ESCUELA PNP Tacna La Etica en La Policia Nacional Del Peru

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LA ÉTICA EN LA POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo de investigación monográfica titulada " Los Valores Éticos

Morales en la Policía Nacional de Perú” pretende dar a conocer como podría

influir positivamente, en la educación en valores en la formación profesional y

humana de los futuros policías.

Una de las mayores preocupaciones de la sociedad actual es, sin lugar a duda,

la conducta de las personas en el ámbito de las relaciones humanas; en ese

sentido, las personas como las Instituciones tienen distintas actitudes y

comportamientos desde el punto de vista ético y moral.

La Ética Policial es básica en cualquier formación policial en un estado de

derecho. No sólo eso, el comportamiento ético de cualquier agente de policía en

una sociedad democrática se ha de presuponer y ha de formar parte del bagage

profesional.

El Policía es un funcionario al servicio de todos los ciudadanos y no solamente

necesita unos conocimientos profesionales y unas buenas aptitudes en el

desarrollo de su trabajo. Para poder hablar de un buen profesional de policía ha

de tener, además, unas actitudes, unas convicciones éticas más allá de las que

son exigidas a otros profesionales.

¿Por qué esta exigencia? El Policía está frecuentemente en contacto con la

parte más conflictiva de la vida las personas, en situaciones de emergencia, en

los peores días de cada ciudadano, con los ciudadanos que delinquen, en

situaciones de resolver conflictos, problemas, haciendo prevalecer en muchas

ocasiones el interés global por encima de algunos intereses particulares. Por eso

en muchas ocasiones no es bien vista la policía pero se pide su actuación

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cuando nuestros intereses están en peligro. Es una actitud ambivalente que el

policía ha de saber sobrellevar con profesionalidad.

De ahí que la profesión de policía, como hemos visto, tiene unas características

especiales que pueden hacer cambiar el carácter de sus miembros más

fácilmente que en otras profesiones y por eso mismo la ética policial es una

garantía para el ciudadano, pero también para el propio policía que ha de asumir

normas estrictas y ideales más altos que la mayor parte de las que son exigidas

en general.

CAPITULO I

1.1. CONCEPTOS BÁSICOS.

La ética se relaciona con el estudio de la moral y de la acción humana. El

concepto proviene del termino griego ethikos, que significa “carácter”.

Una sentencia ética es una declaración moral que elabora afirmaciones y

define lo que es bueno, malo, obligatorio, permitfo, etc., en lo referente a

una acción o a una decisión.

Por lo tanto, cuando alguien aplica una sentencia ética sobre una

persona, esta realizando un juicio moral.

La ética, pues estudia la moral y determina como debe actuar los

miembros de una sociedad. Por lo tanto, se la define como la ciencia del

comportamiento moral

Claro que la ética no es coactiva, ya que no impone castigo legal (sus

normas no son leyes).

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La ética ayuda a la justa aplicación de las normas legales de un Estado

de derecho, pero en si misma no es punitiva desde el punto de vista

jurídico, sino que promueve una autorregulación.

La ética puede dividirse en diversas ramas, entre las que se destacan la

ética normativa (son las teorías que estudia la axiología moral y la

deontología, por ejemplo) y la ética aplicada (se refiere a una parte

especifica de la realidad, como la bioética y la ética de las profesiones).

1.2. ÉTICA POLICIAL.

DEFINICIONES.-

 ÉTICA: es la ciencia que se encarga del estudio de la conducta.

 POLICÍA: son los cuerpos encargados de velar por el ordenamiento y

la seguridad de los ciudadanos

ÉTICA POLICIAL:

Se crea el Código de Ética de la Policía Nacional, que constituye el

conjunto de principios morales que normaran el correcto comportamiento

de los miembros de la Institución, para obtener de estos la realización y

los patrones de honorabilidad inherente a su condición de funcionarios

encargados de hacer cumplir la ley.

