Didactica de La Lengua para La Formacion de Maestros ALVAREZ ANGULO
Didactica de La Lengua para La Formacion de Maestros ALVAREZ ANGULO
Didactica de La Lengua para La Formacion de Maestros ALVAREZ ANGULO
Recursos
Teodoro Álvarez Angulo
ISBN: 978-84-9921-474-0
7
Sumario
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
3. Didáctica de la lectura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
4. Didáctica de la escritura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
9
Presentación
11
za y el aprendizaje en ámbitos escolares; el currículo oficial que esta-
blece el Estado y la autonomía correspondiente, y el aula, escenario en
que tienen lugar los aprendizajes y las enseñanzas, con las mediaciones,
andamiajes, ayudas y herramientas de que se sirve el maestro para el
desempeño de la labor social que se le encomienda.
En el estudio de la enseñanza y el aprendizaje de la lengua (progra-
mas, materiales, libros de texto, etc.) será de gran interés detectar la
concepción predominante de la lengua (más o menos formal y norma-
tiva; más o menos funcional), así como el modelo de enseñanza y de
aprendizaje que subyace a dichos materiales (más o menos transmisiva;
más o menos constructivista), con las implicaciones que ello tiene en la
formación inicial y permanente de los futuros maestros.
El planteamiento predominante que se postula en esta obra es prin-
cipalmente práctico. Consiste en favorecer que se hagan cosas con la
lengua, a la vez que se tienen en cuenta los aspectos descriptivos, nor-
mativos, formales e históricos de la misma; o sea, en saber cosas sobre
la lengua.
Para ello, siempre que los planes de estudio lo permitan, es impor-
tante articular la enseñanza en el aula con los períodos de Prácticum.
Idealmente, esta asignatura debería situarse entre un breve período de
Prácticum de observación (Prácticum I), que recoja observaciones, co-
mentarios y problemas, acerca de qué se hace y cómo se lleva a cabo la
enseñanza y el aprendizaje de la lengua, con la consiguiente detección
de problemas relacionados con las habilidades lingüísticas. El tiempo
asignado a esta asignatura debería dar cabida y encontrar solución a
estos problemas, de manera que, durante el período largo de Prácticum
(Prácticum II), de intervención en las aulas de Educación Primaria, los
estudiantes dispusieran ya de recursos basados en la reflexión, como
consecuencia de su estudio en las aulas universitarias en que se forman.
El procedimiento para llevar esto a las aulas es diverso: unas veces se
tratará de realizar actividades en colaboración (en parejas o en grupos
reducidos); otras veces, las actividades serán individuales; y otras –las
menos– se llevarán a cabo en grupos más numerosos mediante la expo-
sición magistral del profesor.
La relación de actividades que se proponen para el desarrollo del te-
mario no supone que todo el alumnado (grupos) haga simultáneamente
lo mismo. Por el contrario, es más enriquecedor para el grupo de la clase
y para cada estudiante mostrar el amplio abanico de posibilidades que
se pueden abordar en el tratamiento de los aspectos que admite el estu-
• portada;
• índice;
• resumen (máximo veinte líneas) y palabras clave (máximo cinco lí-
neas);
• comentario sobre el contenido y el planteamiento didáctico;
• comentario acerca de las aportaciones de provecho personal y profe-
sional que supone la realización de la actividad para quien la realiza.
Ni que decir tiene que será bien recibida toda propuesta que venga
del estudiante y sea reflejo del interés de un determinado aspecto rela-
cionado con el objeto de estudio.
Aquí se sitúa, lector, la obra que tienes en las manos. Aborda, como
sabes, tres de los cuatro bloques de contenido que componen el área de
Lengua castellana y Literatura; a saber: «hablar, escuchar y conversar»;
«leer y escribir»; «conocimiento de la lengua». El cuarto bloque (el ter-
cero, en el currículo oficial), «la educación literaria», corresponde a otra
asignatura del plan de estudios, denominada precisamente Educación
literaria, Literatura y Educación, o Didáctica de la Literatura. Esto quie-
re decir que, si bien conceptualmente no es posible separar los aspectos
presentación 13
funcionales de los estéticos en lo que respecta al estudio de la lengua,
atenderemos preferentemente a los primeros hasta donde se pueda.
El capítulo 2 se ocupa de la comunicación oral. Seguimos, como
puedes ver, un planteamiento de estudio ontogenético: primero habla-
mos; más tarde escribimos y leemos. Esto no quiere decir que tratemos
las distintas habilidades lingüísticas separadamente. No tendría senti-
do. Los usos del lenguaje, en la sociedad y también en ámbitos esco-
lares, unas veces requieren que se hable y que se escuche; otras, que se
lea; otras, que se escriba. Y lo más común es que se interrelacionen las
cuatro habilidades. Nos interesa de forma particular abordar los regis-
tros orales en los usos de la lengua. De ahí que pretendamos ir desde los
usos coloquiales, espontáneos, hacia los usos planificados o reflexivos,
propios del lenguaje académico.
El capítulo 3 recoge la adquisición de la alfabetización, la iniciación
a la lectura y la escritura; asunto social de primera magnitud y funda-
mental en las escuelas de primeras letras. Trataremos sobre cómo se
enseña y cómo se aprende a leer y a escribir en los primeros grados de
la enseñanza. He de decir que es un tema tan apasionante como difícil
y controvertido.
Juntamente con la adquisición de la lectura y la escritura, nos ocu-
paremos del desarrollo de estas dos habilidades lingüísticas como dos
procesos distintos pero complementarios a lo largo de la Educación
Primaria.
En el capítulo 4 planteamos específicamente las cuestiones relacio-
nadas con la escritura, por tratarse de la competencia lingüística más
compleja y que más problemas plantea a los escolares. Mostraremos los
principales géneros discursivos con que se encuentran estos alumnos
en las aulas y fuera de ellas. Merecerán asimismo nuestra atención las
distintas estrategias de comprensión y producción de textos en estas
edades, en las materias del currículo, en línea con lo que plantean desde
hace tiempo movimientos sajones como Writing Across the Curriculum
y Writing in the Disciplines. Estas corrientes de enseñanza y aprendiza-
je de la escritura defienden la necesidad de enseñar a leer y a escribir en
las disciplinas del currículo, por tratarse de textos de especialidad que
hay que conocer para poder entender y expresarse convenientemente en
los ámbitos académicos y sociales.
El capítulo 5 aborda el conocimiento de la lengua, en sus aspectos
más reflexivos, acerca del uso que hacemos cuando hablamos y escri-
bimos. Aquí planteamos el estudio de la gramática escolar, porque es
presentación 15
1. Bases para enseñar lengua en el aula
17
dos; por tanto, es necesario transponerlos a una nueva realidad, en este
caso, a la formación de maestros, con la finalidad de que enseñen en las
escuelas de Educación Primaria.
En la figura 1 se muestra el tránsito que siguen los saberes teóricos
sobre la lengua hasta llegar al aula, donde han de convertirse en objetos
de aprendizaje y de enseñanza. Como se puede ver, no es un camino
sencillo; y por ello vale la pena detenerse y reflexionar acerca de qué tie-
nen que ver los conceptos lingüísticos (saberes teóricos) con lo que ha de
aprender y saber hacer con la lengua un niño de seis a once años en los
ámbitos escolares y fuera de las aulas. Eso condicionará en buena parte
el planteamiento de aprendizaje de las distintas habilidades lingüísticas
d i d á c t i ca d e la le n g ua
d i d á c t i ca d e la le n g ua
Transposición
Didáctica
Reducción
Simplificación
Reformulación
Currículos
oficiales
Materiales escolares
Libros de texto
AULA
profesor/alumno
Saberes instrumentales
Saber hacer
Preguntas Comentarios
1. ¿Es atractivo su diseño?
2. ¿De cuántas unidades, secuencias didácticas, lecciones, etc., está
compuesto el libro?
3. ¿Cuál es la estructura de una unidad o secuencia didáctica?
