Revista Dedicada Al NR!

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F

E  E  FF

E
STUDIOS ILOSÓFICOS
LXVIII

199
2019

STUDIOS ILOSÓFICOS

E  F
Presentación
Jimmy Hernández Marcelo, José Luis Guzon Nestar

STUDIOS ILOSÓFICOS Surgimiento y desarrollo del Nuevo Realismo


Maurizio Ferraris

E STUDIOS FILOSÓFICOS
Realismo Neutral
Markus Gabriel

¿Independencia respecto de la mente?


Jocelyn Benoist

Realismo. La inmediatez mediada de nuestro


acceso al mundo
Marcus Willaschek

Prueba y boceto de un realismo correlacionista


Anton Friedrich Koch

E  F
La realidad como facticidad formal
Jens Rometsch

STUDIOS ILOSÓFICOS Un juego ontológico formal. ¿Necesita una correlación


el realismo especulativo de Meillassoux?
Jan Voosholz

E  F
Algunos enfoques realistas para la filosofía
del evento
Sergio Genovesi

Emergencia e icnología ontológica.

STUDIOS ILOSÓFICOS
Hacia un textualismo metafísico
Erica Onnis

Repensando la bio-política desde el Nuevo realismo


Jimmy Hernández Marcelo

AÑO 2019 SEPTIEMBRE-DICIEMBRE VOL. LXVIII Nº 199


E La Revista ESTUDIOS FILOSÓFICOS, S
fundada en 1952, es una publicación cuatrimestral del Instituto Superior de Filosofía, de Valladolid.

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Fernando Vela López (Instituto Superior de Filosofía)
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Bernardo Fueyo Suárez (Facultad de Teología de San Esteban,
conseJo editoRial
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Valladolid)
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Mauricio Beuchot (UNAM)
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Guido Vergauwen (Universidad de Friburgo) culum del autor que incluya una dirección de contacto, preferentemente de correo electrónico.
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Joaquín Esteban Ortega (Universidad Europea Miguel de Cervantes)
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Javier de Lorenzo (Universidad de Valladolid) otra publicación hasta haber recibido el dictamen de la comisión de evaluación.
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Emiliano Fernández Vallina (Universidad de Salamanca)
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Estudios Filosóficos LXVIII (2019) 417 ~ 434

SURGIMIENTO Y DESARROLLO
DEL NUEVO REALISMO*
EMERGENCE AND DEVELOPMENT OF THE NEW REALISM

Maurizio Ferraris
Universidad de Turín

Resumen: El presente artículo tiene como finalidad hacer que


el lector adquiera una visión general de los antecedentes, surgi-
miento, desarrollo y futuro de la filosofía realista del siglo XX.
A partir de una investigación histórica, se establece un diálogo y
debate entre las distintas tradiciones filosóficas que nos han lle-
vado hasta el Nuevo realismo, a saber, idealismo, posmodernidad,
filosofía analítica, etc. El artículo presenta, en su último aparta-
do, las variantes del realismo en el siglo XXI: realismo negativo,
realismo neutral, realismo positivo y realismo trascendental. Se
concluye afirmando que la superación de la división de la filo-
sofía en continental y analítica será la mayor herencia que el
debate actual dejará a las generaciones futuras.
Palabras clave: Nuevo realismo, idealismo, posmodernidad,
filosofía analítica, filosofía continental
Abstract: The purpose of this paper is to provide the reader with
an overview of the antecedents, emergence, development and future
of the realistic philosophy of the 20th century. Based on historical
research, a dialogue and debate is established between the differ-
ent philosophical traditions that have led us to the New Realism,
namely idealism, postmodernity, analytical philosophy, etc. The

* Edición y traducción del italiano de Jimmy Hernández Marcelo. Una primera versión de este
escrito fue publicada en Maurizio Ferraris, “Breve storia del nuovo realismo”, en Sarah De
Sanctis (ed.), I nuovi realismi, Milano, Bompiani, 2017, pp. 33-59. La presente traducción se ha
hecho de una versión corregida y aumentada preparada especialmente por el autor para este
número sobre el realismo de la revista Estudios Filosóficos.

417 E STUDIOS FILOSÓFICOS


MAURIZIO FERRARIS

paper presents, in its last section, the variants of realism in the 21st
century: negative realism, neutral realism, positive realism and
transcendental realism. It concludes by stating that overcoming
the division of philosophy into continental and analytical will be
the greatest inheritance that the current debate will leave to future
generations.
Keywords: New Realism, Idealism, Postmodernism, Ana-
lytical Philosophy, Continental Philosophy.

Introducción

El problema fundamental del nuevo realismo1 no consiste en apoyar –di-


gámoslo así– que todo lo que los idealistas afirman ser ideas son tan reales
como los árboles y las sillas. No solo porque un nuevo realista es perfecta-
mente consciente de los méritos de un idealismo coherente y está lejos de ser
indiferente a las seducciones de un trascendentalismo repensado y renova-
do2, sino sobre todo por una razón fundamental. El nuevo realismo, más que
un compromiso ontológico con la existencia de ciertas clases de entidades (o,
como prefiero decir, objetos), se caracteriza por la exigencia de un compromi-
so ontológico claro, que no delegue en la ciencia las preguntas sobre existencia
de la realidad y que no reduzca la filosofía a una mera función edificante. En
este sentido, la imagen de la filosofía que está en la base del nuevo realismo
–filosofía como construcción y sistema, acompañada de un claro compromiso
ontológico– está mucho más cerca del idealismo del siglo XIX que del posmo-
dernismo del siglo XX.
Creo que es, precisamente, a partir de este punto que conviene comenzar, a
fin de aclarar la función y el campo del nuevo realismo en la filosofía contem-
poránea; dejaremos para otro momento, por razones obvias de espacio, el dar

1
Para una revisión completa y detallada de todos los artículos y ensayos que hasta el momento
se han publicado sobre el nuevo realismo consúltese: https://nuovorealismo.wordpress.
com. De igual forma, Henning Klüver escribió en el Süddeutsche Zeitung, el 3 de enero de
2014: “Un espectro está presente y no solo en Europa. El espectro del «nuevo realismo». El
concepto de «nuevo realismo» fue acuñado por el filósofo italiano Maurizio Ferraris de la
Universidad de Turín. [...] El debate sobre el realismo ahora se lleva a cabo en diferentes
partes del mundo, desde el argentino José Luis Jerez, pasando del mexicano Manuel DeLanda
y el estadounidense Graham Harman, hasta el alemán Markus Gabriel”. Para la difusión del
nuevo realismo en Alemania, ver también Markus Gabriel (2014), Der neue Realismus, Berlin,
Suhrkamp, 2014. Allí se encuentran contribuciones, entre otras, de Jocelyn Benoist, Paul
Boghossian, M. De Caro, Umberto Eco, Maurizio Ferraris, Markus Gabriel, Diego Marconi,
Quentin Meillassoux, Hilary Putnam y John Searle.
2
Cf. Markus Gabriel, Das Absolute und die Welt in Schellings Freiheitsschrift, Bonn, Bonn
University Press, 2006. Para una propuesta de un realismo trascendental inspirado en
Schelling, me gustaría referirme a Maurizio Ferraris, “Sum ergo Cogito. Schelling and
the Positive Realism”, en E. C. Corriero, A. Dezi, (eds.), Nature and Realism in Schelling’s
Philosophy, Torino, Accademia University Press, 2013, pp. 187-201.

418
SURGIMIENTO Y DESARROLLO DEL NUEVO REALISMO

cuenta de la incidencia del nuevo realismo en áreas como la arquitectura3, la


literatura4, la pedagogía5, la teoría de las artes6, la teoría política7, las ciencias
sociales8, los media studies9, así como su presencia en el debate mediático10.

1. El idealismo del siglo xix

El siglo XX es un breve siglo no solo en historia sino también en filosofía.