El Código de Ética Policial, establece un marco normativo deontológico,

que constituye el elemento básico que orienta la conducta de los

miembros de la Policía Nacional, ante la sociedad y a lo interno de la

Institución, resaltando ante la ciudadanía los valores institucionales y las

expectativas que puede tener respecto al profesional de la policía

responsable de su seguridad.

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1.3. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

El Policía es un funcionario al servicio de todos los ciudadanos y no

solamente necesita unos conocimientos profesionales y unas buenas

aptitudes en el desarrollo de su trabajo. Para poder hablar de un buen

profesional de policía ha de tener, además, unas actitudes, unas

convicciones éticas más allá de las que son exigidas a otros

profesionales.

¿Por qué esta exigencia? El Policía está frecuentemente en contacto con

la parte más conflictiva de la vida las personas, en situaciones de

emergencia, en los peores días de cada ciudadano, con los ciudadanos

que delinquen, en situaciones de resolver conflictos, problemas, haciendo

prevalecer en muchas ocasiones el interés global por encima de algunos

intereses particulares. Por eso en muchas ocasiones no es bien vista la

policía pero se pide su actuación cuando nuestros intereses están en

peligro. Es una actitud ambivalente que el policía ha de saber sobrellevar

con profesionalidad.

Desde una perspectiva ética y moral, la situación de la Policía es más

censurable, por ser esta, una autoridad o funcionario público que

interactúa directamente con su comunidad, las acciones que realiza el

policía están milimétricamente observadas por la sociedad que espera

un eficiente desempeño de sus funciones, por tanto el policía que ha

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quebrantado su juramento de honor de cumplir y hacer cumplir las leyes,

dejando de lado su delicada función social, es sinónimo de inmoralidad y

corrupción, que afecta a toda la institución y consecuentemente al

Estado.

La falta de conciencia moral del personal policial, el desconocimiento

sobre los principios éticos y morales que rigen su actuación , la deficiente

formación moral y profesional en las Escuelas, la crisis política,

económica y social del país y, en especial de la carencia de valores

éticos y morales del policía y de la sociedad, donde los miembros

policiales están inmersos; así como, el subdesarrollo el bajo nivel cultural,

y el deficiente nivel de disciplina social, han contribuido al desarrollo

desmesurado y mantenimiento latente de la corrupción policial.

La Educación Policial, debe enfocarse en procesos idóneos incidiendo en

la formación en valores éticos y morales, que contribuyan a la

satisfacción de la comunidad, sus esfuerzos serán orientados a cumplir

las demandas ciudadanas y reducir los errores, mediante el diseño de

procesos que respondan con rapidez a los requerimientos colectivos de

seguridad ciudadana, la paz y la convivencia social.

1.4. OBJETIVOS

A. OBJETIVO GENERAL

- Definir y robustecer los valores éticos y morales formulados en la

doctrina policial.

- Fortalecer la autoridad y la conducta individual de los Miembros

de la Policía Nacional.

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- Legitimar ante la sociedad el accionar de los agentes policiales, a

través de la proyección de una imagen positiva, en procura de

elevar el prestigio de la Institución policial en el seno de la

sociedad Peruana.

- Prevenir las actividades que puedan constituir corrupción por

parte de algún agente policial.

- Dar a conocer la Ética a los agentes policiales como la disciplina

que condiciona sus acciones en la relación que deben observar y

los fines que determinan su rectitud; desarrollando una conducta

ideal en ellos.

1.5. JUSTIFICACIÓN E IMPORTANCIA

El presente trabajo de investigación tiene su justificación e importancia

debido a que permitirá conocer las causas que no permiten una

adecuada formación policial , teniendo la imperiosa necesidad de

lograr identificar las principales causas que han provocado la crisis de

valores en el interior de la Policía Nacional y su incidencia de la deficiente

Formación Policial en Valores (Éticos y Morales); asimismo determinar

los efectos positivos de una formación policial basada en la ética y

mística policial, siendo necesario, diseñar estrategias cognitivas en la

educación y practica de los valores para lograr una sólida formación

(éticos y morales) del futuro Policía.