Descripción de los apartados de que consta la primera unidad
didáctica, la del medio y la última?; ¿cuál es el orden en que aparecen
los apartados?
4. ¿Se tiene en cuenta el ambiente sociocultural y escolar de los
alumnos?
5. ¿Se explicitan los objetivos?
6. ¿Se explicitan los contenidos conceptuales, procedimentales y
actitudinales?
7. ¿Cuáles de ellos tienen mayor peso en la programación?
8. ¿Se parte de unidades completas de significado: textos, discursos,
conversaciones?
9. ¿Se atiende a las técnicas de expresión oral, tales como la lectura
en voz alta, memorizar y recitar poemas, contar cuentos, dramatizar,
conversar y dialogar…?
10. ¿Se tienen en cuenta los aspectos paraverbales y no verbales que
intervienen en la comunicación?
11. ¿Merecen la suficiente atención las diferentes fases del proceso
de escritura: planificación, redacción, revisión, edición y presentación
oral?
12. ¿Se enseña explícitamente a hacer esquemas, resúmenes, cuadros
sinópticos, guiones, índices…?
13. ¿Se concede importancia a la elaboración del borrador?
14. ¿Se plantean expresamente tareas relacionadas con la creación de
textos, del tipo de taller de escritura, o similar?
15. ¿Figura expresamente la enseñanza de la gramática? ¿Qué
paradigma se sigue?
16. ¿Se introducen actividades de motivación?
17. ¿Se proponen actividades para conocer las ideas previas de los
alumnos?
2.1. Introducción
1. Conviene recordar la importancia de los estudios sobre la adquisición de la lengua, tales como los
de Jakobson, 1941; Francescato, 1971; Gili Gaya, 1972; Alarcos Llorach, 1976; Crystal, 1981; Olèron,
1981; Delva et al., 1981; Halliday, 1982; Bouton, 1982; Rondal, 1982; Hernández Pina, 1984; Siguán,
1983, 1984; Boada, 1986; Vilà, 1990; López Ornat, 1994.
25
es poco frecuente que se trabajen las modalidades orales de su uso. Las
gramáticas y los diccionarios describen y hacen inventario principal-
mente de la lengua escrita.
Con frecuencia se olvida que la lengua oral constituye un código
aparte, con sus propias reglas y sus propias condiciones de uso, y que,
por tanto, lo oral se ha de enseñar. A este respecto, es importante ejer-
citar convenientemente funciones comunicativas tales como qué decir,
qué callar, cuándo y cómo decirlo y cómo adecuarlo a las diversas
situaciones comunicativas, en las que intervienen también elementos
paralingüísticos (ritmo, entonación, énfasis…) y no verbales (muecas,
gestos, distancias, silencios, imágenes…).
Como consecuencia, a la hora de plantear la enseñanza de la lengua
oral, hemos de tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
2. «¡Lo más importante era que [el poeta y profesor] nos leyera todo en voz alta!, la confianza que
ponía de entrada en nuestro deseo de aprender […]. El hombre que lee en voz alta nos eleva a la altura del
libro. ¡Nos hace realmente leer!» (Pennac, 1992/1997: 91).
• el rito social;
• la cortesía: actos de habla indirectos (como la manifestación direc-
ta o indirecta de la intencionalidad, o sea, los rodeos), concepto de
imagen ( face), excusa, eufemismo, agradecimiento, atenuaciones e
intensificadores, posibles malentendidos y mecanismos de repara-
ción, matizadores de opinión, reajustes expresivos (reformulacio-
nes);
• los procedimientos de atenuación (petición de perdón, petición de
permiso);
• el contexto (el sujeto como miembro de categorías sociales, grupos,
profesiones, organizaciones, comunidades o culturas): poder e ideo-
logía;
• la variación cultural y etnicidad (incomprensiones culturales, con-
flictos étnicos, prejuicios, xenofobia, etnocentrismo, racismo);
• la variedad usada (cambio de registro).
Así, pues, el registro oral coloquial lleva consigo una serie de fenó-
menos («escorias», «vicios», «desviaciones», «errores») que pueden llegar
a entorpecer la comunicación; entre otros: falsos inicios, interrupciones,
Nadie pone en duda la importancia que tiene el lenguaje oral; sin em-
bargo su evaluación apenas se realiza en las escuelas, y en la mayoría de
los casos queda limitada a una apreciación casi subjetiva del profesor
(Sánchez, 1983). Las características de la oralidad hacen difícil evaluar
los progresos que hace el alumnado respecto a sus capacidades de uso
de la oralidad, Sin embargo, la necesidad de evaluar lo oral se justifica
por las siguientes razones:
• el número de participantes;
• el papel que desempeñan los diferentes participantes;
• la relación que existe entre ellos;
• cómo es la distribución y la duración de los turnos de habla;
• la elección del tema (si es predeterminado o no);
• la estructura de la conversación (la condición de los turnos; si son li-
bres o si, por el contrario, adoptan una determinada configuración);
• la actitud que adopta el auditorio (grado mayor o menor de partici-
pación).
3.1. Introducción
43
llo de las habilidades o competencias lectoras y el fomento de la lectura.
Antes consideraremos brevemente los aspectos antropológicos y sociales
relacionados con la escritura.
• C
ódigo oral. Adquisición por inmersión, gramática intuitiva y sin-
taxis menos estructurada que en la lengua escrita. El hablante suele
ser menos explícito que el escritor; necesita la presencia del interlo-
cutor y utiliza elementos paralingüísticos; no precisa planificación.
La expresión espontánea es la más frecuente; el discurso es transito-
rio. Existen diferencias dialectales, diferencias de acento, así como
diferentes registros que dependen de variables como el tema de la
conversación y los papeles o roles de los participantes.
• Código escrito. Adquisición consciente. Es una representación sim-
bólica del habla; la motivación no es inmediata; la comunicación es
diferida, espacial y temporal. Es necesaria la planificación del discur-
so, lo cual supone una serie de operaciones cognitivas. La expresión
no espontánea es la más frecuente. El discurso es perdurable; tiende
a la síntesis, a la brevedad, a la no repetición y es más complejo.
3. didáctica de la lectura 45
3.3. La alfabetización inicial: aprender y enseñar a leer y a escribir
3. didáctica de la lectura 47
Cuando hablamos de alfabetización en el ámbito escolar, nos refe-
rimos al proceso de aprendizaje de la lectura y de la escritura durante
todos y cada uno de los niveles y ciclos educativos. Pero es cierto que
uno de los problemas principales relacionados con la alfabetización es
el proceso que se ha de seguir para la adquisición y la enseñanza de
la lengua escrita en los primeros niveles de la escolarización. A este
respecto, no se puede ignorar que las circunstancias en las que hoy
los niños inician su aprendizaje del sistema de escritura tienen que
ver con la presencia omnímoda de la escritura, ya que forma parte del
paisaje urbano, y la vida urbana solicita continuamente el uso de la
lectura (Ferreiro, 1997).
Ahora bien, la necesidad de conocer las condiciones en que se enseña
a leer y a escribir en las aulas surge de la insatisfacción generalizada en
el ámbito social y académico, por los resultados obtenidos en los niveles
de enseñanza obligatoria (ver informes PISA y PIRLS), afirman Ríos,
Fernández y Gallardo (2012). De ahí la importancia que atribuyen estas
profesoras al hecho de explorar la relación entre prácticas utilizadas por
los docentes para enseñar a leer y a escribir en el inicio de la escolaridad
y las oportunidades de aprendizaje.
Desde muy temprano, los niños tratan de comprender informacio-
nes de distinta procedencia. Ello hace que reciban también información
sobre la función social de la escritura, lo cual otorga a la misma una im-
portancia capital por parte de la familia y del niño. Probablemente estas
situaciones sociales hacen comprender al niño por qué la escritura es
tan necesaria en la sociedad. En consecuencia, es preciso que la familia
y la escuela infantil, desde muy temprano, fomenten en torno al niño
un ambiente rico en escrituras diversas, lo cual se puede conseguir con
prácticas como escuchar, leer en voz alta y ver leer a los adultos, inten-
tar escribir, intentar leer utilizando datos contextuales y reconociendo
semejanzas y diferencias en las series de letras, y jugar con el lenguaje
para describir semejanzas y diferencias sonoras.