Al menos hasta la Primera Guerra Mundial, encontramos perfectamente ac-
tivos –en el mundo anglosajón e Italia, mucho más que en Alemania, que a
principios del siglo XIX había sido la cuna del idealismo trascendental–, siste-
mas idealistas que son completamente coherentes y ampliamente aceptados
en la comunidad filosófica. El siglo XX filosófico comienza, como sabemos,
con lo que más adelante se llamaría “filosofía analítica”, situándose en contra
de estos sistemas. La razón de ser de la transformación de la filosofía defen-
dida en Inglaterra por Bertrand Russell y George Edward Moore fue la críti-
ca de los sistemas neo-idealistas y, específicamente, del sistema de John Ellis

3
Cf. El congreso “Neuer Realismus Und Rationalismus Eine Deutsch- Italien­
ischearchitekturdebatee”, Berlín, Instituto Cultural Italiano de Berlín y Academia
Internacional de la Construcción, 15 de noviembre de 2013. Véase, además, AA.VV.,
Architettura e realismo, Santarcangelo, Maggioli, 2013; Nikolaus Kuhnert (ed.), Get real! Die
Wirklichkeit der Architektur, architectural realities, Aachen, Arch+-Verl., 2014.
4
El congreso “Les nouveaux réalismes dans la culture italienne à l’aube du troisième
millénaire. Définitions et mises en perspective”, Paris, Université Sorbonne Nouvelle-Paris 3,
12-14 de junio de 2014. Véase, además, M. Quaglino y R. Scarpa (eds.), Metodi, Testo, Realtà,
Alessandria, Edizioni dell’Orso, 2014.
5
E. Corbi y S. Oliverio (eds.), Realtà fra virgolette? Nuovo realismo e pedagogia, Lecce-Rovato,
Pensa MultiMedia, 2013; Pedagogia e vita, 71, 2013; Journal of Educational, Cultural and
Psychological Studies (ECPS), 9, 2014: Special Issue on New Realism and Educational Research.
6
El congreso “Speculations on Anonymous Materials” (con M. Ferraris, M. Gabriel, I. Hamilton
Grant, R. Mackay, R. Negarestani), Kassel, Museum Fridericianum, 4 de enero de 2014 y el
ciclo de conferencias “Phantome des Realen”, organizado en 2014 por la Zürcher Hochschule
der Künste, con la participación de A. Avanessiam, A. Düttmann, M. Ferraris, M. Gabriel, I.
Grant, G. Harman, D. Mersch, G. Schiemann.
7
El alcance político del nuevo realismo está en el centro de la serie de conferencias organizadas
por el Instituto Cultural Suizo de Roma en 2012, cuyos eventos, organizados por C. Riedweg,
con el título Discorsi d’attualità. Dal “postmoderno” ai nuovi orizzonti della cultura, se han
publicado en italiano (Roma, Carocci, 2013), francés (Genève, Droz, 2014) y alemán (Bern,
Schwabe, 2014).
8
Cf. A. Maccarini, E. Morandi y E. Prandini, (eds.), Sociological Realism, London-New York,
Routledge, 2011.
9
Remito a mi ensayo Maurizio Ferraris, “New Realism and New Media: From Documentality
to Normativity”, en J. Katz, J. Floyd (eds.), Philosophy of Emerging Media, Understanding,
Appreciation and Application, Oxford, Oxford University Press, 2015.
10
Del 3 de abril al 3 de julio de 2014, el periódico alemán Die Zeit publicó una serie de
intervenciones sobre el nuevo realismo en filosofía, artes y arquitectura, de las que formaron
parte T.E. Schmidt, U. Schwarz, B. Stegemann, B. Pörksen, M. Gabriel, I. Radisch, M. Seel.
Debates similares se llevaron a cabo en Italia (la Repubblica y Alfabeta2), en España (Revista de
Occidente) y en Francia (Philosophie Magazine).

419
MAURIZIO FERRARIS

McTaggart (1866-1925). Se trataba de una reivindicación del sentido común y


el “fuerte sentido de lo real”, por lo que, ante la afirmación de McTaggart de
que el tiempo no existe, Moore podría objetar: “acabo de desayunar”.
Junto con este gesto de rebelión, que habría allanado el camino para una
corriente filosófica extremadamente influyente, algo se movía al otro lado del
Atlántico. En 1910, seis filósofos estadounidenses se reconocieron en la co-
rriente del “New Realism”11. Estos fueron Walter Taylor Marvin, Ralph Bar-
ton Perry, Edward Gleason Spaulding, Edwin Bissel Holt, William Pepperell
Montague, Walter Boughton Pitkin. De lo poco que evocan estos nombres en
la mente del lector, se puede inferir el éxito del movimiento. Aquel New Rea-
lism no tuvo un Russell, ni un Wittgenstein, ni un Moore. En la siguiente fase,
el “realismo crítico”12, tendría un Lovejoy, un Santayana y un Sellars (Roy
Wood, padre del hoy más famoso Wilfrid Sellars), pero el mainstream filosófico
se encaminaba en el sentido de la filosofía analítica, que parecía prometer una
ruptura más fuerte y novedades más interesantes.
Sin embargo, si queremos comprender las razones del New Realism del
siglo pasado (o de las variedades realistas del neokantismo en Alemania)13,
así como de la primera filosofía analítica, conviene centrarse en las razones
del idealismo al que se opuso. La empresa evidentemente va más allá de
las ambiciones de estas páginas, también porque el neo-idealismo es una
filosofía robusta y con una calidad argumentativa de la que carecerían las
filosofías continentales post-idealistas (y con una riqueza de contenidos de
la que carecerían las filosofías analíticas). No obstante, me limito a una pe-
queña muestra, que considero significativa: el “íncipit” de la Teoría general
del espíritu como acto puro de Giovanni Gentile (1875-1944):

“Desde principios del siglo XVIII, con la doctrina de George Berkeley, sur-
ge claramente este concepto: que la realidad no es pensable si no está en
relación con la actividad pensante para la cual es pensable; y en relación

11
R.B. Perry et al., “The Program and First Platform of Six Realists”, en Journal of Philosophy,
Psychology and Scientific Methods 7 (1910) 393-401; The New Realism: Cooperative Studies in
Philosophy, New York, Macmillan, 1912. Para una reconstrucción de los prefacios del nuevo
realismo, véase, en primer lugar, Diego Marconi (eds.), Número especial: “Quale realismo?”,
en Hermeneutica, 2014, en el que se incluyen contribuciones de M. Alai, E. Baccarini, S. Bignotti,
F. Botturi, M. Cangiotti, G. Cotta, G. D’Anna, P. De Vitiis, C. Dotolo, M. Ferraris, V. Fano y S.
Matera, M. Giuliani, L. Grion, P. Pagani, C. Zuccaro
12
D. Drake, A.O. Lovejoy, J.B. Pratt, A.K. Rogers, G. Santayana y R.W. Sellars, Essays in
Critical Realism, A Co-operative Study of the Problem of Knowledge, London, Macmillan, 1920.
13
En el mismo año que vio el surgimiento del Nuevo Realismo y el nacimiento de la filosofía
analítica, el filósofo neokantiano Heinrich Rickert (1863-1936) elaboró una crítica interna
del neokantismo basada en suposiciones realistas. Cf. Heinrich Rickert, Der Gegenstand der
Erkenntnis. Einführung in die Transzendentalphilosophie, Tübingen/Leipzig, J.C.B. Mohr, 1904; Die
Logik des Prädikats und das Problem der Ontologie, Heidelberg, Winter, 1930. Para un análisis de
esta vía autónoma hacia el realismo, véase A. Donise, Il soggetto e l’evidenza. Saggio su Heinrich
Rickert, Napoli, Loffredo, 2002.

420
SURGIMIENTO Y DESARROLLO DEL NUEVO REALISMO

con la cual no es solo un objeto posible, sino objeto real, actual de conoci-
miento. De modo que concebir una realidad es concebir toda la mente en
la cual esta realidad se representa; y, por lo tanto, es absurdo el concepto de
una realidad material14”.

