Influencia de Las Lenguas Prerromanas
Influencia de Las Lenguas Prerromanas
Influencia de Las Lenguas Prerromanas
Agnieszka ŁAZOR1
Ateneum-Szkoła Wyższa w Gdańsku
1. Introducción
La lengua española es un idioma derivado del latín, al igual que el francés
o el italiano. No obstante, los romanos llegaron a la Península Ibérica en
el 218 a. C., así pues, hubo un largo periodo de tiempo antes de su llegada en que
ya existía en este territorio una serie de pueblos que hablaban diversas lenguas.
Todas estas lenguas de procedencia diversa (africana, mediterránea o indoeuropea)
desaparecieron tras la imposición del latín. Esta desaparición fue lenta y se
extendió en el tiempo, caracterizada por influencias mutuas; sin embargo,
el resultado fue finalmente que la mayoría de las lenguas prerromanas fueron
absorbidas por la latinización lingüística.
En este trabajo, presentaremos un estudio lingüístico de algunos rasgos del
español que se atribuyen al influjo de las lenguas prerromanas.
1 https://orcid.org/0000-0003-0482-9310.
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estamento noble, mientras que las “clases medias” estaban representadas por
comerciantes, mercaderes y artesanos especializados (Martinez Ruiz y otros
2009: 39). Se agrupaban en tribus y levantaban pueblos y ciudades amurallados
y situados en lugares elevados. Se ocupaban de la agricultura y la ganadería;
cultivaban cereales, cepas, linazas, esparto y conocían la técnica de irrigación.
Asimismo obtenían grandes beneficios de la minería, con explotaciones como,
por ejemplo, las minas de plata en Huelva o de hierro en la zona del Valle del
Ebro. Este pueblo comerciaba con griegos y fenicios y tenían su propia escritura.
A continuación, en territorio de la actual Andalucía y el sur de Portugal
vivían los tartesios (llamados también turdetanos). Los primeros representantes de
este pueblo aparecieron hacia el año 2000 a. C. Su existencia no conocemos con
detalle, pero que probablemente constituyeron la primera civilización del
occidente europeo (Cortéz 2008: 514). La existencia de los tartesios en la Península
Ibérica está apoyada de evidencias que ofrecen la toponimia y la arqueología,
e incluso disponemos de inscripciones en su lengua y también sabemos de ellos
a las inscripciones de griegos y fenicios.
Los tartesios parecen un reino floreciente y conocido por sus riquezas.
El centro de esta cultura era Tartessos, una ciudad poderosa que estuvo en contacto
con las civilizaciones del oriente mediterráneo. En cuanto a su organización social
no se sabe mucho pero probablemente estaba compuesta por una clase noble –
dirigente, liberada de todo tipo de trabajo, y por debajo de ellos estaban los
productores. Existen informaciones griegas sobre su rey Argantonio, un gran
personaje. En el siglo IV a. C. desaparecen los tartesios por motivos desconocidos.
Algunos investigadores consideran que todo se debió al agotamiento de las vetas
minerales, pues esto condujo a la ruina económica (significaba el fin de los
intercambios con los fenicios y griegos). Otros estudiosos apuntan a que su ruina
tuvo que ver con la invasión de algún pueblo vecino (tal vez los celtas), mientras
que otros atribuyen la desaparición de los tartesios a una catástrofe natural
(Blazquez y Maria pp. 66-68)2.
Hacia el año 800 a. C. llegaron a la península los celta, cuyas huellas se han
conservado en la arqueología y toponimia. Existían unos grupos de población
indoeuropea, proveniente del Centro de Europa, del valle del Danubio y de la
actual Alemania, se difundieron por la Europa Central y Occidental, hasta Galicia
y el norte de Italia, y también por las Islas Británicas. Formaban un pueblo con
una lengua, historia y religión única. Honoraban la vida, el arte y la naturaleza,
pero, por otra parte, fueron expertos guerreros que conquistaron sus nuevos
dominios con gran violencia. A la Península Ibérica llegaron cruzando los Pirineos
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3 Enciclopedia.us.es/index.php/Celtibero
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Aunque las huellas de la escritura ibérica son abundantes, no se sabe mucho sobre
esta lengua. Lo más conocido es su sistema fonológico: es seguro que el alfabeto
contenía cinco vocales (/i/, /e/, /a/, /o/, /u/) y también que existían los diptongos
"ai" y "au". Probablemente existía la consonante /j/ y dos vibrantes /r/ y /ŕ/, cuya
diferencia fonética no es segura, pero que se sabe nunca inicia una palabra. Luego
se pueden destacar dos sibilantes /s/ y /ś/, con diferencia de sonoridad, las
consonantes nasales /m/, /n/ (su número no es seguro) y las consonantes oclusivas
en dos series, sonora y sorda, dependiendo del lugar de articulación: la primera
serie, sonora, incluye una labial, una dental y una velar (/b, d, g /), al igual que
la segunda, sorda (/p, t, k /).
Sobre el acento ibérico no se sabe nada debido a la falta de los signos gráficos
en los textos (Castillo Pina 2009: 59-64).
El conocimiento de la morfología de la lengua ibérica es hipotética y lleno
de inseguridad. Existen algunos elementos repetidos que son probablemente
palabras y otros que deben ser elementos morfológicos; como los elementos
morfológicos se juntan a un elemento léxico de manera permanente, se considera
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3.1.1. El vasco
El vasco era una lengua que los vascos y sus vecinos utilizaban en la zona de los
Pirineos, en el actual País Vasco, en el sur de Francia, en Cantabria y una parte del
territorio de la actual Castilla. Lo más importante es que esta lengua, a diferencia
de otras lenguas prerromanas no indoeuropeas, ha sobrevivido hasta el día de hoy.
