Toma y Análisis de Núcleos

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TOMA Y ANÁLISIS DE NÚCLEOS.

Los núcleos consisten en una muestra de roca tomada del pozo a una profundidad específica, con la
finalidad de realizar análisis petrofísicos y geológicos, estos se obtienen de formaciones del subsuelo que
proporcionan la información más clara y segura respecto a la litología, textura, estructura de la roca,
contenido de fósiles, buzamientos y alteraciones tectónicas. Se obtienen generalmente mediante la
perforación de la formación con un taladro rotatorio de sección transversal hueca, corte de porciones de
paredes, corte con herramientas de cable y con fluidos de perforación. Se obtienen así muestras en forma
cilíndrica de más de 10 m de longitud y 11 cm de diámetro. Además los análisis de los núcleos en el
laboratorio dan valiosas informaciones sobre porosidad, permeabilidad, contenido de fluidos y salinidad
del agua fósil o singenética.

Puesto que la toma de núcleo aumenta considerablemente el coste de la perforación, se estimula el


desarrollo de los métodos menos caros. En la actualidad los diagramas eléctricos y radiactivos en unión de
la toma de muestras de las paredes y procedimientos mejores para la recogida e investigación del ripio han
desplazado en gran parte a los núcleos. Sin embargo, la tendencia general a restringir el número de núcleo
ha dado como resultado la perdida de información sobre buzamientos que ha constituido un serio
obstáculo para la interpretación de campos estructuralmente complicados. En general se adopta una
actitud más liberal en los pozos de exploración, también puede realizarse en pozos en desarrollo y de
avanzada.

Considerando el tipo de herramienta que se emplee para extraer un núcleo desde los diferentes estratos
del subsuelo, éstos se clasifican en: convencionales, convencionales con tubo PVC, manga de goma,
presurizados y orientados.

1. Núcleos Convencionales

Se obtienen en formaciones consolidadas, en este caso el núcleo no posee recubrimiento. Para su toma
se utiliza una herramienta que consta de un tubo externo y un tubo interno, el cual recibe el núcleo, un
retenedor y una mecha de diamante con un hueco en su centro por donde penetra el núcleo para alojarse en
el tubo interno. El diámetro de los núcleos cortados puede variar entre 1¾” – 6”, dependiendo del tipo de
mecha y herramienta empleada.

2. Núcleos Convencionales con Tubo PVC

La herramienta empleada en este caso es similar a la descrita anteriormente, con la diferencia de que el
tubo interno contiene en su interior un tubo de Cloruro de Polivinilo (PVC), dentro del cual queda
contenido el núcleo, a medida que la herramienta penetra en la formación. Este tipo de herramienta se
emplea en formaciones fracturadas, quebradizas o friables, ya que al quedar el núcleo recubierto por el
tubo plástico puede manejarse fácilmente sin riesgo a que las muestras se disgreguen.

3. Núcleos en Manga de Goma

Para la toma de núcleos en formaciones semi-consolidadas y no consolidadas que son muy blandas y
friables, se usa una herramienta que consta de un tubo externo, un tubo interno dentro del cual se
encuentra una junta de expansión, un gato mecánico, una válvula con flujo en un solo sentido, una manga
de goma, un retenedor de núcleos y una mecha de diamante con un hueco en su parte central que permite
la entrada del núcleo al porta muestras.

4. Núcleos Presurizados

Para la toma de núcleos que se desean mantener en contacto con sus fluidos originales se utiliza una
herramienta especializada que permite recuperar núcleos a la presión del yacimiento con un porcentaje de
recobro excelente en formaciones consolidadas. Los fluidos del yacimiento se mantienen en su forma
original, sin sufrir alteraciones al extraer el núcleo.

5. Núcleos Orientados

Se puede usar para toma de núcleos de cualquier litología. Los núcleos orientados son muy importantes
para el estudio de fracturas en las calizas del Cretáceo, debido a que permiten conocer la inclinación y
dirección de las fracturas y las estructuras geológicas que poseen porosidad secundaria, capaces de
almacenar hidrocarburos o desarrollar un programa de estimulación de pozos, con la finalidad de
incrementar la producción de un yacimiento.