Debe reconocerse a Gentile la honestidad con la que expresa su compro-


miso ontológico: solo lo que está efectivamente presente en su pensamiento
es real, lo que hace que todo lo que no esté efectivamente presente en su pen-
samiento caiga en la irrealidad. Si esto fuera cierto (a menos que queramos
adoptar un credo radicalmente solipsista), tendríamos consecuencias que
harían vacilar nuestras suposiciones más obvias, aquellas sobre las que to-
dos nosotros, incluido Giovanni Gentile, basamos o hemos basado nuestra
conducta en el mundo. Porque si realmente fuese real solo lo que la mente
se representa, entonces no habría diferencia entre la introspección y el cono-
cimiento del mundo externo; todas las cosas pasadas, desde los dinosaurios
hasta los sumerios, estarían presentes exactamente como los pensamientos
que los piensan; todas las cosas futuras no serían menos presentes que las
cosas pasadas (y, por lo tanto, la diferencia entre lo posible y lo real no existi-
ría); todo lo que Giovanni Gentile ha ignorado sería inexistente; por otro lado,
todo lo que Giovanni Gentile ha pensado, incluido Pegaso, habría existido,
pero a partir del momento de su muerte, todo esto dejaría de existir15.
Uno puede preguntarse por qué un gran pensador no había intuido el ab-
surdo flagrante de sus tesis y la respuesta se da inmediatamente. Gentile escri-
bió casi tres siglos después de las Meditaciones Metafísicas y ciento treinta años
después de la Crítica de la razón pura y la “Revolución copernicana”, por lo que
la pregunta sobre la naturaleza de las cosas se transforma en la pregunta sobre
cómo podemos conocerlas. En otras palabras, había internalizado profunda-
mente dos suposiciones que estaban lejos de ser evidentes. La primera es que
tenemos una relación inmediata solo con el pensamiento, que a su vez media
en todas nuestras relaciones con el mundo. La segunda es la que he llamado

14
Giovanni Gentile, Teoria generale dello spirito come atto puro, Firenze, Le Lettere, 2012, Primera
Parte, § 1 (La cursiva es mía).
15
P. Bozzi, “Parlare di ciò che si vede”, en Versus 59-60 (1991), p. 110: “‘Pero todo es mente’. La
mente lo es todo, el pensamiento está ahí, cerca de la estufa y se quema en la estufa, es fuego (...
ya Heráclito, presagiando...), es una pared sólida. Estoy pensando en todas estas cosas, me dije, y
seguramente esto es parte de la mente; recuerdo cosas que sucedieron hace poco tiempo, o hace
mucho tiempo, y esto también es parte de la mente. Casi me estoy quedando dormido, la estufa,
la poca luz, las palabras del profesor siempre tan entonadas... es una rendición de la mente, no
hay duda; ¿las manos delante de mí en la encimera son mente? El significado de la palabra debe
extenderse mucho. Pero entonces, una línea recta es un tipo particular de curva, aunque nada
tiene lo que recuerda la idea de la recurva; después de todo, mis manos se mueven obedeciendo
mi voluntad, directamente como mis pensamientos, fantasías y otros restos de mi voluntad. El
banco puede ser mente incluso si no obedece en nada, es suficiente extender los bordes de la
palabra; he aquí que es también mente. Así, incluso las cosas más distantes y más difíciles, y
figurarse después aquellas cosas postuladas en otro lugar y, por lo tanto, meramente pensadas”.

421
MAURIZIO FERRARIS

“falacia trascendental”16, la confusión entre ontología y epistemología, entre


lo que hay y lo que sabemos, o creemos saber a propósito de aquello que es.
Además de recibir la fianza filosófica de Descartes y Kant, esta falacia
también es muy natural. La psicología del razonamiento ha puesto en evi-
dencia el engaño teórico por el cual somos mucho más sensibles al modus po-
nens que al modus tollens, y el sentido común ha codificado la confusión entre
lo que es y el hecho de que tengamos acceso a él con dichos como “ojos que
no ven, corazón que no siente”. Es una confusión muy natural, algo muy
similar al error del estímulo, por el que un sujeto invitado a cerrar los ojos y
responder a la pregunta “¿qué ves?”, responde “no veo nada” (mientras que
en realidad ve fosfenos, imágenes consecutivas, etc.). El sujeto no está ha-
ciendo una descripción, sino que está proponiendo una teoría ingenua de la
visión: el ojo es como una cámara, cuando la lente está cerrada no hay nada
o hay una oscuridad perfecta. Desde este punto de vista, la boutade según el
cual Ramses II no murió de tuberculosis porque el bacilo de la tuberculosis
fue aislado por Koch en 188217 es una variante ingeniosa y epistemológica-
mente bien equipada de esta tendencia humana –muy natural– al autoenga-
ño y a la sobrevaloración.
Sin embargo, si reflexionamos sobre las implicaciones metafísicas de esta
falacia, nos damos cuenta de que implica un compromiso ontológico muy
fuerte con la existencia de un espíritu independiente de la materia, capaz de
producir representaciones y, a través de ellas, las cosas. Lo cual es completa-
mente consistente con un sistema idealista, pero lo es mucho menos si se trata
de un sistema posmoderno.

2. El posmodernismo del siglo xx

Durante gran parte del siglo XX, el realismo ha sido marginal. Especiali-
dad regional, relegada a Australia, como los marsupiales18, caminos secunda-
rios tanto en comparación con el mainstream analítico como al continental19, o

16
Cf. Maurizio Ferraris, Goodbye, Kant!: cosa resta oggi della Critica della ragion pura, Milano,
Bompiani, 2004.
17
Bruno Latour, “Ramses II est-il mort de la tuberculose?”, en La Recherche 307 (1988) 94-95.
18
David Malet Armstrong (1926-2014), profesor en las universidades de Melbourne y luego
de Sydney. Una colección de escritos de Armstrong en italiano se encuentra en David M.
Armstrong, Ritorno alla metafísica, Milano, Bompiani, 2012.
19
Gustav Bergmann (1906-1987), miembro del círculo de Viena y luego profesor de la
Universidad de Iowa. Sus principales obras son Logic and Reality, Madison, University of
Wisconsin Press, 1964 y Realism: A Critique of Brentano and Meinong, Madison, University
of Wisconsin Press, 1967. Una presentación en italiano del realismo se puede encontrar en
G. Bonino y G. Torrengo (eds.), “Il realismo ontologico di Gustav Bergmann”, en Rivista di
Estetica 25, n.1 (2004).

422
SURGIMIENTO Y DESARROLLO DEL NUEVO REALISMO

a áreas extra-filosóficas, como la psicología de la percepción20. Las propuestas


de una epistemología realista, como las formuladas por el “realismo críti-
co” del filósofo inglés Roy Bhaskar (1944-2014), parecían mucho menos se-
ductoras21 que el anarquismo de Paul Feyerabend22, según el cual todos los
métodos científicos son igualmente válidos o la tesis fascinante de Richard
Rorty23, para quien la objetividad no tiene valor intrínseco. La idea de una
“metafísica descriptiva” y respetuosa del sentido común presentada por el
filósofo inglés Peter Frederick Strawson (1919-2006) parecía mucho menos
heroica que la “deconstrucción de la metafísica” a la que se consagraba la
reflexión post-heideggeriana24.
¿Deberíamos concluir que en muchos casos hemos tenido que lidiar con
una continuación del idealismo del siglo XIX? En cierto sentido, y por paradó-
jico que pueda parecer, sí. Ha sido el filósofo posmodernista estadounidense
Richard Rorty (1931-2007) quien señaló las similitudes entre el idealismo del
siglo XIX y la posmodernidad del siglo XX25. Sin embargo, hay una diferencia
fundamental entre los dos idealismos. El idealismo del siglo XIX jugaba con
sus cartas descubiertas: el tiempo no existe, solo existe lo que es objeto de pen-
samiento en acto, etc. Por el contrario, la posmodernidad sigue una estrategia
muy diferente. Sugiere, como dijo Rorty26, que la dependencia de la realidad
respecto del pensamiento es una “dependencia representacional”, es decir, que
no se ejerce sobre los objetos, sino sobre el vocabulario que usamos para desig-
nar los objetos. Ahora bien, está claro que si “dependencia representacional”
significa que la existencia del Tyrannosaurus Rex depende de nuestros esquemas
conceptuales, entonces cuando hubo Tyrannosaurus Rex no hubo Tyrannosaurus
Rex, ya que no estábamos allí. Si, por otro lado, queremos decir que la “palabra”

20
Paolo Bozzi (1930-2003), el último exponente de la Gestaltpsychologie que tiene sus orígenes
en la enseñanza de Franz Brentano y en el realismo austríaco. Véase, en particular, P. Bozzi,
Fisica ingenua. Oscillazioni, piani inclinati e altre storie: studi di psicologia della percezione, Milano,
Garzanti, 1990; Scritti sul realismo, Milano, Mimesis, 2009. El tema ha sido expuesto más
ampliamente en la introducción a ese sus escritos sobre realismo en Maurizio Ferraris,
“Introduzione”, en Scritti sul realismo, op. cit., pp. pp. 11-20. Sobre Bozzi, véase C. Barbero,
R. Casati, M. Ferraris y A.C. Varzi (eds.), Numero especial “Bozzetti in memoria di
Paolo Bozzi”, en Rivista di Estetica, 24 (3/2003). Además, se propone una confluencia entre
el realismo de Bozzi y el nuevo realismo en L. Taddio, Verso un nuovo realismo, Sesto San
Giovanni, Jouvence, 2013.
21
Roy Bhaskar, A Realist Theory of Science, London, Routledge, 1975.
22
Paul Feyerabend, Against Method, London, Verso, 1975.
23
Richard Rorty, Philosophy and the Mirror of Nature, Princeton, Princeton University Press,
1979.
24
Peter Frederick Strawson, Individuals, London, Methuen, 1959.
25
Richard Rorty, “Nineteenth-Century Idealism and Twentieth-Century Textualism”, en The
Monist, 64, n.2 (1981) 155-174.
26
Richard Rorty, “Charles Taylor on Truth”, en Truth and Progress. Philosophical Papers, vol. III,
Cambridge, Cambridge University Press, 1998, pp. 84-97.