A este respecto, Ríos (2006: 13) aduce tres razones para abordar el
inicio de la lengua escrita tempranamente, a saber:
3. didáctica de la lectura 49
Y, por ello, la cuestión de los métodos de enseñanza de la lectura y la
escritura (sintéticos –alfabéticos o fonéticos–, o analíticos, o globales),
en la práctica es solo uno de los elementos que intervienen en el proce-
so de enseñanza y aprendizaje del leguaje escrito, explica Fons (2001).
Otros elementos importantes en la enseñanza del lenguaje escrito son
la planificación de los contenidos, las agrupaciones de los niños y la
organización del espacio, los materiales que se utilicen y la función del
maestro o de la maestra en los aprendizajes del alumnado.
A continuación planteamos el proceso de construcción del significa-
do que se sigue a la hora de abordar la enseñanza y el aprendizaje de la
lectura y la escritura.
3. didáctica de la lectura 51
una letra, aunque sin valor sonoro convencional. Para cada sílaba de
la lengua oral escriben una vocal y/o la consonante con valor sonoro
convencional.
• Nivel 4: Escribir como producción controlada por la segmentación
silábico-alfabética de la palabra. El niño trabaja simultáneamente
con dos hipótesis diferentes: la silábica y la alfabética. Da valor so-
noro a la primera sílaba de la palabra que conoce. Cada sílaba está
representada por una o más grafías y la primera tiene valor sonoro
convencional.
• Nivel 5: Escribir como producción controlada por la segmentación
alfabética y exhaustiva de la palabra. Aparecen relaciones sistemáti-
cas entre sonido y grafía. Esta correspondencia hace que el alumna-
do cometa errores ortográficos, dado que nuestro sistema de escri-
tura no es estrictamente alfabético. Por medio de las reflexiones que
hagan a partir de su interacción con la lengua escrita irán apropián-
dose de la ortografía de las palabras, de la separación entre ellas, de
la puntuación, etc.
3. didáctica de la lectura 53
Tabla. 5. Finalidades y estrategias de lectura
Qué se pretende Cómo hacerlo
Recordar, reconocer, rescatar • Retener palabras claves o fundamentales.
información. • Recordar datos para responder a preguntas.
• Recordar detalles.
• Localizar, identificar y comprender información.
• Retener lo más relevante.
Interpretar. • ¿Qué dice el título?
• Determinar el emisor, destinatario, finalidad.
• Asociar ideas con párrafos de los textos.
• Captar el sentido de un párrafo.
• Establecer jerarquía entre ideas: principales, secundarias.
• Inferir ideas implícitas.
• Predecir lo que sucederá.
• Deducir conclusiones.
• Comparar y contrastar información.
Valorar. • Captar el sentido de lo que se lee.
• Considerar críticamente el contenido.
• Generalizar o matizar.
• Relacionar el texto con la realidad de la vida.
Organizar. • Elegir un título para cada párrafo.
• Establecer consecuencias.
• Analizar coherencia, cohesión, adecuación.
• Detectar las características lingüísticas.
• Hacer esquemas y mapas conceptuales.
• Completar estructuras.
• Resumir.
Extrapolar, transcodificar. • Imitar.
• Copiar.
• Parodiar.
• Plagiar.
• Transformar.
• Recrear.
3.4.1.1. Introducción
Es bien conocida la demanda social de esta actividad textual en campos
profesionales como el socioeconómico y administrativo; el campo de la
documentación y la biblioteconomía; el de la ciencia y la investigación,
así como el de su divulgación. Esta técnica o estrategia goza igualmente
de un predicamento especial en la enseñanza. Sin embargo, no deja de
ser llamativo el hecho de que siendo tan importante esta técnica de con-
tracción de información, y tan compleja su ejercitación, en la práctica
en la escuela se suela dar por sabida y, por tanto, no sea frecuente su
enseñanza; además, es curioso que, cuando se ejercita, se hace de forma
intuitiva.
De la demanda social del resumen son buena prueba la multitud
de situaciones en que se usa (medios de comunicación: prensa, radio y
televisión), pruebas de selección académica (ingreso en la universidad)
y laboral, apoyo a la investigación, difusión de la ciencia, gran auxilio
para la biblioteconomía y documentación, y ¡hasta se toman decisiones
de alta política basándose en documentación resumida!
Como consecuencia de la gran abundancia de textos orales y es-
critos, surge precisamente la necesidad, cada vez mayor, de condensar,
abstraer o resumir el contenido de las informaciones que en ellos se con-
tienen. Aquí nos referimos de forma especial al resumen escolar como
estrategia de composición y producción de textos.
3. didáctica de la lectura 55
eso sí, algunas recomendaciones del tipo de subrayar lo más importante,
y poco más. Por descontado, suelen ser muy frecuentes las quejas del
profesorado a la vista de los resultados. Sin embargo, nada de esto nos
parece extraño. Veamos por qué.
Decíamos arriba que el resumen es una actividad textual compleja;
en primer lugar, lo es porque pone en juego una serie de mecanismos
(cognitivos) de comprensión y producción a los que está sometido todo
proceso discursivo o textual, ya que se trata –no hay que olvidarlo– de
jerarquizar información (importante vs accesorio, primario vs secun-
dario, relevante vs irrelevante, etc.). Es también complejo porque exige
tener en cuenta al interlocutor (el destinatario), la finalidad y el contexto
en el cual y para el cual se requiere esta estrategia.
No menor es la complejidad si tenemos en cuenta que, al condensar
información o resumir, no es posible hacerlo oración por oración, sino
que hay que tener en cuenta el texto en su conjunto –solo él goza de
completez semántica–, considerando el párrafo como unidad de sig-
nificado. Esto precisamente exige trascender la lingüística oracional y
adoptar un paradigma gramatical que considere aquellos fenómenos
transfrásticos que no explica adecuadamente la gramática de la oración.
Serán motivo de interés particular los mecanismos de coherencia y los
dispositivos de cohesión.
Con nuestra definición de resumen (Álvarez, 1998: 102) pretende-
mos situar la complejidad del tema:
3. didáctica de la lectura 57
25%, número de líneas, número de palabras), además de prestar aten-
ción a la función o valores de los conectores logicopragmáticos y de los
organizadores textuales.
Lo anteriormente expuesto nos lleva a profundizar en los plantea-
mientos que deben inspirar la práctica de esta estrategia de composición
textual y evitar –particularmente en educación– la simplicidad reduc-
tora de exigir al alumnado algo no explicado: actitud que generalmente
no se sigue con otro tipo de contenidos.
Insistimos de manera particular en una práctica reflexiva del resu-
men, desde el tercer ciclo de Educación Primaria. A este respecto, me-
diante la figura 2 presentamos nuestro método adaptado a la educación
obligatoria con la finalidad de que todo alumno, al acabar la ESO (die-
ciséis años), sepa condensar la información relevante de cualquier tipo
de texto y en cualquier situación de comunicación. En dicho esquema
abordamos los pasos o fases correspondientes, así como el proceso y el
resultado del resumen. En cuanto a la adaptación a la enseñanza, esta-
blecemos una gradación con respecto a la dificultad que presentan los
textos a la hora de resumirlos; en tal gradación se tiene en cuenta una
serie de objetivos y actividades para estos niveles educativos.
El análisis de la normativa legal de los currículos oficiales de ense-
ñanza y de los distintos libros de texto escolares nos permite concluir
que no es ni mucho menos común encontrar en ellos un planteamiento
de enseñanza del resumen. Por el contrario, es escasa la atención que
se presta a la ejercitación de esta técnica de composición textual en los
libros de texto que manejan nuestros escolares; en el mejor de los casos
suele aparecer una ejercitación intuitiva, basada en el subrayado de lo
más importante, que se le pide al alumno, a quien se presupone capaz
de hacerlo por el hecho mismo de que sabe leer y escribir. Así sucede
que, cuando se practica el resumen de manera intuitiva, los alumnos
preguntan a sus maestros acerca de qué se entiende por lo más impor-
tante. Estos suelen responder que es «lo principal», «lo relevante», etc.;
lo cual genera circularidad y no resuelve el problema. Además, hay que
tener en cuenta que lo más importante tal vez no sea lo mismo para el
alumno que para el maestro.