Luego de que el núcleo es extraído del tubo sacanúcleo, se debe anotar inmediatamente las
profundidades de las caras superior e inferior del testigo y la cantidad recuperada. Los núcleos son
entonces examinados geológicamente y se separan muestras para los análisis de laboratorio, examen
paleontológico o para otros propósitos especiales. También en el examen en el mismo pozo se hacen
únicamente ensayos cualitativos del contenido de fluidos en núcleo, excepto cuando existe un laboratorio
portátil. Los objetivos principales del examen en el campo son, aparte de la determinación de la presencia
de petróleo y gas, facilitar la interpretación de los diagramas eléctricos y radiactivos, localizar contactos
gas-petróleo y petróleo-agua y elegir los intervalos para pruebas de producción con la tubería de
perforación y puesta en producción final de los pozos. Luego de la descripción litológica rutinaria del
geólogo de pozo, las muestras son corrientemente examinadas en los laboratorios por diversos expertos en
técnicas especializadas para mejorar las correlaciones, tanto locales entre pozos como regionales entre
campos petrolíferos. El geólogo de producción debe estar familiarizado con los fundamentos de estos
métodos especializados y debe ser capaz de utilizar sus resultados inteligentemente en el desarrollo de
campo petrolíferos.

Las principales características geológicas determinadas en el examen de núcleo son las de tipo
litológico, color, minerales accesorios, contenido de fósiles, textura y estructura de la roca, porosidad e
indicación del contenido de fluido. Estas características constituyen los datos básicos para las
correlaciones del subsuelo y para el estudio geológico y petrofísico de las rocas almacén. El primer paso
es la identificación de la roca o rocas existentes en la muestra; el segundo es la búsqueda de: a)
características litológicas y paleontológicas que pueden ser determinantes, y b) evidencia de
disconformidades.

La textura y estructura de la roca se examinan y describen en detalle pues proporcionan criterios claros
para correlaciones del subsuelo y para la interpretación de la formación de las capas productivas. Han de
observarse los rasgos de la roca formados durante la sedimentación (estratificación, deformación
contemporánea) y después de la sedimentación (cementación, solución, meteorización, deformación por
acción tectónica) insistiendo también sobre la importancia de la determinación de hidrocarburos en las
muestras recogidas ya que el éxito de un pozo exploratorio puede depender de esta determinación.
Los núcleos elegidos para estos análisis en el laboratorio, donde se estudia la porosidad, permeabilidad
y contenido de fluido, deben manejarse en tal forma que dicho contenido sea afectado lo menos posible, y
en caso de pozos exploratorios, deben acompañar al testigo enviado al laboratorio dos muestras del lodo
de perforación. Cuando se trata de la investigación paleontológica y micropaleontológica, esta debe
hacerse de acuerdo con a las instrucciones del paleontólogo encargado ya que en los núcleos también
pueden existir macrofósiles, que se usan para la determinación de la edad exactamente como en los
afloramientos. Teniendo en cuenta que la micropaleontología juega un importante papel para las
correlaciones y para el estudio de las condiciones de deposición de los sedimentos.

En las muestras de núcleos el gas viene indicado por la presencia de burbujas de gas en las muestras
recientes de núcleo y el petróleo es indicado por saturación y manchas de petróleo, olor, color (negro,
pardo a pajizo, o verde a amarillo), iridiscencia, reacción con el éter (también reacciones con acetona,
tetracloruro de carbono y cloroformo) y por fluorescencia. El agua de formación puede reconocerse por su
sabor salado o acido, olor (aguas sulfurosas), fuerte reacción con el nitrato de plata cuando la muestra
quebrantada se cubre con agua destilada, el lustre grisáceo causado por la película de aguas sobre los
granos de la roca y las manchas de petróleo <<muerto>> o de petróleo alquitranes negro.

Tener en cuenta también el no desechar el material del testigo que no se use inmediatamente para
investigaciones en el laboratorio ya que la experiencia nos dice que los antiguos núcleo son repetidamente
reexaminados si existen revisiones posteriores del subsuelo de los cuales puede obtenerse también
información valiosa para proyectos de recuperación secundaria en las últimas fases de la producción.

Todos estos análisis se constituyen en un resumen, directo, de las formaciones geológicas atravesadas
en la perforación.

Extraído de:

Landes, K. K. (1977). Geología del petróleo. Barcelona, España: Ediciones OMEGA

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