423
MAURIZIO FERRARIS

Tyrannosaurus Rex depende de nuestros esquemas conceptuales, entonces no


estamos tratando con una dependencia en ningún sentido serio del término27.
En este punto, surge espontáneamente una pregunta: ¿cómo es posible que
una dependencia que, en el mejor de los casos, es epistemológica (son los co-
nocimientos que tenemos de los dinosaurios los que los hacen relevantes para
nosotros, de lo contrario no habríamos sabido nada sobre ellos) se presente
como una dependencia ontológica (nuestros conocimientos sobre los dinosau-
rios son, de alguna manera, constitutivos del ser de los dinosaurios)? La res-
puesta proviene de otro filósofo estadounidense, esta vez un nuevo realista,
Graham Harman, que ha observado cómo el juego fundamental del idealismo
posmoderno consiste en querer estar más allá del idealismo y del realismo,
así como del sujeto y del objeto28. Formalmente, el posmodernista no asume
un compromiso ontológico idealista o subjetivista, ya que afirma situarse más
allá de las distinciones entre sujeto y objeto y entre idealismo y realismo. Sin
embargo, afirmando que la realidad o la objetividad solo se relacionan con un
sujeto introduce subrepticiamente una tesis idealista y subjetivista. Harman
proporciona ejemplos significativos de esta actitud: para Husserl los objetos
son siempre los correlatos de los actos intencionales, para Heidegger las en-
tidades siempre están relacionadas con un Ser-ahí, Merleau-Ponty formuló el
eslogan “para nosotros existe un en sí mismo”, Derrida escribió que la diferencia
entre significante y significado no es nada (lo que, de paso, confirma la legi-
timidad de leer la sentencia críptica “no hay fuera-del-texto” en el sentido de
“nada existe fuera del texto”).
Incluso afirmaciones como “el ser, que se puede entender, es el lenguaje” o
“el lenguaje es la casa del ser”, que han sido las consignas de la filosofía conti-
nental del siglo pasado, son tantas variaciones de la tesis esencial por la cual no
hay sujeto y objeto, sino solo la relación entre sujeto y objeto. Y el relanzamiento
propuesto por la hermenéutica radical de la tesis de Nietzsche de que “no hay
hechos, solo interpretaciones” se presenta como un resultado predecible de este
enfoque: si solo hay relaciones, entonces solo existen interpretaciones29.
Pero afirmar que solo existen relaciones no es diferente a afirmar que no
hay mano derecha ni mano izquierda, sino solo las dos manos que se unen
en la oración, a menos que no se desee adoptar una perspectiva coheren-
temente berkeleyana, que también implicaría una demostración formal de la

27
Para un desarrollo de este argumento, remito a Maurizio Ferraris, “Pensieri sul dinosauro”,
en Ars interpretandi. Annuario di ermeneutica giuridica, 2, n.1 (2013) 15-26.
28
Graham Harman, “Fear of Reality: On Realism and Infra-Realism”, en The Monist 98
n.2 (2015) 126-144. Para una historia véase L. Braver, A Thing of This World: A History of
Continental Anti-Realism, Evanston, Northwestern University Press, 2007.
29
Para el desarrollo de la relación entre posmodernidad y realismo remito a Maurizio Ferraris,
“From Postmodernism to Realism”, en T. Andina, (ed.), Bridging the Analytical Continental
Divide. A Companion to Contemporary Western Philosophy, Leiden, Brill, 2014, pp. 1-7.

424
SURGIMIENTO Y DESARROLLO DEL NUEVO REALISMO

existencia de Dios30. El filósofo australiano David Stove (1927-1994) ha habla-


do del “peor argumento del mundo”. Afirmar que podemos conocer las cosas
solo si están relacionadas con nosotros, por lo que no podemos conocer las
cosas en sí mismas, no es diferente a afirmar que, dado que comemos ostras,
cuando comemos ostras, no podemos comer las ostras como tales, sino solo en
relación con nosotros31. Aquí tenemos una radicalización del peor argumento
del mundo. Si de hecho tenemos que creer en la tesis según la cual “no hay
sujeto ni objeto, sino que solo existe la relación”, nos vemos obligados a con-
cluir que no hay ni el cliente en el restaurante ni la ostra en su plato, sino solo
un impersonal comer-ostra.
El pasaje que he citado es interesante no solo desde el punto de vista do-
cumental, sino también porque condensa los prejuicios en las confrontaciones
con el nuevo realismo32 (por ejemplo, se lo confunde con un naturalismo) y, en
general, atribuye al nuevo realismo la tesis del realismo-hombre de paja, se-
gún la cual la mente reflejaría la realidad tal como es. Evidentemente, el nuevo
realismo nunca ha apoyado una tesis de este tipo y la referencia al realismo
ingenuo y al sentido común cubre, en la estrategia del nuevo realismo, una
función esencialmente metodológica: es necesario ser capaz de proporcionar
explicaciones que den cuenta de las intuiciones del sentido común33. El precio
que se paga por el abandono de la confrontación con el sentido común, de he-
cho, no es la renuncia a una filosofía sofisticada y exigente, sino precisamente
la despreocupación filosófica, las frases factuales (“la relación existe”), una
inflación de malos argumentos que confirman la validez duradera de Hegel
para quien los argumentos son tan baratos como las manzanas.
Por ejemplo, sostener que (con una generalización mágica de la mecánica
cuántica) el observador modifica lo observado en cualquier área y en cual-
quier escala haría inútil el uso de informes en las tiendas, ya que tanto el
vendedor como el comprador cambiarían, con su observación, el peso de las
mercancías. Esta simple consideración aún no nos dice nada acerca de la rea-
lidad, ni pretende afirmar (con un primitivismo filosófico que ningún realista
aceptaría) que la realidad es como nos parece. De hecho, una de las tesis más

30
El único filósofo, que yo sepa, que ha estado involucrado en esta dirección fue John Foster
(1940-2009). Véase su notable A World for Us. The Case for Phenomenalistic Idealism, Oxford,
Oxford University Press, 2008.
31
David Stove, “Idealism: a Victorian Horror Story (Part Two)”, en The Plato Cult and Other
Philosophical Follies, Oxford, Blackwell, 1991, pp. 135-178.
32
Precisamente, la insistencia en la distinción entre ontología y epistemología hace que esta
hipótesis sea absurda. La relación entre ontología y epistemología en el nuevo realismo ha
sido el tema central de la conferencia “New Realism: Ontology and Epistemology”, en el
marco de la International Conference “Philosophy of Science in the 21st Century. Challenges
and Tasks”, CFCUL, Facultad de Ciencias, Universidad de Lisboa, 5 de diciembre de 2013.
33
Como se señala en Maurizio Ferraris, “Ontologia come fisica ingenua”, en Rivista di estetica,
número especial 6 (1998) 133-143.