En consecuencia, son escasísimas las referencias a presupuestos tex-
tuales (sociopragmáticos, lexicosemánticos y sintácticos) y a las trans-
formaciones que lleva consigo resumir textos.
Junto a esta situación se da la paradoja de que esta estrategia de com-
prensión y producción de textos, poco practicada de manera explícita en
Fig. 2. Metodología para la práctica del resumen en educación obligatoria (tomado de T. Álvarez
Angulo, 1999)
3. didáctica de la lectura 59
la lectura y la escritura es el tiempo que asigna a las tareas relacionadas
con el propósito de que el niño lea y escriba; la enseñanza de estas
destrezas ocupa buena parte de los dos primeros años de la escolaridad
obligatoria.
Este afán por conseguir el desarrollo satisfactorio de la lectura y de
la escritura parece ir progresivamente relajándose a lo largo de los cursos
posteriores por la falta de sistematización y de planificación que mani-
fiesta. De alguna forma, parece seguir confirmándose el viejo aforismo
de que «a leer se aprende leyendo» (o a escribir, escribiendo), de la misma
manera que «a andar se aprende andando», o el largo sinfín de cuales-
quiera otras actividades.
Cierto es que, en última instancia, así sucede; pero no es menos
verdad que esta afirmación, respecto de la lectura y la escritura, encubre
una verdad a medias, ya que se trata de actividades de conocimiento
complejas.
En cualquier caso, es conveniente contar con programas de activi-
dades coherentes que animen a los niños a leer,3 las cuales han de pasar
primordialmente por la lectura de libros bien seleccionados en razón
de su calidad literaria y de conformidad con el interés temático de su
contenido. Juzgamos de interés las dos citas que siguen a propósito de
la lectura, en cuanto que Cervantes, por una parte, y Savater, por otra,
ponen de manifiesto la condición primera de la lectura:
3. «El verbo leer no soporta el imperativo. Aversión que comparte con otros verbos: el verbo amar…,
el verbo soñar… En la lectura hay que imaginar todo… Es un acto de creación permanente… Por inhi-
bida que sea, cualquier lectura está presidida por el placer de leer, y, por su misma naturaleza –este goce
de alquimista–, el placer de leer no teme a la imagen, ni siquiera a la televisión, aun cuando se presente
bajo forma de avalancha diaria» (Pennac, 1992/1999).
4. La negrita de ambas citas es mía.
• <www.ite.educacion.es/formacion/materiales/8/cd_2013/indice.htm>
• <www.fundaciongsr.es>
3. didáctica de la lectura 61
Actividad 1. Para una información más completa sobre la enseñanza
y el aprendizaje de la lectura, remitimos a las siguientes lecturas, que se
realizarán por parejas. Se expondrán, como se indica más adelante, con
el fin de abordar la complejidad que encierra la adquisición de la lectura
y la escritura.
Bilbatua, M. (2004). «Panorama de los métodos de lectoescritura. Repercu-
sión de los distintos enfoques en la práctica educativa del aula». Leer y
escribir desde la Educación Infantil y Primaria. Madrid, Ministerio de Edu-
cación y Ciencia, pp. 65-85.
Calero, A.; Calero, E. (2008). «El Portfolio como estrategia de evaluación
compartida de la comprensión lectora». Didáctica. Lengua y Literatura,
20: 15-36. Madrid: Editorial Complutense.
Coronas, M. (2007). «Bibliotecas escolares: animación a la lectura y algo
más…». Textos de Didáctica de la Lengua y la Literatura, 44: 56-68.
Correig, M. (2000). «¿Qué es leer? ¿Qué es escribir?». En: Bigas, M.; Correig,
M. (eds.). Didáctica de la lengua en la educación infantil (págs. 125-155).
Madrid: Síntesis.
Díez, C. (2004). «El enfoque constructivista de la escritura». En: La escritura
colaborativa en educación infantil. Estrategias para el trabajo en el aula.
Barcelona: Horsori.
Domínguez, G.; Barrio, J. (1997a). «Caminante, no hay camino. Los méto-
dos». En: Los primeros pasos hacia el lenguaje escrito (pp. 45-63). Madrid:
La Muralla.
—— (1997b). «Leer y escribir desde la educación infantil». En: Los primeros
pasos hacia el lenguaje escrito (pp. 199-227). Madrid: La Muralla.
Ferreiro, E.; Teberosky, A. (1979). «Evolución de la escritura». Sistemas de
escritura en el desarrollo del niño, 1987, 239:314. México: Siglo XXI.
Ferreiro, E. (1997). «El espacio de la lectura y la escritura en la educación
preescolar». En: Alfabetización. Teoría y práctica (118-158). Madrid: Siglo
XXI.
Fons, M. (2001). «Aprender a leer y a escribir». En: Bigas, M.; Correig, M.
(eds.). Didáctica de la lengua en la educación infantil (pp. 157-178). Ma-
drid: Síntesis.
—— (2004a). «Marco teórico». En: Leer y escribir para vivir. Alfabetización ini-
cial y uso real de la lengua escrita en la escuela (pp. 17-38). Barcelona: Graó.
—— (2004b). «Componentes de la interacción pedagógica». En: Leer y es-
cribir para vivir. Alfabetización inicial y uso real de la lengua escrita en la
escuela (pp. 39-102). Barcelona: Graó.
—— (2004c). «Propuestas de actividades en el aula». En: Leer y escribir para
vivir. Alfabetización inicial y uso real de la lengua escrita en la escuela (pp.
103-276). Barcelona: Graó.
3. didáctica de la lectura 63
queños grupos. Irá dirigida especialmente al alumnado de Educación
Primaria.
Actividad 4. Diseñar actividades relacionadas con estrategias de
interpretación, correspondientes a la compresión lectora de un texto
breve o de un fragmento. Esta actividad se realizará en clase en pe-
queños grupos. Irá dirigida especialmente al alumnado de Educación
Primaria.
Actividad 5. Diseñar actividades relacionadas con estrategias de va-
loración, correspondientes a la compresión lectora de un texto breve
o de un fragmento. Esta actividad se realizará en clase en pequeños
grupos. Irá dirigida especialmente al alumnado de Educación Primaria.
Actividad 6. Diseñar actividades relacionadas con estrategias de or-
ganización del texto, correspondientes a la compresión lectora de un
texto breve o de un fragmento. Esta actividad se realizará en clase en
pequeños grupos. Irá dirigida especialmente al alumnado de Educación
Primaria.
Actividad 7. Diseñar actividades relacionadas con estrategias de ex-
trapolación y transcodificación del texto, correspondientes a la com-
presión lectora de un texto breve o de un fragmento. Esta actividad
se realizará en clase en pequeños grupos. Irá dirigida especialmente al
alumnado de Educación Primaria.
Actividad 8. En pequeños grupos, practicar en el aula la propuesta
de realización del resumen, con grabación audio y análisis del proceso.
Actividad 9. Resumir un texto e indicar las transformaciones que
experimenta en el tránsito del texto inicial (T) a (t) (resumen) median-
te las reglas de integración, generalización y supresión de información.
Esta tarea se realizará en grupo pequeño.
Actividad 10. En parejas, resumir un mismo texto base al 50% y al
25%. Comentar las diferencias desde el punto de vista cognitivo y lin-
güístico. Un estudiante resume el texto al 50% y el otro, al 25%.
Actividad 11. Analizar qué se dice explícitamente sobre el resumen
en el currículum oficial y en los libros de texto de Educación Primaria.
¿Qué se le pide al alumno que haga cuando se le solicita que resuma en
los libros de texto? Esta actividad se realizará en grupo pequeño.
