera se recorta bruscamente y presenta
escarpas muy pronunciadas.  Esto se debe a la existencia de la Falla
Septentrional.

Esta cordillera es relativamente joven. Todas, o casi todas, sus formaciones


geológicas datan del Terciario (1 a 60 millones de años mioceno-oligoceno),
aunque algunos geólogos consideran que es más antigua.  En las
proximidades de Monte Cristi se manifiesta como una serie de colinas bajas
(siendo la más conocida el Morro) que van ascendiendo a medida que se
avanza hacia el Este.

Aunque la Cordillera Septentrional no es muy alta, existen algunas montañas


que sobresalen.  Primero aparece el pico Murazo o Jicomé, frente a la
población de Esperanza, con 1,020 m de altura.  Siempre viajando hacia el
Este, la cordillera culmina en el pico Diego de Ocampo (su nombre se debe a
un negro cimarrón que se sublevó en él) que, con 1,249 msnm, es la de
mayor altura de esta cordillera, esta montaña se destaca frente a la ciudad
de Santiago de los Caballeros.

Después aparece El Peñón, frente a la población de Tamboril, con 1,100 m.


En sus inmediaciones se encuentra ámbar, una resina fósil con edad
superior a los 20 millones de años.  Más al Este, frente a la ciudad de Moca,
la cordillera presenta El Mogote, con 970 m.  En sus inmediaciones hay
grandes plantaciones de café.

A partir de este punto, a la Cordillera Septentrional se le daba el nombre


de Sierra de Macorís.  En esta parte oriental, la montaña más alta es la
loma Quita Espuela, frente a San Francisco de Macorís, con 985 m de
elevación.  A partir de esta montaña, la cordillera comienza a descender
hasta desaparecer en bajas colinas al llegar a los pantanos del Gran Estero
con 12 km de ancho, la cual la separa de la de Samaná.

La montaña Isabel de Torres,  con 800 msnm de altura con la ciudad de


Puerto Plata al pie, tiene conexiones con la Cordillera Septentrional aunque
está bien alejada del eje principal de la cordillera.

La exposición a vientos alisios del nordeste durante más de la mitad del año
causa abundante precipitación orográfica en el flanco norte de la Cordillera,
que es una importante región en la producción de café.  Debido a una
extensa deforestación, no quedan en esta cordillera tramos significativos de
bosques vírgenes.  En estas montañas no crece naturalmente el pino (Pinus
occidentalis).
Ríos y balnearios: Los más caudalosos desaguan en el Atlántico y son:
Bajabonico (antiguo Isabela), Camú de Puerto Plata, Yásica, Boba, Joba, río
San Juan, Nagua, etc.

Vegetación: La originaria era el bosque húmedo y xerófilo, sustituido en casi


totalidad por cultivos y pastos. Clima tropical húmedo de bosques y seco
estepario en el noroeste.

Cultivos: Café, cacao, frutos menores y pasto ganadero.  Se explota


comercialmente el ámbar

Belleza natural: El Morro de Montecristi a forma de camello acostado, por su


flora y fauna fue declarado parque nacional de Montecristi conjuntamente
con los cayos Siete Hermanos y la desembocadura del río Yaque del Norte.

.
LA CORDILLERA ORIENTAL:

Conjunto de sierras desplegadas en dirección Oeste-Este, desde Cotuí hasta


más allá de Higüey, con una longitud de 80 Km. La cordillera Oriental no
llega hasta cabo Engaño. Dicha cordillera termina aproximadamente unos 40
kilómetros al Oeste, cerca del cruce de la carretera que conduce de Higüey a
la playa de Macao y a la población de Miches. En su extremo occidental, o
sea de Cotuí hacia el Este, la sierra del Seibo es de topografía cársica
(nombre que viene de su parecido con el altiplano cársico en Italia cerca de
la frontera con Yugoslavia al Norte del mar Adriático).