425
MAURIZIO FERRARIS

relevantes del realismo filosófico es que no solo la realidad no es como nos


parece, sino que hay áreas enteras de la realidad de las cuales no sabemos
nada. Esto, sin embargo, no nos autoriza a realizar la inversión de la pers-
pectiva de Kant, quien, al ver la dificultad de saber cómo son las cosas en
sí mismas, propuso que la filosofía se preguntase cómo deberían ser co-
nocidas por nosotros. Con esto, Kant dio el primer paso en una pendiente
resbaladiza cuyo resultado final es la tesis de que no hay sujeto u objeto,
sino solo la relación.
La situación se presta para resumirse en estos términos. El idealismo
del siglo XIX fue un movimiento coherente, que asumió el problema fun-
damental de la filosofía, es decir, ser un pensamiento de la totalidad. Para
hacer esto, sin embargo, tuvo que hacer una hipótesis de la función del
pensamiento sobre la realidad. Esto fue favorecido por la falacia trascen-
dental, es decir, por la confusión entre ontología y epistemología. Con la
posmodernidad las cosas son diferentes y se activa lo que propongo llamar
“falacia hermenéutica”, es decir, la confusión entre la relevancia axiológica
de algo (el lenguaje es importante, la historia y el sujeto son importantes,
y aún más importante es un techo sobre cabeza) y relevancia ontológica. El
lenguaje, el pensamiento, la historia, cuentan para la realidad (¿y quién lo
negaría?), por lo tanto, son constitutivos de la realidad (y esto es simple-
mente absurdo). Así es como un grupo de onomaturgos se ha transformado
en un grupo de demiurgos. Si tuviese valor el peor argumento del mundo,
no solo las leyes de Newton no serían ciertas antes de que Newton las des-
cubriera34 (si solo existe la relación, la falta del sujeto Newton también im-
plica la falta del objeto Ley de Newton), sino también los objetos a los que
se refieren estas leyes tendrían una existencia altamente problemática35. Ese
es el mismo resultado que, como hemos visto, prevenía Gentile, quien solo
lo puso de una manera mucho menos evidente.
En el mundo analítico, la intuición realista de que una proposición es verda-
dera o falsa independientemente de si sabemos o podemos saber cómo son las
cosas, es decir (en mis términos) la distinción entre ontología y epistemología

34
Lo cual es notoriamente la tesis de Heidegger en Ser y Tiempo (Essere e tempo, Milano, Longanesi,
1970, pp. 344-345): “Antes de que se revelaran las leyes de Newton, no eran «verdaderas»;
de esto no se sigue que fueran falsas [...] que las leyes de Newton no fuesen, antes de él, ni
verdaderas ni falsas, no puede significar que el ente revelado por estas y mostrado antes no
haya sido. Esas leyes se hicieron realidad gracias a Newton, gracias a ellas el ente se hizo
accesible al ser-ahí. Una vez revelado, el ente se muestra como el ente que era antes”.
35
Lo real bien puede ser una cosa en sí. De esto no se deduce en lo más mínimo que esta cosa en
sí no tenga efectos, y sobre todo exista y tenga las propiedades que tiene independientemente
de nuestro conocimiento. Desarrollo este punto en Maurizio Ferraris, “Ding an Sich”, en M.
Gabriel, W. Hogrebe, A. Speer (eds.), Das Neue Bedürfnis Nach Metaphysik, Berlin, DeGruyter,
2015, pp. 119-132.

426
SURGIMIENTO Y DESARROLLO DEL NUEVO REALISMO

se ha retomado con fuerza durante los años setenta del siglo XX por Saul Kri-
pke36 y Hilary Putnam37.
Sin embargo, se estaba lidiando con una situación muy diferente de la del
mundo continental. En la filosofía continental, en efecto, el anti-realismo tenía
un contenido político. Afirmar que la realidad depende de manera decisiva
de la acción de los sujetos significaba (como Foucault o Vattimo propusieron
explícitamente) establecer el principio de una interpretación del mundo que
fuese, a la vez, una transformación del mundo; nada similar en la tradición
analítica, que, precisamente –como hemos visto– se originaba a partir de
una reacción realista y de sentido común contra el idealismo y que, por lo
tanto, nunca llegó a afirmar que el “poder” o “el sujeto” pudiese ser consti-
tutivo de la realidad.

3. Realismo del siglo xxi

Como es bien sabido, la acuñación del término “nuevo realismo” tiene una
fecha precisa: el 23 de junio de 2011 a las 13.30 en un restaurante de Nápoles.
Markus Gabriel estaba preparando un congreso internacional sobre nuevas
tendencias en filosofía y le propuse que lo llamara New Realism, porque me
pareció que, después de un predominio anti-realista en la posmodernidad, la
iniciativa estaba volviendo al realismo. Presenté mis tesis sobre el nuevo rea-
lismo en un breve artículo38 y en algunos escritos más extensos39, y se abrió un
debate cuyas primeras etapas se pueden reconocer en tres congresos: en Nue-
va York40, en Turín41 y en Bonn42, seguido de la publicación de mi Manifiesto del

36
Saul Kripke, “Naming and Necessity”, en G. Harman, D. Davidson (eds.), Semantics of
Natural Language, Dordrecht/Boston, Reidel, 1972.
37
Hilary Putnam, “The meaning of ‘meaning’”, en Philosophical Papers, vol. II, Cambridge,
Cambridge University Press, 1975, pp. 215-271.
38
Maurizio Ferraris, “Il ritorno del pensiero forte” (titolo redazionale), la Repubblica, 8 agosto
2011. http://ricerca.repubblica.it/repubblica/archivio/repubblica/2011/08/08/il-ritorno-al-
pensiero- forte.html
39
Maurizio Ferraris, “Nuovo realismo”, en Rivista di estetica 48 (2011) 69-93; “Nuovo Realismo
FAQ”, en Nóema 2 (2011) 1-14.
40
“On the Ashes of Post-Modernism: A New Realism?”, Instituto Italiano de Cultura, 7 de
noviembre de 2011, con la participación de A. Bilgrami, N. Block, P. Boghossian, P. Bojani, G.
Borradori, M De Caro, U. Eco, M. Ferraris, M. Gabriel, H. Putnam, R. Viale.
41
“Nuovo realismo: una discussione aperta”, Fundación Rosselli, 5 de diciembre de 2011, con
la participación de M. De Caro, P. Flores d’Arcais, R. De Monticelli, M. Dell’Utri, U. Eco, C.
Esposito, M. Ferraris, M. Gotor, A. Lavazza, D. Marconi, A. Massarenti, M. Mori, S. Rodotà,
R. Viale, A. Voltolini.
42
“Prospects for a New Realism”, Universidad de Bonn, 26-28 de marzo de 2012, con la
participación de J. Babi, A. Bilgrami, P. Boghossian, P. Bojani, M. De Caro, M. Ferraris, M
Gabriel, W. Gephart, L. Gordon, A. Kern, S. Haack, D. Marconi, S. Poggi, H. Putnam, J. Searle,
P. Stekeler-Weithofer, D. Sturma.

427
MAURIZIO FERRARIS

nuevo realismo43, del volumen colectivo editado por Mario De Caro Bentornata
realtà44 y, luego de un intenso debate internacional, pasó a ser en 2013 uno de
los temas del Congreso Mundial de Filosofía en Atenas45. El hecho de que la
recepción fuera tan amplia muestra que los tiempos habían madurado, tam-
bién en la filosofía continental. Para comprender cómo pudo haber tenido lu-
gar esta maduración, serán apropiadas unas breves notas sobre la prehistoria
del nuevo realismo.
Cuando comencé, durante la primera mitad de los noventa, a presentar
críticas al ambiente hermenéutico y posmoderno en el que me había formado,
empecé desde algo que no parecía nominable: la percepción. Porque, precisa-
mente, si el ser que se puede entender es el lenguaje, si no existe nada fuera
del texto, entonces la percepción no existe en sentido propio y no tiene nin-
guna autonomía, es solo el dócil feudo de los esquemas conceptuales. Por lo
tanto, recuperar el sentido de la estética como aisthesis fue el primer paso de
mi realismo. El segundo fue establecer una diferencia entre ontología y epis-
temología. El tercero fue desarrollar una teoría realista del mundo social. El
cuarto fue proporcionar una ontología realista general y este es el proyecto en
el que estoy actualmente involucrado46.
Se puede indicar 1997 como el primer annus mirabilis de la prehistoria del
nuevo realismo, en el que –junto con el pamphlet de Alain Sokal y Jean Bric-
mont, que criticaba el abuso posmodernista de la ciencia– se publica Kant y