Actividad 12. Preparar para realizar en clase el proceso de lectura
de un fragmento o de un texto breve y mostrar las fases del proceso
de lectura y las estrategias correspondientes que se ponen en funcio-
namiento. Esta actividad se realizará en pequeños grupos. Irá dirigida
especialmente al alumnado de Educación Primaria.
3. didáctica de la lectura 65
(<www.uclm.es/cepli>). Realizar un informe sobre la promoción de la
lectura, ilustrado con el recorrido de la web.
Actividad 20. Diseñar programas de animación a la lectura para la
biblioteca del centro, para la Semana del Libro del centro, para la Feria
del Libro de la localidad. Puede consistir en la búsqueda de personajes
de fantasía, de aventura, de animales como protagonistas, de ciencia
ficción, para alumnos y alumnas de seis a once años. Los alumnos de
cada clase buscarán su personaje favorito en libros, películas, etc. Inven-
tarán juegos, trabalenguas, canciones, dichos, adivinanzas, trabalen-
guas… sobre los personajes. Esta actividad admite múltiples variantes,
tales como que cada clase puede preparar actividades para la clase de su
mismo nivel. Esta actividad se realizará en grupo grande.
Actividad 21. En pequeño grupo, analizar el Informe español del
Estudio Internacional PIRLS sobre la comprensión lectora, haciendo
referencia a los diferentes factores que influyen en los resultados.
Como podemos ver, el conocimiento y la información del maestro
en este tema es fundamental. No menor ha de ser su capacidad creativa
y de imaginación para encarar el fomento de la lectura de su alumnado.
De estos conocimientos –siempre podrá contar con movimientos de re-
novación pedagógica, librerías especializadas, instituciones relacionadas
con la educación, editoriales, etc., que, con mayor o menos intensidad,
velan por el fomento de la lectura en la infancia, la adolescencia y la
juventud– dependerá el gusto por la lectura que adquieran o no los
alumnos y alumnas.
4.1. Introducción
67
4.2. Usos sociales y académicos de la escritura
4. didáctica de la escritura 69
• La escritura y el pensamiento están ligados.
• Aprender para escribir bien implica aprender convenciones discursi-
vas particulares y, por esto, la escritura pertenece a todo el currícu-
lum, no solo a la clase de lengua.
• Los estudiantes aprenden mejor en clases activas que en clases pasi-
vas y el aprendizaje no es únicamente solitario sino que también es
un fenómeno colaborativo social.
• La escritura mejora cuando es criticada por pares, en la revisión y en
la reescritura.
• condensar información (resumen, esquema, mapa conceptual, indexación, palabras clave, título…);
• revisar y reescribir;
• editar;
Nivel de texto
ESCRIBIR para:
• contar;
definición);
• exponer y explicar (definición-descripción, clasificación-tipología, comparación-contraste, causa-
• entretenerse y crear;
• conocerse…
4. didáctica de la escritura 71
4.4. Proceso de escritura
4. didáctica de la escritura 73
del texto en relación con la situación comunicativa) e intertextualidad
(comprensión adecuada de un texto en relación con el conocimiento de
textos anteriores). Estos mismos autores establecen principios regulati-
vos como la eficacia, la efectividad y la adecuación en la composición
del texto.
En esta fase leemos para escribir, para avanzar en la escritura; y el
producto consiste en elaborar borradores o textos intermedios. Para ello
es preciso tener en cuenta el esquema mental o superestructura esque-
mática y los géneros textuales más frecuentes en las interacciones socia-
les de los individuos y en la vida académica, así como las regularidades
lingüísticas y textuales de cada género.
La elaboración de borradores es precisamente una de las estrategias
que más diferencia a quienes escriben bien de quienes escriben mal. Ta-
les textos intermedios constituirán la materia (más o menos caótica) que
se vaya a utilizar para la revisión (del caos al orden), siempre recurrente,
hasta el logro del texto definitivo (coherente, cohesionado, adecuado y
correcto), fenómeno que trataremos a continuación.
4. didáctica de la escritura 75
Tabla 8. Fenómenos textuales o unidades de lengua
Niveles de intervención
• Paratexto. Se trata del conjunto de elementos que acompañan al texto para asegurar su presencia
y su recepción. Algunos de estos elementos son: el título, los subtítulos, el prólogo, el índice de
materias, las notas, el formato, las ilustraciones, el glosario, los apéndices, la bibliografía, etc.
• Texto. Tiene que ver principalmente con la estructura y la organización de la información.
• Idea. Atiende a los conceptos, definiciones y descripciones, justificaciones, etc.
• Párrafo. En estrecha relación con las ideas, este nivel tiene como objeto de observación preferente
la unión de párrafos mediante los correspondientes organizadores textuales y su ordenación en el
conjunto del texto.
• Frase y oración. Se corresponde con la construcción lógica en el orden de palabras, en el que
intervienen principalmente la puntuación, los elementos deícticos, correferenciales, reformuladores,
los conectores, etc.
• Palabra. Atiende a la precisión léxica, los tecnicismos, etc.
• Sílaba. Corresponde a la segmentación de sílabas.
• Letra. Trata de cuestiones ortográficas y caligráficas, así como de los organizadores metatextuales
(tipo y tamaño de letra, uso de negrita, cursiva, subrayado, paréntesis, comillas, puntos, letras,
rayas o números para enumerar hechos, fenómenos, argumentos, etc.).
4. didáctica de la escritura 77
Tradicionalmente, el estudio de la lengua en ámbitos escolares suele
prestar más interés por la narración o el relato que por los demás géneros
discursivos. Presentaremos, a continuación, las posibilidades de trabajar
la descripción, la exposición de información y la argumentación, por
tratarse de los géneros discursivos más frecuentes en las enseñanzas y en
los aprendizajes de estos tramos del sistema educativo, y, sin embargo,
menos trabajados de manera explícita o reflexiva.
4.5.1. La descripción
Describir es realizar un tránsito desde la observación (percepción global)
al análisis (discriminación de partes, componentes, aspectos…). Obser-
vación y análisis se presentan, en edades tempranas, como principios
en conflicto, lo que, a efectos de la práctica de la descripción, requiere
tender puentes que favorezcan y faciliten el análisis mediante guías de
observación. Esto favorece y facilita la enseñanza y el aprendizaje de un
texto fundamental en ámbitos educativos y en la vida social del alumno.
4. didáctica de la escritura 79
Fig. 5. Función de la descripción
Conocimientos (saber)
Emisor Receptor
Dice cómo es algo. Se lo representa mentalmente.
Lo identifica.
• Se lo hace comprender.
• Difunde saber.
• Construye conocimiento.
COMPETENCIA ENCICLOPÉDICA
COMPETENCIA LÉXICA
Planteamiento didáctico: mediar
(tender puentes) para explicitar
fenómenos complejos
Elaborar cuestionarios para
favorecer la observación e
iniciarse en la descripción de
un objeto
COMPETENCIA LÉXICA
COMPETENCIA TAXONÓMICA
• Vehicula valores.
*
Por ello, hay que tener cuidado con el uso de la adejtivación en los
casos en que la descripción está inserta en textos expositivos, ya que
estos presuponen rigor.
4. didáctica de la escritura 81
c) Cuestionario para favorecer la observación e iniciar en la descrip-
ción de un objeto. Práctica de descripción: Somos adivinadores e
investigadores. El planteamiento puede ser: la observación de un
determinado objeto y descripción pormenorizada del mismo; la
creación de adivinanzas entre los respectivos objetos de los dis-
tintos alumnos y la creación de relatos o cuentos de misterio en
los que los objetos y su descripción posibilite la creación de una
aventura.
4. didáctica de la escritura 83
El texto expositivo y su escritura
Principales fines o intenciones del texto
• Desarrollar el pensamiento.
• Poder conocer y ampliar conocimientos.
• Saber explicar a otro(s) ideas y/o conceptos.
• Dar cuenta de lo que se sabe.