Adecuar permanente los planes educativos a la par de las exigencias

sociales y de la modernidad, hasta alcanzar la excelencia educativa que

permita, a la vez tener futuros POLICÍAS preparados y capacitados para

combatir la delincuencia, brindar seguridad y tranquilidad pública.

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2. MARCO TEÓRICO

A. FUNCIÓN POLICIAL

Tradicionalmente, el concepto de Policía se ha identificado con la idea del

buen orden que debe observarse para el mejor gobierno de un Estado o

un pueblo, cualquiera sea o fuera el tipo de régimen político. El criterio

moderno señala que una institución policial debe desenvolverse dentro

de un ámbito constitucional y obedecer una reglamentación sabia y justa

por ser una entidad que protege y ampara el derecho individual y

colectivo y, en general, porque preserva el ordenamiento jurídico contra

las causas que lo perturben.

El bienestar de una sociedad presupone un orden público armonioso y

efectivo, que equilibre la existencia individual y el bien común para una

feliz convivencia, que es responsabilidad de la función policial en un

Estado moderno.

Cabe señalar que las nuevas exigencias que se plantean en cualquier

país del mundo frente al incremento delictivo son las de constituir Policías

más tecnificadas, preventivas y de orden público, capaces de asumir una

función decisiva y trascendental.

El nuevo rol de las Policías, así entendido, no puede ser otro que el de

comprender que hay un moderno sentido profesional en el cumplimiento

de su importantísima función, que le demanda una formación doctrinaria

más amplia y elevada para poder así erigirse como institución directriz y

coordinadora en todo el ámbito de su accionar frente al delito.

El concepto de la labor policial se ha ensanchado considerablemente y

en la actualidad abarca casi toda la actividad humana. Esto no es de

extrañar, puesto que en las últimas décadas ocurrieron una serie de

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cambios sociales que han afectado todos los aspectos de la vida. La

Policía no solo ha quedado incluida en dichos cambios, sino que, en

muchas formas, ha contribuido.

Por tanto, no es preciso respecto a la filosofía antigua ni moderna para

establecer si las sociedades necesitan Policías, aunque el hombre tiene

impresa en la conciencia una ley natural que da más vigor y permanencia

a una ley positiva de doble cariz: divina y humana; leyes que tienden a

ordenar la razón para el bien común.

La realidad desde que el mundo fue y deje de serlo, la ley ha

quebrantado, y seguirá quebrantando, la sociedad no puede subsistir

sino hay una fuerza coactiva para poner el orden, sino aparece una

institución que por su autoridad obligue al conjunto a respetar los

derechos ajenos y las codificaciones redactadas en bien de esa

sociedad. Esa institución es la Policía, investida de autoridad por la Ley

para el mantenimiento del orden que la sociedad necesita; en una

palabra, es la ley en uniforme. Por eso la sabiduría popular llama al

policía guardián del orden y la tranquilidad; defensor de los derechos

inalienables de los ciudadanos; defensor de la propiedad y la vida; etc., y

así, sencilla y claramente, se definen las principales obligaciones que

esta abnegada y callada profesión encarna en el sentimiento de una

noble misión: servir a la humanidad.

En el marco de un régimen democrático de derecho, la función por

excelencia de la policía es dar eficacia al derecho. Ello se materializa en

funciones esenciales, que son: la prevención y control de faltas y delitos,

en determinados casos, la investigación criminal. Para el cumplimiento de

su misión proteger los derechos y libertades de las personas- mediante

las funciones de prevención e investigación de delitos cometidos o por

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cometerse, la institución policial recibe una facultad que es el uso de la

fuerza.

Esta atribución no es otra que brinda la propia comunidad para que

actúe en su protección, por lo que el uso de la fuerza ilegal, que no es

otra cosa que la violencia y convierte al policía en un “delincuente con

uniforme”, es una transgresión del sentido y fin último del ser policial.

Para el accionar policial que conlleva el uso de la fuerza no, suponga

extralimitaciones, abusos y violaciones, debe estar regido por una serie

de principios.

