Poesia Quechua
Poesia Quechua
Poesia Quechua
Por entre las voces del tiempo, la expresión quechua nos entrega un sentir y un
palpitar de un magnífico pueblo, en su ser, expuesto a los desarraigos que por
momentos en toda saga humana deja el ser del amor. Más exactamente la
pérdida del ser amado se permite en la tradición quechua un profundo canto
sostenido y desgarrador (el deseado por momentos se escabulle bello y fatal por
el prado extenso de la historia) que bien nos habla de la riqueza sospechada de
un mundo interno que a su vez ha reflejado a nuestro entender, más allá de los
esfuerzos distorsionantes de los estudios, la organización social y el fresco y
deparador conjunto de los elementos. Pero entonces, de repente junto al canto
de amor en el tiempo de las últimas noches del esplendor, la inclemencia de la
devastación, la codicia y el ser del odio.
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las extensas y agobiantes circunstancias de finitud humana. Es, pese a las
contingencias, el regocijo y la sublevación que sortea el olvido y la injusticia
como lo hace al igual el poeta moderno.
Pese al inevitable atenuante cultural que nos llega a manera de mediación de las
traducciones castellanas, lo quechua en su lengua es una interioridad
formidable. En el lenguaje he ahí la raíz explicable de la incomprensión entre
dos culturas tan opuestas como la del Imperio Inca y la del Viejo Mundo;
aunque las dos hayan mirado un mismo ser o elemento, abierto estaba el
abismo en el nombrar porque lo quechua ha pretendido el sentido de la tierra,
las voces mágicas y destellos de lo manifestado. Lo español, dígase, el certero
nombrar despojado de vínculos cósmicos, de causa y efecto luminoso, esto es,
el objeto mismo con la desconocida gravedad de su brillo y de su peso.
Los Cantos
Qué decir del canto quechua “Manchay Puitu” de períodos de colonia donde el
destino esta vez separa por siempre al amante:
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En los cantos quechuas, se anticipa una unidad con las esferas y el umbral de
un regocijo pleno que se equipara sin remilgos, al más intenso vibrar de los
clásicos y modernos logros del género de esta nuestra aún sociedad de
conquistas y violencias sobre lo que todavía queda. Del llamado período
precolombino atendamos la invitación del poema “Qhashawa”: “Reunámonos en
el florido prado/ para jugar bajo la estrella de oro”. Aquí la riqueza es otra y es la de
siempre: el juego holgado con el fulgor de la palabra que apropia el color y
expone una plenitud y libertad en el reino siempre magnífico en que se
nombran las cosas.
Poemas*
A menudo mi corazón
Entreveía
En mi vigilia y en mi sueño
Y en mi letargo
Al abejorro maléfico
Y maldito.
3
Sollozando.
4
Con lamentos de viudas
Desoladas
Le han rodeado las infantas
Enlutadas.
5
Te han robado tus andas de oro.
Y tu palacio
Y todos los tesoros que han hallado
Se han repartido.
¿Permitirá tu corazón
Rey soberano,
Que vivamos dispersos
Y errantes,
A extraño poderío sometidos
Y pisoteados?
MANCHAY PUITU
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Con la muerte podría aproximarme a ella;
Pero tal vez me viera más lejos.
QHASHWA
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No tengas miedo de la luna llena.
Reunámonos en el florido prado
Para jugar bajo la estrella de oro.
*Poemas de: “La Poesía Quechua”: Jesús Lara. Fondo de Cultura Económica. México.