• Despertar el interés por un tema.
• Uno mismo.
• Compañeros de clase o de otras clases.
• Intercambio con otros centros de la localidad o de fuera: comunidad
escolar (alumnos, familias, profesorado, personal no docente); Ad-
ministración (local, autonómica, central); medios de comunicación;
colectivos interesados en el tema (profesor de la asignatura y otros).
a) Gestionar el intercambio.
b) Seleccionar el tema a partir de haber descubierto y anotado los inte-
reses del alumnado.
c) Concretar las posibles intenciones: saber pensar, poder conocer, sa-
ber explicar a otros, transmitir, dar cuenta de lo que se sabe.
Primera fase
Contextualización del proyecto de escritura
Tema: .........................................................................................................................................
Destinatario: ...............................................................................................................................
Intención: ...................................................................................................................................
Donde buscarlo:
Cómo difundirlo:
4. didáctica de la escritura 85
b) Mencionan y seleccionan fuentes de información.
c) Leen o escuchan la información, la seleccionan y la anotan.
d) Registran la información obtenida mediante esquemas, resúmenes o
fichas pautadas.
4. didáctica de la escritura 87
a) Explicar las funciones de la revisión, de control y de inspección como
mecanismos sociales y lo relacionan con la revisión de textos.
b) Guiar el proceso de revisión (antes, durante y después) hasta llegar
al texto final (producto).
c) Proporcionar una guía de revisión de textos.
d) Guiar la producción del texto definitivo.
2.
3.
4.
5.
6.
Observaciones y comentarios:
4. didáctica de la escritura 89
Guía 3. El texto expositivo: revisión y edición
Busca errores para mejorar tu texto.
Sí No Cambios que tengo que
hacer
¿Has tenido en cuenta la información trabajada en clase
sobre el tema?
¿Crees que se entiende bien lo que explicas en el texto?
¿Falta información en tu texto?
¿Sobra información en tu texto?
¿Crees que el texto está bien organizado?
¿Has puesto título?
¿Has empleado distintos apartados o epígrafes?
¿Has tenido en cuenta que cada párrafo ha de contener
una idea?
¿Has cuidado la unión de un párrafo con otro?
¿Has usado ejemplos que aclaren la información?
¿Encuentras palabras que se repiten mucho en el texto?
¿Aclaras las palabras técnicas para que se entienda mejor?
¿Predominan en tu texto las formas verbales en presente y
las formas no personales del verbo?
¿Por qué formato optas para editar y difundir tu texto? Subraya el que consideres más conveniente.
4. didáctica de la escritura 91
El propósito de la secuencia argumentativa consiste en demostrar o
refutar una tesis, para lo cual se parte de premisas con la intención de
llegar a una conclusión (tesis nueva o refutación de la tesis de partida);
en consecuencia, podemos afirmar que el esquema básico de la argu-
mentación consiste en poner en relación (relación estructural) una serie
de datos (argumentos) con una conclusión a la que se ha de llegar. Esta
relación puede ser garante y apoyo, o refutación o excepción.
El esquema mental argumentativo consta de las siguientes funciones:
4. didáctica de la escritura 93
se produce a través del indicio que presenta el uso contextual de un
determinado término que se aleja del lenguaje habitual.
En conclusión, podemos afirmar que o bien los actos de argumen-
tación aparecen indicados en la lengua (argumentación en la lengua),
o bien hay que derivarlos pragmáticamente (argumentación en el
discurso).
Los estudios sobre argumentación diferencian la argumentación oral
y escrita; coloquial (principalmente oral) y formal (mayormente escrita);
texto argumentativo con la intención de demostrar o convencer y texto
argumentativo con la intención de persuadir o influir (falacias).
Como se puede ver, la persuasión presenta muchos puntos en común
con la demostración lógica y científica; particularmente, la argumenta-
ción por la definición. La persuasión tiene en cuenta al destinatario; no
persigue tanto la verdad como la eficacia y la adhesión, y se apoya en
principios o conocimientos implícitos compartidos por emisor y recep-
tor (los supuestos). El discurso científico, sin embargo, parte de hechos
y de verdades bien establecidos, comprobados; se apoya sobre métodos
de deducción seguros, y llega a conclusiones firmes; además, acepta ex-
ponerse a la refutación. Planteamos en esta tabla las diferencias entre
demostración y argumentación.
4. didáctica de la escritura 95
garantía de veracidad o realidad de los datos proporcionados como
auténticos y verdaderos argumentos (ejemplo típico de falacia).
4. didáctica de la escritura 97
En este sentido, son oportunas las palabras de Gabriel García Már-
quez cuando afirma: «Pensar que un millón de personas pudieran leer
algo escrito en la soledad de mi cuarto con veintiocho letras del alfabeto
y dos dedos como todo arsenal parecería a todas luces una locura…»
(discurso pronunciado en Cartagena de Indias, Colombia, el 26 de
marzo de 2007).
Y también estas otras palabras: «El escritor se mueve en el mundo de
lo concreto. Del mundo de lo abstracto no se puede esperar nada. Eso
para los filósofos. Se lo digo siempre a mis alumnos, fijaos en los deta-
lles. ¿Y cuál es el espacio de la literatura? El arte de escribir es el arte de
observar. Hacer que lo que miras valga por veinte y que tu mirada con-
vierta en novedad las cosas»; «El escritor es un observador más que un
pensador, tiene que observar y sentir» (El País, 6 y 7 de abril de 2007).
A este respecto, añade Silvia Adela Kohan (Cómo lo reescribo. La
herramienta del escritor) que se sabe cuando está mal escrito un relato si:
4. didáctica de la escritura 99
El taller de escritura, con frecuencia, se centra en la realización de
propuestas lúdicas, juegos de escritura, ejercicios de estilo; memoria,
identidad, autobiografía, relación con el mundo; propuestas centradas
en la creación de ficción, y propuestas centradas en la reescritura. Por
ello, es importante dedicar tiempo a las prácticas de escritura creativa en
el aula (y fuera de ella, también), con el fin de que el alumno se conven-
za del interés que tiene la escritura como entretenimiento y diversión.
La Gramática
Pretéritos imperfectos, futuros perfectos
estáis llenos de versos.
Después de tanto lirismo, yo, gramático, pienso
en cuanto reina latente,
y en lo intenso y aún no extenso,
y en lo que a veces solo
parece combinatorio, sonambúlico e indefenso.
Pienso
cruelmente contra mí lo que no debo,
ferozmente repleto de misterios.
Y juego.
109
5.1. Introducción
¡Qué triste es la edad –le dice– en que nos entierran entre gerundios, plus-
quamperfectos (todos le oímos decir muchas veces que era esta, junto con
asignatura, una de las palabras más feas de nuestra lengua), elipses, los
novísimos Jeroboam, Salomón, David, etc. Gracias a que no hacemos caso
de ello… Ve y di que se puede enseñar una lengua sin palabra de pretérito,
ni de plusquam, ni de subjuntivo, ni de gerundio, y enseñarla más doc-
trinal, más científicamente que con gramática; caen sobre ti los maestros
de escuela, verdugos de la niñez, sacos de gramática ramplona… toda esa
plaga que, con la mejor intención del mundo, están haciendo un daño
irreparable.
Puede decirse que a veces los alumnos han adquirido el dominio sobre su
lengua literaria a pesar de las absurdas clases de gramática, que no traían
más que un formulismo no comprendido. […]
Querer aprender una lengua por el estudio de una gramática es como
aprender a tocar violín leyendo tratados de música y métodos de violín sin
tomar el instrumento, sin mover los dedos. […]
La conciencia, el saber consciente de la gramática, no nos sirve siquiera
para hablar, aun cuando lo hayamos adquirido mediante ese estudio filo-
sófico que se llama gramática.
Creer que para hablar sea necesario tener nociones teóricas de gramática es
un absurdo tan grande como si se dijera que el que no sabe lójica, es decir,
la ciencia de la lójica con sus términos técnicos y sus definiciones, no es
capaz de ordenar sus pensamientos y de hablar razonablemente.