El principio superior del que emanan de los demás es la protección de

los derechos y libertades fundamentales y el principio de legalidad, es

decir el sometimiento a la Constitución y las leyes nacionales, así como

las normas derivadas de los instrumentos internacionales de protección

de los derechos humanos. De ellos derivan el principio de

proporcionalidad (oportunidad, congruencia y proporcionalidad en sentido

estricto), así como el principio de necesidad.

B. LA ÉTICA EN LA FUNCIÓN POLICIAL

Todo el concepto de la ética está íntimamente relacionado con la

independencia policial si a uno de ustedes se le pidiera que hablara a su

colega sobre el tema de la ética es posible que en un principio se sienta

poco dispuesto o seguro de hacerlo. Sin embargo es muy importante

hablar de la ética. Ello no quiere decir de quien lo haga sea perfecto o un

moralizador, con este tema he creído conveniente preguntarme porque la

imagen de los miembros policiales esta tan decaída cuando debería tener

una reputación de integridad y neutralidad. La ética así como la

independencia tiene que ver con la apariencia y la realidad, si se perciben

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injusticias y aparentan que no la hay, esto trae como consecuencia lo que

se está viviendo el descrédito de las fuerzas policiales.

Una forma de concebir un verdadero código de ética para los miembros

policiales es asumir que éste, debe consistir en que todo policía adopte

como código personal las Normas más elevadas posibles de conducta

personal y profesional. Su vida personal, la forma en que lleva acabo la

relación con su familia y si inevitablemente llegan a conocimiento del

público y como policía en el ejercicio de su deber debe actuar con la

conducta, con la equidad, con la integridad, con la rectitud que

esperamos de nuestros ciudadanos más responsables.

El comportamiento y el carácter son muy importantes dentro de la vida

profesional del efectivo policial. Es decir el policía debe mantener

cordura, moderación, cuando el delincuente trata deliberadamente de

provocarlo. Sin embargo el policía debe insistir en que el delincuente

respete, no la dignidad personal del policía, sino la dignidad del cargo

que ejerce y esto será un patrón para aprender la forma de controlar los

delincuentes en los cárceles. Los mejores policías con su conducta, su

posición, su forma de proceder, inspiran respeto en estos casos, jamás

nos atreveríamos a intentar una conducta impropia contra ellos.

En general toda ética pretende determinar una conducta ideal del hombre

en especial los policías, estas son algunas:

1. Corresponde a todos los funcionarios de Policía cumplir los deberes

que le impone la Ley, protegiendo a sus conciudadanos y a la

colectividad contra las violencias, los actos depredatorios y los otros

perjudiciales definidos por la Ley.

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2. Todo funcionario de Policía debe actuar con integridad, imparcialidad

y dignidad. En particular, debe abstenerse de todo acto de corrupción

y oponerse a ésta resueltamente.

3. Las ejecuciones sumarias, la tortura y las otras penas o tratos

inhumanos o degradantes quedan prohibidos en todas circunstancias.

Todo funcionario de Policía tiene el deber de no ejecutar o de ignorar

toda orden o instrucción que implique estos actos.

4. El funcionario de Policía debe ejecutar las órdenes legales

reglamentariamente formuladas por sus superiores jerárquicos, se

abstendrá siempre de ejecutar cualquier orden que él sepa o deba

saber que es ilegal.

5. Es deber de todo funcionario de Policía oponerse a las violaciones de

la Ley. Si estas violaciones son de tal naturaleza que impliquen un

perjuicio grave inmediato o irreparable, debe actuar sin dilación para

prevenirlas lo mejor que pueda.

6. Si no es de temer un perjuicio grave inmediato o irreparable, el policía

debe esforzarse por evitar las consecuencias de esas violaciones o

su repetición avisando a sus superiores. Si esta acción queda sin

resultado, puede acudir a una autoridad superior.

7. No será aplicada medida alguna penal o disciplinaria al funcionario de

policía que haya rehusado ejecutar una orden ilegal.