43
Maurizio Ferraris, Manifesto del nuovo realismo, Roma-Bari, Laterza, 2012. Sucesivamente
traducido en Chile (Ariadne), Francia (Hermann), Alemania (Klostermann), España (Biblioteca
Nueva), Estados Unidos (SUNY Press), Suecia (Daidalos). Se pueden encontrar más desarrollos
de mis posiciones en Maurizio Ferraris, Realismo positivo, Torino, Rosenberg & Sellier, 2013 y
en Maurizio Ferraris, Introduction to New Realism, London, Bloomsbury, 2014.
44
M. DE Caro y M. Ferraris (eds.), Bentornata realtà, Torino, Einaudi, 2012. Este volumen
incluye contribuciones de A. Bilgrami, M. De Caro, U. Eco, M. Ferraris, M. Di Francesco, M.
Recalcati, C. Rovane, H. Putnam, J. Searle.
45
“New Realism: Philosophy in a Cosmopolitan Sense”, XXIII Congreso Mundial de Filosofía,
Atenas, 4-10 de agosto de 2013. Graham Harman realizó sesenta y ocho conferencias
internacionales solo en 2014 (y propone no repetir la experiencia).
46
Para las etapas principales del itinerario de Ferraris véase Maurzio Ferraris, Storia
dell’ermeneutica, Milano, Bompiani; Estetica razionale, Milano, Raffaello Cortina, 1997;
Experimentelle Ästhetik, Vienna, Thuria und Kant, 2001; Il mondo esterno, Milano, Bompiani,
2001; Documentalità. Perché è necessario lasciar tracce, Roma-Bari, Laterza, 2009. Véase
también Maurizio Ferraris,, “L’immaginazione come idealizzazione intraestetica nella
Critica della ragion pura”, en Rivista di estética 42 (1993) 55-67; Analogon rationis, Milano,
Pratica Filosofica, 1994; L’ermeneutica, Roma-Bari, Laterza, 1998; Goodbye Kant! Che cosa
resta oggi della Critica della ragion pura, Milano, Bompiani, 2004; Ricostruire la decostruzione.
Cinque saggi a partire da Jacques Derrida, Milano, Bompiani, 2010. Para una descripción
general véase Maurizio Ferraris, Documentalità. Perché è necessario lasciar tracce, op. cit.
Para un resurgimiento del problema de la percepción como problema filosófico, véase
también la nueva serie de la Rivista di Estetica, primero coordinada y luego, a partir de
1996, dirigida por mí.

428
SURGIMIENTO Y DESARROLLO DEL NUEVO REALISMO

el ornitorrinco de Eco47, que (nos hemos dicho con asombro48) planteaba con-
frontaciones con Kant muy similares a las que manifesté en Estética racional y
que Diego Marconi articulaba en Lexical Competence49. Sin embargo, el clima
seguía siendo profundamente anti-realista. Jean Baudrillard había declarado
recientemente que la Guerra del Golfo era una ficción mediática50; Richard
Rorty51 y Joseph Ratzinger52 podían argumentar la superioridad de la soli-
daridad sobre la objetividad; Ian Hacking53 tenía razones para ironizar sobre
la cantidad de objetos (incluyendo enfermedades, naturaleza y quarks) que,
según los posmodernos, serían el resultado de una construcción social, John
McDowell54 volvía a proponer un kantismo particularmente idealista55 y Karl
Rove, consejero del presidente de Estados Unidos, George W. Bush Jr., afir-
maba que Estados Unidos, como imperio, podría crear su propia realidad56.
Sin embargo, a inicios del nuevo siglo surgieron muchas otras posiciones
de gran originalidad e importancia teórica que se pueden colocar (provisio-
nalmente) bajo el título de “Realismo especulativo”57. En este marco, la re-
flexión de Manuel DeLanda fue pionera58, pero sobre todo la reelaboración
realista de la filosofía de Heidegger propuesta por Graham Harman59. Y es así
que 2006 es un segundo annus mirabilis en la prehistoria del nuevo realismo,
cuando se publican cinco libros destinados a una muy amplia discusión: la
metafísica de Quentin Meillassoux, la epistemología de Paul Boghossian, la
hermenéutica de Günter Figal, la teoría social de Manuel DeLanda y la filoso-
fía de la naturaleza de Iain Hamilton Grant.

47
Umberto Eco, Kant e l’ornitorinco, Milano, Bompiani, 1997.
48
Cf. Umberto Eco, Maurizio Ferraris y Diego Marconi, “Lo schema del cane”, en Rivista di
estetica, 8 (1998) 3-27.
49
Diego Marconi, Lexical Competence, Cambridge, MIT Press, 1997.
50
Jean Baurillard, Le crime parfait, Paris, Galilée, 1995.
51
Richard Rorty, Objectivity, Relativism, and Truth, Philosophical Papers, vol. I, Cambridge,
Cambridge University Press, 1991.
52
Joseph Ratzinger, Svolta per l’Europa? Chiesa e modernità nell’Europa dei rivolgimenti, Milano,
Edizioni Paoline, 1992, pp. 76-79.
53
Ian Hacking, The Social Construction of What?, Cambridge, Harvard University Press, 1999.
54
John McDowell, Mind and World, Cambridge, Harvard University Press, 1994.
55
Para una visión crítica, remito a Maurizio Ferraris, “Mente e mondo o scienza ed
esperienza?”, en Rivista di estetica, número especial 12 (2000) 3-77.
56
Cf. R. Suskind, “Faith, Certainty and the Presidency of George W. Bush”, The New York Times,
17/10/2004.
57
L.R. Bryant, N. Srnicek y G. Harman (eds.), The Speculative Turn. Continental Materialism
and Realism, Melbourne, re.press, 2011; P. Gratton, Speculative Realism. Problems and Prospects,
London, Bloomsbury, 2014; Sarah De Sanctis y Vincenzo Santarcangelo, “Afterwords:
The Coral Reef of Reality. New Philosophical Realisms”, en Maurizio Ferraris, Introduction
to New Realism, op. cit., pp. 87-112.
58
Manuel DeLanda, Intensive Science and Virtual Philosophy, London, Continuum, 2002.
59
Graham Harman, Guerrilla Metaphysics. Phenomenology and the Carpentry of Things, Chicago,
Open, 2005.

429
MAURIZIO FERRARIS

Desde aquí llegamos a abril de 2007, cuando en el Goldsmiths College de


la Universidad de Londres se celebró el primer encuentro entre realistas es-
peculativos, a la que asistieron Graham Harman, Quentin Meillassoux, Iain
Hamilton Grant y Ray Brassier de la Universidad Americana de Beirut. El mo-
derador fue Alberto Toscano. Un segundo encuentro (sin Meillassoux y con
Toscano entre los oradores) tuvo lugar el 24 de abril de 2009 en la Universidad
de Bristol. En este mismo período, se empieza a hablar de la “ontología orien-
tada a objetos”60, casi una resurrección de la teoría de los objetos del filósofo
austríaco Alexius Meinong (1853-1920), quien fue, después de todo, el que
durante este período experimentó un renacimiento61, hasta que un congreso
internacional en París, en el 2014, marcará el encuentro entre el nuevo realis-
mo, el realismo especulativo y los componentes realistas de la fenomenología
y la filosofía analítica62.

4. El futuro del realismo

Ahora bien, desde la prehistoria y la historia llegamos al presente y, si es


posible, al futuro. El 20 de febrero de 2015 tuvo lugar en Amsterdam el con-
greso “El futuro del realismo”, en el que participé junto con Harman, el fi-
lósofo francés Tristán Garcia y el filósofo argentino Gabriel Catren. La mesa
redonda final discutió cuál sería el realismo del futuro. La impresión común
es que habría habido muchos realismos en conflicto entre sí y que en algún
momento un idealismo volvería al campo, pero más fuerte y más equipado
que el idealismo del siglo XX. Después de haberse llevado a cabo el giro rea-
lista, es evidente que hay, al menos, tres formas en las que se puede entender
el realismo.
El primero es el “realismo negativo”, que incorpora la legítima objeción de
sentido común al constructivismo y proporciona una base mínima para la po-
sibilidad de un trabajo filosófico63. Se trata de un elemento esencial para una
filosofía seria, que, en lo que a mí respecta, he tratado de capturar con la no-
ción de “inemendabilidad”: si en verdad el mundo fuera el resultado de una
construcción conceptual, si el sujeto y el objeto no existieran y solo existiese la

60
Graham Harman, The Quadruple Object, Winchester, Zero Books, 2011; L.R. Bryant The
Democracy of Objects, Ann Arbor, Open Humanities Press, 2011; T. Garcia, Forme et objet: Un
traité des choses, Paris, Presses universitaires de France, 2011.
61
Alexius Meinong, Untersuchungen über Gegenstandstheorie und Psychologie, Leipzig, Barth, 1904.
62
“Nouveaux réalismes. A partir du Manifeste du nouveau réalisme de Maurizio Ferraris”, París,
École des Hautes Etudes en Social Sciences, 4-6 de diciembre de 2014. Con la participación de
A. Avanessian, A. Bellantone, J. Benoist, P. Bojanic, B. Carnevali, E. Coccia, M. De Caro, S. De
Sanctis, R. Donnarumma, P. Engel, M. Ferraris, T. García, M. Gabriel, G. Harman, I.H. Grant,
A. Longo, C. Malabou, G. Origgi, C. Romano, V. Santarcangelo.
63
Umberto Eco, “Di un realismo negativo”, en M. de Caro y M. Ferraris (eds.), Bentornata
realtà, op. cit., pp. 91-112.