Esta región, llamada Los Haitises es escabrosa, las lluvias muy abundantes


al disolver la roca caliza han realizado un fuerte trabajo de erosión interna.
Sin ríos en la superficie, el drenaje se efectúa en forma subterránea. Esta
región cársica se diferencia tanto por su edad como por su topografía de la
cordillera Oriental. Los ríos más importantes desaguan al sur: Iguamo, Soco,
Chavón, Yuma, Cumayasa, Dulce, etc. Los más importantes de la Ladera
norte son: Yabón, Nisibón, Maguá, Jayán, Yeguada, Maimón, etc.
La vegetación es bosque húmedo y muy húmedo, en su casi totalidad
sustituida por vegetación creada por el hombre (cultivo permanente).
Cultivos: Café, cacao, pasto ganadero, cítricos, frutos menores, etc.
Sus minas: De ámbar y lignito.
Sus balnearios: Como los de los ríos Chavón, Yabón, etc.

La Sierra del Seibo o Cordillera Oriental pertenece al período cretáceo.

Sus cavernas con arte rupestre: como Doña Ana, El Peñon, La Chiva, etc.

ZONAS DE VIDA DE LA REPUBLICA DOMINICANA.

La República Dominicana forma parte del Archipiélago de las Antillas


Mayores, un conjunto de pequeños estados insulares, ubicado dentro del
mismo trayecto del sol, en la zona subtropical del Continente Americano
(Marcano, 2017).
Esta situación hace de la isla Hispaniola y de nuestra nación un territorio
altamente rico en biodiversidad, prioritariamente debido a la diferenciación
de climas que posee. En ese sentido, nuestra isla contiene una gran variedad
de zonas de vida que la hacen un ecosistema único.

Zonas de vida, según la definición, son unidades climáticas naturales con


valores cuantificables en tres factores: biotemperatura media anual,
precipitación total anual y humedad, determinada por la relación entre
temperatura y precipitación. De acuerdo con esta clasificación, en el país se
encuentran nueve zonas de vida y siete formaciones de transición, (De Mao a
Monte Cristi) de las cuales el Bosque húmedo Subtropical (Bh-S) ocupa la
mayor extensión y se encuentra presente en casi todo el territorio nacional
(Ministerio de Medio Ambiente).

Zonas Ecológicas o Zonas de Vida

El Bosque húmedo Subtropical ocupa la mayor extensión y se encuentra


presente en casi todo el territorio nacional.

Bosque húmedo Subtropical:

Es la zona de Vida más extensa del país, ocupa casi la mitad del territorio
nacional, cubriendo prácticamente toda la llanura costera del Caribe, así
como gran parte del Valle Occidental del Cibao, los cerros de la Cordillera
Central, el Valle de San Juan, la Sierra de Bahoruco y la porción oeste de la
Sierra de Neiba.

Bosque seco Subtropical :

Es la segunda zona de vida en extensión. Cubre gran parte del oeste del
Valle del Cibao y de los Valles de San Juan y de Neiba, así como una gran
porción de las planicies de Azua y Peravia, la Península de Barahona,
Pedernales y la porción este de la provincia La Altagracia.

Bosque muy húmedo Subtropical:

Esta zona de vida se localiza principalmente en la región norte, en la


Cordillera Septentrional y en la parte norte de la Cordillera Central, Península
de Samaná, Sierra de Yamasá en la Cordillera Oriental y en la región Este en
Los Haitises.
Monte espinoso Subtropical:

Se localiza en las regiones más secas del país: la porción este de la Hoya
Enriquillo, la porción sur de la Sierra Martin García y Bahía de Ocoa, en la
provincia de Azua, la Llanera Costera del Caribe, y en la parte sur de la
provincia Peravia. En el noroeste de la región del Cibao se encuentra en
pequeñas áreas, en la base de los Cerros de Aguacate.

Bosque muy medo Montano:

El área más extensa de esta zona de vida se encuentra en el Pico Duarte,


también en menor extensión en la parte alta de los ríos Nizao, Yaque del Sur,
y Yaque del Norte.

Bosque húmedo Montano bajo:

Se localiza en la región Suroeste en pequeña proporción en la Sierras de


Bahoruco y Neiba y en la Cordillera Central. Por lo general, está ubicada a
más de 800 metros de altura con precipitaciones de 1000 a 2,000 mm de
lluvia anual.

Bosque muy húmedo Montano Bajo:

Cubre áreas de gran elevación a lo largo de la Cordillera Central, Sierra de


Bahoruco, y en la porción oeste de la Sierra de Neiba.