8. Es deber del funcionario de Policía rehusar el participar en la

búsqueda, arresto, custodia o traslado de personas buscadas,

detenidas o perseguidas sin ser sospechosos de haber cometido un

acto ilegal en razón de su raza o de sus convicciones religiosas o

políticas.

11 | P á g i n a
9. Todo funcionario de Policía es personalmente responsable de los

actos u omisiones que haya ordenado y que sean ilegales.

10. La vía jerárquica debe ser claramente establecida. Debe ser siempre

posible acudir al superior responsable de los actos u omisiones de un

funcionario de Policía.

11. La legislación debe proveer un sistema de garantías y de recursos

legales contra los perjuicios que puedan resultar de las actividades de

la Policía.

12. En el ejercicio de sus funciones, el funcionario de Policía debe actuar

con toda determinación necesaria, sin jamás recurrir a la fuerza más

que lo razonable para cumplir la misión exigida o autorizada por la

ley.

13. Es necesario dar a los funcionarios de Policía instrucciones claras y

precisas sobre la manera y las circunstancias en las cuales deben

hacer uso de sus armas.

14. El funcionario de Policía encargado de la custodia de una persona

cuyo estado de salud necesita de atención médica debe facilitar tal

atención del personal médico y en caso necesario tomar las medidas

para proteger la vida y la salud de esta persona. Él debe

conformarse a las instrucciones de los médicos y de otros

representantes cualificados del cuerpo médico, si ellos estiman que

un detenido debe ser colocado bajo vigilancia médica.

15. El funcionario de Policía debe guardar el secreto acerca de todas las

cuestiones de carácter confidencial de las cuales él tenga

conocimiento, a menos que el ejercicio de esas funciones o las

disposiciones de la ley le manden actuar de otra manera.

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16. Todo funcionario de Policía que se conforme a las disposiciones de la

presente declaración tiene derecho al apoyo activo, tanto moral como

material, de la colectividad en la cual ejerce sus funciones.

Los funcionarios policiales, son funcionarios públicos con labores especiales

dentro de un estado de derecho. Y es que dicha especialidad radica en la

posibilidad de limitar derechos tan fundamentales como lo es la Libertad y de

imponer dentro de la sociedad, limitaciones dadas por el propio

ordenamiento jurídico. Debido a esa especialidad de funciones, es que nace

la imperiosa necesidad de que la labor que se realiza, sea el reflejo de la

aplicación seria y responsable, de principios morales, éticos y profesionales,

que vengan a desarrollar credibilidad y a fortalecer la Legitimidad Social, de

la función de la Policía.

Cuando dentro de los procesos de reclutamiento y selección que realiza el

Ministerio de Seguridad Publica, se incorporen parámetros de medición de la

conducta moral del oferente, estaremos ante el cumplimiento de un elemento

que en el futuro nos dará como resultado, mejores policías al servicio de la

comunidad. Porque, claro está que en la actualidad la institución, adolece de

un procedimiento correcto para la selección de nuestros nuevos policías, ya

que prima fase, se debe de cumplir con los compromisos políticos y llenar

plazas, sin tomar en cuenta una serie de cualidades que un aspirante de

Policía debe de cumplir.

Los procesos de ingreso, promoción y ascenso, en una actividad tan digna y

humana como lo es la profesión policial, no debe de desvirtuarse, ni

politizarse, sino responder al perfil de la cultura propia de la institución

policial y el establecimiento de los principios básicos de la actuación policial,

se debe dejar de lado el manoseo en las esferas superiores para obtener

13 | P á g i n a
beneficios personales, así como también, se debe renunciar a la colocación

de personas no idóneas en un cargo, solo por amiguismo o compromisos

adquiridos, con ello se refuerza la moral y la ética en la función policial.

Como mencione al principio, al estar el policía íntimamente relacionado con

situaciones sociales delicadas, su conducta moral debe ser la mejor. Porque

no concebimos a un Policía que no tenga una alta ética moral, la cual están

ligada a los criterios normas y valores que dirigen nuestro comportamiento y

que a la postre ligara el policía con la ética propiamente dicha, reflexionando

teóricamente la ética moral. Y es que la ética moral, tiene que ver con el nivel

práctico de la acción (con lo que debo hacer), mientras la ética como ciencia,

aborda la cuestión a un nivel teórico, de la reflexión y trata de dar un

ordenamiento sistemático de la ética moral, (que es, como se fundamenta y

como se aplica, la ética moral).