6. Al igual que J. M. Álvarez Méndez (1987b), de quien tomamos la cita, respetamos la grafía del
original.
La gramática es una materia que parece ser de escaso uso práctico. A dife-
rencia de otros temas escolares, no facilita al niño nuevas destrezas, él ya
conjuga y declina antes de ingresar en la escuela. Se ha manifestado en al-
guna ocasión que la escuela podría prescindir de la instrucción gramatical.
El pequeño posee el dominio de la gramática de su idioma nativo mucho
tiempo antes de ingresar en la escuela, pero en no-consciente, adquirida
de un modo puramente estructural, como la composición fonética de las
palabras.
La gramática y la escritura ayudan al niño a alcanzar un nivel superior en
la evolución del lenguaje…
Este mismo sentido tienen las palabras de Samuel Gili Gaya («La
enseñanza de la gramática», Revista de Educación, 1952: 120) cuando
La doctrina gramatical hay que inducirla del texto que lean los alumnos,
e incluso de los errores que cometan al hablar, y no deducirla de unas de-
finiciones abstractas previas.
Se olvida que el niño, sobre todo antes de los doce años, lo que necesita no
es clarificar sus instrumentos verbales, papel esencial de la Gramática, sino
poseerlos, recibirlos, incrementarlos, matizarlos.
Todavía hay muchos que creen que cuando el niño llega a la escuela ya ha
adquirido su lengua materna, ya sabe hablar, ya entiende lo que escucha,
y que por tanto, la función de la escuela no puede ser otra que enseñar
al niño lo que no sabe, es decir, lectura y escritura primero; más tarde,
gramática.
Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan,
las que suben y bajan.
Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo,
las derrito… Amo todas las palabras. Las inesperadas… Las que glotona-
mente se esperan, se escuchan, hasta que de pronto caen…
Vocablos amados. Brillan como piedras de colores, saltan como platina-
dos peces, son espuma, hilo, metal, rocío… Persigo algunas palabras…
Son tan hermosas que las quiero poner en mi poema. Las agarro al vue-
lo cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo
frente al plato, las siento cristalinas, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como
frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… Y entonces, las re-
vuelvo, las agito, me las bebo, las trituro, las libero, las emperejilo…
Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bru-
ñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola.
Todo está en la palabra. Una idea entera se cambia porque una palabra
se trasladó de sitio, o porque otra se colocó dentro de una frase que no la
esperaba…
Tienen sombra, transparencia, peso, plumas. Tienen todo lo que se les
fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto trasmigrar de patria, de
tanto ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas. Viven en el féretro
escondido y en la flor apenas comenzada…
Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquista-
dores torvos. Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por
las Américas encrespadas, buscando patatas, tabaco negro, oro, maíz con
un apetito voraz.
Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías… Pero a
los conquistadores se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos,
como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí, resplande-
(Para ello, conviene hacer una lista con aquellas palabras que hayan causado problemas, de modo que
pueda usarse como lista de contraste.)
¿Vale la pena que un niño aprenda llorando aquello que puede aprender
riendo? Si se acumulasen las lágrimas derramadas en los cinco continentes
por culpa de la ortografía, se obtendría una cascada aprovechable para
la producción de energía eléctrica. Pero me parece que sería una energía
demasiado costosa.
Los errores son necesarios, útiles como el pan y a menudo también hermo-
sos: por ejemplo, la torre de Pisa.
Y por una vez permitidme que un libro para niños esté dedicado a los
padres de familia, y también a las madres, se entiende, y también a los
maestros de escuela: a aquellos, en definitiva, que tienen la terrible respon-
sabilidad de corregir –sin equivocarse– los más pequeños e inocuos errores
de nuestro planeta.
131
Briz, A.; Grupo Val.Es.Co. (2000). ¿Cómo se comenta un texto coloquial?
Barcelona: Ariel.
Celaya, G. (1975). La voz de los niños. Barcelona: Laia.
Fabra, M.ª; Domènech, M. (2001). Hablar y escuchar. Barcelona: Paidós.
García, I. et al. (1986). Expresión oral. Madrid: Alhambra.
Herans, C.; Patiño, E. (1982). Teatro y escuela. Barcelona: Laia.
Jover, G.; García, J. (2009). Hablar, escuchar, conversar. Teoría y práctica de
la conversación en las aulas. Barcelona: Octaedro.
Littlewood, W. (1992). La enseñanza de la comunicación oral. Un marco
metodológico. Barcelona: Paidós, 1994.
Luca, M. (1983). Didáctica de la lengua oral. Metodología de enseñanza y eva-
luación. Buenos Aires: Kapelusz.
Pastoriza, D. (1975). El arte de narrar. Un oficio olvidado. Buenos Aires: Guadalupe.
Pelegrín, A. (1982). La aventura de oír. Cuentos y memorias de tradición oral.
Madrid: Cincel.
Poveda, D. (1973). Creatividad y teatro. Madrid: Narcea.
Reyzábal, M. (1993). La comunicación oral y su didáctica. Madrid: La Muralla.
Sánchez, A. (1983). Una metodología de la lengua oral. Madrid: Escuela Española.
Tejerina, I. (1994). Dramatización y teatro infantil. Madrid: Siglo XXI.
Tough, J. (1987). El lenguaje oral en la escuela. Una guía de observación y ac-
tuación para el maestro. Madrid: MEC/Visor Libros.
Tusón, A. (1997). Análisis de la conversación. Barcelona, Ariel.
Vila, M. (coord.) (2005). El discurso oral formal. Barcelona: Graó.
Didáctica de la lectura
Alfabetización inicial
Bigas, M.; Correig, M. (eds.) (2000). Didáctica de la lengua en la educación
infantil. Madrid: Síntesis.
Cardona, G. (1981). Antropología de la escritura. Barcelona: Gedisa.
Díez, C. (2004). La escritura colaborativa en educación infantil. Estrategias
para el trabajo en el aula. Barcelona: Horsori.
Domínguez, G.; Barrio, J. (1997). Los primeros pasos hacia el lenguaje escrito:
una mirada al aula. Madrid: La Muralla.
Ferreiro, E. (1997). Alfabetización. Teoría y práctica. Madrid: Siglo XXI.
Ferreiro, E.; Teberosky, A. (1987). Los sistemas de escritura en el desarrollo
del niño. Madrid: Siglo XXI.
Fons, M. (2001). «Aprender a leer y a escribir». En: Bigas, M.; Correig, M.
(eds.). Didáctica de la lengua en la educación infantil (pp. 157-178). Ma-
drid: Síntesis.
Hábito y animación
Calleja, S. (1988). Lecturas animadas. Actividades didácticas de lectura en el
Bachillerato. Bilbao: Mensajero.
Cela, J.; Fluvià, M. (1988). Sugerencias para una lectura creadora. Barcelona:
Aliorna.
Delmiro, B. (2202). La escritura creativa en las aulas. En torno a los talleres
literarios. Barcelona: Graó.
Díaz, A. (1981). Cómo organizar la biblioteca en la escuela. Madrid: Escuela
Española.
Mata, J. (2008). Diez ideas clave. Animación a la lectura. Hacer de la lectura
una práctica feliz, trascendente y deseable. Barcelona: Graó.
Merino, J. (1998). Cien años de cuentos. Madrid: Alfaguara.
Pennac, D. (1992). Como una novela. Barcelona: Anagrama.
Sánchez, J.; Rincón, F. (1985). Los talleres literarios. Una alternativa didác-
tica al historicismo. Barcelona: Montesinos.
—— (2005). El taller de la novela. Barcelona: Octaedro.
Sarto, M. (1984). La animación a la lectura. Para hacer al niño lector. Ma-
drid: SM.
Savater, F. (1979a). La infancia recuperada. Madrid: Taurus.
bibliografía 133
—— (1979b). Criaturas del aire. Barcelona: Planeta.
Textos de Didáctica de la Lengua y la Literatura (2007). La construc-
ción del hábito lector, 44.