430
SURGIMIENTO Y DESARROLLO DEL NUEVO REALISMO

relación, no se entiende por qué razón los objetos oponen tanta resistencia a
los sujetos. Por supuesto, se puede responder, como en la Doctrina de la Cien-
cia de Fichte, que un ego infinito opone un non-ego finito a un ego finito, y es
una respuesta que merece ser tomada en consideración. Desafortunadamente,
si hay una característica universalmente compartida en el anti-realismo del
siglo XX, es el rechazo del infinito, por lo que no es posible ver cómo esta po-
sición pueda resultar aceptable.
El segundo es el “realismo neutral”, que es ejemplarmente el de Markus
Gabriel64: existir es existir en un campo de sentido. Este campo de sentido
está tradicionalmente constituido –para autores de formación analítica como
Putnam, Boghossian y De Caro– a partir de la referencia a la ciencia, pero en-
tendido en un sentido no reduccionista. En autores de formación continental,
como Meillassoux y Gabriel, tiene diferentes caracterizaciones. Para Meillas-
soux, el sentido viene dado por una referencia a las matemáticas (de acuerdo
con la ontología de su maestro Alain Badiou); para Gabriel, en cambio, con lo
que en última instancia es una reactivación de la tradición hermenéutica: el
sentido es una característica de la existencia humana. Este es un punto que
se articula con una gran riqueza de argumentos en Por qué el mundo no existe65
y que indica la pertenencia fundamental de Gabriel a una reflexión de base
heideggeriana66. Con respecto a esto, mi única duda es que hacer que la exis-
tencia dependa del sentido es una pretensión excesiva. Puede haber existencia
sin sentido y la vida de cualquiera persona puede ser una demostración de
esta circunstancia. La decisión de Heidegger de hacer que la existencia coinci-
da con el sentido, como cuando en Conceptos fundamentales de la metafísica sos-
tiene que solo el hombre tiene un mundo y es constructor de mundo, mientras
que el animal es pobre de mundo y la piedra no tiene un mundo, parece pasar
por alto el hecho de que –sin extenderse sobre la riqueza de mundo del animal
y de la piedra– también un hombre puede ser pobre de mundo (la clase obrera
inglesa en la época de Dickens) o ser privado de mundo (la humanidad que
fue exterminada en Auschwitz), sin que por ella sea inexistente.
Finalmente, hay un “realismo positivo”, en el que se incluye la reflexión
de Harman, y en el que me inclino a incluir también mi trabajo. Su punto de
partida es una observación muy simple. Tenemos pruebas interminables de
la coexistencia, dentro del mismo ambiente, de seres muy diferentes entre

64
Markus Gabriel, “Neutraler Realismus”, en Philosophisches Jahrbuch 121, n.2 (2014) 352-
372. La contribución de Gabriel se puede leer en inglés en el fascículo de The Monist sobre
el nuevo realismo (2015).
65
Markus Gabriel, Warum es die Welt nicht gibt, Berlin, Ullstein, 2013.
66
Markus Gabriel, “Is Heidegger’s ‘Turn’ a Realist Project?”, en D. D’Angelo, N. Mirkovic
(eds.), META: Research in Hermeneutics, Phenomenology, and Practical Philosophy, fascículo
especial “New Realism and Phenomenology” (2004) 44-73. El volumen incluye contribuciones
de J. Backman, J. Benoist, M. Bosnic, M. Ferraris, G. Figal, F. Fraisopi, S. Fumagalli, S.
Gourdain, I. Kara-Pesic, T. Keily, V. Palette.

431
MAURIZIO FERRARIS

sí a través de esquemas conceptuales, aparatos perceptivos, conocimiento y


habilidades. Esta interacción (porque es principalmente una cuestión de ac-
tuar más que de conocimiento) ciertamente no puede depender de las epis-
temologías hipotéticas de los seres incluidos en el medio; y dado que esta
interacción no solo está destinada al fracaso (como debería ser en la hipóte-
sis de un realismo puramente negativo), debemos concluir necesariamente
que lo real está dotado de una positividad autónoma –que hace posible es-
tas interacciones– y después, en un proceso de emergencia, de prestaciones
complejas y de conocimiento.
En lo que a mí respecta, se vuelve legítima, al menos como proyecto, la
hipótesis de un “realismo trascendental”67, no menos ambicioso que el idea-
lismo trascendental, como la suma del realismo negativo y el realismo positi-
vo, ya que (invirtiendo la posición del idealismo trascendental) la realidad se
presenta como la condición de posibilidad del conocimiento. En este sentido,
el realismo positivo puede recuperar la tradición del emergentismo68 (el pen-
samiento como una emergencia de la realidad, en oposición a la perspectiva
del constructivismo que entiende la realidad como el constructo del pensa-
miento) y del ecologismo69 (el ambiente como un campo de interacción entre
seres con diferentes esquemas conceptuales y sistemas perceptivos) y se pre-
senta como una teoría general del proceso de emergencia que, a partir de la
organización de la vida animal70, llega hasta la formación del pensamiento71 y,
finalmente, invierte la normatividad y la motivación72.

67
He presentado este proyecto en Maurizio Ferraris, “Transcendental Realism”, en The Monist
98 (2015) 215-232.
68
El emergentismo, es decir, la doctrina según la cual las entidades surgen de entidades más
fundamentales y son irreductibles a ellas (por ejemplo, la mente con respecto al cerebro) ha
sido teorizada a principios del siglo XX por el filósofo australiano Samuel Alexander (1859-
1938) en Space, Time, and Deity (2 vol., London, Macmillan, 1920) y por el filósofo inglés Charlie
Dunbar Broad (1887-1971) en The Mind and Its Place in Nature (London, Routledge & Kegan
Paul, 1925), que fueron retomados a fines de siglo por numerosos autores, incluido D.M.
Armstrong, “Emergence and Logical Atomism”, en A World of States of Affairs, Cambridge,
Cambridge University Press, 1997, pp. 152-153.
69
De acuerdo con la perspectiva inaugurada por el perceptólogo estadounidense J.J. Gibson, The
Ecological Approach to Visual Perception, Boston, Houghton Mifflin Gibson, 1979 y desarrollada
en el campo ontológico por el filósofo inglés B. Smith, “Objects and Their Environments:
From Aristotle to Ecological Ontology”, en A. Frank, J. Raper, J.P. Cheylan, (eds.), The Life
and Motion of Socio-Economic Units, London, Taylor and Francis, 2001, pp. 79-97; “Toward a
Realistic Science of Environments”, en Ecological Psychology, 21, n.2 (2009) 121- 130.
70
B. Hölldobler y E.O. Wilson, The Superorganism: The Beauty, Elegance, and Strangeness of
Insect Societies, New York, W.W. Norton & Company, 2010.
71
D.C. Dennett, “Darwin’s ‘Strange Inversion of Reasoning’”, en Proceedings of the National
Academy of Sciences of The United States of America, 106, suplemento 1 (2009) 10061-10065.
72
Remito a Maurizio Ferraris, “Total Mobilization”, en The Monist, 97, n.2 (2014) 201-222;
Mobilitazione Totale, Roma-Bari, Laterza, 2015 (trad. cast. Movilización Total, Barcelona, Herder,
2017).

432
SURGIMIENTO Y DESARROLLO DEL NUEVO REALISMO

Un punto ahora está claro. A diferencia del nuevo realismo del siglo XX, que
nació demasiado temprano, el del siglo XXI tiene fuertes razones para esperar
desarrollos que, incluso hoy, están más ramificados y son más ricos que los que
su predecesor había conocido. Además, tiene una ventaja histórica. Como re-
cordaba anteriormente, el nuevo realismo del siglo XX se presentó como una
respuesta menos fuerte y estructurada al idealismo que la representada por la
naciente filosofía analítica. Un siglo después, la situación ha cambiado profun-
damente. Por un lado, la filosofía analítica está pasando por un período de re-
planteamiento73 y de renovación que la hace más accesible a la confrontación
con la filosofía continental; por otro lado, la filosofía continental ya no se resigna
a ser un comentario a la tradición (¡para lo cual realmente no existe nada fuera
del texto!) y está nuevamente abierta a la argumentación y la ontología74.
El 18 de enero de 1895, en Viena, Franz Brentano tuvo la conferencia “Las
cuatro fases de la filosofía y su estado actual”75. La idea era que la filosofía
estuviera sujeta a recorridos y apelaciones. La primera fase es de rápido pro-
greso, dictada por un interés puramente teórico, por un lado, y, por otro, por
una apertura científica a la riqueza de los casos empíricos. La segunda es de
interés práctico, donde la investigación de la naturaleza y la búsqueda de la
verdad se caracterizan por razones de utilidad social y de filosofía aplicada.
La tercera es de escepticismo. Dado que el enfoque práctico exclusivo no satis-
face los intereses humanos, prevalece un escepticismo difuso sobre las posibi-
lidades cognitivas del hombre. La cuarta fase es de misticismo. Una reacción
hiperbólica al escepticismo caracterizada por la invención de nuevos métodos
y el descubrimiento de nuevos poderes, que parecen capaces de crear nuevos
tipos de conocimiento (y aquí tenemos la impresión de que se relaciona con la
posmodernidad). Pero entonces la rueda vuelve al principio. Nuevo realismo,
luego nuevo primado de lo práctico, luego nuevo escepticismo, luego nuevo
misticismo. Se tiene la impresión de que todo vuelve como antes, pero no es
así. Todo vuelve, pero de otra manera.