Es trabajo de las altas autoridades de gobierno, fijar el rumbo de la

Institución a corto, mediano y largo plazo, y dar continuidad a los esfuerzos

de cada administración de turno, orientando la definición de objetivos

estratégicos, política institucional, planes, programas y proyectos. Cuando

logremos establecer la filosofía que imprima una particular forma de ser del

Policía, se considerara como un todo integrado, que hará posible dirigir y

orientar el trabajo institucional y de sus miembros en su doble rol social,

como Policías y como integrantes de la comunidad en que viven (parte

humana del funcionario policial).

Pero amen del esfuerzo institucional, debe de darse una política de estado,

que reivindique globalmente al funcionario de gobierno, con el

establecimiento de políticas claras, normativizando la ética del burócrata y

creando principios de actuación del funcionario, que sea el resultado de la

consecución de los deberes consagrados en los convenios internacionales,

14 | P á g i n a
constitución política y normativa vinculante. Los esfuerzos supra indicados

deben además, plantear una reeducación de los ciudadanos que utilizan los

servicios de estado, orientada a la eliminación de criterios subjetivos, que

encasillan a todo funcionario público como igual y que también ha incidido en

la creencia, de que ante el funcionario, el servicio o el problema se soluciona

con una mordida acrecentando la corrupción y colaborando con el ejemplo a

las nuevas generaciones, por lo cual a criterio del suscrito debe ser abordado

el asunto de una forma integral.

Es de gran importancia indicar que la Función Policial, debe ser analizada en

concordancia con el ordenamiento jurídico, no es una actividad estatal

aislada, sino más bien que forma parte del bloque de legalidad y que la

Fuerza Pública es una institución de carácter civil, que debe tener una

proyección a la comunidad, para dar eficacia al derecho y garantizar la

seguridad pública mediante la prevención, por lo cual resulta de gran

relevancia el establecimiento de valores y principios que legitimen su actuar y

que además de cara a las nuevas tendencias de profesionalización de la

entidades policiales de Latinoamérica, venga a dar dichas normas una mayor

credibilidad al actuar de la Policía.

Cuando una actividad adquiere carácter de profesión, debe de

normativizarse sus valores, principios y reglas profesionales, con la ineludible

consecuencia de la incorporación de reglamentos de ética. La ética

profesional es la normativa que estudia los deberes y derechos profesionales

de cada profesión, y va especialmente destinada a las personas que ejercen

una profesión u oficio en particular, diferente de la ética pura, que solo es el

estudio directamente del ser humano como persona en el ámbito individual

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en sus principios como ser humano, mientras que como ya se dijo la ética

profesional, es el conjunto de los deberes y derechos que tienen los

profesionales, como tales en su profesión, oficio personal, a un nivel de

agrupación.

Desde la creación de la Ley General de Policía en el año 1994, se ha venido

a dar un Cambio importante en la profesionalización, es en el año 2003, con

el decreto ejecutivo Nº 31463-SP, es que se viene a establecer una serie de

principios que deben de ser observados en el cumplimento del deber. Pero la

elaboración de la normativa como tal, se queda corta, la institución policial

debe hacer un mayor esfuerzo para difundir dicho reglamento a manera de

ejemplo el documento en la unidad policial que pertenecía al momento de su

implementación, únicamente fue entregado, sin ni siquiera una charla o

explicación de lo que se estaba entregando a cada funcionario.