Bosque pluvial Montano Bajo:

Se encuentra ocupando pequeñas áreas de gran elevación de la Cordillera


Central, en el municipio de Bonao, provincias de La Vega y San Juan de la
Maguana. La precipitación promedio al año es mayor a 400 mm.

Bosque pluvial Subtropical:

Se localiza en pequeña extensión en la Cordillera Septentrional, en los


alrededores del Cerro Casabito, en las provincias Duarte y Monseñor Nouel,
en la Cordillera Central y en la parte alta del río Payabo, en la Cordillera
Oriental.
                                       
COBERTURA FORESTAL DEL PAIS

La superficie forestal de la República Dominicana representa el 43.6% del


territorio del país, con una extensión de 2,103,645.32 hectáreas, según el
informe del Inventario Nacional Forestal 2018, presentado este viernes por el
Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Esa superficie forestal está compuesta por siete tipos de ecosistemas,


según el inventario, que muestra las cifras de cobertura boscosa del país,
los porcentajes y cantidades de cada tipo de bosque y su evolución, señala
un comunicado del Ministerio.

El objetivo principal del estudio es cuantificar y caracterizar el bosque


existente en el país, a fin de destacar su importancia para la vida humana,
destacar la relevancia que tiene la conservación de los mismos, y considerar
su contribución a la seguridad alimentaria, la producción del agua, así como
a la protección del suelo y la generación de energía eléctrica.
Los bosques con mayor superficie son el bosque latifoliado húmedo que
ocupa el 37.5% de la superficie boscosa total, y el bosque seco, que cubre el
24.05%); la tercera superficie en importancia corresponde al bosque
latifoliado semihúmedo, con un 15.39% y el bosque de humedales (mangle y
drago) representa el 1.41%.

El Inventario determinó que los bosques de República Dominicana


almacenan actualmente un total de 1,978,618,539 toneladas de carbono
(CO2).

De acuerdo con todos los índices de biodiversidad, los estratos bosque


latifoliado semihúmedo y bosque latifoliado húmedo, presentan la mayor
diversidad, con presencia de 235 y 230 especies distintas, respectivamente,
y les sigue el bosque seco que en promedio tiene 177 especies.

Con respecto a la regeneración de los bosques, el informe muestra que el


promedio de densidad es de 28,014 plantas por hectáreas. En los estratos
Rodales de mangle y drago, bosque latifoliado húmedo y bosque seco se
encontró la mayor cantidad de regeneración, con 52,233 plantas/ha, 35,098
plantas/ha y 32,623 plantas/ha, respectivamente.

Este estudio fue realizado con el respaldo de la Agencia Alemana de


Cooperación Internacional (GIZ), a través del Programa Regional Reducción
de Emisiones de la Deforestación y Degradación de Bosques en
Centroamérica y República Dominicana, de la Comisión Centroamericana de
Ambiente y Desarrollo (REDD/CCAD-GIZ) y el Fondo Cooperativo para el
Carbono de los Bosques (FCPF) del Banco Mundial. E

Ecosistemas forestales de República Dominicana


El estudio, presentado este 22 de febrero, destaca la existencia de siete tipos
de ecosistemas forestales.
Los de mayor extensión son el Bosque Latifoliado Húmedo (37,75%),
el Bosque Seco (24,05%), el Bosque Latifoliado Semihúmedo (15,39%).
Los Bosque de Humedales (mangle y drago) representan el 1,41% de la
superficie nacional.
Índices de biodiversidad de los bosques dominicanos
El Bosque Latifoliado Semihúmedo presenta la mayor diversidad, con la
presencia de 235 especies diferentes.
Le siguen el Bosque Latifoliado Húmedo, con 230 especies; y el Bosque
Seco con 177, revelan los índices de biodiversidad registrados por
el Ministerio.
Regeneración de los bosques
Los datos sobre la regeneración boscosa indican que la densidad en
promedio es de 28,014 plantas por hectáreas.
En los rodales de mangle y drago, Bosque Latifoliado Húmedo y Bosque
Seco se encontró la mayor cantidad de regeneración, con 52,233 plantas/ha,
35,098 plantas/ha y 32,623 plantas/ha, respectivamente.
Bosques: grandes almacenadores de CO2
Según el Inventario, los bosques de República Dominicana almacenan
actualmente un total de 1.978.618.539 toneladas de bióxido de carbono (CO 2).

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