La Educación Comunitaria

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Maribel Novas

Reporte de lectura.

LA EDUCACIÓN COMUNITARIA

1​.​ INTRODUCCIÓN
La educación comunitaria es un enfoque educativo que surge en el último tercio del siglo
pasado. Aparece en una diversidad de contextos de forma simultánea, allí donde el vínculo
entre educación y comunidad se vuelve esencial para afrontar los efectos negativos más
sangrantes de la globalización: una crisis de identidades colectivas, y un aumento de las
desigualdades.

La educación comunitaria no nació para resolver un problema educativo de la sociedad, sino


para resolver un problema social desde la educación. Las diversas aproximaciones a la
educación comunitaria coinciden a la hora de señalar la urgente necesidad de reconstruir el
fuerte sentido social de la educación.

Nos proponemos, en definitiva, contribuir a llenar el vacío que en los últimos tiempos se ha
ido produciendo sobre educación comunitaria, en el ámbito científico latinoamericano, y
favorecer así el impulso de un enfoque educativo que, a través de procesos colectivos, ayude
a recuperar el sentido profundamente social de la existencia.

2. DESARROLLO

La educación comunitaria es un enfoque educativo de alcance internacional. No obstante, se


pueden identificar distintas aproximaciones según sea su contexto de emergencia y
desarrollo. América Latina ha sido uno de estos contextos donde el concepto y la práctica de
la educación comunitaria ha tomado más fuerza, con dos principios claros e intrínsecamente
relacionados entre sí: la necesidad de un cambio profundo en la metodología educativa, y un
trabajo educador a largo plazo para la emancipación individual y colectiva de los
participantes.

Freire es, sin duda, el principal autor latinoamericano que introdujo un sentido comunitario
sobre la educación a través de la “Educación Popular”, identificando el pensamiento crítico
como contenido esencial de la acción educativa, y exigiendo que maestros y maestras sean
sensibles a la comunidad escolar para fomentarlo: [Según Freire] La educación debe llevarse
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a cabo en contextos experienciales, para la formación de ciudadanos autónomos. Por lo tanto,


se necesita una relación comprometida del maestro con la comunidad y fortalecer los lazos
directos con la realidad que contextualiza la escuela” (Pérez y Sánchez, 2005).

La educación comunitaria impulsa la emancipación individual y colectiva porque se parte de


la creencia de que dichos grupos sociales no sólo han sido colonizados sino también
descontextualizados, convirtiéndose en “extranjeros” en su propia tierra. La colonización
política y económica también trajo la colonización del conocimiento (Sousa Santos, 2010),
por lo que los estándares oficiales de educación pertenecen al paradigma hegemónico
cultural, y los procesos de aculturación reemplazaron el bagaje cultural local. El sentido
comunitario tradicional de la educación en los pueblos indígenas se puso en riesgo. Villebrun
(2006) les puso altavoz para que todo el mundo entendiera que, para los pueblos indígenas,
“la tierra y nuestra [su] cultura son inseparables. [...] En este sentido, tenemos una verdadera
perspectiva “ecológica” de la educación. No nos separamos de la tierra; no estamos
separando la educación de todos los demás aspectos de la vida.

El otro contexto donde la educación comunitaria ha generado reflexión y prácticas es el


anglosajón. Aquí también se parte de los dos principios de cambio metodológico y
emancipación individual y colectiva.

“Los estudiantes y los maestros son el combustible que genera la educación comunitaria. Los
padres, los líderes de la comunidad, los administradores, los miembros de la junta escolar y
los ciudadanos son una parte integral en el desarrollo, producción, implementación y
evaluación de la educación basada en la comunidad” (Villani y Atkins, 2000).