Creo que dichas prácticas institucionales, riñen con la realización de los

objetivos y se debe de mejorar en la aplicación, tomar el buen ejemplo de

unidades policiales, que innovan en la aplicación y capacitación del personal

en materia de la ética profesional, tal y como es el caso del Servicio de

Vigilancia Aérea, en donde se tiene un taller que específicamente aborda el

tema de la Disciplina, Cortesía y Ética Policial, y sus contenidos concretos,

están además del orden cerrado, la explicación del Reglamento de Ética, de

los cuerpos policiales adscritos al Ministerio de Seguridad Publica y del

Régimen Disciplinario ante su incumplimiento, lo cual aplicando la objetividad

es de copiar para el buen desempeño de la institución.

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Por último, se debe de tener muy claro, que las normas de conducta que

honren o dignifiquen la función policial, para hacer nacer y mantener el

respeto hacia la institución, acrecentará su credibilidad ante la población, al

tiempo que solidificara su legitimidad como autoridad, cuando su actuación

se encuentra apegada al marco legal y a lo que la ciudadanía consciente

espera de ese órgano, reafirmando el compromiso del Policía con Dios, la

Patria, la comunidad y la institución que representa.

3. CONCLUSIONES

Indagar sobre los fundamentos éticos que motivan la conducta humana,

deriva evidentemente en la investigación de los valores primarios que la

sustentan.

En este caso particular, el objeto de nuestras reflexiones se orientan a

establecer algunos fundamentos que constituyen fuentes generadoras de

valores en la conducta de quienes dentro de la sociedad son parte de la

Policía Nacional, institución que desarrolla un rol específico al servicio de

esta, de conformidad a lo establecido en la Constitución Política del Estado.

La Policía Nacional está integrada por personas, en tal sentido, los

ejecutores de los actos institucionales son seres humanos, lo que impide

considerarlos como meros instrumentos inanimados e impersonales al

servicio de la comunidad. El bien común no es extraño al Policía, pues ellos

no actúan solamente para los demás, sino también son hacedores directos

de su propio bien; asimismo, el éxito y el fracaso no es únicamente de la

Institución que integran, sino también de cada uno de ellos, por la

representatividad que ostentan. El Policía es un profesional preparado para

cumplir una función, debe ser único en ella, quiere decir, que no puede ser

reemplazado por otra persona que no sea otro Policía. Para ello, debe

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mostrar en todo memento sólida moral, disciplina, consciente y adecuada

preparación técnico profesional, cualidades que no son obtenidas al azar,

sino adquiridas a través de un proceso de formación institucional y

perfeccionadas mediante el trabajo diario, que se caracteriza por un

desprendimiento total, aún a costa de la propia vida.

Ahora bien, el hombre que arriesga su vida en beneficio de los demás es

consciente de su dignificación y entrega, producto de la valorización concreta

que la sociedad y el Estado le brindarán aún más allá de su muerte.

De no ser así, perdería fuerza su libre determinación. No tendría sentido ni

significado trascendente apartándose de esta manera de las aspiraciones de

la sociedad. La Institución sin la voluntad de su hombres, perdería su objetivo

inicial, y podría generar un nuevo objetivo no regido por el bien común, sino

por la nueva realidad distanciada de la sociedad a la que sirve.

Sin embargo, no deja de ser cierta que algunas veces la función, la autoridad

y la moral del policía es cuestionada por una serie de acontecimientos que

van creando una opinión desfavorable en la ciudadanía. Entonces, qué

hacer ante esta situación. Las alternativas pueden ser muchas,

mencionaremos algunas: En primer lugar, el policía debe fortalecer su

identidad institucional, relacionando sus aspiraciones personales y las

expectativas profesionales que la institución policial le brinda,

fundamentalmente una vida digna y un retiro decoroso. Para ello, ésta, debe

generar las condiciones que posibiliten concretar, sino todo, gran parte de

estas aspiraciones. Por otro lado, el policía se esmera en brindar toda su

capacidad y esfuerzo profesional, en beneficio del Instituto, pensando que

ser policía es un privilegio pero también un compromiso moral.

