Lectura 2. Objetivo de Los Derechos Humanos

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LECTURA 2

OBJETIVO DE LOS DERECHOS HUMANOS


El propósito de los Derechos Humanos es el de dar protección a la agencia
humana, es decir, defender a los agentes humanos de la opresión y el abuso
que otros cometan en su contra. Sin embargo, su respeto en la cotidianidad de
algunos países es un serio reto para los Estados y, por lo tanto, para los entes
internacionales encargados de velar por ellos.

El objetivo primordial de los derechos humanos está directamente relacionado


con el goce de las libertades y garantías individuales del ser humano, con su
bienestar y protección en general. Para alcanzar este propósito es necesario que
en las legislaciones de todos los países sean reconocidos estos derechos de la
misma forma que lo hace la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”,
cuyo objetivo es alcanzar el pleno reconocimiento y vigencia de los derechos
humanos, tanto a nivel interno como internacional.

Luego de la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948 se elaboraron


numerosos tratados internacionales sobre derechos humanos de tipo general o
específico, universal o regional, que empezaron a entrar en vigencia a partir de
la década del setenta con especial fuerza. Estos instrumentos se inspiraron en
la Declaración Universal y por esa razón persiguen los mismos objetivos en pro
de la dignidad humana.

Así, los derechos proclamados en los mismos deben ser reconocidos y


respetados para no caer en actos que no están acordes con la aspiración más
elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos,
estén libres del temor y miseria, que disfruten de sus libertades en un ambiente
de paz y equidad.

Los derechos humanos deben ser protegidos por un régimen de derechos, que
le permita liberarse de la opresión, tiranía, pero también promover el desarrollo
de las relaciones amistosas entre los estados.

Como ya manifestamos el objetivo de los derechos humanos es proteger las


libertades y garantías individuales del ser humano; en conexión a ese propósito
proliferaron organismos y mecanismos de protección internacional. Algunos con
base en tratados internacionales y otros, como los Relatores o Grupos de
Trabajo de las Naciones Unidas, basados más bien en decisiones de la Comisión
de Derechos Humanos de las Naciones Unidas alrededor de temas específicos
(desapariciones, tortura, mercenarios, etc.) o a países de alguna región del
mundo.

Otro componente por destacar es, obviamente, las instancias jurisdiccionales


supranacionales de protección de los derechos humanos que, en orden
cronológico de aparición son el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y la
Corte Interamericana de Derechos Humanos.

También en materia de protección de los derechos humanos es de destacar la


importancia de doctrina en derechos humanos que ha ido formulándose a nivel
administrativo y judicial, que va formando los antecedentes de lo que constituye
una activa rama del derecho.

Además de estas iniciativas numerosas para mejorar los procedimientos,


desarrollar la prevención, y mejorar las condiciones de protección de los
derechos humanos, hay un aspecto que desde el punto de vista conceptual y
jurídico aparece como incuestionable: el individuo se ha convertido ya en sujeto
del derecho internacional con la finalidad de que sus derechos se respeten,
garanticen no solo por el derecho interno de los estados, sino
internacionalmente.

Esto significa, por un lado, que las personas puedan efectivamente presentar
denuncias y reclamaciones ante los organismos internacionales de protección
de derechos humanos.

Es evidente que los organismos nacionales e internacionales de protección de


derechos humanos junto con las diferentes normas que regulan la material son
las herramientas que viabilizan el cumplimiento del objetivo que persiguen los
derechos humanos: Proteger la dignidad humana a través del reconocimiento,
respeto y garantía de las libertades fundamentales.
Asegurar el respeto a los derechos humanos constituye una tarea que no
solamente implica la restitución en el goce de tales derechos, sino desarrollar
esquemas mediante los cuales sea posible prevenir su violación.

Ello requiere, en consecuencia, tomar medidas contundentes para avanzar con


celeridad hacia los estándares internacionales en la materia.

Con la finalidad de asegurar el respeto irrestricto a los derechos humanos y


pugnar por su promoción y defensa, la estrategia es actualizar el marco
normativo para responder a las demandas y necesidades de una sociedad cada
vez más preocupada por el respeto a los derechos fundamentales de los
individuos.