En el contexto anglosajón, la finalidad de la educación comunitaria no es la justicia social


sino la equidad. El empoderamiento tiene como objetivo mejorar las condiciones de vida
como una prioridad. Es bueno destacar un modelo de educación comunitaria en escocia, el
cual proponen 5 elementos principales para que esta tenga sentido:

1 Empoderamiento: aumentar la capacidad de las personas y los grupos para


influir en los problemas que les afectan a ellos y a sus comunidades;

2 Participación: ayuda a las personas a participar en la toma de decisiones;


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3 Inclusión, igualdad de oportunidades y antidiscriminación: reconocer que


algunas personas pueden necesitar apoyo adicional para superar las barreras que
afrontan;

4 Autodeterminación: apoyar el derecho de las personas a tomar sus propias


decisiones;

5 Asociación: reconocer que muchas agencias pueden contribuir a la EPC para


garantizar que los recursos se utilicen de manera efectiva.

La educación comunitaria se entiende más como “aprendizaje” que como


“educación” (según el enfoque anglosajón).

En España, la educación se ha asemejado más a este contexto anglosajón que al


latinoamericano, si bien no ha disfrutado de un desarrollo significativo. Las primeras
referencias sobre “educación comunitaria” se gestan en los años noventa (Cieza García,
2006). Díaz-Gibson y col. (2017) afirman que los proyectos de educación comunitaria en un
contexto español tienen dos objetivos: la mejora del rendimiento escolar, y el impulso de la
cohesión social y el desarrollo comunitario.

La educación comunitaria, en cualquier caso, ayuda a reconstruir vínculos significativos entre


las personas que comparten el mismo espacio y tiempo, y crea redes fructíferas más allá de
las islas de pobreza crónica y exclusión.

3. CONCLUSIONES

. La educación comunitaria tiene debilidades internas, pero también amenazas externas que
introducen obstáculos. Más allá de las contradicciones mencionadas anteriormente, debemos
agregar que la sociedad neoliberal y posindustrial no proporciona condiciones óptimas para
implementar este tipo de procesos.
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Vivimos en un contexto orientado hacia la privatización de la educación. Bajo la aparente


mejora de la calidad, las políticas públicas en educación se están vendiendo a los capitales

: la educación comunitaria no se puede comprar ni vender; libros de texto, materiales


digitalizados y computadoras pueden.

El currículum de la educación neoliberal sólo satisface las necesidades de producción: las


escuelas ganan un lugar estratégico para capacitar a los futuros trabajadores; sin embargo, la
educación comunitaria tiene como objetivo educar a los ciudadanos y las ciudadanas de hoy.

Como ya mencionamos al principio, la educación comunitaria no nace para resolver un


problema educativo de la sociedad, sino para resolver un problema social desde la educación.
Y las amenazas reales no deberían ser una barrera sino un incentivo para mudarse a
sociedades menos desiguales y más justas. Porque como dice un proverbio chino: “Cuando
soplan los vientos de cambio, algunas personas construyen muros; otros construyen molinos
de viento.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

A. Ruiz López & E. Quiroz Lima, “Educación comunitaria: una propuesta alternativa para los
pueblos indígenas de Oaxaca – México”, Polis – Revista de la Universidad Bolivariana, vol.
13, no. 38, pp.225-241, 2014.

E. Pérez & J. Sánchez, “La educación comunitaria: Una concepción desde la Pedagogía de la
Esperanza de Paulo Freire”, Revista Venezolana de Ciencias Sociales, vol. 9, no. 2, pp.
317-329, 2005.

J.A. Cieza García, “Educación comunitaria”, Revista de Educación, no. 339, pp. 765-799,
2006.

J. Díaz-Gibson, M. Civís, J. Longás & J. Riera, Projectes d’innovació educativa comunitària :


ingredients d’èxit i reptes. Informes breus, no. 64. Barcelona: Fundació Jaume Bofill, 2017.

J. Mezzirow, & Associates, Learning as transformation. San Francisco-California: Jossey


Bass, 2000.
Maribel Novas

R. Gomà, “L’acció comunitària : transformació social i construcció de ciutadania”, Quaderns


d’Educació Social, no. 8, 2006.

T. Morata, “Pedagogía Social Comunitaria: un modelo de intervención socioeducativa


integral”, Educación Social. Revista de Intervención Socioeducativa, no. 57, pp. 13-32, 2014.

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