En segundo lugar, el policía debe entender que su desempeño funcional

debe ser siempre óptimo, más claro, acostumbrarse a mostrar calidad en

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todas las tareas que le toca realizar, esto se logra conociendo; ¿Qué debo

hacer y cómo?, por ejemplo, si una de las tareas es hacer cumplir la ley, lo

primero que debe hacer, es conocerla, para saber los alcances y limitaciones

de su aplicación; en este aspecto la instrucción permanente, orientada a

perfeccionar la función, y los procedimientos técnico – profesionales, son

factores básicos para estos logros.

En tercer lugar, fortalecer el sistema de trabajo mediante una real aplicación

de estímulos y medidas correctivas. ¿Qué pretendo decir con esto?, Que se

debe motivar oportunamente a los policías, para que su desenvolvimiento

profesional se encuentre dentro de los niveles de calidad y excelencia

exigidos por la Institución; Así mismo, cuando algún funcionario policial

cometa excesos en la función, o actos de inconducta profesional, se hará

acreedor a una sanción que debe tener carácter correctivo, aplicada de

acuerdo a la magnitud del hecho. En estos casos, se debe distinguir al

culpable del responsable; culpable es el causante directo del hecho, el que

ha cometido el acto de inconducta, por acción u omisión, con intención o sin

ella, con conocimiento o por ignorancia; y responsable es aquel que por la

jerarquía del cargo que ostenta, tiene relación directa sobre el culpable, y por

diversas razones su autoridad es cuestionada por el hecho en mención.

Ambos están sujetos a sanciones que corrijan conductas y actitudes, y al

mismo tiempo enseñen a que cada quien asuma la responsabilidad que les

corresponde.

Si actúan diariamente de esta manera, se optimizara el reconocimiento de la

sociedad a la que sirven, reconocimiento que debe ser real, manifestándose

a través de acciones que beneficien a sus integrantes, desde el punto de

vista profesional y personal.

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También, la sociedad debe estar convencida de la importancia que la

función policial tiene en el desarrollo normal de sus actividades, para ello,

debe existir consenso sobre la labor que realiza la Policía Nacional, porque

este consenso legitima la función y la hace materialmente posible.

4. RECOMENDACIONES

a. Hacer un diagnóstico de la realidad socioeconómica de los servidores

policiales que explique las características de las actitudes y el

comportamiento de cada uno de ellos para focalizar y reforzar los

aspectos educativos en valores.

b. Continuar impulsando el profesionalismo con mayor exigencia académica

en todos los niveles de la formación, capacitación y perfeccionamiento

policial, procurándose de una plana docente de reconocida trayectoria y

que disponga de solvencia moral, económica y académica civil y no

policial.

c. Que cada oficial seleccione a su personal para tareas especializadas y

priorice los trabajos en equipo en lugar de los grupos, inspirando

confianza en ellos y una necesidad de compartir el éxito y el liderazgo.

d. En los procesos de selección de personal, para cualquier función, indagar

por información de aspectos culturales que guarden relación con el

diagnostico socioeconómico propuesto., porque la ética es una muestra

del cumplimiento del deber de toda la institución

e. Repotenciar los órganos de control interno y las comisiones de

investigación de inconductas funcionales de los servidores, pero con

misiones e intenciones de readaptación con el ejemplo y, no para la

aplicación de sanciones severas

20 | P á g i n a
f. Educar, y socializar, que, la ética trata "lo que es la realidad" pero para el

trabajo policial se debe buscar "lo que debería ser" que es señalar el

futuro.

5. BIBLIOGRAFÍA

- http://www.pnp.gob.pe/documentos/Ley_Codigo_Etica_Funcion_Publica.

pdf

- http://www.mindef.gob.pe/menu/codigo_etica/manualetica.pdf

- http://www2.inpe.gob.pe/portal/archivos/upload/trabajos/Manual_De_Dere

chos_Humanos.pdf

- http://www.oas.org/jurídico/PDFs/mesicic4_per_org_pnp.pdf

- http://www.pnp.gob.pe/luchacontra/documentos/MODULO

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- http://www.policia.cl/cidepol/biblioteca/deontologiapolicial.pdf

- http://www.contracultura.com.sv/la-ética-policial

- -Solores, Jesús. Servicio Público y ética policial.

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