En cuanto a la procedencia de la lengua vasca, dos son las teorías. La primera
dice que proviene de África y tiene rasgos comunes con lenguas camíticas como
el bereber, el copto y el sudanés. La segunda, sospecha una procedencia caucásica,
basándose en la similitud gramatical con idiomas de esa zona. Por lo que hace
referencia a su posible relación con los restantes idiomas peninsulares, el vasco
es una lengua aglutinante que en el plano fonético presenta algunas semejanzas
con la lengua ibérica, pero, en cambio, el léxico es muy original. No se conserva
ningún texto escrito en el vasco antiguo, pero se encuentran nombres vascos en las
inscripciones latinas y en las de otras lenguas; esas inscripciones tienen, sobre todo,
un carácter funerario o votivo: epitafios, votos a los dioses o dedicatorias
a los emperadores. En esas inscripciones se encuentran nombres vascos de
personas, nombres de divinidades de árboles o animales y muchos topónimos
(Nuñez Astrain 2002: 58-61). Por casi todo el territorio de la Península Ibérica se
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encuentran topónimos de origen vasco. Abajo se pueden ver algunos de los rasgos
de topónimos vascos de la época antigua:
(1) El sufijo: -eno o -én, -ena, en topónimos como: Caracena (Soria y Cuenca),
Navaleno (Soria), Teleno (León)
(2) Un morfema -en, también -ena, y una variante -enea: para formar derivados de
apelativos: Ibarrena de ibar ´valle´ y como posesivo, por ejemplo, Michelena (de
Miguel), Simonena (de Simón) o Errandoena (de Fernando)
(3) El prefijo -iri, -uli, -uri, -urri, ´ciudad´”; así, por ejemplo: la actual Elne se
llamaba Iliberis que, conforme con el vasco Iriberri, significaría "ciudad nueva”.
(4) Lexemas: berri, "nuevo": Lumbierre proviene de irumberii y significa "ciudad
nueva", gorri, "rojo": Lascuarre de irigorri, es decir, "ciudad roja" y erri, "lugar":
Esterii "lugar cercado".
Es posible enumerar muchos más topónimos vascones en diferentes regiones
de España actual.
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sobre vasos cerámicos y dos epígrafes muy importantes interpretados como textos
oficiales; resultan de especial de interés los bronces de Botorrita, la inscripción
indígena más extensa en la Península Ibérica y uno de los textos más significados
en el mundo céltico (Lorrio 1997: 360-361).
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romanos (Gades) como más tarde por los árabes (Qādis); hoy esta ciudad se llama
Cádiz. Además de Cádiz existen otros topónimos de procedencia fenicia, son los
siguientes:
Asido (Medina Sidonia actual)
Málaka (Málaga) se sospecha su significado como "factoría"
Abdera (hoy Abdra).
Los cartagineses (los fenicios de Cartago) fundaron las siguientes colonias: Cartago
Nova, la Nueva Cartago (Cartagena en actualidad), y Portus Magonis (Mahón).
También el nombre de Hispania proviene de los fenicios: isephan-im en su lengua
significaba "la tierra de los conejos". También Ibiza es nombre de procedencia
fenicia, con el significado de "isla o tierra de pinos" (Lapesa 1981: 15). Como ya he
indicado, en el territorio meridional de la península se encontraron textos
redactados con la escritura utilizada por los fenicios.
En cuanto a la colonización griega en la Península Ibérica, se produjo
en el siglo VII a. C. En el año 600 a. C. los griegos fundaron Marsella y luego
Emporion (Ampurias). Lo que quedó de los griegos son los algunos topónimos:
Aera Leuce (Lucentum en latín, hoy Alicante)
Hemeroscopion (Denia)
Calipolis (la bella ciudad, probablemente Tarragona)
Pitiusas (Ibiza por los numerosos pinos que dominan en la zona)
Baleares, (proviene del verbo griego bállo).
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5 La RAE prefiere hoy usar español para el nombre oficial de esta lengua que se habla no solo en
España sino en una veintena de países hispanohablantes (“resulta más recomendable por carecer
de ambigüedad) y reservar el término castellano para designar la variedad dialectal que surgió en
la Edad Media en Castellano y que presenta diferencias con otras variedades peninsulares
(Diccionario panhispánico de dudas, 2005, pp. 271-272).
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Influencia de las lenguas prerromanas en la lengua española
4.2. Morfología
En la formación de la lengua española juegan un papel importante los sufijos
prerromanos repetidos en numerosas palabras. Son siguientes:
• -rro (cachorro) de origen mediterráneo primitivo.
• -ieco/ -ueco que proviene de -ěccu y -ŏccu no latino, actualmente sin
significado y presente solo en palabras sueltas como muñeca o marueco,
y en algunos topónimos, por ejemplo: Baruecco.
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5. Conclusiones
Como se ha podido comprobar a lo largo del presente trabajo, la influencia de las
lenguas prerromanas en el sistema fonológico y en la gramática del español es mas
que notable. La romanización de la península fue un proceso lento y progresivo
y esa convivencia a lo largo del tiempo permitió una interacción que dejó su poso
en el latín, y, por ende, en el español actual. Esa interacción continua incluso en
nuestros días por medio del vascuence, idioma que pervive y que, apoyado desde
las instituciones políticas, está recobrando una gran presencia en el País Vasco
como lengua vehicular en dicha comunidad autónoma.
La investigación realizada en este trabajo presenta el tema desde un punto
de vista complejo. Abarca la historia de la Península Ibérica desde los primeros
tiempos, cuenta con una breve descripción de los pueblos que habitaban
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Influencia de las lenguas prerromanas en la lengua española
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