Los gobiernos de los diferentes estados deben reafirma su compromiso de


trabajar estrechamente con los grupos sociales y el Poder Legislativo para que
se reconozcan en la legislación los derechos humanos en su connotación más
amplia y contemporánea.

También es necesario establecer los mecanismos para hacer efectivo el respeto


a los instrumentos internacionales.

Así mismo los estados deben establecer un programa en la Administración


Pública para fortalecer el respeto a los derechos humanos. Se debe asegurar el
respeto de estos derechos en toda la Administración Pública, a través de
acciones preventivas de capacitación y concientización de los servidores
públicos, así como del establecimiento de medidas punitivas en contra de
quienes incurran en prácticas violatorias a los derechos humanos, por ejemplo,
la discriminación en la prestación de servicios públicos.

Como producto de esas estrategias nuestra legislación vigente recoge el


principio de responsabilidad del Estado, así como la posibilidad de una
consecuente indemnización en el numeral 9 del artículo 11 de la actual
Constitución Política de la República, cuando señala: “El ejercicio de los
derechos se regirá por los siguientes principios: 9. El más alto deber del Estado
consiste en respetar y hacer respetar los derechos garantizados en la
Constitución. El Estado, sus delegatarios, concesionarios y toda persona que
actúe en ejercicio de una potestad pública, estarán obligados a reparar las
violaciones a los derechos de los particulares por la falta o deficiencia en la
prestación de los servicios públicos, o por las acciones u omisiones de sus
funcionarias y funcionarios, y empleadas y empleados públicos en el desempeño
de sus cargos. El estado ejercerá de forma inmediata el derecho de repetición
en contra de las personas responsables del daño producido, sin perjuicio de las
responsabilidades civiles, penales y administrativas. El Estado será responsable
por detención arbitraria, error judicial, retardo injustificado o inadecuada
administración de justicia, violación del derecho a la tutela judicial efectiva, y por
las violaciones de los principios y reglas del debido proceso (…)”.

A lo largo de todo este artículo encontramos varios aspectos en donde la


Administración Pública puede tener responsabilidad por hechos realizados por
sus funcionarios y que de alguna manera hayan violentado los derechos de las
personas; en estos casos, el Estado Ecuatoriano como ente llamado a garantizar
la paz social, el orden público y el respeto a los derechos de sus ciudadanos,
protegerá a aquellos, respondiendo por estas faltas pero teniendo la libertad y
es más el deber, de exigir la repetición del pago que hubiera efectuado en razón
de indemnización por estos hechos.

Los derechos humanos, son precisamente un parámetro clave para mirar el


alcance del desarrollo democrático de una sociedad. Además, no se trata de
mirar solamente los derechos civiles y políticos, sino la integralidad e
indivisibilidad del conjunto de derechos humanos. Así también, hace falta
mirarlos no solo en lo que respecta a su marco normativo, sino en los alcances
logrados para su goce efectivo, que generalmente son resultados de las
demandas de la sociedad.

Otra estrategia que ha implementado el estado ecuatoriano con la finalidad de


cumplir con el objetivo de los derechos humanos es la de priorizar la atención de
grupos vulnerables para prevenir la violación de sus derechos tal como lo señala
en el titulo II Derechos, capítulo tercero, Derechos de las personas y grupos de
atención prioritaria.

Lo importante es modificar el punto de vista de las políticas públicas para la


defensa de los derechos humanos, superando la visión que pretende únicamente
restituir el goce de los mismos, para privilegiar un enfoque preventivo de la
violación de estos derechos. Esta nueva orientación resulta particularmente
importante en el caso de miembros de grupos vulnerables como son los niños,
los adultos mayores, los discapacitados, los enfermos y cualquier otro grupo
social que, por sus características, se encuentre expuesto a la violación de sus
derechos humanos.

Es entonces deber de cada estado crear las condiciones necesarias para que
los derechos humanos cumplan su objetivo: el goce de las libertades y garantías
individuales del ser humano, dando los mecanismos para que los seres humanos
puedan hacer efectivos todos los derechos que le son inherentes.

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