73
P. Unger, Empty Ideas. A Critique of Analitic Philosophy, Oxford, Oxford University Press, 2014.
74
El nuevo realismo ha implicado una reanudación del compromiso ontológico en el área
hermenéutica. Véase Mauricio Beuchot, José Luis Jerez, Manifiesto del nuevo realismo
analógico, Buenos Aires, Circulo Herméneutico, 2013; José Luis Jerez (ed.), El giro ontológico,
Buenos Aires, Circulo Herméneutico, 2015. Aquí encontramos contribuciones de R. Cadus, N.
Conde Gaxiola, S. De Sanctis, F. Arenas-Dolz, M. Beuchot, M. Ferraris, J.A. Gómez García, J.E.
González, E. M. González López, L.E. Primero, S. Santa Silia. Resulta importante también el
Décimo Coloquio Internacional de Hermenéutica Analógica celebrado en la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) del 14 al 16 de octubre de 2014, cuyo título fue: “Una nueva
hermenéutica para un nuevo realismo”. También me gustaría señalar Maurizio Ferraris,
“Un nuevo enfoque realista a la hermenéutica”, en Cuadernos de Epistemología, 6 (2014) 75-91.
75
Franz Brentano, “Die vier Phasen der Philosophie und ihr augenblicklicher Stand”, en Die
vier Phasen der Philosophie und ihr augenblicklicher Stand: nebst Abhandlungen über Plotinus,
Thomas von Aquin, Kant, Schopenhauer und Auguste Comte, Hamburg, Meiner, 1968. Se puede
encontrar un extenso comentario y una traducción al inglés del texto de Brentano en B.M.
Mezei y B. Smith, The Four Phases of Philosophy, Amsterdam, Rodopi, 1998.

433
MAURIZIO FERRARIS

Brentano fue el último filósofo antes de la división de la filosofía en ana-


lítica y continental. Las cosas cambian en la siguiente generación: el filósofo
inglés Michael Dummett76 escribió que el pensamiento de Frege (como autor
canónico de filosofía analítica) y el de Husserl (como autor canónico de filo-
sofía continental) al principio son muy cercanos, al igual que los manantia-
les del Rin y el Danubio, sus resultados no son menos distantes que lo que
dista el Mar del Norte del Mar Negro (y, se podría agregar, mientras el Rin
desemboca en un estuario bastante regular, el Danubio se atasca en un delta
pantanoso, que podría ser una buena alegoría de muchos resultados de la
filosofía continental).
No sería la primera vez en la historia de la filosofía en que dos tradiciones
filosóficas dejan de comunicarse: el siglo XVIII presenta una situación similar
en muchos sentidos, como uno de los primeros resultados de la fractura debi-
da al abandono del latín como lenguaje filosófico común. Aunque si el único
resultado del nuevo realismo fuera la superación de este cisma, los nuevos
realistas podrían estar satisfechos, y sus herederos –ya sean realistas o idealis-
tas– se encontrarán con una situación filosóficamente más estimulante que la
división por bloques que ha caracterizado buena parte del siglo XX.

Maurizio Ferraris
Universidad de Turín
Lungo Dora Siena 100
10153, Torino, Italia
[email protected]

76
Michael Dummett, Ursprünge der analytischen Philosophie, Frankfurt am Main, Suhrkamp,
1998. Los primeros escritos del filósofo francés Jocelyn Benoist también van por esta vía.
Véase, por ejemplo, Jocelyn Benoist, Phénoménologie, sémantique, ontologie: Husserl et la
tradition logique autrichienne, Paris, Presses Universitaires de France, 1997; Représentations sans
objet: aux origines de la phénoménologie et de la philosophie analytique, Paris, Presses Universitaires
de France, 2001; Jocelyn Benoist y Sandra Laugier (eds.), Husserl et Wittgenstein. De la
description de l’expérience à la phénoménologie linguistique, Hildesheim, Olms, 2004.

434
E La Revista ESTUDIOS FILOSÓFICOS, S
fundada en 1952, es una publicación cuatrimestral del Instituto Superior de Filosofía, de Valladolid.

conseJo de Redacción
Sixto J. Castro (Universidad de Valladolid)
Fernando Vela López (Instituto Superior de Filosofía)
Justino López Santamaría, OP (Instituto Superior de Filosofía)
Bernardo Fueyo Suárez (Facultad de Teología de San Esteban,
conseJo editoRial
Eladio Chávarri (Instituto Superior de Filosofía,
Valladolid)
Paulus Engelhardt (S. G. Walberberg, Alemania)
Mauricio Beuchot (UNAM)
Recepción de oRiginales
1. Los estudios y notas presentados para su inclusión en Estudios Filosóficos han de ser inéditos y
no pueden ser publicados parcial o totalmente en ninguna otra publicación sin la autorización
expresa de la revista.
2. Se enviarán a la dirección de la revista por correo electrónico.
3. Los estudios no deben sobrepasar las 12000 palabras y las notas las 4000.
4. Sólo se aceptan originales en castellano.
5. Todo artículo o nota deberá estar firmado por el autor, que indicará también la institución a la
Salamanca) Albert Bagoot (Pontificia Universidad Santo Tomás que está vinculado, y deberá ir acompañado de un resumen en castellano y otro en inglés, de no
Ángel Martínez Casado (Universidad Pontificia de Salamanca) de Aquino, Roma) más de cien palabras, así como de cinco palabras clave en español y en inglés, y de un breve currí-
Jesús A. Díaz Sariego (Facultad de Teología de San Esteban, Fergus Kerr (Universidad de Oxford)
Guido Vergauwen (Universidad de Friburgo) culum del autor que incluya una dirección de contacto, preferentemente de correo electrónico.
Salamanca)
Juan Manuel Almarza Meñica (Instituto Superior de Filosofía) Esteban Pérez Delgado (Universidad de Valencia) 6. Los autores recibirán un acuse de recibo de su original.
Fco. Javier Martínez Contreras (Universidad de Deusto) 7. Los originales no publicados no serán devueltos a los autores.
Joaquín Esteban Ortega (Universidad Europea Miguel de Cervantes)
Henar Zamora (Universidad de Valladolid) 8. Por el hecho de enviar un original a Estudios Filosóficos, el autor se compromete a no enviarlo a
Javier de Lorenzo (Universidad de Valladolid) otra publicación hasta haber recibido el dictamen de la comisión de evaluación.
Joaquín Bandera (Universidad Complutense de Madrid)
Emiliano Fernández Vallina (Universidad de Salamanca)
Simona Langella (Università degli Studi di Genova) pResentación de oRiginales
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Originales, propuestas y envío de canjes, libros para recensión: con tipo de letra no inferior a 12 puntos en el cuerpo de texto y a 10 en las notas a pie de página.
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Suscripciones, pagos, adquisición de números o colecciones: Artículo de revista: Eladio Chávarri, “Tolerancias y procesos racionales” en Estudios Filosóficos
44 (1995) 453-486.
Editorial San Esteban.
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37080 SALAMANCA (España) Fundamentos para una teoría de la experiencia hermenéutica, en Juan Manuel Almarza, Mariano
Tel.: 923 215 000 ~ Fax: 923 265 480 Álvarez y otros, El pensamiento alemán contemporáneo. Hermenéutica y teoría crítica, Salamanca, San
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STUDIOS ILOSÓFICOS
LXVIII

199
2019

STUDIOS ILOSÓFICOS

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STUDIOS ILOSÓFICOS Surgimiento y desarrollo del Nuevo Realismo


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AÑO 2019 SEPTIEMBRE-DICIEMBRE VOL. LXVIII Nº 199

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