Zayas, F. (2012). Diez ideas clave. La competencia lectora según PISA. Barce-
lona: Graó.
Didáctica de la escritura
Proceso de escritura
Álvarez, T. (2005). Didáctica del texto en la formación del profesorado. Ma-
drid: Síntesis.
—— (2010). «Reescribir para escribir textos en las aulas». Textos de Didáctica
de la lengua y la literatura, 53: 102-118.
—— (2011). «Revisar y reescribir textos académicos en la formación del pro-
fesorado». Revista Complutense de Educación, 21 (2): 269-294.
Anguita, M. et al. (2004). La composición escrita de 3 a 16 años. Barcelona:
Graó.
Anscombre, J. C. y Ducrot, O. (1994). La argumentación en la lengua. Ma-
drid: Gredos.
Bazerman, C. et al. (2005). Referente Guide to Writing Across the Currículum.
Indiana: Pador Press.
Coromina, E.; Rubio, C. (1996). Técnicas de escritura. Barcelona: Teide.
Didactext, Grupo (2005). Los procesos de escritura y el texto expositivo en la
mejora de la competencia escrita de los escolares de Educación Primaria. Ma-
drid: Editorial Complutense.
—— (2006). «La escritura de textos expositivos en aulas de primaria». En:
Camos, A. (coord.). Diálogo e investigación en las aulas. Investigaciones en
didáctica de la lengua (pp. 99-118). Barcelona: Graó.
González, J. et al. (1987). Expresión escrita o estrategias para la escritura.
Madrid: Alhambra.
Graves, D. (1983). Didáctica de la escritura. Madrid: Morata/MEC.
Kohan, S. (1998). Cómo lo reescribo. La herramienta del escritor. Vías y opcio-
nes para conseguir un buen relato. Barcelona: Grafein.
Scardamalia, M.; Bereiter, C. (1992). «Dos modelos explicativos de los
procesos de composición escrita». Infancia y Aprendizaje, 58: 43-64.
Serafini, M. (1994). Cómo se escribe. Barcelona: Paidós.
Shores, E.; Grace, C. (2004). El portafolio paso a paso. Infantil y Primaria.
Barcelona: Graó.
Escritura creativa
Apollinaire, G. (1987). Caligramas. Madrid: Cátedra.
Badía, D.; Vilà, M. (1992). Juegos de expresión oral y escrita. Barcelona: Graó.
Cortázar, J. (1981). Historias de cronopios y de famas. Barcelona: Edhasa.
Flaubert, G. (1857) (ed. 2005). Madame Bovary (prólogo de Mario Vargas
Llosa). Madrid: Alianza Editorial.
Franco, A. (1988). Escribir: un juego literario. Madrid: Alhambra.
Gimferrer, P. (1993). Itinerario de un escritor. Barcelona: Anagrama.
Landero, L. (1994). El oficio de escribir. Madrid: Asociación de Profesores
de Español.
Monterroso, A. (1992). Viaje al centro de la fábula. Barcelona: Anagrama.
Queneau, R. (1987). Ejercicios de estilo. Madrid: Cátedra.
Roma, P. (2003). La trastienda del escritor. Madrid: Espasa.
Sábato, E. (1963). El escritor y sus fantasmas. Barcelona: Seix Barral.
Sampedro, J. (2005). Escribir es vivir. Barcelona: Mondadori.
Sierra, J. (2006). La página escrita. Madrid: SM.
Vargas, M. (1997). Cartas a un joven novelista. Barcelona: Planeta.
Conocimiento de la lengua
Didáctica de la gramática
Beaugrande, R.; Dressler, W. (1981). Introducción a la lingüística del texto.
Barcelona: Ariel, 1997.
bibliografía 135
Bernárdez, E. (1982). Introducción a la lingüística del texto. Madrid: Espasa
Calpe.
—— (comp.) (1987). Lingüística del texto. Madrid: Arco/Libros.
Bosque, I.; Demonte, V. (dirs.) (1999). Gramática descriptiva de la lengua
española (3 vols.). Madrid: Real Academia Española/Espasa Calpe
Dijk, T. (1978). La ciencia del texto. Barcelona: Paidós.
—— (1980). Estructuras y funciones del discurso. Madrid: Siglo XXI.
Gómez, L. (1998). Gramática didáctica del español. Madrid: SM.
Paredes, F.; Álvaro, S.; Núñez, Z.; Paredes, L. (eds.). (2012). El libro del
español correcto: claves para hablar y escribir bien en español. Madrid: Espasa
Calpe.
Ribas, T. (coord.) (2010). Libros de texto y enseñanza de la gramática. Barce-
lona: Graó.
Rodari, G. (1976). Gramática de la fantasía. Barcelona: Avance.
—— (1987). Ejercicios de fantasía. Barcelona: Aliorna.
Rodríguez, C. (2011). El saber gramatical sobre los tiempos del pasado en
alumnos de 4.º de ESO. Las relaciones entre conceptualización y uso reflexivo
de la enseñanza de la gramática (tesis doctoral inédita). Departamento de
Didáctica de la Lengua y la Literatura, Universidad de Valencia.
bibliografía 137
Anexo 1. Signos de transcripción
de conversaciones coloquiales
(Grupo Val.es.co. Universidad de Valencia)8
: Cambio de hablante.
A: Intervención de un hablante identificado como A.
A1: Primera intervención de A.
A2: Continuación o nueva intervención de A.
?: Interlocutor no reconocido.
§ Sucesión inmediata, sin pausa apreciable, entre dos emisiones de distintos
hablantes.
= Mantenimiento del turno de un participante en un solapamiento.
[ Lugar donde se inicia un solapamiento o superposición.
] Final del habla simultánea.
Reinicios y autointerrupciones sin pausa.
/ Pausa corta, inferior al medio segundo.
// Pausa entre medio segundo y un segundo.
/// Pausa de un segundo o más.
(5’’) Silencio (lapso o intervalo) de 5 segundos; se inicia el número de segundos en las
pausas de más de un segundo, cuando sea especialmente significativo.
8 Entonación ascendente o continuativa.
9 Entonación descendente.
6 Entonación mantenida o suspendida.
cariñ Pronunciación marcada o enfática de la sílaba «ri».
EN COCHE Pronunciación marcada enfática.
(( )) Fragmento indescifrable.
((siempre)) Transcripción dudosa.
((…)) Interrupciones de la grabación o de la transcripción.
8. Tomado de: Briz, A.; Grupo Val.Es.Co.(2000). ¿Cómo se comenta un texto coloquial? Barcelona:
Ariel.
139
(En)tonces Reconstrucción de una unidad léxica que se ha pronunciado incompleta, cuando
pueda perturbar la comprensión.
pa’l Fenómenos de fonética sintáctica entre palabras, especialmente marcados.
º( )º Fragmento pronunciado en un tono de voz más bajo, próximo al susurro.
h Aspiración de «s» implosiva.
l-l Asimilación fonética.
(RISAS) Cuando aparecen al margen de los enunciados. Si acompañan a lo dicho, se
transcribe el enunciado y en nota al pie se indica «entre risas».
aaa Alargamientos vocálicos.
nn Alargamientos consonánticos.
¿¡ !? Preguntas o exclamaciones retóricas (por ejemplo, las interrogaciones exclamativas:
preguntas que no preguntan).
¿? Interrogaciones. También para los apéndices del tipo «¿no?, ¿eh?, ¿sabes?»
¿! Exclamaciones. Expresiones irónicas.
Letra cursiva Reproducción e imitación de emisiones. Estilo directo, característico de los
denominados relatos conversacionales.
Notas a pie Anotaciones pragmáticas que ofrecen información sobre las circunstancias de
de página la enunciación. Rasgos complementarios del canal verbal. Añaden información
necesaria para la correcta interpretación de determinadas palabras (por ejemplo,
la correspondencia extranjera de la palabra transcrita en el texto de acuerdo con la
pronunciación real), enunciados o secuencias del texto, de algunas onomatopeyas,
etc.
Sangrados Escisiones conversacionales.
a la derecha